v1 ' \ *’■" V. : ■M-m wk de don josef de Armesto y i>egovia, US "Zfvár* E NCYCLOPEDIA METODICA, DISPUESTA POR ORDEN DE MATERIAS. I o EN C Y CLOPED I A METODICA. HISTORIA NATURAL DE LOS ANIMALES, TRADUCIDA DEL FRANCES AL CASTELLANO POR D. GREGORIO MANUEL SANZ Y CHAÑAS ; TOMO PRIMERO. EN MADRID POR DON ANTONIO DE SANCHA AÑO DE M. DCC. LXXXVIII. Se hallará en su Librería en la Aduana vieja. .L i 1907 & " |CÍ1 14X. CSC- rfíí LISTA ALFABETICA DELOS SEÑORES SUBSCRITORES ALA TRADUCCION DE LA ENCY CLOPEDIA METODICA, DISTRIBUIDA POR ORDEN DE MATERIAS T _B ¿A Real Academia Española. La Real Academia de la Historia. La Real Academia Militar de Matemáticas del cuerpo de Ingenieros de Barcelona. Don Angel Aguado. Don Gaspar Aguado. Don Fermín Aguado y Artalexo. Don Fernando de Aguilar. Don Joseph Aguilar Taboada. Don Juan Fernando de Aguirre , Oficial de la Secretaría del Despacho de Gracia y Justicia. Don Fermin de Aizcorbe . Don Miguel Alcázar Montoya. Don Juan Francisco Alday. Don Rafael Crisanto Alexon. El Excelentísimo Señor Duque de Almodovar. Don Antonio Pasqual de Almunia , Regidor perpetuo en la clase de Nobles de Valencia. El Excelentísimo Señor Conde de Altamira. Donjuán Aharez. Don Francisco Xavier Alvar ez deGuntin , Canónigo de la Santa Iglesia de Orense. Don Xavier Ignacio de Amenavar , vecino de Cádiz. Don Manuel de Amilaga. Don Ignacio Francisco Ametller , Boticario del Colegio de Barcelona. Don Joseph Ignacio de Andarte , vecino de Cádiz. Don Miguel Antolinez de Vargas Machuca. Don Pedro Aparici , Oíicial de la Secretaria del Despacho de Indias. Don Gerónimo Jacinto de Aranda. Don Alonso de Arango y Sierra , Capitán de Cazadores Provinciales de Oviedo. El R P. Fr. Martin de Araujo , Benedictino, del Monasterio de Silos. El Señor Don Joseph Antonio de Areche , del Consejo de S. M. en el Supremo de Indias. El R. P. Fr. Thomás de Arena , Comendador en su Convento de Mercenarios Calza- dos de Xeréz de la Frontera. Don Joaquín de Arevalo , Colegial Mayor de San Bartolomé. Don Pedro Juan de Armendariz. El Licenciado Don Ignacio Joseph de Armentía. Don Joseph Antonio de Arregui , vecino de la Havana. Don Francisco Xavier de Arrillaga. Don Manuel de Ay al a , Oficial de la Secretaría del Despacho de Indias. Tom. I. * Don • Don Joseph de Ayarzagoitia , vecino de México. El Ilustre Don. Fr. Eustaquio de Azara , Abad del Real Monasterio de Benedictinos de Santa María de Arnir , de Barcelona. Don Joseph Maria de Azedo. El Dodlor Don Manuel Barba y Roca , Socio de la Academia de Jurisprudencia de Barcelona. Don Thornas Barreda y Artas. El Lie. Don joseph Antonio de Barros Troncoso. Don Antonio Martin Bartos , en Lisboa. Don Joaquin Maria de Barrueta. Don Manuel Bastida. Don Francisco Belda y Rila. El Excelentísimo Señor Don Felipe Beltran , Inquisidor General. El Señor Marques de Benicl , vecino de Murcia. Don Juan Antonio Berdejo , vecino de Villalva. Don Agustín Bermudez Manuel de ballena. Don Federico de Berreaondo. Madama Bertrand , é Hijos , en Lisboa , por dos exemplares. La Biblioteca. Arzobispal de Toledo. La Biblioteca de Carmelitas Descalzos de Segovia. La Biblioteca del Colegio de San Gregorio de Valladolid. La Biblioteca del Convento de San Bernardino de esta Corte. La Biblioteca del Monasterio de Huesta , del Orden de San Bernardo. La Biblioteca de PP. Agonizantes de Lima. La Biblioteca de PP. Agonizantes de México. La Biblioteca de PP. de las Escuelas Pias del Avapies. La Biblioteca de PP. Mínimos de San Francisco de Paula de Lima. La Biblioteca de PP. Trinitarios Calzados de Barcelona. La Biblioteca de San Pedro Martyr, de Toledo. La Bidioteca Mariana de PP. Menores Observantes de Barcelona. La Biblioteca pública de la Ciudad de Sevilla. La Biblioteca pública de Santa Catarina de PP. Dominicos de Barcelona. Don Rafael Biclba Mantilla. Don Agustín Biven , Coronel del Regimiento de Dragones de México. El Señ- r Don Pedro Luis Blanco , Inquisidor de L'erena. Do¿I. Don Andrés Bravo de Rivero , Abogado de ¡a Real Audiencia de Lima , y Cu- ra Vicario de la Ciudad de lea , en el Perú. Don Agustín Bueno , Maestro de Matemáticas , é Ingeniero en la Plaza de Oran. El llustrísimo Señor Arzobispo de Burgos. Don Pedro Burgonyo y Juan , Regidor de la Ciudad de Alicante. * Doct. Don Joseph Manuel de Buruaga , vecino de la Puebla de los Angeles. Don Antonio Bustamante , Canónigo de la Santa Iglesia de Santiago. El Excelentísimo , é llustrísimo Señor Don Antonio Caballero y Gongora , Arzobispo, Virrey , Gobernador , y Capitán General del nuevo Reyno de Granada. Don Casimiro Caballero. El Señor Don Joseph Cabeza Herir iquez , Oidor Decano de la Audiencia de Buenos- Ayres. El Ilustre Cabildo ¿o. Astorga. El Cabildo d; la Iglesia Regular del Santo Sepulcro de Calatayud. Don Juan Miguel Carnario , Oficial de la Secretaría de Hacienda. Don Alexandto Camarón , Reétor del Colegio de Escoceses de Valladolid. Eí llustrísimo Señor Conde de Campomanes , Gobernador interino del Consejo, El Señor Marques de Campo Sagrado. Don Santa Iglesia de Salamanca. El R. P. Fr. Francisco Rayada» , Mercenario Calzado, D on Manuel Antonio Recoechea , Cura y Beneficiado de Yuré en Vizcaya. Don Pedro Joseph Rey , en Lisboa , por dos subscripciones. * Don Joseph Manuel de Reyes , del comercio de Manila , residente en México, El Excelentísimo Señor Conde de la Roca. * El Lie. Don Salvador Roca , Dean de la Santa Iglesia de Guadalaxara en la Nueva Galicia. El Doftor Don Sebastian Rodríguez de Biedma. Don Antonio Rodríguez Casquero , Arcipreste de Castro Urdíales. Don Francisco Xavier Rodríguez rizoso. Don Antonio Ruiz de Olivara , en Lisboa , por dos subscripciones. El Señor Don Carlos Roma» líos , Inquisidor de Cordova. Don Manuel Ros de Medrano. Don Juan Antonio Rosillo y Relarde , Canónigo de Zaragoza. Don Manuel Roxo , Cura de Santa Maria de Pas. Don Andrés Ruiz. Don Joseph Ruiz , vecino de la Havana. Don Domingo Russi , Medico en México. Don Martin Saenz Diez. * Don Juan Lucas de la Saga , Caballero Pensionado de la Orden de Carlos III. Administrador del Tribunal de la Nunciatura de Nueva España en México. Don Francisco Antonio de Sagaste. El Ilustrísimo Señor Don Rafael la Sala , Obispo de Solsona. Don Francisco Salva y Campillo , de la Academia Medica de Barcelona. Don Gaspar Salvia , Canónigo de la Colegiata de Balaguer , y Vicario General. El Do¿k>r De n Sebastian Sánchez de Bustamante , Colegial en el mayor de San Barto- lomé de Salamanca. El Señor Marques de Santa Cruz, , vecino de Santiago. Don Thomas de Santander , Tesorero de la Universidad de Valladolid. Don Joseph Santos Rodríguez. El R. P. Fr. Manuel de San Rícente , Procurador General de Carmelitas Descalzos de e^ta Corte. Don Mariano Ignacio de Savatery de Rillanova , vecino de Barcelona. Don Bernardo Antonio de Sierra , Canónigo de Oviedo. El Doftor Don Nicolás Maria de Sierra , Redtor del Colegio mayor de San Bartholomé de Salamanca. El Señor Don Juan de Selva y Pantoxa , Intendente de Avila. Don Bartholomé de Siles. La Real Sociedad Económica de Amigos de Madrid. Don Rayrnundo de Soto , Oficial de Reales Guardias Españolas. Don Francisco Tabuenca , Alcalde mayor de Sueca. Don Joseph Pello Pallares. El Ilustrísimo Señor Conde de Pepa , del Consejo y Cámara de Indias Don Salvador Pexerizos , del Gremio y Claustro de la Universidad de Salamanca. Don Francisco Boja Poledo , Canónigo de la Santa Iglesia de Cuenca. Don Isidoro de la Porre. Don Joaquin Pos , Escribano de Cámara de la Real Audiencia de Barcelona. Do£lor Don Manuel Pr avieso , Catedrático de Filosofía en la Universidad de Santiago. El Doflor Don Antonio Manuel Prianes. Don Baltasar de Pudela , Alcalde mayor de Puerto Real. La Real Universidad de Cerbera. Don Joseph Maria Uria Piafar rondo. Don Don Juan de Urraca y Vicente , Capitán de Granaderos Provinciales de Granada Don Domingo Ur quiza. Don Pedio Valdes Solís , Abad de Ciñero Don Joseph Vaca Guzman , Arcediano de Zamora. El Señor Marques de Valera. Don Francisco Antolin de P alie , Canónigo de la Santa Iglesia de Falencia, Don Ramón Vallgonera , vecino de Barcelona. Don Bernardo Valois de Tenerife. Don Agustín Varona. El R. P. M. Fr. Agustin Vasquez , Abad de Poblet. Don Francisco Xavier Vene gas de Saa-eedra. Don Manuel de Vigo Caballero , en la Isla de Menorca. El Señor Conde de Villalcazar de Serga. La Excelentísima Señora Doña Maria Luisa de la Cerda , Condesa de P illalobos. * El Dodtor Don Apolinario d tVizcarra , R.e£tor del Colegio Seminario de la Ciu- dad de Guadalaxara en la Nueva Galicia. Don Gaspar IVautres y Orcasitas , Comisario de Guerra Don Juan Antonio Ximenez de ylguilera. * Don Francisco de Zar andona , vecino de México. Don Andrés de Zavala y Cedran. Don Jorge Zimeros , Canónigo de la Santa Iglesia de Santiago. Don Juan Bautista de Zozaya , vecino de San Sebastian. Don Agustin de Zuaznavar , residente en la Provincia de Venezuela. Don Joseph de Zuniga , residente en la Provincia de Venezuela. NOTA. Los Señores Subscriptores anotados con esta señal * , han contribuido con el todo de la subscripción á los Lili. Tomos de materia , y VII. de Laminas , que se ofrecieron en el Prospecto. PRO- I ADVERTENCIA DEL IMPRESOR SOBRE ESTA TRADUCCION. Una de las mayores pruebas que podemos dar del deseo que nos inflama, y hemos procurado acreditar en otras ocasiones , de contribuir en quanto es- té de nuestra parte al mayor honor y adelantamiento de nuestra Nación , es sin duda el darle traducida al Español la grande obra de la Encyclopedia metódica , distribuida por orden de materias : pues en ella le presentamos unidos todos los progresos que ha hecho el entendimiento humano , asi en las Ciencias como en las Artes : empresa , que considerada con la reflexión que merece , parecia imposible ponerla en execucion , y mas á vista de los cortos auxilios que ha producido la subscripción que años pasados publicamos; pues hemos experimentado , no sin admiración , que ha sido mucho mayor el número de los que han subscripto á la edición Francesa que se hace en Pa- rís , que á la nuestra. Lo qual solo hubiera sido bastante para acobardar á otros de mayores fondos y espíritu ; pero una vez comprometidos con el pú- blico , y persuadidos de Ja importancia de la obra , todo lo hemos sacrifica- do al cumplimiento y desempeño de nuestta obligación, seguros de que algún dia se hará el debido aprecio de nuestro servicio. Esto nos lo hace esperar la distinguida aceptación que ha merecido nuestra empresa á los sugetos de buen gusto , amantes de la gloria de nuestra Nación , y promovedores de todo genero de literatura : entre quienes ocupa el mas señalado lugar el Real y Su- premo Cornejo de Castilla , que ha dispuesto con sus acertadas providencias el que no se retarde el curso de la obra , nombrando para el examen de los originales hábiles y aúlivos censores. Nuestro amado Soberano el Señor Don Carlos III. que con tan liberal mano fomenta las Ciencias y Artes, y sus pro- fesores, ha tenido la dignación de concedernos libertad de derechos por lo to- cante á las planchas de cobre que se necesitan para las muchas laminas que ha de llevar esta grande obra. A su exemplo los sabios y zelosos Ministros, en quienes descarga nuestro Monarca gran parte del gobierno de sus vastos do- minios , nos han ofrecido todo su favor y patrocinio para que nuestro desig- nio se execute con la mayor perfección posible. Con efeílo , el Excelentísi- mo Señor Baylío Frey Don Antonio Valdes , del Consejo de Estado de S. AL y su Secretario de Estado y del Despacho de Alarina , y encargado del de Indias por lo tocante á Guerra, Hacienda , Comercio , y Navegación , ha tenido á bien disponer , que la parte respetiva á la Marina se traduzca por personas instruidas á fondo en esta Ciencia : por lo que no dudamos que en esta parte la traducción lleve algunas ventajas al original. Aunque desde que publicamos la subscripción , ha sido incesante nuestro H}st. Nat. Tom. I. *j¡f des- desvelo para dar cumplimiento á lo que en ella ofrecimos t como se ha retar- dado mas de lo que deseábamos el dar prueba incontrastable de esta verdad, para satisfacer á las quejas de algunos que ignoran la justa causa que lo ha im- pedido muy á pesar nuestro , nos vemos en la precisión de manifestarla de paso , y al mismo tiempo el estado de nuestros trabajos. Los que han tenido ocasión de examinar la edición que se hace en Francia de la Encyclopedia, tendrán advertido , que de los 27 Diccionarios de que debe componerse, has- ta ahora ninguno se ha concluido ; y por consiguiente sin que en el original preceda esta diligencia , es imposible que se empiece á imprimir la versión, pues debe ir arreglada al rigoroso orden alfabético , que precisamente ha de resultar muy distinto en los mas de los artículos. Sin embargo , no por esto se ha atrasado el trabajo. A medida que se han dado á luz los temos Franceses , se han ido traduciendo al Español : y asi , luego que esté conclui- do cada Diccionario , no se perdonará á gasto ni diligencia para recompensar la tardanza , y dar al público un testimonio bien patente del anhelo con que nos esforzamos á presentarle tan importante obra. De las laminas que de- ben adornarla , tenemos algunas ya grabadas , y tomadas todas las medidas á Hn de que en esta parte , que no es la menos importante y difícil , nada se eche menos. Por lo que mira á los Traductores hemos procurado por todos medios valernos de los que tienen de antemano acreditada su habilidad en es- te exercicio , y alguna inteligencia de los varios asuntos que comprehende cada Diccionario. Y aun tenemos la satisfacción de que algunos, llevados de su amor al adelantamiento de las Artes y Ciencias , se hayal/ ofrecido volun- tariamente , no solo á la traducción , sino también á franquear aquellas lu- ces que con sus estudios han sabido adquirirse : de modo, que en algunas partes se hallarán tantos aumentos sobre el original , que hemos juzgado in- dispensable distinguirlos con esta señal. ** No nos detendremos en exagerar el sumo trabajo que ha recaido sobre los Traduélores para desempeñar debidamente su encardo, porque esto lo publicará por sí la obra. Es fácil de discurrir, que no teniendo en nuestra lengua copia de Diccionarios de Ciencias y Artes por donde poder gober- narse , habrá sido necesario tomar, no sin grande fatiga y dispendio de tiem- po , noticias de los facultativos para averiguar las correspondencias de los vo- cablos propios á cada idioma. No aseguramos que en todo se habrá acertado, pero sí que se han practicado las mas oportunas diligencias para conseguir el que salga con menos imperfecciones de las que son inevitables en las de es- ta naturaleza. Y si con todo se advirtieren algunas dignas de enmienda , o se nos comunicasen nuevos artículos que merezcan tener lugar en esta obra , los pondremos en un suplemento , el que se podrá colocar á el fín decadaDiccio- nario , para no defraudar al público de esta ventaja. Al principio nos habíamos propuesto publicar de dos en dos los volúme- nes ; pero hemos preferido dar cada uno según se vaya imprimiendo, para que se logren con mas anticipación. Ahora damos á luz el tomo I. de la Historia natural , que comprehende los Quadrupedos, y parte de las Aves. A este se seguirá luego el II. que con- nr tiene la prosecución de la Historia natural de las Aves , y la de los Quadrú- pedos, Ovíparos y Serpientes. Tenemos también pronta parte del tomo III. que abraza la Historia natural de los Peces ; é inmediatamente que llegue á nuestras manos lo que falta á este tomo , que es la Historia natural de los In- sectos y de los Gusanos , lo publicarémos. Tenemos igualmente baxo la prensa el tomo I. del Diccionario de Gra- mática y Literatura , y esperamos concluirle en breve : todo con designio de que los Subscriptores , y demás que quieran adquirir la obra , logren es- ta satisfacción sin demora. Por lo mismo hemos adelantado quanto lo ha per- mitido el tiempo , el grabado de las laminas de las Artes y Oficios , para que se vayan dando con los tomos á que pertenecen : y luego que salgan las de la Historia natural , que aun no se han dado á luz en Francia , haremos lo mismo ; pues á este fin , y para que por nuestra parte nada quedase por ha- cer , hemos expendido ya en recompensar á los operarios que entienden en desempeñar los ramos de que respectivamente se han encargado , mucho mas crecidas sumas que las que ha producido la subscripción , como se dexa consi- derar ; y mas habiendo sido tan escaso el número de los que han prestado su nombre para una empresa literaria , que no puede ser mas universal , y á que parece debieran de haber concurrido todos los que tienen amor á la patria , pa- ra que por falta de auxilios no se la privase de un beneficio sin igual. Esto es lo que nos ha parecido advertir en general para instrucción de los leCtores , y descargo de nuestras operaciones. Al principio de cada tomo , si fuere necesario , daremos cuenta de lo que convenga prevenir , no olvidan- do recomendar el mérito de los que han sabido adquirírsele á costa de sus su- dores en la penosa tarea de sus traducciones , de que solo pueden juzgar los que hayan probado semejante exercicio , y mas en materias tan varias como las que encierra esta obra , y muchas de ellas llanta ahora no tratadas de proposito en nuestra lengua. AD- IV ADVERTENCIA. A la Historia Natural de los Animales precede una introducción d los tres Rey nos de la Naturaleza , y la Historia natural del Hombre , por Mr. Daubenton , de la Real Academia de las Ciencias , Profesor de Historia natural en el Colegio Real de Francia , y Demostrador del Gavinete del Jardín Botánico. Este Diccionario se ha dividido en seis partes , de las quales la primera contiene los animales Cua- drúpedos , á que se han añadido los Cetáceos , dispuesta con arreglo á la Historia natural de los Animales del Conde de Buffon : la segunda las A ves por Mr. Mauduit , Doctor Regente de la Facultad de Medicina de París , é Individuo de la Real Sociedad Médica : la tercera los Cua- drúpedos ovíparos ,y las Serpientes , por AIr. Daubenton : la quarta los Peces , por el mismo : la quinta los Insectos , por AIr. Gueneau de Alo nt be il lard , Acadé mico Honorario de la Academia de Dijon : y la sexta los Gusanos , por AIr. Daubenton. Xza introducción á la Historia natural comienza por la definición de esta Ciencia , y por la enumeración compendiosa de sus diferentes objetos. Se pa- sa después á determinar los límites de la Historia natural , en comparación á las otras Ciencias que tienen mas relación con ella , como la Anatomía , la materia Médica , la Botánica , la cultura de las Plantas , la Química , la Me- talurgia , oo Ó 29. En 95 años. . . . 2 39 7°- Quedan 1 1000 0 23r En 96 años. . . . 2 39 77- Quedan 1 1 500 0 ‘5- En 9” años. . . . 23982. en 98 años. . . . 239Só. en 99 años. . . . 2 3 989. Quedan I 5000 Ó 4- En too años. . . . 23992. Quedan 1 Toooc > 0 1 2. En IOI años. . . . 2 3 9 9 4 - Que dan c> La muer te. La vida del hombre consiste en la ac- tividad de sus órganos ; estos se fortifi- can en la infancia , en la adolescencia y en la juventud , y se desmejoran en la vuel- ta de la edad y en la vejez. La muerte natural no es otra cosa que el aniquila- miento ó destrucción de las fuerzas en la edad decrépita ; y asi el cuerpo humano camina á su fin , y labra su propia des- trucción desde la vuelta de la edad hasta la muerte : perece por partes , á medida que algunos de sus órganos van perdien- do su acción ; el movimiento del corazón es el mas duradero , pero quando este ce- sa el hombre ha dado ya el ultimo alien- to , y pasa de la vida á la muerte. Es muy corto el número de los hom- bres que corren por todas las edades de la vida , y que mueren al término que prescribe la naturaleza ; son infinitas las causas que aceleran su destrucción : no se puede imaginar quantos accidentes y quantas enfermedades dañan y corrompen las diferentes partes del cuerpo , o retar- dan ó adelantan sus movimientos , hasta causar una anticipada muerte. De qualquier modo que deba suce- der la muerte , no se puede saber el tiem- po ni las circunstancias que la originan; no obstante , es de creer que siempre es terrible y espantosa , y nunca se piensa en ella sino con dolor. Con todo esto , es necesario pensar en la muerte , pues esta- mos condenados á sufrirla , y porque esta idea puede ser conducente para retardar- IA NATURAL. lxxiy la , o para precavernos de sus funestas conseqüencias por medio de una buena conducta. La muerte natural , considerada sin preocupación , parecerá al hombre prefe- rible á las enfermedades de la decrepitud; ademas de esto , quando las funciones riel cuerpo son casi ningunas , quando ya no se tiene memoria , y quando se ha per- dido el uso de los sentidos , ya queda po- co que perder ; un cuerpo extenuado , unos Organos gastados , hacen muy poca resis- tencia á la muerte ; ¿pues qué sentimiento ó qué dolor podrá esta causarnos? Destrucción de los cadáveres. Después de la muerte comienza á des- truirse la organización del cuerpo del hom- bre ; tudas sus partes se relaxan , se alte- ran y se desunen : esta operación se hace por un movimiento intestino de fermen- tación que origina la putrefacción , y que reduce los cadáveres á alkali volátil , á aceyte fétido , y á polvo. Se da el nom- bre de estiércol hecho tierra , al que pro- viene de la descomposición de los animales, y de los vejetales. El calor y la humedad son muy pro- pios para engendrar la putrefacción ; pero .se preservan, de ella los cadáveres, por un .grande calor seco y por un frió excesivo, y se conservan quando están helados mien- tras permanecen en esta situación : los que están expuestos á un calor muy grande, pierden sus partes fluidas por la evapora- ción , y se segan antes de corromperse ; Jas tierras absorbentes chupan los humores de los cadáveres , y disecándolos , Jos, con- servan ; quando faltan estas circunstancias, se usa de otros medios para impedir la total destrucción de los cadáveres. Era cosa muy natural , después de la muerte de las personas que se ■ habían que- rido en esta vida , ó de las que se habían hecho famosas por sus hechos , el buscar los medios de conservar sus reliquias. Una momia jentre los Egypcios , o las cenizas en una urna entre los Romanos , eran ¡una señal de cariño o de respeto ; y aun todos deberian alegrarse , con !a esperan- za de que permanecerian después de su muerte algunas partes de su cuerpo que perpetuarían la anemona de su existencia, y I NT R O D U CCIO N ixxx y que en algún modo conservarían los sen- timientos de que se hubiesen hecho dig- nos entre los demas hombres. El medid mas fácil era él embalsamarlos para pre- servar sus cuerpos de la corrupción , y este es el uso mas antiguo recibido en los funerales ; la mayor parre, de las Nacio- nes lo han adoptado , y aun hoy se usa con los reyes y los grandes. Los Egypcios son los primeros que sepamos haber hecho embalsamar Jos cuer- pos muertos ; tenemos de esto pruebas auténticas en Ja Sagrada Escritura al cap. L. del Génesis , en donde se dice : ,, Vien- do Josef que su- padre había espirado . . . mandó' á lós médicos que le servían em- balsamar el cuerpo de su padre , y exe- cutaron su orden , lo que duró quáren- ta dias , porque era costumbre el emplear estte tiempo para embalsamar los cuerpos de los difuntos. Herodoto , el mas antiguo de los his- toriadores profanos , refiere por menor to- da esta operación : este Autor es tan jus- to y veridico , que parece muy del caso el copiar todo el artículo en que trata de esta práctica. Se lleva el cuerpo que sé ha de embalsamar : hay ciertos hombres destinadas para esto , y cjue lo- tienen por oficio : quándo los p a nenies han conveni- do con ellos en el precio del embalsama- miento , se retiran y los dexán en la -caC- sa ; entonces estos embalsaman el cuerpo con todo el cuidado posiblé , de la íñᣠñera siguiente : primeramente sacan todo el cerebro por las ventanas de la nariz, por medio de cierto instrumento propio para ello , y según va saliefido ,-le rem- plazan con varios perfumes : después', con una piedra de Etiopia bien afilada , 'ha- cen una incisión hácia la parte de los lu- jares , y sacaji los irísreritiffos por esta aber- tura , los que después7 de bien vaciados y lacados con vino de palma , acabítri dé limpiarse con ciertos ‘ pofvos aromáticos. Llenan luego el vientre de mirra pura 'y muy molida , de casia y otros perfumes (excepto el incienso) , y después le vuel- ven á coser. Hecho esto , salan el éuér- po con nitro , y lé dexan sumergido en él durante setenta dia's , porque no es permitido tenerlos asi mas tie mpo. Pasa- do este , y bien lavado el difunto , ro- dean todo su cuerpo de bendas de lino muy fino , que empapan en cierta goma, de que se sirven los Egypcios como de cola ; toman el cuerpo los parientes , man- dan hacer un atahud de madera , cuya figura imita á la del cuerpo humano , y encierran en él el muerto ; luego le de- • O posttan en el lugar destinado para este efecto , y le ponen de pie contra la pa- red. Este es el modo mas suntuoso de embalsamar los muertos. En quanto á los que quieren por su economía moderar el gasto , esta es la manera de preparar sus cuerpos. Los embalsamadores llenan una geringa de un cierto licor oloioso que se saca del cedro , y hacen con él varias in- jecciones en el vientre por la via poste- rior , sin hacer al cuerpo incisión alguna, y sin quitar los intestinos ; después le sa- lan durante el número de dias que se di- xó arriba , y el ultimo de ellos hacen sa- lir del vientre el licor odorífero que in- trodujeron , y que tiene tanta virtud , que resuelve los intestinos , y les hace saiir con él : en quanto al nitro , consume las car- net , y no dexa mas que la piel y Jos huesos del muerto ; hecho esto , se vuel- ve el cuerpo á los parientes sin ninguna otra preparación. El tercer modo de em- balsamar es el que se practica con los mas pobres : los embalsamadores limpian el vientre con cierto licor purgante , le sa- lan por espacio de de setenta dias , y le entregan ó los parientes. Diodoró de Sicilia hace también men- ción del modo de embalsamar los muer- tos los Egypcios : según este Autor , has- bia muchos oficiales que trabajaban su- cesivamente en esta oper ación : el prime- ro , á quien llamaban el escribano , seña- laba en el lado izquierdo del cuerpo la parte por donde debían abrirle ; el cor- tador hacía la incisión , y uno de los que le habían de salar le sacaba todas las en- trañas , excepto el corazón y los riñones; otro le lavaba con vino de palma , v li- cores olorosos ; se le ungía después du- rante mas de treinta dias con la goma de cedro , con mirra , cinamomo y otros perfumes : estos aromas conservaban por mucho tiempo el cuerpo entero , y le comunicaban un olor muy suave ; no se desfiguraba cosa alguna con estos pre- parativos , después de los quales le vol- vían á los parientes , quienes le guarda- A L A HIST ORIA NA TU RAL. ban en un atahud puesto de pie contra la pared, (i) La mayor parte de los Autores mo- dernos que han hablado de los modos de embalsamar que tenían los antiguos Egyp- cios , no han hecho mas que repetir lo que dixo Herodoto , y si acaso han añadido algún hecho ó alguna circunstancia de mas , apenas la pueden citar mas que co- mo probable. Dumont (2) dice que hay apariencias que entrase el aloe , el betún ú asfalto , y el cinamomo en las drogas que introducían en el cuerpo para ocu- par el lugar de las entrañas : dice también que después de la operación se encerra- ban los cuerpos en atahudes de madera de sicomoro , que es casi incorruptible. En el Catálogo del Gabinete de la So- ciedad Real de Londres se encuentra que Grew observo en una Momia de Egyp- to que se conserva en aquel Gabinete , que las drogas que habían empleado pa- ra embalsamarle habían penetrado hasta las partes mas duras , como son los hue- sos , los que habian quedado tan negros, que parecían quemados. Esta observación le inclinó á creer que los Egypcios acos- tumbraban embalsamar los cuerpos ha- ciéndoles cocer en una caldera llena de una especie de balsamo líquido , hasta que se exhaláran todas las partes aquosas , y hu- biese penetrado enteramente la substancia aceytosa y gomosa del balsamo. Propone, con este motivo, Grew un método de em- balsamar los cuerpos , que consiste en ma- cerarlos primero , y luego hacerlos hervir en aceyte de nueces. (3) En efecto , es muy verisímil que ha- bría muchos medios para preservar los ca- dáveres de la corrupción , y que no seria Historia Natural. Tom. I. (1) Historia Universal de Diodoro Sículo tra- ducida por el Abate Terrason , París 1737. Tom. I. pag. 192 y sig. (2) Viage de Francia, Italia , &c. por Dumont, impreso en la Haya en 1699. Tom. II. p. 290. y sig. (3) Diario de los Sabios , año de 1682. p. 132 (4) Historia de la Sociedad Real , por Sprat, pag. 209 y siguientes. (5) Pinchas , His Pilgyimes , pag. 783. (*) En el Gabinete de historia natural deS.M. Católica se conserva la mas perfecta de estas Mo- mias llamadas Guanches , que en Julio de 1764 envió de la isla de Tenerife el capitán de infan- teria D. Luis Ramón Jobel , natural de dicha Isla, á su primo D. Francisco Xavier Machado Fiesco, actual Ministro de Capa y Espada del Real y supre- muy difícil el ponerlos en práctica , pues- to que diferentes pueblos han hecho un uso muy feliz de ellos. Los Guanches , an- tiguos pueblos de la isla de Tenerife , nos dan de ello un buen exemplo; pues quan- do los Españoles conquistaron aquella Is- la vieron que los Guanches poseían el ar- te de embalsamar los cuerpos , y que te- man entre ellos una tribu de sacerdotes que hacían de él un secreto inviolable , y aun un misterio sagrado. Como la ma- yor parte de esta Nación se perdió en la conquista , no se pudo alcanzar cono- cimiento alguno de este arte , y solo se sabe algo de su práctica por la tradición: después que sacaban las entrañas del cuer- po , le lavaban muchas veces de seguida con una legía de corteza de pino , seca al sol en tiempo de verano , o al calor de una estufa en el invierno ; después le un- gían con manteca o grasa de oso , que ha- cían cocer junto con varias hierbas olo- rosas, como el espliego , salvia &c. : des- pués de esta unción dexaban sc»:ar el cu- erpo , y la repetían todas las veces que eran menester para penetrar enteramente el cuerpo : quando este quedaba muy li- gero era prueba que estaba bien prepa- rado ; entonces le envolvían en pieles de cabras curtidas , y quando querian ahor- rar gasto , las empleaban sin curtir. (4) Purchas (5) dice haber visto dos Momias de estas en Londres , y cita al caballero Scory , que vió muchas en Tenerife exis- tentes después de dos mil años ; pero en el dia no se conserva prueba alguna de es- ta antigüedad. En el Gabinete de Historia Natural del jardin del Rey en París se ven dos de estas Momias , (*) que traxo de la isla de L Te- mo Consejo de Indias , con el fin de que la pre • sentase al Rey nuestro señor. Llegó dicho cadáver á la Aduana de Madrid el 23 de Agosto de 64, y se mantuvo en casa del expresado Ministro hasta el dia jó de Diciembre de 1766 , en cuyo dia á las diez y media de la mañana le hizo pasar á la real Biblioteca Don Bernardo Yriarte , también actual Ministro de Capa y Espada del Consejo de Indias , á quien D. Fran- cisco Xavier Machado , que habia pasado í Nueva- España , dexó esta comisión ; y esta entrega en la real Biblioteca consta por carta del Bibliotecario Mayor D. Juan de Santander , con fecha de 16 de Diciembre de 1766. En 28 de Septiembre de 1776 se pasó real ordsrr al expresado Bibliotecario Mayor , comuni- ca- I NT R ODUCCIO N LXXXII Tenerife en 1776 el Conde de Chaste- net Puysegur , Allerez de navio , que man- daba entonces la embarcación llamada l’Es- piegle : se encontraron en una caverna del lugar de Arico ; están envueltas en pie- les , y la una tiene descubierta la cabeza, la piel está seca , y las facciones del ros- tro no bien descubiertas ; pero los cabe- llos están unidos á la piel y bien con- servados : le faltan los pies , pero se le ven las extremidades de los huesos de las pier- nas , que parecen no estar alterados sino por la disecación : es muy verosímil que las entrañas están reducidas en polvo, por- que se le ve salir por algunas partes de la Momia. El P. Acosta , y Garcilaso de I3 Ve- ga , (1) no dudaron que los Peruanos conocían el arte de conservar mucho tiem- po los cuerpos de los muertos : dicen es- tos dos Autores haber visto los de algunos Incas y Mamas conservados perfectamen- te ; tenian todos sus cabellos y sus ce- jas , pero les habian puesto ojos de oro ; estaban con sus vestidos regulares , y sen- tados al modo de los Indios , con los bra- zos cruzados sobre el estómago. Garcila- so tocó un dedo de la mano , que le pa- reció tan duro como si fuese de made- ra , y todo el cuerpo pesaba tan poco , que no hubiera sido carga pesada aun para un hombre débil que hubiera que- rido llevarle. Acosta presume que estos cuerpos habian sido embalsamados con cierto betún , cuyas propiedades cono- cían los Indios. Garcilaso dice que no advirtió , al verlos , señales de ningún be- tún ; pero también confiesa que no los examinó con mucha atención , y que le pesaba mucho el no haberse informado cada por el Excelentísimo señor Marqués de Gri maldl para que entregase al Director del real Ga- binete D. Pedro Franco Davila , el cadáver de di- cho Guanche , con lo demás que hubiese pertene- ciente á historia natural en la Biblioteca real , í fin de colocarlo todo en el real Gabinete ; y en fecha de 2 de Octubre escribió D. Juan de San- tander al enunciado Director para que el dia si- guiente enviase por el cadáver , que en efecto se tra- xo y colocó el dia 3. Este cadáver , que se encontró en una de las cuevas del partido de Guimar (isla de Tenerife) que servian de panteones á los Guanches , y que debia ser de mucha antigüedad por haberse halla- do debaxo de otros innumerables cadáveres (á que se agrega que desde la conquista de la Isla , cesó de los medios que habian usado para con- servarlos ; añadiendo , que siendo Perua- no , las gentes de su nación no le hubie- ran ocultado el secreto , como á los Es' pañoles , en caso que no se hubiese olvi- dado este arte en el Perú. Como Garcilaso no tenia noticas cier- tas del modo de embalsamar de los Pe- ruanos , procura descubrirle por ciertas conseqiiencias ó inducciones : dice que el ayre es tan seco y tan frió en el Cuzco, que la carne se deseca como una made- ra , sin corromperse , y cree que se dese- carían los cuerpos en la nieve antes de aplicarles el betún de que hace mención el P. Acosta : añade , que en tiempo de los Incas se ponian al ayre las carnes des- tinadas para las provisiones de la guer- ra , y que quando ya habian perdido toda la humedad , podían conservarlas sin salar, ni recibir preparación alguna. Se dice que en Espitzberga , que es- tá entre los 79 y So grados de latitud, y por consiguiente en un clima suma- mente frió , apenas sucede á los cadáve- res enterrados de treinta años alteración alguna aparente : nada se pudre ni cor- rompe en aquel pais , y las maderas em- pleadas en la construcción de las barracas en donde se cuece la grasa de la ballena parecen tan frescas como si estuvieran re- cien cortadas. (2) Si un frió excesivo preserva los ca- dáveres de la corrupción , como se ve en los exemplos citados , no es menos cier- to que la sequedad que causa un gran calor produce el mismo efecto. Se sabe que los hombres y animales que están enterrados en los arenales de la Arabia, se secan prontamente , y se conservan mu- chos en ella la costumbre de depositar en cuevas á los moradores) se mantiene entero sin que le falte el mas leve ápice , y sin estar carcomido ni apolillado ; de suerte que es la mejor y mas bien conservada Mo- mia que se conoce , haciendo muchas ventajas á las de Egypto. Estaba envuelto dicho cadáver quan- do se encontró , en quatro mortajas de pieles de cabra , las dos mas inmediatas al cuerpo, (al que estaban sujetas con correas) de pieles de cabra ga- muzadas, y las otras dos con su pelo , que se man- tiene aun intacto. (1) Historia de los Incas Reyes del Perú, tom.I. pag. 181 y siguientes de la traducción francesa. (2) Colección de Viages hácia el Norte. Rúan 1716 , tom. I. pag. 1 53. ALA HISTORIA NATURAL. chos siglos , del mismo modo que si es- tuvieran embalsamados : se han visto mu- chas veces perecer caravanas enteras en los desiertos de la Arabia , o bien por los ardientes vientos que se levantan , y que rarifican de tal suerte el ayre , que con tan enteramente la respiración á los hom- bres y animales que transitan , ó bien por las arenas que los uracanes levantan á una altura prodigiosa , y esparcen á una gran distancia : estos cadáveres se conservan em teros , y se van encontrando con el tiem- po por alguna casualidad. Muchos Au- tores , tanto antiguos como modernos , ha- cen también mención de estos cadáveres. Shaw (i) dice haberle asegurado algu- nos , que habia un gran número de hom- bres , de asnos , y de camellos que se con- servaban desde un tiempo inmemorial en los arenales ardientes de Saibah , que es un lugar situado , según este Autor , entre Rassem y Egypto. Como la corrupción de los cadáveres no proviene sino de la fermentación de los humores , qualquier cosa propia para impedir o retardar esta fermentación . con- tribuye para conservarlos. El frió y el calor, aunque muy contrarios , producen el mismo efecto por la sequedad que cau- san ; el frió condensando y espesando los humores del cuerpo ; y el calor rarificán- doles , y acelerando su evaporación antes que puedan fermentar y obrar en las partes solidas. Pero es menester que estos dos extremos sean constantemente los mismos; pues si se pasáse alternativamente del ca- lor al frió , ó de la sequedad á la hume- dad , como sucede por lo común , suce- dería indispensablemente la corrupción. No obstante , hay en los climas templa- dos ciertas causas naturales , que pueden conservar los cadáveres , las que dima- nan de la calidad de la tierra en que están enterrados ; si ésta es desecante y astringente , sorbe toda la humedad del cuerpo ; y esta es la causa , á mi juicio, porque se conservan los cadáveres en la Iglesia de los Religiosos Franciscos de Tolosa , llegando á tal punto su deseca- ción , que se pueden levantar fácilmente con una mano. Historia Natural. Tom. I. (1) Viages de Shaw á muchas Provincias de Africa. La Haya , tom. II. pag. 79. 4° (2) Viages al Egypto , Palestina , é Indias Orien- LXXXIIL Las gomas , resinas , betunes &c. que se aplican á los cadáveres , les defienden de la impresión que recibirían en las mu- danzas de temple , y si ademas de estos ingredientes se depositase un cuerpo en la arena seca y ardiente , se reunirían dos medios muy poderosos para su conserva- ción. Por tanto , no es de maravillar lo que cuenta Chardin del pais de Coras- san en Persia , que es la antigua Bactra- na : dice que los cuerpos que ponen en la arena de este pais después de embal- samados , se petrifican , esto es , se ponen muy duros por la mucha sequedad , y se conservan muchos siglos ; se asegura que hay algunos de dos mil años. (2) Los Egypcios rodeaban de bendas los cadáveres embalsamados , y los encerra- ban en sus respectivos atahudes ; quizas con toda esta preparación no se conser- varían tantos siglos , si los hoyos o po- zos en donde los encerraban no tuvieran el suelo de una materia bolar y cretácea, incapaz de recibir humedades , y cubier- tos , ademas de esto , con arena muy árida, y de muchos pies de profundidad. Los sepulcros de los antiguos Egyp- cios subsisten hoy en dia ; la mayor par- te de los viageros han hecho la descrip- ción de los de la antigua Menfis , y han visto en ellos várias Momias : se ven á dos leguas de distancia de las ruinas de esta gran Ciudad , á nueve leguas del Gran Cairo por el lado del mediodía , y á tres quartos de legua de la población de Sjccara o Zaceara , y se estiende hasta Jas pirámides de Faraón , distantes dos leguas y media. Estos sepulcros están en unos cam- pos cubiertos de una arena movediza de color amarillo , y muy fina ; el pais es árido y montuoso , y las entradas de los sepulcros están llenas de arena : hay mu- chos de ellos abiertos , pero aun que- dan bastantes por descubrir ; la dificul- tad está en encontrarlos en unas llanu- ras que se pierden de vista. Los habi- tantes de Saccara no tienen otro recur- so ni otro comercio en sus desiertos , que buscar Momias para venderlas á los ex- tranjeros que se hallan en el Gran Cai- ro. Pedro del Valle , (3) queriendo ba- L 2 xa 1 tales &c. , tom. I. pag. 332 y siguientes, (3) Ibid. INTRODUCCION lxxxiv xar á un sepulcro que no hubiese aun sulo abierto , se determino a tomar tia- bajadores de Saccara , y á ir con ellos para hacerles trabajar en su presencia , en lugares en que la arena no habia es- tado revuelta ni meneada ; pero quizas hubiera perdido mucho tiempo en este descubrimiento meramente casual , si uno de los trabajadores no hubiera encontrado de antemano lo que él buscaba. Quando se ha apartado la arena , se encuentra una abertura pequeña quadra- da de diez y ocho pies de profundidad, y hecha de modo que se puede baxar poniendo los pies en ciertos agujeros pues- tos unos enfrente de otros ; esta especie de entrada ha dado el nombre de pozos á estos sepulcros ; están cavados en una especie de piedra blanca y tloxa , que se encuentra en todo este pais , á algu- nos pies de profundidad de la arena , pe- ro los menos profundos están á quarenta y dos pies de distancia. Quando se ha baxado al fondo , se encuentran otras aber- turas quadradas , y algunos pasages de diez o quince p:es , que conducen á unas sa'as de quince ó veinte en quadro. (1} Todos estos espacios están baxo de bó- vedas , poco mas o menos como las de las cisternas , porque están cortadas en la cantera : cada uno de los pozos tiene va- rias salas y grutas, que tienen comunica- ción unas con otras, lodos estos sepul- cros ocupan el espacio de cerca de tres leguas y media baxo de tierra , y por eso llegaban hasta la misma ciudad de Menfis -. son poco mas o menos como los hoyos de las canteras que se han cava- do en las cercanias de París , y aun en muchos parages de esta Ciudad. (2) Hay algunas salas de estas , cuyas pa- redes están adornadas de figuras y de ge- roglificos ; en otras las Momias están en- cerradas en sepulcros cavados en la pie- dra al rededor de la sala , y cortados en forma de hombre con los brazos abiertos. Se encuentran otras Momias , y son las mas comunes , en unos cofres de madera, ó en tinos paños empapados de betún : estos coíres o cubiertas están cargados de muchas especies de adornos ; tienen tam- bién varias figuras , como la del muerto y otras , y algunos sellos de plomo , so- bre los quales se ven diferentes graba- dos. Hay algunos cofres de estos corta- dos en figura de hombre , pero no se co- noce sino la cabeza ; lo demas del cuer- po está todo unido , y termina en pedes- tal : otras figuras tienen los brazos col- gando , y en esto se conocen las Momias de las personas de carácter ; están colo- cados en varias piedras al rededor de la sala. Hay otros en el medio , puestos so- lamente en el suelo , y menos adorna- dos , los que sin duda serán las de las gen- tes de inferior carácter , o las de los cria- dos. En fin , en otras salas están las Mo- mias esparcidas por la arena. Se encuentran Momias que están echa- dos boca arriba , (3) la cabeza al tado del norte , y las dos manos sobre el vien- tre : las bendas de lino con que están ro- deadas tienen mas de mil varas de largo: y por eso dan un gran número de vueltas al rededor del cuerpo , empezando por la cabeza y acabando por los pies ; (4) pero sin tocar al rostro. Quando este que- dó descubierto , se reduce á polvo luego que le toca el ayre libre. Para que la cabeza se conserve entera , es necesario cubrir el rostro con una cubierta pequeña de lien- zo , aplicada de manera que puedan dis- tinguirse la forma de los ojos , de la nariz y de la boca. ( porque en el hibierno es en- teramente blanco. Aunque menos común que la comadreja , no dexa de hallarse el armiño con bascante freqúencia en ios montes viejos, y algunas veces en el hiiier- no en los campos inmediatos a les bosques. Es car- nicero , y parece que prefiere la carne corrompida a qualquiera otra. La piel del armiño es mucho mas hermosa , y de un blanco mas puto que la del co- nejo, blanco \ pero amarillea con el tiempo , y aun los armiños ele este clima tienen siempre una ligera tinta amarilla. Los armiños son muy comunes en todo el Nor- te , especialmente en Rusia, Noruega y Lapci ia, donde son como en todas partes, rovos en el ve- rano , y blancos en el hibierno. Alimencanse de una especie de ardillas paraas , y de otra ue ratas muy abundante en Noruega y en Laporia : son ra- ros en los países templados, y no se hallan en los cálidos. El armiño en lacin bcrmcliamts , animal berttti- neum.es la mustilaaíba de Gesnero; mustela cauda api- c entro de Lineo; mustela •armelúna de Klein; mustela candida , sive animal bcrmincum recenúmtm de Rav. ARGU-HARISI. En algunas provincias de Indias es el rinoceronte, léase Rinoceronte. ARUCO. En algunos parages de las Indias Es- pañolas es el cachicamo ¡ especie de armadillo . Vease Armadillo. ARUGHEUN. Animal que dice la antigua Ency- clopedia es muy semejante á el castor , á excepción de que vive en los ¿ruóles como ¡as ai dilia:. Es di- fícil el amontonar mas disparates en dos lineas. Un animal todo semejante a el pesado castor , habitan- te del agua , que apenas arrastra por la tierra , y que como la ligera ardida vive en io alio de los ar- boles , saltando ágilmente por sus ramas. No pon- gamos iguales inconseqüencias á cuenta de la natu- raleza, pues pertenecen todas á la ignorancia , á la inadvertencia y a la taita del discernimiento del na- turalista. ASNA. La hembra del Asno. Veas e esta voy. ASNILLO. El hijo del asno y de la borrica. Vease Asno. ASNO, (el) Doméstico , paciente , laborioso y sobrio , cuyos servicios, menos lucidos que ios del caballo , no son por esto menos esenciales , y que, como todo io que es simple, y modestamente u.il, es el objeto de nuestros injustos desprecios. Li as- no no es un caballo bastardo como le han querido hacer algunos metodistas : los caracteres de confor- midad que estos animales tienen entre sí , ni aun la mezcla del uno, y ael otro individuo, no cons- ti ujen una misma especie , porque ts.os caracules, de semejanza , comparados con otros caracteres consti.tiven tina diferencia muy perceptil le ; y su coro ha producido jamas una especie común , ni aun una especie media que pueda renovare. Pease el articulo Macho mular. El asno tiene ia cada pequeña, la cabeza gruesa, las ortjas largas , la piel dura , la crla despoblada de cerdas, y los remos seros y limpios : es por su natural , humilde , tan paciente , tan tranquilo quan- to ASN to el caballo es fiero , ardiente é impetuoso : sufre con constancia los castigos y los golpes : es sóbiio en la cantidad , y la candad de la comida : se con- tenta con las yerbas mas duras y mas desagradables, que los otros animales le dexau y no quieren co- mer. Es solamente delicado para el agua ; no quie- re beber sino de la mas clara , y en los arroyos que le son ya conocidos ; por lo demas bebe tan sobriamente como come , y no hunde las narices por el miedo , según dicen, que le causan sus ore- jas; en el agua misma se revuelca muchas veces so- bre les céspedes, sobre los cardos y sobre el helé- cho , y sin cuidarse mucho de lo que le hacen portear y trabajar ; pero no se mete como el caba- llo en el lodo y en el agua , porque teme y se re- cela ele mojarse los pies; por eso hace rodeos para evitar el lodo : es capaz de educación , y no obs- tante su mala lama , en materia de ciencia , se han visto algunos asnos bastante instruidos para servir de diversión al pueblo. El pollino o el buche , es alegre , y aun bastan- te bonito ; tiene gentileza , pero ia pierde muy presto , ya sea por la edad ó por ios malos trata- mientos que sutre : se vuelve perezoso , indócil, testarudo , y digámoslo asi , muy bestial ; no es fo- goso sino para el placer , y es en esto tan furioso, que nada es capaz de detenerle , y se han visto a estos animales excederse tanto en este punto , que algunos han muerto pocos instantes después. Co- mo ama con una especie de furor , tiene también por su progenitura un amor extraordinario y pa- ternal. Plinio nos asegura , que luego que separan la madre de su hijuelo , atraviesa las hogueras y las Llamas para ir á regocijarse con él. El asno se afi- ciona tanto a su dueño , aunque ordinariamente sea maltratado de él , que le siente y huele de lejos, y le distingue de todos los demás hombres : reco- noce también los sidos y parages que tiene costum- bre de habitar , y los caminos que ha freqüentado: tiene los ojos buenos , el oído muy fino , y el ol- fato admirable ; sobre todo para los corpúsculos de la borrica. Siempre que se le carga en demasia ma- nifiesta su quebranto , inclinando la cabeza , y ba- xando las orejas : quando se le atormenta mucho abre la boca , y retira los labios de una manera muy desagradable , y que le da un ay re falso, bur- lador é irrisorio. Si se le tapan los ojos está inmó- vil , y quando está echado de lado , y se le colo- ca la cabeza de modo que le quede el ojo apoyado sobre la tierra , y que se le cubra el otro ojo con una piedra , ó un pedazo de madera , subsiste en esta situación sin hacer el menor movimiento; ca- mina , trota , y galopa como el caballo ; pero to- dos sus movimientos son cortos , y mucho mas len- tos que los de este ultimo animal ; aunque pueda desde luego correr con bastante ligereza , no pue- de hacer mas que una carrera corta , y sobre todo genero de marcha que se ponga se halla muy pres- to rendido y fatigado. El asno rebuzna por un gran grito muy largo, muy desagradable , y discordando por disonancias alternativas del tono agudo al grave , y del grave al agudo : ordinariamente no rebuzna sino quando está hostigado de zelo ó de hambre ; la bonica tie- Historia Natural. Tom. I. ASN n ne Ja voz mas clara , y el asno capón no rebuzna si- no a sumisa voz , y aunque parezca que hace ios mismos esfuerzos y movimientos de garganta que el asno entero , nunca se hace sentir tan lejos co- mo él. De todos los animales cubiertos de pelo , es el asno el que es menos propenso á la porquería : ja- mas tiene piojos este animal , lo que depende , sin duda, de la dureza y sequedad de su piel ; y por es- ta misma razón es mucho menos sensible que el ca- ballo á el látigo , á la espuela y á las picaduras de las moscas. Sus dientes incisivos caen , y se renue- van en el mismo tiempo , y con el mismo orden que los del caballo ; asi pues se conoce por los dien- tes , y sin ninguna diferencia , la edad , ó los anos que tienen uno y otro animal. Desde la edad de dos años , el asno está en es- tado efe engendrar ; la hembra se anticipa al ma- cho, y es igualmente lasciva : y esta es la razón porque ella es muy poco fecunda , y aun casi nun- ca sería fructuoso su coito , sino se tuviese cuidado de quitarla prontamente la irritación del placer, dándola palos , y latigazos para calmar sus convul- siones amorosas. El tiempo mas ordinario de la ca- lor de la bornea es el mes de Mayo , y el de Junio: luego que se hace preñada la cesa incontinente el calor , y ai décimo mes se le nota ya la leche en las tetas : pare al doce , y muchas veces se hallan en el licor del amnios algunos pedazos sólidos se- mejantes al hipomanes del pote o : siete dias después del parto vuelve la borrica á entrar en calor , y se halla ya en estado de recibir al burro , de suerte que ella puede , digámoslo asi, continuamente en- gendrar y criar sus hijos. No pare ordinariamente mas que uno , y tan raramente dos , que apenas se ve exemplar de esto. Al cabo de cinco o seis me- ses , se puede ya destetar al buche , y esto es aun necesario siempre que la madre esta preñada , para que mejor pueda nutrir su feto. El asno garañón se debe escoger entre los ma- yores , y mas fuertes de su especie ; es menester que tenga tres años a lo menos , y que no pase de diez. Debe tener largas las piernas , el cuerpo ro- busto , la cabeza alta y ligera , los ojos vivos , las narices gruesas , el cuello algo largo , el pecho an- cho , el lomo carnoso , las costillas anchas , la gru- pa quadrada, la cola corta , el pelo brillante, suave al taito , y de un color todo obscuro. El asno puede vivir veinte y cinco , ó trein- ta años , y se pretende que las hembras viven ordi- nariamente mas que los machos ; pero esto quizá depende de que estando casi siempre preñadas , no están tan maltratadas como los machos , á los que se estropea continuamente á fuerza de trabajo y de golpes. Duermen menos que los caballos , y no se echan para dormir , sino quando han tenido mucha fatiga. El asno garañón dura también mas tiempo que el caballo padre ; mientras mas viejo , mas ardien- te parece y amoroso , y en general , la salud de es- te animal e^ mucho mas firme que la del caballo , porque no es tan delicado ni propenso , con mucho, a un tan grande numero de enfermedades. Si se considera á este animal menudamente, pa- recería no ser otra cosa que un caballo bastardo : la perfecta similitud de conformación en el cerebro, B i cu 12 ASM en los pulmones, en el estómago, en el canal in- testinal , en el corazón , en el hígado , en las otras entrañas, y la grande semejanza del cuerpo, de las quatro piernas , de los pies y de todo el esque- leto , parecen fundar esta opinión ; podríanse atri- buir las cortas diferencias que se hallan entre estos dos animales á la influencia muy antigua del clima, del mantenimiento , y á la succesion fortuita de muchas generaciones de caballos chicos silvestres, medio bastardos , que poco a poco se hubiesen aun degenerado mas , y se hubiesen con el tiem- po degradado quanto es posible ¿ imaginable , y al fin hubiesen producido a nuestros ojos una espe- cie nueva y constante , ó mas presto una succesion de individuos semejantes todos, constantemente de- fectuosos, de un mismo modo , y bastante diferen- tes de los caballos , para poder ser mirados como animales que forman otra especie diversa. Lo que parecería aun favorecer esta idea , es que los caballos varian mucho mas que los asnos en el color de su pelo , ó de sus capas; que por con- seqüer.cia ha mas tiempo que es.an domesticados, pues que todos los animales domésticos varian en el color , mucho mas que los animales silvestres de la misma especie ; que la mayor parte de los ca- ballos silvestres , de que hablan los viageros , son pequeños , y tienen como los asnos el pelo rucio, la cola desnuda de cerdas erizadas en su extremo; y que hay caballos silvestres , y aun caballos domésti- cos que tienen la veta negra sobre el lomo, y otros caracteres que los alejan aun de los asnos silvestres y domésticos. Por otra parte , s'i se consideran ¡as diferencias del temperamento, del natural, de las costumbres; en una palabra, dei resultado entero déla organiza- ción de estos dos animales ; y sobre todo , la impo- sibilidad de mezclarlos para hacer de ellos una es- pecie común , ó aun una especie intermedia , que pueda renovarse , se podía creer con mas funda- mento que estos dos animales, son cada uno de una especie tan antigua la una como la otra ; y ori- ginariamente tan diferentes, como lo son en el c.ia, tanco mas quanto el asno no dexa de diferir mate- rialmente del caballo por la pequeñez de su cuerpo, por el tamaño de su cabeza , por la dureza de su piel , desnudez de su cola y forma de la grupa ; y también por las dimensiones de las partes próximas a la misma grupa ; por la voz , por el apetito y por la manera de beber , &c. Hay entre los asnos diferentes razas , como en- tre los caballos , pero se conocen menos , porque no se les ha cuidado ni seguido con la misma aten- ción. Unicamente 10 puede casi dudarse que estos animales no sean originarios de climas cálidos i por- que son tanto mas pequeños y menos fuertes , quan- do los climas donde nacen son mas frios. Parece ser vinieron primeramente de Arabia, y haber pa- sado de este país a los demas. En los climas suma- mente cálidos, como las Indias y en Guinea , son mayores, mas fuertes y mejores que los caballos del pais. Están muy estimados en Madure , donde una de las mas considerables y nobles Tribus de la In- dia le reverencien particularmente , porque creen que las almas de los nobles pasan al cuerpo de los asnos, Chardin dice , que hay dos géneros de as- ASN nos en Persia , y que los que se crian allí son len- tos y pesados, y no sirven mas que para la carga. Hay también otra raza de asnos de Arabia , que son unas bes.ias muy bonitas y graciosas , y pue- den pasar por los primeros asnos del mundo : tie- nen el pelo pulido , la cabeza alta , sus remos li- geros y con buen meneo : caminan bien, y no ha- cen uso de ellos sino para la silla ; las sillas que les ponen son como albardas redondas y planas , por encima con cubiertas de paño o de tapiz , y con arneses y estribos : se sientan sobrp ellos, mas cer- ca del anca que de la cruz : hallanse de estos asnos buenos que se compran hasta mil y seiscientos rea- les : y no se podria lograr uno de ellos menos de veinte y cinco doblones : les piensan y limpian co- mo a ios caballos , y no les enseñan otra cosa que a caminar á paso de andadura , por medio de Jas trabas que las hacen de algodón , y a la ‘medida del paso del asno , y las quales suspenden por urfa cuerda que aseguran en la cincha al lado de los es- tribos : una especie de picadores les montan , y doctrinan por tarde y por mañana , y les exerci- tan en este genero de paso : hiendenles las narices con el fin de darlos mas aliento , y libertad en la respiración , y caminan tan velozmente , que es preciso galopar con un caballo para seguirlos. Hallanse los asnos en mayor cantidad que los caballos en codos los paises meridionales , desde el Senegal hasta la China. Hay en el Levante, y en la parte Septentrional del Africa una bellísima raza de asnos , que, como la de ¡os mejores caballos, es originaria de Arabia; es- ta raza difiere de la común por lo grande de su cuerpo , pór la ligereza de los brazos y piernas , y por lo reluciente del pelo. Estos asnos son de un color uniforme , el que comunmente es un cenicien- to hermoso , con una cruz negra sobre los brazue- los y lomo ; algunas veces son de un ceniciento mas claro, y con una fáxa blanca sobre la cruz. Es- tos asnos de Africa y de Asia , aunque mas hermo- sos que los de Europa , salen igualmente onagros ó asnos monteses. Veasé Onagro. No se han encontrado asnos en la América; pe- ro los que los Españoles transportaron allí de Eu- ropa , multiplicaron muchísimo , y se hallan en muchos parages de aquella parte del mundo asnos , que se volvieron con el tiempo silvestres , que van en manadas , y se cogen en ios lazos como los ca- ballos silvestres. Los asnos silvestres , ya sea que se hayan vuel- to á este estado , o que pertenezcan á la raza pri- mitiva , se hallan igualmente en algunas islas del Archipiélago , y particularmente en la de Cirilo, en Persia , en la India y en ios desiertos de la li- bia , y de la Numidia. Estos animales son tordos en este pais ; y corren con tanta velocidad , que no hay sino Jos caballos bárbaros que puedan alcan- zarlos en la carrera. Luego que ven algún hombre, dan un grito ó chillido , disparando un par de co- ces al ayre , y parándose de golpe : y no huj en si- no quando se les aproximan, be les coge en las redes y lazos que se les prepara , y comen la carne de estos animales los naturales del pais : no podemos decir si esta carne es buena ; pero lo seguro es, que la del asno doméstico es malísima , y mas desagra- da- ASN dable é insípida que ja del caballo. Galeno dice que o un alimento pernicioso , y que engendra enfer- medades. La leche de la borrica, al contrario , es un remedio probado y específico para ciertos males: y para tenerla de buena calidad, es preciso escoger tina bonica nueva , sana , gorda , y que haya pari- do poco tiempo antes, y que no haya estado cu- bierta después. Se la ha de epatar el buche que la mama , y tenerla bien limpia, y bien mantenida de heno , avena , cebada , paja y de yerbas , cuyas calidades salutíferas , puedan influir sobre la enfer- medad. Ha de tenerse cuidado de no dexar enfriar la leche antes de tomarla , y aun de no exponerla al ayre , porque uno ú otro descuido la echa a per- der en poco tiempo. La piel del amo sirve para hacer cribas , parches de tambores , zapatos y zapa , cuero preparado; y los antiguos hacían flautas de los huesos del asno, y las hallaban mas sonoras que todas las demas. El asno es quiza de todos los animales el que, con proporción á su estatura , puede llevar ma- yor carga. Como no cuesta casi nada el man- tenerle , y no pide , digámoslo asi , cuidado algu- no , es de una grande utilidad en el campo , en el molino, &c. : puede servir también para montar, y todas sus marchas son sumamente cómodas y sua- ves , y tropieza menos que el caballo. Se le pone muchas veces al arado en los paises donde el ter- reno es ligero , y su estiércol es un abono exce- lente para las tierras que son fuertes , y tienen hu- medad. Asno montes. Vease Asno, y Onagro. Asno rayado. Nombre dado á la cebra, Vease Ce- bra, ASSAPANICK. En algunas partes del Norte del Ouest de la América es la / olatuca , ó ardilla 'volan- te. Vease Polatuca. ** Asta, El tronco principal de la cuerna del venado , gamo , ó corx.o. ** Atalayas. ( mont .) Los cerros altos y acomo- AZU 13 dados para ver las querencias de las reses, * Atraiiíar. (mont.) Llevar el cazador el per- ro Por h trailla , y encaminarle á donde está la ca- za para que la atraille ó siga. ATTAVSOAK. Nombre que dan en Groelandia á una especie de foca , notable por una mancha blanca que tiene en la piel en forma de media lu- na. Vease Foca de media luna. AUARE. En la Guayana es el didelfo. Vease esté artículo. AUCHA. Algunos viageros llaman asi al di- delfo. Vease Didelfo. AUROCO. Este nombre tiene mucha relación con la voz latina urus , y ambas significan la espe- cie de toro silvestre , que en otro tiempo poblaban los bosques de la Gemíanla, y que aun hoy dia se conocen en Moscovia con este mismo nombre de aurocos. Lo que los antiguos nos dicen del gran ta- maño , de la ferocidad y fuerza indomable del urus, conviene perfectamente a el auroco ó toro silvestre; porque en el estado de libertad todos los animales son mas fieros , mas atrevidos y mas robustos ; y en efecto los aurocos que se halian todavía en los bosques del Norte, son en extremo feroces, y su caza tan peligrosa como lo era la del urus , ral co- mo la describen los antiguos : sin embargo, los au- rocos nuevos , quitados de la madre , se domesti- can hasta cierto punto , y producen con las vacas domésticas; lo qual , junto con la entera semejan- za en la conformación , no puede dexar duda de que sean de la misma especie. Vease el artículo del Buey. AUSQUOI. (el) De la parte mas Septentrionaf de América es el canbit ó reno. Vease Reno. ** Ayre encima, (mont.) Vease Pico a viento. AZUFA. Nombre baxo con el qual parece que al- gunos han indicado la hiena. Vease esta voz. Azuzar, (ca^a.) Es asegurar y animar los perros con la voz ó corneta , para que persigan la res, t BA- i4 BAB BAL 53aBIROESA, En las Indias Orientales es la Ai - bírusa. V case el articulo siguiente. BABIRUSA. (el) Todos los Naturalistas han mi- rado este animal como una especie de cochino ó ja- valí •, sin embargo , ni tiene la cabeza de uno ni otro , ni la cola , el tamaño , ni el pelo ; tiene las piernas mas altas , y el hocico mas corto : está cubierto de un pelo corto , y suave como la lana, y su cola remata con una greña de esta lana : tam- bién tiene el cuerpo menos pesado y gordo que el codo : el color del pelo es pardo , con mezcla de roxo y algo de negro 1 sus orejas son cortas y pun- tiagudas. El caraCtcr mas notable , y que distingue también la babínesa de todos los demas animales es , que tiene quatro enormes dientes ó colmillos, de los quales , los dos mas cortos, salen como los del javalí, de la quixada inferior , y los otros dos, que son mucho mayores , de la quixada superior, atravesando los labios , y se extienden en arco has- ta encima de los ojos. Estos dientes son de un mar- fil muy bello , mas limpio , mas fino , y menos du- ro que el del dejante. Las hembras , según dicen, carecen de los colmillos de la quixada superior. Es- tas dos navajas superiores no son cuernos , como han pretendido algunos Zoologistas , las quales to- mando la dirección de las encaxaduras de ios dien- tes de la quixada superior hacia abaxo por un ca- rader esencial , concluyen en la dirección contra- ria de estas dos navajas en la babhusa , que deben ser miradas como cuernos , y no como colmillos; pero esta dirección no nos parece otra cosa sino una singularidad , que no puede mudar la naturale- za de la cosa , ni hacer un falso cuerno de marfil de un verdadero colmillo. Estas enormes armas defensivas dan a estos ani- males un aspeólo formidable ; sin embargo son tal vez menos peligrosos que nuestros ¡avahes. Van en manadas, y tienen un olor fuerte que los descubre, y hace que los perros los persigan con buen éxito. Gruñen terriblemente , se defienden y hieren con las navajas inferiores , porque los superiores los perjudican mas que les sirven ; aunque rudos y fe- roces se domestican fácilmente. Su carne , que es muy buena de comer, se corrompe en muy poco tiempo : como tiene el pelo fino , y el pellejo del- gado, no resisten á el diente de los poros , los qua- Tes ios cazan con mas gusto que á los ; avahes , y lo consiguen fácilmente. Se agarran á las ramas con los dientes de arriba , para descansar la cabeza , ó para dormir de pie. Caminan ligeramente , tienen el olfato muy fino , y se ponen derechos algunas veces contra los arboles , para descubrir de lejos los perros y los cazadores. Nadan larguísimo tiem- po con facilidad , y se zabullen para evadirse del riesgo ; quando se ven perseguidos mucho tiempo sin cesar, corren á echarse en el mar , y por este medio se libertan freqiientísimamente de los caza- dores. Esta especie se halla en las regiones meri- dionales de Africa y Asia. La Baeirusa es la babirroesa de Francisco Va- lentín , y el javalí de Indias de Brisson. BACKELEYS. Entre losHotentotes, son los bue- yes con corcova , de los quales se sirven para guar- dar los ganados , porque son mas animosos é in- teligentes que los otros. Vease Buey. Balar. v. a. Balido, s. m. Voz de las cabrast ovejas y carneros. Quando un cordero bala , le oye y le responde la oveja madre , aunque esté distante, y sea muy crecido el rebaño. El balido de las cabras es mas fuerte y grave que el de los carneros. Estos balan mucho quando salen por la mañana del esta- blo , y por la tarde quando vuelven. *’ Balitadera. ( moni .) Instrumento hecho de un trozo de cana hendida por la parce del nudo, que tocándola con la boca imi.a la voz del gamo nuevo , con lo que acude la madre á el engaño. Ve ase Cazar a Gamitado. BALLENA, (la) Es el mayor de todos los ani- males , y el primero del genero de los cetáceos. El cuerpo de la ballena es de enorme tamaño , y tiene setenta, ochenta, y has.a cien pies de largo, con casi otro tanto de circunferencia por la parte mas gorda , que es cerca de la cabeza , Ja qual ocu- pa casi una tercera parte de su longitud total. La abertura de la boca es de cerca de veinte pies , y las quixadas no están armadas de dientes , sino guarnecidas de unas hojas largas y anchas , de una especie de cuerno negro , flexible , elástico , que rematan por las orillas a manera de cerdas de ja va- lí. Estas hojas , llamadas barbas (vease esta palabra ) sirven á la ballena como de rastrillos grandes , con los quales va recogiendo sn sustento en el fondo del mar , el qual no consiste en peces ; porque es- te grande y prodigioso animal , la mayor mole animada que ha criado Ja naturaleza , se alimenta solamente de animalitos marinos , y en particular de una especie de insedo muy pequeño, pero abun- dantísimo en el fondo de algunos inores, especial- mente de los del Norte. Los pescadores Olande- ses han llamado a este insedo vealjischaas , alimen- to ó pasto de la ballena. Es imposible adivinar la cantidad de esta especie de alimento , que es nece- saria p2ra sustentar y mantener el cuerpo monstruo- so de una ballena. No porque al recoger este alimento no (ragua también en su ancho abismo diferentes peces ; pe- ro parece que no los busca , ni caza , excepto una ballena de otra especie que los come amillares; y todos convienen generalmente en que la grande y verdadera ballena , propiamente asi liamaca , ó Ja ballena con barbas , Le quien vamos hablando, so- lo vive de insedos marinos. Su lengua es ue una substancia crasa , y tan blanda , que quando Ja saca fuera de la boca , no puede volverla a meter : los ojos son extremamente pequeños para un cuerpo tan grande , y están separados diez y ocho ó veiu- te pies uno de otro : están cubiertos de párpados, guarnecidos de cejas como en los animales terres- tres tres. No tiene oreja exterior ; pero quitado el epi- dermio , se distingue una mancha negra detrás del ojo , que señala el conduóto del oido ; y sin em- bargo de este corto aparato en el órgano , tiene el oido muy perceptible. En la cabeza tiene un canon abierto , por el qual respira el a) re y arroja el agua con una fuerza y un ruido prodigioso : en los Jados del cuerpo , cerca de la cabeza , tiene dos aletas grandes ó remos anchos , de seis á ocho pies de largo; la cola, que está extendiua horizontalmente, es tan grande y tan fuerte , que dando un golpe con ella, dicen que trastorna un natío pequeño, lodo el cuerpo de este animal esta cubicrco de un pellejo muy duro , de color negro , liso y sin pelo algu- no •, pero muchas veces está lleno de pequeños tes- táceos que se pegan a él , y multiplican como en una roca. La ballena en su forma exterior , y en el toca! de su figura, presenta la de un monstruoso pez con cuerpo hinchado, hocico redondo, y cola cortada, en figura de dos medias lunas ; pi.ro en lo interior ofrece su organización todo el armazón de un enor- me quaüi úpedo , como pegado y cosido en la piel de un pez; no tiene ra pas, sino huesos verdaue- ros , cuya substancia es a la verdad mas membra- nosa , y menos compadta que la de los huesos de los quadrúpedos terrestres, pero sin embargo es de la misma naturaleza. En este armazón de los hue- sos de la ballena , se distinguen las costillas articu- ladas y formadas dd mismo modo que las de ios animales de la tierra ; se observan acuellas que sos- tienen y mueven los remos ó aletas , que asi por su estructura , como por el uso que de- ellas hace para abrazar y llevar su ballenato , parecen brazos; otros conocimientos mayores que los que hasta ahora tenemos sobre la organización interior , y la afección de estos grandes animales, nos ofrece- rían sin eluda , asi un por menor mas circunstat .cia- do , como una analogía mas completa. En la Encyclopedia antigua , en el artículo ballena , leemos , que el año de iiSzo. se encontró cerca de la isla de Córcega , una ballena que tenia cien pies de largo. Se sac-ron de ella treinta y cin- co mil libras de gordo , y fue necesario ei esfuerzo de diez y siete hombres , para sacar del cuerpo de este animal d intestino , cuya capacidad era tan grande que podía contener un hombre a caballo. El espinazo se componía ue treinta y dos vertebras. Esta ballena era hembra , y estaba preñada ; se sa- có el feto que tenia treinta, pies de largo , y pesa- ba mil quinientas libras. Por enormes y excesivas que sean estas propor- ciones , todavía las han dado mucho mayores a las ballenas, y ha habido viageros que excediéndose en sus exageraciones, han dicho haber visto en el mar de la China ballenas de novecientos pies de largo; otros las han comparado á islas y escollos ; y de aqui ha nacido sin duda, entre los pescadores dd Norte , la iuea de su kraken ó pez montaña , que di:en se levanta efectivamente del fondo del mar tomo un escollo , y a- rae á sus hijares una infini- dad de animales marinos que vienen a vivir en ellos. Por mas excesivas que sean estas relaciones. Jo cier- to es , que las ballenas que se pescaban en el Nor- te en los primeros tiempos de la pesca , eran mu- cho mayores que las que se cogen ahora ; sin du- da porque eran mas viejas, pues apenas se pueden poner limues a la vida de estos grandes animales. i.a ballena no produce mas de un ballenato en cada parto ; y le tiene y transporta entre sus remos o brazos : para darle de mamar se echa de lado en la superficie del mar , y ei hijo se agarra a las tetas, que están colocadas en los lados cíe la vul- va , y tienen diez o doce puigaaas de diámetro , y siCit a ocho de largo en el lempo que la ballena cria. Dicen que su leche se parece a la de vaca. Se- gún Al. Dudtey {tnans. Pnhos. num. 337,) dura su puñado uiez meses , y su ayuntamiento no tiene lugar sino de dos en dos anos. El órgano del ma- cno tiene cerca de seis pies de largo, y siete u 0J10 pingadas de diámetro por su raíz , y una sola por su extumo ; la parte natural de la hembra es semejante a la ue los quadrúpedos. Los pescadores de Groenlandia aseguran , que estos grandes anima- les en su ayuntamiento se levantan perpendicular- mente en el agua, apoyándose con lacoia, y abra- zándose con sus reinos o brazos, Dudlev pretende al contrario , que la hembra reciñe a el macho echada, iamoien aseguran qut el macho y la hem- bra heles uno a otro viven en sotieuad, y no se sepaian nunca, los excrementos de la baile,. a son de un color roxo que se acerca al bermellón , y no tienen ningún mal olor : los pescadores ios reco- gen a. ganas veces p^ra unir las veias de un color roxo hermoso , üas.an.e permanente. La ba.iena camina por medio de su cola , y es cosa espantosa el ver con que ligereza se mueve en oí mar cs.a disforme r.usa. Las aie.as ó brazos so- lo its sirven pura uuigirse y andar tic jaco. Su dis- foitne tamaño les estorba acercarse á las costas , y es preciso irías a buscar a ios aoismos del mar del bolo , hacia bpi.zberg , Grotianüia , y el Estrecho de Davis. Aunque la pesca de la ballena es tan útil , se pasaron algunos siglos antes que los hombres se hu- vie.en atrevido a intentarla. Los Bascos fueron los primeros que la emprendieron hacia ei sigio xv., y cjue animaron a ios demas pueblos marítimos de Europa a esta pesca peligrosa : para ella se necesi- tan un cierto numero de chalupas guarnecidas de arpones y lanzuS , y de una gran cumulad de cuer- das. ti arpón es un instrumento de hierro ligera- mente templado , de tres pies de largo , con un mango o as. a de madera de seis pies , mas gordo arriba que abaxo , y hueco hasta ia mitad para cn- caxar en él c-1 hierro. La punta del arpón es uLn- gu.ar ,• y tiene la figura de ui.a hecha. Estando en ia parte de abaxo ei peso del burro , de quaiquier modo que se arroje ei arpón siempre cae de punta. A este hierro se ata cerca del mango una cuerda de seis a siete brazas de largo , y una pulgada ce gordo ; deje ser del cánaino mas suave y tmo , y no ha de estar embreada ; se enrosca para que no detetiga ei arpón quando se arroja. Esta cuerda se une a otra que debe haoer en la otra punta átl ar- pón, para seguir al pez en su fuga : esta ultima de- be ue es.ar bien embreada , y ha de ser de un cá- ñamo áspero , y mucho mas gorda y fuerte que la otra. Las lanzas han de tener quatro pies de largo, 1 6 BAL y mangos de madera de a ocho , y sirven para aca- bar de herir la ballena , quando aparece sobre el agua después de haberla tirado el arpón. Llegado el navio al parage donde debe hacerse la pesca , permanece á la vela , y cuelgan al rede- dor las chalupas armadas. Un marinero se pone de centinela en lo alto dd mástil de gavia , y luego que percibe alguna ballena , grita ; (este grito era en lengua Basconelatia baila , baila) y al instante el eqaipage se arroja á las chalupas, y va a fuerza de remos á alcanzar la ballena. El que debe lanzarla el arpón ha de estar en la delantera de la chalupa, teniendo el arpón en la mano derecha , vuelta la punta á la izquierda con la primera cuerda de las dos a que está atado. Quando están en proporción y cerca de la ballena, se levanta el que tira el ar- pón y arroja su instrumento , procurando herir al animal en ios parages mas sensibles , como son de- baxo del oido , en la mayor parte dd lomo , y en las partes de la generación \ porque no todas las partes del cuerpo de la ballena ceden igualmente á el arpón : la cabeza en especial es la menos sensi- ble , porque sus huesos son muy duros, y tiene po- co gordo , y por eso es esta la parte que el animal expone con mas freqiitncia á el golpe del arpón. Quando la ballena se siente herida , huye y se zabulle en el mar : entonces se desfila la cuerda, procurando desfilarla dtreéfamente por el medio de la chalupa , la qual sin esta precaución sería infali- blemente trastornada. Según que la ballena se za- bulle, se le da mas cuerda ; y st la chalupa no tiene bastante , se toma de las demas. El que tira del ar- pón , moja sin cesar con una esponja el borde que la cuerda frota , por temor de que un movimiento tan rápido no encienda fuego , mientras que un ma- rinero experimentado , que debe estar atras para gobernar la chalupa con el remo , observa de qué lado desfila la cuerda , y se arregla por su movi- miento. También se ha de procurar no soltar de- masiado la cuerda á las ballenas que huyen al nivel del agua , porque agitándose podrian engancharla en alguna roca , y hacer saltar el arpón. De tiem- po en tiempo se tira la cuerda , para conocer por su tiesura el grado de fuerza que le queda á el ani- mal. Quando está floxa , y no hace ya inclinar la delantera de la chalupa , se piensa en retirarla. Un pescador va enroscándola conforme se saca , para poderla desfilar con la misma facilidad , en caso que la ballena intente huir de nuevo. Las demas cha- lupas siguen á la en que se agarró la ballena para remolcarla. El navio que ha estado siempre a la ve- la las sigue también , asi para no perder de vista las chalupas , como para poner a bordo ia ballena herida. Algún tiempo después de haber sido herida la ballena con el arpón , sale comunmente sobre el agua para respirar y arrojar una parte de su sangre; entonces todas las chalupas procuran acercarse á ella para herirla de nuevo , y matarla á lanzadas : este momento es el mas peligroso , porque la chalupa que ha lanzado el arpón , aunque arrastrada por la ballena , se halla ordinariamente muy lejos , y las demas que vienen a herirla con sus lanzas están so- bre ella , ó a lo menos a sus lados , y no pueden eviiar algunos golpes furiosos , según sus movi- BAL miemos y agitaciones. Su cola y sus aletas baten tan furiosamente el agua , que la hacen saltar y sur- tir a borbotones. La ballena puede romper una cha- lupa de un colazo , pero no puede hacer daño al- guno a los navios grandes, y al contrario siente tila mucho su choque ó encuentro. Las ballenas heridas arrojan el agua con toda su fuerza , y cor. un ruido que se oye á tanta distan- cia como un cañonazo • pero quando han perdido toda la sangre , o están dd todo desfallecidas de cansancio la arrojan muy débilmente , y esta muta- ción es un presagio de su cercana muerte. Algunas después de haber sido her.das arrojan hacia arriba su sangre , en tanta cantidad que cubren las chalu- pas , y los pescadores , y un vasto espacio del mar parece tenida de ella : las que están heridas mor- talmente, se recalicntan con sus movimientos, has- ta llenarse de una especie de sudor que atrae las aves de mar. Con el agua que hacen salir por las narices , arrojan también una especie de grasa que nada en el agua , y que las gaviotas tragan con mu- cha ansia. Si sucede que se rompe un arpón ó se despren- de , los pescadores de otro navio que arrojen el suyo , y enganchen con él la ballena es presa suya. Algunas veces acontece , que arrojando a un mis- mo tiempo dos arpones de dos navios diferentes, ambos hieren al animal , y entonces los dos navios tienen sobre el un derecho igual, y parten por mi- tad. Quando la ballena muere sin salir sobre el agua., y que por desgracia se va á fondo antes de estar amarrada al costado del navio , es preciso cortar Jas cuerdas para evitar que no se lleven tras sí las chalupas , y sin esperanza del recobró se pierda to- do. Las mas flacas son las que se van mas pronto a fondo , y aunque salen sobre el agua algunos días después , no se espera a que suban por sí mismas, porque entonces tienen una suciedad y un hedor insufribles. Luego que está muerta ó moribunda la ballena , se unen todos los pescadores para condu- cirla al navio ; y ia cuelgan de las cuerdas, cortán- dola la cola , y atandola a la trasera de una chalu- pa , que amarran asimismo á otras quatro ó cinco, y con este orden vuelven a el navio. Luego que llegan á él , está la ballena atada con cuerdas ó ca- denas, la cabeza hacia la popa, y el lugar por don- de la cortaron ia cola hacia la proa ; después se co- locan dos chalupas del otro lado del animal. Los carpinteros ó tiradores se ponen encima de ella vestidos de cuero , con botas que tengan grapas de hierro en las suelas , para poder agarrar en la piel resvaladiza del animal , y ademas están atados al navio por el medio del cuerpo. En este estado cor- tan el gordo de que está cubierta la ballena , que suele ser de diez ádoce pulgadas de grueso, en pe- dazos grandes que se arrojan sobre el puente , don- de los marineros los dividen en pedazos mas chi- cos quadrados para meterlos en toneles. Para es- te exercicio se usan unos cuchillos, que con sus man- gos, tengan el largo de un hombre , estando los que los manejan tan apanados del gordo quanto sea po- sible, porque se cree que es capaz de causar una contracción de nervios que podría baldarlos las ma- nos y los brazos. Luego que han dividido en tro- zos BAL zos un lado de la ballena, no la vuelven hasta des- pués de haber cortado la costilla entera , la qual levantan con la ayuda de un gran numero de gara- batos y garruchas. Esta cosdlla no solamente per- tenece al propietario del navio , sino cambien a to- dos los interesados en la presa. El equipage tiene la mitad del produjo del aceyce , y el capitán , el piloto , y el carpintero tienen ademas una gratifica- ción sobre el producto de las barbas que se sacan de la boca de la ballena. El "ordo de las ballenas no se parece uno á otro, porque en unas es blanco, en otras amarillo, y en algunas roxo. El amarillo es el mejor , el blanco está lleno de nervios pequen ¡tos , y da me- nos aceyce ; el roxo es el menos abundante y el menos estimado. Los Bascos eran los únicos que se atrevían i derretir el gordo de las ballenas en sus navios , con la ayuda de un hornillo de ladrillo construido pa- ra este fin , el qual calentaban primero con leña , y después con los residuos del mismo lardo que ha- bía dado la mayor parte de su aceyte , y que ha- cia un fuego muy activo. Este método era ventajo- so , pero muy perjudicial , á causa de los incendios que ocasionaba en los navios : y asi los pescadores cíe otras naciones se contentan con transportarlo en barriles para derretirlo después en sus tierras. Los Alemanes lo dexan fermentar en los barriles , y le convierten después en aceyte friendolo : la pérdida es de un veinte por ciento , mas ó menos , según su bondad. En la vecindad de Hamburgo , donde se hace el aceyte , sacan la grasa de los toneles, y la meten en una cuba grande , de donde cae en una caldera ancha y chata , en la qual caben cien- to y quarenta galones (*). Después de haberle hecho he rvir bien en un hornillo , se saca con cucharas ó cazos , y se echa en un tamiz grande puesto sobre una cuba mediada de agua , donde el aceyte se en- fria , se aclara , y depone en el fondo las heces , que- dando sobre el agua el aceyce puro y limpio. De la cuba grande se cuela sucesivameme por unos caño- nes en otras tres cubas del mismo tamaño, é igual- mente mediadas de agua , donde se clarifica mas ; y al salir de la quarta cuba , se echa en barriles para venderlo. Los que no le quieren tan puro , usan solamente de dos cubas : algunos frien también las heces , y sacan de ellas un aceyte moreno , y po- co estimado. Los Holandeses usan del mismo mé- todo para sacar el aceyte de las ballenas. Una sola da en el día quarenta barriles de aceyte , y las que se cogian antiguamente , daban sesenta ú ochenta. Hay barriles que contienen sesenta y quatro galo- nes de Inglaterra , ó doscientas setenta y dos azum- bres de Francia ; pero un barril común de aceyte de ballena es de treinta y dos galones , ó ciento y treinta y seis azumbres Este aceyte sirve para lu- ces , y para hacer xabon ; entra en la preparación de los paños y cueros ; úsanle los pintores para desleir algunos colores ; á los marinos para engra- sar la brea , para enjalbegar y componer los "na- vios ; á los arquiteéfos y escultores para una espe- cie de betún , hecho con albayalde ó cal que endu- rece , hace costra en la piedra , y la preserva de las Historia Natural. Tom. I. (') £1 Galón es nueve qnartillos de nuestra medida. BAL 17 injurias del tiempo. El uso de las barbas de la ba- llena se extiende á una infinidad de cosas útiles, pues con ellas se hacen quitasoles , cotillas y otras obras, l'easc Barbas. Los Bascos al principio hacían la pesca de la ba- llena en el mar Glacial, y en las costas de Groélan- dia , pero disgustados por ios peligros que corrían en medio de los hielos que cubren estos parages, fueron á hacer su pesca hacia la isla de Finlandia, en el parage llamado Sardo . después dexando es- te último , establecieron su pesquería en el es- trecho de Davis , hacia la isla de Disco ; pero el poco éxito que tuvieron por espacio de algunos años , los disgustó de tal modo , que después de haber abierto a las demas naciones' este ramo de co- mercio , parece que ellos mismos le han abando- nado. Hacia el fin del siglo xvi. fue muy considerable la pesca de la ballena en las eos. as de Spitzberg, y pasó enteramente a las manos de los Ingleses , quie- nes , durante muchos anos , se esforzaron en excluir de ella a los demas pueblos. Al fin también la han abandonado estos ; y ahora son los Holandeses los que hacen la mayor parte de esta pesca , de la qual sacan un produéto muy grande , que es uno de ios ramos mas importantes y ventajosos de su comercio. Si el tiempo es favorable , pueden hallarse sus na- vios en seis dias en el parage de la pesca : el tiem- po de su duración no pasa de quatro meses ; em- plean en ella trescientos a quairocientos navios, y dos á tres mil marineros , sin contar nueve a diez mil personas que ocupa también esta pesca , después del regreso de las embarcaciones. El ano de 1677 es famoso en los anales de la pesca de la ballena , como en el que se hizo la pesca mas rica y abun- dante : doscientas y una embarcaciones de diferen- tes naciones, de las quales los Holandeses solos te- nían ciento veinte y nueve , cogieron mil nove- cientas sesenta y ocho ballenas , de las quales saca- ron sesenta y siete mil ochocientos ochenta y tres toneles de aceyte, que unidos a la venta de las bar- bas, produxeron tres millones setecientos ochenta y quatro mil quatrocientos noventa florines •. esta pesqueria no ha sido después tan considerable. Sin embargo, los Holandeses sacan regularmente per año cerca de un millón de florines , asi de las bar- bas , como del aceyte ; de este modo han aumen- tado después de mas de un siglo sumas inmensas, asi á sus riquezas , como a la fuerza de su estado, considerado como potencia marí.ima. Lo que se llama esperma de ballena , es una substancia sacada de la cabeza del Cachalou. Véa- se esta palabra. En lo demas parece que hay varias especies de ballenas , no solamente en la acepción general y vaga que hace comprehender baxo de este nombre los cachalotes otros cetáceos grandes , sino en la acepción precisa y par.icular restringida á la ballena propiamente asi llamada ; quiero decir , que en lugar de dientes tiene la boca guarnecida de aque- llas grandes hojas elásticas que se llaman barbas. En este genero de ballena se distinguen diversas es- pecies , ya por el tamaño , ya por el color , y por el numero de las carnosidades ó corcovas que tie- C nen iS B AN nen en el lomo •, y se hallan demostradas baxo los nombres de nord-capcr , plocl^-jisch , finne-fisch , glb- bar , &c .; pero ni estos nombres , ni estos carac- teres están hasta ahora suficientemente establecidos ni distinguidos , para que se pueda reconocer y des- cribir por ellos estas especies con alguna certidum- bre : la ilustración de esta parte importante y nueva de la Historia Natural espera una obra que solo puede ser el fruto de unos conocimientos mas pro- fundos , y de investigaciones mas extensas. La ba- llena , de quien hablamos en este artículo , es la que Ray en su método demuestra con esta frase: balena vulgaris cdentula dono non pinnato. *' Ballestería. El arte de la caza mayor : es- te nombre vino con la casa de Borgoña , y el Ge- fe de la ballestería es el Caballerizo mayor. Baña ó Bañil, (moni.) El charco de manan- tial ó agua llovediza , donde el javalí se revuelca y baña , y lo mismo el de los venados. Bañadero. Lo mismo que baña. BARBAS, ó PERRO DE AGUAS. Nombre da- do a una casta de perros que están vestidos de un pelo largo , rizado y lanudo , a manera de corde- ro. En quanto a sus caraótéres , véase el articulo Ierro. Barbas de la ballena. Son aquellas grandes y largas varas de que esta guarnecida su boca , las quales la sirven de rastrillos para recoger su alimen- to; y divididas y cortadas en largas hojas y vari- llas elásticas , sirven con el nombre de ballena en las artes , y en particular para cotillas, corsés, &c. y para hacer todas aquellas obras , que á un mis- mo tiempo exigen fuerza y suavidad , resorte sin dureza, y flexibilidad sin blandura. Vuse el articu- lo Ballena. BARBASTELA. Especie de murciélago. Véase Murciélago. BARRE. En las Indias Orientales es el elefante. Vease Elefante. EARRIS. En algunos parages de Africa es el grande orangutang , u hombre salvage. Vease Oran- gutang. ** BARROSO. El buey que tiene el pelo de co- lor de tierra que tira á roxo. Vease Buey. BARRUS. En ios antiguos Escritores latinos sig- nifica el elefante , y parece voz formada del Indio barre. Vease Eiefante. ** Batidas. ( moni .) Es quando se sabe donde hay lobos ó javalies y venados , dexar en los pues- tos a los que han de tirar , é ir con gente á echar la caza hacia los puestos donde quedan los tiradpres. BAUKD-MANNETJES del viagero Bosnan, es- pecie de mona negra , con barba blanca , que debe referirse á la especie del Talapoin. l case Talapoin. BAZAN. En Persa gacela paytn , es la gacela de piedra bezar. Vease Pazan. BECERRILLO , LLA. El hijo del toro y la va- ca. Vease Buey. BECERRO , RRA. Lo mismo que becerrillo. Becerro marino. El hijo de la vaca marina. Vea- se este artículo. BEHEMOTH. (el) De la sagrada Escritura , es un grande y poderoso animal , que parece ser el hippcpntamo. I case esta voz. BEKh'LR (el) WASH. Entre los Arabes %tbut pequeño buey con corcova. Vease euky y zeeu. BEORI. En la Nueva España es el tapir. Vease Tapir. BERBE. Nombre que los negros de Guinea dan á la especie de raposa , que nosotros llamamos fus- sana. Vease Iossana. BERBERISCA (la) ó ARDILLA de Berbería, que podría creerse una pariedad en la especie cíe la palmisca {vease esta palabra). Es en efecto del mis- mo continente y clima , del propio tamaño , y ca- si de la misma figura ; sin embargo se hallan entre ellas algunas diferencias muy notables, y que indi- can suficientemente que son dos animales separados. La berberisca tiene la cabeza y el testuz mas arquea- do , las orejas mas grandes, la cola poblada uc pe- los mas espesos y largos que la pal m, si a ; es mas ar- dilla que rata , por la figura del cuerpo y de ia ca- beza ; en el lomo tiene quairo banu.is blancas , y la comadreja tres; en ésta la banda de enmecjio es- ta en el espinazo , y la berberisca tiene en la mis- ma parte una banda negra , mezclada de roxo. En lo demás se parecen esLos dos animales por las cos- tumbres naturales. Vease Palmisia. La berberisca es el sciiirns geiulus de Aldobrando, y de Cayo en Gesnero; el barbary squircl de EcK’v ais; y la ardilla de berbería de Brisson. ** Eerdugales. {moni.) Los montes, viejos que se queman y retoñan , y a ios quairo años que las xaras están crcciuas y forman monte nuevo , es quando se les da este nombre. BERMEJIZA (la), V la ENCARNAD1LLA. Son quaarupedos volantes como los murciélagos, pero ue un taniuño aun mucho mayor; la bermejiza, cuyo pelo es de un roxo moreno , y tiene nueve pulgadas de largo desde la punta del hocico hasta la extremi- dad del cuerpo , y tres pies de vuelo quando las membranas, que le sirven de alas, están extendi- das. La encarnadina, cuyo pelo es ceniciento more- no , tiene cinco pulgadas y media de largo , y dos pies de vuelo ; tiene en el cuello un medio coilar de un roxo vivo , con mezcla de naranjado : la bermejiza no tiene collar como la otra ; y quando vuela la encarnadina , parece de la magni ud de una gallina grande j y la bermejiza de un cuervo : am- bas tienen la cabeza bastante bien hecha , las ore- jas cortas , el hocico redondo , y casi de la forma del de un perro. Ambas son de los mismos climas cálidos del antiguo mundo , y se hallan en Mada- gascar , en la isla de Borbon , en Tcrnate, en Fi- lipinas, y en las demas islas del Archipiélago India- no , donde parece que son mas comunes que en la tierra firme de los continentes vecinos. Parece que los antiguos conocieron imperfcéla- mente estos quadrúpedos alados ; y es verosimil, que por estos extraños modelos de la naturaleza, dibuxó su imaginación las harpías , las alas , los dientes , las garras , la voracidad , la asquerosidad; en fin, todos los atributos disformes , y las facul- tades perjudiciales de las harpías, convienen bas- tante a nuestras bermejizas. Herodoto parece haber- las indicado , quando dixo que había murciélagos grandes , que molestaban mucho a los hombres qué iban á coger la casia al rededor de las lagunas de Asia , y que estaban precisados á taparse el cuerpo y el rostro , para libertarse de sus perversas mor- de- BER deduras. Estrabon habia de unos murciélagos muy grandes de Mesopotamia , cuya carne es buena de comer. Ln:re los modernos, Alberto , Isidoro y Esca- sero han hecho mención , aunque vagamence , de estos grandes murciélagos. Linscot , y t-rancisco Pi- rard han hablado de ellos con mas precisión. Nico- lás Manas , viagero Sueco, dice : que estos grandes murciélagos vuelan en bandadas por la noche ; que beben el xugo de las palmas en tan gran cantidad, que se embriagan , y caen como muertos al pie de los arboles. El Autor de ia Historia General de los Viages , refiriendo diferentes testimonios de los viageros , haola en estos términos. „ Y en las isias Manilas se ve una infinidad de murciélagos grandes, que cuelgan unidos unos a Oeros „ de los arboles, y toman vuelo a el anochecer, pa- „ ra ir á buscar su alimento a los Dosques mas apar- „ tados ; algunas veces vucian en tan gran numero, „ y tan jumos , que cuoren el sol con sus grandes „ aias , las quaies Llenen Hasta seis palmos de ex- „ tensión : saben discernir en lo espeso de ios bos- „ ques, los amóles cuyos frutos están maduros; los „ devoran durante toda la noche , con un ruido que „ se o > e a dos millas , y al ser de dia vuelven a sus „ r cairos. Los Indios que ven que estos animales „ los comen sus mejores Irutos , ios hacen la guer- „ ra , no solo para vengarse de ellos , sino para „ comer su carne , discurriendo hallar en ella el „ mismo gusto que en ia del conejo.” Anaden que estos animales matan alas aves , y chupan su sangre , y también acometen algunas ve- ces á los hombres; es cierto a lo menos que ia ber- mejiza. es mayor , y mas fuerte que el namfiro de América , el qual chupa la sangre de Jos. hombres, y de los animales dormidos hasta matarlos , y que si fuese a proporción tan sanguinaria , seria nías peligrosa todavía ; pero parece que en los países de la India , abundantes de frutos xugoscs.y vino- sos que ella ama , rara vez la inclinan , el ins- tinto , ó la necesidad a arrojarse a los animales , 6 á los hombres : de este modo se puede interpre- tar la diversidad de testimonios , de los quales unos de acuerdo con la conformación del animal, provisto de dientes agudos , y cuya lengua esta lle- na de puntas incisivas y punzantes (orease ei artícu- lo Vampiro) aseguran , que en efecto la bermejiza es carnicera y peligrosa : mientras otros observa- dores , y especialmente M. de la Nux , combaten fuertemente esta opinión , y representan a la ber- mejiza , sin embargo de todos los indicios de su naturaleza carnicera , como un animal inocente y fruuvoro. Sin examinar estas dos opiniones, cada una de las quales puede ser verdadera en parte , referire- mos lo que el mismo Nux nos dice cíe las costum- bres naturales de estos animales. „ De tiempo en „ tiempo , dice , se ven volar las bermejizas en el „ discurso del dia, pero una á una, y no en tropas. „ Entonces vuelan muy alto , y van muy lejos a „ ala tirada : en es. a grande elevación es lento el ,, movimiento de sus brazos ; mas quando vuelan „ baxo, es pronto , y tanto mas quanto están mas „ próximas de la tierra.” ,, Hablando exactamente , continúa el mismo. Historia Natural. Tom. !. >> 33 35 35 35 3) BER las bermejizas no viven en -sociedad ; la necesidad de alimento y el pasto las unen en tropas y .com- pañías-, mas ó menos numerosas : estas companias se forman casualmente en los arboles de los bos- ques grandes , ó donde hay flores , ó frutos que les convienen. Van llegando sucesivamente a estos „ parages , y se las ve agarrarse con las garras de „ atlas , y permanecer quietas mucho tiempo , sino „ hay nada que las ahuyente : algunas se desprenden „ de tiempo en tiempo ; pero si alguna ave de rapi- „ na pasa por encima del árbol, si oyen algún true- „ no , si se tira algún escopetazo , ó si perseguidas i, ó espantadas ven debaxo de ellas á alguno , se ,, van todas a un tiempo.” „ Los abridores , las bayas de muérdago , y „ otros frutos , son el alimento común de estos ,, animales ; también son muy golosos del xugo de i, ciertas flores , que son muy comunes en Enero y ,, Febrero en la isla de Borbon, las quales a. raen „ gran numero de ellos , y llenan el suelo de las ,, hojas de estas flores.” Si este animal se aproxima demasiado de la tierra , se cae , y no puede tomar vuelo hasta que trepa sobre qualquier cosa que sea , aunque fuese un hombre que encontrase en el camino ; una vez en el suelo, no hace mas que arrastrarse lentamente: estos animales no pueden como los paxaros lan- zarse al ayre , es necesario que batan las alas repe- tidas veces ames de desprender sus garras uel parage adonde es.an agarrados ; si encuentran una rama que íes impida batir las alas, recorren ia ra- ma hasta la, punta , y allí toman vuelo. Sucede muy amenudo en una trop3 numerosa de estos quadrú- peuos volantes , sorprendida , ó por un trueno , ó por un escopetazo , o por otro acaecimiento re- pentino , que varios de ellos caen ai suelo antes de haber potado tomar el ayre ntecsario para soste- nerse , y al instante se les ve subir a los arboles que se hadan mas á mano , para desde alli tomar vueio. „ Subida la bermejiza en un árbol, permanece en „ él con la caneza oaxa , las alas recogidas , y exac- ,, tamente arrimadas al cuerpo ; y asi su vuelo que „ causa su disformidad, como también sus pa.as „ traseras que ia sostienen con la ayuda de las gar- „ ras de que están armadas , no aparecen ; y solo se „ ve un cuerpo reoondo cubierto de un vestido „ moreno obscuro , y bien pintado , en el qual ,, hay una cabeza, cuya fisonomía tiene alguna cosa ,, de vivo y de fino. Esta es la postura en que per- ,, manecen las bermejizas la mayor parte del dia.” „ En quanto a las encarnadiuas , no se las ve vo- „ lar de dia: viven en sociedad en los grandes hue- „ eos de los arboles podridos , y algunas veces en „ numero de mas ae quatrocientas. No salen hasta ,, el anochecer , y vuelven antes de la aurora. Ase- ,, guran , y pasa en esta isla por cierto , que qtial- „ quiera que sea ia caminad de individuos , que com- „ ponen una de estas sociedades , no se halla en ,, ella mas de un solo macho ; pero yo no he po- ,, dido verificar el hecho : solo diré que estos ani- ,, males sedentarios engordan mucho. En el princi- „ pió de la Colonia , las gentes poco acomodadas „ y poco delicadas hadan grande provisión de su „ grasa para guisar su comida.” C: » Es- 2o BES „ Estos dos quadrúpedos volantes suministran „ un alimento sano , y nunca se ha oido decir que „ haya hecho mal á nadie : los nuevos de quatro „ ó cinco meses , y ya gordos , son en su genero „ tan buenos como las gallinas de Indias , o el le- ,, chonciilo de javalí en el suyo. Los viejos son du- „ ros , aunque muy gordos en la estación de los „ frutos que les convienen , esto es , durante co- „ do el verano, y una buena parte del otoño. Los „ machos particularmente adquieren, quandoenve- „ jecen , un olor desagradable y fuerte.1' Las bermejizas se inclinan al coito con ardor} el órgano es muy aparente, y fuera del cuerpo co- mo en el mono ; el sexo de las hembras también está muy visible , no tienen mas de dos tetas colo- cadas en el pecho , y producen un hijo. Su preña- do dura quatro a cinco meses , y los hijos tardan en crecer ocho : distinguense las viejas de las nue- vas en los colores mas vivos del vestido de estas. Vease Encarnadilla , y Vampiro. La bermejiza es el vespertilio htgens de Clujio : el vespertilio cynocepbalm , ternatanus de Klein : el pte- ropus rufas .... y bermejiza de Brisson. ** Berrenchín. ( mont .) El baho ó tufo que echa de sí el javalí quando está furioso. BESTIA con gran diente. Es la vaca marina. Vea.- se Vaca marina. BESTIA, (gran) Lo mismo que alce, Vease Alce. Be zar. s. f. Concreción , de forma comunmen- te «lobosa u oval , y de una substancia sólida , no pedregosa sino terrosa , ó viscosa endurecida , que se forma y encuentra en el estómago de varias es- pecies de animales frugívoros de las regiones del Asia meridional, y también del Africa y América. En los animales de los climas templados se ha- llan egagropilas ; (vease esta palabra) pero nunca bezares : estas por lo contrario, siempre las pro- ducen los animales de los paises cálidos. El elefan- te, el rinoceronte , el macho de cabrio, las gace- las del Asia y del Africa , la Llama del Perú , Scc. todos producen bezares sólidas , cuyo grueso y substancia varian con proporción á la diversidad de animales y climas. Las bezares , a quienes se han supuesto y atri- buido mas virtudes y propiedades , son las Orienta- les , que provienen de las cabras , gacelas y carne- ros que habitan las altas montañas del Asia. Las be- Zares de una calidad inferior , que comunmente se llaman Occidentales , vienen de los Llamas y alpacas del Perú ; finalmente las cabras y gacelas del Afri- ca producen también bezares , pero no son tan esti- madas como las del Asia. Por lo general , parece que la bezar es un resi- duo del alimento vegetal , que no se halla en los animales carniceros , y que solo se produce en los que se mantienen de plantas : y siendo mas fuertes, y mas puras las yerbas de las montañas del Asia meridional , que las de qualquiem otra parte del mundo , son también las bezares de mejor calidad que todas las demas : y teniendo menos fuerza las yerbas que se crian en las montañas de América, donde es menor el calor , las bezares que vienen de alli son inferiores á las primeras : finalmente en Europa , donde las yerbas son débiles , y en todos los prados de ambos continentes , donde son gro- BOS seras , no se producen bezares , sino solamente ega- gropilas , que solo contienen , pelos , raices , ó hi- lachas muy duras , que les animales no pudieron digerir. En quanto á las virtudes reales , falsas , ó exa- geradas de las bezares , consúltese la parte farmacéu- tica de este Diccionario. BICHÜN , ó PERRO DE MALTA. Es una es- pecie de perritos muy hermosa y muy estimada , y querida de las Señoras. Vease su descripción en el articulo Perro. BISONTE. Casta de Bueyes con corcova , en parte silvestres , y en parte domésticos , que se hallan en las regiones de Africa , en la mayor parte de las del Asia , y también en el Norte de Amé- rica. Vease el artículo Buey. Este animal se llama también en América Cí- bolo, BOBAK. (el) Es una especie de marmota ó mo- na que se halla en Polonia , y en otras regiones del Norte , la qual se diferencia de la de los Alpes por el color del pelo , que es de un pardo mas claro, ó de un amarillo mas obscuro , y por una especie de pulgar , ó mas bien de uña quinta que tiene en los pies anteriores ; pues la marmota no tiene mas de quatro dedos. En lo demas se parecen mucho, y tienen las mismas costumbres naturales : el bobal^ fabrica también su madriguera abrigándola con he- no , donde pasa el hibierno. No repetiremos aquí el cuento ó fábula que corre , sobre el modo con que dicen que los boba\es acarrean este heno : uno de ellos se echa panza arriba , a manera de carre- ta cargada , y los demas le tiran de la cola. (Vease esta tabula en el Antilucrecio , traducida en versos latinos muy hermosos.) Menos creeremos lo que se lee en la antigua Encyclopedia , la qual dice que este animal es hermafrodita. Vease el articulo Mar- mota. BOBR. Nombre que los Rusos de Kamtschatka dan a el Zariouei eeycj, Vease, BOETSOI. En Laponia es reno, Vease este artí- culo. BOGO, (el) Los negros de la costa del Oro dan este nombre al mandril , especie grande de mico, Vease Mandril. BOPASUS (el) de Aristóteles. Es el mismo ani- mal que el bisonte. Vease el articulo Buey. ** BORRO. El cordero que pasa de un año. Vease Oveja. BOSBOK. (el) Este nombre , que quiere decir cabrón montes , dan los Holandeses del Cabo de Buena Esperanza á una especie de gacela de media- no tamaño , y cuya longitud es de poco mas de tres pies. La parte superior de su cuerpo es de un color pardo muy obscuro , pero que tira á roxo en la cabeza y en el cuello ; el vientre es blanco, asi como la parte interior de los muslos y piernas: en lo inferior del cuello tiene una mancha blanca, y la grupa está llena de manchitas redondas y blan- cas : los cuernos son negros , y torcidos en largas espirales, que se' extienden mas allá de la mitad de su altura : estos cuernos están levísimamente ar- queados hacia delante. Esta gacela tiene en la fren- te una mancha negra , y carece de lagrimales : sus orejas son largas , y puntiagudas , su cola tiene cer- ca BQ8 ca de seis pulgadas , y está poblada de pelos lar- nos y blancos : tiene quatro tetas , y a su lado dos bolsas ó tubos , en los quales cabe un dedo. La voz de es.e animal se parece mucho al ladrido del ¡ier- ro. La hembra no tiene cuernos , y es un poco mas roxa que el macho. Esta especie de gacela ha- bita en los bosques , y solo se halla en lo interior de las cierras a sesenta leguas del Cabo de buena Esperanza. Bostar. El lugar donde están los bueyes. ** Boton. (mo/it.) Un pedazo de palo que tiene la red , llamada tela , para asegurarla en ios ojales que corresponden al lado opuesto. BOV1-CERVUS. Según varios Autores es el Bú- balo. Vease. BRACO. Raza particular de perro. Vease Perro. Bragada. En las bestias es la parte de cuerpo que hay desde las ingles hasta las corvas. Bragado. El quadrúpedo que .¡ene la bragada de diferente color; aplícase con mas propiedad al buey. Bragadura. Lo mismo que bragada. Brama, s. f. La estación en que están los anima- les en zelo , y con particularidad el ciervo , en cu- yo tiempo es feroz y temible. La brama empieza un mes antes en las partes meridionales. Vease Clervo. Bramadero. Lo mismo que Ronca. Vease. BREHEI. Vease Unicornio. BRES1DIUR. Especie de oso de Noruega. Vease Oso. BUBALO, (el) Animal que nos parece que for- ma una especie media entre ¡a del buey y la del cier- zo, Tiene quatro pies de alto , y es en todo del tamaño del ciervo de Europa ; pero es de una figu- ra mas bizarra , por estar mas elevado de las patas anteriores que de las posteriores : sus dientes son anchos , é iguales r el labio interior es negro , y tiene en cada lado una guedeja pequeña de pelo ne- gro : en la barba y en el testuz tiene una banda ne- gra , que termina en la frente con otra guedeja de- lante de los cuernos. En cada lado de la cabeza , en los muslos y en las piernas , tiene algunas bandas del mismo color : la cabeza es bastante larga , pero estrecha : los ojos están colocados muy altos, y son grandes y vivos. Su color es de un negro que tira un poco á azul , y tienen lagrimales por debaxo: los cuernos son permanentes , negros , fuertes, gordos y cargados de gruesos anillos. Nacen muy cerca uno de otro , y por la punta están muy sepa- rados : son corvos hacia atrás , y torcidos como un tornillo , cuyas roscas están usadas. La cola tiene cerca de un pie de largo , y está poblada por su ex- tremo de crin hrga ; las orejas son semejantes a las del antílope. El pelo es de un color roxo obs- curo en el lomo , y algo mas claro en los costa- dos : el vientre , la grupa , y lo interior de los muslos y de las piernas, son blancos. La hembra no tiene mas de dos tetas , y por lo común no pare mas de un cachorro cada vez : pare por el mes de Septiembre , y algunas veces por Abril. Es mas chica que el macho , y tiene los cuernos mas delgados y mas cortos; pero á excepción de la ra- ya negra del hocico , es uniformemente roxa por todo ti cuerpo. El búbalo es bastante común en Berbería , y en BUE 2i todas las partes Seprentionales del Africa. Hallanse estos animales en lo interior de las tierras del Ca- bo , donde se les ve correr en grandes manadas, y con una ligereza que excede á la de todos los demas animales. Parece que solo habitan los llanos. Los viageros dicen , que su voz es una especie de estornudo : su carne tiene muy buen gusto , y los paisanos que se alejan del Cabo la cortan en taja- das delgadas , que dexan secar al sol , y luego la comen con otras carnes en lugar de pan. Los antiguos señalan el búbalo con el nombre de búbalos , y varios Autores con el de bucula cer- vina. Los Señores Académicos han descripto el búba- lo baxo el nombre de vaca de Berbería , y creo de- ber insertar aqui la descripción exaóta que de él han hecho. „ Ea habitud ó postura del cuerpo , las piernas ,, y el cuello de este animal, le hacían mas semejante ,, a el ciervo que á la vaca, de la qual no tiene mas ,, que los cuernos , y aun estos eran también dife- „ rentes de los de las vacas en muchas cosas : tienen ,, el nacimiento muy cerca uno de otro , porque la ,, cabeza es extraordinariamente estrecha por esta par- „ te : todo al contrario de las vacas , que tienen la >, frente muy ancha , según la observación de Home- »ro. Estos cuernos tenían un pie de largo, y eian „ muy gruesos, arqueados hacia atras, negros, tor- „ cidos como un tornillo , y usados por delante y n por arriba, de suerte que las dos roscas que for- „ maban el tornillo , estaban enteramente borradas: w la cola tenia trece pulgadas de largo , coinpre- j, hendiendo un manojo de crin de tres de largo sj que tenia a su extremo : las orejas eran seme- 3, jantes a las de la gacela , y estaban pobladas por „ dentro de un pelo blanco en algunos paragts , pe- 3, ladas en o. ros , descubriendo un pellejo perfeéta- 33 mente negro y liso : los ojos estaban tan altos y 3, tan cerca de los cuernos , que la cabeza parecía no „ tener casi frente : los pezones de las tetas eran 33 muy delgados y conos , y solan ente dos , lo qual 33 los hacia muy diversos de los de nuestras vacas-. 3, las espaldas eran muy altas , y formaban una cor- 33 cova entre la extremidad de! cuello , y el princi- 33 pío del lomo. .. . Hay apariencia de q ie este ani- „ mal debe ser tenido , mas bien por el búbalo de ,3 los antiguos, que el buey chico de Africa que Be- „ Ion describe. Porque Solino compara el buba/o z ,, el ciervo : Opiano le atribuye cuernos arqueados „ hacia atrás : y plinto dice que tiene partes de „ ternero y de ciervo.‘c Debemos añadir que dos caraétéres esenciales separan el búbalo del genero de los ciervos : el pri- mero es que no muda los cuernos ; y el segundo que tiene vexiguilla de hiel , de la qual , como to- dos saben , carecen los ciervos, gamos , coraos , 8cc. BUEY, (el) Es el continuo compañero de los tra- bajos del labrador ; en los penosos surcos que con pasos lentos hace, brota el trigo que nos sustenta. El buey está sujeto á todos los trabajos del campo: es el doméstico mas útil de la labranza , el apoyo de la casa campestre , y en él consiste toda la fuer- za de la agricultura. Antiguamente formaba toda la riqueza de los hombres, y en el dia es también la basa y cimiento de la opulencia de los estados , que so- 22 B U E solo pueden subsistir y florecer por la cultura de la tierra, ti buey , el cancro y los demás animales que pacen la yerba , no solamente son los mas utnes, y los mas preciosos para el hombre , pues le sus- tentan , sino que también son los que consumen y gastan menos : el buey en especial es el animal por excelencia , porque vuelve á la tierra todo quanto saca de ella ; y al mismo tiempo mejora el suelo en que vive ; estercolando abona su pasto; al con- trario que el caballo , y la mayor parce de los de- mas animales , enflaquecen y aniquilan en pocos años los mejores prados. El buey no es tan a propósito como el caballo , el asno , el camello , &c, para llevar cargas , como lo demuestra la forma de su lomo y de sus riñones: pero lo grueso de su cuello , y la anchura de sus espaldas indican suficientemente que lo es para ar- rastrar y llevar el yugo , y de este modo tira con mayor ventaja. El uso contrario que tienen en algu- nas provincias de uncirle por ios cuernos , solo se funda en que se le guia de esta manera mas la- crímente : sin embargo tiene la cabeza muy iner- te , y no dexa de tirar bastante bien de este méto- do; pero lo executa con mucha mayor ventaja es- tando uncido por el cuello. Parece que la natura- leza le formó expresamente para el arado : la masa de su cuerpo , la lentitud de sus movimientos , la poca altura de sus piernas ; todo , hasta su tranqui- lidad y su paciencia en el trabajo , concurre a ha- cerle propio para la cultura de los campos , y mas capaz que cualquiera ojo animal , para vencer la resistencia constante , y siempre nueva que la tier- ra opone á sus esfuerzos. El buey bueno para el arado , no debe ser ni de- masiado gordo , ni demasiado flaco : debe tener la cabeza corta y recogida , las orejas grandes y ve- lludas , los cuernos fuertes , lustrosos y de media- no tamaño ; la frente ancha , los ojos grandes y negros , el hocico gordo y romo , los agujeros de las narices bien abiertos, los dientes blancos c igua- les , los labios negros , el cuello carnudo , las es- paldas gruesas y pesadas, el pecho ancho , la pa- pada ó pellejo de la delantera del cuello pendien- te hasta las rodillas ; los riñones anchos , la grupa gorda, las piernas y muslos gruesos y nerviosos; el lomo derecho y lleno ; la cola pendiente hasta el suelo , y poblada de pelos espesos y finos ; los pies firmes , el cuero gordo y manejable i los mús- culos elevados , la pezuña corta y ancha ; el pelo lustroso y suave al tadflo ; porque si es áspero , de- sunido ó ralo , hay razón de suponer que el animal sufre, ó a lo menos, que no es de un temperamen- to fuer.e. También es preciso que sea sensible al aguijón , obediente a la voz , y bien adiestrado; pero se consigue poco a poco acostumbrarle a este animal a llevar el yugo voluntariamente , y a de- xarse conducir con facilidad. Desde la edad de dos años y medio , ó tres á lo mas , es preciso empezar á domesticar y domar el buey \ si se espera á mas tarde , es indócil é in- domable : la paciencia , la suavidad, y aun las cari- cias son los únicos medios que deben usarse para conseguirlo ; la fuerza y los malos tratamientos so- lo sirven para disgustarlo y acobardarlo para siem- pre. Es necesario rascarle el cuerpo , acariciarle y BUE darle de tiempo en tiempo cebada cocida , habas machacadas , y otros alimentos de que él gusta mu- cho, y todos mezclados con sal : al mismo tiem- po se le atarán á menudo los cuernos ; algunos dias después se le pondrá el y ugo , y se le hara ar- rastrar el arado unciendo con el otro buey del mis- mo tamaño que esté ya domado : se tendrá cuida- do de atarlos juntos al pesebre, y llevarlos del mis- mo modo a pacer , para que se conozcan y acos- tumbren á unos mismos movimientos. En los prin- cipios no se usará nunca del aguijón , porque solo serviría de hacerle mas intratable : también será preciso cuidarle y hacerle trabajar poco , porque se cansa mucho quando no está domado del todo, y por la misma razón se le dará mas de comer en- tonces , que en los demas tiempos. En los terrenos duros , y especialmente en los baldíos que tienen terrones grandes, deben emplear- se seis ú ocho bueyes , porque para labrar los baxos y arenosos bastan dos. En estos terrenos blandos se puede también llevar el surco mucho mas lejos que en los tuertes. Los antiguos limitaron á una longitud de ciento y veinte pasos la mayor exten- sión del surco que el buey debe hacer , por una continuación no interrumpida de esfuerzos y movi- mientos : después de lo qual decian „ es necesa- „ rio dexarlos tomar aliento por espacio de algu- „ nos instantes antes de proseguir el mismo surco, „ ó empezar otro.“ El buey solo debe servir desde la edad de tres años hasta la de diez , y entonces se le debe qui- tar del arado para engordarle ; su carne sera mejor que si se esperóse a mas tiempo. En todas estacio- nes se pueden engordar los bueyes , pero se piefie- re el verano , porque el pasto cuesta menos ; y empezando a cebarlos por el mes de Mayo ó Ju- nio , están ya gordos á fines de Oétubre. Pata con- seguirlo se les debe hacer beber mucho , dándoles alimentos xugosos y en abundancia , mezclándolos alguna vez con sal , y dexarlos descansar y dormir en el establo durante el gran calor : en menos de quatro a cinco meses se ponen tan gordos, que les cuesta trabajo el andar , y no se les puede condu- cir muy lejos , sino a jornadas muy certas. Las va- cas , y aun los novillos capados pueden engordarse también : pero la carne de la vaca es mas seca , y la del toro mas encarnada , y mas dura que la del buey , y siempre tiene un gusto desagradable y fuerte. Castrase el buey para hacerle mas tratable , mas paciente , mas dócil y menos incómodo á los de- mas. Esta operación no disminuye su fuerza , an- tes bien con ella se pone mas gordo y pesado , y mas propio para el trabajo á que se le deslina. El modo de hacer esta operación es bastante conoci- do de los aldeanos t sin embargo hay en esto al- gunos usos muy diferentes , cuyos diversos efeétos no se han observado tal vez suficientemente : la edad mas conveniente para la castración , es gene- ralmente la que precede a la pubertad , y en el buey es á los diez y ocho meses ó dos años. Los que se castran antes, perecen casi todos : no obstante, los becerrillos que se capan algún tiempo después de su nacimiento , y que sobreviven a esta operación tan peligrosa en esta edad, se hacen unes bueyes mayores , y mas gordos que los que se castran a los BUE dos , á los tres , ó a los quatro años ; pero estos parece que conservan mas s'a¡or y actividad , y los que se castran a la edad de seis , de siete ó de ocho anos , no pierden casi nada de las demás qua- lidades del sexo masculino : son mas impetuosos y mas indóciles que los demas bueyes , y en el tiem- po del calor de las hembras procuran todavía su ayuntamiento ; pero es preciso tener cuidado de separarlos , porque su contado solo ocasiona en la vulva de la vaca unas especies de carnosidades ó verrugas , que es necesario destruir y curar , apli- cando" a ellas un hierro hecho ascua. Este mal pue- de provenir de que estos bueyes , á quienes sola- mente se han comprimido los testkulos , y apreta- do y torcido los vasos que salen de ellos , no de- xan de derramar un licor medio purulento , que puede causar en la vulva de la vaca unas úlceras, que degeneran después en carnosidades. En el hibierno , qttando están ociosos los bue- yes , basta sustentarlos con paja y un poco de heno; pero en los tiempos del trabajo se les debe dar mu- cho mas heno que paja , y también un poco de sal- vado ó avena antes de hacerlos trabajar: si falta el heno en el verano se les dará ye roa reciente- mente cortada , ó retoños y hojas de fresno , de olmo , de encina ,. &c. pero en corta cantidad : el exceso de este alimento , de que ellos gustan mu- cho , les causa algunas veces el orinar sangre : la mielga , Ja algarroba , ya verde ó seca , los nabos, la cenada cocida , &c. son también alimentos muy buenos para los bueyes : no se necesita arreglarlos la cantidad , porque nunca comen mas de lo que han menester , y sera bueno el darles siempre suri— cíente porción para que se sacien enteramente. Ino se Íes llevara á pacer hasta mediados de Mayo : las primeras yerbas son demasiado ctudas ; y aunque las comen con ansia , no dexan de incomódanos. Se les dexará pastar durante todo el verano , y ha- cia mediados de Octubre se les volverá al forrage, observando el no hacerlos pasar aceleradamente cié lo verde a lo seco , y de lo seco a lo verde , sino llevarlos por grados a es.a diversidad de alimentos. El calor excesivo incomoda a estos animales mas que el excesivo frió: durante el verano es for- zoso conducirlos al trabajo al rayar el aia , volver- los al establo , ó dexarios pacer en el campo mien- tras dura el mayor cdor , y no hacerlos trabajar hasta las tres ó las quatro de la tarde : en la prima- vera , en el hibierno y en el otoño , se les puede hacer trabajar sin interrupción desde las ocho ó las nueve de la mañana , hasta las cinco ó las seis de la tarde. Si se quiere conservarlos sanos y vigo- rosos , es indispensable el limpiarlos todos los dias con una almo^za , el lavarlos y untarlos las pezu- ñas con grasa , &c. También es preciso darlos de beber dos veces al día ; ellos gustan del agua lim- pia y fresca , y ape.ecen mucho el vino , la vina- gre y la sal , y comen con ansia una ensalada bien compuesta. En España , y en otros varios países, ponen en el peseore ce ios tinterillos una piedra que llaman sa'obre , que se encuentra en las minas de sal fósil ; ellos lamen esta piedra durante todo ei tiempo que la madre esta pastando , lo qual los excita tanto el apetito y la sed , que luego que lle- ga la vaca extraen con ansia mucha leche , engor- BUE 23 dan y crecen mas pronto que aquellos que no to- men sal : por esta misma razón , quando ios bueyes ó vacas $ stan desganados, se les da yerba mojada con vinagre , ó espolvoreada con sal. También se les puede dar estos alimentos quando están buenos , y se quiere excitar su apetencia para engordarlos en poco tiempo. Como estos animales carecen de dientes incisi- vos en la quixada superior , y ademas ae esto tie- nen los labios muy gordos, no pueden roer mas que la yerba larga , y pellizcan solamente ei extremo de la coma , sin agitar ni echar á perder la raíz , co- mo hacen las cabías y carneros ; por consiguiente no hacen ningún daño en el pasto , antes le mejoran, porque cortan los tallos grandes , y destruí en po- co a poco la yerba mas tosca , la que el cabaiio ue- xa granar y multiplicar : lo qual es causa de que el prado en que ha pacido ei caballo, queda aniquilado en pocos anos ; y aquel en que ei buey ha pastado granjea un excelente pasto de yerbas finas. Ei buey come aprisa , y toma en poquísimo tiempo todo el alimento que ha menes.er , y después dexa de comer y se ecua para rumiar lo que ha comido : mas el cal-alio come de d;u , y ue noche con lentitud , pero casi continúan. ente. Es- ta diferencia nace de la uiversa conformación de es- tos animales. El caballo .que, tiene un tsióniago chi- co , solo puede recibir en ei una corta cantidad ue yerba y llenarle sucesivamente , a medida que el alimento se sienta y pasa á los intestinos donde se hace principalmente la descomposición de la comi- da : al contrario el buey , que tiene quatro estóma- gos , y los dos primeros forman un mismo saco de una capa idad grandísima , puede sin inconvenien- te comer de una vez mucha yerba , y Leñarle tn poco tiempo para rumiar despucs, y digerir ccmo- damen c. Es.e alimento se descompone por gra- dos , pasando de es.e segundo estómago , que se llama bonete , reftkulo , ó "herbario, al tercero que se llama librillo ; y la descomposición tiene efecto en ei quarto estómago que se llama el quajw, y tas he- ces, por decirlo asi , son las que pasan a ios in- testinos. Tcr esto es fácil concebir cómo se hace la ru- mia , y por qué el buey , y los demás animales que tienen varios estómagos , parece que digieren la yerba á medida que rumian. Es a no es n.as que un vónii.o sin esfuerzo , ocasionado por la reacción del primer estómago sobre los alimentos que con- tiene. El buey llena estos dos primeros estómagos, quiero decir , la fariña y el herbario , que es una parte de la panza, quaruo puede. Esta membrana ex- tendida rehace entonces con fuerza sobre la yerba que contiene , y cuyo volumen aumenta mucho por la fermentación : este alimento poco masticado, y apenas quebrantado , no puede pasar per el ter- cer estómago , el qual se comunica con el otto por un conducto es recho , cuyo orificio está situa- do a la parte superior del primero , y casi tan al- to como el del esófago ; per eso es e conducto no puede admitir ei alimento seco , o a lo menos no admite sino la par e corriente : es pues necesario que las partes mas secas vuelvan a subir ai esófago, cuyo orificio es mas ancho que el del conducto; efectivamente vuelven a subir a él , y el animal las vuel- 24 BUE vuelve á mascar , las deshace y empapa de nuevo en su saliva , y asi hace poco a poco mas corrien- te el alimento : le reduce á una pasta bastante lí- quida , para que pase á este conducto que comuni- ca al tercer estómago , donde se deshace también an- tes de pasar a el quarto , y en este último se con- cluye la descomposición del heno, que se convier- te en un perfecto mucilago ó materia viscosa. Lo que confirma la verdad de esta explicación es , que mientras maman estos animales , o se les sustenta con leche , y otros alimentos líquidos y corrientes, no rumian > y rumian mas en el hibier- no quando comen alimentos secos , que en el ve- rano quando pacen la yerba tierna. Finalmente esta grande capacidad de la panza del buey no es entera- mente natural , y nace especialmente de la exten- sión que ocasiona el gran volumen de los alimen- tos ; porque en el ternero que acaba de nacer , y aun en el que mama todavia, y no ha comido yer- ba , comparada la patina al quajo es mucho mas chica que la del buey. £ste animal tiene un sueño corto y ligero , y despierta al menor ruido : comunmente se echa del lado izquierdo , y el rinon de este lado es siem- pre mas gordo y mas cargado de sebo que el del lado derecho. Éstos animales son muy propensos á lamerse , especialmente en el tiempo de descan- so ; y como se cree que esto les impide en- cordar , se tiene cuidado de flotarlos con sus boñi- gas todos los parajes de su cuerpo a que pueden al- canzar. Quando no se tiene esta precaución , se arrancan el pelo con la lengua que es muy aspera, y le tragan: no pudiendo digerir esta substancia, se queda- en el estómago , y forma en ¿1 unas bo- litas redondas que llaman egagropilasi (véase ata pa- labra) las quales son algunas veces de un tamaño tan considerable , que ceben incomodarlos é impe- dirlos la digestión por su mansión en el estómago. Estas bolitas crian con el tiempo una costra more- na bastante sólida , que sin embargo no es otra co- sa que un mucilago espeso , que con el estraga- miento y la cocion se pone duro y lustroso : nun- ca se hallan estas sino en la patina ; y si en los de- mas estómagos entra pelo , no permanece en ellos, como tampoco en las tripas, y sin duda pasa con las heces de los alimentos. La edad de los bueyes se conoce en los dientes y en los cuernos : los primeros dientes de adelan- te se caen á los diez meses , y los reemplazan otros menos blancos , y mas anchos : á los diez y seis meses se caen los dientes vecinos de los del medio , y son también reemplazados por otros, y á los tres años están ya renovados todos los dien- tes incisivos : entonces son iguales , largos y bas- tante blancos t pero a medida que el buey tiene mas edad , se usan y se ponen desiguales y negros : lo mismo sucede al toro y a la vaca ; y asi la castra- ción ni el sexo no mudan nada el incremento , ni la caida de los dientes. A la edad de tres años se levanta en el cuerno una hoja muy delgada. Esta hoja que es del grueso de una hoja de papel común, se hiende y quebranta , y cae al menor estregonv pero subsiste el cuerno , no cae enteramente y no es reemplazado por otro ; esta es una simple esfo- liacion , de donde se forma una especie de rodete, BUE que se halla después de la edad de tres años en lo inferior de las astas de los bueyes , de las vacas y dejos toros. Al año siguiente se aleja este rode- te de la cabeza , por un cilindro de cuerno que se forma y termina también en otro rodete , y asi después ; porque mientras vive el animal, crecen las astas : estos rodetes se vuelven en nudos anula- res, que es fácil distinguir en el asta, y por los quales se puede contar la edad , tomando por tres años la punta del cuerno hasta el primer nudo , y por un año de mas cada uno de los intervalos que hay entre los otros nudos. Los cuernos de los bue- yes de Sicilia no tienen mas que una leve arqueadu- ra , y su longitud común medida en linea recta es de tres pies , o tres y medio ; y todos son regular- mente redondos. Los bueyes varian en el color ; sin embargo , el pelo roxo parece que es el mas común , y quanto mas roxo es mas estimado : también se hace caso del pelo negro , y algunos dicen que los bueyes ba- yos duran largo tiempo , que los morenos duran menos y se acobardan muy pronto ; que los par- dos , los tordos , y los blancos no valen nada pa- ra el trabajo , pero que son buenos para engordar. También dicen, que los butyes que comen lentamen- te, resisten mas tiempo el trabajo que los que co- men de prisa ; que los de los paises altos y secos son mas vivos , mas vigorosos y mas sanos que los de los países baxos y húmedos : que todos co- bran mayor fuerza quando se les mantiene con he- no seco , que quando se les da yerba verde ; que se acostumbran con mas dificultad que los caballos á la mutación del clima , y que por esta razón no se deben comprar bueyes para el trabajo sino en las inmediaciones del pueblo de cada uno. El tamaño de estos animales es mas bien rela- tivo a la abundancia y calidad de los pastos , que á la naturaleza del clima : porque en todas partes se hallan igualmente , y con muy corta diferencia bue- yes mas ó menos gordos , según la cantidad de los pastos , y el uso mas ó menos de ellos. Los de Dinamarca , Podolia , Ukrania v Calmukria , son los mayores de todos : los de Irlanda , Inglaterra, Holanda , Ungria y Suecia , son también mayores que los de Persia , Turquía, Grecia , Italia , Fran- cia y España , y los de Berbería son - los mas chi- cos de todos. Los viageros hablan de varias especies de bue- yes , y de los diversos usos en que los emplean en distintas regiones. „ Bosman dice , que las vacas de Guinea son „ secas y flacas. ... La leche que se saca de ellas ,, es tan poca , y de tan poco graso , que veinte ó „ treinta vacas apenas pueden abastecer la suficien- „ te para una buena mesa : son en extremo chicas, „ y es preciso que sean unas de las mejores , quan- ,, do en su perfeílo crecimiento pesan doscientas y „ cincuenta libras , aunque a proporción de su ta- „ maño deberían pesar la mitad mas.“ „ Las riquezas de los Abisynios , según el Pa- „ dre Lobo , consisten principalmente en vacas „ Los cuernos de sus bueyes son tan grandes , que „ pueden contener mas de veinte azumbres ; y por „ eso los Abisynios hacen de ellos sus cantaros y „ botellas/* „Pe- 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 55 r> u e „ Pedro de la Valle dice , que los bueyes que tiran los coches en Surate , son blancos, de una talla hermosa , con dos corcovas , como algunos camellos : corren , V galopan como los caballos : los cubren el lomo con beiias mantas , y les ponen al cuello muchas campanillas , de suer- te que quando corren ó galopan por las ca- lles , se oyen de muy lejos. fso solamente se sir- ven de estos tiros de bueyes para pasearse en las ciudades de la India , sino también en ei campo, y para qualquier viage que emprenden. „ Los carruages del Mogol , dice Ovington , que son unas especies de coches con dos ruedas: también los tiran bueyes , que aunque naturalmen- te pesados y lentos en su paso , adquieren s:'n embargo por la costumbre y largo exercicio , una gran facilidad para tirar de estos cariuages: de manera que no hay animales que puedan aae- lantar tanto como ellos. La mayor parte ue es- tos bueyes son muy grandes , y tienen entre los brazuelos un pedazo de caí ne gorda que se ele- va a seis pulgadas de altura. „ Los bueyes de Persia , según Chardin , son co- mo los nuestros , excepto hacia ias fronteras ue la Ind a , donde tienen la corcova , ó rupia en el lomo : en todo el pais comen pocos but es , y solo los mantienen y crian para los transportes y labranza. Los que destinan para los viage:. los hierran , a causa de las montanas pedregosas que tienen que pasar. „ Como los bueyes (dice ThevenoO no son fe- roces de ningún modo en las Indias , hay mu- chas gentes que se sirven de ellos para hacer via- ges, y los montan como si fuesen caballos :el pa- so por lo común es suave , y en lugar de fre- no los ponen una cuerda pasada por el tendón de las narices , y por encima de ¡a cabeza echan un cordel gordo atado a las cuerdas , como una brida , que está sujeta por la corcova que el buey tiene en la delantera del lomo : ponenlos tam- bién sillas como a los caballos , V por poco que se les exci.e , van muy de prisa. Hallante algu- nos bueyes de éstos que corren tanto como los mejores caballos. En todas las Indas , por lo ge- neral , no usan ni uncen otras bestias á las car- retas, coches, y carros. Unten es.os animales con un r ugo muy largo que esta á la punta de la lan- za ó timón , y le ponen sobre el pescuezo : el cochero tiene en la mano el cordel a que están atadas las cuerdas que atraviesan las nances. „ Los dos bueyes que estaban uncidos á mi co- che , refiere Tavernier , me coscaron cerca de seis- cientas rupias : Q) no debe admirarse el lector de este precio , porque hay allí bueyes de estos, que son muy fueues,y hacen viages de sesenta jornadas de á doce y quince leguas por día , y siempre á trote : quando han hecho media jor- nada , les dan a cada uno dos o tres bolas del tamaño de un bollo de quatro quartos , hechas con harina de trigo , amasadas con manteca cíe vacas y azúcar rubia , y por la noche su comi- da ordinaria es garbanzos machacados , y remo- jados en agua media hora. Hhioña Natui'a/, Tara. I. (♦) Cieria moneda de las Indias Orientales. BUE 25 „ Grosse añade que hay algunos bueyes de e¿- „ tos que seguirían a un caballo a gran trote ; los „ mas chicos son mas ligeros : los Gentiles , y es- „ penalmente los Banianos y mercaderes de Sura- „ te son los que se sirven de estos bueyes para sus „ carruages : es cosa singular, que no obstante su ,, veneración para con estos animales , no hagan es- ,, cruptúo de emplearlos en este ministerio.” La considei ación que los Indios tienen á estos animales , es tan grande , que ha degenerado en su- peisticion , ultimo termino de una c ega venera- ción. Li buey , como animal mas útil , les ha pa- recido mas digno de ser reverenciado : del objeto de su veneración lian formado un ídolo , y una es- pecie de divinidad biennechora y poderosa : porque quieren que todo lo que se respeta sea grande , y pueda nacer mucho mal , ó mueno bien. La prac- tica caprichosa del culto de la vaca en la religión Indiana es tan conocida , que no es del caso refe- rirla en este lugar. „ Los bueyes de las Indias , según Thevenot , „ son de diversos tamaños : los hay grandes , chi- „ eos , y medianos : pero todos por lo común , son ,, de buen trabajo : hay algunos que andan quin- „ ce leguas al dia : hay una casta que tienen cer- „ ca de seis pies de altura , pero son raros : tam- ,, bien los hay de una especie opuesta que llaman „ enanos , porque apenas tienen tres pies de alto : „ asi éstos como ios otros , tienen corcova en el „ lomo , corren muy aprisa , y sirven para las car- „ re. as pequeñas : tambien-hay en estos países bueyes „ blancos, que son muy caros, y yo he visto dos „ á unos Holandeses que les habían costado dos- „ cientos escudos cada uno ; en verdad que eran „ hermosos , buenos y tuertes , y el carro a que es- „ taban uncidos tenia buena traza. Quando las per- ,, sonas de distinción logran hermosos bue es , tie- „ nen gran cuidado de conservarlos , y hacen engar- „ zar las puntas de sus as.as en cobre ; los penen „ mantas como a los caballos , y los limpian y al- „ moazan día- ¡ámente, manteniéndolos asimismo con „ mucha exactitud. „ En las montañas de Malabar y de Cañara , se- „ gun la relación dei Labre Vicente María , se ha- ,, lian bueyes silvestres can grandes, que se acercan „ al tamaño del defame ; pero los domésticos ael „ mismo pais, son chicos, hacos , y viven poco. „ Finalmente ios bueyes de la Tercera, dicen los „ viageros Holandeses , son mayores, y mas her- ,, mosos que tobos los de Europa : son tan man- „ sos , y tan domésticos , que quanuo , entre mil que „ esten juntos , llama un amo al suyo por su nom- „ bre (porque cada uno le tiene particular, como ,, nuestros perros) inmediatamente se va el buey „ á él.” Los bueyes son muy numerosos en Tartaria y en Siberia. También hay una gran cantidad de ellos en Tobolsk , donde las vacas andan por las calles , aun en el invierno, y en el veranóse ve un creci- do numero de ellas en los campos. Hemos dicho que en Irlanda no tienen ios buyes ni las vacas cuer- nos , especialmente en las partes meridionales de la isla , donde los pastos no son abundantes , y en los D pai- 26 BUE países marítimos , donde los forrages son muy ra- ros : esta es una nueva prueba de que estas panes excedentes solo se producen por la superabundan- cia del alimento, hn los parages vecinos del mar , alimentan las nacas con pescado cocido en agua, re- ducido a una especie de papas : no solamente es- tan acostumbradas a este alimento , sino que también son muy aficionadas a el i y su leche no contrae , ¿egun dicen , ni mal olor , ni gusto desagradable. Les bueyes y nacas de Noruega son general- mente muy pequeños. En las Islas de la costa son un poco ma) ores i diferencia que proviene de la de los pastos , y también de la libertad con que vi- ven en estas islas sin violencia , porque las dexan absolutamente libres , tomando solamente la precau- ción de que las acompañen algunos carneros , acos- tumbrados a buscar por sí mismos su sustento du- rante el invierno. Estos cama os desvian la nieve que cubre la yerba , y los bueyes los hacen retirar para comer : con el tiempo se hacen tan bravos y fero- ces , que es necesario cogerlos con guindaleras : fi- nalmente , las nacas medio silvestres dan muy po- ca leche , y a falta de otros forrages , comen algas mezcladas con pescado bien cocido. Los bueyes de Europa , transportados á la Amé- rica Meridional , han multiplicado en aquel país mas que en ningún otro del mundo. En Buenos Ay- res , y a algunos grados mas alia , llenan estos ani- males el país de tal modo , que nadie se los apro- pia , y los cazadores los matan a millares , solamen- te para valerse de los cueros y del sebo. Cazan- los a caballo , y los desjarretan con una especie de media luna, ó los cogen con guindaletas hechas de cuero. En la Isla de Santa Catalina , y en la costa del Brasil, se encuentran unos bueyes chicos, cuya carne es blanduja, y desagradable al paladar i lo qual, como también su corto tamaño , proviene de la es- casez y mala calidad del alimento , porque a falta de forrage , los mantienen con calabazas silvestres. En el Africa hay algunas regiones donde es cre- cidisimo el número de bueyes. Entre el Cabo Blan- co , y Sierraleona , se ven en los bosques y en las montañas nacas silvestres comunmente color mo- reno , cuyos cuernos son negros y puntiagudos : multiplican prodigiosamente , y su número seria in- finito , si los Europeos , y los negros no las hicie- sen continuamente guerra. En las provincias de Du- guela y Tremecen , y en otros parages de Berbe- ría , como también en los desiertos de Numidia , se ven nacas silvestres de color castaño obscuro, bastante chicas , y muy ligeras en la carrera : van ciento , ó doscientas de ellas en manadas. En Madagascar , los toros y nacas de la mejor especie , han sido conducidos de las demás provin- cias del Africa : tienen una corcova en el lomo : las vacas dan tan poca leche , que puede asegurar- se que una de Holanda abastece seis veces mas. En esta Isla hay bueyes de éstos con corcova , ó bisontes silvestres que andan errantes por los bos- ques : su carne no es tan buena como la de nues- tros bueyes. En las partes meridionales de Asia se hallan también bueyes silvestres : los cazadores de Agrá van á cogerlos á la Montaña de Nervi es , que está rodeada de bosques : esta montaña está en el camino que hay desde Surate a Golconda. Estas BUE nacas silvestres son conmínente hermosas , y se ven- den a precios subidos. En Irlanda , Inglaterra , Holanda , Suida , y el Norte , salan y acecinan crecidísimo numero de bue- yes , asi para el uso de la marina , como para uti- lidad del comercio. También sale de estos países una gran cantidad de cueros , la grasa es una materia útil , y la mezclan con sebo de camero : el estiércol del buey es el mejor abono para las tierras secas y fioxas : el cuerno de este animal sirve para diver- sos usos. Nuestro buey domestico trae su origen de una casta de bueyes silvestres , que se hallan todavía en Moscovia , y que llaman aurocos. (Vease esta pala- bra.) Este buey silvestre solo se diferencia de nues- tro toro común en ser mayor, y mas fuerte ; pero no puede dudarse que no sea de la misma especie, pues los aurocos nuevos quitados de la inaure , y criados separadamente , han producido con los toros y nacas domesticas. La casta de los aurocos , ó de nuestro buey de Europa , ocupa las zonas frias y templadas , y no se ha extendido mas alia de la América , y de ia per- sia en el Asia ; y de Egypco y Perdería en Afri- ca : mas en las regiones del Mediodía , en Indias , como cambien en todo lo restante de Africa , y aun de América , se halla una casta de bueyes que tienen una corcova en el lomo , el pelo mucho mas lar- go , mas suave , y mas lustroso que los nuestros. Estos bueyes con corcova se llaman también bisontes , ó cíbolos , son mas ligeros en la carrera , v mas propios para suplir el ministerio del caballo ; tie- nen el natural menos tosco , y menos pesado , y mas inteligencia y docilidad que nuestros bueyes : pero estas diferencias que se notan en ellos, no son mas que unas variedades accidentales, ocasionadas por la influencia del clima , por la calidad del ali- mento , y por ¡a educación ; mas no impiden que se deban mirar estos bueyes como de la misma es- pecie que los nuestros , pues se mezclan y produ- cen juntos : y lo que prueba que los bisontes traen su origen de ios aurocos, es que la corcova que forma en ellos el carácter mas distintivo , desapa- rece en la segunda, ó tercera generación , por la mezcla de esta casta con la del buey común. Estos bueyes con corcova , ó bisontes , varian tal vez mas que los nuestros por los colores del pe- lo , por la figura de los cuernos , y por el tama- no de la corcova : los mas hermosos son del to- do blancos. Hay algunos que carecen de cuernos; otros que los tienen muy altos , y otros tan ba- xos, que están casi pendientes. Asimismo parece que se deLie dividir tita easta primera de bisontes , o bue- yes con corcova , en otras dos castas secundarias , una muy grande , y otra muy pequeña , y esta ul- tima es la del %ebu. (Vease esta palabra.) Ambas se hallan en los mismos climas , y son igualmen- te mansas y íaciies de conducir , tienen el pelo fi- no , y corcova en el lomo : esta corcova no es otra cosa que una carnosidad , o lupia , un pedazo de carne tierna , de tan buen comer como la len- gua del buey. Hay algunas* carnosidades de éstas , que pesan quarenta y cincuenta libras , y otras mucho mas chicas. Aigunos bueyes de estos tienen también los cuernos prodigiosamente grandes , y astguran que BUE que los hay de tal tamaño , que pueden contener quince , y aun veinte azumbres de liquido. . tu toda el Africa no se conoce el uso de la castración del ganado grande , y en Indias se prac- tica poco. Quundo se meten los latos á esta ope- ración , no h .cen mas que comprimirlos los testí- culos. Aunque los Ionios tienen un crecidísimo nú- mero de animales de' estos, no crian tantos tomo nosotros , y generalmente aumentan ¡líenos los ani- males con cuernos en los climas calidos, porque su producto es menos considerable que en los nues- tros. Por otra parte en todas las regiones del Art i- ca y riel Asia meridional , se halla una gran canti- dad de buyes silvestres , de los quedes cogen ¡os ter- : s. Don - ■ por ¡ > , y se sujer- tan sin resistencia alguna a todos los trabajos uo- memicos : son dóciles y obcu. cutes a la voz : les cuidan, acarician , curan, hierran, y dan un alimen- to abundante y es.ogido : estos animales criados asi, parecen de otra naturaleza que nuestros bueyes , y se hacen capaces de cosas c..si humanas : por eso es el buey el objeto de la veneración y culto supersti- cioso de las Indios. Los Hotentous crian para la guerra unos buyes que eilos llaman bacljetcyes , y se sirven cíe dios casi del mismo modo que ios in- dios de los defames •. instruyanlos a guardar los ga- nados, a guiarlos, conducirlos, volverlos, y defen- derlos de ios animales estrados, y bestias feroces : ios enseñan á conocer al ani.go y al enemigo , á entender las senas , á obedecer ¡a voz , &c. Ll v¡agcro Koibe nos ua una i elación circuns- tanciada,, y muy curiosa eiei natural de estos bueyes pastores y guerreros. „ Los Etc tentóles, dice , clan „ á tscos bueyes el nombre ue bac{eleyes , que en su ,, lengua significa guara : cala exército se provee „ de una buena manada de bac{eícyes , los quales „ se dexan gobernar sin traoajo , y el cap.tan tie- „ ue cuidado de soltarlos á tiempo. Luego que es- „ tan sueltos, se arrojan con impetuosidad soore la „ armada enemiga : cornean , acote.. n , trastornan , „ hieren, y pisan q unto enca.iuran con una kro- „ cidad espantosa : de su.rte que si los enemigos „ no están pron.os para rechacaríos , se precipitan „ con furia en Jas tilas, introducen en ellas el de- „ sorden y la confusión , y preparan asi a sus due- „ ños una faoil victoria. El modo cotí que es.os ,, animales están adiestrados y disciplinados, da sin „ contradicion, mucho honor á ia habilidad, é in- „ genio de estos puebles. „ Estos bach ajés les son también de un gran „ uso para guardar sus ganados : quando están en el ,, pasto, a la menor señal de su conductor , van „ a traer y juntar las cabezas que se separan del ,, hato : también corren con furia tras ios extra- „ ños ; y son de un gran auxilio contra los ladro- „ nes que se atreven á los rebaños : cada ljrad » (aldea Ho.entota) tiene media docena de bacf-e- „ leyes á lo menos , los quales sen escogidos en- ., tre los bueyes mas ñeros : quando muere alguno, „ o no puede servir mas per su mucha edad , el „ propietario le mata, y escoge otro que le reem- „ place : para escogerle se remiten á la elección „ de un anciano de la aldea , aquel que creen mas Historia Natural. Ton. 1. (*) Vease la nota dol Traductor qus está al fin de BUE 27 „ capaz de discernir el buey que podrá ser ínstrui- „ do mas fácilmente : el bac^eicy novicio le juntan „ con uno viejo y práctico, y le enseña , a seguir i » ui compañero, ya con golpes , ya por o. ro, me- „ dtos. l-or la noche los atan juntos por ios cucr- „ nos , y también los atan asi mucha parte del dia, „ hasta que el nuevo está perfectamente instruido: „ quiero decir, hasta que ya es un guardaganado „ vigilante. Estos guardas conocen todos los habí— „ tauces del fc-aal, nombres, mugeres, y u¡ños,y „ maniriesian a todos el mismo respeto que un „ perro tiene á los que viven en la casa ue su 110 hay mngun habitante que 110 pue- , amo da acercarse a los rebaños con toda scuuri- „ ciad , pues nunca los hacen el menor mal : pero „ si un extrangero , y parricuiarmente un Europeo, ,, tomase la misma libertad, s.n ir acompañado de „ algún Houn.ote se arriesgaría mucho, porque es- „ cas guardas que comunmente pacen al rededor de ,, ios rebaños , vendnan b;en pronto sobre el a qa- „ lope , y sino poti.a ser oído de los pastores por „ la distancia, ó no tenia armas de fuego, buenos „ pies , o un árbol en que subirse , le matarían sin „ recurso : en vano recurriría a ios palos, ó á ¡as „ piedras , pues estos animales no se espantan de „ armas can debiles.‘c Todas las partes meridionales de Africa, y de Asia , están , como ya hemos dicho , pobládas de bisontes , o bueyes con corcova , filtre los quales se hailan grandes varieda.es en el tamaño, en el co- lor , y cu la i.gura de los cuernos ; j asi ci mo el «unco , qUv es nuestro buey en su estado silvestre, * eos 9 asi también el biso ie3 ó buey sil*vt tri con cor- ccva , es mucho rúas fuerte y mayor que el buey domestico de Indias. Algunas veces es también mas pequeño , y esto consiste únicamente en la abun- dancia de sustento. En Indias , en Abysinia , y en Madagascar , donde los prados naturales son espa- ciosos y abundantes, no se hallan sino bisontes de un tamaño prodigioso : en la Africa, y en la Arabia Perrea se encuentran neblíes ó biso-, ¡tes de un ¡ama- no muy pequeño. Vease Zeeu. Los Europeos transportaron á América bueyes sin corcova, los quales han multiplicado en aquel país , pero son mas pequeños. Esta especie era ab- solutamente desconocida en la América meridional, pero en la septentrional se hallaron muchos bison- tes ó bueyes con corcova, que probablemente habían pasado a este continente por la tierra del Ñor e. También se han hecho en él igualmente mas pe- queños, y han conservado el vestido mas ó menos caliente , según el temperamento de los climas don- de se han habituado (*). Mr. Dumont , que los encontró en la Luisiana, habla de eilos en ¡os términos siguientes. „ Los bu e- „ yes süvesues de la Luisiana, en lugar de pelo, como ,, los de Francia, están cubiertos de una lana tan ñ- ,, na como la seda , toda rizada, y mucho mas abun- ,, dame en el invierno que en el verano : los huoi- „ tantes hacen un uso grande de ella. Estos bueyes „ tienen en las espaldas una corcova bastan te ele- „ vada , y unas astas muy bellas que sirven á los D * „ ca- este articulo. 28 BU ,, cazadores para hacer frascos para la pólvora. En- ,, tre los cuernos tienen una guedeja de lana tan ’’ espesa , que una bala de pistola disparada a boca ” de canon, no la puede penetrar, como yo mis- > „ 1110 lo he experimentado. La carne de estos buc- ” yes silvestres es excelente , como cambien la de las 3J vacas y terneros parece que el buey silvestre ó bisonte con corco- va no ha habitado nunca mas que la parte septen- trional de América hasta la Virginia, la Honda, los países de los Hiñeses, la Luisiar.a , &c. porque aun- que Hernández le llamó toro de México, por un pa- s..ne de Solis se ve que este animal era extraño en0 México , y que Montezuma le tenia en la ca- sa de ñeras con otros animales silvestres que ve- nían de Nueva España. „ En un segundo patio , „ dice este historiador , se veían en tuerces jaulas ” tie madera todas las bestias feroces que produ- ” ce ¡a Nueva España : pero ninguna sorprendía „ tanto como la vista del toro de México , animal muy raro , semejante al camello por la corcova, ” a] león por el hijar seco y retirado , la cola es- ” peía3 y el cuello poblado de larga crin, á ma- „ ñera de cerneja , o guedeja , y al toro por los „ cuernos y el pie hendido/1 En electo , en las partes septentrionales se ha- llan bisontes , cuya lana es mas larga y mas espe- sa que la de los" que habitan las regiones mas tem- plabas. El bisonte ¿el norie de América, es del ta- maño de un buey de mediana altura. La lana del cuello y del vientre , liega hasta el sucio , y les cuernos no tienen mas que un origen común en la corona de la cabeza, que es muy larga, y muy ancha. Alimentase con pulmonaria, como un ani- mal de Ltnonia parecido al ciervo. Todos los bison- tes de America tienen un olor tan fuerte , que la mavor parte de los viageros los han dado el nom- bre de bueyes alindados : este olor de almizcle es común también á los attrocos , lo qual acaba de probar la identidad de la especie. El Padre Char- levoix habla asi de los bisontes almizclados. „ A quince leguas del l io Danés , dice , se en- ,, caentra el rio del Lobo marino , amuos vecinos ” de la Bahía de Hudson , y en este pais se ve una ,, especie de bueyes que nosotros llamamos almizclados, „ porque huelen tanto á almizcle , que en ciertos „ tiempos es imposible comer su carne : estos ani- „ males tienen muy bella lana , y mas larga que la „ de los cameros de Berbería. Yo me hice hacer „ unas medias ue ella , que eran mejores que de seda Estos bueyes , aunque mas pequeños que 3J los nuestros , tienen sin embargo mucho mas gor- dos y mas largos los cuernos , sus raices se jun- sj tan en lo alto de la cabeza , y descienden por „ los lados , casi hasta la boca , y después vuelven „ á subir las puntas hacia arriba , formando una me- „ dia luna : los hay tan gordos , que he visto un „ par, que separados del cráneo , pesaban sesenta li- „ bras : estos animales tienen las piernas muy cor- „ tas , de manera que quando andan , arrastra la ,, lana por el suelo , lo qual los hace tan disfor- „ mes , que desde lejos apenas se puede distinguir á que lado está la cabeza/' Oua casta de bisontes hay , que es la de los blancos , subsistente todat ia en Escocia en los par- ques de varios castillos antiguos : estos animales tienen la ferocidad y natural silvestre de sus ante- pasados : al menor ruido toman ia Inga, y con en con una ligereza admirable , y quando alguna per- sona quiere haber algunos , es preciso murar- los á escopetazos ; pero no siempre se hace esta caza sin peligro , porque sino se hace mas que he- rir al animal , en lugar de huir , cerré a los ca- zadores , y los malaria á cornadas , sino hallasen medios de evitarlo , ya subiéndose á algún árbol , ya salvándose en alguna casa. Aunque estos bisontes gustan de la soledad , con todo eso se acercan á las habitaciones , especial- mente en el invierno , quando el hambre y la es- casez los obligan a venir a ellas para comer el heno que les echan en los cobertizos. Estos bi- sontes silvestres nunca se mezclan con la especie de nuestros bueyes ; tienen el cueipo blanco , y el hocico y las orejas negras : su tamaño es como el del buey común de mediana altura : pero tienen las piernas mas largas , y los cuernos mas bellos : los machos pesan cerca de quinientas libias, y las hem- bras quatroclentas. Su tuero es mejor que el del buey común : pet o lo mas singular es que estos bi- sontes han perdido el pelo largo que tenían en otio tiempo , per la duración de su esclavitud. Boecio dice : (Ve scrip. regn. scot.') Gigncre soict ea selva bo- ves candidissimos in forman leonis jnbatn babentes.^e- ro ahora ya no tienen esta cerneja ó crin de pe- lo largo , y por esto son diferentes de todos los bisontes que conocemos. Finalmente el buey silvestre , el domestico , el de Europa , el de Asia , Africa , y América , el au- roco , ¿I bisonte , y el , son todos animales de una misma y única especie , que según los climas, los alimentos , y ios tratamientos diversos, han pa- decido todas las variedades que acabamos de ex- poner. Siendo el buey el animal mas útil , es tam- bién el mas generalmente esparcido ; porque á ex- cepción de ia América meridional , en todas par- tes se han encentrado bueyes : su naturaleza se ha concedido igualmente al ardor , o al rigor de los países del Mediodía , y del Norte. Parece antiguo en todos los climas, domestico en las naciones ci- vilizadas , y silvestre en las regiones desiertas : se ha mantenido por sus proprias fuerzas en el es- tado de la naturale a , y nunca ha perdido las ca- lidades relativas al servicio del hombre. clero quién es el que forma la casta primi- tiva de la especie , el auroco ó el bisonte ? Las sim- ples inducciones de los hechos referidos bastan pa- ra decidir la qiiestion. Si se considera que la cor- cova del bi.onte no es mas que un carácter acci- dental , que tiene por primera causa la compresión de las cargas que en todos tiempos le han hecho llevar, y por segunda , la superabundancia del ali- mento : si se atiende también a que esta corcova se altera y se deshace , ya por la flaqueza del ani- mal, ya por la mezcla de dos castas , se infeiirá na.uralmente que la casta de los arrotos es la do- minante de la especie , y el origen de todos los bueyes. Para lo restante sobre la generación , educación, y producto de esta especie preciosa, vease el ar- ticulo Vaca. BUEY BUE BUEY ALMIZCLADO. Asi llaman en América una variedad del bisonte que se halla en las parces Septentrionales de este nuevo mundo. Vease bisonte de América en el artículo Buey. BUEY CON CORCOVA. Vease bisonte en el artículo Bcjey. BUEY PARDO (el) del Mogol de varios via- jeros. Es el nií-gaiit. Vease esta palabra. Vota del Tr aducios. Don Antonio Julián Presbítero , en su Histo- ria manuscrita del rio grande , dice : „ que á orillas „ del rio grande de la Magdalena , en el territorio „ de Villa vieja , hay un sido llamado el Hato de los „ .Reyes , donde se crian bueyes sin cuernos • y otro „ que llaman agua hedionda, donde no solo se crian „sin astas, sino también sin pelo, rasos y lisos co- ,, mo perr os catangos ó chinos ; y solo tienen una gue- ,, deja ó mechón en la cola. Se dice que tan rara „ propiedad proviene de lo nitroso que es aquel si- „ do ; y otros lo achacan a el agua de una quebra- „ da llamada las lajas , que pasa por alli : hay tam- „ bien quien dice que proviene de cierta yerba odo- „ l itera llamada curibana , cuya fragrancia realmente ,, se percibe quando se come la carne de dichos ,, animales. Porque en sidos que abundan de nitro „ en este rcvno , pacen y engordan muchas reses, „ y no pierden sus astas ni pelo. Del agua de las „ lajas , que corre por medio de toda la posesión, „ bebe todo el ganado de las demas vacadas , y no „ se ve en ellos falta tan notable ; y siendo parti- „ cular de aquel sido la yerba cusí baña , se presume „ ser ella la causa de tal efe¿to.“ „ Debe notarse , que habiendo procurado ex- „ tinguir semejante ganado en los referidos sitios de „ Villavieja y agua hedionda , por mas que metían ,, ganado armado de astas, y fornido de pelo , lue- „ go las crias lo perdían poco á poto, y a la segun- „ da ya estaban mochos y pelados/1 BÚFALO, (el) Se parece mucho al buey , por su estatura v figura , y es doméstico como este ani- mal ; sirve para los mismos usos , y se mantiene de los propios alimentos. No obstante todo esto, es de una especie diversa ; porque estos animales no tienen ayuntamiento , ni producen juntos : an- tes bien sti naturaleza p rece antipática , pues se augura que las nacas no quieren dar de mamar á los terneros bnfalos , ni las búfalas a los terneros de las nacas. El búfalo es de un natural mas duro , y menos tratable que el buey , y ooedece con mas dificultad; es mas violento , mas tosco , mas caprichudo , y tiene todas sus costumbres groseras y brutales: últimamente es después del cerdo el mas puerco de los animales domésticos , por la oposición que tie- ne a dexar.se asear y limpiar. Su figura es grosera y repugnante , su mira esquiva y estúpidamente fe- roz ; es.ira con desayre ó sin garbo su cuello , y lleva mal colocada la cabeza , é inclinándola siem- pre hácia el suelo ; su voz es un bramido espanto- so, y de un tono mucho mas fuerte aun y mas mo- lesto que el del toro y el buey : tiene los miembros flacos , la cola desnuda de pelo , y el hocico ne- gro como el pelo y la piel ; difiere principalmen- BUF 29 te del buey en lo exterior por esta color de la piel, que se percibe fácilmente baxo del pelo ralo de es- te animal : tiene el cuerpo mas grueso y mas cor- to que el buey , mas largos los brazos que las pier- nas ; la cabeza mas pequeña á proporción , los cuernos menos redondos , negros , y en parte comprimidos : una melena crespa de pelo sobre la frente , y también la piel mas aspera y dura que ¡a del buey : su carne negra y dura , es , no solamente desagradable al gusto , sino repugnante al olfato. La leche de la búfala no es tan buena como la de la vaca , por tener a’gun gusto al almizcle. La búfala da una gran cantidad de leche en los países cálidos, donde casi todos los quesos se hacen de la -leche de este animal. Lo que dicen en Roma hue- vos de búfala , son tinos quesos pequenitos hechos de la leche de las que pastan en las lagunas pon ti- nas. Los Romanos dan á estos quesos la forma ó figura del huevo , y dicen que es comida bastante delicada. Hay otra especie de este queso que los Italianos llaman proba; tira , el que es de una calidad inferior a! primero. La carne efe los terneros búfa- los , que no han tenido otro alimento que la leche, no es por esto mejor. El cuero solo vale mas que todo el resto de la bestia , de la qual solamente la lengua es buena para comer. Como estos animales son generalmente mayo- res , y mas fuertes que los bueyes , se hace uso de e.los para la labor , y se les hace tirar como a es- tos , pero no llevar á lomo como las bes.ias de car- ga. Se les gobierna por medio de un anillo que se les pasa por la nariz : dos búfalos uncidos y engan- chados á un carro , tiran tanto peso corno qiiairo caballos fuertes. El búfalo gusta mucho de revol- carse en el agua , y aun de permanecer en ella: nada bien , y con valentía , y atraviesa los ríos y corrientes mas rápidos ; y como tier.e los bra- zos y piernas mas altos que el buey , corre tam- bién mas ligeramente sobre la tierra. La béfala no concibe mas que un ternerillo , y está preñada cer- ca de doce meses. Este animal originario de climas los mas cáli- dos del Africa y del Asia, no dexa de vivir y pro- ducir en Lalia , Francia , España , y en otros paí- ses templados de la Europa. Las lagunas pon inas, y las marismas de Siena , son en Italia los parages mas favorables para estos brutos. Parece que mien- tras mas calido es el clima que habi.an , les hace de un natural mas dócil y tratable ; pero tienen mejor pelo que en los climas templados , aun- que por lo general no sea nunca su piel muy po- blada. Hay una gran cantidad de búfalos monteces , ó silvestres en algunos parages del Africa , que están bañados de ríos, y provistos de grandes prados. Es- tos búfalos monteses , van en grandes manadas ó rebaños , y hacen muchos destrozos en las tierras cultivadas ; pero no embisten jamas á los hombres, ni corren tras de ellos, sino quando los han herido; entonces son muy peligrosos , porque van derechos á la persona que les hieie , ladran por tierra, y la matan a patadas y manotadas. Estos animales te- men mucho al fuego , y les disgusta el color roxo ó encarnado. Los Negros y los Indios los cazan, no siguiéndoles ni embistiéndoles cara á cara ; pe- ro 3o B U F ro los aguardan subidos sobre los árboles , ó escon- didos en la espesura de los montes para cogerlos o macarlos, listos pueblos hallan buena ia carne de este animal , y sacan una grande utilidad de sus pieles y de sus cuernos, por ser mas duros que ¡os del buey. „ Los búfalos , dice el Padre Rhodes en su his- „ toria de Tonqúin , son en este pais extraordina- „ idamente altos , y levantados de espaldas, y tan „ robustos y trabajadores , que uno soio nasta pa- ,, ia tirar del arado. „ El búfalo en el Malabar , según el viagero „ Dellon , es mayor que el buey , y tiene la cane- „ z a mas larga y piaña , los ojos mayores y casi to- do blancos ; los cuernos pianos, y muchas veces „ de dos pies de largo , y los brazos y piernas grue- „ sos y cortos. Es animal feo y desagradable : ca- „ rece casi enteramente de pelo •, camina con len- ,, titud , y lleva sobre su lomo cargas sumamente „ pesadas. Veras en rebaños ó en grandes manadas „ como las vacas •> producen leche que sirve para „ hacer manteca y queso , y su carne, aunque mc- „ nos dedicada que la del buey, puede comerse. Este „ animal nada pérfidamente , y atraviesa los rios ,, mas caudalosos. Ver.se muchos búfalos domésti- ,, eos • pero hay de estos animales monteses que „ >on peligrosísimos , porque matan a los hombres „ á pa¡ adas , ó de una cornada , o una testerada; ,, sin embargo son menos temióles en los montes, ,, que en otros parages , porque se ¡es enredan ,, truchas veces las astas en las ramas de los arbo- „ les , y dan tiempo con esto de huir a los que „ persiguen. Su cuero sirve para una infinidad de „ cosas, y se hace del «asta vasijas para conservar el „ agua y los licores ; los de Ja costa de Malabar ,, son casi todos silvestres , y no se prohíbe á los „ extrangeros en este pais el cazarlos, ni el comer- „ los.“ ,, Vcnse pacer en los campos de las islas Fili- pinas, dice Gemeli Careri , una cantidad grande „ de búfalos silvestres , parecidos á los de la China, ,, v tantos, que un diestro cazador pudiera ácaba- ,, í) o con una lanza matar diez ó veinte en un dia. „ Los Españoles los matan por lograr la piel, y los „ Indios para comerlos. “ „ Los Negros , dice Bosman , acechan los pa- „ rages donde los búfalos se juman de noche , y „ subiendo á un árbol grueso y elevado les tiran „ desde el , y no baxan hasta que los ven muer- „ tos „ Según Colbe , los búfalos son mayores en d „ Cabo de Buena Esperanza que en Europa , y en „ lugar de ser negros , como en otras partes , son „ de un roxo obscuro : les sale sobre la frente un „ mechón de pelo duro y erizado , y llevan siern- ,, pre hacia adelante la cabeza. Sus cuernos son „ muy cortos y caídos al l.tdo del cuello , y las „ puntas tan recorvadas hacia dentro que casi se ,, juntan : su piel es tan dura y firme , que es difi- „ cií de macarlos sin el auxilio de una buena arma „ de fuego , y la carne de e'tos animales no es tan .. gorda ..i tierna como la de los bueyt .“ „ En este parage, conti. úa el mismo viagero, „ el búfalo , es quanto al cuerpo , del tamaño ae un „ buey ; pero tiene los brazos y Jas piernas mas BUF „ cortas, la cabeza tnas ancha, y es sumamente te- „ núble : se mantiene muchas veces a la orilla de ,, los montes , y como tiene la vista escasa , subsis- „ te allí con ia cabeza baxa , para poder mejor dis- „ tinguir los objetos entre los troncos de los árbo- ,, les , é inmediatamente que percibe alguna cosa ,, que le inquieta , y puede alcanzar , se arroja en- „ cima , dando unos bramidos espantosos , y es „ muy túficii escaparse de su furia , la que es me- „ nos de temer en las llanuras, ó en campo abier- „ to. Tiene el pelo roxo , y negro en algunos pa- ,, rages, y se ven búfalos de estos en numerosas „ manadas.” El búfalo tiene la vista muy débil , ve me- jor de noche que de dia , y es tan corta y con- fusa , que quando en su mayor furor persigue a un hombre , basta que se eche a tierra , o se tienda en el suelo para librarse de él. Estos animales tie- nen una memoria que excede mucho a la de otros. Les ponen nombre a cada uno los pastores ó per- sonas que los cuidan , y para ensenarles á conocer, le repi.en muchas veces como cantado , acaricián- dolos al mismo tiempo por debaxo de la barba. La costumbre de oir este nombre cadenciado , es tal para el búfalo , que sin esta especie de canto, no se dexa de ningún modo aproximar, particularmen- te la hembra , para dexarse ordeñar. El búfalo es muy ardiente en el tiempo del ze- lo , se pelea fi i< . e por obt< er 1 h i ¡, y quando se asegura de ia victoria , busca ci medio de lograrla sin ser visto. La búfala no pare sino en la primavera , y u.ia sola vez al año : tiene quatro tetas , y no pare mas ae un terncrtllo ; si por acci- dente pare dos , la muerte es casi siempre la con- seqiiencia de es.a fecundidad. Produce dos años se- guidos , y descansa el tercero , manteniéndose es- téril entre tanto , aunque se junte con el búfalo. Su fecundidad empieza a los quatro años , y acaba á los doce. Quando entra en calor llama al búfalo con un bramido particular , al que el bruto nunca de- xa de acudir. Aunque el búfalo nazca , y se crie en rebaños ó manadas , conserva no obstante su ferocidad natu- ral ; de manera que no se puede hacer uso alguno de ti mientras no esta domado. Se empieza prime- ramente marcando con un hierro caliente a estos animales a la edad de quatro años , para poder dis- tinguir los búfalos que son de un rebano de los del otro : a la marca sigue inmediacame ; e la castra- ción , que se hace a la edad de quatro años , y no por compresión de Jos testículos, sino por incisión V amputación , cuya operación parece necesaria pa- ra disminuir el ardor violento y furioso que el búfalo muestra en el combate , y disponerle á un mismo tiempo a recibir el yugo , para los diferen- tes usos á que se le quiere destinar; y á poco tiem- po después de la castración, se le pasa un anillo de hierro por las narices , para gobernarle en lo suc- cesivo. Pero la fuerza v ferocidad del búfalo piden mucho arte para lograr el pasarle en dicho parage este anillo. Para esto , después de haberle echado en tierra , por medio de una cuerda con que se Je enredan las piernas , se echan sobre él algunos hombres para atarle los quatro pies, y pasarle por las narices el anillo de hierro , y lo desatan inme- dia- B U F chatamente de los pies dexaodolo a sil libertad. El baj ;,:u entonces corre furioso de uno en otro lado, y tropezando con quanto encuentra , busca el me- dio de desembarazarse del anillo; pero con el tiem- po se acostumbra insensiblemente a él , y la cos- tumbre , como igualmente el dolor , le traen a la obediencia. Condúcesele después con una cuerda atada á este mismo anillo , el que con el tiempo se le suele caer , por desgarrársele al bruto las nari- ces , a causa del continuo tirar de la cuerda de los que le conducen y guian ; cuya falta no le impide el trabajo , pues siendo viejo el animal , no se opo- ne á lo que le mandan , y quieren exigir de el. El bufalo parece aun' mas aproposito que el toro pa- ra las fiestas que sirven de diversiones públicas, particularmente en España (*) , por esto los Señores de aquellos paises , que tienen búfalos en sus tier- ras , no emplean en ellas para dichas funciones si- no estos animales. La ferocidad natural del búfalo se aumenta al paso que esta excitado ; lo que hace esta lucha ó justa tan animada como peligrosa. Asi pues el bufalo persigue al hombre con furor has- ta las mismas casas , subiendo las escaleras de ellas con una particular faci idad , y presentándose á las ventanas , desde donde salta otra vez abaxo , y salvando las paredes ó muros , siempre que los gritos duplicados del pueblo llegaron a ponerle fu- rioso. Cazanse los búfalos silvestres , pero con gran- de precaución , porque son peligrosos , y vienen al hombre de que se sienten heridos. Nicbuhr cuen- ta , hablando de los búfalos domésticos , que en al- gunos pan ages , como en Basra , timen el uso quémelo or- deña* á la búfala , de meterla la mano hasta el codo en la misma vulva ; porque la experiencia ha hecho ver » que esto la hace dar mas leche : pudiera muy bien ser que la bu f ala hiciese esfuerzos para retener su le- che , come hacen algunas de nuestras vacas , j que esta especie de operación aflojase la contracción de sus tetas. El término de la vida del búfalo es , poco mas ó menos , el mismo que el de la vida del buey , es- to es , de diez, y ocho anos , no obstante que ha- ya algunos que vivan veinte y cinco. Los dientes se le caen al bufalo ordinariamente algún tiempo an- tes de morir. Es raro en Italia el dexar á estos ani- males terminar la carrera de su vida , porque acos- tumbran engordarlos luego que han llegado a la edad de doce años , y venderlos después a los Ju- dios que comen la carne de estas bestias. Ademas de las enfermedades que les son co- munes con los otros animales , hallase una que es particular en el bufalo , y que no padece el bruto sino en sus primeros años. Esta enfermedad se lla- ma en Italia barbona , palabra que tiene .conexión con el sitio principal que este mal ocupa , que son las fauces , y baxo la barba. Los síntomas de esta enfermedad , a lo menos los exteriores , son muy fáciles de conocer. La la- crimacion es el primero , á que sigue inmediata- mente una absoluta inapetencia en el animal , y ca- (*) Se ve lo mil informado que está e! Autor por su narración ; pues en España / unas se corren búfalos , ni to- rean sinu Qi- toros y a menos que no equivoque una especie BUF 31 si al mismo tiempo una hinchazón considerable de su garganta , y alguna vez también de todo su cuer- po , a que se agrega el que el animal coxea tan presto de adelante como de atrás , y el tener par- te de la lengua fuera-de la boca , y rodeada de una espuma blanca que atroja fuera de ella. Los efeéfos de este mal son tan prontos como temibles , porque a pocas horas , o a lo mas en un dia, el animal pasa por todos los grados de la enfermedad , y por fin perece. Quando. se declara en un rebano , o en una piara , todos los búfalos que no han cumplido los tres años, adquieren infa- liblemente dicho mal ; y si no han pasado de un año , casi todos perecen. Entre los que tienen dos años , se ven muchos que no se infestan , y aun escapa bastante numero de los que padecen dicho mal ; y en fin, están casi seguros de no morir los búfalos nuevos luego que cumplieron los tres años: porque es muy rato el que en esta edad se conta- gia. No hay exemplo que alguno de estos anima- les haya adquirido esta enfermedad , una vez que cumplió los tres años. Ordinariamente empieza por sacrificar los mas nuevos , como mas débiies , y los que maman aun, son las primeras viítimas. Inmedia- tamente que la madre , por la finura de su olfato, percibe en su tcencriUo la semilla de esta enferme- dad , es ella Ja primera que le condena á ¡a muer- te , negándole Ja teta. Esta epidemia se comunica con una rapidez extraordinaria ; en nueve dias , á lo mas, un reoaño de búfalos nuevos, por muy nu- meroso que sea , esta casi todo infestado. Los que adquieren el mal en los seis primeros dias, casi to- dos perecen ; pero los que no le cogen sino en ios tres últimos, escapan muchos de ellos, porque des- de el sexto dia esta epidemia ó contagio va siem- pre disminuyéndose hasta el noveno , en que pare- ce reunirse este mal sobre la cabeza de un solo bú- falo , del qual hace , digámoslo asi, su vi ¿tima de expiación. Esta enfermedad de los búfalos no tiene esta- ción fixa , y solo se experimenta ser mas común y peligrosa en primavera y en verano , que en oto- ño y en hibierno. Una observación bastante gene- ral se hace , y es que viene ordinariamente lue- go que el agua sigue á los grandes calores y ha- ce brotar la yerba nueva ; lo que parecería pro- bar , que su causa es una superabundancia de qui- lo , y de sangre , causada por este nuevo pasto ; cu- yo sabor y frescura convida á los terneros búfalos á satisfacerse mas de lo que necesi.an para nutrirse. Hay una experiencia para el apoyo de esta reflexión, y es que los búfalos nuevos , que habiendo tenido un mantenimiento sano y abundante durante el hi- bierno , se entregan con menos ansia á la yerba nueva de la primavera, no son tan perseguidos co- mo los oíros de esta epidemia. En los años secos esta enfermedad se manifiesta menos que en los hú- medos. Los vaqueros ó pastores de rebaños de búfalos lian intentado en vano diferentes reme- dios para atajar esta epidemia , aplicándoles en la garganta un boton de fuego , bañándoles en el agua del con otra , lo que no es verisímil en un hombre de sus co- nocimientos* o2 BUF del rio y del mar , separando del rebaño los infes- tados para impedir la comunicación de este acciden- te : toda diligencia ha sido inútil; y solo el cam- biar de pasto , parece contribuir a alguna débil mi- tigación. En quanto á los demas , debemos añadir á esta discripcion de la Embona, de los bufalos un extraéto de una memoria de Mr.Gaétani, sabio Prelado Ro- mano , que no puede ser de ningún modo general á la especie del búfalo , sino que pudiera bien ser particular , á lo menos al ultimo punto de su ma- lignidad , á los rebaños de estos animales, que pas- tan en las lagunas pontinas , que son, como hemos dicho , el parage de toda la Italia donde se crían BUY mas búfalos , y según toda apariencia , es causado este contagio por la malignidad del ayre y del agua en estas vastas lagunas. BUGHUR. En Persia es el camello. Vease este ar- tículo. BUSCLAPHUS (el) de Cayo. Es el búbalo. Vea- se esta voz. ** Boytron. (mont.) Llamase asi un artificio, que formado de setos ó paredes de estacas entretexi- das con ramas un genero de encierro , que va á rematar estrechamente á una hoya grande , para que acosada la caza con el ojeo , venga á caer en ella : llamase asi por formarse lo mismo que la red llamada buytron. CAAI- 33 CAA (^AAIGOARA del Erasil. Según Marcgrave es el pecar. Ve ase esta palabra. CABALLO (el). Noble y arrogante animal, que parte con el hombre los trabajos de la guerra , y la gloria de los combates. Tan intrépido como su dueño ; mira el peligro, y no se aterra, ni acobar- da del que se le presenta y amenaza : se acostum- bra al ruido y estrépito de los rumores marciales, él mismo los apetece , los busca , y se anima del mismo espíritu y ardor que los combatientes. To- ma también parte con su dueño en las diversiones de la caza , de los corneos y de la carrera : bufa, resopla , y manifiesta como fuego en sus ojos quan- do se enardece ; pero dócil , quanto animoso , no se dexa llevar de la cólera , sabe reprimir sus mo- vimientos , y no solamente obedece a la mano del que le gobierna , sino que parece consulta sus de- seos : y obediente siempre a las impresiones que recibe , se precipita , se modera , ó se para entera- mente , y no obra mas que para satisfacer y agra- dar. Es una criatura que renuncia á su propio ser, para no existir sino por la voluntad agena : que la previene, la expresa y laexecuta: que comprehen- de tanto quanto se le manda é insinúa : que no hace sino lo que de él se quiere y se desea exigir; y que entregándose al hombre sin reserva , á na- da se le opone ni resiste : emplea todas sus fuer- zas para servirle y complacerle, y se excede en es- te punto hasta el término de morir , por mejor obedecer. En el estado de libertad los caballos no son fe- roces , son solamente salvages ó silvestres ; y aun- que superiores en fuerzas á la mayor parte de otros animales , nunca les acometen ni embisten de su propia voluntad ; y si son acometidos por ellos, los desprecian , y si esto no basta , les embisten furio- sos hasta matarlos si pueden. Van también en tre- pas ó manadas , y se juntan por el solo placer de vivir en compañía , porque se toman mucho cari- ño unos a otros , y no porque tengan algún miedo. Como la verba y los vegetables son suficientes pa- ra su comida y mantenimiento , y encuentran bas- tante abundancia en el campo para satisfacer su ape- tito ; y por otra parte no apetecen de ningún mo- do la carne de los demas animales , nunca les ha- cen la guerra , ni la tienen tampoco entre sí pro- pios : viven siempre en paz , porque sus deseos son simples y moderados, y los satisfacen con fa- cilidad ; con cuyo motivo no tienen por que en- vidiarse. Todo esto puede observarse en los potros que se crian juntos , y que se conducen en manadas, los qtiales tienen las costumbres mansas , y las ca- lidades sociables. La fuerza y ardor de estos her- mosos y generosos brutos , no se notan ordinaria- mente sino es por señales de una simple emulación: procuran adelantarse los unos á ios o.ros en la car- rera ; por hacerse y acostumbrarse, y aun por me- terse en el peligro , desuñándose muchas veces (en Historia Natural. Tom. I. CAB el modo que se les advierte) á pasar un rio , á sal- tar un foso ; y los que en estos exercicios naturales van los primeros , y dan exemplo de esta intrepi- dez , son los mas generosos , y ordinariamente los mas dóciles y flexibles luego que están domados y doótrinados. El caballo es de todos los animales el que con una grande corpulencia tiene la mayor proporción y garbo en todas las partes de su cuerpo. La regula- ridad de las proporciones de su cabeza le dan un ayre de agilidad , que es bien sostenido por la hermosura de su cuello ; parece querer sobrepujar á su estado de quadrúpedo quando levanta la ca- beza y la cerviz. En esta noble postura mira al hombre cara a cara : tiene los ojos vivos y muy abiertos , las orejas bien hechas , y de una justa pro- porción ; y las crines , que acompañan y adornan infinito su cerviz , le dan un ayre terrible de fuer- za y ferocidad. Su cola , cumplidísima y poblada, termina ventajosamente la espina de su íomo , y esta adornada de cerdas espesas y largas , que pa- recen salirle de la misma grupa ; porque el maslo de donde penden es sumamente corto , respeéto a las demas partes de su cuerpo. No puede enros- car la cola como el leen , pero le sienta mejor, aunque la lleva baxa ; y como tiene la facilidad de moverla á uno y otro lado , se sirve de ella con mucha utilidad para espantar las moscas y mosqui- tos que le pican é incomodan : porque aunque su piel es muy firme, y guarnecida generalmente de un pelo espeso y unido , es no obstante sensibilí- sima y muy delicada. La posición de la cabeza y del cuello del caba- llo contribuye mas que Ja de todas las otras par- tes de su maquina á darJe un noble aspeólo. La par- te superior del cuello, ó la cerviz, de donde le sa- len las crines , debe elevarse en linea reóta quan- do sale de la cruz , y formar , conforme se va acercando á la cabeza , una linea curva , poco mas ó menos como la que figura el cuello del cisne. La parte inferior del cuello ó la garganta , no debe hacer círculo alguno formal : ha de ser su direc- ción casi en linea reóta , desde los pechos has. a la quixada , y un poco salida insensiblemente hacia adelante ; porque si esta linea fuese perpendicuiar, y tuviese ademas hundimiento la cruz del caballo con el principio de la cerviz , sería el cuello falso ó mal nacido , defeóto considerable en el bruto, como sabe todo inteligente. Conviene también que la parte superior del cuello ó la cerviz sea del- gada , y tenga poca carne cerca de las crines , y que estas sean largas y poco espesas , lo que ador- na infinito ai caballo el cuello. La hermosura de es- te consiste en que sea largo , y elevado con pro- porción a la altura y cuerpo del bruto : quando es muy corto y carnoso , es el caballo pesado á la ma- no , y quando le tiene largo y delgado en dema- sia , suele picotear ; esto es , sacudir arriba y aba- so la cabeza. Para que esta tenga la situación mas E ven» 34 C AB ventajosa, debe mirar perpendicularmente al hori- zonte. La cabeza del caballo debe ser enxuta y delga- da , no muy larga , esto es , ni grande en dema- sía , ni pequeña , y con poca carne sobre los hue- sos ; las orejas conviene t]ue ésten poco distantes una de otra , y que sean rectas , pequeñas , firmes, estrechas, V se hallen bien plantadas sobre lo alto ce i copete : la frente ancha é*) , y su parte inferior acarnerada, o un poco convexa : las ancas llenas de carne , las pestañas delgadas , los ojos ciaros y espi- rituosos , y no hundidos , resaltados , ni tampoco demasiado grandes ni pequeños : la pupila grande, la quixada descarnada , las narices ó los sellares bien abiertos , los belfos y Libios delgados , la bo- ca medianamente hendida , la auz alta y descarna- da , los pechos anchos , redondos y salidos un po- co hacia adelante , las espaldas medianamente car- nosas , el lomo ó la espina un si es no es hun- dido , las costillas con buena vuelta , los hijsres cortos y llenos , la grupa redonda y en buenas car- nes , las ancas o caderas bien formadas , el maslo de la cola firme y grueso , los antebrazos y muslos robustos y carnosos , las rodillas redondas por de- lante , y tan descarnadas que se note solamente la piel soure los huesos , los corvejones anchos , se- cos y siu porosidades , las canas delgadas por de- lante , y anchas de los lados , el nervio maestro bien separado del hueso de la caña , los menudillos menudos , las cernejas poco pobladas de pelo , las quartiilas ni muy gruesas ni delgadas, y de una me- diana longitud , las coronas nunca elevadas ni su- midas , los cascos negros y unidos , las tapas relu- cientes , los talones anchos y separados , las ra- nillas menudas y enxutas , y las palmas cóncavas y gruesas. Veanse estas voces en la parte del Arte Veterinario. Pero hay poquísimos caballos donde se encuen- tren juntas todas estas perfecciones : los ojos del bruto , por exemplo , están sujecos á una infinidad de defectos é imperfecciones , que son muchas ve- ces dificilísimos de conocer. Para asegurarse prin- cipalmente de la sanidad del ojo del caballo , deben verse al través de la túnica cornea, y sobre la pu- pila dos o tres manchas de color de ollin ; por- que para advertir estas manchas , es preciso que la túnica córnea sea clara , limpia y transparente. Quando esta parte se manifiesta turbia, cubierta ó de mal color , puede ya asegurarse que el ojo del caballo no es bueno. La pupila pequeña , larga y estrecha , ó rodeada de un círculo blanco , mani- fiesta también ser malo el ojo del caballo , y asimis- mo quando tiene un color que tira sobre el verde. Los caballos que tienen los ojos hundidos , ó un ojo mas pequeño que el otro , que llaman ojos de cochino ó de ceulo , tienen también por lo común maia vista. Juzgase , y con bastante fundamento , del natu- ral y del aétnal estado del caballo por el movi- miento de las orejas. Debe siempre que camina lle- var las puntas de éstas inclinadas hacia adelante, (*> V nunca estrecha como quieren los Franceses. {**) Ion franceses se valen de ti istmias señales que los Españoles para conocer la edad de lo s ctbjllos, pjrinc i palmencc por cerrar lo; suyos mas tarde que los CAB que es lo que dicen buena •vela. Un caballo fatigado y cansado lleva las orejas baxas : ios que son co- léricos y malignos , llevan alternativamente una oreja atrás y otra adelante , y todos vuelven las orejas al lado donde sienten algún ruido , y hacia atrás siempie que se les toca sobre el lomo ó so- bre la grupa. Los caballos que tienen ¡a boca seca no son de tan buen temperamento como los que la tienen fresca , salivosa y llena de espuma quando tienen puesta la brida. El caballo de montar ha de tener las espaldas con mucho movimiento , y no demasiado carnosas: el de tiro , bien sea de coche ó de carro , las de- be tener redondas y gruesas. Esto no obstante , si las espaldas de un caballo de silla fuesen demasia- damente secas , y el hueso omoplato , y las jun- turas de los encuentros se notasen mucho baxo la piel , sería este un defeéto considerable , con que manifestaría el bruto no tener la libertad correspon- diente en las espaldas , y por conseqiicncia no po- der aguantar largo tiempo la fatiga. Otro defeéfo aun para el caballo de montar , es el tener los pe- chos muy avanzados , ó nacerle los brazos traseros, porque entonces es expuesto á apoyarse mucho so- bre la mano quando galopa , y á tropezar y dar de hocicos con freqüencia. La longitud de los remos del caballo debe ser proporcionada á la altura de su cuerpo ; porque quando los brazos son demasia- damente largos (que es lo que dicen ser el caballo alto de agujas') no va seguro sobre sus pies; y quan- do son muy cortos , que es lo que hace llamar ba- xo de agujas al bruto , es muy pesado a la mano de la brida , y hace muy de'ayrado al caballero. Obser- vase que las yeguas son ordinariamente mas expues- tas á ser baxas de agujas que los caballos : y que los caballos enteros tienen el cuello mas grueso que las yeguas y que los caballos capones. Una de las cosas mas importantes y necesarias en todo aficionado caballero ó ¿mete , es el cono- cer la edad del caballo ; y como sea precisamente por los dientes por donde pueda venirse en este seguro conocimiento , se hace absolutamente in- dispensable el explicar su disposición y diferen- cia (**). Para esto debe saberse , que el caballo tie- ne quarenta huesos en los alveolos de las mandíbu- las , á saber , veinte y qu.itro muelas , quatro col- millos , y doce dientes incisivos ó cortantes. Las yeguas rara vez tienen colmillos , y quando á una ú otra se le advierten , son sumamente pequeños. Las muelas no sirven para el conocimiento de la edad del caballo , ni los colmillos la declaran tam- poco á punto fixo , como pretenden los Franceses? y sí solo manifiestan la vejez del bruto quando ya ha cerrado , y no se le puede conocer de ningún modo su edad. Para saber ésta , antes que el bruto haya llegado á los siete años , conviene entender, que nace ya con quatro dientes mamones (no fue- ra de las encías , como todos los Autores Espa- ñoles de Albeyteria antiguos y modernos suponen, con el fluxo y prurito de haberse ido unos á otros erróneamente copiando , sino cuajados en sus ál- veo- nuestros ; que es por lo que no se sigue su inerodo en esta traducción , en orden al conocimiento de la edad de dichos animales. CAB veolos solamente) á saber , dos enmedio de las encías superiores , y dos enmedio de las inferio- res : que a los ocho , diez ó doce días de nacido el potro , ya se le descubren fuera de las encías; y que al año tiene todos los doce dientes mamones o de leche que debe tener. Que a los dos años y medio muda los quatro primeros dientes de leche (en cuyo caso se dice que va á tres años) : que á los tres años y medio muda otros quatro dientes, que llaman los inmediatos , por ser los mas próxi- mos á los quatro de enmedio ; y en este estado se dice que va a hacer el bru.cí' quatro años : que á los quatro y medio le nacen los dientes llamados extremos , por ser los postreros incisivos que le de- ben salir , y entonces se dice que va a hacer cin- co años , cuya edad se advierte en ver estos últi- mos dientes mediados y frescos : como el tener seis años el caballo , en manifestar el diente fresco, parejo é igual ; y que cumplió los siete en tenerle algo rancio , en notarse el postrer diente de arrica ya con gavilán , y abrazando al de abaxo , y en lle- narse las canales de entre diente y diente , de aba- xo á arriba, de carne. Pero para entender con me- nos equivocación la edad ñxa de los caballos antes que cierren (porque después no es posible a punto fixo podetla distinguir ni averiguar) conviene ad- vertir , que hay quatro diferencias de dientes , á saber, belfos , picores , conejunos y vanos. El dien- te belfo es el que es mucho mayor en la encia ba- sa que en la alta : el picón contrai ¡ámente , esto es, mayor en la alca que en la baxa ; cuyas dos diferen- cias de dientes son perjudiciales á los brutos que las tienen , quando tienen que mantenerse de lo que pastan , porque no pueden cor.ar la yerba fá- cilmente ; y por esto en el pasto no toman , co- mo los otros caballos , las carnes que deben tener. El diente que dicen conejuno , que es el peque- ño , igual , firme y macizo , es de todas las diferen- cias de dientes el mejor ; pero también el mas equi- vocado para el que le examina , porque suele te- ner ocho , diez , ó doce años el bruto , y mani- festar solamente seis , principalmente si el diente postrero no tiene gavilán , por habérsele limado , en cuyo caso se enganan muchas veces los mas ex- pertos Albeytares ; y mas si no atienden a las ca- nales de entre diente y diente , que todo caballo cerrado debe tener llenas de carne. Este genero de diente es aun mas común en las yeguas que en los caballos. El diente vano es el que se nota cóncavo , ó hueco ; y como este genero de diente no suele hacer gavilán arriba por su poca solidez , necesita el que le examina también mucha advertencia pa- ra conocer puntualmente en el bruto la edad. Después de cerrado el caballo, es imposible po- derle conocer a punto fixo los años que tiene, bien sea por los surcos del paladar , que se borran al paso que el caballo envejece , por los pliegues que hace en su labio inferior , por los espóndiles de la cola , ni por la retiración pronta ó tarda de la piel: y solo puede venir , poco mas ó menos , en co- nocimiento de los años del bruto el que tenga Historia 'Natural, Tom. I. (*) La Operación de la capadura , que se hace por medio del caustico , y por medio del fuego , es la CAB 3 s; mucha practica en ver caballos , y haya largo tiem- po observado cuidadosamente en ellos aquellas señales generales y particulares, que indican su ve- jez. En Europa y en la China se acostumbra mu- cho el capar a los caballos , cuya operación les qui- ta mucha fuerza y valentía ; pero les da por otra parte grandísima mansedumbre , docilidad , y tran- quilidad. Para executarla bien , se les ata de bra- zos y de piernas , se les echa en el suelo sobre su lomo , y se les abre el escroto o las bolsas con un bisturí , sacándoles inmediatamente los tesriculos , y cortando los vasos que van a ellos, y los li- gamentos que les sostienen. Después se cierra la llaga , y se tiene cuidado de hacer bañar el caba- llo dos veces al dia , durante el termino de quin- ce, ó de lavar , bañar , ó xeringar amenudo la mis- ma parte con agua fresca , manteniendo solamente al caballo en todo este tiempo con salvado , mez- clado con agU3 , para refrescarle. Esta operación debe hacerse en la primavera , y en el otoño : porque el gran calor y el mucho frío , la son igualmente contrarias. (*) En orden á la edad en que puede caparse al caballo , el uso mas general y mas bien fundado , es de no hacerlo sino á la de dos ó tres años , porque en capando tarde al bruto , conserva siempre mas tiempo aquellas ca- lidades anexas al sexo masculino. Este uso de ca- par a los caballos es enteramente desconocido en el Levante. El caballo capón , ó castrado , carece desde luego que le capan de toda virtud genera- tiva ; pero puede aun juntarse con la yegua , como se han visto muchos exemplos. Los caballos mudan la capa , como casi todos los animales cubiertos de pelo ; y esto lo hacen una vez al año , ordinariamente en la primavera , y algunas veces también en el otono. En esta oca- sión están mas débiles y faltos de fuerzas que en otros tiempos : por lo mismo conviene entonces trabajarlos con moderación , tener mayor cuidado de ellos , y darles de comer mas largamente. Hay también caballos que mudan el casco , lo que sucede principalmente a los que se han criado en países húmedos y pantanosos. Los caballos capones y las yeguas relinchan me- nos freqiientemente que los caballos enteros , y tienen la voz menos llena y grave. Pueden dis- tinguirse en todos ellos cinco diferencias de re- linchos , y relativos a sus diversas pasiones. El relincho de alegría , por exemplo , le demuestran con una voz que se hace entender largamente , su- biendo y acabando con tonos muy agudos , y co- ceando ligeramente , y sin idea de tocar á nadie al mismo tiempo. El relincho de deseo , bien sea de amor lascivo , ó de carino para el que los mar neja , le indican los caballos sin cocear , haciendo entender largamente su voz , y acabando en unos tonos mucho mas graves. El relincho de cólera le demuestran con un relincho agudo y corto , y al mismo tiempo coceando , é hiriendo con los pies peligrosamente al que se les aproxima. El de ter- ror ó miedo coceando cambien , y relinchando con E z un mas segura de todas las que se executan para el m bailo. 36 C A B un tono algo mas largo que el de la cólera , y con una voz^rave, y tan ronca que parece salirles en- teramente de las narices : esta suerte de relincho es bastante parecido al rugido del Icón. El relincho de dolor ó de pena es mas presto una especie de gemido ó de tos oprimida , que manifiestan los ca- ballos con una voz grave , siguiendo con ella las alternativas de la respiración. Los caballos que mas relinchan, particularmente de alegria y de deseo, son los mejores y mas generosos (*). Notase que los caballos enteros tienen la voz mas fuerte que las yeguas , y que los caballos capones ; y que desde que nacen , tienen los machos la voz mas fuerte que las hembras , como también que á los dos años ó dos y medio, la voz del bruto y de la yegua se hace ya mas grave y fuerte. Siempre que el ca- ballo esta apasionado de amor , de deseo ó de ape- tito , muestra luego sus dientes , y parece que ríe: asimismo los muestra ó los enseña quando está apasionado de la cóíera , y siempre que quiere morder. Algunas veces saca también la lengua para lamer , pero menos freqüentemente que el buey y que el toro , que lamen mucho mas que el caballo , y que no obstante , son menos sensibles y agrade- cidos a las caricias. El caballo se acuerda también mucho mas tiempo de las injurias que se le hacen, y del mal trato que se le dá ; y se enoja asimismo mas fácilmente que el buey. Su natural ardiente y animoso le presta luego todo lo que tiene de fuerte y atrevido , para rebelarse siempre que co- noce se le quiere exigir mas allá de lo que sufren sus fuerzas y poder. El caballo duerme mucho menos que el hombre quando está en sana salud 1 no se mantiene echa- ndo comunmente mas que dos ó tres horas de segui- da , y luego se levanta para comer ; y siempre que ha estado muy fatigado o cansado , se echa una vez después de haber comido ; pero en todo no duer- me ordinariamente mas que tres ó quatro horas, en las veinte y quatro del dia. Algunos caballos hay que nunca se echan , y que duermen siempre levan- tados : y aun los que se echan duermen también muchas veces de pie. Adviértese que los caballos ca- pones duermen mas veces , y mas largo tiempo que los enteros. El caballo bebe aun con mas ansia que come; y asi se nota que mete la boca y las narices profun- damente en el agua , la que traga copiosamente por un simple movimiento de engullir; por esto se ve precisado muchas veces á beber de un golpe , y sin respirar , lo que suele dañarle ; que es por lo que se le debe hacer beber á pausas ó por interva- los ; esto es , cortándole el agua amenudo , so- bre todo después de haber hecho algún exercicio violento. Y siempre que el movimiento de su res- piración es corto y veloz , tampoco se le debe de- xar beber el agua demasiadamente fria ; porque ademas de los torozones a que se le expone , le (•) En Espina el caballo relinchador es siempre po- co aoreciable ; y este vicio se tiene en el bruto por ün formal defecto (**) F' un error el persuadirse evitar el muermo ¿ los caballea ñor el med;o de limpiarles las narices después que beben agua fria . aun quando se conce- diese que pudiera ser esto el origen de esta cruel enfermedad ; quando el muermo, ya sea siguiendo el CAB sucedería también , por la necesidad que tiene de meter las narices en el agua, el resfriarse ó arro- madizarse , y el tornar muchas veces la semilla , ó principio de esta enfermedad , llamada muermo , la mas formidable de todas para esta especie de ani- males : porque se sabe , de poco tiempo á esta par- te , que el sitio de dicha enfermedad está en la membrana pituitaria del bruto , que es por conse- quencia un verdadero y maligno resfriado , que con el tiempo le causa inflamación en dicha parte, y en seguida la muerte. Este mal no parece tan írc- quente ni general en los climas cálidos , como en los frios : pudiera pues precaverse , no dando nun- ca agua fria á los caballos , y enxugandoles bien las narices después que la hubiesen bebido (**). El caballo , tomando su incremento, en el espa- cio de quatro años , puede vivir seis ó siete veces mas ; esto es , veinte y cinco ó treinta : los exemplos de lo contrario son poco comunes (***). Los ca- ballos gruesos y pesados , esto es , los de tiro , y los rocines crecen mucho mas prontamente que los caballos finos ; viven también menos tiempo , y son ordinariamente viejos a la edad de quince años (****). El freno y las espuelas son los dos instrumen- tos y medios principales que han sido desde lue- go inventados para obligar a los caballos á obe- decer los designios y reglas del ginete. El freno, por la igual y desigual compresión en los asientos ce la boca del bruto , para detenerle en la violen- cia de su ayre , ó de su marcha ; para pararle, para darle pasos atrás , y para dirigirle á derecha y á izquierda : y las espuelas para ayudarle y em- pujarle hácia adelante , siempre que (no obstante otras ayudas suaves que deben precederle) retarda su movimiento mas de lo que corresponde. La boca , como parte mas principal del táóio del caballo , es de una tan grande sensibilidad en el bruto , que prefiere al sentido de la vista y al del oido , por donde debe gobernarse el ginete para hacer entender al caballo su voluntad. El menor toque , ó el mas ligero movimiento del bocado ó embocadura , basta para advertir y determinar al bruto sobre todos sus ayres ; y este mismo sentido ú órgano principal del taóio no tiene otro defeélo que el de su propia perfección: porque si se abusa de esta misma grande sensibili- dad de la boca del caballo , se la pierde para siem- pre , volviéndola insensible á las impresiones de la embocadura. Quando un caballo está bien doófri- nado, el menor impulso ó movimiento de los mus- los y rodillas , el mas ó menos apoyo en uno u otro estribo , el mas ligero movimiento del bo- cado , ó de la mano de la brida , basta para gober- narle y dirigirle. Las espuelas se hacen las mas ve- ces inútiles , y no deben usarse sino para forzar u obligar al bruto á hacer prontos y extraordinarios movimientos. Y siempre que por la impericia del ca- antiguo 6 nuevo sistema ♦ puede provenir de varias causas , como sabe rodo Veterinario inteligente. (•**) No s,*no demasiado frequentes , y aun es mas raro y extraordinario el verse no caballo de trein- ta años de edad , que un hombre de ciento. El Autor original de este articulo pudiera decir ¿en qué pais , ó entre qué especie de razas d« caballos , no son a quince años viejos estos animales? CAB caballero sucede , que aplicando al caballo las es- puelas j retiene al mismo tiempo la mano de Ja brida : el bruto , hallándose excitado de una parte y retenido de la otra , no puede hacer otra cosa que encabritarse , o dar un salto sin ganar terre- no , ni salir del mismo sitio que ocupa , a no ser hurtándose á una u otra mano , ó vertiéndose pre- cipitadamente con riesgo del que le maneja. La marcha mas natural del caballo , es sin duda alguna el troce ; pero el paso y el galope , son las mas cómodas y suaves para el caballero ; que es por lo que los hombres de a caballo , se han dedica- do y aplicado desde luego a dar la mayor perfec- ción ai bruto sobre estos dos mismos ay res o pro- fesiones. Siempre que el cala.lo levanta el brazo, ó uno de sus remos delanteros , para marchar o ir hacia adelante , conviene que haga este movi- miento con mucha valentía y facilidad , y que do- ble bastante y con ayre ia rodilla. Ll movimiento del brazo debe ser siempre elevado y sostenido, y le ha de baxar el caballo , de manera que siente firmemente , y por igual la mano en el suelo , sin que reciba al hacer este movimiento ninguna im- presión su cabeza ; porque siempre que baxa el brazo prontamente , y af mismo tiempo el pico, es ordinariamente por aliviar ó ayudar el bruto al otro brazo , que no tiene fuerza bastante para sos- tener por si solo -todo el peso del cuerpo. Este defecto es de mucha consideración en el animal, como también el de pisar de punta , de talón , ó con las partes de adentro ó de afuera del casco, que son los quatro huellos , que llaman imperfeffios', esto es, huello t opino , huello pando o de itaon, huello izquierdo , y huello avieso o estevado , los que arguyen , desde luego , debilidad en el bru- to , y poca aptitud para resistir largo tiempo la fa- tiga. El paso , que es ¡a mas lenta de todas las mar- chas naturales del caballo , debe no obstante ser pronto y ligero , y no muy largo ni recogido. Es- ta prontitud y ligereza, depende mucho de la li- bertad de las espaldas del bruto , y se reconoce en el modo de llevar su cabeza quando camina: si la lleva alta y fírme , es ordinariamente ligero y vigoroso ; y al contrario , quando la lleva baxa ó la amorra junto a los pechos. Siempre que el caballo no tiene libre el movimiento de las espal- das , no puede elevar bastante los brazos , y es expuesto a tropezar contra las desigualdades de Ja tierra ; y quando es estrecho de pechos , y el mo- vimiento de sus brazos parece independiente de las espaldas, se fatiga mucho , tropieza y cae frequtn- temente , y no es capaz de hacer algún buen ser- vicio. El caballo debe caminar derribado de atrás, y levantado de adelante , y ha de elevar y soste- ner arriba los brazos ; pero si los sostiene dema- siado iargo tiempo , y ios vuelve á tierra con mu- cha lentitud , pierde entonces toda ia ventaja de la ligereza , se hace duro y pesado , y no es aparen- te ni propio sino para la ostentación , ó para el paso de movimiento. No basta , pues , que los movimientos del ca- ballo sean prontos y ligeros ; deben ser también iguales , uniformes y unidos , tanto en el quarto detantero como en el trasero : porque si la grupa CAB 37 balancea al sostenerse las espaldas y los brazos, eJ movimiento del bruto se hace sentir al ginete , por sacudidas de lomo que le incomodan , sucediendo lo mismo quando pasa mucho del pie á la mano, ó mete demasiado las piernas baxo la barriga. Los caballos, cortos de sillar , son propensos á estos de- feótos • y los que se alcanzan , se topan , cruzan y se rozan , no tienen seguridad alguna en sus bra- zos ni piernas , ni en sus marchas naturales ni ar- tificiales. Por lo general , los caballos largos de si- llar ó de lomo , son los mas cómodos para el gi- ncte ; porque hallándose él mas distante de los dos centros del movimiento , que son las espaldas y ancas del bruto , hacen menos impresión en el caballero los movimientos ó sacudidas del lomo. El paso , para ser bueno y metódico , debe ser pronto , ligero , suave y seguro. En esta marcha, los remos del caballo no se levantan mas que á una pequeña altura, y los pies caminan próximos á tier- ra. Hallanse quatro tiempos distinguidos en el 4>a- so : por exemplo , si el brazo derecho del brtito parte el primero , la pierna izquierda sigue un ins- tante después ; luego el brazo izquierdo parte in- mediatamente , y le sigue la pierna derecha ; y asi la mano derecha se planta en tierra la primera , el pie izquierdo el segundo , la mano izquierda hace la tercera posición , y el pie derecho se coloca úl- timamente en el suelo : lo que hace un movimien- to en quatro tiempos distintos , y de tres interva- los ; de los quales ,, el primero y el último son mas cortos que el del medio. El trote debe ser firme , pronto , é igualmen- te sostenido de todos los quatro remos del bruto: y su quarto trasero ha de empujar bien al delan- tero. Debe el caballo en este ayre llevar elevada ¡a cabeza , y reélo el lomo ; porque si las ancas se elevan , y se baxan alternativamente en cada tiempo de trote , si la grupa balancea , ó si el ca- ballo se cierne, trota mal desde luego por debilidad; y si se desparrama , esto es , si echa mucho los brazos quando camina hacia afutra , es aun otro formal defeéto que le fatiga mucho , y estropea brevemente. Siempre que una de las piernas se adelanta , y el brazo del mismo lado se dedene, el movimiento del caballo se hace entonces mas du- ro por esta misma resistencia ; y esta es la razón porque el intervalo entre los dos tiempos del tro- te debe ser corto. Pero por mas cono que sea, esta misma resistencia es bastante para hacer esta marcha mas dura é incómoda , que la del paso y la del galope. En el trote , los remos del bruto se levantan mucho mas que en el paso ; y se no- tan siempre , por conseqüenda , sus qua.ro pies mucho mas separados de tierra. En este ayre no hay mas que dos tiempos distinguidos , por exem- plo : siempre que el brazo derecho del caballo se levanta , la pierna izquierda se eleva también al mismo tiempo , y sin ningún ¡nttrvaio entre el movimiento del uno y otro remo : en seguida, el brazo izquierdo se levanta al mismo ti.mpo que la pierna derecha , de suerte , que no hay en es- te movimiento del trote mas que dos tiempos , y un intervalo ; porque el bruto levanta en el mis- mo instante los dos remos opuestos y cruzados, y los pone asimismo quando los baxa á tierra. En 38 CAB £11 el galope , los remos del caballo se ele- van aun mas que en el trote i y las manos y los pies del bruto parecen ir siempre saltando sobre la tierra. En este ayre se notan ordinariamente tres tiempos , por' exemplo : el pie izquitrdo se planta primero en tierra , en seguida la pierna de- recha , que se levanta juntamente con el brazo iz- quierdo , y vuelven uno y otro remo juntos á ba- xar a tierra : y en fin , el brazo derecho , que se ha levantado un instante después del izquierdo , y la pierna izquierda baxan últimamente juntos al suelo, lo que forma el tercer tiempo. Asi en este movi- miento de galope hay tres tiempos , y dos inter- valos ; y en el primero de estos intervalos, siem- pre que el movimiento se hace pon v¡\ eza y pre- cipitación , hay un instante casi imperceptible , en que los qua.ro remos del caballo se hallan al mis- mo tiempo en el ayre , y en que se distinguen al bruto juntamente los quatro hierros ó herraduras. Siempre que el caballo tiene las ancas y los corve- jones flexibles , y que los mueve con agilidad y prontitud , el movimiento del galope es entonces mucho mas pcrfe&o , y su cadencia se forma en quatro tiempos distintos , por exemplo : el pie iz- quierdo del caballo pisa la tierra el primero , y forma el primer tiempo : en seguida el pie dere- cho , que denota el segundo : después la mano iz- quierda , que declara el tercero : y en fin , la ma- no derecha que se coloca inmediatamente en tierra, muestra el quarto y último tiempo del galope. Los caballos galopan ordinariamente sobre el pie derecho , del mismo modo que parten para marchar , y para trotar con la pierna derecha ; y abrazan ó señalan también el camino , quando ga- lopan con el brazo derecho que va mas avanzado que el izquierdo : y asimismo la pierna derecha, que sigue inmediatamente al brazo derecho , va mucho mas avanzada que la izquierda, y esto cons- tantemente, quanto el galope dura sin desunirse el caballo , y yendo galopando sobre la derecha. De esto resulta , que la pierna izquierda , que lleva todo el peso del bruto , y que empuja los otros tres remos adelante , es la que mas se fatiga : por 16 que conviene exercitar alternativamente en el galope á los caballos , esto es , tan presto sobre un pie como sobre otro ; o lo que viene á ser lo mis- mo , unas veces sobre la mano derecha , y otras sobre la izquierda : con lo que resisten mucho mas sin fatigarse ni cansarse en este movimiento vio- lento. Los resortes de los corvejones del caballo contribuyen tanto al movimiento del galope , co- mo los de su lomo : y asi quando el lomo del bru- to hace el esfuerzo para elevar y empujar hacia adelante todo el quarto delantero , las junturas de los corvejones , obran como a manera de muelles ó resortes , que rompen ó cortan aquel mismo ga- lope y esfuerzo del lomo , y dulcifican ó ablandan su sacudida : asi pues mientras mas flexibles son los corvejones , el movimiento del galope es mas sua- ve y cómodo para el gírete : y es también mas rá- pido y violento , mientras los corvejones del caba- llo tienen mas dureza , y menos flexibilidad : asi (*) Trot.m luego que en un circulo reducido seles pone la cnerda , y se les íiace marchar mas de prisa CAB como también es mas sostenido el mismo galope, mientras mas el caballo se derriba de piernas y de ancas , y sostiene en el ayre el quarto delantero, por la fuerza y vigor de su lomo. Advieriese que los caballos que levantan mucho los brazos en el ga- lope , no son los que van mejor sobre este ayre; porque avanzan menos terreno que los otros, y se fatigan mucho mas : y esto depende ordinariamen- te , de que no tienen las espaldas bastante libres. Ademas del paso , del trote y del galope , hay también caballos que tienen naturalmente otra espe- cie de marcha que llaman andadura. Este genero de paso es muy fatigoso para el animal , aunque la viveza de su movimiento no sea ordinariamente tan grande como la del galope, ó la del trote lar- go de picadero. En el paso de andadura , los re- mos det caballo , van mas cercanos á tierra que aun en el paso castellano ; y cada tranco es siempre mucho mas extendido : pero lo que hay de singu- lar en la andadura es , que los dos remos del mis- mo lauo , por exemplo el brazo y la pierna dere- chos , parten al mismo tiempo para dar un paso, y que en seguida los dos remos opuestos parten asimismo para dar otro , y asi sucesivamente : de manera , que los dos lados del cuerpo del bruto carecen alternativamente de apoyo , y no tienen equilibrio ni á uno ni á otro lado del cuerpo. Ino hay realmente en la andadura , ni en el trote mas que dos tiempos distinguidos en el movimien- to dei caballo : y toda la diferencia que se nota en- tre estos dos ay res es , que en el trote , los dos remos que van juntos , caminan opuestos y diago- nales i y en la andadura , son los dos remos cíe 1 mismo lado los que se mueven juntos ó á la par. Esta marcha , que fatiga mucho al bruto , y que no debe dexarseie tomar sino en los terrenos lla- nos y unidos , es mucho mas suave para el gírete, que la del trote : y no le causa , por conseqúencia, tanta incomodidad en el asiento. Asegurase , que los caballos que naturalmente marchan de andadu- ra , no trotan jamas (*) , y que son mucho mas débiles de lomo que aquellos que por medio del arte se les hace tomar este mismo genero de paso. En efecto , los potros toman muchas veces esta marcha , sobre todo si se les obliga á caminar muy de prisa, y siempre que no tienen aun basante poder en el lomo para trotar y galopar francamen- te. Notase también , que la mayor parte de los mejores caballos que han tenido mucha fatiga , y que empiezan á usarse y cansarse de sus remos, toman por sí mismos este genero de marcha siem- pre que se les fuerza á caminar con un movimien- to mas rápido y violento que el del paso castellano. Elay aun otras dos marchas, ó especies de an- dadura , que llaman entrepaso , y andadura Imperfec- ta ; y que los caballos débiles ó cansados , á fuerza de extraordinarias fatigas , toman muchas veces por sí propios , las qtiales son mucho mas defec- tuosas que la verdadera andadura. Llamanse estas malas andaduras ó marchas pasos rotos , desunidos , ó compuestos. El entrepaso es una mezcla del paso castellano , y de la andadura : y la andadura im- per- que en su cadencia ordinaria , trayendoles hacia el een- tro el pico, y echándoles hacia afuera la grupa. C A B pcrfeíta , no es otr3 cosa que un compuesto del trote y del galope , ó del galope y de la andadu- ra. Uno v otro genero de paso nacen en el bruto, de ios excesos de una larga fatiga , ó de una gran- de debilidad del lomo. Los caballos de carga , que se les obliga muchas veces á ir muy de prisa con grandes tercios , empiezan a ir al enirepaso , en Tugar de caminar al trote , según se van apurando de' fuerzas : y los de posta , que ya están cansa- dos , estropeados y rendidos , y que se les acelera mucho en el galope , se ponen luego sobre la an- dadura imperfecta , en lugar de galopar con unión y concierto. La instrucción qne se da al caballo con el fin de hacerle perfectamente dócil , y formarle baxo la mano de la brida , para los diversos manejos y evoluciones que se ofrecen hacer , es el efedto de un arte de particular exercicio , conocido baxo del nombre de madejo ó picadero, de cuyos preceptos y reglas se tratará extensamente en el artículo y palabra que corresponde en la Encyclopedia. No se necesita menos atención y cuidado para la elec- ción de las buenas razas de caballos , y para su pro- pagación , cuyos puntos y atenciones , tienen por principal objeto la elección del caballo padre , que debe darse a las yeguas , y de que vamos a tratar inmediatamente. Un buen caballo padre debe ser hermoso , y bien formado , algo alto de agujas , vigoroso , sa- no por todo su cuerpo , y sobre todo , de buena raza , y de buen pais : debe ser ademas de buena talla , esto es , de quatro pies y ocho , nueve ó diez pulgadas , para la casta de caballos de montar; y de cinco pies á lo menos para la de caballos de coche. Es preciso que sea también de buena capa, como negro hermoso , tordo , castaño , alazan, bayo , ó isabela , con la veta en el lomo , y las crines y cabos negros. Todos los pelos que son de un color deslavado , y que parecen mal tenidos, como igualmente los blancos y remolinos mal pues- tos , y los caballos que tienen los cabos blancos, deben ser desterrados de las castas. Ademas de un bello exterior , debe tener el caballo padre todas las buenas calidades interiores, como el poder , el espíritu , la docilidad , la li- gereza , la agilidad , :a sensibilidad en la boca , la libertad en las espaldas , la seguridad en los bra- zos y piernas , y la flexibilidad en las ancas , y en todas las demas partes principales de su cuerpo , y sobre todo en los corvejones. Conviene igualmen- te que haya estado un poco desbastado y exer- citado en el picadero ; porque se observa , que el caballo comunica , por via de generación , casi to- das sus buenas y matas calidades , naturales y ad- quiridas (*). Luego que se haya hecho elección de un buen caballo padre, y que las yeguas que se le quieran dar esten juntas, se hace preciso tener un mi lo, esto es , otro caballo entero y de poco valor , que no sirva mas que para hacer conocer las yeguas que están calientes ; y que aun contribuya por sus em- bestidas , ó acometimientos , á hacerlas entrar mas (•) Poco habría que hacer eu los picaderos t ó en las escuelas con los forros engendrados de «abatios pa- CAP. 39 en calor. A este fin se hacen pasar todas las yeguas, una después de otra , delante de es.e caballo , que debe ser fogoso , é inclinado a relinchar con fre- qüencia ; y can aétivo , que demuestre querer em- bestir á todas : en cuyo caso , las que no están ca- lientes se defienden a coces , y las que están en disposición se dexan aproximar del ; pero en lu- gar de dexarsdas tocar , se separa inmediatamente este mismo caballo , y se las substituye el verdade- ro que debe cubrirlas. Esta prueba es uúiísima pa- ra no exponer el caballo padre a las coces y perna- das de las yeguas , y para reconocer el tiempo ver- dadero en qae están calientes , y sobre todo , el calor de aquellas que nunca han parido ; porque las que acaban de parir , ya se sabe entran ordina- riamente en calor nueve dias después de su parto; )' asi pueden echarse al caballo padre inmediatamen- te que ha espirado este tiempo. Luego puede pro- barse nueve dias después , y por medio del recelo, si se mantienen aun calientes ; y si se notan en es- te estado , se las echa al caballo p3ure segunda vez: y asi de seguida , una vez todos los nueve uias es- pirados , y mientras que les dure el calor ; porque éste disminuye luego que están preñadas , y les ce- sa enteramente pocos dias después. Tero para que todo esto pueda hacerse fácil , cómodamente , con fruco y buen suceso , es indispensable tener grande atención , mucho gasto , y no menos precauciones. Se hace pues preciso establecer la casca en Duen terreno , y en un parage propio y proporcionado á la cantidad de yeguas y c abatios padres que se quie- ren emplear : para esto conviene subdiviuir el ter- reno en muchas partes cerradas con palizadas , fo- sos , bailas , ó buenos cercados : poner las yeguas preñadas y las que crian en la parte ó en el pa- rage donde el pasto sea mejor y mas substancioso: separar las que no han concebido ó estado cubier- tas , y ponerlas con las potrancas en otro parage del terreno , donde el pasto sea menos craso y nutritivo , con el fin de que no engorden demasia- do , porque esto se opone á la generación : y en fin , se han de poner los fot, os enteros ó capones, quando ya se acercan á dos años , en la parte del terreno mas seco , montañoso y desigual , para que precisados á subir y baxar las colinas , adquie- ran libertad en las espaldas , y en todos sus quatro remos. Este último terreno donde se pongan los potros debe precisamente estar separado de los de las yeguas y potrancas , para evitar que estos caballos nuevos se varan con ellas , y se recalienten , se debiliten ó se enflaquezcan. Si el todo del terreno fuese tan grande , que pudiese dividirse en dos mi- tades cada uno de estos terrenos divididos , para poner en ellos un año ganado caballar , y otro bo- yuno , el fondo de los pastos sería en el año si- guiente precisamente mejor , y duraría mucho mas tiempo que si hubiese estado siempre pacido por caballos ; porque se experimenta que estos anima- les destruyen el fondo de los pastos , y que los bueyes le mejoran y restablecen. Es preciso también que haya algunas balsas ó lagunas en cada uno de estos terrenos divididos , porque las aguas estan- ca- dres instruidos , si estos comunicasen á sus hijos por la via generativa los manejos y reglas que aprendieron. .cadas son mejores para los caballos , que las vivas ó comentes (*) que les causan muchas veces toro- zones : y si hubiese árboles en estos mismos ter- renos j no deben nunca cortarse ni arrancarse; porque los caballos gustan mucho de encontrar la sombra en los grandes calores del estio : pero si hay troncos , ramas cortadas , astillas , ó agujeros en la tierra , se hace preciso arrancar , terraplenar é igualar , para prevenir y evitar todo accidente. Estos pastos servirán , desde luego , para el man- tenimiento de todo el ganado caballar , durante el verano : pero en el hibierno conviene recoger las yeguas en la caballeriza , y mantenerlas con paja y cebada ; como también los fonos , que no se lle- varán á pastar sino en los dias templados , y que esta el sol descubierto. Los caballos padres deben estar siempre mantenidos en la caballeriza , y en- tretenidos en un exercicio moderado hasta el tiem- po de la monta , que dura ordinariamente desde principios de Abril , hasta fin de Junio : en cuya ocasión no se les hara hacer ningún otro exercicio, y se les dará de comer abundantemente , pero con el mismo mantenimiento que de ordinario , aun- que tres meses antes hayan disfrutado el regalo de trigo , garbanzos ó yeros. Quando se conduce el caballo padre á la yegua , convendrá antes limpiarle muy bien : esto no ha- ra sino aumentar su mismo ardor ; y es convenien- te asimismo que la yegua esté limpia , y desherra- da de los pies : porque hay algunas que son cos- quillosas , y disparan pares de coces al caballo quando se les aproxima , con riesgo de herirle y de maltratarle para siempre. Para esto , un mozo tiene la yegua por el cabestro , y otros dos condu- cen el caballo padre , cada uno de una rienda del cabezón : pero una cosa esencialísima , que debe tenerse presente en este caso , es el impedir que al- guna cerda de la cola de la yegua , cruzándose so- bre su misma natura , hiera al caballo en el aito mismo de cubrirla. Sin embargo , aunque un buen caballo padre pueda , durante tres meses , cubrir cada din una ye- gua , es mucho mejor no dársela sino cada tercer dia : de esta manera , en los siete dias primeros, se le darán sucesivamente quatro diferentes yeguas ; y en el noveno dia se le volverá la primera que ya cubrió , y asi de las demas , mientras tanto que las durare su calor : pero luego que alguna entre ellas se note no estar ya caliente , se la substituirá otra nueva yegua , para hacerla pasar igualmente á su vez todos los nueve dias. Y como hay muchas que ya quedan preñadas desde la primera , segun- da ó tercera vez , se saca por cuenta , que un ca- ballo padre asi manejado , puede hacer madres quin- ce ó diez y ocho yeguas en los tres meses que dura su destino. Muchos , en lugar de conducir el caballo padre á la yegua que ya está en disposición , le sueltan en el prado , donde están juntas todas las hembras, y le dexan escoger en libertad aquellas que tienen necesidad de ¿1 , hasta satisfacerlas a su gusto. Es- (,) Es un error el persuadirse, como el Autor de este articulo , que las aguas embalsadas puedan ser útiles a los caballo r , sobre todo en los países calien- tes : Ja agua mejor, y que mas les conviene , es la te método es desde luego muy bueno para las ye- guas , porque producen aun con mas seguridad que del otro modo ; pero el caballo padre se arruina y estropea asi mas en seis semanas , que en muchos años por un exercicio moderado , y conducido co- rno acabamos de decir. Se tiene observado que las castas establecidas en terrenos secos y ligeros producen caballos ági- les , sobrios , vigorosos , con los remos llenos de nervio , y los cascos duros y fuertes : pero que en los parages húmedos , y en los pastos demasia- do crasos , salen casi todos los fonos con la cabeza carnosa y pesada , el cuerpo demasiado grueso, los remos cargados , los cascos de mala calidad, y generalmente preñados de palmas ó palmitiesos. Estas diferencias resultan de las del clima , y del mantenimiento , lo que puede notarse y conocer- se con facilidad ; pero lo que es mas dificil de com- prehender , y aun mas preciso de saberse , es la necesidad de atravesar , cruzar , ó mezclar las cas- tas , si se quiere impedir que degeneren. Conviene para esto entender , que cada clima por sus influencias , y por las del mantenimiento, da una cierta conformación , que , ó se vicia por al- gún exceso , ó por alguna falta : y que lo que , por exemplo , será solamente un exceso , ó una imper- fección en un clima calido , se tendrá por un de- fecto ó falta formal en un clima frió , y asi recí- procamente ; de manera , que debe hacerse una compensación de todo , siempre que se trate de juntar animales de climas opuestos , que es lo que se dice atravesar , crinar , ó mezclar las castas. Asi, pues, en el clima templado de la Francia, conviene para tener buenos caballos , hacer venir padres de climas mas cálidos ó mas frios. Los caba- llos Arabes (si se pueden lograr) y los Berberis- cos , deben ser á todos los demas antepuestos , y luego los caballos Españoles y Napolitanos : y por lo que toca á los climas frios , los caballos de Di- namarca , y después los de Holstein y de Frisia. Todos estos caballos producirán en Francia con las yeguas del país muy buenos caballos , que serán tanto mejores y mas hermosos , quanto el temple del clima de donde se traygan los padres , sea mas distante del de la Francia : de manera , que los Arabes serán mejores que los Berberiscos ; estos mejores que los Españoles : y asimismo los caba- llos Dinamarqueses producirán mejores fotros que los de Frisia. En defecto de estos caballos de climas mucho mas frios ó mas cálidos , convendrá hacer venir caballos padres Ingleses ó Alemanes , y aun de las provincias meridionales de Francia , á las provin- cias Septentrionales ; y se ganará siempre en dar á las yeguas caballos extiangeros : y al contrario , se perderá mucho en dexar multiplicar junto el gana- do caballar de una misma raza , aun quando esta sea la mas fina , porque infaliblemente degenera en breve tiempo. Para tener caballos finos de silla ó de montar, y perfectamente formados , deben preterirse los ca- limpia , traqueada , y puesta en movimiento , como ia de arroyos considerables , y lí de xios grandes y caudalosos. CAB caballos padres Arabes , Turcos , Bárbaros , Anda- luces , y en su defecto buenos caballos padres In- gleses : y para lograr buenos caballos de tiro , se buscarán padres de Dinamarca , de Holstein , y de t risia. Los Napolitanos tienen la doble ventaja de producir caballos finos de montar , siempre que se les dan yeguas finas ■> y buenos caballos de tiro , cuando se juntan con yeguas membrudas y corpu- lentas. Preténdese que en Francia y en Inglaterra, los caballos Arabes y Berberiscos engendran ordi- nariamente caballos mayores que ellos ; y que los Españoles al contrario , porque producen caballos de menos alzada que la suya. Conviene también tener grande atención á la diferencia , ó á lo reciproco de las figuras ó es- tampas del caballo y de la yegua : a fin de cor- regir los defectos del uno , por las perfeccio- nes del otro : y sobre todo no juntar jamas ani- males desproporcionados , como un caballo peque- ño con una yegua grande , ni un caballo grande con una yegua pequeña ; porque la producción de este coito seria siempre pequeña ó mal proporciona- da. Para cuidar de aproximarse á lo mas perfecto de la naturaleza , en este punto conviene siempre ir por diferencias , grados , y variaciones , esto es : dar un caballo de buen cuerpo , pero fino , á una yegua demasiado gruesa : á una yegua chica , un ca- bal lo un poco mas alto : á una yegua que peque per el quarto delantero , un caballo que tenga una bella cabeza , y un cuello hermoso, &c. En la junta de caballos y yeguas, se cuidara siem- pre de mejorar , por medio de los padres y ma- dres , el pelo , la alzada , la formación , y la estam- pa, ó la figura : se cruzaran ó mezclarán las razas, oponiendo en ellas los climas, y nunca se juntarán caballos y yeguas nacidos en una misma yeguada. El caballo padre está ya en estado de engen- drar á la edad de dos años , ó dos y medio ; pe- ro vale mas esperar á que tenga quatro anos , ó quatro y medio , antes de permitirle hacer uso de ¡a yegua : y esto se entiende con los caballos de ti- ro , y con los rocines gruesos , y de talla corpu- lenta ; porque es necesario esperar seis , y aun siete años , á los caballos finos , y á los buenos caballos padres de España , Sec. (*). Siempre que un caballo padre ha estado bien cuidado , conservado , y conducido , puede engendrar hasta la edad de veinte años, y aun hasta los trein- ta : y se observa en estos animales , que los que han empezado muy presto á padrear , acaban tam- bién antes con su vigor : por esto los caballos grue- sos y grandes que se forman antes que los finos, y de los quales se sacan para padres desde la edad de quatro años , no duran tanto tiempo , y se ha- cen comunmente inútiles para la generación , an- tes de la edad de quince años. No nos resta aho- ra mas que hacer conocer las diferentes castas de Caballos , propias á diferentes climas. Los caballos Arabes pasan por los mas hermo- sos que se conocen en Europa : son de una talla Historia Natural. Tom. I. {*) Hasta los seis años de edad , ningún caballo con- viene pira padre ; porque antes de este tiempo no engendra ordinariamente sino potros débiles , encanija- dos , y de poca substancia. La yegua , como mas precqz, puede echarse al caballo f adre , con, fruto y buen suce- ( > A B ¿f, i mediana , muy av rosos , sueltos , y flexibles , y maa presto magros que cargados de carne. Estos caba- llos vienen , según se pretende, de los caballos sel- vages de los desiertos de Arabia , de los quales se han hecho de muy antiguo estas castas de caballos do- mésticos , y son tan ligeros que algunos alcanzan los avestruces en la carrera. Eos Arabes del desierto , y los pueblos de la Libia crian un gran número de estos w- bailas para la carrera , y para la caza ; y siempre que les falta el pasto, no les dan de comer sino dátiles, y leche de camellas , lo que les hace enxucos, ligeros, y nerviosos. Estos mismos Arabes ponen lazos á los caballos silvestres, cuya carne comen con gran gusto , y dicen que la de los potros ó caballos nue- vos es delicadísima. Los caballos selvages de este país , son mas pequeños que los otros : tienen co- munmente el pelo ceniciento (aunque hay también algunos blancos) y cortísimas y erizauas las crines y las cerdas de la cola. No hay Arabe , por pobre que sea , que no mantenga cubaros , aunque su costumore ordinaria es montar' en yeguas , porque resisten mejor ¡a fa- tiga , el hambre , y ja sed ; y porque* son también menos viciosas, mas suaves de condición , y relin- chan con menos freqüencia que los caballos, cas acostumbran de tal manera á vivir en compañía , que subsisten muchas veces juntas , y en gran nú- mero , días enteros , sin que ninguno las guarde , y sin separarse , cocearse , ni tocarse las unas á las otras, ni hacerse el menor mal. Los Arabes ven- den á Jos Tuncos, que no gustan de yeguas , los caballos que no quieren guardar para padres, y con- servan con grande esmero , y de tiempo inmemo- rial , las razas de sus caballos : conocen sus gene- raciones, alianzas , y toda su genealogía : distinguen las razas por nombres cuferentes , y hacen de ellas tres clases : la primera es la de los taba ¡os nobles, de raza pura y antigua de dos costados ; la segun- da la de los caballos de rase# antigua, pero mezcla- da ; y la tercera la de los caballos comunes. Estos últimos se venden a un oaxo precio : pero los de la primera dase, y aun los de la segunda (entre los quales se hallan algunos tan buenos como los de Ja primera) son siempre excesiyamea.e caros. Nunca hacen cubrir las yeguas de esta prime- ra clase noble, que no sea por caballos padres de la misma calidad ; y quando estos les faltan , los toman prestados ó alquilados entre sus vecinos , mediante algún pago en dinero , para hacer cubrir sus yeguas : io que se hace ante testigos , que dan una atestación del acto , firmada y sellada ante el Secretarlo del Emir, ó alguna otra persona publi- ca; y en este mismo instrumento van siempre ci- tados los nombres del caballo y de la yegua , y ex- puesta toda su generación. Quando llega á parir la yegua , se llaman también testigos , y se extiende en una especie de billete otra atestación , en la qua! se hace la descripción del potro que acaba de ua- cer , y se anoca el dia de su nacimiento. Es.os bi- lletes dan el precio á los caballos , y se entregan F á so , quando ya tiene quatro años y medio, ó cinco ; y asi el caballo como la deben desecharse de las yeguadas por las mismas razones que arriba se ex- presan , quando ya pasan de doce aüos. 42 C A B á aquellos que los compran. Las yeguas mas Ínfimas de esta primera clase , cuestan comunmente cien doblones ; y hay muchas entre ellas que se venden á doscientos , y aun diez y seis , veinte , y veinte y quatro mil reales. Como los Arabes no tienen por casa mas que una tienda , esta los sirve también de caballeriza s y asi la yegua , el potro , el marido , la muger , y los hijos , se echan y duermen Lodos juntos y mez- clados ; y estas yeguas están tan acostumbradas á vivir entre la familia , y están tan domesticadas con ella , que sufren toda suerte de fiestas y retozos. Los Arabes no las castigan jamas: las tratan muy suavemente, hablan y razonan con ellas, y tienen por su sonservacion el mayor cuidado y vigilan- cia : las dexan ir á su paso , y nunca la» espolean sin necesidad ; pero luego que se sien. en tocar ó cosquillar el hijar con el ason del estribo , ó con el talón del ginete , parten furiosas y violentas , y se ponen á correr con una increible celeridad, bai- lan los vallados , los cercados , y las zanjas tan li- geramente como los ciervos •. y si el ginete llega á caer , están tan bien ensenadas , que se paran de gol- pe , ó de tenazón , aun en la carrera mas raptda y violenta. Los Arabes limpian sus caballos y ye- guas por tarde y por mañana , y con tanto cuida- do y diligencia , que no les dexan la menor caspa ni polvo sobre la piel : los lavan los brazos , las piernas , las crines , y la cola , que se la dexan con toda su largura , y se la peynan rara vez , por no romperla las cerdas. Nada les dan de comer en to- do el dia , y solo les dan dos ó tres veces de be- ber. Luego que se pone el sol , les atan un mor- ral , en que les ponen cerca de una quartilla de ce- bada bien limpia , la que les dexan comer , sin qui- tarles el morral hasta el dia siguiente por la ma- ñana que lian apurado su pienso. Los echan al pas- to en el mes de Marzo , que es quando la yerba está bastante crecida , en cuya estación hacen cu- brir las yeguas , y tienen un gran cuidado de arro- jarlas agua fria sobre la grupa inmediatamente que el caballo las ha cubierto. Pasada la primavera , re- tiran los caballos y yeguas del pasto , y no les dan yerba ni heno en todo el resto del año , ni aun paja sino rara vez : la cebada es su único alimen- to, y su estiércol seco es lo que les sirve de ca- ma. Cortan á los potros las crines al año, ó á los diez y ocho meses , para que les salgan mas largas y espesas, y les empiezan a montar a la edad de dos años , ó dos y medio lo mas tarde , hasta cu- yo tiempo nunca les ponen la silla ni el bocado. Todos los dias , desde por la mañana hasta por la noche , subsisten todos los caballos Arabes ensilla- dos y embridados á las puertas de las tiendas. La raza de estos caballos se ha extendido en Berberia, entre los Moros , y aun entre los Ne- gros que habitan las riberas del Gambia y Senegal. Estos , en lugar de cebada ó avena , les dan ha- rina de maíz , que mezclan con leche siempre que les quieren engordar : y en este clima tan calido, no los dan sino rara vez de beber : por otro lado , los (*) No sabemos porque refiere el Autor original de e^te articulo , por maravilloso , y para ponderar lo an- dadores que son los caballos Persas , el que anden sie- te u ocho leguas de camino , sin tomar descanso, quan- CAB caballos Arabes han poblado el Egypto, la Turquía» y acaso también la Persia. Dicese que las castas de los caballos de Egypto y de la Ttngitania exceden á todas las de los paí- ses vecinos. Hay en Turquía caballos Arabes , Tártaros, Hún- garos y caballos de raza del mismo pais , que son muy hermosos y finos , y tienen grande espíritu , viveza y arrogancia ; pero son también demasiada- mente delicados, y no pueden soportar largo tiem- po la fatiga : son ademas poco comedores, se ca- lientan y sudan faciljsimamente , y tienen tan sensi- ble la piel , que no pueden aguantar el frotamiento de la almohaza sobre el lomo : por esto se con- tentan los Turcos de limpiarlos solamente ccn el mandil , y de lavarles bien la cara , el cuello , la cola , la embrazadura , y las entrepiernas. Los caballos de Persia son , después ue los Ara- bes , los mas hermosos y mejores del Oneme : tie- nen por lo común una mediana altura ; aunque hay también algunos muy pequeños , que no son por esto peores , menos fuertes , ni robustos t y se ha- llan igualmente muchos tle bastante corpulencia , y mayores que les caballos de silla Ingleses. Todos tienen la cabeza ligera , el cuello delgado , los pe- chos algo estrechos, la vela bien formada, y pues- ta sobre el copete , los remos delgados , hermosa grupa, y los cascos duros y de bellísima calidad. Estos animales son dóciles , vivos, ligeros, atrevi- dos , espirituosos , y capaces de tolerar ja n ayor taciga : corren velocisiniamente , sin abatirse , debi- litarse, ni cansarse, y son ademas robusios , y fací- lisimos de mantener. No les dan á comer otra to sa sino cebada mezclada con paja muy menuda que les ponen en un morral ; y solamente los echan á pacer por espacio de mes y medio en la prima- vera. Les dexan siempre larga la cola, y nunca les privan de la virtud generativa : los hacen dormir a la intemperie , poniéndoles mantas ó cubiertas para defenderlos de las injurias del ayre ; en una palabra, los cuidan con una atención particular. Por cama no les dan otra cosa que la arena y la misma tierra hecha polvo , y les guian , gobiernan , y conducen sin espuelas , y con un simple bridón. Para viajar con menos fatiga , hacen uso de los caballos de andadura , á cuyo genero de paso los acostumbran , por medio de ¡as travas , quando sors potros. Usan mucho el hendirles desde nuevos las narices , con la idea de que respiren con mas li- bertad, y son tan buenos andadores estos anima- les , que hacen fácilmente siete á ocho leguas de camino , sin pararse nunca , ni tomar el menor anen- to, ni reposo. (*) Estos caballos son tan comunes en Persia, que tienen un baxisimo precio. Todos los caballos de Levante tienen el casco sumamente duro y fuerte : esto no obstante , los ponen herraduras , pero tan delgadas y endebles , que pueden clavarse por todas partes , aun sin ne- cesidad de abrirlas expresamente claveras. Los caba- llos Berberiscos , son mas comunes en Europa que los Arabes : tienen el cuello largo y delgado , po- co do en España , y en Inglaterra , hay caballos que. ha- cen veinte leguas en un dia , sin hacer transito ni pa- rada en ninguna parte. C AB co cardado de crines , y bien salido de la cruz. : la cabeza°ordinariamente acarnerada y pequeña : ia ve- la bien formada , y con buena colocación : las es- paldas llanas y flexibles , la cruz alta y poco car- nosa, el lomo corto y derecho, el lujar elevado, las costillas y el vientre con buena vuelta , las an- cas y nalgas carnosas , comunmente algo larga la grupa , y un poco alto el nacimiento de la cola ; los muslos ordinariamente redondos , los brazos y piernas bien laechos , y poco peludos , el nervio des- pegado del hueso de la cana , y el casco de bue- na^hechura y calidad; pero la quartilla comunmen- te lama , y por consequencia el menudillo demasia- do flexible. Vense entre estos caballos todas Suer- tes de pelos ó de capas : pero mas comunmente tordos. Los caballos Berberiscos son algo pesados en su marcha o paso , por esto es preciso irlos ayudando y solicitando a menudo : en lo demas se hallan en estos animales , mucho espíritu y va- lor , grande agilidad , y bastante nervio. Estos ca- ballos parecen ser los mas propios para sacar una buena casta : seria apetecible que fuesen de mayor altura, porque ios mayores rara vez exceden de quatro pies y ocho pulgadas : bien es verdad que en Francia, en Inglaterra, &c. engendran polios de mayor corpulencia que la suya. Preténdese- que en- tre los caballos Beroeriscos , son los mejores los del Rey no de Marruecos , y después los barbaros de Montaña. Todos estos caballos de paises cali- dos tienen el pelo mas liso , corto , y unido que los demas. Los caballos Españoles , que gozan la segunda clase después de los Berberiscos, (*) tienen el cue- llo lamo y robusto , y con muchas crines en la cerviz : la cabeza un poco gruesa , (**) y ordinaria- mente acarnerada , la vela grande , pero bien pues- ta en su lugar , ios ojos llenos de luego , el ayre noble y feroz, las espaldas carnosas, los pechos an- chos, el lomo imperceptiblemente hundido, ti cos- tillar redondo, y el vientre ordinariamente abul- tado : la grupa ancha y convexa (aunque algunos la tengan un poco larga ) : los brazos y piernas her- mosos, y con poco ptio , el nervio maestro bien despegado de la caña , la quartilla regularmente un poco larga como los Berberiscos , el casco estre- cho , y muchas veces el talón demasiado alto , ó elevado. Los caballos Españoles de raza fina , son de bue- nas anchuras , sumamente bien compartidos ; tienen también mucho movimiento en sus aj íes , grande flexibilidad , y extraordinario espíritu y arrogancia: su pelo mas común , es negro o castaño obscuro, aunque se encuentran algunos de todas suertes de Historia Natural. Tom. 4 (*) ¿Y por qué no la primera? (**) El caballo Español no tiene la cabeza gruesa, sino seca , o excarne. (•**) Menos los que están marcados en la iz- quierda. (***♦) Respedo de los caballos Franceses , que la tie- nen siempre corta. (•****) Esta es la incohseqüencia general de todos los Autores Franceses que han escrito de caballos, pos- tergar primeramente los caballos Españoles a los Ara- bes y Berberiscos , y concluir inmediatamente dicien- do : que los Españoles son, entre todos los del mun- do , los mejores caballos. ^«*«***j El autor original de esta aiticulo no de- C A B 43 capas. Todos están marcados en el anca derecha, con el hierro de la casta a que pertenecen ; (***) y comunmente no tienen gránele altura , no obstante que se hallan algunos de qua.ro pies y nueve o diez: pulgadas. Preflerense los de la aha Andalu- c a , sin embargo1 de que son propensos á tener lar- ga ia cabeza : (**** (•****)) pero se les dispensa este defec- to en favor de sus raras calidades. Estos caballos tienen mucho corazón , obediencia , grandísimo ay- re, y mas flexibilidad que los Berberiscos: por to- das estas ventajas se les prefiere a todos los otros caballos del mundo , (♦****) ya sea para la guerra , pa- ra la ostentación, y para el picadero. Los mas hermosos caballos Ing’eses se pare- cen bastante á los Arabes y á los Berberiscos , de los quales traen en efecto su origen. Diferencian- se no obstante los Ingleses , en tener la cabeza , aunque bien hecha y acarnerada, mayor respectiva- mente que los Berberiscos : en ser también mas orejudos, aunque tengan bien colocada ia vela , y en tener mucho mas cuerpo. En lo demas son bien compartidos , muy agiles y propios para la carre- ra , y para la caza ; y saltan con grandísima faci- lidad quanco loso y cercado se les presenta. Hallan- se encie ellos comunmente caballos de quatro pies y diez pulgadas de altura , y aun de cinco pies bien cumplidos. Hay de todos pelos y de todas señales: son generalmente fuertes , vigorosos , a.revidos , ca- paces de tolerar la mayor fadga,y exceleu.es pa- ra ia caza y la carrera : pero les falta el ayre , la gracia , la flexibilidad y la libertad en las espaldas, que es por lo que son duros en sus movimien- tos ^”,****)> Los caballos de Italia eran otras veces mejores que actualmente , porque de un cierto tiempo a es- ta parte han descuidado mucho las castas: hailanse aun no obstante, muy buenos caballos Napolitanos , so- bre todo para uros de coche , pero en general tienen la cabeza muy carnosa , el cuello grueso : son indóciles, y por consequencia difíciles de en- senar. Sin embargo , todos estos defectos están com- pensados por su corpulencia y arrogancia , y por la hermosura de sus movimientos , que es por lo que sen excelentes para la ostentación , y tienen gran .disposición para el paso de movimiento , ó movimiento sobre el paso. Los caballos Dinamarqueses son de tan bella talla y buen cuerpo , que se les prefiere a todos los demas para los tiros de coches : hailanse en- tre ellos algunos perfectamente bien formados , mas en corto número , porque la mayor parte tiene el cuello grueso , las espaldas muy carnosas , el lo- mo un poco largo y hundido , y la grupa uemasia- F i do be saber que la dureza de movimiento de los caballos Ingleses (que es siempre accidental y no natural ) de- pende , como dice el famoso la Gueiiniere , de poner- los demasiado jovenes en la carrera , y de galoparlos siempre con bridón , cuyo instrumento no le sostiene sus partes de adelante , de que resulta el estropearse estos animales en breve de los brazos , que sufren con- tinuamente , y sin ayuda del bocado , todo el peso del quarto delantero ; y que la libertad de espalda-s de los caballos Ingleses , es , según opinión de todos los hombres de acaballo , superior a la de todos los demas que se conocen : asi pues , son los mas ágiles y propios para la carrera. 44 C A B do estrecha, á correspondencia de lo grueso del cuarto delantero ; pero tienen todos, bellos mo- vimientos , y en general son excelentes para la guerra , para la ostentación , y aun para la caza. Hallante de todos pelos , y aun de los mas singu- lares , como pió , y piel de tigre , que no se en- cuentra casi nunca , sino entre los caballos Dinamar- queses. Hay también en Alemania muy buenos caba- llos , pero por lo general son bastante pesados , y carecen de aliento , aunque tengan por la mayor parte su origen de los caballos Turcos , Berberis- cos , Españoles , y Napolitanos. Los caballos Alemanes son poco aptos para la caza y la carrera violenta, y al contrario los caballos Húngaros y Transilvanos, que son ligeros y buenos corredores Los Húnga- ros les hienden las narices para darlos, según su- ponen, mas aliento i y también para impedirlos el relinchar en la guerra. Se ha observado que los caballos Húngaros , Croados , y Polacos , son muy ex- pue-tos a ser dtnciconejunos. Los caballos de Holanda , son muy buenos para los coches : y se tienen por mejores los de la pro- vincia de Frisia , aunque se hallan también bastan- te buenos en el pais de Berg,y de Fttlicrs. Los caballos Flamencos son mucho mas infe- riores , en calidad , que los Holandeses : tienen ca- si todos ellos la cabeza gruesa , los cascos derra- mados , y los remos sujetos á humores aquosos y salitrosos , como arestines, &c. y estos dos últimos defectos son de mucha entidad y consideración en los caballos de coche , y les hace fácilmente distin- guir de los Holandeses. Ln Francia hay caballos de todas especies , aun- que los buenos son en cortísimo número. Los me- jores de silla salen del Límosín , porque se pare- cen bastante a los Berberiscos , y son como ellos excelentes para la caza y la carrera ; pero tienen el defecto de ser muy tardíos en crecer , por lo que se hace preciso contemplarlos mucho en su juventud , y aun r.o servirse de ellos hasta cum- plidos los ocho anos. Flay también muy buenos caballos de dos cuer- pos en Auvernia , en Poitu , en el Morvan , y en Borgoña : pero después del Limosin , es la Nor- mandía la que provee de mejores caballos : y aun- que no sean tan buenos pata la caza como los Li- mosineSjSon mejores para la guerra, de mejor cuer- po , y mas temprana formación. Se sacan también de la baxa Normandía, y del Contentino muy bue- nos caballos de coche , que tienen mas ligereza , mas cuerpo , y mas vigor y poder que los ca- ballos de Holanda. El Franco Condado , y el Bo- lones , proveen de muy buenos caballos de tiro ; peto en general todos los caballos Franceses pe- can por ser demasiado anchos de pechos , y por tener muy gruesas las espaldas , asi como los ca- ballos Berberiscos suelen tener los defectos con- trarios. Después de la enumeración de todos estos m-> batios , que nos son los mas conocidos , referiremos lo que dicen los viageros , é historiadores de via- ges , de los caballos extrangeros, cuyas calidades ig- noramos. Hallanse buenos caballos en todas las Islas del C AB Archipiélago. Los de la Isla de Creta, por exeni. pío, estaban en gran reputación entre los antiguos por su espíritu , ligereza , y agilidad : pero hoy dia se hace poco uso de estos animales , aun en el mismo pais donde se crian , a causa de la dema- siada aspereza del terreno , que es sumamente mon- tuoso : los buenos caballos de estas Islas tienen su origen de los Arabes. Ln Irlanda , donde el frió es excesivo , y don- de muchas veces no mantienen á los caballos sino con pescados secos , son vigorosísimos , aunque pe- queños ; y los hay tan chicos en este pais , que no pueden montarlos sino los muchachos. Son tan co- munes en esta Isla , que los pastores guardan sus ovejas á caballo ; y el mantenerlos no les tiene cos- te alguno. Llevan aquellos que no necesitan á las montañas, donde les dexan mas ó menos tiempo, después de haberles puesto la marca : y luego que los quieren volver a coger ; les ojean para juntar- los en manadas , y les tienden lazos y cuerdas pa- ra hacerlos caer y agarrarlos; porque de otro mo- do no es posible , respecto de que se vuelven ente- ramente silvestres. Si algunas yeguas producen potros en estas montañas , sus dueños los marcan , como á todos los demas , y los dexan en ellas hasta la edad de tres años. Estos caballos de montaña se hacen mas hermosos , de mas anchuras , mas fieros, y de mas aliento que los que han sido criados en las caballerizas. Los caballos de Noruega mayores que los de Irlanda ; pero muy proporcionados en su pequeño cuerpo : la mayor parte son bayos con la veta en el lomo , y faxeados los remos ; y al- gunos hay también castaños , y tordillos. Estos ca- ballos tienen el pie sumamente seguro , caminan con precaución en las veredas de las montañas mas es- carpadas , y se dexan deslizar avanzando los pies baxo la barriga , quando baxan un terreno duro y unido. Estos animales son tan valientes y arrogan- tes , que se defienden contra los osos ; y siempre que un caballo padre percibe á este voraz animal, y se halla con potros , ó yeguas á su lado , los co- loca inmediatamente detrás de sí , y va en segui- da á embestir al enemigo á manotadas , de que le hace ordinariamente perecer; pero si el caballo quie- re defenderse con los pies, es perdido sin recur- so , porque el oso le salta sobre el lomo , y le cier- ra y le comprime tan fuertemente , que al fin le sofoca y le devora. Los caballos de Nordlandia , donde es excelen- te también el pasto , tienen á lo mas quatro pies y medio de altura ; y al paso que se adelantan ha- cia el Norte, se notan ya los caballos mas débi- les y pequeños. Los de la Nordlandia occiden- tal tienen la cabeza gruesa , los ojos en extremo grandes , las orejas pequeñas , el cuello sumamen- te corto , y poblado de crin , los pechos anchos, los corvejones estrechos , el cuerpo , ó quarto de enmedio , un poco largo , pero con bastantes an- churas , la grupa corta , el maslo de la cola , los antebrazos y muslos largos , las cañas cortas , los menudillos y quartillas sin pelo , los cascos peque- ños y duros , y siempre sin herraduras : son ordi- nariamente muy buenos , rara vez fantásticos , y sin detenerse trepan , con huella segurísima , y con gran- C A B ¿¡sima facilidad , sobre todas las montañas. Los caballos Tártaros pasan por muy propios para la guerra , aunque comunmente no tienen mas que una mediana altura : son desde luego fuertes, vigorosos , atrevidos, ligeros, y grandes corredores: tienen los cascos sumamente duros , pero muy es- ti echos , la cabeza ligerisima , pero demasiado pe- queña , el cueilo largo y entablado : son largos de brazos y de piernas , infatigables en el trabajo , y corren con una ligereza extremada. Los Tártaros vi- ven con sus caballos , poco mas ó menos , como los Arabes; y les hacen montar de siete a ocho meses por criaturas que les corren á cortos esca- pes. Asi los enseñan poco a poco , y les hacen su- frir grandes dietas , tanto en la comida como en la bebida , pero no les montan para ir en caval- gatas ni en correrías , sino quando ya tienen seis , ó siete años. Entonces les dan fatigas increíbles ¡ como el caminar dos ó tres dias sin pararles , ni darles el menor descanso ; de hacerles pasar qua- tro ó cinco sin otro mantenimiento que un puna- rio de yerba, de ocho en ocho horas, y de tener- los al mismo tiempo veinte y quatro sin bebei una „ota de agua. Estos caballos transportados á la Chi- na , y á la India , disminuyen luego de fuerzas y valor ; pero prueban bastante bien en Persia , y en Turquía. Los pequeños Tártaros tienen también una raza de caballos chicos , de que hacen tanto caso , que no permiten jamas vender uno a Jos excran- geros. Estos caballos tienen todas las buenas y ma- las calidades de los de la grande Tartaria. Hay tam- bién en Circasia , y en Mengrelia muchos caba- llos que son aun mas hermosos que los caballos Tártaros ; y se encuentran iguaimente muy buenos en Ukrania , en V alaquia, en Polonia, y en Sue- cia. En el Japón son los caballos por lo general bas- tante pequeños , aunque se hallan algunos de buen cuerpo , que traen probablemen e su erigen de las Montañas. Los caballos que nacen en la India nun- ca son buenos ; y asi los grandes y magnates del país , se sirven de los que se hacen llevar de Per- sia y Arabia. El mantenimiento que les dan , en lugar de cebada y avena, es heno y guisantes co- cidos con azúcar y manteca de vacas. Los caba- llos naturales del país son por lo general muy pequeños. Los caballos Chinos no ilevan venta- ja alguna á los de la India , porque son débiles , cobardes, mal formados, fioxos , y muy pequeños. Los de la Corea no tienen mas que tres pies de altura ; y casi todos los caballos en la China son capones , y tan fioxos y cobardes que no se pue- de hacer uso de ellos para la guerra : con todo, aseguran los viageros que los de Tonquin son cíe una buena falla , de mucho nervio , obedientes á la mano de la brida , y que se Íes puede doctrinar fácilmente , y arreglarles en todas suertes de ayres y manejos. Los caballos de la Costa de Oro , de la de Ja- dea , de Guinea , &c. son como los de la India , esto es , malísimos , é impropios para codo buen -servicio : llevan siempre mal colocada la cabeza , y muy baxo el cueilo : son de baxisima talla , tienen la marcha dudosa , y poco segura , y a demas son sumamente indóciles y propios solamente para ser- C A B 45 vir de pasto á los Negros , que gustan tanto de la carne de los caballos , como de la de los pen os. Este gusto por ia carne del caballo es común entre los Negros, entre los Aiabes , entre los Tártaros , y aun entre los Chinos. Resulta , pues , de todo lo que acabamos de de- cir : que los caballos Arabes han sido en todos tiem- pos , y son aun en el dia los primeros caballos del mundo , tanto por su hermosura , como por su bon- dad : que la Arabia es sin duda el verdadero cli- ma de estos animales , y el mas propio para ellos, pues en lugar de mezclar las razas con caballos de castas extrangeras , se tiene gran cuidado en este país de conservar las propias en toda su pureza. Resulta aun fnas , y es , que los caballos originarios de países secos y calidos , degeneran luego , y aun no pueden vivir ni conservarse en los climas y terrenos demasiadamente húmedos : que el exceso del calor y del frió parece ser á estos animales igualmente contrarios : que son muy buenos en todos los países de montañas , desde el clima de la Arabia, hasta Dinamarca y Tartaria en nuestro Continente , y desde la Nueva España , hasta las tier- ras Magallanicas en el nuevo mundo.- Se sabe que la especie del caballo no existia en este nuevo Continente en el tiempo que hicie- ron el descubrimiento ; pero en menos de dos- cientos años, el número de estos animales que lle- varon allí de Europa , se ha multiplicado tanto , sobre todo , en el Reyno de Chile , que se venden ca- si de valde , como suele decir- e. Garcilaso asegu- ra , que todos los que se hallan en las Indias Es- pañolas , tienen su origen de los caballos que fue- ron transportados de Andaiucia á un mismo tiem- po á la Isla de Cuba , y á la de Santo Domingo , y luego á las de Barlovento ; en cuyas Islas se mul- tiplicaron de manera , que se esparcieron por las tierras inhabitadas , donde se hicieron silvestres , ha- biéndose aumentado tanto , quanto no había en es- tas Islas animales feroces que pudiesen dañarles, y porque encontraban yerba verde y abundante todo el ano. De la misma manera, quarto de hora iba y venia a nosotros." „ El camello puede aguantar la sed quatro ó ,, cinco dias : una certa porción de habas y de ceba- 33 da , ó algunos pedazos de masa hecha con flor „ de harina , le bastan para alimentarse todo un ,,dia El estiércol de estos animales que en- contrábamos en el camino, nos servia común - 3> mente para guisar la comida ; porque habiendo ,, estado uno ó dos dias al sol, se enciende como „ la pólvora , y hace un fuego tan claro y tan vi- „ yo como el carbón de lena. . . . Los camellos ma- chos , que en qualquier tiempo son muy mansos „ y tratables , se ponen furiosos en la primavera, ,, que es el tiempo en que están en zelo y se jun- „.tan , lo qual ordinariamente lo hacen de noche. „ Las hembras están preñadas cerca de un año , ó ,,-de una primavera a otra." „ Hay dos especies de camellos , según Taver- „hier , unos que son propios para ios países fríos, „ y otros para los cálidos : ios de los paises caii- „ dos , como los que van de Ormüz á Hispahan, „ no pueden caminar si la tierra está mojada y res- „baladiza, y se abrirían el vientre si se resbala- ,, sen : estos camellos son muy pequeños , y solo ,, hevan veinte y quatro á veinte y ocho arrooas „ de carga, los de los paises fríos , como son ios „.del Tauris hasta Constantinopia , son grandes, y „ llevan comunmente quarenta arrooas de peso: sa- CAM 55 „lendcl barro, pero en las tierras crasas, y ca- „ minos resbaladizos , es preciso esparcir ramas y ,, hojas para que puedan caminar." ,, Luego que nace el camello , dice Tavernier, „ le doblan los quatro pies debaxo del vientre , y „ le hacen echar , y después le ponen en el lomo „ una manta muy larga que cuelga hasta el suelo , y ,, sobre ios lados que arrastran ponen muchísimas „ pleuras, para que con su peso no pueda le van- „ tarse , y le dexan en este estado por espacio de „ quince o veinte dias : sin embargo , le dan á be- „ ber leche , pero de tarde en taruc , para que se „ acostumbre á beber poco : doblanles asi las pkr- „ ñas debaxo del cuerpo , para que se acostumbren „ a echarse quando los quieren cargar , y obede- „ cen con tanta prontitud, que es cosa digna de ad- „ miración. Quando la caravana llega al parage don- „ de debe acampar , todos los camellos que perte- „ necen á un dueño , vienen y se colocan por sí „ mismos en circulo , y se echan sobre las piernas, „ de manera , que desatando Ja cuerda que sostiene „ los fardos , caen suavemente en ti su. lo á un la- „ do y o.ro del camello : quando se vuelve á cargar, „ viene el camello , y se echa entre los dos fardos: „el amo ata la cuerda, y el animal se levanta po- „ co á poco con ia carga , todo lo qual se hace en „ cortísimo tiempo y sin ruiuo. . . . £i que los cui- ,, da , los guia careando , y silvando de quando en „ quando : quanto mas faene canta y silva, mas „ aprisa van ios camellos ■ y quando dexa ds cantar, „ se paran. Los conductores cantan alternativamen- „ te para descansar." „ Es digna de admiración , continúa el mismo ,, viagero, la paciencia con que los camellos aguan- „ tan la sed : la ultima vez que pasé los desiertos, „ de los quales no pudo salir la caravana en menos „de sesenta y cinco dias, estuvieron nuestros ia- „ mellos tn una ocasión nueve días sin bebtr , por- „ que , durante este tiempo , no encontramos agua en „ ninguno parte : Legamos finalmente á un país de ,, cerros , á cuyo pie llama unas balsas grandes de „ agua : los camellos que habían estado nueve días „sin beber , olieron el agua desde media legua, y „ echaron á andar á gran trote , que es su modo „ de correr , y entraron en tropa en las balsas." „Hay camellos que pueden llevar hasta sesenta ,, arrobas de peso : es verdad que no le echan esta „ carga , sino quando los Mercaderes se acercan de „ las Aduanas , y quieren defraudar ios derechos: „ entonces cargan en dos lo que antes llevaban tres; „ pero con esta excesiva carga no andan mas de dos „ ó tres leguas al dia." „ En Arabia , según Chardin , crian una espe- „ cié de camellos para correr : van á gran trote , y „ tan aprisa , que un caballo á galope no puede se- „ guirlos. Los Orientales llaman al cama o navio ,, terrestre , por la gran carga que lleva , la qual es „ por lo común de quarenta y oeho , ó cincuenta y „ dos arrobas para los grandes i porque hay carne- „Uos de dos especies, Septentrionales y Meridicna- „ les , como los llaman los Persas : estos que ha- „cen viages desde el Golfo Pérsico a Hispahan, sin pasar mas allá , son mucho mas chicos que los „ otros , y solo llevan veinte y ocho arrobas de „ carga ■> pero no dexan de dar tanta ó may or uci- 6 5 C A M „ lidad á sus amos , porque no cuesta casi nada el „ mantenerlos : aunque cargados , van paciendo por „ el camino sin xaqui'nva , ni cabezal. Una cosa hay „ muy notable , y es que les enseñan á andar , y „ se les arrea con la voz cantando : estos animales ,, arreglan su paso a la cadencia , y van despacio o „ aprisa , según el tono de la voz , y por eso sus ,, amos , quando quieren hacer una jornada doble, ,, saben el tono que les gusta mas. ti pelo del ca- „ mello es el mejor de todos los de ¡os animales „ domésticos ; se hacen con él telas muy finas , y „ en Europa lo mezclan con el castor para hacer ,, sombreros." „ El lugar natal de los camellos es la Arabia, „ dice el Padre Felipe , porque aunque los hay en „ otras partes , no solamente los que han llevado „ á ellas , sino los nacidos alli , no hay con todo „ eso parage alguno en la tierra , donde haya una „ cantidad tan grande como en Arabia. . . . Quando ,,los cargan doblan las rodillas a la voz de su con- „ duélor : y si se tardan en hacerlo , los dan de pa- „ los , ó les baxan el cuello , y entonces , como „ forzados y quexandose , se echan sobre las pier- „ ñas , y permanecen en esta postura , hasta que ha- „ bicndolos cargado , los mandan levantar : por lo „ qual tienen en el vientre , en las piernas , y en „las rodillas unos callos muy grandes : si sienten „ que les echan demasiada carga , dan de cabeza- „ das con mucha freqüeneia a los que los cargan , y „ arrojan unos gritos lamentables : su carga común „ es cíoble de la que puede llevar el macho mas „ fuerte. . . . Por la noche duermen asi arrodilla- „ dos. . . . Con la leche de las hembras hacen unos quesos muy pequeños , que los Arabes estiman , como deliciosos." „ Los dromedarios , dice Marmol , andan tan „ aprisa , que hay algunos que hacen treinta y cin- „ co ó quarenta leguas al dia , y continúan del mis- „ mo modo ocho o diez dias por los desiertos con „ muy poco alimento. T odos los Señores Arabes „de Numidia , y los Africanos de la Lybia , se ,, sirven de ellos como de caballos de posta quan- „ do tienen que hacer un viage largo , y también ,, los montan para pelear. . . . Los camellos que los „ Africanos llaman hegines , son los mayores y mas „ gordos t pero no los cargan hasta que tienen tres „ ó quatro años. . . . Quando quieren obligarlos á „ hacer jornadas mas largas que lo regular , en lu- „ gar de maltratarlos , cantan pava animarlos , y en- „ tonces caminan mas aprisa que un caballo quando „ le meten 1-a espuela. . . . Quando empiezan los ca- „ mellos á caminar , es necesario que esten gordos, „ porque se ha experimentado , que después que „ han andado quarenta ó cincuenta dias sin comer „ cebada , la gordura de su corcova disminuye , des- ,, pues la del vientre , y finalmente la de las pier- ,, ñas , y luego no puede llevar la carga. Las cara- „ vanas de Africa que van á Etiopia no se las da 3, cuidado de vuelta , porque no traen cosa alguna „de peso ; y quando llegan allá, venden los came- „ líos ñacos. Los Africanos , y todos los que quie- „ ren tener buenos camellos de carga , los capan , y ,, solo dexan uno entero para diez hembras. . . La C AM „ carne del camello es desabrida , particularmente la „ de la corcova , cuyo gusto es como el de la ubre ,, de "jaca muy gorda : ios Africanos y los Arabes „ llenan ollas y tinajas de esta carne , ia qual fríen „ con graso , y la guardan asi todo el ano para su „ sustento común." „ Los camellos , dice Ogilby , forman la rique- „ 2a , fuerza y seguridad de los Arabes , porque ,, por su medio llevan todos sus efectos á los de- „ siertos , donde no tienen que temer á sus enemi- „ gos , ni recelar invasión alguna. El verdadero dro- ,, medaño , añade , es mucho mas pronto y mas li- „ gero que los demas : puede andar veinte y cinco 3, leguas al dia , y caminar siete ú ocho dias de se- „ guido , atravesando los desiertos con muy poco „ alimento." „ Los dr omedar ios son , según refiere Thevenot, „ mas chicos , mas delgados , y mas ligeros que los ,, camellos , y solo sirven para montar ; porque tie- „ nen un trote bueno y bastante suave : sin embar- ,, go , es preciso tenerse bien sobre ellos : hay 3, gentes que se hacen atar encima por miedo de 3, caer. Por cama ponen á los camellos su mismo es- „ tiercol , y para este efeéto le dexan al sol todo ,3 el dia , donde se seca de tal modo , que se redu- ,, ce casi todo á polvo : del pelo de los camellos ha- 3, cen en Persia unos ceñidores muy finos : hay ce- „ ñidores de estos que cuestan dos tomanes (*) , es- „ pecialmente quando son blancos , á causa de que „ ¡os camellos de este peio son raros." El camello se llama en latín camelas , formado del griego camelos , que viene del Arabe genial , raíz primitiva del nombre de este animal en casi todas las lenguas. En Aristóteles , el camello propiamente asi llamado , es el camelas bactrlams : su camelas arabicus es el dromedario ; y este nombre (en latín moderno dromedarios ) es también originariamente griego , dromas , formado de dromos , carrera , li- gereza : camelas dromas , camello corredor. CAMPANOL. (el) Es un ratona lio campestre, cuya especie está mas generalmente esparcida que la del turón. El camfañol se halla eh todas partes, en los bosques , en los campos , en los prados , y aun en los jardines : es notable por lo grueso de su cabeza , y también por su cola corta y troncha- da , la qual no tiene mas de una pulgada de largo: él se fabrica , como el turón , unos agujeros en la tierra , y los divide en dos separaciones; pero son menos espaciosos, y menos profundos que los de los turones. Los campañolcs habitan muchos juntos en un agujero , y recogen en él grano , avellanas y bellota. Sin embargo , parece que prefieren el tri- go a todos los demas alimentos. En el mes de Julio , quando los trigos están en sazón , se juntan los campañolcs por todos lacios , y causan terribles daños , cortando las cañas para co- merse la espiga. Parece que siguen á los segadores, pues se aprovechan de todos los granos , y espigas que se caen y dexan olvidados : luego que han aca- bado de espigar , van á las tierras recien sembradas, y destruyen con anticipación la cosecha del año si- guiente. En el otoño y en el invierno se retiran á los bosques , donde encuentran fabucos , avellanas (*) Moneda d» Persia. CAN v bellotas. En algunos años salen tan gran numero cié ellos, que si subsistiesen largo tiempo , lo des- truirían todo : pero por felicidad se destruyen ellos mismos , y se comen unos a otros quando experi- mentan escasez de viveres : también sirven de pas- to á los turones , y de caza común á la zorra , al gato montes , a la marta , y á las comadrejas. El campano! se parece mas en las partes inte- riores á la rata de agua , que a ou o animal al- guno : pero en lo exterior se diferencian por va- nos caracteres esenciales ; primero , por el tama- ño , porque es mas cié ia mitad mas corto que ■la rata de agua : segundo , por las dimensiones de la cabeza , y del cuerpo , que son proporcionada- mente mas gruesas : tercero , por la coia , la qual tiene de largo una tercera parte de la longitud del animal a lo mas , y la de la rata de agua es la mitad mayor : y últimamente por el natural y las costumbres , pues el campano: no se arro- ja a el agua , ni se mantiene de pescado , sino de bellota , trigo , y raíces tuberculosas , como las de grama. Los campanoles producen por la pruna- vera , y el verano : sus partos comunmente son de cinco ó seis cachorros , y algunas veces de siete ú ocho. Quanuo las hembras están próxi- mas á parir , llevan á su madriguera yerbas que acomodan en forma de nido para poner sus hi- jos. __ . . , El campano! es el mus agrestes menor de Ges- nero ; mus agestis capite grande de Ray, y de Klein; mus campestres menor de Brison ; ratón de t, erra de las Memorias de la Academia , año ele 175 6. Candiles ( moni . ) las puntas que coronan y rematan la cuerna de los ciervos, '/case, Ciervo. ■ CANFAR. I caso Unicornio. CANGREJERO (el Perro) es un animal de la Guayana , asi llamado porque se alimenta prin- cipalmente de cangrejos 1 es muy corto de pier- nas , lo qual desde lejos le da alguna semejanza al peno raposero ; también tiene la cabeza poco diferente de la del perro , la qual tiene quatro pul- gadas de largo desde la punta de la nariz hasta el colodrillo ; el ojo no es grande , el borde de los parpados es negro , y encima del ojo , al la- do de la mexilla , hacia la oreja , y al rededor de la boca tiene unos pelos negros largos , la quixada superior está armada de cada lado de un colmillo corvo , que sobresale sobre la quixada inferior ; la oreja que es de color pardo , pa- rece que cae un poco sobre sí misma ; es an- cha y redonda por su estremo , y no tiene pe- lo : el cuerpo esta vestido de un pelo lanudo , y sembrado de otros pelos grandes tiesos , y ne- gruzcos , los quales van aumentándose por los muslos , y por la espina del lomo , lo que for- ma una especie de crin desde la mitad del lomo hasta el nacimiento de la cola ; estos pelos tienen tres pulgauas de largo , y son de un color blan- co sucio desde su origen hasta el medio , y des- de éste hasta la punta , de un pardo baxo ; el pelo de los costados, y el del vientre es blan- mo amarillazo ; pero en las espaldas , muslos , pe- cho , y cabeza , tira á leonado , y está mezclado de gris en algunos parages ; los lados dei cue- llo son leonados , y las piernas y pies de un co- Historia Natura!, tom. I. CAN 57 lor pardo negruzco ; tiftte cinco dedos en cada pie , los quales están un poco doblados como los de las ratas-, el pulgar de los pies traseros es grue- so , ancho , y apartado corno el de las monas-, su uña es chata , pero las de los otros quatro de- dos son ganchudas , y exceden la punta de ellos; el pulgar del pie delantero es derecho, y no es- tá apartado del dedo siguiente : la cola es pardus- ca , escamosa , sin pelo , y muy delgada por la punta. Este animal es muy común en la Cayena, y habita siempre en los parages pantanosos : es muy ligero para trepar á ios árboles , donde perma- nece mas que en el suelo, especialmente por el dia. Tiene buenos dientes , y se defiende de los perros ; los cangrejos son su principal alimento , y le aprovechan porque esta siempre gordo. Quan- do no puede sacar los cangrejos de sus agujeros con la pata, introduce en ellos la cola, de la qual se sirve como de un garfio ; el cangrejo que ¡e aprie- ta ia cola le hace gritar , y este grito es bastan- te semejante ai dei hombre , y se ove de muy lejos ; pero su voz común es una especie de gru- ñido parecido al de los lechoncillos. La hembra pare quatro ó cinco hijos , y los deposita en los amóles viejos ; los namcales del pais comen su carne , la qual tiene alguna semejanza con la de ia liebre. Finalmente, estos animales se domestican fácilmente , y en las casas los nutren con toda especie de alimento. Conjeturamos que el teihi- cbt de Hernández es el mismo animal que el per- ro Cangrejero. CANGREJERO (el ratón) es otro animal que se halla igualmente en la Guaraña , y a el qual han dado también , aunque sin fundamento , el nom- bre de perro cangrejero , no teniendo mas relación con el anterior, que el alimentarse de cangrejos como él. Se parece mucho al ratón en el tamaño, en ia forma, y' en las proporciones de la cabe- za, del cuerpo, y de la cola : tiene cerca de das pies de lal-go , y su color es un leonado mezcla- do de negro y pardo; el negro domina en la ca- beza , en el cuello , y en el ionio , y ei leonado en ¿os lados del cudlo , y del cuerpo : ia punta de la nariz , y sus ventanas son negras : los ojos están rodeados de una raya de un color pardo negruzco que se dilata casi hasta las ore jas ; pasa por el hocico , se extiende y une al negro de ia coronilla de la cabeza : lo interior- de ios de las orejas está poblado de un pelo blanquizco , y en- cima de ios ojos tiene una raya del mismo co- lor : enmedio de la frente tiene una raya blanca; las mexiílas , las quixadas , y la parte inferior deí cuello , del pecho , y del vientre , son de un blan- co amarillazo : los pies y las piernas de un par- do negruzco ; las delanteras están cubiertas de nn pelo corto ¡ los dedos son largos , y muy sepa- rados unos de otros : la cola está rodeada de seis anillos negros, cuyos intervalos son de un leonado pardusco , y es mas corta , y mucho mas delga- da que la del verdadero ratón. CANICULA SUBTERRANEA de Rzaczinsky es una especie de comadreja ó ratón grande , llama- do Zemne. Vease Zemni. CANIS LACONICOS (el) de Aristóteles, parece H ‘er * 58 CAP ser ti perro (le ganada. Véase Ferro de ganado en el artículo de este animal. CAMS VOLANS de Sema, es una especie gran- de des murcie lago, l’easc Bermejiza. CANNA es el nombre que los Hotentotes dan á uno de los mayores animales , de pie hendi- do , de la Africa Meridional : Los Cafres le lla- man impon*, Este animal tiene ctrca de ocho pies de largo , v cinco de aleó. Sus cuernos tienen una espina ó hueso gordo, que forma dos vuelcas dé espiral hacia su raíz : en todo lo restante de su longitud son lisos, derechos, y negros : su ¡lar- go varía en diversos individuos : los de las hem- bras son por lo común mas delgados, mas dere- chos , y mayores : están huecos y sostenidos por un hueso que le sirve de alma , y por eso son per- manentes. La cabeza y el cuello son de un par- do ceniciento : en lo anterior de la caneza tiene unos pelos que forman una especie de crin. En lo inferior del cuello le cuelga una papada muy no- table : la cola, que tiene mas de dos pies üe lar- go , termina con un mechón de pelo largo , ó cerdas negras : los cascos de los pies son muy chicos , de forma triangular , y de color negro. Los camas varían en ios colores del cuerpo tunos le tienen de un leonado que tira a roxo en el lomo , y blanquecino en el vientre : otros de un pardo ceniciento uniforme. La hembra solo se diferencia del macho en tener el mechón de la cola ni3S tilico , menos pelo en ¡a frente , y en ser mas pequeña. Estos animales tienen quatro tetas: su cabeza , aunque bascante semejante a la del cier- vo , no tiene con todo eso lagrimales. Los etnnas caminan en manadas de cincuenta á sesenta cada tina : algunas veces se ven también dos- cientos ó trescientos juntos cerca de las fuentes. El mayor va comunmente el primero. Si se ks tira algún escopetazo con bala , aunque son tan pesados , saltan muy alto , y muy lejos , y trepan a los parases escarpados , donde parecería impo- sible subir. Quando se ks persigue , corren todos contra el ayre , pero con un buen caballo es fá- cil cortarlos el paso : son muy mansos , y se pue- de qualquiera arrimar á ellos sin temer daño al- guno : parece que se Ies podría domesticar fácil- mente. Su carne es una excelente comida. El tué- tano de sus huesos tiene un gusto exquisito. Su cuero es muy duro , y sirve para hacer cintos y corleas ; los pelos que tienen en la frente los machos , tie isn un olor subido á orines, que con- traen , según dicen , lamiendo á las hembras. Es- tas nunca paren mas de un hijo en cada parco. Esta especie se halla en los montes altos de lo interior de las tierras del Cabo de Buena Espe- ranza. ** Cañadas (mont. ) son la parte baxa de los montes entre los cerros como monte. ** CAricia (caza) red para cazar conejos, que suele ser de una vara en quadro , y se pone a la boca de los vivares después de haber echado el hurón , para que los conejos que salen huyendo cargan en el. a. CAPIVAR (el) del viagero Froger , es el c abita descripco imperfectamente en la Encyclopedia an- tigua basto este nombre. Véase Cabiai. CAR CAPREA (el) de Plinto es el re bc\o. Vease esta palabra. CAPRICORNIO (el) especie ó casta de la caira montes , que se acerca a la del macho cabria domestico,}' de la gimiera ; y que parece inter- media entre estos. Véase el articulo Cabra mon- te s. CARACAL (el) es semejante al lince por su, tamaño , por la fofma de su cuerpo , y por el ay- re de la cabeza; pero no obstante e tas semejan- zas , y aunque ti'ene eii las orejas un largo me- chón de pelo negro como el Unce , creemos con todo eso que cacos animales son de especies di- versas. El caracal no tiene manchas de varios co- lores como el lince ; su pelo es mas áspero , y nías corto , su cola mucho mas larga, y de un co- lor uniforme, el hocico mas largo, el aspecto me- nos suave , y el natural mas feroz. Solo se en- cuentra en los climas mas cálidos , y parece co- mún en Berbería, etl Arabia,)- en todos los paí- ses que habitan el león , la pantera , y la on%a* Vive de rapiña, como estos; pero tomo es mas chico y mas débil , le cuesta mas trabajo el pro- curarse su sustento, y freqüenremente se ve pre- cisado a contentarse con sus sobras. Se aleja , y huye de la pantera , cuya crueldad teme; pero si- gile al león , el qual , quando esta repleto , no ha- ce mal a nadie. El caracal se aprovecha de los despojos de su mesa, y algunas teces le acompa- ña de muy cerca ; porque trepando ligeramente á los árboles , no teme la colera del Icón , quien no podría seguirle como la pantera. Por todas estás razones dicen que el caracal era el proveedor del león \ y que éste, cuyo olfato no es fino.se ser- via de el para descubrir los demas animales, cu- ya presa Partía después con él. El caracal es del tamaño de un 'torro , pero mu- cho nías feroz , y mas fuerte ; se domestica difi- cllisimamente ; aunque cogiéndole pequeño, y crián- dole con cuidado , se le puede adiestrar para la caza , de la qual güsta naturalmente y persigue muy bien , con tal que se tenga cuidado dé echarle siem- pre contra animales inferiores á él, y que no pue- dan resistirle ; pues quando hay peligro se acobarda, y se niega al servicio. En indias se sirven de él para cazar liebres , conejos , y aves grandes, que él sorpren- de y coge con una destreza singular. Esta especie contiene un gran numero de va- riedades ; hay caraca es que tienen en la punta de Jas orejas unos Buchones de pelo , y otros que no. Estos últimos . se hallan en la parte del Rey- no de Argel que llaman const'anthui ; su pelo es bermejizo , con rayas longitudinales negras desde el cuello hasta la cola , y algunas manchas sepa- radas en los hijares , dispuestas en la misma di- rección ; en la parte superior de las piernas de alante tkne un medio ceñidor negro , y en todas quatro una banda de pelo áspero, que se extien-i de desde el extremo del pie hasta encima del tar- so , y este pelo está levantado hacia arriba en lu- gar de dirigirse hacia abaxo, como el de todo lo restante del cuerpo. El caracal de Nubia tiene el rostro mas redon- do que el de Berbería, las orejas negras por de- fuera , con algunos pelos plateados : no tiene cru- ce- CAR cera en el lomo , como la tienen la mayor parte ce los car aculas de Berbería : en el pecho , en el vientre y en lo interior de los muslos tiene unas manchitas de color leonado claro , y no pardine- gras como el de Berbería. En la Libia se hallan unos ca/acales con ore- jas blancas , y tienen también mechones de pelo en ellas , aunque estos son cortos , delgados , y ne- gros. Tienen el extremo de la cola blanco, con quatro anillos negros , y quatro manchas negras detras de las piernas , como el caracal de N li- bia ; son mas chicos que los otros , y del tama- ño de un gato grande domestico : las orejas , que son muy blancas por dentro , y pobladas de un pelo muy espeso , son de un roxo vivo por de- fuera. Finalmente parece que estos animales varían igualmente por la forma y longitud de la cola , y por la altura de las piernas ; pero estas diferen- cias no impiden que sean todos de una misma y única especie. CARAGUE en la relación de Laet , es el didel- fo. Vcase este artículo. CARCAYU es el nombre que dan en el Cana- da , y en el norte de la América al gloton. Vease Gloton. CARIACÜ es el nombre que dan en la Cayena á la cabra montes. CARIBU es el nombre que dan al retío en el norte de América. Vease Reno. CARIGUEI es el nombre que en el Brasil dan al didelfo. Vcase Didelfo. CARIGUEIBEYU , nombre que dan en el Bra- sil á la jia , ó nutria. Vease Nutria. CARIGUEYATAIBI (el) de Marcgrave es el didelfo. Vease Didelfo. CARNERO (el) nombre del macho en la es- pecie de ia oveja en estado de engendrar ; espe- cie preciosa, propagada por el cuidado del hom- bre , y sacrificada á nuestras necesidades , y que en el orden de la naturaleza ha bastardeado y dege- nerado tanto mas, quanto esta mas sojuzgada, mas dócil , y por decirlo asi , mas perfeccionada en la depravación de la esclavitud. Por eso la timidez , y la estupidez no son menos los atributos de los individuos de esta especie , que la docilidad y la dulzura : el amor es el único sentimiento que pa- rece inspira al carnero alguna vivacidad : quando está en zeio es petulante , y riñe , y se arroja con- tra los otros carneros , y algunas veces acomete al pastor •. pero pasado este tiempo no es menos es- túpido , ni tímido que los demas individuos de su especie. Un carnero bueno y hermoso debe tener la ca- beza fuerte y gorda, la frente ancha, los ojos gran- des y negros , la nariz roma , las orejas grandes, el cuello gordo, el cuerpo largo y levantado, los riñones y ia grupa anchos, los testículos gordos, y la cola larga. Es preciso que tenga cuernos : porque hay carneros que no los tienen, á quienes comunmente se da el nombre de mochos, y estos son por lo regular menos vigorosos y menos ap- tos para la propagación. Los mejores son los blancos cargados de lana por el vientre, la cola, la cabeza, las orejas, y hasta por los ojos. Uno salo puede fá- Historia Natural. Tom. I, CAR 59 cilmente bastar á veinte y cinco ó treinta ovejas , y por un gusto que debe parecemos caprichoso , tiene mas apego é inclinación a las ovejas viejas, y desprecia las -nuevas-. En la especie del carnero castrado se conoce la edad del individuo por los dientes ; pero ade- mas se puede conocer en particular la del carne- 10 padre por los cuernos, que apuntan desde el primer ano, y muchas veces desde que nace, ios quales crecen todos los años un anillo, hasta el fin de su -vida. La duración mas común de la del carnero es de doce á catorce años ; á los diez y ocho meses puede ya engendrar , pero vale mas esperar a que tenga tres años , y no se le debe hacer padiear mas que ocho. A esta edad es pre- ciso torcerle los testículos , y engordarle con las ovejas viejas. La carne del carnero padre , aunque con los testículos torcidos y bien «ordo , tiene siempre mal gusto , pero la del carnero castrado es la mas xugosa,y la mejor de todas las carnes co- munes. El camero castrado es un carnero á quien han capado quando chico : para formar un rebano de carneros castrados , y sacar provecho de él , es ne- cesario comprar carneros y ovejas de edad de diez y ocho meses , o dos años. Pueden ponerse cien cabezas baxo la conducta de un Pastor solo, con tal *-pe sea vigilante , y tenga un buen perro : debe precederlas quando los conduce al campo , y acostumbrarlas á escuchar su voz, y á seguirle sin detenerse ni desviarse. Debe evitar el pastor el llevarlas a pacer a los parages baxos, húmedos, y pantanosos : los terrenos secos, las colinas y lla- nuras elevadas encima de las cuestas, donde abun- dan las yerbas buenas , y olorosas , son los que mejor les conviene ; porque su carne con estos pas- tos es de mucha mejor calidad que la de los que se crian en los llanos baxos, y valles húmedos, á menos que estos valles no sean arenosos y veci- nos al mar , porque entonces todas las yerbas son saladas , y la carne del carnero no es en ninguna parte mejor que en estas dehesas ó prados salo- bres ; la leche de las ovejas es también en ellos mas abundante , y de mejor gusto. Ninguna cosa lisonjea mas el apetito de estos animales que la sal , y tampoco les es ninguna mas saludable quan- do se les da moderadamente. Durante el invier- no se les mantiene en establos con salvado , na- bos, heno , paja , mielgas , hojas de olmo , de fres- no , &c. Deben sacarse todos los dias al campo , á menos que el tiempo no sea muy malo ; aun- que como no se les saca para que pasten , sino para pasearlos, no importa que el tiempo este bue- no ; pues entonces se las saca a las diez de la ma- ñana , y se las dexa por espacio de quatro ó cin- co horas , y después se les hace beber , y se les conduce al establo á eso de las tres de ía tarde. En la primavera , y en el otoño se les saca al •campo asi que el sol ha disipado la escarcha , ó la humedad , y se recogen al ponerse el sol. También es suficiente en estas dos estaciones ha- cerles beber una sola vez al dia antes de reco- gerlos a el establo , donde siempre es necesario que hallen forrage , aunque en menor cantidad que el invierno. En el verano es- quando deben pas- H » taz 6o CAR tar todo lo que necesitan en el campo , á donde deben llevarse dos veces al dia,y hacerles be- ber otras dos v se les saca muy de madrugada , y sin embargo debe esperarse á que haya caido el rodo para dexarlos pacer : á eso de las diez se les lleva á beber , y se les pone á la sombra du- rante el calor del día ; a las tres , ó las quatro de la tarde , ó quando empieza á decaer el calor gran- de, se les lleva á pacer hasta la noche. Sino hu- biese que temer los lobos , seria necesario dexarlos pasar toda la noche en el campo, como hacen en España é Inglaterra : entonces serian mas vigoro- sos, mas sanos. Como el calor demasiado tuerte los incomoda mucho, y los rayos del sol los atur- den la cabeza , y les dan vaidos , conviene esco- ger los parages opuestos al sol, y conducirlos por la mañana a las colinas expuestas a el Levante, y por la tarde á las que están de cara á el Ponien- te , á fin de que paciendo tengan la cabeza a la sombra de su cuerpo t finalmente es forzoso evi- tar el hacerlos pasar por parages cubiertos de es- pinas., zarzas, cardos , &c. donde se agarra su la- na , y queda pegada en vedijas. Ya hemos dicho que se conocia la edad de los carneros castrados por los dientes. Los carneros pa- dres , los castrados y las ovejas pierden á el año los dos ditntes de adelante de la quixada inferior: estos animales , como todos saben , carecen de dien- tes incisivos en la quixada superior. A los diez y ocho meses se caen también ios dos dientes in- mediatos a los primeros , y á los 3 años ya es- tan todos reemplazados , y entonces son iguales , bastante blancos : pero á memda que el animal en- vejece, se descarnan, se enervan, y se ponen des- iguales y negros. Todos ios años es necesario entresacar del re- baño las cabezas que empiezan a envejecer , y que se quieren engordar. Como piden un tratamien- to difeiente dei de las ciernas , se debe hacer un hato separado , y si es en verano llevarlas a el cam- po antes de salir el sol, a fin de que pasten la yerba humeda y cargada de rocío. Ninguna cosa contribuye mas al mejoramiento cíe ios carneros cas- trados , que el agua tomada en grande cantidad , y ninguna cosa se opone tanto a ello como el ardor del sol ; y asi á las ocho ó las nueve de la mañana se conducirán al corral ó establo don- de se les dará sal para excitarlos á beber : á las quatro de la tarde se llevarán otra vez a las de- hesas y parages mas fíeseos y húmedos. Este cui- dado , continuado por espacio de dos ó tres años, es suficiente para darles toda la gordura y robus- tez r ecesaría : engordan quanto pueden •, pero es- ta gordura no es mas que una hinchazón , que le- jos de dar á su carne xugo y firmeza , la hace al contrario mucho mas insipida y mas desabrida. Para hacerla buena , es preciso no limitarse á de- xarlos pacer el rocío, y beber mucha agua , sino darlos al mismo tiempo otros alimentos mas xu- gosos que la yerba. En el invierno, y aun en to- das las estaciones pueden ct'Darse metiéndolos en un estaolo separado , y manteniéndolos con hari- na de cenada , de avena , de irigo , de abas , &c. mezclada Con sal , a fin de excitarlos á beber mas amenudo , y con mas abundancia ; pero de qual- C AR quier manera, y en qualquier estación que se les engorde , es preciso deshacerse de ellos al/ins tan- ta , porque nunca se pueden cebar dos veces , pues perecen casi todos de enfermedades de hígado , ocasionadas por los gusanos que en él se engen- dran. El carnero castrado tiene el sebo con mas abun- dancia , mas blanco , mas seco , mas firme , y de mejor calidad que otro animal alguno. El sebo se diierencia del gordo , en que este está siempre blando,y aquel se endurece enfriándose. Il sebo se junta en mayor cantidad al rededor de los ri- ñones , y el riñon izquierdo está siempre mas carga- do que el derecho : también carga mucho en el epiplon , y al rededor de los intestinos : pero es- te sebo no es tan duro ni tan bueno como el de los riñones , de la cola , y otras partes del cuer- po. Los cameros castrados no tienen otra grasa que el sebo, y esta materia domina tanto en la ha- bitud de su cuerpo , que todos los estreñios de la carne están cubiertos de ella , y aun la sangre contiene bastante cantidad. Todos los años se hace el esquileo de los car- neros , coi deros , y ovejas. En los países cálidos es- quilan enteramente el animal, y suele ser dos ve- ces a el año. En Francia , y en los climas fríos , no se esquilan mas de una vez , y aun dexan á es- tos animales una parte de la lana , para preservar- los de la intemperie del clima. Antes del esqui- leo los lavan bien para poner la lana muy limpia y curiosa : esta operación se hace en nuestras re- giones en ci mes de mayo : antes hace aun de- masiado frió , y mas tarde no crecería la nueva lana lo suficiente para guarecerlos del frío del in- vierno. La lana de los carneros es eomunmente mas abundante que la de las ovejas : la del cuello y del lomo es de la primera calidad : la de los mus- los , la cola , vientre , y garganta , no es tan bue- na , y la de las cabezas muertas ó enfermas es la peor. También se prefiere la lana bianca á la par- da, á la morena , y á la negra , porque en el tin- te puede tomar toda especie de colores. En quan- to a la calidad es mucho mejor la lana lisa que la crespa , pues dicen que los carneros , cuya lana es demasiado rizada , no permanecen C2n buenos co- mo los otros. Otr3 ventaja muy grande se saca de estos aní- males , y es el hacerlos estercolar en las tierras que se quieren mejorar : para esto es preciso cer- car el terreno con red , y encerrar en él el ga- nado todas las noches del verano. El estiércol , la orina , y el calor del cuerpo de estes animales ani- man en poco tiempo las tierras cansadas , trias , ó estériles. Cien carneros mejoran en un verano ocho fanegas de tierra para seis años. El gusto de la carne del carnero , la finura de la lana , la cantidad dei sebo , y aun el tamaño y grueso del cuerpo de estos animales , varían mu- cho , según los paises. En Francia es la provincia de Eerri la que abunda mas de este ganado : los de las cercanias de Beaubais son los mas gordos, y cargados de sebo , como también los de algu- nos parages de Normandia : también son muy bue- nos en Eorgoña pero los mejores de todos son los de las costas arenosas de nuestras provincias ma- CAS maritimas. Las lanas de España , de Italia , y aun de Inglaterra, son mas finas y mas estimadas que las de I-rancia : no obstan. e , seria posible que con un cuidado y vigilancia mayores , y mejor diri- gidos , quitase la I rancia a sus vecinos este pun- to de superioridad que se lisonjean tener sobre ella. Vease el artículo Cordero , y por las diver- sas castas de carneros el artículo Oveja. El carnero en latín se llama oríes ; la oveja ovia y el castrado vervex. ** CARNERO DE LA TIERRA en el Perú es la llama. Vease este artículo. CARNICERO CARNIVORO , adj. nombres ge- néricos que se dan a los animales que viven y se alimentan con carne. La palabra ca/nicero se apli- ca propiamente a el animal que la necesidad de la naturaleza obliga a sustentarse con carne , y no puede vivir de otra cosa i iodos estos animales es- tan armados de garras agudas , y de diencts cor- untes , instrumentos de la muerte : su instinto es íeroz, y su natural sangriento. El león , el ti ye , y el lobo, son animales carniceros. El animal carnívoro se sustenta con carne á la verdad , pero no esia reducido a este único alimen- to : puede , como los animales , cuya naturaleza es suave , y la vida inocente , mantenerse de los fru- tos de la tierra , y su natural parece que partici- pa á un mismo tiempo de la benignidad, c incli- nación social de los frugívoros, y de la ferocidad de los carniceros. Emre las especies que ofrecen es- te caprichoso con.raste , y esta mezcla vergonzo- sa , < qual debe ser la primera? ¡qual! ¡an¡ ia del hombre. Vease los artículos Frugívoros , y Qua- drupedos. ** Carona, el pellejo pelado de qualquier ca- ballería. CASCANUECES , nombre dado al moscardín , especie de lirón pequeño. Vease Moscardín. CASCO , s. m. asi se llama la especie de zapa- to de substancia cornea del pie de ios quadrúpedos solípedos , como el caballo , el asno , y ia ieu¡ a , Scc. Los animales bisulcos , ó de pie hendido, que son en mu- cho mayor número , como bueyes , cabras , carneros , ciervos , &c. tienen en cada pie un casco doble de esta materia dura y resistente de la naturaleza del cuerno , que comunmente llaman pezuñas , ó uñas. GASTAR en Persia, significa la Uyena. Vease es- ta voz. CASTOR (el) parece que es una mixtura de quadrúpedo y pez ; viviendo en la tierra y en el agua , participa igualmente de la naturaleza de los habitantes de uno y otro elemento : semejante a ios animales terrestres en las partes anttriores de su cuerpo, se partee al mismo tiempo a los ani- males aquaults en las posteriores : una cola de un pie de largo , de una pulgada de grueso y de cin- co ó seis de ancho , chata , oval , y cubierta de es- camas-, la que les sirve de timen para dirigirse en el agua : los dedos de los pies de atras , unidos por una membrana fuerte, y que le sirven de re- mos, é igualmente los dedos de los pies de adelan- te ufen separados, le sirven de manos para llevar á la boca lo que come : los dientes muy du- ros y muy corlantes , las manos mucho mas tor- tas que las piernas ,, con mas facilidad, para na- C A S 6 1 dar que para correr : los sentidos muv buenos , y el olfato en especial muy fino : una aversión muy grande á la suciedad y malos olores ; tales son la conformación y calidades fisicas del castor. Un amor a la paz , una inclinación decidida por la Sociedad, unos apetitos moderados , un horror á la carne , y a la sangre , un arte de construir obras , cuya be- lleza , magnificencia, y solidez admirables suponen un instinto rival de la inteligencia , tales son su natural , sus talentos , y sus costumbres. En ei mes de Junio ó Julio se juntan los cas- tores para unirse en compañía : llegan ¡numerables de varios parages , y forman en breve tiempo una tropa de doscientos ó trescienios. El parage don- de se juman es comunmente el de su estableci- miento , y siempre es á las orillas de las aguas. Prefieren las riberas de los lagos , ríos , y otras aguas dulces. Si son aguas baxas que permanecen a una misma altura , como las de un lago , se dis- pensan de construir un dique : pero en las aguas corrientes , fabrican una calzada , y con esta reser- va , forman una especie de estanque ó lago , que permanece siempre a la misma altura : eí dique atraviesa el rio de una orilla á otra , como una presa : muchas veces tiene ochenta ó cien pies de longitud, y diez ó doce de grueso por su cimien- to. En eila emplean árboles de diferentes tamaños, y. hacen con ellos una especie de estacada cerra- da, cuyos intervalos llenan de tierra. Todos se ocupan en este trabajo común , sin mas instrumen- tos que sus dientes , sus colas , y sus manos : es- tos son sus hachas , sus sierras , sus llanas , y sus acarreos. Unos se ocupan en cortar , roer, y desmochar los arboles , o. ros en acarrearlos por tierra ó por agua , hasta el parage de su fá- brica. Entre canto que los unos levantan con los ditntcs ia punta gorda de estas estacas contra la oriua del no , ó contra el árbol que le atravie- sa , se sumergen otros al nusmo tiempo en el fondo del agua para cabar en él con las inanos uno, agujeros en los quales meten las puntas de las estacas , á fin de que puedan tenerse dere- chas. Mientras unos plantan asi las estacas , van otros a cuacar tierra que amasan con los pies , y deshacen con la cola : la llevan en la boca , y en las manos , y transportan tan gran cantidad de ella , que llenan codos los huecos de la estaca- da. Esta se compone de varias hileras de pa- los todos iguales en al.ura , y arrimados unos á otros : por touos lados la cubren y tapian : las es- tacas están puestas verticalmente del lado de la cai- da del agua, y ai contrario toda la obra está en declive del lado que sostiene su peso : de suerte que el dique que tiene diez á doce pies de grue- so por el cimiento, se reduce á dos ó tres por arriba. Finalmente , no solo tiene toda la extensión y solidez necesarias , sino también la forma mas conveniente para detener el agua , sostener su pe- so, y cortar su corriente. En lo alto de este dique , esto es , en el pa- rage donde tiene menos grueso , hacen dos ó tres aberturas en declive , las quales son otros tantos desagües de la superficie , que ellos ensanchan ó es- trechan á medida que las aguas del rio crecen , ó menguan ; y quando por algunas inundaciones de ma- 6'2 CAS masiado grandes y repencinas se hacen algunas bre- chas en el dique , saben repararlas , y luego que disminuyen las aguas, vuelven á trabajar de nuevo. Después de haber trabajado juntos en la cons- trucción de esta grande obra publica , se dividen los castores por compañías para edificar sus habi- taciones particulares. Estas son unas especies de cabañas ó casillas , construidas en el agua sobre una estacada terraplenada muy cerca de ia orilla de su estanque , con dos salidas , una para ir a tierra , y otra para echarse á el agua. La forma de este edi- ficio es casi siempre oval , o redonda : los hay gran- des y chicos , desde cinco , hasta ocho o diez pies de diámetro : también se hallan algunas que tienen dos ó tres pisos : las -paredes tienen hasta dos pies de grueso , y están levantadas a plomo sobre la estacada terraplenada , la quai sirve al mismo tiempo de cimiento y pavimento a la casa. CJuando estas no tienen mas de un piso , no están derechas las paredes sino hasta cierta altura : desde la qual to- man la figura de una novena a manera de la asa de un Cesto. Esta’ bóveda termina el edificio, y ie sirve de techo, y esta tapiada con solidez , y en— jabelgada con limpieza por afuera y por adentro: es impenetrable a el agua de las lluvias , y resis- te los vientos mas impetuosos : sus paredes están vestidas de una especie de estuco tan bien ama- sado con sus pies, y tan propiamente aplicado con sus colas , que parecen hechas por la mano del hombre. En esta fabrica emplean diferentes espe- cies de materiales , como madera , piedra , y tier- ra arenosa , y son tan fuertes y compactas que no las deshace el agua. Las maderas que usan son ca- si todas ligeras y blandas como las de alamo , cho- po , y sauce , que naturaimete crecen en las orillas de las amias , y son mas fáciles de cortar, descor- tezar , y acarrear , que los arboles de madera du- ra y pesada. Quando acometen a un árbol , no le abandonan hasta derribarlo , partirlo , y transpor- tarlo : siempre le cortan a un pie, ó pie y me- dio de altura del suelo : en esta manioora traoa- jan sentados , y ademas de Ja ventaja de esta có- moda situación , tienen el gusto de roer continua- mente la cascara del árbol : cuyo sabor les es muy agradable : porque prefieren la corteza fresca , y la madera blanda , a la mayor paite de los ali- mentos comunes : y por eso hacen una gran pro- visión de ella , p..ra mantenerse el invierno , pues no gustan de la seca. La alacena , ó almacén donde guardan sus pro- visiones, siempre le establecen en el agua, y cer- ca de sus habitaciones. Cada cabaña tiene el suyo proporcionado al número de sus habitantes , los quaies todos tienen en él un derecho común , y nunca van á saquear ó robar los vecinos. Se han visto poblaciones compuestas de veinte , ó veinte y cinco cabañas : estos grandes establecimientos son raros ; y comunmente la república solo se forma ds diez ó doce tribus , cada uno de los quaies tie- ne su quartel , su almacén , y su habitación sepa- rada : no sufren que vengan extrangeros á estable- cerse en sus distritos. Las cabañas mas chicas con- tienen, dos, quatro , ó seis, castores , y las mayo- res , diez , veinte , y aun dicen que hasta treinta , casi siempre en numero par, tantas hembras co- C AS mo machos : y asi rebaxando el número , puede decirse que su sociedad se compone freqúentemen- te de ciento y cincuenta, ó doscientos casto, es. Por numerosa que sea cada población , siempre se man- tiene en ella la paz sin alteración. Amigos entre sí , tienen algunos enemigos de la parte de afiiera, saben evitarlos , y se avisan dando con Ja cola en el agua un golpe que retumba en todas las bóvedas de las habitaciones : cada uno toma entonces sil partido , o de zabullirse en el agua , ó de escon- derse en su casilla , en la qual solo pueden temer el fuego del cielo , ó el hierro del hombre. Estos asilos son no solamente muy seguros , sino también muy limpios y cómodos : el pavi- mento está esparcido de verde : unas ramas de box y de abeto , sirven de tapete , en el qual nunca ha- cen , ni permiten basura alguna : la ventana que mira al agua les sirve de balcón para tomar el fresco , y salen á bañarse durante la mayor parte del dia. Se tienen derechos, la cabeza, y las par- tes anteiiores del cuerpo levantadas , y todas las posteriores metidas en el agua. Esta ventana es- tá hecha con precaución : su abertura está bastan- te alta para que no puedan cerrarla nunca los ye- los : en esca estación baxan las tablillas, cortan er» dedibe las estacas en que están apoyadas , y hacen una salida hasta el agua por debaxo del hielo. Es- te elemento liquido les gusta tamo , que parece que no pueden pasar sin él : algunas veces van bas- tante lejos por debaxo del yelo ; y entonces se les coge fácilmente , atacando por un lado la cabaña, y esperándolos al mismo tiempo en el agujero que hacen en el hielo á cierta distancia , á donde es- tan precisados a volver para respirar. La costum- bre que tienen de tener continuamente la cola, y todas las partes posteriores del cuerpo en el agua, parece que la naturaleza ha mudado su carne : la de los muslos y la de la cola tiene el olor , el sa- bor , y todas las calidades de la de pescado : pero la de las panes anteriores hasta los riñones , tie- ne la calidad, el gusto, y la consistencia de la car- ne de los animales terrestres y aereos : ademas es- ta carne , aunque gorda y delicada , tiene siempre un gusto amargo bastante desagradable. Los castores , como ya hemos dicho , se jun- tan a principios del verano , y emplean los meses de Julio y Agosto en la construcción de su di- que y de sus casas : en el mes de Setiembre ha- cen su provisión de cortezas y madera : después gozan de sus trabajos , y gustan las dulzuras del descanso, y los placeres del amor. Como se co- nocen , y están dispuestos uno para otro por la costumbre , por los gustos, y penalidades de un trabajo común , no se forma casualmente cada pa- reja , sino que se une por elección , y se asocia por gusto, pasando juntos el otoño, y el invier- no. Contentos uno de otro no se separan nunca, y estando con comodidad en su domicilio, solo sa- len de él para hacer paseos agradables', o titiles, trayendo cortezas frescas que prefieren á las secas, ó demasiado empapadas en agua. Dicen que las hembras están preñadas auacro meses , y paren a fines del invierno, produciendo comunmente en cada parto dos o tres hijuelos. Los machos las dexan en este tiempo, y van á el caro- CAS campo á gozar ele las' dulzuras y frutos de la pri- mavera: vuelven de tiempo en tiempo á la caba- na, pero no hacen mansión en ella : las madres permanecen en sus habitaciones ocupadas en ate- tar y criar sus hijos , los quales al cabo de algu- nas semanas están en estado de seguirlas. Estas van también a su tiempo a pasearse, restablecerse , y comer peces, cangrejos , y cortezas nuevas, y pa- san asi el verano debaxo de las aguas , y en los bosques. Nunca se juntan hasta el otoño , á menos que las inundaciones no hayan derribado su di- que , ó destruido sus casas , porque entonces se juntan luego para reparar los daños. Hay parages que habitan los castores por pre- ferencia a otros , á donde se ha visto que después de haberles destruido varias veces sus obras , vuel- ven todos los varanos para reedificarlas , hasta que cansados de esta persecución , y disminuidos por la pérdida de' muchos individuos , toman la determina- ción demudar de viviendas, y de retirarse lejos alas soledades mas profundas. La compañía que ha pa- decido demasiadas pérdidas , no se restablece : el corto numero de los que se han libertado de Ja muerte , ó de la esclavitud , se dispersa : andan fu- gitivos,)’ temerosos : se entierran, y ocultan sus takn.os en una madriguera , donde abatidos y hu- millados á la condición de los demas animales, pasan una vida tímida : solo se ocupan en las ne- cesidades precisas , no excrcen mas que sus facul- tades individúales , y pierden luego sus calidades sociales : efectos comunes que produce en los ani- males el imperio del hombre. Finalmente solo en un pais libre , en aquellas regiones desiertas y remotas , ignoradas , ó poco fre- qiiencadas de los hombres , es donde los castores se entregan á su instinto , y descubren sus talen- tos. En los países habitados no se juntan , no em- prenden , ni construyen cosa alguna : viven como el texon en un agujero debajo de la tierra, de donde les viene el nombre de castores terrestres. Estos son muy fáciles de conocer : su vestido es sucio , el pelo está roido por el lomo de puro estregarse contra la tierra. También habitan como los otros voluntariamente en las orillas de las aguas , donde algunos hacen un foso de varios pies de profundidad para formar un pequeño es- tanque , que llega a la boca de su madriguera : es- ta cueva se dilata algunas veces á mas de cien pies cíe longitud , y va siempre elevándose á fin de facilitar ei retirarse á lo alto quando crece el agua en las inundaciones : pero también hay al- gunos castores solitarios que habitan en las tierras lejanas de las aguas. Todos nuestros bibaros de Eu- ropa son castores solitarios y terrestres. Qaanto mas superior en la sociedad es el cas- tor a ios demas animales , tanto mas inferior pa- rece en el estado individual. Solo , tiene poca in- dustria personal, y todavía menos astucia, ni bas- ta:.,e desconfianza para evitar los peligros. Lejos de acometer a los demás animales , no sabe tam- poco defenderse : prefiere la fuga al combate, aun- q;:e muerde cruelmente y con furor quando se ha- lla acosado por la mano del cazador. El único enemigo que combate con ventaja es la nutria ; la Hecha y no la permite habitar en las aguas que C A S 63 él freqütnra. Este animal en la servidumbre es man- so , pacifico , triste , bastante familiar , pero indife- rente sin apegarse voluntariamente , ni procurar ofender ni agradar : en una palabra , es un animal sin pasiones violentas , sin apetitos vehementes , de poco movimiento , que no hace esfuerzo por cosa alguna , y que está seriamente ocupado en el deseo de su libertad ; pero sin manifestar , ni furor ni precipi- tación en los esfuerzos que hace para procurarse- la. Parece que á la edad de un año han llegado estos animales casi á su total crecimiento : y por eso la duración de su vida no puede ser muy lar- ga , y parece demasiado el dilatarla quince ó vein- te años. Todos los castores se diferencian en el color según el clima que habitan. En las regiones mas remotas del Norte, son todos negros , y estos són los mas hermosos. Entre los castores negros se ha- llan algunos del todo blancos , ó blancos con man- chas cenicientas, y con mezcla de roxo en el pes- cuezo y en la grupa. A medida que se alejan del norte se aclara y se mezcla el color : en la parte septentrional del Cañada son de color de castaña de Indias , en la parte meridional de castaño cla- ro , y en el pais de los Ilineses , amarillos , ó de color de paja. En la América se hallan castores des- de el grado treinta , hasta el sesenta , y aun mas allá : en el NoVte son muy comunes, y hacia el Mediodía en menor número : lo mismo sucede en el antiguo continente. En las regiones Septentriona- les hay aun gran número de ellos , y en Francia son muy raros. Lo que mas empeña al hombre á hacer la guerra á este animal inocente , es la bella y pre- ciosa piel de que está vestido. Esta es aun mas hermosa y poblada de pelo , que la de la nutria : está compuesta de dos especies de él : el que viste inmediatamente la piel es mas corto , mas espeso , fino como el algodón , é impenetrable al agua : el otro'que es nías largo , mas firme, mas lustroso , pero mas ralo , recubre el primero , y le defiende del polvo , del cieno, y de la basura. El segundo pe- lo tiene poco valor , y el primero es ei que se emplea en nuestras manufacturas. Las pieles mas negras son comunmente las mas pobladas , y por consiguiente de mayor estimación : las de \os castores terrestres són muy inferiores á las de los otros. Los castores están sujetos en el verano á la muda , co- mo los demas quadrupedos : y por eso las pieles de los que se cogen en esta estación , tienen po- co valor í el invierno es el verdadero tiempo de cazarlos , porque entonces es su piel perfectamen- te buena. La de los castsres blancos es estimada por su escasez , y los negros del todo , son tan ra- ros como los blancos. Ademas de la piel que el castor suministra , produce también una materia de que se hace mu- cho uso en la Medicina. Esta se nombra castaño, está contenida en dos vexiguillas , ó bolsas , que los antiguos tomaron por los testículos de este ani- mal. Este licor , que tiene algunas calidades reco- nocidas en I3 Medicina , sirve a los salvages pa- ra atraer a los lazos varios animales carniceros , como martas , gorras, y garduñas, untándolos con él. También dicen que los mismo salvages sacan 64 C A V de la cola del castor un acytte del qual usan co- mo'de un emplasto para diferentes mates. Sus dien- tes les sirven de cuchillos para cortar , horadar , y labrar la madera. Se visten de sus pieles , y en el invierno llevan el pelo hacia dentro. Estas p>eles empapadas en el sudor de los salvages , son las que llaman castores crasos , las quales solo sirven para obras toscas. Do las pieies de este animal se hace gran co- mercio. Sabari dice que los mercaderes las distin- guen en castores nuevos, castores secos, y castores crasos. Los castos es nuevos son las pieles de los cue se mataron en el invierno antes de la muda, y son las mejores y mas limpias. Los castores se- cos , que también llaman castores flacos , son l«s pieles de aquellos que se cazan en el verano, quan- do el animal esta en muda, y ha perdido una gran parte de su pelo. Los castous secos pueden servar para forros , aunque son muy interiores de ios pri- meros : su mayor uso es para sombreros. El cas- tor gordo vale mas que el castor seco , pero solo sirve para la fábrica de sombreros. Ademas del uso del pelo y pieles del castor para sombreros y for- ros, se ha intentado hacer de él paños , pero los paños comunes son preferibles al del castor. La experiencia ha hecho ver que las telas fabricadas con pelo de castor , aunque mezclado con lana de Segovia,no conservaban bien el unte, y se ponían secos y duros como la borra. Los escritores y viageros , siempre dispuestos á exagerar, las cosas , han amontonado , hablando del casto/ , fábulas sobre fábulas, y delirios sooie de- lirios , como sino fuesen suficientes las mai av illas del instinto de este animal. Han supuesto a los castores ideas de polícia , y un código gobernativo: han dicho que reducían a la servidumbre los cas- tores vagabundos; que se servian de ellos para acai- rear la tierra y la madera ; que forzaban al traba- jo a los perezosos , aunque no los haya entre clics» que se juntaban en minie r o impar para que en sus consejos hubiese siempre una voz preponderante 1 que la sociedad tenia un presidente , y cada ttibu su intendente : que había centinelas establecidas pa- ra la guarda pública ; que quando eran persegui- dos , se arrancaban los testicuios para satisfacer el deseo de los cazadores, y se manifestaban asi cas- trados para hallar indulgencia en ellos. Todos es- tos hechos son maravillosos , pero no han existi- do jamas , sino en la imaginación de los que los han escrito : los castores no tienen realmente otra industria , ni otros talentos , que los que acabamos de referir. Estos bastan para excitar nuestra ad- miración , y mucho mas el considerar una repú- blica , cuyos miembros todos son iguales , y don- de todos los ciudadanos son felices : una sociedad apacible y sencilla , unida por el amor , regida por la naturaleza , y que no tiene aquellas bri- llantes perfecciones que suponen mayores de- fectos. El nombre de castores proviene del Griego; y los latinos modernos le indican con el de fi- ber. CAVIA COBAYA en el Brasil, es el cochinillo ole indias, yta.se esta palabra. CAZ CAY, en el Brasil, sai, especie de mono. Véase Sai. CAYMIRI, en las tierras del Marañon saimirí , hermosa especie de mono. Ve ase Saimirí. CAYOPOLLIN es un animalito de los montes de la Nueva España , un poco mayor que un ratony semejante al didelfo en hocico, orejas, y la cola que es mas gorda y fuerte que la de un ratón , de la qual se sirve , como de una mano. Los pequeñitos quando tienen miedo se abrazan á la madre , y ella los lleva consigo , y los sube á los árboles. El cayopoUin es mayor, y tiene el hocico me- nos puntiagudo , y la cola mas larga que la mar- mota , y en todo se acerca mas que ésta á la es- pecie del didelfo. Estos tres animales se parecen mucho por la conformación de las partes interio- res y exteriores , por los huesos supernumerarios del receptáculo , por la forma de los pies , por el nacimiento adelantado, y por la larga y continua aderencla de los pequeñuelios á las tetas, y final- mente per otras costumbres de naturaleza. Tam- bién son todos tres del nuevo mundo, y del mis- mo clima : son naturales de las regiones meridio- nales de América. En lo demas todos son unos animales muy feos; su boca hendida como la del sollo , sus crejas de murciélago , su cola de culebra , y ¡¡us pies de mo- na , presentan una figura caprichosa , que es mas desagradable todavia por el mal olor que exhala , y por la lentitud y estupidez con que acompañan sus acciones y movimientos. El cayopoUin es el phllandcr africanas de Bri on t denominación equivocada, poique este simal no es natural de Africa, sino de América. Nota del Tradullor. Un autor moderno Mexicano , que ha escrito un tratado de ..Historia Natural de aquel Reyno, dice : „ que el cayopollin es un pequeño y curio- so quadrupedo del tamaño de una rata ordinaria; pero su cola, de la qual se sirve como de mano, es mucho mas gruesa : su hocico y sus orejas que son muy transparents , semejantes á las de un le- cbtncillo : sus pies y piernas blancas , y su vientre de un color blanco que tira á amarillo. Los hi- juelos se abrazan de la madre quando temen al- gún peligro. Viven y crian estos quadrupedos en los árboles como las ardillas. CAYUASU , en el Brasil sapajú. Vease la corr- tinuacion del artículo monos , sobre la raza de los sapayues. CAYU-UASU , en las tierras del Marañon saya especie de sapajú. Vease Sayu. ** Caza ( moni .) la acción de cazar. ** Caza las fieras, animales, y aves, antes y des. pues de haberlos cazado. ** Caza mayor, las fieras , javalies , venados, lobos , &c. ** Caza menor, las liebres, conejos, 8cc. ** Cazador ( mont .) llamanse asi los animales que por instinto persiguen y dan caza á otros. ** Cazar a gamitado {mont.) es llamar á la gama, ó cierva , con la balitadcra , fingiendo la voz * del CAZ del gamillo , á la que acuden al instante , y se las tira ; pero si se las yerra , no vuelven mas aunque se las llame : al contrario la cor\a , que si veinte veces se la yerra, veinte vecés acude al reclamo de la balitadera. ** Cazar a iazo ciego. Es quando la caza es braba, que no quiere aguardar: ir con el perro echan- do cercos ; y si la caza ha pasado , poner al que ha de tirar hacia donde mejor les parece , y entrar á atraillarla para echársela : llamase lazo ciego por- que no se sabe hacia donde esta la caza. ** Cazar a lazo visto. Es, en viendo la caza, dexar al que ha de tirar en el sitio mas cómodo pa- ra eilo , al que se le va echando la caza. ** Cazar al estribo. Es ir uno a caballo , y otro al estribo por la parte contraria á la caz3 , pa- ra que ésta no se recele , y tirarla quando se lle- gue á ella. CEBAL de Charleton. Es la cebellina. Veas e el artículo siguiente. CEBELLINA, (la') Es un animal muy estimado, y muy conocido por su hermosa piel , y que se parece á la marta en la forma de su cuerpo , y en los hábitos naturales ; como a la comadreja en los dientes : tiene seis incisivos bastante largos , y un poco corvos , y dos colmillos largos en la quixada inferior : los dientes de la superior son muy agu- dos , y tiene grandes bigotes al rededor de la bo- ca : los pies anchos , y armados de cinco uñas. La especie varía en la magnitud y en los colores , las mas negras son las mas estimadas. La diferencia que hay de la piel de la cebellina á todas las demas , y lo que la hace mas preciosa , es, que á qualquier lado que se eche el pelo , obedece igualmente , y en las otras tomadas contra pelo se siente resistencia y aspereza. Las cebellinas escogen , y se forman habitacio- nes y nidos para retirarse , o en los huecos de los árboles , ó debaxo de sus raíces , ó en sus ra- mas. Estos nidos están construidos de musgo , ra- mitas y yerba , donde dicen que permanecen la mitad del dia , y en lo restante van á buscar su alimento. Una parte del año viven de caza , y hacen la guerra á las comadrejas , á los armiños , a las ardi- llas , y especialmente á las liebres. Pero en tiempo de fruta comen bayas y frutas ; y en especial una que les causa una picazón tan grande que se rascan contra los árboles. Con esto se usa su piel , y que- da defectuosa , y se ha observado que quando los servales tienen mucha fruta apenas pueden los caza- dores coger algunas pieles buenas. En el invierno cazan páxaros y aves silvestres , y quando hay nie- ve se esconden en sus agujeros, donde algunas ve- ces permanecen tres semanas sin salir. Se juntan en el mes de Enero : su zelo dura un mes, y muchas veces se suscitan riñas sangrien- tas entre los machos. En este tiempo tienen un olor muy fuerte , y en todos huelen mal sus excremen- tos. Después de su ayuntamiento guardan sus nidos cerca de quince dias , y paren á fines de Mar- zo : sus camadas son de tres a cinco cachorros , que las madres atetan por espacio de cinco ó seis sema- nas. Siempre se hace en el invierno la caza de las Historia Natural. Tam. 1. CEB 65 cebellinas , porque su pelo se cae por la primavera, y está muy corto todavía en el verano y en el otoño. Los habitantes del pais llaman a esta espe- cie de cebellina , neda sebili , ó cebellina imperfecta, v se venden á ínfimo precio. Suelen ir treinta ó quarenta cazadores juntos , y se embarcan en ca- noas para pasar los rios , llevando provisiones pa- ra tres ó quatro meses. Tienen un gefe , el qual quando llegan al puesto , señala a cada compañía su quartel , fixa el tiempo de la vuelta, y todos los cazadores deben obedecerle. La mayor caza de estos animales se hace con lazos ; y para armarlos , separan la nieve : cada ca- zador arma veinte al dia , escoge un corto espacio de terreno cerca de los árboles , le cerca hasta una cierta altura de estacas puntiagudas , y le cubre de unas tablitas, para que la nieve no caiga dentro, dexando una entrada muy estrecha , sobre la qual hay una viga que está sostenida por una trampa. Luego que toca la cebellina á ella para coger el pe- dazo de carne ó de pescado , que sirve de cebo, cae la cigüeña ó contrapeso y la mata ; esconden las pieles en los huecos de los arboles, para que los Tunguses errantes no se las hurten. Ademas de los lazos y trampas , también usan de redes ; quando un cazador encuentra la huella de una cebellina , la si- gue hasta su vivar ó nido , y la obliga a salir de él por medio del humo del fuego que enciende a la entrada. La red esta tendida ai rededor ; quando sale el animal de su madriguera , r<>ra vez dexa de quedar presa; y quando esta bien enredada en la red , la matan los perros. Quando se ven algunas erj los árboles, las matan á flechazos , cuya punca esta roma , para que no perjudique a la piel. Luego que se concluye ei tiempo de la caza, todos los cazadores se juntan dejante de su gefe común , á quien dan cuenca de la cantidad de cebe- llinas, y otros animales que han cogido : denun- cian á los que han hecho alguna cosa contraria a las reglas , y el gefe los castiga. Los que han robado pieles , son castigados y privados de la parte que les tocaba. Y entre tanto que llega el tiempo de volver á sus casas , que es regularmente quando se deshace el yelo de los rios , preparan las pieles. Luego que llegan los cazadores á sus ca,as dan primero á la Iglesia algunas pieles , según el voco que hayan hecho antes de partir : estas pieles se llaman cebellinas de Dios. Después pagan su tributo en pieles a los recaudadores del Soberano , y ven- den las restantes , cuyo produéfo reparten igual- mente entre ellos. Las mas caras y mas estimadas son las mas ne- gras , cuyo pelo es mas largo. Después de la con- quista de la Siberia , se reservaron los Soberanos de Rusia la mejor parte del despacho de esta mer- cadería , en la qual pagan los habitantes una parce de su tributo. El Gobernador de Siberia sella to- das las cebellinas cogidas en su gobierno , y las en- vía al Senado de Sanpretesburgo , donde las hacen paquetes de diez pieles cada uno , y caxas compues- ta cada una de diez paquetes. Estas caxas se ven- den á proporción de la hermosura de las pieles; las mas bellas se venden hasta dos mil y quinien- tos rublos ( cerca de cincuenta mil reales ) ; las de menor calidad se venden a mil y quinientos rublos; 1 y 66 CEB y los Grandes de Turquía son los mas curiosos y aficionados á estas pieles. Ballanse cebellinas en la Laponia , y en las de- más regiones Septentrionales » pero las de Siberia son lás mas estimadas. Las que se hallan cerca de Vititnski son mas apetecidas, y pasan por superio- res en belleza a codas las demas. También hay gran- de abundancia de ellas en Kamstschatka , y en el pais de los Korekis ; pero son de una calidad infe- rior á las anteriores. Según las relaciones de algu- nos viageros , son tan comunes allí las cebellinas co- mo las ardillas. Después de la conquista de la Siberia se han alejado estos animales de los parages habitados , y los cazadores trabajan mucho para cogtrlas , pues tienen que subir el rio Vitim , y los aos de Masía que entran en él , é ir hasta el lago Oreno , para- ges desiertos y muy apartados de toda habitación. La cebeftim t es la ramulla subilla de Gesnero: míatela ■^bellhtá dé Ray y de las Mem. de Preters- bureo : fntts sarmaiicus et scythicus de Alciato : mar- tas tibeftitia de la Nomenclatura latina de Brisson. CHIRA, (la) Es tal vez. de todos los animales quadrúpedos el mejor formado , y el mas vistosa- mente vestido : Tiene la figura y las gracias del en- fraile , la ligereza del cierva , y la piel rayada de cintas negras y blancas , dispuestas alternativamente con tama regularidad y simetría , que parece que la naturaleza ha usado de la regla y el compás para pintarle. Estas faxas alternativas de negro y blanco, son macho mas singulares por lo estrechas , iguales y exactídmamente separadas como una tela de seda rayada : ademas , no solamente se dilatan por el cuerpo , sino también por la cabeza , muslos , pier- nas , orejas y cola : siguen los contornos del cuer- po , y señalan tan ventajosamente su figura , que demuestran los músculos , ensanchándose mas ó me- nos sobre las partes mas ó menos carnosas, y mas ó menos redondas. Tas faxas en la hembra son ne- gras y blancas , y en el macho negras y amarillas, pero siempre de un color vivo y brillante : su pe- lo es corto , fino y poblado , cuyo lustre aumenta la hermosura de los colores. La cebra , por lo general , es mas pequeña que el caballo , y mayor que el asno ; y aunque muchas veces se ia haya comparado á estos animales , y lla- mado caballo silvestre , y asno rayado , con todo eso, ni es -eabíilho ni asno , sino una especie distinta. Este animal solo existe en las partes mas orien- tales, y mas meridionales de Africa, desde la Etio- pia hasta el Cabo de Buena Esperanza, yttesde allí •hasta Coago. ,,En el Cabo de Buena Esperanza, „ dke el Caballero de Chaumont , hay cantidad de caballos silvestres ¿jue son los mas hermosos del „ mundo ; 'están rayados de blanco y negro , y eos- taria tmieho trabajo el domarlos.” Todos ¡k>s viageros que -han tenido ocasión de •ver k Cebra , han renido gusto de hacer el retrato de este hermoso animal. „ El asno silvestre del Cabo , dice Kolbe , es „ uno de los mas hermosos animales que jamas he vasto : tiene el tamaño de tín caballo de montar co- „ mun ; sus piernas son delgadas y bien proporcio- v, nadas , y su pelo es suave y unido : desde la crin hasta k cola tiene uña r-aya negara enmedio del CEB „ lomo , de la qual salen de uno y otro lado un „ gran numero de rayas de diversos colores , las „ quales juntándose en el vientre forman otros tan- „ tos círculos : algunos son blancos , otros amari- ,, líos , y otros castaños , y estos colores se pier- ,, den y confunden unos con otros , que forman „ una vista agradable. Su cabeza y sus orejas están „ también adornadas de pequeñas rayas de los mis- „ mos colores : las de la crin y la coia son la nra- „ yor parte blancas ó morenas , y hay menos ama- ,, rillas : es tan veloz que no hay caballo en el mun» „ do que se la pueda comparar , y por e. o cuesta „ mucho trabajo el coger alguna , y quanüo se con- sigue, se vende á mucho precio. Yo he visto mu- „ chas veces grandes manadas de estos animales.” „ En Pamba , y en el reyno de Congo , refie- „ re Francisco Drack , se halla un animal que estos „ pueblos llaman cebra , la qual es semejante a una „mula , excepto que engendra. La disposición de „ su pelo es maravillosa ; porque desde ia espina „ del lomo hasta el vientre tiene unas faxas de tres „ colores, blancas, negras y amarillas , dispuestas „ todas con una justa proporción , y cada una tiene ,, tres dedos de ancho. Estos animales crian todos los „ años , son muy silvestres y veloces.” „ En el Brasil , quando llegué , dice Francisco „ Pyrart , vi dos animales muy raros ; eran de la „ forma , altura , y proporción de una muía peque- „ ña; la piel era admirablemente bella , lustrosa y „ brillante como el terciopelo , y compuesta de fa- „ xas pequeñas , unas muy blancas , y otras muy ,, negras , tan proporcionadamente dispuestas , que ,, hasta las orejas , la punta de la cola y otros extre- „ mos , las tenian tan bien compaseadas , que ape- „ ñas el arte de los hombres podría hacer otro tan- „ to. Es una bestia muy fiera , que nunca se domesti- „ ca del todo : dabanlas el nombre del pais , don- „ de son esvres ; nacen en Angola , y en África , des- „ de donde las habian llevado al Brasil , para desde „ allí regalarlas al Rey de España , y habiéndolas „ cogido nuevas y muy pequeñas, las habian do- „ mesticado un poco , y con todo eso no había mas „ de un hombre que las cuidase , y se atreviese a „ acercarse á ellas.” „ Bernier dice , que los Embaxadores de Etio- „ pia llevaron al Mogol una cebra de regalo , y ha- „ liándose en el Cayro Tebenot , vió un Embaxa- „ der de Etiopia que llevaba varios regalos al Gran „ Señor : entre otros , dice , llevaba un asno que tenia „ la piel pintada alternativamente de faxas blancas „ y atezadas , que le ceñian todo el cuerpo hasta las „ piernas , donde las rayas se manifestaban á mane- „ ra de charreteras , todo con tanto orden y medi- „ da , que no hay piel de tigre ó leopardo tan bella.” Por todos estos testimonios se ve que las par- tes Orientales y Meridionales de Africa , son el úni- co pais nativo de las cebras : que estos hermosos animales tienen un natural silvestre y feroz , y que hasta ahora se ha intentado inútilmente hacerlas do- mésticas. Sin embargo , hay apariencia que si se acostumbrase á la cebra desde la primera edad á la obediencia y á la servidumbre , se haria tan mansa como el caballo y el asno , y podria reemplazarlos. M. Forster , que tuvo ocasión de examinar bien estos animales en el Cabo de Buena Esperanza , re- co- CEF conoció en esta especie una variedad que se diferen- cia de la cebra común , en que en lugar de las faxas, ó rayas pardas ó negras de que esta rayado el fon- do blanco de su pelo : ésta al contrario , es de un pardo bermejizo , con muy pocas faxas anchas , y de una tinta débil y blanquecina : estas faxas apenas se reconocen y distinguen en algunos individuos, quienes tienen un color uniforme , y cuyas faxas no son mas de unos matices poco distintos de un co- lor mas pálido : tienen como las demas cebras la punta del hocico y los pies blanquecinos , y se pa- recen en todo , excepto en las bellas faxas de la piel. ,, Habría fundamento en decir , añade M. Fors- „ ter , que esta no es mas de una variedad en la es- „pecie de la cebra i sin embargo , parece que se „ diferencia, de esta ultima en el natural , porque „ los animales de esta especie son mas mansos y ,, obedientes , y no hay exemplar de que se haya „ podido jamas domesticar sulicientemente la cebra „ rayada para uncirla á un coche ; y estas cebras de „ pelo uniforme y moreno son menos intratables , y ,, se acostumbran fácilmente á la servidumbre. Yo „ vi una en los campos del Cabo que estaba uncida „ con caballos á un carruage , y me aseguraron que „ domesticaban bastante numero de estos animales „ para este ministerio , porque habían experimenta- „ do que eran, á proporción mas fuertes que un ca- ,, bollo del mismo tamaño.11 El Profesor Allamand cita un hecho singular si es verdadero. „ Milord Clive , dice, volviendo déla In- „ dia traxo consigo una cebra hembra , que le ha- „ bian regalado en el Cabo de Buena Esperanza: ,, después de haberla conservado algún tiempo en „ su parque en Inglaterra , la dio a un asno para „ probar si estos animales tendrian ayuntamiento: 5, pero la cebra no permitió que se le acercase el as- „ no. El Milord tuvo el pensamiento de hacer pintar „ el asno como la cebra , y entonces se engañó , y „ tuvo coico , con él del qual nació un cachorrito „ semejante a su madre.11 CEFALOTE. Denominación, baxo la qual indica- mos una especie particular de murciélago. Fca.se Mur- ciélago. ** CEFO. s. m. Animal quadrúpedo y feroz , se- mejante al cinocéfalo. Tiene el casco de la cabeza al- go elevado , y cubierto de pelo como el de un oso: la boca muy grande , con qttatro colmillos también muy grandes : las narices muy anchas y muy abier- tas , y algo levantadas hacia arriba como las del do- ga : las orejas muy cortar, y aplanadas : tiene mele- na en el cuello , y por el cuerpo está cubierto de pelo como de oso, á excepción de las ancas , en que íiene muy poco ó ninguno : el morro es prolonga- do como el de un mastín , y la cola muy corta : los brazos y piernas vellosas , y muy parecidas á las de la mona : en los pies y manos tiene cinco dedos con sus uñas , semejantes en todo a las del hombre: su voz es como el gruñido de un oso , ó de un mas- tín quando se irrita : todo el cuerpo le tiene jaspea- do de varios colores muy vivos : el hocico , nari- ces y labios en que no tiene vello , y también las ancas las tiene naturalmente teñidas de un azul y encarnado muy fino , y por el resto del lomo está salpicado de algunas manchas amarillas : por debaxo Historia Natural. Torn. I. C E R 67 de la barba le sale una lista de pelos ancha , y muy blanca , que le coge toda la barriga hasta el einpey- ne , y los pies son de color pardo y negro. Llama- se cambien cebo , celfo , cepo , chibar y papión. Ha- blando de sus propiedades los Naturalistas dicen, que en los dos dias de los equinoccios orina veinte y quatro veces al dia , que en las conjunciones de la luna esta muy triste; y quando sale la luna nueva, muy alegre. En el año de 1760. se vio uno en Ma- drid , que le traían unos hombres para ganar dine- ro enseñándole. El Padre Sarmiento que le vió , ¿ hizo una muy exacta y puntual descripción de él, dice que tenia de dos á tres palmos de altura , co- mo medio pie de cola ; y desde la raiz de ésta has- ta el vértice de la cabeza poco mas de tres pies : des- de el vértice de la cabeza al remate de los labios poco mas de un palmo. Los que le conduxeron de- cían que era cachorro de veinte y un meses , y que algunos dias estaba muy triste , y otros muy alegre. También dice el P- Sarmiento que se obser- vó , que desde la tarde del dia veinte y dos de Sep- tiembie , hasta la manana del veinte y quatro , ha- bia orinado con mucha mas freqüencia que otros dias. ** CEGAJO. El macho de cabrio de dos años. Ve ase Cabra. CEMAS (el) de Bellon. Es la gamletfl. Mase Ga- muza. CERCOPITHECO ( mono con cola). Denomina- ción genérica que ios Griegos usaron para indicar todos los monos con cola larga. Mase Monos. CERDO. Nombre que se da al puerco por las cer- das de que está vestido. Mase Puerco. CERIGON. Según algunos viageros , es el didel- fo. Vease esta palabra. CERVATO, (el) Es el hijo del ciervo y de la cierva mientras no ha llegado 3 la mitad de su magnitud. Este mismo nombre se da también á los gamos y coraos pequeños. CERVATILLO, (el) Es un anitnalillo indicado por casi todos los viageros baxo el nombre de cier- vo pequeño ; es á lo mas del tamaño de una lie- bre , y sus piernas son tan delgadas , que engarza- das en plata ú oro , sirven de mondadientes. Este animal se parece mucho al ciervo en la figura , en la ligereza del cuerpo , en la cola corta , y en la forma de las piernas: á la gabela en la forma de los pies y de los cuernos ; y a la cabra en que 110 tie- ne hoyo debaxo de los ojos , pero realmente ni es ciervo, ni gatela, ni cabra , y forma una ó varias especies separadas. Estos animalitos son mansos , familiares , de una figura lozana , y muy bien proporcionados en su tamaño : dan saltos y brincos prodigiosos , pe- ro sin duda no pueden correr largo tiempo , por- que los Indios los alcanzan , y cogen en la carrera: los Negros los cazan del mismo modo , y los ma- tan á palos y á golpes de azagaya , y esta caza es una de las que hacen con mas gusto , porque la carne de estos animales es excelente. Parece que todas las especies de cervatillos de- ben reducirse á dos principales , una sin cuernos, y llena de manchas blancas , que es el cervatillo de las Indias Orientales , donde le llaman memina , y esta especie contiene tres ó quatro variedades : la I % otra 68 CET otra de un color uniforme por todo el cuerpo , y en la qual el macho tiene unas astas de una pulgada de largo , y otra de circunferencia , huecas , ne- grizcas , un poco corvas , muy puntiagudas , y ro- deadas por la raiz de tres ó quacro anillos transver- sales. Esta segunda especie se llama gucbei ó cerva- tillo de hume a con cuernos : el cávaúllo mas chi- co , que en el Senegal llaman guevei \aior , es una variedad de esta última especie. Estos animalillos no pueden vivir sino en los climas en extremo cá- lidos : son can delicados j que cuesta mucho traba- jo el transportarlos vivos a Europa , donde se mue- ren en poco tiempo. Estos son sin comparación alguna los mas chicos de los animales bisulcos. Ignoramos si producen varios hijos de cada vez: hallase gran numero de ellos en la India , en Ja^ ba , en el Cey-lan , en el Senegal , en Congo , y en todos los demas países sumamente calidos; pe- ro no se encuentran en América , ni en ninguna de las regiones templadas del antiguo Continente. El cervatillo se llama en latin moderno tragu/us‘f en el Senegal guevei ; y los Negros' le llaman «y de los ciervos. Cetáceo, s. y adj. Nombre formado de la pala- bra latina cetc , que significa la ballena , y otros ani- males marinos grandes del mismo genero , grrndia ccte. Por eso los cetácetís son los grandes animales marinos del genero de la ballena , que , aunque por su forma exterior , y por el elemento que' habitan parece pertenecer á pescados, tienen, sin embargo, de quadrúpedos , por tina analogía de naturaleza mucho mas estrecha y mas íntima. En efbéto, todos los cetáceos respiran , como los quadrúpedos , por un conducto ó canal que les es particular , y que no tienen los peces propiamente asi llamados. Los ce- táceos engendran sus hijos vivos , y los atetan tam- bién como ios quadrúpedos : finalmente, en toda la conformación de su cuerpo se encuentran los órga- nos , las visceras , y la mayor parre de huesos cor- respondientes á los de los quadrúpedos : de tal modo que toda la estructura de un cetáceo ofrece la idea de un quadrupedo cercenado , y como en- cerrado y cosido en la piel de un pez. El primero , y el mayor de los cetáceos , y de todos los animales es la ballena ; el segundo , en or- den de tamaño , es e! cachalote ; el tercero el narwal ó unicornio marino ; el quarto la urca u orea ; el quin- to la marsopa y y el sexto el de/fin. Véanse estos artículos. Sin embargo , varios nombres de estos deben ser mirados como genéricos , mas que como específicos ; hay en efecto mas de una especie de ballena y de cachalote , y en cada articulo de estos damos las pocas noticias adquiridas hasta aqui sobre estas especies. CHABIN. Nombre que dan en algunas islas de América al individuo nacido del coito del carnero y la cabra , el qual es un cordero que tiene pelo en lu- gar de lana. Fcase Cabra. CHACAL, (el) Parece que forma una especie intermedia entre las del lobo y el perro. Teniendo toda la ferocidad del lobo , tiene en efeéto un poco de la familiaridad del perro : y su instinto social , á lo menos con los individuos de su especie , es tam- bién una relación de naturaleza entre estos anima- les. El tamaño del chacal, ye'l Color de su pelo va- CHA rían, según la diferencia de los climas donde se ha lian. En Armenia , en Cilicia , en Persia , y en todo el Levante es comunmente del tamaño de una torra : solamente tiene las piernas mas cortas , y el color de su pelo es un amarillo vivo , y brillante, por el qual le han dado varios autores el nombre de lobo dorado. En los climas ardientes de Africa y de Indias es mayor, y su pelo es mas bien de un color pardo roxo que amarillo , y tiene algunos matices diferentes. Generalmente su figura se seme- ja a la de la torra : estos animales se juntan corno los perros , y producen dos , tres ó quatro hijos, que nacen con los ojos cerrados. Aunque el cfiaca/ tiene las piernas mas cortas que el perro, no dexa dé tener ranea ligereza como él , porque siendo flexible y agil , puede, saltar mas lejos. Su voz es un aullido , mezclado de ladrido y gemido; quando un chacal grita, todos los Jemas le responden. Este animal es voraz y atrevido en extremo : nunca van solos , sino en tropas de veinte , treinta ó quarenta de ellos. Entran con in- solencia en los establos , y atacan toda especie de animal ó ave casi á la vista de los hombres ; y aun se les ha visto devorar criaturas : se juntan por la noche para hacer su caza ; se mantienen de anima- lilios ; y se: hacen temer por el numero de los mas poderosos : comen indistintamente carne fresca y podrida ,. pellejos , y toda especie de inmundicia, pero sus manjares favoritos son los cadáveres de los racionales , que ellos desentierran , sino esta bien macizada y apretada la tierra de las sepulturas , y mez- clada con espinas y zarzas, para que no la escar- ven y ahonden. Luego que están acostumbrados á los cadáveres , no cesan de correr los cementerios , y seguir las armadas. Estos alimentos infeétos les ha- cen exhalar un olor tan hediondo , que no pueden echarse un instante en un parage sin infestarle ; en una palabra el chacal es , según refieren todos los viageros , un animal rrfuy incómodo , y muy per- judicial por sus aullidos , por sus robos y sus ex- cesos ; y puede decirse de él que reúne el atrevi- miento del perro á la baxeza del lobo ; y esta- es la idea que nos dan ios viageros de él. „ El jacar ó ,, adive , dice Delon , es del tamaño de un perra ,, mediano , semejante á la torra en la cola , y al ,, lobo en el hocico ; crianse en las casas 5 pero su „ naturaleza es de esconderse en la tierra durante „ el dia , de donde salen por la noche para buscar „ que comer : van en rropas , devoran los niños, „ y huyen de los hombres : sus gritos son lamenta- „ bles , y freqiientemente se diría que eran los de „ muchos muchachos de diversas edades juntos.” „ En Persia se halla , ciice Oleario , una espe- „ cié de torra , llamada /chacal , que los habitantes „ llaman comunmente tul{i , de las quales hay cre- ,, cidísimo numero , y son del tamaño de nuestras „ torras de Europa : su lomo y costados están cu- „ hierros de una especie de lana gorda con unos „ pelos ¡argos y tiesos : el vientre es blanco como „ la nieve , las orejas negras , y la cola mas chica „ que la de nuestra zorra ; la ciamos andar vagan- „ do al rededor del lugar , donde estábamos muy „ importunados con sus lúgubres gritos , bastante „ semejantes á los de un hombre que se quexa, que „ no cesan en toda la noche.” Es- CHA Este animal , dice otro viagero ( el Padre Vi- cente María ) „ se parece al lobo en la figura , en „ el pelo y en la cola , pero es mas pequeño , y „ su tamaño es también inlerior a el de la %ona; ,,esmuy voraz, pero estúpido : anda por la no- „ che , y por el tiia permanece en sus madrigue- „ ras ; ai anochecer se ve gran cantidad de ellos en „ el campo , y acercándose a los pasaderos, se pa- s, ran a mirarlos sin manifestar temor. Corren poi; ,, las Iglesias , donde desgarran y devoran todo lo „ que les conviene ; las cosas de cuero son sus inas „ estimados manjares. Chillan como la torra ; y „ quando uno grita,, todos los demas le responden: „ este instinto de gritar todos juntos no parece, rn- „ voluntario , sino de pura necesidad : a tai pun- ,, to, que si un animal de estos ha entrado en una ,,casa para robar , y oye a sus compañeros gritar „ a lo lejos , no puede dexar de gritar también, ,, y descubrirse con esto. . . . Los adives son muy, golosos de cadáveres, particularmente de los hu- „ manos. Quando los Christianos van a enterrar „ algún cuerpo al campo , hacen una sepultura muy ,, profunda , y aun no basta para que ellos no de- „ sentierren el cuerpo ; por ro qual tienen la cos- „ cumbre de apretar la dcrra del hoyo , y echar en „ ella piedras y espinas , que hiriendo estos ani- males , les estorven el cavar la tierra.“ „ Este animal , según refiere el viagero Du- „ mónt , hiede tanto que no puede echarse un ins- „ tante en un parage sin infestarle. Es en extremo ,, voraz y atrevido , de manera que no teme en- ,, trar en las casas. Quando encuentra un hombre, „ en lugar de huir de él , como las otras bestias, ,¿le mira fieramente como si quisiera embestirle, ,, y después sigue su camino. Todo ei campo de la ,, Anatolia esta poblado de estos animales : todas „ las noches se les oye hacer un ruido muy gran- ,, de al rededor de los pueblos , no ladrando como ,, los ferros , sino gritando con un cierto chillido ,, áspero que les es particular .“ „ Hay en Bengala , dice Bier villas , unos per- „ ros silvestres llamados jaquefarcles , ó paros grita- „ dores , cuyo pelo es roxo : vienen todas 1. , no- „ ches en tropas á ladrar espantosamente a lo largo „ del Ganges i sus voces y gritos son tan diferen- tes y tan confusos , que no se puede oir lo que „ se habla , no se desvian ni huyen quando los „ Moros pasan cerca de eilos.tc „ En el pais de Malabar ( Colección de los Via- „ges de la Compañía de las Indias Orientales) se „ ve un gran numero de jóchales ó jáchales , que son „ muy golosos de carne humana. Seguían nuestra „ armada , y desenterraban los muertos. . . . Oia- „ mos freqúencemente por la noche los espantosos „ gritos de estos animales , que se semejan bastan- „ te á los de los perros irritados. . . . gritan repeti- „ das veces , y como si se respondiesen. “ „ Todo el país de Calicut , según Francisco „ Pyrard , está lleno de chacales , que vienen por „ la noche hasta la ciudad , y cazan como los per- „ros.(i El sckecal de la Boullaye le Gouz , es también nuestro chacal. . . . „ Hay , dice , tan gran canti- „ dad de estos animales en las cercanías de Surate, „ que no podíamos encendernos , a causa del gran CHI 69 „ ruido que hacian , gritando distintamente na , na, fy na , que se acerca al ladrido del perro : también „ hay gran numero de ellos en los desiertos de ,, Arabia , a lo largo del Tigris , del Eufrates , y „ en Egipto.c‘ „ En los reynos de Túnez y Argel , dice el „ Doctor Shaw , el deab ó jachalí es de un color ,, mas obscuro que la torra , y casi del mismo ta- ,, maño ; aúlla todas las noches en las ciudades y ,, jardines , y se alimenta como la hiena , de raíces, „ frutas, y cadáveres corrompidos.” ,, Hallase en Guinea , refiere Bosman , y mas „ comunmente en el pais de Acra , y en el de „ Aquamboé , un animal muy cruel , que llaman „ jacl-al. . . . venían muchos de ellos por las no- „ ches hasta las murallas del fuerte que tenemos en ,, Acra, para robar de los establos los cerdos , car- „ ñeros , dcc. c También parece que los chacales están indicados en la relación de Congo del Taure Zuchel , baxo el nombre de perros silvestres , y de mebbias ; „ es- „ tos son , dice , los enemigos mortales de todos ,, los demas quadrúpedos : no se diferencian mucho „ de nuestros perros : se les ve en tropas de trein- „ ta y de quarenta , y algunas veces en mayor nu- „ mero. . , . Acome, en a toda especie de animales, „ y vencen comunmente por el numero. vos castrados , y las hembras que carecen de cuerna, comen menos que los ciervos enteros. La cuenta del ciervo es una substancia muy di- ferente de la de las astas y colmillos de los de- más animales ; y es sólida en todo su grueso , y crece por su extremo superior, como las yerbas, los árboles , y todos los demas vegetales ; y por eso es una producción verdaderamente vegetal , y se semeja a la madera de los árboles por el mo- do con que crece, se desenvuelve , re ramifica, se endurece, se seca , y se separa; porque se cae por sí misma después de haber tomado su entera so- lidez, y Juego que cesa de sacar del alimento, co- rno una fruta , cuyo pezón se desprende de la ra- ma en el tiempo de su madurez : primero es tier- na como la yerba , y después se endurece como la madera : el pellejo , ó correas que crecen con ella , es su corteza , la qual se cae luego que ha tomado la cuerna todo su incremento: mientras cre- ce , permanece siempre blando el extremo supe- rior : se divide también en varios ramos : el asta es el árbol , y los candiles las ramas ; en una pa- labra , todo es semejante , todo conforme en el modo de crecer uno y otro ; y como la cuerna del ciervo solo se produce por la superabundancia de alimento , su calidad depende también de la Historia Natura!, Tofíí. I, CIE 73 diversidad de ellos ; y es como los árboles las selvas , grande , tierna , y bastante ligera en los países húmedos y fértiles , y al contrario , corta , dura , y pesada en los secos y estériles. En quanto al color , parece ser como el del pelo , que depende en particular de la edad , y de la naturaleza del animal , y en general de la impresión del a) re : los ciervos nuevos , y cno- dios , tienen la cuerna mas blanquecina y menos teñida q\ie los viejos : los cíe, vos de un pelo leo- nado, claro, y ralo, tienen freqüentemente la cuerna palida y mal teñida : los de un leonado vivo, la tienen comunmente roxa : y los pardos, especial- mente los que tienen pelo negro en el cuello , la tienen negra. Es verdad que lo interior de la cuerna de todos los ciervos es casi igualmente blanco : pero se diferencia mucho una de otra en la solidez , y en la trabazón , mas ó menos apar- tada : hay algunas que son muy esponjosas , y tie- nen unas concavidades bastante grandes : esta dife- rencia en la trabazón basta para que tomen diver- so color , y no es necesario recurrir al xugo de los árboles para producir este efecto. La cuerna de los ciervos aumenta todos los años de grueso , y de alto desde el segundo de su vi- da hasta el o&avo : siempre se mantiene bella , y casi del mismo modo durante todo el vigor de la edad; pero quando son viejos, declina también. Es raro el que nuestros ciervos tengan mas de vein- te ó veinte y dos candiles , aun quando sean sus cuernas las mas hermosas , y este número no el nada menos que constante : porque amenudo su- cede que un mismo ciervo tendrá en un año un cierto número de candiles , y al año siguiente ten- drá mas ó menos , según el mas ó menos ali- mento ó descanso que haya tenido. El tamaño de estos animales varía también mu- cho , según los parages que habitan : los ciervos de los llanos , valles , y colinas abundantes en granos, tienen el cuerpo mucho mayor, y las piernas mas altas que los de los montes secos , áridos , y pe- dregosos : estos tienen el cuerpo baxo , corto , y gordo : no pueden correr tan apriesa corno los primeros , pero corren mas largo tiempo : son mas malos , y tienen el pelo de la frente al rededor de la cuerna mas largo : sus cuernas son comun- mente baxas y negras , casi como un árbol des- medrado , cuya corteza está parda : pero las de los ciervos de las selvas son altas, y de un color cla- ro y bermejizo , como la madera y la corteza de los arboles que están en buen terreno. Estos cier- vos pequeños y cachigordos no habitan los bosques viejos , sino los verdugales ó nuevos , donde pue- den sustraerse mas fácilmente á la persecución de los perros: su graso es ñas fino, y su carne es de mejor gusto que la de los ciervos de las selvas. El ciervo cíe Córcega parece que es el mas chico de todos los de monte : tiene la mitad de altura que los comunes : el pelo pardo , el cuerpo re- gordete , y las piernas cortas. El color común dei pelo del ciervo es el leonado : sin embargo, se ha- llan algunos cenicientos , y otros roxos ; ios ciervos blancos son mucho mas raros , y parece que han sido antiquisimamente domésticos. La especie de ciervo comprehende , ademas del K ce- 74 CIE común , el de Córcega, y los blancos, y un oran numero ae otras razas ó variedades. En Ale- mania hay una casta conocida en el pais por el nombre ue brandbirt\ , y de nuestros cazadores por el de ciervo de Ardenas. Este es mayor que el co- mún , y se diferencia de los demas , no solamen- te en el pelo , que es de un coior mas obscuro , y casi negro , sino también en el pelo largo que tie- ne en las espaldas , y en el cuello. Este es el ciervo que los antiguos indicaron baxo el nombre de hippeiapho, y tragelapho , y que los Naturalistas han confundido sin razón con el clan. En Inglaterra, y en Escocia se hallan ciervos que durante el invierno , parecen negros , y tienen el pelo erizado , y en el verano son pardos , y tienen el pelo liso t no son tan buenos de comer como los comunes : estos ciervos no son mas que una variedad de los de Ardenas, y solo se dife- rencian en que tienen la cuerna ó empalmaduras de ella anchas, y llanas , como los gamos , o pa- letos , lo que no tienen los ciervos de Ardenas. En la Isla de Francia son los ciervos mas chi- cos , y tienen el pelo mas pardo que los de Eu- ropa , de quienes no obstante sacan -u origen. En esta Isla han conseguido hacerlos domésticos , y algunos habitantes tienen manadas de ellos. Ea especie del ciavo está generalmente espar- cida. Hananse en todas las partes de Europa , has- ta tn Noruega, y en todo ei Norte, á excepción tal vez , t la uuponiu : también hay muchos en ei Asia, espeuaimen e en Tartaria, y en las provin- cias hep en trie,, ales de la China. En América los hay ce,, las mismas variedades que en Europa , ya en el tamaño , ya en la altura de la cuerna ya en ei número y dirección de los candiles ; porque aunque generalmente ios tienen derechos , se hallan sin embargo algunos que los tienen vueltos hacia atras por una inhexion bien señalada ; de suerte que la punta ue cada candil mira al tronco , y también se ven otros que encima de la raiz, ó empalmadura, tienen una gran porción de candiles en forma de corona - peio todo esto no impide que sean de la misma especie que los demas. bor esparcida que esté la especie de este ani- mal , parece no Obstante , que está limitada a los climas fríos y templados : los ciervos de México y de las demás parces de la América Meridional, los que llaman ciervos de bosque , en Cayena, los del Ganges , ó ciervas de Cer deña , finalmente los dei Cabo de Buena Esperanza , de Guinea , &c. son especies diferentes. Como ei ciervo es el mas noble de los habi- tantes de los bosques , por eso sirve solamente á los placeres mas nobles de los hombres. La caza del ciervo pide unos conocimientos que no se pueden adquirir sino c n la experien ia : supone un apa- rato real , hombres , caballos , perros , todos ejer- citados , acosiumoraaos y diestros , que con sus movimientos , pesquisas , é inteligencia , deban tam- bién concurrir al mismo fin. El montero debe co- nocer la edad y el sexo : debe saber distinguir y reconocer si el ciervo que ha atiaillado con su Veryor , es est aquero , enód.o, ó viejo , y los prin- cipales indicios que pueden dar este conocimiento son, el rastro ó huella , y ios excrementos. ¿1 pie CIE del ciervo está mejor hecho que el de la cierva , su pierna es mas gorda , sus huellas mejor estam- padas , y sus pasos mayores : camina mas regu- larmente , y pone el pie de atras en el mismo sitio que el de alante : pero la hembra , como tie- ne el pie mas mal hecho , y los pasos mas cortos, no pone el pie posterior en la huella del ante- rior. Quando el ciervo ha mudado quatro veces la cuerna , es fácil de conocer para no equivocarse i pero es necesaria la práctica para distinguir el pie del enodio , ó ciervo nuevo dei de la cierva ; y pa- ra asegurarse , se debe mirar de cerca , y examinar- le muertas veces. Los ciervos de diez candiles , y los viejos son mas fáciles de reconocer , porque tienen el píe de alante mucho mas gordo que el de atras ; y quanto mas viejos son , mas gordos y usados tienen los lados de los pies , lo qual se conoce por los pasos, que son también mas regu- lares que los de los nuevos , y el pie posterior cae siempre exactamente sobre la huella del an- terior , a menos que no se les hayan caido las cuernas , porque entonces se tropiezan los ciervos viejos casi tanto como los nuevos , pero de un modo diferente, y con una especie de regularidad que no tienen los nuevos ni las hembras : ponen el pie posterior al lado del anterior , y nunca mas allá , n: mas acá. Quando el montero no puede juzgar por el terreno seco la huella , lo que sucede en el ve- rano , está obligado a seguir el rastro del animal, para procurar encontrar los excrementos , y reco- nocerle por este indicio , el qual pide tanta ó tal vez mas habilidad , como el conocimiento de la huella ; porque los excrementos deben servir pa- ra distinguir el macho de la hembra, y el nuevo del viejo. Varian los excrementos según las estacio- nes, pues en el invierno son duros y secos; en la pri- mavera blandos y trabados , y en el verano mas firmes y amoldados. Véase la palabra estiércol. Lue- go que el Montero ha hecho relación de todo á los cazadores , y que baxo de esta relación se han conducido los perros á los puestos señalados, de- be también saber animar á su ventor , y asegu- rarle sus vientos hasta que descubra y eche el ciervo. En este instante le da suelta y dexa cor- rer , toca para hacer separar la montéria , y de que lo está, debe animarlos con la voz y con la trom- pa, ó corneta ; tamoien debe conocer y observar bien el rastro de su ciervo , á fin de reconocerle en el alebartro , o cambio, ó en el caso que esté acompañado. Sucede comunmente en este caso , que la montéria se separa, y hace dos cazas : los monteros deben separarse también , y detener la montéria que se ha estraviado , para guiarla y reu- niría á la que da caza. El montero debe acompa- ñar bien sus perros , andar siempre á su laño , ahe- charlos sin apresurarlos , ayudarlos en el alebartro y en la vuelta , para no equivocarse , procurar ver el cietvo tan amenudo como pueda, porque nun- ca dexa de hacer ardides : pasa , y vuelve dos ó tres veces por la misma parte, procura acompa- ñarse con otros animales para dar el cambio ; y entonces penetra y se aleja prontameme , ó bien se echa á un lado , se esconde , y permanece sobre el vien- CIE vientre. En este caso , quando se ha caído en fal- ta , se cogen las delanteras , y se vuelve atlas : los monteros y los perros trabajan de acuerdo. Si no se halla el rastro del ciervo , se presume que se ha quedado en el circuito que se ha andado: se registra de nuevo,)' quando no se le encuentra , no queda otro medio mas que imaginar la fuga que puede haber he- cho, visto el parage donde se esta , é irlo á buscar allí. Luego que , se haya encontrado el rastro , y que los perros hayan restablecido el defecto , ca- zaran con mas ventaja , porque sienten bien que el ciervo está ya cansado : su ardor aumenta á me- dida que te debilita; y quanto mas cansado es- tá el ciervo , tanto mas distinta y viva es su sen- sación : por eso redoblan el paso y los ladridos , y aunque haga entonces mas asechanzas que mat- ea , como no puede correr tan apriesa, ni por con- siguiente alejarse mucho de los perros , sus ardi- des y vueltas son inútiles , y no tiene otro re- curso que huir y arrojarse al agua para ocultar á los perros su fatiga. Los monteros atraviesan las aguas ó andan al rededor, y después echan los perros sobre el ras- tro del ciervo , que no puede ir lejos , y que casi esta a los últimos, procurando aun defender su vida, hiriendo muchas veces á cornadas los per- ros , y aun los caballos de los cazadores demasia- do atrevidos , hasta que uno le desjarreta para ha- cerle caer , y le acogota dándole un golpe en la cruz con el cuchillo. Al mismo tiempo se cele- bra la muerte del ciervo con tocatas, dando el en- came á la montería, esto es, dexando á los perros que le rodeen , y gocen perfectamente de su vic- toria , dándoles a comer las entrañas. No todas las estaciones y tiempos son buenos para correr ciervos. Por la primavera , quando la primer hoja empieza á vestir las selvas , y la tier- ra se cubre de yernas nuevas , y se es. na 1.a de flores , su viento es menos perceptible a los per- ros ; y como el ciervo está entonces en su ma- yor vigor , por poca delantera que lleve , les cuesta mucho trabajo el alcanzarle : por eso con- vienen los cazadores en que ia estación en que las ciervas están cercanas a parir, es el mas dili- cil , y que en este tiempo dexa á menudo la mon- teria un ciervo mal seguido, para volver sobre una cierva que salta delante de ellos : y á principios del otoño , quando el ciervo está en brama , rastrean los ventores sin ardor : el olor fuerce que enton- ces tiene el ciervo , hace quizá el viento mas indi- ferente : quizá también en este tiempo tienen to- dos los ciervos casi el mismo olor. En el invier- no, durante la nieve, no se puede tampoco cor- rer el ciervo , los ventores no tienen olfato , y parece que siguen los rastros mas bien con la vis- ta que con el viento. El verano es , pues , el tiem- po mas conveniente para esta caza. Ciervo de Ardenas. Vease Ciervo. Ciervo (pequeño) de Guinea , el cervatillo. Vea- se Cervatillo. Ciervo ael Ganges (el) , llamado también axis , parece una especie media eiure el ciervo y gamo. Tiene el tamaño ,ia forma, y la ligereza del gamo , y la cuerna del ciervo ; pero lo que le dis- tingue de ambos animales, es que todo su cuer- Historia Natural. Tom. I. Cí V /»T * / s po está sembrado de manchas blancas , puestas con simetría , y en que ademas habita los climas calidos ; siendo asi que el ciervo y el gamo tienen generalmente el pelo de un color uniforme , y se halla mayor número de ellos en los países frios y templados , que en las regiones que se acercan 3 la Zona Tórrida. Sin embargo , no podemos ase- gurar positivamente que sean de dilerente especie; y tal vez este ciervo no es mas que una variedad de una , ó de otra especie de estas , que depende dei clima ; porque aunque sea originario de los países mas calidos del Asia , subsiste , y se multi- plica en Europa : estos animales producen en ella entre sí tan fácilmente como los gamos, y aun pro- ducen con estos últimos. El ciervo del Ganges , como queda dicho , fue demostrado baxo dei nombre de axis , y los Se- ñores de la Academia le indicaron baxo el de cier- va de Cerdcria. Ciervo iechon (el) animal del Cabo de Bue- na Esperanza , que aunque muy diferente del cier- vo , nos parece sin embargo , que se le parece mas que otro algún animal. Tiene quatro pies de lar- go , las piernas cortas , los pies y Jas pezuñas muy chicas , el pelo leonado , sembrado de manchas blancas , el ojo negro y bien abierto , con unos pelos largos y negros en el parpado superior : las nari- ces negras , con una raya negruzca que se extiende á los ángulos de la boca : la cabeza es de color de gamuza mezclado de ceniciento y pardo en el tes- tuz y lados de los ojos : las orejas son muy lar- gas , y pobladas de pelos blancos por dentro , y de un pelo ralo ceniciento con mezcla de leonado por deíuera : ¡o superior del lomo es mas pardo que lo restante del cuerpo. La cola es leonada por encima, y blanca por debaxo, y las piernas de un pardo negruzco. Las astas del individuo por quien se ha sacado esta descripción , tenian cerca de un pie de largo , y diez lineas de grueso , y por la sola inspección de las astas es fácil juzgar que este ani- mal se acerca mas a la especie del ciervo que á la del gamo. Cirqüinzon , armadillo de diez y ocho faxas. Vease Armadillo. CITLI (el) de Hernández , parece el mismo animal que el tapeti de Marcgrave. Vease Tapeti. CIVETA (la) llamada por algunos gato de Al- galia : solo se parece al gato en la agilidad , y se asemeja mas bien á la zorra , especialmente en la cabeza : como su piel esta llena de faxas y man- chas , se ha tenido también algunas veces por una pantera pequeña ; pero lo que caracteriza á ¡a ci- veta es , que cerca üe las partes de la generación tiene una abertura en ia qual se halla un licor olo- roso , un humor espeso , y de una consistencia se- mejante á la pomada , y cuyo perfume , aunque muy fuerte , es agradable aun quando sale del cuerpo del animal. Este perfume , bien diferente del almizcle , es tan fuerte , que se comunica a todas las partes del cuerpo de la elveta ; su pelo está empapado ae él, y su piel penetrada de tal modo , que el olor se conserva en ella mucho tiempo después de muer- ta, y quando está viva no se puede sufrir de subi- do que es , especialmente si es en parage cerrado. K i Pa- 76 CI V Para recocer este licor se mete la civeta en una jaula estrecha, donde no pueda revolverse; y abriendo la jaula por un lado, se saca la cola del ani- mal , y se la hace permanecer en esta situación atra- vesando un palo por los de la jaula , con cuyo me- dio se le cogen las piernas de atras , y después se mete una cucharita en la bolsita que contiene el perfume : se raen exactamente todas las paredes interiores , y la materia que del se saca se echa en una vasija , la qual se tapa con cuidado. Es- ta operación se repite dós ó tres veces cada se- mana : la cantidad del humor oloroso depen- de mucho de las calidades del alimento , y del apetito del animal : quanto mejor , y mas delica- damente alimentado esta , produce mas porción de licor. La carne cruda y picada , los huevos , el ar- roz , los animalillos , los paxarillos , y el pescado, son los manjares que es necesario darle , varián- dolos de modo que se conserve su salud, y se ex- cite sil gusto. El lectpiaculo que contiene el licor oloroso de la civeta está debaxo del orificio , y encima de otro orificio, tan semejante en ambos sexos, que sin la disección todas las civetas parecerían hem- bras. Como se ha observado que este licor mo- lesta mucho a estos animales quando los vasos que le contienen están demasiado llenos , también se les ha hallado ciertos músculos de que se sirven para comprimir estos vasos , y hacer salir el licor: y aunque éste esté en mayor cantidad en estos re- ceptáculos , y que en ellos se perfeccione mejor , puede creerse , que también se esparce en sudor por toda la piel : en efecto , el pelo de las duelas huele bien , y particularmente el del macho. Las civetas son naturalmente crueles y feroces: y sin embargo se domestican fácilmente , á lo me- nos, lo suficiente para acercarse á ellas, y mano- searlas sin gran peligro : cenen los dientes fuertes y cortantes , pero sus garras son débiles y romas: estos animales son agües y ligeros , aunque su cuer- po es bastante gordo : saltan como los gatos , y pueden también correr como los perros : sus ojos brillan por la noche , y es de creer que ven en la obscuridad : quando les faltan los animalillos , y paxarillos , comen raíces , y frutas : beben poco , y no habitan en las tierras húmedas , sino en los arenales ardientes, y en las montañas aridas. Las clucias multiplican mucho en su clima , y no en otra parte. Aunque originarias de las re- giones mas cáüaas del Africa y del Asia , sin em- bargo pueden vivir en los paises templados , y aun en los frios , con tal que se las ponga al abri- go de las injurias del ayre , v se les de alimen- tos suculentos y escogidos : en Holanda mantienen un gran número de ellas , y hacen comercio de su perfume. El que hacen en Ams.erdam es preferi- do al que viene de Levante ó de las Indias , que es comunmente menos puro : el que viene de Gui- uea seria el mejor de todos , si los Negros , co- mo también los Indios y Levantinos , no le fabri- casen mezclándole con xugo de vegetales , como del estoraque , y otras drogas balsámicas , y oloro- sas : pero ahora no se hace uso de es^e perfume que le llaman civeta , como el animal , y en Ara- bia , en las Indias ; y en el Levante, donde hay ma- CO A or consumo de él que en Europa, le llaman Zi- bet , ó Algalia. La especie que produce en Asia este perfume, es un poco diversa de la civeta que acabamos de describir , y esta especie es la del fibet. Es verdad que estos dos animales tienen entre sí relaciones esenciales de conformación , asi en lo interior co- mo en lo exterior : pero se diferencian por otros muchos caracteres para poderlos mirar como dos especies diversas : porque ademas de las diferen- cias que se hallan en sus partes interiores , y en la estructura de los receptáculos que contienen el licor , difieren también en lo exterior , por- que la civeta es de un tamaño mas corto , y mas gordo que el tibe! , su hocico es mas cor- to , mas grueso , y un poco convexo , su cola menor , y mas ligeramente manchada , su pelo mas largo , y menos suave , sus mexillas , y la par- te inferior de sus ojos negras , con una cerneja de pelo largo en . el cuello , y á lo largo de la espi- na del lomo. Kinalmente estos animales tienen casi los mismos hábitos naturales. Véase Algalia. COAITA (el) eS-un especie de ximiode la familia de los Sapayues ó micos, el qual tiene la cara desnuda y curtida , las orejas también desnudas , y semejantes á las del hombre ; la cola mas larga que la cabeza y el cuerpo juntos , y quatro dedos en las ma- nos. Tiene cerca de pie y medio de largo, y an- dan en quatro pies. En esta especie hay varie- dad en los colores del pelo , porque unos le tie- nen absolutamente negro , y otros tienen la gargan- ta y el vientre blanquizcos. Estos animales son de un natural suave y dócil : son inteligentes , y muy diestros: van en compañia , y se avisan, se ayudan, y socorren mutuamente : su cola les sirve de una quinta mano , y aun parece que hacen mas cosas con la cola que con las manos, ó los pies. Algunos aseguran que pescan y cogen los peces con su larga cola : tienen la destreza de romper la concha de las ostras para comerlas , y es cierto que se suspen- den , ó cuelgan por la cola varias de ellas , unas á la punta de las otras , ya para atravesar los arro- yos , ya para arrojarse de un árbol á otro. Comun- mente producen uno , ó dos cachorros , que llevan siempre sobre el lomo : comen peces , gusanos , é insectos ; pero la fruta es su alimento mas común: quando hay abundancia , y está en su sazón , se po- nen muy gordos , y entonces dicen que su carne es de buen comer : en sus entrañas se halla una gran porción de gusanos. El coaita es eí quota de Barere ; el belcebúi de Brisson ; simia fusca mayor , palmis tetradañilis , cau~ da prensil i de BroWn. COASO (el) , O ISQUIEPATL de los Mexi- canos , es la primera especie de los fétidos ( véa- se esta palabra) tiene cerca de diez pies , y seis pulgadas de largo , inclusa la cabeza : las piernas cortas , el hocico delgado , las orejas chicas , el pe- lo de un color pardo obscuro , y las uñas negras y puntiagudas : en las manos no tiene mas de qua- tro dedos , por lo qual se diferencia de las otras tres especies que tienen cinco : también difiere de estas por la cola , la qual es menos gruesa. Habi- ta en los agujeros y hendiduras de las rocas , don- de cria sus hijos : se mantiene de escarabajos , gu- sa- coc sanillos , y avecillas ; y quando puede entrar en un corral donde haya aves domésticas, las ahoga, y co- me sus sesos solamente : quando está irritada ó es- pantada echa de sí un olor hediondo , de suerte, que ni los hombres ni los perros se atreven acercar- se de ella : su orina , que se meada sin duda con este licor pestífero , mancha e infeda de un mo- do indecible. Finalmente, paiece que este mal olor no es una cosa habitual , pues algunas veces se do- mestican estos animales , y se dice que siguen como los demas animales domésticos , y no arrojan esta orina pestilente , sino quando se les castiga o irrita. Quando los salvages matan a algunos, los cortan la Vcxioa } para que su carne , que ellos encuentran muy^buena , no tome el olor pestífero. No se ha- ce caso alguno de, la piel del cuaso , a causa de su grueso , y de la longitud de su pelo : pero los sal- vajes se sirven de erras para diversos usos , como para hacer bolsas , sacos , &c. El cu. no se halla en los ciimas templados de América. COATI (el). Es un pequeño quadrúpedo del nuevo mundo , el qual tiene el cuerpo y el cuello muy dilatado , la cabeza y el hocico largos , y la quixada superior remata en un morro ú hocico mo- vible , que excede y sobresale una pulgada , o pul- gada y media del extremo de la quixada inferior, y se remanga hacia arriba , de manera , que líate parecer el hocico corvo y levantado. Los ojos son pequeños , las ore jas y las piernas cortas , los pies largos , y apoyados soore el taion : la cola está pintada de negro y blanco alternativamente , y es- tes colores forman unos anillos ; tiene cinco de- dos en cada pie , y el pelo corto y áspero. Este animal se tiene derecho sobre los pies de atrás con una gran facilidad : es propenso a comer- se la cola , la qual , quando no ha sido tronchada, es mas larga que el cuerpo : comunmente la tiene levantada , y la menea y vuelve á todas partes con facilidad. Es un animal de rapiña que se mantiene de carne y sangre , y mata los animahilos y aveci- llas : se come los huevos , y busca los rudos de los pararos , y por esta conformidad de natural le han tenido algunos sin duda por alguna especie de -yi- ra pequeña. El ioati-Mondi se diferencia del coatí en el color del pelo , que es de un pardo negruzco : también hay coatís , cuya cola es de un solo color. Estas le- ves diferencias no nos impiden el considerarlos to- dos como una misma y única especie. El coatí es el coati-mondi de las Memorias para servir á la Historia de los animales : el v alpes mi- aor rostro superior! longíusculo de Barreré (fr. éq.) ; el Un us vaso produño et movili , cauda annulaiim varíe- gata de Brisson. Cobrar. ( mont .) Recoger las reses y piezas que se han herido ó muerto. COCHINO- Lo mismo que puerco. Vcase Puerco. COCHINILLO. El hijo del puerco y la puerca. Vease Puerco. COCHINILLO DE INDIAS (el). Es animalejo originario de los climas calidos del Brasil y ue la Guinea ; pero que no dexa de vivir y procrear en los climas templados , y aun frios , teniendo cui- dado de ponerle al abrigo deí trio y humedad. Es mas pequeño que el conejo : su cuerpo es mas reco- 77 COE gido y grueso ; sus orejas son cortas , delgadas, transparentes , anchas , redondas , y casi desnu- das de pelo : el hocico y los labios se semejan a los de la liebre ; y el labio superior le tiene hendi- do como el del conejo i no tiene cola , y algunos de ellos son del todo blancos , otros hay roxos y negros ; y la mayor parte son blancos , roxos y negros. Quando sienten el frió se juntan y estre- chan unos contra otros ; y muchas veces, sobreco- gidos del frió, mueren todos juntos. Por esto, aun- que se multiplican prodigiosamente , hay corto nu- mero de ellos en nuestros climas , porque el poco producto que dan no compensa el cuidado que pi- den. Su piel es de poco valor , y su carne , aun- que comestible , es poco estimada. Estos animalitos son de un temperamento tan calido y precoz , que se solicitan y juntan cinco ó seis semanas después de nacer , y antes de acabar de crecer. Las hembras están preñadas tres sema' ñas, y algunas veces paren a los dos meses de edad. Las primeras carnadas no son tan numerosas como las sucesivas , las que suelen ser de siete , ocho y aun de oiez cachorrillos. La madre los cria por es- pacio de doce ó quince dias, y los echa de sí quan- do entra en zelo , que lo mas tarde es, á las tres semanas de haber parido ; y si los hijuelos siguen á la madre, el paure los maltrata , y a veces acaba con ellos. Las hembras paren lo menos seis veces á el año , y los nuevecillos procrean del mismo modo , por lo que no es de admirar su pronta y prodigiosa multiplicación ; pero se aniquilan con la misma faciliuad que procrean : el frió y la hume- dad , como queda dicho , los quita la vida , y los gatos persiguen los hijuelos , y aun los padres se dexan devorar sin resistirse. Son naturalmente mansos y domésticos ; pero sin tener apego alguno ; no tienen otra sensación mas distinta que la del zelo , y entonces son sus- ceptibles de colera , riñen cruelmente , y se ma- tan muchas veces unos, á otros por obtener una hembra. Finalmente pasan la vida durmiendo y co- miendo : su sueño es corto pero amenudo , co- men a todas horas , de dia y de noche ; no beben nunca , y sin embargo , orinan á cada instante. Se mantienen de toda especie de yerbas , y en parti- cular de peregil , que pretieren a el salvado , á la harina y ai pan ; gustan mucho de manzanas y de- mas frutas ; comen precipitadamente , casi como los conejos , y poco de cada vez ; pero muy ame- nudo. Se atusan y rascan la cabeza con las manos, y se sientan amenudo como los conejos. Tienen un gruñido como el del lechonada , y una especie de gorgeo , con ei que manifiesta su placer quando esta con la hembra. Tara manifestar el dolor tiene un grito muy agudo. Este animal!. o es el cuniculus indus de Gesnero; la cavia cobaya de Pisón , de Klein y de Ray ; y el conejo de Indias de BrLson. COENDU (el). Es un animal armado de púas como el puerco espía , con el qual, sin embargo, no se le debe confundir. Diferencianse por la confor- mación , por los hábitos naturales , y por la opo- sición de ios climas que habitan. El coendú es mu- cho mas chico que el puerco espin ; tiene la cabeza y hocico , a proporción mas cortos : no tiene mo- no 78 COE no en la cabeza , ni hendidura en el labio superior; sus púas son mucho menores , y mas delgadas que las dei puerco espía » su cola es larga, y la del puer- co espía muy corta. Hay dos especies de coendúes ; los mayores pe- san doce á quince libras , y viven en lo alto de ios arboles , y sobre las plantas que se enlazan en las ramas mas altas : se mantienen de las hojas de es- tos arboles , y solo comen de noche. Su olor es muy fuerte , y se les percibe desde muy lejos: nunca se les encuentra dos á dos sino quando esian en zelo , y en los demas tiempos viven solos. Las hembras paren dos cachorros , y los depositan en el agujero de un árbol , que para ellas es un domi- cilio que nunca desamparan. Estos animales muer- den , pero no aprietan mucho : su carne es buena de comer. Los de la pequeña especie pueden pesar seis li- bras : los tigres los persiguen , y nunca se les ha- lla en tierra durante el dia : dicen que las dos es- pecies no se mezclan , y ni una ni otra son nume- rosas. Estos animales se pueden domesticar , y se hallan en toda la extensión de la América , desde el Brasil y la Guayana hasta la Luisiana , y en las partes Meridionales del Cañada. Es muy verosímil que el coendú sea el mismo animal que llaman en México huitttlacuatvn , y que la diferencia de los idiomas ha motivado el error de los Naturalistas , que han formado de ellos dos especies diversas. El coendú es el cuandu de Marcgrave y Pisón; el guio con pitas de Dermarchais ; el puerco espía de América y de Nueva España de Brisson. Nota del 1 raduHor. Un Naturalista Mexicano moderno dice , ha- blando del puerco espía de México, lo siguiente: „ El puerco espía de México, que en aquella len- „ gua llaman hiúxtlacuavfm , es del tamaño de un per - „ ro mediano , al qual se asemeja en la cara , aunque „ aquel la tiene mas roma : sus pies y piernas son „ bien gruesas, y su cola proporcionada. Todo su ,, cuerpo , á excepción del vientre, de la parce pos- „ tenor de la cola , y de la interior de las pier- „ ñas , está armado de púas ó espinas huecas , agu- „ das , y largas como unos quatro dedos : sobre „su cara y hocico se levantan unas cerdas largas „ y derechas , que sobrepujando su cabeza , le for- „ man una especie de penacho , y toda su piel es- ,, ta cubierta, aun entre las espinas, de un pelo ne- „ gro y suave. Se alimenta de frutas.cc „ El Conde de Bullón pretende , que el huitxr ,, tlacuatxin no es otro que el coendú de la Guayana; „ pero el coendú es carnívoro , y el otro solo se „ mantiene de los frutos de la tierra; y el coendú no „ tiene aquel penacho de cerdas que tiene el puerco „ espía de Mexico.“ COES-COLS. Nombre verosímilmente altera- do , baxo el qual han indicado diferentes Zoólo- gistas un animal de las Indias Orientales , que pa- rece ser el mismo que el que nosotros indicamos baxo el nombre de cuso, focase esta palabra. COESDOES. Es el nombre que dan los Hoten- totcs al condoma. Véase Concoma. COM Colmillos de elefante . Son los dos dientes que le salen de la quixada superior , y los que dan el marfil. Véase Elefante. ** Collados, irnontj) Son los espigones y sier- ras inclinadas hacia abaxo. COMADREJA (la). Comparada con el armiño es la mas pequeña , pero no la menos sangrienta de esta clase interior de anitnalejos de rapiña con cuerpo largo , y paso arrastrado , como el uront la juina y hediondo , que se introducen en los pa- lomares y gallineros, y hacen en ellos terribles da- nos. La comadreja , aunque menos fuerte que el he- diondo y que la fitina , pues no tiene mas. de siete pulgadas de largo , persigue del mismo modo a las palomas, gallinas, paxaros , ratas, ra.ones , &c. Quando entra en un gallinero no acomete a los ga- llos y gallinas viejas , sino a los polios , matándo- los con una herida que los hace en la cabeza , y después se los va llevando uno á uno : también rompe los huevos , y los chupa con una ansia in- creíble. En el invierno habita comunmente en ios graneros y granjas , y muchas veces permanece en ellos por la primavera , para criar sus hijos en el heno ó paja : en el verano se va á cierta distancia de las casas , especialmente en los parages baxos al rededor de los molinos , á lo largo de los rios y arroyos , ocultándose en los matorrales para coger los paxaros ; metese en el hueco de algún sauce viejo para criar sus hijos , y los prepara una cama con yerba , paja y hojas ; pare por la primavera:, los partos son comunmente de quatro ó cinco : los cachorrillos nacen con los ojos cerrados ; pero en poco tiempo crecen , y toman fuerza para seguir á la madre. Este animal persigue las culebras , las ra- tas de agua , los topos , los turones , &c. recor- re los prados , devora las codornices y sus huevos. En estas correrlas sangrientas nunca camina con un paso igual , sino brincando con saltos desiguales y precipitados ; y quando quiere subir á algún árbol da un brinco , con el qual se levanta en un instan- te á varios pies de altura : también salta del mis- mo modo quando quiere coger algún páxaro. Estos animalillos duermen las tres quartas par- tes del dia , y emplean la mayor parte de la noche en comer , ó en buscar su presa. Tienen un olor muy fuerte como á almizcle ; algunos observan que huelen mas mal en el verano que en el invierno, y quando los persiguen ó se los irrita , infestan de jejos. Siempre caminan con silencio , jamas gritan sino quando se las da algún golpe , y entonces tie- nen un grito áspeio y ronco , que expresa Ja cole- ra ó el dolor. La comadreja es muy común en los paises tem- plados y cálidos , y al contrario muy rara en los fríos. Muchas veces han confundido la comadreja y el armiño ; a la verdad , se parecen por la forma del cuerpo , por su namral silvestre , y por su gusto por la carne corrompida : Hay también algunas co-, madrejas comunes , que siendo roxas , se vuelven blancas como el armiño en el invierno : pero estos caracteres no son suficientes para establecer una identidad de especie entre estos dos animales , pues tienen otros todavía mas numerosos que los sepa- ran , quanto los primeros parece que los acercan. C O M El armiño siempre tiene la punta de la cola negra; la comadreja , aun aquella que emblanquece en el invierno , la tiene amarilla ; ademas es mucho mas pequeña , y tiene la cola mucho mas corta que el armiño : no" vive como este en los desiertos y bos- ques , antes no se aparta de las habitaciones. De- ben pues considerarse el armiño y la comadreja co- mo dos animales que forman dos especies distintas y separadas. Mase Armiño. La comadreja se llama en latin míatela , y es la múdela vulgos is de los Nomenclátores. Comadreja de Jaba es el vansiro. Ve ase Van- SIRO. Comadreja (grande) negra del Brasil. Vea ce Tayra. ** Concertar, (moni.) Dexar el cazador la res echada sin ser sentido , lo que se hace á ojo ó'con el sabueso. ** Concierto. En la caza es el aéto de ir los monteros con los sabuesos ai monte divididos por diversas parces a reconocer los sidos fragosos , y por las huellas y vista saber la caza que en el mon- te hay , y el lugar donde está , y la parte donde ha de ser corrida. CONDOMA ó COESDOES (el). Es un bello animal de Africa , que por su magnitud , ligereza de su paso , sutileza de sus piernas , y modo de llevar la cabeza elevada , se parece mucho al cier- vo ■> pero sin emoargo , se diferencia de él en que las astas no son como las del ciervo , y en otros ('arios caraétéres. Este animal tiene cerca de quatro pies de altura , y sus astas tienen tres ó quatro de largo , sus puntas , que son de color pardo y blan- quizco , están mas de dos pies separadas una de otra t su vastago ó ucero sigue todas sus inflexiones ó arqueadoras , y están un poco comprimidas y torcidas ; ia hembra tiene cuernos como el macho: las orejas son ancuas , y la cola es parda por su maslo , blanca por el medio , y negra por la pun- ta , terminando con un mechón de pelo bastante largo. La mayor parte del cuerpo está cubierta de Un pelo corto y raso , cuyo color es comunmente gris , y algunas veces bermejizo ; en el lomo tie- ne una linea blanca que se dilata hasta la cola , de la qual salen ornas siete del mismo color , y baxan las quatro por los muslos , y las otras tres por los h i jares : algunos individuos tienen ocho , y aun nue- ve rayas de estas , y hay otros que solamente tie- nen seis ; pero los mas comunes son los que tie- nen siete. En la espina del cuello tiene una especie de clin de pelo largo ; la delantera de la cabeza es negruzca , y del ángulo anterior de cada ojo le sa- le una linea blanca que se dilata por el hocico ; el vientre , y los pies son de un pardo blanquizco ; y debaxo de los ojos tiene lagrimales o surcos. Estos animales se hallan en lo interior de las tierras del Cabo de Buena Esperanza : no van en manadas co- rno algunas especies de ga%elar : dan unos saltos y brincos prodigiosos , y se ¡es puede domesticar ali- mentándolos con arroz , avena , yernas , heno y ¿hirivias , He c. En su país natural pacen la yeiba, y comen los botones y hojas de ios árboles tiernos. Su voz dicen que es semejante a la del amo. CONEJO (el). Es de una especie diferente de Ja liebre , sin emoargo de la semejanza asi interior CON 79 como exterior que se halla en estos animales , pues no se mezclan juntos , ó á lo menos no resulta co- sa alguna de su ayuntamiento. La fecundidad del co- nejo es mayor que la de la liebre , y estos animales causarían los mas terribles daños en los campos, si no se tuviese cuidado de disminuir su excesiva multiplicación. . No solo se aparea el conejo mas amenudo , y produce con mas frequencia , y en mayor numero que la liebre , sino que también tiene mas sagaci- dad , y recursos para librarse de sus enemigos. Se fábrica un vivar donde habita seguro con su familia,' cria sus hijos , y no los dexa salir de él hasta que están totalmente criados ; pero las liebres pereceo muchas en la primera edad , y tienen mas que su- frir entonces que en todo el resto de su vida. Este instinto que inclina á los conejos d formarse una madriguera , es propio al individuo silvestre , y lo que prueba que trabaja por conservación es , que el conejo doméstico no hace vivar , porque no tie- ne los mismos inconvenientes que temer , ni los propios peligros que rezclar que el conejo campestre. Estos animales pueden engendrar a la edad de cinco ó seis meses. Aseguran que son constantes en sus amores ; que se inclinan y unen por lo común ccn una sola hembra , y nunca la dexan : esta está casi siempre en zelo , ó a lo menos en estado de recibir al macho : su preñado es de treinta ó trein- ta y un dias , y produce quatro , cinco , seis , y alguna-, veces siete y ocho galopillos. Tiene , como la liebre hembra , dos matrices , y por consiguiente puede parir en dos tiempos : sin embargo , "parece que la duplicación ele los fetos es menos frequente en esta especie que en la de la liebre. Algunos dias antes de parir , se fabrican las conejas un nuevo vivar , no en linea recta sino en caracol-: este vivar se llama comunmente gazapera- en cuyo fondo hacen una excavación , y después se arrancan dél vientre una gran porción de pelo , con el qual hacen una especie <¿e cama para poner los ga^ pos. Los dos primeros dias no ios dexan , y no salen sino quando les aprieta la hambre ; pero vuel- ven luego que han tomado alimento. En estos pri- meros tiempos comen mucho , y muy aprisa , y cuidan y atetan asi sus hijos por espacio de mas de seis semanas/ Hasta entonces no los conoce el padre , por- que no entra en la madriguera que hizo la madre; ésta quando sale tapa ia entrada con tierra mojada con su orina ; pero quañdó empiezan los galapos á salir al umbral del agujero , y á comer las yerbas y plantas que les trae la madre , parece que enton- ces los reconoce el padre , los coge con sus patas, los atusa el pelo , los lame los ojos , y todos igual- mente tienen parte en estos alhagos. La madre en este tiempo hace muchas caricias al macho , y mu- chas veces esta otra vez llena pocos dias después, parece que la paternidad está muy respetada entre estos anímales , y se nota mucha deferencia y su- bordinación de parte de toda la familia para con su gefe. Los conejos viven ocho ó nueve años , y se mantienen de yerbas , raíces , granos , legumbres, frutas , bayas , hojas y cortezas de árboles : tienen mas lozanía que las liebres ; su carne es también • miiv 8o CON muy diferente en el color y en el gusto : la de los gavpos es muy delicada , pero la de los conejo s vie- jos es seca y dura ; la de los domésticos , criados en las casas , no tiene el olor tan agradable como la de los campestres , á menos que no se les de buen alimento , y en especial mucha nebrina. Todos los conejos silvestres son pardos-, los do- mésticos varian en el color : los hay blancos , ne- gros y pardos , pero este ultimo color es sin em- bargo el dominante. Estos animales , originarios de los paises cali- dos , no se hallaban antiguamente en Europa , si- no en Grecia y en España : después se han natura- lizado en los climas templados , como Italia, Fran- cia y Alemania ; mas en los paises trios dei Norte, no se les puede criar sino en las casas. Gusten del calor excesivo, y se encuentran en todas las partes Meridionales de Asia y de Africa. También los hay en nuestras islas de América , á donde fueron trans- portados de Europa , y en donde han provalecido muy bien. El conejo tiene como la liebre el labio superior hendido hasta las narices , las orejas largas , las piernas de atras mas largas que las de adelante ; ¡a cola corta , &c. Ea espalda , los lomos , lo alto de los lados del cuerpo , y los hijares del conejo cam- pestre tienen un color negro , mezclado de leona- do , que quando se le mira de cerca, parece pardo: los pelos mas largos y mas firmes son en parte ne- gros , y en parte cenicientos , y en el pecho tie- ne algunos leonados : el velio es también de color de ceniza , y leonado por la punta ; en la corona de la cabeza se ven los mismos colores. Los ojos están rodeados de una laxa blanquecina , que se dilata por detrás hasta la oreja , y por delante has- ta el bigote ; las orejas están pintadas de amarillo, pardo y color gris ; y su excremidad es negruzcas los labios por debaxo de la qutxadd inferior , los sobacos , la parte superior del pecho , el vientre, y la parte anterior de los brazos , de los muslos y de ias piernas , son blancos con algo de ceniciento. La parte posterior ó inferior de la cola es blanca, y la otra negra : el espacio intermedio de las ore- jas , y la parte superior ó anterior del cuello tiene un colot leonado bermejizo i la grupa , y la par- te anterior de los muslos tienen un color pardo, mezclado de amarillo , lo restante del cuerpo está pin.ac ) de amarillazo , leonado , bermejizo , blan- co y gris; El conejo , llamado rico , es en parte blanco , y en parte de color de pizarra , mas ó menos obscuro, ó de color pardo negruzco. Los cone jos de Angora tienen el pelo mucho mas largo que los demas , y está ondeado y rizado co- mo la lana ; en tiempo de muda se apelotona , y hace muy disforme al animal. Los colores varian como los de los demas conejos domes, icos. Los conejos pasan la mayor parte del dia en un estado de modorra ; por la noche salen para ir á pastar , en lo qual emplean una parte de ella , y entonces se apartan hasta un medio quarto de le- gua de su domicilio , para buscar el alimento que les conviene. Comunmente saien también una vez al dia , especialmente quando el tiempo está sere- no , pero sin desviarse mucho de sus vivares. C«- COR dio son las noches de verano cortas salen mas de una vez al dia , en particular los galapos , las co- nejas preñadas , y las que crian. Estos animales presienten si debe acaecer alguna tempestad durante la noche , y la anuncian por un apresuramiento anticipado de salir y de pacer ; en- tonces comen con una actividad que los distrae del peligro , y se puede acercarse á ellos muy fácil- mente. Si les obliga alguna cosa á entrar en sus vi- vares , vuelven á salir casi al instante. Este presen- timiento es en ellos un ei'eito de la mas viva ne- cesidad. Los conejos no se dexan por lo común acercar tan fácilmente en la entrada de su cueva; experi- mentan la inquietud, que es una conseqtiencia de su debilidad. Esta inquietud va siempre acompaña- da del cuidado de avisarse recíprocamente unos á otros. El primero que siente algún rumor hace con los pies de atrás un ruido que retumba en las ma- drigueras , y entonces todos entran precipitadamen- te. Las hembras viejas quedan las últimas sobre la cueva , y no cesan de hacer ruido con las paias has- ta que ha entrado toda la familia. La caza del conejo se hace á espera , 6 en bati- da , como la de la liebre , pero no se dexa correr como ésta , sino que entra lo mas aprisa que pue- de en su cueva ; para obligarle á salir es preciso servirse de perros , ó de bidones , los quales están destinados y enseñados á esta caza. Vease Hurón. El conejo -en latin cuniculus , es el lepas ó lepas- c idus hispánicas de Gesnero ; y en Lineo lepas cau- da brevissima , pupillis rubris ; frase impropia , pues solo el conejo blanco doméstico tiene los ojos roxos. CONEPATA (la). Llamada por los Ingleses po- lecat , y por los Suecos fiíjate , es una especie de fétido , que se distingue de las demas , porque tiene el pelo negro con cinco rayas blancas, que se ex- tienden longitudinalmente desde la cabeza hasta la cola. En lo demas tiene las mismas habitudes , y el mismo heder que los demas porrillos ; hallase co- mo el coaso en la Luisiana , en la Carolina , y en la Nueva España , y el tcpemaxtla de Hernández nos parece el mismo animal. Contrátela, {rnont.j Muralla de lienzo que cier- ra la primera llamada tela (vease) con las quales se forma una plaza para lidiar con ios ¡avalles y cier- vos a caballo. COQUAELIN (el). En Mexicano empiototequa - llin es un animal que algunos han referido á la ar- dilla , y que se le parece , pero es mucho mayor: es hermoso , y muy notable por sus colores : tie- ne el vientre de un color bello amarillo , y la cabe- za y el cuerpo matizados de blanco , negro , par- do , y color de naranja ; se tapa con su cola co- mo la ardilla , pero no tiene como ella mechones de pelo á los extremos de las orejas; tampoco su- be a los árboles , y habita , como la ardilla de tier- ra , ó la sui^a , en los agujeros , y debaxo de Jas raices de los arboles , donde hace su mansión y cria sus hijos; por el verano llena su reducido do- micilio de granos y frutas para mantenerse el in- vierno ; es desconfiado , y demasiado feroz para poder domesticarle. Este animal parece ser particu- lar á las regiones Meridionales de América. COiiDLKfó (el) es el hijo Jel carnero, y. de la ove- COR tveja. Ademas de lo que diximos tocante á los corderos en el artículo del caí ñero, hemos creído deber aña- dir aquí una palabra sobre el modo de criar estos animalitos tan preciosos al hombre por todos títulos. Inmediatamente , después que nace el cordero , se le pone de pies , y no se le permite mamar la pri- mera leche de la madre , porque es siempre mala, y puede dañarle. Después se le tiene encerrado con la oveja por espacio de tres ó quatro dias , para que se en- señe á conocerla , &c. y luego que empieza á cor- rer y saltar , se le puede dexar la siga hasta el campo : nunca se le ha de destetar antes de mes y medio , ó dos. Entre los corderos los mas vigo- rosos , los mas grandes , y mas cargados de lana , son desde luego ios que se pretieren para criarlos; los del primer parto nunca son tan robustos co- mo los demas. Siempre que se quiere criar a los corderos qne nacen desde Qdtuore hasta Marzo, se les guarda en el estado curante el invierno: no se les dexa sahr de el mis que por la mañana, y por la tarde para que mamen, y tampoco se les lleva ai campo hasta ñnes de Marzo. Se les ha de castrar á ios cinco ó seis me- ses , y aun mas tarde : pero siempre en primave- ra , ú otoño , esto es , en un tiempo templado , porque el exceso del frío , y del calor es muy contrario á la capadura. Esta Operación se luce, ó por incisión , sacando los testiemos por una aotr- tura que hecha en las bolsas , ó retorciéndoles, y comprimiéndoles fuertemente dentro del escro- to. Dicha operación causa al cordero tristeza é in- disposición , y durante dos ó tres dias se le da sal- vado mezclado con un poco de sal para preve- nir la inapetencia que ordinariamente sucede a esta operación : se tienen por mejores los corderos blan- cos , por ser mas estimada su lana : puede admirar- se la seguridad del instinto inspirado per la natu- raleza , qtiando en un numeroso rebaño cié ovejas se ve al cordero buscar , hallar , y agarrarse enme- dio de tanta confusión de eilas , sin jamas enga- ñarse, á la teta de su madre. El cordero por su mansedumbre , y su muda pa- ciencia ha dado motivo á un emblema tierno y ve- nerado de la inocencia, que sufre, calla , y se presen- ta sin quexarse al cuchillo que va á privarle de la vida. Cordero de Israel. Véase D aman -Israel. CORI (el) de Oviedo parece el mismo ani- mal que la aperca. Vease este articulo. CORINA (la) es una gabela del Senegal que se parece mucho á la gabela común , y al {cvel ; pero aun mas chica que éste , y tiene los cuer- nos mucho mas delgados , mas cortos , y mas li- sos que el { cvel , y la gabela. Este animal no tie- ne mas de dos pies y medio de largo , y menos de dos de alto : sus orejas tienen qumro pulgadas y media de largo , su cola tres , sus cuernos seis, y de grueso solo seis lineas : por su nacimien- to están separados uno de otro dos pulgadas , y de cinco á seis por su extremo : en lugar de ani- llos tienen arrugas transversales, anulares, muy apre- tadas unas contra otras en la parte inferior, y mu- cho mas distantes en la superior : estas arrugas son cerca de sesenta. Finalmente la carina tiene el pelo corto , lustroso , y poblado , de color leona- Histona Natural , Toen, COR do por e! lomo y los hijares, bíinco por el vien- tre y los muslos, y la cola negra En esta misma especie hay algunos individuos cuyo cuerpo está ati- grado con manchas blanquizcas esparcidas sin orden. Cortar la tierra ( mont .) es ir atravesan- do por donde la caza ha de pasar. CORZO (el) se direrencia del cierva y del ga» tno en el tamaño , porque es mas chico que este ultimo : se acerca a ia especie de la nb,a por el temperamento , por las costumores , y por coda* las habitudes naturales, y puede mirarse como una Cabra montes , con la diferencia de las astas , qu« son como las del ciervo. Si el corto tiene menos nobleza , menos fuerza , y menos altura que el cier- vo , por eso tiene mas gracia , mas viveza , y mas valor : es mas alegre, mas bizarro, y mas despier- to . su i cuna es nías redonda , y mas lozana, y su figura mas agradable : sus ojos sen mas hermosos, mas vivos , y animados de una sensación mas gran- de : sus miembros son mas flexibles , y sus movi- mientos mas piornos : brinca sin esfuerzo con tan- ta íiierza como ligereza : su vestido está siempre limpio , y su pelo aseado , y lustroso : solo se com- place en los paires mas elevados, y mas secos, donde, el ayre es puro; también es mas astuto, mas diestro en esconderse , y mas diñcil de se°uir que el ciervo ; tiene mas sutileza, mas recuso, y mas instinto ; porque aunque dexa una huella mas fuerte que incita en Jos perros el mayor arder, no dexa de saber evadirse a su persecución ocr u ra- pidez y vueltas multiplicadas de „u carrera : pdra usar de su astucia no aguarda á que le falte la fuerza : anda , vuelve , y pasa repetidas veces per el mismo camino ; y quaado con tan opuestos mo- vimientos ha confundido la uueccion de la ida con la de la venida , quando ha mezclado las emana- ciones presentes con las pasadas , se separa con un salto del parage ; y apart ndose á un lado , se echa en el suelo, y sin resollar , dexa pasar los ene- migos que le persiguen. Los coraos no caminan en manadas grandes co- mo los Ciervos y gamos , sino por familias ; el pa- dre j la^madre 3 y los hjos van juntos, y nunca s$ acompañan con fos estraños : también son constan- tes en sus amores. Como la coryi produce comun- mente dos cachorros , un macho , y una hembras criados juntos , toman un carino tan fuerte uno á otro, que nunca se dexan,á menos que una suer- te violenta no los separe , y este cariño es mas bien pasión que necesidad, porque aunque es.en siempre juntos no sienten los ardores de la natu- raleza mas de una vez al ano , y por espacio d& quince dias solamente entran en zelo á fines d« Octubre , hasta quince de Noviembre , y entonces no tienen , ni la superabundancia de carne , ni el olor fuerte, niel furor que se observa en el cier- vo \ en una palabra , no tienen cosa alguna qus les altere y mude su estado : durante este tiempo no sufren que sus hijos esten con ellos , y el pa- dre los aparta : sin embargo , después de pasado su ardor , vuelven los hijos á la madre , y perma- necen con ella algún tiempo , después del qual se separan para siempre , y van á establecerse á un parage distante de donde nacieron. ¿a íí/^4 está preñada cinco meses y medio , y L pa- 82 COR pare á fines de Abril , ú á principio* de ‘Mayo. Quando quiere parir , se separa del macho , y se esconde en lo mas espeso del bosque por miedo de los lobos que son sus mas peligrosos enemigos. Al cabo de diei ó doce dias tienen los corciilos suficiente fuerza para seguir la madre : quando re- acia algún peligro, ó se ve perseguida de cazado- res, los esconde en los parage s mas secretos , y se dexa cazar por libertar sus hijos. A fines del primer año de edad les apunta la cuerna por unos mogotes mucho mas pequeños que los del dervo. El corzo desmoga a fines de otoño , y renue- va la cuerna en el invierno : luego que la ha re- renovado la cstrega contra los arboles como el (¡ovo , para quitarla la correa , ó pellejo que la cubre , y esta operación la hacen comunmente en el mes de Marzo , antes que los árboles empiecen á echar hoja nueva : quando mudan la cuerna la segunda vez , tienen dos ó tres candiles cada una: á la tercera tres ó quatro , á la quarta , quatro ó cinco , y rara vez mas : se conoce quando son viejos por lo grueso del asta ó tronco , por la anchura de su raiz, y por el grueso de sus anti- gás , &c. quando está tierna su cuerna es muy sensible en esta parte , y camina con precaución , llevando la cabeza baxa para no tocar en las ramas. En el invierno permanecen los coraos en lo mas espeso de los bosques nuevos , donde se mantie- nen de zarzas , retamas , xaras , y flor de ave- llano , íce. Por la primavera van á los bosques mas claros y comen los botones , y hojas nuevas ae casi todos los árboles: este alimento cando fermenta en su estomago, los embriaga y atolondra de tal mo- do , que es muv fácil cogerlos entonces : no sanen donde van , y muchas veces se salen del bosque y se acercan al ganado domestico , y a los para- ges habitados. En el verano viven en los sotos al- tos , de donde salen rara vez sino para ir á be- ber á alguna fuente quando hay mucha sequedad: porque por poco abundante que sea el rocío , o con tal que es.én mojadas las hojas , se pasan sin beber. Buscan los alimentos mas delicados , y no comen con ansia como el ñervo , tampoco muerde indiferentemente todas las yerbas , y rara vez van á las tierras labradas , porque prefieren las zarzas y xaras á los granos y legumbres , braman rara vez , y con una voz menos fuerte que el ciervo: los corrillos tienen una voz baxa y lastimera, por la qual manifiestan la necesidad que tienen cíe ali- mento : su sonido es fácil de imitar , pues parece que pronuncian las silabas nú , mi, y la madre, en- ganada del reclamo, viene algunas veces hasta lo* pies del cazador. Los corzos son difíciles de criar domésticos , porque su delicadeza sobre la elección del susten- to , y la precisión que tienen de movimiento , de ay re , y de anchura , son causa de que solo resis- tan los primeros años de su lozanía a los incon- venientes de la vida domestica. Se les puede do- mesticar , pero no hacerlos obedientes , ni familia- res : siempre conservan alguna cosa de su natural silvestre : se espantan fácilmente, y se precipitan contra las paredes con tanta fuerza , que muchas veces se rompen las piernas. Por domesticados que esten, preciso no fur»» de cijos : Jos machos «a especié COR tienen unos caprichos peligrosos y si toman avw* sion a alguna persona, se arrojan sobre ella, y lo dan unos goipes , ó cornadas tan fuertes que la derriban al suelo , y luego la pisan y estropean cotí los pies. Su vida no pasa por lo regular de do- ce ó quince años. La carne de estos animales es , como todos sa- ben , excelente comida ; pero su calidad dependo mucho del pais que habitan , y los de las tierra* altas y cerros son sin comparación mucho mejo- res. Los que tienen el pelo pardo , tienen la car- ne mas delitada que los roxos : los machos vie- jos son duros , y de mal gusto : las hembras , aun- que sean viejas , tienen la carne mas tierna : la do ios nuevecillos es blanduja , pero quando tienen un año , ó año y medio , es buena. Para cazar los coicos es preciso dividir la mon- tería : los perros mas ligeros y vigorosos deben formar el cuerpo del ataque ; los otros se sepa- ran en dos paradas : la primera debe componerse de los mas vigorosos , y seguir inmediatamente a los primeros : la segunda que serán los peños ma* viejos y lentos , va la ultima. Estas dos paradas se colocan al paso del corzo , y deben echarse quan- do convenga : quiero decir, que no se les debe ar- riesgar ni echar desde lejos , porque podrian oca- sionar el cambio. Los corzos se conocen por la hue- lla como los demas animales : sin embargo , un cor- zo cuya cuerna no tiene aun quatro candiles es muy difícil de distinguir de la coryi vieja : pero quan- do ya tiene quatro , ó cinco candiles se le cono- ce bien , porque hace mas huella adelante que atras, las pezuñas mas redondas, el talón mas gerdo, 1* pierna mas ancha, los huesos mejor vueltos , los pasos mayores que la hembra, la qual tiene el pie hueco con los lados agudos , y las pezuñas muy puntiagudas. Quando un corzo tiene diez candiles, y habita una selva arenosa, y cortada de montes, tiene el pie gordo y gastado , el talón grueso á proporción , las pezuñas redondas , los huesos gor- dos y bien torneados, les lados gastados á nivel del casco : quando es viejo se comprime , y la pier- na se estrecha como á los (¡ovos viejos. Para concertar ( Vcase Concierto) en la prima- vera y verano al corzo , es preciso buscarle en lot bosques nuevos : pero en el invierno se les ha de buscar en las selvas pobladas de zarzas, xarales, &c. y especialmente en las montañas y cerros. Antes de seguir el rastro, es esencial el exa- minar con atención la huella á fin de ver las seña- les que pueden hallarse en ella : hecha esta ins- pección , se suelta la montería de ataque , la que va á buscar el corzo. Quando los perros pierden el rastro se les de- be hacer volver atras para tomar el viento, por- que el corzo usa de sus ardides alebrastravdost (apar- tarse del camino que lleva) ó volviendo sobre su huella : quando no se le halla en ninguna de las sendas que se han andado desde el principio de la caza , es señal que se ha quedado en el cerco que se formó al principio, y entonces es preciso hacerle ventear , y registrar el parage con mucha cxa&itud hasta las rocas mas escarpadas : pero quan- do el rastro se pierde en un parage descubierto, preciso tomar la delantera , au eono ti suco- COR diese esto mismo en un camino seco , pedregoso, y arenisco. Quando la coryi se entrega á los perros por libertar á sus hijos , ó el (oi-o que se persigue sos- tituye otro en su lugar , se hacen comunmente dos cazas , y entonces es necesario examinar de que parte están los mejores perros , y si cazan con seguridad , ó sin ella ; porque si en esta coyuntu- ra aumenta su ladrido la montería, después de ha- berse enfriado en el instante en que tuvo electo el cambio , no es dudoso que tengan el cor\o pri- mero, y que puedan romper con toda seguridad los otros para unirse con ellos. Luego que se ha reparado el cambio , y reunido la monteria solare el corto perseguido , le estrechan de modo que no le dexan tiempo , ni de burlar- los, ni de darlos otro cambio. Un cono está mal seguido , y se conoce que se rinde quando la huella es de talón , quando da con ¡os huesos en el suelo, y se tropieza, y quando sus pasos son del todo desarreglados. La especie del corto es menos numerosa que la del ciervo , y muy rara en algunas partes de Eu- ropa. La disminución de selvas, los hombres, los perros , y los lobos , todo ha contribuido á dis- minuir su número. Por orna parte no gustan igual- mente de todos los países; pues en uno mismo prefieren algunos parages particulares : pero la es- pecie parece que es mucho mas abundante en ¡a América. En Europa conocemos solamente dos varieda- des : los roxos , que son los mayores , y los par- dos mas pequeños , que tienen una mancha blanca atras : y como se encuentran estas variedades en los paises Septentrionales de América, como tam- bién en sus regiones meridionales , debe presumir- se que los coraos de América difieren mucho mas unos de otros, que no los de Europa. Por exem- plo , son muy comunes en la Luisiana , y mayores que en Francia : en el Brasil se hallan con el nom- bre de cugnacupara , y no se diferencian de los nuestros sino en la figura de la cuerna , las que forman tres candiles , y el inferior es mas largo , y se divide en dos. El corto en latín caprcolits , ó capriolus , es el donas de Aristóteles , la caprea de Piinio , el cer- tas minimus v cabulas caprca de Klein. Corzo de indias (el), que parece una espe- cie muy semejante á la de nuestros coraos de Eu- ropa , se diferencia por un carácter muy esencial, que es el del tamaño. No tiene mas de dos pies y medio de largo , y uno y medio de ancho. El pelo corto de que está cubierto su cuerpo es blan- co , desde su raiz hasta la mitad de su longitud : el extremo es pardo , lo que forma un pelo gris mezclado con mucho mas pardo , principalmente en el lomo : lo interior del anca , y lo inferior del cuello son blanquizcos , las pezuñas negras , y con una mancha blanca en la parte de arriba : los ojos son grandes y hermosos , y en la parte inferior de ellos tiene dos lagrimales como el ciervo , muy notables por cu tamaño y profundidad. Tiene la lengua muy larga , ocho dientes incisivos en la qui- xada inferior , y seis muelas en cada quixada , y ademas dos ganchos en la superior , como el cíe, - Historia Natural, Totn, l. COü 83 vo : estos ganchos , ó colmillos sobresalen un po- co hacia fuera , y hacen una leve impresión en el labio inferior : las orejas tienen tres pulgadas de largo , la cola es muy corta, y blanca por de- baxo. Pero el carácter que distingue este animal de todos los demas , es la estructura singular de los huesos de la cabeza , sobre los quaks estriban las ralees de las astas. Estas tienen un origen común á distancia de dos pulgadas de la punta del hoci- co, desde donde empiezan a separarse una de otra, formando un ángulo de cerca de quarenta grados debaxo del pellejo que ellas levantan de un mo- do muy. sensible : después suben en linea reéla por lo largo de las orillas de la cabeza, siempre cu- biertas del pellejo , pero de modo que el ojo pue- de seguirlas con tanta facilidad , quanto las hace distinguir el tacto , porque forman sobre los hue- sos en que están apoyadas una espina , ó hueso agudo de un dedo de elevación. Desde lo alto de la cabeza toman otra dirección , y se elevan perpendicularmente por cima del hueso de la fren- te hasta la altura de tres pulgadas , sin perder el pellejo que las rodea por todos lados : estas astas son lisas , y de un color blanco amarillazo » igno- ramos si son permanentes , ó si desmogan anual- mente como el ciervo. En medio de la frente tiene un pellejo blan- do , arrugado , y elástico , en cuyas arrugas se ob- serva una substancia glundulosa , de la qual mana una materia aromática. CGSCUI , en algunos parages de América es el pecar, Vcase esta palabra. COSSACO , es el nombre que los Tártaros de Jaik, y de Irtrisch , que van á Oreinbourg á ha- cer el comercio de pieles de Isatis , dan a este ani- mal. Vease Isatis. COTIA en el Brasil es el Jguti. Vease Agu- tí. COUAGGA , (la) es un quadrúpedo solipedo de las tierras del Cabo de Buena Esperanza , y parece ser una variedad en la especie de la cebra, su color es de un pardo obscuro, y está rayado muy regularmente de negro , desde la punta del hocico hasta encima del lomo , y el mismo color de las rayas pinta una hermosa crin que tiene en el cuello. Desde las espaldas empiezan las rayas á perder su longitud ; y yendo en diminución , de- saparecen totalmente en el vientre antes de llegar á los muslos : una de estas rayas es de un pardo mas claro , y casi blanco en ías orejas. Lo infe- rior del cuerpo , los mudos , y las piernas son blancos. Dicen que estos animales son mas dóciles que la cebra. Los labradores de la colonia del Cabo se sirven de eilos para tirar sus carretas : sen ro- bustos y fuertes, no obstante á veces muerden y cocean 1 y quando algún perro se llega demasia- do cerca le echan de sí á coces , y algunas ve- ces le agarran con los dientes : las hyenas no se atreven a acometerlos : caminan en piaras de mas de cien individuos , y solo se hallan en lo inte- rior de las tierras del Cabo. Su grito le compa- ran á una especie de ladrido muy precipitado , dis- tinguiéndose la repetición freqüente de la silaba L 1 Kyaab- 84 C R I Kyvab-Kyvah , de donde sin duda formaron los Otencotes el nombre de couagga : su carne es In- sípida , pero estas gentes la hallan muy buena. COY AMETE vei) de los Mexicanos es el pecar. Véase Pecar. COYOPOLLIN en la Nueva España , es el ca- yopollín. Vease este artículo. ** COYOTE (el) (en Mexicano coyotl) es, se- gún ClaYigero , de quien se ha sacado esta descrip- ción , una fiera semejante en la voracidad al lobo, en el instinto á la zorra , y en la figura al perro, y en otras propiedades al adive , y al chacal , por lo qual los Historiadores de México lo han ad- judicado ya á una , y ya a otra de estas especies de quadrúpedos ; pero es indubitaolemente diver- so de codos ellos. Es del amano de un mastin : nene los ojos amarillos y centelleantes , las ore- jas pequeñas , puntiagudas , y paradas : el hocico al- go ncoro , las piernas fuertes , los pies armados de uñas gruesas y corvas , y la cola gruesa y peluda. El color de su pelo es variado de pardo , negro, y bianco. Su voz participa del auiudo del Iodo , y del ladrido ael perro. Es uno de los quadru- deuos mas comunes en toda aquella tierra , y de los mas perniciosos a los ganados. Acecha con particular .astucia a las mañanas , y si no en cuen- tea altan cordero que llevarse , hace presa con sus dientes en ei cuello de una oveja , y sacudién- dola al mismo tumpo el anca con su cola, Ja con- duce adonde quiere. Persigue a los ciervos , y tal vez asaba a los hombres. Quando huye , no hace por lo común mas de trotar; pero su trote es tan vivo, que difícilmente lo alcanzan los caballos ga- lopeanoo. Ni Einneo, ni el Conde de Buffon , ni Boma- re, hacen mención del coyote , siendo una de las he- ras mas comunes de México ,y hallándose suficien- temente descripa por Hernández, cuya Historia Na- tural citan freqüentemente. COZTIOCQTEQUALLIN , en Nueva España es el coqttiillin. locase Coqua uin. CK1CETO ( el ) , llamado en francés hámster , es una especie particular de rata campestre grande , y de las mas perjudiciales que hay ; pero que por fortuna solo existe en algunas regiones. Algunos la llaman sin razón marmota de Estrasburgo pues- to que no duerme como la marmota , y no se ha- lla tampoco en Estrasburgo. Por su conformación interior se parece á la rata de agua mas que á otro animal alguno , y tam- bién se le asemeja en lo pequeño de los ojos , y en la finura del pelo : pero no tiene la cola lar- ga como la rata de agua , sino al contrario muy corta. Tiene los ojos negros y brillantes , dos dien- tes incisivos en lo anterior de cada quixada , los pies en extremo cortos , los dedos armados de uñas , y llenos de unos callos pequeños por la par- te inferior. Su pelo es comunmenie pardo en el lomo , y negro en el vientre , sembrado de algu- nas manchas blancas por deoaxo de las orejas, en el hocico , y en los costados. No obstante los hay cenicientos , y enteramente negros , y esta diferen- cia puede pr ovenir de su edad mas , ó menos avan- zada. Éste animal es de una ferocidad singular, y de CRi un valor maravilloso respailo su pequenez. Quan- do le acometen , lejos de huir , se arroja á su ene- migo quaiquiera que sea , ie muerde cruelmente , y pierde la vida antes de soltar la presa : habita debaxo de tierra, como el campañol , el turón , &c. y parece animado del mismo instinto que estos ani- males : tiene casi los mismos habiros , especialmen- te el de recoger grano, y hacer grandes provisio- nes de ello. Las madrigueras de los erícelos son de una construcción diferente , según el sexo , y la edad, y también según la calidad del terreno. La dei macho tiene un conducto obliquo, en cuya aber- tura hay un monton de tierra elevado. A una distancia de esta salida obliqua hay un aguje- ro solo- que desciende perpendiculamente a los quartos ó cuevecillas del domicilio. Cerca uel agu- jero no hay monton de tierra , lo qual hace pre- sumir que la salida obliqua esta hecha por la par- te de afuera , y la perpendicular por la parte de adentro , y de abaxo arriba. La de la hembra tiene también un conduc- to obliquo ; pero que se une á dos , tres , y has- ta ocho agujeros perpendiculares para dar una entrada y salida libres a sus hijos. El macho y la hembra tienen cada uno su vivienda separada, y la de la hembra es mas protunda que la del ma- cho. Al lado de los agujeros perpendiculares , á uno ó dos pies de distancia , cavan el macho y la hem- bra, según su edad, y a proporción de su multi- plicación , una , dos , tres , y aun qua ro cueveci- llas particulares en figura de bóveda , asi por de- baxo como por encima , y mas ó menos espacio- sas , según la cantidad de sus provisiones. El agujero perpendicular es el paso común pa- ra entrar y salir , y por el obliquo se hace la es- portacion de la tierra : parece también que este conduóto , que está en declive , y corresponde á una de las cuevecillas, sirve para la circulación del ayre en este domicilio subterráneo. La cuevecilla donde pare la hembra no contiene provisión al- guna de grano , sino un nido de paja , ó yerba. La profundidad de la habitación es muy diferen- te, porque un criceto nuevo en el primer año no da mas de un pie de profundidad á su cueva , y uno viejo la profundiza hasta quatro , ó cinco pies. Todo el domicilo , incluidas todas las comunica- ciones y cuevecillas , suele tener ocho , ó diez pies de diámetro. Estos animales proveen sus almacenes de gra- no seco y limpio , de trigo en espiga , de guisan- tes y habas con cascara , que ellos mondan después en su habitación , y sacan fuera de ella las casca- ras y pajas de las espigas por el conducto obliquo. Para llevar sus provisiones se sirven de sus carrillos como de bolsas , en los quales puede lle- var cada uno de una vez bastante porción de gra- no limpio. Estas bolsas colocadas de cada lado de lo interior de la boca , son membranosas , lisas , y lustrosas por defuera , y llenas por dentro d.» un gran número de glándulas que destilan sin ce- sar un humor que las pone blandas y capaces de resistir á las picaduras que ios granos tiesos y pun- tiagudos pueden causarla : luego que el animal en- . tra CRI tra en su madriguera , las desocupa con sus ma- nos , apretándolos exceriormente contra sus rnexi- lias. Quando se encuentra algún encelo con sus bol- sas llenas de provisión , dicen se le puede co- ger con la mano sin temor de que muerda ; por- que en este estado no tiene libre el movimiento de las quixadas : pero por poco tiempo que se le dé, desocupa prontamente sus bolsas , y se pone en de- fensa. La cantidad de provisiones que se halla en las madrigueras , varia según la edad y el sexo del animal que las habla; los viejos recogen mucho mas grano que los nuevos y las hembras , y lo guardan , no para alimentarse en el invierno , por- oue este tiempo lo pasan durmiendo y sin comer, sino para tener de que vivir después que despiertan por la primavera, y durante el tiempo que prece- de su entumecimiento. Este animal hace su provisión á fines de Agos- to ; y quando ha llenado sus almacenes , cubre y tapa cuidadosamente las avalúas con tierra , lo qual es causa de que no se descubra fácilmente su habitación , V se la puede reconocer sino por el monton de tierra que se halla cerca del conducto obliqüo , de que ya hemos hablado. Retirase a su domicilio á fines del otoño , y vive pacíficamente manteniéndose de sus provisio- nes , has. a que viniendo el rigor del frió , cae en una especie de letargo , semejante al sueno mas profundo. Quando se abre en el invierno algún vivar , se ve en él echado el animal cu una cama de paja menuda , y muy suave. La cabeza la tiene metida debaxo del vientre entre los dos brazos, y las piernas están apoyadas contra el hocico: íos ojos los tiene cerrados , y quando se le apar- tan los párpados , se vuelven á cerrar al instan- te. Los miembros están tiesos como los de un ani- mal muerto , y todo el cuerpo está frió al tacto; no se observa en éi la menor respiración , ni otra señal de vida : disecándole en este estado , se ve contraerse y dilatarse el corazón , pero con un mo- vimiento tan lento , que apenas se pueden contar quince pulsaciones en un minuto , en lugar , que quando el animal está despierto, da a lo menos cien- to y cincuenta en el mismo espacio de tiempo. La «rasa ó gordo está coagulado ; los intestinos no tienen mus calor que lo exterior del cuerpo , y son insensibles á la acción del espíritu de vino , y aun alaceyte de Vlriolo que se echa cuellos, y no ma- nifiestan la menor irritación, Eor dolorosa que sea toda esta operación , no parece que el animal la sien- te mucho , y aore algunas veces la boca como pa- ra respirar , pero su le.argo es demasiado fuerte para dispertar del todo. Se ha creído , que la causa de este entumeci- miento dependía únicamente de un cierto grado de frió en el invierno. Esto puede ser cierto, respeito á los lir ones y murciélagos , pero para poner al erí- celo en este estado , prueba la experiencia que es preciso también que el ayre exterior no tenga nin- gún acceso ai ¡ugar donde está retirado : se puede hacer la experiencia , y desengañarse , encerrando un animal de estos en una caxa llena de tierra , y de paja , y por mas que le pongan al frío mas fuerte del invierno , capaz de elar el agua , nunca CRI 85 se logrará hacerle dormir ; pero luego que se me- ta esta caxa en un hoyo de quatro ó cinco pies de profundidad , el qual se ha de tener cuidado de apelmazarle bien , y taparle , para que no penetre el ayre exterior , al cabo de ocho ó diez dias se le hallara entumecido como en su madriguera. Si se saca la caxa del hoyo, despertará el animal al ca- bo de algunas horas , y se volverá a dormir de nuevo quando se le vuelva á meter debaxo de tier- ra. Eo que prueba también que la ausencia de el ayre exterior es una de las causas del entumecimien- to de este animal , que sacado de su madriguera en el rigor del invierno , se despierta indubitable- mente al cabo de algunas horas , quando se les po- ne al avie. Que se haga esta experiencia de día ó de noche , es indiferente ; de suerte , que la luz no contribuye para nada. Es un espectáculo curioso el ver despertar á es- te animal de su letargo ; primeramente pierde la tiesura de sus miembros ; pero por largos interva- los , se observa algún movimiento en las piernas» abie la boca como para bostezar , y hace oir unos sonidos desagradables , y semejantes al hipo ó re- suello. Hechas todas estas cosas en un tiempo sufi- ciente , abre finalmente los ojos , y procura poner- se en pie ; pero todos estos movimientos son aun titubeantes , y poco seguros , como los de un hom- bre embriagado. Reitera sin embargo sus prueoas hasta que consigue tenerse de pie , y en esta po- sición permanece quie.o , como para reconocerse y descansar de sus fa.igas ; después empieza a an- dar poco a poco , a comer , y a obrar como ha- cía antes de su sueño. Esta mutación pide mas ó menos tiempo , según lo mas ó menos templado del parage donde se hada el animal. Si se le expo- ne á un ayre sensiblemente frío , es necesario algu- nas veces mas de dos horas para hacerle despenar, pero en un lugar templado se consigue en menos de una : y es verosímil , que en sus madrigueras se haga esta revolución imperceptiblemente , y que el animal no sienta ninguna ne las incomodidades que acompañan a esia mutación forzada y repentina. El medio mas usado para coger escos animales es el desenterrarlos , aunque este trabajo sea bas- tante penible , a causa de la proíuntíidad y exten- sión de sus vivares ; sin embargo , un hombre exer- citado en esta especie de caza , no dexa de sacar alguna utilidad ; pues en la buena estación , esto es , en el otoño, halla comunmente dos medias de buen grano en cada domicilio , y se aprovecha tam- bién de la piel de estos animales , que sirve para forros. Los cricetos producen dos ó tres veces al año, y cinco ó seis cachorros en cada una , y muchas veces mas ; hay años en que aparecen una cantidad inumerable de ellos , y otros en que apenas se ve uno. Los años húmedos son en los que multiplican mucho , y esta numerosa multiplicación causa la escasez ó carestía , por la destrucción general de los trigos. Estos animales se juntan , la primera vez por fi- nes de Abril , en cuyo tiempo van los machos á los vivares de las hembras , aunque permanecen pocos dias con ellas. Si sucede que dos. machos, buscando á una hembra , se encuentran en el mis- 86 C R I mismo agujero , riñen entre ellos tan furiosamente, que por lo común finaliza con la muerte del mas débil. El vencedor se apodera de su hembra , y uno y otro , que en todo otro tiempo se persiguen y maltratan , deponen su ferocidad natural los po- cos dias que dura su zelo , y se defienden recípro- camente contra sus enemigos. Quando se abre un vivar en este tiempo , y percibe k hembra que la quieren quitar su marido , se arroja al robador , y le hace sentir el furor de su venganza con morde- duras penetrantes y dolorosas. El incremento de estos animales es muy pron- to. A los quince dias de su nacimiento empiezan ya á cavar la tierra : y poco después los obliga la inadre a salir del vivar , de suerte , que á la edad de un mes , ó de seis semanas, están abandonados á su propia libertad : la madre manifiesta general- mente muy poco amor para con sus hijos ; pues siendo asi que en el tiempo de su zelo defiende tan animosamente al macho , no conoce mas que ¡a fi- gura quando su familia está amenazada de algún pe- ligro ; su único cuidado es mirar á su propia con- servación. Con esca mira , luego que se siente per- seguida, se esconde en la tierra profundizando mas su vivar , lo qual lo executa con una celeridad ma- ravillosa. La vida del críceto está dividida entre los cuida- dos de satisfacer las necesidades naturales , y el fu- ror de comoatir. Parece que no tiene otras pasio- nes que la cólera , la qual le arrastra á acometer todo lo que encuentra al paso , sin hacer atención á la superioridad de las fuerzas del enemigo. Co- mo ignora absolutamente el arte de salvar la vida, retirándose uel combate, se dexa matar á patos an- tes que ceder. Si halla medio de hacer presa en la mano de un hombre, es necesario matarle para que la suelte. Tampoco le espanta la magnitud del ca- ballo , ni la destreza del perro. Este ultimo gusta de darle caza , y quando el c/iceto le percibe desde le- jos, lo primero que hace es desocupar sus carrillos, si acaso los lleva llenos de grano , y después los hincha tan prodigiosamente , que la cabeza y el cuerpo superan mucho en el grueso lo restante del cuerpo : finalmente se pone en pie sobre Jas pier- nas de atras , y se arroja en esta postura sobre su enemigo; si le coge, no le dexa hasta después de haberle muerto , ó de haber él perdido la vida: pero el perro le previene , por lo común , procu- rando cogerle por detrás y ahogarle. Quando este animal esta irritado , dice M. Suirzer , que le bate el corazón ciento y ochenta veces por minuto. Este furor de pelear hace que el criceto no ten- ga paz con ninguno de los demas animales, y aun hace guerra á los de su especie , sin exceptuar las hembras. Quando dos cricetos se encuentran , nunca dexan de pelear recíprocamente , hasta que el mas débil cae baxo el furor del mas fuerte que le devo- ra. El combate entre un macho y una hembra dura ordinariamente mas largo tiempo que el de macho con macho. Al principio se dan caza , y se muer- den ; después se retiran a un lado , como para to- mar aliento , y luego renuevan ei combate huyen- do y peleando , hasta que uno ú otro cae : el ven- cido siempre sirve de pasto al vencedor. Las Juinas persiguen vivamente a los eríceos. CUE y destruyen un gran numero de ellos , entran en sus vivares , y se apoderan de ellos. Este animal no habita indiferentemente en toda especie de climas ó terrenos , no se halla ni en los países demasiado cálidos, ni en los demasiado fríos: como se mantiene de grano , y vive debaxo de tierra , no le convienen los parages pedregosos, arenosos y gredosos , como tampoco los prados, selvas y parages cenagosos. Necesita un terreno fá- cil de cavar , el qual sin embargo , tenga ia firme- za suficiente para no hundirse : también escoge las regiones fértiles en toda especie de granos, para no verse precisado a buscar su alimento muy lejos, porque son poco dispuestos para hacer largas cor- rerias. Las tierras de Turingia retinen todas estas calidades , y por eso se halla en ella mayor nume- ro de erícelos que en otra parte alguna. También se hallan en algunas otras provincias de Alemania , donde son tan comunes , que sus pieles se venden a ínfimo precio , y tan perjudiciales, que en algunos estados se ha ofrecido premio por cada cabeza que se presenta. El olmo , asi llamado de la palabra latina eri- ce tus , es ei porcellus frumentarias de Schwenkfeld, y la marmota de Strasbourg de Brisson. CRQCOTA. Los Griegos daban este nombre al mestizo nacido del ayuntamiento de una pena y un lobo, l ease el fin del artículo del Perro. CROCEJTA. Entre ios antiguos era la hyena. Vease Hyena. Cuerna, s. f. En la Zoología , ó en la Historia Natural de los animales es la producción á manera de cuerno , ó mas bien de asta ramosa que nace y crece en la cabeza de los animales silvestres , co- mo son , el ciervo , el gamo , el corso , el rebebo, el elan , el roio y otras diferentes especies ó varie- dades de estos géneros. La cuerna se diferencia de Jas astas en su substancia , quanto se acerca del ver- dadero leño vegetal , por la especie de corteza que la viste en el tiempo de su incremento , por ias ramas ó candiles que arroja de su tronco , y por Ja facultad que tiene de volver á nacer después de haber desniogado. Fe ame los artículos Ciervo, Cervatillo, Elan y Reno, &c. Cuerna, {mont.) El instrumento ó trompa de cuerno que tocan ios cazadores para llamar al ve- nado. ** Cuernicumplidos. (rnovtf El gamo ó ciervo que tiene toda su cuerna , y que ha llegado á esta- do de no crecer mas «¡quel ano. Cuerno ó asta (el). s. m. Nombre de la espe- cie de defensas con que la naturaleza ha armado la cabeza de varias castas de animales , como la de los bueyes , cabras , carneros , gal/, las , &c. En al- gunas especies las hembras carecen de es. as armas, y en otras machos y hembras las tienen igualmen- te. Los carneros tienen comunmente dos, y sin em- bargo , en algunas regiones se ven carnero con tres y quacro ó mas astas. Esta producción parece qt:e proviene de la superabundancia de alimento. La substancia del cuerno es de una naturaleza particular, muy diferente de la del hueso , y mucho mas ana- loga á la de las unas. En quanto á la forma de las astas , las hay lisas ó estriadas , y acanaladas , de- rechas ó corvas , mas ó menos huesas por su raíz, la CUE la qual está situada sobre una prominencia del hueso frontal ó testuz. Impropiamente dan el nombre de asta á las cuernas que tienen los animales silvestres , como el ciervo , el gamo , el clan y el reno ; ademas de la diferencia de la forma , y de la substancia , hay en- tre las astas y las cuernas una muy característica , y es, que estas son propensas á caerse en una esta- ción arreglada , y vuelven á salir después ; pero los cuernos son siempre permanentes y nunca se caen , á no ser por accidente. Vtartse los artículos Buey , Bufaio , Macho de cabrio , Cabra» Carnero y Gazela, &tc. Llamase también substancia cornea á el casco de los animales solipedos , y pezuñas de los bisul- cos, y en la realidad es de la misma especie y na- turaleza que el cuerno. CUETLACHTLI de Hernández. Vean Loeo d» México. CUGUACU- APARA , CUGUACU-ETE. En el Brasil es el corzo. Véase el fin del artículo Corzo. CUGUACU-ARA (el) del Brasil. Es el tigre roxo, ó cuguar de Cayena. Vease el artículo siguiente. CUGUAR (,el). Es un animal carnicero que se halla en las mismas regiones de la América Meri- dional , que el yaguar v pero su tamaño es mas lar- go , mas agalgado y mas alto de piernas : el cuguar tiene la cabeza chica , la cola larga, el pelo cor- to , y de un color casi uniforme , que es un roxo vivo mezclado de negruzco, especialmente por en- cima del lomo ; el morro blanquecino , como tam- bién la garganta , y todas las partes inferiores del cuerpo. Aunque mas débil que el yaguar es también feroz , y mas cruel , y se encarniza mas en la pre- sa , y la devora sin despedazarla ; luego que la agarra , la muerde , la chupa , y después la come tin dexarla hasta estar enteramente satisfecho. Estos animales son comunes en la Guayana. An- tiguamente se vio llegar á nado gran cantidad de ellos en la isla de Cayena para acometer y destruir los ganados ; pero poco á podo los han ido ani- quilando , y desviándolos lejos de las habitaciones. Hay grande apariencia de que el ocoromo del pais de los Moxes , y el animal del pais de los Iraque- ses , á quien han dado muy impropiamente el nom-> bre de tigre , son lo mismo que el cuguar , y este ultimo parece que debe referirse á la especie del tuguar de Pensílvania , de quien hablaremos mas •baxo. Este animal , por la ligereza de su cuerpo , y mayor longitud de sus piernas , debe correr mejor que el yaguar , y trepar también mas fácilmente á los árboles. Ambos son igualmente perezosos y poltrones quando están hartos ; casi nunca acome- ten á los hombres, á menos que no los hallen dor- midos. Quando se quiere pasar la noche ó detener- se en el campo , basta encender lumbre para que no se acerquen. Gustan de la sombra de los bos- ques grandes , y se esconden en lo mas espeso , ó sobre algún árbol muy poblado , desde donde se «rrojan sobre los animales que pasan. Algunos Au- tores pretenden que su carne es de buen comer, pero lo mejor en estos animales es la piel , la qual Sirve para hacer mantillas de caballos. El cuguar es el tigris fulvut de Barreré (fr. éq.) C Y N 87 felís ex fabo rufescens. . . . tigre roxo de Brisson. Cuguar de Pensílvania. Otra especie de cuguar que se halla en las partes templadas de la América Septentrional , especialmente en las montañas de la Carolina, de la Georgia, de la Pensílvania, &c. es mas corto de piernas que el tuguar- de Cayena, mucho utas largo de cuerpo , y la cola tres ó qua- tro pulgadas mayor : en lo demás se parecen perfectamente por el color del pelo , por la lor- ma de la cabeza y de las orejas. Cuguar negro , ó tigre negro de Cayena. Vease Yaguareté. ** CUSICUSI (el). Dice Gumilla , en su Orisco- co ilustrado , que es del tamaño y figura de un gato: no tiene cola , y su lana es tan suave como la del castor : todo el día duerme , y de noche anda li- geramente de rama en rama , buscando paxaritos y sabandijas de que se mantiene. Es animalejo de su- yo manso ; y traído á las casas, no se huye, ni de día se menea de su lugar ; pero toda la noche an- da trasteando la casa , y metiendo la mano , y des- pués la lengua (que es muy larga) en todos los agu- jeros : y quando llega á la cama de su amo, hace lo mismo con las ventanas de las narices ; y si le halla la boca abierta hace la misma diligencia ; por lo que no hay quien quiera semejante animal en su casa. CUSO ó CUSCO , y en las Indias Orienta'es coescoes. A' 1 que solo conocemos por la siguien- te noticia 1 viagéro Christoval Barchewitz. „ E11 la isla de Lethy hay euros ó cuscos , cuy* „ cari e tiene casi el gusto de la del conejo. El cus » „ se asemeja mucho a la marmota en el color : sus „ ojos son pequeños , redondos y brillantes : sus „ patas cortas , y su cola , que es larga , no tie- „ ne pelo. Este animal salta de arboi en árbol co- „ mo la ardilla , y hace de su cola un gancho , con ,, el qual se agarra á las ramas para comer mas fa- „ cilmente las frutas. Echa de si un olor desagrada- „ ble , que se acerca del de la zo>ra. Debaxo del „ vientre tiene una bolsa , en ¡a qual lleva a sus hi- „ jos , y estos entran y salen en ella por debaxo „ de la cola. Los viejos saltan de árbol en árbol, „ llevando en esta bolsa á sus hijuelos." Por esta pintura si es exaéla y no fingida , debe creerse que en las grandes Indias existe un animal del genero de los didelfos ó filandros de la Amé- rica : pero no hay apariencia alguna de que sean de la misma espe ie ; y la ley grande que ha se- parado las producciones de ambos mundos , es demasiado general y constante para poderse que- brantar por una tan corta excepción. Vease el artí- culo Qo adro pidos , sobre la separación estable- cida entre las especies del mundo antiguo , y de la parte Meridional del nuevo. CYNOCEPHAl.O. Nombre genérico que los Griegos dieron á los simios , que tienen el hocico largo como el del perro. Vease Mono. CZIG1TAI (el). Es un animal conocido hace poco tiempo , el qual forma una especie media en- tre el asno y el caballo. I.os primeros Zoologistas que han hablado de él , le h-rn indicado baxo el nombre de mulo fecundo de Vattria. Efeétivamente es de la magnitud de un mulo de mediana estatura. Bu cabeza es algo pesada , sus orejas son derechas, y 88 CZI y mas largas que las de los caballos , pero mas cor- tas que las de los mulos : los pechos son anchos, la crin corta y erizada , la cola enteramente seme- jante á la del asno , y los cascos de los pies bastan- te pequeños. Es mas seco de piernas y cañilavado que el caballo , mas ligero j es bello y de mejor presencia ; sus pies son mas pequeños , el espina- zo derecho y resaltado como el del as no. Su color dominante es un pardo amarillo ; la cabeza , desde los ojos hasta el hocico , es de un leonado amarillo , y lo interior de las piernas del mismo color : la crin y Ja cola son casi negras , y á lo largo del lomo tiene una raya pardinegra, que se ensancha por la grupa , y se estrecha hacia la cola. En el invierno es su pelo muy largo y ©ndeado ; pero en el verano es corto y lustroso. Estos animales llevan la cabeza alta ; y quando corren, presentan la nariz al viento : su ligereza su- pera mucho á la de los mejores caballos corredores. Cada piara tiene su gefe , como los caballos silves- tres , y se compone de veinte , treinta , y hasta cien individuos. Si el gefe descubre ó siente á lo Jejos algunos cazadores, dexa su compañía, y va él CZI solo á reconocer el peligro ; y luego que está cer- ciorado de él da la señal de fuga , y huye efecti- vamente , seguido de codos los demas. pero si por desgracia le matan , como la piara queda sin guia, se dispersa , y entonces los cazadores están seguros, de matar muchos. Estos animales se hallan principalmente en los desiertos de Mongoux , y en el gran desierto lla- mado Gobi ó Gobte. LosTunguses, y otras na- ciones vecinas á este desierto , miran su carne co- mo un manjar exquisito. Sería sin duda una con- quista muy preciosa la de una especie que parece intermedia entre el caballo y el asno , y que tal vez reuniría ep parte las calidades útiles de estos dos domésticos del hombre. Algunos dicen , que los cogitáis son indomables , pero hablarian con mayor exactitud si dixesen que lo han sido hasta aqui: y en efecto , unos pueblos, que como los Tártaros dexan silvestres á los caballos , no son á proposito para domar los cogitáis. Los Rusos tienen mas pro- porción para intentar domarlos , y conseguir una raza doméstica de esta grande y bella especie de animales ; la Europa espera de ellos este presente. PAM* D AB JOnBACH. Nombre que se lee en la Encvclo- ptciía antigua , y parece que indica un animal iabu- loso , que dicen ser quadr amano , y al quai se atri- buye al mismo tiempo una extrema voracidad que le hace desenterrar los cadáveres para devorarlos. Pe- ro la naturaleza no ha dado á ningún quadrumano este instinto de crueldad , ni tampoco ios órganos propios para satisfacerle : esta confusión nace sin duda de los nombres Arabes dabuh , y dubcah , o dubbah : el primero de los quales significa el mi- co , y el segundo la hiena ; y reuniendo los atribu- tos "reales del mico , en quanto a la conformación, y de ¡a hiena, en quamo ai instinto , se habra for- mado el fabuloso dabach : el primer origen de esta confusión de nombres y objetos , se halia en León Africano. DABUH. En Berbería es el mico. Vcase Mico. DAMA (la). Según algunos Autores antiguos, parece que es el mismo animal que la gabela del Se- regal. Vcase este artículo, DAMAN-ISRAEL (el). Que quiere decir cordero de Israel , y que los Arabes creen ser en electo la especie de animal con que los Israelitas hadan la Fasqua , es común en las cercanias del monte Liba- no , y en las montañas de Arabia y de Abisinia. Es de la magnitud , y casi de la misma forma del conejo : tiene asimismo las piernas delanteras un po- co mas cortas que las de atras ; las orejas son pe- queñas y cortas , cubiertas de pelo por dentro y por fuera , toda la parte inferior del cuerpo blan- ca , y la superior casi del color de nuestros conejos monteses ; en el lomo , y en toda la parte supe- rior del cuerpo tiene unos pelos largos de un ne- gro muy lustroso ; carece de cola , y en cada pata tiene tres dedos de una figura redonda , de una car- ne blanda y sin uñas, por estos últimos caraítéres parece que se acerca a el loéis o simio del Ceylan. Este animal vive en las cavernas de las rocas. Daman del Caeo. En el Cabo de Buena Espe- ranza se halla Oirá especie de daman , que se dife- rencia del anterior en que su cuerpo es mas redon- do , y en que no tiene tantos pelos largos como él ; este tiene una aña grande corva y hueca en el dedo interior del pie , pero en lo demás se parece al daman Israel por muchas miras. El daman del Cabo es el mismo animal que los Naturalistas Elolandeses han demostrado , baxo las denominaciones de marmota dd Cabo, y de {lippdaas ó tejón de rocas , aunque no hace su madriguera en la tierra como nuestra marmota , ó nuestro tejón. „ Estes animales, dice Allamand , son muy prontos „ en sus movimientos : saltan con mucha agilidad „ de arriba á abaxo , y siempre caen de pies ; gus- ,, tan mucho de estar en los parages altos , y no „ duermen por el dia. Quando llega la noche se re- „ tiran á sus vivares , y se meten entre el heno, „ con el qual se cubren todo el cuerpo. Dicese que „ en el Cabo tienen sus nidos en las hendiduras de „ Jas rocas , donde hacen una cama con musgo y Historia Natural, Ton/. I,’ DEL „ hojas de espino , que les sirven también de ali- „ mentó , como las demas hojas que son poco car- „ nosas/5 „ La cabeza de este animal , continúa el citado „ Ailainand , es pequeña , a proporción del cuerpo: „ sus ojos son la mitad mas chicos que los del tone- „ jo ; su quixada inferior es un poco mas curta que „la superior ; y quando masca, la mueve como los „ animales que rumian , aunque no pertenece á esta „ clase. Sus orejas son redondas , y poco elevadas, „ y están rodeadas de un pelo muy fino , que con- ,, forme se acerca a la cabeza va siendo mas largo; „ su cuello es mas alto que ancho , y lo mismo es „ todo su cuerpo : sus manos no tienen pelo en la „ palma , y están divididas en lobos , y por enci- „ ma están cub.ertas de pelo hasta las uñas.55 „ Los pies no tienen mas de eres dedos , dos „ de los quales están siempre arrimados contra el „ suelo , pero el tercero , y el interior es mas „ corto , y está separado de los demas , y en qual- „ quier movimiento que haga el animal siempre le „ tiene levantado : este dedo esta armado de una „ uña que forma un canal , cuyos bordes son muy „ delgados ; estos bordes casi se jui/tan por su ori- „ gen , y se separan y apartan conforme van hacia „ adelante , y después se arquean abaxo , y se jun- ,, tan terminando en una pequeña punta , que se di- „ lata en la concavidad del canal hasta su medio : es- „ tas uñas están situadas de manera , que la conca- „ vidad de la del pie derecho está en parte vuelta „ hacia la del pie izquierdo , y en parte hacia ba- „ xo ; están colocadas en la punta del dedo , que „ el animal tiene siempre levantado , y nunca to- „ can al suelo quando anda. El animal se sirve de „ ellas para rascarse el cuerpo , y libertarse de los „ insectos y basura que tiene encima : en el cuer- do tiene algunos pelos negros, un poco mas lar- „ gos que los demas. Su longitud , desde el hocico „ hasta la cola , es de cerca de un pie. . . . Las ,, hembras tienen quatro tetas , dos en cada lado.55 „ Los Hotentotes estiman mucho una especie „ de remedio , que los Holandeses llaman orín de „ tejón ; y es una substancia negruzca , seca y de „ bastante mal olor , que se encuentra en las hen- diduras de las rocas , y en las cavernas. Algunos ,, pretenden que esta substancia se forma de la ori- „ na de estos animales , los quales tienen costum- „ bre de mear siempre en un mismo parage , y su „ orina depone esta substancia , la qual secada , coa „ el discurso del tiempo , toma bastante consisten- „cia.55 DANT ó DANTA. Nombre del tapir en el Bra- sil. Véase Tapir. DEEB. En Berbería es el chacal. Vease Chacai. DELFIN (el). Es un cetáceo menor que la urca, y mayor que la marsopa : todos tres forman el grupo de pequeños cetáceos , los quales por todas sus dimensiones son sumamente inferiores á las ba- ilarías y tacnal otes. El M DEL El de Ifin tiene comunmente nueve ó diez pies de longitud , y dos de circunferencia por la pane mas gruesa del cuerpo ; su cola es casi de la mis- ma anchura •> tiene dos remos ó aletas laterales de cerca de diez y seis pulgadas de largo , y diez de ancho, y otra de pie y medio de alto , á manera de timón en medio del lomo. La forma del cuerpo es redonda, oblonga é hinchada por la parte anterior, y por la posterior remata en punta : el pellejo que la cubre , es muy liso , blanco por el vientre , y ne- gro por el lomo. El hocico es cilindrico , y muy largo , en figura de pico , por lo qual le han dado ai delfín el sobre nombre de pico de oca : este pico largo ú hocico está hendido profundamente , y las dos quijadas , que tienen mas de un pie de largo, están guarnecidas de pequeños dientes puntiagudos, colocados como las púas de un peyne , cuya mor- dedura pasa por venenosa. Sobre la cabeza se ve el conducto ó abertura de la traquea f por la qual respira el ayre , y atro- ja el agita. Los ojos son bastante grandes , y mu- cho mayores , a proporción del cuerpo , que los de los mayores cetáceos. La anaconda del delfín , mejor conocida que la de las ballenas y cachalotes , nos suministra la prueba de lo que ya hemos dicho , que la armadura de los huesos de los cetáceos ofrecía toda la semejanza de la de los animales terrestres. Bellon la compara con la del hombre , tomando por modelo de todas las especies cerrestres el esqueleto humano , como el mas perfecto. Pero veamos lo que dice nuestro antiguo Naturalista. „ El esqueleto del delfín , ex- cepto que no tiene los huesos de las piernas, es „ semejante al del hombre , y se pueden discernir „ en él veinte y quatro vertebras gruesas, de las „ quales , las que descienden hasta muy próximo del ,, orificio del excremento , están horadadas por el „ tuétano de la espina del lomo ; pero las otras que ,, descienden hasta la extremidad de la cola , son ,, solamente como unas pequeñas rodaxas redondas, „ unidas unas a otras sin estar horadadas/' „ La cola también esta compuesta de una mate- ,, ría nerv iosa sin otros huesos : los brazos de los ,, dos lados dtl delfín , aunque son cortos , tienen ,, todos los mismos huesos que los del hombre. . . , Va he dicho anteriormente quantas costillas tiene, „ y añadiré , que los huesos dtl esternón son mas ,, semejantes a ios del hombre, que los de los ani- „ males quadrúpedos : ademas de esto tiene los „ omoplatos, y también las claviculas, que se pue- „ den distinguir bien de los demas huesos." „ El hueso del codo está solo como en noso- „ tros , y después el radio y la ulna unidos juntos, „ de los quales el uno es mayor que el otro , lo „ mismo que en el hombre. También tiene una ma- „ no dividida en cinco dedos , en los quales se ha- „ Han las articulaciones , y empezando por el pul- „ gar se encuentran en el dos huesos : en el índice „ tres , en el dedo de enmedio , que es el mas lar- „ o0 j c;uacro ; en el anular tres , y en el meñi- „ que uno. Igualmente se hallan en él los huesos de „ las muñecas ¡n ca,po en lo interior de la mano." Etr. poiss.fol, 45. y 4 6. El delfín parece ser el mas vivo , ligero , é in- teligente de los cetáceos ¿ nada , y se arroja en el DEL agua con tal ligereza , que adelanta á los navios con viento en popa : Minio dice que es mas veloz que una ave , y mas rápido que un rayo : odor uolucre : odor telo : y según la observación del mismo Natu- ralista , ningún pez pouria escaparse á su persecu- ción , ni evitar el str su presa , si la abertura de su boca no estuviese formada de modo que le obli- ga á volverse sobre el hijar , para agarrar alguna cosa , lo qual da al pez tiempo para escapar. Sin embargo , las aletas del delfín son bastante peque- ñas , y la rapidez de sus movimientos nace mas bien del ímpetu y fuerza muscular de su cuerpo, que de la impulsión de sus rentos. Los delfines van ordinariamente en bandadas , y acometen freqüentemente á los borütr.los , a los atu- nes , &c. Ea estos combates se arrojan , y brincan en la superñcie del mar ; y quando se les ve hacer estos movimientos en tiempo de calma , se teme una próxima tempestad , aunque Bellon es de sentir que este agüero es falto. Parece que los delfines se encuentran en todos los mares del mundo , asi en el Mediterráneo co- mo en el Océano , y aun hasta en el fondo del Ponto Euxino. Bellon supo de los Griegos de la Propontide , que los delfines tienen emigraciones arregladas , y vienen del Mediterráneo al Elespon- to , y después de haber penetrado en el Euxino, vuelven a pasar en bandadas para volver al Mediter- ráneo. Su pesca se hace con arpones , como la de los demas cetáceos : pero en los mares de Grecia les conservan una franquicia , fundada sin duda en la tradición de las Historias que contaba la antigua Gre- cia de su amistad para con los hombres , y del ser- vicio que habían hecho á muchos salvándolos del naufragio. „No hay ningún pescador Turco, Grie- „go. Esclavón tú Albar.és , dice Belion , que ha- „ ga nunca mal al delfín , y quando algunos pesca- „ dores cogen alguno en las redes lo tienen por „ buen agüero ; y aunque el delfín haya estropeado „ las redes , tienen gran miedo de hacerle inai , y „ le vuelven al mar con palabras de santidad , di- ciendo oraciones, y juzgando que esto les podrá ,, aprovechar en otro tiempo ... y no hay ningu- „ no de ellos que no crea que quando se halle en „ un conflicto en el mar , los delfines que haya li- „ bertado de la cautividad en otro tiempo , les sal- „ varán ia vida en recompensa." Etr. poiss. page 7. veno. Sin disputar ni referir aquí las historias ó fábu- las de la antigüedad sobre la afección de los delfi- nes para el hombre , observaremos únicamente que este cetáceo parece que es el mas sociable , el mas vivo , y mas animado de todos : su costumbre de viajar muchos juntos , sus juegos en la superficie del agua , su instinto de acercarse a Jos navios quando ios marineros los silvan , artificio de que, según Bellon , se sirven para a.raerlos y cogerlos: todo esto ha podido dar motivo a las narraciones fabulosas de ia antigüedad, si acaso son estas ente- ramente fabulosas. El delfín puede vivir mas largo tiempo en el ay- re sin agua , que sin ayre en el agua , donde se ahogaría sino pudiese subir de tiempo en tiempo á ia superficie para respirar. Gesnero vió uno que vi- vió DES vio tres tiias fuera del agua. Cuentan que quando se hallan cogidos lloran , y hacen algunos soni- dos lamentables ; y que fluctuando y durmiendo en la superficie del mar , se les oye roncar. Estos animales se aparean teniéndose estrecha- mente abrazados : la hembra produce comunmente un hijo , y rara vez dos ; su preñez dur3 seis me- ses ; aceta a su hijo , y le ¡leva hasta que pueden nadar : parece que a los diez años han llegado a su entera magnitud. (Encyclopedia antigua) El delfín tiene como todos los cetáceos un lardo ó manteca que le cubre todo el cuerpo , por lo qual le han llamado algunos cerdo de mar , nombre que pertenece propiamente á la marsopa , su carne es negruzca , y no pasa por de buen comer. El delfín , cuyo nombre se ha formado en la mayor parte de las lenguas del Griego delfín , es la balcena minor atraque maxillá denlata dorso pinato, delpbinus vulgo diña de Anderson. Descorrear. Es caerse la correa de las cuernas de ios gamos y venados , y descubrir el grano , lo que es después de cueri. icumplidos, DESMAN (el). Llamado por algunos rata almiz- clada de Moscovia , tiene la cola larga y plana , co- mo la ondatra ó rata almizclada del Canadá : pe- ro tiene los pies unidos por una membrana , los ojos sumamente chicos , y el hocico largo co- mo la musaraña 6 musgaño ; y la ondatra , tiene los dedos de los pies separados unos de otros, los ojos muy aparentes , y el hocico muy corto, finalmen- te , ei desmán produce un olor como la ondatra , y son los únicos animales de los paises Septentriona- les que le tienen. Se haua este animalejo en la La- ponia , y en Moscovia. El desmán es ei mus aqualicus de Clusio , y de otros Zootcgistas posteriores á él : el castor cauda Vfríicaliur plana. . . . rata almizclada de iírisson. Desmo&ar. Es caérseles las cuernas a los gamos, venados y Cüí%cs. DIABLO DE JAVA , pangelín. Lagarto escamo- so. Vease Pangolin. DIDELtO cel) ú opussum. Es un animal perte- neciente á las regiones Meridionales y templadas del nuevo mundo , y casi del tamaño y figura de una rata muy grande. Tiene ios ojos pequeños y negros, pero vivos y abultados; las narices an- chas , las orejas redondas , muy delgadas y abier- tas , la boca en extremo hendida , la lengua estre- cha , aspera y llena de puntas vueltas hacia atrás; la quixada superior un poco mas larga que la infe- rior ; el cuello corto , el pecho ancho , el bigote como eidel gato ; cinco dedos en ¡as manos, todos armados de uñas ganchudas ; otros tantos en ios pies , quatro de ellos con unas , y el quinto , que es el pulgar , está separado de los demás , coloca- do mucho mas abaxo , y sin uña : estos dedos tienen una pulgada de largo , están sin pelo y cu- biertos de un peiiejo bermejizo. La palma cíe las manos y de los p'cs es ancha, y tiene algunas carnosidades como pulpejos deba- xo de los dedos : la cola , que solo tiene pelo como unas dos, ó tres pulgadas de largo en su origen, está vestida de un peiiejo escamoso y liso hasta su ex- tremidad : estas escamas son blanquecinas , casi exá- gonos , y colocadas regularmente ; todas están se- Histori * Natural. Tom. 1. D I D i paradas y cercadas de una corta superficie de pelle- jo mas p .rdo que la escama. El pelo de io anterior de la cabeza es mas corto y mas blanco que el def cuerpo : este es de un color ceniciento , y en el lomo y los costados tiene algunos cortos mechones de pelo negro y blanquizco , el del vientre es mas pardo , y el de las piernas aun mas obscuro. Las orejas , los pies , y la cola están desnudas. Las glándulas de la verga del macho , y la del cli- tori.. de la hembra están hendidas, y parecen do- bles : el bagin ó canal de ia matriz , que es senci- llo á la entrada , se divide en dos canales , &c. por eso el didelfo tiene en los órganos de Ja gene- ración varias partes dobles , que son simples en los demas animales. Pero tiene un caraóler de conformación toda- vía mas singular , y que acaba de distinguir este animal de todos los demas quadrúpedos : este es una hendidura de dos ó tres pulgadas de largo, que la hembra tiene en el vientre , la qnal esta cerra- da por dos pellejos , que forman una bolsa vellosa en lo exterior , y menos poblada de pelo en lo interior : esta bolsa contiene las tetas ; los hijue- los recien nacidos entran en ella para mamar, y contraen tal costumbre de esconderse en ella , que aunque grandes , se refugian en su centro quando los espantan. Esta bolsa se abre y cierra á voluntad del ani- mal : la máquina de este movimiento se executa por medio de varios músculos , y de dos huesos que solo pertenecen á esta especie : estos dos hue- sos están colocados delante del hueso pubis, ai qual están pegados por la basa i tienen cerca de dos pulgadas de largo , y van en diminución desde su basa á su extremo ; ellos sostienen los músculos que hacen abrir la bolsa , y les sirven de apoyo: los contrarios de estos músculos sirven para com- primirla , y cerrarla tan jucamente que en el ani- mal vivo no se puede ver la abertura , sino, dila- tándola fuertemente con ios dedos. Lo interior de esta bolsa está lleoo de glándu- las , que destilan una substancia amarilla , de un. olor tan malo , que se comunica á todo el cuerpo del animal : sin embargo , quando se dexa secar esca materia, no solamente pierde su oior desagra- dable , sino que adquiere un perfume , que se pue- de comparar con el del almizcle. Esta bolsa no es el lugar en que conciben los hijuelos , porque la hembra tiene una matriz interior diferente á Ja ver- dad á ia de los demas animales , en la qual se for- man los hijuelos , y los ¡leva hasta que nacen. Estos animales producen amenudo , y en gran numero : la mayor parte de ios Autores dicen , que las hembras paren quacro ó cinco hijos, y otros que seis ó siete : algunos viajeros aseguran , que los hijuelos quando nacen , esto es , quando salen de la matriz para entrar en la bolsa , y agarrarse á las tetas , no son mayores que moscas. Este hecho no es tal vez tan exagerado como podria imaginar- se , y se puede presumir , que en estos animales no es la matriz otra cosa , por decirlo asi , que el lugar de la concepción , de la formación , y del primer descubrimiento del feto , cuya exclusión, siendo mas anticipada que en los demas quadrúpe- dos , se perfecciona el incremento en la bolsa don- M i de de entran los hijuelos luego que nacen. Ignoramos el tiempo que están preñadas las hembras ; pero es de presumir que sea mucho mas corto que en los demas animales. Los cachorrillos per- manecen agarrados , y como pegados a las tetas de la madre durante la primera edad , y hasta que ad- quieren bastante fuerza y tamaño para moverse fá- cilmente : otros dicen que están pegados á ellas por espacio de varias semanas seguidas , otros que so- lo permanecen en la bolsa durante el primer mes de su edad. Puedese abrir fácilmente la bolsa de la madre, mirar, contar, y aun tocar los hijos sin molestar- los. No dexan el pezón que tienen en la boca has- ta tener bastante fuerza para andar : entonces se sa- len de la bolsa para pasearse, y buscar su subsisten- cia , y vuelven á entrar dentro para dormir y mamar, y aun para esconderse quando algo les asusta : la madre huye entonces , y los lleva todos : nunca pa- rece tener mas vientre que quando ha largo tiem- po que ha parido , y que sus hijos son ya grandes, porque en el tiempo de la verdadera preñez se per- cibe poco que esté llena. El didelfo anda mal , y corre lentamente : por eso se dice que puede un hombre cogerle sin apre- surar el paso , pero trepa por los árboles con gran- dísima facilidad : se esconde entre las hojas para co- ger páxaros , ó bien se suspende de la cola , cuya extremidad es musculosa y flexible como una mano, de suerte que puede apretar , y aun dar mas de una vuelta al rededor del cuerpo que agarra : algunas veces permanece largo tiempo en esta situación sin movimiento , el cuerpo colgado , cabeza a baxo : espia y aguarda la presa al paso : otras veces se balancea para saltar de un árbol a otro. Aunque carnicero , y hambriento de sangre , que gusta chupar , come también de todo ; reptiles , in- sectos , cañas de azúcar , patatas , raices , y aun hojas y cortezas. Se le puede mantener como un animal domestico ; porque ni es feroz , ni cruel , y se do- mestica fácilmente : pero disgusta por su mal olor, y desagrada por su asquerosa figura. Su cuerpo pa- rece siempre sucio , porque el pelo , que ni es li- so ni rizado , es deslucido , y parece que está cu- bierto de lodo. Su mal olor reside en la piel , por- que su carne no es mala de comer , y es uno de los animales que los salvages cazan por preferen- cia, y del qual se alimentan con mas gusto. Estos animales tienen un gruñido que no se oye de lejos , y quando se les manosea hacen el mismo mormullo que los gatos. Hallanse en el Bra- sil, en la Guayana, en México, en la Florida, en la Virginia , y en todas las regiones cálidas y tem- pladas de Indias ; parece que hay unas especies 6 razas mayores, y otras mas chicas , pero todas tie- nen el caradter de la bolsa en el vientre. El didelfo es el tlacuaifm de Hernández i el "f- rigon de Mafeo (Hist. de Ind. ) ; el oppasum de Ca- tesvi ; el semi'vulpes dé Gesnero , y de Aldrobando ; el didelpbis de la nomenclatura de Lineo ; pbilander , pbilandro de la de Brisson , quien siguiendo á Seba distingue sin fundamento tres didelfos, de los quales el ultimo es el animal que nosotros indicamos con el nombre de cuso. Díptero Con peiq iarco , especie que tiene cer- DUC ca de veinte pulgadas de largo. Su cabeza no ts tan larga como la del anterior , la que es total- mente blanca , á excepción de una mancha pardus- ca que nace del ángulo del ojo , y termina baxan- do de color del lado de la nariz , cuyo extremo es de color de carne. Los bigotes tienen cerca de tres pulgadas de largo ; todo el cuerpo está cubier- to de pelo largo : en las piernas v pies pardo , en los dedos blanquecino , y el cuerpo rayado de va- rias faxas pardas indecisas , una en el lomo hasta cer- ca de la cola , y otra de cada lado del cuerpo , que se dilata desde el brazuelo hasta los muslos: el cuello es bermejizo desde la oreja hasta la es- palda , y este color se extiende por el vientre , y domina en varias partes del cuerpo : la cola es es- camosa , y poblada por su maslo de pelo blanco , y pardo. i Sota del fraduftor. El citado autor Mexicano hace de este animal la descripción siguiente : „ El didelfo y al qual llaman los Mexicanos tla- cuatyn , se halla descripto por muchos autores , y se ha hecho con razón famoso por aquella bolsa, ó piel doble , que tiene la hembra en el vientre desde el principio del estomago hasta el orificio del útero , que le cubre las tetas , y tiene una aber- tura en medio , por la qual recibe á sus hijuelos después de haberlos parido , para resguardarlos y atetarlos. Quando camina, ó trepa, como suele con mucha agilidad , por las paredes de las casas , no hay peligro de que se le salgan sus hijuelos , por llevar la piel extendida y tirante; pero quando quie- re echarlos hiera , para que vayan aprendiendo a andar , y á buscar su vida , y quando quiere recibir- los de nuevo para darles la teta , ó para librarlos de algún peligro, encogiendo el cuerpo, y aflojando la piel , ensancha la abertura : de esta suerte reme- da la preñez quando los lleva dentro de aquella piel , y el parto cada vez que los echa fuera. Es- te maravilloso quadrúpedo es el azote de las galli- nas , de cuya sangre se alimenta. El didelfo tiene en diferentes paises de Améri- ca los nombres siguientes : ilacuat%jn , ti acuache, char- cha , chucha , muca muca , ¡arique , j asigne , abare , fu- ra, rabopelado , &c. Mr. de Buffon lo llama sarlgue , y cariguei , alterando el nombre jarigue , con que es conocido en el Brasil. Yo prefiero el nombre di- delfo tomado del Griego didelpbis , que significa el que tiene dos úteros , porque lo veo adoptado en- tre los Naturalistas modernos , y expresa bastante- mente su cara¿fer.“ DOGO (el) Véase el artículo Perro. DORCAS de Eliano , es la gaxpla común. Véase Gazela. Dorcas de Aristóteles, es el cono. Vease Corzo. DRIL , asi llaman los Ingleses que freqiientan las costas de Guinea , al orang-outang , ú hombre sal- vage. Vease Orang-outang. DROMEDARIO. Vease Cameilo. DUCO ( el ) especie de simio de la familia de las monas , y el único de ella que no tiene callos en las nalgas , sino cubiertas de pelo como los sapa- yues , por esto , y por la longitud de su cola pare- ce DUC ce que el duco es una especie intermedia entre los orangoutang , y las monas : tiene la cola menos lar- ga que la cabeza y el cuerpo juntos : la cara cha- ta , y cubierta de bello roxo , las orejas desnudas, y del mismo color que la cara: los labios, y las Orbitas de los ojos morenas : el pelo de colores muy vivos y variados : tiene una f'jxa , y un collar de un pardo morado , y una especie de barba ama- rillaza : la frente, la caneza , y los brazos son blan- cos , la parte superior de la frente y de los brazos negra : las partes inferiores del cuerpo de un par- do'cemciento , y de un amarillo blanquecino ; la co- la es blanca, Camina tan pronto en dos pies co- mo en quatro ; y quando está de pie , tiene tres pies y medio , ó quatro de altura , y por este tamaño se acerca al mico. Hallase en las Indias Orientales , y en Madagascar , á donde le llaman sifac. Los viageros aseguran que los grandes simios de las partes meridionales del Asia producen piedras bezares que se hallan en su estomago , y cuya ca- lidad es reputada por superior á la de las bezares, de las cabcas , y gabelas. Estos grandes simios de las partes meridionales de las Indias , son el van- dent , y el duco. Nosotros creemos que á estas dos especies se debe referir la producción de las beza- res de los simios ; ademas nos parece reconocer el duco , en el simio óticas de la antigua Encyclope- dia , por los caracteres de la faxa y collar , y de la producción de la bezar : pero es una idea muy falsa la de aquellos , que como se lee en el mis- mo lugar , se imaginan que la bes^ar solo se forma quando está el animal herido , y que por consiguien- DUG 93 te los caladores procuran no matarlos del todo del pri- mer golpe. En el artículo bc^ar se puede ver qual es la naturaleza de esta producción , de donde se juzgará quan infundada es la ¡dea de que hablamos. El duco es el cercopitccus circneus. . . . Gran simio de la Cohinchina de Brisson. DUGON (el) es un grande anfibio de la mar de Africa, y de las Indias Orientales, cuya cabeza es casi lo mismo que la de la vaca marina , por la profundidad de los alveolos , donde nacen dos colmillos de medio pie de largo , en la quixada supe- rior : estos son mas bien dientes incisivos que colmi- llos : no se dilatan directamente friera de la boca del dugon , como en la vaca marina : son también mucho mas cortos y delgados , y ademas están situados en lo anterior de la quixada, y muy cerca uno de otro, como los dientes incisivos , en lugar que los col- millos de la vaca marina tienen un intervalo con- siderable entre sí , y no están colocados á la pun- ta de 13 quixada superior, sino al lado. Las muelas del dugon se diferencian también de las de la vaca marina , asi por el número co- mo por su colocación y figura. Finalmente estos dos animales son de diversa especie. No podemos asegurar si el dugon es animal quadrúpedo como la vaca marina , pero lo presumimos por analogía» y lo poco que acabamos de decir de este animal , es lo único que hemos sabido de los Naturalistas. Hallase en los mares meridionales, desde el Cabo de Buena Esperanza hasta Filipinas , y en estas is- las le llaman dugung. EA- 94 (£S>c¡p=jp;;a5S— ps=Sta|t:= EL A |R ALO de Plinio. Piense el fin del articulo Uni- cornio. ** Echar cerco (moví.) Rodear con el perro el lugar en que se juzga está la caza que se persigue. También es quando una res entra en la querencia, y se va con el perro al rededor para ver si ha sa- lido. Egagropila (s. f. ) Dase este nombre á ciertas pelotillas , ó bolas compuestas de pelos , y algunas veces de pequeñas fibras de raíces mezcladas , y em- pastadas de una substancia viscosa endurecida , las ~quales se hallan en los estómagos de varios ani- males rumiantes , que tienen costumbre de lamer- se el pelo , como los bueyes , las cabras , &c. No deben confundirse las egag> opilas, ó bolas de pe- lo con las bezares , aunque la substancia que em- pasta la egagropila , y alisa su superficie , parezca ser de una naturaleza semejante a la substancia de la betflr. ¡ case Blzak. ELAN (el) es un animal de los paises Septen- trionales , bastante semejante al ciervo ; pero ma- yor, mas fuerte, inas grueso, mas alto de piernas, mas corto de cuello , y mas largo de orejas y pelo; su cuerna mueno mas ancha y maciza que la del ciervo : su cola corta, y unos pelos largos debaxo del cuello , caracteres que le son comunes con el reno •> pero tiene la cabeza mas larga que éste, y los labios gruesos y pendientes : su color no es tan poco blanquecina como la del reno, sino que tira igualmente por todo el cuerpo á un amarillo obs- curo mezclado de gris ceniciento. Tiene el pelo tan áspero, y el cuero tan duro, que apenas puede pe- netrarle la bala de un mosquete : tiene las piernas muy firmes , con tanto movimiento y fuerza , espe- cialmente en las manos, que de una manotada so- la puede matar un nombre , ó un looo, y aun romper un árbol. Sin embargo se le caza casi del mismo modo que nosotros cazamos los ciervos , esto es , a fuerza de hombres y perros. Aseguran que quando -e le persigue , sucede muchas veces que se cae en un instante sin haberle tirado ni herido; por lo qual han presumido algunos que era pro- penso á la epilepsia , ó gota coral , presunción que no está muy fundada, pues el miedo podria causar el mismo cfeéto ; y por una conseqiiencia mucho mas estrada han dicho que el casco de sus pies era un especifico contra esta enfermedad , y aun toda- vía hay gentes que llevan sortijas , cuyo engaste con- tiene un pedacito de casco de clan. Los antiguos dixeron del clan lo mismo que del elefante , esto es, que ¡a tiesura de sus piernas, ó por defeéto de articulación no podia, ni doblar- las , ni echarse ; de donde nació la fabula repetida en varias relaciones que el clan para dormir se ar- rima contra los árboles, los que señalan los salvages, y medio cortan por el pie , con cuyo medio , vinien- do el clan, según costumbre, á arrimarse al árbol, cae , y no puede levantarse. El nno y ej elan tienen una singularidad real y EL A común , y es que quando corren , ó precipitan el pa- so, los cascos de sus pies hacen á cada movimien- to un ruido, ó cruxido tan fuerte, que parece aue todas las coyunturas de las piernas se desencaxan : los lobos advertidos por este ruido, ó atraidos por #1 olor de la bestia , corren delante de ella , y si son muchos la vencen , y la cogen ; porque el dan, y el reno se defiende de un lobo solo , no con la cuerna , la que en lugar de servirle le perjudica , si- no con las manos , con las que estropea , ó mata á el lobo. Los clanes , y los renos , se juntan en manadas como los ciervos, pero no van saltando y brincan- do como ellos : su paso es una especie de trote tan pronto , y tan facii , que en el mismo tiempo hacen casi tanto camino como los ciervos andan corriendo , y sin fatigarse tanto , porque pueden tro- tar asi sin parar un día ó dos. No se domestica tan fácilmente como el nno, ni vive en los montes , ni se acerca tanto de las regiones polares como él : habita las tierras baxas, y selvas húmedas , y se halla en Noruega , Suecia, Polonia , Lituania , Rusia , y en las provincias de Siberia,y de Tartaria, hasta el Norte de la China. Antiguamente huvo clanes en las Galiás : los pasages de Cesar lo prueban suficientemente , y quince siglos después habla Gastón Febo de éste animal, y dice, que existe todavia en las selvas de Francia , a lo menos en las montañas elevadas , co- mo los Pirineos, de donde era vecino Gasten Fe- bo. Es cierto que el elan no se halla asnalmente sino en los paises mas Septentrionales , pero se sa- be también que el clima de Francia era en otro tiempo mas húmedo y mas frió que no en el día, por la cantidad de bosques y lagunas de que esta- ba cubierto. Por la carta del Emperador Juliano se ve qual era en su tiempo el rigor del frió en Paris. La descripción de los hielos del rio Sena se parece perfectamente á la que los habitantes del Canadá hacen de los del rio de Quebec: las Gaüas, baxo la misma latitud que el Canadá , eran hace dos mil años , lo que es el Cañada en núes, ros dias; quiero decir, un clima suficientemente frió para man- tener los animales que no se hallan en el día sino en las -provincias del Norte. Según estos testimonios , es evidente que en otro tiempo existían en las selvas de las Galias , y de la Germania clanes, y tenas, y los pasages de Cesar lo prueban á medida que se han cortado los montes , roto les baldíos , y secado las aguas, se ha dulcificado el temperamento del clima , v es- tos animales , que gustan y apetecen el frió , han abandonado lo llano del pais,y se han retirado á las altas montañas , cerca de las regiones nevadas , de donde la disminución sucesiva de los montes , la destrucción casi entera de las selvas , y la mul- tiplicación de los hombres los han hecho finalmen- te desaparecer. Hallase el clan baxo el nombre de orinal en el Canadá , y en todas las partes septentrionales de Amé- EL A América. Sus combates con el carcayú , ó quinen;, .i de estas regiones, son famosos. El enraya, que es lo mismo que el rosen al(, ó gloton del .Norte , no es mayor que un tejón, y sin embargo es el enemí- r>o mas peligroso que tiene el dan. Ll gloton se su- be á un árbol para esperar al dan al paso , y quan- do le ve cerca se arroja encima, y se le agarra á el lomo , encaxando las unas , le hiere la cabeza , ó el cuello con los dientes, y no le dexa hasta haberle de- gollado. La misma guerra hace al reno , aunque con mas facilidad , porque este es mas débil que el elan. En vano se echa en el suelo, y estrega contra los árboles ; nada hace soltar la presa al gloton , y los cazadores encuentran algunas veces pedazos de pe- llejo del tamaño de una mano, pegados á los atoó- les, contra quienes se ha estregado el dan. Los salvajes no ignoran el arte de cazar y co- acr los danés ; los ojean y conciertan durante varios días, y á fuerza de constancia, y de destreza con- siguen cogerlos. Esta caza la hacen por lo regular en el invierno. El dan no camina mucho en este tiempo , porque embaza en la nieve , y se cansa mucho : los cazadores se sirven de un calzado de ¡a figura de una de requeta , por cuyo medio andan sobre la nieve sin hundirse; y quando alcanzan al animal le arrojan un dardo , el qual es un palo , á cuj a punta esta empalmado un rejón puntiagudo y cortante. Quando los clanes son muchos, se colocan to- dos cola con cola , y hacen ua gran circulo de una le-tia y media , ó dos leguas , y baten y apelma- zan tañ o la nieve á fuerza de dar vueltas, que lue- ro no se hunden : quando se cansa el Ue adelante , se pone aíras : los salvages hacen emboscadas , y los esperan al paso arrojándolos dardos : siempre hay uno que los persigue , y á cada vuelta queda algún dan muerto , hasta que toman el partido de huir á los bosques. Uno de nuestros primeros viajeros franceses en el Canadá (Sagard Theodat) habla de estos anima- les en los términos siguientes „ Los clanes ú o , '.na- les , son freqüentes en la Provincia del Canadá, y muy raros en los países de los Hurones , porque estos animales viven y se retiran comunmente á los países mas frios. El clan es mas alto que un caballo; tiene el pelo por lo regular ceniciento , y algunas veces leonado, casi de un dedo de largo : su ca- beza es larguisima : tiene cuerna como el ciervo , pero ancha como la del gamo , y de tres pies de largo ; su pie es hendido como el del ciervo , pero mucho mayor de casco : su carne es po- ca , pero muy delicada. Pace en las praderas , y come también las pumas tiernas de les arboles : es- te animal , después del pescado, es el sustento mas abundante y común de ios habitantes del Canadá. El orinal escoge en el invierno una comarca donde hay abundancias de anajiris foettda, ópalo de mal olor, porque se alimenta de ella , y quando la tierra es- tá cubierta de cinco , ó seis pies de nieve , se abre caminos que nunca dexa sino quando le persiguen los cazadores.“ El clan y el reno son del número de ¡os ani- males que rumian ; su modo de alimentarse lo in- dica, y la construcción de sus partes intíriores lo demuestran. Este animal tiene una cuerna muy gran- de , y cilindrica por su origen ; después se ensan- E L E c )e> cha como la del paleto , y forman una tabla llana , la qual tiene sobre sus orillas, ó bordes, varios can- diles: es muy pesada , y se cae como la del cier- vo. Algunos pretenden que el elan tiene el olfato mas fino que otro animal alguno, y se ha observa- do que sus nervios olfaticos son muy gruesos. El nombre del clan viene del latín alce , for- mado del céltico Elch. Lí an de Atrica de Kolbe, es el búbalo. Véase Lú- ea z. o. ELAPHO - CAMELUS (el) de Matthiclo, es el mismo animal que ei llama. Vente Llama. ELEFANTE (el) es sin contradicion el prime- ro de todos los animales terrestres : excede á to- dos en magnitud, y parece aproximarse al hom- bre por la inteligencia. A una fuerza prodigiosa junta el valor, la prudencia, la receikiva, la obe- ciencia exaeta , la moderación aun en sus mas vi- vas pa- iones, tan reconoci.o á los beneficios, quin- to sensible a las injurias ; no desconoce sus ami- gos , y no embiste jamas sino a aquellos que le ofenden : en fin , viviendo en paz con los otros animales , es amado de todos ellos , pues que to- cios le re petan, y no tienen motivo alguno de te- merle. También los hombres han tenido por este gran- de y primer animal , una especie de veneración , digna de notarse. Los antiguos por cxemplo , le miraban como un prodigio , como un milagro de la naturaleza ; y exageraron muchísimo sus facultades naturales ; atribuyéronle , sin duda , calidades de inteiigercia , y virtudes morales ; dieron á estos animales costumbres de discurso , una religión na- tural é inata, la observancia de un cufio, la ado- ración quotidiana del sol y de la luna , el uso de la ablución antes de la adoración , el espíritu de adi- vinación, la piedad para con el cielo, y para sus semejantes , á cuya muer e asisten , y después de ella le riegan con sus lágrimas , y cubren de tierra su cuerpo , &c. Los indios preocupados ce la idea de la metemshopsis , están aun hoy dia persua- didos, que un cuerpo tan magestuoso como el del elefante , no puede estar animado , sino por el al- ma de un heroe , ó de un rey. En Siam , en Laos , en el lega, Scc. se respeta tanto á los defames blancos , como á los Manes vivientes del Em- perador de la India: cada uno de ellos tiene un mag- nifico palacio, un número grande de criados , una baxilla de oro, viandas, y manjares escogidos, ves- tidos ricos, y están dispensados de toda obediencia, trabajo, y fatiga: el emperador rey ñame es el úni- co ante quien se prosternan , y doblan las rodillas, y el monarca corresponde á este saludo. Pero separándonos de las fábulas de la antigüe- dad , y de las ficciones de la superstición, queda aun mucho á favor del dejante , para que se le deba murar como un ser de la primera distinción , y co- mo digno de ser conocido y observado particular- mente. Vamos , pues , á considerarle desde luego en su estado de independencia, y de libenad, y des- pués le miraremos en su condición servil ódomes'ica. En el estado t}e silvestre no es el elefante , ni sanguinario, ni feroz : es de un natural manso, y jamas hace uso de sus armas , ni de su fuerza , que no sea para defenderse él mismo , ó para prote- ger 96 ELE ger á sus semejantes. Tiene las costumbres socia- bles ; rara vez se le ve errante ó solitario , y pol- lo común anda acompañado. El de mas edad , o el mas viejo conduce la tropa \ el segundo en edad la hace caminar , y marcha el postrero : lo-, nuevos y los débiles van en medio de los demas , y las madres llevan sus hijuelos abrazados con la trompa. Este orden le guardan solamente en las marchas pe- ligrosas , y siempre que van á pacer en tierras cul- tivadas ó en los bosques ; y en las soledades viajan con menos precaución , aunque sin separarse mu- cho para socorrerse y ayudarse mutuamente. No obstante , hay algunos de ellos que se extravian ó se quedan muy atrás de los otros , y estos son los únicos a quienes ios cazadores se atreven á embes- tir y atacar , porque seria menester un pequeño exército para acometer la tropa entera , y no se la pudiera vencer sin perder muchos hombres : seria muy peligroso el hacerles la menor injuria, porque se van inmediatamente derechos al ofensor; y aun- que la masa de su cuerpo sea tan pesada , es tan largo su paso , que alcanzan fácilmente al hombre mas ligero en correr , y le atraviesan con sus col- millos , ó le cogen con la trompa arrojándoles co- mo á una ligera ptedra , y acabándole de matar con los pies : pero esto no lo hacen sino quando se ven ofendidos. Nunca hacen mal á los que no les buscan ni inquietan ; pero como son suscepti- bles y delicados , en orden á las injurias que se les hace, conviene siempre evitar su encuentro, y asi los viajantes que frequentan su pais hacen grandes hogueras ó luminarias de noche , y tocan el tam- bor para impedirlos que se acerquen. Preténdese, que tina vez que estos animales han sido acometi- dos por los hombres , ó caído en alguna trampa puesta por ellos , no olvidan el agravio jamas , y que buscan el medio de vengarse en toda ocasión. Como tienen excelente el olfato, y quizá mas per- fecto que ninguno de los demás animales , á causa de la grande extensión de su trompa , el olor del hombre les toca desde muy lejos , y pueden fácil- mente seguirle por el rastro que lleva. Los anti- guos han escrito , que los elefantes arrancan la yer- ba por donde ha pasado el cazador , y que se la dan unos á otros , como de mano en mano , pa- ra que todos esten informados del paso , y de la marcha del enemigo. Estos animales aman las riberas de los rios , los valles profundos , los sidos sombríos, y los terre- nos húmedos y pantanosos ; no pueden dispensarse del agua , y la enturbian antes de bebería. Llenan de ella amenudo su trompa , ya sea para llevarla á la boca , ya sea solamente para refrescarse la nariz y divertirse , ó entretenerse arrojándola con fuer- za , ó asperjeandola al rededor. No pueden sopor- tar el frió , y padecen bastante con el exceso del calor , y el demasiado ardor del sol , 6e baxan to- do quanco pueden á lo profundo de los bosques mas sombríos , y se meten también muchas veces en el agua : el volumen enorme de su cuerpo les ayuda mucho á nadar , y se hunden menos en el agua que los o, ros animales ; asi pues , la largura de su trompa que enderezan hacia arriba , y por la qual respiran con libertad , les quita todo miedo y riesgo de sumergirse. ELE Sus alimentos comunes son las raíces , las yer- bas , las hojas , y la madera tierna ; comen tam- bién las frutas y granos ; pero desdeñan la carne y el pescado. Siempre que alguno , entre ellos , haha en qualqttiera parte abundancia de pasto, llama a los otros , y les convida a venir á comer con él. Como les es necesaria diariamente una gran canti- dad de forrage , cambian amenudo de sitio , y siempre que llegan á tierras sembradas hacen en ella un destrozo prodigioso , magullando y destruyendo diez veces mas con sus pies , que lo que pueden necesitar para su alimento, lo qual pue- de llegar a ciento y cincuenta libras de yerba por dia , y asi los Indios y los Negros buscan todos los medios de evitar su venida , y de hacerlos retro- ceder quando vienen , haciendo grandes ruidos , y hogueras al rededor de sus tierras cultivadas y sembradas , y muchas veces , no obstante estas pre- cauciones , vienen los elefantes , y se apoderan de ellas auyentando al ganado doméstico , haciendo huir á los hombres , y algunas veces trastornando y volcando enteramente sus débiles habitaciones. Es dificultoso el espantarles por no ser casi suscepti- bles de miedo : la sola cosa que le sorprende y pue- de pararlos son los fuegos artificiales , y particuiar- men.e los cohetes que se les arroja , cuyo efe ¿lo sú- bito , y prontamente renovado les sobresalta , y hace alguna vez retroceder el camino ; rara vez se consigue el separar unos de otros , porque ordina- riamen.e toman todos juntos el mismo partido de acometer , de pasar indiferentemente , ó de huir. Luego que las hembras entran en zelo , esta grande aficcion por la sociedad cede a una inclina- ción mas viva : la manada se separa entonces por parejas , que el de.eo y el carino ha formado de antemano. El misterio , y el secreto acompaña á sus placeres , y por eso jamas se ha visto tener ayun. amiento á estos animales : temen , sobre to- do , las miradas de sus semejantes , buscan los bos- ques mas espesos , y ganan las soledades mas pro- fundas para entregarse sin embarazo y sin testigos á todas las impulsiones de la naturaleza. La hem- bra está preñada efos anos , y siempre que está lle- na , el macho se abstiene del coito , y no ia llega hasta el tercer año , que renace la estación de su zelo. No producen si iO un cachorro , el qual nace con dientes , y es mayor que un java/í-, pero sus colmillos no son aun aparentes , empiezan á saür poco tiempo después , y á los seis meses ya tienen algunas pulgadas de largo. El elefante á esta edad es ya mayor y abultado que un buey , y los colmillos continúan en crecerle hasta edad avanzada , con tal que el animal se halle robusto y en libertad ; por- que la esclavitud y los alimentos sazonados , dete- rioran su temperamento , y cambian sus hábitos na- turales. Lograse el domarle , el someterle , y el instruirle : y como es mas fuerte y mas Inteligen- te que todo otro animal quadrúpedo , sirve mucho mejor , con mas poder , y mas utilidad : pero sin duda el disgusto de su situación le penetra hasta io vivo , porque aunque resiente de tiempo en tiem- po los mas vivos impulsos del zelo , jamas se jun- ta con la hembra , ni procrea domesticado. Su pa- sión constriñida degenera en furor , porque no pe- diendo satisfacerla sin testigos , se indigna , se ir- rita. ELE rita , y se vuelve frenético y violento , y en estos instantes es mas peligroso que codo otro animal in- dómito. Se ha probado inútilmente de multiplicar- los como á los otros animales , y se ha visco ser preciso separar los machos de las hembras , para evitar los excesos de un calor inútil , acompañado siempre del mayor furor. No hay , pues , elefante alguno doméstico , que no haya sido antes silves- tre j á no ser que haya nacido de una madre sil- vestre cogida preñada. La manera de cogerlos , de domarlos, y de someterlos al hombre, merece una atención particular. En el centro de los montes frondosos, y en un sitio vecino de los que freqüenran, se escoge primeramente un espacio de terreno , que se ro- dea o ataja con una palizada fuerte. A este fin los árboles mas gruesos del monte sirven de estacas principales , a las qualcs se atan y juntan grandes travesanos que sostienen las mismas estacas. Esta pa- lizada esta hecha en claraboya , de manera que un hombre puede fácilmente pasar de una parte a otra: íe la dexa una grande abertura por donde el elefan- te puede entrar fácilmente , esta abertura tiene una compuerta o trampa , que se dexa caer inmedia- tamente que el elefante entra dentro. Para atraer- le hasta este cercado , es preciso irle á buscar, para cuyo fin se lleva al monte una hembra do- mesticada que esté caliente , y quando ya se cree puede estar a distancia proporcionada de ser oi- da , la obliga el que la gobierna á gritar , como quando están en zelo , y el macho silvestre la res- ponde inmediatamente , y se pone en marcha para venir a su encuentro. A la hembra se la hace an- dar hacia la cerca , obligándola á bramar repeti- das veces , para que sirva de reclamo al macho. Luego que llega a la estacada entra la primera , y el macho que no la ha perdido de vista inmedia- tamente tras ella. De que se ve encerrado , su ardor desaparece , y se pone furioso con la vista de los cazadores. Para mitigarle se le echan cubos de agua encima , y se le sujeta por medio de unas guindaletas ó lazos que se le arrojan. Luego se le ponen unas maniotas a las manos y la trompa , y se traen otros elefantes domesticados para atarles con él. Por ultimo , á fuerza de industria y maña, junto con el rigor y las caricias se consigue el do- mesticarle. Este modo de cazarlos varía según los países , y según el poder y facultades de los que la hacen; pues en lugar de hacer , como los Re- yes de Siam , murallas , terrados , estacadas , par- ques inmensos y grandes cercas ; los pobres Ne- gros se contentan con hacer unas grandes zanjas bastante profundas , para que quando pasen cay- gan en ellas y no puedan salir. Una vez domesticado el elefante es manso , y el mas obediente de los animales , toma cariño á el que le cuida y acaricia ; prevee lo que le puede mandar , y parece adivinar lo que puede darle gus- to. A corto tiempo llega á comprehender las seña- les , y aun á entender la expresión de los sones y tañidos. Distingue el tono imperativo , el de la cólera ó el de la satisfacción , y obra luego en conseqiiencia. No se engaña en comprehender la palabra de su dueño , recibe sus órdenes con aten- ción , las executa con prudencia , con zelo y sin Historia -NeitUi ai. Tom.l. ELE 97 precipitación , y se le enseña sin mucho trabajo á doblar las rodillas , para facilitar el subir sobre él. Acaricia á sus amigos con la trompa , y saluda á las gentes que se le presentan : sirvese de la mis- ma trompa para elevar grandes fardos y tercios , y aun ayuda con ella á cargarlos sobre los carruages. Dexase enjaezar y engalanar , y parece recibe mu- cho gusto en verse cubrir de arneses dorados , y de cubiertas brillantes. Uncesele también , y se le pone por medio de cuerdas y tirantes á los carros, á los arados , á los barcos , y á los cabestrantes: tira asimismo continuamente sin disgustarse ni exas- perarse , con tal de que no se le insulte con gol- pes dados sin razón , y que se le dé á entender, ó se le estime la buena voluntad con que emplea sus fuerza- en el trabajo que se le manda. El que le conduce , que se llama en las Indias el cornac , va montado sobre su cuello , y se sirve de una va- ra de hierro , cuya extremidad acaba en gancho ó garabato , ó bien en punta , con la qual se le pi- ca sobre la cabeza , y al lado de las orejas para advertirle que vuelva á uno y otro Jado , que ace- lere su paso , o que se pare enteramente i pero muchas veces basta la voz sola del hombre par3 guiarle y gobernarle , sobre todo si ha tenido tiem- po de tomar conocimiento completo de su cornac „ y de adquirir en él una entera confianza. Su cariño y amor se hace tan durable y tan profundo , que se niega ordinariamente á servir baxo la mano de otro , y se le ha visto morir de pena y de que- branto , de haber en un exceso de cólera muerto á su conduélor. La especie de los elefantes no dexa de ser nu- merosa , aunque no produzcan mas que uno cada vez , y de dos en dos anos , ó de tres en tres, porque la duración de su vida , que es dilatada, compensa el corto numero : hallase generalmente extendida en todos los paises Meridionales del Afri- ca y del Asia ; y hay muchos en Ceylan , en el Mogol , en Bengala , en Siam , en el Pegu , y en todas las otras partes de la India. Hay también, y quizá en mayor numero , en todas las provincias del Africa meridional , á excepción de ciertos pa- rages que han abandonado , porque el hombre se ha apoderado de ellos y los ha cultivado. De la parte de acá del Senegal hay pocos ; pero en el mismo Senegal se hallan ya muchos , como tam- bién en Guinea, en Congo , en la costa de los Dien- tes, en el pais de Acra, de Benin, y en todas las otras tierras del Sud del Africa , hasta las que lindan con el Cabo de Buena Esperanza, á excepción de al- gunas provincias que están muy pobladas , tales co- mo Fida, Arda , &c. Hallanse asimismo en la Abi- synia , en Europa , en Nigricia sobre las costas Orientales del Africa , y en el interior de las tier- ras de toda esta parte del mundo. Vense también en las grandes islas de ¡a India y del Africa , como en Magadascar , en Jaba , y hasta en las Filipinas. Son menos desconfiados , menos silvestres y reti- rados en los desiertos del Africa que en Asia , y también mucho mayores y mas fuertes en la India meridional , y en la Africa oriental , que en Gui- nea y en todas las otras partes del Africa occidental. La India meridional , y la Africa oriental , son pre- cisamente las comarcas que por su suelo y cielo N con- 98 ELE convienen mas al elefante ; y en cfeéto , como es- te animal teme el excesivo calor , jamas habita en los arenales ardientes, y no es su especie muy nu- merosa en los paises de los Negros , sino todo á lo largo de los rios , y no en las tierras elevadas; en lugar que en la India los mas fuertes , los mas ■Valerosos de la especie , cuyos colmillos son mayo- res y mas duros , se llaman elefantes de montaña, y habitan en efeéto en las alturas , donde el ayre siendo mas templado , las aguas mas puras , y mas sanos los alimentos , su naturaleza llega a su estado cumplido , y adquiere toda su corpulencia y perfección. En general los elefantes del Asia exceden por el tamaño , y por la fuerza á los del Africa , y en particular los del Ceylan son superiores á todos los otros , no por su altura , sino por el valor y la in- teligencia. Ea fuerza de este animal es proporcio- nada a su magnitud : los elefantes grandes de la In- dia llevan fácilmente ciento y veinte , ó ciento y sesenta arrobas : los mas pequeños , esto es , los de Africa , levantan fácilmente un peso de dos quin- tales con su trompa , y le colocan ellos mismos so- bre sus lomos , y pueden llevar en sus colmillos mas de diez quintales de peso. De tiempo inmemorial se han servido los In- dios de elefantes para la guerra ; y entre estas na- ciones mal disciplinadas eran estos animales la me- jor tropa del exército , y la que decidla comun- mente la suerte de las batallas ; pero ahora que el fuego se ha hecho el elemento de la guerra , los elefantes que le temen , y aun a su explosión y á su llama , serian mas embarazosos y peligrosos que útiles en nuestros exércitos. Los Reyes de la India hacen aun armar elefantes de guerra , pero esto es mas por ostentación que por necesidad que de ellos haya. Estos elefantes de guerra les sirven no obstan- te para domar los elefantes silvestres , y tienen otros muchos para el servicio ordinario, y para llevar las grandes jaulas ó prisiones de enrejados , en que ha- cen viajar a sus mugeres y concubinas : es una ca- balgadura segurísima , porque el elefante no tropie- za jamas ; pero es poco cómoda , y es menester tiempo para acostumbrarse al movimiento duro , y al continuo valanceo de su paso : el mejor sido ó lugar es sobre el cuello , porque las sacudidas , y movimientos son menos duros que sobre las demas partes del lomo ; pero luego que se trata de alguna expedición de caza ó de guerra , cada elefante va siempre montado de muchos hombres ; asi pues el conductor se pone á caballo sobre el cuello del animal, y los cazadores y combatientes se sientan ó se po- nen de pie sobre su lomo y grupa. En Tonquin , en Slam y en el Pegu , el Rey y tedos los grandes Señores no usan otras cabalgadu- ras que los elefantes ; y los días de fiesta van prece- didos y seguidos de un numeroso cortejo de estos animales pomposamente adornados de planchas bri- llantes de metal , y cubiertos de las mas ricas telas. Rodean sus colmillos de anillos de oro y ele plata; les pintan las orejas y las carrilleras ; les coronan de guirnaldas , y les ponen muchas campanillas, con cuyos adornos se complacen mucho estos ani- males; y mientras mas les ponen, mas cariño y ale- gría manifiestan. ELE Los elefantes andan a su paso regular casi ¡o mismo que un caballo á paso largo , y corren tanto como un caballo al galope , lo que no les sucede estando libres , a menos que la cólera ó el miedo los excite. Los elefantes domesticados, llevados á paso , ha- cen fácilmente , y sin fatigarse quince ó veinte le- guas por día ; pero si se los quiere apresurar, pue- den muy bien hacer treinta y cinco ó quarenta. Se les oye caminar desde muy lejos , y se les puede también seguir por el rastro , y desde cerca , por- que sus huellas no son equivocables ; y en los ter- renos donde la pueden estampar, tiene la huella que dexan quince ó diez y ocho pulgadas de diámetro. Un elefante doméstico es de mas utilidad á su amo que cinco ó seis caballos que tenga : pero les es necesario el cuidado , y un mantenimiento abun- dante y escogido. Dásele por lo regular arroz cru- do ó cocido , mezclado con agua ; y se dice' que se necesitan cien libras de arroz por dia para man- tenerle en su entero vigor : se le da también yer- ba para refrescarle , porque es propenso á enarde- cerse , y es preciso llevarle al agua , y dexarle ba- ñar dos ó tres veces por dia para conservarle la salud. Aprende fácilmente á lavarse á sí propio; toma el agua en su trompa , y la lleva a la boca para beber , y después en volviendo su trompa de- xa con ella caer el resto del agua á chorros sobra todas las partes de su cuerpo. Para dar una ¡dea de lo útil que son estos ani- males, bastará decir , que todos los toneles , sa- cos , fardos , cargas , tercios , y paquetes que se transportan de un parage á otro en las Indias , son acarreados por elefantes ; a los que se les carga sobre el lomo , sobre el cuello , en los colmi- llos , y aun en la boca , dándoles el cabo de la cuerda del fardo, que agarran con los dientes. Juntan- do la inteligencia á la fuerza , no rompen ni menos- caban nada de lo que se les confia , hacen volver y pasar estos fardos y tercios , desde la orilla del agua á qualquler barco , sin permitir que se mo- jen , poniéndolos y colocándolos con tiento , y arreglándolos donde se quiere que los coloquen, y quando los han puesto en el parage que se les ha indicado , tantean con su trompa para ver si están bien puestos , y quando algún tonel se rueda , van ellos mismos á buscar piedras para calzarle, y sen- tarle sólidamente. Como el elefante nada muy bien , y se hun- de menos en el agua que ningún otro animal, se usa de él para ci paso de ios rios. Ademas de dos piezas de cañón de tres á quatro libras de bala , de que se le carga en estas ocasiones, se le pone también una infinidad de equipages, sin muchas personas que se agarran á sus ore- jas y cola para pasar al otro lado del rio. Luego que está asi cargado , nada entre dos aguas , y no se le ve sino la trompa que lleva levantada para respirar. Hacese uso del elefante para transportar la artillería á Jas montañas, y allí es donde su inteli- gencia se manifiesta mejor. Mientras que los bueyet uncidos á la pieza de canon hacen su esfuerzo para arrastrarla hácia arriba ,' el elefante empuja la culata con su frente , y á cada empuje que hace, asegura el afuste con una de sus dos rodilla* que apirea á la ELE rueda , y parece que comprehende aquello que se le dice. Si su conductor quiere hacerle hacer algún trabajo penible , le explica del modo que debe ext- ernarle, y le demuestra las razones que deben obli- garle á obedecer , y en caso de mostrar repugnancia á lo que le quiere exigir , le promete darle el arac (aguardiente de que hacen uso los Tártaros y Orien- tales) ó alguna otra cosa que le gusta , y entonces se conviene á todo el animal; pero es peligroso faltarle á la palabra , y por esto mas de una vez ha sido la víctima su mismo cornac. Sucedió en el Debatí , sobre esto , un hecho verídico que me- rece contarse , aunque parece increíble. Un elefante acababa de vengarse de su cornac habiéndole muer- to : la muger del mismo cornac, testigo de este ex- pectáculo , cogió dos niños que tenia, y los arro- jó á los pies del bruto , que estaba aun en su ma- yor furia , y le dixo : pues que tu has muerto á mi marido , quitame también la vida , y juntamen- te á mis dos hijos. A esto se paró el elefante , y amansando su cólera inmediatamente , conociendo el daño que habia hecho , y sentido de ello , co- gió luego con su trompa el mas grande de los niños, le colocó sobre su cuello , le adoptó por su cornac, y no quiso consentir jamas o.ro. Pero al paso que el elefante es naturalmente vengativo , no es menos agradecido al bien que se le hace ; como el exem- plo siguiente lo probara. Un soldado de Pondichc- ri , que tenia costumbre de llevar a uno de estos animales una cierta medida de arac cada vez que co- braba su pre , habiéndose excedido algún día en el vino , y viéndose perseguido por la guardia que queria llevarle á la prisión , se refugió baxo del elefante y se durmió : la guardia en vano quiso pro- bar sacarle de este asilo , por defenderle el elefan- te con su trompa. Al día siguiente el soldado vuel- to de su embriaguez , se extremeció de horror al dispertar , viéndose tendido baxo de un animal de una grandeza tan enorme , y el el f ante , que sin duda percibió su terror , le acarició inmediatamen- te con su trompa , para asegurarle y darle a enten- der que podía irse de allí con toda seguridad. El elefante cae algunas veces en una especie de locura ó frenesí , que le priva de su docilidad y mansedumbre , y le hace tan temible que es preci- so entonces matarle : pero en tanto que subsiste en su estado natural, no pueden reducirle á hacer mal alguno al que nunca le agravió. Un elefante furioso, á causa de las heridas que habia recibido en la bata- lla de Hambur , corria al través de los campos dan- do gritos espantosos ; al tiempo que un soldado, que no obstante el aviso de sus camaradas , no ha- bia podido huir , quizá por estar herido , se halló precisamente á el paso del animal , que temiendo pisarle le cogió con su trompa muy suavemente, y le colocó á un lado del camino que el bruto con- tinuó después. De todas estas noticias sobre el elefante somos deudores á Mr. de Bussy , cuya relación merece tanto asenso , quanto el largo tiempo que ha vivi- do en la India , le ha facilitado el ver y observar estos animales , de los quales él mismo tuvo mu- chos. Los Señores de la Academia de las Ciencias han franqueado también algunas relaciones de los Historia Natural, Tom. L. ELE 99 hechos del elefante , habiéndose informado de ios que cuidaban de el que habia en la cas a de fieras de Versalles. „EÍ elefante, dicen estos Señores, parece que conoce quando hacen burla de él, y se acuerda de ia injuria para vengarse quando halla la ocasión. A un hombre que le habia engañado, haciendo como que le echaba alguna cosa á la boca, le dió con la trompa un porrazo que le derribó , y rompió dos costillas, después de loqual le pateó y rompió una pierna ; y habiéndose arrodillado , el bruto le quiso encaxar los colmillos en el vientre , pero por escar demasiado se- parados los clavó á el lado de los muslos en el suelo sin herirle. El propio elefante estrelló á un hombre, es- trujándole contra la pared , por el mismo motivo. Un pintor quiso dibuxarle en una aétitud extraordi- naria , que era la de tener su trompa elevada , y la boca abierta : el criado del pintor , para hacer- le subsistir en esta misma postura , le echaba fru- tas de quando en quando , y las mas veces fingien- do echárselas no mas : el bruto se indignó , y co- mo si hubiese conocido que el deseo que el pin- tor tenia de dibuxarle , era ia causa de esta impor- tunidad , en lugar de acudir al criado , se dirigió al maestro mismo , y le arrojó una gran cantidad di agua con su trompa , con que le echó á perder el papel en que dibuxaba." „ Servíase ordinariamente mucho menos de su fuerza que de su maña, la que era tanta que se qui- taba con mucha facilidad una correa doble y fuerte, que tenia asegurada con una fuerte hebilla á su pier- na , no obstante estar la hebilla atada con un cordel que la daba varias vueltas y ñudos , los que desha- cía sin echar á perder la cuerda ni romperla. Una noche , después de haberse desembarazado asi de su correa , rompió la puerta de la jaula tan dies- tramente , que el que le gobernaba no dispertó: de allí pasó a varios patios donde estaban las demas fieras, forzando y rompiendo las puertas cerradas, y echando la faorica abaxo , quando eran chitas pa- ra poder pasar , y asi fue á las jaulas de los otros animales los que se espantaron , de tal modo que huyeron todos á esconderse en los parages mas re- tirados del parque." En fin , para no omitir nada de lo que puede contribuir á hacer conocer todas las facultades na- turales , y todas las calidades adquiridas de un ani- mal tan superior á los otros , añadiremos algunas noticias tomadas de los viajantes menos sospechosos. ,, El elefante , aun en el estado de silvestre (dice el Padre Vicente María) no dexa de tener algunas virtudes : es generoso y templado , y quando está doméstico , se le estima por su mansedumbre y fi- delidad para con su dueño , y por su amistad para con el que le gobierna. Si se le destina á servir in- mediatamente a los Principes , conoce su fortuna, y conserva una gravedad conveniente á su empleo: si al contrario se le destina á trabajos menos hon- rosos, se entristece , se acongoxa , y hace ver cla- ramente que se humilla contra su caraíter y genio. En la guerra es en el primer choque impetuoso y fiero , y lo mismo quando se ve acordonado ó ata- jado por los cazadores ; pero pierde el valor y la brabura quando ya se ve vencido. Combate con sus colmillos , y nada teme tanto como el perder N » su ioo EL E su trompa , que per su consistencia es fácil de cor- tar. En quanto a lo demas es naturalmente manso, y a nadie embiste , á menos que no se le otenda, v antes parece gustar de la compañía de los hom- bres. Ama sobretodo á los niños , los acaricia, los halaga, y manifiesta reconocer en ellos su misma ino- cencia/1 „ El elefante, según Francisco Pirard , es el ani- mal irracional que tiene mas conocimiento , de ma- nera que qualquiera que lo observe juzgará que re- side en él algún uso de razón ; fuera de lo muy Util y provechoso que es al hombre su servidumbre. Si se trata de montarle , es de tal modo flexible, obediente y razonable para allanarse á la comodi- dad del hombre , y á la calidad de la persona que quiere servirse de él , que baxando su cuerpo quan- to conviene, ayuda ademas él mismo con su trom- pa á subir encima de su cuerpo al que le cabalga , y es tan obediente que se le hace hacer todo lo que se quiere , con tal que sea por bien , y con carino. Executa quanto se le dice , y acaricia á los que se le muestran/4 „ En dando á los elefantes, dicen los viageros Ho- landeses , todo lo que les puede agradar , se les vuelve tan domésticos y sumisos como lo son los mismos hombres. Pudiera decirse que no les falta sino la palabra. Son también orgullosos y ambicio- sos ; pero se acuerdan del bien que seles hace , y tienen tal instinto y agradecimiento , que siempre que pasan por delante de las casas donde ks trataron bien , abaxan la cabeza para dar á enttnder su agra- decimiento y veneración. Dexanse guiar , mandar y conducir aun por un nino ; pero quieren ser queri- dos y elogiados. Sería dificilísimo de hacer burla de ellos , é injuriarles de un modo que no lo enten- diesen; y los que lo hagan, deben guaredarse bien, porque serán dichosos si pueden evñar el ser bien regados con el agua de las trompas de estos anima- les , ó de ser tirados de hocicos por tierra “ „ Los elefantes , á juicio del Padre Felipe , se aproximan mucho a el raciocinio y discernimiento de los hombres. Si se comparan los elefantes a los monos , no parecerán estos últimos sino unos ani- males muy brutales y estúpidos ; y en efeéto, les elefantes tienen tal pudor , que no podrian sufrir el ser vistos quando tienen ayuntamiento con las hem- bras , y si por casualidad alguno les hubiese visto en este aéio , se vengarían de él infaliblemente. Saludan doblando las rodillas , y baxando la cabeza, y siempre que su dueño quiere montarlos , le pre- sentan tan á tiempo y diestramente el pie , que pue- de servirse de él como de un escalón ó estribo pa- ra subir : quando se coge algún elefante silvestre, y que se le ata de pies y manos , según costumbre, el cazador se acerca á él , le saluda , y le pide per- don de haberle atado; le protexta que no lo ha he- cho por injuriarle ; le hace presente que la mayor parte del tiempo se halla en su primer estado falto de alimento , en lugar que en adelante será per- feétamente bien tratado , y que de esto le hace una formal y segura promesa : apenas ha concluido el cazador este discurso obligatorio , quando el elefan- te le sigue como un mansísimo cordero ; no es me- nester decirle mas , no porque el elefante tenga la inteligencia de las lenguas, sino solamente porque te- ELE niendo este animal un perfeíto instinto , cono- ce los diversos movimientos de estimación , de desprecio , de amistad ó de aborrecimiento , y to- dos los otros de que los hombres son excitados pa- ra con él : y por esta causa es mas fácil de domar con razones que con palos y latigazos. Arroja las pieáras ton su trompa sumamente lejos , y con rec- tísima dirección , y se sirve también de ella para verter el agua , con la qual se lava su cuerpo/1 „ De cinco elefantes (dice Tavtmier) que los ca- zadores habían cogido , tres se les escaparon , no obstante haberles atado con cadenas y cuerdas al rededor de su cuerpo , y aun sus piernas y brazos. Estos mismos cazadores nos dixeron una cosa asom- brosa , y sumamente admirable , si es que puede creerse , y es : que estos elefantes , habiendo sino una vez cogidos , y viniendo por algún accidente á escaparse , si se les hace entrar en el bosque están en continua desconfianza , y arrancan con su trom- pa una rama gruesa , con la que van tentando y rastreando por todas partes la tierra y el suelo, an- tes de sentar el pie para evitar el caer segunda vez en alguna trampa, lo que hacía perder toda espe- ranza á los cazadores que nos contaban esta histo- ria , y nos dixeron que podian , no obstante, vol- ver á coger fácilmente los tres elefantes que se les habían escapado/' ,, Vimos los otros dos elefantes que habían cogi- do , y cada uno de ellos estaba entre dos defames domésticos , y a! rededor de los silvestres estaban colocados seis hombres armados con chuzos ignífe- ros , que hablaban á estos animales presentanuoles de comer , y diciendoks en su lengua: toma de es- to y cometo. Era lo que les daban haces pequeños de heno , pedazos de azúcar morena , y arroz cocido con agua , y muchos granos de pi nienta. Quando el elefante silvestre no quería hacer lo que se le mandaba , estos hombres ordenaban á los elefantes domésticos que le castigasen , lo que hacia inme- diatamente uno de ellos , cascándole sobre la fren- te , y sobre la cabeza con su trompa ; y luego que se disponía para vengarse contra este , el otro le sacudía por su lado , de manera que el pobre ele- fante silvestre no sabia donde volverse , y de este modo le enseñaba a obedecer.1' „ He observado muchas veces, dice Eduardo Fer- ri , que el elefante hace muchas cosas que pertene- cen mas á la racionalidad humana , que al simple instinto natural que se le atribuye, porque hace ab- solutamente todo lo que su amo le manda y orde- na. Si quiere que haga miedo ó espante a alguno, se va hacia él con el mismo furor que si quisiese hacerle pedazos , y luego que llega se para de un golpe sin hacerle ningún mal. Si el dueño quiere hacer alguna afrenta ó burla á alguno , le habla y ordena que tome luego con su trompa agua turbia de algún arroyo , y se la arroje á la cara. Su trompa está for- mada de un cartílago , al qual llaman algunos la mano del elefante , a causa que en muchas ocasio- nes hace el mismo servicio al bruto , que Ja mano á el hombre. El Mogol mantiene elefantes que sir- ven de verdugos á los reos condenados á muer- te. Asi , pues , quando el conducior los ordena de despachar prontamente á estos miserables , en un instante los hacen pedazos con los pies , y si los 01 - de- ELE dena de hacerlos padecer , los rompe los huesos uno a uno , y poco á poco , y los hacen sufrir un su- plicio tan cruel como el de la rueda“. El t Ufante, tiene los ojos sumamente chicos, re- lativamente al volumen de su cuerpo , pero son bridantes y vivos , y lo que los distingue de los oíros animales es ia expresión de su sensación , . y la conducta casi reflexiva de todos sus movimien- tos. Tiene también muy bueno el sentido del oido, y sumamente grandes ias orejas , y mas largas aun, respecto á su cuerpo , que las del asno , y en e- ramente planas , o pegadas a la cabera : las lleva comunmente colgando, pero las mueve y eleva con una grande . facilidad sirviéndole también para en- xugatse los ojos, y para preservarlos de la incomo- didad del polvo y de las moscas. Este animal se de- leyca con el son de los instrumentos , y aprende fá- cilmente á llevar el compás, a moverse en cadencia, a unir algunos acentos suyos oportunamente al to- que de os tambores , y al son de los clarines. Su olfato es muy exquisito , y es sumamente apa- sionado de toda suerte de perfumes , y sobre to- do , de las flores que huelen bien. El azar ó la flor del naranjo , es una de sus comidas mas deliciosas, asi desnuda con su trompa á este árbol , y come su fruta , sus flores , sus hojas , y hasta las ramas. Escoge en los prados las plantas olorosas , y en los montes y bosques prefiere los cocos, las bananas ó binaras de Adan , y oíros árboles de frutos aromá- ticos , de x.igos vinosos á todos los demás. En orden al sentido del taóflo no ie tiene este ani- mal en rigor sino en la trompa , pero es tan delicado v tan seguro en esta especie de mano como el del hombre. Esta trompa , compuesta de membranas, nervios y músculos , es al mismo tiempo un miem- bro capaz de movimiento , y un Organo de sensa- ción. Él animal puede no solamente moverla y do- - blar'a , sino cambien acortarla , alargarla , encor- varla y volverla á el lado que quiere. La extremi- dad de la trompa se termina por un borde que se alarga en su parte superior en forma de dedo , por cuyo medio el elefante hace todo lo que nosotros podemos hacer con los dedos de la mano : asi , pues, ■recoge dei suelo las monedas mas pequeñas , y las verbas y flores , escogiéndolas una á una : deshace ademas los nudos de las cuerdas , abre y cierra las puertas de las habitaciones , volviendo las llaves á derecha y á izquierda , y echando y quitando los cerrojos , y aprende a trazar caraútéres regulares con un instrumento tan pequeño como una pluma. En virtud de estas facultades , únicas de la trom- pa , este animal tiene mas memoria é inteligencia que los otros , y hace olvidar ios defeóios de su conformación. Tiene el cuello tan corto y poco fle- xible , que apenas puede volver la cabeza , y no le es posible volver con todo su cuerpo para tomar contrario camino , sino es haciendo un semicír- culo , de manera que los cazadores que le atacan por detrás , ó por el flanco , evitan fácilmente los cfcdtos de su venganza y de su cólera, y tienen tiempo de dirigirle nuevos golpes. Las piernas del cútante no se doblan sino lenta y difícilmente , y están fuertemente articuladas con los muslos. La ro- dilla e» como la dei hombre , y el pie igualmente tan baxo ; pero este pie sin extensión , carece tatn- EE L io i bien de resorte y de fuerza , y la rodilla es dura, y casr sin articulación. Mientras que el elefante es nuevo y goza de salud , puede el animal doblarla para echarse , ó para dexarse montar ó cargar ; pe- ro de que se halla viejo o enfermo , la juntura de la rodilla se pone tan reCta c inflexible , que ti bru- to quiere mejor dormir de pie , y quando se le ha- ce echar en ti suelo por fuerza , es forzoso luego usar de máquinas para levantarle, ó ponerle de pie. Los colmillos , que con el tiempo se hacen de un p.so enorme , no estando situados en una posición vertical,, forman dos largas palancas que en su di- rección casi horizontal fatigan mucho la cabeza del bruto , y la llaman siempre hacia baxo ; de mane- ra , que esta precisado de hacer agujeros en la pa- red de su establo ó habitación , para sostener y aliviar el peso de su cabeza. Este animal no puede absolutamente coger cosa alguna con su boca del suelo , es precisó que tome la bebida y la comida con la nariz , y que la introduzca luego , no solo en la boca sino hasta el exolago. El elefante no está vestido de pelos, ni de cerdas como los otros qua- drúpedos , la piel es enteramente rasa y desnuda, y solamente salen de ella algunas cerdas en las grie- tas ó hendiduras del mismo cuero , y estas cerdas son sumamente ralas, y sembradas sobre el cuerpo dd bruto , pero bastante numerosas en ias arrugas de las pestañas , detrás de la cabeza , en los aguje- ros de las orejas , en la parte de adentro de los muslos , de los brazos y de Jas piernas. El epider- nio duro y calloso tiene dos especies de arrufas, las unas en hueco , y las otras en relieve , y pare- ce desgarrado ó rompido por las mismas grietas ó arrugas , y muy semejante á la corteza de una en- cina vieja : este epidernio no está enteramente ad- herente a la piel , sino solamente pegado por al- gunos puntos , y es naturalmente seco , y propen- so á espesarse , de donde nace la elefancía ó lepra seca , enfermedad muy ordinaria en el elefante. Los Indios para prevenirla y evitarla , tienen cuidado de flotarle muchas veces , y de entretener con ba- ños freqiientes la flexibilidad de la piel , la que es sensibilísima en todas aquellas partes donde no es callosa , y las picaduras de las moscas le son tan sensibles' al elefante , que no solamente emplea sus movimientos naturales para libertarse de ellas , si- no también los recursos de su inteligencia , hacien- do uso principalmente para matarlas y espantarlas de la cola , y de las orejas , y frunciendo la piel en todos aquellos parages donde es capaz de con- tracción , por cuyo medio mata y rebienta estos inseótos entre las mismas arrugas. Coge también ramas de árboles , y puñados de paja para espan- tarlas ; y últimamente recoge la tierra y el polvo con su trompa , y cubre de ella todos los parages sensibles de su piel , y esto lo hace muchas veces al día , y siempre que acaba de bañarse. Los brazos del elefante parecen mas altos que las piernas ; no obstante que estas son un poco mas largas , no tienen dos juntaras como las del buey y el caballo. El pie , que es pequeñísimo y muy corto , está dividido en cinco dedos , y todos cu- biertos de piel. Notansele solamente dos especies de uñas , cuyo numero varía, aunque el de los de- dos sea siempre constante. La cola del elefante no tie- io2 ELE tiene ordinariamente mas que dos pies y medio 6 tres de largo, es bastante delgada , punteaguda , y guarnecida de una borla de pelos gruesos en su ex- tremo , ó mas bien de unos hilos de asta negios briliantts , y tan sólidos , que un hombre no pue- de romper uno de ellos tirándole con las manos, sin embargo de ser elástico y flexible. Esta borla de pelo es un adorno muy solicitado de las Negras, que Rindan sin duda en él alguna superstición , y se vende muchas veces por precio , ó cambio de dos ó tres esclavos , y los Negros exponen mu- chas veces su vida por cortársele al animal estando vivo. Ademas de esta borla de pelos gruesos , que se ve al bruto en la punta del rabo , se notan sem- bradas a lo largo de la cola algunas cerdas duras, y mas gruesas que las del jervali. El tamaño mas regular de los elefantes es de diez á once pies de alto , los de trece y catorce son rarísimos , y los mas pequeños tienen á lo menos nueve pies en el estado de libertad. El color de la piel de estos animales , es por lo co- mún un negro deslavado y mal teñido , y mas bien un color de pizarra. Hay algunos blancos y roxos: estos últimos , y sobre todos los blancos , son los mas estimados , y adorados por muchas naciones como dioses , habiendo excitado muchas veces su posesión la guerra entre los Principes de la India. Su precio es proporcionado á su magnitud y á su color, y hay algunos que se venden desde treinta y dos mil reales , hasta ciento y quarenta mil. Se dice, que por lo común viven doscientos años : pe- ro el mantenimiento , la condición , y mas aun el clima , influyen sin duda mucho sobre esta dura- ción , y sobre el incremento y corpulencia del mis- mo animal. Los que desde nuevos están reducidos a la esclavitud , son mucho mas pequeños que los otros , y aun mucho mas , y de mas corta vida los de los climas templados. Aunque el elefante no se mantenga por lo regu- lar mas que de yerba y madera tierna , no tienen por esto varios estómagos : pero suple el vientre que le falta lo grueso y largo de los intestinos, y sobre todo del colon que tiene dos ó tres pies de diámetro , sobre quince ó veinte de largo ; el estómago de este animal no tiene mas que tres ó quatro pies de largo , sobre un pie ó pie y medio en su mayor anchura. Para llenar tan grandes va- cios es menester que el bruto coma , por decirlo asi , continuamente : pero por muy grande que sea su apetito come siempre con moderación , y su in- clinación por la limpieza excede al incentivo de la necesidad. Separa con su trompa las hojas buenas de las malas , y las sacude para que no queden en ellas arena , tierra , ni algunos ¡nscótos. Gusta mu- cho del vino , de los licores espirituosos , como el aguardiente , el arac , &c. Se le hace hacer las posturas mas penosas , mostrándole y prometién- dole por pago de sus trabajos un vaso lleno de es- tos licores , y gusta mucho del humo del tabaco de hoja ; pero le aturde y le emborracha: Teme to- dos los malos olores , y tiene un tan grande hor- ror al cerdo , que el solo gruñido ó chillido de es- te animal , le hace inmediatamente huir. Acabaremos la historia de este grande animal, y soberbio bruto , transfiriendo a los ojos del lec- ELE tor las relaciones de dos grandes cacerías ó bal- das de elefantes , de que fueron testigos en Siatn el Padre Tachare , y el Caballero de Chautnont. „Yo iba (dice el primero) a ver la gran caza de los dejantes , que se hace del modo siguiente. Se envían al monte gran numero de hembras de com- pañía , y quando han estado muchos dias juntas , y se ha advertido que se hallan elefantes , el Rey era- bia treinta ó quarenta mil hombres que forman un gran cordon al rededor del paiage donde están los ele- jantes. Apostanse de veinte y cinco en veinte y cin- co pies de distancia los unos de los otros , y en ca- da acampamento se hace una hoguera elevada a tres pies poco mas ó menos de la tierra. Hacese otro cor- don de elefantes de guerra , distantes los unos de los otros de ciento y cincuenta pasos poco mas ó menos , y de menos en menos distancia , colocados en los parages por donde los elefantes salvages pue- den salir mas fácilmente , y se colocan también en muchos parages cañones de artillería , que se dispa- ran quando los elefantes silvestres quieren forzar ó romper el cordon. Todos los dias se disminuye es- te mismo cordon , hasta que al fin llega a ser su- mamente reducido , y las hogueras no quedan á mas distancia unas de otras que a cinco ó seis pasos.” „Como estos elefantes oyen ruido alrededor de ellos , no se atreven á huir , aunque algunos no dexan de escaparse ; y hubo dia , según me di- xeron , que se huyeron diez. Quando se les quie- re coger , se les hace entrar en una plaza ro- deada de estacas gruesas , donde hay algunos árboles , entre los quales un hombre puede fá- cilmente pasar. En esta especie de parque , don- de hay otro cordon de elefantes de guerra y de sol- dados , entran dos hombres montados sobre dejan- tes , y muy diestros en arrojar la cuerda ó guinda- lera á las piernas del elefante silvestre , al qual lue- go que está afiianzado , se le coloca entre dos olifantes domésticos , y otro que le empuja por detrás , de manera , que el elefante silvestre se ve precisado á caminar hacia delante.” ,, Yo vi coger de esta manera diez elefantes , y se me dixo que habia ciento y quarenta dentro del cordon. El Rey estaba á todo esto presente , y da- ba sus órdenes sobre lo que en esta caza ocur- ría.” „ A un quarto de legua de Luvo (dice el Padre Tachard en la relación de su primer viage) hay una especie de anfiteatro , cuya figura es un gran cua- drilongo , rodeado de grandes murallas terraplena- das , sobre las quales se colocan los expeéladores. En todo el largo de estas murallas , y en la parte interior del quadrilongo , se halla una estacada de gruesas estacas clavadas en la tierra á dos pies de distancia unas de otras ; detras de las quales se re- tiran los cazadores quando se ven perseguidos de los elefantes irritados. Tiene una muy grande abertura hacia el campo , y en frente del lado de la ciudad , y otra mas pequeña que conduce á un camino estrecho por donde apenas puede pasar un elefante , y este mismo camino va á parar á .una especie de gran cochera , donde se le acaba de domar y sujetar.” „ Luego que llega el dia destinado de esta caza, entran en los bosques los cazadores montados so- bre ELE are elefantes , hechas y adiestradas á este exercicío, y se cubren de hojas de árboies para no ser vistos por Los e Ufantes silvestres , quando ya se lian acer- cado a lo interior del bosque ; y queriendo juzgar que puede haber cerca algún elefante , hacen dar al- gunos gritos de quando en quando á las elefantas « para atraer á ios machos , que responden inmedia- tamente con unos gritos ó aullidos espantosos : en- tonces , oyéndolos los cazadores , se vuelven por el misino camino , y conducen muy poco á poco las elefantas hacia el anfiteatro de q :e acabamos de hablar , y los elefantes nunca dexan de seguirlas! ti que vimos domar entró en el anfiteatro con ellas, ) t“a presto como hubo entrado cerraron las puer- tas. Las hembras continuaron su camino al través uel anfiteatro , y una después de otra tomaron el callejón estrecho que estaba al otro cabo. ,, Habiéndose parado el elefante silvestre que les había seguido hasta allí , a la entrada del camino estrecho ó desfiladero , se sirvieron ios cazadores de tedas sucr es de medios para obligarle. Hicieron qnfiLir a ras hembras que estaban al otro lado del pasadizo , irritándole algunos Siameses , y danuo palmadas , y gritando muchas veces , decían (at, a-u v otros con varas largas armadas de puntas le adormentaban , y quando se veían perseguidos del otuco , se escondían entre los postes ó pilares , y se ocultaban detrás de la palizada ; y en fin , des- pees ce haber perseguido a muchos cazadores se üingió á uno solo con un furor extremado, en cu- yo .lance el hombre se arro;ó en el pasadizo , el elefante echó a correr tras de el , y se halló cogido inmediatamente que hubo en.rado , porque habien- qpse puesto en salvo el hombre , dexaron caer dos compuertas , y le cogieron en medio , de manera, que no pudo e¡ bruto avanzar , recular , ni vol- ver a los lados haciendo esfuerzos espantosos c mu. fies , y dando terribles aullidos.1' » Cuidaron inmediatamente de templar su cólera, echándole cubos de agua sobre el cuerpo , flotán- dole con hojas , echándole aceyte sobre las orejas, é mcieron venir cerca de éi algunos elefantes domés- ticos , asi machos como hembras , que le caricia- han con sus trompas : entre tanto le ataban con cuernas per baxo del vientre , y á los pies para sa- oarie de afir , y continuaban en echarle agua sobre la trompa , y sobre el cuerpo para refrescarle. En fin, hicieron acercar un elefante doméstico de aque- llos que tienen costumbre de instruir á los nueva- mente cogidos. Un oficial que estaba montado so- bre él , le hacía ir hacia adelante , y dar pasos atrás, para dar á entender al elefante silvestre que no tenia nada que temer , y que podia salir. En efeéto le abrieron la puerta , y siguió hasta el cabo del pa- sadizo ó callejón , y asi como hubo llegado pusie- ron á sus lados dos elefantes atados con él : otro marchaba delante , y le tiraba con una cuerda, mientras que un quarto elefante le hacia avan- zar , á fuerza de grandes cabezadas que le da- ba por detrás , hasta una especie de cochera , don- de k ataron á un grueso pilar hecho expresamente, con juego y movimiento , a manera de un caoes- tran.e de navio." „ Cesáronle allí hasta el dia siguiente , para ha- cerle pasar su .cólera, y fogosidad ■, pero entre tan- ELE 103 to que el animal se atormentaba , dando vueltas ai rededor de esta columna , un Bsamíno vestido de blanco se acercó montado sobre otro elefante , j dando una vuelta muy de espacio al rededor del que estaba atado , le roció con una cierta agua consagra- da á su modo que llevaba en un vaso de oro , cu- ya ceremonia se persuaden hace perder al elefante su ferocidad natural , y le vuelve propio y apto pa- ra servir á su rey. Desde el dia siguiente empezó á ir con los otros elefantes , y al cabo de quince dias estuvo enteramente domesticado." „ No habían hecho mas que desmontar de los c«- latios (dice en otra parte el mismo viagero) y mon- tar sobre los elefantes que habían preparado , quan- do el Rey se presentó seguido de un gran numero de mandarines montados sobre elefantes de guerra, y se entraron todos en el bosque , cerca de una legua donde estaba la cerca en que tenían á los ele- jantes silvestres ó monteses. Este era un terreno quadrado , de tres ó quatrocientos pasos geométri- cos , cuyos fosos estaban cerrados coa gruesas es- tacas , sin embargo de haber dexado de Uis.ancia en distancia grandes aberturas , y en este terreno atajado había ca.orce elefantes de la mayor corpu- lencia. Lingo que llegaron hicieron un ccruou de cerca de cien elefantes de guerra , que apostaron al rededor dei mismo lugar, para impedir a los ele- fantes silvestres salir de la estacada. Nosotros es- tábamos detrás de ella , y muy inmediatos al Key, Hicieron entrar después en ei mismo ceicaao uoc« ele] antes domésticos de los mas fuertes , yendo so- bre cada uno dos hombres montados con cuerdas gruesas y lazos , y atados sus canos a ios mismos elefantes que mcn.aban. De esta manera corrían de- tras del ele] ante que querían coger , quien viéndo- se perseguido se presen. aba en la barrera para sal- varla y escaparse ; pero como todo estaba moquea- do de elefantes de guerra , los quales le empujaban hacia dentro de la estacada , los cazadores que es- taban montados sobre elefantes domes. icos, les echa- ban tan á tiempo sus cuerdas ó guindaletas , y en los parages donde estos animales debian poner los pies , que casi nunca erraban el golpe para pren- derlos : en efedo , en el espacio de una hora los cogieron todos." „En la relación de su segundo viage , dice : tu- vimos la diversión de la caza de los elefantes , pa- ra la qual habian juntado bastante numero de ellos, entre los quales no habia mas que uno grande , y bastante dificil de coger y domar. El hombre que conducia la hembra salió de este cercado por un pa- so estrecho , hecho en forma de callejón , y del ancho de un elefante i todos los otros elefantes pequeños siguieron unos tras de otros las huellas de la hembra con diversos intervalos ; pero un pa- so tan estrecho sorprendió al elefante silvestre , el qual siempre que llegaba á la embocadura retroce- día. Hicieron ir y venir muchas veces la hembra , á la que seguía hasta la misma puerta, pero sin que- rer j mas pasar mas adelante , como si previese U pérdida de su libertad." „ Entonces muchos Siameses que estaban en el cer- cado , se aproximaron á él para hacerle por fuer- za avanzar, y vinieron á embestirle con varas largas, dándole con sus puntas grandes guinchonazos y gol- pes. io4 ELE pes. £1 elefante les perseguía colérico con mucha li- gereza y furor , y ciertamente que ninguno de ellos se le hubiera escapado , á no haberse acogido prontamente detrás de los pilares que formaban la palizada , contra la qual esta bestia irritada rompió hasta tres ó qcatro veces sus colmillos. Al fin que- dó preso , y para apaciguarle le echaron cubos de agua , y entre tanto le ataban cuerdas á las piernas y al cuello , y después que se hubo bien fatigado, le obligaron á salir por medio de dos elefantes do- mésticos que le tiraban con cuerdas por delante , y por otros dos que le empujaban por detrás, hasta que al fin lograron atarle a un grueso pilar , al re- dedor del qual tenia únicamente libertad de volver. Una hora después estaba ya tan manso que un Siamés montó en él á caballo , y al siguiente día se le desató para llevarle á la caballeriza con los de- mas." „ Aunque este animal sea grande y silvestre , di- ce Marmol , no se dexan de coger muchos en Etio- pia , de la manera que voy á decir : en los mon- tes espesos donde se retiran de noche , se hace un gran cercado con grandes estacas , y ramas gruesas entrelazadas , y se dexa un paso ó abertura , que tiene una puerta pequeña echada por tierra. Luego que ha entrado el elefante la levantan desde un árbol con una cuerda, y dexan encerrado al elefante : lue- go baxan inmediatamente , y le matan á flechazos; pero si por desgracia le yerran , y e! bruto puede salirse del cercado , maca entonces todo lo que en- cuentra ó se le pone delante." En la colección de viages de la Compañia de las Indias se Ice , que los habitantes de Ceylan ha- cen fosos profundos que tapan con tablas que no están unidas , cubriéndolas por encima de paja. Después por la noche , quando los elefantes pasan sobre estos fosos , caen en ellos sin poder salirse, y perecerían de hambre si no se Ies llevase de co- mer por los Esclavos , a cuya vista se acostumbran poco á poco , y se domestican ; entonces los sa- can de los fosos , y los conducen á la India. „ Como los Europeos (dice el padre lelipe) pa- gan bastante caros los colmillos de elefantes , es un motivo por el qual se arman continuamente ios Ne- gros contra esta bestia , para cuya caza se juntan freqüentemente en tropas , y armados con sus fle- Sjpas y azagayas ; pero su método mas común es el e los fosos , que hacen en los montes , y en los pasos ó desfiladeros por donde transitan los elefan- tes , y en que tienen tanto mas acierto quar.to no pueden enganarse por las huellas que dexan estos animales." Elefante de mar. Nombre dado también vul- garmente á la vaca marina. Idease Vaca marina. ELGUANDU en el Ceylan, especie de mico. Víase Mico. ELtCEZKEDON (el) en Persia , significa el que lleva cuerno. Vease Rinoceronte. ’* Encamarse (moni.) echarse las reses y piezas de caza en las querencias ó sitios que cada una busca para su descanso. " Encarna (mont.) es el efeéto de haberse ceba- do las reses , y comido el pasto que se les ha echa- do para atraerlas al puesto donde se ha de hacer la caza ó batida. ERI Encarne (mont.) es dar á los perros las entra- ñas y corazón de la res que han rendido y muerto. ENCARNADILLA (la) no se diferencia de la bermejiza fino en el tamaño del cuerpo , y en el color del pelo. La encarnadina , cuyo pelo es de un ceniciento pardo, no tiene mas de cinco pulgadas V media de largo , desde la punta del hocico hasta el extremo del cuerpo , y dos pies de vuelo quan- do las membranas que le sirven de alas están ex- tendidas: en el cuello tiene un semicollar, ó gar- gantilla, de un encarnado vivo, mezclado de color de naranja. La bermejiza al contrario , tiene el pelo de un roxo obscuro t nueve pulgadas de largo , tres pies de vuelo , y no tiene collar. En lo restante tiene la misma conformación , y las mismas costum- bres naturales. Vcase Bermejiza. Las encarnadinas no vuelan de dia; viven en so- ciedad en los huecos grandes de los arboles podri- dos, y en número de mas de quatrocientas : no sa- len hasta el anochecer , y vuelven á la aurora. Al- gunos pretenden, aunque con poca verosimilitud» que por numerosas que sean sus sociedades, no hay mas de un macho en cada una. La cncarnadilla es el pin opas fuscus ,y la bermt « jiyt con cuello encarnado de Brisson. Encoeierto, armadillo de seis faxas. Véase Ar- madillo. ** Engalgar (mont.) es quando los galgos, no obstante los regates de la liebre , no la pierden de vis- ta; y asi se dice que la liebre va engalgada , quando en su fuga no la pierden los galgos. ENGOI , en Congo es el leopardo. Vease este ar- tículo. ** ENODIO , el macho pequeño de los ciervos, Vease Cervato. ** Entrar a hurto (mont.) es quando se ve Id caza, y se entra con secreto á tirarla. EMPABUNGO, en el Reyno de Congo, es ve- rosímilmente el búbalo. Véase Bu bazo. ERIZO (el) ha recibido de la naturaleza una armadura espinosa, con la qital se defiende sin com- batir, y hitre sin pelear : tiene muy poca fuerza, y ninguna agilidad para huir ; pero con la facilidad que tiene de hacerse una bola , y de presentar por todos lados las armas defensivas de sus púas , aco- barda , y desanima á sus enemigos , y quanto mas le atormentan , mas se eriza , y se cierra. También se defiende con el efeéto de la hedion- dez : arroja la orina , cuyo olor y humedad , espar- ciéndose por todo su cuerpo , acaba de fastidiar á los que le acometen : por eso la mayor parte de los perros se contentan con ladrarle , sin atreverse á cogerle. Sin embargo , hay algunos que encuen- tran medio de conseguirlo, como la zorra, picán- dose los pies , y ensangrentándose la boca : pero el erizo no teme, ni la tuina, ni la marta, ni el hu- rón , ni la comadreja , ni las aves de rapiña. Có- gesele con la mano , y no huye ni se defiende con los pies , ni con los dientes , pero luego que se le toca se hace una bola , y para hacerle exten- der es necesario meterle en el agua. El tri%a tie- ne los ojos pequeños y saltados , las orejas cortas, anchas , y redondas. Su longitud es de cerca de nueve pulgadas, desde la punta de la nariz hasta el origen de la cola. Sus mayores púas tienen una pul- E R I pulgada de largo , con un tercio de linea de diá- metro : son de color blanquizco por la punta , y por la raiz , y negruzcos en lo restante de su lon- gitud : sus pelos son algunos de la misma consis- tencia que las cerdas del puerco , aunque mas chi- cos , y de un color blanco amarillazo , y los de- más, mas cortos, y en mayor número, «stan riza- dos , y su color es un ceniciento pardo , ó cas- taño. La hembra , y el macho están igualmente cubier- tos de púas desde la cabeza hasta la cola , y solo tiene la parte inferior del cuerpo vestida de pe- lo : pero estas mismas armas que le son tan útiles contra los demas animales, le son muy embarazo- sas para unirse con la hembra , pues no pueden jun- tarse como los demas quadrúpedos , sino cara a ca- ra , de pies , ó echados. Solicitanse por la primavera , y a principios del verano hacen su camada , que comunmente es da tres, ó quatro , y algunas veces de cinco cachor- ros. Quando nacen son blancos , y se ve en su pe- llejo el origen de las púas : comen de todo , car- ne cruda , ó cocida , pan , salvado , frutas , raíces , abejorros , escarabajos , grillos , y gusanos. Cogen con la boca lo que desean agarrar , pero no se de- xan domesticar : tienen tan mal humor quando se hallan presos , que las madres en lugar de atetar á sus hijos , los devora unos después de otros. En el campo viven en los bosques debaxo de los troncos de los árboles viejos , en las hendidu- ras de las rocas , y especialmente en los montones de piedras que se hacen en las campos , y en las vi- ñas. No se menean durante el dia,pero andan to- da la noche. Rara vez se acerca a las habitaciones : prefieren los parages elevados y secos , aunque tam- bién se encuentran algunas veces en los prados. Comen poco , y pueden pasarse bastante tiempo sin tomar alimento. Tienen la sangre tria , y duermen durante el invierno. Su carne no es buena de co- mer , y su piel , de la qual no se hace ahora ningún uso , servia en otro tiempo de rastrillo para rastri- llar el cañarno. No conocemos mas de una especie sola de e> i- %os , la qual tampoco tiene variedad alguna en es- EXQ. 105 tos climas. Se halla generalmente esparcida por toda Europa , exceptuando los paises mas frios, co- mo la Lapoiiia, ¿ice. También los hay en Mada- gascar , donde los llaman rozar; pero los de Siam, y de Malaca , parecen ser otros animales, y los dé América, y de Siberia,son las especies mas veci- nas del e> izo común. El nombre latino del eri^o es herinaceus , berina- ceus ech'nms , ecbinus ierres trie , y estos nombres le aplican los naturalistas. Emzo de Madagascar , nombre baxo el qual se halla denominado el tunreco. Ve ase esta palabra. **Escodaderos ( moni . ) los sitios y arboles don- de.los ciervos y gamos dan con las cuernas para quitarse ios pellejos, o correas que tienen en ellos quando están secas. ** Escudero (mont.) el javali pequeño que está con otro viejo, y el que por lo regular salta el prime- ro quando ve la monteria. ** Escudo (moni.) la espaldilla del javali, que naturalmente en los ocho meses del año le tienen en aquella parte para su defensa , quando pelean unos con otros. ** Espigones (mont.) los cerros altos de las sier- ras peladas de monte. Esperma de ballena, es una substaocia medulosa del celebro, y del tuétano del espinazo de una es- pecie de ballena llamada cachalote , que después de esta es el mayor cetáceo que se conoce. Vease Ca- chalote. Estaquero (moni.) es el ciervo de un año, que es el primero en que echa la cuerna, la qual se lla- ma uzero. Vease Ciervo. También se da este nom- bre al rebezo de un año. EXQJJIMA (el) es un simio pequeño de la fa- milia de los sapayues , y que parece ser una va- riedad de la especie del coaita , diferenciándose so- lo en los colores del pelo, que no es negro en todo el cuerpo, sino mezclado de negro, y leo- nado por el lomo , y de blanco por la garganta y el vientre. El ex quima es también notable por una barba blanca de dos dedos de largo , que tiene de- baxo de la boca, caruéter que no is.ne el coaita , á quien se parece en todo 1© demas. Vease Coaita. Historia Natural. Tota. 1. O FAAD, F E T AAD , en Berbería es la on\a , animal carni- cero con piel manchada, y de especie vecina a la de la pantera. Vease Onza. FALANUE , en Madagascar es la (i-veta, frase Civbta. FALDERO , ó perrito tino , casta de perros muy pequenita y hermosa. En quanto a sus caraCtéies y Filiación , -vcase el artículo Perro. FAMACOSIO (el) según la descripción que ha- ce Terreros, de quien hemos sacado este artículo, es un animal de América parecido al tigie en la cabeza , y al perro en lo demas del cuerpo , que infaliblemente mata á quanto encuentra , y en par- ticular á el hombre ; y si para librarse de sus gar- ras , se sube a algún árbol , da un grito el animal, y acudiendo muchos famacosios á su voz , cavan, y desarraigan el árbol , haciéndole caer v no obs- tante se juntan varios Indios, y formando una es- tacada , se meten dentro , y mientras los famacosios cavan para derribar las estacas , los van los Indios matando con flechas a su salvo. FARA , en varias partes de América es el dide’- fo. l’eíue la nota del traductor á el fin del artículo Didelfo. FATAGEN , en la India Oriental es el fatagin. Vease FATAGIN (el) difiere del pangolin por los ca- racteres siguientes : es mucho mas pequeño , y sin embargo tiene la cola mas larga. Sus pies, y aun una parte de las piernas delanteras están cubiertas de pelo, y el pangolin tiene estas mismas partes ves- tidas de escamas. Las escamas del fatagin son mas cortas, mas delgadas, mas llanas y acanaladas que las del pangolin , que son romas y cortantes , en lugar que las del fatagin , están armadas de tres puntas muy agudas. Este ultimo tiene pelo en las partes in- feriores del cuerpo , y el pangolin no. Estas dife- rencias constantes y generales, excluyen toda iden- tidad de especie entre estos dos animales, aunque en todo lo demas se parecen perfectamente. V case Pangolin. El fatagin es el lacertas squamosus peregrinas de Clusio • lacerta indica yvamue cortgcner de Aldro- vando • y el Pholideto con cola larga de Brisson. FEFE , nombre baxo del qual parece que algu- nos viageros han denominado el fije, 6 giben , especie de simio sin cola, frase Fofe. FETIDOS (los). Baxo de este nombre genérico de fétidos , comprehendcn los naturalistas franceses tres ó quatro especies de animales que despiden quando se les inquieta , un olor tan fuerte y pes- tífero, que sufoca como el tufo substerranto y per- nicioso que sale de las minas. Estos animales se hallan en toda la América Meridional y templada. Los viageros les han aplicado los nombres de fé- tidos de América, hediondos , hijos del diablo , &c. y no solamente los han confundido entre sí , sino también con otros que son de especies distintas. F IS Esas quatro especies de animales son el coa- so , la chinchilla , la conepata , y el porrillo , y mapa- rilo, Los dos últimos pertenecen á los climas mas calidos de la América Meridional, y podrían muy bien ser dos variedades, y no dos especies dife- rentes. Los dos primeros son del clima templado de Nueva España, de la Luisiana, de los Ilineses, de la Carolina, &c. y parecen ser dos especies dis- tintas de las otras , especialmente el coaso que no tiene mas de quatro uñas en las manos , y todos los demas tienen cinco pero en lo restante tienen estos animales la misma figura, el mismo instinto, y el propio mal olor , y solo difieren en los colo- res y longitud del pelo. Todos son casi de la misma figura y magnitud que el gato montes de Europa : y también se le pa- recen en los hábitos naturales , y las resultas físi- cas de su organización , son las mismas : el gato montes es el animal de este Continente que arroja mas mal olor : el de los fétidos es mas' fuerte , y sus especies ó variedades son numerosas en América, pero el gato montes es el único de la suya en el mundo antiguo. Vease Coaso, Chinchilla, Cone- PAi a , Zorrillo , y Mam rilo. FHED es el nombre Arabe de la on~a. Vease Onza. FILANDREA (el) de los Nomencladores, es «1 Didelfo. Vease esta palabra. Filandrea de Suriman. Animal de una especie vecina al Didelfo , marmota , cayopollin , y Phalangio , y del mismo clima. Este animal tiene los ojos muy relucientes y rodeados de un circulo de pelo par- do obscuro : el cuerpo cubierto de una especie de lana de un color amarillo roxo , mas claro por el lomo ; la frente, el hocico, el vientre, y los pies de un amarillo blanquecino : las orejas desnudas, y bastante tiesas : sobre el labio superior tiene unos pelos largos en figura de bigotes , como también sobre los ojos : sus dientes son puntiagudos y pun- zantes : la cola del macho que está desnuda , y es de un color pálido , tiene manchas de un roxo obs- curo , que no se observan en la de la hembra : los pies se parecen á las manos de un mono ; en las manos tienen los quatro dedos y el pulgar guarnecidos de uñas cortas y obtusas, y en los de- dos de los pies solo el pulgar tiene uña llana y obtusa , los otros quatro están armados de peque- ñas uñas agudas. Las tetas de la hembra se pare- cen á las de la marmosa. Estos animales tienen la cola muy larga , la que les sirve para agarrarse : producen cinco ó seis ca- chorros, los que tienen un gruñido bastante seme- jante al del lechonciilo ; suben sobre el lomo de la madre , y se tienen encima enganchando su co- la con la de la madre ; y en esta postura los lle- va y transporta con tanta seguridad como ligereza. FISIPEDOS , denominación formada de las dos palabras latinas , fisas pes , pie hendido , y que se dá genéricamente a todos los animales que tienen los pies FOC pies divididos en varios dedos distintamenre arti- culados,)' separados; por oposición a los ¡alípedo:, como el caballo, el asno, y la cebra, que tienen el pie metido en una pezuña sola ; y á los b¡ mi- tos , como el buey y el ciervo , la oveja , &c. ios quales le tienen hendido en dos partes , que se en- cierran en dos especies de caxas , ó medios cas- cos. Los quadnípcdos fisípedos forman una clase mu- cho mas numerosa ella sola que las otras dos jun- tas , especialmente incluyendo en ella los fisípedas que son impropiamente quadrupedos , y que debt n llamarse mas bien quade límanos , y dimano; : tales son todas las monas que tienen los pies formados como manes , y que efectivamente ios delanteros ¡es sirven de manos. Todos los animales carniceros , como el león , el tigre, la pantera, el lobo , el per- ro , el "acó , y hasta la comadreja , son fisípedos. P\ se el artículo Qcadropedos. FISKATE,as¡ llaman los Suecos establecidos en las colonias inglesas a el hediondo, ó J elido de ^mí- rica , llamado conepata. le ase este artículo. FOCAS , nombre genérico que sirve para de- mostrar diferentes especies de animales anhbios que parece que forman la diferencia entre los quadru- pedos , y los cetáceos. Las focas en lo general tie- nen la cabeza redonda como el hombre , el hoci- co ancho como la nutria, los ojos grandes, y co- locados arriba , sin orejas externas , sino solamen- te dos agujeros que les sirven de oídos : tienen dientes bastante semejantes á los del Iodo; la len- gua seseada por ia punta, el cuello bien patente; el cuerpo , las manos , y los pies cubiertos de un pelo corto, y bastante áspero s carece de brazos y antebrazos visibles , pero tiene dos manos , ó por mejor decir dos membranas que condenen cinco de- dos , y terminan en cinco uñas , y dos pies sin pier- nas iguales á las manos, solo que son mas anchos y vueltos hacia atras , como para juntarse á una co- la muy corta, que ellos acompañan por ambos la- dos : el cuerpo largo como el de un pescado , pe- ro abultado hacia el pecho , estrecho por la parte del vientre , sin caderas , sin grupa , y sin muslos en lo interior. Estos anfibios , aunque de una naturaleza muy remota de la de nuestros animales domésticos , no dexan de ser capaces de una especie de educación: se les mantiene teniéndolos amenudo en agua : se les enseña a saludar con la cabeza, y con la voz, y se acostumbran á la de su amos vienen quando los llaman , y dan otras varias señales de inteligen- cia, y docilidad. La foca tiene el celebro, y el cerbelo , mayo- res a proporción que el hombre : los sentidos tan buenos como qualquiera de los quadrupedos, por consiguiente Ja sensación tan viva , y la inteligen- cia can pronta : lo que se ve por su mansedumbre , por sus hábitos , por sus calidades sociales , y por su instinto muy vivo para con la hembra, y muy cuidadoso para con sus hijos; por su voz mas ex- presiva,) mas modulada, que la de los demas ani- males. También tiene fiierza , y armas para su defen- sa ; su cuerpo es sólido , y grande; sus dientes cor- tantes; sus uñas agudas; por otra parte tiene algu- Historia Natural. Tom. I. FOC 107 Oas ventajas particulares y únicas; no teme, ni el ca- lor ni el trio ; vive indiferentemente de yerba, carne, y pescado ; habita igualmente el agua,ia tierra,)' el hielo , y él , y Ja vaca marina son los únicos que merecen propiamente el nombre de anfibios , por tener el agujero oval dei corazón abierto , el úni- co por consiguiente que puede pasarse sin respirar, y a quien el elemento del agua sea tan convenien- te , y tan propio como el oel avre. lJeio estas ventajas , que son al parecer muy grandes , están balanceadas por algunas imperfec- ciones todavía mayores. La foca es manca , ó por mejor decir , estropeada de los quacro miembios principales ; sus brazos , muslos , y piernas están ca- si enteramente encerrados en sil cuerpo , y solo salen hacia futía los pies , los quales están á la verdad divididos en cinco dedos; pero estos, aunque separaJos unos de otros, no son movibles, y están palmeados o unidos por una fuerte membrana, por lo qual estos extremos son mas bien aletas que manos y pies ; ademas estando dirigidos los pies hada atras como la cola , no pueden sostener el euerpo del animal , y por eso , quando esta en tier- ra se ve precisado a arrastrarse como un reptil, con un movimiento muy trabajoso , de suerte que permanecería en el mismo puesto a no ser por su boca y sus manos , con las quales se engancha á lo que puede agarrar , y se sirve de ellas con tanta destreza , que trepa con bastante prontitud los ri- bazos, las rocas, y aun Jas montañas pendientes de hielo, per muy resbaladizo que esté. Anda también mucho mas aprisa que puede imaginarse , v muchas veces, aunque herido , se escapa , huyendo del ca- zador. Las focas viven en sociedad , ó á lo menos en gran número , en un mismo parage : su coito le tienen en tierra sobre una pena, sobre un banco de arena, ó sobre el hielo, y la hembra en el ac- to se echa sobre el lomo , y pare en tierra por el invierno ; para dar de mamar a sus hijuelos se sienta, y los ateta asi por espacio de doce, ó quin- ce dias , en el mismo parage donde han nacido , después los lleva consigo al mar, donde los ense- na a buscar su sustento, quando están cansados los lleva soore el lomo. Como cada parto no es mas que de uno , ó de dos cachoros , según la magni- tud cíe Ja especie , estos cuidados no están muy distribuidos , y su educación se concluye pronto; por otra parte estos animales tienen naturalmente bastante inteligencia , y mucho instinto ; se enrien- den , se ayudan , y se socorren mutuamente ; los hi- jos reconocen á su madre en medio de una tro- pa numerosa , enrienden su voz , y quando los lla- ma llegan á ella sin equivocarse. Si se juzga el tiem- po del preñado por el incremento , magnitud , y duración de Ja vida del animal, parece que debe ser de varios meses , porque tarda en crecer algunos anos , y su vida ha de ser bastante larga , y tal vez mas de cien anos. La voz de ¡a foca puede compararse al ladrido de un perro ronco : en la primera edad tiene un grito mas claro , semejante i el maullido de un ga- to : los cachoros que se roban á las madres, ma- yan continuamente, y se dexan algunas veces mo- rir de debilidad y de hambre, antes que tomar ali- O i men io8 F O C mentó. Las foca s viejas ladran contra los que las hie- ren, y hacen todos sus esfuerzos para morder y ven- garse. Por lo general estos animales son poco timi- dos , y por lo tanto valientes. El fuego de los re- lámpagos , y el ruido de los truenos , lejos de es- pantarlos , parece que los recrea : salen del agua du- rante la tempestad , y dexan también entonces sus hielos para evitar el choque de las olas , se van sobre la tierra para divertirse con la tempestad , y recibir la lluvia , la qual los regocija mucho ; tie- ne por lo natural un inal olor , que se percibe de muy lejos quando hay muchos juntos : también su- cede que quando se ven perseguidas arrojan sus es- crementos , que son amarillos , y de una hediondez inaguantable. Tienen una cantidad prodigiosa de sangre , y como están también muy cargados de graso, son per esta razón de una naturaleza pesada y maci- za ; duermen mucho , y muy profundamente : gus- tan de dormir al sol sobre los hielos y rocas , y se puede qualquiera arrimar á ellos sin despertar- los , y este es el modo m3s común de cogerlos. Rara vez los tiran con armas de fuego , porque no mueren al instante aunque se les de el balazo en la cabeza» se arrojan al mar, y son perdidas para el cazador : pero como puede acercarse á ellas quan- do están durmiendo , ó también quando están muy apartadas del mar , se las mata á palos : son muy duras y vivaces , y no mueren fácilmente , porque aunque esten mortalmente heridas y casi desan- gradas , y aun desolladas , no dexan de vivir to- davia , y es cosa lastimosa el verlas revolcarse en su sangre. Finalmente la caza de estos animales es fácil y tiene sus utilidades , porque la carne no es mala de comer , el pellejo es muy bueno , y los Ame- ricanos hacen con ellos unas botas redondas que llenan de ayre , y se sirven de ellas como de bar- cos , y de su grasa se saca un aceyte mas claro , y de menos mal gusto que el de la marsopa , y de- mas cetáceos. Estos animales son también el principal recur- so de los Groenlandeses ; no solo los suministran el vestido y el alimento , sino que emplean también sus pieles para cubrir sus tiendas , y canoas , sir- viéndoles los nervios y libras ternillosas para co- ser sus vestidos : las tripas bien limpias y desen- grasadas , les sirven en lugar de vidrios para las ven- tanas , y la vexiga de vasija para el aceyte : hacen secar la carne para conservarla durante el tiempo que no pued-.n cazar ni pescar : por eso los Groen- landeses se exercitan muy temprano en la caza de sus ojos son grandes como los del buey •> sus dientes, que tienen tres pulgadas de lai- co , son casi del grueso del dedo pulgar de un hom- bre. . . . Está sumamente gordo. Un león marino cortado y cocido , dará de sí un tonel de doscien- tas ochenta azumbres de aceyte muy dulce , y bue- no de freir ; la carne es negra , granujienta y de bastante mal gusto. Este animal permanece algunas veces semanas enteras en tierra , si no le echan dé elia : quando salen á tierra tres ó quatro juntos , se echan los unos cerca de los otros , y gruñen como los cerdos, haciendo un ruido horrible; co- men pescado , y este parece que es su alimento co- mun.“ 2.a Foca de vientre blanco. Esta foca tiene mas de siete pies de largo , y seiscientas , ó setecientas libras de peso. Su piel es- ta cubierta de un pelo corto muv liso , lustroso , y de color pardo mezclado de gris, principalmen- te en el cuello y la cabeza, donde parece como aci- frado i el pelo es mas espeso en el lomo , y en les lados dd cuerpo que en el vientre, donde se ve una gran mancha blanca que remata en punta, prolongándose por los h jares : los ojos son gran- des , bíen abiertos , de color pardo , y bascante semejantes á los del buey s quando el animal está largo tiempo sin entrar en el agua , su sangre se re calienta , y lo blanco de los ojos se pone encar- nado , especialmente hacia los anguhs. Las narices están extendidas verticalmente so- bre el extremo del hocico , y tienen tres ó qua- tro pulgadas de largo ; sus ventanas están separa- das una de otra como unas cinco pulgadas , y quan- do las tiene abiertas son de dos pulgadas de ancho, y destila por ellas casi continuamente una especie de moco blanquizco, de un olor desagradable; el animal no las abre sino para echar el ayre por una fuerte espiración , después para tomarle , y luego las cierra como antes , pasándose muchas veces mas de dos minutos entre cada espiración; quando es- tan cerradas parecen dos lineas señaladas longitu- dinalmente sobre la punta del hocico. FOC 109 La boca es bastante grande y rodeada de grue- sas cerdas,y bigotes casi semejantes á las espmas del pescado ; Jas quixadas están guarnecidas de trein- ta y dos dientes, veinte muelas, ocho incisivos, y quatro colmillos. Las manos y pies , ó mas bien aletas , están formadas de modo que el dedo de en- medio es el mas corto , y los dos de los lados mas largos ; las aletas de los pies son gruesas y carno- sas por los lados , delgadas por enmedio , y recor- tadas en leston por las orillas ; acompañan a la co- la, la qual no tiene mas de tres pulgadas de largo, y tres de ancho , y su figura es casi triangular, an- cha por su nacimiento , y en punta redonda por su extremo ; es -de poco grueso , y parece plana en co- da su extensión. El aspeíío de este animal es manso , y su na- tural nada feroz ; también es capaz de educación t sus ojos son atentos , y parecen manifestar alguna inteligencia. Expresan á lo menos los sentimientos de afición y apego á su amo , obedeciéndole con prontitud y gusto. No es peligroso , sino quando entra en zelo , que es casi todos los meses. Enton- ces no_ conoce á nadie, ni obedece á la voz de su director 1 se pone feroz , y exercita su furor en to- dos los objetos que encuentra : su ardor, que du- ra ocho , ó diez dias , se declara por unos brami- dos acompañados de una fuerte erección. También brama quando le maltratan, pero para manifestar su alegría y regocijo , forma tinos acentos mas sua- ves , muy expresivos , y como articulados. El sonido de su voz se par ece al bramido ron- co de un novillo ; parece que produce este soni- do , asi quando espira el ayre , como quando le aspira, solo que en la aspiración es mas claro, y en la espiración mas ronco. Este animal duerme también muy profundamente ; se le oye roncar de muy lejos , y cuesta trabajo el despertarle. Se ali- mentan de peces , y las anguilas son para ellos su mayor regalo. Puede vivir varios dias , y aun mas de un mes sin entrar en el agua , con tal que se tenga cuidado de lavarle bien todas las tardis con agua limpia, y darle á beber agua salada, porque quando beoe agua dulce ó turbia , se pone malo. Se ha hallado el medio de curar á estos ani- males de algunas enfermedades que les sobrevienen en el estado de esclavitud , y servidumbre , y que sin duda no experimentan en su estado de liber- tad. Por exemplo , quando dexan de comer, y rehú- san el pescado, se les saca fuera del agua , se les hace tomar leche con triaca , se les tiene abriga- dos envolviéndolos en una manta , y se continua este tratamiento hasta que han recobrado el ape- tito. Sucede muchas veces que estos animales rehú- san todo alimento los cinco ó seis primeros dias después de haber sido cogidos , y se les vería mo- rir de devilidad , sino se les obligase á tragar una dosis de triaca con leche. Estas particularidades se observaron en una foca de la especie de que ha- blamos, cogida en el Golfo de Ve necia, laque en- señaban en Paris el año de 1781. Añadiremos aquí algunas observaciones que ha hecho Mr. Sabarot de la Verniere , Doctor en Me- dicina, de la facultad de Mompeller, en una gran foca hembra , que nos parece ser de la misma es- pecie de la que acabamos de hablar. iio F O C „ Este anfibio, dice el relerido autor , tenia mas ,, de seis pulgadas de largo; su piel lisa, y un po- „ co atigrada , era agradable a la vista y ai tacto ; ,, su cabeza, mas gruesa que la de un ternero, te- „ nia casi la misma figura ; y sus ojos grandes sal- „ tados , y llenos de luego que agradaban á los es- ,, percadores ; su cuello nruy flexible , se arquea- ,, ba con bastante facilidad , y sus quixadas arma- „ das de die lites agudos y cortantes , le daban un „ aspecto temible , y en lugar de orejas externas „ tenia dos agujeros : su boca era de color de co- ,, ral, y tenia un bigote muy grande; dos aletas en ,, forma de mano estaban colocadas á los lados del ,, pecho , y el cuerpo del animal remataba en una ,, cola acompañada de dos aletas laterales que la „ servían de pies. „ Esta Joca dócil á la voz de su amo , tomaba la „ posma que la mandaba; se levantaba hiera del agua „ para acariciarle y lamerle ; apagaba una luz con el ,, soplo de sus narices ; su voz era, un rugido obs- ,, curo, mezclado algunas veces de un gemido : su „ conductor se echaba cerca de ella quando esta- „ ba en seco ; el agua de la cuba en que estaba ,, era salada , y quando se metía en ella levantaba „ de tiempo en tiempo la cabeza para respirar , su „ alimento era anguilas que devoraba en el agua: „ murió en Nim.es de una enfermedad semejan- „ te al muermo de ios caballos. “ 3.a La Foca eos capuz. Esta especie que los Groenlandeses llaman ncit- ser-soa\ , y los Dinamarqueses y Alemanes , {/ap- wMie , es notable por ia lana negra que cubre su piel , debaxo de un pelo blanco , y por un capuz de un pellejo grueso y belloso que tiene en la frente, y que puede dexar caer sobre sus ojos pa- ra preservarlos de los remolinos de la nieve. Las focas de esta especie hacen regularmente dos viages al año ; son muy numerosas en el es- trecho de Davis , donde residen desde el mes de Setiembre hasta el de Marzo , en cuyo tiempo sa- len á tierra para parir , y vuelven con sus hijos por el mes de Junio , muy flacas , y muy aniqui- ladas: por Julio salen otra segunda vez para ir mas al Norte, donde sin duda encuentran un alimento mas abundante , porque vuelven muy gordas por Setiembre. Lo sumamente flacas que están en el mes de Mayo y Junio, parece indicar que enton- ces es la estación del zelo , y que en este tiem- po se olvidan de comer, y ayunan como los leo- nes y osos malinos. 4.a La Foca ve medía lusa ó attarssoak. Los Groenlandeses dan á esta foca diferentes nombres , y según su pelo , toma diversos colores. El feto , que es todo blanco , y está cubierto de un pelo lanudo, se llama ¡blan. En el primer año de edad el pelo no es tan blanco , y el animal se llama atta, a} ; luego se vuelve pardo, y le dan el nombre de a’.teits'al; ; en el tercer año varia mas, y le llaman agle\ioJ ; en el quarco está manchado, y le dan el nombre de m:lc\to\ ; y hasta el quin- to año no toma el pelo un color gris blanco her- FOC moso , y entonces tiene en el lomo dos medias lunas negras , cuyas puntas se miran una a otra. Es- ta joca tiene tn este tiempo todo su vigor , y toma el nombre de a;iar:ea{. Parece que esta especie no solamente se halla en el estrecho de Davis , y en las cercanías de Groenlandia, sino también en las costas de Siberia, y hasta en Pamiscbat¡;a. A juzgar por un pasage de Charlevoix , parece también que se encuentra esta especie cerca de las cestas orientales de la Amé- rica Septentrional. „ Estos animales , dice , tienen el pelo de diversos colores ; los hay totalmente blan- cos , y todos lo son quando nacen ; á medida que envejecen , unos se vueiven negros , otros roxos , y otros toman todos estos colores juntos.” Finalmente como el pelo de esta joca con me- dia luna toma diferentes tintas , con la edad podria ser que las focas pardas , manchadas , y atigradas, fue- sen los mismos animales , y todas de ia espacie de la Joca con media luna, vista en diversas euades. j.» Foca Nett-soak. Este es el nombre que dan los Groenlandeses á esta espeeie , que es mas chica que las anteriores. Su pelo está mezclado de cerdas pardas , tan aspe- ras como las del puerro, y erizado como el del oso marino ; y su color está salpicado de manchas grandes. 6.a Foca Laktak de Kamtschatka. Esta especie se coge solamente mas allá del gra- do cincuenta y seis de latitud, asi en el mar de Pengina , como en el Occeano Oriental , y pare- ce ser una de las mayores del genero de las jocas, 7.a Foca cassiqiak. Este es el nombre que dan en Groenlandia ú esta especie : ia piel de los cachorros es negra por el lomo , y blanca por el vientre , y la de los vie- jos es comunmente atigrada. Esta especie no es viagera, y se halla todo el año en Balsriver. 8.a Foca comus. Esta especie conocida vulgarmente baxo los nom- bres de becerro marino, lobo matine, y perro mari- no , es la mas esparcida de todas ; no solamente se halla en el mar Báltico, y en todo el Occeano des- de la Groenlandia hasta el Cabo de Buena Espe- ranza , sino también en el Mediterráneo ; y en el mar Negro ; hallase asimismo , según dicen , en el mar Caspio , y en el lago Baikal , como también en los lagos , Onega , y la Ladoga en Rusia , lo qual parece probar que esta especie está casi um- versalmente esparcida , y que puede vivir igualmen- te en el mar , y en las aguas dulces de los climas fríos y templados. Parece que contiene algunas va- riedades. „ El Viagero Denis habla de una especie de fo- ca de mediano tamaño , que se halla en las costas de Acadia , y el padre Dutenre refiere después , que es- FOS estas pequeñas focas nunca se alejan mucho de la ribera. „ Quando están en tierra, dicen, que siempre hay alguna de centinela , y á la primera señal que da, todas se arrojan al mar i al cabo de algún tiempo se acercan á tierra, y se levantan sobre las manos para ver si hay alguna cosa que temer : pero sin embargo de esto se coge un gran número de ellas en tierra , y es casi imposible el cogerlas de otro modo. . . . Pero quando estas focas entran con la marea en los canales , es fácil cogerlas en gran nú- mero : se cierra la entrada con redes y estacas , y solo se dexa libre un espacio muy pequeño por donde ellas se escurren luego que la marea está alta i se tapa esta abertura quando el mar se ha retirado , y quedando estos animales en seco , no cuesta trabajo el matarlos. En los parages donde hay muchos se les sigue en canoas , y quando sa- can la cabeza fuera del agua para respirar, se les tira. Si solo quedan heridos, se les coge fácilmen- te , pero si quedan muertos se van á fondo , y en- tonces unos perros grandes , adiestrados para esta caza , entran á sacarlos á siete ú ocho brazas de profundidad.1* FOFE (el) gibbon , ó mono con brazos grandes, forma la tercera especie de la casta de los simios ó monos sin cola. Tiene en las nalgas unos leves callos , el rostro chato , pardo , y rodeado de un circulo de pelo gris i las orejas desnudas , negras, y redondas ; los colmillos mayores á proporción, que los del hombre ; el pelo pardo , ó gris , se- gún la edad ó la raza ; pero es notable , especial- mente por la longitud excesiva de sus brazos , que son tan largos como las piernas y el cuerpo jun- tos •. de suerte que estando de pie el animal , lle- gan sus manos al suelo , y puede andar en quatro pies sin inclinar el cuerpo. Sin embargo este mono anda comunmente en dos pies , y tiene dos y medio ó tres de altura. Parece que es de un natural pacifico , y de costum- bres bastante suaves i teme el frió , y la humedad, y no vive largo tiempo fuera de su pais nativo. Hallase en las Indias Orientales , particularmen- te en Coromandel , en Malaca , y en las Islas Mo- lucas , &c. en el reyno de Ganauro, yen las fron- teras de la China , se le encuentra baxo el nom- bre de fe fe. Finalmente esta especie varía en el ta- maño , y en los colores del pelo. FQNKES (el) de Ludolphio, es el moeoco , ó Inris. Vcanse estas palabras. FOKAS-LÜAR, en Egypto es el hipopótamo. Vea - se este artículo. FOSSA , en Madagascar es la fossana, Vease este artículo. FOSSANA (la) es un animal que algunos via- geros han llamado gato de España, ó de Costan- tinopla , porque se parece al gato montes en la co- lor del pelo , y en algunas otras cosas , pero se di- ferencia en eí tamaño , que es mas chico , y en carecer de la bolsa olorosa , que en el gato mon- tés es un atributo esencial. Algunos aseguran que la fossana macho , quando está en zelo echa de sí un olor fuerte de almizcle. Este animal tiene los hábitos de la fuina ; come carne y frutas , pero pre- fiere estas ultimas. Es muy arisco y montaraz , y FUI 1 1 r por lo tanto difícil de domesticar , y aunque edu- cado desde pequeño, conserva siempre un aspeólo, y un carácter de ferocidad bastante extraordinario en un animal mas bien frugivoro que carnívoro ; su ojo no presenta mas que un glooo negro de- masiado grande á proporción del tamaño de su ca- beza, lo que le da un aspeólo atrevido y malvado. El animal que en Guinea llaman herbé, parece ser el mismo que la fossana : los viageros dicen que tiene el hocico mas puntiagudo y el cuerpo menor que el gato : está manchado como la civeta; estas indicaciones no convienen á ningún animal mejor, que á la fossana , y si esto es cierto , se halla tam- bién esta especie en Africa , como en Asia. ** FROTADERO ( mont. ) La señal que dexan los ciervos y gamos en el lugar donde se han fro- tado la cuerna para descorrearla. FRUGIVORO , nombre formado de fruges fru- to, y de vqrare, comer. Este nombre se aplica á los animales que viven , no solamente de los fru- tos de los árboles , y de los granos de las plan- tas , sino también de los vegetales en general y asi el caballo , y el ciervo que pace la yerba es- tan como las monas que viven de frutas, y como el elefante que vive de frutas y de yerba, en la clase primera de animales frugívoros , opuesta á la de los animales carniceros , que solo pueden vivir con carne , ó que se sustentan de ella por preferen- cia. Tan feroz y sanguinario es el insrinto de es- tos últimos , quanto manso, apacible, y modera- do es el natural de los primeros. Ocupados siem- pre los animales carniceros en perseguir ia presa que huye de ellos continuamente , precisados por la necesidad , y contenidos por el peligro. Sin mas provisiones ni medios que su industria , y sin mas recurso que su aótividad , apenas tienen ciempo pa- ra proveerse de lo necesario , y casi nunca para su procreación : cada uno de ellos es enteramen- te para sí , ninguno tiene ni bienes ni sentimentos que repartir con los demas. Al contrario ios ani- males frugívoros son naturalmente dispuestos á vi- vir en sociedad ; la abundancia es la basa del ins- tinto sociable , de aquella suavidad de costumbres, y de aquella vida apacible , que solo pertenecen á los que no tienen ningún motivo de disputarse co- sa alguna t gozan sin turbación de la abundancia de subsistencia que les rodea , y en este gran ban- quete de la naturaleza , la profusión del dia pre- sente es igual á la del venidero. Veanse los artí- culos Carnívoro y quadrc/p£do, FUINA (la). Pertenece á aquel genero subalter- nó de animales carniceros de cuerpo largo , y paso arrastrado , mas temibles por su ardid que por su fuerza , y que exercitan sus mayores crueldades en las inocentes avecillas domésticas. La fuina tiene la fisonomía muy fina , el ojo vivo , el salto ligero, los miembros dóciles , el Cuerpo flexible , y to- dos los movimientos muy prontos : salta y brinca en lugar de andar : trepa fácilmente por las pare- des que no están bien enxabelgadas , entra en los palomares y gallineros , se come los huevos , los pichones y los pollos , y multiplica quanto puede sus daños : también coge ratones , ratas , topos y aves en sus nidos ; se acerca de las habitaciones^ se establece en los edificios arruinados , en los pa_ ja- 1 1 2 FUI jares , y en los agujeros de las tapias : cogida nue- va se domestica hasta cierto punto , pero nunca se la amansa , y siempre permanece tan silvestre , que es preciso tenerla atada. Las viejas muerden siem- pre que pueden , y rehúsan todo alimento que' no sea carne cruda. Dicen que su preñado es tan largo como el de lgs gatas. Desde la primavera hasta el otoño se en- cuentran cachorrillos , por lo que es de presumir que producen mas de una vez al ano. Las primeri- zas paren tres o quatro , y las viejas seis o siete. Regularmente es en algún pajar , ó agujero de la pared , donde meten paja y yerba : algunas veces paren en las hendiduras de las rocas , o en algún tronco de árbol , donde llevan trunco , y quando se las molesta se mudan , y transportan a otra par- te sus hijos , los quales crecen prontamente , y al año ya han llegado a su total corpulencia. La fitina tiene un olor como de almizcle , que no es del todo desagradable : las martas y las/«.- -,ias , como o.ros muchos animales , tienen vexi- gas interiores , que contienen una materia olorosa semejante á la que produce la cive.a. bu carne tie- ne algo tle es.e olor , y sin embargo , la de las mar- tas no es de mal comer : la de la faina es mas de- sagradable , y su piel no tan estimada. Esta espe- cie se halla comunmente y en gran numero en to- dos los climas templados , y aun en los países cá- lidos , pero no en el Noue. FUI La fuina se difercncra de la marta en que es mas parda , y tiene la cola mayor y mas negra , y la garganta blanca. tn la Guayana se halla una especie de faina ma- yor que la de Europa : pero tiene la cola mucho mas corta á proporción del cuerpo , y el hocico un poco mas largo , y todo negro : este color se dilata por encima de los ojos , pasa por debaxo de las orejas , y a lo largo del cuello , y se pierde del todo en el pelo pardo del lomo. Encima de los ojos tiene una grande mancha blanca , la qual se extiende por toda la frente , coge las orejas , y forma a lo largo del cuello una lisca blanca , y es- trecha , que se desvanece en la cruz del lomo. Las orejas son del todo semejantes á las de nuestras fai- nas , la parte superior de la cabeza parece gris, mezclada de pelos blancos ; el cuello es pardo , con mezcla de gris ceniciento , y el cuerpo está cubier- to de pelo blanco y negruzco , las piernas y los pies están vestidos de un pelo negro bermejizo lus- troso , y los dedos de los pies se parecen mas á los de las ardillas y ratas , que a los de la fuina. En el mismo país se halla también orna especie que difiere de la nuestra en las orejas , y en tener un pelo lanudo. Los Naturalistas dan á !a fuma los nombres la- tinos de manes domestha , Joina , gaimus , sebis- mus. GA- GAM (j alera , de Broun, taifa , especie de coma- dreja grande, locase Taira. GALGO , nombre de la raza de perros mas li- geros , y cuyas proporciones son mas tinas y mas ' agiles ; en quatito a la descripción del galgo , y sus calidades particulares, locase el artículo Píkro. GAMA ( la ) hembra del gamo. Fease Gamo. GAMEZNO , el gamo nuevo. GAMO (el) es menos silvestre , mas delicado, y por decirlo asi , mas domestico que el ciervo , á quien se parece mucho , pero con cuya especie no se le debe confundir. Efeitivamente el ciervo y el gamo , parece que se huyen , y lejos de mez- clarse habitan rara vez juntos en un mismo pais. Las cuernas del gamo son mas chatas , mas ancuas, y á proporción mas pobladas de candiles que las del ciervo •, también son mas arqueadas hacia den- tro , y rematan en una ancha y larga raíz i por lo que también se llama paleto algunas veces. Qiian- do su armamento es fuerce , y bien fornido , los mayores candiles de la cuerna terminan en una pequeña raiz. El gamo común tiene la cola mas lar- ga que el ciervo, y el pelo mas claro. El gamo desmoga como el ciervo ; pero siem- pre mas tarde, y para rehacerse con la cuerna nueva tarda casi el mismo tiempo, por lo que entra en zelo quince dias, ó tres semanas después que el ciervo. Su brama es entonces mucho mas fre- cuente ; pero con una voz baxa , y como entre cortada' no se aniquilan tamo como el ciervo, ni se apar.an del país que habitan jpara ir a buscar las hembras ; pero sin embargo disputan su posesión hasta el ultimo extremo. Los gamos tienen el instinto social ; se juntan en manadas , y permanecen casi siempre unos con otros. Quando se hallan muchos juntos en los parques, forman comunmente dos bandos se- parados , los quales se hacen prontamente enemi- gos , porque quieren igualmente ocupar el mis- mo lugar. Cada uno de estos tiene su gefe que marcha el primero , y es siempre el mas tuerte y vie- jo ; los demás le siguen ; y todos se disponen a re- ñir para echar á la otra manada del buen para- ge. En estas riñas se observa una especie de or- den i pelean con valor , se sostienen unos a otros, y no se creen vencidos por un solo accidente desgraciado , porque renuevan el combate todos los días , hasta que los mas fuertes echan á los mas débiles, y los arrinconan en algún mal parage. Los gamos aman los paises elevados, y que- brados; quando los cazadores los persiguen no se alejan como los ciervos ; no hacen mas que dar vueltas, y únicamente procuran ocultarse de los perros con ardides , y dándoles el cambio. Sin embargo quando el gamo se halla casi can- sado , se arroja á el agua como el cier vo , pero no se atreve á atravesar los ríos si tienen mu- cha extensión ; y asi la caza del gamo y del cier- vo no tienen entre sí ninguna diferencia esencial. Historia Natural. Tem. I. GAM Los conocimientos del primero son los mismos que los del segundo ; los mismos ardides tienen uno que otro, solo que son mas repetidos en el gamo, porque es menos osado , y no se aleja tanto como el ciervo. linalmente ios perros pre- tieren la caza del gamo á la de todos los demas animales ; y quando han comido una vez su car- ne , les cuesta mucho trabajo el conservar el cam- bio en el ciervo, ó en el corzo. El gamo se domestica muy fácilmente ; come muchas cosas que el ciervo rehúsa, y por eso con- serva mejor su robustez ; el calor ni el rigor de los inviernos no le enflaquecen ni alteran ; todo el ano permanece en el mismo estado ; roe las ramas mucho mas que el ciervo, por lo qaal las plantas roídas , ó cortadas por los dientes del ga- mo brotan mas difícilmente que las que royeron los ciervos. Los gamos buscan a las hembras á los dos anos de edad , y no se inclinan á ellas , ni las tienen apego, sino que varían y mudan á cada instante. La gama esta preñada ocho meses , y algunos días , como la cierva ; pare asimismo co- munmente un gamezno , algunas veces dos , y muy rara vez tres. Están en estado de procrear desde la edad de dos anos hasta la de quince ó diez y seis. La duración de su vida es mucho mas corta que la de los ciervos , pues apenas pa- sa de veinte años , y por eso su incremento es mucho mas pronto. Se hallan estos animales en todos los climas templados de ambos mundos. La Inglaterra es el país de Europa donde hay ma- yor numero de ellos , y donde se hace algún ca- so de su carne. La especie del gamo esta sujeta a un gran número de variedades. Ademas de los gamos comunes , y de los blancos , se conocen otros varios ; los de España , por exemplo , que son casi tan grandes como los ciervos , pero que tienen el cuello menos grueso , y el color mas obscuro ; la cola negruzca, y no blanca por de- bajo , y mas larga que la de los gamos comunes ; los de Virginia, que son casi tan grandes como los de España , y notables por la magnitud del miembro genital , y por el grueso de los testí- culos ; hay otros que tienen la frente comprimi- da , y chata en el extremo ; las orejas , y la co- la mas largas que el gamo común , y tienen una mancha blanca sobre las pezuñas de atras ; otros son manchados ó rayados de blanco , negro , y leonado claro , y otros finalmente , que son ente- ramente negros. El gamo en latín dama , es el euryeeros de Opiano ; el platyceros de Plinio ; dama 'vu/garis de Aldrovando ; cerosas platicóos de Ruy • dama cer- vus de Klein. GAMUZA (la) ó REBEZO. Podría mirarse co- mo la estirpe ó raiz de la especie de las cabras , si acaso no ha provenido esta ra/a de la cabra montés, ó tal vez de la unión det macho montés con la ga- mu^a. Esta es dei tamaño de la cabra doméstica , y se semeja á ella en muchas cosas. Sus ojos grandes, P her- 1 1 4 G A M hermosos , y llenos de fuego , representan bien lo vivo de su natural ? su cabeza esta coronada de dos cuernos pequeños de medio pie de largo, de un bello color negro , situados en la Irente, casi éntrelos ojos , inclinada adelante su paite in- terior , v arqueados hacia atrás por ¡a punta , en fi- gura de anzuelo. Detrás de los cuernos tiene dos aberturas, que algunos dicen que Arven para la res- piración , idea infundada , pues el cráneo esta cer- rado en el fondo de estas aberturas , las quales no tienen salida. De cada lado del rostro tiene dos ra- yas de pelo negro ; lo restante de la cabeza es de un color leonado blanco inmutable ? y el cuer- po está cubierto de un pelo corto como el de la cierva , el qual varía según las estaciones ; por la primavera es de un gris ceniciento , en el oto- ño de un leonado obscuro, mezclado de negro, y en el invierno de un pardo negruzco. En el tiem- po del zelo , echan de si un olor mucho mas fuerte que el macho de cabrio ; se juntan en los meses de Odtubrc y Noviembre , y las hembras paren por Marzo y Abril. Las hembras reciben á el nía; ho a la edad ds año y medio ; paren un cachorro en cada parto , v rara vez dos. El hijo si- gue á la madre hasta el mes de Octubre , y aigtt- nas veces mas largo tiempo : dicen que estos ani- males viven veinte á treinta años. Las gas u~/is se sustentan de las mejores yerbas? escogen las partes mas delicadas de las plantas , co- mo Ja flor , y los tallos tiernos ; gustan mu.ho de las yerbas aromáticas , como la carlina y otras; quando comen yerba verde , beben muy poco : gus- tan también , como las cabras , de lamer las pie- dras , y en los Alpes se ven algunas rocas horada- das por sn lengua i tienen los sentidos de la vista, del oido y cEl olfato muv excelentes. Quando una gamuza percibe ú oye alguna cosa , se pone á Al- var con tanta fuerza , que retumban las rocas y las selvas. Este silviJo es primero muy agudo, y lue- go baxo , y le repiten de tiempo en tiempo, du- rante el qual , esta el animal en una agitación ex- trema ; escarva la tierra con las manos , trepa a las eminencias , y quando descubre el enemigo, huye. i l silvido dei macho es mas agudo que el de la hembra , le hacen con los agujeros de las nari- ces , y es una especie de soplo agudo y muy fuer- te , semejante ai sonido que hace una persona que silva muy fuerte , y por largo tiempo. Pero la voz común de la ge mitra no es mas que un balido muy baxo , poco sensiole , y bastante semejante a el de una i .¡Isa ronca. La gamuza , asi que la cabra montes está vestida en el invierno de un pelo doble , el exterior es bastante áspero , pero el interior es tino , y mas espeso. Quando se cogen pequeños estos animales, y se les cria con las cabras domésticas , se domes- tican fácilmente , van con ellas a pacer , y vuelven también al establo ; pero no sabemos si producen juntos : lo qual realizarla la conjetura que forma- mos sobre la identidad original desús especies. J as principales diferencias que se encuentran entre la caira y h gamuza , ademas de las astas , son la for- ma y tamaño de la fíente , la qual es en la ".¡tanza menos elevada , y mas corta que en la cabía , y la posición de la nariz menos apartada que la de esta: G A M pero ann en esto se diferencian menos entre si que el dugo y el lebrel , los quales , sin embargo,. no son mas que dos razas en la misma especie. Por otra parte se sabe , que el macho de cabrio y la oveja producen juntos: luego la gamuza esta cier- tamente mas cerca de la especie de la cabra que de la de la oveja , y con todo eso la cabra montes , pa- rece acercarse mas de la especie de la cabra que la gamuza. Ve ase el artículo Cabra montes. La gamuza es tan viva como la cabra montes, pero no tan fuerte : su especie es también mas nu- merosa , y comunmente andan en manadas ; los machos grandes viven solos y apartados de los de- mas , excepto en el tiempo en que están en zelo, que entonces se acercan de las hembras , y desvian de ellas a los nuevos : también se domestican mas fácilmente que la cabra montes , y algunas veces se mezclan por sí mismos con las cabras domésticas. Su agilidad, y los precipicios en que es preciso bus- carlas , hace su caza sumamente penible y difícil; el modo mas común de matarlas es sorprendiéndo- los con el favor de algunas rocas ó penas grandes, escurriéndose diestramente detrás de ellas , y sin hacer ruido , examinando cambien si es contrario el vien.o ; y sirviéndose de carabinas rayadas, bien ajustadas para tir.tr desde lejos con una bala sola. También se hace esta caza apostándose algu- nos cazadores en los pasos , mientras otros van a hacer la batida, y forzar las gamuzas-, y es mas conveniente haca- estas batidas con hombres que con per, os , porque estos las dispersan demasiado pronto , y Jas hacen huir muy lejos. Estos animales habñan los mismos paises que la cabra montes , esto es , los montes mas empinados; pero no sube como esta hasta la cumbre. Su san- gre tiene las mismas propiedades específicas que la de la cabra montes , y su carne es de buen co- mer. Una gamuza bien gorda produce hasta diez ó doce libras de sebo , mas duro y mejor que el del macho. La piel de este animal es muy fuerte , ner- viosa y blanda i y bien curtida , es de mucho uso para vestidos de aguante , por su larga duración. Los cuernos sirven cambien para varios usos; los Albeytares usan los de las hembras , que son chi- cos y menos corvos , para sangrar los caballos. Pa- rece que estos animales no son en el día tan co- munes en los Alpes y en los Pirineos , como lo eran antiguamente. Juzgamos que el leétor leerá con gusto las re- laciones siguientes que nos ha comunicado M. Per- roud, quien en el tiempo que estuvo en los Alpes beneficiando las minas de cristal , tuvo motivo de observar con cuidado estos animales. ,, La gamuza , dice , tiene una viveza , y una ,, agilidad admirables. Estos animales son sociables „ entre sí ; comunmente se hallan dos , tres , qua- „ tro , cinco ó seis juntos , y muchas veces mana- „ das de ocho , de diez , de quince , de veinte, ,, y aun mas : yo he visto sesenta , y ochenta de „ ellos , ó unidos, ó dispersos en varias manadas ,, en el repecho de una misma montana : los ma- „ c hos mayores viven solos y apartados de los „ demas , excepto quando están en zelo , que „ la necesidad les obliga á buscar las hembras : en- tonces tienen un olor mas fuerte que los machos de „ ca- G A M „ cabrio ; balan amenudo , y corren de una monta- „ ña a otra ; el tiempo de su ayuntamiento es por „ Octubre y Noviembre ; el hi)o sigue a la madre „ hasta el mes de Octubre siguiente , y algunas „ veces mas largo tiempo , si ios cavadores o los „ lobos no los dispersan : aseguran que viven ve:n- „ te y treinta años.” „ La carne de la gamuza es de buen comer ; y „una que esté bien gorda, tendrá hasta doce libras ,, de sebo , mejor que el de macho : su sangre es „ nru;r cálida , y dicen que tiene las mismas caiida- „ des y virtudes que la de la cabí a montes : sus „ electos son los mismos ; tomando una dosis du- „ plicada , es muy buena para los dolores de cos- „ tado ; tiene ia propiedad de dividir la sangre cua- „ jada , y de abrir la respiración : los caladores i a ,, mezclan con la de ¡a cabía montes, y algunas ve- ,, ces la venden por sangre de este : es muy dihcd „ hacer su distinción ó separación ; y esto indica „ que se diferencian muy poto.” „No se advierte voz alguna en este animal , y „ si ia tiene es muy poca ; porque lo que se le „ conoce es un balido muy baxo , poco sensible, ,, y semejante a la voz de una cabra ronca ; con es- „ te balido se llaman unas a otras , especialmente „ las madres y los hijos ; pero quando tienen mie- „ do , ó perciben algún enemigo , ó alguna cosa „ que no pueden distinguir bien, se avisan con ua „ siívído , del qual hablaremos mas abaxo.” „ La> vista de la gamuza es de las mas perspica- „ ces; su olfato es muy tino , y quando ve uistin- „ camente á una persona, la mira fixamente un ins* „ tante , y si esta cerca huye : su oido es can tino „ como su olfato , porque ove el menor ruido; „ quando sopia un poco el viento , y viene del ia- „ do de una persona , ¡a oicra á mas de media le- „ gua de distancia : si siente u oye alguna cosa , y ,, no puede descula irla con la vista , se pone a sii- ,, var con tanta fuerza , que retumban los ecos en „ las rocas ; si son muchas , todas se espantan : este „ silvido es tan largo quenco pueden aguantar el „ aliento ; al principio es muy agudo , y al tin oa- ,, xo ; el animal se para un rato , mira a todos la- „ dos , y vuelve á silvar , continuándolo de ciem- „ po en tiempo ; esta en una grande agitación ; es- „ carva Ja tierra con las manos , trepa á las rocas „ mas altas , mira y corre por las eminencias , y ,, quando ha descubierto algo, huye.” „ Es digno de admirarse en este animal sus her- „ mososojos, grandes y redondos , tan vivos y ile- „ nos de fuego , que están indicando su natural vivo „y agilidad : su cabeza está coronada de dos cuernos „ pequtf.os , de un color negro hermoso , sima— „ ¿os en la frente entre los ojos , é inclinados há- „cia atrás, corvos por la punta, la qual es muy ,, aguda , y tiene la figura de un cayado ; ajusta „ pulidamente sus orejas a ia punta de los cuernos, y estos sirven para puños de bastones ; ios de las „ hembras son mas chicos y mas cortos: los Albey- „ tares ¡os usan en lugar de fiemes para sangrar las „ bestias : á los lados de la cara tiene dos bandas j, de pelo negro , que baxan desde las astas , y lo „ restante de la cabeza es de un leonado blanco.” „ Las pieles de estos animales curtidas' y bene- „ ficiadas son muy fuertes , blandas y nerviosas : las Historia. Natura!. Ten, 1. G A M 1 1 ^ „ tiñen de negro y amarillo ; y sirven para calzo- „ nes , guantes y vestidos para el trabajo ; esta es- „ pecie de ropa dura mucho tiempo, y por eso los „ artesanos la usan con preferencia a otra.” „ Las gamuzas solo habitan los países fríos , y ,, viven con mas gusto en las rocas escarpada; y „ empinadas , que en otra parte : freqiientan Jos „ bosques y sotos altos , plantados de pinos, aler- „ ces y hayas; temen tanto el calor, que duran- „ te el verano, solo se hallan en las cuevas de l.,s ,, rocas , á la sombra , o entre montes de nieve o „ yeio , ó en las selvas altas y muy espesas , siem- ,, pre en los repechos ue los montes escabrosos, „ que están al Norte y al abrigo de los rayos del „ sol : van al pasto por la mañana y por ¡a tarde, „ y rara vez en lo demas del día : recorren las ro- „ cas con mucha facilidad; los perros no pueden ,, seguirlas peí todos los precipios ; y no hay cosa ,, mas adm fiable que verlas subir y baxar por lus „ rocas mas inaccesioJes : no suben ni baxan pei- ,, pendieularmente , sino formando una linea obf- ,3 qt;.¡ se arrojan al través , especialmente quando 33 baxan , y se echan de arriba a baxo al través de „ una roca que es.é casi perpendicular , aunque sea „ de mas de veinte ó treinta pies de alcura, sin que „ h.,va en el;a el menor lugar para poner ó dete- „ ner los pies ; patean la roca con los pies , y pre- „ apeándose van á parar á algún corto espacio ca- „ paz de poder contenerlas ; al verias en ios prc- „ apicios , parece que tienen alas en lugar de pier- ,, ñas , tan grande es Ja fuerza de sus nervios.” „ Algunos han dicho , que la gamuyi se engan- ,, ch i por los cuernos para subir y baxar las rocas; „ yo nunca he visto que se sirva de ellos para este „ uso : he visto muenas , y he matado varias , y „ no he podido verificar este hecho ; no he halla* ,, do cazador alguno que me haya asegurado haber- „ lo visto , ni nunca me han dicho mas de lo que „ acabo de referir. Si ia gamuza sube y baxa facil- „ mente por las rocas , es por su agilidad , y por ,, ia fuerza de sus piernas , las quaies son muy al- „ tas , y desembarazadas ; las de atrás parecen un „ poco mas largas , y siempre corvas: esto la favo* ,, rece para arrojarse desde lejos , y quando se echa ,, de muy alto, pone sus piernas un poco dobladas, „ reciben el golpe , y hacen en esta caída violenta „ ei efecto de dos resortes , que rompen la fuerza „ del golpe.” „ También se dice , que quando están juntas „ varias gamuzas , hay una que hace centinela , y „ está encargada de velar para la seguridad de las „ demas ; yo he visto varias manadas de ellas , pe- „ro no he podido hacer esta distinción : es ver- „dad , que quando están algunas juntas , siempre „ hay unas que miran mientras las otras comen ; y „ en esto no he distinguido cosa alguna de particu- „ lar , sino lo mismo que en un hato de carneros: ,, poique la primera que percibe alguna cosa que ,, le es estrana , avisa a las demas , y ea un ins- ,, tante imprime en todas el mismo miedo de que „ está poseí Ja.” „ Durante el rigor del invierno , y las grandes ,, nieves, habitan ias gamuzas los bosques mas al- „ tos , y se mantienen de las hojas de los pinos, „ de los tallos de ios arboles , y de algunas yerbas P i se- 1 1 HAT „ secas ó verdes , que descubren con el pie; los „ montes mas de su gusto son los que están Ile- M nos de precipicios y de rocas. „ La caza de la gamuza es muy penible , y di- „ ficil ; la que está mas en uso es la de matarlas, „ sorprehendiendolas con el favor de alguna emi- nencia , ó peñas grandes , escurriéndose diestra- „ mente, y sin ruido, suponiendo también que no „ sea contrario el viento; quando está el cazador „ á tiro , se esconde detras de la eminencia ó pe- „ fiasco , echándose algunas veces , quitándose el „ sombrero , y sacando solo la cabeza y los bra- ,, zos para hacer el tiro con destreza. Las armas „ que deben usarse , son carabinas rayadas , ajus- „ tadas , para tirar con una bala sola , constreñida „ en el canon ; teniendo mucho cuidado de teuer- „ las limpias. „ También se hace esta caza , como la del „ ciervo , y otros animales , apostándose algunos „ cazadores en los pasos , mientras otros hacen „ el ojeo y las atraen a el puesto donde las es- „ peran. Es mas conveniente hacer estas batidas „ con hombres, que no con perros; estos ciisger- „ san demasiado pronto las reses, y ias alejan en „ un instante a quatro ó cinco leguas ele Uistaiicia.“ La gfimuyi se llama en latín ntji.capa. Nota clcl Tradufior. En las montañas de León , y en otros para- ges de España, donde los llaman rebecos , hay mu- chos de estos animales. Un cazador de este país refiere , que habiendo salido un dia á caza, vió en lo mas fragoso de una sierra , una gamuza , y habiéndose ido acercando poco á poco para tirar- la, advirtió que estaba pariendo , y deteniéndose hasta que acabara de parir , para asegurar el tiro en ella, ó en el cachorro recien nacido , fus ró el animal su deseo, porque agarrando con la boca a su hijo , se metió eu lo mas intrincado de la sier- ra, á donde no pudo seguirla el cazador por lo inaccesible del sitio. GANUi> O GANNUS. Esta palabra significa la llena en algunos autores latinos modernos, Vease Hiena. GARAÑON, burro grande que se echa para aca- ballar las yeguas , de cuya mezcla proviene la mu- ía. Vease Muro. GARDUÑA , en varias provincias de España es la juina. Vease este artículo. GARZOTA ( la ) mona de la familia de los mi- tos , que es una variedad en la especie del maca- co, La garrota es cerca de un tercio mas corta que el macaco, y en lugar del moño ele pelo que ne- ne este en la cabeza, tiene la garrota una espiga derecha y puntiaguda ; también se diferencia del macaco en el pedo de la fíente , que es negro , y el de este verdoso : también parece que tiene la cola mas larga que el macaco , á proporción de la lon- gitud del cuerpo. En lo demas tiene los mismos há- bitos , y habita el mismo clima. Vease Macaco. Garcetas (mont.) las quatro primeras puntas de la cuerna de los venados y gamos , mas inmediatas á la cabeza. GAT-EL-CHALLAH , en Arabe es el canaca!, G AT especie inmediata á la del lince. Vease Caracal. GATO ( el ) es un domestico infiel , que no se tiene mas que por precisión , y para oponcrio á otro enemigo domestico , y aun mas incomodo, que no se puede auyentar. El gato tiene una malicia in- nata , un caraíler falso , una inclinación decidida por la rapiña, un natural perverso , que la edad aumen- ta , y aun la educación no hace mas que desfigurar. No tiene mas que la apariencia cié ia buena incli- nación , y no es sensible a las caricias , sino por el placer que le causan ; en una palabra, este ani- mal parece no tener afecto mas que a sí propio, no amar sino baxo de ciertas contiiciones , y no prestarse al comercio ,y familiaridad, sino para abu- sar a lo mejor. La figura , y el temperamento de su cuerpo están acordes con su natural ; el galo es pulido , ligero , ex- perto , limpio , y voluptuoso; gusta de sus comodida- des; busca los muebles mas blandos y mullidos para reposar ; es ardiente , y entra en zelo varias ve- ces, y (lo que es raro en ios animales) la hem- bra parece ser mas ardiente que el macho ; ella le convida, le busca, le llama, y anuncia por terri- bles m, mullidos el f. ror de sus deseos , el exceso de su luxuria; y siempre que el machóla huye, ó la desdeña, ella le persigue, le muerde, y le fuerza, digámoslo asi, a que la satisfaga, aunque c,to la motive y cause ei mas vivo dolor. El calor de las gatas , dura nueve, ó diez días, y no están calientes sino en ciertos tiempos , lo que sucede ordinariamente dos , tres , y quatro ve- ces al año ; esto es , en primavera , en verano , en otoño, y en invierno. Están preñadas cincuenta y cinco, o cincuenta y seis dias, y no paren regular- mente mas que quatro, cinco , á s.is cada vez. Co- mo los machos son propensos á devorar su mis- ma progenitura , las hembras se esconden para pa- rir ; y siempre que temen ser descubiertas , ó que las quiten sus hijuelos , los llevan en la boca á los parages mas escondidos ó inaccesibles ; y después de haberles dado de mamar algunas semanas , les llevan ratones, y paxarillos , acostumbrándolos des- de muy pequeños á comer carne : pero por una estrañeza dificil de comprehender , estas mismas ma- dres tan cuidadosas y tiernas , se vuelven algunas veces cruelísimas , pues matan y devoran a sus mis- mos hijuelos, que antes les eran tan queridos. Los gatillos son alegres , vivos , y de graciosa figura; pero su natural inclinado a la malicia, y ene- migos de toda sujeción , les hace incapaces de una educación continuada, y si se ha logrado algunas ve- ces el enseñar algunos gatos á cazar, y a co.;er cu- lebras, u otros animales, esto lo han aprendido mas bien por ei gusto general que tienen de destruirlo todo, que por obediencia; porque se complacen es- tos animales en expiar, embes. ir , y destrozar in- diferentemente á todos los animales débiles, como los páxaros , los gazapillos , los lebraillos , las ra- tas , los ratones , ios murciélagos , los topos , los sapos , las ranas, los lagartos, y las culebras. Son to- talmente indóciles, y les falta también la delicade- za y figura del olfato ; que es por lo que no per- siguen a los animales una vez que los pierden de vista , ni los siguen para buscarlos ; pero los es- peran y envisten por sorpresa : y después de ha ber GAT ber jugado con ellos mucho tiempo , los matan sin ninguna necesidad, y esto, aun quando están me- jor mantenidos , y no les hace taita alguna la presa para satisfacer su apetito. La causa tísica mas in- mediata de esta inclinación que tienen á expiar, y sorprender los otros animales, nace de la ventaja que les da la misma conformación particular eíe sus ojos. La pupila en el ojo del gato , y de los pá- xaros nocturnos, se alarga,}' estrecha enmedio del día , quando hay mas claridad , á manera de una linea , y no es sino por un esfuerzo , para decirlo mejor , que ve claramente a una gran luz ; pero en los crepúsculos , dilatándose esta misma pupila , y volviendo á tomar su estado natural, ve perfecta- mente el gato , y se aprovecha de esta ventaja pa- ra reconocer, embestir y sorprender a los otros ani- males. Los gatos no pueden mascar sino lenta , y difícilmente ; sus dientes y muelas no les sirven mas que para despedazar , y no para moler los alimentos. Por esto buscan entre todas las viandas las que son mas tiernas i gustan mucho del pesca- do, y le comen cocido, ó crudo ; beben írtqii al- térnente » su sueño es ligero , y duermen menos de lo que aparentan; andan con ligereza, casi siem- pre en silencio, y sin hacer ningún ruido , por- que ocultan las uñas entre los dedos para caminar; se esconden para deponer sus excrementos , y los rapan con tierra siempre que pueden. Como son naturalmente limpios , y tienen el pelp siempre se- co y lustroso estos animales , se le eleftnza con mucha facilidad , y se les ve salir chispas de en- tre el mismo pelo , luego que en un parage obs- curo se les pasa la mano sobre el lomo. Sus ojos brillan Lambien en las tinieblas , ó en los parages obscuros; temen el asna, el trio , y los malos olo- res; gustan mucho de tenderse al sol, de echarse en los parages mas calientes , como detras de las chimeneas , o de los hornos ; gustan también de los perfumes , y se dexan gustosos coger y acariciar de las personas que los llevan. El olor de la yerba ó planta que llaman gatuna , sobre todo , les da tanto gusto, que á su vista parecen fuera de si de placer : por esto es preciso para conservarla en los jardines, rodearla con un enrejado firme, por- que ios gatos la sienten , y barruntan desde lejos, y acuden á pasear , repasar , y estregarse sobre ella tantas veces , que la destruyen al fin en breve tiempo. A los quince , ó diez y ocho meses han creci- do del todo estos animales ; están en estado de engendrar antes de la edad de un año, y pueden el macho y la hembra juntarse durante toda su vi- da, que casi nunca pasa de nueve , ó diez años ; no obsiante esto, son durísimos, sumamente vi- ves , y tienen mas nervio y fortaleza que otros ani- males que viven mas largo tiempo. No se puede decir en realidad, que los gatos, aunque domiciliados en nuestras casas, sean anima- les enteramente domésticos ; los mas familiares y mansos no son por esto mas sometidos al hom- bre : puede aun decirse que son enteramente libres, porque no hacen sino lo que quieren, y porque na- da en el mundo seria bastante para de. caerlos un instante mas en un lugar, ó sitio de que quisiesen alejarse : por otro lado, son los nías de ellos me- GAT ir7 dio silvestres, y no conocen á sus dueños, ni fre- qüentan mas que los graneros , los desvanes , y al- gunas veces las cocinas. Por esto coman menos ca- rino y apego a las personas que a las casas ; y siem- pre que se les lleva a parages distantes, tomo a una legua ó dos, se vuelven por si propios a su granero ó desvan ; y es sin duda , porque conocen en él todos los agujeros , parages , y avenidas de los ratones, y porque el trabajo del viage les es menos penoso que el que tendrían en adquirir las mismas facultades en parages o sitios escon- didos. Los gatos , y muchos animales de esta especie, como las juinas , Ate. quando caen de un parage elevado , se hallan casi siempre en el suelo de pies, aunque al principio de su caida baxan por el ay- re con los pies arriba , y por consiguiente deban caer de cabeza. El miedo mismo , y el terror de que son sobrecogidos, les hace encorvar la espi- na del lomo , y encogerse de vientre , alargando al mismo tiempo las piernas y cabeza como para vol- verse ú agarrar a el sitio de donde cayeron; (lo que da á estas partes la acción de una balanza) de que se sigue que escos animales deben dar en el ay re una media vuelta, y encontrarse precisamen- te quando dan en el suelo , de pies , lo que les sal- va casi siempre 1a vida. El gato silvestre, o montés, produce con el do- mestico , y ambos por conseqüentia no forman mas que una sola , y misma especie. No es raro ni ex- traordinario el ver algunas veces los gatos , y las gatas dexar las casas que habitan en el tiempo del zelo , para ir a los montes en busca de los gatos monteses , y volver luego á sus habitaciones ; y es por esta razón que algunos de nuestros gatos do- mésticos se parecen enteramente á los monteses , o silvestres. La diferencia, la mas real entre unos y otros , esta en las partes interiores : el gato do- mestico tiene por lo común los intestinos mucho mas largos que el montés , no obstante ser este mas fuerte y robusto que el gato domestico, y ade- mas el montes tiene siempre los labios negros , las orejas mas tiesas, mas gruesa la cola, y los colo- res constantes. En nuestros países no se conoce mas que una especie de gato montés , ó silvestre , y se halla ca- si en sodos los climas , sin estar sujeto á grandes variaciones. Antes del descubrimiento de la Amé- rica se hallaban gatos monteses en aquel continen- te, y se han visto también en muchos parages del Africa, como en Guinea, en la costa del Oro, y enMadagascar,á donde los naturales los tenían tam- bién domésticos. Los hay igualmente en el Cabo de Buena Esperanza , donde también se dice ha- berlos monteses de color azul , aunque en corto número. Estos mismos gatos acules , ó mas bien de color de pizarra, se hallan también en el Asia. En el Chorazan hay gatos con pelo suelto , fi- no , blando , delicado , y lustroso , como la seda, y tan largo , que aunque no tiene rizos , y antes bien es liso, y atusado , generalmente está enros- cado en algunos parages , y particularmente baxo la garganta. Su color es apizarrado , sin mancha alguna de otro color en todo su cuerpo , con so- la la diferencia de ser un poco mas obscuro so- 1 1 8 GAT bre el lomo , y cabeza , que en el pecho , y vien- tre i pero lo mas hermoso de su cuerpo es pre- cisamente la cola , la que es sumamente larga , y toda cubierta de pelo largo de cinco á seis de- dos , la que excienden y enroscan sobre su lomo como la ardilla , y son muy domes- icos, Es- tos gatos de Persia se asemejan mucho por su co- lor que decimos gato* cartujos , y también a los que llamamos gatos de Angora, lis pues muy verosim 1 que el gato del Choraran en Persia, el de Ango- ra en Siria, y el cartujo, no formen mas que una misma raza, y la hermosura de ésta, viene sin du- da de la influencia particular del clima de biiia, asi como los gatos de España , que son roxos, blan- cos y negros , y cuyo pelo es también muy sua- ve y lustroso : deben esta hermosura a la influen- cia del clima Español. Estos gatos de España transportados á las Is- las de la América , han conservado en ellas sus bellos colores , sin haber degenerado; y en gene- ral los gatos de Europa transportados a otros cli- mas , no son propensos i cambiar como ios per- ros. Nuestros gatos domésticos , aunque diferentes unos de otros, por sus pedos, o colores, no for- man raza distinta ni diversa. Los solos climas de España y de Siria , ó del Chorazan , han produci- do las variedades constantes que se han perpetua- do hasta estos tiempos. Pudiera aun añadirse la Provincia de Pechi-Ly en la China , donde hay ga- tos de pelo largo, con orejas quebradas , 6 pendien- tes , que Jas damas Chinas gustan mucho de dios. Estos gatos Chinos , con orejas c.,id.is , distan sin duda aun mas que los otros gatos domésticos, que las tienen derechas, de la raza del gato , non- tis , que es sin embargo , el tronco originario y primitivo de todos los gatos. Gato cerval , es el mismo animal que otros lla- man lobo cerval, y ambos lo mismo que el lince. Véase Lince. Gato cerval del Canadá, es el mismo animal que el lobo cerval del antiguo Continente , solo que su estatura es algo rechoncha , como lo es por lo común la de los animales quadrúpedos del nuevo Continente. Gato almizclado ó de algalia , nombre que se da a Ja civcta. Vease esta voz. Gato de constantinoi-la , nombre que se da á la ¿meta. Vease esta palabra. Gato de orejas negras, nombre que algunos dan al caraca1. Vease este artículo. Gato montes de nueva España , según algunos viageros tiene cerca de tres pies de alto , y quatro de largo, desde ia ptmta de la nariz, hasta el orí- sen de la cola, la quai es bastante coi. a, los ojos pequeños , el pelo de un gris azulado , con man- chas negras , y bastante áspero para poder hacer con él pinceles de punta consistente y dura. Cree- mos que este animal es el mismo que el serval. Galo pardo, según los Señores de la Acade- mia y la antigua Enciclopedia , es el serval. Vease esta palabra. Gato paúl , ( ei ) es un mono de la familia ó . casta de ios monos con cola , y el que se .¡terca mas á los micos por su cuerpo corto y recogido, stq cabeza gruesa , y ancho hocico, su nariz clu- G A C ta , sus mesillas arrugadas, y su fealdad. Tiene el rostro desnudo , y cárdeno , las orejas velludas, las piernas cortas y gruesas ; el pelo de las par- tes superiores , de un ceniciento verdoso , y por el pedio y el vientre , de un pardo amarillazo : en la cabeza tiene una pequeña cresta, ó mechón de pelo ; anda en quatro pies , y algunas veces en dos. La longitud de su cuerpo, comprehendida la cabeza, es uc cerca de diez y ocho a veinte pul- gadas. l urece que en esta especie hay algunas razas mayores , y oirás mas chicas. Estos monos son man- sos , y bastante dóciles ; pero ademas de un olor como de almizcle, que echan de si , son tan su- cios , tan icos , y tan espantosos quando facen gestos, que no se les puede mirar sin horror, ni disgusto, be juntan frecuentemente en troyas, es- pecialmente para robar íruca y legumbres, y ha- cen graves danos en los sembrados eie mijo con sus hurtos , y muchos mas con su caprichosa de- licadeza en escoger los tailos , que se llevan en las manos , debaxo del brazo , y también en la boca , arrojándolos a medida que los persiguen. Es- ta especie es originaria de Congo , y de otras partes de ¡a América Meridional. El gato paúl es el cercopithccus angolensis major, macaco uc Marcgrave ; simia egyptiaca cauda clu. gata ciumbus tubcrosts medís de Hasselquist y ( Nota : este mono no es natural de Egypto.) Cynamolgos de Li- neo j y el ccrcopitcco ünoc.jalo de Brisson. Gato tigre , lo mismo que el sesval. Vease este artículo. GAZELAS , nombre genérico , baxo del q; ;1 se demuestra una casta de animales muy semejantes á el corzo en la forma de su cuerpo, en la ligere- za de sus movimientos, en el tamaño , y en lo vivo de los ojos , ¿Sec. Las gabelas tienen , como el corzo , lagrimales , ó canales en lo anterior de los ojos , y se asemejan a él en la calidad del pe- lo, y en la blancura de las ancas; pero se dife- rencian de éste , y se aproximan á las cabras por la naturaleza de sus astas , las qualcs son huecas , V permanentes , de suene que parecen ser anima- les interme dios entre el corzo y la cabra. Pero se diferencian de uno, y otro por los caradléres que le son propios. Las gabelas por lo general tienen los ojos ne- gros , grandes , muy vivos , y al mismo tiempo tan agradables, que los Orientales han hecho de ellos un proverbio , comparando los ojos herniosos de una muger á los de la gage/a. La mayor pane de estos animales tienen ¡as piernas mas tinas y del- gadas que el corzo , el pelo tan coico , H uí) sua- ve , y mas lustroso ; las ruanos son mas cer- tas que las piernas , lo qual les da mas facili- dad para correr cuesta arriba , que cuesta á baxo , como la liebre. Su ligereza es igual a la del cor- zo , pero corren mas bien que saltan. La mayor pane ¡>on de color leonado por e! lomo , y blan- cas por el vientre , con una faxa parda , que sepa- ra estos dos colores en la pane inferior de los Lijares: su cola es mas ó menos larga : pero siem- pre poblada de pelo bastante largo y negruzco-, sus orejas son derechas, largas, bastante abiertas por el medio , y terminan en punta ; todas tienen el G AZ el pie henJido , y formado casi como el del car- nero : asi machos como hembras tienen cuernos permanentes como las cabras : los de las hembras son mas delgados , y mas cortos que los de los machos ; pero todos están rodeados de anillos, con algunos filetes longitudinales entre ellos , cuyo nu- mero varía según las diferentes especies. Estos animales son naturalmente mansos y tími- dos » van comunmente en manadas , ó por familias, esto es , cinco ó seis juntos : su balido es semejan- te al de la cabra. Cazanse no solo con alanos , ayu- dados de un halcón , sino cambien con la pequeña pantera que nosotros llamamos onga. En algunos pa- rages cogen las gabelas filves.res con gallar domes- ticadas , a cuyos cuernos atan lazos escurridizos. Thevenoc y la Boullaye-le-Gouz, refieren muy por menor estas dos especies de cazas , y nos pa- rece que no molestará a los lectores que copiemos aquí sus relaciones. „ En las Indias , dice Thevenot , hay gran nu- „ mero de gabelas que son como nuestros corciiios; „ caminan comunmente en manadas , separadas unas „ de otras i cada tropa , que nunca pasa de cinco ,, ó seis de ellas , va seguida de un macho solo, ,, que se conoce por el color. Q.uando se ha des- „ cubierto una manada , se hace porque las vea „la onga , la qual está encadenada en un pe- ,, queño carro. Es.e animal astuto no echa á correr „ tras ellas al instante , como podria ci eerse , sino „ va dando vueltas escondiéndose , y encorvando- „ se para acercarse a ellas y sorprenderlas ; y co- „ mo es cap3z de dar cinco ó sets saltos ó brincos ,, con una prontitud casi increíble , quando se ha- „ lia á tiro se arroja encima , las ahoga , y se ern- ,, briaga con su sangre : si yerra el golpe , lo que „ sucede muy amenudo , se queda en el mismo si- ,, tio , porque como las gacetas corren mucho me- ,, jor y mas largo tiempo que ella , en vano inten- „ taria alcanzarlas y cogerías. El amo ó conductor „ va después tnuy poco á poco al rededor de la „ onga , la alhaga y la echa pedazos de carne , y en- „ treteniendoia de este mouo la pone unas ancoje- ,, ras que la tapan los ojos , la encadena, y la vuel- 5i ve á poner en el carro." „ Una de estas ongas ó leopardos , continua el „ mismo viagero , nos dió un día una diversión que „ atemorizó á mu. ha gente. Una manada de gabelas „ se levantó en medio de la armada , como sucede „ muchas veces : por casualidad pasaron muy cerca „ de dos leopardos , que iban según costumbre „ en su carreta ; uno de ellos que no tenia antoje- „ ras hizo un esfuerzo tan grande que rompio su „ cadena , y se arrojó sobre ellas sin coger ningu- „ na : sin embargo , como las gabelas no sabían por „ donde huir ; pues por todas partes las perseguían „ y gritaban , hubo una que se vió precisada a vol- „ ver á pasar cerca del leopa, do , el qual , no obs- „ tante los camellos y caballos que embarazaban „ el camino , y contra todo lo que comunmente „ se dice que este animal quando yerra el tiro no „ vuelve nunca segunda vez sobre la presa , se ar- rojó encima y la cogió." „ Quando ios Indios , añade el mismo Theve- „ not , no quieren servirse de un leopardo domesti- „ cado para coger las gagtlas, llevan una gabela ma- GAZ 119 ,,cho domesticada , á la qual ponen en las asta- ,> una cuerda , que tiene diversas vueltas y lazos. ,, cuyos cabos se los atan por debaxo del vier.- „ tre. Quando encuentran una manada de gabela* „ sueltan el macho , el qual va a unirse con ellas; „ el macho de la manada se adelanta para impedii- „ selo , y como la oposición que le hace es jugan- 3, do las astas , se le enredan y embarazan con las „ de su competidor , de suerte , que el cazador se „ apodera de el diestramente , y se le lleva , pero „ es mas difícil el coger las hembras." „Los Indios se sirven, dice la Boullave-le- „ Gouz , de la pagel a doméstica para coger las sil- „ vestres de esta manera : atañía unos lazos cor- „ redizos en ambas astas , d.spues la llevan al ,, campo , ó parage donde hay gagelas silvestres , y ,, la dexan jugar y saltar con ellas , y enredándose „ sus astas con las de eita , se engancha en los la- ,, zos y cuerdas que tiene en las suyas la domes- „ tica , la silvescre luego que se ve , se esfuerza „ para desatarse , y desenredarse de ia doméstica, ,, y cae con ella en el suelo , y entonces acuden los „ Indios y la cogen." Las gagelas se hallan comunmente en los países mas cálidos de nuestro Continente , y no se han encontrado en ninguna parce del nuevo mundo. Ali- mentanse con yernas aromacicas , y retoños de ar- bustos , especialmente con los del árbol de si al, ambrosía , y acedera silvestre , Are. á la calidad de este alimento debe sin duda atribuirse la ex. ciencia de su carne , y la producción de la piedra btga, Oriental , cuyas virtudes han sido tan celebradas en la Medicina ; pero se ha atribuido sin razón al- guna esta producción inclusivamente a una sola es- pecie de gagela , pues no solamente la producen todas , sino también las cabras y carneros de algu- nos climas del Levante , y de las Indias. En quan- to a la calidad y propiedades de la piedra be zar, vease la parte farmacéutica de este Diccionario , y por lo que respeéta á las diversas especies de ga- belas , las palaoias Gazela común , G.uíia del Senegal Corina , Are. Gazela común (la). Es la que se parece mas a nuestro cargo ; tiene el pelo corto y leonado , las nalgas y el vientre blanco , la cola negra , tina la- xa de color gris en la parte inferior de los hijares, y tres rayas blancas en las orejas. Sus astas tienen cerca de un pie de largo , y anillos enteros por su raiz , y desde ésta hasta cerca de la punta , que es lisa y pun. ¡aguda, irnos medios anillos. Ademas de estos anilios , tiene también unos filetes pequeños y longitudinales , que denotan la edad del animal. Esta especie se llalla en Siria, en Mesopotamia , y en otras provincias de Levan- te , como también en Berbería , y en todas las partes Septentrionales del Africa. Estas gagelas se juntan en manadas , y viven en compañía ; tienen un natural manso , y se acostumbran fácilmente i la servidumbre. Su carne es muy buena de comer. Nuestra gagela común es la donas de Eliano; el algacel ex Africa de Hernández ; y la gagela de Afri- ca de Brisson. Gazeia con bolsa en el lomo. Esta gagela se parece casi en todo a la común •, sus astas están tor 120 G E R torneadas del mismo modo , y son igualmente ne- mas : tiene el mismo color , y las mismas man- chas , y es un poco mayor ; pero lo que la distin- gue es una raya de pelo blanco de diez pulgadas de largo , colocada en la parte posterior del lomo , la qual se dilata hacia el origen de la cola, y quando el animal corre se ensancha en un instante , y se transforma en una grande mancha blanca , que se extiende casi de un lado y otro de la grupa , y es- to se hace del modo siguiente. En el lomo tiene una especie de bolsa que forma el pellejo , el qual doblándose por ambos lados hace dos labios que casi se tocan i lo interior de esta bolsa esta cubierto de pelo blanco , y la punta de este pelo , que pa- sa entre los dos labios , figura una raya ó linea blan- ca. Quando la gavia corre se abre esta bolsa , y aparece el fondo blanco , que forma una mancha grande , y quando se para se vuelve a cerrar la bolsa. Esta ga\da es mansa y tímida; hallase en ¡o in- terior de las tierras del Cabo de Buena Esperanza; pero si como puede creerse , se hubiera introduci- do en ¡o interior del Alnca hacia la Libia ó Mauri- tania , conjeturaríamos con bastante verosimilitud, que este animal era ei pigargo 5 0 quadrupedo con grupa blanca de los antiguos : el carácter singular y notable de la bolsa blanca merece mas bien este nombre distintivo , que la blancura sola de estas partes , señal común a varias especies , y que no distingue a ninguna. Gazeea dei. Senegae. Esta ga%cla , que nosotros creemos ser de la misma especie que la común , de la qual solo se diferencia en el tamaño , que es un poco menor , en los ojos que son mayores , en las astas que en lugar de ser redondas son chatas por los lados; y en fin en el numero de anilios que las rodean , el qual es mayor en la gavia del Se- Ticgai que en la común , por no tener ésta mas de doce ó trece, y aquella catorce a lo menos , y algunas veces hasta diez y ocho o veinte ; en lo restante se parece en un todo á la gabela común, aun en los hábitos y propiedades. GEKBO. Primera especie de las gerboisas. l’ease el articulo siguiente. GEKBOEsAS. Nombre genérico usado para sig- nificar unos animales muy notables , por la grande desproporción que se halla entre sus piernas y brazos , no siendo estos mayores que fas manos de un topo , y pareciéndose las orras á las pier- nas de las aves. Conoccnse quatro especies bien distintas en este genero ; 1.' el gerbo ó gerboisa pro- piamente asi llamada , con algunas variedades: 1 .< la alagtaga : 3.' el t arder : la 4.J la gerboisa ó lie- bre saltadora del Cabo : y la 5.* la gerboisa muy grande ó panga, 00 de la nueva Olanda. Todas estas especies se hallan solamente en el Asia y Atrica. Vamos , pues, á indicar los caracteres particulares á cada una. t,° El gerbo ó gerboisa propiamente asi llamada. F.ste animal es’del tamaño de una rata de me- diana magnitud, tiene la cabeza como la del cone- jo , pero con los ojos mayores , y las orejas mas cortas , aunque altas y amplias relativamente a su GER tamaño ; la nariz es de color de carne , y sin pelo ; el hocico es corto y gordo , la aber- tura de la boca muy pequeña , la quixada superior muy ancha , la interior estrecha y corta , los dien- tes como los del conejo , y al rededor de la boca tiene unos bigotes de pelos largos negros y blan- cos ; los pies delanteros son muy cortos , y no llegan nunca al suelo ; el animal se sirve de ellos como de manos para llevar á la boca lo que come? estas manos tienen quatro dedos armados de uñas, y el principio de otro quinto dedo sin uña; los pies no tienen mas de tres dedos , y el de en- medio es un poco mas largo que los otros dos, y todos tres armados de uñas t la cola es tres ve- ces mas larga que el cuerpo ; esta cubierta de pe- los peqneños y tiesos , del mismo color que los del lomo , y por su punta esta poblada de pelos mas largos , mas suaves y espesos , los que for- man una especie de borla , negra al principio , v blanca por su extremo ; las piernas están desnu- das , y son de color de carne , como también la nariz y las orejas ; la parte superior de la cabeza, y el Jomo están vestidos de un pelo bermejizo; los hijares , ia parte inferior de la cabeza , la gar- ganta , el vientre , y lo interior de los muslos soa blancos ; el macho tiene en la parce inferior de ¡os riñones, cerca de la cola, una gran banda negra transversal en forma de media luna. ., Este animal , dice M. Allamand , no es feroz, „ poique sufre que se le saque cid nido , y se le ,, vuelva d meter en él con la mano desnuda , s¡a „ que nunca muerda : en lo demas no se domestica „sino hasta cierto punto , porque no hace diferen- „ cia alguna entre el que le da de comer y los es- „ traños ; quando esta quieto se sienta sobre las „ piernas , extendiéndolas por debaxo del vientre „ hasta llegar casi á las delanteras , formando una ,, especie de arco ó de círculo ; su cola entonces „ esta puesta á lo largo del cuerpo , y en esra „ postura recoge los granos de trigo y alverjones „ con que se mantiene ; con las patas de atrás los „ lleva a la boca , con tanta prontitud que apenas „ puede la vista seguir sus movimientos : mete en „ la boca cada grano de por sí , arroja la cascari- „ lia , y solo come lo interior. “ „ Quando se mueve no camina avanzando un „ pie tras otro , sino saltando y apoyándose úni- „ cántente sobre la punta de los dedos de los „ pies ; y entonces pone las manos tan arrima- „ das a el pecho , que parece que no las tiene. „Si se le espanta salta á siete ú ocho pies de „ distancia ; quando quiere subir á cierta altura, „ hace uso de sus quatro pies ; pero quando ne- „ cesita baxar á algún hoyo ó va por lo llano, „ arrastra tras de si las piernas sin servirse de „ ellas , y camina ayudándose únicamente con las „ manos.“ „ Parece , continúa Allamand , que la luz in- „ comoda á este animal ; y por eso duerme duran- „ te el dia , y es preciso que le apriete mucho el „ hambre para que coma mientras dura el sol , pe- ,, ro luego que comienza á anochecer se despierta, „ y está teda la noche en continuo movimiento, ,, y entonces es quando come : el mismo Naturalis- „ta ha observado que no bebe , y que rehúsa „ab- GER „ absolutamente todo alimento empapado en agua." A esta especie de gerbo referimos : 1,0 la alagiaga, que solo se diferencia de la otra en ser mayor , en tener cinco dedos en los pies delanteros , y qtiacro , esto es , tres grandes , y un espolón en los traseros ; este espolón no pare- ce ser un carácter constante : también difiere la alagiaga del gerbo en la cola que es mucho mas pe- queña t pero estas diferencias nos parecen única- mente el efecto ue la diversidad de climas que ha- bitan : el gerbo se halla en Circasia , en Egipto , en Berbería y Arabia i y la alagtaga en Tartana , el Vol- ga, y Siberia. La alagtaga es el cunicttlus sen lupus indicas , uñas diñus de Aldrobando ; y el cunkulus pumilio salicns, cauda longissima de Gmelin. z.o La gerboisa que se halla en el desierto de Bar- ca , la qual tiene el cuerpo mucho mas delgado que el gerbo , las orejas mas largas , redondas , y casi tan anchas por arriba como por abaxo •> las uñas de los quatro pies mucho mas cortas , y los colores por 10 general mas claros , la faxa de los muslos menos señalada , los talones negros , y el hocico mucho mas romo. Todos estos animalillos esconden comunmente sus manos ó pies delanteros en su pelo , de suerte que se diría que no tienen mas pies que ios de atras: para ir de un lugar a otro no echan los pies uno después de otro , sino saltan muy ligera y pronta- mente á tres ó quatro pies de distancia , y siem- pre en dos pies como las aves : quando descan- san están sentados sobre las rodillas; duermen de dia , y nunca por la noche ; comen granos y yerbas como las liebres , son de un natural bastante manso , y con todo eso solo se les domestica hasta cierto punto ; construyen sus vivares como ios co- nejos , y en mas breve tiempo ; y hacen su repues- to de yerbas á riñes del verano para mantenerse el invierno. El geibo es la gerboa de Sha.v ; gerbua de Edwars: la gerboisa de Pablo Lucas ; el mus jaculas pedibus pos ticis longissimis , cauda extrema villas a de Hassel- quist. z.° La VIZCACHA. Tiene cinco dedos en cada pie , ó por mejor decir en cada mano : son muy largos y bien se- parados ; el pulgar de los pies traseros termina en una uña roma ; y aunque las otras son puntiagudas, son al mismo tiempo ian cortas y pequeñas , que no impiden que el animal se sirva de sus qíutro pies como de manos : por estos caraíléres solos se di- ferencia del gerbo , siendo semejantes en todo lo de- mas. 3.0 La liebre saltadora del Cabo. Esta gerboisa es del tamaño del conejo de Euro- pa, y su cabeza casi como la de este , los ojos ne- gros , grandes v saltados , la nariz y sus ventanas de un color pardiroxo ; las orejas grandes , lisas, desnudas por dentro , y vestidas por fuera de un pelo corto , de color de pizarra : cieñe bigotes al rededor de la boca , y en los ángulos de ios ojos; las piernas delanteras son muy coicas , y sus dedos muy pequeñas; las piernas de atrás muy gruesas, y los pies en extremo largos : tiene cinco dedos en los pies delanteros , y quatro en los de atrás; Historia Natural. Tom. I. GER 1 2 1 las uñas de aquellos son negras , largas , delgadas y corvas ; las de estos pardas , gordas , cortas, de figura p ramidal , y un poco corvas por la pun- ta ; la cola muy larga , y muy poblada de pelo, delgada por su origen , y muy gorda por su extre- mo ; la mayor parte de su longitud es de un leo- nado obscuro , y la punta de un pardo baxo ; el cuerpo es amarillento , y la parte posterior de la ca- beza está cubierta de grandes pelos , mezclados de negro , pardo y leonado. Hallase en el Cabo de Buena Esperanza. „ Este animal , dice Allamand , solo se sirve como las otras especies de gerboisas , de sus pies traseros para andar, ó por mejor decir para sal- tar : por eso son muy fuertes , y si se la co- ge por la cola , cocea con mucha violencia. Su grito es una especie de gruñido. Quando come se sienta extendiendo sus piernas horizontalmen- te , y arqueado el lomo ; sírvese de sus manos para llevar el alimento , como el ardilla , á la boca , y también se sirve de ellas para cavar la tierra , lo que executa con tanta prontitud , que en pocos minutos hace un agujero en que puede es- conderse del todo. Quando duerme tiene una pos- tura singular ; está sentado con las rodillas exten- didas ; pone la cabeza casi entre las piernas de atrás , y con las manos tiene las orejas aplicadas sobre los ojos , y parece que de este modo defiende con ellas la cabeza : duerme por el dia , y por la noche está comunmente despierto." 4.0 El kanguroo de la 'nueva Holanda. Esta es la mayor de todas las especies de ger- boisas conocidas , es casi del tamaño de una ove- ja. Tiene la cabeza , las espaldas , y el cuello muy pequeños, á proporción de las demas partes del cuerpo ; la cabeza , y las orejas bastante semejantes á las de la liebre , la cola casi tan larga como el cuerpo , gorda por su nacimiento , y terminada en punta ; el pelo corto , y de color de rata obs- curo. Esta gran gerboisa es muy común en la nue- va Holanda. Al celebre Capitán Cook es á quien se debe el conocimiento de esta 5 .a especie de gerboisa. „ Di- ce este Autor. Estándome paseando una mañana á corta distancia del navio , en la bahía de Endea- vour , en la Costa de la nueva Holanda , vi uno de los animales que la gente de la tripulación me habían descripto tan repetidas veces ; era de un li- gero color de rata , y se parecía mucho en ia mag- nitud y figura á un galgo ; y yo efeftivamenie le hubiera tomado por un perro silvestre , si en lu- gar de correr no hubiese saltado como una liebre, ó un gamo : . . . M. Banks , que vio imperfe&a- te este animal , pensó que su especie no era aun conocida. . . . Uno de los dias siguientes , ha- biendo salido nuestra gente al primer crepúsculo de la mañana para ir á buscar caza , vieron quatro ani- males de tstos , dos de les quales fueron oien per- seguidos por el galgo de M. Banks ; pero pronto le dexaron atrás , saltando por encima de la yerba larga y espesa , la qual estorvaba el correr al per- ro. Observamos que estos animales no andaban en quatro pies , sino que saltaban sobre los dos de atrás como el gerbua ó mus jaculas. Finalmente, ha- biendo salido pocos dias después uno de nuestros ca- Q_ za- 12 2 G I B zadores á paseo á lo interior del país con su esco- peta , tuvo la fortuna de matar uno de estos cua- drúpedos, que habían sido tantas veces el objeto de nuestras especulaciones , este animal no tiene bastante relación con ningún otro ya conocido pa- ra poder hacer su comparación ; su figura es muy analoga á la del gerbo , á quien se parece también por sus movimientos ; pero su tamaño es muy di- ferente , porque el gerbo es como una rata común, y este animal quando ha llegado á todo su incre- mento , es de la magnitud de un carnero/' „ El que se mató era nuevo , y como no ha- bla llegado todavía á su entero tamaño , no pesa- ba mas de treinta y ocho libras : la cabeza , el cue- llo , y las espaldas son muy pequeñas á proporción de las demas partes del cuerpo ; la cola es casi tan larga como el cuerpo ; es gorda por su origen , y terminada en punta ; las piernas delanteras tienen ocho pulgadas de largo , y las de atrás veinte y dos; anda á saltos y brincos , y entonces tiene la cabeza derecha , y sus pasos son muy largos : dobla las manos juntándolas al pecho , y parece que no se sirve de ellas sino para cavar la tierra. La piel está cubierta de un pelo corto , pardo ó de color de ratón obscuro , exceptuando la cabeza y las orejas, que tienen una ligera semejanza con las de la liebre „ Este animal , continúa el Capitán Cook , le llaman los naturales del país {augur o o. ... En otra cacería se mató otro , que con la piel , las en- trañas y la cabeza pesaba ochenta y quatro libras, y sin embargo , habiéndole examinado , reconoci- mos que no habia llegado todavia á su perfeéla magnitud , porque las muelas interiores no estaban aun formadas. . . . Estos animales parece que son la especie de quadrúpedos mas comunes en la nue- va Holanda , y nosotros los encontrábamos casi siempre que íbamos á los bosques. GIBBON (el) ó mono de brazos largos. Es el fufe. Vease este artículo. GINETA (la). Tiene mucha relación con la c¡- 'vcta ; pero es un poco mas chica : su cuerpo es largo , las piernas cortas , el hocico puntiagudo, la cabeza delgada , el pelo suave y blando , de un color pardo ceniciento lustroso , con manchas ne- gras , redondas , y separadas por los lados del cuer- po , las quales se unen tanto en el lomo , que for- man unas listas negras seguidas , y que se dilatan a lo largo del cuerpo , en el cuello y sobre el es- pinazo : tiene también una especie de crin ó pelo largo , que forma una lista negra desde la cabeza hasta la cola , ésta es tan larga como el cuerpo , y pintada de siete ú ocho anillos , alternativamente negros y blancos. Las manchas negras del cuello es- tan en figura de faxas , y debaxo de cada ojo se ve una mancha blanca muy aparente. Este animal tiene debaxo de la cola , en el mismo parage que la cfacta , una abertura ó saco, en ei qual filtra un perfume , pero débil , y cuyo olor no se conserva. Es mayor que la fuina, a quien se parece mucho por la forma del cuerpo , por el natural y por los hábitos ; aunque la ¿meta se do- mestica mas fácilmente. Han dado á este animal los nombres de gato de Cortst antinomia , gato de España , y gato ¿meta j aun- que no tiene nada de común con el gato , sino ei G1N espiar y coger los ratones : aseguran que la ¿meta. habita solamente en los parages húmedos , y a lo largo de los rios , y que no se encuentra ni en las montañas , ni en las tierras áridas. Su especie no está muy esparcida ; la España y la Turquia son las regiones de Europa donde es mas común. Hallase también en Francia, en las pro- vincias Meridionales , en el Poitou , y provin- cias vecinas. Parece que no existe en los paises mas cálidos del Africa y de las Indias. La piel de este animal es un forro muy ligero y hermoso. Hay algunas variedades en el tamaño y colores del pelo. GINNUS. Nombre dado al mulo mestizo, pro- ducto del ayuntamiento , rarísima vez fecundo, del macho con la yegua , ó con la burra. Véase Meto. GIRAFA (la) ó CAMELLO PARDAL. Es uno de los primeros , mayores, y mas mansos anima- les ; pero las desproporciones de su estatura hacen á esta especie inútil , y la destierran , aunque en corto numero , á algunas regiones de Africa y de la India. La piel de la gi rafa es atigrada como la de la pantera ; y su cuello es largo como el del cante- lio , y por estas dos facciones sin duda compusie- ron los latinos el nombre de camello pardalis , ca- mello pardal , que daban á la ¿rafa. Tiene la cabeza y las orejas pequeñas; los ojos vivos , los dientes chicos y blancos ; encima de la frente tiene dos astas romas de unas seis pulgadas de largo : estas astas no están huecas como las de las cabras ; son de una substancia sólida como la cuerna del ciervo ; pero ignoramos si desmogan toctos los años como estos. Ademas de estas astas tiene la ¿rafa en medio de la frente un tubérculo elevado de cerca de dos pulgadas de largo , el qual parece un tercer cuerno : estos están vestidos de pelo , y los del m3cho son un poco mas largos que los de la hembra. Este animal tiene cerca de diez y seis pies de altura quando levanta la cabeza ; el cuello solo tie- ne siete de largo , y desde el extremo de la cola hasta la punta de la nariz tiene veinte y dos piesv las manos y piernas son casi de igual ahura ; pero los brazuelos son tan largos , en comparación de los muslos , que parece que vencen hácia el suelo la gurupa del animal, y que su lomo está en vertien- te como un tejado : todo el cuerpo está lleno de gran- des manchas leonadas , casi quadradas. Tiene el pie ancho , y hendido como el buey , el labio superior mas avanzado que el inferior , la cola delgada y poblada de pelo por la extremidad. Rumia y pasta como el buey , y tiene una crin ó cerneja como el caballo , desde la corona de la cabeza hasta el lo- mo. Quando anda , echa juntas las dos manos , lo qual le da un paso vacilante , y quando quiere pa- cer la yerba ó beber , es preciso que se abra mu- cho de manos. La ¿rafa , tanto por su natural manso , como por sus hábitos , y aun por la forma de su cuerpo, se aproxima mas de la figura y naturaleza del ca- mello que de la de otro animal alguno : la especie es poco numerosa , y solo se halla en ios de- siertos de Etiopia , y en algunas otras provincias del Africa meridional , y de la India. Bellon parece que es el primero de los Euro- peos GIR peos modernos que haya visto la ¿rafa. „ Yo vi en "el castillo del Cayro , dice este Naturalista , el ani- mal que vulgarmente llaman tftrnapa ; los latinos antiguos le llamaron camello pardalis , de una pala- bra compuesta de leopardo y camello , por estar manchada como el leopardo , y tener el cuello lar- go como el camello , es un animal muy hermoso, de un natural tan manso como el de una oveja , y mas amable que ningún otro silvestre. Tiene la cabeza muy semejante á la del ciervo , fuera del tamaño, con dos astas pequeñas , romas , de seis dedos de lar- go, y cubiertas de pelo ; las del macho son mas largas que las de la hembra ; pero asi uno como otro tienen las orejas grandes como una vaca , la lengua como la del buey y negra : no tiene mue- las en la qutxada superior -> el cuello es largo , de- recho y delgado ; las crines sueltas y redondas ; las manos delgadas y altas , y las piernas tan bax3s , que parecen estar de pie : sus pies son semejantes á los de un buey ; su cola , que le cuelga hasta los cor- vejones , es redonda , y sus cerdas tres veces mas gruesas que las del caballo i es muy delgada res- pedio á su cuerpo , y su pelo es blanco y roxo. Su modo de huir es semejante al del camello ; quando corre van juntas las dos manos ; se echa sobre el vientre , y tiene callos en el pecho , y en los mus- los como el camello ; no puede pacer en el suelo estando de pie sin abrirse de manos , y aun esto con gran dificultad ; por lo qual es fácil de creer que se mantiene en el campo de las ramas de los árboles ; pues como tiene el cuello largo puede llegar con la cabeza á la altura de una media pica." En el diario de un viagero anónimo , se re- fiere ; que en un viage que hizo por tierra el año de mil setecientos sesenca y dos , doscientas leguas al Norte del Cabo de Buena Esperanza , halló el camelo pardalis. . . . ,, Tiene el cuerpo , dice , seme- jante á un buey , y la cabeza y el cuello parecidos al caballo. Todos los que se encontraron eran blan- cos , con manchas pardas , y dos astas de un pie de largo en la cabeza. No parece que este animal pueda ser de algún servicio vista la desproporción de su altura y de su longitud ; alimentase de las hojas de los árboles mas altos ; y quando quiere beber ó coger alguna cosa en el suelo , es preci- so que se ponga de rodiUas.‘c „ La ¿¡rafa , dice otra noticia , es el animal mas hermoso que produce el Africa ; hanla dado el nombre de camello leopardo , porque tiene alguna semejanza con el camello , por la forma de su ca- beza , y por la longitud de su cuello , tkc. ; y con el leopardo por las manchas esparcidas muy regular- mente : hallase á ochenta y quatro leguas del Cabo de buena Esperanza , y aun mas comunmente á una mayor distancia tierra adentro. El cuello forma ca- si la mitad de la longitud de su cuerpo , el qual por la figura se parece ai del caballo : la cola sería también bastante semejante á la de éste , si es- tuviese mas poblada de cerdas : las piernas se ase- mejan á las del ciervo , y los pies están cubiertos de cascos muy negros , obtusos y separados : quando el animal salta , levanta las dos manos , y después los dos pies , como un caballo que tuviese manio- tas en las manos. Corre mal , y con poca gracia , y se la puede coger muy fácilmente eu la carro a. Historia Natural. Tom. ¡. GL A 123 Siempre lleva la cabeza muy alta , y como no pue- de pacer la yerba , se mantiene de las hojas de los arboles : para beber está precisada á ponerse de ro- dillas : las hembras son generalmente de un leonado mas claro que los machos. También los hay casi blancos , con manchas pardas ó negras." „ Las as'tas de la ¿¡rafa , dice Aliamand , no es- tan huecas como las de los bueyes y cabras , sino sólidas como la cuerna del ciervo , y de una con- sistencia casi semejante ; y solo se diferencian en ser mas delgadas , derechas y sin candiles ; están cubiertas hasta cerca de la punta de un pellejo lle- no de pelo corto , semejante ai que viste el cuer- po , y hacia su extremo es algo mas largo , sobre- saliendo de Ja punta del asta como unas tres pulga- das : es negro , y por esto muy diverso del vello que tiene el ciervo en la cuerna." „ Estas astas no son con todo compuestas de fi- lamentos unidos como las del rinoceronte , y su subs- tancia y grueso es también diversa , quando se sier- ran á lo largo se ve que están compuestas como los huesos de una hoja dura , la qual forma su super- ficie exterior, y dentro contiene un texido espon- joso. Las glrafas adultas tienen en medio de la frente un tubérculo que parece ser el principio de un tercer cuerno. No hay quadrúpedo alguno que tenga el cuello tan largo sin exceptuar el camello, que le dobla de diversos modos ¿ lo qual parece que no puede hacer la girafa.u „ Su color es de un blanco sucio , ó de un amarillo pálido , sembrado de manchas leonadas, muy inmediatas unas de otras , y en el cuello mas apartadas que en lo restante del cuerpo , y de una figura que se acerca á el paralelogramo ó de un rombo. La cola es delgada , respecto á la longitud y tamaño del animal ; su extremo está poblado de cerdas negras , que tienen siete á ocho pulgadas de largo." „ Una crin compuesta de pelo bermejizo de tres pulgadas de largo , é inclinada hácia la parte poste- rior del cuerpo , se dilata desde la cabeza todo lo largo del cuello hasta la mitad del lomo ; y desde aUt continúa á la distancia de algunas pulgadas ; y sus cerdas están inclinadas hácia la cabeza , y cerca del origen de la cola , parece que vuelve á empe- zar , y á dilatarse hasta su extremidad : pero sus pelos son muy cortos , y apenas se distinguen de los que cubren lo restante del cuerpo." „ Sus parpados asi superiores como inferiores, están poblados de pestañas , formadas por una lis- ta de pelos muy tiesos , y al rededor de la boca tiene otros semejantes , pero mas ralos y mas lar- gos. Su fisonomia indica un natural manso y dócil, y tales son en efecto las calidades de este grande y hermoso animal." El nombre de gi rafa está formado del Arabe girnajfa ó \uniafa ; su nombre latino y griego es camelopardalis ; y los Naturalistas le han adoptado. GIRNAFFA. En Arabe es la ¿rafa. Vea¡e este ar- tículo. GLANUS (el) de los latinos y griegos. Es la hie~ na. Mase este artículo. GLOTON (el). Es casi de la forma de un tejoiK, pero una mitad mas grueso y mayor. Tiene la ca- beza corta , los ojos chicos , los dientes muy fuer- Q,* tes. 124 G L A tes , el cuerpo rehecho , la cola mas bien cor- ta que larga , y muy poblada de pelo por la punta; su lomo es negro , y los hijares de un pardo roxo. Este animal es el mas voraz de todos los de rapi- ña. Como es corto de piernas no puede correr, ni aun andar sino a paso lento , pero su sagacidad suple la agilidad que le falta ; espera á los animales al paso , y trepa en los árboles para arrojarse so- bre ellos , y apresarlos con ventaja : lo mismo ha- ce con los dimes y renos , los hiere el cuerpo , y se agarra tan fuertemente con las uñas y dientes, que no hay cosa alguna que le pueda separar ; los chupa la sangre y los devora con furor , hasta que los mata. Es incomprehensible saber quanto tiempo pue- de comer de seguido , y quanta carne puede devo- rar de una sola vez. Destruirla todos los demás ani- males si tuviese tanta agilidad como el lobo \ pero esta reducido a arrastrarse pesadamente , y el úni- co animal que puede coger en la carrera es el cas- tor , lo qual consigue fácilmente ; algunas . veces acomete sus casillas para devorarle con sus hijos, si acaso no puede libertarse en el agua , porque el castor nada mas ; y el gloton que ve escapar su pre- sa se arroja sobre los peces. Quando carece de toda carne viviente , busca los cadáveres , los de- sentierra , los despedaza , y los devora hasta los huesos. El ¡satis menos fuerte pero mucho mas ligero que el gloton , le sirve como de provehedor ; el gloton le sigue en la caza , y muchas veces le quita la presa antes que la haya encentado ; porque en el instante que llega el gloton , abandona el isatis lo que tiene , para que no se le coma á él. Estos dos animales construyen igualmente sus madrigueras, pero sus- demas hábitos son diversos. Los isatis van amenudo en tropas ; el gloton anda solo , ó algunas veces con la hembra. Hallanse co- munmente juntos en sus madrigueras. Aun los perros mas valientes temen acercarse, y acometer al gloton : éste se defiende de ellos con los pies y con los dientes , y los hace mortales heridas , pero como no puede escapar huyendo, los hombres le matan fácilmente : ademas de esto, como este animal habita un pais casi desierto , vi- ve con tanta seguridad , que lejos de huir á la vis- ta del hombre , se viene á él , y se dexa acercar sin apariencia de temor. La carne del gloton es muy ma- la de comer ; y no le buscan sino por la piel , que es muy esquisita y de excelente uso , y solo la su- pera la de la cebellina y la .del gorro negro ; y al- gunos pretenden que una piel escogida y bien pre- parada , tiene mas lustre que otra alguna , y que sobre un fondo de un negro hermoso reflexa y brilla á ¡a luz como en una tela de damasco. Este animal se halla comunmente en todas las tierras ve- cinas á el mar del Norte , asi en Europa como en Asia. Encuéntrase con elnombre de carcayú en el Ca- nadá, y en las demas partes de la America Sep- tentrional. „ El cttrcayu , dice el historiador ele la Academia de ciencias , aunque pequeño es muy fuerte y fu- rioso ; y aunque carnicero , es tan lento y tan pe- sado , que se arrastra sobre la nieve en lugar de andar. Solo el castor es á quien puede dar caza^ y GR A esto ha de ser en verano , quando el castor esté fuera de su casilla ; pero en invierno solo puede romper y demoler su cabaña , y cogerle dentro, lo que es rara vez , por tener el castor segura su huida y retiro debaxo del yelo." M. Gmelin desenlie ci.gl.atqn de Sibcria en es- tos términos ; „ los trabajadores . tiicp , percibís- ron de lejos un animal que caminaba hacia ellos des- pacio , y con pasos lentos ; algunos le creye- ron un oso , y fueron delante de él , reconocie- ron al fin que era un gloton , y después de haberle dado algunos golpes, le cogieron todavía con vida, y me le llevaron al instante : . . . según las rela- ciones que los cazadores de Siberia me habían he- cho en varias ocasiones . sobre la destreza de este animal , ya para trastornar los demas animales , y suplir con la sagacidad la ligereza que le negó la naturaleza , ya para evitar ¡as asechanzas y lazos de los hombres , me admiré mucho de verle ve- nir hacia nosotros a buscar solo su muerte. Is- brand-ides le llama animal malvado , que solo vi- ve de rapiña. Tiene costumbre , dice , de estarse quieto en los árboles , y de esconderse en ellos como el lince , hasta que pasa algún ciervo ,.elaa , cargo , liebre , íkc. ; y entonces se arroja con la mis- ma rapidez de una ¿echa sobre el animal , le en- caxa los dientes en el cuerpo , y le roe hasta que espira : después de lo qual le devora poco a poco hasta tragarse el pelo y pellejo. Un Baiboda que conservaba en su casa un gloto n para su divertimien- to, le hizo un dia echar en el agua , y soltó sobre él un par de perros ; pero el gloton se "agarró al instante á la caneza de uno de ellos , y le tuvo de- baxo del agua hasta que le ahogó." „ La destreza que tiene el gloton para .sorpren- der la presa , continúa Gmelin , está confirmada por todos los cazadores. . . . Aunque se sustenta de todos los animales vivos ó muertos, gus a por preferencia del mo. . . . Espia dos animales gran- des como un salteador de caminos , ó bien los sor- prende quando duermen. . . . Registra todos los lazos y trampas que los cazadores arman para co- ger las diferentes especies de animales , pero nun- ca cae en ellas. Los cazadores de gorras azules y blancas igsacis) que permanecen en las cercanías del mar Glacial , se quexan mucho del daño que les hace el gloton. . . . Llamase asi porque es increíble lo que come." Ll gloton en latín moderno galo es el rosoniaba de Rzaczinski. y de Nieremberg ; y el guio mustella de Linneo. GOMALA. En varios parages de la India Orien- tal dan este nombre á el rinoceronte. Véase este ar- ticulo. GORRO CHINO '(el). Es un mico de la familia de los monos con cola , y una variedad de la es- pecie del malbroul;. Diferenciase de éste en tener !a cola mas larga á proporcioadel cuerpo , y el pe- lo de la corona de la cabeza dispuesto en figura de casquete ó gorro justo , de donde nace el nombre de gorra chino con que indicamos esta especie. Véa- se Malbkouk. GRAN BESTIA (la). Según Gumilla es el anta ó tapiz. Vease Tapir. GKIM1A (la) ó cabra de grimma. Es un animal pare- G R I parecido á la cabra y á la gavia , no solo por la forma del cuerpo sino también por las astas , las cuales están rodeadas de anillos en su basa , y es- triadas a lo largo como las de las gabelas , y muy cortas , horizontales , t inclinadas hacia atrás, como las de la cabra pequeña de Africa. El largo de las astas es de quatro pulgadas : son negras, con cuatro ó cinco anillos casi imperceptibles , algo planas por la parce de delante , y en ella una raya o estría sin arrugas ; lo restante hasta su punta son del todo lisas : la hembra carece de ellas bu tamaño es como el de un gamezno, y somos de sentir que forma una especie intermedia entre las cabras y conos. Tienen dos. caracteres particula- res , suficientes para distinguirlas de las cabras y gavias. El primero es una «.norme cavidad debaxo be ambos ojos , la qual forma en cada lado de la nariz un hoyo tan grande en la q a riada superior, que solo dexa una hoja de hueso muy delgada, jun- to al caballete de la nariz. En esta cavidad se for- ma un humor amarillazo , craso y viscoso , que se endurece y se pone negro con el tiempo , cuyo olor participa del castóreo y del almizcle : luego que se saca esta materia, se reproduce otra nueva, la oue se endurece también al ayre. El segundo caraíler es tener sobre la cabeza un moño recto y muy poblado de pelo. La espe- cie de este animal se halla en las cercanías del Ca- bo de Buena Esperanza , donde la llaman cabía ba- V , porque siempre está en las. malezas y matorra- les ; v quando percibe un hombre se levanta de un salto , para descubrir su posición y movimien- tos ; después de lo qual se vuelve á sumergir en la maleza , huye , y de tiempo en tiempo vuelve a salir , para reconocer si la persiguen. La g> insta es la grima de L inneo; capra sil-ves - tris grimii de Ray ; tragólas africanas , cervatillo de Africa de Brisson ; capra niciitans de Pallas. GRIS (el). Animal de una especie próxima á la de la comadreja y el armiño. Pero al contrario de estos animales , tiene la cabeza muy grnesa á proporción de su cuerpo ; sus orejas , que ca- si forman un medio círculo , son mas anchas que largas ; sus ojos grandes , su boca armada de mue- las'y colmillos duros y puntiagudos ; tiene cinco dedos en cada pie , cuyas uñas son fuerces y ama- rillazas : la cola , que es bastante larga , termina en punta. Toda la parte superior de este animal es- tá cubierta de pelo de un pardo obscuro , cuya punta es blanca , lo qual forma un color gris , so- bre el que domina el pardo ; pero lo superior de la cabeza y cuello es de un gris mas claro. El ho- cico , toda la parce inferior del cuerpo y las piernas, son de un negro que contrasta singularmente con el color gris , del que se separa cerca de la cabeza por una raya blanca , que nace en el un brazuelo, y pasa por debaxo de las orejas , encima de los ojos y de la nariz , y se dilata hasta el otro. Este animal se halla en la Guayana. Gris pequeño. Esta especie se aproxima mucho de la de la ardilla coman ; pero sin embargo , se diferencian por varios caracteres que no permiten confundirlas una con otra. El gris pequeño es mayor que la ardilla , y su pelo no es roxo como el de es- ta , sino de un ceniciento mas o menos claro. Sus GRI j2< orejas carecen de aquellos pelos largos que superan el extremo de las de la ardilla ; ,su piel es tainoien mucho mas fina y suave. También difiere de la ardilla por los hábitos naturales : los grises se juntan en bandadas , viajan en compañía , se acercan de las aguas , y se atre- ven a atravesar los rios sobre conezas de arboles. Sirvense de sus colas como de velas en esta espe- cie de navegación , en la qual frequentemente pe- rece un gran numero de ellos por la violencia del viento , que trastorna el navio. La especie del gris pequeño es común a las regiones Septentrionales de ambos Continentes. „ Los Lapones , dice Regnard , dan caza á estos animales en el invierno , y. sus perros es- tan tan adiestrados , que no dexaron pasar ninguno sin percibirle sobre los arboles mas elevados , y avisar con su ladrido á los Lapones, que estaban con nosotros. Matamos algunos ¿escopetazos, por no tener entonces los Lapones , que nos acompañaban sus Hechas romas j con las quaics. los , matan para no lastimar la piel , pero tuvimos el 'gusto de verselos desollar coa una prontitud maravillosa.1' „Dan principio á esta caceri^por San Miguel, y todos aquellos pueblos se ocupan en ella ; lo que es causa de que las pieles de estos animales esttn muy baratas , pues dan un timbre, que son qua- renta pieles por un escudo. No hay mercadería don- de quepa mas fraude que en esta y en los armiños-, porque el comprador toma el genero sin verle, por estar empaquetadas las pieles,, y el pelo hacia dentro. No hay distinción alguna en quanto a la calidad , por ser todas a un mismo precio , y ser preciso tomar las de superior calidad junto con las mas inferiores. “ ,, Los Lapones , continúa Regnard , nos dixe- ron una particularidad maravillosa , tocante a estos animalitos , la qual hemos confirmado con nuestra experiencia : no siempre se encuentra una misma cantidad de ellos por mudar muy frequentemente de lugar , y no se hallará uno en todo un invierno en el mismo parage donde el año anterior los ha- bida á millares. En efeóto , se cree que viajan y mu- dan de región ; y quando en estos viages tienen que pasar algún lago ó rio , lo que sucede á cada paso en la Laponia : estos animalillos cogen una corteza de pino o de álamo , y la llevan a la ori- lla del agua , se meten en ella y se abandonan de este modo á la merced del viento , levantando sus colas en forma de velas , hasta que arreciando el viento , y agitándose las olas , trastornan á un mis- mo tiempo la embarcación y el Piloto.51 „Este naufragio, que comunmente suele ser de tres ó quatro mil velas , enriquece á algunos Lapo- nes , que hallando estos despojos en las orillas, los aprovechan , con tal , que estos animalillos no hayan estado largo tiempo en la arena ; muchos de ellos hacen una navegación feliz , y llegan á buen puerto si el viento les ha sido favorable , y no ha causado en el, agua tormenta alguna , pues no ne- cesita ser muy violenta para sumergirlos. Esta parti- cularidad podria pasar por fabulosa, á no haberla yo mismo presenciado.15 „ Hernández dice, que la ardilla gris ó negruz- ca de Amuica vive comunmente en los árboles , y en 126 GRY en particular en los pinos ; que se alimenta de fru- tos y semillas , de las quales hace provisión para el invierno , y las conserva en el hueco de un árbol, donde se retira para pasar la mala estación , y criar sus hijos , &c. Si este animal no es , como presu- mimos , otra cosa que nuestro g> is pequeño , difiere aun por sus hábitos de la ardilla ; la qual se hace su nido en los árboles como las aves •, y lo que nos induce á creer que la ardilla negé taca de Hernández, y el gris de Virginia son el mismo animal que el grh pequeño de Europa , es que estas tres especies son casi del mismo tamaño , del mismo color , y del mismo clima frió : que su figura es idéntica , y que sus pieles se emplean igualmente en la manguiteria con el nombre de gri¡es.“ „ El Padre Charlevoix dice , que la mas fina peletería del pais de los Iroqueses es la piel de las ardillas negras. Este animalejo , cuyo tamaño es co- mo el de un gatillo de tres meses , es sumamente vivo , muy manso y fácil de domesticar. Los Iro- ueses hacen con sus pieles ropas talares , que ven- en á doscientos y ochenta , ó trescientos y veinte reales/' El gris pequeño es el sciurus •virghiiantts cireneus Piajor de Ray ; la grande ardilla parda de Catesby; y la ardilla de Virginia de Brisson. Grujido, s. m. Gruñir. v. a. Voces forma- das de los sonidos imitativos de la voz ronca , bre- ve y brusca , del cerdo , j anal i y otros animales que participan del mismo natural tosco c inmundo. También se usa de esta voz gruñir para dar á en- tender el regañar continuo y molesto de una vie- ja importuna : este verbo tiene sus deribados gru- ñidora , gruñimiento • pero solo se usan en el esti- lo familiar. GRYSBOK : que quiere decir cabrón gris. Es el nombre que los Holandeses del Cabo han dado á una especie de nagor , de la magnitud de una cabra común. Tiene las piernas mas largas , á propor- ción del cuerpo , que el steembol; de las mismas re- giones. El fondo del pelo es de un pardo bermeji- zo ó castaño ; pero parece de gris , por estar mez- clado con unos pelos largos y blancos. La cabeza y los pies son de un pardo mas claro que el cuerpo; el hocico es negro , los ojos tienen lagrimales ó surcos, y están rodeados de pelos negros ; las ore- jas son casi tan largas como la cabeza , de figura oval , y cubiertas por defuera de pelos cortos y negros; las astas tienen cerca de cinco pulgadas de largo ; uno á dos anillos en su laxa , lisas hacia la punta , que es muy aguda , arqueadas hacia adelante , y de co- lor negro. Esta especie de nagor se halla asi como el steem- bol? en lo elevado de los montes , entre las rocas, malezas y matorrales. No es muy ligero en la car- rera , porque los perros le alcanzan algunas veces, y le rinden. Su carne es tan buena de comer como la del steembok. Vease esta palabra. GUACHI (el) de Gumilía, parece ser el mismo animal que la Jya 6 Zakiouíieíyu. focase esta pa- labra. GUAHEX (el). E i) Berbería es el zebú. Vease ZL2V. GUI GUANACO. Es el nombre que los Españoles del Perú dan á el Llama. Vease Llama. GUANARO. Según Gentil, es el Llama. Vease es- ta palabra. GUARIBA, En el Brasil es la «orina , especie grande de sapayu. Vease Uarina. GUEPARDO (el). Animal carnicero de unos tres pies y medio de largo , cuya piel , que es de un leonado muy pálido t está sembrada , como la del leopardo , de manchas negras , pero mas inme- diatas unas a otras , y mas chicas, de tres ó qua- tro lineas de diámetro : su cola es también mas cor- ta , a proporción que la del leopardo y deinas ani- males del mismo genero ; pero lo que le distingue de todos es una especie de crin de quatro ó cinco pulgadas de largo , que tiene en el cueJlo y cruz del lomo ; y oiro mechón de pelo largo de tres á quatro pulgadas que tiene en el vientre. Este animal es común en las tierras vecinas del Cabo de Buena Esperanza. Permanece todo el dia en las hendiduras de las rocas , ó en los agu- jeros que cava en la tierra : por la noche va á bus- car su presa , pero como aúlla quando caza , avisa a los racionales e irracionales , de suerte que es muy fácil evitarle ó matarle. Somos de sentir que es el mismo animal que indica Kolbe , baxo el nombre de lobo tigre. En esta especie hay algunas variedades en el fondo del pelo , y en ios colores de las manchas : pero todos los guepardos tienen el caraéler común del mechón de pelo largo en el vientre , y la crin en el cuello. GUERESA. En Etiopia , según Ludolfio , es el mococo ó loris. Vcanse estas voces. GUEVLI. Nombre que dan en el Scnegal al cer- vatillo. Vease esta palabra. GUIA DLL LEON. Nombre con que han indi- cado algunos el lince ó caraca!. Vcanse estas palabras. GUIANACOES. Nombre baxo el qual se halla indicada en la Encydopedia antigua la vicuña ; pe- ro con unas señas tan vagas y exageradas , que coa dificultad se vieue en conocimiento de ella. Vease Vicuña. GU1BO (el). Parece ser una especie intermedia entre las gaxclas y las cabras. Se semeja á Jas gabelas, y en especial al nanguer , en el tamaño y figura del cuerpo , en la ligereza de las piernas , en los ojos, en las orejas , en la longitud de la cola , y en ca- recer de barba : pero difiere en el color del pecho y del vientre, que es de un castaño bastante obscu- ro : en lugar que las gacetas tienen estas partes de un blanco hermoso. También se diferencia en las astas , que son lisas y sin anillos transversales , y tienen dos espinas longitudinales , una arriba y otra abaxo , las quales forman una vuelta espiral desde la raíz hasta la punta : también están un poco com- primidas y en estas partes se acerca el galbo mas a la cabra que á la gabela. Este animal es notable por unas faxas blancas que tiene sobre un fondo castaño , las quales están dispuestas a lo largo y al través del cuerpo , como si fuese un arnés ó guarni- ción. Los galbos viven juntos , y se hallan en gran- des manadas en los llanos y bosques del pais de Po- dot en el Senegal, HAN- HIE HAN I XaN-T A-HAN (el). En la China es el elan. Vease Eian. HAU ó HAULTI. Según el viagero Thevet es el perezoso. Vease IekEZoso. HAUT (el) de Nieremberg. Es el perexoso. dense* HAI. Según Lery , es el mismo perexoso. HEDIONDO (eí). Asi llamado por el hedor que exhala ; es algo menor que la faina , tiene la cola mas corta , el hocico mas puntiagudo , y el pelo mas espeso y negro : la frente , los lados de la nariz y la boca al rededor son blancos i su grito mas obscuro que el de la faina , pero ambos tienen un gruñido de un tono grave y colérico quando los irritan. Este animal tiene también el temperamento, natural V propiedades de la faina ; y como ésta se acerca á las habitaciones , sube a los tejados , se establece en los desvanes y pajares ; entra en los corrales, en los gallineros y en los palomares, don-* de sin hacer tanto ruido como la faina , causa mas estrago : corta y hiere la cabeza de todas las aves, después se las lleva una á una y las almacena ; y si, como sucede muchas veces , no ias puede llevar en- teras , porque el agujero por donde ha entrado es demasiado estrecho , solo se lleva las cabezas. También es muy apasionado á la miel, acome- te en el invierno a las colmenas , y obliga á las abejas á que las abandonen. Nunca se aleja de los poblados : entra en zelo por la primavera , y los machos riñen en los tejados , y se disputan la hem- bra , después la abandonan , y se van á pasar el verano á los bosques y al campo : la hembra per- manece en su desvan hasta que pare , y no lleva á sus hijos hasta mediados ó fines del verano : pare tres ó quatro, y algunas veces cinco , y no los da de mamar mucho tiempo , acostumbrándolos muy temprano á chupar la sangre y comerse los huevos. Estos animales viven de rapiña en ias poblacio- nes , y de caza en el campo ; pasan el verano en los vivares de los conejos , en las hendiduras de las rocas , y en los agujeros de ¡os árboles huecos, donde permanecen todo el dia , y por la noche se esparcen por los bosques y por los campos : bus- can los nidos de las perdices , de las alondras y de las codornices ; trepan los árboles para robar los de los demás páxaros * espian las ratas , los topos, los turones, y hacen una guerra continua á los co- nejos , que no pueden escaparse por entrar estes animales en sus vivares con suma facilidad. El hediondo exhala y esparce á lo Jejos un olor insufrible , especialmente quando está en zelo ó irritado. Los perros no quieren comer su carne ; y su piel , aunque buena , se vende á ínfimo precio, porque nunca pierde del todo su olor fétido. Este proviene de dos vexiguillas que estos animales tie- nen cerca del orificio , las quales filtran y contie- nen una materia mantecosa , cuyo olor es insufri- ble, como también el del uron , comadreja y tejón, &c. : y al contrario en la civeta , raposa , marta. Sec. que contienen un perfume de buen olor. El hediondo parece que es un animal de los paí- ses templados. En los del Norte hay pocos , y en los Meridionales es mas raro que la fitina ó gardu- ña. La especie parece que solo se halla desde la Ita- lia hasta Polonia. El nombre latino putorius , tiene su etimología del hedor del animal. Hediondo rayado. Nombre dado por algunos al x°‘>'¡ lio , llamado antes hediondo o bestia hedionda de la América Septentrional. Vease Zorrillo y Ie- 1 IDOS. H1AM. En la China es el animal que da el almiz- cle. Vease Almizcle. HIENA (la). Es de la magnitud del tobo , solo que su cuerpo parece ser mas corto y recogido: tiene la cabeza mas quadrada y mas corta ; las pier- nas , especialmente las de atrás , son mas altas, las orejas largas , derechas y desnudas ; los ojos situados como los del peno : el pelo del cuer- po y la crin de un pardo obscuro , mezclado de al- go de leonado y negro , con hondas transversales negruzcas ; tiene quatro dedos en cada pie ; su gri- to dicen que se parece a los eruélos de un hombre quando vomita con esfuerzo , ó mas bien al bra- mido de un ternero ; otros dicen que a los gemi- dos de un niño que llora. Este animal silvestre , solitario y cruel , vive en las cavernas de las montañas , en las hendiduras de las rocas , ó en las cuevas que él hace debaxo de tierra. Es de un natural feroz , y vive de rapiña como el lobo ; pero es mas atrevido , y algunas ve- ces acomete á los hombres , se arroja al gtnauo, sigue de cerca los rebaños , y varias veces rompe por la noche las puertas de los establos. Sus ojos brillan en la obscuridad , y aun se dice que ve me- jor de noche que de dia ; pelea contra el león , la panto a y la onxa t y á falta de presa, se alimenta de •cadáveres de animales y racionales que desen- tierra. Algunos han dicho que la hiena era alternativa- mente macho y hembra. Esta fábula absurda , co- mo otras varias que se cuentan de este animal , se funda en que el macho tiene como la hembra una abertura en forma de hendidura debaxo de la cola, pero que no es un órgano de generación. Este ani- mal habita los paises calidos del Africa y del Asia. En la isla de Meroé , dicen que hay una hiena mucho mayor y mas gruesa que la de Berbería , la qual tiene también el cuerpo y el hocico mas lar- gos á proporción , y mas semejantes al del perro. Esta grande hiena es tan Inerte que se lleva fácil- mente á un hombre á una ó dos leguas de distan- cia, sin posarle en el suelo. Tiene el pelo muy ás- pero , y mas pardo que el de la otra •, las faxas transversales son mas negras ; la crin no se eriza hácia la cabeza , sino hacia la cola : en estos ani- males se ha notado un defeéfo singular , y es , que quando se les obliga á ponerse en movimiento co- xean 128 H E R xcan de la pierna izquierda , y esto dura cerca de un centenar de pasos ; pero de una manera tan no- table , que parece que el animal va á voltear del la- do izquierdo. El nombre que la da Aristóteles es hyccna et gU- yius , de donde algunos Escritores latinos moder- nos han formado el nombre de ganits ó gamius. En Porfirio se lee que la hiena se llamaba en la India cruenta , lo qual conviene con lo que Plinio dixo del ieocrocoto. Vean esta palabra. La hiena es el laxas por ciñas sen kyuena veterttm de Koempfer. HERRADURA. Especie de murciélago , cuyo nombre toma de su figura. Vease Murciélago. HIERRO DE LANZA. Denominación particular y distintiva de una especie de murciélago. Véase es- ta voz, HIJO DEL DIABLO. Nombre que algunos han dado á los fétidos. Vease esta voz. HINEN-PAO. En la China es la on\a. Vease Onza. Hipar, (mont.) Es quando el perro anda tras los conejos. HIPFELAFE (el) de los antiguos. Es el ciervo de Ardenas. Vease Ciervo. Hipomanes. Humor muy nocivo , que se engen- dra en la ingle de la yegua , originado del ardor libidinoso ; y de aquí lo toman por un veneno que entra en la composición de los que llaman filtros amatorios , es del griego rxvi/exiíi , compuesto de caballo y furor. Vease Yegua. HIPOPOTAMO (el) ó caballo marino. Es mayor v tan grueso como el rinoceronte: tiene las piernas inas cortas , la cabeza no tan larga , pero mayor á proporción del cuerpo : los ojos chicos , las ore- jas muy cortas , puntiagudas , y pobladas por dentro de pelo espeso , corto y fino : los labios guarneci- dos á trechos de unos mechoncillos de pelo , que como pinceles salen de un canon ó raíz : la piel muy gruesa , dura é impenetrable por el lomo , la gurupa , y la parte exterior de los muslos y nal- gas , y no tan dura y fuerte por el vientre interior de los muslos. Tiene esparcidos por el cuerpo al- gunos pelos muy ralos de color leonado ; pero las piernas , hijares y el vientre están casi desnudos. Su cola es corta y chata desde el medio hasta la' punta , y poblada por su extremo de pelo ó me- chones como la nariz. , pero un poco mas largos: tiene quatro dedos en los pies , y una uña en cada dedo. El hipopótamo no tiene cuernos sobre la nariz co- mo el rinoceronte , ni en la cabeza como los ani- males rumiantes ; pero lo que hace muy notable á este animal es la magnitud enorme de su boca, que es de figura quadrada , y guarnecida de dientes muy largos , de una substancia sumamente dura, especialmente los de la quixada inferior. Los dien- tes incisivos de esta misma quixada son también muy largos , cilindricos y acanalados ; los colmi- llos son corvos , cortantes , y de la figura de un prisma , como los del javali : las muelas son qua- dradas , bastante semejantes á las del hombre , y tan gruesas que una sola pesa mas de tres libras , los dientes incisivos mayores , y los colmillos tienen hasta doce , y aun diez y seis pulgadas de largo, y pesan algunas veces doce ó trece libras cada uno. HIP Estes dientes son comunmente treinta y seis : esto es , quatro incisivos , dos colmillos , y doce mue- las en cada quixada : este numero varía según la edad. Reuniendo las diversas descripciones que se han hecho de este animal , parece que tiene cerca de diez y seis pies de largo , desde la punta del hocico hasta el masío de la cola , quince pies de circunferencia , y seis á siete de altura ; pero esta longitud varía , y los hay mucho menores : la ca- beza tiene tres ó quatro pies de largo , y ocho p nueve de circunferencia , y su boca dos pies de abertura. La hembra es mas pequeña que el macho en todas sus dimensiones. Con unas armas tan fuertes , y una fuerza de cuerpo tan prodigiosa , podría el hipopótamo hacer- se temible á todos los animales ; pero es natural- mente manso , y ademas tan pesado y tan lento en la carrera , que no podria alcanzar á ninguno de los quadrúpedos ; nada mas aprisa que corre , y coge pescado para su alimento ; se complace en el agua, y vive en ella con canto gusto como en la tierra; sin embargo , no tiene membrana entre los dedos, y parece que nada fácilmente por la gran capacidad de su vientre , la qual hace que volumen por volu- men sea casi de peso igual á el agua : ademas per- manece largo tiempo dentro de ella , y anda co- mo sobre la superficie , y quando sale de ella para pacer come cañas de azúcar , juncos , mijo , ar- roz , raíces , &c. consumiendo y arrasando la ma- yor parte , con lo que hace un nocable perjuicio en los sembrados ; pero como es mas tímido fue- ra que dentro del agua , se consigue fácilmente el auyentarle. Es tan corto de piernas, que si se alejase de la orilla del agua , no podria escapar huyendo : su recurso quando está en peligro es echarse al agua, zabullirse en ella , y andar un gran trecho debaxo, fasta que vuelve a salir : comunmente huye quan- do le dan caza ; pero si se ve herido , se irrita ; y volviéndose con furor, se arroja á las barcas, las agarra con los dientes , las quita algunos pedazos, y muchas veces las sumerge. Tiene la vida muy du- ra , y no se rinde fácilmente , por lo qual procu- ran romperle las piernas , tirándole con mosquetes grandes cargados de barretas. Quando se consigue esto , ya , por decirlo asi , se le tiene seguro: también se le coge con arpones atados á una cuer- da , dexando al animal forcegear en el agua hasta que pierde el movimiento y la vida , y entonces se les saca á la orilla con bueyes , ó á fuerza de brazos. Un hipopótamo que ha llegado á su entera mag- nitud , da comunmente dos mil libras de lardo, el qual se sala y se vende muy caro. Aseguran que es- te lardo es muy bueno , y que supera por el gusto a todas las demas mantecas. Jamas causa acedias , y exprimiéndole se saca de él un aceyte suave y blan- co como la leche : también se encarga á Africa es- te lardo como un remedio eficaz contra los males de pecho. La piel sirve á los Negros para hacer broqueles y correas ; los pintores Indios se sirven, según dicen , de su sangre para sus colores : la blancura , limpieza y dureza de los colmillos de este animal, los hace preferibles al marfil para ha- cer dientes artificiales y postizos. La HIP La voz del hipopótamo es , dicen , una voz me- dia entre el muxido del búfalo , y el relincho del caballo , y tal vez nace de esto su nombre , que quiere decir caballo marino. Sin embargo , algunas relaciones aseguran que su bramido se asemeja algo al del elefante , o á los sonidos largos y tartamu- dos de un sordo de nacimiento. Ademas de esto, forma también una especie de ronquido quando duerme , por el que se le descubre de lejos. Para prevenir el peligro en que está por esto , se echa comunmente en los terrenos pantanosos , y en los cañaverales , á donde no se puede acercar nadie si- no es con mucha dificultad. Las partes de la generación en el macho , es- tan siempre ocultas debaxo del pellejo ; la hem- bra por baxo de la entrada de la vagina tiene una concavidad de unas dos pulgadas de profundidad, donde no se puede ver ninguna abertura interior. Carece de tetas pendientes , y solo tiene dos pe- zoncitos , que quando se les aprieta destilan una leche tan dulce y tan buena como la de la vaca. Aunque estos animales no comen mas que yer- ba , no rumian. Algunas veces dexan los rios y van al mar : quando se encuentran en el fondo del agua procuran evitarse uno á otro , y en tier- ra tienen freqüentemente unos combates sangrientos. Quando pelean se levantan en dos pies , y en esta aélitud se muerden : en los parages donde no son perseguidos , son poco medrosos ; y quando se les tira vienen á ver lo que es ; pero luego que llegan á conocer el efeélo de las armas de fuego , huyen de los hombres , trotando pesadamente como el cer- do : algunas veces galopan , pero siempre con pe- sadez. Sin embargo , a un hombre le cuesta traba- jo el seguirlos en la carrera. La hembra pare en el suelo , y alli ateta á su hijo , enseñándole desde luego á refugiarse en el agua al menor ruido. Esta especie mayor , y la segunda ó tercera en magnitud entre los quadrúpedos , parece pertene- cer á climas particulares , y no hallarse sino en los grandes rios del Asia Meridional y del Africa , co- mo el Indo , el Ganges , el Nilo , el Senegal , el Gambra , el Zairo , &c. aunque es muy raro este animal en el baxo Nilo , y no se halla i omunmen- te sino desde el Senegal y la Etiopia , hasta el Ca- bo de Buena Esperanza. Los Negros de toda la costa Occidental de Afri- ca , miran el hipopótamo como una de aquellas di- vinidades subalternas, que ellos llaman fetiches : con. todo eso no tienen dificultad alguna en comer su carne. También creen que este animal es mas ene- migo de los blancos que de los negros. Un viajero (M. Boyer de Calais) hace mención de uno que vivió dos años en la rada de Luanga : ,, su gusto , dice , era echar á pique todas las chalupas y barcas , volviéndose sin hacer mal á nadie , des- pués de que veia la gente que iba en ellas nadando; pero como era bastante molesto y aun perjudicial, se tomó el medro de matarle : no se pudo conse- guir con armas de fuego , porque tenia la vista tan perspicaz, que á la sola luz del cebo se sumergía en el agua. Hiriéronle en la nariz con una hacha , por acercarse tanto á las barcas que parecía estar do- mesticado , y se puso entonces tan furioso , que Historia Natural. Tom. I. HIP 129 echó á pique todas las chalupas y barcos que se ha- llaban en la rada sin exceptuar alguno. “ „ Tampoco se logró cogerle con una trampa hecha de cuernos grandes , por haberse percibido de ello , y desde entonces siempre se mantenía a lo lejos. Se creyó poderle matar en tierra , pero solo saltaba en ella por la noche , volviéndose antes del dia á el agua , y mudando a cada instante de lugar. Sin embargo , observando que por espacio de va- rios dias salía siempre por una misma parte , nos fuimos á emboscar por aquel lado cinco hombres ar- mados con sables y fusiles cargados con barretas: ha- biendo pasado el animal, le tiramos todos juntos, y le herimos peligrosamente , pero no muriendo del tiro , se echo en un estanque vecino donde le per- dimos de vista : al dia siguiente por la mañana vi- nieron los Negros a decirnos que le habian visto muerto á la orilla del estanque. Yo tomé dos dien- tes de este animal de un pie de largo , y gruesos como el puño ; de este tamaño tenia seis , los que son de un marfil muy bello.” Los antiguos conocieron el hipopótamo : los hi- popótamos del Indo derribaron varias barcas de Ja flo- ta de Alexandro , y este conquistador escribió so- bre esto a su Maestro Aristóteles una carta que nos ha conservado Ariano , en la qual le pregunta qua- les podían ser aquellos monstruos del gran rio , que habían desordenado su flota. Escauro fue el prime- ro que presentó en Roma al hipopótamo en los jue- gos del Circo : y después refieren algunos como un rasgo de sumptuosidad notable , que el Empera- dor filipo hizo ver varios en los juegos seculares que se hicieron en su tiempo. Como no se ha visto el hipopótamo en Europa después de las últimas épocas de la magnificencia Romana , y que los Naturalistas no han podido completar sus conocimientos sobre este gran qua- drupedo , creemos muy del caso el colocar aqui las observaciones que el Doétor Klocner ha hecho en Holanda sobre un hipopótamo , del que le habian enviado la cabeza y piel. „ Luego que mojé la ca- beza , dice este observador , se hinchó en extremo. La abertura de la boca era de mas de diez y seis pulgadas , medida de Amsterdam : los labios eran bastante anchos para cubrir y tapar todos los dien- tes del animal , lo qual se hace naturalmente con tanta mayor facilidad quanto los dientes largos ó colmillos inferiores que son corvos , pasan por en- cima de los superiores en forma de tixera , y en- tran en un estuche formado por el pellejo del labio y por las encias. Entre los dientes delanteros ó in- cisivos , y entre los colmillos y muelas , como también entre la lengua y los dientes incisivos, tie- ne un pellejo liso y duro , y el cielo de la boca está lleno de muescas. ... El todo estaba también mezclado de músculos muy fuertes, y la demasía que se hallaba en lo anterior de los labios , era una carne roxa y blanca , del color de la lengua del buey.” „ Detrás de los colmillos y muelas se veía en el labio inferior , por el lado donde empieza la mandibula , una cosa gruesa , que cerrando la boca, llenaba la abertura que se hacia detrás de los col- millos.” „ Debaxo de las orejas , y al rededor del con- R duc- I 0,0 HIP - (J duíto auditoreo , que es sumamente pequeño , te- nia mucho gordo , como también en las órbitas de los ojos. Las orejas están colocadas como sobre una eminencia , y de manera que al rededor de ellas se forman unos pliegues en circulo." „ La abertura de los ojos es muy pequeña , res- pecto la magnitud del animal. . . . Las narices van exteriormente baxando al sesgo con una pequeña abertura v después se juntan por una linea curva en lo interior , y luego vuelven a subir de nue- vo. . . Los dientes son tan duros que con un esla- bón se saca fácilmente lumbre de ellos. . . . Encon- tré quatro colmillos colocados perpendicularmente, ocho dientes incisivos , quatro en la mandíbula su- perior , cuya posición es perpendicular , y quatro en la inferior , colocados horizontalmente. Ade- mas observe dos muelas en cada mandíbula , y tres dientes colocados delante de las muelas , de figura redonda y larga , algo mas gruesos por su basa; en las mandíbulas superiores tiene tres muelas en cada una , y dos de ellas de figura cilindrica , y separa- das una de otra , entre los quales hay un hueco es- pacioso de nieuia pulgada." ,, Los labios están cubiertos de unos mechon- ciilos de pelo bastante separados unos de otros, que como pinceles, salen de un cañón o raiz : yo conté unos veinte de ellos. A los lados de la boca, lucia la parte de abaxo, tiene unos pelos finos, mas espesos que los otros , y en el cuerpo se perciben dispersos algunos pelos ralos t pero no tiene nin- guno en las piernas , en los hijares , ni en el vien- tre. El extremo , y las partes inferior y superior de la cola estaban guarnecidas de mechones de pe- lo como los de la nariz , aunque un poco mas lar- gos." „ La piel del vientre , cerca de los muslos, era de una pulgada y nueve lineas de grueso. La subs- tancia de esta piel era blanca , ternillosa y dura. . . Los dedos estaban armados de uñas, y el pellejo que los separaba , era muy amplio , y creo que Jos pies de este animal quando estaba vivo serian mas bien chatos que redondos. El talón que se retira hacia atrás y hacia arriba , parece muy propio pa- ra nadar ; el casco , aunque gordo y calloso , es sin embargo flexible." „ Me refirieron , continúa Klocner , que este hipopótamo se habia internado mucho en las tierras del Cabo , y aun cerca del parage llamado las mon- tañas de nieve , quando le tiraron. ... Si hemos de creer al cazador que le ma^ó , este animal es muy agil en la carrera , as! por los lugares panta- nosos como por tierra firme ; y corre lo suficiente para que los aldeanos no se atrevan á tirarle quan- do está fuera del agua : pero le acechan y espian al ponerse el sol. Entonces este animal levanta la par- te superior de la cabeza fuera del agua , y tiene sus orejillas en una continua agitación para escu- char si oye algún ruido. Quando se manifiesta en el agua algún objeto que pueda servirle de presa , se arroja sobre él , y parte como un rayo para coger- le : mientras que el hipopótamo está ocupado de es- te modo en escuchar , nadando ó flotando sobre el agua , procuran tirarle á la cabeza. ... En quanto á lo restante en ninguna otra parte he encontrado esta particularidad , tocante a la grande agilidad de HUR este animal. Al contrario , aseguran constantemente que le atacan mas voluntariamente en tierra que en el agua. Algunas veces le cortan el paso al rio con árboles y tosos , porque saben que prefiere ganar el agua ames que combatir ó huir por tierra , y por eso se halla con mayor ventaja en el agua, donde no tiene ningún animal que temer. El gran tiburón y el cocrodilo evitan ei hipopótamo , y no se atreven a pelear con él." „ La piel de este animal es sumamente dura por el lomo , por la gurupa , y por Ja parte exterior de los muslos y de las nalgas , de suerte que las balas de escopeta resbalan por encima , y las flechas re- botan en ellas : en el vientre é interior de los mus- los , que es donde se le apunta el tiro , es mas delgada y blanda. . . . Los Negros que acometen sin temor á el tiburón y cayman con chuzos y dar- dos temen el hipopótamo , á quien tal vez no se atreverían nunca acometer , sino supiesen substraer- se á su furor huyendo." ,, El Padre Labat dice , que el hipopótamo que es muy sanguino , se sangra él mismo de una ma- nera muy particular. Busca , dice , la punta cor- tante de una roca , y se estrega contra ella hasta que se hace una abertura bastante considerable pa- ra que corra la sangre. Entonces se agita mucho pa- ra darla movimiento , y que salga en abundancia, y quando presume que se ha desangrado lo bas- tante, se revuelca en el cieno para cerrar la cisura." Lo que refiere aqui Labat , lo dixeron cambien los antiguos : porque en Galeno se lee en su libro de la Sangria (de Phlebotomia) que la opinión co- mún era , que la medicina la habia adoptado á exeinplo de este animal ; y en los hleroglíficos Egipcios un hipopótamo , picándose ia vena, simboli- zaba á un cirujano. El nombre del hipopótamo está foimado del la- tino hippopotamui , el qual viene del griego hip¡/opo‘ tamos , que quiere decir caballo de no. HOJA (la). Nombre dado á una especie de mur- ciélago. Veas f Murciélago. HOMBRE SALVAGE. Nombre dado al gran orang-utang. Ve ase esta palabra. HORMIGUERO. Véase Oso hormiguero. HUANACAS. Lo mismo que guanaco , que sig- nifica la llama. Vcase Llama. ** Huciro. ( mont .) La punta que echa el ciervo, gamo y corzo el primer ano. Huilla, (mont.) Son las señales que dexa la res sobre la yerba ó tierra , las quales son fáciles de conocer en tiempo de escarcha. ** Hiudero. •(mont.) Es el lugar donde se refugia la res quando va perseguida de la montería. HUITZTLACUATZIN. En México es el puer- co csp'm , y según Buffbn el coendú. Vease este artí- culo , y la nota del traductor sobre la diferencia del puerco espin de México , y el coendú. HURON (el). Exhala como el hediondo un olor desagradable , el que es mucho mas subido quan- do el animal está en zelo ó irritado : también se semeja á el hediondo en el color ; pero no se les debe considerar como una misma y única especie, sino como animales absolutamente diversos ; por- que el hediondo , natural de los climas templados, es un animal silvestre sonto la fitina , y el hurón ori- HUR originario de los climas calidos no puede subsistir en el nuestro sino como un animal doméstico. El hurón y el hediondo no se mezclan juntos : el hu- rón tiene el cuerpo mas largo y mas delgado , la cabeza mas corta , y el hocico mas puntiagudo que el hediondo ; tiene los ojos vivos , Ja vista encen- dida , y todos los movimientos muy flexibles : al mismo tiempo es tan vigoroso que vence fácilmen- te á un conejo que sea quatro veces mayor que él; pero no tiene el mismo instinto que el hediondo para buscar su subsistencia , y es preciso cuidarle y alimentarle en casa , a lo menos en estos ciimas, donde no va á vivir al campo ni á los bosques. La hembra es mucho mas chica que el macho, y quando está en zelo, le busca y solicita con ardor, y aseguran que muere sino le encuentra : por eso se tiene cuidado de no separarlos. Se les cria y mantiene en cubetos ó caxas , donde se íes hace una cama de estopa ; duermen casi continuamente, y quando despiernan, buscan al instante que comer. Se les alimenta con salvado , pan , leche , Are. : las hembras paren dos veces al año , y están pre- ñadas seis semanas ; algunas devoran sus hijos casi al mismo instante de haberlos parido , y entonces entran de nuevo en zelo , y tienen tres partos, los quales son comunmente de cinco ó seis cachor- ros , y algunas veces de siete , ocho y aun nueve. Este animal es naturalmente enemigo mortal del conejo : quando se pone un conejo , aunque esté muerto , á la vista de un hurón nuevo que no los haya visto nunca , se arroja encima de él , y le H Y vS 1 3 1 muerde con furor : si está vivo , le coge por el pes- cuezo o por la nariz , y le chupa la sangre. Quan- do se le suelta en los agujeros ó vivares de los co- nejos , es preciso ponerles un bozal para que no los maten en lo interior de las madrigueras , y que les obliguen á salir y caer en la red que cubre la boca dei vivar : si se dexa entrar el huras sin bozal se suele perder ; porque después de haber chupa- do la sangre al conejo , se duerme , y el humear los vivares no siempre es un medio seguro pa- ra que vuelvan a salir , porque un vivar tiene freqüentemente varias salidas , y se comunica á otros , en los quales entra el / u on conforme le va llegando el humo. Los muchachos se sirven tam- bién del hurón para coger paxaros en los nidos , y entra fácilmente en los agujeros de los árboles y de las paredes , y saca la presa á fuera. Este animal , aunque fácil de domesticar , y bas- tante dócil , no dexa de ser muy colérico. Varía en el color del pelo como los demas animales domés- ticos , y es muy común en ios paises calidos. £s- trabon dice , que le llevaron del Africa á España, sin duda por la necesidad que hubo en este pais de destruir los conejos que habian multiplicado en ex- tremo. El hurón , en latín , viverra ; le llaman los No- menclátores mustela viverra. Hurón de Java. Nombre baxo del qual se ha indicado el vansiro. Idease Vansiro. HYSTRIX. En griego y en latin es el fuere» es- fin. h'ease esta palabra. R » Historia Natural. Tom.l ICH- XlCHNEUMON (el). Es un animal famoso entre los antiguos. Por su forma y su natural se le puede comparar muy bien á la eructa , ó mas bien a la ginei.í i tiene los ojos vivos y llenos de fuego , la fisonomía fina , y el cuerpo muy agil , las piernas cortas , y las de atrás un poco mas largas que las de adelante ; las orejas muy chicas , anchas y re- dondas ; la cola larga , gorda por su origen , y terminada en punta ( el pelo áspero , y por lo co- mún erizado : el macho y la hembra tienen am- bos una abertura notable , é independiente de los conductos naturales , una especie de bolsa , en la qual se filtra un humor oloroso ; algunos pretenden que este animal abre esta bolsa para refrescarse quando tiene calor. Su hocico , demasiado puntiagu- do , y 'Su estrecha boca , le estorvan para agarrar y morder las cosas un poco gruesas , pero sabe su- plir con la agilidad y el valor , las armas y fuerza que le faltan : tiene una vocecita suave , una espe- cie de murmullo , \ su grito no es áspero sino quando le hieren o se irrita. Este animal es doméstico en Egipto , como el gato lo es en Europa , y sirve asimismo para co- ger ratones y ratas ; pero su gusto por la presa es aun mas vivo , y su instinto mayor que el del ga- to ; porque caza igualmente páxaros , quadrupetlos, culebras , lagartos e inseítos : acomete por lo ge- neral á todo lo que le parece viviente , y se ali- menta de toda substancia animal : no se espanta ni de la cólera de ios perros , ni de la malicia de los gatos ; no ten e tampoco la mordedura de las ser- pientes , las persigue con furor , las acomete y ma- ta por venenosas que sean ; y quando empieza á sentir las impresiones del veneno , va á buscar an- tídotos , y particularmente una raiz que los Indios llaman de su mismo nombre , y que dicen ser uno de los mas seguros y mas poderosos remedios con- tra la mordedura de la vívora ó del áspid. Come los huevos de los cocodrilos , los de las gallinas y paxaros : mata y come también los cocodrilos pe- queños , aunque sean ya muy fuertes poco tiempo después de haber salido del huevo , y en virtud de esta am ipacía con el cocodrilo , han pretendido al- gunos falsamente que el idmcumon entraba en su cuerpo quando estaba dormido , y no salia hasta haberle roto las entrañas. El idmcumon ha padecido algunas variedades co- mo los demas animales domésticos. Los hay gran- des , chicos , y áe pelos diferentes ; pero esta di- versidad de colores , y esta diferencia de tamaños no son suficientes para constituir especies , como lo han hecho los Naturalistas. En Egipto , donde estes animales son , por decirlo asi , domésticos, son mayores que en las Indias , donde son sil- vestres. „ Los habitantes de Aiexandria , dice Belon, tienen una bestia llamada idmcumon , que se halla particularmente en Lgipto : se la puede domesti- car en las casas , asi como un gato ó un perro. Ll vulgo ha dexado de llamarla por su nombre anti- guo , porque en su lengua la llaman tata de Pba- taon. Pero hemos visto que los aldeanos llevaban algunas pequeñas al mercado de Aiexandria , don- de son estimadas para tenerlas en las casas , a cau- sa de que cazan ratones , serpientes , &c. Este ani- mal es cauteloso , y acechador de su presa. ... Se alimenta indiferentemente de animales vivos , como escarabajos , lagartos , ranas , ratas y ratones ; es aficionado á los páxaros , pollos y gallinas : quan- do está irritado eriza el pelo. . . . Tiene una par- ticularidad notable , y es un grande agujero , todo rodeado de pelo , fuera del conduóto del excre- mento , semejante casi a la parte vergonzosa de las mugeres , el qual le abre quando tiene mucho caioi;.‘c Este animal crece prontamente , y no vive largo tiempo. Hallase crecidíssimo numero de ellos en toda el Asia Meridional , desde Egipto hasta Ja- va , y parece que también les hay en Africa , has- ta el Cabo de Buena Esperanza ; pero no se pue- den criar fácilmente , ni conservar largo tiempo en nuestros climas templados , por mucho cuidado que se tenga de ellos : d ayre los molesta , el frío los hace morir ; y para evitar uno y otro , y con- servar su calor se echan formando un círculo , y esconden la cabeza entre los muslos. Su utilidad le habia hecho un objeto de vene- ración entre los antiguos Egipcios , y aun en el dia era muy digno de que se procurase su multiplica- ción y conservación , porque destruye un gran nú- mero de animales nocivos , y en especial los coco- drilos , cuyos huevos sabe buscar , aunque escon- didos entre la arena : la postura de escos animales es tan crecida , que podria temerse qualquier daño de su multiplicación , si el idmcumon no destruyese los huevos. Finalmente , parece que hay variedad en esta es- pecie t porque los hay que tienen el hocico mas gordo y corto , el pelo y la cola mas erizados, y mas largos , como también las tiñas. El idmcumon de los griegos y latinos , se llama en Indias manguda o mango ; y es la ' viverra man- go de Kempfer ; scrpcnddda ¡"uve mímeos de Rum- phio ; mus Pharaunis de Prospero Alpino ; metes kbncumon de Hasselquist. ICT1S. Nombre baxo el qual los antiguos han indicado la gar duña y el hediondo. IMPALUNCA. En Congo (la antigua Encyplo- pedia escribe impalanca) es , según toda apariencia, el búbalo. Vcasc Buealo. IMPANGAZZA. Asi se lee en la antigua Ency- dopedia el nombre de paca ó pacata , que en Con- go es el del condoma. En el mismo lugar añaden, que este animal es también conocido baxo el nom- bre de dame ; pero de este ultimo nombre parece no haberse hecho uso jamas sino para indicar el tapir ó anta. En quanto a lo demas véase Con doma. IMPOOF. Nombre que los Cafres dan al cana. Vcase Cana. IM- I M S IMSIRE. En el Reyno de Congo es el vansiro. Vease Vansiro. INTIENGA (el). Es , dice la antigua Encyplo- pedia , un animal pequeño que se baila en Rj rica , y especialmente en el Reyno de Congo. Su piel es bella , y enanchada de colores tan -vivos , que ninguna persona sino el Rey , los Principes de la familia Real , y los grandes, d quienes el Rey quiere distinguir, puede usar de éste vestido. Este Monarca regata estas pieles á los de- más Príncipes sus Vasallos , los quales lo tienen a mu- cho honor. Este animal vive siempre en los árboles , y muere poco después de haber puesto el pie en tierra. Es fácil creer que los Vasallos del Rey de Congo se tendrán por muy honrados con sus regalos : pero no es tan natural imaginarse que los negros, perpe- tuamente abrasados por el sol , gusten de embobarse ó cubrirse con estas pieles ; y lo que es casi in- creíble es , que sea este animal de una naturaleza que viva en los árboles , y muera poco después de ha- ber puesto el pie en tierra. ISATIS (el). Se parece en todo á la zorra , tan- to por la forma del cuerpo como por la longitud de la cola ; pero en la cabeza se asemeja mas al perro. Tiene el pelo mas suave que la zorra común, y su color, ya blanco , ya azul ceniciento. La cane- za es corta á proporción del cuerpo ; es larga cerca del cuello , y se termina en un hocico bastante puntiagudo ; las orejas son casi redondas , tiene cinco dedos en los pies delanteros , y quatro en los de atrás ; los pelos de que esta vestido el cuer- po tienen cerca de dos pulgadas de largo , son li- sos , espesos , y suaves como la lana ; en las nari- ces y quixada inferior no tiene pelo , y el pellejo que las cubre es negro. El estómago , los intestinos , las visceras , los vasos espermáticos , asi de la hembra como del ma- cho , son semejantes á los del perro ; tiene asimis- mo un hueso en la verga , y el esqueleto entero se parece al de la zorra. La voz del ¡satis tiene del ladrido del perro y del chillido de 13 zorra. Estos animales se juntan en el mes de Marzo ; y el zelo les dura quince dias ó tres semanas ; durante este tiempo están siempre al avre ; pero después se re- tiran á sus vivares ; éstos son estrechos , muy profundos , y con varias salidas : los tienen lim- pios , y llevan a ellos musco. Las hembras están preñadas unas nueve semanas; paren a tiñes de Ma- yo, ó á principios de Junio, y cada camada es pol- lo común de siete ú ocho cachorros. Los isatis , que al nacer son amarillos, mudan lue- go el pelo en blanco ; y los que nacen negruzcos, en azul ceniciento , y su pelo entonces es muy cor- to ; la madre los da de mamar , y guarda en su vivar cinco ó seis semanas , después los hace salir y los lleva que comer. Por Setiembre tiene ya su pelo mas de una me- dia pulgada de largo : los isatis que han de ser blancos , lo son ya en este tiempo por todo el cuer- po , á excepción de una banda longitudinal en el lomo , y otra transversal en las espaldas que son pardas , y entonces los llaman zorras cruzadas ; pe- ro esta cruz parda se desvanece antes del invierno, y entonces son enteramente blancos , y su pelo tie- ne mas de dos pulgadas de largo : por Mayo se les empieza i caer , y acaban de mudarlo entera- ITZ J33 mente en el mes de Julio ; por lo que su piel solo es buena en el invierno. Las azuics cenicientas son mas estimadas , y quanto mas azules o pardas , son mas caras. Esta diferencia en el color del pelo , no hace que los animales sean de especies diferentes ; porque en una misma camada se hallan cachorros biancos , y cachorros cenicientos , y asi el uno no es mas que una variedad del otro. El ¡satis vive de ratas , liebres y páxaros ; tie- ne tanta sagacidad como la zorra para cogerlos ; se echa en el agua , y atraviesa los iagos para buscar los nidos de los patos y ánades , se come sus hue- vos y sus hijos , y no tiene mas enemigo que el gJoton , que le arma estratagemas al paso. El cli- ma de estos animales es el Norte , y las tierras que habitan por preferencia son las orillas del mar Gla- cial , y los nos que en él entran ; aman ¡os para- ges descubiertos , y no viven en los bosques , se fes encuentra en los sidos mas montuosos , mas fríos y desnudos de la Noruega , de la Laponia, de la Siberia y aun de Islanda. Partee que la zorra gris plateada de la Améri- ca Septentrional , y el cossaco de los desiertos de la gran Tartaria son io mismo que ei isatis. El isatis es el vu/pes alba , el vulpes ciucigcra de Aldrobando ; lagopus et vulpes cinerescens de i-innéo; y la zorra blanca de Brisson. ISQLHEPATL. En México es el coaso. Vease. ** IT2CUINTEPOZÜTLI ó i- ERRO COR- COVADO. Este animal de la Nueva España , pa- recido en el tamaño a ti perro de malta ; tiene variada su piel de negro , blanco y leonado la cabeza pequeña á proporción de su cuerpo , la que parece estar unida á el cuerpo , por la suma peque- nez y grueso de su cuello : sus ojos son apacibles, sus orejas caídas , y su nariz con una prominencia considerable en el medio. Desde el cuello se le le- vanta una corcova que se extiende hasta las ancas: su cola es tan corta que apenas llega á la mitad de sus piernas. El país propio de este quaclrupedo es el Reyno del Miehuacan , en donde le llaman abora. JABALI (el). Es la casta silvestre en la especie del puerco. Aunque estos animales no tienen en ca- da pie mas de dos dedos que toquen el suelo , y terminen en un casco -de materia córnea , se dife- rencian mucho de los animales bisulcos, no solo por la conformación de sus piernas y sus pies, sino tam- bién por carecer de astas , y tener dientes incisivos en la quixada superior, por sus colmillos muy lar- gos , conocidos con el nombre de navajas, y porque 110 rumian , ni tienen mas de un estómago , &c. El jabalí se diferencia del puerco doméstico en tener los colmillos mas largos , el hocico mas fuer- te , la cabeza mas gruesa. La parte del hocico de los jabalíes y puercos está formada por una ter- nilla redonda que contiene un hueso pequeño. En el hocico tiene las ventanas de la nariz , y está si- tuado en io anterior de la quixada superior , cuya parte , que forma la nariz , tiene mucha fuerza , y sirve al animal para horadar , escarvar y revolver la tierra. El jabalí tiene la cabeza mas larga , la parte anterior del testuz mas arqueada , y los col- millos mas grandes y cortantes que el puerco. Su cola es corta y derecha. Está cubierto como el puer- co i34 JAB CO de cerdas duras y flexibles ; pero ademas tiene un pelo suave y rizado casi como la lana •, este pe- lo está entre las cerdas , y tiene un color amarilla- zo , ceniciento ó negruzco en varias partes del cuerpo del animal , ó en sus distintas edades. El jabalí quando es pequeño se llama jabato , y sus colores , que pierde después , son por lo re- gular bermejo y blanco » estos forman unas faxas que se dilatan a lo largo del cuerpo , desde la ca- beza hasta la cola ; el color de la cruz y del lomo es negruzco , y el de lo restante del animal una mezcla de blanco-bermejo y pardo. eI" jabalí quando grande tiene el hocico y las orejas negras , y lo restante de la cabeza de un co- lor mezclado de blanco , bermejo y negro en al- gunas partes ; las sedas del lomo son las mas lar- gas , están echadas hacia atrás , y tan apretadas que solo se ve el color pardo-bermejo que pinta su punta , aunque también tienen blanco y negro en lo restante de su extensión. Las sedas de los cos- tados del cuerpo y del vientre tienen los mismos colores que las del lomo ; pero como están menos apretadas se ve el blanco con el negro : las de los sobacos y de las ingles son bermejas ; las del vien- tre y parte interior de Jos muslos son enteramen- te blancas , a excepción de la plinta que es roxa : la cabeza , la punta de la cola y Jas piernas son negras. Este animal tiene los sentidos de la vista , del oido y del olfato mejores que el puerco ; no co- me como él toda especie de inmundicias , y vive comunmente de granos > frutas , bellotas y raícesj y no es propenso á la lepra. Escarva ú hoza la tier- ra mas profundamente que el puerco , y casi siem- pre en linea recta , y en el mismo surco. También parece que tiene mas sensación é instinto. Los ja- batos están siempre junto á la madre , la qual pare- ce cuida mas de elios que la puerca. En el tiempo del zelo el macho busca y sigue á la hembra , y permanece ordinariamente treinta dias con ella en los bosques mas espesos. Enton- ces es mas feroz que nunca , y aun se pone furio- so quando otro macho quiere ocupar su lugar ; ri- ñen , se hieren y se matan algunas veces. La jaba- lina no solo se enfurece quando acometen á sus hijos , y generalmente en casi todos ios animales silvestres , el macho se enfurece mas ó menos quando busca á la hembra , y la hembra hace lo mismo luego que ha parido. Rara vez gruñe el jaba- lí , á no ser quando riñe , y otro le hiere : la ja- balina gruñe con mas frequencia , y quando se les sorprende ó espanta repentinamente , soplan ó bu- fan con tanta violencia , que se les oye a una gran distancia. En términos de caza llaman escuderos á los ja- balíes que no han pasado de tres años , porque hasta esta edad no se separan unos de otros , y si- guen todos á su madre común : no van solos has- ta que son bastante fuertes , para no temer a los lobos. Estos animales forman por sí mismos unas especies de manadas , de lo qual depende su segu- ridad i quando los acometen resisten por el nu- mero , se socorren y se defienden mutuamente : los mayores hacen cara apretándose en rueda unos ton Olio., y metiendo los chicos en el centro. La caza del jabalí se hace en batida con JAB perros , ó se le mata sorprendiéndole por la no- che con la claridad de la luna : como huye muy lentamente , y dexa un olor muy fuerte , llamado berrenchín’, y se defiende contra los perros , y los hiere siempre peligrosamente ; no se le deben echar buenos lebreles destinados para el ciervo y el corzo , porque esta caza les haría per- der los vientos, y les acostumbrarla á andar lenta- mente •. los mastines un poco adiestrados bastan pa- ra la caza del jabalí. Los cazadores atacan por preferencia los mas viejos , que conocen fácilmente por las huellas. Un jabato de tres años es difícil cogerle por correr muy lejos sin pararse , en lugar que uno viejo no huye lejos , se dexa cazar de cerca , no teme á los perros, y se para amenudo para hacerlos cara. Tal es por mayor Ja caza peligrosa del jabalí j pero como los apasionados á esta caza desearán una explicación mas circunstanciada , nos es forzoso el satisfacerles con términos técnicos. El jabato desde seis meses hasta el año toma el nombre de encañonado j al ano el de escudero ; pasado el segundo año , se le llama cachigordillo ; á los tres años cumplidos j aba- H j á los quatro quatreño : finalmente á los cinco jabalí viejo , y después no se le da otro nombre. Este jabalí viejo gusta de estar solo , y no puede hacer mucho daño ; el cachigordillo , el jabalí de tres años , y el quatreño son les temibles. El principal conocimiento de !a caza del jabalí se reduce a un punto que es el de conocerlos bien' esto es , saber distinguir el jabato del viejo , el ma- cho de la hembra , y a no tomar un puerco por un jabalí. Distíngueselos por las huellas , por el botadero, por el bañil y la querencia. El escudero macho tiene las uñas y espolones de las manos mayores que las de los pies , y quando anda sienta el pie á el lado y á la parte de afuera de la huella de la mano ; las puntas de sus uñas son gruesas , y sus bordes cortantes y á esta edad empieza á sen- tar bien la huella. A los tres años se baxan y sepa- ran los espolones , el pie se ensancha , y las uñas se ponen romas y redondas. Un escudero hembra tiene mucho menos talón; sus uñas son puntiagudas , los bordes de sus hue- llas están partidos , anda siempre con los quatro pies abiertos, sienta el pie de- atrás en la huella del delantero ; pero dentro sus espolones están apreta- dos y poco abiertos. Los de quatro años y demas jabalíes viejos , tie- nen las huellas grandes y anchas , las puntas de las pezuñas delanteras son redondas y gruesas , los cortes de los lados están usados , el talón es ancho y llano ; sus espolones , con que dan en tierra du- ra ó blanda , están aminorados , gruesos y abier- tos i las arrugas que hay entre ellos y el talón se señalan en el suelo , y los pasos son grandes y bien arreglados. Hay jabalíes que tienen una uña mas larga que otra ; esta especie de pies se llaman /i ga- chos , y son una seña infalible para conocer el cambio. Tor el botadero se conoce el tamaño y longitud de la cabeza del jabalí ; quanto mas anchos y pro- fundos son los hoyos , mas gruesa y larga es la ca- beza que los ha hecho ; y quanto ms gruesa y lar- ga es la cabeza , mayor y mas vieja es el jabalí. JAB Por la longitud y anchura del bañil se viene en conocimiento de su tamaño ; también se puede juz- gar de él por el rastro que dexa á la salida del ba- ñil , porque toca con su cuerpo á las ramas , y yerbas , en las quales se limpia ; de suerte , que examinando la altura y anchura a que se ha limpia- do , se ve si es grande ó pequeño. Una señal bas- tante singular de su malignidad es , que si á la sali- da del bañil encuentra un árbol , no dexa de estre- garse en él , y quando se va, le da una ó dos den- telladas ; no todos lo hacen , pero los monteros diestros encargan el guardarse de estos. Por la que renda se conoce también su tamaño; los viejos la hacen comunmente profunda , y quan- do salen de ella excrementan alli inmediato , y sus excrementos son siempre grandes. Distinguense los jabalíes de los puercos domes- ticados , en que estos rara vez sientan los pies tra- seros en las huellas de los delanteros , en que apo- yan mas de talón que de la punta , la qual desde chicos está redonda y usada : sus espolones tocan en la tierra á plomo , y sin casi apartarse ; tienen el pie corto , y los bordes usados , aun desde muy chicos. También tienen la cabeza mas corta que el jabalí , y hoza aqui y alli , en lugar que el jabalí hoza siempre en linea recta. El concierto del jabalí se hace el invierno en las selvas mas pobladas de espinos. En los meses de Julio , Agosto y Setiembre , abandonan los jaba- líes los grandes sotos para retirarse a las orillas de las selvas , del lado donde hay trigos y frutas ; en Oétubre y Noviembre se retiran á los montes y a las dehesas , donde se mantienen de bellotas , ave- llanas , fabucos , &c. ; y en esta estación son de temer. En Diciembre se ven jabalíes por todas partes , porque es el tiempo en que están en zelo. Entonces tienen un hedor insoportable , que desa- nima á los ventores viejos. Quando se vean hoyos que parecen recientes, se ha de tener presente que se persigue á un animal peligroso por su osadía y valor. Esta clase de jabalíes se deben atraillar de cerca , sin rezelo de hacerle sa- lir de la querencia : para acometerle se han de echar- los mejores perros , amedrantándole primero con toda la monteria ; pues si se le acometiese con po- cos perros, floxosy sin el ruido de la monteria, no se le haría salir de su querencia , y si salia, sería para emboscarse en lo mas espeso del monte , y c¡ue los perros le atraillasen tan de cerca , que pudiese vol- ver sobre ellos y herirlos codos a su salvo. Pero al contrario , si se sigue á un jabalí que se retire á su querencia dos ó tres horas antes del dia , y que al retirarse haga varios hoyos pequeños con el hocico , á estos se les debe mirar como á animales floxos , tímidos y prontos á huir por consiguiente es necesario concertarlos en un gran circuito , y no acercarse á ellos , porque si llegan á ventearla mon- teria, se saldrán de la querencia , y se irán á el otro lado del b.osque : al acometerles se les deben echar pocos perros, si se le quiere conservar algún tiem- po en el distrito ; pero quando se les ve que hu- yen es necesario echarles toda la monteria , por ser como seguro el que no volverá a la querencia. En esta caza se ponen también paradas de per- ros como en la del ciervo , y se colocan de que- JAB 135 renda en querencia , y en los parages donde pueda dar el cambio ; porque los jabalíes jamas íreqiientan otros parages que los mas emboscados y espesos. Después de haber concertado á el jabalí , se le atrailla con el ventor que le ha concertado , el que le halla sin trabajo ; porque quando el jabalí va á su querencia no hace ningún ardid embarazoso ; so azuzan y animan los perros con la corneta y la voz, y se hace un gran ruido para obligarle á salir de su querencia , y caminar a lo largo : si sucede que el jabalí , pasando por diferentes parages escabrosos, se mezcla con otros jabalíes para dar el cambio á los perros , y que estos perdiendo el viento del primero , persigan al que puso en su lugar, es nece- sario dividir la monteria á fin de atraillarle de nue- vo ; pero esto sucede rara vez , y solo los per- ros nuevos son capaces de tomar el cambio , por- que los viejos le guardan maravillosamente. Se conoce que el jabalí quiere darse quando no sigile adelante , y permanece mucho tiempo en un mismo parage : quando conoce que la monteria no le va á los alcances , busca las aguas y los char- cos para revolcarse en ellos ; si no los halla , se ve precisado á hacer cara á los perros , y embestir con ellos : entonces para socorrerlos es preciso acercarse con precaución , acogotarle con la bayo- neta , y si es demasiado peligroso , matarle de un arcabuzazo. Quando se quiere matar á un jabalí , el ven- tor solo basta. Primero se le concierta y encierra en un circuito tan corto quanto sea posible , sin es- trecharse tanto que se arriesgue á hacerle salir de el ; después se colocan al rededor del distrito, y en los mejores puestos , diez ó doce tiradores ; hecho esto, un montero con el ventor va á atraillarle , y seguir con silencio hasta ponerle á tiro , del que le sigue para matarle. Si el jabalí sale deste primer circuito sin ser muerto , se le atrailla de nuevo con silencio hasta el primer parage espeso , donde se presume que estara ; se Je vuelve á concertar y es- trechar en él , y si no se consiguiese matarlo , se reitera lo dicho hasta que quede muerto. El jabalí permanece comunmente en su queren- cia lo mas del dia , en lo mas espeso é intrincado del bosque ; sale por la tarde y per la noche para buscar su alimento. Aunque los jabalíes son muy glotones , no aco- meten ni devoran los otros animales ; sin embargo, algunas veces comen carne corrompida , pero es por necesidad. No se puede negar que los puercos son avarientos de sangre y carne sangrienta y fresca, pues se comen á sus hijos, y aun á los niños de pecho. El jabalí y el cerdo gustan mucho de las lombri- ces y de ciertas raíces , como la de la chirivia silves- tre , y para hallarlas hozan la tierra con el hocico. En el verano , quando las mieses están madu- ras , es fácil sorprender al jabalí en los trigos y avenas , adonde van todas las noches. Luego que está muerto , tienen gran cuidado los cazadores de cortarle los testículos , cuyo olor es tan fuerte, que si se pasan cinco ó seis horas sin quitárselos, toda la carne se corrompe. Del jabalí viejo sola la cabeza es buena ; pero toda la carne de los jabatos y jabalíes que no lle- gan á un año , es delicada y bastante fina. Los an- ti- 1 36 JA B t'rjuos acostumbraban castrar a los jabatos que po- dían quitar á las madres , y después los volvían al bosque; estos jabalíes castrados engordan mucho mas que los otros, y su carne es mejor que la del puerco. ** Los jabalíes mudan el pelo por Abril , Ma- yo y Junio , y quando les nace blanco y bermejo, se llaman encañonados '■> y quando están sin pelo , de- sarmados. En el tiempo del zelo andan sin escudero , es- to es, sin el otro jabalí que les acompaña, que por lo regular es mas nuevo , y el primero que salta quando la montería los acomete en sus querencias. El escudo o hueso que tiene en la espadilla es sumamente duro quando el animal esta vivo , y no tanto quando muerto : lo mismo sucede á sus na- vajas ó colmillos , que en vida del animal están muy afilados, y después de muerto se ponen romos. El jabalí no gruñe , y en esto se distingue de la jabalina. Quando el ventor descubre una jabalina , llama de priesa y sin miedo ; y si es macho , despacio y con rezelo. *** En Asia y Africa se hallan jabalíes en tanta abun- dancia como en Europa. Los de América son puercos domésticos , que se han vuelto silvestres. Jaba n del Caeo Verde (el). Nos parece una variedad de la especie común : pero se dife- rencia en lo largo de las ventanas de la nariz , en la grande anchura y forma de sus quitadas , y en el numero y figura de las muelas. La quixada supe- rior está armada de dos enormes navajas , que mas parecen cuernos de marfil que colmillos ; tienen medio pie de largo , y cinco pulgadas de circunfe- rencia por su raiz ; están vueltas y arqueadas co- mo las astas de un toro. Este puerco ó jabalí se ha- lla en las tierras vecinas del Cabo Verde. JABALINA (la). Es la hembra del jabalí. No produce mas de una vez al año , recibe al macho por el mes de Enero o Febrero , y pare por Mayo ó Junio ateta a sus hijos por espacio de tres ó quatro meses , los guia , los sigue , y no los dexa aparcarse de ella hasta que tienen dos ó tres años; y por eso algunas veces se ven jabalinas acompañadas de los hijos de aquel año y de los del anterior: quan- do los acometen se ponen furiosas. La necesidad en que se halla la jabalina de atetar y nutrir tan largo tiempo á sus hijos , y también la escasez de ali- mento son causa de que no para mas de una vez al año , mientras la puerca doméstica , a quien se pa- rece mucho , pare dos veces. Vease Jabalí. Jabaris. En varias islas de la América es el pe- car. liase este artículo. JACCAL. Algunos Autores escriben asi el nom- bre del chacal. Véase Chacal. JACARD. Nombre conque el chacal está indica- do en la Encyelopedia antigua y en Belon. Vease Chacal. Jacard (el) de los Malabares. Es el adíve. Vea- se Adive. JACKAL. En el Levante llaman con este nom- bre al chacal. Piase esta voz. JAQUE PAKEL. E11 el Reyno de Bengala es el chacal. Vease Chacal. JARIGUE. Vease Didelfo. JELDOVESI. En Turquía es una raza de carne- JOC líos llamados camellos de viento , porque son mas chicos, mas despiertos , y ligeros que los otros. Vease el artículo Camello. JEKBOA ó JEKBECA. E11 Arabia es el gerbo. Vease Gereoisa. JESEF. En Arabia y Berbería es el Mico. Vease. JIA ó JIYA. Vease Zarioueibeyu. JOCHO o ENJOCKO. Asi llaman en el Reyno de Congo al pequeño orang-utang. Vease esta palabra. JUMART. Nombre que han dado á tres espe- cies de mulos , que suponen ser producidas por el ayuntamiento del toro y la yegua , ó del toro y la burra , ó finalmente del asno y de la vaca. F.1 Doétor Shaw dice haber visto esta ultima en las provincias de Túnez y Argel. „ Hay , dice , una especie de mulo llamado { nmrach , que proviene de un asno y de una vaca ; los que yo he visto eran solípedos como el asno , pero muy diferen- tes en otras muchas cosas , porque tenian el pe- lo liso , y la cola y la cabeza de vaca , bien que sin cuernos." En el viage de Merolle se lee , que en la isla de Córcega había un animal de carga , el qual proviene del coro y de la burra; y que para lo- grar esta casta se cubre la burra con una piel de vaca fresca , a fin de engañar al toro. Sin embargo , Bufion duda la posibilidad de nin- guna mezcla prolífica entre las razas del caballo y del buey , a lo menos en nuestros climas , y re- fiere el hecho del ayuntamiento de un toro y de una yegua , el qual fue absolutamente estéril. Sea lo que fuere de la existencia ó producción de los juma) es , el hecho relativamente á la utili- dad es de muy poca importancia , no debiendo es- tos animales , supuesto que pueden existir , parti- cipar de las calidades de dos especies demasiado distantes para realzarse una á otra , y estando cer- rísimamente en la imposibilidad é impotencia de formar en sí mismas una casta y de propagarse. Ademas de esto las diferencias en la conformación interior , que son aqui de mucho mayor peso que las de la forma exterior , son tan grandes entre las especies del caballo y de la vaca , que la unión de estas dos especies es totalmente repugnante á la naturaleza ; por un lado quatro estómagos , astas, pie hendido , y todo el armazón de los huesos pesado y corto ; por otro , un estómago solo , un pie sólido , una cabeza sin cuernos, y un arma- zón alto y ligero : estas diferencias son tan consi- derables y tan íntimas , que de la unión y confu- sión de dos naturalezas semejantes , no debe re- sultar sino una especie de monstruo de conforma- ción ambigua é indecisa , que no se puede produ- cir sino rara y extraordinariamente , y de un mo- do totalmente inconexo del plan regular , general, y consiguiente de la naturaleza. En la antigua Encyplopedia , en la palabra ja- mar se halla lo siguiente : „ jamar especie de mulo conocido de los Romanos , hijo del caballo y de la bar- ra , mas pequeño que el macho común , pero capa\ co- mo el de un gran trabajo. El produéto del caballo, y de la burra , no es un jamar sino un mulo , es- pecie bien conocida. JUMENTO. El asno. Vease esta voz. KA- J37 KAB KabASU. Es el armadillo de doce faxas. Vea- se Armadillo. KABO. En Arabia , según Rasis , es la hiena. Vease Hiena. KAFRAAT. En lengua Persa es la hiena. Vease Hiena. KANGUROO. Nombre baxo del qual está indi- cada en el segundo vlage de Cook la mayor espe- cie de gerboisa de la nueva Holanda. Véase Ger- BOISA. KANKAN En Etiopia es la chela. Vease esta voz. KARRAH KULLAK. En Turco es el caracal. Vea- te esta voz. KASTOR. En Guinea es la civeta. Vease esta pa- labra. KAYOPOLLIN. Vease Cayopollin. KAYU. Algunas relaciones escriben asi el nom- bre del mono sayu. Vease Sayo. KEBOS. Nombre con que los antiguos Griegos indicaban los monos con cola larga. Vease Mico y Mono. KENLIE. En el Cabo de Buena Esperanza es el thacal. Vease este artículo. KEVEL. Vease Gazela del SeneoaL. KINKAYU (el). Es un animal de América , que no debe confundirse con el cascayu ó gloton de las mismas regiones , al que no se parece sino en la propiedad de arrojarse sobre los elanes y demas animales silvestres para chuparlos la sangre. El l{m\ayu tiene la cabeza redonda , el hocico corto, desnudo y negruzco , los ojos pardos , las orejas cortas y redondas , y al rededor de la boca unos pelos largos que están echados , y no forman bi- gote ; la lengua es estrecha y larga , la sude sacar muchas veces fuera de la boca tres ó quatro pulga- das; tiene treinta y dos dientes , esto es , doce in- cisivos , quatro colmillos , y diez y seis muelas; los colmillos son muy gruesos , y los superiores cruzan sobre los inferiores ; la cola es mas larga que el cuerpo, y va siempre en diminución hasta la punta , la qual arquea el animal á su arbitrio, se suspende , y puede agarrar y apretar fuertemen- te con ella. Su color, que es Igual en todo su cuer- po , es un roxo mezclado de gris ceniciento ; el pelo es corto pero muy espeso. Tiene unas uñas fuertes , y trepa á los árbo- les , desde donde se arroja sobre la presa para de- vorarla. Teme el agua; come y bebe de todo in- distintamente : pero ama con pasión los olores y el azúcar. Duerme por el día, y despierta á el ano- checer , y entonces tiene una viveza extraordina- ria. Su chillido es diferente , según el efeéto que le causa ; quando está solo por la noche , se le oye arrojar unos sonidos semejantes al ladrido de un perro , y siempre empieza estornudando. Quan- do juega y se le hace mal, se quexa con un chillido baxo , muy semejante al de un pichón quando pía: si se enfurece silva casi como un anade , y da unos gritos confusos y fuertes. Es doméstico , manso. Histeria Natural. Tem. /. J=3S=AJ=55=AJ=55=I?D KOB y alhaga á los que le acarician , aunque siempre conserva algo de huraño. Este animal se halla en las montañas de la nueva España , y también en las de la Jamaica , donde los naturales del pais le lla- man y oto. KLIPDAAS ó texon de roca de los Holandeses del Cabo de Buena Esperanza : es la especie de da- man , citada con el nombre de daman del Cabe. Vease este arúculo. KLIPPSPRINGER (el) ó el saltador de rocas. Es un quadrúpedo del Cabo de Buena Esperanza , del tamaño de la caora común , pero con las piernas mucho mas largas , el qual parece ser una especie de la numerosa casca de las gazelas. Su cabeza es redonda , de un color pardo amarillazo , con al- gunas rayitas negras ; el hocico , los labios y el cerco de los o;os son negros : delante de cada ojo tiene un lagrimal con un gran oriñeio de forma oval i las orejas son bastante grandes , y rematan en punta : los cuernos tienen cerca de quince pul- gadas de largo , son derechos y lisos por la pun- ta , y con algunos anillos por su origen : la hem- bra no tiene astas , y el color del cuerpo es de in leonado amarillazo , cada pelo es blanco por su raíz , pardo ó negro por el medio , y de tin amarillo pardusco por la punta ; los pies y las ore- jas están cubiertos de pelo blanquizco ; ¡a cola e$ muy corta. El lippspringer vive en las rocas mas inaccesi- bles , y quando percibe a un hombre , se retira al medio de los precipicios , salva de un safo gran- des intervalos de una roca á otra , y quando se ve perseguido de perros ó cazadores , se dexa caer sobre las puntas de las rocas , donde ape- nas hay suficiente espacio para poner los pies: su carne es una excelente comida , y pasa por la mejor caza del pais ; su pelo es ligero , y cae fá- cilmente : en el Cabo le usan para hacer colcho- nes. KOB (el). Gabela del Senegal , que los Franceses llaman pequeña -vaca, parda. Es del tamaño del gamo, y sus astas tienen mucha semejanza con las de la gazeia común y kevel ; pero la forma de la cabe- za es diversa , el hocico es mas largo , y no tiene canales ó lagrimales debaxo de los ojos. El pelo es generalmente de un color roxo pardo ; y tiene una mancha triangular en la parte inferior de los cuernos , los quales son de un pie de largo , con ocho ó nueve anillos. Parece que este animal es una variedad de la especie siguiente. KOBA (la). Es otra gabela del Senegal , llama- da vaca grande parda , mucho mayor que el kob, y de la magnitud del ciervo. Tiene cinco pies de largo desde el extremo del hocico hasta el maslo de la cola : la cabeza quince pulgadas de largo , las orejas nueve , y los cuernos diez y nueve á veinte: estos están planos por los lados , y rodeados de once ó doce anillos. Esta grande especie de gazeia parece acercase al buláis. S KO- ,38 KUL KOGER-ANGAN. Nombre que dan en Java al vansiro. Idease Vansiro. _ KOR1N. En el Senegal frase Corina , especie de gazela. KULAN o KHULAN. F.n lengua de los Tarta- ros, Kaimucos y Kirgises , es el nombre de un ani- mal que se cria en los grandes desiertos de la otra parte de! rio Jaik , hacia el lago Aral , el qual parece ser el onagro de los Autores, y que forma la diferen- cia entre el czigitai y el asno. Los flanes son mayores oue los tarpanes ó caballos pequeños silvestres de las mismas regiones , y menores que los czigi.ais ; an- dan en manadas numerosas , corren velozmente, y parecen indomables. A fines del otoño dexan las tieiras altas, y los grandes desiertos que habitan por el verano , y se retiran hácia ios confines de la Per- sia é India Oriental. El pelo de estos animales es de un pardo her- moso , y algunas veces tiene un leve matiz azula- do, y otras una mezcla de leonado. A lo largo del lomo tiene una faxa negra , y otra del mismo color atraviesa por la cruz , y baxa á las espaldas : su co- la es perfectamente semejante á la del asno '• pero las orejas son menores y mas estrechas. KUK KUPARA ó perro cangrejero de la Guayana Víase Cangrejero. KURI (el) ó poico ligero pequeño. Es en efeCto una especie vecina de la del perezoso , al qual se parece mucho por la lorma del cuerpo , y por un caradter esencial : tiene , como aquel , dos dedos en los pies delanteros , y cinco en los de atrás, pero se diferencia en el tamaño , porque es la mi- tad mas chico : su pelo es de un color musco. Con mezcla de ceniciento y leonado , mas corto , y de color mas baxo que el del perezoso ; el vien- tre es de un color musco claro , mezclado de ce- niciento , cuya tinta se aclara mas en el cuello y lomo , donde forma una faxa débil de leonado pá- lido. Nos parece que es una variedad ó raza en la especie del perezoso , y que solo se halla como éste en el nuevo Continente. KUKURLACKO. En algunos parages de las In- dias Orientales, según Kjoep , es el grande orang- utang. Vcase Oranc-utang ú Hombre saevace. KUMRACK. Nombre de una especie de jumare, que suponen existe en Berbería. Vcase Jumare. LA- LAC I^ACEAR. ( tr.ont. ) Disponer la caza para que venga al tiro , tomándola el ay re. Ladrido, s. m. Ladrar, v. a. Palabras formadas de los sonidos imitadvos de la voz del perro , que los latinos explican con las voces la.tr are , lab atas. El perro , según su carácter de vigilancia , ladra al menor ruido , y á todo lo que tiene apariencia de peligro. Los alanos y mastines muy silenciosos por e¡ dia l adían por la noche. El ladrido de los perros quando persiguen alguna res , sirve , según sus diferentes tonos , para conocer en qué estado esta la caza. Vean se los artículos Perro , Cier- vo , Are. LAGARTOS ESCAMOSOS. Nombre baxo del qual han indicado varios Autores el pangelín y el fatagin. Fease Pangoiin y Fatagin. LAMPT. En Africa es el i? bu, Fease Buey y Zeeu. LANT. En algunas partes Septentrionales de Africa es el 'Kibu. Feote Zepu. LATAYACA. En algunas provincias vecinas de la Polonia es la polatuca. Fease Polatuca. Eazo. ( bal test .) Es el rodeo que con les caballos se hace á la res , para precisarla á ponerse a tiro del que la espera , engañándola , y haciéndola huir por la parte en que no se ha dexado rastro. LEBRASTON. La liebre vieja. Fease Liebre. LEBRATILLO. El hijuelo de la liebre. Fiase es- ta voz. LEBREL. Grande y hermosa casta de perros, que parece reúnen la ligereza del galgo , y la fuer- za del alano. Véase el artículo Perro. Lebrel bequeSo. Fease Perro. LEBRON. La liebre grande. Fease Liebre. LEEM , lemmis , leming : especie de rata de Noruega. Fease Leming. LEMING (el). Tiene la figura de un ratón, pero la cola es mas corta , el cuerpo de cerca de cinco pulgadas de largo , el pelo fino , y de varios colores ; la parte anterior de la cabeza , el cuello y las espaldas negras , la parte superior amarillaza, y lo restante del cuerpo bermejizo , sembrado de Algunas pequeñas manchas negras de diferentes fi- guras : la cola tiene media pulgada de largo , y es- tá cubierta de pelos amarillos negruzcos ; el orden de las manchas , su figura y su tamaño , no son los mismos en todos los individuos. Al rededor de la boca tiene varios pelos tie- sos en forma de bigotes , de los quales hay seis en cada lado , mucho mas largos y mas tiesos que los demas : la abertura de la boca es pequeña ; el la- bio superior hendido como el de la ardilla ; de la quixada superior le salen dos dientes incisivos, lar- gos , agudos y un poco corvos , cuyas raices pene- tran hasta las órbitas de los ojos , y otros dos dientes semejantes tiene en la quixada inferior , que corresponden á los de arriba. Los ojos son peque- ños y negros , las orejas echadas sobre el lomo, las piernas delanteras muy cortas , los pies arma- Historia Natural. Tom. I. LEM dos de cinco uñas agudas y corvas , la de enme- dio es muy larga , y la quinta es como un espo- lón , situado bastante arriba en la pierna i el vien- tre es de un color blanquecino , que tira á ama- rillo. Parece que este animal es del numero de los que rumian : no obstante lo grueso de su cuerpo, y ia pequeñez de sus piernas , corre bastante apri- sa ; habita comunmente las montañas de Noruega y de Laponia ; pero algunas veces , en ciertos anos y estaciones , baxa can gran numero de estos ani- mal ¡líos á las llanuras , que se mira su llegada co- rno una plaga terrible. Hacen un daño espantoso en los campos , destruyen los jardines , arruinan los sembrados , y no dtxan cosa alguna , sino lo que está encerrado en las casas , donde nunca entran. Ladran casi como los perrillos ; quando se les da con algún palo , se arrojan á él , y le agarran con los dientes tan fuertemente , que se dexan levantar y llevar á alguna distancia sin querer soltarle. Ca- van sus madrigueras en la tierra , y comen raices; se juntan en ciertos tiempos , y mueren , por de- cirlo asi , todos juntos ; son muy valienets , y se defienden de los demas animales. No se sabe muy bien de donde vienen ; el pueblo cree que caen con la lluvia. El macno es comunmente mayor que la hembra , y tiene tam- bién las manchas negras mayores i mueren muchos ai renuevo de las yernas : van también en mana- das numerosas en el agua por el buen tiempo , pe- ro si viene un golpe de ay re todos se sumergen; la multitud de estos animales es tan prodigiosa, que quando mueren se infesta el ayre , y ocasiona mu- chas enfermedades : también parece que envene- nan las plantas que roen , porque este pasto mata entonces al ganado. La carne de este amni.il no es comestible , y su piel, aunque de hermoso pelo, no puede servir para forros, por su poca consis- tencia. La principal mansión de los ratones Icmir.ges es ( dice la antigua Enciclopedia ) en las montanas de la Laponia ; estas montañas están acrividadas de los agujeros que hacen para meterse : cada uno tie- ne el suyo , y aunque no viven juntos , no son con todo eso feroces ; al contrario , son indinados á la sociedad , y ademas son muy resueltos , y se defienden mordiendo y ladrando.1' ,, Lo mas notable (continúa) en estos anima- les son sus emigraciones , poique en ciertos tiem- pos , una vez en diez ó veinte años , se van en manadas numerosas , y caminan por bandadas de algunos millares de ellos , hacen sendas de dos de- d'.s de profundidad, y una tercia de anchura. Tam- bién se ven varias sendas de estas paralelas unas á otras , y dirigidas en linea reída , pero siempre á distancia de algunas varas. Comen , andando, las yerbas y raices que salen de la tierra , y las hem- bras paren en el camino , y se llevan un hijo en la boca , otro en la espalda , y abandonan los de- mas si los hay. Quaqdo baxan de las montañas, S z to- 140 LEO toman el camino del Golfo de Bothnia ; pero por lo común se dispersan y perecen antes de llegar." „ En el modo con que hacen este viage , hay otra singularidad no menos notable que la anterior, y es , que siempre caminan en linea recia , sin que cosa alguna los haga torcer su camino. Si en- cuentran , por exeuiplo , algún hombre , procu- ran pasar por entre sus piernas antes de apartarse, ó levantándose en dos pies muerden el palo que les oponen. Si hallan algún monton de heno ha- cen un camino comiendo y horadando , antes que dar la vuelta." „ El pueblo que no conoce la mansión de es- tos animales , ha imaginado que caian de las nubes. Wormlo ha compuesto una obra que lo explica con razones probables ; pero antes de examinar cómo pueden caer ratones del ciclo , hubiera sido bueno asegurar si efe&ivamente caian. Ahora no se creen ya las lluvias de ratones y ranas ; mas como hay tiempos en que las ranas aparecen en crecido numero en diferentes paises , también hay tiempos en Laponia , en que los ratones de Noruega , ba- xan de Jas montanas , por decirlo asi , por colo- nias." „ No obstante , si hacen daño en los campos y prados , su presencia no dexa de indemnizar á los habitantes ; porque quando empiezan 3 destilar en las provincias de Suecia , cogen los habitantes muchos osos , zorras , martas , glotones y armi- ños , porque todos los animales que persiguen á estos ratones para cogerlos , se exponen a ser cogi- dos de los hombres." „ Se ha observado , dice Scheffer , que los le- tninges no aparecen todos los años , sino improvi- samente , en cienos tiempos , y en tan gran nu- mero , que se extienden por todas partes , y cubren toda la tiara. Estos animalejos , lejos de tener miedo , y de huir quando oyen ó ven pasageros, son al contrario atrevidos y animosos. Se presen- tan a los que los acometen , gritan y ladran casi como los perrillos : si se les quiere matar á pa- los , no se les da c.uidado , ni de los palos , ni de las armas ; saltan y se atrojen contra los que los mahratan , pegándose y mordiendo con rabia los garrotes de los que quieren matarlos. Algunas veces se hacen guerra á sí mismos , dividiéndose en dos armadas a lo largo de los lagos y prados; y viniendo los armiños y zorras terminan esta gran guerra , comiendo y destruyendo igualmente los dos partidos." El leming es el mus norwaglcus , del mus Wornv. iemnet ó lemnus de Oleao ; lemnus de Linnto. LEOCROCOTO (el). Mestizo ó monstruo , na- cido , según Plinio , del ayuntamiento de una hie- na macho , y de una leona. Entre las senas que el Naturalista Romano atribuye al leocrocoto , hay algunas incoherentes, como el decir que tiene la g/upa del ciervo , y otras evidentemente excesivas ó inventadas , como que ¡k diertc es tan cortante como uva navaja de afec- tar , y que no tiene mas de mi diente , que como un hueso continuado guarnece su mandíbula. Por lo to- cante á los demas caraéiéres , pueden convenir á un animal ( suponiendo haya nacido uno de tal mezcla , y que tenga la facultad de remedar dife- LEO rentes voces , y entre ellas la del hombre) seme- jante á la hiena. En quanto á la existencia del leocrototo , ó mes- tizo de ia leona y de la hiena , parece tan poco seguro el admitirla como posi.iva , como sería in- consiguiente el negarla como imposible ; nosotros no conocemos suficientemente los límites reales que separan las especies , ó por mejor decir , no tenemos la justa meuiJa de los intervalos, mas allá de los quales repugna la naturaleza su aña nza , pa- ra asegurar que la de la hiena, y del león no pue- da absolutamente haber sucedido. Parece que ¡a po- sibilidad de estas uniones esta señalada y circuns- cripta en lo que llamaremos familias, ó casias de ani- males ( Veaie elarií ulo QtixDRurEDos) íormauas de un conjunto ó grupo , mas ó menos numeroso de especies, que por las semejanzas exteriores é in- teriores de conformación , y por la del instinto, parecen no ser otra cosa que impresiones diversas, ó copias varias de un mismo d.seño soDre diferen- tes escalas ; y por tso vemos en la casta de ios solípedos ó quaorúpedos de pie redondo , la es- pecie del caballo producir con la del asno , y ve- rosímilmente la una o la otra , y quizas ambas pro- ducirían con el cfgitai y la abra. También en la cas- ta de Jps fisípedos con cuernos permanentes , la especie del carnero produce con ia de la cabra, y tal vez una ú 01ra produciría con las gazelas, cuya mayor parte de especies , según tona aparien- cia , podrían también producir entre sí. Es verdad que los ayuntamientos ocasionados por la servidumbre , parecen necesarios para con- seguir estas alianzas , y que la naturaleza crgullo- sa de conservar la linea direúta , y de perpetuar sus generaciones puras , no permite ni fomenta sino rarísima vez estas uniones extrangeras ; con todo eso , algunas circunstancias pueden suplir los encuentros de la servidumbre : la soledad y aban- ocre del desierto pueden hacer amigos dos seies, que futra de este encuentro , se hubieran huido: per eso , según los antiguos , los animales espar- cidos en los desiertos ardientes de Africa , con- ducidos por la sed á las orillas de las fuentes , tan raras en estos países , se unen y juntan , según los encuentros , y aunque de diversa naturaleza, estrechados por el ardor del clima , y por el del zelo. En quanto al nombre de Icocrocoto , asi es co- mo se debe escribir , y no leotocroio , como se lee en la Enci clopedia antigua ; pues se compone de leo y de crocotta , término de que se sirve Elii.io en otra parte para significar otra generación mes- tiza , que es la de la perra y el lobo. I case el hn del articulo Perro. LEON (el). Es el mas fuerte , fiero y temible de todos les animales. Tiene la figura amenazado- ra , la vista segura , el paso altivo , la voz terri- ble : la estatura también hecha y proporcionada, que su cuerpo parece ser el modelo de la fuerza unida á la agilidad. Tan fuerte como nervioso, no estando cargado ni de carne , ni de gordura, y no conteniendo cosa alguna superabundante , to- do es nervios y músculos. Esta grande fuerza mus- cular , se observa en lo exterior por los saltos y brincos prodigiosos que da el león ton facilidad, por LEO por la agilidad- y fuerza de; su cola > que lo es bas- tante para derribar a un hombre , por la facilidad coa que mueve el pellejo de su cara , y en espe- cial el de la frente ; y final meare por la facultad que tiene de mover la crin o melena , la qual no solamente se eriza ¿ sino que s.e mueve y agita a todos Jados qtiando esta u litado, Esta crin dei Icón es un pelo largo que cubre todas las panes anterio- res de su cuerpo , . y\ qye va creciendo siempre á medida que el animal envejece. Su bramido es una especie de susurro de un tono grave , mezclado de tui temblor mas agudo ; es tan fuerte , que quando se oye el eco de noche en les desiertos, parece el. ruido del trueno : brama cinco ó seis veces al dia , y mas amenudo quando quiere llover. Quando esta irritado tiene otro gfito mas cor- to , y reiterado súbitamente , el qual es aun mas tenible que ei bramido : entonces se da en los hi? jares con ia cora , y estar va la tierra: v agita su crin, mueve el pellejo cíe su cara , menea sus gruesas ce* jas , y. ensena unos dientes amenazantes ; saca una lengua armaua de puntas tan duras , que ella sola basca para desollar el pellejo , y herir la car- ne sin el auxnio de ios dientes , ni de las garras, las quaies después de los dientes son sus mas crue- les armas. Tiene mucha mas fortaleza en la cabeza, manciíuulas y manos que en las partes posteriores del cuerpo; ve de noche como ios gatos; no duer- me l.-rgo thmpo, y despierta fácilmente, pero al- gunos han preccnuiao , sin fundamento , que dor- mía con los ojos abiertos. be cree que el león ,no tiene el olfato tan per- fecto , ni los ojos can buenos como otros anima- les cárnica os. be ha notado, que la eran luz del sol le incomoda ; que camina rara vez en ei me- dio uel día ; que por ia noche hace sus correrías; y que quando ve fuego encendido al rededor de los ganados , r.o se acerca á tilos. Se ha observado también , que no percibe ae lejos el olor de los demas animales; y que, solo los persigue á la vis- ta , y no por el rasero. Quando tiene hambre aco- mete de cara á tono;, ios animales que se presen- tan ; pero como todos, procuran evitar su encuen- tro , se ve muchas veces obligado á esconderse , y esperarlos al paso ; se agazapa sobre el vientre en un parage oculto , desde donde se arroja con tanta fuerza , que los agarra regularmente del primer brinco. En los desiertos y selvas , su alimento mas co- mún son las gazelas y monas , aunque á estas no las coge sino quando están en tierra , porque no trepa a los árboles : come mucho de cada vez , y se llena para dos ó tres dias : tiene los diences tan fue r.es que rompe fácilmente los huesos , y los traga con la carne. Dicen que sufre largo tiempo ei hambre , y no tanto la sed ; pues bebe siem- pre que encuentra agua. Coge el agua lamiendo con la lengua como el perro , pero asi como la lengua dei perro se do- bla hácia arriba para beber , la del ico» se arquea hacia abaxo , por lo qual tarda mucho tiempo en beber , y desperdicia mucha agua ¡ prefiere la car- ne de los animales vivos , y la de los que acaba de matar ; nunca se arroja sobre los cadáveres in- fectos , y gusta mas de cazar lina nueva presa, que LEO 1 4 1 de volver á buscar los restos de la primera ; pero aunque se .alimenta ordinariamente de carne fresen, su aiiento.es muy fuerte, y -su orina tiene un olor insufrible. El paso corana del león es engreído , grave y ■lenco , aunque siempre obliquo ;. su carrera no se hace por movimientos iguales , sino por saltos y brincos , y estos tan prontos que no puede pa- garse al instante,, y casi siempre pasa el blanco: quando salta sobre algún animal , da un brinco de doce á quince pies.; cae encima ., le agarra con los pies delanteros, le despedaza con las ganas , y después le devora con los dientes. Mientras es nue- vo , y está en todo su vigor , vive de lo que car za , y rara vez se aparta de sus. desiertos y selvas, donde halla bastantes animales silvestres para sub- sistir ; pero quando es viejo , pesado y poco ap- to para el exercicio de ia caza , se acerca á los parages freqüentados , y entonces es mas temible y peligroso , tanto al hombre , como a los anima- les domésticos : quando ve hombres y animales juntos , siempre se arroja sobre estos últimos , y nunca sobre el hombre , á menos que no le hie- ran ; porque entonces reconoce a! que le ha ofen- dido , y suelta la, presa para vengarse. Dicen que pretiere la carne Millos tienen los ojos abiertos desde que nacen ; y la madre ios ateta por espacio de vein- te dias , y después se separan de ella , y buscan por sí mismos su alimento ; no se apartan mucho los unos de los otros, ni del parage donde nacieron; pero sin embargo viven solitariamente, y se fabri- ca cada uno su cama á distancia de sesenta á ochen- ta pasos unas de otras. La mayor parte tienen en la coronilla de la cabeza una pequeña mancha blan- ca , que se llama estrella , la qual comunmente se desvanece en la primera muda , aunque algunas ve- ces permanece en la edad avanzada. A el año lle- nan casi á su total magnitud : la duración de su vida es de siete, ú ocho años lo mas; algunos pre- tenden que los machos viven mas tiempo que las hembras. Por lo general la liebre no carece de instinto historia Natural. Tm. I. LIE T47 para su propia conservación , ni de sagacidad para escaparse de sus enemigos. Se fabrica una mansión ó cama , y para esto escoge en el invierno los pa- rages expuestos al medio dia, y en el verano al norte. En campo raso se esconde entre los terro- nes , que son del color de su pelo. Se han visto al- gunas que perseguidas , pasaban á nado las lagu- nas , é iban a esconderse entre los juncos ; otras que cansadas daban el cambio , poniendo otra en su lugar , retirándose ellas a su cama , y otras finalmen- te atravesar repetidas veces los estanques y ríos , refugiarse á los apriscos, mezclarse entre el gana- do en el campo , y esconderse entre la tierra , ó en los agujeros de las tapias de los edificios arrui- nados. Pero estos son sin duda los mayores esfuerzos de su instinto , porque sus ardides comunes son me- nos fiaos y escogidos. Se contentan , quando se vera perseguidas, con correr rápidamente , y dar vueltas» no dirigen su carrera contra ci viento, sino del lado opuesto ; las hembras no se alejan tanto como los machos , pero dan mas vuelcas. Generalmente todas las liebres que han nacido en el minino lugar don- de las dan caza, no se separan de él mucho, vuel- ven a la cama; y si se les persigue dos dias segui- dos , lucen el siguiente las mismas vuelcas y re- vueltas que el anterior. Quando una liebre va de- recha , y se aleja mucho oel parage donde se le- vanta , es una prueba de que es de o.ra parte i y que solo estaba en aquel puesto de paso. Efectivamente, en el tiempo mas señalado de su zelo , que es en Enero , Febrero , y Marzo , vie- nen algunos machos, que careciendo de hembras en los parages donde habitan , hacen varias leguas en su busca , pero luego que los perros levantan á es- tas liebres transeúntes , se van á su territorio , y no vuelven mas. Las hembras no hacen estas corre- rlas ; son mas gordas que los machos , de menos fuerza y agilidad , y mas tímidas ; no esperan á que las hagan saltar de la cama los perros , como los machos: multiplican mas sus ardides y estratagemas para evadirse : son mucho mas delicadas , y sujetas á las impresiones del ayre : temen el agua , y el rocío; en lugar que entre los machos se hallan varios que llaman liebres mezquinas , que buscan las aguas , y se dexan cazar en los estanques , lagunas, y parages ce- nagosos. Las liebres mezquinas tienen la carne de muy mal gusto , y en general todas las liebres que habi- tan las hondonadas , ó valles son de carne insípi- da y blanquecina , en lugar que en los países ele- vados , ó laderas , donde abunda el tomillo , y otras yerbas finas , son de excelente gusto los lebratillos, y aun los lebrastones. También se observa que las que habitan lo interior de los bosques en estos mis- inos paises , no son con mucho tan buenas como la., de las lomas , ó que permanecen en los campos y viñas , y que las hembras tienen generalmente mas delicada la carne que los machos : la de las que se crian en las casas , es siempre de mal gusto. Los Orientales hacen poca estimación de la lie- bre ; pero los Griegos y Romanos, hacian tanto , ó mayor aprecio que nosotros , y la miraban como el mas delicado de los quadrápedos. En efe&o su carne es excelente , y aun su sangre es buena de T i cq- i48 LIE comer, y lamas suave de todas las delosquadrúpedos. El CTordo no tiene parte alguna en la delicadeza de la carne, porque la liebre nunca engorda mientras esta en el campo , aunque muchas veces muere de crasitud quando se la cria en casa. La naturaleza del terreno influye en estos ani- males mas sensiblemente que en otro alguno. Las liebres de monte son mayores , mas gordas , pardas por el cuerpo , y grises por el cuello , que las del llano , las quales son pequeñas , y casi bermejas. En los montes elevados , y en los países del Norte se vuelven blancas en el invierno , y en el verano re- cobran su color oidinario : también hay algunas que permanecen siempre blancas , y estas son tal vez las viejas. Las liebres de los paises calidos son mas chicas que las de los templados , y septentrionales. La especie está generalmente esparcida , á excepción de la América Meridional , y de los paises situados baxo la Zona Tórrida, Sin embargo son menos co- munes en Oriente que en Europa , y las de la Amé- rica Septentrional parecen ser de otra especie di- versa. Aseguran que las liebres de los Pirineos ha- cen sus vivares como los conejos. La caza de la liebre es entretenida y de poca ostentación y gasto : por la mañana y por la tarde se va á esfera , para quando vuelva a su cama , ó sal- ga de ella tirarla ; durante el dia se la busca en su propia cama. Quando el ayre es fresco, y el sol resplandece , la liebre que se retira á su cama des- pués de haber corrido , echa un baho de su cuerpo que los cazadores perciben de muy lejos, especial- mente si su vista está hecha á verlo ; la liebre dexa que se acerquen á ella, y particularmente si se fin- ae el no haberla visto , y en lugar de ir en dere- chura hácia ella, se va por rodeos. Temen mucho mas á los perros que a el hombre , y quando ven- tea á el perro, ó le oye ladrar, salta incontinen- te. No obstante de ser su carrera mas veloz que la del galgo , nunca es en linea reéta , sino dan- do vueltas al rededor del parage donde tiene su cama , y por esto los galgos que no la pierden de vista , la cortan el camino para cogerla y matarla. En el verano su mansión regular es en campo raso , en el otoño , en las viñas , y en el invierno en los matorrales y bosques ; en todos tiempos se la puede correr con perros , sin tirarla, y también se la puede coger con aves de rapiña. Los bnos , las agui- jas , las zorras , los lobos , y los hombres, las hacen igualmente la guerra , tienen tantos enemigos, que so- lo se escapan por casualidad , y es muy raro que las dexen gozar del corto número de dias que las ha concedido la Naturaleza. No todos los tiempos son igualmente á propo- sito para la caza de las liebres : los vientos del Nor- te , del Sur , y del Sudueste , los ayres demasiado fuerces , el tiempo nebuloso y frió , las lluvias con- tinuas, la blandura, los dias demasiado calidos , y quando graniza , son temporales que impiden a los perros el cazar bien : los vientos del Este , y del Sudueste, los tiempos frios, y suaves, los terrenos mas húmedos que secos , y los parages escondidos, son al contrario ventajosos a los perros , y la caza es muy gustosa quando la tierra está fresca , y el ayre es suave , sin la molestia de polvo , ni dema- siado ardor del sol. LIE Es sumamente útil a el cazador conocer si la liebre que rastrea , es macho , ó hembra ; si es del parage donde esta , ó estraña , de bosque , ó de lla- no ; ha de saber donde puede saltar , y la dirección que toma en su carrera. Todos estos conocimientos son muy esenciales para evitar que los perros pier- dan el rastro, y poder dirigirlos, y para que no les dé el cambio , y precaverse contra los ardides del animal ; en una palabra , para cazar con éxito. Distínguese la liebre macho de la hembra en los excrementos , que son pequeños , secos , y puntiagu- dos en forma de aguijón ; en lugar que los de la hembra son redondos , mucho mas gordos , menos secos , y bien amoldados. El lebrastón tiene también mas pierna y talón que la hembra , y el pie mucho mas corto , mas estrecho , y mas puntiagudo : quan- do camina con firmeza, apoya mas la punta que el talón. Sus unas son gordas, cortas, y usadas, pe- ro siempre muy apretadas , y profundas , la hembra al contrario , tiene el talón estrecho , el pie largo, poblado de pelo , y pisa mas de talón que de pun- ta; sus uñas delgadas, y puntiagudas, se apartan unas de otras , y entran poco en la tierra. También se conoce el macho por los ardides de que usa en los caminos , y en las encrucijadas de las sendas ; casi siempre busca los terrenos lla- nos y descubiertos. A la salida de la cama , ó me- jor estando en ella , se observa que tiene las espal- das roxas con algunos pelos largos , la cabeza re- cogida , la b„rba larga , las orejas cortas , anchas , y sembradas de blanco ; la cola larga , y muy blan- ca ; espera á los perros de cerca , porque se cono- ce vigoroso , y si al partir de la cama levanta una oreja , y echa otra , sin huir con ligereza , y reman- gando la cola sobre el espinazo , es señal de que es una liebre fuerte y sagaz. La hembra tiene la cabeza larga y estrecha , el pelo del lomo de un pardo obscuro , la cola del- gada, y menos blanca que el macho : en su cama se entretiene en cortar todo lo que Ja cerca; pasa y repasa por los mismos parages , y comunmente se dexa coger muy cerca de su cama , á menos que no la levanten inmediato á sus hijos, lo qual puede ocasionar su fuga. Se conoce que una liebre es del mismo parage quando gira al rededor de él , sin alejarse ; en lu- gar que una liebre estraña, luego que la levantan , parte derecha hácia adelante , como ya hemos di- cho , y se vuelve al parage de donde vino , y en- tonces es preciso buscarla siguiendo el rastro. Sin embargo hay liebres estrañas que se echan algunas veces en el bosque , y se dexan levantar dos y tres veces , sin querer abandonar el puesto , como tam- bién hay algunos machos, que aunque propios de aquel territorio , parten derechos quando se ven en- galgados, y se van muy lejos de allí. Las liebres mezquinas emplean todos sus ardides en el agua , á la orilla de los estanques , donde ino- ran comunmente. Se salvan parándose en medio de los rios , o lagunas, pasando varias veces por una misma agua, y quedándose finalmente ocultas entre los juncales , ó en el tronco de algún alamo , ó sau- ce hueco. La liebre de bosques no parte nunca derecha , sino vuelve siempre ai bosque donde la levantaron, y LIN y se dexa coger excepto en el tiempo llovioso , porque entonces no se dexa acercar i solo corre tn los caminos , y si finge de entrar en el bosque, es para volver a salir alistante. La liebre de llano es al contrario , permanece poco en el bosque , y quando entra en él no hace mas que atravesarle , y evadirse por ocro lado. Se conoce que una liebre empieza á rendirse por sus pasos, que son cortos, y desarreglados, y entonces pisa solo de talón ; el pie le ensancha es- traordinariamente , y los dos dedos del pie delan- tero se vuelven hacia fuera , uno sobre otro , en forma de media luna* tiene las orejas baxas,y muy apartadas •* se encoge de hixares , acorta sus vueltas, V no tiene fuerza para saltar : toca a las piernas de los caballos de los cazadores sin temerlos, no se aleja quando la acosan los perros , ni se es- panta del íuido. Todas estas son señales de que se rinde , y que los perros que la tienen engalgada , están en todo su vigor. La liebre se llama en latin lepas , y el mayor número de Zoologistas la han conservado este nom- bre ; pero entre los autores metodistas , donde un ente no es nunca lo que es en sí mismo , si no que debe colocarse siempre según una razón abstracta, é hipotética , no es suficiente que la liebre sea liebre , lepus ; será lepas cauda abrupta pupillis atris , Lineo ; y esto porque hay otras liebres, como el conejo, que sin embargo no es liebre. A mí me gusta mas la frase de Klein , quien á lo menos ofrece una idea agradable : Upas vulgaris cinéreas cajas venado animara exbilarat. Lisere saltadora ; asi se llama en el Cabo de Buena Esperanza , la gran gerboisa. Vease Gerboi- SA. LINCE, (el) llamado vulgarmente lobo cerval , no se parece al lobo sino en el aullido el qual oyén- dose desde lejos , ha engañado a los cazadores , y les ha hecho creer que oian un lobo. El lince es menor que el lobo , y mas alto de piernas ; su es- tatura regular es como la zorra ; sus ojos son bri- llantes, su vista suave, su aspedo agradable , y ale- gre , el pelo largo , con manchas débiles , y mal ter- minadas, las orejas grandes, y superadas por la pun- ta de un mechón de pelo negro , la cola corta , y negra por la punta , y el cerco de los ojos blanco. La piel del macho está mejor pintada que la de la hembra. No corre seguidamente como el lo- bo ; anda y salta como el gato , y tiene sus mismas propiedades y limpieza , pues tapa con tierra su ori- na. Vive de caza, y sigue la presa hasta la cima de los árboles; persigue los gatos monteses , las mar- tas , los armiños, y las ardillas; coge también los páxaros ; espera al paso los ciervos , los corzos , y las liebres , y arrojándose encima , las agarra del pescuezo, y luego que se ha hecho dueño de su viétima,la chupa la sangre, y la abre la cabeza pa- ra comerse los sesos, después la abandona , para bus- car Otra , y rara vez vuelve á la primera. Su pelo muda de color según los climas , y la estación ; las pieles de invierno son mas bellas , me- jores , y mas pobladas que las de verano. Su carne no es buena de comer. Este animal es particular en las regiones Sep- tentrionales de ambos Continentes* pero es mas LIR 149 chico en América , donde le dan el nombre de ga- to cerval. El lince de Noruega que describe Pontoppidan, es blanco, ó de un pardo claro, con manchas obs- curas. Sus garras , como también las de los demas linces, son como las de los gatos; arquea el lomo, y salta como ellos con mucha mas ligereza. Quan- do le acomete algún perro , se echa boca arriba , y se defiende con las uñas de tal modo , que le ahuyenta. „ El lobo cerval , añade Pontoppidan , no corre por el campo , sino que se esconde en los bosques y cavernas ; hace su cueva en forma de ca- racol , y muy profunda , y se le hace salir de ella con fuego, ó con humo. Su vista es perspicaz ; per- cibe desde muy lejos su presa; ordinariamente so- lo come los sesos , el hígado , y los intestinos de la oveja, y de la cabra, y cava por debaxo de las puertas para entrar en los corrales y establos.'' El nombre del lince, adoptado por los latinos, linx , es puramente griego, l-iinio le indica con los nombres de cbaus , lupas cervarias, el raphius. Lineo y Brisson le llaman gato. LIRON (el) es el mayor de los tres animali- llos , que como la marmota , duermen codo el in« vierno. Estas tres especies dormilonas , son el li- rón , el leroto , ó lirondllo , y el moscardin ; esto es el mas pequeño , y algunos han confundido sin fundamento una de estas especies con las otras dos, siendo todas tres muy distintas. Debemos advertir primero que es impropio el decir que estos animales duermen durante el invier- no ; su estado no es el de un sueño natural , sino un letargo, ó entumecimiento de miembros y sen- tidos , que proviene de la frialdad de la sangre. Es- tos animales tienen tan poca calor interior, que no excede en nada la del temperamento del ayre en la primavera; no es, pues, de admirar que caigan en una especie de letargo luego que la corta por- ción de calor interna , se ve abandonada de k ex- terna , y esto sucede quando el termómetro está 3 diez , ó once grados mas arriba de la congelación del yelo. Luego que sienten el frió, se recogen, y hacen un ovillo para no exponer la cara á el ayre , y con- servar un poco de calor; asi se les halla en el in- vierno en los huecos de los arboles , y en los agu- jeros de las tapias que están al medio día , don- de permanecen hechos una bola, é inmóviles so- bre el musco , y hojas ; se cogen y se les echa 3 rodar sin que hagan el menor movimiento, y so- lo puede sacarlos de su letargo un calor suave , y graduado , porque si se les expone á el fuego , alistante se mueren : para desentorpecerlos es ne- cesario acercarlos á la lumbre por grados, y aun- que en este estado están inmóviles , tienen los ojos cerrados , y parece que están privados de todos sus sentidos, no obstante , sienten el dolor, espe- cialmente si es muy vivo, y una herida los hace hacer un movimiento de contracción , y dar un gri- to sordo que repiten valias veces. Este letargo dura tanto como la causa que le produce , y cesa con el calor ; algunos grados de ca- lor sobre diez, ó once, bastan para animar á estos animales , y si se les tiene en el invierno en un pa- rage bien caliente , no se entumecen del todo ; van, vie- i ¿o L I R vienen, comen j y duermen de tiempo en tiempo, como ios demas animales. Pero no es cierto, como contextan los Natu- ralistas con Aristóteles, que los lirones pasan todo el invierno sin comer , y que en este tiempo de dieta se ponen muy gordos; que el sueño solo los sustenta mas que el alimento a los demas animales, &c. Lo que pudo hacer caer a Aristóteles en este error , es que en Grecia , donde los inviernos son templados, no duermen los lirones continuamente, y tomando alimento , quiza con abundancia , siem- pre que el calor los anima , los habrá encontrado muy gordos, aunque entorpecidos', perdiendo poco de su substancia por la transpiración , que entonces es casi ninguna. Lo cierto es que están gordos en todos tiem- pos , y mucho mas en otoño , que en verano. Su carne es bastante semejante á la del cochinillo de Indias. Estos animales eran uno de los manjares ex- quisitos de los Romanos, cuyo uso se ha perdido por el asco que da su figura , tan parecida a la de las ratas , ó porque su carne no es de buen gusto. El lirón , propiamente asi llamado , es un poco menor que la ardilla; su cabeza, y su hocico son mas estrechos, sus ojos menores , y no tan saltados, sus orejas mas cortas, mas delgadas, y casi desnu- das, las piernas y los pies, mas chicos, y los pe- los de la cola mas cortos ; finalmente , es mas pa- recido a la rata que á la ardilla; sus ojos están ro- deados de negro ; la parte superior del cuerpo es de un color pardo , con mezcla de negro , y platea- do; la interior es blanca, con algunas ligeras tintas de leonado en algunos parages , y de plateado en otros. Sus propiedades naturales son parecidas á las de la ardilla; pues habita como ella en las selvas, trepa á los árboles , salta de rama en rama , aun- que con menos ligereza , á la verdad , que la ardi- lla , la qual tiene las piernas mas largas , y el vien- tre menor, y es tan flaca como gordo el lirón. Tam- bién vive de los mismos alimentos ; las avellanas, las castañas , los fabucos, y otros frutos silvestres son su ordinario sustento. También se alimenta de paxarillos que coge en los nidos : no hace cama , ni anida en las ramas como el ardilla , y solo se mete en los huecos de los troncos de los árboles , y en las hendiduras de las rocas altas ; y siempre en parages secos, porque teme la humedad ; bebe poco y baxa rara vez al suelo : también se diferencia de la ardilla en que ésta se domestica , y él permanece siem- pre silvestre. Los lirones se aparean á últimos de la prima- vera , y las hembras paren por el verano : cada camada es comunmente de quatro ó cinco lironci- llos : crecen prontamente , y aseguran algunos que viven solo seis años. En Italia , donde todavía se usa el comerlos, hacen en los bosques unos hoyos , cuyas paredes visten de musco , cubriéndolos de paja , sobre la qual echan fabucos y castañas; escogen un sitio se- co y abrigado de una roca que esté al Mediodía: los lirones vienen a este parage en crecido numero, y á fines de otono los encuentran entumecidos , en cuyo tiempo son mejores de comer. LL A Estos animalitos son animosos , y defienden su vida hasta el ultimo extremo. Tienen los dien- tes incisivos muy largos y fuertes , y por eso muerden con violencia ; no temen , ni a la co- madreja , ni á las pequeñas aves de rapiña : se es- capan de la zorra , y sus mayores enemigos son los gatos silvestres y las martas : ¡a especie dei li- rón no está muy esparcida , no se halla , ni en los climas muy fríos , ni en los países demasiado cáli- dos y descubiertos : necesita un cli na templado, y un pais lleno de sotos. Hailanse en España , Fran- cia , Grecia , Italia , Alemania y buecia , donde habitan en los bosques , selvas y colinas , y no en las cimas de las montañas altas , como las marmo- tas. El nombre latino del lirón es glis. Lirón volante. Nombre dado á la } mlatuca . Vease Polatuca. Lironcilio. Vease Leroto. LLAMA (el) O CARNERO DE LA TIERRA, es un animal propio del Perú , y que en aquel Con- tinente tiene el mismo lugar que el camello : efec- tivamente se le parece en mucho ; pero es de una figura muy extraña , y no tiene las disformidades del camello : la estatura de el llama es de quatro ó cinco pies , y su longitud de cinco á seis ; tiene la cabeza bien hecha , y siempre erguida , los ojos gran- des , el hocico un poco largo , ios labios gordos , el superior hendido , y el inferior un poco pen- diente. Carece de dientes incisivos, y colmillos en la quixada superior, y en la inferior tiene quatro» y cinco muelas en cada lado en ambas quixadas. Las orejas son largas , puntiagudas , é inclinadas ha- cia adelante; la cola tiene un pie de largo , dere- cha , delgada , y un poco alta ; los pies son hendi- dos como los del Buey , pero tiene en la parte de atras un espolón , que ayuda al animal á tenerse , y engancharse en los pasos diíiciles, todo su cuerpo está cubierto de una lana larga , y la del cuello y vientre es mucho mas corta. Estos animales varían en los colores, porque hay unos pardos, otros negros, y otros de mez- cla. Su estiércol es semejante á el de las cabras; el organo del macho está dispuesto de manera , que orina hacia atrás. Aunque muy ardientes, quando están en zelo , parece que sufren en el ayuntamien- to una larga dificultad, y una continua angustia. Las hembras producen por lo común un cachorro , y rara vez dos , tienen dos tetas solamente , y los hi- jos las siguen luetjo que nacen. Crecen prontamen- te , y su vida no es muy larga : están en estado de procrear á los tres anos de edad, y el vigor les dura hasta los doce , después empieza á deteriorar- se , y á los quince ya le han perdido enteramente. La llama y la vicuña eran los únicos animales de carga de los Peruleros, antes dei Descubrimien- to de la América ; y aun en el día forman toda la riqueza de los Indios , y contribuyen mucho á la de los Españoles, bu carne , especialmente la de los nuevos , es de buen comer i su lana es fina y de excelente uso : sirven toda su vida para transpor- tar todos los géneros del pais ; su carga ordinaria es de seis arrobas ; hacen viages bastante largos por los paises impracticables para los demas animales, andan lentamente , y no mas de quatro ó cinco le- guas al dia , su paso es grave , firme , y seguro : ba- 1 LLA baxan á los barrancos mas profundos , y suben las rocas ó montes escarpados, por donde Jos hom- bres mismos no pueden acompañarlos. Andan comunmente quatro o cinco días de se- guido , y el descanso , que le toman por sí mismos, es de veinte y quatro ó treinta horas antes de volverse a poner en marcha. Quando quieren pa- rarse , doblan las rodillas con la mayor precaución, y baxan el cuerpo á proporción , para no dexar caer la carga , ó descomponerla , y luego que oyen el silvido de su conductor , se levantan con las mis- mas precauciones, y echan á andar. Pacen andando por los parages donde hallan yerba ; pero nunca comen de noche , aunque no ha- yan comido en todo el dia, y la gastan en rumian duermen apoyados soore el pecho , los pies dobla- dos debaxo del vientre, en cuya postura también rumian. Quando se les hace trabajar con exceso , y se caen con el peso , no hay medio alguno de na- cerlos levantar ; se les casága inútilmente , y el ul- timo recurso es el apretarles ios testículos , y aun esto no suele servir, y si se continua en maltratar- los , se desesperan , y se matan , dándose de cabeza- das en la tierra de un iaao a otro. No se deheu- den , ni con los pies , ni con los dientes , y no tie- nen , por decirlo asi , mas armas que las de la in- dignación ; escupen á la cara a ios que les insultan, y dicen que la saliba que arrojan irritados , es acre y caustica , ue manera que levanta ampollas en el pellejo. Estos animales son muy útiles , y no cuesta na- da el mantenerlos , ni hay que herrarlos , ni apa- rejarlos ; no se les da grano alguno, la yerba ver- de que pacen les es suficiente, y solo comen una corta cantidad ; gustan de una especie de junco qae llaman yiho ; beben su propia saitDa , que en estos animales es mas abundante que en otro alguno ; y segttn aseguran no beoen nunca. No coda la especie esta reducida á la servidum- bre , hay llamas silvestres ilatnados guaneaos. Estos son mas fuertes, mas vivos, y mas ligeros que ios llamas domésticos ; su carne no es tan buena , y su lana menos lina, mas corta, y toda de color leo- nado. Escos llamas silvestres se juntan en manadas, y algunas veces van doscientos , ó trescientos jun- tos : quando perciben a alguno , le miran con ad- miración, sin manifestar ni miedo ni placer ; des- pués soplan con las narices, y relinchan casi como los caballos , y luego echan á huir todos juntos á las cimas de los montes. Buscan por preferencia el lado del Norte, y la región fria , la qual es mejor para ellos que la tem- plada; y por eso solo son numerosos y vigorosos en ¡as parces mas elevadas de las cordilleras : y como la cadena de estos montes , que está mas de tres mil toesas elevada sobre el nivel del mar en el Perú , se mantiene casi en esta misma elevación en Chile, y hasta las tierras Magallanicas , se en- cuentra multitud de llamas silvestres en estos países; pero en Nueva España , donde esta cadena de mon- tes disminuye considerablemente , y en todas las cier- ras baxas ,ni se hallan ni ven mas llamas que los domésticos. Seria posible, y al mismo tiempo infinitamen- te ventajoso el naturalizar en España y Frauda LLA las especies del llama , del alpaca ó paco , v de la vicuña. Estos animales experimentarían en ¡os Piri- neos, y en otros parages elevados, un temperamen- to análogo al de las montañas que habitan, y es de «presumir que la servidumbre, lejos de haca-de- generar la lana de la vicuña , podría al contrario , perfeccionarla. Véase e 1 artiulo Vicuña. El ¡lama es el oasis Peruana de Hernández, y de Marcgrave ; el Camilas dorso Uvi , tapbo pectorali , de Lineo; y el camello Peruano de Brisson. Adición del Traduclor. Joseph de Acosta en su Historia Natural de Indias, Cap. 41. dice hablando de los llamas, ,, Nin- guna cosa tiene el Perú de mayor riqueza y ven- taja, que es el ganado de la tierra, que los nues- tros llaman carneros de las Indias , y los indios en lengua general los llaman llama , porque bien mi- rado es el animal de mayores provechos , y de me- nos gasto de quantos se conocen. De este ganado sacan comida y vescido , como en Europa de! ga- nado ovejuno ; y sacan mas el tragin y acarreo de quanto han menester, pues les sirve de traer y lle- var sus cargas, por ocra parte no han menester gas- tar en herrage , ni en sillas , ó xalmas , ni tampoco en cebada , sino que de valde sirve a sus amos , contentándose con la yerba que halla en el cam- po. " son estos carneros , o llamas , en dos espe - des : unos son pacos, ó carneros lanudos : otros son rasos , y de poca lana , y son mejores para carga : son mayores que carneros grandes, y menores qae becerros : tienen el cuello muy largo , a semejan- za del camello , y hanlo menester , porque como son altos y levantados de cuerpo , para pacer re- quiere tener cuello luengo. Son de varios colores, unos blancos del todo , otros negros del todo , otros pardos , otros vanes que llaman maromero. Para ios sacrificios tenían los Indios grandes advertencias de que color habían de ser para diferentes tiempos y efedos. La carne de estos es buena , aunque recia ; la de sus corderos es de las cosas mejores y mas regaladas que se comen ; pero gastanse pocos de estos , porque el principal fruto es la lana , para ha- cer ropa, y el servicio de traer y llevar cargas. De la carne de este ganado hacen cusharqui, ó cecina, que les dura largo tiempo, y se gasta por mucha cuenta. Usan llevar manadas de estos carneros car- gados como recuas , y van en una de estas recuas trescientos, ó quinientos , y aun mil carneros, td La carga que lleva de ordinario un carnero de estos, sera de quatro á seis arrobas, y siendo viage lar- go, no caminan sino dos ó tres leguas , ó quatro á lo largo. Tienen sus paradas sabidas los carnere- ros que llaman , que son los que llevan las recuas, donde hay pasto y aguas , y allí descargan y arman sus toldos, d Quando no es mas que una jornada, bien lleva un carnero de estos ocho arrobas , y mas, y anda con su carga jornada entera de ocho ó diez leguas. “ Es todo es.e ganado amigo de temple frió, y por eso se dá en la sierra , y muere en los lla- nos con el calor. Acaece estar todo cubierto de escarcha y yelo , y con eso muy contento y sano. Los carneros rasos tienen un mirar muy donoso, porque se paran en el camino , y alzan el cuello, y 1^2 L L A y miran á una persona muy acentos , y estanse asi tanto rato sin moverse , ni hacer semblante de mie- do ni contento, que pone gana de reir ver su se- renidad, aunque a veces se espanta súbito, y cor- ren con la carga hasta los mas altos riscos. A ve- ces se enojan y aburren con la carga , y echanse con ella sin remedio de haccllos levantar , antes se de- xarán hacer mil piezas, que moverse quando les da este enojo. El remedio que tienen ios Indios entonces es , parar y sentarse junto al /'ara, y hacerle muchas caricias , y regalarle hasta que se desenoja , y se alza ; y acaece esperarlo bien dos y tres horas , á que se desem- paque , y desenoje. Dales un mal como sarna , que llaman carache, deque suele morir este ganado. El remedio que los anti;uos usaban, era enterrar viva la res que tenia carache porque no se pegase a las demas. Un carnero ó dos que tenga un Indio , no lo tiene por pequeño caudal. Vale un carnero de estos de la tierra, seis, y siete pesos ensayados, y mas, según los tiempos y lugares.” El Excmo. Sr. D. Antonio de Ulloa, en sus noti- cias Americanas , dice : „ El animal mas ntil para ios Indios , y que se acomoda mas á su caraUer , es la llama, ó carnero de la t:er,a : con el hacen toda suer- te de carguios , no solo en las minas , sino para trans- portar lo que se ofrece de unas parces a oirás. La estimación con que le miran , pasa los términos de la racionalidad , y manifiesta su natural ignorancia. A todos los animales domésticos tienen un genero de afección , que no se ve en otras gentes , pero es mayor con las llamas , y asi lo dan a entender por las demostraciones que hacen.” „ Antes de empezar á servirse de ellos para la carga, hacen un festejo, que á lo que indica la exterioridad , es como celebrando tenerlos por com- pañeros. Este se reduce á traerlos á el cercadito de su choza , engalanarlos , poniéndoles muchas cintas y colgajos de seda, ó lana en la cabeza : preparan porción de chicha , de aguardiente , y de maíz tos- tado,)' convidando a los Indios, sus amigos, con- curren todos con sus mugtres é hijos , en el cer- cado , ó corralillo donde están las llamas : cocán sus tamborilillos y flaudllas , y empieza la danza , que dura un par de dias , continuándose en la noche co- mo en el día, por intervalos. Quando están fatiga- dos lo suspenden, y vuelven á seguir luego que to- man nuevos brios, ó que los vapores de la bebida se disipan. De tiempo en tiempo van á los anima- les, que por lo ordinario se hallan recogidos en tino de los rincones del corral , y los abrazan , haciéndoles mil agasajos : les presentan las totumas , ó calabazas de chicha y aguardiente ; y aunque no las beben , se las aplican al hocico , quedando satisfechos con esta de- mostración : también les hablan en su lengua , di- ciendoles mil cosas de amistad y cariño , asi como puniera hacerse con una persona con quien se tra- tase algún genero de alianza : concluido este feste- jo , que es como anuncio de la amistad, empiezan á servirse de ellos , pero sin quitarles los adornos y galanenas que les pusieron.” „ Antes de haberlos puesto á la carga los tra- tan con tanta moderación , que no es regular ni apu- rarlos en las marchas , ni castigarlos , acomodándo- se al paso de ellos , y se sirven del silvido para gobernarlos. Con facilidad se hacen á la carga , aun- LLA que no dex'a de haber algunos que lo resisten , pe- ro esto es de un modo que se conoce no inclinar- se á hacer daño , y que su resiscencia es por no su- jetarse á llevar el peso que les intentan poner. No come este animal mas yerba que la que coge del campo , y se puede pasar sin alimento dos dias , y aun mas tiempo , quando no trabaja. Si llega a can- sarse , y se tira en el suelo , sea por haberle dado mas camino del que puede sobrellevar , por estar necesitado de alimento , ó por haberle puesto mas carga de la que sus fuerzas permiten, no vuelve á levantarse mas, y allí se queda hasta que muere , siendo inútiles quamas diligencias hace el Indio pa- ra ponerlo en pie ; cuya particularidad es bien ra- ra , por no ser regular en los otros animales , como tampoco el que domesticándose en el modo que se ha dicho , no coma mas que la yerba que pace : por esta razón camina tanto de noche como de día, y van cogiendo la yerba que encuentran en las inme- diaciones del camino ; pero sin embargo de ello ¡es dan descanso en distintas horas , y en ellas , des- pués de haber pasteado , se echan en el suelo pa- ra rumiar y recuperar nuevas fuerzas, mantenien- do siempre la cabeza alta , y el cuello derecho há- cia arriba. El modo de echarse también es particu- lar , diferenciándose de los o. ros animales : para ello se hincan lo primero de rodillas , y encorvando las piernas , las acomodan debaxo del vientre , una por cada lado •. en esta forma queda el cuerpo de- recho , lo mismo que los que están en pie , el es- pinazo en medio , y no se les ve pierna ni brazo, porque las encubren enteramente con el cuerpo/' j, Quando empiezan á cansarse, ó que se éneo lerizan , hacen un chillido agudo , distinto de el de las vicuñas , á modo de quexido , pero diferente quando es por cansancio, de quando están embra- vecidos. Yendo cargados, sin tener cansancio, lle- van en continuo movimiento la cabeza , mirando con señorío á uno y otro lado , como para regis - trar la campaña. La bna es basta respecto de las vicuñas y alpacas , y la aplican á ciertos usos , en que no se requiere fina : tienen variedad en los co- lores , porque hay algunas manchadas de blanco , y acaneladas : otras de blanco y negro , sucediendo á los guanacos lo mismo •. pero lo mas regular es el color de canela , menos subido que el de las vi- cuñas. En los tiempos presentes no hay de es- tas llamas montaraces , siendo manadas domesticas las que se encuentran en las punas , en cuyos pa- rages las tienen sus dueños para que procreen con libertad en el clima y pastos que son propios pa- ra ellas ; de suerte que estando alli sin encierro , ni sujeción, no se hacen ariscas, como lo son siem- pre las vicuñas. „ Asi como las plantas tienen sobre la tierra sus distritos particulares para vegeiar sin propagar- se por toda ella con igual generalidad , tienen igual- mente les animales sus domicilios señalados por la naturaleza para procrear y mantener la especie sin pasar á otros territorios distintos de los que les destinó. Las llamas son comunes en el Reyno de Quito; y las vicuñas son particulares de este ulti- mo , en el del Perú , sin hallarse en el otro , no obstante ser todo un Continente, ser muy unifor me el clima en la sutileza del ayre , y en los Pas_ tos,” L O B tos , habiendo en uno y otro país punas con el mis- mo grado de frialdad , siendo la yerba común el ichu , y la qualidad del ayre , en quanto alcanza á percibirse, la misma. Asi hay motivo de creer que concurra alguna causa no perceptible á los sentidos por donde "se distingan las punas ; y parte alta de aquella tierra , en la equinocial , y grados inmedia- tos de la otra, que está mas apartada, y que ésta es la legitima razón de que los animales que son natu- rales de la una , no puedan prevalecer en la otra.“ Llamar (mont.) es quando el perro va tras la caza , y va dando ladridos. Llamar de parada ( mont .) es quando el perro halla la caza, sea jabali, venado, ó gamo, y la ca- za se esta queda. Llamar a gamitado , lo mismo que Cazar a gamitado. Ve ase esta voz. LOBA, ¡a hembra del Lobo . Ve ase Lobo. LOBO (el) es el mayor enemigo de los gana- dos y pastores, y el animal carnicero mas común de nuestros climas ; no obstante que la naturaleza le ha concedido junto con su veracidad por la car- ne , los medios de satisfacerla con las garras , as- tucias , agilidad , y fuerza que le ha dado , sin em- bargo muchas veces se ve tan necesitado que mue- re de hambre , porque habiéndole declarado la guer- ra el hombre , y aun proscripto , ofreciendo pre- mio por su cabeza , le obliga á huir , y á vivir en los bosques , donde solo encuentra algunos anima- les silvestres, que se le escapan por la ligereza en su carrera , y á los que no puede sorprender sino por casualidad , y á fuerza de paciencia. El lobo es naturalmente grosero y floxo , pero su necesidad le hace astuto y atrevido. Impelido por el hambre , desprecia el peligro, y va á aco- meter á los animales que están baso la custodia del hombre , especialmente aquellos que puede lle- var con facilidad , como corderos , perrillos , y ca- britos; quando no sale este malvado con su inten- to , se oculta de dia en el bosque , y vuelve por la noche á recorrer el campo , y andar al rededor de las habitaciones ; asalta los corrales donde se encierran ganados , escarva , y cava debaxo de las puertas , entra furioso , y todo lo arrasa antes de escoger la presa. Quando estas correrías no le pro- ducen nada , se vuelve á lo espeso de los bosques, acecha caza , y persigue á los. animales silvestres con la esperanza de que otro lobo podrá detenerlos, y agarrarlos , y partirán la presa ; finalmente , quando su necesidad es extrema , acomete á las mugeres , y á los niños , se arroja también algunas veces á los hombres , se pone furioso , y á estos excesos se si- gue por lo común la rabia y la muerte. Sin embargo de la semejanza física , y casi igual que hay entre el lobo , y el perro , y no obstan- te haberse investigado y descubierto el parentesco de sus especies, ('vease el artículo Perro) no pue- de hallarse , por decirlo asi , desemejanza moral mayor, y mas opuesta que la que se manifiesta en el natural de estos dos animales. No solamente son incompatibles , sino antipáticos por instinto ; jamas se encuentran que no se embistan ó peleen hasta ser victima uno de otro. El perro , aun quando sea silvestre , no tiene el natural tan feroz : se domes- tica fácilmente , se Inclina , y permanece fiel á su Historia Natural Tom. I. LO B i * « amo , y busca la compañía de los demas animales. El lobo cogido nuevo se domestica, pero nunca tie- ne apego , con la edad vuelve a su caraCter ieroz, y quando puede , á su estado silvestre. Es enemigo de toda sociedad , y huye hasta de los de su misma especie , pues aunque varias veces se ven algunos juntos, no es una compañia pacifi- ca, sino una tropa de asesinos que con aullidos espantosos denota querer acometer algún animal grande, como un ciervo, ó un buey, ó de desa- cerse de algún temible mastín. Luego que se con- cluye su expedición , se separan , y vuelven silencio- samente cada uno á su retiro. La hembra y el ma- cho jamas andan juntos , a no ser por el tiempo del zeio, que es una sola vez al ano, y dura po- co tiempo. Las lobas entran en zelo en el invierno ; varios machos siguen la misma hembra , y esta manada e* aun mas sangrienta que la primera , porque la dis- putan cruelmente; regañan, tiemblan, pelean, se despedazan , y muchas veces dividen en trozos al que ella prefiere. Por lo común huye largo tiem- po, cansa á todos sus pretendientes , y se esconde mientras pelean unos con otros. Su calor dura doce ó quince dias , y empieza por las lobas mas viejas, la de las nuevas llega mas tarde. Los machos no tienen un tiempo de zelo se- ñalado , pueden aparearse siempre , y pasan de hem- bra en hembra sucesivamente , á medida que ellas están en estado de recibirlos ; a fines de Diciem- bre comienzan a cubrir las viejas , y concluyen con las nuevas en el mes de Febrero, ó á principios de Marzo. El tiempo de su preñado es de cerca de tt es meses y medio , y se hallan lobeznos recien na- cidos desde fines de Abril hasta el mes de Julio. Estos animales se aparean como los perros, y como éstos tienen la verga ternillosa, v rodeada de un rodete que se hincha, y no les dexa sepa- rarse. Quando las lobas están próximas á parir bus- can en lo espeso del bosque un lugar seguro y bien cerrado, en medio del qual forman un espacio bas- tante considerable, cortando y arrancando con los dientes las zarzas , y demas maleza ; después llevan una gran porción de musco , y preparan una ca- ma cómoda para sus hijos. Paren comunmente cin- co , ó seis lobeznos , y algunas veces nueve , pero nunca menos de tres. Nacen con los ojos cerrados; la madre los ateta algunas semanas , y los enseña prontamente á comer carne que ella los prepara mas- ticándola primero. Algún tiempo después los lle- va turones, lebratillos, perdices, y aves vivas. Los loberos juegan con ellas , y luego las ahogan ; la lo- ba las despluma , desuella , y divide en trozos, dán- doles una parte á cada uno. No salen del parege donde han nacido , hasta que tienen seis semanas , ó dos meses : entonces si- guen a la madre , la qual los lleva á beber a algún charco inmediato, después los conduce á la cani3, o les obliga á esconderse en otra parte quando te- me algún peligro. De este modo la siguen por es- pacio de algunos meses , y quando los acometen se pone sumamente furiosa, y los defiende hasta el ultimo estremo , aunque en los demas tiempos es como todas lac demas hembras, mas tímida que el macho ; quando esta criando es intrepida, y se ex- V po- 15 4 L O B pone á qualquier peligro por libertar sus hijos ; por «bO no la dexan hasta que son bastante fuertes pa- ra no necesitar de su auxilio; á los seis meses se les .empieza á caer los primeros dientes , y a los diei, ó al año ya los han mudado todos. A esta edad son vigorosos, y tienen las armas é instinto sufi- ciente para la rapiña. Estos animales, asi machos como hembras es- tan en estado de procrear á la edad de dos años: aseguran que en todas sus camadas hay mas machos que hembras : tardan dos ó tres años en crecer , y viven al rededor de quince , ó veinte años : blan- quean en la vejez , y entonces tienen todos los dien- tes gastados. Duermen quando están satisfechos, ó cansados ; pero mas por el dia que por la noche, y su sueño es muy ligero ; beben frequentemente, y aunque muy voraces , sufi en fácilmente la dieta, y pueden pasarse quatro, ó cinco dias sin comer , con tal que no carezcan de agua. Aunque á primera vista parezca el lobo en to- do semejante al perro , sin embargo , mirándolos de cerca, se reconoce fácilmente que aun en lo ex- terior se diferencian uno de otro , por algunos ca- racteres sensioles. El aspecto de la cabeza es di- verso , el lobo tiene la cuenca del ojo situada obli— quamente , la omita inclinada , ios ojos centellean- tes, y relucientes por la noche» en lugar de ladri- do tiene un aullido , sus movimientos son diver- sos , su paso mas igual , y mas uniforme , aunque mas pron.o , y precipitado , el cuerpo mucho mas fuerte , y menos fiexmie , los miembros mas turnes, las quixadas y dientes mas gruesos , y el pelo mas áspero , y espeso ; los colores de su pelo son ne- gro , leonado, gris , y blanco , dispersos y mezcla- dos diferentemente , esto es , el blanco por la par- ce inferior del cuerpo , el leonado en la delantera de las piernas , y de la frente , con mezcla de ne- gro, el qual se une con el pardo del lomo. El lobo tiene mucha fuerza , especialmente en las partes anteriores del cuerpo, y en los músculos del pescuezo , y de las quixadas ; lleva en la boca un carnero sin que toque al suelo , corriendo con mu- cha mas ligereza que los pastores ; de suerte que solo los perros pueden alcanzarle , y hacerle soltar la presa. Muerde cruelmente, y con mayor furor quando no se le resisten , porque con los animales que pueden defenderse toma ciertas precauciones; teme , y no pelea sino por necesidad. Quando se le tira algún escopetazo, y la bala le rompe algún miembro, grita , y con todo eso quan- do le matan á palos, no se queja como el perro ; es mas duro , menos sensible , mas robusto , y tal vez el mas difícil de todos los animales de alcan- zarle en la carrera ; aunque feroz, es tímido, y quan- do cae en algún lazo se queda espantado por mu- cho tiempo , y se le puede matar sin que se defien- da , ó cogerle vivo sin que lo resista ; se le puede poner collar, y bozal, encadenarle , y llevarle des- pués á donde se quiera ; sin que se atreva á dar la menor señal de colera, ó hacer el menor movimien- to de defensa. Tiene los sentidos muy buenos , el oido , la visca , y en especial el olfaco ; alcanza mas con és- te que con la vista ; el olor de la carne le atrae demas de una legua ; también huele de muy lejos LOB los animales vivos , y los persigue largo tiempo, siguiéndolos por el viento ; quando quiere salir del bosque , se pone pico a viento , se para en las lin- des, olfatea por todos lados, y de este modo reci- be las emanaciones de los cuerpos muertos, ó vi- vos , que el viento le trae desde lejos ; prefiere ¡a carne viva á la muerta, y sin embargo se susten- ta de inmundicias, y exhala un olor pestifero por la boca. Gusta mucho de la carne humana , y quizas si fuera mas fuerte , no comeria otra. Se han visto lo- bos de estos seguir los exercitos , llegar en gran nú- mero al campo de batalla, devorar los cadáveres - y acostumbrados á la carne humana, arrojarse des- pués á los hombres , despedazar las mugeres , llevar- se los niños, &c. Ha sido preciso algunas veces que se arme to- do un territorio para libertarse de los lobos. Los príncipes tienen monterías para las batidas de ellos, que son muy divertidas , titiles , y aun necesarias. Los monteros distinguen los lobos en lobc\n. i , lobos nuevos y viejos. Conocenlos por las señales ó hue- llas que dtxan en la tierra. Quinta mas edad tie- ne el lobo , mas gordo tiene el pie ; el de la loba es mas largo , y mas estrecho , el talón mas chico, y las unas mas delgadas. para concertar los lobos se necesita un buen ven- tor , y es necesario animarle quando se para en'el rastro, porque todos ios perros tienen repugnancia al lobo , y se enfadan. Quando el lobo está desviado , se llevan los per- ros que le han de dar caza , dividiéndolos en dos ó tres paradas , conservando uno para echarle a su tiempo. Primero se sueltan los primeros acompaña- dos de un montero a caballo : los seguimos se suel- tan á setecientos , U ochocientos pasos mas lejos, quando el lobo está próximo a pasar ; y después los terceros quando los otros perros comienzan a dar- le alcance y acosarle. Toda la montería junta le acosan de tal modo, que en poco ciempo le rinden , y ponen á los últi- mos , entonces el montero le acaba de ina ar con la bayoneta. Los perros tienen poco gusto en patear- le como á las demas reses , repugnan el comer su carne , y para encarnarios en ella es necesario pre- pararla y sazonársela ai .¡.eriormente. También se le puede cazar con lebreles ; pero como siempre parte derecho, y corre sin cansarte, es enfadosa esta caza , á menos que los lebreles no estén acompáña los por galgos que le cojan , le aco- sen , y den tiempo a los demas perros para que se acerquen. Los labradores para destruirlos hacen ba- tidas con mucha gente, y mastines , les arman la- zos, y trampas : les pon. n cebo, y esparcen Lolas de masa , ó carne envenenadas , y no obstante es. o, el número de ellos es siempre el mismo epecial- mente en los paises montuosos, y que abundan en bosques. Los Ingleses dicen haber limpiado su Isla de ellos ; sin embargo aseguran que todavía los hay en Escocia. El color , y el pelo de los lobos muda según los diferentes climas , y algunas veces aun en un mismo parage varían. En Francia, y en Alemania, ademas de los lobos comunes se hallan algunos con pelo mas espeso , y que tita á amari.lo : estos son mas nton- LOB montaraces, menos perjudiciales que los otros, nun- ca se acercan á las casas , y viven de caza , y no dé rapiña. En el Norte hay lobos totalmente blancos , y otros del todo negros ; estos últimos son mayores, y mas fuertes que los primeros. I.a especie común esta generalmente esparcida, se halla en Asia, Afri- ca , y América. Los del Senegal , semejantes a los de 1 rancia, son un poco mayores , y mas crueles. Los de Egipto son mas pequeños que los de Grecia. En Oriente , y en especial en Persia , hacen ser- vir los lobos para Jas diversiones publicas; exerci- tanlos desde pequeños en la danza, ó por mejor decir , en una especie de lucha contra un gran núme- ro de hombres. Estos lobos asi enseñados se venden á seis mil reales. No hay cosa buena en el lobo sino la piel, que sirve para forros toscos , por ser calientes y durables. Su carne es tan mala, que repugna á todos los ani- males , y solo el lobo misino la come con gusto. Lupus es el nombre latino del lobo, y los na- turalistas se le han conservado ; sin embargo en Erisson y Lineo , el tubo es también un perro ; ca- ris cauda heurva dice este ultimo; (antes dixo recta sist. nat. edit. TV.) (anís ex gríseo ftavescens , lupus vul- gar i s : Brisson. Loeo cerval, es el mismo animal que otros nom- bran gato cerval, y ambos son el Ibice, Vease Lin- ce. Loeo dorado, nombre dado al chaca!. Frase Cha- cal. Loso de mexico, (el) descripto por algunos Na- turalistas , no es mas de una variedad en la espe- cie del lobo. Tiene las orejas largas y derechas , y los ojos centelleantes como nuestros lobos , pero la cabeza es un poco mas gruesa , el cuello mas gor- do, y la cola no tan velluda ; encima de la boca tiene algunas púas tan gordas , pero menos tiesas, que las del erizo. El pelo de su cuerpo es pardo, con algunas manchas amarillas ; la cabeza , que es del mismo color que el cuerpo , está rayada de pardo , y la fren.e manchada de leonado ; las ore- jas son grises , en el cuello , en el pecho , y en el vientre, tiene una mancha larga leonada; en los (lijares tiene unas faxas transversales , desde el lo- mo hasta el vientre ; la cola es parda con una mancha leonada en su medio ; las piernas están ra- yadas de arriba á baxo de gris , y pardo. En lo demas tiene la misma figura , instinto , y propiedades que los demas lobos. Hallase en Mé- xico, y mas comunmente en el resto de Nueva Es- paña. También se encuentran en el mismo país lo- bos de color uniforme , y aun blancos del todo (*). Loeo marino. Véase Foca. Lobo tigre de Kolbe, en el Cabo de Buena Es- peranza, es el guepardo. Vease Guepardo. LOBEZNOS , los hijuelos dél lobo, Vease Lobo. LOBILLO el hijo del lobo y la loba. Vease Loeo. (*) I: s 1 e lobo de Méxko es muy parecido al ayote , y aun LüP i ^ t- c* LOCHA , en algunos parages de la Laponia u-s el reno. Véase Reno. LORIS ( el ) es un pequeño animal que se ha- lla en el Ccylan ; muy notable por el corte de su figura,} l.i singularidad de su conformación : es qui- zas de todos los anímales el que tiene el cuerpo mas largo relativamente á su tamaño ; tiene nueve ver- tebras en los lomos, siendo asi que los demas ani- males no tienen mas de seis ó siete ; y de esto depende lo largo de su cuerpo , que parece mucho mas, por no tener cola. Sin este defcéto de la cola , y este exceso de. vertebras , podria comprehenderse el loris en la cla- se de los malps ; porque se parece á ellos en las manos , y en los pies , que son casi de la misma figura, y t.ambien en la calidad del pelo , en el nú- mero de dientes , y en el hocico puntiagudo. Fuera de la singularidad que. acabamos de de- mostrar, la qual le separa mucho de los n/ai,-is , tiene aun otros atributos particulares. Su cabeza es totalmente redonda , y su hocico está casi perpen- dicular sobre esta esfera ; sus ojos son excesiva- mente grandes , y muy inmediatos uno de otro ; sus orejas anchas y redondas , están guarnecidas por den- tro de tres orejones en forma de pequeña concha; pero lo mas notable , y tal vez único , es que la hembra orina por el clitoris, el qual está horada- do , como la verga del macho , y estas dos partes se parecen perfectamente en el tamaño y grueso. El loris es el simia caudata ungttibus 'radiéis subii- latis de Lineo; la simia de CeyUa,y simio cinocejalo de Ccylan de Erisson. LOVVANDÜ , mono de la familia de los micos que se halla en el mismo clima que el uanderu , y se diferencia de éste en que tiene el cuerpo cu-, bierto de pelo blanquecino , con la cabellera , y la barba negras , de suerte que debe considerarse co- mo una variedad en esta especie. También hay en el mismo pais una tercera raza ó variedad , que podria muy bien ser el tronco , ú origen común de las otras dos , porque es de un color uniforme y enteramente blanco , cuerpo, cabellera, y barba. Estos micos blancos , son , según dicen los Via- geros , los mas fuertes y malos de todos ; son muy ardientes por las muger.es , y bastante vigorosos para forzarlas quando las hallan solas , y muchas veces las ultrajan , y maltratan hasta hacerlas morir. Estos animales en su estado de libertad, viven en los bosques , y se alimentan de hojas y vastagos nuevos ; pero presos y cautivos, comen de todo. Véase Uanderu. lvp vs-A R MENIVS , de los latinos modernos, el chacal. Vease Chacal. lvpvs-Avkevs , de varios autores , es el cha- cal. Véase este artículo. LVPVS-CAN ARIVS , de Gaza , el chacal. Vease Chacal. LVl VS-CERVrlRlVS, ds Plinto , l'mce.Veasc Linos. nos persuadimos qup es el mismo. Vease Coyotr. V X Historia ¡satura!. Tom. I. MA- MAC ACACO (el). En Congo es el gato pan!. Véase este artículo. MACATLCH1CHILTIC ó TEMAMACAME. En México y Nueva España Ve ase Corzo y MA- ZAME*. MACHO. El hijo de caballo y burra, ó de bur- ro y yegua. Ve ase Mulo. Macho de caerio (el). Es el macho de la ca- bra ; uno soto Dasta para mas de ciento y cincuen- ta cabras ; pero este ardor que le consume , no dura mas de tres ó quatro anos , y estos animales se enervan y envejecen desue ia edad oe cinco o seis anos. Optando se hace elección de un macho para un hato , es necesario cogerle nuevo , esto es , ae edad de dos anos , de gran tamaño , y que ten°a el cuello corto y carnudo , ia cabeza ligera, las ^orejas pendientes, los musios gruesos, las pier- nas tilines , el pelo negro , espeso y suave , y la barba larga y bien poblada. Es preciso sustentarle bien , para que recobre las fuerzas que pierde. Pa- ra asegurarse de que una cabra esta preñada , se la tena ai macho hasta tres veces ; éste puede en- gendrar hasta la edad de siete años , si se le cui- da bien ; pero comunmente solo sirve hasta la de cinto. Entonces se le encierra para que engorde con las cabras viejas y cabriciiios machos , que se capan a la edad de seis meses , a fin de hacer su carne mas xugosa y tierna. 1.a carne de macho no es tan buena como la de cabra , aunque el olor fuerte de este animai no proviene de su carne , sino de su pellejo, bu un- to es un emoliente muy bueno , y las pitres de estos animales es un ramo de bastante considera- ción en el comercio de cueros. Pos curtidores, zurradores y gamuceros , las preparan para cordo- banes , gamuzas y tafiletes , y las ponen en esta- do de servir para diversos usos, hl sebo de macho es cambien de ouen uso. Vease Cabra. Macho de caerio de Hungría ^ei). Es la saiga, especie mana entre las cabras y gazeias. Vtasc ¡saiga. Macho de cabrio de Joda. Vancuad en la es- pecie de ia cama. Vease Cabra. Macho romo. El que proviene de caballo y burra. Vease Mulo. MACHlIS. En Plinio es una palabra corrom- pida , que solo debe indicar el cían. Vease Plan. Madriguera. La cuevecilla donde harnean los conejos. MAGOTE (el). Es un mono que forma la dife- rencia entre los monos propiamente asi llamados, ó monos sin cola , y los micos. No tiene cola como los primeros , aunque tiene un pellejo pen- diente que la figura ; sus carrillos son muy abul- tados , y tiene callos gruesos en las nalgas como los segundos : sus colmillos son mucho mas lar- gos , a proporción que los del hombre , y su ca- ra elevada forma un hocico semejante al del dogo; su rostro tiene vello , y su cuerpo un pelo pardi- verdoso , aunque por el vientre es blanquiamarillo. M A I Anda mas bien en quatro pies , que en dos ; quan- eio descansa, casi siempre está tentado , y su cuer- po se apoya sobre dos callos muy altos que tiene mas aéuxo de las nalgas j de manera , que estando sentado, queda ti trasero descubierto , y por eso en esta postura esta su cuerpo mas inclinado que el del hombre quando está sentado. Estando de pie puede tener dos píes ó dos y medio dé altura. De todos los monos sin cola es este el que se acomoda mas al temperamento de nuestro cli- ma • pero es indócil , triste ^asqueroso , y siem- pre haciendo visage . Come de toco , excepto car- ne cruda y cosas fermentadas , como queso , Are. La especie está generalmente extendida en todos los climas calidos del antiguo Continente. Hallase igualmente en Tartaria , Arabia , Etiopia , Mala- bar , Berbería , Mauritania , y hasta en las tierras dei Cabo de Buena Esperanza. Esta especie ‘ contiene algunas variedades , por- que hay magotes de diversos tamaños , y de pelo, mas ó menos obscuro , y mas o menos poblado. La hembra es mas pequeña que el macho. El magote es el cynoccphalos de Aristóteles ; el cynocephalns primas de Jonsron ; él cyriocephalus alten de Próspero Alpino j el simio cynocephalo de BrissOn. MAIHARI. En Berbería es el dromedario. Vease Camello. MAIMON (el). Es una especie de mono , que forma la diferencia entre los micos y monos con Cola : en efecto , el maimón se parece también á los micos por su grande y ancho hocico , y por su cola corta y arqueada ; pero difiere y se acerca mucho de los monos por la pequenez de su ta- maño , y por su natural manso. La cola tiene cin- co pulgadas de largo , y está desnuda y ensota-1 jada como la del puerco , carácter que le es par- ticular , y que le ha dado el nombre de mono con cota de cerdo. Tiene el rostro desnudo y atezado, los ojos castaños , con las órbitas muy saltadas por encima , los párpados negros , la nariz chata , los labios delgados con algunos pelos tiesos , aunque demasiado cortos para formar un bigote ; los col- millos tan largos , á proporción , como los del hombre y las orejas , manos y pies desnudos , y de color de carne ; el pelo del cuerpo de un ne- nio aceytuna , y el vientre amarillo bermejizo. Anda ya en dos pies , ya en quatro ; quando se pone derecho time dos pies ó dos y medio de altura. No tiene , como los simios y micos , las bolsas en lo exterior , y la verga pendiente , sino oculto todo en el pellejo : y por eso el maimón, aunque muy vivo y lleno de fuego , no tiene la petulancia desvergonzada de los tríeos. Hallase en Sumatra , y verosímilmente en las demás provin- cias de la India Meridional , y no puede subsistir largo tiempo en nuestro clima. El maimón es el simio con cola de cerdo de Ed- wards. MA1PURI. Nombre que dan en la Guayana al tapir. Vease Tapir. ‘ MA- MAK MAKÍ-PIA ó GRAN MAKI. Es el varí. Véase Vari. MAKIS. Nombre genérico , baxo del qua! se in- dican eres especies de animales , que tienen los pies formados como los monos ; una cola y un hocico largos como la garduña , con seis dientes incisi- vos en la quixada inferior , siendo asi que todos los monos no tienen mas de quatro. Estos tres ani- males son el ¡nocQCo , el mongo y el vari, Hallanse en Mozambique , en Madagascar , y en las islas Vecinas, Vease Mococo , Mongo y Vari. MALAKAIA. Según Barreré es el margay , pe- queña especie de gato tigre. Vease Marcay. MALBRUCK (,el). Es un mono de la familia de los micos : la suya es casi tan larga como la cabeza y el cuerpo juntos ; los párpados son de color de carne ; la cara de un gris ceniciento; los ojos rasgados •, el hocico ancho y levantado; las orejas grandes , delgadas , y de color de carne; tiene una banda de pelo pardo como la mona ; pe- ro en lo demas tiene un color uniforme , las par- tes superiores del cuerpo son de un amarillo par- do , y las inferiores de un pardo amarillazo. An- da en quatro pies , y tiene cerca de pie y medio de largo. Hallase en Bengala : según el testimo- nio de los Viageros, parece que no es esta la úni- ca especie de estos simios que se encuentra en aquel pais , y que hay quatro variedades; a saber , blan- cos , negros , roxos y pardos , y dicen que los negros son los mas fáciles de domesticar. Estos animales son ardientes , y diestros en hurtar frutas , y en especial cañas de azúcar ; uno de ellos hace centinela en un árbol ; y luego que percibe á alguien , grita bup , bup , bitp , con una voz alca y distinta ; entonces todos arrojan las ca- ías que tenían en la mano izquierda , y huyen corriendo en tres pies ; y si los persiguen viva- mente, arrojan también lo que llevan en la mano derecha , y se salvan trepando á los árboles , don- de saltan de rama en rama ; las hembras , aun cargadas con sus hijos que llevan estrechamente abrazados , saltan también como los ocros , pero caen algunas veces. Estos animales nunca se domestican del codo: es preciso tenerlos siempre con cadena ; y no pro- crean en el estado de servidumbre , ni aun en su pais. A falta de frutas y plantas xugosas , comen inseéios , y algunas veces baxan á las orillas de los rios y del mar para coger peces y cangrejos; meten la cola entre los dedos del cangrejo , y quan- do aprieta éste la levantan bruscamente , y se le llevan para comerle á su espacio. Cogen nueces de cocos , y saben muy bien sacar el licor que con- tienen para beber , y la almendra para comer: también beben el %ar¡ que destila , por unas canas que ponen expresamente en el tronco de los arbo- les para extraer el licor : los cogen por medio de las nueces de cocos , en las que hacen una peque- ña abertura ; ellos mecen dentro la paca con traba- jo , porque el agujero es estrecho , y las gentes que están en espera los cogen antes que puedan desembarazarse. En las provincias de la India , habitadas por los Bramemes , quienes perdonan y conservan la vi- da á todos los animales , hay un numero infinito M A M i j 7 de monos , y van en manadas á las ciudades ; en- tran en ¡as casas á todas horas con toda libertad, de suerte , que los que venden comestibles , les cuesta mucho trabajo el conservarlos. En Amada - bad , capital del Guzarate , hay dos ó tres hospi- tales de animales , donde mantienen los monos estropeados , inválidos , y aun los que sin estar enfermos , quieren vivir en ellos. Dos veces a la semana van ios monos de las inmediaciones de es- ta ciudad , y se juntan por sí mismos en las calles; después suben a los tejados , los quales cada uno tiene una azotea , donde se acuestan las gentes en el rigor del calor. En estas azoieas ponen estos dos dias arroz , mijo , cañas de azúcar , ikc. ; por- que si no hallasen nada romperían las tejas que cu- bren la casa , y harían un grande estrago. No co- men nada sin olerlo bien primero , y quando están satisfechos , llenan las bolsas de sus carrillos para el día siguiente. No pueden anidar los paxa- ros en los árboles de los parages donde hay mu- chos monos , porque destruyen los nidos , y arro- jan sus huevos al suelo. Finalmente los monos se escapan fácilmente del león y demas ñeras , por, su ligereza , y su residencia en los arboles , pero las serpientes los hacen una guerra continua. El malbruc^ es el cercopitbecu¡ primas de Clusio; y el faums de JLinneo. MAMBRINA. Especie de cabra. Vease Cabra. MAMMUT. Nombre baxo el qual se ha indica- do , por la¿ relaciones de los viageros y cazadores Rusos y Cosacos , un animal , cuya historia , por fabulosa que hay a parecido , contiene sin embargo uno de los mayores y mas importantes hechos de la historia de la Naturaleza. De tiempo inmemorial se hallaban en Siberia unos huesos de enorme magnitud , los quales de- bían pertenecer a un animal de una estatura infini- tamente superior a todas las especies que existen actualmente en el Norte. Entre estos grandes hue- sos se habían hallado unos que se parecían a los colmillos dd elefante , y estaban enterrados á po- ca profundidad , y algunas veces casi a la superfi- cie i de aqui formó el pueblo la fabula del mam- mut , prodigioso animal que vivia y tnoria deba- xo de tierra , sin ver nunca la luz del sol , y de quien con todo eso da Mulier ia descripción si- guiente. „ Tiene , dice , quatro ó cinco varas de alto , y cer.a de tres brazas de largo ; su color es pardusco , su cabeza muy larga , y su frente muy ancha ; en ambos lados, debaxo de los ojos, tiene unos cuernos que puede mover y cruzar co- mo qu.erf. Tiene la facultad de extenderse consi- derablemente quando anda , y de encogerse en un corto volumen. Sus patas se parecen á Ls del o_-o.“ Yo juzgo que no es necesario realzar es.os he- chos tan absurdos : no obstante , tal era la creen- cia común en Rusia , hasta Pedro el grande Antes solo buscaban ios huesos del mammut , que se parecían á los colmillos del elcfan.e , a quienes da- ban el nombre de cuernos : es.e l-rineipe mando, que no solamente te recogiesen los cuernos del mammut , sino también tojos los demas huesos pertenecientes á este animal , y que los enviaran á Pretesburgo : varios Rusos y Cosacos se onecie- ron á ir a hacer estas investigaciones , y efeitiva- man- i ^ 8 MAM mente llevaron algunas cabezas , y un gran numero de huesos , los que confrontados con los del ele- fante , ofrecieron una semejanza exacta y comple- ta con el esqueleto de este gran quadrúpedo. Después acá se han multiplicado las observa- ciones 5 y se lian convencido plenamente , de que los elefantes han dexado en eíeéto sus despojos en el Norte , y que a estos animales pertenecen la mayor parte de los pretensos huesos del Mwmut. M. Pallas , en su viaje a Siberla estos años últi- mos , descubrió una gran cantidad de huesos de elefante , con un esqueleto entero de rinoceronte, que estaban enterrados a pocos pies de prolun- didad. El marfil de los colmillos del elefante que se halla en Siberla , esta mas o menos alterado por su mansión en la tierra , según la naturaleza del suelo en que se halla enterrado : algunas veces es- tá enteramente seco , y como calcinado y conver- tido en una substancia como la del lápiz o del bol: hallanse algunos bruñidos como la nuez del coco, otros , cuya substancia ele color azul se convierte en turquesa , pero un gran numero de colmillos se conservaron perfectamente , reteniendo aun to- da la natuialeza del marfil , cuyo grano y texido ofrecen como se describe en el articulo marfil. Este marfil petifricado es muy sólido , y se pule y labra como el otro : algunos dicen , que la mayor parte del marfil que trabajan los Chinos , es . de este marfil petrificado , que sacan en una cierta re- gión de la Tartaria, donde se encuentra con tan- ta abundancia , que ha dado el nombre a aquella r«gion de cimenterio de elefantes. Pero estos grandes animales , que no se hallan en el día sino en las regiones del Mediodía , no solo dexaron antiguamente sus vestigios en el Asia Septentrional , sino también , como ios observa- do! es lo han investigado, en casi todas las regio- nes de Europa, en Polonia, Alema, aa , Italia, Francia, España, en las provincias de Languc-doc, y Franco Condado en Lorena , bcc. Lo mas notable es , que estos huesos, colmillos ó dientes , hallados debaxo de tierra , son la ma- yor parte de una proporción mayor que ios de los elefantes existentes en el dia : algunos tienen una magnitud verdaderamente desmesurada , como el gran colmillo hallado cerca de Roma por ti Duque- de la Rochefoucault , y colocado en el gabinete de su Magestad Christlanísitna. Otro hecho igualmente notable es , que los mismos vestigios y huesos de elefantes se encuen- tran en la parte Septentrional del nuevo mundo, en cuya total extensión no subsiste en el dia nin- gún animal que se pueda comparar al elefante. Es- te descubrimiento de esqueletos y colmillos de ele- fante en el Canadá , es bastante reciente , y al mismo tiempo tan extraordinario , que creemos es necesario referirle en los mismos términos de los que le hicieron. „ Después de haber pasado el gran rio de Miamo , llegamos por la tarde al parage donde se encuentran los huesos de elefante ; es una gran plaza pantanosa , donde los animales sil- vestres se juntan en ciertos tiempos del ano , y está apartada cerca de quairo millas al sudeste del rio Ohi® : llegamos á este parage por un camino M A M freqiientado de- los bueyes silvestres ó bisontes, y vimos una gran cantidad de huesos , unos es- parcidos , y otros enterrados á cinco ó seis pies de profundidad , los qiiales penetraban por el ca- nal del banco que rodeaba el camino -. hallamos entre otros dos colmillos de seis pies de largo, que Levarnos a nuestro navio , con otros huesos y dientes." HxlraÜo del ¡diario de m. 'viaje en el rio Ohio por M. Croghan , y enviado á M. Francklin el año de. 1765. Estos colmillos, uno de los quales tenia siete pies de longitud , fueron en efeelo lle- vados a Londres , y reconocidos evidentemente por colmillos de elefante , y aun de un marfil muy hernioso. M. Collinson htbia ya escrito al Conde de Buf- fon sobre el mismo asunto en estos términos: „ha- bia , i una milla del. rio de Ohio , seis esqueletos monstruosos enterrados de pie , con unos colmi- llos de- cinco a seis pies de largo , ios quales. eran de la figura y substancia de los del ele, ai; te í tenian treinta pulgadas de circunferencia por su raiz, y iban en diminución hasta la punta , pero no .se pudo conocer bien cómo estaban unidos á.la qui- xada , por estar divididos en piezas : también te halló un muslo entero de . estos mismos animales, que pesaba cien libras , y tenia quatro pies y me- dio de largo. Estos colmillos , y este hueso del muslo , manifiestan que el animal era de una mag- nitud prodigiosa." Estos htchos han sido confirmados por M. Granwood , quien habiendo estado en el mismo parage , vió los seis esqueletos en Ja laguna de Sal. . . . Una Inglesa , que los Salvages aprisiona- ron y conduxeron á esta laguna , para que les en- señase a hacer la sal , declaró que se acordaba, por una circunstancia singular , de haber visto es- tos huesos enormes , y contaba , que en un solo hueso de un muslo , estaban sentados tres France- ses cascando nueces : pero ademas de esto., conti- núa Collinson , no solo se han hallado muelas que parecen de hipopótamos , sino también otros dientes verdaderamente enormes , cada uno de los quales tiene cinco ó seis puntas romas , y solo pueden haber pertenecido á un animal de una pro- digiosa magnitud ; porque estas muelas quadradas no tienen semejanza alguna con las del elefante, que son chacas , y quatro ó cinco veces mas largas que gordas , ni tampoco con los dientes del hipopóta- mo , pues la parte que sirve para la masticación tiene la figura del trevol, en lugar que aquellos tienen dos filas de puntas gruesas y romas , de suerte , que estas grandes muelas no se parecen á las de ningún animal conocido. En el año de mil setecientos quarenta y ocho, M. Fabri , que habia corrido todo el Norte de la Fuisiana , y el Sur del Canadá , informó -al Con- de de Butrón , que habia Visto cabezas y esquele- tos de un animal quadrúpedo , de un tamaño enor- me , que los Salvages llamaban padre d« los bue- yes , y que los huesos de los muslos de estos ani- males tenian cinco á seis pies de altura : poco tiempo después , y antes del año de mil setecien- tos sesenta y siete, habían ya recibido algunas per- sonas de París huesos de defames hallados en el Canadá, como también algunas -muelas de'lacs-' pe- MAN perií desconocida. También se han hallado estos dientes en Sibcria , de donde el Abad Chappe tra- xo uno que pesa tres libras y once onzas y media, y esta colocado en el gabinete de $. M, Cihristia- nisima , pero el mas gordo de todos estos dientes es el que colocó en el mismo gabinete el Conde de Vei ■’ennes el año de 1770. : pesa once libras . nuatro onzas. Esta enorme muela se hallo en la pequeña Tartaria , donde había otros huesos que no se recogieron , y entre ellos la mitad de un hueso de un~ muslo , en cuya concavidad cabían quin- ce azumbres de líquido. No puede dudarse , que ademas del elefante y del hipopótamo , de quienes se hallan igualmen- te vestigios en las panes Septenti tonales de am- bos Continentes , donde estas especies no existen ya , no hubiese también otro animal de un tama- ño suoerior á el de los mayores elefantes , porque la forma quadrada de estas enormes mueias , prue- ba que la mandíbula del animal tenia muchas , y aun quando solo se supusiese que tenia seis o qu-- tro en cada lado , se puede juzgar de la enormidad de una cabeza , que tendría diez y seis muelas, ca- da una de las quales pesaba diez a once limas, ti elefante no tiene mas de quatro , dos en cada la- do , y son chatas , ocupan todo el espacio de la quixada , no superando mas de dos pulgadas la anchura de la mayor muela quadrada uti animal desconocido , que' es al doble mas gorda que las del elefante. Todo lo referido nos induce a creer , que es- ta antigua especie , que debe mirarse como la pri- mera y la mayor de todos los animales terres- tres , ’ solo ha subsistido en los primeros tiempos, y no’ ha llegado hasta nosotros ; porque un animal, cuya especie fuese mayor que la del elefante , no podria esconderse en ninguna parte de la cierra a tal punto , que pueda permanecer desconocido 1 y por otra parte es evidente que estos dientes , por su forma , por su esmalte , y por la disposición de sus raíces , no tienen ninguna semejanza con los de los cachalotes ú otros cetáceos , y que 1 cál- mente han pertenecido á un animal ttiicsue , cu- va especie era inas cercana a la del hipopótamo, que á otra alguna , y que ha sido aniquilada en la tierra como las grandes volutas , llamadas cuernos de Ammon , ios son aótualmente en el mar. Finalmente , no solo han perecido en el Nor- te de ambos Continentes las grandes especies de elefante y de hipopótamo , sino también una es- pecie mayor ha perecido en todo el globo 1 y des- pojando la historia del mammut de tono aquello que tiene de popular y fabuloso , puede decirse que efeélivamente ha existido un grandísimo ani- mal , un mammut , de quien solo han quedado los huesos , y principalmente aquellos enormes dien- tes hallados igualmente en Siberia y en el Cana- dá , con los vestigios de los elefantes é hipopó- tamos. Manada, (mont.) Es la tropa de ciervos que se juntan. Ve ase Ciervo. MANATI ó MANATO (el). Grande animal an- fibio , que parece tener de los quadrúpedos , por las manos ó palmas unidas á su pecho , y acercar- se a los cetáceos por la falta de piernas y pies, MAN i59 en lugar de los quales tiene una gruesa cola, que se ensancha en figura de abanico , y con una di- rección horizontal. Este animal tiene la cabeza mas gruesa que un buey , los ojos pequeños , y sin iris, el meato auditorio muy pequeño , y de una linea de diámetro. Carece de dientes delanteros , pero tiene un callo duro como un hueso , con el qual agarra la yerba ; tiene treinta y dos muelas , dos manos , o por mejor decir , dos palmas ó aletas cerca de la cabeza ; carece de lengua , y las partes de la generación son mas semejantes a las del hom- bre y ue la muger , que las de ninguno otro ani- mal • el cuerpo esta cubierto de un cuero de una pulgada de gordo , muy poco velloscj , y de co- lor gris ceniciento. Eos mu Halla vanan en el tamaño j hay algu- nos que tienen mas de quince pies de largo , y seis de grueso , y otros de mas de veinte pies de lar- go , como veremos después : la parce posterior uei cuerpo es mucho mas delgada que Ja anterior, y va siempre en diminución hasta la cola. La hem- bra tiene dos mamilas en el pecho , y pare comun- mente un hijo , que abraza y lleva entre sus ma- nos , y le ateta por espacio de un ano. El manatí es un animal muy manso , nada en los nos , y come las yerbas de la ribera que pue- de alcanzar sin salir del agua : para cogcrie es ne- cesario acercarse á él en una barquilla o balsa de vigas , desde donde se le arroja un gran dardo atado a una cuerda muy larga , a cuyo extremo se tiene cuidado de atar un pedazo gordo ue corcho, que sirve de señal. Quando el animal se ha de- sangrado , y perdido sus fuerzas sale a tierra , y entonces se recoge la cuerda , hasta que solo que- dan algunas brazas , y con la ayuda de las olas se le saca poco a poco á la orilla , ó se le acaba de matar en el agua con una lanza. Pesan de veinte y cinco á quarenta arrobas. Su carne es excelente , y fresca sabe mas a carne de vaca que á pescado ; cortándola en trozos , y es- cabechándola , toma con el tiempo el gusto del atún , y aun es mejor. La manteca es tan suave como la de vacas, y su cuero sirve para hacer taa- lies , zapatos , Are. El manatí prefiere Jas aguas dulces á las sala- das 1 no se encuentra en alta mar , y también es raro en las embocaduras de los rios ; pero .-.e halla á mas de mil leguas del mar , en los grandes ríos que entran en el de las amazonas. Es también co- mún en este ultimo rio , en el Orinoco , y en otros varios de las inmediaciones de la Cayena , y de las costas de la Guayana. Esta especie existe tam- bién en las costas y rios de Atrica. Aunque informes en lo exterior , tienen estos animales un interior muy bien organizado , y si se puede juzgar de la perfección de la organización por las resultas de la sensación , serán tal vez mas perfeótos en lo interior que los demas ; porque su natural y propiedades parece que tienen alguna co- sa de inteligencia , y calidades sociables : no te- men la vista del hombre , y manifiestan inclinación acercarse á él , y seguirle con confianza y seguri- dad. Este instinto de sociedad es mucho mayor pa- ra con sus semejantes ; casi siempre están en ma- nadas , y apretados unos con otros con sus hijos en- i6o MAN en medio de ellos , como para preservarlos de todo accidente ; todos se prestan en el peligro mutuos auxilios , y se les ha visto procurar arran- car el arpón del cuerpo de sus compañeros heri- dos , y sus hijos siguen el cadáver de sus madres hasta la orilla , á donde los pescadores los condu- cen tirándolos con cuerdas : manifiestan tanta fi- delidad en sus amores , como inclinación á su so- ciedad ; el macho no tiene comunmente mas de una hembra , á quien acompaña siempre , antes y después de su unión ; se juntan en el agua , por- que nunca salen a tierra , ni pueden arrastrarse en el cieno. Conocernos quatro ó cinco especies de mana- tíes. Todos tienen la cabeza muy pequeña, el cue- llo muy corto , el cuerpo fornido y muy grueso, hasta donde principia la cola , y después vá en diminución hasta el origen de la aleta , que la termina en forma de abanico extendido horizontal- mente ; la piel del cuerpo es escabrosa , muy grue- sa , y en algunas especies tiene algunos pelos ra- los i la lengua es estrecha , de mediana longitud, y bastante delgada a proporción del volumen del cuerpo. La vulva de la hembra no está situada de- baxo del orificio , como en las hembras de los de- mas animales sino encima •, las mamilas están co- locadas en el pecho , y son muy abultadas en el tiempo del preñado , y ciia de los hijos. Tales son los caracteres generales y comunes de todos los manatíes , pero hay algunos particu- lares , por los quales se puede distinguir cada es- pecie. I.o El gran manatí de Kjimtscbat^a, Esta especie se halla con abundancia en los mares Orientales de la otra parte de Kamtschatka, especialmente en las inmediaciones de la isla de Bering , y parece ser la mayor. Este manatí tiene cerca de veinte y tres pies de largo ; la cabeza muy pequeña en comparación del cuerpo , es de figura oolonga , esta chata por la coronilla , y va siempre en diminución hasta la punta del hocico, el que está tan raido , que la boca se halla total- mente debaxo ; su abertura es pequeña , y rodea- da de dobles labios , tanto por la parte de arri- ba , como por la de abaxo ; los labios superior é inferior externos , son esponjosos , gordos y muy hinchados ; en su superficie se nota un gran nume- ro de tubérculos , de donde salen unas cerdas blancas ó bigotes , de quatro ó cinco pulgadas de largo. Estos labios quando comen , hacen los mis- mos movimientos que los de los caballos. Las narices están situadas hácia la extremidad del hocico ; tienen pulgada y media de largo , y otro tanto de ancho , quando están enteramente abiertas ; la quixada inferior es mas corta que la superior , pero ni una ni otra tienen dientes , y sí solo dos huesos duros y blancos , uno arriba y otro abaxo , los quales están llenos de agujemos; su superficie exterior es con todo eso solfa , y llena de puntas ó dientecillos , de manera , que el alimento se muele entre estos huesos en muy po- co tiempo ; no tiene cejas en los ojos , pero en el ángulo grande de cada uno hay una membrana ternillosa en forma de cresta , que como el zari- M AN gueibeyu puede cubrir el globo del ojo entera- mente al advitrio del animal. El cuello no se distingue del cuerpo , aunque cerca de la cabeza no es tan grueso como el resto; los brazos , que nacen de las espaldas cerca del cuello , y que tienen mas de dos pies de largo, están formados y articulados como el brazo , y antemano del hombre s el ante brazo del mana. a finaliza con el metacarpo , y el carpo sin vestigio alguno de dedos ni uñas ; el carpo y metacarpo están rodeados de gordo , y de una carne ternillo- sa , cubierta de un pellejo duro y córneo. Estos brazos solo le sirven para nadar. Este manato tiene sesenta vertebras , veinte y cinco en el tronco del cuerpo , y treinta y cinco en la cola , la qual termina en una aleta gruesa y muy dura , que se ensancha horizontalmente , y cuya suostancia es casi igual a la de la barba de la ballena. La piel es una especie de cuero de una pulga- da de grueso , mas semejante en lo exterior á la corteza tosca de un árbol , que a la piel de un ani- mal ; es de color negruzco , y no tiene pelo ; al rededor de las aletas , de la boca , y en lo inte- rior de ¡as narices tiene algunas cerdas ásperas y largas. Su piel es tan dura , especialmente quando esta seca , que apenas ia hace mella un hachazo. Los Tschucchis se sirven de ella para hacer bar- quillas. Este gran manatí parece que gusta de las pla- yas cenagosas de las orillas del niar ; también fre- qiienca la embocadura de los ríos , pero no los su- be para alimentarse ele la yerba que nace en sus orillas , porque habita constantemente las aguas saladas. Estos animales son tan poco feroces , que se dexan acercar y tocar con la mano ; ningún pe- ligro les conmueve , y apenas levantan la cabeza fuera del agua, quando los amenazan ó castigan, especialmente quando comen , y ts necesario cas- tigarlos cruelmente para que se alej.n ; pero un instante después se les ve volver al mismo parage. Parece que cada macho se une á una sola hem- bra, y ambos van comunmente acompañados y se- guidos de un hijo del ultimo parto , y de oro ma- yor del parto anterior. La hembra está preñada cer- ca de un ano , y no pare mas de un cachorro. Es- tos animales se aparean por la primavera , y su ayuntamiento es por lo común al anochecer. Se aprovechan de los instantes en que la mar está mas quieta , y a su unión preceden unas señales y mo- vimientos que anuncian sus destos. No solamente son susceptiDles de un amor fiel y mutuo , sino también de una fuerte inclinación y apego por sus hijos , y aun por su especie entera : se auxilian y ayudan recíprocamente quando están heridos , y acompañan los muertos que los pescadores arras- tran a la orilla del mar. Es muy fácil coger estos animales por no sumergirse del todo en el agua, y aun mucho mas los viejos que los nuevos ; por- que estos nadan con mas velocidad , y se escapan freqüentemente , dexando el arpón teñido de su sangre , ó cubierto de carne. El manato se desangra mucho quando está he- rido , y la sangre sale hácia arriba como un ma- nantial , luego que mete la cabeza en el agua, pare- ce MAN ce que se detiene , Per0 vuelve á brotar con la misma tuerza siempre que saca la cabeza para res- pirar. El único alimento de estos animales es las plan- tas , y yerbas que nacen en el mar. Cortan el tron- co ó vastagos de ellas con los labios , cuya subs- tancia es muy dura ; meten la cabeza en el agua, y no la sacan sino para tomar el ayre y respirar, de suerte , que mientras comen uenen siempre la parte anterior dtl cuerpo en el agua , y la mitad de los li jares , y toda la posterior fuera de ella. Quando están satisfechos , se echan sobre el lomo sin saiir Uei agua , y duermen en esta pos- tura muy profundamente. Su piel , aunque conti- nuamente lavada , está muy puerca ; produce y sus- tenta una gran cantidad de sabandijas , que las ga- viotas y algunas otras aves , van a comer en sus espaldas. I-inalmente estos manatíes , que en la pri- mavera y el verano están muy gordos , en el in- vierno se ponen tan iiacos , que se les ve distinta- mente debaxo del peiiejo las vertebras y costillas, y en este tiempo se suelen encontrar algunos , que han perecido entre los y dos fluCtuantes. Su cuerpo está circundado de un gordo de va- rias pulgadas de grueso ; y quando se pone al sol, toma un color amarillo como la manteca de vacas; es de muy buen gusto y de buen olor , y se pre- fiere al de todos ros quadrupedos ; puede conser- varse largo tiempo , aun en la estación mas calo- rosa , y emplearse n los mismos usos que la man- teca de vacas : el de la cola en especial es delicadí- simo > también arde muy bien sin olor , ni humo desagradable. La carne túne el gusto de la de va- ca , yero no tan tierna , y exige mayor cocción, particularmente la de los viejos , la qual es preci- so que cuezca largo tiempo para poderla comer. i.o El manatí grande de las Antilas. Indicamos asi esta especie , porque parece ha- llarse aun en las inmediaciones de estas islas , no obstante de ser rara después que se poblaron. Este manatí se diferencia del de t\_amt ¡chutea por los caracteres siguientes : su piei áspera y gor- da no esta del todo desnuda ; tiene algunos petos que son como ella de color de pizarra : en las ma- nos tiene cinco unas aparentes , bastante semejan- tes a las del hombre , aunque muy cortas ; ade- mas tiene no solamente un callo 6 hueso en lo an- terior ce cada quixada , sino umoieii treinta y dos muelas en lo interior de la .boca. La cola es mas bien quadrada que plana. También difiere en las proporciones y magnitud del cuerpo , es menor y mas delgado ; su longitud es de doce , catorce, quince , diez y ocho , y rara vez de veinte pies , á menos que no sea muy viejo. En lo réstame se semejan estas dos especies por las propiedades naturales ; el mismo gusto por la sociedad de su especie , el mismo natural suave, pacífico y cordiaco. Los ue las Antilas se ven en manauas en las inmediaciones de las costas , y al- gunas veces en las embocaduras de los nos ; pero no los suoen , sino que permanecen, como los de Kamtsthatka , siempre en las aguas saladas. Se man- í.cutn tauioien de las mismas yerbas , y su carne y Historia Natural, fotn, U MAN 1 6 r sebo son igualmente de buen comer : la hembra no produce mas de un hijo , que ella abraza y lle- va amenudo entre sus manos. Le ateta pe r espacio de un año , y después ya esta en estado de buscar, y comer por si mismo la yerba. En el viage a las islas de América de Labat, se halla una descripción muy buena del manato , y del modo de pescarle. El autor observa muy bien , que este animal se ha hecho bastante raro en las Anti- las , después que las riberas del mar están habita- das ; el que vió y midió tenia catorce pies , y nue- ve pulgadas , desde la punta del hocico itasta el na- cimiento de la cola ; era todo redondo hasta este parage : su cabeza gruesa , su boca ancha , con la- bios grandes , y algunos petos largos y ásperos en- cima ; sus ojos eran muy pequeños , respecto á su cabeza , y sus orejas no se manifestaban sino co- mo dos agujeritos : el cuello era muy grueso y corto ; y sin un pliegue que se ve quando se mue- ve , no sería posible distinguir la cabeza de lo restante del cuerpo. „ Algunos Autores pretenden (añade este ob- servador ) que este animal se sirve de sus dos ma- nos ó aletas para andar ó arrastrarse por la tierra; yo me he informado cuidadosamente de este he- cho , nadie ha visto en tierra á este animal , y no le es posible andar ni arrastrarse en ella. Sus pies delanteros ó manos , solo le sirven para tener sus hijos mientras los da de mamar : la hembra tiene dos pechos redondos , los que medí , y tenia cada uno siete pulgadas de diámetro , y cerca de quatro de elevación ; la mamila tenia una pulgada de grueso , y un dedo de largo ; el cuerpo tenia ocho pies y dos pulgadas de circunferencia : la cola era como una paleta ancha de diez y nueve pulgadas de largo , y quince en su mayor anchura , y el grueso de la punta era de cerca de tres : la piel, por el lomo , era casi tan gorda como un cuero de buey doblado ; pero mucho mas delgada por el vientre ; es de un color de pizarra obscu- ro , granujienta y áspera , con algunos pelos del mismo color , fuertes y bastante largos. Este ma- natí pesaba cerca de treinta y dos arrobas ; cogie- ron el hijo con la madre , y tenia casi tres pies de largo. ... La yerba con que se sustentan estos animales tiene ocho á diez pulgadas de largo , es estrecha , puntiaguda , tierna , y de un verde bas- tante hermoso ; hay parages en las orillas y fon- dos del mar , donde abunda tanto que parece una pradera.45 3,° El manatí grande del mar Indico, Este manatí parece que tiene varias relaciones de semejanza con el manatí gande de las Antilas: sin embargo , no creemos que sean absolutamente de la misma especie ; porque no es verosímil, que estos animales , que necesitan comer la yerba que nace en las orillas , y donde hay poca agua , y que se perderían en las altas mares , hayan hecho la travesía desde América a la India Oriental. 4.° El manatí pequeño de América. Esta quarta especie mas pequeña que las dos X an- 162 MAN anteriores , es al mismo tiempo mas numerosa , y mas esparcida que la segunda en los climas cálidos del nuevo mundo. No solamente se halla en casi todas las costas , sino también en los rios y lagos que hay en lo interior de las tierras de la Améri- ca Meridional , como en el Orinoco , Oyapoc, Amazonas , &c. : también se encuentra en la bahia de Campeche , y al rededor de las isle- tas que están al Mediodía de la de Cuba , &c. Parece que estos manatíes pequeños de América, frequentan alternativamente las aguas del mar y de los rios , según encuentran pasto ; pero habitan constantemente en los suelos elevados de las cos- tas baxas , y de los rios donde nacen las yerbas con que ellos se alimentan : nunca se encuentran en los parages vecinos de las costas escarpadas, donde las aguas son profundas ; ni en alta mar muy distantes de la tierra , pues no podrian sub- sistir, por carecer de vegetales el suelo de los vas- tos mares , y ellos no alimentarse de pescado , se- gún parece. El manatí pequeño se alimenta , no solo de las yerbas que nacen debaxo de las aguas , sino tam- bién pace las que se crian en las orillas , quando las puede alcanzar , alargando la cabeza sin salir enteramente del agua. Las hembras de esta espe- cie producen comunmente dos hijos , los que lle- va debaxo de los brazos , y apretados contra sus pechos , de donde no se separan , aunque ella ha- ga el movimiento que quiera : y quando ya son bastante fuertes para nadar , la siguen constante- mente , y no la abandonan aunque esté herida , ni aun después de muerta , pues persisten en acom- pañarla quando los pescadores la arrastran para sa- carla á la orilla. La piel de estos manatíes ya viejos es como la de los grandes , áspera y muy gorda. Su carne es también de muy buen sabor. De esta especie de manatos habla M.de la Con* damine. „ La carne y gordo del manatí, dice es- te ilustre viajero , tienen mucha semejanza con la de ternera. El Padre Acuña le compara mas com- pletamente con el buey , suponiéndole cuernos que la naturaleza no le ha dado. No es anfibio, hablando con propiedad , pues nunca sale del agua enteramente , y no puede hacerlo , porque solo tiene dos aletas bastante próximas de la cabeza, de quince a diez pulgadas de largo , que ie sirven de brazos y de manos v lo que hace es alargar la ca- beza fuera del agua para alcanzar la yerba que se cria en las orillas de los rios." „ El que yo dibuxé era hembra , y tenia sie- te pies y medio de rey de largo , y su mayor an- chura era de dos pies. Los ojos de este animal no guardan ninguna proporción con la magnitud de su cuerpo ; son redondos , y no tienen mas de tres lineas de diámetro. La abertura de las orejas es to- davía mas pequeña , y parece un ojo de aguja. Es- te animal no es particular al rio de las Amazonas, pues es común en el Orinoco , y se halla también, aunque con menos freqüencia , en el Oyapoc , y en otros varios rios de las cercanías de Cayena , y costas de la Gnayana , y verosímilmente en otras partes. Es el mismo que antiguamente llamaban manato , y hoy manatí én Cayena , y en las islas MAN Francesas de América , pero yo creo la especie al- go diierente. No se halla en alta mar , y también es raro cerca de las embocaduras de los rios ; pe- ro se encuentra a mas de mil leguas del mar en ca- si todos los rios grandes que baxan al de Jas Ama- zonas , como en Guallaga , Pastaca , &c. Solo le detiene subiendo el rio Amazonas , el Pongo (catarata) de Borja , mas arriba del qual no se halla ninguno." „ Estos animales , dice Gumilla , pesan cada uno de veinte á treinta arrobas ; se mantienen de yerbas , tienen los ojos muy chicos , y las ore- jas macho mas ; vienen a pacer a Ja orilla quan- do está el rio baxo. . . . Debaxo de la piel , que es mucho mas gruesa que la de un buey , se en- cuentran quatro capas , dos de gordo , y dos de una carne muy delicada y muy sabrosa , que es- tando asada , huele a tocino , y sabe á ternera. Estos animales brincan fuera del agua , á una altura bastante considerable , quando quiere llo- ver.1' 5.0 El manatí pequeño del Senegal. Esta es también una especie pequeña del ma- natí , que se halla en varios rios de Africa , como el anterior en los de América. El del Senegal di- fiere del de América , en que tiene muelas , y al- gunos pelos en el cuerpo , y no tan manifiestos los meatos auditorios. „Yo he visto muchos animales de estos (dice M. Adanson ) ; los mayores rio tenían mas de ocho pies de largo , y pesaban cerca de ocho quintales: una hembra de cinco pies y tres pulgadas de lar- go , no pesaba mas que siete arrobas y diez y nueve libras v su color es ceniciento negro , y su cuerpo tiene pocos pelos , los quales son como cerdas , y de nueve lineas de largo ; la cabeza es cónica , y de un grueso mediano , relativamente al volumen del cuerpo : los ojos son redondos y muy chicos : el iris de un azui obscuro , y la pu- pila negra « el hocico casi cilindrico , y las dos quixadas casi de un mismo ancho i los labios son carnosos y muy gruesos ; no tiene mas de mue- las asi en la quixada superior como en la infe- rior." „ La lengua es de figura oval , y pegada hasta cerca de su extremo á la quixada inferior. . . . Tiene dos brazos ó aletas colocadas en el origen de la cabeza , que no se distingue del tronco , por care- cer de cuello y lomos : estos brazos son casi ci- lindricos , y compuestos de tres articulaciones prin- cipales , la anterior de las quales forma una espe- cie de mano llana , cuyos dedos solo se conocen por quatro uñas de un color roxo , blanco , lus- troso ; la cola es horizontal come* la de las balle- nas , y tiene la figura de una pala de horno. Las hembras tienen dos pechos mas elípticos que re- dondos , colocados cerca de los sobacos ; la piel es un cuero de seis lineas de grueso por el vien- tre , y de nueve por el lomo , y de pulgada y media por la cabeza. El gordo ó manteca es blan- co , y de dos ó tres pulgadas de grueso ; la car- ne es de un color roxo pálido , y mas delicada que la de ternera. Los Negros Ualofes ó Jalofes, ha- MAN Maman á este animal Urea. Vive de yerbas , y se halla en la embocadura del rio Niger." Por esta descripción se ve que el manatí dd Sencgal no se diferencia en nada , por decirlo asi, del de la Cayena. Diversos Viageros hablan de unos manatíes, que parece deben referirse á alguna de las especies anteriores. „ La cabeza del manatí de la isla Ro- drigo, se parece mucho , dice Guac , a la dd cer- do , excepto que no tiene el hocico tan puntiagu- do. Los mayores tienen cerca de veinte pies de largo. . . . Este animal tiene la sangre calida , el pecho negruzco , muy áspero y duro , con algu- nos pelos tan ralos que apenas se perciben : los ojos muy chicos , y dos agujeros que abre y cier- ra , que con razón se pueden llamar orejas ; como retira muy amenudo su lengua , la qual no es muy grande , han dicho algunos que no la tenia ; tiene muelas , . . . . pero carece de dientes delanteros, y sus encias son bastante duras para arrancar y roer la yerba. ... Yo nunca he visto mas de uno chico con la hembra." „ Algunas veces ( continúa ) encontrábamos trescientos ó quatrocicntos animales de estos jun- tos , que pastaban la yerba en el fondo del agua; eran tan poco espantadizos , que frequenteinente los tentábamos para escoger el mas gordo , le pa- sábamos una cuerda por la cola para sacarle fuera del agua , y no tomábamos el mayor porque nos costaría mas trabajo , y su carne no es tan delica- da como la de los chicos. ... No hemos observa- do que este animal salga á tierra : dudo que pueda andar , y por lo tanto que sea anfibio.1' „ No solamente , dice Dampier , he visto ma- natos en el rio de Blewfield , que , tiene su origen entre los rios de Nicaragua y de Veragua , sino también en la bahia de Campeche , en las costas de la boca del Dragón y de boca de Oro , en el rio de Darien , y en las pequeñas islas Meridiona- les de Cuba : he oido decir que se hallaron algu- nos en el Norte de la Jamayca , y muchos en el rio de Surinan , que es un pais muy baxo : tam- bién los he visto en el Mindanao , y en la costa de la nueva Holanda." „ Este animal ama el agua que es algo salada; y también vive comunmente en los rios inmedia- tos al mar : tal vez por esta razón no se encuen- tran en los mares del Sur , donde la costa es ge- neralmente alta , el agua profunda cerca de la tier- ra , las olas gruesas , menos en la bahia de Pana- ma , donde sin embargo no los hay ; pero las in- dias Occidentales , como son una gran bahia , com- puesta de vanas pequeñas , tienen comunmente tierras baxas , donde las aguas son poco proíun- das , y suministran un sustento á proposito para el manatí : algünas veces se encuentra en ei agua salada , y otras también en ei. agua dulce , pero nunca mar adentro." „ Los que están en el mar , y en los parages donde no hay rios , ni brazos de mar donde pue- dan entrar , vienen con todo eso en veinte y qua- ro horas una vez ó dos a la embocadura del rio de agua dulce mas próximo ; nunca salen á tier- ra , ni entran en una agua tan baxa , que no pue- dan nadar : su carne es sana y de muy buen gus- Historía Nalitral. Tom. I. MAN 163 to ; su piel es también de mucha Utilidad, Los ma- natíes y las tortugas se hallan por lo común en los mismos parages , y se mantienen de las mis- mas y#rbas clue se crian en el mar á algunos pies de páíLmdidad , y en las riberas baxas que cubre la marea." El manatí es el manatí ¡>boc¿ venus de Clusio; manatos de Brisson ; el pene mullir ó [>(% mugen de los Portugueses •» la vata marina de varios via- geros ; y la syrena de otros. MANATO. Lo mismo que manatí , Vease este ar- tículo. MANDRILL (el). Es un mono de la familia de los Minos , que se halla en la costa del Oro , y en las provincias Meridionales de Africa , donde los Negros le llaman boggo. Parece que después del orang-utang , es el mayor de todos los monos y habí, ¡os. El mandrill tiene una fealdad desagradable y fastidiosa , y una nariz chata , ó por mejor de- cir unas ventanas que continuamente destilan un moco , que recoge con la lengua : su hocico es muy grueso y largo , su cuerpo rehecho , sus nal- gas de color de sangre , el ano visible , y co- locado , por decirlo asi , en el lomo ; la cola muy corta , los colmillos mucho mas gruesos y largos , á proporción , que los del hombre ; la cara desnuda , y de color azulado , llena por am- bos lados de arrugas longitudinales , y bien señala- das : las orejas desnudas , como también las pal- mas de las manos y las plantas de los pies ; el pe- lo largo , de un color pardo bermejizo por el cuerpo , y ceniciento por el pecho y el vientre: anda regularmente en dos pies , y derecho, tiene quatro pies ó quatro y medio de alto , parece que los hay mayores. ,, El cuerpo del mandrill , quando llega á sa entera magnitud ( dice Sniith ) es tan grueso en su circunferencia como el de un hombre común; las piernas son mucho mas cortas , y los pies mas largos; los brazos y las manos tienen la misma proporción ; la cabeza es muy gorda , la cara an- cha y chata , sin mas pelo que el de las cejas ; la nariz muy pequeña , la boca ancha , y los labios muy de'gados ; su rostro , que está cubierto de un pellejo blanco , es de una fealdad espantosa , y todo arrugado ; los dientes son anchos y muy amarillos ; las manos no tienen pelo ; todo lo res- tante del cuerpo , á excepción del rostro y las ma- nos , está vestido de pelo largo y negro como el del oso." „ Estos animales nunca andan en quatro pies co- mo los monos ; casi siempre tienen el moco col- gando , y gustan de dexarle correr hasta la boca." La palabra man en las lenguas Alemana , In- glesa, &c. significa el bomb,; en general , y la pa- labra drill , en el lenguage de algunas provincias de Francia , como en Borgoña , significa un hombre vigoroso y libertino ; y de estas dos voces han formado los Naturalistas Franceses la palabra man- dril/, con la qual indican este mono. Dicen que los mand/iUes lloran y gimen como los niños ; que tienen una violenta pasión por las nuigeres , y que no dexan de acometerlas y for- zarlas quando las hallan solas. Finalmente , aunque mayores , y quizas mas fuertes que el cefo , pa- X % re- 1 64 M A "N recen sin embargo mas tratables y menos insolen- tes. El mavdrill es el ccreopiteciis cynocephalus , el ma- gote ó tartarin de Brisson t denominaciones que pa- recen mal aplicadas, y convienen mejor al magote. MANGABEY (el). Es un mono de la familia de los micos » tiene la cola tan larga como la cabeza y el cuerpo juntos , y la lleva levan- tada. Al rededor de los ojos tiene un rodete bas- tante abultado , los párpados desnudos , y de una blancura brillante , el hocico gordo y largo , las cejas de un pelo tieso y erizado , las orejas ne- gras y casi desnudas , y el pelo largo y espeso. Anda en quatro pies , y tiene pie y medio de lar- go poco mas ó menos. En esta especie hay variedad en los colores del pelo ; unos tienen la cabeza negra , el cuello y la parte superior del cuerpo pardo leonado , y el vientre blanco ; otros tienen un color mas cla- ro en la cabeza y el cuerpo , y se diferencian de los primeros por un largo collar de pelo blanco que los rodea el cuello y las mexillas. Estos mangabeyes se hallan en Madagascar , y como se parecen mucho al 'vari en la longitud del hocico v de la cola , en el modo de llevarla , y en las variedades del color , pueden mirarse como animales intermedios entre los malfis y los mi- cos. El mangabey es el atíhiOps , simia cutid at ti wiberbtSy &c. de Linneo. MANICU. Nombre que dan los Negros al di- delfo. díase Didelfo. MANITU. En el E.Dutertre es el didelfo. Vease Dibeifo. MANTICORA. Nombre de un animal fabuloso, que suponían ser un quadrupedo cruel y terrible, del qual se hallan algunas descripciones llenas de cosas maravillosas en Ctesias , Aristóteles , Eba- no y Plinio. Los latinos llamaron á este animal manti chora , otros martlchora y otros mar ti ora. Eos Griegos le dieron el nombre de andropophago , co- medor de hombres. Según Ctesias , es este animal de color roxo , y tiene tres órdenes de dientes en cada quixada. Aristóteles y Plinio añaden , que sus orejas y sus ojos son semejantes á los del hom- bre : dicen que su grito es parecido al sonido de una trompeta , y aseguran que la punta de su co- la está llena de púas , con las quales se defiende contra los que se les aproximan , y que las arroja mtty lejos contra los que le persiguen. Finalmente, pretenden ser tal su agilidad , que en la carrera pa- rece tener la rapidez del vuelo de las aves. Pau- sanias refiere la mayor parte de estos cuentos , pe- ro sin dar asenso ni fe á ellos ; porque comienza declarando que cree que este animal no es otro que el tigre , del qual tiene toda la apariencia , y sin duda que el peligro que hay en acercarse de es- te terrible animal , y el miedo que inspira su as- pedo , han producido estas fábulas populares , que ios Naturalistas no se han desdeñado recopilar. MANZAO ó MANZO. En Congo es el elefan- te. Vease Elefante. MAPACHE (el). Es casi del tamaño y forma de un tejón pequeño , pero de menor estatura , y tie- ne eí ayre y la figura de la zorra. Su cuerpo es MAP bastante corto , el pelo suave , largo , espeso , ne- gruzco por la punta , y gris por abaxo , la cabeza como la zorra , pero las orejas redondas , y mu- cho mas cortas ; los ojos grandes , y de un color verde amarillazo ; encima de los ojos tiene una banda negra transversal , el hocico afilado , la na- riz un poco remangada , el labio interior mas cor- to que el superior ; tiene seis dientes incisivos , y dos colmillos arriba y abaxo ; la cola poblada , lar- ga , a lo menos como el cuerpo , y llena de ani- llos alternativamente negros y blancos ; las pier- nas delanteras , mucho mas cortas que ¡as de atrás, y en todos los pies cinco dedos armados de uñas firmes y agudas los pies de atras tienen bastante talón para que el animal pueda levantarse , y sos- tener su cuerpo en una situación indinada hacia adelante. Se sirve de sus pies delanteros para llevar á la boca lo que come , pero como sus dedos son po- co flexibles no puede , por decirlo asi , agarrar nada con una mano sola , se sirve de ambas a un tiempo , y las junta para coger lo que Je dan. Aun- que es grueso y rehecho , con todo eso , es muy agil ; sus uñas puntiagudas como alfileres , facili- tan el trepar a los árboles ; sube con ligereza has- ta la cima del tronco , y corre hasta el extremo de las ramas : anda siempre saltando , y brinca en lugar de andar , y sus movimientos , aunque obli- qüos , son muy prontos y ligeros. El mapache se alimenta de todo lo que encuen- tra , de carne cocida ó cruda , de peces , huevos y aves vivas , de granos , raices , é insectos ; ama el azúcar , la leche , y los demas alimentos dul- ces , prefiriéndolos á todas las cosas , exceptuan- do las frutas , a las quales prefiere la carne y el pescado ; tiene la propiedad de mojar en agua to- do lo que come : observa una especie de limpieza, y se esconde para estercolar Finalmente , se do- mestica con facilidad , se familiariza , acaricia , jue- ga amenudo y con bastante gracia , pero es muy sensible á los malos tratamientos. Quando es- tá irritado silva como los chorlitos , ó ladra como un perro viejo. Si se le hace daño ó le acosa al- gún animal mas fuerte que él , no hace la menor resistencia ; esconde su cabeza y sus patas , y for- ma con su cuerpo una bola : no se quexa ni hace el menor lamento , y en esta posición sufriría la muerte. Aborrece los niños , sus llantos le irritan, y hace todos sus esfuerzos para arrojarse á ellos. Este animal es originario de las partes Meridio- nales de America ; es muy común en la Jamayca, donde habita en los montes , y baxa para comer cañas de azúcar. El silencio de los viageros nos hace presumir que no se halla en el antiguo Con- tinente , y aunque puede soportar el trio , no le hay en el Ganaba , ni tampoco en las demas partes Septentrionales de la América. El mapache es el raccoon de Sloano ; el coatí bra- siliensium de Klein ; el ursus canda elongatá de Lin- néo; y el ursus cauda annulatim variegaid de brisson. Nota del Traductor. El citado Autor Mexicano habla del mapache en los términos siguientes : „ el mapache de los Me- xi- MAR xicanos es á juicio de Mr. de Buífbn , el mismo quadrúpedo que en h Jamayca conocen los Ingleses con el nombre de raían. El Mexicano es de la mag- nitud de un tejón, de cabeza negra, de hocico lar- go , y delgado , como el del galgo , de orejas pe- queñas , de cuerpo redondo , de pelo variado de negro y blanco , de cola larga y muy peluda , y de cinco dedos en cada uno de sus pies. Tiene sobre los ojos una lista blanca , y se sirve como la ardilla , de los pies delanteros , para llevar a la boca la comida. Se sustenta indiferentemente de gra- no , de fruta, de insectos, de lagartijas,}' de san- gre de gallinas. Se domestica fácilmente, y es muy di- vertido en sus travesuras t pero es pérfido , como la misma ardilla , y quando menos se piensa, muer- de á su amo.“ MAPURITO , nombre del porrillo en algunas pro- vincias del Orinoco. Vca.se Zorrillo. MARAGUA , O MARAGAIA , en el Brasil , es el marga)’. Vease Marga r. MARAGUAO , O MARACAYA , en Marcgra- Ve es el mar gay. Vease Makgay. MARAPUTE, en el Malabar es el mismo ani- mal que el serval. Vease Serval. MARFIL, s. m. nombre dado á la materia de los dientes del elefante. El marfil no es una substancia ternillosa propiamente , ni de la naturaleza del cuer- no, sino de las de los dientes; y los colmillos del elefante parecen ser en efedto dos dientes largos en extremo. Sin embargo el marfil tiene en su in- cremento y texido algunos caracteres que le distin- guen de los dientes propiamente asi Uamados. Quando un colmillo de elefante se corta trans- versalrnente , se ve en el centro , ó próximo a él, un punto negro que llaman coraxim ; pero si se cor- ta por el parage de su concavidad , tiene en el cen- tro un agujero redondo. Y se perciben algunas li- neas curvas que se dilatan en sentido contrario , desde el centro á la circunferencia , y que cruzán- dose forman unas lisonjas o rombos. En la circun- ferencia tiene una faxa estrecha y circular : las li- ncas curvas se ramifican a medida que se apartan del centro, y su número es tanto mayor quanto se acercan mas á la circunferencia ; por eso el ta- maño de los rombos es casi e¡ mismo por todas partes , sus lados, ó á lo menos sus ángulos tie- nen un color mas vivo que lo r estante , sin duda porque su substancia es mas compacta : la faxa de la circunferencia se compone algunas veces de fibras derechas transversales , que llegarían al centro si se prolongasen mas ; la apariencia de estas lineas , y de estos puntos , es lo que se llama grano del mar- fil. En todos los marfiles se percibe el grano , pe- ro es mas ó menos sensible en diferentes colmi- llos , y entre los marfiles , cuyo grano es bastante apa- rente para que se ¡es de el nombre de marfiles granados hay algunos que llaman marfiles de grano grueso , por oposición á aquellos cuyo grano es mas fino, y menos aparente. En el corte transversal de los colmillos se ven ademas varios circuios ó zonas concéntricas, como en una piedra calcedonia.; estas zonas se distinguen unas de otras por diferentes matices; son muy ir- regulares, asi por su arqueo como por su anchu- ra ; también hay lineas , o íaxas pequeñas , que se MAR 1 estienden en la dirección del centro á la circunfe- rencia del plano del corte transversal del colmi- llo ; estos caraétéres están sujetos a muchas varie- dades , é irregularidades ; rara vez esta en el cen- tro el corazón , las corvaduras de las lineas con- céntricas no son uniformes ; las zonas tienen mas anchura en unas partes que en otras ; y la faxa de la circunferencia falta en todo , ó en parte. Quando el marfil seco hasta cierto punto , se hiende en la dirección de las curvas, ó zonas con- céntricas , y aun en la de las lineas que van del cen- tro a la circunferencia , estas hendiduras penetran en la longitud del colmillo ; las que son concén- tricas manifiestan que se compone de curvas tam- bién concéntricas , las quales forman pirámides hue- cas , puestas unas sobre otras , la punta vuelta del lado de la del colmillo ; y asi las zonas que apa- recen sobre el plano del corte transversal son los sitios de las pirámides tronchadas por este mismo corte ; la capa exterior del colmillo se llama cor- teza , y forma en la circunferencia del corte trans- versal la faxa de que hemos hecho mención; pero el circulo que la forma, falta amenudo enteramen- te , y entonces en lugar de corteza , solo hay en lo exterior del colmillo un color amarillo, roxo , o negro ; quando la corteza tiene algún grueso, es mas dura , y amarillea menos que Tas partes que están mas cerca del centro. Serrado un colmillo a lo largo , se ven en el plano de este corte unas zonas , ú ondas que son también casi longitudinales , y que forman porcio- nes de ovalos como las vetas de una tabla de ma- dera. Estas zonas longitudinales , y transversales de que ya hemos hablado , desaparecen poco a poco, casi enteramente , y solo se perciben bien quando el marfil fresco empieza a secarse. El marfil , pues , se compone de capas cónicas, concéntricas , y adicionales ; la concavidad que se halla en la parte posterior de todos los colmillos, se forma por las paredes internas de su primera cama Interior. M. Perrault refiere que en el elefan- te de la casa de fieras de Versalles se halló esta concavidad llena de una especie de carne, unida á lo interior del hueco , el qual no es mas que una hoja ternillosa delgada , como papel , y llena de va- rios agujeros. „ Esta carne, añade Perrault, era du- ra por ia superficie, por cuyo medio estaba unida á lo largo de la concavidad que hay en el colmi- llo, de manera que parecía tener alguna disposi- ción para volverse ternillosa ; y esta observación podría dar alguna verosimilitud a la opinión de los que dicen que el elefante muda los colmillos , co- mo los ciervos la cuerna , pudiendo considerarse es- te endurecimiento como un principio de la gene- ración de los colmillos que deben renacer." Pero al contrario nos parece que si la carne del colmi- llo debiera formar un colmillo nuevo , no se uni- rla al que debia separarse en lo sucesivo, no ha- biendo motivo para creer que los colmillos del ele- fante se caen como la cuerna del ciervo; me pare- ce mas verosímil que la carne de los colmillos les suministre nuevas capas, que se vuelvan hueso su- cesivamente, y se unan a las otras á medida que va creciendo ; porque el centro de un colmillo es hueco hasta casi su punta , y las capas concéntricas 1 66 MAR. adicionales del colmillo son muy distintas en cier- tos marfiles fósiles. No ouede hallarse la causa de la dirección de las fibras curvas que se cruzan regularmente en sen- tidos contrarios , y forman algunas lisonjas en el plano del corte transversal del colmillo , y las on- das en el corte longitudinal , sino refiriendo esta es- tructura , á la del' texido recticular de los huesos. En efeíto este texido está lleno de substancia de marfil en los colmillos , en lugar de tuétano , co- mo en ios huesos. El grano del marfil es menos aparente en el corte longitudinal del colmillo que en el transversal ; porque las fibras solo se cruzan en algunos parages , y no en otros : por eso los pintores quando 'quieren pintar en marfil , prefieren el corte longitudinal. Los artesanos hacen poco ca- so de esto para su despacho , pues quanto menos «rano tiene , es mas fácil tomar el hueso por marfil , si no se tiene suficiente conocimiento pa- ra distinguirlo por el lustre y señales de su estruc- tura. La substancia solida y compaña del hueso es mas dura que el marfil, aun por su corteza, y sin embargo no toma el hueso tanto lustre , porque es mas seco, y áspero. El marfil amarillea quando está expuesto al ay- re , pero serrando un colmillo , se le halla muchas veces de diversos colores ; algunos colmillos tienen un color aceytunado; pero la mayor parte son blan- quecinos , o blancos, Los artífices que trabajan el marfil dan el nombre de marfil 'verde á aquel que tiene un color aceytunado , aunque en este color del marfil domina el amarillazo casi enteramente sobre el verdoso. La denominación de marfil •verde debe significar mas bien su estado que su color, porque no se halla este marfil verde sino en los colmillos que se han quitado al elefante , ó que ha poco t iempo que se separaron de la quixada , para que su substancia haya perdido , secándose su color de aceytuna,y tomado el color blanco. El marfil de los colmillos que ha mucho tiem- po se quitaron del elefante , y han estado expues- tos al calor , es blanco i los artífices que le gastan dicen que en este estado es mate; y srn duda quie- ren expresar con esta palabra la mutación que la impresión del ayre causa en el marfil al secarse ; es de creer que el color natural del marfil , que es aceytunado , se vuelve blanco por esta causa ; el marfil blanco tiene mas disposición para volverse amarillo, que quando es aun de color aceytunado. Luego que se separa un pedazo de marfil del col- millo , pierde su color al ayre , y este se desapa- rece tan prontamente quanto el ayre es mas calien- te ; durante el calor del verano se ve desde el pri- mer dia que este color se disminuye , y se pasa en poco tiempo. La acción inmediata del sol , ó del fuego, le hace pasar con mayor prontitud, y al con- trario la humedad le hace mas permanente. Todos estos hechos prueban que el marfil blan- co está mas seco que el aceytunado ; y por eso los artífices caldean éste para blanquearle antes de em- plearle en los usos á que le destinan , porque quanto mas blanco es el marfil, es mucho mas her- moso ; pero es cierto que no está tan expuesto á ponerse amarillo , quanto es mas aceytunado , su- cediendo el blanco á este color , antes que el ama- MAR rillo se manifieste. El marfil que es blanco en el colmillo, toma el color amarillo mucho mas pron- to que el que pasa de aceytunado á blanco. preservando el marfil de la acción del ayre, conserva su color blanco ; se le envuelve en algo- don , ó se le mete en una caxa bien cerrada ; pe- ro el medio mas seguro es el de ponerle en un vaso bien tapado : de este modo conserva la blan- cura de las figuras de marfil ; pero si el vaso se hiende , ó casca , se ve amarillar el marfil por la parte que coge la rajadura. El color amarillo que toma expuesto al ayre , se vuelve bermejizo, y aun roxo , quando permanece al viento mucho tiem- po ; estos colores solo penetran una media linea. Quicando el marfil amarillo , se halla debaxo el blan- co , pero este medio es las mas veces impractica- ble , y para remediarlo se requieren diversos pro- cedimientos •, el mas común es el exponer el mar- fil amarillo al rocío , principalmente al del mes de Mayo ; quando se le pone al ayre , es preciso reser- varle cuidadosamente de los rayos del sol ; porque su calor inmediata le abollaría s pero si esta meci- do en agua, no hay que temer este mal efeño. El color amarillo que toma el marfil es un de- feño que ha contribuido a hacerle pasar por de moda , quando el uso ¡ntroduxo la de las alhajas de oro , piedras finas , y esmaltes , &c. Independien- temente del color amarillo , se hallan cambien en el marfil otras calidades que le hacen defectuoso , y disminuyen su valor. Los artífices desprecian el marfil cuyas fibras son muy aparentes , y el que tiene manchas ; al primero le dan el nombre de marfil gra- vado , y á las manchas las llaman babas : pero los Natu- ralistas deben mirar el marfil granado , como el mas interesante , porque el grano demuestra , como ya hemos dicho , la dirección de las fibras de que se compone. La mayor parte de las manchas del marfil á quie- nes los artífices dan el nombre de babas , provienen de un vicio de su extructura , ó de su naturaleza , co- mo el sarro , ú otra enfermedad : estas manchas son de diversos tamaños , y penetran mas ó menos pro- fundamente en el marfil. Hay algunas que se for- man por unos globulillos medio transparentes , y de color amarillo , casi como si estas parces hubiesen sufrido la acción del agua fuerte ; otros parages vi- ciados tienen casi el mismo color que lo restante del pedazo; pero se ve en ellos una estructura muy singular •, tienen unas concavidades , cuyas paredes están llenas de tubérculos , y pequeñas puntas ; es- tas partes defeétuosas se hallan muchas veces ro- deadas de un marfil muy sano : en la concavidad del colmillo se encuentran varias veces tubérculos, y tumores. Casi todo lo referido sobre el marfil se ha ex- trañado de la descripción del elefante , escrita por M. Daubenton , en la Historia Natural de los Anima- les. En quinto al marfil fósil , ó petrificado , que se halla en diversas regiones , y particularmente en Si- beria , véase el artículo Mammut. MARGARZAHOC , nombre baxo del qual in- dican algunas relaciones un gran quadrúpedo de Ma- dagascar , que parece ser un asno silvestre, o montes, y que rebuzna como él. MARGA Y i, el ) se asemeja al gato montes en la mag- MAR magnitud y figura del cuerpo , solo que tiene la ca- beza mas quadrada,el hocico mas largo, las ore- jas mas redondas , y la cola mas larga : su pelo es también mas corto que el del gato montes , y es- ta pintado de laxas , rayas , y manchas negras , so- bre un fondo de color leonado. El mar gay tiene las mismas propiedades que el gato montes ; pues se mantiene de caza como paxaros , y aves domésti- cas : es muy ligero para trepar a los árboles, don- de se esconde; no corre aprisa, sino siempre saltan- do. Es muy dincü de domesticar , y nunca pierde su natural feroz. Los margayes producen en todas las estaciones, y las hembras paren aos cachorros en cada cama- da , en los huecos de los arboles podridos. Son muy comunes en la Guayana , en el Brasil , y en todas las demas provincias ae la América Meridional. El fichú de la Luisiana nos parece que es el mismo animal ; pero la especie no es tan común en los países templados , como en los climas cálidos. El mío gay es el tepemmlaton de Hernández, el maraguao sive maracaia de Marcgrave ; el ¡cíes [era tigrina malaca de Barreré ; y el gato montes atigrado de Brisson. MARIKINA (el) especie de simio de la familia de los saguinos , el qual tiene la cola casi doble mas lar- ga que la cabeza y el cuerpo juntos ; las orejas re- dondas y desnudas , la cara rodeada de un pelo lar- go, y de color roxo dorado , y el cuerpo cubierto también de pelo largo de un blanco amarillazo , y resplandeciente , con un mechón , ó borla en la punta de la cola; anda en quacro pies, y no tie- ne mas de ocho a nueve pulgadas de largo. Tiene las mismas propiedades, viveza, é inclinaciones, que los demás ¡ agidnos , y parece de un temperamento mas robusto , porque puede subsistir algunos años en nuescro clima , teniéndole en el invierno en una parage caliente. El marisma es el ccrcofithecus ata, una de Barreré; y el pequeño mono león de Brisson. ** MARIMONDA (el) es un mono con cola , de tres quartas de alto , muy parecido al hombre de medio cuerpo abaxo , siempre anda en dos pies, en los quales tiene diez dedos , cinco en cada uno, y en las manos solo quatro , pero mas cortos que los de los pies ; y en ios dedos de pies y manos se parece al pavo : las palmas de las manos y plantas de los pies, sin pelo : la cola es de mas de vara de lar- ga , y tiene en ella casi toda su fuerza : el color es como el de un lobo : sube por las paredes arriba sin dificultad : es muy manso , y come quanto le dan. Los hay también mayores , negros , y suma- mente feos. Esta especie es originaria de Amé- rica. MARMOSA (la) parece que forma una especie cercana á la del didcljo ; estos dos animales se pa- recen en la forma del cuerpo , en los pies , en la cola , la qual está casi toda cubierta de escamas , ex- cepto su maslo , que está vestido de pelo , y en el orden de ios dientes, cuyo número en ambos es de cincuenta : las partes de la generación , asi del macho como de la hembra, se parecen en la for- ma y posición á las del didelfo : la glándula de la verga del macho es hendida ; y está colocada en el orificio ; este en la hembra parece ser también MAR 167 el orificio de la vulva; cara&éres igualmente pro- pios al didelfo : la mamosa es mucho mas chica , y tiene el hocico mas puntiagudo que aqml ; la hembra no tiene bolsa en el vientre como el di- delfo , sino dos pliegues longitudinales cerca de los muslos , entre los quales se meten los hijuelos pa- ra mamar. El nacimiento de los cachorros de esta especie parece que aun es mas precoz , que en la del didel- fo ; apenas son tan gruesos como habas quando na- cen , y van á agarrarse a el pecho. Las camadas son también mas numerosas. Parece que los cachor- ros quando nacen no son mas que fetos , v como tales no han tomado aun la quarta parte de su ¡n- ci emento; el parto de la hembra siempre es un aborto fuera de tiempo , y los fetos no salvan su vida sino agarrándose a los pechos sin desasirse de ellos hasta que han adquirido el mismo grado de magnitud y fuerza que hubieran tomado naturalmen- te en la matriz. La marmota tiene las mismas inclinaciones y pro- piedades que el didelfo ; ambos se fabrican sus vi- vares para refugiarse , ambos se enganchan a las ramas de los arboles por la punta ue la cola , y desde allí se arrojan sobre los páxaros y animali- llos ; también comen frutas , granos , y raíces , pe- ro son mas aficionados al pescado y cangrejos, que dicen pescan con la cola ; estos animales habitan las regiones meridionales y templadas de América» pero no se hallan en los países fríos. La mamosa es el t lidelphis marina de Lineo ; el Philandro de América de Brisson ; el mus sila/estris americanas scalopís di ñus de Seba, Nota. Este nom- bre griego scalopés que Klein y Brisson adoptan , está muy mal aplicado á la marmota , por no ha- berla conocido aquellos pueblos. MARMOTA (la) tiene la nariz , los labios , y la forma de la cabeza de liebre ; el pelo y las uñas de tejón , los dientes de castor , el bigote de ga- to , los ojos de iiron , ios pies de oso , la cola cor- ta , y las orejas tronchadas : el color de su pelo es roxo obscuro por el lomo , y bastante áspero , pe- ro por el vientre es suave , espeso , y bermejizo. Aunque no es del todo tan grande como la liebre, es mucho mas rehecha , y a su mucha fuerza junta una grande agilidad. Tiene los quatro dientes incisivos bastante largos y fuertes para morder cruelmente; y sin embargo no hace mal á nadie , á menos que no la irriten ; roe los muebles y telas , y aun hora- da ias maderas quando está encerrada. Como tiene los muslos muy cortos , y los de- dos de los pies formados casi como los del oso, se sienta y anda como él en dos pies ; con las manos lleva a la boca lo que agarra , y come de pie como la ardilla ; corre bastante aprisa cuesta ar- riba , y muy lentamente en lo llano ; trepa á los árboles , sube enire dos paredes inmediatas , y por eso dicen los Saboyanos que las marmotas han en- señado á trepar para limpiar ó deshollinar chimeneas. Quando juega , o la acarician, tiene la voz y el mur- mullo de perrillo ; pero quando la irritan ó espan- tan , tiene un silvido penetrante y agudo que hie- re el tímpano del oido. Las marmotas comen de todo lo que las dan , carne, pan , fruta, &c. pero gustan mácele manee* 1 68 MAR «a y leche , que de otra cosa. Si pueden entrar en los par ages donde hay leche , la beben en cantidad, haciendo como el gato , un pequeño murmullo de contento. Finalmente la leche es el único licor que las gusta; no beben agua sino rara vez, y rehúsan el vino. Aman la limpieza , y se apartan á un lado para hacer sus necesidades ; pero tienen un olor fuerte , especialmente en el verano , que las hace muy desagradables. En el otoño están muy gordas por el lomo y los riñones , y su carne seria bas- tante buena de comer , si no tuviese siempre un poco de olor que no se quita sino con condimentos muy fuerces. Este animal esta sujeto á entumecerse por el frió. A fines de Setiembre , ó á principios de Oc- tubre , se esconde la marmota en su retiro , para no salir hasta principios de Abril. Este retiro sub- terráneo , que es de gran capacidad , mas largo que ancho , y muv profundo , es una especie de gale- ría fabricada en algún repecho del monte , y he- cha en forma de Y griega , cuyas dos piernas tie- nen cada una una abertura , y van á parar a un ca- llejón , que es el lugar de la morada : una de es- tas piernas ó ramas (y es la parte mas baxa del domicilio) les sirve para deponer sus excrementos, y entran y salen por la otra que está mas eleva- da que todo lo . restante. El lugar de la habitación esta regado y entapizado de musco y heno , de lo qual hacen gran provisión durante ei verano. Ase- ; aran también , pero con poca verosimilitud , que esto se hace á expensas comunes , y que alter- nan todas para transportar á la cueva las yerbas que recogen. Sea lo que fuere , lo cierto es que vi- ven juntas , y que trabajan de mancomún en su ha- bitación : pasan en ella las tres quartas partes de su vida , y se retiran á ella quando hay tempestades o algún peligro , y solo salen los mejores dias , y no se alejan mucho : entonces hace una centine- la, sentada en una roca elevada, y al menor peli- gro avisa á las demas con un silvido , y no entra hasta que han emrsdo todas. j. negó que sienten acercarse la estación en que se entumecen , trabajan en cerrar las dos puertas de su domicilio, y lo hacen con tanto cuidado y solidez , que es mas fácil abrir la tierra por qual- quiera otra parte que por el parage que ellas han murado. En este tiempo están muy gordas, y hay algunas que pesan hasta veinte libras : también lo están tres meses después ; pero se ponen flacas á fines de invierno. Quando se descubre su madri- guera , se las encuentra hechas una bola , y meti- das entre el heno. Se llevan entorpecidas , y se es- cogen las mas gordas para comer , y las mas nue- vas para domesticar. Un calor graduado las anima, y las que se crian en las casas en parages calien- tes , no se entumecen , y son tan vivas en el in- vierno como en los demas tiempos del año. Final- mente no es seguro que permanezcan constante- mente entumecidas por espacio de siete u ocho me- ses ; al contrario , es de presumir que conservan al- gún calor en los primeros tiempos : por eso los cazadores las ,dexan en su cueva tres semanas , ó un ines antes de ir á turbar su sosiego , y se abs- tienen también de cavar quando el tiempo es sua- ve , ó hace viento calido. MAR La marmota cogida nueva, se domestica casi tan- to como nuestros animales domésticos; aprende fá- cilmente á agarrar un palo , gesticular , baylar , y obedecer en todo la voz de su amo. Tiene anti- patía al perro. Quando empieza á ser familiar , y se cree apoyada por su amo , acomete y muerde en su presencia á los perros mas temibles. Estos animales no producen mas de una vez al año , y en cada camada tres ó quatro cachorros. La dura- ción de su vida solo es de nueve ó diez años ¿ por eso la especie , ni es numerosa , ni está muy esparcida. Solo habita en las montañas, y en especial en los Alpes ; lo qual la ha dado el nombre de ■rata de los Alpes • No se la debe confundir con la marmota de Polonia , que es el boba\ , ni con la de S trasburgo , que ts el criceto ; ni tampoco con los animales llamados marmota de Cañada , y marmota del Cabo , que son especies diferentes. A la marmota la llaman Plinio y Gesnero mus alpinas : Lineo , mus tanda elongatd , nuda corpore ru- fo , Brisson , glis püis e fusco et flanicante mixtis. Marmota de Cañada. Vease Monax. Marmota del Cabo , asi llamada por los Holan- deses , cavia capenús de Pallas , es el mismo animal que el daman del Cabo. Véase Daman del cabo. Marmota de Polonia. Vcase Bobak. , Marmota de Strasburgo. Vease Criceto, MARRANO, lo mismo que puerco. Vease Puerco. MARSOPA ( la ) es el irías chico de ios anima- les cetáceos. Su longitud común es de cerca de cin- co pies , y aunque menos largo que el delfin , tie- ne el cuerpo mas fornido á proporción , y mas grue- so. T iene , como él , un conducto en la cabeza por donde arroja el agua ; en el lomo se eleva una ale- ta cortada en inedia luna hácia la cola , la qual tie- ne la figura de una hoz , y es horizontal , como también las otras aletas. La boca esta guarnecida arriba y abaxo de dientecillos muy puntiagudos. No tiene orejas exteriores , y los conductos del oído son casi imperceptibles a la vista; las ventanas de la nariz están superadas de un pelo , ó cerda áspe- ra de cinco ó seis lineas de largo, que también se halla en el feto. La lengua tiene una franja al re- dedor , es corta , y esta pegada en lo interior de la boca. Las partes de la generación están visibles en ambos sexos. La hembra solo produce uno o dos hijos. La marsopa no tiene la alegría petulante dt! delfin , parece triste y pesada , y aunque mucho mas pequeña que la orea , tiene mucha semejanza con ella en la forma del cuerpo. Esie cetáceo entra y sube bastante arriba en los rios con el fiuxo ; don- de se le ve jugar , dando vueltas , y lanzando el medio cuerpo fuera del agua : muchas veces hace oir un silvido igual al que forma el buey por una respiración profunda ; y esto , según dicen , es el presagio de un tiempo tempestuoso. Las marsopas , se alimentan de alachas, sardinas, y en especial de harenques. La pesca de estos ce- táceos se hace de diferentes maneras ; la mas usa- da es el lanzarlos un harpon , ó dardo , con un fuer- te mango , al qual esté atada una cuerda que el pescador va soltando á medida que la marsopa he- rida se aleja. Se ha observado que las demas mar- sopas vienen á saciarse en la sangre que sale con MAR mucha abundancia de la herida de su compañera , y que si por casualidad se desprende el arpón , no la dexan hasta que se la han comido. Quando las pescan y sacan sobre la crugia , ó cubierta del na- vio , arrojan un gemido semejante al de un cerdo que degüellan. Su sangre es tan calida como la de los animales terrestres. Los pescadores de Mont-Farville, en Norman- día , se sirven para esta pesca de redes de hilo muy gordo, semejantes al bramante, cuyas mallas tienen nueve pulgadas en quadro ; y la red cerca de cin- co ó seis brazas de ancho, y quarenta ó cincuen- ta de largo. Quando desde alta mar perciben los pescado- res marsopas en la costa , en los pequeños brazos ó canales que forman las puntas délas rocas, amar- ran un cabo de las redes á una roca , y con una chalupa las llevan á lo ancho , formando una espe- cie de circuito, y atan el otro cabo a otra roca: de suerte que quando la mar se retira, se hallan las marsopas encerradas en la red , y quedan en se- co. Algunas veces salvan la red lanzándose , pero nunca la rompen. Quando encuentran algunos obs- táculos, y tienen libertad para nadar , dan vueltas al rededor de las redes que ellas costean , hasta que se hallan en seco, ó en libertad. En el Cañada , en tiempo de baxa marea , hin- can en el cieno, ó en la arena unas estacas bastan- te inmediatas unas de otras, á las quales atan unos buitrones (red en forma de embudo) cuya aber- tura ó boca es bastante ancha ; de modo que lue- go que el animal entra , no la encuentra para salir. Se tiene cuidado de poner en la punta de las es- tacas manojos de verdura ; y quando la marea su- be , las marsopas , que dan caza a los harenques , quienes siempre buscan las orillas, atraidas por la verdura , que ellas aman mucho , se enredan en las redes , y se hallan encerradas ; conforme baxa la marea , causa mucho gusto el ver su inquietud , y los movimientos inútiles que hacen para escapar : finalmente quedan en seco , y muchas veces enca- lladas unas sobre otras ; y entonces las matan á palos. La especie de la marsopa es muy numerosa , y umversalmente esparcida. Hallanse en todos los ma- res , y aun en algunos ríos grandes de la China , y de América. Estos pequeños cetáceos van algu- nas veces en manadas de varios millares , de suer- te que cubren el mar por espacio de algunas le- guas. Siguen los navios , y quando se arriman muy cerca , es , según los marineros , un presagio de pró- xima tempestad. Ultimamente esta especie comprehende algunas variedades ; porque las hay de color pardo y otras enteramente blancas. Parece que estas ultimas pre- fieren los rios al mar , que su número es menor, que son mas solitarias , y su carne no tan buena como la de las pardas. Por lo general la de unas y otras es poco delicada , y de difícil digestión ; lo que se puede comer es el higado y la cabeza : I3 mayor utilidad que se saca de la pesca de las mar- sapas consiste en su lardo , el qual se derrite para sacar aceyte , que sirve para quemar , y se emplea en las tenerias y fábricas de xabon , &c. Su piel curtida es un cuero ligero , blando , é impenetrable Historia Natural. Tom. I. MAR 169 al fuego. Este animal se parece al cerdo en la es- tructura de su hocico , y en su conformación in- terior. La marsopa es el tursio de los Latinos , y el pbo- Cteraa de los Griegos. MARTA (la) no es de la misma especie de la fuina,como han insinuado algunos Zoologistas, dan- do á esta ultima como una marta doméstica , pues se diferencian esencialmente entre sí por el natural, el temperamento , y aun los climas que habitan. La marta es un poco mayor que la fuina, y sin em- bargo tiene la cabeza mas corta , las piernas mas largas , y por consiguiente corre mas fácilmente. Tie- ne la garganta amarilla , y la fuina la tiene blan- ca ; su pelo es también mas fino , mas poblado , y menos propenso á caerse. Huye igualmente de los paises habitados , y parages descubiertos ; vive en el fondo de las selvas , no se esconde entre las pe- ñas , sino recorre los bosques , y trepa á los árbo- les ; se alimenta de caza , y destruye una cantidad prodigiosa de páxaros , cuyos nidos busca para chu- par los huevos ; coge las ardillas , turones , lirones , &c. Come también miel como la fuina y el he- diondo. No se la encuentra en campo raso , en los pra- dos, sembrados, ni viñas; nunca se acerca álas ha- bitaciones , y difiere también de la fuina , por el modo como se las caza. Luego que la fuina se sien- te perseguida de algún perro , se mete prontamen- te en su agujero ; pero la marta se dexa correr largo tiempo de los perrros , antes de trepar á un árbol ; no se toma el trabajo de subir á lo ultimo, sino que se agarra al tronco , y desde allí los ve pa- sar. La huella que dexa en la nieve parece la de una bestia grande , porque camina saltando , y seña- la siempre los dos pies á un tiempo. Pare por la primavera ; cada camada es de dos ó tres cachorros. No los prepara cama alguna; pe- ro quando está cerca de parir , trepa al nido de la ardilla , la echa de él , ensancha la abertura , se apo- dera y pare en él : también se sirve de los anti- guos nidos de los buhos, y alcotanes, y de los agu- jeros délos árboles viejos, de los quales echa á ios picos, y otras aves. Los cachorros nacen con los ojos cerrados , y sin embargo crecen en poco tiem- po ; á pocos dias de nacidos los alimenta la madre con páxaros , y huevos , y después los lleva con- sigo á caza. Los páxaros se avisan con un grito pequeño , quando la ven , del mismo modo que quan- do atisban las zorras, y todos los demas animales carniceros y voraces, y las siguen también bastan- te lejos. Las marmotas son muy comunes en el Norte de ambos Continentes ; y se encuentran en todo el Septentrión de América , hasta la bahía de Hud- son , y en Asia hasta el Norte del Reyno de Ton- quin , y del Imperio de la China. Al contrario en los climas templados , donde hay muy pocas ; en Inglaterra no las hay , por falta de bosques. En Francia es corto el número , y generalmente son tan raras como comunes las fuinas. Tampoco se ha- llan en los paises calidos. No debe confundirse la marta , con la marta ce- bellina , que es otro animal , cuya piel es mucho mas preciosa. La cebellina es negra , y la marta gris Y y 1 7o MIC y amarilla. La parte de la piel de la marta mas estimada , es la que es mas parda , y que se dilata a lo largo del lomo , hasta la punta de la cola. La marta se llama en latin martes, ó marta , nom- bres que los Zoologistas han unido a las frases con que han indicado este animal. Marta cebellina. Vease Cebellina. MASTIN, nombre de una casta grande y fuerte de perros. Vease en quanto ¿ sus caracteres el artí- culo del Perro. MATGACH , nombre que dan los Tártaros al saiga macho. Vease Saiga. MATUTITICO, en el rio de las Amazonas es el zorrillo , llamado por algunos fétido de América. Vease Zorrillo. MAZAMES , nombre con el qual demostraban los Mexicanos el genero entero de ciervos ¡ gamos, y coraos. Nosotros le empleamos aquí para indicar dos especies de animales comunes en México , y Nueva España. El primero , y el mayor , llamado solamente píntame s , tiene una cuerna semejante a la del cor- zo üe Europa , de seis á siete pulgadas de largo , c’ a extremidad está dividida en dos candiles con otro a el comedio del asta. El segundo , llamado ttmamaxame , es mas chi- co que el anterior i tiene el vientre mas blanco , > su cuerna es sola , y sin candiles. Nos parece que estos dos animales son verda- deros corzos , el primero de los quales es absolu- tamente de la misma especie que el corzo roxo de Europa, y el segundo no es mas de una variedad: también parece que el cuguacuapara del Brasil, el 'irán cariacu , ó cierva de bosque de Cayena , son el mismo animal que el ma\ame , y que el cugua- té del Brasil , y el cariacu pequeño, ó cierva de los retuvieres de Cayena, son lo mismo que el te- ¡amadame ; pero Seba ha indicado sin fundamento ni razón alguna, baxo de estos dos nombres, unos mímales del genero de las gabelas. MEBIA , en Congo es el chacal. Vease Chacal. mLMINA , nombre del cervatillo en el Ceylan, y en la India. Vease Cervatillo. ENON , algunas relaciones denotan con este nombre la especie de cabra de cuya piel se hace y ¡ • a el tafilete en Levante. Vease el artículo Ca- BRA. MICO (el) es un mono pequeño de la fami- lia ce los sagoines > tiene la cola cerca de una mi- tad mas larga que la cabeza y el cuerpo juntos ; . ternillas de las narices no tan gruesas como los demas sagoines , pero sus ventanas situadas asi mis- mo al lado de la nariz : tiene la cara y las orejas desnudas , y de color de bermellón , el hocico cor- o , los ojos muy apartados uno de otro , las ore- jas grandes, el pelo de un blanco plateado hermo- so , el de la cola de un pardo lustroso y casi ne- gro; anda en quatro pies, y tiene cerca de siete u ocho pulgadas de largo. El mico es el mono chico de Vara , de Brisson. MICOS , denominación genérica para las espe- ¡cs de babinos, ó monos con cola tan larga como t uerpo. Esta casta , particular en la grande po- blación de los Simios, contiene nueve especies, que .on las de los Mazaques, los Patas, el Malbruck, MO N el Mangabey , la Mona , el Callitriche , el Mus- taco, el Talapoin , y el Duco. Véanse estas pala- bras, y el artículo Monos. MIREBIORNO , tercera especie de oso en Norue- ga. Vease Oso. MIZTLI (el) de México es el puma , ó león Ame- ricano. Vease Puma. Mocha (caz,.) es la cierva vieja sin cuerna. Vea- se Ciervo. MOCOCO (el) es un hermoso animal del ge- ro de los malfis. Tiene la fisonomía fina , la figura bizarra , y ayrosa , y un hermoso pelo siempre lim- pio y lustroso. Es notable por el tamaño de sus ojos , por la altura de sus piernas , que son mucho mas largas que los brazos , y por su bella y gran- de cola , que siempre esta levantada , y se cuentan en ella hasta treinta anillos alternativamente negros y blancos , bien distintos todos , y muy separados unos de otros. El mococo es de propiedad manso , y aunque en muchas cosas se parece a los demas monos , no tiene , ni la malicia , ni el natural de estos animales. En su estado de libertad , vive en sociedad , y en Madagascar se ven manadas de mo- cocos de treinta y quarenta de ellos. Se domestica fácilmente , y en el estado de ser- vidumbre solo es molesto por la inquietud y movi- miento continuo que tiene. Su paso es obliquo, y salta con mejor gracia y mayor ligereza que anda. No hace oir su voz sino por un grito corto y agudo , que dexa , por decirlo asi , escapar , quando le sorprenden, ó irritan. Duerme sentado, el ho- cico inclinado , y apoyado en el pecho ; tiene el cuerpo del grueso de un gato , pero es mas largo; su pelo , aunque muy suave al taíto , no esta echa- do; pero esto no disminuye la hermosura de su vestido , ni el adorno y compostura de su figura. El mococo es el mat;i con cola anulosa de Brisson calta , lémur cauda annulatd de Lineo. ** Moeoas ( mont .) Los encinares espesos donde se mete la caza. Mogotes , las cuernas de los venados y ciervos, quando son un palmo de largas. Vease Ciervo. MONA , es un mono indicado por los antiguos, baxo el nombre de (chas , cebus , ccephus, que se ha- lla en Berbería , en Arabia, en persia , y en otras partes del Asia , que los antiguos conocían. Su co- la tiene dos pies de largo ; su cabeza es pequeña y redonda , el hocico gordo y corto , la cara de color de carne atezada ; tiene en la frente una ban- da de pelo pardo , y una faxa de pelo negro que se dilata desde los ojos á las orejas , y desde es- tas hasta las espaldas y brazos ; tiene también una especie de barba parda , formada por el pelo de la garganta , y de lo inferior del cuello , que es mas largo que lo restante. El pelo de su cuerpo es negro bermejizo , y el del vientre blanco ; lo ex- terior de las piernas y los pies , negros ; la cola par- dimorena con dos manchas blancas en cada lado. La mona anda en quatro pies , y tiene cerca de uno y medio de largo. Es el mono que mejor se acomoda al temperamento de nuestro clima. Es capaz de educación, y aun de una cierta inclina- ción á aquellos que le cuidan. Parece , como ya he- mos insinuado , que se puede referir a este el fabos, el fapos de Avicena , por razón de la variedad de sus co- MON colores. Este es el mono 'variado de Erisson. MONAX , especie de marmota que se halla en el Cañada, y que se diferencia de las demas en no tener inas de quatro dedos en los pies delan- teros,)' la marmota de los Alpes, y el bobak de Po- lonia, tienen cinco como en los pies de atrás. Tam- bién difieren en la torma de la cabeza , que no está tan cubierta de pelo , y en la cola, que es mas larga, y menos poblada que las demas mar- motas , de las quales nos parece una especie veci- na, mas bien que una simple variedad. M O NGO , (el) especie de malpt mas pequeño que el mataco. El mongo tiene como éste el pelo sua- ve , y bastante corto , pero un poco rizado ; su na- riz también es un poco mas gruesa que la del mo- coco , y algo semejante á la del •vari ; su lengua es a; pera como la del gato, y los testículos apa- rentes y muy gordos p„ra su tamaño ; su voz es un gruñido casi continuo. Este animal en el estado de esclavitud es puert- eo , y molesto ; muy rudo en sus movimientos , y muy petulantes tiene un sueño muy ligero, y te- me el frío y la humedad. Por todo esto parece el menos amable de todos los Makis ; pues estos animales , y el mococo en particular , son muy be- llos, acariciadores , y juegan con alegría y gracia, aunque siempre se debe, y en especial losestraños, estar con un poco de cuidado para que no muer- dan. El mongo es la simia sciurus de Petiver el malfi , rnaf con fies blancos ,y maf con fes leonados de Bris- son. MONO, los monos forman una grande población dividida en varias familias de animales quadrumanos , y antropomorfos , esto es , que se acercan mas, ó me- nos á la figura humana ; si solo se hubiese de juz- gar por la forma, la especie del mono podría to- marse por una variedad de la nuestra. En efeéto compárese el mono con el hombre silvestre , con el hombre , en el estado de pura naturaleza , y la diferencia entre ellos será casi insensible. La cabe- za cubierta de cabellos erizados , ó de uha lana crespa ; el rostro encubierto con una larga barba, superada de dos patillas de pelo mas irsuto , las quales por su anchura y dilección estrechan la fren- te , y la degradan de su caraóter augusto , y no so- lamente hacen sombra á los ojos , sino que los es- conden y redondean como los de los animales ; los labios gordos, y avanzados, la nariz chata, el aspeéio estúpido , y feroz. , las orejas , el cuerpo , y los miembros vellosos ; el pellejo duro como un cuero , negro , ó atezado ; las uñas largas , gordas , y ganchudas ; una suela callosa en las plantas de los pies , y por atributos del sexo unos pechos largos y blandos, el pellejo del vientre pendiente hasta las rodillas; los hijos revolcándose en la basura, y arrastrándose en quatro pies ; el padre y la ma- dre sentados sobre sus talones, todos horrorosos, y todos cubiertos de una roña asquerosa. Tal es la pintura que ofrece á la vista el sal- V3ge Hotentote, pintura que es necesario realzar aun si se quiere comparar el mono a el hombre verdaderamente silvestre ; porque hay mas distan- cia del hombre en el estado de pura naturaleza al Hotentote , que del Hotentote a nosotros ; añada- • historia Natural Tom. I. Al O N 1 7 1 sea todo esto la relación de organización , las con- veniencias de temperamento , el deseo vehemente de los monos machos por las mugeres , la misma con- formación en las partes genitales de ambos sexos, la mestruacion periódica en las hembras, y las mez- clas forzadas , o voluntarias de las negras , y los monos , cuya producción , ha vuelto á entrar en una, ó en otra especie i y suponiendo que no sean la misma, el intervalo que la separa parecerá sin du- da dificil de conocer. Pero si el Criador no ha querido hacer para el cuerpo del hombre un modelo absolutamente di- ferente de el de el animal ; si ha comprehendido su forma como la de los demas animales , en un plan general al mismo tiempo que le ha distribuido es- ta forma material semejante a la del mono , pene- tró este cuerpo animal con su soplo divino; si hu- biera hecho el mismo favor, no digo yo al mono, sino á la especie mas vil , el animal que ahora nos parece mas mal organizado , hubiera sido el rival del hombre ; vivificado por el entendimiento , se hubiera aventajado a todos los demas , hubiera pen- sado , hubiera hablado ; por mucha semejanza que haya entre el Hotentote y el mono , el intervalo que los separa es inmenso , pues en lo interior está dotado del pensamiento , y en lo exterior de la palabra. El mono, pues, es animal, y no obstante su se- mejanza con el hombre, muy lejos de ser el se- gundo de nuestra especie, ni aun es el primero en el orden de los animales , pues no es el mas in- teligente ; sobre esta relación de semejanza corpo- ral, esta apoyada únicamente la grande opinión que se ha formado de las facultades del mono ; han di- cho que se nos parece , asi en lo exterior , como en lo interior ; debe, pues, no solamente imitarnos, sino hacer también por sí mismo todo lo que no- sotros hacemos. Pero si se atiende á que todas las acciones que se deben llamar humanas , son relati- vas a la sociedad ; que dependen primero del alma, y después de la educación , cuyo principio físico es la necesidad de la larga treqüencia de los padres con los hijos , que esta freqüencia es muy corta en el mono ; que no recibe , como los demas animales , si- no una educación puramente individual , y que ni aun es capaz de la de la especie : será fácil juz- gar que el mono no puede hacer nada de lo que exe- cuta el hombre , pues ninguna de sus acciones tie- ne el mismo principio , ni el mismo fin. Y en quar.to a la imitación , que parece ser el caraCfer mas notable , y el atributo mas singular de la especie del mono, y que el vulgo le atribu- ye como un talento único , es necesario antes de decidir , examinar si esta imitación es libre , ó for- zada ; por ventura el mono ; nos imita porque quie- re , ó porque sin quererlo puede ? Qualquiera que haya observado este animal sin preocupación , no podrá menos de decir que no tiene nada de libre, ni de voluntario en esta imitación ; como el mono tiene brazos y manos, se sirve de ellos como no- sotros , pero sin pensar en nosotros ; la similitud de los miembros, y de los órganos produce ne- cesariamente movimientos , y algunas veces conse- qtiencias de ellos que parecen a los nuestros ; es- tando el mono forzado , como el hombre , no pue- Y i de i j 2 MON «de dexar de moverse como él; pero el moverse del mismo modo no es obrar por imitar : dense á dos cuerpos brutos la misma impulsión •, constru- yanse dos péndolas, ó dos máquinas iguales, se mo- verán de la misma manera, y no habra razón de decir que estos cuerpos brutos , ó estas máquinas solo se mueven asi para imitarse; lo mismo suce- de en el mono , relativamente al cuerpo del hom- bre; son dos máquinas construidas de la misma ma- nera , que por necesidad de naturaleza se mueven con muy corta diferencia , del misino modo: sin em- bargo la pariedad no es imitación ; la una reside en la materia, y la otra solo existe por el espíritu ; Ja imitación supone designios de Imitar : el mono es incapaz de formar este designio , que pide una se- rie de pensamientos , y por esta razón el hombre puede , si quiere , imitar al mono , y el mono ni aun el solo querer imitar al hombre puede. Esta pariedad , que no es mas que lo físico de imitación , no está tan completa aquí como la si- militud, de quien sin embargo dimana, como efec- to inmediato; el mono se parece mas al hombre en el cuerpo y los miembros , que en el uso que de ellos hace ; observándole con alguna atención, se per- cibirá fácilmente que todos sus movimientos son du- ros, intermitentes , y precipitados , y que para com- pararlos á los del hombre seria necesario suponer- los otra escala , ó por mejor decir , un modulo diferente. Todas las acciones del mono participan de su educación , que es puramente animal , nos pare- cen ridiculas , inconsiguientes , y extravagantes por- que nos equivocamos de usarla , refiriéndolas á no- sotros , y la unidad que debe servirlas de medida, es muy distinta de la nuestra. Como su naturale- za es viva, su natural petulante, y su temperamen- to cálido , y que ninguna de sus pasiones ha sido mitigada por la educación; todas sus propiedades son excesivas , y se parecen mucho mas al movi- miento de un maniático, que á las acciones de un hombre , ó de un animal pacifico ; por esta misma razón le encontramos indócil , y con dificultad adap- ta los hábitos á que le queremos acostumbrar ; es insensible a los alhagos , y solo obedece al castigo; se le puede sujetar á la esclavitud , pero no domes- ticar ; siempre triste , ó caprichoso , siempre repug- nante, y haciendo gestos , se le doma mas bien que se domestica : y por eso la especie no ha sido do- mestica en ninguna parte, y a este respeéfo está mas apartada del hombre que la mayor parte de los animales, porque la docilidad supone alguna ana- logia entre el que da , y el que recibe , esta es una calidad relativa, que no puede exercersc sino quan- do se halla en ambas partes un cierto número de facultades comunes, que solo se diferencian entre sí , porque son adivas en el superior , y pasivas en el sugeto. Mas lo pasivo del mono tiene menos relación con lo adivo del hombre , que lo pasivo del perro, ó del elefante, á quienes basta tratar bien para comunicarlos los sentimientos suaves y deli- cados de la inclinación fiel , de la obediencia volun- taria, del servicio gratuito, y de la afición y ape- go sin reserva. El mono , pues , está mas apartado de el hombre que la mayor parte de los demas ani- males : se diferencia también mucho por el tempera- mento : el hombre p.ieeie habitar todos los climas: MON vive , y multiplica en los del Norre , y en los del Medio día ; el mono apenas puede vivir en las re- giones templadas , y no procrea , sino en los climas mas calidos. Esta diferencia en el temperamento , supone otras en la organización , que aunque ocul- tas , no son menos reales ; debe también influir mu- cho en el natural ; el exceso del calor , que es ne- cesario para la completa vida de este animal , ha- ce excesivas todas sus pasiones , y todas sus calida- des , y no es necesario inquirir otra causa de su petulancia , de su sensualidad , y de todas sus demas pasiones , las quales nos parecen tan violentas co- mo desordenadas. Asi aquel mono que los Filósofos con el vulgo han mirado como un ente difícil de definir , cuya naturaleza era á lo menos equivoca , y media en- tre la del hombre , y la de los animales , no es en realidad sino un puro animal , con una mascara ex- terior de figura humana , pero desnudo en lo in- terior del pensamiento , y de todo lo que forma ai hombre; un animal inferior á otros muchos por las facultades relativas , y aun esencialmente dife- rente del hombre por el natural , por el temperamen- to, y también por la medida del tiempo necesario pa- ra la educación , para la preñez , para el incremento del cuerpo, para la duración de la vida, esto es, por todos los hábitos reales , que constituyen lo que se llama naturaleza en un ente particular. Los ¡nonos difieren también mucho entre sí , no solamente por la conformación , sino también por el natural. El orang-utang , que se parece mas á el hombre , es el mas inteligente , el mas grave, y el mas dócil de todos. El magote , que empieza á apartarse de la Forma humana , y á acercarse á la de los animales, es duro, desobediente, y tor- pe. Los babinos , ó monos de cola corta , que solo se parecen al hombre en las manos , y que tienen co- la , uñas agudas , y hocico gordo , tienen el aspec- to de las bestias feroces , y en efeólo lo son ; los micos son extravagantes , &c. y estas diferencias nos conducen á distinguir primero el verdadero mono , ó mono propiamente asi llamado de todos los de- más. Yo llamo mono á un animal sin cola , cuyo ros- tro es chato , cuyos dientes, manos, dedos , y uñas, se asemejan á los del hombre , y que como él anda en dos pies. Esta difinicion sacada de la misma naturaleza del animal , y de sus relaciones con la del hom- bre , excluye , como se ve , á todos los animales que tienen cola , á todos aquellos que tienen el rostro abultado , ó el hocico largo , a todos aque- llos que tienen las uñas corvas , ganchudas , y pun- tiagudas, y á todos los que andan mas voluntaria- mente en quatro pies otie en dos. Supuesta esta nocion fixa , y precisa , veamos quántas especies de animales existen , á quienes s# deba dar el nombre de mono. Los antiguos no ccnocian mas de uno solo ; el pitketos de los Griegos, y el simia de los Lati- nos es un mono , un verdadero mono, y el mismo sobre quien Aristóteles, IJlinio,y Galeno, insti- tuyeron todas las comparaciones físicas , y fundaron todas las relaciones del mono con el hombre ; pe- ro este pithece , este mono de los antiguos , tan pa~ MON rccido a¡ hombre por la conformación exterior, y mas semejante aun por la organización interior, se diferencia sin embargo por un atriouto , que aunque relativo en sí mismo , no es aqui menos esencial ; este es el tamaño : la estatura bel hom- bre por lo general pasa de cinco pies , la del pi- tbeco apenas llega á la quarta par te ; y por eso aun- que hubiese sido aun mas semejante al hombre que lo que lo es , hubieran tenido razón ios antiguos de no mirarle sino como un hombrecillo , un ena- no imperfecto , un pigmeo , capaz a lo mas de combatir con las grullas , mientras que el hombre sabe domar al elefante y vencer al león. Mas des- pués de los antiguos , después del descubrimiento de las partes Meridionales del África y ue ras In- dias, se ha encontrado Oiro mono con este auiou- to de magnitud , un mono tan alto y un fuerte co- mo el hombre , tan ardiente por las mugeres co- mo por sus hembras ; un mono que sabe llevar ar- mas , que hace uso de las piedras para acometer, y del garrote para defenderse , y qne por otra parte se parece mas ai hombre que el pitheco, porque ademas de que no tiene cola , de que su rostro es chato , que sus brazos , manos , dedos y uñas , son parecidos á los nuestros , y que anda siempre en_ dos pies i tiene una especie de cara, unas ¡acciones semejantes a las del nombre , unas orejas de la misma forma , cabellos en la cabeza, barba en el rostro , y pelo ni mas ni menos que el hombre en el estado de naturaleza. Por eso los habitantes de su país , los Indios civilizados , no han dudado de asociarle a la espe- cie humana con el nombre de orang-utang, u hom- bre silvestre. Mientras los Negros , casi tan silves- tres y tan feroces como estos monos , y que no imaginan que para ser mas ó menos civilizado , se deba ser mas ó menos hombre , le han dado un nombre propio (pongo) un nombre de bestia y no de hombre > y este orang-utang ó pongo , no es en efecto mas de un animal , pero un animal muy singular , que el hombre no puede ver sin entrar en sí mismo , sin reconocerse , sin convencerse de que su cuerpo no es la parte mas esencial de su na- turaleza. Veanse , pues , dos animales , el pithcco , y el orang-utang , á quienes se debe aplicar el nombre de mono ; hay otro cambien á quien no se le pue- de negar aunque sea disforme , asi respecto del hombre como respeéto del mono : este animal , des- conocido hasta ahora , que ha venido de las Indias Orientales con el nombre de fofo ó gibon , anda de pie como los otros dos , y tiene el rostro chato; también carece de cola ; pero sus brazos , en lu- gar de ser proporcionados como los del hombre, o á lo menos como los del orang utang ó del p¡- tbcco , á la altura del cuerpo , son de una longi- tud tan desmesurada , que estando de pie el ani- mal toca en el suelo con las manos , sin doblar el cuerpo ni las rodillas; este mono es el tercero y ul- timo á quien se debe dar este nombre : y en este genero es una especie monstruosa , irregular , co- mo en la especie humana lo es la casta cíe los hom- bres con piernas gordas , sentencia de Sonto 1 bo- mas. Después de los menos se presenta otra raza de Al O N i y ^ animales , que indicarémos con el nombre genéri- co de babinos ; y para distinguirlos claramente de todos los demás diremos , que el bobino es ua animal con cola corta , rostro largo , hocico an- cho y abultado , con colmillos mas gruesos , á proporción , que los del hombre , y callos en Jas nalgas : por esta ditinicion excluimos de esta raza todos los monos que no tienen cola , todos los mi- cos , sapnpues y sagoines de cola tan larga ó mas que el cuerpo , y todos los mafs , loris y otros qua- drumanos , que tienen el hocico delgado y puntia-. gudo. Los antiguos nunca tuvieron nombre propio para es. os animales ; Aristóteles es el único que partee indicó uno de estos babinos , con el nom- bre de simia pos caria , y aun con todo eso solo da una indicación muy indirecta : ¡os Italianos son los primeros que le llamaron bobino ; ios Alemanes le dieron el nombre de btevion : los Inglests el de Lavoon : los Franceses el de baboiiin : y todos los Autores que han escrito en lacio en es.os unimos sigios , le nan indicado en latín con ei nombre de papio : nosotros le llamaremos ccfo , p„ra distin- guirle de ios otros babinos , que se ¡un haiLdo después en las provincias Meridionales de Airica y de la India. Nosotros conocemos tres especies de estos ani- males : i.o el ccfo propiamente asi llamado , q.,e se halla en Lybia y en Arabia , Scc, y que vero- símilmente es el simia poscaria de Aristóteles : j.o el mandrill , que es Ull bobino mayor aun que el ccfo , con la cara morada , nariz y mexillas llenas de arrugas proluudas y obliquas , que se halla en Guinea , ) e.i las parces mas calidas del Africa: 3-° el nanderu , que no es tan grueso como el cc- fo , ni tan grande como el mandrill , el qual tiene ei cuerpo menor , y la cabeza y el rostro rodea- dos de una especie de crin muy larga y muy espe- sa ; hallase en el Ceyían , en el Malabar , y en las demas provincias Meridionales de la India : ve aquí tres monos y tres babinos bien dihnidos , bien separados , y todos seis absolutamente diversos unos de otros. Mas como la naturaleza no conoce nuestras di- finiciones , ni jamas ha acumulado sus obras , ni colocado ios seres por géneros , que al contrario su paso va siempre por grados , y su plan está va- riado en todas partes , y se dilata y extiende en todos senti.los debe hallarse entre el genero del mono y el bobino , alguna especie intermedia , que no sea precisamente ni uno ni otro , y que sin em- bargo participe de ambos. Esta especie intermedia existe en electo , y es el animal que nosotros lla- mamos magote \ se halla colocado entre nuestras dos aihniciones : forma un genero intermedio en- tre los monos y babinos \ se diferencia de los pri- meros , en que tiene el hocico largo , y los col- millos gruesos : difiere de los segundos . porque realmente no tiene cola , aunque tiene un corto suplemento de pellejo , que tiene la apariencia de un principio de cola ; por consiguiente ni es mano, ni bobino , y participa al mismo tiempo de la na- turaleza de ambos. Este animal , que es muy común en el alto Egipto y en Berbería , era conocido de los anti- guos; 174 XÁ o N puos : los Griegos y los launos le llamaron cyno- cepbalo , porque su hocico se parece bastante al de un dogo 3 y asi para presentar á la vista estos animales , este es el orden con que se deben co- locar : el orang-ittang primer mono 3 el pitbcco se- gundo 3 el foft tercero , aunque disforme 3 el cyno- cepbalo ó magote quarto mono , ó primer babino ; el ccfo primer babino 3 el mandúll segundo ; el Hun- dan tercer babino : este orden ni es arbitrario ni fiéticio , sino relativo á la misma escala de la Na- turaleza. Después de los monos y habíaos , se hallan los m icos , nombre dado a unos animales semejantes á los monos ó á los babinos 3 pero que tienen la cola tan larga o mas que el cuerpo. La palabra mico ha tenido en estos últimos siglos dos accepcioncs di- ferentes , la primera para significar los monos pe- queños , y la segunda para indicar los de cola lar- ga. En otro tiempo llamaban monos ó magotes á los monos sin cola , y micos ó monas á los que te- nían cola larga 3 lo que se comprueba por algunos pasages de los Viageros de los siglos décimo sex- to y décimo séptimo. Eos Griegos daban a los mo- nos con cola larga el nombre de {dos ó fapos. Estos {ib os o micos son ma» pequeños , y dé- biles que los babinos ó monos ; son fáciles de dis- tinguir de unos y de otros por esta diferencia , y especialmente por su larga cola. También se les puede separar fácilmente de los tnakis , porque no tienen el hocico agudo , y en lugar de seis dien- tes incisivos que tienen los niakis , ellos no tie- nen mas de quatro , como los monos ó babinos : conocen se nueve especies , que indicaremos con nombres diferentes , á fin de evi.ar toda confusión. Estas nueve especies de micos son : i.a los gatos paules : z.a los patas ó tambos : 3.a ios mal- ón ufas : 4.a los mangabeyes : 5.a la muña : 6.‘ el callitiicbe : 7.a el musiaco : 8.a el talapoin : g.a el dtico. Los antiguos Griegos no conocian mas de dos especies de micos ; la mona y el ca litricbe , que son originarias de la Arabia , y de las parres Sep- tentrionales del Africa 1 no tenían ninguna noticia de las otras , porque solo se hallan en las provin- cias Meridionales del Africa , y de las Ind.as Orien- tales , países enteramente desconocidos en tiempo de Aristóteles. Los Griegos en general tenian tanto cuidado en no confundir los seres con nombres comunes, y desde entonces equívocos, que habiendo llamado pithecus ai mono sin cola , dieron el nombre de fa- bos al m'co ó mono con cola larga : como recono- cieron que estos animales eran de especies diver- sas , y aun bastantes remotas , dieron á cada una un nombre propio , y este nombre estaba sacado del caraéter mas visible : todos los monos y babi- nos que conocían , esto es , el pitheco ó mono pro- piamente asi llamado : el cinocéfalo ó magote , y la simia porcada 6 ccfo, tienen el pelo de un color casi uniforme 3 al contrario la mona que los Grie- gos llamaban {cbos , tiene el pelo variado de di- versos colores : también le llaman vulgarmente mono 'cariado 3 esta era la especie de mono mas co- mún , y mejor conocida en tiempo de Aristóteles, y de este carácter se derivó el nombre de fabos , M ON que significa en Griego la variedad de colores. Y asi , todos los animales de la clase de los monos , babinos y micos , indicados por Aristóte- les , se reducen á quatro , el pithecos , el cynocepha- los , la simia porcaria y el fabos , que nosotros nos creemos con bastantes fundamentos para indicarle en el día con los nombres de pitheco ó mono , pro- piamente asá llamado , el magote , ccfo ó babino, y la mona 3 porque no solamente los carattéres particulares que les da Aristóteles les convienen, sino también porque las demas especies que hemos indicado , y las que indicaremos aun , les eran con precisión , por ser de climas desconocidas é ignora- das de los Griegos , por no haberse descubierto aun en su tiempo. Dos o tres siglos después del de Aris- tóteles, se hallan en los Autores Griegos dos nuevos nombres , callitrix y cncopithecos , ambos relativos á los micos ó monos con cola larga ; á medida que se descubría la tierra , y que se internaba hacia el Medio dia , ya en Africa , ya en Asia se hallaban nuevos animales , y otras especies de micos , y como la mayor parte de éstos no tenian los colo- res variados como el fabos , imaginaren los Grie- gos uñ nombre genérico , cercophhecos ; esto es, mono con cola , para denotar todas las especies de micos ó monos con cola larga : y habiendo notado entre estas especies nuevas una de un peio verdo- so , y de color vivo , la llamaron callitrix , que significa pelo hermoso. Este callitrix se halla en efec- to en la parte Meridional de la Mauritania , y en las tierras vecinas de Cabo Verde ; este es el mi- co , que se conoce vulgarmente con el nombre de mono verde 3 y como nosotros despreciamos en es- ta obra todas las denominaciones compuestas , le hemos conservado su antiguo nombre , callitrix ó calitricbe. En quanto á las otras siete especies de micos, que hemos indicado anteriormente con los nombres de macaco , patas , malbru{ , mangabei , mustaco, ta/apoin y ditco , eran desconocidas de I05 Griegos y de los latinos 3 el macaco es natural de Congo, el patas del Senegal , el mangabei de Madagascar, el malbru{ de Bengala , el rnustaco de Guinea , el talapoin de Siam , y el ditco de la Cochinchina. To- das estas tierras eran igualmente ignoradas de los antiguos , y hemos tenido gran cuidado de conser- var a los animales que se han hallado en ellas, ios nombres propios de su país. Como la naturaleza es constante en su paso, y nunca camina a saltos , y que todo en ella está siempre graduado y con orden 3 se halla una espe- cie intermedia entre los babinos y micos , como lo es el magote entre los monos y babinos : el animal que llena este intervalo , y forma esta especie in- termedia , se parece mucho á los micos , especial- mente al gato paúl , y al mismo tiempo tiene el hocico muy ancho , y la cola corta como los ba- binos : conociéndole nombre nuevo , le hemos llamado maimón , para distinguirle de los demás: hallase en Sumatra , y es el único de todos estos animales , asi babinos como micos , cuya cola esté desnuda de pelo , y por esta razón los Autores que han hecho mención de él , le han indicado con la denominación de mono con cola de cerdo , ó mono con cola de rata. Es- MON Estos son los animales del antiguo Continente, á quienes dieron el nombre común de monos , aun- que no solamente sean especies remotas, sino tam- bién géneros diferentes ; y lo que ha llegado al colmo del error y de la confusión es , que han dado estos mismos nombres de mono , cyaocepbalo, {cbo y cenopitbeco, nombres formados hace quinien- tos años por los Griegos , á los animales del nue- vo mundo , que se ha descubierto dos ó tres si- glos ha. No se dudaba , que en las partes Meri- dionales de este nuevo Continente , no existiese algunos de los animales del Africa , y de las Indias Orientales. Halláronse en América bestias con ma- nos y dedos ; esta relación sola bascó para llamar- las monos , sin hacer atención , que para transferir un nombre , es necesario á lo menos que sea el genero el mismo , y que para aplicarle justamente es necesario también que la especie sea idéntica; mas estos animales de América , de quienes forma- remos dos clases , baxo los nombres de sapayues y de sagoines , son muy diferentes de todos los mo- nos del Asia y del Africa ; y del mismo modo que en el nuevo mundo no se hallan monos , habíaos > ni micos , tampoco hay en el antiguo sapayues y sa- goines. Aunque ya hemos sentado estos hechos en ge- neral ( b case el artículo Quadrupedos) podemos probarios aquí de una manera mas particular , y demostrar que de diez y siete especies , á las quales se pueden reducir todos los animales llamados mo- nos en el antiguo Continente , y de doce ó trece a quienes se ha transferido este nombre en el nue- vo , ninguna es la misma , ni se halla igualmente en ambos. Porque de estas diez y siete especies del anti- guo Continente , es necesario primero suprimir los tres ó quacro monos , que no se encuentran cier- tamente en América , y á quienes los sapayues y los sagoines no se parecen nada. Segundo , es ne- cesario suprimir los tres ó quatro babinos , que son mucho mas grandes que los sagoines ó sapayues , y que también son de una figura muy diferente : que- dan pues solamente los nueve micos, á quienes po- derlos comparar. Pero todos los micos , y también los monos y babinos , tienen caraétéres generales y particulares , que los separan enteramente de los sapayues y sagoines. El primer caraéfer de estos es el tener las nal- gas peladas , y naturalmente callosas ; el segundo tener en lo inferior de las mexillas unas bolsas, donde pueden guardar el alimento ; y el tercero tener la separación de las ventanas de la nariz es- trecha , y éstas abiertas por debaxo como las del hombre. Los sapayues y los sagoines , no tienen nin- gún caraéter de estos ; todos tienen la separación de las narices gruesas , las ventanas abiertas á los lados y no por debaxo ; tienen pelo en las nalgas, y no tienen callosidades ; no tienen bolsas en las mexillas ; y se diferencian de los micos , no sola- mente por la especie , sino también por el gene- ro , pues no tienen ninguno de los caraétéres ge- nerales que son comunes á todas ; y esta diferen- cia en el genero , supone necesariamente otras ma- yores en las especies , y demuestra que son muy remotas. MON i7S Impropiamente , pues , han dado el nombre de mono y de mico , á los sapayues y sagoines • era preciso conservarlos sus nombres , y en lu»ar de asociarlos a los monos , comenzar por compararlos entre sí : estas dos familias difieren una de otra por un caraéter notable ; todos los sapayues se sir- ven de su cola , como de un dedo para agarrarse, y aun coger lo que no pueden tomar con la mano: al contrario los sagoines , no pueden servirse de su cola para este uso : su rostro , sus orejas y su pe- lo son también diferentes , y se puede formar de ellos dos géneros distintos y separados. Sin servirnos de denominaciones , que solo pueden aplicarse a los monos , á los babinos y á los micos , y sin emplear los nombres que les per- tenecen , indicaremos todos los sapayues y sagoines, por los nombres propios que tienen en sus países nativos. Conocemos seis ó siete especies de sapa- yues , y seis de sagoines ; la mayor parte de las quales tienen algunas variedades : estas doce ó tre- ce especies de sapayues ó sagoines , son la uarina , la aluata , la coaita , la exquima , el sayú , el sai, el saimirí , el tamañn , el uistití , el morí quina , el pinche y el mico. Estos artículos , y los de los monos del antiguo Continente , se leerán según el orden raciocinado que ofrece el examen anterior. Mono capuchino. Vease Surtí pardo. Mono con coea de zorra. Vease Saki. ** Mono coiorado (el). Es de la especie de los sapayues : tiene la cabeza grande , redonda , cubier- ta de pelo acanelado muy obscuro í las orejas se- mejantes á las del hombre , desnudas y negras ; la cara negra , la frente muy chica , la nariz chata, y las ventanas grandes ; los ojos son pequeños, desnudos y sin cejas * el iris es pardo , la pupila negra , la boca grande , los labios muy delgados y desnudos : tiene doce muelas , dos colmillos y quatro dientes incisivos en la mandíbula superior, y diez muelas , dos colmillos , y quatro dientes en la inferior ; la lengua es gruesa , roma , y de co- lor encarnado obscuro i la barba está cubierta de pelo algo largo , y del mismo color que el de la cabeza , el que obscurece por la parte inferior ; el pescuezo es tan corto que parece estar unida la ca- beza á los hombros. El cuerpo , que es de dos pies y cinco pulga- das de largo , es comprimido , y el pelo que le viste , de color de canela claro ; los brazos son lar- gos , y de color mas obscuro ; las manos tienen cinco dedos con unas romas y negras ; y en las palmas tiene unos callos negros. Las piernas son fornidas , y del mismo color que los brazos ; los pies , cuya planta es un callo muy negro , tienen cinco dedos como los de las manos. La bolsa de los testículos , que lleva colgando entre las piernas , es blanca , y el miembro , á pro- porción , y semejante al del asno ; la cola es lar- ga , y á la punta , por la parte de abaxo, tiene un callo fuerte , negro y desnudo , el que le sirve pa- ra agarrarse á los árboles. ** Mono cotudo. Vease Mono colorado. Mono de cola corta ó eabino. Nombre de casca en la gran población de monos , el qual sig- nifica tres especies con cola corta , cara larga y ho- i76 MON hocico ancho y remangado , que son el cefo , el mandrill y el uandern. ( Veanse escás palabras y el artícuo Mono.) En lo demas , el nombre de ha- bí no lse ha atribuido con mas especialidad á la especie particular del cefo. Vease e sta voz. Mono león. Víase Marik-ina. Mono variado. Víase Mona. Mono verde. Véase Calitriche. Mono volante. Nombre baxo el qual-se ha in- dicado alguna vez -el taguan ó ardilla volante. Vease Taguan. ** Montear, (moni.). Buscar y perseguir la ca- za en los montes , ú exponerla hacia algún sitio, donde la .esperan para tirarla. ** Montería. La caza de jabalíes , ciervos y otras fieras , que llaman caza mayor. Veanse los ar- tículos Ciervos , Jabalí y Loeo. ** Montería. El arte de cazar , ó reglas y avi- sos para ella. Vease Caza. ** Montero, {monté} El que busca y persigue la caza en el monte. ** Montero de lebrel. El que tiene á su cui- dado los lebreles que han de servir en las paradas. ** Monte, (mont.) Es la tierra cubierta de qua- lesquier genero de árbol ó maleza. ** Montes huecos. ( mont .) Son los chaparra- les y encinas , que mirando por debaxo se ve a lo largo. ** Montero ó mozo de. trailla, (mont). El que tiene á su cargo y cuidado los sabuesos de trailla. MOSCARDIN. (el). Es la menos tea de todas las ratas , y del tamaño del ratón. Tiene los ojos vivos , la cola frondosa , y el pelo mas rubio que roxo , y mas bien amarillazo que blanco en todas las partes inferiores. Este animal no habita en las casas , y rara vez en los jardines , pero sí en los bosques , donde se retira a los huecos de los árbo- les viejos , y hace provisión de avellanas y otros frutos secos. Hace su nido en los árboles como la ardilla , pero le coloca mas baxo , entre las ra- mas de algún avellano , matorral , &c. ; le cons- truye con yerbas. enlazadas unas con otras; tiene cerca de seis pulgadas de diámetro , y solo está abierto por arriba ; contiene comunmente tres ó quatro cachorros , los quales le abandonan quando son grandes , y procuran habitar en el hueco , ó debaxo del Tronco de los árboles viejos. Los mos- to» diñes se entumecen con el frío , y se hacen una bola como el lirón y el leroto ; y se animan co- mo estos con el tiempo suave. La especie no es tan numerosa como la del leroto. Dicese que en Italia distinguen dos especies de mascardiues ; una orara-, cuyo animal tiene un olor de almizcle , y otra mas común que no huele. En I-rancia solo hay de la segunda especie : nunca en- gorda , y aunque no huele mal , no es buena de comer su carne. Ei mosca» din es el mus avellanal lira minor de Al- drobando y de Ray ; y el casca nueces de Brisson. MULA. La hembra que sale del ayuntamiento del asno y la yegua. Vease Mulo. MULETO. Macho que proviene de burra y ca- ballo. Véase Muía. MULO (el). Es un animal producido por la unión de las especies del caballo y del asno. MUL Distinguense dos suertes de mulos : i.o el que nace del coito del asno y de la yegua , que es el macho que llaman en castellano : i.° el que nace del caballo y de la burra , que se llama tomo. F.1 mulo tiene la cabeza mas corta y gruesa que el caballo , las orejas mucho mas largas , la cola casi desnuda de cerdas , y los brazos y piernas se- cos como los del asno. Por estos caraéléres tienen mucho mas del padre que de la madre ; pero se parece á ésta mas en lo grande y grueso del cuer- po , en el quarto trasero , en el cuello , en lo re- dondo de las costillas , en la grupa y anca. El ma- cho romo tiene la cabeza mas larga , y pequeña , á proporción , que la del asno ; tiene también las orejas mas cortas , ios brazos y piernas mas cer- nejudos , y la cola guarnecida de cerdas , poco mas ó menos como la del caballo. Por estos carac- teres parece tener mucho mas de este ultimo que de la burra , pero también participa de ésta por la figura y dimensiones de su cuerpo. Es mas pequeño jque el mulo ; tiene el cuello menos grue- so , la espina del lomo descubierta > y acamella- da. Asi , pues , estos animales procreados de pa- dre y madre de especies tan diferentes , se pare- cen mucho mas á su padre que á su madre , en la cabeza , en los miembros , y en los extremos de su cuerpo ; y al contrario , en la figura y dimen- siones de éste , se semejan mas a la madre que á el padre. Es una cosa infundada , el suponer que reside en los mulos una infecundidad absoluta. Tienen, co- mo los otros animales , todos los órganos necesa- rios para la generación , y se han visto muchos exemplares que prueban , que el mulo puede en- gendrar , y la muía parir : lo que hay es , que es- tos animales de especie mixta , no manifiestan si- no rara y dificilinente este principio de fecundidad. Nunca han producido en los climas frios , y sí so- lamente y rara vez eiwlos cálidos , y aun mas ra- ro es el que produzcan en los climas templados: asi , pues , su fecundidad sin ser total ni absolu- ta , puede sin embargo mirarse como positiva. Es- ta misma infecundidad es mavor en el macho ro- mo que en el mulo , porque éste tiene de su pa- dre el ardor del temperamento en un grado mu- cho mas alto , mientras que el romo no es tan fuer- te en el zelo , ni tan hábil para engendrar. La desemejanza de naturaleza que se halla entre el caballo y la -burra , la poca fecundidad en las dos especies , y las causas que impiden muchas ve- ces á la borrica de concebir con su macho , esto es , con el burro ; y con mucha mas razón con un macho de otra especie , son otras tantas razones que nos aseguran que el macho y muía romos no pue- den producir entre sí. No decidiremos tan afirmativamente sobre la nulidad del produélo de la muía y del mulo , y so- lamente dudamos que hayan jamas engendrado jun- tos : creyendo solo , que las muías que se han visto producir , debian su impregnación mas bien al asno ó al caballo que al mulo. Vease Asno y Caballo. Los antiguos conocían y distinguían como no- sotros , por dos nombres diferentes las dos espe- cies de mulos. Llamaban mulus al mulo que pro- ve- MUL venia del asno y de la yegua ; y daban el nombre de binan a al macho que provenia del caballo y de la burra : han asegurado , que el macho multa pro- ducía con la yegua un animal , á quien daban cam- bien el nombre de giman o hiiinus ; no obscance que la palabra girnius la usó Aristóteles en dos sen- tidos , el primero para significar generalmente un animal imperfecto ó un aborto , y el segundo pa- ra siguificar el produóto particular del mulo y la yegua. Asimismo aseguraron los antiguos , que la mu- ía concebía fácilmente ; pero que rara vez podia perreccionar su fruto : y anaden que aunque haya exemplos bastante freqüentes de muías que lian pa- rido , debe no obstante mirarse esta producción como un prodigio. ¿Pero qué es lo que se tiene por prodigio en la naturaleza , sino un efecto mu- cho mas raro que los otros? 1:1 mulo puede, pues, engendrar , y la mida puede concebir , mantenerse preñada el tiempo correspondiente, y parir en cier- tas circunstancias : asi , pues , no se trataría ya mas que de hacer experiencias para saber y averiguar, quaies son estas circunstancias , y para adquirir nuevos hechos , de que pudieran sacarse grandes luces sobre la degeneración de las especies mixtas, y por conseqüencia sobre la unión ó diversidad de cada genero. Convendría , para acertar en estas experiencias , y lograr de ellas lo que se apetece, dar el mulo a la muía , á la yegua y á la burra, hacer lo mismo con el macho tomo , y ver lo que resul- tarla de estos coitos diferentes. También convendría dar el caballo y el asno á la muía , y á la mida toma. Estas pruebas , aun- que bastante simples , no se han hecho jamas con designio de sacar de ellas mismas las luces corres- pondientes. Es verosímil , que de todas estas mez- clas ó ayuntamientos , la del mulo y de la muía ro- ma , y la del macho romo pudieran bien failar absolutamente ; que la del mulo y de la mida de su genero , y la del macho romo y de la hembra de su especie , pudieran quizá lograrse , aunque rara vez; pero al mismo tiempo se puede presumir , que el mulo produciría con la yegua con mas seguridad que con la burra , y el macho romo mas ciertamen- te con la burra que con la yegua ; que en fin el ca- ballo y el asno pudieran quizá producir con las dos muías ; pero el ultimo con mas seguridad que el caballo : convendría hacer estas pruebas en un pais tan cálido como la España , y tomar para es- te fin mulos de siete años , caballos de cinco , y as- nos de quatro ; porque hay esta diferencia en es- tos tres animales , por las edades de la completa pubertad. En quanto á lo demas , las presunciones que acabamos de indicar , están fundadas sobre muchas razones de analogía. En el orden común de la na- turaleza , no son los machos sino las hembras , las que constituyen la unidad de las especies : el exem- plo de la oveja , que puede servir á dos machos diferentes , y producir igualmente del macho ca- brio y del carnero , prueba que la hembra influye mucho mas que el macho soore el expedfico del producto , visto que de estos dos machos diversos no nacen sino corderos , esto es , individuos expe- cíficamente patecidos a la madre: asi , pues , el historia Natural. 7om. I. MUL i77 mulo se parece mas á la yegua que al asno , y el macho romo mas á la burra que al caballo ; de lo que se saca por conseqüencia , que el mulo debe producir mas seguramente con la yegua que con la burra , y el macho romo mas seguramente con la burra que con la yegua : asimismo el caballo y el asno , podrán ^ quizá ) producir con las dos muías, porque siendo hembras han retenido cada una, aunque viciadas , mas propiedades expecíficas que los mulos , pero el asno debe producir mas segu- ramente que el caballo ; porque se observa , que el asno tiene mas poder para engendrar aun con la yegua que el caballo , poique corrompe , y des- truye la generación de éste. Puede qualquiera ase- gurarse de este hecho , dando inmediatamente el caballo padre á dos yeguas , y echándolas al día si- guiente, ó aunque sea algunos uias después al con- trario , y se vera , que estas yeguas quedarán ca- si siempre preñadas de machos , y no de caballos. Esta observación , que merecía verificarse y confirmarse en todas sus circunstancias , parece in- dicar , que el principal tronco de esta casta pudie- ra bien ser el asno , y no el caballo ; puesto que el asno le domina en el poder de engendiar aun con su misma hembra ; mucho mas observando que no sucede lo contrario , quando se da el asno en primer lugar , y en segundo el caballo á la ye- gua , y éste no destruye la generación del asno, porque el produdo es ca:i siempre de la especie mular ; por otro lado no sucede esto quando se da el asno en primer lugar á la burra , y en se- gundo el caballo ; porque éste no destruye la ge- neración del asno. En orden á las mezclas de ma- chos y muías entre ellos mismos , desde luego las presumimos estériles ; porque de dos naturalezas ya dañadas para la generación , no podrian menos de lisiarse mas , y no pudiera esperarse sino un produdo enteramente viciado , ó absolutamente ninguno. Por la mezcla del mulo con la yegua, del macho romo con la burra, y por la de! caballo , y el asno con las muías , se lograrían individuos que remontarían á la especie , y no serian mas que me- dio mulos ó muías , los quaies no solamente ten- drían, como sus padres , el poder de engendrar con los de su especie originaria , pero quizá tam- bién la facultad de producir entre sí mismos ; por- que no siendo sino medio lisiados , su produdo no sería mas viciado que lo son los primeros mulos', y si la unión de estos semi-mulos fuese aun estéril, ó que el producto de ellos fuese raro y difícil, nos persuadimos , que aproximándolos de un gra- do de su especie originaría , los individuos que resultasen, que no serian lisiados ya mas que en una quarca parte , producirían entre ellos mismos , y formarían un nuevo tronco , que no sería precisa- mente , ni el del caballo , ni el del asno. Ahora , como todo lo que puede ser ha sido ya conducido por el tiempo , y se halla ó se ha hallado ya en la naturaleza , estamos inclinados á creer , que el mulo fecundo , de que hablan los antiguos , y que exístia en Siria en las tierras mas allá de los Fenicios , pudiera bien ser una casta de estos scmi-mulos , ó de esta quarta especie de mu- los ó millas , que se hubiese formado por las mez- clas que acabamos de indicar : porque Aristóteles Z dice i78 MUM dice expresamente , que estos mulos fecundos se parecian en un todo á los estériles : él mismo los distingue cambien con suma claridad de ios onagros ó asnos silvestres , de que hace mención en el mismo capítulo , y por consecuencia no se pue- den comparar estos animales sino á los muios po- co viciados , y que hubiesen conservado ia facul- tad de producirse. De qualquiera manera que sea , es cosa cons- tante , por todo lo que acabamos de exponer, que los mulos en general que se han tenido siempre por impotentes ó estériles , no lo son realmente ni del todo infecundos , y que solo se verifica en la es- pecie particular del mulo , que proviene del asno y del caballo , en los que es manifiesta esta esteri- lidad ; supuesto que el mixto que proviene del ca- brón ó de la oveja , es tan fecundo como su padre y madre ; y que también en les páxaros , la ma- yor parte de machos que provienen de especies di- ferentes , no son infecundos. Es , pues , en la na- turaleza particular del caballo y del asno , donde se han de buscar las causas de la esterilidad de los mulos que provienen de ellos ; y en lugar de su- ponerla como un defeólo general y necesario cu todos los mulos , restringirla al contrario , esto es, al solo mulo que proviene del asno : y aun conce- der grandes límites á esta restricción , visto que estos mismos mulos pueden fecundar en ciertas cir- cunstancias , y sobre todo aproximándose un gra- do á su especie originaria. MUMOS. Según Runfio es el icneumón. Ve ase es- ta voz. MURCIELAGO (el). Parece que forma un ge- nero intermedio entre los quadrupedos y las aves, sino por su conformación , á lo menos por el vue- lo: es un animal imperfectamente quadrúpedo, y aun mas imperfectamente ave. Como quadrúpedo deberia tener quatro pies , y como ave plumas y alas. Pero sus brazos , aunque se sirve de ellos pa- la volar y para arrastrarse , ni son brazos , ni son alas , sino dos extremos disformes , cuyos iiuesos están monstruosamente estirados y unidos por una membrana , que ni esta cubierta de plumas , ni- de pelo como lo restante del cuerpo ; son , si se quiere , unas patas aladas , donde no se ve mas que la uña de un pulgar corto , y cuyos quatro de- dos restantes no pueden obrar , ni tienen movi- mientos propios , ni funciones separadas : son unas especies de manos diez veces mayores que los pies, y quatro veces mas largas en todo que el cuerpo entero del animal. Esta membrana cubre los bra- zos , forma las alas ó manos del animal , se une con el pellejo de su cuerpo , y tapa al mismo tiem- po sus piernas , y aun su cola , la qual , por esta caprichosa unión ., forma , por decirlo asi , uno de sus dedos. La disformidad de la cabeza es todavia mayor; porque en algunas especies apenas se divisa 1a na- riz : los ojos están hundidos hasta cerca de ia cuen- ca de la oreja , y se confunden con las ínexillast en otras son las orejas tan largas como el cuerpo, ó bien está el rostro torcido en figura de herradu- ra , &c. y la nariz cubierta por una especie de cres- ta. La mayor par.e de estos animales tienen quatro grandes orejas , y todos los ojos chicos , ohscu- MUR ros y cubiertos ; la nariz , 6 por mejor decir , las ventanas de la nariz informes , la boca henuiaa de oreja a oreja ; todos procuran esconderse , huyen de ia luz , y habitan los parages tenebrosos ; salen por la noche , se ocultan ai ser de día , y perma- necen todo él pegados á las paredes. Su movimiento en el ayre es mas bien un vol- teo incierto , que parece que executan solamente per esfuerzo y sin destreza , que un vuero con- certado : se levantan con trabajo del sueio ; nunca vuelan muy alto ; se precipitan , amaynan , y diri- gen su vuelo imperte ¿lamente ; ni es muy rápido, ni direélo ; se hace por unas vibraciones toscas, en una dirección obliqúa y tortuosa ; cazan al pa- so los mosquitos , y en especial las mariposas noc- turnas tragándoselas enteras , y en sus excremen- tos se ven los vestigios de las alas , y otras par- tes secas que no pueden digerirse. Los murciélagos tienen conformidad con las aves por el vuelo , por la fuerza de los músculos pec- torales , y también por esta especie de cresta que tienen en el rostro ; pero se diferencian de ellas en todo lo restante de su conformación , asi exte- rior como interior ; la cabeza , los pulmones , el corazón , los órganos de la generación , y todas las demas visceras son semejantes á las de los qua- drúpedos , exceptuando la verga , que está pen- diente y separada como la del hombre y la del mono : producen sus hijos vivos como los quadrú- pedos ; y finalmente tienen dientes y tetas corno ellos. Algunos aseguran que solo paren dos hijos, y los atetan volando. Sin embargo , un dia ó dos después de haber parido , procuran desembarazar- se de sus hijos , aplicándolos contra las paredes del parage donde se hallan , quedando de este mo- do libres para buscar su sustento. Los murciélagos se juntan y paren por el vera- no , porque durante el invierno están entumeci- dos ; unos se cubren con sus alas , como con una capa , se agarran á la bóveda de los subterráneos con los pies de atrás , y permanecen colgados de esta manera : otros se pegan á las paredes , ó se esconden en los agujeros ; siempre están muchos juntos para defenderse del frió ; todos pasan el in- vierno sin menearse y sin comer , dispiertan por la primavera , y se ocultan de nuevo á fines del otono. Sufren mas fácilmente la dieta que el frío, y pueden pasarse muchos dias sin comer : no obs- tante , son del numero de los animales carniceros, y comen carne cruda ó cocida , fresca o corrom- pida. Ademas del murciélago común , ó murciélago pro» píamente asi llamado , hay un gran numero de es- pecies muy distintas , y muy diversas unas de otras, que no habitan jamas juntas en el mismo parage. Haremos la enumeración de cada especie de estas, e indicaremos los caradtéres que Ies son propios. Murciélago común. Esta especie no necesita descripción por ser bas- tante conocida ; bastará advertir , que tiene trein- ta y ocho dientes , esto es , quatro incisivos en Ja quixada superior , seis en la inferior , doce muelas en cada quixada , y quatro colmillos. Mur * MUR Murciélago con orejas grandes } 6 el orejudo. Esta especie es quizás mas conocida aun que la anterior ; el orejudo es mucho mas chico de cuer- po que el murciélago ; también tiene las alas mas cortas , el hocico mas delgado y puntiagudo , y las orejas de un tamaño desmesurado. Tiene trein- ta y seis dientes , quairo incisivos en la quixada su- perior , ,seis en la inferior , diez muelas superio- res , doce inferiores , y quatro colmillos. Murciélago nottulo. Esta especie es muy común en Francia , y se encuentra con mas freqiiencia que las dos anterio- res. Hallase debaxo de los aleros de los tejados, y canalones de plomo de los palacios é iglesias, y también en los huecos de los árboles viejos; es casi del tamaño del común ; tiene las orejas cortas y anchas , el pelo bermejizo , la voz áspera y bas- tante semejante al sonido de una esquila de hier- ro. Tiene treinta y dos dientes ; á saber , qüatro incisivos superiores , seis inferiores , ocho muelas en cada quixada , y quatro colmillos. Murciélago serótino. Este es un poco menor que el común , y que el nocíalo , y casi del tamaño del orejudo ; pero se diferencia de éste en las orejas , que son cortas y puntiagudas , y en el color del pelo ; sus alas son negras , y el pelo de un pardo mas obscuro ; tie- ne el mismo numero de dientes que el nocíalo. Murciélago pipi st relio. Este es el mas pequeño y menos feo de todos los murciélagos , aunque tiene el labio superior muy gordo , los ojos muy chicos y hundidos , y la fren- te muy calzada. Tiene treinta y quatro dientes, quatro incisivos superiores , seis inferiores , quatro colmillos y diez muelas en cada quixada. Murciélago barbudo. Este es casi del tamaño del orejudo ; tiene las orejas tan anchas como él ; pero mucho mas cor- tas , el hocico muy recogido , la nariz muy chata, y los ojos casi en las orejas. El nombre de bar- budo le conviene bien , porque tiene un bigote gordo , formado por la hinchazón de las mexillas, que forman un rodete encima de los labios. Murciélago herradura. Llamase asi este murciélago , á causa de un rodete en forma de herradura , que tiene al rede- dor de la nariz , sobre el labio superior. Hallase muy comunmente en Francia , en los muros y cue- vas de los alcázares antiguos y abandonados ; los hay chicos y grandes , pero semejantes en un to- do. Ignoramos si produce la edad esta diferencia, ó si es una variedad constante. Esta especie tiene veinte y seis dientes , quatro incisivos inferiores Historia Natural, 'lora. I. MUR 179 solamente , ocho muelas superiores , diez inferio- res , y quatro colmillos. Murciélago hierro de larrea. Este es casi del mismo pelo y tamaño que el común , y muy notable por una cresta ó membrana, en forma de hoja de trébol muy puntiaguda, y que se semeja perfeéfamente á el hierro de la lanza, guarnecido de orejeras , por lo qual se le ha dado este nombre. Tiene treinta y dos dientes , quatro incisivos , y diez muelas en cada quixada , y qua- tro colmillos. Es muy común en América , y no se halla en Europa. Murciélago hoja. Este tiene también una membrana sobre la na- riz , no en forma de herradura ó hierro de lanza, sino semejante á una hoja oval. Hallase en el Se- negal ; el numero y orden de sus dientes es el mis- mo que en el murciélago herradura. Murciélago cefalote. Llamase asi este murciélago , porque tiene la ca- beza mas gorda , á proporción del cuerpo , que los demas. También tiene el cuello mas separado, por estar menos cubierto de pelo. ISo tiene mas de veinte y dos dientes, dos incisivos superiores solamente , seis muelas superiores , diez inferio- res , y quatro colmillos. Estos dientes parecen mas á proposito para encentar las frutas , que para des- pedazar una presa : los colmillos de la quixa- da superior , están separados por otros dos dien- tes chicos , y la quixada inferior carece de estos dos dientes , y los dos colmillos de ella son como los incisivos del ratón. Este murciélago tiene la cola corta , y situada debaxo de la membrana en- tre los dos muslos. Diferenciase también de todos los demas en la figura de las narices , de la pupila ó niña de los ojos, y en el pecho , que es mucho mas amplio y semejante al de las aves. La hembra no produce mas de un hijo. Esta especie se halla en las islas Malucas. Murciélago musaraña. Esta es la especie mas chica del genero de las que carecen de cola , y tienen una hoja sobre la nariz. Tiene el hocico mas largo y mas delgado que las otras : su lengua es muy singular , asi por su longitud como por su estructura. Tiene veinte y quatro dientes , quatro incisivos , y seis muelas en cada quixada , y quatro colmillos. El macho y la hembra no se diferencian casi nada , sino en las partes del sexo. Esta especie es bastante común en las regiones mas cálidas de America , como en las islas Caribes y en Surinan. Las especies de murciélagos siguientes , todas son extrangeras , y M. Daubenton es el primero que las describió en las Memorias de la Academia del año de 1 7 5 Z% Mvrr - 1 8o MUR Murciélago marmota volante. Esta es la denominación , baxo ¡a qual descri- bió M. Daubenton en las Memorias de la Acade- mia un murciélago , que M. Adanson traxo cíe) Sc- nega!. Tiene la cabeza larga , el hocico ancho y gordo , las orejas cortas y puntiagudas , el orejon estrecho , largo y terminado en punta ; el pelo de encinta y de los lados del hocico , el de la cabeza y del cuello , el de las espaldas , lomo y grupa, es de color leonado obscuro , mezclado de ceni- ciento ; la garganta , lo superior del cuello , el pe- cho , el vientre , &c. tienen un color leonado muy pálido y ceniciento ; la membrana de las alas y de la cola es negruzca ; las dos vertebras ulti- mas de la cola no están envuelcas en la membra- na. Este murciélago tiene veinte y ocho dientes ; a saber , dos incisivos arriba , y seis abaxo , y dos colmillos con ocho muelas en cada quixada. La lou- gitud desde el hocico al ano es de quacro pulga- das, y el vuelo de seis. Murciélago turón volante. El mismo Daubenton dio el nombre de turón volante á un mu.áélago, cuva descripción es la si- guiente : tiene el hocico muy gordo , los labios fargos , y la nariz bien formada. Las orejas son redondas y muy anchas ; y por debaxo de ia fren- te se tocan ó juntan , formando un pliegue hacia adelante , que se extiende desde el meato audito- rio hasta la orilla de la cuenca ; el orejon es corto, ancho y redondo. La coronilla , y la parte poste- rior de la cabeza , la superior y lados del cuello, las espaldas , el lomo y la grupa , tienen un co- lor ceniciento obscuro : el medio del vientre es pardo , y lo restante , el pecho, la garganta, &c. de un ceniciento sin tinta parda. La membrana de las alas y de la cola , es de un pardo negruzco •, el ante brazo , los dedos de las manos y la pierna, son de color de ceniza : de la membrana sale una porción de la cola de siete lineas de largo , com- puesta de cinco vertebras falsas. La longitud del cuerpo es de dos pulgadas , y las alas de punta á punta tienen ocho, ti individuo , por quien se ha hecho esta descripción , no tenia mas de veinte y seis dientes ; otro , que parece de 13 misma espe- cie , era un poco mas chico , y tenia todo lo su- perior del cuerpo de color leonado , con mezcla de ceniciento ; la parte inferior de un blanco su- cio , lavado de pardo y leonado. Finalmente , otro individuo que igualmente nos ha parecido de la misma especie , vino de la Martinica , de donde podemos deducir que esta especie de murciélago pertenece a la América. Murciélago campañol volante. Este murciélago tiene la nariz , el testuz , la frente , y la coronilla de la cabeza , de una figura muy particular. La ternilla de la nariz es casi nin- guna , y la frente es muy hundida. Las ventanas Uc la nariz no están separadas una de otra por la ternilla regular que se extiende hacia adelante , si- M U R no situadas por delante de un canaiito abierto de cabo á cabo por encima ; la orilla interna de este canal es muy chica , la externa es mayor , y ter- mina por su extremo posterior con un pequeño orejon. Los bordes externos de los dos canales, se juntan por encima del labio superior , y forman el extremo de un surco grande , que se extiende des- de el labio superior ; lo largo del testuz hasta la frente , donde hay un hoyo ancho y profundo, desnudo por dentro , y rodeado por defuera de pe- los laigos. La cabeza , exceptuando la coronilla, la garganta , el pecho y el vientre , son de color blanquecino , con alguna leve tinta de leonado. El pelo de la corona , y parte posterior de la cabe- za , de la superior del cuello , de las espaldas, del lomo y de la grupa, es de un pardo bermejizo. Las orejas , y ia membrana de las alas y de la cola, tienen diversas tintas de pardo negruzco , y pardo bermejizo : la cola está enteramente envuelta en la membrana , y las unas son amarillazas. Este mur- ciélago tiene treinta dientes , quatro incisivos arri- ba , y seis abaxo , y en cada quixada dos colmi- llos y ocho muelas. Esta especie es muy pequeña; la longitud del cuerpo entero , medido desde el hocico hasta el ano , es de una pulgada , y la ex- tensión de las alas de poco mas de siete. Es del Sene-gal, Murciélago moscardin volante. Este tiene la nariz muy pequeña , las orejas re- matan en puma dirigida hacia afuera , y tienen una pequeña escotadura sobre el borde externo por debaxo de la punta ; el orejon es muy largo , y tiene mas de dos lineas ; es estrecho por su raiz, y puntiagudo por su extremo ; las orejas están in- clinadas adelante , y casi enteramente ocultas en el pelo. El testuz , la frente , lo superior de ia cabe- za , del cuello , de las espaldas , del lomo y de la grupa , tiene un color leonado rubio : la quixa- da inferior, el pecho y el vientre , son de color blanquecino , teñido de leonado : la membrana de las alas y de la cola está mezclada de leonado y pardo ; el leonado se manifiesta á lo largo del an- te brazo y de los dedos , sobre el borde de la membrana , desde el quarto dedo del pie delante- ro hasta el posterior , y al rededor de la cola , la qual está afirmada en la membrana. Este murciélago es casi tan chico como el anterior. Su cuerpo tiene pulgada y media de largo. El individuo por quien se ha formado esta descripción tenia treinta y ocho dientes , quatro incisivos , dos colmillos , y doce muelas en la quixada superior , y seis incisivos, dos colmillos , y doce muelas en la interior. No hallamos indicios sobre el clima natal de esta es- pecie. El nombre latino del murciélago es vespertilio ; y esta denominación genérica sirve igualmente pa- ra todas las especies de este genero. MUSARAÑA (la) ó MUZGANO. Es mas pe- queña que el ratón , y se parece al topo en el ho- cico ; tiene la nariz mucho mas larga que las qui- xadas; también se le semeja en los ojos , que aun- que mayores que los del topo , están escondidos del mismo modo , y son mucho mas pequeños que los del ratón ; en el numero de los dedos , en la co- M U S cola , en las piernas , especialmente las de atrás, cine son mas cortas que las del ratón i en las ore- jeas , y en los dientes. Hste animalito tiene un olor fuerte que le es particular, y que repugna a los gatos; estos le ca- zan , y matan , pero no le comen. Sin embargo la Musaraña no es venenosa, ni su mordedura de pe- ligro para el ganado , como dicen , ni aun es capaz de morder, porque no tiene la abertura de la bo- ca bastante grande para poder agarrar el pellejo do- blado de un animal. La musaraña habita comunmente, en especial por el invierno , en los pajares , caballerizas , granjas , y corrales, donde hay estiércol ; come grano, in- sectos, y carnes corrompidas. También se halla con freqüenoia en el campo, y en los bosques, donde vive de semillas, y se esconde debaxo del musco, hojas, y troncos de los árboles, y algunas veces en los agujeros , que los topos abandonan , o en otros mas pequeños que • ellas hacen con las uñas , y el hocico. Este animal es muy fecundo , y aun aseguran que lo es tanto como el ratón , aunque con me- nos frequencia. Tiene el chillido mucho mas agudo que el ratón , pero no es tan agil ni con mucho; se le puede coger fácilmente , porque ve poco , y corre mal. Su color común es un pardo mezclado de roxo ; pero las hay también cenicientas , otras casi negras , y todas mas o menos blanquecinas por el vientre. Son muy comunes en nuestros campos y bosques. El nombre musaraña está formado del latino mus araneus ; y también se dice en latin mus cacus. Musaraña de agua (la) es mayor que la de tier- ra, y tiene el hocico un poco mas grueso, la cola y las piernas mas largas y mas pobladas de pelo. La parte superior del cuerpo desde la punta del ho- cico, hasta la cola, es de un color negruzco, mez- clado de pardo , y la parte inferior leonada y ce- nicienta. Este animalito se coge en los manantiales de las fuentes , al salir y ponerse el sol. Durante el día permanece escondido en las hendiduras de las ro- cas , y en los agujeros que hay en la tierra , á lo largo de los arroyos. La hembra pare por la pri- mavera, y cada camada es por lo común de nue- ve cachorros. Musaraña del brasil (la) es muy semejante á la nuestra , aunque mucho mayor , pues tiene cer- ca de cinco pulgadas desde la extremidad del hoci- co hasta el origen de la cola; la qual es de dos pulgadas: Tiene el hocico puntiagudo, y ios dien- tes muy agudos. El color de su pelo es pardo, con tres listas negras bastante anchas , que se dirigen des- de la cabeza hasta la cola. MUSIMON (el) nos parece ser el origen pri- mitivo de todas las ovejas , á quienes se parece mas que ningún animal silvestre ; es mayor , mas vivo, mas fuerte, y ligero que ninguna de ellas; tiene la cabeza, la trente, los ojos , y toda la cara del car- nero , á quien también se asemeja por la forma de los cuernos , y por la habitud entera del cuerpo : finalmente produce con la oveja domestica , y la única desemejanza que hay entre ellos, es, que el musmón está cubierto de pelo en lugar de lana, MUS iSr pero la lana no es un caraéter esencial , sino una producción de los climas templados , porque en los países calidos están todas las ovejas cubiertas ce pe- lo , y en los muy fríos es su lana tan tosca , y tan aspera como el pelo. No es, pues, de admirar que la oveja primiti- va , y silvestre , expuesta á el frió y el calor, que ha vivido v multiplicado sin abrigo en los bosques, no esté cubierta de una lana que hubiera perdido pron- tamente entre las malezas , y que la exposición con- tinua al ayre , y a la intemperie de Jas estaciones hubiera en poco tiempo alterado y mudado de na- turaleza. Por otra parte el producto del macho de cabrio con la oveja es una especie de musmón, ó cordero cubierto de pelo , y asi ninguna cosa nos impide considerar al musimon como el origen pri- mitivo de las ovejas domesticas. Hallase este ani- mal en las montañas de Grecia, en las Islas de Chi- pre , de Cerdeña , de Córcega , y en los desiertos de Tartaria. M. Gmelin habla del musimon baxo el nombre de argali , y de stepniebarani , que dan á este ani- mal en la Siberia Meridional , donde se encuentra desde el rio Irtisch hasta Kamtschatka. „ Estos ani- males , dice este naturalista , son extremamente vi- vos. ... El que yo vi se reputaba que tenia tres años , y sin embargo no se atrevieron diez hom- bres á acometerle para domarle. Los mayores se acercan al tamaño del gamo ; el que yo vi tenia vara y media de Rusia de alto , desde el suelo has- ta la cabeza ; su longitud , desde el nacimiento de los cuernos , era de una vara y tres quartas ; los cuernos nacen encima , y próximos á los ojos , se arquean hacia atrás , y después hacia adelante , en figura circular ; su extremo está un poco vuel- to hácia amiba, y hacia fuera : desde su nacimien- to hasta cerca de la mitad están muy arrugados, y mas arriba lisos, pero no totalmente. La figura de los cuernos dio sin duda motivo á los Rusos para dar á este animal el nombre de cordero sil- vestre. „ Si nos podemos remitir á la relación de los habitantes de estas regiones, toda su fuerza con- siste en los cuernos ; dicen que los carneros de esta especie riñen empujándose unos á otros con los cuernos, y arrancándoselos algunas veces; de suerte que en la steppe ( pradera natural ) se hallan freqiientisimamente cuernos de éstos, cuya abertu- ra cerca de la cabeza , es bastante grande para que las zorras se sirvan de ellos como de cuevas para retirarse. Es fácil calcular la fuerza que se necesi- ta para arrancar un cuerno igual , pues mientras vi- ve el animal, aumentan continuamente de grueso, y de largo , y la parte de su raíz en el cráneo , adquiere siempre mayor dureza ; se dice que un cuerno de estos bien crecido , tomando la medida según su arqueadura, tiene hasta dos varas de lar- go , que pesa entre treinta y quarenta libras de Ru- sia , y que por su raiz es del grueso de un puño ; los cuernos del que yo vi eran de un color ama- rillo blanquecino , pero qtianto mas envejece el ani- mal , mas pardos y negruzcos se ponen : sus ore- jas son puntiagudas , y algo anchas , y las lleva muy derechas." „ Los pies son de dos pezuñas , las manos de tres 182 M U S tres quartas de alto , y las piernas mas. Quando el animal está de pie tiene siempre las manos ex- tendidas y derechas, las piernas arqueadas , y esta arqueadora disminuye quanto mas escarpados son los parages por donde pasa. El cuello tiene al- gunos pliegues pendientes , y el color de t°do *1 cuerpo es ceniciento mezclado de pardo; a lo largo del lomo tiene una raya amarillaza , ó ber- mejiza , ó de color de zorra , y el mismo color pinta la parte anterior , é interior de las pacas , y el vientre, por donde es un poco mas pálido; es- te color dura desde principios de Agosto , hasta la primavera, en cuyo tiempo mudan esttts anima- les , y toman por todo su cuerpo un color berme- jizo; la segunda muda es á fines de Julio.“ „ Las cabras , o hembras son siempre mas pe- queñas . y aunque tienen igualmente cuernos , son muy delgados en comparación de los que acabo de describir , y tampoco aumentan de grueso con la edad. Siempre están casi derechos , y no tienen ar- rugas ; su figura es casi como la de nuestros ma- chos de cabrio domesticos.“ „ Las partes interiores en estos animales están formadas del mismo modo que las de los demas animales rumiantes ; el estomago se compone de quatro concavidades particulares , y la vexiga de la MU Z hiel es muy considerable : su carne es de buen co- mer , y casi del gusto de la del corzo. El gordo en especial tiene un sabor delicioso , como ya hemos dicho mas arriba , por el testimonio de las nacio- nes de Kamtschatka. Su alimento es la yerba : se juntan por el otono y la primavera , y las hem- bras paren uno , ó dos hijuelos/1 Se ha adoptado el nombre de musimon latino que dan Llinio y Gesnero a este animal : Belon le llama tragetaphe , Brisson cabra de Levante ; y Li- neo animan. MUSTACO (el) es un mono de la raza de los micos , cuya cara es de un negro azulado con una grande y ancha mancha blanca debaxo de la nariz, y en toda la extensión del labio superior ; su bo- ca está rodeada de pelos negros. Tiene el cuerpo corto y recogido , y dos grandes guedejas de pelo amarillo debaxo de las orejas ; un copete de pelo erizado en la cabeza , y el pelo del cuerpo de un ceniciento verdoso ; el pecho y el vientre de un ce- niciento claro. Anda en quatro pies , tiene cerca de doce pulgadas de largo , y su cola veinte. Ha- llase en las regiones meridionales de Africa. MUSTELLA ERALC1NCTA, comadreja con ce- ñidor de R/azynski. Véase Eeruasca. MU2GANÓ. Víase MusaraSa. NAR A^ÍaBBA, nombre del rinoceronte en el Cabo de Buena Esperanza. líense Rinoceronte. NABIí> , de los Etiopes del tiempo de Plinio , es la ¿¡rafa. Vcase Girafa. NAGOR, (el) es una especie de gazela de la magnitud uc un corzo , cuyos cuernos son casi li- sos , levemente arqueados y dirigidos hacia delan- te , pero menos que los del ñangue/- ; tiene seis pul- gadas de largo. Su color es totalmente roxo ua- xo , y no tLne el vientre blanco como las demas gazelas. Hay algunas variedades en esta especie, á las quales los Holandeses del Cabo de Buena Esperan- za, han dado los nombres sieenbok , grpbol¿ , rilbul’, &c. I 'canse estos artículos. NANGUER(el) es una especie de gazela del Senegal , de tres pies y medio de largo , y dos y medio de alto ; y de la forma y coicr del corzo; leonado por las par.es superiores del cuerpo , blan- co por el vientre y la grupa , con una mancha de este mismo color en la parte inferior del cue- llo ; sus astas son permanentes como las de las de- mas gazelas , y solo tienen seis ó siete pulgadas de largo; son negras y redondas, y muy arqueadas por la punta , é inclinadas adelante , como lo son á el contrario las del rcoezo ó gamuza ; estas gabelas son animales muy hermosos y fáciles de domesticar ; y aun somos de sentir que podría muy bien ser el dama de los antiguos. NARIZ BLANCA, (la) es un mico con labios blancos , llamado asi , cuya especie se refiere al mus- taco. Fe ase Mustaco. NARVAL , vulgarmente unicornio marino , es un cetáceo de mediana magnitud , pero notable entre todos los demas , por un colmillo muy largo ¡suda- do en forma espiral, que remata en punta ; este col- millo tiene hasta siete ú ocho pies de longitud; es de la naturaleza del marfil, y sale de la quixada superior, unas veces del lado derecho, y otras del izquierdo. Se han visto na/ vales con dos colmillos; y en los que no tienen mas de uno , que es lo mas freqüente , se distingue en el otro lado el hue- co ó alveolo del segundo. Este colmillo, o cuerno del narval , es el que han mostrado largo tiempo en los gabinetes con el nombre de cuerno de unicornio , como pertenecien- te á un Unicornio quadrúpedo, animal que según toda apariencia , debe colocarse entre los seres fa- bulosos. Vease el artículo Unicornio. En quanto a nuestro unicornio marino , que en Groenlandia llaman 7#w«£, su magm.ud es comun- mente de veinte á veinte y cinco pies , sin com- prender el colmillo ; y aun si hemos de creer á Anderson , se hallan algunos que son al dome , ó triple mayores. Late observador vio el ano eie 1736 encallar un narval en la embocadura del Lipa , y de el que da la .descripción siguiente. „ Este cetáceo era muy grueso á proporción de su longitud , y no cenia mas ele dos aletas ; la ca» NEM beza estaba como tronchada , y el diente , ó col- millo saiia del lado izquierdo de la quixada supe- rior por encima del jaldo. Estaba corneado en fi- gura espiral , y tenia cinco pies y quauo pulgadas de largo. El lado derecho del hocico estaua cer- rado, y eumeno con el pellejo.: u coia era muy aliena, y estaña echada horizontalmenie. La piel te- nia mucho graso , era muy manca , y esLai>u sem- brada de una gran cantidad de manchas negras, las quales penetraban muy adentro en su suus.ancia , excepto en el vientre , donde no las tenía , y era enteramente blanco , lustroso , y suave al tacto , co- mo el uruopeio. Este narval 110 tenia dientes en lo anterior de la boca , cuya abertura era muy pequeña , porque no excedía del ancho de la mano , y la lengua lle- naba toda su anchura , los bordes del hocico eran un poco duros y desiguales. Soore la cabeza tenia un agujero , ó cañón guarnecido de una baibula que se aoria y cerraba a voluntad del animal, por don- de arrojaba el agua quando respiraba. Los ojos tran pequeños, y estaban situados en io inferior de la cabeza, y guarnecidos de una especie de parpado. Este narval era macho , y su longitud total uesde la punta del hocico , hasta la extremidad de la co- la , era de diez pies y medio , Ja cola tenia tres pies, y dos pulgadas y media de ancho, y cada ale- ta dos pies ut largo. Los Groenlandeses miran al narval como el pre cursor de la ballena , y quando le descubren se preparan prontamente para la pe.,ca de aquella ; sin embargo, si las ballenas se dexan ver con los 7¡a> vales ,no es que estos las acompañen, ó sigan, sino porque huyen de ellos , por el sumo temor que , los tienen , a causa de perseguirlas y herirlas con su diente ; también suJe acometer con ti á los navlcs ;pero por lo común se le íompe, y que- da clavado en los costados. El niuval es el unicornu marinas de Charleton; monoesros ¡/¡seis , narval isla, jáis de Ray. Navaja ( mont .) el colmillo ó diente de abaxo del jabalí. NEITSERSOAK , nombre que en Groenlandia dan a una especie de joca, l'case Foca con capuz. MEMEll, nombre Arabe de la ¡/amera. Vease Pan- tera. NEMS (el) es un animal de Africa, que por su fuerza V flexibilidad se parece mucho á nuestro hu- rón , y todavía mas al vansiro. Quando anda , tiene el cuerpo largo , y parece corto de piernas ; las de anas son un poco mas altas que las de alante. Tiene la oieja sin pelo , y de la misma forma que el hurón común , el ojo vivo, el iris de un leona- do obscuro , el hocico muy delgado , y sin bigo- tes, toco el cuerpo cuoierto de pelo largo mancha- do de parao obscuro , y bl.nco sucio , y el vien- tre de un pelo leonado claro sin mezcla. La cabe- za ai rededor cel ojo es de un color amarilla- zo claro, las narices, mexillas y demas partes del rostro, donde el pelo es corto, son de un color 184 N I L leonado mas ó menos obscuro , el qual continua , y va disminuyendo en las partes superiores de la cabeza. Sus piernas están vestidas de un pelo cor- to leonado obscuro. Los pies tienen quatro dedos adelante , y otro mas pequeño atrás : las uñas son pequeñas y negras; la cola que es al doble mas lar- ga que la de nuestros hurones, es muy gruesa al principio , y delgada por la punta , y está cubierta de pelos manchados como el cuerpo. NER en per-ia , significa un camello mestizo , producto de un macho con dos corcovas , y una hembra con una , que es la del dromedario. Vast Camello , y Dromedario. ML-GAUT , ó NIL-GHAUT , animal de la In- dia Oriental , que podría compararse a la gamuza de Europa mas bien que i todo otro animal, pe- ro que sin embargo forma una especie particular que no pertenece al genero de les demas animales bisulcos , sino por algunos caraéiéres, y ademas tie- ne otros muchos que le son particulares. Este ani- mal es de la magnitud de un ciervo de mediana estatura ; sus cutrnos son huecos y permanentes, tienen seis pulgadas de largo , y mas de tres de grueso por su raíz ; no tiene diences incisivos en la quixada superior; los de la inferior son anchos y cortos , y entre ellos y las muelas hay un espa- cio vacio. El macho tiene las piernas mas cortas que las manos , y en las espaldas se le ve una especie de corcova , ó elevación , la que está poblada de una pequeña crin , que nace en la coronilla de la cabe- za, y concluye en medio del lomo. En el pecho tiene una guedeja de pelo largo , negro ; el color de todo el cuerpo es un pardo de pizarra ; pero la cabeza está poblada de un pelo leonado con mez- cla de pardusco , y el cerco de los ojos de un pe- lo leonado claro , con una pequeña mancha blanca en el ángulo de cada uno ; lo superior de la na- riz es pardo , las ventanas negras con una faxa blan- ca al lado, las orejas son muy grandes, y anchas, con tres listas negras hada sus extremos ; la parte exterior de la oreja , es de un pardo bermejizo , con una mancha blanca en su extremo ; la coroni- lla de la cabeza está vestida de pelo negro mezcla- do de pardo , que forma en lo alto de la frente lina especie de herradura ; en la parte inferior del cuello, cerca de la garganta , tiene una gran man- cha blanca , las manos y brazuelos negros por la par- te exterior , y de un pardo mas obscuro que el del cuerpo , por la interior. ¿1 pie es corto, y semejante al del ciervo, y las pezuñas negras ; en la parte exterior de los pies tiene una mancha blanca,y en la interior otras dos del mismo color rías piernas de atrás son mu- cho mas fuertes que las de alante, y cubiertas de pelo negruzco, con dos grandes manchas blancas en los pies , asi en lo interior como en lo exte- rior , y mas abaxo tiene unos pelos largos de co- lor castaño, que forman una guedeja rizada; la co- la es de un pardo de pizarra hacia su medio , y blan- ca por ios lados , y en la punta tiene un mechón de pelo negro ; lo interior esta desnudo ; el pelo blanco de los lados de la cola es muy largo, y no esia echado sobre la piel como el de las dttn2S partes del cuerpo , sino que al contrario se ex- NIL tiende en linea reíla de cada Jado. Este animal lleva la cola levantada horizontal- mente quanoo corre, y la tiene caida, y entre las piernas quando esta parado. La hembra es mucho mas pequeña que el macho , y al mismo tiempo mas agil , y mas alta de piernas ; no tiene cuernos, y es de un color mas pardo que el macho ; final- mente parece que esta especie varía, ya en los co- lores , ya en la longitud y grueso de las astas. Estos animales , aunque vivos , y vagabundos co- mo las cabras , son bastante mansos para dexarse gobernar , y es de desear que se pueda multiplicar su especie en Europa ; el modo que tienen de reñir es muy singular : qtiando están a una distancia con- siderable uno de otro , se preparan para el com- bate arrodillándose , y andando uno hacia otro con un paso rápido, y haciendo rodeos; pero siempre arrodillados ; quando están á pocos pasos de dis- tancia dan un salto , y se arrojan uno contra otro. También parece que son viciosos y feroces quan- do están en zelo, por mansos y domésticos que sean. Comen yerba, heno, y avena; pero prefieren so- bre todo el pan de trigo. Tienen el olfato fino , y muy delicado. En la India son tenidos estos animales por una cosa rara , y los regalan á los Nabaes, y á otras personas considerables. En algunas regiones son mon- teses , y su carne pasa por muy buena. El Doffor Guillelmo Hunter, que tuvo pro- porción de observar á este animal en Londres, y cuya especie es nueva para los Naturalistas, habla de él en los términos siguientes. „ Debe contarse en el número de las riquezas que nos han veni- do de la India en estos últimos tiempos, un be- llo animal Limado ml-gaut. El macho me pare- ció á la primera vista de una naturaleza media en- tre el toro y el ciervo, y casi tal como supondría- mos un animal producido de estas dos especies , porque es mucho mas chico que el uno , mucho mayor que el otro , y en su forma se halla una gran mezcla de semejanza á los dos ; su cuerpo , sus cuernos , y su cola se parecen bastante a los del toro , y su cabeza , su cuello , y sus piernas , se acercan mucho á las del ciervo.'1 „ El color por lo genera] es ceniciento, ó nar- do por la mezcla de los pelos negros y blancos, la mayor parte de los quales tienen la mitad negra, y la mitad blanca ; la parte blanca está en la raíz. El pelo del cuerpo es generalmente mas ralo, mas fuerte , y mas tieso que el del buey ; en el vien- tre , y en las partes superiores de sus muslos, es mas largo , y mas suave que por los costados y el lomo." „ La hembra difiere tanto del macho , que ape- nas se la puede creer de la misma especie ; es mu- cho mas pequeña ; se parece en su forma , y en su color amarillazo, á una cierva; pero carece de astas ; tiene quatro tetas , y se cree que está pre- ñada nueve meses ; algunas veces produce dos ca- chorros ; pero lo mas cotnitn es uno. El macho quando nuevo se parece mucho á la hembra en el ccior¿‘ „ No obstante haberme dicho que era estre- mamente feroz , hallé que en el fondo era un ani- mal muy manso , y que parecía gustar de que se NIM familiarizasen con ¿1 , lamiendo siempre la mano del que le alhagaba , ó le daba pan , y no habien- do jamas intentado servirse de sus armas para he- rir ó lastimar a nadie ; el sentido del olfato en es- te animal, es muy lino, y parece que le guia en todos sus movimientos ; quando alguna persona se le acerca la huele haciendo cierto ruido, y lo mis- mo hacia quando le llevaban a beber , o a comer, y se ofendia tan fácilmente de los olores extraor- dinarios , ó se ponía tan ursño , que no quería catar el pan que le daba , si oiia que mi mano ha- bía tocado al aceyte de terebentina , u otros li- cores espirituosos : durante todo el tiempo que tuve dos de estos animales en mi caballeri ¿d 3 OD" serve que siempre que alguno quería tocarlos , se arrodillaban , y lo mismo sucedía quando yo me ponia delante de ellos ; pero como nunca se lan- zaban contra mí , estaba tan lejos de pensar que es- ta postura anunciase su colera, ó una disposición para reñir , que al contrario la miraba yo como una expresión de timidez, ó de una grande manse- dumbre/4 . „ Varios animales de estos , asi machos como hembras , se traxcron a Inglaterra :hace algunos años : ios primeros se los regalaron de Bombai á Milor Clive , y llegaren en el mes de Agosto del año de 1767, eran macho y hembra, y continua- ron produciendo en este pais, cada año/ c - „ La palabra nil-gaut signiáca una vaca a\ul , ó mas bien un toro a\¡d , porque gaitt es masculino. El macho de estos animales tiene en efeéto justos títulos a este nombre , no solamente respecto a su semejanza con el toro, sino también por el color azulado que se manifiesta sensiblemente en su cuer- po-, pero no suge.de lo mismo en la hembra , la qual tiene mucha semejanza , asi en el color como en la forma , a nuestro ciervo. Los nil-gauts que vi- nieron á Inglaterra , los traxeron casi todos de Su- rate, ó de Bombai , y según parece son menos comu- nes en esta parte de la India, que en Bengala, lo qual da motivo de conjeturar que podrian ser na- turales de la provincia de Guzarate , una de las mas occidentales del Imperio del Mogol , por estar si- tuada al Norte de Surate , y dilatarse hasta el Occca- no indico/' NIMSE en Berbería es el hurón. Véase Hurón. NIU es el nombre de un animal de Africa que tiene mucho del caballo , del toro , y del ciervo , sin ser con todo eso del genero de ninguno de estos animales. Es casi de la magnitud de un as- no, y su altura de tres pies y medio • su cabeza es gruesa , y semejante á la del buey ; toda la tes- tuz está poblada de pelos largos, y negros, que se extienden hasta por aebaxo de los ojos, y contras- tan singularmente con los pelos del mismo tamaño , aunque muy blancos , que forman una banda en el labio inferior. Tiene los ojos negros, y bien abier- tos, los parpados guarnecidos de pestañas de pe- lo largo blanco, que forman una especie de estre- lla, en cuyo centro está el ojo: encima tiene otros pelos del mismo color , y muy largos, á manera ce cejas; en la parte superior de la frente tiene dos cuernos negros , de diez y ocho , ó diez y nueve pulgadas de largo , cuyas raíces se tocan , y están api. Cadas a la frente en una extensión de seis pul- Histori n Neutral. Tom, I. NIU 185 gadas, y se arquean después hacia arriba , rematan- do en una puma perpendicular. Enere estos cuernos les nace una cerneja de pelo mas largo y derecho , blanco por su rai/ , y negro , ó pardo por la punta , la qual se dila- ta a lo largo de la parte supaior del cuello has- ta el lomo ; tiene las orejas detras de las astas cubiertas de pelo negruzco , y muy corto ; el lo- mo esta unido , y la grupa se parece á la de un potro.; la cola se- compone de cerdas largas y blan- cas; en el pecho tiene una continuación de pelo negro que se diiata desde los brazuelos por ¡o largo del cuello , y de la parte inferior de la cabeza has- ta la barba blanca del labio inferior- : todo lo res- tante del cuerpo esta cubierto de un pelo corto , como el del ciervo, de color leonado , pero blan- quecino por la punta, lo qual le da una ligera tin- ta de gris blanco. Las piernas son semejantes a las de la cierva, y de igual delicadeza; el pie es hen- dido , y los cascos son negros, unidos con un es- polón, o tercera pezuña, por detras , colocado bas- tante arriba. Este animal carece de dientes incisivos en la quixada superior , pero tiene ocho en la inferior. Aunque se puede domesticar , es con todo eso al- go arisco , y no siempre se dexa acercar ni tocar, bu especie es numerosa , y muy esparcida en va- rios puriges de Africa, como en las inmediaciones del Cabo de Buena Esperanza , y en Abisinia. Tam- bién parece que se halla en la India Oriental , y en la China, y que el animal llamado ¡oto ciervo por Cosmas , y el cobalto ciervo de los Chinos no son otra cosa que nuestro nía. ,, He visto , dice un viagero muy distinguido, (el Señor Vizconde de Querhoent, en las Memo- rias comunicadas ai Conde* de Buífon) en ¡a c?r:2 de fierras del Cabo , un quadrúpedo que los Ho- tentotes llaman niu , tiene todo el pelo de un par- do muy obscuro; pero una parte de su crin, su cola , y algunos pelos del cerco de los ojos son blancos. Es por lo común del tamaño de un gran ciervo, y le llevaron a el Cabo de lo interior del Continente , donde se hallan muchos. ... El que yo he visto parece bastante manso, y le mantie- nen con pan , cebada , y yerba." ,, El niu solo se ha encontrado , dice Forster , en lo interior del Africa, á ciento y ochenta, ó doscientas leguas del Cabo. El ano de 1775 vi una hembra de esta especie que tenia tres años da edad, criada por un Colono que la cogió muy pequeña con otro macho nuevo : la habitación de este Co- lono estaba ciento y sesenta leguas distante del Ca- bo. Esta hembra, que era doméstica, había estado siempre en un establo , donde se la cuidaba y man- tenía con pan baxo , y hojas de berza; no era tan grande como el macho del mismo parto : su estiércol es como el de las vacas comunes; no su- fría muy bren las caricias ni tocamientos , y aunque muy domesticada, no dexaba de dar cornadas y coces." „ Dixeronnos que el macho en el estado de li- bertad es tan feroz , y tan malo como el búfalo , aunque menos fuerte : sin embargo esta hembra era bastante mansa , y nunca pudimos oir su voz. Ra- meaba como los bueyes, y gustaba de pasearse per Aa el ,86 NSO el patio cuando no hacia demasiada calor , porque entonces se retiraba a la sombra , ó a su esta- blo.” ,, Esta ritu hembra, era de la magnitud de un gamo , o por mejor decir , de un asno ; los bra- zos tcnian cuarenta pulgadas y media de alto, me- dida de Inglaterra , y Lis piernas , que eran un po- co mas cortas , treinta y nueve ; su cabeza era grande a proporción del cuerpo , pero estaca com- primida por ambos lados, y vista de frente pa- recía eSirecha, el hocico era quadrado, y las nari- ces en forma de media luna ; en la quixada in- ferior tenia ocho dientes incisivos , semejantes a los del buey j los ojos estaban muy separados uno de otro, y situados sobre los lados del hue- so fron.al : eran grandes , y de un coior pardine- gro ; manifestaban un aspecto de ferocidad , y de maldad, que la educación, y la servidumbre habian modificado en el animal ; las orejas tenían cinco pulgadas y media ce largo, y su figura era seme- jante a la del buey.” „ La longicutl de los cuernos era de diez y ocho pulgadas ; su forma cilindrica , y su color negro ; el cuerpo era mas redondo que el del buey , y la es- pina del lomo no estaba muy aparente , esto es , muy elevada; de suerte que e¡ cuerpo de este ani- mal se acercaba mucho por su forma al del caba- llo. Los lomos eran musculosos, y las piernas y muslos menos carnosos , y mas finos que los del buey; la gurupa era delgada, y realzada, pero lla- na hacia la cola , como la del caballo; los pies eran ligeros , y chicos , y tenia cada uno dos cascos pun- tiagudos por delante , redondos por los lados , y de color negro ; la cola era de veinte y ocho pul- gadas de largo , incluso el mechón de pelo que te- nia a su extremo.” ,, Todo el cuerpo estaba vestido de un pe- lo corto , y ralo , semejante en el color al del ciervo ; desde el hocico hasta las cejas , tenia unos pelos largos , ásperos y erizados en forma de ce- pillo , que casi rodeaban toda esta parte : desde las astas hasta la cruz , tenia una especie de crin de pelo largo , cuya raiz era blanca , y la punta ne- gra , ó parda ; en el cuello se veia otra banda de pelo largo , que se prolongaba desde los brazos has- ta el pelo hunco del labio iníerior, y en el vien- tre , cerca del ombligo , tenia un mechón muy lar- go ; los parpados estaban poolados de pelo parai- negro , y los ojos rodeados de otros largos muy fuertes, y de color blanco. NOCTULO , nombre de una especie de Mur- ciélago. Vente esta palabra. NOEMBA , nombre del rinoceronte en Java. Vente Rinoceronte. NSOSSI (artículo de la Encydopedia antigua ) „ animal quaárúpedo , que se halla en el Reyno de Congo , y en otras partes de Africa. Es Ue la magnitud de un gato , y de un color ceniciento claro;su frente está armada de des pequeños cuer- nos. Es el mas ciando e inqiñeto de los anima- les ; por lo qual está siempre en movimiento , y esto le impide de beber y pacer tranquilamen- te, áu carne es muy Dueña, y ios iSegros prefie- ren su p'el á toda otra para hacer las cuerdas de sus arcos.” De codas estas facciones indecisas y NUT poco cara ¿tersadas , la unic3 que puede servir de indicación es la de 13 magniruu , ó mas bien de la pequenez de e te quaarupedo que debe ser un cer- vatillo. Véase esta palabra. NUTRIA (la) habita las orillas de los ríos, la- gos , y estanques , que agota de peces. Tiene pal- meados los pies y manos , y por eso nada n as aprisa , que anda t no va á el mar , pero recorre las aguas dulces, sube, 6 baxa los nos á distan- cias consideradles ; otras veces nada entre dos aguas , y después sale a la superficie para respi- rar, porque no pu.de vivir siempre en el agua, y aun se anega , y ahoga , si se hulla cogida en alguna rea , de la qual no pueaa desenre- darse. La nutria tiene los dientes como la fuina , pero mas gruesos y fuer, es , á proporción de su tamaño : su cuerpo ts casi tan largo como el del tejón , solo que las piernas son mucho mas cortas ; la cabeza chata , la quixada inferior mas corta y estrecha que la superior , el cue- llo corto y grueso : la cola gruesa por su ori- gen , y puntiaguda por su extremidad. La parte superior de sa cuerpo es de un color pardo , y lustroso , y la inferior de color blanquecino , y reluciente ; los pies son de un pardo berme- jizo. Este animal tiene dos especies de pelo, un vello corto y suave , y un pelo mas largo , y mas poblado. A falta de peces y cangrejos, Ate. cor- ta las ramas tiernas , y come la corteza de los árboles aquati.es ; come también la yerba nueva por la primavera , y no teme el frió ni la hume- dad. Entra en zelo en el invierno , y pare en el mes de Marzo. Las nutrias cuevas son aun mas feas que las viejas. La cabeza mal hecha , las ore- jas muy baxas , los ojos demasiado pequeños , y cubiertos ; los movimientos toscos , el aspedlo tris- te , toda la figura disforme , é inoble ; un grito que parece maquinal, y que repiten á cada instan- te , todo esto parece que anuncia un animal es- túpido ; sin embargo , la nutria adquiere industria con la edad , y la suficiente para hacer la guer- ra a los peces con gran ventaja. Qiiando puede entrar en un estanque donde hay mucha pesca, hace lo que el hediondo en los gallineros ; mata mu- cho mas que lo que puede comer , y después lleva también la boca llena. No se fabrica domi- cilio alguno , pero vive en el primer agujero que halla , debaxo de las raíces de los alamos y sau- ces, en las hendiduras de las rocas, &c. Pare so- bre una cama hecha de ramitas , y yerbas ; mu- da á menudo de lugar; y lleva, ó dispersa sus hijos al cabo de seis semanas , ó dos meses. El pelo de la nutria no muda ; sin embargo , su piel cogiaa el invierno , es mas parda , y se vende con mas estimación que la cogida el verano, y es de bascante abrigo; su carne se come en ios dias de viernes , y tiene un mal gusto de pescado. Su ha- bitacion está apestada del mal olor de los peces que dexa podrir, y ella misma huele muy mal. Los per- ros la persiguen voluntariamente ,y alcanzan con fa- cih^td quanáo esta le jos de su domicilio , ó del agua ; pero quaudo la agarran se defiende , los muer- NUT muerde cruelmente, y algunas veces con tanta fuer- za , y furor, que los rompe los huesos de las piernas , y es preciso matarla para hacerla solear. El castor , que no es un animal muy fuerte , la persigue , y no la permite habitar en las orillas que él freqiienta. Esta especie, aunque poco numerosa, está gene- ralmente esparcida-’ en Europa , desde Suecia nasta Italia , y verosímilmente se Italia en todos los climas templados , especialmente en los parages donde hay mucha agua. El ^arigaibeyu , ó murió, del Brasil de Marcgrave , parece ser una especie vecina , pero sin embargo diferente , y que noso- tros referiremos en articulo a parte i porque la nutria de ¡a América Septentrional se parece en todo á !a de Europa , y su piel es aun mas bella , y mas negra que la de la nutria de Suecia y Moscovia. pontopidan asegura que la nutria en Norue- 23 se halla igualmente en las aguas saladas , y dulces ; que establece su habitación en unos mon- tones de piedras , de donde las hacen salir ios cazadores imitando su voz con un siivato : anude que solo comen las partes gruesas del pescado, y que una nutria domesticada a quien daban to- dos los dias un poco de leche , traía continuamen- te pe. cado á la casa. Se^un algunas relaciones , hay en Cayena tres especies de nutrias ; la negra , que es muy gran- de , y puede pesar arroba y media , ó dos arro- bas ; la segunda , que es amarillaza , y puede pe- sar veinte , o veinte y cinco libras , y la ter- cera especie mucho mas pequeña , cuyo pelo es pardusco , y solo pesa tres ó quatro liDras. Aña- den que estos animales son muy comunes en la Guayana , á lo largo de todos los ríos , y cena- gales , porque hay allí mucha abundancia de pes- cado •, también van en tropas muy numerosas , son feroces , y no se dexan aproximar ; para cogerlas es necesario sorprenderlas ; tienen ei diente cruel, y se defienden bien de los perros : paren en los agujeros que ellas hacen á la orilla del agua j tam- bién las crian en las casas. Aublet , y Oüvier , aseguran que en la Caye- na , y en el pais de Oyapock , hay nutrias tan grue- sas , que pesan de noventa á cien libras ; que su pelo es muy suave ; pero mas corto que ei del castor ; su color común es de un paruo baxo ; y ademas del pescado comen también los gra- nos que caen en ei agua en las orillas de los ríos. Cazase la nutria no solo por su piel , sino también por lo perjudicial que es para la pesca en los rios y lagos. Se la da caza de varios modos , según la can- tidad de agua en que se halla, si es poca como en arroyos , y riachuelos , los cazadores ( que lo me- nos han de ser cinco) armados de unas varas largas , con dos puntas de hierro á su extremo , se reparten , llevando los perros , por ambos la- dos del rio. Isunca se ha de empezar á rastrear la nutria agua á baxo , sino siempre agua arriba , y mas a baxo del parage donde se cree que puede es- tar, haciendo que los perros la venteen por am- Histma Matinal. Tom. /. NUT i87 bos lados , debaxo de las raíces y troncos , en los quales se tendrá gran cuidado de meter las puntas de la vara para no exponerse á dexarla aíras. Quando ios perros hallan el rastro , es ne- cesario examinar con mucha atención de qué la- do tiene vuelta la cabeza. Es fácil asegurarse de esto por ¡as huchas que estarán impresas en el barro , en uno ú otro parage. Quando se halla estiércol sur o en la orilla del rio , es necesario dársele á oler á los perros , y acariciarlos. Luego que la nutria está levantada, se divi- den lo^ cazadores : dos se colocan á cien pasos mas arriba de ios perros , y se ponen en acecho uno deian.e de otro, en el parage donde el agua csia mas baxu , para apalearla con sus varas. Otros uos permanecen detrás de los perros, igualmen- te en acecho en el sitio mas favorable para su intento , y el quinto ayuda a los perros. De es- te modo cercan la nu.ria } y la cogen entre ellos. En los rios caudalosos se tienden dos grandes, y tuerces redes de malla , de ¡a anchura del rio, y de la altura del aguj, cuyas mallas tengan dos pulgadas en quadro , bien guarnecidas descorcho arnoa , y de plomo abaxo. Las cuerdas de ar- riba, y de abaxo , donde están el corcho , y ei plomo , han de ser bascante largas , para que ten- dida la red pueda un hombre tener los dos ca- bos sin moverla. Es preciso para tender , y usar estas redes , quatro hombres , y han de tender la una en la huella de arriba , y la otra en la de abaxo. Esta operación se hace con silencio , y cui- dando de arrimar á la orilla las redes , de mane- ra que no pueda la nutria hallar hueco por don- de escapar. Luego que están tendidas las redes , los caza- dores armados de escopetas se distribuirán cada uno a su lado , y los perros marcharán todos del lado donde esté la señal de ataque. Los quatro hombres destinados para el ser- vicio de las reues se agarran de dos cuerdas que hay en cada cabo , teniéndolas á una distancia con- Va.ii .lite , para usar de toda su fuerza quando sea necesario maniobrar. Los que tienen las escope- tas se colocan de distancia en distancia , cerca de los renuevos de los árboles , y de lo frondoso de las yerbas , para matar la nutria quando viene á estos sitios á tomar el ayre. Primeramente se hace la señal con el ven- tor , y quando se le ve baxarse , tomar y seguir el viento con ahinco , es necesario contenerle , y excitarle á ladrar ; luego que los demas perros le ven ú oyen, tiran con toda su fuerza para ir á él ; pero no se les ha de soltar hasta que se le ha;,1 a quitado el collar al ventor , lo que" se hace en un instante, y de este modo se arro- jan al agua todos los perros á un tiempo , y van juntos a buscar la nutria , y enredarla en las re- des. En los estanques es suficiente una red so- la colocada en el medio , porque todo lo que puede hacer la nutria , es ir de un cabo del estanque al otro. Si una red es demasiado corta para la an- chura del estanque, se ponen dos, y si no bastasen se tienden en forma de Y griega , la una a una Aa 1 orí- 1 88 NUT orilla , y la otra á la otra ; y en este caso se alar- gan las cuerdas de la abertura de la Y griega : los perros , a fuerza de atormentar la nutria , la obli- gan á entrar en las redes : si se la tira con esco- peta, es preciso cargarla con postas. Este animal tiene madrigueras de distancia en distancia , donde se retira , asi para dormir , co- mo para librarse de sus enemigos. Metese en ellas guando siente que los perros la persiguen, y una vez atrincherada , se detiende con tanto fu- ror , que muerde la nariz y orejas de los per- ros. El partido mas prudente es el hacerlos re- tirar , y tat>ar bien el agujero , el qual nunca tic* NZI ne nías de tres , ó quatro pies de profundidad i después se hace una trinchera para descubrirla , y se la saca con unas tenazas que se le meten en la boca , y luego la ahogan los perros. La uniría se llama en latin lutra, ó lytría , y algunas veces lutris, ó liurix , sin embargo el nom- bre primero parece ser el verdadero , y el que han adoptado la mayor parte de ios Natura- listas. NZfUSI , en Congo es la elveta, Vease esta voz. NZIME en el mismo Continente, ¡dan. O C- OCE OcELOTL 6 TIGRE MEXICANO (el). Es un animal feroz y carnicero , que se acerca a ei ya- guar y al cuguar por la magnitud , y se les ase- meja en la iigura y en el natural. De todos los animales atigrados es el ocelotl el que tiene la piel mas hermosa , mas bien matizada , y superior á la del leopardo en lo vivo de los colores , y en la regularidad del dibuxo ; pero la de la hem- bra los tiene mas débiles , y el dibuxo menos regular , y esta diferencia tan notable es la que ha causado la equivocación de los Naturalistas , que han hecho de este animal dos especies diferentes, a cada una de las quales han dado un nombre particular , indicando la primera con el nombre Mexicano de tlatlaubquiocelotl , y la segunda con el de tlacoxlotl ó tlaloulotl. Quando el ocelotl ha llegado á su entera mag- nitud tiene dos pies y medio de alto , y cerca de quatro pies de largo. La cola , aunque bastante lar- ga , no llega con todo eso al suelo , y por consi- guiente no tiene mas de dos pies de longitud. Es- te animal , aunque muy voraz , es tímido , rara vez acomete á los hombres ; teme los perros , y quando se ve perseguido se mete en los bosques, y trepa á los árboles , en los que vive , duerme y se pone para espiar la caza ó ganado , sobre el qual se arroja quando halla ocasión ; prefiere la sangre á la carne , y por esta razón destruye un gran numero de animales , y en lugar de hartarse devorándolos , no hace mas que apagar su sed chu- pándoles la sangre. En el estado de servidumbre conserva aun sus propiedades ; nada puede suavizar su natural feroz, y es preciso tenerle siempre enjaulado. E! macho y hembra se fufan como nuestros gatos domésti- cos , reynando una superioridad singular de la par- te del macho ; pues por mucha hambre que ten- gan , la hembra no osa coger nada sin que el ma- cho esté satisfecho , y la dexe lo que no quiere. No comen ninguna carne cocida ni salada : y las hembras paren comunmente dos cachorros. Dampier habla de este animal con el nombre de gato tigre , en los términos siguientes. „ El ga- to tigre de la bahia de Campeche , es del tamaño de nuestros alanos : tiene las piernas cortas , el cuerpo recogido , casi como el de un mastín , pe- ro en todo lo demas , esto es , en la cabeza , el pelo , y en el modo de acechar la presa , se pare- ce mucho al tigre (yaguar) excepto que no es tan grueso : hay aqui una infinidad de ellos , que de- voran los terneros , y aniquilan la caza , de la que hay mucha abundancia , y por eso son menos te- mibles , porque no carecen de pasto. Estos anima- les tienen el aspeólo altivo , y el mirar feroz.“ El ocelotl es el tlalocelotl , catas pardas Mexicanas de Hernández ; pardalis de Linneo , gato tigre de Dampier. OCOROMO del país de los Moxos. Anima! car- nicero , que parece un cuguar. Vean Cuguar. I ONC OHUA (el) de los Tártaros Mongues. Es el ran. Vease esta palabra. ONAGRO (el) ó asno montes. No se diferencia del doméstico sino en los atributos de la indepen- dencia y de la libertad : es mas fuerce y mas .lige- ro ; tiene mas valor y viveza , pero es el mismo en la forma del cuerpo , solo que tiene el pelo mas largo. Su cuero es también mas duro , y aseguran que está cubierto de pequeños tubérculos , y que con él hacen en el Levante el cuero duro y gra- nudo llamado sagri , que nosotros decimos \apa. Hallase gran numero de estos animales en la Tartaria Oriental y Meridional , en Persia , en Si- ria , en las islas del Archipiélago , y en toda la Mauritania. Por lo demas asease el artículo Asno. ONCAS (el) de la antigua Encyclopedia. Es ei duco. P'ease Duco. ONDATRA (la). Es del tamaño de un conejo chico , y de la forma de una rata : tiene la cabeza corta , y semejante á la de la rata de agua i el pe- lo lustroso y suave , con un vello muy espeso de- baxo del primer pelo ; su cola es larga , y cubierta de pequeñas escamas , muy plana , desde el medio hasta el extremo , y un poco mas redonda por su origen. Los dos planos de ella no son horizontales sino verticales , de suerte , que parece que ha es- tado apretada y comprimida por toda su longitud: los dedos de los pies no están palmeados, sino po- blados de pelo bascante espeso , que suple en par- te el efedro de la membrana , y da al animal mas facilidad para nadar. Tiene las orejas muy cortas, y bien cubiertas de pelo por fiiera y dentro ; los ojos grandes , y de tres lineas de abertura ; dos dientes incisivos de cerca de una pulgada de largo en la quixada inferior , y otros dos mas cortos en la superior ; estos quatro dientes son muy fuertes, y las sirven para roer y cortar la madera. La ondatra puede , contrayendo su pellejo , es- trechar el cuerpo , y reducirle a un volumen mas chico ; y tiene tan flexibles las costillas falsas , que pasa por parages por donde animales mucho mas pequeños que ella no pueden entrar. Quando están en zelo tienen los testículos muy gordos para un animal tan pequeño ; pero asi éstos , como todas las demas partes de la generación , se esconden ca- si enteramente pasado este tiempo. Próximo á es- tas partes tiene unas bolsitas ó membranas que con- tienen un almizcle ó perfume , baxo la forma de un humor ladeo : estas bolsitas son igualmente muy gordas é hinchadas , su olor es muy subido, y se percibe á larga distancia quando andan en ze- lo , pasado el qual se disminuyen , y aun ocultan totalmente. La uretra en la hembra llega 3 una emi- nencia vellosa , situada sobre el hueso pubis , y tiene un horificio particular. Aunque diferente del castor en el tamaño, y en la forma de la cola , se semeja á él por mu- chas miras , y en especial por el natural é instinto. Los Indios dicen que son hermanos , pero que el castor es el mayor , y tiene mas instinto. En efec- 190 OND efecto , como los castores y las ondatras viven en sociedad durante el invierno ; hacen unas pequeñas cabañas de cerca de dos pies y medio de aiametro, v algunas vcc s mayores , donde se juntan varias familias para precaverse dei frío •> éstas son redon- da. , y están cubiertas de una media naranja de''un pie de grueso : las yerbas , los juncos enlazados, y mezclados con tierra gredosj , que eiios amasan con ios pies , son sus materiales ; su construcción es impenetrable á la lluvia. Por dentro hacen una gradería para guarecerse de las inundaciones ; es- tas cabanas están cubiertas en el invierno de varios pies de nieve y yelo , sin tiue a estos animales ks incomode. - No hacen provisiones , pero fabrican pozos y minas debaxo y a la entrada de su habitación ; asi pasan tristemente el invierno , privadas , durante es:a estación , de la luz dei sol. Los cazadores lue- go que liega ¡a primavera , y empieza a deshacer- se Ja nieve , y descubrirse las habitaciones de las ondatras , van v las deshacen la cupula para deslum- brarlas con la luz del dia , macando y cogiendo todas aquellas que no pudieron refugiarse i sus mi- nas ó subterráneos, que son su ultimo asilo , y has- ta donde ias persiguen por su piel , que es muy preciosa , y su carne de buen comer. Las que escapan abandonan sus habitaciones des- de este tiempo , y andan errantes todo, el verano, pero siempre dos á dos ; por ser el tiempo en que entran en zelo : se alimentan de yerbas , y se nu- tren grandemente con las nuevas producciones de la tierra ; la tela crasa se extiende , se aumen- ta , y engruesa por la superabundancia de este buen alimento » las bolsitas se renuevan y se lle- nan , y las partes de la generación se desarrugan ó hinchan , y entonces es quando estos animales tienen un olor de almizcle can fuerte , que es insu- frible. Lste olor , aunque suave para los Europeos, desagrada canco a los Indios , que han dado el nom- bre de hediondo a un rio en cuyas orillas habican estas ratas , a quienes también llaman ratas hedion- das. . Las hembras producen una vez al año , y cin- co ó seis cachorros en cada camada. Su preñado es corto , pues entrando en zelo á principios del ve- rano , a Octubre ya son grandes los hijuelos , y siguen á sus padres a la cabaña, que construyen de nuevo todos los anos ; porque nunca vuelven a sus antiguas habitaciones. Su voz es una especie de gemido , que los ca- zadores imitan para atraerlas y cazarlas. La onda- tra no nada tan velozmente, ni tan largo tiempo como el castor : sale inas amenudo a tierra ; no corre bien , y anda todavía mas mal , meneándose casi como los gansos. Su piel conserva un olor de almizcle, por lo qual no se usa para fonos , pe- ro el segundo pelo ó vello es excelente para som- breros. , Estos animales, no son feroces , y cogidos chi- cos se pueden domesticar fácilmente ; también son muy hermosos en la primera edad , porque su. co- la , cuya longitud , y desnudez , hace su figura de- sagradable , es entonces muy certa, juegan mucho, y con tanta agilidad como los gatos pequeños ; y si su olor. no. fuese incómodo , se les «mantendria ÜNZ voluntariamente en las casas. La caña aromática es la planta con que se alimenta la ondatra mas comun- mente. Este animal es paiticular á el Canadá , y no se le ha de contundir con el desmán , ni tam- poco con el ¡¡Horró rata almizclada de ias Antillas. Vcasc Desmán y Piiotu. ONZA (la). Es un animal carnicero , conocido de los antiguos por el nombre de pantera pequeña, y efectivamente es mucho mas chica que ella , pues su cuerpo no tiene mas de tres pies y medio de largo : no obstante , su pelo es mas largo que el de la pantera , como también la cola , Ja quai tie- ne tres pies , y algunas veces mas. El fondo del pelo es de un pardo blanquecino por el lomo y la- dos del cuerpo , y de un pardo mas blanco aun por el vientre . ias manchas son casi de la misma forma y tamaño que las de la pancera. La unza se domestica fácilmente , y se la adies- tra para la caza : en Persia , y en otras varias provincias del Asia , se sirven de ella para este uso. Las hay tan pequeñas , que un hombre á ca- ballo puede llevarlas en la grupa , y son tan man- sas que se dexan tocar y acariciar con la mano. La causa de que se sirvan de este animal para la caza en los climas calidos de Asia , es porque los perros son muy raros , y solo hay , por decir- lo asi , los que se transportan , y aun pierden en poco tiempo su ladrido é instinto. Einajtnente , la onza no tiene el olfato tan fino como el perro , ni sigue las reses por el rastro , ni tampoco pudiera alcanzarlas en una carrera seguida i caza solo con la vista , y no hace mas , por decirlo asi , que lanzarse y arrojarse sobre la caza : salta con canta ligereza , que salva fácilmente un foso ó tapia de varios pies de altura ; sube amenudo á los arboles para esperar al paso los animales , y se dexa caer encima : este modo de coger la presa es también común á la pantera y al leopardo. Tavernier describe esta caza. „ Un hombre á caballo , dice , la lleva a las ancas , y quando ve alguna gazela la hace apear , y es tan ligera , que de tres saltos se pone encima de su cuello , aun- que la gazela corra con una ligereza increible. La onza la degüella al instante con sus agudos dientes-, pero si por desgracia yerra el golpe , y !a g-ze!a se escapa , queda avergonzada y confusa , y en es- ta ocasión la podría coger un niño sin que se de- íend¡ese.“ „ Para las monterías , dice Chardin , se sirven de animales feroces , adiestrados para esce fin , co- mo icones , leopardos , tigres , panteras y unzan los Persas llaman a estas ultimas youzzf. No hacen mal á los hombres ; y los cazadores las llevan á la grupa de los caballos en que van montados , ata- das con una cadena , y vendadas los ojos con un casquete o capuz : el cazador que la lleva permane- ce en espera de las reses , que ojean y hacen pasar por delante y lo mas cerca que se puede de ¡a onzas quando el cazador percibe lares, destapa los ojos , y la Vuelve la cabeza hacia la parce por donde va; lue- go que la ve la onza da un grito , corre á saltos , se arroja encima y la derriba ; si la yerra se amilana, y para consolarla la acarician. ... Yo he visto está caza en Hircania , donde hay fieras de estas adies- tradas , las que. cazan con suma destreza , ai ras- tran- OPA erándose de vientre á lo largo de los sotos y ma- torrales , hasta que están cerca de la presa ¡ y en- tonces se arrojan encimad' La especie de la onxa parece que es mas nume- rosa , y mas esparcida que la de la pantera : halla- se muy comunmente en Berbería , en Arabia , y en todas las partes Meridionales del Asia , a ex- cepción de Egipto. También se ha extendido has- ta la China , donde la llaman himtnyao. Los man- guiteros llaman á su piel , piel de tigre Africano. OVASSVM (el) ae Laei. Es el didelfo, b'ease Didelfo. CTHíON. En la antigua Grecia era verosímil- mente el musimon. Véase Musimos;. opüSsvm. Nombre baxo del qual muchos Au- tores nombran al didelfo, focase Didelfo. ORANGUTANG (el). Es la primera especie de mono sin cola , y el que tiene mas semejanza ex- terior y física con el hombre : su rostro es cha- to , desnudo y atezado ; las orejas , las manos, los pies , el pecho y el vientre también desnudos; en la cabeza tiene pelo que le baxa por ambos la- dos de las sienes , a manera de cabellera ; la espal- da y lomos cubiertos de pelo , aunque en corta cantidad : es el único de todos ios monos que no tiene bolsas en los carrillos , ni callos en las asen- taderas , y el solo que como el hombre las tiene carnosas , y pantorrillas en las piernas , y por con- siguiente el mas bien formado de todos para andar en dos pies ; pero como los dedos de éstos son muy largos , sienta el talón con mas dificultad que el hombre : corre mas fácilmente que anda , y si se quisiese hacerle andar largo tiempo y con facili- dad , sería preciso ponerle unos talones artificiales mas altos que los tacones de nuestros zapatos. Se diferencia del hombre en lo exterior por I3 nariz , que no es alta ; por la frente que es de- masiado calzada ; por la barba , que no está eleva- da por abaxo ; sus orejas son , á proporción de su cabeza , demasiado grandes ; los ojos muy inme- diatos uno á otro ; el intervalo entre la nariz y la boca demasiado ancho ; los muslos relativamente muy cortos, los brazos demasiado largos, los pul- gares muy pequeños ; las palmas de las manos lar- gas y estrechas ; los pies mas semejantes á las ma- nos que á los pies humanos ; sus partes ge- nitales difieren poco de las del hombre, y las de la hembra son en lo exterior muy parecidas á las de la rnuger. En lo interior difiere este mono del hombre en el numero de costillas : el hombre no tiene mas de doce , y el orangutang trece : tam- bién tiene las vertebras del cuello mas cortas , los huesos del vacio mas estrechos , las caderas mas llanas , y las órbitas de los ojos mas hundidas ; no tiene apophysis espinosa en la primera vertebra del cuello ; los riñones son mas redondos que los del hombre , y les ureteres tienen una forma diferen- te , como también la vexiga y vexiguilla de la hiel, que son mas estrechas y largas que las del hombre. Tedas las demas partes del cuerpo , de la cabeza y de los miembros, son perf.étamente semejantes á las del hombre. De esta conformación igual , resulta la seme- janza de sus movimientos. El orangutang , copia tan perfectamente las acciones del homore , que ORA 1 c) 1 los Indios merecen disculpa de haberle asociado á la especie humana por el nombre de ora.giuang, {hombre s'tlve sin) que le han dado. Se han visto al- gunos animales de estos sentarse a la mesa , usar la servilleta, el cuchillo , la cachara y el tenedor como los convidados , echarse de beber en un va- so , chocarle con los de los convidados , cogtr una taza y un platillo , y echar azúcar y té , y de- xarle enfriar para bebcrle ; pasearse gravemente con las personas qne iban a visitarlos , darlas la mano para conducirlas , hacer su cama , y acostar- se poniendo la cabeza sobre la almona-da , y arro- parse con la colcha ; sangrarse y medicinarse quan- do estaban malos , y últimamente aseguran que tie- nen pudor , y que quando los miran, tapan con las manos las partes que ¡a modestia proh.be enseñar. Estes animales tienen el aspecto trisce , el pa- so sentado , el natural manso , y muy diverso del de los demas monos. Cogidos chicos se domesti- can fácilmente , y para hacerlos obedecer no es menester mas que Ja sena , ó la voz del amo. Los emplean en diferentes trabajos domésticos , como en andar el asador , en macnacar en el almirez , en enjuagar los vasos , en aar de beoer , en ir á bus- car agua al rio con cantaros pequeños , que ellos traen llenos sobre la cabeza ; pero quando llegan á la puerta de la casa , si no se les toman los cán- taros , al instante los dexan caer , y viendo el cántaro roto y el agua vertida , se ponen a gritar y á llorar. Comen casi de todo , pero prefieren las fru- tas maduras , y secas á todo otro alimento , y la leche , y otras bebidas dulces al vino. En el esta- do de libertad , quando carecen de frutas , van a la orilla del mar, donde cogen ostras, cangrejos, &c. Para que la ostra no les coja la mano cerrándose, la echan una piedra dentro para mantenerla abier- ta , y comerla sin rezelo. Ellos se construyen sus cabañas con ramas en- lazadas unas con otras : tienen una fuerza prodigio- sa ; hacen la guerra al elefante , y le echan de sus bosques ; acometen asimismo á los Negros , y los obligan á reñir con ellos : muchas veces se les ha visto llevarse á los árboles n.ños de siete á ocho años , que ha costado un trabajo increíble quitárse- los. También son muy apasionados de las mugeres, y procuran sorprender las Negras , que ellos con- servan y mantienen muy bien. Los Negros creen que es una nación extrangera que se ha estableci- do en su país , y que si no hablan es por miedo de que no les hagan trabajar. En la especie del orangutang se conocen dos variedades : la primera , que los Negros llaman Jongo , casi de la estatura del hombre , pero mas fuerte : la segunda , que nombran juco , es mucho mas pequeña. La especie está esparcida en todas las partes Meridionales del Africa , y de la India Orien- tal. Eattel dice , hablando del fongo , que es en to- das sus proporciones semejante al hombre , pero que es mayor , y casi como un gigante : que tiene el rostro como el hombre , los ojos hundidos , los cabellos largos á los lados de la cabeza , la cara desnuda y sin pelo , como también las orejas y las manos ; el cuerpo muy poco velioso , y que solo i9'2 ORA solo se diferencia del hombre en lo exterior por las piernas , que no tienen casi pantorrilla ; qne sin embargo anda siempre de pie , que duerme en los árboles , y se construye una cabana para liber- tarse de la intemperie \ que vive de frutas , y no come carne ; que aunque tiene mas entendimiento quedos demás animales, no puede hablar; que quan- do los Negros hacen lumbre en los bosques , van los pongos , se sientan al rededor y se cal: entan, pero que no tienen bascante discurso para mantener el luego echándole leña ; que van en compañía, y matan algunas veces Negros en los parages soli- tarios , que acometen también al elefante , y le echan de sus bosques á palos ; que no se les pue- de coger sino quando son pequeños , porque diez hombres no bastarían para domar uno solo ; que la madre lleva á sus hijos andando de pie , y ellos se agarran a su cuerpo con las manos y las rodülas. El mismo Autor llama enjoco á la especie menor de este animal. M. de la Urrsse, en su viage á la costa de An- gola , dice haber conocido en Lowango una Ne- gra robada por estos animales , la qual había vivi- do tres años con ellos , y siempre muy bien trata- da. Su tamaño , continúa el mismo Autor , es de seis a siete pies de alto , y tienen una fuerza sin igual. Hacen cabañas , y se sirven de palos, para defenderse : tienen la cara chata , la nariz roma y ancha , las orejas planas sin rodete , el pellejo un poco mas claro que el de un mulato , con. un pelo largo y ralo en varias partes de el ; el vientre muy extendido , los talones llanos , y altos de cerca de media pulgada por detras ; andan en dos pies , y en quatro quando quieren. Nosotros compramos dos pequeños , añade este viagero , un macho y una hembra. . . . Los llevamos a bordo , y quan- do estaban á la mesa se hacían entender de lo» pa- ges de escoba , quando tenían necesidad de alguna cosa , y quando estos no querían darlos lo que pe- dían se enfurecían , los agarraban los brazos , los mordían y los echaban á el suelo. ... El macho ca- yó malo en la bahia , y se hacia cuidar como á una persona ; también se le sangró dos veces del brazo derecho. Siempre que se hallaba después al- go desazonado , mostraba el brazo para que le sangrasen , como si hubiese sabido que esto le ha- bía hecho provecho. Según la relación de Henrique Gross , „se ha- llan animales de estos hacia e! Norte de Corom'an- del , en las selvas del dominio del Rey de Canu- te ; regalaron un macho y una hembra á M. Home Gobernador de Bombai , los quales apenas tenían dos pies de alto ; pero sil figura era enteramente humana : andaban en dos pies , y su color era un blanco pálido , sin mas pelo en todo su cuerpo que en los parages donde nosotros lo tenemos co- munmente.‘c „ Sus acciones , continúa este viagero , eran muy semejantes a las humanas, y su melancolía manifestaba que sentían mucho su cautiverio. Ha- cían su cama con cuidado en la jaula en que habían sido enviados á la embarcación ; quando los mira- ban se tapaban con las manos. La hembra murió de enfermedad en el navio , y el macho , dando todas las muestras de un profundo dolor , sintió ORC tan de corazón la muerte de su compañera, que u» queriendo comer solo la sobrtvió dos uias.“ Francisco Pirard refiere , „ que en la provincia de Siena Leona , se halla una especie de animales llamados taris , que son grandes y membrudos, los quales tienen tal industria , que si los mantie- nen é instruyen quando chicos , sirven como una persona ; que andan en dos pies , que machacan en los morteros lo que les dan , y van a buscar agua al rio , &c. „ Yo he visto en Jaba, dice Guac, un mono muy extraordinario , era una hembra ; tenia una estatura gratule , y andaba muy derecha en dos pies , y entonces tapaba con una mano sus partes púdicas. Tenia el rostro sin mas pelo que el de las cejas , y se parecía bastante en lo general á los ros- tros grotescos de las mugues Ütentotas que vi en el Cabo : hacia todos los dias su cama con aseo, se acostaba y tapaba con una manta. . . . Quando la dolía la cabeza se apretaba un pañuelo en ella, y era gusto el verla de este modo en la cama. Podría referir otras diversas cosas que parecerían muy singu- lares. . . . Murió a la altura del Cabo de Buena Es- peranza, en el navio en que yo estaba. Es cierto, que la figura de esta mona se parecía mucho á la dd hombre , &c. „ En las costas del rio de Gambia dice Froger, son los monos mayores y mas malos que en ningún parage del Africa : los Negros los temen , y no pue .en ir solos al campo , sin peligro de ser aco- metidos por estos animales , quienes los dan de palos , y los obligan á reñir con el!ós.“ Bien se ve , como ya hemos dicho , que hay en esta especie de mono con figura humana , dos razas muy diferentes en el tamaño : k del joco ó pequeño orangutang , que no tiene mas de tres ó quatro pies de alto , y la del pongo , cuyo tamaño llega y pasa de seis pies. El joco se ha visto varias veces en Europa ; pero no se ha visto aun el pon- go. Todo lo que se conoce de él es una mano que traxeron á Olanda , cuya figura ha hecho grabar M. Allamant : las proporciones de ella son en efec- to 'tan gigantescas, que hacen creer todo lo que los Viageros nos refieren sobre la estatura y fuerza prodigiosa de este animal. ORCA ó URCA (la). Es un cetáceo de media- na magnitud , pero que se hace temible aun á las mayores ballenas por su ferocidad , por su fuerza, y su agilidad en el combate , y por los dientes cortantes de que está armada su ancha boca. La urca no tiene mas de quince á diez y seis pies de largo , y se parece tanto á la marsopa , asi en lo interior , como en lo exterior , que podria mirarse como una especie de marsopa muy grande, ó como la primera emre ¡a de los cetáceos peque- ños , marsopas y delfines. La urca tiene como todos estos animales mari- nos , un conducto para respirar el ayre , y arro- jar el agua : sus dientes son anchos , y puntiagu- dos ; muerde á la ballena , y la hace bramar y huir á las costas , lo qual es muy favorable á los pescadores , y por eso impiden quanio pueden que hieran y maten a las urcas. ORINAL (el). Nombre que dan al elan en el Norte de la América. Vease Eian. ORIX ORT ORIX , de Aristóteles. Véase Unicornio. OKTOHUA , de la nueva España , parece que es lo mismo que el Zorrillo. Vease esta voz. OSO (el). Es un animal montaraz y solitario, que huye por instinto toda sociedad ; se aleja de los parages habitados por los hombres , y solo se halla á su libertad en los lugares mas incultos. Una caverna antigua , fabricada por la naturaleza en las rocas mas inaccesibles , una gruta formada por el tiempo en el tronco de algún árbol , y en lo mas espeso de los montes , son sus mas freqüentes do- micilios. El oso tiene los sentidos de la vista , del oido y del tado muy buenos , aunque sus ojos son demasiado pequeños relativamente á su tamaño, las orejas cortas , la piel gruesa , y el pelo muy espeso : tiene el olfato excelente , y tal vez mas fino que otro animal alguno , porque la superficie interior de este órgano se halla sumamente exten- dida : edentanse en ql quatro hileras de planos de hojas huesosas , separadas unas de otras por otros tres pianos perpendiculares, lo qual multiplica pro- digiosamente las superficies propias para recibir las impresiones de los olores. Las piernas y los brazos son carnosos como los del hombre : el hueso del talón corto , el que for- ma una parte de la planta del pie , cinco dedos opuestos al talón en los pies , los huesos del car- po iguales en las manos , pero el pulgar está uni- do , y el dedo mas gordo está hacia fuera , en lu- gar que en la del hombre está hacia dentro ; sus dedos son gordos , cortos , y apretados unos con otros , asi en las manos como en los pies ; las uñas negras , y de una substancia omogenea muy dura : golpea con sus puños como el hombre con los suyos. Su voz es un murmullo ó susurro fuerte , mezclado muchas veces con un temblor de dientes , que hace especialmente quando le ir- ritan : es muy susceptible de cólera , y ésta tiene siempre algo de furor , y algunas veces de locura. Están en zelo en el mes de Junio : dicen que la hembra es mas ardiente que el macho ; que se echa en el suelo para recibirle, que le abraza estre- chamente , y le tiene asi largo tiempo , &c. Pero estos hechos están desmentidos por la experiencia, y lo que es cierto es que se juntan como los de- mas quadrúpedos. La osa pare en el invierno , y produce uno, dos , tres , quatro , y nunca mas de cinco cachor- ros : los prepara una cama de musco y yerbas en el fondo de su cueva , y los ateta hasta que pue- den salir con ella. No nacen imperfeólos como han dicho los antiguos ; al contrario , tienen una figura hermosa , y los ojos cerrados por espa- cio de quacro semanas. Estos animales viven mas de treinta años , y pueden engendrar hasta esta edad. Los cachorros se hallan en estado de seguir á la madre por la primavera •, ésta tiene un amor tan excesivo a sus hijos, que quando está parida es mas feroz y peligrosa que el macho ; combate, y se expone á todo riesgo por salvarlos. El macho y la hembra no habitan juntos ; ca- da uno tiene su domicilio separado , y aun muy apartado : quando no pueden hallar una gruta para vivir, cortan y recogen ramas para hacerse una ca- Histoña Natural. Tnm. I. OSO 193 baña , que cubren con yerbas y hojas , de tal ma« ñera que no puede penetrar el agua : allí se retira el oso solo , pasa una parte del invierno sin provi- siones , y sin salir por espacio de varias semanas. Sin embargo , no está entumecido , ni privado de sensación como el lirón ó la marmota ; pero co- mo escá naturalmente gordo , y mucho mas á fines del otoño , tiempo en que él se esconde , esta abundancia de gordura le hace sufrir la abstinencia, y solo sale de su choza quando está hambriento. Algunos pretenden que los machos no salen de su retiro hasta pasados quarenta dias ; pero que las hembras permanecen escondidas quatro meses. Aun- que esten excesivamente gordas , quando están pre- ñadas, que esten vestidas de un pelo muy espeso, duerman la mayor parte del tiempo sin darse movi- miento alguno , y por consiguiente pierdan muy poco por la transpiración , sin embargo , no es verosí- mil que esten tan largo tiempo sin tomar ningún alimento : ¿y si es cierto que la necesidad obliga á los machos á salir al cabo de quarenta dias , no es natural imaginar que las hembras no se hallen precisadas á lo mismo ; mas , quando después de ha- ber parido , y criando sus hijuelos, se hallan mu- cho mas débiles ? La cantidad de gordo de que está cargado el oso le hace muy ligero para nadar, y por eso atraviesa sin fatiga Jos rios y los lagos. En el otoño , quando están bien gordos , no tie- nen casi fuerza para andar , ó á lo menos no pue- den correr tan aprisa como un hombre. Algunas veces tienen diez dedos de gordo en las costillas, y en los muslos ; la parte inferior de sus pies es gruesa é hinchada ; quando se le corta , sale un xu- go blanco y lechoso : esta parte parece que se compone de pequeñas glándulas , que son como pezones , y esta e¿ la causa porque en el invierno en su retiro chupan continuamente sus pies. El oso aprende á tenerse de pie , á gesticular y baylarj también parece que escucha el son de los instru- mentos , y sigue toscamente el compás ; pero pa- ra daile esta especie de educación , es necesario co- gerle cachorrillo , y oprimirle durante toda su vi<- da ; aunque parezca manso para con su amo y obe- diente, es preaiso siempre desconfiarse de él , y tratarle con circunspección , sin tocarle ni cascarle en la punta de la nariz , ni en las parces de la ge- neración. El oso que tiene edad no se domestica ni se su- jeta i es naturalmente intrépido , ó á lo menos in- diferente al peligro. El oso silvestre no se desvia de su camino , ni huye el aspeólo del hombre 1 sin embargo , se dice que con un silvido se le sor- prende y admira de tal modo , que se para y le- vanta en dos pies , y esta es la ocasión de tirarle y de matarle ; pero si solo queda herido , viene con furia al cazador , y abrazándole con las manos le ahogaria si no le socorriesen los compañeros. La especie del oso contiene muchas variedades : los hay blancos , negros , pardos , y mezclados de pardo y blanco : baxo la denominación de osos pardos se comprehenden los que son pardos , leonados , 10- xos v bermejizos 1 y por la de osos negros los que son negruzcos , ó totalmente negros. Llatnanse osos dorados los que tienen tintas claras y vivas de leo- nado : también difieren entre sí por el tamaño , y Bb aun 1 9-f OS aun parece que deben considerarse el oso negro y pardo como dos especies separadas , porque no tie- nen ni las mismas inclinaciones , ni los mismos de- seos naturales. El oso negro es mayor que los demas , y aun- que es feroz , rehúsa constantemente el comer car- ne. Se mantiene de hormigas , frutas y raices ; pe- ro sus manjares mas apreciables son la miel y la leche , y quando los encuentra , se dexana antes matar que soltar la presa. Los que se hallan en la Luisiana , son también muy golosos del fruto de la Guayaca, ¡a ; suben á estos árboles , y se po- nen a caballo en una rama , agarrándose á ella con una pata , y sirviéndose de la otra para doblar las ramas , y acercar la fruta : salen también amenu- do de los bosques para ir a las habitaciones a co- mer batatas y maíz. El oso pardo es feroz y carnicero devora los animales vivos , come las inmundicias mas infectas, y el macho no perdona tampoco a sus mismos hi- jos quando los encuentra en el nido. Los osos blancos terrestres , que no se deben confundir con el oso marítimo , llamado comunmente oso blanco ú oso del mar Glacial , se hallan en la gran Tartaria , en Moscovia , en Lituania , y en las demas provincias del Norte. No es el rigor del clima el que blanquea a estos animales en el invier- no , sino que ellos nacen blancos , y permanecen lo mismo en todos tiempos. El oso negro solo se encuentra en gran numero en las selvas de los p.iises Septentrionales de Euro- pa y de America ; en otras partes es muy raro, pero se hallan osos pardos ó roxos en los climas trios y templados , y aun en las regiones del Me- dio día. También los hay en los Alpes , en la Chi- na , en ei Japón , en Araoia , en Egypco , y has- ta en ¡as islas de jaba. Como estos animales no gustan sino de los paises desiertos, escarpados ó cubiertos , se encuen- tran pocos en los reynos bien poblados , ni en las tierras bien cubiertas y cultivadas , y asi ni los hay en Francia ni en Inglaterra , a no ser que haya al- guno en los montes menos frequentados. Los osos se cazan y cogen de vatios modos , y dicen que el menos peligroso es el de emborrachar- los , echando aguardiente en la miel , que les gusta mucho , y buscan en los troncos de los arboies. En la Luisiana , y en el Canadá , donde los esos negros son muy comunes , y donde no viven en cuevas sino en los troncos huecos de los árbo- les , se les coge pegando fuego a sus casas : como suben muy fácilmente a los árboles , rara vez se establecen a raíz del suelo , y algunas veces están á treinta , y quarenta pks de altura. Si los cazado- res encuentran alguna hembra con sns hijos , ella baxa primero , y la matan antes que llegue a tier- ra ; los hijos baxan después , y los cogen echán- dolos una cuerda al cuello , y se los llevan para criarlos ó para comerlos , porque la carne de los cachorros es delicada y buena ; la de los grandes no lo es tanto , por estar mezclada con un gordo aceytoso ; los pies , cttya substancia es muy firme, pueden mirarse como un manjar delicado. La cazade los osos , sin ser peligrosa , es muy útil , quando se hace con algún éxito : su piel es la OSO que tiene mayor precio entre todas las pieles tos- cas , y la cantidad de aceyte que se saca de un oso solo es muy considerable. Primeramente se pone á cocer en una caldera la carne y el gordo juntos , éste se separa y puri- fica , echando quando está derretido y muy callen- te , bastante porción de sal y agua , por asper- sión ; con lo que se inflama y levanta un humo es- peso , que lleva consigo el mal olor del gordo: sosegado el humo , y el gordo o manteca ti- bia se echa en una vasija , donde se la dexa reposar ocho ó diez días , al cabo de los quales se ve nadar encima un aceyte claro , que se saca con una cuchara , y es tan bueno como el mejor de aceyttina , y sirve para los mismos usos. Debaxo se halla una manteca tan blanca, aunque un poco mas blanda que la de puerco ; sirve para guisar, y no tiene ningún gusto desagradable , ni mal olor. Esta manteca no se congela sino quando hace mucho frío , entonces esta toda en grumos , tie- ne una blancura que deslumbra , y se come con pan como manteca de vacas. Nuestros drogueros no tienen aceyte de oso , pero hacen venir de los Alpes y del Canadá , manteca o unto que no está purificado. También dicen , que para que la man- teca de oso sea buena, es necesario que sea cenicien- ta , pegajosa y de mal olor ; y que la que es de- masiado blanca está adulterada y mezclada con se- bo. De un oso solo se sacan algunas veces mas de ciento y veinte vasijas de grasa ó unto , del quaJ se sirven con buen éxito , como de tópico para las hernias , reumatismos , y otros males de esta naturaleza. Oso blanco marítimo. En las tierras mas Sep- tentrionales , y en las inmediaciones del mar Gla- cial , se halla una especie de osos blancos , que son enteramente diferentes de los de tierra , y de monte de los que acabamos de hablar. Tienen la cabeza larga , semejante á la de un perro , y el cuello también largo ; el extremo de sus pies es casi como el de los perros grandes u otros ani- males carniceros de este genero ; ladran casi co- mo los perros roncos •, tienen el hocico , la na- riz y las uñas negras ; su pelo es largo , y tan suave como la lana; ¡os huesos de la cabeza son tan duros , que aunque se les dé en ella c^n una ma- za , cuyo golpe pudiera matar á un buey , no pa- rece que los aturde. También son mas ágiles , mas sueltos , y mu- cho mayores que nuestros osos de monte. Devo- ran los renos y demas animales que pueden coger; acometen a los hombres , y desencierran los caua- veres , y quando carecen de presa en la tierra se arrojan al agua para coger las focas y vacas mari- nas nuevas, ó los ballenatos ; se ponen sobre los velos para esperarlos , y desde donde los ven venir ; é ínterin que este puesto les produce una subsistencia abundante , no le abandonan , de suer- te , que quando los yelos empiezan á deshacerse por la primavera , se dexan llevar , y viajan con ellos; y como no pueden volver á tierra, ni tam- poco abandonar por largo tiempo el tablón de ye- io sobre que están embarcados , perecen en alta mar ; y los que llegan con estos yelos á las cos- tas de Irlanda y de Noruega , vienen tan ham- brkn- oso brientos , que se arrojan sobre codo lo que encuen- tran para devorarlo. Su presa mas común son las focas , que no tie- nen bastante fuerza para resistirlos , pero las vacas marinas , á quienes ellos hurtan algunas veces sus hijos , los hieren con sus colmillos , y los ponen en fuga. Lo mismo sucede con las ballenas ; éstas los aporrean y echan de los parages que habitan , y ellos sin embargo roban , y devoran amenudo sus ballenatos. Lstos osos rio son anfibios , como algu- nos Autores han pretendido ; no pueden nadar si- no un corto tiempo , ni andar de seguido un espa- cio de mas de una legua : sigílenlos con una cha- lupa hasta que los cansan , y si pudieran pasarse sin respirar , se zabullirían para descansar en el fondo del agua v pero si se zabullen , solo es por algunos instantes , y temerosos de ahogarse se de- xan matar á la flor del agua. Como viven de animales cargados de aceyte, tienen también mas graso que los osos de tierra , y es casi semejante á el de la ballena. Dicen que su carne no es mala de comer , y su piel es un vesti- do muy cálido y durable. El oso en latín es itrsus , y no tiene otra deno- minación enere los ¿oologistas. Oso marino. De codos los animales del genero de las focas , el oso mmno parece que es el que hace mayores viages : su temperamento no está so- metido , ó se acomoda a la influencia de todos los climas : hallase en codos los mares , y al rededor de las isla, poco freqiientadas ; se encuentran ma- nadas numerosas de ellos en el mar de Kuints. hac- ha , y en las islas desiertas que hay entre el Asia y la América. Estos animales por el mes de Junio dexan las costas de Kamtscnacka , y vuelven a ellas á hnes c¡e Agosto, o principios de Setiembre, pa- ra pasar el ocono y el invierno : el tiempo de su punida es quando las hembras estau próximas a pa- rir , y parece que el objeto del viage de estos animales es el de alejarse lo mas que pueden de toda útrra haoitada , para parir tranquilamente, y entregarse después sin turbación a los gustos amo- rosos ; porque las hembras entran en zelo uu mes después de haber parido. Todos están flacos por el mes de Agosto , y es de presumir que comen po- co ó nada mientras están en zelo ; esta estación es al mismo tiempo la de los combates. Los machos pelean con furor para mantener su familia , y con- servar su propiedad ; porque quando un oso mas i- jio macho va a robar á otro sus hijos adúleos ó sus hembras , ó quiere echarle ce su puesto , es sangriento el cotriDaie , y solo se concluye por lo común con la muerte üe uno de ios dos. Cada macho tiene ordinariamente ocho ó diez hembras , y algunas veces quince ó veinte ; las ze- la mucho , y las guarda con gran cuidado ; va co- munmente á la cabeza de toda su familia , la qual se compone de sus hemoras y de sus hijos de am- bos sexos : aunque hay miliares de estos animales en cienos parages , cada familia está separada , sin mezclarse nunca con las demas , y ca^a una tonna una pequeña manada , a cuya cabeza va el macho, quien la gobierna como superior. Sin embargo , su- cede algunas veces, que el gele de otra familia lie- ga al combate para proteger á uno de los que n- Hismrin Nmurul. Tm> l oso *95 ñen , entonces la guerra es mas general , y el ven- cedor se hace dueño de coda la tamiha del venci- do , la que reúne a la suya. Estos osos marinos no temen ninguno de los de- mas animales de mar : no obstante , parece que se humillan delante del león marino ; le evitan con cuidado , y nunca se acercan á él , aunque estén establecidos en un mismo terreno ; pero hacen una guerra cruel á las nutrias marinas. Estos animales que parecen muy feroces en los combates que se dan , no son ni peligrosos , ni temibles ; no pro- curan defenderse contra el hombre , y solo son de temer quando se les reduce á la desesperación , es- trechándolos tanto que no puedan huir : también se ponen de mal humor quando los provocan en el tiempo del zelo , y se dexan matar a palos an- tes que desamparar las hembras. Parece ^que aman apasionadamente su familia: si un estraño consigue robar un individuo de ella, manifiestan su pesar llorando ; también lloran quan- do alguno de su familia á quien han castigado , se acerca y pide perdón ; y asi , en estos animales pa- rece que la terneza sucede á la severidad , y que si castigan á sus hembras ó hijos , es a pesar suyo. Los machos nuevos viven durante algún tiem- po con la demas compañía, y la dexan quando son grandes y bastante fuertes para ponerse a la cabe- za de algunas hembras , de quienes se hacen se- guir ; y «ta pequeña manada llega prontamente á ser una familia numerosa: mientras dura el vigor de la edad , y están en estado de gozar de sus hembras, las gobiernan como dueños , y no las dexan ; pe- ro quando la vejez ha disminuido sus fuerzas , y templado sus deseos , las abandonan , y se retiran á vivir solitarios. El disgusto y el pesar parece que los hace mas feroces ; porque los machos viejos retirados no manifiestan temor alguno , ni huyen como los de- más ai aspecto del hombre : gruñen enseñando los dientes , y se arrojan también con audacia contra el que los acomete , siu cesar , ni huir jamas ? de suerte , que se dexan matar antes que retirarse. Las hemoras mas tímidas que ios machos , tienen un carino tan grande á sus hijos , que aun en ios peligros mas urgentes no los abandonan , hasta des- pués de haber usado de toda su ferocidad y valor para preservarlos y conservarlos , y muchas veces aunque heridas , los llevan en la boca para sal- vanos. Los osos marinos tienen varios gritos diferentes, todos relacivos á las circunstancias ó pasiones que los agitan ; quando están pacíficos en la tierra , se distinguen fácilmente las hembras y los nuevos de los macnos viejos por ei sonido ne su voz cu- ya mezcla parece desde lejos a los balidos de una mana ia compuesta de carnero, y terneras : quanuo padecen aiguna cosa , o están uisgusiauos , braman; y quando han sido aporreados o vencidos gimen de dolor : en las riñas rugen y tiemulan como el león, y uespues de la victoria dan un pequeño grito a(5U- do , que repiten varias veces de seguido. Tienen tocios ios sentidos muy buenos , y en especial el olfato ; porque es.e los avisa aun qn-ndo duermen , y uespierian en quanto se acer- ca hacia eflos alguno , aunque esté algo desviado. bu i JNo io6 OSO No andan tan lentamente como la conforma- ción de sus pies da a entender , pues es preciso ser buen corredor para alcanzarlos : nadan con mu- cha celeridad , y ce tal modo , que en una hora andan una extern :on de mas de una milla de Alema- nia : quando se deleytan ó divierten cerca de la ri- bera, hacen en el agua diferentes evoluciones; unas veces nadan sobre el lomo , y otras sobre el vien- tre ; parece también que se tienen en una situación casi vertical ; ruedan , se sumergen , y se lanzan a runas veces fuera del agua , á la altura de algu- nos pies ; en alta mar permanecen casi siempre sobre el lomo , sin con todo eso levantar los pies delanteros , sino solamente los de atras , que lle- van de tiempo en tiempo encima del agua ; en el fondo de! mar cogen los cangrejos , y otros testá- ceos , con los quales se mantienen quando les fal- ta el pescado. Las hembras paren por el mes de Junio en las playas del emisfv.no boreal; y como entran en zelo al ines de Julio siguiente , se saca por consecuen- cia , que el tiempo de su preñado es á lo menos de diez meses v cada camada es por lo regular de uno solo, y rara vez de dos cachorros : los machos quandb nacen, son mas gordos y mas negros que las hembras , las quales se vuelven azuladas con la edad , y manchadas o atigradas entre los brazue- los : todos, machos y hembras, nacen con los ojos abiertos , y con treinta y dos dientes ; pero los colmillos no les salen hasta el quarto dia ; las ma- dres atetan á sus hijos hasta fines de Agosto : és- tos quanuo son fuertes juegan juntos , y si llegan á luchar , el que queda vencedor , le acaricia el padre , y al vencido le protexe y socorre la ma- dre. para juntarse escogen ordinariamente la caida del dia : una hora ames entran macho y hembra en el agua , y nadan suavemente uno tras otro , y después vuelven a tierra s la hembra , que por lo común sale del agua la primera , se echa sobre el lomo , y el macho la cubre en esta situación ; pa- rece muy ardiente y muy altivo : aprieta tan fuer- temente a la hembra con su peso y con sus movi- mientos , que muchas veces la entierra en la are- na , de cal modo , que solo se la ven la cabeza y los pies v durante este tiempo , que es bastante lar- go , está tan fuera de sí el macho, que puede qual- tjUtera acercarse a el sin temor , y aun tocarle con la mano. pl oso mamo no tiene semejanza con el terres- tre sino en el esqueleto de la cabeza , y en la for- ma de la parte anterior del cuerpo , que es gruesa y carnosa : la cabeza en su estado natural esta ves- tida de un panículo mantecoso de una pulgada de grueso , lo qual la hace parecer mucho mas redon- da que la del oso terrestre , pero después de ha- berla despojado de su grasa queda su esqueleto muy semejante al del otro. Finalmen e , la forma de estos dos animales es. del todo diLrente ; el cuerpo del oso marino es muy dehado por su parte posterior , y casi de figura có- nica , desde los rinones hasta cerca de la cola , la qual no tiene mas de dos pulgadas de largo. Sus orejas tienen una pulgada y siete lineas , y son piint ¡agudas , cónicas, derechas, lisas, y sin pe- oso ¡o en lo exterior : están abiertas con una hendidu- ra longitudinal , que el animal puede estrechar y cerrar quando se zabulle enteramente en el agua; los ojos son abultados , y casi del tamaño de los del buey , el iris es negro , están poblados de pes- tañas y parpados , y guardadas como los de las focas , por una membrana que tiene nacimiento en el ángulo grande del ojo , y que le tapa á vo- luntad del animal. La boca está guarnecida de bigotes , cuyas cer- das son de mas de cinco pulgadas de largo ; el la- bio superior sobresale pulgada y media del inferior, y la distancia entre los dos labios , quando la boca esta abierta , es de cerca de quatro pulgadas. Los dientes son muy puntiagudos, y dispuestos de ma- nera , que la punta de cada uno corresponde exac- tamente al intervalo que separa la extremidad de los demas. Tiene treinta y seis en todos , veinte arriba , y diez y seis abaxo ; esto es , en la quixa- da superior quatro dientes incisivos , divididos en dos puntas por su extremo ; dos colmillos , uno en cada lado , los quales están arqueados hacia den- tro , otros dos colmillos muy agudos , uno en ca- da lado , con los quales se hieren cruelmente es- tos animales s otros seis dientes de cada lado , que son agudos como todos los demas , y ocupan el lugar de las muelas. En la quixada inferior tiene también cuatro in- cisivos en la parte anterior de ella ; dos ^colmillos solamente , uno de cada lado , cortantes por el plano interior , y de mas de una pulgada de largo: el oso marino se sirve de ellos en sus riñas , co- mo el jabalí de sus navajas ; tiene ademas cinco dien- tes en cada lado , los que son puntiagudos , y es- tan en lugar de muelas. Los osos y leones marinos tienen un carádler que los distingue de todos los demas animales , y es la forma de sus pies y manos , ¡as quales están armadas de una aleta , la que une los dedos en un solo cuerpo : los de los pies están también uni- dos por otra aleta , pero se distinguen como los de las aves paimipedes ; las manos sirven al ani- mal para andar por la tierra , y los pies no les son útiles sino para nadar y rascarse : los arras- tra tras de sí como miembros perjudiciales en la tierra , porque estas partes posteriores del cuer- po recogen y juntan en el vientre tan gran canti- dad de arena y cieno , que está precisado á andar circularmente , y por cuya razón no puede tre- par á las rocas. Las manos , que tienen cerca de dos pies de largo , y siete a ocho pulgadas de ancho , pare- cen estar enteramente fuera de la piel , y cubier- tas de pelo , á excepción del carpo , del metacar- po y de los dedos , cuya piel es negra , desnuda, y lisa por la parte superior , y arrugada por la in- ferior. Tiene cinco dedos armados de uñas en cada una v el pulgar es mayor que los demas , los qua- les van siempre en diminución : en el pulgar , y en el segundo dedo tiene tres nudillos , quatro en el tercero y quarto , y dos solamente en el quinto. Los pies tienen cerca de veinte á veinte y una pulgadas de largo , y en lo exterior parece que solo el tarso y el metatarso estart cubiertos de pelos también cinco dedos armados cada uno de una uña oblon- oso oblonga , aguda , convexa por encima , y cónca- va por debaxo ; las uñas del pulgar y del dedo ex- terior , son mucho mas pequeñas que las de los demas ; estos dedos son cortos como los de las manos , el quinto lo es mucho mas que los otros quatro , y el pulgar un tercio mas largo , con so- lo dos coyunturas \ pero los otros quatro tienen tres. La verga de diez á once pulgadas de largo, contiene en su parte anterior un hueso de cerca de cinco pulgadas de largo , semejante á el que se ha- lla en la verga del zaragueibeyu. La hembra solo tiene dos pechos , situados cerca de la vulva. Estos animales tienen el pelo erizado , fuerte y largo ; el color de su cuerpo es negro , y el ae los pies é hijares amarillazo ó bermejizo ; debaxo de este pelo largo hay una especie de vello ó pelo corto , muy suave , también de color berme- jizo ; pero quando los animales son viejos , el pelo mas largo se vuelve pardo ó blanco por la punta , lo qual los hace parecer de un color pardo un poco obscuro : las hembras se diferencian tan- to de los machos en el color y en la magnitud , que se podrían tener por animales de otra especie ; su pelo mas largo varía , porque unas veces es ceni- ciento , y otras mezclado de bermejizo ; los pe- queños , quando nacen , tienen el color negro mas hermoso , y sus pieles es un forro muy estimado, pero á el quarco dia de haber nacido tienen ya el color bermejizo en los pies , y en los lados del vientre ; por esta razón matan amenudo Jas hem- bras que están llenas , por lograr la piel del feto, porque es mucho mas suave y mas negra que la de los recien nacidos. Durante los nueve meses que estos grandes animales permanecen en las costas de Kamtschatka, esto es , desde el mes de Agosto hasta el de Ju- nio , tienen en el cuerpo , debaxo del pellejo , un paniculo mantecoso de cerca de quatro pulgadas ; el gordo de los machos es aceytoso , y de un gusto muv desagradable , pero el de las hembras , que es menos abundante , es algo mas tolerable ; su carne se puede comer , y la de los pequeños es también bastante buena ; pero la de los viejos es negra , y de muy mal gusto , y solo se puede co- mer el corazón y el hígado , después de haberle quitado el gordo. El peso de los mayores osos marinos de los ma- res de Kamtschatka , es de cerca de ocho quinta- les , y su longitud 110 excede de ocho á nueve pies ; lo mismo sucede con los que se hallan en la tierra de los estados , y en varias islas del hemisfe- rio Austral , donde los viageros los han visto con otros muchos mas pequeños. Esta especie mas pe- queña se parece enteramente á las grandes , asi en los colores del pelo , y forma del cuerpo , como en las propiedades y hábitos naturales : solo pare- ce , que siendo mucho mas pequeños , son á pro- porción mas tímidos que ios grandes. El oso marino es la phoca marina de Lineo ; la foca común de varios Viageros, y el gato marino de Krachemnnikow. Oso hormiguero (el). Es un quadrúpedo come- dor de hormigas , del qual existen en la America Meridional tres especies muy notables , por las sin- O S O 197 gulandades de su conformación , y de su modo de vivir. Los hormigueros tienen el hocico lai >0 , la boca estrecha y sin dientes , la lengua reuonda y larga , la que introducen en los hormigueros , y sacan para tragar las hormigas , que son su prin- cipal alimento. El primer hormiguero de estos es el que los Bra- siifenses llaman tamandúa guaai ; esto es , gran ta- mandúa , y á quien los Franceses han dado el nom- bre de tamanoir. El segundo se llama solamente ta- mandúa , y el tercero es el que los naturales de la Guayana llaman ouatirl ouaou , y nosotros le damos el nombre de oso hormiguero , para distinguirle de ios otros dos; es mas pequeño, y no tiene mas de seis ó sibte pulgadas de largo , desde el extremo del hocico hasta el origen de la cola ; su cabeza tiene dos pulgadas de largo , y el hocico á pro- porción mucho mas corto que el del tamandúa; su cola es de siete pulgadas de largo , y está arquea- da hacia abaxo por la punta , la que está pelada; su lengua es estrecha , un poco plana , y bastan- te larga ; no tiene casi cuello , y la cabeza es al- go gruesa , á proporción del cuerpo ; los ojos es- tan situados muy abaxo , y poco apartados de los ángulos de la boca ; las orejas son pequeñas , y es- condidas en el pelo ; las piernas no tienen mas de tres pulgadas de alto , los pies delanteros tienen dos uñas , y la externa es mucho mas gorda , y mas larga que la interna ; los pies de atras tienen quatro ; el pelo del cuerpo es suave al uáto , y de un color roxo brillante , con mezcla de ama- rillo vivo ; los pies no son aptos para andar , pe- ro sí para trepar y agarrar : sube a los arboles , y se suspende de las ramas por la extremidad de la cola. Finalmente , estos tres animales tienen casi ios mismos hábitos naturales ; se alimentan igualmente de hormigas , y meten su lengua en la miel , y en otras substancias líquidas ó viscosas : recogen con bastante prontitud las migas de pan , y los pedaci- llos de carne picada ; se domestican y educan fá- cilmente. Sufren largo tiempo la privación de todo alimento ; quando beben , no tragan todo el licor que toman , sino que vierten una parte , la qual pasa por las ventanas de la nariz ; duermen comun- mente por el dia , y mudan de sitio por la noche- andan tan mal , que un hombre en un paraje des- cubierto puede alcanzarlos fácilmente en la carrera. Los Indios comen su carne , no obstante ser de muy mal gusto : las hembras no paren mas de un cachorro. Estos animales son naturales de los climas mas cálidos de América , y no se hallan en las regio- nes frias del mismo Continente, liase gran Taman- dúa ó Tamandúa. El oso hormiguero es el tamandúa minar fl ave seras de Barreré ; el myrme cophaga mam bus didaclills de Linneo : y el pequeño hormiguero de Edwuards y Brisson. Oso HORMIGUERO GRANDE. Vease TamANDUA- GPACU. Oso hormiguero tamandúa GUACu. Vease Ta- mandúa GUACU. Oso hormiguero tamandua. Vease este artículo. ObSA. En el Misisipi , según Lahontan es el di- delfo. Vease Didelfo. OT- i9B OTT OTTAY. Entre los Hurones , según Sagardo Theodato , es el visan , especie de fétido del Ca- ñada. Véase Vison. OVEJA (la). Es la hembra del carnero. Esta es- pecie en el estado de debilidad , delicadeza y tulli- dez en que la vemos , parece que esta enteramen- te confiada á la mano del hombre , y que no pue- de subsistir sin su protección y auxilio. La oveja es- ta absolutamente sin recurso ni defensa. El carne- ro solo tiene unas armas débiles , y su valor no es mas que una petulancia inútil para él , ó incómo- da para los demas , la qual se destruye por la cas- tración. Los corderos son todavia mas tímidos que jas ovejas , y por este temor se juntan tan amenu- do en manadas. E.1 menor ruido extraordinario bas- ta para que se precipiten y estrechen unos con otros ; y este temor está acompañado de la ma- yor estupidez , porque no saben huir el peligro: también parece que no sienten la incomodidad de su situación. Permanecen donde se hallan á la llu- via y a la nieve , viviendo en ella tenazmente i y para obligarlos a mudar de lugar , y a tomar otro camino , necesitan de una guia que se enseña á ca- minar delante de ellos , cuyos movimientos si- guen todos paso á paso. Esta guia , que en caste- llano llamamos manso , permanecería sin movimien- to al°uno con todo el rebano , si el pastor no le obligase a andar azuzándole el perro , que comun- mente debe haber en los rebaños , el qual sepa efectivamente velar , defender , dirigir , separar, juntar , y comunicar á las reses los movimientos que les faltan. El manado lanar es el mas estúpido de todos los animales quadrúpedos , y el que tienen menos recurso é instinto : las cabras que le semejan en tantas cosas , tienen mucho mas sensación ; saben conducirse, evitan los riesgos, y se familiarizan fácilmente con los nuevos objetos , en lugar que la oveja no sabe ni huirlos , ni acercarse á ellos : por mucha necesidad que tenga de auxilio , no recurre ¿ el hombre tan voluntariamente como la cabraj y se dexa quitar el cordero sin defenderle , sin ir- ritarse , sin resistir , y sin manifestar su dolor por un grito diferente del balido común, lo qual pare- ce que es en los animales el ultimo grado de la es- tupidéz é insensibilidad. * Pero este animal tan mezquino en sí mismo, tan falto de instinto , y tan desnudo de las cali- dades interiores , es para el hombre el mas pre- cioso , y aquel cuya utilidad es mas inmediata y mas extensa : él solo puede bastar a sus urgencias de primera necesidad , y le suministra a un mismo tiempo sustento y vestido , sin contar las ventajas particulares que se sacan del sebo , de la lecne, del pellejo , y aun de las tripas , de los huesos y del estiércol de este animal , a quien parece que la naturaleza no ha concedido , por decirlo asi , co- sa alguna propia , sino para volverla al hombre. El zelo que en los animales es la pasión mas viva y mas general , es el único que parece que da alguna vivacidad movimiento al carnero ; pe- ro la^ oveja aunque esté en zelo , no parece por eso ni mas animada , ni mas encendida : solo tie- ne aquel instinto necesario para no despreciar , ni negarse a las solicitudes del macho , para escoger O V E su sustento , y para reconocer su cordero. El ins- tinto es tanto mas seguro , quanto es mas maqui- nal , y por decirlo asi , mas innato : el corderillo busca en un rebaño numeroso , encuentra y agar- ra la teca de su madre sin equivocarse jamas. En quanto al cuidado que se debe tener de estos ani- malitos vease el artículo Cordero. La oveja puede producir á el año , pero es me- jor esperar a que tenga dos , y el carnero tres , pa- ra permitirlos juntarse , porque el produélo dema- siado precoz , y aun el primero de estos animales, es siempre débil y mal acondicionado. La estación del zelo en las ovejas , es desde principios de No- viembre hasta fines de Abril : sin embargo pueden concebir en todos tiempos si se les da , como tam- bién al morueco , alimentos cálidos, como agua sa- lada , y pan de cañamones. Debe dexarse que eí morueco cubra cada oveja tres ó quatro veces , y después se las separa , teniendo cuidado de no ex- ponerlas á la lluvia , ni á las tempestades , en el tiempo de su ayuntamento. Uno ó dos dias después de que las hembras están cubiertas , se las vuelve á su vida regular. Comunmente solo producen un cordero , y algunas veces dos : en los climas cá- lidos pueden producir dos veces á el año , pero en Francia y en los paises frios , no producen mas de una. Para tener corderos en el mes de Enero, se echa el morueco á algunas hembras hacia fines de Junio , ó principio de Agosto : en los meses de Setiembre, Oétubre y Noviembre , se le dan ma- yor numero de ovejas , á fin de tener corderos en abundancia en los meses de Febrero , Marzo y Abril ; también puede haberlos en cantidad en los meses de Mayo , Junio , Julio, Agosto y Setiem- bre , y solo son raros en Oétubre , Noviembre y Diciembres Qtiando la oveja está próxima á parir , es pre- ciso separarla del hato , y cuidarla para poder ayu- darla en el parto. El cordero se presenta amenudo de través ó por los pies , y en este caso peligra la vida de la madre sino se h ayuda. Para restablecer Ja oveja en los primeros dias del parto , se la de- be sustentar con heno bueno y cebada molida , ó con salvado mezclado con sal , dándola á beber agua tibia , y blanqueada con harina de trigo , habas, ó mijo. Al cabo de quatro ó cinco dias , se la po- drá volver por grados á su pasto común , y hacer- la salir cea las demas , observando únicamente el no conducirlas demasiado lejos para no recalentar su leche. La oveja es muy abundante de leche por el es- pacio de siete ú ocho meses , y es un alimento bastante bueno para los niños y gentes del cam- po : también se hacen de ella muy buenos quesos, especial .lente mezclándola con la de vacas. La hora de ordenar las ovejas es antes que vayan á el cam- po ó a el instante que vienen : se las puede orde- ñar dos veces al dia en el verano , y una en el invierno. Las ovejas engordan quando están preñadas, por- que comen entonces mas que en los demas tiem- pos. Como malparen amenudo y abortan freqüen- temente , se hacen estériles , y muchas veces en- gendran monstruos. Sin embargo , cuidándolas bien pueden producir toda su vida , esto es , hasta la edad OVE edad de dier 6 doce años ; pero comunmente á los siete ú ocho están viejas y dañadas : y entonces ts preciso dexarlas para que engorden , y con todo eso su carne es siempre blanduja é insípida. Las ovejas que tienen la lana mas abundante, espesa , larga , suave y blanca , son las mejores para la propagación , especialmente si á el mismo tiempo tienen el cuerpo grande , el cuello gordo, y el paso ligero. También se ha observado que las que están mas bien flacas que gordas , producen mas seguramente que las otras. Las ovejas carecen por lo regular de astas ; pe- ro tienen unos bultos ternillosos en el mismo para- ge donde le nacen al carnero. Sin embargo , hay ovejas que tienen dos , y aun quatro astas : estas ovejas son , fuera de esto , semejantes a las demás; sus astas tiene n cinco ó seis pulgadas de largo , y no tan redondas como las del carnero ; y quando tienen quatro , las dos exteriores son mas coreas que las otras. Estos animales , cuyo natural es tan sencillo, son también de un temperamento muy débil ; no pueden andar mucho tiempo , y los viages los de- bilitan y excenuan : quando corren palpitan , y les cuesta mucho el respirar : el calor y el ardor del sol les incomodan tanto como la humedad , el frió y la nieve : son propensas á un gran numero de enfermedades , las mas de ellas contagiosas. Luego que se percioe que alguna está mala , lo que se co- noce por muchas señales , es preciso separarla cui- dadosamente del hato. Las enfermas se conocen en tener la cabeza pesada y los ojos cargados , en no querer comer ni retozar , en caminar con lentitud y titubeando , separándose de las demas , y echán- dose a cada paso. Ademas de esto son propensas las ovejas a! gu- sanillo , á la sarna, á la calentura, a la morriña, á la tos , a la hinchazón , y á la dificultad de res- pirar, lo qual indica abundancia de sangre, ú obs- trucción en las visceras de la respiración ; también están sujetas al muermo , al desvario , vahído ó aturdimiento. En los artículos de este Diccionario, que tratan de la economía rústica , se hallarán las relaciones y circunstancias mas particulares de las enfermedades del ganado lanar , y las recetas para curarlas. Algunas se ponen coxas , ó de cansancio ó por habérselas ablandado sus pezuñas, quando han per- manecido largo tiempo en el estiercoL En este ca- so es preciso cortar el extremo de la pezuña ma- la , y aplicar a aquella parte cal viva , envolvién- dola con un trapo por espado de un dia : á la ma- ñana siguiente se quita la cal , y se sosrituye en su lugar un poco de cardenillo , y asi alternativa- mente , hasta que esté del todo sana. Hay algunos que pretieren a este remedio el aceyte rancio de nueces ó de olivas , mezclado con polvos de alum- bre , y cocido todo hasta reducido á ungüento. Los carneros también son propensos a unos tu- mores , que en qualquier parte que salgan es pre- ciso abrírselos. Hecha la incisión , y evacuado de las materias , se echara dentro pez derretida con sal molida y quemada , dando a beber al animal agua con triaca desleida. En quanto a la epidemia pestilencial y dañina, OVE 199 que ataca freqiientemente á estos animales , sin que se puedan cortar sus progresos , es un preservati- vo muy eficaz el hacerlos beber por espacio de quin- ce dias agua , en que se habrá puesto en infusión salvia y malrubio ; dándoles esta medicina á princi- pios de la primavera y del otoño , por las mañanas antes de sacarlas a el campo. Si se rompe alguna pierna, se la frotará aquella parte con aceyte y vi- no mezclado , envolviéndola con un trapo y enta- blillándola , se la dexara en el establo hasta que la fractura esté consolidada y sana. En el Poicti , en Provenza , en las cercanías de Bayona , v otros parages de Francia , hay ovejas que parecen de castas extrangeras , y son mayores, mas fuertes , y mas cargadas de lana que las de la casta común ; las quales producen también mas que las otras , y paren amenudo dos corderos cada vez ó dos veces al año. Los carneros de esta casta engendran con las ovejas comunes , lo qual produ- ce una casta intermedia, que participa de las dos de que sale. En Italia y en España hay mucho mayor numero de variedades en las castas de las ovejas. Nuestra oveja común solo se halla en Europa, y en algunas partes templadas del Asia • llevada a países mas calidos , pierde su lana , y se cubre de pelo : multiplica poco, y su carne no tiene el min- ino gusto. En los paises muy fríes no puede subsis- tir , pero en estos misinos paises fríos , y en es- pecial en Islanda , se halla una casta de ovejas con varios cuernos , cola corta , y lana dura y espesa, debaxo de la qual tiene otro vestido de una lana mas suave , mas fina y nías poblada : eu los paises cálidos , solo se ven ovejas con cuernos cor. os y cola larga , unas cubiertas de lana , otras de pelo, y otras de lana y pelo. La primera casta de las ovejas de los paises cá- lidos , es la que se Llama comunmente oveja be, be- si sea o de Arabia , la qual se semeja en un todo á ia doméstica , excepto la cola , que tiene mas de un pie de ancho , y tan gorda que pesa mas de veinte libras. Esta la lleva como si se la hubiese atado ó pegado una almohada a los quartos trase- ros. En esta casta de ovejas con cola gorda , hay algunas que la tienen tan larga y pesada , que pata sostenerla quando andan , es preciso atarla con una cuerda. Esta casta eu el levante está vestida de una lana muy hermosa : en los paises mas calidos , co- mo Madagascar y la India , está cubierta de pelo. La superabundancia de la gordura , que en nues- tros carneros se fixa en los linones , desciende en estas ovqas a las vertebras de la cola : las demas partes del cuerpo están menos cargadas de ella , que las de nuestros carneros gordos. Estas ovejas con .cola ancha ó larga , son domésticas como las nues- tras , y piden mayor cuidado y atención. Su casta está también mucho mas esparcida , pues se hallan comunmente en Tartaria , Persia , Siria , Egypto, Berbería , Etiopia , Mozambique , Madagascar , y •hasta en el Cabo de buena Esperanza. Quando los Holandeses se establecieron en es- te Cabo , transportaron ovejas de Persia , cuya co- la es ancha hasta cierta distancia de su origen , y después delgada hasta la punta. Esta casta de ove- jas de Persia se juntó con las de los Otencotes , de manera , que las que los Holandeses del Cabo crian aha- t 200 OVE ahora , son de una casta media entre las de Persia y las de los Ocentotes. Debe presumirse que la gor- dura de la cola de estos animales proviene princi- palmente de la naturaleza o calidad de las plantas de que se alimentan. Después de derruida no to- ma consistencia como las de las oveja:, de Europa, y al contrario permanece siempre líquida como el aceyte. Sin embargo , los habitantes de este pais no dexan de sacar produéto de ella , mezclando quatro partes de este graso con una de sebo de los riñones ; lo qual compone una especie de ma- teria que tiene la consistencia , y el mismo gusto que la manteca de puerco : las gentes del pueblo la comen con pan , y la emplean también en los mismos usos que la manteca de puerco y de vacas. Estas ovejas pasan todo el verano en los mon- tes cubiertos de plantas suculentas , y en el otoño las llevan á invernar á los llanos baxos hasta el es- tío. Y asi estando siempre bien mantenidas , no pierden su lozanía en el invierno. „ Estas ovejas del Cabo de Buena Esperanza, dice M. Forster , se semejan al carnero de Berbe- ría : sin embargo , los Otentotes tenían ovejas, quando los Holandeses se establecieron en aquel país , pero estos llevaron al Cabo ovejas de Persia; y las ovejas que los Holandeses crian ahora son de una casta media entre las de Persia y las de los Otentotes : en lugar de cola tienen , por decirlo asi , una masa de gordura , y esta superabundan- cia de grasa proviene de la naturaleza o calidad del pasto.'1 ,, Todas las inmediaciones del Cabo son tier- ras áridas y altas , llenas de partículas salitrosas, las qu les arrastradas por las lluvias á unas espe- cies de lagos , hacen sus aguas mas ó menos sa- lobres. Los habitantes no tienen otra sal que la que cogen en estos lagos y salinas naturales : na- die ignora quinto gustan las » vejas de la sal , y quinto contribuye ésta para que engorden : excita la sed que ellas apagan comiendo , Jas plantas cra- sas y suculentas , que abundan en estos desiertos altos , como la yerba llamada oreja ele frayle , y la fuñiera , &c. Sin duda son estas plantas crasas las que dan i su gordura la calidad que tiene." „ En los montes , y especialmente en los de la región que llaman Bockemland ó pais de Cabras, cuidan estos rebaños los esclavos sacados de Mada- gascar y de los Otentotes con algunos perros gran- des , y los defienden de las hienas y leones : es- tos rebaños son muy crecidos , y Ijs naves que van i la India ó regresan i Europa , se proveen de este ganado , y la tripulación se mantiene con su carne durante su mansión en el Cabo." „ La gordura de estos animales en los quartos traseros y cola es muy abundante , y parece que las plantas crasas , suculentas y salobres que pacen en los montes en el verano , y las aromáticas y áridas de que se alimentan en los llanos en el in- vierno , contribuyen para formar dos gorduras di- ferentes : estas ultimas plantas no deben producir sino un gordo sólido y duro como el de nuestras ovejas , del qual se cubre el redaño , el mesenterio V los ríñones , y el alimento que proviene de las plantas crasas , forma aquella gordura aceytosa , que se deposita en el quarto trasero y cola. También OVE parece que esta masa de gordo aceytoso impide el aumento de la cola , la qual de generación en ge- neración seria mas corta y mas delgada , y tal vez se reduciría á tres ó quatro articulaciones , como se ve en las ovejas de los Calmucos , Ivlongous y Kirghises , las quales solo tienen un trozo con tres ó quatro articulaciones. Pero como los paises del Cabo tienen mucha extensión , y no todos sus pas- tos son de la naturaleza de los que acabamos de describir , y que ademas las ovejas de Persia con cola gorda y corta , que en otro tiempo se traxe- ron para castar en ellos , se han mezclado con las de los Otentotes : la casta bastarda ha conservado una cola tan larga como la de las ovejas de Ingla- terra , con esta diferencia , que la parte inmediata al cuerpo es sumamente gorda , y el extremo del- gado , como el de ias ovejas comunes." „No siendo los pastos al Este del Cabo de la misma naturaleza que los que están al Norte , es verosímil que esto influya en la constitución de las ovejas , que en algunos parages permanecen sin de- cadencia , con la cola larga , y una gran cantidad de gordo en las piernas y rabadilla , sin llegar con todo eso ¿aquella monstruosa masa, por la qual son notables las ovejas de los Calmucos : y como es- tos animales mudan muy freqüentemente de due- ño , y las llevan de un pasto que está al Norte del Cabo á otro que está al Este , ó á las inmediacio- nes de la ciudad , y que las castas diversas se mez- clan y juntan unas con otras , se sigue que las ove- jas del Cabo han conservado mas ó menos la lon- gitud de su cola. En nuestro viage desde el Cabo de Buena Esperanza á la nueva Zelanda , el año de 1771. y 73. , hallamos que estas ovejas del Ca- bo no pueden llevarse vivas á climas muy distantes, porque no gustan de cebada ni de trigo, ni están acostumbradas al heno , que en el Cabo es de ma- la calidad : por consiguiente , estos animales enfla- quecen en extremo , y se llenan de escorbuto , sus dientes se menean , y no pueden mascar el alimen- to ; murieron dos carneros y quatro ovejas, y so- lo quedaron tres carneros castrados , de las cabe- zas que embarcamos. Después de nuestra llegada á la nueva Zelanda , se les dio toda especie de ver- dura , pero no la quisieron probar , ni comieron hasta pasados dos ó tres dias , que yo propuse que se examinasen sus dientes , y aconsejé que se los afirmasen con vinagre , y se les diese á comer ha- rina y salvado remojado en agua caliente. De esta manera se preservaron los tres carneros , los qua- les se llevaron á Ocaiti , y se regalaron al Rey : en este nuevo clima volvieron á recobrar su gordura en menos de siete ú ocho meses. Durante su abs- tinencia , en la travesía desde el Cabo a la nueva Zelanda , no solamente se enflaqueció su cola , si- no que perdió mucha carne y se secó , como tam- bién la rabadilla y piernas." „ En la isla de Borbon hay una casta de ovejas del Cabo de Buena Esperanza , que las han mezcla- do con las de Surate , y tienen las orejas gran- des , y la cola muy corta. Esta ultima casta ha en- castado también con la de las ovejas con cola gran- de del Sur de Madagascar , cuya lana está algo ri- zada." En las islas del Archipiélago , y principalmente OVE en ¡a de Candía , hay una casta de ovejas domésti- cas , que Bclon llama stnpskbcros , y que solo se diferencian de las comunes en las astas , que son de- rechas y de figura espiral. Las ovejas de Siria tienen una hermosísima piel , y las de Angora , como también el gato y la cabra de la misma región , parece que están ves- tidos de seda , mas bien que de lana ó pelo. Ta- vernier habla de las bellas lanas de Levante en los términos siguientes : „ la mayor parte de estas la- nas tan bellas y tan finas , se hallan en la provin- cia de Kerman , que es la antigua Caramania ; la mejor se coge en las montañas vecinas de la ciu- dad j que tiene el mismo nombre de la pros inda: los carneros de estos territorios tienen de particu- lar , que luego que han pacido la yerba nueva des- de Enero hasta Mayo , se cae por sí misma la la- na , y dexa a el animal tan desnudo como un co- chinillo pelado en agua caliente ; de suelte , que no hay necesidad de esquilarles : los habitantes co- gen la lana y la sacuden , y separando la basta queda solo la lana fina : no tiñen estas lanas, que naturalmente son casi todas de un color pardo claro , ó de un gris ceniciento , y se halla muy poca blanca.” Holeario describe las preciosas lanas de ciertas ovejas Tártaras con estas voces : ,, las ovejas de los Tártaros Usbeks y de Beschac , están vestidas de una lana cenicienta , larga, y rizada por Ja pun- ta en rizos pequeños, blancos y estrechos, en figu- ra de perlas , lo qual causa un eteCto muy hermo- so , y por eso estiman mucho mas la piel que la carne , siendo esta especie de vestido el mas precioso de todos los que se usan en Persia , des- pués de la cebellina. Alinien.au estos animales con gran cuidado , teniéndolos casi siempre a la sombra; y quando es preciso sacarlos á el ayre , los cubren y tapan como á los caballos : estos carneros tienen la cola chica como los nuestros." Dicen que en Moldabia hay tres especies de ovejas , las de monte , las de llano y las de bosque, esta ultima me pare-te que es ti mismo animal que el salga de los Tártaros. {V~ea.se esta palabra.) Las de llano son mucho mayores que las de monte; pero no multiplican tanto : estas dos especies son preferidas a todas las demas , per el buen gusto y delicadeza de su carne. Hay una casta de ovejas de gran tamaño , que se conocen con el nombre de ovejas glandes de Glandes , y producen comunmente quatro corderos cada año. Esta casta es originaria de las Indias Orientales , y se ha observado que por lo general ios animales rumiantes que se han traído de aquel O Z O 20T Continente á Europa , son mas fecundos que las castas Europeas, Finalmente , en las reglones mas calidas de Alnca y de la India , se halla una casta de ovejas grandes con pelo áspero , entraos cortos , v ore- jas caídas , con una especie de papada que les cuel- ga debaxo del cuello, Los Naturalistas la conocen por el nombre de adimeñn , carnero del Scnegal ó de Cuenca , y . oveja de singóla , &t. De todas las ovejas domesticas esta es la que se acerca mas á su estaco primitivo : es mayor , mas fuerte , mas 1¡- gera, y por consiguiente mas capaz que otra al- guna de subsistir por sí misma. Sin embargo , co- mo no se halla sino en los países mas cálidos no puede tolerar el írio , y en su propio clima no existe por si misma como animal silvestre , sino al contrario subsiste solaviente por el cuidado del homoie, y en el estado de esclavi.ud no se Ja pue- de mirar como origen primero 6 cas.a primitiva, de iJ cjiul hayQn salido todas Jas demas. Considerando , pues , en el orden de los cli- mas las ovejas que son puramente domésticas , te- nemos i.-’ ¡a oveja del Norte con varios cuernos cuya lana es áspera y muy tosca : 1° nuestra oveja cuya lana es muy bella y fina en los climas suaves’ de España y Persia ; pero en los paises muy cali- dos^ se muda en un pelo bastante áspero : \ o oveja con cola gorda , cuya lana es también muy be- lla en los paises templados , pero en los mas cali- dos se muda en un pelo mas ó menos áspero : 4.0 la oveja strepsieberos ó carnero de Creta , que difiere de los nuestros por las astas que son derechas v de figura espiral : 5.0 la ad'.nain ó oveja grande del Scnegal y de las Indias , la qual en lugar de lana viste un pelo mas o menos corto y áspero , semin el calor dei clima. Todas estas ovejas son solamen- te variedades de una misma y única especie, ente- ra,neme dependientes de la diferencia de alimen- to , clima , v cuidado : pero ninguna casta de estas parece que es el origen primitivo y co- mún de las demas : todas deben mirarse como cas- tas degeneradas , formadas por la mano del hom- bre , y propagadas por él para su utilidad. Noso- tras creemos reconocer y hallar la especie primiti- va de la oveja (Ja oveja de la Naturaleza) en la es- pecie todavia subsistente en las montanas de Gre- cia , de Cerdcña , &c. y conocida con el nombre de mttsitnon. E11 todo lo demas que concierne á Ja especie de la oveja doméstica , Véanse los artículos Cordero y Carrero. OZOMÁTlI. En Mexicano es el nombre ^e- nénco de los monos. Ve ase Mono. 0 Historia Natural. Tota. I. Ce PA- 202 PAC Jl ACA (el"). Se parece en la forma del cuerpo á un cerdo pequeño : gruñe , anda y vive del mis- mo modo ; cambien hoza y escudriña la cierra pa- ra sacar de ella su subsiscencia. Habica las orillas de los ríos , y no se halla sino en los parages hú- medos y cálidos de la America Meridional. Se fa- brica un vivar como el conejo ; pero solo en esco se semejan , porque el paca es mucho mayor que el conejo , y que la liebre ; cieñe el cuer- po mas gordo y recogido , la cabeza redonda , y el hocico coreo. Su carne es muy buena y en extremo gorda , y su pellejo se come como el del lechoncillo ; por eso persiguen los cazadores a es- tos animales , cojeándoles mucho trabajo el coger- los vivos , porque quando los sorprenden en sus vivares , despapándolos por delante y por detrás, se defienden , V procuran vengarse , mordiendo con tanca rabia como prontitud. Su piel , aunque cubierta de pelo corto y ás- pero , es bastante hermosa , porque está regularmen- te manchada por los lados. Estos animales produ- cen amenudo , y en gran numero. Los hombres y los animales carniceros destruyen muchos , y sin embargo , la especie es siempre igualmente nu- merosa i es natural y particular a la América Me- ridional , y no se halla en ninguna parte en el an- ticuo Continente. El paca se acostumbra fácilmente á la vida do- méstica ; es manso y tratable mientras no se le ir- rite ; muy sensible a las caricias , y gusta de que le alhaguen : muerde á las personas que no cono- ce ó que se le oponen ; pero nunca á las que le cuidan. Manifiesta su cólera rechinándolos dientes, V gruñendo antes de morder tiene el cuerpo cu- bierto de un pelo corto , áspero y ralo , de color de tierra obscura , algo mas cubierto por el lomes. ^>ero el vientfe , el pecho , lo inferior del cuello, y las partes interiores de las piernas están vestidas de un pelo blanco sucio , y lo que le hace mas no- table son cinco especies de fáxas longitudinales, formadas de manchas blancas , separadas la mayor parte unas de otras. Estas cinco faxas tienen su di- rección a lo largo del cuerpo , de suerte , que van á unirse unas con otras a sus extremos. ' Tiene los ojos grandes , saltados , y de color pardusco i las orejas redondas , alechugadas , y cubiertas de un vello muy fino ; la punta de la na- riz. ancha , sus ventanas muy grandes , la quixada superior mucho mas ancha y larga que la interior; dos dientes incisivos muy largos en lo anterior de cada quixada , y bastante fuerces para cortar la ma- dera i la boca muy pequeña , la lengua estrecha, gorda y un poco aspera ; unos bigotes de pelos negros y blancos á los lados de la nariz , y otros iguales mas negros debaxo de las orejas. Tiene cin- (*) El paco ó alnaca no es absolutamente silvestre» pues sirvQ para acarrear como el Llama : es parecido * la Vi«uña ; pero su pescuezo es derecho y largo , y PAK co dedos en cada pie , quatro de los quales están armados de uñas , y en lugar de cola, un corto bo- tón de dos o tres lineas de largo. El paca come de todo , pero con particularidad azúcar y frutas ; bebe como los perros , y es un animal muy limpio. Quando se ve perseguido se arroja al agua. La hembra no produce mas de un cachorro , el qual sigue á la madre hasta que es grande ; y si es macho se aparea con la madre antes de dexarla. Hay dos ó tres especies ó razas de estos animales , que según dicen , no se mez- dan juntas. El paca es el cuniculus majar palustris , fosáis al- bís notatus de Barreré ; y el pa^ de Brisson. PACAS ó PACASSE. En Congo es el coendú. Vease Coendú. PACHALLI (el) de México de Betancourt. Es la Civeia. Véase. PACHON. Casta de perro que sirve para la ca- za de perdices , de donde toma el nombre de perdiguero. Vence Perro. PACO (el). Animal del Perú poco conocido hasta aquí , el qual parece que forma una especie intermedia entre los Llamas y las Vicuñas. En lo ge- neral se parece á el Llama , y solo difiere de este en ser mas corto de piernas , y mas largo de cuer- po. Es absolutamente silvestre (*) , y se encuen- tra en compañía de las Vicuñas. Su lana es mas abundante , mucho mas lina y rnas estimada que la del Llama. El paco es el ovis peruana , paco difta de Marc- grave y Hernández ; carne, hs tophis nullis , corpare lanato de Lineo ; alpaca de Frezier. Véanse los ar- tículos Vicuña y Leama. ** PAGI. En el Reyno de Chile es el puma. Vea. se este artículo. PAI. En Yucatán es el zorrillo. Ve ase Zorriiio. PAK. Nombre abreviado de paca , con que la antigua Bncyclopcdía indicaba este animal. Vease Paca. ** PALETO, s. m. Dase este nombre al gamo por lo ancho de su cuerna. Vease Gamo. PALMISTA (la). Es del tamaño de una rata, ó de una ardilla pequeña ; pasa su vida en las pal- mas , de donde toma el nombre. Tiene la cabe- za casi de la misma figura que el campañol , y cu- bierta asimismo de pelos erizados ; sus orejas son cortas y redondas ; su larga cola no la lleva arras- trando , sino derecha y levantada verticalmente, sin arquearla sobre el cuerpo como la ardilla; está poblada de un pelo rnas largo que el del cuerpo, pero no tanto como el de la cola de la ardilla; desde el cuello hasta la cola tiene una lista blan- quizca , y en medio de ella otra parda. Finalmente , asi la palmista , como la Berberís - ca , tiene casi el mismo natural y propiedades que la ardilla conuin ; viven de frutas , y se sir- el de la Vicuña forma una S perfecta, Su lana no es tan tina como la de la Vicuña. PAN sírren de sus pies delanteros para cogerlas y lle- varlas á la boca , como aquella. Tienen la misma voz , el mismo chillido , el mismo instinto , y la misma agilidad ; son muy vivos y mansos , se do- mestican fácilmente, y toman tanto cariño á su ha- bitación , que no salen de ella sino para pasearse, y vuelven después por si mismas sin que las lla- men ni obliguen á ello. Tienen una figura muy hermosa s su piel rayada de blanco es mas bella que la de la ardilla i su tamaño es mas pequeño? su cuerpo tan ligero, y sus movimientos tan pron- tos como los suyos. Viven , como ella , en los árboles , y se hallan en los climas calidos del an- tiguo Continente. La palmista es la murtela Africana de Clusio ; la murtela Lyiica de Nieremberg ; la ardilla palmista, ' vulgar mente rata palmista de Krisson. PANG-GOELIN. En la India Meridional Yease el artículo siguiente. PANGOLIN (el) y el fatagin. Animales del Asia Meridional ; tienen alguna semejanza con el tara and ua-guacu , y el tamandúa , hormigueros de Ame- rica, por alimentárselo mismo que ellos: tienen tam- bién la lengua muy larga , la boca estrecha , y sin dientes visibles ; el cuerpo y la cola muy largos, y las uñas de los pies casi del mismo tamaño , y de la misma forma , aunque no el mismo numero; porque tienen cinco en cada pie , y el tamandua- guacu y el tamandúa no tienen mas dequatroen los pies de delante. También se diferencian de estos , y aun de to- dos los demas quadrúpedos por un carácter singu- lar y único , que parece haberles sido dado para formar la diferencia entre quadrúpedos y reptiles. Estos animales tienen el lomo y la cola vestidos, y cubiertos de escamasen lugar de pelo ; estas es- camas no están pegadas enteramente al pellejo , si- no arrimadas y fuertemente unidas por la parte in- ferior , son movibles como las púas del puerco espin , y el animal las levanta ó baxa á su advitrio, erizándolas quando está irritado , ó quando se ha- ce una bola como el erizo. Estas escamas son tan gruesas , tan duras y puntiagudas , que rechazan con ellas á todos los animales de rapiña. Los mas crueles y hambrientos como el tigre , la pantera, &c. se esfuerzan inú- tilmente para devorar a estos animales armados, los pisan y maltratan ; pero al mismo tiempo se hieren gravemente quando quieren agarrarlos , y no pueden ni violentarlos , destruirlos , ni ahogar- los , echándose sobre ellos : en una palabra , el pangolin y el fatagin , son los animales que tienen la mas fuerte y ofensiva armadura , de suerte , que contrayendo su cuerpo , y presentando sus armas, insultan y desprecian el furor de sus enemigos. Finalmente , quando se cierran no forman co- mo el erizo una bola uniforme , sino una especie de pelotón , quedando fuera su gruesa y larga co- la , la qual sirve de cuerda al cuerpo : esta parte está guarnecida por encima , y debaxo de escamas tan duras y punzantes como las del cuerpo ; y co- mo es convexa por arriba y llana por abaso , y su figura es una media pirámide , los lados angulares están vestidos de escamas en figura de esquadra, dobladas hacia el ángulo redio , las quales son tan Historia Natural. Tom. I. PAN 203 gruesas y cortantes como las otras ; de suerte, que la cola parece que esiá armada con mayor cui- dado que el cuerpo , cuyas partes inferiores 110 tie- nen escamas. El pangolin , quando ha llegado á su entera mag- nitud , tiene seis , siete y ocho pies de largo, comprehendiendo la cola ; ésta , que es casi de la longitud del cuerpo , no lo parece tanto quando nuevo ; las escamas son también menores , mas delgadas , y de un color mas baxo , toman una tinta parda mas fuerte quando el animal es adulto, y adquieren una consistencia tan grande , que resis- ten á un tiro de bala de mosquete i la piel de la garganta del pecho y del vientre es lisa , sin pelo y sin escamas , pero entre las que cubren el lomo salen algunos pelos gruesos y largos , como las cer- das del lechon. Estos animales no tienen nada de orgulloso si- no su figura , pues son mansos , inocentes , y no hacen ningún mal : alimentanse de insectos , cor- ren lentamente , y no pueden escaparse del hom- bre , si no escondiéndose en los agujeros de las rocas , ó en los vivares que ellos hacen , y en donde crian sus hijos. Los que comen su carne , que encuentran delicada y sana , hacen también varios usos de sus escamas. „ Los Negros , dice Desmarchais , hablando del pangolin , llaman á este animal quogeio ; hallase en los bosques. Desde el cuello hasta el extremo de la cola , está cubierto de escamas , casi de la fi- gura de las hojas de la alcachofa , un poco mas puntiagudas , apretadas , espesas , y bastante fuer- tes para defenderse de las garras y dientes de los tigres y leopardos , los que le hacen la guerra , y le alcanzan sin trabajo, por no ser tan veloz como ellos ; aunque no dexa de huir , pero como le co- gen pronto , y sus uñas y boca les servirian de dé- biles defensas contra tan terribles enemigos , le ha enseñado la naturaleza á hacerse una bola , doblan- do la cola debaxo del vientre , y recogiéndose de tal manera, que por todos lados presentan las pun- tas de sus escamas. Por mas que el tigre y el leo- pardo le dan vuelcas suavemente con sus garras, quando lo quieren hacer con un poco de fuerza, se pican , y se ven precisados á dexaile en paz. , que cieñe en diferentes paises de aquel nue- PER vo mundo. La glándula , que tiene en una hendi- dura del lomo , de la qual destila un humor cero- so y hediondo , induxo á los primeros Historiado- res de América , y a otros muchos Autores que los han copiado , en el error, de que habia un puerco en la América , que tenia el ombligo en el espinazo. Mas de doscientos anos ha que el Doc- tor Hernández demostró la falsedad de tal opinión, con la disección de aquel quadrúpedo ; pero no es muy fácil corregir los errores populares.” El pecar es el aper Mexicanas de Faber sobre Her- nández ; el sus umbiítcum indorso babeas de Aldro- bando ; sus dorso cystifero , cauda nidia de Lineo; el cerdo negro de Barreré ; y el jabalí de México de Brisson. PE-CHI-LY, en la China, gato de pelo largo, con las orejas caidas. Vease Gato. PEKAN (.el). Se ha usado confusamente este nombre para significar diferentes animales , y en general los fétidos ; como también el de gato ó torra silvestre , para indicar el verdadero pelean. Pero sea lo que fuere , el pelean se asemeja perfec- tamente a la marta ; tanto por la forma y propor- ciones del cuerpo , como por la longitud de la co- la , calidad de pelo , numero de dientes y uñas, instinto y propiedades naturales ; y asi no es mas que una variedad en la especie de la marta , ó una especie tan vecina, que no presenta ninguna dife- rencia caraéterísca. Tiene , á la verdad , el pelo mas pardo , lustroso y suave que Ja marta , pero esta diferencia le es común con el castor , y demas animales de la América Septentrional , cuyas pie- les son mas bellas que las de estos mismos anima- les en el Norte de Europa. PELAS , en la bahía de Todos los Santos , es el pecar. Vease este artículo. PELON-ICHIATL-OQU1TLI , en México , es la Llama. Vease Llama. ** Pelotones. ( mont .) Los bocados de cebada ó trigo verde que el jabalí coge , chupa y arroja des- pués , que siempre es lo mas tierno. ** PELUDO. En el Reyno de Chile , es un ar- madillo de siete pulgadas de largo, ceñido de ocho faxas , pobladas de pelo por ambos lados. PEREWIAZKA. En Rusia es laPERUAsCA. Vease. Perder el rastro, (mont.) Se dice quando los perros pierden el viento , y no conocen el cambio que les da la res , lo que sucede en los dias ma- los á cada instante. PEREZOSO (el). Animal de América , á quien han dado como al perico ligero el sobre nombre de perezoso , á causa de la lentitud de sus movimientos, y la dificultad que tiene de andar ; pero esta len- titud no es tanto un efecto de la pereza , que un vicio en su conformación. Efectivamente los ojos obscuros y cubiertos de estos animales , un pelo áspero , y semejante á la yerba seca , sus muslos mal ajustados , y casi fuera de las ancas , sus pier- nas demasiado cortas , mal hechas , sin asiento en el pie , sin pulgar , ni dedos separadamente movi- bles , dos ó tres uñas largas en extremo , arquea- das hacia abaxo , que no pueden moverse sino juntas , y perjudican mas para andar , que sirven para trepar , presentan solamente un bosquexo de un animal que salió informe de la mano de la Na- tu- PER turaleza. La lentitud , la estupidez , el abandono de su ser , y aun el dolor habitual , parece que re- sultan de esta conformación caprichosa y desprecia- ble. El perezoso y el peí ico ligero , no tienen armas para ofender ni defenderse , ni medio alguno de se- guridad , aun escarvando la tierra ; ni recurso al- guno en la fuga. Arrimados al terrón de tierra ó á el árbol , á cuyo pie han nacido , y pudiendo ape- nas andar siete pies en una hora , trepando con tra- bajo , arrastrándose con dolor , y arrojando con acentos interrumpidos una voz lastimera , que no osa levantar sino de noche , todo anuncia en este animal la miseria y aniquilamiento ; todo nos le manifiesta en el orden de los quadrúpedos como el ultimo termino de la existencia. Reducido el perezoso á mantenerse de las hojas y frutos silvestres , consume mucho tiempo en ar- rastrarse á el pie de un arool , y necesita todavia mucho mas para trepar hasta las ramas ; y duran- te esce lento y miserable exercício , que dura algu- nas veces varios dias , está precisado á sufrir el hambre. Encaramado en el árbol no baxa mas de él» se agarra a las ramas , le despoja por parces , co- me sucesivamente las hojas de cada rama , y pasa asi varias semanas , sin poder desleír con bebida alguna este árido alimento ; y quando el árbol es- ta enteramente desnudo , permanece aún en él por la imposibilidad de poder baxar : finalmente, si la necesidad le aprieta de nuevo , como no pue- de baxar sino es con sumo trabajo , se dexa caer como un tronco ó masa informe ; porque sus pier- nas tiesas y perezosas , carecen del movimiento de extensión para romper el golpe. Sin embargo , esta miseria aparente , no es tal vez tan real como nos parece ; estos animales son duros , fuertes y vivaces , sufren largo tiempo la privación de todo alimento. Cubiertos de un pelo espeso y seco , y no pudiendo hacer exercicio, se disipan poco a poco , y engordan con el descanso, por debites que sean sus alimentos ; y aunque ca- recen de cuernos en la caneza , cascos en los pies, y dicn.es incisivos en la quixada inferior , con to- do eso, son del numero ue los animales que rumian, y como ellos , tienen vanos estómagos ; por con- siguiente , pueden compensar lo que ralta a la ca- lidad del a, 'mentó , con la cantidad que comen de una vez: y lo que es todavia mucho mas singular es , que en lugar de tener como los rumiantes los intestinos muy largos , los tienen mas chicos , y irías cortos que ios animales carnívoros. Ademas de esto , parecen insensibles ó que sienten poco: su aspeólo triste , su vista pesada , su resistencia indolente á los golpes que reciben sin moverse, anuncian su insensibilidad ; y io que la demuestra mas , es , que sometiéndolos á la cruel experiencia del escalpel , arrancándolos el corazón y las entra- rías , no mueren al instante : y asi estos entes son miserables sin ser infelices , y la naturaleza en sus mas despreciables producciones , se manifiesta siem- pre mas como madre que como señora. Este animal, y el perico ligero , pertenecen á las tierras Meridionales del nuevo Continente , y no se hallan en ninguna parte del antiguo. Estos ani- males no pueden sufrir el frió , y temen también la lluvia ; las alternativas de la humedad y de la R 207 sequedad alteran su vestido , que mas se semeja al canamo mal rastrillado , que a lana ó pelo. Se sustentan con las hojas de los arboles que se tienen por venenosos. Sus tripas es un tósigo para los perros qUe las comen , y sin embargo , cs buena ue comer su carne : pero nadie la usa sino es el pueblo. Estos animales tienen una singularidad no- table , y es , que en lugar de las dos aberturas ex- terioies , una para la orina , y otra para el excre- mento , y en lugar de un horificio exterior , y dis- tinto para las partes de la generación , no tienen mas de uno , en cuyo interior hay un conducto co- mún ó canal como en las aves. Estas dos especies son poco numerosas , porque la hembra no pare mas que un hijo , que lleva sobre la espalda. Al- gunas veces se cuelgan de las ramas de los árboles que hay en los rios , y entonces es fácil cortar la rama , y hacerlos caer en el agua ; pero no suel- tan la presa , y permanecen fuertemente asidos con las manos á ella. Para subir a un árbol , extiende este animal perezosamente una de las piernas de delante , que pone lo mas alto que puede en el pie del árbol; asi se agarra con su uña larga , levanta después el cuerpo muy pesadamente , y adelantando la otra, continúa trepando. Todos estos movimientos los executa con una lentitud , y una dexadez inexplica- bles. Si se crian algunos en las casas , siempre tre- pan 3 los palos ó por las puertas , y no gustan es- tar en tierra. Si quando están en ella se ¡es enseña un palo , se agarran á él al instante , y suben has- ta el cabo , donde se tienen fuertemente agarrados con las manos , estrechando y abrazando con todo el cuerpo el parage en donde se han encaminado. Aunque el perezoso y el perico ligeio se parecen tanto , y tienen las mismas propiedades naturales, sm embargo , tienen entre sí algunos caracteres dé diferencia tan notadles , que 110 se puede dudar que sean especies muy remotas. El perezoso es mu- cho mas chico que el pe. ico ligero ; tiene el hocico mas corto , la líente mas levantada , las orejas me- nos aparentes , y no tiene mas de veinte y ocho costillas , y el otro tiene q .arenta. Tiene una cola corta J y tres unas eii cada pie ; su peio es también diferente , y está manchado de negro ; es- tos dos caraCtéres últimos faltan al penco ligero, del que hacemos una descripción particular en el artí- culo siguiente. El penoso es el ignavas de Ciussio , se<*un Marcgrave y Pisen ; el pigricia ¡i-ve haiu ele Rie- remberg ; el arctopiibccus tie Gesnero ; ei perico li- gero de Oviedo ; el tara ¡grados ele Brisson , y el bradypus triilaítylis de Lineo. PERICO LIGERO (,el). Es el doble mas largo que el perezoso , y del mismo grueso ; tiene °el pelo largo , espeso y blanquecino ; y pesa cerca de veinte y cinco libras. Carece de cola , y no tie- ne mas de dos uñas en los pies delanteros, en lu- gar que el perezoso tiene cola , y tres uñas en ca- da pie. El perico ligero tiene el hocico mas puntia- gudo , la frente mas alta , y las orejas mas visi- bles que el perezoso ; en lo interior sus visceras están situadas , y formadas diferentemente en al- gunas de sus partes ; pero el carácter mas distin- tivo , y al mismo tiempo mas singular en este ani- mal. 2oS PER mal es , que tiene mayor numero de costillas que el perezoso , y que todos los demas animales , pues tiene quarenta y seis , y el perezoso no mas de •veinte y ocho. Este animal chilla rara vez , su chillido es bre- ve , y nunca le repite dos veces de seguido. Este chillido, ó mas bien lamento , no es el mismo que el del perezoso. El penco ligero se anima mas a la caida del dia y por la noche , y por io general no es tan lento ni pesado como el perezoso. Algunas veces se arroja desde lo alto de los arboles sobre los hombres , pero de una manera tan pesada , que es fácil evitarlo. „ El sloih ó perezoso , dice Dampier , no es tan grande ni erizado como el oso hormiguero ó ta- mandúa , y su alimento son las hojas de los árbo- les. Estos animales hacen mucho daño en ellos , y son tan lentos en moverse , que después de haber- le comido todas las hojas , gastan cinco ó seis dias en baxar de uno , y subir a otro , por próximo que esté ; y quando llegan á el segundo , no tie- nen mas que la piel y los huesos , aunque estuvie- sen gordos quando baxaron del primero : nunca dex n el árbol en que están hasta que le han des- pojado totalmente , como puede estarlo en el ri- gor del invierno. Necesitan ocho ó nueve minutos para levantar un pie y sentarle á la distancia de tres pulgadas , y no los mueven sino uno después de otro, con la misma lentitud ; los golpes no sirven de nada para hacerlos doblar el paso ; yo los he pisado algunas veces , por ver si esto los anima- rla í pero parecen insensibles , y no hay medio de hacerlos andar mas aprisa.” „ El perezoso , dice Einet , sube á los árboles, pero tarda tanto tiempo en ello , que hay mucho lugar de cogerle t quando alguno le agarra , no se defiende ni piensa en huir ; si le presentan un palo latero , se pone al instante en postura de subir á ti , lo que executa con tanta lentitud que causa enfado; quando está arriba , se mantiene en la puma sin pensar en baxar.” „E1 perico ligero , añade otro Viagero (Wood Rogers) tiene quatro piernas , y sin embargo , no se sirve de ellas sino es para trepar • y quando su- be á algún árbol , no baxa de éi hasta haberse co- mido todas Jas hojas. . . . Nosotros pusimos á es- fe animal en la vela mas baxa de mesana , y tardó cerca de dos horas en subir a la gabia , á donde hubiera trepado una mona en menos de medio mi- nuto, pues parecía que andaba por medio de mue- lles como un relox.” Los Españoles han dado á este animal el nom- bre de perico ligero , porque necesita un dia ente- ro de verano para andar un quarto de legua. Sin embargo , parece que todo lo que dicen estos Viageros sobre la lentitud excesiva de los perezosos , debe referirse principalmente al que tie- ne este nombre ; porque el perico ligero , aunque mnv pesado , y de un paso muy torpe , subiría y baxaria varias veces al dia al árbol mas elevado. En la Casa de fieras del Marques de Montmirail, habia un perieo ligero vivo » comia hojas tiernas, pero luego que empezaban á secarse , y á estar pi- cadas de gusanos no las quena : su alimento co- mún , por espacio de tres anos , fue pan , manza- PER ñas y raices , y su bebida leche : agarraba siempre, aunque con trabajo , con una de sus manos lo que quería comer , y si el pedazo era grande le costa- ba mucha mas dificultad el cogerlo con las dos uñas. La situación mas natural del perico ligero , y que parece prefiere á todas las demas , es el colgarse de una rama vuelto el cuerpo hacia baxo ; algunas veces duerme en esta posición , agarradas y unidas sus quatro patas á un mismo puncp , y formando su cuerpo un arco •, la fuerza de sus músculos es grande , pero inútil quando anda , porque su pa- so no por eso es menos lento , ni menos vacilan- te : esta conformación sola parece que es la causa de la pereza de este animal , el que por otra par- te no tiene ningún deseo violento , ni reconoce á los que le cuidan. El perico ligero se llama didáctilas , bradipus ma- ■nibus didañilis canda nullá , en la Nomenclatura de Lineo ; y en la de Brisson , según las indicacio- nes defectuosas, se íe da tardigradus ceylonicus , el perezoso de Ccylan. PERRO (el) . Por la inteligencia , y la sagaci- dad , por la subordinación , y reconocimiento ; en una palabra , por todo lo que en los eféótos del instinto imita al entendimiento , y en el sentimien- to se asemeja á las virtudes , el perro entre todos los animales , es una de las obras mejores de ia na- turaleza ; es un amigo que ha hallado el hombre en- tre los brutos , y mas fiel para ti , que los amigos que busca , y cree encontrar entre sus semejantes. Además de la hermosura de su iorma , de la vive- za , de la fuerza , y de la ligereza , tiene el perro por excelencia todas las calidades interiores que po- dían atraer nuestra atención : un natural vivo , fo- goso , feroz y sangriento que hace al peno montes temible a todos los animales , cede en el domesti- co a los sentimientos mas suaves , ai gusto de afi- cionarse , y al deseo de agradar ; viene arrastrando á poner á los pies, de su amo su valor , su tuerza y su instinto ; espera su orden para obedecerla : le consulta , le pregunta , y le suplica : una ojeada le basta , entiende fas señas de su voluntad , y sin te- ner como el hombre la luz del entendimiento , tie- ne todo el ardor del sentimiento ; le supera en fi- delidad , y en la constancia en sus afecciones ; nin- guna ambición , ningún interés , ningún deseo de venganza , y ningún temor le ocupa , sino el de desagradar ; en el todo es zelo , todo ardor , todo obediencia ; mas sensible á la memoria de los be- neficios que a la de los ultrajes , no se acobarda de los malos tratamientos , los sufre , los olvida , ó no se acuerda de ellos sino para humillarse mas ; y lejos de irritarse , o de huir , se expone de nuevo á que le maltraten ; lame aquella mano , instrumento del dolor que ha recibido , y solo le opone la queja ; y finalmente la desarma con la paciencia y ia su- misión. Puede decirse que el perro es el único animal, cuya fidelida está experimentada ; el único que co- noce siempre á su ámo , y á los amigos de la casa; el único que entiende su norríbre , y que reconoce la voz doméstica ; el único que quando ha perdido á su amo , y no puede encontrarle , le llama con sus gemidos ; el único que quando ha hecho una vez PER vez un viage largo , se acuerda del camino , v en- cuentra la senda ; finalmente , el único cuyos talen- tos naturales sean evidentes , y su educación siem- pre feliz. Mas dócil que el hombre , y mas obediente, que otro animal alguno , no solamente se instruye el peno en poco tiempo , sino que se conforma también á los modos y costumbres de los que le mandan ; toma el estilo de la casa que habita ; co- mo los demás domésticos es esquivo en las casas de los grandes, y rustico en el campo , siempre so- licito y diligente para su amo , y alhagador de so- los sus amigos , no hace ningún caso de las perso- nas indiferentes ; se declara contra los mendigos, los conoce en el vestido , en la voz y en sus movi- mientos , y no les dexa acercar. Quando se le con- fia por la noche la custodia de la casa , se pone mas arrogante , y algunas veces feroz , vela , ronda y oye desde lejos ios extraños,)' por poco que se detengan, ó procuren quebrantar las barreras ó límites , se ar- roja , se opene á ellos, y con repetidos ladridos , es- fuerzos y gritos coléricos , alborota , avisa y com- bate ; se precipita furioso sobre ellos , los hiere, los despedaza , y los quita lo que intentaban llevar- se ; pero contento de haber vencido , descansa so- bre los despojos sin tocar á ellos , ni aún para sa- tisfacer su apetito, y aún mismo tiempo daexemplos de valor , de templanza y de fidelidad. Se echará de ver , quán importante es esta es- pecie en el orden de la naturaleza , si se supone por un instante que no hubiese existido jamás. Sin el auxilio del peno no hubiera podido el hombre conquistar , domar y reducir á ia servidumbre los demás animales ; tampoco podría en el día descu- brir , cazar y destruir las fictas y animales perjudi- ciales. Para vivir con seguridad, y hacerse dueño del universo viviente , ha sido necesario comenzar grangeandose el cariño de los animales , atrayendo con suavidad y con alhagos los que se han halla- do capaces de apego y de obediencia para opo- nerlos a los demas. El primer arte del hom- bre ha sido , pues , la educación del parro , y el fru- to de ésta la conquista y la posesión pacífica de la tierra. Por eso el perro fiel á el hombre conservará siem- pre una pane del imperio , y un grado de su- perioridad sobre los demás animales ; los manda, rev na á la cabeza de un rebaño , y se hace enten- der mejor , que la voz del pastor ; la seguridad, el órden y la disciplina son los frutos de su vigilancia y actividad • pero donde manifiesta su valor , y descubre enteramente su inteligencia es en la guer- ra contra los animales silvestres. Luego que se oye el ruido de las armas , y el son de la corne- ta , 6 la voz del cazador ha hecho la señal de una guerra próxima , manifiesta el peno su alegria con los movimientos mas vivos , revistiéndose .de un nuevo ardor ; con su inquietud y con sus gritos anuncia la impaciencia de combatir , y el deseo -de vencer ; caminando después en silencio , procura reconocer el país , descubrir y sorprender al ene- migo ; investiga sus huellas , las sigue paso á paso, y con acentos diferentes indica el tiempo , la dis- tancia , la especie y aún la edad del enemigo que persigue. Por mas que éste intente burlar con su Historia Natural. Ton. 1 PER 209 astucia , su sagacidad , y todos los recursos de su instinto para hacerle perder el rastro , y subs- tituir otro en su lugar , el peno no pierde el objeto de su persecución ; ve , y conoce por el olfato todas las vueltas del laberinto , y lejos de abandonar el enemigo por un indiferente , des- pués de haber triunfado de su ardid , se indigna, duplica su ardor , le alcanza , le acomete , é hirién- dole de muerte , apaga en su sangre la sed , y el odio. La inclinación á la caza , ó á la guerra es co- mun en el hombre y en los animales ; el hombre silvestre no sabe otra cosa que pelear y cazar. Todos ios animales carniceros que tienen fuer- za y armas , cazan naturalmente •, los mas fuer- tes , como el tigre y el león cazan solos y sin arte ; los lobos , las zorras y los peños monteses se juntan , se entienden , se ayudan , alternan y re- parten la presa ; y quando la enseñanza ha perfec- cionado este talento natural en el peno domestico, quando se le ha ensenado á reprimir su ardor , y medir sus movimientos , y quando se le ha acostum- brado a un paso regular , y a la especie de discipli- na necesaria á este arte , caza con método , y siem- pre con éxito. El pino recien nacido no está todavía en- teramente perfeccionado. En esta especie como en las de todos los animales que producen gran núme- ro de cachorros , no están estos quando nacen tan perfeétos como en los animales que solo producen, uno ó dos. los pin os nacen comunmente con los ojos cerrados ; los dos parpados están pegados por una membrana que se rompe quando el músculo del parpado superior tiene fiierza suficiente para quitar y vencer este obstáculo , y la mayor parte dé- los perros no abren los ojos hasta el décimo ó duo- décimo dia de su nacimiento. E11 este mismo tiempo no están enteramente formados los huesos del crá- neo , el cuerpo está hinchado , el hocico infiado, y su forma total no esta todavía bien delineada ; pero en meaos de un mes aprende a hacer uso de to- dos sus sentidos , y después adquieren fuerza , y un pronto incremento. A los nueve ó diez meses co- mienzan á estar en estado de engendrar. El macho puede aparearse en todos tiempos , pero la hembra solo le recibe en tiempos señalados , y lo regular es dos veces al año, y con mas frequencia en el in- vierno que en el verano ; su calor dura diez , doce y algunas veces quince dias, y se conoce por las se- ñales exteriores ; el macho quando está en zelo ■huele .desde lejos la hembra , y la busca ; pero co- munmente no se dá ésta hasta los seis ó siete dias después de haber entrado en zelo. Un solo coi- to es suficiente para que conciba ; sin embar- go , quando se la dexa en libertad , los reitera va- rias veces al dia , y con todos los perros que en - cuentra } se observa, que quando puede escoger, prefiere siempre los mas gordos y mayores por feos y desproporcionados que sean : por eso suce- de freqüentemente que las penas pequeñas cubier- tas por mastines , perecen al tiempo de parir. Otra circunstancia de su ayuntamiento en su duración in- voluntaria , la qual consiste en una singularidad de conformación en el órgano del macho , quien no so- lamente tiene los cuerpos cabérnosos muy hincha- Dd des 2io PER do:, y propensos á formar un capullo, sino que, ade- más contiene un hueso particular que se halla tam- bién en el lobo , en la zorra y en algunos otros animales. Las penas están preñadas nueve semanas , esto es , sesenta y tres dias , algunas veces sesenta y dos ó sesenta y uno , pero nunca menos de sesenta. Pa- ren seis , siete , y algunas veces hasta doce cacho- ros : las que son muy grandes producen mayor nú- mero de ellos , que las pequeñas , las quales paren freqúentemente quatro ó cinco , y algunas veces dos , especialmente en los primeros partos que en todos los animales son siempre menos numerosos que en los demás. La vida del peno parece limitada á catorce años aunque ha habido algunos que han vivido veinte. Su edad se puede conocer por los dientes , los quales quando son nuevos están blancos , cortantes y puntiagudos , y á medida que envejece el animal se ponen negros , romos y desiguales ; también se conoce por el pelo del hocico que se encanece , por el de la frente y al rededor de los ojos ; igual- mente se juzga de su eaad por el sonido de la voz, que se pone ronca. Estos animales , que naturalmente son muy vigi- lantes , muy adtivos y formados para el mayor mo- vimiento , se ponen en nuestras casas tan pesados y perezosos por ¡a abundancia de alimento, que pasan toda su vida en roncar , dormir y comer. Este sueño casi continuo está muchas veces acompañado de sueños donde se descubre el ardor de su natural; porque parece que cazan sonando , están agitados y desal.ntados , y ladran con una voz apagada. Son naturalmente voraces y golosos , y sin embargo pueden pasarse sin comer largo tiempo : pero el agua parece que les es mas necesaria aún que el ali- mento; beben amenudo y con abundancia , y se cree vulgarmente que quando carecen de agua por mucho tiempo , se ponen rabiosos. Tienen una cosa muy particular , que se debe atribnir á la sequedad de su temperamento , y es, que hacen muchos es- fuerzos , y sufren siempre que excrementan. Todos los perros , de qualquier casta y país que sean , pierden su pelo en los climas demasiado calidos ; también pierden en ellos su voz , y en ciertos paises son enteramente mudos , en otros purden la facultad de ladrar , pero aúllan como los lobos , y chillan como las zorras ; se ponen feos, y crian todos unas orejas derechas y punceagu- das : en los climas templados conservan los perros su ardor , su vigor , su sagacidad y los demás ins- tintos que le son propios , quando los trasportan á climas demasiado cálidos lo pierden todo ; pe- ro en estos mismos paises donde no pueden ser- vir para ninguno de los usos en que nosotros los empleamos , los buscan para su regalo : los negros prefieren la carne del peno á la de todos los demás animales , y el manjar mas delicioso de sus festi- nes ó convites es un perro asado , y los salvagex de el Cañada tienen el mismo gusto. (*) El Perro de paitar ó de cavado en Francia es totalmente diferente al de España , donde p r lo regular son masti- nes de Ij mayor casta , por lo que no se h.t de confundir con la que describe Mr Ojubenton , como raza primiti- va > y que a nosotros nos partee mas bien una mezcla PER El perro es de todos los animales aquel cuya na- turaleza está mas sujeta á variedades y alteraciones, caucadas por las influencias iísicas. Hay en esta es- pecie una multitud innumerable de variedades en el tamaño , en la figura del cuerpo , en la longitud del hoc'co , en la iorma de la cabeza , en lo lar-, go y dirección de las orejas y de la cola , en el co- lor , en la calidad y cantidad del pelo , &c. pero como todos los perros prooucen juntos individuos que pueden perpetuase , produciendo elios mismos otros , es evidente que por diversos y varia- dos que sean , no forman sino una misma y única especie. Lo que es difícil de ccmprehender en esta nume- merosa variedad de castas diierentes , es el cara&er de la casta primitiva y originaria. Antes del descubrimiento de la América no habia en este Continente mas de una casta sola de paros , y los viageros ván de acuerdo en decir , que eran muy feos , y que tenian las orejas derechas , el pe- lo largo y áspero , el hocico agudo , y la cola lar- ga ; estos caracteres se hallan con corta diferencia en los perros que se llevaron de Europa , y que habiéndose vuelto montaraces en el discurso de ciento y cincuenta ó doscientos años , se han acer- cado á su forma primitiva. Igualmente se hallan estos caraétéres asi en los pinos originarios de los climas del Norte , como los del Mediodía de nuestro Continente , y los que se transpor- tan de nuestros climas , degeneran á la segunda ó tercera generación , y algunas veces antes , y solo producen individuos con las orejas derechas , &c. co- mo los otros La erección de las orejas , la longi- tud del hocico y la aspereza y largo del pelo nos parecen que son los caraétéres de la raza primitiva: luego estos cara&éres convienen mas al paro que llaman peno de pastor ó de ganado en branda que á otro alguno. (*) Puede pues presumirse con verosimilitud que el perro de pastor es de todos el que se acerca mas á la ca^ta primitiva , pues en todos los paises habitados por hombres silvestres ó medio civilizados, se parecen los perros i e sta especie mas que á otra alguna; y en el Continente entero del nuevo mundo no había otros; los que se hallan asimismo en el Norte y Mediodia de nuestro Continente, y que en Francia donde comun- mente los llaman perros de Irte , y en los otros climas templados los hay todavia en gran número, no obstante haberse puesto mas cuidado en multi- plicar las demás razas , que son mas vistosas , y agradables que en conservar ésta , que es tan útil, por cuya razón la han abandonado á los labra- dores y pastores encargados del cuidado de los ganados. Si se considera también que este perro no obstan- te su fealdad y su aspeélo triste y moncaráz , es con todo eso superior por el instinto á todos los demás perros , que tiene un carácter nato , en el qual no tiene parte la educación , que es el único que nace , por decirlo asi enseñado , y que guiado por del rna'tin y perro lobo ó inglés , por tener del primero la ex- truíiura del cuerpo, valor y vigilancia, y del segundo la agilidad y pelo, aunque mucho mas áspero y derecho. Esta casta de perro es poco conocida en España PER por su natural instinto se sujeta por sí mismo I la guarda de los ganados con una aplicación con- tinua , y una vigilancia y fidelidad singulares , que los conduce con una admirable , y no comunicada inteligencia , que su instinto causan admiración d su amo , quien descuida con él , quando por el con- trario es necesario mucho tiempo y trabajo para ins- truir los demas peños: se confirmará esta opinión de que este pen o es el verdadero peno de la naturaleza, y aquel que ésta nos ha dado para nuestra mayor uti- lidad , aquel en fin que debe mirarse como el origen y modero de la especie entera. Vease pues el orden siguiente , según el qual creemos se deben colocar las diferentes razas de fíenos. El peno de pastor origen de todos los demás, llevado á los climas rigurossos del Norte , en la La- ponia , se ha afeado y vucko mas pequeño , mien- tras que en Irlanda , Rusia y Siberia , donde el clima no es tan rigoroso , y los hombres mas civi- lizados , parece haberse mantenido sin altera- ción , y aún perfeccionado su especie. Por eso el peno Ingles , el perro de Siberia , el de Lapo- nia , el del Canadá , y el de los Hotentotes , &c. son el mismo peno que el del pastor. Efectivamen- te no se diferencian mas que en el tamaño , y en estar mas ó menos vestidos , y en ser su pelo mas ó menos áspero , mas o menos largo y mas ó me- nos poblado ; pero todos tienen las orejas derechas, el pelo fuerte y largo , el aspeólo silvestre , y no ladran tan ffeqüentemente , ni del mismo modo que los que en los climas benignos se han perfec- cionado mas. El perro de Islanda es el único que no tiene las orejas del todo derechas , sino un poco dobladas por la punta. Ei mismo perro de pastor transportado á los paí- ses templados , y á los pueblos enteramente civili- zados , como Francia , Inglaterra , Alemania , &c. habra perdido sus orejas derechas , su aspecto sil- vestre , y su pelo áspero , grueso y largo , y se ha brá vuelto alano , podenco o n/a tin por la influen- cia sola de estos climas. El mastín y el alano tienen todavía las orejas en parte derechas , y en parte pendientes , y se parecen bastante per sus propie- dades y por su natural sangriento al perro de quien sacan su origen: el podenco es el que se aleja mas de los tres , porque tiene las orejas largas , y ente- ramente pendientes , y también por su suavidad, por su docilidad y aún per su timidéz. El podenco , el braco y el pachón ó perdiguero no forman mas de una raza ; porque se hallan freqüen- temence en un mismo parto podencos , bracos y pachones , aunque un perro solo de estas tres cas- tas haya cubierto la perra. También pueden in- cluirse en esta raza el sabueso y el perro.de aguas-, todos estos perros tienen casi la misma forma , y- el mismo instinto ; no se diferencian entre sí , sino por la altura de las piernas , y por la amplicui de las orejas , que en todos son largas , blandas y pendientes , y todos tienen el hocico romo. El Historia Natural. Tom. 1. (*) No sé como el perro pichón pueda ser originario de Inglaterra , donde los llaman Sanchos y Spamhs pohittr nombres que con seguridaJ no son ingleses , y para prueba de esto. Un Español que en el año de 1784 pasó á aquel Reyno habiendo oid© llamar á el perro pachón PER 2 1 1 podenco , el braco y el pachón parece que son origi- narios de Inglaterra (*), de Francia y de Alemania, y degeneran quando los transportan a climas mas cali- dos , como Turquía y Persia; pero el sabueso y el pen o de aguas son originarios de España y de Btrbe- ria , donde el temperamento del clima hace que el pelo de todos los animales sea mas largo , mas suave y fino que en qualquiera otro pais. El Sabueso tiene el pelo liso y no muy largo , las orejas grandes , caidas y pobladas de pelo fino y suave , como también los muslos , y parte poste- rior de las patas ; la cabeza esta pintada simétrica- mente , esto es , que el hocico y el medio de la frente son blancos , y lo restante de otro color. El Sabueso negro es todo de este color, y casi de las mismas propiedades que el anterior , aunque no tan dócil. Los hay barcinos y bermejos con el hoci- co negro llamados bUceros. El faldero tiene la nariz corta, á proporción de su tamaño ; los ojos son grandes , y a raíz del casco el cuello guarnecido de lanas blancas. Este es el perro que tiene la cabeza mas hermosa , y quanto mas largas y suaves son las lanas de las orejas , y la cola , es mas estimado. Es fiel y acariciador; los Falderos negros y blancos tienen por lo regular unas pintas bermejas sobre los ojos. El perro de aguas grande tiene el pelo largo, blan- do y rizado ; las orejas carnosas , y cubiertas de un pelo menos rizado y mas largo que el de lo restan- te del cuerpo : la cabeza redonda , los ojos hermo- sos el hocico corto, y el cuerpo rehecho. Estos per* ros aprenden con facilidad lo que se les enseña: en- tran en el agua , y se les corta la punta de la cola esquilándolos simétricamente para hacerlos mas hermosos y limpios ; por lo que pide esta casta mucho mas cuidado que todas las demás. El perro do aguas chico se parece al grande , pero no se le en- seña, ni entra en el agua, aunque está muv sujeto á su amo. Los de aguas son generalmente los mas afeólos y leales de todos ; tenemos exemplos ma- ravillosos de su fidelidad y de su instinto. El 'ventor es mas fuerte que el braco ; tiene la ca- beza mas gorda , las orejas mas gruesas , y la cola corta : este perro es muy estimado del montero, porque le sirve para descubrir , y levantar la caza: los mejores ventores ,¡>on los hijos de sabuesa , y mastin , por tener mucho mejores los vientos: ucease Ventor. El braco de Bengala se diferencia del común por las manchas de su piel. F.1 pachón con piernas torcidas , no forma tampoco una raza diversa de la del pachón qjue' las tiene derechas ; porque este defeóto provie- ne por lo común de una enfermedad semejante al raouítis que han padecido algunos individuos , y cu- ya resulta, que es ia desfiguración de los huesos , han transmitido á sus descendientes. El sabueso grande y el pequeño, que sólo se dis- tinguen en el tamaño, llevados á Inglaterra han mu- dado el pelo blanco en negro , y se han vuelto ambos de otra especie. El quatro ojos es un sabueso negro Dd 2. CO- con los nombres arriba rhentlonaóos , se informó ile una persona muy instruida que estaba á la sazón con él, del ím t'vo dalle aquellos nombres , quien le respon- dió ,que por ser originarios de España los primeros que habían pasado á Inglaterra. 2i2 PER como los otros , pero con los brazos y hocico ber- mejos y dos manchas del mismo color sobre los ojos. El mastín llevado al Norte se ha vuelto lebrel , y al Mediodia , galgo ; porque el lebrel no es otra cosa que un mastín mas fornido y de mejor pelo ; y el gtf/joel mismo mastín mas delgado y esbelto, y am- bos cuidados con mas esmero. Los galgos grandes vienen de levante, los de mediana estatura de Italia, v estos últimos llevados á Inglaterra aminoran de tamaño , y solo son estimados por su figura ; pues apenas tienen el instinto de conocer á su amo. En- tre los galgos grandes se distinguen. El gago grande con pelo corto , que es casi del ta- maño del lebrel , y sus huesos son mas delgados, el lomo arqueado , el vientre comprimido , las piernas enxu.as , el hocico agudo , las orejas largas y estrechas , inclinadas sobre el cuello quando cor- re , y erizadas al menor ruido ; se le adiestra pa- ra la caza , y aunque tiene buena vista carece de vientos. El galgo grande con pelo largo que es un mestizo, que proviene del anterior y de una sabuesa grande, tiene las mismas calidades que el galgo con pelo corto ; pero tiene un poco mas de viento. El lelncl llevado á Irlanda , Ucrania , Tartaria, Epiro y Albania se vuelve alano , y es el mayor de todos ; en el Norte se sirven de él para tirar los carretones. El lebrel de quien no se sirven en Francia sino fastuosa y abusivamente para correr delan- te de los coches , y que por esto llaman lebrel de co~ che , como si no fuesen suficientes los riesgos á que esta expuesto el pueblo en una ciudad inmensa con la multitud de carruages y caballerías , es de la esta- tura de el alano de Inglaterra , pero tiene el hocico mas afilado ; su coior es pardiblanco, aunque hay al- gunos negros con manchas de color bermejo , y otros cenicientos. Estos perros son muy hermosos , y podrian servir para otro uso diverso del que los em- plean comunmente. El alano parece formar él solo una variedad diferente de todas las demás , asi por la forma , co- mo por el instinto ; también parece que está acos- tumbrado á un clima particular , viene de Inglater- ra , y cuesta mucho trabajo el conservar su raza en Francia. Este perro llevado de Inglaterra á Di- namarca pie rde de su tamaño , y se vuelve un le- brel pequeño , y éste transpor.ado á climas calidos, ha perdido si pdo , y se ha vueho perro chino. El lebrel pequeño es entretenido y dócil á la enseñan- za. El per: o chino parece que con el pelo ha perdi- do una par.e de su instinto ; es débil , tímido , y siempre está temblando de frío. Todas es. as razas las ha producido la influencia del clima , unida á la suavidad del abrigo , á el efeéto del alimento , y á los efeéfos de una educa- ción cuidadosa. Los demás perros no son razas pu- ras , y provienen de la mezcla de las primeras. Es- tas razas mestizas son: El galgo mestizo ó galgo con pelo de lobo , que proviene de galgo y de mastín ; tiene el hocico menos afilado que el verdadero galgo , el qual es muy raro en Francia. El pero de calabria proviene de el lebrel y del sabueso grande : es hermoso , y tiene el pelo lar- PER go y espeso , y su estatura es mayor que la del mastín. El húrgales proviene del sabueso y de el pachón. El perro león proviene del sabueso y de el lebrel chico. Es muy raro , y tiene el pelo largo y fino , y su cola forma una hermosa borla. El bufo , mezcla del sabueso grande , y perro de aguas , es del tamaño de los mayores perros de aguas , y tiene el pelo largo , fino y rizado. El perro de aguas chico es mestizo del sabueso chico y del perro de aguas. El alano grande ó paro de presa proviene del ala- no y el mastin. Es mucho mayor que el alano de In- glaterra , y tiene mas de éste que de mastín. La ra- za de alanos de Ingla erra llamados de presa , proT duce los pc> ros mas atrevidos y vigorosos; tienen la cara negra , carrilluda y arrugada , y la cabeza muy gorda. El dogo proviene del alano de Inglaterra , y de el lebrel chico. Todos estos perros son mestizos simples , y na- cen de la mezcla de dos razas puras ; pero hay otros muchos perros que podrian llamarse dobles mestizos ; porque vienen de la mezcla de una ra- za pura y de una raza ya mezclada ; tales son: El toques , que proviene del dogo , y del lebrel chico. El perro de Alicante , que proviene del dogo y del sabueso pequeño. El perro de malta ó perrillo de 37uas que viene del sabueso menor y del perro de aguas pequeño. Finalmente , hay peños que podrian llamarse quarterones , porque vienen de la mezcla de dos razas ya mezcladas : como el perro de artoys que procede dtl dogo y del roques ; y también los perros , que vulgarmente llaman de la calle , que se semejan á tocios les per. os en general , sin pa- recerse en particular á ninguno , porque provienen de la mezcla de varias razas. El alano inglés , el de presa y el dogo tienen la nariz tan roma , que apenas tienen viento. La finura del olfato en los perros parece que depende mas del grueso que de la longitud del hocico ; por-- que el caigo , el mastín y el lebrel que tienen el hocico muy largo , tienen mucho menos viento que el braco , y el pachón , sabueso y perro de aguas , los qualcs tienen á proporción de su ta- maño mas recogido y grueso el hocico que los pri- meros. No hay cosa mas opuesta sin duda que el natural del peno y el dtl Iodo; el primero es doméstico, in- teligente y sujeto al h< mhre : el segundo montaraz, cruel, ftrozé indomable: no hayamipaía tampoco mas violenta y manifiesta que la que reyna cons- tantemente en estos dos animales; sin embargo el lobo y el perro , tan diferentes per las qualidades morales, son entera y exactamente semejantes en toda su organización física , de tal modo , que si no produ- cen jun os, lo estorba mucho mas la dificultad de en-, centrarse , el instinto an.ipaiico y el odio invetera- do , que ninguna desproporción ó diferencia orgáni- ca. No obstante , esta antipatía del natural pare- cía á varios naturalistas tan caraéleristica y tan po- derosa , que juzgaron imposible , ó á lo menos in- fructuosa su unión, mas, quando los experimentos he- chos PER chos con todo el cuidado posible á presencia del Con- de de Bufón , fueron efectivamente inútiles ; pero Ja casualidad mas feliz algunas veces que las tenta- tivas , ha producido esta raza mestiza , y ha resuel- to el proolema. En casa del Señor Marques de Spontin-Beaufcrt han nacido estos peños lobos de una loba cogida desde pequeña , y domesticada con un peno , á el que vencida la antipatía natural, se ha- bia aficionado. Los Griegos sabian que la especie del lobo y la del perro podían unirse , y producir juntas , por lo que dieron el nombre de cocote al mestizo nacido de su ayuntamiento. Es verdad, que según su costumbre llenaron de fáculas la Historia del cromo ; pero siempre resulta que tuvieron conocimiento de un hecho , cu) a tradición estaba perdida para nuestros naturalistas modernos. Finalmente estes lobos-perros , cuya raza envia- ron al Conde de Bufón , quien observa su conexión y degradación producida por la mezcla , parecen a pri- mera vista mas bien lodos que perros , y las suiales del natural interior no desmienten es.ta apariencia; son mo ntaraces , tímidos y feroces ; aúllan mas que ladran , y si de esta alianza entre las especies del lobo y del perro se quisiese inferir su identidad originaria (loque seria llevar la conclusión mas alia de io que el hecho nos representa) era necesa- rio confesar que este origen es remotísimo , y creer que la educación , disputándoselas á la natu- raleza , hubiera creado aqui, en algún modo, una es- pecie ; pues es una verdadera creación en el orden de los ¿eres , el dar a uno de ellos un natural nue- vo, y enteramente opuesto á aquel de que estaba dota- do , y tal como el del perro comparado á el del lo- bo , si es cierto , que el lobo es el perro de la na- turaleza. ** Ierro cangrejero. Véase cangrejero. ** Perro corcovado de Mt-xico , es el it'tfiuin- tepogotl: , vease esta voz. ** Perro de ayuda. El que está enseñado á so- correr , V defender a su amo , que por lo regular sen mestizos de alano y mastina. ** Perro de encareo o encaro ( moin ) los que buscan la caza , y quando la hallan la persiguen has- ta que la levantan , y con especialidad las perdices; por lo que se iiaman también perdigueros. ** Perro de muestra. Nombre que se dá á el pachón, que se para luego que ve la caza, como mos- trándola para que ¡a tiren. ** Perro de presa. El alano que con los dien- tes ase y aferra tan fuertemente , que es difícil el hacerle soltar. ** Perro de suelta, (mont) El sabueso que no concierta ni atrailla , y que solo va con la demás montería. ** Perro montes mexicano. Es el tepehgcuintli. Véase este artículo. ** Perro pelado de México. Vease xoloitz- CUINTLI. ** Perro volante de la nueva España. Es el vampiro , un murciélago grandísimo. Vea¡c vampiro. PERUASCA , ó comadreja con unidor , animal mas pequeño que el hediondo , y cubierto de un pe- lo blanquecino , rayado transversalmente de varias listas , de un color bermejo, que forman otras tantas P I L 213 faxas. Vive en los bosques, en los que se construye su madriguera. Su piel es estimada y muy bella. Ha- llase en Polonia y en Rusia. PESZI. En lengua Rusa es el isatis. Vease isatis. PHAEANGIO )e¡) asi llamado por la singular forma de las pnalanges de sus dedos, pues no tiene mas ae quatro que corresponden a cinco unas , de que están arma Jos sus pies de atras ; el primer dcoo esta pegado con el inmediato ; de suer- te que este doble dedo forma la orquilla , y no se separa hasta el último nudillo para ¡legar a las dos unas ; carácter único que le distingue de todas las demás especies de animales á las que se quisiese compararle ; el pulgar esta separado de los otros dedos , y no tiene una á su extremo. Parece que estos animales varían entre si en los colores del pelo. Son del tamaño de un conejo pe- quero ó de una rata muy grande, y notables per la excesiva longitud de su cola y de su hocico , y por la forma de sus dientes. Es.a especie pertenece a la America Meridional, y si se la puede aproximar de alguna otra , será por su semejanza á la del didelfo, marmosa y cayopolin. Picadero, {moni) El sirio donde en tiempo de ronca van los venados y gamos para roncar y es- carvar, que siempre es junto alguna encina ó mata. PICHU. E11 la Luisiana es el margay. Vease makgay. ** PICO. En el Reyno de Chile dán este nombre á un armadillo de seis pulgadas de largo , con qua- tro faxas que le rodean su cuerpo. Pico a viento, (mont.) Es quando la caza vá huyendo con el ayre en la cara ; y quando va al contrario , se dice rabo a viento , y también se di- ce echarse el ayre encima. PIGMEO de Guinea. Nombre baxo del qual han indicado algunas veces el pequeño orangután g ó Joco, Vease orangutang. ** PIGUCHEN. Este quadrúpedo alado ó espe- cie de gran murciélago del Reyno de Chile , es se- gún dicen , de la magnitud y figura de 1 conejo case- ro , y cubierto de un pelo fino de color de canela: tiene el hocico aguzado , los ojos grandes , redon- dos y resplandecientes : las orejas casi invisibles, y las alas membranosas ; las patas cortas y semejan- tes á las del lagarto ; la cola redonda por su naci- miemo , y después ancha al modo de las de los pe- ces : silba como las culebras , y vuela como las perdices ; habita en los huecos de los árboles de donde sale solo la noche : no hace daño á nadie sino á los ¡nse&os que le sirven de pasro. PILORl'feiy. Especie de rara grande particular á las Antillas , que no se debe confundir con la ondatra ni con el desmán, aunque exhala como ellos un olor fuerte de almizcle. El p'lori es del tamaño de un conejo , y construye con o él su vivar deba- xo de tierra : tiene la cola coma y cilindrica , el pelo por lo regular blanco por el vientre , y negro en lo restante del cuerpo ; esta especie de rata multiplica mucho menos que las comunes. „ El p'lori , dice Labat , es una especie de rata campes- tre , dos ó tres veces mayor que las comunes ; son casi blancas , su cola es muy corta , y huelen á al- mizcle extraordinariamente.^ En la Obra intitulada Historia natural de las An- 2i4 P I T tillas (p. 11 4.) se halla el pasaje siguiente sobre el pilori. „ Las ratas almizcladas de las Antillas , que nuestros franceses llaman pi Inris , hacen su morada en los agujeros de la tierra , como el conejo : son casi del mismo tamaño ; pero no se parecen á las grandes ratas que se ven en otras partes , sino que la mayor parte tienen el pelo del vientre blan- co , como los lirones , y ¡o restante del cuerpo negro ó leonado ; exhalan un olor de almizcle tan fuerte que fastidia , el que perfuma tanto su mora- da , que es muy fácil de discernirla." Finalmente , el Padre Dutertre se explica asi sobre estos animales : „ los piloris se hallan en la Martinica , y en algunas otras islas Antillas : son unas ratas almizcladas de la misma forma que las de Europa , pero de tan prodigiosa magnitud , que quatro ratas nuestras no pesan tanto como un pilo- ri. . . . Anidan hasta en las casas , pero no pueblan tanto como las comunes , que no se han visto en aquellos parages hasta pocos años hace , que la is- la está freqüentada de navios. PINCHE (el). Mono de la familia de los sagoi- nes : tiene la cola al doble mas larga que la cabe- za y cuerpo juntos ; la cara , la garganta y las ore- jas negras ; la cabeza poblada de pelo largo blan- co, en forma de cabellos lisos ; el hocico ancho, el rostro redondo ; el pelo del cuerpo bástame largo , y de color pardo , leonado ó bermejo has- ta cerca de la cola , por donde es anaranjado ; el pecho , el vientre , las manos y los pies son blan- cos. La cola por su origen es de un roxo vivo , des- pués de un pardo bermejo, y negra por la punta. El pínche anda en quatro pies , y tiene cerca de nueve pulgadas de largo en todo. Es un animal hermoso ; su voz es suave, y se parece mas al canto de un paxarillo que al grito de un quadrúpe- do : es muy delicado , y es necesario mucha pre- caución para poderlo transportar á Europa. PIPISTRELLO. Nombre dado á una especie de murciélago. Vease murciélago. PITHECO. (el) Es de la casta de \os monos só.n cola. Sus colmillos no son mayores a proporción que los del hombre ; tiene la cara chata , las tiñas planas y re- dondas como las del hombre ; anda en dos pies , y tiene á lo mas pie y medio de alto. Su natural es suave ; se domestica fácilmente , es fino y diestro, é imita al hombre en todo lo que le vé hacer. Estos animales qtiando silvestres viven de hier- bas , trigo v toda especie de frutas que van jun- tos á robar á los jardines ó campos donde hacen ' extragos grandes. Uno de ellos va á reconocer el cam- po , y quedar de centinela , mientras los demás ha- cen el robo ; al menor peligro grita ; v todos sal- tan de árbol en árbol , salvándose en los montes: las hembras aunque cargadas de quatro ó cinco hi- jos que llevan sobre el lomo , no dexan de saltar y huir como los machos. Uno de los medios que emplean para coger es- tos monos , es llevar a las inmediaciones de las ca- vernas donde habitan-, bebidas fuertes y licorosas, todos ván á gustar la bebida gritando chinchín ; por lo qttal los Tártaros ks han dado este nombre : se emborrachan de tal modo que se quedan dormidos, y los cazadores los sorprenden en este estado. La especie de estos animales era conocida de los POL antiguos , está generalmente esparcida en las partea, septentrionales de Africa y de Asia , hasta la Chi- na , donde le llaman sinsin , nombre , que como el Tártaro, parece formado de su grito. PITONES. Son los principios de la cuerna det venado , quando empiezan á nacer. PLATYCEROS, de ios Latinos, es el gamo. Vease Gamo. 1 OLATUCA. (la) ó ardilla volante. Es origina- ria de las Regiones Septentrionales del antiguo y nuevo Continente ; se parece algo á la ardilla en eE tamaño de los ojos , y forma de la cola , la qual , no obstante , ni es tan larga ni tan poblada ; pero se acerca mas á el lirón por la figura del cuerpo, por la de las orejas que son cortas y desnudas , y por el pelo de la cola que es de la misma form® y del mismo tamaño que el del lirón ; es mas pe- quena que la ardilla , y no se entumece con el frió como el lirón. Por eso las denominaciones de ardi- lla volante , lirón volante rata de puente &c. que la han dado , están mal aplicadas , pues ni es ar- dilla , ni rata' , ni lirón , y que además de las di- ferencias que acabamos de citar , tiene también urs carácter propio y particular , que él solo bastan* p3ra hacerla considerar como una especie separada. Este animalejo habita en los árboles ; vá de ra- ma en rama , y quando salta para pasar de un árbob á otro , ó para atravesar un espacio considerable* su pellejo , que es floxo , y plegado por los lados» del cuerpo, se estira , hacia fuera , se dobla , y ser ensancha por la dirección' contraria en las piernas- delanteras que en el movimiento del salto se estien- den hacia delante , y las de atras en sentido contra- rio, estirado asi , y estendido el pellejo hacia fuer* mas de una pulgada, aumenta otro tanto la superfi- cie del cuerpo sin aumentar su masa , y retarda poe, consiguiente ia aceleración de la caída ; de suerte, que de un salto solo llega el animal á una distancia bastante grande. Por esto este movimiento no es un vuelo co-i mo el de ks aves , ni un revoloteo como el de> los murciélagos , que ambos se hacen tocando el avre por vioraciones reiteradas ; éste es un sim- ple salto , en el qual toco depende dei primer im- pulso , cuyo movimiento está solamente prolonga- do , y subsiste mas largo tiempo, porque el cuer- po del animal presentando al ayre una superficie mayor , experimenta una resistencia mayor , y cae mas lentamente. La polaiuca se acerca en algún modo del mur- ciélago por esta extensión del pellejo, el qua! reú- ne en el salto las piernas de delante con Jas de atrás , y les sirve para sostenerse en el ayre : tam- bién parece que se ié asemeja en el natural , por- que es pacífica , y duerme por el dia , y no toma actividad hasta por la noche. Estos animalillos se cogen tapando con una red los agnjeros 'del árbol donde se sospecha que hay alguno, y después se les echa dei nido introduciendo humo en él ; por este-, medio se enredan en las redes queriendo salvarse. Su piel es muy suave y poblada de pelo blanco y pardo , cuya mezcla hace un efe&o muy agrada- ble: sus ojos son grandes , saltados, negros y muy hermosos : sus orejas pequeñas ,. v sus dientes muy agudos con los que muerden bien apretadamente. Quan- PON Quando están quietos echan la cola sobre el lomo con muy buena gracia; pero Ínterin vuelan o saltan, la baxan , y menean de un lado á otro. La poíatuca es muy fácil de domesticar 3 pero al mismo tiempo es propensa á escaparse , y es ne- cesario tenerla enjaulada , ó atarla con un cordel: se la mantiene con pan , frutas y semillas , gusta mucho de los botones y renuevos de los pinos y álamos , no busca las nueces y almendras como las ardillas ; se hace una cama de hojas. , en la qual se encierra y peimanece todo el dia , y no sale hasta la noche , o quando la aprieta el hambre. Como tiene poca viveza , la cogen fácilmente hs martas y otros animales que trepan á los árboles , y por eso la especie es muy poco numerosa , aunque las hembras producen comunmente tres ó quacro cachorros. Es mas común en América que en Eu- ropa. La poíatuca es el mus ponthus aut scyticus , sc'tu- rusve , quera •volantem cognominant de Gesnero 3 el sciurus americanus aiolans de Ray 3 el flying squirel de las transact. pk'tl. año de 1733. y de Edwardsj la ardilla volante de Brisson y de Catesby. PONGO. Nombre del gran Orangutang en la costa occidental de Africa. Vea.se orangu tang. PONTICVS , mus ponticUs. Nombre aplicado á la poíatuca. Vease poíatuca. POTRO. Llamase asi el hijo del caballo y de la yegua. Como las buenas ó malas calidades de los caballos vienen casi todas de la educación que se les dá , quando potros , nos parece estar obli- gados á dar una relación circunstanciada del cuida- do y trabajo que exige esta educación. Desde la primera edad se tiene cuidado de se- parar los potros de la madre 3 se les dexa mamar por espacio de cinco ó seis , ó á lo mas siete me- ses ; porque los que maman hasta los diez ú once no valen tanto, como los que se destetan antes, aunque comunmente toman mas carne y cuerpo. Luego que han mamado seis ó siete meses se les desteta para darles un alimento mas sólido ; se les dá salvado dos veces al dia , y un poco de he- no , cuya cantidad se aumenta á medida que cre- cen , y se les tiene en un establo.hasta que olvidan la madre ; pero pasado este tiempo se les saca por el buen tiempo , llevándolos á pastar , teniendo cuidado de antes de llevarlos, darlos salvado , y ha- cerlos beber una hora antes ; pues de lo contrario les haria mucho daño la yerba que paciesen en ayunas , como también el exponerlos á un gran frió y á la lluvia. De este modo pasan el primer invierno 3 y al mes de Mayo siguiente , no solo se les dexará pas- tar todos los dias , sino también dormir en el cam- po durante el verano , hasta fin de Oéiubre , ob- servando solamente el no dexarlos pacer , los re- toños , porque si se acostumbráran á esta yerba demasiado fina aborrecerían la paja , que ha de ser luego su principal alimento , mezclándosela con el salvado y cebada al segundo invierno. Se les va cuidando de este modo dexandolos pacer de dia en el invierno , y de noche en el ve- rano hasta la edad de quatro años que se le retira del pasto para alimentarlos con heno ó paja , esta mutación de alimento pide algunas precauciones: no tot 215 se Ies dará los ocho dias primeros mas de paja , y será bueno el hacerlos tomar alguna bebida con- tra las lombrices, que las malas digestiones de una yerba demasiado cruda pueden haber producido. Finalmente en toda edad y en tojos tiempos está el estomago de todos los caballos lleno de una prodigiosa cantidad de lombrices , que parecen ser parte de su constitución : se hallan en los ca- ballos sanos y en los enfermos , en los que pacen yerba , y en los que comen cebada y paja : tam- bién las tienen los burros , los quales de codos los animales son los que se acercan mas á la naturale- za del caballo , y asi no se deben mirar las lombri- ces de que hablamos , como una enfermedad acci- dental causada únicamente por las malas digestio- nes de una yerba cruda , sino mas bien como un et'eéio del alimento y de la digestión común de es- tos animales. Se ha de tener un sumo cuidado á el destete de los potros de ponerlos en una quadra limpia; pero no muy abrigada , pues la demasiada calor les perjudica , haciéndolos delicados y demasiado sensibles a las impresiones del ayrc ; se les hará á menudo la cama con paja fresca , teniendo cuidado de limpiarlos estregándolos de tiempo en tiempo, pero sin atarlos ni almohazarlos hasta los dos años y medio ó tres 3 porque los estregones demasiado fuertes de la almohaza les haria mal , y su piel , de- masiado delicada entonces para sufrirlo , les per- judicaría mas bien que aprovecharles. Se ha de tener sumo cuidado en que los pe- sebres no estén muy altos ; la precisión de le- vantar la cabeza demasiado para comer , podría ser motivo de quedarse con aquel vicio , lo que les echa á perder el cuello. Al año ó diez y ocho me- ses se les esquilará la cola , para que les salgan las cerdas mas fuertes y espesas. Pasados los dos años es preciso separar los potros , poniendo los ma- chos con los caballos , y las hembras con las ye- guas 3 sin esta precaución se acalorarían los potros al rededor de las hembras , v se enervarían sin fruto alguno. A la edad de tres años ó tres y medio se ha de empezar á domarlos y enseñarlos. Primero se les pondrá una silla ligera y cómoda , y se les de- xará ensillados por espacio de dos ó tres horas ca- da dia 3 se les acostumbrará también á llevar el bo- cado , y á dexarse levantar las manos y pies , dán- dole algunos golpes en los cascos en ademan de her- rarlos 3 y sí fuesen caballos destinados para tiro, se les pondrá la guarnición y el bocado : a los prin- cipios no necesitan unos ni otros brida. Después se les hará trotar del diestro en un terreno llano con un cabezón en la nariz , sin mon- tarlos , y solamente con la silla ó arnés sobre el lomo. Luego que el caballo de silla vuelva fácil- mente , y venga por sí solo hácia el que le tiene del diestro , se le montará , y desmontará en el mismo puesto , sin hacerle andar hasta que ten- ga quatro años , porque antes de esta edad no tie- ne bastante fuerza para mantener andando el peso del ginete 3 pero á los quacro años se le montará de tiempo en tiempo para hacerle al paso ó trote. Quando el cabal lo de tiro está hecho á las guarniciones , se le pondrá con otro caballo maes- 2i6 PUD tro , poniéndole su brida , y se le conducirá del diestro hasta que empiece á conocer el tiro ; enton- ces el cochero procurara hacerle recular ayudado de otro hcmbre, que por delante le empuje hacia atrás con suavidad , y aún le dará algunos gol- pes para hacerle obedecer : todo esto ha de ser antes que los potros muden de alimento ; pues una vez que llegan a comer grano son mas vigorosos é indóciles á el manejo. Véanse los artículos caballo y YEGUA. PROVEEDOR del león. Nombre que se da al ca- racal. Ve/tse CARACAL. PUCO. Nombre de una especie de rata , que dicen ser mayor que la casera con el hocico oblon- go tiene la propiedad de horadar la tierra pa- ra hacer su madriguera y destruir los jardines. Esta rata pino , añaden, se halla en Polonia , en Ru- sia, y aún, según creemos , en Noruega ... Por estas señas poco distintivas , parte de las quales parece indicar un criceto , y parte un lemings , es dificultoso el determinar si el puco es en efeéto dife- rente de estos animales. ** PUDU, (el) Es una cabra montes del tamaño de un choto ó cabrito de seis meses , de color pardo y armada de unas astas pequeñas de que care- cen todas las hembras. Este animal, que los españo- les de Chile llaman impropiamente venado , tiene todos los caraétéres genéricos, y aún hasta la for- ma exterior de las cabras ; pero se distingue de la doméstica en no tener barbas , y en que sus Cuernos son redondos , lisos y de dirección diver- gente. Luego que principian las nieves , salen á ma- nadas los pudos de los valles de la cordillera ; y es- parciéndose por los llanos de las provincias austra- les , dan en manos de aquellas gentes que los co- gen para comérselos , ó criarlos en sus casas. Los muchachos se divierten mucho en domesticar- los ; porque son de natural tan manso , que se aco- modan con facilidad a todos los antojos de la festi- va juventud. PUERCA, (la) ó hembra del puerco, ha de tener el cuerpo largo , el vientre grande y ancho , y las tetas largas : también ha de ser de un natural man- so , y de una casta fecunda. Puede producir á los nueve meses ó al año, como el verraco ; pero es mejor esperar á que tenga diez y ocho meses , ú dos años. El primer parto no es numeroso: los le- choncillos son d ébiles é imperfetos , quando no ha cumplido un ano la madre. Entra en zelo en todos tiempos , y aunque esté preñada , procura unirse con el macho. Este calor que es casi continuo se manifiesta con acce- sos y movimientos inmoderados, que finalizan siem- pre por revolcarse en el cieno ; en este tiempo echa un licor blanquecino , bastante espeso y abundante. Su preñez dura quatro meses , y pare á principios del quinto , y al instante busca al ma- cho , se hace preñada otra vez , y por consiguien- te produce dos veces al ano : también las hay , que producen regularmente cada cinco meses. Luego que está preñada, se la separa del macho el qual podria lastimarla , y quando pare se la dá de comer con abundancia. Se ha de cuidar de que no devore alguno de sus hijos , y aún mucho mas de alejar al verraco, el que seguramente los rnata- PUE ría. También se la hará cubrir á principios de la pri- mavera , para que pariendo por el verano tengan los lechoncillos lugar de ciecer , fortificarse y en- gordar antes que entre el invierno ; pero quando se quiere que para dos veces al año , se la dá el ma- cho por el mes de Noviembre con el fin de que para por Marzo , haciéndola cubrir segunda vez al principio de Mayo. Sus camadas son numerosas, y algunas veces de diez y ocho , y veinte lechoncillos , no obstante de no tener mas que doce tetas y algunas menos. El número de éstas no es , como se dice , relativo en cada especie de animal , al número de cachor- ros que la hembra pare y cria. A los quince dias, ó tres semanas se la han de dexar solo ocho ó nue- ve lechoncillos , quitándola los demás para vendet- tas , cuidando de que los que la queden sean la mayor parte machos , por ser los que dexan ma- yor produéto castrándolos. A las tres semanas se les lleva al campo con la madre para que aprendan á buscar su sustento , cui- dando de destetarlos cinco semanas después , y de darles por mañana y tarde suero mezclado con sal- vado , ó agua tibia con legumbres cocidas. Vca.sc PUERCO y JABALI. PUERCO, (el) Parece ser el mas bruto de to- dos los quadrúpedos. Todas sus propiedades son groseras , sus gustos inmundos , sus sensaciones parecen reducirse á una glotonería brutal que le hace devorar indistintamente todo lo que se le pre- senta , y aún su misma progenie apenas ha nacido. Su voracidad depende sin duda de la necesidad con- tinua que tiene de llenar la gran capacidad de su estomago, y lo grosero de sus apetitos , de la torpeza y embotamiento de los sentidos del gusto y del taéio. La aspereza del pelo , la dureza del pellejo., y la abundancia de la manteca hacen á estos animales insensibles á tas golpes. Su taélo es muy tosco , y u vida. En la parte anterior de la quixada inferior time seis dientes incisivos y cortantes , y en la superior otros seis correspondientes ; pero no Son mi incisivos , ni cortan.es , sino lardos, cilindricos , y romos por ia punca ; de suer.e que no se janean unos con otros por sus extremos , si- no muy oblíquamtnte. bolo el cerdo , y otras dos ó tres especies de animales , timen navajas o colmillos muy largos, los quales se diferencian de los demás uientes en que saien hacia fuera , y crecen durante, su vida. Estos colmillos son planos y cortantes , y algunas veces de nueve o diez pulgadas de Lrgo; están su- mamente metidos en ios alveolos , y tienen tam- bién , como los del elefante , una concaviuad en su extremo superior ; pero el elefante y la vaca marina , solo tienen coiinilios en la quixada supe- rior , y carecen de- ellos en la inferior ; en lugar que el verraco y el jabalí los tienen en ambas qui- xadas , y los de ia inferior son los mas útiles al animal ; aunque tambitn mas peligrosos por Emir con ellos el jaban. La pue,ca , ia jabalina y el puer- co capado , tiem n cambien estos quatro colmillos en la quixada inferior, pero no les crecen , ni salen tanto fuera como al verraco. Ademas de estos dhz y seis dientes , á saber, doce incisivos , y quauo colmillos , tiene tambitn veinte y ocho muelas, y en todo quarenta y quacro dientes. Los puercos gustan mucho de las lombrices , y de cienas raíces , como las de la chirivia silvestre. Para hallar las lombrices , y cortar las raíces , es- carvan en la cierra con el hocico ; no la esearvaa te en 1 1 8 P U E en linea reda , ni tan profundamente como el jaba- lí , sino á un lado y otro, y con mayor ligereza. Como el estrago que hacen es mucho , es necesa- rio alejarlos de las tierras cultivadas , y conducirlos a los bosques y barbechos. Su modo de detencter.- sc es el mismo que el de los jabalíes , y no se necesitan perros para guardarlos . pero como son indóciles y duros , un hombre agil y robusto solo puede guardar cincuenta. En el otono o invierno se les lleva a las selvas donde hay abundancia de frutas silvestres : en el verano se les conduce á los parages húmedos y pantanosos , donde hallan lom- brices y raíces , y por la primavera se les muda a los campos y tierras baldías : desde el mes de Mar- zo hasta el mes de Octubre , se les ha de sacar dos veces al dia , y dexaries pacer desde la maña- na , después de disipado el rocío , hasta las diez, y desde las dos de la tarde hasta el anochecer : en el invierno no se les lleva mas de una vez al dia, quando el tiempo está bueno ; porque el rocío, la nieve y la lluvia les son contrarias. Si sobrevie- ne una tempestad o una lluvia muy abundante , se les ve comunmente desertar de la piara unos des- pués de otros , é irse corriendo , y gruñendo hasta la puerta de su establo i los mas nuevos son los que chillan mas y mas alto ; y este chillido que es diferente de su gruñido común , es un grito do- loroso , semejante a los primeros chillidos que dan quando los enganchan para degollarlos : el macho no chilla tanto como la hembra. Aunque estos animales son muy glotones , no acometen , ni devoran , como el iobo , a los de- mas animales ; sin embargo , no puede negarse que son aficionados á la sangre , y á la carne san- grienta y fresca , pues comen sus hijos , y aun los niños de pecho. Quando encuentran alguna cosa suculenta , húmeda , crasa y mantecosa , la lamen primero , y luego la tragan. Su glotonería es tan grosera , como brutal su natural : no tienen nin- guna sensación bien distinta ; los cochinillos ape- nas reconocen á su madre , ó á lo menos sen muy propensos á equivocarse , y á mamar de la prime- ra lechona que les dexe agarrar las tetas. Por poco tiempo que se haya estado en una al- dea , se conoce la utilidad que se saca del puerco: su carne fresca se vende con tanta estimación co- mo la de vaca , y salada con mucha mas. Sus des- pojos , como son sangre , tripas , visceras , pies y lengua, todo se aprovecha y se come. Su estiér- col es mas frió que el de los demas animales , y solo puede servir para las tierras demasiado calidas y secas. Del gordo de los intestinos y del epiplon, que es diferente del lardo , se saca la manteca y unto : el pellejo sirve para varios usos , y se ha- cen con él cribas , y una especie de zapa ; y de sus cerdas bruzas , cepillos y brochas : la carne de este animal coge mejor la sal , y se conserva salada mas largo tiempo que otra alguna. Esta especie , aunque abundante y muy espar- cida en Europa , en Africa y en Asia , no la habia en el nuevo mundo , a donde la llevaron los Espa- ñoles , quienes echaron cerdos negros en el Con- inente , y en casi todas las islas de América : en muchos parages se han multiplicado y vuelto sil- vestres , semejándose a nuestros jabaiieí ; tienen PUE el cuerpo mas corto , la cabeza mas gruesa , y el pellejo mas gordo que los puercos domésticos , los quales casi todos son negros como los jabalíes ea los climas cálidos. Vease Cerdo castado. Una supersticiosa preocupación ha privado á los Mahometanos de este útil animal ; no se atre- ven ni a tocarle , ni á comerle. Los Chinos al con- trario , guscan mucho de la carne del puerco , y crian numerosas piaras de ellos , y es su alimento mas común. Los puercos de la China , como los de Siam y la India , difieren algo de los de Eu- ropa ; son mas pequeños , y tienen las piernas mu- cho mas cortas ; su carne es mas blanca y delica- da ; se parecen mas al jabalí que los nuestros , y tienen las orejas mas tiesas , cortas y derechas, lo qual prueba que han degenerado menos. Estos puercos son conocidos en Francia , y algunas per- sonas los crian : se mezclan , y producen con los de la raza común. Los Negros crian también una gran cantidad de puercos , y aunque hay pocos en Berbería , y en todos los países habitados por los Mahometanos , se hallan en Africa y en Asia puer- cos monteses en tanta abundancia como en Europa. En todos los climas hay puercos : únicamente parece que en los países frios , habiéndose hecho doméstico el jabalí , ha degenerado mas que en los países calidos ; un grado mas de temperamento basta para mudar su color. Comunmente son xa- ros en nuestras provincias Septentrionales de Fran- cia , y cambien en el Vivarais ; pero en el Delfi- nado , que está muy vecino, son todos negros, como también en el Languedoc , en Provenza , en España , en Italia , en Indias , en la China , y en América. Puerco castado (el). Es el puerco común trans- portado a la América , y vuelto silvestre en las selvas de las islas del nuevo mundo. Los puercos castaños , se han multiplicado prodigiosamente en la mayor parte de estas regiones : van en tropas de varios centenares , particularmente para pasar los rios , y los cazadores se aprovechan de esta ocasión para tirarlos. Disiinguense tres especies de estos animales : Los de la primera tienen el tamaño corto , la cabeza gruesa , el hocico no muy largo , y los colmillos larguisimos : las piernas de delante casi una tercera parte mas cortas que las de atrás , lo qual es causa de que volteen muchas veces quando baxan corriendo alguna cuesta. Quando se sien- ten heridos , se ponen furiosos , y son peligrosí- simos. Algunos pretenden , que quando se descu- brió la América , los llevaron los Españoles á aque- llos parages , y que los que llevaron eran de la Andalucía , donde hay todavía algunos que se les semejan en un todo. Eos de la segunda especie , no son idénticos á los nuestros , y se dice que se huyeron á los mon- tes de los parques , donde los mantenían llevados a aquellas islas. Los de la tercera especie se llaman puercos de Siam , por haberlos llevado de aquel reyno á las islas unos navios Franceses , que volvían de la In- dia. Puerco de agua (el) de Demarchais , es el ca- bial. ríase Caeiai. PUER- PUE Puerco de America. Nombre con el qual han indicado el pecar. Vcase Pecar. Puerco de Guinea (el), Es casi de la misma fi- gura que el nuestro ; pero mas chico : tiene el pe- lo corto , roxo y lustroso ; no tiene cerdas ni aun en el lomo : el cuello y la grupa , cerca del mas- jo de la cola , están cubiertos de pelo un poco mas largo que el resto del cuerpo. La cabeza no es tan gruesa como la del pumo de Europa ; y se diferencia también de éste por la forma de las orejas , que son muy largas , puntiagudas , y echa- das hacia atrás á lo largo del cuello : la cola es también mas larga , y llega casi al suelo : no tiene pelo en ella hasta su extremo. Esta casta es origi- naria de Guinea , de douue la llevaron a el Bra- sil , donde ha multiplicado como en su pais na.ivo: hallase tamoi.n en Asia , y en particular en la is- la de Java , de donde parece que los Holandeses la houion á el Cabo de BJeiia Esperanza. i-luco de tierra (el). Animal del Cabo de Bu-nu Esperanza , que se alimenta de hormigas como el tamandúa , y otros animales hormigueros de America , lo qual le ha hecho dar el nomore de comedor de hormigas ; pero en lo esencial , for- ma una especie particular , y muy dilu'ente de los hormigueros , como del cerdo , á quien única- mente se semeja por la longitud de la cabeza, por el hocico , y largo de las orejas. Es casi del tamaño del lamanduaguacu : los pe- los que cubren su cabeza , el lomo y la cola , son muy cortos , pero están echados , y arrimados de tal modo al pellejo , que parece que están pegados á él '• su color es de un pardo sucio , cas. seme- jante al del conejo , pero mas obscuro ; ios hija- res y el vientre , es.an poblados de pao mus lar- go , y de coior bermejizo ; ios q e cu. ion las piernas son también mueno mas !. . -os , uei todo negros y derechos, bu cabeza es de ngura pirami- dal , un poco comprimida hacia su extremo , y remata en un hocico , en ei que están ras ventanas de la nanz , y sobresale certa de ui.a pulgada de la quixada inferior; eso- ts muy chica , ia lengua larga , muy delgada y pía. a, p^ro mas ancha que la de los demas Hormigueros. Sus ojos son bascan- te grandes , y están situados mucho mas cerca de las orejas que del hocico ; las orejas tienen seis pulgadas de largo, rematan en pun a , y están for- madas de una membrana casi tan delgada como el pergamino , y cubiertas de pelos muy cortos. La cola es un tercio mas larga que todo el cuerpo; muy gruesa por su origen , y va en diminución hasta su extremo ; los pies de delante tienen qua- tro dedos , y los de atras cinco , todos armados de fuertes uñas, y las de los pies de atrás son mas largas , é igualan en iongi.ud a los mismos dedos; son redondas , y un poco corvas , y propias para cavar la tierra : tampoco son á proposito para tre- par , y parece que no puede servirse de ellas pa- ra agarrar ni defenderse. Este animal mete la len- gua en los hormigueros , y traga las hormigas que se pegan á ella ; su domicilio es en los agujeros de la tierra. ** Puerco marino. Esta foca es parecida á la común en la forma y modo de vivir ; pero se distingue de ella en el hocico que es mas largo , y Historia Natural. Toffl, I. PUE 2i9 remata como el del puerco terrestre ; en las orejas, que son mas visibles , y en las manos , que tie- nen cinco dedos muy bien formados , aunque casi cubiertos de una membrana. Tiene de tres a qi*- tro pies de largo , y se dexa ver muy rara vez en las playas Chúeñas, donde le han dado el nombre de puert o marino. Puerco negro. Algunos le llaman también pe- car. Vcase esta voz. Puerco espin (el). No es de ninguna manera un puerco vestido de espinas ; parecese aun mu- cho mas a la liebre ó al cantor , que al cerdo , al que solo se asemeja en el modo de gruñir. Tiene la cabeza corta , y adornada de un gran penacho, dos grandes dientes incisivos en la pane de delan- te de cada quixada , pero nunca colmillos ; el ho- cico hendido , y guarnecido de un largo bigote; las orejas redondas y planas , la cola corta , y los pies armados de unas. Tiene solamente un simple estómago , y un gran coecum , y las partes de la generación ocultas , esto es , los testículos escon- didos adentro , y encerrados baxo las ingles , y la verga oculta. Todos estos caracteres establecen sen- siblemente una diferencia absoluta entre este ani- mal y el cerdo , tanto por la figura , quanto por la conformación exterior. El pumo espin tiene el cuerpo cubierto de lar- gas púas , que son verdaderos cánones de plumas, a las que no falta mas que el pelo. Por esta seme- janza hace la diferencia entre los quadrúpedos y las aves. Estas púas , sobre todo las inmediatas á la cola , que tocándose unas con otras , suenan siem- pre que el animal se mueve para caminar , y pue- de enderezarlas ó levantarlas por la contracción de los músculos cutáneos ó de ia piel , poco mas ó menos como el pabo real , eleva las de su cola; pero es fal o el decir que puede arrojarlas á una cierta distancia , y con bastante fuerza para herir, y atravesar al que se le aproxima : y no es menos absurdo el creer , que estas púas (sin embargo de estar separadas del cuerpo del animal) tienen la propiedad de pene.rar por sí propias en lo profun- do de las carnes , lu,go que las puntas hubieron entrado una vez en ellas. Lo que puede haber in- ducido al error del primero de estos supuestos es, que el animal quando está irritado ó agitado eri- za sus púas , y las menea á una y otra parte ; y como hay algunas de ellas que no están agarradas á la piel , sino por una especie de hiliilo o filamen- to desatado , se desprenden , y caen entonces con facilidad. En quanto á lo demas , el puerco espin , en el estado de doméstico , no es arisco ni feroz ; y si solo zeloso de su ¡mercad , y con la a , uda de sus dientes incisivos , que son fuertes y coreantes co- mo los del castor , parce la madera , y roe con facilidad la puerca de su encierro. Se le mantiene con miga de pan , con queso y fru ac. En el cam- po se sustenta con raíces y semillas silvestres ; y si puede entrar en los huertos , hace un grande estrago , y come con ans.a quantas legumbres en- cuentra. Su carne (aunque algo insípida) no es del todo mala. Dicese que se esconde , y oculta como el oso , durante ei invierno ; y que la hem- bra pare á los treinta dias de preñada.' Le i Es. 220 PUE Este animal es propio de los climas mas cáli- dos del Africa y de la India ; con todo , puede vivir y multiplicarse en los países mas templados, como la persia , España é Italia. En estos últimos siglos es , según Agricola , quando se traxo el puer- to espin de Africa a Europa. Hallase también en Es- paña v pero con mas freqüencia en Italia , princi- palmente en los montes apentnos , cerca de Roma. El puerco es pin en latin, como en Griego, se lla- ma hystrix ; y los Naturalistas le indican solo baxo de este nombre. ** Puerco espin de Chile , es el mismo ani- mal que el Coendú. Vease. Puerco espin de la bahia de Hudson , es el Urson. Véase. PUMA. Animal de América , asi llamado por los naturales del Perú , y á quien los Europeos han dado el nombre de león , pero sin fundamen- to ; pues este animal no se parece á los leones de Africa , ni en el tamaño , ni en la ferocidad , ni en el color , ni en la melena ^ y tiene la cola mu- cho mas chica que el león y que el tigre : su ca- beza , dicen , que tiene de estos dos animales: su- be á los árboles ; y es en extremo cobarde y tímido , y huye á la vista del hombre i ade- mas que se diferencia también del verdadero león, por las propiedades naturales, y forma del cuer- po. Finalmente , este animal , cuya descripción es muy incompleta como se ve , es tal vez un yaguar, ó un i signar , o alguna variedad de estas especies. Nota del TraduRor. El Abate Don Juan Ignacio Molina , en su com- pendio de la Historia Geográfica Natural y Civil de Chile , dice , hablando del puma de Chile, donde le dan el nombre de pagi , lo siguiente: „ El pagi , es aquel animal conocido en el rey no de México con el nombre de miztli , y en el Perú con el nombre de puma , y que ya es bien conoci- do de todos los Naturalistas. Los Españoles le lla- maron león , porque á excepción de la guedeja, de la qttal enteramente carece , se asemeja mucho, tanto en la figura como en el rugido, al león A:ri- cano , que he tenido proporción de reconocer en Europa. El pelo que le cubre la p*rte superior de su cuerpo es ceniciento , con algunas manchas amarillas , y es mas largo que el de los tigres, particularmente sobre las ancas i pero el del vien- tre es blanquecino. El largo de este animal , me- dido desde la punca de la nariz hasta donde empie- za la cola , vendrá á ser de cinco pies , y su al- to , desde las manos hasta la alzada de las espal- das , es de veinte y seis pulgadas y media. Tiene la cabeza redonda , a manera de la del gato ; las orejas cortas y puntiagudas \ los ojos grandes, con el iris amarillo , y la pupila parda i la nariz an- cha y aplastada ; el hocico corto c el labio supe- rior entero , y poblado de mustachos ; 13 boca rasgada , y la lengua ancha y escabrosa ; las qui- xadas bien armadas y fuertes , contándose en cada una quatro dientes incisivos , quatro colmillos muy agudos , y diez y seis muelas ; el pecho muy an- cho ; las quatro patas divididas en cinco dedos robustos , ,y armados de tortísimas garras j y la !>UM cola , que se parece á la de los tigres , de dos pies y una pulgada de largo. “ ,, Solamente el numero de los dedos posterio- res , omitiendo las demas diferencias , es un ca- rácter muy sensible , y muy suficiente para distin- guir específicamente ei pagi del león Africano , el qual solo tiene , como todos sabemos , quatro de- dos en los pies de detrás : bien que pudiéramos no obstante reputarle por una especie media entre Ja de los tigres , y la del verdadero león. Ya hemos dicho que su rugido , aunque mas débil , no se di- ferencia mucho del del león Africano ; y ahora de- bo añadir , que quando anda en zelo da unos sil- bos horribles al modo que las serpientes. La hem- bra es algo menor que el macho , y de un color desmayado : tiene dos pechos como la leona Afri- cana , pero no pare mas que dos hijos : se jun- ta con el macho a fines del invierno , y su preña- do dura tres meses.“ „ Tal es el león que se encuentra en las tier- ras de Chile , y que quiza tendrá algunas diferen- cias en otras partes de ambas Américas , como su- cede en el Perú , donde tiene el hocico mas agu- do v largo. Este animal habita en los bosques mas impenetrables , y en las montanas mas áspe - ras de todo el reyno , de las quales sale y des- ciende para buscar su alimento , haciendo grandes estragos en los animales domésticos , pero con par- ticularidad en los caballos , cuya carne antepone siempre á la de los demas quadrúpedos , valiéndo- se para esta caza de unas astucias tan ingeniosas como las que se ven en los gatos : porque luego que se encuentra á distancia proporcionada de al- gún animal , se echa en frente de él , y ya aga- zapándose dentro de un hoyo , ó ya arrastrándose por entre los céspedes , se le va acercando con fingidas caricias y meneando la cola ; hasta que quando le parece ocasión oportuna , se pone con un salto furioso sobre las espaldas del animal t y asiéndole fuertemente del hocico con la mano iz- quierda , lo degüella en un momento con las gar- ras de la derecha : verificado esto , se bebe la sangre que corre de la degolladura , luego se co- me toda la carne del pecho , y se lleva arrastran- do lo que le sobra al bosque mas inmediato , don- de lo cubre con hojas y ramas de árboles , para comérselo después á todo su espacio y comodi- dad^ „ Quando se encuentra en el campo con algu- nos caballos uncidos , como suelen tenerlos los labradores , se dedica á matar el uno , y arras- trándolo por la tierra , hiere de quando en quan- do con una pata al vivo que va detrás , para que los mismos esfuerzos que hace le faciliten el arras- tre de ambos á dos al bosque. Pero los sitios mas a proposito para conseguir sus sorpresas son ios arroyos : porque ocultándose allí encima de un ár- bol , aguarda á que vayan á beber en ellos los ani- males , para saltarles sobre la espalda. Los caba- llos , guiados de su natural instinto , evitan el acercarse á aquellos peligrosos lugares ; y quando se llegan hostigados de la sed , ventean primera- mente todo el contorno , para averiguar si se ex- ponen á algún peligro. Otras veces entrándose pron- tamente á beber el mas atrevido , y hallando de- seen- PUM sembarazada la entrada , convida á los demas con Un festivo relincho á que hagan lo mismo.‘c „ Quando las vacas echan de ver que se les acerca este formidable enemigo , forman un cerco al rededor de los becerros , y le esperan á pie fir- me con las astas hacia fuera para destruirlo a cor- nadas , como ha sucedido varias veces. De igual industria se valen las yeguas en defensa de su fa- milia , volviendo hacia afuera las ancas para recha- zarle a fuerza de coces : pero por lo común es al- guna de ellas víctima del amor maternal. Los de- mas animales que no son retenidos del amor á sus hijos , procuran salvarse valiéndose de la fuga ; pe- ro el burro , que conoce su poca habilidad para la carrera , espera pacíficamente al león , preparán- dose para corresponder á sus fingidas caricias con algunos pares de coces , con las quales logra no pocas veces derribarlo en la tierra , y quedar á sal- vo ae su peligro. Mas quando aprovechándose el león de su agilidad natural , consigue saltarle so- bre la espalda , entonces el burro , ó se arroja im- petuosamente en el suelo revolcándose á un lado y o.ro para desprenderse de él , ó corre á chocar fuertemcnie co,..ra los troncos de los arboles , lle- vando la cabeza entre los brazos para cubrirse el pescuezo 3 hasta que consigue que las ramas del bosque le liberten de una carga tan peligrosa : de suerte , que mediante unos tan ingeniosos recur- sos , son pocos los burros que sirven de presa á tan fonmuable contrario , que triunfa con mucha P Y R 2 21 freqiiencia de los mas robustos quadrúpedos." s, Jamas se ha atrevido el pagi , 3 pesar de su innata ferocidad , a hacer frente á los hombres, sin embargo de perseguirlos éstos por todas partes- de manera que un nino ó una muchacha bastan pa- ra hacerle huir , y para que abandone la presa. Cazanle los aldeanos con perros amaestrados para este efeéfo , y cuy© encuentro evita el pagi , su- biéndose velozmente por los árboles (cosa que ja- mas hacen los leones de Africa): pero quando se Ve sin salida , se respalda á una pena ó á un tron- co , desde donde acomete furiosamente á Jos per- ros , haciendo en ellos cruel matanza , hasta que llegando el cazador , lo enlaza por el cuello. En- tonces ruge el león , y vierte gruesas lagrimas, que le caen por ambas mexiilas hasta la tierra. Ade- mas de la ventaja que se consigue de libertar los ganados , dando caza á estas fieras , se logra tam- bién la de utilizarse de sus pieles." PTGAKGVS , de los antiguos , quadrúpedo con nalgas blancas : según la fuerza de la palabra , es preciso no confundirle con el pygargus ave. En qu3nto a la especie del quadrúpedo , 3 quien los Antiguos han dado este sobrenombre de pyga/gHs , solo se puede juzgar de él por conjeturas. V case el articulo Gazíla con corcova ó bolsa en el IOMO. PYRAMO , PERRO PYRAMO, especie de per- rito faldero. Véanse suscaractéres en el artículo Perro. QUA- 22 2 Q.UA (^UADRUPEDOS (los) ó animales con quatro fies , pueblan la tierra , y parecen disfrutarla junta- mente con el hombre , y mas inmediata y plena- mente que el resto de los animales , aves , peces y reptiles. Sin embargo , algunos de eiros se su- mergen en las aguas , ó vuelan por los ayres i y aunque estos no sean tan completa y exactamente qttadi i/pcdos , no dexa de dárseles el nombre , y de comprehenderlos baxo de esta denominación ge- neral y colectiva de los animales terrestres. Pero es muy esencial el distinguirlos : el nombre ue qua- drúpedo supone rigurosamente que el animal tenga quairo pies : si carece de dos como el manatí , si tiene brazos y manos mas bien que pies como el niot.o , ó alas como el murciélago , no se le ha de mirar como quadrúpedo ; pues es abusar de es- ta denominación general , aplicándola á estos ani- males. Para que haya precisión en las palabras , es ne- cesario que haya verdad en las ideas que represen- tan. Demos a las manos un nombre igual a el que se da a los pies, y entonces diremos con verdad y precisión , que el hombre es el único que sea bi- ne ano v b'.pcde , porque es el unLo que tiene dos trunos v dos pies ; que el manatí es solo bananos que el murciélago es bípede , y que el mono es qua- di amano. Ahora apliquemos estas denominaciones gene- rales a todos los entes particulares a quienes con- vienen , y hallaremos que en cerca de uoscitntas cuarenta espe íes de animales que pueblan la su- perficie de la tierra , y á quienes se na dado el nombre común de quadrupedos , hay primeramen- te trein.a V cinco especies de monos , babinos , mi- cos, sapayues, sagoines y makis, que se deben su- primir, porque son quadi uníanos ; que á estas trein- ta y cinco especies es necesario añadir la del loris, del didelfo , marsopa , cayopolin , tarsivr , pha- lan ;io , «íce. los que tienen cambien como los mo- nos , mas bien quatro manos que quasro pies ; que por consiguiente , siendo la hs.a de los quaeru- manos de quarenta ó cincuenta especies , el nu- mero real de quadrupedos queda reuucido de una quinta parte. Que quitando después quince ó veinte especies de bip dcs , a saber , ios murciélagos , cuyos pies de delante son mas DÍen alas que pies , y supri- miendo cambien tres ó quatro gerboisas , que no pueden andar sino en les pies de atrás , porque los de delante son muy cor. os ; suprimiendo también el manatí que no tiene pies , las vacas marinas , el angón y las focas, a quiches son inútiles ; este nu- mero de quadrupedos se minorará de casi una ter- cera parte; y si se quisiere aun suprimir los ani- males , cuyos pies delanteros les sirven de manos; como son los osos , las marmotas , los coatis , las ardillas , las ratas y otros muchos , la denomina- ción de quadrúpedo , parecería mal aplicada a mas de la mitad de los animales. Q.UA En efe&o los verdaderos quadrupedos son los solípedos y los bisulcos ; luego que se desciende á la ciase de fisípedos , se hadan ¡os quad, ¡¡manos ó quadrupedos ambiguos , los quaies se sirven de sus pies delanteros como de manos , y deben sepa- rarse y distinguirse de ¡os demas. Hay tres especies de solípedos , el caballo , la- cebra y el asno , a los que parece preciso juntar eí czigitai ; añadiendo á estos el elefante , el rinoce- ronte , el hipopótamo y el camello , cuyos pies, aunque terminados en uñas , sen sólidos , y solo pueden servir para andar ; ya tenemos siete espe- cies de i litad, ¡epodos , á los que el nombre de quadiúpedo conviene pe rfeélamente. El numero de animales bisulcos es mucho mayor que el de solípedos: los bueyes , los carneros, las cabras , las gazelas , los búbalos , los rebezos , los llamas , las vicuñas , las girafas , los elanes , los renos , los ciervos , los gamos y los corzos , &:c.: todos son bisulcos , y componen cerca de cincuen- ta especies ; tenemos ya sesenta animales , esto es, ocho solípedos , y los resumes bisulcos , á los que el nombre de quadrúpedo está bien aplicado. En los fisípedos , el león , el tigre , la pantera, el leopardo , el lince , el gato , el lobo , el per- ro , la zorra , la hiena , la civeta , el tejón , la fuina , la comadreja , los hurones , los puercos espines , les erizos , los armadillos , los hormi- gueros (y los puercos que forman la diferencia en- tre los fisípedos y bisulcos) componen un numero de mas de otras quarenta especies , á las quaies eí nombre de quadrupedos convienen también en to- do el rigor de la acepción , porque aunque tienen el pie delantero separado en quatro o cinco dedos, nunca se sirven de el como de manos : pero todos los demas fisípedos que hacen uso de sus pies de delante para coger las cosas y llevarlas á ¡a boca, no son puros quadrupedos ; e-tas especies que son también mas de cuarenta , forman una clase inter- media entre los quadrupedos y los quad, amaños , no siendo en todo rigor ni de la clase de los unos, ni de la de los otros. Hay pues mas de una quarta parte de anima- les , a los que no pertenece con propiedad el nom- bre de quadrupedos , y mas de una mitad que tam- poco les conviene en toda la extensión de la aceo- cion. Los quadr amaños llenan el grande intervalo que se halla entre el hombre , y los quadrupedos ; los bimanos , son un término medio en la distancia mucho mayor del hombre a los cetáceos : los bí- pedes con alas forman la diferencia de los quadru- pedos á las aves ; y los fisípedos , que se sirven de sus pies como Je manos , llenan todos los grados que se huban entre los quadrurr.anos , y los quadru- pedos. Este análisis , cuya precisión está patente , ma- nifiesta uno de los principios de la flaqueza del en- tendimiento humano , aun en aquella de sus ope- raciones , que parece la mas perfééta ; quiero de- Q_U A cir , la formación de ideas , y denominaciones ge¿ nerales : baxo de estos términos generales enun- cia como semejantes algunos objetos varios , de los quales no lo son del todo : hace una suma, ce la qual es preciso siempre suprimir alguna par- te , y realizando uespues una fórmula inventada solamente para ayudar a la memoria , y suplir la demasiada o corta capacidad dei entendimiento : to- ma esta nocion aosuucca y general por alguna co- sa existente , e m puta a la naturaleza lo que solo es obra suya ; por eso se unen confusamente , ba- xo de una denominación común , entes , y aun cla- ses de estos mismos entes , que pedirían nombres totalmente diversos. Este vicio meufisico es el que liare y hara siem- pre en la Historia Natural defectuosos los méto- dos , siempre que se les quiera atribuir mas rea- lidad y valor , que el que electivamente tienen unos métodos , que no se deben mirar sino como tablas ó prontuarios hechos para ayudar la memo- ria , y no como planes y pinturas sacadas de la misma naturaleza. pero el inconveniente será tanto mayor , quan- to emendóse estos métodos á caraétéres mas pe- queños , acercaran mas arbitraria , y mas forzosa- mente los seres , que no teniendo entre sí mas de estas débiles y frívolas analogías , se apartan en lo demas , y se repugnan por las diferencias mas íntimas y mayores. Es no tener inteligencia del paso uniforme y constante de la Naturaleza , que siempre es segui- do y conexo , el querer juzgar del todo por una sola de sus partes. Error bien evidente , y que causa admiración el hallarle cometido en todas par- tes ; pues casi todos los Nomencladores no han em- pleado mas de una parce , como los dientes , las unas o espolones , para colocar por clases ios animales, las hojas ó las ñores pota distribuir Jas plantas, en lugar de servirse de todas tas par.es , y de indagar las diferencias , ó semejanzas en todo el individuo. Es renunciar voluntariamente al mayor nume- ro de ventajas que la misma naturaleza nos propor- ciona para conocerla , el rehusar servirse ae co- das las parces de los objetos que noso.ros consi- deramos , y aun quando hubiese seguridad de en- contrar en algunas partes tomadas con separación, caracteres constantes e invariables , sin ser necesa- rio por esto el reducir el conocimiento de las pro- ducciones naturales á el de estas partes constantes, que solo dan unas ideas particulares é iinpenectas del todo : asi el único medio de formar un méto- do instruélivo y natural , es el poner juntas las cosas que efectivamente se parecen , y separar las que difieren unas de otras. Si los individuos tienen una semejanza perfec-* ta , ó diferencias tan cortas que solo se perciban con trabajo ; estos individuos serán de la misma especie ; si las diferencias comienzan á ser sensi- bles , y que al mismo tiempo haya muchas mas semejanzas que diferencias , los individuos serán de otra especie , pero del mismo genero que los primeros ; y si estas diferencias son aun mas no- tables , sin exceder las semejanzas , entonces los individuos serán no solamente de otra especie-, si- no también de otro genero que Jos primeros y sej QU A 223 gtindos ; y sin embargo serán aun de la misma cla- se , porque se parecen mas que no se diferencian. Pero si al contrario el numero de diferencias ex- cede el de las semejanzas , entonces los individuos no son de la misma clase. Este es el orden metódico que se debe seguir, en la colocación de las producciones r. armares: bien -entendido , que las semejanzas y diferencias se tomaran , no solamente de una parte , sino del todo junto , y que este método de inspeccionar se hará por la forma y magnitud , por el porte ex- terior , por las diferentes partes , por su numero, por su posición , y por la substancia misma de la cosa ; y se servirán de estos elementos en corto ó en gran numero , á medida que se necesiten ; de suene , que si un individuo de qualquier naturale- za que sea , es de una figura bastante singular pa- ra ser siempre reconocido á primera vista , no se le dara mas de un nombre , pero si este indivi- duo se parece a otro en la figura , diferenciándose constantemente en el tamaño , color y substancia, ó en alguna otra calidad muy notable , entonces se le dara ei mismo nombre , añadiendo un adjeti- vo para demostrar esta diferencia ; y asi añadien- do otros tantos adjetivos como diferencias haya, habra seguridad de expresar codos los atributos di- ferentes Je cada especie , sin el rezelo de caer en los inconvenientes de aproximar violentamente los seres mas distantes, Entremos , pues , en el examen de los meto- . dos formados por los Naturalistas , para colocar los quadrupedos , y para conocer mejor los defec- tos de que hablamos , dando principio por el mas famoso. Lineo divide la dase de quadrupedos en siete órdenes : el primero primates ó antropomorpha : el segundo bruta. : el tercero ferx ; el quarto bestial el quinto glires : el sexto pécora : el séptimo telina, y estos siete ordenes comprehenden todos los ani- males quadrupedos ; pero veamos por la exposición de cada uno de ellos , ei desorden con que están colocados. Orden I. Primates : los animales de este orden tienen quatro dientes en lo anterior de la quixada superior, y dos mamilas en e¡ pecho : este pri- mer orden esta üivuüdo en quatro géneros: i.® el hombre : z.° el mono : 3.0 el mal; i , y 4.0 el mur- ciélago. Orden II. Bruta : los animales de este orden no tienen dientes en lo anterior de las quixadasi y se refieren a cinco géneros : t.° el elefante : i.° el trie becas o manatí: 3. ' ei bradipus o perezosa: 4.0 el myrmecof. aga ó tamandúa : 5 el manís ó /a- garto escamoso. Orden III. Fer,e : los animales de este orden tie- nen en lo anterior de la quixada superior seis dien- tes puntiagudos , y un solo colmillo en cada lado. Los géneros son seis : i.° la foca : i.n el perro : 3.0 el gato : 4.0 el hurón: 5.0 la comadreja : 6.a el oso. Orden IV. Bestia : los animales de este orden no tienen mas de un colmillo, en cada lado ; el nu- mero de dientes de delante no es el mismo en to- dos los géneros la nariz sobresale en lo anterior de la boca , y hay seis géneros: i.° el cerdo : z.a el • dasypus o armadillo ; 3. 0 el eri\o : 4.v.el topo: .5.9 la 224 Q.U A ]a rn os araña : í.° el didelfo ó pbilandrea. Or den V. Glircs : los animales de este orden tienen en lo anterior de cada quixada dos dientes, que están muy apartados de las muelas , V carecen de colmillos v los géneros son seis : r.° el rinoce- ronte-. i.° el pueno espin : j.° la liebre: 4.0 el cas- tor : 5 s la raía : 6.° la ardilla. Orden VI. Pécora : los animales de este orden tienen en lo anterior de la quixada imerior seis u ocho dientes muy apartados de las muelas , y care- cen de ellos en la superior ; los pies terminan en unos cascos , y las mamilas las tienen en ias ingles ; los géneros son seis : i.u el camello : i.° e\a.m,tfh: j.° el ciervo : 4.0 la cabra : 5.° la oveja : 6.° el buey. Orden VII. Relime : animales, que en lo anterior de las quixadas tienen dientes obtusos y tronchados, j dos tetas en las ingles : este orden no compre- nende mas de dos géneros : r.° el caballo : i.° el hipopótamo. i Pero qué se podrá discurrir de un método en que se hallan unidos baxo el mismo orden el hom- bre y el murciélago ? el elefante y el lagarto esca- moso ? el manatí y el oso hormiguero ? i Pueden darse disparates mas violentos ? En el orden tercero face ó animales feroces se encuentra el perro , el gato , la comadreja y la foca , ¡ estrados animales leroces por cierto 1 En el quinto están los lirones ( glires ) y uno de estos lirones es el rinoceronte, el qual se encuentra allí con la liebre , el castor y el puerco espin : el orden 6.° nos da la cabra con el camello , el buey con el ciervo , Scc. Esta exposición del método de Lineo está saca- da de la décima edición de su sistema natural ; pue- de verse el examen que el Conde de Bution hace de la 4.d donde el método , aunque formado di- ferentemente , tiene inconexiones numerosas como el anterior , y que chocan lo mismo. Nos ha parecido que debíamos exponer igual- mente los otros tres métodos ó sistemas de los quadt opedos , en los quales los Naturalistas han puesto el mayor cuidado , y que merecen nuestra atención de un cierto modo : escos son los de los Señores Ray , Klein y Brisson. Ray muda la división antigua de los quadrúpedos en solípedos ; bisulcos y fisípedos , formando solo dos clases generales : en la primera comprehende los animales que tienen el extremo de los dedos en- vuelto en una materia córnea , sobre la qual andan, aníme la ungulata : la segunda clase contiene los que tienen una uña en la extremidad de cada dedo , que- dando desnuda la parte que sienta en el suelo , ani- mrtlia unguiculata. Luego subdivide los animales que tienen casco en los pies , en solípedos , que son el caballo , el asno y la cebra : en bisulcos , como el toro , el carnero , el macho de cabrio , &c. : y en anima- les que tienen los pies divididos en quatro partes, como el rinoceronte y el hipopótamo , á esta da- se refiere algunos animales estrados , que él da co- mo anómalos , porque difieren un poco de los dos anteriores. Después distingue dos especies de animales bi- sulcos , unos que no rumian , como el cerdo , el jabaai , el cerdo de Guinea , la babirusa , el ta- QUA yazú , &rc. y los otros ruminantes: establece tres géneros de estos últimos bisulcos con astas huecas, que no mudan jamás : el primero toma el nombre ue buey , bobinum gemís , y comprehende el toro, el auroco , el bisonte , el búfalo , ¿xc. : el nom- bre üel segundo se deriva del de las ovejas , ovi- no m gemís , y contiene el carnero , y las ovejas de Arabia , Creta , Africa , Guinea ó Angola , &c. y la denominación üel tercer genero viene del nombre de la cabra, caprir.um gentes : sus especies son , el cabrón , la cabra montes , la gamuza, las gazelas : &c. Ray iorma un quarto genero de -os animales ruminantes bisulcos , que desmogan todos los años , y cuyas astas ó cuerna es sólida , y lle- na de ganchos : el nombre de este genero está sa- cado de el del ciervo , cervimm gems 1 el Autor co- loca en él el ciervo , gamo , elan , reno , corzo y girafa , Scc. Entre los animales que están armados de uñas, distingue primero los que las tienen anchas, y mas semejantes á las del hombre , que a las de los de- mas animales , que son los monos. Los animales que tienen las uñas estrechas y puntiagudas están distinguidos por sus pies; unos son bisulcos con so- lo dos pezuñas , como el camello que cambien rumia : los animales de este mismo género son el dromedario , el carnero del Perú y el paco i Ray pone al elefante como anómalo en este género» porque sus dedos están unidos y cubíetros con el pellejo. Los otros animales que tienen uñas son los fisípedos propiamente asi llamados. Los fisípedos están divididos en dos clases ; la primera comprehende los que el Autor llama aná- logos ; esto es , que se semejan , especialmente en los dientes-, ya sea por su figura , ya sea por su si- tuación. Los animales fisípedos de la segunda clase están indicados con el nombre de anómalos , y se diferencian de los otros , ó por carecer de dientes, ó en caso de tenerlos, son diversos de los otros ani- males , ya en la forma ya en la colocación. Los animales fisípedos análogos , ó tienen mas de dos dientes incisivos en cada quixada , como el león , el perro &c. ó solo tienen dos como el cas- tor , la liebre , el conejo Scc. y todos aquellos que se mantienen de plantas. Los animales carniceros están distinguidos por su magnitud ; los hay grandes y pequeños : los gran- des son de dos especies; unos tunen la cabeza re- donda y el hocico corto , como el gaio , y por eso el género que los comprehende se llama género de gatos , felinum gañís, contiene el león , el tigre , eí leopardo , el -lobo cerval , el gato , el oso &C. los otros tienen la cabeza , y el hocico largo como el perro, de donde viene el nombre de canino que han dado á este género genos caninum ; estas espe- cies son el lobo , el perro , la zorra , la civeta, el coatí , el tejón , la nutria , la foca , el hipopóta- mo , la vaca marina Scc. Los animales carniceros pe- queños no solo se diferencian de los grandes en el tamaño , sino también porque tienen la cabeza me- nor , las piernas mas cortas y el cuerpo mas delga- do ; lo qual les facilita el poderse escurrir como los gusanos por los parages mas estrechos , y por eso el nombre génerico de estos animales ha sido derivado d« el de gusano , genos vermineum ; tam- bién QUA bien le llaman gnus miistdmum , porque la coma- dreja mímela , es el animal m3s conocido de este genero , el qual cotnprehende también el armino, ti hurón , el hediondo , la marta , la fitina &c. Los animales fisípedos análogos que solo tie- nen dos dientes incisivos en cada quixada son la liebre , el conejo , el conejo de Indias , el puerco espin , el castor , las ardillas , la rata almizclada, la raca ae agua , ti ratón , el turón, el lirón , ei le- rcco , la marmota &:c. Los animales fisípedos anómalos son el erizo, el armadillo , el topo , la musaraña , el tamandúa, el murciélago y el perezoso : los cinco primeros tie- nen el hocico largo como los perros ó comadreja; pero se diferencian en la forma y colocación de los dientes ; el tamandúa no los tiene ; el murciélago y el perezoso tienen el hocico corto. Kíein ( quad,up. dispositio envisque hist. nauir.j divide los quadrupedos primero en dos órdenes: el primero contiene ios quadrupedos , cuyo pie termina por uno o varios cascos ; y el segundo los que tienen dedos : cada orden de estos se halia subdi vidido en finco familias. Orden i. Familia primera , los quadrupedos que solo tienen un casco en cada pie ; estos son los so- lípedos. Primer género del caballo , y segundo del asno . Segunda : los quadrupedos que tienen dos cascos ó pezuñas en cada pie ; estos son los bisulcos, pri- mer género del toro ; segundo del carne, o \ tercero del cabrón ; quar:o del ciervo ; quinto del puerco. locera : el rinoceronte por tener tres cascos en cada pie. Quar-ta : el hipopótamo , porque tiene quatro cas- cos en cada pie. 6nti, ia : el elefante , por los cinco cascos que tiene en cada pie. Prime, a ¡amida del segundo orden : los quadrúpe- dus que tienen dos dedos en cada pie ; primer gé- g^ro del i ame Jo , segundo del perezoso. Segunda : los quadrupedos que tienen tres de- dos en los pies de delante. Primer género del pe- rezoso , segundo género del tamandúa. Te, cera : los qicad, upedos con quatro dedos en los pies de delante. Primer género del armadillo, se- gundo del cavia , (Agutí). Optaría : los quaurupedos con quatro dedos en los pas delanteros. Primer génerode la liebre , se- gundo del sores : este género está subdividido ; y comprehende los de la ardilla , ratones dormilo- nes , de la rata , del topo y del murciélago , ter- cer género de la comadreja , quarto género de la acanthion ; este género comprehende los erizos y puerco espines , quinto género del perro. Sexto gé- nero del lobo , séptimo género de la zorra , oélavo genero del coatí , noveno género llamado fcles , es- te género está subdividido , y contiene los gatos, los linces , los leopardos , los tigres y el león: dé- cimo género del oso , género undécimo del gloton\ género duodécimo del sáti,o ; este género esta sub- dividido en otros dos ; uno de los quales compre- hende los monos sin cola , ó si la tienen es muy corta ; el otro contiene los monos con cola larga. Opima : los quad, upidus con cinco dedos colo- cados extraordinariamente y juntos unos cpn.ouos. . ..Historia Natural. Torft. I. QUA $2$ Primer género de la nutria, segundo género del castor , tercero del rosmaro , ú odovenus quarto género de la foca o becerro marino , quinto generó tld manato o manatí , Erison ha distribuido los animales quadrupedos en diez y ocho ordenes diferentes. Orden I. los quadrupedos sin dientes , sección primera : los que tienen el cuerpo cubierto de pe- lo , género primero el oso hormiguero : stccion se- gunda : los quadrupedos , cuy o- cuerpo está cubierto de escamas , segundo género el pholidoto. Orden II. los quadrupedos sin muelas , sección primera : los que tienen el cuerpo cubierto de pelo, género tercero del perezoso , sección segunda : los quad.uptdcs con el cuerpo cubierto de partes hueso- sas , genero quarto del armadijo. Orden III: los quadrupedos que carecen de dien- tes incisivos ; pero que tienen colmillos y mue- las , género quinto del elefante , y sexto de la va- ca marina. Orden IV. los quadrupedos sin dientes incisivos en la quixada superior , y con seis en la inferior genero séptimo del camello. Orden V. los quadrupedos bisulcos que carecen de dientes incisivos en la quixada superior , y tie- nen ocho en la inferior , sección i.» los que tie- jien astas , género oélavo de la gi rafa , género nono del cabrón , género décimo del carnero , gé- nero undécimo de los bueyes , sección i .a los qua- dritpcdos que tienen cuerna con candiles y garcetas, genero duodécimo de los ciervos , sección 3. los quadrupedos que no tienen cuernos , género décimo tercio del cervatillo. Orden VI. los quadrupedos que tienen dientes incisivos en ambas quixadas , y el casco del pie de lina sola pieza , género décimo quarto del caballo. Orden V II. los quadr upedos bisulcos con dientes incisivos en ambas quixadas , genero décimo quin- to del puerco. .. .Orden VIIJ. los quadrupedos con dientes incisivos en ambas quixadas , y tres pezuñas en cada pie , gé- nero sexto del rinoceronte. Orden IX. los’ quadrupedos con dos dientes in- cisivos en cada quixada , quaLro dedos con uñas en los pies de delante , y tres en los de atras , géne- ro décimo séptimo, del cabial. Orden X. los quadrupedos con diez dientes in- cisivos en cada quixada , quatro dedos con unas en los pies de delante , y tres en los de atras, género décimo oétavo del tapir ó manipurito, O, den XI. los quadrupedos que tienen dien- tes incisivos en ambas mandíbulas , y quatro dedos con uñas en cada pie , género décimo nono del hipopótamo. Orden XII. los quadrupedos con dos dientes in- cisivos en cada quixada , y los dedos con uñas: sección i.» los que carecen de colmillos , y tienen púas en el cuerpo , género veinte del puerco espin: sec- ción i.-* los que no tienen, ni colmillos ni púas en el cuerpo , género veinte y uno del castor , gé- nero veinte y dos de la liebre , género veinte y tres del conejo , género veinte y quatro del ardilla, género veinte y cinco del lirón., genero veinte y ' Ff ' seis 22 6 QUA seis de la rata ; sección 3. a los quadrúpedos sin púas en el cuerpo y con dientes , género veinte y siete de la musaraña : sección 4-J los que tienen colmillos , y el cuerpo cubierto de púas , género veinte y ocho del cr irtfi. Orden XIII. los quadrúpedos con quatro dientes incisivos en cada quixada , y uñas en los dedos: sección 1 ■’ aquellos cuyos dedos están separados unos de otros , género veinte y nueve del mono, este género está subdividido en cinco razas: seccicn i.i los quadrúpedos , cuyos dedos de los pies de de- lante están unidos por una membrana extendida en forma de ala , género treinta de la bcrmíji%a. Orden XIV. los quadrúpedos con quatro dientes incisivos en la quixada superior, seis en la inferior, y los dedos con uñas : sección i.a aquellos cuyos dedos están separados unos de otros , género trein- ta y uno del m.i{¡ : sección 2.1 los quadr npedos , cu- yos dedos de los pies de delante están unidos por Una membrana extendida en forma de ala , género treinta y dos del murciélago. Orden XV. los quadi npedos con seis dientes in* cisivos en la quixada superior , y quatro en la infe- rior , y los dedos con uñas , género treinta y tres de las focas. Orden XVI. los quadr ¡/pedos que tienen seis dien- tes incisivos en cada quixada , y los dedos con unas: sección i.a aquelios cuyos dedos están separados unos de otros , género treinta y qt'a ro de la hiena* género treinta y cinco del perro 3 género treinta y seis de la comadreja ; género treinta y siete del re- jón 3 género treinta y ocho del oso 3 género treinta y nueve del garó : sección 2.a los quadrúpedos cu- yos dedos es.án unidos con membranas , género quarenta de la nutria. Orden XVII. los quadrúpedos con seis dientes incisivos en la quixada superior , y ocho en la in- ferior , y los dedos con uñas , género quarenta y uno del io¡o. Orden XVIII. los quadrúpedos con diez dientes incisivos en la quixada superior, ocho en la inferior, y los dedos con uñas , género quaren.a y dos de Ja frlaiidrea. No insistiremos mas en el exSmen particular de cada método de estos ; pues mas ó menos , todos participan en su principio del defeélo de querer co- locar los animales por la relación de alguna de sus partes , mas bien que por su semejanza total , la analogía completa de su organización , de su estruc- tura y de su natural ; por exemplo, nadie puede ima- ginarse el hallar en un mismo orden ( Brison ) el puerco espin y el castor , el maki y el murciélago, el mono , y la bermejiza , y en el misino género el león y el gato ; ó de encontrar (Klein) el agutí con el armadillo , y el camello con el perezoso ; por- que en efeéfo estos animales no tienen conexión al-* guna en su naturaleza. O.ro defeclo común en casi todos los méto- dos es el de multiplicar las clases y los nombres, y crear otros nuevos sin hacer caso de los nom- bres conocidos , y en uso : riqueza falsa , y luxo Vano , que en igual de ilustrar la ciencia la sufoca. El verdadero trabajo de un nomenclador no ha de consistir en hacer investigaciones para alargar su QUA nomenclatura sino comparaciones juiciosas para acor- tarla. No hay cosa mas fácil que sacar de todos los Autores que han escrito sobre los animales , los nombres y frases para formar una tabla que quan- to menos se examine sera mucho mas larga : al contrario , no hay cosa mas difícil que compararlos con bastante discernimiento para reducir esta tabla á su justa dimensión. No hay mas de doscientas quarenta especies de animales quadrúpedos ; solo se trata de asignar á cada uno su nombre , y hacerse dueño ele esta no- menclatura i para ello solo ba^ta el trabajar un tan* to la memoria 3 pues solo hay que decorar dps- cientos y quarenta nombres. < De qué sirve, pues, el haber hecho para los quadrúpedos , clases y gé- neros ? Métodos en una palabra que no son mas que unas escalas hechas solo con el fn de ayu- dar la memoria en el conocimiento de las plantas, cuyas clases son en efeéto muy numerosas , las di- ferencias muy cortas , las e'pecies nada constantes, y su aplicación demasiado nimia é indiferente para no considerarlas á bulto , formando separaciones ó géneros , y poniendo juntas aquellas que parecen Semejarse mas. Porque asi como en todas las producciones del entendimiento lo que es absolutamente inútil , es siempre mal Imaginado , y á veces perjudicial , ha sucedido que en lugar de una lista de dos ó tres- cientos nombres , á que se reduce toda la nomencla- tura de los quadrúpedos , han hecho unos dicciona* rios tan numerosos de voces y frases , que es mu* cho mas trabajoso el desenmarañarlos que el for- marlos. i A qué fue hacer frases , y una gerigonza, quando se puede hablar claro , pronunciando un nombre simplemente ? i Por qué mudar todas las acepciones de las voces baxo el pretexto de formar clases y géneros ? Quando se forma un género de Una docena de animales : v. gr. en el nombre del género del comjo , i por qué este animal no se halla en él , y es menester irle á buscar al género de la liebre ? Se reprende á los antiguos el no haber for- mado métodos , y los modernos se creen inuv se* periores á ellos , porque han formado un gran número de estas colocaciones metódicas de estos diccionarios donde ti orden de las palabras esta muy bien observado , pero muy poco , como se vé, el de las cosas ; están persuadidos de que esto solo basta para probar que los antiguos no tenían , con mucho , tantos conocimientos en la historia natural, como nosotros tenemos. Sin embargo es todo lo contrario , y es fácil de convencerse de que los antiguos estaban mucho mas adelantados que noso- tros, no digo en la física, sino en la historia na- tural de los animales y minerales , y que los hechos de ella les eran mucho mas familiares que á nosotros, quienes debiéramos aprovecharnos de sus observa- ciones. Los animales mas raros , las especies de aves, peces ó minerales que no se encuentran sino con suma dificultad , y por una rara casualidad , tienen nombres constantes en la lengua Griega ; prueba evidente de que estos objetos en la historia natía al eran conocidos , y que los Griegos no solamente los conocían , sino que también tenian una idea precisa de ellos , que no pudieron adquirir , sino QUA estudiando estos mismos objetos , estudio que su- pone necesariamente observaciones y cotejos ; tam- bién tienen nombres para las variedades , y lo que nosotros no podemos indicar sino con una frase, se nombra en esta lengua con un solo substantivo. Esta abundancia de palabras , esta riqueza de expresiones claras y precisas , ¿ no suponen la misma abundancia de ideas y de conocimien- tos ? i No es de creer , que unas gentes que ha- bían dado nombres a muchas cosas mas que noso- tros , conocían por consiguiente muchas mas ? Y sin embargo no habían hecho como nosotros mé- todos y colocaciones arbitrarias ; pensaban que la verdadera ciencia es el conocimiento de los hechos; que para adquirirla , era necesario familiarizarse con las producciones de la naturaleza , denominarlas todas , a fin de hacerlas conocer , poderlas con- servar , representarse con mas freqüencia las ideas de las cosas raras y singulares, y multiplicar de este mo- do los conocimientos , que sin esto se hubieran tal vez desvanecido , porque no hay cosa mas sujeta al olvido que la que no tiene nombre. Todo lo que no es de un uso común , solo se conserva con el auxilio de las representaciones. La historia de los animales en particular les era mas conocida que la de las plantas. Alexandro dando órdenes , y haciendo gastos extraordinarios para re- coger animales, y hacerlos venir de todos los paises, facilitó a Aristóteles el poder observarlos con exacti- tud efeéfivamente su obra manifiesta que los conocia tal vez mejor , y oaxo de miras mas generales , que no se conocen en el dia. Aristóteles comienza su historia de los anima- les , estableciendo diferencias y semejanzas gene- rales entre los diversos géneros ; en lugar de di- vidirlos por pequeños caraítéres particulares , co- mo lo han hecho los modernos ; refiere histórica- mente todos los hechos y todas las observaciones pertenecientes á las relaciones generales , y á los caraítéres sensibles ; saca estos caraétéres de la for- ma , del color , del tamaño y de todas las calidades exteriores del todo del animal, y también del nume- ro y posición de sus partes , de la magnitud , mo- vimiento y forma de sus miembros , de las relacio- nes semejantes ó diferentes que se hallan en estas mismas partes comparadas , y de todo pone exem- plos para mejor darse a entender : considera tam- bién las diferencias de animales por su modo de vivir, por sus acciones, propiedades, habitaciones, &c. Habla de las partes que son comunes y esencia- les a los animales , y de las que pueden faltar , y faltan en efeíto á varias especies. El sentido del tac- to , dice , es la única cosa que se debe mirar co- mo necesaria , y que no debe faltar á ningún ani- mal , y como este sentido es común a todo¿ , no es posible dar un nombre á la parte de su cuer- po en que reside la facultad de sentir. Las par- tes mas esenciales son aquellas , por las que el animal toma su alimento , las que reciben y digie- ren éste , y aquellas por donde arroja lo superfino. Después examina las variedades de la genera- ción de ios animales, las de sus miembros y los di- versos órganos que sirven para sus movimientos y funciones naturales. Estas observaciones generales y preeliminares forman una pintura , cuyas partes Historia Natnr.il. Tum. I. QUA 22 y son todas interesantes , y este gran Filósofo di- ce también que las expone baxo de este aspec- to para anticipar el gus.o de lo que debe seguir , y llamar la acendón que exige la historia particular de cada objeto. Plaño coa menos orden y conexión, pero con ¡a energía , gracia y prescision que caracterizan su pin- cel libre y varonil, ha cratado la historia de los ani- males como la de todas las producciones del uni- verso. En todas partes esta realzada su profunda eru- dición por la nobleza de su escilo y la fuerza de sus ¡deas. Sin proponerse dar una serie completa so- bre cada una de las partes de la ciencia de la natu- raleza , ha dexado magníficos fragmentos en cada una. Estos son por decirlo asi unos bosquejos , pa- ra que una mano diestra pueda pintar el mayor quadro. Desde el siglo de Pimío hasta el nuestro no se había examinado la naturaleza sino por algunos doc- tos poco aptos para recibir ó transmitir sus cono- cimientos; sin embargo hagamos justicia a los sabios desvelos de Gesnero y de Aldrovando : con sus investigaciones laboriosas han acopiado todos los materiales de la ciencia ; no obstante de que enton ces la Naturaleza , agoviada baxo la ciencia misma, pudo apenas reconocerse. Belon entre nuestros antepasados la dio alguna gracia con su sincero toque ; pero estaba reserva- do para el mejor ingenio de nuestros días el pintar- la con el encanto , el alma y la vida que respira. ¡Que interés , qué gracia , qué magestad en sus pinturas ! ¡ Qué elevación en sus pensamientos ! ¡Qué extensión , y qué fecundidad en sus miras! ¡ que profundidad en sus principios ! admirable en el conjunto , precioso en sus descripiciones sublime y sencillo, y al mismo tiempo vasto cómo su obje- to , llena su noble divisa, esto es , abraca toda la naturaleza. Por estas señas ¿quién desconocerá al ilustre Bu- fon? Su eloqiiente pluma ha sabido animar todas las partes de la Historia natural y su metafísica luminosa analizar los principios de los metodistas , fixar su verdadero valor ; mientras que su brillante pincel trazando todos los objetos con rasgos luminosos y distintos , le dispensaba el usar del frió lápiz del método. Continuemos pues en este artículo como en todas las parces de esta obra , en seguir á este grande intérprete de la naturaleza, y procuremos es- tablecer con el las familias de los animales por la masa de las semejanzas , y el conjunto de los ca- racteres. Entre todos los animales terrestres no hay mas de algunas especies exentas que como la del hom- bre hagan á un mismo tiempo especie y genero. El elefante , el rinoceronte , el hipopótamo y la girá- fa forman dc¡ mismo modo géneros o especies sim- ples , que solo se propagan en linea reda , y no tienen ningunas ramas colaterales t todas las demás parece que forman familias en las quales se obser- va comunmente un origen principal y común del qual parece haber salido algunos troncos subalternos, y tanto mas numerosos quanto mas chicos y fecun- dos son los individuos en cada especie. Baxo de este punto de vista , el caballo , la ce- bra y el asno , son todos tres de la misma familia; Ff i sf 228 QU A si el caballo es el origen ó el tronco principal, la cebra y asno serán las ramas colaterales ; siendo el número de sus semejanzas infinitamente mayor que el de sus diferencias , pueden mirarse como de un mismo género , cuyos principales caracteres están claramente enunciados , y son comunes a todos tres; son los únicos que sean verdaderamente solípedos, esto es , que tengan el casco de los pies de un solo pedazo, sin ninguna apariencia de dedos, ó de unas, y aunque forman tres especies distintas, s:n embar- go no están absoluta ni claramente separadas , pues el asno produce con la yegua, el caballo con la bur- ra , y es probable que si se lograse domesticar la cebra , y aquietar su naturaleza silvestre , y resis- tente , produciria también con el caballo ó el asno, como producen entre sí. La segunda familia es la de los animales bisul- cos grandes, con astas huecas y permanentes ; se compo- ne de las especies del buey , del búfalo , del búba- lo , del nilgaut y del canna ; y uniéndose por estos últimos a las grandes gazelas , parece que descienden a la familia de los animales bisulcos pe- queños , con astas igualmente huecas y permanentes, a saber , las ovejas , las cabras , las gamuzas , las cabras monteses, íce. de los que hablaremos ahora; todos estos animales rumian. Los que tienen cuerna rumian , y su exterior es conforme á los que llevan astas ; parecen for- mar un genero ó una familia separada , en la qual el elan es el tronco mayor , y el reno , el ciervo, el axis , el gamo y el corzo , son las ramas me- nores y colaterales , porque no hay mas de estas seis especies de animales ; (, y tal vez la guata ) cu- ya cabeza esté armada con cuerna , que se desnie- gue y renueve todos los anos ; y ademas de este ca- ráétcr genérico que les es común , se parecen tam- bién mucho por la conformación , y por robos los hábitos naturales ; se conseguirían tal vez mesti- zos del ciervo ó del gamo , mezclados con el re- no y el axis , antes que üel ciervo y de la vaca. También sería muy bien fundado el mirar to- das las ovejas , y todas las catiras , como de una misma familia , pues produren juntas mestizos, que suben direéfamente , y desde la primera gene- ración á la especie de la oveja se podría asimis- mo añadir á esta numerosa familia de ovejas y de cabras la de las gazelas , que no es menos numero- sa. En este género que contiene mas de treinta es- pecies diferentes parece que el musimon , el cerva- tillo , la gamuza , el antílope , el condoma , & c. son los troncos principales, y que las otras no son mas de unas ramas accesorias , que todas han retenido los caraftéres principales del origen de donde salie- ron , pero que al mismo tiempo han variado pro- digiosamente por las influencias del clima , y los di- versos alimentos , como también por el estado de servidumbre y esclavitud , á que el hombre ha re- ducido la mayor parte de estos animales. El perro , el lobo , la zorra , el chacal y el isatis forman otro género , cada una de cuyas espe- cies es realmente tan vecina á las demás , y sus individuos tan semejantes , especialmente en la conformación interior , y en las partes de la gene- ración , que causa á la verdad admiración el haber Visto 3 Csíos animales reusar de producir juntos. QU A El perro parece ser la especie media y común entre las de k zorra y el lobo, porque la zorra no se aproxima tanto de este ultimo , pues estos dos animales se hallan juntos en unos mismos pa- rages , y baxo un mismo clima , y reducido cada uno a su especie sin buscarse ni mezclarse , sería necesa- rio suponer una degeneración mas antigua que la memoria de los hombres para reunirlos a una mis- ma especie. l'arj reducir estas dos especies i una , es pre- ciso retroceder a un estado ¿e naturaleza mas re- moto ; pero en eí aétual se debe mirar el lobo , y k zorra como los troncos principales del género de los cinco anima'es , que hemos indicado •> el perro, el chacal , y el isatis solo son sus ramas laterales, y están colocadas entre los dos primeros ; el chacal participa del perro y del lobo , y el isatis del cha- cal y. de la zorra ; por eso parece por un crecido número de testimonios que el chacal y el perro pro- ducen fácilmente juntos ; y por la descripción del isatis , y la historia de sus propiedades naturales se vé que se semeja casi en un todo á la zorra por la figura y tempeiamento , que se halla igual- mente en los paises fríos, pero que al mismo tiem- po tiene el natural , el ladrido continuo , y la propiedad de ir siempre en tropas como el chacal. El perro de ganado que ya he dicho ser el ori gen primitivo de todos los perros , es al mismo tiempo el que se acerca mas a la figura de la zorra; es de la misma estatura , tiene como ella las ore- jas derechas el hocico puntiagudo , la cola calda , y arrastrando, también se parece á ella por la voz, por la inteligencia , y por ¡a finura del instinto : puede muy bien ser que este perro saque su origen de la zorra , sino por linea reéta , a lo menos por linea colateral. El perro que Aristóteles llama cernís lactmi- cus , y que asegura provenir de la mezcla de la zorra , y el perro , podría bien ser el mismo que el perro de pastor , ó á lo menos tener mas rela- ción con él que con otro perro alguno : me inclino á pensar , que el epiteto lacónicas que Aristóteles no interpreta , no se le dio á este perro sino por razón de hallarse en Laconia , provincia de la Gre- cia, cuya Ciudad principal era Lacedemonia t pero si se atiende al origen de este perro lacónico , que el mismo Autor dice provenir de la zorra y del perro , se vera que la raza no estaba solo limitada á la Laconia , y que se hallaría igualmente en to- dos los paises donde hubiese zorras , y esto es lo que hace presumir que el epiteto lacónicas podria muy bien habérsele dado Aristóteles en sentido mo- ral , esto es , para expresar la brevedad , ó sonido agudo de su ladrido , y habrá llamado perro lacónica a este perro mestizo de la zorra , porque no ladra- ba como los demás perros , y que tenia la voz ba- xa y chillona como la zorra : luego nuestro perro de ganado es el que se puede llamar lacónica con mas justo titulo , porque de todos los perros es el que tiene el ladrido mas breve , y no tan freqüen- te ; por otra parte los caraétéres que da Aristóteles á su perro lacónica , convienen bastante con los del perro de ganado , y esto es lo que me ha acabado de persuadir que era el mismo perro. El género de los animales crueles es uno de los mas numerosos, y mas variados: el mal parece repro- du- QUA lucirse aquí como en otras partes , baxo tocia es- pecie de- formas, y revestirse de varias naturalezas, ¿1 león y el tigre como especies solas están en la primera linea ; todas las demás , a saber , las pante- ras , las onzas , los leopardos , los guepardos , los linces , los caracales , los yaguares , los ocelotes, los servales , las marga) es, y los gatos no forman mas que una misma íamilia , cuyas ramas diferentes se fian estendido mas ó menos , y variado según los diversos climas : todos estos animales se pare- cen en el natural , aunque sean muy diferentes , en la magnitud y en la figura ; todos tienen los ojos centellantes , el hocico corto , y las uñas agudas, corvas , y que esconden con facilidad ; todos son perjudiciales , feroces é indómitos. El gato, que es su última y mas pequeña especie, aunque reducido a la servidumbre, no es , ni menos pérfido , ni menos voluntario ; el gato montés ha conservado el carácter de la familia , es tan cruel, tan malvado , y tan destructor según sus fuerzas como sus consanguíneos lo son según las suyas : to- dos son igualmente carniceros , é igualmente ene- migos de los demas animales. El hombre con todas sus fuerzas no ha podido jamás destruirlos ; en to- dos tiempos los ha perseguido con el fuego, hierro, veneno y lazos ; pero como todos los individuos procrean mucho, y las especies mismas se han mul- tiplicado en gran manera, los esfuerzos del hombre solo han bastado para desterrarlos á los desiertos, de donde nunca salen sin esparcir el terror , y causar tanto estrago como espanto ; un tigre solo escapado de su redro , basta para poner terror en todo un pueblo , y obligarle a ponerse en arma; y los ■muios fecundos y estériles. QUA 229 el de los animales grandes bisulcos con as- tas huecas , á saber , el buey y el bufa! o , con to- das sus variedades , y las especies vecinas que se le asemejan mas o menos , y que son como la es- pecie media entre el buey y el búfalo , y las las grandes , como los migaseis , los Canas , tice. 3.0 la gran familia de los animales bisulcos pe- queños con astas huecas , como las oxnjas , las ca- bras , las gabelas , tkc. y todas las demas especies que participan de su naturaleza. 4.0 la de los bisulcos con cuerna sólida , que se renueva todos los años ; esta familia contiene el dan , el reno , el cierno , el gamo , el axis y ej corzo. 5 .0 la de los bisulcos ambiguos , que se compo- ne del jabalí , y de todas las variedades del puerco, como el de Siam con vientre colgando , el de Gui- nea con orejas largas , puntiagudas , y echadas so- bre el lomo , &c. 6,° el genero del llama , que es también bisul- co , y de pie regular , á el qual juntamos como es- pecies subalternas , el paco y la 'vicuña. 7.0 el genero dilatadísimo de los fisípedos car- niceros con garras , en el qual se deben incluir las panteras , los leopardos , los guepardos , las onzas, los sá nales y los gatos , con todas sus variedades. 8.° el de los fisípedos carniceros sin garras , que contiene el lobo , la zorra , el chacal , tí isatis y el perro , con todas sus .variedades. 9.0 el de ios fisípedos carniceros sin garras , y con una bolsa debaxo de la cola ; este género se compone de la hiena , de la enveta , del algalia , de la fineta , del texon , &c. io.° el de los fisípedos pequeños carniceros y largos de cuerpo i este genero incluye las fainas, martas , hediondos , hurones , mangas tas , toatis , co- madrejas , v ansí) os y zorrillos. ir.0- la numerosa familia de los fisípedos con dos grandes dientes incisivos en cada quixada ; se compone de las liebres , conejos , agutis , y de to- das las especies de ardillas., lirones , marmotas y ratas. 11.» la corta familia particular de semejantes fisípedos , cuyos quatro pies tienen casi la figura de una mano 1 y que ademas tienen por caráiter dis- tinto v singular , el producir sus hijos medio for- mados , y llevarlos pegados á sus mamilas , ó en- cerrados en un saco o bolsa , formada por el plie- gue del pellejo del abdomen ; las especies de esta familia son los filandreas , los didelfos , mamosas y iayopollir.es . 13." los fisípedos con los pies de atrás muy lar- gos , como los de las aves , y los de delance sú- manteme cortos , que son las gerboisas. 14.0 el de los fisípedos con quatro pies muy cor- tos , y ocultos en el pellejo/, estos son el topo, y sus especies o variedades , y el tuza. 1 5 ,u el de los fisípedos cuyo cuerpo está cubier* to de púas , como los puercos espires y los erizos. ií.u el de los fisípedos cubiertos de escamas, como los pangelines y fatagines , i~.° el de los fisípedos cubiertos de una concha ó broquel sólido y continuo i los armadillos. 18.0 el genero poco numeroso de hormigueros , de los quales no hay mas de dos ó tres especies. e! 230 Q_U A i?.u el de los perezosos , que solo comprehen- de el perico ligo o y el perezoso. zo.u e! dilatado genero de quadrúmanos antro- pomot J os , esto es , semejantes a la ligera humana, que contiene los menos , los bobinas , los ti, ¡eos , los sapayues y sagoines , y también los maifis y lotis, ji.o el genero de los quadnipedos alados , que comorehende los ■vampiras , bermejizas , encarnadi- nas y murciélagos , con todas sus variedades. zi.o Finalmente , el genero de los quadnipedos anfibios , que contiene el castor , la ardan a , des- mán, rumia , zarigucibeyu , las facas , las ■vacas ma- rinas y manatíes. A estos últimos anfibios , siguen inmediatamen- te los cetáceos , en el orden de la naturaleza. Las diez especies únicas de quadnipedos son, el elefante , el tinoco ante , el hipopótamo , la girafa, el camello , el león , el tigre , el oso , el tapir ó anta , y el cabial. Sentado , pues , por basa es e orden de las fa- milias de los animales , indicaremos la serie de los artículos de este Diccionario , la que conviene ob- servar para reducirle a un cuerpo , y hacer su lec- tura metódica. Empezando por los animales grandes , cuyas especies son únicas , se leerán los artículos : ElEFANT £. Rinoceronte. Hipopótamo; Gíhafa. Cameleo. TAriR , Anta ó Danta. Mammut. Colocando después , en primer lugar , en cada familia , la especie que nos es mas útil , o inas co- nocida , en una palabra , la mjs vecina de noso- tros . y pasando sucesivamente a las demas espe- cies de esta misma familia , se leerán ¡os artículos : Q.UA Cabra. Macho de cae rio ó Cabrón, Saiga. Ü\ ¿i A. Cordero. Carnero. Mil SIMON. Cabra montes. Gamuza. Gazeeas. GaZEEA COMUN. An i norE. Kevel. CorINA. Grimma. Pasan. Koe , y Koea. Griseok. Guiso. InAGOK. Nanguer. R11 eos. Alcacel. Klippspringer. Cabra azul. ISosbok. Gazela con bolsa en el lomo. Spingeok. Steenbok. Niu. Condoma. T zeikan. Cervatillo. Pudú. Almizcle. ( Este ultimo , que no tiene astas , es moma- i en esta familia. ) Caeallo. Ciervo. Yegua. Cierva. Potro. Gamo. Mulo. Axis. Jumar. Corzo, Asno. Corzo de Indias Onagro. MazamEs. Kulan. KL'.sO. CZIGITAI, Eran. 1 ARPAN. Alce. Güemul ó Hemui. (Especie única.) Suplemento. Jabalí. Ceera. Jabalina. Couagga. Puerco. Puerca. Buet. Verraco. Vaca. Puerco castaSo. Toro. Baeikusa. Zítiv. Pecar ó Paquira. Aukoco. Pahra. Búfalo. Vaca de Berbería. Llama. Bueaeo. Alpaca. Nilcaut. Paco. Canna. HuEQUE- ‘pl- Vi cuña. Car- 231 QU A Q U A 231 IchnEumon. CARNICEROS. León. Tigre. (Especies mayores y únicas.) Pan i era. Onza. Leopardo. Lince. Caracal. Serval. Glotón. Tepeitzcki.ntli ó Perro montes. Kinkayu, Puma. Yaguar. Yaguareté. Cuguar. Guepardo. Ocelote. Margay. Guiña. Sitpl. Colocolo, idcm. Gato. Nems. Surikat E. CoAT 1. Hediondo. Fétidos. Coaso. Conepata. Chinchilla , y en el supl. Zorrillo. Chinque. Supl. Cuya. Supl. Liebre. Viscacha. Conejo. Cuy. Supl. Tolai. Tapeti. Aperea. A-guti. Acuchi. Paca. Conejo de Indias. Oso y Oso ELANCO MARITIMO. (Como únicas , a continuación de los animales carniceros , de especie mayor. ) Daman de Israel ? y Daman del Caeo. Marmota. Boeak. Monax, Lobo. Zorra. Culpeu, (Especie única.) Supl, Isatis. Chacal. Adive. Perro. Itzcuintepozotli ó Perro cor- covado. Xoloitzcuintli ó Perro pelado. Mapache. Cangrejero ( perro y ratón.) Yevraska. Ardilla. Bereerisca. Palmista. Suiza. Gris pequeño. COQUALLIN. PoLAT UCA. Taguan. Anonymo. Rata de Madagascar,. Lirón. Degu. Supl. Hiena. Leockocoto. Civeta. Algalia. Gineta, Texon. Leroto. Turón. Sobreturon. Moscardin. Campañol. Rata. Fuina. Cacomiztli. Papialbillo. Marta. Cebellina. Pekan. Vison. Fosara. Comadreja. Armiño. Gris. Talra. Peruasca. Hurón. Quiour. Vansiko. Rat;a d.e agua. Criceto. ZlZEL. Zemni. Suslik. Leming. Puco. Ratón. Musaraña. FlLANDREji. Didelfo. Marmosa. Cayopoelin. Phalangio. Cuso. (jfcrt- 23* Q_U A Gerboisas. Gekbo. Vizcacha. Liebre saltadora. Kanguroo. ( Estas quatro especies baxo el artículo Oa Lui- sas.) Topo. (Diez especies ó variedades.) Topo montaraz. Supl. Tuza. Puerco ispin. Erizo. Puerco espin de Chile. Coendú. Tanreco. Tendhaco. Urson. Pangolin. FáI AGIN. Armadtiios. (Seis especies.) Apar. Pico. Encueiebto. Tatusto o Peludo. Cachicamo. Mu lillo. Supl. Kaeasü. Cirquinzon ó bola. (comprehendidos todos baxo el artículo Arma- dillos.) Osos HORMIGUEROS. Tamandúa- cu acu. Tamandúa. Perico iicero. Hurí ó Perico ligero chico. Monos. OrANGUI ANC, Fofe o Gibon. PlTECO. Magote. Cepo , Papión ó Rabino. Mandril. • Uandeku.- LoWando. Maimón. Marimonda. Mac -.co o Gato favi. Garzota. Patas. Malbruk. Gorro chino. Mangabl T. Mona. Callitrix. Musiaco. Talapoin, Duco. Uarina. QUA A LO ATA. Coaita. Exqjuma. Savu. Sai. Saimirí, Tamarin. Tin. Sari. Pinche. Mico. Marikina. Maris. Mococo. Mongo. Vari. Loris. Murciélagos. Vampiro. Anfibios. Caeiai. ( especie única. ) Castor. Ahuitzoti. Ondatra, Guiluno. Supl. Desmán. Pieori. Nutria. Zarigueibevu. Focas. Oso marino. León marino. Vaca marina. Puerco marino. Pugon. Lame. Supl. UriSe. Mana i i. Chichimen ó Gato marino. Supl. Cetáceos. Ballena. Cáchalo ie. Narval. Epolahdo. Delfín. Marsopa. Busquemos ahora los animales en su país nati- vo ; veamos en qué regiones , en qué climas , ca- da especie , y cada familia parece haber sido colo- cada por la mano del Autor de la naturaleza : esta manera de especularlos , es tal vez una de las mas esenciales , y mas interesantes de su Historia. Los animales nía) ores son los mas conocidos, y en los que generalmente hay menos equivocación ó incertidumbre ; seguiremoslos , pues , en esta especie de viage por el globo , indicándolos poco roas ó menos por el orden de sü magnitud. Los elefantes pertenecen al antiguo Continente , y no se hallan en el nuevo ; los mayores son los del Asia, Q.U A Asia , y los mas pequeños los del Africa t todos son originarios de los climas mas calidos , y aun- que puedan vivir en las regiones templadas , no procrean en ellas : tampoco multiplican en su país nativo quando han perdido su libertad ; sin embar- go , la especie es bastante numerosa , aunque en- teramente desterrada á los climas Meridionales del antiguo Continente ; y no solo no la hay en Amé- rica , sino que tampoco se halla en aquel Conti- nente ningún animal que pueda comparársele , ni por el tamaño ni por la figura. Lo mismo puede decirse del rinoceronte , cuya especie es mucho menos numerosa que la del ele- fante ; solo se halla en los desiertos de Africa , y en las selvas del Asia Meridional , y en América no hay ningún animal que se le parezca. El hipopótamo habita las riberas de los rios caudalosos de la India y del Africa : su especie , tal vez no es tan numerosa como la del rinoceronte, y no se halla en América , ni tampoco en los cli- mas templados del antiguo Continente. El camello y el dromedario , que son tan co- munes en Asia , en Arabia , y en todas las partes Orientales del antiguo Continente, eran tan desco- nocidos en las Indias Occidentales , como el ele- fante , el hipopótamo , y el rinoceronte. Algunos han dado , pero sin fundamento alguno , el nom- bre de camello al llama y al paco , ó a el alpaca del Perú , los quales son de una especie tan di- versa de la del camello , que se ha creido poder- les dar también el nombre de carneros ; de suerte, que los unos los han llamado carneros , y los otros camellos del Perú ; aunque el paco y la vicuña no se parecen á nuestro carnero mas que en la lana, y el llama no se semeja al camello sino en lo lar- go del cuello. Los Españoles transportaron en otro tiempo al Perú camellos verdaderos , y primero los dexaron en las islas Canarias , desde donde los pasaron después a América ; pero es preciso que el clima de aquel nuevo mundo no les sea favora- ble , porque aunque han producido en esta tierra extrangera , no se han multiplicado en ella , y siempre ha sido muy corto su numero. La ¿rafa , ó el camclo-pardalis , animal grandí- simo y muy notable , asi por su forma singular, como por su estatura y longitud de su cuello y ma- nos , no se ha hallado tampoco en América : ha- bita en Africa, y especialmente en Etiopia , y nun- ca ha pasado los límites de los trópicos en los climas templados del antiguo Continente. El león no existe en América ; el puma del Perú es un animal de una especie totalmente diver- sa : el tigre y la pantera , solo se encuentran en el andguo Continente ; y los animales del Amé- rica Meridional , á los que han dado estos nom- bres , son especies diferentes. El verdadero tigre, y el único que debe conservar este nombre , es un animal terrible , y quizá mas digno de temerse que el león; su ferocidad no hay con que compararla; pero se puede juzgar de su fuerza por su estatura, la qual es comunmente de quairo á cinco pies de altura , y nueve , diez , y hasta trece y catorce pies de longitud , sin incluir la cola ; su piel no es atigrada , quiero decir , sembrada de manchas redondas , sino de faxas negras , cobre fondo leo- Historia Natural. Tora, l. Q U A 232 nado , que se extiendan tranversalmente por todo el cuerpo , y forman en la cola unos anillos : es- tos únicos caraétéres bastan para distinguirle de todos los animales de rapiña del nuevo mundo, los mayores de los quales son apenas del tamaño de nuescros mastines ó de nuestros galgos. El leopardo y la pantera de Africa y de Asia no llegan a la magnitud del tigre , y sin embarco, son aun mayores que los animales de rapiña de las partes Meridionales de América, plinio , cuyo tes- timonio no se puede contradecir ni borrar , pues las panteras eran tan comunes , que las exponían todos los dias en los espeéfáculos de Roma ; Pli- nio , vuelvo á decir , indica sus caraéiéres esen- ciales , diciendo : que su pelo es blanquecino , v su piel toda variada de manchas negras , semejan- tes a ojos ; y añade , que la única diferencia que hay entre el macho y la hembra es , que ésta tie- ne la piel mas blanca. Mas los animales de América , á los que han dado el nombre de tigres , se parecen mucho mas a la pantera que al tigre ; pero también se diferen- cian bastante , para poder 'reconocer claramente que ninguno de ellos es precisamente de la espe- cie de la pantera. El primero es el yaguar ó yagua- sa ó yanowara , que se halla en la Guayana , en el Brasil , y en las demas partes Meridionales de la América. Con alguna razón llamó Ray a este ani- mal yardo ó lince del Brasil ; los Portugueses le lla- maron anta , por haber dado anteriormente este nombre al lince por corrupción , y después á la pequeña pantera de la India ; y los Franceses , sin fundamento de relación , le llamaron tigre , pues no tiene nada de común con este animal. Tam- bién se diferencia de Ja pantera por la magnitud del cuerpo , por la posición y figura de las man- chas , por el color y longitud del pelo , que quan- do el animal es nuevo le tiene erizado , y no tan liso como el de la pantera ; difiere también por el natural y propiedades : es mas montaraz , y no puede domesticarse, &c. Sin embargo , estas di- ferencias no impiden que el yaguar del Brasil no se parezca mas a la pantera , que ningún otro ani- mal del antiguo Continente. El segundo es el que nosotros llamamos ctiguar, sincopando su nombre Brasiliense cuguacu-ara , y que los Franceses han llamado también sin funda- mento tigre roxo : difiere en todo del verdadero tigre , y mucho mas de la pantera , porque tiene el pelo de un color roxo uniforme , y sin man- chas ; la cabeza de una forma diferente , y el ho- cico mas largo que el tigre ó la pantera. La ter- cera especie , á quien también han dado el nom- bre de tigre , y que es tan distinta como las ante- riores , es el yaguareté , el qual es casi del tamaño del yaguar , y se le parece en los hábitos natura- les , pero difiere de él por algunos caraéiéres exte- riores : llamáronle tigre negro , porque tiene el pelo de todo el cuerpo negro , con a'gunas man- chas todavia mas negras , las que están separadas, y esparcidas como las del yaguar. Ademas de estas tres especies , hay quizá una quarta , que es mas pequeña que las otras , llamadas con el nombre de tigres ; esta es un animal que se halla también en América, y que se puede com- Gg pa- 234 Q.U A parai'1 con el tigre ; y aun me parece' haber sido mejor denominado : este es el gato pardo , que participa del gato y de la pantera, y que es en efedto mas Fácil de indicar por esta denominación compuesta , que por su nombre Mexicano liados - ilotl t es mas chico que el yaguar , yaguareté y cuguar i pero al mismo tiempo mayor que el ga- to'momés , a el que se semeja en la figura , bien que de cola mucho mas corta , y la piel pintada por el lomo con manchas negras y largas , las que por el vientre son redondas. El yaguar , el yagua- reté , el cuguar , y el gato pardo , son , pues , los animales de América , a quienes sin fundamenco han dado el nombre de tigres , y se puede ase- gurar , que el verdadero tigre , el león y la pan- tera , no se han hallado aun en América , como tampoco el ele tunee* , el rinoceronte , el h.popota- nto , la girafa y ¿1 camello. Como todas estas especies necesitan un clima cálido para propagarse , y no habiendo habitado jamás en las tierras del Norte , no han podido co- municarse ni llegar á la América. Este hecho gene- ral es demasiado importante para no apoyarle con todas las pruebas que pueden cerciorarle : continue- mos , pues , la enumeración comparada de los ant- males del antiguo Continente con los del nuevo. Nadie ignora que los ca.allos , no solamente causaron admiración , sino que también llenaron de temor a los Americanos cenando los vieron la primera vez. Ha., provaled Jo b en en casi todos les dimas de este nuevo Continente , y actual- mente son aun mas comunes que en el amigüo. Lo mismo sucede con los asnos , que también eran desconocido-., y han prov.do igualmente en los climas cálidos del nuevo mundo : también han producido mulos que son mas ui.les qué los llamas, para el acarreo en las partes montuosas de Chile, del Perú , y de nueva España. La cebra es tambic n un animal del antiguo Continente , y que tal vez no se ha llevado jamas ni visto en el nuevo ; parece que per enece a un clima par. icular , y solo se halla en aquella paite del Africa , que se dilata desde el Equador hasta el Cabo de Buena Esperanza. El buey tampcco se halló ni en las islas , ni en la tierra firme de la América Meridional. Poco tiempo después del descubrimiento de estas nuevas regiones llevaron los Españoles a ellas toros y vacas de Europa. El año de 1 5 5 °. se labró la pri- mera vez con bueyes en el Valle del Cuzco. Es- tos animales multiplicaron prod gtosamente en este nuevo país , cuno también en las islas de S3nto Domingo , de Cuba , de Barlovento , &c. y en muchos pai ages se volvieron silvestres. Pero la especie de Luey que se encontró en México y en la Lutsiana , que noso.ros hemos lla- mado buey sili tstre ó bisonte , no ha salido ele nues- tros bueves : el bisonte existía en America , an- tes que se huaiese transportado a ella el buey de Europa , y se diferencia de este en muchos pun- tos : tiene una corcova en las espaldas ; su pelo es mas suave que la lana , mas largo por la parte anterior del cuerpo que por la posterior , y cres- QTJ A po por el cuello , y a lo largo del lomo ; su co- lor es pardo , con aigunas manchas blanquizcas. El bisonte tiene también las piernas cortas , y es- tan , como la cabeza y la garganta , cubiertas de un pelo largo ; el macho tiene la cola larga , con un mechón de pelo en la punta , como el que se ve en la del león. Sin embargo , podría pensarse con alguna es- pecie de verosimilitud ( especialmente si el bison- te de América produxese con nuestras vacas de Europa) que nuestro buey habría pasado en otrq tiempo por las tierras del Norte , contiguas á las de la América Septentrional , y que habiendo ba- xado después á las regiones templadas de este nue- vo mundo , habría tomado con el tiempo las im- presiones del clima , y de buey se habría vuelto bisonte. Mas hasta que el hecho esencial , quiero decir , la facultad de producir juntos no esté co- nocida , nos creemos en posesión de decir , que nuestro buey es un animal propio al antiguo Con- tinente , y que no existía en el nuevo antes de su descubrimiento ; lo qual , entre tanto , es exacta- mente cierto por toda la América Meridional. Las ovejas tampoco eran conocidas en Amé- rica , y las llevadas de Europa han prevalecido en todós los climas cáiidos y templados de aquella nueva región ; pero aunque son bastante prolífi- cas , son por lo común mas flacas , y los carneros tieneti por lo general menos xugosa y tierna la carne que en Europa : el clima del Brasil es sin dtidá el que les conviene mejor , porque es el Unico en el nuevo mundo donde se ponen suma- mente gordos : no so i o se han llevado á la Ja- maica ovejas de Europa , sino también carneros de Guinea, que han provaleciuo igualmente en aque- lla isla : estas dos especies , ó por mejor decir , es- tas dos razas de ovejas , pertenecen igual y única- mente al antiguo Continente. Las cabras lampoco existían en América , y las que se hallan en el día , que sou en gran numero, provienen todas de las que se llevaron de Europa, y no se han multiplicado en el Brasil tanto como las ovejas ; en los p¡ i ñeros tiempos , quando los Españoles las llevaron al Perú , se hicieron tan ra- ras , que se vendían á ciento y diez ducados cada una ; pero después se multiplicaron tan prodigio- samente , que ¡as daban casi por nada , y solo se estimaba la piel : producen tres , quatro , y has- ta cinco cabritos de un solo par. o , mientras que en Europa solo paren uno ó dos. Las grandes y pequeñas islas de América están tan pobladas de cabras cono las tierras del Continente : los Espa- ñoles las ¡levaron hasta las islas del mar del Sur: habían poblado la isla de Juan Fernandez , donde estos animales multiplicaron mucho ; pero como -este era un refugio para los piratas , que en lo su- cesivo corrieron estos mares , resolvieron Jos Es- pañoles destruir ¡as cabras en esta isla , y para es- to llevaron perros , que habiéndose multiplicado también , destruyeron las cabras en todas las par- tes accesibles de la isla ; y estos perros se hicie- ron tan feroces , que actualmente acometen a los hombres (*). *) No salimos por garantís de este fiecBo. El QUA El jabalí , el cerdo doméstico , y el cerdo de Siam o de la China , que todos tres son de una misma y única especie , y procrean lo mismo en Europa y en Asia , no se encontraron en Améri- ca : el pecar , que tiene una hendidura en el lo- mo , es el animal de este Continente que se le acerca mas ; pero hasta ahora han sido vanas las tentativas que se han hecho para que produzca con el puerco de Europa ; por otra parte se dife- rencia por un numero tan crecido de caraéféres, que nos fundamos en asegurar que es de una espe- cié diversa. Los puercos, llevados de Europa á la América, han provalecido mejor, y multiplicado mas en aquel país que las ovejas y cabras. Las primeras lecho- nas , dice Garciiaso , se vendieron en el Perú mucho mas caras que las cabras. La carne del buey y del carnero , dice Pisón , no es tan buena en el Brasil como en Europa , pero los cerdos son me- jores , y multiplican mucho ; según Juan de Laet, son también mejores en Santo Domingo que en Europa. Puede decirse generalmente que de todos los animales domésticos , que se han llevado de Euro- pa a la América , el cerdo es el que ha provaieci- do mejor , y mas umversalmente , asi en el Cana- da como en el Erasil ; esto es , en los climas muy cálidos , y muy fríos de este nuevo mundo , pro- crea y se multiplica el puerco , y su carne es en ambas partes excelente. La especie de la cabra al contrario , no ha multiplicado sino en los países calidos ó templados , y no habiéndose conservado lo mismo en el Canadá, es necesario , para reno- var la tspecie , llcsar de quando en quando cabras y machos de Europa , por cuyo motivo es poco numerosa esca especie en aquel Continente. El asno, que se ha propagado en el Brasil , en el Perú , &c. no ha provalecido en el Canadá, donde no se hallan asnos ni mulos , no obstante de haberse llevauo var as veces los primeros para en- castar j pero el demasiado frío los enerva , y qui- ta el vigor de su temperamento cálido , que les es natural, y distingue de los demas animales. Los caballos se han propagado casi lo mismo en los países calidos y fríos del Continente de Amé- rica ; solo que parece que han perdido algo de su estatura , pero esto ha sucedido á todos ios de- mas animales , llevados de Europa á aquellas regio- nes ; porque los bueyes , las cabras , ios carneros, los cerdos y los perros , son mas pequeños en el Canadá que en Europa , y lo que parecerá tal vez mucho mas singular es , que todos los animales de América , aun aquellos que son naturales del pais, son mucho mas pequeños , por lo general , que los del antiguo c omineme. Parece que la Naturaleza se ha servido en esce nuevo mundo de o ra escala de magnitud ; el hombre es el único que ha sido me- dido con el mismo módulo ; pero antes de mani- festar los hechos sobre que se funda esta observa- ción general , es preciso concluir esta enumeración. Los perros , cuyas razas son tan variadas , y tan numerosamente esparcidas , no se han hallado, por decirlo asi , en América , sino por muestras ó diseños difíciles de comparar , y referir al total de la especie. En Santo Domingo había unos animali- Hiitoria Natural. Tura. I. QUA 235 líos llamados goschis ó gozques , semejantes a los perrillos ; pero no habla perros semejantes á los de Europa , según dice Garcilaso ; y añade , que los perros de Europa que se llevaron a Cuba y a Santo Domingo , habiéndose hecho montaraces, disminuyeron en estas islas la cantidad de ganaüo también silvestre ; que estos perros andan en tro- pas de diez , doce y mas juntos , y que spn tan malvados como los lobos. En las Indias Occidentales , dice Acosta , no habia verdaderos perros , sino solamente unos ani- males semejantes a los perrillos , que en el Perú llamaban ateos , y estos tienen casi el natural del perro , y el mismo apego a sus amos , si se cree al Padre Charlevoix , que sobre este artículo no cita sus fiadores. „ Los gozques de Santo Domingo eran unos perrillos mudos , que servían de entrete- nimiento a las damas : también los empleaban en la caza para levantarla : eran de buen comer , y fueron de un gran recurso en las primeras hambres que los Españoles pasaron en aquellos parages : la especie se hubiera aniquilado en la isla , a no ha- ber llevado de varios parnges del Continente. Los habia de varios géneros , unos con la piel del to- do lisa , otros con todo el cuerpo cubierto de una lana muy fina , y muchos tenían una especie de ve- llo suave y raro. La misma variedad de color que se ve entre nuestros perros , se encontraba tam- bién en aquellos , y mayor aun porque tenian de todos colores , hasta de ¡os mas subidos/4 Si la especie de gozques ha existido alguna vez con estas singularidades que la atribuye el padre Charlevoix , i por qué no hacen mención de ella los demas Autores ? y por qué estos animales, que según dice , estaban esparcidos , no solo en la isla de santo Domingo, sino en varios parages del Con- tinente , no subsisten en el dia ? y si subsisten, ¿cómo han perdido del todo tantas singularidades? Es verosímil , que el gozque del Padre Charle- voix, cuyo nombre dice haber hallado solamente en el Padre Perez , es el gozque de Garcilaso ; también puede que el gozque de Samo Pomingo , y el al- eo del Perú sean el mismo animal alómenos pa- rece cierto que este animal es de todos los de Amé- rica ei que tiene mas sermjanza con el perro de Europa. Algunos Au.ores le han mirado como un verdadero perro ; Juan de Laet dice expresamente, que en el tiempo del descubrimiento de las Indias habia en Santo Domingo una casca de perros pe- queños , de los quales se servian para la caza, pe- ro que eran absolutamente mudos. En el artículo del perro hemos dicho que es- tos animales pierden la facultad de ladrar en los países calidos ; pero en lugar del ladrido tienen una especie de aullido , y jamás son del todo mudos como estos animales hallados en America. Los perros que han ido de Europa se han propagado casi igualmente en las regiones mas ca- lidas y frías de la América , como en el Brasil y en el Cañada , y son los animales que mas estiman aquellos Indios ; sin embargo , parece que han mu- dado de naturaleza : han perdido la voz en los paí- ses calidos , la magnitud del tamaño en los fríos, y casi en todas partes tienen las orejas derechas ; fL naimente han degenerado , ó por mejor decir , re, Gg tro. 236 Q U A trocedido hacia su especie primitiva , que es la del perro de ganado con orejas derechas , el qual es el que ladra menos de todos. Puedese pues mirar la tspecie del perro como pertenciente únicamente ai antiguo mundo , donde su naturaleza solo se ha descubierto enteramente en las regiones templadas, y donde parece haberse variado y perfeccionado por los cuidados del hombre , pues en todos los panes incultos , y en todos los climas demasiado calidos ó trios , son igualmente pequeños , icos y casi mudos. La hiena , que es casi del tamaño del lobo , es un animal conocido de los antiguos , y notable por la abertura y las glándulas que tiene como el texen, de las quales destila un humor de un olor muy fuerte ; también es muy notable por su larga crin, que se dilata a lo largo del cuello , y de la cruz , y por su voracidad que la hace desenterrar los cada- veres , y devorar las carnes inas corrompidas, &c. Este animal inmundo solo se encuentra en la Ara- bia , ó en las demás provincias Meridionales del Asia ; no existe en Europa , ni menos se ha hallado en el nuevo mundo. El chacal, que de todos los animales , sin excep- tuar el lobo , es el que nos parece que se acerca mas de la especie del perro , no obstante de dife- renciarse por algunos caracteres esenciales , es un animal muy común en Armenia y en Turquía , y también se halla en otras varias provincias del Atri- ca y del Asia : pero es absolutamente estrano en el nuevo Continente. Es notable por el color de su pelo , que es de un amarillo brillante : es casi del tam. ño de una zorra ; y aunque su especie es muy numerosa , no se ha extendido á la Europa , ni tampoco a el ¡Norte del Asia. La gineta , animal bien conocido en España, por ser propio de aquel Reyno , si se hubiese hallado en la Ané rica , le hubieran indicado los Españoles; pero como ninguno de sus Historiadores , ni de sus viageros hace mención de ellos , es evidente ser un animal particular al antiguo Continente en el qual habita ¡as partes Meridionales de Europa, y las del Asia que están casi baxo de esta misma la- titud. Aunque algunos han querido que la civeta se hallase en la nueva España , somos de parecer, que no es la misma del Africa y de la India , de la qual se saca el almizcle , que se mezcla , y pre- para con el que se saca también del animal llamado ti¡ m en la China , y miramos la verdadera civeta como un animal de las parces Meridionales del an- tiguo mundo, que no se ha esparcido hacia el Nor- te , y por lo tanto no ha podido pasar al nuevo. Los gatos eran como los perros totalmente des- conocidos en el nuevo mundo , y puede asegurarse, que su especie no existia en aquella región , aun- que se lee que uno de la tripulación de Cristoval Colon halló y mato uno montes en la costa de estas nuevas tierras ; pero un corto estudio en la Historia natural bas a para conocer el abuso de las denomina- ciones mal aplicadas , prestadas ó facticias : la in- clinación natural que tenemos de comparar las co- sas que vemos una vez a ¡as que nos son ya cono- cidas , unida a la dificultad casi invencible que había en pronunciarlos nombres americanos, son dos gran- QU A des causas de las faisas aplicaciones de nombres que han producido después Luía multitud de errores en la Historia de los animales. Es por tvur.pio mucho mas comodo el dar a un animal nuevo el nombre de jabalí , o de pitaco nc-giu , que el pronunciar su nombre mexicano quaulj-coyamctl ; asimismo era mas fácil llamar á otro zorra americana, que el conser- varle el nombre brasiliense camandttagMCu ; el 11a- mar canuto , ó camello di! pan a los animales que en esta lengua se llamaban ptlon-ichi athth oqv.hd: también han llamado cado aqtiatil al cabial , ó cabio- tura, o capibara , aunque éste es un animal muy di- verso del cerdo ; á el \a,'.gucybeytt se le ha llama- do nutiia, & c. Lo mismo ha sucedido con casi todos los ani- males del nuevo mundo , cuyos nombres eran tan barbaros y tan extraños para los Europeos , que procuraron darles oucs per algunas semejanzas , á veres felices , con los animales del antiguo Conti- nente ; pero las mas veces por simples relaciones demasiado remotas para fundar la aplicación de es- tas denominaciones. Se han mirado como liebres y conejos cinco ó seis especies de animalillos que no tientn otra semejanza con aquellos que la de ser su carne buena de comer : llamaron vaca ó clan 3 un animal sin cuernos , que los Americanos llama- ban ¡aph etc en el Brasil, y mampucho en la Guayana, que los Portugueses llamaron después anta , y que no tiene otra relación con la vaca ó el clan que el de semejarseles algo en la forma del cuerpo. Unos compararon el paca ó pal \ al conejo , y otros dixe- ron , que era semejante á un lechoncillo de dos me- ses : algunos han mirado el didelfo como una rata de bosque , y le han dado este nombre , otros le han tenido por una zorra pequeña , Scc. Bien se ve, pues, que todas las especies de nues- tros animales domésticos de Europa , y los mayores animales silvestres del Africa y del Asia faltaban en el nuevo mundo : lo mismo sucede de otras va- rias especies menos considerables, de las quales va- mos a hacer la enumeración lo mas sucintamente que nos sea posible. Las gazelas , cuyas castas son numerosas , y de las quales unas se hallan en Arabia , otras en la In- dia Oriental , y otras en Africa , todas necesitan ca- si igualmente un clima cálido para subsistir y mul- tiplicarse : nunca se han esparcido en los países del Norte del antiguo Continente para pasar al nuevo; y por eso esta» especies del Africa y de Asia no se han hallado en él ; solamente parece que pasó la que han llamado gazela de Africa , y que Hernán- dez nombra a/gacel ex áfrica. F.1 animal de la nueva España , que el mismo autor llama temam acarno , y que Seba indica con el nombre de cénits , Klein con el de U agidas , y Brison con el de gabela de nue- va España , parece diferir también en la especie de todas las gazelas del antiguo Continente , y que se parece mas bien al corzo. ¿Podría imaginarse que la gamuza que vive en- tre las nieves de los Alpes hubiera temido los hielos del Norte de donde hubiera podido pa- sar al América i pero sin embargo no se ha hallado en aquel Continente. Este animal parece que apete- ce , no solamente un clima , sino una situación par- ticular ; esta acostumbrado a las cimas de las altas mon- QUA montañas de los Alpes , de les pirineos &re. y le- jos de haberse esparcido en los países remotos, nunca ha baxado a los llanos ene están al pie de es- tos montes : no es éste el único animal cae apetece constantemente un país , ó mas bien una situación particular : la marmota , ¡a cabra montes , el oso, el lince ó lobo cerval son también animales mon- teses que rara vez se hallan en ¡os valles. El búfalo, que es un animal de los climas cáli- dos que en Italia han domesticado , y que se pare- ce aun menos que el buej'al bisonte de America, tampoco se ha hallado en aquel Continente. La cabra mentés se halla en los montes mas al- tos de Europa y Asia , pero nunca se ha visto en las cordilleras de América. El almizcle solo habita en algunas regiones par- ticulares de la China y de la Tartaria Oriental ; el cervatillo , conocido con el nombre de ciervo pe- queño de Guinea , parece estar confinado a ciertas provincias del Africa , y de las Indias Orienta- les , &c. El conejo , que es propio de España , y que se ha propagado por todos Jos países templados de Europa, tampoco le había en América ; los anima- les de este Continente á los que se han dado su nom- bre , son de especies diversas , y todos los verda- deros conejos que hay anualmente en él han sido llevados de Europa. Los hurones, que han venido de Africa á Europa, donde no pueden subsistir sin el cuidado del hom- bre , no se han encontrado tampoco en Amé- rica ; no hay animal alguno , hasta nuestras ratas y ratones , que no fuese desconocido en aquella re- gión , y pasaron a ella con nuestros navios , ha- biéndose multiplicado prodigiosamente en todos los parages habitados de aquel nuevo mundo. para resumir nuestra enumeración debo advertir, que el elefante , el rinoceronte , el hipopótamo, la gira- ja , el camello , el dromedario , el /con , el tigre , la pantera , el caballo , el asno , la cebra el buey , el bú- falo , la ove' a , la cabra , el cerdo , el perro, la hiena, el chacal, hgineta, la civcta, el gato, lígatela, la gamuza, la cabra montes , el ceivatillo, el conejo, el hurón , las > atar v los ratones, son todos animales propios al an- ticuo Continente , de los quales ninguno existía en América^úando se hizo su descubrimiento : lo mis- mo sucede de los lirones , lerotos , marmotas , man- guitas , ttxones , cebellinas, armiños, ger bolsas , mafs y otras varias especies de monos &c. de las quales ninguna existia á el arribo de los Europeos , y que por consiguiente son todas propias y particulares del mundo antiguo. Las del nuevo eran tan desconocidas de los Euro- peos como las nuestras lo eran de los Americanos; los únicos pueblos algo civilizados entre ellos, eran los Mexicanos y Peruleros :i aquellos no tenian animales domésticos , pero los peruleros , habían formado una especie de ganado del llama , que ellos habían domesticado , como también el amma- Ijllo aleo , que era doméstico en las casas como lo son nuestros perrillos. Los llamas gustan , como Ja gamuza, de una situación particul r. Solo se ha- llan en los montes del Peiú , de Chile y de nue- va España ; y aunque los Peruleros los han domes- ticado , y por consiguiente favorecido los hombros Q-U A 237 su propagación , llevándolos á las regiones veci- nas, no se han propagado en ninguna parte , antes bien han diminuido en su país nativo donde la es- pecie no es actualmente tan numerosa como lo era antes de que se ¡levase el ganado de Europa , ej qual se ha propagado muy bien en todas las regio- nes Meridionales de aquel Continente. Si se reflexiona sobre lo referido , parecerá singular , que en un mundo casi todo compuesto de naturales silvestres , cuyas costumbres se acer- caban mucho mas que las nuestras á las de las bes- tias, no hubiese ninguna sociedad , ni aun ninguna habitud entre estos hombres silvestres y los anima- les que los rodeaban pues solo se han encontra- do animales domésticos en los pueblos ya civiliza- dos : ¿por ventura no prueba esto que el hombre en el estado de salvage, no es mas de una especie de animal incapaz de mandar á los demás , y que teniendo únicamente como ellos las facukactes in- dividuales , se sirve de ellas del mismo modo, pa- ra buscar su sustento , y acudir á su seguridad ata- cando á los flacos , evitando los fuertes , y sin te- ner ¡dea alguna de su poder real y de la superiori- dad de su naturaleza sobre todos estos entes que él no procura subordinar? Echando una ojeada sobre los pueblos entera- mente ó algo civilizados, hallarémos en codos ani- males domésticos : entre nosotros , el caballo , el asno , el buey , la oveja , la cabra , el cerdo , el perro y el gato : en Italia el búfalo t en la Lapo- nia el reno ; en el Perú el llama y el aleo ; en el Oriente el dromedario , el camello y otras espe- cies ó razas de bueyes, ovejas y cabras : en los pueblos del Mediodía el elefante , todos han sido sometidos al yugo , reducidos á la servidumbre , ó bien admitidos en la sociedad , mientras que el hom- bre silvestre , buscando apenas la sociedad de su hembr-a , teme y desdeña la de los animales. Es verdad , que de todas las especies que hemos domesticado en este Continente , ninguna existia en América ; pero si los hombres silvestres de que es- taba poblada , se hubiesen enteramente unido , y prestado las luces y auxilios mutuos de la sociedad, hubieran sojuzgado , y hecho servir para su uso la mayor parte de los animales de su pais 1 porque ca- si tonos son de un natural suave , dócil y tímida; hay pocos’ dañinos , y casi ninguno temible : y asi t slOs animales han conservado su libertad , y evita- do la esclavitud ó servidumbie , no por lo feroz de su natural , ni por indocilidad dé su caráóter , sino por la impotencia del hombre , que no puede nada, en efeóto , sino por las fuerzas de la sociedad; pues de ella dependen su misma propagación y mul- tiplicación. Estas tierras inmensas del nuevo mundo estaban, por decirlo asi , sembradas de algunos puñados de hombres , y creo que podría decirse , que en toda la América quando se descubrió , no había tañeos hombres como se cuentan actualmente en 13 mitad de Europa. Esta escasez , en la especie humana, causaba la abundancia , esto es , el gran número en cada especie de animales naturales del pais. 1 en:an mucho.* menos enemigos y mucho mas espacio: to- do, pues, favorecía su multiplicación, y cada especie era relativamente muy numerosa tn individuo» t pe- ro 238 QUA ro no era lo mismo en el número absoluto de las especies , porque éste era muy corto , y si se com- para con el de las especies del antiguo Continente, se hallará que no llega tal vez a la quarta pane, o á lo mas, á la tercera. Si contamos doscientas y quarenta especies de animales quadrupedos en toda la tierra habitable y conocida , hallaremos mas de ciento y sesenta especies en el antiguo Continente , y menos de ochenta en el nuevo \ y si se suprimiesen tam- bién las especies comunes á ambos , quiero decir, aquellas solamente que por su naturaleza pueden soportar el frío , y que han podido comunicarse por las tierras del Norte de este Continente al otro , apena-, se hallarán sesenta especies de anima- les propias y naturales de las tierras del nuevo mundo. Y no solamente hay un corto número de especies, sino que por lo General todos los animales son alli in- comparablemente mas pequeños que los del aiviguo hemisferio ; en América no hav ninguno que pueda compararse al elefante , al rinoceronte , al hipopó- tamo , al dromedario , á la girafa , al búlalo , al león , al tigre , &c. El mayor de todos los animales del America Meridional es el tapir ó tapireté del Bra- sil : este grande animal , este elefante del nuevo mundo , es del tamaño de un ternero , ó de una mu- la muy pequeña , le han comparado á estos ani- males , aunque no se les asemeja en nada , porque ni es solipedo , ni bisulco , sino fisipedo irregular, pues tiene quatro dedos en los pies delanteros , y tres en los de atrás : tiene el cuerpo casi de la for- ma de un puerco, la cabeza mucho mas gruesa a pro- porción , sin defensas ó colmillos , y el labio supe- rior muy largo y movible a voluntad del animal. El llama, de quien ya hemos hablado , no es tan gran- de como el tapir , y solo lo parece por lo largo del cuello y alto de las piernas. El Cabial , que es después del tapir uno de los animales mayores de la América Septentrional, no es, sin embargo, mayor que un cerdo de mediana magni- tud : Uniere tanto como los anteriores de todof los animales del antiguo Continente ; porque aunque le han llamado puerco de laguna , ó puerco aquatico , se diferencia del cerdo por algunos caracteres esencia- les y muy visibles ; es fisipedo , porque tiene co- mo el tapir quatro dedos en los pies de delante , y tres en los de atras; los ojos grandes, el hocico grue- so , y obtuso, las orejas pequeñas , el pelo corto, y carece de cola. El pecar ó tayayi , que es aun mas pequeño que el cabiai , y que se parece mas al cerdo , espe- cialmente en lo exterior , se diferencia mucho por la conformación de las partes interiores , por la fi- gura del estomago , por la forma de los pulmo- nes , por la gruesa glándula y abertura que tiene en el lomo, &c. Es pues , como ya hemos dicho , una especie diferente de la del cerdo , y ni el tayazu , ni el cabiai , ni el tapir se hallan en ninguna parte en el antiguo Continente. Lo mismo sucede con el tama^iduaguacn , ó ua- r'tri , y con el Minien , que nosotros llamamos Hor- migueros , ó comedores de hormigas : estos animales, los mayores de los quales son de un tamaño infe- rior , parecen ser particulares a las tierras de la América Meridional y son muy singulares , porque QUA no tienen dientes , y su lengua es cilindrica cetro la de las aves que llaman picos : la abertura de la boca es muy pequeña , con la qual ni pueden mor- der , ni casi agarrar > sacan la lengua , que es muy larga , y la ponen donde hay hormigas , ia retiran quando esta llena , y no pueden alimentarse sino con este medio industrioso. El perezoso , que los naturales del Brasil llaman ai , ó hai á causa de sil grito lastimoso que repi- te continuamente , nos parece que es también un animal que solo pertenece al nuevo Continente. Es mucho mas chico que los anteriores ; pues apenas tiene dos pies de largo , y es muy singular , porque anda mas lentamente que una tortuga , y no tiene mas de tres dedos en cada pie : sus piernas de- lanteras son mucho mas largas que las de atrás: tie- ne la cola muy corta , y carece de orejas i ademas el perezoso y el armadillo son los únicos que ca- reciendo de dientes incisivos, y de colmillos , tienen solamente muelas cilindricas y redondas por su ex- tremo , casi como las de algunos cetáceos , v. gr. el cachalote. El cariacú de la Guayana es un animal de la na- turaleza y de la magnitud de nuestros mayores cor- zos ; el macho tiene cuerna semejante á la del cor- zo, y la muda asimismo todos los años ; la hem- bra no la tiene : en la Cayena le llamaban cierva de bosque. Hay otra especie que llaman también caria- cú , ó cierva de paríanos o de margleral , que es mu- cho mas pequeña que la primera , y en la qual el macho no tiene cuerna. Hemos sospechado, a causa de la semejanza del nombre, que el cariacú de la Cayena podía ser el cuguacu ó cugacú-apara del Bra- sil , y habiendo confrontado las noticias que- Pisón y Marcgrave nos han dado del cuguacú con los ca- racteres del cariacú , nos ha parecido que era el mismo animal; el qual, sin embargo , es bastante di- verso de nuestro corzo , para mirarle como una misma especie y raza. E¡ tapir, el cabiai, el pecar , el oso hormigue- ro , el perezoso , el cariacú , el llama , el paco, la vicuña , el bisonte , el puma , el yaguar , el cú- guar , el yaguareté, &c. son pues los mayores ani- males del nuevo Continente ; los medianos y los chicos son los coendúes ó guandues , los agutíes, los coatis , los filandreas , didelfos y marmosas , los co- nejos de Indias y los armadillos , que nosotras mi- ramos como originarios y propios del nuevo Mun- do , aunque los Nomencladores mas modernos ha- blan de una especie de armadillos de las Indias Orientales , y de 01ra de Atrica , como se ha hecho mención de estos armadillos Africanos , y Orien- tales por el testimonio del Autor de la descripción del gabinete de Seba , no tiene la autoridad suficien- te para que podamos darle íee. En quanto á lo de- mas vease un examen mas particular y mas extenso sobre este asunto en el artículo de los armadillos en el capítulo del armadillo con diez, faxas , ó cirquinton. Hasta ahora no hemos hab’ado de los monos, porque su artículo pide un examen particular. Co- mo 1a palabra mono es genérica , y se aplica á un gran número de especies diferentes unas de otras, no es de admirar que se haya dicho que se halla- ba gran cantidad de monos en los paises Meridiona- les de uno y otro Continente ; pero ahora se trata QUA de saber , si los animales que llaman monos en Africa y en Asia , son los mismos que aquellos a quienes han dado este mismo nombre en América, y si una sola de estas especies se halla igualmente en ambos Continentes. El orangutang ú hombre silvestre grande y chi- co , esto es , él pongo y el joko , que por su con- formación parece que difiere menos del hombre que del mono , solo se halla en Africa, o en el Asia Meridional , y no en la America. El fote ó gibo® , cuyos brazos son tan largos como todo el cuerpo , incluidas las piernas , se halla en las Indias Orientales y no en America. Los monos propiamente asi llamados , asi los cinocéfalos, como aquellos , cuyo hocico es corto , y cuyo rostro se acerca por consiguiente mucho mas al del hombre. , y que son los verdaderos monos, todos son naturales y particulares de los climas cá- lidos del antiguo Continente. El babino u cefo no se halla igualmente sino en los desiertos de las partes .Meridionales del antiguo Mundo. Todas las especies de monos que no tienen cola, ó la tienen muy corta, no se encuentran en America, y entre las especies que tienen colas largas , casi to- das las mayores.se hallan en Africa , y hay pocas en America que sean de una estatura mediana ; pero los animales que han indicado con el nombre gené- rico de monos pequeños con cola larga, los hay en gran número en aquella nueva región ; estas especies de monos pequeños con cola larga son los sapayues , y .los sagoines : en la historia particular de cada uno ■de ellos se puede ver quan diferentes son de los del Africa y del Asia. Los makis , de quienes conocemos tres ó quatro especies , o variedades , y que se acercan bastante a los monos con cola larga , que como ellos tienen manos , pero cuyo hocico es mucho mas largo , y mas puntiagudo , son también animales particulares del antiguo Continente , y que no se han hallado en el nuevo : y asi todos los animales del Africa ó del Asia Meridional , que se han indicado con el nombre de monos , no se encuentran en America. Quanto mas exactas sean las indagaciones y com- paraciones que se hagan sobre este asunto , se hara mas evidente, que los animales délas partes Meridio- nales de cada uno de ios Continentes no existian en el otro , y que el corto número de los que se ha- llan en el día en ellos han sido llevados por los hombres , como la oveja de Guinea, que fue lleva- da al Brasil ; el cerdo de la India al contrario , fue llevado del Brasil á Guinea , y tal vez también al- gunas otras especies de aniiralillos , cuyo transporte ha sido favorecido por la vecindad , y el comercio de estas dos partes del mundo. Hay cerca de qui- nientas leguas de mar entre las costas del Brasil , y las de Guinea , y mas de dos mil desde las del Pe- rú á las de las Indias Orientales. Todos estos ani- males que por su naturaleza no pueden soportar el clima del Norte , y aun aquellos que pudiéndole su- frir no pueden producir en ¿1 , están , pues , confi- nados por dos ó tres lados de mares que no pueden atravesar , y por otro lado de tierras demasiado frías, que no pueden habitar sin perecer , y asi debe ce- . sar la admiración de este hecho general , y que a primera vista parece muy singular , y que nadie an- QUA j' -tes de Bufón había sospechado , que ninguno de los animales de la zona corrida de uno de los Continen- tes no se ha encontrado en el otro. No. sucede lo mismo con los animales que pue- den soportar el frió , y multiplicarse en los climas del Norte : hallanse varios en la Ama lea Septen- trional i y aunque siempre tienen alguna diferen- cia bascante notable , con todo eso , no se puede de- xar de mirarlos como los mismos , y creer que en otro tiempo pasaron del uno al otro Continente por las tierras del Norte, quiza desconocidas aun actualmente , ó acaso antiguamente sumergidas : y -esta prueba , sacada de la Historia Natural , demues- tra mejor la inmediación casi continua , aétual , o pasada de ambos. Continentes hacia el Norte, que todas las conjeturas de la Geografía especulativa de- muestran. Los osos de los Ilineses y de la Luisiana pare- cen ser los mismos que los nuestros , solo que aque- llos son mas pequeños y mas negros. El ciervo del Cañada , aunque mas pequeño que nuestro ciervo , solo se diferencia en la mayor altu- ra de la cuerna , en estar mas poblada de candiles, y en tener mus larga la cola. Lo mismo se nota en el corzo , que se halla al Mediodía del Canadá , y en la Lusiana , que es tam- bién mas pequeño , y tiene la coja mas larga que el de Europa •. y en el orinal , que es el ursino ani- ma] que el elan , pero que no es-tan grande. El reno de Laponia , el gamo de Groenlandia y el caribú del Canadá , parece que son un mismo y único animal. El gamo o ciervo de Groenlandia, descripto y disenado por Edvx ars , se parece de- masiado al reno para poderle mirar como una espe- cie diversa ; y en quanto al caribú , todas las indica- ciones hacen juzgar que es el mismo animal que el reno , aunque Brison haya creído deber formar tina especie diferente , refiriéndole al cerv&s burga, ulicus de Jonston ; pero este cavas burgmdicus es un ani- mal desconocido , que seguramente no existe ni en Borgoña , ni en Europa: es simplemente un nom- bre que habrán dado á alguna cabeza de ciervo ó de gamo , cuyas astas fuesen chimeneas , ó capri- chosas. Las liebres , las ardillas , los erizos , las ratas almizcladas , las nutrias , las marmotas , las musa- rañas , los nitir ielagos , y los topos son también es- pecies que pueden mirarse como comunes á ambos Continentes , aunque en todos estos géneros no ha- ya ninguna especie que sea perfeéfamente semejan- te en America a las de Europa ; y se conoce que es muy difícil , por no decir imposible , el deter- minar si son realmente especies diferentes , ó solo variedades de la misma especie , que se han vuelto constantes por la influencia del clima. Eos castores de Europa parecen ser los mismos que los del Canadá : estos animales prefieren los países fríos , pero pueden subsistir también , y mul- tiplicarse en los países templados : todavía hay al- gunos en Francia , en las islas del Rodano , y anti- guamente los había en mucho mayor número: pa- rece . que no gustan tanto de los países poblados, como de los demasiado cálidos : establecen su socie- dad en los desiertos apartados de toda habitación; y aún en el Cañada , que debe mirarse como un vas- 240 QU A vasto desierto , se han retirado muy lejos de las ha- bitaciones de toda la Colonia. Los lobos y las zorras son también animales co- munes a ambos Continentes , hailanse en todas las partes de la América Septentrional , pero con algu- nas variedades ; en especial hay zorras y lobos ne- cros , y todos son generalmente mas chicos que en Europa , como lo son también todos los demas ani- males , asi los que son naturales del pais , como los que se han transportado a él. Aunque la comadreja y el armiño freqüentan los países frios de la Europa , son por lo menos muy raros en América ; no sucede lo mismo absoluta- mente con las martas , fainas y hediondos. La marta del Norte de la América parece ser la misma que la del nuestro : el vison se parece mu- cho á la faina , y el hediondo rayado de la Améri- ca Septentrional, tal vez no es mas de una variedad de la especie del hediondo de Europa. El lynceó lobo cerval que se halla asien Améri- ca , como en Europa , nos ha parecido el mismo animal ; habita con preferencia los paises fríos; pe- ro también vive y multiplica en los climas tem- plados , y comunmente permanece en las selvas y en los montes. Las focas se hallan igualmente en las costas de Europa y de la América Septentrional. Estos son con corta diferencia todos los anima- les que pueden mirarse como comunes a ambos Continentes del antiguo y nuevo Mundo ; y en es- te número , que, como se vé , no es considerable, se debe suprimir aun mas de una tercera parte , cu- yas especies , aunque bastante semejantes en la apa- riencia , pueden sin embargo ser realmente diferen- tes. Mas admitiendo aún en todos estos animales la identidad de especie con los de Europa , se vé que el número de estas especies comunes a ambos Con- tinentes es bastante corto en comparación del de las especies propias y particulares á cada uno de ellos : además se vé que de todos los animales, no hay mas que los que habitan o freqüentan las tier- ras del Norte que sean comunes a ambos mundos, y que ninguno de los que solo pueden multiplicarse en los paises calidos ó templados , no se hallan a un tiempo en ambos hemisferios. Tampoco parece dudoso que los dos Continen- tes es én ó hayan estado contiguos hacia el Norte, y que los animales que les son comunes , hayan pa- sado del uno al otro por tierras desconocidas de nosotros. Hay fundamento para creer , especialmen- te por los nuevos descubrimientos de los Rusos al Norte de Kamtschatka , que la América se comuni- ca con el Asia por tierras contiguas , y al contrario parece que el Norte de Europa está , y ha estado siempre separado por mares bastante vastos para no poderlos atravesar animal qmdruftd» alguno. No obstante, los animales del Norte de Améri- ca , no son precisamente los del Norte del Asia, si- no mas bien ios del Norte de Europa : lo mis- mo sucede con los animales de las regiones templa- das : el argali , la cebellina , el topo dorado de Si- beria , y eí almizcle de la China , no se hallan en la bahía de Hudson , ni en ninguna otra parte del Noidu- este del nuevo Continente; al contrario en las tierras dd Nord-este de América se hallan no sola- Q_U A mente los animales comunes á las del Norte en Eu~ ropa y en Asia, sino también los que parecen ser particulares á la Europa sola , como el Eian , el Re- no, &c. Sin embargo , es preciso confesar , que las partes Orientales del Norte del Asia son todavía tar» poco conocidas , que no se puede asegurar si los animales del Norte de Europa se hallan ó no en aquel pais. Ya hemos notado como cosa muy singular, que los animales de las provincias Meridionales del nue- vo Continente son muy pequeños en comparador» de los de los paises cálidos del antiguo : efeétivamen- te no hay comparación ninguna en la magnitud deS elefante , rinoceronte , hipopo.amo , girafa , came- llo, león , tigre, &c. animales todos naturales , y pro- pios del an.iguo Continente , con el tapir , cabiai, hormiguero , llama , yaguar, &c. que son los mayo- res animales del nuevo mundo ; los primeros sor» quatro , seis , ocho y dkz veces mayores que los últimos. Hay otra observación que apoya también este hecho general , y es que todos los animales que se han llevado de Europa á el América ; como caba- llos , asnos , bueyes, ovejas , cabras , cerdos, per- ros, &c, han aminorado ; y que los que no se han llevado , sino que ellos se han ido por sí mismos, en una palabra , aquellos que son comunes á ambos Mundos , como Iodos , zorras , ciervos , gamos y elanes , son también mucho mas pequeños en Améri- ca , que en Europa , y esto sin nin una excepción. Finalmente no pretendemos asegurar afirmativa, y generalmente , que de todos los animales que ha- bitan los climas mas cálidos de uno y otro Conti- nente , no se halle alguno á un mismo tiempo en ambos ; sería necesaiio haberlos visto todos para estar físicamente ciertos de ello , solo pretendemos estar moraimente seguios t pues esto es evidente en todos los animales grandes , los quales solo han si- do los observados , é indicado s con exáótfiud de los viageros : también lo es en la mayor parte de los pequeños , y qmdan pocos sobre los que no poda- mos determinar ; por otra parte, aún quando se ha- llasen en esto algunas excepciones evidentes ( lo que no es posible imaginar) solo recaerían sobre un corto número de animales , y no destruirían la ley general , que se acaba de establecer , y que pa- rece'ser un Norte cierto para dirigirse en el cono- cimiento de los animales. Esta ley que se reduce á juzgarlos , asi por el clima y por el natural , como por la figura , y la conformación , muy rara vez. se hallará defectuosa, y nos hará precaver ó reconocer muchos errores. Supongamos por exemplo , que se trata de un ani- mal de Arabia , tal como la hiena , podremos asegurar sin recelo de engañarnos , que no se halla en Laponia , y no diremos , como algunos de nues- tros Naturalistas, que la hienay el gloton son un mis- mo animal. Tampoco diremos como Kolbe , que la zorra cruzada , que habita las partes mas boreales del antiguo y nuevo Continente , se halla al mismo tiempo en el cabo de Buena Esperanza , y hallare- mos , que el animal de que trata no es la zorra, si- no el chaca!. Reconocemos, que el animal del cabo de Buena Esperanza, que el mismo Autor indica coa el nombre de ¡merco de. tierra, y que se alimenta de QUA hormigas no se ha de confundir con los hormigue- ros de América , y con los que no tiene ninguna semejanza , sino la de comer hormigas. Asimismo si hubiese reflexionado que el clan es un animal del Norte, no hubiera dado el mismo nombre a otro animal del Africa , que es una gaxe~ ia. La ¿¡neta , que es un animal de España , del Asia menor, &c. y que solo se le halla en el antiguo Con- tinente , no debe indicarse con el nombre de coaii, que ts Americano, ccmo hizo Klein. El ysqueipatl o •porrillo de México no se debe mirar como una zor- ra pequeña , ó un texon , ni el cuaiimondi de Amé- rica se ha de confundir como lo hizo Aldrovando, con el puerco- texon , que jamás se ha mencionado, sino como animal propio de Europa. No es nuestro animo indicar aquí todos los er- rores de la nomenclatura de los quadrúpedos , basta probar , que hubiera muchos menos , si se hubiese puesto cuidado a ia diferencia de climas , y si se hu- biese extendido suficientemente la Historia de los animales para disunguir , que los de las partes Me- ridionales de cada Continente , no se hallan a un mismo tiempo en los dos , y finalmente , si no se hubiesen formado tamos nombres genéricos , que confunden entre sí una gran parte de especies , no solamente diferentes , sino las mas veces , remotísi- mas unas de otras. Hay otro punto de vista , baxo del qual debe- mos mirar á ios animales , y es : el de su mayor o menor utilidad , de su instinto inocente ó perjudi- cial , de sus deseos , principios de sus diversas pa- siones , en una paiaüra,de sus calidades relativas, entre caos , y en cspec.al etn nosotros. Unos son feroces y sangrientos , otros mansos y apacibles; unos gustan uc viva juncos , otros solitarios. La mayor parte Viven constantemente lejos de nosotro. , y nos fluyen , o por temor , o por odio; algunos ha . consentiuo en acercarse a nuestras Ha- bitaciones , y aún vivir en tilas, han r conou- do en el hombre un superior , y participan en el dia con el de los bienes de la sociedad , y de los males de la esclavitud. Estas especies son gene- ralmente del número de aquellas , cuyo natural es manso , cuyos deseos son moderados , y que viven de los frucos de la tierra, o a lo menos pueden sus- tentarse de Otra cosa que de carne y sangre ; por- que el perro y et gato no son mas que una leve ex- cepción ; peto lo, animales carniceros y dañinos pa- rece que son en mayor número que los útiles , y aunque lo que perjudica parece mas abundante que lo que sirve , sin embargo todo es útil ; porque en el universo tísico el mal concurre ai bien , y nada en efeéto perjudica á ¡a Naturaleza. Si se intentase destruir los en.es animados, el hom- bre considerado como parte del sistema general de es- tos entes, eno e^ pot vctvtaa ía especie mas perjudicial de todas > El solo sacrifica, y aniquila mas individuos vivos , que Jos animales carniceros devoran. Estos solo son perjudiciales , porque son rivales del hom- bre , por te-ner los mismos deseos, y el mismo gus- to por ia carne , y que para proveer á una urgen- cia de primera necesidad , ie disputan aiguuas veces la presa , que él reservaba á sus excesos , porque nosotros sacrificamos mucho mas á nuestra glotone- ría , que necesitamos. Somos destructores natos de Biaoiia Natural. Tura. I. dUA 24r los entes que nos están subordinados , consumiría- mos la naturaleza , sino fuese inagotable , y su fe- cundidad no supiese reparar los daños , renovándo- se por si misma. Mas el ordtn requiere que la muer- te sirva para la vida , y que la producción nazca de la destrucción ; por grande y desmesurado que sea el consumo del hombre y de los animales carnice- ros , la masa total de Ja substancia viviente no es capaz de diminuirla , y s-i ellos reiteran las destruc- ciones , también apresuran al mismo tiempo las ' nuevas producciones, Los animales que por su magnitud se distinguen en el universo solo forman la menor parte de las substancias vivientes : la tierra abunda de animales pequeños. Cada plana, cada grano, cada partí- cula de materia orgánica , contiene millares de áto- mos animados. Los vegetales parece que son el pri- mer manantial de la naturaleza , pero este manan- tial de subsistencia tan abundante y tan inagotable como es , apenas bastarla al número todavía mucho mayor de insectos de toca especie , su pululacion tan numerosa , y muchas veces mas pronta que la reproducción de las plantas , indica suficientemente quán superabundantes son ; porque las plantas solo £e reproducen todos los anos , y es precisa una es- tación entera para formarse el grano , en lugar que en los inseétos , especialmente en las especies mas pequeñas, como ia de los pulgones, una sola esta- ción basta para muchas generaciones. Multiplicarían, pues , mas que Ha plumas sino las destruyesen otros animales , a quienes sirve u de pasto natural , como las yerbas y los granos , lo, son para estos mismos. Por eso entre los inseétos hay muchos que solo vi- ven de otros mseétos ; hay también algunas espe- cies , que como las aranas devoran indiferentemen- te las otras y la suya : todas sirven de pasto á las aves domésticas y silvestres, que sirven de alimen- to al hombre , y son presa tamoiefl de los animales de rapiña. Asi la muerte violenta de los animales es un uso casi tan necesario como la ley de la muerte natural; estos son dos medios de destrucción y de renova- ción , el uno sirve paia mantener ia juventud per- petua de la naturaleza, y el otro mantiene el ornen de sus producciones , y él solo puede limitar el nú- mero en Jas especies. Ambos son unos efectos de- pendientes de las causas generales ; cada individuo que nace cae por sí mi m > al cabo de algún tiempo, ó es destruido anticipadamente por los o, ros. j Qué de flores cortadas en la primavera ! ¡ Qué de cas- tas muertas en el instante de su nacimiento ! ¡ Qué de semillas sofocadas antes de brotar! El hombre y los animales carniceros solo viven de individuos ya formados ó próximos a serlo: la carne, los huevos , las semillas , los vastagos de toda es- pecie forman su alimento común ; esto solo puede limitar la superabundancia de la Naturaleza : consi- dérese por un instante alguna de estas especies infe- riores que sirven de pasto á las demás , la de los arenques y sardinas , por exemplo , estos vienen á millares a ofrecerse á nuestros pescadores , después de haber sustentado todos los monstruos del mar del Norte , abastecen tamnien todos los pueblos de Europa una parte del año ; ¡ qué multiplicación tan prodigiosa la de estos animales ! ¿y si no fuesen des- Hh trui- 242 Q_U A traídos en gran número por los demás , quáles se* rían los etc ¿tos de esta inmensa multiplicación > Ellos solos cubrirían la superficie encera del mar; y perjudicándose unos a otros por su gran numero, se corromperían, y se destruirían á sí mismos , su fe- cundidad diminuirla por falta de alimento suficiente: el contagio y la escasez harían lo que ahora el con- sumo el número de estos animales se aniquilarla inútilmente, y el de los que se alimentan de cdos se diminuiría ; y lo mismo se puede decir de todas las demas especies. Es , pues , necesario que las unas vivan de las otras , y por este motivo la muerte violenta de los animales es un uso legítimo é ino- cente , pues se funda en la Naturaleza , y nace con esta condición. No obstante , confesemos que el motivo que habria para dudar de esto hace honor á la humani • dad : los animales , alómenos aquellos que tienen sentidos , carne y sangre , son entes sensibles , y por consiguiente capaces como nosotros de placer, y dolor. Hay una especie de insensibilidad cruel en sa- crificar sin necesidad aquellos que nos rodean , viven con nosotros , y nos son mas titiles , cuya sensación les hace inclinarse a nosotros manifestándose por las señales del dolor ; porque aquellos , cuya naturaleza es diversa de la nuestra , no pueden gustarnos. La piedad natural se funda soore las relaciones que no- sotros tenemos con el objeto que sufre ; y es tamo mas viva quanto mayor es la semejanza y conformi- dad de la naturaleza ; se padece viendo padecer á su semejante. Compasión : esta palaora explica bastante, que el dolor o sentimiento es una pasión que se par- ticipa, Sin embargo , menos padece el hombre que su propia naturaleza , la qual se subleva maquinal- mente , y se entrega por sí misma al dolor. El al- ma cieñe menos parte que el cuerpo en este senti- miento de piedad natural , y los animales son capa- ces de él como el hombre : el grito del dolor los conmueve , concurren á socorrerse mutuamente , y retroceden á la vista de un cadáver de su especie. Asi el horror y la piedad , son menos pasiones del alma, que afeitos naturales que dependen de la sen- sibilidad del cuerpo y de la similitud de la con- formación : este sentimiento sera menor á medi- da que las naturalezas se alejen. Un perro que cas- tigan , ó un cordero que degüellan , nos causan al- guna lastima , pero un árbol que cortan , ó una os- tra que comen no nos causa ninguna. Los animales que solo tienen un estómago , y los intestinos cortos están precisados como el hom- bre , á alimentarse de carne. Qualquiera verificará esta relación y esta verdad , comparando el volu- men relativo del canal intestinal en los animales car- niceros , y en los que viven de yerbas , y hallará siempre , que esta diferencia en su modo de vivir depende de su conformación , y que toman un ali- mento mas ó menos solido relativamente á la capa- cidad mayor ó menor del receptáculo , que ha de recibirle. Sin embargo , no es necesario inferir de esto que los animales, que solo viven de yerbas , esten por necesidad física reducidos a este solo alimen- to , como los animales carniceros están precisados por esta misma necesidad i alimentarse de carne; solo decimos , que los que tienen varios estómagos QUA ó tripas muy grandes , puedan pasarse sin este ali- mento substancioso y necesario á los demás ; peí o no decimos que no puedan usar de él , y que si la naturaleza les hubiese dado arma-’ , no solo para defenderse , sino para acometer y agarrar , no hu- bieran hecho uso de ellas , y no se hubiesen acos- tumbrado en poco tiempo á ’a carne y á la sangre; pues vemos que los corderos , terneros , cabras y caballos , comen ansiosamente la leche y los hue- vos , que son alimentos animales , y que sin ser ayudados por la costumbre no rehúsan la carne picada y sazonada con sal. Podría , pues , decirse que el gusto por la carne , y por los demas alimentos solidos , es el apetito general de todos los animales , el qual se exercita con mas ó menos vehemencia , ó modera- ción , según la conformación particular de cada ani- mal ; pues comprehendiendo la naturaleza entera, se halla este mismo apetito , no solo en el hombre y en los animales quadrnpedos , sino también en las aves , en los peces y en los gusanos , á los que en particular parece que toda carne haya sido ulterior- mente destinada. Pero ademas del nutrimento , que es aqui el principal fín de la naturaleza , y que es proporcio- nado a la calidad de les alimentos , producen otro que depende solo de su calidad , esto es , de su masa , y de su volumen. El estómago y las tripas, son unas membranas flexibles , que forman dentro del cuerpo del animal una capacidad muy considera- ble ; estas membranas para sostenerse en su estado de extensión , y para contravalancear las fuerzas de las otras partes á que se avecinan , necesitan estar siempre llenas en parte ; si por falta de tornar ali- mento se halla enteramente vacia esta gran capaci- dad , no estando ya soscenidas por dentro las mem- branas , se caen , se aproximan , y unen unas cotí otras , y esto es lo que produce la debilidad y fla- queza , que son los primeros síntomas de Ja extre- ma necesidad. Antes de servir los alimentos á la nutrición del cuerpo , le sirven de lastre ; su presencia , y su volumen son necesarios para mantener el equili- brio entre las partes interiores , que todas obran y trabajan unas con otras. Quando alguno muere de hambre , no es porque el cuerpo no esta nutrido, sino porque no está lastrado ; por eso los anima- les , en especial los mas golosos , y los mas vo- races , quando están apretados por la necesidad, o solamente avisados por el desfallecimiento que oca- siona el vacio interior , solo procuran lidiarle , y tragan tierra -y piedras : en el estomago de un lobo se halló greda , y se ven cerdos que la comen; I3 mayor parte de las aves tragan piedreciilas , ¿ce. y esto no es por gusto , sino por necesidad y porque no ts lo mas urgente refrescar la sangre con un quilo nuevo , sino mantener el equilibrio de las fuerzas , en las grandes partes de la maqui- na animal. Asi , pues , diélando la naturaleza sus leyes sencillas , pero constantes , imprimiendo en cada especie su caraéier inalterable , y dispensando sus dones con igualdad , da á los animales carniceros la fuerza y el valor , acompañado de la necesidad y de la voi acidad ; á otras especies silvestres pero apa- QUA apacibles , las inspira mansedumbre , y las da la templanza , y la ligereza de cuerpo , y por salva- guardia la inquietud y el temor á todos , dos bie- nes que los comprchenden todos , libertad y amor. Entre los animales silvestres , unos , y estos son los mas mansos é inocentes , se contentan con alejarse , y pasan su vida en nuestros campos : los que son mas desconfiados ó tímidos , se introducen en los bosques : otros , como si supiesen que no hay seguridad alguna en la superficie de la tierra, se fabrican habitaciones subterráneas , se refugian en las cavernas , ó ganan las cimas de los montes mas inaccesibles. Fieles a su tierra nativa , no se les ve errantes de clima en clima : el bosque donde han nacido es su patria , á la qual tienen cariño , y rara vez se alejan de ella , y nunca la dexan sino quando sienten que no pueden vivir en ella con se- guridad , y menos huyen de sus enemigos que de ¡a presencia del hombre. El hombre es quien los inquieta , quien los aparta , quien los dispersa , y quien los hace mil veces mas silvestres que no lo serian en efecto ; porque los mas de ellos solo pi- den la tranquilidad , la paz y el uso tan moderado como inocente , del ayre y de la tierra : son tam- bién inclinados por naturaleza a vivir juntos, a unir- se en familias , y á formar especies de sociedades. Todavia se ven vestigios de estas sociedades en los paises donde el hombre no ha puesto la planta sino casualmente : aun se ven obras hechas en co- mún , especies de proyectos que sin ser raciocina- dos , parecen haberse fundado sobre conveniencias razonables , cuya execucion supone á lo menos el acuerdo , la unión , y el concurso de los que los formaron ; y los castores no trabajan , ni fabrican por fuerza ó por necesidad fisica como las hormi- gas , las abejas , &c. porque no están constreñi- dos , ni por el espacio , ni por el tiempo , ni por el numero ; solo se juntan por elección , los que se convienen , viven juntos , los que no se alejan ; y se ven algunos que despreciados y arrojados por los otros, están precisados á vivir solitarios. Solo en los paises remotos y apartados , don- de temen poco el encuen.ro del hombre , es don- de procuran establecerse , y hacer su mansión mas estable y cómoda , construyendo habitaciones , y formando unas especies de poblaciones , que re- presentan bastante bien los débiles trabajos , y los primeros esfuerzos de una República naciente. Al contrario en los paises donde los hombres se han esparcido , parece que el terror habita con ellos, no hay sociedad en. re los animales , toda industria cesa , todo arte está sufocado : no piensan mas en construir : desprecian toda comodidad : siempre oprimidos por el temor y la necesidad , solo pro- curan vivir , solo se ocupan en huir y esconderse; y si , como se debe suponer , la especie humana continua en adelante en poblar igualmente la su- perficie de la tierra , dentro de algunos siglos se podrá mirar como una fabula la historia de nuestros castores. La naturaleza de los animales silvestres parece que varía , según los diferentes climas : si fuesen absolutamente dueños de escoger el clima y el ali- mento , serian poco sensibles estas alteraciones; pero como en todos tiempo* han sido perseguidos Histeria Natural. Tem.l. QUA 243 y desterrados por el hombre, ó por las especies carniceras que tienen mas fuerza y malignidad , ¡a mayor parte de elios se han visto precisados a huir y abandonar su país nativo , y á acostumbrarse á tierras menos felices : aquellos cuj a naturaleza ha sido bastante flexible para prestarse á esta nueva si- tuación , se han esparcido lejos , mientras que ¡os otros no han tenido otro recurso que el de descer- rarse á los desiertos vecinos de su pais. No hay ninguna especie de animal que como la del hombre , se halle generalmente en toda la su- perficie de la tierra : unas (y en gran numero) están confinadas a las tierras Meridionales del anti- guo Continente : ctras á las parres Meridionales del nuevo mupdo ; otras (en menor cantidad) es- tan desterradas en las tierras del Norte , y en lu- gar de extenderse hacia las regiones del Mediodía, han pasado de un Continente al otro por caminos hasta ahora desconocidos : finalmente algunas otras especies , solo habitan ciertos montes ó valles , y las alteraciones de su naturaleza , son generalmen- te tanto menos sensibles quanto mas están reti- radas. No hablaremos aquide las variedades que se ha- llan en cada especie de los animales carniceros , por- que son muy leves , atendiendo á que de todos los animales;, esto es, los que se mantienen con cari.e son los mas independientes del hombre, y que por me- dio de este alimento ya preparado por la Natura- leza , no recioen casi nada de las qualidades de la tierra que habitan ; que por otra parte , teniendo todos armas y fuerza , son dueños de la elección de su territorio , de su clima y de sus alimentos. Mas , la influencia del clima y del alimento, no son las únicas causas que obran sobre la natu- raleza de los animales silvestres : sus principales va- riedades nacen de otra causa ; son relativas á la combinación del numero en los individuos , asi de los que producen como de los que son produci- dos. En las especies , como la del corzo , donde el macho se une con una hembra , y no la muda, muestran los hijos la constante fidelidad de sus padres por su entera semejanza entre sí ; al con- trario en aquellas donde las hembras mudan ame- nudo de macho , como en la del ciervo , se hallan variedades bastante numerosas. Y como en toda la naturaleza no hay un solo individuo que sea perfectamente semejante al otro, se encuentra tanta mas variedad en los animales, quanto mayor y mas freqtiente es el numero de su produito. En las especies donde la hembra pro- duce cinco ó seis cachorros de diferentes machos, es necesario que el numero de variedades sea mu- cho mayor que en aquellas donde el produéfo es anual y único : por eso las especies inferiores , los pequeños animales , que todos producen mas ame- nudo , y en mayor numero que los de las especies mayores , están sujetos á mas variedades. La mag- nitud del cuerpo , que no es mas de una calidad relativa , tiene sin embargo atributos positivos , y derechos reales en el orden de la naturaleza ; el grande es tan fixo , como variable el chico. El ciervo , en los paites montuosos , secos y cálidos , como Córcega y Cerdcña , ha perdido la mitad de su magnitud , y su pelo ha tomado un Hh » co- 244 Q.U A color pardo , y sil cuerna es negruzca : en los paí- ses fríos y húmedos , como Bohemia y las Arde- ñas , ha cornado mayor corpulencia : su piel y su cuerna se han vuelco de un color pardo casi negro, y su pelo se ha alargado canco que forma una bar- ba larda r en el Norce del ocro Concinence , las aseas del ciervo se han dilacauo , y ramitieado por ramas corvas. En el escado de servidumbre se intu- ya el pelo de leonado en blanco , y a menos que el ciervo no csce en libertad , y en espacios dilaca- dos , sus piernas pierden su forma , y se encor- van. No cuenco el axis en las variedades de la es- pecie del ciervo , porque se acerca mas de la del gamo , y no es cal vez mas de una variedad. & Habria diticulcad en decidir sobre la especie del gamo : en ninguna parce es enceramence domésti- co , en ninguna absolutamence silvescre : su color varía bastante indiferencemence del leonado al pió, y del pió ai blanco : sus aseas , y su coja son cam- bien mayores , y mas anchas , según las diferen- tes razas ; y su carne es buena o mala , según el terreno y el clima. Hallase , como el ciervo , en ambos Continentes, y parece que es mayor en Vir- ginia , y en las otras provincias de la América templada que en Europa. Lo mismo sucede en el corzo , cambien es mayor en el nuevo mundo que en el anticuo - mas codas sus variedades se íedu- cen a algunas diferencias en el coior del pelo , que se muda de leonado en pardo : los corzos mayo- res son leonados comunmente , y los chicos par- dos. Estas dos especies , el corzo y el gamo , son las únicas de codos los animales comunes a ambos Continentes > que son mayores y mas lucí tes en el nuevo que en el antiguo. El jabalí en Guinea tiene las orejas muy lar- eras , y echadas sobre el lomo : en la China un gran vientre pendiente , y unas piernas muy cor- eas : en el Cano Verde y en otros parages , unas navajas gruesisimas , y vueltas como los cuernos de los bueyes : en el escado de servidumbre , ha criado en todas partes unas orejas medio pendien- tes , y cerdas blancas , en los paises trios o tem- plados. Yo no cuento ni el pecar , ni la babirusa en las variedades de la especie del jabalí , porque m uno ni otro son de esta especie , aunque se acer- can mucho mas a ella que á otra alguna. La liebre es de úna naturaleza flexible , y fir- me al mismo tiempo , porque se ha propagado en casi todos los climas del antiguo Continente , y en todas parces es casi lo mismo ; solo que su pelo se pone blanco en el invierno en los climas muy írios, v en el verano vuelve a su color natural , el qual solo varia del leonado al roxo : también varía la calidad de su carne. Las liebres mas roxas son siem- pre de mejor comer. Mas el conejo , sin ser de una naturaleza tan flexible como la liebre , pues se ha propagado mu- cho menos , y aun parece estar limitada á ciertas regiones , es sin embargo propenso a mas varieda- des \ porque la liebre es silvestre en todas partes, y el conejo en casi todas es medio doméstico. Los conejos caseros han variado en el color del leona- do al pardo , al blanco y al negro : también han variado en el tamaño , y en la cantidad y calidad del pelo : este animal > que es originario de Espa- QUA ña , ha criado en Tartaria una cola larga , en Siria un pelo espeso y apelotonado como la borra , &c. En los paises fríos se encuentran algunas veces liebres negras í también dicen que en Noruega , y en algunas otras provincias del Norte hay liebres que tienen cuernos. M. Klein ha hecho grabar dos liebres de estas con cuernos. Viendo estas estampas es fácil juz- gar , que los cuernos son semejantes á los del corzo ; esta variedad , si existe , solo es indivi- dual , y no se manifiesta probablemente mas de en los parages donde la liebre no halla yerbas , y no puede alimentarse sino de substancias leñosas , cor- tezas , vastagos , hojas de árboles , &c. v El elan , cuya especie está desterrada al Nor- te de ambos Continentes , es mas pequeño en América que en Europa , y por las enormes astas que se han hallado enterradas en el Canadá ; en Rusia , en Siberia , &c. se ve , que en otros tiem- pos eran estos animales mayores que ahora : qui- zá nace esto de que entonces gozaban con toda tranquilidad de sus selvas , y no siendo molesta- dos del hombre , eran dueños de escoger su habi- tación en los parages donde el ayre , la tierra y el agua les convenia mejor. El reno , que los Laponcs han hecho domésti- co , ha mudado por esta razón mas que el clan, que nunca se le ha reducido a la servidumbre : los renos silvestres son mayores , mas fuertes , y de un pelo mas negro que los domésticos : estos han variado mucho en el color del pelo , y también en el tamaño y grueso de las astas : la especie de pulmonaria , ó musió blanco , que forma el prin- cipal alimento del reno , parece que contribuye mucho por su calidad para la formación é incre- mento de las astas , que proporcionadamente son mayores en el reno que en ninguna otra especie; y tal vez este mismo alimento es el que en el mis- mo clima produce astas en la cabeza de la liebre, como en la de la hembra del reno ; porque en to- dos los otros paises no hay liebres con cuernos, ni ningún animal cuya hembra crie astas como el macho. Y como todo esta sujeto á las leyes físicas , y los animales experimentan aun mas inmediatamen- te que el hombre las influencias del cielo y de la tierra , parece que las mismas causas que han sua- vizado , y civilizado la especie humana en nuestros climas , han producido iguales efectos sobre todas las demas especies : el lobo , que en esta zona templada es tal vez el mas feroz de todos los ani- males , no es , con mucho , tan terrible , y tan cruel como el tigre : la pantera y el león de la 2ona tórrida , ó el oso blanco , el lobo cerval , y la hiena de la zona glacial. Y no solo se halla es- ta diferencia en lo general , como si la naturaleza, para poner mas relación y armonia en sus produc- ciones, hubiese hecho el clima para las especies, ó las especies para el clima , sino que también se halla en cada especie en particular , hecho el cli- ma para los habi.os , y los hábitos para el clima. En América , donde las calores son menores , y donde el ayre y la tierra son mas suaves que en Africa , aunque baxo una misma linea , el león y la pantera , no tienen nada de temibles mas que el QU A el nombre : no son ya aquellos tiranos de las sel- vas , aquellos enemigos del hombre , tan fieros como intrépidos , aquellos monstruos sedientos de sanare y mortandad , son unos animales que huyen por lo común delante de los hombres , que lejos ele acometerlos cara a cara , lejos de hacer la guer- ra á fuerza abierta á las otras bestias silvestres , so- lo se valen las mas veces del artificio y la astucia para procurar sorprenderlas : son unos animales tjue se pueden domar como los otros , y casi do- mesticar. Han degenerado , pues , si su naturaleza era la ferocidad unida a la crueldad , ó mas bien Solo han experimentado la influencia del clima. Ba- xo de un cielo mas suave , se ha amansado su na- tural , se ha templado lo que tenían de excesivo, y por las mudanzas que han padecido , se han vuel- to solamente mas conformes á la tierra que han habitado. Los vegetales que cubren esta tierra , y que están mas inmediatamente unidos á ella que el ani- mal que pace , participan también mas que él de la naturaleza del clima : cada país , cada grado de temperamento tiene sus plantas particulares : al pie de los Alpes se hallan las de I-rancia é Italia ; en su cumbre las de los paises del Norte. Estas mis- mas plantas del Norte se hallan en las cimas da- das de los montes de Africa. En los montes que separan el imperio del Mogol del reyno de Cache- mira , se ven del lado del Mediodía todas las plan- tas de las Indias , y causa admiración el no ver del otro lado del Norte sino plantas de Europa. Las drogas , los perfumes , los venenos y todas las piantas , cuyas calidades son excesivas , se sacan también de los climas excesivos : el clima templado ai con.rario, solo produce cosas templadas : las yer- bas mas suaves , las legumbres mas sanas , las fru- tas mas dulces, los animales mas pacíficos, los hom- bres mas civilizados , son los produdos de este cli- ma ftliz. Asi , la tierra hace las plantas , la tierra y las plantas hacen los animales : la tierra, las plantas y los animales hacen al hombre ; porque las calidades de los vegetales vienen inmediatamente de la tierra y del ayre : el temperamento y las demás calidades relativas de los animales que pacen la yerba , perte- necen de cerca á las de las plantas de que se sus- tentan ; finalmente las calidades físicas del hombre, y de los animales que viven sobre los demás anima- les tanto como sobre las plantas, dependen, aunque de mas lejos , de estas mismas causas , cuya influen- cia se extiende aún sobre su natural , y sus cos- tumbres. Y lo que prueba mejor todavía que todo se tem- pla en un clima benigno , y que todo es exceso en un clima excesivo , es , que la magnitud y la forma que parecen ser calidades absolutas , fixas y deter- minadas , dependen fin embargo como las calidades relativas de la influencia del clima : la estatura de nuestros animales quadiKpedos no llega a la del ele- fante , rinoceronte , é hipopótamo ; nuestras ma- yores aves son muy pequeñas en comparación del avestruz, del condor , y del casoar: «y qué com- paración hay entre los peces , lagartos y serpientes de nuestros climas , y las ballenas , cachalotes , y narvales , que pueblan los mares del Norte , y los Q.U A 24 ^ cocodrilos , caimanes , lagartos grandes , y culebras enormes , que infestan las tierras , y las "aguas del Mediodía? \ si se considera también cada especie en diferentes climas, se hallarán variedades sensibles en el tamaño , y en la forma : todas participan mas ó menos del clima. Estas mutaciones solo se hacen lenta é insensiblemente , el grande artifice de todo esto es el tiempo : como camina siempre con un paso igual , uniforme y arreglado , nada hace con violencia , sino touo por grados , por diferencias y sucesivamente , y estas mutaciones al principio im- perceptibles , se hacen poco a poco sensibles , y se manifiestan finalmente por unas resultas que no ad- miten equivocación. Sin embargo, los animales silvestres y libres , sin exceptuar el hombre , son tal vez los menos pro- pensos á alteraciones , mutaciones y variaciones de todo género i pero estas variaciones han labra- do , y manifestándose hasta el último punto en los animales domésticos , y de todas las causas de la variación y degeneración en la naturaleza de los animales , es la mayor sin duda alguna la servi- dumbre. L1 hombre muda el estado natural de los ani- males forzándolos a obedecerle , y haciéndoles ser- vir para su uso : un animal doméstico es un escla- vo , con quien se divierte , de quien se sirve , de quien se abusa , a quien se altera , á quien se despatria , y a quien se desnaturaliza , mientras que el animal silvestre , no obedeciendo sino a su ins- tinto , no conoce otras leyes que las de la necesi- dad , ni otros derechos que los de su libertad. I.a historia de un animal silvestre está limitada á un corto número de hechos dimanados de la simple na- turaleza, mas la historia de un animal doméstico está complicada con todo lo que tiene relación al arte que se emplea para domesticarle , ó para so- juzgarle. Y como no se sabe suficientemente quanto el exemplo , la violencia, y la fuerza de la costumbre, pueden influir en los animales , y mudar sus movi- mientos , sus determinaciones y sus inclinaciones, el fin de un Naturalista ha de ser el observarlos con cuidado, para poder distinguir los hechos que depen- den del instinto de aquellos que solo nacen de la educación , reconocer lo que les pertenece , y lo que han tomado prestado , separar lo que hacen, de lo que se les hace hacer , y no confundir nunca el animal con el esclavo , la especie envilecida con la noble obra del Criador. El imperio del hombre sobre los animales es un imperio legítimo que ninguna revolución pue- de destruir , es el imperio dei espíritu sobre la ma- teria , es no solamente un derecho de naturaleza, un poder fundado sobre leyes inalterables , sino también un don de Dios , por el qual puede el hombre reconocer á cada instante la excelencia de su sér , porque , no por ser el mas perfeéto , el mas fuerte , y el mas diestro de los animales, tie- ne dominio sobre ellos : si solo fuese el primero del mismo orden , los segundos se reunirían para disputarle el imperio ; pero el hombre revna , y manda por superioridad de naturaleza : piensa , y tiene entendimiento , y por este don singular es el dueño de los seres que no le tienen. El 246 QUA El es dueño de los cuerpos brutos , que no pue- den oponer a su voluntad sino una pesada resisten- cia , ó una inflexible dureza , que su mano sabe su- perar , y vencer haciéndoles obrar unos contra otros: es dueño de los vegetales , que por su indus- tria puede aumentar , diminuir , renovar , desna- turalizar , destruir , ó multiplicar al infinito : es due- ño de los animales , porque no solo tiene como ellos movimiento y sensación , sino que además tie- ne la luz del pensamiento y racionalidad , conoce los fines y los medios , sabe dirigir sus acciones, concertar sus operaciones, medir sus movimientos, vencer la fuerza con el entendimiento y la indus- tria , y la prontitud con el tiempo. El hombre , pues , ha sabido sojuzgar los ani- males , no con la fuerza y las demás calidades de la materia , sino con los talentos del encendimiento: en los primeros tiempos debían ser todos igualmen- te independientes : el hombre montaraz no era á proposito para domesticarlos : ha sido preciso algún tiempo para acercarse a ellos , para reconocerlos, para escogerlos y para domarlos : ha sido necesa- rio , oue el mismo estuviese civilizado para saber instruir , y mandar ; y el imperio sobre los anima- les , como todos los demás imperios, solo ha sido fundado después de la sociedad. Pero luego que con el tiempo la especie huma- na se propagó , multiplicó , y esparció , y que por medio de las artes y de la sociedad ha podido el hombre caminar a pura fuerza para conquistar el Universo , ha hecho retroceder poco á poco las fieras , ha limpiado la tierra de aquellos animales gigantescos, cuyos huesos enormes hallamos todavía; ha destruido o reducido i un corto número de indivi- duos las especies voraces y perjudiciales , ha opuesto animales contra animales, y sujetando á unos con in- dustria , domando á otros por la fuerza , ó apartan- dolos por el número, y .acometiéndolos á todos por medios raciocinados , ha conseguido ponerse á salvo , y establecer sobre ellos su imperio. Varias especies han venido á ser sus esclavas natas , y parece que solo existen por él. puede de- cirse en algún modo , que estas especies son obra suya ; pero aquí es donde se manifiesta de una ma- nera maravillosa la dilerencia de las obras del hom- bre con las de la Naturaleza. Comparemos nuestras mezquinas ovejas con el musimon de quien han salido; este grande y ligero como un ciervo , armado de cuernos defensivos , y de pezuñas gordas , cubierto de un pelo áspero, no teme , ni la inclemencia del tiempo , ni la voraci- dad de sus enemigos : no solamente puede evitar- los , por la ligereza de su carrera , sino también resistirlos por la fuerza de su cuerpo , y por la so- lidez de las armas de su cabeza y de sus pies : qué diferencia de este a la de nuestras ovejas a las que apenas queda la facultad de conservarse en rebaños, que no pueden defenderse por el número que sin abrigo no podri.’.n soportar el frió del invierno. Y finalmente que codas perecerían si el hombre cesa- se de cuidarlas y proiegcrlas. En los cumas mas calidos del Africa y del Asia, el musimon , que es el padre común de todas las ra- zas de esta especie , parece haber bastardeado me- nos que en otras partes ; aunque reducido a la ser- QU A vidutnbre, ha conservado su tamaño y su pelo , pe- ro ha perdido mucho de la magnitud y tamaño de sus armas ; las ovejas del Seuegal , y de la India son las mayores de todas las ovejas domésticas, y aque- llas , cuya naturaleza ha bastardeado menos. Las ovejas de Berbería , Egypto , Arabia , Persia, Armenia , Calmuquia , ¿ve. han padecido mayores mu- taciones , respeíio a las nuestras : se han perfecciona- do en ciertos términos , y viciado en otros ; pero como perfeccionarse ó viciarse es la misma cosa re- lativamente a la Naturaleza , siempre se han degene- rado ; su pelo áspero se ha mudado en una lana ti- na ; su cola habiéndose cargado de muchísimo gor- do , ha tomado un volumen incómodo , y tan granr de , que apenas puede el animal sostenerla , y al mismo tiempo que se ha hinchado de una materia superflua, y se ha adornado de una hermosa piel, ha perdido su fuerza , su agilidad , su magnitud y sus armas , porque estas ovejas con largas y anchas colas , apenas tienen la mitad del tamaño del mu- simon : no pueden huir el peligro , ni resistir al enemigo , y necesitan continuamente de los auxi- lios , y del cuidado del hombre para conservarse y multiplicarse. La degradación de la especie originaria es to- davia mayor en nuestros climas ; de todas las cali- dades del musimon , solo ha quedado á nuestras ovejas , y carneros , un poco de vivacidad , pero tan suave , que cede á el cayado de una pastora : la timidez , la flaqueza , y aún la estupidez son los únicos y tristes restos de su naturaleza degradada: si se la quisiese realzar por la fuerza , y el tamaño, sería necesario unir el musimon con la oveja fla- menca , y dexar de propagar las razas inferiores, y si como cosa mas útil quisiésemos destinar esta especie solamente para que nos produzca buena car- ne, y buena lana, sería necesario á lo menos, como lo han hecho los Españoles , escoger y propagar la raza de las ovejas de Berbería , que transportada á España , y aún á Inglaterra , ha pro vajeado muy bien : la fuerza del cuerpo , y la magi itud del tama- ño son atributos masculinos la lozanía y la belleza de la piel son calidades femeninas : seria , pues, ne- cesario observar esta diferencia, en el procedimien- to de las mezclas , dar a nuestros carneros hembras de Berbería , para lograr bellas lanas , y dar el mu- simon á nuestras ovejas para realzar su tamaño. Lo mismo podría hacerse con nuestras cabras, que con nuestras ovejas ; mezclándolas con la ca- bra de Angora se podría mudar su pelo , y ha- cerle tan útil como la lana mas bella. La especie de la cabra en lo general , aunque muy bastardeada, lo está sin embargo menos en nuestros climas que la de la oveja \ parece estarlo mas en los paises cáli- dos del Africa y de la India : Jas mas pequeñas y masdébiles de todas las cabías son las de Guinea, de Juida , Are. y en estos mismos climas se hallan al contrario las mayores y mas fuertes ovejas. El asno ha padecido pocas variedades aún en su estado de la mas dura servidumbre , porque su na- turaleza es también dura , y resiste igualmente á los malos tratamientos y á las incomodidades de un clima molesto , y de un alimento grosero; aunque sea originario de los paises cálidos , puede vivir, y aun multiplicarse sin los desvelos del hombre en los di- climas templados ; antiguamente habla onagros , ó asnos silvestres en todos los desiertos del Asia me- ñor. La única degeneración notable del asno domés- tico es , que su piel se ha ablandado, y perdido los pequeños tubérculos de que está llena la del as- no silvestre , de la quai hacen ¡os levantinos , el cuero graneado , que ellos llaman sag>¡ , y nosotros La especie del buey es aquella de todos Jos animales domésticos , en quien el alimento parece tener la mayor influencia : este animal llega a un tamaño prodigioso en las regiones abundantes de pastos frescos ; y los antiguos llamaron toros ele- james á los bueyes de Etiopia , y de algunas otras provincias del Asia donde estos animales se acer- can en efééto a la magnitud del elefante ; la abun- dancia de yerbas y su calidad nutritiva , y suculen- ta producen este efecto i tenemos la prueba en nuestro clima : un buey alimentado en las cimas de los montes verdes de Saboya ó de Suiza , adquiere doble volumen del de nuestros bueyes , y sin em- bargo los de Suiza están como los nuestros encer- rados en el establo , y reducidos á f'orr..ge casi la mayor parte del año ; pero lo que hace esta gran diferencia es que en Suiza los echan á pastar ple- namente luego que las nieves se han derretido , pe- ro en nuestras provincias no se les dexa entrar en los prados hasta después de haber segado la yerba que se reserva para los caballos, y por eso jamas están alimentados con abundancia ni a tiempo. El clima ha influido también mucho en la natu- raleza del buey ; en las tierras del Norte de ambos Continentes está cubierto de un pelo largo y sua- ve como la lana fina: tiene también una gruesa cor- cova en las espaldas , y esta disformidad se halla igualmente en todos los bueyes del Asia , del Arni- ca , y de la América , y solo los de Europa carecen de ella : esta raza de Europa es sin embargo la pri- mitiva á la quul las que tienen corcova ascienden por la mezcla de la primera á la segunda genera- ción; y lo que prueba también que esta raza con cor- cova no es mas de una variedad de la primera , es que es propensa á mayores alteraciones y degra- daciones que parecen excesivas ; porque en estos bueyes corcovados hay algunas diferencias enor- mes en el tamaño ; el del pequeño zebú de Arabia, es á lo mas la decima parte del del toro elefante de Etiopia. La influencia del alimento es por lo general ma- yor , y produce efeétos mas sensibles en los anima- les que se alimentan de yerbas , ó de frutos ; al contrario, aquellos que solo viven de rapiña , varían menos por esta causa , que por la influencia del cli- ma , porque la carne es un alimento preparado , y propio á la naturaleza del animal carnicero que la devora , en lugar que siendo la yerba el primer produéto de la tierra , tiene todas sus propiedades, y transmite inmediatamente las calidades terrestres al animal que de ella se alimenta. También el perro sobre quien el alimento pare- ce que tiene muy poca influencia, es sin embargo aquel de todos los animales carniceros , cuya espe- cie es mas variada , y parece que sigue exáétameo- te en sus degradaciones las diferencias del clima. En los países mas cálidos está desnudo , en las regiones de! Norte cubierto de un pelo espeso y áspero, en España, y en Siria donde el temperamento suave del ayr.e muda el pelo de la mayor parte de los ani males en una especie de seda , esta adornado de un vestido hermoso y suave ; pero además de estas variedades cxterioies , producidas por la influencia sola del clima , hay otras alteraciones en esta espe- cie , que provienen de su condición , de la servi- dumbre , ó si se quiere , del estado de sociedad del perro con el hombre. El aumento ó diminu- ción del tamaño nacen de] cuidado que se ha teni- do en unir los mayores ó mas chicos individuos ; lo corto de la cola , del hocico y de las orejas , provie- ne también de la mano del hombre ; los perros , á quienes de generaccion en generación se han corta- do las orejas , y la cola transmiten estos defeétos en todo , ó en parte á sus desccndicn.es : hay una casta de perros sin cola , que se perpetúa por ia ge- neración , y ¡as orejas pendientes que son la señal mas general y mas cierta de ia servidumbre domes- tica , se hallan en casi todos los perros. En cerca de treinta castas diferentes de que se compone en el d¡a la especie del perro no hay mas de dos ó tres que hayan conservado sus orejas pri- mitivas ; el perro de ganado , el perro lobo ó in- glés, y los perros del Norte son los únicos que tie- nen las orejas derechas. La voz de estos animales ha padecidó , como todo lo restante , estrañas mu- taciones : parece que el perro se ha vuelto gritador con el hombre , quien de todos los entes que tie- nen lengua es el que usa y abusa mas de eila , porque en el estado de naturaleza, el perro es casi mudo, y solo tiene un aullido de necesidad por accesos bas- tante raros : en su comercio con el hombre , en especial con el hombre civilizado, ha tomado el la- drido , porque quando se le transporta á climas es« traños , y á pueialos groseros , como los Lapones, y los Negros , pierde su ladrido , recobra su voz natural , que es el aullido , y algunas veces se vuelve absolutamente mudo. Los perros con orejas derechas , y en especial el de ganado , que de todos es el que ha bastardea- do menos , y también el que menos ladra , como pasa su vida solitariamente en el campo , y solo tie- ne comercio con algunos hombres simples , es co- mo ellos serio y silencioso , y al mismo tiempo muy vivo y muy ¡nteligeme : de todos los perros es el que tiene menos calidades adquiridas , y mas talentos naturales : es el mas útil para el buen or- den , y guarda de los ganados , y seria mas venta- joso multiplicar , y propagar su casta , que las de los otros perros que solo sirven para nuestra diver- sión , y cuyo número es tan grande , que no hay ciudad donde no se pueda mamener un gran núme- ro de familias , con los alimentos que consumen los perros. El estado de servidumbre ha contribuido mu- cho para hacer variar el color de los animales : és- te es , por lo general , leonado ó negro : el perro, el buey , la cabra y el caballo han tomado toda es- pecie de colores : el cerdo ha mudado de negro á jaro , y parece , que el blanco puro , y sin mancha alguna , es sobre este punto ia señal del último gra- do de degradación , y que comunmente está acom- pañado de imperfecciones ó deleites esenciales : en 248 Q.U A la raza de los hombres blancos, aquellos que lo son mucho mas que los otros , y cuyos cabellos , ce- jas , barba, &c. son naturalmente blancas , tienen frequentemente el detecto de ser sordos , y Je te- ner al mismo tiempo los ojos encarnados y débiles: en la raza de los Negros , los Negros blancos , o Albinos son de una naturaleza todavia mas débil, y mas defectuosa. Todos los animales absolutamente blancos tienen por lo común estos mismos defec- tos del oido tardo , y de ios ojos encarnados ; esta especie de degeneración , aunque mas freqüente en los animales domésticos, se manifiesta también algu- nas veces en las especies libres , como en las de los elefantes , ciervos , gamos , monas , topos , ra- tones, y en todas está siempre acompañado este co- lor de mas ó menos flaqueza de cuerpo y emooca- rniento de sentidos. Pero la especie sobre quien parece haber car- gado mas el peso de la esclavitud , y hecho las impresiones mas profundas , es la del camello : na- ce con dos corcovas en el lomo , y callos en el pecho , y en las rodillas ; estos callos son unas llagas evidentes , ocasionadas por la frotación con- tinua , porque están llenas de piojos y sangre cor- rompida ; como siempre anda sumamente cargado, la opresión de la carga ha empezado a impedir ia libre extensión é incremento uniforme de las par- tes musculosas del lomo i después ha hecho inflar la carne por los parages vecinos , y como quando el camello quiere descansar ó dormir , le obligan primero á doular las rodillas, y poco á poco se ha- bitúa á ello por si mismo , todo el peso de su cuerpo cae por espacio de algunas horas de segui- do sobre su pecho y sus rodillas , y el pellejo de estas partes apretado y estregado contra ia tierra, se pela , se magulla , se endurece y se desorga- niza. El llama , que como el camello , pasa su vi- da baxo del peso , y descansa también echándose sobre el pecho, tienen los mismos callos , que se perpetúan asi mismo por la generación. Los monos y los micos , cuya postura mas común es de estar sentados , ya velando , ya durmiendo , tienen tam- bién callos en las asentaderas , y este pellejo callo- so se ha vuelto inherente a los huesos de atras, contra los quales esta continuamente apretado por el peso del cuerpo : pero estos callos de los mi- cos y monos , son secos y sanos , porque no pro- vienen de la violencia de las maniotas , ni de ia carga de un peso estraño ; y al contrario , soío son efeéfos de los hábitos naturales del animal que está mas voluntariamente , ó mas largo tiempo sen- tado , que en ninguna otra situación : lo mismo son los callos de los monos , que los que nosotros tenemos en ks plantas de los pies ; los quales son unos callos naturales , que nuestra costumbre cons- tante de andar , ó estar de pie , hace mas ó me- nos gruesos , ó mas ó menos duros , según la ma- yor ó menor frotación que hacemos experimen- tar a las plantas de nuestros pies. La especie del elefante es la única sobre la que jamas ha influido el estado de servidumbre ó de esclavitud , porque en este estado rehúsa produ- cir , y por consiguiente transmitir á su especie los defeótos eomrahidos en su condición : en el ele- d UA fante solo hay unas variedades ligeras , y casi in- dividuales : su color natural es negro , aunque los hay roxos y blancos , pero en muy corto numero. También varia este animal en el tamaño , según la longitud mas bien que la latitud del clima : por- que baxo la zona tórrida , en la qual está , por decirio asi , contenido , y baxo la misma linea, liega a quince pies de altura en las regiones Orien- tales de Africa ; y en las tierras Occidentales de esta misma parte del mundo , solo iLga a la altu- ra cíe diez u once pies ; lo qual prueoa , que aun- que sea necesario el gran caior , para que su natu- raleza se manírieste en teda su extensión , el exce- sivo la restringe y reduce a menores dimensiones. El temperamento del clima , la calidad del ali- mento , y los males de la esclavitud , son , pues, las tres causas de la mutación , alteración y dege- neración en los animales. Hemos indicado ios elec- tos de cada uno , y este punto de vista nos pre- senta un quadro , en cuyo primer término vemos á la Naturaleza tal como es en el dia , y en el ulti- mo termino la percibimos corno era antes de su degradación. Las impresiones del clima en los ani- males , han sido mucho mayores y mas prontas que en el hombre , asi porque participan de la tierra mucho mas de cerca , como porque siendo su alimento mas uniforme, mas constante , y siem- pre el mismo , y no estando preparado de ningu- na manera , su calidad es mas determinada , y ¡>ti influencia mas fuerte : por otra parte , no pudien- do los animales vestirse , ni abrigarse , ni hacer uso del elemento del luego para calentarse , viven desnudos , expuestos a la acción del ayre , y a to- das las intemperies del clima. Y por esta razón cada uno de ellos , según su naturaleza , ha escogido su zona y su región ; por la misma razón se han establecido en ella , y en lugar de extenderse ó dispersarse como el hom- bre , viven los mas reconcentrados en los parages que mejor les convienen. Y quando por algunas revoluciones en el globo, ó por la tuerza del nom- bre han sido precisados a dexar su tierra nativa , y arrojados y desterrados a los climas remotos : ha padecido su naturaleza alteraciones can grandes y tan profundas , que no se pueden conocer a pri- mera vima , y para juzgar de ellas , es necesarip recurrir al mas atento examen , y aun a las expe- riencias y a la analogía. Y si se añade á estas causas naturales de altera- ción en los animales libres , ia del imperio del hombre , sobre aquellos que él ha reducido a la servidumbre , causara admiración el ver hasta qué punto se llego a degradar y desfigurar la naturale- za ; se hallaran en todos los amátales ias $eña.sí de su cautiverio , y la impresión de sus grillos; se vera que estas llagas son tanto mayores , y tan- to mas incurables , quanto son mas antiguas , y que en el estado a que los hemos reducido , no sería tal vez posible el rehabilitarlos , ni darles su forma primitiva , y los demas atributos de la naturaleza que nosotros les hemos usurpado. QUAPIZOTL , en México es el pecar. Víase PíCAR. QUASJE , de Seba , es el coaso. Víase Coaso. QUAUHICALLOT-QUAPAHXLI , nombre Me- xi- QU A xicano del coquallin. Vcase Coquallin. QUAUHTlACOYMATL , nombre Mexicano del pecar. Veas c Pecar. ** Querencias, (moni.) Las mayores espesuras de los montes donde se juntan los jabalies en el invierno a la solana , y en el verano á la sombra, y lo mismo se ha de entender de los venados , ga- mos , &c. QUICK-HATCH , en la bahía de Hudson , es el mismo animal que el carcayu en el Canadá , que es el mismo que el gloton del Norte de nuestro Continente. Véase Gloton. QUIL o QUILO-PELE , en el Ceylan es el ich- neumon. Ve ase Ichneumon. QUIMA , EXQUIMA. Vease Exquima. QUIMICH-PA'i LAN , en la Nueva España, es la polatuca. Vcase Polaiuca. QUIMPEZEE , por los Ingleses que freqiientan la Costa de Guinea , es el pequeño orangutang o joi^a. Vcase Orangutang. QUINCAYU. Vcase Kincayu. QUINOMORROCA , en algunas partes de Africa , es el pequeño orangutang 6 jo!¡o. Vcase Orangutang. ** QUIQUI (el). Es una especie de hurón pro- pio del reyno de Chile , de color pardusco , y de trece pulgadas de largo , desde el labio su- Q.U O 249 perior hasta el nacimiento de Ja cola. Tiene la cabe7,a aplastada , las orejas chicas , y redon- das , los ojos pequeños y hundidos, el hocico conico , las narices chatas , con una mancha blan- ca en medio , la boca desgarrada como la del sapo, las piernas baxas , y la cola corta. Le pueblan la boca veinte y ocho dientes , esto es , doce incisi- vos y muy agudos , otras tantas muelas , y qua- tro colmillos : su lengua es aguzada y lisa • en cada uno de sus quatro pies , muy parecidos á los del lagarto , tiene cinco dedos , que rematan con unas uñas corvas. Es naturalmente feroz , y tan suma- mente colérico , que ha dado motivo para que ios naturales apliquen el epiteto de quiqui á todas las personas que se dexan arrebatar de Ja cólera : ha- bita debaxo de tierra , y se alimenta de topos : la hembra pare dos veces al ano, y en cada parto dos hijuelos. QUOATA ó QUOAITA , en la Guayana es el coaita, l'easc Coaita. QUOGELO , entre los Negros de Africa , es el pangolm ó f'atagin. Veanse estas palabras. OPOJAb-MORAS , en algunos parages de Afri- ca , es el pequeño orangutang ó jo{o. Vcase Orang- utang. QUOJAS-MARRU , y QUOJA-VORAN , en algunas partes de Africa. Idem. RA- Historia Natura!, Tom, I, li 2 5° RAB ** J^ABO á VIENTO, (moni.) Véase Pico á viento. . . ** RABO PELADO , en varias provincias de América es el didelfo, Vease Didelfo. RANG1FER , en latín moderno es el reno. Véa- se Reno. ** RAPOSA ó RAPOSO , lo mismo que \orra. Víase este artículo. RAPOSERO , casta de perros con las piernas cortas, que también llaman pachones , cuyas pro- pie Janes y filiación de la casia se puede ver al ar- ticulo Perro. RATA, (la) bastante conocida por la incomodi- dad que nos causa : habita comunmente en los gra- neros donde se guardan los frutos , de donde La- xa , y se esparce por toda la casa , desanclo seña- les por todas partes de su malignidad y ue sus es- tragos. Este animal es carnicero , y también om- nívoro • solo que prefiere las cosas duras a las mas tiernas : roe los muebles y telas , horada la made- ra , hace agujeros en las tapias , se aloja en lo grueso de los pavimentos , V en los vacíos de las maderas : sale para buscar su subsistencia , y mu- chas veces lleva a su domicilio todo lo que pue- de , y hace un almacén , especialmente quando tiene hijes. Produce varias veces al año , y casi siempre en el verano , cada camada es por lo co- mún de cinco ó seis : busca los parages calidos , y cu el invierno se refugia cerca de las chimeneas, ó entre la paja. Las ratas son tan lascivas como voraces ; chi- llan quando están en zelo , y gritan quando riñen, preparan una cama á sus hijos , y no tardan en lle- varlos de comer. Quando empiezan á salir del agu- jero , la madre los vela , los defiende , y aun pelea contra los gatos por salvarlos : una rata gran- de es mas maligna y casi tan fuerte como un ga- to nuevo. Tiene los dientes de delante largos -y fuertes ; pero estas armas , que algunas veces em- plea felizmente contra el gato , no la sirven de nada contra la comadreja , que aunque mas peque- ña , es para ella un enemigo mas peligroso , por- que la sigue a su agujero , la muerde con rabia, y en lugar de soltarla, chupa la sangre del parage que coge ; y por eso en estas riñas siempre queda el campo por la comadreja, A pesar de los gatos , de las comadrejas , del tósigo y lazos , estos animales multiplican tanto, que causan continuamente grandes daños , y sería preciso abandonar las casas sino se destruyesen a sí mismos ; por poco que los apriete el hambre , se matan y comen entre sí , como los turones •, y quando tienen escasez , á causa del demasiado nu- mero , los mas fuertes matan á los mas débiles, les abren la cabeza , y comen primero los sesos, y después lo restante del cuerpo. Sin razón Aristóte- les ha atribuido la destrucción repentina de estos animales al efeélo de las lluvias , pues las ratas no se exponen á ellas , y los turones saben precaverse. RAT La rata tiene cerca de siete pulgadas de largo, desde la punta del hocico hasta el origen de la co- la, la qual es mas larga que el cuerpo. Tiene la cabeza larga , el hocico puntiagudo , la quixada inferior muy corta , los ojos rasgados , las orejas grandes , anchas y desnudas , la cola casi del codo desnuda de pelo , pero cubierta de unas escantillas dispuestas en lineas circulares. Ademas de las ralas comunes , que son negruz.- cas , hay algunas pardas , otras casi negras , otras de un pardo mas blanco , ó mas bermejo , y otras totalmente blancas , con los ojos encarnados. La especie entera con sus variedades , parece ser natu- ral á los climas templados de nuestro Continente, y se ha propagado mucho mas en los paises cali- dos que en los fríos, donde solo se han multipli- cado hasta Suecia. Las que hay en América han ido en nuestros navios , y á los principios se mul- tiplicaron tan prodigiosamente , que por espacio de mucho tiempo fueron el azote de aquellas Colo- nias. La rata , en latin , mus : la llaman los Nomencla- dores mus domesticus majar & rattus. Rata almizcladade las Antillas. Véase Pilori. Rata almizclada del Cañada. Véase Ondatra. Rata almizclada de las Memorias de la Acade- mia , es la Ondatra. Vcase esta palabra. Rata almizclada de Moscovia, es el desmán. Vease Desmán. Rata blanca, sobrenombre dado al leroto. Vca- se Leroto. Raía de agua (la) es un pequeño animal del grueso de la rata , pero que por el natural y pro- piedades , se parece mucho mas á la nutria que á la raía : y como ella solo freqüenta las aguas dul- ces , y se halla comunmente en las orillas de los rios , arroyos y estanques , solo vive de pescado como la nutria : los gobios , tencas y otros peces, la freza de la carpa , del sollo y del barbo , son su alimento común , también come ranas , inseétos de agua, y algunas veces raíces. No tiene , como la nutria , membranas entre los dedos de los pies, los quales están todos separados ; sin embargo, nada fácilmente , permanece largo tiempo en el agua , y saca á tierra su presa , para comerla so- bre la yerba ó en su agujero : los pescadores las sorprenden algunas veces buscando cangrejos , y ellas los muerden los dedos , y procuran salvarse echándose al agua. No desampara la orilla del agua , ni tampoco se aleja tanto de ella como la nutria ; pero evita los rios demasiado freqüentados , como también las tierras elevadas : es muy rara en los montes altos , y en los llanos áridos ; pero muy numero- sa en todos los valles húmedos y pantanosos. Ha- llase en toda la Europa , excepto en el clima de- masiado riguroso del Polo. La rata de agua tiene la cabeza mas corta , el hocico mas gordo , las orejas no tan visibles , el pelo mas erizado , y la cola mucho mas corta que U R AT la rata casera : el color de la parte superior del cuerpo es una mezcla de pardo y amarillazo , y el de la interior de amarillazo blanco , sucio y ce- niciento. Las ratas de agua se juntan á fines del invierno, y las hembras paren por el mes de Abril : sus ca- madas son de seis ó siete : su carne no es del to- do mala : se come los dias de vigilia como la de la nutria. Los perros las cazan con mucho ahinco. Raía de agua blanca (la) del Canadá, no es mas de una variedad de la rata de agua de Europa. Es parda por el lomo , y blanca en lo restante del cueipo , y leonada en algunos parages : la cabeza y el hocico son blancos , como también la punta de la cola : el pelo parece mas suave y mas lus- troso que el de nuestra rata de agua ; pero en lo restante se parecen mucho , y esta diferencia en el color del pelo , solo proviene de lo frió del clima. Rata de Faraón. En Egypto. , según Belon , es ía mangusta. Vane Mangosta. Rata de los bosques de algunos viageros , es el didelfo. Vease Didelfo. Rata de Madagascar , pequeño animal , que nos parece acercarse de la especie de la palmista: tiene el cuerpo largo , el hocico agudo , los pies cortos , y una larga cola manchada. Vive en las palmas , y come su fruto : tiene los movimientos muy vivos, y un chillido semejante al de la ardi- lla , pero mas débil : se sirve asi mismo de sus manos para comer : levanta la cola , se pone dere- cha , y trepa apartando las piernas , pero no pare- ce que pueda domesticarse. Rata de Noruega , es el nombre que algunos dan al lemvnge. Vtase Lemince. Rata de Noruega de Seba. Vease Puco. Rata de oior ó almizclada. Asi llaman en la isla de Francia á una rata venida de la India , que los Portugueses llaman chcroso : tiene un olor á al- mizcle muy fuerte , que se esparce por las inme- diaciones de los parages que habita , y se cree, que quando pasa por alguna parte donde hay vino lo vuelve agrio. Esta rata es muy pequeña , y ca- si de la figura de un hurón. Su mordedura dicen que es venenosa. Quando entra en algún aposento, se la siente al instante , y se la oye chillar cri, ai. Rata de oro , ó mas bien dormilona , en Bor- goña es el moscardin. Vane Moscardin, Rata de Surinam. Vease Phalangio. Rata domestica mediana de algunos Nomen- cladores , es el turón. Vease Turón. Rata hedionda, de los Salvages de la Améri- ca. Vease Ondatra. Rata-langosta , en algunas provincias de Fran- cia es el Turón. Vease esta palabra. Rata manicu , por los Negros de nuestras is- las , es la marmota, Vease Marmosa. Rata silvestre del viagero Dumont , es el di- delfo. Vease Didelfo. Rata volante , Rata de puente , Rata db Scitia : estos son los nombres , baxo los quales han indicado varios Autores la polatuca. Vease Pola- tuca. Rata (grande) del Campo, sobrenombre del turón. Vease Turón. Historia Natural. Tom, I. > REB 251 Rata (pequeña) del Campo , sobrenombre del Campano!. Vease Campañol. RATON (el) , mucho mas pequeño que la rata: es también mas numeroso , y generalmente espar- cido. Tiene el mismo instinto , el mismo tempe- ramento , y no difiere casi de Ja rata , sino por la debilidad ó pequeñez , y por las propiedades, que son las consequencias de aquellas. Tímido por naturaleza , familiar por necesidad , el miedo y la indigencia , son la causa de todos sus movimientos. Rara vez ó nunca sale de su agujero , que no sea para buscar que comer , ni va" de casa en casa co- mo la rata , a menos que no sea forzado : hace también menos daño y destrucción : tiene las pro- piedades mas suaves , y se domestica hasta un cier- to punto ; pero sin confiarse enteramente jamas. •_ Aunque mas débil que la rata , tiene mas ene- migos , de los quales no puede substraerse , sino por su misma agilidad y pequenez. Los mochuelos todas las aves nocturnas , los gatos , las tuinas, las comadrejas , v las ratas mismas le hacen la guer- ra. Se dexa coger fácilmente con todas las trampas que se han inventado para su persecución , y asi, la especie no subsistiría mucho tiempo hace , sino fuese por su inmensa fecundidad. Los ratones producen todas las estaciones del año , y las camadas ordinarias de Jas hembras son de cinco ó seis ratoncillos ; y en menos de quince dias toman bastante fuerza e incremento , para ir por sí propios á buscar el mantenimiento. Asi, pues , la duración de su vida es precisamente muy corta. Estos animalejos no son de ninguna manera feos ; tienen el ayre vivo , y aun bastante fino, si se les mira con reflexión : la especie cíe horror que se les tiene , no se funda mas que en los pe- queños sobresaltos é Incomodidades que nos oca- sionan: su natural inclinación parece que es seguir á ei hombre , y huir de los países desiertos por el apetito ó inclinación natural que tienen al pan, al queso , al aceyte , a! tocino , a la manteca , y á otros alimentos que prepara el hombre para sí. Todos los ratones son blanquecinos por baxo de la barriga , aunque hay también algunos entera- mente blancos, y se ven mas ó menos claros , obs- curos y negros en su pelo propio de color de rata. El ratón rene cerca de tres pulgadas y media de largo , desde la punta del hocico hasta la cola, que tiene tres pulgadas y quarta de largo , y el pelo mas corto , suave y velludo que el de la ra- ta. La especie del ratón esta generalmente extendi- da en los dos Continentes ; pero se cree con fun- damento , que los que se hallan en el nuevo fue- ron transportados del nuestro. El ratón se llama en latín mttscultts , mus minor, y sorex i y se le halla también designado baxo del nombre común y genérico de mus. Raion de la Jamaica , es el Mapache. Vease esta voz. Ratón de tierra. Vease Turón. RAVALO , en el Orinoco es el Didelfo. Vease. ** Rebudiar. (/«o»/.) Es el ronquido que el jabalí da quando siente gente , ó le da el viento de ella. Rebuzno , s. m. Rebuznar , v. a. Nombre del grito ronco , ruidoso y disonante del burro , que I¡ í de 2^2 R E C da quando el deseo , la impaciencia ó necesidad le precisan. Véase Asno. ** KtcoEA. (moni.) La quadrilla ó montería de perros de caza. ** Rehurtado. ( moni .) Es quando la res va hu- yendo hacia una pane , y revuelve a otra , dexando a los perros engañados y parados , por no hallar el rastro. Relinchar, v. a. Relincho. S. m. estas palabras expresan el grito del caballo quar.do esta inquieto. Siendo los gritos de los animales la expresión mas viva de sus emociones interiores , caraílcnzan su instinto , y manifiestan su naturaleza : por eso el animal temeroso tiene la voz interrumpida del mie- do : el feroz v cruel , el temblor y estremecimiento de la cólera y de la rabia : el caballo , animal no- ble , y que solo es susceptible de pasiones genero- sas , nimba de valor , de arrogancia y de zoo: re- lincha. en los combates , donde parece que llama al peligro : rcliniha en la carrera , dónele provoca a sus rivales : relincb a en el llano , quando le arrastra el furor del zelo , y persigue á la yegua .Véase el ar- ticulo Caballo. ** REMOLON. ( mont .) El diente de la mandíbu- la superior del jabalí con el que hace tixera. RENO , (el) en el clima helado del Norte donde la nieve cubre id tierra , desde principios de otoño, hasta fines de primavera , donde ¡a zarza , la ne- brina y el musco son las únicas yerbas del verano, y donde por consiguiente ei caballo , el buey , la oveja, y todos nuestros ammalts útiles no pueden hallar su subsistencia , ni resistir el rigor del frió: en este clima eí hombre lleno de miseria , y des.i- tuido de todo , solo tendría una existencia penible y ¿olorosa , sino hubiese sabido apropiarse los po- cos bienes que la naturaleza , tan iiueral en otras paites, quanto escasa en este país y aún lo seria mucho mas , sino hubiese tenido el hombre arte de sujetar los habitantes de las selvas , en fin , si no hubiese sabido domesticar al reno. Este animal es para el Lapon casi lo mismo que el camello para el arabe : forma todo su bien y toda su riqueza : le hacen servir como el caballo , para tirar sus car- ruages : anda con mucha mayor prontitud y ligere- za , y camina fácilmente treinta leguas al día , cor- re con tanta seguridad sobre la nieve helada como por la yerba. La leche , la piel, les nervios , los huesos, los tascos de los pies , las astas , pelo y carne del re- vio , todo es bueno y útil : este animal da él solo todo lo que sacamos del caballo , del buey y de la oveja : los mas íicos Lapones tienen rebaños de qua.rocientos ó quinientos renos , los pobres tienen diez ó doce : los llevan al pasto , los vuelven al es- tablo , ó los encierran por la noche en los corrales para liber arlos de los Jobos. El reno es mas baxo , mas cachigordo , tiene las piernas mas cortas y gruesas , y los pies mucho mas anchos que el ciervo , su pelo es mas poblado , su cuerna mucho mas larga , y con un gran núme- ro de candiles. '1 iene como el eian pelo largo en el cuello, la cola tona , y las orejas mucho mas largas que el ciervo , trota como el clan , y se domestica mejor que ti : til el invierno se mantie- ne de un musco blanco , que halla debaxo de la REN nieve, descubriéndolo con sus astas, y volviéndolo con sus pies ; pero quando la nieve esta tan dura como el hielo , come el musco grande que cuelga de los pinos : en el verano se mantiene de los vas- tagos , y hojas de los árboles mas bien que de yer- bas , porque los candiles de su cuerna inclinadas hacia delante no le permiten pacer fácilmente. Una singularidad notable que le es común con el elan es , que quando estos animales corren , ó apresuran el paso , cruxen las articulaciones de las piernas tan fuertemente , que parece que se desen- caxan : avisados los lobos por este ruido , ó por el olor de la bestia , corren a ella , la cogen , y ven- cen si son muchos , porque el reno se defiende de un lobo solo , no con sus astas , que le perjudican mas que le sirven , sino con los pies delanteros que son muy fuertes : sacude con ellos al lobo con bas- tante violencia para aturdirle , ó desviarle , y huye después con mucha ligereza para que no le alcance. Este animal tiene un enemigo mas peligroso, aunque menos fixqiiente y numeroso , y es el gloton que casi siempre vence al reno. Vease gloton. En la Laponia hay renos silvestres y domésticos. Quando están en zelo sueltan las hembras en los bosques donde las dexan buscar a los machos sil- vestres , y como estos son mas robustos , y mas fuertes que los domésticos , prefieren los Lapones á los que han sáltelo de esta mezcla para uncirlos a sus carretoncillos : estos unos r.o son tan mansos como los otros ; porque no solamente reusm algu- nas veces obedecer ai que los guia , sino que ;e vuelven centra él, le acometen á patadas, de suerte que no tiene otro recurso que volcar su carretón , y taparse con él hasta que se haya apaciguado la có- lera del reno ; este carruage es tan ligero, que se maneja , y vuelve fácilmente; por debaxo esta guar- necido de pellejos de teños nuevos, el pelo vuelto hacia el suelo , y echado hacia atrás , para que el carretón escurra mas íaciimente hacia delante , y ce- xe menos quando sube alguna cuesta. El reno uncido tiene por horcate un pedazo de pellejo de donde desciende hacia la pechera una correa que le pasa por baxo del vientre entre las piernas , y va a parar á un agujero que hay en la delantera del carro. El Lapon no tiene mas riendas que una sola cuerda atada á la raíz de Jas astas del animal , y que le echa sobre el lomo , asi de un la- do como de otro , según quiere dirigirle á derecha, ó á izquierda : puede andar quatro , ó cinco leguas por hora ; pero todo lo que tiene de pronto este modo de viajar, tiene de incomodo, y es necesario estar acostumbrado , y trabajar continuamente para mantener el carretón derecho , y evitar el que vuelque. Los ¡cnos tienen en lo exterior muchas cosas comunes con los ciervos, y la conformación de las partes interiores es , por decirlo asi, la misma ; de esta conformidad de naturaleza resultan las propie- dades analogns , y los efectos semejantes. El reno desmoga todos los anos como el ciervo, y engorda en cierta estación como él ; su zelo ó brama es por el mismo tiempo , esto es , á fines de Septiembre : las hembras en una y otra especie es- tán preñadas ocho meses , y no producen mas de un hijo : ios machos tienen asimismo un olor muy ma- REN malo en el tiempo del zelo , y entre las hembras asi como entre las ciervas se hallan algunas esme- riles. Los renos nuevos tienen también en la primera edad el pelo de un color variado como los cerva- tos ; primero es de un roxo mezclado de bermejo, que con la edad se vuelve de un color pardo casi negro : cada hijo si_;uc* a su madre por espacio de dos o tres años , y hasta la edad de quatro no han adquirido estos animales su completa magnitud: en- tonces comienzan a enseñarlos , y á exercitarlos en el trabajo : para hacerlos mas agiles castranlos primero ; y esta operación la executan los Lapones con los dientes. Los renos enteros son ñeros y diñ- óles de manejar : solo se sirven de los castrados, entre los quaJes escogen los mas vivos , y mas lige- ros para correr con el carretón , y los mas pesados para acarrear a paso lento las provisiones y vaga- ses. Conservan un macho entero para cinco ó seis hembras , y á las nuevos los castran al año : tam- bién son propensos, como les ciervos , á la enfer- medad llamada- roña, ó lacería , y a fines del invier- no se engendra tan gran cantidad de gusanos en su pellejo , que entonces está todo acrivillado ; estos agujeros de gusanos se cierran en el verano , y hasta el otoño no maun los renos , para servirse de sus cueros. Los rebaños de esta especie quieren sumo cui- dado. Los renos son propensos a desviarse , y reco- brar voluntariamente su libertad natural : es preciso seguirlos , y velar sobre ellos : no se les puede lle- var á pacer sino á parages descubiertos , y por poco numeroso que sea el rebaño , se necesitan varias personas para guardarlos , contenerlos , llamarlos, y correr tras de los que se atejan : todos están mar- cados para poderlos conocer •. porque muchas veces sucede , ó que se pierden en los bosques , o se pa- san á o.ro rebaño : finalmente los Lapones están continuamente ocupados en estos cuidados : los , e- nos forman toda su riqueza ; ellos saben sacar de estos animales todas las cosas necesarias para la vida; se visten con las pieles que son impenetrables al frío y al agua en el invierno , y con las que no tienen pelo en el verano : saben también hilar el pelo : los nervios del animal les sirve de hilo y cuerda : comen su carne , beben su leche, y hacen quesos muy crasos. Esta leche purificada y batida, da una especie de sebo en lugar de manteca. Esta particularidad , como también la grande extensión de su cuerna , y la abundante , crasitud de que es- tá cargado en el tiempo del zelo , son otros tantos indicios de la superabundancia de alimento , y lo que prueba aun que esta superabundancia es excesi- va , ó a lo menos may or que en ninguna especie, es que el reno es el único , cuya hembra tiene cuer- na como el macho , y el único también , que des- mote estando capado , y asi , es de todos tos ani- males aquel en quien lo superfluo de la materia nutritiva está mas visible , y es.o pertenece menos tal vez á la naturaleza del animal , que a la calidad del alimento ; porque aquel musco blanco , que en el invierno es su único alimento , es una pulmona- ria , cuya substancia , semejante á la del hongo po- roso , ó de la barba de cabra , es muy nutritiva , y mucho mas cargada de partículas orgánicas que las REN 2 hierbas , las hojas y vástagos de los árboles ; y por esta razón su cuerna es mayor , y su craso mas abundante que ene! ciervo; y que las hembras y cas- trados no carezcan de cuerna : también nace de es- to la gran variedad que se halla en la magnitud , en la figura , y en el número de candiles ó ganchos de la cuerna de les renos : los machos que no han si- do perseguidos, ni constreñidos, y que se susten- tan con abundancia con este alimento tan suculento, tienen unas cuernas prodigiosas , se estienden hacia atras casi sobre la grupa , y hácia delante inas allá del hocico ; las de los castrados son menores , aun- que muchas veces son mayores que las de nuestros cieivos , finalmente , las de las hembras son todavía mas chicas. El reno rumia como el ciervo , y como todos los demas animales que tier.en varios e tómalos. La duración de su vida, en el doméstico es de quin- ce ó diez y seis años , poco mas ó menos ; pero es de presumir, que en el silvestre sea mus larga, por- que tardando quatro años en crecer , debe vivir veinte ocho ó treinta, quando esta a su libertad. Los Lapones cazan los renos silvestres de di tin- tos modos , según las diferentes estaciones ; se sir- ven de hembras domésticas para atraer los machos silvestres en el tiempo del zelo ; los matan a esco- petazos , ó a flechazos , y disparan sus flechas con tanta destreza y violencia , que no obstante el pro- digioso grueso del pelo, y la dureza del cuero, no es necesario las mas veces que un solo tiro para ma- tarlos : en la primavera ,quáudo las nieves comien- zan a derretirse , los Lapones los persiguen , v al- canzan con un calzado a proposito para este fin : en otros encuentros los rechazan con perros , que los hacen caer en los lazos , o bien forman un buitrón con dos filas ó hileras de estacas enlazadas unas con otras , que forman un callejón muy largo , en el qual luego que entran los renos huyendo , caen en un grande hoyo hecho expresamente al fin del ca- llejón. Parece por testimonios antiguos , que el reno y el elan existían en otro tiempo en las selvas de las Calías , y de la Germania , y que también se halla- ban hace algunos siglos en las aitas montanas de los Pirineos , habiendo sido en otro tiempo el clima de la fruncía mu ho mas húmedo , y frió que ahora por la cantidad de bosques y lagunas . no es invero- símil , qn* e.-tc., ai límales hayan podido subsistir en él ; pero lo cierto es , que actualmente solo se ha- llan en los países Septentrionales: el eian de la par- te de acá del circulo polar en la Europa, y el Asia, y el reno de la parte de alia : en rtmtrica los hay en menores latitudes , porque el frío es alli ma- yor que en Europa : no teme el rigor mas excesi- vo del frió ; los hay en Spitzoerg , es común en Groenlandia , y en la Lapoma mas boreal , como también en las parres mas Septentrionales del Asia: el reno se llama car'.bu en el Canadá , y en estas tierras del nuevo Mundo es como todos Jos demas animales mas chito que en el antiguo. Quando n'm- da de clima muere en breve tiempo : asi la natura- leza parece que ha desterrado esta especie á ¡a re- gión de los hielos y ue las nieves. Su nombre latino es ta . andas i es el ccrvus pal- matas de Aldrovando , ceiuas mirabais de Jonston; cer- REY CC,r ¡a ra.-’.gifer de Raí ; gamo de Groenlandia de Ed- wars. ’» REVEZO. Vease Gamuza. RHAPHIUS , ó RHAPKUS. Nombre baxo del qual se halla descripto en varios Autores antiguos el lince , ó lobo cerval. Esta voz se deriva de la he. biea rhaarn , que quiere decir hambriento. RICA. Especie de casta de conejo. Vease conejo. RILURS. Nombre con el que indican en el Cei- lan una especie de monos grandes con la caneza blanca , y cubierta de una crin flotante , y los que se^un dicen, hacen sumo daño en las mieses ; parece que esta especie es la misma que la que describimos baxo el nombre de Uanderu... Vease. RINOCERONTE, (el) después del elefante es el mas poderoso de los animales quadrúpedos : tiene a lo menos doce pies de longitud , desde el extre- mo del hocico hasta el origen de la cola : seis , á siete pies de altura , y la circumerencia del cuerpo casi igual á su longitud. Se acerca , pues , al elefan- te por su volumen , y corpulencia , y si parece mu- cho mas chico , es porque sus piernas son mas cor- tas a proporción , que las dei elefante ; pero se di- ferencia infinitamente en las facultades naturales , y en la inteligencia , y no es superior á los demas animales sino por la fuerza , la magnitud , y el ar- ma ofensiva que tiene en la nariz , y que solo per- tenece a él. Esta arma es un cuerno muy duro , sólido en toda su longitud , y mas ventajosamente colocado que los cuernos de los animales ruminantes , porque defiende todas las partes anteriores de la cabeza , y preserva el hocico, la boca y el rostro ; de suerte, que el tigre acomete mucho mejor al elefante , cu- ya trompa agarra , que al rinoceronte a quien no puede tocar sin peligro de ser desbarrigado , por- que el cuerpo , y los miembros están cubiertos de un pellejo impenetrable , y este animal no teme ni las garras del tigre , ni del león , ni el hierro , ni el fuego del cazador. Tiene la cabeza mas larga a proporción del ele- fante ; pero sus ojos son mas pequeños, y nunca los puede abrir del todo : se parecen a los del cer- do por la lorma , y están situados muy abaxo , es- to es , mas cerca de las ventanas de la nariz , que otro animal alguno ; y por eso no ve , por decirlo asi , sino de muy cerca. Sus orejas son anchas, del- gadas por su extremo , y apretadas por su origen con una especie de anillo arrugado : estas son las únicas partes en que tiene pelo, ó por mejor decir, cerdas. El rinoceronte escucha con una especie de aten- ción seguida codos los rumores que oye , de suer- te , que aunque dormido , ó muy ocupado en co- mer , ó satisfacer otras necesidades precisas , des- pierta , al instante levanta la cabeza , y permanece atento hasta que ha cesado el ruido que oye. La quixada superior supera á la inferior , y el labio de arriba tiene movimiento , y puede alar- garse hasta seis o siete pulgadas : termina por una proominencia puntiaguda , que da á este animal una facilidad muy grande para coger la yerba , y hacer puñados de ella como el elefante t este labio muscu- loso , y flexible es una especie de mano , ó de trom- pa muy incompleta, pero que no dexa de agarrar RIN con fuerza , y de palpar con destreza. En lugar de los colmillos de marfil , que for- man las defensas del elefante , tiene el rinoceronte su cuerno , y dos fuertes dientes incisivos en cada quixada , estos están muy apartados uno de otro, y colocados uno en cada ángulo de las quixadas , y el inferior esta cortado en quadro hacia adelante , y no tiene mas dientes incisivos en toda esta parte anterior que cubren los labios ; pero ademas de es- tos quatro dientes incisivos colocados en los quatro ángulos de las quixadas , tiene veinte y quatro mue- las , seis en cada lado. Las narices están situadas muy abaxo , y no es- tán una pulgada distantes de la abertura de la boca; dicen que tiene el olfato excelente : el cuello es muy corto: el pellejo forma en esta parte dos grue- sos pliegues , o rodetes , que le cercan al rededor: las espaldas son gruesas , y gordas , en cuya juntu- ra forma el pellejo otro pliegue, que desciende há- cia las piernas delanteras, También tiene otro plie- gue entre el cuerpo , y la gurupa , que desciende por las piernas de acras , y hnalmence tiene otro, que rodea transversalmente la parte inferior de la gurupa á cierta distancia de la cola. Las piernas son redondas , gruesas , fuertes, y sus pies son anchos y armados de tres uñas grandes: todas las piernas están combadas hac¡3 tras , por la coyuntura: esta esta cubierta por un pliegue muy no- table, quando el animal está echado, y que desapare- ce quando esta de pie : la cola es delgada y corta re- lativamente al volumen del cuerpo : se ensancha un poco por la punca , la qual esta guarnecida de algunos pelos cortos , gruesos , y fuertes. El pellejo es excesivamente duro , y mas gordo que el cuero de ningún animal ttrrestre : por todas partes está mas o menos cubierto de incrustaciones en forma de agallas , ó de eminencias que son mucho mas chicas , en el cuello y lomo ; y que por grados van siendo mas gruesas conforme descienden por los lados : las mas anchas de todas son las de Jas espaldillas , y gurupa : también son bastante grue» sas en los muslos , y piernas , y están cubiertas de ellas hasta los pies; pero el pellejo que hay entre los pliegues es penetrable , y delicado , y tan sua- ve al tacto como la seda , siendo asi que lo ex.erior del pliegue es tan áspero como lo demás. Este pellejo tierno que se halla en lo interior del pliegue, es de un ligero color de carne , y el del vien- tre es casi de la misma consistencia , y color : lo restante es de color negruzco: la flexibilidad del pe- llejo en los pliegues, da ai animal la facilidad del mo- vimiento de la cabeza, del cueilo , y de los miem- bros : todo el cuerpo , a excepción de las coyuntu- ras , es inflexible y muy duro. La verga es de una forma bastante extraordinaria : está contenida en un prepucio , ó vayna, como la del caballo , y la primer cosa que se manifiesta en lo exrerior en el tiempo de la erección es un segundo prepucio de color de carne , del qual sale después un cañón hue- co en forma de embudo , ensanchado , y recortado como una flor del lis , el qual tiene lugar de glándu- la , y forma el extremo ae la verga v esta glándula extraña por su forma , es de un color de carne mas paiido , que el del segundo prepucio ¡ la di- rección de este miembro no es retta , sino indina- da RIN da hacia tras , y por eso orina hacia aquel lado, y á pleno canal casi como una vaca. Los testículos están ocultos dentro del cuerpo hacia los riñones , y de- lante de la verga tiene dos pezones. La hembra tiene las partes exteriores de la generación formadas , y colocadas como las de la vaca , y se parece perfectamente al macho por la forma , y grueso del cuerpo : no produce mas de un hijo en cada vez , y muy de tarde en tar- de. El rinoceronte nuevo en los primeros me- ses es del tamaño de un perro grande. Quando nace no tiene el cuerno en la nariz , aunque ya se Ven en el feto las raíces. A los dos años no ha cre- cido el cuerno mas de una pulgada, y á los seis tie- ne nueve á diez pulgadas de largo , y como se ven cuernos de estos que tienen cerca de quatro pies de largo , parece que crecen á lo menos hasta la me- diana edad , ó tal vez durante toda la vida del ani- mal , que debe ser de una duración bastante lai ga; pues á los dos años no tiene mas de la mitad de su altura, cié donde se puede inferir, que este animal debe vivir como el hombre setenta ú ochenta años. Hay rinocerontes , que no tienen mas de un cuer- no en la nariz y otros que tienen dos : ya veremos después , que esta variedad consiste en el clima. Pa- rece que los que no tienen mas de un cuerno , le tienen mayor , y mas largo que los que tienen dos ; hay cuernos simples de tres pies y medio , y quizá de mas de qua.ro de longitud , y seis o siete pulgadas de diámetro por su raíz : también hay cuer- nos dobles , que tienen hasta dos pies de largo , y estos son comunmente pardos , ó de color aceytu- nado ; sin embargo , se hallan algunos pardos , y otros blancos : tienen una leve concavidad en for- ma de taza debaxo de su raiz , por la qual están pegados al pellejo de la nariz : todo lo restante del cuerno es sólido , y mas duro que el cuerno co- mún ; dicen que el rinoceronte acomete con él , y hiere algunas veces mortalmente a los elefantes de mayor tamaño , sus altas piernas permiten al rinó- teronte , quien las titile mucho mas cortas, el darle cornadas en el vientre , cuyo pellejo es mas sensi- ble , y pene. rabie ; pero también quando yerra el primer golpe , le derriba el elefante , y le mata. Sin ser el rinoceronte ni fiero , ni carnicero, ni aun en extremo f_roz , es sin embargo intratable. Con todo eso , dicen que se ha logrado en Abisi- nia domesticarle , es o es , domarle , en donde le ha- cen servir para llevar cargas. Es casi en grande lo que el cerdo en chico , cosco, y bruto, sin inteli- gencia , sin sentimiento , y sin docilidad: también es propenso á algunos accesos de furor , que nada pueden apaciguar , y es como el cerdo muy inclina- do á revolcarse en el cieno y barro : gusta de los parages húmedos , y pantanosos , y jamas dexa las orillas de los ríos. Estos animales no se juntan en manadas , ni an- dan juntos como los elefantes : son mas solitarios, mas silvestres , y tai vez mas difíciles de cazar, y vencer : no acometen á los hombres , á menos que no sean provocados , y entonces se llenan de fu- ror, y son muy temibles : el acero de Damasco , y los sables del Japón no hacen mella en su pellejo, y las lanzas no pueden penetrarle : resiste asimis- mo á las balas de hierro ; Jas de plomo se aplas- RIN 2 ^ tan , y los pedazos de hierro no le penetran en- teramente: los únicos parages absolutauun.e penetra- bles son el vientre, los ojos, y las cuencas de las orejas ; por eso los cazadores , en lugar de acometer a este animal de cara , y de pie , le siguen á lo lejos per tus huellas , y esperan las horas en que des- cansa , y duerme, para acercarse a el. „ Se le mata difícilmente , dice Gervasio , y nunca se le acomete sin peligro de ser heri- do v los que se aplican a esta caza , han hallado medios para precaverse de su furor : porque como este animal ama los lugares pantanosos , le obser- van quando se retira a ellos , y escondiéndose en los matorrales , esperan que esté echado , ya para dormir , ó ya para revolcarse, á fin de tirarle cu- ca de las orejas , que es el único parage por don- de se le puede herir de muerte. Los cazadores se ponen contra el viento , porque el rinoceronte tiene la propiedad de descubrirlo todo por el olfatc.“ Sin embargo , por furioso que esté , es fácil evitarle cuando se le ve venir : aunque anda muy aprisa , como no se vuelve sino con muchísimo trabajo , y no ve sino de muy cerca , y por de- lance , no hay mas que dexaríe acercar á algunos pasos de distancia , y ponerse á un lado , enton- ces no ve ya' al cazador, y no puede encontrarle tan fácilmente. Quando persigue á alguna cosa , va siempre en linea rebla , corre mas veloz que un caballo , y con el furor , fuerza , trastorna y pe- netra todo lo que encuentra t ni los árboles , ni los matorrales, ni los cercados , ni las piedras pue- den detenerle : con su cuerno desarraiga unos, levanta otros , y las arroja detrás de él muy alto, y á una grande distancia : quando no encuentra na- da , hace surcos en la tierra , y arroja con furor una gran cantidad de ella por encima de la cabeza. Gruñe como el cerdo , y su grito no se oye de muy lejos, quando está pacífico , pero quando está irritado, se le oye a larga distancia. ,, El rinoceronte , dice Kolbe , acomete muy ra- ra vez a el hombre , á menos que no le irrite , ó que el hombre esté vestido de encarnado : en es- tos dos casos se enfurece y derriba todo lo que se 1c opone. Quando acomete á un hombre , le agar- ra por medio del cuerpo , y le hace volar por en- cima de su cabeza , con tanta fuerza, que queda muerto por la violencia de la caída. ... bi se le ve venir , no es difícil evitarle , por furioso que esté; es muy ligero , pero se vuelve con sumo trabajo. Ademas no ve sino por delante , y asi no hay mas que dexarle acercar á cinco ó seis pasos de distan- cia , y entonces ponerse á un lado , y ya no ve el objeto , ni puede encontrarle tan fácilmente : yo lo lie experimentado por mí mismo.“ Sin poder ser útil el rinoceronte como el elefan- te , es muy perjudicial por el consumo , y terrible daño que hace en los campos. Mantienese de yer- bas groseras , cardos y zarzas ; pero ama mu- cho las cañas de azúcar , y come también de toda especie de semillas. Como no gusta de carne , no molesta á los pequeños animales : no teme a los grandes , vive en paz con todos , y quizá se le atribuyen sin fundamento real los combates con el elefante , porque no se ha observado que hubiese ninguna especie de antipatía eijue estos dos gran- des 256 RIN «íes animales , y se les ha visto vivir en la servi- dumbre pacíh:amente , sin ofenderse ni irritarse uno contra otro. Este animal , aunque solo vive de vegetales, no rumia , y asi es probaole , que , como el ele- fante , no tiene mas de un estómago , y unas tripas muy amplias , que suplen el ohcio de la pan¿a . con- sume menos , y pierde también mucho menos por la transpiración que el elefante. Hallanse '/macerantes en Asia y en Africa , en Bengala , Siam , Baos , Mogol , bumatra , Jaba, Abisinia , Etiopia , en el país de los Anzicos , y hasta en el Cabo de Buena Esperanza ; pero pol- lo general es menos numerosa su especie , y está menos esparcida que la del elefante. Los Indios y los Negros hallan excelente su carne. Su piel es el cuero mejor , y mas duro que hay : su cuerno es mas estimado de los Indios que el marfil , á causa de las calidades específicas , y propiedades medicinales que le atribuyen : los cuernos blancos como mas raros , son ta tibien mas estimados , y no solo ellos , sino todas las demás partes de su cuerpo , y aun su sangre , su orina y sus excre- mentos , son apreciados como antídotos contra el veneno , ó como remedios para varias enfermeda- des. Tienen el mismo uso en la farmacia.de las In- dias , que la triaca en la de Europa ; pero hay apa- riencia de que la mayor parte de estas virtudes son imaginarias. Todo lo referido concierne al rinoceronte de Indias , y solo es enteramente exacto para esta raza Asiática ; porque los rinocerontes de Africa parece que forman una segunda raza , en la qiul tienen los individuos , por lo general , doble el cuerno , y su cuero no es tan gordo , ni tan impe- netrable , ni sus pliegues tan profundos como los del rinoceronte de Asia. M. Allamand , que pai ece ser el primero que ha establecido las diferentias que se hallan entre el rinoceronte de Africa y el de Asia , habla de este modo. „ El rinoceronte , dice , es llamado nabal por los Otentotes , quienes pronuncian la primera síla- ba de esta voz con un cruxido de lengua , que no se puede expresar por escrito : á la primera vista hace pensar en el hipopótamo , de quien se dife- rencia mucho por la cabeza : tampoco tiene el pe- llejo tan gordo , ni tan difícil de penetrar como el rinoceronte de Asia : M. Gordon mató uno , á distancia de ciento y diez y echo pasos , con una bala de diez en libra. „ El rinoceronte de Africa tiene todo el cuer- po cubierto de aquellas incrustaciones en forma de berrugas ó desigualdades , que se ven en los de Asia ; con esta diferencia , que en estos no están sembradas igualmente en todo el cuerpo , tiene menos en el medio , y ninguna en el extremo de las piernas : en quanto á los pliegues del pelle- jo , no son tan fuertes y señalados : los adul- tos tienen uno en la ingle de tres pulgadas de pro- fundidad , otro detrás de la espalda de una pulga- da , otro detrás de las orejas , pero poco consi- derable , quatro pequeños delante del pecho , y dos encima del talón : los que son mas notables, y que no se hallan en los rinocerontes de Asia , son nueve que tiene en las costillas , el mas profun- RIN do de los quales no tiene mas de media pulgada: al rededor de los ojos tienen varias arrugas , que no pueden pasar por pliegues/' ,, Todos los que Gordon vio , nuevos ó vie- jos , tenían dos cuernos , y si en Africa los hay con uno solamente , son desconocidos á los habi- tantes del Cabo de Buena Esperanza. ... El cuer- no mayor esta colocado en la nariz ; su longitud varía , y está llano por encima. El otro tiene su raíz cerca de media pulgada del primero , y es mu- cho mas corto. Uno y otro están pegados única- mente al pellejo , y colocados en una eminencia llana en lo anterior de la cabeza : tirándolos fuer- temente hácia atrás , se menean." „ Este rinoceronte tiene los ojos mas chicos que el hipopótamo , y poco blanco en ellos : el ma- yor diámetro de la niña es de ocho lineas , y la abertura de los parpados es de una pulgada : están situados á los lados de la cabeza , casi á igual dis- tancia de la boca y de las orejas ; y asi esta situa- ción de ios ojos demuestra la falsedad de la opi- nión de Kolbe , que dice , que esie animal no pue- de ver de lado , y que solo percibe los objetos que están en linea recta delante de él. Le costaría trabajo el ver de este ultimo modo , si sus ojos no se elevasen un poco mas arriba de las arrugas que les cercan. Sin embargo , parece que se fia mas de su olfato y de su oido , que de su vista; y por eso tiene las ventanas de las narices muy abiertas , y de dos pulgadas y media de largo : sus orejas tienen nueve pulgadas de largo , y dos pies de diámetro : su borde exterior está poblado de pelo áspero , de dos pulgadas y media de largo, pero están desnudas por dentro." „ El color de su piel es de un pardo obscuro en el vientre , y en los pliegues es de color de car- ne ; pero corno se revuelca freqüentemente en el barro , parece que tiene el color de la tierra en que se halla : en el cuerpo tiene algunos pelos ne- gros ralos , y entre las desigualdades de su pellejo, y encima de los ojos." „ Tiene veinte y ocho dientes en todo : á sa- ber , seis muelas en cada lado de ambas quixadas, y dos dientes incisivos arriba y abaxo. Los dien- tes de arriba parecen estar un poco mas hácia fue- ra , de manera , que superan los de abaxo quan- do la boca está cerrada : el labio superior supera al inferior una pulgada." „ Su cola tiene cerca de pie y medio de lar- go , su extremo está vestido de algunos pelos lar- gos , que salen de cada lado como dos especies de costuras : esta cola es redonda por encima , y plana por debaxo : los pies tienen tres dedos ar- mados de uñas , ó por mejor decir de pezuñas : la longitud de los pies de delante es igual á su an- chura ; mas los de atrás son un poco largos. En la planta del pie , tiene un callo gordo y movible." „ Estos rinocerontes están actualmente muy en lo interior del pais. Para encontrar á algunos , es preciso penetrar á ciento y cincuenta leguas tierra á dentro. No se ven mas de dos ó tres juntos; aunque algunas veces andan en mayores manadas: y quando andan , tienen la cabeza baxa como los cerdos : corren mas aprisa que un caballo , y el medio mas seguro de evitarlos , es el ponerse con- tra RIT tra viento , porque su encuentro es peligroso/' „ Vuelven amenudo la cabeza de un lado y de otro quando corren , y parece que tienen gusto en cavar la cierra con los cuernos, y algunas veces im- primen en ella dos surcos , por el meneo de la ca- beza , y entonces saltan y corren a derecha y a izquierda , enderezando la cola como si tuviesen bahidos. Sus hembras nunca paren mas de un hijo en cada vez ; tienen también dos cuernos, y la di- ferencia de su magnitud no es muy considerable. Su grito es un gruñido seguido de un fuerte silbi- do , que parece al sonido de una flauta. En el Ca- bo no se oye hablar de sus pretensos combates con los elefantes.” • RUBOR ó cabrón de cañaveral. Gazela , cuya especie parece vecina de la del nagor , y cuyos cuer- nos , siguiendo su arqueabura , tienen mas de un pie de largo , y están rodeados de anillos hasta mas allá de la mitad de su longitud , y terminan en una punta lisa y muy aguda. Sus orejas son muy largas , blancas por dentro , con una mancha sin pelo. La gabela ritboi j tiene hermosos ojos negros, y lagrimales debaxo : quatro tecas , á cuyo lado hay dos aberturas en el pellejo que forman dos tu- bos , donde cabe el dedo ; la cola es larga , chata, y poblada de pelo blanquecino. En esta especie hay variedad en los colores del pelo. Unos tienen toda la parte superior del cuer- po de un pardo ceniciento ; y el vientre , la gar- ganta y las ancas blancas , pero sin la faxa berme- jiza ó negra , que en ¡a mayor parce de las otras gazelas , separa el color del vientre del de lo res- tante del cuerpo : otras tienen un color leonado bermejizo , muy obscuro : estas ultimas habitan en los montes. Las hembras son del mismo color que los machos , pero mas chicas , y sin cuernos. Aunque la raza de estos animales sea bastante numerosa , andan , sin embargo en pequeñas ma- nadas , y algunas veces el macho solo con su hem- bra : viven cerca de las iuentes , entre los cañave- rales, y también en los bosques : solo se hallan en RUG 2 $ 7 lo interior de las tierras del Cabo de Buena Espe- ranza. Ronca, s. f. Voz fuerte y áspera del ciervo , es- pecialmente quando escá en Brama. Véase Ciervo. ROPOSA , de los Portugueses , es el didelfo. Vease Didelfo. ROSMARO ó ROSMARUS , en Dinamarca es la Vaca marina. Ve ase este artículo. ROSÓMACH , en Esclavonia es el gloton. Vea- se Glotón. Rugido , nombre propio del grito espantoso y terrible del Icón , del tigre , &c. : quando el león ruge , todos los demas animales se sobrecogen de temor ; aun el caballo mas intrépido tiembla y se estremece. Vease León y Tigre. Ruminantes (los animales) son los que tie- nen la facultad y costumbre de volver á la boca desde su primer estómago , una parte del alimento que han tr.igaJo , para volverle a mascar despacio, lo qual se llama rumiar. Los ruminanies tienen qua- tro estómagos , y del primero , que por decirlo asi, es el receptáculo de ios alimentos , retiran es- tos poco a poco , para darlos una segunda mastica- ción necesaria , y disponerlos á la digestión. En efecto , los animales que pacen la yerba , y componen la clase de ruminar.tes , tragan este ali- mento en grande cantidad , y sin tener el tiempo de mascarlo , y molerlo suficientemente : de aquí nace el gran volumen que ocupan sus estómagos , y ai mismo tiempo la necesidad que tienen de volver a moler , y por decirlo asi , mascar dos veces el alimento antes de digerirlo. Sin embargo , no todos los animales que pa- cen la yerba , rumian , porque el caballo y el asno, no son i-uminantes , y solo tienen un estómago. Fi- nalmente , la rumia parece que la hace el animal sin esfuerzo , y aun con gusto > el ciervo , el buey y los carneros rumian quietos y sosegados, y. tar- dan mucho mas tiempo en esta ocupación que en pacer. RUPICAPRA , (la) de los latinos , es la gamuza. Vease Gamuza. Historia Nati., ai, Tom.I, Kk SA. 2¿3 SAB Sabueso, (mont.) El perro que concierta , y el que atrailla , que los demás , aunque sean de la casta de los sabuesos , se dicen perros de suelta, para su casta y tniacion , a/ea/e el artículo Pírico. SACA , en Madagascar , es una taza de ga.os con cota retorcida , que hace poco tiempo que en aquella grande isla han sacado de la especie del ga- lo rnoii és. r easc Gato domes i ico y Montes. SA..UY (el) del Padre Abbeville , es el titi. Fe a se Titi. SAHUET QUANTA , nombre que dan los In- dios del Cañada a la polatuca. Véase Por atuca. SAI. Especie de mono de la familia de los sa- payues , el qual ofrece dos variedades : la prime- ra tiene el pelo de un pardo negruzco : la segun- da , que nosotros lláma nos sai con garganta blanca, tiene pelo blanco en el pecho , en el cuello , y al rededor de las orejas y mexillas , y mas desnuda la cara que la primera , pero ambas se parecen en to- do lo demás : estos animales tienen el rostro re- dondo y chato , las orejas casi desnudas, la cola desnuda por dtbaxo hacia su extremo , y mas lar- ga que la cabeza y el cuerpo juntos : andan en qua- tro pies , y no tienen mas de un pie , y catorce pulgadas de largo. Las hemoras tienen dos tetas , y no producen mas de cios hijos : son mansos , dóciles y tan te- merosos , que su grito común , que se asemeja al de una rata, se convierte en un gemido quando los amenazan. SAIGA , en lengua Tartaria significa cabra mon- tes , y nosotros aplicamos este nombre á la espe- cie que describió M. Gmelin en estos términos: „ el saiga es de la magni.ud de una cabra común; sus astas tienen un pie de .argo , son transparen.es, de un color amarillo deslucido , llenas de anillos por abaxo , y lisas por la puní a ; están arqueadas hacia atras , y sus puntas casi se juntan ; las ore- jas son derechas , y terminan en puntas romas ; la cabeza está arqueada desde la trente hasta el hoci- co , y mirándola de perfil , se la encuentra alguna semejanza con la de la oveja : las narices son gran- des , y en forma de tubo : tiene ocho dientes in- cisivos en la quixada inferior , y no están muy agarrados en sus encías , pues se caen al menor choque : la cola es coua , y solo tiene tres pulga- das de largo : el pelo de la parte superior , y de los lados del cuerpo , es de color de Isabela , y el del vientre es blanco ; a lo largo del espinazo tie- ne una linea parda : las hembras no tienen cuer- nos." „ El saiga , dice Foster , se halla desde la Mol- dabia y la Besarabia , hasta el lio de Irtich , en Sibera : gusta de los desicr os secos y llenos de axenjos , abrótano y artemisia , que sen su prin- cipal alimento : corre muy aprisa , y aunque de corta vista , tiene sobre los ojos quatro pequeños cuerpos esponjosos , que sirven p .ra de ende ríe del gran refiexo de la luz , en es. os terrenos , cuyo SAI suelo es árido , y blanco en el verano , y cubier- to de nieve en el invierno. Tiene la nariz ancha, y el olfato tan fino , que huele al hombre á una grandísima distancia , quando está baxo del viento, de tal modo , que no se puede acercar a él á no it por el otro Jado." „ Este animal , continúa el mismo observador, parece que reúne todo lo que es necesario para cor- rer bien : tiene la respiración mas fácil que otro animal alguno , porque sus pulmones son muy grandes , la trachiarteria muy ancha , y las venta- nas y conductos de la nariz muy dilatadas ; el labio superior , que es mas largo que el inferior , pare- ce pendiente , y sin duda debe atribuirse á esta for- ma de Jos labios el modo con que pace , porque no roe sino retrocediendo. Los saigas van comunmente en manadas , que aseguran ser algunas veces de mas de diez mil : los machos se juntan para defender sus hijos , y sus hembras contra las persecuciones de los lobos, y de Ijs zorras : forman un circulo , en cuyo centro ponen las hembras y los hijos , y combaten vale- rosamente con estes animales de rapiña. Gon al- gún desvelo se consigue criar sus hijos , y domes- ticarlos : su voz se asemeja al balido de las ovejas: las hembras paren por la primavera , y solo un Hi- jo en cada parto. En el invierno se come su carne como muy buena , pero en el veiano la arrojan , á causa de los gusanos que se engendran debaxo del pellejo. Estos animales entran en zelo en el otoño , y en- tonces tienen un fuerte olor de almizcle : sus astas son estimadas para diferentes usos : los Chinos Jas compran muy caras : algunas veces se hallan saigas con tres astas , y aun se han visto algunos con una sola , pero sin duda es por haber perdido la otra por accidente. Esta palabra saiga , que significa , como ya fie- mes dicho , cabra montes , es el nombre que los Tártaros dan comunmente á la hembra , y al ma- cho le llaman matgatsch. linalmente , Gmelin nos advierte , que el nombre de saigi ó saiga , es uva- do impropiamente en la provincia de lrkutzk , pa- ra significar el animal de almizcle. El saiga es el colas , colon de Gesnero ; el ibex imberbis de las Memorias de la Academia de Pre- terburgo. Saiga (el) de los Tártaros lrkutzk , es el almiz- cle , y no el verdadero saiga, i case Almizcle. SAIGI , en Siberia es el saiga. Vease Saiga. SAIMIRI. Especie de mono de la familia de los sapajúes , y que parece formar un genero interme- dio entre esta familia y la de los sago'mes , por su cola , la qual , sin ser absolutamente inútil y flo- xa como la de los sagoines , no es tan musculosa como la de los sapayues : no puede agarrarse con ella , y aunque se sirve de ella para ayudarse á su- bir y á baxar , no puede , ni coger con firmeza, ni llevar á sí las cosas que desea. El sai mi/ i no tiene , por decirlo asi , frente: su SAY íu pelo es de un color amarillo brillante : tiene dos rodetes de carne , en forma de anillos al rededor de los ojos : la nariz levantada por la raíz , y cha- ta por la punta : la boca pequeña , el rostro an- cho y desnudo : las orejas pobladas de pelo , y un poco puntiagudas : la cola mas larga que el cuer- po ; y no tiene mas de diez u once pulgadas de largo. Se tiene fácilmente en los pies de atrás , pero anda comunmente en quatro pies. Este animal es el mas bello y pulido de todos los sapayues , pe- ro cambien es el mas delicado , y difícil de trans- portar v conservar. Su especie es bastante común en la Guayana. SAINO , en varias partes de América , es el pecar. Vease Pecar. SAKI , especie de mono de la familia de los sa- , ¿ornes , y el mayor de todos : tiene Ja cola una mitad mas larga que la cabeza y el cuerpo : el ros- tro atezado , y cubierto de un vello fino , corto y blanquizco : las partes superiores del cuerpo de un pardo negro , el vientre y las demas partes in- feriores , de un blanco bermejizo : el pelo muy largo por todo el cuerpo , y mas largo aun en la cola , á cuya punta tiene cerGa de dos pulgadas ; y es comunmente de un pardo negruzco como el del cuerpo. Parece que hay variedad en esta especie en el color del pelo i porque algunos tienen el pelo del cuerpo y de la cola bermejizo. El safó anda en quatro pies , y tiene cerca de pie y medio de largo . SAPAYU, nombre que distingue en la gran po- blación de monos la familia particular de los manos pequeños de América con colJ agarrante, Vease Monos. ■ SAPAYtl COtOR DS AURORA , S.APAYU COLOR DE naranja , Sapayu amarillo , nombres dados al saimirí. Vcase Saimirí. ** Sarta. ( mora .) F.l espinazo de las reses. SASAPINO (el) de algunos es el didelfo. Véase Didelfo. SATHERIUS , de Aristóteles , animal anfibio, que según toda apariencia , es la cebellina. Vcase Cebellina. SATYRO , nombre que algunos autores han da- do al orangutang u hombre silvestre de los Indios. Vcase Orangutang. SATYRYON , de Aristóteles , es el desmán. Véase Desmán. SAYU. Especie de mono de la familia de los sa- pajúes : el qual tiene el rostro y las orejas de co- lor de carne , con un poco de vello por encima: los ojos castaños , y situados muy cerca uno de otro : la punta de la cola desnuda por abaxo , y muy poblado todo lo restante de ella : en algunos individuos es el pelo negro , y pardo al rededor del rostro , como también en todas las partes su- periores del cuerpo : y á este saín pardo , es á quien llaman vulgarmente mono capuchino : los otros tienen el rostro pardo , y el cuerpo leonado obs- curo : tienen igualmente las manos negras y des- nudas : andan en quatro. pies , y no tienen mas de un pie de longitud. La hembra en esta especie , tie- ne el clitoris prominente hacia afuera , y tan ma- nifiesto como la verga del macho. Historia Natural, Tom. I. SER 2^9 Estos animales son muy vivos , muy ágiles, y alegres, y de todos los sapayues son aquellos a quienes desconviene menos el temperamento de nuestro clima : subsisten en él algunos años sin tra- brajo , con1 tal que en el invierno se les tenga en un quarto con lumbre : también producen , pero su producción no es mas que de un hijo , en lugar que en su país nativo paren algunas veces dos.. Fi- nalmente , estos animales son caprichosos en sus gustos , y en sus pasiones : parece que tienen una grande inclinación a ciertas personas , y una gran- de aversión a otras, y esto constantemente. Su cli- ma natural es el Brasil. SCHARCHOESCHI , entre los Tártaros Mon- gues, es la gazela grande. Vcase Gazela. SCHUTTUR , en Persia , es el dromedario. Vcase Dromedario. SCUNCK , en la nueva Y'orck , es la conepata. Véase Conepata. SELVAGE , de los Portugueses que frequentan las costas de Africa , es el grande orangutang o pongo. Vcase Orangutang. SEMi-WLPES , de algunos Nomencladores , es el didelfo. Vcase Didelfo. SEKAPHAH , en Persia , es la giraíá. Vcase Gi- RAFA. SEROTINO , nombre dado á una especie par- ticular de murciélago. Véase Murciélago. SERVAL (el). Que los habitantes del Malabar llaman maraputé , es un animal silvestre y feroz, mas gordo que un gato montes , y un poco mas pequeño que la civeta , de la qual se diferencia en tener la cabeza mas gruesa y. mas redonda , relati- vamente al volumen del cuerpo , y la frente hen- dida al parecer por en medio. Se parece a la pantera en los colores del pelo, que es leonado en la cabeza , el lomo y los ¡lijares, y blanco en el vientre , y también en las manchas que son claras , igualmente distribuidas , y un po- co mas chicas que las de la pantera : sus ojos son muy brillantes , sus bigotes poblados de cerdas largas y tiesas : tiene la cola corta , los pies gran- des , y armados de uñas largas y ganchudas. Este animal se halla en los montes de la India: rara vez se le ve en el suelo , porque casi siempre está subido en los arboles , donde hace su nido, y coge las aves , con las quales se sustenta : salta de un árbol a otro con tanta destreza y agilidad, que en un instante recorre un grande espacio , y no hace otra cosa , por decirlo asi , que aparecer y desaparecer. No obstante , su ferocidad , huye á la presen- cia del hombre a menos que no le irrite , especial- mente deshaciendo su cama , porque entonces se enfurece y se arroja , muerde y despedaza casi co- mo la pantera. La esclavitud , ni los buenos trata- mientos , no pueden ni domar , ni suavizar la fe- rocidad de este animal , que nos parece ser el mis- mo que el gato tigre Aci ienegal , y del Cabo de ¡Sue- na Esperanza , y el mismo también que el gato par- do , descripto por los Señores de Ja Academia. Es- te gato pardo solo se diferencia del serval en las manchas largas que tiene en el lomo , y los anillos de la cola , cara&'éres de que carece el serva;: pero esta diferencia es demasiado leve para poder Kk i du- 2 6o S E S dudar de la Identidad de especie de estos dos ani- males. SESEF , en los parages Inmediatos a la Arabia, es el cefo ó bobino. Vene Cefo. S1ACALLE , en Conidio Bruin , es el chacal Vease Chacal. SIACHAL , SCHACHAL , SIECHAAL , SIA- CALI , en Rersia , según Kasmpfer , es lo mismo que chacal. Vease Chacal. SICAL , según Pollux , es también el Chacal. S1FAC. Nombre dado en algunas relaciones a una especie de mono de Madagascar ; es de mediana magnitud , y se ven bandadas de quarenta a cin- quenta de ellos juntos : son feroces , y no se do- mestican. SIGA-GUSCFI. Nombre que en Persia dan ^se- gún la antigua E ncyclopedia , á un animal semejante en todo al lince , excepto que tío tiene la piel manchada. Si esto fuese cierto , tal vez sería una variedad ac- cidental en la especie del Unce , ó un lince nuevo. SILBADOR ; o MARMOTA DEL CANADA. Vease Marmota dil Cañada. SIMIA VORCARIA de Aristóteles es el mico llama- do papión. Vease Papión , ó Celo. SINSIN , en la China es el piteco. Vease Piteco. SIRAFHAH , en Arabe , es la girafa. S1YAH-GUSH, en Persa es el caracal. Vease Ca- racal. SM1TTEN , según los Fíolandeses , es el Oran- GüTANG. SNAK (el) de Tartaria es el saiga. Vease Saiga. SOBOL de Polonia, es la Cebellina. SOBRETURON (el) es mas fuerce y mas ma- ligno que la rata : tiene el pelo roxo , la cola ex- tremadamente larga, y sin pelo , la espina del lo- mo arqueada , como la ardilla , pero el cuerpo mas grueso , y tiene bigotes como el gato. Los machos en esta especie son mayores , mas atrevidos , y mas malignos que las hembras. Quando alguno quiere agarrarlos , muerden cruel y peligrosamente: cavan sus vivares en la tierra, ó bien habitan en los de los conejos : prefieren las orillas de las aguas, donde no temen arrojarse quando se’ ven persegui- dos , y nadan con una maravillosa facilidad. Estos animales habitan durante el verano en el campo , y aunque se alimentan principalmente de granos y frutas , no dexan también de ser muy car- niceros : comen los lebroncillos , los perdigones , y paxarillos , y quando entran en algún gallinero, ma- tan muchas mas aves que las que pueden comer, por el mes de Noviembre las madres , y los ca- chorrillos dexan el campo , y van en manadas á las granjas donde iiacen un estrago infinito , picando la paja , consumiendo mucho grano , y apestándolo todo con su basura. Los machos viejos permanecen en el campo : cada uno habita solo en su agujero, donde hacen provisión en el otoño , de bellota, fa- bucos , &c. le llenan hasta el borde j y. viven en lo profundo del vivar , de donde salen los días bue- nos para pasearse. Los que habitan en las granjas ca- zan ratones y ratas. Esta especie , que ha pocos años que apareció en las inmediaciones de París , se ha multiplicado extraordinariamente , y esto no es estrado , pues estos animales producen tres veces al año , y cada SPR camada es por lo común de doce ó quince cachor- ros , y aun algunas veces hasta diez y nueve. Las madres preparan una cama á sus hijos. Los perros, y los hurones cazan á estos animales con mayor" ahinco , que á los conejos y ratas de agua. SOGUR , ó SUROK. Nombre que se da á la marmota en Tartaria y Siberia. Vease Marmota. SOLHAC , en Polonia es el Saiga. Vease Saiga, SONDARE1NTA , en lengua hurona , es el ori- ñal ó cían. Vease Elan. SORA , en el Madagascar , especie de erizo. Vease Erizo. SPRINGBOK, ó cabra saltadora , especie de gaze- la que se halla en el cabo de Buena Esperanza. Es de la magnitud del axis , ó ciervo del ganges , pero el cuerpo , y los miembros son mas delicados , y mas sueltos , las piernas mas altas , el pelo en ge- neral de un leonado amarillazo, ó de un color de, canela vivo ; la parte posterior de los pies , una parte del cuello , el pecho , el vientre , y la cola , son de un blanco bastante hermoso , á ex- cepción de la punta de la cola que es negra ; el blanco del vientre está rodeado de una faxa de co- lor pardo bermejizo , que se extiende , á lo lar- go del hijar ; también tiene otra laxa de color pardo negruzco , que desciende desde los ojos hasta el ángulo de la boca , y en la frente , otra triangular de color leonado , ó amarillazo , que desciende hasta el hocico donde remata en pun- ta , y volviendo á subir á la coronilla de la cabeza donde se ensancha , se une con el leonado amarilla- zo del lomo. Lo restanse de la cabeza es blanco , y su forma oblonga : las narices son estrechas , y en forma de media luna : su división* corresponde á la del labio superior , el qual esta hendido , y se nota en ellas un monton de buititos hemisféricos , negros , desnu- dos, y siempre húmedos : los ojos son grandes , vi- vos , y llenos de fuego : el orificio de sus lagrima- les es casi redondo : las orejas son tan largas como la cabeza entera , y rematan en punta roma. Las piernas delanteras parecen mas baxas que las de atras , las quales son divergentes , de manera , que quando el animal se balancea á un lado y á otro: las pezuñas de los pies son pequeñas, y negras, co- mo también las astas que tienen cerca de un pie de largo , y doce anillos , contando desde su raíz , y terminan en una punta lisa. La hembra en esta especie tiene astas como el macho. Estos animales son notables por una larga mancha blanca , que comienza en una linea en me- dio del lomo , y acaba ensanchándose en la gurupa, esta mancha no se vé quando el animal está quieto, porque está cubierto de pelos largos leonados , que la cercan , pero quando salta , ó brinca baxaniio la cabeza, se vé esta gran mancha claramenre. Este ca- rácter nos hace presumir , que este animal es de 1 a misma especie , ó de una especie muy vecina de la de la gaxcla , ion bolsa en el lomo. Estas cabras saltadoras habitan lo interior de las tierras del Africa , y no se acercan á las colonias del cabo , sino quando la taita de agua y de yerbas las obligan á mudar de sitio ; entonces se ven manadas desde diez mil , hasta cinquenta mil de ellas , aunque siempre acompañadas , ó seguidas de SQ.U de los leones , las onzas , &c. que devoran un gran numero. La vanguardia de la tropa tiene loza- nía y robustez ; el cuerpo de armada esta menos lozano , y la retaguardia muy flaca , y casi murien- do de hambre , pues comen hasta las raices de las plantas en ciertos terrenos pedregosos ; pero quan- do vuelven , se pone muy gorda la retaguardia, por- que parte la primera , y la vanguardia que viene en- tonces la ultima , se pone muy flaca. Cogiendo es- tas gazelas nuevas , se domestican fácilmente : se las puede mantener con leche , pan , trigo , y hojas de berza , &c. Los machos son bastante petulantes , y malignos aun en la servidumbre , y dan cornadas á las personas que no conocen : quando los tiran pie- dras , se ponen en postura de defensa , y paran el tiro con las astas : partee que estos animales pre- sienten de antemano el mal tiempo , especial- mente el viento de sud-este , que en el ca- bo es muy tempestuoso, y violento, porque enton- ces se ponen á salcar , y á brincar : los mas viejos son los primeros que empiezan , y al instante toda la manada hace lo mismo \ de donde viene el nom- bre de i pñngbolf , ó cabra saltadura , que han dado á estos animales : todas estas particularidades las ob- servaron los señores Forster , y Banks , durante su mansión en el cabo de Buena Esperanza. SQUASH. En nueva España es el coase. Vease Coaso. STEENBOCK , ó cabrón de rocas , especie de ga- zela que se acerca de la especie del nagor , el qual es de la magnitud de la cabra común , y tiene cer- ca de dos pies y sais pulgadas de alto ; su pelo en el lomo y lados del cuerpo es de un color roxo, pardo , y en el vientre de un blaneo sucio. Debaxo de los ojos , en el cuello , y en las ancas tiene una mancha del ultimo color : el pelo de las orejas es leonado : debaxo de cada ojo se vé un lagrimal con un pequeño orificio : los cuernos no tienen mas de cinco a seis pulgadas de largo : son negros , arru- gados por su raiz , lisos por la punta , muy afilados y corvos hacia adelante ; la cola es corta casi como la de las cabras comunes. Hallanse estos animales en las rocas , que for- man la punta de las tiaras del cabo de Buena Espe- ranza , y en las espesuras de estos montes pedre- gosos : corren con suma ligereza , y dan saltos de ocho y nueve pies de altura. Su carne es muy buena. El beebbu\ , ó cabra pálida de los Holandeses del cabo , no es mas de una variedad del steenbo{ , y solo se diferencia en el color del pelo , que en efeóto es mucho mas pálido. STEINBOCK de los Alemanes y Suizos , es la cabra montes. Vease esta palabra. STEPNIE-BARANI , en Siberia es el musimon. Vease Musimos;. STREPSICEROS , de los antiguos, es e! antílope. Vease Antílope. Strepsiceros , de Cayo , parece que es el condoma. Vease Con doma. Strepsiceros , de Belon , oveja de Candía y otras islas del Archipiélago. Vease Oveja. SUIZA , (la) ó ardilla de tierra , es un animal particular á las regiones frías y templadas del nue- vo Mundo. Se diferencia de la palmista en la mag- SUN 261 nitud , en el numero, y disposición de las faxas que tiene en el cuerpo , y también en los hábitos natu- rales. Es mas chica que la palmista , y tiene quatro faxas blancas , y esta no tiene mas de tres ; la ban- da blanca , que en la palmista se estiende a lo largo del espinazo , es negra , ó parda en la surta ; y Jas faxas , que están á los lados son blancas , como ne- gras las de los lados de la blanca en la palmista : la sui^a arquea ¡a cola sobre su cuerpo , lo que no ha- ce la palmista : esta solo habita en los árboles , v la suiia en tierra, donde se fabrica como el turón un retiro impenetrable al agua ; no es tan dócil y man- sa ; muerde indistintamente , a menos que no esté enteramente domesticada. En el natural , y en las propiedades se parece mas á las ratas ,0 a los turo- nes , que a las ardillas. La suiza es el sciurus listeri de Ray ; la ardilla de tierra de Edwars , y de Catesby , y la ardilla de la Carolina de Brison. Nota del Traduflor. La descripción siguiente es del mencionado au- tor Mexicano , que por corresponder con la ante- rior, referimos en este lugar. La verdadera ardilla de México no se diferen- cia de la vulgar de Europa , sino en ser muv negra. La sui^a , ó ardilla de tierra ( en Mexicano tlalmu- titli ) es semejante á la verdadera ardilla en los ojos , en la cola , en la viveza , y en sus movi- mientos , pero es muy diferente en el tamaño , en el color, y calidad del pelo , en la habitación , y en algunas propiedades, bu magnitud es dos , ó trts tantos mayor que la de la ardilla : su pelo es mas grueso , y menos largo , todo blanco en la parte in- ferior , del cuerpo , y en la superior mezclado de ceniciento y pardo ; y su cola no es tan ayrosa. No habita como las ardillas en los arboles , sino en las cuevas , que hace en la tierra , ó entre las piedras de los vallados de las sementeras , en las quales ha- ce un estrago considerable. Muerde furiosamente á quien la toca , y no es capaz de domesticarse : por lo demas , su forma es bella, y sus movimientos graciosos. Su especie es de las mas numerosas , es- pecialmente en el reyno de Michuacan. SULAC. En Siberia, es el saiga. Vease Saiga. SVMXV (el) de algunos viageros , es el animal domestico de los Chinos , que parece una casta de gato con orejas caídas , y pelo fino y suave , par- ticular a esta región , si acaso no es una especi» particular diferente , aunque muy cercana á la de. ¿ato. SUNTANDA. En la América Septentrional es el nombre de la liebre. Vease Liebre. SURIKATE. (el) Es un animal que se parece bas- tante á la mangusca en el tamaño y en el pelo ; so- lo que es un poco mas fino , y tiene la cola mas larga : tiene como la hiena quatro dedos en cada pie , y en el hocico , cuya parte superior es abul- tada y eleveda , se asemeja mas al coatí que á otro animal alguno. Es hermoso , muy vivo , muy diestro , anda al- gunas veces en dos pies , y se tiene sentado con el cuerpo muy derecho , los brazos colgando , la ca- beza alta y movible : no roe con sus dientes, pero 262 SUR escarva con las uñas ; y como la ardilla se sirve de las manos para llevar la comida a la boca. Este animal es carnicero : come con ansia la car- ne cruda , y en especial la de los pollos , y otros animalillos , y también pescado y huevos. Bebe or- dinariamente su orina , aunque tiene un olor muy fuerte , y bebe del mismo modo que el perro. Se domestica muy fácilmente , y se hace tan familiar, que viene a los que le llaman , y juega con los ga- tos y los ñiños. Quando se cansa de estar solo , ú oye algún ruido extraordinario , ladra como un perrillo ; pero quando se le alhaga, ó siente algún movimiento de placer , hace un ruido tan vivo y tan fuerte co- mo el de una rueda vuelta rápidamente , toma aver- sión a algunas personas , á quienes muerde siem- pre ; y el olfato es quien le induce a morder. Quan- do alauno le coge , se le dob'a la ternilla de la punta de la nariz mientras huele , y según el olor que recibe de la persona, muerde ó no muerde. Es- te animal se halla en el cabo de Buena Esperanza. SUROK, ó SOGUR. Nombres con que es conoci- da la marmota en Sibcria , y en Tartaria. Fcase Marmota. SUS SUSETE en Polonia es el zisel. Vean esta pa- labra. SUSLIK, (el) Pequeño animal que parece se de- be colocar en la raza de las ratas , y que se pare- ce mucho al campanol en la figura, y en tener tam- bién corta la cola ; pero lo que distingue al suslik del campanol , y de todas las demas ratas , es que su piel , que es de un color pardo leonado , está sembrada de pequeñas manchas de un blanco vivo y lustroso , las quales no tienen mas de una linea de diámetro , y están separadas dos ó tres lineas unas de otras i estas manchas son mas vivas y me- jor terminadas en los lomos del animal que en las espaldas, y cabeza. Las pieles de estos animales son muy bellas y estimadas : hallanse en Casan ,y á lo largo del Vol- ga ; también los hay en Austria. Los Rusos le han dado el nombre de susli^ , que quiere decir , golo- so , porque son muy aficionados á sal v y por eso se coge un gran numero de ellos en las barcas carga- das de sai , y en las tierras vecinas de los rios don- de navegan estas barcas. «1 TA- 263 TAG * I 1 AGUAN (el) Ó ardilla luíante grande, animal que se parece a ia polatuca, y cuyos principales caradéres tiene , como ia prolongación del pellejo entre las patas, y la especie de vuelo, ó ímpetu en el salto. Pero como el tagua» se diferencia excesivamente de la polatuca en la magnitud , y en otros caracteres, se le debe describir como una especie separada. Tiene cerca de dos pies de longitud ; su cola es casi tan larga como el cuerpo , y no esta plana , co- mo la de ia polatuca , sino redonda , bástame seme- jante a la dtl gato, y cubier a de pelo largo, de color pardo negruzco : sus ojos , y sus orejas están colocados , y hundidos , como los de la polatuca , y los bigotes negros son relativamente los mismos; pero tiene la cabeza mas gjruesa á proporción del cuerpo : el rostro es todo mgro : los lados de la cabeza y de las mexillas están mezclados de pelos negros y blancos ; lo superior de la nariz , y el cerco de los ojos está cubierto de los mismos pe- los negros , roxos , y blancos : detras de las orejas tiene unos pelos gran .'.es y pardos , muscos ú obs- curos , que cubren los iadoe del cuello , lo que no se vé en la polatuca : lo superior de la caaeza , y de todo el cuerpo hasta cerca de la cola está jaspea- do de pelo negro y blanco , pero el que domina es el negro ; porque el blanco es negruzco por su origen , y no se vuelve blanco hasta un tercio de dis.ancia de su extremidad : lo inferior del cuerpo es de un blanco pardo deslucido , y este color se estiende lr.sta el vientre. La prolongación del pellejo está cubierta por encima de pelo pardo , y por debaxo de cenicien- to , y amarillazo : las piernas son de un roso , obs- curo , que se une en la parce superior de la cola, v la da un color pardo , pero la extremidad es ne- gra : los pies tienen el mismo numero de dedos , que la polatuca ; mas están cubiertos de pelo negro , y los de la polatuca de pelo blanco : las uñas son cor- vas , y bastante delgadas , y sus pies anchos , y oanchudos por la punta como los de los gatos. Este animal se halla en las Indias Meridionales , y en las islas lilipinas. TAIBI. En Portugués es el didelfo , de quien en la Encyclopedia antigua, se halla una descripción itn- pert'eda, baxo el nombre de ta'.lbi. Vease Didelfo. TALAPOIN. Especie de mano de la familia de los micos , que tiene el pelo de un color verde obscuro , la barba y las cejas largas y blancas: este mico es pequeño , y de una figura bastante pulida. No sabemos positivamente de qué región del Asia ó del Africa sea originario: quizá pertene- ce á una y o ra. TAMANDUA (el). Es la segunda especie de los tomadores de hormigas, ( Ve ase Oso hormiguero.) El tamandoa es mucho mas pequeño que el taman- dua-guacu , V mucho ma\ or que el oso hormiguero : tiene cerca de diez y ocho pulgadas de largo , desde la extremidad del hocico hasta el origen le ia co- la : su cabeza cinco ; su hocico es largo , y cor- TAM vo hácia abaxo : su cola tiene diez pulgadas de lar- go , y desnuda de pelo por su extremo : sus c re- jas son derecha . , y de una pulgada de largo , su len- gua redonda , de ocho pulgadas de largo , coloca- da en una especie de canal hueco dentro de la qui- xada iníerior. Sus piernas no tienen mas de quatro pulgadas de altura : sus pies son de la misma forma , y tie- nen el mismo numero de uñas que los del taman- dua-guacu , quatro en los de delan.e , y cinco en los de atrás. Trepa y aprieta también como el ta- mandúa-guaní , y no anda mejor : no se tapa con su cola, porque no podría servirle de abrigo, por estar en par^e desnuda de pelo , y ademas, ser mas corta que la del laman dna-guacu : quando duerme, esconde la cabeza debaxo del cuello , y de las piernas de delante : se cuelga de las ramas por la extremidad de la cola como el oso hormiguero: en esta siiuacion columpia el cuerpo , acercando su hocico á los agujeros y huecos de los árboles , don- de mete su leu * a larga , y la retira después pa- ra tragar los insedos que ha recogido. Por lo de- mas , véase Oso hormiguero. Tamandúa (grande). Vease el artículo siguiente. Tamandua-guacu (el). Es el mayor de las tres especies de comedores de hormigas , á quien los Franceses han dado el nombre de tamanoir. Este animal tiene quatro pies de largo desde la extre- midad del hocico hasta el origen de la cola : la ca- O , beza es estrecha , y tiene de catorce á quince pul- gadas de largo : el hocico muy largo : la cola tie- ne dos pies y medio de longitud , y está cubier- ta de pelo áspero , y de mas de un pie de lar- go ; el cuello corto , los oj->s pequeños y negros, las orejas redondas , la lengua delgada , redonda, y de mas de dos pies de largo : quando la retira á la boca , la dobla ; sus piernas no tienen mas de un pie de altura : las de d Jante son un poco mas altas y delgadas que las de atrás : tiene los pies re- dondos , los delanteros armados de quatro uñas, de las quales las dos de enmedio son las mayores: los de atrás tienen cinco. El pelo de la cola y del cuerpo , está mezcla- do de negro y blanquecino : en la cola está dis- puesto en forma de penacho : el animal la arquea sobre el lomo , se tapa con ella todo el cuerpo quando quiere dormir ó resguardarse de la lluvia, y del ardor del sol : el pelo largo de la cola y del cuerpo no es redondo en toda su extensión ; pues su extremidad es plana, y todo áspero al .ado co- mo la yerba seca : el animal agita freqüente y tos- camente su cola quando está irritado , pero la lle- va arrastrando quando está pacífico. Los pelos de las «partes anteriores de su cuerpo no son largos como los de las partes posteriores : también tie- ne una laxa negra en el pecho , que se dilata por los lados del cuerpo , y termina cerca de los lo- mos ; las piernas de aíras son casi negras , y las de delante casi blancas , con una grande mancha negra en el medio. Es- 264 T A M Este animal anda lentamente, y un hombre pue- de fácilmente alcanzarle en la carrera : sus pies pa- rece no son tana proposito para andar como para tre- par , y agarrar los cuerpos redondos ; por eso aprieta con tan gran fuerza una rama ó un palo que no es posible arrancársele. Es bastante íiierte para defenderse de un perro grande , y aun de un ya- guar : quando se ve acometido , riñe primero de pie , y se defiende con las manos, cuyas uñas son terribles : después se echa boca arriba , para ser- virse de los pies como de manos , y en esta situa- ción es casi invencible , y combate porfi. Jámente hasta el ultimo extremo ; y aun quando haya muer- to á su enemigo , no le suelea hasta mucho tiem- po después : resiste mas que otro en el combate, porque está cubierto de un pelo largo , espeso , y de un cuero muy gordo , y su carne es poco sen- sible , y la vida muy dura. E11 quanto á las propiedades naturales de este animal , Vease Oso hormiguero. Marcgrave y Pisón le lian conservado el nom- bre Brasiliense de tamandua-guacu , ó grande taman- duá: Barreré le da el de tamandúa majar canda pa- nicitlaiá : Desmarchais le ¡lama comedor de hormigas ó tona Americana : Lineo myrmegophaga , palmis t/i- (¡aclilis , plantes pentadaclUis : nótese que hay error en las palabras p.t'mis trk'añUes , porque este ani- mal tiene quutro dedos ó uñas en los pies de de- lan.e , y no tres. Tamandüa-i , en el Brasil , Vease Tamandúa. TAMARIN (el). Especie de mono de la familia de los s.igoines , que tiene la cola al doble mas lar- ga que la cabeza y el cuerpo , el rostro de color de carne obscuro , las orejas quadradas , anchas, desnudas y del mismo color : los ojos castaños, el labio superior hendido , casi como el de la liebre: la caoeza, el cuerpo y la cola , poblados de pelo de un pardo negro , y un poco erizado , aunque suave : este pelo es muy corto en la cola , y el de las manos y los pies , es también corto , y de color de naranja. El tnmarin cieñe el cuerpo y I3S piernas bien proporcionadas : anda en quatro pies , y no tiene mas de siete ú ocho pulgadas de largo. Es un her- moso animal muy vivo , y fácil de domesticar ; pe- ro tan delicado , que no puede resistir largo tiem- po la intemperie de nuestro clima : hallase en la Guayana. TAMARY , en el Marañon , es el tamarin. Véase Tamarin, TANRECO , (el) es casi de la magnitud de nuestro erizo , y está como él cubierco de púas á la verdad mas pequeñas , pero tan numerosas : tie- ne el hocico largo, las orejas bastante aparentes, y las piernas muy cortas ; anda muy lentamente, gruñe , y se revuelca en el cieno como el puerco: gusta del agua , y permanece en ella mas largo tiem- po que en tierra : se coge en los pequeños canales de agua salada , ó en las lagunas del mar : es muy ardien e en c¡ tiempo del zelo , y multiplica mu- cho : se fábrica su vivar donde se retira , y se entumece por espacio de algunos meses : en este estado se le cae el pelo , volviéndole a salir des- pués que se desentumece : es comunmente muy gor- po , y aunque su carne es insípida , y blanduja , los TAP Indios la encuentran buena , y la apetecen mucho. No obstante de parecerse á nuestro erizo , sen animales de especie diferente. El tanruo no se hace una bola corno el erizo , y en los mismos parages donde se hallan los lauréeos , como el de Madagascar , se hallan también erizos de la misma especie que los nuestros , á quienes dan el nombre de sora. El tanreco es particular a las Lidias Orientales. TAPETI , (el) es un animal que nos parece ser de una especie muy inmediata , o tal vez una va- riedad de Ja de la liebre, ó del contjo. Hallase en el Brasil , y en otras varias partes de la América : se parece al conejo de Europa en la figura , á la lie- bre en la magnitud , y en el pelo , solo que es un poco mas obscuro : tiene las orejas muy largas , y de la misma forma : el pelo de la frente es roxo , y el de la garganta blanquizco : algunos, tienen un circulo de pelo blanco al rededor del cuello , pero todos tienen la garganta , el pecho , y el vientre blancos : estos animales tienen los ojos negros , y los bigotes como nuestros conejos , pero carecen de cola : el tapeté se parece también á la liebre por su modo de vivir , por su fecundidad , y por la ca- lidad de su carne , que es muy buena : también vi- ve como ella en los campos , ó en los bosques , y no fabrica vivar como el conejo. TAPIR , (el) ó danta , es un animal particular á la América , y el mayor de ¡os que son propios 3 este nuevo Continente. Es de la magnitud de una vaca pequña , ó de un zebú., pero sin astas , y sin cola. Su cabeza es gruesa , y larga con una espe- cie de trompa formada por la prolongación del la- bio superior , pero infinitamente mas corta , é imperfecta que la del elefante : tiene los ojos pe- queños , y el cuerpo arqueado como el cerdo , su vestido quando es pequeño es como el del ciervo, y después de un color uniforme , pardo , obscuro, y de un pelo corto : las orejas son redondas , y realzadas hacia delante por su extremo. Tiene diez dientes incisivos , y diez muelas en cada quixada , caráder , que separa enteramente al tapir del género de los animales ruminani.es : sus piernas son cortas , y los pies delanteros están ar- mados de quatro uñas , y la mas pequeña está ex- teriormente pegada a las otras tres : los pies de atras tienen solamen e tres , y en todos la una de elmedio es mayor que las otras. En quanto á su labio superior ó su nariz , que hemos dicho estar prolongada en forma de trompa, quando no se sirve de ella para agarrar alguna cosa apenas pasa del labio inferior , y entonces toda está arrugada circularmente : pero puede alargarla mas de medio pie, y aun volverla de un lado, y de otro para agarrar con su parte inferior que se dobla ha- cia abaxo para este efe do. El cuerpo esta cubierto de pelo muy corto , y muy ralo en los hijares, y en las partes inferiores. En la frente , y cuello tiene una especie de crin de pelos negros de pulgada y media de alto, tiesos como las cerdas del puerco , pero menos as- peros al tado , y van diminuyendo de longitud ha- cia los extremos : las partes de la generación en el macho son muy gordas y aparentes. El tapir hace constantemente su mansión en las Co- TAP colinas , y lugares secos : pero frcqiienta los ga- rages pantanosos para buscar en ellos su subsisten- cia : se mantiene de retoños , y renuevos tiernos, y en especial de la fruta que se cae de los árboles. Busca comunmente su alimento mas de noche , que de dia : gusta de la limpieza , y va todas las maña- nas , y tardes a atravesar algún rio , ó á lavarse en algún lago. Las hembras entran en calor en el mes de No- viembre , y Diciembre , y este es el único tiem- po en que se encuentran dos juntos. Quando dos machos solicitan la misma hembra , riñen , y se hieren cruelmente ; pero el macho dexa á la hembra luego que está preñada : su preñez du- ra diez á once meses , y para parir escoge siem- pre un parage alto , y un terreno seco ; no produ- ce mas de un hijo. El tapir es de un natural manso , timido , y fue- ra del tiempo en que está en zelo , evita todo com- bate y todo peligro : no obstante que sus piernas son cortas , y su cuerpo recogido , no dexa de cor- rer bastante aprisa : también nada mejor que corre: quando se ve perseguido de los perros , se echa al agua , y se defiende muy bien contra ellos , espe- cialmente quando está herido : y los mata muy ame- nudo , ya mordiéndolos , ya pisoteándolos con los pies. Su cuero es de un texido muy firme , y tan fuerte , que resiste á las balas. Su carne es insí- pida y tosca : pero sin embargo , la comen los In- dios. Hallase comunmente en el Brasil , en el Para- guay , en la Guayana , en el Amazonas , y en toda la extensión de la América , desde el extremo de Chile hasta nueva España. Quando se le cria domés- ticamente , parece capaz de inclinación. Los señores de la Borde , y Bajón , el primero Medico, y el segundo Cirujano del Rey en la Cayena, han escrito sobre el tapir unas relaciones curiosas y circunstanciadas , que merecen insertarse aquí. Estos animales , según la Borde , huyen la vecin- dad de los lugares habitados , y viven en los alrede- dores de los pantanos y de los rios , que atraviesan de dia y aun de noche. El hijo sigue á la ma- dre , y esta le acostumbra con anticipación á en- trar en el agua , donde entra , y juega delante de su madre , que parece que le da lecciones para este exercicio ; el padre no tiene parte en la educación, porque se hallan los machos siempre solos , á ex- cepción del tiempo en que las hembras están en zelo. Esta especie es bastante numerosa en lo interior de las tierras de la Guayana, y vienen de tiempo en tiempo á los bosques que están á alguna distancia de la Cayena. Quando los persiguen , se refugian en el agua , donde es fácil tirarlos ; pero aunque son de un natural pacifico y manso , son muy peligrosos, quando están heridos • y se les ha visto arrojarse á la Canoa , de donde los habian tirado , para ven- garse echándola á pique. También es preciso precaver su encuentro en las selvas ; forman en ellas unas sendas , ó por mejor decir unos caminos bastante anchos , construidos por sus continuas idas y venidas , porque tienen ia costumbre de pasar y repasar siempre por los mis- mos parages , y es de temer el hallarse en estos ca- üistoria Natural. Tora, 1. TAP 265 minos , de los quales nunca se desvian , porque su trote es largo , y sin querer hacer daño , pegan y golpean duramente todo lo que encuentran por de- lante. Las tierras vecinas á el nacimiento de los rios de la Guayana están habitadas por un crecido nume- ro de tapires , y las orillas de las aguas están corta- das por las sendas que en ellas hacen : estos cami- nos están tan trillados , que los parages mas desiertos parecen á la primera vista , estar poblados , y fre- q dentados por los hombres. Finalmente se adiestran perros para cazar á estos animales en tierra , y para seguirlos en el agua ; pero como tienen la piel tan dura y gruesa , rara vez se les mata del prima- tiro. Estos animales no tienen otro grito que una es- pecie de silbido vivo y agudo , que los cazadores é indios imitan con bastante perfección para atraer- los , y tirarlos de cerca : no se les vé apartarse de los parages que han adoptado para su mansión : cor- ren pesada y lentamente en los caminos que se han abierto ellos en medio de las selvas. La hembra parece que tiene gran cuidado de su hijo ; pues no solo lo enseña a nadar , jugar, y zabullirse en el agua , sino que quando está en tierra , hace que la acompañe ó siga ; y si el hijo se queda atrás, vuelve de tiempo en tiempo su trom- pa , en la qual está colocado el organo del olfato, para oler si la sigue , ó si esta demasiado apartado^ y en este caso , le llama , y le espera para conti- nuar su camino. En la Cayena crian algunos domésticos, los que andan por todas partes sin hacer mal ; comen pan, cazabe , y frutas ; gustan de que los acaricien , y son toscamente familiares , porque tienen un aspeéto pe- sado , y estólido , como el cerdo. Algunas veces van por el dia á los bosques , y vuelven por la no- che á casa : sin embargo , quando se les dexa esta libertad , sucede con írequencia , que abusan de ella, y no vuelven. Su carne se come , pero no es de buen gusto : es pesada y semejante en el color , y olor á la del ciervo ; las únicas partes buenas son los pies , y la parte superior del cuello. La figura de este animal , dice Bajón , se acerca en lo general a la del cerdo : sin embargo , es de la estatura de una muía pequeña , su cuerpo es muy gordo , y sus piernas muy cortas ; está cubierto de pelos mas finos y mas cortos que las cerdas del puerco , y mucho menos espesos. Tiene una crin, cuyas cerdas siempre derechas son un poco mas lar- gas que los pelos de lo restante del cuerpo : dilata- se desde la coronilla de la cabeza hasta el principio del lomo : la cabeza es gruesa y un poco larga ; los ojos son muy pequeños , y muy negros , las orejas cortas , y su forma tiene alguna semejanza con las del cerdo. Su trompa tiene cerca de un pie de largo ; sus movimientos son muy flexibles , y en esta trompa reside el organo del olfato : sírvese de ella para re- coger las frutas que forman una parte de su alimen- to , las dos ventanas de las narices salen de la ex- tremidad de la trompa : la cola es mil}’ pequeña , no tiene mas de dos pulgadas de largo , y esta casi desnuda. Ll El 206 T A P El pelo del cuerpo es de un pardo algo obs- curo : las piernas son cortas y gruesas , ios pies son muy anchos , y un poco redondos : los delante- ros tienen quatro dedos , y los de atrás no mas que tres ; todos ellos están envueltos en un casco duro y grueso. La cabeza, aunque muy gruesa , contiene unos se- sos muy pequeños : las quUadas son muy largas , y ouarnecidas de dientes , cuyo numero común es de quarenca : sin embargo algunas veces tienen mas , y otras menos : los dientes incisivos son cortantes , y en estos es en los que se observa la variedad en el número : después de ios incisivos nene un colmillo en cada lado , asi arriba , como abaxo v el qual tie- ne mucha semejanza con ios del jabalí. Después se halla un corto espacio sin dientes , y luego siguen las muelas que son muy gruesas , y de una grande superficie. El tapir , ó maipuñto macho es mayor y mas fuerte que la hembra : los pelos de su crin son tamoien mas largos y espesos. El grito de uno y o.ro es precisamente el de un silbido fuerte , el del macho es mas agudo , fuerte , y penetrante que el de la hernora. Las par.es de la generación del macho tienen grandísima semejanza , con las del caballo , ó del asno : están situadas del mismo modo , y se obser- va en la v ay na como en el cabaüo á poca distancia de los testículos dos pequeños pezones muy poco aparentes, que indican la situación de las mamilas. Los testículos son muy gordos , como tamoien la Verna , que no tiene mas de un cuerpo cavernoso. En su es ado común esta encerrada en una bolsa con- siderable formada por la vayna ; pero en la erección sale del todo como la del caballo. El invierno , durante el qual llueve todos los dias , en la Cayena , es la estación mas favorable pa- ra cazar estos animales con buen éxito. Un caza- dor indio , con.inúa Bajón , se iba apostar en el me- dio 'del bosque donde daba cinco ó sets silbi- dos imitando bien su grito : si había alguno en las inmediaciones , respondia al instante , y enton- ces el cazador se encaminaba poco a poco hacia el parage donde habia oido la respuesta , teniendo cuidado de hacérsela repetir de tiempo en tiempo, y hasta que se hallase en proporción de tirarle; du- rante la escasez de agua del verano , en cuyo tiem- po permanece siempre echado el animal , el In- dio iba entonces , y se ponía en alguna eminen- cia , procurando descubrir alguno , y matarle en la cama , pero esta caza no era tan favorable como la primera. Para tirar á los tapires se sirven de pedazos de hierro , ó balas muy gordas , porque su pellejo es tan duro , que el plomo no hace mas de penetrarlo superficialmente , y r^ra vez se les mata del primer tiro , ni con bala , ni con pedazos de hierro : tie- nen la vida singularmente dura , su carne no es del todo mala ; la de ¡os viejos es correosa , y tiene un gusto que muchos encuentran desagradable , pero la de los nuevos es mejor , y tiene alguna semejanza con la de remera. Ya hemos dicho (' vease el articulo Quadrupedos) que la na uraleza vivieme parecía haber aminorado de tamaño en el nuevo Mundo, ó no haber tenido el T AP tiempo de llegar á sus mas altas dimensiones en el gé- nero de los animales quadrúpedos,en efecto, en lu- gar de los volúmenes colosales que produce Ja tierra antigua del Asia , en lugar del elefante , del rinoce- ronte, del hipopótamo , de la girafa , y del camello, hallamos solamente en el otro Continente unos en- tes modelados en pequeño : el tapir , que es el ele- fante del nuevo Mundo , y con él los llamas , las vicuñas , y los cabiales , todos son veinte veces m2s pequeños que aquellos con quienes se deben comparar en el antiguo Continente ; y no solamen- te la materia esta aqui prodigiosamente limitada , si- no que las formas mismas son ¡mperfeétas , y pare- ce que están faltas , ó despreciadas : los animales naturales á la América Meridional que pertenecen propiamente á este nuevo Continente, casi todos ca- rean de colmillos , de cuernos y de cola : su figu- ra es caprichosa ; sus cuerpos y sus miembros mal proporcionados , y mal unidos , y sus facultades pa- recen tan limitadas , como defeétuosa su confor- mación . Para convencerse , basta comparar el tapir con el elefante ; y para despedazarlos á su salvo , los lleva a los bosques , arrastrándolos con cama lige- reza , que la velocidad de su carrera apenas se dis- minuye con el peso enorme que arrastra. Esto solo bastaría para poder juzgar de su fuerza •> pero para dar una idea mas precisa , nos detendremos un ins- tante sobre las dimensiones , y proporciones del cuerpo de este terrible animal. Algunos viageros le han comparado en la magnitud al caballo , o. ros al búfalo , y otros solamente han dicho que era mucho mayor que el león 1 pero algunos testimo- nios mas recientes , y que merecen un entero cré- dito, nos asegura que se han visto algunos de quin- ce pies de largo , incluyendo sin duda la coia ; pe- ro suponiendo que esta tenga quatro ó cinco pies, este tigre tendrá todavia diez pies de longitud. El que habia en el jarditi del Rey , tenia cerca de sie- te pies , pero le habían cogido nuevo , y después siempre estuvo encerrado en una jaula estrecha «ti la cu'- a de fieras , donde la falta de movimiento y de amplitud , la incomodidad del cuerpo , y el ali- mento poco conveniente , es verosimil retardase, y reduxese la magnitud del cuerpo , y abreviase su vida ; y sin embargo , Ja piel que se conserva da una idea de un animal formidable , y el examen del esqueleto no dexa duda alguna. En los huesos de las piernas se ven algunas rugosidades que seña- lan las uniones de los músculos todavia mas fuer- tes que las del león ; estos huesos son tan sólidos, pero mas cortos , y la altura de las piernas del ti- gre , no es proporcionada á la grande longitud del cuerpo : por eso aquella velocidad terrible , de que habla Plinio ( animal tremenda velocitatis ) , y que el nombre mismo de tigre (flecha en lengua Armenia) parece indicar , no debe entenderse de los movi- mientos comunes del andar , ni tampoco de la ce- leridad de los pasos en una carrera seguida ; por- que teniendo las piernas cortas , no puede andar ni correr tan velozmente como los que las tienen proporcionadamente mas largas : mas esta ligereza temible , se aplica muy bien a los brincos prodi- giosos que da sin esfuerzo , y que hacen efcóiiva- men- 2 "jo TIG mente terrible á este animal , por no ser posible el evitarle. El tigre es tal vez el unico animal , cuyo natu- ral no se pueda doblegar : ni la tuerza , ni la in- comodidad , ni lo violencia le pueden domar. Los buenos , y los malos tratamientos le irritan : el tiempo , lejos de suavizarle, no hace mas de exas- perar la hiel de su rabia : despedaza la mano que le alimenta , como la que le castiga : ruge a la vis- ta de todo ser viviente : cada objeto le parece una nueva presa , que devora anticipadamente con sus miradas hambrientas, que amenaza con sus tem- blores terribles , mezclados de un crugido de dien- tes , y hacia la qual se arroja freqüentemente , á pe- sar de las cadenas y grillos , que cortan su furor , sin poderle calmar. El tigre fue poco conocido de los antiguos: Aristóteles no hace ninguna mención de él : Augus- to fue el primero que presentó el tigre á los Ro- manos , en I3 dedicación del teatro de Marcelo, mientras que desde el tiempo de Escauro , había enviado este Edil ciento y cincuenta panteras , y después Pompeyo habia hecho venir quatrocientas diez , y el mismo Augusto quatrocientas veinte, para los espectáculos de Roma. Aunque la especie üel tigre haya sido siempre ni3s rara , y mucho menos esparcida , no sola- mente que la de las panteras y onzas , sino tam- bién que la del león , sin embargo , ¡a hembra produce, como la leona , quatro ó cinco cachorros: en todos tiempos es furiosa , pero su rabia es ex- tremada quando se los quitan : desprecia todos los peligros , sigue á los robadores , quienes Hallán- dose estrechados, se ven precisados á soltar uno de sus hijos : ella se para entonces , le agarra , le lleva , y le pone en seguridad : vuelve aigunos ins- tantes después , y los persigue hasta las puertas de las ciudades, ó hasta sus navios : y quando ha per- dido toda esperanza de recobrar sus hijos , expre- sa su dolor acerbo con bramidos furiosos , y aulli- dos espantosos , que hacen estremecer á los que Jos oyen de lejos. El tigre mueve el pellejo de su rostro , rechina los dientes , se estremece , y ruge como el león; pero su rugido es diferente : algunos viageros le han comparado al grito de ciertas aves grandes : lo cierto es , que ti sonido de su voz es muy ronco: tigtides inda mil* rauiant , rugiumque leones (dice el Autor de ¡a Philomela ). El Padre Tachard ( en la relación de su primer viage a Siam ) describe un combate del tigre contra unos elefantes , de que fue testigo , y que es muy á proposito para darnos una idea de la fuerza de es- te temible animal. „ Construyeron , dice , una al- ta empalizada de cañas de Indias , de cerca de cien pasos en quadro : en medio del circuito entraron tres elefantes , destinados para pelear con el tigre : estos tenían tapada la cabeza , y una parte de la trompa , con una especie de máscara. Luego que llegamos , hicieron salir de la jaula , que estaba en un parage apartado , un tigre , de una figura , y de un color , que parecieron nuevos á los Franceses que asistían al combate : porque ademas de que era mucho mayor , mas grueso , y de una estatu- ra menos delgada que los que habíamos visto en Tí G Francia : su piel no estaba del mismo modo pinta- da, sino que en lugar de todas aquellas manchas sembradas sin orden , tenia unas laxas largas y an- chas , en forma de círculo , que nacían en el lo- mo , y se juntaban en el vientre , y continuando á lo Jareo de la cola , formaban en ella unos anillos blancos y negros , colocados alternativamente.^ „La cabeza no tenia nada de extraordinario, como tampoco las piernas , solo que eran mas gran- des , y gruesas que las de los tigres comunes, sin embargo de ser este un tigre nuevo , que toda- vía tenia que crecer ; porque Mr. Constancio nos dixo , que en el Reyno Jos habia tres veces mayo- res , y que un dia estando en la caza con el Rey, vió uno de muy cerca que era tan grande como un macho mular. También los hay pequeños en el país , semejantes á los que llevan de Africa a Eu- ropa , y el mismo día nos enseñaron uno en Lu- yo/' „ No soltaron al instante el tigre que debía com- batir , sino que le tuvieron atado con dos cuerdas, de suerte , que no teniendo libertad para arrojarse, el primer elefante que se acercó , le dió dos ó tres golpes con la trompa encima del lomo , los quales fueron tan grandes , que el tigre cayó , y permane- ció algún tiempo tendido en el suelo sin movimien- to , como si estuviese muerto : sin embargo , lue- go que le desataron , aunque el primer ataque ha- bía diminuido su furor , dió un grito horrible , y quiso arrojarse a la trompa del elefante que le ha- bía maltratado ; pero éste doblándola diestramen- te , la puso a cubierto con sus colmillos , que él presentó al mismo tiempo , y con los quales alcan- zó al tigre tan á tiempo , que le hizo dar un gran salto en el ayre : este animal quedó tan atolondra- do , que no se atrevió á acercarse mas. Dió va- rias vueltas al rededor de la empalizada , arroján- dose algunas veces hacia las personas que estaban en las galenas : después echaron los tres elefantes centra él , los quales le dieron alternativamente tan grandes golpes , que se fingió otra vez muerto, y no pensó en mas que en evitar su encuentro ; y le hubieran muerto sin duda , sino hubieran hecho concluir el combate/' La piel de estos animales es bastante estimada en la China : los Mandarines militares cubren con ellas sus sillas en sus paseos públicos : también ha- cen fundas de almohadas para el invierno : en Eu- ropa , aunque son raras estas pieles , no tienen mucho valor. Hacen mucho mas caso de las del leo- pardo de Guinea y del Senegal , que los pelete- ros llaman tigre. Finalmente , esta es ia única y cor- ta utilidad que se puede sacar de este animal per- judicialísimo , cuyo sudor han pretendido algunos que era ponzoñoso , y el pelo del bigote un ve- neno seguro para los hombres , y para los anima- les ; pero bastante es el mal real que hace quan- do vive , sin buscar después de muerto venenos en su cuerpo , pues los Indios comen su carne , y no la encuentran , ni enferma ni mala ; y si el pelo de su bigote tomado en píldoras mata , es porque, siendo duro y tieso , hace el mismo efeéto en el estómago que las zarazas. El tigre en latín , y en todos los antiguos escri- tores Naturalistas , tigris , esta en el numero de los TLA Jos gatos , en los métodos de Linneo i y Brisson felis cauda don gala , corporis macuñi ómnibus virga - t¡ j, Linneo fdis flava , macuñi longh ; tigds variega- ta Brisson, Tigre de los Iroqueses, nombre aplicado , aun. que impropiamente, al cuguar de Pensilvania, dea-* ie esta palabra. Tigre encarnado de la Guayana , de algunas re- lacione:» , es ti cuguar. Idease Cuguar. ** TIR.OALTO. imont.) El que se da en la cabeza, pescuezo y paletillas de la espalda. TITI. (el) Pequeña especie de mico de la familia de los sagoines , el qual es hermoso , y tiene la cola muy poblada , y pintada de anillos alternativamente negros y blancos , ó mas bien pardos y de color gns , y al doble mas larga que el cuerpo y la cabe- za juntos : es.a es redonda , y está cubierta de pelo negro por encima de la frente con una mancha blan- ca , y sin pelo encima de la nariz : el rostro no tie- ne casi pelo , y es de un color de carne obscuro, en los lados de la cabeza delante de las orejas tiene dos guedejas de pelo largo y blanco : sus orejas son redondas , llanas , delgadas , y desnudas : el cuer- po está cubierto de un pelo suave de color pardo, ceniciento , y la garganta , el pecho , y el vientre son de un pardo mas claro con mezcla de amarillo: este pequeño animal tiene a lo mas medio pie de longitud , tiene una figura muy bella , y es muy bizarro. Se sabía que estos animales habían producido en Portugal , cuyo clima les es favorable ; pero después na procreado un par de ellos en Paris , y no una vez sota, en casa del Marques de Nesle. Los tina son qaando chicos muy feos , porque casi no tienen pelo en el cuerpo , y se agarran fuertemente á las tetas de la madre : quando son mayores • se afianzan fuertemente sobre sus espaldas y quando la madre se causa de llevarlos , se desembaraza de ellos estregandose contra la tapia, ptro entonces corre el macho , los dexa subir sobre sus espaldas, los lleva de esce modo por todas partes, los reparte el alimento , y los reclina en su cesto : no hay co- sa mas divertida que el ver los juegos , holguras , y arreglo de esta pequeña familia. Parece que el nom- bre de titi se les ha dado por el grito que repiten freqüentemente. ** TLAMOTITLI en Mexicano es la Suiza. Ve ase. ** TLACAUCHE , en varios parages de América es el didelfo. Vcase este aruculo. ** TLALCOYOTE , (en Mexicano tlalcoyotl ) es del tamaño de un perro mediano ; pero mas grueso, y es , si no me engano , el animal mas corpulento de quantos viven debaxo de la tierra. Remeda algo en la cara al gato , y en el color y largueza del pelo al león. Tiene la cola larga , y esponjada , y se ali- menta de gallinas y otros animales pequeños , que caza en la obscuridad de la noche. Ninguno de los Naturalistas modernos hace mención de este qua- drúpedo. TLACAUT2IN , (el) en México , según Herre- ra , es el didelfo. Véase este artículo. TLALOCELOTL , en México. Vea*e Didelfo. TlAQUACUM , según algunos Autores Españo- les, es también el Dibelfo. T O P 271 TLATLAUHQUI-OCELOTL , en México. Vea- sa OcELO'I E. TOCHTLI , en Mexicano es el conejo. Véase Co- nejo , y la nota del Armadillo. TQLAI , animal muy conocido , y común en las tierras inmediatas al lago Baikal en Tartaria. Es un poco mayor que el conejo , á el que se parece en la forma del cuerpo , en el pelo , en el paso , en la calidad , sabor , y color de su carne , y también en la propiedad de cavar su madriguera : solo difie- re en la cola , que es mucho mas larga que la del conejo : su figura interior es lo mismo ; y asi el tal ai nos parece una variedad de la especie dej Conejo. TOPO (el) sin ser ciego tiene los ojos tan chi- cos , y tan cubiertos , que no puede hacer mucho liso del sentido de la vista ; en recompensa le ha dado la Naturaleza con largueza el uso del sexto sentido , un aparato notable de receptáculos , y de vasos que componen los órganos de la genera- ción , y todo esto secretamente , oculto en lo inte- rior , y por consiguiente mas aélivo , y mas cálido. El topo en esto es el animal mas ventajosamente do- tado ; y ademas tiene el taéto delicado ; el pelo suave como la seda ; el o¡do muy fino , y ma- nos pequeñas con cinco dedos , casi semejantes á las del hombre : mucha fiierza para el volumen de su cuerpo , el cuero firme , una lozanía constan- te , una inclinación viva y reciproca del macho y de la hembra , temor , y disgusto para toda 01ra so- ciedad , costumbres suaves en la soledad y en el des- canso , arte para ponerse en seguro , y tabricarse en un instante un asilo , ó un domicilio , facilidad pa- ra dilatarle , y hallar en él sin salir , una abundan- cia de alimento i estas son su naturaleza , y pro- piedades. En las tierras suaves , provistas de raices exce- lentes, y bien pobladas de inseétos , y gusanos con que poderse sustentar , es donde el topo hace su habitación. Cierra la entrada, y no sale casi nun- ca , a menos que la abundancia de las lluvias del ve- rano no le obliguen a ello , inundándole , ó quando el pie del jardinero hunde su techo. Como los topos salen rara vez de su domicilio subterráneo , tienen pocos enemigos , y escapan fácilmente de los ani- males carniceros ; su mayor azote es la avenida de los rios : en estas inundaciones se les vé en gran numero huir á nado, y pradicar todos sus esfuer- zos para ganar las tierras mas elevadas; pero la ma- yor parte perecen , como también sus hijos que permanecen en los agujeros. Se juntan a fines del invierno , y las hembras no están preñadas mucho tiempo : porque por Ma- yo se hallan ya muchos cachorrillos , y cada carna- da es comunmente de quatro á cinco. Como se ha- llan cachorros desde el mes de Abril , hasta el de Agosto , es de creer que producen mas de una vez al año , a menos que unos no se junten mas tarde que otros. El domicilio en el que hacen su cria, está hecho con mucho arte. Primeramente levantan la tierra , y forman una bóveda bastante alta ; dexan algunas paredes , y especies de pilares de distancia en distancia : aprietan , y baten la tierra mezclán- dola con raices , y yerbas , y la ponen tan dura , y tan sólida por debaxo , que el agua no puede pene- trar 272 TCP trar la bóveda á causa de su convexidad, y solidez? después levantan un cerrillo por debaxo, á cuya ci- ma llevan yerba y hojas para hacer la cama a sus hi- jos , en esta situación se hallan estos superiores al nivel del terreno ? y por consiguiente al abrigo de las inundaciones comunes , y al mismo tiempo á cubierto de la lluvia por la bóveda que tapa el cer- rillo de tierra en que descansan. Este cerrillo esta horadado al rededor de varios agujeros en declive , que descienden mas abaxo , y se dilatan de todos lados , como otras tantas sen- das subierraneas por donde la madre puede salir , é ir a buscar el alimento necesario para sus hijos ; es- tas sendas son firmes y duras ; se extienden a doce ó quince pasos , y todas parten del domicilio , co- mo los rayos deí centro. En él se halla , como tam- bién baxo en la bóveda algunos despojos de cebo- llas de tierra , planta venenosa , que sin duda son el primer alimento que dan a sus hijos. Bien se vé por esta disposición , que el topo nunca sale de su domicilio , sino á una distancia muy considerable , y que el modo mas sencillo , y mas seguro de cogerle con sus hijos , es hacer al rededor una trinchera que corte todas sus comuni- caciones ; pero como el topo huye al menor ruido, y procura (levar consigo sus hijos , se necesitan tres ó quatro hombres , que trabajen con palas qui- tando el terrón todo entero , o haciendo una trin- chera casi en un instante , y que después los agar- ren , ó los esperen á las salidas. Se ha dicho sin fundamento alguno , que estos animales dormian sin comer duran. e todo el invier- no ; pero duermen tan poco en este tiempo , que entonces empujan la tierra como en el verano. Bus- ca á la verdad , los parages mas cálidos , y los jar- dineros cogen algunos en los meses de Diciembre, Enero y Febrero. La especie común de nuestros topos no habita, ni los desiertos áridos , ni los climas fríos. Solo se halla en abundancia desde Suecia hasta Berberia ; y contiene muchas variedades. En Europa se pueden distinguir cinco topos di- ferentes : 1 .» el de nuestros jardines , cuyo pelo es fino , y de un negro muy hermoso. 2.0 El topo blanco , que solo se diferencia del anterior en el color : es mas común en Holanda que en Francia , y aun mas todavía en los paises Sep- tentrionales. 3.0 El topo leonado , que es un poco mas grue- so que el anterior : tiene el pelo de un roxo cla- ro , que tira á color de vientre de cierva , sin nin- guna mancha , ni mezcla : parece que es una varie- dad en la especie del topo blanco : hallase en el pais de Aunis. 4.v El topo amarillo , verdoso que se halla en- tre la Villa de Aulas , y los lugares que llaman Car- rieres en la Diócesis de Alais en el Languedoc : es de un hermoso color de limón , y dicen , que este color lo moiva a la calidad de la tierra quw habita. 5.0 El topo varia ;o , ó m nchado , que se halla en varias regiones de Europa. Los de Ostfrisia tie- nen todo el cuerpo sembrado de manchas blancas y negras ; en la Suiza , en la Inglaterra , y en el pais de Aunis tienen el pelo negro variado de leonado. TCP Ademas de estas cinco castas de topos que hay en Europa , se hallan en la isla de Java otros , que tienen la mitad de las piernas , y los pies blancos: en América , los de Virginia, tienen el pelo negruzco y lustroso con mezcla de color de purpura obscu- ro. Todos estos topos parecen unas simples varieda- des de la especie común , porque solo se diferen- cian en los colores : mas hay otros que parece cons- tituyen especies diferentes , porque difieren del to- po común , no solo por los colores , sino también por la forma del cuerpo y de los miembros. Ta- les son: 1 ,° El topo encarnado de America , que tiene el pelo bermejo con mezcla de ceniciento claro , cu- yos pies no están formados como los del topo de Europa , pues no tiene mas de tres dedos en lo? pies de delante, y quatro en los de atrás, los qua- les son casi iguales , pero los de los pies de delan- te son muy desiguales ; porque el dedo exterior es mucho mas largo que los otros dos , y está ar- mado de una uña mas fuerte y mas ganchuda : el se- gundo dedo es mas chico , y el tercero aun mu- cho mas. 2.0 El topo dorado de Siberia se parece al an- terior en la conformación de los pies •, tiene la na- riz un poco mas corta que el común ; pero es de la misma magnitud. El pelo tiene diversos colores; el verde y bermejo son los dominantes. 3.0 El topo del cabo de Buena Esperanza. Este se parece bastante al topo común en la forma del cuer- po , en la pequenez de los ojos , en la falta de ore- jas visibles , y en la cola ; pero se diferencia esen- cialmente en otros muchos caraétéres. Tiene la ca- beza mas gruesa casi tan alta como larga , y con un hocico chato semejante al del conejo de Indias; en cada quixada riene dos dientes incisivos muy lar- gos , que aun quando tiene la boca cerrada sobre- salen de ella : los de abaxo son los mas largos. Al rededor de los ojos, de las orejas, y en lo superior de la cabeza tiene unas manchas blancas. Todos los pies tienen cinco dedos armados de fuertes uñas; no tienen pelo por encima; pero pordebaxoes bas- tante largo ; los pies delanteros son lo mismo que los de acras ; el pelo es de un color pardo baxo, aunque mas obscuro , y casi negro en la cabezas los coscados, el vientre , y la cola son de un blanco ceniciento ó azulado. Estos topos se parecen también á los nuestros en sus propiedades : viven debaxo de la tierra donde fabrican sus galerías, y hacen mucho daño- en los jar- dines. En lo interior del pais se halla una especie mucho mas pequeña de color de acero , pero en lo demas no tiene semejanza alguna con la an- terior. 4.° El topo del Canadá. Este solo tiene del topo común algunas partes , y en otras cieñe un caráéler que le acerca mucho mas á la clase de las ratas: tiene su forma y su ligereza : su cola de tres pul- gadas de largo es nudosa , v está casi desnuda co- mo también sus pies , que tienen cinco dedos cada uno , y están cubiertos por encima de pequeñas es- camas pardas y blancas: este animal es nías alto que el tofo de Europa : tiene. el cuerpo afilado, y vestido de un pelo negro , tosco , menos suave , y mas largo : también tiene las manos menos .fuertes, y TO? y inas delicadas que el nuestro : los ojos están tapa- dos con el pelo. El hocico es á realzado con un bigote de una especie particular; no es puntiagudo, pero esta ro- deado de músculos carnosos y muy delgados , que tienen la figura de espinas : todas estas puntas son de un color de rosa hermoso , y se mueven al ar- bitrio del animal, de modo que se acercan , y unen de tal suerte, que forman un cueipo agudo, y muy delga no : estos músculos espinosos se abren también algunas veces como el capullo de las flores : encier- ran , y envuelven el conduéto de las narices , á quien sirven de abrigo. Este topo se halla en el Ca- nana, donde sin embargo , no es muy común : ma- niobra como nuestros tupos , pero con mas lentitud, y por eso sus montecillos de tierra son poco nume- rosos, y bastante pequeños. 5 . ' El gían topo del cabo , ó de las dunas. Esta especie habí, a en las duras que hay en las inmedia- ciones del Cabo de Buena Esperanza , é inmediato al mar , y r.o se halla en lo interior del pais. El color de su cuerpo es blanquecino , con una ligera tinta amarilla que se muda en color pardo en los costados y en el vientre. Su cabeza es larga , y ter- mina en un hocico chato de color de carne bas. an- te seme an.e al del cerdo : tiene los ojos y Las ore- jas como el topo común , la abertura del conducto del oido esta colocada en medio de una mancha re- donda mas blanca que lo restante del ciurpo : en cada quixada tiene dos dientes incisivos, que se ven au ¡que esté cerrada la boca : los de abaxo son muy largos y muy anch> s , y están divididos en dos por un surco que ios hace parecer dooies , pero por detras e-tán unidos oei tocio , también tiene ocho muelas en cada quixada, lasquales con los incisivos, componen en todo veinte y dos dientes. Los inferio- res solapan un poco sobre los superiores : y lo mas singular es., que son movibles , y qae el animal puede separarles , ó júntanos á su advitrio. La cola es piaña , y esta cubitrta de pelos lar- gos , y tiesos como las cerdas del puerco. Tiene cin- co dedos en cada pie armados de uñas muy largas , y blanquecinas. Estos topos viven como los nuestros debaxo de tierra , en la qual hacen agujeros profundos , y conductos largos : arrojan la titira , y la cogen en montones muy grandes , por lo qual es pe- ligroso el andar a caballo por los parages donde hay mucho numero de eilos , v sucede con fl equen- cia, que las piernas de los caballos se hunden en estos agujeros hasta las rodillas. Estos topos son muy comunes en el cabo : viven de plantas y cebollas , y causan mucho daño en los jardines. Dicen que su carne es buena de comer. No corren aprisa , y quando anelan , vuelven ios pies hacia deinro , pero son muy ligeros p ra cavar la tierra. Su cuerpo to- ca s:e npre al suelo en que están ; muerden fuerte- mente , y es peligroso el irritarlos. El tupo , en Jati. . , taifa-. en Lineo talpa caudata\y Brison i a!pa a v. ga, ts . ** Tope» montaraz de Chiie. La prinierav ez que se halló esra especie de topo , fue en el ano de 1764. tn las cercanías de un uosqne de la provincia de íviau'e. Lite animal es dos veces mayor que la marmota - a la que se asemeja mucho en ei color y Historia Manual. Tota. i. TRA 273 largo del pelo , distinguiéndose de ella en la hechu- ra de las orejas , que son puntiagudas : en el hoci- co , que es prolongado : en los' bigotes repartidos en quacro carreras : en los pies compuestos de cin- co dedos , y en la cola que es mas larga , y bien poblada de pelo. Los perras que ie dieron ea/a tar- daron mucho tn matarle , porque se defendió cors valor increíble por mas de una hora de sus furiosos ataques. TORO (el) en la especie del buey , es el macho sin castrar , que sirve para la propagación. Aunque se le puede hacer trabajar , no es tan seguro el que obedezca , como ei buey , y es menester estar siempre con sumo cuidado p ra evitar el daño que puede hacer con su fuerza y armas. La Naturaleza ha hecho a este animal indomho y feroz : quando está en zelo es mayor su ferocidad, y solo la castra- ción puede aniquilar el origen , é Ímpetu de sus de- seos , y hacer de un animal terrible como el toro, uno manso y pacifico como el buey. El novillo que se destine para padre , se ha de escoger entre los mayores de su especie y ha de ser grande , bien hecho , y lozano , con el ojo negro, la mirada feroz, la frente ancha , las astas gruesas, cortas y negras, y las orejas largas y peludas, el ho> cico grande, la naiiz corta y derecha, el cuello grue- so y carnoso , ancho de pechos , y brazuelos , jos riñones firmes , el lomo derecho , las piernas cor- tas y carnosas , la cola larga y poblada de pelo , el paso firme , y el peio bermejo. No obstante que los antiguos han dicho que la vaca , el buey , y aun el ternero tienen el mugido mas grave que el turo , lo cieno es que este le tie- ne mucho mas fuerte , pues se le oye de mas lejos que á Oíros. Lo que ha dado motivo para decir que su mugido no es can grave , es que 110 se compt ne de un solo tono , sino de dos ó tres oc- tavas , y la mas aguda por consiguiente es Ja que hiere mas nuestros oidos : si se pone cuidaelo , se eirá un tono grave y mucho mas que el del mugielo del buey , que también es mas cono que el del tero. Ademas que el toro no mu¿e , sino excitado de su ardor , y la vaca la mayor par.e del tiempo muge mas bien de miedo é inqu aud , que de zelo. Y el ternero muge de dolor , de necesidad , y quando le quitan de la madre, l'ease los artículos Buey , y Vaca. TOZAN , ó TOZANTLI en Mexicano es la tu- ■ga. Vea e Tuza. T RAGELAPHO (el) de Plinio , es el mismo que el ippelapho , de Aristóteles , y ambos deben refe- rirse al ciervo de Ardenas. Vea. e Ciervo. TRAGVLVS , en lacia nioacrno , es el cerva illo, Vease Cervahlio. ** 1 RAILLA (mont.) Cordel texido de cerda de caballo , ó buey , de c uco brazas de largo con su collar de cuero , ponese al perro para que , llevándo- le el cazad r de la mano , atraille. ** T RA VIESA {.cat,.) se dice por donde ha pa- sado alguna res , y el perro hallando el rastro , echa tras ella por encima del mismo rastro por dónele ha ido. ** TROCHAS. ( ’mont .) El paso que el ganado hace pasando de un monte á otro , y de unos va- lks a otros buscando paitos. Mili TSIT- 274 T S I TSITSIHI , nombre de la ardilla en Madugascar. Véase Ardilla. JUABBA , en el Cabo de Buena Esperanza, es el rinoceronte. I 'case esta palabra. TUCAN. Vea-iC Tuza. TULKI , en algunas provincias del Levante es el chacal. Véase Chacal. TUROCHS, en la lengua de los antiguos Ger- mán os es el auroco. Vcase Achoco. TURON (el) es menor que la rata , y mayor que que el ratón : nunca habita en las casas , y solo se halia en los campos. Es notable por los ojos , que son grandes y abultados , y se diferencia también de la rata y del ratón en el color del pelo , que es blanquecino en el vientre , y de un bermejo obscuro en el lomo : su cabeza es á proporción mueno mas gruesa y larga , las orejas mas largas , y ancha' , y las piernas mas altas. Los turones abundan en las tierras secas y eleva- das , en los bosques , y en los campos inmediatos á ellos. Se retiran a los agujeros que encuentran he- chos , ó que ellos hacen debaxo de los matorrales, y troncos de los arboles. Estas cuevas tienen comun- mente mas de un pie de profundidad , y están fre- qüentemen.e divididas en dos separaciones , ó ca- sillas , la una donde haoitan con sus hijos , y la otra que les sirve de granero. Recoge una prodi- giosa cantidad de bellotas , avellanas , &c. y algu- nas veces se halla en estos almacenes una media de estos frutos. Estos animales , como también los campañoles, causan gravísimos daños en los plantíos , y hacen elloj solos mas perjuicio en los bosques que todas las aves y demas animales juntos , especialmente en los años escasos de bellota. Hay contra ellos el re- curso de los lazos donde se enredan muchos ; tam- bién se destruyen entre si en el invierno , quando les faltan víveres ; los grandes se comen los chicos; y también á los campañoles , zorzales , y otras aves que hallan presas en los la/os : empiezan por los se- sos , y después comen lo restante. Los turones pululan aun mas que las ratas , pro- ducen mas de una vez al año , y las camadas son de nueve y diez cachorros Parece que tardan mucho en crecer , porque varían considerablemente en el tamaño. Esta especie está generalmente esparcida en toda Europa , y tiene por enemigos a los lobos, zorras , martas , aves de rapiña , y a sí misma. El turón es el mus agicstis majar macrouros gene- ri de Ray ; como cambien el mus domesticas medias del mismo Autor ; el turón , o ratón campestre de Brisson. TUZA (la) es un animal de Nueva España , que por su magnitud , figura y propiedades naturales, se acerca mas del topo que de otro animal alguno. Es algo mayor que el topo , gorda y carnosa co- mo el : sus piernas son tan cortas , que el vientre toca al suelo. 1 iene la cola corta , las orejas peque- ñas y redondas , y los ojos tan pequeños , que le son , por decirlo asi , inútiles •> pero se diferencia del topo en el color del pelo que es de un amari- llo bermejo , y en el numero de los dedos , por- que no tiene mas de tres en los pies de delante , y qua.ro en los de atrás : también se diferencia en que su carne es buena de comer , y en que no tiene el TZE instinto del topo para volver a su domicilio , quan- do ha salido de él : y tiene d trabajo de cavar de nuevo , y hacer su madriguera ; de suerte , que tu ciertas tierras que les convienen , son tantos los agu- jeros que hacen estos animales , que es preciso an- dar por ellas con suma precaución. Nota del Traduíior. El enunciado Autor Mexicano hace de la tuga la descripción siguiente. La riega en Mexicano logan , ó togantli , es un quadrúpedo equivdente al topo de Europa ; pero muy diverso. Su cuerpo , el qual es bien hecho, tiene un palmo castellano de largo : su hocico es semejante al de la rata : sus orejas pequeñas , y re- dondas , y su cola corta, pero peluda. Tiene la bo- ca armada de colmillos , y dientes fonísimos y sus pies de uñas fuertes , y corvas , con las quales abre en la tierra los agujeros , ó madrigueras en que vi- ve. Es la tuza muy perniciosa á las sementeras por el grano que roba , y á los viajantes por los aguje- ros que abre en los caminos , que son muchos, porque una vez fuera de su madriguera , no acier- ta volver a ella por la cortedad de su vista , y se forma otra , multiplicando a los que viajan acaba- llo las molestias , y los peligros. Cava la tierra con sus unas , y con dos colmillos , que tiene en la qui- xada superior mucho mayores que los demás dien- tes , y con sus patas anteriores se echa la tierra que saca en dos bolsas , ó zurroncillos que tie- ne debaxo de las orejas , proveidos de los múscu- los necesarios para su contracción , y dilatación. Quando los tiene llenos , arroja fuera la tierra , sa- cudiendo el fondo de los zurroncillos con sus pa- tas , y vuelve á cavar en la misma forma , sirvién- dole sus uñas de Imadas , y sus zurroncillos de sa- cos, ó espuertas. La especie de estos quadrúpedos es también muy numerosa ; pero no me acuerdo de haberlos jamás visto en los mismos lugares que se crian las saigas. Mr. de Buiíon llama á la tuga tucán , y otros tu- llan. No sé si es el mismo quadrúpedo , que los Pe- ruanos nombran Tupe-Tupu, TZEIRAN , ó AHU , especie de gazela , del ta- maño y del color de un corzo, llene los cuernos huecos , negros , un poco comprimidos por abaxo, llenos de anillos , y arqueados hacia atrás , y de un pie de largo : las orejas puntiagudas y muy lar- gas , la mitad de los pelos del cuello dirigidos há- cia arriba , y la otra mitad hacia abaxo : los del lo- mo igualmente vueltos , mitad hacia adelante , y mitad hacia atrás : la cola mas larga que la mayor parte de las demas gazelas , y terminada en un me- chón de pelo : las piernas delanteras mas baxas que las de atrás , y semejantes á las del ciervo , pero sin pelo en las rodillas , y en lugar de espolones, una simple eminencia ó boton : su color mas roxo que leonado en el lomo , y los hijares , y blanco en el vientre. Las hembras no tienen cuernos : entran en ca- lor á fines de otoño , y paren por Junio : los ma- chos tienen en el vientre , y cerca del prepucio un saco oval bastante grande , y semejante á la bolsa del almizcle ; pero está vacío , y tal vez en el tiem- TZE tiempo del zelo será quando se forme en él por se- creción alguna materia. También son los machos los que tienen algunas prominencias en la laringe , las quales engruesan , á medida que crecen los cuernos. Estos 'animales , cogidos , nuevos se domestican fácilmente. En su estado de libertad van en mana- das , y algunas veces se mezclan los silvestres con los domésticos ; pero huyen á la vista del hombre. Aunque pasan el agua á nado de su propio movi- miento , para ir a buscar sus pastos de la otra parte de los rios , sin embargo , no se arrojan a ellos, quando se ven perseguidos de los perros , y de los TZU 2 75 hombres : ni huyen tampoco á las selvas vecinas, antes esperan á sus enemigos. La especie se halla en Turquía , en Persia , en la China , en Siberia, cerca del lago Baikal , y en Dauria. El nombre de t%ei,an es el que dan los Turcos á esta gazela , que en Persia es conocida con el de abu. Este animal se halla indicado por Gmelin en las memorias de Pretersburgo con la denominación de capra campestris guturosa. TZUR BAN , en el Arabe , es el puerco espin. Vtase PcfcKCo Espin. Historia Natural. Tom. /. Mm i ÜAI- ^5=3C=26=^.<^3 UI A Uaik'ARE , en la Guayana , es el Perezoso. y case esia voz. UAls.DF.RU (el). Mono de la familia de los babi- no9 , cuya cola es de siete ú ocho pulgadas de lar- go , los colmillos mas gruesos y largos que los del hombre , el hocico grueso y largo , la cabeza ro- deada de una ancha cerneja , y de una barba gran- de de pelo áspero y blanco , y el cuerpo cubier- to de pelo pardo y negro. Este animal anda con mas frecuencia en guarro pies que en dos , y guando esrá derecho tiene tres pies , ó tres y medio de alto : estos animales son casi de la misma magnitud y fuerza que el papión ó cefo , solo que su cuerpo no es tan recogido , y parecen mas débiles de las partes posteriores. Quando r.o están domados son tan malos , que es preciso tenerlos en una jaula de hierro , donde se agitan amenudo con furor ; pero quando se co- gen pequeños se domestican fácilmente , y parecen ser mas susceptibles de educación que los demas babines. Los Indios gustan de instruirlos , y preten- den que los otros monos, esto es, los babinos, ¡os respetan mucho , y tienen mas gravedad é inteli- gencia que ellos. En su estado de libertad son muy silvestres , y viven en los bosques. Esta especie se halla en el Ceylan , y pensa- mos que á ella , como también á I3 del duco , se debe referir la producción de las bezares, que se- gún dicen , se hallan en el estómago de los gran- des monos de la India Meridional, Véanse los artí- culos Duco y Bezar. UARINA (el). Especie de mono de América, de la familia de los sapayues , de la magnitud de un ■ galgo , el qual tiene el rosero ancho y quadrndo, los ojos negros y relucientes, las orejas cortas v re- dondas , la cola muy larga , el cuerpo cubierto de pelo negro , largo , brillante y lustroso : debaxo de la boca tiene unos pelos mas largos , que for- man una especie de barba redonda : el pelo de Jas manos , de los pies , y de una parte de la cola es pardo. El macho es del mismo color que la hembra, y solo se diferencia de ésta en ser un poco mayor. En la garganta tienen una especie de tambor ter- nilloso , en cuya concavidad engruesa el sonido de su voz , se multiplica , y forma unos aullidos por ecos , que se oyen muy lejos , y por eso les han dado el nombre de aulladores. Las hembras llevan sus hijos sobre el lomo , y saltan con esta carga de rama en rama , y de árbol en árbol : los hijos abrazan con los brazos , y ¡as manos el cuerpo de su madre por la parte nías estrecha , y se tienen firmemente agarrados mientras ella está en movi- miento. Quando quiete darlos de mamar los toma en brazos , y los presenta la teta , como las mu- geres. Para coger los hijos , no hay otro medio que matar la madre, porque no la abandonan nun- ca. Estando muerta caen con ella , y entonces se les puede coger. Finalmente , estos animales son UNI silvestres , y malos , no se les puede domesticar, ni aun domar , y muerden cruelmente. Viven de frutos , legumbres , semillas é insec- tos , y su carne no es de mal comer. Tienen mu- cho instinto , particularmente para conocer los que los persiguen : procuran amedrentarlos con sus gri- tos, los arrojan ramas de árboles, y algunas veces sus excrementos. Nunca se abandonan unos a otros, y aun quando están heridos mortalmente , no per- miten baxar al suelo ; pero si caen, se agarran a las ramas con las patas ó con la cola , y á menos que no les maten del todo , no se les puede coger. Luego que uno de ellos esta herido , todos se jun- tan al rededor de él , y meten ;us dedos en la he- rida , como si la quisiesen sondear : si ven correr mucha sangre , la tienen cerrada mientras otros traen algunas hojas , que ellos mascan , y aprietan diestramente en la boca de la herida. También se ayudan recíprocamente para pasar de un árbol ó de un arroyo a otro , ó en otro qualquier lance que sea. UARIRI , en la Guayana es el Tamandua-gua- cu. Véase este artículo. UATIRIBUnU , en la Guayana es el Oso hor- miguero. Víase esta palabra. UNCIA , la de Cayo , es el Leopardo. Vcase. UNICORNIO. El unicornio de mar es , como puede verse en el ar.ículo N\rval , un grande animal marino , del genero de los cetáceos ; pero los antiguos Naturalistas han hablado mucho de un unicornio de tierra , quadrupedo de Africa y Ethio- pía , del tamaño de un caballo , con un cuerno so- lo en medio de la frente. Este animal es absoluta- mente desconocido de los Zoologistas modernos, y después de las inmensas investigaciones que se lian hecho sobre los quadrúpedos , puede creerse fabuloso , atendiendo á las fábulas que los antiguos introduxeron en su historia. Los cuernos de unicornio que enseñan en diver- sas partes , son cuernos de animales conocidos , y especialmente la gran defensa del narval , ó mar- files torneados. El animal de Arabia , llamado cmphur en la antigua Encyclopedia , que dicen en este artículo que es una especie de asno silvestre , que tiene un cuerno en medio de la frente , y el brehis de Ma- dagascar de la misma obra , del tamaño de una ca- bra con un cuerno en la frente , serian una especie de unicornio , pero tan fabuloso como el de los an- tiguos. Entre estos últimos, Aristóteles , hablando del ónix , le coloca un cuerno en medio de la frente; pero Aristóteles no habia visto al orix , y parece que el verdadero animal indicado por los Griegos baxo de este nombre, es una gaztla , la qual , co- mo todas las demas , tiene dos cuernos. En quanto al calo de Pünio , grande animal , tan fuerte como el hipopótamo , según dice este Natura- lista , y que combate al elefante con la ayuda de dos cuernos movibles de que. está aimado , aunque es- UR A esta movibilidad de los cuernos no sea exáílamen- te verdadera en ningún animal , parece que por las señas se puede reconocer el rinoceronte de Afri- ca , que tiene dos cuernos mas movibles en efec- to que los de todos los demas animales , pues no tienen su nacimiento en el hueso de la frente, sino que resultan de una porción de fibras de la misma naturaleza que los pelos , y solamente in- troducidas profundamente en el pellejo. Vcase el ar- tículo del Rinoceronte. URANA , en la Guayana es el paca. Veas e Paca. URICO-CACHEIRO , en el Brasil es el coen- dú. Véase Coendú. ** URIÑE (el) , en Chile , es la foca común. Vcase Focas. UROCHS , en la lengua de los antiguos Ger- manos es el Auroco. Vcase, URSON (el). F.s el nombre que ha dado Buíl'on á un animal que se halla en la bahia de Hudson , y que no se debe confundir con el erizo ó coendú, á quienes se; parece por algunos caraéféres ; pero se diferencia por otros, para mirarle como una es- pecie particular. Es de la misma magnitud , y casi de la misma forma de cuerpo que el castor : tiene como él dos dientes incisivos , fuertes y cortantes , en la ex- tremidad de cada quixada , y también un doble vestido , el primero de pelo largo y suave , y el se- gundo de un vello ó borra mas suave y mas blanda. Sus púas son bastante cortas , y casi escondidas en el pelo. En los nuevos las púas, son á proporción mayores , mas visibles , y los pelos mas cortos y ralos que en los adultos ó viejos. Este animal huye del agua , y teme mojarse: je retira , y hace su cama debaxo de las raíces de los árboles huecos : duerme mucho , y se man- tiene principalmente de corteza de enebro : en el invierno le sirve la nieve de bebida , y en el ve- rano bebe agua , y la coge con la lengua como el perro. Los Indios comen su carne , y se sirven de su piel después de haberla quitado las púas , de las quales usan ellos como de alfileres y agujas. El urson es el histrix dorsata de Lineo : el puer- co espin de la bahia de Hudson , de Ellis , Edwars y Brisson. VRVS , en latín , toro silvestre. Como fue en las selvas de Germania , donde los Romanos en- contraron la primer vez toros silvestres , hay apa- riencia de que la palabra unís no es mas que el nombre céltico auroco , ó mas bien uroco , con una terminación latina. En quanto á lo demas , vca- se el artículo Auroco. UTIAS , de Aldrobando , es la gerboisa alag- taga. Vcase alagtaga en el artículo Gerboisas. Utias ó cutías , nombres dados al aguti. Ve ase Agutí. VACA (la) , es la hembra del toro , y por fal- tarnos alguna cosa que añadir , a lo que diximos en el artículo Buey , se ha formado artículo aparte. En las especies de animales , de quienes el .hom- bre ha formado rebaños , y cuya multiplicación es el objeto principal , la hembra es la mas necesaria y útil que el macho : el produélo de la vaca , es un producto que crece , y se renueva á cada ins- tante : la carne de ternera es un alimento tan V A C 277 abundante , como sano y delicado : la leche es el sustento de los ñiños : la manteca un manjar , y un condimento de la mayor parte de nuestros gui- sados : el queso la comida común de la mayor par- te de las gentes del campo. También puede servir la vaca para el arado , y aunque no sea tan fuerte como el buey , no dexa de reemplazarle con fre- qiiencia ; pero quando se la dedique a este minis- terio , es necesario tener cuidado de uncirla quan- do se pueda , con un buey de su estatura y fuerza, ó con otra vaca , á fin de conservar la igualdad del tiro, y mantener la reja en equilibrio entre es- tas dos fuerzas ; porque quanto mas desiguale^ son, mas irregular es la labor de la tierra. La primavera es la estación en que mas comun- mente entran en zelo las vacas : la mayor parte en este pais reciben al toro , y quedan llenas desde quince de Abril hasta trece de Julio, pero no de- xa de haber muchas , cuyo calor es mas precoz ó mas tardio : su preñez dura nueve meses , y paren á principios del décimo , de suerte , que hay cantidad de ternerillos desde quince de Enero has- ta quince de Abril : también los hay durante el verano con bastante abundancia , y el otoño es el tiempo en que son mas raros. Las señales del calor en la vaca no son equí- vocas : entonces brama freqüentísitramente , y con mas violencia que en los demas tiempos : salta so- bre los bueyes , y aun sobre los toros : la vulva está hinchada , y prominente hácia fuera : es nece- sario aprovechar el tiempo de este ardor para darla el toro , porque si se diminuye , no es se- guro que quede preñada. En la primavera quedan por lo regular preñadas , a la segunda ó tercera vez que reciben el macho , y luego que lo están , no quiere el toro cubrirlas ; pero comunmente cesa el calor casi en el instante que conciben , y ellas mis* mas rehúsan la proximidad del toro. Las vacas son propensas á abortar quando no se las cuida , y se las unce al arado , &c. : es ne- cesario también cuidarlas mas , y seguirlas quando están preñadas , para impedirlas que salten los va- llados , los hoyos , &c. y echarlas á los mejores pastos , y á terrenos , que sin ser húmedos , ni pantanosos , sean , sin embargo , mas abundantes de yerba. Seis semanas ó dos meses antes de parir se les nutrirá mas ampliamente que al ordinario , dán- dolas en el verano yerba en el establo , y en el invierno salvado y mielgas , & c. : tampoco se las ordeñará en este tiempo , porque entonces les es mas necesaria la leche para la manutención de su feto : por eso hay vacas , cuya leche se agota absolutamente un mes ó seis semanas antes de parir : las que tienen leche hasta los últimos dias , son las mejores madres , y las mejores cria- doras ; pero la leche de los últimos tiempos no es de buena calidad. El parto de la vaca pide mas atención que el de la yegua-, porque la vaca que pare parece mas consumida , y mas cansada que la yegua : es indis- pensable ponerla en un establo separado, donde es necesario que esté caliente , y cómodamente en una buena cama , y mantenerla bien , dándola por es- pacio de diez ó doce dias harina de habas , de tri- 2 7 8 V" A C 20 o de avena, &rc. desleída en agua salada V miel- gas , o buena yerba bien madura , con bastante abundancia ; después de lo qual , se la vuelve por arados á la vida común : también es preciso dexar- fa toda la leche , durante los dos primeros meses, porque el ternerillo aprovechara mas , y por otra parte, la leche de estos primeros tiempos no es de buena calidad. Debe dexarse el ternerillo cerca de I3 madre los cinco ó seis dias primeros para que este siem- pre abrigado , y pueda mamar tan amenudo como quiera ; pero al cabo de este tiempo es necesario separarle , si se quiere conservar la madre , por- que si estuviese siempre con ella la debilitaria : Das- ta dexaric mamar dos ó tres veces al dia , y si se le quiere engordar prontamente , se le darán todos los dias huevos crudos , leche cocida y miga de pan , y al cabo de quatro ó cinco semanas , será su carne un excelente manjar. Las terneras que han de servir para matar , bas- ta que mamen treinta o quarenta dias ; pero las que se- han de criar , deben mamar dos meses á lo menos : quanto mas mamen, mas gordas y fuertes se pondrán : para criar , se preferirán las que ha- yan nacido en los meses de Abril , Mayo y junio; porque las que nacen mas tarde , no pueden adqui- rir bastante fuerza para resistir los rigores del in- vierno siguiente , y perecen la mayor parte. A los dos , tres ó quatro meses se destetaran los ternerilios que se quieran criar , y antes de quitarles del todo la kche , se les dará un poco de buena yerba , ó de heno tino , para que empiecen a acostumbrarse a este nuevo alimento , después se les separará totalmente de ia madre , y no se les dexara arrimar ni en el establo , ni en ti cam- po , donde sin embargo se les llevara todos los dias , y se les dexara desde la mañana hasta la no- che durante todo el verano. Luego que se haga sentir el frío en el oto- ño , sera preciso sacarlos mas tarde por la maña- na , y volverlos al establo mas temprano por la tarde : en el invierno , como los grandes fríos les son muy perjudiciales , se les tendrá abrigadamen- te en un establo bien cenado , y bien guarnecido de paja : con la yerba común se les dará mielga, ¡kc. y no se les dexatá salir sino los dias buenos: es necesario cuidarlos mucho en el primer invier- no , por ser el tiempo mas peligroso de su vida, y en el verano siguiente , se iortiticarán bastante para no temer el frió del segundo invierno. La vaca esta en completa pubertad á los diez y ocho meses , y el toro a los idos años ; pero aun- que puedan ya engendrar a esta edad , es conve- niente aguardar á que tengan tres años , antes de permitirlos juntarse : estos animales conservan su mayor fuerza , desde los tres años hasta los nueve, y después , ni las • vacas , ni los toros, son a pro- posito sino para cebarlos : como en los dos años primeros , ya casi ha llegado á todo su incremento, la duración de su vida es de catorce ó quince años, poco mas ó menos. Ll alimento y el cuidado deben ser los mis- mos, con corta diferencia , para la naca que para el buey : sin embargo , la vaca de leche , exige algún mayor cuidado , asi para escogerla como pa- VAC ra conservarla : dicen que las nacas negras son las que dan mejor leche , y que las blancas son mas abundantes ; pero de qualquier pelo que sea la naca de leche , es necesario que esté gorda , que tenga el ojo vivo y el paso ligero , que sea nue- va , y que dé , si se puede , leche con abundan- cia , y de buena calidad : se la ordeñará dos ve- ces al dia en el verano , y una en el invierno , y si se quiere que dé mas leche , se la sustentará con alimentos mas suculentos que la yerba. La buena leche no ha de ser ni demasiado espesa , ni de- masiado clara : su consistencia ha de ser tal , que quando se coja una gota , conserve su redondez sin extenderse : también puede ser de blanco hermo- so : la que tira a amarilla ó á azul es mala , su sa- bor ha de ser dulce , sin ninguna amargura , ni acritud : también es preciso que sea de buen olor ó sin él , y es mejor en el mes de Mayo ó en el verano , que en el invierno ; y para que sea ex- celente , ha de ser la vaca nueva , y ha de estar sa- na y gorda : la de las novillas es demasiado clara, y la de las viejas demasiado seca , y en el invier- no espesa en demasía. Estas diferentes calidaefes de leche, son relati- vas á la cantidad mayor ó menor de las partes man- tecosas , y serosas que la componen : la leche de- masiado clara es la que abunda mas de partes sero- sas : la leche espesa es la que carece de ellas , y la leche demasiado seca no tiene bastantes partes mantecosas y serosas : la de una vaca en zelo no es buena , como tampoco la ele la que está próxi- ma a parir , ó hace peco tiempo que ha parido. En el tercero y quarto estómago del ternerillo que mama, se encuentran algunas durezas de leche cua- jada : éstas , secas al ayre , son el cuajo que sirve para cuajar la leche : quanto mas añejo es el cuajo mejor es , y basta una cantidad muy corta para ha- cer muchos quesos. Dicen que los Holandeses sacan todos los años de Dinamarca un gran numero de vacas grandes y flacas , y estas dan en Holanda mucha mas kche que las de Francia : esta misma casta de vacas de leche , es sin duda la que se transportó , y multi- plico en Poitou , en Aunis , y en las lagunas de la Charente , donde las llaman vacas flamencas: estas son efectivamente mucho mayores, y mas fla- cas que las comunes , y dan al doble leche y man- teca : también producen unos ternerilios mucho mayores y tnas fuertes , tienen leche en todos tiem- pos , y se las puede ordenar todo el año , excep- to quatro ó cinco dias antes de parir ; pero necesi- tan unos pastos excelentes , aunque no comen mas que las comunes , y como están siempre flacas, toda la superabundancia del alimento se convierte en leche : en lugar que las nacas comunes se po- nen gordas , y quando han vivido algún tiempo en pastos demasiado crasos , cesan de dar leche. Con un toro de esta casta , y las vacas comunes , se. hace otra casta , que se llama bastarda , la qual es mas fecunda y abundante de leche que la común: estas vacas bastardas paren frecuentemente dos ter- nerillas cada vez , y dan leche todo el año : estas son las que forman una parte de las riquezas de la Holanda , de donde sale todos los años gran can- tidad de manteca y de queso , que vale considera- bles VAC bles sumas : en quanto á lo demás , véase el artí- culo Buey. Vaca de Berbería, de las Memorias de la Aca- demia , y de la Encyclvfedia antigua , es el búbalo. Véase Búbalo. Vaca de Tartaria. Gmelin ha indicado bnxo de este nombre un animal , cuyos caraótéres , se- gún su relacioa , son los siguientes: „en el cuer- po se parece a la vaca común : las astas las tiene torcidas hacia dentro , el pelo del cuerpo y de la cabeza es negro , el de la frente y lomo es blan- co : el cuello tiene crin , y todo el pelo es como el del macho de cabrio , muy largo , y le cuelga hasta las rodillas , de suerte , que los pies pare- cen muy cortos : en el lomo tiene una corcova : la cola se parece á la del caballo , y esta poblada de un pelo blanco , muy espeso : les pies son seme- jan.es á los del buey : los de delante son negros, y los de atrás blancos : en los talones de los pies de atrás , tiene dos mechones de pelo largo , uno en la parte anterior , y otro en la posterior , y en los de los pies de delante , no tiene mas de uno en la parte posterior/' „ Este animal no brama como el buey , pero gruñe como el cerdo : es silvestre y feroz. ... Se irrita y gruñe luego que ve alguna vaca doméstica, lo que sucede rara vez en toda otra circunstancie. “ Gmelin anade , que en el pais de los Calmu- cos hay dos especies de estas vacas : la primera llamada sasiul^ , que es la misma que se acaba de describir : y la segunda llamada chainu\ • , la qual se diferencia de la o.ra en ta magnitud de la cabe- za y de las astas , y también en que la cola , que por su origen se parece á la del caballo , termina como la de la vaca ; pero ambas tienen el mismo natural. Según todas estas indicaciones , estamos per- suadidos á que estas vacas de Tartaria no son otra cosa que bisontes ó cholos. Vaca Marina , (la) que es el walross 6 wahus de los Alemanes es un animal anfibio , cuya cabeza está formada de una manera analoga á la del elefan- te ; tiene en elédto dos grandes colmillos de marfil, que salen de la quixada superior ; pero no tiene trompa , y a excepción de estos colmillos , y de no tener dientes incisivos en las mandíbulas superior é inferior , se parect á la foca en todo lo restante del cuerpo: solo que es mucho mayor, mas gordo y fuerte ; y comunmente ¡ene doce , y aun diez y seis pies de longitud , con ocho ó nueve de cir- cunferencia. Habita los mismos parages que las fo- cas , y casi siempre se hallan juntas : sus hábitos y propiedades son casi los mismos : viven igualmen- te en el agua , salen a tierra , suben sobre los gran- des pedazos de ytlo , atetan , y crian del mismo modo a sus hijos , finalmente , se sustentan con los mismos alúne: tos , viven asimismo en sociedad , y viajan en manadas numerosas. El macho tiene en la verga , como las ballenas, un hueso grande y grueso : la hembra pare en el invierno en tierra, ó sobre el yelo : y comunmen- te no produce mas de un hijo , el qual quando na- ce es de la magnitud de un cerdo de un ano. íno siempre pueden estar en el agua estos animales : es- tán precisados a salir a tierra para atetar a sus hi- VAC 279 jos , y para otras necesidades. Quando se hallan en la precisión de trepar á las riberas escarpadas y á losJ velos , se sirven de sus colmillos para agarrar- se , y de sus manos para ayudar la pesada masa de Su cuerpo. Persíguese á estos animales por sus colmi- llos. Quando los pescadores alcanzan a alguno , ó en el yelo , ó en el agua , le ai rojan un harpon fuerte , y hecho expresamente : luego que el har- pon ha penetrado el pellejo , tiran al animal con un cable hácia el timón de la chalupa , y le matan á lanzadas : después le sacan á la ribera mas inmedia- ta , ó a un yelo grande ; es mucho mas pesado que un buey : primero le desuellan , y arrojan el pelle- jo , y separan con una hacha los dos colmillos de la cabeza , para no dañarlos , cortan la cabeza , y la cuecen en una caldera , para extraer el gordo ó aceyte. Las vacas marinas son tan difíciles de seguir á fuerza de remos como las ballenas : su piel dura y gorda apenas se puede penetrar, especialmente por las partes en que está escogida, y es necesario pro- curar herirlas por la parte que esté bien estira- da. Luego que se ha herido al animal , se retira la lanza de pronto para que no la pueda co- ger con la boca , y lastime al pescador , ya con el extremo de sus dedos , ya con la misma lanza; porque quando estos animales están heridos , se po- nen furiosos , y procuran vengarse con sus colmi- llos : rompen las armas , y las hacen caer de las manos de los que acometen , y al fin rabiosos de la colera , y de dolor meten la caueza entre ¡as patas, ó ale. as , y se dexan asi llevar del agua: quando hay muchos son tan audaces , que para socorrerse unos a otros rodean las chalupas, procuran romper- las con sus dientes , ó trastornarlas, tropezando en ellas con Ímpetu. El aceyte de estos animales es ca- si tan estimado como el de la ballena , y el precio de sus colmillos depende de su tamaño , y de su peso : los mas caros son los que pesan veinte li- bras , pero estos son raros , y su peso común es de cinco ó seis libras. La especie de la vaca menina no varía tanto co- mo la de la foca : no viaja tan lejos , y parece mas inclinada á su clima : esta especie no es tan nume- rosa en el día , como lo era antiguamente , por- que sus individuos se han retirado hacia el Norte, y a los parages menos freqúentados de los pescado- res. Solo se halla gran numero de vacas marinas en el mar glacial del Asia desde la embocadura del Oby , hasta la punta mas oriental de este Continen- te : sin embargo pueden vivir en los climas tem- plados. Las relaciones siguientes extrañadas de los via- geros confirman los hechos que acabamos de refe- rir , y añaden á ellos algunas particularidades. „ Antiguamente dice, Zordrager , se hallaban en la Bahía de Horisont, y en la de Klock muchas vacas marinas , y focas ; pero hoy día hay muy po- cas... unas y otras salen á las llanuras inmediatas, quando hace mucho calor , y algunas veces se ven jumas ochenta , ciento , y hasta doscientas , particu- larmente las vacas marinas que pueden permanecer en tierra algunos dias de seguido, y harta que la hambre las vuelve al mar. Tienen cinto beaos en las pa- 2^o V A C patas como las Focas •, pero sus uñas son mas cor- tas , su cabeza mas gruesa , mas redonda , y mas fuerte ; la piel principalmente hacia el cuello es de una pulgada de grueso, y está arrugada, y cubierta de un pelo muy cono de diversos colores , su qui- xada superior esta armada de dos colmillos de una media vara , ó de una de longitud : estos colmillos que tstán huecos por la raíz van creciendo mu- cho mas conforme envejece el animal : vense al- gunos que no tienen mas de uno por haber perdi- do el otro , o combatiendo , ó por ser viejos. Este marfil es por lo común mas caro que el del elefan- te, porque es mas compacto, y mas duro.“ „La coca de la i mea marina. , continúa el mismo Autor , es semejante a la de un buey : está guarne- cida arriba y abaxo de pelos huecos puntiagudos, y dtl srueso de una cana de cebada: encima ele la bo- ca tiene dos ventanas, ó agujeros, por los qttales arrojan estos animales agua como la ballena , sin con todo eso hacer mucho ruido : sus ojos son cen- tellames, roxos y encendidos duran.e las calores del verano : v como no pueden entonces sufrir la im- presión que el agua hace encima , salen , y perma- necen mas voluntariamente en tierra , que tu qual- qaier otro tiempo. Hacia Spitzberg hay muchas o a- cas malinas... , y las matan en tierra con lanz-s. Ca- zanlas por el pr oducto que se saca de sus colmillos, y de su grasa , y aquellos valen tanto , como toda esta : lo interior de estos colmillos tiene mas valor que el marfil , especialmente en los mas gruesos que son de una substancia mas compaíta , y mas dura que los pequeños : y si la libra del marfil de los colmillos pequeños vale un flor n, (ó diez reales) la de los grandes se vende á tres , ó quatro flori- nes , y algunas veces a cinco. Una vaca marina co- mún da de si me. i. a cuba de aceyte“ ... ,,En o. ro tiempo , prosigue el citado Autor , se hallaoa gran mul.i.ud de estos animales en tierra; pero nuestros navios que van todos los años a este país a la pesca de la ballena , los han amedrentado de tal modo que se han re. irado á los parages ocul- tos , y los que han quedado , no salen á tieira en manadas , sino que permanecen en el agua , ó ais- per-ados sobre los yelos en los parages poco fre- qúentados , como en la isla de Mofen , detras de Worland , y en las llanuras mas remotas y bancos de arena ..onde no pueden acercarse las embarca- ciones : aun los que se encuentran en estos para- ges instruidos por las persecuciones que han sub ido están con tanto cuidado , que permanecen todos muy cerca del agua para poder arrojarse a ella prontamente. " „ Ames de la persecución de las vacas marinas entraban estas en lo interior de las tierras; de suer- te que en las mareas altas estaban bastante lejos del agua , y en las baxas siendo la distancia muerto ma- yor , se las cogia fácilmente: los cazadores camina- ban hacia ellas de frente para cortarlas la retirada por el lauo uel mar : Alas veían toaos estos prepa- rativos sii temor alguno , y muchas veces cada ca- zador ma aba tina antes que pudiesen salvarse en el agua, hacían una trinchera con sus cadáveres , y de- sabra algunas personas en espera para matar las que quedaban , y algaras veces cazaban de este modo trescientas , o quacrceientas. Por la prodigiosa can- VAC tidad de huesos de estes animales de que está sem- brada la tiara se vé quanca multitud Ue ellas habla en otro tiempo. Finalmente , este elefante de mar antes de conocer ai hombre , no temia enemigo al- guno, porque habiendo vencido los osos crueles que se crian en la Groenlandia, ya no tenia que temer cosa alguna. “ „En las cercanías de la nueva Zembla , dice M. Gmelin , y en todas las islas hasta el Oby se bailan colimbos de vaca marina : también pretenden , que se encuentran en las inmediaciones de y en h ti , y que los había antiguamente ha'ta Pjasida : después se ha hallado cantidad de ellos hacia la punta de Schalanginskoi , y en el p3Ís de los Schiiifschies donde sen muy gruesos ... es creíble que estos ani- males se hallen en gran número desde este parage hasta el rio Añadir , pues todos los cola ilios que se llevan á vender a JaJciitzk vienen de Anadirs- ko;, . “ „Tambien se encuentran, continúa el mismo ob- servador, en el estrecho de Hudson en la isla de Fe- lipcaux , donde tienen una vara (de Rusia) de largo, y ron gruesos como el brazo , y su marfil es tan bue> no como el de los colmillos del elefante.'1 „Yo he visto en J.;kutzk , añade el citado Au- tor , algunos dientes de vaca marina que cenian va- ra y quana de Rusia de longitud , y otros vara y media : por lo común son mas anchos que gruesos, y por su raíz tienen hasta quatro pulgadas de an- cho . . . nunca he oido decir , que cerca de Ana- dirskoy se haya hecho caza , ó pesca de vacas ma- rinas por el produdo de los colmillos , sin em- bargo , de salir gran número de ellos de este país • al contrario , me han asegurado que los ha- bitantes los encuentran separados del animal en la eos a baxa del mar , y que por consiguiente no tie- nen necesidad de matar las vacas meninas para con- seguirlos." „En la colección de viages del More se lee, que el caballo marino (vaca marina') se parece bas- tante al becerro marino (foca) solo que es mucho n.a\ or , y del tamaño de un buey : sus patas son como las del becerro marino , y asi las anteriores como las posteriores tienen cinco dedos , pero sus uñas son mas cortas : también tienen la cabeza ma- yor , mas redonda , y mas dura. Su piel tiene una pulgada de enteso , especialmente al rededor del cuello : unos la tienen cubierta de pelo de color de rata , y otros de muy poco ptlo. Comunmen.e están llenos de agallas y desolladuras , de suerte, que se diria que les Rabian arrancado el pellejo, particularmente al rededor de las coyunturas donde está muy arrugado." „Es;os animales tienen la abertura de la boca tan ancha como la del buey , y encima y debaxo de los labios varias cerdas huecas por den.ro , y del grueso de una paja . . . Sus orejas están poco apar- tadas de los ojos , y se parecen á las de los becer- ros marinos : su lengua es por lo menos tan gorda como la de un buey ... Su cuello es tan grueso que apenas pueden volver la cabeza , lo qual les obliga á volver extraordinariamente los ojos, y su cola es ccr.a como la de los becerros marinos." „Hay apariencia de que estos animales viven de yerbas y pescado : su excremento se asemeja al del ca- VAG caballo . . . Quando se arrojan al agua , meten pri- mero la cabeza como los becerros marinos : duer- men , y roncan , no solo sobre el yelo , sino tain* bien en el agua , de suerte que muchas veces pare- ce que están muertos. Son furiosos y animosos mien- tras viven , y se defienden unos a otros , . . se va- len de todo su esfuerzo para libertar a los que han cogido los pescadores , y se arrojan a porha a la chalupa , mordiendo , y dando bramidos espanto- sos , y si por su gran número , los pescadores se ven precisados i huir , persiguen la chalupa hasta que la pierden de vista. Hallanse vacas marinas en las costas de la Amé- rica Septentrional. “ En este pais se ven , dice el viagero Denis , vacas marinas , llamadas también bestias de gran dience , porque tienen dos colmillos gruesos y largos como la mitad del brazo , y otros dientes de quatro dedos de largo , y no hay marfil mas hermoso/1 La vaca marina es el rosmarus foca de Lineo : la vaca ma/ina de Anderson ;y el caballo marino del via- gero KracheninnikoW. VAGKA , en el Perú es el tapir. Idease Tapir. VAMPIRO. Baxo de este nombre indicamos un quadrupeao volante de la América Meridional , tan horroroso como los mas feos murciélagos , y mucho mayor que ellos : tiene la cabeza disforme , y su» perada de grandes orejas , muy abiertas , y muy de- rechas , la nariz contrahecha , y en figura de em- budo , con una membrana encima , que se eleva en forma de cuerno, ó de cresta puntiaguda, y que au- menta mucho la disformidad de su rostro : quando vuela parece del grueso de una paloma. Este animal es tan maligno como horrible , chu- pa la sangre de los hombres y de los animales mien- tras duermen , hasta agotársela , y hacerlos morir sin causarles suficiente dolor para despertarlos; No podemos citar sobre este asunto un testi- monio mas autentico , que el de M. de la Conda* mine : „ Los murciélagos , dice , que chupan la san- gre de los caballos , de los machos mulares , y aun de los hombres que duermen al descubierto , y sin preservarse poniéndose al abrigo, ó tapándose, son un azote común en la mayor parte de los paises cálidos de América ; los hay de un tamaño mons- truoso , y en Baja, y otros parages diversos han destruido enteramente el ganado grande , que los misioneros habían introducido , y empezaba á mul- tiplicarse. “ Estos hechos están confirmados por varios His- toriadores y Viageros. Pedro Mártir que escribió muy poco tiempo después de la conquista de la América Meridional , dice , que en las tierras del Isthmo , del Darien hay murciélagos que chupan la sangre de los hombres y de los animales mientras duermen , hasta darlos muerte. Don Jorge Juan , y Don Antonio de Ulloa testifican lo mismo , y el Padre Gumilla en su Historia del Orinoco se ex- presa en los términos siguientes: „ andaba continuamente al rededor de no- sotros , y nos fue imposible el tirarle ; porque lue- go que veia que le apuntábamos , se escurría de un modo tan pronto , que desaparecía en un instante: después volvía por otro lado , y nos hacia estar continuamente alerta : no obstante nuestra vigilancia no pudimos nunca conseguir tirarle : continuó este exercicio por espacio de dos noches enteras , y vol- vió la tercera : pero cansado sin duda de no poder lograr su intento , y viendo por otra parte que ha- bíamos aumentado el fuego , a el qual temia acer- carse demasiado , nos dexó aullando de una mane- ra espantosa, bu grito es lamentable , grave y fuer- te como el del buey. ,,En quanto al gusto de preferencia que supo- nen al yaguar por los naturales del país mas bien que por los negros , y los blancos , continúa el mismo viagero , yo presumo , que es cuento ; por- que he viajado con los Indios por varios parages donde habia tigres de la mayor magnitud, y nunca he notado , que tuviesen mucho miedo. Colgaban como nosotros sus amacas de los arboles , se ale- jaban á una cierta distancia de nosotros , y no te- man la precaución de encender un gran fuego , con- tentándose con una pequeña hoguera , que las mas ve- YAG veces se apagaba en el curso de la noche : estos In- dios eran habitantes de lo interior de las tierras , y por consiguiente conocian el peligro que podían te- mer ; pero sin embargo , parecian poco medrosos, aunque rodeados de estos animales. El yaguar es el pardas an lynx Brañliensibus , ja- guara dicia Atangravii de Ray , y el tigris Ameritaría jaguar a Erasiliensibus de Klein. YAGUARETE , (el) es otro animal de rapiña del nuevo Mundo , el qual se diferencia del ya- guar en que tiene el pelo corto , mas lustroso , y de un color diferente , pues es negro , con manchas aun mas negras. En lo restante , se parece tanto al yaguar en la forma del cuerpo , que podrá ser que sea una variedad de la misma especie. Y'ANUARA , ó Y'ANUARE , según los antiguos viageros, y Encyclopedia antigua, es el yaguar. Véase esta voz. YAVARI , en las Antillas es el Pecar. Vease es- ta palabra. YAVARIS , nombre baxo del qual han indicado en Ja antigua Encyclopedia el pecar , refiriendo he- chos fabulosos , como el tener el ombligo en el lomo , y resfaar por este condudo , &c. Vease Pecar. YEGUA , (la) es la hembra del caballo : contri- buye menos que este á la hermosura del potro , pe- ro quizá mas á su temperamento ; asi pues convie- ne que una buena yegua para casta tenga buen cuer- po , bastantes anchuras , y vientre , y que sea bue- na criadora. Para lograr buenos caballos finos , se prefieren las yeguas Españolas é Italianas , y para los caballos de coche , las de Inglaterra , y Nor- mandia : no obstante que con buenos caballos pa ■ dres , las yeguas de todos paises podrán producir hermosos caballos , con tal que ellas sean bien he- chas , y de buena raza : porque si hubiesen sido engendradas de algún rozin , los potros que den, serán ordinariamente malos caballos. Es preciso te- ner mucho cuidado de no admitir en las castas ye- guas que sean pobres de cola , porque no pueden defenderse de las moscas y los tábanos , y hallán- dose por otra parte mucho mas atormentadas de estos insedtos , que las que tienen buena cola , la agitación continua que les causan , hace diminuir la cantidad de su leche , lo que influye mucho so- bre el temperamento y la talla del potro. Se hace preciso también de no incluir en la cas- ta de aquellas yeguas que han estado siempre alimen- tadas de paja y cebada en las caballerizas , y no han tenido nunca costumbre de pastar , porque mientras que su temperamento se acostumbra á la yerba , y á la fatiga del campo , retardan su fecundidad. La yegua es siempre mas precoz ó temprana que el caballo , y puede producir un año antes que es- te : entran ordinariamente en calor á la primavera, y desde últimos de Marzo, hasta fin de Junio; pero el tiempo mas fuerte de su calor no les dura ordi- nariamente sino quince dias , ó tres semanas ; por lo que conviene tener mucho cuidado de aprove- charse de este tiempo para echarla al caballo padre. Mientras las yeguas están calientes , ó en este esta- do de ardor , se hace en ella una emisión , ó mas presto una destilación de materia seminal , baxo la forma de un licor glutinoso y blanquecino que llaman calores ; y de que se hallan preñadas , ce- YAG 287 san estas emisiones enteramente. Este mismo licor es el que los Griegos llamaron el hipomanes de la yegua , y del que pretendían poder- se hacer aquellos activos venenos ó filtros amato- rios , sobre todo , para hacer frenético de amor a un caballo. Es muy diferente este hipomanes del que se halla en las telas ó túnicas donde viene envuelto el potro quando nace , lo que no es mas que una con- creción coagulada , ó cuajada en el licor de la alan- toydcs , como se vera mas abaxo. La señal mas se- gura de estar caliente la yegua , es este mismo licor que arroja por la natura , y se conoce también en Ja hinchazón de la parte inferior de la vulva , y en los freqüentes relinchos con que en este tiempo ma- nifiesta su ansia y deseo vehemente de juntarse con los caballos. El primer potro que pare una yegua , nunca es tan robusto como los potros que produce después, y asi debe cuidarse de darla la primera vez un caba- llo padre mas fuerce y corpulento, con el fin de com- pensar el defe&o de la crecencia , por el mismo grandor de la talla : se hace también preciso tener un gran cuidado con la diferencia y variedad de fi- guras ó estampas del caballo y de la yegua , á fin de corregir los detebtos del uno por las perfecciones del otro , y sobre todo en no juntar jamás animales desproporcionados. Aunque la estación ordinaria del calor de las ye- guas sea desde el principio de Abril hasta fin de Junio , sucede con bastante freqiienda , que entre un gran número de estos animales , se hallan algu- nas que están ya calientes antes de este tiempo: con- viene en tal caso dexarlas pisar este calor sin echar- las al caballo , porque los potros que engendrasen, nacerían en invierno , sufririan la temperancia de ¡a estación , y no podrían mamar buena leche : y del mismo modo siempre que una yegua no entra en calor hasta pasar el mes de junio , porque na- ciendo entonces el potro en verano , no tenuil tiempo de adquirir bastante fuerza , para resistir las injurias é intemperies del invierno siguiente. Luego que las yeguas están preñadas , y que lis empieza á pesar el vientre , conviene separarlas de las otras que estas vacias , porque pudieran herirlas, ó maltratarlas el feto. Las yeguas están preñadas or- dinariamente once meses y algunos dias , y partn siempre de pie , en lugar que casi todos los demas quadrúpedos se echan para parir. Ayudase á las ye- guas en. sus partos difíciles braceándolas , y colocan- do al potro quando viene mal en su mejor situación, y aun algunas veces se le saca muerto del vien- tre con cuerdas , ó con garavato. El potro se presenta para nacer ordinariamente de cabeza : rompe las telas 6 túnicas en que viene envuelto quando sale de la matriz , y se vierten las aguas abundantes que ésta contiene. A este mismo tiempo caen uno , ó muchos pedazos solidos de car- ne formados por las heces de la licor espesada de ¡a alantoides. Este pedazo de carne, que los antiguos lla- maron el hipomanes del potro , no está , como dixe- ron , pegado á su cabeza , sino al contrario , esto es , separado por la membrana amnion , que es la se- gunda túnica que envuelve el feto. La yegua i,, r.e al potro inmediatamente que nace , pero nunca to- ca al hipomanes : de esto se vé , que los antiguos ü88 YE V se engañaron en asegurar , que al instante le de- v oraban. La costumbre ordinaria es hacer cubrir nueva- mente las yeguas , luego que espiran los nueve días después de su parto ; sin embargo de esta praitica, es hecho constante que teniendo la yegua juntamen- te que alimentar al potro nacido , y al que tiene en el vientre , se vé precisada á repartir sus fuer- zas , y no puede darlos tanto alimento como si tu- viese uno solo que mantener : seria pues mejor, pa- ra lograr excelentes caballos , no dexar cubrir las yeguas mas que un año sí, y otro no : en este caso durarian mucho mas tiempo , y retendrían con mas seguridad lo que concibiesen ; porque en las razas que siguen la costumbre ordinaria , están muy lejos de verse todos los accesos prolificos , y el que to- das las yeguas cubiertas por el caballo padre pro- duzcan todos los años : es mucho lograr siempre, que en un año mismo se hallan con potros la mitad ó las dos terceras partes. Lzs yeguas aunque esten preñadas pueden sufrir el coito sin que por esto haya jamas superfetacion; paren ordinariamente hasta la edad de catorce ó quince años después de este tiempo : se hacen ya comunmente infecundas , y las mas vigorosas , rara vez producen mas alia de los diez y ocho. Ve ase el /milenio Caballo. YEVRASKA , especie de marmota , que se halla en Siberia. Tiene la cabeza redonda , y el hocico YUP quebrado : no se la ven orejas , y la abertura del condudo del oído esta escondida debaxo del pelo: la longitud de su cuerpo , incluyendo la cabeza , es á lo mas de un pie : la cola solo tiene tres pulgadas: es casi redonda por su origen , después chata , y su extremo parece tronchado. El cuerpo de este animal es bastante gordo , su pelo leonado con mezcla de gris , y el de la punta de la cola es casi negro. Las piernas son cortas , las de atrás son mas largas que las de adelante , y los pies traseros tienen cinco dedos armados de cinco unas negras , y un poco corvas , los delanteros no tienen mas de quatro. Quando irritan á estos animales , ó los quie- ren coger , muerden violentamente , y hacen oir un grito agudo como la marmota : quando los dan de comer , se sientan , y lo llevan á la boca con los pies delanteros : se buscan por la primave- ra , y producen en el verano : las camadas comunes son de cinco ó seis cachorros : se fabrican unos vi- vares , en los quales pasan el invierno , y donde la hembra pare , y ateta á sus hijos. Finalmente esta marmota parece bastante diferente de nuestra mar- mota de los Alpes , para que se la deba mirar como una especie separada. YSQUIEPATL , en México es el coaso , prime- ra especie de los fétidos. Vease Coaso. YUPATUMA , en lo interior de las tierras del Brasil es el jarigue o didelfo. Vease Didllfo. ZA- 289 ZAB ABO , en Arabia. Fiase Hiena. ZAINO , en varios parages de América es el Picar. Ve.ise. ** Zarcillo. ( moni .) El lebrel que hace presa en la oreja. ZARIGUEIBEYU (el) , es una especie de nutria marina , que se parece á la nutria terrescre por la forma del cuerpo , solo que es mucho mas gruesa: su longitud es comunmente de cerca de dos pies y diez pulgadas , desde la punta del hocico hasta el origen de la cola , la qual tiene doce ó trece pul- gadas de largo : su peso de setenta á ochenta li- bras : tiene las orejas derechas , cónicas y cubier- tas de pelo , los parpados y los ojos bastante se- mejantes á los de la liebre , y casi de la misma magnicud , con una membrana en el grande ángu- lo de cada uno , que solo le cubre la mitad : las narices muy negras y arrugadas. La abertura de la boca es mediana , la quixada superior supera a la inferior , y ambas están guar- necidas de bigotes de pelo blanco , tieso y largo: tiene catorce dientes en la quixada superior , a sa- ber , quatro incisivos muy agudos , un colmillo en cada lado , un poco arqueado hacia atrás : quatro muelas también en cada lado , las quales son an- chas y gruesas , en especial las últimas : diez y seis dientes en la quixada inferior , quatro incisivos y dos colmillos , y cinco muelas en cada lado , las dos últimas de las quales están situadas en la gar- ganta : mas el numero de estos dientes parece que varía , porque h.iy algunos individuos que tienen tamoien cinco muelas en cada lado de la quixada su- perior. Los pies , asi los de delante como los de atrás, están cubiertos de pelo hasta cerca de las uñas, las quales son aparentes y exteriores , como las de los animales quadrúpcdos terrestres : los pies de- lanteros son mas cortos que los de atrás , y están armados de uñas ganchudas , que sirven al animal para despegar ias conchas de las rocas : las plantas de los pies están divididas en cinco dedos , unidos por una membrana vellosa, y son pardas ó negras: los dos dedos de enmedio de los pies delanteros, son mas largos que los otros , y el interno es mas corto que el externo. Los dedos ae los pies de atrás tienen la figu- ra de los de las aves palmipedes ; y son , como también el tarso y metatarso , mucho mas largos, y mas anchos que los de los pies delanteros : el de- do externo es también mas largo que los otros, los quales van siempre en diminución : la cola es totalmente semejante á la de la nutria de tierra , so- lo que es un poco mas corta , á proporción del cuerpo , y está cubierta de pellejo gfueso , vesti- do de pelos muy suaves y apretados. La verga del macho está contenida en una vayna debaxo del pe- llejo , y encierra un hueso , ios testículos no están Historia Natural. Tora, I, (*) Cada rublo viene a ser un duro nuestro. ZAR contenidos en una bolsa particular , sino solamente cubiertos por el pellejo común : la vulva de la hembra es.a situada una pulgada mas abaxo del horificio. La piel de estos animales es muy bella ; y bs negras son las mas estimadas. Las hay de color par- dusco , otras tienen la cabeza plateada , algunas tienen la cabeza , la barba y la garganta , variadas de pelo largo , muy blanco y muy suave : y en fin , otras tienen la garganta amarillaza , y en lu- gar de verdadero pelo , una borra crespa , gris- parda , v corta por todo el cuerpo. Finalmente , el color pardo ó negro del pelo, no llega mas que hasta la mitad de su longitud, porque todos tienen la raiz blanca, y cerca de una pulgada ó pulgada y media de largo en el lomo, en la cola y en ios lados del cuerpo : en la cabeza y en los miembros son mas cortos ; pero debaxo del primer pelo largo hay una especie de borra, como en los osos marinos , que es de color pardo ó negro , como el extremo de los pelos del cuerpo. Distinguense fácilmente las pieles de las hem- bras de las de los machos , porque son mas peque- ñas , mas negras , y el pelo del vientre mas lar- go : los nuevos tienen también en la primera edad el pelo negro ó muy pardo , y muy largo ; pero á los cinco ó seis meses se les cae , y al año aun no tienen mas de una borra, y hasta el año siguien- te no recobran el pelo largo : la muda es en los adultos de distinta manera de la de los otros ani- males : algunos pelos se caen por los meses de Ju- lio y Agosto , y los demas toman entonces un co- lor un poco mas pardo. Estas pieles forman un ramo de comercio con los Chinos , quienes las compran casi todas , y las pagan á setenta , ochenta y cien rublos (*) cada una , y por esta razón van pocas á Rusia. Su her- mosura varía según la estación : las mejores y mas bellas son las de los y/trigueibeyues muertos en el mes de Marzo , Abril y Mayo. : sin embargo , estas pieles tienen el inconveniente de ser muy gruesas y pesadas , sin esto serian superiores á las cebelli- nas , pues las mas bellas de estas no tienen tan buen negro. Estos animales ni son feroces , ni crueles : son bastante sedentarios en los parages que han escogi- do para vivir , y solo gustan de la sociedad de su especie. Durante el invierno habitan ya en el mar sobre los yelos , ya en la orilla : en el verano en- tran en los rios , y has:a en los lagos de agua dul- ce , donde parece que se complacen mucho. E11 los tiempos cálidos buscan para descansar los parages frescos y sombríos: quando salen del agua, se sacuden , y se echan en rueda como los perros; pero antes de dormirse , procuran reconocer con el olfato , mas bien que con la vista , que la tie- nen débil y corta , si hay algunos enemigos que temer en las inmediaciones : se alejan poco de la Qo ri- 290 ZAR ribera , para poder echarse al agua prontamente en qualquicr peligro ; porque aunque corren bas- tante bien , puede alcanzarlas fácilmente un hom- bre ligero ; pero nadan con grandísima celeridad» y como quieren , esto es , de vientre , de lomo, de lado , y aun en una situación perpendicular. El macho se inclina á una hembra soia , con la qual va siempre , y parece que la quiere macho, pues nanea la dexa : hay apariencia de- que se jun- tan en todos los tiempos del ano , porque se ven cachorros recien nacidos en todas las estaciones , y algunas veces ios padres y las madres van seguidos de lujos de distingas edades , de los partos anterio- res , porque estos no las dexan hasta que son gran- des , y pueden formar una nueva familia : las Hem- bras no producen mas de un hijo de cada vez , y muy rara vez dos : el tiempo de su preñado es de cerca de ocho á nueve meses : paren en las costas o idas menos frequentadas , y el hqo nace con to- dos sus dientes , pero los colmillos no cs.an tan formados como los demas dientes. La madre le ateta mas de un año , de donde se puede presumir, que no enira en zelo hasta cer- ca de un año después de haber parido : quiere apa- sionadamente a su hijo , lo que manifiesta en los alhagos y caricias que le hace , jugando continua- mente con él : le enseña a nadar , y quando está cansado , le coge en la boca para que descanse : si alguno llega á quitársele , da unos gritos y gemidos lamentadles ; y aun es necesario usar de precaucio- nes para robársele , porque aunque mansa y tími- da , le defiende con un valor que llega á desespe- ración , y se de xa muchas veces matar antes de abandonarle. Estos animales se alimentan de crustáceos , con- chas , polypos grandes , y otros peces blandos que recoge en las notras cenagosas , quando la marea esta oaxa ; porque como no tienen el agujero oval del corazón abierto , no pueden permanecer bas- tante tiempo debaxo el agua para coger su sus- tento en el fondo del mar : cambien comen peces con escamas , frutas arrejadas a la ribera tn el ve- rano , y aun algas a taita de oiro alimento ; pero se pueden pasar sin comer por espacio de tres ó qua.ro días seguidos : la carne de las hembras lle- nas y próximas a parir , es crasa y tierna : la de los cacnorros es delicaJa , y bastante semejante á la del cordero , pero la de los viejos es comun- mente muy dura. Su grito es un sonido ronco. En Kamtschatka , y en las islas Kuriles , se ven amenudo llegar estos animales en pedazos grandes de yelo , impelidos por el viento de Oriente ,que en el invierno reyna de tiempo en tiempo en estas costas : los cazadores , para lograr sus pieles , se exponen a ir muy lejos sobre el yelo , con pati- nes que tienen cinco ó seis pies de largo , y cerca de ocho pulgadas de ancho , y que por consiguien- te les dan osadia para ir a parages donde los yelos tienen poco grueso : pero quando estos yelos son impelidos por el viento con.rario , se hallan fre- quentemente en peligro de perecer , ó de perma- necer varios dias seguidos errantes en el mar antes de que un viento favorable los vuelva a tierra : en lo. meses de Febrero , Marzo y Abril , es quando hacen esta caza peligrosa , pero de mucho lucro, ZEB porque entonces cogen mayor numero de estos ani- males que en toda otra esucian : sin embargo , en el verano no dexan de cazarlos en tierra , donde los hallan dormidos con frequencia ; cambien los cogen en esta misma estación con redes que tien- den en el mar , o bien los persiguen en canoas hasta que logran cansarlos. Estos animales se hallan en gran numero en las costas , y en todas las islas despobladas de los ma- res Orientales de Kamtschatka , desde el grado cin- cuenta hasta el cincuenta y seis ; también los hay en las costas baxas , y e.i la embocadura de los nos grandes de la América Meridional; estos %arigucibe~ yitcs de América , tienen comunmence el pelo de un color pardo , mas o menos obscuro , y algunas veces plateado : finalmente , parece que varían mu- cho en la magnitud y en el color : en lugar de huir quando los acometen , se juntan dando gritos , y e» fácil matar gran numero de ellos. Los yaguares y cuguares los hacen una guerra cruel. El \a, igitcibeyu , nombre que dio Marcgrave 3 este animal , como también el de jya es la lucra ni- g, ¡cías cauda desasó, , et glabra de Barreré ; y la nutria del Brasil de Brisson. Hemos preterido el nombre de %mgueileyu de Marcgrave a los demas , por parecemos el propio de los países donde se cria este animal. ZEBRA , lo mismo que cebra. Fíase esta voz. ZEBU , especie de buey pequeño con corcova, q de bisonte , de las regiones Meridionales del an- tiguo Continente. El ti bu parece que es un diminu- tivo del bisonte , cuya raza , asi tomo la del buey, ha padecido grandísimas variedades , especialmen- te en el tamaño : y aunque originario de países muy cálidos , puede vivir y producir en nuestros climas templados. „ Yo he visto , dice M. Colinson , gran nu- mero de estos animales , en los parques de los Du- ques de Richemont y de PortlanU , donde multipli- caban y producían todos ios años terneros que eran los mas nermoios animales del mundo. Loa padres y madres vinieron de la China , y de las Indias Orientales. Ea corcova que tienen en las espaldas, es al doble mas gruesa en el macho que en la hem- bra , la que también es de un tamaño inferior al del macho. El \ebu pequeño mama á su madre como los demás terneros a las vacas , pero la le- che de la hembra \ebu , se agota mas aprisa en nues- tro clima , y se acaba de criar el ternero con otra leche. En casa del Duque de Richemond mataron un animal de estos , pero su carne no era tan bue- na como la de vaca. En la casta de ¡os bueyes sin corcova , se ha- llan también individuos muy pequeños , y que co- mo el xebu pueden formar una raza particular. Gemelli Carcri vio en el camino de Ispahan á Schi- ras dos pequeñas vacas , que el Baxa de la pro- vincia enviaba al Rey , las quales eran del tamaño de un ternero. Estas vaquillas , aunque alimentadas con paja solamente , están muy gordas , y parece que por lo general los %cbues ó bisontes pequeños, y los bueyes de pequeña talla , tienen el cuerpo mas carnoso y gordo que los bisontes y bueyes de talla común. En quanto á lo demás , vease el arti- culo Buey. ZEM- ZEM ZEMNI , animal del mismo genero que el zizel (Fe ase Zizel) pero mayor, mas tuerce , y mas maligno : es algo mas chico que un gaco doméstico: tiene la cabeza bastante gorda , el cuerpo delgado, las orejas cortas y redondas : quatro dientes incisi- vos que le salen de la boca , y los dos de la qui- xada interior son eres veces mas largos que los de la superior : los pies cortos y cubiertos oe pe- lo , divididos en cinco dedos , y armados de uñas corvas : el pelo blando , corto , y de color de ra- ta : la cola medianamente grande , los ojos peque- ños , y tan escondidos como los del topo. Casi tiene el mismo natural y propiedades que el criceto y el zizel : muerde peligrosamente , co- me con glotonería , y destruye los sembrados y huertas : cava su vivar , y se mantiene de grano, frutas y legumbres , de las quales hace provisión en su domicilio , donde pasa todo el invierno. Es- te animal es muy común en Polonia y en Rusia. ZENLIE , del Cabo de Buena Esperanza , es el Chacal. Fcase esta voz. ZIMBR. Nombre que en Moldavia dan á el bi- sonte. Fe use Buev. ZIZEL , especie de rata , que se parece al cri- ceto en su cola corta , y piernas baxas , en los dien- tes , y en sus propiedades naturales , como la de cavar vivares y hacer almacenes , destruir los tri- gos , &c. v pero por otra parte se diferencia bas- tante , para considerarle como una especie diversa. Es mas pequeño que el criceto : tiene el cuer- po largo y delgado como la comadreja : no tiene orejas exteriores , sino solamente unos agujeros es- condidos y tapados con el pelo : es de un color gris , mas ó menos ceniciento y uniforme. Por to- dos estos caracteres se aleja de la especie del crice- to , con el que , ademas de esto , no se mezcla nunca. El %¡%el se halla en Polonia , en Ungria , y en Austria. En latín , ó por mejor decir , en el len- guage moderno de los Nomencladores , se llama c¿- titius ó citellus. ZORRA (la) , se parece mucho al perro , espe- cialmente en las partes interiores : sin embargo , se diferencia en la cabeza , que es mas gruesa a pro- porción de su cuerpo , y también en las orejas que son mas cortas , y la cola mucho mayor , el pelo mas espeso y mas poblado , los ojos mas inclina- dos : también se diferencia por el olor fétido y subido , que la es particular ; y finalmente por el natural , que con dificultad , ó mas bien jamás se domestica : quando pierde su libertad se consu- me , y quando se la quiere tener mucho tiempo presa, muere de pesar : el macho nunca se junta con la perra , y si estos animales no son antipáticos, son á lo menos indiferentes. Este animal tan famoso por sus astucias , mere- ce en parte su reputación : lo que el lobo hace por fuerza , la tpira lo hace por destreza , y lo consi- gue con mas ffeqüencia. Sin correr el mismo peli- gro, ni experimentar tantos trabajos, está mas se- gura de vivir. Es muy astuta , circunspecta , inge- niosa y prudente , dotada de paciencia , varia su conducta : tiene algunos medios de reserva , que sabe usar en ciertos casos. Vela de cerca para su conservación , y aunque tan infatigable , y mas li- ¡iisioria Fui Hm!. lom. /. ZOR 291 gera todavia que el lobo , no se fia enteramente de la velocidad de su carrera : sabe ponerse en seguro, haciéndose un asilo en el parage donde se establece, y en el que cria sus hijos. No es animal vagabundo: esta domiciliado , y se inclina al suelo conocido, quando las inmediaciones pueden subministrarle con- que vivir. Se construye un vivar , á el qual se acos- tumbra , y hace su mansión común , a menos que no sea molestado por los hombres, y que un justa temor la obligue á mudar de retiro. Las wras que la inquietud ó la necesidad precisan á buscar un nuevo país, empiezan visitando los vivares, que en otro tiempo han sido habitados por gorras : re- gistran varios , y hasta después de haberlos recor- rido todos , no toman el partido de escoger uno. Quando no los encuentran , se amparan de los que habitan los conejos , y ensanchando las bocas se apoderan de ellos. La %orra no habita siempre en su vivar , este es un abrigo , y un retiro de que hace uso en caso de necesidad ; pero pasa la ma- yor parte del tiempo echada en los parages mas es- pesos de los bosques. Las gorras duermen una parte del dia , y hasta la noche no empiezan propiamente á vivir. Sus de- signios necesitan de la obscuridad , de la ausencia de los hombres , y del silencio de la naturaleza. Por lo general tienen los sentidos muy finos ; pe- ro la nariz es el órgano principal de sus conoci- mientos , este es quien las dirixe en la pesquisa de la presa , y quien las avisa de los peligros que pue- den rezelar : asegura y ratifica los reconocimientos que dan los demas sentidos , y él es quien tiene la mayor influencia , en los juicios que hacen relativa- mente á su conservación : por eso la %un a lleva siempre la nariz al viento. Se aloja por lo común en el rincón de los bos- ques , no muy lejos de los Lugares y Aldeas : oye el canto de los gallos , el cacareo de las gallinas, y demas aves domésticas , las saborea desde lejos: toma hábilmente el tiempo , oculta su designio y su camino , se escurre , se arrastra , llega , y ra- ra vez le salen inútiles sus tentativas. Si puede pe- netrar las cercas , o pasar por debaxo , no pier- de instante alguno , destruye el corral , y todo lo condena a muerte. Después se retira prontamente llevando la presa , que esconde en la yerba , ó lle- va a su vivar : un instante después vuelve á bus- car otra , que oculta en otro parage , y asi suce- sivamente , hasta que el dia ó el movimiento de los de la casa , la avisan que ya es tiempo de re- tirarse. La misma maniobra hace en las trampas y pa- rages donde se cogen páxaros con liga ó con red: se anticipa al cazador , va muy de madrugada , y freqüentemente á visitar las redes y varetas , se lle- va sucesivamente los páxaros que están presos , y los esconde en diferentes parages , especialmente á la orilla de los caminos , en los carriles , deba- xo de la yerva y nebrina , dexandolos allí algunas veces dos ó tres dias , y sabe hallarlos perfecta- mente quando tiene necesidad. Caza en el llano los lebroncillos , coge varias veces las liebres en la cama , nunca las yerra , quando están heridas , de- ' sentierrj los gazapillos en los sotos , descubre los nidos de las perdices y codornices , coge á la ma- Oo z dre 2 9 2 ZOR dre sobre los huevos, y destruye una cantidad pro- digiosa de caza. Tan voraz como carnicera , come de todo con igual ansia , huevos , leche , queso , frutas , y en especial uvas : quando carece de lebroncillos y perdices , se humilla a las ratas , turones , cu- lebras , sapos , &c. : destruye un gran numero de ellos , y este es el único bien que hace : es muy golosa de miel , acomete a las abejas silvestres, abejorros y távanos : quando estos la pican , se rue- da para rebentarlos ; los persigue tanto , que los obliga á abandonar el parage donde trabajan , y entonces le desentierra , y se come la miel y la ce- ra : también coge erizos , los hace rodar con sus pies , y los obliga á estenderse. Einalmente , co- me pescado , cangrejos , abejorros , langostas , &c. No produce mas de una vez al ano : las cama- das son comunmente de quatro o cinco cachorros, y nunca mas de seis , ni menos de tres. Quando esta preñada se oculta , y rara vez sale de su vivar , en el qual prepara una cama á sus hijos. En- tra en calor en el invierno , y por el mes de Abril ya se encuentran bonillas. Nacen con los ojos cer- rados ; y tardan como los perros ano y medio ó dos años en crecer , y viven asi mismo trece o ca- torce años. El padre y la madre los alimentan en común , y van para esto á cazar con freqiiencia, es- pecialmente quando los hijos empiezan a comer, los traen aves , conejos , perdices , &c. y las orillas del vivar que habitan , están pronto cubiertas de esqueletos de todas especies. Todo esto es fácil de reconocer ; pero es preciso tener cuidado de no molestar inútilmente el padre y la madre : porque en la misma noche transportarla sus hijos a una me- dia legua de allí. Es necesario asaltar prontamen- te el vivar , armar lazos en las diversas bocas ; y como no siempre hay seguridad de que las gorras viejas esten dentro del vivar, es forzoso sitiar tam- bién las sendas por donde van y vienen á buscar que comer. Entonces la necesidad de alimentar sus hijos las excita á despreciar el peligro , y su des- confianza queda destruida por esta necesidad urgen- te. Sin esto , una iprra rodeada de lazos en un vi- var , no sale hasta el ultimo extremo. Se ha visto una que permaneció sin salir quince dias , y quan- do se determinó , apenas tenia respiración. Estos animales , quando quedan cogidos por el pie , son bastante propensos a cortársele , y esto sucede ca- si ciertamente quando amanece , antes que el caza- dor llegue. La ion-a tiene los sentidos tan buenos como el lobo , la sensación mas fina , y el organo de la voz mas blando y mas perfefto. Chilla , ladra , y ar- roja un sonido triste , semejante al grito del pavo real : tiene diversos tonos , según los sentimientos diferentes que le mueven : tiene la voz de la caza, el acento del deseo , el sonido del murmullo , el tono lastimero de la tristeza , el grito del dolor, que nunca hace oir hasta que recibe algún tiro que la rompe algún miembro , porque no grita con ninguna otra herida, y se dexa matar á palos , co- mo el lobo , sin quexarse , pero siempre defen- diéndose con valor. Muerde peligi osa y tenazmente , y es preciso servirse de un hierro ó de un palo para hacerla sol- ZOR tar. Su chillido es una especie de ladrido, que se forma por unos sonidos semejantes , y muy preci- pitados. Al fin del chillido , da un grito mas fuer- te , alto , y semejante al de un pavo real. En el invierno , especialmente quando hay nieve y yelo, no cesa de gritar , y al contrario en el verano es- ta casi muerta : en esta estación se la cae y renueva el pelo. Se hace poco caso de las pieles de las ion ras nuevas o cogidas en el verano. La carne de la lona es menos mala que la del lobo : los perros, y aun los hombres la comen en el otono , parti- cularmente quando se ha mantenido y engordado con uvas , y su piel de invierno es estimada. Tiene el sueño profundo , y qualquiera puede acercarse á ella sin que despierte : quando duerme, se pone en rueda como los perros , pero quando no hace mas que descansar , estiende las piernas de atras, y está tendida sobre el vientre. En esta pos- tura acecha las aves en el campo. Estas la tienen tan grande antipatía , que luego que la perciben, dan un grito de aviso ; los grajos y los mirlos , re- piten amenudo este grito , y la siguen algunas ve- ces mas de doscientos ó trescientos pasos. La \o/i a se domestica menos que el lobo , y nunca pierde su natural. Es preciso atarla para pre- caver los danos que causaría en un corral. Pero lo que debe causar admiración es , que este mismo animal , que quando está en libertad se arroja so- bre todas las aves , quando está atado no toca á las que se atan junto á él , aunque le apriete el ham- bre, y la convide la comodidad á devorar la presa. La caza de la %orra. pide menos prevención que la del lobo : es mas fácil y mas entretenida. Los perros , que todos tienen repugnancia al lobo , ca- zan la iorra con gusto , y aunque tiene el olor muy fuerte , la prefieren al ciervo , al gamo y á la lie- bre. Se la puede cazar con podencos , galgos y otros : quando se ve perseguida corre á su vivar: los pachones con piernas torcidas son los que se introducen en él mas fácilmente. Esta manera es buena para coger una camada entera , esto es , la madre con los hijos : mientras se defiende y com- bate con los perros , se procura descubrir el vivar por encima , y se la mata ó se la coge viva con unas tenazas. Pero como los vivares están por lo regular en las rocas , debaxo de los troncos de los árboles , y algunas veces demasiado profundos , no siempre se logra el fin. Antes de soltar los perros en los vivares , es preciso atender a dos cosas : la primera examinar la situación del vivar , si está en alguna cuesta ó la- dera , ó en un terreno llano : la segunda dar gran- des golpes sobre los vivares donde están refugia- das. Es necesario examinar la situación del vivar, porque si está en un repecho ó ladera , se harán entrar los perros por los agujeros mas baxos , á fin de obligar a la lona á retirarse á lo alto del vivar , cuyo interior no es muy profundo , porque entrando los perros por arriba , se atrincheraría el animal en lo baxo , donde tienen una grande pro- fundidad , y son por consiguiente muy difíciles de sacar de allí. Si el vivar está sobre un monton de tierra en pais llano , entonces es necesario hacer entrar los per- ZOR perros por arriba , porque obligarán á la torra á retirarse en los rincones uel pie del monton de tier- ra , donde habrá menos que cavar que arriba. Mas si el vivar esta en pais llano es indiferen- te que los perros entren por una parte o por otra, porque los conductos tienen igual profundidad. Es necesario dar grandes golpes sodre los vi- vares , porque- las torras espantadas con el ruido o temblor de la tierra , abandonan las encrucijadas para retirarse al conducto principal. Quando se conoce que los perros han descu- bierto una tprra en su vivar , es necesario tapar al instante todos los agujeros o bocas , exceptuando aquella por donde hayan entrado , en la qual se ponen solamente unos palos , para que pasando el ayre al través , procure á los perros la facultad de respirar. Sin esta precaución de tapar los agujeros, se tendrá amenudo el disgusto de ver escapar la presa al tiempo de cogerla. De este modo se hace la caza del texon. El modo mas común , seguro y agradable de ca- zar la torra , es el de tapar los vivares quando se sabe que está fuera : los tiradores se colocan á tirp , y ■se atrailla con los perros : luego que la han descu- bierto , viene la tona á su habitación , pero quan- do llega sufre la primera descarga : si escapa ile- sa, huye muy aprisa , da una gran vuelca, y vuel- ve á su vivar , donde la tiran segunda vez , y ha- llando la entrada cerrada , toma el partido de sal- varse lejos , partiendo derecha hacia delante para no volver mas : entonces se hace uso de los galgos pa- ra perseguirla , ella los cansa mucho , porque pasa expresamente por los parages mas espesos , donde los perros no pueden seguirla , y quando sale á lo llano, va muy lejos sin pararse. Para destruir las gorras , es todavía mas co- modo el armar lazos donde por cebo se pone carne , una paloma , ú otra qualquier ave. Quan- -do las gorras no conocen todavía los lazos bas- ta armarlos en las sendas por donde tienen cos- tumbre de pasar, cubrirlos bien con tierra , yerba menuda y musco : por cebo se pone un animal muer- to hecho pedazos , y se dexa podrir hasta cierto gra- do , porque el olor de la carne podrida atrae mas á la xo, ra que un cebo fresco. Dicen que los abejor- ros guisados con manteca de puerco atraen mucho á las zorras , especialmente si se echa un poco de almizcle ; pero según otros , lo que las atrae mas poderosamente es el olor de la matriz de una torra muerta , quando estaba en zelo : se seca al horno, y sirve todo el año. En las encrucijadas de los bos- ques se colocan algunas piedras : se desparrama are- na al rededor , y se estrega la piedra con la ma- triz , las gorras vienen , se paran , y tscarvan , &c. quando están bien acostumbradas se estrega el lazo, la trampa, ó del mismo modo se entierra la matriz en la arena , y comunmente es bastante fuerte el atrac- tivo para vencer la inquietud natural de este animal. Esta especie es una de las mas propensas á la in- fluencia del clima , y se hallan en ella casi tantas variedades como en las especcies de los animales domésticos. La mayor parte de las tonas son berme- jas, pero se hallan también algunas, cuyo pelo es par- do plateado : todas tienen la punta de la cola blan- ca : las ultimas se llaman en Borgona torras carbo- ZOR 293 ñeras , porque tienen los pies mas negros que las Otras ; también parece que tienen el cuerpo mas corto , porque su pelo es mas poblado. Hay otras que tienen el cuerpo realmente mas corto que las demás , y que son de un pardo sucio casi del color de los lobos viejos ; pero esta diferencia de color es quiza menos una variedad que un efcéto de la edad. En los paises del Norte las hay de todas colo* res , negras , azules , pardas , grises , cenicientas, de gris claro , blancas con pies leonados , blancas con cabeza negra , blancas con la punta de la co- la negra , roxas con la garganta y el vientre ente- ramente blancos , sin mezcla alguna de negro , y finalmente cruzadas , que tienen una lima negra i lo largo del espinazo , y otra linea del mismo co- lor en ios brazuelos que atraviesa la primera. Es- tas ultimas son mayores que las otras , y tienen la garganta negra. La especie común está mas generalmente espar- cida que ninguna de las otras : hallase en toda la Europa , y en el Asia Septentrional , y templada: también se encuentra en América , pero es muy ra- ra en Africa y en los paises vecinos del Equador: nuestras torras originarias de los paises frios , se han acostumbrado á los templados , y no se han propagado en el medio día mas allá de la España , y del Japón. Son originarias de los paises frios , pues en ellos se hallan todas las variedades de la especie, y no se encuentran sino en estas regiones ; por otra parte sufren fácilmente el frió excesivo , y las hay en las latitudes mas altas hacia el polo. Las pie- les de las zorras blancas son poco estimadas , por- que se les cae el pelo fácilmente , las de las de gris claro son mejores : las azules y cruzadas son estimadas por su rareza , pero las negras son las mas preciosas de todas , y después de la cebellina es la piel mas bella y mas cara : hallanse en Spitzberg, en Groenlandia , en la Laponia , y en el Canadá donde también las hay cruzadas , y donde la raza común no es tan bermeja , que en Francia , y tiene el pelo mas largo y mas poblado. La t0>ra en latín uulpes , es el canis cauda reña de Lineo , y el canis fulbus piléis ciñereis ínter niix- tis de Brison. ZORRILLO , (el) ó mapurito , llamado también por los Indios majutiliqui , forma la quarta y mas pequeña especie de los fétidos. Tiene la cola tan bella y tan poblada como el chingue, de quien se diferencia en la disposición de las manchas de la piel ; cuyo fondo es negro con unas fax3s blancas longitudinales , desde la cabeza hasta el medio del lomo , y otras especies de faxas blancas transversa- les en los riñones : también difiere en la gurupa , y origen de la cola , la qual es negra hasta su punta, y la del chingue no es toda del mismo color. Fi- nalmente estos animales tienen las mismas costum- bres, y viven en el mismo clima. La ortohua de Hernández , que se halla en Nueva España , parece que es el mismo animal que el tonillo del Perú. Nota del Traductor. La siguiente noticia es del autor Mexicano ya citado en otros artículos. » El 294 Z O R „El son illo , menos conocido en Europa por la belleza de su pelo, que por el insufrible hedor que despide quando le irritan , tiene entre los Mexica- nos el nombre de epat/.“ „ M. de Buffon distingue quatro especies de tor- yillos baxo el nombre genérico de fétidos , y afirma, que las dos primeras , que él llama coaso y c o ¡¡epa- ta, son de la América Septentrional , y el chuche, y el porrillo propio , que son las otras dos , son de la América Meridional •, pero esta división es arbitra- ria , y no hay fundamento para creer estas quatro especies diversas , en vez de quatro razas de una especie diferentes solo en la magnitud y en los co- lores. Las dos primeras distinguen los Mexicanos con los nombres efe iyjuiepatl , el nombre coaso , ó sqaass tomado del viagero Dampier , que afirma ser común en la nueva España , no se ha oido jamás en aquella tierra. Los Indios de Yucan donde estu- vo aquel viagero llaman al tonillo pat, en otras par- tes se llama ¡/¡apunto , aña! ¡tya , chingue , &c.“ Gumilla, en su Orinoco ilustrado, hablando de este animalito , baxo el nombre de ¡/¡apunto , dice: ,, este animalejo el mas hermoso y detestable de quantos he visto hasta ahora , es como un gozque- cillo de los inas aseados que crian las señoras en sus palacios : todo su cutrpecillo jaspeado de blan- co y negro : su cola proporcionada , hermosa , y muy poblada de pelos largos : vivísimo y tratieso en su modo de andar : atrevido sobremanera , no huye , ni tiene miedo á fiera , ni animal alguno por bravo que sea , porque tiene confianza , y mucha satisfacción de las armas con que se defiende , con las quales me he visto miserablemente sofocado , y casi fuera de juicio : y es el caso , que si el dicho mapurite vé venir contra sí algún tigre , hombre , ó algún animal , sea el que fuere , le espera cara á cara ; y luego que ve á su enemigo a tiro propor- cionado , le vuelve las espaldas , y le dispara tal ventosidad , y tan pestifera , que cae aturdido , sea hombre , tigre , ó león el paciente , y ha menes- ter mucho tiempo para volver en sí : entretanto prosigue el mapurito su camino á su paso natural, muy seguro de que el que queda batallando , e infi- cionado , no esta ya para seguirle , ni perseguirle. Después de todo esto , los Indios a gran distancia ZUR los flechan ; y ya muertos , con notable tiento los abren , les sacan las tripas , sin romper ninguna , co- men la carne , que equivale á la de un conejo , y guardan el pellejo con mucho aprecio entre las alhajas de su mayor adorno y estimación : y á la verdad el cuero es suave al tacto , hermoso á la vis- ta , y sin olor.“ El Señor Abate Don Juan Ignacio Molina en su compendio de la historia de Chile , hablando del tonillo , baxo el nombre de chingue que le dan en aquel Reyno , hace la descripción siguiente: ,,E! chingue , el qual es uno de aquellos animalejos que Buffon llama feudos , á causa del intolerable hedor que despiden , tiene en Chile la misma estatura que un gato común , y su color es un negro azulado , menos sobre la es- palda , en la qual tiene una lista de manchas re- dondas y blancas , que se le estiende desde la fren- te hasta la cola. Su cabeza es prolongada , las ore- jas anchas y peludas , con la cuenca doblada hacia dentro , y los lobos pendientes como los del hom- bre : los ojos largos con la pupila negra : el hocico agudo : el labio superior mas largo que el inferior, y la boca hendida hasta tocar en los pequeños án- gulos de los ojos: pueblanle las quixadas doce dien- tes incisivos , quatro colmillos agudos, y diez y seis muelas , repartidos en ambas mandíbulas por porciones iguales , notándose que los laterales de delante son mas grandes que los de enmedio ; tie- ne mas altas las patas anteriores que las posterio- res , y en cada uno de los quatro pies cinco dedos armados de unas largas a proposito para abrir en ia tierra cuevas profundas , donde se encierra con su familia : lleva siempre la cabeza batea , la espalda encorvada al modo que el cerdo ; y la cola , dobla- da hacia arriba como la de la ardilla , es tan larga como su cuerpo , y no menos peluda que la de la zorra. ZURNABA, en Arabe es la girafa. Vease Gt- RAFA. ZURNAPA , en Arabe , según Belon , es la girafa. La antigua Encydopedia describia incomple- tamente la girafa baxo el nombre twnapa. Vtase Girafa. SU- 295 SUPLEMENTO A LOS ANIMALES QUADRÚPEDOS' Y CETACEOS. CHI ^^HILIHUEQUE (el) llamado propiamente bito- que , pi.ro los Araucanos , que lo tienen domésti- co , empezaron á denominarle desde el arribo de los Españoles Chuihucque , ó Rcbueque , que quie- re decir Hueque Chileño , ó Hueque puramente, para distinguirlo del carnero europeo , al qual dan el propio nombre por la semejanza que tienen uno con o¡ro. En efeéto si el Chiiihueque no tuvie- ra el cuello tan largo ni tan alcas las patas , seria idénticamente un carnero •, pues su cabeza tiene la misma configuración , las orejas son ovales y fio culosas, los ojos grandes y negros , el hocico lar- go y giboso , los labios pendientes y gruesos , ia cola mas corta , y vestido todo el cuerpo de una lana tan larga , pero mas fina que la del carnero. Medido desde los labios hasta el origen de la co- la, tiene cerca de seis pies de largo , bien que Ja tercera parte de esta dimensión es el largo del cuello. Ya hemos dicho , que los antiguos Chileños se servían de estos animales como ele bestias de carga; y ahora añadimos , que para mandarlos en los ca- minos , les pasaban una cuenta por un agujero que les abrian en las ternillas de las orejas ; y que al- gunos Geógrafos que oyeron estas cosas confusa- mente , tomaron de aqui motivo para decir , que los carneros han adquirido tal, corpulencia en las tierras de Chile , que cargados como Jas muías, sir- ven para el acarreo y transporte de las mercancías; no faltando quien asegure que los Indios se valian de estos quádrúpcdos , ames que ios conquistasen los Españoles , para la labor de sus campes , un- ciéndoles á su arado que llaman Quahabue. Con efedto el Almirante Spilberg encontró , que los ha- bitadores de la isla de Mocha los empleaban en se- mejan e destino. Los Araucanos aprecian mucho sus chilihueques , y aunque íes agrada su carne , no acostumbran matarlos a mo no sea para cubrir la mesa que sirven a algunos forasteros recomenda- bles , o con motivo de algún sacrificio solemne. Vevianse de sus lanas antes que los Europeos des- cubriesen la América : mas ahora que poseen con tanta abundancia los carneros de Europa , no usan de las lanas del chiühueque sino para textr algunos géneros superfinos, que son tan bellos , y tan lus- trosos , que casi parecen de seda. (M.) CHINCHILLA (k^ , es una especie de topo ó rata campestre , muy estimable por la finísima lana que. en lugar de pelo viste todo su cuerpo , y la qual es tan suave como la seda que crian las aranas CHI de los jardines. Su color es ceniciento , y tiene bas- tante largo para que la hilen , y la aprovechen. Es- te animalejo tiene sus pulgadas de largo desde el hocico hasta el ano : las orejas chicas y puntiagu- das ; el hocico corto ; los dientes como los de los topos caseros , y Ja cola de un largo mediano y poblada de suavísimo pelo: habita debaxo de tierra en los campos de las provincias boreales de Chile, y gusta mucho de acompañarse con otros de su misma especie : se sustenta de cebollas de varias plantas bulbosas que nacen con abundancia en aque- llos parages : cria dos veces al año , y en cada vez cinco ó seis hijuelos ; y es de un natural tan dócil y manso , que cogido con ’a mano , no muerde ni pretende escaparse , manifestando que se complace en que le acaricien. Si la ponen sobre las falúas, permanece con el mismo sosiego y tranquilidad que disfruta en su cama ; y como es tan sumamen- te aseada , no hay que temer que empuerque Icfi ropas , ni que les comunique algún mal olor , por- que carece totalmente de la hediondez que exhalan todos los demas ratones , y asi se puediera criarla muy bien en las casas sin incomodidad y a poquísi- ma costa para utilizarse de su lana , con la qual ios peruleros antiguos , mas industriosos que los mo- dernos, hacían cubiertas de cantas y preciosas es- tofas. Nota. Después de impresa ¡a C. de este Diccio- nario, en la que no pudimos dar á el artículo cbhi- ckilla una relación exáCia de este anímale jo , como se verá en la nota de thcho artíc tilo , la hallamos en el compendio de ia Historia del rtvno ce Chile de Don ju n Ignacio de Molina por lo que la reser- vamos para este suplemento como otros varios ar- tículos sacados de dicha obra , y señalados al fin con esta señal. (M.) CHINCHIMEN , ó GATO MARINO (el\ es un animalejo que tendrá veinte pulgadas de iaigo . mi- diéndolo desde la punta del hocico has. a el erigen de la cola. Su cabeza se asemeja mucho á la del gato terrestre en las orejas , ojos , nariz y lengua, y aun en ¡o largo de la cola : lleva también sus bi- gotes en el hocico , y su boca está guarnecida de seis dientes incisivos en cada qutxaua , los de la parte superior derechos y agudos , y los de la infe- rior mas ob.ttsos : tiene ademas quatro colmillos y diez y seis muelas , ocho en cada quixada. Los pies de delante y los de atrás tienen cinco dedos palmea- dos , que rematan en unas garras encorvadas y fuer- tes : su cuerpo esta vestido como el de las nutrias de dos especies de pelo de cotor pardo claro , el uno iC)G C H I uno suavísimo y corto , y el otro muy áspero y largo. Sospechamos que la hembra no pare mas que quatro hijuelos de cada vez , bien que no lo afirmamos de positivo. La habitación continua de estos semiantios es el agua del mar , donde andan nadando de dos en dos , sin juntarse jamas en tro- pas como Jas focas comunes ; sin embargo de que quando hace buen tiempo salen á las orillas á gozar del sol ; y entonces es quando los cogen los mari- neros con lazos que tienden en los parages que mas freqüentan. Estos animales son tan feroces como los gatos monteses , y embisten como ellos á qualquiera que se les acerca : su maullido es áspero y muy semejante ai rugido del tigre. (M.) CHÍNQUE , en el reyno de Chile es el Zorri- llo. Idease. CHINO , (foro} casta de perros originarios de los países cálidos , y cuya piel está casi desnuda de pelo. Mase Perro. COLOCOLO , (el) es un gato montes mayor que el doméstico , y semejante á él en su forma: su pelo , que es sumamente hermoso , es de un blan- co manchado de amarillazo y negro , cuyo ultimo color Je rodea la cola hasta rematar en la punta. (M.) COYPU, (el) .es un topo aquatico del tamaño de la nutria , á la qual se parece mucho en la cons- trucción de su cuerpo , y en el color de su pelo: tiene las orejas redondas : el hocico largo y cubier- to de mmtachos : las patas cortas , y la cola grue- sa , mediana y peluda : tiene armada cada quixada de dos dientes incisivos agudísimos , y de varias muelas : tiene en los pies de delante cinco dedos tüsn estendidos, y en los de atrás el mismo nume- ro, pero palmeados. Aunque el destino de este ani- malejo es vivir en el agua , se domestica , y aman- sa muy bien , si le sacan de ella : come de todo , y se manifiesta alhagueño y reconocido á quien cui- da de el. Su voz es un chillido agudo , que solo da quando le maltratan : y á costa de un poco de pa- ciencia é industria , se podría amaestrar mejor que a las nutrias para la pesca. La hembra pare cinco ó seis hijos cada vez , los que van siempre con ella quando anda en busca de su alimento. (M.) CULPEU (el) , es un perro montaraz , ó mas bien una zorra grande que solo se distin- gue de la común en la magnitud , en el color, que es mas fusco , y en la cola , que es larga , de- recha y poblada de pelos cortos hasta su extremi- dad , como la del perro común. Medido desde la punta del hocico hasta el maslo de la cola tiene dos pies y medio de largo ; y desde las plantas de los pies hasta la alzada de la espalda tendrá unas vein- te y dos pulgadas de alto. La forma de sus orejas, la situación de sus ojos , su dentadura , y la dispo- sición en que tiene sus dedos , corresponden perfec- tamente con las mismas partes de la zorra común: tiene la voz débil , y parecida al ladrido del perro: se aloja debaxo de tierra en cuevas que abre como las zorras , y se alimenta de animales pequeños. Quando este animal vé un hombre , se dirige á él inmediatamente , y deteniéndose á distancia de cinco ó seis pasos , lo mira y observa con aten- ción , continuando asi por bastante rato como el hombre no se mueva , hasta que por fin se reiira sin hacerle ninguna especie de mal. Y» no sé de C u Y donde le venga al culpen una curiosidad semejante: pero puedo afirmar , que quantas veces le encontré por aquellos bosques , otras tantas le vi repetir es- ta singularísima escena, que es un hecho sumamen- te notorio en aquel país , sin que nadie se atemo- rice , quando se acerca. Tal vez le pondrían el nom- bre que tiene , derivado al parecer ele la palabra mlpcu , que significa en lengua Chileña delitio ó locura , para explicar su necio procedimiento que le expone siempre á los tiros be los cazauorts; siendo otra singularidad no menos notable , que a pesar del gran número que matan diariamen- te , no se dexe este animal de un empeño tan ne- cio : y de aqui se sigue , que aunque su especie no es menos fecunda que la de la zorra , se propague muy poco. La primera vez que el Almirante Byron vió acercarse estos animales con tal desenfado a sus gentes en las Islas de Falkland , donde entonces se hallaba, creyó que fuesen otros tantos asaltadores del hombre \ y como tales los describió en su via- ge : pero se engañó , é injurió aquella inclinación rara y extravagante tratándola de ferocidad ; pues que los tales culpáis ni son mas timidos , ni mas for- midables que las zorras comunes , menos quando les acometen los perros , á los qualcs cuesta mucha fatiga y sangre el conseguir la vióloria. (M.) CUY , (el) es una especie de conejo pequeño, que algunos confunden con el erizo de Indias , sin embargo de diferenciarse de él tanto en la figura, quanta en los caraétéres genéricos. Es algo mayor que el topo grande campestre : tiene el cuerpo ca- si conico , las orejas pequeñas , peludas y puntia- gudas ; el hocico largo •, la dentura como la del co- nejo ó la liebre ; quatro dedos en los pies ante- riores , y cinco en los posteriores , que son mas largos ; y la cola tan corta , que á primera vista no se Te advierte. Como este animal es doméstico , es- tá expuesto á variar de color ; y asi los hay blan- cos , negros , de color gris , cenicientos , y man- chados ton varias mezclas de tintas. Su pelo es fi- nísimo , pero tan corto , que no le pueden hilar: su carne blanca y muy delicada ; y las hembras pa- ren seis , siete ó mas hijos en cada mes. A pesar de toda la semejanza que tiene el cuy con los conejos, huye de su compania , y jamás se han visto asocia- dos ni juntos estos dos animales i bien que su gran temor es á gacos y ratas , que son sus enemigos y destruóiores. En el Perú hay un animalillo casero del mismo nombre , pero que ignoro si será de la misma especie no habiéndolo visto. Por ultimo, en América se explica el nombre de cuy á varias espe- cies de animales pequeños semejantes á los conejos, que son por lo general del genero de la Cavia. (M.) CUYA , (la) es un animal pequeño parecido al hurón en la magnitud , en la forma y dentadura, en la disposición que tiene los dedos , y en el modo de vivir , diferenciándose de él en los ojos , que son negros , y en el hocico , cuya extremidad se le- vanta un poco á manera de! de los cerdos. Su pelo es espeso , suave y negro del todo : la cola tan lar- ga como el cuerpo , y bien poblada de pelo : se alimenta de topos que caza continuamente en el campo : y la hembra pare dos veces al año , y cada una quatro ó cinco hijos DE- D E G DEGU (el) 3 es una especie de lirón algo mas grande que las mayores ratas caseras 3 y que habita deb.ixo de tierra en las cercanias de Santiago de Chile. Su pelo es de un color bermejo obscu- ro , menos en los hombros , por los quales se le extiende una lista negruzca hasta llegar a los co- dos : su cola termina a manera de la del lirón en unos huecos de pelos largos del mismo color : tie- ne la cabeza corta ; las orejas redondas ; el hocico agudo y poblado de mustachos , los dos dientes in- cisivos de la parte superior a manera de conos , y los interiores aplastados y planos : los pies delante- ros con quatro dedos , y los de acras con cinco. Es- tos animalejos viven asociados unos con otros al re- dedor de los céspedes , formando con sus cuevas una especie de aldea con vanas calles que van de una cueva á la otra : alimentanse de frutas y de rai- ces , de las quales hacen abundante provisión para el tiempo de invierno , porque la benignidad del clima no les dexa ponerse soporíferos y aletargados como los lirones. Los vecinos de la Capital en el siglo pasado comían con gusto las carnes de estos animalejos: pero ios uel día no las aprecian (M). GUANQUE (el). Es un topo semejante á el cam- pestre en figura y tamaño ; peto cuyas orejas son huís redondas 3 el pelo turquí 3 y su natural cobar- dísimo. Habita en una cueva horizontal , de diez pies de largo , la qu.il sirve como de sala á otros catorce agujeros ó alcobas 3 d^ cerca de un pie de largo , que están repartidas con igualdad , y le sirven de otros tantos graneros 3 en que almacena sus provisiones para el invierno , las que consis- ten en ciertas raíces tuberculosas 3 del tamaño de una nuez 3 y de un coior leonado 3 que algunos di- cen ser una especie de criadillas de cierra 3 atenién- dose a su sabor ; pero que yo me inclino a creer que sean raices de alguna planta tuberosa , que pa- ra ser conocidas deberían ser plantadas en tierra , y reconocido su fruto : cosa que yo no pude hacer quando las tuve a la vista. Estos cubércmos son an- gulosos , pero el guauque los dispone y acomoda de suerte 3 que no queda hueco alguno vacio ó inútil en sus graneros \ porque posee la industria de encaxar los ángulos superiores en los intersti- REH 297 cios , que forman los inferiores. Luego que la estación de las lluvias le impide el andar por los campos en busca de su alimento, empieza a sustentarse de los víveres almacenados en las cámaras mas interiores , como que fueron los que formaron el deposito mas antiguo ; y con el propio orden va pasando de una cámara a o.ra, siguiendo un arreglo económico , no solamente en el modo de alimentarse , sino también en el aseo interior de su cueva 3 sacando fuera de ella las cas- caras de las raices que se ha comido. Parece que la cantidad de las vi.ualias es excesiva , si se compa- ran con las necesidades de su familia, la qual no consta mas que de él , de su consorte y de seis hi- juelos 3 que nacen á fines de otoño , porque los otros seis que procrea en la primavera , están ya emancipados quando liega este tiempo : de donde se sigue 3 que por el de la nueva cosecha se vé pre- cisado a desembarazar sus graneros de las provisio- nes antiguas para sosticuirles las nuevas. Los la- bradores que gustan mucho de las tales raices , acos- tumbran saquear sin compasión las cuevas de estas inocentes familias , y quitándoles el fruto de sus ¡n- austriosas fá. ¡gas , las dexan expuestas a los rigores del tiempo sin habitación ni alimento. (M.) GUIÑA qla) es un gato montes 3 que habi-a en los bosques de Chile 3 muy parecido al gato casero; pero un poco mayor : su pAo es muy hermoso , y de un leonado encendido , pintado graciosamente de manchas redondas y negras de quatro á cinao li- neas de diámetro ; su alimento son los topos y las aves domésticas y silvestres. Ignoramos el tiempo del calor de; las hembras , su preñado y número de hijuelos que paren cada vez ; pero es de presumir, que no se diferencie su fecundidad de la de los natos, (¡vi.) HUEQUE , (el) de Chile es el Chiiueque , vease. LAME (el) de Chile es la foea cu- I > Otico a, tugado. Ve ase H>cas. MUCA MUCA , en varios parages de América es el didelfo, l'ease este artículo. RLHUEQUL (el) ere los Araucanos es el Cht- lihueque. Fin de la Historia Natural de los animales Quadrúpedos y Cetáceos. E.V- fíistoria Natural. Tom. I Pp ENCYCLOPE DIA METODICA. HISTORIA NATURAL DE LAS AVES. . r r PROLOGO DEL TRADUCTOR. HAbiendo tomado ¿í mi cargo la traducción del primer tomo de Or- nitología de la Encyclopédia francesa , conocí inmediatamente la dificultad del asunto , y que para desempeñarlo se necesitaba de un trabajo quizas sin igual ; porque la falta de diccionarios españoles de Ornito- logía , los pocos Autores que han tratado de ella en general , ó por mejor decir ninguno , y la confusión que se halla en los Autores extrangei os , aplicando un mismo nombre á tres aves distintas de las de entre nosotros, y á veces describiendo una misma, bien que con nombre diverso , en dos parages diferentes , no podía menos que presentar á mi imaginación un campo cubierto de asperezas impenetrables á las fuerzas de mis débiles brazos, Pero animado con la esperanza de superar tan grande empresa consultando cQn sugetos inteligentes , emprendí mi trabajo , aplicando to- dos mis esfuerzos para que saliera á luz con aquella menos imperfec- ción que cabe en el asunto. En efecto , asi lo he executado , pero sien- do esta una obra tan ardua y tan escabrosa , aun no ha quedado en- teramente satisfecho mi deseo de presentar al Publico un tratado de Or- nitología completo en todas sus partes , pues ademas de la insuperable dificultad que hay en aplicar todos los nombres franceses de los pa'xa- ros que ellos conocen en el mundo á los nuestros españoles , y carecer nuestra Nación (como antes dixe) de una obra completa en este género. Sin embargo , en quanto ha estado de nuestra parte , hemos procurado va- lernos de todos los medios posibles para dar á los páxaros los nombres espa- ñoles que les corresponden , ya acudiendo á diccionarios latinos , italianos, franceses y españoles , ya leyendo y cotejando las obras de Brisson y de Bullón , como también las de Valdecebro , Funes, Marcuello y de otros Españoles , que mas se han entretenido en moralizar que en descubrir , y ya combinando las descripciones francesas con las españolas , para asegurar- nos en la aplicación de los nombres , executando lo mismo en los térmi- nos de cetrería , algunos de los quales no se han podido apurar por gran-* de que haya sido el trabajo que se ha puesto en ello. La dificultad que en esto se encierra lo acredita el mismo Mauduyt , autor del ramo de Ornitología de la Encyclopédia francesa , pues de muy pocos nombres que trae en español por estar en la inteligencia de que los sabe , yer- ra la mitad. Quánto mas disimulables no serán , pues, los yerros de esta cla- se que se encuentren en la traducción ; en la que sin embargo del inmenso trabajo que se ha puesto mirando y revolviendo diccionarios y Autores or- nitológicos , como también consultando con sugetos que cultivan la Historia Natural , ha habido que imponer nuevos nombres á nuevos objetos confor- Hi storia Natural. Tom. L A me 2 PROLOGO DEL TRADUCTOR, me á las reglas de Horacio, (x) y á las que la prudencia y aun la necesidad nos dictaron. Los nombres provinciales que se hallan en la Encyclopédia meto'dica me ha parecido del caso suprimirlos , pues ademas de no acarrear utilidad alguna á nuestra España , aumentaba mas y mas la dificultad de poderlos denominar , y asi solo pongo el nombre principal del páxaro que está á la frente del artículo , y dexo los provinciales para los Franceses , porque 1q contrario , ademas de ser inasequible , seria proceder en infinito. Por lo mismo en las citas de Buñon , Brison , Edwars y otros , se ha dexado únicamente la cita; porque de este modo se evita la confusión, y el lector que quisiere buscarlos en las obras de dichos Autores, ya sabe que el páxaro que está por cabecera en el artículo ó descripción , es al que los referidos Autores dan el nombre de las citas. Se han añadido algunos páxaros , al parecer no descriptos en la Ency- clopédia francesa, los que van señalados con dos ** , como también algu- nos nombres de cetrería , volatería y caza , y varias notas que han parecido oportunas , para coadyuvar por nuestra parte á la mayor ilustración del asunto , y añadir otra prueba del esmero que se ha puesto en él ; pero debo advertir , que en esta traducción no se deberá buscar la fluidez y elegancia de estilo en las descripciones de los páxaros ó aves (de cuyos nombres he usado indistintamente , aunque en realidad el primero es algo mas propio de los mas pequeños) y demas artículos , por haberse de tratar este asun- to menuda y circunstanciadamente , de modo que ni pueden escusarse las repeticiones , ni dexar de notarse las mas mínimas particularidades y me- nudencias , por no dar en el escollo de que , procurando pulir los discursos y adornar las oraciones , quede incompleta , falta de sentido , y tal vez equivocada la descripción. Por lo mismo no he dudado usar de muchas palabras técnicas adoptadas por los Aurores , tanto para la traducción de los quatro primeros discursos , como para lo demas de la obra. Y si en esta se hallare alguna equivocación en el sentido , o en la apli- cación del nombre y del género de los páxaros , espero que el lector pru- dente que lo advierta , no solo lo disimulará , sino que aun lo notará , para que en llegando el caso de hacerse segunda impresión salga mas correcta, te- niendo siempre presente , que siendo esta la primera obra general de Or- nitología que sale á luz en nuestra España , es preciso que se hallen algu- nos , ó tal vez muchos defectos , inevitables en este género de composicio- nes , y en los que han caído la mayor parte de Autores clásicos de His- toria Natural , aun no siendo la primer obra de esta clase que se publi- caba en sus naciones. (i) Horacio. Art. fo'et. verso 46 y sig. OR- ORNITOLOGIA, POR Mr. ^ M A U D U Y T, DE LA SOCIEDAD REAL DE MEDICINA. *' - - ■ y PLAN DE LA OBRA. •»! 1 ^“mrr IPonekse á escribir acerca de las aves , quando BnfFon y Montbeillard acaban de presen- tar al público sus trabajos en esta materia, parece, á primera vista, una extraña temeridad. Qualquiera que esto se proponga, y por otra parte se vea obligado á repetir sin tanta glo- ria aquello mismo que estos dos Escritores han tratado tan dignamente , parece no que- darle mas que el débil recurso de coadyuvar de algún modo á la mayor ilustración de es- ta materia : bien que si se considera la diversidad de objetos en que estrivan estos trabajos, creo que se tendrá el empeño por mas justo y razonable. Buftbn y Montbeillard se propusieron escribir la historia de las aves en general , tra- tarla con aquella extensión de que era capaz, y pintar principalmente sus hábitos y cos- tumbres , sin hacerse prolijos , notando los rasgos y particularidades que caracterizan los géneros ni las calidades que distinguen las especies entre sí. Asi lo executaron , presentan- do á los lectores sus resultados , y manifestándoles la ciencia ornitológica en su perfec- ción , ó muy cercana á ella , bien que sin darles á conocer los largos , penosos , é intrin- cados caminos por donde la conduxeron á ella el tiempo y la observación. La idea de tratar todas las ciencias de tal modo que el lector pueda irlas siguiendo en todos sus progresos, desde su origen hasta el término en que se hallan en el cha ; que le ponga delante los pensamientos y estuerzos de los varios Autores que han escrito de cada una dell as ; que explique todas sus partes ; que presente de todas ellas un. resultado gene- ral ; y que igualmente pueda convenir al que quiera ocuparse en este mismo objeto , como al que solo desee conocer una parte de él : esta idea , vuelvo á decir , tan distinta de la que se han propuesto Bufton y Montbeillard siguiendo un plan tan contrario , dexa campo abierto para trabajar después de ellos en el mismo asunto , al paso que autoriza el apro- vecharse de sus trabajos sin la nota de plagiario. Con arreglo , pues, á lo que queda expuesto, debo yo tratar de todas las partes de la Ornitologia, y presentar un compendio de loque ha sido en diferentes tiempos, de los me- dios que han ideado los Autores para facilitar su estudio , y de las cosas de que han tratado. Para proceder con orden en este campo tan vasto, trataré de las aves en general pri- mero de su forma, y después de su organización ; luego de los sentidos, cuya estructura y delicadez determinan las impresiones , y modifican su acción, de las facultades o habilida- des que penden de las impresiones comunicadas, y de los medios de facilitar los deseos que ellas han inspirado : en fin, de los hábitos y costumbres , que en los animales son efecto de la organización , y que por lo regular manifiesta el exterior al que procura observarlo atentamente. Después de haber examinado quanto es común á las aves , y en lo que todas se seme- jan , es muy propio investigar lo que pertenece particularmente á las especies distintas á cuyas clases pueden aplicarse ; y aqui será del caso hacer una recopilación de las obras mas apreciables que tratan de Ornitologia. Instruidos por los Autores en los medios de distinguir y conocer las especies, me pare- ce importante parangonar las aves del antiguo y del nuevo Continente , y sobre todo con- traponerlas , siguiendo los grados ó paralelos de donde habitan , cuyo examen-es muy A a con- 4 P LAN D E LA OBRA. conducente para hablar de la naturaleza de los climas, y para tratar de los viages ó emigraciones de las aves. Los objetos anunciados en los precedentes artículos pueden completar las generali- dades en la Ornitología , pero un gusto , en el dia demasiado general , exige algunas instrucciones , ya sean sobre los medios de remitir las aves vivas desde los paises ex- trangeros , de conservarlas en el nuestro , y de multiplicar sus especies si fuese posible, o ya en orden al modo de preparar las pieles que conserven la propia figura que te- nían quando vivas , de darlas la forma conveniente , y de preservarlas de todo lo que pueda destruirlas. De esta suerte dirigiré mi discurso en orden á la naturaleza de las aves en general , y luego pasaré á notar todas sus particularidades , siguiendo el método alfabético que prescribe la naturaleza de esta obra. Tratando de los géneros , procuraré quanto pueda reunir todas las circunstancias que los caracterizan , y que igualmente pertenecen á las diferentes especies de que se componen ; lo que me obligará , en orden á estas , á no poner cosa alguna que no les sea peculiar : de este modo evitaré las repeticiones , que precisamente serian muy freqüentes , y que habrían de hacerse en la mayor parte de los articulos si fuese otro el plan. Las particularidades en las descripciones harían demasiado voluminoso el diccio- nario , y no podiendo entrar en ellas, lo supliré citando las obras en las quales , el lector que las juzgue precisas, podrá encontrarlas cómodamente. Entre todos los métodos que se han propuesto en orden al estudio de la Ornito- logia , ninguno me ha parecido mas extenso ni mas fácil que el de Brisson. Por es- to" lo he preferido y me he determinado , quando hablo de cada especie de por sí , á indicar su género según el método del mismo Brisson. En quanto á la nomenclatura , me ha parecido que debía seguir la misma que han usado el Conde de Buffon y Montbeillard ; y soy de sentir que estos dos sabios tan célebres por la pureza de su dicción ; que han hablado de mayor número de aves que otro alguno autor ; que han manifestado muchas especies nuevas, á las que ellos mismos han dado el nombre , y que han puesto el mayor cuidado en hacer una ajusta- da aplicación de los nombres dudosos , son los que deben fixar la nomenclatura en nues- tra lengua. Brisson , Buffon , Wilhugby , Bellon , Catesby y Edwars , por lo regular, serán los únicos Autores que citaré en el discurso de esta obra ; de otra suerte seria muy largo el catalogo , y por otra parte los que quisieren verlo mas extensamente lo encon- trarán en la obra de Buffon o en la de Brisson. Asimismo , para abreviar mas esta obra , me ceñiré á citar el nombre latino con que se indican los géneros, y aquellos con que se distinguen en algunas lenguas vivas de Eu- ropa ; pero de ningún modo diré los nombres usados en las lenguas muertas, y en aquellas que se hablan en las extremidades de la tierra respecto de nosotros. El que quisiere podrá acudir á la obra de Brisson , que los trae con bastante exactitud. Hay muchos que él no cita , que Buffon y Montbeillard no han notado , y que yo tampoco referiré aun- que se encuentren en varios viageros , en algunos Autores , y aun en la misma En- cyclopédia- Estos son nombres , o antes bien palabras que nada significan , y que no nos presentan sentido alguno , ni por ellas mismas , ni por las descripciones que allí se encuentran. Semejantes palabras , que la misma explicación no da alguna idea de ellas , que nada especifican , y que aun mismo tiempo pueden aplicarse á muchos objetos distintos , consumirían inútilmente , tanto el papel como el tiempo que em- pleasen en ellas los lectores ; y asi debemos despreciarlas puesto que , respecto de nosotros , carecen de significación , y la explicación anexa nada nos presenta que sea cosa segura y estable. 5 DISCURSOS GENERALES SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. «1= e= . DISCURSO PRIMERO, En el qual se trata del exterior , de la organización de las aves , de sus sentidos , de sus facultades , y de sus hábitos y costumbres. §• I- De las partes externas. j^\.ristoteles define á las aves anima- les de dos pies cubiertos de plumas. En efecto , esta definición manifiesta los dos principales cararctéres que las distinguen. Las alas no les pertenecen tan propia y exclusivamente , puesto que algunos pá- xaros como el casoario y el manco , so- lo tienen la apariencia , y ademas muchos de los animales que no pueden compa- rarse con ellos , también tienen alas ; pe- ro si en estas se halla alguna semejanza con las de los páxaros en quanto al uso, no en quanto á su exterior , ni en quan- to á su estructura. Las alas de los insectos, de una sola y misma substancia en toda su extensión , no se componen mas que de dos mem- branas puestas una sobre otra , y ligadas con algunas fibras ó nervios ; las que es- tán desnudas ó cubiertas de escamas , que tienen la figura de plumas , con las que son comparadas ; pero estas escamas ó plu- mas de nada ¡es sirven para volar , pues- to que después de habérselas quitado , no por eso varían , ni son menos prontos en los movimientos. Al contrario , el páxaro no sabria vo- lar , si sus alas no estuviesen provistas de P°> las plumas que deben tener. Compónense también de partes diferentes por su subs- tancia , enlazadas entre sí , juntas unas con otras , y que se tocan por medio de su- perficies movibles. Las alas del murcié- lago , por su estructura es cierto que se semejan á las de los páxaros ; pero en lu- gar de plumas , están cubiertas de mem- branas con que baten el ayre , y las ha- cen servir de remos y de velas. Las membranas del escarabajo volante no tienen semejanza alguna con las alas propiamente tales ; y las de los páxaros tienen una forma exterior , y una organi. zacion que les son peculiares. La parte posterior délos páxaros, es- to es , la cola , compuesta de piumas mas ó menos largas , unidas á un miembro mo- vible , cuyos movimientos la dirigen ya hácia arriba ya hácia baxo , ya sobre ios lados , y al mismo tiempo puede exten- derse y estrecharse , es uno de los princi- pales caracteres que las distinguen. Los pies no solo se diferencian de los de los otros animales por el número , sino que también por una forma particular mas de- licada , y á proporción mas prolongada ; por su posición hácia la mitad del cuer- 6 DISCURSOS po , y sobre los lados , en la mayor par- le de las especies , y en algunas hacia la extremidad ; por las escamas con que es- tán cubiertas ; por la longitud y finura de aquella parte , que regularmente se compara á la pierna , y por lo común se toma por ella , y corresponde al tarso de los quadrúpedos ; en fin , por los dedos largos y delgados, separados unos de otros, unidos por una membrana colocados unos delante y otros atrás , ó todos hácia ade- lante , en el extremo unas uñas lisas , bri- llantes , redondas por la parte superior , llanas o acanaladas , y tiernas por la par- te inferior , mas 6 menos arqueadas , y á veces todas rectas. La cabeza de las aves á proporción , mucho mas pequeña que las de los otros animales , redonda por detras y llana por bebaxo , adelgazada por los lados , y algo por la parte de arriba , pero mucho mas larga por delante , está puesta sobre un cuello muy largo , delgado , de fácil mo- vimiento , capaz de alargarse , de acortarse, de extenderse , de encogerse , de doblarse, y quasi quebrarse á arbitrio del animal. Los ojos , en vez de estar delante de la cabeza , los tienen á los lados , y care- cen de cejas y de pestañas , á no ser en muy pocas especies ; su hueco es circu- lar , y sil forma menos esférica que la de la mayor parte de los otros animales , ex- cepto los peces , en los que el globo del ojo todavía es mas llano. El órgano del oido no está rodeado de la oreja , sino que al contrario , su hueco o conducto está escondido , y cubierto con plumas de par- ticular contextura. Las narices , son dos aberturas oblon- gas situadas al principio del pico , en su parte superior , en la superficie externa, en las mas de las especies , y en la interna solo en algunas. El pico que corresponde , según el uso que hacen de él , á la boca del hom- bre y á la de los animales , á las qui- xadas y á la trompa de los insectos , al chupadero y quixadas de los gusanos y zoó- fitos , sin embargo en nada se semeja á estos órganos ; es mas o menos largo y grueso , y en quanto á la forma tiene mu- cha variedad , pero siempre está cubierto de una sustancia lisa y compacta como la del cuerno , porque solamente se forma G E NE R ALES de partes duras y solidas : no encontrán- dose en él cosa alguna que corresponda á los labios ni á los dientes , como ni tam- poco á ios órganos de que se sirven los insectos, los gusanos y los zoolitos para alimentarse. Si después de haber examinado me- nudamente las partes exteriores observa- mos su todo , encontrarémos que el cuer- po de los páxaros es oblongo , adelgaza- do por los lados , algo redondo por deba- xo , un poco llano por arriba , ancho y es- pacioso por delante , y afilado y sutil por la parte posterior ; que en la mayor par- ’te de las especies su natural postura es la horizontal , y en algunas la vertical; que cubiertos con plumas , que esconden las formas , las articulaciones y los con- tornos , q uando están parados , solo pre- sentan á la vista una masa sin hermosu- sura , sin gracia , y sin ninguna señal , que como en los quadrúpedos , indique la fuerza , la flexibilidad o la agilidad; sin fisonomía en todas las partes de la cabeza ; y en una palabra , quando el páxaro está quieto solo parece un ani- mal estúpido y pesado. Pero esto no le es natural , y únicamente está asi quan- do el sueño ó la enfermedad le obligan á ello , por ser el movimiento lo que le conviene propiamente , en el que se no- tan todas sus habilidades , y en el que se manifiesta su carácter ; entonces es, quan- do caídas las plumas , y aplicadas mas in- distintamente sobre las diferentes partes, permiten que se distingan sus formas , y que considerado el cuerpo en su todo , parece apto para hender un elemento flui- do , para deslizarse sobre su superficie , y para penetrarlo y romperlo de rodos modos ; y entonces , quando la vista del páxaro muela continuamente de objeto , sin fixarse en ninguno , y su continua agitación , el movimiento de todas sus partes , el mudar cada instante de lugar, y la facilidad con que parece que se di- rixa de un sitio á otro , manifiestan la ligereza , la flexibilidad y la prontitud de sus movimientos , la multitud de sensa- ciones , la delicadez de sus impresiones , y Ja inconstancia y petulancia en sus deseos, objetos que constituyen las principales fa- cultades o habilidades de los páxaros , y el fondo de su carácter. §. IT. SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES S- IX’ De las partes internas , y en primer lugar del esqueleto, (i) Quando no se considera en los ani- males mas que el exterior , comparándose unos con otros , causa maravilla la varie- dad de sus formas ; y se aumenta , quan- do examinando su interior , poniéndolos en un paralelo relativo á su organización, de la que es efecto la vida , con el me- canismo que la conserva entre los indivi- dúos , y que la perpetúa por medio de las razas , pioeurandola existencia de otros sé- res ó entes nuevos , se descubre y advierte en estos animales , tan diferentes en las íor- mas , y tan distintos por lo exterior , una organización muy semejante en lo inte- rior de ellos , y un mecanismo , que de* lineado en su fondo por el mismo plan, no parece diferir en otra cosa que en la posición , en la extensión , y en el número de algunas de sus partes. No emprenderé desmenuzar este ob- jeto importante , porque esto pertenece á la anatomia comparada , que según el plan del nuevo diccionario encyclopédico , de- be tratarse separadamente , y por lo mis* rao no entraré en explicar á la larga las particularidades de la anatomia de los pá- xaros ; pero para facilitar la inteligencia de la parte que se me ha confiado , es preciso , á lo menos , que dé una idea de su mecanismo , y que advierta las seme- janzas que tienen con los otros animales en quanto á la formación interna , aun* que la externa sea tan distinta. Empiezo por el esqueleto , que sirve de basa y de sustentáculo á las diferentes partes, y pue- de dividirse en cabeza , cuello , tronco y extremidades. La cabeza , como sucede en todos los animales , presenta una caxita huesosa , re- donda por detras , llana por debaxo , algo delgada por arriba y chata por los lados; pero á proporción mucho mas larga por delante : los huesos uie se forma son planos , articulados con hendeduras poco profundas , y que se borran bien pronto. No me detendré en contar el número que varía según las diferentes especies , ni en la descripción de sus formas ; observaré solamente , que en la parte posterior se ad vierte con facilidad el occipital , en cu- ya base está abierto el cañón oval para el tránsito de la medula oblongada , y so- bre los lados los parietales ; que en cada lado , hacia su parte anterior , hay un hue- so pequeño , que con los parietales forma la parte mayor de la órbita , mas ancha á proporción que en los otros animales; que mas adelante se encuentra el pico , compuesto en el esqueleto de dos huesos separados , uno superior y otro inferior , ambos movibles en algunas especies , y en la mayor parte solamente el inferior; que de cada lado del superior salen y van hacia delante dos apéndices que forman el borde inferior de la órbita ; que del mis- mo hueso nacen diferentes láminas que se prolongan horizonralmentede delante atrás, y corresponden á los huesos del paladar, y otras que tienen una dirección perpen- dicular , y que están taladradas con mu- chos agujeros ; que ¡a abertura de las na- rices está en uno de estos apéndices hue- sos , los que corresponden al hueso etmoy- des ; en fin , que entre las dos ramas de la parte inferior del pico está colocado el hueso hyoide , sutil y fino , y destinado, como en los demas animales , para soste- tener la base de la lengua. En algunas especies se compone el cue- llo de doce vertebras , y de mucho ma- yor número en otras , y en varias se en- cuentran hasta veinte y dos ; ademas , las vertebras por el tránsito que proporcio- nan á la medula espinal , por el modo de estar articuladas , y por la formación é inserción que los apophyces suministran á un gran número de músculos , corres- ponden á los mismos huesos que se en- cuentran en los otros animales ; pero el mayor número de las del cuello de los pi- CO Este parágrafo , y muchos de los que le siguen , contienen algunas particularidades anatómicas , que naturalmente serian despreciadas como inútiles por las personas versadas en e tc género de conoci- mrento ; pero como esta obra debe, en quanto fuere posible , ser entendida de todos , sin estas particu- laridades , y una idea general de la economía de los animales , la mayor parte de los lectores nada en» tenderán de quanto se dice en orden í la organización de los pisaros en particular. 8 DISCURSOS páxaros es causa de su longitud , de su flexibilidad , y de la facilidad que tiene en alargarle y encogerle. La cavidad del pecho , colocada en el hombre y en los quadrúpedos debaxo del cuello , la forman las costillas por los la- dos , las vertebras torácicas por detrás , y por delante el esternón : por la parte su- perior , lateral y posterior está fortificada por los omoplatos , y por delante , en el hombre y en muchos animales , por las claviculas. Siete vertebras torácicas , y otras tan- tas costillas á la derecha é izquierda , ocu- pan en los páxaros , unas la parte poste- rior y otras las laterales ; delante solo tie- nen un hueso que corresponde al ester- nón : en Ja parte superior de cada lado tie- nen otro que corresponde á la clavicula y al omoplato ; en fin , entre estos dos huesos , é inmediato á la parte superior del esternón se advierte un hueso , ó es- queleto propio de las aves que se llama horquilla ; cuyos diversos objetos necesitan de alguna explicación. La primera y segunda costilla no lle- gan hasta el esternón , ni se unen con él mas que por una larga ternilla ; las otras costillas se componen de dos huesos, unidos entresi por otra ternilla interme- dia muy corta ; uno de estos huesos se prolonga hasta el esternón y se une con él ; en medio de la parte superior de ca- da costilla tienen una espina que la lle- van obliquamente de delante atrás , de ar- riba abaxo , y se extiende de una costilla á otra. Debaxo de las verdaderas costillas, ó de las que se unen con el esternón , tie- nen una flotante mucho mas corta que las otras, que corresponde á las falsas costillas. En todas las aves el esternón es un hueso bastante grande , llano , sutil , dila- tado , algo cóncavo por el interior , y mas ó menos convexo por el exterior , en me- dio del qual , por la parte de afuera , se ex- tiende en toda su longitud una cresta ó espina que sale á manera de hoz. Esto es lo que forma el hueso que se llama la pa~ ktilla , ó ternilla del fecho. Pero ademas de estos objetos , comunes al esternón de todos los páxaros , en ciertas especies tie- ne este hueso apéndices o ternillas que no se hallan en otras : por exemplo , el ester- nón del aguda es simple y sin ternilla , y G E NE RALES el de la gallina tiene tres , una muy larga y sutil que se dirige desde delante hácia atrás , otra mas ancha y mas gruesa que del ángulo superior y lateral del esternón sube hácia el cuello , y la tercera colocada obliquamente entre las otras dos. Entre la cavidad lateral del esternón , la extremidad de la coluna cervical , y el principio de la coluna torácica , hay en cada lado un hueso semejante á la V con- sonante vuelta al rebes , ó á una A sin ra- ya en medio. Este hueso , por su rama posterior y superior que se dirige de de- lante hácia atrás , y se extiende sobre las costillas , corresponde al omoplato , y por la rama interior é inferior que se dirige de arriba abaxo , y que por una parte se une con el esternón , y por otra con el hueso del ala , corresponde á la clavicula. Un hueso propio de los páxaros , com- puesto de dos ramas sutiles , iguales y ci- lindricas , que tienen la misma situación y forma que una V consonante , llenan la parte alta y delantera del pecho ; este por el extremo de sus dos ramas se une con los huesos que corresponden á las clavicu- las , y á los omoplatos , y se junta con estos huesos en el parage donde ellos se dividen en dos partes , siendo este el hueso que, como ya se ha dicho , se llama la hor- quilla. Entre la cavidad del pecho y la región hypogastrica en el esqueleto del hombre y en el de los quadrúpedos , hay un estrecho que se forma por la verte- bra de los huesos tumbares , pero en el de las aves no se advierte semejante co- sa ; la región hypogastrica sigue inmedia- tamente á la coluna torácica , y no pare- ce que tengan dichos huesos ; y en efecto ¿diremos que carecen de ellos , ó que la parte superior de la región hypogastrica ocupa su lugar? ¿Acaso podrá hacer sus veces y suplir por ellos? Dexo este asun- to para que le examinen los autores que tratarán de la anatomía comparada. En el hombre y en los quadrúpedos, la región hypogastrica , ó el hypogastri- co solo se compone de tres grandes hue- sos ; del sacro por la parte de atrás , de los huesos inominados por la de delante y de los lados ; y del cocis por la de atrás: está abierta por la parte anterior , y en su fondo cerrado solamente por detras y pol- los lados , y por delante en la parte infe- rior. SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. r¡or. Del mismo modo se halla en los pi- saros , pero está mas prolongado , y por delante enteramente abierto. No haré l,i descripción de estos tres huesos , por no traspasar los límites que se me han pros- cripto. En fin , el ultimo hueso del tronco es el cocéis , que en el hombre solamente se compone de una pieza , y en el de los animales hay muchas vertebras , cuyo nú- mero hace mas o menos larga la cola : pe- ro en los páxaros solo se encuentran seis ce ellas. El hypogastrico y el cocéis jun- to con la gordura y la carne , forman la parte que comunmente se llama ovispillo o rabadilla. En los hombres se dividen las extre- midades en superiores é inferiores , y en los quadrúpedos en anteriores y posterio- res. Las alas corresponden i las extremi- dades superiores o i los brazos del hom- bre , y á las anteriores de los quadrúpe- dos ; y las piernas del páxaro correspon- den a las del hombre , y á las extremidades posteriores de los quadrúpedos. Las extremidades superiores , ó los brazos del hombre se subdividen en bra- zos propiamente dichos , en carpo , en me- tacarpo y en dedos ; y la mano se compo- ne del metacarpo y de los dedos. Las extremidades inferiores se compo- nen del muslo , de la pierna, del tarso , del metatarso y de los dedos ; y el tarso , el metatarso y los dedos forman el pie. En quanto á las dos primeras subdi- visiones de las extremidades , tanto en eí esqueleto del hombre como en el de los quadrúpedos y de las aves , se encuentra alguna semejanza. La parte superior del ala , que corresponde al brazo , se compo- ne , como aquel , de un solo hueso ; la se- gunda parte correspondiente al codo , se compone también de dos huesos ; y el mus- lo del hombre y el de los páxaros solo tie- ne uno , y la pierna dos. Asi mismo , la parte superior de las dos extremidades de los quadrúpedos solo tiene un hueso , y la otra dos. Pero quando uno pretende comparar lo demas de las extremidades , tanto de los páxaros como de los quadrúpedos , con la mano y pie del hombre , no se encuentran mas que unas relaciones muy lexanas y y poco semejantes. Historia Natural. Tom, I. Tres huesos cortes unidos á la extre- midad del codo , y colocados uno en me- dio y los otros dos en cada lado sirven en el ala de carpo , compuesto en el hom- bre de ocho huesos irregulaies, poco vo- luminosos , y puestos en dos filas. Al metacarpo , que se compone de quatro huesos prolongados , le reemplaza uno solamente , que á la verdad tiene dos partes separadas por una abertura bastan- te grande. Si en los dedos quiere buscarse algu- na semejanza , se encuentra ésta en los tres huesecitos oblongos que rematan el ala , dos de los quales están unidos segui- damente uno con otro , y el tercero late- ralmente. En la pierna es la diferencia mucho mayor : el tarso , que en el hombre se com- pone de siete huesos bastante diferentes por la figura y tamaño, en los páxaros se forma solamente de un hueso muy largo y cilindrico , que constituye aquella parte que comunmente se tiene por la pierna de los animales. No se encuentra parte alguna que pue- da compararse , ni reen.p azar el metatar- so. Los dedos que forman el pie propia- mente dicho, se unen inmediatamente con el hueso del tarso ; pero tienen de común con los dedos del hombre y de los quadrú- pedos fisípedos , el estar compuestos de huesecitos ob’ongos ó de falanges , que se mueven y se encorvan fácilmente unas so- bre otras. Por esta razón es el pie , des- pués del pico , el principal instrumento de que se sirven los páxaros para agarrar y para retener ; para llevar y para arreglar y disponer los objetos ; y según alargan ó encogen las falanges unas sobre otras pue- den caminar por un terreno llano , ó sos- tenerse sobre las ramas de los árboles apre- tándolas fuertemente. Asi que , una parte de su industria proviene de la formación, de su pie , que tiene alguna semejanza con la mano del hombre. La ultima falan- ge de cada dedo finaliza en una uña , mas o menos larga , mas ó menos arqueada, o toda derecha. En fin ,1o ultimo que me queda que observar es , que los huesos de las aves, por lo común son mas sutiles, mas porosos, de substancia , menos sólida , y á propor- ción mas ligera que la de los otros animales. B §. III. 10 JD ISCUR SOS §. III. De los órganos de la digestión. El hombre , v la mayor parte de los animales , tienen dientes , que les sirven para mascar y moler la comida ; la qual baxa desde la boca al estómago por una canal larga cilindrica , en parte membra- nosa , y en parte musculosa , que se lla- ma esófago o garguero : del estomago donde se hace la primera digestión , pasan los manjares á la canal intestinal , se con- tinúa allí la digestión , y se concluye de hacer mientas dura su camino : el quilo se absorve y esparce por los vasos lác- teos ; y lo superfluo de los alimentos, que se reduce á las partes groseras y sin ju- go , en llegando á la extremidad del in- testino, se arrojan y echan fuera del cuerpo. La disposición de los órganos de la di- gestión es la misma en las aves , pero con todo tiene diferencias muy notables : ca- recen de dientes , y el pico de algunas que parece que los tengan , no se halla en efecto , provisto de otra cosa que de as- perezas o espinas , las que solo sirven pa- ra agarrar y retener , pero no para que- brantar , moler , ni deshacer ; bien que de esto no se sigue que , por lo común , to- dos los páxaros solo traguen simplemen- te , sin que los alimentos tengan antes preparación alguna. El pico no puede ha- cer las veces de los dientes , ni suplir su uso ; pero en muchas especies , si en un todo no lo suple , á lo menos en parte; cuyo objeto necesita de alguna explica- ción. Por lo regular algunas de las aves granívoras , como la paloma , la tórto- la , la gallina &c. , no hacen mas que tragar el grano sin quitarle la corteza ; pe- ro otras muchas , como el canario , el gil - güero &c. , no solo separan la cáscara y la arrojan , sino que , aunque poco , toda- via machacan el grano antes de tragarlo, y le hacen pedazos : otras, como el papa- gayo , que tiene la lengua mas gruesa y cargada de serosidades 1° mismo que su paladar , separan la cáscara de los granos y los rompen , y tanto estos como todos los demas manjares con que se mantie- nen , aunque sean suaves y blandos , no G E NE RALES los tragan hasta después de haberlos mo- lido largo tiempo , y reducidolos á una especie de masa. Esto lo executan colo. cando el grano en uno de los dos bordes ó lados del pico , cogiéndolo entre el corte de la parte superior y el de la inferior en el sitio donde la superficie dexa trán- sito para la semilla y se junta sin acabar- se de unir , y separándolo con el corte del pico como en un ángulo. La mayor parte de ellos después de esta operación , rompen el grano entre el corte de las dos partes del pico ; otros lo muelen compri- miéndolo entre la parte inferior y la su- perior que tiene en medio una prominen- cia dura , y propia para majar y romper; y el papagayo muele el grano , y macha- ca y deshace la comida entre la encorba- dura de la parte superior de su pico y eí borde anterior de la parte inferior. Los páxaros que se mantienen de pe- ces , generalmente se los tragan enteros , pero metiéndolos de cabeza para que de esta suerte las escamas y aletas se colo- quen paralelamente según la longitud del, cuerpo , y no impidan el paso por el esó- fago. Los que comen yerbas maceran en- tre las dos partes del pico los fragmentos que han separado , quando la yerba está dura y poco jugosa ; como también los que comen gusanos ó insectos no los tra- gan sin haberlos apretado muchas veces entre las dos partes del pico , á menos que no sean muy pequeños , y de una substancia blanda y suave : en fin , las aves de rapiña con la parte convexa de su pico despedazan la carne de que se alimentan : de suerte , que las aves real- mente no mascan ; pero muchas de ellas lo suplen con operaciones , que en parte reemplazan el efecto. En el hombre y en losquadrúpedos el esófago está colocado detras y á lo largo de la traqui arteria ; pero en las aves los dos conductos destinados , uno para el tránsito de los manjares , y otro para el ayre , están colocados y siguen su dirección lateralmente. En el hombre y en los quadrúpedos el esófago confina inmediatamente con el es tórnago , y en las aves por lo común y á proporción es mas ancho ; en muchas como en la paloma , en la gallina y en el gorrión , antes de llegar al estomago se di- SOBRE LA NATAUR lata y forma un saco membranoso que se llama buche ; este se estrecha y ensancha según le conviene al ave , y termina en el estomago. Los manjares se ablandan en el bu- che y allí sufren su primera alteración; como el buche es mucho mas ancho que el estomago, sirve como de lugar reserva- do donde pueden estar acumulados los manjares , y á medida que se va vaciando pasan al estomago. La paloma desde el buche sube la co- mida con que alimenta á sus pichoncitos; pero en muchas de las aves parece que se adelanta mas la digestión , aunque no se puede pensar que se haga y se execute en lugar mas apartado. En la paloma y en la damicela de Nu- midia penetra el ayre de la traqui-arteria al buche por una canal que todavia no se ha descubierto ; Perrault juzga que es- ro es para refrescar la masa que sirve de alimento y retardar la fermentación j ¿pe- ro acaso no podia ser probable que en muchas de las aves haya una comunica- ción entre el buche y la traquea , y que esté establecida para dos usos de los que Perrault nada dice , esto es , para dar sa- lida al ayre que se desprende de los man- jares en los primeros movimientos de la digestión , y de que abundan tanto aque- llos con que las aves se alimentan , y para proporcionarles un medio de dar á su arbitrio mayor salida al ayre , y hacer- se mas ligeros , según tengan necesidad ? Tengan ó no buche ¡as aves , lo cierto es que el esófago antes de desem- bocar en el estomago , é inmediato á pe- netrar en él , al mismo tiempo se expla- ya y fortifica , especialmente en las aves que no tienen buche ; y esta porción de canal mas ancha y de paredes mas grue- sas , que en parte se compone de fibras musculares , y que rara vez carece de ali- mentos , á mi parecer , podria tenerse por un primer estómago , y de esta suerte podrían las aves tener alguna semejanza con los animales que tienen muchos es- tómagos. El estómago propiamente dicho , en diversas especies de aves se distingue se- gún la calidad de los manjares , y se lla- ma ventrículo ó molleja vulgarmente. En los paxaros granívoros es una pequeña vis- Historia Natural. Tom. I. ALEZA DE LAS A! ’ES. 1 1 cera , por el interior de poca capacidad , pero de contextura muy fuerte : su for- ma mas regular en las diferentes especies, es la de un cuerpo no muy bien redondea- do , muy grueso en el medio , y llano é inclinado por los lados. Lo interior del ven- trículo esta revestido de una membrana muy recia , de consistencia muy fuerte, de un texido apretado , de un color ba- xo que tira á amarillo , y la superficie ex- terna lisa y pulida , al contrario de la in- terna , que está llena de lobas y erizada con muchas asperezas. Esta primera membrana se halla cu- bierta y envuelta de músculos cortos , muy espesos , de un texido unido y apretado, y sus fibras son muy fuertes , las que for- man quatro planos principales , dos de los quales unen y acortan el mayor diámetro de la viscera , y dos el menor ; encontrán- dose siempre dentro de ella granos de are- na ó pequeñas piedras que las aves tra- gan , y que la frotación ha alisado después de haber permanecido en el ventrículo. En las aves que solo se mantienen de carne de peces o de otros animales , el estomago es un saco membranoso fortifi- cado por algunas fibras musculares. Si qui- siéramos explicar la diversidad de sus for- mas , de su capacidad y de su grueso en las diferentes especies , serian demasiado largas las relaciones , por lo que nos con- tentarémos con decir , que en algunas de las aves acontece que el principal órgano de la digestión estrechado en ciertos pun- tos , y mas grueso en algunas partes , pa- rece que se divida en dos estómagos, y aun á veces en tres. Los intestinos délas aves , como tam- bién de todos los animales , son una lar- ga canal cilindrica , membranosa , forti- ficada por algunas fibras musculares , ó por una multitud de bazos sanguinos , y forman circunvalaciones , que siendo dis- tintas en las diversas especies , no pue- den describirse hablando de las cosas ge- nerales ; pero esta larga canal , tanto en las aves como en los otros animales , se divide primeramente en intestinos tenues y en intestinos crasos , y se puede ideal- mente dividir en otras tantas porciones ; y asi como en los quadrüpedos que solo se alimentan de vejetales , toda la canal, á proporción , es harto mas larga que la de B 2 los !•! DISCURSOS los que se mantienen fie carne , asi es mas corta en las aves carnívoras que en las piscívoras , y mas larga en las granívoras; pero en las que no están atenidas , como los quadrúpedos , á un solo género de co- mida , se encuentra mucha diteiencia en la longitud de la canal intestinal , como también en la textura del estomago , ya sea que estas variedades en la organiza- ción pendan de los distintos hábitos de las aves en el modo de alimentarse , o ya pro- cedan en muchas de ellas , a mo es mas regular , de la indiferencia que tienen pata escoger su comida. Según la estructura del ventrículo ó molleja , y según los fragmentos de pie- dras duras que se encuentran en sil cavi- dad , se ha creído largo tiempo que este suplia las funciones de los dientes ; que los páxaros que solo tienen un buche , ha- cían en él la digestión sin mas auxilio que esta viscera que trituraba los manja- res , y esto sirve de prueba de que la di- gestión se hacia por medio de trituración. Este dictamen , cuyo séquito iba ya deca- yendo , ha sido enteramente destruido por las experiencias del Abate Espallancini. Es- te tísico ha probado que la digestión no se hace con sola la tuerza de triturar y de consumir que se halla en el buche, aunque* esta contribuya y la acelere , si- no que es efecto de la acción de diferen- tes jugos. Réstame ahora añadir en or- den á los intestinos que el coecum , en las uves por lo común es doble , y que ge- neralmente en estos animales tiene este intestino muchos apéndices : que el rec- tum termina en una bolsa ó faltriquera que en latin se llama cloaqua , en la que se unen y muelen los excrementos y se mezclan con la orina que se vierte por los ureteres ; y que por ultimo el oviduc- to se abre en esta bolsa que termina en el ano. §. IV. D.l páncreas , del hígado , de la vexiga , de la hiel , y del bazo. Las visceras de que he hablado en el parágrafo anterior , sirven inmediatamente para la digestión ; de las que trato en es- te articulo es de las que contribuyen se- cundariamente , va esparciendo y vertien- GENERALES do en la canal intestinal los licores que obran en la masa alimentaria , o ya pre- parando antes la secreción de estos Hui- dos; y siendo diferentes por su forma y magnitud en los diversos páxaros , su des- cripción particular no puede tener cabi- da en un discurso general. Baste , pues , manifestar que los anatómicos han reco- nocido en las aves las visceras de que hablo ; que con arreglo á su semejanza en la formación , han sido de parecer que sirven paia lo mismo que en los otros ani- males,yqueen algunas especies como en las palomas , no hay vexiga de hiel , o a lo menos no la han encontrado. De los riñones. Generalmente beben poco las aves , y quando beben es muy poco cada vez ; pe- ro hay algunas , como son ciertas aves aquáticas , que á menudo toman una gran- de cantidad de agua , y sin embargo pa- rece que no orinan ; no tienen órga- no alguno exterior que sirva para darla salida , por lo que regularmente se pien- sa que las aves no orinan ; pero los ana- tómicos saben muy bien que tienen dos riñones situado uno á cada lado , á la par- te interna , lateral y superior del lomo, y por debaxo inmediatos á la parte ex- terna que se llama ovispillo ; que los ri- ñones son bastante anchos , llanos , com- puestos de una multitud de partes uni- das unas á otras ; que la orina que ellas separan baxa de cada lado por una urete- re o conducto membranoso que la vierte a poca distancia del ano en la dilatación del coecum , que es también el receptáculo de las materias fecales y sólidas , con las que se mezcla la orina ; por este motivo los excrementos de ¡as aves , y aun de las que se alimentan de granos están siempre blandos , bastante húmedos , y muchas ''re- ces desleídos. La descripción de los riño- nes de las aves , y la comparación con los de los otros animales , pertenecen á la ana- tomía comparada. i VI. SOBRE LA NATURALEZA DE LAS ALES. $. VI. De los órganos que sirven para los so- nidos , y de los que pertenecen d la respiración. Los animales , que tanto ocupan la superficie de la tierra como la región me- dia , respiran alternativamente un ayre pesado ó ligero , cálido ó frió , húmedo ó seco , cargado de exhalaciones o libre de vapores extraños , y tienen la respi- ración tan desembarazada , quando por un movimiento violento y de larga duración son transportados por el ayre á una gran- de altura , como quando quietos en la tier- ra algún espacio de tiempo , se mantie- nen descansando , ó no hacen mas que un exercicio suave y moderado. Sus acentos son agudos y penetrantes ; y su voz fuer- te , flexible y de bastante duración , for- ma variedad de sonidos- Estos animales precisamente han de tener los órganos de la respiración y los que sirven para for- mar los sonidos , modificados de otra ma- nera que los que fixos en la superficie de la tierra respiran siempre un mismo ayre ; en quienes el curso mas rápido com- parado con el vuelo de las aves solo es un movimiento sin celeridad ; cuyos acentos son graves y tardos , y que hablando pro- piamente carecen de voz , y que solo ar- ticulan unos sonidos roncos y desagrada- bles : esto , pues , es lo que vamos á exa- minar respecto de las aves. La traqui-arteria , los bronquios , los pulmones , el diafragma , los músculos in- tercostales y abdominales son los óiganos que sirven para la respiración y para la formación de los sonidos que hacen les animales , ya sea que estos órganos con- tribuyan inmediatamente á estas dos fun- ciones , o ya que secundariamente pendan de elios. En el hombre y en los quadrúpedos la traquia-rteria está coronada por la la- ringe , que se considera como la parte su- perior : esta se compone de una promi- nencia y de una cavidad , cuyas paredes están formadas de muchas ternillas , en cuyo íondo se halla la abertura de la tra- quea , que se llama glotis. Luego que los manjares pasan desde la boca al esófago , la glotis queda cu- bierta y tapada por una de las ternillas de la laringe , que le aplica la base de la lengua y que se llama epiglotis. Una tal precaución era necesaria tanto en el hom- bre como en los quadi úpedos , porque es- tando colocado el esófago detrás de la tra quea , se introducirla la comida por aquella abertura ó rendixa , si no se ta- pase en el instante mismo en que pasan; pero en las aves no se necesita de la epi- glotis , y en efecto no la tienen , porque estando situado el esoiago al lado y no detrás de la traquea, no hay tanto peli- gro de que los manjares se entren pi r allí, y ademas de esto en los páxaros la misma glotis se cierra perfectamente por una con- tracción que le es propia. íno es sola la epiglotis la parte de que carecen las aves : tampoco tienen laringe, a no ser que se dé este nombre , aunque impropiamente en mi juicio , á los bor- des superiores de la glotis. Su abertura es oblonga , forma un ovalo muy dilata- do , y estrechándose y juntándose sus bor- des uno con otro , cierran muy bien la abertura. La traqui-arteria y los bronquios com- puestos alternativamente en el hombre y en los quad: úpedos de anillos cartilagino- sos y de anillos membranosos ; en las aves solo se componen de anillos cartilagino- sos , y estos enteros y perfectamente cir- culares , quando los del hombre y de los quadrúpedos están quebrados por detrás, y lo que les falta de ternillas lo suple una membrana. No es sola esta diferencia la que se debe notar en la traqui arteria de las aves; generalmente y á proporción es mas lar- ga que en los quadrúpedos , lo que es in- dispensable por Jas dimensiones del cuello que es de substancia mas elástica , y en un gran número de aves antes de entrar debaxo del esternón y de ahorquillarse pa- ra dividirse por entre los dos pulmones , se dilata en una cavidad mas ó menos grande, redonda con irregularidad , formada de una ternilla sutil de consistencia casi huesosa, y que su poco grueso , su substancia y la extensión de la superficie la hacen muy elástica. En otros páxaros , como en el pardal y en el perico , en las ilustraciones publi- ca- I4 discursos cadas por el Conde de mi tío n , luego que llega la traqui arteria á la entrada del pe- cho , en lugar de sumergirse se extienuo por uno de los lados exteriores del es- ternón , y por encima de los músculos baxa hasta cerca del vientre , y allí se dobla y sube hacia el pecho , en ei qual no entra sin haber hecho antes este lai- go rodeo. . , Sabida , pues , la mayor longitud de la traquea , V su textura toda cartilagino- sa , mas movible y mas elástica en los páxaros , se puede conocer en parte , por- que es mas fuerte su voz , y a propor- ción rnas alta que la de los otros anima- les. En muchas especies los gritos a acen- tos que les son propios penden del trán- sito que hace el ayre quando se hincha la traquea : porque si después de haber- se hinchado y elevado la glotis de estos páxaros ya muertos , se comprime y le- vanta alternativamente el pecho , produce el mismo sonido que quando están vivos, ó antes que se haya separado la g*otis de la traquea. El pulmón es el órgano principal c inmediato de la respiración , y también se puede considerar como el órgano prin- cipal de la voz , y aun como un orguno secundario que solo contribuye para que el ayre que sirve para formarla salga de sus cavidades. Esta viscera , muy ancha en el hombre y en los quadrupedos, for- mada de canales aereas y de vasos sangui- nos , y capaz de grande extensión , toda se contiene en la cavidad del pecho. El pulmón de las aevs es de una substancia menos densa , no admite gran- de extensión , y ocupa menos lugar en el pecho ; pero no está rodeado de su cavi- dad ; se extiende ñus allá , y se esparce por cada lado hasta llegar al baxo vien- tre , donde forma unas vexigas bastante anchas capaces de mucha dilatación , y que suplen en aquella parte la extensión que le falta á la porción de la viscera con- tenida en el pecho. El pulmón de las aves , al parecer menos ancho que el de los otros anima- les , especialmente si se mira la parte con- tenida baxo las costillas , no lo es en efec- to ; ni tampoco menos propio para exten- derse atendiendo las vexigas , en las qua- les termina ; no tiene menos capacidad G E ÑERA LES para recibir el ayre que entra en él , en fuerza de su peso ; y al contrario le re- cibe en mayor cantidad , y puede mante- nerle mas largo tiempo. Quando después de la inspiración se baxa el pecho , y la parte del pulmón que corresponde á las costillas se comprime, no sale todo el ayre á la parte de afue- ra por la traquea , sino que una parte pe- netra en las vexigas del pulmón , coloca- das á los lados de la parte inferior del vientre , las ensancha y las llena. De aquí proviene que el vientre de las aves por un movimiento inverso al que se ha- lla en el hombre y en los quadrúpe- dos , se eleva al tiempo de la respiración, y se baxa en el de la inspiración , porque entonces las visceras y los músculos del baxo vientre , que el ensanche de las ve- xigas habia comprimido, vuelven á su pri- mer estado , y comprimen las vesículas de donde pasa el ayre al pulmón propiamen- te llamado asi , cu el instante en que se en- sancha el pecho. Atendida la textura menos densa del pulmón , ya se comprehende , cómo un ayre mas leve puede dilatarlo en las re- giones mas elevadas ; y como , atendida su capacidad , comprehendida en ella la de las vesículas , y su expansión inversa á la del pulmón prominente llamado asi , pue- de ¡a respiración de las aves ser mas du- radera : y que siendo esta casi doble que la de los animales terrestres , no necesi- tan de respirar tan amenudo , y pueden hacerlo libremente aunque sea en el mo- vimiento mas rápido : entendiéndose del mismo modo , cómo pudiendo las aves, o arrojar mas ayre de una vez por una canal mas larga y mas elástica , hagan mas fuertes los sonidos , ó que teniendo la facultad de manejar este mismo, ayre, de exprimirlo á su arbitrio , y de empu- jarle hacia las paredes de la glotis , mas ó menos abierta , que hiere quando pasa, sea su voz mas alta , tenga mas inflexio- nes y mayor duración : porque en las aves la glotis its el principa! organo del canto, modificado á medida que se dilata , ó en- coge , y sus paredes se extienden o em- beben por la acción de los músculos que las hacen mover , mientras que los agen- tes que comprimen el pulmón y sus apén- dices vesiculares despiden de una vez mas o SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. ó menos ayre , y que los movimientos con que se agita la garganta del páxa- ro quando canta dimanan de la dilata- ción o contracción de la glotis , de los baibenes que su. re de parte del ayre que la atraviesa , y de los movimientos de los músculos que obran en ella para di- latarla ó encogerla, Sin embargo , el mecanismo que con arreglo á los Autores acabo de exponer, nos dexa todavía una grande dificultad. Es difícil de comprehender como pasa el ayre desde las vesículas del baxo vientre al pulmón , elevado al tiempo de la ins- piración por un ayre nuevo ; ni como al ayre despedido de las vesículas no le re- chaza el que se introduce en el pulmón, ó no le detiene el ayre nuevo que pe- netra allí. Esta dificultad se ha allanado en mucha parte por el hallazgo de Cam- per , célebre anatómico holandés ; el qual ha conocido y manifestado que en las aves pasa el ayre desde el pulmón al hueso del ala que corresponde al del brazo , y que se introduce hasta en las mismas plumas ; porque si en la superficie de este hueso , que es bastante grande, crivoso por dentro y sin medula ni otra substancia que ocupe su cavidad , se ha- ce un agujero , y soplando por un ca- ñón al pulmón , se pone una bugia jun- to al orificio , el ayre que sale basta para que se apague. Desde luego se comprehende como al tiempo de la inspiración , introducién- dose un nuevo ayre por la parte del pul- món unida á las costillas , y que en al- gún modo era una simple canal , el ay- re que entonces despiden las vesículas ab- dominales comprimidas , obligado de la fuerza que las estrecha y del ayre fresco que se introduce en el pulmón , saliéndo- se por donde no encuentra resistencia al- guna , se introduce en el hueso del ala y penetra hasta las plumas ¿No será, pues, probable que este ayre que se respira tenga dos efectos? ¿que el ayre que sa- le de las vesículas , se escape por una in- finidad de canales o de poros exhalantes abiertos en la superficie del hueso del ala y en el conducto de las plumas? ¿y que por otra parte este ayre rarificado por el calor que recibe dilate la capacidad de las plumas y llene la canal y los poros , co- mo también la cavidad del hueso del ala; y que este mismo ayre menos pesado que el de la atmosfera haga que los páxaros sean mas ligeros? Sea lo que se fuese de esta congetura , lo cierto es , que el des- cubrimiento de Camper allana en gran parte y tal vez disipa del todo la dificul- tad que quedaba en orden al modo de respirar de las aves. Los músculos intercostales , los del baxo vientre y el diafragma , son los úl- timos órganos que concurren al movimien- to de la respiración. Los músculos intercostales , que están formados de dos planos , sirven , o para levantar las costillas o para baxarlas. En el primer caso el pecho se amplifica , y el pulmón que no se halla comprimido se dilata con la introducción del ayre que penetra por sus canales que están vacies; y en el segundo el ayre es lanzado fue- ra del pulmón que entonces se halla com- primido. Generalmente el pecho de las aves tie- ne menos movimiento que el del hom- bre y el de los quadrúpedos , y todo lo demas parece estar dispuesto casi de una misma manera. Los músculos del baxo vientre que salen hacia fuera al tiempo de la inspira- ción , se contraen al tiempo de la respi- ración , y con este movimiento hacen re- tirar las visceras hacia el pecho , al que disminuyen su magnitud , y concurren á que salga el ayre fuera del pulmón. Lo mismo sucede en las aves respec- to de las visceras y de los músculos , so- bre las expansiones vesiculares del pulmón, cuya dilatación las arroja á la parte de afuera. En fin , el diafragma es un músculo muy ancho y llano que separa la cavi- dad del pecho de la del baxo vientre, y los páxaros no tienen cosa alguna que se les semeje ; en lugar de esto, se encuen- tra en la mayor parte de las aves una membrana muy sutil , y en muchas es- pecies una porción de ellas también té- nues y sutiles , que solo se semejan al diafragma en tener una situación inter- media entre el pecho y las visceras del baxo vientre , pero que no siendo capa- ces de contracción alguna , en nada po- drán contribuir para la respiración. Creo que D IS CU R SO S GENERALES x6 que basta lo que llevo expuesto para dar i¡na idea general del mecanismo de ¡as ar es , como también de lo que princi- palmente sirve para la formación de los diversos sonidos y del canto. §. VIL Del corazón y de la circulación. Apenas habrá alguno que no sepa que el corazón es el principal agente de la circulación de la sangre ; que es de lorma piramidal , situado en el medio y hacia lo alto del pecho ; que por un septo-medio se divide en dos cavidades que se llaman 'ventrículos ; que desde que empieza la vida hasta que se concluye , jamás cesa de dilatarse y encogerse alternativamente : que en su base , que está vuelta hacia arriba , están colocados dos sacos carnosos llamados aurículas i que estos sacos al tiem- po de comprimirse el corazón reciben y recogen la sangre que viene del pulmón y de todas las partes del cuerpo por la vena pulmonal y la vena cava ; que al punto que se explaya o dilata el cora- zón pasa la sangre de las aurículas a sus cavidades o ventrículos ; que comprimién- dose el corazón en el instante siguiente, apartándose su base de su cono ; como también separándose unos de otros los pun- tos de las paredes , exprime y lanza fuer- temente la sangre que contienen sus ca- vidades ; que una parte de ella es condu- cida al pulmón por la arteria pulmonal: y que otra es impelida por la arteria aorta , sus divisiones , subdivisiones y ra- mificaciones , y que se esparce por las di- ferentes partes del cuerpo. Igualmente se sabe que este curso continuado de la san- gre es el movimiento que se llama cir- culación ; que las venas no tienen dilata- ción ni contracción ; pero que las arterias se dilatan al mismo tiempo que se com- prime el corazón , y al contrario , se com- primen aquellas quando este se dilata. En fin , nadie ignora que la sangre que vie- ne del pulmón se introduce en eí ventrí- culo izquierdo que la esparce por las di- ferentes partes del cuerpo , y que la que viene de distintos parages la recibe el ven- trículo derecho que la dirige al pulmón; tíe manera , que la sangre pasa alternati- vamente del pulmón á todas las diferen- tes partes del cuerpo y de estas al pul- món ; pero siempre atravesando el cora- zón , que muda su curso o que remite al pulmón la sangre. que viene de las di- ferentes partes , y á los vasos de ellas la sangre que sale del pulmón. El mecanismo de la circulación es el mismo en los páxaros , por lo que no de- bo extenderme á tratar de él. No he ha- blado de las balbulas que situadas en la base de las venas , ó por mejor decir á la abertura de las aurículas , acercándose y arrimándose á estas aberturas quando el corazón se comprime , impiden el retor- no de la sangre desde las cavidades del corazón á las venas : nada tampoco he di- cho de las que colocadas en la base de las arterias , impelidas hacia arriba , y abier- tas quando el corazón se comprime , y ti- radas hácia abaxo y aplicadas contra el orificio de los vasos , quando se ensancha dan tránsito á la sangre en el primer ca- so , y en el segundo se oponen á su retor- no hácia las cavidades del corazón , quan- do las arterias se comprimen. Hubiera gastado mucho tiempo en exponer este mecanismo , si hubiese hecho la compara- ción entre el hombre , los quadrúpedos y las aves. Baste advertir , que en quanto á esto se hallan algunas diferencias entre las aves los otros animales , y que no obstante la naturaleza obra en ellos los mismos efectos , valiéndose también de balbulas , aunque diferentes en el núme- ro y en la forma» §. VIII. Del cerebro , del cerebelo , de la medida oblongaáa ,y déla medida espinal. Quatro órganos , ó tal vez quatro di- visiones , son en los animales el principio de la vida , del movimiento y del senti- do. Estos órganos son el cerebro , el ce- rebelo , la medula oblongada , y la me- dida espinal ; los que por medio de ner- vios se comunican por las diferentes par- tes del cuerpo. Estos nervios se compo- nen de haces , de cordones o de fibras li- sas , blanquecinas , pulposas en su origen, y que toman mayor consistencia a! paso que se van alexando. Solamente están apre- u- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. tadas y unidas unas con otras , poro no nacen de un tronco común , ni se rami- fican ; y á medida que se propagan se separan y se dividen en diferentes partes. Se sabe muy poco , o antes bien es preciso confesar que nada se sabe , de como los nérvios desde los órganos nom- brados y en los que tienen su origen , comuniquen á las diferentes partes el prin- cipio de la vida y del movimiento , y có-. mo dirixan hacia el cerebro las impresio- nes que han recibido : no puedo entrar en el examen de los sistemas propuestos acerca de este objeto ; pero lo cierto es, que los nervios no pueden destruirse , da- ñarse ni atormentarse sin que las partes que están debaxo del lugar donde ellos padezcan , ó descaezcan , o según las cir- cunstancias pierdan el movimiento , el sen- tido y la suda. Por otro lado padecen las partes los mismos accidentes , si los órga- nos en aue tienen su oiigen los nérvios, son maltratados , dañados o destruidos : es- tos Oiganos , pues , contienen el principio de la vida , del movimiento y del senti- do , y lo comunican por medio de los nérvios. Este mecanismo , del qual he debido dar alguna idea en favor de los lectores que ignoran la anatomía , es el mismo en las aves que en el hombre y en los qua, drúpedos : en todos los animales es se- mejante , aun en los que se diferencian mucho en la forma y en lo demas de la organización : este mecanismo , si se me permite explicarme de esta suerte , es el que constituye la animalidad , que consis- te en la sensiblidad y en la facultad de moverse : por desgracia , esta parte de la organización animal , la mas curiosa , y tal vez la mas importante , es la menos conocida , porque pende de los órganos mas sutiles ; porque encontrándose única- mente en los animales , no tenemos fuera de nosotros y de aquellos iguales objetos, en los quales podamos hacer la compara?' cion , que es el único camino que nos suministra ideas justas y conocimientos fun- damentales. Paso , pues , á la abreviada descripción de los órganos , de los que so- lo he dicho sus nombres , é indicado su uso. El cerebro es una viscera de mucho volumen , blanca y quasi pulposa, situada Historia Natural. Tom. I. en la cavidad del cráneo , del qual ocupa la mayor parte : se compone de dos subs- tancias , una externa que por su color se llama substancia cenicienta , y por su po- sición substancia cortical : debaxo de ella está la substancia medular , que es toda blanca , sin mezcla alguna de gris , como se encuentra en la cortical : dicese que esta se forma de innumerables vasos san- guinos muy sutiles , y de la mezcla de una quantidad casi infinita de muy pe- queñas glándulas : que los vasos condu- cen ¡a sangre á las glándulas , y que en su trayecto separan los espíritus animales o el fluido nervioso : quierese también que la substancia medular provenga de la unión de los vasos excretorios , que los nervios se formen por la reunión de mu- chos de estos vasos juntos entre sí , o que no sean otra cosa que esto<> vasos prolon- gados que reciben de las glándulas de la substancia cortical , para difundir por to. das las partes del cuerpo los espíritus ani- males , o aquel fluido sutil , aquel princi- pio que es causa de la vida , del movi- miento y de las sensaciones. Los anatómicos han descripto el cere- bro con mucho cuidado : han observado sus prominencias , sus cavidades y sus par- tes considerables por su forma y consis- tencia : no han omitido cosa alguna , han dispuesto un mapa , si puedo explicarme asi , en el qual se hallan indicados todos los puntos , pero semejante al de un pais donde estuviesen señalados todos los luga- • . O res, sin que se supiese con certidumbre lo que allí sucede : por lo que únicamente les seguiré en sus mas notables observa- ciones. Entre la caxita huesosa que encierra el cerebro y esta viscera , hay tres mem- branas que lo envuelven , y se llaman dura- mater , pia mater , y arachnoides. La duramater,de textura mas fuerte que las otras dos membranas , se forma de dos es- pecies de fibras; por la primera está pegada á los huesos del cráneo , y doblándose so- bre sí misma , forma muchas duplicaturas que se llaman senos , y son quatro los principales que sirven para sostener dife- rentes partes del cerebro , y para recibir ' la sangre que ha circulado por allí , vol- viéndola al cau e de la circulación , der- ramándola en las venas yugulares. Del C me- jS discursos medio la dura-mater nace hacia delan- te una duplicatura , que dilatándose al paso que aquella se retira , finaliza en el occipucio : la parte superior de esta duplicatura , llamada el seno longitudinal , sostiene un apéndice qtte su forma le ha dado el nombre de hoz , y divide el ce- rebro longitudinalmente en dos emisferios, esto es , en el espacio de la substancia cor- tical , y en el de la substancia medular hasta la parte nombrada los cuerpos ca- llosos. Otra duplicatura transversal y obli- qua cubre el cerebelo por detrás , sostie- ne la parte superior del cerebro , y le im- pide el comprimir el cerebelo , mientras que otra tercera duplicatura divide super- ficialmente estas visceras en dos emisie- rios. La segunda membrana que cubre el cerebro , comparada por su sutileza á una tela de araña , se llama arachnoides. La tercera membrana ó la pia-mater , mas fuerte sin embargo de ser mas delgada , sostiene una multitud de vasos sanguinos, que entrerexiendose forman infinitos va- sos ó plexos ; y no solo envuelve inme- diatamente todo el cerebro , sino que sus duplicaturas penetran en las circunvolu- ciones de esta viscera , la rodean y acom- pañan á los vasos sanguinos que se intro- ducen en su substancia. Luego que se levanta el cráneo de las aves , se descubre , como en el hombre y en los quadrúpedos , la dura mater ; la que forma también duplicaturas y senos que tienen los mismos usos ; pero el se- no longitudinal en el que está pendiente, tanto en el hombre como en los quadrú- pedos , aquella extensión llamada la hoz, no se encuentra en las aves , y este seno penetra poco en la substancia del cerebro, que la divide superficialmente en dos emis- ferios : la dura-mater forma también en las aves quatro senos principales , pero el quarto está colocado mas atrás y encima del origen de la medula oblongada. La arachnoides , esta membrana , que muchos anatómicos la han tenido única- mente por la cubierta superior de la pia- mater , ó no la tienen las aves , o no se separa tan fácilmente de la piama-ter , si ya no es su hoja externa. La pia-mater abraza y lia inmediatamen- te el cerebro de las aves , como la misma membrana ciñe el del hombre y el de dife- G E NE RALES rentes animales; pero la pía mater es mucho mas delgada en las aves, y solo sostiene una mucho menor cantidad de vasos sanguinos: esta diferencia es muy importante y la pri- mera que presenta un grande electo, por- que indica que una menor cantidad de vasos penetra la substancia del cerebro , que la sangre que acude allí es con menos abun- dancia , y que por consiguiente se hace una secreción menos fecunda de este prin- cipio , del qual dimanan el sentido y las facultades , como también el movimiento y la vida. ¿ Acaso no será esta una de las razones de la poca impresión que los objetos hacen en las aves , de lo pronto que ellas olvidan las sensaciones , y de la debilidad de sus facultades en general ? Pronto tendremos ocasión de examinar aun otras causas. El cerebro de las aves es pequeño, y á proporción menor que el de los otros animales : su superficie está lisa , unida y sin circunvoluciones : las dos substancias de que se compone tienen una situación inversa á la que tienen las mismas subs- tancias en el hombre y en los quadrú- pedos -. la substancia medular ocupa la hoja superior , y la cortical la inferior : los ventrículos , que en el hombre y en los quadrúpedos están situados profunda- mente y junto á la base del cerebro , en las aves están inmediatos á la superficie: la hoja de los nervios ópticos , á propor- ción es mayor que en el hombre y en los quadrúpedos , y forma en cada lado una prominencia tan voluminosa que ca- da una de ellas , en algún modo , parece un cerebro distinto y separado ; y las ar- terias carotides que conducen la sangre al cerebro , son tan pequeñas en las aves que no guardan proporción alguna , atendido al tamaño de todo el cuerpo , con las mismas arterias , consideradas en el hombre y en los quadrúpedos. Estas son las principales diferencias observadas por Willis entre el cerebro de las aves y el del hombre y de los qua- drúpedos , que yo sigo en este artículo. De esto infiere este anatómico que la san- gre no acude con tanta abundancia al ce- rebro de las aves , y en menor quantidad (siempre con relación al tamaño de todo el cuerpo) que a! de los otros animales; y que á proporción se les separan menos SOBRE LA NATURALEZA DE LAS ATES espíritus animales ; y de algunas otras di- ferencias demasiado largas de exponer , y muy difíciles de ser entendidas por los lectores que no son anatómicos , infiere también que los espíritus animales antes de pasar desde el cerebro á los nervios , no circulan primero en los vasos de la substancia medular , como cree que suce- de en los otros animales , sino que sepa- rados los espíritus en el cerebro pasan des- de luego á los nervios : que estos casi es- tán del todo empleados en la conserva- ción de la vida , y en solas las funciones mecánicas , quando en el hombre y en los qüádrúpedos los espíritus que circu- lan por el cerebro , detenidos mas largo tiempo en sus vasos excretorios , y reser- vados mucho tiempo en un deposito mas considerable concurren á la formación de la memoria , y á desenvolver las demas fa- cultades , de las que las aves parecen estar privadas. Estas ilaciones de Willis , de- ducidas de los hechos y del mecanismo, parece que son fundadas ; bien que juz- go que podría añadirse , que el mayor tamaño de las hojas de los nervios ópti- cos , y la extensión formada por cada una de dichas hojas , son causa de que en las aves sea la vista superior á los demas sentidos , y de que este sentido también lo sea respecto del mismo sentido de los otros animales. El mecanismo del órga- no que sirve para la vista , concurre sin duda alguna para que surta el mismo efec- to , como después tendremos lugar de ma- nifestarlo ; pero sea el que íuese este mecanismo , el de las capas ú hojas de ios nervios Opticos no puede dexar de contribuir. El órgano comunica las im- presiones mas multiplicadas y mas fuer- tes , y el cerebro las siente mas vivamen- por estas dos causas reunidas sucede que en las aves es la vista el sentido dominan- te , y que en esta parte tienen la prefe- rencia sobre el hombre y sobre los distin- tos animales. El cerebelo , colocado en la parte pos- terior é inferior del cráneo , es una visce- ra pulposa como el cerebro , pero su subs- tancia es de mayor firmeza ; se compone, como este , de una capa superior que se cree un entretexido de glándulas , y de otra inferior o medular, que parece es- Historia Natural. Tom. I. tar formada por la unión de los vasos ex- cretorios ; por otra parte , el cerebelo , lo mismo que el cerebro sirve para la secre- ción de los espíritus animales. La medula oblongada es una substan- cia medular que sale por la parte anterior del cerebro y por detrás del cerebélo : es- tá situada en la base del cráneo y termi- ■ na en el tronco occipital. En este sitio muda de nombre y toma el de medula espinal. Esta es una extensión de la me- dula oblongada , que atraviesa lo largo del canal de las vertebras y se extiende hasta el hueso sacro. La substancia es la mis- ma que la de la medula oblongada , la que no puede ser otra cosa que un cu- mulo de canales excretorios que recibe ma- yor solidez al paso que se alexa de su erigen. Según Willis y Wilhugbi , ó mas bien según Ray comentador de su obra, solo hay unas diferencias muy leves entre la organización del hombre , la de los qua- drúpedos y la de las aves respecto al ce- rebelo , á la medula oblongada y á la es- pinal, §. IX. De las partes que sirven para la generación. La naturaleza , que ha confiado á los animales la conservación de su obra im- poniéndoles la ley de transmitir la vida y de perpetuar las especies , parece que nos haya condenado para siempre á igno- rar el principio y la causa de la genera- ción. Ciegos instrumentos de un objeto que excita en nosotros los deseos mas ar- dientes , y que nos hace probar el afec- to mas vivo entre quantos nos dominan, nos ha querido ocultar la manera de con- tribuir nosotros á su execucion. El pro- curar la existencia de su semejante pare- ce que sea el principal y mas bello de los dones concedidos á los animales y al hombre físico. Pero el comprehender las leyes de la generación , es ciencia reser- vada al Criador. El pudor , prenda tan amada de las almas virtuosas y honestas, rehúsa los esfuerzos que hacemos para po- der penetrar este misterio , y nos impide que corramos el velo con que se hallan cubiertas las partes que sirven para el ac- C 2 l0 ,io DISCURSOS ro mas importante. Yo no le ofenderé con una temeridad inútil , y para no fal- tar en un ápice al respeto cjue se le debe, hablaré únicamente de las partes de la ge- neración propias de las aves sin hacer com- paración alguna. Empiezo á examinarlas en las hembras. Debaxo del hígado , en medio del cuerpo , encima del tronco que desciende de la aorta y debaxo é inmediato á las ultimas vertebras torácicas , está colocado un cuerpo oblongo , unido á estas ver- tebras y compuesto de una multitud de glóbulos sostenidos por una membrana común , transparente y nniy sutil : este cuerpo , por su forma y por la unión de glóbulos que contiene , se ha comparado á un racimo , y asi se le ha dado el nom- bre en el lenguage trivial. Los anatómi- cos le han llamado ovario , porque la membrana que envuelve este cuerpo con- tiene la semilla de todos los huevos que una gallina y ú otra qualquier ave puede en poner toda su vida. Estas semillas se se- mejan á unos glóbulos ó granitos redondos y muy pequeños , y son senu-transparen- tes y de un color pálido mezclado algo de amarillo. Cada una de ellas está en- vuelta con una película que es una ex- tensión de la membrana común ; y las aves de postura arreglada tienen tuera de la estación en que ponen , todas las se- millas iguales, de un mismo tamaño y con la misma mezcla de colores. Pero en el tiempo que precede á la postura, mien- tras que esta tiene lugar y durante la estación en que se renueva , después de haber criado los primeros polluelos según las especies , y en todo tiempo en aque- llas aves que no cesan de producir coma la gallina y la paloma casera , se ad- vierten sobre el ovario glóbulos mucho mayores unos que otros y de tamaño des- igual. Su color es de un amarillo , tanto mas obscuro quanto es mayor su mag- nitud : se distingue fácilmente la película que las cubre y las envuelve , y su nú- mero es igual á la cantidad de huevos que han de poner quando se acerca el tiempo o la estación. Como los huevos van sucediendo ca- si sin interrupción por parte de la gallina, su ovario esta lleno de glóbulos de todos tamaños, desde los mas pequeños que son G E NE RALES los de las semillas , hasta los de aquellos que ya han llegado á todo su incremento. Cada glóbulo que ha llegado á este es- tado , es la yema de un huevo que le faltan las demas partes de que se ha de componer , y que se formarán y unirán á ella por medio de otros órganos. El ova- rio ha suministrado quanto podía produ- . cir. Luego que los glóbulos contenidos en él , á los quales proveia de una en- voltura común y á cada uno otra parti- cular , se acaban por el poner continuo de la gallina , o por las posturas renovadas en la primavera una o mas veces cada año como sucede en otras aves , entonces la misma membrana casi transparente que forma el ovario se encoge toda , se mar- chita , y no alimentándola ya la natura- leza desaparece , o es muy difícil encon- trarla en las hembras viejas que ya no son aptas para la generación , á las qua- les aborrecen los machos de su misma es- pecie , y muchas de ellas también nmudas las plumas tomando la mezcla de colores del macho , como veremos después. Asi las hembras viejas de los páxaros , lo mismo que las de los otros animales , pierden la aptitud de concebir , no obstante que los machos, aunque débilmente, conservan to- da su vida la facultad de la multiplica- ción. La yema (cuya semilla se contenia en el ovario , y que por el incremento y desarrollo de dicha semilla ha adquiri- do toda su magnitud) se desprende de la membrana común que la sostiene des- pués de haberla suministrado el ovario los jugos necesarios para su aumento , y de haberla vestido de la película con que desde su origen está cubierta , y que se ha aumentado juntamente con ella; es- ta yema , pues , pasa á los otros órganos donde acaba de formarse el huevo por la añadidura de nuevas partes. Una canal formada por una membra- na muy delgada y llena de pliegues , ca- paz de encogerse y extenderse , colocada en medio del cuerpo debaxo y ¡unto al • ovispillo , larga en sus dos extremidades, torcida en su dirección , que en la galli- na tiene quatro dedos de largo poco mas o menos , y que extendida tiene unas tres quartas y media de longitud , baxa des- de el ovario por cima del estomago y SOBRE LA NATURALEZA DE LAS Ai ES. los intestinos hasta el ano , encima del qual termina. La yema desprendida del ovario se mete en esta canal ; la atraviesa cómo- damente a pesar de sus pliegues que la conducen segura y suavemente hasta lo ultimo de ella , y allí se detiene y aca- ba de formarse el huevo. El tránsito de la yema á esta canal le ha dado el nom- bre de oviducto ó conducto del huevo, V á su parte inferior donde hace su de- tención el de útero ó matriz ; esta es de textura mas fuerte que la de la canal , y forma en ella la extremidad inferior : su substancia es vascular , se compone de mayor número de arterias que de venas, y es de tamaño muy pequeño en las hem- bras nuevas , y de mucho mayor en las mas viejas ; sus paredes son mas grue- sas en la hembra adulta ; y lo mismo que el oviducto se va comprimiendo en las que envejecen , según lo hemos indi- cado hablando del ovario ; tres pliegues dividen la cavida en tres celditas : en la ultima se forma la cáscara mientras que la clara se va uniendo y pegando al re- dedor de la yema por destilación de las partes por donde pasa ó se detiene , que siempre están llenas de un humor que se va destilando. El orificio externo del útero situado sobre el ano , en el qual termina , está recogido y arrugado ; pero puede extenderse y dar salida al huevo. Por este orificio reciben las hembras la fecundidad , ya sea porque allí se intro- duce por parte del macho y de su unión íntima, como sucede en el ánade , ya so- lamente por un contacto y unión super- ficial , y en este caso puesto el esperma al orificio del útero es absorvido , con- ducido y llevado por el oviducto hasta el ovario , en el qual fecunda las yemas que están mas cercanas á desprenderse de el ; en el ovario es donde se fecundan los huevos, y con sola una vez que se haya lle- gado el gallo á la gallina , hace fecundos á quantos pone en muchas semanas , aunque Har veo extiende hasta un año la virtud de una sola unión , pero sin conceder esto, que no puede ser probable , es cierto que los huevos de una gallina son fecundos quince ó veinte dias después , que se ha unido con el gallo ; de donde se sigue que estos huevos precisamente han sido fecundos , quando todavía estaban dentro del ovario ; y se sigue también que la se- milla del pollito , vivificada por el semen del macho está contenida en la yema o en los glóbulos encerrados en el ovario. En fin , el orificio externo de la ma- triz , o la extremidad del oviducto , fina- liza interiormente sobre el ano , en el qual desemboca cerca de las orillas que dan sa- lida al huevo. El ano se forma de dos labios membra- nosos cubiertos con la extensión de la piel. Uno de estos labios mas ancho que el otro, y situado en la parte superior , abraza y contiene el inferior : ambos se unen ó se- paran por el tránsito de lo que se arroja fuera del canal interior , o por la acción de algunas fibras musculares. Detrás de los labios del ano , en la extremidad del canal intestinal , se ven muchos agujeros , dos de los quales sirven para descargar las ureteres ; Harvéo juz- ga que los otros se comunican con la ex- tremidad de la matriz , á la que él ha dado el nombre de vagina ; y que por estos agujeros era por donde penetraba el semen en el instante de la unión : y no le parecía posible que pudiese atravesar por las arrugas y pliegues encogidos del orificio de la matriz. Fabricio cree que estos agujeros solo eran cavidades donde el semen estaba en deposito , y que fecundaba los huevos quando pasaban por allí. Hubiera podido apoyar su opinión con el exemplo de la hembra del gusano de la seda , en la qual se fecundan los huevos de esta manera, como Malpighy lo ha mostrado, de la mis- ma suerte que supone Fabricio sucede esto en las aves: pero ¿aca^o pudo pen- sar que este esperma se conservo perfec- tamente en estas cavidades sin alteración en el espacio de uno y tal vez mas me- ses para poder fecundar al paso los hue- vos de una gallina , que en todo este tiempo no la hubiese cubierto gallo al- guno? No me pertenece decidir entre es- tos dos maestros ; pero me parece que el exemplo de la gallina es bastante favora- ble al dictamen de Harvéo : y que casi no se puede dudar que las aberturas de que se trata se comunican con el útero , y dan paso al semen que inmediatamen- te se introduce. Sea lo que se fuese , la larga fecundidad prolifica de la gallina por una urs cursos una sola unión con el macho es peculiar de su especie , y que ni aun se extien- de á las que tienen mucha semejanza con la suya. Un gallo faisan que encerré pol- la primavera con dos hembras , las cu- bría muchas veces al dia , y entre las dos pusieron doce huevos : apartóles ti macho y continuaron poniendo hasta quin- ce huevos mas. Los doce huevos pri- meros se pusieron aparte á una clueca que los empolló , y de los otros quin- ce , que fueron del mismo modo em- pollados por otra , solamente salieron dos pollitos , y los demas fueron ínie- cundos. Aunque la unión ó cohabitación de las aves solo sea momentánea , que antes parezca consistir en un simple contacto que en una verdadera unión , y que el macho no tenga exteriormente cosa algu- na por medio de la qual parezca que pue- da unirse con la hembra , sin embargo no es menos necesaria en las aves la mez- cla de sexos que en los demas animales: es verdad que la gallina cerrada y priva- da del gallo pone del mismo modo y con tanta freqüencia como la que está en com- pañía del macho : otras muchas hembras igualmente sujetas y cerradas también po- nen en aquella estación en que correspon- de a las empolladas de su especie. Pero todos estos huevos son estériles , y única- mente prueban que la hembra suministra la materia del huevo y que el macho la vivifica. Las partes que le conceden esta facultad están colocadas en lo interior del cuerpo , y son los testículos , y un ór* gano que corresponde al que en los qua- drúpedos se halla colocado exteriormente, y sirve para unirse con las hembras. Los testículos son dos , y su forma, en la mayor parte de las especies , es se- mejante á la de una haba. Están coloca- dos uno á cada lado debaxo de las ulti- mas vertebras torácicas , en la misma lí- nea que en las hembras ocupa el medio el ovario : su magnitud es muy desigual en las distintas especies , y sin proporción con el tamaño de su cuerpo medido por entero. Asi los machos de ciertas especies de corpulencia muy inferior á la de otros, sin embargo , hablando generalmente, tie- nen mayores los testículos que otros ma- chos de especie mas grandes. Estos órga- GENERALE S nos en un mismo individuo no son de igual magnitud en todo el año. Constre- ñidos en el otoño y al principio del in- vierno , y difíciles de descubrir en algu- nas aves , están por el contrario dilatadí- simos en la primavera , y parecen como hinchados. No sucede asi en el gallo, que jamas dexa de tener ardor , como la hem- bra no cesa de poner , y asi sus testícu- los , que son bastante grandes , se conser- van siempre de un mismo tamaño ; sin embargo de que se le puede privar de ellos haciéndoles una operación que to- dos los años se practica en una multitud de pollos sin riesgo notable de su vida; pero su constitución se altera mucho , y la misma operación acarrea un gran daño á otras especies en que se suele también executar , como en el pavo de Indias y en el pavo real , en los que en un nú- mero muy crecido que se haga la opera- ción , se escapan pocos de ellos. El gallo que la ha sufrido y que cura bien pier- de su voz , o si la conserva es solamente baxa , ronca y sufocada , en lugar de ser alta , sonora y penetrante ; de atrevido é intrépido pasa á cobarde y poltrón , y so- lamente gana en quanto á la masa y á la gordura que se le añade. Por lo que es- ta operación parece mas dañosa á las aves en general , si se exceptúa el gallo , que á los quadrúpedos , y también á estos les hace mudar la voz , les quita las fuer- zas , y prepara su cuerpo para que engor- den mucho. El licor prolifico que ha sido separa- do y filtrado por los testículos , y condu- cido hacia un órgano , colocado encima del ano cerca de su abertura superior , se comunica por su medio á la hembra que fecunda. Este organo , que ya se ha reconoci- do en muchas aves , todavía no se ha descubierto á todas generalmente , pero su utilidad y analogía hacen presumir que á ninguno' le falta , y se puede estar en ello hasta que un mecanismo distinto ma- nifieste lo contrario. Harvéo y otros mu- chos han reconocido este órgano en el ga- llo , el qual le tiene doble , y también le han encontrado en el avestruz. Se obser- va fácilmente en la mayor parte de las aves de la especie de las ocas , en las qua- les este organo se levanta al tiempo del SOBRE LA NATAURALEZA DE LAS AVES. acceso , y á manera de los quadríipedos proporciona entre el macho y la hembra una íntima unión. Esto es lo que he po- dido observar con freqüencia en una oca de Berbería ó ánade manchado , y en un tardona macho que tuve largo tiempo , y vi juntarse á menudo con un ánade do- méstico , hembra , de cuya unión salieron mestizos. §. X. De los sentidos. El hombre debe á la formación de sus manos un tacto exquisito , y en esta par- te goza de superioridad sobre todos los animales. La trompa del eleíante dotada de suma sensibilidad , ademas de otros usos , sirve especialmente á este animal por órgano del tacto. Este sentido tiene también su particular existencia en la bo- ca del caballo , prerogativa desgraciada para él , de la que el hombre se ha vali- do para sujetarle , poniéndole un bocado. El resto de los animales no tiene ór- gano particularmente destinado para re- cibir y comunicar las impresiones del tac- to , y estos las perciben igualmente en to- da la supercie de su cuerpo. Este , de al- guna manera , es solo en ellos un sentido pasivo , quando en el hombre y en el elefante es activo : en efecto , los dedos y la trompa por su forma y delicadez pueden abrazar una superficie externa , seguir los contornos y las formas , son- dear sus profundidades , medir sus aspe- rezas , juzgar de la fuerza de sus partes cotejadas unas con otras , de su adesion mutua , y por consiguiente de la blan- dura y dureza de los cuerpos. Al con- trario , en los animales no tiene uso este sentido sino en el punto del contacto , y Unicamente puede advertir la ligereza y la masa de los cuerpos que ha tocado , o la extensión y la resistencia del que ha sido tocado. Me parece , pues , con arre- glo á estas reflexiones , que el palpar , cuyo órgano se extiende á todas las par- tes que la naturaleza ha dispuesto en to- dos los animales . es distinto del tacto , que tiene un sitio y órgano particular , del que solo el hombre disfruta en muy al- to grado , alcanzándole al eleíante algu- ua parte de esta prerogativa. Las aves cubiertas de plumas, que por su delicadez , amortiguan toda impresión, en las que el pico y los pies , las únicas partes que tienen desnudas , están cubier- tas ó de una substancia semejante á la del cuerno , o de escamas , han logrado menor beneficio en orden al palpar , y tal vez entre todos los animales , son los que por medio de este sentido reciben las impresiones menos delicadas, menos nume- rosas y menos variadas. Por lo común no han sido mejor tra- tadas en orden á los sentidos del gusto y del olfato ; y para juzgar bien en este asunto es preciso conocer los órganos de que se sirven y los usos que resultan , ó que á lo menos Jes son relativos. La lengua es el organo del gusto , tan- to en el hombre como en los animales. La de las aves generalmente es menos carno- sa , á proporción de menor magnitud y también mas seca : termina por delante en una punta membranosa , y está cubier- ta de una piel muy gruesa. Pero estas diferencias generales se hallan sujetas á muchas excepciones , y la diversidad en la forma y en la substancia de la lengua en diferentes especies de aves , son cir- cunstancias que Unicamente parece que pertenezcan á ella. He aqui las princi- pales. Las aves granívoras son por lo común las que tienen mas pequeña la lengua, menos carnosa , mas seca , y cubierta de una piel mas gruesa ; su forma es casi triangular : dos ramos se extienden por los brazos del hueso yoide y dexan un vacio en medio. En estas aves el paladar está vestido de membranas delicadas y muy poco humedecidas. El sentido del gusto, según esta formación , parece que debiera ser muy limitado en estos animales , y que Unicamente pueden ser voraces por precisión , sin ser delicados por sensuali- dad. Sin embargo lo son, y la simple es- tructura de su órgano nos engañaría fá- cilmente , si sus costumbres no nos mani- festasen lo contrario. Si se mezclan mu- chas especies de granos , que todos sean igualmente buenos para el alimento de las aves granívoras y luego se les presentan; antes de tocar los demas granos , preteri- rán los que son mas de su gusto , y de esta suerte se los irán tragando por su or- 24 P ISCURSOS orden. Si solo comieran por apetito , por precisión habian de escoger los granos mas gordos , con los que quanto antes se sa« ciarían , y sin embargo regularmente lin- een lo contrario : si se mezcla trigo , ce- bada y mijo , y se arrojan estos granos a gallinas , faisanes y pavos , siempre come- rán primero el mijo , luego el trigo , y últimamente la cebada ; si mientras que las aves comen los granos se les arrojan migas de pan , gusanos , porciones de in- sectos molidos , o carne picada , aparta- rán los granos y buscarán estos nuevos objetos , entre los quales serán preferidos los gusanos : los pichones , dexarán del mismo modo la algarroba por los caña- mones ó el mijo que hubiesen mezclado con ella. Las aves , pues , sin excluir las granívoras , tienen elección en los alimen- tos que se les presentan , y esta elección, comunmente opuesta al simple apetito y á la necesidad de alimentarse , solo pue- de fundarse en la sensualidad. No se pien- se , pues , vista la tonfiguracion aparente de la lengua y del paladar de las aves, que en estas partes no puedan darse sen- saciones delicadas , y que es demasiado rápido el tránsito del grano para que le traguen con gusto. ¿Por ventura no son las mismas partes las que se emplean en los preludios del amor , las que reciben y prestan sus caricias , y no ha de ser esta una prueba de sensibilidad ? ¿ De donde le vendría al gorrión sacar los alimentos desde su primer estómago , y recibirlos la hembra con muestras de gozo , si estos alimientos no lisonjeasen su gusto? Los cuidados que el padre y la madre tienen de sus hijos no pueden ser , en este dé- bil animal un gozo moral , y solamente ha de ser físico. El acto que termina las caricias y alhagos , la postrera y ultima complacencia solo dura un instante , asi como el tránsito de los alimentos es mo- mentáneo. La impresión , pues , que hace, aunque sea corta puede ser activa y agra- dable i y los hechos que yo manifiesto, prueban que los órganos del gusto en las aves , y con especialidad en las granívo- ras , tienen una sensibilidad que jamás se ha podido imaginar , juzgando únicamen- te por el exterior de su mecanismo. Por esto sucede , que á un páxaro recien me- tido en una jaula , si se le da mijo con G E NE RALES abundancia , desde luego perece víctima de su golosina ; pero vive mucho tiempo si se le da un grano menos gustoso para él , porque entonces solo come por nece- sidad , como también si únicamente se le da aquella dosis de mijo , necesaria para poderse mantener , puesto que la costum- bre de comer lo disminuirá poco á poco su gusto demasiado vivo por este grano, y e$ consiguiente que solo tomará la cantidad que necesite. Las aves carnívoras tienen la lengua mas gruesa , menos seca , mas carnosa , y cubierta de una piel mas sutil que las de las que se alimentan de granos : su forma es la misma poco mas o menos ; y el pa- ladar es mas húmedo , y vestido de mem- branas mas sutiles. Esta organización pa- rece que debia producir en estas aves un gusto mas fino que no el de las graní- voras. No obstante , es difícil decidir si la apariencia nos engaña sobre este asun- to , y el hecho siguiente tal vez podrá hacérnoslo sospechar. Entre todas las aves , las que viven en el agua como las ánades , ¡as ocas &c. tienen la lengua mas grande , mas carno- sa y llena de serosidad , y en untodo se- mejante á la de los quadrúpedos , aun- que no puedan moverla tan fácilmente , porque hacia su base está pegada con la piel que cubre la parte inferior del pico, y porque su punta finaliza en una espe- cie de uñita membranosa : ademas su for- ma es oblonga ; se advierte en medio una linea , que siguiendo su longitud la divi- de superficialmente ; la piel de que está vestida solo tiene un mediano grueso , y dexa distinguir las postillas de la carne: sin embargo , estas aves , que al parecer deberían ser las mas sensuales , son las menos lascivas y menos voraces , tienen menos elección en los manjares , y por lo común se acomodan mejor á todos , sin que los desechen ni por el mal olor ni por el mal gusto que es preciso que contraigan en los charcos , en los lugares inmundos y en las cloacas , en donde á cada paso se las ve metidas. El gusto de comer se lleva en ellas la primada y excluye la elección ; porque entre muchas substan- cias mezcladas confusamente , que tal vez no las tragarían todas , hay muy pocas que prefieran , y lo que tienen delante es lo SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES lo que decide y no la naturaleza y cali- dad de las cosas; sin embargo, las de mayor tamaño son regularmente las que prefieren, poi que al parecer la necesidad de llenar el buche importa mas en ellas que la delica- dez de gusto , al contrario de lo que acon- tece en las granívoras. La lengua de la chocha perdiz , y la del torce-cuello, es carnosa , viscosa , blan- da , redonda y cilindrica ; termina en un apéndice o dardo de una substancia du- ra v semejante á la del cuerno ; la pue- den alargar mucho y extender íuera del pico , y contenerla en su hueco ó cavi- dad coniorme se les antoja , y se semeja en algo á la lombriz. La del páxaro mosca y del colibre , puede igualmente alargar- se y acortarse , está formada de dos pie- zas juntas una con otra , y cóncava por el lado en que se unen , y en cierto mo- do mas bien parece trompa que lengua. La lengua del toucan descarnada , se- ca , aplanada , estrecha , larga , festoneada y escotada profundamente por las orillas, semeja á una pluma , toda guarnecida de haces de barbas desnudas , é iguales en longitud por ambos costados. La del papagayo es carnosa , recia , grande á proporción de su cuerpo , cor- tada en su extremidad en un ángulo casi recto o muy poco redondeado , se ensan- cha por las orillas y se disminuye en el medio cerca de su extremidad. En vano, pues , se podrá atribuir á la configura- ción de la lengua de esta ave el poder articular algunas palabras , que retiene por costumbre , puesto que otras , cuya len- gua no tiene semejanza alguna con la del papagayo , también tienen la misma facili- dad de imitar la humana. Estas son las principales diferencias que nos presenta la configuración de la lengua de las aves , las que sin duda de- ben influir mucho en el órgano del gus- to , que ellas hacen mas ó menos delica- do ; pero basta que haya yo expuesto los hechos con los quales se prueba que este sentido es mas vivo en las aves de lo que se piensa comunmente , limitándole á lo que al parecer indica su configuración , pero que contradicen sus costumbres , que son el medio mas seguro de íormar un juicio acertado. Es muy difícil averiguar en las aves Historia Natural. Tom. I. las impresiones del olfato , según las cos- tumbres que en orden a esto nos son des- conocidas ; pero si se juzga por la forma- ción del organo , se podrá muy bien pen- sar que las aves tienen el olíato mas de- licado que el gusto. En efecto , aunque sus narices solo sean dos rendixas coloca- das en la base ó principio del pico , sin embargo entre lo interior del órgano de su oiiato y el del hombre y los quadrú- pedos , hay mas semejanza que en el de la lengua : no se debe buscar en las aves hacia la mitad del cráneo , á su parte an- terior y cerca de su base el organo del olíato como en el hombre , sino á la par- te superior del pico y hacia delante : esta paite esta hueca y dividida en dos , por una hoja huesosa’ longitunal y partida por septos muy delicados , en un gran níime- 10 de cavidades que se comunican unas con otras ; están cubiertas con una mem- brana desplegada llena de humedad , y semejante á la membrana pituitaria , y los nervios que se esparcen y distribuyen sobre esta membrana corresponden á los que en el hombre y en los quadrúpedos sirven para percibir la impresión de los olotes ; salen también de estos nérvios ra- mificaciones que penetran hasta el paladar, se distribuyen por su superficie , y esta- blecen igualmente esta comunicación , que en el hombre y en los quadrúpedos tie- ne lugar después de la formación entre el olfato y el gusto. Si se desean saber las particularidades en orden á estos artícu- los se puede consultar con los anatómicos, y en especial con Willis. Pero en las aves el organo del olfato tiene mayor se- mejanza con el del hombre y el de los quadrúpedos , que no el de la lengua ó el del gusto : por esto he dicho que juzgan- do según la formación del órgano , será mas natural creer que las aves son mas finas de olfato que de paladar. La mayor parte de ellas , por lo común , se alimen- tan de manjares casi sin olor respecto de nosotros , como son los granos , ó de subs- tancias que regularmente no tienen olor alguno , como son los frutos silvestres , las bayas &c. , y por esta misma razón era regular que en las aves hiciesen mas im- presión los olores que los sabores : el ol- fato para la seguridad del individuo de- bia tener la elección en los alimentos an- D tes DISCURSOS GENERALES 16 tes que el gusto ; y ademas de esto es pro- bable que estando mas trabajado en las aves el organo del ollato que no el del gusto , la sensibilidad de este sentido , au- torizada por las costumbres , se deba á la comunicación que tiene con el del olfato. La primer diferencia entre el organo del oido de las aves y el del hombre y de los quadrupedos es la falta de oreja , destinada para reunir los rayos sonoros ; y las dife- rencias que se hallan por adentro son tam- bién muy considerables. El conducto del oido esta abierto en la mayor parte de las aves , y solamente está cerrado su orifi- cio con una membrana en las nocturnas, y en algunas especies- de las que vuelan de día ; pero este canal está cubierto ex- teriormente de plumas que pueden suplir la falta de la membrana : en lugar de tres hucsecitos que hay en la oreja del hom- bre , en las aves solo se encuentra uno, que unido con una ternilla forma una ar- ticulación movible : á las canaies semicir- culares las atraviesa una multitud de sep- tos , y el caracol es muy pequeño y no se puede reconocer muy bien. Para dar á entender en un todo estos objetos a un lector que no sea anatómico , hubiera si- do mejor hacer antes la descripción del órgano del oido , considerado en el hom- bre y en los quadrupedos , y luego en las aves : esta doble descripción exigiría un plan que siendo por la naturaleza del asunto muy difícil de demostrar , preci- samente hubiera sido demasiado largo : por lo que podrá suplirse esta falta le- yendo lo relativo al órgano del oido en el diccionario déla anatomia comparada, y con especialidad recurriendo para la inte- ligencia dei órgano del oido de las aves á la descripción hecha por Vicq Dazyr , in- serta en las Memorias de la Academia Real ds las Ciencias de París. Las diferencias que he notado no im- piden que las aves tengan el oido fino , y que gusten de las sensaciones que él las comunica. En efecto , aun quando su si- tuación las impide poder juzgar de los ob- jetos por la vista , se las ve estar atentas á qualquier pequeño ruido que se haga á lo lexos , y huir desde luego si se au- menta. El silencio es lo primero que se encarga en las cacerías que se hacen de noche , para las quales las mas obscuras, y en las que para nada sirve la vista son las mejores ; y esto prueba la finura del oido en las aves. También se sabe que son atraidas por medio de sonidos suaves; que dos machos de una misma especie , olvidándose por algún tiempo de su lige- reza , colocados en dos ramas á una dis- tancia en que se puedan oir mutuamen- te , se esfuerzan á porfía para levantar sus voces uno después de otro ; que esta lu- cha , que en algún modo parece desafio, dura mucho algunas veces; y que imitan- do con artificio su armonía se les puede atraer , y provocar á este mismo género de combate ; en fin nadie habrá que no tenga su canto por una expresión de jú- bilo : y todos estos hechos son otras tan- tas pruebas de la sensibilidad del órgano del oido ; pero la vista es la que les pre- senta las impresiones mas multiplicadas y mas vivas , y la que , por lo general , de- cide en sus inclinaciones y su carácter. Todo concurre á la acción que este sen- tido exerce en las aves ; la posición ele- vada en que regularmente se hallan , el mecanismo del organo , y su situación. El hombre únicamente ve los objetos que se le presentan delante , y pierde de vista la tierra quando levanta los ojos al cielo : los de los quadrupedos inclinados hácia el suelo que los nutre y alimenta , solo miran hácia delante , y tanto el hombre como los quadrupedos por la posición de sus ojos rodeados de la órbita , en que se hallan metidos , únicamente descubren una débil porción de un corto horizonte. Las aves en las que los ojos están situados á los lados de la cabeza , y sobrepujan el ni- vel de la órbita que los contiene , eleva- das por los ayres descubren al rededor de sí toda la circunferencia de un vasto hori- zonte : ellas dominan todos sus puntos , y sus miradas alcanzan á todos los objetos contenidos en él : y estas ventajas de la situación en que se hallan las aves y de la posición de sus ojos , son ayudadas por el mecanismo del órgano. Las cejas y las pestañas , que cortan los rayos de la luz , y que atrayendo la sombra sobre el globo del ojo causan un resplandor mas vivo , faltan enteramente á las aves : esta precaución favorable á un órgano débil , no era tan necesaria pa- ra los ojos de las aves , que absorven to- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. todos los rayos luminosos sin que les da- ñe su resplandor. Sí alguna vez es dema- siado vivo , particularmente en ¡as espe- cies que se elevan mas, y en las que sus miradas, mientras que ascienden, son pre- cisamente dirigidas hacia el cielo , una membrana colocada debaxo de los párpa- dos , que se extiende según lo grande ó pequeño del ángulo del ojo , les modera su impresión. Esta membrana , á la que se ha dado el nombre latino de nictitans , adoptada por los naturalistas como voz técnica , suaviza la impresión de la luz sin impedirías que puedan ver ; es como un velo que se extiende por delante de sus ojos para guarecerles sin estorbarles la ac- ción ; es un socorro que el hombre pue- de imitarle únicamente , y del que le ha privado la naturaleza , y solo ha favore- cido á las aves , de las quales no todas go- zan de este beneficio ; si bien lo disfruta una multitud de especies , y sobre todo las que viviendo en circunstancias las mas opuestas lo necesitan mas , que son las aves de rapiña diurnas , y los páxaros noc- turnos. La membrana llamada nictitans es útil á las primeras , que mientras el mas fuerte resplandor del dia se remon- tan á menudo casi hasta las regiones mas elevadas ; es necesaria para los segundos que saliendo de su mansión á los crepús- culos de la tarde , y volviendo á ella en los de la mañana , serian deslumbrados por un resplandor demasiado vivo para ellos; ó si saliesen mas tarde y se retirasen mas temprano perderían cada dia una hora de tiempo. Deben también á esta membra- na , el que si acaso se ven obligados en el dia á desamparar el parage donde se hallan rocogidos , van á buscar otro á pe- sar del resplandor que los incomoda , y que los deslumbraría si no tuviesen aquel velo sobre sus ojos. Su extrema sensibili- dad aun exigía otras precauciones ; por esto tienen los ojos colocados delante de su cabeza como los de los quadrúpedos, mas profundos en su órbita que los de las otras aves , y todos rodeados de un círculo de plumas que sobresalen dobla- das hacia atrás , y que solo permiten el paso á los rayos rectos. Algunas especies tienen también sobre la cabeza , ó encima de los ojos una espesura ó copete de plu- mas que no son solamente un adorno inu- ¿iistoria Natural. Tom. L til , sino que sirven para detener los rayos perpendiculares que caerían sobre sus ojos en demasiado número. El mecanismo del órgano correspon- de á las precauciones accesorias : el globo del ojo es mayor , á proporción , que el de los otros animales ; la esclirotica es ca- si cartilaginosa , y en el fon lo del o¡o hay- una membrana que no se encuentra en los demas animales. El nervio optico , des- pués de haber pasado por la esclirotica y la choroide , se extiende y forma una especie de óvalo o de bolsa ; salen de su circunferencia unos hilitos , se unen , se enlazan , y sirven para formar la membra- na en que rellexan los rayos luminosos, y que inmediato á su origen es una exten- sión del nervio optico , por lo que este nervio es afectado mas inmediatamente , y por conseqiiencia mas vivamente conmo- vido que en los otros animales , y las aves, dotadas de una vista mas sensible , distin- guen los objetos desde mas larga distancia, y los ven con mayor claridad. Si á esta formación peculiar se añaden las precauciones contenidas en este artícu- lo , de las que se ha valido la naturale- za para favorecer el órgano de la vista de las aves , y si se hace memoria de lo que se ha dicho tratando del cerebro ó del objeto de los plexos, délos nervios óp- ticos , y de su magnitud en comparación de la del cerebro , se verán reunidas to- das las causas , tanto del mecanismo que proporciona á las aves una vista penetran- te , sensible , y superior á la del hombre y á la de los otros animales en general, como de las fuertes impresiones que exer- ce la vista en su sensorio ; se comprehen- derá igualmente , con qué superioridad , predominando en ellas sobre los demas sen- tidos , intluye en sus costumbres y en su carácter. Para llegar , pues , á conocer to- das la causas físicas de donde dimana , acabemos de examinar las partes que le modifican , ó por sí mismas , o por las ha- bilidades que les proporcionan. §. XI. De las plumas , y de sus diferentes especies. Las plumas no sirven únicamente pa- D 2 ra 28 D ISCUR SOS ra vestido de las aves , sino que son tam- bién uno de los principales instrumentos del vuelo : las de la cola sirven de timón, las grandes de las alas de remos , y las me- dianas , y algunas de las otras que están debaxo del ala les sirven de velas. Porque el vuelo es una navegación en la que el ave á veces se halla favorecida del vien- to , y otras la obliga á que le sirva de auxilio ; y supuesto que las plumas son uno de los principales instrumentos que fa- cilitan el vuelo en las aves, y obran secun- dariamente sobre sus costumbres , voy á hablar de ellas en este lugar. Las plumas se componen de cánones y de barbas. El canon es cilindrico en su parte interior , liso y desnudo por fuera, y hueco por dentro. La extremidad de su base es algo estrecha y está abierta cir- cularmente , proporcionando el tránsito á una canal membranosa en las aves adultas, y carnosa y pulposa en las mas nuevas. Este canal sostiene y dirige los vasos san- guinos y linfáticos que suministran á la pluma el jugo nutritivo ó vegetal ; al pa- so que ella se alarga y que sus barbas se desenvuelven , los vasos que se han au- mentado y dividido pierden una parte de su dilatación , y la canal pulposa se con- vierte en membranosa : entonces se advier- te que está compuesto de atanores ó em- budos metidos unos dentro de otros ; que los vasos sanguinos corren al rededor de la canal , y que los linfáticos derraman el jugo nutritivo dentro de los embudos, des- de donde se va colando y embebiendo hasta atravesar la medula que llena la par- te superior del canon , y se esparce por las barbas , á las que también nutre 1 al es , según Poupart , Historia de la Acade- mia año de 1699 , la organización y el uso de esta membrana que sale del cañón de una pluma qtiando se corta , semejan- te á una vexiga seca y arrugada. Pero , dexando aparte el uso indicado por Pou- part, ¿acaso no será probable que el ca- nal que é! ha descripto tenga todavia otro dentro de sí ; que capaz de poderse dila- tar reciba el ayre que pasa de los pulmo- nes al hueso del ala ; y que semejante á la vexiga aerea de los peces , llenándose de ayre contribuya del mismo modo á dar mayor ligereza á las aves , mientras que por otra parte se sale insensiblemente por s E N E RALES los poros que dan paso á la linfa nutriti- va? Para juzgar del mérito de esta supo- sición , es preciso traer á la memoria lo que se ha dicho , hablando de la respi- ración , sobre el tránsito del ayre por den- tro del hueso gordo del ala. Una obser- vación fortificará lo que queda propues- to , y es que el cañón de las plumas gran- des , y con especialidad los de las alas, pe- netran mas adentro y hasta el periostio , mientras que eí cañón de las otras plumas no profundiza tanto. Todavia no he exa- minado mas que la parte del cañón que carece de barbas ; la que está con ellas es mucho mas larga , va disminuyéndose has- ta la punta de la pluma , y está algo ar- queada y encorvada , excepto en las plu- mas de la cola, que por lo común son rec- tas , pudiéndose distinguir quatro caras, dos laterales , una superior y otra inferior. Las laterales están pegadas y de llano en el ángulo derecho , y de estas caras ó costados nacen las barbas ; la cara supe- rior está algo arqueada , y la inferior en toda su latitud la divide un sulco en dos partes iguales algo redondeadas. La parte del cañón que acabo de des- cribir está llena por dentro de una subs- tancia blanca , ligera y porosa , semejante al meollo de las plantas , pero mas trava- da , y esta substancia es la que recibe y comunica por filtración á las barbas la linfa , depositada en los atanores , de que se compone la canal mebranosa , que lle- na la cavidad de la parte inferior del ca- ñón. Las barbas colocadas en la parte su- perior de cada lado , no son iguales , ex- cepto en las plumas de la cola y en al- gunas otras , como lo notaré después. Las barbas mas largas están colocadas al lado O interno , ó del cuerpo , y las mas cortas al lado externo ; su dirección es obliqua respecto del cañón , con el qual forman un ángulo de casi quarenta y cinco gra- dos. Las barbas de un mismo lado , aun- que distintas é independientes unas de otras , están pegadas y unidas estrecha- mente entre sí. Se forman de hilitos de la misma substancia que el cañón del que son unas ramas , lo que es causa de que se disminuya su tamaño , al paso que alar- gándose o extendiéndose hace que naz- can las barbas que se separan de él , pero la substancia de que se forman es menos tu- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AUF.S. tupida y menos unida en Jas barbas que en el canon. Vistas las barbas con mi- croscopio , no parecen simples hilitos , si- no que se dividen en ramas, y se subdi- viden en filamentos de dos especies , unos derechos y otros torcidos o enroscados : sobre todo , estos últimos son los que abra- zando y liando á los primeros , contribu- yen á la unión que hay entre las barbas de un mismo lado del cañón. En quanto á este asunto se puede acudir á la Teo- logía deDerham part. 2 pag. 4 72. De los hechos contenidos hasta ahora en este pa- rágrafo , resulta : t ° , que es de tal con- formidad la estructura de las plumas, que reúnen en si la ligereza , la fuerza y la elasticidad : 2.0 , que la cavidad que hay en la parte inferior del canon es un re- ceptáculo , donde está depositada la subs- tancia que nutre todas las partes de la plu- ma : 3.0 , que es probable que el ayre penetra dentro del cañón , que ocupa es- ta cavidad ; que hinchándole hace mas li geras las aves , y que saliéndose de el por los poros , por cuyo medio el cañón se comunica por las dilerentes partes de la pluma , facilita el movimiento de la res- piración ; 4.0 , que el cañón y Jas barbas son de una misma substancia , y que las pítimas son unas ramas del primero. Poupart ha observado que la pluma que empieza á salir en una ave , nueva, pesa seis veces mas que la misma pluma quando ya ha llegado á su perfección ; que las barbas que han de estar unidas al ca- ñón son una especie de pulpa ó de ma- sa ; que están ai rolladas como en un car- rete o en un largo cañón cartilaginoso lle- no de jugos y de humedad , que se derri- te , se deseca y va cayendo poco á poco á medida de que se alargan las barbas , y van adquiriendo su consistencia y mag- nitud. Como la muda que sulren las aves es uniforme en todos los años , se puede juzgar de la cantidad de substancia , em- pleada entonces para renovar el vestido de Jas aves ; y aunque este asunto se haya tratado con mas particularidad en la pa- labra muda , sin embargo me ha pareci- do del caso dar una idea , tratando de las generalidades relativas á las plumas. En orden á ellas aun se puede observar que están dispuestas de manera , que dirigién- dose hacia delante y hacia atras , y amol- dándose sobre el cuerpo , al tiempo de su vuelo , ofrecen al ayre la menor resisten- cia posible ; que ni están mezcladas ni diferenciadas en los colores , sino solamen- te por la parte que se ven , pero que cu- briéndose unas con otras , la parte de aba- xo por lo común es de un mismo color: en fin , ellas son relucientes y lustrosas , y este lustre se debe á un humor craso, ó de la calidad del aceyte , que en la ma- yor parte de las aves va filtrando por una sola glándula , y en algunas por dos , si- tuadas en la parte posterior y superior del ovispillo. La parte superior de estas glán- dulas es poco mas o menos como la mamila de los quadrúpedos : el humor untoso se deposita allí , y quando las aves exprimen con su pico esta parte de la glándula , sa- le el humor á cañitos como la leche : lo reciben en el pico y luego lo aplican á las plumas , pellizcándolas y puliéndolas todas por arriba y por abaxo en su parte superior é iníerior , y en toda su exten- sión. Si tienen algunas barbas maltratadas, por esta misma operación y á beneficio de su elasticidad , son restablecidas a su primer estado , y este doble cuidado es el que ocupa las aves , quando se las ve pu- lir y colocar con el pico sus plumas unas después de otras. Quanto se ha dicho pertenece á todas las plumas en general , pero es preciso conocer las dilerentes especies de ellas , siendo dos las principales ; las plumas pro- piamente llamadas asi , que sirven de vestido á las aves , y las guias de las alas y plumas grandes de la cola que sirven para el vuelo. Pero ademas de estas dos clases , todavia hay otras que son las que cubren las alas y el principio de la cola, tanto por arriba como por abaxo , de las que también tengo por útil hacer otras distinciones que hasta el presente pocas veces se han hecho. Estos diferentes obje- tos se encontrarán tratados baxo un orden natural , recorriendo las dilerentes partes exteriores de las aves. Las plumas propiamente dichas asi, cubren todo el cuerpo. Las que visten la cabeza , el cuello y el cuerpo por arriba y por abaxo , son mas pequeñas hacia la coronilla de la cabeza , y mayores á me- dida que se van acercando á la cola ; to- das están algo encorvadas , las que cubren DISCURSOS GENERALES 3© las partes superiores lo están hacia abaxo, y las que visten la parte inferior lo están hacia arriba : estas ultimas , por lo común son nniy anchas , y á proporción mas oblongas , y solo están hincadas en la piel, su cañón ahonda muy poco , sus barbas casi son iguales por ambos lados ; mas aba- xo de las barbas hay un pequeño pluma- ge , que ocupa cada lado del cañón : es- tas plumas están colocadas desde la coroni- lla de la cabeza hasta la cola , cubriéndose alguna parte unas á otras , casi del mismo modo que los ladrillos y las tejas están ar- regladas en los tejados. Esta disposición , y su poca curbatura, son causa de que quan- do el ave vuela y surca los ayres , su reacción las una fácilmente á la superfi- cie del cuerpo , las alise y ponga resvala- dizas , sin que se encuentre obstáculo al- guno sobre su superficie unida. En algunas especies las plumas del cuello son largas , estrechas , terminadas en punta y flotantes , como en el gallo, el tordo , y en muchas especies de aves que van á bandadas. Estas plumas no tie- nen nombres particulares , aunque algu- nas veces sirvan para caracterizar las aves; lo que tienen de semejante ha sido lla- mado en latín con el nombre de cirrathus. Avis cirratha , es un ave en la que las plumas del cuello son en todo , ó en parte como las que acabo de describir. En muchas especies las plumas de lo alto de la cabeza en vez de ser cortas é inclinadas de delante atrás , como están ge- neralmente , son mas ó menos largas , y están "levantadas y dirigidas tanto hácia adelante como hácia atrás. La unión de estas plumas se llama copete ó cresta , y á las aves que la tienen copetudas ó dis- tadas. Parece que en las especies domes- ticas es un efecto de las mudanzas , oca- sionadas por la servidumbre ; pero que en otras muchas , como en el pavo , en la pa- loma coronada de Banda , en el cardenal, en el ánade de Nanquín , & c. el penacho ó copete es un adorno natural ; digo que es un adorno , porque no alcanzo para qué otra cosa pueda servir. El copete , pues , parece que se oponga al empleo délas plumas , el qual debe ser vestir al ave , y únicamente puede servir de obs- táculo al ayre quando vuela ; asi el pe- nacho ó copete , en las aves que necesi- tan de un largo y rápido vuelo , se com- pone de plumas finas y flexibles , ó á lo menos de tal calidad que puedan baxarse é inclinarse hacia atrás al tiempo de vo- lar , como sucede en la abubilla : pero al contrario en aquellas especies que solo ne- cesitan de un vuelo corto y sin rapidez, como en el pavo y en el palomo coronado, el copete se forma de plumas mas fuer- tes , y que no pueden inclinarse jamás : hay algunos copetes , que puede el ave levantar ó baxar á su arbitrio según lo requiera la necesidad , en los que , mien- tras el vuelo , el movimiento del ayre fa- vorece la dirección conforme quiere el ave ; aunque hay también otros copetes siempre fixos , y que jamás varían de po- sición. En los dos Jados de la cabeza , y de- tras de los ojos , se pueden advertir algu- nas plumas oblongas , en mayor ó en me- nor número en las diferentes especies , y semejantes á un quadrilongo , unidas fuer- temente en lo largo de la cabeza , é in- clinadas de delante atrás , cuyas barbas son iguales por ambos lados , separadas tinas de otras , y sin unión alguna. Es- tas plumas tapan el agujero ó abertura del oido , bastan para guarecerle de los áto- mos que puede atraer el ayre , y conce- den un tránsito libre á los rayos sonoros. En el ave seis hebras , tres de estas plumas están excesivamente prolongadas por cada lado , y casi solo consisten en un cañón muy largo , que termina en su extremidad en barbas dispuestas , como lo están regularmente en las demas plumas; lo que a! parecer en nada puede influir con el sonido. Vicq Dazyr , á quien quando yo tra- bajaba sobre el órgano del oido de las aves , comuniqué las observaciones que ha- bía hecho en las plumas que cubren el agujero del oido , las verificó en una mul- titud de especies , y ha hablado de ellas en una memoria impresa en la colección de las de la Academia de París. En las aves nocturnas , cuya parte de- lantera de la cabeza mas extendida y mas ancha que en las otras aves , presenta una especie de rostro , si se me permite esta expresión , los ojos y los dos lados de la cabeza están rodeados de un círculo an- cho formado por plumas largas y unidas, sua- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. suaves al tacto , encorvadas de delante ha- cia atrás , y vueltas hacia delante por su extremidad. Estas plumas ni están del ro- do derechas , ni ladeadas , pero por el me- dio están algo inclinadas ; rodean el ojo por cada lado , y el agujero del oido es mas ancho y mas abierto que en las otras aves , cuya abertura , que es tortuosa , se halla rodeada de duplicaturas o pliegues de la piel que pueden encogerse y alar- garse : las plumas que están clavadas casi perpendicularmente en esta misma piel, no cubren el agujero del oido , como en las ave> diurnas , sino que le rodean , y por esto creo que se las puede tener por la oreja de los quadrúpedos : esta disposi- ción , ayudada del encogimiento ó exten- sión de la piel que sostiene las plumas, era la mas favorable para unos animales que durante el dia , que es quando repo • san , deben estar libres de la impresión de los sonidos , y á los que era muy útil proporcionarles un órgano mas sensible de noche , que es quando velan , no es tanto el ruido , y puede serles muy importante para discernirlo. En efecto , reuniéndose como se reúnen los pliegues de la piel que sostiene las plumas , y cubriendo per- fectamente el órgano del oido , no era po- sible libertarlo mejor de la impresión de los sonidos que por medio de un denso plexo de una ó dos pulgadas de plumas suaves , cuya blandura amortigua y de- tiene necesariamente las vibraciones del ay re. Al contrario , alargándose ó exten- diéndose los pliegues de la piel , y arras- trando tras sí , por precisión , las plumas que sostienen , la abertura que entonces dexan éntre sí forma una oreja muy pro- longada, y apta para absol ver una multi- tud de rayos sonoros. Las plumas, pues, están dispuestas de tal suerte en las aves diurnas , que cubren exactamente el agu- jero del oido , dexan un camino desemba- razado á las vibraciones sonoras , y de- tienen las moléculas que pueden ir volan- do por el ayre ; las que rodean el oido en las aves nocturnas , según la dilatación ó encogimiento de los dobleces de la piel que las sostiene , ó impiden que el sonido penetre en el oido , ó forman una especie de oreja que junta los rayos so- noros y los dirige hacia el conducto del oido. Las plumas que visten el ala , desde su unión con el cuerpo hasta el pliegue que corresponde á Ja muñeca , se llaman las cubiertas de las alas : unas están co- locadas encima de ellas , y otras debaxo. Se distinguen las de arriba en grandes , medianas y pequeñas. Las pequeñas cu- biertas viste;i la parte superior y el plie- gue del ala , las grandes , por ser las que cubren las plumas que sirven para el vue- lo , están mas lexanas del cuerpo , y las medianas tienen o merecen este nombre por su situación entre las grandes y las pequeñas , y también porque son medianas en su tamaño. Ademas de las cubiertas , se distin- guen en las alas las plumas escapularias, que nacen inmediato á la unión del ala con el cuerpo en la parte que correspon- de al omoplato o escápula , de donde to- maron el nombre de escapularias : estas en algunas especies son en mayor número , y mas anchas que en otras : se dirigen siguiendo la longitud del cuerpo, interpo- lándose por cada lado , y flotando entre el ala y la espalda ó espinazo que cubren en parte ; en muchas especies son tan lar- gas como las alas , y en otras todavia mas. Esta clase de luxo es bastante freqiiente en las especies del género de la garza : algunas de estas plumas son muy prolon- gadas , tienen las barbas muy largas , finas y desunidas, como las de la especie de gar- za llamada real , que son buscadas para adornos y penachos. Las cubiertas inferiores del ala que la visten por debaxo , desde su unión con el cuerpo hasta su pliegue : son oblongas, suaves al tacto , un poco encorvadas de delante hácia atrás y de fuera hácia dentro; sus barbas son mas cortas del lado exte- rior y el cañón muy pequeño : sus bar- bas están poco apretadas , y estas plumas por lo común son blandas y apenas se ex- tienden mas allá del nacimiento de las pri- meras grandes plumas o guias del ala. Debaxo de las cubiertas inferiores , en la unión del ala con el cuerpo , nacen unas plumas que se ha hecho poco reparo en ellas , y que sin embargo son muy dig- nas de que se haga. Es cierto que no se han visto igualmente en todas las aves , y que su tamaño , tan pequeño en mu - chas especies , es sin duda la causa del po- v¿ DISCURSOS peco aprecio que se ha hecho de ellas; pero su magnitud , su uso en ciertas aves, v generalmente en las cíe rapiña , en las de pasa , y en las que sin mudar de man- sión emprenden altos y largos vuelos son causas bien fundadas para la observación de ellas’. Estas- plumas regularmente son pro- longadas , bastante anchas , y fuertes ; su cañón es grueso y robusto , su extre- midad redonda , sus barbas iguales por ambos lados y muy apretadas ; su di- lección es de delante hacia atrás , y su posición sobre una misma linea transver- sal respecto del cuerpo , pero su número, su longitud y su forma varían también en ciertas especies. Quando está plegada el ala , quedan unidas al cuerpo , pero se apartan quando se extiende; si el ave vuela pico á 'viento o contra el viento , las plu- mas cuyas dirección es de delante atrás no detienen el curso del ayre;mas si vuela ra- bo á liento , o viento en popa , encontrando el ayre con sus plumas , y empujándolas contra su dirección , procura levantarlas, y son entonces una verdadera vela contra la qual exerce el ayre sus impulses. Estas son las plumas que acabo de describir , las que bastante multiplicadas en el ave del parayso o manucodiata , for- man por cada lado el penacho que acom- paña , tapa y aun excede á su cola : es- tas son en el rey de las aves del parayso, las que pintadas con los mas sobresalientes colores (contra lo que es regular puesto que , por lo común , sus plumas son de un color pálido y baxo) forman como una segunda ala transversal respecto del ala verdadera; las mismas plumas concurren en la garza con las cubiertas superiores á com- poner los penachos , que generalmente son tan apreciados. Se da también en el nombre de cu- biertas á las plumas que visten el naci- miento de la cola tanto por arriba como por abaxo. Las primeras generalmente son prolongadas , anchas y redondas en sus extremos , y suaves y delicadas 3I tacto. Las cubiertas inferiores que no están tan atrás , y que rodean el ano , son también muy suaves y blandas , pero las de mas atrás y que se extienden un poco por de- baxo de la cola , son mas fuertes , mas pro- digadas y mas anchas ; las cubiertas su- G E NE RALES periores de la cola son , pues , las que ea el ave llamada la viuda , se alargan exce- sivamente , y forman aquella falsa cola tan larga y pomposa que rodea y esconde la cola verdadera. También son estas las que alargándose en el gallo y estrechándose al- go , forman aquellas plumas dotantes que acompañan por ambos lados el principio de su cola : estas mismas plumas son tam- bién las que prolongándose mucho , y ter- minándose en un apéndice redondo en el pavo real , componen aquel rico adorno que desplegan , el qual se tiene por la co- la , que cubre y esconde , y que solo se ve mirando al pavo por detras : esta es obscura y sirve de sustentáculo al pom- poso adorno que la oculta de la vista del que le mira. Las plumas que nos quedan que ob- servar son las de las alas y las de la cola, a las que se las da el nombre de guias y plumas grandes. Las del ala se pueden dividir en grandes y en medianas. Estas ultimas nacen de la parte posterior del ala , desde su unión con el cuerpo hasta su pliegue : regularmente son anchas , á proporción de su longitud , y su extre- midad por lo común es redonda ; sus bar- bas son mucho mas largas por la parte pe- gada al cuerpo que por la exterior. Las grandes guias de las alas ocupan desde el pliegue del ala hasta su extremi- dad , y son las mas fuertes de todas ; su canon es mas gordo , sus barbas aunque bastante larcas , son fuertes , tienen mu- cha elasticidad , y están íntimamente uni- das con las del mismo lado y pegadas unas á otras. Estas plumas son mas ó menos oblongas , anchas , cortadas en forma de media luna , o de otro modo en diversas especies de aves , sin que su tamaño mas ó menos grande guarde proporción con la magnitud del cuerpo : y asi vemos que aves muy pequeñas tienen las plumas de las alas tanto o mas largas que las de las aves medianas. Las golondrinas de mar, y las gaviotas chicas , tienen las plumas de las alas tanto o mas largas que las palo- mas y los grajos , que les exceden mucho en el tamaño del cuerpo ; y su longitud y su figura son dos de las causas que mas influyen en su vuelo. Generalmente, quan- to mas largas son las plumas del ala , tan- to mas elevado , sostenido y rápido pue- de SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. de ser el vuelo ; pero si une en sí todas estas qualidades en superior grado, es por- que las plumas tienen una forma apta pa- ra adquirirlas. Sería , pues , muy impor- tante el conocer bien esta forma en las di- ferentes especies ; puesto que admite mu- chas variedades , y diferencias que modi- fican el vuelo ; pero precisado á tratar de esto en general , me es imposible entrar en semejantes investigaciones y particula- ridades , y asi solo notaré que las barbas de las guias son mas largas del lado del cuerpo ; que están un poco encorvadas hacia su extremidad , la qual procura le- vantarse ; que las barbas mas cortas en la parte exterior , están por la punta algo vueltas hacia abaxo ; siendo importante es- ta disposición , porque quando el ave tien- de las alas y levanta su vuelo hiende el ayre , divide este fluido con el cuchillo del ala , y se desliza fácilmente por lo lar- go de las barbas exteriores inclinadas hacia abaxo , é insinuándose sin trabajo alguno por la parte del cuerpo entre las hojas que forman las barbas mas largas y mas delicadas , se escapa fácilmente por entre ellas ; pero quando el ave , para elevarse ó arrojarse , baxa el ala y azota el ayre que ha recibido por baxo de ella, enton- ces volviendo el fluido á obrar , aplica por la parte del cuerpo las hojas unas á otras , las oprime al revés de su encorva- dura y él mismo se cierra el paso ; mas por la parte exterior , formando la incli- nación de las barbas hacia abaxo un rive- te , detiene la porción del ayre que está inmediatamente por baxo del ala y le impi- de que salga deslizándose por ella ; de mo- do que toda la fuerza del ala obra sobre la coluna de ayre perpendicular. No será, pues , inútil observar esta primera y ge- neral disposición de las plumas de las aves; sus barbas van en disminución desde la ba- se de las plumas hasta sus puntas , sobre todo por la parte exterior; cada pluma fi- naliza en redondo por la parte del cuer- po , y por una hoja cortante y sutil por la parte exterior , lo que hace que quando el ala se eleva , surca y corta el ayre con mayor facilidad. Pero lo que tanco diferencia las hojas de las alas y ha- ce que el vuelo sea mas alto ó remon- tado , y mas baxo , es que en algunas es- pecies las barbas de las plumas desde la ffistoria Natural. Tom. I, base á la punta , forman un todo conti- nuo que va disminuyéndose insensiblemen- te , quando en otras las barbas se acortan desde luego , por lo regular hácia la parte del cuerpo , y también algunas veces á la exterior , y las plumas de las alas parecen entonces escotadas. Quando están llenas del todo , se halla el ala en la posición mas favorable para el vuelo , porque azo- ta el ayre con una superficie mas exten- sa , continua y no interrumpida , pero quanto mayor sea el número de las plu- mas cortadas y mayor el corte de ellas, la conformación del ala será menos feliz y menos favorable para el vuelo. Las aves que vuelan muy alto , que fuerzan el viento , y se sostienen mucho tiempo en el ayre , tienen todas las plumas enteras; las que vuelan mas baxo , que no saben forzar el viento , y cuyo vuelo es mas cor- to , tienen las plumas mas ó menos ses- gadas ; quando el ala se baxa para batir el ayre , una parte de él se sale por el vacio que dexan los sesgos entre una y otra pluma , y solamente se apoya el ala en una base interrumpida. Huber , cuyas lu- ces me han servido de grande auxilio , y á quien yo confieso mi reconocimiento , en la palabra cetrería , juzga que todas las aves ; según la disposición de sus plu- mas, pueden dividirse en aves de baxo ó de alto vuelo , pero que como hay infini- tas variedades en la disposición de las plu- mas , estas son causa de las diferencias del vuelo entre varias especies ; y exhorta á los naturalistas que se emplean en lásraves á seguir y verificar esta idea por medio de la observación , la que tengo por muy apta y propia para explicar la diferencia de vuelo en las distintas especies de aves. Las plumas grandes de la cola , por jr> común son mas prolongadas y mas anchas que las de las alas , sus barbas son igual.es por ambos lados ; cada pluma va expen- diéndose desde la base á la extremidad y termina en un apgpdice mas ó menos re- dondo , cuyos ángulos son menos agudos: Jas plumas ahondan mucho dentro del ovis- pilio y penetran hasta el periostio que cu- bie el occis ; y es probable que al tiempo de la respicion , el ayre que se introduce tanto en ios huecos del bazo , como en los de los huesos de las alas } desde ellos pa^e á las plumas de la Cola , como lo execu a E des- V ISCURSO S GENERALES 34 desde los huesos del ala á sus plumas. Las de la cola reunidas en su inserción y colocadas sobre un segmento de círcu- lo , pueden al arbitrio del ave , ó juntarse ó separarse y apartarse en forma de ra- yos , siguiendo su longitud. Por este mo- vimiento sucede , que presentando las aves al ayre una superficie mucho mayor 6 menor , se hacen mas ligeras ,se elevan con mayor comodidad ó baxan mas fácilmen- te , mientras que el movimiento progresi- vo de la cola de- derecha á izquierda * semejante al del timen de un navio , las dirige de un lado á otro conforme se les aíitoja. La mayor parte de las aves de alto vuelo , largo y rápido , tienen las plu- mas grandes de la cola dispuestas como las que acabo de describir. Sin embargo, algunas de estas aves , como las garzas, tienen la cola muy corta ; pero sus pies, que levanta y juntan volando , y que llevan paralelos con el cuerpo , suplen las plumas de la cola sirviendo de timón ; y en estas aves las cubiertas de lás alas muy prolongadas , aquellas plumas de que he hablado ya , y que nacen sobré los lados del cuerpo , debaxo de su unión con el ala , y que también son muy largas , re- emplazan las de la cola , como á vela que recibe el viento. Esto es lo que se puede asegurar observando la mayor parte de las garzas y de las cigüeñas , & c. En las aves que no necesitan de vue- lo muy elevado ni muy largo , parece que la naturaleza se haya divertido en variar las plumas de su cola á veces son mas largas á medida que se alexan del centro de ella hacia sus extremos , y en- tonces la cola se horquilla y parece di- vida en dos : otras por el contrario , las plumas mas largas ocupan el centro , y las mas cortas están colocadas por graduación sobre los lados , y entonces parece la cola desigual. Algunas veces solo tienen dos plumas mas largas que las otras , y en ciertas especies son las dos del medio de la cola , y en otras las que están coloca- das á la parte exterior de cada lado. Seria muy largo el detenerse eíi referir las par- ticularidades relativas á esta materia , lo qual se habrá de hacer tratando de cada especie en particular. Pero no debo omi- tir una cosa notable y es , que estos ador- nos , que la naturaleza ha franqueado a muchas aves , y que sin embargo no ha proporcionado al mayor número , no con- sisten en una añadidura de plumas de que carécen las especies que no presentan este mismo luxo ; proviniendo en las que lo tienen de una mayor extensión de las plu- mas de la misma calidad , y particulares en su género , que se encuentran igual- mente en diferentes partes del cuerpo de las aves en general , pero que en unas son amplificadas y en otras no. Asi las tres barbas que el ave seis-hebras tiene en ca- da lado de la cabeza , únicamente son tres plumas estrechas muy prolongadas que cubren el agujero del oido ; las que fio- tan debaxo de las alas sobre los dos costa- dos del ave del Parayso ó Manucodiata, y que acompañan su cola , son de estas plumas largas y estrechas colocadas trans- versalmente baxo del ala junto á su unión con el cuerpo : también sería fácil distin- guir en todas las aves el género de plu- mas que por el aumento de sus dimen- siones , y algunas veces por la mudanza de la dirección le suministran el atavio su- perabundante que las hermosea. Por la> común es mas rico , y regularmente mas hermoso en las aves que habitan en los paises cálidos , y mas raro y menos com- pleto en las que viven en climas frios. Tanto en estas ultimas como en las de las regiones templadas casi solo tiene lugar en aquellas especies que acomodándose igual- mente á los manjares de diferente natura- raleza , en todas partes y en todo tiempo encuentran un pasto abundante ; siendo mucho mas común este adorno en el ma- cho que en la hembra. Generalmente este laxo de plumage parece que se deba á la superabundancia del jugo nutricio , ya sea efecto del clima > que suministra alimen- tos mas abundantes y mas nutritivos , 6 ya de la indiferencia de algunas aves etf las comidas , y que este luxo sea peculiar de aquellas que se alimentan de substan- cias diferentes , comiendo ya de unas ya de otras , pero encontrándolas siempre cort bástante abundancia. Todavía queda mucho que observar en orden á las plumas , á saber : la dife- rencia de colores entre la mayor paité de machos y hembras ; y entre el ave que conserva las primeras plumas , y el de la mis- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. misma especie que ya las ha mudado ; la semejanza del plumage de un macho nuevo , con el que la hembra conser- va toda su vida ; la mutación de colo- res en la capa de ciertas aves de una á otra estación &c. ; pero tengo por mas acertado tratar de estas cosas en las pa- labras plumas y plumdge , por no au- mentar este artículo ya sobrado largo , y no perder de vista el objeto presente , que es de acabar de exponer al mecanismo de las aves , con el fin de decüdir después sus facultades. Ademas de las plumas , de que ya he señalado diferentes especies y calidades , están las aves mas ó menos cubiertas de un floxel ó plumón , que es de dos especies* uno ligero que viste el cuerpo del ave nueva quando todavia no han apuntado las plumas ; y otro que crece debaxo de ellas mismas , y que se desenvuelve casi al mismo tiempo que ellas , ó poco des- pués. El primer floxel solo consiste en al- gunas barbas colocadas sin enlace ; su unión es superficial á la extremidad del cañón de las plumas que han de salir; Á las que precede y cae á medida que aquellas empiezan á crecen El floxel de la segunda especie es una pluma cor- ta , con un cañón delicado , de barbas iguales y desunidas , que está pegado su- perficialmente á la piel. Este es un vesti- do cálido y ligero , interpuesto entre el cuerpo y las plumas , por cuya razón se halla con mas abundancia en las aves que están expuestas á sufrir grandes fríos , ya sea porque se elevan hasta las regiones mas altas , como las aves de rapiña diur- nas ; ya porque solo salgan de noche co- mo las nocturnas , ó porque vivan en cli- mas mas septentrionales y en terrenos mas elevados , o porque esten continuamente sobre las aguas , cuyo temperamento re- gularmente es mas frió, §. XIL Del ala considerada particularmente , y del vuelo. Aunque se haya dado alguna idea de los huesos que forman la base del ala y que fixan su forma interna , é igualmente de las plumas que tiene allí pegadas , sin Historia Natural . Tom. I. embargo esta parte tan importante de las aves todavia necesita de un examen par- ticular. El ala se divide en ala propia- mente dicha asi , y comprehende en sí desde su inserción con el cuerpo hasta la extremidad de ella quando está tendida; y en falsa ala o ala bastarda , que es un apéndice situado por debaxo del plie- gue , casi en el origen y en la parte ex- terior de la ultima de las plumas , que por lo regular es mas corta. Este apéndice ó ala bastarda lo forma exteriormente aquel hueso oblongo , angosto y externo que en el esqueleto del ala forma , como puede llamarse , una especie de dedo : por de- fuera se compone de quatro ó cinco plu- mas gruesas cortadas en hojas y un poco encorvadas por la parte interna , en las que las barbas exteriores son múy cortas , y las interiores mas largas : estas plumas por su estructura y por su aspereza tienen mu- cha semejanza con los cañones , pero son mucho mas cortas ; esta misma parte es á la que los paxareros y cazadores en len- guage propio de su arte llaman látigo ó azote del ala. Pero alguna vez dan ellos mayor extensión á este nombre , y entien- den por el toda la parte comprehendida baxo los huesos que corresponden á la par- te ultima del ala. Eos paxareros arrancan á muchos páxaros el ala bastarda 6 vuelo , y otras partes , como también los huesos que ellos señalan con el nombre de azote del ala. Los páxaros en quienes se ha hecho es- ta operación no están enfermos mucho tiem- po , porque estas partes solo reciben va- sos de poca consideración , que se cierran en breve por el contacto del ayre ; no pa- recen muy desfigurados , á no ser que se comparen con otros de su especie que no han sido tratados de la misma manera ; puesto que entonces se conoce que care- cen de una parte de las grandes plumas; pero esta mutación les priva para siempre de su libertad , y este es el medio de po- nerle travas mas seguras y menos visibles; Consistiendo únicamente su vuelo en dar saltos cortos y pesados sin que puedan ale- xarse ni elevarse. En mi juicio no tanto se debe á lo que la operación hecha en el ave ha disminuido la superficie del ala extendida , como á que después de que- brado el azote , quando el ala se levanta, desvia el ayre en lugar de henderle , y E 2 ba- 3Ú DISCURSOS G baxandose para buscar allí un punto de apoyo , hiere vacio que ella misma acaba de hacer elevándose y apartando de su lu- gar el globo del ay re. Wilhugby distingue una segunda fal- sa ala o bastarda , que él llama inte- rior; esta es aquella fila de plumas trans- versales que ya he dicho 'que se encuen- tran cerca de la unión del‘ala con el cuer- po , y que se ven mas comunmente en las aves que vuelan muy alto ó mucho tiempo. Como hablando de las plumas se ha tratado ya de las que pertenecen al ala, para acabar la descripción de las partes que la componen , solo falta dar á cono- cer los músculos que sirven para su mo- vimiento , y los vasos que conducen allí la sanare ; pero estos pertenecen en un todo á la anatomia. Debo , pues , ceñirme á observar en orden á los vasos sangui- nos , que aplicando los dedos de llano y transversalmente hacia el pliegue del ala por la parte que corresponde al cuerpo, se siente el latido del pulmón ) que si se sangrase ciertas aves útiles , como se ha hecho algunas veces , y pudiera ser que fuese conveniente el practicarlo , habría de ser de las venas que pasan por deba- xo del pliegue del ala y que corren des- de la parte superior del azote de ella , á la que corresponde el antebrazo , y por allí convendría sacar la sangre , porque en este sitio están los vasos muy claros. Este objeto , y el lugar donde se siente el lati- do de las arterias , es otra de las semejan- zas que se notan entre las aves , el hom- bre y los quadrúpedos. La magnitud de los músculos , su número , sus inserciones, su longitud , y la dirección de muchos de los tendones , todo merece particular aten- ción. Sin embargo , la mayor parte de los Autores únicamente la han puesto en los músculos , que colocados encima del ester- nón , se hincan en la superficie interna del hueso del ala que corresponde al brazo, y que contrayéndose sirven para baxar el ala con que se hiere ó bate el ayre. Su masa ha fixado las miras y las reflexiones, atribuyéndose á estos músculos la venta- ja del vuelo que gozan las aves , repitien- do , según "Wilhugby , que si el hombre llegase á volar sería atándose ó pegándo- se las alas á los muslos y no á los bra- zos , porque al rededor de aquellos es don- E NE RALES de ha reunido la naturaleza los músculos mas voluminosos que se encuentran en las aves. Me parece que esto es engañarse de muchas maneras ; pero me contentaré con observar dos cosas acerca de esta materia. No hay duda que el vuelo pende mucho de los músculos pectorales ; pero los mús- culos distribuidos por la extensión de los huesos del ala , aunque menos volumino- sos , no dexan de concurrir también al mis- mo efecto por los movimientos de exten- sión , de inflexión , de elevación y de des- cendimiento , que son el efecto de su con- tracción. La masa y la potencia sin duda son muy importantes para obrar , pero no pen- de menos la acción de la longitud de las palancas , de su dirección , del empuje de las fuerzas movibles , y del modo co- mo son movidas. Los músculos pectora- les no componen , pues , el todo ó la ma- yor parte para el vuelo , como se podría imputar á los Autores de haberlo pensa- do asi , según su modo de explicarse , como si los otros músculos motores de las alas mereciesen menos su atención. El lector quedeseáre conocerlos con alguna indivi- dualidad , podrá acudir al Diccionario de. la anatomia comparada , y á la descripción hecha por Vicq Dazyr , é inserta en las Memorias de la Academia de las Ciencias. En quanto á la idea de Wilhugby de pegar á los muslos del hombre las alas , de las que parece haberle privado la naturaleza para siempre , no la tengo por la mas acer- tada ; lo primero , porque es malo conjetu- rar la fuerza de los músculos juzgando de ella por su magnitud , como todos los fi- siologistas convienen en el dia lo segun- do , porque es imposible que los muslos, según su formación puedan executar mo- vimientos propios para menear las alas ; y para no omitir cosa alguna concerniente á esto , observaré con los Autores , que están colocadas de tal modo , que el cuerpo que- da en equilibrio entre el plan que ellas forman quando están tendidas ; que en las aves que tienen los pies hacia el centro del equilibrio están allí pegadas las alas ; que aquellas que tienen los pies mas ha- cia atrás , y las que la parte posterior del cuerpo es mas ancha y mas prolongada, tienen también las alas mas atrás, de suer- te que siempre están puestas de manera, que según el peso de delante y de atrás, sos- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. stengan el cuerpo en equilibrio quando el ave vuela. Después de haber reconocido la es- tructura de las alas y sus diferentes par- tes , si las consideramos tendidas tales co- mo son quando las aves vuelan , haremos las observaciones siguientes. Las plumas que nacen en el borde interno del hueso que corresponde al del brazo no son per- fectamente llanas ; al contrario , tienen una ligera encorvadura de delante hácia atrás y de alto abaxo en su longitud ; esta en- corvadura hace que e’l ala tendida, la par- te que hay entre el cuerpo y el pliegue parezca por arriba algo convexa , y por debaxo un poco cóncava ó en bóveda mi- rada por dentro : esta convexidad es mas ó menos aparente , y lo es mucho mas en as aves que tienert el vuelo mas pe- sado ó menos sostenido , que regularmen- te vuelan contra viento y con dificultad le fuerzan : esta parte convexa del ala , por su posición , por su encorvadura , por la textura de las plumas puestas unas sobre otras , y porque forman un todo continua do , es una vela que se eleva por lo alto, v á la que el viento que la sopla por la es- palda la empuja hácia delante. La fila de plumas transversales llamada por Wilhug- by falsa ala interior , es una segunda ve- la opuesta perpendicularmente al viento; sin embargo el ala desde su pliegue hasta su extremidad es del todo llana y está fuertemente extendida ; de modo que quando se eleva solo ofrece al ayre una orilla sutil , delicada y cortante , y quan- do se baxa le azota con toda la extensión de su superficie ; esta es un remo muy largo por su estructura, muy ligero y con todo muy fuerte , que al baxar siguiendo los ángulos que forma , y según los tiem- pos de su movimiento , hiende el ayre de arriba abaxo , de delante atrás , y á veces por su doble movimiento le eleva y em- puja hácia delante : el ave que necesita de esta doble acción , azota fuerte y rá- pidamente el ayre con sus alas , se remon- ta , y al mismo tiempo se dexa ir hácia delante ; pero luego que ha llegado á la altura que desea y solo quiere deslizarse por la superficie del ayre , no hace mas que llevar obliquamente hácia delante la parte del ala que forma el remo sin ele- varla mucho y sin volverla hácia atrás 37 quando la baxa : si quiere cernerse en la misma altura y explayarse sobre el mismo espacio, modera y suaviza sus movimientos, de los quales Unos la hacen volver á ganar la altura que pierden por su peso , puesto todo él en un tiempo señalado , y otros la impelen lentamente encima del lugar en que él domina : hay , pues , en el vue- lo tres acciones , elevarse , arrojarse há- cia áeldnte , j cernerse encima clcl mismo lugar. La elevación y el descenso alter- nativo del ala que azota el ayre , que le re- vuelve de arriba abaxo , y sobre todo el remo levantan ; su impulsión de delante atrás lleva hácia adelante , y uno y otro movimiento combinados acarrean al ave la facultad de explayarse. Aquel ave ert quien la parte del ala que forma el remo, se compone de plumas enteras formando un todo continuo , lleva una gran venta- ja á la que tiene en la misma parte plu- mas sesgadas que dexan entre ellas vacíos mas o menos profundos: la primera hien- de el ayre por medio de una superficie mas extensa , que no la dexa ninguna sa- lida en los puntos de la porción que es golpeada : ella obra en razón de la fuer- za y de las dimensiones del golpe que re- cibe ; y el ave es empujada mas hácia arriba : tal es la que por elevarse has- ta las regiones mas altas la han dado el nombre de ave de alto vuelo. Y aque- lla en quien la misma parte déxa huecos á su superficie , hiere menos porción de ayre , y pierde una parte de sus esfuer- zos que dan en vacio , y no puede ele- varse mas que hasta mediana altura le han dado el nombre de ave de baxo vuelo. En orden á esto se puede ver lo que queda ya dicho hablando de las plumas de las alas. Aunque estas sean las partes esencia- les para volar , sin embargo rio pende úni- camente de ellas. La cola contribuye tam- bién mucho , y sirve para levantarse ó elevarse , para la dirección y arreglo del vuelo , y para moderar y acelerar el des- censo del ave. Sabemos ya que las plumas de la co- la puestas en círculo en su base y sobre el cóccix, pueden apartarse siempre y quan- do quiera el ave , y formar desde su na- cimiento hasta su extremidad un segmen- to de circulo lleno y plano , y que tam- ¿8 DISCURSOS bien pueden apretarse : quando el ave em- prende su vuelo entonces las separa , y la cola es como una vela desplegada casi ho- rizontalmente , por medio de la qual am- plifica su superficie ; pero esta vela , mas ó menos inclinada hacia abaxo , y forman- do un ángulo con el cuerpo , se hincha por el viento que sopla por debaxo , que dirigiéndose hácia el ángulo formado con el cuerpo , la empuja hácia delante si vie- ne por la espalda , pero si por el contrario sopla por delante , encontrando con la co- la inclinada , que procura volver á elevar quando pasa , su misma acción levanta al ave , la que , según lo necesita , baxando la cola ó acercándola mas á la dirección horizontal hace que tome mas viento : la- deándola mas ó menos á un lado ú otro, se sirve de ella para dirigir su vuelo , asi como el movimiento del timón gobierna el curso del navio ; si quiere baxar , junta un poco las alas , teniéndolas elevadas y ca- si perpendiculares al cuerpo , apretando las plumas de la cola , y doblando , por de- cirlo asi , en parte todas sus velas , dexa obrar al peso de su cuerpo , que la va ti- rando hácia abaxo ; si quiere descender suavemente , disminuye un poco la exten- sión de sus velas ; y si quiere precipitar- se , las dobla del todo para que el peso de su cuerpo acelere su caída ; la cola es la ultima vela que recoge , y no la cierra hasta llegar al punto sobre el qual quiere íixarse , porque permaneciendo tendida , mientras que las otras velas están algo ple- gadas , hace ella descender y volver há- cia abaxo la parte delantera del cuerpo , cuya situación es muy apta para dicho fin , pero al tiempo de pararse , plegando de un golpe la cola vuelve á tomar el cuerpo su equilibrio , y los pies encuen- tran con el punto del contacto. Como la cola es muy importante pa- ra el vuelo , por esto vemos que las aves que suben muy alto , y que se sostienen largo tiempo en el ayre tienen la cola lar- ga , ancha y poblada , mientras que la de las demas aves tienen menos dimensiones, y suele estar escotada ; sin embargo , al- gunas aves que vuelan muy alto y mu- cho tiempo , como la garza y la grulla, tienen la cola muy corta ; pero como ya se ha dicho , las grandes cubiertas de las alas , y la falsa ala interior , nombrada asi G E NE RALES por Wilhugby , son muy largas en esta aves ; y acompañando y excediendo á la cola , suplen la falta de sus dimensiones: debiéndose también notar , que estas mis- mas aves tienen muy largas las piernas , las que quando vuelan llevan levantadas y extendidas horizontalmente , y de esta suerte hacen en parte el oficio de la co- la , aunque estos auxilios no reemplazan en un todo las dimensiones de que ca- rece , porque estas aves agitan las alas con mayor violencia que las que tienen grande y ancha la cola , baten el ayre mas á menudo y con muy grandes esfuerzos, y parece mas trabajoso su vuelo. Si recapitulamos los objetos conteni- dos en este parágrafo , encontraremos que las plumas fuertes y ligeras son unos ins- trumentos preciosos , y tales , quales el vuelo los necesita ; que los músculos tan- to pectorales como los del ala , por su magnitud , por su travazon , y por la di- rección de sus tendones , son poderosos y capaces de imprimir un movimiento rá- pido , fuerte y sostenido en los instrumen- tos que ponen en acción ; que la parte del ala comprehendida entre el cuerpo y el pliegue , la falsa ala interna y la cola, son unas velas ú horizontales , o inclina- das á diferentes ángulos que amplifican la superficie ; y que hinchadas por el viento, levantan 6 impelen hácia delante ; que las guias del ala son unos remos que azotan- do el viento de alto abaxo , suben fuer- temente el cuerpo hácia arriba , y traba- jando ú obrando de delante á atrás le lle- van rápidamente hácia delante. El vue- lo , pues , es una acción combinada , exe- cutada en parte por la vela , y en parte por los remos , y reglada por el movi- miento de la cola. Las aves que tienen los remos selectos pueden forzar el vien- to con absoluta independencia , y volair contra su curso y elevarse conforme les parezca , siendo los soberanos del ayre , é infelizmente sus tiranos , puesto que por lo común las aves de rapiña son las de vuelo mas remontado ; y las que única- mente han recibido de la naturaleza remos inferiores en calidad , obteniendo mas nú- mero de velas que las primeras , subordina- das al viento , ó no pueden forzarle , o lo hacen con mucha dificultad , se elevan me- nos y no les es tan fácil de dirigir las rutas á su arbitrio. XlII. SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. §. XIII. Del movimiento progresivo. Estando destinadas las aves para pasar de un lugar á otro atravesando el ayre, mas bien que para correr por la superficie de la tierra , generalmente andan menos que vuelan , y quando andan parece que es sin gracia alguna , porque según se ad- vierte lo hacen con dificultad: las que tie- nen el hueso del muslo articulado hacia la mitad del cuerpo , á la extremidad de la línea transversal , por la que pasa el cen- tro de gravedad , andan con el cuerpo un poco levantado por delante: la mayor par- te de las pequeñas en esta clase , á veces juntan y alargan las dos piernas á un mis- mo tiempo , y solo caminan á saltos y á brincos ; pero las aves grandes , que tienen el muslo articulado de la misma manera, caminan con mas sosiego y sacan alterna- tivamente un pie después de otro : quan- do estas aves se espantan , corren con bas- tante ligereza , y si el peligro no les pa- rece mucho , se valen de sus pies para huir de él , y no usan del vuelo ; pero las aves pequeñas , que no gozan de es- ta misma ventaja , al mas mínimo peligro que las amenaza se marchan volando. Las aves que tienen la articulación del muslo mas acras que las precedentes, y mas allá del centro de gravedad , como las ánades , son por lo común de piernas muy cortas; quando andan llevan su cuer- po horizontal , sacan un pie después de otro , y tienen un movimiento lento y combinado de una progresión hacia delan- te , y de una declinación hacia la mitad del cuerpo; este doble movimiento es cau- sa de que quando andan se vayan colum- peando , de que adelanten poco aunque se apresuren , y de que su marcha sea algo fastidiosa , y por decirlo asi , ridicula á los ojos de los que las miran : en fin , las aves que tienen la articulación del muslo en la extrem’dad del cuerpo , y mucho mas atrás del centro de gravedad como el colimbo, el pinguin y el manco, tienen también loo pies muy cortos , an- dan con todo el cuerpo levantado y de- recho , y su marcha es igualmente com- binada de dos movimientos como la de las aves precedentes , y con los mismos defectos ; pero las aves que tienen la ar- ticulación del muslo mucho mas atrás del centro de gravedad son generalmente gran- des nadadoras. La tierra es el elemento en que menos habitan , y en el agua es don- de pasan la mayor parte de su vida , mo- viéndose allí libremente , y regocixandose como se les antoja : sus pies están traza- dos y colocados de tal modo que forman unos remos excelentes ; no son mas que unos medianos instrumentos para andar , y sin embargo bastan para lo que los nece- sitan. Las que tienen la articulación del muslo algo mas allá del centro de grave- dad , quando nadan tienden los pies de lado , y las que los tienen en un todo á la extremidad del cuerpo los tienden rec- tos hácia atrás ; unas y otras , por lo re- gular , se zabullen al mismo tiempo que nadan ; no obstante , estas ultimas son me- jores nadadoras , y sobre todo se zabu- llen minho mejor : en este acto el peso de sus cuerpos , cubierto de una capa de plumón y de otra de unas plumas muy es- pesas , no les dexaria ahondar dentro del agua ; pero meten su cabeza y su cuello perpendicularmente , para que el peso ha- ga hacer á todo el cuerpo un movimien- to de campana , y presente al agua me- nos superficie , y entonces se sumergen por el esfuerzo que hacen , apoyando sus pies palmeados ó semipalnreados contra Jas ca- pas de agua que quedan ai riba , de ma- nera que los primeros esfuerzos deben ser los mas considerables , puesto que mi- entras penetran mas adelante , las capas de agua , contra las quales pueden apoyarse, son mas gruesas y de mayor resistencia; pero en el movimiento de campana . que es el primero que hacen , levantando sus pies desde una profundidad bastante grande hacia la superficie , y describiendo una parte de círculo , empujan una por- ción considerable de agua ; por lo que este mismo primer esfuerzo les es muy ventajoso sin costarles mucho. Para con- cluir este parágrafo observaré que las aves de agua son las únicas que se mueven con facilidad en el ayre , en el agua , y algunas en la tierra ; que pasan sin tra- bajo de uno á otro de estos tres elemen- tos , y pueden habitarles mucho tiempo sin correr riesgo alguno, mientras que el trán- 4o D IS CURSOS sito de uno á otro elemento para los otros animales , y aun para el hombre , encierra en si un peligro mas o menos grande. §. XIV. De las facultades ó habilidades de las aves , y de sus hábitos y costumbres. Si nosotros reflexionamos en la forma exterior de las aves , en su mecanismo in- terno , en la ligereza de sus partes sólidas , de aquellas que son mas pesadas en los otros animales , como son los huesos , en la formación de sus alas , en la fuerza y variedad de las potencias que las ponen en acción , en la estructura , y los usos de las plumas que tienen clavadas, en la disposi- ción de las diferentes especies de plumas que en muchas aves auxilian su acción; y en fin , en lo que ya se ha dicho en or- den á las plumas de la cola , no será di- fícil de comprehender que un vuelo fácil, rápido y capaz de sostenerse mucho tiem- po , debia ser conseqiiencia necesaria del mecanismo que hemos observado , y se verá como es en las aves la primera de sus facultades. Asi mismo , recordando quanto se ha dicho hasta aqui acerca de los órganos de la respiración , de la dilatación de los pul- mones en el vientre, del tránsito del ayre dentro de los huesos y de las plumas , y de su salida sin refluir por la traquea, como también acerca de la longitud y de la forma de este ultimo órgano y de sus enchimientos , que son los que forman ó reemplazan la laringe , se entenderá sin di- ficultad alguna , como las aves , árbitras en modificar su respiración , en dexarse penetrar , por decirlo asi , del ayre , ó en absorver una menor quantidad , despedir- la ó retenerla , y de manejarla como se les antoja , respiran con la misma facilidad un ayre mas denso ó mas raro , y como la rapidez del vuelo no interrumpe , ni impide su respiración siempre libre : se entenderá también como es que á propor- ción de su fuerza aparente es tan alta su voz , tan penetrante , tan varia y de tan larga duración , y que el exprimir los so- nidos , el variarlos , el modificarlos y el sostenerlos , será evidentemente en ellas G E NE RALES una de sus principales facultades , la his- toria de los órganos de la digestión expli- cará , con arreglo á la modificación de es- tos órganos , por qué las aves están ceñi- das á un solo género de comida , ó pue- den variar de manjares ; y si se excep- túan las aves de rapiña , casi todas las otras aves parecerán mejor tratadas en or- den á esto que los demas animales , que no tienen en este mismo grado la facultad de digerir y de acordar con sus humores un número tan crecido de manjares dife- rentes. Los testículos encerrados en el macho dentro del cuerpo , y en estado de inac- ción y de reposo por el otoño é invierno, entumecidos por la primavera y estimula- dos por los jugos que acuden allí , por la variación de su estado y por su situación, son una causa sensible de la renovación del ardor amoroso todos los años en la estación señalada de la actividad de su ardor y de la facultad prolifica que se le sigue. Asi mismo en las hembras el descanso del ovario por las mismas estaciones, y el en- grandecerse por la primavera muchas de las semillas que contiene dentro de sí , dan á conocer los mismos efectos en uno y en otro sexo. El ardor y la fecundidad de- ben ser tanto mayores , quanto han esta- do mas largo tiempo reprimidos y prepa- rados para un tiempo fixo. Recórrase la historia de los animales , y á mi parecer se encontrará que los que menos disfrutan de los gustos del amor, y solo lo executan en una cierta estación ; quando esta llega sienten un ardor mas activo , mas fuer- te , y tienen mayor poder prolifico ; por esto suced , que insensibles á los atracti- vos del amor mientras el otoño y el invier- no , entre los demas animales son las aves las que un tiempo señalado exercen sus funciones con mayor actividad , y las que producen mas grandes efectos. Las facultades ó habilidades de que he hablado , mas penden del mecanismo que de la voluntad , ellas son de algún modo los efectos de los instrumentos que el animal tiene en sí mismo , y de quie- nes necesitan sus aciones y no su elección; pero las que dimanan de los sentidos y de las que todavia he de hablar , tienen una relación íntima ó inmediata con la volun- tad , y estas convienen propiamente con el SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. el animal , libre en determinarse , y su elec- ción respecto de lo que él decide forma su carácter. Los ojos , á proporción mas grandes que los de los otros animales y mejor co- locados , la añadidura de dos membranas, una externa , que modifica los rayos lu- minosos , y otra interna que desde luego remite su impresión al nervio óptico del que es una extensión , la íortaleza de las otras membranas , lo grueso de los nervios ópticos y el tamaño de sus plexos , pro- porcionan á las aves una vista mas pers- picaz que la de los otros animales en quie- nes el organo está menos trabajado : la fa- cilidad de elevarse , de dominar sobre un vasto horizonte , de descubrir desde allí todos los objetos sin que su sombra reci- proca se los impida , la prerogativa de abrazar por la posición de sus ojos toda la circunferencia del horizonte y de diri- gir sus miras á todos los puntos , hacen que la vista de las aves sea muy extensa, penetrante y exquisita ; y los cuidados que ha tenido la naturaleza en perficionar es- te órgano , sin haber trabajado tanto en los de los otros sentidos es una prueba relevante de que la vista es en las aves el principal sentido , el que le comunica mayores impresiones , mas diversas y mas activas , y por consiguiente el que mas domina en ellos , el que determina princi- palmente la voluntad , y el que indica mas su carácter. Las cavidades abiertas dentro de la par- te superior del pico , la abertura de las narices en estas cavidades , los nervios que se dirigen hácia estos senos , y sus ramifi- caciones que cubren las paredes , y que traspasando estas cavidades penetran hacia el paladar , se esparcen por allí y unen el gusto al olfato , no permiten que se du- de que estos dos sentidos sean mucho me- nos imperfectos en las aves de lo que se cree comunmente , y la elección en los manjares que se les presentan parece que penda menos del organo del gusto , que de su conexión con el del oliato. E.l sen- tido del oido falto de oreja que recoja los rayos sonoros y mas sencillo en mu- chos objetos que en los otros animales , no parece menos perfecto en las aves , pues se espantan y huyen al mas mínimo rui- do , quando ni aun se podria sospechar Historia Natural. Tom. I. que fuesen advertidas de su peligro por medio de la vista ; y el placer que ma- nifiestan en oirse y responderse con sus cantos, prueba claramente que siendo sen- sibles á las modulaciones y á la armonía, tienen el sentido del oido tan fino como delicado. Pero estando todas cubiertas de plumas , cuya suavidad y espesura amor- tiguan el electo del tacto , y teniendo so- lo desnudas algunas partes duras , y cu- biertas de escamas o de una piel natural- mente recia y endurecida por la frotación, aunque sus pies se dividan en dedos arti- culados y compuestos de falanges , es pro- bable que el tacto sea el sentido por don- de reciban menos impresiones y con me- nos distinción. Unos animales en quienes la vista es el principal de los sentidos , que por su mas regular positura descubren una vasta extensión , que á veces son atraídos y llamados alternativamente por la variedad de objetos que descubren y que mudan de lugar , mas bien con gusto y regoci- jo que con trabajo ; este genero de ani- males , asi como las aves , deben pasar á menudo de un lugar á otro , detenerse po- co en cada sitio , estar mas tiempo en movimiento que parados , é ir y volver y pasear todos los puntos del espacio : su carácter y su exterior deberían ser los de la inconstancia y ligereza , como también de la alegría , porque los objetos nuevos que descubren les tienen siempre emplea- dos , les distraen y renuevan á cada pa- so sus deseos y sus regocijos ; en electo de esta condición son las aves ; son imá- genes de un ente libre , independiente , ligero y satisfecho que siempre se rego- cija , y pasa muy veloz de un gusto 3 otro. La inconstancia , la ligereza y el pla- cer de moverse forman toda su compla- cencia : este gusto ó esta necesidad es tan grande en ellas que las hace olvidar hasta de la pérdida de su libertad , que al pa- recer les debiera ser mas amable que á los demas animales , y reducidas á la es- trecha jaula en que se hallan encerradas, la mayor parte , y especialmente las mas pequeñas que por lo natural son mas ac- tivas , se acostumbran desde luego al cau- tiverio, y recorriendo sin cesar todos los puntos de un pequeño espacio , se exer- citap libremente y con un ayre de satis- DISCURSOS GENERALES 4'¿ facción , y expresan tan á menudo con el canto sus gustos y regocijos , como quan- do se divierten por los ayres donde no encuentran limites : bien que hay algunas especies que siendo naturalmente mas so- segadas , conservan siempre la memoria de su libertad , sin embargo de que hacían menos uso de ella , y que de ningún mo- do pueden acostumbrarse al cautiverio. Mas asi como las imágenes que reno- vándose y sucediendose unas á otras se dañan y destruyen mutuamente , y los ob- jetos que solo se conocen por una leve ojeada solo hacen impresiones poco pro- fundas : asi las aves no parece que ten- gan mas que unas ligeras y superficiales percepciones y muy poca memoria. Quan- do están libres ni sospechan , ni conocen las redes que se les tienden , y escapándo- se por alguna casualidad , inmediatamente vuelven á exponerse al mismo peligro ; quando están cautivas no parece que to- men apego , ni á las cosas , ni á las per- sonas , ni contraen algún género de cos- tumbre. Atrevidas en sus deseos y vivas en sus movimientos tanto libres como cau- tivas , son íreqüentes sus riñas , violentas, momentáneas , tan pronto olvidadas como pasadas , y de la mas ardiente ó excesi- va , pasan á expresar con el canto su regocijo. De forma elegante , de hermo- sos vestidos de que cuidan mucho , sepa- radas de los lodazales de la tierra , de la que apenas huellan su faz , y adornados con freqiiencia de un vestido brillante , tie- nen derecho para complacer por muchos títulos ; por lo agradable de su canto , por su natural alegría , y sobre todo por una presencia exterior , que anuncia un ente feliz y satisfecho. Sin embargo todos los años llega una estación en la que estos se- res ó entes ligeros , inconstantes sin estí- mulo alguno oculto y sin precisión que les fixe , mudan en un todo de carácter y casi de naturaleza. Una necesidad im- periosa que domina en todos los anima- les sobre los demas afectos , y en las aves sobre su ligereza é inconstancia misma , es causa de esta revolución : esta necesi- dad es la de amar y de dedicarse á los cuidados de la propagación de su especie , siendo la primavera la estación en que (*) Esto necesita confirmación de cierto. exerce sus funciones , y parece que sea producida por el sosiego del otoño y del invierno , y por la acción de los jugos de- positados , durante estas dos estaciones , en los testículos de los machos y en las se- millas del ovario de las hembras , que de- ben concurrir á la generación que se dis- pone. Entonces se renueva la naturaleza é incita á todos los seres al gusto y al re- gocijo : suministra mayor copia de man- jares y mas nutritivos , el calor dilata y pone en movimiento á los humores , y todas estas causas reproducen un deseo que la privación , el írio y la carestía te- nían suspendido, y rompe con toda su fuer- za al tiempo mismo en que las causas que le producen han adquirido toda su ener- gía. Entonces el ave , indiferente para to- do excepto para su inconstancia , percibe la necesidad de amar y de fixarse en al- gún sitio ; busca una compañera , la en- cuentra y se junta con ella ; esta corres- ponde á su intento y la naturaleza hace entre ellas un contrato que es observado constantemente, á no ser que le‘ disuelvan algunos animales carniceros , ó la mano cruel del hombre dando la muerte á al- guno de los dos contrayentes. Ese contrato es limitado en la mayor parte de las especies , y solo debe per- manecer aquel tiempo que las necesidades requieren ; en aquellas en quienes estas nunca cesan como la especie de la palo- ma y de la tórtola el contrato dura mien- tras su vida , y solo se libertan estos dos esposos quando muere alguno de ellos. (*) Las aves domésticas como el gallo, el pavo , el ánade , &c, no disfrutan de las dulzuras de esta unión : el cautiverio que no puede destruir el impulso de la naturaleza en todos los seres para Ja repro- ducción , les dexa las necesidades , pero les priva de sus hechizos. Sin embargo estos entes ligeros que no pueden estar quietos , hechos después de su unión los modelos de la constancia y de la fidelidad , aunque se hallen poseí- dos de los mas vivos deseos, no obstante es cierto que ni uno ni otro ciñen ni di- rigen á ellos solos la felicidad de que go- zan. El gusto de su unión les inspira otro á que no son menos sensibles : el les ha- ce SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. ce presente el nacimiento de los hijos que serán la recompensa de su amor , sus ne- cesidades , y el cuidado que les será pre- ciso tener de ellos. El gusto de amarse, de darse pruebas de ello , de cuidar de su posteridad y de trabajar por ella , es su primera y única pasión ; pasan los dias en- tre las caricias reciprocas de los dos espo- sos , y el cuidado de disponer un nido ; y aunque son muy vivos sus deseos , saben reprimirlos ; saben gozar de ellos retardan- do su cumplimiento , y haciendo preceder muchas señales y cariños , que son la ex- presión de la sensibilidad , que preparan y aumentan el gusto y que son su hechizo. Los otros animales mas impetuosos , arrastrados mas vivamente por la violen- cia de sus apetitos , no hacen preceder del mismo modo las caricias que las expresan, conocen menos el arte de gozar de ellas y no disfrutan de las mismas dulzuras. Las aves , asi como el* hombre , son los únicos animales que hacen preceder á la unión de los sexos la proximidad del ór- gano que en el hombre dexa tránsito á la voz y en los animales á los sonidos , que les sirven de lenguage y para tomar el alimento. A la anatomía toca enseñar- nos qué semejanza haya entre este orga- no y los de la generación ; y de qué ma- nera sensibles en un mismo acto los apa- sione mutuamente. Las necesidades regulares de la vida que serán unas mismas para los hijos que para los padres y madres , y el modo de proveerse en ellas , deciden el lugar en donde debe hacerse el nido , y las necesi- dades particulares de estos hijos el como debe construirse. Por ahora no entraré en explicar lo que exige este asunto que se encontrará en la palabra nido , y que ha- ciéndolo aqui interrumpiría la descripción de las costumbres. El cuidado de hacer el nido , en la mayor parte de las especies toca al ma- cho y á la hembra , aunque el macho pa- rece que se encarga antes de recoger los materiales de que se ha de formar el nido, y la hembra de arreglarlos. El gusto de dedicarse á esto , que debe ser efecto de una providencia inspirada por la naturale- za , les está prohibido á las aves domésti- cas. Después de haber satisfecho su ape- tito el macho con la hembra , ya se acabo Historia. Natural. Tom. I. todo para él : ella sola hace con trabajo un nido tosco , grosero y mal construido, y parece que descansa de sus cuidados, preparando uno para presentar al hombre una nueva generación de esclavos ; su ca- riño mayor , pero menos manifiesto tal vez que- el del macho , la detiene sola empo- llando los huevos que únicamente están á su cuidado , y el padre apenas conocerá á sus hijos ni les tendrá cariño alguno. El efecto de una unión recíproca , y el amor para con los hijos , que serán su recom- pensa solamente , es propio de las aves que viven y se multiplican baxo las leyes de la naturaleza , y el exemplo del canario de nada sirve contra lo que digo. Este es un prisionero y no un esclavo , se somete tan mal á nuestras leyes , y de tal modo co- noce lo poco para que nos necesita , que deshace el nido que se le prepara pa- ra construirlo á su modo , y si puede escaparse no vuelve otra vez. El amor trocado en una dulce unión , y el efecto de este amor propagado hasta los hijos , y dividido por ellos entre macho y hembra, únicamente pertenecen á las e pecies li- bres , y es una prerogativa en los machos de los páxaros dividir con las hembras los cuidados necesarios para criar á sus hijos. Esta es una superioridad que tienen sobre los demas animales , y que hace que sus costumbres sean mas arregladas , mas sua- ves y mas amables. Por lo común solo pone la hembra un huevo cada día : las especies pequeñas ha- cen su postura en quatro , cinco ó seis dias , según el número de huevos que han de empollar ; pero la mayor parte de las especies grandes ponen un dia si y otro no , siendo imposible fixar su número. Las especies pequeñas regularmente son mas fecundas que las grandes , pero sin que tengan una relación graduada ni propor- cionada. En efecto , muchos páxaros peque- ños ponen quatro veces en un verano , y en cada una de ellas quatro o cinco huevos , cuyo número por conseqüen- cia ha de subir á diez y seis o veinte: y la perdiz y el faisan que solo ponen una vez producen lo mismo. En quar.to á esto , lo que parece mas seguro es que las aves de rapiña son mucho menos fe- cundas , puesto que las grandes solo ponen F 2 una D I SCU R S O S GENERALES 44 una vez , y únicamente producen dos hue- vos , y las pequeñas no ponen mas que quatro en cada nidada , ni exceden de dos en cada estación. Sea el que fuere el número de los huevos en cada postura , la hembra por lo regular no empieza á empollarlos has- ta que ha acabado de poner , y entonces no desampara el nido para cosa alguna, sino es para tomar alimento dos ó tres ve- ces al dia : el macho se mantiene por los contornos , está velando para que nadie llegue , no teme al enemigo , se enfurece á lo menos en los mayores peligros , quan- do no puede resistirlos ni evitarlos ; pero aunque ningún accidente ó peligro per- turbe su felicidad , expresa amenudo su sentimiento con el canto , le interrumpe para buscar la comida , lleva á su com- pañera una parte de la que ha encontra- do , y los manjares que le ofrece los saca regularmente de su buche , en donde ya han hecho alguna digestión , y siendo co- sa capaz de poderse llevar en el pico , co- mo algún gusano , insecto , 6 alguna par- te de fruto , lo executa presentándolos á la hembra , que los recibe batiendo las alas y haciendo un murmullo con la bo- ca , con lo que al parecer expresa su gra- titud y reconocimiento. El macho se acues- ta en un lugar cercano al nido , y pasa los dias al rededor de él en los mismos exer- cicios , mientras que la hembra permanece en el nido con el cuidado de empollar, de menear de quando en quando los hue- vos , y de mudarlos de lugar y de posi- ción. Estas ocupaciones de los dos espo- sos permanecen mientras dura el empollar, y su duración mas corta para las peque- ñas especies , y mas larga para las gran- des llega hasta trece ó catorce dias poco mas ó menos , y á veces hasta veinte y nueve y treinta según las especies. Luego que han nacido los hijuelos se doblan los cuidados de los padres , y no se podrá dudar que su complacencia no au- mente á proporción los afectos y no les haga mas vivos , quando todos sus mo- vimientos exteriores dan indicios de ello. Mientras que los polluelos necesitan del mismo grado de calor que los huevos, los empolla la madre de la misma suerte y los dexa menos tiempo , y poniéndose sua- vemente sobre ellos y oprimiéndolos con mucho cuidado , no se levanta de allí sino para darles de comer y para limpiarlos ; y los primeros dias le ofenden tan poco sus excrementos que los recoge con su pico, y se alimenta con ellos hasta tanto que los hijuelos tienen bastantes fuerzas para dexarlos á lo menos á las orillas del ni- do. Entonces la madre sola es la que ali- menta á sus hijos , pero pocos dias des- pués de haber nacido divide el padre con ella este cuidado. Me ha parecido que en los primeros dias no les dan á comer in- mediatamente que ellos han comido , sino algo después , y he pensado que los ali- mentos que entonces les suministran , sien- do mas 1 iq nidos en los que está mas ade- lantada la digestión , no los sacan del bu- che , sino de aquella extensión que forma el esófago cerca del estomago y antes de entrar en él. Al paso que los hijuelos se fortalecen , me ha parecido que el padre y la madre los alimentan mas á menudo, después de estar ellos bien comidos , y que les dan un alimento mas sólido : siem- pre saben la cantidad que les deben dar, como también la calidad , y jamás exce- den de lo que es necesario , despreciando la importunidad , las caricias y las súpli- cas de sus hijos , á cuyo apetito desorde- nado saben oponer una útil severidad. Asi que el apetecer mas alimento del que se necesita , es común en todas especies en su primera edad , y este es el primer vicio que hay que •reprimir. Al ligero floxel que cubre los paxari- tos luego que nacen y que se cae con el tiempo , siguen las plumas , mas ó menos pronto según las diferentes especies , y guardan el orden siguiente : las plumas de la cabeza , las de la cola y las de las alas , las grandes y las pequeñas cubier- tas de las alas , las de la cola tanto de ar- riba como de abaxo , las plumas que cu- bren el buche , y las que visten todas las demas partes del cuerpo. Quando son ya tan grandes que pueden conservar mucho tiempo el calor natural en los hijuelos , en- tonces la madre los cobija toda la noche, pero en el dia solo á ratos ; y quando las plumas de las alas son bastante largas pa- ra que los hijos puedan empezar á volar, entonces el padre y la madre les incitan á que dexen el nido y aun les obligan á ello , manteniéndose algo distantes, no lle- van. SOBRE LA NATURALEZA DE LAS ANES. vandoles comida , y obligándoles á irla á buscar. El primer dia que toca este exer- cicio empieza al aurora : apenas basta un dia entero para los cuidados en que están metidos , y este es un dia para toda la familia lleno de agitación y de inquietud. Se oyen los gritos repetidos de los hijue- los , que expresan sus necesidades urgen- tes , y tal vez la desconfianza en sus tuer- zas para un ensayo que Jes es tan nuevo; el padre y la madre vacilantes entre el afecto que tienen á sus hijos , y la nece- sidad que les obliga á alexarse demues- tran la amargura de esta doble pesadum- bre con sus movimientos , y ya se acer- can, ya se apartan , é incitan y animan á sus hijos respondiéndoles : la necesidad que los oprime y obliga , los determina por ultimo , se esfuerzan y se arrojan tras el padre y la madre , que algunas veces se alexan al instante para animarlos , y p ira hacerlos volar mas lexos ; bien se puede imaginar qual sera entonces la complacen- cia de esta familia reunida , pero si toda ella está llena de gusto y de alegría , no lo está menos de peligro : los gritos de los hijuelos , la separación unos de otros , la floxedad de los que no están tan bien for- mados , la caida que pueden dar contra la tierra , les expone mas que nunca á las . trazas y persecución de sus enemigos de todas especies : á la del hombre insensi- ble aun á este espectáculo del amor pa- ternal , sin que por esto le mueva á com- pasión el dolor del padre y de la madre, que olvidando como él todas las leyes de la naturaleza , y concibiendo un arrojo que únicamente tienen en aquel caso , le desprecian , le amenazan , y se exponen á su crueldad por ver si podrán librar de aquel riesgo á sus hijos. Hombre in- sensible y cruel , ¡ cómo puedes ver con frescura y sin piedad estos gustos y do- lores , conociendo en tí mismo la suavi- dad y amargura! ¿Por qué desprecias es- tos sentimientos? ¿Como insultas las le- yes de la madre común y los dones que ha repartido entre todos sus hijos , y en- tre los entes , cuyos gestos , gritos , mo- vimientos y su existencia toda , te mani- fiestan su sensibilidad? Si las leyes de la necesidad ó de la obligación que te han sido impuestas solamente te hiciesen duro y bárbaro , serias condenable ; ¡ pero lo eres por ligereza y falta de reflexión , puesto que no sabrías ser tan malvado que hicie- ses una diversión de un ser sensible! Después de haber ya salido del ni- do , y de haberse hecho los primeros en- sayos , siguen los hijuelos á sus padres en los vuelos que ellos saben proporcionar á las fuerzas de su familia : estos se alar- gan de dia en dia , y bien pronto llega el tiempo en que tanto el hambre como el desprecio de los padres y las madres , obli gan á los pequeñuelos á proveerse por si mismos de alimentos. Luego que se han acostumbrado , rompen los lazos de la ne- cesidad que les sujetaba , y los de la ter- nura o del afecto del padre y de la ma- dre , y estos dexan de amar á sus hijue- los porque ya no les son precisos : como la lacilidad de ser alimentados detiene mu- cho tiempo á los pequeñitos , el padre y la madre son los primeros que les aban- donan , para dedicarse á ios cuidados de otra nueva cria : los pequeñitos se mez- clan con los de su especie , van de com- pañía y libres en un todo el primer año de su nacimiento ; vuelan á bandadas , y únicamente se ocupan en sus propias obli- gaciones o necesidades , hasta la primave- ra siguiente que se separan para formar como sus padres una unión mas íntima y mas dulce. Como Jos páxaros crecen tan pronto , la mayor parte de las espe- cies de aH í á tres o quatro meses después de su nacimiento , ya tienen toda su mag- nitud y son fecundos en la primavera del año siguiente. La vida de las aves no se divide como la de los hombres y de los quadrú pedos en edades señaladas , ni tam- poco hay semejanza entre el tiempo de su aumento y la duración de su vida : el canario y el xilguero que acaban de cre- cer á los quatro meses , viven de quince á diez y ocho años. Los cuidados que he referido hasta aho- ra , son comunes á las aves que ponen muchas veces al año y á las que solo lo hacen una vez , pero luego que para las primeras cesan los cuidados de la primer cria , una multitud de las ultimas conti- nua ocupada en cuidar de su lamilia , cu- yas necesidades no cesan tan pronto. En muchas de estas especies , como la del ga- llo , del faisan y de la perdiz , los hijue- los quando salen del huevo ya andan y CQ' 46 DISCURSOS comen por sí solos : no necesitan mas que los calienten y cobijen de quando en quan- do , que los guien , que los encaminen a los lugares que abundan de comida , que se les reúna llamándolos quando se disper- san , que se les aparte de los peligros , y que se les haga una señal con la voz para avisarlos quando aquellos les amenazan : los cuidados que les son precisos , tienen mas ó menos de físico , y se semejan mas bien á una especie de educación. Se po- drá decir que la naturaleza , que no tiene necesidad de emplear estas especies en una nueva reproducción en el mismo año , ha querido dexarlas disfrutar mas largo tiem- po de la unión reciproca entre padres e hijos ; puesto que ella nos manifiesta en todos los entes , que el amor es un im- pulso que la pone en actividad , que la sostiene y que la inspira á todos sus hijos en reconocimiento de la existencia. Estan- do las especies de que hablo mas tiempo en posesión del primero de estos dones, pasan el invierno sin separarse las fami- lias ; sin embargo , quando á mitad ó á fines del otoño han adquirido los peque- ños toda su magnitud , quando disfrutan de todas sus fuerzas , y la costumbre les ha formado del todo , será bien difícil de señalar qué otra causa les hace permane- cer cerca de su padre y de su madre , mas que el gusto de estar juntos. Esta amable sociedad dura hasta la primavera , y á su venida la disuelve una causa mas viva y mas poderosa , y los miembros de que se componía se separan para unirse según los sexos , y forman esta unión íntima que no admite otra sociedad entre los anima- les , cuyos afectos jamás se dividen. Los hábitos y costumbres que acabo de describir pertenecen á todas las aves en general , y forman el fondo de su ca- rácter ; pero guiado por el mecanismo y las necesidades que se le siguen , admite modificaciones en muchas especies á medi- da de su constitución. Asi la garza y la ispida o martin pescador que apetecen mas el pescado que qualquier otro género de comida , y que digieren mejor la carne, aunque su vista sea penetrante , aunque atraviesen todos los espacios con la misma facilidad que las otras aves , obligadas á esperar y acechar alguna presa que asal- tan ó sorprehenden , se quedan muchas G E N E RALES veces en asechanza en un mismo parage horas enteras , en donde la garza paseán- dose poco á poco por las orillas del agua está esperando que se le presente alguna á la superficie. Al contrario , el ave car- nicera se eleva por los ayres y corre todo su espacio volando rápidamente para ver si descubre la presa que apetece y echar- se sobre ella. El gorrión y la picaza que son voraces , que andan con el mismo des- embarazo que vuelan , se divierten por los ayres , o paseándose por la tierra an- dan y corren por ella atraídos de la vista de los objetos que la pueblan. Al contra- rio , el papagayo que anda mal , y en quien el gusto está puesto en ciertas ba- yas y en algunas simientes , quando vue- la busca los árboles que las producen , y quando los encuentra se pone sobre sus ramas y va saltando de unas á otras, has- ta que satisfecho del lugar donde se halla, sin codiciar los objetos que descubre al rededor , se mantiene mucho tiempo sin mudar de sitio sin apartarse de allí : baxa rara vez á tierra porque anda mal , y ge- neralmente hace poco exercicio porque le cuesta mucho el moverse , y porque los objetos esparcidos por la .tierra no excitan tanto su apetito. Tal vez deberá á esta . constitución un carácter muy reposado y muy reflexivo, unas impresiones muy pro- fundas , una mayor sensibilidad , una me- moria mas feliz , y en general unas pasio- nes menos superficiales. No me extenderé mucho mas en ave- riguar las influencias de la constitución, respecto del carácter y de las modificacio- nes que ella produce en los hábitos y en las costumbres. Estos objetos se tratarán separadamente , hablando de cada género en particular. Basta que en este primer discurso haya yo manifestado las aves co- mo ellas son generalmente. Agradables por su forma , por su hermosura , por su elegancia , por el aseo de su trage , por su canto y por un exterior que anuncia su alegría y felicidad : apreciables por su fidelidad y constancia en el amor quando están unidas ; por su sujeción , por su afecto , por su ternura y por sus cuidados para con sus hijos , que ¡legan á lo sumo; en fin , por su inclinación á las costum- bres sociables , común á muchas especies, quando no están empleadas en los gustos SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. y cuidados del amor ; y para pintar mejor su felicidad , y para hacerlas mas amables acabaré con este pasage de Bufton. „ Las „ aves nos representan todo lo que pa- ,, sa en un trato honesto del amor , segui- ,, do de una unión indisoluble , y que uni- ,, camente se extiende sobre su familia1'. §. XV. De la utilidad que las aves nos acarrean , y de los daños que nos hacen; ó del lugar que ocupan en la naturaleza. Si las aves solo fuesen agradables por su exterior , y amables por sus costum- bres , únicamente merecerían de nosotros una leve atención ; pero nos son útiles , y tenemos que hacerlas cargo de algunos da- ños que nos acarrean. Baxo de estos dos aspectos es como las considero en este pa- rágrafo. La carne de las aves por lo común es una comida gustosa , delicada y sana , y aun la que no se acostumbra comer , como la de las aves de rapiña , no tiene nada de malsana puesto que los hombres menos de- licados comen de ella sin experimentar malos efectos : en Italia se llevan estas aves á la plaza , y el pueblo de este pais se alimenta de ellas , sin embargo de ser su sobriedad tan general y de no tener tan vivo el apetito para la carne como en nuestros climas septentrionales ; pero en- tre todas las aves , las que nos suminis- tran una comida mas fácil de digerir , mas ■delicada y mas sana son las que tienen la carne blanca , pues aunque la de aquellas que la tienen negra es mas sabrosa y no de menos alimento , sin embargo es mas difícil la digestión , y sus jugos no son tan suaves , y tienen algo de acre é incitativo. Los huevos de casi todas las aves se- rian una buena comida y un manjar agra- dable si estuviese en nuestro arbitrio al- canzarlos á tiempo , si quando los pillamos no disminuyésemos el número de indivi- duos que deben nacer en cada especie , y si no nos priváramos á nosotros mismos de un manantial mucho mayor de parte de los hijos. La gallina es la única ave de tan grande fecundidad que basta para remediar nuestras’ necesidades , y para la propagación de su especie. Todos saben 47 que sus huevos son el primer alimento que permite la medicina á los convalecientes, y uno de los que se aconseja que tomen las personas de estomago delicado que di- gieren mal los manjares y comidas regu- lares , siendo también convenientes para los sanos y para los que gozan de salud robusta. Por lo que es una general preo- cupación el pensar que los huevos estra- gan , y que no se puede uno alimentar mucho tiempo con ellos sin estar malo, puesto que la experiencia hecha repetidas veces por muchas personas , prueba lo con- trario. La substancia de los huevos con- siderados como alimento es un extracto de los jugos nutricios puestos aparte , y congregados para el aumento y las nece- sidades del embrión ; por esto es la subs- tancia mas nutritiva y mas dulce que ha preparado la naturaleza para la edad mas tierna y mas débil. ¿ Qué puede , pues , tener de mal sano semejante comida si no se abusa de ella , y si la mucha abundan- cia no la hace demasiado nutritiva? No hay nada absolutamente de que no se abu- se , y la preocupación decide de todo. La delicadez y el luxo deben á las aves, una sus comodidades y otro sus ador- nos. El floxel de algunas aves , como el del eider ganso del Norte , y del cisne , nos provee de un forro que reúne en sí el calor y la ligereza ; las plumas que vis- ten el cuerpo del ganso , por su elastici- dad nos proporcionan asientos comodos , camas en donde encontramos el calor , la aptitud para nuestros movimientos , y la obediencia y resistencia á la impresión de nuestros miembros que es lo que allí de- seamos. El pueblo , para quien son muy caras las plumas del ganso , las reemplaza con las del ánade , de la gallina y de otras aves , y disfruta de aquella ventaja ó co- modidad proporcionada á sus necesidades, ó antes bien á sus fuerzas menos ener- vadas. El arte que se emplea en adornar á nuestras mugeres , quita á las aves dife- rentes plumas , las que á veces une á los vestidos , á veces las coloca sobre sus ca- bezas para coronarlas , y á menudo cubre los magüitos , que sirven para defender las manos de las impresiones del frió. En to- dos tiempos y entre todas las naciones, tan- to barbaras como civiles , han servido de ador- DISCURSOS GENERALES 48 adorno las plumas ; lo que tal vez sará por su mucho lucimiento , y poique tenien- do un tamaño muy grande con poquísi- mo peso , parece que hagan mas alto al que las lleva , y que le ensanchen sin que tenga la incomodidad de llevar peso. Esta es la razón porque los antiguos guerreros coronaban sus morriones con penachos , que todavia se ponen en las gorras de al- gunas tropas que aprecian la altura de ta- lla , y por este mismo género de vanidad de que estoy hablando , sucede que los orientales unen á sus turbantes las garzo- tas y ayrones , cuya elevación , ligereza y amplitud las hace algunas veces de un precio excesivo. Las plumas sirven para diferentes ar- tes , y tal vez no podrán reemplazarse con alguna otra cosa. Tales son las del cuer- vo, que se ponen en los martinetes del clave , y con estas mismas se da la tin- ta de la china : las del ganso tienen un uso mas extenso y que todos conocen muy bien. Peí o si es ventajosa la facilidad de escribir que nos proporcionan , esta misma facilidad no puede contarse entre los da- ños que nos hacen las aves : otro tanto se podía decir del uso que los antiguos ha- cían de ellas , y del que todavia hacen los salvages de algunas partes de las plumas para armar sus flechas con las que hacen el tiro mas rápido y seguro. La flecha emplumada sirve para defensa del que la arroja , y la emplea en la caza que le man- tiene , pero la despide contra su semejan- te que le ataca , y contra las bestias ino- centes , á las que perturba su reposo. No contaré entre las utilidades y ventajas que recibimos de las aves, el uso que se ha que- rido hacer en la medicina de muchas de sus partes , porque son errores de la anti- güedad , olvidados al presente y no me- recen refutación. Hasta ahora las utilida- des que recibimos y que he atribuido á las aves , no penden de ellas , sino del uso que hacemos de todo su cuerpo 6 de algunas de sus partes , réstame examinar, si por si mismos , por sus acciones ó por su modo de estar nos son útiles ó daño- sas Para resolver esta qiiestion las dividi- ré en frugívoras y carnívoras , ya porque las primeras se alimentan ó mantienen de simientes , de bayas , de frutas , o de hier- bas , ya también porque las segundas van á caza de los otros páxaros , de algunos quadrüpedos y de peces , o se comen los gusanos y los insectos. Las aves granívoras hacen mucho mal en dos estaciones; quando se siembra y quando maduran los granos, y también causan mu- cho daño en los graneros , en los quales se introducen por las aberturas que se dexan para la comunicación del ayre. Las que gustan de yerbas rompen el tallo luego que sale de la tierra ; arrancan la tierna planta y se comen el vastago y el grano que le produce : quando la planta que an- tes no destruyeron está ya crecida , la quiebran por arriba , lastiman su tallo y despedazan las hojas ; muchas tienen incli- nación particular á los botones o yemas de los árboles cercanos á abrirse ó que empiezan ya á hacerlo , y á estas aves las llaman en algunas provincias desihemado - ras ó esparcidoras de las hojas de los ár- boles , como son el pico-gordo ó piñonero , y la pírrula &c. Muchas asaltan las flores de los árboles y causan grandes daños en las arboledas : otras , como el grande y pequeño tetras , se alimentan de las pun- tas de las ramas de ciertos árboles , que echan á perder é impiden su aumento: las bayas , como también las ubas , la gro- sella &c. : los frutos que son dulces , como el higo, la ciruela, el melocotón y muchas peras , tienen atractivo para muchas aves que destrozan las bayas y echan á perder las frutas : el pico cruzado ó pico tuerto , con su pico corvo y cortante hecho á manera de tixera , abre las manzanas y las peras para buscar dentro de ellas las pepitas , de las que es muy goloso , y en otras estacio- nes se alimenta de la simiente de los árbo- les coniferos rompiendo su fruto , que es muy difícil de abrir. Las aves de rapiña persiguen á una multitud de páxaros y de quadrüpedos: dañan mucho la caza , disminuyéndola y destruyéndola en aquellos lugares donde están continuamente , hasta que alguno se opone á sus designios destruyéndolas á ellas. Algunas de un carácter pesado y perezoso , rodean nuestras casas y habita- ciones , y esperan la ocasión para llevarse las aves domésticas , ya quando vuelan al- go baxas , ó ya quando las hacen salir á pacer por el campo como á los pavos , á las ánades y á los gansos : otras establecen su SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. su caza al rededor de los palomares , y son mas dañosas por el espanto general que causan , por el miedo que las palomas tie- nen de salir y de volver á entrar , y por su deserción , que es el efecto de su en- carnizamiento , que por la pérdida de los individuos que ellas sacrifican á su ape- tito. El pez , escondido debaxo del agua, dentro de Ja qual se halla perseguido por sus semejantes , tiene también enemigos que surcan los ayres por encima de él, que están esperando con ansia el sorpre- henderlo , y unos le sacan fuera de su ele- mento inmediatamente que se dexan ver sobre su superficie , y otros se zabullen con él y le persiguen allí mismo : el ha- lieto , y alguna vez el aguilucho de mar, el ganso y el ánade silvestre en nuestros climas , y en los paises menos cultivados el pelícano y el cisne , consumen muchos peces y despueblan los lagos , los estan- ques , y las playas : otras aves menores , como el martin pescador , la golondrina de mar , &c. no causan menos daño llevándo- se los huevos esparcidos por el agua y los peces pequeñitos. Creo haber hecho , poco mas ó menos, la enumeración de las diferentes especies de daños que nos causan las aves , apre- ciémoslas pues , y veamos si son tan con- siderables como se piensa comunmente; si de estos mismos daños , o á lo menos de la mayor parte , resulta alguna utilidad que los recompense ; si son un vicio en el orden de la naturaleza , o si acaso por ha- berlas nosotros mudado parece que nos sean contrarias. La naturaleza es tan fecunda , y las simientes de las plantas tan abundantes, que las que caen cada año sobre la superfi- cie de la tierra bastan para la reproducción y conservación de los vegetales , y para el alimento de los animales : si estos no con- sumiesen la mayor parte , si diversos acci- dentes no disminuyesen su abundancia , la superficie de la tierra no podria contener todas las producciones de algunas especies, como por exenrplo del álamo ; todas se multiplicarían demasiado , y arraigadas en la tierra se dañarían mutuamente ,se inter- ceptaría el ayre , se arrebatarían los jugos nutricios , y se destruirían unas á otras. Historia Natural. Tom. L El consumo que hacen las aves de los granos , y el daño que causan á las plan- tas ó á sus diferentes partes , no es , pues, un vicio en el orden establecido por la na- turaleza , que reparte con profusión las si- mientes , y que las esparce con indileren- cia sobre la tierra , que ha previsto el uso que se había de hacer de ellas , y ha re- mediado su falta por medio de la fecun- didad ; sin embargo , á nuestro parecer , es- te es uno de ellos , porque hemos juntado los vegetales ; porque cargamos la tierra de algunas especies prefiriéndolas á otras , y porque depositamos las simientes en un es- pacio limitado, y entonces las aves se apro- vechan de la comodidad de encontrar en un mismo sitio una comida que las hubiera sido preciso buscar por muchas partes : ellas la consumen y se oponen á nuestros desig- nios , sin esparcir y sin tomar mas que aquello que deben de los fondos de la na- turaleza ; pero la mayor parte de estas aves que realmente nos causan daño, consumien- do los frutos que nosotros nos reservába- mos , nos hacen algunos servicios relativos á la cosa misma en que nos han dañado , y estos servicios tal vez sobrepujan al mal que nos hacen. En efecto, aunque el gra- no y las diferentes partes de los vegetales sean su principal alimento , no por esto de- xan de tener un apetito vivo y fuerte hacia los gusanos y los insectos , que son para ellas una comida delicada , y destruyen una grande cantidad. Si por una parte se pudie- se juntar el número á que llegarian los in- sectos en un año , y el daño que causarían á las plantas , y ademas se pudiese saber quantos son los que en cada año destruyen Jas aves , puede ser que resultase que opo- niéndose fuertemente á la grande multipli- cación de los insectos , nos hacen mas bene- ficio en orden á los vegetales que daño en todo lo que ellas mismas destruyen , y des- quitadas á lo menos en quanto á esta par- te con nosotros , todavia les habríamos de estar agradecidos , porque preservan el ay- re y las aguas de la putrefacción que po- drían causar los insectos que mueren , si las aves no fuesen una de las mas fuertes bar- reras que se oponen á su exorbitante fecun- didad. La de los peces no parece mas limi- tada , y las aguas no podrían contener ni alimentar á tantos como nacerían todos los G anos 5o DISCURSOS G años , si sus enemigos , entre los quales es preciso contar á diferentes aves , no dismi- nuyeran infinitamente su número. Si noso- tros no quisiésemos poblar de peces los lu- gares llenos de agua y los estanques , y si no quisiésemos apretarles unos con otros, sin embargo de que la naturaleza les con- signa el curso de todas las aguas , no nos enfadarían las aves que se alimentan de ellos , pues que su fecundidad , como la de los vegetales , basta en el orden establecido por la naturaleza para todas las necesida- des , que rara vez están de acuerdo con nuestras miras particulares : asi mismo las aves y los quadrupedos propios de la caza, no han sido producidos para reunirlos , guardarlos y alimentarlos dentro de un espacio limitado , sino para esparcirse y ex- tenderse sobre la tierra y dividírsela entre ellos. Sucede también , que por oponerse las aves de rapiña á nuestros designios , quando se arrojan sobre la caza y se la lle- van , en nuestro juicio son perjudiciales , y porque alteran nuestras diversiones las per- seguimos mucho mas que á las otras aves, que fuera de toda preocupación , nos cau- san daño mas verdadero Si la caza se ex- tendiese igualmente por la tierra y la po- blase y se multiplicase tanto como pudie- se , desde luego su demasiada multiplica- ción llegarla á alterar el orden mismo de la naturaleza , haciendo muchisimo daño á la reproducción y aumento de los vege- tales ; por lo que no se puede dudar que las aves de rapiña son uno de los remedios de que la naturaleza se ha valido para este desorden. No solo impiden que la caza sea demasiado numerosa , sino que todavia nos hacen otros servicios importantes , y con especialidad las aves nocturnas que son te- nidas en tan mal concepto , y le tienen prescripto tan injustamente : estas son las que limpian la tierra de ratones , de topos &c. , que son la principal comida de que se alimentan ; y alguna caza pequeña de que nos privan no puede compararse en manera alguna con el bien que nos acar- rean. Podría aun añadir á los servicios que hacen las aves al hombre el de disminuir el número de reptiles , beneficio poco co- nocido en nuestros climas , en los que ni son muy numerosos, ni muy perjudiciales, pero apreciables en las regiones en las que E NE RALES el sol muy ardiente calienta la tierra hú- meda , tan proporcionada para la multipli- cación de ellos , y en las que el calor hace tan dañoso el veneno que exhala. Podria también decir en favor de las aves , que llevándose los granos , los transportan de un lugar á otro , que los esparcen de tre- cho en trecho , y que , por decirlo asi, trasplantan los vegetales ; que las aves de agua , en cuyas plumas se pegan los hue- vos de los peces , como también en los huecos o vacíos de sus picos , pasando de un pantano á otro transportan allí las di- ferentes especies , y que esta es la causa, que en los lugares donde jamás ha habido agua detenida , después de haber llovido mucho por el invierno , en aquellos ho- yos o baxos donde se ha recogido parte del agua que cayo , se ven nacer por la pri- mavera tantos peces que casi los llenan, cuya simiente la han llevado allí las aves que van á bañarse , habiendo salido de al- gunos estanques no muy apartados. Recopilando quanto se ha dicho res- pecto al bien y al mal que nos hacen las aves , y á los servicios y daños que reci- bimos de ellas , me parece que según el orden natural están las cosas en equili- brio ; que las aves no nos ofenden mas que en lo que pertenece á la convención y orden social ; que en quanto á este ob- jeto , á lo menos es probable que nos sirven otro tanto que nos dañan , aun en aquellas cosas que parece que nos son perjudiciales : en quanto á las miras de la naturaleza respecto de las aves , y al lugar que ocupan en su obra , si es per- mitido el averiguar sus designios , pare- ce haberlas destinado para poblar los ay- res ; para esparcir por ellos la vida y el mo- vimiento que otros entes producen en otros elementos ; para presentar sobre la tierra la imagen de la felicidad ; para inspirar en ella la alegria , que sin ellas hubiera sido bastante desconocida ; para hacer que se oigan sonidos dulces y agradables , en donde solo se hubieran oido ahullidos y gritos ; para consumir una pane de las simientes , que hubieran sido demasiado abundantes ; para contener la excesiva fe- cundidad de los insectos , de los. reptiles y de los peces ; para purgar el ayre de lo que lo hubieran estos infestado después de SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. de muertos ; para disminuir el número de animales que se alimentan de vegetales , y que se aumentaría sobrado si ellas no con- tribuyesen para contenerlos ; para concur- rir á esparcir y extender las simientes de los vegetales ; y en fin , para transportar las distintas especies de pecas encerradas sin comunicación alguna en los lagos y en los estanques. Si estas conjeturas pa- recen fundadas , por ellas se podrá juzgar de la clase en que están las aves en" la natuialeza , y del lugar que estas ocu- pan. G 2 Historia Natural. Tom. I DIS- DISCURSO SEGUNDO. De la necesidad de colocar , y de dividir en clases á las aves para llegar mas cómodamente á distinguirlas y á conocerlas. De los Autores ¿¡ue han escrito sobre la Ornitología. §• V^/üANDO los animales solo tienen un cor- to número de relaciones , pero estas con que se semejan entre sí , les distinguen entre los demas , se dice que son de la mis- ma clase ó de la misma familia : y asi el tener el cuerpo cubierto de plumas , el tener alas , dos pies , y el coger la comi- da con el pico , son particularidades co- munes á todas las aves , que les distinguen de los otros animales , y que caracterizan su clase ó su familia. Quando es mayor el número de re- laciones , y sin embargo no impide que se distingan unos de otros los animales en los que se notan , se dice que son de un mis- mo género. Asi las agudas, que por la for- ma de su pico y de sus garras constitu- yen una raza entre las aves de rapiña , con todo se diferencian de las otras aves de esta misma clase ó familia por la encor- vadura del pico , y esta especie de diferen- cia general, y de particular semejanza cons- tituye su género ; pero quando Ja simili- tud es tan perfecta que se confunden los individuos , se dice que son de la misma especie. Para conocer bien la semejanza que hay entre las aves , como también entre los otros animales , y poder , después de estas semejanzas , dividirlas en clases , en géneros y en especies , no solamente era preciso comparar sus partes exteriores , si- no al mismo tiempo establecer el parale- lo , ó la diferencia de las internas que mas influyen en el individuo ; sin embargo, como entre estas partes hay algunas rela- ciones reciprocas que están subordinadas alternativamente unas á otras , se puede juzgar con freqüencia y con harta seguri- I. dad de la organización interna , por la sim- ple inspección de ella , como también por la formación de las partes exteriores : y lo que ciertamente prueba la exactitud de este modo de pensar es , que las aves mi- radas como de un mismo género con ar- reglo á un número suficiente de semejan- zas exteriores , reducidas á cautiverio , pri- vadas de la libertad de elegir , y oprimi- das por la necesidad , las mas de ellas se unen y producen juntas : pero al paso que carecen de alguna semejanza por el exte- rior , ya no es perfecta la de su interior, puesto que sus producciones por lo común y aun quasi siempre son estériles. Por el contrario , las especies en cuyos individuos convienen todas las relaciones exteriores , la organización interna es tan perfectamente la misma , que el fruto de su unión es fecundo y capaz de perpetuar la especie. Parece , pues , que la facultad de engendrar , bien que solamente suge- tos estériles , pertenezca al género , y á la especie la de suministrar una producción fecunda , puede ser que la unión fuese el medio mas seguro de señalar los límites que separan los géneros y de asegurar la identidad de las especies ; pero este es un medio demasiado difícil para que se pue- da emplear con mucha treqíiencia ; bas- tan los exemplos del canario , del xil - güero , del tarin , del paxarel , del pardi- llo , del pírrula , del verderón , de diferen- tes faisanes , del tardona , del ánade do- méstica, de la tórtola de bosque y de la de gargantilla &c. , para darnos una prueba de que estas aves son capaces de engendrar juntas , aunque ordinariamente no produz- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. can mas que objetos estériles ; y de que las que tienen mucha semejanza en lo ex- terior tienen también una organización in- terna que corresponde en un todo , y que por consiguiente , con arreglo á las rela- ciones exteriores , se pueden tener y reu- nir en géneros todas aquellas en las que se halla esta semejanza. Pero esta seme- janza y esta reunión , en las quales siem- pre hay peligro de engañarse , hasta tanto que que la unión haya decidido de la identidad del genero y de la especie , ¿ aca- so son necesarias y útiles, y pueden darnos una idea del orden natural ? Todos los objetos están variados sin que tengan semejanzas en todos los pun- tos ; y los que las tienen mayores , pre- sentan á la vista muchas diferencias siem- pre y quando se examinan largo tiempo, baxo todos los aspectos , con la mayor in- dividualidad y con atención escrupulosa. Pero para reconocer estas particularidades distintivas que solo se logran con trabajo por medio de un largo examen y por una comparación individual de todas las partes, es preciso emplear mucho tiempo en ca- da observación , ó tener una larga cos- tumbre de observar y de comparar los objetos que se semejan. El naturalista que conrparáse unos con otros todos los indi- viduos de un rebaño de ovejas , vendría á encontrar en cada uno de ellos dife- rencias y particularidades que le distin- guirían de los otros ; á cada oveja podría darle su nombre particular para distin- guirla ; y la conocería entre todas las de- mas recordando el distintivo que habia ocu- pado á su idea para imponerle aquel nom- bre. Y asi se ve que algunos pastores di- vierten sus ocios en notar las particulari- dades que distinguen cada individuo del ganado que guardan , en ponerles nombres á todos , y en conocerlos á primera vista por medio de una larga costumbre. Pero este modo de aprender á distinguir los objetos, ademas de exigir un trabajo muy grande , consumirla mucho tiempo. El que se hubiese dedicado á este estudio en orden á las clases en quienes las especies multiplicadas , encerradas y como oprimi- das , son bastante semejantes , hubiera pa- sado una parte de su vida en reconocer las particularidades que distinguen á cada una antes que pudiese compararlas baxo otras relaciones que las de la forma exte- rior. Este largo y penoso trabajo es el que se han tomado algunos hombres sufridos y laboriosos que lo han ahorrado á los de- mas , comunicándoles baxo el nombre de método ó sistema el efecto de sus obser- vaciones : este efecto es una indicación cla- ra y precisa de las particularidades reco- nocidas como á distintivo y propiedad de cada clase , de cada género , y alguna vez de ciertas especies particulares según la comparación que se haya hecho , y que por el gran numero de sus relaciones se confunden á una simple mirada. Este es un medio pronto para distinguir y reco- nocer los objetos sin hacer comparación de ellos , y cuyo efecto ha sido ya antes co- nocido por la experiencia de los que lo han indicado. Este es , pues , un modo de abreviar el estudio , de hacerle mas fácil, de aprovechar el tiempo, y por consiguien- te los métodos ó sistemas nos son de una grande utilidad , quedando deudores á los que nos los han suministrado de un reco- nocimiento proporcionado á su trabajo y del que nos han ahorrado. Pero en vano se pretenderla podernos dar , por medio de algún método , una idea del orden natu- ral. Antes de aventurar esta proposición, sería preciso saber si la naturaleza , en efecto , se ha ceñido á un solo orden , si se ha trazado un plan de cuyas partes ha- ya concebido las ideas separadamente , y que haya sido su intento enlazarlas unas con otras. Este modo lento de proceder, y estas divisiones , convienen demasiado con nuestra floxedad,y sobrado poco con el genio de la naturaleza ; siendo mas proba- ble que el proyecto y execucion de su obra hayan sido producción de un solo y único pensamiento ; que la naturaleza vea y abrace todo el universo con una sola ojeada sin dividir ni amontonar las partes que le componen , pero con todo, los mé- todos no son menos útiles por lo adapta- bles que son á nuestra floxedad : y solo se podria pasar sin ellos quando los obje- tos estuviesen poco multiplicados , y quan- do las particularidades que los distinguen fuesen muy notables ; porque entonces los métodos sobrecargan y fatigan al que es- tudia en lugar cié ahorrarle tiempo. Y asi el pretender reducir á un método al hom- bre , y querer colocarle baxo sus divisio- nes, 54 DISCURSOS nes , en lugar de buscar el orden quizas sería substituir la pedantería á la ciencia; el colocar en clases á los quadríi pedos tal vez es un trabajo que no parece muy ne- cesario ; pero quando los objetos que se semejan están muy multiplicados , quando se confunden por el grande número de sus mutuas relaciones , y quando solo , después de un largo examen , es quando se perci- ben las circunstancias que les distinguen; el que indica estas circunstancias y las da á conocer hace un servicio importante á Jos que se dedican al estudio de los mismos objetos ; les ahorra tiempo , les hace el es- tudio mas fácil , les proporciona el poder seguir la historia completa de los objetos que estudian , después de haberse dedica- do tan solo por algunos dias al estudio de las formas y de las particularidades que los distingue en lugar de emplear en él un tiempo muy considerable ; lo qual se- ría precisamente el principio de su traba- jo aunque solo fuese la introducción para su asunto : esto lo encuentra ya prepa- rado por el auxilio de los métodos ; y si puedo servirme de esta comparación, es un operario que entra en una tienda hallándola del todo surtida. Son útiles los métodos , quando los objetos están dema- siado multiplicados , se semejan mucho y se confunden á los ojos del que los mira; y lo son únicamente , como ya he dicho, porque ahorran el tiempo y hacen mas fácil el estudio , sin tener otro mérito ni otro valor , de suerte que el mejor de to- dos será aquel en que se encuentren con mas perfección estas dos ventajas. Asi el método mas perfecto es el mas sencillo , mas claro , mas general , mas fácil de co- nocer , y el que hace el estudio mas como- do ; porque si un método es complicado, si para aprenderle se necesita tanto tiem- po como para conocer el objeto de que tra- ta , un tal método es entonces inútil puesto que ni ahorra tiempo ni facilita el estudio. Si no es bastante general , si muchas par- tes del objeto que trata no pueden arre- glarse baxo de sus divisiones , es imper- fecto y no acabado , teniendo necesidad de estarlo ; pero si llena las condiciones de que acabo de hablar , su autor es quien le ha conducido hasta aquel grado de per- fección y de utilidad de que es capaz es- te género de trabajo. Por estar , pues, muy G E NE RALES multiplicados los objetos de que trata la Ornitología , y porque entre las aves , es- pecialmente las mas pequeñas , se notan muchas semejanzas, las que con dificultad se distinguen á causa de su grande núme- ro , he pensado que habiendo de hablar de ellas sería ventajoso adoptar un método, y he preferido el de Brisson entre todos los que se han propuesto hasta el presen- te , por parecerme mas extenso , mas cla- ro , y mas fácil de seguir y de comprehen- der. §. II. De los Autores que han tratado de las aves en general , y primeramente de los Autores antiguos. Es muy poco lo que nos queda de las obras que los antiguos han podido com- poner acerca de las aves ; y lo que ha lle- gado hasta nosotros en este género , ó so- lamente contiene nombres que no están ya en uso , y por consiguiente carecen de significación para con nosotros , ó descrip- ciones tan incompletas que después de ha- berlas leido no se puede reconocer el ob- jeto que indican. Ni aun Aristóteles y Plinio que han hecho algunas descripcio- nes , se hallan libres de estos defectos. El primero no ha compuesto un tratado so- bre las aves en particular : quanto él ha escrito en orden á este objeto , está re- partido entre los diferentes libros que ha dexado acerca de los animales en genera!; y siendo los libros VIII y IX de la his- toria de los animales en los que mas se ha estendido tratando de las aves , por este motivo me ceñiré á hacer un extrac- to de ellas. El capítulo 3.0 del libro S.° trata del alimento de las aves , algunas de las qua- les se alimentan de carne , otras de gra- nos , y otras se acomodan á todo géne- ro de substancias nutritivas : unas bus- can su substancia en la tierra y otras en las aguas. En el capítulo 16 del mismo libro habla Aristóteles de las aves que se ocul- tan por el invierno : este capituló podia borrarse casi del todo después que nos he- mos instruido con el tiempo y la obser- vación ; pero sobre todo en el libro 9.0 es donde el Filósofo griego se emplea en tra- ía r SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AFES. tar de las aves , en él es donde se encuen- tran la enumeración de las especies , su descripción , el modo con que muchas ha- cen su nido y crian á sus hijuelos. En es- te mismo libro capitulo XXIII , es en el que Aristóteles trata de las águilas , y respecto de estas ha sido citado con fre- qüencia. En los otros libros habla de las dife- rentes parres de las aves , de sus hábitos, y de su formación según trata de los mis- mos objetos por la semejanza con los otros animales , porque su modo siempre es el de comparar , y si no ha dexado una obra perfecta acerca de las aves como respec- to de los otros animales , con todo nos ha presentado el plan , y trazando el pri- mer bosquejo , ha visto en lo por venir de qué suerte podria estar acabada esta obra , quando el tiempo y la observación hubiesen juntado y preparado los mate- riales : siguiendo pues , este plan , se ten- drá una obra perfecta sobre las aves , quándo se conocerán por la comparación con los otros animales , ya sea relativa- mente á la forma exterior , ó ya á la or- ganización interna . y quándo á estos co- nocimientos comparativos habrá acompa- ñado la observación y la historia de sus hábitos y costumbres. El libro X. de la obra de Plinio está casi enteramente consagrado á las aves , en él habla el Autor de un gran núme- ro de ellas , pero de un modo contuso , sin orden , sin hacer descripción alguna, y forma menos la historia de las aves , que una relación de las ficciones y cuen- tos imaginarios producidos según su an- tojo. Estos dos Autores de que acabo de hablar son entre los antiguos los que sola- mente merecen citarse en orden á la Or- nitología : después fué enteramente des- preciada : y si acaso los hombres se ocu- paron en ella , los escritos que se hicie- ron acerca de ese objeto , se han perdido para nosotros : hácia la mitad del siglo XVI. de la era Christiana fué quando Belon y Gesnero sacaron la Ornitología del olvido en que habia yacido tan largo tiem- po : ellos fueron los primeros que llamaron la atención hácia esta parte de la historia natural , en la que se han empleado des- pués sucesivamente muchos Autores. Unos, embarazados por la multitud de los obje- tos , han procurado ponerlos en orden, los han dividido en diferentes ramos , en los que han reunido las aves que han juzga- do tener mas semejanza ; siendo estos los Autores que se han llamado metódicos o sistemáticos , y sus obras método o siste- ma , porque han tratado de las aves ba- Xo un método ó sistéma , considerándo- las y colocándolas en clases , sin ocuparse en su historia ó de sus costumbres. Los otros tan solo se han empleado en íormar la historia de las aves , las que han seña- lado simplemente con los nombres que por lo común se las dan , y con la descripción que ellos han hecho , sin detenerse en las relaciones que podian tener entre sí , baxo ciertos aspectos , y sin dividirlas en clases, aun teniendo las circunstancias de simili- tud ; bien que es muy corto el catálogo de estos Autores. Algunos de estos no se han ceñido á describir el exterior ni los hábitos de las aves ; solo han hecho la anatomía y han descripto su organización. En fin , unos se han ocupado en ha- blar de las aves en general , y otros han tratado únicamente de ¡as aves de ciertos parages , o de algunas aves en particular. En qualquier objeto que se hayan pro- puesto los Autores , se han contentado con transmitir sus ideas por medio del discur- so ; otros , que son los mas , á la descrip- ción de las aves han añadido su retrato grabándole o iluminándole , y en esta ul- tima ventaja desconocida á los antiguos, es singularmente en lo que les exceden los modernos ; como también en que las describen con mas extensión y exactitud. Las descripciones completas , con el auxi- lio de las láminas , son un medio seguro que faltaba á los antiguos para determi- nar un objeto , para reconocerle y para renovar su idea. Los diferentes modos de considerar las aves que acabo de manifestar , han produ- cido una multitud de obras , que no me es posible darlas todas á conocer , y habré cumplido con lo que el lector debe espe- rar , si le doy una noticia de las mas céle- bres de cada género , ó á lo menos de las que merecen ser mas celebradas. Bk- DISCURSOS GENERALES $6 Belo n. Belon es el primero que ha excitado en Francia el gusto de la Ornitología , y que ha tratado esta ciencia con méto- do. No se contenta con leer y comentar los escritos de los antiguos , como contra su exemplo lo han hecho otros después, sino que dotado de un espíritu justo , co- noció que la historia natural no se apren- de con perfección sino en el libro de la naturaleza. Viajó para instruirse , y rico con sus observaciones y con las que reco- gió en los libros que supo apreciar , en el año 1555 publico su historia délas aves, la que está divida en siete libros ó partes, con láminas gravadas en madera , y solo forma un pequeño volumen en lolio. Belon conocio lo preciso que era tra- tar con orden la Ornitología , y colocar en clases á las aves por razón de su número; pero ni fué dichoso en la elección , ni en la execucion de su plan. Su método con- siste en dividir las aves según los lugares que freqüentan y los manjares de que se mantienen , bien que rectifica este méto- do vicioso é insuficiente , colocando en cla- ses separadas á las aves según su forma; pero estas ideas no son fixas ni exactas ; y en orden á esto solo se debe elogiar por haber sido el primero que formó un pro- yecto útil , aunque le faltó la execucion. Sin embargo , este defecto se halla recom- pensado con ventajas : apreciador esclare- cido de las obras de Aristóteles , vio Be- lon con el Filosoio griego que las aves únicamente se podian conocer descubrien- do su forma y su organización , y com- parándolas con otros animales. El primer libro de su obra lo consagro en parte á este objeto útil , que lleno hasta donde se lo permitían los conocimientos de su tiem- po, porque el título de los capítulos indi- ca muy bien que Belon alcanzaba lo que convenia saber , pero que ni sus observa- ciones , ni Jas de los otros le habian toda- via enseñado. Los capítulos X , XI y XII de este libro son los que principalmente merecen ser notados. En el décimo trata el Autor de las partes exteriores de las aves ; en el undécimo de sus visceras ; en el duodécimo compara el esqueleto de un ave con el del hombre , y contrapone la representación de estos dos esqueletos que se creerían tan diíerentes , y cuya compa- ración admira por la semejanza que tienen en el todo y en las partes. Estos tres ca- pítulos , en el dia de poca consideración, deberían merecer al Autor grandes elo- gios en su tiempo , y el ultimo presenta una idea fecunda que los modernos no han podido apurar. En quanto á las particularidades de la obra debe adveróse que Belon describe con exactitud , pero sus descripciones no tienen la extensión suficiente ; muchas ve- ces las omite , contentándose con referir el nombre de las aves ; v la mayor parte de las láminas son malas y no presentan la idea del ave que debieran representar. Generalmente hablando , la obra de Belon es rnas apreciable por sus miras que por las descripciones que contiene , sin embar- go , todavía se pueden leer con gusto y utilidad muchos pasages de ella aun des- pués de haber corrido tantos Autoros el mismo camino que gloriosamente abrió Belon antes que todos ellos. G e s N e k o. Gesnero , médico de Zuric , contem- poráneo de Belon , ha dexado un libro que trata de las aves escrito en latín ; pe- ro este libro de inmensa extensión forma un volumen en folio. Al principio se en- cuentran tablas alfabéticas de los nombres de las aves en hebreo , caldeo , arábigo , griego y latín , y en las mas lenguas de Europa. Estas tablas , que manifiestan una erudición maravillosa , no tienen mas mé- rito que este , pues en orden á las len- guas antiguas es muy cierto que Gesne- ro no ha hecho justa aplicación de los nombres ; ademas de que estos mismos nombres ya no se entenderán en los paí- ses donde se hablan estas lenguas ; y aun- que estas tablas pudieran ser mas sutiles para las lenguas modernas , es verisímil que muchas veces no se entenderían los nombres citados por el Autor en las dife- rentes regiones donde se habla la misma lengua que aquella en que está escrito su catálogo de las aves , puesto que de una provincia á otra mudan los nombres se- gún el idioma y el uso. Gesnero no co- nocía otro método que el orden alfabéti- co SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. 57 co de los nombres latinos : este plan , el mas defectuoso que se pueda imaginar , es- parce por toda la obra el desorden y la confusión ; une lo que en la naturaleza se halla mas separado , y aleja o separa lo que está mas inmediato : casi nada pre- senta como propio aunque copia: al fin de cada artículo señala las fuentes de donde lo ha sacado, que son muy numerosas, puesto que si un Autor ha hablado de un ave que nada importa en aquel caso , ci- ta el pasage donde está la qüestion : su método , aunque no tan extenso , es el mismo con corta diferencia que el de Al- drovando , que se encontrará en el artí- culo de este Autor. Describe con bastan- te exactitud , pero con demasiada breve- dad : manifiesta el arte de adestrar las aves que sirven para la cetreria : trata de sus enfermedades, y de los remedios de que se han de valer para curarlas. La mayor par- te de las figuras grabadas en su obra es- tan incorrectas y mal executadas. Por otra parte , Gesnero sorprehende por su vasta erudición , y en esto semeja á Aldrovan- do que le sobrepuja. Aldrovando. Aldrovando , médico de Bolonia , es- cribió algún tiempo después de Belon y de Gesnero : se aprovechó de los trabajos de estos , y les añadió y comentó , como también las obras de los antiguos. La su- ya , escrita en latin, y aumentada con lá- minas grabadas en madera , contiene tres volúmenes en folio muy considerables , divididos en veinte libros. Sin embargo, so- lamente ha hablado en muy pocos de ellos de las aves conocidas en el tiempo en que vivía este Autor ; es decir , de aquellas que se encuentran en Europa , y falta mucho para que todas esten allí compre- hendidas. Aldrovando conoció la necesidad de colocar en clases á las aves ; pero le faltó talento , y no tuvo mas que ideas vagas é indeterminadas. Por lo regular su método consiste en dividir las aves según los alimentos con que se mantienen , y los Jugares que fre- qiientan , pero en las descripciones no se ciñe á estos dos principios tan vagos é in- suficientes , y algunas veces caracteriza y Historia Natural. Tom. L coloca las clases de las aves según la for- ma de su pico ó de sus pies , y otras , se- gún sus diferentes hábitos ; sin embargo, nada discurre en orden á esto , y no ha- ce mas que repetir lo que Aristóteles ha- bía observado y escrito : otro tanto hace en la anatomía , de la que trata en orden á muchas aves : copia en un todo al Fi- losofo griego , y sobrecarga las observa- ciones con inmensos comentarios que so- lo sirven para obscurecer la materia. Tal es generalmente la obra de Aldrovando. Esta es en las descripciones una inmensa colección , y el repertorio de todo lo que se ha imaginado , escrito y opinado en or- den á las aves , o por su causa , tanto que sea verdadero como falso , verisímil , o absurdo , hay en toda ella una erudición que admira y que fatiga , sin agradar , sin interesar y sin instruir j y una falta abso- luta de discernimiento y de critica. Basta que un Autor haya citado el nombre de algún ave para que Aldrovando traiga el pasage donde aquel ha hablado , aunque nada cuente de su historia. Asi mismo, di- ce quanto ha oido contar , sea de quien fuere , y de qualquier naturaleza que sean los hechos : copia todos los diseños que se le presentan para los retratos de las aves: concibe especies y las describe con arre- glo á estos diseños ; y se puede creer que solo tenia por objeto abultar su obra sin tomarse el trabajo de elegir los materia- les que empleaba en ella. E11 fin , para dar una idea justa y adequada del méto- do de Aldrovando , citaré los títulos da los artículos que componen la historia de un ave. Sus nombres en diferentes lenguas an- tiguas y modernas. Sus nombres equívocos , es decir , el catálogo de los hombres , y de las cosas que han tenido el mismo nombre que el ave , cuya historia describe el Autor. Su descripción tan bien hecha como pmede estarlo , haciéndola siempre gene- ralmente , y sin proceder por partes. La anatomía nunca completa , por lo común parcial , y casi siempre según la de Aristóteles. Los lugares que el ave freqiienta. Sus costumbres. Los sonidos que hace. El modo de hacer su nido , de ern- H po- 58 DISCURSOS pollar , criar á sus hijos , y de alimen- tarse. De sus simpatías y antipatías. De los auspicios y presagios que se pueden sacar de sus movimientos , de sus gritos , &c. De los agüeros, ó del modo con que se sirve de ellas. De los hechos históricos que le son re- lativos , o en los que puede haber qües- tion. De su uso , de sus símbolos en las ceremonias religiosas , y en los gerogli- ficos. De los apólogos , de las fábulas , de los proverbios en que se ha hablado de ella. Del uso que se ha hecho de ella en la economía , en la medicina , en las ar- tes , &c. Estos artículos , muchos de los quales son absolutamente superfluos , aunque va- rios de ellos podian admitirse para algunas aves , están repetidos para la mayor parte de las especies , y en lugar de los hechos que promete el título , por lo común solo contienen retazos de erudición. Independientemente de la historia de las aves presentada del modo que acabo de indicar , habla Aldrovando de las aves de rapiña , y trata con bastante extensión del arte de adestrar las que sirven para la cetreria ; hace algunas descripciones de las enfermedades á que están sujetas , y de los remedios que les convienen. En esta parte de su obra , poco mas ó menos , se encuentra todo lo que se sabia en su tiem- po en orden á la cetreria , y aun lo que contienen los libros escritos «cerca de es- te arte. Puede ser que cause admiración el ha- ber yo presentado , baxo un aspecto tan poco favorable á un Autor célebre , que después de tan largo tiempo ha conserva- do una tan grande reputación ,, cuyo nom- bre se cita tan amentado , y cuyas obras, añadiré , se leen tan poco , y son semejan- tes á aquellos monumentos antiguos que sorprenden por su mole , que están con- sagrados por el tiempo, y que se admiran todavía aunque no se haga de ellos uso alguno. G E NE RALES J O N S T O N. En el año 1657 publicó Jonston seis libros que tratan de las aves , que hacen parte de un volumen en folio , en el que solo ocupan 160 páginas : no hizo mas que copiar y abreviar á Gesnero y Aldrovan- do , sin presentar nada de nuevo ; pero tuvo el mérito de advertir los inconvenien- tes de una erudición fuera de su lugar , y de trazar la historia de las aves en una obra de Ornitología en lugar de hacer una relación de citas que desvian del objeto, y hacen perder de vista á las aves. Ges- nero y Aldrovando son en la obra de Jons- ton lo que hubieran podido ser por si mis- mos, si el gusto de su siglo no les hubie- se engañado ; pero tienen orden , claridad, y tratan realmente de su objeto. Jonston , copiante de los Autores que le habian precedido , y justo apreciador de lo bueno que habian hecho , nada ha añadido de nuevo. Divide las aves en ter- restres y aqüatiles , y las subdivisiones en que las coloca penden de la naturale- za de sus alimentos. Describe con bas- tante corrección , pero sus descripciones son demasiado abreviadas ; y aplaudiéndo- le el haber separado los artículos super- fluos , se le puede reprehender el haber restringido las descripciones anatómicas : parece que arrastrado del gusto de abre- viar , y llevándole demasiado adelante , 1ara estas un acto forzado el que es voluntario para las primeras. Asi se ven algunas de estas ultimas permane- cer todos los años en el pais que han de- xado otras de su especie ; pero no queda individuo alguno de los que únicamente se alimentan de bayas , frutos o insectos. Por el invierno suelen encontrarse en nues- tros campos algunas codornices que no se marcharon quando las otras de su espe- cie ; pero ninguno habrá dicho jamás, que mientras la estación fria ha encontrado una oropéndola , una abubilla , o una golon- drina , y si alguna vez se han observado algunas de estas aves en el invierno , se ha visto que han perecido poco después de su aparición. A medida que los granos , singular- mente apetecidos de las aves , maduran progresivamente de medio dia al norte, y se pasa su estación , ya recogiéndolos y guardándolos el hombre , ó ya esparcién- dolos la naturaleza sobre la tierra , en cu - yo seno han fermentado ; las aves , cuyo apetito ellos incitan . los van siguiendo de región en región , conforme van maduran- do : y asi es , que en la Carolina , según refiere Catesby , los páxaros que él llama gorriones de arroz , se juntan en aquellos Las aves que tienen particular inclinación á las semillas de ciertos árboles o arbus- tos , quando ya están maduras , se jun- tan á bandadas en la Guayana en los pa- rages donde hay abundancia de ellas , y los desamparan luego que empiezan á aco- tarse para establecerse en otros nuevos dis- tritos , o donde las atrae la madurez de otras semillas , también de su gusto. Estos viages cortos y limitados no merecen el nombre de emigraciones , pero prueban que el gusto de ciertas simientes , con pre- ferencia á otras , puede determinar á las aves á pasar de un lugar á otro. Si su vi- da pende de encontrar algunas especies de granos particulares, entonces con mayor mo. tivo pasarán sucesivamente las aves al pais donde puedan encontrarlas. Esta ley , im- puesta por la necesidad , se nota principal- mente en aquellas especies que se mantie- nen de frutos y de insectos. Estos dos gene ros de alimentos, en algunas regiones délas zonas templadas y frias faltan cada año en cierta estación , al paso que en la misma se encuentran en otras , y esta vicisitud hace indispensables las emigraciones ; pe- ro entrénaos en la descripción de los he- chos que sirven de apoyo á esta teoría. La pezpita , el anda rio , las taravillas, currucas , el ruiseñor , el papa mocas , &c. que solo se mantienen de insectos , llegan á nuestros climas por la primavera y des- aparecen al principio del otoño , quando el frió empieza á hacer que sean raros los insectos en nuestros campos ; pero co- mo este no suspende tan pronto las gene- raciones en las Provincias meridionales, las aves que he dicho , y otras sus semejan- tes en el modo de vivir , emprenden há- cia estas provincias el viage , dirigido 6 señalado por el hallazgo de los insectos: en el mismo tiempo , el colorín de gar- ganta roxa , el alcaudón pequeño , y otros paxaros semejantes , obligados por la ca- restía á dexar las regiones mas frias don- de han pasado el verano, entran en nues- tras provincias por el extremo opuesto, en donde todavía no es absoluta la falta de víveres, las atraviesan prontamente, y dirigidos , como los primeros de que he hablado , por el ansia de hallar insectos, 9Ó DISCURSOS se retinen en las regiones meridionales de la Europa , desde donde pasan todas juntas á las que se hallan situadas mas al medio dia , donde por todos tiempos se ven in- sectos , y donde habitan durante el invier- no. La ruta , pues , que siguen estas aves quando parten es conocida , y está mani- fiesta la causa de ausentarse ; pero no se ve que el colorin o gargantiroxo , y las aves que por el Otoño atravesaron nues- tras provincias , vuelvan á pasar por ellas en la primavera para transferirse otra vez á la habitación del verano ; siendo muy difícil de penetrar qual sea el motivo de su partida de los lugares en donde han in- vernado , como también el de la pezpita, y el de las aves que , como ella , vuelven por la primavera á poblar nuestros cam pos : ¡ríen que puede conjeturarse que provenga de la previsión de un calor de- masiado fuerte , y de la necesidad de un temperamento menos cálido para las es- pecies que han venido de los países mas inmediatos al norte , y de los quales no queda individuo alguno en los países cá- lidos : también puede consistir en la se- quedad de las regiones meridionales du- rante el verano , la que no conviene con la constitución de estas especies , y solo el no quedarse basta para que sea cieito que padecerían alguna necesidad 6 incomodi- dad : pero en la primavera ¿ qué es lo que puede llamar hacia nuestras provin- cias las especies, cuyos individuos todos se han refugiado en el otoño en las regiones meridionales , que desampara entonces una parte de ellos , quedándose y mantenién- dose allí la otra en todos tiempos? ¿ quál puede ser la causa de abandonarlas quan- do los víveres van á estar muy abundan- tes , siendo asi que las que se quedan allí crian sus hijuelos con tanta facilidad como lo execuran en otra parte las que se ale- jan? ¿acaso será porque los individuos estarían demasiado oprimidos , y porque los hijuelos que iban á nacer los consumi- rían con exceso? ¿o porque la naturale- za , que se complace en extender sus pro- ducciones por todos los parages en que pueden prosperar , haciendo renacer en las regiones abandonadas de las aves las cir cunstancias convenientes á su constitución, se aprovechará , para atraerlas , de aque- lla ligereza que es su carácter principal? GENERALES V una parte de las que por necesidad se habían refugiado en el otoño á Jas recia- O , O nes meridionales , ¿pasaría otra vez por la primavera á nuestras provincias solo por la inconstancia , por el gusto que encon- traria en mudar de sitio , y por gozar de nuevos objetos , quando allí nada iiay que se le oponga ? Después de haber dado esta ojeada so- bre las especies cuyas emigraciones son conocidas y limitadas , examinemos aque- llas que al parecer emprenden largos via- ges ; las que ignoramos donde permane- cen mientras su ausencia , o aunque ¡o sospechemos es con harta incertidumbre, tanto que la venida de estas especies sea por la primavera y la partida por el oto- ño , como al contrario , que busquen nues- tros climas al acercarse el invierno, o que los dexen quando empieza el frió á mino- rarse. La oropéndola , que vive de insectos en defecto de frutos , que apetece con pre- ferencia y principalmente los que se lla- man frutos roxos , llega á nuestros climas en la estación que precede á la madurez de estos frutos ; trabaja casi desde luego en la propagación de su especie; sus hi- jos adquieren en poco tiempo todo su vi- gor , é imitando á sus padres se marchan luego que pasa la estación de los frutos que apetecen ; ignorándose quales sean los parages donde se retiran , del mismo mo- do que no se sabe de qué países han ve- nido. Yo tuve una hembra de esta espe- cie traída de Cantón, tan perfectamente se- mejante á la oropéndola , que por el ve- rano vemos en nuestros campos , que no encontré en ella diferencia alguna. Sin em- bargo , hay en la China una especie de oropéndola diierente de la que viene to- dos los años á Europa por un género de color mas obscuro , y por la distribución de algunas manchas sobre su plumage: la oropéndola que habita algún tiempo en nuestro clima no es , pues , sola la de este género que se halla en la China . pues- to que el exemplo de la hembra que yo guardo , es una prueba de que rambien se encuentra en aquella parte del Asia ; y en efecto , si esto es asi , es creible que pase allá de nuestros climas para volver , y exe- cutar rodos los años este largo viage. Sonnerat y otros viajeros han traido del SOBRE LA NATURA del Cabo de Buena Esperanza , una abu- billa , de las que al parecer había allí mu- chas , que en nada se diferencia de las qu© vemos por el verano en nuestros campos. Un gran número de cigüeñas , según refiere Belon , pasa el invierno en Egyp- to : varios viajeros han hecho después la misma observación , y otros muchos dicen haberlas visto en Smyrna y sus contor- nos por la misma estación. Entre las aves traídas de la Guayana , he visto tres que me han parecido cigüeñas, en un todo se- mejantes á las de Europa , pero ignoro en que tiempo las mataron. Se sabe que to- dos los años llega una multitud de co- dornices de las costas de Africa , á las Is- las y á los promontorios del Archipiéla- go , de la Sicilia y de la Italia ; que solo queda en estos parages un corto número á proporción de las que únicamente des- cansan á su tránsito , y que mas allá se esparcen por todas las regiones de la Eu- ropa ; y se sabe también , que por Se- tiembre se juntan las codornices en los mis- mos parages , y vuelven á pasar á las cos- tas de Africa. Adamson ha observado en el Senegal la golondrina mas común de nuestras re- giones ; y asegura , que solo se encuentra allí por el invierno , y jamás por el verano. Pveñexronando sobre las especies de aves de pasa que acabo de citar para exem- plo , algunas de las qtiales se mantienen de frutos , y otras de insectos , de reptiles y de granos , encontraremos que quando se aleja toda la especie , solo de entre las ultimas quedan allí algunos individuos , porque solo estos son los que , durante el invierno , pueden mantenerse sin que ab- solutamente les falte la comida , ¡o que no sucede á las otras. Esta prueba , unida á las que ya he citado , confirma , que en elec- to la necesidad y el cuidado de buscar los alimentos convenientes es lo que determi- na á las aves á partirse por el otoño Pe- ro mientras estas de aqui se alejan de nuestros climas , vienen á reemplazarlas otras de las regiones mas septentrionales, que igualmentente están obligadas á mu- dar de habitación por la necesidad de pro- veerse de alimentos , y por la dificultad de encontrarlos en los países trios que de- xan , y la facilidad de hallarlos baxo un cielo mas suave. En efecto , estas aves . Historia Natural. Tom. I. EZA DE LAS AT ES. 9 viven de los alimentos que buscan , tanto en las orillas de las aguas , como dentro de ellas , y asi , quando el frió detiene su curso , quando las yela , quando endure- ce las tierras que las circuyen y atravie- san ; quando la nieve cubre mucho tiem- po los campos , y no hay medio alguno para poder sacar los alimentos de las aguas, ni para descubrir los que están escondidos clebaxo de la nieve , entonces la necesidad obliga ¿ las aves á-- que busquen otros cli- mas menos rigurosos donde conservan las aguas libremente su curso , donde las tier- ras quedan descubiertas y despejadas , y en fin donde los yelos , permanentes en los países septentrionales , solo son allí pa- sageros y de corta duración. Es , pues , también la misma ley , esto es , la de pro- veer las necesidades de alimentarse , la que, quando se acerca el invierno , hace pasar á las aves del norte hacia las regiones tem- piadas. Pero á la vuelta de la primave- ra , quando ya el sol ha derretido las nie- ves que cubrían los campos , y quando la: aguas desembarazadas de ios yelos han vuelto á tomar su curso , las aves que habían abandonado los paises del norte vuelven á tomar el camino há ia ellos por covenirles mejor ; y sobre todo , porque estarán allí en estadb de socorrer mas abun- dante y completamente las necesidades de los hijos que bien pronto han de nacer. En efecto , los paises del norte abundan mas de agua , los lagos , los estanques , los mar- jales y marismas son allí mas freqiientes, y los rios caudalosos mas anchos : la tier- ra está allí por todas partes mas rociada y mas húmeda : los bosques son mas espe- sos y dilatados , y mantienen mas la fres- cura y la humedad ; los desiertos son mas freqiientes y mas vastos , y el hombre no perturba tanto su sosiego. Las aves , pues, que buscan su alimento , ó sobre las tier- ras pantanosas y húmedas que rodean las .aguas , ó en las aguas mismas , encuentran alimentos mas -abundantes , y su familia, para cuya producción es necesaria la Ires- cura , el sosiego , y la soledad ; nace y se cria allí con mayor seguridad , y con mas comodidades. Supuesto que en la estación del poner , y durante la pequeñez de los hijuelos es quando se encuentran , como lo atestiguan los viajeros , las aves de agua y lasque viven en las riberas juntas , y N po 98 DISCURSOS por decirlo asi, comprimidas sobre las ori- llas de los rios caudalosos del norte y em- bocaderos , en las tierras pantanosas cubier- tas de ¡uncos y desiertas que las circuyen, ¿no será, pues , evidente que las necesi- dades de sus hijos son las que han condu- cido allí á las aves , y las que detienen en aquel parage á las mismas que en el resto del año se difunden igualmente por todas las tierras húmedas , que siguen el curso de todas las aguas indistintamente, y que no se alejan hasta tanto que el Irio las obliga á ello? Pero si está maniíiesto el motivo que empeña á las aves de que acabo de hablar , á retirarse por la prima- vera de nuestros paises templados para ir en busca de los del norte, ¿no podría este aclararnos en qué consiste el retor- no de las aves , que habiendo pasado por el otoño desde nuestros climas á otros mas benignos , vuelven otra vez por la prima- vera á habitar nuestros campos? Luego que llegan allá , se emplean en los cuida- dos necesarios para criar la familia de que pronto serán padres ; / del mismo modo, que las aves que por el propio tiempo se han ido acercando hácia los paises del nor- te , se dedican á las mismas ocupaciones : hemos visto las excesivas ventajas que es- tos paises ofrecen á las primeras en com- paración de las que han dexado , jy no podremos pensar que estas ventajas son de la misma naturaleza , sin que sean preci- samente las mismas que en la primavera vuelven á atraer hácia nuestros climas las aves que la carestía ha hecho alejar por el otoño? Para dar todo el peso á esta opi- nión , es preciso conocer las necesidades de los hijos que han de nacer de allí á poco, y comparar el estado de las aves en los paises cálidos con el de los fríos en la mis- ma estación ; y si las necesidades de la familia que nace , según el estado preci- so de las cosas , se remedian mejor en una parte que en otra , es muy probable que esta es la ventaja y las comodidades que las aves que habían dexado nuestros cam- pos por el otoño , buscan para sus hi- jos quando vuelven por la primavera. En los paises cálidos son mas raros los bos- ques y menos espesos, y los árboles, que por lo general tienen las hojas mas estre- chas , no hacen tanta sombra : los campos están menos verdes , no son tantos los pra- GENERALES dos , y agostados estos mas temprano , 6 desecados por los ardores del sol , se ha- llan allí mucho mas descubiertos ; son mu- chas menos las comodidades para hacer su nido , para esconderlo , que es el primero y mas importante de sus cuidados , y para poner á cubierto su familia , en sus pri- meros progresos , de las cautelas de sus enemigos , y en especial de las del hom- bre que les son mas temibles ; y estas co- modidades cabalmente les faltarían antes de la estación en que dexan de andar en ze- lo , y á lo que siguen los demas cuidados á que es preciso atender. Al contrario , todo esto se encuentra completamente en los campos frios que están mas cubiertos , y que no cesan de estarlo hasta tanto que ya no son necesa- rias las ventajas que ellos proporcionan. Si es evidente que la necesidad de ali- mentarse es la que por el otoño hace pa- sar á las aves desde las tierras del norte, en donde las faltarian los víveres , á las del medio dia , en las que continúan en hallar lo que les conviene : es verisimil que los cuidados necesarios en orden á los hijos cu- yo nacimiento saben prever , como tam- bién las necesidades ó urgencias, sean las que las atraen por la primavera á los pai- ses que antes habían dexado , y las que las hacen volver á marchar desde el medio dia al norte ; por lo que no carece de fun- damento lo que he dicho , que atendien- do al modo de vivir de las aves se podrá muy bien conjeturar , que no tanto el tem- peramento como las necesidades que este origina , es el que determina ó decide su transmigración de una parte á otra. No es muy difícil de comprehender de qué modo aquellas aves , cuyos limita- dos viages consisten en pasar á la misma parte del mundo , de las provincias del norte á las del medio dia por el otoño , y en volver por la primavera de estas ulti- mas á las primeras , executan estas cor- tas emigraciones , cuyo camino está seña- lado por los insectos que el frió destruye en los lugares que dexan , que encuentran por el camino con escasez , que siguen por rastro o xacilla , y que en el invierno tam- poco les falta en los parages donde la abun- dancia de alimentos les convida á detener- se hasta pasar esta estación : del mismo mo- do se comprehende , como acercándose fá- cil- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES cilmcnte por la primavera á las provin- cias septentrionales , quando los alimentos por la vuelta del calor son allí tan abun- tes como en los países cálidos , las necesi- dades de sus hijos de que ya he hablado , las obligan á dexar estos países para pa- sar á aquellos en donde ¡os campos mas verdes, los prados mas abundantes y mas abastecidos , los árboles mas frondosos y mas sombríos , les oírecen unas habitacio- nes mas seguras y quieras para criar su familia. Pero aquellas que en sus largos viages atraviesan las aguas que separan las tierras ; que la altura de los montes no las detiene ; que pasan los mares , y que van, ó á lo menos lo parece , desde una parte y desde una extremidad á otra ; han de vencer unas dificultades , que puestas en paralelo con su poder , parecen despropor- cionadas. Sin embargo , o ellas executan realmente estos largos viages , y por con- siguiente poseen los medios , ó en quanto á esto nos engañan las apariencias , que es lo que yo me propongo examinar. No podemos dudar que algunas aves, como la golondrina de chimenea , y las co- dornices , pasan alternativamente desde el Africa á la Europa , y de Europa á Alrica; puesto que la abundancia que hay de ellas al tiempo de la pasa en las orillas de la mar , y en las Islas del Mediterráneo , y su encuentro tan freqiiente por la mar, no nos dexan ya que dudar en que estas aves atraviesan el Mediterráneo entre Europa y Africa. Pero este mar , lleno de Islas y de peñascos , las proporcionan lugares de descanso , que parecen suficientes para que las aves ligeras como las golondrinas , cu- yo vuelo es tan rápido y que son capa- ces de sostener tan largo tiempo , pueden pasar con facilidad los espacios que hay de una Isla á otra. Parece mayor la difi- cultad en orden á las codornices que en nuestros campos , después de un corto vue- lo , se ven obligadas á descansar , y que al cabo de tres o quatro vuelos se llegan á coger , si cada vez que se paran se les obliga inmediatamente á que vuelvan á to- mar su vuelo ; siendo difícil de comprehen- der de qué modo unas aves tan pesadas puedan pasar los espacios de mar. que es preciso que atreviesen. Algunos creen que las codornices , exercitadas con la agitación que han tenido en el viage para acercarse Historia Natural. Totn. I. á las playas , y enflaquecidas y desembara- zadas de la carga de gordura que habían adq unido durante su detención por allá, llegaban á las orillas de la mar capaces de sostener un vuelo mas largo , y mas rá- pido que quando vivían en nuestros cam- pos , y eran mas pesadas por la abundan- cia de manjares que continuamente en- cuentran allí ; otros juzgan , siguiendo á los antiguos , que quando las codornices desamparaban la tierra , llevaban en su pi- co un fragmento de madera ó de otra ma- teria ligera , que les servia de jangada quando se sentían cansadas ; y que ponién- dose de lado 'sobre este débil esquife , le- vantaban el ala del lado opuesto , la que impelida por el ayre les servia de vela. Pero sin detenernos en estas suposicio- nes fútiles , y arreglándonos á las obser- vaciones hechas por Buffon , y á lo que se ha expuesto acerca del mecanismo del vuelo , podremos reconocer los socorros que en las codornices suplen su debilidad, y que las ponen en estado de poder pasar los espacios que es preciso que atraviesen. Por la primavera solo abordan á Malta con el norte-oeste , y por el otoño con el sur. En el primer caso el viento las aleja de las costas de Europa > en el segundo de las de Airica , y en uno y otro , su lle- gada á Malta es por un camino desviado y forzado : los marinos han observado fre- qüentemente , que quando el viento es contrario á la dirección de su vuelo des- cansan* sobre los baxeles que encuentran, y las que no pueden alcanzarlos caen en la mar , donde perecen después de ser combatidas algún tiempo por ¡as olas. Pe- ro si las es el viento favorable no se las ve buscar donde detenerse para descansar un poco ; el viento , que entonces las empu- ja hacia la misma parte á donde dirigen su vuelo , basta para sostenerlas y llevar- las por el espacio con la ligereza con que él mismo le atraviesa , aumentada del elec- to que pueden hacer sus esfuerzos : para sostenerse , pues , solo necesitan extender sus alas , las que arqueadas , y encorvadas muy fuertemente ofrecen al viento mucho campo ; las basta batir el ayre de tiempo en tiempo y de alto á baxo pata elevar- se , é igualmente menear de quando en quando la parte del ah que sirve ae re- mo para acelerar la velocidad que el vien- Ns to i oo DISCURSOS G to las comunica. liste exercicio nada tie- ne de fatigoso , y se concibe de qué mo- do puede sostenerse el tiempo necesario para pasar de una Isla á otra , y de uno á otro peñasco por la misma ave , que en nuestros campos, donde no se eleva, sos- tiene ni avanza mas que por sus propios esíuerzos , se rinde luego que ha dado al- gunos vuelos cortos y penosos. El exemplo que acabo de relerir bas- ta para manifestar cómo una ave gruesa y pesada , ayudada , sostenida , é impelida por un viento lavorable pueda arravesar un largo espacio. Un ave ligera como la golondrina , o fuerte como la cigüeña , con O ' , *■ el mismo auxilio , atravesara este mismo espacio todavía mas fácilmente ; y asi el tránsito de las aves desde Africa á Euro- pa , y desde Europa á Africa , no nos de- be maravillar puesto que podemos com- prehenderlo ; pero ¿acaso debemos pensar que el mismo socorro es bastante en cier- tas aves para pasar de uno á otro conti- nente , y para dirigirse alternativamente á las extremidades de la tierra ? ¿ deberé yo creer que la oropéndola y el salta pa- redes enviados de la China habían pasado allí desde nuestras regiones ; que el chor- lito dorado y el de gargantilla , y la pa- loma roxa que se encuetran en Siberia , en las Indias , en Francia , y en la Ame- rica septentrional y meridional , corriendo todo el globo lleguen sin descansar todos los años á las quatro partes del mundo? En fin , porque se encuentran aves*de pa- sa de la misma especie en las regiones muy apartadas , ¿deberemos creer que vayan desde una á otra? ¿Se puede esto discur- rir , quando es inmenso el camino y las dificultades del viage , y la debilidad de los entes que habían de executarlo parece lo hagan imposible? El charlador, el alcau- dón pequeño ¿ pueden acaso pasar desde la Europa á la Carolina , y desde esta volver á aquella? Por rápido que sea el vuelo de las aves , por recursos que ten- gan , y á pesar del socorro del tiempo mas favorable, ¿se hallan^ acaso en estado de atravesar con un solo vuelo, tanto los ma- res sembrados de Islas y de escollos , en los que pueden descansar , como aquellos inmensos espacios de agua que separan las partes del mundo y sus dos continentes? Sin embargo , se objetará tal vez , que en E N ERALES efecto las aves atraviesan estos espacios, puesto que los marineros las encuentran amenudo sobre los mares á distancia de doscientas ó trescientas leguas de tierra : pero atiéndase á su estado quando se en- cuentran á estas largas distancias en alta mar , y se verá que no llevaban su direc- ción. Atestiguan todos los viajeros que van tan cansadas que se arrojan sobre las em- barcaciones , y en ellas se dexan coger por la imposibilidad que tienen de escaparse con la fuga , ó ya porque se sienten in- teriormente sin fuerzas : poco después , es- tas mismas aves que buscando salvarse eran presa o victima de los marineros, caían precisamente en las olas y perecian en ellas ; no seguían , pues , su camino , por- que entonces la naturaleza no las hubiera llevado por uno que no conducía á un término feliz ; sino que una tempestad que se habia levantado , y el viento , mudado al tiempo que atravesaban algún brazo de mar o el embocadero de algún rio para pasar en el mismo continente de una re- gión á otra , las llevaron é impelieron á alta mar , donde apuraban sus luerzas por luchar contra una pérdida inevitable , á que habian sido arrastradas por las cor- rientes del ayre y obligadas por los vien- tos , como sucede á nuestras embarcacio- nes por las corrientes de las aguas , y por la violencia de una tempestad. Si se supone que las aves acaban sus mas largos viages siguiendo las tierras sin arriesgarse á pasar por encima los mares: ¿qué dificultades tan grandes no encon- trarían quando estos mismos viages se- rian imposibles para las mas débiles ? En tantos lugares diferentes , en unas altu- ras tan desiguales , baxo unos tempera- mentos tan diversos ¿cómo podrían en- contrar el alimento necesario sin que na- da las faltase ? De que manera unos ani- males , que la mayor parte de ellos bus- can su vida á orilla de las aguas , y en los terrenos húmedos y pantanosos , habrán encontrado con qué mantenerse sobre los montes mas elevados, y en los lugares mas secos y áridos ; en fin , ¿ qué necesidades ó que causas podrían determinar á Jas aves á estos movimientos tan violentos , en los quales mudarían tan cruelmente todas las circunstancias ? Pero si hemos observado que se en» cuen- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS ALES cuentran aves sedentarias de la misma es- pecie en las regiones mas apartadas deba- xo de climas que se corresponden , como también vegetales é insectos de la misma especie ¿ sin que se hallen en los espacios intermedios , y sin que estas aves , vege- tales , ni insectos hayan sido transportados de una á otra región ; ¿no es muy regu- lar de que la naturaleza también haya co- locado algunas aves de pasa en las regio- nes , cuyo temperamento y demas circuns- tancias tienen alguna relación ? Ademas, las aves de la misma especie observadas en los dos continentes , ya no pasan del uno al otro : ninguna va de una extremi- dad del globo á la otra opuesta para vol- ver el mismo año ; pero todas las aves de pasa , con las mismas necesidades , y obli- gadas de la misma causa , pasan á cada continente del globo siguiendo su exten- sión , de norte á medio dia , y del medio día al norte; el chorlito dorado en América, pasa de la Luisiana á la Guayana ; en Asia, de la Siberia á las Indias ; en Europa , de Francia y de Alemania á las costas de Africa & c. : admitiendo la opinión que acabo de exponer , me ha parecido verisí- mil , que está fundada sobre hechos , y que quita todas las dificultades : las emi- graciones no son otra cosa que un balan- ce desde el norte al medio dia , y desde medio dia al norte ; y ya dexa de ser una parte de la historia de las aves desconoci- da para nosotros , pues que seguimos su derrota , por decirlo asi , y conocemos los motivos que las determinan , y los medios con que executan su empresa. Me queda que decir una palabra acer- ca de algunas aves que se encuentran ame- nudo en alta mar bastante lejos de tierra, y que algunas veces comparecen en paí- ses muy lejanos de aquellos en donde acos- tumbran habitar , como también sobre las aguas dulces y en lo interior de las provin- cias , aunque regularmente solo freqüen* tan la mar,' Estas aves tienen las alas muy gran- des , vuelan muy bien , son excelentes na- dadoras, y la multitud de plumas con que están cubiertas las hace tan ligeras , que no pueden hundirse en el agua ; por lo que están con mucha confianza encima de las olas agitadas , y quando se cansan de vo- lar se paran sobre ellas con tanta tranqui- lidad y sosiego como si estuviesen en tier- ra : es cierto que son llevadas y arreba- tadas por las aguas , pero este movimien- to, del qual se dexan llevar, nada les cues- ta , ni tampoco las impide su descanso. N° es , pues , digno de admirar que se alejen de la tierra á unas muy gran- des distancias , quando la pesca es mas abundante lejos de la costa en donde vi- ven , o quando el viento las obliga á apar- tai se , ni que adelanten mucho de un so- lo vuelo , o que reposen por algunos in- tervalos sobre las olas. Todavía es mas fá- cil de comprehender , que si las asalta una tempestad podrá esta empujarlas mucho mas alia de lo que acostumbran adelantar- se sin que corran riesgo alguno , puesto que siempre están sobre el elemento para el qual se criaron , y encuentran en él , tanto la subsistencia como el reposo , de que todos los animales necesitan. Pero si la violencia y duración de los vientos las ha arrastrado demasiado lejos y mucho mas allá de los espacios que acostumbran freqüentar y que conocen , desvanecida la tempestad quedaran dueñas de sí , podrán engañarse y dirigir su vuelo hácia el la- do opuesto a las costas que acostumbran íreqiientar , y esconderse en el seno de los niares ; únicamente , habrán perdido su ru- ta , pero no correrán riesgo alguno : vola- rán y bogarán alternativamente sin direc- ción , alejándose siempre mas y mas de los lugares freqiientados por su especie; llegarán en fin , sobre algunas costas , en las que regularmente no se suelen ver , y en las que inquietas por sus largos cami- nos , enfadadas de los mares, y'fatigadas de lo dilatado de su movimiento , entra- rán en algunas tierras extrañas para ellas por el embocadero de algún rio caudalo- so ; subirán contra sus corrientes , porque sus aguas las son un asilo y un lugar don- de hallan el descanso que necesitan , pre- sentándoles al mismo tiempo su alimento; y se apartarán mas y mas sin perecer, y sin fixarse ni multiplicarse porque no encuen- tran allí lugares propios para ello , y por- que están dispersas y solitarias ; prueba de esto es el haberme regalado viva un ave de tempestad que se cogió sobre el Sena á una legua de París , como también dos petreles , cogidos igualmente sobre el Sena cerca de París , y otro muerto en Beau- io» DISCURSOS Beauce. Pero no tengo necesidad de mul- tiplicar estos exemplos en orden á las aves de mar muertas , o cogidas sobre los rios y en lo interior de las provincias , por ser hechos bastante conocidos , y las causas muy palpables para que , según ellos, no se pueda decidir que las aves de pasa , cu- ya existencia es diferente de la de las de mar , no se hallan como estas en estado de atravesar la extensión de los mares , so- bre los quales no encontrarían subsistencia ni descanso. Recopilando los hechos y los objetos contenidos en este discurso , encontraremos que lo principal de él se reduce á los ar- ticulos siguientes. Primero : según el modo de pasar su vida las aves , pueden dividirse en seden- tarias , errantes , y de pasa. Segundo ; las aves diurnas y sedenta lias que habitan en el antiguo continente baxo la zona tórrida , todas son diferentes de las aves que tienen el mismo género de vida en el Nuevo Mundo y baxo la misma zona i o á lo menos comparando todas las aves observadas baxo esta zona en uno y otro continente , hasta ahora no se ha encontrado una especie que sea la misma en el antiguo que en el nuevo. Tercero : las aves nocturnas , aunque sedentarias , no solo tienen mucha semejan- za baxo la zona tórrida y en uno y otro continente , sino que entre estas aves se encuentran muchas especies semejantes , y en un todo las mismas baxo las cinco zo- nas , tanto del antiguo como del Nuevo Mundo. Qnarto: no solamente las especies diur- nas y sedentarias son distintas baxo la zo- na tórrida en el antiguo y en el Nuevo Mundo , sino que muchos géneros parti- culares pertenecen baxo esta zona á uno de los dos continentes , mientras que baxo las zonas templadas ó trias solo se encuen- tran raras veces algunos géneros distintos en uno y otro continente , y casi por todas partes los mismos géneros. La diferencia de circunstancias baxo la zona tórrida en el antiguo y nuevo continente , manifiesta la diferencia que hay entre las aves diurnas y sedentarias, expuestas continuamente á las influencias de estas circunstancias. Al contrario , el modo de vivir de las G £ N £ R A L £ S aves nocturnas es causa de que durante el curso completo de su vida , y en quales- quiera países que habiten , sientan todas un igual grado de calor aunque reparti- do diferentemente , y esta igualdad de temperamento es una causa probable de sú semejanza y de la identidad de algu- nas especies , que son las mismas en to- das partes. Quinto : haciendo el paralelo de las aves diurnas y sedentarias que habitan en las zonas templadas o en las frías del an- tiguo ó nuevo continente , no solo se en- cuentran los mismos géneros baxo las mis- mas paralelas , sino aun las mismas espe- cies con harta freqiiencia : del mismo mo- do que se hallan baxo estas paralelas cor- respondientes algunos vegetales y algunos insectos perfectamente semejantes. Sin em- bargo , lo que en el antiguo continente se encuentra á un cierto grado , en el nue- vo se halla algo mas á medio dia , por- que lo mas baxo de las tierras , la abun- dancia de aguas , y el número y natura- leza de los árboles hacen allí el ayre mas frió y mas húmedo. Sexto : las aves errantes van por to- das regiones , porque encontrando en to- das ellas lo que necesitan , no hay razón alguna para que se fixen en este o en otro lugar , cediendo en sus direcciones á la inconstancia o al deseo de moverse y de mudar de sitio , deseo que es en ellas el carácter dominante ; van también via- jando , porque no estando los víveres de que se mantienen muy abundantes en par- te alguna , y siendo por lo común de una naturaleza propia para alejarse , por la ca- za que se las da , se ven obligadas á aban- donar un sitio quando los viveres se han agotado , ó quando se han retirado los ani- males que son su principal alimento. Séptimo : por el otoño se hacen las emigraciones del norte á medio dia , y por la primavera del medio dia al norte; y el defecto de manjares y la necesidad de buscarlos antes que la mudanza de tempe- ramento son , al parecer , causas de la par- tida de las aves por el otoño , y su vuelta por la primavera hacia el norte parece de- terminada , según las necesidades de los hijos cuyo nacimiento preveen cercano. Octavo ; las emigraciones , ó son unas rutas ceñidas á la superficie de la tierra fir- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. fu me , ó unos largos viages que suponen haber atravesado algunos espacios de mar. La execucion de las primeras , en las quales , por decirlo asi , seguimos nosotros la ruta á muchas especies de aves , es cómoda para los viajantes que las empren- den , y para nosotros fácil de compre - hender. Pero no era fácil de descubrir cómo las aves en general , y en particular las pe- sadas como las codornices , puedan pasar el espacio de los mares. La dirección que lle- van , las Islas en que descansan , y el au- xilio de un viento favorable que las sostie- ne , y que las lleva durante su camino , ex- plica este fenómeno , tanto por lo que á ellas mira como respecto á todas las aves pesadas , en las que conocidas ya las cau- sas nada queda que dificultar en orden á las de vuelo ligero y rápido. Nono : de que las aves , valiéndose de los medios que conocemos , puedan vencer algunos brazos de mar, no se sigue que con los mismos puedan recorrer el espacio de los altos mares , desposeídos de Islas y de sitios de descanso , que separan los conti- nentes ó las diversas partes del mundo, puesto que por mucha rapidez de vuelo que se las conceda , solo de hambre pere- cerían en aquellas inmensas llanuras de agua antes de haber podido atravesarlas. Ni es mas verisimil que siguiendo las tierras pasen de uno á otro continente , ó de una extremidad de globo en el antiguo á la otra opuesta ; puesto que la elevación de las montañas , la carestia absoluta en muchos parages , la diferencia , muy nota- ble en los manjares, y la casi mudanza con- tinua de temperamento , son unos obstácu- los que no podrían superar. Aunque se encuentren en las extremi- dades de la tierra algunas aves de pasa de la misma especie , y aunque esto sea en uno y otro continente , no parece posible que executen estos viages maravillosos que ha hecho suponer su identidad de especies ; pero sí es verisimil que por ser semejantes en las diferentes regiones en donde habitan, y por nacer y vivir en ellas baxo algunas circunstancias que se corresponden , viajen por aquellas diferentes partes del mundo pero sin dexarlas. Asi que , las emigracio- nes se reducen á unos simples balances , y según la suposición probable que presento, dexan ya de ser una parte casi incompre- hensible de la historia de las aves. Décimo : que se hallen algunas aves en al- ta mar o á alguna distancia de las tierras de donde se supone que son , nada prueba con- tra mi modo de pensar. O estas aves que se encuentran muy apartadas de la fierra son marítimas o terrestres; si son de las primeras nada tiene de maravilloso. He expuesto ya de que modo se avanzan por sí mismas hasta muy adentro del mar, y como son empujadas mas adelante por las tempestades sin correr peligro alguno. Pero el estado en que han si- do halladas en alta mar las aves de tierra , prueba que estaban cercanas á perecer , y que por consiguiente no seguian la dirección que debían ; que ninguna ave de tierra pue- de sostenerse en la mar á tan grande dis- tancia , y que las que han sido encontradas allí fueron apartadas de su camino por el ímpetu de los vientos , como acontece á nuestros haxeles quando son el juguete de las tempestades ; y asi , que este encuentro en alta mar de las aves de tierra manifiesta, según el estado en que se las halla , que no era aquel el camino que deberian seguir, bien lejos de probar que era el que hablan emprendido. Concluiré este discurso con una refle- xión que se sigue naturalmente. La observación y la comparación de las aves , nos ha enseñado que se encuentran bastante amenudo las mismas especies baxo los climas que son casi de un temperamen- to aunque esten muy distantes unos de otros ; entre las aves de estas regiones , cu- ya semejanza no es del todo perfecta para distinguir con seguridad en ellas las mismas especies , quando menos se hallan los mis- mos géneros , y las especies que no se pue- de asegurar ser las mismas , suelen tener muchas relaciones , y solo difieren por al- gunas proporciones individuales mas fuer- tes , y por los colores del plumage. Es har- to verisimil que estas no sean mas que va- riaciones producidas por algunas circuns- tancias , y que la mayor parte de ellas , á distancias mas largas , solo difieran por al- gunos leves accidentes ; pero no podemos probar la identidad de las especies , sino so- lo presumirlas, á no ser que queramos fallar con incertidumbre ; y asi, los que apoyados en pruebas suficientes llegasen á reconocer la identidad de especie en las aves que no son IQ4 DISCURSOS son mas que variaciones de su misma clase, adelantarían mucho los progresos de la Or- nitología : porque tanto en esta parte de la historia natural , como en todas las que es- tan cargadas de muchas descripciones , no sería menos importante el servicio de ir cer- cenando' el mal uso de ellas , y de borrar los nombres duplicados , y á veces cuadrupli- cados , que el de dar á conocer nuevos ob- jetos. Del mismo modo , para conducir la Ornitología á su perfección , tal vez con- vendría mas suprimir los catálogos que ya se han formado, que añadirles cosa alguna. Sin embargo , á lo contrario parece que es á lo que se aspira , creyéndose generalmen- te que gana y se adelanta mucho la ciencia, si con motivo de hallarse algunas manchas mas o menos en el vestido de las aves , se añade una especie nueva á un catálogo por otra parte demasiadamente difuso. Con to- do , veremos en el discurso de esta obra , y en la palabra plumage , que sus mezclas de colores , y su mismo orden están sujetos á engañarnos, y que el plumage por lo regu- lar es un indicio falaz del qiul debe hacer- GENER A LES se poco caso. No siendo todavía posible re ferir todas las variaciones á su especie , m reducir el catálogo de las aves á su justa ex- tensión , acostumbrémonos por lo menos á no apreciar la ventaja de añadir á él lo que se quiera , á apreciar tanto una buena mu- tilación , como lo que se le puede añadir , y á empezar á borrar los duplicados usos que se hacen con las aves , considerándolas como de especie diferente solo porque han sido observadas á distancias muy considerables. Asi el alcaudón pequeño que se encuentra en Europa , en la Luisiana y en la Caroli- na ; el chorlito dorado y el de gargantilla que se encuentran casi por todas partes , y el ánade silvestre de la Luisiana y el de Europa ; la urraca , el salta paredes de nues- tras regiones , y estas mismas aves que ha- bitan en la China & c. , solo deben ocupar en el catálogo un mismo lugar en vez de hacerlos llenar dos, tres , y aun cinco ó seis números , como en efecto sucede. El tiem- po , la observación , y el gusto de una cien- cia verdadera en lugar de una apariencia, producirán después las otras reducciones. DIS. DISCURSO QUARTQ. De la duración de la vida de las aves ; de sus enfermedades ; del ■ modo de transportarlas vivas ; de las colecciones que se han hecho de las aves , tanto desecadas como llenas de paja. $• Después de haber examinado la forma y la organización de las aves , sus hábi- tos , el modo de conocerlas y distinguir- las , los trabajos de los Autores acerca de estos objetos , en fin , después de haber comparado las aves de diferentes partes , para finalizar su historia en general , será este el lugar mas oportuno de hablar de la duración de su vida , y de las enfer- medades á que pueden estar sujetas ; pe- ro estas dos partes de su historia nos son demasiado desconocidas para tratar de ellas en un discurso particular ; y asi expondré en el principio de este quanto he podido recoger acerca de esta materia. En las aves no se puede conocer co- mo en los quadrúpedos la duración de su vida por el tiempo que tardan en crecer. En aquellas es mucho mas pronto el in- cremento, y la mayor parte de las que tie- nen la vida mas larga , del mismo modo que las que la tienen mas corta llegan al término de su aumento en pocos meses, y todas el mismo año que han nacido ; y á excepción de un pequeño número de especies , las demas aves ya son adultas á la primavera que sigue al año de su na- cimiento , y desde fines de otoño basta su primer muda se visten ya del plumage de la edad robusta. Convendria , pues , poder observarlas constantemente en el es- tado de libertad desde que nacín hasta el instante en que mueren para certificarse de su duración , y esto no es posible ; el juzgar por las que nosotros desde su na- cimiento tenemos cautivas ó viven do- mesticadas , es arriesgarse á hacer un cál- culo muy falso ; porque es imposible sa- His torio. Natural. Tom. I. I. ber que mudanzas puedan acarrear , tan- to la cautividad como la mansedumbre , y quánto sea lo que uno ú otro abrevie o quizas prolongue la vida de los indi- viduos que están sujetos á ellas. De es- to , pues , únicamente resultan indicios va- gos , y bastante inciertos acerca déla du- ración de la vida de las aves. El Conde de Bullón juzga que á proporción viven mucho mas que los quadrúpedos , y co- mo la razón que da es sacada de la na- turaleza de la misma cosa , y conforme á Ja ley natural que conduce á la vejez y causa la muerte , hace su dictamen muy probable. La razón que expone Buflfon es , que la textura de los huesos es me- nos solida , y mas ligera en las aves que en los quadrúpedos ; que el hueso no se endurece ; no se llena ni obstruye tan pronto con mucha diferencia ; y que sien- do el endurecimiento de los huesos , co- ma este sábio Autor lo ha probado en otra parte de sus escritos , la causa gene- ral de la muerte natural , está mas lejos el término quando los huesos son menos solidos. A esta ley general se pueden añadir algunos exemplos particulares. Buífon,en el mismo parage que acabo de citar , dice que ha visto algunos pardillos prisioneros de catorce años de edad , algunos gallos de veinte, y otras aves de mas de trein- ta. El aguila , el cuervo y el cisne se juzga que viven larguísimo tiempo ¡pe- ro es harto verísimil que los primeros que dixeron que un ganso y un onocró- talo habían vivido tres siglos , publicaron un error acreditado , y repetido después O por loó DISCURSOS por el amor hacia lo maravilloso , y por Ja inclinación que tenemos á reprobar á la naturaleza el haber concedido larga vi- da á ciertos animales , al paso que ha li- mitado la nuestra. No estamos mas instruidos acerca de las enfermedades de las aves quando se hallan en libertad que respecto á la dura- ción de su vida ; bien que se podría pen- sar que dueñas de si mismas, y confiadas en los cuidados de la naturaleza viven sin enfermedades , excepto en su infancia, puesto que ni en los bosques , ni en los cam- pos , se encuentran adultas lánguidas , co- mo suelen verse entre las aves nuevas algunas febles y amortiguadas , que van á Jo le,os siguiendo la familia y teniendo, al parecer , tan solo una reliquia de vi- da que va espirando. Se podria , pues, creer que las pocas adultas que se en- cuentran muertas han perecido , ó por al- gún accidente , o por electo de vejez : pe- ro las aves cautivas , y aquellas cuyas especies domésticas hemos manifestado , se hallan sujetas á una multitud de enfer- medades ; sin embargo , como solo liay al- gunas especies cuya conservación es para nosotros un objeto importante , las enfer- medades de las aves , aun de las privadas, no son conocidas, y hay poca instrucción en orden al modo de remediarlas. Lo que se sabe en quanto á esto está limitado i algunas aves de paxarera y de corral , y asi hablaré de ello quando trate de estas aves en particular , contentándome ahora con hacer en general las siguientes re- flexiones. El ayre fuerte , el rayar del dia , y un lugar espacioso son necesarios á las aves para que estén buenas : demasiado oprimidas en los lugares en que están en- cerradas , ó privadas del ayre y de la luz que aprecian tanto , pierden su alegría , se hacen pesadas , y perecen de languidez. Si no las falta el ayre ni la luz , pe- ro están encerradas con demasiada estre- chez , perecen del mismo modo , por los esfuerzos sobrado violentos que hacen pa- ra libertarse de una prisión donde están muy oprimidas. Las aves que quando libres son con- tenidas y sobrias por carácter , quando cautivas o domésticas , su pasión domi- nante , que es la inconstancia y el gusto G E NE RALES de mudar de lugar , está necesariamente restringida , y por ello se vuelven sen- suales y glotonas. Para conservarlas sa- nas es preciso , pues , no excitar su sen- sualidad con golosinas , ni satisfacer su apetito con alimentos demasiado nutriti- tivos. El ayre húmedo y frió , por lo común daña á las aves nuevas , como también á las que gustan de las orillas del agua ó de nadar , causándolas -algu- nas diarreas , y una hinchazón de las glán- dulas que están al rededor de la cabeza; y estas enfermedades , siempre mortales, algunas veces son epidémicas. Las aves nuevas también están sujetas á cánceres, que se las cria en la base de la lengua, pero las adultas raras veces suelen pade- cer este mal ; para cuya curación son muy buenos los baños de vinagre. No es extraño que pierdan algunas aves uno 6 mas dedos , y á veces todos. Esta enfermedad , que es una gangrena seca , regularmente es efecto de un frío riguroso , largo y húmedo , contraido en un suelo capaz de producir estos destro- zos por su humedad y por su frescura. Las falanges son asaltadas sucesivamente, se separan de su articulación , y aumen- tándose siempre el mal , mueren después de haber perdido todos sus dedos. Yo he visto vivir un hoco , y arrastrarse al- gún tiempo con los muñones de los hue- sos de las piernas , después de haber su- cesivamente perdido los dedos , y aun los largos huesos del tarso , que se to- man comunmente por las piernas. Esta enfermedad acomete , principalmente á las aves transportadas desde los países cáli- dos á nuestros climas fríos , y para cu- ya conducion no se valen de bastantes precauciones. El granillo ó culero es un abceso que sobreviene en la parte superior de la ra- badilla , cerca de su extremidad. La glán- dula , que sirve para filtrar un humor que exprimen las aves con su pico , y con el que bañan sus plumas , es donde tiene su asiento este tumor , que empieza por una inflamación activa : las aves se van entris- teciendo , se entorpecen , y pierden el ape- tito : el pus sigue á la inflamación , y se forma un abceso que remata en aposte- ma , quando el animal no ha perecido en el primer periodo de la enfermedad; y SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. y su abertura casi siempre es demasiado estrecha para dar salida al pus , que en resolviéndose , por lo común , causa la muerte. Esta enfermedad , que he observado muchas veces , me ha parecido que ter- mina por una crisis , pero casi siempre im- perfecta : va precedida de una calentura ardiente , denotada por el calor de todo el cuerpo , por la sed de las aves que beben freqüentemente , y por un temblor que las coge á las horas de las accesio- nes. Se acostumbra cortar con tixeras el culero , que por lo regular es bastante co- nocido ; pero este método no facilita so- brado el buen éxito , porque o se hace mal la operación , ó no se executa á tiem- po. Los que ignoran que hay una glán- dula en el parage donde se forma el gra- nillo , cortan el tumor y la glándula , aña- den una llaga muy peligrosa á una en- fermedad que no alivian ; y aun trastor- nan la obra de la naturaleza , destruyen- do el lugar en donde ella forma un de- pósito saludable : otros que no hacen una llaga tan grande , abren el abceso dema- siado pronto o sobrado tarde , y muy po- cos salen con felicidad. Pareceme , pues , que conviene registrar el lugar del tu- mor , humedecerle amenudo con un po- co de leche tibia , o favorecer la forma- ción del abceso con algún otro medio aná- logo , atender á la fluctuación , abrir con un instrumento cortante , como un cuchi- llo , desde la punta hasta la basa del tu- mor , y oprimir suavemente los contornos; y como no se puede hacer la curación si se cierra la llaga desde luego , es preciso no cerrarla mientras se advierte aun en ella alguna porción de pus , y estos son los medios con que he llegado á salvar al- gunas aves. La pepita es una enfermedad muy común , y tan conocida como los medios de remediarla , por lo que no será nece- sario extendernos acerca de este objeto. Solamente notaré que dimana de la falta de agua , ó de alguna bebida corrompi- da y mal sana ; y asi , el medio mas se- guro de prevenir este mal es el de dar á beber á las aves una agua natural y bue- na , de renovarla de quando en quando , y de tener cuidado de que nunca las falte. Historia Natural. Tom. I. Aunque la muda sea seqiiela de la organización , y suceda todos los años , sin embargo pone con freqiiencia enfermas á las aves , y á muchas las hace también pe- recer. Véase la palabra muda. Una observación bastante curiosa que me ha comunicado una persona que se había entretenido mucho tiempo en criar aves es , que no es muy difícil de que las que se alimentan de granos y los que- brantan antes de tragarlos , sean sorpre- hendidas de una blandura ó de una sen- sibilidad en el pico que las impide po- der comer. Entonces se las ve continua- mente coger el grano , quitarle la cáscara, y arrojarla después de sus vanos esfuer- zos para romperlo. Los individuos asal- tados de esta enfermedad parece que nun- ca cesan de devorar , no comiendo cosa al- guna , y muriéndose de hambre. El mismo sugeto que había notado esto , libraba ó curaba á sus aves dando- las el grano ablandado con algún hervor, o por haberlo tenido en el agua , como también dándolas alguna pasta en su lu- gar. Las aves que por otra parte no es- taban incomodadas , por lo regular al ca- bo de ocho ó diez dias se encontraban en estado de poder romper los granos , y co- mo se las dexaba alguna porción de se- cos , podía juzgarse de su mejoría por el uso que hadan de estos, de los que no con- sumían ni descascaraban mas que la can- tidad reeular. §. II. Del modo de transportar las aves vi-vas de uno á otro país , de acostumbrarlas a un nuevo clima , y de hacerlas multiplicar en él. El hombre que persigue en el bos- que á los animales , y que los sacrifica á sus necesidades y urgencias , da menores pruebas de su industria que de su tuerza: pero el que los sorprehende , el que los co- ge sin quitarles la vida ; el que , á pesar del deseo de la libertad de que están ani- mados , los sujeta y los acostumbra á lle- var su yugo ; el que de los climas en don- de los ha criado la naturaleza , los trans- porta á otro que enriquece de este mo- do , exerce un imperio mucho mas exten- 0 1 so 1GS DISCURSOS so sobre los entes cuya voluntad fuerza imponiéndoles leyes , que no debian co- nocer , y haciendo que su existencia pen- da de sus designios ; prueba también que hasta un cierto punto tiene el hombre poder para mudar el orden y las disposi- ciones de la naturaleza , y todavía hace mas ; proporciona á los hombres unos ser- vicios reales y verdaderos , quando po- niendo tanto discernimiento en la elec- ción , como industria en la execucion , so- lamente transporta especies útiles desde un clima á otro. El primero que en las llanuras del Arabia acostumbro al caba- llo á sufrir el freno , que le conduxo á nuestros campos , en los que enseño á sus habitantes el modo de cuidarlo , de ser- virse de él , de conservarlo y de propagar su especie , les hizo el mas excelente re- galo que pudiesen recibir. El viajero que en nuestros tiempos conduxera la vicuña del Perú , el camello del Africa ó del Asia, y que no los encerrase en un parage pa- ra que solamente fuesen un objeto de cu- riosidad ; sino que llevara la vicuña á los Pirineos , y el camello á las llanuras si- tuadas al pie de los montes , en los que refluctúan los rayos del sol y reconcen- tran el calor , enriquecería las provincias donde fixaria su morada , y haría un don apreciable á todos los demas de un ani- mal fuerte y robusto después de criado, paciente é infatigable , que gasta muy po- co , que lleva las mejores cargas , para el qual no hay camino alguno impracticable, y propio , en fin , para aliviar al caballo, acabado y enflaquecido por el mucho tra- bajo ; y nos proporcionaría el mejor de todos los vellones , aquel con que se fa- brican los paños mas tinos , mas calientes y mas ligeros ; pero que el precio y es- casez de la lana que forman sus texidos, transportada del Perú , los hacen muy caros. No se podrían esperar tantas venta- jas de la transportación de las aves ; pe- ro sin embargo.se podrían proporcionar al- gunas que no merecerían ser despreciadas. Los que nos han traído , unos del Asia y de la China , y otros de la América septentrional , el pav< n , el tricolor , el fai- sán plateado y el pavo , los primeros nos han hecho un regalo agradable y magni- fico , y los segundos un don útil y eco- í E N E R ALES nómico. No sería difícil imitarles trayen- do del Asia , la gallina de Thibet , y el ánade de Nanquín , y de la América el marail , y el agami o faisan de las Anti- llas. El primero de estos dos páxaros vi- ve cómodamente en el corral , multiplica mucho , y por la calidad de su carne me- rece ser colocado entre los mejores vo- látiles : el segundo es entre las aves lo que el perro entre los quadrúpedos , y aprovechándose el hombre de la sagaci- dad del agami , del mismo modo que se sirve del perro , descansaría en parte del cuidado de conducir , defender y juntar los otros páxaros que tienen baxo su cus- todia. Es harto verisimil que , ademas del pequeño número de aves que acabo de citar , y que aun pudiera haber au- mentado , en cada pais hay algunas cuyo transporte seria ventajoso si los viajeros se detuviesen en notar las que pueden ser útiles , y sino lo dexasen por las dificul- tades del transporte. Seria de desear , que todas se les allanasen en ocasiones de im- portancia , y yo quisiera que las reflexio- nes que voy á sugerirles pudiesen animar- les á empresas útiles , y facilitarles los me- dios mas ciertos y menos trabajosos de executarlas. El modo mas apto de propagar las di- ferentes especies de aves , seria traer sola- mente los huevos bien frescos y bañados de un barniz hecho con espíritu de vino, el que se quitaría lavándolos con el mis- mo disolvente , quando se llegara al tér- mino del viage y después de algunos me- ses , todavia podrían emplearse con feliz suceso. Pero este método , bastante fácil, solo convendría á un corto número de es- pecies , y exige una precaución , cuya fal- ta ha hecho frustrar bastantes tentativas de este género. No se puede usar este método sino en aquellas aves , cuyos hi- juelos ,como el pollito de la gallina, al salir del huevo ya se hallan en estado de andar, y de alimentarse por sí nr^mos. Seria ca- si imposible alimentar á las otras al prin- cipio , ó encontrar especies analogas que se encargasen de este cuidado , o que le tomasen para su familia al tiempo en que serian conducidos los huevos extrangeros. Sin embargo , como la paloma y la tór- tola ponen con freqiiencia , y no es difícil encontrar á qualquier tiempo algunas que los SOBRE LA NATURALEZA DE LAS ADES. los empollen , y por otra parte las espe- cies de estas aves tienen bastante corres- pondencia en todos los paises en orden á la magnitud ó tamaño , creo que se po- drían tiaer fácilmente huevos de palomas y de tórtolas , colocarlos debaxo de aves del mismo género , y confiarlas el cuida- do de criar los polluelos que podrian na- cer , del mismo modo que la gallina seria apta para empollar todos los huevos de una conveniente proporción respecto á las especies cuyos hijos cogen por sí mismos el alimento inmediatamente que han na- cido : pero para que los huevos sean pro- pios de empollarse , ademas del cuidado de aplicarlos un barniz y quitarlo á su tiempo , es preciso usar de una precaución en el viage , sin la que no tendrian feliz éxito. Tanto que los conduzcan por mar como por tierra , los baybenes y los gol- pes del carro los agitan y descomponen la organización ; los ligamentos que tienen suspensa la yema se rompen y cae al fon- do del huevo , en el que ni aun se hace un principio de dilatación. Estando yo en Holanda , aprendí que habia remedio para este inconveniente , y era el suspender con una soga la caxa donde van los huevos, en la que deben estar muy bien encerra- dos , con algodón , con salvado , o con ser- rín. La soga obedece á los diferentes mo- vimientos , y solo recibe alguna oscila- ción , cuyo efecto no tiene influxo algu- no en la organización de los huevos. Quando se quieren transportar aves vivas es preciso antes atender á dos ob- jetos principales : prepararlas una comida que las adapte , ó substituir otra que pueda suplir por ella ; y colocarlas en un parage proporcionado. Por consiguiente, antes de emprender cosa alguna es pre- ciso instruirse en los hábitos de las aves que se han de transportar , y haberlas an- tes acostumbrado por grados á las fati- gas , á las privaciones , y á los trabajos de qualquier género á que estarán ex- puestas. Las aves que se alimentan de granos son las mas fáciles de transportar , y ca- si las únicas en quienes se hace la ten- tativa , aunque también pueda executar- se en las otras ; pero sobre todo , en las primeras es donde se pueden encontrar mas especies verdaderamente útiles. En las Indias , y en muchas Provin- cias de la América , el arroz es la comi- da regular de las aves que se alimentan de grano , del qual seria conveniente ha- cer provisión para el camino : pero este género de alimento seria muy caro para una especie que se tuviera el proyecto de multiplicarla por economia. El arroz puede muy bien suplirse con diferentes géneros de trigo para aquellas especies que se alimentan de él , y el mijo puede ser- vir para una multitud de las que se sus- tentan de diferentes géneros de granos : en fin , la miga de pan seca ó humede- cida con el agua es un alimento casi ge- neral , por cuyo medio no solo pueden reemplazarse los diferentes géneros de gra- nos , sino también los alimentos , que prin- cipalmente consisten en frutas , en bayas, y algunas veces en los insectos mismos. Antes de encargarse de la conducción de un ave granivora , si ha habido propor- ción para ello , es preciso haberla ante- riormente acostumbrado al ti igo ó al mi- jo , en lugar del arroz ó de otro grano análogo con que suela alimentarse. Sino puede acostumbrarse á ello , seria inútil el cuidado de recoger para el viage una cantidad suficiente de grano , sin la qual no podría vivir el ave , puesto que con el tiempo , ó la misma ave ó su raza fal- taría en aquel lugar á donde fuesen trans- portadas. Después de haberse empleado en acos- tumbrar antes á las aves á los granos que se las podrán dar en Europa , si estos se encuentran en el lugar de donde las han de conducir es preciso hacer provisión de ellos para el viage ; pero si no los hay , y sin poderlas acostumbrar , ni hacer la prueba correspondiente , sin embargo se desean transportar , no queda otro arbi- trio que hacer provisión de aquel grano que las acomoda , reservando para des- pués del viage hacer el ensayo que se- ria mejor haberlo ya hecho ; y si de to- dos modos , y por quaiquiera causa que fuese viniera á faltar la provisión , se re- ducirán siempre á suplir su falta con las migas de pan. No pudiendo estar libres los viages de perturbación ni de agitaciones , con- viene que las aves que se destinan para hacerlos estén acostumbradas á la escla- vi- no DISCURSOS vitud ó mansedumbre , al ruido y á la vista de los hombres. Por este motivo será mejor escogerlas nuevas y criadas con este designio , que ya adultas , cuyos há- bitos son mas difíciles de desarraigar, como también porque será mas fácil acomodarlas á la mutación de alimentos. Elegidas ya las aves , se deben meter en unas jaulas , cu- yas dimensiones estén arregladas según el número y magnitud de las aves , y el lu- gar que han de ocupar , tanto en la em- barcación como en los carruages , si fue- ren por tierra. Nada , pues , se pue- de establecer en quanto á esto en gene- ral , pero sí advertir , que se prevendrán los accidentes que resultarían de los gol- pes que las aves se dieran asustadas ó im- pacientes por su detención , cubriendo las jaulas con un lienzo o piel que esten muy tirantes , vistiendo del mismo modo los tres lados de la jaula , y dexando descu- bierto uno solamente , en el que , según parezca oportuno , se podrá también ba- xar la piel o el lienzo , que deberán es- tar puestos del mejor modo posible para 4 ue esto pueda executarse. Con estas pre- cauciones no recibirán daño alguno las aves de los golpes que se dieren , y po- niéndolas en parage obscuro siempre y quando se agiten o espanten , se evita- rán de este modo los movimientos vio- lentos que pudieran darse. He oido á mu- chos marineros , que habian probado trans- portar algunas aves como senegales , ben- gales &c. , que á los primeros cañonazos que se disparaban moría una porción de cilos , y perdían otra siempre que se fe- petian los cañonazos. Este efecto podría haberse atribuido á la comocion del ay- re , pero yo creeré que provenga del es- panto de las aves , que se estrellan la ca- beza contra las paredes de una jaula mal preparada : y asi , yo he visto algunos gorriones que sorprehendidos en un quar- to , por haber cerrado inmediatamente las puertas vidrieras , se precipitaban hácia los vidrios , y daban contra ellos tan fuerte- mente con la cabeza , que caían medio muertos en el suelo. Será bueno cubrir de arena el suelo de la jaula ; porque esta conservará la fres- cura que es muy necesaria ; divertirá á las aves que se entretendrán en picotear- la ; las hará menos sensible el cautive- G ENERALES rio , y tragarán algunos granos como lo acostumbran hacer estando en libertad ; y si no tuvieren arena será preciso limpiar amenudo la jaula , y precaver la humedad y el mal olor. Importa mucho no dar á las aves mas que agua pura y clara y sin mal gustoj renovársela antes que se corrompa , y so- bre todo que nunca las falte. Las que no se bañan , como la gallina , gastan muy poca , pero el número de estas aves es muy limitado, y casi todas las otras en ge- neral gustan de bañarse amenudo , siendo esta una costumbre saludable para ellas , por lo que convendrá proporcionarlas los medios de mantenerla , mientras se pudiere, puesto que no es de primera necesidad. Después de haber hablado de la elección de las aves , de los alimentos , y de la ma- nera de preparar la jaula , pasemos á exa- minar de qué modo se deben colocar. Si se viaja por mar , mientras que las cir- cunstancias lo permitan , es preciso elegir un sitio quieto y ventilado , y si hay pre- cisión de tener las aves encerradas en un camarote , es menester sacarlas de quando en quando al ayre , y dexarlas allí lo mas que se pueda. Generalmente estarán tan- to mejor , quanta mayor tranquilidad ten- gan y mas disfruten del ayre y sol , sin que esten expuestas á la lluvia , al frió, al viento , o á un sol demasiado ardien- te. Si las aves que se transportan son muy grandes, y por esto se ven obligados á de- xarlas á la parte de afuera , en la elección del lugar que se las destina , se debe atender lo mas que se pueda á las precauciones de que acabo de hablar. Sobre rodo , se debe hacer de manera que esten guareci- das de las lluvias continuadas y frias , co- mo también de la mortificación y de las burlas de los marineros y pasageros. Pa- ra ponerlas en abrigo , se tendrá cuidado que la parte delantera de la jaula , que solo está cubierta con una tela que se ba- xa y levanta quando se quiere , esté for- mada de una doble fila de barrotes , y en- tre cada fila se dexará un espacio de tres o quatro pulgadas , y se cerrará la fila ex- terior con una cadena. Si se viaja por tierra , lo mejor será colgar la jaula debaxo del carro , y mien- tras se estuviere en el camino siempre de- be llevar corrida la tela por delante. An- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. tes de partir por la mañana se habrá de volver á levantar ; se pondrá la abertura á sol naciente en un lugar solitario , y se las proporcionará un tiempo apto para que coman : al partir se retirará la vasija en que se las da de beber ; á medio dia y por la noche se hará lo mismo que pol- la mañana antes de ponerse en camino, y bastarán tres comidas cada dia. Yo he transportado por tierra , como unas qua- trocientas leguas , el ave que Brisson lla- ma merle bien , y en Italia la dan el nom- bre de passere solitario (en España la so- litaria) valiéndome de las precauciones que acabo de indicar , y sirviéndome de una jaula semejante á la que he descrip- to. La traxe desde León á París , aunque viajé en diligencia, y por consiguiente no tuve Jas comodidades de que se necesita- ba ; pero me aprovechaba de todos los instantes favorables al ave que venia á mí cargo. Las aves que viven de granos , y de las que he hablado hasta el presente , son las mas fáciles de transportar , puesto que la dificultad en suministrar á las otras los alimentos que las adaptan , hacen mas em- barazoso su transporte ; aunque por otra parte las precauciones deben ser las mis- mas. Bien es verdad , que tan solo entre las aves que se mantienen de granos es en las que se pueden encontrar algunas especies que seria ventajoso transportar- las , y que multiplicarían en el estado de servidumbre ; y que el gusto de traer al- gunos animales raros y curiosos es lo que únicamente puede empeñar á que se con- duzcan otras de diferentes especies. Como ya he dicho , se pueden reem- plazar con migas de pan secas ó hume- decidas , las bayas y los frutos en orden á muchas especies que se alimentan de ellos, como yo lo he hecho con un trupial ó bonana que conservo hace algunos años. Esta ave de la Jamayca , donde se lla- ma bonana del nombre del arbusto , cu- yos frutos son su principal alimento , se mantiene con migas de pan secas o hu- medecidas con agua o con leche , y es coge y varía entre estos manjares , con los que siempre está abastecida. Vi en Holanda toucanes y zarapitos de color de fuego que solo comían migas de pan, y frutas quando lo permitía la estación: Bajón , que vivió largo tiempo en la Guayana , me ha asegurado que había mantenido muchas aves con migas de pan, particularmente algunos toucanes y zarapi- tos. Los páxareros compenen un genero de masa para los zorzales , mirlos y estorni- nos , en la que solo entran los cañamones mezclados y humedecidos con agua : y en mi juicio estas aves se mantendrían del mismo modo , y aun mejor , con migas de pan mojado. Estas , pues , se pueden dar á muchas especies en lugar de fru- tas que son su principal comida , porque la mayor parte de aves que con ella se mantienen buscan también los gusanos y los insectos. Por esto , pues , se probará á darlas carne cortada á pedacitos , y si le van tomando el gusto se irá continuan- do en darlas una que otra vez , ¡o qual reemplazará los gusanos é insectos de que carecen , al modo que las migas de pan suplen los frutos que las faltan , pero este sup'emento no siempre es de nece- sidad absoluta. En el primer año daba yo carne al bonarra de que he hablado, y pasado el segundo le privé de ella sin que se desmejorase , y de tarde en tarde le doy los insectos que me vienen á la ma- no , de que gusta mucho , y asi conven- dría que los viajeros observasen esto en las aves que traxeren , lo que no podría menos de serles muy útil. Para la cetrería se suelen traer del norte algunas aves de rapiña , que igual- mente podrían venir de otras provincias valiéndose de las mismas precauciones , que consisten en tener estas aves encapirota- das y atadas á una estaca con una correa ó lonja ; en no descubrirlas mas que dos ve- ces al dia para repastarlas , ó aun una so- la vez , y en darlas la carne magra sin grasa , membranas , ligamentos ni tendo- nes. El cuidado que se tiene en taparlas los ojos es una prueba de la utilidad de mi consejo ; á saber , de que se téngan en parage obscuro durante el camino , y siem- pre que pueda temerse que se espanten' y asombren. Para muchas de las aves , en Jugar de los pescados y reptiles de que se susten- tan , se puede substituir la carne , y so. bre todo los intestinos de qualquier ani- mal. Hermán me hizo venir de Strabur- go dos cigüeñas que vivieron mucho tiem- po m DISCURSOS po en un jardín , dándolas de comer in- testinos de buey , y de diferentes anima- les. A un goelan también se le daba á comer lo mismo en e! propio parage , y del mismo modo , y generalmente de es- ta manera , se deben alimentar en el cau- tive! ¡o las aves une estando libres se man- tienen de peces , de reptiles y de gusa- nos Las que se sustentan de esto ulti- mo , como el ruiseñor , el gargantiroxo &c. son mas difíciles de alimentar : sin embar- go , esto se consigue dándolas carne ma- gra cruda , y cortada á pedacitos muy menudos. Los paxareros prefieren para es- tas aves el corazón de buey á toda otra comida , y lo mezclan en partes iguales, poco mas o menos , con raeduras de una masa muy dura y muy barata , que ellos llaman pan de amapola. Los viajeros pu- dieran hacer alguna provisión de esta pas- ta , que no deberá ser en mucha cantidad, porque se mezcla poca con la carne que se da á las aves ; y seria superfina esta mayor precaución , porque los individuos mismos acostumbrados á comerla pueden privarse de ella : con todo , la dificul- tad de tener siempre carne fresca , y la necesidad de cortarla á pedacitos y de renovarla antes que empiece á corrom- perse , siempre harán muy difícil el trans- porte de las aves para quienes es ne- cesaria , y por lo mismo será útil pre- venirla. Después de haber manifestado los me- dios de transportar las aves , vamos á tra- tar de los que pueden servir para su con- servación , y la propagación de su espe- cie. Si los objetos que se han de trans- portar solamente son de pura curiosidad, en tal caso un lugar preparado y dispues- to con cañones que mantengan ó comu- niquen un calor igual al del clima de don- de son conducidos , allanaría todas las di- ficultades que pudieran presentarse : por otra páVte , en quanto al alimento de las aves y al lugar donde conviene encer- rarlas , remito a los lectores á lo que an- tes he dicho acerca del modo de alimen- tar aquellas especies que se desean trans- portar , y de tenerlas en un lugar ven- tilado y claro ; pero si se trata de aque- llas aves que se traen por utilidad , en- tonces no deben encerrarse en una paxa- íera , donde siempre estarían con dcmasia- G E NE RALES da estrechez ; sino que inmediatamente, según era el clima en que habitaban , se deben transportar , á nuestras provincias del norte , o á las del medio día. Para la elección de estos climas se halla felizmen- te situada la Francia , y según el cono- cimiento que se haya adquirido de los hábitos de estas aves , convendrá ponerlas, mientras fuere posible , de manera que puedan continuar en su modo regular de vivir ; y asi , si fueren aves que apetez- can los prados , será preciso cercar , lo me- jor que se pueda , un espacio suficiente , cubrirlo con una red , y meter en él las aves de suerte que puedan disfrutar de aquella libertad que permite un encierro de esta clase , bien que antes se debe ha- ber cubierto el suelo con yerbas , de mo- do que forme una especie de prado , o se pondrán en un parage que naturalmente las tenga , que todavía será mejor. Si las aves gustan de árboles se ha- brá de tener cuidado de poner dentro de aquel recinto algunos arbustos , y si son aquatiles se cuidará de ponerlas en algún parage que lo bañe algún arroyo , ó á lo menos se habrá de hacer un hoyo que de quando en quando se llene de agua. Vi- van las aves de esta o la otra manera , siempre se procurará que esten con to- da la libertad posible y con el mayor so- siego ; y asi quanta mas extensión tuvie- re el cercado será mucho mejor , cuidan- do siempre de que esté bien cerrado por todas partes para que nada inquiete á las aves , y dexandolo abierto únicamente por arriba , y cubierto con una red o enre- jado. Con estas precauciones , y dándolas la comida proporcionada del modo que antes se ha dicho . creo que sean pocas las aves de los países cálidos que no pue- dan habituarse al clima de nuestras pro- vincias meridionales , y que muchas mul- tiplicarán en ellos , mayormente escogién- dolas un buen lugar. Las aves de los paí- ses fríos todavía se acomodarán mas fácil- mente donde quiera que las pongan; pero el sitio que se escoja deberá ser apto y proporcionado. Las precauciones que hemos referido, Unicamente las juzgo necesarias para la se- guridad de una especie preciosa , trans- portada con mucho trabajo , y difícil de adquirir. Habiéndose ya esta especie mul- lí- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AJ'ES. tiplicado de modo que no haya tanto pe- ligro de que se pierda , será preciso ir acostumbrando á las nueveeillas al clima en que nacieron , y procediendo con pru • dencia , se podrán pasar por grados desde el pequeño recinto donde estaban , á ¡os corrales : pero el primer cuidado será siem- pre el de colocar los animales nuevamen- te traídos en parage , cuyo clima corres- ponda al de los países de donde vinieron, y el de proporcionarlas que sigan en sus mismos hábitos. Asi que , el clima de las provincias meridionales es el mas propio para las aves de los países cálidos , y á orillas de las aguas , ó en lugar que par- ticipe algo de bosque o de prado , en donde se deben poner las diferentes es- pecies según su modo de vivir ; y de esta suerte se irán poco á poco acostum- brando las generaciones á la mutación de clima , y se las harán contraer nuevos hábitos o costumbres. Pero ¿ acaso la utilidad que las aves nos acarrean bastará para recompensar las fatigas y gastos que exigen las diíélren tes precauciones que acabamos de referir? ¿ y merecerá este objeto ocupar en esta obra el lugar que le hemos consagrado? Para resolver la qüestion , es preciso re- troceder algún tanto : el exemplo del ga- llo , de la gallina , de la oca, y del ánade ya domésticos ; del pavo y de la pata de Berbería traídos de climas tan apartados del nuestro , prueba la utilidad de ser- virnos de ciertas especies y de apropiár- noslas , sin embargo de lo mucho que nos cuesta , tanto el criarlas y aumentar- las en nuestros paises , como el transpor- tarlas desde los climas donde las habia producido la naturaleza negándolas á los nuestros. He hablado ya del agami y del marail , á los que añadiré los hocos , que por su tamaño y por lo exquisito de su carne en nada ceden al pavo : sé muy bien que estas aves no multiplican trans- portándolas á nuestros climas , ni aun á la Holanda, donde se dedican mas á cui- dar de estos objetos ; pero esto dimana de meterlas en paxareras , y de tenerlas con sobrada estrechez : convendría , pues, transportarlas inmediatamente al medio dia de la Europa , y allí cuidarlas como cor- responde. El exemplo de las dos especies de fai- ííistoria Natural. Tom I. sanes de la China , el tricolor ó dorado, y el blanco ó plateado , prueba la mu- cha facilidad que hay en que Jas aves de este género puedan criar en nuestros cli- mas. Pasados algunos años , quando se ha- brá ya hecho mas común Ja especie del blanco , se pasará á los corrales donde no sera mas difícil de criar que los pavos , y aun excederá á estos c-n la calidad de su carne : lo mismo sucedería Con una ter- cera especie de fal? nes , que tan solo es una variación de los nuestros , y la mas común en la China según refiere Poivre. Esta especie , que por espacio de tres años he aumentado , ha producido ya con abundancia. Generalmente, las aves gra- nívoras serán las mas aptas para habituar- se ai clima , como también las mas fáciles de transportar y las de mayor utilidad. De spues de estas , creo que convendrá mas emplearse en las aves de agua pro- piamente tales , es decir , según el senti- do que aqui quiero dar á esta expresión, los gansos y las ánades. Su carne por lo regular es bastante sana y de gustoso sa- bor ; sus plumas son útiles para várias co- sas ; se domestican con poco trabajo , y muchas especies multiplican en este es- tado. Como por lo general se alimentan de todas especies de substancias , lo que no suele suceder en las otras aves , cos- tarán menos de transportar. Aunque ape- tezcan el agua , no las es tan absolutamen- te necesaria ‘como se cree; y el exemplo que vamos á referir podrá servir de prue- ba de que en un viage bastante largo pue- dan mantenerse con sola el agua que ne- cesitan para beber. El difunto l’Beau, mé- dico de! Rey , en la Luisiana en el año 1774 , o en el de 1775 > traxo de este pais la especie de ánade á que se la ha dado el nombre de ánade ramoso , y es- to lo executo encerrando ocho o diez pa- res de ellos en una jaula , dispuesta del mismo modo que la que antes hemos des- cripto. En lo interior de dicha jaula , y en los dos extremos de ella habia dos ar- tesoncillos , uno para e! grano y otro pa- ra el agua , que se les echaba por dos cañones de hoja de lata , cuya abertura, á manera de embudo . estaba al nivel de la tela o encerado que servia de cubierta á la jaula , y fuertemente atados á ella. De esta suerte no se alborotaban las aves ix4 DISCURSOS que eran harto salvages , ni se abría la jaula por estar cerrada con una cadena; en el suelo tenia dos tablas con sus mues- cas para poder sacarlas y meterlas en caso necesario; y para limpiarla se tiraba hacia fuera la tabla superior , que siempre debia tener una capa de arena. El artesoncillo para el agua o el bebedero, era oblongo y muy estrecho, para que los patos no pu- diesen consumir mas agua de la que ne- cesitaran para beber : sin embargo de es- to , entre diez y seis o diez y siete aves que traía , solo murió una en el camino, y hubiera sido un objeto curioso que hu- biese multiplicado esta bella especie. Beau- me regalo un macho y una hembra : el macho vivió muchos años sin haberle po- dido echar una hembra que ocupara el lugar de la otra de su especie , que se hu- yo volando pocos dias después de habér- mela regalado. Los demas pares no sé que se hicieron. El ganso ti oca de floxel que se cria eu los países del norte , en uno y otro continen- te suministra una pelusa o plumón precioso, tanto por su ligereza, como por lo que abri- ga ; bien que la poca abundancia de él , y lo apartado de los lugares de donde se trae lo hacen de un precio sobrado exce- sivo para el uso común : seria , pues , una útil tentativa el transportar esta ave al clima que mas la adaptara de nuestras provincias , y el usar de todas las precau- ciones convenientes para llegar á domes- ticarla. Concluyo este artículo encargando á los viajeros que prefieran las aves nue- vas , y aquellas cuya especie está ya do- mesticada en los paises que recorrieren; que se enteren quanto puedan de los há- bitos de las aves que quisieren transpor- tar ; y en fin , que no se ciñan á uno ó dos pares , sino que traigan todos los in- dividuos que puedan ; y si no les es posi ble escoger un número igual de machos y de hembras , que estas sean muchas mas que ¡os otros. Por lo ccmun será también mas conveniente traer un macho para dos ó tres hembras , pues en muchas especies será bastante ; siendo este uno de los artí- culos en que podrá decidirse después de haberse adquirido el conocimiento de las costumbres ; pero insisto en que no de- ben limitarse los viajeros á traer uno ó GENERALES dos machos y otras tantas hembras , sino que con el número de individuos se de- ben evitar las pérdidas que pudiera haber en el camino , y llegar al término del via- ge bastante provistos para que no salga frustrada la recompensa de los afanes que hubiesen padecido en tan largo tiempo. Una de las precauciones titiles y de la que hasta ahora nada hemos insinuado, será la de cortarlas las alas , y de este mo- do prevenir la pérdida de las aves , que podrian escaparse con el vuelo : y si es- tando juntos los individuos , y con espe- cialidad los machos , riñesen de modo que sus golpes recíprocos pudieran acarrear su ruina o diminución como suele aconte- cer , entonces , según sean mas ó menos preciosas las especies , convendrá multipli- car las jaulas o dividirlas, haciéndolas sus separaciones. En orden á otros diferentes aconteci- mientos imposibles de prever , podrá dar alguna luz el conocimiento de las cos- tumbres , y el haber juntado en las jaulas, algún tiempo antes del viage , las aves que se han de conducir. $. III. Alodo de preparar , y de enviar las aves muertas para formar colecciones. Hace poco tiempo , que los naturalis- tas han empezado á juntar numerosas co- lecciones de aves , y todavía hace menos que por medio de preparaciones conve- nientes se saben conservar en estos ani- males , después de muertos , su forma y sus proporciones. Un siglo ha, solo se conservaban aque- llas aves que se metian dentro de algu- nos licores espiritosos y estípticos. Algu- nos , después de haberlas secado en el hor- no , las zabullían repetidas veces en un barniz que las dexaba cubiertas de una película transparente ; pero como esto era muy costoso , difícil , y sobre todo de efecto desagradable , y que no llenaba las miras que se proponían , por este motivo se hallaban pocas aves en las colecciones de historia natural. Pensaron en desecar- las remojándolas algún tiempo en licores espiritosos , ó poniéndolas frescas dentro de un horno ; pero ni de un modo ni de otro í 1 . SOBRE LA NATURs. otro conservaban su forma ni sus dimen- siones. .Después de muchas tentativas rué quando se pensó en conservar únicamente la piel de las aves , y en sostenerla y lle- narla de tal modo , que la ave cuya piel ha sido bien preparada , parece tener las mismas proporciones , la misma forma y la misma aptitud que quando viva ; de- biéndose principalmente este arte , si es que lo es , á Reaumur ; mas no por esto se dice que este sabio lo haya perficiona- do , sino que presentando á los ojos del publico una colección de aves que con servaban mas ó menos las apariencias de vida , ha inspirado el gusto de las colec- ciones en este género , y ha excitado la atención para formarlas. Estas , o se com- ponen de aves preparadas inmediatamen- te que han muerto , ó de otras traidas de paises extrangeros , en los que no se ha procurado hacer que manifestasen el ex- terior que tenian quando vivas hasta mu- cho tiempo después de muertas. Tanto en unas como en otras , la operación primera es la de quitarlas la piel , y por ella empe- zaré mi descripción. El ave que se ha de disecar se pone tendida de espaldas sobre una mesa , de modo que la cola quede á la parte del que maniobra , y la cabeza á la otra opuesta. Hecho esto , se toma un escarpel , ins- trumento de que se valen los anatómicos para disecar , ó sino un bisturin , advir- tiendo , que nunca ha de faltar un peda- zo de madera de tres ó quatro pulgadas de largo , llano por ambas caras y re- dondo por una de sus extremidades , al- godón o estopa , un par de tixeras , y unas pinzas de las que se usan en los tea- tros anatómicos. Preparado ya todo esto , se van apar- tando á la derecha y á la izquierda las plumas que visten la parte de abaxo del cuerpo del ave , y sujetándolas con el de- do indice y el del medio de la mano iz- quierda , se hace en la piel una incisión longitudinal con el escarpel ó corta plu- mas , desde lo alto hasta lo inferior del pecho. Hecha la incisión , se van levantando con las pinzas las orillas de la piel de uno de los dos lados de la incisión em- pezando por arriba , y con el instrumen- Historia Natural. Tom. I. LEZA DE LAS AVES. to cortante se va despegando la piel de las carnes en toda la longitud de dicha incisión. Concluida por un lado la operación, á la profundidad de una o mas lineas se- gún lo grueso del ave , se executa lo mis- mo en el otro : luego , dexando las pinzas, se coge con el dedo pulgar é indice de la mano izquierda , la orilla de la piel de uno de los dos lados , siempre empezan- do por arriba ; se levanta la piel , y en- tre ella y la carne se mere el mango del escarpel o la punta roma del pedazo de madera que se tendrá prevenido , y ahon- dando suavemente por debaxo de la piel quanto mas se pueda , no de una vez, sino por grados , y haciendo al mismo tiempo obrar de alto abaxo el mango del escarpel , o la parte llana del pedazo de madera , se llegará á separar la piel del lado , y aun á levantar parte de la del muslo , y entonces , en toda la cortadura, y por debaxo de la piel que se acaba de separar de las carnes , se introduce una torcida ele algodón , que no se debe pro- fundizar mucho. Hecho lo mismo por el otro lado , se va separando del mismo modo la piel de encima del cuello y del buche , profun- dizando quanto se pudiere con la mano izquierda , ya el mango del escarpel , ó ya el pedazo de madera, y concluido es- to se mete el algodón ; se vuelve Ja ca- beza del ave hácia ei lado del que hace la operación , y del mismo modo que has- ta aquí se ha dicho , se despega la piel de sebre el vientre , la de los lados , la de los muslos y la del ovispillo ; se introduce el algodón , y se vuelve á poner el ave en su primer postura. Con las pinzas , ó con el dedo pulgar é indice de la mano izquierda , según sea el ave , se coge el cuello por su inserción con el cuerpo ó algo mas arriba , y se levanta y tira hácia atras hasta que for- me un arco , cuya concavidad quede vuel- ta hácia el lado de la mesa. Junto con el cuello se debe asir la traquiarteria y el esófago ó conducto de los alimentos ; y con la mano derecha y el mango del es- carpel , ó con la punta llana , delgada y cortante del pedazo de madera se separa la piel de la parte de abaxo del cuello. Luego que se haya cortado un poco , y P í que n6 DISCURSOS que haya una porción del cuello entera- mente despegada de la piel , se toman las tiseras y con ellas se separa por allí el cuello del cuerpo : después se pone el al- godón y se tira hácia fuera la cabeza paia alargar el cuello , y que quede otra vez bien extendido. Con el mango del escarpe! y el pe- dazo de madera se va separando la piel que cúbrelo alto del ala , y no importa que se empiece por este o el otro lado, bien que se ha de seguir la operación has ta llegar á los pliegues del ala , y enton ces con el corte del escarpel o con las ti- seras se divide por su articulación : se saca fuera la parte externa del ala y se pone algodón debaxo de la piel y sobre la parte que se acaba de separar. Habiéndose executado esta operación en un lado y otro , queda hecho lo m >s difícil de ella , y se prosigue de es;e modo. Con la mano izquierda se coge lo alto del cuerpo , ya desunido del cuello y de las alas , se levanta y tira suave- mente hacia sí , haciéndole hacer un mo- vimiento de báscula ; y al mismo tiempo con los tres dedos de la mano derecha , y con el lado ó corte de dicha mano se su- jeta la piel para impedir que siga al cuer- po , con el que está pegada : con el dedo indice y el pulgar se va separando del cuerpo , ya sea con el mango del escarpel, ya con el pedazo de madera , ó ya con el corte del escarpe! , según se vayan en- contrando fibras , mas o menos difíciles de romper. A medida que se va despegando la piel , se levanta el cuerpo , é inclina mas hacia atrás , pero siempre deben estar cu- biertos de algodón la orilla y los lados de la piel del vientre que se van separando del cuerpo ; siguiendo la operación , se llega á poner sobre las capas de algo- don el cuerpo vuelto del reves de modo que quede espaldas arriba , debiéndose siempre evitar que el contacto del cuerpo manche las plumas , y esto se consigue cu- briéndolo de algodón. Habiendo ya llegado á aquella parte por donde los muslos están unidos con el cuerpo, es preciso volverlo de espaldas á la mesa , y luego con el mango del es- carpel o con el pedazo de madera se se- G E N ERALES para el muslo y su pilón de la piel que los cubre : para facilitar esta operación , con la mano izquierda se empujan las pa- tas para dentro , y con la derecha se tira suavemente el muslo hácia el que está ha- ciendo la maniobra. En llegando á la rodilla se corta esta por la articulación , o se rompe el hue- so del muslo por algo mas arriba. A medida que se va separando uno ú otro muslo se llena de algodón el hue- co que dexa ; pero sin henchir sobrado la piel. Separados ya ambos muslos, se vuel- ve á coger el cuerpo con la mano iz- quierda , y con la derecha se levanta y se baxa la piel , separándola por detras del ovispillo , y por delante del baxo vientre; todo lo qual se executa con el corte , o bien con el mango del escarpel. Descu- bierto ya el ovbpillo , y quedando aun la piel unida al cuerpo solo por su extre- midad , se corta con las tixeras el ovispi- llo , una parte del qual se dexa pegada á la piel ; se saca el cuerpo ya del todo pe- lado ; se viste de algodón la parte de aba- xo de la piel , y únicamente queda que hacer en el cuello , en la cabeza , y en los ojos. Puesta la piel como se debe , esto es, con aquella extensión que tenia antes de que se desollase el cuerpo del ave , se co- ge con la mano izquierda la parte de aba- xo de 1 cuello por donde se separó del cuerpo , se empuja aquel hácia dentro te- niéndolo levantado , y con la derecha se agarra la piel , se tira hácia abaxo , y , ha- blando con propiedad , se vueve de arri- ba abaxo , del mismo modo que quando se quita un guante ó se pela un angui- la ; pero en llegando á la cabeza es pre- ciso tener cuidado de no tirar mucho el cuello con la mano izquierda , ni con la derecha baxar la piel con sobrado rigor; siendo esta precaución mucho mas pre- cisa para aquellas aves de cabeza muy gorda , como los picos , los papagayos , y las aqua'ciles. Haciendo suavemente esta operación , siempre se llega á descubrir la basa del cráneo sin que se hienda ó rom- pa la piel ; regularmente se separa la ca- beza con mucha facilidad , y entonces se puede quitar la piel hasta el nacimiento del pico , y mas allá de los ojos. Descubierta ya la cabeza , es preciso se- SOBRE LA NATURA separarla del cuello por su articulación coa la primer vertebra ; córtase , pues , el cuello , y si la piel se ha quitado hasta mas allá de los ojos , entonces con Ja una mano se sacan estos con las pinzas , y con la otra se corta con el escarpel aquella parte por donde están pegados Ies párpa- dos á la piel , lo que debe manejarse con mucho tiento. Después de arrancado el ojo , en el fondo de la órbita se nota una hendedura ó grieta , que es fácil hacerla mayor rompiendo los huesos delicados que la rodean , y por ella se puede vaciar el cráneo con mucha facilidad , valiéndose para esta maniobra de un pedazo de made- ra ó de metal á manera de cucharon, con el qual se va sacando toda la substancia del cerebro y del cerebelo. Pero si no se ha podido quitar la piel hasta mas allá de ¡os ojos , se deberán estos sacar como diré después , y en lugar de vaciar el cráneo por una de las órbitas , se vaciará hacien- do nras grande el agujero , redondo , si-' ruado en la basa del cráneo , por el que atraviesa la medula espinal. Quando hablamos del modo de sepa- rar el cuello de la piel , nos olvidamos advertir que se ponga cuidado en sacar al mismo tiempo el esófago o conducto de los alimentos , la lengua , y la tra- quiarteria , lo qual se consigue fácilmen- te si con la mano izquierda se cuida de asir el esófago y la traquea al mismo tiempo que el cuello. Después de estar ya fuera todo esto , se empuja hácia den- tro la cabeza con la mano derecha , y con la izquierda se va recogiendo suavemen- te la piel , teniendo siempre cuidado de que no se agarre el pico entre los plie- gues de la piel que se va tirando hácia baxo , y luego que aquel se pueda coger, pronto se pone el cuello en su primer si- tuación , haciendo atrás la cabeza tanto como lo permita la extensión de la piel del cuello. Si los ojos no se quitaron quando es- taba vuelta la piel , es preciso meter por el ojo un alambre encorvado , aguzado por su punta , y á manera de anzuelo; y tener cuidado de salvar el párpado, que se levanta con los dedos ó con las pinzas; tirar hácia fuera el globo con la mano izquierda , y separarlo de la órbita con la punta del escarpel u con las tixeras, ■EZA DE LAS ADES. 1 17 que se manejan con la derecha , y des- pués , teniendo siempre el párpado le- vantado con las pinzas , con un punzón ir llenando poco á poco de algodón aquel hueco que dexó el globo del ojo. Hemos concluido con la descripción del modo de quitar la piel del cuerpo ; y de lo que se ha dicho , resulta que la cabeza , las alas , la cola y los pies que- dan unidos con la piel. Prosigamos , y verémos lo demas que queda que hacer. O se quiere montar en seguida la piel , ó únicamente se pretende conservar con la mira de enviarla á otro pais donde se monte , que es lo mas regular por ser las remesas de las aves muy embarazosas y difíciles , tanto por el lugar que ocu- parían , como porque los viajeros rara vez tendrían tiempo para hacer esta ma- niobra ; ademas de que ya parece que les cuesta mucho disponer la piel hasta el panto que se ha dicho , y ponerla en estado de ser remitida sin riesgo algu- no. Las maniobras que hemos descrip- to son mas largas para describirlas ver- balmente , que para executarias con los instrumentos en la mano ; y asi conti- nuemos. Móntese ó no la piel inmediatamen- te , siempre se debe quitar todo el algo- don de que se han valido para conservar las plumas é impedir que se manchasen, y salpicar levemente lo interior de la piel con polvos de alumbre. Si la piel está muy cargada de grasa , antes de echar el alumbre se puede esparcir una poca ce- niza sobre las partes mas crasas para que las absuma ; después se rae suavemente la piel con un cuchillo , y luego se echa el alumbre. Si la piel se quiere montar inmedia- tamente , es preciso hacer lo que se dirá después de haber hablado de lo que es necesario para concluir la preparación de la piel que no se quiere montar desde luego , sino ponerla en estado de poder ser remitida ; y como sea uno mismo el modo de montar las pieles , tanto que se execute inmediatamente que se quitan del cuerpo , como mucho tiempo después, diferiremos por ello la descripción de esta maniobra. Después de haber rociado con alum- bre la piel destinada á conservarse sin mon- tar, uS DISCURSOS tar , es preciso llenarla inmediatamente de algodón , como también el cuello y el vacio que dexaron los muslos ; lo qual se executa introduciéndolo poco á poco con una varita o un alambre en las cavida- des que dexaron el cuello , los muslos &c. , llenando también el hueco que de- xo el cuerpo ; pero no es necesario me- ter mucha cantidad , ni apretarlo dema- siado , ni que la piel quede muy llena, y siempre se debe tener cuidado de ex- tenderla quanto se pueda , poique esto no podida hacerse después , y quando íres- ca presta mucho. Es , pues , mejor lle- nar únicamente tres partes de ella , ó po co mas de la mitad de lo que pudiera contener : después se unen las orillas de la piel en toda la longitud de la incisión que se ha hecho , y pasando un hilo con una aguja de una orilla á otra á manera de lazo , se cierra la piel. Se alisan las plumas y se vuelven á poner en su estado , lo que se executa volviéndolas á levantar con un punzón que se pasa por debaxo de trecho en tre- cho ; y después baxandolas con la mano vuelven á tomar su situación por su mis- ma elasticidad , que se pene en movimien- to luego que se levantan : únicamente res- ta unir las alas de los dos lados del cuer- po , ponerlas en su positura natural , y sujetarlas con una 6 dos cintas que las envuelvan al rededor del cuerpo , y que se aten o se íixen por medio de una costura. Antes de hablar de las precauciones necesarias para conservar las pieles , em- balarlas , y remitirlas , liaré algunas ob- servaciones. Es muy importante llenar de algodón el lugar que ocupaban el cuello , y la par- te del muslo llamada el pilón. Faltando esta precaución , las pieles, por otra parte bien preparadas , no pueden montarse , por ser imposible extender las partes de la piel, que están demasiado comprimidas ; este es un inconveniente en que caen los viajan- tes muy amenudo ; y al contrario , tie- nen comunmente la costumbre de henchir mucho la piel de aquella parte del cuer- po que cubre el encuentro del ala. Este es un método muy malo, por que la piel extendida no vuelve á su lugar , y es preciso poner en este parage muy poco G £ N ERALES ó casi nada de algodón , ó de otro qual- quier lorio. Algunas personas acostumbran añadir cal al alumbre pulverizado , con el qual he dicho ser preciso que se rocíe la piel por dentro , y otros se sirven del alumbre cal- cinado. Este ultimo polvo , y la cal , aun- que esté apagada , son muy malos , por- que queman las pieles , y por consiguien- te las hacen mas diticiles de montar. Estando la piel separada del cuerpo, y , como he dicho , llena y sujeta , con- vendrá dexarla algunos dias al ayre para que se seque , y para ayudar á la eva- poración de las partes pútridas que pue- dan exhalarse ; pero es preciso colocarla en un parage donde haya menos peligro de insectos , de reptiles y de ratones , tan comunes en los países cálidos. Algunos viajeros han acostumbrado colgar las pie- les en el techo de algún quarto con un hilo atravesado por las narices ; y no es malo este método , especialmente si se tiene cuidado de escoger un quarto que mire al norte , porque entrarán en él muchos menos insectos. Si fuese posi- ble colgar las pieles en una caxa bien cerrada , y cubierta por encima de una gasa , de una muselina , ó de una tela de clin clara , se evitarían todos los ries- gos sin haber nada que temer , ni aun por parte de los insectos ó sabandijas. Después que las pieles puestas al ay- re por algunos dias están ya bien secas, es preciso cerrarlas en algunas caxas , don- de se conserven hasta el tiempo de em- balarlas para conducirlas al lugar de su destino. Debiendo estas caxas , y aque- llas en que se encierran las pieles para remitirlas , estar construidas del mismo modo , y por otra parte siendo semejan- tes las precauciones que se deben tomar; lo que voy á exponer será relativo á las caxas en que se conservará las pieles en el pais donde se habrán recogido , y i aquellas en que se hará la remesa. Si se puede , lo mejor es hacer estas caxas de una madera fuerte , odorífera y resinosa , lo que no es muy difícil en los países cálidos , donde puede temerse mas que los insectos penetren las caxas , in- conveniente que no sucederá con tanta freqiiencia si es la madera resinosa. Es preciso que la parte de encima de la ca- xi SOBRE LA NATURALEZA xa tenga ranuras o muescas , y que ss abra sacando la cubierta que va deslizán- dose por lo largo de los lados entre dos canales , y que se cierre empujando la cubierta que en su extremidad debe te- ner una lenguecita que encase en una canaleta que ha de haber en el íondo de la caxa. La mejor forma , y la mas cómoda es Ja de un quadro oblongo. Es verisímil que estas caxas que cierran tan bien , sean comunes en la China y en todas las par- tes de la India que freqüentan los Ho- landeses ; porque en esta especie de ca- xas es en las que se traen las colecciones de insectos con que comercian los natu- rales del país , y que de antemano tie- nen ya prevenidas. Sonnerat , que solo ha viajado por la India , y que mejor que otro alguno ha conservado los animales que ha recogido , ha traído en unas ca- xas como las que hemos dicho , sus di- ferentes colecciones , y yo he hecho esta reflexión para probar la utilidad de las caxas que tienen esta forma. Si están bien hechas estas caxas , si han sido trabajadas de madera bien seca, y si no se han encerrado en ellas pieles ya infestadas de los insectos ó de sus huevos , no creo que sea necesario tomar otras precauciones. Las pieles permanece rán intactas dentro de estos caxones todo el tiempo que se quieran conservar en ellos. Qnando se querrá hacer alguna re- mesa , solo se necesitará colocar las caxas llenas de pieles en otra que resista en el camino los baybenes , los golpes , y el pe- so de los fardos que se les podrán poner encima ; y para que estas caxas defiendan también de la humedad á las que con- tienen dentro de sí , será bueno envolver- las con paja , y cubrirlas con un lienzo en- cerado o embreado. Si no se pudiesen lograr caxas seme- jantes á las que he descripto por haber solo de las ordinarias , se vestirán todas ellas por dentro y por fuera de un pa- pel fuerte , ó todavia mejor de un lien- zo muy tupido pegado con cola ; tenién- dose cuidado de mezclar con ella , para la composición de las caxas , una decoc- ción que la haga amarga como la de la coloquintida ó ajenjo : luego que se ha- brán encerrado las pieles dentro de las ca- DE LAS AVES. \ 1 9 xas , al rededor de la cubierta se irá po- niendo del mismo papel ó lienzo con que se habrá vestido lo interior y exterior de ellas , y se encerrarán en otra caxa del modo que he dicho. Ademas de la manera con que deben hacerse las caxas , de la calidad de la ma- dera que se emplea en ellas , y del cui- dado que se debe tener en ponerlas un henzo , ó un papel que tape exactamen- te todas las grietas o rendijas , precau- ciones que me parecen las mas impor- tantes y las mas útiles , suelen muchos meter dentro de las caxas donde van las pieles algunas cosas que les parecen pro- porcionadas para matar o para alejar los insectos , y generalmente el alcanfor es de lo que mas se valen. No aseguro yo que su olor no ofenda á los insectos, aun- que tenga razones considerables para pen- sar lo contrario ; pero después de mi ex- periencia , y de la que han hecho otros, estoy cierto de que si en una misma ca- xa se encierra qualquiera dosis de al- canfor , insectos o sus huevos , y pieles de animales , estarán estas tan menosca- badas como si no se hubiese metido el al- canfor dentro de la misma caxa. De to- das las substancias que se pueden em- plear para libertar las pieles del daño de los insectos , me ha parecido que era la mejor un polvo , 110 muy compuesto , de plantas aromáticas secadas á la sombra : si no , este se puede componer de frag- mentos de hojas de laurel , de salvia , de espliego ó aluzema , de artemisa , ó de otras plantas aromáticas y amargas según los países. Ninguna de estas es preferi- ble al tabaco , pero si no está bien seco, y si hay alguna humedad en las caxas, destila entonces un licor que mancha las plumas , y cuya impresión es muy di- fícil de borrar ; y asi conviene tener cui- dado de que esté sumamente seco , por- que por otra parte es excelente. En mu- chas remesas hechas de la Luisiana , he observado que es bellísimo un polvo com- puesto de la corteza de la saxífraga mez- clada con pimienta larga ; y en otra re- mesa considerable se noto , que en aque- llas caxas en que habla demasiado pol- vo de este , estaban consumidas las pie- les , pero en las que se había hecho un uso razonable de él , no se hallaba el mas mi- i2o DISCURSOS G mínimo detrimento , aunque tocias las ca- xas estubiesen bastante mal hechas. Nue- ve mil pieles de aves remitidas consecu- tivamente del mismo pais con la misma precaución , y aun en caxas peor traba- jadas , han llegado intactas , y quando las han sacado de las caxas han sido destrui- das en gran parte. También es muy bue- na la pimienta ; pero de qualesquier plan- ta que se componga el polvo de que se quieren servir , es preciso que haya abun- dancia de él , sin lo qual no produce efec- to alguno , y es necesario atender también al modo que debe guardarse en su uso, que es el del tenor siguiente. Sobre el suelo de la caxa destinada para encerrar las pieles , se pone una capa de polvo de cinco o seis lineas de grue- so ; se arreglan las pieles sobre ella , y se introduce el polvo entre las alas y el cuerpo , y debaxo de las plumas que se levantan para este efecto. Después se po- ne sobre las ¡rieles otra capa de aquel pol- vo de manera que estén enteramente cu- biertas , y sobre esta capa se coloca otra nueva de pieles , en cuyo arreglo se guar- da la misma precaución que en la prime- ra , y asi se va continuando hasta que es- te llena la caxa. No dudo que muchas personas creen tener otros medios mas seguros y cier- tos para conservar las pieles de las aves, y las de toda especie de animales del da- ño que pueden ocasionarlas ios insectos; pero hacen misterio de ocultar los me- dios de que se valen : estos , pues , no sa- bré yo indicarlos , aunque por otra parte estoy asegurado con repetidas pruebas , de que el efecto no es tal como le anun- cian los poseedores del secreto. Yo no puedo afirmar los medios que no lie so- metido á prueba alguna; pero sí certifi- car , que un número harto crecido de animales que me dieron como inexpug- nables por los insectos , fueron destruidos por ellos. Quando hable de los medios de conservar las colecciones volveré á tra- tar de este objeto , y ahora solo me ce- ñiré á aconsejar á los viajeros que usen de las caxas dispuestas como antes he in- dicado , y que se valgan de los polvos aromáticos , que habrán de preparar se- gún las plantas que produzca el pais don- de se hallaren, En quanto ai uso de cier- E N E R A LE S tos polvos , cuya receta está harto exten- dida , cuya práctica se ha hecho muy co- mún , y cuya composición es una mezcla disparatada de todos los venenos mas no- civos , por mi parte exorto á todos los viajeros que no se dexen seducir de las propiedades que se le atribuyen , y que jamás se valgan de los polvos referidos; lo primero porque no es cierto que pre- serve á las aves en las que se hace la prueba , y lo segundo poique puede oca- sionar algunos accidentes , y esta posibi- lidad deberá abolirías enteramente , y ha- ce abstener á todo hombre sensato de usar- los para un objeto que no es de primera necesidad. Queda supuesto , que quando los via- jeros arreglen las pieles pongan mucho cuidado en extenderlas quauto fuere po- sible , de modo que no queden arruga- das por ninguna parte , y que las plumas estén bien lisas & c. Sin embargo de ha- ber ya concluido por lo que hace al mo- do de preparar , y de traer ó remitir las pides de un pais á otro ; con todo , ma- nifestaré , como ya se ha hecho , que no deben asustarse por las dificultades y por lo largo de las descripciones en que me he metido , ni porque las maniobras des- criptas tarden mas á conocerse por me- dio del discurso que á executarlas ; pues únicamente he expuesto las precauciones que se han tomado repetidas veces , y en lugares muy distintos , >por una infinidad de viajeros , y especialmente por aquellos que mejor han desempeñado el objeto de que se trata. Antes que se supieran preparar las pieles del modo que hemos dicho , se contentaban con conservar las aves ente- ras dentro de pipas o de barriles llenos de espíritu de virio , de tafia , que es el chinguerito o aguardiente de caña dulce, o de algún otro licor espirituoso. En la primera edición de la Encyclopédia se ha insertado , en orden á este objeto , un ar- ticulo sacado de un pliego impreso en el año 1745 , y repartido por orden de la Academia de las Ciencias de París. Las razones que con el tiempo han hecho pre- ferir este método consisten , según el edi- tor de la Encyclopédia , en que las aves, de las quales solo se envian las pieles , ja- más presentan una forma bastante seme- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS ADES. jante á la del animal quando vivo ; en que se hallan sujetas á ser maltratadas en el camino por los insectos , y en que es mas comodo enviar las aves enteras que hacerlas descarnar y quitar los huesos. Pero no por enviar las aves en un licor espiritoso llegan en estado de que se co- nozca mejor la forma que tenían quando vivas , que conservando solamente la piel. El licor consume y deseca las carnes, en- coge Ja piel y las membranas , y estre- cha y disminuye todas las dimensiones. La mayor parte de las aves , estando vi- vas , parece que tengan el cuello bastan- te corto aunque realmente sea muy lar- go , verificándose esto con particularidad en todas Jas especies de garzas. Quando se monta una garza ü otra ave que se ha conservado en el aguardiente , no hay medio alguno para acortar su cuello , ni para impedir que no aparezca según to- da su longitud ; pero guardando solamen- te la piel se consigue mucho mas el con- servar la forma del animal como quando está vivo , añadiéndose á este otros dos inconvenientes , que son los que voy á decir. Quando se saca una ave de! aguar- diente para montarla es muy difícil de desollar , y asi no se sude hacer , sino que se contentan con abrir la piel por deba- xo del vientre para llenar , con un poco de algodón que se !e introduce , el va- cío harto considerable que dexarian las carnes en los dos lados del pecho quando se secasen ; pasan un alambre por dentro de la cabeza , y lo introducen por el con- ducto occipital en la cavidad de la colu- na cervical y de la torácica. Este primer alambre sirve para tener el cuello y la cabeza levantados ; después se pasan otros dos alambres por cada lado , uno de ellos entre la piel y los huesos de la pierna y del muslo ; estos alambres se empujan ha- cia el cuerpo y se fixan allí arriesgada- mente y como se puede , sirviendo para sostener rodo el cuerpo , que jamás está á plomo ni quieto , sino que siempre per- manece vacilante ; el ave se va secando, y Ja piel pegada á las carnes que se ha ido encogiendo con desigualdad , dexa per- cibir las asperidades, y los huecos que no ocultan las plumas , porque la piel que está muy encogida y muy tiesa , las apli- ca fuertemente contra el cuerpo sin que Historia Natural. Tom. I. tengan xugo alguno , blandura , flexibili- dad , ni movimiento. El segundo inconveniente es , que las plumas , toda vez que han estado sumer- gidas en un Huido , y sobre todo si han sido agitadas , jamas recobran su lustre. Esto procede de que las barbas se des- unen , pierden su elasticidad por la ma- ceracion , y no vuelven á unirse unas con otras por medio de loshilitos que he des- cripto hablando de Ja organización de las plumas. Las aves , pues , conservadas de esta manera tienen siempre el plumage erizado y sin lustre ; y regularmente está muy marchito , porque si el licor se hu- biere escaseado y no se hubiere remu- dado sino quando estaba muy cargado de partes extrañas , pierde su fuerza , y no habiendo precedido un movimiento de fer- mentación , que ocurre con harta freqiien- cia en semejante caso , los colores están muy alterados. De lo que acabo de referir es sin du- da de Jo que procede que , después de estar ya tan esparcido el gusto de formar colecciones de aves , se pidan á los viaje- ros las pieles con preferencia á Jas aves enteras ; y que generalmente adhieran es- tos á ello , aunque en efecto les sea mu- cho mas comodo sumergir o meter las aves enteras dentro de algún licor. Pero por inconvenientes que tenga este método hay algunos casos en que se debe usar de él, y son aquellos en que se desea hacer co- nocer á los anatómicos las aves , cuya or- ganización puede interesarles , y aquellas raras , que por falta de tiempo o de pro- porción no se les puede quitar la piel. El u«o de los licores espiritosos es entonces el único recurso que queda ; se -saca de él toda la utilidad que puede proporcionar, y se minoran los inconvenientes , valién- dose de algunas precauciones insertas en el extracto publicado en la Encyclopédia. Primera : se deben meter en barriles distintos las aves grandes y las pequeñas, é introducirlas por una abertura hecha en uno de los suelos. Segunda : si las plumas de las aves que se reciben de alguna parte están man- chadas ó ensangrentadas , conviene lavar- las con un lienzo mojado antes de meter- las en el barril , previniendo en quanto á esto , que si no está fresca la sangre no DISCURSOS GENERALES I 2 2 se quita muy bien solo con agua ; pero si se disuelve nitro en ella , entonces lim- pia mucho mejor la sangre , y por lo co- mún no queda mancha alguna. Tercera : para impedir que Jas plu- mas se desarreglen , se sujetarán las alas ai cuerpo con un cordelito o una cinta ; se envolverá el cuello con un lienzo , su- jetándolo con muchas vueltas de hilo ; se pondrá este lienzo de modo que las plu- mas queden acostadas según su dirección; y se tendrá cuidado de que las de la cola no paren arrugadas , y de que el licor de los barriles cubra todo el cuerpo del ave. Quarta : se escribirá en una lista de pergamino el nombre de cada ave , y se atará á una de las patas , conservándose de esta suerte el rotulo. Si después de algún tiempo , qu an- do ya estará cerca de taparse el barril , des- pide de sí un olor que indica principio de corrupción , se sacará el licor espiritoso y se pondrá otro. Sexto : á las aves pequeñas se podrán dexar los intestinos ; pero no será malo quitárselos á las grandes. Séptima : quando las aves que se quie- ren remitir , únicamente han de estar en el camino cinco ó seis semanas antes de remitirlas , se pueden sacar del licor y ¡ro- ñerías en una caxita , donde se sujetarán con alguna materia suave, como eí algo- dón o la estopa. He visto muchas aves , particularmen- te entre las que han venido de la India, en las quales se habia usado el método que acaba de describirse ; y aunque te- man los defectos de que he hablado , con todo esto no impedían el poder recono- cerlas y describirlas ; y asi este método será también muy útil quando no haya otro deque valeise. En una noticia que se ha publicado se aconseja que se sirvan del aguardiente ; pero yo he hablado de los licores en general , porque en electo, del chinguerito es del que se sirven en Amé- rica para los usos en que nosotros emplea- mos en Europa el aguardiente , y el de arroz es del que se valen en las Indias : pero si el objeto principal fuese el hacer anatomía de los animales que se hubieren de remitir , entonces en lugar de los es- píritus ardientes , creo que se deberá pre- ferir el agua en que se hubiese desleído tanta cantidad de alumbre como en ella pudiera disolverse. Este agua , muy usa- da por los anatómicos , generalmente de- seca , endurece y altera menos que los li- cores espiritosos , y por otra parte tal vez no posee en menor grado la facultad de conservar los objetos ; en cuya compro- bación referiré una experiencia hecha por nn mismo en este particular. Encargué á Mr. Laborde , médico del Rey de Fran- cia en la Cayena , que en dos vasijas de igual tamaño , una de ellas llena de agua empapada con alumbre , y otra de tafia o chinguerito , encerrase á un mismo tiem- po algunas aves , algunos quadrúpedos pe- queños , y algunos reptiles e insectos de la misma especie ; que hubiese una per- fecta igualdad en las dos vasijas , solo con la diferencia de licores contenidos en ellas, y quede esta suerte me las enviase. Ha- biéndolas yo recibido cerca de un año des- pués de haberlas llenado, las abrí en pre- sencia de Mr. Viq d’Azyr, quien juzgo que los animales conservados en el agua de alumbre estaban en mejor estado , y en mayor aptitud para disecarse que los que se metieron al mismo tiempo , en igual número , y en la misma cantidad de chin- guerito. §. IV. Modo de preparar y de montar las pieles. Como siempre es uno mismo el mo- do de montar las pieles , tanto que esten frescas como secas , y como para esta ope- ración es preciso que esten suaves y fle- xibles , expondré inmediatamente de qué modo se ablandan las pieles secas. Se de- be comenzar apartando las plumas que cubren la parte inferior del cuerpo , bus- car la costura que une los dos lados de la piel hendida en lo largo del pecho , cortar el hilo , apartar suavemente la piel á la derecha é izquierda , y sacar poco á poco el algodón que hubiere dentro. Es- ta primer maniobra es bastante fácil ; pe- ro quando se ha vaciado la parte que ocupaba el cuerpo, se necesita de mas cui- dado , y de mayor maña para sacar el algodón metido en la cavidad del cue- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. lio , en la de los muslos y en la de los muñones de las alas. Este , pues , ni se puede agarrar con la mano ni con las pin- zas , cuyo uso es por otra parte muy ma- lo , porque regularmente junto con el alsodon se suele coger algún doblez de la piel , y porque al tiempo de sacar aquel , se hace esta pedazos ; y asi Jo mejor será tomar un alambre mediana- mente grueso , bien derecho y con una punta algo áspera , el qual se introduce en la primer capa de algodón que , por exemplo , es la que llena la cavidad del cuello ; y quando se nota que la punta del alambre llega á tocar con el algodón, entonces , siguiendo la misma dirección se va retorciendo el alambre , y al mis- mo tiempo introduciendo con bastante suavidad ; el algodón se enreda en lo ás- pero de la punta , se lia por sí mismo al rededor del alambre , y se va sacan- do suavemente con la mano derecha , te- niendo tirante con la izquierda el cue- llo del ave : hecho esto , se quita el al- godón del alambre , y se vuelve este á introducir para sacar otra porción de aquel, por ser preciso no cargarla demasiado ca- da vez. Si el alambre se retorciera mu- cho , y si se introduxese con fuerza , se formaría á su rededor un pelotón de al- godón mucho mas grueso , pero seria muy difícil de sacar , y por lo común rom- perla la piel ; es pieciso , pues , proce- der lentamente , y sacar poca cantidad de algodón ; y quando ya nada queda en lo interior de la piel , y únicamente es un sa- co vacío pero seco , es quando se debe pen- sar en ablandarla. Se coge el mismo algodón que se acaba de sacar , ú otro si se quiere , se carda toscamente con los dedos , se le echa agua encima tan caliente como se pueda sufrir con la mano , y al mis- mo tiempo se menea y aprieta dentro de ella el algodón , y se ve exhalar el ay- re á manera de ampollas , pero siempre se debe proseguir en menear , extender y apretar el algodón hasta que quede bien empapada su masa ; y entonces se arroja el agua superñua , y aun se exprime una parte de la que se ha absorvido el algo- don de manera que quede húmedo pero que no gotee. Luego se toma una varita ó un alam- Historia Natural, Tom. /. bre bien derecho , y ambos bien lisos y sin aspereza alguna : se pone en la pun- ta de la varita o del alambre un poco de algodón humedecido , se introduce en el cuello , y se empuja hasta que llegue á tocar con la cabeza , lo que se conoce teniéndola asida con la mano izquierda, y empujando el algodón con la derecha y con el alambre ; y se prosigue en lle- nar el cuello de algodón humedecido , el qual se irá introduciendo poco á poco, y se unirá suavemente uno con otro : lleno ya el cuello , se llena del mismo modo la cavidad de los muslos , y des- pués seiá fácil acomodar con la mano el algodón en la cavidad que ocupaba el cuerpo : la piel de las piernas ya estará bastante flexible para que sin riesgo al- guno se puedan doblar y acomodar en- tre las capas de algodón que llenan lo interior de la piel , cuyas orillas se juntan sin tenerlas sujetas ; hecho esto se pone la piel espaldas arriba en un parage fresco , y sobre una mesa limpia , y se cubre con un lienzo doble. Al cabo de quarenta y ocho horas la piel mas fuerte y gruesa estará ya blanda , y las regulares al cabo de diez y ocho o veinte y quatro : los pies lo estarán también bastante , y si se hubiere encontrado dificultad en doblar- los é introducirlos dentro del cuerpo en- tre las capas de algodón , será convenien- te envolverlos fuera de él con algodón mojado , o poner la piel sobre una jofai- na llena de agua , dentro de la qual que- den colgando las patas paraque se remo- jen bien ; y ya humedecida la piel , se sa- ca el algodón mojado del mismo modo que antes se saco el algodón seco. Para montar , o llenar y sostener una piel fresca , ú otra que después de haber- la hablandado casi se encuentra en un es- tado igual al de la fresca , se necesitan al- gunos instrumentos y otras cosas diferen- tes , que son las que voy á referir. Pri- meramente alambre ; segundo , pinzas pa- ra cortarlo y otras para doblarlo ; tercero, algodón ; quarto , hilo ; quinto , tixeras; sexto , una aguja de coser ; séptimo , las mismas pinzas que sirvieron para quitar la piel del cuerpo ; octavo , una varita lar- ga , derecha , lisa y sin aspereza , o un pe- dazo de alambre que haga sus veces ; no- no , un punzón. Q* El I24 DISCURSOS El alambre debe ser proporcionado al grueso del animal que se quiere prepa- rar ; y aunque en orden a esto nada pue- da decirse fixamente , sin embargo , se sa- be que siempre debe usarse del que los operarios llaman quemado , que es decir, que haya estado encendido o hecho as- cua ; y que es preciso que ni sea dema- siado delgado ni muy grueso , ni que tam- poco esté muy quemado. En dos de es- tos casos cuesta de manejar, y cansa mu- cho quando se quiere poner la piel en la aptitud correspondiente : en los otros dos no tiene bastante fuerza , y sostiene mal el peso que debe mantener. Suponiendo , pues , que el alambre debe haberse escogido y quemado como corresponde , se tiende á la larga la piel que se quiere montar sobre una mesa lla- na cubierta de un lienzo , y con el alam- bre se mide la distancia que hay desde la coronilla de la cabeza hasta la raiz ó nacimiento del ovispillo , y estando la piel extendida lo mas que se pueda , se aña- den algunas pulgadas á proporción de la magnitud de la piel , y se corta el peda- zo de alambre que sirve para tomar la medida , el qual debe ser precisamente mas largo que la piel. "Cortado ya el alambre , se tendrá cui- dado de ponerlo bien derecho , se le li- mará una de las extremidades , sacando- la punta , y en seguida se levantará la piel del cuello , se introducirá la parte puntiaguda del alambre en toda la cavi- dad que aquel ocupaba ; se tendrá cui- dado de no maltratar la piel al tiempo de empujar el alambre ; y para mayor como- didad se irá levantando , si fuere menester, con la mano derecha , y con varita que se irá introduciendo primero , y que abrirá y señalará el camino al alambre de la mano izquierda. En llegando la punta del alambre á la cabeza , se coge esta con la mano iz- quierda , se levanta , y puesta de este mo- do se introduce en ella el alambre por el conducto occipital. Esta maniobra pi- de alguna maña , y exige que se acer- quen las dos manos y doblen la piel , cu- ya longitud ha atravesado el alambre. Metido ya dentro de la cabeza , desde lue- go se advierte la resistencia del cráneo, y entonces teniendo la cabeza con las pun- GENERALES tas ó yemas de los dos dedos de la ma- no izquierda , y el alambre algo corto en- tre el pulgar y los dos primeros dedos de la derecha , es preciso baxar la cabe- za con alguna fuerza , y al contrario em- pujar hacia arriba el alambre con harta violencia ; bien que se debe hacer de ma- nera que se dirija por medio del cráneo, y que su punta no tarde en agujerear- lo : una media vuelta que se le dé con las dos manos, facilita el tránsito del alam- bre por el cráneo , y una vez agujereado se saca el alambre todo lo que se quiere, sin que haya riesgo alguno en empujarlo hácia arriba con fuerza , y antes bien se debe hacer asi para dirigir la otra extremi- dad del alambre hácia lo inferior del cue- llo , y colocarla en el parage que estaba el buche. Hecho esto , se acomoda la piel sobre la mesa , se tiende quanto fuere posible, y se va deslizando la cabeza por el alambre metido en el agujero que él mismo hizo en el cráneo. Con la mano izquierda se tiene suje- ta la cabeza , y con la derecha se tira el alambre hácia la cola hasta que llegue cer- ca de dos dedos mas abaxo de la raiz del ovispillo ; y si se han tomado bien las me- didas , todavía sale un pedazo de alambre por encima de la cabeza. Por el tercio de la longitud del cuer- po , medido desde la cola arriba , y en la linea transversal , que poco mas ó menos corresponde á aquella donde está la ar- ticulación de los muslos , se enrosca el alambre á manera de una sortija cuyo diá- metro sea de algunas lineas. Para hacer este anillo , con la mano izquierda y con unas pinzas llanas , se tiene sujeto el alam- bre por algo mas arriba del parage en que se ha de formar la sortija , y con la derecha , y unas pinzas ó alicates redon- dos , se coge por algo mas abaxo y se le da una vuelta circular sobre sí mismo : después se tiene cuidado de enderezar los cabos del alambre de uno y otro la- do de la sortija que pudieran haberse tor- cido , como también de que estos dos peda- zos de alambre de la parte de arriba y de abaxo de dicha sortija formen entre sí una linea recta. Hecho el anillo , y bien enderezado el alambre , se enrosca en la punta de abaxo un SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. un poco de algodón , sujetándolo con mu- chas vueltas de hilo , y se extiende la piel quanto se puede ; con la mano izquierda se tiene sujeta la cabeza , y con la dere- cha se tira hacia abaxo el alambre , que se hace pasar por debaxo de la piel del vientre , atravesando la del ovispillo , y haciéndolo llegar hasta el nacimiento ó raíz de la cola , contra la qual se encaxa con bastante fuerza , de modo que con esta ma- niobra quede la piel bien tirante , porque en soltando la cabeza , inmediatamente se vuelve á encoger; y adviértase que el alam- bre debe dexarse de modo que el anillo quede vertical á la mesa , y que su salida esté vuelta hacia arriba , ó hacia lo inte- rior del cuerpo. Después de preparado , como se ha di- cho el alambre que es la pieza principal, se disponen las que deben servir para las patas ó garras , para lo qual se mide la distancia que hay desde la sortija del primer alam- bre , hasta la extremidad de la planta del pie , se alarga bien el muslo y la pierna , y se tira una linea recta : á esta longitud se añaden quatro o seis pulgadas , y aun mas, según fuere el tamaño del páxaro ; se cor- tan los alambres con arreglo á esta medi- da, se enderezan , se les hace una punta en cada una de sus extremidades, y lue- go se toma un punzón de largaria y grue- so , proporcionados á la fortaleza de las patas del páxaro que se ha de preparar. Debe haber provisión de punzones, quan- do menos de seis o siete clases, los que han de ser de una varilla redonda de acero bien derecha , adelgazada por una de sus pun- tas , y por otra fuertemente clavada á un mango de madera torneado , y de forma y tamaño propios para manejarse con como- didad. Estos punzones y sus mangos se en- cuentran en casa de los quinquilleros , y se pueden hacer armar á los cerrajeros. Va- rillas de acero no muy largas son fáciles de encontrar , pero las que deben ser ma- yores para aquellas aves que tienen las piernas sumamente largas, no se hallan tan fácilmente , y en tal caso , es preciso ser- virse de un alambre que no esté quema- do , y el mas fuerte que pudiese hallar- se ; teniendo entendido que las varillas de acero no se encuentran en los almacenes con mangos y con puntas hechas , y asi es preciso hacerlas componer. Dexando por supuesto que haya pro visión de punzoqes , y que de entre estos se escoja el mas proporcionado para el ca- so , con la mano izquierda se tiene cogido el pie del páxaro , y con la derecha se apoya la punta del punzón sobre la base del pie , en el medio , o centro del hue- so de la pierna , y de esta suerte se pene- tra el hueso con facilidad , retorciendo el punzón que se tiene por el mango , y em- pujándolo al mismo tiempo hácia delante, para cuya maniobra se necesita algunas ve- ces de bastante tuerza. Agujereado ya el hueso de la pierna entra el punzón sin re- sistencia alguna , y atraviesa lo largo de la cavidad del hueso ; pero encuentra un nuevo obstáculo en su superficie superior, cerrada con una lamina huesosa , el que se vence bien pronto retorciendo el alambre y haciendo los mismos esfuerzos para em- pujarlo hácia arriba. Otro nuevo impedi- mento se encontraría si se hubiese conser- vado el hueso del muslo , que sería preci- so tenerlo bien firme con la mano izquier- da , y agujerearlo como el de la pierna, haciendo ohrar al punzón del mismo mo- do , y dirigiéndolo también con la mano derecha ; pero conviene mas quitarlo por su articulación con la rodilla , como antes he dicho. La operación que acabamos de describir pide fuerza y cuidado en las aves grandes, y es necesario arreglar sus movimientos de manera que siempre sea la impresión en linea recta , porque si son vacilantes ó tor- cidos , de suerte que la varilla de acero en- tre de lado , ya que no se doble , á lo me- nos , se romperá con mucha facilidad. Después de agujereados , como dixi- mos , con el punzón los dos huesos de las piernas , y después de introducido este por dentro de ellos , atravesando toda la cavi- dad del hueso de cada pierna , se cogen los alambres preparados para el caso ,y con algo de maña , se pasan fácilmente por el camino que les ha abierto el punzón , me- tiéndolos siempre por la parte mas puntia- guda : luego que han traspasado los hue- sos de las piernas, se les hace salir algunas pulgadas mas , y en la extremidad que es- tá á la parte del cuerpo se forma un ani- llo como el del alambre que atraviesa lo interior de la piel siguiendo su longitud , con el qual se unen los otros que se aca- ban 1 26 DISCURSOS G ban de formar , y todos tres deben dispo- nerse de modo , que queden en la misma situación , es decir , que los aros esten vuel- tos hacia arriba , ó hacia lo interior del cuerpo. Estos tres anillos se atan fuerte y estrechamente en justa posición , o uni- dos entre sí , con un hilo muy fuerte que les de muchas vueltas , y en caso de ser grandes las aves con un cordelito , ó con un alambre Quando las tres sortijas ya quedan bien atadas , de modo que no pueden desviar- se , ni mudar respectivamente de posición, sosteniendo con la mano izquierda uno des- pués de otro , los alambres que atraviesan los huesos de las piernas , con la derecha se saca cada una de por sí , y se pone bien extendida : luego después , teniendo fir- mes con unas pinzas o alicates llanos las tres sortijas de los tres alambres , se agar- ran con otros alicates , uno después de otro , los alambres que atraviesan las pier- nas , los quales se cogen por debaxo del anillo con que finalizan , y se encorvan de dentro hacia fuera , y al mismo tiempo , y con el propio movimiento de baxo hacia arriba; de manera, que después de esta maniobra, cada sortija de estos alambres se encuentre algo mas alta que el vastago que la sostiene , y forme con él un ángulo. Mentalmente se mide la largária que po- día tener el hueso del muslo , y se juzga de ella , tanto por la magnitud deí ave, como por la práctica que se tiene. Por el ángulo que loima el anillo en su vasta- go se dobla cada alambre de por sí , le- vantándolos de dentro hacia fuera ; y lue- go dirigiéndolos hácia un lado , la encor- vadura prolongada que se les dá , repre- senta el hueso del muslo , cuya longitud debe guardar. De lo que acabamos de referir se si- gue , que una vez metido el alambre por dentro de las patas , quando el cuerpo que- dará en la positura que debe , tendrá su apoyo en la reunión de las tres sortijas; y que los alambres que suplen los muslos y pasan por den ro las piernas , se encontra- rán en igual distancia , y en el mismo pun- to de apoyo que tenían las partes , cuyas funciones exercen. Concluido esto , se tendrá cuidado de extender bien la piel ; se juntarán las dos patas para ver si son iguales , y si algu- ENERALES na de ellas fuese mas corta no se alarga- rá tirando pata y alambre juntos , sino que se hará deslizar por sobre el alambre que tendrá sujeto con la mano izquierda para que no se baxe , y con la derecha se tira- rá la pata hácia abaxo. Conviene mucho el tener cuidado de que las dos patas estén perfectamente igua- les , porque de lo contrario jamas queda- rá el páxaro en equilibrio , ni en buena positura: puesta la atención posible , tan- to en esto , como en todo lo demas que hasta aqui se ha dicho , solo falta llenar la piel. El algodón , la estopa , ó la pelusa, son las tres cosas de que se suelen valer para este efecto , bien que siempre es mas apreciable el algodón por ser mas flexible, y mas fácil de acomodar ; porque se intro- duce mejor en las cavidades angostas ; y porque se arregla mas fácilmente, y con mas igualdad , lo que es difícil de evitar en la estopa , ó la pelusa. Si se prepara un ave muy grande , y no se quiere gastar mucho , se podrá entonces usar de la estopa , ó de la pelu- sa , pero únicamente para llenar el arca del cuerpo ; porque para el cuello , y los muslos es preciso el algodón, y con una capa bastante gruesa se cubrirá toda la su- perficie interna de la piel, de modo, que la estopa , ó la pelusa queden siempre del todo envueltas con el algodón. La operación se empieza llenando el cuello , lo que se executa del modo si- guiente : tendida la piel quanto se pueda sobre una mesa , y armada , como antes di- ximos , con los alambres que forman el esqueleto, se levanta con la mano izquier- da la piel debaxo el cuello , y con la de- recha se mete un poco de algodón , mas ó menos según el tamaño del páxaro , ba- xo el alambre que atraviesa el cuello , el qual se va empujando hácia arriba con una varita , ó con un alambre derecho y bien liso ; con la mano izquierda se nota quando el algodón toca ya con la cabeza, y entonces se mete otra porción , y asi se va llenando de poco en poco procurando colocarlo inmediatamente entre la piel y el alambre : lleno ya lo mas alto del cuello como á cosa de algunos dedos , se llenan del mismo modo sus dos lados uno prime- ro que otro , concluyendo la maniobra por la SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. la parte superior , 6 por la superficie in- terna , es decir , que desde luego se debe colocar el algodón entre la piel y el alam- bre en todo lo que es de largo el cuello, en seguida en sus lados , y últimamente cubrir por dentro el alambre que viene á quedar en el centro del algodón que lo envuelve por todas partes ; y que quando se le dará la aptitud que corresponde , im- pedirá que se extienda la piel , y que se forme en ella alguna desigualdad. Succe- sivamente se llena todo el cuello , y siem- pre se empieza interponiendo el algodón entre el alambre y la piel de la parte de abaxo ; luego se siguen los lados, y se con- cluye la operación llenando la parte supe- rior : pero es preciso tener cuidado de que todas las porciones de algodón que se in- troduzcan esten bien juntas , de modo que no quede entre ellas ningún hueco , y de apretarlas suavemente unas contra otras con la punta de la varita con que se intro- ducen , porque si se hiciese mucha fuerza para apretarlas prestaría la piel , y pare- cería el cuello mucho mas grueso de lo que debe ser ; ademas de que al darle la aptitud correspondiente , se acortaba y lo haría sobrado gordo ; y asi se debe hen- chir medianamente el cuello , y hacer que el algodón de adentro solo ofrezca al tac- to una débil resistencia , la misma poco mas o menos que la de una esponja mo- jada quando se aprieta. Si después de lle- no el cuello se encontráre en él algún hueco que no se hubiese notado , ó si por no haber puesto bastante cuidado en lle- nar igualmente todos los puntos corres- pondientes se advirtiese algún parage mas grueso que otro , y en fin , si el cuello no estuviese arreglado , y unido eu toda su longitud , no habría otro medio para re- parar este daño mas que el volver á sacar el algodón del modo que hemos insinua- do hablando de la manera de vaciar las pieles secas , y volver á empezar la manio- bra , porque qualquier otro medio de que se valiesen para corregir estos , y otros defectos solo serviría de aumentarlos. Después del cuello se llena la piel de los muslos , y luego el vacio que hay al rededor del ovispillo , teniendo siempre cuidado de que el alambre esté envuelto con el algodón , que aquel ocupe el cen- tro , y que se introduzca poco á poco. Sin esta piecaucion es imposible executarlo bien, y aún se pierde mucho tiempo , por- que introduciendo mucho algodón de una vez y saliendo la obra imperfecta , es pre- ciso deshacerla para volverla á empezar. En fin , para llenar el cuerpo se tien- de una capa de algodón harto gruesa en- tre la piel del lomo y el alambre que atraviesa todo el cuerpo ; se arregla des- pués por los lados el algodón ; se coloca á porciones mas o menos grandes ; se aprie- tan estas unas contra otras , y se tiene cuidado de poner alternativamente igual cantidad en cada parte ; luego se pone el algodón encima del alambre , se allana y aprieta con las manos , y se va amoldando para dar á toda la masa la forma que te- nia el cuerpo del páxaro. El algodón fino y bien cargado , que es del que se deben valer para el buen éxito en la empresa, tiene la ventaja de liarse , y en alguna ma- nera amoldarse como se quiera. He encargado que el cuello quede flo- xo y flexible, y al contrario, es preciso que el forro del cuerpo esté muy tirante , lo que se consigue no poniendo de una vez grandes porciones de algodón , apretando estas al tiempo de colocarlas , y , por de- cirlo asi, amasándolas unas con otras ; pero tampoco se debe embutir demasiado , ni trazar un cuerpo mucho mas grueso de lo que era el natural ; pues aunque hay al- gunas pieles que no prestan mucho , se encuentran otras que dan mucho de sí , y éstas representaban un ave harto ma- yor de lo que era el animal vivo. La prác- tica y el gusto son los que determinan el modo de acei tar esta maniobra , siendo im- posible señalar acerca de esto una regla precisa. Llena ya la piel , se procuran unir las dos orillas , las quales estando el forro bien dispuesto no pueden juntarse del to- do , pero esto llega á conseguirse apretan- do un poco con las palmas de las manos por ambas partes , y entonces ya se puede tener la seguridad de que está bastante llena , y únicamente falta unir los dos bor- des de la piel. Antes de esta maniobra notaré , que quando se llena una piel , ó se va á formar por dentro una especie de molde de algodón , consiste la maña y el arre en dar á este raolde la misma forma .que tenia el cuerpo verdadero : debe , pues, 128 DISCURSOS pues , estar llano por la parte del lomo, ó muy poco convexo , redondo por los lados, y comprimido en los flancos ; debe estar saltado y grueso , pero al mismo tiempo algo redondo hacia lo alto del cuer- po en la parte que corresponden los en- cuentros , o encaxe de las alas ; debe ir en diminución desde esta parte hacia la cola , pero con todo se ha de cuidar de que no esté muy llena la piel que cubría el vientre , defecto harto común. Quando el animal está vivo , la masa de los intesti- nos , y el movimiento de la respiración ex- tienden esta parte de la piel , y aunque el cuerpo vaya en diminución , desde las alas hasta la cola , el vientre está mas compri- mido de lo que suele estar el páxaro ates- tado ; bien que en esto también se debe recurrir á la práctica y al gusto del que lo executa. Para coser los dos bordes de la piel , se tiene prevenida una aguja enebrada con un hilo muy largo y muy fuerte , pero proporcionado á la piel que se hubiere de coser, liste hilo se va pasando de una orilla á otra , empezando desde lo alto del cuer- po , y continuando hasta la extremidad de la abertura , y se conduce alternativamen- te del lado derecho al izquierdo , y de este á aquel del mismo modo que se ataca una cotilla. Si por casualidad se pusiere un punto sobre otro , no se deben acercar las dos orillas de la piel tirando del hilo que atraviesa , porque entonces se corta- da o romperla , y asi es preciso continuar en ir cosiendo sin apretar mucho , de ma- nera , que el hilo sea un verdadero cordon pegado en uno de los lados de lo alto del cuerpo que vaya baxando hasta abaxo , y pasando alternativamente de una á otra orilla de la piel. Quando ha pasado el hilo por los agujeros con el auxilio de ia agu- ja , del mismo modo que el cordon atra- viesa los ojetes de un corsé , o de una co- tilla , entonces se pone la mano izquier- da en la parte superior de la costura , se acercan las dos orillas de la piel apretan- do por un lado con el pulgar , y por otro con los dentas dedos , dei mismo modo que si se quisiera unir y apretar la piel con la mano. Este movimiento es causa de que se afloxen muchas pasadas del cor- don ; pero se van apretando unas después de otras empezando por las de arriba , y GENERALES baxando por orden , lo que también se exe- cuta llevando la mano mas baxa , y de este modo se va continuando hasta llegar á lo ultimo de la costura. Si la piel es- tá muy llena , principalmente quando se prepara un ave grande , jamas llegan á unirse sus dos orillas con el primer apre- tón de la -mano izquierda , y asi después de haber ido recorriendo toda la longitud de la piel es preciso volver de nuevo í apretarla , y á estrechar el cordon , de suerte que algunas veces hasta después de tres o quatro tentativas de este jaez no se pueden llegar á unir ni juntar los dos bordes ú orillas , y entonces se asegura el cordon en la parte inferior agujereando la piel , y formando con el hilo una sortija por medio de la qual se mete la aguja y el hilo , y luego se hace en este un nudo con que se sujeta muy bien la costura. Quando se va tirando del cordon es preciso ir siguiendo de una en una todas las pasadas , y no mezclar ni enredar entre sí los hilos que como están floxos es fácil de que se enreden. Acabada la costura se van alisando las plumas que no pueden dexar de estar de- sarregladas por las diierentes maniobras que se han hecho : estas se van levantando con un punzón de proporcionada longitud que se mete por debaxo é inmediato á la raiz , y á medida que se ha levantado una parte de ellas se van baxando con la pal- ma de la mano , é inclinando sobre el cuer- po. Las plumas que están enlazadas unas con otras se van separando , y su misma elasticidad las hace volver cada una á su puesto , y el contadlo de la mano junta las barbas desunidas. Concluido todo esto , no falta mas que poner el ave de modo que se pueda te- ner derecha , y reemplazar los ojos, que se le quitaron al tiempo de pelarla. La maniobra se empieza , encorvando, y haciendo hácia delante cada muslo de por si del modo que voy á insinuar : si el pá- xáro es pequeño , se coge el muslo , desde su nacimiento hácia atrás , con la yema del dedo pulgar , o del indice ; se apoya sobre la parte opuesta la punta del dedo indice de la mano izquierda , y con la de- recha se va encorvando el muslo : y si es grande , se coge el muslo por lo mas atrás, con toda la palma de la mano derecha , y la SOBRE LA NATI! RALEZA DE LAS AVES. la de la izquierda se aplica contra el cuer- po delante del muslo , que se levanta con la fuerza que se hace con la derecha. Mien- tras dura esta maniobra siempre debe es- tar el cuerpo de espaldas , pero después de levantados los muslos , y de puestos con corta diferencia en su natural postura , se vuelve el páxaro de lado , el qual con la mano izquierda , y con la derecha, tan solo se sujeta con el dedo pulgar é indice , ó con la palma de la mano , que se encorva según fuere el tamaño del páxaro , y lue- go se alza el cuello, empezando siempre á doblarlo por su inserción con el cuerpo. Habiendo ya dado al ave la prime- ra aptitud que acabamos de describir , y que solo es un bosquexo , es preciso po- ner sobre un pie llano al páxaro que quau- do vivo no acostumbra pararse en árboles, y si fuese de contraria naturaleza , sobre una rama horizontal colocada proporciona- damente respecto al mismo páxaro. Enton- ces se mide la distancia que hay entre las dos patas , las quales se habrá tenido cui- dado de no dexarlas hasta haberlas pues- to en aquella positura que parecía serles natural , como también de que no pare una mas adelante que otra , y tanto en el pie para el páxaro que le corresponde , como en la rama para aquel que se para en ellas, se hacen unos agujeros , cuya separación y dirección de uno á otro sean las mismas que las que se encuentran de una á otra pata de los páxaros. El ancho de estos agu- jeros debe ser tal que entren los alambres algo apretados , porque el ave se man- tendrá entonces mas fuerte. Se levanta , pues , el cuerpo , y por los agujeros que hemos dicho se hacen pasar los alambres , que se doblan ó enroscan por debaxo del apoyo de madera , ó se arrollan al rede- dor de la rama , bien que de un modo ú otro siempre debe quedar á plomo la plan- ta del pie. Si todo esto se ha executado como corresponde está ya muy adelantada la aptitud del páxaro , concluyéndose la operación doblando mas ó menos la ro- dilla sobre el muslo , y dando al cuello la encorvadura que debe tener. Por esto he encargado que no se llene mucho , y he dicho que se deberia acortar para darle la aptitud , y en parte ha sido por lo mismo el haber prescripto que el alambre exce- diese á la cabeza en muchas pulgadas. Te- Historia Natura!. Tom. I. niendo ya el ave su primer aptitud , y habiéndosela dado del modo que hemos dicho , resta aun componer el cuello que solo está levantado , pero derecho y exten- dido : para esto , se coge el alambre por junto á la cabeza con los dedos de la mano izquierda , y ya apoyándolos suavemente sobre ella , ó tirando hácia abaxo el cuello, que se oprime blandamente entre los de- dos de la derecha cerrada , se va acortan- do poco á poco , porque en todas estas ma- niobras se gana mucho tiempo quanto me- nos se apresuran. Quando se juzga que el cuello ya tie- ne la longitud proporcionada , sujetando bien la cabeza con la mano izquierda , se dobla por arriba en ángulo redlo el alam- bre que sobra , y de esta suerte -no puede ya subir mas el cuello empujado de la elas- ticidad del algodón que tiene dentro de sí , dándosele entonces la inclinación que se juzgue correspondiente , y apoyando de llano los dedos de las manos al reves de antes. Pero todavia nos falta hablar de las alas , pendientes aún en los dos lados del cuerpo , y que con solo levantarlas se con- cluye la m iniobra : se pone el páxaro vuel- to de espaldas al que la executa , el qual cogiendo á un mismo tiempo ambas alas una en cada mano las levanta y aplica con- tra el cuerpo , y mientras él las tiene asi, otro pasa por debaxo del cuerpo , y poco mas ó menos por su tercio anterior , una hebra de hilo con la que dirige las dos puntas sobre el lomo , donde las ata con un ñudo que se aplica contra la piel ; y un alfiler largo clavado obliquamente de arriba abaxo , una parte del qual ha que- dado fuera , detiene el hilo , impide que se deslice y sujeta las alas ; pero es de ad- vertir , que el hilo ni debe quedar muy apretado ni muy floxo. Si las alas son muy largas suele suceder que el primer círculo de hilo que las sujeta por delante las hace retirar hácia atrás , y entonces se contra- pesa su efecto con el de otra vuelta de hilo , colocada donde se juzgue oportuno. Para que el trabajo esté concluido , solo falta colocar los ojos artificiales , y dar á las plumas su ultimo lustre. Los ojos se reemplazan con esmaltes que imiten la for- ma y los colores ; y antes de ponerlos en su lugar , es preciso advertir si está seca la piel que se prepara , porque entonces , R des- DISCURSOS GENERALES 130 después de ablandarla , se ha de llenar la órbita de algodón humedecido , el que no se debe quitar hasta que llegue este caso. Después , teniendo con la mano izquierda, y con unas pinzas uno de los bordes del párpado , se irá introduciendo poco á poco dentro de la órbita algodón seco , que se arreglará por allí , y se apretará con un punzón de punta roma , o con la cabeza de un largo y fuerte alfiler , con el bien en- tendido que quando se aprieta se ha de su- jetar la cabeza con la mano izquierda , porque no se descomponga el cuello que ha de sufrir el esfuerzo que se haga. Llena ya la órbita de algodón , arreglado de ma- nera que los párpados esten , poco mas o menos , al nivel de los lados de la cabe- za , se levantarán los bordes con unas pin- zas , y con la punta del punzón mojada en goma arabiga disuelta en agua , se irá bañando la orilla interna de los párpa- dos ; también se pondrá una capa ligera sobre el algodón , y levantando después con las pinzas el párpado inferior ó el superior , se introducirá , y colocará por debaxo el ojo de esmalte : en seguida se le- vantará el otro párpado , y se apretará por debaxo el borde del ojo postizo muy des- viado de la parte opuesta por la primera introducción : se tendrá cuidado de mane- jar el borde delicado de los párpados , de no doblarlos por debaxo , y de separarlos de manera que la niña quede en el centro de la abertura , v la goma algo espesa con que se bañaron los mantendrá en el sitio proporcionado á los bordes del ojo de es- malte , concluyéndose la operación con dar lustre á las plumas que , como antes dixe, se levantan con un punzón , y se baxan con la palma de la mano. Después de esta maniobra , se irán sacando suavemente con un punzón las plumas sujetas con el hilo que tiene las alas , se irán baxando aque- llas con la mano , y el hilo quedará escon- dido debaxo. Compuesto ya y preparado el páxaro , se mete dentro de un armario ó alhacena , y de quando en quando se reconoce para observar si al tiempo de se- carse la piel , se vicia algo la forma , lo que se remedia , según las circunstancias, ya abultando, 6 extendiendo las partes que se hubiesen encogido mucho , ó ya com- primiendo las que estuvieren muy exten- didas , pero raras veces se habrá de com- poner si se sujetaron y colocaron bien los alambres , y si se repartió el algodón con igualdad. En fin , quando la piel esté seca, lo que sucederá mas ó menos pronto se- gún la estación , y el tamaño del páxaro, se corta el alambre que sale por encima la cabeza con unos alicates propios para el caso. Las maniobras que acabo de describir solo sirven para montar o armar una piel del modo que se halla la del animal quie- to y sosegado , y esta es la mas conve- niente para una colección , porque es la postura en que mejor se vé todo el páxaro, y todas sus partes en particular , y la que ocupa menos puesto ; pero si se quiere evi- tar la monotonía de esta postura , o si al preparar las pieles se tiene la idea de for- mar un grupo pintoresco , es preciso que se añada algo á lo que hemos dicho. El alambre que atraviesa el cuello fa- cilitará el doblarlo del modo que se quie- ra , y volverlo á un lado y á otro confor- me parezca conveniente , y también se po- drá hacer tener el cuerpo sobre una pier- na , y levantar la otra , conforme lo exi- ja la postura que quieren darle. En quan- to á las alas , si solo se desea entreabrir- las , el algodón interpuesto entre el cuer- po , y ellas antes de sujetarlas con el hi- lo , llenará en un todo este objeto ; pero si se quiere que esten extendidas , antes de llenar la piel se deberá haber pasado un alambre por dentro de cada ala , siguien- do la dirección del hueso , y se doblaiá por la unión de aquella con el cuerpo ; se tendrá cuidado de que por su encorvamien- to se prolongue interiormente hasta las sortijas de los tres alambres ya liadas entre sí , y se asirá á ellas por un anillo hecho en su extremidad : la otra rama del mismo alambre se extenderá por el lado exterior del ala lo mas que se pueda hácia su ex- tremidad, y para que se introduzca mejor, convendrá que esté puntiagudo ; su direc- ción en aquella parte del ala que corres- ponde al antebrazo , será por encima los huesos , á los quales se atará de trecho en trecho con un hilo , de modo , que por de- baxo de la piel del lado exterior del ala queden atados juntos los huesos , y el alambre. Para hacer esta ligadura se corta la piel del lado interno por encima los hue- sos , y se aparta un poco en los parages don- SOBRE LA NATUR donde se quieran hacer las ataduras , y acortando o extendiendo después el alam- bre intruducido en las alas , o baxandolo, o subiéndolo se le dá la aptitud que se juzgue conveniente. Por muy largo que sea este artículo, me es preciso advertir , que hasta ahora he supuesto las pieles Ire^cas , ó en buen es- tado después de blandas; pero las que se traen de lejos suelen estar muy maltrata- das , y llegan todas rotas con las plumas dobladas por algunas partes , y aun sue- len estar separadas , y íuera de su sitio al- gunos miembros del cuerpo , como el cue- lio , un ala , ó ' un muslo , &c. : y enton- ces es quando el montar y preparar las pie- les empieza á ser un arte por la industria que requiere , y por la inteligencia que es necesaria para remediar los diferentes de- sordenes , por que según las circunstan- cias , es preciso variar las maniobras ; y el que no pudiere executar esto , sino con sujeción á las reglas que hubiese aprendi- do , ó á las maniobras que hubiese visto executar , siempre estará muy atrasado en este arte por mas que le parezca fácil. Es, pues , imposible establecer reglas genera- les y precisas ; pero manifestando los desor- denes mas comunes , y anunciando los me- dios generales de remediarlos en los casos particulares , podrá el lector suplir las me- nudencias y particularidades que dependen de las circunstancias. Si las pieles estuvieren destrozadas, pero bueno su texido i después de haber- las ablandado , y antes de colocar los dife- rentes alambres , se irán cosiendo los rasgo- nes por la parte de adentro de la piel. Si al contrario , las pieles rotas , por mas ó menos partes , se encuentran tam- bién en mal estado , que es decir , si su te- xido no tiene consistencia , las costuras que se hiciesen tampoco la tendrían , y el hi- lo acabaría de romper el texido de la piel por donde la atravesase ; es preciso , pues, entonces examinar el diámetro de las aber- turas , tantear cuidadosamente qual sea la distancia del rededor de la piel en la que , al parecer, se encuentra bastante consisten- cia para resistir la costura , cortar después un pedazo de lienzo fino , y acercar las orillas de la parte rota ; hecho esto, se ex- tiende la piel del rededor de modo que no quede arrugada , sino que pare llana y Histor. Natural. Tom. I. ALEZA DE LAS AVES. 13 1 lisa , sin estar tiesa ni tirante ; luego por la parte interna del cuerpo , y por debaxo de la piel , se aplica el pedazo de lienzo, y se une á ella cosiéndolo por dentro del modo que los texedores llaman zurcir ; es- to es , conducir el mismo hilo desde un punto de la circunferencia al otro opues- to , clavando muchas veces la aguja , y haciendo pasar el hilo á mas ó menos dis- tancia. Después de haber remendado la piel, y fortificado las orillas de las roturas con pedazos de lienzo , lo demás se ha de exe- cutar del mismo modo que en una piel fresca. Pero si la que se vá á preparar es- tá tan desgastada , que quando se monta, y especialmente quando se llena , se rom- pe por muchas partes , sin embargo de los pedazos de lienzo con que se ha fortifica- do , á la menor cosa de estas que se advier- ta en estas pieles , á medio montar , y an- tes que se hayan agotado todos los recur- sos , convendrá mas dexarlas que prose- guir en el trabajo. Si después de llena la piel se ha roto, de manera que el algodón se sale por muchas partes , es preciso poner el ave del mismo modo que sino tuviese este de- fecto ^ y luego con un punzón de punta roma se vuelve á meter el algodón apre- tándolo bien ; se cierran las aberturas con una costura si lo permite la piel , ó se contiene el algodón con unos hilos que abrazen el cuerpo , y que se aten á su re- dedor metiéndolos por debaxo de las plu- mas para que queden tapados. En fin , si las aberturas no se han podido unir exac- tamente , y si dexan un vacío en medio sin plumas , se deben arrancar suavemente las de las orillas que están muy apretadas , po- nerlas aparte , y aplicarlas después en el pa- rage que carece de ellas , del modo que in- sinuaré mas abaxo. Si por exemplo , una parte , como el cuello , está separada de lo demas de la piel, es preciso ablandar esta y el cuello sepa- radamente , del mismo modo que se hace quando todo está junto ; extender la piel sobre una mesa , ajustar el cuello como si no estuviese separado , pasar el alambre que atraviesa desde la cabeza hasta la co- la , y manejarse en todo precisamente co- mo si el cuello no estuviese separado del cuerpo. En efedlo , esto se consigue solo R 2 con DISCURSOS GENERALES 132 con tener algo mas cuidado , y el alambre que se dobla encima de la cabeza mantiene las parres , y las proporciona la unión que les faltaba ; pero para afirmarlas , después de haber dado al páxaro la aptitud que se quiere , se levantan las orillas de la piel del cuello , se les di por dentro una ma- no ligera de goma arabiga disuelta en agua, y esta cola que debe estar espesa pega la piel del cuello que está tocando con ella por la parte rota ; pero no se ha de menear hasta que la goma se seque. Lo mal desecado de las alas , y el no haberse llenado bien su piel son dos obstá- culos muy comunes en la preparación de las aves que vienen de lexas tierras. La mayor parte de los que llenan las pieles al tiempo de remitirlas , creen que es muy bueno meter todo el algodón que se pueda en los encuentros de las alas. Pero como en esta parte es muy ancha la piel , y de un texido muy íloxo , presta mucho : y siendo asi que quando estaba el animal vi- vo solo cubria unas partes poco volumi- nosas , dilatada por el algodón de que es- tá llena se hace como una especie de saco, por lo regular , de magnitud desmedida : las mismas personas que acostumbran caer en esta falta , desprecian el acercar las alas al cuerpo , el tenerlas plegadas , y en una positu a natural , y ap'icadas contra el cuerpo con un hilo ó cinta , como antes dixim js , de lo que proviene el secarse que- dando mas ó menos extendidas , y dobla- das de distintos modos. No hay otro me- dio para remediar uno ú otro de estos de- fectos que separar las alas del cuerpo por su unión reciproca , después que se ha lle- nado la piel del cuerpo y antes de habi- litarlo. Quando se han quitado las alas , en cada lado de lo alto del cuerpo queda en la piel una abertura harto crecida , la que se cierra pasando muchos hilos de uno á otro lado , pero sin apretar mucho ni unir del todo las pieles ; después se da á las alas la misma aptitud que tenían antes de sepa- rarse del cuerpo, y concluido esto, se vuel- ven á coger, y según las circunstancias se procede del modo que voy á referir. Se corta con unas tixeras la parte de piel extendida que formaba un saco en lo alto del ala , y que por lo regular carece de plumas. Si solo era este el defecto , se colocan las alas como insinuaré de aqui á poco ; pero si las alas están extendidas , y si han tomado mal vicio se cubren de algodón mojado por su parte convexa ó interior : se dexa pasar uno o dos dias para que estén ya blandas , y luego se raja la piel á la larga por el lado interior siguien- do la dirección de los huesos , y cortando por su superficie , desde el hueso que cor- responde al del brazo , o el hueso grande del ala hasta el pliegue de ella que cor- responde al codo ; se despega de los hue- sos la piel que los cubria , para cuya ma- niobra se valen del corte , o del mango del escarpe! , se quitan los huesos , y cogiendo después las alas , se unen las partes dividi- das , se vuelven á dirigir hacia su lugar, y cada ala queda con las dimensiones cor- respondientes. Para que estas se conser- ven asi después de secas , se ponen sobre una mesa , se sujetan con una mano , y con la otra se les carga peso encima para que de este modo no se encojan al tiempo de dexarlas , logrando con esto que des- pites de haberse secado ten?an la misma extensión que se les dio , y que conserven la misma forma que tenían antes de en- xugarse. Secas ya las a'as , baxo el peso que las contenia y con su forma natural , que ya no volverán á perder , se pegan al cuerpo de la manera siguiente. Se tiene prevenida una cantidad de go- ma arabiga espesa y disuelta en agua ; se coge algodón fino , bien cardado , y de poco en poco se va metiendo dentro de la goma , introduciéndolo con un punzón , y meneándolo por las paredes del vaso hasta que se esponje , y penetre bien de aquella goma desleída. Preparada ya una cantidad suficiente de algodón , se vá sacando con la punta del punzón y en porciones pe- queñas de las paredes del vaso donde to- das habían quedado pegadas. Se cubre con una parte de ellas la abertura que está en el muñón del ala , en cada lado del cuer- po , y que es una continuación de la am- putación de las alas ; se aplica otra canti- dad de algodón en lo alto de cada ala , y luego se van poniendo una después de otra en el lugar que les corresponde : para que las diferentes porciones de algodón se va- yan pegando , y formen un todo que tenga adherencia , se van comprimiendo , y para sostener las alas que su mismo peso ar- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. arrastraría , y que el algodón engomado no podrá mantener hasta que esté ya seco, se atan al rededor del cuerpo uno o mas hilos , que al mismo tiempo abrazen las alas , y las sujeten y apliquen contra él. Por lo regular siempre se ponen dos , uno por baxo el muñón de las alas , y otro hacia la quarta parte de su longitud , los quales se sujetan con alfileres largos , cla- vados obliqiiamente en la piel de arriba á baxo. El algodón empapado del mismo modo en la goma arabiga espesa , sirve para unir y pegar al cuerpo el ovispillo y la cola. Para salir esto con felicidad , después de haber dado la aptitud correspondiente á la piel ya llena , es preciso levantar con un punzón las plumas de junto al sirio por donde se corto el ovispillo , aplicar allí una capa de algodón engomado , poner otra en la extremidad del ovispillo , unirlo todo bien , poner baxo la cola algún apoyo bas- tante alto para que la mantenga en la po- situra correspondiente , apoyar el cabo , ó la punta contra algún cuerpo que la im- pida el volver atras , y al mismo tiempo cargar la mesa en que descansa el cuerpo con un peso que no le dexe hacerse hacia delante. De este modo se encuentra la cola apretada contra el cuerpo , las dos capas de algodón se mezclan y unen , y después de secas ya han contraido con la piel , y el forro que está en lo interior del cuer- po la adherencia que basta para sostener la cola. Quandolas plumas se hallan con plie- gues que no se pueden deshacer , quando están dobladas de modo que no es posible acomodarlas como corresponde , 6 quando, según diximos arriba , se encuentran de- masiado comprimidas en las orillas de los pedazos rasgados de la piel , y recosidos, ó fortificados con lienzo , de manera , que queda algún hueco en el centro de dichos pedazos rasgados , en todos estos casos es preciso arrancar las plumas para aplicarlas seguidamente como convenga , y ponerlas en el sitio donde faltan. Se tendrá cuida- do de irlas quitando de una en una , por- que si se sacan muchas de una vez corre riesgo de romper la piel , lo que se evitará arrancándolas con una mano , y apoyando al mismo tiempo los dedos de la otra so- bre la piel. Quitadas ya las plumas se cubrirán de una capa delgada de algodón engomado aquellas partes que carecen de ellas ; se tendrá cuidado de que dicha capa sea bien igual , y para que pegue mejor , y su mis- mo peso no la haga caer , se pondrá siem- pre el cuerpo de modo que la capa de algodón descanse verticalmente en el para- ge que debe colocarse , y así , habiéndose de poner sobre el vientre , deberá estar el ave de espaldas. Aplicada ya la capa de algodón se to- marán una o dos plumas , y á lo mas tres, las quales se arreglarán unas sobre otras , bien que siempre , de manera que estén todas las puntas iguales , cogiéndolas por medio algo obliqiiamente con una de aque- llas pinzas , que los plateros llaman bru- selas .Estas se tendrán con la mano iz- quierda, y con la derecha , y la punta de un punzón se tomará un poco de algodón engomado , que se debe enroscar al rededor de raíz del tallo , ó cañón de las plumas , y se atarán asi todas juntas , pegando baxo el algodón la pelusa ó plumón que se encuen- tra en lo inferior de las plumas ; luego se clavarán en la capa de algodón engomado , puesta en el parage que carece de ellas , y para que queden mejor pegadas antes de abrir y sacar las pinzas , se apoyarán con un punzón puesto á la larga en la extre- midad de las plumas. Para que esto salga bien se debe empezar por las mas largas que son las que han de colocarse en la par- te mas baxa del pedazo que se ha de ir vistiendo , é inmediatamente formar toda la linea inferior , pasando succesivamente á las superiores , del mismo modo que el albañil empieza siempre hacer el tejado por la ultima ó mas baxa fila de pizarras. La primer linea de plumas no puede ensuciar- se con la goma , porque solo los cañones es- tán bañados con ella , ni tampoco la segun- da, porque las barbas de las plumas que la componen descansan sobre las de la primer fila , que, como hemos dicho, tampoco es- tan mojadas con la goma, y asi se irá siguien- do de fila en fila , puesto que todas ellas so- lo tocarán el algodón engomado con la ex- tremidad de los cañones, y con aquella mis- ma parte que en el estado natural debía estar dentro de la piel. Pero las personas que emprendan este trabajo han de tener presente que pide mucha atención , y que Pa- 13* D ISCU R SO $ para no untar , m manchar las plumas es preciso tener cuidado de limpiar amenudo las pinzas y el punzón , y quitar la goma de que se han rdo llenando estos instru- mentos. Quando ya se vá llegando á las plumas que quedaron pegadas al cuerpo, para colocar las lineas de la parte de aba- xo , y para que al tiempo de ponerse las plumas que deben formarlas , no salpiquen ni ensucien á las que las cubren , es preci- so levantar estas ultimas con un punzón bien limpio , y no baxarlas hasta que esten colocadas las ultimas lineas. A veces se reciben algunas pieles tan mal preparadas , y tan desgastadas por las materias impropias con que lian sido de- secadas , que es imposible ablandarlas ni montarlas ; y otras , como los viageros se contentaron con vaciar las aves , y sin de- sollarlas las secaron , metiéndolas enteras en algún horno , o poniéndolas al sol : aun después de blanda la piel no se puede des- pegar del cuerpo , y se rompe si se hace el esfuerzo necesario para arrancarla. En los dos casos que acabo de suponer queda el recurso de preparar un molde que tenga la forma del cuerpo del ave que se quiere armar , y de arreglar en él las plumas que se quitan de la piel , que no se puede conservar por estar muy desgas- tada. Si el ave es mayor que una merla se hace el molde de cáñamo lino , para lo qual se escoge un alambre que debe atra- vesar todo el cuerpo , se enrosca el cáña- mo en él , se le dá la forma que le corres- ponde , y luego se sujeta con un hilo que se arrolla al rededor , y se afianza con un ñudo. Las dos puntas del alambre deben cu- brirse con el cáñamo , sirviendo aquel so- lo para dar mayor solidez al molde : des- pués se taladran las patas que se arranca- ron de la piel , se las atraviesa un alambre adelgazado por la punta , al modo del que hemos dicho hablando de las pieles fres- cas, se clava la punta del alambre en aquel parage del molde mas proporcionado , y que mejor corresponda al lugar en que es- taña la pata en el mismo animal vivo , pe- ro de modo que lo alto de la rodilla toque con el molde : sobre este , y al rededor de la extremidad de la rodilla , se pone un círculo de algodón empapado en goma des- G E NERALES leida , y debaxo del molde se clava per- pendicularmente un alambre muy puntia- gudo , y mas largo que las patas , que sir- ve para manejar el molde sin tocarlo , y debe tener punta en su extremidad opues- ta , con la qual se clava en una tabla blan- da , ó en un corcho ancho , grueso , y lla- no , y de esta suerte se halla el molde ar- mado con sus patas , puesto sobre una pi- ca , y en la positura que tendría el ave que representa. Se despega o corta el ovispillo, y se le introduce de arriba abaxo , ó de dentro hacia litera un alambre muy agu- zado por ambos extremos ; y el pedazo que sobresale se clava en lo inferior del molde, y en el parage donde debe estar colocada la cola ; luego que ésta se halla en dispo- sion de no poderse mover, se enrosca al re- dedor de la extremidad del molde , y de la del ovispillo un poco de algodón engo- mado : hecho esto , se despega la cabeza , y alguna parte del cuello que no estuviere muy maltratada , las que también se atra- viesan con un alambre puntiagudo por los dos cabos , uno de los quales se clava en la parte del molde donde debe estar el cuello , bien que siempre se ha de dexar entre la cabeza , ó la parte del cuello y el cuerpo un pedazo de alambre igual á la largaria que debe tener todo el cuello , y luego se asegura el alambre en aquellas partes en que está ya metido , aplicando al rededor de sus extremidades , y junto á ellas algodón empapado en la goma des- leida. Puestas como corresponde , y bien firmes las patas , la cola y la cabeza , con la parte superior del cuello , ó sin ella , se pegan las alas , poniendo entre su ex- tremidad y el molde una capa de algodón engomado , y para que este se pueda se- car , sin que su peso las haga caer , se sujetan con unos alfileres que por entre las mismas alas se clavan en el molde. Concluidas estas primeras disposiciones se espera hasta el otro dia para que se se- que el algodón , y entonces , como he di- cho antes , se quitan las plumas de la piel desgastada y destruida , ó del cuerpo que no desollaron , y se aplican y colocan so- bre el molde ; á medida que se vá adelan- tando la maniobra, se cubre el molde de una capa de algodón engomado , se pone una porción de él , como ya diximos , al rede- dor SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. dor de la raíz de las plumas , y se empie- za por las demas abaxo , subiendo desde la cola hasta la cabeza. Las plumas se van ar- rancando poco á poco para observar mejor su positura , y conservarla en el cuerpo fingido ; y quando el lomo , los costados, y la parte superior del cuello están ya ves- tidos con sus plumas , todo ello se dexa se- car bien ; luego se quita el molde de so- bre la pica que lo sostenía , y se pone de espaldas sobre una porción de algodón , que debe ser un plano horizontal o incli- nado , según la igualdad con que se ha ido repartiendo. Las plumas que deben cubrir el vien- tre , el estomago , y la parte delantera del cuello se colocan del mismo modo que las de la espalda , empezando también por la parte inferior del vientre. Quando el ave que se quiere preparar del modo que di- ximos , es mas pequeña que una merla, conviene mas hacer el molde de corcho , al qual se le puede dar mejor la forma conveniente ; ademas de que tiene mayor solidez , y no hay que temer desigualdad alguna , como sucede con el hilo que se enrosca al rededor del cáñamo del que no se necesita para esta especie de molde ; pe- ro estas desigualdades se componen o se quitan poniendo la capa de algodón un poco mas gruesa en los parages donde las haya. Que el molde se haga de corcho , o que se forme de estopa , siempre debe ser delgada la capa de algodón , porque si no lo es queda muy desigual , y se forman prominencias y asperezas que hacen imper- fecta la obra. Es , pues , muy necesario te- ner cuidado de poner tan solo una capa delgada de algodón , y de que quede so- bre el molde con mucha unión é igual- dad. Bastan los exerrplos referidos para dar una idea de los principales defectos que se presentan en la preparación regular de las pieles , y de los medios para remediarlos ; bien que debemos advertir , que á los que emprendieren este género de trabajo es á quienes incumbe variar las maniobras , se- gún el caso lo requiera. Sin que yo lo hi- ciese presente, ya se sabe que en las pie- les de las aves poco raras , no debe execu- tarse una maniobra tan larga, yjde tanta maña y atención como la que acabamos de describir ; pero quando de un país ex- traño , poco concurrido de los viageros , vienen algunas pieles de aves desconocidas, es importante á los progresos de la orni- tología el conservarlas , y el dar á las aves su forma natural : las diferentes manio- bras que he indicado llenan perfeéhimen- te este objeto, y como eian poco conocidas, por ello, quise describirlas con particula- ridad. Hay muchas gentes que preparan harto bien las pieles frescas , o las que lle- gan en buen estado de los países estrange- ros ; pero son pocas las que salen con feli- cidad en las que vienen muy maltratadas: las obras mas perfectas que he visto en es- te género son las de Madama Lereau , que prepara las aves para el gabinete del Rey de Francia , y las maniobras que acabo de describir son las mismas que ella executa, y que me ha permitido publicar. Sé muy bien , que tanto para esto , como para el modo de desollar , y de montar las pieles frescas , hay algunos que siguen métodos muy diferentes de los que he insinuado; mas aunque conozco estos métodos no ha- go mención de ellos , porque las aves pre- paradas por Madama Lereau , siempre me han parecido las mas semejantes á las que están vivas , y porque la mayor parte de los sugetos que han comparado estas con otras preparadas por diferentes profe- sores , han sido dei mismo dictamen. §. V. Del modo de disponer una colección de aves , y de los medios necesarios pa- ra conservarla. Aunque las plumas se conserven mu- cho tiempo estando expuestas al ayre , sin perder su forma ni su consistencia , sin em- bargo , sus colores , y su lustre se alteran y amortiguan en pocos años ; y solo este inconveniente bastaría para que las colec- ciones de aves se debiesen encerrar en ar- marios con sus vidrios ; pero aun hay otra razón mas robusta que hace indispensable esta precaución. Hasta el presente , ni se ha conocido , ni es verosímil que se halle mejor medio para guardar las colecciones de aves de los daños de los insectos , que el tenerlas encerradas con cuidado. Es ver- dad , que si fuesen en corto número , y es- tuviesen en un lugar bien claro donde les hiriera directamente la luz ; si se cuida- se j36 DISCURSOS se de ellas con freqiiencia ; y si tratando- las como un género de muebles se las sacu- diese el polvo de q Liando en quando , y se las limpiase todos los dias , se llegaría á conseguir el libertarlas , durante muchos años, de los estragos de los insectos , que todos buscan la obscuridad , y huyen del movimiento. De esta manera suelen algu- nos conservar en sus gabinetes un corto nú- mero de aves expuestas al ayre ; pero es- te método es inpracticable en una colec- ción. También es cierto que algunas prepa- raciones , o antes bien algunas substancias con que se impregnan las pieles , y las plu- mas alejan los insectos, que quando tie- nen libertad de escoger entre las materias en que depositan sus huevos , prefieren siempre las que no están alteradas con al- guna mezcla, lo qual he yo experimenta- do de dos maneras. Una porción de aves, preparadas por un método que dicen que las libra de los insectos , y depositada en casa de un Mercader hace mas de diez años, se conserva todavia sin que la hayan encerrado en parte alguna ; pero las plu- mas perdieron el color en muy corto tiem- po , sus colores se trocaron , y estas aves se han hecho tan desagradables á la vista, que por ello permanecen aun en la tienda del Mercader sin que haya quien las com- pre. Es cierto que esto no debe atribuir- se á los insectos , si solo á las alteraciones de sequedad , y de humedad , y á las va- riaciones de la atmosfera ; pero sease co- mo se fuere , no tienen mas valor que si en efecto las hubiesen destruido los insec- tos. Hubiera , pues , convenido encerrar- las para que se conservaran. Pero yo he tenido un número harto crecido de aves, preparadas por la misma persona , y por el mismo método ; algunas de las quales las encerré en caxas con sus vidrios , jun- to con otras que no teman preparación al- guna , ni otra qualesquier substancia pro- pia para alejar los insectos : metí después insectos dentro de las caxas , y observé que inmediatamente se pegaron á las aves no preparadas , y solo atacaron á las otras des- pués de haber acabado con estas. El mé- todo referido tendría, pues , una ventaja real , si por otia parte la naturaleza de la colección no obligase á encerrarlas ; pero supuesto que no se puede hacer de otro GENERALES modo , sucede lo mismo que se hayan va- lido de substancias que ahuyentan los in- sectos , que si no hubiesen usado de ellas. Porque si un insecto se introduce , como siempre suele suceder, por algún agujero, ó por alguna raja , y obligado á poner sus huevos no encuentra inmediatamente el camino por donde entró, satisface la necesi- dad que le acosa , poniendo sus huevos so- bre aquellas únicas aves que encuentra mas á mano , por faltarle entonces la liber- tad de escoger : los gusanos que nacen se alimentan de las materias que hallan , y son para ellos una comida tan regalada como si en realidad no estuviesen impregnados de alguna substancia extraordinaria. En electo , yo he encerrado algunas de estas aves solas , y con ellas insectos destructo- res , los quales han vivido , se han mezcla- do , han puesto sus huevos , han nacido muchos gusanos , y las aves han sido des- truidas enteramente. A esta experiencia he añadido otras que del mismo modo han producido igua- les efectos , haciéndolas en aves preparadas por distintas personas , y que según ase- guraban , debían estar libres de los daños que causan los insedtos , las que jamas han dexado de ser destruidas tan pronta y com- pletamente , como en igual caso Jo son aquellas aves en que no se han usado las mismas precauciones. De todo lo que se ha dicho hasta aqui , concluyo , que para que las aves de una colección conserven sus colores , y su lustre , y para que siem- pre sean semejantes á las mismas aves vi- vas deben precisamente estar encerradas ; y que supuesta esta necesidad indispensa- ble que mira á la naturaleza de la cosa , las substancias de que huyen los insectos quan- do tienen libertad de hacerlo , son de nin- gún electo quando las aves precisamente deben estar encerradas. De quantos méto- dos han usado hasta ahora para libertar las aves encerradas del daño de los insectos , ninguno he hallado que después de hecha la experiencia me satisfaga en un todo. Un método de esta naturaleza me parece imposible que se encuentre ; y en electo, todos los insectos que destruyen las aves desecadas tienen unas quixadas que les sir- ven para rómper y cortar las materias de que se sustentan : si se han remojado las pieles en un fluido venenoso, luego que se SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. se habrá evaporado e! disolvente , la ma- teria venenosa se reducirá á diferentes for- mas según su naturaleza ; y únicamente ocupará de trecho en trecho algunos pun- tos aislados , quedando un vacío de unos á otros , que será donde los insectos , cuya vista es muy perspicaz , y las quixadas su- mamente sutiles , chuparán la substancia de que se alimenten sin tocar las partículas venenosas , ni aun las porciones de la ma- teria , sobre las quales se han ido amonto- nando á medida de la evaporación del di- solvente. Si se han mezclado las particu- culas venenosas con algún cuerpo craso , de modo que se haya extendido sobre la superficie interna de la piel , sucederá que Jos insectos tocarán la piel lo menos que puedan . mas esto no es por el veneno , si- no porque las pieles blandas no son de su gusto , y prefieren las secas ; pero nada guardará las plumas que no tienen contac- to ni adherencia alguna con lá substancia crasa que contiene las partículas de vene- no. Qualquiera que sea el método que se emplee , jamas se resolverá por su medio el problema , hasta tanto que las aves pre- paradas se hayan encerrado junto con los insectos destructores , y estos hayan pere- cido de hamore , sin haber maltratado las aves , sin haber puesto sus huevos , sin que hayan nacido gusanos , ó sin que estos mis- mos gusanos , habiendo salido á luz , ha- yan perecido antes de tocar las aves, o po- co tiempo después de haberlas tocado ; y he aqui una prueba que manifestaría cla- ramente la bondad del método que se bus- ca , porque ninguno de aquellos con que hasta ahora se ha hecho la experiencia ha superado la dificultad. Puesto que es in- dispensable encerrar las aves , y , como ya se ha demostrado , no se conoce medio alguno para guardarlas de los insectos in- troducidos dentro de las caxas que contienen las aves , solo resta hacerlas de modo que impidan en quanto fuere posible la entra- da de los insectos , y destruirlos siempre y quando hubieren entrado , aun á pesar de las precauciones , que se tomaron para impedirlo. Los armarios grandes no sirven para una colección de aves , porque aunque sean mas hermosos á la vista , nunca llenan bien su objeto por no quedar bien encer- rados ; y asi es preciso despreciar la deco- tlistoria Natural. Tom. /. ración por atender solo á la seguridad. Las caxas, cuyo suelo y quatro lados esten uni- dos con encaxes y con mortajas , y cuya par- te anterior se abra y cierre con una puer- ta corredera , en la qual estén puestos los vidrios en una ranura harto profunda , y unidos y pegados con mucho cuidado , son mejores que otro qualquier género de armarios. Quanto mas solida , gruesa , y resinosa sea la madera de que se forman las caxas , menos habrá que temer que se hien- dan , desunan , ni se rajen , como también que los insectos que pudieran penetrarlas no abran el paso á los que destruyen las aves. Todas las caxas se pueden hacer igua- les , y arreglarlas en casillas .colocadas so- bre estantes adornados con molduras , con- siguiendo por este medio imitar los arma- rios , y tener caxas seguras y fáciles de abrir quando la necesidad lo requiera : pa- ra lo qual basta sacarlas hácia fuera , y qui- tar la puerta vidriera que las cierra por de- lante. El mejor modo de colocar estas ca- xas , es de cara á la luz en un lugar muy claro , porque como ya diximos , los in- sectos apetecen la obscuridad. Conviene pintarlas al oleo por la parte de afuera ; pe- ro no se deben pintar por dentro , porque serviría de obstáculo para empapelarlas , lo qual produce dos efectos que son, atraer la luz con su blancura , y hacer mas visi- bles los mas minimos átomos caídos al fon- do de la caxa. Presto se verá , que del cui- dado en notar estos átomos , y de la prác- tica en reconocer lo que ellos son , es de lo que depende la conservación de las co- lecciones. Las caxas no deben ser muy grandes, no solo porque cierran mejor , sino tam- bién porque si se llega á introducir algún insecto , hay menos aves que puedan infes- tarse con sus huevos. Tampoco deben ser muy hondas , tanto porque entonces no pueden d stinguirse bien los objetos, quan- to porque es muy difícil de advertir por entre los vidrios los átomos , que esparci- dos por debaxo de las aves, denotan la exis- tencia de los insectos aunque no se vean. Una superficie de dos pies y medio á tres en quadro, de nueve á diez pulgadas de profundidad para las aves pequeñas , y de doble para las grandes , me parecen unas proporciones regulares. Si la colección esta destinada para que S sir- DISCURSOS GENERALES i38 siiva de un objeto de estudio , como por exemplo , la de los gabinetes reales , se de- ben arreglar las aves en las caxas > siguien- do aquef método de ornitología que se juz- gue mejor ; pero si solo la quieren para que sea un objeto agradable y de gusto, como las de la mayor parte de las casas par- ticulares , entonces se colocan las aves in- diferentemente , escogiendo los colores del modo que llene mejor el designio , y el gusto de cada qual. Sin embargo , sea qual fuere el objeto que se propongan , hay un modo , igualmente bueno y agradable , de arreglar las aves , que consiste en poner las que siempre paran en tierra sobre pies llanos de un grueso y extensión convenien- te , los quales podrán ser redondos con una moldura al canto , que es hechura harto graciosa. Las aves se pueden arreglar en gradas dentro de las caxas , si solo se meten en ellas lasque no se paran en árboles , y no son muy altas ; pero si con estas se mez- clan algunas de las que acostumbran pa- rarse en árboles , será conveniente que las primeras ocupen la parte de abaxo , y la de arriba que se reserve para las segun- das. Un modo muy bueno de arreglar es- tas ultimas , tanto que sea separadamen- te , como junto con las primeras , es el de ponerlas sobre árboles fingidos , que se ha- cen de este modo : se escoge una varita , ó un palo derecho algo mas corto que las ca- xas , y de un grueso proporcionado; la parte de abaxo de este palo se sujeta den- tro de un pie de madera solida , y de un peso suficiente ; de trecho en trecho se vá taladrando el palo , á veces de parte á par- te según fuere necesario ; se clava bien fuerte la extremidad de las varitas sobre las quales se ponen las aves ; se pegan y fixan estas , haciendo dos agujeros que ten- gan entre sí la misma distancia que hay entre las patas de las aves que se quieren colocar en ellas ; se hace pasar por los agu- jeros la parte de alambre que sobresale a los pies , y se aprieta fuertemente al re- dedor de la varilla enroscándolo en ella. La exi remidad que ha de clavarse en el pa- lo que lepresenta un tronco de árbol debe ser quadrada , y bañada con una capa de goma arabiga desleída en agua, Esta forma consolida mas la unión de las dos piezas , la que se asegura secándose la goma , advir- tiendo , que no es preciso agujerear el pa- lo , y colocar en él con anticipación las ra- mas que acaso se encontrarian demasiado distantes o contiguas ; pero sí el tener en la mano las aves que se quieren poner , ob- servar la distancia , el punto y la parte en que íorman un objeto mas agradable , ha- cer una señal en el tronco , y luego agu- jerearlo para colocarla varita en que se de- be pegar cada ave ; digo cada ave porque no conviene poner dos en una misma rama, y como de qualquier suerte que se pre- senten las aves ha de ser horizontalmente, no producen muy buen efecto si se colocan dos en una rama. Vestido de todas sus ra- mas el tronco fingido , se pueden pegar á ellas con una poca de cera verde algunas hojas artificiales , que imitando quanto puedan á las verdaderas , aumenten de es- te modo la ilusión. Pero ni se deben car- gar las ramas de hojas que esconderian ó taparían las aves , y divertirían la vista de quien las niire , ni mucho menos mezclar entre ellas llores artificiales que produci- rían un efecto todavia peor, qual seria dis- putar con sus colores los de las aves , y excitando la idea de una cosa fingida , ha- cerla recaer en parte sobre las mismas aves. El modo que acabamos de insinuar de disponer las aves , puede igualmente con- venir , tanto á una colección destinada pa- ra instruir , como á otra que tan solo se di- rija á presentar un objeto agradable ; y asi , las aves puestas sobre árboles á distan- cias proporcionadas están mas á la vista que de ningún modo ; es mas fácil verlas de una mirada , observarlas cada una en par- ticular , y compararlas entre sí : ocupan menos lugar ; y si se arreglan ó colocan, según un método clásico , forman un con- junto en que se hallan unidos lo agradable y lo instructivo. Sin embargo , hay algunas personas que prefieren los árboles hechos de alam- bres dorados , enroscados unos con otros, cubiertos de una pasta acartonada que se pinta quando seca , y compuesto su tron- co de alambres unidos , que dividiéndose forman las ramas y los brazos : estos ár- boles que siempre se suelen cargar de mu- chas hojas , de flores , y algunas veces de frutos , encerrados dentro de una caxa an- gosta de vidrio , y plantados sobre un pla- no , jamas me ha parecido que producían buen efecto , pues quanto mayores esítrer- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. 139 zos se hacen para que se acerquen a lo natural , tanto mas se apartan de ello por ser demasiado parecidos á los árboles ver- daderos. Su semejanza imperfecta , advir- tiendo á primera vista que son fingidos ó imitados , infunde de algún modo la mis- ma idea acerca de las aves ; por otra par- te , como se han preparado de antemano, jamas se encuentran las ramas á distancias proporcionadas ; y al ver el modo de estar allí colocadas las aves , escondidas baxo las hojas , y confundidas entre las flores , se creeria que ellas son las preparadas para adornar los árboles , antes que los árboles para sostenerlas ; y aun esto es con mucha imperfección , porque las aves vacilan so- bre las ramas , que por ser demasiado del- gadas y floxas , se doblan con el peso , y mas parecen atadas ó amarradas á las ramas, que paradas sobre ellas. Estos árboles ( co- mo sucede en otros objetos de mero luxo) son una invención que solo sirve para exe- cutar muy mal , con mucho aparato , y á grandes expensas , lo que se hace mejor de un modo sencillo y poco costoso , de manera , que estas hermosas caxas son pro- pias para los que quieran tener un obje- to de curiosidad ; pero de ninguna manera para los que gusten de ver , o poseer una colección bien hecha. Después de haber insinitado la forma y dimensiones de las caxas destinadas pa- ra una colección , el modo de colocarlas, y la manera de arreglar las aves , para dar fin á este discurso , solo me queda que ha- blar de los cuidados necesarios para con- servar la colección. Bien preparadas las aves ( por esta ex* presión entiendo yo las que no estarán im- pregnadas de ninguna substancia capaz de alterar con el tiempo su piel ni sus plumas, como se suele eXecutar con la mira de gua- recerlas y librarlas de los asaltos de los in- sectos ) estas aves digo , metidas en caxas bien cerradas, podrian conservarse muchos años ; y aun asi no se podría asegurar su duración , porque desde que se han empe- zado á formar colecciones de aves , jamas han sido estas destruidas por su misma des- composición , sino siempre por los daños de los insectos ; y lasque se han libertado del estrago , al cabo de veinte , treinta , ó mas años , no presentan indicio alguno por el qual pueda calcularse el tiempo que pue- Historia Natural. Tom. I. den aun durar sin perder su forma , ni el lustre de sus colores. Las aves, pues, po- drian conservarse un largo espacio de tiem- po indeterminado hasta el presente ; mas por lo común acortan los insectos su dura- ción , devorando unos la piel y otros las plumas. Antes de hablar de los daños que causan estos insectos , diremos una pala- bra acerca de otro accidente que suele ocur- rir en las colecciones , y de la descompo- sición lenta de algunas partes de las aves. Si las piezas , ó salas destinadas para una colección están húmedas , sease por lo que se fuere ; y si las caxas están pues- tas contra las paredes acabadas de labrar, o viejas y llenas de salitre , suele suceder en el invierno que la humedad penetra lo interior de las caxas , y que las aves se cu- bren de aquellas producciones vegetables que se llaman moho , ó musco , cuyo in- conveniente se debe prevenir ó remediar en quanto se pueda , y será asequible colocando una estufa en los parages hú- medos , ó teniendo cuidado de abrir las ventanas , y de renovar el ayre , si fuere fresco y seco : quando las paredes son nue- vas. ó están llenas de salitre , no se deben arrimar á ellas las caxas, sino que entre es- tas y la pared conviene dexar un espacio de algunas pulgadas por donde ventile y circule el ayre , y disipe la humedad de que abunda. Quando á pesar de las precauciones que acabamos de decir , ó tal vez por descuido, se nota que las aves están cubiertas de mus- co , es preciso encender la estufa , ó apro- vecharse de un dia que haga el ayre fres- co y seco para abrir las caxas , procurando que el ayre de la sala esté bien enjuto, ó por medio de la estufa , ó por la reno- vación del ayre , introducido de la parte de afuera por las ventanas. Entonces pa- sando por sobre las aves una pluma de es- cribir , que se lleva horizontalmente , y que se aplica por el lado que tiene las barbas mas cortas , se va quitando cómo- damente el moho sin que quede rastro de él ; pero si esto se hiciese antes de haber- se secado el ayre del todo , se amontona- ría , y se pegaría á las plumas sin poder- se quitar enteramente. Las partes mas car- gadas , y que por lo regular se llenan pri- mero de musco , son la raíz del pico , los pies , la parte superior del ovispillo , los S 2 la- 14° lados de la cabeza alas. Al cabo de algún tiempo suele suce- der , que sin haber sido maltratadas las aves por ningún insecto , se nota en el ion- do de las caxas un polvo fino , del qual se suelen también ver las plumas harto car- gadas. Este polvo se manifiesta antes , y en mayor cantidad en las aves de agua , es- pecialmente en las de mayor tamaño , que en las terrestres y pequeñuelas ; y habien- do yo tenido la curiosidad de saber de don- de pudiera esto dimanar , lo iui recogiendo con una pluma, y luego que ¡unté una buena poruon me pareció á la visia de un color gris , oleoso al tacto , y que exhala- ba un olor de aceyte rancio ; puesto so- bre las ascuas despedia un olor animal , y se iba engrosando al tiempo de quemarse. Con estos indicios y antecedentes , he creí- do que eran desperdicios de la substancia medular que llena los cañones de las plu- mas, de la medula que contienen las reli- quias de los huesos que se conservan , y de las partes crasas que quedan pegadas á la piel. Desde entonces no me ha dado pe- na este polvo para la conservación de las aves , puesto que su lormacion es dema- siado lenta para temer que anuncie una ruina cercana , y por otra parte no me ha parecido que pudiera derivarse de ia piel ni de las plumas , que son las dos únicas cosas cuya conservación es importante. Un polvo de otro género podria tam- bién sobresaltar á los que no hubiesen no- tado de donde procede. Este es pardo , 6 negruzco , y se compone de partículas se- mejantes á escamas pequeñitas , y ásperas al tacto, que en mi juicio son Iragmen- tos despegados por una especie de muelle, y por la humedad de los alambres que so- bresalen por los pies , y que sirven para mantener las aves; asi que, este polvo se encuentra con mas abundancia junto á las patas que en todas las demas partes , sin embargo de que algunas veces se ve tam- bién á bastante distancia de ellas , lo qual me ha hecho decir , que estos fragmentos eran despedidos por una especie de muelle. Estas dos especies de polvo , unicamen- mente las he descripto para asegurar á las personas que las notasen , y para enseñar- las á que las distingan de otro polvo , que importa mucho conocer , porque indica la existencia de insectos destructores , y por- que mientras se mantienen tapados ó escon- didos con las plumas, se puede juzgar de su especie por el polvo que producen , aunque ellos no se vean. Después de veinte y mas años que he observado las aves preparadas , y reuni- das en colección , solo he notado en nues- tros climas un corto número de insectos que las destruyan ; aunque en otras partes ha- brá quizás insectos destructores de las aves, distintos de los que yo he notado en Pa- rís , lo mismo que estos de aquí , podrán también no encontrarse en los países extran- geros , y sí otros distintos. Los insectos des- tructores que yo he advertido en París , son dos especies de dermestos , á saber , la antrena , la trucha , ó pulgón , y muchas especies de polillas. Hasta que se haya observado bien el modo de vivir , de producir , y de alimen- tarse de estos insectos , no se conocerán del todo los daños que pueden causar , ni se podran encontrar los medios de evitarlos o de contenerlos ; y esta es la razón que me empeña á indicar estos insectos , según la descripción deGeoffroy, y á hacer un re- sumen de su historia. Los dermestos tienen las antenas o cuernos de una masa hojosa, y cinco ai ticulaciones en trios los pies. Las dos especies de este genero que destruyen y maltratan las aves desecadas . son lasque Geoflfroy llama dermesto de dot pintas blancas , y dermesto de grasa. El prime- ro ( porque los individuos de esta especie varían de tamaño ) tiene cerca de dos li- neas y media de largo , y una y media de ancho. Su color es negruzco y luciente; cada uno de los estuches que cubren las alas tiene una pinta blanca en lo mas al- to de ellos , y en medio del corcelete ; y en ambos lados de junto al escudete se no- tan otras tres pintas del mismo color , bien que mas chicas. El gusano ,báxo cuya for- ma pasa este insecto la primer parte de su vida , y en la que tiene su aumento, es oblongo , belloso , y amarillazo , y co- mo compuesto de anillos movibles unidos entre sí. En cada lado tiene tres patas , ó pies , situados en la delantera del cuerpo, que es mas gruesa que la parte de atrás : todo el cuerpo es redondo , y vá en dimi- nución desde la cabeza á la cola , que ter- mina en dos huecos , ó plumages de pelos muy DISCURSOS GENERALES y los muñones de las SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. 141 muy largos. La parte de abaxo del cuer- po es lisa , y blanquecina. Este gusano an- da o corre con harta celeridad , y como á empujones. Quando se le quiere coger se desliza , y escapa favorecido de los pelos largos y elásticos , aunque suaves al tacto, con que está cubierto. Se alimenta de la piel , de los residuos de los tendones , de las membranas , y de la carne seca , que ha quedado pegada á las alas , á las patas, al ovispillo, á la cabeza, ó á diferentes par- res de la piel : también penetra y roe los cartílagos ó ternillas , y las escamas que rodean la base del pico, ó que cubren las patas , y aun el canon de las plumas , cor- tándole por la parte que contiene la subs- tancia medular. Come mucho , y crece en poco tiempo : mientras conserva su primer turma , muda muchas veces la piel , y co- mo la que dexa tiene la misma figura que el animal entero , indica su existencia lue- go que se descubre en el fondo de la caxa, donde suele caer por los movimientos que hace el gusano para quitársela , donde se convierte en crisálida debaxo de las p'umas, y donde se retira para este efecto báxo los pies de madera que sostienen las aves. Ha- biendo llegado ya el insecto al estado de perfección , se alimenta de las mismas subs- tancias que quando vivía báxo la forma de gusano ; pero entonces consume menos, y no causa tanto daño : se unen poco tiem- po después de haber pasado del estado de crisálida al de insecto perfecto : la hembra pone sus huevos sobre las substancias de que se alimentan el gusano y el insecto ; y estos huevos se abren mas ó menos pronto, según la estación , siendo esta misma la cau- sa que apresura o detiene el incremento de los gusanos. El insecto no vive mucho tiem- po báxo su ultima forma; pero las generacio- nes se van sucediendo en esta especie , que para estar en vigor, solo necesita de un ca- lor moderado. Se ven estos dermestos , y sus gusanos desde el principio de Marzo, hasta fines de Octubre : la especie se con- serva durante el invierno en huevos que no se abren hasta la Primavera , ó en cri- sálidas , que solo en esta estación pasan á insectos perfictos. Es , pues , imposible sa- ber quantas veces se renueva la generación del dermesto de dos pintas en un año , ni fixar un tiempo en que pueda asegurarse que toda la especie existe báxo la lorma de gusano. Por el discurso de este artículo se ve- rá de qué utilidad pueden ser estas ultimas alvertencias. El dermesto de grasa , llamado por Lineo , ornithologis inimicum animal , es mayor que el antecedente ; y tiene tres li- neas de largo. La mitad , superior de sus estuches , está cubierta de una banda ce- nicienta , atravesada por pintas negras dis- puestas en zigzag , o en forma de zeta ; y lo restante del cuerpo es de un negro cár- deno. La larva , ó el gusano de este der- mesto , aunque prolongado , lo es mucho menos que el del precedente , tiene tam- bién seis patas , y la parte de abaxo del cuerpo lisa y palida , bien que la de arri- ba y los lados están cubiertos de pelos lar- gos , pardos , y ásperos. Lo que he dicho en otra parte , relativo al dermesto de que antes hemos hablado , conviene igualmen- te á este , notándose también la existencia de su gusano por su despojo caido en el fondo de la caxa , ó pegado sobre las plu- mas : pero aún se descubre por un indicio mas vehemente que es el de los excremen- tos. Estos se semejan á hebras de hilos par- dos , ú obscuros , largos y entrelazados unos con otros. Ambos dermestos en el es- tado de perfección deponen unos excre- mentos á manera de granos oblongos y ce- nicientos; estos se hacen polvo con los de- dos aunque se les encuentra algo viscosos, y pueden servir para dar á conocer los ani- males que los han producido. El dermesto de grasa ataca mas amenudo las coleccio- nes que el de dos pintas ; y como es mu- cho mayor, causa mas daño. Las bruchas son unos escarabajos pe- queñuelos que tienen seis articulaciones en todas las partes , los cuernos filiformes , el corcelete redondo , y el cuerpo esferoide, y convexo por arriba. Geoflfroy describe dos especies , que á la una llama brucha con bandas : cerambix fur. Linn. : y á la otra bruche sous ailes , brucha con alas por baxo. Yo tan solo he observado la prime- ra en las colecciones de las aves , aunque la segunda destruya del mismo modo las colecciones de insectos , para los quales son generalmente mas funestas las bruchas que para las de las aves. La brucha con bandas tiene los cuer- nos mayores que su cuerpo , que solo es de linea y media de largo ; su corcelete es- tá i4a DISCURSOS rá lleno de asperezas, y cubierto por los lados de pelos blanquecinos : sus estuches son convexos , y atravesados por dos ban- das de pelos muy cortos ; y están cubier- tos de depresiones , ó de puntos cóncavos que los hacen parecer estriados. La larva, o el gusano de este insecto es muy peque- ñito , tiene seis patas , y está cubierto de pelos , que forman unos anillos alternativa- mente pardos y blanquecinos. Este gusa- no para transformarse hace regularmente un agujero en la madera donde se mete, y se encierra dentro de un capullo sedeño , de un texido apretado , gris por fuera , blan- quecino , rasa y reluciente por dentro , y de forma oblonga , y redonda. Jamas he encontrado estos insectos , ni sus gusanos por el Estio , pero los he vis- to bastantes veces por la Primavera , por el Otoño , y sobre todo por el Invierno; en cuya ultima estación es también mucho mas común permanecer la brucha en el es- tado de insecto perfecto. De dia no sale mu- cho de su retrete , pero por la noche es quando hace sus correrías , y se nota có- modamente observándola con luz. Los ex- crementos de su gusano consisten en un polvo ceniciento y granujoso , entre el qual se advierte con freqüencia el despojo , o la piel vieja que ha dexado el insecto ; el que según parece , contentándose con roer las partes que están á su rededor , mu- da poco de sitio , y asi es mas fácil de ad- vertir por los indicios que acabo de insi- nuar. Este insecto no hace grandes daños, tanto por ser muy pequeño , como por- que jamas es muy abundante en las colec- ciones de aves ; pero no sucede asi en los insectos que se siguen , que aunque no sean mas grandes, con todo , su multitud es causa de daños mas funestos. Geoffroy distingue dos especies de an- t raías , que una llama antrena de borda- dura j y á otra le da un nombre que no se acomoda con sus mañas y costumbres , co- mo es el de enamorada ó amorosa. Ambas son pequeños escarabajos que tienen cin- co articulaciones en todas las patas , y los cuernos derechos , solidos, y algo chatos r sus larvas son unos gusanos muy peque- ñitos, vellosos, considerables por dos apén- dices , o garfios tan largos como el cuerpo, y pegados ó unidos á su extremidad pos- terior. GENERALES Las antrenas , en el estado de insectos perfectos , son activas y ligeras ; buscan la claridad , y huyen de la obscuridad ; se ponen encima de las llores , y principal- mente sobre lasque están para abrirse, pre- firiendo siempre las que baña el sol ; sin embargo , ponen sus huevos en los mon- tones de plantas y de hojas que se pudren en parages sombríos y húmedos , y en ellos viven , y se alimentan sus larvas , que son tan lentas y pesadas como agil el insecto, tan enemigas de la luz como el otro de la obscuridad ; y al parecer , tan poco deli- cadas en sus gustos , como sensual aquel en los suyos. Estas contradicciones no son las únicas que presenta la historia de este pe- queño escarabajo que se sustenta de vege- tables igualmente que de substancias ani- males , que se complace en los campos , que entra dentro de las casas , y que pe- netra hasta los armarios donde se encierran los animales desecados ; es otro tanto mas pernicioso , porque su pequeñez , y la de su gusano le ocultan á la vista , y le pro- porciona la entrada por las mas pequeñas hendrijas. Los gusanos escondidos debaxo de las plumas cortan el cañón del mismo modo que roen la piel , sin que en Ja super- ficie de las plumas , cortadas transversal- mente por junto á su raíz , ó despegadas por su inserción con la piel que destruye- ron , se note alteración alguna. Sucede con mucha freqüencia estar una ave enteramen- te echada á perder sin que aun pueda sos- pecharse su mal estado examinándolo so- lo con la vista ; pero si se toca ó remueve, las plumas que tan solo se mantienen por el contacto mutuo de sus barbas , se despe- gan y caen. Dos son los medios que hay para reconocer estos animalitos tan perni- ciosos ; uno de ellos es observar si se en- cuentra ó no la piel de que se desnudaron, la que del mismo modo que la larva , es también notable por los dos apéndices ó garfios que tiene en su extremidad ; y el otro , exponer á la luz del dia , y mover y golpear suavemente , y repetidas veces aquellas aves , que se creen infestadas por las larvas , o gusanos de las antrenas ; y que si los hay , desde luego empiezan á caer al fondo o suelo de la caxa , ó á pre- sentarse en la superficie de las plumas , y ponerse en movimiento , sea de la manera que fuere , para libertarse de la incomo- di- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. didad que se les hace sentir. De este mo- do se pueden matar muchos , pero no se destruirán enteramente , bien que siempre servirá para certificarse de la presencia del enemigo , que por fortuna solo está en acti- vidad, o en el estado de insecto perfecto en los meses de Mayo , Junio y Julio , siendo estos meses los mismos en que ponen los huevos que se abren por el Otoño. Todos los gusanos han nacido ya á fines de esta estación , y ninguno pasa á crisálida antes de concluirse el invierno ; observación muy importante , como se verá de aqui á poco. Yo no digo que las dos especies de antre - ñas , descriptas por Geolfroy , no ataquen á las aves ; pero lo cierto es , que en las colecciones siempre he observado la que el llama enamorada , y no la otra. Esta especie , regularmente poco nu- merosa en los primeros años , solo causa menoscabos poco considerables ; y por este motivo , o no se advierten, ó se desprecian; pero quando á cada generación se multi- plican los individuos , los que al cabo de tres o quatro años son muy numerosos , hay peligro de que en solo un invierno se pierda una colección entera por los daños de este insecto , mucho mas temible por no manifestarse ruidosamente y con estrepi- to , y porque regularmente se reconoce de- masiado tarde su existencia en una colección que en gran parte está ya destruida. Las polillas son las larvas , o los gu- sanos de las mariposas , á las quales tam- bién se las dá el mismo nombre. Estas son, hablando con propiedad , unas orugas que cortan el pelo , o las barbas de las plumas, con las que se alimentan y forman los es- tuches , o camisas con que se cubren. Las mariposas que provienen de polillas , por si mismas no hacen mal alguno , pero cau- san muchos daños , porque son las que po- nen los huevos de donde nacen las polillas. Empiezan á volar desde el mes de Mayo, y se ven hasta mitad de Octubre , y el mes de Agosto, y el de Julio son en los que hay mas abundancia. Estas mariposas tie- nen las entenas , o cuernos filiformes , el corcelete cubierto de un conjunto de pe- los largos , dirigidos de atras hácia delante , y que forman una saüda , o una especie de prominencia horizontal sobre la cabeza: generalmente son muy pequeñitas , y hay muchas especies diferentes , cuya descrip- ción particular seria demasiado larga y po- co útil. Todos conocen las mariposas que se ven volar por el verano dentro de las ha- bitaciones , en las que destruyen conside- rablemente los muebles : estas son las po- lillas, la especie mas perjudicial paralas colecciones , y la que puede dar la idea de todas las demas que tienen el mismo modo de vivir , que causan los mismos males , y que solo se diferencian por los colores , y por su mayor ó menor tamaño. Estas dis- tintas mariposas , según han salido de sus crisálidas por el mes de Mayo , ó por el de Septiembre, ponen los huevos , de los que nacen las polillas á fines del verano, o entrado el Otoño. Pero en qualquier tiem- po que salgan las polillas de los huevos, al pronto comen , y crecen poco , y no cau- san gran daño hasta la Primavera siguien- te: por lo común están durmiendo, y mien- tras duran los frios del invierno , no co- men ; pero luego que se ha concluido , to- man un pronto aumento , y consumen mu- cho. Para comprehender bien , como un animal tan pequeño puede causarían gran- des daños , es preciso conocerle , y observar su modo de obrar y su exercicio. Las polillas en el estado de gusanos son, como ya he dicho , verdaderas orugas : es- tán armadas de dos quixadas muy fuer- tes y muy cortantes , de las que se sirven para cortar las barbas de las plumas , no á la larga , sino por medio; se mantienen de- baxo de las plumas que las esconden á la vista , las que cortan sin desarreglarlas , y sin levantarlas de modo que se conoz- ca. Las barbas permanecen pegadas unas á otras , y freqüentemente están todas corta- das por debaxo en una porción harto consi- derable , sin que esto se note por la super- ficie , y no solamente les sirven de alimen- to , sino aun de vestido. Van uniendo unos con otros , con unashebritas de seda, parte de los fragmentos que han ido cortando, y se forman ó componen una envoltura á manera de un estuche , la que van aumen- tando al paso que van creciendo. De aqui procede que este estuche es del mismo co- lor que las plumas , con las quales se ha fa- bricado , lo que también contribuye á ha- cerlas mas difíciles de percibir. Sus mari- posas ponen una multitud de huevos , lo que hace que sean siempre muy abundan- tes. I44 DISCURSOS tes , y como devoran mucho por el modo que tienen de cortar las plumas, no hay otro insecto que sea mas pernicioso , ñique mas importe descubrir para precaver sus estragos. No se puede ya dudar que las aves están infestadas de las polillas , quan- do por el verano precedente se han visto las mariposas que las engendran ir revo- loteando dentro de lascaxas donde estaban encerradas, o quando á fines del Otoño , se advierten algunas de e.-tas mariposas muer- tas en el fondo de ciñas ; y asi conviene te- ner cuidado en esto , para acudir con reme- dio á tiempo conveniente , del modo que diré mas abaxo ; pero si , sin haber notado en tiempo alguno mariposas , se advierte en el fondo de las caxas un polvo compues- to de granitos redondos , desiguales , áspe- ros al tacto , y de un color gris , o pardo obscuro , no se puede dudar que sea pro- ducido de las polillas de quienes es el ex- cremento , y que maltratan las aves deba- xo de las quales está depositado. Es pre- ciso también cuidar de esto , como quan- do hay mariposas , para acudir á remediar- lo con oportunidad : porque no se debe olvi- dar que en ciertos tiempos causan poco da- ño estos animalitos , y son poco temibles ; pero son muy funestas las conseqiiencias si se tarda algo mas. Al presente conocemos los diferentes insectos destructores de las aves ; sabemos que todos provienen de huevos ; que todos durante un mismo tiempo viven baxo la forma de larvas o gusanos ; que en segui- da pasan á crisálidas , y de este estado al de insectos perfectos ; y que solo debaxo de esta forma es quando se ¡untan , y quan- do ponen los huevos. Hemos notado que los dermestos pro- ducen muchas generaciones en un verano, y que las épocas son inciertas ; y que al contrario , las truchas , las antrenas , y las polillas tienen un tiempo fixo y deter- minado para su generación , de donde se sigue , que la especie de los primeros exis- te en todo tiempo baxo la forma de hue- vos , y baxo la de crisálidas , mientras que las otras especies de insectos destructores no existen oaxo estas formas mas que en un tiempo limitado que conocemos , y que en otro , toda la especie tiene la forma de gusano. Los conocimientos deben servir- nos de guia para hallar los medios de des- G E N ERALES truir las generaciones enteras de muchos de los insectos que se introducen en las co- lecciones , sin que se deba temer , después de haberlos exterminado, que puedan haber dexado huevos , por medio de los quales volverían á renovarse. Porque si hallamos un medio de matar estos insectos , baxo de una forma en la qual no ponen , y en la que á un mismo tiempo , y de una vez existe toda la generación , exterminándo- los en este estado , habremos destruido to- da la especie de las caxas en que se habían introducido , y no habrá ya que temer mas que al enemigo que podrá venir de fuera, y al que no será muy difícil impe- dirle la entrada. El vapor que exhala el azufre mientras que se quema , ó el acido suliureo volátil , nos suministra el medio de que necesitamos. Este acido obra en los insectos en su estado perfecto , y en el de gusanos , y los hace perecer sin que nin- guno pueda resistir á su fuerza ; pero no la tiene para los huevos , ni para las cri- sálidas , de las que no dexan de salir los insectos baxo de su ultima forma , después de haber hecho los mas fuertes sahume- rios , como si no se hubiese hecho ninguno. No se pueden , pues , exterminar los in- sectos por medio del azufre mas que en dos estados , y yo no sé medio alguno pa- ra matarlos en el estado de huevos , ó de crisálidas , á lo menos en orden á una co- lección. Haciendo perecer los insectos con el azufre , baxo de su ultima forma , no hay seguridad de que no hayan puesto ya los huevos , ni deque estos insectos de la mis- ma especie no esten aun escondidos báxo las vestiduras de crisálida. Por esto sucede algunas veces que pocos dias después de ha- ber quemado el azufre en una caxa , en la que se han hecho morir las mariposas que iban revoloteando por ella , se ven vo- lar otras nuevas dentro de la misma , 6 en la Primavera siguiente se advieiten las aves que están en ella devoradas por las polillas. Las mariposas que han compareci- do poco tiempo después de los sahumerios, quando estos se hicieron todavia eran crisá- lidas , y las polillas que han devorado las aves por la Primavera siguiente han pro- venido de los huevos puestos ya de ante- mano. Pero si se quema el azufre en un tiempo en que todos los huevos están em- po- SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. podados , y en el que no hay crisálidas , ni insectos baxo de su ultima forma , en fin , en el que toda la generación se en- cuentra baxo la forma de gusanos , enton- ces de una vez se exterminan todos sin mie- do alguno de lo que ha podido preceder, ni de lo que podrá seguirse. Sabemos que las antunas , y las polillas , nuestros ene- migos mas formidables , existen durante el invierno en el mes de Diciembre , y en el de Enero , baxo la forma de gusanos ; que en estos dos meses , ni hay huevos, ni crisálidas , ni insectos perfectos de estas dos especies ; y que entonces solo existen baxo la forma de gusanos : en estos dos me- ses , pues , es quando conviene extermi- nar la generación por medio del azufre; y , aunque no tenemos la misma ventaja pa- ra con las otras dos formas de insectos , sin embargo , el primero de estos no es muy temible , y en caso de haberse multiplica- do mucho , como el verano es la estación en que la especie existe baxo la íorma de gusanos este sería el tiempo de valerse del azufre. En quanto a los segundos, como no hay tiempo determinado en que exis- ta toda la especie baxo la íorma de gusano, jamas se puede tener la seguridad de ha- berlos destruido por una sola operación ; y asi , lo mas acertado , por lo que mira á es- tos insectos , me parece que es hacer dos zahumerios á las aves que han asaltado ; uno luego que se advierta su existencia , tanto que sea en estado de insectos periec- tos , como en el de gusanos , y otro de allí á quince dias , ó un mes , según los grados de calor. El primer zahumerio mata los dermestos , baxo de su ultima forma , y si han dexado huevos , el segundo que se hace de allí á un mes mata los gusanos que han salido de ellos ; el primer zahumerio destruye también los gusanos que hubiere, y si son pequeñitos , y están lexos toda- vía de transformarse , hay motivo para pen- sar que será destruida toda la generación ; pero si ya estaban muy adelantados , se puede temer que algunos hubiesen ya pa- sado al estado de crisálidas ; entonces el segundo zahumerio exterminará los der- mestos que habrán comparecido baxo su ultima forma ; pero estos habrán ya podi- do poner , o todavia podrán permanecer en crisálidas. Estos insectos , pues, son muy difíciles de exterminar ; sin embargo , re- Historia Natural. Tom. I. pitiendo los zahumerios , observando las aves , y recurriendo al azufre tres ó qua- tro , o mas veces se llega á conseguir, aun- que sin saberlo , aquel instante en el que toda la generación estaba baxo la forma de gusano , y por consiguiente á exterminar- la del todo , y si después pasan uno o dos meses en el verano , en la Primavera , o en el otoño , sin descubrir nuevos indicios de una generación renovada , ya se pue- den lisonjear seguramente de haber des- truido toda la raza que pudiera haber en la colección de que se cuida. Como los objetos de que acabo de ha- blar son muy importantes , y de su ajus- tada y escrupulosa execucion , es de lo que pende la conservación de las colecciones , recapitularé en pocas palabras lo que ya se ha dicho. Quando por el verano se han visto den- tro de una caxa algunas mariposas , ó an- trenas , ó quando por los indicios que he manifestado , se advierten , por el otoño, o por el invierno , gusanos de estos insectos , en qualquier tiempo que se observen , se debe diferir y alargar hasta el mes de Di- ciembre , ó el de Enero , y usar entonces del azufre. A fines de Diciembre ,o á prin- cipios de Enero es el mejor tiempo para la operación. Si entretanto el número de insectos luese muy considerable , sería con- veniente matar con el azufre los que exis- tiesen sin reparar en el tiempo ; pero el pri- mer zahumerio no impediría , ni dispensa- ria de hacer otro por Diciembre , ó por Enero ; y al contrario , si este se execu- tase como se debe , bastaria para extermi- nar toda la generación. Si las bruehas estuvieren muy multi- plicadas será preciso hacer un zahumerio á mediados del verano. En fin , los dermestos se deben destruir con el azufre luego que se repara en ellos, sea en el estado que fuere , volver á repe- tir el zahumerio cerca de un mes después, y algunas veces hacer tres ó quatro de ellos de quince en quince dias , ó de tres en tres semanas , según se vayan notando indicios de nueva generación. Quédame todavia que manifestar el mo- do de usar del azufre. Lo mejor y mas conveniente es valerse de la flor de él : se derrama o se vierte dentro de un tarro , y se le pone fuego por dos ó tres partes con T un 146 DISCURSOS un papel encendido : se coloca el tarro en el fondo de la caxa que contiene las aves, y se cierra la puerta escurrediza de dicha caxa: el acido sulfúreo se va exhalando ba- xo la forma de un vapor o humo que se hace blanquecino quando se acumula , de- biéndose emplear bastante azutre , para que el vapor que se exhala mientras la quema , llene toda la caxa y la obscu- rezca hasta tanto , que mirando por entre los vidrios, cueste trabajo distinguir las aves mayores , ó las menores no se vean muy bien. Se logra esto con un quarteron de flor de azufre quemado en una caxa de cinco pies de alto , tres de ancho , y uno de hondo. Poco tiempo después de la que- ma el vapor se desvanece, cae, y se empie- zan á distinguir otra vez los objetos conte- nidos en la caxa que debe quedar cerrada; bien que cinco o seis horas después ya se puede sacar el tarro en que se ha quemado el azufre. Quando se abre la caxa se de- be tener cuidado en volver la cabeza , le- vantar la puerta escurrediza que la cier- ra , y evitar el vapor que sale de ella , porque haría toser mucho sin causar otro accidente , á menos que no se quedasen ex- puestos imprudentemente á su vaho. La caxa se debe poner en un parage ventila- do , o antes de quitar o levantar la puer- ta escurrediza abrir los balcones , y la puer- ta del quarto , para facilitar una ventila- ción que disipe el vapor en el instante en que se exhala de la caxa. Todos los dias no son igualmente buenos para azufrar ; los húmedos nada valen , por que el acido sulfúreo vuelve entonces á caer sobre las aves en un vapor húmedo que roería , y desluciría las plumas si se repitiese á me- nudo la operación ; pero en los dias frescos y secos se condensa el vapor , y cae seco baxo la forma de flor pequeña de azufre que no tiene acción alguna sobre las plu- mas , y solo las cubre de un polvo brillan- te , que después se quita con un poco de algodón , ó con las barbas de una pluma. No sucede lo mismo en los vidrios , tanto que se haya quemado el azufre en tiempo seco , como húmedo ; su vapor los ensucia y los empaña , pero se limpian cómoda- mente con un poco de albavalde desleído en agua. Sin embargo , el acido sulfúreo queda fuertemente pegado á las aves , á la caxa , y a todos los cuerpos que han si- G E NE RALES do impregnados , y durante mucho tiem- po continúa en obscurecer los vidrios , de suerte , que un solo zahumerio obliga á limpiarlos á menudo en los cinco o seis meses siguientes. Otro perjuicio del azu- fre es el de ennegrecer las hojas pegadas á las ramas que sostienen las aves ; pero es muy fácil renovarlas quando el vapor se ha disipado del todo , y estos inconvenien- tes no pueden compararse con la utilidad de conservar la colección. Yo no encuen- tro otro medio para lograr esto que el del azufre , y respecto á las preparaciones con que se pretenden poner en salvo las aves del daño de los insectos , me remito á lo que he dicho hablando del modo de enviar- las desde los países extrangeros. El alcan- for , el terevinto , y las diferentes subs- tancias odoríferas , que algunas personas colocan en las caxas no producen efecto alguno , porque estos olores nunca pueden estar bastante reconcentrados para hacer que perezcan los insectos : por la misma razón , los polvos aromáticos con que he aconsejado que en alguna manera se cubran las pieles que se envían de lexos , serian de ninguna eficacia colocados en las caxas destinadas para contener una celeccion. El uso del azufre , del modo que yo he indicado, me ha servido freqüentemen- te para libertar las aves de los insectos , de que estaban cubiertos quando los recibí , o los compré; tal es en mi colección un ca- soario que estaba infestado por todas las especies de insectos , y al que liberté por medio de tres zahumerios , uno en Agos- to , quando lo compré , otro en Septiem- bre , y el ultimo en el mes de Enero si- guiente ; después de este tiempo , que ya hace siete ú ocho años , no he advertido sobre esta ave ni un solo insecto. Lo mis- mo ha sucedido con un palomo coronado de banda , que llamaba la atención de to- dos los compradores en una venta pública, y que nadie quiso comprar por los insec- tos que le salían por todas partes. Refiero estos dos exemplos , á los que podria aña- dir muchos mas , para hacer ver que no hay necesidad de recurrir á menudo al uso del azufre , quando se hace como corres- ponde ; y que por consiguiente los incon- venientes que pueda tener , y que son muy débiles en comparación de sus ventajas , á nadie deben desviar del uso de él. En quan- to SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AVES. to á los cuidados que exige una colecccion, tanto para formarla , como para conservar- la , de que ya he hablado ; y á los que son necesarios para preparar las aves , debo decir que tendrán siempre empleada á una persona que se dedica á este género de ocu- pación ; pero estando las aves bien prepa- radas , no colocando entre las demas las 147 que tienen alguna sospecha de infestadas, y en fin , estando bien cerradas las caxas, basta visitar la colección quatro ó cinco ve- ces desde la mitad de Mayo , hasta quin- ce de Septiembre , y según las circunstan- cias recurrir inmediatamente al azufre , ó notar lo que se ha observado para usar de los zahumerios en el mes de Enero. NOT A. En el segundo discurso , sobre la naturaleza de las aves , liemos mani- festado con bastante particularidad el método de Brison , y descripto , según este au- tor , los caracteres de cada género. Paia que sea mas fácil de entender lo que hemos escrito acerca de este método , se han grabado los caracteres de cada género , que el lector encontrará en el orden de las láminas, que son parte de la nueva Encyclopedia. Los números corresponden con los géneros , y con las figuras que representan los ca- ractéres. Fin de los quatro discursos. T a Historia Natural. Tom . I. ABA- í49 ABA ABE A B A DEJO. Trocbilus en Latín. Paxárito muy vivo , saltador é inquieto que re- gularmente anida en las paredes y edificios : canta casi siempre, y con mas vigor por el mes de Mayo. Tiene mucha semejanza con el reyezuelo. ABANTO. Especie de buytre , algo menor y mas angosto de alas : la cola mucho mas larga , la que remata en punta. ABAXAK LOS HALCONES. (Cetr.)(*) Fallones emaciare en Latín. Essimer , abaisser , baisser le corps en Francés. Es dar de comer a los halcones carne lavada para que enflaquezcan y estén agiles y hambrientos para la caza. Véase Cetrería artículo Enseñanza ele los gerifaltes de Noruega. ABEJARUCO. Los abejarucos tienen quatro dedos , tres delan- te , y uno atras : el dedo de enmedio estrechamente unido con el exterior hasta la tercera articulación, y con el interior hasta la primera : ios pies muy cortos, y el pico corvo, puntiagudo y muy fuerte: estas aves son de forma muy prolongada , y poco corpulentas á proporción de su longitud : viven de insectos que cogen volando al modo de las golon- drinas, y son granívoras quando carecen de insec- tos. Hallase solamente en los países calidos , y si á veces se ven algunas en nuestras provincias templadas, ó en las regiones del Norte, son las que se expatrian por algún viento fuerte , ó van erran- tes por otra causa : tienen un aire pesado , y parece que conocen su mala disposición , pues desaparecen en muy poco tiempo. En Europa no conocemos mas que una ó dos especies de ellos; y al contrario en el Africa , y en el mediodia del Asia ay muchas de ellos , pero no en America , no siendo muy se- guro que se hallen en este pais , aunque los autores describen dos abejarucos , uno de los quales al Bra- sil, y otro á México. Estas aves son del genero LX.. del método de Brisson. Abejaruco. Lam. 938. Briss. tom. IV. pag. 531. Bel. Hlst. nat. des Oís. pag, 214. Bel. Fort, des Oís. pag. 5 1. Merops , apiaster en Latin. Gttepier en Francés. Dardo , jcvalo en Italiano. Carainal en Maltés. El abejaruco es del tamaño del martin-pescador , y tiene diez pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , y un pie y quatro pulgadas de vuelo: el pico esta rodeado por la parte superior de pltt- mitas blancas : la coronilla de la cabeza es de un azul de mar , con una banda de un verde obscu- ro : la parte posterior de la cabeza y del cuello , y lo alto del lomo son de un color de castaña hermo- so , el qual se extiende por todo el lomo aclarán- dose, y tomando una ligera tinta verdosa: el ovis- pillo , y lo superior de la cola son de un verde te- ñido de amarillo : por cada lado de la cabeza se ex- tiende una banda negra de delante atras siguiendo la linea en que esta colocado el ojo : la garganta es de un amarillo obscuro : la delantera del cuello , y la parte inferior del cuerpo de un azul de mar que se amortigua quanto mas se aproxima a la cola : las cubiertas de la parte superior de las alas están varia- das de leonado , roxo y verde , y las guias matizadas de color verde mar y roxo , terminando en negro la mayor parte de ellas : las dos plumas grandes del centro de la cola son de un azul de mar, mezclado de una leve tintura de roxo , y exceden nueve lineas a las laterales ; éstas no se diferencian en quanto al color , pero están ribetea- das de color de ceniza por dentro , y como quadra- das por su extremidad, en lugar de que las dos plumas del centro son puntiagudas : el iris ei roxo, el pico negro : los pies de un pardo bermejizo , y las unas negruzcas. Esta ave es común en las provincias meridiona- les : se halla en España y en Córcega ; y he visto muchas en el mercado de Roma donde las llevan á vender como género comestible : hace su nido en unos agujeros muy profundos que hace con el pico en las tierras blandas. Gen. LX. Abejaruco amarillo de la costa de Coroman- del. Vi age a las Indias y á la China, tom. II. pag. 213. lam. 119. Es mucho menor que el abejaruco de Europa , v se diferencia de la mayor parte de las aves de este género en que tiene iguales todas las plumas de la cola : la cabeza , y la parte posterior del cuello son de un amarillo pálido : desde el pico hasta poco mas alia del ojo se extiende una banda negra trans- versal : la garganta es verdosa : la delantera del cuello , el pecho y el vientre son amarillos , con una leve tintura verdosa : los lados del cuello de un amarillo obscuro : las pequeñas cubiertas de la parte superior de las alas , el lomo , y el ovispillo de un amarillo pálido, cortado por pequeñas bandas de un azul verdoso : las plumas de las alas , y de la cola son de un amarillo obscuro : las guias de las alas rematan en negro : el iris es bermejizo , y el pico y los píes negros. Ge y. XI VI. Abejaruco color d-e castaña y azul. .abejaruco de la Isla de Francia. Lam. 252. Bkiss. tom. IV. pag. 543. lam. XLIV.fig. 1. Es quasi del tamaño del común : la parte supe- rior de la cabeza , del cuello , y el lomo son de un color de castaña obscuro -. el ovispillo azulado : la (*) Debiendo el Diccionario de la Ornitología , según el plan general de la Encyclopedia Metódica , contener los términos de ai uña. y ca^a relativos a las aves ; se indi- carán los primeros con las iniciales (cetr.) y los segundos por la voz (caza). i^o ABE garganta , la delantera del cuello , el pecho , y la parte inferior del cuerpo de un azul de mar : el ala recogida parece enteramente verde , excepto la extremidad de las plumas que es negruzca : la cola es azulada por encima, y de gris por debaxo : el pico negro , los pies bermejizos , y las unas de un pardo negro. El ave representada en la lam. 514. con el nombre de abejaruco de cola larga del Sene gal. se diferencia del de la Isla de Francia, en que se- gún la lamina parece mucho mayor , y en que las idas y la cola son de un color de castaña. A pesar de estas diferencias , es muy verisímil que dichas dos aves solo sean una simple variedad. 6 en. LX. ABEJARUCO DI CAEEZA AMARILLA. VCaSC ICTERO- CEFALO. Abejaruco de cabeza amarilla y blanca. Briss. tom. IV. pag. 53 9. Este abejaruco , del que hablan los autores si- guiendo a Aldrovando , es mucho mayor que el nuestro: la pluma de la cabeza esta variada de man- chas de un amarillo mas o menos obscuro sobre fondo blanco : la parte superior del cuello , las plumas escapularias , y el lomo son amarillazos: el ovispillo de un roxo obscuro : la garganta , la delantera del cuello , el vientre , ios costados , las piernas , y la parte inferior de la cola blanquecinas: el pecho bermejizo, las alas de color de yerro, la cola blanca en su nacimiento , y del color de las alasen lo demás: las dos plumas intermedias cerca de ocho pulgadas mas largas que las laterales : el iris amarillo , los parpados roxos , y el pico de un amarillo verdoso. Este abejaruco no se ha vuelto a encontrar después del que vio Aldrovando, y se ig- nora de donde fue traído. Gen. LX. Abejaruco de caelza de cris. Briss. lom. IV. pag. 541. Esta ave indicada por Seba , según se deduce por la figura que la representa , es muy semejante al abejaruco común , tanto por la forma del pico, como por la longitud de las dos plumas del centro de la cola , pero hay mucha duda en que tenga los pies como los demás abejarucos. Brisson dite que la lamina esta executada ton bastante cuidado , excep- to los pies : hujus ¡con satis accmata (exccptis pedibus), y Montbeillard observa que esta ave no tiene mas de la América que el nombre que Seba ha querido darla : y asi este pretendido abejaruco de México no prueba que este género de aves se halle efeétiva- mente en América. Es del tamaño de una alondra : tiene la cabeza de gris : Ja parte superior del cuerpo variada de ro- xo y amarillo , sobre íondo de gris: la inferior de un amarillo claro teñido de bermejizo : las alas de gris : las dos plumas del centro de la cola roxas, las laterales de gris , y el pico de un verde bri- llante. Gen. LX. Abejaruco de cabeza roxa. Briss. tom. IV. pag. 563. lam, XL1V. fig. 3. A. Gen. J X. Tiene cerca de seis pulgadas de largo , y la ca- beza , y la parte inferior del cuello de un roxo vivo : enmedio de cada lado de la cabeza campea una banda transversal negra: el lomo, la rabadilla, y la parte superior de la cola son de un verde bri- llante ; la garganta amarilla : la delantera del cuello. ABE y la parte inferior del cuerpo de un amarillazo, con mezcla de roxo : las alas por encima de un verde obscuro : la cola verde por encima , y cenicienta por debaxo : el iris roxo , el pico negro , los pies cenicientos , y las unas negruzcas. Brisson que ha descripto este abejaruco con arreglo a un diseno he- cho por Mr. Poivre , no dice en que parte de las ludias Orientales se halla. Abejaruco de cola larga del Senegal. Lam. 3 1 4. Ve ase Abejaruco color de castaña y azul. Abejaruco de collar azul del Senegal. Ve ase Abejaruco roxo y verde del Senegal. Abejaruco de collar de Bengala. Briss. tom. iV.pag. 5 52. Vease Abejaruco verde de garganta AZUL. Aeejaruco de collar de Madagascar. Lam. 740. Briss. tOm. IV. pag. 549. Vease Aeejaruco verde DE GARGANTA AZUL. Abejaruco de Egypto. Es verisímil que este abejaruco solo sea una varie- dad del nuestro , producida por la influencia del cli- ma, puesto que tiene el mismo tamaño, y los colo- res se diferencian poco: la garganta es de un blanco bermejizo : lo alto del cuello por delante de un roxo claro : todo lo superior del cuerpo , y las alas son de un verde obscuro , mezclado de azulado que rodea las plumas : la parte inferior del cuerpo de un verde muy amortiguado , con mezcla de blanco azulado : las guias de las alas por encima y parte exterior son verdosas, y pardas por la interior: la cola de un verde obscuro por encima , y las dos plumas del centro exceden a las laterales en cerca de dos lineas : el pico es negro , y los pies pardos. Este abejaruco le traxo de Egypto el medico Ho- Ilande , que recogió varios individuos de esta espe- cie ó variedad , y por consiguiente es común en Egypto donde no hallo ninguno semejante al nues- tro. Gen. LX. Avejaruco (grande) de Filipinas. Lam. 5 7. Briss. tom. IV, pag. 560. Vease Abejaruco verde de cola azul. Abejaruco (pequeño) de Filipinas- Briss. tom. IV. pag. s 5 5 . Vease Abejaruco verde de garganta AZUL. Abejaruco de gris de Etiopia. Este abejaruco solo se conoce por una nota de Linnéo , Sist vat. cd. XIII. g. 6 3. sp. 7. El naturalista Sueco nos dice que este abejaruco tiene el plumage pardo , la cola muy larga , y una mancha amarilla cerca del ano. Gen. LX. Abejaruco de Guinea. Vease Abejaruco roxo y verde del Senegal. Abejaruco de la Isla de Francia. Lam. 251. Briss. tom.IV.pag. 543. Vease Abejaruco color de CASTAÑA Y AZUL. Abejaruco de la Nubia. Lam. ¿49. Vease Abeja- ruco ROXO DE CAEEZA AZUL. Abejaruco del Brasil. Briss. tom. IV. pag. 540. Brisson describe este pretendido abejaruco pol- la relación de Seba , adviniendo que la lamina que le representa le ha parecido que esta hecha con po- co cuidado : de aquí , pues , podrían nacer dos du- das, a saber, que este sea un abejaruco, y que se halle en el Brasil. La autoridad de Seba no prueba que ABE que en América hjiya abejarucos, donde los autores, y los viageros jamas han visto ninguno, y de don- de nunca han enviado individuo alguno, Ll ave de que se trata es del tamaño de nuestro abejaruco : su cabeza , su garganta , y lo interior del cuerpo son de un color de rubí brillante : la parte superior del cuerpo esta variada de pardo y negro : las alas y la cola son de un azul claro ; y el pico , los pies, y ¡as unas amarillas- Los colores de esta ave se ha- llan hermanados tan extraordinariamente y reparti- dos tan al contrario del uso común de la naturaleza, rjue puede dudarse de su existencia. Abejaruco (pequeño) del Senegal. Lam. 318. f'eaíc Abejaruco roxo y verde del Senegal. Abejaruco de Madagascar. Lam. 5 5 y. Briss. tom . IV. pag. 545. Vcase Patirich. Abejaruco roxo de cabeza azul. abejaruco de la iNubia. Lam. ¿44. Pe esta especie nueva y traída de la Nubia na- die había hablado ames de Montbeillard. La cabeza, la garganta, el ovispillo , y las cubiertas de lo su- perior e inferior de la cola son de color de agua (ic mar : la parte posterior del cuello , y la superior del cuerpo de color de teja, y la inferior carmesí: las alas y la cola del mismo color que el lomo, excepto las quatro guias de las alas mas inmediatas al cuerpo que son de un verde pardo , con visos azulados, y la extremidad de las demás guias que es de un pardo azulado : el pico negro , y los pies de un color de ceniza claro : las plumas de la coia son ¡guales. Gen. LX. Abejaruco roxo y verde del Senegal. Abejaruco pequeño del Senegal. Lam. 31 8. F.sta es una de las aves mas pequeñas de este género , y solo de seis pulgadas de largo : la parte superior de la cabeza , del cuello , y de todo el cuerpo es de un verde mas obscuro en la cabeza, y en el cuello , y mas claro en ei ovispillo: detias del ojo tiene una raya negra : la garganta es amari- lla: la parte inferior del cuerpo blanca: las plumas de las alas y de la cola son de color de teja, termi- nadas en negro , y el pico y los pies negros. Yo conservo dos abejarucos que tienen mucha semejan- za con éste , y que por su tamaño , y los parages donde se hallaron solo me parecen variedades : el primero que se traxo de Guinea es del tamaño de el del Senegal , y se diferencia en que tiene una mancha negra en lo inferior de la garganta ; esta mancha está por arriba separada de lo amarillo de la garganta por una linea azul transversal , que solo forma una raya muy estrecha : por los lados , y lu- cia la parte inferior del cuelio la mancha negra está rodeada de pardo , el qual se desvanece en un fon- do de un verdoso lavado , que pinta ó cubre todo lo superior del cuerpo ; el otro abejaruco me lo re- galaron como traído del Senegal: es un poco mayor que los dos anteriores : tiene la delantera de la ca- beza de un azul pálido , y en lo inferior de la gar- ganta un semicoliar de otro azul muy hermoso , cu- ya linea superior , mezclándose con lo amarillo de la garganta, es de un verde claro. La parte superior del cuerpo es de un verdoso pálido. Escos tres pa- xaros tienen ¡guales las plumas de la cola. Gen. LX, ABE 151 Aeejaruco verde con alas y cola roxas. Lam .454. fcste abejaruco tiene ocho pulgadas de largo se- gún la lamina que le representa : todo el cuerpo es de un venae obscuro : la garganta , y los lados del cuello son pardosos : enmedio del ala tiene una li- nea transversal blanquecina : las guias de las alas , y plumas grandes de la cola son rubias : el pico ne- gro , los pies de un pardo claro , y mucho mas lar- gos de lo que comunmente los tienen los abejarucos. Lsta ave se ha indicado en la lamina como de la Cayena ; pero yo dudo mucho con Montbeillard que Jiayq ningún abejarucp en la Cayena , ni en toda la America , y hasta ahora no hay ningún testimo- nio incontrastable que lo pruebe. Gen. LX. Abejaruco verde de cola azul. Abejaruco grande de Filipinas. Lam. 57. Briss. tom. fV. pag- 560. lam. XLlll. fig. 1, Ge- nero LX. Ls un poco menor que el común : la cabeza y toda la parte superior del cuerpo son de un verde obscuro , cambiante según los aspectos en color de cobre purificado : el ovispillo , y la par e superior de la cola de un azul de mar : enmedio de las me- xillas tiene una banda transversal negra : la garganta es de un amarillo que en algunos individuos ura a verde, y en otros a leonado : la delantera del cue- llo , y la parce inferior del cuerpo son de un verde amarillazo , cambiante en leonado , según recibe la luz ; las alas son del mismo verde que el lomo por encima : la cola de color verde mar , y las plumas quasi iguales : el pico es negro , los pies y las uñas pardas. Aeejaruco verde de garganta azul. Abejaruco de collar de Madagascar. Lam. 740. Briss. tom. IV. pag. 549. lam. XLli. fig. z. Desde la punta del pico a la de la cola tiene de largo nueve pulgadas : toda I4 parte superior del cuerpo es de un verde con un viso que tira al color y brillo del oro : la garganta, la parte inferior del cuerpo son de un verde mar , bañado , como el lo- mo, de un matiz de color de oro : en cada lado de la cabeza tiene una raya negra que pasa por encima de la órbita , y en lo inferior de la garganta otra raya negra transversal , la qual parece que forma un collar : el ala recogida es verdosa, y la punta de las guias negra : las dos plumas de la cola mas lar- gas que las laterales, son negras por su extremidad, y todas ellas cenicientas por debaxo , y verdes poa- encima : el pico es negro , y pies y uñas pardas. Brisson describe dos abejarucos que según la des- cripcion de su plmnage parecen unas ligeras varie- dades del anterior : al uno le llama abejaruco de co- llar de Bengala , tom. IV. pag. 551. y al otro pequeño abejaruco de Filipinas , tom. IV. pag. 555. lam. XLlll. fig. 1. No entraré en el por menor de Ips caraéiéres que distinguen estos dos abejarucos entre sí , y del de Madagascar : las personas que quisieren tomarse el trabajo de confrontar las descripciones , podrán convencerse por si mismas de la poca diferencia que se halla entre estas tres aves , y de la probabilidad que hay en que no se3n mas que variedades del sexo, de la edad , o del clima. Gen. LX. Abe- 1^2 ABE Abejaruco (grande) verde y azul. Esta es una especie nueva traída de ¡as Indias Orientales por Sonnerat , y descripta por Montbei- llard : su longitud es de diez pulgadas : las dos plu- mas del cencro de la cola son siete ú ocho lineas mas largas que las laterales : la frente , las mexillas, y toda la parte inferior del cuerpo de color de agua de mar : la superior de la cabeza , y del cuelio mo- radas : la garganta , lo inferior de las mexillas , y la delantera del cuello están matizadas de un amarillo hermoso : la parte superior del cuerpo es de un verde dorado , y las alas verdes. Gen. LX. Abejaruco (pequeño) verde y azul de cola desigual. Briss. tom. IV. pag. 558. lata. XUV. fig. 1. A. Su longitud desde la punta del pico a la de la cola es de cerca de cinco pulgadas y media : toda la parte superior del cuerpo Je un verde lustroso, con un viso que tira un poco á color de oro : en cada lado de la cabeza , y en la linea donde está colocado el ojo tiene una raya salpicada de negro y blanco : la garganta es amarilla : la delantera del cuello de color de castaña : la parte inferior del cuerpo de un azul de mar , con mezcla dorada como el lomo : las alas plegadas parecen verdes : la Cola es de este mismo color por encima , y ceni- cienta por debaxo : las guias ó plumas grandes late- rales son cenicientas por su orilla interior, y las dos del centro exceden un poco á las laterales, que todas van en diminución : el iris es roxo , el pico negro , los pies cenicientos , y las uñas negruzcas. Gen. LX, ABUBILLA, (la) Lata. 5 i. Briss. tom. II. pag. 455. lam. XLIII. fig. 1. Ge- 7¡Ci o XX ¡A II, Bel. Hist. nat. des Oís. pag. y fig. 193. Bel. Poet. des Oís. pag. 71. Upupa en Latín. Huppe en Francés. Popa en Portugués. Bubbo/a , buba, gállelo di magio , galleto di marzo en Italiano. Wide-hopf, fyat-boan , &c. en Alemán. Hoop , boope , boopoop en Inglés. Baer-fogc l en Sueco. V itdefy en Polaco. La abubilla tiene el pico largo , delgado y un poco arqueado ; pero el caraéter que especialmente la distingue es un penacho mas grande á proporción que el Je otra ave alguna : se compone de dos hi- leras de plumas inclinadas y echadas hácia atrás en su estado natural ; pero que el ave levanta á su ar- b¡ rio , según los afectos que padece , dexando en- tonces un vacio en la coronilla de la cabeza , y for- mando por encima una ancha corona , cuya altura es de dos pulgadas y algunas lineas. La abubilla no es tan grande como el mirlo : su longitud es de diez pulgadas y diez lineas desde la punta del pico á la de la cola: tiene diez y seis pul- gadas y media de vuelo , y sus alas llegan hasta la mitad de la cola : las plumas que coronan la cabeza en forma de penacho son de un roxo lustroso, algo mas claro por su extremidad, y terminado en una mancha negra : lo restante de la cabeza , ¡a gargan- ABU ta , el cuello , y el pecho de un color de gris vino- so; y lo alto del lomo, y las cubiertas pequeñas de las alas de un gris puro y sin mezcla : lo inferior del lomo , las plumas escapularias , las cubiertas me- dianas y grandes de las alas están variadas ahernati- vamente de rayas anchas , unas de color pardo ne- gruzco , y otras de blanco bermejizo : el ovispillo es blanco , y lo superior de la cola negro : el vien- tre , los costados, las piernas , y lo inferior de la cola son de un gris blanco y bermejizo : el color negro es el dominante en las guias de las alas y plumas grandes de la cola , pero están salpicadas de manchas blancas que forman , sobre las alas recogi- das, cinco zonas ó bandas, y una en la cola mas ancha hácia la tercera parte de su longitud : algunos individuos tienen lunares negros y oblongos en los costados : el nacimiento del pico es de color de carne amortiguado , y negruzco en lo demás : los pies y las unas son pardas. La abubilla es ave de pasa : llega por la prima- vera , y se va á fines del verano , y principios del otoño para retirarse á los países meridionales : ja- más se vé volar en bandadas , ni aún á su llegada ó partida : busca las praderas y tierras frescas , y re- gadas donde halla con mas facilidad los gusanos y otros inseétos con que mantenerse : también íre- qiienta los parages altos, quando halla en ellos cas- cadas de agua y cieno , en el qual hay inseétos , 6 tierras arenosas y delgadas que convienen a ciertas especies de escarabajos de que gusta : pone en los agujeros de los árboles huecos , ó en las grietas de las paredes y peñascos , dexando los huevos sobre el polvo o tierra que , por lo común , hay en estos agujeros sin añadir cosa alguna : regular- mente asciende su número á quatro ó cinco : son de color de gris , y los padres y madres , según la observación de algunos autores , ponen hasta tres veces al año : de lo dicho se infiere, que es falso lo que alguno > dicen , que la abubilla revoque su nido con excrementos, y aún con excrementos humanos: su carne , según aseguran los que no tienen preocu- pación alguna , es de un gusto agradable y delicado. Es ave desconfiada , y que se coge difícilmente sea con la especie de lazo que se sea ; pero aguarda bastante , y por lo mismo se le puede tirar con fa- cilidad. Los polluelos se crian sin mucho cuidado alimentándolos con carne cruda ; aún los que se co- gen viejos se acostumbran con poco trabajo á la es- clavitud : Montbeillard refiere un exemplo que prue- ba que estas aves se hacen muy familiares , y que parecen también capaces de algún apego. Las abubillas por el verano se internan mucho hácia el Norte de la Europa , y con todo eso no se detienen en el hibierno en sus países meridionales: necesitan de regiones mas cálidas , y entonces hay un gran número de ellas en Egypto : en el Cabo de Buena Esperanza las hallaron también con abundan- cia Sonnerat y Commer^on , y el primero de estos dos viageros en Madagascar : las leves diferencias que pueden descubrirse entre las pieles de las abubi- llas traidas de aquellas regiones, y las nuestras me parecen demasiado tenues para no mirarlas, no so- lamente como la misma especie , sino también co- mo los mismos individuos que se transportan de un clima á otro : si el frió blanquea las plumas de las ABU mismas aves sin que muden de pais , i por qué el calor no hará sus colores mas obscuros ? Y asi mas ob euros, ó mas claros no me parecen razones para separar las abubillas del Cabo y de Madagascar de las nuestras ; pero Montbeilíard observa que estas abubillas son mas pequeñas , y tienen el pico mas corto , á proporción , y el moño o cresta mas baxa: si estas diferencias son ciertas, y se encuentran en muchos individuos , las abubillas del Cabo y de Madagascar no se alejan de estas regiones hasta pa- sar a Tas nuestras , y son una varieded de la nuestra producida por el clima. Abubilla negra. Briss. tom. III. pag. 317. Gen. XXX 'VII. Montbeilíard ha dado a esta pínula el nombre de abubilla negra , por la cresta ó penacho de este color que se eleva en la coronilla de la cabeza. Es mucho mayor que nuestra pínula : tiene cerca de seis pulgadas de largo, y está matizada de los colo- res mas brillantes : To superior del cuerpo , las alas, y la cola son de color de escarlata : lo inferior de un azul brillante , con una mancha negra en lo in- ferior del cuello : estos colores están realzados por lo negro de la cresta con la qual contrasta un pico blanco. Suba , a quien se debe el conocimiento de esta ave , no dice en que parte de América se halla. Abubilla negra y blanca. Es mayor y mas grande que la nuestra ; y su longitud de diez y seis pulgadas : su pico es a pro- porción mas corto : sus piernas al contrario mas largas , y mucho mas gruesas : la cabeza , desde la raíz del pico hasta encima de los ojos , está cubierta de plumas, puestas en forma de cresta, de un blan- co ceniciento , delgadas , estrechas , y con barbas desunidas , las quales van alargándose desde el na- cimiento del pico hasta encima de los ojos : lo res- tante de la cabeza , el cuello , y lo inferior del cuerpo es de un blanco lavado de gris : lo supe- rior del cuerpo de un pardo negruzco : las alas y la cola negras por encima , y por debaxo de otro ne- gro mas claro : enmedio del ala recogida tiene una mancha blanca : el pico , los pies y las uñas sen de un amarillo fusco : esta especie se halló en Mada- gascar, en el Cabo de Buena Esperanza , y en la Isla de Borbon. Gen. XXV 11. ABUCASTA. Véase Avucasta. AEURUJARSE. (Cetr.) Empelota- en Francés. Se dice quando un ave de rapiña digiere mal la comida , y se hace pelotones en el buche , y en- tonces es necesario valerse del vaciador para sa- cárselos. ABUTARDA. Véase Avutarda. ACALOT (el) O ZARAPITO VARIADO de México. Briss. tom. V. pag. 333. Acacalotl por los Mexicanos. Esta es un ave del género LXXVIII. : su longi- tud , desde la punta del pico á la de la cola , es de cerca de tres pies : la parte anterior de la cabeza no tiene plumas , y esta cubierta de una piel que tira á colorada : la de atras de la cabeza , y el cuello tie- nen una mezcla de pardo , de blanco , de verde obscuro , y de un poco de leonado : el lomo está Historia Natural . Tom. I. ACE 153 variado de negruzco , de verde y de morado , mez- clados confusamente : el pecho y el vientie vesti- dos de plumas pardas , entre las quales hay algunas encarnadas : las alas y la cola son de un verde pa- vonado : los ojos negros : el iris de color de san- gre , el pico azul , y los pies negruzcos. Esta ave indicada por Hernández se encuentra en México. Btirron y Brisson no han dudado reputarla por gara- pito ; pero Adamson en la palabra acacalotl , suple- mento de la Enciclopedia, juzga que no es un garapito, sino un género particular semejante al ibis ; fundan- do su parecer en la desnudéz de la parte anterior de la cabeza del acacalotl. Pero , en una descripción tan poco completa como la que nos ha sido trans- mitida respeéto de esta ave , determinar positiva- mente su género es correr riesgo , si se llega á ver el ave referida, de haber perdido el tiempo en for- mar conjeturas , ninguna de las quales, quizás po- dría realizarse si se proporcionara observar el al- cacalotl. ACATECHICHICTLI. (el) Especie de Tarín de México. Briss. tom. III. pag. 70. Gen. XXXII. Este paxaro conocido por la indicación de Her- nández que le ha dado el nombre Mexicano de aca'.echicbictli , y que Montbeilíard ha abreviado en el de acatéchili , se nos representa como una especie de tarín que tiene el mismo canto que el de Euro- pa , que se mantiene de los mismos alimentos , que se semeja en los colores y en el cuerpo , v que se recrea en los cañaverales. Toda la parte superior de! cuerpo , las alas y la cola son de un pardo que tira á verde , y la parte de abaxo del cuerpo de un blanco que tira a amarillo. ACETRERO. Lo mismo que Halconero. ACEYTUNADO. Olivct en Francés. Esta es la decimaseptima especie de tangaras descripta por el Conde de Buflón que ha sido el primero que ha dado á conocer esta ave , y habla de ella en los términos siguientes: „ Le hemos dado el nombre de olívete, accytuna- ,, do , porque todo él es de color de oliva mas obs- „ curo por la parte superior del cuerpo , y mas cla- ,, ro por la inferior : las guias de las alas son tam- „ bien de color mas obscuro que el lomo , porque ,, son casi pardas , distinguiéndose únicamente en „ ellas algunos visos verdosos. „ Su longitud es de cerca de seis pulgadas , y „ sus alas llegan hasta la mitad de la cola. Este tan- „gara nos le enviaron de la Cayena. Gen. XXXI. Aceytunado ó pinzón de la China. Fringilla Sincnsis en Latín. Olívate en Francés. Este pingan , llamado aceytunado por sus colores, es del tamaño de un pardillo con corta diferencia: tiene quacro pulgadas y once lineas de largo , y ocho y quatro lineas de vuelo : la parte superior de la cabeza y del cuello es de un pardo aceytunado: todo lo superior del cuerpo , y las cubiertas supe- riores de las alas del mismo color , mezclado de una leve tintura encarnada : las cubiertas superiores de la cola , las plumas que rodean la raíz del pico, las mexillas , la garganta , y la delantera del cuello de color de oliva : lo inferior del cuerpo colorado V co„’ i ACE con mezcla amarilla , particularmente enmedio del vientre : las cubiertas inferiores de las alas y de la coia pnrdiamarillas : las grandes mas distantes del cuerpo negras : las guias de las alas amarillas en la primera mitad , negras en la segunda, y terminadas de blanco que rodea también lo excerior de las guias medianas : las de la cola son amarillas, termi- nadas en negro que se extiende mucho menos quanto las plumas son mas exteriores : la cola está un poco ahorquillada: el pico, los pies, y las unas son amarillazas. La hembra solo se diferencia del macho en te- ner los colores menos vivos. ACERCAMIENTO, (caza) A pproche en Francés. Estratagema ó ardid de que se valen para tirar con el fusil a los añades silvestres. Vease Acercar. ACERCAR, (caza) Esta palabra conserva en términos de caza su significación propia , y expresa los ardides y sutile- zas de que se valen para juntar las aves aquaticas bastante cerca para poderlas tirar. Tiene buen éxito esta ca/a valiéndose de uno de los medios si- guientes: i.° Se dispone un vestido ó una casaca de lien- zo ó de otra ropa leonada ó negruzca ; pero que sea tal que imite el color mas regular del pelo de las bacas , ó de los caballos. Esta casaca debe termi- nar con una especie de cabeza ó birrete que imite la forma de la de una baca , ó de un caballo. Qua- tro apéndices representan los pies del cjuadrúpedo cuya figura se quiere imitar : el cazador mete las piernas en los pies fingidos de detrás que son dos estuches ó fundas vacias , se envuelve bien con la casaca que debe ser ancha, mete la cabeza dentro de la del animal fingido que le sirve de sombrero, y en la que se hacen dos agujeros ó aberturas par3 los ojos , y asegura sobre su cabeza este armazón con dos cintas que tiene pegadas á los lados , y que ata al rededor de su cuello. En el sitio donde cor- responden los brazos se dexan colgar dos pedazos de lienzo ó dos fundas fingidas para imitar las pier- nas de delante de un quadrúpedo. El cazador envuelto con su vestido ó casaca, teniendo debaxo su fusil , y llevando la punta hacia delante , anda poco a poco algo inclinado yendo a un lado y a otro hasta que se le proporciona po- nerse en vista de las aves , ó se acerca á los parages que freqüefttan. (*) z.° Se busca una cuerda delgada ó un cordel bastante largo para que atándose ó antes bien co- siéndose entre si por las dos puntas forme un cír- culo que entre hasta la mitad de la cabeza del caza- dor , y se pegan a esta corona , á distancias iguales, quatro corde.itos de cerca de cinco pies y medio de largo. Estos quatro últimos cordelitos sirven para atar tres aros de los quales el primero debe quedar suspenso en lo alto de la cintura del cazador: el se- gundo en la mitad de los muslos; y el tercero en la canilla o junto al tobillo. A estos aros se atan unas ramas chiquitas y ligeras , cubiertas con sus hojas de manera que escondan al cazador, las que (*) En España se llama esra añagaza buey de a xxyi, que le hay de dos maneras verdjdero y fingido": el fingi- ACI deben exceder su cabeza , sin impedir por esto que pueda ver lo que pasa a su rededor; teniendo cuida- do de llevar su fusil dentro de la maquina , de no sacar fuera mas que la punta , y de andar poco a poco , hasta que está cerca de los parages que fre- qüentan las aves. No omitiremos advertir , que aunque se pon- dere mucho esta maquina , no es tan útil como la casaca descripta en el artículo precedente , puesto que esta solo puede servir en la estación en que tienen hojas las ramas ; porque es preciso que estas se renueven , y porque no puede usarse de ella en el hibierno que es el tiempo proporcionado y pro- pio de la caza para que se destina. Tanto que se valgan del primero, como del se- gundo medio , la hora propia de cazar es al salir el sol , quando las aves aquaticas vuelven en bandadas de las tierras en que han estado paciendo y buscan- do su alimento durante la noche. Entonces se pue- den disparar muchos tiros de seguida sobre una bandada, y esperar á las aves á su entrada unas des- pués de otras ; y al contrario , si se las sorprehende de dia en los pantanos, se alejan al primer tiro , y es preciso ir tras ellas. ACINTLI. Especie de Calamón. Vorphirio acintli en Latin. Acintli en Francés. 1 1 acintli , según Brisson , es el mismo páxaro que el calamón : este autor dice precisamente que se encuentra en las Indias Orientales , y en diferentes partes de la América baxo la zona tórrida , y que desde la Cayena se lo remitieron a Réaumur. Bufion, por el contrario, no juzga que el acintli sea el cala- món ,, ademas de la contrariedad de los climas que ,, no permiten, dice este sabio, pensar que un ave „ de vuelo pesado , y propia de las regiones del „ Mediodía, haya pasado de un Continente á otro, ,, el acintli no tiene los dedos y los pies encarnados, ,, sino amarillos ó verdosos. “ Entre las dos opiniones de Buflón y Brisson, creo deber abrazar el diétamen del primero , no por la diversidad y oposición de los climas , ni por la diferencia en el color de los pies ; sino porque parece que el color de púrpura negruzco , que es el fondo del color del acintli , no corresponde al azul purpúreo del calamón ; y sobre todo , porque los colores no me parece que se semejen ó tengan co- nexión , y asi el acintli y el calamón son diferentes. Brisson vió este páxaro que le enviaron de la Ca- yena á Réaumur; pero viviendo este académico, le enviaban las aves en el aguardiente chinguerito ó licor que pudo alterar el color del plumage , y ha- cer que Brisson se engañara. Sin embargo , yo mis- mo he recibido de la Cayena muchas pieles de ca- lamones pequeños, los que, según Brisson, tanto se encuentran en América, como en las Indias; y el calamón pequeño de la Cayena me ha parecido se- mejante al del antiguo Continente. Esta observación tal vez milita mas en favor del diétamen ó parecer de Brisson , puesto que la diferencia de color entre el plumage de los dos calamones , no le es desfavo- rable : en medio de estas incertidutnbres , concluiré so- do es el vestido que se acaba de describir ; y el otro se llama de cabestrillo, f'eme Buey de caía. ACO solamente con Bufón v Brisson , que el acintli es un calamón del «enero LXXXVII. pero sin decidir ni negar su identidad con el calamón propiamente lla- mado asi , ó el porfirion de los antiguos. Bufón une al acintli un ave indicada por el Pa- dre Feuillée , v que Brisson llama calamón de cabera negra , no sabiendo cosa alguna acerca de esta ave, sino que es del mismo tamaño , y del mismo plu- tnage que el calamón , y solo difiere en que las plu- mas de la cabeza son negras , por lo que solo se puede mirar como una variación de la misma es- pecie. ACOHO O GALLO de Madagascar. Véase Galio. ACOLCHICHI de Seba. Especie de Trupial de México. Brxss. tom. I. par, 88. Este es un paxaro del género XIX. del método de Brisson , y de el del trupial , al que dan los Franceses el nombre de acolchi que es una abrevia- ción del Mexicano acolcbichi. Este paxaro solo le conocemos por la figura que da de ei Seba , tom. I. pag. 84. lab. LV. fig. 4. Es algo mayor que un mirlo: I3 cabeza y cuello son negros : todo el cuerpo por arrioa y por abaxo está vestido de plumas de un amarillo reluciente : las de las alas y de la cola son negras , pero las cubiertas de las alas terminan con una mancha de color de oro , y el pico es amarillo. Se encuentra en la América , y según Brisson prin- cipalmente en México , lo que parece indicar su nombre si esta bien aplicado. AGACHADIZA. luán. 8 S 3. Bkiss. tom. V. pag. 18?. Bel. Hist. nat. des Oís. pag. 115. Bel. Port. des Oís. pag. 54. Gallinago minor en Latin , por la mayor parte de los autores. Bccassinc en Francés. P'nptfrdella en Italiano. Heer-scbenpfc , waner-sebenefe en alemán. Snipc , smte en Inglés. La agachadiza tiene los caraéiéres exteriores , y con poca diferencia , casi el mismo plumage de la chocha perdiz : es también ave de pasa : liega por el otoño a nuestros paises , y se marcha por la prima- vera. Las agachadizas regularmente van solas , y algu- nas veces tres ó quatro juntas : habitan en ias pra- deras baxas y pantanosas , buscan los herbazales que circuyen los rios , y se esconden y paran entre los mimbres : huyen desde muy lejos , y después de dos ó tres revoloteos se remontan hasta dos ó tres- cientos pasos , ó se elevan hasta perderse de vista dando un grito que se oye aún después de haberlas perdido de vista : por el hibierno se acercan á las fuentes calidas , y a las marismas que se forman por la vertiente de sus aguas : por la primavera no se alvergan en las montañas sino en las llanuras mas septentrionales que las nuestras , como las de la Alemania y la Silesia , &c. sin embargo , suelen quedarse algunas por el verano en nuestros marja- les , y anidar en ellos : colocan su nido al pie de los sauces ó de los álamos , en los parages menos accesibles de los marjales : lo forman de yerbas Historia Natural. Tom, /. A G A ice secas , y 10 guarnecen por dentro de plumas : por Junio ponen quatro ó cinco huevos oblongos, blanquizcos , y con pintas roxas : los hijuelos dexan el nido luego que salen de la cascara , pero la ma- dre tiene cuidado de ellos hasta que se hallan en estado de poder por si mismos acudir á remediar sus necesidades. Es verisímil que las agachadizas se alimenten de gusanos lo mismo que las chochas perdices. Sin em- bargo no es cierto esto , porque no se encuentran en su estómago mas que algunos licores , y un re- siduo terregoso que son el producto de sus ali- mentos : pasan por la caza mas difícil de tirar , y no se alcanzan ni se ponen a tiro mas que metién- dose en los parages mas húmedos de los pantanos, donde no se pueden sostener mas que con la avuda de espontones que se usan para esta caza, aunque también se cogen con ballesta. Véase Ballestilla. La agachadiza por lo regular es muy crasa , y se tiene por un excelente bocado : su especie esta uni- versalmente extendida por el antiguo y nuevo Con- tinente , y parece que es abundante en la Cayena de donde se envian con freqüencia muchas de ellas, y se les da alli el nombre de agachadizas de saba- nas : también se me han remitido algunas con el nombre de pie de buey , que son algo mayores que nuestras agachadizas , y al contrario la chocha de sa- banas es mas pequeña que nuestra chocha perdiz. Unicamente citare dos de las regiones donde los viageros han visto la agachadiza ; una es la Isla de Ulieta cerca de la de Otaiti en el mar del Sur, y otra las Islas Maluinas donde la vió Bousainville. En la primera de estas Islas encontraron los viage- ros las agachadizas tan bravas y tan prontas a huir como en nuestras regiones , y luego supieron que los habitantes del pais acostumbraban perseguirlas: en las otras Islas , al contrario , parecía que las aga- chadizas no tenían desconfianza alguna : sus nidos estaban descubiertos enmedio de los campos : se les tiraba fácilmente , y no tenían miedo en sus lugares apacibles y solitarios , en los que todavía no las habia el hombre acostumbrado á temer y a huir de su vis.ta. Parece que entre las agachadizas se encuentran grandes y pequeñas como sucede en las chochas: tampoco se diferencian mas que en el tamaño , ya porque son dos razas distintas , ó ya porque unas son adultas, y otras nuevas. No he creido preciso hacer una descripción cir- cunstanciada del plumage de la agachadiza , por lo que me contentaré únicamente en manifestar que esta mezclado de negro , de gris blanco , y de ro- xo , y que este ultimo color no está tan extendido como en el plumage de la chocha. Por otra parte son estas aves demasiado conocidas para que haya necesidad de describirlas. Gen. LXXVII. Agachadiza blanca de las Indias. Viage d la In- dias y a la China , rom. II. pag. 118. Esta agachadiza es mas pequeña que la de Euro- pa : todo su plumage es de un blanco sucio , mas ó menos variado según, las diferentes porciones de gris y de pardo. No parece que sea una especie particular, pero sin duda es una variedad de una es- pecie de las Indias. Gen. LXXVII. V 1 Acá- 1 5 6 A G A Agachadiza de la China. Laí'l. 88 1. La agachadiza de la China es poco mas ó me- nos del mismo tamaño que la regular. Una lista leonada rodeada por cada lado de otra parda ocupa el centro de la cabeza : otra raya blanca pasa por encima de los ojos , y otra de gris se extiende poi- cada lado desde el pico al ojo: la garganta es blan- quecina : el cuello gris mezclado de negruzco y leo- nado dispuestos a rayas : una banda ancha y negra cubre lo alto del pecho : la parte de abaxo del cuerpo es blanca , y la de arrtoa esta salpicada de blanco y de pajizo sobre fondo gris azulado , entre- cortado con unas lineas negras estrechas : la cola ti- ra á gris , esta salpicada de pintas de un color leo- nado claro, y rayada con lineas negras y angostas. Gen. VII. Agachadiza del Cabo de Buena Esperanza. Larri, z 70. Briss. toril , V¡. supl. pag. 141. Esta agachadiza es poco mas ó menos del ta- maño de la nuestra , y su plumage muy variado. El Conde de Btifton pinta el de la cabeza con una par- ticularidad a su modo , pues dice que la tiene cu- bierta con cinco faxas , una rosada en la coroni- lla , dos de gris en cada lado , y después dos blan- cas que abrazan el ojo por 3trás. Las mtxillas y garganta son de un roxo claro que se extiende por fos lados y por encima el cuello: el lomo y las alas, por arriba , están rayadas transversalmente de ne- gruzco sobre fondo ceniciento , que según recibe la luz se trueca en violeta : las alas están ademas cu- biertas de manchas pajizas: debaxo del cuello, y en la parte de arriba del pecho tiene una banda ne- gra transversal , que va subiendo y estrechándose hacia el lomo : á esta banda sigue otra blanca por encima de las alas que se extiende obliquamente por encima del lomo hasta el ovispillo. Las dos blan- cas, extendiéndose por cada lado se juntan y forman un ángulo sobre el ovispillo : codo lo de abaxo del cuerpo es blanco : la cola cenicienta , rayada trans- versalmente de negro , y señalada por cada lado con quatro manchas pajizas : se compone de doce plu- mas , y las alas de veinte y cinco. El pico es de un pardo que tira á roxo , y los pies y uñas negras. Gen. LXXVll. Agachadiza de Madagascar. Larri, pzz. La agachadiza de Madagascar es del mismo ta- maño que la nuestra , pero tiene el pico mas corto, y las piernas también. Una faxa leonada y angosta se extiende por sobre la coronilla de la cabeza desde el nacimiento del pico al sinciput : otras dos pardas la acompañan por los lados , y otra tercera blanca va por cada lado desde el ángulo posterior del ojo hacia lo inte- rior de la cabeza : la garganta es blanquizca , el cuello de un pardo que tira á roxo , y la parte de arriba del pecho negruzca : lo demas de abaxo del cuerpo blanco : los lados debaxo los encuentros de las alas , 6 los lujares, son pardos : el blanco de- baxo del pecho sube hacia el lomo , y quando tie- ne plegadas las alas se forma en cada lado una banda blanca transversal entre las alas , y lo infe- rior del cuello : la parte inferior de éste es de gris A G A por atrás , y atravesada con rayas negras muy pe- queñas : el lomo esta mezclado de gris pardo y de negro, y rayado longitudinalmente por los lados de pajizo : las cubiertas de las alas rayadas de negro con unas listas muy pequeñas transversales sobre fondo gris pardo : las guias de las alas son negras en su raiz , y de un gris claro en todo lo demás de su longitud ; pero el gris está atravesado con unas rayas negras estrechas y hondeadas: además, en cada gu¡3 de la parte de afuera y siguiendo su dirección, se ven quatro ó cinco manchas de un pajizo claro, ovaladas y rodeadas de una orla negra , que desde lejos se semeja a un ojo ; por la parte de adentro están rayadas con unas faxas transversales del mis- mo color , y circuidas igualmente de dos orlas ne- gras : la cola es de gris , rayada con lineas negras estrechas , y con bandas de un pajizo claro : el pico pajizo , y los pies tiran á gris. La hembra no tiene los colores tan vivos como el macho , y las pin- tas pajizas de las alas solo son unas bandas , que no semejan a ojos como sucede en el macho. Ge- nero LXXVll. Agachadiza de Madras. Briss. tom. V. pag. 308. Raí. Synop. az,i.pag. 193. Las partes superiores de la cabeza y del cuello están variadas de negro y de leonado, lo mismo que el lomo , el ovispillo , las cubiertas de las alas, y las de la cola por la parte de arriba : sobre la ca- beza tiene tres bandas longitudinales pardas y ne- gruzcas : el lomo también esta señalado con dos r bandas longitudinales de un pardo negruzco : la garganta y la delantera del cuello son leonadas, variadas de manchas negruzcas : la parte de abaxo del cuerpo blanca , exceptuando lo aleo del pecho que lo cruza una banda negra : las alas y la cola están variadas de negro, de leonado y de gris; y el pico es rosado. Una particularidad ultima distin- gue esta agachadiza de todas las demás , á saber, que el dedo de atrás es tan largo como los de de- lante. Gen. LXXVll. Agachadiza inglesa. Vease Pardilla. Agachadiza (pequeña) ó sorda. Larn . 884. Briss. tom. V. pag. 303. Bel. Hist. nat. des 0¡s. pag. 117, La agachadiza pequeña solo tiene ocho pulgadas y tres lineas desde la punta del pico á la de la cola, y es una mitad mas pequeña que la agachadiza. Su plumage es mas brillante y fácil de conocer por las siguientes particularidades : la parte superior de la cabeza es de un negro lucido , variado con unas manchas pequeñas leonadas , y señalado con dos bandas longitudinales del mismo color : la parte su- perior del lomo y las plumas escapularias están va- riadas de negro y de leonado , advirtiendo que el negro es cambiante , con visos de violeta y de un verde dorado , ambos muy lustrosos : ademas de esto , sobre el lomo y sobre las plumas escapularias tiene quatro bandas longitudinales de un leonado claro , dos á cada parte ; estas plumas y las que son de un negro cambiante son largas y suaves , y tie- nen la vista y el taño de terciopelo. Por otra parte el plumage de la agachadiza pequeña tiene muchas relaciones con el de la agachadiza propiamente AG A llamada asi, y generalmente no es menos conocida. Sin embargo, los proveedores de París la llaman be- ( anean , nombre que no le pertenece , y que de- nota un ave diferente. La agachadiza pequeña se mantiene escondida en los marjales á orillas de las aguas, debaxo de los juncos y de las yerbas aquatiles : para hacerlas sal- tar es preciso ponerse muy cerca de ellas , y de es- to proviene llamarla sorda los cazadores, porque se mantiene obstinadamente en tierra sin oir el ruido que se hace quando van hacia a ella : su vuelo es menos rápido y mas reéto que el de la agachadiza: no dexa nuestros marjales , anida en ellos , y sus huevos , proporcionados á su tamaño , son del mis- mo color que los de la agachadiza : su carne es tan delicada como la de esta , y tan fina su grasa. Aunque esta especie se halla muy difundida, no parece que lo esta tanto como la de la agachadi- za. Lineo no hace mención de ella: sin embargo, según dice Brunnich , la agachadiza pequeña se en- cuentra en Dinamarca , y aún no parece que se ha- ya visto en el nuevo Continente. Gen. LXXVll. AGAMI O FAISAN de las Antillas. Briss. tom. I. pag. z6 9. La Cono. Viage de las Amazonas , pag. 17 <¡. Gruscrcpitans , sen Psophia Limites , Vallas. Miscell. Zoolog. pag. 66. Agamí en Francés. El agamí es un ave bastante grande , digna de atención por la hermosura de su plumage, y por sus hábitos. Brisson que no lo habia visto , equivocado por el nombre que le habia dado Du Terete, lo co- locó, aunque mal, entre los faisanes. Otros autores, sin mayor fundamento , lo han tenido por una gru- lla, una gallina , &c. Adamson, en el Suplemento de la Enciclopedia , coloca el agamí en la familia de las aves frías , entre el j acana y el {amiebi. Es verdad que hay semejanza entre estas aves por la confor- mación de las piernas desnudas de plumas hasta so- bre la rodilla ; pero no se halla relación alguna en- tre el pico de esta y el del j acana , y aunque el l¡a- miehi tenga como el agamí el pico de la gallinaza, el primero es tan diferente del segundo por el ca- raéter particular de tener un cuerno sobre la cabe- za , por la extensión de sus dedos , por sus uñas muy largas , y al contrario muy cortas en el agamí , y en fin por sus hábitos que no me parece se pue- dan colocar en una misma clase. Según el método de Brisson , el agamí es del género I.XXXV. ó de el del cariama : los caracteres de este género , que todos convienen con el aga- mí , son quatro dedos sin membranas , tres delan- te y uno atrás. La parte inferior de las piernas sin plumas. El pico en cono encorvado. Las alas no armadas. El agamí tiene veinte y dos pulgadas de longi- tud ; y el pico , semejante en un todo al de las ga- llinazas , veinte y dos lineas: la cola, que no es mas larga que las alas plegadas , y que está escondi- da baxo las cubiertas que la exceden , tan solo tiene tres pulgadas y tres lineas : los pies tienen cinco pulgadas , y escamas como los de las gallinazas ; pe- ro lo que mas le diferencia es el no tener plumas hasta dos pulgadas mas arriba de las rodillas. ACA 157 La cabeza y los dos tercios del cuello , tanto de delante , como de atras , están cubiertos de plu- mas cortas, negras, rizadas y un poco levantadas hacia arriba en su extiemidad. Estas plumas se se- mejan a la pelusa tanto a la vista como al taéto. Las plumas de debaxo del cuello son mayores, no están rizadas , y de un color de violeta pavona- do , tal como el del acero bien pulido ó bruñido. La garganta , y lo alto del pecho están cubier- tos de plumas que forman una corteza de cerca de quatro pulgadas , sobre la qual , según la refracción de la luz , brillan el azul , el color de violeta , el verde , y el verde dorado. Estos colores son como los del arco iris , y tienen un lustre y un viso como el del metal. Lo inferior del pecho , el vientre , los costados ó hijares , y los muslos están cubiertos de plumas largas , negras , suaves al taéf o , y cuyas barbas tie- nen poca adherencia entre si. Lo alto del lomo es negro , y hacia el medio tiene una faxa transversal de cerca de dos pulgadas de ancho , y de un roxo tostado; lo demás de él, y la parte de arriba de la cola parecen de color de gris : pero este color se debe a las cubiertas de las alas y de la cola que son muy anchas. Si se separan estas plumas se encuentran debaxo otras cortas, que son negras , y cubren la espalda. Su cola y las alas son negras. El pico es negruzco , y los pies verdosos. El agamí habita en los parages mas encubiertos ó escondidos de los grandes bosques : está siempre lejos de los lugares habitados : vuela en bandadas de diez ó doce individuos , y se encuentra freqúente- mente en los sitios elevados , aunque , según la for- mación de sus pies , parezca que debía preferir los baxos, y las orillas de las aguas : se mantiene de fru- tas silvestres y de granos : su vuelo es corto y pe- sado , pero es muy pronto y muy ligero para cor- rer. Quando se le sorprehende huye corriendo an- tes que volando , y al mismo tiempo dá un grito bastante agudo. Los agamis rascan la tierra al pie de los árboles grandes , y colocan los huevos en el hoyo que han hecho sin guarnecerlo , y sin construir nido alguno. Ponen desde diez hasta diez y seis huevos esféricos, mayores que los de las gallinas, con pintas de un verde claro : los polluelos están cubiertos de un grande plumón , ó de plumas desunidas , las que conservan hasta que han adquirido mas de una ter- cera parte de su aumento. Su carne sin ser muy xu- gosa, tiene un gusto bastante agradable, y es mejor que la de los viejos que es demasiado dura. El agamí parece ser entre las aves lo que el perro entre los quadrúpedos. Estos son , cada uno en su género , los animales á quienes la naturaleza ha concedido mas instinto, menos hurañería, y mas inclinación á la sociedad del hombre. El agamí no solo se amansa fácilmente , sino que como el perro es capaz de educación , y también da algunas señales de conocimiento , de afeéto, y de sentido. Obedece a la voz de su amo , le sigue , agradece sus caricias, se las vuelve ó las previene, y á su vuelta, quando se ha ausentado , se las dispensa con prodi- galidad: parece sensible á las que se le conceden, y capaz de concebir zelos contra los que podrian abro- i ^ S A G A abrogarse parte de ellas : acosa á los otros animales domésticos , y también persigne á los negros que sirven en la casa. No teme a los gatos ni á los perros, librándose de sus acometidas por medio del vuelo , y molestándolos dexandose caer sobre ellos é hiriéndolos a grandes picotazos. Se marcha solo, se aleja sin descarriarse, y vuelve á casa de su amo. Yo mismo he oido asegurar a muchas personas que habitaron largo tiempo en la Cayena, que se en- cargaba á un agamí un rebaño de pavos nuevecitos ó de ánades , que conducia desde por la manana a los parages donde habia pasto, los zelaba y guarda- ba todo el dia , y los volvia á traer por la tarde : y aun hay quien díga que se ha visto alguno pasto- reando una manada de carneros. Si se cree á los viageros , se hace amo del corral : por la mañana hace salir todas las aves á la parte de atuera , y por la tarde las hace volver á entrar, pero el corral no sirve para él , puesto que siempre se Ya a repo- sar sobre el tejado , ó encima de algún árbol con- tiguo. Los hechos relativos al instinto del agamí , y á sus costumbres sociables , están confirmados por muchos testimonios , para que en parte no sean verdaderos. Yo mismo he visto en París un agamí, que aunque hacia poco tiempo que lo habian traí- do , conocia perfectamente la persona que le cuida- ba, la obedecia , e igualmente pareda complacer- se, haciéndola caricias y recibiendo las suyas. Después de haber leído la historia del agamí, no se puede dexar de apetecer que nos traigan esta especie tan importante, y la que, sino hay exage- ración en lo que dicen , podría sernos tan útil. Ln efecto , ¡que ventaja no resultaría, substituyendo al perro un animal del que tendríamos el mismo servi- cio sin temer el mismo peligro que es el del conta- gio de una enfermedad tan espantosa! Los que habi- tan en ciudades dentro del recinto de sus murallas están guarecidos de los peligros y riesgos que se experimentan en los campos , e ignoran la multitud de gentes que perecen victimas de la rabia , so- bre todo en las provincias meridionales: si estuvie- ran sabedores de sus estragos, desearian,como yo, que el perro pudiese ser reemplazado por otro ani- mal de conseqüencias menos funestas : y si el hom- bre necesita de un animal con quien se recree y di- vida la estimación que debería reservar para sus se- mejantes : si en lo interior de su habitación halla el consuelo de tener un esclavo fiel , inteligente , dó- cil y amable , ¡ quanto mejor le seria poder trocar un animal siempre peligroso , freqiientemente fu- nesto al que mas le ha amado, y de quien mas ca- ricias ha recibido , por otro en quien encontraría los mismos agradecimientos, sin mezcla de riesgo alguno ! Porque el agamí , del mismo modo que el perro, persigue a los que llegan de nuevo, y se encarniza contra algunas gentes, cuyo exterior le choca , y que no dexa á menos que no le obliguen á ello. Pero tal vez seria muy difícil habituar el aga- mí al clima de Europa, y todavía mucho mas que se multiplicase en ella. Algunos ensayos hechos en Holanda parece que confirman esta presunción. Asi, no deben transportarse estas aves al clima frió y húmedo de la Holanda, sino a los mas bellos pa- rages de ¡as provincias meridionales, y seria del ca- AGE so buscarles en ellas un espacio ó un lugar acomo- dado á sus hábitos ó costumbres. En quanto a esto, vease lo que he dicho en el discurso quarto , acer- ca del modo de acostumbrar las aves a nuestros climas. La ultima particularidad que caracteriza al aga- mí es la faculcad de dexarse 011 , y de hacer a me- nudo un sonido semejante al de una trompeta. Mu- cho tiempo se habia creído que el ano era el con- ducto de este sonido profundo y que parece inte- rior; pero otras observaciones mas exactas han en- señado que pende de la formación de la traquea , y del zumbido que hace el ay re atravesando este canal. AGARRAR. (Cetr.) Gríjfer en Francés. Apretar con las garras la presa. **AGEAR. Dicese de las perdices, quando por ver- se acosadas repiten como quexandose ax, ax , ax. AGRIPENA U HORTELANO de la Carolina. Briss. tom. l.pag. i8z. Cátese, tom. l.pag. y lam. 14- fíortulanus Caroííncnsis en Latín, Agripemie en Francés. Oriolano en Italiano. Kíce-bírd en Inglés. El agrípen a es una especie de hortelano, y del género XXXV. del método de Brisson. Su tamaño es poco mas ó menos como el pintón de Ardcnas: tiene seis pulgadas y nueve lineas desde la punta del pico hasta la de la cola , diez pulgadas y diez lincas de vuelo, y sns alas plegadas se extienden hasta dos tercios de 'la longitud de la cola. La parte de arriba de la cabeza , la garganta , y la parte superior del lomo están cubiertas de plumas negras que terminan en roxo : lo inferior del lomo y el ovispillo son cenicientos , y algo aceytunados : la parte inferior del cuello , el pecho , el vientre , y los lados ne- gros : las grandes cubiertas de las alas del mismo color, y las pequeñas de un blanco sucio: el ala negra, teñida de una mezcla de gris, y de color de azufre , que va rodeando exteriormente el gris de las grandes y medianas plumas del ala : las de la co- la son negras , y en número de doce ; su extremi- dad parda por arriba , y cenicienta por debaxo: es- tán guarnecidas de pajizo , y terminan todas en una punta bastante aguda , de lo que se ha valido Mont- beillard para dar a esta ave el nombre de agri- póla. Se diferencia la hembra del macho por el color que en esca es casi uniforme , y roxo sobre todo el cuerpo. El agripena se encuentra en América : se alimen- ta de granos, y particularmente de arroz, y pasa sucesivamente de los países en que el calor madura mas pronto este grano á aquellos en que tarda mas en sazonarlos. Por consiguiente en el ocono pasa de los países del mediodía , en donde probablemente hara su nido, á los del Norte : viaja en bandadas muy numerosas que hacen un grande daño en los arroces , y se adelanta ó interna hasta el Canadá. Se dice que las bandadas de por el otoño solo se componen de hembras, y las segundas , que suce- den por la primavera , de machos y de hembras. Aunque se haya preten dido verificar este hecho por AG Pv una multitud de disecciones es demasiado extraño para que no se haya de confirmar con nuevas ob- servaciones. De Ja Luisiana he recibido yo un páxaro que tiene los mismos caraétéres y tamaño que el que hemos dicho , y cuyas plumas de la cola terminan también en punta , pero es diferente en el plunrage. Montbeillard le tiene por una variación del agripena dándole el nombre de agripena de la Luisiana: quan- do menos es una especie muy semejante ; y solo lo que me podria impedir tenerlo por una simple varia- ción es que Catesby no ha hablado de él, y que no siendo raro este páxaro en la Luisiana por haberse encontrado muchos en las remesas que se han he- cho de aquel pais , seria singular que esta variación no hubiese pasado con el resto de la especie a la Carolii a , cuyo transito de la Luisiana no es excesi- vo. l'arece , pues , que el agripena de la Luisiana no es viajante como el de la Carolina ; y una tan gran- de diversidad en los hábitos me induce a creer que hay entre estas dos aves una diferencia mayor de la que supone una simple variación. La parte de arriba de la cabeza , las mexillas, la garganta , y toda la parte de abaxo del cuerpo son negras, y tanto la de encima como la de abaxo de la cola del mismo color : las plumas de que se compone tienen una cierta aspereza , y esta es una razón mas para adaptar el nombre que se dá á esta ave : en su punta y por el lado interior están escotadas. La parte de atrás de la cabeza , y lo alto del cuello es de un gris que tira á roxo : lo alto del lo- mo negro , semorado de algunas manchas oblongas del mismo color que tiene el cuello en la parte de atrás : el pliegue del ala está señalado con una raya blanca longitudinal : el ala es negra : las guias están circuidas exteriermente de un perfilito de color de uris: las grandes cubiertas de las alas son de un ne- gro bañado y roaeado de un perfil de color de gris; y sobre el negro del vientre tiene algunas li- neas transversales. Los pies son de color de plomo , y muy lar- gos : la parte suptrior del pico negruzca , y la inferior blanquecina. La hembra , ó ave re- mitida del mismo pais , y que tiene los mismos caracteres, se diferencia en que toda la parte de arriba del cuerpo, las alas, y la cola son de gris, y en que las plumas están rodeadas de un gris que tira a roxo , y el vientre es únicamente de este ul- timo color. AGUA COMUN Y AGUA VEDREADA. (cetr.) Rbume en Francés. Enfermedades que dan á las aves de volatería, Vcase Cetrería. ** AGUADERAS. (cetr.) En Jas aves de volatería son las quatro plumas anchas, una mas corta que otra, que están después de los seis cuchillos. AGUANIEVE. Avis picar símili s en Latin. Ave parecida en el tamaño y color á la urraca : las alas son mas largas , y su pico semejante al de la chochaperdiz. Anda regularmente en sitios hú- medos ó aguanosos. AGUAPECACA. l’ease Jacana-peca. AGU 159 **AGUARDO. El parage ó sitio donde se aguar- da y espera la caza para tirarla. AGUILA. El agidla del género IX. según el método de Brisson , se reconoce por los caractérts si- guientes: Quatro dedos desposeídos de membranas : tres delante, y uno atrás, todos separados casi hasta su nacimiento. Las piernas calzadas hasta el talón : el pico cor- to y encorvado , cuya basa esta cubierta de una piel desnuda , y cuya encorvadura empieza á alguna distancia de su nacimiento ; iy la cabeza cubierta de plumas. El mismo autor cuenta quince especies de aguí- las , y según su método es preciso añadir otras tres que no se han descripto todavia , y yo las llamo la grande agidla de la Guayaría , la agüita mediana de la Guayaría , y la agidla pequeña de la Guayaría. De estas diez y ocho especies solo se encuen- tran once en Europa que son: 1/ el agidla común : z/ el agidla de cabera blanca'. 3 del agidla blanca : 4.a el agidla manchada : 5 ‘el aguda de cola blanca'. 6 ,l el aguda pequeña de cola blanca : 7.a el aguda dora- da : 8.a el agidla negra : s>.a el aguda grande de mar : 10.a el agidla de mar : 11.a la a: ahorma. Las perso- nas , que con arreglo á lo que dice Brisson , mira- ran los' caraétéres que he insinuado como suficientes para determinar de un modo cierto y positivo el género del agidla , sujetarán a ellos no solo las on- ce especies que se encuentran en Europa , y las sie- te que han sido observadas en las otras partes del mundo , sino también todas las aves que se podran conocer en lo sucesivo , en las quales se observen los mismos caracteres genéricos, y solo con las di- ferencias de tamaño y de plumage. Pero si estos dos últimos caraétércs, y sobre todo el plumage, parecen insuficientes para- decidir de la diferencia de las especies : si se cree , con el Conde de Bufion, que muchas agidlas están expuestas a producir algu- nas variedades , entonces , en vez de contar en Eu- ropa once especies de agidlas , solamente se admiti- rán seis con el natundista francés : se conservará el nombre de agidlas a tres especies que se semejan por las principales particularidades , y las otras tres que empiezan á alejarse de las primeras serán seña- ladas cada una de por sí con un nombre particular. Las tres agidlas que pertenecen á Europa , según Bufion , son el agidla dorada de los autores , que él llama grande aguda , el aguila común ó mediana , y el agidla llamada vulgarmente agidla manchada , á la que él da el nombre de aguila pequeña. Las tres agid- las , á cada una de las quales dá un nombre diferen- te , son la de cola blanca de los modernos, que él llama pygargue como lo habían hecho los antiguos: el aguila vulgarmente llamada aguila de mar que él llama balbuzard , nosotros halieto , y la grande aguda de mar , á la qae él dá el nombre de orjraie. Según Bufion , la grande y pequeña aguila son de una especie limitada , y no han suministrado varie- dad alguna ; pero el aguila común produce dos, a saber : el aguila parda , y el aguda negra : el balbu- cid ó aguila de mar tres , que son el aguila de cola blanca , la pequeña aguila de cola blanca , y el aguila de cabera blanca. Este parecer se funda en que las aguí- i6o AGU aguí Im de diferentes razas se unen voluntariamente, y producen juntas • observación que ya se habia he- cho por los antiguos. £1 Conde de Bufl'on se apoya en el dictamen de Aristóteles. Este filosofo natura- lista cuenta seis especies de agmlas, pero admite en este numero un ave que el mismo confiesa ser del género del buitre , y asi quedan cinco especies, tres de las quales corresponden á las reconocidas por Butrón , y las otras dos á las aves que coloca a continuación de las aginias , y que él llama pigargue y balbuyird. (pigargo y baílelo.) En quanto ai agalla blanca y al aguda negra no son mas que variaciones individuales que , produci- das por diferentes circunstancias, pueden encontrar- se en todas las especies de águilas , cuyo plumage, como el de los demás paxaros , puede ser acciden- talmente , ó todo blanco , o todo negro. En fin, la atahoema, que según los caradores genéricos, debe contarse entre las agallas , es tan diferente dice Bufi’on , que jamás se le ha dado este nombre. Aunque estoy convencido de que el trabajo mas útil que se podría hacer en la Ornitología , se- ria determinar precisamente lo que se deba enten- der por esta palabra especie , el traer en seguida de cada una de ellas las variedades que pueden dima- nar, y el restringir de este modo los catálogos de- masiado numerosos , que han sido arreglados por los autores: sin cnuaigo , no estando, respeéto dé- las agudas , bastante autorizado por la observación, al mismo tiempo que yo de a conocer las reduccio- nes hechas por Buíion , y que vuelva a nombrar las especies , insinuare todas aquellas que han admitido los diferentes autores , y traeré o referiré los nom- bres que estos las han dado. Aguila (el) blanca. Briss. toril. I. pag. 414. Brisson dice que esta ave es poco mas 6 menos del tamaño del aguda dorada , ó aguda real : que su plumage es de un blanco como el de la nieve : que se encuentra sobre los Alpes , y en los peñascos ó rocas de las orillas del Khin ; siendo muy probable que esta no sea mas que una variedad de la grande aguda. Vcase Aguila (grande.) Aguila caudal. Vcase Aguila real. ** Acuila colorada. Allulla rubicunda en Latin. El aguda colorada , desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo un pie y nueve pulgadas: y el pico desde su rau o nacimiento hasta la punta una pulgada y dos lineas y media : el medio pico superior , en la misma parte , tiene de alto siete li- neas y media, y lo mismo de ancho: el hueso del muslo quatro pulgadas , la tibia o canilla tres , con diez lineas : el primer hueso del ala quatro, y seis lineas , el segundo quatro , y diez lineas , y el ter- cero dos, con dos lineas : el dedo posterior nueve lineas y media , el inferior diez y media , y el exte- rior pulgada y media : la una del dedo posterior nueve lineas, la del inferior nueve y media, la del intermedio nueve , y la del exterior siete y media. Tiuie Ja cabeza abultada, oval y densamente cu- bierta de plumas de color de canela algo cenicien- to. Los ojos grandes, hermosos y saltados : sus par- pados cubiertos de plumillas muy pequeñas acanela- A G U das, y lo mismo por delante de los ojos. F.1 iris pardo claro , la pupila azul turquí. El pico corto, comprimido , negro , terso y muy encorvado : su base por arriba y abaxo cubierca con una membra- na amarilla tostada. Sus lados anchos , separados por un lomo encorvado, y mucho mas en la punca, que es un diente fuertísimo y muy agudo. La quixa- da inferior negra , acanalada , y roma en la punta. La lengua lineal , carnosa , algo acanalada , y con punta roma. Las ventanas de las narices pequeñas, y inas inmediatas al lomo que al margen del pico. El pescuezo proporcionado , muy erguido , cubier- to por encima de plumas cenicientas , y por debaxo de color de canela. El pecho ancho , cubierto de plumas de color de canela algo obscuro , con lineas transversales negruzcas. El cuerpo muy comprimi- do , cubierto por debaxo hasta el ovispiilo de plu- mas del mismo color , y con las mismas lineas transversales negruzcas que se notan en el pecho. Las plumas del lomo son de un ceniciento sucio y obscuro ; y el ovispiilo de color de canela claro. Los muslos son robustos, de calzón entero, y cu- biertos de plumas de color de canela fino : las piernas amarillas, con escamas imbi icatas. Los pies tienen quatro dedos, tres delante, cortos, amarillos, hendidos y separados , y uno atrás : las unas sen negras atezadas , grandes , muy encorvadas y agu- das: los pies de pulpejos robustos por debaxo, y tendidos son algún tanto mas largos que la cola. Esta consta, al presente, de nueve plumas enteras, una de ellas partida por el tiro que se le hizo ; en virtud de esto le faltan tres para el número natural de doce que debe tener , las quales es regular que después le hubieran salido por hallarse entonces en muda. Dichas plumas de la cola por encima son muy negras ; enmedio tienen una mancha blanca transversal , en la punta se ven las mismas manchas blancas , y por debaxo están pintadas del propio modo ; bien que el negro que en la parte de arriba es muy fusco, en esta aparece negruzco. Las alas grandes y complicadas llegan hasta la punta de la cola : los remos o guias son por encima de color fi- no de canela, con algunas pintas negras todas igua- les , y con las puntas negras : por la de abaxo del mismo color de canela con las mismas manchitas y remates negros : las cubiertas exteriores y superio- res mas próximas á la tixera de color de caneia fi- no , las inferiores ó de mas abaxo de un ceni, tentó muy sucio ti obscuro , con tal qual manchita de co- lor de canela ; y las otras plumas interiores todas del mismo color de canela. Esta ave , cuyo esqueleto se ha remitido de la provincia de Mariquita al Real Gabinete de Madrid, no solo se encuentra en ella , si que también en las de Timaná, Neyva, Ibaqué, Tocayna y Plata, don- de los naturales del país la llaman aguda colorada, ouizus por el color de canela que reyna en su plu- mage. Dicho esqueleto es de una hembra, y la ro- bustez de su pico , y lo fuerte de sus garras deno- tan ser ave de ardimiento y de valor. Nada puedo decir del modo de construir su ni- do, de los materiales con que lo compone, del nú- mero de huevos á que asciende su postura , ni de los manjares de que se sustenta , por no haber sido posible que llegara a mis manos la relación circuns- tau- AGU candada , hecha en orden á esto por un hábil natu- ralista residente en las referidas provincias. Aguila (el) común ó conocida. Briss. tom. 1. pag. 419. Hist. de /’ Acad. tom. 1 n.part. 11. pag. 8?. F.d W. tom. I. pag. 1 5 . Aquí la en Latin. Aítoí en Griego. Aigle en Francés. Aquila en Italiano. taglc en Inglés. ti agidla común ó conocida , medida desde la pun- ta del pico hasta la de la cola tiene tres pies de lar- go. Sus alas tendidas tienen siete pies y diez pulga- das, y plegadas llegan casi hasta la punta de la co.a. Sobrepujaren el umaño a un pavo : las plumas que cubren su cabeza y cuello son de un pardo obscuro que tira á roxo : lo restante del cuerpo está vestido de plumas pardas , blancas en su nacimiento , pero este blanco no se descubre quando las plumas están unas sobre otras. Las plumas de las alas son ne- gruzcas , y empezando a contar por la sexta , su fado ¡memo es blanco desde su nacimiento hasta los dos tercios de su longitud. Las cinco primeras plumas es.án escotadas por la parte de adentro : la segunda , la tercera , la quarta , y la quinta lo están también por la de afuera. Las plumas de la cola son blancas desde su raiz hasta los dos tercios de su longitud, y luego después negruzcas: el iris de co- lor de avellana : la piel de entre el pico y ios ojos carece de plumas : la que cubre la Dase dei pico es amarilla: los pies, hasta el nacimiento de los dedos, están cuoiertos de plumas pardas que tiran algo a roxas : los dedos son amarillos, las unas negras, y los pies tienen quatro pulgadas de abertura. El aginia común , según las hendeduras de las cin- co primeras plumas de sus alas, es un ave de Daxo vuelo , y según la extensión de su pie , la longitud y el tamaño de sus dedos , á pesar del nombre que tiene, es un ave villana para la cetrería. La especie del agüita común esta muy extendida; y se encuentra, tanto en el antiguo como en el nue- vo Continente. Se vé en España , en Francia , en Suecia, en Polonia, en Escocia, 6¿c. Se encuentra en América, en la Bahia de Hudson , en la Caroli- na y en la Luisiana, de donde yo la he recibido. Se acomoda , pues , del mismo modo a los paises tem- plados que á los frios ; pero parece que huye de los climas cálidos , que son los que por el contrario busca ó apetece la grande aguila : esta prorumpe á menudo en un grito que tiene algo de lamentable, y el agidla común rara vez grita : sus hábitos ó costumbres difieren también de los de la grande aguila , en que cuidan de sus hijos por mucho mas tiempo. Por otra parte habica , como aquella , en las altas montañas, y se complace también en los lugares desiertos y escarpados , pero se diferencia en su tamaño que es menor , y en sus colores que no son tan permanentes. Su especie , según Bufton, contiene dos variedades : el aguila paida ó común , que es la que acaba de describirse , y el aguila ne- gra. Vease Aguila negra. El agidla comv.n , por el hibierno suele baxar de los montes á las llanuras : se aparta también de los lugares que acostumbra habitar , y puede ser Historia Natural. Tom, I. AGU 1 6 1 que á esto la determine Jo riguroso del frió , lo abundante de la nieve , y la futa de presas , ó la dificultad de cogerlas : se mete dentro de los bos- ques donde no es muy difícil cogerla con lazos ; y y todos los hibiernos se suelen ver algunas tn los bosques de Orleans , y de Fontaineblcau. Aguila (el) copel uda de Africa ó Aguila CORONADA, Briss. tom. I. pag. 448. Ed\X'. glan. pag. 31. lam. 124. Crowned cagle por los Ingleses. Esta es un ave un tercio mas pequeña que el aguila real : la coronilla de la cabeza está adornada de un penacho que levanta ó baxa á su arbitrio. La delantera de la cabeza, el rededor de los ojos, y la garganta están cubiertas de plumas blancas, sembra- das de pequeñas manchas negras. La parte de atras del cuello y de la cabeza, el ionio y las alas son de un pardo obscuro que ara a negro; pero los bor- des exteriores de las plumas de un pardo claro , y las guias de las alas mas obscuras que las demas plumas de ellas: la cola es de un gris cbicuro, cru- zado con barras negras : el pecho es de un pardo que tira a roxo, con unas grandes manchas negras transversales sobre los lados : el vientre es blanco, y los muslos y piernas están calzadas, hasta las unas, de plumas blancas, con manchas redondas y negras. Bufton juzga que esta ave es de la misma especie que el aguila copetuda del Brasil ; y no cree que un espacio de quatrocientas leguas , como el que hay entre el Africa y el Brasil, sea bastante para que un ave de vuelo tan poderoso no pueda traspasarlo: apoya también su parecer en las semejanzas que ti- tas aves presentan cmtre sí, consistiendo las princi- pales en ser ambas copetudas , y en tener los lauos del vientre , ios muslos , y las piernas cubiertas de plumas blancas , rayadas de negro. Feio estas seme- janzas son menos considerables después que tam- bién se han encontrado en las aguí, as de América, aún no conocidas, quando este sabio autor trabajaba sobre este articuio. l iase Aguila coletuda del Brasil. Aguila (el) copetuda del Brasil. Briss. tom. I. pag. 446. Vruíaur ana y urutari cuquichu cañvivl por los Bra- silienses. Marcc. pag. 203. Hquaiíbtli por los Mexicanos. Hernand. pag. 34. El agidla copetuda del Brasil es poco mas ó me- nos del mismo tamaño que el agidla común : sobre la coronilla de la cabeza tiene quatro plumas , dos de las quales son mas largas que las otras , y for- man una especie de penacho que levanta ó baxa quando se le antoja ; pero este caraéter , mirado por los primeros autoies que han ciescripto esta aguila como propio para di-tinguiria , no lo es en cfeéto , porque se han conocido después otras mu- chas agui/as igualmente copetudas; y asi no se pue- de conocer mas que por una descripcirn completa. Las alas plegadas solo llegan hasta el principio de la cola. Este caraéter es también o mun a las otras agidlas que ciespues se han observado en América; de suerte , que en quanto a este punto de vista , las agudas del nuevo Continente parteen bastante infe- riores a las del antiguo , cuya extensión de alas , y rigor para volar son muy superiores. Continuando X la i6a AGU la descripción , digo , que la parte superior de la cabeza está cubierta de plumas pardas : el lomo va- riado de negro y de pardo : la garganta , y la parte inferior del cuello son blancas : el pecho , el vien- tre , las piernas y los pies hasta el nacimiento de los dedos escan cubiertos de plumas blancas, mez- cladas de otras negras : el color de las alas es el pardo , rayado transversalmente de negro : las plu- mas de la cola son también pardas, ondeadas de ne- gro, y sus bordes blanquecinos: los dedos son ama- rillos , las uñas pardas , y el iris de color de oro. Bullón piensa que el águila copetuda del Brasil es la misma que la que los viageros Franceses han llamado aguita del Orinoco , y que la llamada por Garcilaso agidla del Peen ; creyendo también que se puede contar entre las agidlas copetudas del Brasil la que Bnssón nombra, según EPxars, agidla cope- tuda de Africa. Véase esta ultima denominación. Aguila coronada. Véase Aguila copetuda de Africa. Aguila de América. Lam. 417 Lo mismo que Aguila (pequeña) de America. Aguila (pequeña) de America. La agidla pequeña de América tiene cerca de diez y siete pulgadas desde la punta del pico á la de la cola. La garganta , y lo alto del cuello están desnudos, y la piel de estas dos partes es de un roxo que tira á morado: las plumas que cubren la cabeza , la parte de a ras del cuello, el cuerpo por arriba , el pecho , y lo alto del vientre , como tam- bie las plumas de las alas y de la cola son negras: lo inferior del vientre , las cubiertas de debaxo la cola , y los muslos bl. ncos : las piernas no tienen plumas , son de un roxo bastante vivo , y lo mismo los dedos : las uñas negras , y poco encorvadas : el pico blanquecino , y su parce superior es mucho menos convexa, de lo que acostumbra ser en la mayor parte de las- aves- de rapiña : solamente esta encorvada en su extremidad , y las alas se extien- den h .'s:a los dos tercios de la cola. Esta ave , se- gún la forma de su pico y la de las uñas , no parece que se d.oiera contar entre las agidla' ; mas bien conven ria excluirla de este genero , si, como me lo han asegurado algunas personas q le pretenden haberla óuservado en la Cayena, no se ali lienta de la rapiña, sino de bayas, de fintas, y aún de granos. Parece, pues, que forme una especie limitada, y que no se acerque ni semeje a ninguna de las que cono- cemos. La envían con freqiiencia de la Guayana. Aguila de cola blanca. Vi age de la Babia de Unisón-, tora. 1. pag. 45. Véase Aguila común ó conocida. Aguila ( pequeña ) de cola eianca. Véase Aguila. Aguila (grande) de la Guayana. Si hay alguna semejanza entre el Icón y el agid- la como la han encontrado algunos hábiles natura- listas ; si ambos se semejan por su fuerza respecti- va , por su caraéter , y por su modo de vivir , el América parece que alimenta y nutre la mas robus- ta , la mas fiera , y la mas poderosa de las aves de rapiña, mientras que en el antiguo Con inente es donde la naturaleza ha colocado el mas fuerte , el 'mas animoso , y el mas noble de todos los quadrú- pedos carnívoros. AGU La grande agidla de la Guayana tiene tres pies y dos pulgadas desde la punta del pico a la de la cola: la parte de arriba , y los lados ue la cabeza son ele un gris negruzco : debaxo del sinciput se hacen de repente muy largas las plumas: estas son desiguales, y forman un copete , en cuya basa hay una pluma de quatro pulgadas de largo , que sobresale entre todas las otras , es negra , y termina en gris : las que están á la parte de arriba son de gris. Lo b3xo del copete , y la parte de atrás del cuello hasta su extremidad es de gris , y hacia delante, y por los lados, del mismo color: el lomo, V las grandes cubiertas de las alas son negras , en- tremezcladas de listas que tiran á color gris : lo alto del ala de gris , mezclado con algo de negro: las grandes guias de las alas negras , y se extienden mas allá de los dos tercios de la cola , que por arriba es de un negro lavado mezclado de gris, blanquecina por baxo , y terminada con una banda negruzca : el pecho y el vientre de un blanco sucio que tira a gris : los muslos están cubiertos de plu- mas blancas, atravesadas por rayas negras : las pier- nas , á una pulgada mas abaxo de la rodilla , están vestidas de plumas cortas , apretadas , blanquecinas, y lo restante del tarso y de los dedos está desnudo, y es de un amarillo pálido : las uñas son de color de cuerno lo mismo que el pico. Las particularidades admirables en esta ave son, su copete , y el pico muy arqueado , pero que no empieza á estarlo sino a mucha distancia de su na- cimiento , y sobre todo sus garras. El hueso del tarso , medido por medio en este animal desecado, tiene de circunferencia tres pulgadas y tres lineas: el dedo de atrás-, medido desde su raiz, tiene tres pulgadas y siete lineas; y la encorvadura de su uña es de dos pulgadas y nueve lineas: el dedo interno y anterior , medido cerca de la raiz de la uña, tie- ne dos pulgadas y diez lineas de circunferencia, y la uña dos pulgadas de largo. El espacio que hay desde la extremidad de la uña del dedo del medio por de- lante á la del dedo ele detras es de once pulgadas. por las dimensiones de las garras , y ia corpu- lencia de este animal , se puede juzgar de su fuerza, y si , como es probable , sus hábitos , en ¡os que todavía no ros han instruido, coirespondun á sus facultades , precisamente ha de ser una de las aves mas poderosas , de las mas fieras , y de las mas te- mibles tiranas del ayre. Según me han asegurado algunos viageros , su alimento mas regular es la carne del hay , y la del unan , especie de penco ligero: arrebata y eleva también ios cavalillos , y otros quadrúpedos pequeños ; y habita en la Guayana en los bosques que están tierra adentro. Creo que el ave que acabo de describir es una hembra , y que el macho es un ave en un todo se- mejante , a excepción de ser algo mas pequeña , de tener el pecho negro , y de que su plumage tiene el color mas vivo : la he visto en otra colección además de la mia ; pero igualmente ha sido enviada de la Guayana. Aguila (mediana) de la Guayana. El agidla mediana de la Guayana tiene veinte y cinco pulgadas desde la punta del pico hasta la de la cola : la parte superior de la cabeza es parda : deba- xo del occipucio tiene cinco ó seis plumas pardas que AGU que forman un copete ó penacho : la parte de aba- xo del cuello , y los lados son de un color leona- do : la garganta, la delantera del cuello, y lo alto del pecho es todo blanco : lo leonado del cuello se extiende por los lados hasta el principio del pecho: el vientre es blanco, sembrado de manchas negras, unas redondas, y otras oblongas, y dispuestas de manera que forman unas rayas transversales , pero cortadas por el fondo blanco : las muslos son blan- cos , rayados de negro : las piernas , hasta el naci- miento de los dedos , están cubiertas de plumas blancas, rayadas de negro : las alas y el lomo son pardos, con algunas rayas transversales leonadas; la cola esta por arriba atravesada alternativamente por bandas negras , y por otras de un pardo lavado , y excede en un tercio la largaria de las alas. Aguila (pequeña) de la Guayana. Esta aguila tiene veinte y dos pulgadas desde la punta del pico a la de la cola : la cabeza, el cuello, el lomo , el pecho y el vientre son blancos : las plumas colocadas en lo inferior del occipucio for- man un penacho , enmedio del qual hay una pluma señalada hacia su extremidad con una mancha negra, que excede a las otras en cerca de dos pulgadas , y en lo qual se parece al agüita grande del mismo pais que tiene una pluma en el mismo parage mucho roas larga que las otras. Las alas y la cola están mezcladas de negro y de gris dispuestos en bandas , y estas tienen en la cola una disposición harto notable , puesto que for- man una especie de tablero con sus quadros ios quales separa el cañón : una banda negra externa, corresponde á otra interna que es de gris, y una gris externa á otra negra interna. Las alas solo lle- gan hasta los dos tercios de la cola. Las piernas es- tan desnudas , son bastante largas y amarillas. Este ultimo distintivo me haria dudar el colocar á esta ave entre las agüitas ; pero para decidir si antes es un gavilán , y si se acerca mas al a\or que al agüita , convendría examinar un individuo en mejor estado que el que yo he recibido , y que es el único que he visto hasta ahora. Aguila de las grandes Indias. Lam. 416. Vease Ag hila de Pondicheri. Aguila (el) del Brasil. Briss. tom. I.pag. 445. Vntbitinga por los Brasilienses. Marcg. pag. i 14. Esta ave que únicamente es conocida por una descripción incompleta que ha hecho Marcgrave con una figura muy mala, es la mitad mas pequeña que el agüita copetuda del Brasil : todo su plumage es de un pardo mezclado de negruzco : las plumas de su cola , que tiene nueve pulgadas de largo , son blancas desde su nacimiento hasta los dos tercios de su longitud, y lo demás es negruzco con cabos blan- cos. Estos distintivos podrían ayudar á dar a cono- cer esta ave , cuyos pies son amarillos , y carecen de plumas. El pico y las uñas son negras. Aguila del Orinoco- Véase Aguila coletuda del Brasil. Achila del Perú. Garcilaso , Hist. de los Incas , lom.Il.fag. z74 . Ve ase Aguila copetuda del Brasil. Aguila de Malabar. Ornitolog. de Salera, pag. 8. Vcase Aguila de Pondicheri. Historia Natural, Tom. I. AGU 163 Aguila de Mar. Vease Aguila. Aguila de Mar. Véase Halieto. Aguila (grande) de Mar. Véase Aguila. Aguila (el) de Pondicheri. Aguila de las grandes Indias. Lam. 41 6. Aguila de Malabar. Ornit, de Sálenlo , pag. 8. Briss. tom. i. pag. 450. Esta agüita desde la punta del pico á la de ¡a cola tiene un pie y siete pulgadas, y tres pies y nueve pulgadas de vuelo : las alas plegadas exceden algo á la cola : unas plumas blancas , angostas, oblongas , cuyo cañón negro forma enmedio de ca- da una de ellas una raya brillante , visten la cabeza, la garganta , el cuello, el pecho, y lo alto del vien- tre : el color de todo el plumage en lo restante del cuerpo es de un castaño lucido : todos los cañones de las plumas son de un negro lustroso: los seis cu- chillos de las alas son también castaños, y terminan en negro ; y muchas de las guias están escotadas: la cola se compone de doce plumas de color de castaña : las puntas de las seis que están enmedio son de color leonado claro : la piel que cubre la base del pico es azulada: el pico ceniciento en su nacimiento , y por la punta de un amarillo pálido 6 baxo: los pies amarillos, y las uñas negras. Esta ave tiene una forma graciosa : su plumage es her- moso , y los Malabares han hecho de ella un idolo á quien dan culto , ignorando todavia los motivos de esta superstición. Según Salerno , el agüita de Pondicheri se encuentra cambien en el Reyno de Visapur, y en las tierras del gran Mogol. Aguila dorada de Briss. tom. I. pag. 431. Vease Aguila real. Aguila gritadora. Vease Aguila (pequeña). Aguila llorona. Vease Aguila (pequeña). ** Aguila llorona del perú. Ave de rapiña que se alimenta de la caza : habi- ta en los montes y sabanas; pero la hembra anida en los árboles frondosos , y por lo regular en Jos espinosos. Tiene los ojos pardos, y la pupila her- mosa y negra. Aguila manchada. Briss. tom. I.pag. 415. Vease Aguila (pequeña). Aguila (pequeña). Briss. um. I.pag. 415. Aquila neevia en Latin. J \ough-jboted cagle en Inglés. Stein-allcr , gause-aar en Alemán. La pequeña agüita solo tiene dos pies y siete pulgadas desde la punta del pico á la de la cola : es del tamaño de un gallo muy grande : sus alas ape- nas llegan a tener quatro pies de extensión : su plu- mage es de un pardo obscuro, excepto en la gar- ganta que es de un blanco sucio , y las plumas que calzan las piernas , como también las de los lados de abaxo de las alas , que están variadas con mu- chas manchas blancas : las pltrn as de las alas son de un color de hierro pálido e aplomado , rayadas transversalmente de pardo , y las puntas blanqueci- nas : las de la cola son blancas en su raiz , y por la punta y enmedio de un pardo obscuro , variado con unas manchas anchas y transversales del mismo color , pero con una mezcla mas fusca : la niña es negra , y el iris amarillo ; los dedos son también de este color , y las uñas negras y muy agudas. X z El / i64 AGU El águila pequeña se encuentra en las tres partes del antiguo Continente , pero no parece que se ha observado aún en la América. De todas las especies de águilas es esta la mas cobarde , la menos atrevi- da, y la que se amansa con mas facilidad 3 pero sin embargo no se hace uso de ella por su falta de va- lor. Los ánades son su alimento ordinario , lo que le ha hecho dar el nombre de anata el a 3 en dtícéto de aquellos se arroja sobre los páxaros mas peque- ños, y á veces también sobre los turones y los to- pos : su voz es lamentable , y la dexa oir frecuen- temente , por lo que los Griegos le han dado el nombre de águila llorona , agidla gritadora. Aunque está extendida la especie en todas tres partes del nuevo Continente, sin embargo en ninguna se halla con abundancia. Aguila negra. Briss. tom. I. pag. 434. Bel. Hist. nat. des Oís. pag. 9t, Bel. Fort, des Gis. pag. 11. El agidla negra tiene dos pies y dos pulgadas desde la punta del pico á la de la cola. Las alas plegadas son , poco mas ó menos , tan largas co- mo 13 cola. Todo el cuerpo le tiene cubierto de plumas negruzcas , y aunque las de la cabeza y del cuello son del mismo color, están mezcladas con algo de roxo. Las plumas de la cola son blancas , y sembradas de manchas negruzcas desde su naci- miento hasta la mitad de su longitud , y en la otra mitad son todas negruzcas. Los pies , hasta el naci- miento de los dedos , están cubiertos de plumas de un blanco sucio : el pico es de un color de cuerno que tira á blanco : el iris de cojor de avellana : la tixera y el cuchillo maestro son negruzcos : las otras guias por I3 parte exterior también lo son, pero sus barbas son blancas por dentro , desde su raiz hasta la mitad de su longitud, y están sembra- das de manchas negruzcas • la tixera por Ja parte de adentro , el cuchillo maestro por la de afuera y de adentro , y el seguudo , tercero , quarto y quinto cuchillo por dentro están hendidos ó escotados. Esta forma de plumas que disminuye mucho la fuerza del ala , es causa de que se coloque esta ave entre las de baxo vuelo , lo mismo que el águila coman que también tiene muchas plumas del ala hendidas, aunque en un orden diferente. El Conde de Bullón tiene al agidla negra por una variedad de la coman ; pero yo he creído que esta va- riedad tan constante que se perpetúa , debía des- cribirse separadamente. Vease Águila común. ** Aguila negra común del Perú. Ave de rapiña, que en las Provincias de Tima- ná , Neyba , y Mariquita llaman águila negra , y que habita tanto en los montes , como en los campos y lugares poblados , manteniéndose de la caza de po- lluelos, de avecillas, de gallinas, y de patos case- ros. Forma su nido en los arboles encumbrados , y mucho mejor en los espinosos , donde pone dos huevos , que empolla y saca 3 y se diferencia del macho , en que este es poco mas abultado de cabe- za y cuerpo. El agidla negra coman , asi llamada en dichas Provincias , tiene la cabeza oval , muy poco aplana- da , y por encima densamente cubierta de plumas negras : los ojos hermosos y saltados , sus parpados AGU y toda su circunferencia cubiertos de pelillos ne- gros: el iris pardo, y la pupila negra. El pico muy corto , negro , terso , comprimido y fuerte : sus la- dos anchos , separados por un lomo muy encorva- do , y mucho mas en la punta , que es un diente muy fuerte y agudo. La quixada del pico inferior muy acanalada , negra y roma : las ventanas de las narices pequeñas , y mas inmediatas al lomo que al borde del pico , cuya basa se halla en un todo cubierta de una membrana amarilla : la lengua li- neal, algo carnosa, roma , y algún tanto acana- lada : el pescuezo proporcionado , erguido , y todo cubierto de plumas negras : el pecho ancho , y el cuerpo comprimido , cubierto por todas partes de plumas mas negras , y lo mismo toda la región del ano. Los muslos son robustos , de calzón entero, y cubiertos de plumas negras : las piernas amari- llas , con escamas imbricadas : los pies amarillos, con tres dedos delante , y uno atrás , hendidos, y ligeramente unidos por una membrani.a ama- rilla 3 y las uñas muy fuertes , encorvadas , ne- gras y muy agudas. La cola es mucho mas larga que los pies extendidos : consta de doce plumas igualmente repartidas, y negras por encima , man- chadas enmedio de ceniciento : por uebaxo ne- gras, y la mancha cenicienta de enmedio aparece de un blanco hermoso : todas estas plumas tienen en la punta una lista blanca. Las alas son grandes, y estando recogidas llegan sus puntas hasta la de la cola : las guias ó remos son negros por debaxo, con manchas transversales cenicientas, y por enci- ma negras , y apenas se distinguen las manchas ceni- cientas. Los pies tienen por debaxo unos pulpejos fuertes y robustos, y mucho mas el de Ja planta. Desde la punta del pico a la de la cola tiene de largo dos pies, diez pulgadas y dos líneas: la lon- gitud del pico es de -una pulgada y tres lineas , lo alto de él por su nacimiento de nueve lineas , y lo ancho por la misma parte de diez lincas ; la canilla del muslo tiene tres pulgadas y siete lineas , y la de la pierna dos , con nueve lineas : el dedo de atras once lineas, el intermedio una pulgada y siete li- neas, y el interior una pulgada y dos lineas : la uña posterior once lineas , la exterior nueve , la inter- media diez , y la interior once. Encuéntrase en las Provincias de Timaná , Neyba y Mariquita de donde la han remitido para el Real Gabinete de Madrid. Aguila noble. Vease Aguila real. Aguila parda. Vease Aguila coMum. Aguila real del Brasil, Briss. tom. I.'pag. 431, Bel. Hist. nat. des Ois.pag. 8 9. fig. 91. Grande aigle , aigle royal , aig/e noble , aigle doré, aigle ron. x , aigle fatne en Francés. Aquila , aguglia , agüista , agidlo en Italiano. Adler en Alemán. Goldcn eaglc en Inglés. El agidla real ó caudal macho , que Brisson llama agidla dorada, tiene tres pies de largo desde la pun- ta del pico a la de la cola : su garra tres pulgadas y diez lineas de ensanche 3 y las alas plegadas son tan largas como la cola. La hembra , que es mayor, tiene tres pies y medio desde la extremidad del pico á la de los pies , y sus alas tendidas tienen ocho A GU echo pies y medio de extensión : pesa diez y seis á diez y ocho libras, y el macho doce poco mas ó thenos. La, cabeza , el cuellq, y todo el cuerpo es- tán vestidos de plumas de un roxo fejreo, ásperas v muy duras al taéto ; y las piernas calzadas de plumas del mismo color hasta el nacimiento de los dedos. Las grandes guias de las alas son negruzcas; la, barbas interiores de la tixera , las interiores y exteriores del cuchillo maestro , y del segundo cu- chillo , y las exteriores del terceto están hendidas 0 escotadas, Las plumas grandes de la cola , desde su raíz hasta los dos tercios de su longitud , son de un blanco sucio , variado con manchas y bandas de Un pardo férreo, que es el color de lo restante del cuerpo. La membrana que cubre la basa del pico es a nariila , y el pico de un co)or de cuerno azulado; 1 >s dedos son pajizos , y las unas de un negro lava- da y lustroso: el ojo es grande, y cubierto por una extensión ó resalto de la órbita que le hace parecer hundido : el iris es de un amarillo claro y resplan- deciente como un fuego muy vivo ; el humor vi^ treo es de color de topacio, y el cristalino tiene el brillo del diamante : el esófago se dilata en una bolsa que puede contener un azumbre de licor , y suple la capacidad del estomago que es mucho me- nor ; toda el ave es de una corpulencia mayor que la del aguila coman, y contra lo regular de las aves de rapiña , está bastante cargada de una grasa blan- ca , principalmente en el hibierno : su carne no tie- ne el gusto silvestre que por lo común se encuentra en las otras aves de rapiña- El agidla real, que cambien se llama agidla noble, habita en los países meridionales y templados de Ja Europa, pero es mas abundante en los primeros: por la parte del Norte no se extiende mas alia de los cincuenta y cinco grados de latitud. Se encuen- tra también en el Asia menor , -en la Persja, en ¡a Áraoia , en el Asia alta , y hasta la Tartaria. Al Norte de Ja América, jamás se ha observado; y las acidias mayores que nos han traido del Medjodia de es. e Continente no se seniejan aj aguilfi nal mas que en el tamaño. Parece , pues , que pertenece al antiguo Continente , y que prefiere los países cálidos; Bufífon compara el agidla real al león con el filial encuentra muchas semejanzas físicas y morales, que son : la fuerza , Ja magnanimidad y la templan- za. „ Desprecia los pequeños animales y sus insul- ,, tos : no apetece otro bien que el que ella se pro- porciona , ni otra presa que la que hace por si „ misma : casi nunca se la come entera , dexando las sobras y las reliquias para los otros animales; *, v por hambrienta que este jamás se arroja sobre „ ios cadáveres. “ El agidla real habita en las montañas , vive en soledad, y en tod. la extensión del dominio que ha escogido , no sufriendo terícr junto á sí otros ani- males, ni afín de su misma especie, que puedan participar de su presa : porque si hay en la misma montaña dos pares de agidlas se mantienen recipro- camente á distancia bastante grande para no dañarse linas á otras. Coloca su nido , al que en Francés se le dá el nombre de aire , y es propio del nido del ave de rapiña , entre dos peñascos , ó en un lugar áspero é inaccesible : es llano horizontal , construi- AGU 165 do con unas perchas ó palos de cinco á seis pies de largo , apo) adas por las dos puntas , y atravesadas con ramas aptas para ello, cubiertas con muchas ca- mas efe junco 6 ele brezo o tamarisco , y solamente descubierto y resguardado por la salida de los pe- ñascos. El agiát.i solo produce dos , ó, quatido mas, tres huevos, y i.r.r lo común solo se encuentra un aguilucho en su nido, ya sea que hayan sido infecun- dos uno ó dos ce ellos , ó ya que, como lo escri- ben Jos autores , la hembra mata al mas débil ó al mas voraz de sus hijuelos : pero por otra parte un animal qae se nos pinta como tan magnánimo y tan próvido en la extensión y valor de su dominio, é puede acaso ser capaz de- esta acción tan contraria á la naturaleza? < Qué testigo ocular ha podido sor- prehender al aguda en su soledad inaccesible ocupa- da en este acto feroz , que solamente podría ser efeélo de un cálculo, y de una combinación de ideas que , por fortuna de los animales , sobrepujan los limites de su penetración ? Los aguiluchos ó pollos de las agidlas nacen cu- biertos de un fioxel ó plumón blanco , y sus prime- ras plumas son de un amarillo ba>;o ó pálido: en las mudas siguientes se hace un poco mas obscu- y por fin llega á tomar el color leonado muy vivo. Quieren que las agidlas se vuelvan blancas por la vejez , por las dietas demasiado largas , por las enfermedades , y por el cautiverio : por lo co- mún se dice que viven mas de un siglo , y quieren que habiendo llegado a esta edad afianzada no de- xen de vivir por la flaqueza ó debilitación general de los órganos, sino porque la parte superior de su pico se alarga y se encorva tanto que ya no pueden coger con él su alimento. Es bastante verisímil que la historia .de esta ave tan celebrada por los poetas, que la habían consagrado á Júpiter, y que habían puesto el rayo entre sus garras , abunde mucho de fábulas , y de cosas extraordinarias. El hombre ha juzgado del agidla , como lo hace freqüentemente, según las apariencias mas que según la observación. Lo atrevido.de su mirada, lo fiero de su semblante, V lo vigoroso de todos sus miembros han sido la causa de todas estas imposturas. Esta ave tan céle- bre es el tirano, y no el rey de los lugares que ha- bita y devasta : inútil al hombre por su indocilidad, por su fuerza , por su tamaño , es el azote de los animales cuya sangre bebe , cuyas carnes despedaza, y los dexa medio palpitando sobre ¡a peña donde los ha imolado para sacrificar á su hambre nuevas victimas quando vuelva esta a renovarse- Solitaria, triste, dando siempre gritos lamentables, atrevida quando tiene seguridad de vencer, y cobarde quan- do encuentra resistencia , es su vida en un todo la imagen de la tiranía.. Dicen .que en Persia, y en las Indias se sirven del agidla para la cetrería, y que se remonta mucho masque ninguna otra ave, debiendo esta ultima ventaja á la grande fuerza de sus múscu- los , con la qual vence la dificultad en que la ponen las escotaduras de las plumas de sus alas. Nuestros halconeros no se sirven de ella , no solo porque, como ya he dicho , es demasiado pesada , y suma- mente indócil, sino también porque tienen expe- riencia de que se niega á las empresas difíciles, ó se resiste freqüentemente á ellas. Acoi- 1 66 A G U ** Achila real necra del Perú. Ave de rapiña que se alimenta de la caza , y que habita en las montañas de temperamento fresco: pone dos huevos en el nido, que fabrica de bejucos y palitos , en los árboles mas encumbrados y copa- dos que están en lo mas áspero y fragoso de las montanas. Tiene la cabeza oval , algo aplanada por enci- ma, densamente cubierta ele plumas regulares, y des- nuda por lo- lauos de delante de los ojos : en el occipucio tiene seis plumas largas que le forman un ayroso coptce , y enmedio ele ellas otra mayor qut sobresale señoreándose entre las demás ; pero todas son negras como las de la cabeza. Los ojos son grandes , saltados y hermosos, el iiis es de un amarillo atgo claro, la puprla de azul obscuro, y sus parpados desnudos, ti pico es negro , grueso, corto , comprimido por ios lados , amito , sepaiauo per un lomo encorvado , y mucho mas en la punta qut es un dieme fuerte y muy agudo : la quixada inferior loma, acanalada en la punca, y toda L. ba- se del pico cubierta de una membrana negruzca. La lengua un tatito escamosa, ron. a , algo acanalada y lineal : las ventanas de la nariz grandes , y mas in- mediatas al lomo que al borde del pico : el cuello proporcioi ado , erguido , y densamente vestido de plumas negras : el pecho ancho , y asi éste como todo el campo de la pechuga hasta el ano, esta ves- tido de plumas largas de color de tabaco , y cada una de ellas tiene enmedio una piiua lineal negra: el cuerpo es comprimido, oblongo, y densamente vestido por encima de plumas negras : toda la re- gión del ano esta cubierta de plumas largas, flexi- bles , suaves y cenicientas ; pero hacia la puna son de color da tabaco , y enmedio de este color tiene cada una de ellas una pinta lineal negra : la cola, cuyo largo desde la niz hasta la punta es de un pie, cinco pulgadas y seis lineas , es rnayrr que los pies extendidos , y la del individuo que se describe solo constaba de diez plumas largas, y una corta al lado izquierdo; siendo verisímil que, ó al tiempo de ca- zaría, ó antes, se le hubiese caído la del lado dere- cho , ya porque el numero de doce es el regu'ar, ya también perqué es cosa muy extraña tener una pluma en un lado , y en el otro no. Todas ¡as plu- mas de la cola son negras por la purn.i , y lo restan- te hacia arriba , y por la parte exterior de color de naranja muy sucio, con algunas manchas pequeñas y ralas de negro, y por la parte interior de cenicien- to , con las mismas manchas ralas negras : los mus- los son muy robustos , de calzón entero, y vestidos de plumas negras mas largas que las del cuerpo: tie- ne las piernas robustas , y densamente vestidas de plumas cortas de color de tabaco : los pies tienen tres dedos delante, y uno atras, separados y lige- ramente unidos por una pequeña membrana , y asi ésta como los dedos vestidos de escamas pequeñas é imbricadas de color naranjado sucio, y por debaxo tienen pulpejos robustos , y mucho mas el de la planta del pie : las unas son grandes , encorvadas, fuertes , negras y muy agudas : las alas son grandes, y recogidas llegan hasta la extremidad de los pies tendidos : las ocho puñ eras plumas son negras por la punta , y por la para- interior hasta la raiz que es de un blanco sucio, con algunas pintas negras es- AGU parcidas sin orden, y por la punta exterior de coios de tabaco obscuro : las otras que siguen hasta tocar el cuerpo son negras por la punta ¡ lo restante de ellas por la parte inferior de un ceniciento sucio con muchas pintas negras, y por la exterior, algunas de ellas , de color de tabaco obscuro con manchas; y las mas inmediatas al cuerpo negras del todo. Las cubiertas del ata por lo interior son de color de ta* baco , y enmedio de cada plumilla se noca una pin- ta lineal negra, y por lo extetior negras como la» de la espJ.oa. L1 arco del pico desde la raiz hasta la punta tie- ne de Jargo una pulgada y dos lineas y media, y de alto , juma la qmxada superior con la inferior , una pulgada y una unta : su ancho en la misma raiz por la parte de la quixada superior es de siete lineas y media : ei largo de la quixada inferior dcsat la or- queta h..sca la punta es de nuev- lineas : la canilla dei muslo tiene de largo cinco pulgadas y cinco li- neas y meuia : la de la pierna diez puigauas y qua- uo lineas y mema : ti dedo interior una pulgada y una ln ta , el intermedio tíos pingadas } cinco li- ncas, el exierior una pulgada y diez li e:s, y el pos.erior una y ocho lineas : la uña del dedo inte- rior una pulgada y ocho lineas , la dti intermedio una y tres lineas , la del exterior una pulgada, y la del posterior una pulgada y once lineas y media. AGUILENO. Lo mismo que Acwukcho. ** AuUlJTTA. Ave de rapiña , que se alimenta , habita y pro- crea lo mismo que el jao ó cao , y a güila llorona. El esqueleto que se ha remitido al Ktal Gabi etc de Ma.rid es de un macho, que- estanuo entero, des» cribió un hábil naiuralisia de América. No hemos visto esta descripción , ni tampoco el ave , por lo que nada podemos decir de ella cen individualidad^ AGUILUCHO, folio del Achila. AGUZANIEVE. Lo mismo que Pezpita x Na4 va i illa. ALA. En el primero de los Discursos generales en qué se trata de la formación y uso de las alas , nos he- mos extendido lo bastante ; por lo que nos conten- taremos ahora con recordar, que el ala se compo- ne de tres partes , la primera de las quales corres- ponde al brazo , y únicamente tiene un hue o por dentro ; ésta es la que se halla unida con el cuerpo , y se llama encuentro : la segunda parte se forma de dos huesos, corresponde al antebrazo, y esta articulada por una parte con la primera división , y por la otra con la tercera que se compone de muchos hue- sos juntos , y de algunos apéndices huesosos : esta ultima pane ó división es la que se llama c. a bastar- da , como también a%ote del ala , y aunque tiene a gunas semejanzas con la muñeca son muy re- motas. Los músculos que sirven para los movimientos de las alas , y sobre todo para los de la primera di- visión están unidos al cuerpo, y los mas grandes colocados sobre el pecho ; estos son los músculos mas anchos de las aves , pero hay otros colocados sobre los huesos de las mismas alas, para los movi- mientos de las diferentes divisiones ó ariiculaciones, y puestos unos sobre otros. Eos huesos de las alas, y las guias unidas á tilos., ALA ellos 3 son al mismo tiempo de una substancia muy sólida y muy ligera , y estas parces son manejables a qualquier viento que sople , según las necesidades del ave. En la palabra pluma , hemos tratado de las dife- rentes especies de plumas que visten las alas , y en la palabra ave hemos notado que aunque sean las alas el principal atavio y propiedad de los páxaros, no les son tan esenciales que no se hallen privadas de ellas muchas especies de aves , ó á lo menos so- lo las tengan muy débiles para el vuelo : en la pa- labra vuelo hemos explicado , que este pende de la formación del ala , y es mas fácil , mas sostenido y mas rápido , quando el ala está mejor organizada. l éanse las palabras Ploma, Ave, Vuelo, y mi pri- mer discurso sobre la naturaleza de las aves. Ala bastarda. Esta es la ultima ó tercera parce del ala. Véa- se Ala. ** ALADA, (volat.) El movimiento que hace con las alas qualquiera ave subiéndolas y baxandolas con priesa. ALAPI. Especie de Hormiguero. Lo mismo en Francés. Esta es una de las aves á las que el Conde de Euffon da el nombre de hormigueros , y la segunda especie de aquellos que él llama hormigueos ruisem- >es. l'easc, Hormiguero. El alapi tiene cerca de seis pulgadas de largo: la garganta, la delantera del cuello, y el pecho son negros, y el vientre de un gris ceniciento, lo mis- mo que lo inferior de la espalda , cuya mezcla es mas obscura: enmedio de esta, y en la pane de arriba tiene una mancha blanca : .desde esta mancha subiendo hacia la coroniha de la cabeza es el plu- mage de un pardo aceytunado bastante obscuro: las plumas de la cola y las de las alas son pardas : las grandes cubiertas de las alas de un pardo obscuro, con pintas blancas trazadas en la misma linea, y principalmente enmedio del ala. La hembra no tiene mancha blanca sobre las espaldas , y sus alas es.án punteadas con manchas rubias : su garganta es blanca , lo interior del cuer- po rubio , y los lados tiran á gris. ALAR, (caza) Haliier en Francés. La percha de cerdas para cazar perdices , usase comunmente en plural. Alar. La senda ó camino estrecho que se forma en las laderas por los cazadores de perdices , con ramos y matas , de modo que ojeándolas se las es- treche y obligue á entrar por donde está oculto y armado el lazo ó manga con que se cogen. ALATLI (el) O 1SPIDA CHISTADA de Mé- xico. Lant. 184. Briss. tom. IV. pag. 5 iS. Alatli en Francés. Esta ave e-s del género LVIII. del método de Br'“on , y según el Conde de Bufi'on de la sección de los martin-pescadores del nuevo Continente que son de la especie mayor. El nombre que le han dado los habitadores de México , en donde se en- cuentra , es el de acbalalactili de donde por contrac- ción se ha deribado la palabra alatli. Su longitud ALA 1 67 desde la punta del pico a la de la cola es de cerca de diez y seis pulgadas , y su tamaño un poco ma- yor que el de una urraca : el cuerpo esta cubierto por arriba de plumas de un gris cerúleo : el mismo color está cortado sobre sus alas por unas manchas blancas , oblongas y colocadas en la punta de las plumas : las grandes guias son negruzcas por fuera, y por dentro salpicadas de blanco : las de la cola están pintadas del mismo modo , y el vientre es de un roxo castaño , que se extiende y se vá aclarando sobre el pecho en donde está mezclado de man- chas de gris : la garganta es blanca , y este ultimo color que se extiende por los lados forma una es- pecie de collar : k cabeza es de un gris cerúleo co- mo el lomo, y el pico pardo, a excepción de la basa de la mandíbula inferior que tira a roxo. Esta ave no se vé en México en todos los meses del ano : es de pasa , y al parecer viene de las Antillas, donde también se encuentra , pero hasta ahora no se ha observado si es alli también de pasa. Adam- son en la palabra acbalal.ici, i , suplemento de la Ency- clopcdia , nota que Hernández dice que el achalalatli tiene el vientre blanco : Brisson al contrario dice que es castaño; según esta observación ciee Adam- son que. la equivocación proccdia del pais de donde se habia enviado el martin-pescador que el ha des- cripto; el qual no venia de México , ni de las An- tillas sino del Senegal , donde Adamson vio un martin-pescador de vientre blanco que solo por esto se diferencia del achalalatli de México. Bufion pien- sa que un ave de vuelo tan corto no haya podido pasar de uno á otro Continente. Yo propondría un tercer diéfamen , y creería que el achalalatli , puesto por la naturaleza en las regiones cálidas de uno y otro Continente se semeja mucho, y el de una par- te no ofrece mas que una leve variedad respeto del de la otra , porque las circunstancias en que na- ce y vive se diferencian muy poco. ALAUDA. Lo mismo que Alondra. ALAZO. El golpe que dan las aves con sus alas, que con mas freqtiencia se llama Aletazo. ALBANEGA. (caza) Haliier en Francés. La albanega es una red que se tiende vertical- mente , puesta sobre dos lientos , con la que se atraviesan y tapan las sendas de la caza, y al querer pasar queda presa. Para excitarlas á caer en la red, se siembra del otro lado de ella algo de grano lo que les. sirve de cebo. Con el albanega se cogen fai- sanes , perdices , codornices y pollas de agua. Su altura, fuerza y texido de las mallas ha de ser á propor- ción de la caza para que sirve. ALBATROSTE. Albatrostc del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 237. Briss. tom. VI . pag. 12 6. Gen. XCVIII. Albatnts en Latin. Albatrost en Francés. El albatroste es la mayor de las aves palmipe- des , y á su magnitud de cuerpo se debe atribuir el habérsele dado el nombre de carnero del Cabo de Buena Esperanza , comparándola á este quadrúpedo por su tamaño : pero hemos de manifestar sus ca- raCtéres según el orden métodico: Tres dedos delante, unidos todos con membra- nas enteras , y ninguno atrás. Las 1 68 ALB Las piernas abanzadas hacia la mitad de! cuerpo fuera del abdomen , y mas cortas que el cuerpo : el pico comprimido por los lados. £1 caoo de la mandíbula superior encorvado , y el de la inferior como rompido. £s preciso añadir á estos caraéféres que la parte de abaxo de la pierna está sin plumas, y que el pico, cctno el de la fragata ó rabí ahorcado , el del páxaro bobo , y el del cuervo marino está compuesto de mu- chas piezas que parecen articuladas y unidas con costuras. El albatroste tiene cerca de diez pies de vuelo: la coronilla de la cabeza es de un gris que tira á ru- bio : lo restante de la cabeza , la garganta , el cue- llo , y todo lo debaxo de! cuerpo es blanco ; la es- palda, y las plumas escapularias están rayadas trans- versalmente y salpicadas de negruzco sobre fondo blanco : el ovispillo , y las cubiertas de encima de la cola son de un hermoso blanco : las cubiertas de encima de las alas rayadas transversalmente de ne- gro sobre fondo blanco : las grandes guias de las alas negras , y las medianas , como también las plu- mas grandes de la cola blancas : el pico de un amarillo descolorido ; y la parte desnuda de las piernas , los pies , los dedos , sus membranas y las uñas de color de carne. Esta descripción se ha hecho con arreglo á un albatroste enviado del Cabo de Buena Esperanza que yo conservo , y en la mis- ma remesa habia otro que todo su plumage era ds un ceniciento pardo , el qual me pareció que era nuevo : el que Brisson ha descripto tenia también pardo algo de su plumage. El Conde de Bullón, des- pués de las investigaciones que ha hecho , y de las memorias que le han suministrado acerca de esta ave , nos manifiesta los hechos siguientes: Las aves de esta especie solo habitan en los mares australes, y se encuentran en toda su exten- sión desde la punta de Africa hasta las de América, y de la nueva Holanda : jamás se ha visto alguna de ellas en los mares del emisferio boreal; mas allá del Cabo de Buena Esperanza hacia el Sur, es don- de se han encontrado los primeros albatrostes i tan solo se sustentan de peces blandos , de zoolitos , de huevos y de excrementos de pescado que llevan las corrientes. A pesar de su fuerza no abusan de ella, y viven en paz enmedio de los otros páxaros de la mar , y no parece estar en arma sino contra las gaviotas. El albatroste , como la mayor parte de las aves que viven en los mares australes, remueven al tiem- po de volar la superficie del agua , y no alzan su vuelo sino qtiando hay temporales fuertes y vientos muy recios : toman grande altura en la mar , y des- cansan y duermen sobre las aguas. El Capitán Cook distingue tres albatrostes que él llama , albatroste de color gris , albatroste de un pardo obscuro o de color de chocolate , y albatroste de plumage entre pardo y gris. Este ultimo parece ser el mismo que está representado, lam. 96 3, baxo el nombre de albatroste de la China. Se diferencia de los dos precedentes en que es mas pequeño, y en que tiene todo su plumage de un gris que tira á pardo: en quanto á los otros dos, parece que, ó son macho ó hembra, ó aves, unas mas viejas , y otras mas nuevas. ALC En ninguna parte se encuentran los albatrostes con mas abundancia que entre las Islas Glaciales de los mares elados , desde los 40. grados hasta los hielos sólidos que circuyen estos mares baxo los grados 65 . ó 66. , Albatroste color de cris. Vease Albatroste. Albatroste de la China. Lam. 96$. Vcase Alba- TROS1E. Albatroste del Cabo de Buena Esperanza. La- mín. 137. Vcase Albatroste. Aleatroste de plumace entre pardo y cris. Ve ase Aleat roste. Aleatroste di «n pardo obscuro. Vease Alba- troste. ALCA O ANADE del Norte. Lam. z75. Briss. tom. Vi. pag. 81. lam. VI. fig. 1. Ge- nero XCIII. Alca , anas arclica , plantas en Latin, Macareux en Francés. Lunda por los habitantes de la Isla de Ferroe. El alca es un ave de mar distinguida de todas las demás por la forma de su pico , del qual el Conde de Bufi'on di una ¡dea muy exáéla , compa- rándole á dos hojas de cuchillo muy cortas, aplica- das una contra otra por el corte. Los caraétéres de esta ave son el tener tres de- dos delante unidos por membranas enteras , y nin- guno atrás. Las piernas colocadas muy hacia atrás , y ocul- tas en el abdomen. El pico chato por los lados , acanalado trans- versalmente , y tan grueso como largo. Esta ave es casi del tamaño de la xarceta , pero mas corta y recogida : su longitud desde la punta del pico á la de la cola es de un pie , su vuelo de un pie y siete pulgadas : sus alas recogidas llegan al tercio de la longitud de la cola : tiene lo superior de la cabeza , lo posterior del cuello , y lo superior del cuerpo negro : este color se extiende por la de- lantera del cuello , y forma en la garganta un collar de cerca de una pulgada de ancho : las mexillas, y la garganta son de un blanco sucio que tira á gris: todo lo inferior del cuerpo es blanco , con algo de negro en los costados : las alas y la cola son de este ultimo color : en cada lado del pico tiene tres muescas : al principio es de un color pálido y cár- deno , y bermejizo por su extremidad : los pies, los dedos, y sus membranas son de color de naran- ja en algunos individuos , y encarnadas en otros; y las uñas de un negro azulado. Estas aves frequentan habitualmente las Islas y puntas mas septentrionales de la Europa , y del Asia: su partida de las Oreadas y otras Islas veci- nas de la Escocia regularmente sucede en el mes de Agosto para volver á principios de Mayo: se man- tienen de langostas , cabrillas , arañas de mar , pes- cados pequeños , y testáceos que cogen sumergién- dose : caminan coxeando y con dificultad , y por es- to se mantienen en el mar , y quando está demasia- do agitado por alguna tempestad se refugian á las cabernas y huecos de las rocas , porque no pueden mantenerse en el mar , y perecen muchas si les co- ge en lo ancho. Estas aves rara vez se ven en nues- tras costas. No ALC No hacen nido, y Ja hembra pone en la tierra en unos agujeros que hace : la postura es de un huevo muy gordo , y de color rosado. A la sali- da del otoño los hijuelos menos tuertes no llegan con los demás hasta las pumas mas avanzadas hada el Norte , sino que permanecen en pequeñas tropas en las costas de Inglaterra. Alca de Kamtschatka. Larri, y 6 1. Es un poco mayor que el alca propiamente asi llamado*: los lados de la cabeza son blancos, y este color se /xtiende sobre dos mechones de plumas largas , suaves , estrechas y deshiladas , que de los lados de la cabeza caen per lo largo del cuello, y le llegan casi hasta la mitad de su longitud : todo lo restante del plumage es negro : el pico y los pies amarillazos. G en. xun. ALCAHAZ. Jaula larga, ancha y baxa, por lo común de cana y mimbres. Usan de ella los cazado- res de paxaros , ó paxareros , para encerrarlos vi- vos y llevarlos á vender. Alcahaz. Jaula grande hecha de listones de ma- dera , en que se guardan y ceban las pollas ó capo- nes que llaman de leche. ALCANDARA, (cetr.) La percha ó varal donde se ponen los halcones y otras aves de volatería. Llamase también asi la rama en que acostumbran ponerse á dormir por la noche. ALCARAVAN O BÜTORIO Lam. 789. Briss. tom. V. pag. 444. lam. XXX Vil. fig. 1. Bel. Hist. nat. des Oís. pag. 191, Bel. Fon. des Oís. pag. 4». Calidas , bola unís en Latin. Futor en Francés. Trumbotto , trombone en Italiano. Ten abuso u terrabusa por los Boloñeses y Ferra- reses. Gayola en Portugués. Vs-riud , meer-nud , piegart , rostnirnm , ros dump, moss-{’OU , robr-trumen , &c. en Alemán. IVasscr-ocbsy en Saxon. Roer dum pittoor en Holandés. Roer dnm en Sueco. Ritiera , bittorn, bittour en Inglés. Llamase también esta ave garyi dorada, pella , «.relea. El atcaravan ó garza dorada es del géne- ro XXXI. ó del de la garga. Tiene dos pies y cinco pulgadas de largo desde la punta del pico a ia de la cola : tres pies , diez pulgadas y algunas lincas de vuelo : sus alas plegadas llegan hasta la punta de la cola : sus piernas á proporción son mas cortas que las de la garza : su cuerpo es mas corto, mas car- noso, y mas fornido; y las plumas de su cuello son mas gruesas, mas largas, y mas anchas : estas cir- cunstancias constituyen algunas diferencias , que igualmente pertenecen á un cierto número de espe- cies de garbas , que difieren en esto de las otras: por otra parte el color pardo es el que domina en- tre estas especies, como el ceniciento entre las gar- bas : según estos caracteres , podría formarse una sección en la numerosa familia de las garzas , y dar el nombre de garbas doradas á las aves de este gé- nero , que tienen los cara&éres que acabo de refe- Historia Natural. Tom. ¡. ALC 169 rír. Vuelvo á emprender la descripción de esta ave. La parte superior de la cabeza es negruzca , y los costados son algo rubios : una banda longitudi- nal parda nace desde el nacimiento del medio pico inferior , y llega hasta lo alto del cuello; en la par- te superior del cuerpo , el londo del plumage es de un pateo leonado , atravesado de lineas negruzcas: algunas rayas rubias longitudinales cubren un fondo bL,nco en la parte delantera y superior del cuello, ) en la inferior otro leonado : pecho y vientre son de un leonado claro , cubierto con manchas ne- gruzcas longitudinales , y los costados están pinta- dos del mismo modo , pero rayados transversal- mente . las guias de las alas rubias, y rayadas en hondas con unas bandas negruzcas transversales, y y ademas terminadas de negro : las de la cola son doce , y ¡as dos del medio negruzcas , y circuidas de rubio : las laterales de un leonado claro , varia- do irregularmente con manchas negruzcas: el iris es pajizo en algunos individuos, y encarnado en otros : el medio pico superior pardo , y el infe- nor de un pardo verdoso: los pies de un verde pa- jizo , y las uñas , que son muy largas , pardas. Los machps son mayores que las hembras : tienen los colores mas obscuros , y mas largas las plumas del cuello y del pecho. La historia de esta ave presenta muchas parti- cularidades que merecen ser notadas. La aplicación que se ha hecho de su nombre para señalar un ser estúpido , no pudo tener por principio sus costum- bres : es silvestre y feroz , pero paciente , animosa y sagaz. Habita en las marismas , marjales y orillas de las lagunas : se mantiene de reptiles , de ranas y de peces ; no busca la presa como por lo regular lo hacen las garzas , sino que espera que se le presen- te : se está escondida enmedio de los juncos y de los cañaverales , que al mismo tiempo la ocultan de la vista del cazador , é impiden que sea descubierta por ios animales que le sirven de pasto : sin em- bargo , como tiene su cuello levantado , por ser muy largo , y generalmente de muy grandes dimen- siones , sobrepuja con la cabeza las yerbas que la rodean , y nota sin ser vista todo lo que necesita descubrir. No acostumbra mudar de sitio sino que permanece firme todo el día en el que ha elegido sin desampararlo mas que al ser de noche ; y quan- do la próxima obscuridad favorece su mirada , le- vanta el vuelo y se esconde á nuestra vista por la mu- cha elevación que toma. Quando el alcaravan está apostado esperando su presa no se puede descu- brir mas que con auxilio de perros que él vé, y evita de lejos levantando el vuelo. Es muy dificul- toso acercarse á él , ni cogerle : pero quando está herido, espera al cazador ó al perro, y se defiende valerosamente a picotazos , con los que hace huir al perro , despedaza los vestidos del cazador , y le hace profundas heridas : algunas veces se pone de espaldas , y se defiende con las uñas y con el pico: un instinto secreto le enseña á dirigir principalmen- te sus tiros a los ojos de su enemigo , de modo que son muy dañosos sus golpes : no se defiende con menos ardimiento contra el ave que se atreve á asaltarle , que contra ei perro ó cazador , puesto que no huye , sino que espera al ave , que herida Y á 170 A L C a su primer ataque y traspasada con la punta de su pico , la dexa presa y se marcha levantando el gri- to. Los busardos , de los quales son presa todas las demas aves de agua , rara vez se atreven a atacar al butoiio. Freqüenta también los bosques situados en ias cercania-- de los lugares aquaticos , y persi- gue á los topos y turones de que se sustenta. El bulo, .0 o garx^a dorada nene dos tonos de voz , uno el que usa todo el ano y que dexa 011 quando vuela , el quai es grave , y se puede expre- sar por los monosílabos siguientes , cob , cob , y otro que tiene un sonido mucho mas inerte , mas retumbante j que se oye a media legua de distancia, y que en lo silencioso de los lugares donde habita tiene algo de espantoso principalmente quando re- tumba a media noche. De este sonido , comparado al mugido de un buey , se ha deribado el nombre de buey de pantano que le dan en algunas provincias. Sin embarco , este sonido que nos partee tan hor- roroso , es la expresión del amor , o mas bien de la necesidad: pues aunque esta ave sea silvestre en su modo de vivir , no dexa también de suavizarse por la necesidad de amar. Su mugido se tenia por una llamada ó una señal, a la que se rinden las hembras que seguir se creia eran mas numerosas en esta es- pecie que los machos : decian que ellas les incita- ban, que obligadas de su clamor, se iban señorean- do delante de él , y que no durando mas que un instante sn complacencia las abandonaba el macho, y las dexaba el cuidado de la familia que era el efedo de esta unión salvage : pero algunas observa- ciones mas cxaétas han destruido los errores anti- guos. Al presente se sabe que el butor'io macho y hembra hacen su nido sobre una espesura de juncos ó enmedio de los cañaverales : que la hembra pone quatro ó cinco huevos de un gris blanco verdoso: que tanto el macho como la hembra tienen cuidado de sus hijuelos : que al principio los alimenta de huevos de ranas , de lagartos , y de sanguijuelas: que el empollar dura de veinte y quatro a veinte y cinco dias : que los hijuelos nacen casi desnudos: que no parecen mas que cuello y piernas, y que las primeras plumas que les salen son semejantes á las de su padre. O el butorio ó alcaravan pone muchas veces al año , ó en alguno de ellos se declara la necesidad antes que en otros ; porque este mugido , que es la expresión de ella en los parages donde habitan es- tas aves , empieza por el mes de Febrero , y toda- vía se oye por el de Agosto. El butcíio generalmente está expendido por to- das las provincias de Europa. Se encuentra en todas partes donde hay marismas ó estanques bastante grandes para atraerlos y fixarlos ; sin embargo , pa- rece que viajan por el otoño , y por Diciembre, que es quando se ve mayor número en nuestras provincias. Algunos han creído que se alejaba durante los grandes frios del hibierno ; pero estoy asegurado de lo contrario , porque con mas freqúencia que en otro tiempo alguno se me han remitido muchos de ellos, que habían sido muertos en las ciadas mas fuertes. Quizás entonces padecen mas , es muy fácil el acercárseles , y muchos de ellos se alejan y marchan á otra parte ; pero es cierto que todos no se retiran. A L C En tiempo de Bellon era muy apreciable la car- ne de estas aves , y pasaban por un manjar excelen- te ; mas hoy en ciia no se aprecian : esta aparente contradicción tai vez pudo ser efecto de que la piel contiene gran porción de grasa , ó antes bien un aceyte acre de malísimo gusto que se difunde en las carnes por la cochura , y le comunica un fuerte olor a marisco. Pero si se tiene la precaución de quitar la piel y aquella travazon grasosa , se en- cuentra un gusto bastante bueno en la carne de esta ave , principalmente en la de las alas y de las pe- chugas ; bien que es probable que no será muy sa- no comer de ella. De la Luisiana he recibido una garyi dorada que no se diferencia de la nuestra mas que en los colores del plumage que son mas obscuros. Alcaravan ó garza dorada (glande). Briss. tom. V. pag. 45 5. El alcaravan grande es muy raro en nuestras provincias, y aun dudo si se encuentra en ellas, ni que se puedan dar pruebas de ello. Sin embargo, los autores siguiendo á Aldrovando , han hablado de él sin manifestarnos si solamente se encuentra en Italia , ó si ha sido observado en algunos otros parages. Es mayor que la gar^a cerca de un pie , y desde la punta del pico á la de la cola tiene tres pies , nueve pulgadas y algunas lineas : su cuello es roxo , manchado de blanco y negro : las espaldas, y las alas son pardas , el vientre roxo , el pico pajizo , y pies y uñas pardos. Los habitantes de la orilla del lago mayor en Italia le llaman ruftey. G c>¡. L.YX.X!. Alcaravan (pequeño). Briss. tota. V. pag. 45 2. Esta ave tan solo se conoce por la indicación del Conde Marsígli que la ha observado en las ori- llas del Danubio , y solo dice que la longitud de su pico no llega á ser de tres pulgadas , sin dar otras dimensiones. El fondo de su plumage es un color rubio , al que atraviesan unas lineas pardas , mas anchas y en mayor número sobre la espalda que sobre lo restante del cuerpo : la garganta , y la parte inferior del cuello son blancas : la cola es muy corta , y se compone de doce plumas blanque- cinas : el medio pico superior es de un pardo obs- curo , y amarillo el inferior : los pies y las uñas son pardos. Cea. LXXXI. Alcaravan amarillo del Brasil. Briss. tora. V. pag. 460. El tener la punta del pico dentada tanto por arriba como por abaxo es un caráéier particular de esta especie ; mas por otra parte el alcaravan ó butoria amarillo tiene todos los caraéléres de las aves del género LXXXI. Desde la punta del pico a la de I3 cola tiene dos pies y tres pulgadas : su tamaño es casi igual al del añade : la cabeza , y la parte supe- rior del cuello son rubias, layadas de negro : el lomo , el ovispillo , las cubiertas de encima de las alas , y las plumas escapularias están rayadas de ru- bio sobre fondo pardo : la garganta es blanca , la parte inferior del cuerpo también blanca , rayada de pardo , y cada pluma rodeada de pajizo : las plu- mas de las alas están bipartidas de negro y ceni- ciento , y terminadas en blanco : la cola variada de blanco , ceniciento y negro : el iris es de color de oro: ALC oro : el medio pico superior pardo en su longitud, Y cn su nacimiento de un amarillo verdoso : el in- ferior es todo del mismo amarillo : los pies y unas son de un gris obscuro. ** Alcaraván de la América Meridional ó Plra- L°NS°- , , ,. , Esta ave , que tanto ve de día , como en las ti- nieblas de la noche , se domestica mucho , y la aprecian las gentes curiosas para tenería en sus casas en lugar de gato , porque es ave de caza que no dexa en la habitación ratones , cucarachas , y otras qualesquier sabandijas que le sirven de ali- mento , como en los campos y sabanas, donde ha- bitan y procrean, todo genero de insectos, y cu- lebras pequeñas. No puede pararse en árboles por carecer del dedo posterior , y por lo mismo hace su nido entre los pajonales de los campos, ponien- do la hembra dos huevos que empolla y saca. El macho se distingue de la hembra en que ésta tiene alcj0 mas pequeños cabeza y cuerpo. „Acuerdome, y „ ten^o muv presente, dice el naturalista de quien se ha sacado esta descripción, que en la Ciudad de ,, Cartagena de indias vi muchas ocasiones por ge- „ ñero de recreo macho y hembra, de esta especie, „que cantaban á todas horas, y servían a su dueño de rclox ; habiéndome dicho lo mismo „ de los que domestican por estas provin- „ cias. “ El alcaravan de la América Meridional ó pera- lomo tiene la cabeza oval, algo aplanada y acanala- da , cubierta de plumas negruzcas , manchadas li- nealmente de pardo ciaro. Los ojos muy hermosos, mandes , y algo saltados : sus parpados vestidos de plumillas muy albas : el iris de un amarillo co- mo el del oro pi.nente , y la pupila negra. El pico corto , redondo , negro y con punta aguda : sus la- dos anchos , separados por un lomillo como de medio relieve , que corre linealmente desde la basa hasta la punta : la bata que forma la par^ principal del pico desnuda, y la de la quixada inferior aca- nalada, y aguda por la punta : la. ventanas de las nances lineales , grandes , y taladradas de parte á pane. La lengua lisa, lineal, y con punta aguda. El pescuezo proporcionado , erguido , y vestido de plumas de un ceniciento muy sucio , con algunas manchas de un pardo obscuro ; y por debaxo de la quixada inferior de plumas muy blancas ; las que también se notan por encima de los ojos, corriendo desde la basa del pico hasta ia nuca a modo de cerquillo. El pecho hasta cerca del ovispillo cubier- to de plumas muy blancas : el cuerpo algún tanto comprimido , y todo lo superior de él vestido de plumas manchadas linealmente de naranjado sucio, pardo y muy obscuro. Los muslos son de medio calzón, y es.ñn cubiertos de plumas blancas; y las piernas desnudas , delgadas , lisas , y de un amai ¡lio claro : los pies tienen tres dedos pequeños delante, separado el exterior del intermedio , y éste unido con el interior por una membrana amarillaza : las uñas son muy pequeñas, negras, encanutadas y agu- das : ia cola mucho mas corta que los pies tendidos, consta al presente de doce plumas blancas , mancha- das por encima de pardo muy obscuro , por debaxo de blanco y ceniciento sucio , y todas igualmente por arriba y abaxo terminadas de negro. Las alas Historia Natural . Tom. /, ALC i y r plegadas llegan hasta la punta de la cola : las guias por ia parte interior son muy blancas , y también terminadas de negio; y por ía parte exterior man- chadas üe blanco candido y negruzco : las cubiertas inferiores son blancas, y Jas exteriores de un na- ranjado sucio y pardo obscuro. Desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo un pie , once pulgadas y ocho lineas : el pico ocho lineas de largo , seis de 3lto , en su raiz y sin contar la quixada ó medio pico inferior , y nueve de ancho en la misma parte : el hueso del muslo quatro pulgadas , con quatro lineas: la libia ó cani- lla quatro y seis lineas: el dedo exterior una pulga- da y quatro lineas , el intermedio una y ocho li- neas, y el interior una pulgada: la uña exterior dos lineas , la intermedia quatro , y la interior tres : la longitud de todos los huesos del ala es de nueve pulgadas y siete lineas. Encuéntrase en la América Meridional , y con especialidad en las Provincias de Timaná y Cartagena. Alcaravan de la Bahia'de Hudson. Briss. tom. l'.pag. 449. Bd'JL. tom. 111. pag. Sé. lam. 1 jé. Este butorio es , poco mas ó menos , tan grande como el de Europa , y solo se diferencia en algunas mezclas del plumage : de modo que el fondo de colores que se advierte en el plumage de este alca- ravan es el mismo que el de Europa , á excepción de que algunos pedazos son menos obscuros , prin- cipalmente debaxo del cuerpo. Unas diferencias tan leves no parece que constituyan dos especies , y creo que el butorio de la Bahia de Hudson se debe considerar como una variación del nuestro produ- cida por la ii fluencia del clima. Gen. LXXXI, Alcaravan de la Cayena (pequeño), Lam. 763. Esta es una especie nueva del género LXXXI. que se halla representada muy bkn en la lamina iluminada : el Conde de Bufi’on no traza con menos exáélicud su retrato en las pocas palabras que si- guen. Este pequeño butorio ó alcaravan no tiene mas que un pie ó trece pulgadas de largo : todo su plu- mage , sobre fondo giis rubio , está manchado de un pardo negro dispuesto en lineas pequeñas trans- versales muy apretadas las que serpentean á manera de ondas , con unas pintas baxo del cuello , en el estomago , y en las hijadas : la parte de arriba de la cabeza es negra , y el cuello , que tiene mucha pluma, parece casi tan grueso como el cuerpo. El pico es negruzco, y los pies son de un ama- rillo verdoso. Es verisímil que no sea muy abun- dante esta especie en la Cayena , porque raras ve- ces la envian de dicha región. Alcaravan del Senegal (pequeño\ Pequeña gar^a roxa del Senegal. Lam. jif. Esta garta ó alcaravan tiene cerca de siete pul- gadas de largo : su cabeza y cuello están cubiertos de rayas negras longitudinales sobre fondo roxo claro : la parte de abaxo del cuello es rubia , sin rayas : la espalda parda: las grandes guias de las alas son de un blanco sucio : las pequeñas y medianas cubiertas forman enmedio del ala una plancha rubia, puesta entre lo blanco de las grandes sobre el bor- de inferior de las alas , y otra raya de un blanco Y í mas 172 A L C mas limpio que se extiende por lo largo del borde superior del ala : lo baxo de! cuerpo, muslos y cola es todo blanquizco : el pico pardo, y los pies pajizos. Gen. LXXXI. ALCARAVAN ESTRELLADO. BkISS. lum. V. pag. 464. CaiEsB. tom. I. pag. y lam. 78. Botaurus Americanas en Latín. Píenle en Francés. £l alear avan estrélletelo tiene alguna semejanza con la gar^a dorada aunque no es tan grande : su longitud es de cerca de un pie y ocho pulgadas des- de la punta del pico a la de la cola : su plumage es todo pardo mas obscuro por ai riba y mas claro por debaxo 3 sin embargo , tiene algunas manchas blancas sobre las grandes cubiertas de encima de las alas , y por esto le llaman el estrellado : estas man- chas están colocadas tn ¡a extremidad de las plu- mas, y también se notan sobre las guias del ala: la cola es la que únicamente se diferencia de lo gene- ral del plumage , y es de un ceniciento azulado : el espacio de entre el ojo y el pico está cubierto de una piel desnuda y verde , los parpados son del mismo color 3 y el iris de color de oro. La parte su- perior del pico de un negro verdoso , la inferior verde , y los pies de un amarillo verdoso. Esta ave se halla en la Carolina , y en otras varias panes de la América septentrional. Frequcnta las margenes de las aguas dulces, y no se acerca a las orillas del njar. Gen. LX.XXI. ALCARAVAN MANCHADO. Briss. tom. V, pag. 4^2. Gen. LXXXI. Botaitnis navitts en Latin. Pouacre o hedor táchete en Francés. Esta ave es del mismo género que la gary, y del tamaño de una corneja : su longitud es diez y ocho pulgadas y tres lineas , su vuelo de dos pies y qtiatro pulgadas , y sus alas llegan hasta la punta de la cola : tiene la cabeza , lo superior del cuello , lo alto del lomo , las plumas escapularias , y las cu- biertas superiores de las alas de un pardo obscuro, con manchitas blancas en el extremo de las plumas: la parte inferior del lomo, la rabadilla, y las cu- biertas superiores de lá cola de un pardo obscuro sin manchas : la garganta , la delantera del cuello, y todo lo inferior del cuerpo de un pardo claro : en- tre ojo y pico tiene un pellejo verdoso : las guias de las alas son de un pardo obscuro , y ter- minadas de blanco : la cola parda : el medio pico superior pardo , el inferior de un amarillo verdoso: la paite desnuda de las piernas y los pies de un par- do verdoso 3 y las uñas pardas. Hal'ase esta ave, como las demás garbas, en las orillas de las aguas , pero freqüenta menos las riberas de las corrientes y descubiertas , que no las de las estancadas en los pantanos y caña- verales. La especie no es muy común, y es erran- te como todas las garbas , á saber , que los indivi- duos pasan sucesivamente de un lugar á otro sin seguir un camino arreglado ni orden de tiempos. ti ave representada en la lam. 939. con el nombre de ale araban manchado de la Cayena , no se diferencia de la anterior sino en que el color pardo de la parte superior del cuerpo es mas obscuro , y las cubiertas inferiores de la cola, y la garganta sen ALC blancas: lo inferior del cuerpo está como lo supe- rioi manchado de pardo sobre fondo blanquecino. Esta variedad que parece producida por el clima se halla en la Guayana , y mas comunmente en la Luisiana. Alcaraván manchado de la Cayena. Lam. 939, Véase Alcaraván manchado. ALCARAVAN PARDO RAYADO. Briss. tom. V. pag. 454- Esta ave del genero LXXXI. ha sido indicada por el Conde Marsigli , que la ha observado en las margenes del Danubio. Poco mas o menos es del tamaño del butorio pcqusño , y también , como este, una de las aves mas pequeñas de este genero. Todo su plumage está rayado con unas lineas pardas , ne- gras, rosadas, mezcladas confusamente, de todo lo qual resulta un color pardo : el medio pico su- perior es pardo, el inferior amarillo, y pies y uñas de gris. ALCARAVAN ROXO. Briss. tom. V. pag. 438. Este alcaravan es pequeño , y poco mayor que la especie llamada el pequeño butano. La coronilla de la cabeza es negra : lo restante de ella , la garganta, y el cuello son rubios ó de color de orin : el lomo, las plumas escapularias, y las cubiertas de encima de la cola negruzcas : la rabadilla blanca : la parte de abaxo del cuerpo rubia : las grandes guias de las alas negruzcas , y las medianas rubias : la cola ne- gruzca : el medio pico superior de un pardo ne- gro , el inferior de color de cuerno , y pies y unas pardas. Aldrovando dice haber recibido esta ave de Epidauro 3 y tiene por de la misma especie otra nueva cogida en las marismas inmediatas a Bolonia. El Conde de Marsigli ha visto el butorio ó alearan. un ro.xo en las margenes del Danubio : también se ha encontrado en Alsacia, y pasa como procedente ó natural de las cercanias de Bolonia ; pero Saierno conjetura que esta especie es la que se vé algunas veces en Solocne , y con harta freqiiencia para que se le haya impuesto nombre, como es el de qewi- tneau. Este alear avan se encuentra en muchos paises , muy distantes unos de ottos , y r si por su naturaleza es un ave errante. Según Brisson es del Gen. LXXXI. ALCARAV ANERO. Dase esta nombre al ha - con que está acostumbrado á perseguir los alcara- vanes. ALCATRA.Z. Lo mismo que Pelicano. ALCAUDON (pequeño). Briss. tom. III. pag. £ 8. lam. V. fig. 1 . Gen. XXXIII. Bel. Hist. nat. des 0¡s. pag. 361. fig. ) pag. 363. Bel. Port. des Oís. pag. 93. Trocbilus en Latin. Soulcie en Francés. Es muy semejante al gorrión por la forma total, y por la disposición del cuerpo en general, pero algo mayor: su plumage, en las partes superiores, es de un gris claro , variado de manchas pardas longitudi- nales que ocupan el centro de las plumas , y en las inferiores de un blanco sucio variado de gris : una mancha amarilla colocada en lo alto y anterior del cuello , cuya mezcla tira á color de cidra , hace re- saltar los colores aDo baxos del alcaudón pequeña la T73 ALC l,i mayor parte de las pítimas escapularlas , y las cu- biertas de encima de las alas están terminadas Je man- chas blanquecinas que hermosean también el plutr.a- Ce : las guias de las alas y las de la cola son pardas, guarnecidas por fuera de gris : las dos plumas gran- des mas exteriores de cada lado de la cela tienen blanquizco su borde exterior , y todas ellas una mancha blanca cerca de su extremidad : el pico es or¡s blanco , y pardusco por la punta : los pies son de un gris claro, y las unas negras. Lo total de este páxaro'es bastante hermoso. Este gorrión jamas se acerca á las habitaciones , y se mantiene constante- mente en los bosques : anida en los huecos de los arboles , y no pone mas que una vez : no es muy numerosa la especie, ni parece que se halla mas que al Norte ae la Europa : quanuo los hibiernos son rigurosos , apenas pueden soportarlos estos pá- xaros , y se encuentran muertos con bastante fre- cuencia en los huecos de los arboles: durante el otoro e hibierno viven en bandadas: se sustentan de óranos, y por el estío dan caza a ios inseéíos , co- mo lo executan codos los gorriones. Este ultimo año examiné una docena de ellos que se cogieron con red , lo que es harto extraño, porque son muy astutos y desconfiados, y no suelen caer en las trampas ó lazos 3 pero esto sucedió en el mes de Octubre , y se puede presumir que fueran nuevos: todos eran muy semejantes , de lo que inferí que la hembra no se diferencia del macho , puesto que la estación de la nidada ya habia pasado , y se hu- bieran advertido las difertncias, si en realidad las hubiera. Alcaudón pequeño. Véase Reyezuelo. Alcaudón pequeño del Canadá. Gorrión del Canadá. Lam. 22.3 . fig. 1. Bkiss. tom. III. pag. no. Gen. XXXIII. Poco inas ó menos sera del tamaño del gorrión : la parte de arriba de la cabeza es de un castaño hermoso , vaiiado de gris pardo en la coronilla: en el nacimiento del pico tiene una mancha rosada , y encima de cada aberutra de las narices otra mancha pequeña negra : las mexiilas , la parte de atrás del cuello , la inferior del lomo , el ovispillo , y las cu- biertas de sobre la cola son de un gris pardo : lo alto del lomo , y las plumas escapularias están va- riadas de gris pardo , y de castaño fusco : la gargan- ta , la delantera del cuello , el pecho , lo alto del vientre , y las piernas son de un gris claro : los costados , ¡o inferior del vientre , y las cubiertas debaxo de la cola rubias : las cubiertas de encima de las alas pardas , guarnecidas por fuera de roxo, v terminadas obiiquamente de blanquizco, loque forma sobre cada ala una banda doble de este co- lor : las guias de las alas son pardas, las grandes cir- cuidas de gris pardo , y las medianas de roxo : las plumas grandes de la cola pardas , guarnecidas de gris partió : la cola algo ahorquillada : la punta del pico tira a roxo , y pies y uñas son de un gris pardo. Alcaudón pequeño de Pensilvania. Vease Reye- zuelo. ALCION. Véase Martin-pescacor. ALC Alción menor ó el cra-cra. Lam. 513. Brim. tom. IT. pag. 219. lam. XXII. fig. 1. Ge- nero XXII. Bel. Hist. nat. des Oís. pag. 221. fig. y pag. 222. Bel. Porr. des Gis. pag. 5 j. Alcedo ai ¡indinaieus en Latín. Rousscrole en Francés. El alción menor ó cra-cra es del mismo genero que el yr^al, pero no mayor que una alondra : des- de la punta del pico á la de la cola tiene siete pul- gadas de largo , de vuelo diez pulgadas y ocho li- neas, y sus alas plegadas llegan hasta la mitad de su cola: todas las partes supciiores son de un pardo rosado , y el cuerpo por debaxo de un blanco sucio : las guias del ala pardas , circuidas de pardo rosado : la cola de este ultimo color: el medio pico superior pardo , el inferior blanquecino , y pies y uñas de gris. El era-ira habita en los lugares baxos y panta- nosos , en las margenes de los estanques , de las hoyas llenas de agua, y de los riachuelos: trepa por los juncos , por las cañas , y por los sauces mas elevados : se sustenta de moscas y de inseétos ; el macho tiene un canto bastante duradero, pero des- agradable 3 el qual dexa oir tanto de noche como de dia , lo que ha sido causa para que se diera a la especie el nombre de ruiseñor , y los parages que freqiienta el de ruiseñor de rio , ó de ribe, a. Estos páxaros hacen en tierra su nido , y en los ribazos que están en declive , y bien abundantes de musco: son muy comunes en las marismas y marjales que rodean la Ciudad de Ptrona : de modo , que pasan- do un verano por dicha Ciudad , y alojándome en una de sus extremidades, es* uve toda la noche muy incomodado por el canto de estos paxaros que es una especie de graznido que expresa bastantemente claro el nombre de era-era que se les da en muchas provincias. Según parece hay en e! Norte una va- riación ó riza mayor, puesto que Klein compara su tamaño con el del yyal. Montbtillard dice que Sonnerat traxo de Filipinas un alción menor en un todo semejante al nuestro, y asi este paxaro se en- cuentra en Asia, igualmente que en Europa. ALCOTAN. Briss. tom. I. pag. 363. Gen. VIII, Be;. Hiit. nat. des Ois. pag. 123. l anar tus asterias en Latín. Lattier en Francés. El ahotan solo es conocido por ]o que de él dice Bellon , por una noticia muy corta de Linnéo sobre esta ave , y por una lamina de Albino. Por estas indicaciones parece que es un halcón mas pequeño que el común , cuyo cuello , pico y pies son á pro- porción mas cortos , y la cola al contrario mas lar- ga. Tiene lo alto de la cabeza , lo posterior del cuello , lo superior del cuerpo , las cubiertas de las alas , y de la cola de un pardo negruzco , sin manchas , ó solo con algunas blancas , redondas y muy pequeñas : una raya transversal blanca encima de cada ojo , y estas rayas unidas en la delantera de la frente forman una faxa : lo inferior del cuer- po es blanco , variado de manchas negras longitu- dinales colocadas en el borde de cada pluma : las guias grandes de las alas son negras , las medianas de 1 74 ALE de un pardo aherrumbrado , y estando el ala ten- dida se advierten por debaxo unas manchas blancas, y redondas: el iris es amarillo, y el pellejo que ro- dea la raíz, del pico del mismo eolor : el pico y los pies son azulados, y las uñas negras. El macho se diferencia de la hembra en ser mas pequeño. Bellón dice que el alcotán vive en las selvas en los arboles mas elevados , ó en las rocas mas altas: que es can arisco y malvado como los demás ioalco- i íes, y de natural mas blando, por lo qual se sirven de el muy á menudo , y para toda caza : que vuela tanto por el rio , como por los campos : que se le instruye fácilmente al vuelo y caza de la g, t ella : que la estación en que caza mejor es después de la mu- da, desde mediados de Julio hasta tiñes de Oétubre, pero que en el hibierno no sirve bien : que perma- nece todo el año en el pais , y que se le reconoce, sin poderse engañar , por su pico , y sus pies azu- les , y su plumage mezclado por delante de negro sobre blanco. Esta ave cuyo uso eia muy común en tiempo de Bellón , y de la qual habla como tan generalmente conocida , no lo es ya en muchas partes de Europa, especialmente en Francia y en sus cercanías : desde que el gusto de formar colecciones de aves se ha introducido , nadie ha podido agregar a ellas el al- cotán. Sin duda que Bellón ha dcscripto solamente alguna variedad ; y es difícil de concebir como des- de el tiempo en que escribia, una especie tan inde- pendente como la del alcotán , se haya extinguido en Francia , ó se haya alejado , sin que se encuen- tre en las cercanias , sin que haya acaecido revo- lución física en dicho reyno , y sin haberse alterado en cosa alguna el estado de las cosas: mas fácilmente se comprehende como alguna circunstancia particu- lar habrá producido una variedad que se habrá mul- tiplicado y sostenido algún tiempo , y que aniqui- lándose de generación en generación , se habrá ex- tinguido en la especie de que habia salido ; pero como nadie ha sido todavía de este diéfamen , solo le pi opongo como una conjetura. Alcotán. Vease Esmerejón de los halconeros. ALCOTANCILLO. Pollo del Alcotán. ALEAR. Mover las alas. ALETADA. El movimiento de las alas. ALETAZO. Golpe del ala. ALETO. Lo mismo que EIalieto véase. ALETEAR. Mover freqiientemente y con vio- lencia las alas sin romper en vuelo. ALFAHARERO del Canadá. Lam, ¿z¡. fig, z. Briss. tom. III. pag. 991. lam. XXIX. fig. 4. Ve ase Sita. ** ALFANEQUE. Especie de Halcón. Los alfaneques comunmente son blancos , y las cabezas rubias , aunque hay algunos marroquies que son de un negro claro, y otros con pintas pardas sobre color blanco. Se crian en el Africa en los reynos de Tremecen y Túnez , y a estos últimos los llaman entrecclis. Los alfaneques son muy buenos, pero raros en Europa, y diestros para la caza de las perdices , alcaravanes , conejos y liebres. ALFAUSI. Lo mismo que Casoario y Paxaro PIEDRA. ALGARROBA O AVE FLORIDA. Especie de Trupial. ALG Algarroba de la Isla de Santo Tomás, lam. y 3 y. Algarroba de la Cayena Lam. 607. Briss. tom. II. pag. 11 6. Gen. XIX. Xantomus en Latin, Carouge en Francés. Xochhototl en Mexicano. El algarroba es algo mas pequeño que el pintón de Ardennas , y de forma mas prolongada: tiene siete pulgadas desde la punta del pico a Ja de la co- la, once de vuelo, y sus alas plegadas llegan hasta mas allá de la mitad de la longitud de su coia : la cabeza , el cuello , y el pecho son de un castaño obscuro. La parte superior del cuello de un negro de terciopelo : la inferior , el ovispilio , el vientre, y los lados , las pequeñas cubiertas de encima del ala, y las cubiertas debaxo de la misma son de un castaño obscuro : las grandes cubiertas , y las guias de las alas , como también las de la cola , de un negro muy hermoso : el pico del mismo color , á excepción de la basa del medio pico inferior que es de gris, y pies y unas negruzcas. La hembra tiene los colores menos vivos que el macho. El algarroba compone su nido con hojas ó filamentos de plantas secas , las entrelaza y las une por debaxo á una hoja de banana , que es uno de los costados del nido , dándole la forma de un segmento de globo vacio que se hubiese separado en quatro partes iguales. Se encuentra el algarroba en la Martinica; siendo verisímil que el algar, oba de la Cayena , representado lam. 607. fig. 1. sea una va- riación del precedente. Se diferencia en que es algo mas pequeño , en que lo negro que cubre la cabeza cuello está variado de algunas manchas blancas sobre los lados del cuello , y de otras de un pardo rosado en lo anterior de él; y en que las grandes cubiertas de las alas , y las plumas medianas de ellas están circuidas de blanco. Algarroea aceytunado de la Luisiana. Algarroba del Cabo de Buena Esperanza. La- mín. 607. fig. z. Briss. tom. II. pag. iz8. Este algarroba ha sido indicado por Brisson co- mo venido del Cabo de Buena Esperanza ; pero ciertamente es un error : i.° porque ningún via- gero , en cuyo testimonio se pued3 apoyar , ha traído todavía un solo páxaro del mismo genero de parte alguna del antiguo Continente : 2.“ porque al contrario estos páxaros se han encontrado , con mucha abundancia , entre los que desde algunos años a esta parte se han traído de la Luisiana. Des- de la punta del pico a la de la cola tiene seis pulga- das y seis lineas, y diez pulgadas y tres lineas de vuelo : sus alas plegadas llegan hasta algo mas allá de la mitad de lo largo de su cola : la parte supe- rior de la cabeza es de un gris aceytunado : la da atrás del cuello , las plumas escapularias , y las pe- queñas cubiertas de las alas son de un color de aceytuna pardo ; el ovispilio del mismo color, aunque algo mas claro : la garganta , y lo alto de la delantera del cuello de un amarillo anaranjado : la parte de abaxo del cuerpo amarilla , mezclada de aceytunado en las piernas , y en los costados : el borde del ala amarillo hácia el pliegue que corres- ponde a la muñeca : las plumas del ala pardas , cir- cuidas de un borde de aceytuna : la cola es también de AL G de este ultimo color, obscuro per arriba, y claro por debaxo ; y el pico , pies y unas son pardos. Gen. XIX. Algarroba azul. Bkiss. tom.ll.pag- 1 if. Brisson , que , con arreglo á Ray , habla de este páxaro , conviene en que la figura que ha presentado este autor es del todo mala , inhume accurata : no ha encontrado , pues , medio alguno para poder distinguir el genero de este paxaro que no ha visto , ni tiene bastante fundamento para re- ferirlo ai genero XIX. de su método; ni tampoco aclara mas' este asunto que lo que dice Ray que es lo que se sigue: ,, Todo su cuerpo está cubierto de plumas ne- gras ó cenicientas, exceptuando la caDeza, las alas „ y la cola que son azules.” Se encuentra en Ma- dras , añade Brisson. Esta es una nueva prueba para no tenerlo por un algarroba , puesto que es muy verisímil que los paxaros de este género tan solo habiten en América. Algarroba de cabeza amarilla. Briss. suppl. tom. Vl.pag. 38. Vease Culi-amarillo de la Cayena (pequeño). Algarroba de la Cayena. Larri. 607. fig. 1. Véase Ai .GARROBA. Algarroba de la Cayena. Lam. 343. Ve ase To- CAS-AMARILLAS. Algarroba de la Isla de Santo Tomás. Lam. 53?. fig. i. Ve ase Algarroba. Algarroba de la Isla de Santo Tomás. Lam. 533. Vease Cull-amarillo de la Cayena ( pe- irroba del Cabo de Buena Esperanza. Lami- na 607. fig. 2. Briss. tom. 11. pag. 128. lease Al- garroba aceitunado de la Luisiana. Algarroba de México. Lam. 5. fig. 10. Briss. tom. I!, pag. 128. Véase Culi-amarillo de la Caye- na (pequeño). Algarroba de Santo Domingo. Lam. 3. fig. z. Briss. tom. L. pag. izl. Víase Culi-amarillo de la Cayena (pequeño). Álgarkoea pintado o manchado. Biiss. tom. 11. pag. 12 6. Este es un paxaro de México del tamaño de una alondra , del género XIX. del método de Bris- son. La coronilla ue la cabeza es de un pardo roxo : la parce de a.rás del cuello , y la debaxo del cuerpo son del mismo color : también lo son la parte anterior uel cuerpo, el pecho y el vien- tre , pero en estos parages es muy claro : tanto en las partes superiores como inferiores está varia- do de manchas negras , excepto en lo inferior del vientre que no tiene mancha alguna : las cubiertas de las alas están pintadas y manchadas como la es- palda : las plumas de las alas y de la cola son ne- gruzcas , circuidas de pardo que tira a roxo : el iris es de color de avellana , el pico de color de carne palida, los pies del mismo color, aunque algo mas vivo , y las uñas pardas. ALIMOCHE. Vease Buytre (pequeño). AEIONIN. Yarus Cteruleus en Latín. Ave especie de paro de color azulado, y que por otro nombre se llama Chamaron. fg- }• queno) ALO 173 ALOETA. Lo mismo que Alondra. ALONDRA. Briss. tom. III. pag. 334. Bel. Hist. nat, des bis. pag. z 69, Bel. I’ort. des Gis. pag. 6 5 . Alauda en Latín. Aloucue un francés. Lodola campestre , pctronella , alodetta en Italiano. Lcrcb , bcid-lercb , boh 3- lenb , <¿¡rc. en Alemán. Le ario £ en Holandés. Latrpa en Sueco. Spowroiufi en Polaco. Lar{ en Inglés. La alondra es del género XXXIX. y demasiado conocida para que haya necesidad de describirla, lo que abreviara algún tanto este artículo , necesaria- mente largo , por la quantidad de objetos que cebe contener, bu especie está muy extendida , y se en- cuentra en todas las partes de Europa : su canto, que todo el mundo conoce , es muy agradable: empieza á dexarse oir en los primeros dias buenos de fines del hibierno , ó del principio de la prima- vera , y canta durante toda la bella estación , pero particularmente por la mañana y por la tarde , y muy rara vez al medio dia. Se levanta empezan- do a cantar , se sube perpendicularmente batiendo el ayre , y quanto mas se remonta mas esfuerza su voz, la que es tan fuerte que se oye muy bien aun- que esté tan alta que apenas se distinga con la vista. A medida que vá descendiendo baxa la voz , y calla luego que llega á tierra donde se detiene en los campos labrados , y anda por entre los sulcos sem- brados. Jamás se para en árboles , y solo habita los llanos : gusta de rebolcarse por el polvo , ó por la arena ligera ó suave , contándose por esto en el número de los páxaros polvorosos. La alondra hace en tierra su nido , lo esconde con cuidado , y lo coloca en las tierras que están cubiertas , y entre terrones que lo escondan á la vista : lo componen de raizes y de yerbas secas: pone quatro ó cinco huevos manchados de pardo sobre un fondo que tira á gris: solamente empolla catorce ó quince dias , y al cabo de otros quince, poco mas ó menos , ya están sus hijuelos en estado de caminar , y de subsistir por si solos. Pone dos veces , y algunas tres : la primera á principios de Mayo, la segunda en Julio, y la tercera en Agosto; pero parece que el número está subordinado al temperamento de los climas que habita, puesto que Aldrovando y Olina , que la observaban en Italia, han escrito que la alondra pone tres veces cada año: que Frisch, autor Alemán, solo habla de dos crias cada año respecto de este p.,xaro; y Schwenofeld que trata de los paxaros de la Siberia solo admi- te una. La alondra ceba sus hijuelos con el pico , y los pilme ros alimentos que toman ellos por si mismos son gusanitos , crisálidas, ó huevos de hormiga , y diferentes inseétos : su comida regular , quando ya son grandes, consiste en diferentes granos, y en si- mientes de varias yerbas. A los pequeñitos metidos en jaula se les dá una masa compuesta de cañamo- nes machacados, migas de pan , y corazón de buey hecho á pedacitos o bien picado ; la que suele ser mejor si se le añade lo que los paxareros llaman pan i y 6 ALO pan de amapola : después se acostumbra á mantener- se de granos , y principalmente de trigo : se cria y se alimenta en la paxarera por lo agradable de su canto : se amansa fácilmente , y también llega á fa- miliarizarse si se toman el trabajo de habituarla á ello : igualmente se la puede hacer variar su canto, y enseñarla en poco tiempo a silvar de diferen- tes maneras , lo qual repite mejor y con mas gra- cia que los otros paxaros que se enseñan del mismo motlo. Por elevarse muy alto está sujeta á ser arras- trada de los vientos , y por esto sucede que los marinos las ven muchas veces enmedio del mar, y á distancias muy remotas de la playa. Aunque este páxaro , propiamente hablando es de pasa , puesto que en todos tiempos se ven alcudias con harta abundancia , sin embargo hay estaciones en que se dexan ver mas que en otras , y al contrario hay al- gunas en que desaparecen del todo , pero solo es por algunos dias. Esto ultimo suceue por la prima- vera quando viene un frió repentino y fuerte des- pués de algunos dias templados , y también por el hibierno quando la tierra está cubierta de nieve, son muy fuertes los yelos , y duran muchos dias. Pero ni en uno ni otro caso se alejan mucho, y tan solo se retiran á los lugares abrigados de las orillas de las fuentes , y de las aguas que no están heladas , y donde pueden reemplazar los granos y vegetales que les faltan con gusanos y con in- serios. Dicen que se encuentran alondras en casi todos los paises habitados de los dos Continentes j y aunque esta proposición sea mas cierta respecto del género , con todo, la especie de alondras común , de que yo hablo en este articulo , tengo por muy du- doso que se encuentre fuera de Europa. Los viaje- ros por lo común tienen muy poca instrucción , y aún menos cuidado de objetos semejantes , y asi las descripciones que nos dan acerca de las cosas que han observado son demasiado incompletas para que pueda decidirse de los hechos solo por su tes- timonio. Si la alondra se encontrára en el nuevo Continente , era muy regular que viviera en aque- llos paises cuyo temperamento correspondiese con corta diferencia al de los que habita en Europa ; y además, siendo muy numerosa su especie en los lu- gares donde multiplica, también lo era que no se le hubiese ocultado a Catesby , y que se hubieran encontrado en las numerosas remesas de páxaros que se han hecho del Canadá , y de la Luisiana , en las que en efeólo se han hallado muchas especies de paxaros que habitan también en Europa. Esta falta de alondras en la Luisiana , en la Carolina y en el Canadá me parece un vehemente indicio de que no se encuentra en el Continente de América. No se debe olvidar que hablo de nuestra alondra , esto es, de la que todo el mundo conoce baxo este nombre solamente. Por el verano prefieren las alondras las tierras elevadas y secas : entonces están muy flacas , pero por el hibierno baxan a los llanos en donde habitan en bandadas muy numerosas , y están muy gordas: en este estado es su carne muy gustosa y delicada, y una comida harto apreciable. En París se dá el nombre de mauviettes á las alondras , quando se ALO consideran como comestibles. Se cogen muchas en los paises llanos , y para ello se valen de quatro medios diferentes , que son el espejuelo , las perchas , ó latps, y las redes , con especialidad la que se llama calderuela. El espejuelo se compone de tres piezas , á sa- ber : la que sostiene la luna del espejo , la que sir- ve de quicio sobre el qual se coloca dicho espejue- lo, y la que sostiene las otras dos. Ea primera pieza se hace de un pedazo de madera oblongo, quadra- do , y algo encorvado en su longitud : se le dá cer- ca de seis pulgadas de largo , pulgada y media de grueso en la superficie inferior ó encorvada , y me- dia pulgada en la superior ó convexa. En las cinco caras se hacen unas molduritas para pegar y colocar en ellas pedacitos de cristal azogado : enmedio de la superficie inferior se mete un palito cilindrico bien apretado , y al rededor de él se dan muchas vueltas con una cuerda : por otra parte se tiene un pedazo de madera quadrado que termina en punta, en cuyo extremo mas grueso se hace una hueca ó cabidad , y la pieza que está encima de esta cabídad ha de tener enmedio un agujero que corresponda á otro semejante hecho en la cara inferior de la madera en el mismo parage donde tiene la moldura. Dispuestas asi las cosas , se pasa el palito que sostiene el espejuelo por medio de los dos agujeros hechos en el brazo que les sostiene que es la terce- ra pieza. Se mete en tierra aquel brazo ó palo que por esto termina en punta , y ya está todo dispues- to para servirse del espejuelo que debe estar colo- cado entre dos redes. Una persona metida en una choza tiene los cabos de la cuerda, con los que hace continuamente volver el espejuelo á todos la- dos , y hacia diferentes partes , según tira los cor- deles , v su resplandor atrae y engaña á los páxaros que se cogen entre las redes ó lienzos que se tiran quando se vé que hay bastante cantidad de alondras juntas. El tiempo mejor para esta caza es aquel en que hav muchas escarchas , y la hora mas conve- niente al salir el sol. Las alondras se cogen con redes quando es el tiempo frió y sombrio, porque entonces vuelan ba- xas y en bandadas. Para cogerlas de este modo se disponen en un campo dos redes quadrilongas igua- les, de modo que se muevan siempre y quando se quiera : se colocan enmedio de ellas algunas alon- dras vivas atadas con unos cordelitos a unos tientos ó estacas metidas en el suelo. Un cazador puesto en una choza tiene desde allí las cuerdas que están atadas á las redes, y prontas para hacerlas obrar en caso necesario : otros cazadores corriendo por el campo hacen levantar las alondras , y con su marcha combinada las impelen hácia las redes , á las quales son también atraídas por los páxaros que ven allí de su misma especie , y entonces el cazador que es- tá apostado en la choza hace caer las redes , y coge debaxo las alondras que habían ido , ó esta- ban alli. La percha ó lazo es una especie de cepo o pihue- la que se prepara de la manera siguiente: Se escoge un barbecho en donde regularmente hay muchas alondras. Por lo largo de los sulcos de este campo a cerca de un pie de distancia se tien- den unas cuerdas de cinco ó seis toesas de largo, que ALO que se atesan por medio de dos tientos 6 estacas metidas en tierra, a las que están atados los cabos de las cuerdas. De quacro en quatro pulgadas, y en lo largo de las cuerdas , se van atando unas crines de cinco a seis pulgadas : enmedio de estas crines se hace un nudo escurredizo que se dexa abierto : lue- go se va echando y esparciendo una porción de gra- no por todo el terreno que ocupan las cuerdas , y sobre todo en el centro de los nudos escurredizos, y después se retiran y van batiendo el campo por todos los alrededores. Las alondras que se hacen levantar , atraidus del grano , se dirigen hacia el la- do donde le descubren , se apean para cogerlo, se enredan entre los nudos, y se enganchan por los esfuerzos que hacen para salir de ellos ; y quando se advierte que hay prendidas muchas de ellas, se cogen con la mano y se matan. Esta caza solo se hace en el hibierno , no tiene buen éxito mas que quando esta desnudo el campo , y es otro tanto mas abundante quando el frió es mayor, y quando son mas raros los comestibles ; y por eso acontece que en tiempo de nieves se cogen con el lazo mu- chas alondras, aunque entonces están flacas y no va- len mucho. Se llama calderuela ó red barredera tina red larga cuyas mallas solo tienen una pulgada. Se ata un cabo de ella a una percha que cogen dos hombres cada uno por su punta y la lievan a dos pies de alto del suelo , marchando a buen paso : el otro cabo de la red se dexa arrastrar por el suelo ; debiéndose ad- vertir que dicha red ha de ser bastante larga , para que llevándola levantada por delante a cosa de dos pies quede otro pie por detras que vaya arrastrando, al qual se pegan algunas ramitas pequeñas. Esta red solo sirve para ele noche, y se arrastra por los bar- beches y pedazos de tierra que han estado sembrados. Para que sea mas abundante la caza conviene pasearse la tarde antes per el campo , y notar los parages donde se han visto mas alondras dispuestas, al parecer , á pasar alli la noche : los hombres que llevan y arrastran la red han de ir acompañados de otro que vaya al lado de ella ; y luego que se oye algún ruido por debaxo , los que llevan la red la baxan , y el que les acompaña coge las que se han prendido en ella. Esta caza solo tiene buen éxito en las noches obscuras durante las quales no hay bastante luz para que las alondras puedan percibir á los cazadores , y que se alejen : algunas veces también se llevan teas encendidas, porque su luz ó resplandor, ltxos de d3nar , deslumbra la caza , y la hacen mas fácil de coger. Las alondras se cogen también con algún arma- toste fingido al modo del buey de ca\a , y con una red que el cazador lleva baxo del brazo con que las cubre después de haberlas reunido , valiéndose de muchos y largos rodeos. Pero estos dos modos de caza son mas divertidos que útiles , por lo que no me parece del caso describirlos. Además de los modos de coger las alondras de que acabo de hablar, dice Montbeillard que en la Lorena se cogen muchas con varetas. Describe con bascante particularidad esta caza, y asegura que á veces se cogen de esta manera hasta cien docenas de ellas , y que se tiene por muy mala caza quando Historia Natural. Tom. A ALO 177 no se cogen mas que veinte y cinco docenas. Como las personas que desearen conocer las particularida- des de ceta caza , pueden encontrarlas en el volu- men IX. de la historia de las aves , pag. 13. y siguientes, y copiándolas yo aumentaría mucho este artículo , ya demasiado largo , me contentare con manifestar que la caza de las alondras hecha con las varetas de liga , consiste en plantarlas derechas en un lugar determinado , y de modo que solo se sos- tengan , pero que puedan caer luego que alguna alondra las toque quando pasa : que esta caz., exige grandes preparativos , algún gasto, y que estén em- pleadas muchas personas , tanto para arreglar las varetas , como para ir batiendo el campo é impe- liendo las alondras hacia el parage donde esaii plan- tadas : que estas personas deben esiár prácticas en ello , acudir a los lienzos ó banderas que son la se- ñal de reunión , y obedecer a las señas que les dá un cabo ó comandante de la caza. El hombre con su industria, y estimulado del cebo de la ganancia , ó del triste placer de engañar á los animales inocentes, no es el único enemigo que deban temer las alondras : las aves de rapiña destruyen muchísimas; sin embargo su especie es abundante porque es muy fecunda , y po: que su constitución la proporciona ei poder vivir en un grande espacio de tierra expuesta á climas harto di- ferentes , como también porque manteniéndose de granos, y con especialidad de distintas especies de trigo , y complaciéndose sobre las tierras cultiva- das, el hombre que por una parte las des.ruye, contribuye por otra a que se multipliquen. En la especie de la alondra se encuentran tres variedades que son la alondra blanca , la negra , y la de color de Isabela ó de un blanco mezclado de pa- jizo; pero estas variedades no son mas que indivi- duaciones, y no constituyen raza alguna. Aiondra copetuda de la costa de Malabar. Finge d las Indias y d la China , tom. II. pag. 103. Lam. 1 1 3. fig- I. Tiene de largo cinco pulgadas y nueve lineas: dos plumas pardas rodeadas de blanquecino , le for- man un penacho que levanta quando quiere : el fondo del plumage es de un pardo variado de ru- bio ; pero lo que mas distingue á esta alondra es que cada pluma de la parte de arriba del cuerpo termina en una mancha blanca ; las guias de las alas y de la cola son pardas , rodeadas de roxo : los pies son también de este ultimo color , y el pico negro. Gen. XXXIX. Alondra ( grande ) copetuda ó Cogujada (grande). Lam. 503. fig. 1. Briss. tom. III. pag. 357. Bel. Hist. nat. des Gis. pag. 2.(7. fig. y pag, 168. Bel. Port. des Ois. pag. 65. Alauda cristata major en Latín. Cochevís en Francés. Lodola capelletta , capellina , c ovar ella , cipperina en Italiano. lyommamicp , hcide lerche , &c. en Alemán. Crcsted larcp , greater ciested , &c. en Inglés. La grande alondra copetuda es algo mayor que la alondra común : desde la punta del pico á la de la cola tiene seis pulgadas y nueve lineas , y diez pul- Z ga- i78 ALO gadas y media de vuelo ; sus alas plegadas llegan hasta la mitad de la cola : la cabeza , la parte de atrás del cuello , y la de encima del cuerpo son de un gris mas obscuro en medio de cada pluma : so- bre la coronilla de la cabeza tiene un copete com- puesto de muchas plumas que exceden a las otras en longitud , y en cuyo número no convienen los autores , pues unos tan solo cuentan seis , otros do- ce , y muchos un número medio entre estos dos, ya porque esta diferencia sea individual , ó ya por la edad , el sexo , el clima , ó la estación : una banda de un blanco rubio atraviesa el ojo por cada lado: la garganta, la delantera del cuello, y lo de abaxo del cuerpo son de un blanco obscuro , mezclado de una tintura de rosa muy leve; pero la parte inferior del cuello y los costados tienen mayor variación de manchas de un pardo obscuro : las alas son de un gris pardo : las dos plumas del medio de la cola del mismo color , con un bario de rosado; las otras de un pardo baxo que tira a negruzco : el iris ce- niciento : el medio pico superior pardo , el infe- rior blanquecino , y los pies y uñas de un gris blanco. La especie de la grande alondra no es tan co- mún como la de la alondra regular ; sin embargo se ven mas a menudo las alondras grandes que las otras, porque las primeras se acercan mas á los lugares habitados , y se retiran mucho mas tarde a las tier- ras sembradas : se complacen en las orillas de ¡os caminos, ó aún en los caminos mismos, y buscan en ellos los granos sin digerir que se hallan en los excrementos de las Caballerías : ¡requeman también las cercanías de las poblaciones , y se ponen sobre los montones de estiércol , sobre las paredes de los cercados , y sobre la paja ó enea con que están cu- biertas las casas de los labradores. En estos dife- rentes parages es donde hacen oir su canto muy agradable , y mucho menos agudo que el de la alondra: empiezan a cantar á principios de la prima- vera , y dexan de hacerlo por el otoño , y en el verano cantan quasi siempre quando el tiempo está sereno ; pero callan en los días nublados y lluvio- sos Las alondras grandes tanto cantan en la jaula co- mo quando están en su libertad , y entre todos los paxaros son estos los que tienen los órganos de la voz mas aptos , y la memoria mas fiel para retener los sonidos , porque quizás serán heridos mas viva- mente. Creese que no haya otro paxaro que apren- da tan fácilmente a contrahacer los diferentes can- tos , y que en el espacio de un mes conserva en la memoria un tono, que se le haya tenido cuidado de repetir ; que lo silva ó gorgea sin equivocarse, y que generalmente estos páxaros pueden aprender tres to- nos distintos sin confundirlos entre sí. Esta grande ap- titud para todo lo que es concerniente al canto, ha- ria la grande alondra muy agradable , y seria mas buscada, pero vive poco tiempo dentro de la jaula, ó porque no le gustan los alimentos que se le su- ministran , o por la falta de exercicro que le es ne- cesario. Quando esta libre se mantiene de granos y de insectos , y quando presa se tiene cuidado en suplir los insedtos con pedazos de corazón de buey picados, y mezclados con pan de amapola; pero sin embargo de los cuidados y precauciones que se to- men no pueden estos páxaros aguantar mas de un ALO año encerrados en la jaula- Quando están libres ha- cen su nido á principios de la primavera , y re- gularmente los colocan a orillas de los caminos reales , y siempre en tierra. La hembra pone qua- tro ó cinco huevos , que según dicen , los empolla con bastante descuido , y se confirma este aserto poco verisímil , por ei poco calor de que dicen ne- cesitan los huevos para empollarse. Pero inmediata- mente que ha i nacido los poiluelos experimentan las madres al verlos los mismos efectos de ternura, y el mismo apego que todas las hembras de los otros paxaros tienen para con sus crias. Las alon- dras grandes nunca van en bandadas sino solas , por lo que suelen ser v ¡¿tunas de muchas aves de rapr- ña : su especie está esparcida por ¡a mayor pane de Europa , a no ser que quizas no se hallen en las re- giones mas septentrionales de elia. Linneo no cuen- ta las alondras grandes entre los páxaros que se en- cuentran en Suecia. Gen. XXXIX. Alondra (pequeña) cristada. Véase Lulu. Alondra de arroles. Lo mismo que Alondra DE PRADO. Alondra de bosque. Véase Totovía de eosque. Alondra de Buenos-Ayres. Vease Varióla. Alondra de campo. Vease Espipoleta. Alondra (pequeña) de Gingi. Vi age á las Indias , y a la China , tom. II. pag. 103. lam. 113 . fig. 1. Es del tamaño de un silguero : la cabeza de un gris ceniciento : una banda negra atraviesa la mexi- 11a por cada lado : todo lo de encima del cuerpo, las alas y la cola son de un pardo sombreado : la garganta, la delantera del cuello , y lo inferior del cuerpo negros, y el pico y los pies de un gtis que tira a rubio. Gen. XXXIX, Alondra de Italia. Vease Giróla. Alondra de tardines. Lo mismo que Alondra de prado. Alondra db mar. Lam. ¡>51. Briss. tom. V, fag. zii. Bel. Hist. wat. de Gis. pag. 117. Bel. Fort, des Ois. pag. 50. La alondra de mar es del género LXXV. y no tiene relación alguna con la alondra mas que en el nombre , que se le ha puesto impropiamente , y en ser algo semejante en el plumage. Titne siete pulgadas y tres lineas desde la punta del pico a la de la cola , y trece pulgadas y quatro lineas de vue- lo. L3 cabeza, el cuello, y la parte superior del cuerpo están variadas de pardo y de gris : la gar- ganta , y la parte delantera é inferior del cuello son blanquecinas , con manchas pardas : el pecho , el vientre , y los lados blancos ; las pequeñas y las medianas plumas de las alas están variadas de pardo y de gris , y las grandes son pardas , y ter- minan en blanco : las plumas de la cola son ele gris, excepto las dos del medio que son de un pardo obscuro por la parte de afuera , y de gris por la de adentro ; estas mismas dos plumas finalizan en pun- ta, y son cerca de tres lineas mas largas que las de los lados : el pico es negro , y los pies también , pe- ro de un negro lustroso. Las alondras de mar vuelan en bandadas, y quan- do se mata una , las otras rebolotean a! rededor. Erequentan las orillas de las aguas , pero prefieren las ALO las riberas del mar. Ponen sobre la arena desnuda sin hacer otro nido : sus huevos son muy gruesos a proporción del tamaño ciei paxaro : el numero es de quatro o cinco , y la especie muy abundante. Belon dice que en un solo tüa de hibierno se sue- len llevar al mercado de París de trescientas a seis- cientas docenas , y que son buenas de comer: en el dia no se tienen por comestibles por lo menos en París, donde las traen a veces junto con otras espe- cies de caza poco apreciables, o poco buscadas, co- mo son las limosas , los caballeros , &c. En dos esta- ciones he visto traer algunas de eilas, a saber, á fi- nes de Marzo ó principios de Abril , y en Septiem- bre , y bascante entrado el otoño ; por lo que pare- ce que son de pasa , confirmando Butrón este juicio por una observación hecha en las costas de Picardía a donde llegan por Septiembre, pero no hacen mas que pasar por alli. El mismo autor asegura que la especie de las alondras de mar está extendida en el antiguo Continente de Norte á Mediodía, y que se encuentra también en América a dis.ancias muy grandes , en la Cayena , en la Jamaica , y en la Luisiana. De este ultimo parage , y de la Cayena he recibido algunas alondras de mar que me han pa- recido semejantes á las de Europa , y a las que he tenido por de la misma especie. Sin embargo, Bris- son no solo describe dos alondras de mar de Santo Domingo como distintas de la de Europa, sino aun como diferentes entre si , y hace una variedad de tina especie que se encuentra en Europa , a la que llama pequeña alondra de mar : pero como siempre se diferencia en ser un poco mas pequeña , y se en- cuentra entre las otras, no merece esta variedad la mayor atención. En quanto á las dos especies que Brisson insi- núa baxo los nombres de alondra de mar de Samo Domingo , y de pequeña alondra de mar de Santo Do- mingo : la primera , que solo es un poco mayor que la nuestra , tiene ademas tanta semejanza con ella, que es bastante verisímil que solo sea una variedad producida por el clima. La segunda , que tiene dos pulgadas y media de largo menos que la primera, y que á proporción es mas pequeña en todas sus otras dimensiones , debería parecer por esta diferencia una especie separada : pero por una parte las rela- ciones tan grandes que hay entre ellas , y por otra la paridad de haber en la Isla de banto Domingo alondras grandes y pequeñas de mar lo mismo que en Europa, inducen a creer que esta especie , igual en ambos Continentes , contiene dos razas constan- tes, una grande, y otra pequeña que se diferencian tan poco , que tienen los mismos hábitos , y viven en comyn. Alondra de mar de gargantilla. Vcase Onceo. Alondra de mar de Santo Domingo. Briss. tom. V. pag. ii 9. Véase Aiondra de mar. Alondra de marismas ó la colorada. Lam. 66 1. fig. I. Rmtsseline o alouette de ruarais en Francés. En el país de Messina grande sinslgvoite. Esta alondra , que tan solo conozco por la lami- na iluminada, y por lo que dice Montbeillard , se halla, según este sabio Ornitologista , en Alsacia, y es de tamaño medio entre la alondra común , y la Historia Natural. Tom. I. A L O 1 79 calandrina : el nombre de colorada corresponde ai color que domina en su plumage : lo superior de la cabeza , y del cuerpo esta variado de roxo sobre fondo pardo : los lados de la cabeza son ro- sados , rayados con tres rayas pardas quasl parale- las , de las qualcs la mas alta pasa por encima del ojo : la garganta de un roxo muy claro : el pecho de otro algo mas fusco , y sembrado con pequeñas manchas pardas muy estrechas: el vientre y las cu- biertas inferiores de la cola de un roxo claro : las guias de las alas y de la cola negruzcas , guarneci- das de roxo claro , y pico y pies pajizos. Esta alondra tiene un canto muy gracioso , se- gún dice Raczynki , quien la cuenta entre los pá- xaros que se hallan en Polonia : frequenta los luga- res contiguos á las aguas , y se vé a menudo sobre la arena : algunas veces anida en las margenes del Mosela , y en las cercanías de Metz , donde apare- ce todos los años por Oétubre , y entonces se co- gen algunas de ellas. Gen. XXXIX. Alondra de mexillas pardas de Pensilvania. Briss. suppl. pag. *14. Ed'O i . glan. part. II. pag. 185. lam. 297. El tamaño de esta alondra es poco mas ó menos el mismo que el de la alondra común. Las partes su- periores de la cabeza y del cuello , las espaldas, la rabadilla, las plumas escapularias , y las cubiertas de encima de la cola son de un pardo obscuro, y los la- dos de la cabeza negruzcos : los ojos están co- locados enmedio de una banda algo rubia que se extiende desde la raíz del pico hasta el occipucio: la garganta , la parte inferior del cuello , el pecho, el vientre, los lados, las piernas, y las cubiertas de baxo la cola son de un color leonado que tira a ru- bio, variado con manchas pardas \ y las guias de las alas de un pardo obscuro , rodeado de gris blanco : la cola se compone de doce plumas , de las qaales las ocho del medio son de un pardo obscu- ro , circuido de gris blanco , la que la sigue es del mismo color, pero finaliza en blanco, y la demas afuera es toda blanca : el pico es negruzco , excepto en la basa de la mandibula inferior que es pajizo: los pies y las unas son de un pardo obscuro. Un caraéter muy propio para distinguir esta alondra , es , que quando tiene plegada su ala , la tercer pluma, contando desde el cuerpo, llega has- ta la extremidad de las guias mas largas: aparece en Pensilvania por el mes de Marzo , dirige su ruta por el Norte , y ya no se vé á fines de Mayo. Por otra parte asegura Ed\x ars haber encontrado la mis- ma especie en las cercanías de Londres. Alondra de prado. Véase 1-arlusa. Aiondra de Siberia. Lam. 6^0. fig. 2. Montbeillaid, que ha dado á conocer esta espe- cie de alondra , la describe del modo siguiente: La garganta , la frente , y los lados de la cabeza son de un hermoso amarillo, resaltado por una pe- queña mancha negra entre ojo y pico , que se une con otra mayor situada inmediatamente baxo del ojo : el pecho esta adornado con una cinta ancha y negra , y lo demás abaxo del cuerpo es blanqueci- no : sus flancos son algo pajizos, variados con man- chas mas obscuras : la parte de arriba de la cabeza, y la del cuerpo están variadas de un color que tira á Z 1 ru- í 8 o ALO rubio , y de un gris pardo : las cubiertas superiores de la cola son pajizas, las guias negruzcas, rodeadas de «ris , excepto las de mas afuera que lo están de blanco : las guias de las alas de gris , circuidas primorosamente de un color mas negro: las cubier- tas superiores también de gris , rodeadas de rubio ; y el pico y los pies de un gris aplo- mado. Montbeillard , dice , que este paxaro ha sido enviado de la Siberia donde no es muy común : el viagero Juan Wood habla de algunos pequeños pá- xaros semejantes á la alondra , que se han visto en la nueva Zembla , y que se podria presumir que son de la misma especie que de los que se ha hablado en este artículo, puesto que unos y otros gustan de los climas septentrionales. Las dimensiones de la alondra de la Siberia son cinco pulgadas y tres quartos de larga : el pico de seis a siete lineas : el dedo posterior quatro lineas y media; y la cola, que se compone de doce guias o plumas grandes , tiene dos pulgadas , y excede en tina á las alas. Alondra de Virginia. Véase Gola negra. Alondra grande. Vcase Calandria. Alondra loca. Lo mismo que Alondra de trado. Alondra negra de espalda leonada. Esta alondra tiene mucha semejanza con la va- riedad de la alondra común , cuyo piuuiage es negro; pero es algo mas pequeña. Su longitud es de certa de cinco pulgadas : la del pico de seis a siete lineas, y la de la cola de pulgada y media; ésta se compo- ne de doce plumas , y excede a las alas en siete u ocho lineas. La cabeza , la garganta , la delantera del cuello, la parte inferior del cuerpo, y las cubiertas superio- res de la cola son de un pardo negruzco : las guias de las alas y de la cola un poco mas claras : la parte de atrás del cuello , el lomo , y las plumas es- capularias de un color leonado anaranjado ; y las medianas y pequeñas cubiertas de las alas negruzcas, rodeadas de qn color leonado que tira á anaranjado. Esta alondra de que hablamos la traxo de Buenos- Ayres el difunto Commerson , que ha sido el pri- mero que la ha observado. Alondra negra de la Ensenada. Lam. 738. /í¿. 2,. Lo mismo que Alondra negra de espaldas leo- nadas. Alondra pipi. Briss. tom. 111. pag. 347. Su longitud es de cerca de cinco pulgadas y me- dia : el pico tiene seis a siete lineas : su vuelo es de ocho pulgadas y un tercio : la cola tiene dos , y ex- cede en una á las alas. La cabeza , la parte superior del cuello , el lomo , y el ovispillo están cubiertos de plumas ne- gruzcas por el medio, y aceytunadas por las orillas, de lo que procede que todas estas partes parece que estén variadas de estas dos mezclas : la gargan- ta, la parte inferior del cuello, el pecho, el vien- tre, los costados, y los muslos son de un blanco pajizo , señalados con unas manchas negruzcas y longitudinales sobre el pecho y vientre : las plumas del ala son negruzcas , rodeadas exteriormente de aceytunado : las medianas están escotadas por la A L T punta en forma de corazón : la cola consta de doce plumas , de las quales las dos del medio son pardas, y mas claras por ¡a orilla : la de mas afuera es blan- ca en toda su longitud por el lado externo : las in- termedias son negruzcas , rodeadas exteriormente de pajizo : el pico ts muy afilado , muy deígadito, y de un pardo que tira a amarillo : los pies son de un amarillo obscuro , y las uñas negruzcas. La alondra pipi , se encuentra entre las zarzas y matorrales , y se para sobre sus ramas mas elevadas: su canto, durante el hibierno, semeja al ruido que hace un saltón , solo que es un poco mas fuerte; pero por la primavera tiene un canto agradable, dulce y armonioso, aunque sencillo : canta con mu- cha energía , se compone , bate sus alas , y algunas veces se remonta bastante alto , y vuelve a dexarse caer en el mismo sitio : hace su nido en parages so- litarios, le esconde en una espesura de yerbas en- tre ios cespedes , y pone quatro ó cinco huevos con pintas pardas en el extremo mas grueso. En las cercanías de Londres se cogen muchas de estas alondras á mediados de Septiembre, tiempo en que se dexan ver en Inglaterra. Son menos comu- nes en los alrededores de París , y aunque no sean raras, hasta ahora no son reputadas por comestibles; sin embargo, según la caza que se hace en las cerca- nías de Londres , y según el nombre que se les da en el Bugey que es et de papafigo de hibierno, hay apariencias de que su carne sea delicada. ALTANERO , RA. (cetr.) El halcón ó ave de ra- piña de alto vuelo. ** ALTANERIA, (cetr.) El vuelo alto de algunas aves. ** Altanería, (cetr.) Caza que se hace con los halcones y todo genero de aves de alto vuelo , lo uiismo que Ceireria, ALUCON. Altio , 'vcl haleyon en Latin. Ave muy semejante al mochuelo, ó según la opi- nión mas común el mismo mochuelo. ALZAPIE. Lazo ó artificio para prender por el pie animales y aves. AMAZONA. Los paxareros dan el nombre de amazonas a di- ferentes especies de papagayos , la mayor parte de los quales vienen de los paises que baña el rio del mismo nombre. Estos son unos papagayos de co- la corta , y por lo regular bastante grandes : su pltt- mage es de un verde resplandeciente y lustroso: muchos tienen sobre la cabeza un amarillo puro y obscuro, y un roxo brillante en las alas, particular- mente en el azote de ellas : se diferencian de otros papagayos que se llaman files mas comunes, .'menos hermosos y mas pequeños , que se encuentran tam- bién en los mismos parages , pero cuyo plumage es menos lustroso , menos brillante , y mas sombrea- do : solamente tienen encarnado sobre las guias del ala , pero no en el azote de ella : tienen también amarillo en la cabeza , pero menos puro , menos brillante , y por lo común mezclado con otros co- lores. Sin embargo , como estos caraétéres no son precisos , y lo que particularmente distingue á las amazonas de los files es lo resplandeciente de su plumage , algunas veces se confunden los mas her- mosos de estos últimos con las amazonas, adornadas de AMA de colores menos bellos , sobre todo quando falca objeto con quien compararlos 3 y asi su denomina- ción puede ser algunas veces arbitraria. Las amm/mus vuelan en bandadas numerosas, se paran sobre los mismos arboies , y todas juntas dan unos gricos que se oyen desde muy lexos. be alimentan de ios fimos de ios ari.oics que se ci ían en las sabanas , y de bananas , gomas clásti- cas, íkc. Las amazonas , lo mismo que los otros papaga- yos, hacen su nido tn ios agujeros de los arboles viejos : ponen uos veces cada año 3 dos huevos en cada una de ella>; y macho y hembra empollan alternativamente. Anidan unas cerca de otras , van juntas a buscar la comida , y quando están saciadas boltean v saltan incesantemente de árbol en árbol haciendo un cacareo continuo. Al salir el sol se po- nen en las ramas sin hoj.,s , y allí se mantienen has- ta tanto que el caicr ha disipado el rodo que hu- meueció sus plumas durante la noche, y luego se marchan todas juntas con una gritería general : el tiempo de anidar es para ellas la estación de las lluvias. Las amazonas pertenecen a las regiones meridio- nales y mas cálidas del nuevo Continente. Apren- den á hablar muy claro , y sobre todo si se sacan pronto del nido, y se empieza a tiempo su ense- ñanza. Generalmente son bascante silvestres, y pro- pensas á picar. Amazona, (la) Lste paxaro indicado por Linnéo , y colocado por este naturalista en el numero de los hortelanos, tiene la parte de arriba de la cabeza leonada , las cubiertas inferiores de las alas blanquecinas, y lo restante del plumage pardo : se encuentra en buri- nani. Linneo la señala por la frase siguiente : Embe- riza fusca vértice Julgo , crisso , aibido , amazona, Sist. nat. ed. 13. pag. 3 1 1. num. 15. Amazona amarilla. Bkiss. tom. ir. pag. 306. Sal. pag. 69. lam. mt- mer. 13. Este bello papagayo, bastante raro para nosotros, tiene un pie de largo desde la punta del pico a la de la cola : todo su plumage es de un amarillo her- moso , excepto el pliegue del ala , y las grandes guias de ella , como cambien las de la cola que es- tan señaladas con un roxo muy vivo : el iris y las pestañas son roxas 3 y el pico , los píes y las uñas blancas. Todavía no se sabe en que parte de la Amé- rica habita esta bella especie de papagayo. Salerno dice haber visto uno que pronunciaba algunas pala- bras portuguesas , y Bufi'on , con arreglo a esta ob- servación, piensa que la amazona amarilla tal vez será originaria del Brasil ; y hay motivo para creer que habita en alguna tierra que no está muy distan- te de la Luisiana. U11 medico que vivió mucho tiempo en este país traxo viva á París la amazona amarilla 3 y le he oido decir que habiendo salido, después de un furioso uracan seguido de una lluvia muy abundante , a observar el estado del campo , y habiendo encontrado al pie de un árbol este her- moso páxaro medio muqrto de frió , penetrado de la humedad , y casi sin movimiento , se lo llevó y calentó , y fue nuevo para todos los habitadores de AMA 1 8 1 la Colonia, como también para él, que jamas habia visto otro. Amazona bastarda. Nombre que los Franceses de la Guayana dan a una variedad del papagayo ama- zona de cabeza amarilla, i case Amazona dl cablza AMARILLA. Amazona de cabeza amarilla. Briss. tom. IV. pag. zyz. Este paxaro es poco mas ó menos del tamaño del palomo romano : desde ia puma del pico hasta la de la cola tiene cerca de tres pulgadas : dos pies y una á dos pulgadas de vucio 3 y su cola exceae en cerca de un tercio a las a. as pregabas: ¡a coronilla de Ja cabeza es amarilla: lo restante de eiia, la garganta, y el cuello están cubiertos ue plumas ver- des, terminadas con una La.. da negruzca: lo de en- cima del cuerpo es ue un verde Mulante , y lo de abaxo de un verde pajizo : el phtgue del ala está variado de amarillo y de roxo , y las guias de las alas de verde, ue negro, de azul vioudo, y de roxo: la cola se compone de doce plumas, de las quales las dos de mas afuera , y una de cada lado tienen las barbas interiores roxas en el nacimiento de las plumas, y luego de un verde obscuro hasta cerca de su extremidad, que es de un verde pajizo: las otras plumas de la cola son de un verde obscu- ro , que en su extremidad se trueca en amarillazo: el pico es roxo en su base, y ceniciento en todo lo demás : el iris es amarillo , los pies son de gris , y las unas negras. El Conde de Buffon describe otras dos amazo- nas, que tiene por variedades de la amazona de en- tiza amarilla , o por especies muy inmcJ.atas á la su) a. La primera de estas aves se ha represantado en las laminas iluminadas, num. 311. baxo el nom- bre de papagayo colon a vcidc y roxo de la Cayena : en la Guayana se le da algunas veces el nombre de amazona bastarda , y otras el de sentí- amazona , por- que alli se cree que es producción de una amazona. con un papagayo de otra especie. Difiere uel de cabe- za amarilla , en que tiene muy poco de amarillo , ó mas bien de amarillazo en la coronilla de la cabeza cerca del nacimiento del pico : en que lo verde de sus plumas es menos brillante , y teñido de pajizo: y en que su pico tira á roxo. Pero se semeja a la amazona de cabeza amarilla en el tamaño , y en lo roxo de sobre las alas. El segundo papagayo que Buffon iguala á la amazona de este artículo , es el que Brisson llama papagayo amazona de pito variado: los lados de la mitad superior del pico son de coloi- de ocre , lo restante de un azul verdoso , excepto en la extremidad que la atraviesa una lista blanca: la mandíbula inferior es pajiza en medio , y por las orillas de color de plomo: unas mezclas en el pico, tan distintas de las que regularmente se notan en el pico de los otros papagayos, facilitan el conocer este de que se habla , que por otra parte tiene comun- mente los colores de su plumage muy semejantes á los de la amazona de cabeza amarilla... Pero el Con- de de Bufion y Brisson , que describe según lo que refiere Aldrovando , no están de acuerdo en la se- mejanza de las dimensiones entre nuestra amazona y la de pico variado , pues esta ultima, según Bris- son , es un tercio mas grande. Este autor no habia 182 A Ai A visto la amaxema de pico variado : el Conde de Buf- fon la hubiera descripto de otro modo, si hubiera tenido un individuo en su poder , y de este modo hubiera podido enmendar un yerro de Aldrovando que Brisson ha copiado , a no ser que entre la mul- titud de objetos se hayan ocultado a Bullón las di- ferencias entre las proporciones de las dos ama\o- íi,is. Y si las dimensiones dadas por Brisson son exaétas, hay mucha diferencia en el tamaño entre las dos amazonas para no juzgarlas como dos espe- cies distintas. Amazona de cabeza blanca. En las tiendas de los paxareros de París se vé con bastante freqiiencia este papagayo amaxpna , y pasa por traido de la Martinica, y de la Isla de bali- to Domingo. Hay dos variaciones que se semejan en? muchas cosas, y que se diferencian tan poco, qué los paxareros las tienen como mas ó menos hermosas en su especie. Dos aves tan semejantes del mismo clima no parece que puedan ser de dife- rente especie como lo han creído algunos Ornito- logistas , y es mucho mas probable el dictamen del Conde de Buffon que solo hace de ellas una. Brisson llama a la primer variedad papagayo co- tona de la Martinica , iota . ir. pag. 141. En el tom. il'. pag. 161. lam. 6t. de la obra de Edwars, se llama papagayo cotona de cabida blanca. La segunda variedad está señalada por Brisson, tom. ir. pag. 144. con el nombre de papagayo culon a de garganta roxa de la Martinica. Por Barrero , baxo el nombre de papagayo del Orinoco , y una y otra variedad se representan en las laminas iluminadas: la primera num. 335. con el nombre de papagayo cotona de frente blanca del Sene- gal ; denominación impropia en quanto al pais en que se encuentra este papagayo : y la segunda con el nombre de papagayo coton a de la Martinica , num. 549. Para dar bien á conocer estas dos variedades , las iré comparando , é insinuaré las semejanzas y las di- ferencias que se encuentran en ellas. Una y otra son de mediano tamaño : la primera es un poco mas pequeña , y solo tiene una linea blanca encima de la cabeza , mas alia de la qual tiene otra azulada. Lo blanco de la coronilla de la cabeza se extiende mas , y desciende por los lados hasta un poco mas abaxo de los ojos en la segunda variedad , que , a excepción de la lista ancha que la cubre la coroni- lla de la cabeza , nad3 tiene de azul. Uno y otro papagayo tienen verde la parte de arriba y de abaxo del cuerpo, pero el del primero es un verde menos brillante , y mas ondeado de negro. Este ultimo color pende de que ambos tie- nen las plumas verdes circuidas de un pardo obscu- ro , o de negruzco. El primero tiene en el vientre, y entre los muslos una plancha de un roxo bastante Vivo , pero áspero , que en diferentes individuos se extiende mas ó menos : el segundo solo tiene en esta misma parte una plancha mas ó menos exten- dida de un morado obscuro. Una y otra variedad tienen roxa la parte de abaxo de Jas mexlllas , la garganta , y la delantera del cuello , pero en la primera se extiende menos lo roxo sobre los lados , baxa menos por delante del pecho , y es mas obscuro ; y en la segunda se extiende mas, y tiene una mezcla mas dulce y mas ANA agradable que se acerca al color de rosa vivo ó en- carnado. Ambos tienen azuladas las grandes guias de las alas, y roxo el azote de ellas : las plumas grandes de la cola de un verde pajizo , y tenidas de un ro- xo vivo enmedio de su longitud ; lo que hace que qtiando esta extendida la cola parezca atravesada por una barra roxa , pero menos viva y menos an- cha en la primer variedad. El pico , en las dos variedades , es de un color de C3rne pálido ; la primera tiene los pies de un pardo obscuro , y la segunda tenidos con una mez- cla de color de carne : las uñas en una son negras, y en otra de color gris. Las amazonas de cabera blanca aprenden fácil- mente á hablar , retienen muchas palabras , y las pronuncian con bastante claridad : quando repiten las palabras que les han enseñado tienen la voz bastante dulce , pero su grito natural es agrio y muy fuerte, y entre los papagayos no son de los que gritan con mas freqiiencia : yo he visto muchos de bastante dulzura , y generalmente parece que ten- gan unas costumbres sociables : son aves de pluma- ge muy hermoso y agraciado , sobre todo, las de la segunda variedad. Aunque Barrero haya dicho que en la Guayana se llama la segunda variedad papagayo cotorra del Ori- noco , es muy dudoso que se encuentre en ella esta especie , ó por lo menos jamás la he visto entre las aves enviadas de este pais tan a menudo , y en tanto número. Amazona de caeeza encarnada del Brasil. Véase 1 ARABE. AMATISTE. (el) Páxaro mosca ( pequeño ) de cola ahorquillada de la Cayena. Larri. 672. jig. 1. El amathte es uno de los mas pequeños y mas hermosos páxaros moscas. Toda la parte de arriba del cuerpo es de un verde dorado y brillante, aunque algo obscuro : tiene la cola ahorquillada , y de un verde dorado que tira a pardo , lo mismo que las alas , a las que excede casi en dos tercios de su longitud : el pecho , y el vientre son de un gris blanco , mezclado de algo de pardo , y princi- palmente por los lados: pero lo que mas distingue a este páxarillo , y le hace una de las mas hermo- sas creaciones es el resplandor y lustre de su gar- ganta y de su cuello , que tienen el brillo y el co- lor de la mas hermosa amatiste Esta especie de páxaro mosca se encuentra en la Cayena; pero es allí bastante raro. ANACA (el) O PAPAGAYO del Brasil. Briss. tom. ir. pag. 403. Anaca en Francés. El anaca es del tamaño poco mas ó menos de una alondra. La coronilla de su cabeza es de un castaño obscuro : el rededor ó circuito de los ojos pardo : la garganta cenicienta : la parte de arriba del cuerpo verde, a excepción de una mancha de un pardo claro que tiene sobre la espalda : el pliegue del ala de un roxo sanguino : la parte de abaxo del cuerpo de un pardo que tira á rubio , y las alas verdes. Brisson coloca esta ave entre los periquitos de cola corta , y Butfon , al contrario , entre los de co- ANA cola larga. Ve ase Pe iu quito. Proviene esta diversi- dad de que siendo Marcgrave, según el qual han descripto los autores este /mee, muy exaéto en ad- vertir y notar en los paxaros de que habla si tie- nen o no la cola corta , nada dice del anaca en or- den a esto. Barrero dice que los Franceses de la Guayana llaman al anaca periquito común ; y aunque según esta denominación parece que debería ser un paxa- ro harto común en ella: ‘sin embargo, todavía no le he visto en ninguna de las colecciones que han venido de allá , y creo que Brisson se ha enga- ñado aplicando al anaca la frase de Banero. AiNaDE O PATO. Lam. 77 6 el macho, 777 la hembra. Rriss. lom. Vl.pag. 318. Briss. torn. Vl.pag. 308. Gen. CVI!, Bel. ¡list, nat, des Ois.pag. 1 60. fi'g, ¡Vid. Bel. Pont, des Ois.pag. 32. Anade silvestre. Bel. Hisi. nat. des Ois.pag. 160. Anas en Latin. Canard , y cañe en Francés, el primero es el ma- cho, y el segundo la hembra. Anitra en Italiano. Wddendte , hag-ent, &c. en Alemán. K.ac^.1 dvl;a en Polaco. Gr aes-aud , blaonac\e en Sueco. W¡ld-dnc¡( en Inglés. Según Salerno , el ánade macho se llama en Normandia malar t\ la hembra bonete 3 el pollo bou- m/. Comunmente se llama en Francia cañe á la hem- bra , y al pollo del ánade canneton ó ballcbrand. En España la hembra se llama como el macho , bien que también se suele llamar pata, y los pollos ana- dinos ó anadoncülos. El ánade es una de las conquistas mas importan- tes que hemos hecho entre las aves que se han do- mesticado. Una parte de la especie vive y multipli- ca en nuestras habitaciones para provecho nuestro, y o ra disfruta aún de todas las prerogativas de la libertad ; pero estas dos castas son de la misma es- pecie, y la primera, ó el ánade domestico, es tan se- guro que se deriva del ánade salvagc ó silvestre, que pueden juntarse y nacer de su casamiento un pro- duito fecundo : también sucede con freqiiencia que el ánade domestico ó manso recobre su estado primi- tivo, y sea admitido en el número de los silvestres que le reconocen y adoptan. Estas dos ratas , pues, proceden sin duda de un mismo tronco : nosotros hablaremos desde luego de la casta libre, y des- pués de la domestica ; pero como ambas tienen los mismos cara&eres , siguiendo el orden metódico, y estos caraftéres son necesarios para reconocer to- das las especies que pertenecen al mismo género, empezaremos por ellos la histeria del ánade. Tiene quatro dedos, los tres anteriores uni- dos por dos membranas enteras , y el posterior separado. Las piernas avanzadas hacia el medio del cuerpo, y fuera del abdomen , mas cercas que el cuerpo. El pico dentado como una lima , convexo por (*) En algunas Provincias de España donde se en- cuentran algunos lagos , como en V dencia, &c. se acos- tumbra salir con escopeta a caza de ánades de orro modo mas divertido y inas útil , aunque de mayor costo , y es. ANA 183 arriba, llano por debaxo, mas ancho que grueso, y con la punta algo corva y obtusa. Todos estos caracteres co ivienen a las especies del género de la oca , á excepción de la latitud del pico , que en escás es mas grueso que ancho; quan- do en las del ánade suceda al revés. El ánade bravo ó silvestre , es tan conocido que no necesita de larga descripción. La cabeza , la garganta , y cerca de la primera mitad del cuello son de un verde brillante que se muda en violeta : baxo de este color tiene una zona estrecha que forma un collar Blanco. La parte inte- rior de la delantera del cuello , y el pecho son de un castaño muy obscuro : la de aíras del cuello también inferior , la espalda , y la debaxo del cuer- po , están rayadas de gris blanco en forma de Z , y de ceniciento pardo : el ovispillo es de un negro cambiante en verde obscuro : el ala es-a atravesada por una banda 3ncha de un violado cambiante en un verde de color de oro , encima de la qual luy otra blanca mucho mas estrecha : la cola se compo- ne de veinte plumas, las quatro del medio son de un negro cambiante en verde, y están encorvadas en se- micírculo hacia la parte superior: las laterales de un gris pardo , guarntcidas de blanquecino el pico de un verde pajizo : la parte desnuda de : las piernas, los pies, los dedos, y sus membranas anaranjadas: las uñas de los tres dedos an teriores negruzcas, y la posterior algo roxa. La hembra , algo mas pequeña que el macho, tiene un plumage variado de pardo y de gris que tira a rubio , y sobre el ala , lo mismo que el ma- cho , dos bandas transversales, bien que la verdosa tira á violeta: el medio pico superior es roxo, manchado de negro : el inferior del todo roxo , y los pies como el macho. Los ánades silvestres no acuden con abundancia á nuestras regiones mas que por hibierno : á media- dos de Oétubre empiezan a llegar algunas pequeñas bandadas , a las que pronto siguen otras muy nume- rosas, y todas vienen de las regiones del Norte , á donde vuelven á marcharse por el verano, para pro- pagar en ellas su especie con toda seguridad en las marismas y lagunas inmensas de que están cubiertas aquellas tierras. Quizás no habrá páxaro mas difícil de acercár- sele , mas astuto , ni que mas desconfie de los lazos que se le arman que el ánade silvestre ; pero como es su carne un manjar muy apreciable se han pen- sado multitud de medios para poderlos coger. La caza con escopeta no se puede hacer de otra suerte que esperándolos á las orillas de las aguas, y atrayéndolos por medio de ánades domésticos hem- bras que se tienen prevenidos. Los cazadores se mantienen escondidos á tiro en alguna barraquilla, y esperando al anochecer el ínstame en que los ánades dexan las aguas para ir á -pacer en los cam- pos. También se cogen , y en mayor número, con ánades domésticos, y con redes que se echan sobre todos los que han sido atraidos por el baladreo de los domésticos. (*) Tam- entrando en los lagos con muchos harcos , con los que ro- deando ’as bandadas, tanto de ánades, como de coda espe- cie de aves aquatles , y obligándolo* á levantar el vwelo, le* tiran quando pasan. 1 ANA También se ha pensado en cebar algunos an- zutlos con diferentes masas ó manjares, y coger de este modo los ánades que quedan agarrados al an- zuelo , el qual esta asegurado con una cuerdecilla. Pero , como apenas hay provincia alguna tanto en Francia como en España , donde no se practi- quen algunos medios particulares para cazar los ána- des b,avos , seria demasiado largo entrar en las par- ticularidades y menudencias que en quanto a esto se podrían manifestar; sin embargo en ios lugares mas proporcionados, ha sido siempre esta caza un obje- to de muchísimo produdo , y por este motivo se han dispuesto y aún construido algunos estanques propios para atraer los ánades silvestres, en los qua- ks se cogen con abundancia. A estos estanques en Francia se les ha dado el nombre de canardieres o añado as. Para no interrumpir en cosa alguna el orden de la historia de los ánades , formaremos un articulo separado de la palabra anadera. Ve ase Anadeka. Los ánades silvestres pasan la mayor parte del dia en el agua lejos de la ribera : alli descansan , y se les vé continuamente con la cabeza metida deba- xo de sus alas , y en la postura de un páxaro que duerme : no se apartan de los estanques sino aquel tiempo en que se les da caza , o son perseguidos por las aves de rapiña ; pero al ponerse el sol , ó poco después , dexan las aguas para ir a pacer en las praderas y tierras sembradas : quando ei frió ha he- lado los estanques, se refugian en los ríos, y en las aguas que no se hielan tan fácilmente. Si esta la tierra cubierta de nieve se acercan al rededor dé- los bosques , y buscan las bellotas con las que su- plen los otros alimentos que les faltan, pero si continua el frío, ó es demasiado riguroso, se ale- jan para pasar á regiones mas templadas; y se les vé volver luego que se han derretido los hielos , pero no en bandadas numerosas como quando llegan: desde el mes de Febrero empiezan a separarse , á aislarse , y á aparearse para ir partiendo separada- mente, manteniéndose escondidos entre los juncos, y entre los cañaverales la mayor parte del dia , y viajando de noche : atraviesan los climas templados de la Europa para encaminarse á las regiones mas septentrionales, como son la Siberia, y la Laponia, y hasta Spitzberg. En estos ásperos y fuertes climas es donde , por decirlo asi , cubren los lagos , y los rios , y donde van á pasar el verano , y a anidar. Sin embargo , no todos los ánades desamparan nuestras provincias, y siempre quedan algunos en nuestros campos. Desde fines de Febrero ó principios de Marzo, es quando se unen y aparean los ánades : el macho parece ocuparse en el cuidado de buscar y descu- brir un lugar proporcionado para colocar su nido: el que suele ser , regularmente , un monton de jun- cos aislado enmedio de las marismas ó pantanos : la hembra le da la forma correspondiente , arreglando, doblando , y cortando los juncos. Sin embargo, al- gunas veces se encuentran también muchos nidos sobre troncos de arboles mutilados, y sobre mon- tones de paja en las tierras trabajadas ó barbechos: ponen de diez hasta diez y seis ó diez y ocho hue- vos , de un blanco verdoso. La hembra guarnece lo interior del nido del lloxcl ó pelusa que se arranca. ANA y con ella cubre los huevos siempre que los dexa: no vuelve a su nido mas que con la precaución de pararse a cien pasos o menos , y de llegarse otra Vez á él, siguiendo una ruta toi tilosa, medio que la naturaleza parece haberle indicado para que su vuelta no descubra el lugar donde esta el nido. El empollar dura treinta días , y entre tanto todos los cuidados del macho se reducen á velar inmediato al nido , a acompañar á la hembra quan- do va a buscar la comida, y a defenderla de los in- sultos de los otros machos. Al otro dia de haber nacido los hijuelos baxa la madre del nido , los llama , y los dirige al agua: pero si el nido esta muy alto , para que los anadon- cillos puedan baxar , y si esta muy lejos del agua para que puedan seguir a sus padres , dicen que los cogen con el pico , y los transportan uno después de otro : la madre los vuelve á juntar por la tarde, los esconde entre los cañaverales , v de noche los cubre con sus alas : de dia nadan con mucha facili- dad, y en la superficie del agua cogen los mosqui- tos , y otros pequeños inseétos que son su primer pasto. Sus plumas , y sobre todo las guias de las alas , tardan mucho en crecer , de modo que los anadoncillos permanecen largo tiempo cubiertos de una especie de pelo pajizo, y hasta el cabo de tres meses no empiezan a volar. La especie del ánade silvestre se encuentra en el Norte de la América, donde , según dicen los via- geros , parece que siguen el mismo orden de emi- graciones que en Europa. Un ánade silvestre envia- do de la Lubiana , tan solo parecia algo mayor que el nuestro , y por otra parte no se advertía diferen- cia alguna : por lo qual los colonos que han visto la semejanza que tiene con el de estas regiones lo han llamado ánade francés. La especie del ánade , desde muy antiguo acos- tumbrada a la mansedumbre , puede vivir y multi- plicarse en los corrales junto con las demás aves que hay en él , como se vé muy á menudo : mas para que prospere , y para formar copiosas banda- das de ánades vigorosos , se deben colocar en luga- res inmediatos a las aguas , y en praderas , donde puedan solazarse y tomar alternativamente la comi- da. Es preciso también que las aguas tengan algunas qualidades convenientes , y una de las principales miras ha de ser que no contengan sanguijuelas, que matan a los anadones agarrándose á sus pies; lo que se remedia llenando los estanques de tencas , y de otros peces que se las comen. A la orilla se co- locan unas banastas en las que la hembra construye su nido : pone de dos en dos dias , y produce des- de diez a quince huevos , y hasta quarenta si se los van quitando: un solo macho basta para tres hem- bras que el toma á su cargo , las conduce y prote- ge , y con esto se sabe , qual deba ser el número de machos respeéto al de las hembras. El empollar dura veinte y ocho a treinta dias, tanto que se dexe al ánade hembra el cuidado de empollar sus huevos, como que se hayan puesto á una gallina , según se acostumbra muchas veces. El mijo ó el maíz es el primer alimento que se dá á los ánades nuevos , y luego después se les echa cebada: pacen por si mismos la yerba: cogen los in- scritos y pececillos, y por lo común se arrojan sobre to- ANA todas las substancias que encuentran ; porque estas aves ya desde nuevas tienen una voracidad que con- servan mientras viven. Hasta los seis meses no ad- quieren toda su magnitud , ni el plumage que les es propio. Sus colores mas regulares son poco mas ó menos los mismos que los del ánade silvestre , aun- que menos vivos : sin embargo , hay algunos ánades tuyo plumage es muy variado , y en quanto á esto hay tantas diferencias, que su enumeración seria tan larga como inútil. Las variedades mas notables , y que mas se alejan de la casta primitiva son los ánades de plu- maje todo blanco , los de pico encorvado , cuya capa varia como la de los ánades regulares , y que tan solo se diferencian en tener el pico torcido , y vuelto hacia abaxo; y en fin los ánades copetudos de los que hay de distintos plumages, y todos blancos, y cuyo atributo consiste en tener un moño pequeño de ííoxel á manera de copete sobre la coronilla caí- do hacia atras. En la especie de los ánades bravos se cuentan también algunas variedades , que son el grande ána- de silvestre , que no se diferencia del común mas que en ser de mayor tamaño : el ánade silvestre gris , que es del tamaño del antecedente , cuyo plumage es gris sobre el lomo y debaxo del cuerpo , y pico y pies negros ; y el ánade manchado que en el tama- ño se semeja a los dos que preceden, y en el plu- mage al ánade silvestre común , a excepción de que tiene el lomo manchado de un pardo pajizo. Sean ó no los ánades silvestres ó domésticos, siempre están sujetos, como los gansos , a una muda muy pronta , en la que muchas veces pierden en una noche todas sus guias : después de haberse uni- do y apareado es quando los machos experimentan esta muda , y la hembra después de haber empolla- do , lo que al parecer indica , que la unión es la causa del despojo. La carde del ánade , según dicen , cuesta mucho de digerir , y la del silvestre es apreciada como manjar fino y delicado. A la grasa y á la sangre de estas aves, se han atribuido algunas virtudes que no se pueden creer. Algunos naturalistas han dividido la numerosa familia de los ánades en fluviales y marítimos ; pero no han indicado los caracteres distintivos sensibles, ni es admisible esta división , porque muchas de Jas especies, igualmente freqüentan las aguas dulces que las salobres. El Conde de Buffon divide los ánades por razón de su magnitud , a saber , en aquellos que por su tamaño sobrepujan al ánade regular , y en los que no llegan á igualarse : á los primeros los dexa el nombre genérico de ánades , y á los segundos les dá el de garcetas. Anade blanco. Vea.se Anade. Anade clangula, íam. Si. Briss. tom. Vl.pag. 416. lam. XXXVII. flg. 1. aínas platjflnthos en Latin. Carot en Francés. Este ánade , mucho mas chico que el ánade do- mestico , tiene de largo diez y ocho pulgadas , y de vuelo dos pies y quatro pulgadas : la cabeza , lo alto del cuello , y la garganta son de un verde obs- Bistoria Natural, 1 m, I. ANA 185 curo, con visos de violeta y verde dorado: en cada lado , y entre pico y ojo tiene una mancha blanca: lo restante del cuello , el pecho, el vientre, y las cubiertas inferiores de la cola son de un blanco hermoso: el lomo, la rabadilla, y las cubiertas su- periores de la cola de un negro obscuro : las plu- mas cortas están variadas de negro y blanco : las grandes son del todo negras: las pequeñas cubiertas de encima de Jas alas , y las grandes mas inmediatas al cuerpo negras: las medianas blancas: las del me- dio negras , con puntas blancas : las catorce plumas primeras de las alas negruzcas , las seis siguientes blancas , y las cinco mas inmediatas al cuerpo de un negro fusco : las de la cola negruzcas : el iris de co- lor de azafran : el pico negro : la parte desnuda de las piernas , los pies y los dedos de color de naran- ja^: su* membranas de un amarillo obscuro , y las uñas negruzcas. Todo lo que en el macho es de un negro her- moso , en la hembra es de un gris pardo , y lo que en aquel es de un blanco hermoso , es en esta ceni- ciento. No tiene mancha alguna entre ojo y pico, ni la cabeza y lo alto del cuello verdes con refle- xos , sino del todo pardos. Esta ave freqüenta los estanques durante el hi- bierno , y se retira en la primavera hacia el Norte. Linnéo nos dice que anidan en Suecia en los hue- cos de los árboles. Según las observaciones c!e Baillon estas aves están casi siempre en el agua , como el ánade pene- lopc , y solo vienen á tierra para tomar el ayre que seca sus plumas humedecidas y penetradas del agua: andan muy mal , y sus pies demasiado delicados se lastiman y desuellan con la arena : parece difícil que estos ánades puedan domesticarse á menos de no tenerlos cerca de estanques de agua donde pudie- sen estar la mayor parte del dia. Anade copetudo. Vease Anade. Anade copetudo de la Luisiana. Lam. 980. Vease Anade coteiudo (el hermoso.) Anade copetudo (el hermoso.) Anade copetudo de la Luisiana. Lam. 9 80 el macho, ?Si la hembra. Briss. tom. VI. pag. 351. lam. XXXII, flg. 1, Ge- nero CVII. Cátese, tom. I.pag.y lam. 97. Anade ramoso por los Franceses establecidos en la Luisiana. Este ánade , una de ¡as mas bellas aves de su género, no es mucho mayor que la garceta : su lon- gitud es de diez y siete pulgadas : su vuelo de dos pies : sus alas plegadas se extienden algo mas allá de la mirad de la longitud de su cela : la delantera de la cabeza es de un verde dorado brillante : las plumas que cubren el occipucio son muy largas , es- trechas , suaves como la seda , y dispuestas á mano- jos , unos blancos , otros de un hermoso verde do- rado , y los terceros de un violeta resplandeciente: todos estos manojos , paralelos en cada parte , for- man un hermoso copete que cae hacia atrás , y cuya punta viene á dar enmedio del lomo: las me- xillas , y lo alto del cuello son de un hermoso color de violeta : la garganta , y la parte delantera de éí blancas : este color forma en cada lado dos bandas transversales, una de las quales se remonta hacia el Aa occi. j 86 ANA occipucio, y otra se extiende por los lados de! cue- llo : el lomo , y el ovispillo son de un pardo obs- curo cambiante en verde dorado : las cubiertas de encima de la cola del mismo color , excepto un pincel de plumas roxas que tiene en cada lado : el pecho esta sembrado de manchas blancas triangula- res sobre fondo de un color de purpura vinoso : á cada lado tiene dos bandas transversales , una de un negro de terciopelo, y otra de un blanco luci- do : ios costados están rayados en lineas pardas en forma de Z sobre fondo gris ; ademas termina cada pluma en una banda de un negro hermoso , cortada por otras dos blancas: el vientre también es blanco: las plumas escapularios, según los aspeólos, mudan en verde dorado, en azul, y en color de cobre purificado : las pequeras cubiertas de encima de las alas son dtl mismo color que el lomo : las grandes y mas cercanas al cuerpo están pintadas como las c : capuisrias , y las mas apartadas son pardas: el ala se compone de veinte y quatro guias , las diez pri- meras son pardas, y seis de ellas están por fuera guarnecidas de blanco gris : la undécima es parda, terminada en blanco: las ocho siguientes son pardas por dentro, por fuera de un verde dorado cambian- te en azul y en violeta , y terminan en blanco , que forma una banda pequeña transversal sobre cada ala: las quatro mas inmediatas al cuerpo son del mismo color que las escapularias : las de la cola son pardas por dentro , y por fuera de un verde dorado obs- curo , á excepción de las dos del medio que son todas de un verde dorado y brillante: el ¡lis es de color de avellana : los parpados de un roxo muy vivo : el medio pico superior amarillo en su basa, luego de un roxo vivo , después señalado con algo de blanco , y su punta negra: el otro medio infe- rior es todo de este ultimo color : la parte desnu- da de las piernas , pies y dedos son de un ana- ranjado obscuro; sus membranas pardas, y las uñas negras. La hembra tiene la parte de arriba del cuerpo de un pardo obscuro : la de abaxo de un gris par- do : la garganta blanquecina, y también adornada de un piumage pardo , pero mucho mas corto y menos abultauo que el del macho. Este ¡i nade hermoso se encuentra en la Virginia, en la Carolina, y en la Luisiana : anida en los troncos de los árboles , y particularmente en los que abandonan los píos. Padre y madre llevan á sus hijuelos al agua poco despucs de haber nacido. Los criollos han dado á esta ave el nombre de Ánade ramoso , porque se para y aún se complace sobre las ramas mas altas de les árboles mas ele- vados. El difunto ft'r. le Beait, Medico del Rey de Fran- cia en la Luisiana , traxo muchos Ánades ramosos vivos machos y hembras , y me regaló un par : la hembra se escapó pocos uias después, y conservé el macho seis años: en cada uno de ellos, perdia su hermo- so piumage a fines de Junio , adquiriendo otro casi semejante al de la hembra, y no voivia a recuperar su adorno y hermosura hasta el mes de Noviem- bre : su baladreo era un silvo bastante dulce, y que nada tenia de desagradable : se bañaba de noche muy á menudo , y pasaba mucha parte de ella en movimiento : yo procure reparar la pérdida de su ANA hembra presentándole algunas especies de nuestros países mas proporcionadas a su tamaño, y vivió con ellas mucho tiempo sin maltratarlas , pero sin irlas a buscar. Esta seria una especie muy preciosa para multiplicarse , por la hermosura que tiene. Anade chis jado d.e ribera. Lam. iooi. Btuss. tom. VI. pag. 406. lam. XXXVI. fg. 1 el macho , 1 la hembra. Gen. cVII, Anas c, istata en Latin. Moí ¡¡Ion en Francés. No es tan grande como el ánade penclojic : tiene de largo catorce pulgadas, y de vuelo veinte y cin- co : la raiz del pico esta rodeada de unas plutr.itas variadas de negro y blanquizco : la cabeza , la gar- ganta y el cuello son de un negro violáceo : lo in- ferior del cuello pardiroxo : el Jomo , el ovispillo, las plumas escapularias , y las cubiertas superiores de la cola de un ntgruzco que tira a viciuceo : el pecho blanco, aunque sus plumas son p..rdas por su nacimiento : el vientre blanco : los costados par- dos , con manchas de gris : las cubiertas superiores de las alas pardinegras, con matices verdes, a ex- cepción de las grandes mas apartadas del cuerpo: las diez guias primeras de las alas son pardinegras por el lado exterior , y per su extremidad , y de un ceniciento obscuro por el interior : las medianas son la mayor parte blancas, con puntas pardinegras: las seis mas inmediatas al cuerpo de color pardine- gro , que tira á verde obscuro : las plumas grandes de la cola del mismo pardinegro que tira á violeta; el pico , y la parte desnuda ce las piernas , los pies, les dedos y sus membranas negruzcas , las uñas negras. La hembra tiene el lomo , y las plumas escapu- larias salpicadas de gtis sobre fondo pardo; y los costados de un gris obscuro : en lo demas se seme- ja aJ matho. Este ánade freqiiema las aguas dulces *y las sala- das: se zabulle bastante hondo, y se sustenta de pececillos, de mariscos pequeños, de crustáceos, y de granos de plantas aquatiles : se dexa acercar á tiro de escopeta, y quando toma vuelo, no hace largas travesías. Hay algunos ánades de estos que en la parte posterior de la cabeza tienen tinas plumas largas en figura de moño , y estos son los machos ; pero se debe advenir que el penacho es en unos muy largo , y en otros tan corto que apenas se percibe. Anade CRtsiADo de RtEERA (pequeño.) Briss. tom. VI . pag. 411. lam. XXXVII. fig. I. Gen. CVII . Bel. Hist. nat. des Oís. pag. 175. Es mas pequeño que el anterior : la cabeza. Ja garganta , y lo alto del cuello son de un negro vio- lado muy brillante: las plumas del colodrillo largas, y forman un moño que cae hacia atrás : lo inferior del cuello, lo superior del lomo, y las plumas es- capularias sen de un negro humoso : lo inferior del lomo, el ovispillo, y las cubiertas superiores de la cola de un pardo obscuro con un matiz verde obscuro: lo alto del pecho está vestido de plumas negruzcas con ¡a punta de un blanco plateado : lo inferior del pecho , lo alto del vientre , y los cos- tados son de este ultimo color : el bazo vientre, lo in- ANA inferior de los costados , lo superior de las piernas, y bs cubiertas inferiores de la cola de un pardine- gro muy lustroso : las cubiertas superiores de lr.s alas parduscas , las medianas y las grandes mas in- mediatas al cuerpo están , ademas , matizadas de una leve sombra de verde obscuro : las ocho guias primeras de las alas son pardas por encima, las diez siguientes blancas , con puntas pardas : las seis mas inmediatas al cuerpo pardas , con matiz verde obs- curo : las plumas grandes de la cola por encima de un pardo brillante , y por debaxo de un ceniciento obscuro : el iris de un amarillo lustroso : el pico de un ceniciento azulado obscuro , y su punta negra: la parte desnuda de las piernas , los pies , y los de- dos de color de plomo : sus membranas, y las unas negruzcas. El añade c, litado pequeño parece una variedad de la especie común : es mucho mas raro en los es- tanques donde se halla algunas veces con el ánade instado común. Brisson habla de una variedad en la misma especie del ánade c, 'atado pequeño , que él lla- ma petit morillan raye , ó ánade tratado pequeño raya- do. Solo se diferencia del anterior en que tiene el lomo rayado transversal y confusamente de pardo y blanco. Anade chistado (pequeño) ratado. Vcaie Ana- de chistado (pequeño). Anade de almizcle ó de Berbería. Lata. 9S¿>. Briss. tom. V I. pag. 313. Gen. CP' II. Bel. Hat. nat. des Gis. pag. y fig. 17 6. Bel. Fort, des Oís. par. 37. Esta es la especie mayor de ánade que se haya conocido: su longitud es de dos pies y una pulgada: sn vuelo Je tres pies menos una pulgada, y sus alas plegadas solo llegan á la raíz ó nacimiento de la cola. Los nombres con que se acostumbra designar esta ave parece que indiquen que sea originaria de Africa; sin embargo, ni se encuentra allí , ni los viageros hacen mención de ella , y al contrario se halla con abundancia en las sabanas anegadas de la Guayana : los Europeos establecidos en aquellos cantones , la han llamado ánade Ubre. Es , pues, mucho mas verisímil que sea originario de Améri- ca , y no de Africa , y que de la primera de estas dos parces del mundo es de donde la han traído, lo que sucedió en tiempo de Belon , habiéndose después habituado á nuestro clima , y perpetuado en los corrales donde se multiplica fácilmente. El que algunas veces envian de la Guayana es algo mayor que el mismo ánade domesticado en nuesiras regiones : todo su plumage es de un negro lustroso por encima del cuerpo, con visos verdosos y en- carnados : sobre las alas tiene una banda ancha transversal y blanca : al rededor de los ojos una piel desnuda , sembrada de pintas de un roxo muy vivo : ésta cubre la mayor parte de las mexillss , se extiende por detrás de los ojos , y forma una car- nosidad sobre la raiz del pico : las plumas de la co- ronilla de la cabeza , y de lo alto de la parte de auás del cuello son largas, estrechas, y con algún contorno , y forman un copete : el pico es 10x0 barrado coa faxas negruzcas : la parte desnuda de las piernas, los pies, los dedos y sus membranas en- carnadas , y las uñas blanquecinas. Historia natural. Tom. ¡. ANA 1 87 La hembra, algo menor que el macho, es de un pardo negruzco , su plumage no esta con mucho tan adornado con visos, y cartee de penacho. El ánade de almizcle , en el estado de mansedum- bre, es lo mismo , poco mas ó menos , que el sil- vestre de la Guayana , y ha conservado las planchas roxas , la carnosidad encima del pico , el pena- cho , &c; pero su plumage se ha aclarado y varia- do mas ó menos ue blanco , y algunos individuos han llegado a adquirir enteramente este color. Quando estes ánades están libres anidan en los troncos de los árboles que caen de viejos; y la ma- dre cogiendo por el pico a sus hijuelos los lleva hasta el agua , donde freqiientementc sirven de pasto a los caimanes que matan y destruyen mu- chos de ellos. Este mismo ánade es muy fecundo en el estado de mansedumbre , y pone muchas veces cada año: engorda mucho, y su carne es harto delicada, aun- que no tan buena como la del de América ; pero siempre causa repugnancia por el gusto de almizcle, de donde le dimana el nombre de ánade de almizcle. Se evita este inconveniente cortando el ovispillo luego que se ha desangrado el ánade , porque el cus- :o de almizcle 110 se comunica á su carne mas que por el refluxo del humor de ciertas glándulas situa- das sobre el ovispillo. Yo he visto servir estos ánades preparados como he dicho , en una mesa donde no se ponen mas que manjares exquisitos, y sin embargo se apreciaban mucho. Anade de América de pico grande. Vegst Roxo. (el) Anade de Bahama. Eriss. tom. VI, pag. 358. Véa- se Marec 1 MARICA. Anade de Berbería. Véase Añadí de almizcle. Anade de cabeza de cris ó añade de la Bahía de Hudson. Briss. tom. VI. pag. 3 6 f . Gen. CP' II. Hnas Trcti Iludsonis en Latin. Es mucho mayor que el ánade domestico. El Conde de Buffon pinta de un modo expresivo la manera singular de su tocado que es un solideo ó bonetillo ceniciento azulado que cae en forma qua- drada sobre lo alto de! cuello , y esta separado por dos lineas de pintas negras semejantes á las de los gmllcmots , y por dos manchas de un verde baxo que cubren ¡as mesillas : el todo está cortado por cinco bigotes negros , tres de los quales se avanzan en punta sobre lo alto del pico , y los otros dos se extienden hacia atrás debaxo de sus ángulos : la garganta , el pecho y cuello son blancos ; la espalda de un pardo negruzco , con visos de púrpura ; y las grandes gulas de las alas pardas : las cubier- tas de un color de púrpura ó de violeta obscuro reluciente , y cada pluma termina en una pinta blanca, cuya multiplicación forma una linea trans- versal : tiene además una gran mancha blanca so- bre las pequeñas cubiertas del ala , y otra redonda en cada lado de la cola : el vientre es negro , el pico roxo , y su parte superior separada por dos ampollitas que cuando se hinchan , según la expre- sión de Edwars, semejan poco mas ó menos a las hacas. Aa s Ana- 1 88 ANA Anade de cabeza gorda (pequeño). Briss. tom. VI. pag. 349. Gen. CVII. Anas capite craso en Latín. Su tamaño es medio entre el ánade domestico y la garceta : la cabeza es de un verde dorado cam- biante en violeta ; las mexillas blancas , ei lomo y ovispillo negros : el cuello , y lo de abaxo del cuerpo blancos : las cubiertas de encima de las alas negras , exceptuando las del medio que son blancas, y forman sobre el ala una banda transversal de este mismo color : las guias de las alas son negras : las de la cola de gris : el pico aplomado ; y la parte desnuda de las piernas , los pies , los dedos , y sus membranas roxas. Este ánade se encuentra en la Carolina , pero solo por el hibierno : las plumas que cubren la ca- beza son muy largas , y la hacen parecer muy gorda. Anade de cola iarga ó Puet. Lam. 954. Briss. tom, VI. pag. 3 69. lam . XX. XIV. fig. 1 el macho , 1 la hembra. Gen. CVII. Anas longi canda en Latin. Los Mexicanos lo llaman njttfboa. El ánade de cola larga tiene el cuello muy largo y á proporción muy delgado, la forma mas suelta, o menos gruesa , y mas hermosa que la mayor par- te de los demás ánades, bu longitud es de dos pies, su vuelo de dos pies y ocho pulgadas , y su tamaño algo mas pequeño que el del anade silvestre. La par- te de arriba de la cabeza es negruzca , variada de gris rosado por las orillas de las plumas : las mexi- llas , la garganta , los costados , y la delantera del cuello son pardas : todo lo demás del cuerpo blan- co , circuido por los lados de un rasgo longitudinal que se extiende desde la parte de atrás de la cabeza hasta sobre la espalda , que en sus dos extremida- des es de un negro brillante , y cenicienta en su medio : lo alto de la espalda , y los costados raya- dos muy delicadamente en forma de Z , y por me- dio con lineas pardas sobre fondo ceniciento : la parte de abaxo de la espalda , y el ovispillo son de un ceniciento pardo : el pecho , y lo alto del vien- tre blancos : la parte inferior del vientre mancha- da de pintas de gris , y ondeada del mismo color sobre fondo blanquecino: las guias de las alas de un ceniciento pardo , y las del medio circuidas exteriormente de un color de cobre purificado : en- fin las grandes cubiertas de las alas están bipartidas por unas rayas anchas longitudinales de un negro de terciopelo , y de un blanco de nieve : las dos plumas del centro de la cola son de color gris en su raiz , negras en todo lo demás , estrechas , mu- cho mas largas que las laterales , y variadas de gris y de leonado ; el pico negro : la parte desnuda de las piernas, los pies, los dedos y sus membranas de color de plomo, y las uñas pardas. La hembra es muy diferente del macho. El co- lor dominante es el pardo; pero su cola , del mis- mo modo que la del macho, aunque mucho mas corta , basta para darla a conocer. Estos anades no vienen á nuestras regiones mas que al acercarse el hibierno , y son mas comunes quando el frió es mas excesivo. Pasan por un manjar preferible al ánade silvestre ; y se hallan en América. Un indivi- ANA dúo de esta especie enviado de la Luisiana , y otra cogido en las costas de Normandia , puestos en mi colección lado por lado , no presentan diferencia alguna. Anade de cola larga de Terra-Nova, Anade de Miclon. Lam. 1008. Briss. tom. VI. pag. 382. Gen. CVII. Es mucho mas pequeño que el ánade domestico : la cabeza y cuello son de un blanco hermoso, y las mexillas de gris : este color se extiende desde los dos lados del cuello hasta la mitad de su longi- tud , tomando una tintura de rubio mezclado de negro , y formando una mancha ancha : las plumas escapularias , y las cubiertas de las alas son blancas, formando sobre cada ala una señal que se extiende en punta hasta la extremidad del cuerpo : la parte de arriba de éste , y las pequeñas cubiertas de las alas son negras : el pecho de un pardo negruzco , y lo alto del vientre negro: lo restante debaxo del cuerpo es blanco : las grandes guias de las alas son negras , y las medianas de un pardo que tira algo á verdoso : cntnedio de la cola tiene dos plumas lar- gas , estrechas y negras : las laterales son blancas: el pico negro en sus dos primeros tercios , y en el ultimo amarillo : los pies y sus membranas parece haber sido amarillas. Otro ánade, que como el precedente se encuen- tra también en las Islas de Miclon , no tiene mas que las mexillas blancas: una raya negra se extiende por encima de la cabeza: el cuello, el pecho, y lo al- to del vientre son negros : el baxo vientre blanco: lo de arriba del cuerpo variado de rubio y negruz- co, y las plumas escapularias rubias: las alas, la cola, y sus dos plumas largas, el pico, y los pies difieren muy poco de los del precedente. Es muy verisimil que el primero de estos dos páxaros sea el macho , y que el segundo que ha descripto Brisson , tom. VI. pag. 37 9. baxo el nom- bre de canard á longtte qncue d' Islande , ó ánade dt cola larga de Islanda, sea la hembra. Uno y otro he descripto según dos individuos enviados de las Islas de Miclon situadas en América. Un tercer ánade d« las mismas Islas no difiere del primero en otra cosa que en que no tiene aquellas largas plumas ó tallos en la cola , y en que lo blanco de su plumage está variado de negruzco , por lo que es verisimil que sea alguno nuevo. Anade de cola larga de Islanda. Briss. tom. VI. pag . 379. Vease Anade de cola larga de Terra- Nova. Anade de collar ó gargantilla de Terra- Nova. Lam. 978 el macho, 979 la hembra. Biiss. tom. VI. pag. 3Í2. Gen. CVII. Anas turquata ex instila Terrg-Novte en Latin. Poco mas ó menos es del tamaño del ánade do- mestico : la parte de arriba de la cabeza , y el cuelJ® son negros : el espacio de entre ojo y pico blanco: este color pasa por encima del ojo , y forma una banda que va volviéndose rubia quanto mas s* acerca al occipucio: las mexillas, y la parce de atras de los 0|0s son de un azul obscuro que tira a púrpura : cerca de las orejas tiene una mancha re- donda blanca , y en cada parce del cuello una ban- da también blanca : enfin sobre lo alto del pecho «s- ANA Cita colocada otra banda blanca transversal entre ©tras dos de un negro de terciopelo , lo que for- ma una especie de collar : sobre los encuentros de las alas tiene una zona semejante á un collar : el lomo es de un pardo negruzco : el ovispillo , y las cubiertas de encima de la cola son de un negro azulado muy baxo: las escapularias blancas , circui- das de ceniciento • el pecho de este ultimo color: el vientre , y las cubiertas ó coberturas debaxo de la cola de un pardo negruzco : los costados roxos: las pequeñas cubiertas de encima de las alas rubias, las medianas de un ceniciento azulado , las grandes y mas apartadas del cueipo pardas, y las grandes in- termedias .erminan en blanco, que forma sobre el ala una banda transversal : las grandes guias de las alas pardas, las medianas de un azul purpureo por la parte exterior, y las mas inmediatas al cuerpo del mismo color que las escapularias : la cola par- da , el pico negruzco , y los pies de un negro azu- lado. .La capa de la hembra es de un gris pardo ne- gruzco , de otro gris blanco la delantera del cuello, y el pecho de un blanco puro , lo mismo que lo restante debaxo del cuerpo. Este ánade se encuentra en Kamtschatka, y en la Islanda; y es el anas histnonica de Linnéo. Anade de la Bahia de Hudson. locase Anade de caeeza de cris. Anade del Brasil. Briss. tom. VI. fag. jío. Vease Makec y mareca. Anade del Norte, llamado Mercader. Lam. 99^. Vease Anade negro de rico encarnado. ** Anade de lunar de México. Mctfanaublli en Mexicano. Esta ave , que es del tamaño del ánade casero ó toman, tiene las plumas del cuerpo blancas, vistosa- mente manchadas con unas pintas redondas negras: las alas por debaxo son blancas , y por encima par- das , variadas de negro , blanco , azul y verde , con algo de leonado : la cola en la parte superior es azul , en la inferior parda , y en la punta blanca ; la cabeza en parte es parda , y en parce leonada , con algo de morado , y una hermosa mancha blanca en- tre el pico y los ojos , lo que dió motivo al nom- bre que le dan los mexicanos : los ojos son negros, y los pies de un amarillo que tira á roxo. Anade del Marañon. Lam. 808. Vease Anade de JtOSTRO BLANCO. Anade de Midon. Lam. 1008. Vease Anade de Cola larga de Terra-Nova. Anade de Nanquín. Vease Zarceta de la China. Anade de pico corvo. Vease Anade. Anade de quatro alas. Se ha dado este nombre á tunos ánades que comparecieron , según lo que se yefiere en la colección académica , en el Bolones en el año 1680.: no siendo en estos ánades las alas dobles, mas que una revolución de algunas plumas, y un accidente individual : la denominación de qua- tro alas debe borrarse del catalogo. Anade de rostro blanco. Anade del Marañon. Lam. 808. Anas facie alba en Latín. Es mayor y mas grueso que nuestro ánade sil- vestre : la delantera de la cabeza es blanca : la parte de atrás de ella , y de las mexillas de un negro que se prolonga en puma por detrás del cuello , y des- ANA 1 S9 cicnde hasta la mitad de el, extendiéndose también por debaxo de la garganta, y formando una especie de semicollar , debaxo del qual tiene una banda transversal blanca : lo restante de delante del cue- llo, y el pecho es de un castaño roxo purpureo; Ja misma mezcla forma una plancha sobre el pliegue ó encuentro del ala: todo lo de encima del cuerpo tira á pardo , y cada pluma está circuida de un color de rosa : los costados están rayados transversalmente con lineas negras sobre fondo de un pardo rosado claro : el vientre, las cubiertas debaxo de la cola, y sus guias son de un negro lustroso : las alas de un pardo negruzco : el pico negro , y la parte desnuda de las piernas , los pies y los dedos pintados de pa- jizo obscuro sobre fondo negruzco : las membranas y uñas negras. Gen. CVI1. Anade dominicano del Cabo de Buena Espe- ranza. Viage á I as Indias y á la China, tom, II. fag. 221. Es del tamaño de nuestro ánade silvestre : la delantera de la cabeza , y la garganta son blancas: una raya negra atraviesa cada mexilla pasando por dentro de la linea donde está colocado el ojo : la parte de atrás de la cabeza , el cuello , y el pecho son negros: la espalda y lo alto de lis alas de un ceniciento obscuro , atravesado por dos bandas de un gris claro : las guias de las alas y de la cola ne- gras : el vientre , y las cubiertas debaxo de la cola de un gris claro , y el pico y los pies negros. Gen. CVII. Anade francés por los Criollos de la Luisiana, Vease Anade. Anade gris. Vease Anade ó tato silvon. Anade libre. Vease Anade de almizcie. Anade negro. Lo mismo que Eulga, Vease FtILGA. Anade negro. Lam. 978. Briss. tom, VI. fag. 420. lam. XXXVIII. fig, a. Gen. CVII. Anas niger en Latín. Macmtse en Francés. El ánade negro es casi del tamaño del ánade do- mestico , pero de forma mas corta y recogida : su longitud es de veinte pulgadas , y su vuelo de dos pies y seis pulgadas. Todo su plumage es de un negro brillante en la cabeza , el cuello , el ovispi- llo , el lomo , las plumas escapularias , y lo alto del pecho ; y deslucido en el vientre , y las cubiertas superiores de la cola : los parpados son amarillos: sobre el nacimiento del medio pico superior tiene un tubérculo grueso como una cereza , de una subs- tancia membranosa , y de un encarnado hermoso, dividido por una raya amarilla : lo restante del me- dio pico superior es negro por los bordes , y ama- rillo por medio : el inferior es enteramente negro: Ja parte desnuda de las piernas, los pies, los de- dos , sus membranas , y las uñas son de un pardo obscuro. Esta ave durante el verano habita en las costas é Islas mas septentrionales , donde anida ; y en el hibierno baxa á las costas de Inglaterra y de Fran- cia , donde se cogen muchas , sin embargo de solo ser un manjar medianamente apreciable : es del número de las aves que se comen en día de vier- nes. ANA 190 ANA nes , y por esta razón las buscan algún tanto. No nos detendremos en refutar los errores acreditados de tan antiguo sobre su origen , que se atribuía a algunos mariscos , y á la transformación de ciertas maderas podridas en esta ave. Estas fábulas absur- das ya no hay quien las escuche. Según las observaciones de Mr. Bayllon los vientos del Nord , y del Nordeste llevan estas aves desde el mes de Noviembre hasta Marzo en tropas tan numerosas , que el mar , por decirlo asi , se cu- bre de ellas: se alejan al instante que los vientos se mudan al Sud, ó al Sudueste, y estos mismos vien- tos las hacen desaparecer del todo por la primave- ra : alimencanse de testáceos que cogen sumergién- dose muy adentro , y los pescadores se aprovechan de esta costumbre para coger muchas de ellas: quando la marea baxa tienden unas redes encima de los bancos de conchas dexandolas flojas , y en una posición horizontal : la mar las cubre quando sube, y estos ánades , que se sumergen , se enredan por los pies ó el cuello en las mallas de estas redes y se ahogan ; por este medio cogen algunas veces veinte ó treinta docenas en una sola marea, sirvién- dose de una red de cincuenta toesas de largo , y una y media de ancho. Esta ave puede domesticarse fácilmente. Bayllon ha mantenido una todo un hi- bierno con pan mojado y mariscos. Andaba mucho mejor de lo que podia esperarse de su formación, pero no con tanta facilidad como nadaba ; porque hay pocas aves que corten el agua con tanta pron- titud y facilidad. Añadí negro (grande). Lam. 956. Brisí. tom. VI. pag. 413. Vease nade negro (doble). Anade negro (doble). ' Anade negro (grande). Lam. 95 6. Briss. tom. VI. pag. 423. Gen. CVU. El ánade negro doble se diferencia del común en que es mucho mayor : en que en cada lado y detras del ojo tiene una mancha blanca ; y en que sus alas es- tán circuidas de blanco : lo demás de su plumage es semejante al del ánade negro común : tiene un tubér- culo negro y carnoso encima del nacimiento del pico , que es amarillo por los lados , y negro por medio , con la punta encarnada : la parte desnuda de las piernas , los pies , y los dedos son encarna- dos por fuera , y por dentro de color de limón ; y sus membranas y uñas negras : la hembra tiene el plumage pardo. Anade negro de pico encarnado. Anade del Norte. Lam. i>9 5. Briss. tom. Vl.fag. 425. Es algo mayor que el ánade negro grande que se en nuestras costas; y se distingue fácilmente por una mancha blanca en torma de triangulo que tiene sobre la coronilla de la cabeza : por debaxo del co- lodrillo tiene una mancha igual : lo restante del plumage es negro : el pico de color de naranja , y por medio encarnado : en cada lado del medio pico superior tiene un espacio negro , quadrado , y algo abultado : la parte desnuda de las piernas, los pies, y los dedos son de un encarnado hermoso ; y las membranas y uñas negruzcas. Hallase en la Bahía de Hudson , y según Edwars parece que llega el hibierno á las costas de Inglaterra, en cuyas prade- ras se mantiene paciendo. Anade pardo. Lam. 1007. Esta es una especie nueva de tamaño medio en- tre el ánade silvestre y el ganso bravo : la basa del pico esta rodeada por arriba de plumitas blanqueci- nas : en cada lado de la cabeza, detras del ojo, / algo mas abaxo tiene una mancha blanca : todo lo restante de la cabeza , el cuello , lo de encima del cuerpo , y el pecho son de un pardo negruzco : el vientre esta cubierto de plumas de este mismo co- lor , pero circuidas de blanquizco : las cubiertas de- baxo de la cola son del mismo pardo que el resto del plumage : las grandes guias de las alas negras. Jas medianas pardas, y muchas de ellas terminan en blanco , el qual forma una banda transversal enme- dio del ala : el pico negruzco , los pies pardos, y lo largo de los dedos de la parce inferior algo pajizos. No nos dicen donde se encuentra este ánade t que juzgando stgun los colores obscuros es verisí- mil que sea una hembra. Gen. CV1I. Anade peneiuie. Lam. ¿'03. Brisí. tom. VI. fag. 384. lam. XXXV, fg. 1. tf- ne>o CVU. Bee. Hht. nal. des 0¡s. pag. 98. Anas fusca en Latín. Milouin en Francés. El ánade penclope es un poco mas pequeño que el ánade domestico, de figura corta y recogida : su Ion 'itud de un pie y cinco pulgadas : su vuelo de dos pies y dos pulgadas : tiene la cabeza , la gargan- ta , y las dos terceras partes del cuello de un casta- ño hermoso : lo inferior del cuello , Jo alto del pe- cho , de los costados y del lomo de color de ho- llín , y ¡as plumas del pecho circuidas de pardiblan- co : lo restante del lomo está pintado de pardo y de paidiblanco en forma de Z, como también las plumas escapularias: lo inferior del pecho , y lo superior dei vientre es de un pardiblanco claro, ondeado de lineas transversales de gris : el ovispillo , y lo alto de las piernas son de tin pardo rayado de gris : las cubier- tas de la cola negruzcas : las superiores de las alas tienen manchas pardiblancas y cenicientas : las gran- des mas apartadas del cuerpo son de un ceniciento obscuro : las nueve guias primeras de las alas del mismo color : las nueve siguientes cenicientas y cir- cuidas de blanco por la punta y por d lado exte- rior : las quatro mas inmediatas al cuerpo del mis- mo color que las escapularias : las de h cola de co- lor de ceniza obscuro : el medio pico superior de un ceniciento azulado , el inferid negro : Jos pies aplomados , y las uñas negruzcas. Estas aves vienen del None por el otoño , co- mo las otras especies de ánades : según las observa- ciones de Mr. Hebert , citadas por el Conde de Bufton, esta especie de ánade es la mas numerosa después de la de los ánades silvestres : vienen de veinte en veinte, y de quarenta en quarenta , for- mando en el ayre un pelotón apretado : son difíciles de coger, y solo freqüentan los estanques grandes. El ánade penclope se halla en América , y en la Luisiana. Este es el que Brisson describió, pag. 390. con el nombre de milmin dh Mexique , ó ánade pe~ nelope de México. El ANA El mismo autor , siguiendo á Aldrovando , ha- bla de una variedad que el llama m'üomn no , ó ¿nade pcnclopc negro: el lomo, la rabadilla, y la cola son negras : el pecho y el vientre están variados de ceniciento y negro : las alas mezcladas de negro y blanco; y lo restante como en el ánade peuclope tu- nmn , con poca diferencia. Anade ienelope de México. Briss. tom. Vi, pag. 3¿>o. Veast Anade rENELorE. Anade peneeope negro. Vease Anade pene- EOPE. Anade ramoso. Vease Anade copetudo (el hermoso). Anade ridene. Lam. 99ÍS. Briss. iom, IV, pag. 339. lam. XXXIII. fie. 1, el macho. Ge». CVII, Chigua ¿ rídetme en Francés. Es casi del tamaño del ánade domestico : su lon- gitud de un pie y siete pulgadas desde la punta del pico á la de la cola : su vuelo de dos pies y cinco pulgadas : la parte de arriba de la cabeza , y lo alto de atrás del cuello están cubiertos de plumas pardas, variadas de otras transversales rosadas : las mexjllas, la garganta , y lo alto de la delantera del cutllo son de un blanco rosado , variado de manchas par- das muy pequenitas: la porción de cuello mas inme- dia’ i al cuerpo, y lo alto del lomo están vestidos de plumas pardas, variadas de lineas blanquecinas: la ¡ arte de a xo del lomo es de un pardo negruz- co : el ovispilio negro, como también las cubiertas de encima y debaxo de I3 cola : el pecho , y lo alto del vientre son de un blanco, variado de pequeñas manchas de color de gris: los costados, el baxo viemte, y lo abo de las piernas están rayados transversalmente en forma de Z , y van alternando el blanquecino y el gris pardo : las plumas escapula- rias superiores son pardas , rayadas transversalmen- te de blanquecino , las inferiores de un gris pardo, y algunas circuidas de rosado: las pequeñas cubier- tas de encima de las alas son de un gris pardo, las medianas de color de castaña , las grandes y mas aparcadas del cuerpo de un gris pardo , las mas in- mediatas al cuerpo en su nacimiento del mismo cc- ior, y terminan en un negro de terciopelo: las diez primeras guias del ala son de un gris pardo por la parce de afuera j y P°F la opuesta de gris : las qua- tro siguientes , están además , rodeadas de blanco por ¡a punta : las otras quatro difieren en que por la parte de afuera están circuidas de un negro de terciopelo , y terminadas en blanco : las tres si- guientes son blancas por fuera, y por dentro de gris": las cinco mas inmediatas al cuerpo también de gris : las guias de la cola son de gris , guarnecidas por fuera de blanco, y terminadas en el mismo co- lor , á excepción de las dos del medio que en un todo son de gris : todas terminan en punta , y van en diminución del centro sobre los lados: el pico es negro : la parte desnuda de las piernas , los pies, los dedos y sus membranas son de color anaranja- do , y las uñas negruzcas. La hembra , tiene toda la parte de arriba del cuerpo cubierta de plumas pardas, guarnecidas de blanco fosado , y sus costados , y la parte inferior d-baxo del cuerpo no están rayados cransversalmente. ANA 191 Los ánades ¡idear, llegan de los países dci isor- te , como los otros ana da , á mediados de Noviem- bre , y parten á fines de Febrero : el macho con- serva sus hermosos colores mucho mas tiempo que los otros ánades : peto por ultimo l is pierde después de la estación de andar en zelo , para adquirir otros semejantes a los de la hembra. Estos ánades , se zabullen tan fácilmente como nadan : se dexan ver poco de día , y no buscan su alimento mas que por la mañana muy temprano, ó por la tarde va muy entrada la noche : se mezclan con los ánades silvo- nes , y se cogen también atrayéndolos con otros ánades mansos. Esta especie de ánade se encuentra en América; y uno de ellos remitido de la Luisiana , y puesto inmediato á un ¡nui\ ¡dúo de la misma especie muerto en nuestras regiones, no manifiesta diferen- cia alguna : de manera , que dos que tengo en mi colección, uno je América, y Giro de Europa, no se pueden distinguir mas que por el rotulo. Anade silvestre (grande). Vease Anade siet yestre. Anade silvestre gris. Vease Anade. Anade sievon ó pato silvon. Lam. 815. Briss. tom, VI. pag. 391. lam , XXXV. fig. i. Ge- nero CVII. Este ánade debe el nombre de silvon á su bala- dreo que viene á ser un sil yo muy agudo , que lo hace oir quando vuela , y es descubierto por este grito que levanta con mas frecuencia de noche que de dia : cambien es principalmente de noche quan- do vuela , y quando viaja. Es mas pequeño que el ánade domestico : su lon- gitud de diez, y odio pulgadas, su vu.lo de dos pies y medio , y sus alas -plegadas llegan casi hasta la ex- tremidad de su cola : la coronilla de la cabeza es de un leonado claro ; lo restante de ella , y lo alto de detrás de l cuello están manchados de negruzco so- bre fondo castaño.; lo alto de los lados del cuello es del mismo color , pero sin manchas : la gargan- ta , y lo alto de delante del cuello son de color de hollín : la parte inferior d? la delantera del cuello de un gris castaño : la de abaxo de los lados, y de detras del cuello , el lomo , y la rabadilla están ra- yadas transversalmente con rasgos blanquecinos y negruzcos en forma de Z : las . plumas escapularias rayadas de estos mismos colores : las del medio de aquellas que cubren la cola negras , guarnecidas por fuera de blanco , y las laterales de un negro cam- biante en verde dorado;: el pecho , y el vientre de un blanco hermoso : las cubiertas debaxo de la cola de un negro obscuro : las medianas cubiertas de encima de las alas blancas , las pequeñas variadas de ceniciento pardo y de blanquizco , y las grandes de un gris pardo : las guias de las alas de un cenicien- to pardo , y la mayor parte de ellas están señaladas por fuera con una plancha de un negro de tercio- pelo , y con otra de un verde dorado , lo que for- ma dos bandas anchas sobre cada una de las alas: las dos plumas del centro de la cola son de un ce- niciento pardo , y las laterales de gris , ribeteadas de blanquecino : las dos del medio terminan en punta muy aguda , y exceden en cinco lineas á las que siguen por cada parte ; el medio pico superior es i c) i ANA es de un ceniciento azul , y la raíz negra : el infe- rior negro , excepto en su nacimiento que es del mismo color que el medio pico de arriba : la parte desnuda de las piernas , los pies , los dedos , y sus membranas son de color de plomo , y las uñas ne- gruzcas. La hembra tiene la cabeza , la garganta , y lo alto del cuello sembrado de pintas negras sobre fondo rubio : el pecho y vientre blancos , y lo res- tante del plumage de gris: sin embargo, las plumas están mas ó menos rodeadas de rubio , y las man- chas negras, y de un verde dorado que atraviesan el ala: son mucho mas estrechas, y sus colores me- nos vivos que los del macho. El plumage de los machos nuevos difiere muy poco del de las hembras , y aún los machos adultos por el mes de Julio toman un plumage análogo, ó uno en que el gris es el color dominante: entonces pierden su voz, y lo mismo las hembras: en este estado es quando llegan del Norte á nuestras pro- vincias por el mes de Noviembre ; pero quando vuelven á partir por Marzo ya han recobrado todos los machos sus bellos colores. Los ánades silvones vuelan y nadan á bandadas: freqüentan todas nuestras provincias , pero con mas particularidad las que están inmediatas al mar : se alimentan de las mismas substancias que los ánades silvestres, y también están en movimiento por la noche : se marchan por Marzo con viento Sur , y no se quedan en nuestras regiones : se domestican fácilmente, y se ven algunos con bastante freqüencia en las albercas ó estanques , en los parages donde se tiene este género de curiosidad; pero no parece que multiplican , y su carne es bastante buena. La especie del ánade silvon se encuentra en América : por lo menos yo creo haberla notado y reconocido en un ánade de la Luisiana , que allí lla- man ánade gris : es algo mayor que nuestro ánade silvon : en cada lado de lo largo del cuello tiene una raya verdosa : por otra parte el plumage es el mismo a excepción de algunos rasgos , y de algu- nas mezclas que , quando mas , pueden variar entre individuos é individuos; pero el color del pico, el de los pies , la forma de la cola , el avre ó disposi- ción de todo el cuerpo , y la mayor parte del plu- mage descubren y manifiestan la misma especie en el ánade gris de la Luisiana , y en nuestro ánade silvon. El Conde de Bufion juzga que á esta especie es á la que se debe referir el vingeon de los habitado- res de Santo Domingo y de la Cayena ; pero sin embargo, acerca de la identidad de especie de estas dos aves , conserva algunas dudas que le impiden afirmar cosa alguna en quanto á esto. Anade silvon chistado. Briss. tom. Vl.pag. 398. Gen. CVI!. Es algo mavor que el ánade silvestre : unas plu- mas suaves como la seda , largas , deshiladas , y de un roxo claro cubren la parte de arriba de la cabe- za, y forman un penacho hermoso : lo restante de la cabeza, y la garganta son del mismo color, pero algo mas obscuro : el cuello , el pecho , el vientre, y lo alto de las piernas son negros : la espalda de un color vinoso: el ovispillo, y las cubiertas de encima de- la cola negras , y las debaxo de ella ? y ANA los lados de un blanco teñido con mezcla de vino- so : las pequeñas cubiertas de las alas son blancas, las otras cenicientas: las quatro primeras guias de las alas negras por fuera , y por su punta : las quin- ce siguientes de color de vino , y las seis mas in- mediatas al cuerpo cenicientas : la cola es de este ultimo color : el iris de un roxo vivo : el pico de un bello encarnado , como también la parte desnu- da de las piernas, los pies y los dedos : las mem- branas son negras. Este hermoso ánade se encuentra alguna vez, aunque muy rara, en nuestros estanques en el rigor dei hibierno : es verisímil que venga del Norte , y su historia aún no es conocida. Yo Le logré por haberlo encontrado de venta en el mercado de Batís. Anade silvon de pico negro. Anade ¡¡Ivon de Santo Domingo. Lam. 814. Briss. tom. Vl.pag. 303. Gen. tVII. No llega á ser del tamaño del ánade domestico : la coronilla de la cabeza la tiene vestida de plumas negruzcas que forman un copete poco visible : lo restante de la cabeza es rubio : lo de atrás del cue- llo pardo : las plumas escapularias , y las del lomo pardas, y circuidas de rubio: el ovispillo, y las cu- biertas de encinta de la cola negruzcas : las mexlllas y garganta blancas , y la delantera dei cuello man- chada de negro sobre fondo blanco : el pecho rosa- do , y manchado de negro : el vientre , los costa- dos, lo alto de las piernas, y las cubiertas debaxo la cola de un blanco sembrado de manchas nt grase las cubiertas de las alas tiran á roxo , y cada una de ellas tiene una mancha negra enmedio : las grandes guias de las alas son negruzcas ; las medianas pardas, ribeteadas de rubio : las plumas de la cola negruz- cas : el pico de este mismo color : la parte desnuda de las piernas , los pies, los dedes y sus membranas de color de plomo , y las uñas negruzcas. Se encuentra este ánade en América , en donde pasa alternativamente de las regiones meridionales a las del Norte. Anade silvon de pico roxo y narices ama- rillas. Anade silvon de la Cayena. Lam. 8z 6. Briss. tom. VI. pag, 400. lam. XXXVIII, fig. 1, Gen. CVU. No es tan grande como el ánade domestico : la parte de aniba de la cabeza y el cuello son de un castaño claro : la de atrás de ella negruzca: las me- xillas y garganta de un gris claro: lo alto de la es- palda, y las plumas escapularias de color de castaña: la parte de abaxo de la espalda , el ovispillo , y las cubiertas de las alas negruzcas , como también el vientre y los costados ; las cubiertas debaxo la cola blanquecinas, manchadas de negruzco: las pequeñas cubiertas de encima de Jas alas negruzcas : las me- dianas de un leonado que tira á rubio , jas grandes blanquecinas , y algunas del todo blancas ; las guias de las alas negruzcas, la mayor parte de ellas algo guarnecidas de gris por la parte de afuera, y las cinco mas inmediatas al cuerpo pintadas del mismo modo que las escapularias : las guias de la cola negruzcas: el pico roxo , y su raíz negra : la parte desnuda de las piernas , los pies , los dedos , y sus membranas de color de carne , y las unas negruzca*. Bí’s- ANA Bris'on dice que este ánade se encuentra en ¡a América septentrional , y el Conde de Bullón nos manifiesta que ha sido enviado de la Cayena al ga- binete del Rey de Francia. Las emigraciones que son tan comunes en los ánades conciliar! fácilmente estos dos hechos. Anade sievon de Santo Domingo Lam, 814. Vea se Anade siivon de pico negro. AN ADERA, (cava) Can ardiese en Francés. Sitio cubierto y preparado en un estanque ó la- guna para coger los ¡.nades silvestres. He aqui ¡a descripción de un anadera con su es- tanque , canales , jaulas para amansar los ánades, redes , y calles de árboles , construido por el di- funto Guillermo Ockers , situada en una especie de isla pequeña , rodeada por un lado de algunos ban- cos de arena , y por otro fortificada con un dique, haciendo un ovalo en la mar , y ocupando cerca de siete fanegas de tierra en Quelder-Duyn inme- diato al Hcider y al Tcxel en Holanda. El estanque en donde los ánades se arrojan 6 caen presenta un hexágono que contiene trescien- tas treinta y cinco tcesas (*) de agua donde habi- tualmente se mantienen cerca de seiscientas de estas aves , á saber : doscientas que se les han quitado Jas plumas grandes de un ala á fin de que no pue- dan volar sino quedarse siempre en el estanqüe ; y Jas otras quatrocientas que solo se les han cortado las plumas de vuelo , de las que luego se hablará, después de habertas amansado y enseñado sobre un pedazo de madera flotante, a hacer lo que deben para atraer y seducir á los silvestres. Hay también seis canales , encorvados á manera de cuerno de macho de cabrio, que tienen de largo doce tcesas en circuito por la parte exterior , con un parapeto de cañaverales que forma un pequero repecho den-, tro del canal , de un cabo a otro , y por la parte interior ó encorvada diez parapetos pequeños de cerca de una toesa de largo , puestos uno fíente del otro , y junto á dichos parapetos otro pequeño, donde han de saltar los perros para conducir las aves silvestres. Los seis bordes llanos del estanque que se llaman lugar de descanso , destinados para ciar de comer á las aves mansas y hacerlas descansar es- tán en forma de media luna, y su centro es de vein- te y siete pies de ancho : hay algunos pequeños di- ques , y por debaxo de ellos unos parapetos de ca- ías de un cabo a otro , y enmedio un agujero con una tapa que se abre y se cierra por donde los perros puedan llegar al lugar de descanso. Los so- bredichos canales son altos, y anchos de diez y sie- te pies, y se encorvan hacia atrás donde se pone la red a quatro pies de alto , y donde hay un arco cubierto con pequeñas tablas de quatro en quatro pies , cuyo embocadero tiene diez y siete pies de ancho , y cuyo centro sobre el agua llega hasta ¡a altura de otros diez y siete pies , y de este modo vá disminuyendo hacia atrás hasta la de quatro pies, donde de un lado á otro está tendida una red em- breada , cuyas mallas son tan estrechas que el mas mínimo páxaro que se enreda en el ¡madera, no pueda salirse. En el extremo , y á cerca de Histona Natural .Totn. I. (*) Cada luesa consta de seis pies, ANA 193 siete píes de distancia de uno de estos canales, hay una jauia. destinada para amansar los ánades: esta es un quadro de agua rodeada de yerbas para criar y amansar al ave silvestre , y enseñarla á comer : esta jaula esta circuida de un p.uapeto bastante alto para que pueda fácilmente un hombre presentar la mitad ae su cuerpo a fin de que el ave se acostumbre i verle. Entre los canales están las calles plantadas de toda especie de arboles y arbustos, tiradas á cordel y en quadro , y a quatro pies de distancia una de otra, de manera que tan solo quede un paso estre- cho cerca del parapeto para cazar los ánades en los canales : lo que hace un bosque muy sombrio , en donde se halla un andador en forma de círculo, de quince pies de ancho , y con arboles, frutales. Lo restante del terreno esta lleno de andadores ó calles que atraviesan en foima de cruz de quince pies de ancho por cada parte, con coicas de arboles ó ar- bustos muy elevadas, y en los parques interiores, como entre los canales , hay de todas especies de árboles para que formen un alto y sombrío bosque con el fin de que los hombres no puedan ser vistos de las aves silvestres, y para que estén mas en cal- ma los canales y estanques. Por lo que mira á la caza he aqui como se hace con las seiscientas aves silvestres y mansas arriba referidas. Las doscientas que les han quitado las plumas grandes de un ala esran debilitadas de esta suerte con el fin de que se mantengan siempre en el agua : las otras que tienen cortadas las plumas de vuelo , se amansan en la jau- la; después poniendo cañamones sobre la tabla flo- tante se les acostumbra á ir de un canal á otro, meneándose y haciendo ruido dentro del estanque para airimar a las silvestres, lo quta especie antes de haber mudado el plu- maje. Pudiera ser que ambos tuviesen razón, pues- to que en un gran número de especies de paxaros, los machos nuevos antes de su primer tnuoa , tie- nen el mismo plumage que las hembras conservan toda su vida, i ease Plumage. Adamson nos dice también que el angala-dian, que el escribe angala-diane , hace su nido sobre los árboles , que su forma es emisferica , y que casi to- do lo compone de pelusa de plantas : que pone cin- co a seis huevos , y que sus hijos están expuestos á ser presa de una arana mu; grande que los chupa la sangre. La palabra angala-dian es el nombre que los Madagascarefios ó habitantes de Magadascar dan a la especie de trepador de su Isla, que Montbeúlard lo ha aplicado á su lengua. ANGüLJ O CALAMON de Madras. Briss. tom. V. pag. 543. Votpbirio Maderaspatanus en Latin. Angoli en Francés. Cannangoít es el nombre que los habitantes de Malabar dan á este páxaro, que, según Brisson , es del género LXXXVII. ó de el del calamón. Es casi del tamaño de ánade : la parte de arriba del cuerpo ce- nicienta : los lados de la cabeza , la delantera del cuello , y el cuerpo por debaxo son blancos , con algunas manchas negras en forma de cruz en la parte inferior del cuello , y en el pecho : las plu- mas de las alas cenicientas, y circuidas por fue- ra de negro ; y la cola se compone de doce plumas cenicientas. ANHIMA. Vcase Kamichi. ANHINGA. Briss. tom. VI. pag. 47 6. Anhinga en Latin. Anbinga en Francés. Tupinambos en lengua Brasiliense. Anhinga de la Cayena. Lam. 954. Anhinga negro de la Cayena. Lam. 960. Estos dos anbingas parece que sean macho y hembra. El anbinga es del género CVII. y un ave tan particular por su forma, como por sus hábitos. En- tre los caraétéres que lo distinguen ios mas consi- derables son quatro dedos unidos por una membra- na , el pico derecho y puntiagudo , y la uña del de- do del medio de los tres de delante dentellada co- mo una sierra. A estos caraétéres particulares se pueden añadir la ancha y larga cola de esta ave aquatica , su largo cuello , delgado , afilado , y de una dirección seguida, con la cabeza estrecha, llana, y prolongada , y en fin su forma total , de manera que quando está muerta se semeja á un reptil. Pero lo que causa mayor maravilla es la semejanza que tiene el anhinga vivo con una serpiente , porque dobla, enrosca, desplega y recoge su largo cuello del modo que quiere. Aunque palmipede, se para sobre los arboles, hace en ellos su nido, y desde sus Historia Natural. Tom. U ANH 1 93 ramas se arroja contra los peces de que se alimenta. A las habilidades de las aves terrestres une las de las aquaticas : nada, se sumerge, y obra con liber- tad enmedio de las aguas lo mismo que en el ayre, pero rara vez se para en tierra : es de un natural silvestre y tímido: huye de lejos, y procura escon- derse de la vista sumergiéndose en el agua. A tan- tas singularidades se debe también añadir que su piel es excesivamente gruesa , y de una textura ó consis- tencia semejante á la de los quadrúpedos. La longitud del anhinga , desde Ja punta del pi- co á la de Ja cola, es de dos pies y nueve pulgadas: tiene de vuelo tres pies y algo mas : su cola es de pie y medio de larga , y el cuello de un pie. Las plumas de la cabeza , de la garganta , y del cuello son finas y suaves al taéto como la seda : lo restan- te de la cabeza , y la parte superior del cuello de un gris que tira á rubio; y la garganta, y la parte inferior del cuello de gris ; la parce de atrás de la espalda es de un negro lustroso : la superior, como también las plumas' escapularias , de un negruzco, variado de manchas oblongas , estrechas y blanque- cinas que llenan Ja mitad de cada pluma : la parte de abaxo del cuerpo de un gris placeado : la de las alas mas ir mediatas al cuerpo se halla variada de negruzco y de blanco sucio, y las plumas grandes son negras : la cola se compone de doce plumas, que se van ensanchando desde su nacimiento hasta la extremidad , y acaban en una extensión redonda, viéndose sobre ellas unos sulcos ó canales transver- sales, como los que se suelen hacer en algunas ca< xas de concha; estas plumas son de un negro bri- llante, y guarnecidas de roxo en su extremidad: Jos ojos negros, el iris de color de oro; el pico de gris en su longitud , y pajizo en su raíz ; y los pies de un gris pajizo. El anhinga se encuentra en la Guayana, y en el Brasil. Anhinga roxo. Anhinga del Senegal. Lam. 107. Este anhinga , que observó Adamson en el Se- negal , se diferencia del de América en que tiene el cuello , y la parte de arriba de las alas de un roxo leonado , delineado á pinceladas sobre fondo pardo negruzco , y lo restante del plumage negro. La descripción de esta ave es la que hace el Conde de Buffon. De Madagascar recibí yo un anhinga, que forma una segunda variedad , y que se semeja al anhinga representado en la lam. num. 96 o. baxo la denomi- nación de anhinga negro de la Cayena , el qual creo ser el macho de la misma especie. El anbinga de Madagascar solo se diferencia del anhinga negro de la Cayena en que tiene toda la parte de atrás del cue- llo de un color que tira á gris , y lo mismo la de delante hasta el tercio de su longitud donde empie- za á ser negro : en el de Madagascar se halla ade- más una raya longitudinal de un color de gris que atraviesa lo negro de la cabeza, y que no se halla en la pintura ó estampa del anhinga negro de la Ca- yena; pero como he visco anbingas enviados de es- te país en un todo semejantes á los que me han ve- nido de Madagascar , me he inclinado á creer que no es muy exaíta la figura : que los colores del anhinga roxo están muy cargados, y que solo hay un Bb % nú* i cj6 A N 1 anbinga que se encuentra en Africa y en la América meridional , ó que esta ave , en estas dos partes del mundo, se diferencia mucho menos de lo que se piensa , según las figuras que de ella se han dado. Anbinga del Senegal. Vease Anhinga roxo. ANI O PAXARO COMUNERO. Los anís son del género Lll. del método de Brisson. Este naturalista los ha colocado en seguida de los cuclillos con . los quales tienen en efecto se- mejanza por la forma de su cuerpo despejado y largo , por el número de plumas de la cola , que no exceden de diez en el uní , como también acon- tece en la mayor parte de los cuclillos , y por la conformidad de los dedos que tanto unos como otros los tienen igualmente largos, redondos y co- locados dos delante y dos atrás ; pero estos páxaros se diferencian muchísimo en la forma del pico. El de los anís es bastante para separarlos de todos los páxaros , y para reconocerlos inmediatamente. Es corto , encorvado , y mas grueso que ancho : la mandíbula superior está deprimida por los lados, levantada en forma de semicírculo en su longitud, y como cortada á modo de hoz , cuya convexidad estuviera vuelta hacia arriba , quedando fuera la parte cortante. Los anís son unos páxaros del nuevo Conti- nente , y hasta ahora ninguno se conoce del antiguo que pueda compararse con ellos. Habitan en la América meridional , y son en ella bastante comu- nes por todas partes. Los criollos les han dado el nombre de bout ele peiun ó ¡ unía de tabaco , diablo de las sabanas , diablo de los palel unieres , (especie de hi- guera admirable) como también hervideros de Cano- sa , porque dicen que su grito es semejante al ruido que hace el agua quando hierve: los Brasilienses les llaman anís ; y este nombre puesto por los habita- dores de un pais donde son tan comunes estos pa- xaros es sin duda el que se les debe conservar con mas razón. Sus costumbres , según una relación que remitieron de Sanio Domingo al Conde de Biatlon acerca de una especie de este genero, hecha por el caballero des Hayes , no los diferencian menos de los otros páxaros que la forma singular de su pico. Yo los describiré hablando del am de los paletuvie- res que ha sido el objeto de las observaciones de dicho caballero. Ani de los paletuvieres. Briss. tom. IV. pag. 181. Lam. 102. fig. i. Este ani se diferencia del de sabanas por su ta- maño. ( véase Ani de las sabanas) Poco roas ó me- nos tiene doble magnitud : su plurnage es igualmen- te negro , pero la mezcla es mas obscura , y los re- flcxos ile violeta y verde dorado, son mas sensi- bles , mas vivos , v mas dilatados. El grito de este páxaro ó su canto, si se quiere llamar asi , es una especie de silvo siempre agrio y displicente. Sus há- bitos ó costumbres son las mismas que las del am de las sabanas. Quando las hembras , que se juntan muchas en un mismo nido, dexan sus huevos, los cubren con hojas , y á veces , en este nido común, suelen hacer departamentos ó divisiones que distin- guen sus huevos en particular. El caballero des Ha- yes , á quien se deben estas particularidades y me- ANT nudencias , dice que no se sabe si las hembras que empollan separadamente tienen cada una su macho, ó si uno de estos basta para muchas ; pero esta rnis^ ma suposición aún no destruiría la singularidad de empollar muchas en un mismo nido. Los huevos son de color de agua de mar uniforme , y sin man- cha alguna. Dice dicho caballero, que hay aparien- cia de que las hembras ponen dos ó tres veces al año según el éxito bueno ó malo de la primera postura. Los nidos se encuentran por Marzo, Mayo y Agosto. Las hembras alimentan indiferentemente todos los hijuelos , a los quales ceban con el pico , ayu- dándolas los machos a suministrarles la comida. El auí se amansa fácilmente : aprende á hablar, y quando está libre no hace mal alguno. Ani de las sabanas. Briss. tom. IV. pag. 177. Este ani tiene de largo trece pulgadas y media, siete de las quales se lleva únicamente la cola ; el pico trece lineas, y nueve y media de alto, y tan- to este como los pies son negros : el plumage lo es también , y según se mira , hace unos reflexos vio- lados : las plumas de sobre la espalda , como tam- bién las cubiertas de las alas están ribeteadas de un verde obscuro , que algunas veces parece algo dora- do. Estas mezclas , y estos reflexos no se advierten á cierta distancia , y si el páxaro no esta bien pues- to a la luz parece negro enteramente. Los anís viven en bandadas , y se pretende que muchas hembras se juntan para construir un nido, en el que ponen y empollan en común ; que forman de ramitas secas , sin guarnecerlo interior- mente , y le proporcionan al número de hem- bras que se han unido para construirlo y empo- llar en él. Los anís reunidos también al tiempo de andar en zelo, contra lo que es regular entre los otros páxaros , viven asimismo en compañía lo restante del año, componiéndose ésta desde ocho á diez in- dividuos hasta veinte y cinco. Tienen el vuelo corto y poco elevado: se paran con mas freqúencia sobre las matas ó arbustos que sobre los arboles grandes; y según dicen, se colo- can inmediatos unos a otros quanto les es posible, tanto es lo que les atrae é impele el instinto social en todos sus movimientos y operaciones. Se ali- mentan de granos, de reptiles y de inseétos , y se paran soLre los bueyes para buscar los mosquitos y otros inseétos pegados a la piel de estos animales; ni son feroces ni tímidos , y se dexan acercar fácil- mente, pero se matan pocos porque su carne no es apriciable , y aún quando vivos despiden de si mal olor. ANIDAR. Hacer niJo. ANSAR. Lo mismo que Ganso ú oca. ANSARER1A. El sitio ó parage donde se cria» los Ansaris. ANSARERO. El que cuida de los Ansarís. ANSARINO. Pollo del Ansar. ANSARON. Lo mismo que Ansar. ANTIGACU del Brasil. Vease Cuclillo cor- nudo. ANA- APU AÑAGAZA, (caza) Pipíe en Francés. Es la caza que se hace, ya por medio del sé- rmelo de algún ave noéiurna , a que acuden las de- mas aves para acabar con aquel enemigo suyo, ó ya por el de alguna otra ave de su especie. AOVAR O POSTURA. Ponte en Francés. Por esta palabra se entiende tanto el número de huevos de una nidada , como el tiempo de ella. Dicese la postur a es ele quatro ó seis huevos , ere. el tiempo Ó la estación de la postura. Las aves pequeñas por lo común ponen dos, tres veces , y aún quacro algunas de ellas. Las de mediano tamaño dos , y las grandes una : varias de mediano tamaño solo ponen una vez , pero en ella un gran número de huevos, no producid, do tantos en "cada postura, las que ponen dos ó mas veces: sin embargo hay que exceptuar las aves muy gran- des que aovan una vez sola en el ano , las quales producen un corto número de huevos; bien que en esto hay tantas excepciones , que no se puede esta- blecer cosa alguna en general, Quando á las aves se las .interrumpe su postura, aún aquellas que comunmente solo ponen una vez, comienzan otra ; de forma que las avecillas que úni- camente aovarían tres veces, se alargaran á crnco ó seis si se las inquieta consecutivameme en sus dife- rentes operaciones ; y llegarán á poner dos ó tres veces las que no acostumbran aovar mas de una; pero los huevos son en menor número en cada postura de estas. APEONAR. Llamase asi el andar de algunas aves, especialmente codornices y perdices , las quales procuran huir ce ¡as gemes ó cazadores apeonando y sin levantar el vuelo hasta que se ven muy aco- sadas. APU1 F.-JUBA (el) O PERIQUITO Illines. lar». 528. Briss. tom. IV. pag. 353. Ed\x .glav.pag. ¿¡9. cap. XXIV. lam. 134. Ve, ¡cuito piojo de bosque por los habitadores de la Guayan.a. El apúte-juba es un perico muy cotnun en la Guayaría , y Ce la sección de aquellos que tienen la cola larga y desigual, léase Periquito. Su longitud uesüe la punta del pico á la de la cola es de nueve pulgadas y media, y tiene quince pulgadas y quatro lineas de vuelo : lo largo de su cola es de quua-o pulgadas y nueve lineas El sinci- put, las mesillas, y la garganta son amarillas: lo de encima de !a cabeza es de un verde obscuro , y el occipucio está variado ae amarino. La capa es ver- de , como también lo interior del cuello : el cuerpo por debaxo de un verde pajito, y el vientre está variado de un color que tira a roxo : las alas son verdes , a excepción oe algunas de sus cubiertas su- periores, y . de las grandes plumas que son azuladas por la par e de afuera. La descripción que acabo de hacer del apute-juba ni conviene exactamente con la que ha hecho Buf- fon , ni con la de Brisson. Lstc paxaro esta sujeto á variar , tanto por la intensidad de las mezclas, quanto por su extensión , y aun por la falta ó exis- tencia de algunas de sus partes. Por esto he insinua- ARA 197 do sencillamente los colores sin decir que fuesen brillantes , puesto que algunas veces lo son mucho, y otras están muy baxos. Fie visto algunos apute-jubas muy hermosos, y otros que eran unos paxaros bastante desagradables ; y he tenido uno cuyo piumage en cosa de cinco ó seis años ha va- riado en cada muda por la intensidad de las mez- clas. Este es uno de los papagayos mas comunes en las tiendas de íes paxareros , y de los de menos precio. Es vocinglero , y su voz desagradable: aprende a hablar , y solo retiene algunas pocas pa- labras mal articuladas. Por otra parte sus costum- bres son bastante suaves : es cariñoso , esta sujeto á su dueño , y con esto le obliga á que le perdonq sus defeétos. ARA. Vcase Guacamayo. aracari. Lo mismo en Francés. Los aracans son especies del género de los ton~ canes , que es el LIV. del método de Brisson. El Conde de Bubón, que les tiene también por toueanes , ha sido el primero que le.s ha separado de estos paxaros propiamente ñamados asi , y ha creí- do que formaban una sección , cuyos caracteres son los siguientes : primero , el ser mas pequeños : se- gundo , en tener el pico menos voluminoso , y de substancia mas dura y inas sólida : tercero, en tener la cola mas larga , y visiblemente desigual , siendo redonda la de los otros. Aracari azui. Briss. tom. II’. pag. 433. Esta es un ave del género LIV. del método de Brisson , y del tamaño de una paloma : su pico, que es dentado , es amarillo por arriba , y de un negro purpureo por debaxo, y codo su plamage está in- terpolado de ceniciento y azu!. be encuentra en México, en las orillas del mar, en donde se alimen- ta de pescado. Esta ultima circunstancia me hace du- dar que sea en efeCto esta ave del género LIV- co- mo ha querido Brisson , puesto que los toueanes , ni habúan en las orillas de las aguas , ni se alimen- tan efe peces : se puede conjeturar que teniendo unos hábitos tan desemejantes sean de un género harto diferente; pero no podemos juzgar oe tilo con arreglo á la indicación incompleta que ha he- cho Hernández de esta ave. Aracari negro. Briss. tom. IV, pag. 432. Esta ave del genero LIV. del método de Bris- son, solo es conocida por una descripción abrevia- da que ha hecho Nierembtrg , y que después han copiado los autores. Ls del tamaño de ur.a pa'otna: el pico negro : las alas y la cola in.erpoladas de ne- gro y blanco : una banda negra se extiende por ca- ca lado desde el pico hasta el pecho : lo alto de las alas es amarillo, y lo restante del cuerpo de un blanco pajizo : esta especie , de piumage harto dis- tinto del de les toueanes que conocemos , se en- cuentra en México. ARADA. Músico de la Cayena. Lam. 70 6. fig. 1. Esta es , según Buífon , una especie muy seme- jante a la de los paxaros que se llaman hormigueros , y asi el arada debe colocarse en seguida de ellos. Semejantes en los caraéitres exteriores , con todo se 198 ARA se diferencian en los hábitos : es solitario , se para sobre los árboles , y no baxa al sudo mas que para coger los insectos : la voz ó canto de los hormigue- ros siempre es desagradable; pero los aradas tienen un canto muy gustoso : repiten con freqiiencia las siete notas de la oétava, que sirven de preludio: en seguida silvan de diferentes modos , modulados con una multitud de tonos y de acentos distintos, pero siempre llenos de melodía, mas graves que los del ruiseñor , y mas semejantes al sonido de una flauta dulce. Además del canto , tiene el arada una especie de silvo , con el qual imita perfedtamente al del hombre quando llama a otro , de modo que se han engañado muchas veces los viageros. Lejos de los lugares habitados, y enmedio de los bosques mas espesos , es donde vive solo el arada , y donde hace resonar con su voz estos de- siertos, de suerte que sorprehende el oirle en ellos: pero su especie no parece muy multiplicada , y por io común se hace mucha parte de camino sin oir ni un solo arada. Su plumage no corresponde á lo agradable de su canto : sus colores son desmayados y obscuros, aunque en la lamina donde están representados los aradas se vén con colores demasiado vivos : esta ad- vertencia es del Conde de Bufibn , como también lo que he dicho sobre las costumbres y el canto de esta ave. Voy ahora a describirla por una de ellas que tengo en mi colección , como me sucede con freqiiencia con otras muchas aves. El at ada tiene siete pulgadas de largo : la coro- nilla dé la cabeza, y la parte de atrás del cuello son de un pardo obscuro , teñido levemente de ro- xo : el lomo , y las grandes y pequeñas cubiertas de las alas pardas : estas y la cola están variadas por unas rayas transversales pardas , sobre fondo ne- gro : la garganta , la delantera del cuello , y lo alto Sel pecho son de color roxo : los lados del cuello, entre las plumas que cubren el conduéto del oido y el pliegue del ala son negros , y salpicados con unas manchas blancas longitudinales: el vientre tira 3 gris : la cola excede á las alas en cerca de siete li- neas : el pico tiene una pulgada de largo , es dere- cho , grueso , puntiagudo y negruzco ; y los pies aplomados. En seguida de la historia del arada , habla el Conde de Butfon de un individuo análogo que com- para á esta ave , añadiendo que tal vez no es otra cosa que una variedad semejante al arada en el ta- maño : se diferencia en que tiene la garganta blan- ca , con un semicollar negro por debaxo , y que todo su plumage es de un color sin raya alguna. ARAÑUELO, (caza) Araipicc en Francés. Especie de enrejado ó de red hecha de un hilo bien delgado , retorcido en dos cabos , cuj as ma- llas son quadradas , que se tiñe de pardo p3ra que se distinga menos , y de la que se sirven para coger muchas especies de pdxaros , y con especialidad los mirlos : uno de los lados del arañuelo está rodeado de un cordel, en cuyas extremidades hay unido por cada parte un pedazo de palo que termina en punta, y sirve para tender el arañuelo. Llamase asi esta red por la semejanza que tiene con la tela de araña. Ftase Mirlo. ARG ARANIEGO. Dase este nombre al gavilán que se caza o prende en la red llamada arañuelo. ARAWEREROA. Vease Ceciuto pardo va- riado DE NEGRO. ARBOLETE, (caza) ylrhot en Francés. Es un arbolito ó rama cubierta de varetas qu# plantan en el suelo los cazadores para atraer y co- ger los paxaros. Arboiei e. (cazar) Arbrct o arb/ot en Francés. Es la acción ó modo de coger los páxaro> com« queda dicho arriba. ARCO-EN-COLA. Especie de Trvpial. Briss. tom. I. pag. 89. Ulcrns cauda amulata en Latin. A, c en queue en Francés. El arco-en-cola , según Brisson, es un trupial, 6 un ave del género XIX. de su método; y tanto éste como Montbeillard han hablado de él con arreglo á la figura que ha presentado Seba , en el tom. I. pag. 97. lab!. LX1. fie. 3. en la que sin fundamento al- guno le dá el nombre brasiliense de ocot\¡mt%cant del que Hernández se ha valido para dos páxaros que no tienen semejanza entre sí , y que solo se parecen al ultimo en el tamaño. El arco-en-cola es poco mas ó menos del tamaño del palomo : su cabe- za , garganta y cuello son negros : todo el cuerpo por arriba y por abaxo es amarillo, y mezclado con algunas tintas mas obscuras unas que otras : las alas son negras , y sus plumas están por defuera cir- cuidas de amarillo : la cola es amarilla, pero parti- da con una lista negruzca semejante á un arco, cuya encorvadura mira hacia el cuerpo : esta disposición de colores en su cola es la que ha obligado i Montbeillard á dar á esta especie de trupial un nom- bre proporcionado para señalarlo y darlo á cono- cer : el pico es amarillo , y los pies son de gris. El arco-en-cola dicen que habita en América ; pero no solo no se ha encontrado en las numerosas remesas de páxaros que se han hecho en el espacio de vein- te años desde la Guayana , la Luisiana , y las Anti- llas , sino que es verisímil que no se halle en estas regiones : su tamaño parece apartarlo del género en que le coloca Brisson ; porque excede mucho en magnitud á los otros trupiales que han sido bien descriptos. Por otra parte , la figura que le dá Seba, indica una encorvadura en la parte su- perior del pico de este paxaro , y esta también es una razón para dudar que sea , en efeéto , un trupial. ARDEA. Lo mismo que Alcaraván. ARENOSA. Véase Becacin. ARGOS O FAISAN del Norte de la China. Especie de tai san del tamaño del pavón , cuyas alas v cola están sembradas de una multitud de manchas redondas semejantes a ojos. Este páxaro tiene adornada su cabeza de un doble copete tirado hacia atrás. Las dos plumas del centro de la cola son muy largas , y exceden mucho a Jas demas : se encuentra al Norte de la China , según lo que se dice en las Transacciones filosóficas, tom. 40 . pag. 88. en donde se ha hecho de él una descripción dema- siado breve. ARI- ASB ARR ARIMANON. (el) Especie de Pírico píqueSo, Vsitacitla cauda curta en Latín. Añmanon en Francés. El añmanon es del género LUI. del método de Brisson , de la sección de les periquitos , y uno de los que distingue Buflon nombrándolos periquito di coia corta del antiguo Continente. El añmanon es uno de los mas pequeños pericos: cu forma es desembarazada, y un poco oblonga : es mas pequeño que el perico conocido vulgarmente baxo el nombre de gorrión del Brasil : todo su plu- mage es de un azul pavonado que tira á morado, según recibe la luz : las alas y la cola son del mis- mo color , pero mas baxo , y tiran mas al violado obscuro : la cola es algo desigual , y las plumas del medio son mas largas : los dos lados de la cabeza, la parte de abaxo de los ojos, la garganta, el cue- llo , y lo alto del pecho son blancos : el pico bas- tante corto, y roxo lo mismo que los pies. Este hermoso periquito ha venido de la Isla de Ütahiti: ■vuela en bandadas , se alimenta de bananas , y es bastante gri.ador. Los individuos que se quisie- ron enjaular pereckron de rabia , no se mantu- vieron de otra cosa que del zumo de las frutas , y rehusaron todo alimento solido. ARMADIJO. Véase Jaula. ARPElLA. Lam. 460. Bkiss. tom. I. pag. 404. Gen. VIH. Accipiter rufus en Latín. Ha/paye en Francés. Arpella es un nombre genérico que antiguamen- te se daba á los busardos , y al pigargo , pero Bailón le ha ceñido i una sola especie. La arpella es quasi del tamaño del ato, : su longitud, desde la punta oel pico á la extremidad de la cola , es de un pie y echo pulgadas : tiene quatro pies de vuelo : sus alo* recogidas llegan quasi a la punta de la coia : el co- lor dominante de toda la pluma es el roxo , algo mas claro en la cabeza, el cuello , el pecho, y las cubiertas pequeñas de sobre las alas ; mas obscuro en el vientre, los costados, y las cubiertas de I3 parte interior de la cola , y variado en estas dife- rentes pu-íes de color gris , que forma enmedio de cada p.uuia una, mancha oblonga siguiendo la direc- ción del canon ; pero en las piernas es el color ro- xo puro y sin mezcla : el lomo , el ovispiilo , y las cubiertas grandes de las alas son pardas : las guias grandes de las alas negras , las medianas cenicien- tas , y las tres mas inmediatas al cuerpo pardas : la cola de un gris ceniciento : el iris de color de aza- frán : el pico y las uñas negras , y los pies amari- llos. Esta ave es rara , y poco conocida en las cer- canías de París. ARRENDAJO. Ave del tamaño de un mirlo con corta diferencia , pero de alas y cola mas lar- gas. Su color dominante es el pardo , y en los cu- chillos de las alas se advierte algo de amarillo y blanco. Llamase asi porque remeda el canto de los otros páxaros. ARREXACO. Lo mismo que Arríxaqus. ARREXAQUE. El mismo paxaro que el que co- munmente se llama vencejo ú oncejo. Se le da este nombre porque su garrita es parecida á los garfios ó arrejaques de hierro. I99 ARRIANO. (el) Arrianus en Latín. Arrian en Francés, Este es el nombre con que vulgarmente es co- nocido en muchas partes de los Pirineos una espe- cie de buyire grande que está allí muy extendida, y Justa ahora no se ha descripto. El arñano tiene tres pies y medio desde la pun- ta del pico hasta la de la cola : sus alas desplegadas tienen ocho pies y medio : las grandes guias de Jas alas y de la cola son negras : lo restante del pluma- ge de un pardo muy baxo : el pico negruzco , y de tres pulgadas y seis lineas de largo : la cabeza está cubierta de un fioxci o plumón corto, pardo y mez- clado de roxo : las orejas las tiene descubiertas : la garganta guarnecida de algunos pelos negros y lar- gos ; y el cuello del todo desnudo hasta cerca de la mitad : la piel es de un blanco azulado : en la parte inferior del cuello , y donde ya no está desnudo se vé una especie de balona que echa el ave hácia atrás formada de plumas largas y estrechas : debaxo de esta balona se nota un plumón que viste la parte de abaxo del cuello , largo y espeso por la parte de atras, y muy corto y mas obscuro por delante : tie- ne el esófago muy elevado: los pies desnudos y del mismo color azulado que la membrana del pico , y que la parte desnuda del cuello. El arñano es desairado : su cuello está arqueado hácia delante1: sus alas y su cola van arrastrando; y aunque muy cobarde , se defiende con fuerza y con tesón quanuo se vé heriuo. Esta especie no se mantiene fixa en los Ifiri- neos , puesto que se han muerto muchos de ellos en las llanuras de las cercanías de Tolosa ai princi- pio de la primavera. Gen. x. Nota. Este artículo es del Barón de ¡a Perouze, correspondiente de la Aoadémia Real de las Cien- cias, residente en Tolosa, conocido por muchas obras que ha publicado acerca de diferentes produc- ciones de los Pirineos , y que desde mucho tiempo se aplica al estudio natural de estas montañas , y en particular al de las aves. Dicho Barón ha tenido á bien el comunicarme los artículos concernientes a ¡os buytres en general, y las especies de este genero en particular que se hallan en los Pirineos: también me ha suministrado muchos artículos relativos á algunas aves de diver- sos géneros que ha observado en las mismas mon- tañas, ó en sus cercanías. Tendré, pues, cuidado de indicar cada uno de los artículos debidos á este sabio. ARRULLO. Murmur icl gemitus columbre seu turturius en Latin. Koucoulemcnt en Francés. Especie de canto con que se alagan y enamoran las polomas y las tórtolas. ARTIMAÑA. Trampa ó armadijo para cazar. ASBEC de S) ría. Hasbecb de Syrié en Francés Esta es una especie nueva del género del gorrión^ 6 del XXXIII. descripta por Bufion , por el diseño del Caballero Bruce , que la examinó en Syria don- de es ave pasagera ó de pasa. El asbec es n ayor que nuestro pardillo : tiene un canto hermoso , y una pluma agradablemente varia- da. AVE 200 A T A da. La parte superior de la cabeza es de un roxo vivo : las mexillas , la garganta , ) lo superior del cuello de un pardo negruzco : la delantera del cue- llo , el pecho , la parte superior del cuerpo , y las cubiertas pequeñas de las alas están matizadas de color pardo , amarillo y negro : las cubiertas gran- des de las alas son de un color ceniciento obscuro, circuidas del mismo color mas claro : las plumas de la cola y de las alas cenicientas , rodeadas exterior- mente de un roxo vivo : el vientre , y lo inferior de la cola de un blanco obscuro , manchado de amarillazo y negruzco : el pico y los pies de color de plomo. AS1SON. Ave lo mismo que Sisón. ATALAYA (grande) O EL RE1TCAD0R. Ltit/i. 706. jig. 1. Befroi (le grand) en Francés. Este páxaro es del género de los que Bullón llama hormigueros. Véase Hokmiguiko. Antes de este célebre naturalista no le hab:a indicado autor algu- no : no solamente se halla sujeto a variar en su plu- mage , sino también en su tamaño. Su magnitud media es de seis pulgadas y media de largo: su cola no tiene mas que diez y seis lineas, excede en seis á las alas , y los pies tienen diez y ocho lineas de largo. Todo lo de encima el cuerpo es de un pardo pálido y descolorido : lo de abaxo blanco , con una mezcla de gris blanco sobre el pecho, efcéfo de las plumas que están en esta parte circuidas de dicho color : el pico es negro por arriba , y blanquecino por debaxo 3 y ios pies y los dedos aplomados. Tiene una voz muy fuerte semejante al sonido .de una campana quando toca á rebato : todos los dias la hace oír por mañana y tarde una hora antes de salir y de ponerse el sol , los sonidos son preci- pitados, se oye desde muy lejos , y apenas puede uno hacerse cargo que sea de un animal tan peque- ño : su carne no tiene mal gusto , como la de los otros hormigueros ; y en esto se semeja algo al páxa- ro del misino género llamado rey ele los hormigueros. Según el método de Brisson , el atalaya es del gé- nero XXII. y se encuentra en la Guayana. Atalaya (pequeño). Hormiguero listado de la Cayena. Larn. 823 . ftg. 1. Este páxaro , del género de aquellos que el Conde de Bufl'on ha dado el nombre de hormigueros , (vease Hormioueko) es según el método de Brisson del género XXII. : tiene de largo seis pulgadas y media : la parte de arriba del cuerpo es de un par- do aceytunado , y mas claro hacia el ovispillo : las alas y la cola sen pardas : las cubiertas de las alas están pintadas de rosado por ¡as orillas de las plu- mas : la garganta es blanca , como también lo alto del cuello 3 pero sus costados , el pecho , lo alto del vientre , y los flancos ó hijares son de un blan- co sucio que tira á gris, con pintas de un pardo que tira á rosa : este ultimo color es el de la parte inferior del vientre , y de la de abaxo de ¡a cola: el medio pico superior es de color de cuerno, y el inferior blanquecino: pies y dedos aplomados. No sabemos si este páxaro , que por sus colores tiene semejanza con el atalaya grande , la tiene también por el sonido de su voz. Víase Atalaya (grande). El peque m atalaya se encuentra en la Guayana. ATT A GAS. Attagen en Latin. Attagas en Francés. El Miagas es un páxaro del qual han hablado mucho los antiguos , y tan pronto le han llamado attagas como attagen 3 pero como no nos han dexa- do la descripción circunstanciada, es muy difícil de reconocer. La mayor parte de los autores le tienen por una especie paiticular. Ll Barón de la Perouze, que me ha suministrado el artículo del arrimo , al fin del qual he hecho justicia a los trabajos de este sabio , juzga que el aliagas es el mismo páxaro que el lagopos ; las pruebas en que tunda este su paracer, eu una obra publicada el ano ultimo , con el titulo de Memoires rí' hislobe naturelle , me parecen tan convincentes, que creo deber conformarme con su diétamen. Vease Lagopos. Attagas blanco. Vease Lagopos. AVE O PAXARO. Oiseau en Francés. Las aves componen una clase numerosa del reyno animal, y los autores metodices acostumbran colocarlas después de los quadrúpedos , porque en efeéta son los animales mas bien organizados des- pués de aquellos : todas tienen dos pies, un pico de substancia corneal , algunas de ellas el cuerpo total- mente cubierto de plumas , y otras en parte , y dos alas mas ó menos propias para volar 3 porque aun- que la facultad de volar pertenezca al mayor núme- ro de aves, hay algunas privadas totalmente de ella, y otras que si vuelan es con alguna dificultad 3 y asi el avestruz, el casoario y el manco no vuelan, y la abutarda se eleva con trabajo , y solo se sostiene haciendo grandes esfuerzos. El vuelo no caracteriza especialmente las aves , porque no todas lo poseen, ni les pertenece exclusivamente ; pero son los úni- cos animales, que solo tienen dos pies, que están vestidos de plumas , y que el órgano que les sirve para sustentarse está formado de una substancia dura y analoga al cuerno : por estos tres caracteres, á saber , el cuerpo cubierto de plumas , dos pies , y un pico de substancia corneal, es por lo que se distinguen las aves de todos los animales. Ya hemos tratado en los Discursos , que están al principio de este Diccionario , de la forma y par- tes exteriores de las aves , de su organización , de sus facultades ó habilidades , de sus costumbres , y en una paLbra , de las generalidades que les con- ciernen 3 y asi no haremos en este artículo una re- lación circunstanciada por no repetir ¡o mismo que se ha dicho. Consideraremos, pues, ahora las aves solo con relación al modo en qu.e pueden dividirs# que es según su manera de vivir. Las aves, ó son di tunas ó nocí nenas 3 quiero de- cir, que ven y están en movimiento durante el dia, o por, la noche , y esta primera diferencia nace de la organización de sus ojos, demasiado sensibles en las aves ncCturnas , para sufrir el resplandor del dia , y no suficientemente sensibles en las diurnas, para distinguir los objetos en la escasa luz espaicida en la atmosfera durante la noche. Eos alimentos con que se mantienen las aves han dado también motivo para dividirlas en gra- nívoras , inse (livor as , frugívoras , y cainivo/as ó de r apiíia. AVE Lns granívoras , ó tragan el grano sin romperle, como las p alomas , el gallo , &,c. o le parten antes de tragarle , como el gorrión , el canario , &c. Algunas solo se alimentan de. grano como la paloma : pero la mayor parte tic las aves granívoras gustan también de inscétos y vegetables : otras, co- rno el gallo v ¡a gallina , se acomodan a toda espe- cie de substancia nutritiva, aunque su principal ali- mento sea el gitano. Las inseéllvoras viven de inserios , como lo in- dica su nombre, y de larvas, de crisálidas, &c. debiendo colocarse en esta clase las que se alimen- tan de gusanos. Estas aves insectívoras , por la forma de su pico, y por la debilidad y organización de su estómago, están reducidas al único alimento que acostumbran tomar , no pudiendo mezclar con este el gr.-.no, como las granívoras mezclan los ¡oseólos ; pero tu- llas aves granívoras , como el pica figo , el pitirro- xo, c H. se alimentan en parte con frutas blandas, y fáciles de picar en la estación en que están maduras. Conocemos pocas aves en nuestros paises que solo vivan de frutas ó bayas de diferentes plantas: estas aves, como la oropéndola , se contentan con iu- seótos , quando les falta la fruta. Las «i carnívoras ó de rapiña solo se alimen- tan con la carne de otros animales , unas con la de otras aves, otras indiferentemente de la de aves y quadrúpedos : algunas con peces , y otras con rep- tiles. Las que viven de la carne de otras aves, y de la de quadrúpedos, ó solo quieren la de una presa viva , como Jas agidlas , ó solo apetecen animales muertos y sus despojos , como los buytres , por la debilidad de sus garras. Las primeras tienen las ^las muv grandes , el pico muy corvo , los dedos largos y armados de uñas muy corvas y aceradas: las se- gundas , no tan felices en la formación de sus gar- ras, se hallan reducidas á una condición mas Laxa y despreciable. Las aves de rapiña , unas son diurnas , y otras noñionas. Las ultimas se encuentran en crecido nu- mero en los climas mas remotos , y mas opuestos por el temperamento : habiendo ya indicado en los discursos generales una conjetura sobre la causa de este fenómeno. Las que solo vuelan de noche, no ven en una obscuridad cotal , y necesitan de un cierto grado de luz ; la demasiada claridad las des- lumbra , y una falta absoluta de luz las reduce al mismo estado que las demás. Quando , por qual- qúier causa que sea, las ven de d¡3 las aves diurnas , la mayor parte de estas no cesan de provocarlas, y perseguirlas dando continuos gritos. Las aves de rapiña diurnas sacrifican á su apetito un gran número de aves y quadrúpedos de los qua- les sacamos alindad, y por esta razón son perjudi- ciales; de forma que la guerra que se las declara es justa y razonable ; pero al contrario , las de rapi- ña roti urnas se alimentan de animales que nos son dañosos , y como estas aves están en movimiento durante la noche, nos hacen un servicio real é im- portante en limpiar Ja tierra de turones , ratas , to- pos , de. y el sacrificio que pueden hacer á su apeti- to Je alguna caza menuda como perdigones , galopi- llos , c c. no puede compararse con el bien que nos Historia Natural, Tum. /, AVE 2 0 1 proporcionan. Injustamente , pues , están proscrip- tas, y el hombre a quien sirven utilmente, deberá tomarlas baxo su custodia, Divider.se las aves , atendiendo á los parajes en que habitan, en terrestres y aquaiiles, Las prime- ras están siempre en tierra donde hallan su alimen- to, y no se acercan á las aguas : ¡as segundas al contrario , las buscan y no encuentran de que vivir sino en sus orillas. Entre las terrestres , unas habitan en montes , otras en tierras baxas : estas se retiran á la espesura de los bosques, y aquellas se escon- den , o entre las plantas de los prados , ó entre los sembrados. Las que buscan las aguas son aves de ribera , ó aves propiamente llamadas de agua. Las primeras solo freqúentan las orillas de las aguas para buscar en ella los reptiles, gusanos é in- stólos de que se mantienen : algunas veces entran en el agua, pero no nadan ni sé alejan mucho: co- mo por lo común están en terrenos cenagosos , y entran también en el agua, les-ha dado la naturali- za los pies muy largos , y lo inferior de las piernas sin plumas; freqúentemente tienen los pies semi- palmeados , lo que les facilita sostenerse sobre el cieno , entrar en el agua , y andar por entre las yerbas de que por lo regular están cubiertas sus orillas. Las aves aquaiiles propiamente llamadas asi , se mantienen en el agua ; tienen los pies palmeados; nadan con gran facilidad ; muchas de ellas son exce- lentes buzos; algunas, como ti ánade y la oca, se alimentan a un mismo tiempo de grano, vegetales, inseótos aquatiles y peces ; y otras solo se alimen- tan absolutamente de peces, como las gaviotas , pa- viotas, &c. Las aves aquaiiles , sea que freqúenten solamen- te las orillas de las aguas, ó que naden en ellas, bus- can su alimento unas en las orillas de las aguas dul- ces, ó .en las mismas aguas, y otras en las riberas del mar , o en el mismo mar. La mayor parte de las aves de agua , vienen á tierra á descansar y pasar la noche , después de haber estado algún tiempo en el agua; pero entre las aves de mar hay algunas que descansan y duer- men sobre las mismas aguas , que al parecer perte- necen enteramente á este elemento, y que solo vie- nen a tierra para poner y para criar sus hijuelos. Finalmente entre las aves , hay unas que pasan toda su vida casi en los mismos parages donde na- cieron , y se les puede dar el nombre de sedenta- rias : otras vuelven a los mismos climas , y se van en tiempos señalados del ano, y estas son aves de pasa : otras que no teniendo tiempo determinado para sus viages , se dtxan ver y desaparecen indife- rentemente en todas estaciones , por lo qual nos ha parecido darlas el nombre de errantes. En los Dis- cursos preliminares heñios hablado largamente so- bre lo que concierne á las diferentes especies de aves , y sobre las generalidades relativas á todas ellas; y asi nos remitiremos a estos Discursos, para obviar repeticiones. Todos conocen el servicio que hizo a los hom- bres en general ti que domesticó el gallo y la galli- na. Igualmente se advienen ¡as ventajas que se nos siguen de varias especies de aves que multiplican en Ce núes- 202 AVE nuestros corrales y patios, como la oca, el avade, y el pavo que nos vino de América. Pero el hom- bre no ha sacado toda la utilidad que le ofrecia su imperio ¿ industria sobre las aves. Aún quedan al- gunas en nuestras regiones , como la abutarda , que nos sería útil domesticar , y en los paises extranje- ros un gran número de aves que transportaríamos, y acostumbrariamos á nuestro clima, y al estado de mansedumbre en provecho de la sociedad : tales son los haceos , el agimi , &c. Otras , ya que no nos fuesen útiles , por lo menos nos serian agradables. En los Discursos preliminares se podrán ver los medios que nos han parecido mas propios para lle- nar estos diversos objetos ; y en el artículo de cada ave , que seria útil ó curioso transportar , la indica- ción necesaria sobre ello. No añadiremos , pues, cosa alguna en este lugar, contentándonos con re- comendar á los viajeros que hagan provisión de aquella substancia que los paxartros llaman pan de amapola , la qual rallada y mezclada con carne fres- ca y magra bien picada, puede suplir el alimento común de la mayor parte de las aves que viven de ¡nseétos ó gusanos. En quanto a las frugívoras , la miga de pan remojada en agua o leche, puede suplir Jas frutas de que se alimentan estas aves , como se puede ver en el exemplo citado en el artículo tru- flal ; y para las granívoras , que son las mas fáciles de transportar , basta hacer provisión del grano que se las acostumbra dar en el pais, substituyendo «n el extranjero el grano mas análogo á el. Ave. (caza) Modo de coger las avecillas en general. Se ha inventado é imaginado un crecido núme- ro de medios para coger las aves, los que se han va- riado especialmente respecto á las especies chicas, ya sea que se las persiga a causa de la bondad de su car- ne , como los hortelanos y alondras , ¿re. ya respeéto á los daños que hacen como los gorriones , pardales ó gorriones libres , ¿re. ya finalmente por puro entrete- nimiento. En cada especie de ave he indicado los modos de cogerlas , quando para su caza se usan de métodos particulares. En este artículo trataré sola- mente de los diversos modos de coger las aves en general , sin atender á las distintas especies de ellas, v hablando solo de las pequeñas, porque las gran- des se cazan generalmente con escopeta, ó por me- dios particulares, según lo que ya he referido ha- blando de las especies diversas, finalmente los me- dios imaginados para coger los paxaríllos son tan va- rios , que para no exceder los limites que la natura- leza de esta obra me prescribe , solamente hablaré de los mas usados , y que proporcionan una caza mas abundante , mas útil , o mas divertida. Antes de circunstanciarlos , observaré que la mayor parte de estos medios consiste en atraer las aves con el cebo que se las presenta debaxo de las redes , ó en hacerlas caer por la presencia de sus semejantes que se tienen atañas. Como el alimento de las aves gra- nívoras es mas conocido y mas fácil de suministrar, que el de las que se mantienen de ¡nseétos , ó ba- yas de diferentes plantas; y como el mijo y los ca- ñamones son generalmente del gusto de todas las AVE aves granívoras , estas son las que se cogen en ma- yor número, y es mas difícil y raro el coger las que viven de ¡nseétos , o bayas. Los páxaros se cazan con red de diversos mo- dos , cogense con pala o raqueta , con reclamo y liga , con red grande y espesa, con abrevadero , con armadijos „ trampas o la\os , al hoyuelo, al ai boleto , de día, en campo raso , y de noche con Juego en ¡os setos , cercados y bosques: también se cogen en los graneros y granjas donde entran a comer del grano que en ellas se guarda , &c. El hibierfio es por lo general la esta- ción en que se cogen mas , y su caza es tanto mas abundante quanto el fiio mas riguroso las priva de la facultad de buscar su alimento , las noches mas largas hacen sus necesidades mas urgentes durante el dia , la superficie de la tierra suministra menos substancias con que poder mantenerse, y los alimen- tos son mas raros ó mas difíciles de hallar , como sucede en los tiempos ae mucho yelo , ó quando están los campos cubiertos de nieve. Modo de coger los paxarillos ton redes quadrilongas9 que los franceses llaman nappes. Los paxareros , cuyo fin es coger páxaros , para conservarlos y venderlos , se sirven para ello de dos redes de diez a doce pies de largo, y quatro de ancho , tendidas y atadas á unas varas ó bastidores de madera. El cazador pone estas redes paralela y horizontalmente en un terreno llano, a campo des- cubierto , inmediato ó junto á algún cercado , ó á la orilla de un bosque o soto : entre las dos redes dexa un espacio vacio , qual ocuparían ellas juntas; esparce grano en dicho espacio , y de distancia en distancia pone algunos páxaros reclamos de diferen- tes especies , atados con un bramante á unas esta- quillas hincadas en tierra. El paxarero se retira después á sesenta ú ochen- ta pasos de las redes ; se sienta frente á frente de ellas , teniendo en la mano las cuerdas que estarán atadas á ellas , y que sirven para hacerlas manio- brar : también tendrá cerca de sí las cuerdas que es- tan atadas á las que los páxaros están sujetos , y ti- rando suavemente de ellas , los hace volar y caer, con lo qual se engañan y vienen los páxarllios ; quando este ardid y el cebo que se ha echado entre las redes, han hecho caer una porción suficiente de páxaros en el lazo , tira el cazador prontamente y con fuerza de las cuerdas atadas a las redes ; éstas se levantan al instante , y con ei contrapeso se unen , cubren el espacio que habia quedado vacio entre ellas , y cogen debaxo los páxaros antes que puedan volarse. De este modo cogen los paxareros los xllgueros, pintones , pínulas , patdillos , verderones , torillos, gorriones , verdecillos , tarhies , pardales , ¿re. y gene- ralmente todas las avecillas que viven de grano. Conforme los parages en que Jos 'paxareros ponen las redes cogen mas ó menos individuos de las especies referidas , y asi para Jos gorriones las ponen cerca de poblado , para el verderón y pivxpn junto al camino , y para el silguero , ¿re. junto á las cercas. Además de las aves dichas que viven de granos, cogen también al mismo tiempo , y del propio mo- do A V E do que acabo de exponer, especialmente quando hace mucho frió, y la tierra esta cubierta de nieve, algunas que viven de insectos , como los aguzanie- ves, and ¿lio*, paros, t ar avillas , reyezuelos, alcaudo- nes , ruiseñores , currucas , &c. diferentes especies de fegarebordas , y también , aunque rara vez , algunos gavilanes , tagarotes, cernícalos, y otras aves de rapi- ña , que arrojándose sobre los páxaros que sirven de redamo, quedan presas. Finalmente los paxareros cogen á principios del ctoño de este mismo modo los hortelanos , y es el mas usado en las inmediaciones de París , con el que se cogen mayor numero de páxaros de diferen- tes especies, mayor cantidad de cada una de ellas, y con el que hay mas seguridad de lastimarlos menos. Modo de coger los párenos cea pala ó raqueta , que los franceses llaman & la pinsonnée , dando también este nombre á otros dos o oes géneros de cayt que se hacen de tuche , y se refieren en este artículo. Esta es una caza que se hace de noche , en los bosques nuevos , ó recien cortados , y en las cercas de arboles , en las quaies se aporrean y matan las aves. Los cazadores se arman de un palo de dos pies y medio de largo, con una pala en uno de los ex- tremos de seis pulgadas de largo , y quatro de an- cho. Llevan debaxo del brazo esta especie de pala, cuyo mango debe ser bastante grueso para llenar la mano : cada cazador tiene en la izquierda una luz encendida entre los dedos indice y anular cerca de la palma de la mano : interpone entre la luz y sus ojos la mano derecha extendida, y se acerca de es- te modo á los setos y cercados , para vér mejor, y ser menos visto : luego que ha descubierto páxaros encaramados en ellos, coge con la mano derecha la pala , que lleva debaxo del brazo , y pega fuerte- mente con ella en las ramas , los hace caer en el suelo, y con la luz los va recogiendo; pero los gol- pes deben ser fuertes y precipitados para que las ra- mas no detengan su efedfo, y los páxaios no pue- dan libertarse. Varios cazadores juntos pueden executar esta caza , separándose á veinte pasos de distancia unos de otros; pero es preciso guardar el mayor silencio, y hacer el menor ruido que se pueda. Quando se han dado los primeros golpes , es indispensable apartarse á cierta distancia , pues el ruido abrá pre- cisamente espantado y puesto en fuga los páxaros que estaban inmediatos. Esta especie de caza es destrudiva , y solo pue- de ser buena para minorar ó destruir los páxaros demasiado numerosos , porque con ella se cogen pocos, cuya carne sea buena; y como entreteni- miento , solo ofrece el rustico placer de macar tinos animales sorprendidos de noche , que por su impo- sibilidad de evitar el riesgo , deberia servirles de seguridad aquel tiempo que para todos los seres vi- vientes es de descanso. También se caza cíe noche de otros dos modos; para el primero basta lleyar una vara de cerca de cinco pies de largo con un agujero del grueso de una pluma de paloma en uno de sus extremos , y Historia Natural. Tom. I. AVE 203 varetas con liga, llevando la luz en la mano del modo arriba dicho. Luego que se percibe el páxaro dormido con la cabeza escondida debaxo del ala, se aplica una vareta al agujero de ¡a vara metiéndola poco : con la extremidad de la vareta se toca el vientre del páxaro , despierta, extiende las alas , que se pegan a ella, y haciendo esfuerzos para volar cae con la vareta que le impide volar y salvarse. Se co- ge , y se mata al instance para que con su grito no despierte y alborote ios demás ; porque el ruido perjudica mucho a este género de caza , y se logra buen éxito si hay silencio , y si la noche es obscu- ra , y el tiempo fiio. Otro modo de coger pararos de noche exige mas destreza que los dos primeros , y por esta ra- zón aunque se caze menos , puede tenerse por di- versión : esta caza la hacen tres personas , la prime- ra lleva un ramo , cuyo uonco tiene quatro a cinco pies, y cuyas ramas están dispuestas* en forma de abanico, y enviscadas. La otra lleva un hacha encendida , ó qualquier cosa que de mucha luz , como una tea , &c. Y el tercer cazador sacude las cercas y matorrales que los otros dos van costeando. Los páxaros asustados vuelan dirigiéndose hacia la luz , al rededor de la qual dan vueltas ; la destreza necesaria para esta caza consiste en el que lleva el ramo untado con liga , que le ha de presentar a los páxaros , y tocar- los con él durante vuelan al redetior de la luz , y hacerlos caer por este medio. A todos estos modos de caza ya referidos lla- man en Francia cazar á la pin soapée. Modo de caytr páxaros con reclamo. Esta caza se hace con liga, atrayendo sobre ella á los páxaros imitando su voz , y particularmente la de la lechuza : en ella se cogen muchos pararos me- dianos , y diferentes especies; mas los zorzales son los únicos que pueden comerse. Por este motivo se hace comunmente esta caza en el otoño , y durante la vendimia mas bien que en qualquier otro tiempo, porque entonces hay mayor cantidad de z°>\alcs. Esta caza es mediana en ¡a primavera , y en el ve- rano ; su verdadero tiempo el otoño : la hora mas favorable poco antes de ponerse el sol , ó por la mañana desde el alba hasta salir el sol ; y el lugar mas oportuno un monte espeso que haya siete a ocho años que le cortaron. En el parage mas apartado del camino se busca un árbol de veinte á veinte y quatro pies de alto; se le cortan las ramas, conservando cierto número de las mas principales, y á estás también se las quitan las ramitas, siendo forzoso, en cuanto sea posible, que la copa del árbol escamondado, tenga la figura de un vaso, y que las ramas que se le han dexado no estén unas sobre otras , sino que quede algún espacio entre ellas. De tres a tres dedos de distancia se hacen unas mues- cas obliquas , y en cada una de ellas se mete una vareta .enviscada como de un pie de largo ; y antes de ir a esta caza se ha de hacer mucha prevención de ellas. Cubierto el árbol de varetas , se hace una cho- za al rededor del tronco con ramas y palos que se cortan allí mismo : esta choza ha de ser bastante Ce x es- AVE 204 A V espacios para coniener quarro ó cinco personas, y bastante alta para que no estén incomodas , de- sando algunas salidas para poder pasar y atisbar. Por todo el rededor de esta choza , y hasta la distancia de treinta ó quarenta pasos , se cortan las ramas que puedan servir de obstáculo , y se aclara el terreno , dexando enviscadas algunas ramas lo mismo que el árbol principal. Concluidos estos preparativos, se retiran los cazadores a la choza , y todos guardan un silencio muy profundo, excepto el que debe reclamar ó imi- tar la voz de diversos payaros . Esto se consigue de varios modos, de que usa succesivamente y por el orden siguiente : primero se vale de un chiflo de hoja de lata , y en su defcéío se sirve el cazador de una hoja de yedra doblada á lo lar- go , y con un agujero redondo en medio. Pasa el dedo 'indice de la mano izquierda entre la doblez de la hoja , lo arquea de modo que la coyuntura corresponda al agujero , y con el pulgar y el indice sostiene los bordes arrimados uno a otro: después lo aprieta con los labios , y soplando al través como si fuese un silbato , imita la voz de la gruja ó del arrendajo. A este sonido se vén llegar primero los reyezuelos , á quienes siguen los pitinoxos , y después los paros, siendo los últimos los pinzones, be coge el primer páxaro de estos que se envisca y cae , se le mete en la choza , y se le atormenta para que dé chirridos , pues para conseguir la caza con reclamo es forzoso juntar la crueldad con ti artificio. Las grajos y picabas llegan a les giitos del pinzón: en- tonces el que reclama se sirve de una especie de reclamo , hecho de dos pedacitos de madera de un dedo de largo , y gruesos a proporción , entre los quales se pone una cinta de seda , o una hoja de grama: la extiende entre los labios, la agarra con ellos, teniendo cuidado de no meterla mas que hasta la mitad de su longitud: y con su silbo imita el grito de la lechuza , ó del mochuelo , a cuyo sonido las pi- cazas y grujas, que solo habían acudido á la voz del pinzón, se precipitan en el árbol, y caen enviscados. Después se coge una gruja ó picaza , como se hizo antes con el pinzón , y sus gritos atraen mas po- derosamente todas las aves de su especie que le oyen. Sin embargo los mirlos, mas desconfiados que las demás aves , revolotean al rededor del parage don- de se reclama , se acercan menos , y rara vez se enviscan sino en las varetas que hay por la circun- ferencia. Luego que se ha cogido uno, se atraen por su grito los demás mirlos y zorzales que llegan los últimos , pero se precipitan inconsideradamente so- bre las varetas. Qtiando ya no se ven venir payaros, se debe dexar la caza , porque sería infruétoso aguardar mas tiempo. De lo que acabo de exponer se sigue que el re- clamo es el arte de atraer las aves imitando su grito ó su canto. Pero en mi juicio lo mas seguro seria llevar los pr.xaios que se quieren imitar , supuesto que ni son raros , ni difíciles de coger de qtialquier otro modo. La ultima advertencia es, que siempre que se sale de la choza para coger algún páxaio, sea con tiento , v retirándose inmediatamente por no espantar los payaros que vuelan al rededor. Modo de coger paxaiillos con red espesa , que los france- ses llaman ralle. Esta es una red espesa de diez á doce pies de largo , y de seis á siete de ancho : por las orillas se le pone una cuerda tan larga como la red , y con ella se ata a dos varales de doce a catorce pies de alto , sirviendo para coger de noche los payaros pa- rados en las cercas y "setos : dos personas llevan esta red desplegada y tendida según la dirección de ellos, y se paran con ella a cinco ó seis pies dis- tar, tes de donde están los payasos. Otro cazador se pone a la parte de afuera de la red hacia el medio de ella, y a distancia proporcionada levantando una hacha o tea encendida, y otro golpea al mismo tiempo con una percha la parte opuesta de los se- tos y cercados en donde está la red. Espantados los puyaros emprenden su vuelo por aquella parte don- de perciben la luz, se arrojan dentro de la red , y quedan ipresos entre sus mallas ; pero no conviene apresurarse para cogerlos luego que hay algunos enredados , sino esperar a que el golpeador haga salir mas de entre las ramas. Esta cacería es una de aquellas con que se cogen los mas de los páxaro y, como todas las cazas de noche, exige un profuncj0 silencio, que el tiempo sea frió, y que se vaya por aquella parte de los setos , cercas ó bosques recien cortados, que estén mas al abrigo, y resguardados del viento del Norte. Modo de cazar payaros al abrevadero. Los medios para coger payaros de que acabamos de hablar, sirven para el hibierno; mas los que voy a referir se deben usar en el verano , y se comigue mejor el fin quanto mas calor hace. Se busca en un soto ó bosquecillo algún arro- yuelo á donde acostumbren los payaros ir a beber. Junto a él se prepara un hoyo no muy hondo de quatro pies de largo , y de doce a diez y ocho pul- gadas de ancho ; haciendo una entrada para el agua que se conduce , y una salida para que tome su primer curso. El hoyo siempre será mejor hacerlo en teneno que esté en cuesta: después de conclui- do , se cubre con paja el agua del arroyo , asi por encima como por debaxo ; y en la orilla del hoyo, y en la parte que esta mas en declive se pone una red que ¡guale su longitud. Esta red puesta de pla- no contra la tierra , se fixa junto al agua por sus dos puntas , y de distancia en distancia se sujeta con unos ganchitos , pero de modo que no impidan el poderla levantar , y volver á uno y otro lado, sin que mude de sitio : en los dos ángulos opuestos se atan dos bramantes que lleguen a una choza dis- tante unos cincuenta á sesenta pasos , en la qual se esconde el cazador esperando el tiempo de tirar las redes , luego que vé un suficiente número de paya- ros en las orillas deí abrevadero. El segundo método es mas sencillo. Easta hallar una balsa ó charco en un soto , cuyo borde u orilla se limpia , por el lado menos expuesto al sol ; por el otro se ponen ramas y espinos que impidan acer- carse ; por el lado que se ha limpiado se hinca en la orilla del agua una fila de varetas de ocho pulga- das AVE das de largo , inclinadas unas hacia otras y espesas, sin que se toquen con las puncas. En las dos extre- midades de este mismo lado se ponen algunas ra- mas de ocho á diez pies de alto ; despojándolas de las ramitas pequeñas , y haciéndolas muescas para poner varetas enviscadas. Después se oculta el ca- zador detrás de qualquier árbol o matorral desde donde pueda ver el charco. Los pasaros se paran sobre los ramas enviscadas , y , o se prenden en ellas , ó en las otras varetas quando vuelan desde ellos para ir a beber. El tiempo mas favorable para cazar de este mo- do es desde mediados de Agosto hasta fines de Setiembre ; porque ya han acabado entonces los páxaros sus crias, y llega mayor número de ellos á un tiempo al abrevadero , con motivo del calor que en dicha estación hace. Las horas en que se cogen mas, son desde las diez a las once; después de me- dio dia de dos a tres , y por ja tarde media hora antes de ponerse el sol. Modo de coger páxaros al hoyuelo , que los franceses llaman á la fossete. Se hace un hoyo de cinco á seis pulgadas de profundidad , y siete á ocho de ancho en un bos- que , especialmente de arboles elevados , y en un parage húmedo , que mire á Mediodia ó al Po- niente, y nunca al Norte ó Levante : en el fondo de este hoyo se clavan con alfileres ó espinas algunas lombrices: y en ur.o de los bordes interiores del ho- yo se dispone una trampa, como la que en las casas se usan para ios ratones. Sobre el hoyo se pone una teja , ó un entretexido de cesped que lo cierre, excepto por aquel lado en que está la trampa que le sostiene. Como este es el único parage abierto, por donde los páxaros ven los gusanos que están clavados en el fondo del hoyo , por allí intentan cogerlos ; pero apenas toca el páxaro la trampa, quando cae, y se halla preso debaxo de la teja. Para que esto surta efeóto , es preciso que entre el borde del hoyo y el lugar del fondo donde están los gusanos , haya mucha distancia para que el páxa- ro no pueda cogerlos alargando el cuello , y haga caer la trampa quando quiera baxar al hoyo. De esta manera se cogen mirlos , \oryiles y toda especie de páxaros que apetecen vivamente las lom- brices. Por el hibierno los que mas caen son los •rpryilcs y mirlos. Modo de caytr páxaros a! arbolete , que los franceses llaman á 1’ arbret ó arbrot. La caza de que se trata en este artículo se hace en campo raso, y el tiempo mas oportuno es desde el mes de Setiembre hasta el de Abril. Se escoge un parage descubierto a cierta distancia de algún bosque ó soto , y que no esté inmediato á ningún cercado. Hincanse en el suelo quatro ó cinco ramas altas de cinco á seis pies , las que se enlazan para que se sostengan mejor; y encima se ponen tres ó quatro ramas de espino negro las mas espesas que se en- cuentren , enlazándolas por la extremidad inferior con las ramas de los troncos hincados en el suelo: pero antes de esto se han de tener preparadas unas AVE 205 varetas enviscadas de ocho á diez pulgadas de lar- go , las que se hincan en las puntas de Jas ramas de espino , apoyándolas sobre alguna espina ó rama. En el otro lado se clavan en el suelo algunas estacas de tres pies de alto , en las quales se ponen ó cuelgan unas jaulas con páxaros de aquella especie que mas apetecen cazar , los quales sirven de recla- mo. El cazador se retira a cierta distancia ocultán- dose detrás de algún matorral , si le hay , ó de al- gunos ramos clavados en el suelo. Atraidas las aves por la voz ó canto de las que están en las jaulas, se acercan y ponen en la cima del arbolete , prendién- dose en las varetas , y luego que ha cogido quatro ó cinco pararos , se sirve de ellos para aumentar el numero de reclamos. Se ata una cuerda á dos esta- cas clavadas en el suelo , y á cada pata de los pára- los cogidos un hilo de poco mas de dos tercias de largo : estos hilos se atan de distancia en distancia a la cuerda, con un bramante que llegue al para- ge donde está escondido el cazador , quien luego que se descubren páxaros por allí cerca , debe tirar del bramante , y esta impresión comunicada á los que están atados por las patas , los pone en movi- miento : los que vuelan se van acercando poco á poco , y antes de apearse en el parage donde ven los otros páxaros se paran en el arbolete ; porque los páxaros que de un parage elevado baxan a un llano donde les atrae alguna cosa, no lo executan pronto, sino que si hay al rededor algunas ramas , se ponen sobre ellas , y desde alli consideran el objeto que les ha hecho impresión , y no se dirigen á él hasta haberle examinado de lejos. Esta manera de dirigir su vuelo, que quizás pudiera llamarse prudencia, es sin embargo lo que pierde a los páxaros en varias ocasiones ; porque los cazadores que la conocen , se aprovechan de ella para armarles lazos , según el conocimiento que de ella tienen. Manera de coger páxaros con jaula paradera ó armadijo , que los f ranceses llaman trebuchet. La jaula paradera es una jaula hecha de palos redondos, su forma quadrilonga, y el suelo de tabla: los quatro lados están unidos entre sí juntamente con el suelo , mas la parte de arriba está separada y construida de palos lo mismo que los lados , y es mas estrecha que la abertura de la jaula : por un agujero hecho en el bastidor superior que sostiene las paredes ó palos de la jaula se pasa una cuerda doble , que sirve para tener sujeta la parte de arriba de la jaula , ó I3 tapa : la parte posterior de esta pieza está cogida entre las dos cuerdas : por los la- dos , y por la parte de afuera están las dos cuerdas arrolladas en dos tornos , haciendo que cada uno de ellos dé vueltas al contrario , esto es , que uno obre de la derecha á la izquierda , y otro de la iz- quierda á la derecha , y de este modo se enroscan y acortan las cuerdas. Esta compresión arrima los tornos contra los lados , y la frotación que de esto se origina , basta para vencer y detener la fuerza de las cuerdas que quedan torcidas : si se levanta la extremidad opuesta de la tapa , se aumenta la t¡- rantéz de las cuerdas quanto mas se levanta aque- lla ; y asi, tanta como haya sido la presión que hu- bieren recibido las cuerdas levantando la tapa , con la 2 o 6 A V E ¡a misma fuerza la dexan cae. r quando se quita el obs- táculo, quedando siempre horizontal, poi que si su pe- so la llevase mas alia, torcería de nuevo las cuerdas. Para armar esta jaula, se abre o levanta la tapa, la que se mantiene asi con un atravesaño de madera puesto diagonalmente , y apoyado contra la parte posterior de la trampa por un cabo ; y por el otro, que tiene la lisura de un bisel , contra el atravesa- ño que está enmedio de la tapa. La reacción de las cuerdas arrima la tapa contra el pedazo de madera, y la mantiene levantada. Este mismo pedazo de madera tiene una escalerilla; y el mas minimo peso perpendicular aplicado á uno de sus escalónenos, ts suficiente para hacer caer el pedazo de madera cuya punta resvala por debaxo del atravesaño de la tapa que hace caer inmediatamente la fuerza de las cuerdas ; lo que sucede luego que el páxa,o se pone sobre un escaloncito de estos , y no puede evitar entrando en la jaula para coger el cebo que se ha puesto en el suelo de ella. Con esta industria se cogen muchas aves graní- voras , y pocas de las que se alimentan de otras co- sas , porque es mas difícil ofrecerles cebo aparente. Con todo eso se cogen ruiseñores , pitiroxos , y ®;ros, poniéndoles por cebo gusanos que es la co- mida que apetecen. También caen con mucha facili- dad muchos puros , poniéndoles nueces , avellanas o tocino , y especialmente sebo de vela. En los tiempos en que los víveres abundan , se cogen po- cos panuros con esta especie de trampa, pero quau- cio hay carestía de ellos caen muchos. Muñera de coger los páxaros que entran en los graneros y granjas. Los gorriones y otros puyaros acostumbrados a vivir cerca de los poblados, se introducen osada- mente y sin temor por todas partes donde les atrae algún alimento que les conviene : entran en los gra- neros y granjas para comer el grano que en ellos se conserva , y causan mucho daño por su número. Este objeco es digno de la mayor atención; y en lugar de entretenerse, como muchos practican, en coger los páxaros que entran en estos parages , me parece que seria mas útil y ventajoso cenarles la entrada. Este medio seria mas fácil que cogerlos , y evitaría el perjuicio que pueden causar , en lugar que el método de cogerlos , solo i.ilva una parte del daño que hacen. Tara privarles la entrada basta tapar todos los agujeros por donde pueden introdu- cirse , y poner celosías ó redes en las ventanas pa- ra que circule el ayre libremente. Si no se valen de este medio que me parece el mas seguro , y si no obstante el beneficio que resultarla, parece costoso, por los medios siguientes se puede disminuir el nu- mero de páxaros , y remediar en parte el daño que pueden causar. Para dar caza á los páxaros en un granero es preciso cerrar todas las ventanas , dexando dos abiertas : en una de estas se pone una red espesa que tape ex?. ¿iamente toda su luz; á la otra ventana que debe quedar abierta , se ata una cuerda de modo que tirándola se cierre prontamente la venta- na : esta cuerda debe ser larga según el parage des- de donde se haya de tirar, mirando por un agujero AVE hecho á este fin , para tirar ó nfloxar la cuerda, quando se ve en el granero un suficiente número ele páxai os. £1 que se ocupa en es. a caza , debe abrir la puerta al instante , y cerrarla tras sí , con cuyo ruido se espantan ios páxaros , y como no pueden salir por la ventana que cerró antes de entrar , se precipitan hacia la que tiene la red , y quedan pre- sos. Para obligarlos a entrar en el granero mas prontamente y en mayor número , iuego que está todo preparado , se esparcen algunos granos ó mi- gas de pan por el borde de la ventana libre , for- mando un rastro hasta ti monton mayor del grane- ro , al rededor del qual se juntan los páxaros , y por este medio no tienen tiempo de escapar , por la distancia que hay desde el monton a la ventana, quando el movimiento de ésta les obliga a huir. Si es en una granja , y hay varias ventanas solo se dexa una abierta , y si no hay ninguna , se hace ur. agujero en la pared; por esta ventana ó agujero se pasa una nasa, dexando la extremidad ancha ha- cia dentro , y la angosta hacia afuera , y tapada con paja. Se esparcen algunos granos a la parte de aden- tro y de fuera de la puerta, por debaxo de Ja qual se introducen los páxaros ; se hace un rastro que va- ya á parar al monton mas apartado ; y quando se presume que han entrado muchos de ellos , se en- treabre la puerta , y se cierra al instante haciendo ruido : los páxaros no se atreven á salir por donde entraron, y procuran hacerlo por la nasa en la que quedan presos, i Pero no seria mejor y mas útil cerrar exactamente las puertas por baxo con un lis- tón de madera para que no puedan entrar? De estos dos modos referidos se cogen muchos gorriones , y algunos pinzones , ■verderones , v otros que los siguen , especialmente en el hibierno quan- do esta la tierra cubierta de nieve. Estos serán ene- migos menos de temer ; pero que seria mejor no dexarlos entrar. Ave de cuchar. El ánade , ganso , pato , y todas aquellas aves que tienen el pico á semejanza de cuchara. A\e DEr paraíso. Ve ase Manucodiata. Ave del paraíso. l.am. Z5 4. Briss. tora. U.pag ■ 130. lant, XIII, jig. 1. Ge- stero XX. Ma'/iucodiata o parodista en Latin por la mayor parte de los autores. Oiscati da paradis en Francés. Las aves del paraíso tienen quacro dedos sin membranas , tres delante y uno atrás , separados todos hasta cerca de su nacimiento. Las piernas cal- zadas hasta el talón: el pico en cono prolongado, derecho, muy puntiagudo, y poco comprimido por los lados. A estos caraéléres añade Bufen dos plumas en- cima de la cola mas largas que toda el ave , que so- lo tienen barbas por su nacimiento , y por la punta: pero este caraCkr no podrá usarse como genético, porque no conviene a todas las aves del paraíso, muchas de las quales solo se conocen desde la pu- blicación de la obra de Brisson. Es , pues , preciso ceñirse á los caracteres tomados de la forma del pico y de los pies, los quaks son en efeCto su- ficientes para reconocer el género de estas aves. Pue- AVE puede añadirse para el a« del paraíso, propiamente llamada asi , respcéto a la mamteodíata y ai magníji- to , las dos plumas de encima de la cola de que ha- bla Brisson; respecto al pax.no seis hebras lastres cerdas largas que tiene en cada lado de la cabeza; y finalmente respecto a la rnammdíata , llamado el soberbio Ja guedeja de plumas que tiene en cada cos- tado , y que forma una segunda ala. £n quanto al talybe , solo se conoce por la forma del pico y de los pies , y esta basta para indicar su género. Quando Brisson escribía su Ornitología , no se conocia mas que el ave del paraíso , propiamente llamada asi , y la mameodiata ; pero debemos i Sonnerat el habernos traído quatro especies nuevas de aves del paraíso , y el habernos enseriado que es- tas avis solo se hallan en la Mueva Guinea , y que de allí las transportan a las MoJucas, de donde las creian originarias , porque de estas Islas nos las en- vían comunmente. ts muy difícil formar una idea justa de las pro- porciones del ave del paraíso , propiamente llamada asi, y de las demás del mismo género; la razón es, porque no se interna en las tierras que mantienen es- tas bellas ave> , y porque solo se reciben pieles mu- tiladas por los pueblos rústicos a quienes la naturaleza ha abandonado estas regiones enriquecidas de una parte de sus mas bellas producciones. Las pieles con que estos hombres toscos comercian están ensarta- das en una caña que las alarga demasiado , exten- diéndose desae la raíz del pico hasta el nacimiento de la cola : los phs casi siempre están atados, y las alas cortadas , ó del todo ó en parte : procediendo esta costumbre de que estas hermosas pieles sirven de garzotas , y de adorno en los peynados a los que las preparan , y las alas y1 los pies les embara- zan para este fin. Brisson compara el tamaño real del ave del pa- raíso al del estornino , y el aparente , por la cantidad de plumas, al de [¿paloma-, pero según las medidas del pico y los pies , la comparación de Brisson es demasiado baxa , y juzgando por la analogía de es- tas panes , en defeéto de otras medidas , estoy per- suadido á que el ave del paraíso no es menor que una -gruja. Aunque se quisiera ablandar la piel , y darla toda su extensión , no se podría averiguar su tamaño porque es muy densa , y se rompe por po- co que se esare; y asi, dexando aparte la averigua- ción cierta del tamaño del ave del paraíso , por no poderse , me contentaré con decir que su pico tie- ne diez y ocho lineas de largo : el pie cerca de dos pulgadas, y el dedo del medio, contando en él la una, una pulgada y ocho lineas. Las plumas que cubren la cabeza , la garganta y «1 cuello son cortas , espesas y ásperas : las que ro- dean la basa del pico de un negro de terciopelo, cambiame en verde obscuro: lo superior de la ca- beza, y lo posterior del cuello de un amarillo páli- do : las mexillas y la garganta negras : la delantera del cuello de un verde dorado con visos metálicos; y todo lo restan, e del plumage de un castaño claro, excepto ei pecho y lo alto del vientre que son de un castaño purpureo, que tira á negro en algunos individuos t es preciso exceptuar también las dos gueotjdS ue plumas con barbas largas y desunidas que nacen sobre los hijares , y debaxo de las alas. AVE 207 cuya dirección es hada atras : estas plumas desor- denadas son desiguales; las mas largas tienen mas de diez y ocho pulgadas , y Jas mas cortas , coloca- das dtbaxo Ue las otras , están variadas de algunas rayas oblongas sobre fondo amarillo. Las demás son de un amarillo pálido , que se va amortiguando á medida que se prolonga la pluma. De la rabadilla por encima de la cola nacen dos hebras ó plumas largas de cerca de dos pies y nueve pulgadas: des- de su nacimiento hasta cerca de las quatro pulgadas están guarnecidas de barbas de color castaño claro: desde esta distancia hasta cerca de la extremidad es- tán los cañones desnudos , y son de un color pardo que se obscurece mas y mas conforme se va acercan- do á la punta; pero observando de cerca estos caño- nes, se vé que tienen barbas muy cortas, y que al parecer han sido cortadas : finalmente terminan con un ensanche de figura oval compuesto de barbas negras, variadas de verde obscuro. Los pies y ias uñas son pardas , y muy gruesas respecto de su lon- gitud , y el pico de un amarillo verdoso. Debo añadir que todos los autores concuerdan en que el ave del paraíso tiene la cabeza muy pe- queña , y los ojos también muy pequeños , y colo- cados muy inmediatos del pico ; pero yo creo que este juicio dimana del modo con que están las pides preparadas : para decidir del grueso ae la cabeza, seria preciso ver una piel en la qual hubiesen dexa- do esta parte : pero nunca nos traen pieles comple- tas ; por lo qual no puede apurarse qual sea el ta- maño de la cabeza y de los ojos; y las dimensiones de su pico y de sus pies son indicios de que es ma- yor esra ave , y mas voluminosa su cabeza que lo que comunmente se cree. Brisson , siguiendo á algunos otros autores, cree que las plumas largas de la cola son .mucho mas cortas en la hembra , y que se distingue por este carácter. Aldrovando y varios ornitologistas posteriores, han descripto diversas especies de aves del pa,aiso , relativas a! ave propiamente llamada asi , ó á Ja que es objeto de este artículo ; pero en el dia se ha averiguado que no hay mas de una especie , y que estas pretendidas aves del paraíso han sido , por de- cirlo asi, creadas por las pieles mas o menos ente- ras , cuyos colores eran mas ó menos obscuros ; y en efeéio entre ias que nos envian hay unas mayo- res que otras , mejor conservadas , y cuyos matices son mas ó menos claros , pero no obstante estas leves diferencias , en todas se reconoce la misma especie. No hay ave alguna de la que se hayan publica- do tantos errores como del ave del paraíso : mas el descrédito en que han caído me dispensa el refu- tarlos. Nadie cree ya que no tiene pies ; que vuela continuamente durante el dia; que cohabita con el macho volando ; que se suspende de las dos plumas de la cola para descansar; que solo se mantiene con rocío , y que en lugar de visceras solamente se en- cuentra en su interior un monton de grasa. Pero tampoco se han substituido á estas fábulas absurdas, los verdaderos hechos sobre las costumbres y mo- do de vivir de las aves del paraíso : según Ottors Helbigio se alimentan de bayas : según Linnéo de mariposas que cogen volando , y algunas veces de pa- 2oS AVE mxarillos : Tavernier pretende que gustan mucho de nueces moscadas. De estos tres dictámenes el de Linnéo parece mas bien fundado, porque corres- ponde a la facilidad que las aves del pasmo tienen de cazar volando, y a la conformación de sus pies, v de sus picos : estas aves , por cuyas circunstancias se parecen a las cornejas mas que a toda otra espe- cie , podrían igualmente gustar de a.gunas laicas y de carne. Sus pieles son muy estimadas en Indias v en Persia , donde las plumas largas que nacen debaxo de las alas sirven para hacer garzotas de un precio excesivo. Ave del paraíso de color de oro. HdMC. tom. 111. pag. y lam. ni. Véase Galgulo del pa- HAISO. Ave del paraíso de garganta color de vio teta, Viage d la- nueva Guinea, pag. 1 5 7 • rease Manucodiata negra de la nueva Guinea. Ave dee PARAISO DE garganta dorada. / 1 age •a la nueva Guinea, pag. 158. rease Paxaro seis Ave del paraíso de la nueva Guinea, llamada el Soberbia. Lar». 631. Vease Manucodiata negra de la nueva Guinea. , Ave del paraíso de la nueva Guinea, llamada el Magnifico. Lam . 631. Viage k la nueva Guinea, fag. 163. Vease Magnifico o manucodiata de la nueva Guinea. . , , . Ave del paraíso verde. Viage a la nueva Gui- nea pan. 164. Véase Caeyee de la nueva Guinea. .. Áu de lluvia. Vea\e Cuclillo , llamado el vie- jo ó anciano. Ave del trópico. Vease Halo de junco» Ave de Santa Catalina. Vease Darduia. Ave florida. Vease Algarroba- Avefría. Lam. 141. Bkiss. tom. V.pag. 94- lam. Vlll. fig. i.Gen. L. XX. Bel. Hí'jí. nal. Les Ois.pag. z09. fig. y pag. 210. Eel. Port. des Gis. pag. 47- l anellus & cavclla en Latín. I nanean en t rances , como también di.xbiút , fape- thieu , paon celeste , &c. líaos ello en Italiano. Gyvitt , gybhK, kynulx , &c. en Alemán. \Vipa, kffwipa en Sueco. Lap-xving , bastará plovei en Ingles. Los caraítéres genéricos del avefría son: Qgiatro dedos sin membranas , tres delante / uno atrás. ' . , ■ La parte inferior de las piernas sin plumas. Ll pico reófo é hinchado por la punra. Las uñas muy cortas. ... Si se comparan estos caradores con los del chorlito se hallará que. este ultimo paxaro , y el ave- fría tienen mucha semejanza entre :t : también se encontraria ésta en muchos de sus hábitos y cos- tumbres, y en la forma general del cuervo; pero los el o/ Utos ran solo tienen tres dedos delante , y ninguno atrás , en vez de tener quatro como las avefrías, y basta este carader para distinguir con facilidad estos dos géneros de paxaros. Las avesfrias se encuentran en los dos Conti- nentes : frecuentan los terrenos húmedos , y se sus- tentan de gusanos y de insedos. AVE El avefría , propiamente llamada asi , la que es objeto de este articulo , y la que se encuentra en Europa, vitnc a ser del tamaño de una paloma con corta diferencia : desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo un pie y seis lineas, üos pies y quatro pulgadas ae vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta la punca de la cola : la parte de arriba de Ja cabeza es de un negro lucido y verdoso : el occipu- cio está adornado de plumas largas , estrechas , aDo encorvadas lucia delante , entre las quales las mas largas tienen algo mas de tres pulgadas, y forman una cresta á manera de ay ron ó de garzota: las me- xillas son rosadas , y por encima de los ojos están variadas de lineas pequeñas longitudinales negruzcas: en cada mexilla tiene una mancha grande negruzca, que se prolonga en una linea del mismo coior, que pasa por debaxo de los ojos, y termina detrás de la cabeza : la parte de atrás del cuello es de un ce- niciento con visos verdosos : la espalda, y el ovis- pilto sort de uit verde dorado : las plumas escapea- rías de este mismo color , pero la extremidad cíe la mayor parte de las pequeñas es de color de cobre purificado , y las grandes están por la punta guarne- cidas ele blanquecino : la garganta es blanca : lo an- terior del cuello de un negro bañado de verdoso: el pecho , todo lo debaxo del cuerpo , y las piernas son de un blanco hermoso : las cubiertas de encima de la cola bayas : las pequeñas y medianas cubiertas de sobre las alas de un negro verdo o , cambiante en violeta obscuro: las grandes mas inmediatas al cuerpo de un verde dorado, y las mas aparcadas ne- gras : el ala se compone de veinte y siete guias: las quatro primeras son negras , terminadas de gris blanco : las seis siguientes tan solo negras por la parte de afuera : las doce que siguen , blancas en su nacimiento , y negras en lo restante de su longitud: las cinco mas inmediatas al cuerpo en su nacimiento tienen algo de blanco , y por la pane de arriba , y en lo restante de su longitud son de un verde dora- do : las diez plumas grandes del centro dt la cola blancas desde su nacimiento hasta ia mitad de ellas: lo restante de un negro resplandeciente, guarnecido por la punta de blanquecino : la pluma mas exte- rior de cada lado es toda blanca , á excepción de una mancha grande negra que tiene en la extremi- dad de la parte interior de ella : pico y uñas son ne- gras , y lo desnudo de las piernas y los pies de un pardo roxo. La hembra es algo mas chica que el macho, tiene mas baxos los colores , y el penacho mas corto. Lor lo general las avesfrias son páxaros de pasa: á fines de Lebrero llegan en bandadas numerosas, y no marchan hasta que los primeros filos del hibier- no los obliga á ello endureciendo la tierra , é im- pidiendo que salgan los gusanos de que se sustentan; pero no obstante siempre quedan algunos en todas las estaciones y con bastante abundancia. En los fríos mas rigurosos se ven cambien avesfrias : mas al parecer , padecen entonces mucho , y están muy flacas : no hay otros páxaros de vuelo mas fácil , ni mas ligero : se complacen y juegan en el ayre de mil modos distintos : qttando viajan tienen el vuelo remontado, largo y sostenido; pero quatido han adoptado algún terreno, se remontan poco, y mu- AVE dan de paraje á vuelos cortos y baxos : también corren con mucha velocidad : tienen un instinto , ó una maña singular para coger los gusanos ; y es la de esparcir con el pico los montones de tierra que forman aquellos , hasta encontrar la superficie del terreno ; y luego aporrear con el pie una parte de él , de modo que solo con este sacudimiento logran hacer salir fuera de la tierra los gusanos , que co- nen inmediatamente : por la tarde y parte de la no- che recorren los prados húmedos , y sintiendo de- baxo de los pies los gusanos que van arrastrando por la superficie de la tierra hacen presa de ellos: concluidos ambos exercicios, van estos páxaros a lavarse pico y pies á los charcos ó riachuelos conti- guos. Quando llegan se mantienen en bandadas muy numerosas ; pero a los primeros calores de la pri- mavera , que suelen venir a principios de Abril, se dividen para trabajar separadamente en la propa- gación de su especie : los machos pelean vivamente unos con otros hasta tanto que se aparean , y en- tonces la hembra no hace mas que extender, á flor de tierra en las praderas húmedas , y sobre algún cerro poco elevado , un monton de yerbas que to- davia baxa ella mas para empollar ; y en este nido, labrado sin arte , pone tres o quatro huevos de un verde obscuro con pintas negras , durando el em- pollar veinte dias. Quando se descubre este nido, y se advierte que aún está fresca la yerba , es señal cierta de que poco ha que se pusieron los huevos: entonces son buenos para comer, y en algunas pro- vincias los recogen para llevarlos al mercado. Las avesfrias pequeñuelas al cabo de dos ó tres días ya siguen á sus padres , y están cubiertas de un fioxel negruzco , con muchos pelos largos blancos ; pero las nuevas desde el mes de Julio ya se visten del plumage de su especie; juntándose entonces nuevas y viejas, y formando las bandadas numerosas que ve- mos de estos páxaros , los qualcs pasan por incons- tantes por no permanecer mucho tiempo en un mismo sitio ; pero esta ligereza aparente dimana de la necesidad real que tienen de mudar de sitio, quando aquel donde estaban se halla ya exhausto de alimentos : y asi sucede que al principio del otono es quando las avesfrias están mas gordas , porque teniendo entonces la tierra mas humedad, y perma- neciendo asi por mas tiempo que en otro alguno del año , salen mas los gusanos , y las avesfrias en- cuentran pasto muy abundante. Su carne solo es te- nida por manjar medianamente bueno : no obstante se cogen muchos de estos páxaros, que hay difi- cultad en acercarse á ellos, y se disponen grandes cacerias del mismo modo que para los chorlitos. Feasc Choriiio. Es fácil mantener avesfrias en los vergeles y jardines , para lo qual basta cortarles el azote ó puma dd ala , y dexarles en libertad. Estos páxaros de forma elegante , de marcha viva y graciosa , y de ademán harto noble , adornan mucho ios jardi- nes, como también destruyen los gusanos y babadas, siendo en esta parte útiles, y bastándoles este género de sustento para mantenerse, sin que haya precisión de cuidar de ellos, principalmente en terrenos ba- xos , aigo húmedos , bastante espaciosos , y no siendo muchos los individuos. AVE 209 A'.irtuA armada de la Cayena. tam. 836. Esta es una especie nueva que tiene mucha se- mejanza con nuestra avefria , tamo en el tono ge- neral de sus colores , los que sin embargo son mas amortiguados en el de la Cayena, como en un pe- nacho o garzota de plumas largas , puntiagudas y estrechas que tiene en la parte de atras de la cabe- za : es algo mayor que nuestra avefría , mucho mas engallada y tiene la frente negra : un rasgo estrecho del mismo color se extiende por sobre la garganta y delantera del cuello hasta las dos terce- ras partes de su longitud , y lo restante del cuello y la cabeza es de un gris verdoso : una mancha negra la cubre el pecho : lo restante debaxo del cuerpo es blanco : las cubiertas de las alas son negras : todo lo de encima del cuerpo del mismo verde lustroso que brilla en el lomo de la nuestra; pero en el de la Cayena esta mucho mas amortiguado este color: la cola es blanca en los dos primeros tercios de su longitud , negra en el ultimo , y terminada de blan- co sucio : el pico blanquecino , y negro por la pun- ta : lo desnudo de las piernas y los pies son roxos, y las uñas negras. En un individuo de esta especie que yo tengo , no hallo señal alguna que manifitste haber tenido aquel casco membranoso de entre ojo y pico que se advierte en las otras avesfrias arma- das : la lamina iluminada no lo representa , y el Conde de Buffon nada dice de ello en su descrip- ción ; io qual basta para creer que esta avefría carece de él , y que en quanto á esto , debe ex- ceptuarse de las otras avesfrias armadas : el espolón del pliegue del ala es blanquizco y muy puntiagu- do. Gen. LXX. Avefría armada de la Luisiana. l.am. £35. Biuss. tora. V. pag. 115. lam. VIII. fig. 1. Ge- nero LXX. Es dd tamaño del avefría armada del Senegal poco mas ó menos : la membrana que tiene pegada a la cabeza entre pico y ojo , como sucede en to- das las avesfrias armadas , es de un amarillo anaran- jado , y de quatro lineas de largo sobre once de ancho : parte de ella se extiende por encima de los ojos, y parte cuelga hacia abaxo, y remata en pun- ta : la parte de arriba de la cabeza es negra : la de atrás dd cuello , y la de encima dd cuerpo son de un gris pardo : la garganta , lo anterior del cuello, y todo lo debaxo del cuerpo de un blanco con al- guna tintura de leonado : el ala se compone de veinte y seis guias , de las quales las tres primeras son negras, terminadas de gris pardo; lassiete si- guientes todas negras; las once que siguen, de gris en su nacimiento , y terminadas de negro , que as- ciende mucho mas quanto mas apartadas están del cuerpo, y las cinco mas inmediatas á él dd mismo color que el lomo : las plumas grandes de la cria de un blanco teñido levemente de leonado; su pun- ta negra , circuida de un blanco.leonado en su ex- tremidad : el espolón que se advierte en el pliegue del ala tiene de largo quatro lineas y inedia , y ter- mina en punta muy aguda : el pico es naranjado : lo desnudo de las piernas y los pies son de un roxo fusco , y las uñas negruzcas. Historia Natural, Tom. I. Dd Ave- 2io AVE Avefría armada de Santo Domingo, Bkiss. tom. V. pag. 1 íS. Gen. LXX. Su tamaño es el mismo , poco mas ó menos, que el de nuestia avefría: la cabeza, la parte de atrás del cuello , y la de encima del cuerpo son de un leonado claro: la garganta, lo anterior del cue- llo , y la parte de abaxo del cuerpo de un leonado todavía mas claro que el de las partes superiores de él : las grandes guias de las alas de un leonado par- dusco : las medianas del mismo leonado que el del lomo ; y las plumas grandes de la cola también de un leonado claro ; el espolón, con que esta armado el pliegue del ala, tiene de largo tres lineas y me- dia , y"la punta muy aguda : el casco membranoso de delante de la cabeza es de un amarillo hermoso lo mismo que en los otros paxaros de este génerb; y el pico de este mismo color, pero menos brillan- ce , como también lo desnudo de las piernas , los pies y las unas. Avefría armada de las Indias. Avefría armada de Goa. Lam. S07. Esta especie nueva aún no ha sido descripta mas que por el Conde ue Butfon. „ Esta avefría de las Indias es del tamaño de la ,, de Europa , pero de cuerpo mas delgado y mas . encallado : en cada pliegue del ala tiene un espo- „ Ion pequeño , y en su plumage se advierte la capa „ comun de las avesfrias : las gratules guias ele las ,,alas son negras: la cola está bipartida de blanco y ,, de negro , y la punta es rosada : los hombros de „ un color purpúreo : la parte de abaxo del cuerpo „ blanca : la garganta y delantera del cuello negras: „ la coronilla d

que nos suministra un tfoxcl o plumón pretieso por su ligereza, y por ¡a propiedad que tiene de conservar el calor de las parres a que se aplica. Lsta pluma es demasiado cara para el uso común; y el ave que la proporciona merece que se procure aumentar su especie , ha- ciendo grandes crias, como se practica con la oca y «1 ánade comunes, Vease Oca de tioxel. Los haceos son aves que se hallan en la parte meridional de America , y recomendables por la bondad de su carne , y por su tamaño : Bajón en sus Memorias sobre la Cayena, asegura que domes- ticados multiplican en esta colonia, i'ourij esperarse el mismo beneficio de estas aves transportándolas a Europa , y colocándolas primero en las provincias meridionales. Ve cae Hocco. El Katracas ó Parraqua, La Tadorna. Esta es una especie de ánade muy hermoso , y al mismo tiempo de carne harto delicada. Vive fá- cilmente en los patios y corrales : se ca.a con los hades hembras , y los polluelos que nacen de esta mezcla , son mayores que los comunes, y su carne muy delicada, i case I adorna. Esta es una ave muy semejante al hocco por sus earaétues genéricos : hallase en las mismas regio- nes , su carne es muy estimada , merece que se haga la misma tentativa que con los hunos , y para conseguirlo se han de valer de los mismos medios. i 'rase Kai racas. El Kamichi. El Colimbo. Estas aves son recomendables por sus hermosas píeles, que se venden á mucho piecio, y de ellas se hace un gran comercio en Levante. Podrian lograr- se algunas crias de estas aves, colocándolas á orillas de los estanques y lagunas, h' case Colimbo. La Paloma torcaz. Las plomas tu. caces se crian y viven en manse- dumbre, pero no multiplican en este estado; pu- diéndose csotrar que produxesen si las tuvieran con travas ocultas, hasta que poco a poco se acos- tumbraran a la mansedumbre: esta tentativa sena ntil 'porque la paloma ¡oreas, es muy buen 1 comida; y porque tal vez serviría para realzar ¡as cascas de varias palomas nuestras ; y al mismo tiempo muy cuiiosa porque nos daría á conocer si las castas ma- yores de nuestras palomas han salido o no de las 10, caces. Ve ase Paloma torcaz. Aves extranjeras que set', a útil transporta/ y e.omest, tas- en mus;/ os climas. El Pavo. En los confines de la Luisiana por la parte del Norte , en la Virginia, en Pensilvania , yen otras varias provincias de' América se hallan ( según los viageros ) pavos silvestres que pesan hasta sesenta liaras; pero su peso ordinario pan.ee que es de treinta á quarenta. Seria , pues , importante ei pro- porcionarnos estas castas grandes , que fueran muy útiles , asi por su producto propio , como porque realzan 1 la - de nuestros ¡ ivi , al modo que del casamiento de los cameros extrangeros con nuestras ovejas se han logrado unas lanas de una superior calidad, ó castas mayores que las que te- mamos antes de esta mezcla, rease Lavo. Esta es una ave muy grande de las mismas re- giones , y por esta razón debe hacerse lo mismo que con las dos anteriores. El Agamí. Esta ave es de! tamaño de una gallina , y común en la Guayana : tiene un pluinage muy hermoso, y se domestica con facilidad : es el ave de mayor instinto , y mas amable por sus costumbres : tiene el instinto , hábito y fidelidad del perro a quien re- presenta entre los páxaros; y es un ente á un mis- mo tiempo amable , importante y ittiJ , que retine ci. sí todas las qualidadts que pueden hacer desear la adquisición de su especie. La enumeración de los moiivos que deberían mover a intentar su transpor- tación, sena demasiado larga. Véase Agamí. Los Tiñamos. Estas son aves que solo se hallan en las regio- nes meridionales de América. En nuestras colonias se conocen con el nombre de per dices , cuya deno- minación se debe a la semejanza exterior que tie- nen con las pc/ rliccs , y en especial 3 la bondad y delicadez de su carne. Las hay tan grandes como gallinas , y otras no menores que- perdices , y dicen que se alimentan de frutas: en el ensayo que se ha- ga para domesticarlas, será preciso , 1.° quitar los huevos de los ¡i/iain/s silvestres: z." hacerlos sacar a las gallinas : 3." probar de mantener á los pollue- los con migas de pan , frutas o yerbas muy picadas, siendo harto verisin il que seria bueno mezclar también con este alimento algunos gusanos y hue- vos de hormigas, &c. porque generalmente ios in- seélos son un alimento necesario p.aa casi todas las aves nuevas , y en particular a las de los géneros con los quides los ttn.wus tienen mas semejanza, y después quizás se les acosruml raria al grano. Mas los viagcios a quienes la adquisición de estas aves parezca que merece su atención , deben co- menzar examinando las costumbres de los tiñamos ti- AVE libres , y especialmente del modo con que crian sus hijuelos, porque con este conocimiento se po< a establecer cosa cierta sobre la posibilidad ó imposi- bilidad de la empresá , y el modo de diñarla. Ino alargaré mas esta lista de las aves que seria, útil do- mesticar , aunque todavía pudkra nombrar otras muchas : bástame haber ofrecido al celo de los compatriotas y viageros ¡as especies mas útiles y ventajosas, y mas fi-ciies de domesticar : solo añadi- ' re que los viageros en lo general podrían hacer en este asunto muchos servicios a su patria , informán- dose en cada país de las especies que se tienen por buenas de comer, tomando conocimiento del modo de vivir de estas especies, y transportando aquellas cuyo genero de alimento es mas fácil de conseguir : dos condiciones que se hallarán mas particularmente entre las «wj granívoras y aquatiles propiamente llamadas asi. Aves que sería agradable transportar , y luego aquellas que no hay esperanza de que multiplicaran. Los Tucanes. El Zarapito roxo. El Gallo de los peñascos. Los Coi INGAS. El Mimo ó Poligloto. Estas aves habitan en la parte meridional de la América: las quatro primeras son notables por su brillantez y hermoso plumage, y la ultima por lo agradable de su canto, y ea especial por la facilidad que tiene en remedar la voz ó canto de las demás aves , y todos los sonidos que oye. Viven de frutas, bayas é insertos; pero pue- de suplirse su defedo con miga de pan mojada. locase el qnarto Discurso general. Añadiré á estas aves el trupial que en la Jamaica llaman banana , el qual á un plumage muy her- moso junta unas costumbres muy amables. ¡ case Trupial. Los Mainates. Estas son aves de la India , poco mas ó menos del tamaño del mirlo , y dignas de atención por te- ner las mismas quididades que el trupial. Yo lie visto vivas algunas aves de estas en parís. Fe a se Mainate. Aves que seria agradable proporcionarnos , y que proba- blemente , tratadas como conviene , multiplicarían en nuestro clima. El pico gordo ó piñonero , conocido con el nom- bre de cardenal , que se halla en el Norte de América. Los bcngalis y sencgaüs , que vienen de la costa de Africa. Las viudas , de las quales se halla una especie en el Reyno de Angola , y varias otras en el Cabo de Buena Esperanza. El septicolor , especie de tavgara de la Guayana, que por su plumage es el mas viscoso paxarilio de todos los conocidos. Finalmente , todas las aves de plumage sobresa- A V E 219 • / *y fJ l’enre , ó notables por la dulzur.1 de su canto , que viven de granos o de batas, cuyos alimentos pue- den reemplazarse con miga de pan mojada. Vea.se el quarto Discurso general. Aves aquatiles. Las aves aquatiles, estrirtamente hablando, son aquellas que nadan y buscan su sustento en las aguas; ptro por lo común también se da este mis- mo nombre por extensión á las aves , que sin en- trar en el agua freqiientan solamente sus orillas, ya vivan en ellas, ya saquen su alimento de las aguas mismas ; y asi los caballeros , y el cviiblanco que freqiientan Jas riberas para coger los insertos que vuelan en la orilla de las aguas , ó para buscar los gusanos que se ocultan entre el cieno ; ias gru- yas y los cimyycpus que costean las aguas, los martin-pescadores que se paran en sus orillas para coger los peces que aparecen en la superficie de los ríos, lagos y estanques, son tenidos muchas veces por aves aquatiles , aunque no naden. Las aves aquatiles , propiamente llamadas asi, son palmipedes, esto es, tienen ¡os pies cubiertos de membranas , que unen todos los dedos , o tíni- camente los de delante, y solo tienen libre el dedo de atras: taks son entre las primeras, el pelicano, el cuervo marino, c'r. y entre las segundas los ána- des, los merga, tsares , las gaviotas, &c. : otras aves aquatiles son semipalmeadas , esto es, que sus mem- branas no unen totalmente los dedos , y , ó forman en cada uno una lista seguida, o festoneada. Algunas aves , sin estar palmeadas , ni semipal- meadas, no dexan por ello de estar casi siempre en el agua, y de ser excelentes nadadoras, como la ¡olía de ag¡ a , ci'i. Estas, aunque no estén pal- meadas, no merecen menos el nombre de aquatiles , que comunmente se ¡es da. Entre las aves aquatiles , hay unas de mar, co- mo ¡os pt. raros bobos , las fragatas ó rabia! oreados ; v otras de agua dulce , como algunas especies de ocas, ánades , ere. y otras que generalmente freqiientan las aguas saladas , como las dulces. La mayor parte de las aves aquatiles que solo viven en la mar, son á un mismo tiempo excelentes nadadoras, y tienen un vuelo muy ligero, muy fá- cil y veloz : superan en ambas cosas á las que co- munmente viven en las aguas dulces, y también tienen la ventaja de poder descansar sobre las olas más agitadas ; lo qual hace que hallando en Ja su- perficie del mar el sustento que necesitan , y un lu- gar de descanso en todas partes , se introducen en el á distancias considerables, y algunas veces a dos- cientas ó trescientas leguas de la tierra. El agua es su elemento , y por lo común solo vienen á tierra para pasar ¡a noche , á para poner , y muchas para lo ultimo solamente : de manera que les son tan necesarias las aguas que apenas han nacido los po- lluelos quando los conducen y transportan á ellas. Sin embargo , entre las aves que viven en el mar , y que generalmente disfrutan en superior gra- do de la facultad de volar , hay algunas , como los mancos , á quienes la naturaleza se la ha negado ab- solutamente ; y ad aunque el vuelo por lo general sea uno de los atributos de las aves , con todo' esa hay ■2i4 AVE hay algunas de ellas , asi entre las terrestres , como entre las marítimas , que jamás vuelan. Las aves marítimas se retiran a las rocas, á los islotes desiertos y parages deshabitados para pasar la noche , y para poner: alimentanse únicamente de peces , crustáceos , almejas y huevos de pescado , y son las aves de rapiña del elemento húmedo. Ge- neralmente pasan una vida misera , y quasi siempre están flacas : continuamente parece que están ator- mentadas del hambre , lo qual manifiestan por los gritos continuos que dan. Puede haber alguna ex- cepción en varias especies ; pero este estado de miseria es común en la mayor parte de ellas. Las aves que viven en las aguas dulces tienen mas recursos que las maritunas ; puesto que no solo se mantienen de peces , gusanos e insec- tos , sino también pastan y comen grano ; su vida es mucho menos mezquina , no son tan vocingle- ras , y por lo común están mas gordas. Las maríti- mas no pueden servirnos como comestibles, no ha- cemos ningún uso de ellas , y ninguna se tiene por manjar apetecible , sino las que tanto freqiientan el mar como las aguas dulces: pero todas lasque habitan en los lagos, rics y estanques son de la clase de co- mestibles , y es muy delicada la carne de muchas de ellas, como la del ánade silvestre , ¡3 cerceta, &c. La mayor parte de aves ñauad les que en nues- tras regiones viven en las aguas dulces , son al mis- mo tiempo del número de las aves de ¡jasa : llegan por otoño , se internan mas ó menos en los países meridionales, y vuelven por !a primavera hácia los y el busardo grande de Brisson. Vease Azor y Bu- sardo (grande.) Azor soro. Lam. 461. Es el pollo del azor. Vease Azor. AZUCARERO, (el) Sucrier en Francés. El azucarero es un páxaro muy pequeño del gé- nero del trepador , ó del XLIII.: Brisson distingue dos especies de ellos, el trepador de la Martinica ó el azucarero , tom. III. pag. 6 11. lam. XXXIV. fig. 5. El trepador ó ax}tcatcro de la Jamaica, tom. VI. tupi. pag. 11 7. En fin, en el tom. III. pag. 61 o. describe baxo el nombre de trepador de Bohema un páxaro que tan solo parece una variedad del azucarero. Este páxaro deriva su nombre del hábito que tiene de trepar por las cañas dulces , de me- ter su pico en las hendeduras de ellas , y de chupar el zumo azucarado que hay dentro ; ó por lo menos esta es la opinión que anda valida acerca del modo de alimentarse: pero el azucarero no tiene la lengua apta para chupar como la de los páxaros moscas , y de los calibres ; y siendo esto asi, no se puede alcanzar como pueda este paxaro sacar bastante zumo de las cañas para sustentarse ; siendo este un hecho que se deue verificar , y que quizás, observándolo mas exaélamente, se averiguaría que el sustento de los azucareros consiste en los insectos atraidos por la efusión del licor azucarado, y no en este mismo licor. Las diferencias que se hallan entre los azucareros son un tamaño mayor ó menor, ó los colores mas ó menos fuscos; pero en todos quantos se han ob- servado es el mismo el fondo de su plumage, el qual sobre las partes superiores es de un pardo que tira á negro , ó al gris ceniciento : el ovispillo , y la parte de abaxo del cuerpo de un "amarillo mas o menos obscuro : el borde de las alas amarillo , y sus guias , y las 3e la cola de un pardo mas o me- nos claro , y guarnecidas de gris ceniciento : en ca- da lado de" la cabeza , y encima del ojo tiene un rasgo transversal blanquizco : la garganta es de un gris ceniciento : el pico negro , y los pies tiran á azulados. El tamaño medio de los azucareros viene á ser un poco menor que el de nuestros trepadores , y en otros individuos algo mayor. El azucarero se encuentra en Santo Domingo, en la Jamaica, en la Guayana, en la Martinica, &c. Parece , pues , que pertenezca al nuevo Continente, y tan solo a las regiones donde se beneficia el azú- car ; y la conformidad de sus hábitos , la semejanza de su plumage , y la relación en la forma , son otros tantos motivos para creer que tan solo hay una especie de azucarero , conociéndose Cálmente que puede variar en el tamaño , y en las mezclas del plumage en los diferentes climas: la caña, á cu- yo rededor se alimenta , es ciertamente una misma en todas las regiones donde se halla; pero no obs- tan- 230 A Z U tante , es nías vigorosa , mas alta y mas abundante en unas partes que en otras, < Por qué , pues , el clima , y la misma cana no podria inliuir en el ex- terior del paxaro al qual suministran el alimento con que se mantiene , tanto que sea este el xugo de la misma cana como los ir. ‘-tos que viven en ella ? AZULADO (pequeño). Papa-moscas a%itl de las Filipinas. Lam. 666, fig. 1. Ayer ( pctit ) en Francés. Este es un papa-moscas ó páxaro del gene- ro XXIV. algo mas pequeño, y mas alto de piernas que nuestro papa-moscas, bu total longitud es de . cin- co pulgadas : un azul turquí adorna su lomo , su ca- beza , toda la delantera del cuerpo : en el pecho, y en la parte de atras de la cabeza tiene una pinta negra : lo azul se vá extendiendo , y disminuyendo sobre la cola ; tiñe las barbas de las guias del ala, cuyo restante es negruzco , y aún se nota en lo blanco de las plumas del vientre, be encuentra este paxaro en las Filipinas. Azulado ú obispo de la Cayena. Ob'-po ele la Cayena, Lam. 17S. jig. 1. el macho, a. la hembra. Kkiss. tom. 111. pag ■ 40. lam. 11. fig. z. Bluet en Francés. El nombre de aculado que los criollos han dado á este paxaro , presenta una idea bastante justa del color dominante del plumage del macho, bu cabeza , cuello y pecho son de un azul claro y lavado : el vientre y los costados algo mas obscuros , y el lomo, aun mas con alguna mez- cla de verdoso : el pliegue del ala es de un azul mezclado de violeta : las guias de las alas de un azul mas subido , pero siempre con una leve tin- rtira de violeta , su extremidad es negra , y ape- nas exceden el nacimiento de la cola : las plu- mas de esta son por debaxo de un azul bastan- te claro, por arriba y la parte de adentro ne- gras , y por la de afuera de un azul resplande- ciente : quando el paxaro está parado , solo este color es el que se vé sobre la cola ; y el pico, pies y uñas son negras. La hembra tiene todo lo superior del cuerpo de un pardo verdoso , sombreado y obscuro : la cabeza de un verde menos obscuro : la mitad su- perior de sus alas de un aceytunado claro , y las grandes guias de las alas , y las plumas gran- des de la cola pardas , con un perfil longitudinal y verdoso en su punta exterior. El ayilado es del genero XXXI. y un tanga- va de tamaño algo mayor que el gorrión Ubre. Es harto común en la Guayana : tiene cerca de once pulgadas de vuelo , y seis pulgadas y qua- tro lineas desde la punta del pico a la de la co- la. Brisson , parece que lo ha descripto con arreglo a un individuo descolorido , enviado dentro de un licor que habia hecho perder el lustie á sus co- lores : ni menos ha conocido la hembra : al contrario , en las laminas iluminadas están repre- sentados los colores del aculado mas brillantes de lo que son. AZULEJO. Ministre en Francés. Es del tamaño del canario , y su plumage AZU de un azul que tira á inorado , sobre un fondo negro que le sirve de basa : las guias de las alas y plumas grandes de la cola son negras, rodeadas de una lista ancha de color azul mo- rado , el qual tiñe lo restante de la pluma, pero es mas obscuro , mas limpio y mas mora- do en la garganta y pecho : el pico es negruz- co , y los pies pardos. La hembra está variada de negro y pardo , con algo de ceniciento co- mo nuestro pardillo al que se parece mucho : el macho tiene dos mudas al ano , y uno de los plumages es lo mismo que el de la hembra. Esta ave tiene mucha semejanza con la que Catesby llama pardillo ayd , tom. 1. pag. y lam. 45. y Brisson nombra tangara aytl de la Carolina , tom. III. pag. 13. La similitud de estas dos aves es tan grande que no dudo que Brisson , que ha decidido sobre su genero sin haberla- visto mas que en la lamina que trae Catesby , se haya equivocado. Yo tengo al azulejo , al pardillo aytl de Catesby , y al tangara aytl de la Carolina de Brisson , por una misma y sola especie del ge- nero XXXIII. ** Nota. En la Provincia de Timaná , Reyno de Santa Fé , dan a esta ave el nombre de chu- gui ayd , y en las de Cartagena , Santa Maria, Mariquita , y otras del mismo Keyno de Santa Fé le llaman azulejo , del que cuentan tres especies, uno color de azul celeste , otro pardo , y otro verdoso , sin diferenciarse el macho de la hem- bra sino es en el sexo : los dos primeros son mas estimados y finos. AZULILLO. Ayirin en Francés. El ayditlo , según el método de Brisson , es del genero de la metía 3 pero a proporción tiene las piernas mucho mas largas , y al contrario la cola mucho mas corta. Es verdad que Brisson cuenta entre las mirlas muchos paxaros en los que se hallan las mismas diferencias que en el aydillo\ pero el Conde de Bution los separa de las Miner- ías , y los da un nombre que expresa muy bien la poca extensión de su cola y de sus alas , y es el de breves. Me parece que a este genero es al que debe referirse el azulillo. Vease Bkeve. El azulillo es del tamaño de una merla , y tal vez algo mayor. Una banda ancha y negra se ex- tiende desde la raíz del pico hasta el occipucio: una raya amarilla se prolonga por cada lado de la raiz del pico por detrás de la cabeza , y otra ter- cera raya negra , colocada debaxo de las preceden- tes , las acompaña en su extensión : la garganta es de un amarillo baxo , que se extiende algo por los lados del cuello: el lomo, y las plumas del ala mas inmediatas al cuerpo son pardas, y las grandes guias de ella negras : sobre el ala tiene dos rayas blancas longitudinales; la superior y mas ancha se forma por la extremidad de las cubiertas que es blanca; la segunda es muy estrecha , y resulta de un limbo ú orla blanca que rodea la parte exterior de una de las plumas de las alas : la cola, y las plumas que la cubren por arriba son de un azul obscuro y res- plandeciente , y es desigual , y de un azul claro por debaxo : en lo alto del pecho tiene una banda transversal de azul obscuro , mas ancha por medio, y AZU y mas angosta por los lados , que forma una espe- cie de collar : el pecho , el vientre , y los lados es- tán rayados transversalmente con bandas estrechas alternadas de un amarillo baxo y pálido, y de un azul claro , que se trueca en violado según recibe la luz. Solo una vez he recibido de la Cayena el azu- lillo, donde al parecer es también raro, puesto que su hermosura empeñarla á que lo pusiesen entre los páxaros que de allá se remiten. Antes del Con- de de Buffon no habían hablado de él los autores. AZUL ROXO. Briss. iom. III. pag. 19 8. Azuroux en Francés. Este páxaro del genero XXXV. tiene cuatro AZU 231 pulgadas y dos lineas desde la punta del pico á la de la cola , siete pulgadas de vuelo , el pico cinco lineas , y su cola , que se compone de doce plumas grandes , una pulgada. La parte de arriba de 13 cabeza es de un roxo obscuro : lo de atrás del cuello, y la parte de arri- ba del cuerpo están variados de roxo obscuro y de blanco : la garganta , la delantera del cuello , y lo debaxo del cuerpo todo tiene una mezcla de roxo cla- ro y de azul : el ala es parda, pero la orilla exter- na de las plumas está circuida de una orla que tira á azul : la cola está pintada como las alas, y el pico , pies y uñas son de un gris que tira á pardo. BA- 23'2 BAB BaBOCAKD O MARTIN-PESCADOR del Se- n<-gal. Briss. tom. IV. pag. 485 . lam. XXX IX, pg. 1. hpida Scncgalensis en Latín. Raboneará en trances. Zabucará es el nombre que dan en el Senegal al martin-pescador en lenguage vulgar , y de esta voz se ha valido Bufion para sacar la de b¡. bacará que él aplica á un marún-pcscador del Senegal semejante al de Europa por el tamaño , y que aun por los co- lores del plumage solo parece que sea una leve variedad. El batucará , difiere de nuestro martin-pescador en que tiene lo azul del lomo mezclado de color leonado 1 en que nuestro martin-pescador tiene la ca- Leza y cuello con pintas azules oblongas, y el ba- tucará simplemente pintadas de azul; y en fin, en que todo lo que es azulado en nuestro mastin - pescador es de un azul verdoso en el batucará. Oca. LI’Ill. *’ BACKER. ^ , En Oelanda , provincia de la Isla de Gotland en el Rcyno de Suecia, llaman bael^cr á una ave aquatil y de pasa , que según dicen , es pjfinipede, y de la especie de la golondrina de triar. Su plumage es de color gris, y la parte superior de la cabeza negra; pero el pico, piernas y pies son de color ue fuego. Sus plumas son muy gruesas , y sus alas muy largas. Pelada esta ave es'del mismo tamaño que el %o.%l, y su carne poco apreciable. Alimentase de peces , y luego que los descubre en la superficie del agua, silva y se atroja a ellos como una saeta, tiene un grito muy agudo, y repite sin interitipcion el monosilabo tir , lirr. BAGLAFECHT. Lo mismo en Francés, El Conde de Buíon , á quien se debe el cono- cimiento de este paxaro , dice , que se encuentra en Abolida , y que se semeja mucho al tucnam-cjirvi , del que solo se diferencia por algunas mezclas ó distribuciones de colores; y añade que la mancha nerrra que se ve en los dos lados de la cabeza, llega en "el baglafecht , hasta mas arriba de los ojos. I case Tucnam-curvi. El color amarillo y pardo, a mane- ra de marmol , de ia parte superior del cuerpo es menos notab.e , y las grandes cubiertas de las alas, como también sus guias y las de la cola son de un pardo verdoso , rodeadas de amarillo : el iris es pa- jizo, y las alas, quando el paxaro las tiene unidas al cuerpo , o esta parado, llegan poco mas ó menos hasta la mitad de la cola. El baglafecht , se acerca también á la especie del tuenr m-cusvi por el modo de suspender su nido, ca- si siempre sobre el agua muerta , en la extremidad de alguna ramua , y con la abertura ó entrada vuel- ta hacia el oeste; pero le da una forma distinta que el tttcuam, y lo va enroscando y haciendo un espiral peto mas o menos como una nasa. BAHARI. Especie de halcón, Vcase Halcón. BAL BALADREO. Graznido de los Anades. BALlcAbO (el) de Filipinas. Especie de Chova chica. Lata. £03. Briss. tom. II. pag. 31. Monédala PhUipensis en Latin. Balieasse en Francés. El balicaso , según Brisson , es del genero XIV. de su método, y viene a ser una chova del tamaño, poco mas ó menos , de una merla , cuyo plumage, uniforme en todas las partes, es de un negro que muda , según los aspectos , en un verde brillante. Tiene la cola ahorquillada, y ésta, el pico, y los pies son negros : su canto es agradable , lo que al parecer lo aleja de la clase de las cloras que solo tienen un grito ronco ; pero esta es una de las aves que Brisson ha tenido a la vista para describirla , y no es posible suponer que el autor se haya engaña- do en la aplicación de su método ; pudiéndose úni- camente deducir de la diferencia que hay entre el balicaso y las otras chovas , en orden á ia voz , que los caractéres sacados de la forma del pico y de la de los pies no nos indican siempre las diferentes facultades de Jos paxaros. BALLESTILLA, {caza) Rejet en Francés. Especie de trampa á la que se fixa un lazo de crin , hecho en una varita flexible y comprimida por dicho lazo ; y que quando se extiende cierra el lazo atado á ella. Con ella se cogen zorzales y mirlos. Vcaase estos artículos. BALTIMORE. Lam. 5 06. fig. 1. Briss. tom. i.pag. ro?. Ca’iísb. tom. 1. pag. y lam. 48. ¡ñeras minar alba jaseia in alis ornatus en Latin. Baltimore en Francés. El baltimore es del genero XIX. ; pero Brisson hubiera podido hacer muchas secciones en este ge- nero que es muy abundante , y los baltimores for- mar una de edas ; puesto que á proporción tie- nen el pico mas corto y mas derecho que las otras aves del mismo genero. El baltimore , de que se trata en este artículo, es un poco mas grande que un gorrión : tiene casi siete pulgadas de largo, y cerca de un pie de vuelo: la cabeza , la garganta , la parte de atras del cuello, y lo alto del icino son de un negro brillante , y la parte inferior de ésta , el pecho , el vientre , y los lados de un naranjado muy hermoso : una banda del mismo color se extiende por encima de las alas, atravesando obliquamente los encuentros de ellas: las alas y la cola son negras , pero ¡as guias ó re- mos de las alas están circuidos exteriermente de una linea blanca y negra, y las plumas de la cola terminan en color anaranjado , excepto las dos del medio que son todas negras ; y el pico , los pies y las uñas de color de plomo. Los baltimores se encuentran en el verano en la Virginia y el Mariland, como también en el Canadá , y desaparecen por el hibierno. Ha- cen BAL cen su nido sobre los árboles mas elevados , regu- larmente en la punta de una rama bastante fuerte, y para asegurarla entrelazan con ella otra rama pe- queña , ó algún renuevo por cada parte. La hembra no tiene los colores tan vivos co- mo el macho , ni la mezcla de blanco y naran- jado sobre sus alas y cola , que. son del todo negras. Baltimore eastarbo. Lam. 5 o< í.fig. i. Briss. tom. II. pag. j. Cátese, tom. I. p¡ig. y lam. 4 9. El baltimore bastardo tiene el tamaño , la forma y todos les caraftéres del baltimorc , y solo se dife- rencia en algunos rasgos del plumage , y en varios matices mas baxos en los mismos colores. Pense Baltimore. La cabeza en vez de ser toda negra, y de un negro brillante , está variada con algunas manchas amarillas , y es de un negro cárdeno. Lo que es de un naranjado vivo en aquel , es en este de un amarillo bastante pálido : lo negro de Jas alas , de la garganta , y de la cola también es mu- cho menos brillante en el baltimore bastardo , y tira un poco a pardusco. Las dos plumas del centro de la cola son negruzcas en su longitud, aceytunadas en su nacimiento , y terminadas de un amarillo dis- plicente ; la que se sigue por cada lado está te- ñida confusamente de negro y aceytunado , y las otras qtutro lo están también de amarillo y acey- tunado. Montbeillard tiene al baltimore bastardo por una variedad en la especie del baltimore. Uno y otro ha- bitan en las mismas regiones, y hay entre ellos muy grandes semejanzas. Pero Catesby que los ob- servaba en el mismo lugar , los ha distinguido , y también ha presentado la figura y la descripción de la hembra de este ultimo. Es verdad que juzgando de estas aves por las figuras que presenta Catesby, es difícil de creer que la que describe pueda ser la hembra de! baltmore bastardo , puesto que tiene los colores mas vivos que los del macho , lo que gene- ralmente es contrario á la observación. Se podria, pues , pensar , que Catesby en lugar de la hembra del baltimore bastardo ha presentado la hembra del baltimorc , y , juzgando por analogía , y por lo que acontece entre las otras aves , crecria yo que el bal- timorc bastardo no liega á ser una variedad , sino un baltimore nuevo que todavía no ha mudado ; sin embargo, el dictamen de un hombre que, como he dicho , observaba en los mismos parages , hacién- dolo también con los individuos vivos , debe ser preferido á las conjeturas que se pueden formar á dos mil leguas de distancia , y teniendo solo á la vista algunas pieles desecadas. Asi , á pesar de la verisimilitud y de la identidad de la especie , entre el baltimore , y el baltimore bastardo , creo que baxo la fé de Catesby se deben tener estas aves por es- pecies diferentes, hasta que otro nuevo observador, puesto en las mismas circunstancias , nos ensene lo contrario. Baltimore verde. Briss. tom. U. pag. 113. Veast Silbador, (páxaro) B A N 233 BAMBLA. Especie de Hormiguero, Lam. 703. pig. 2. Furmicarius bambla en Latin. Lambía en Francés. Ei bambla es un hormiguero . Vease Hormiguero. Según el método de Brisson es del genero XXII. } desde la punta del pico a la de la cola tiene de lar- go cerca de quatro pulgadas. La parte de arriba del cuerpo, como también las pequeñas cubiertas de las alas , ton de un pardo rosado , mas obscuro sobre el borde de las plumas; las grandes cubiertas , y las guias de las alas son negras; pero, sobre cada una de estas ultimas, y cerca dei tercio de su longitud, contando desde su nacimiento, se vé una mancha blanca; y el conjun- to de estas pintas forma una banda blanca transver- sa! sobre cada ala hacia su tercio superior : la cola tira á gris : el cuerpo por debaxo es de un blanco sucio mezclado de algo de gris : el pico negruzco, mas lai go á proporción que el de los otros* hormi- gueros , y mas encorvado por su extremidad : los pies son aplomados , y las uñas negras. Este paxa- rilio se encuentra en la Guayana, pero es allí bas- tante raro. BANANA O BONANA de la Jamaica. Briss. tora. III. pag. 1 66. Fringitía Jamahcnsis boruma di el a en Latin. Lonana en Francés. El mismo nombre que los Ingleses de la Jamai- ca , siguiendo á Sioane y Ray , han dado al páxaro de que se trata , le ha dado también Montbeillard, procediendo esta denominación de la costumbre que tiene de pararse sobre el árbol del mismo ñor» bre. Pero Catesby dice que ei tapial también se llama banana porque se alimenta principalmente de los frutos ó semillas de este mismo árbol. Esta apli- cación duplicada de un mismo nombre puede causar alguna confusión en la historia de las aves , y qui- zás seria mejor mudar el nombre de la que es ob- jeto de este artículo. Desde la punta del pico 3 la de la cola tiene cinco pulgadas , y nueve pulgadas de vuelo : sus alas plegadas llegan casi hasta Jos dos tercios de la cola: todo lo de encima del cuerpo está vestido de plumas suaves al taélo como Ja se- da , cuyo color es un azul obscuro : Ja garganta y pecho son de un azul muy claro : el vientre tam- bién está cubierto de plumas azules , pero todas terminan en amarillo : las alas y la cola son de un azul obscuro y verdoso. El pico , pies y uñas soa negros. BANDA AZUL O COTLNGA del Brasil. Catinga. Lam. 186. Lam. 188. Briss. tom. IL pag. 341. Cea. XXIII. EoW. glan.pag. 65. cap . 31, lam. 141. Cotinga Erasiliensis en Latin. Cordon bien en Francés. Los cotingas ó purpuras son aves del nuevo Con- tinente , y solo habitan en las regiones mas cálidas; por la parte del Sur no se hallan mas allá del Bra- sil , y por la del Norte mas allá de México. Su plu- mage , por lo regular, tiene los colores mas her- mosos y resplandecientes , siendo el azul y ei pur- pureo los que adornan muchas especies de cotingas ; las hembras generalmente no tienen el color de los Historia Natural. Tom. I. 234 B A N machos , á veces su plumage es del todo obscuro, y se encuentran algunas especies diferentes de las otras por la falta de colores bridantes. Estas aves mas bien hacen rodeos que vtages, y los empren- den quando están maduras las frutas y bayas de que se sustentan : también persiguen los insectos , y es- pecialmente los que se llaman piojos de'bosque: com- parecen dos veces al año en los propios parages: llegan casi a un mismo tiempo, pero separadas y no en bandadas , y por lo común se paran junto á los ribazos en los parages pantanosos. Esto es lo único que se sabe acerca de sus hábitos ó costumbres. El imda aguí solo me parece una variación del cotinga , que Brisson ha llamado asi sin añadir otra cosa" mas , por consiguiente empezaremos por la descripción de esta ave , y diremos que tiene cerca de ocho pulgadas de largo , doce ó trece de vuelo, y que sus alas plegadas ilegan hasta la mitad de su cola. La cabeza , la parte de atras del cuello , y to- do lo de encima del cuerpo , como también las cu- biertas debaxo de la cola son de un azul obscuro, pero muy resplandeciente , como el del mas hermo- so lapislázuli. La garganta , la delantera del cuello, el pecho , y el vientre de un color de purpura vio- láceo : las cubiertas de las alas negras , pero este color se manifiesta muy poco , porque las plumas están por fuera circuidas de azul , y terminadas del mismo color : las guias de las alas y de la cola son de un negro muy hermoso , y rodeadas por fuera de azul ; y el pico , pies y uñas negras. Este cotinga se halla con bastante freqiiencia entre las aves que vienen de la Cayena , y algunas veces , aunque raras , se encuentran dos variaciones} i.1 un cotinga semejante al que acabamos de pintar, que tan solo se diferencia por una banda ó zona que le atraviesa el pecho de una parte i otra , del mismo azul que el de encima del cuerpo : id esta misma variación con unas manchas de un roxo avi- nado , esparcidas sin orden sobre lo purpureo del pecho y vientre. El calinga sin banda azul sobre el pecho , y sin manchas en lo purpureo del vien- tre , es el que se suele enviar con mas freqüen- cia, y por esta razón me he inclinado á tenerlo por la especie primitiva : la primer variación es la de la banda aguí , que no es tan rara como la segunda. Debemos también observar que en algunos indi- viduos lo purpureo de las partes inferiores está salpicado de manchas roxas , . sin que tengan ban- da azul en el pecho , y esta es una tercera varia- ción. Pero corno estas pintas se hallan dispuestas! sin orden, y en los -diferentes individuos son des- iguales en número y magnitud , me parece harto verisímil que esto penda de la edad ; y que sea un residuo de la primer capa ó librea de los co- tingas nuevos, que tal vez no adquirirán su hermo- so color de purpura hasta la primera ó segun- da muda. Banda azul.T tase Bengaii. BANÍAHBU O MIRLO de Bengala. Briss. tom. II. pag. sí o. y tom. VI. tupi. pag. 43, Edw. tom. IV. pag. y lam. 184. Mentía Bengalensis en Latín. Eamabbou en Francés. El baniabbu es un páxaro del genero XXII. al- go mas grande que un tyrgal regular, cuyo pluma- BAR ge pardo en todo el cuerpo es mas obscuro en !a parte superior , y mas claro en la inferior , y en el borde de las cubiertas , y de las guias de las alas : la cola desigual, y de cerca de tres pulgadas de largo, excede á las alas plegadas, poco mas ó menos, en la mitad de su longitud , y el pico y los pies son amarillos. Según Linnéo , se encuentra en la China una variedad de esta especie , cuyo plumage es gris por encima del cuerpo , y por debaxo de color de orin , con una raya blanca en cada lado ; y el mis- mo Linnéo da á este páxaro el epíteto de canoro. De esto se podria deducir que es una variedad del baniabbu , del qual no se dice que tenga canto agradable. Pero para establecer una diferencia entre estas dos aves , según este caraéter , seria preciso tener certidumbre de que el baniabbu no tiene can- co agradable , lo que no podría deducirse de un simple silencio que tal vez solo es una omisión en la historia de este paxaro. Se encuentra en Benga- la , en donde los habitantes del país le dan el nombre que nosotros conservamos en nuestra lengua. BARBICAN, (el) Lam. 6 oz. Earbicanus en Latin. • Barbican en Francés. El b achilan tiene las piernas calzadas hasta el ta- lón : quatro dedos , dos hacia delante , y dos hácia atrás : el pico es tan ancho en su basa , como la ca- beza tiene de grueso , dentellado en sus bordes, comprimido y acanalado por los lados, rodeado en su nacimiento de pelos ásperos muy largos, diri- gidos hacia delante , y la lengua carnosa. Por el nú- mero y colocación de sus dedos se semeja á los laucones y a loj barbudos ; á los primeros por el ta- maño de lo dentado de su pico ; y á los se- gundos por los pelos que rodean su basa , y por la conformación de su lengua. Pero se diferencia de los toucanes en que su pico es mas corto , de subs- tancia mas compaéta , y solo está encorvado hacia baxo en la extremidad de la mandibula superior, en vez de que en los toucanes las dos mandíbulas tienen la punta inclinada hácia baxo : se diferencia de los barbudos en que su pico es á proporción mas fuerte , y su punta está mas encorvada y dentada: en fin , se diferencia de ambos en que su pico está comprimido por los lados y acanalado. El ba>bican , aunque en ciertos aspeéios se semeje á los toucanes, y en otros á los barbudos , considerándolo en todo rigor , ni es de un genero ni de otro , formando un nuevo genero intermedio y mixto entre los toucanes y los barbudos : sin embargo , tiene muchas relacio- nes con los primeros , no solo por los caraéléres ya anunciados , sino por los colores de su plumage , y la distribución de ellos ; pudiéndose considerar ea el antiguo Continente como un, representante de los toucanes, que son particulares del, nuevo. El npmbre de barbican que, le ha dado Bufón , antes del qual no le habían descripro los autores , pre- senta una idea bastante exaéta de su naturaleza mixta. El barbican nos ha venido de jas, costas de Ber- bería, y es verisímil que allí no sea raro; porque consecutivamente han enviado de aquel pais un nú- mero bastante crecido de individuos. Tiene nueve pul- BAR pulgadas de largo , su cola tres y media , y su pico diez y ocho lineas, sobre unas diez de grueso. La cabeza , ia parte de atrás , y los lados del cuello, todo lo de encima del cuerpo, las alas y la cola son de color negro : la garganta y delantera del cuello roxas : una banda ancha negra le atravie- sa ei pecho : el vientre , y los lados son de un roxo menos vivo que el de la garganta y la delantera del cuello : por baxo de la cola y los musios es ne- gro , y el pico pajizo : solo tiene en él dos dente- lladuras que son romas, y colocadas en el borde de la mandíbula superior. Los esaias ó sulcos que se advierten en los lados de ia mandibula inferior son negros , y los pies pardos : en algunos de ellos lo roxo de la delantera del cuello y del vientre están mas o menos mezc.ados de blanco. No sé si estos individuos son hembras ó barbícanes nuevos. BAhBICHON de la Cayena. Lam, 830. . wm,. 1. el macho, 2. la hembra. Lo mismo en Francés. Ei Conde de Butrón , que ha sido el primero que ha dado á conocer este paxaro , le describe del modo siguiente: ,, El iarbkboK tiene cerca de cinco pulgadas de largo: .a parte ue artioa del cuerpo es de un pardo obscuro act y tunado, excepto lo alto de la cabeza que está cubierto de plumas anaranjadas, algo im- bricadas; y lo inferior ue-i cuerpo de un amarillo verdoso, que sobre el ovispillo se muda en un her- moso amarino. 1C La hembra es mayor que el macho; y toda la parte de abaxo del cuerpo de un pardo negruz- co , mezcijjo de una leve tintura de verdoso , me- nos perceptible que en el macho : lo amarillo de la cabeza , tan solo forma una mancha oblonga que cubre algo las plumas de! color principal : la gar- ganta y lo alto del cuello son blanquecinos : las plu- mas del vientre, dei cuello, del pecho, y debaxo de las alas tienen el centro pardo , y lo restante pajizo : el vientre , y la parte ue abaxo de la cola son enteramente de un amarillo pálido ó desmaya- do : el pico negro , y los pies tiran á gris : algunos pelos ó cerdas que rodean mas ó menos , como en todos los popa-moteas , la base ó raíz del pico , lle- gan en el macho hasta la punta de él ; y aunque Ja hembra también las tiene, es en menor número, y no tan largos. Este pa¡ a-»ioscas no tiene , como otros muchos del mismo genero , la voz agria , puesto que parece silvar suavemente las dos silabas pipi. Macho y hem- bra ’ an juntos por lo regular : hacen su nido en pa- rages descubiertos : los coloran sobre las ramas menos espesas , y sobre las que tienen menos ho- jas : lo construyen de musgo , y le dan tina magnitud excesiva , como de doce pulgadas de alto, y cinco de diámetro: lo cierran por arriba, y úni- camente duran una abertura bastante angosta por el lado a tres pulgadas del vértice. El barbkhon es del Gen. XXIV. BARBUDO. Barba en Francés. Brisson ha formado su genero XLIX. de unos páxaros que él llama barbudos , y cuya circuñtancia principalmente caraéieristica es el tener la raiz del pico vestida de plumas fuertes , a manera de pelos. Historia Natural. Tom, /. BAR 235 y vueltas hacia delante. El Conde de Buíon divide estos páxaros en aves del antiguo y del nuevo Continente, dexando a las primeras el nombre de bm badas , y dando á las segundas ei de tamatias ; fundándose esta distinción en que a pesar de la multitud de relaciones que se hallan entre los bar- budos y tamatias : los barbudos tienen el pico sensi- blemente mas corto, mas grueso, y algo convexo por aebaxo ; y las costumbres sangrientas y poco mas ó menos semejantes á las de las picagregas, mientras que los tamañas tienen un natural tranqui- lo que quasi líe ga a estupidez. En Hn , teniendo unos y otros bastante cortas las alas , y no puditn- oo por esto emprender un largo vuelo , concluye Button , que les barbudos no han podido pasar al nuevo Continente , y que por conseqüencia los ta- matias no descienden ae ellos , y forman un genero separado. Barbudo de Filipinas . I.am. 331. Briss. tom. IV, fag.99.lairt.yii.pg. 1. Víase Barbudo garganta AMARILLA. BaREUDO DE GARGANTA AMARILLA, Briss. tom, IV. pag. 99, Lam. 331. Este barbudo es algo mayor que un gonlon : tie- ne cinco pulgadas y tres lineas de largo desde la punta deí pico a la de ia cola , que solamente alcan- za a quince lineas; y nueve pulgadas y quacro lineas de vuelo : sus alas plegadas casi llegan hasta la pun- ta de la cola ; la parte anterior de la cabeza es de un beilo encarnado , y lo demas de las plumas que la cubren , y lo réstame de encima del cuerpo de un verde obscuro : en cada lado de la cabeza tiene una pinta amarilla que le rodea el ojo : la garganta, y la delantera deí cuello son también de este mis- mo color : ¡o alto del pecho esta hermoseado con una banda roxa ancha que lo atraviesa , y. lo restan- te debaxo del cuerpo es de un pajizo descolorido, variado de pintas oblongas de un verde obscuro;, las alas plegadas parecen verdosas, pero estando abiertas se advierte que las plumas , son la mitad verdosas , y la otra mitad pardas : la cola verdosa por arriba , es por abaxo de un ceniciento azulado*, ei pico y las uñas son pardas , y los pies pajizos. La hembra , no tiene encarnado sobre la cabe- za , ni sobre1 ia garganta , y todo lo que en el ma- cho es de un amarillo vivo y fuerte , en la hembra es de un blanco pajizo. Gen. XLix, Barbudo de garganta negra. Barbudo de la Isla de Eijzon. Vi age a la Nueva Guinea , pag. 69, lam. 34» Sonnerat , que nos ha dado á conocer un páxa- ro tan elegante por los colores de sus plumas , na- da dice de sus1 dimensiones, contentándose con in- sinuar que el - barbudo de la Isla de Luzon es algo mayor que '-el pico gordo ó piñonero de Europa , y pasando después á hacer la descripción que , poco mas ó menos , es como se sigue: La parte anterior de la cabeza es de un hermo- so encarnauo : la posterior y el cuello por atrás ne- gros : encima del ojo tiene una raya amarilla semi- circular , que continúa hasta debaxo del cuello, donde muda de dirección y de color, se vuelve blanca, y sigue una linea reíta : mas abaxo de esta primer lista o raya, hay otra negra que pasa por Gg i de- % 236 BAR debaxo del ojo ; y desciende hasta baxo del cuello: entre esta segunda raya y la garganta hay otra blan- ca , que en su basa se desvanece sobre el pecho : la garganta es negra : lo de mas abaxo del cuerpo blanco : el lomo , y las cubiertas de las alas negras; pero muchas de las plumas terminan en puntas amarillas , y otras en blancas : las plumas escapula- rias están rodeadas de blanco , y forman una raya de este color en lo alto del ala : las grandes guias de las alas son negras , las medianas cambien , pe- ro por la parte de afuera están rodeabas ue amarillo ; y el pico y los pies son negruzcos. Gen. XLIX. Bareudo de gargantilla de la Cayena. Lami- na 395. Fíase Tamatias de gargantilla. Barbudo de la Cayena, Lam. jo 6. pg. 1. Briss. tom. IV. pag. 95. Véase Tamatias de cabeza t garganta encarnada. Barbudo (grande) de la China. Lam. 871. Víase el que sigue. Bareudo (el grande). Barbudo de la China. Lam. 871. Esta es el ave mas grande del genero XLIX. que se ha conocido hasta ahora : tiene cerca de once pulgadas desde la punta del pico á ia de la cola: su principal color es el veide; pero sobre la cabeza y la delantera del cuello túne una mezcla de azul ; y en la parte de a.rás del cuello , y en lo alto del lomo otro matiz de color de castaña ; y estos diferentes colores lucen mas ó menos según reciben la luz: lo rescante del cuerpo y las alas son de un verde puro , excep.o las guias de ellas que son negras en parte : por debaxo del cuerpo es verde claro : Las cubiertas debaxo de la cola en- carnadas , y la cola verde : el pico blanquecino en su longitud , y negro por la punta , y ios pies gon pardos. Barbudo de los Maynas. Lam. 330.BRns.Mw. IV. fag. 101. Vease Tamatias (el hernioso). Barbudo del Cabo de Buena Esperanza. Lami- na 6&S.fig. 1. Vease Barbudo de peto negro. Barbudo del Senegal. Lam. 74 6. fig. 1. Vease Barbudo (pequeño). Barbudo de Mahé. Lam. 870. Vease Barbudo verde. Barbudo de pecho negro de la Cayena. La- mín. 74 6. tom. II. Vease Tamatias (los) negros i reancos. Barbudo de peto negro. Barbudo del Cabo de Buena Esperanza. Lam. íí 8. h- *• Este barbudo , solo tiene seis pulgadas y media de largo , y. la cola diez y ocho lineas : la coronilla ó vértice de la cabeza es encarnada : los ojos están circuidos de amarillo ; y la garganta , la delantera del cuello , y lo alto del pecho , todo es negro: por los lados del cuello , entre dos rayas blancas, baxa otra negra desde el ángulo de las dos parces del pico hasta debaxo del cuello ; todo lo de enci- ma el cuerpo es blanco : la parte de atrás de la ca- beza , y Ja posterior del cuello negras : en el lomo campean unas pintas de un amarillo claro sobre fondo negro : las guias de las alas , y de la cola son también negras, y circuidas de amarillo por la parte de afuera , y las pintas amarillas son mas grandes y BEC «n mayor número en la parte inferior del lomo : el pico y los pies son negros. Gen. XL X, Barbudo de pico gordo de la Cayena. La- mín. 6 89. Vease Tamatias (los) negros y blancos. Barbudo de bamo Domingo. Lam. 106. fig. Vease Tamatias de cabeza y garganta encar- nada. Barpudo de vientre manchado de la Cayena. Lam. 106. Víase Tamatias. Bareudo manchado cié la Cayena. Briss. tom. IV. pag. 97. liase Tamatias de cabera y garganta Encarnada. Barbudo (pequeño). Brrbuao del Senegal. lam. 74Í. fig. a. Este la. bada no tiene mas que quatro pulgadas de largo. Ta cabeza, y lo de encima del cueipo son de color parv,o : la parte de abaxo blanquecina, pintada de un color vercoso , y de manchas oblon- gas de un verde algo mas encendúo , que llena la mitad de cada pluma : la garganta es amarilla : a los dos lados, por baxo del 030, tiene tina raya blan- ca : las alas y cola son verdosas , con una raya blanca transversal bastante estrecha que corta el ala por medio : las guias terminan también con un perfil blanquecino , y el pico y los pies son pajizos. Gen. XLIX. Barbudo verde. Barbado de Mahé. Lam. 870 El barbudo de Mahé tiene seis pulgadas y medía de largo. La coronilla de la cabeza es de un gris obscuro: la parte de a.rás de ella y el cuello son del mismo color, mezclado de blanco sucio todo lo que es de largo la pluma , lo qual hace parecer rayadas estas partes : lo restante del piumage , tanto por arriba como por abaxo , es verde , pero mas obscuro por arriba, y mas claro por debaxo. La cola y las alas son verdes, excepto las guias de és.as que son pardas: el pico blanquecino, y los pies par- dos. Este páxaro lo traxo de Mahé ionnerat, y es del gen. XUX. Barredera, (red) Vease Caedíruiia. BECAC1N O ARENOSA , también TRINGA. Becada llamado vulgarmente culi-blanco. Briss. tom. V. pag. 117. lam. XVl.fig. x, Ti inga 6 culi-blanca. Lam. 843. Be 1. Hist. nat. des Oís. pag. ni. Tringa arenaria en Latin. £e casseau en Francés. La mayor parte de los autores , y Brisson un* de ellos , han dado á esta ave el nombre latino de tringa , que se ha hecho un nombre genético. Otros la han llamado lintlus , y algunos glaseóla , de modo que la nomenclatura ha variado muy poco en or- den á otros páxaros en comparación de éste. El becacin es un ave de ribera que a fines del verano y por el otoño freqüenta las orillas de los rios, y de los arroyos: se mantiene de gusanos, de moscas , mosquitos, y de diferentes especies de in- serios que pueblan las orillas de Jas aguas , ó que viven dentro de ellas , y que coge corriendo ó volando : corre velozmente y con gracia, levan- tando y meneando freqiiememente la cola : entra bastante amenudo dentro del agua , y se vé coger en ella su presa: muchas veces va tantbún volando por junco á la superficie del agua , y después de ha- BEC ber subido y baxado diferentes veces un cierto es- pacio de la ribera, se marcha volando dando un pequeño grito, que aunque un poco agrio, es bastan- te agradable , y luego se para á alguna disiancia para volver desde allí á emprender su caza. La tringa o becacln se regocija en los parages quietos y solitarios : apetece las riberas descubier- tas , los montones de arena , y los siuos que están medianamente cubiertos de plantas. Muchas veces he observado tos becacina en iguales parages en las cercanias de París y á orillas del Sena , que por una parte pasa por allí , según toda su latitud , y lle- vando la mayor porción de sus aguas , y por otra se divide en muchos canales que forman algunos is- lotes , y van culebreando por algunos bancos de arena cubiertos de algunas plantas aquatiks : estos brazos ue no, doncic el curso ele las aguas es mas lento , están Lenes oe muchas larvas ó gusanos , y de insectos aquaticcs; y toda la ribera cubierta de insectos que van á e>¡a á poner sus huevos. Estes parages solitarios , apunados de toda habitación y de todo transito son por el verano muy frequenca- dos de los becacina ; de modo , que por maravilla sucede el no verse alli algunos de ellos , y por lo común siempre hay ocho 0 diez que hacen su caza en un espacio bastante limitado: regularmente están separados, y á alguna distancia unos de otros; peto no es extraño verlos precipitar con rapidéz hacia un mismo punto , darse muchos picotazos , y mar- charse cada qual por su lado volando y dando un grito mas agudo de lo que acostumbran. La causa de estas riñas momentáneas , es sin duda haber des- cubierto una presa , ó mas abundante , ó mas de su gUstO, Aunque los fringas ó becacines pasan una parte del verano sobre las riberas de nuestros riachuelos, y de los arroyos que riegan nuestros campos , no parece que anidan en nuestras regiones , ni se sabe donde ponen. La carne de estas aves es de gusto exquisi- to y delicado , y pasa por un manjar excelente. La i venosa ó becacln es algo menor que el chor- lito: tiene ocho pulgadas y media desde la punta del pico hasta la de la cola , quince pulgadas y nue- ve lineas de vuelo ; y sus alas plegadas casi llegan hasta la extremidad de su cola. La parre de arriba del cuerpo esta cubierta de plumas pardas, rodeadas de otras blanquecinas : sobre la cabeza , y en la pane de atrás del cuello son das plumas de un p.,rdo ceniciento; pero sobre el lomo de un pardo lustroso, y además variados sus bordes de pintas blanquizcas: en cada lado de la cabeza tiene dos bandas , la su- perior blanca , y la inferior de un pardo ceniciento: la garganta es blanca , y la delantera del cuello está cubierta de pintas longitudinales de un ceniciento pardo sobre fondo blanco : la parte de abaxo del cuerpo es blanca : el ala se compone de veinte y quatro plumas, de las quales las diez y nueve pri- meras son de un pardo negruzco , y las cinco mas inmediatas al cuerpo, por el borde exterior , tienen unas pintas blanquecinas sobre fondo ceniciento obscuro ; la cola se forma de doce plumas , de las quales las dos del centro son de un pardo negruz- co , cruzado de unas bandas blancas , y las otras diez blancas y atravesadas, aunque tan solo en su BEC 237 extremidad , por otras bandas anchas de un pardo negruzco ; el iris es de color de avellana , el pico de un verde obscuro , los pies verdosos , y las uñas negras. Gen. LXXV. De la Luisiana he recibido un páxaro que me parece muy semejante al becacln , y que solo tcn^o por una v-riucion. Las diferencias consisten en que el becacln de la Luisiana es algo mas pequeño que el nuestro : en que su plumage es de un ceniciento mas decidido ó menos confuso; y en que no tiene en el lona# aquel lustre que adorna el del nuestro. BECADA, b'eaic Chocha pírdi 2. BEcAFIGO. Larri. 66 8. fig. I. Bkiss. tom. III. pag. 169. Ficcdula en Latin. Becfigue en francés. Beccafigu, bccquejico en Italiano» Crai%-mngg en Alemán. Flgoiad\a en Bolaco. Pocas personas hay que no conozcan el becafiga quando menos por el normare, y que no hayan oido hablar de él como un excelente bocado; si . ttnbar- go, no hay páxaro que generalmente le confundan mas con los otros de diferentes especies. Cada Pro- vincia , cada Cantón , por decirlo asi , tiene sus pretendidos bccafigos ; y se da este nombre á las di- ferentes especies de esta numerosa dase de pico afi- lado , que , por el otoño , picotean los higos , que forman parte de su alimento. El bccafigo no es bien conocido mas que en las provincias meridionales, donde es mucho mas abundante que en las nuestras. Su verdadera patria son las regiones del Mediodía, desde donde se dispersan , en el verano , por las regiones templadas, y aún se internan mu- cho hacia el Norte, porque se encuentran hasta en Polonia y en Suecia; pero entonces parecen pocos sobre la vasta extensión del pais que ocupan : no se juntan en bandadas , y solo viven juntos macho y hembra. Habitan en los bosques : se alimentan de inseétos , se detienen en los parages mas pobla- dos de arboles , y esconden su nido con tanto arte, y con tanto cuidado , que es bastante difícil descu- brirlo. Quando se acercan los primeros frios , ó antes bien al fin de los calores del vefano, se van retirando los bccafigos hacia las regiones meridiona- les, y se unen y vuelan en bandadas. Entonces es quando son comunes en nuestras provincias meri- dionales , en Italia , y en Grecia ; sin embargo , no se quedan por el hibierno , porque pasan á Jas re- giones aún mas cálidas , y verosímilmente á las costas de Africa; lo qual se puede conjeturar con tan- ta mayor probabilidad , qnanto que al tiempo de su pasa se dexan ver con excesiva abundancia en mu- chas Islas del Mediterráneo , particularmente en Mal.a, y en la Isla de Chipre, como también por- que quando ésta era una parte del dominio vene- ciano , los bccafigos lo eran también de su comercio, haciendo pasar desde esta Isla todos los años á Ve- necia mil , ó mil y doscientos frascos llenos de becafigos , que se conservaban por medio del vina- gre y de yerbas odoríferas; siendo esta caza co- nocida en Italia con el nombre de pdxar* ó ave de Chipre. Los 238 BE C Los Romanos y Griegos no apreciaban menos los becafigos cié lo que se aprecian en el dia. Algu- nos autores han hablado del modo de coger los be- cajigas , y de la red que usaban para esta caza. Una fama tan antigua y tan constance procede de la de- licadez , finura y sabor de la carne de ios becafigos. Por el otono , no es otra cosa su cuerpo que un pe- lotón de masa de una grasa ligera , suave , y al mismo tiempo de un sabor exquisito. ; Fatal prero- gativa, que solo sirve para exponer a ios becafigos a mas lazos y peligros! Ln nuestras regiones tem- pladas donde hay pocos , y donde por el otono vuelan en pequeñas bandadas , compuestas de cinco á seis individuos , p.ro que van sucediendo unas á otras , no se desdeñan ios cazadores de espiarlos, de esperarlos y de tirarlos quando pasan y están á tiro : se cogen también con lazos , con redes, y con espejuelo; pero en las provincias meridionales tie- nen un modo particular de cogerlos , y es como se sigue : se debe hacer un cercado de arbustos , cuyas bayas atraigan los páxaros , ó cazar junto á seme- jantes arbustos plantados por casualidad. Se tiende una red bastante larga por un lado del cercado , y hacia la mitad del espacio que corresponde á esta red , se dispone una tela. Fease esta palabra. Di- ferentes personas van costeando después por aque- lla parte del cercado donde esta puesta la red has- ta encontrarse unos con otros por la parte de afuera , haciendo al mismo tiempo algún ruido. Los becap'gos y los otros páxaros vuelan de rama en ra- ma, y s. dirigen desde los dos extremos del cerca- do nácia el ceucro : quando ya están alli , se debe aumentar el ruido , y agitar algo el centro del cercado , y entonces los páxaros emprenden el vuelo , y van á dar contra la tela en la qual quedan prendidos. Este páxaro , tan buscado por lo delicado de su carne , y lo exquisito de su sabor , es muy peque- ño, y de plumage bastante obscuro. El bccajigo , quando mas , vendrá á tener cinco pulgadas y quatro lineas de vuelo : la cabeza , la parte superior del cuello , la espalda , el ovispi- 11o , y las plumas escapularias son de un gris pardo: el circuito de los ojos de un blanco rosado : el vientre , la parte de abaxo de la cola y de las a'as, como también su borde de un blanco mezclado con un color de rosa claro : las pequeñas cubiertas de las alas de un gris pardo , las grandes de un ceni- ciento pardo , y terminadas de un blanco rosado que forma sobre cada ala una banda transversal: las guias de las alas son de un ceniciento pardo , y unas son por la parte de afuera de un gris blanco, y otras de un blanco puro. Las plumas de la cola negruzcas , rodeadas exteriormente de gris pardo: las dos plumas exteriores tienen también blanca parte de su orilla externa ; y el pico , los pies y las uñas son negruzcas. Los becafigos no solo chupan y comen las frutas, de las quales han recibido particularmente el nom- bre , pues aunque es verdad que las prefieren , ape- tecen también y gustan de las uvas, y de todas las frutas y bayas , especialmente de las que tienen un sabor dulce y azucarado; y quando no hay frutas se mantienen de insectos. Aunque sean mas conocidos eo provenza y en Languedoc que en las partes rué- BEC nos meridionales del Reyno de Francia , freqüente- mente se contunden con las otras aves de pico afila- do, y en particular coa las currucas , porque en el otoño todos estos páxaros que se han alimentado de frutas., y que han chupado mucho los higos, tie- nen por lo común la carne delicada, cargada de mucha grasa, y de gusto exquisito, pero las perso- nas que se jaótan de ser mas investigadoras , saben muy bien distinguir los verdaderos buafigos ; y en- tre eUos y ios paxaros , a los quales malamente se da este nombre , no encuentran menos diferencia en orden al gusto de su carne , que la que hay en sus diversos plumages. Out. XL. Becafigo de Provenza. Fease Fist. Becafigo (pequeño) de Madagascar. Fease Oía BLANCO. BECARDA O PICAGREGA MANCHADA. Becarde en trances. Las beca: das son unas picagregas extrañas , 6 unos páxaros del genero XXI. del método de Eris- son , pero de pico mas fuerte y mucho mas grueso, y de una disposición de cuerpo, mayor y mas forni- da que la de las oirás aves del mismo gen, ero. El Conde de Buífon ha sido el primero que las ha dis- tinguido de las picagregas , y cuenta hasta quatro, que solo hacen tres especies , porque dos de tilas juzga que son macho y hembra. Estos dos ul irnos páxaros , á los que él llama beca, des , están repre- sentados en la lam. 304 y 337. baxo los nombres de picagrega ó pegan borda de gris, y de picagrega á pegareborda manchada de la Cayena. Brisson , que ha sido el primero que ha dado a conocer estas aves. Jas describe baxo los mismos nombres , tom. ¡I. pag. 15 í i. y río., y hace de ellas dos especies. El Conde de Buífon , como he dicho, juzga que son macho y hembra , pero no Jo asegura. La longitud de las dos becardas , desde la punta del pico á la de la cola , es en la una de ocho pul- gadas y seis lineas , y en la otra de ocho pulgadas y cinco. También hay la misma conformidad en su tamaño , y su plumage no difiere mucho mas. Am- bas tienen la cabeza, el pliegue del ala, y sus gran- des guias , como también la cola , negras : lo res- tante del plumage es ceniciento; pero la bicasda ó picagrega manchada, sobre cada pluma tiene una se- ñal negra longitudinal que ocupa el centro , y estas señales están principalmente impresas hacia lo alto del cuerpo. Por otra parte , ambos paxaros tienen el pico bermejizo desde su nacimiento hasta su ex- tremidad que es negra , y se encorva á manera de una ganzúa muy fuerte : entrambas tienen los pies cenicientos, y las uñas negras; y se encuentran con freqiiencia en la Guayana. Becarda de vientre amarillo. Briss. tom. II. pag. 17 6, Lam. 196. La becarda de vientre amarillo , desde la punta del pico á la de la cola , tiene ocho pulgadas y tres lineas , y trece y ocho lineas de vuelo. La coronilla de la cabeza es negra: las mexillas, Ja garganta, y las plumas pequeñas que rodean el nacimiento del pico son blanquizcas : una raya negra longitudinal se extiende hácia atrás por la parte inferior del pico y divide lo blanquizco que cubre los lados : la par- te de arriba del cuerpo y las alas son pardas , lo BEN mismo que la cola : el pecho, e! vientre, y los la- dos de color de azufre : el pico y las uñas negruz- cas , y los pies de gris. Gen. XXI. Becarda de vientre blanco. Vcase Vanga. LECARDON. Lo mismo que Agachadiza. BECQUEBO CRISTADO de la Cayena. Vcase Onantou. EENGALI. Bengalas en Latin. Bengali en Francés. Los bengalls son unas avecillas del genero XXXIII. que se encuentran en casi todas las partes del Africa , y en las regiones mas cálidas del Asia. Habitan tanto en la tierra firme , como en las Islas: la mayor parte tienen el pico roxo , y el plutnage mas ó menos manchado de pintas blancas, ó que ti- ran a ello : siistentanse de granos , y por su multi- tud hacen gran daño en les sembrados de mijo. Los negros cogen muchos, valiéndose de calabazas que tienen algo levantadas con un palo , del qual pende una cuerdecita , y de la que tiran quanao han acudido muchos de ellos á picotear el grano que está debaxo de la calabaza. Los bengalls se amansan fácilmente : tienen mu- cha vivacidad , y sin embargo son muy suaves sus hábitos : se pueden criar muchos en una misma jau- la sin que se dañen unos á otros ; y al contrario parece que se busquen , y que los machos apetez- can estár junto á las hembras , sin que su pasión sea tan desordenada que excite sus zeios. Su canto es fioxo, pero no carece de gracia. Se traen con fre- qüeiicia á nuestros climas , y perecen muchos por el camino, pero los que se lioran de los peligros del viage , y se habitúan al clima de Europa por algunos meses de mansión en ella, viven por lo re- gular de siete a ocho años. Su alimento ordinario es el mijo , y los granitos que produce la asaraba- cara ó nardo silvestre. Aseguran los viageros que el plutnage de Jos bengalls muda muchas veces de color en un mismo año en las regiones calurosas en que habitan , sin que estos paxaros experimenten muchas mudas. Es- to no se ha observado en nuestros paises templa- dos ; pero la diferencia del clima , y la mansedum- bre pueden ser causa de ello. Parece imposible que el plumage mude absolutamente de color sin que se renueven las plumas; pero es increíble que el excesivo calor exálte los colores y haga variar las mezclas. Creo , pues , que lo que dicen los viajan- tes acerca de la mutación de colores en el plumage de estos paxaros , sin que sobrevenga muda alguna, se ciñe únicamente á las mezclas , pero que no hay una verdadera mutación de un color á otro; bien que un páxaro de la Jamaica , ó un trupial que ten- go mas ha de seis años en mi casa, tiene los colo- res mucho mas vivos en verano que en hibierno, aunque solo mude una vez al año por el otono. La simple mutación de las mezclas del mismo color, basta para que el plumage parezca mudado á los ojos de los viageros , que no siempre le observan de cerca y con atención. Algunas veets han multiplicado en Francia los bengalls , y se puede presumir que regularmente producirían alli, s; se tuviesen en parage bastan- te caluroso. Para las primeras generaciones bastaría BEN 2 39 Un cuidado particular , .y es muy verisímil que con el tiempo, no costana mas trabajo para criarlos que el que se tiene cea los canarios, y que también se acostumbraría esta especie al clima. Muchos se han transportado á la Guayana., donde estando libres, han ido multiplicando , lo que es causa de que de algunos anos a esta parte se encuentren estos páxa- ros entre los que se envian de dicha región ; pero en Francia no podrían los bengalls habituarse al cli- ma sino del mismo modo que los canarios , y hasta tanto que se mantuviesen en paxareras. Este objeto, de pura diversión para la mayor parte, pudiera ser di lucro para aquel paxarero inteligente que en las primeras generaciones pusiera el cuidado ne- cesario. Lengali. Barrí. 115. ftg. 1. Br iss. lom. 111, pag. 203, Edw. lom, 111. pag, y larn.i$i. El bcngall es un gorrión de Africa del que nos traen con bastante frequencia dos variedades : á una de las qualss iLman los paxartros banda a\n!t y a otra mariposa ; denominación puesta por Cates- by al pln\on de la Luisiana que los criollos y paxa- reros llama papa. Una y otra variación son dei mis- mo tamaño , y su plumage solo se diferencia por Una señal roxa colocada al través debaxo del ojo en la mariposa , que no se encuentia en el banda aiul. Su longitud es de quacro pulgadas y nueve lineas: su vuelo de seis pulgadas y nueve lineas: las alas plegadas no exceden la quarta parte de la longitud de la cola : la cabeza , y todo lo de encima del cuerpo es de un gris claro y lustroso : el ovirpillo, la garganta , la delantera del cuello , y toda la par- te de aoaxo del cuerpo de un azul claro : el vientre de gris en algunos individuos : las plumas de las alas por la parte de afuera de gris , y pardas por la de adentro : la cola de un azul claro , y las dos plumas del centro mas largas que Jas laterales : el pico blanquizco la mayor parte de él , y negruzco por los bordes de sus dos partes ; y los pies y las uñas blanquizcas. Estas avecillas se encuentran en diferentes par- tes del Africa , de donde las han traido en los na- vios que comercian en negros: también se encuen- tran en Bengala. Algunos autores tienen al banda aztil por la hembra de esta especie , y á la mariposa por el ma- cho. Esto no es mas que una conje ura , de la que no han dado los autores ninguna prueba , y pierde mucho de su verisimilitud, por la ¡..finidad de in- dividuos de la especie del banda axul que nos traen, y al contrario por los muy pocos de la mariposa que se ven en las tiendas de los paxareros. Si estos paxaros fuesen macho y hembra, los viageros en vez de traer raras veces la mariposa , traerían un número casi igual de ambos , porque poco mas ó menos encontrarían la misma cantidad de unos que de otros; Bengali pardo. , • Briss. tom, III, pag. 205. Lam. Iiy.1%. 2. • Esta es la mas pequeña de las tres especies de gorriones á quienes se les ha dado el nombre genéri- co de bengalls. Mo tiene mas que tres pulgadas y nue- 240 B E N nueve lineas de largo , y seis pulgadas y inedia de vuelo : todo su plumage es pardo , mas obscuro ba- xo el vientre , y mas claro en el lomo , con aiguna mezcla de un blanco sucio sobre el pecho y gar- ganta : muchas de las cubiertas de las aias de los machos , en mayor ó menor número , según los individuos , terminan en una pinta blanca : el pico es algo roxo , y ios pies y las unas de un blanco pajizo. Vease Eengali. Bengali pintado ó salpicado. Briss. tom. ¡II. pag. ío6. i ara . Xjf. 4- Lam. 11 5. fig. 3. , Lste bengali es de un tamaño medio entre el bengali propiamente llamado asi, y ei pardo. lien® quacro pulgadas de largo , y cinco y nueve lineas de vuelo : el londo de su plumage es de un pardo mezclado de un roxo obscuro , y sin embargo mas claro sobre la cabeza , garganta y pecho , que en todo lo restante del cuerpo : las cubiertas de las alas , las de sobre la cola , como también las plu- mas que visten el pecho , y los costados , y en ma- yor ó menor número en los difeientcs individuos, están terminadas con una pinta blanca : este matiz de su plumage los hace muy graciosos ; pero es un adorno propio del macho , y la hembra es toda parda , con una mezcla de blanquizco en la gar- ganta, y de un amarillo baxo, repartido por pe* cho y vientre. El pico del bengali ¡limado es de un 10x0 obscuro : sus pies y sus unas son de un blanco pajizo : las plumas del ala de un gris pardo , y las de la cola negras. Según Brisson , se encuentran estos paxarillos en la Isla de Java. Wiltiugby y Charleton dicen que habitan en las Indias Orientales , sin especificar en que parte de esta vasca región ; y los que se ven con bastante freqüencia en casa de los paxareros vienen en los navios destinados al comercio de los negros. Según estas descripciones , es evidente que los bengaiis pintados se hallan cu una extensión muy vasta , y que habitan en el Africa , y en las regio- nes meridionales del Asia. Esta extensión de su es- pecie , manifiesta la razón de la diferencia que se observa en el plumage de los bengaiis que nos traen, cotejándole con el que se encuentra en las descrip- ciones de los autores ; y asi es preciso creer , que estos paxariilos varian en las mezclas de sus colores según los climas de donde los traen. Bencali roxo de la Guayana. Vease Sínigaii, BEInTAVEO O CUIKIKI. Tiran» del Brasil. Lam. m. Briss. tom. II. pag. 401. lam. XXXVI. fig. 1. Pitanga-guacu Brasil! cnsibiis , &t. Wimiicsv. Orn. fag. 146. mu. 38. Lo mismo en Francés. El benwveo es de la sección de ¡os papamoscas , á los quales el Conde de ButTon ha dado especialmen- te el nombre de tiranos. Véase Tirano. Es del gene- ro XXIV. según el método de Brisson; y su tama- ño , poco mas ó menos , el mismo que el de la mota ó del estornino : tiene ocho pulgadas y diez lineas desde la punta del pico a la de la cola : tTece pulgadas y nueve lineas de vuelo ; y sus alas plegadas alcanzan hasta la mitad de la longitud de su cola. La parte superior de la cabeza es de un parde BER obscuro , resaltado por una mancha oblonga de un hermoso naranjado : cada lado de la cabeza está atravesado por una banda blanca que desde el naci- miento del pico, pasando por encima del ojo, se ex- tiende hasta el occipucio : la parte de atrás dtl cue- llo , y todo lo de encima del cuerpo esta cubierto de plumas pardas, rodeadas de aceytunado : la gar- ganta es blanca : la parte inferior y delantera del cuello , y todo lo debaxo del cuerpo de un hermo- so amarillo: las alas pardas, sus plumas circuidas de rosado: la cola pintada por aniba lo mismo que las alas, y por debaxo aceytunada : el pico pardo, de diez y seis lineas y media de largo , y grueso á proporción ; y los pies y las uñas negruzcas. Se en- cuentra este paxaro en Buenos Ayrcs , donde se llama bentavio , y también en el Erasii donde les habitantes le llaman phanga-guacu. Marcgrave nota que la mancha de la coronilla de la cabeza en al- gunos individuos es naranjada , y simplemente ama- rilla en otros, á los quales, á pesar de una semejan- za entera por otra parte , les han dado los Brasi- lienses el nombre particular de cuiriri. < Esta dife- rencia indica acaso la del sexo , lo que es mas verisímil , ó será que los Biasilienses , notando que estos páxaros forman dos razas separadas, se habrán movido a ponerles nombres distintos? BERMEJIZA. Véase Curruca de bosque. BERMEJO Qel) O AisADE de América de pico grande. Lam. 97 1. el macho , 971. la hembra. Briss. lo m. VI. pag. 3 19. lam. XXXh, fig. 1, Catesb. tom. I.pag.y lam. í>6. Anas chpcata en Luán. Rouge ó Soutbet en Francés. El bermejo es del genero del ánade. No llega á ser tan grande como el domestico : tiene de largo un pie y siete pulgadas , y de vuelo dos pies y seis pulgadas : la cabeza , y la mayor parte del cuello son de un verde dorado : lo inferior dtl cucho , y lo alto del pecho , á veces de un blanco puro , y otras manchado de negruzco: el lomo, el ovispiilo, y las cubiertas de encima de la cola de un negro cambiante en verde : las plumas escapularias varia- das de blanco , de negruzco , de ceniciento azul y de verde dorado : lo inferior del pecho , y lo res- tante debaxo del cuerpo , por lo común es de un castaño obscuro , y algunas veces blanco , variado de manchas castañas : las cubiertas de encima de las alas de un ceniciento que tira mucho a azul , y al- gunas de ellas terminadas de blanco , lo que forma sobre el ala una banda transversal : las diez prime- ras guias de las alas son pardas , las once siguientes de este mismo color por la parte de adentro, y por la de afuera de un verde dorado brillante ; y las otras tres de un verde dorado cárdeno, y barra- das de blanquizco : las guias de la cola pardas, guarnecidas de blanquecino , y terminadas en punta: el pico es negro , y su ensanche ó dilatación hacia su extremidad es un caraéfer que basta para distin- guir esta ave : los bordes de una y otra mandíbula están guarnecidos de púas largas semejantes á las de un peyne : lo desnudo de las piernas, los pies , los dedos y sus membranas son de un bello naranjado, y las uñas de gris. La hembra tiene la cabeza, la parte de atrás del BER del cuello, la espalda, y el ovispillo cubiertos de plumas pardas , guarnecidas de rosado : la delantera del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo de un leonado manchado de pardo ; bien que por otra parte es harto semejante al macho , pero con la diferencia de que tiene mucho mas amortiguados los colores. Los bermejos , tanto machos como hembras, varían con freqiiencia en el plumage , lo qual pen- de de la edad, ó de la estación en que se observan: los machos nuevos no tienen los colores tan res- plandecientes como los adultos : los viejos , des- pués de poner , aumentan el plumage , y en parte pierden sus bellos colores, á excepción de los de la cabeza y del cuello que siempre son los mismos: las hembras nuevas el primer ano todas son de co- lor gris , y estos diferentes pluaiages son causa de la poca semejanza que se encuentra entre los berme- jos según su edad y según ia estación. Se sustentan de gusanos , de insectos , y de conchillas que hallan en el fango : las dentaduras del pico dexan salir el agua , y detienen los cuerpos sólidos : con dificul- tad se amansan , y no comen otra cosa mas que lo que están habituados á comer. En las notas comunicadas por Baillon al Con- de de Buffon , hallo que los bermejos no llegan á Picardía mas que por Febrero , que algunos ani- dan en la provincia , que los otros pasan mas ade- lante hacia el Mediodia , y que raras veces se ven por el hibierno. La exa&itud de Baillon es muy conicida pan que pueda dudarse de estas observaciones respec- to de la Picardía; pero no sucede lo mismo en to- das las demás provincias de la Francia. El bermejo es un manjar muy estimado , y en París no se vé mas que desde el mes de Noviembre al de Abril, á donde particularmente lo suelen traer de las cos- tas de Normandia. Baillon nos dice que los bermejos colocan su nido enmedio de las mayores espesuras de los jun- cares : que la hembra pone de diez á doce hue- vos de un roxo algo pálido : que dura ti empo- llar de veinte y quatro a veinte y cinco dias : que la primer capa de los nuevos es de color gris ; y que en la muda adquieren sus bellos colores ; pero que aún no tienen todo aquel brillo y lucimien- to que se advierte en ellos al segundo ano de su edad. El bermejo , como manjar , es el ánade que mas se aprecia; pero por desgracia no parece quesea esta una especie que pueda amansarse, o por lo me- nos es mucho mas difícil de conseguir que la mayor parte de los ánades. El bermejo de México de Briss. tom. VI. pa- tín. 337. me parece ser la misma ave que la nues- tra , y creo que este diétamen es tanto mas fun- dado , quanto que he recibido de la Luisiana una multitud de pieles de esta ave , entre las quales he notado las mismas variaciones que se observan entre los bermejos de nuestras tierras. Bermejo de México. Briss. tom. VI. pag. 337. Vease Bermejo, BER 241 BERNACHO U OCA DE TOCADO. Lam. 855. Briss. tom. VI. pag. 300. Gen. CVI. Bei. Hist, nal. des Gis, pag. 158. fig. y pag. 1 Bel. Pon. des Gis. pag. 3 1. Anser brenta , ansí, arbo, um en Latín. Bcrnachc en Francés. Ei berrincho es una de aquellas aves de mar , so- bre cu> o origen se han inventado las ficciones mas ridiculas, una de las quales es el haberse tenido por el producto de ciertos frutos , y de la descomposi- ción de las maderas que caen y se pudren en la mar. En la historia de esta ave, escrita por el Con- de de Bution , se puede ver el número de autores que han acreditado esta ficción tan absurda ; pero como estos vanos prestigios tan solo son adop- tados por algunos hombres que no leerían su re- futación , es inútil que nos detengamos en ha- cerla. El bernacho , mayor que la oca silvestre y menor que ¡¿domestica, tiene.de largo dos pies y cinco pulgadas: la delantera de la cabeza, y la garganta es de un blanco baxo : á cada lado, y entie ojo y pico tiene una banda negra ; y lo restante de la ca- beza es negro , como también el cuello : las plumas escapularios , y ras de¡ lomo son negras , circuidas de ceniciento : el ovispido negro , y Jas cubiertas de encima ue la cola mancas : el pecho , el vien.re, las piernas, los costados, y las cubiertas debaxo de la cola son Ge un blanco mezclado ue ceniciento; las cubiertas de la» alas cenic¡en;as en su nacimien- to , luego negras , y por su punta circuidas de blan- quizco; las guias de las alas son negruzcas, y las ele la cola de un negro peiftúio: el pico también lo es; y la parte desnuda de las piernas, los pies, los dedos y sus membranas son pardas , y las uñas ne- gruzcas. Los bcrnachos anidan únicamente en las tierras muy avanzadas hacia el Norte , lo que tal vez había causado las imaginadas ficciones acerca de su origen, puesto que no se conoce su nido : por el hibierno se dexan ver en muchas de las costas de Inglaterra, y en Francia en las de Bretaña. Algunas veces, du- rante las heladas mas rigurosas , comparecen estas aves por los rios y estanques en el centro del Rey- no , y yo he visto muchas por el mismo tiempo en la plaza donde se vende la volateria en París. El bernacho es una comida apreciable en Inglaterra y en Bretaña ; se coge con bastante facilidad con una red , y es menos cauteloso , y cuida menos de sí de lo que acostumbran las aves del mismo genero, Brisson describe otra segunda especie de ker na- cho , tom. VI. pag, 301. baxo el nombre de bemacho pequeño , y en la separación de esta especie de la primera , sigue la opinión de muchos autores : sin embargo , no se encuentra otra diferencia que la del tamaño , la de tener la cabeza leonada , y algu- nas mezclas en el resto del plumage; pero estas circunstancias , tan solo constituyen una raza ó una variedad , como les parece á Klein y al Conde de Buffon. Bernacho (pequeño). Briss, tom, VI. pag. 301, Vease Bernacho» Historia Natural . Tom. h Hh BIM- 242 BL A BIMBELE O FALSO C AMACHUELO (paxaro poco conocido). Bimbelé en Francés. El falso camacbuelo tan solo es conocido por la descripción de Montbeillard ; )’ es uno de los paxaros de que hace una sección particular, y que nombra semi-finos. Ve ase este nombie. El bimbelé ó falso campichuelo tiene la parte supe- rior del cuerpo de un pardo , mas claro sobre el lomo , y mas obscuro sobre la cabeza : la garganta, la delantera del cuello , el pecho, y lo alto del vientre es de un blanco sucio , pintado de amando, lo inferior del vientre , y las cubiertas interiores ue la cola de un amarillo baxo : las guias , las cubiertas superiores de las alas , y las plumas grandes de la cola pardas, circuidas por la parte de atucra de otro color mas claro, á excepción de las dos plumas mas exteriores de la cola que están rodeadas interior- mente de una banda ancha de un blanco que hacia su extremidad es puro. , El falso camacbuelo tiene cinco pulgadas de lar- go , y siete de vuelo : diez y ocho guias en cada ala , y doce plumas grandes en la cola, be encuentra en Santo Domingo, donde es conocido baxo el nombre de bimbelé , y de jaitssc linotie , aunque no tiene semejanza alguna con el verdadero camacbuelo. El nombre de bimbelé se le han dado los negros por pareceries semejante a una ave de Ahica : su canto, no sigue mas que sobre quatro o cinco notas; pero los tonos son llenos , suaves y blandos. La descrip- ción de este páxavo no está bastante circunstanciada pura poder determinar fixamente su genero segura los principios del método de Brisson ; pero es veri- símil que sea del XI . BLANCA RAYA. Fiase Estornino de las tierras Magallanicas. BLANCA TOCA (la) O GRAJA de la Cayena. Briss. tora. 11. pag. 5 »• Lam. 373. Blancbe-coijfe en Francés. La blanca toca es un ave del genero XVI. y vie- ne a ser una gr'aja algo mayor que la nuestta , que debe á una cola, á proporción mas larga, á sus pies también mas largos , y á su forma mas sólida , un ademán mas gracioso que el de nuestra g>aja.^ La Llanca toca tiene trece pulgadas de largo, y un pie y diez pulgadas de vuelo : sus alas plegadas se extien- den hasta poco mas de la mitad de la longitud de su cola : las plumas que vienen hacia delante al re- dedor de la basa cid pico , el slnciput , las mexlllas, la garganta , y la parte inferior del cuello, es todo negro : en cada lado de la cabeza tiene tres man- chas blancas, una encima dd ojo, otra debaxo , y la tercera , que es la mayor, en el origen ó raiz del medio pico inferior: lo restante del plumage es blanco sobre la coronilla , y la pane de atrás de la cabeza , y sobre la superior de! cuello , el pecho, vientre y costados : un violeta claro mezclado de ceniciento hermosea su espalda : d ovispillo , las plumas escapularias , y las guias de las alas son par- das por arriba por la parte interior, y de un viole- ta claro por la exterior : la cola por arriba esta mezclada de violeta, y por debaxo es negra, termi- nada en una franja blanca: las guias dd medio son algo mayores que las laterales; y el pico, pies y BLO uñas de gris. Se encuentra este páxaro en la Guaya- lia, donde hay motivo para creer que no es tan co- mún como el grajo en nuestros campos , porque es un paxaro que no viene tan á menudo en las reme- sas que se reciben de este país , no obstante de que su plumage incita mas á conservarlo que otros que de alia envían con mas freqüencia, porque al pare» cer son mas comunes. BLONGIOS. Especie de Garza pequeña. Lloredos de los Suizos. Lam. 223. Briss. tom. V. pag. 4?7. y 500. Leve . glan. part. li. cap. LXF.pag. 13 6. .4/ chola blongios en Latín. Blongios en Francés, Ei blongios es una de las garbas mas pequeñas dd genero LXXXI. según el método de Brisson, de la sección de las garbas que el Conde de Bufion llama crabicrs del' anclen cominent , y como la mayor parte de las garbas , y todas probablemente del nú- mero de aquellas aves que yo llamo enantes. Brisson y Ldxxars distinguen dos especies de blongios ; pero tengo por mas verosímil , como juz- ga Bufion , que el blongios manchado de Brisson , que es la garza durada parda de Lelxx ars , tan solo sea una vaiiedad del blongios , y tal vez la hembra ó un blongios nuevo. El blongios tiene trece pulgadas y nueve lineas de largo desde la punta del pico á la de la cola, y un pie y siete pulgadas y media de vuelo. Busson solo lo compara en el tamaño á un zor- zal, bien que al parecer 110 le ha visto, y única- mente juzga de él por un modelo cuyas dimensio- nes estaban muy diminutas : Eutfon da una idea mas justa de su tamaño comparándolo al de una co- dorniz grande o de mar. Tiene la parte de arriba de la cabeza y del lomo negras , con visos verdosos, como también las guias de las alas y plumas grandes de Ja cola : el cuello , el vientre, y la parte de arri- ba de las alas de un roxo castaño , mezclado de blanco y de pajizo ; y el pico y los pies verdosos: esta corta y cxaéta descripción, que saco de la obra de Bullón , dibuxa en pocas palabras el retrato del blongios. Su variedad ó el blongios manchado , difiere en que sus colores son mas vivos , en que las plu- mas del lomo están circuidas de rosado, y en que las de la delantera del cuello y debaxo del cuerpo están salpicadas de pintas pardas. Según Brisson , uno y otro blongios fueron re- mitidos de Suiza a Keaumur. Ed\x ars ha descripto un blongios que recibió de Alepo : el Dcéior ShaW ha hablado en su viage de esta ave como conocida en las costas de Berbería , y refiere el nombre que le han dado allí sus habladores : ei Conde de Buf- fon, en una nota en el artículo blongios , hace men- ción de un paxaro de esta especie que se cogió en un jardín de Dijon : yo he recibido tres pieles de ellos de Berri; y por el mes de Mayo de 1782. me traxeron uno vivo que se cogió el día antecedente era París en el patio de una casa situada en un quartel ó barrio bastante poblado , y poco distante del cen- tro de la Ciudad : se advirtió sobre un texado, donde al parecer se había detenido para descansar, defendiéndose centra un gato : fue rempujado hasta la orilla de una pared muy elevada , y habiendo caído a un pequeño patio , y estando ya muy cansa- B O Y do , no hnbia podido levantarse bastante para em- prender su vuelo y salvarse. No parecia estar heri- do : continuamente estaba procurando salir de la jaula estrecha en que se le había encerrado: algunas veces descansaba , y entonces encogía su cuello y le cscondia de tal modo que , por decirlo asi , parecía que no le tenia , y que su cabeza estuviese pegada en lo alto de su lomo ; pero quando se acercaban á él , desplegaba su cuello y procuraba alargarlo para herir con la punta de su pico que tenia cerrado : se dexaba coger con bastante facilidad, y manosear sin oposición alguna; y entonces acortaba y alargaba alternativamente ;u cuello , dirigiéndolo siempre hacia el rostro de la persona que le tenia, y al pa- recer procuraba herirla en los ojos : yo le tuve bastante tiempo sin que pretendiese picotearme la mano que tenia libre, y que le presenté, y sin que en todo el rato que le tuvieron , ni aún quando le copian, diese grito alguno. El mucho precio que pechan los que le habían cogido , fue causa de que no le guardara en mi colección: pero el que me ha enviado diferentes pieles de Bcrry me dixo haber mantenido un blongios en dicha provincia algunas se- manas con migas de pan remojado, con gusanos, y con pedacitos'de carne ; todo lo qual se lo hadan tragar , poi que jamas tomaba por si mismo nada de quanto le daban. La sujeción de empapujarlo , y la intención de picar el rostro , que se le había adver- tido , le hicieron desagradable é impidieron conser- varlo vivo mucho tiempo. Blongios de los Suizos. Lam. u;. Fe ase Blon- gios. Blongios manchado. Briss. to/n. F, pag. 500. Vcase Blongios. BOBILLO O RUISEÑOR de la China. Vi age i les Indias y a la China, tom. II. pag. 193. Philomela Sinensis en Latin, Eoiíbil en Francés. Según Sonnerat , es este un páxaro del mismo genero y algo mayor que la raerla : todo su pluma- ge es de un pardo obscuro : detrás del ojo tiene una banda longitudinal negra que baxa hasta la mi- tad del cuello : el iris tira a pardo ; y el pico y los pies son de un gris pajizo. Se encuentra en las pro- vincias meridionales de la China , „ y según Sonne- „rat, es el único páxaro de este vasto Imperio que „ tiene algún canto , por lo que entre los Europeos „ se le ha dado el nombre de ruiseñor ; en Cantón „ le llaman bubil. “ Bolsas del halconero (cetr.) por otro nombre Jaques, son unas bolsas donde llevan metidas las pihuelas , capirotes , lonjas , y demas instrumentos de cetrería. BONANA. Ve ase Banana. BORNI. Especie de Halcón. Ames de mudar su pluma es de un pardo claro, y después de la muda se le vuelve azul. BOYERIELO. Virada ue la Isla de Borbon. Lam. 104. fig. 1, Virada del Cabo de Buena Esperanza , jig. 1. lonverct en Francés. Este paxarillo, o antes bien estas dos avecillas, no las conozco mas que por las figuras que han da- do de ellas Bullón y Daubenton, y por la descrip- ción de Montbeillard, Historia Natural. Tom. A BOY 243 Una y otra tienen las mismas proporciones , es decir , quatro pulgadas y media de largo , y cerca de siete de vuelo : su cola veinte lineas de lar^o, y excede un poco las alas. El boye, hilo de la Isla de Borbon tiene la cabeza y garganta negra : el cuerpo por debaxo blanco : la parce de arriba y la cola de color anaranjado; el pi- co pardo , y ios pies rosados : las alas son negras, y sus guias están exteriormente rodeadas de blan- quecino , aunque poco perceptible. El del Cabo de Buena Esperanza tan solo tiene negra la pane de arriba de la cabeza , y anaranjada su garganta, y todo lo debaxo del cuerpo: el lomo es del mismo color , y la cola parda ; pero tiene mucho mas de blanquecino sobre las guias de las alas , las quales están todas circuidas de dicho color. Estos páxaros , i son acaso diferentes , ó una va« riedad ? i o el de la Isla de Borbon es el macho , y el del Cabo la hembra como lo conjetura Montbei- llard ? La semejanza que hay entre los dos confieso que es muy grande : el clima que habitan tiene mu- chas relaciones ; y es muy freqüente la comunica- ción entre la Isla de Borbon y el Cabo ; pero sin embargo , de estas consideraciones solo nacen pru- dentes conjeturas , y el hecho no puede decidirse. No conviene , con ía analogía, que la hembra ten- ga por preferencia la garganta negra; y al contra- rio , en la mayor parte de las especies es un atribu- to propio del macho , con el qual se distingue de la hembra ; y por otra parte seria también contra- rio a la analogía el suponer que el boycrillo de la Is- la de Borbon sea la hembra , porque si Jas figuras presentan fielmente los colores, son estos mas°obs- curos en ti plumage de esta avecilla que en la del Cabo. Es preciso, pues, que nos contentemos con la descripción de e te páxaro , hasta tanto que sepa- mos algo mas de positivo acerca de su identidad de especie , ó acerca de la diferencia que quizás existe entre ellos. Gen. XXXV II. BOYERO NEGRO de Africa. Briss. tom. III. pag. 319. Virada de plumas rifadas del Brasil. Lam. 319. h- r- Bouveron en Francés. El boyero negro tan solo tiene quatro pulgadas y quatro lineas de largo, y siete pulgadas y seis lineas de vuelo: sus alas plegadas pasan un poco del tercio de su cola: la cabeza, la parte posterior del cuello, y todo lo de encima del cuerpo es de un negro con algunos visos verdosos , y las alas y la cola negras; sin embargo , tiene sobre la cabeza tres rayas blan- cas, una enmedio que parte desde el nacimiento del pico y se dirige hacia atrás estrechándose , y otra á cada lado debaxo del ojo ; ésta empieza en la rail del medio pico inferior y se extiende ensanchándo- se hasta sobre las mexillas ; tiene también una man- cha blanca harto pequeña hacia el medio y la orilla externa de las alas ; la garganta es negra ; pero la delantera del cuello , y todo el cuerpo por de- baxo es de un blanco puro y harto brillante. Lo que especialmente caraéteriza este pequeño paxari- 11o , es que las plumas de la parte inferior del vien- tre , las de los costados , por encima los muslos , y las cubie.tas debaxo de la cola son largas , enrosca- Hh 1 das 244 B R E das y rizadas al revés , con muy poca adherencia entre sus barbas, y muy semejantes a las plumas de la gallina timada. Yo he tenido un boye, o negro vivo diez y ocho meses, que lo traxeron de la costa de Ahica: llegó a mi poder por Agosto , y entonces tema algunas plumas rizadas en la parre inferior y posterior del cuerpo que le hadan muy extraordinario : mas en la muda que sufrió por el mes de Octubre las per- dió enteramente , y las que le volvieron a salir no fueron ya rizadas , y en nada se diferenciaron de las plumas ordinarias ó regulares. Tuvo otra segun- da muda sin que le saliesen plumas rizadas, y murió en el hibierno siguiente. Aunque muy vivo, era bas- tante manso, tenia un canto harto dulce y sosteni- do , que dexaba oir con freqüer.cia, mayormente quando cantaban otros páxaros , y parecía que se esforzaba para sobrepujar la voz de los otros : co- mía alpiste y mijo. Se encuentra en la Gtiayana , y freqüenremente envían de este pais un páxaro que solo se diferencia de este en que tiene las plumas rizadas. Yfo hice preparar el mió , cuyo plumage estaba en buen es- tado quando murió , pero sin haber recobrado las plumas rizadas desde su primera muda ; y puesto al lado del de la Guayana es tan semejante , que es imposible advertir la diferencia entre los dos. Pero jamás he visto bo\c,o negro ue la Guayana que tenga el menor vestigio de plumas rizadas. Me parece, pues , muy verosímil , que por deleito del dibujan- te haya sido indicado el boyero de planeas rifadas en la lamina , como originario del Brasil , siendo asi que pertenece al Africa; y que la otra especie sea propia del Continente de América, ó quizás trans- portada allí , donde ha multiplicado , y ha perdido el atributo de las plumas rizadas , que no conserva mas que baxo el clima del Africa. Gen. XXXV 11. BRAC (el) O CALAO de Africa. Briss. torre. IV. pag. 570. Trompeta de Brac ó páxaro trompeta. Relac. de la /frica Occ'ed. por el P. Labat , lora. ¡V. pag. 160. Hidtocorax Af, teams en Latin. Brac en Francés. Este calao, poco mas ó menos del tamaño de un pavo , tiene todo su plumage negro : su pico en parte roxo , y en parte amarillo, y las dos mandíbulas rodeadas de negro : sobre el medio pico superior se levanta una prominencia de subs- tancia corneal de magnitud considerable , y del mis- mo color que el pico : esta formada de dos porcio- nes , la anterior de las quales se prolonga hacia de- lante en forma de cuerno poco tortuoso y casi rec- to ; y la posterior es redonda , y se extiende por la parte de acras de la cabeza hasta cerca del occipu- cio. Gen. LXI. BREVE. Lo mismo en Francés. Los breves , según el método de Brisson , son del genero XXII.; y una especie de raerlas de pico mas grueso y mas fuerte , con las piernas mucho mas largas , y la cola y las alas , por el contrario, mucho mas cortas que las de los otros páxaros del mismo Genero, Estas diferencias han maravillado á Montbeillard : ha separado los breves de las raerlas , «n cuyo genero forman por lo menos una, ¿lección; y BRE les ha dado un nombre muy propio para recordar la idea de su forma : en efcéto lo largo de sus pies, y al contrario lo corto de sus alas y de su cola, presentan un cuerpo corto y recogido. Montbeillard solo cuenta quatro breves , que todos se encuentran y pertenecen al antiguo Continente ; y siendo unas mismas las diferencias que hay entre las metías y los páxaros de América que Bullón llama hormigue- ros , y las que distinguen los breves de las metías , me parece que se podrían tener los hormigueros por ¿uves de America, ó a estos por hormigueros del antiguo Continente. Entre estos dos páxaros se en- cuentran relaciones , que por lo menos les hacen muy scn.cj.ni.es, sino los reúnen en la misma sec- ción , y se puede cieer que la misma disposición en la forma total , y en ¡os miembros indica una relación en les hábitos ó costumbres. Bkevb de- Bengala. Briss. tot/e. II. pag. yi6. Mirlo ele Bengala. Law. 158. 1 1 b,ivc de Bengala es del genero XXII. Vease Breve. S11 tamaño, poco mas o menos, es el mis- mo que el del mirlo : la cabeza y garganta son ne- gras , pero una banda longitudinal leonada se ex- tiende por los latios de la cabeza desde las ventanas de las narices al occipucio : lo alto de ¡a espalua es de un verde resplandeciente , y lo baxo de co- lor de agua de mar : la parte de arriba del cuerpo leonada : las plumas de las alas están mezcladas de verde y negro, pero el verde domina principal- mente , y las alas plegadas parecen verdes , con una mancha blanca obliqua y transversal hácia su par- te inferior : la cola es negra , rodeada de verde: el iris blanquecino : el pico de un gris pardo: les pies anaranjados , y las uñas de un encarna- do sucio. Breve de Bengala de garganta blanca. Hablando de los breves en general, he dicho que Montbeillard tan solo describe quatro ; pero después de la edición de la obra que ha trabajado en compañía del Conde de Buflon , ha traido Son- nerat de Bengala otra quinta especie de breve. Una raya negra se extiende desde la raíz del pico al oc- cipucio , acompañada por cada lado de una raya de un pardo aceytunado, que tiene ti mismo nacimien- to, y la misma dilección, con algo mas de anchu- ra : á estas dos rayas sigue otra tercera mucho mas angosta , algo mas larga , que pasa per encima del ojo , y que es de un blanco mezclado con un viso azulado : una quarta banda mas ancha que las demás cubre los lados de la cabeza : el lomó es de un verde obscuro : las cubiertas de encima de la cola de un azul resplandeciente : la cela negra, ter- minada en un azul verdoso: las grandes guias de las alas de gris , con una baria blanca, algo mas allá de la mitad de ellas: la garganta, y la parte inferior de las mesillas son blancas : el pecho , y lo alto del vientre de un color de aceytuna claro, que mas abaxo se vuelve mas cárdeno y lavado : Jas cubier- tas dtbaxo de la cola son de un color de rosa , ó antes bien de cereza, bastant-e vivo; y el pico, pies y uñas blanquecinas. Este breve es el mas pequeño de todos los que he descripto , y , como los otros, del genero XXII. del método de Brisson. Bre- Breve de Ceylan. Ld\v . lam. 324. No habiendo encontrado ningún nombre parti- cular impuesto á este paxaro, dei quai ha hecho Monrbeihard su segundo breve sin darle nombre propio , y sabiendo por la obra de Ed\x ais , que se halla en Ceylan, lo he indicado con el nombre de es. a Isla para poder colocarle según el orden alfa- bético. Es del genero XXII. Ye ene Breve. Tres ban- das negras , y dos bipartidas , según su longitud , de amarillo y de blanco , dividen el plumage de la ca- beza: la garganta es blanca: el pecho, ios costados, y el principio del vientre sen pajizos ; pero la parte inferior de éste , y la cola por debaxo son de color de rosa , y lo superior del cuerpo verde. Breve de Filipinas. Briss. tom. II. pag. 319. I.am. 2 9. El breve de Filipinas es del genero XXII. Vease Breve. Su longitud, desde la punta dei pico a la de la cola , solo es de seis pulgadas y tres ¡incas, v hasta la de las uñas de un poco mas de ocho púl- elas. Su tamaño algo menor que el del mirto : sus alas plegadas exceden la cola en tres lineas : la ca- beza , garganta y cuello son negros : el lomo y las plumas escapularias de un verde oaxo : el pecho , lo alto del vientre , y los costados de un verde mas claro : las plumas de io inferior del vientre negras en su nacimiento , y terminadas en coior de rosa, que es el único color que se distingue quando tiene plegadas las alas : el ovispillo es de color de agua de mar : las guias de las alas negras en su nacimien- to , blancas enmedio , y negruzcas en su extremi- dad: las medianas negt uzeas, con un perfil verde que circuye sus barbas por la parte de afuera : la cola negra , y pico y pies pardos , pero ti pico es mas obscuro. Se encuentra esta ave en las Filipinas, y en las Molucas. Breve de Madagascar. Mirlo de las Moiucas. Lam. z 7 Montbeillard , á quien debemos el conocimien- to de este páxaro , lo descrioe en los términos siguientes: „ La coronilla de la cabeza es de un pardo ne- gruzco , que por detras y los lados adquiere algo de amarillo , y todo esto encadenado con un semi- cóllar negro que abraza el nacimiento del cuello por detras , y con dos bandas del mismo color, que saliendo desde las extremidades de este semiccilar, pasan por debaxo de ios ojos , y van á terminar en la basa del pico tanto superior como inferior : la cola está rodeada por la punta de un verde de mar: la garganta mezclada de blanco y de amarillo , y la parte de abaxo del cuerpo es de un amarillo obs- curo : las grandes guias de las alas , son , como en el breve de Filipinas , negras en su nacimien- to y por la extremidad , y con una mancha blanca enmedio. “ Breve de Malaca, (el) Viage d las Indias y ¡1 la. China , tom. II. pag. 190. lam. no. Es del tamaño de la metía de Europa : la cabe- za, y lo alto del cuello por la parte de atrás son negros : dos bandas atraviesan las mexillas , una ne- gruzca que nace del ángulo del pico , y otra infe- rior á esra de un rubio claro que nace detrás^del ojo : la parte de abaxo del cuello , y el lomo son verdes: la garganta blanca: las cubiertas de encima de las alas de un azul celeste resplandeciente : Jas guias medianas verdes, las grandes necias por den- tro, verdes por fuera, y terminadas de blanco; y las mas grandes negras , terminadas en gris , y atra- vesadas con ui.a linea blanca : el ovispillo es de un azul claro : la mitad primera de la cola negra , y verde la otra mitad : el iris encarnado : el pico ro- sado , y los pies amarillos. Según el método de Brisson , es del gene- ro XX1Í. y de la sección de ios paxaros de este ge- nero , a los que Monibeiilard da el nombre de bre- ves. y case Breve. BRUJA. (Ja) Especie de Lechuza pequeña. Espantada. Lam. 440. Bkiss. lutri, I. pag. 503. Bel. Hité. ttai. des O.s. pag. 124. fig. y pag, 143. Lee. Pon. des Ois. pag. 2 6. EJjeaic o j tésale en Francés. Su plumage esta bellamente variado , y es mas hermoso que ei de Es otras aves notturnas : es al- go menor que la estrige, y su longitud, desde la punta del pico á la de la cola, vinera a ser de tre- ce pulgadas. Las plumas son muy suaves y blandas al taélo, y á la \ista tienen el lustre de la seda: todas las paras superiores se hallan ondeadas de li- neas entic. exidas , unas de gris, otras pardas , en fot ma de Z , y sembradas de pequeñas pintas blan- quecinas sobre fondo amarillo claro : los ojos los tiene rodeados de un circulo de plumas finas , de barbas desunidas , blancas en la mayor parte de los individuos, y en algunos rosadas cerca del pico : la delantera del cuello, y la parte de abaxo del cuer- po varían , y ya son de un blanco rosado variado de pintas pardas , ya de un blanco muy hermoso sembrado de pintas parduscas , y ya de un blanco puro sin mancha alguna : las guias de las alas, y las de la cola tSian variadas de los mismos colores que la parce de arriba del cuerpo : ei iris es de color de azafrán , el pico blanco , y la punta negruzca : los pies y los dedos es-án cubiertos de un plumón ó pelusa blanca , y las unas son negruzcas. La bruja, durante ei día, se mete emlos agujeros ó mechinales de ios edificios , en los graneros , en las granjas, en las torres, y en ¡os.campanaríos , y de la costumbre que tiene de freqüentar estos últi- mos parages, y las torres de las Iglesias, es de donde le viene la mala fama de ser tenida por ave siniestra , y el llamarla el pueblo ave de la muerte. Su grito aumenta también este presagio : quando esta parada hace una especie de silvido , y quando vuela da un grito agrio : uno y otro sonido son muy desagradables , y ambos lo parecen mas en el silencio de la noche : algunas veces , basta oir esta ave inocente en ei tejado de una casa donde por casualidad se había parado , y en ia que hay algún enfermo , para esparcir la consternación de los áni- mos preocupados por un agüero ridiculo , y su gri- to en realidad puede ser funesto por la perno da- ción en que pone al enfermo que lo oye , y muy débil para que pueda fixarse en él la consideración. No se puede , pues , desimpresionar del todo al pueblo de una preocupación tan absurda por mas que 246 BUH que se Íes diga que esta ave nada mas anuncia que las otras, y que se retira con indiferencia, tanto á los campanarios y torres de las Iglesias , como á las granjas y á los graneros , porque estos son los lugares donde encuentra á un mismo tiempo, el so- siego , el abrigo , y la obscuridad que busca duran- te el dia : pone sus huevos en un agujero de la pa- red , ó sobre algún cabo de viga o piedra que so- bresale , o entre dos vigas , al descubierto y sin construir nido alguno ; á hnes de Marzo ó á princi- pios de Abril pone quatro o cinco huevos , y i ve- ces seis , y aún siete , blanquecinos y oblongos ; y también suele retirarse y poner en los huecos de los arboles. Su principal comida son los ratones, turones , y algunos páxaros , si los encuentra pren- didos en algún lazo. Este es el único daño que ha- ce , de poca consideración comparado con el bene- ficio de la multitud de ratones y turones que des- truye ; por lo que no se debe perseguir cruelmen- te como se acostumbra , y en vez de exterminar su especie , se debería procurar la propagación de ella. Un labrador conocido mió , notando las obligaciones que debía a un ave de estas que acudía a su granero , impidió que la inquietarán y persi- guieran, y dexando un portillo abierto para que en- trase y saliese , tenia el cuidado inútil de que en- contrase en él que beber , y al mismo tiempo de que le pusiesen carne; y mientras vivió el huésped, el granero se vió libre del daño de los ratones. La bruja se encuentra en todas las regiones de Eumpa, y Marcgrave la ha visto en el Brasil. Jun- to á una de estas brujas , muerta en las cercanías de París, puse yo otra remitida de la Cayena, don- de parece muy común esta especie , y solo se diferenciaban en que la de la Cayena era algo ma- yor. Gen. XII. BUARO Y BUARILLO. Vrtcdatrix atis tinnunculo ¡¡milis en Latín. Especie de ave de rapiña semejante al cerneólo. Buche de las aves, (cetr.) Vease Papo. BUEY de pantano, Mase Alcaraván. BUHO, (el) Lan;. 435. BfUss. tom. I. pag. 477- Ge». -Y7. Bel. Hist. ¡uit. des Ois.pag. e^.fg.y pag. 136. Bel. Fort, des Ois.pag. 15. /isio & hubo en Latin. Granó, duc , ó solamente duc en Francés. Mucho en Portugués. Puco , dugo , bufo , en Italiano. Vhu , schupit , bhu , berg-hu , &c. en Alemáo. Vf en Sueco. Lyke-foule , lysc-onle , eaglc-owl en Inglés. El buho es la mayor de las aves noéfurnas , y del número de las que tienen en cada lado de la cabeza unos mechones de plumas en forma de ore- jas : en los paises fríos suele encontrarse rara vez: habita en los paises cálidos, y vive en los montes: se retira á las cavernas , a los huecos de las rocas, á las torres y edificios abandonados : rara vez ba- xa á las llanuras , y no se aleja hasta el hibierno, quizás instigado de la falca de alimento ; y en.onces es quando se vé algunas veces en los campos : se alimenta de liebres, conejos, turones y reptiles : su BUH nido , que fabrica en los mismos parages en que ha- bita, ó en los huecos de los arboles, tiene cerca de tres pies de diámetro; y lo forma ae ramitas se- cas entrelazadas con raíces blandas , guarneciéndolo por dentro de hojas : comunmente se hallan en es- tos nidos dos huevos mayores que los de gallina, y con los mismos colores del ave : los polluelos son muy voraces , y el padre y la madre ios mantienen con abundancia, peí su cuidado y aétiviuad en la caza , en la qual están muy diestros : aunque son aves nocturnas sufren mejor la luz , que todas las demás : salen mas pronto , y se retiran mas tarde; por cuyo motivo sen descubiertos por las aves diurnas que al instante les dan asaito; porque gene- ralmente la vista de una ave nocturna atrae la ma- yor parte de las diurnas, como un objeto nuevo , ó como un motivo de espanto. El buho disputa fre- qiientemente la presa al buteon ó milano bermejo que es de la misma naturaleza, y comunmente se la quita : los paxarillos le siguen gritando ; pero las cornejas se juntan, le cercan, ie estrechan, y le atormentan , y él se deshace de ellas con los gol- pes que tira á todos lados , y algunas veces coge al- guna , la qual paga su temeridad , y la de sus seme- jantes : quando es sorprehendido de dia vuela baxo, y quasi lamiendo la tierra, pero por la noche es su vuelo muy elevado : frecuentemente da un grito muy fuerte, espantoso y semejante al zumbido de un viento furioso. En los parages donde se crian las aves de rapiña que sirven para la ceireria , acos- tumbran criar algunos buhos , los quales sirven para atraer otras aves y hacerlas caer en el lazo. Donde crian los faisanes ios estiman mucho , porque cogen las cornejas , cuyo graznido inquieta y molesta á ios faisanes polluelos; y para no espantarlos con el rui- do las tiran con cerbatanas. En la cetrería sirve el buho para coger otras aves de rapiña , y en particu- lar las que son de mayor servicio; pero el mismo buho necesita estar adestrado para este uso , aunque solo. sirva para atraer al lazo a los páxaros que lo descubren. Véase en la palabra Cetrería el modo de adestrarle , y servirse de el. La mucha pluma que tiene el buho lo hace pare- cer mayor de lo que es : su longitud es de un pie y diez pulgadas desde la punta del pico á la de la cola : tiene cinco pies menos una pulgada de vuelo: todo su plumage está variado de leonado , bermeji- zo, y pardo negruzco en lo superior del cuerpo , f de negruzco y leonado en lo inferior : la garganta es blanquecina : las plumas desordenadas , que for- man un haz de rayos circulares al rededor del ojo, están variadas de negro y roxo : los dos mechones en forma de orejas tienen dos pulgadas y dos lineas de largo: el iris es de color de azafrán : el pico negro : los pies y los dedos están cubiertos de plu- mas bermejizas , y las uñas son negras. Es muy verisímil que no haya mas que una especie de buho , y que las aves que algunos han te- nido por especies diferentes, no sean mas que unas variedades ligeras de aquel. La primera fue dcscripta por AlJrovando y lla- mada por Brisson buho ele Italia , tom. I. pag. 4Ír. Su pluma es de un leonado obscuro : sus pies son mas cortos y mas delgados que los del bul o común, y las uñas, que son mas largas, de color de plomo: • pa- BUH parece que esta ave es la que Edwars describió, glan. pag. 37. con el nombre de buho cornudo de Athenas. 1/ El buho descalco. Briss. tom. I. pag. 483. Este no se diferencia del anterior sino en que no tie- ne plumas en los pies , y se halla también en Italia. 3.1 F.1 buho de la Laponia. Briss. tom. I. pag. 48 6. Su piuma es blanca , con algunas manchas negras. 4.-“ El buho de Virginia. Briss. tom. 1. pag. 484. Las plumas que forman las orejas salen desde la raiz del pico ; pero igualmente nacen de la mis- ma parte en las dos variedades que se hallan en Italia. 5., El buho figurado en las laminas iluminadas con el nombre de mochuelo de las tierras Magallani - cas , es menor que el buho común , y muy semejan- te á él. 6.a Tengo en mi colección junto al buho de Eu- ropa un buho de la Lmsiana que es un poco menor que el de Europa , y con los matices de su pluma mas claros , y menos variados de roxo. 7.1 Entre las aves que he recibido de la China habia una piel que me pareció ser de un buho muy poco diferente del nuestro por el tamaño y los co- lores. Vease en el Discurso tercero sobre la naturaleza de las aves , lo que se ha dicho sobre la identidad de especie entre un gran número de aves noc- turnas , y su semejanza en los diversos climas. Buho (pequeño) ó Cornichuela. Lam. 435, Briss. tom. I. pag. 495. lam. XXXVII, fg. i. Ce- rtero XI. Bel. Hist. nat. des Oís, pag. 141. fig.y pag, 141. Bel. Port. des 0¡s, pag. 17. Scops en Latín. Vetit duc o scops en Francés. Zhctta , iu.au en Italiano. Stoc\ tule , &c. en Alemán. Liitle horn-ovol en Inglés. El buho pequeño no es tan grande como la curuja pequeña , ni mayor que una codorniz : su forma es corta y recogida : todo su plumage está variado de gris , de roxo , de pardo y de negruzco : el color pardo domina en la parte de arriba del cuerpo , y el de gris en la de abaxo: los pies, hasta el naci- miento de los dedos , están cubiertos de plumas se- mejantes á floxel ó plumón de un gris rosado, mezclado de manchas pardas : el iris es amarillo, el pico negro , y pardos dedos y uñas. El buho pequeño se confunde con freqiiencia con la lechuza ó curuja pequeña ; sin embargo ésta es ma- yor , y su cabeza , á proporción , mas quadrada y abultada : su plumage no está macizado del mis- mismo modo , sino sembrado de pintas blanqueci- nas que no se ven en el del buho pequeño ; pero un rasgo todavia mas decisivo , y que mirándolo con atención no puede engañarnos , es , que el buho pe- queño , de la familia de los buhos , es la tercera de las aves no&urnas de nuestras regiones , que tenga en cada lado de la cabeza un pelotón de plumas á manera de oreja ; bien es verdad que en el buho pe- queño son muy cortas dichas plumas , las quales tan soto tienen seis lineas de largo , de suerte que este caraétcr tan distintivo y tan fácil de advertir se B U H 247 oculta sino se hacen diligencias para cerciorarse de él. El buho pequeño se sustenta de turones principal- mente , y con freqiiencia los acaba , ó ahuyenta* de aquellos parages donde estos perniciosos" anima- les se hallan : por lo mismo , pues , no se debe perseguir esta ave , ni tampoco á las otras noéturnas , que destruyendo los turones , los topos, » y los ratones recompensan el céntuplo de algunos gazapillos , y de algunos perdigones que raras veces pueden ser su presa 3 y lejos de incomodar á estas aves titiles , los labradores y poseedores de tierras que conocieren sus verdaderos intereses , deberían tomar á su cargo su defensa. El calculo es fácil: ¿será acaso mejor perder muchos haces de mieses, ó algunas cabezas de caza? Quando los buhos pequeños se juntan en banda- das numerosas, compuestas de muchos centenares, particularmente en los viages de la primavera y del otoño , son mucho mayores los beneficios que nos acarrean , puesto que entonces la pasa de estas aves liberta un país de una de las plagas mas mo- lestas. De lo que hemos dicho se deduce que esta ave es de pasa, y que la vemos por el verano; pero todavia no sabemos donde se retira el hi- bierno , y es incierto si quedan ó no algunas de ellas en esta estación : en verano no se encuentra esta ave con facilidad , pues además de ser muy pe- queña, se mantiene escondida, durante el dia, den- tro de los agujeros y de los huecos de los árboles, y en lo mas hondo y espeso de los bosques sin sa- lir mas que por la noche. Su especie no solo se ha- lla en la mayor parce de los paises de Europa, sino que también pertenece al nuevo Continence , y el buho pequeño de la Guayana puesto en mi colección junto al de Europa , solo se diferencia en algunas mezclas mas fuscas , y por otra parte es imposible no reconocer la misma especie en ambos indi- viduos. Alguna mas diferencia hay entre nuestro buho pequeño y el de la Carotina , Briss. tom. I. pag. 447. Es mayor éste : la parte de arriba del cuerpo tan solo está variada de pardo y de roxo : sobre las plumas escaptilarias tiene cinco manchas blancas , y la parte de abaxo del cuerpo es de un blanco sucio, variado de rosado ; pero los autores han descripto esta ave con arreglo a la figura publicada por Caces- by, tom. I, pag. y lam. 7. cuyo rotulo dice mochuelo pequeño , y sin haberlo visto jamás : ya se sabe quan expuestas están estas descripciones á no ser exaútas; y dado caso que esta lo fuese , ? no habria bastante fundamento para tener al buho pequeño de la Carolina por una variación del nuestro ? ¿ Y el individuo que recibí de la Guayana no probará que esta ave se encuentra en América? Por ultimo, r rubio. Ve ene Azor. Busardo roxo de la Cayena. Es semejanza en los colores del plumnge, en el ay re y forma del cuerpo , y en la longitud de los pies, me impelen á contar ei.tre ios busardos un ave de la Cayena , no descripta hasta ahora. . Es un poco mayor que el busardo. La cabeza , y lo alto del cuello son de un blanco sucio que tira a roxo , con unas manchas pardas longitudinales en- inedio de cada pluma : el pecho es del mismo color que la cabeza y el vientre : los costados y los mus- los están vestidos de plumas roxas , atravesadas por una banda de un pardo negruzco. Las grandes guias de las alas son de un pardo obscuro que tira á ne- gro : la cola mas corta que la del busardo, y las alas plegadas llegan casi hasta la punta de la cola : ésta desde su nacimiento hasta la ir.iiad de su longitud, y por arriba es roxa , atravesada por unas rayas negras en forma de Z , y lo restante de ella pardo: por debaxo de un gris sucio , lustroso , y rayado transvcrsalmente con unas bandas tortuosas y ne- gruzcas: el pico es negro: los pies son muy largos, amarillos en el ave desecada, y las uñas negras. Ignoro el color de los ojos , y los hábitos de esta ave. Busardo variado. Briss. tom. I. pag. 400. Según Brisson , esta es una variedad del busardo grande, y según Buffon lo es del ay» -, siendo el mismo busardo grande una primera variación de esta jnisma ave. El busardo variado se diferencia del grande , en que las cubiertas superiores de sus alas están variadas de ceniciento, y en que las plumas medianas de ellas son blancas desde cerca de la mi- tad de su longitud hasta su punta que es negra. Vt ase Busardo (grande) r Azor. Historia Natural, Tom, I. BUT 249 BUTEON O MILANO BERMEJO según tunes. Lam. 419. Briss. lom. T. pag. 406. Bel. Hist. nal. des Oís. pag, 100. fig. y pag, 101. Bel. Fort, des Gis, pag. 14. Sueco , bateo en Laun, Busc en trances. Bttyyi en Italiano. Busybart. en Alemán. Euyytrd en Ingles. El buieon es una de las aves de rapiña mas co- mún en nuestros campos , y del genero VIII. Su longitud, desde la punta del pico a la de la cota, es de un pie y ocho pulgadas: tiene cuatro pies y qua- tro pulgadas de vuelo , y sus alas plegadas exceden á la cola cerca de una pulgada. La parte superior de la cabeza, el cuello, ti lomo, y las cubiertas de sobre las alas son de un pardo férreo : los lados de la cabeza y de la garganta están cubiertos de plumas blancas ; pero una mancha parda que se extiende se- gún la longitud de su canon hace que este color sea el que domine en estas partes. El vientre y el pecho están alternados de un blanco sucio, y de un pardo forreo : las grandes guias de las alas , desde su naci- miento hasta los dos tercios de su longitud, son par- das por fuera, blancas por dentro, rayadas transver- salmentc de pardo por esta parte, y negruzcas en Jo restante de su longitud: las cinco primeras guias del ala están hendidas : la primera es mas corta que las otras , y la quarta mas larga : las plumas grandes de la cola son de gris por debaxo, y pardas por arri- ba , rayadas transversalmente de un pardo muy ba- xo , y terminadas de un blanco rosado. El iris es de un amarillo pálido , los pies amarillos , como tam- bién la piel que cubre la basa del pico , el qual es aplomado. El bateen es lerdo , pesado , y de un caraéfer floxo y perezoso. la naturaleza le ha negado el va- lor y las habilidades , y por lo mismo no se hace uso de él en la cetteria. La caza menuda, como la codorniz , el perdigón , y el conejo es su presa mas ordinaria, y en defecto de esta se acomoda a algunos reptiles, como el sapo, la rana, y aún los saltones. Todo, es bueno pata el á proporción del trabajo que le cuesta : no va cerniéndose como las otras aves de rapiña , ni da caza , ni persigue volando su presa , sino que puesto sobre alguna mata ó mon- tón de tierra, está de atalaja esperando la ocasión de arrojarse sobre la caza que pasa a tiro : por el verano agota y destruye los nidos de los otros pá- xaros : construye el suyo de pequeñas ramas , colo- cándolo sobre algún árbol elevado , y guarnecién- dolo por dentro de lana ó de otra materia analoga: pone dos ó tres huevos blanquecinos , pintados de amarillo, y cuida de sus hijos mucho mas tiempo que las demás aves de rapiña. La poca energia de la especie hace precisos estos auxilios , é impide que los hijuelos puedan manejarse mas pronto. El plu- maje del buteon está bastante sujeto á variaciones: . freqüentemente se ven algunos casi blancos del to- do ; otros que difieren en la intensidad de las mez- clas del plumaje , y en fin muchos que tienen re- partido mas ó menos blanco sobre las diferentes partes de su cuerpo. La especie del buteon parece muy extendida y harto multiplicada en Europa. P.ero • " ir • en-> 250 BUT entre las aves cié ceras partes , y sobre todo entre las del nuevo Continente , hasta ahora no parece que se ha visto ninguna tan semejante al buteon que se pueda tener por la misma especie simplemente alterada por el clima , a no ser que sea el buteon ceniciento. Buteon ceniciento. Baiss. tom. I. pag. 357- Bdw. tom. II. pag. y Um. 5 3. Esta ave indicada por Ed'X-'ars , y que tiene por un buteon , la coloca Brisson en la clase de los bal- cón a ; y es del genero VIII. de su método ; pero como Brisson no ha visto el ceniciento , y tan so- lo habla por la indicación de Edwars , parece mas regular arrimarse al dictamen de este autor, y dexar a esta ave el nombre de buteon ceniciento , £1 buteon ceniciento es del tamaño de una gallina, y por su forma , y por algunos de sus colores se semeja al común. La cabeza , la parte superior del cuello y el pecho están cubiertos de plumas blancas, pimauas por medio cié un pardo obscuro : el vien- tre y costados son pardos , variados de manchas blancas , reboticas ú ovaies : la parte de arriba cel cuerpo es.á cubierta oe plumas de un paido ceni- ciento, que se aclara por las orillas de ellas. Las alas son por fuera del mismo color que lo superior del cuerpo , y cenicientas por dentro : la parte de arri- ba de la cola de un ceniciento parco , y la de aba- xo de otro mas claro ; y toda ella por su parte su- perior esta rayada transversalmcnte de gris , y de blanco por la inferior : el iris es amarillo: el pi- co , la piel que cubre su basa , y les pies son azules. Esta ave se encuentra en la Bahía de Hud- son , y según Edvt'ars da caza principalmente a los lagopos. Buteon grit/dor (pequeño), y ¡age á-las Indias y d la (bina , tom. V. pag. 1S4. Es del tamaño de la paloma torcas : sus alas son casi tan largas como la cola : una piel desnuda y roxa le rodea el ojo : la pestaña está guarnecida de pelos que forman unes verdaderos parpados : la parte de arriba de ¡a cabeza , la de atras del cuello , y la de encima del cuerpo son de un gris ceniciento : las pequeñas cubiertas de encima de las alas negras : las medianas de un gris ce- niciento , y las grandes , como también las esca- pularias de un negro que tira á gris : la garganta, la delantera del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo son blancas : el iris y los pies amarillos, las uñas negras , v la del dedo del medio se en- sancha por dentro a manera de una hoja muy cortante. Mantienese este buteon en los campos sem- brados de arroz : es muy gritador , y difícil de acercársele. Gen. V1U. BUTORIO. Vease Alcaraván. BUT-SALL1CK (el), O CUCLILLO MANCHA- DO de las Indias. Briss. tom. iy. pag. 131. EdMC. tom. II. pag. 519. lam. LIX. Cuculus ¡lidiáis ■lU'viits en Latín. Bout-saHicb en Francés. Este cuclillo se encuentra en Bengala , donde los habitantes le llaman Lut-sallicp : tiene cerca de ca- torce pulgadas de largo desde la punta del pico a la BUY de la cola, la qua! vendrá á tener siete pulgadas y media : la parte de arriba del cuerpo es i ubia , y mezclada de pardo que rodea cada pluma de por sí: la de abaxo es blanca , y cada pluma circuida de pardo : ¡as alas están rayadas transversalmente de rubio y de pardo : la cola es rosada , y atravesada por unas faxus pardas obliquas ; es algo desigual , y mas larga dJ n ecio que de los lados: el pico y los pies son oe un amarillo verdoso , y las uñas nemas. Gen. /. BUYTRE. Los buytres y las águilas son las aves de rapiña mayores: estos dos géneros de aves se semejan en quanto a esto ; pero Unieren per ia conformación de sus uiferentes partes , y aún mas ú otro tanto por sus hábitos ó costumores. En Ja palabra águila hemos observado quales sean los caracteres genéricos ue esta ave de rapiña la mas poUcrosa de todas, y en la misma voz he- mos hablado de sus hábitos. Los buyttcs componen el genero X. del método de Brisson , y tienen por caractéres: Quátro dedos sin membranas , tres delante y uno atlas , todos separados casi hasta su naci- miento. El pico corto y corvo, cuya basa está cubierta de una piel desnuda , y cuya encorvadura empieza 3 alguna distancia c¡e su nacimiento. La cabeza, ó desnuda, ó solo cubierta de flcxcl ó pelusa a modo ce lana. Los buyucs no persiguen la presa viva , á menos que no encuentren taza muerta , y entonces se unen muchos de eílos paia cazar y arrojarse sobre, la presa todos juntos: regularmente se sustentan de’ la carne de animales que hallan muertes , y de toda especie de carne mortecina; y contraen un hedor pestift.ro del que participan algunas cornejas que igualmente se alimentan de carnes corrompidas. El genero de los buytres igualmente pertenece al antiguo que al nuevo Continente : halaban en las regiones templadas, y mayor número, tanto de in- dividuos, con. o de especies, en los países meridio- nales. bin embaigo, no parece que temen el frió, y que buscan el calor, puesto que la mayor parte viven en lo alto de los montes , donde siempre es frió el temperamento : raras vetes Laxan de allí, y ffeqúentan muy poco las tierras Harías. Con todo, en los climas mas cálidos, como el Egypto en el antiguo Continente, y el Perú y la Giíayana en el nuevo , los buytres que están allí muy multiplicados y en crecido número , no solo Laxan con freqiien- cia de las montañas, sino que hubi.an en los llanos, y al amanecer ó muy temprano se derraman por las calles de las ciudades y de las aldeas ó lugares , y al rededor de las habitaciones de donde se llevan las inmundicias que han arrojado , cón las quales se ali- mentan. Jamás se podría creer que estas aves de forma desagradable, que exhalan un hedor pestilen- te, que parecen febles y lánguidas, y que única- mente se sustentan de cosas mutuas, por estar mal armadas, se hayan multip.icado en los p.iiscs muy cálidos , ni que freqüenten las llanuras para limpiar la superficie de la tierra de las inmundicias ’y de los despojos de los animales muertos , que corrom- piéndose infestarian la atmosfera. No me extenderé nías BUY inas acerca de los hábitos de los buytres en general: la Pérouze que ha observado los de F.uropa en los Alpes y en los Pirineos , nos hace de ellos la siguiente pintura. Articulo de la Perouse. El tamaño ó magnitud de los buytres , y la for- ma de su pico y de sus garras los confunden á pri- mer vista con las agudas • pero por poco que se ob- serven unos y otras , se notan desde luego diferen- cias numerosas y esenciales que los distinguen. En efeíto los buytres , ó tienen cabeza y cuello desnu- dos en todo ó en parte, ó tan solo cubiertos de una pelusa ó plumón corto , ó de algunos hilos ó pelos esparcidos acá y allá : la parte derecha del pico , desde su nacimiento hasta su corva , mas prolongada que las demas aves de rapiña : los ojos mas altos : las orejas , en muchos de ellos , descu- biertas , y todos en la parte de abaxo del esófago, ó una hendedura considerable , ó una prominencia harto elevada: sus uñas son cortas y poco corvas, y la mayor parte tienen las piernas desnudas. También difieren de las agüitas y de las otras aves de rapiña por su organización interior : su esófago se dilata hacia baxo , y forma una protube- rancia quasi semejante al buche de los gallinazos : el estomago es muy grueso en su fondo , y puede tenerse por un genero de ventrículo ó papo , de suerte que los buytres son aptos para ser omnívoros. Son unas aves fioxas , pestilentes y desagrada- bles , que tan solo tienen el instinto de la despre- ciable ó vil glotonería, y de la voracidad: el hedor de la carne corrompida , las atrae desde muy lejos: vuelan en bandadas , en las quales todas las especies de esta vil familia son admitidas , y en las que algu- nas veces se ven hasta treinta individuos. Si la ham- bre las acosa baxan hasta junto á las habitaciones solitarias, y se arrojan sobre las aves de los corrales que les presentan presas tan fáciles como seguras: tienen un olfato muy fino , lo que debe atribuir- se a la grande amplitud de las partes exteriores de este órgano , puesto que sus nervios del olfato son muy pequeños. Los buytres producen muy poco, y tan solo una vez al año : Aristóteles dice que no ponen mas que uno ó dos huevos : Bellón nos cuenta que constru- yen su nido contra las rocas escarpadas , y en luga- res inaccesibles , á lo que podemos añadir que es muy verisímil que pongan en los paises cálidos; porque , á pesar de las mas vivas y exáétas di- ligencias que se han hecho en los Pirineos , jamás hemos podido lograr otros buytres pequeños que los del pernoeptero. Los buytres , por lo común , están parados en tierra con el cuerpo casi horizontal , las alas caidas, y la cola arrastrando , y asi sucede que las puntas de las plumas de todas estas partes están casi siem- pre comidas y descantilladas. Estas aves , por lo común , se hallan esparcidas en todos los montes altos del globo; pero todas las especies no pertenecen indistintamente á todos los climas. La América tiene sus especies particula- res de buytres que no se encuentran en el antiguo Continente : la Europa tiene también las suyas; pe- Historia Natural. Tota. I. BUY 251 ro hay motivo para creer que estas son comunes al Asia y ai Africa. Por el verano habitan los buytres en las monta- ñas desitrtas y mas elevadas, y por el hibierno hu- yen de los yelos y de las nieves, y van a buscar un cielo mas suave; y asi en tiempo de su pasa por la primavera , se han solido coger muchos de ellos en las llanuras de Lenguadoc. Todos los buytres no son ¡guales en tamaño, ni en fortaleza , y estos dos poderosos atributos divi- den naturalmente esta familia en buytres grandes y en chicos ó pequeños. Vense estas aves con mucha freqiiencia en las paxareras ó sitios destinados para encerrar todo genero de animales , y en aquellos donde se ense- ñan animales vivos ; sin embargo , entre los buytres de nuestro Continente el que mas se encuentra es el pernoepte, o , y (.1 ¿cy de los buytres entre los de America. El primero sorprehentíe por su tamaño, y el segundo es notable por la belleza de sus colo- res; y ios boy res por la forma singular de su cue- llo son, en general, unos animales propios para exci ar la curiosidad de los que no los conocen ni los han visto. Buyi re. Lam. 415. Bmss. toen. 1. pag. 45 5. Vcast Buttrs (eí grande). Buytre ó el grande Buytre. Briss. tom. 1. pag. 453. O en. X. Bel. Hist. nal. des Ois. pag, 83. fig- y pag. 84, Bel. Pon. des Ois. pag, 9. Vullur en Latin. Vautour en Francés. Avoltoio en Italiano. Cyr en Alemán, Sep en Polaco. Ce ir , vultore , asb-coloured en Ingles. La Pérouze , en la memoria que me ha remiti- do sobre los buytres , da á este el nombre de buytre rnonge , y lo describe del modo siguiente : esta es el ave que muchos autores llaman buytre negro , buytre ceniciento , aunque no tenga ninguno de estos colo- res, y otros simplemente buytre ó grande buytre . Linnéo le da el apellido de movge per la especie de caperuza que le forma lo largo de la pelusa ó plu- món con que parece tener cubierta su cabeza. Este buytre tiene mucha semejanza con el amano {vente Arriano) ; pero el fioxel ó plumón largo que cu- bre su cabeza y cuello , una especie de corbata blanca que sale de las mexillas y que guarnece por cada lado el plumón pardo y raso que vuelve á cu- brir la parte anterior del cuello , sus dedos amari- llos , y todos sus caraétéres juntos , no solo le dis- tinguen del arriano , sino aún de todas las otras es- pecies de buytres. Este de que tratamos , desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo tres pies y seis pulgadas , el pico quacro pulgadas , un pie la cola , y sus alas desplegadas ó tendidas siete pies y diez pulgadas : todo su plumage es de un pardo obscuro: sus pies, hasta el nacimiento de los dedos, están cubiertos de plumas pardas, y las uñas son amarillas. El buytre rnonge habita en las altas montañas de la Europa , y es verisímil que se encuentre también en Grecia y en Egypto. Ii i Pa- 2V2 BUY parece que sea el mismo que Brisson llama buy- t,c negro , y del que tan solo hace Una breve des- cripción, tom.U.pag. 457-; y también es el mis- mo que este autor llama buytre simplemente; por lo que , hallándose duplicados los nombres de esta ave , debe borrarse el buytre negro del catalago de Brisson , y reunirse al ¿uytrc propiamente lla- mado asi. Bciytre (pequeño) ó alimoche. Briss. tom. 1. pag. 4 66. Gen. X. Buytre de Noruega. Lam. 419. (Artículo de la Perouse.) Alimoche es el nombre que se da á un buytre de especie pequeña, que Brisson y otros Ornitologis- tas han descripto baxo el nombre de buytre de cabe - ^ a blanca que de ninguna manera le conviene. Buf- fon lo llama buytre pequeño, pero esta especie no po* see exclusivamente este caraóter. El alimoche , desde la punta del pico á la de la cola , tiene de largo dos pies y diez pulgadas , y cinco pies sus alas tendidas : el color de su pluma es un blanco sucio mezclado de pardo : las guias y cuchillos de las alas son negras, y las otras de color de hollín : la cabeza la tiene desnuda y sembrada de un plumón blanco algo ralo , y el pico es de dos pulgadas y media de largo, y de color de cuerno. Quando tiene lleno el estómago forma una protuberancia ó bolsa desnuda de color de azafran, y también es de este color la membrana que cubre la basa del pico , y lo desnudo de la cabeza : los pies los tiene desnudos y de color de ceniza : las piernas delgadas y mas largas que las de las otras especies de buytres : al parecer se acomoda á toda especie de alimento : persigue los conejos, los ra- tores, los paxarillos, y aún la volatería: vive en sociedad con las otras especies de buytres , se sus- tenra como ellos de carne mortecina , y aún parece que de algún modo apetezca mucho mas las cosas cue tienen relación ccn ella , per tener una pre- dilección decidida por los excrementos del hom- bre. El alimoche habita en las cumbres de los montes altos de la Europa , como les Alpes y los pirineos, por lo menos durante el verano; y algunas veces se cogen en la primavera , que es el tiempo de su pasa , en las llanuras de nuestras provincias meri- dionales. BüYTRB BARBUDO. Este buytre es conocido per la mayor parte de los ornitolegistas baxo el ncrnbre de buytre dorado. El Conde de Buffon , y los de la Academia de las ciencias de 1-arís le tienen por el mismo buytre que ellos llaman grifo , y dicho Conde juzga que la es- pecie de este buytre se compone de dos variaciones, que son el buytre leonado descripto por Briss. tem. I. fag. 4 fa., y el dotado descripto por el propio au- tor y en el mismo tomo, pag. 458.; pero la Perou- se , que ha observado muy bien y muchas veces este buytre, y que me ha proporcionado una piel muy hermosa que tengo en ni colección, en la memoria que me ha dirigido , disipa las incerti- dumbres y confusión que reynan en la historia de esta ave , en orden a lo qual se explica en los términos siguientes: Entre todos los buytres , este es el que tiene BUY mayor semejanza con las agidlas , y el que verdade- ramente enlaza estas dos razas : carece del carácter esencial de todos los buytres que es la desnudez de cabeza y cuello ; sus pies están calzados hasta los ta- lones, lo mismo que los dú agidla: su ademán es noble y fiero , pero con todo se diferencia de aquella en el tamaño , en la forma de su pico , por sus ojos saltados , por el hueco que tiene en la par- te de abaxo del esófago , y aún mucho mas por su organización interior , y últimamente por sus hábitos. Esta hermosa ave no ha sido indicada por los omito logistas mas que con la autoridad de Gesnero, el qual tan solo vio una piel ; y asi no debe mara- villarnos la confusión que reyna en los libros de ornitología acerca de esta especie , conocida de la mayor parte de autores baxo el nombre de buytre dorado , y que Buffon tiene por el grifo . Hemos observado quatro individuos de esta especie, y hemos visto que los machos , con arreglo á los quales se ha hecho la descripción , difieren de las ¡hembras en no tener tan grandes dimen- siones. El buytre barbudo pesa cerca de diez libras : su longitud , desde la punta del pico á la de la cola, es de tres pies y diez pulgadas : la extensión de sus alas de ocho pies y medio: el pico tiene quatro pulgadas de largo , y , desde su nacimiento hasta hacia la mitad , está cubierto de muchos pelos ne- gros, largos, ásperos, é inclinados hacia delante: el medio pico infeiior , está por debaxo sobrecaigado de un gran manojo del mismo pelo que forma una especie de barba natural , y de este caraóter, único en los buytres y constante en esta especie , es de donde hemos deducido la denominación que se le ha dado : estos pelos de la barba , ó debaxo del pi- co , tienen pulgada y media de largo , y también hay esparcidos algunos de ellos en los ángulos del pico , en la garganta , en los parpados y en las cejas. La cabeza está enteramente cubierta de una pe- lusa ó plumón blanco , raso y espeso : sobre el occipucio tiene una gran mancha negra : los ojos están á la flor de la cabeza : el iris es de un roxo vivo : el cuello blanco con mezcla de anaranjado, mucho mas fusco en garganta y pecho , y mas amortiguado en vientre, muslos y piernas. Lo interior de las alas es de gris : la cola , las cubiertas de las alas y el ovispillo son de un gris claro entremezclado de negro : lo restante del plu- mage de un pardo muy fusco : el cañón ó tallo de las plumas blanco : la punta de las cubiertas de las alas salpicada de naranjado : la cola redonda , y compuesta de doce plumas grandes de tres pulga- das de ancho y seis de largo ; y las de las alas lle- gan hasta treinta y dos. Debaxo de las claviculas tiene una hendedura profunda entapizada de una pelusa larga , espesa y como la seda , dirigida -hacia delante : los pies están calzados hasta baxo del tarso : los dedos son de gris, y las uñas cortas y obtusas. Algunas veces se ven individuos, particularmente hembras, que casi no tienen naranjado en su plumage , el qual es en- tonces de un blanco rosado. El buytre Latbudo no parece ser muy común, y BUY y vive junto con las otras especies de su familia, Se encuentra en Africa, y en los Alpes y Pirineos, C«. X. Bu vi re ceniciento de la mayor parte de los ©mitologistas. Véase Buytre (el grande). Buytre de ayrones. 'Buytre de Hcbtes por la mayor parte de los auto- tores , y en latin vallar lepoirarhts. Briss. tom. i. pag. 460. Gen, X. (Artículo de la Perouse.) Los Alemanes y algunos autores le llaman buytre de liebres. Gesnero es el único autor que lo ha visto, y dice que tiene el cuerpo grande y fuerte , la cola reéta y larga , el plumage de un roxo ne- gruzco , los pies amarillos , y cerca de seis pies de vuelo. Quando esta descansando en tierra ó sobre algún árbol, endereza las plumas de su cabeza, que entonces hacen la figura de dos cuernos , y que se desvanecen quando vuela. Este buytie anda bien , y da pasos de cerca de quince pulgadas de largo : es menos floxo que sus connaturales , porque caza y persigue coda especie de páxaros : también da caza a las liebres , á las zorras nuevas y á los gamillos : tampoco despre- cia l®s pescados; y anida sobre los árboles mas ele- vados en los bosques espesos y desiertos. Todos es- tos hechos que atestigua Gesnero podrian hacer du- dar que estas aves fueran verdaderos huyeres , ó quando menos se necesitan nuevas observaciones para decidir de su genero con seguridad. Los dos individuos que vio Gesnero se cogieron'?en la Aba- cia, donde también se encontró su nido. ** Buitre de collarejo ó dominicano de Santa Fé. Este buytre , que es sumamente arisco , tiene la cabeza oblonga , algo aplanada , y sobre ella una cresta hermosa , gruesa , carnosa , y de color ceni- ciento , la que le nace de la basa del pico , de don- de corriendo hacia atrás llega hasta mas allá de la mitad oel casco. Sobre el mismo , á una y otra par- te de la cresta , tiene una berruga negra , callosa y lineal , como de una pulgada y nueve lineas de lar- go. Un poco mas abaxo tiene otras berrugas que le llegan hasta mas de la mitad del cuello. Tiene los ©jos hermosos , el iris de color de azarcón muy fi- no, la pupila grande y azul, y sus parpados vesti- dos de pelillos negros. El pico es robusto , corto y comprimido : la quixada , que forma la parte princi- pal , tiene sus lados anchos y separados por un lo- mo encorvado , cuya corva aumenta hacia la punta, la que forma un diente muy agudo : la quixada in- ferior es mas pequeña , roma y acanalada por la punta. La lengua es roma , fuerte , acanalada y con unos dientecillos en sus bordes muy pequeños, unidos y tan finos como Jos de la sierra mas delica- da. Tiene las narices grandes , y sus ventanas tala- dradas de parte a parte , y muy inmediatas al lomo del pico por su basa , que está cubierta de una membrana negra. Por la parte baxa del pico le cu-elga una membrana ó barba cubierta de pelillos negros, que le cae un poco sobre el pescuezo. Este es proporcionado á su tamaño , erguido , de color naranjado sucio , y vestido como la cabeza de peli- llos negros. El pecho es ancho , y hacia la parte su- B U Y 2 .<5° perior del buche, sobre el cuello, tiene un collar de un floxei finísimo blanco, dividido por Ja parte interior por una berruga negra, pendiente y fle- xible. El cuerpo es comprimido y oblongo ; y está vestido de plumas negras, como también la región del ano. La cola , poco mas larga que los pi»s ten- didos, consta del número regular de doce plumas todas negras : los muslos son negros y de calzón entero : las piernas robustas , cortas , cenicientas , y cubiertas de escamas negras pequeñitas : los pies con tres dedos delante y uno atras , separados has- ta mas del tercio, por donde se unen con una mem- braniila cenicienta con escamas negras y chicas. Las alas son grandes ; y recogidas llegan sus puntas, estando los pies tendidos , hasta la extremidad del dedo intermedio que es el mas largo : las cubier- tas superiores del ala están rayadas de arriba aba- xo linealmente de blanco sucio y negro ; y las inferiores son del todo negras , como también las guias ó remos. La hembra se diferencia del macho en ser me- nor, y no tener cresta en la cabeza, ni berrugas; y en que la berruga que divide el collar por baxo , y la membrana ó barba son mas cortas. Este buytre habita en los riscos de las serranías y montañas encumbradas , asparas y despobladas, donde procrea en sus grietas , huecos y concavida- des , poniendo la hembra dos huevos que empolla y saca. Para cazarlos es menester que sea en campo raso , y quando están comiendo alguna res ó bestia muerta que se les haya puesto por cebo , ó él haya muerto, como lo executa quando se vé acosado del hambre, para perseguir la res que quieren matar se juntan macho y hembra , y ésta la hiere con su pico en el anca hasta que la fatiga en la carre- ra que toma para libertarse , y la hace sacar la lengua, como es regular en toda res estropeada. Entonces el macho que va siempre avizorando de- lante , se echa de pronto y le afianza la lengua con el pico , con lo que la sujeta y mata. Buytre de Gingi, Viage a las Indias , y á la Chi- na , tom. 11. pag, 1 84. Es del tamaño del pavo : una piel desnuda y ro- xa cubre la frente , las mexillas y la garganta : al- gunas plumas blancas , largas y estrechas están flo- tantes en la parte de atras de la cabeza y del cuello; todo lo de encima del cuerpo es blanco ; éste mismo color es el de la parte de abaxo de él, y de las medianas guias de las alas , puesto que las grandes son negras : el iris roxo , y el pico y los pies tiran á gris. Este buytre es sin duda el mismo que hemos descripto con el nombre de peque ño buytre, y que se encuentra en Arabia, en Egypto, en Grecia, en Alemania, y hacia el Norte hasta la Noruega; y asi no debe contarse por especie , sino referirse á la del buytre pequeño. Buytre de Islanda Anders. Vi tase Mergansar. Buytre de las Indias (grande). Viage a las Indias y a la China, tom. II. pag. 183. lam. 105. Poco mas ó menos es del tamaño de una oca: una piel desnuda cubre su cabeza , cuello y pecho: sobre la cabeza tiene un plumón claro semejante á pelo ; y de trecho en trecho , sobre el cuello , unos manojitos de plumas muy finas 1 la parte de aba- 2^4 BUY abaxo del pecho cubierta de plumas cortas, ásperas y semejantes á pelo raso : detrás del cuello tiene una corbata de plumas largas , estrechas y puntiagu- das de un roxo pavonado : lo alto de las alas , y la parte de arriba del cuerpo son de color de tierra sombra , y terminan en una banda de un pardo cla- ro : las guias de las alas , la cola , el pico y los pies son negros , y el iris roxo. Durante el dia se mantienen estas aves en la orilla de la mar, para coger el pescado que arrojan las olas á la playa. Gen. X. Buytre del Brasil. Larri. 187- Brxss. tom . /, pag. 168. Vease Zopiloto. Buytre de liebres por la mayor parte de los ©mitologistas , ó vulttir ¡epor atlas. I case Buytre ds aykones. Buytre de Malta. Briss. tom. I. pag. 45 5- Gen. X. J.am. 417. Es algo mayor que un faisan , y de dos pies de largo : las alas plegadas llegan hasta las tres quartas panes de la cola : en la parte de arriba de la cabeza tiene un floxel ó pelusa parda , y el cuello vestido de plumas estrechas de un pardo negruzco : lo de- más del plumage es de un pardo mas fusco sobre las cubiertas de las alas , las quales al mismo tiem- po están variadas de algunas manchas blancas : la extremidad de las guias y remeras del ala es blan- ca , manchada de pardo : el pico negro , los pies pajizos, y las uñas negruzcas. Este buytre se encuen- tra en Malta , y en las partes de Africa contiguas al Mediterráneo. La Pérouze , en sus memorias acerca de los buy- tres , hace mención de este de que tratamos , y le llama villano ; nos dice que se ha observado en los Pirineos , y añade que se encuentra también en el Archipiélago , y que alguna vez se ve pasar por Malta. BUY Buytre de Noruega. Lam. 419. Vease Buytrb (pequeño) y Sacre de Egypto. Buytre dorado. Briss. tom. I, pag. 458. Vease Buytre earbudo. Buytre monge. Véase Buytre (el grande). Buytre real de Pondicheri. Vi age a las indias j k la China , tom. II. pag. 1 Si. lam. 104. Es del tamaño de una oca muy grande : en la ca- beza y cuello no tiene plumas, y la piel es de color de carne : el occipucio , y el espacio de entre pico y ojo están vestidos de un plumón colorado : la de- lantera del cuello y el pecho , de trecho en trecho, cubiertos de pinceles de plumas pequeñas de color de carne : todo su plumage es negro , el iris roxo, el pico negro , y los pies amarillos. Gen. X. ** Buytrera. Hoyo que se hace en el campo á manera de plato hondo , para que puedan baxar los buytres al ceDo que se les echa en él , sin que se rezelen de los cazadotes que están ocultos esperando á que se ceben bien , y que de puro pesados no se puedan mover. La magostad de Felipe iv. mandó hacer una buytrera en el Real Sitio del pardo , la que se ccns- cruyó siendo Aicayde de dicho Real Sitio ti Mar- qués de Flores. Esta era una bóveda de quinientos pasos hecha de ladrillo , tan alta que cabia de pie el hombre de mayor estatura: tenia a trechos por am- bos lados unas ventanas, para que entrase la luz, y para poder tirar a los buytres que se ponían en las encinas cercanas al cebo. Enmedio , y al extremo de la bóveda había dos aposentos con sus asientos, y dos ventanas que daban á dos plazas rasas a cion- dc se les ponía el cebo. Buytron. (caza) Ton elle en Francés. Red para cazar varias clases de aves, y con par- ticularidad la perdit,. Vease Perdiz. CA- C AB 2 ' 5 O J Caballero. Cbevnlier en francés. Se llaman caballeros algunas especies de aves que {requeman las orillas de los ríos , las playas. Jas marismas , las praderas baxas y húmedas , y que se mantienen de gusanos, de lombrices y de insec- tos. Son del mismo genero que ia tronga , ó del LXXV. y no tienen caradores que los distingan de las otras aves de este genero. Sin embargo, a pro- porción son mas altos de piernas que los calidris , y mayores que las tringas , las gallinetas , y las alondras de mar, y en general que los otros paxaros del mis- mo genero. Son aves de pasa , y no se ven en nuestras regiones mas que por el hibierno : llegan por el otono , y parten por la primavera. Su carne es muy delicada , pero poco conocida en Paris , ni ert otras partes, mas que en las costas de mar, mu- cho mas {requemadas por los caballeros que las ori- llas de las aguas dulces. Parece que se conocen en la mayor parte de Europa , y según atestiguan algunos autores , y mu- chos viageros , se encuentran también en América; pero es muy fácil confundir la mayor parte de estas aves de ribera- casi todas pintadas de color gris ó pardo, y que nada tienen de particular que las dis- tinga entre sí : de modo que aunque sea verisímil que según el modo de vivir de los caballeros se en- cuentren en muchas regiones, no se puede asegurar positivamente quales sean aquellas de donde nan • sido traidos y comparados con los que nosotros conocemos. Caballero. Lam. 884. Briss. tom. V. pag. 18?, Vease Caballero comün. Caballero blanco. Briss. tom. V. pag. 2.07. EdW. tom. Ill.pag.y lam. 1 3 9. Desde la punta del pico a la de la cola tiene doce pulgadas , y el fondo de todo su plumage es blanco , con pequeñas manchas transversales de un gris rosado soDre la cabeza , y en la parte de arriba del cuello y de todo el cuerpo : la delantera de Ja cabeza , del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo son blancas sin mezcla de otro color : las grandes guias del ala de gris , las medianas blancas, con pin- tas de un gris rosado en el centro : otras pintas de este mismo color, y dispuestas de I3 misma manera, están sembladas por encima de la cola que es blan- ca : el pico anaranjado , y negro en su extremidad: los pies anaranjados , y las uñas negras, Ed'X'ars juzga que este caballero , traido de la Bahía de H.-idson , es una de aquellas aves que en dichas regiones por lo riguroso del frío varían el plumage en blanco , y que en la estación mas tem- plada vuelven á cobrar los colores de su especie: en efeéto se notan algunas señales de ello en el plu- mage cíe esta ; y aunque á la verdad un ave que se alimenta de gusanos y de insectos no parece que pudiera vivir en una región donde el frió es capaz de hacerla mudar su plumage en blanco ; cesa coda CAB duda si se reflexiona que aún durante el f io mas riguroso puede encontrar algunos gusanos y diferen- tes animales casi de la misma naturaleza en las aguas de la mar y en los fangos que estas cubren, 6 en. LXXV. CaEA.Í¿I«0 común. Caballino. Lam. S44. Briss, tom. V. pag. 188. lam, XVII, fig. 1. Lo poblado del plumage de esta ave la hace pa- recer tan grande como el chorlito dorado, aunque en efeáto tenga menos carne. Su longitud , desde la punta del pico hasta la de la cola , es de mas de once pulgadas , y su vuelo cié diez y nueve pulga- das y algunas lineas: sus alas plegadas son tin lar- gas como la cola: la cabeza, la parte de arriba del cuello y de todo el cuerpo están vestidas de plumas negrjs por medio y de gris per las orillas: la gai- ganu es blanca : la delantera del cuello es: t cubier- ta Je plumas de gris, guarnecidas de bi...iqtJ- ■ ¡o: el pecho , y io restante deoaxo del cuerpo es s an blanco muy hermoso , a excepción de ios cosí., os que están cubiertos de plumas de un gris claro., 0- deado de blanco: las cubiertas de encima de las ¿ is están variadas de gris, de negro y de biarno : i,s guias son negruzcas por arrio. 1 , y cenicientas p r debaxo, en su ex remidad c r< di las de blanquecino, y su canon del mismo color : .as plumas gran es de Ja cola son de un gris pardo , guarnecidas per !a punta de blanquizco ; las quatro del medio y las des mas exteriores de cada lado tienen además tres manchas transversales negras por la parce de afuera, y una banda del mismo color por !a de adentr.o : la cola va en diminución del cencro hacia los lados: el iris es de color de avellana: el pico de un roxo claro, y negruzco por su punta: los pies, por lo regular, son encarnados, y algunas veces de gris, y las uñas negras. .Gen. LXXV. Caballero de pies encarnados. Briss. tom. V. pag. 191. Bel. Hist. nat. des Oís. pag, 207. fig. y pag. 208. Pienucil/as. Lam.. 845. Tiene cerca de once pulgadas desde la punta del pico á la de la cola, y diez y siete pulgadas de vue- lo , llegando sus alas plegadas hasta la punta de la cola: la cabeza , y la parre de arriba del cuello y de todo el cuerpo , a excepción del ovispiilo que es blanco, están cubiertas de plumas pardas por me- dio, y por las orillas de gris: la garganta, la delan- tera del cuello , y todo el cuerpo por debaxo es de un blanco variado de gris pardo enmedio de cada pluma : las cubiertas de sobre las alas son pardas por medio , de color gris por las orillas , y algunas rodeadas de blanco por la punta: las guias de las alas, en número de veinte y cinco, son negruzcas, circuidas de blanquizco por la parce de afuera , 3 excepción de las cinco mas inmediatas al cuerpo que son pardas , y rodeadas de gris por debaxo : la cola va en diminución del centro á los lados, se compone de dore plumas de un gris pardo , rayadas por medio de negruzco, y terminadas de blanco: el iris 2^6 C A B iris es de un amarillo verdoso : el pico roxo en la primer roicad de su longitud , y negruzco en lo res- tante: los pies son encarnados, y las unas negtas. Gen. LXXK. Caballero pintado. V case el siguiente. Caballero ravado. Briss. tom. b • pag. 196, Lam. 817. Este paxaro , uno de los mas pequeños de los oue se llaman caballeros , tan solo tiene nueve pul- gadas y tres lineas desue la punta del pico a la de la cola , un pie y stis pulgadas de vuelo , y sus alas plegadas exceden a la coja en media pulgada . Jas plumas que vis.cn el cuello son pardas por medio, y iic un olanco ros., do por las oídlas : lo superior del lomo, y las plumas escupularias están rayadas transversalmente oe pardo negruzco sobre fondo rus pardo: lo inferior uel lomo y el ovispiilo son blancos : .a garganta, y la de.anteia del cuello están cubiertas de" plumas pardas por medio , y blancas por las orillas: el pecho, el vientre, y los cosu- dos variauos de manchas ó bandas paioas, un«,s al través , y oirás á la larga sobre fonuo blanco . éste ultimo color es el de lo alto de las piernas, como también el de las cubiertas de la cola, que ademas están rayadas de un p..rdo negruzco : el borde del ala, junto á su pliegue , esia vestido de plumas par- das , guarnecidas de blanco : las pequeñas cubiertas son de un gris pardo , las medianas oel mismo co- lor, rayadas por medio de un pardo negruzco, y las mayores pard..s, terminadas de blanco, sobre el qual tiene una taya parda en forma de Z . las guias de ¡as alas estáir variadas de gris pardo , de ceu- crento , de blanco, de pardo , y la mayor parte merecerían una descripción separada, en la que no puedo yo entrar, sin traspasar los Emites que me prescribe la naturaleza de esta obra : la cola es blanca , raj ada por medro de negruzco , y man- chada de un gris pardo sobre el blanco de Ls dos plumas del medio : el pico trra á roxo , desde su raíz has a la mitad de su longitud, y es negruzco en lo restante : los pies son de isa roxo pálido, y las uñas negras. Brisson , en el tom. V. pag. 100. deserrbe y hace representar en la lar». XFHI. fig. 2. una ave que lla- ma caballero pintado , la qual tiene muchas relacio- nes con el antecedente , y que se diferencia en ser al°o mas pequeña, en que los colores no es- tán distribuidos en un todo de la misma ma- nera , y en que , por lo general , reyr.a mas el gris en su plumage. i Acaso será esta una dife- rencia del sexo , ó una variación ó especie distin- ta? Gen. LXXV. Caballero variado. Briss. tom. V. pag. 103. lam. XVTl. fig. 1. Bel. Hist. nat. des Cis. pag. 208. Su tamaño y dimensiones son casi las mismas que las del caballero de p:es encamados. La coronilla de la cabeza es negruzca , y lo restante de encima de la misma parte , esta cubierto de plumas pardas por medio , y de gris por las orillas : la parte de arriba del cuello es de gris ; y las plumas del lomo negruzcas, y guarnecidas de rosado: el ovispillo de undenicientó pardo, con una mancha negruzca sobre el extremo de cada pluma : la garganta de un blan- C AB co rosado: la delantera del cuello y el pecho de un gris rosado ; y lo restante debaxo ¿el cuerpo de un blanco sucio tenido de rosado : las pequeñas cubier- tas de encima de las alas son negruzcas por medio, y de un gris pardo por las orillas : las grandes y mas inmediatas si cuerpo negruzcas, guarnecidas de roxo, y las grandes mas apartadas de él también negtuzcas, y circuidas de blanquecino, pero tan solo en su extremidad. No tiene mas que veinte y dos plumas en cada ala : las nueve primeras de un. pardo ntgruz.co , guarnecidas por la punta de blan- quecino ; bis nueve siguientes de un ceniciento par- do , guarnecidas de blanco ; y en fin , las quatro mas inmediatas al cuerpo negruzcas, y circuidas de rosado: la cola es de un gtis pardo resplandeciente, cortada tn su extremidad con una banda negruzca, terminada en color de rosa : el pico y los pies son negruzcos. 6 tn. LXXV, Caballero verde. Briss. tom. V. pag. 20 9. Desde la punta del pico á la de la cola tiene cerca de ocho pulgadas y media : la coronilla de la , cabeza es blanca: sus costados, garganta y cuello, son de un pardo obscuro: lo alo uel Ion, o , las plun.as tscapularias , y las cubicttas de sobre las alas titilen algo ce verdoso : lo inferior del lomo, el ovispillo , y lo inferior del cuerpo es blanco: las guias de las aias purpureas , y todas por la parte de afutra tienen cinco manchas anchas ana- ranjadas : las medianas son verdosas , excep.o la mas inmediata ai cuerpo que es bíanca : la cola es de color de purpura; sembrado de manchas ana- ranjadas : el iris amarillo , el pico del mismo co- lor : los pies de un amarillo verdoso , y las unas negras. Gen. LXXV. Este paxaro , singular en su genero por lo her- moso de su plumage , se encuentra en Bengala. . í Acaso será originaiio de la misma raza que algu- nos ele nuestros payaros caballeros , y la influencia del clima mudaría los matices fuscos de estas aves en unos colores lucidos y resplandecientes? En efec- to , i qué se necesita para esta mutación mas que tener los poros mas abiertos , una circulación mas viva, y unos xugos sutiles y mas penetrantes ? To- da vez que el fondo del mecanismo es el mismo, es muy verisímil que los accesorios no sean mas que eftéfo de las circunstancias: y ¿quántas aves no encontraríamos , que serán las mismas baxo de un plumage del todo diferente , si nos fuera posi- ble conocerlas de otro modo que por su exterior falso y engañoso? Nota. Estos páxaros son una especie de becaci- na , y por consiguiente dtl gen. LXXV. CABEZA MOHADA. Trupial macho del Senegal. Lam. 375, Trupial hembra del Senegal. Lam. 37 6. Cap-mote en Francés. El cabera morada es casi del tamaño del pico gor- do ó piñonero de Europa , y parecería en un todo semejante por su forma , á no tener el pico ntas largo ; pero dexando aparte la longitud , en lo de- mas el pico de ambos paxaros es dtl mismo modo, muy grueso , y muy ancho por su basa , comeo, reéto , y compuesto de dos partes casi igualmente gruesas , cuya parte superior se avanza en punca por C AB por medio , y por su nacimiento hacia la coroni- lla de la cabeza ; y asi juzgo que ambos pertenecen á un misino genero. Ll cabera monda tiene la coronilla de la cabeza, les lados de ella, y el cuello negros: este coior se prolonga en forma de punta en medio del cuello: la parte de atrás de la cabeza , y de lo alto del cue- llo es de un pardo apavonado: el lomo esta variado de amarillo aceytunado y de negro : el pecho , lo alio del vientre , y los costadcs son de un amarillo teñido de rosado: la parte inferior del vientre de un amarillo claro, y sin mezcla de roxo: las peque- ñas cubiertas de las alas son pajizas por arriba , va- riadas de algo de negro : ¡as grandes negras , ro- deadas de pajizo : las guias de las alas negruzcas, guarnecidas exceriormente de amarillo aceytunado: la parte de arriba de la cola de un pardo aceytuna- do, y la de abaxo de un amarillo claro. El pico es negro , y los pies pardos. La descripción que acabo de referir, se ha he- cho con arreglo á un individuo vivo que traxeron á taris de la costa de Africa. Dice Montbeiilard que las laminas iluminadas que se han presentado de los individuos de este ge- nero , fueron sacadas de algunos de dios que traxe- ron del Senegal , y que vivieron en taris : que el que se creyó ser la hembra , era uno nuevo que el *.gundo año tomó e¡ mismo plumage que el que se unia per macho. Estas dos aves tenían un canto algo agrio , pero muy gracioso , y mudaban dos veces al año. La caperuza morada se desvanecía por la muda de! otoño , dexando en su lugar un color amarillo; pero por la primavera volvía á recobrar su antiguo color. CABEZA ROXA O CARDENAL de América. Bkiss. tom VI. tupi. pag, 6 7. Um. IV. Gen. XXXI. Tanga) a pardo de América. Lam. 155. fig. 1. Rouge cap en Francés. Ei cabera ro\a es un ave del genero de los tan- gara 1 , y , con poca diferencia , del tamaño de un pintón : desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo seis pulgadas y tres lineas : de vuelo nue- ve pulgadas y tres lineas ; y sus alas plegadas llegan hasta cerca de la mitad de la cola : la cabeza , y la parte superior de la garganta son de un roxo muy vivo: la parte de abaxo de ésta de un coior de pur- pura obscuro : la de atrás de la cabeza y del cuello, el lomo , el ovispiilo , las plumas escapularias, y las cubiertas de sobre la cola de un negro brillante: los lados y delantera del cuello , como también to- do lo debaxo del cuerpo de un blanco muy hermo- so : las guias de las alas negruzcas , como también las de la cola : el medio pico superior pardo , el in- ferior blanquecino, y su extremidad parda: pies y uñas de gris. Este tan gara se encuentra en la Guayana, y en mucho tiempo no nos enviaron pieles de él sino tal qual vez ; pero ce algunos años á esta parte se han recioido muchas de ellas , lo que quizás dimanará de que este tanga, a no se dexe ver igualmente to- dos los años en dicha región , y que tan solo acu- dan muchos en cienos años, y en ciertas circuns- tancias. C A C 2 < J CABURE O MOCHUELO del Brasil. Bkiss. tom. i. pag. 4gS. Asió Brasuhnsis en Latín. í aboitre en Francés. Esta ave, indicada por Marcgrave, yá la que los Brasiuenses llaman ctibure , según se lee en su hist. Iras. pag. 1 1 x. es del genero XE ó del buho. No es mayor que un tordo , y sus alas plegadas lle- gan algo mas allá del nacimiento de su cola : la parte superior oel cuerpo esta variada de manchas blancas , muy pequeñas sobre caneza y cuello , y bastante grandes en las cubiertas Qe las alas, sem- bradas sobre fondo de un pardo férreo : la parte de abaxo del cuerpo es blanca, manchada de pardo ferreo : las alas son pardas , variadas de blanco : la cola también es parda , y rayada de blanco en forma de Z : el iris es amarillo , la niña negra, el pico pajizo , los pies cortos y cubiertos ce plumas ó de un floxel amarillo , y las unas ne- gras. Esta ave , según Marcgrave , se amansa fá- cilmente, y sus movimientos tienen algo de gra- cioso. CACASTOTOLT. Bkiss. tom. II. pag. 347. Cotinga Mexicana , sive cacastotol en Latín. Cacastol en Francés. El cacattoioli es un ave de América indicada por Hernández. , Hist. de Nucv, Rsp. pag. 4 6. cap. CLl- III. pero la descripción de este autor es muy corta para que pueda conocerse bien. Brisson le tiene por un catinga , y Montbeiilard lo aplica al genero del es- tornino. El diéumen de cada uno de estos amores esiá fundado , y tan solo la vista de esta ave, ó una descripción mas completa que la que ha hecho Hti- nandez sería lo que podría decidir , qual de los dos ha juzgado mejer del cacastotoít. Entre tanto nos debemos contentar con saber que el nombre Mexi- cano de esta ave es el de caxcaxtoiotl , y unir á esta palabra la idea de un páxaro del tamaño de un es- tornino , variado sobre todo el cuerpo de azul y negruzco , cuya cabeza es pequeña , y el pico pro- longado , los ojos negros , y ei iris amarillo , y cu- yo canto es muy desagradable : que se encuentra en México , y en algunos ctros parajes algo mas cálidos ; y en fin , cuya carne es de harto mal gusto. CACICAN. (el) Ave poco conocida, lata. 6i 8. Cafetean en Francés. Ninguno ha hablado hasta ahora de esta ave mas que el Conde de Bufion , de cuyos escritos sa- co lo que digo de esencial. La palabra cerdean se forma de cacique y de ton- can , é indica los dos páxai os con los qualcs tiene éste una semejanza muy grande. Semeja á los caci- ques en la forma del cuerpo , y en la delantera de la cabeza ó frente desnuda de plumas ; y á los toucanes en el tamaño y forma del pico que es redondo, ancho en su basa, y encorvado en su extremidad. El cachan es una especie nueva para nosotros: tiene cerca de trece pulgadas de largo , tres dedos delante y uno atrás : las piernas calzadas hasta el ta- lón: sus alas no exceden mucho el nacimiento de la Kk co- fíisioria Natura!. Tom, I, 2^8 C A C cola : la cabeza , el cuello , lo alto del pecho y el lomo son negros : el ovispillo , las cubiertas de so- bre la cola , y las debaxo del cuerpo blancas : las grandes guias de las alas negras, y la parte de jam- ba de sus cubiertas blancas , con algunas manchas negras oblongas en la dirección de las plumas : las plumas medianas de las alas, unas son negras, otras blancas : la cola negra, terminada de blanco ; el pico azulado , y los pies negruzcos. Si se juzga de esta ave por la lamina iluminada que la representa, la hendedura que el dibuxante ó grabador ha expre- sado mucho sobre los lados del pico y su punta , la forma de sus pies , y el conjunto de todo el cuer- po , la harían pasar por una picagrega de la sección de aquellas que Bullón ha separado del genero por lo voluminoso de su pico , y á las que el llama be- ta des ; pero esta similitud no la hubiera dexado de advertir este sabio, que sin duda h3 juzgado del animal con el individuo a la vista. CACIQUE AMARILLO del Brasil O YAPOU. Bkiss. iom. II. pag. 100. 1 cupial , llamado cacique amarillo del Brasil. La- mín. 184. Bei. tiist. nal. des Oís. pag. 191. Bfcl. Por!, des Gis. pag. 71. I os Franceses establecidos en la Guayana le lla- man cul-jaune ó culi-amarillo. Bthson ha comprehendido en el genero XIX. de su método á los íntpiale s y á los caciques. Los caraétéres que particularmente distinguen este gene- ro son los siguientes > ,, el pico en cono prolonga- ,, do , reéto y muy puntiagudo : las plumas de la „ basa del pico vueltas hacia atrás, y por consi- ,, guíente las narices descubiertas. “ Es verdad que los caraétéres que acaban de anunciarse , convienen igualmente á los trupiales, que a los caciques ; pero sin embargo , los últimos tienen algo de particular que basta para distinguir- los á primera vista. Es cierto que su pico es un cono derecho , prolongado y muy puntiagudo, pero á proporción es mucho mas grueso en su basa que el de los trupiales , y empieza á afilarse mas pronto hacia su extremidad , sin disminuir también gradualmente de grueso desde su basa a la punta. Las plumas de la basa ó nacimiento del pico están vueltas hacia atrás , y dexan las narices descu- biertas tanto en unos como en otros ; pero en los caciques nacen mucho mas lejos del nacimiento del pico, y en parte mas retirada de la cabeza : el pico, mejor redondeado, profundiza también la raíz mas hacia atrás, y se interna mas en el cráneo, cuya parte anterior está descubierta , y forma en estas aves una facción que parece tener alguna semejanza con aquella parte del rostro del hombre que se lla- ma frente. Según estos caraétéres que les son pro- pios, á saber , lo grueso del pico en su nacimiento, su dilatación hacia atrás , ó su anticipación sobre la parte superior del cráneo , por lo menos podrían los caciques formar una sección en el genero XIX. quando , según estos caraétéres , no constituyeran un genero aparee. El cacique amarillo es un ave muy común en la Cayena , donde se conoce con el nombre de culi- amarillo. Su tamaño varía en los diferentes indivi- CAC dúos , desde el de un páxaro mayor que la mcrla% hasta el de otro un tercio mas pequeño. Me he in- formado repeádas veces de sugetos que habian vis- to muchos de estos páxaros vivos , y que freqüen- temente habian muerto y preparado algunos de ellos , ¿ sí estas diferencias en el tamaño señalaban el sexó , ó constituían especies distintas ? En quanto a lo primero no me supieron responder ; y á lo segundo, todos aquellos á quienes pregunté me dtxeron que rio pensaban que los grandes y los pequeños caciques fuesen dos especies diferentes, porque se mezclaban y vivían juntos , y porque formaban bandadas muy numerosas en las que se vetan inuifeientemente individuos grandes y pe- queños. El cacique ó yapou tiene todo el plumaje de un negro brillante , a excepción de lo inferior del lo- mo, las cubkrtas.de arriba y debaxo de la cola , y las grandes cubiertas de ias alas que son de un ama- rillo muy hermoso; la cola es de. este ultimo color, desde su nacimiento hasta los dos tercios de su lon- gitud, y lo restante negro : el iris de un azul de za- firo , y la nina negra ; el pico es de color ue azufre pálido , y pies y ui¡a» negras. Los caciques por lo regular construyen su nido cerca de los lugares habitados : les dan una forma muy particular, y los cuelgan en las puntas de las ramas mas pequeñas de los arboles mas elevados: lo componen de filamentos de yerbas secas en. rela- zadas con crines ó pelos fuerces y duros ; le dan la ¡forma de una cucuiliia es.recha , y encima su alambique de cerca de diez y ocho pulgadas de lar- go , seis de las quales están llenas en lo 3lto del ni- do , y queda un pie de vacio ó de cabidad en lo restante cíe su longitud. Marc grave dice haber visto mas de quatroci.nios nides de estos colgados en un solo árbol , como también que ios caciques ponen tres veces al año. Entre una multitud de aves de esta especie re- mitidas de la Cayena, no he advertido que se dife- renciaran por los colores del plum. ge ; sin em- bargo , los autores que han hablado de ellas han dado unas descripciones y figuras , según las qua- les no se puede dudar que los caciques están suje- tos á algunas variaciones , que consisten en tener mas ó menos amarillo en el plumage , y éste mas ó menos obscuro. CACIQUE CRISTADO. Lam. 344. Este cacique , desde la punta del pico á la de la cola , tiene diez y ocho pulgadas de largo , y su grueso es proporcionado a su longitud : su plumage es de un negro obscuro , á excepción de la parte inferior del lomo, y las cubiertas de encima y baxo de la cola , como también la parte inferior del baxo vientre que son de un castaño purpureo; las alas plegadas se extienden , poco mas o menos, hasta el tercio de la cola : sus guias laterales son de un amarillo obscuro de cidra, algo desiguales, y las dos del medio de un negro muy hernioso ; las plumas de la coronilla de la cabeza son por detras mas largas y mas estrechas que las otras , y forman un copete caído y pendiente hacia atrás , que el ave levanta á su arbitrio ; el pico tiene dos pulgadas de largo , y es de un color de marfil que par.icipa algo C AC de amarillo : los pies , los dedos y las uñas son ne- "ras. Los habitantes de la Cayena dan á esta ave el nombre de cacique de los grandes bosques. En esta especie, como sucede en la del cacique amarillo, hay algunos individuos lo menos un tercio mayores que los otros. Gen. XIX. Cacique de la Luisiana. Lam. 646. Cassicus Ludowensis en Latín. Cassique de la Louisiane en trances. No tiene mas que diez pulgadas de largo : las plumas de la cabeza y del cuello son blancas : el resto del plumage variado de blanco , con visos de violeta y verdoso : las grandes guias de las alas casi del todo negras , y en sus puntas algo de blanco : las de la cola también negras , y los ex- tremos blancos: los pies negruzcos, el pico negro, y un poco arqueado. Este ultimo caraóter me inci- tarla á colocar esta ave entre los caciques , y á re- ferirla al genero XIX. del método de Brisson. Esta es una especie traida de la Luisiana , y de la qual todavia solo han venido muy pocos individuos. Creo , pues , que se deben hacer nuevas observa- ciones p ara decidir con certidumbre á qué genero deba atribuirse esta ave , que quizas será una varia- ción de un trupial negro, y cuyo diétamen me pare- ce harto probable. Véase Trupial negro. Cacique roxo del Brasil ó el Jupuba. Lam. 481. Briss. toen. II. pag. 98. lam. F1II. fig. 1. El cacique roxo es un tercio mayor que un mirlo. Su plumage es de un negro obscuro y brillante, excepto ¡o inferior del lomo y las cubiertas de en- cima de la cola que son de un roxo vivo y res- plandeciente: el pico es de color de azufre pálido, y pies y unas negras. Marcgrave parece haber tenido esta ave por Una variación del ya¡ou ó del cacique amarillo • por- que haciendo la descricion de las aves de esta espe- cie , dice que hay algunos enteramente negros, ex- cepto el ovispillo que es de un roxo sanguineo, Montbeillard es del mismo didamen , y las perso- nas que en mi juicio podian darme algunas noticias acerca de los caciques á quienes lo he preguntado, me han dicho que los caciques rosos viven en banda- das con los amarillos , que construyen su nido del mismo modo, y sobre los mismos arboles, pero que no son tan comunes. No será, pues, la confor- midad en los hábitos , y la freqúentacion de las es- pecies , lo que habrá inducido a Marcgrave á tener los caciques amarillos y los del ovispilio roxo , por variaciones unos de otros. Aquella oposición de co- lor , aquella falta de manchas sobre las alas , con aquella uniformidad de negro en toda la cola , y en fin, las diferencias de los dos caciques en unas aves que viven de la misma manera baxo el mismo clima y de condiciones del todo iguales , parece que anuncien a¡go mas que una simple variación; bien que no se sabe la causa de esto , á no ser que consista en el camino regular de la naturaleza que parece dirigirse hacia la uniformidad en las especies, Vease Cacique amarillo. Historia Natural. Tm, l. CAI 259 Cacique verde de la Cayena. Lam. 318. Este cacique es del tamaño de la corneja : su plu- mage , tanto por arriba como por abaxo , es de un verde de aceytuna , mas obscuro en las partes superiores. Lo alto de las piernas , hacia la rodilla, el ovispillo , la parte inferior dtl vientre, y por de- baxo ue ¡a cola son de un pardo claro ; tn la extre- minad de las grandes cubiertas de las alas tiene al- gunas manchas del mismo color , y las guias son de un negro cárdeno y lavado , o de un pardo obscuro : Jas dos plumas del centro de la cola son pardas , y las laterales de un an arillo muy vivo: de la coronilla ó vértice de la cabeza salen dos plu- mas estrechas y aceytunadas, que en algunos indi- viduos tienen dos pulgadas de largo , y en otros cerca de tres , nacen las dos juntas , y siguen una dirección muy divergente : el pico es muy an- cho en su basa , y en el nacimiento de la parte su- perior tiene una prominencia deprimida y chata, redonda por los lados y por detrás, que se prolon- ga hasta el tercio de la cabeza : es de un color par- do lavado , y lo restante de él de color de marfil amarillazo; y los pies, dedos y unas negras. El di- buxante ha omitido en la lamina iluminada que re- presenta esta ave, las dos pjumas largas que tiene detrás de la cabeza , y en general ha exagerado los colores. Entre las aves del Perú que se enviaron 4 preparar a París , y estaban destinadas para el Ga- vinete ele Madrid, he visto muchos caciques seme- jantes á este de que tratamos, y que tan solo se diferenciaban en que el color verde aceytuna era mucho mas obscuro y tiraba á paido. Un. XIX. ** CAGA ACEYTE. Paxaro pequeñito pintado de varios colores hermosos , que suele deponer una especie de agua aceytosa de donde le viene el nombre. ** CAGARRACHE. Especie de estornino de zan- cas largas , y el color de la pluma pardo obscuro y blanquecino. CAHU ITALIA, Finge al rio de las Amazonas, pag. 174. i case Kamicht. CAICA , (el) O PERIQUITO DE CABEZA NEGRA de la Cayena. Lam. 174. Vsitaeula capitis nigri en Latín. Caica en Francés. El caica es una especie de periquito de cola corta del nuevo Con inente, y del número de aquellos que Buflon llama perrkbes ó pericos. Del caica y del maipuri hace este sabio una subdivisión en la clase de los pericos de los quales difieren por su mayor tamaño. Sin embargo el caica no es tan grande como le representa la lamina iluminada : es ma$ pequeño que el maipuri , al qual se parece muy poco en su tamaño , y es* ave muy rara en la Cayena. En el primer viage que hizo Solini de Manon- cour , cjgsde esta colonia a Francia , traxo un caica , que me enseñó , y le compré junto con otros páxa- ros ; auuque después no lo he vuelto á ver. No obstante , según la relación que Manoncour ha he- cho después de su segundo viage á la Cayena , el (alea va á ¡a Guayana todos los años por el mies de Kk i Se- 260 CAL Setiembre y Oólubre ; pero no hace mas que pasar sin que se sepa be donde viene , ni adonde va. ti caica tiene la paite de arriba , la de atrás, y los lados de la cabeza negros , y este co.oi se extiende formando punta soDie los dos lados del cuello , cuya pane de atras , la de delante , y la que esta baxo de los apéndices de la toca negra de los lados, como también la garganta, son de un amarillo pavonado , mas baxo por ia parte de atras del cuello, y mas claro por la de delante : las plumas están rodeadas de una lista negra muy ancha por los lados y delantera del cuello , y muy estrecha por detrás : el resto del plumage es de un verde resplandeciente , con algunos visos de otro verde azulado brillante en la extremidad de las guias de la cola , las ocales terminan en punta , y son des- iguales por ir en diminución de lo exterior a lo in- terior, lo que la hace ahorquillada: las grandes guias de las alas son negras , con alguna mezcla de viola- do : enmedio de cada ala , y sobre el nacimiento de las guias tiene una mancha oolonga de color pavonado situada obllquamente : el pico es ne- gruzco , avivado con algo de roxo ; y los pies de gris. Gen. LUI. CALADRE. Ave parecida á la calandria} ó una simple variación de ella. CALAMON. Ta’cvc de Madagascar. Lam. Si o. Briss. tom. y. pag. 5 u. lam. XLU. fig. I. Ge- no» l xxx y 11. H'¡st. de la Acad. tom. III. pag. 35 . fig. P l*m. 84. Porphyrio en Latín. Poulc-sultane , o porpbirioit en Francés. Los calamones son aves de nuera que tienen mucha conexión con las pollas di agua 3 pero sin embargo se diferencia bastante para formar un ge- nero separado, bus caracteres son: Qua.ro dedos sin membranas , tres delante, y uno atrás. La parte inferior de las piernas sin plumas. El pico de figura cónica , y chato por los lados: la frente calva. También difieren de las pollas de agua en que tientn los dedos mucho mas largos y sin mem- branas. En Europa solo se conocen los calamones en las regiones meridionales; y éste de que tratamos se halla también en las costas de Africa , en Ma- dagascar , y en varios parages de Asia. Por lo común habitan es. as aves en tos climas mas calidos de ambos Con. inentes. El adaman es casi del tamaño de la gallina : desde la punta del pico á las de las uñas tiene cer- ca de dos pies : su vuelo ts de dos pies, quatro pulgadas y seis lineas , y sus alas plegadas igualan con la cola. Tiene la frente desnuda hasta ti centro de la coronilla de la cabeza , y cubierta de una membrana giuesa de un roxo obscuro: lo restante de 1a cabeza , y lo posterior del cuello de un viola- do brillante : el lomo , el ovispillo , las plumas es- c pularias , y las cubiertas superiores de la cola tk un verde obscuro y lustroso : las mexillas , la garganta , y la delantera del cuello de un azul de violeta: el pecho, el vien re , lo alto de las pier- iu> y los costados de un morado brillante : las plu- CAL mas de las alas del n.ismo cclor por Ja parte de afuera , y ce un pardo negruzco por la de ade; tro: las mas inmediatas al cuerpo de un verde obscuro: la cola dtl mismo color : el iris leonado: el pico de un roxo obscuro; y la parte desnuda ae las piernas, los pus y las unas roxas. tsta ave eia ya conocida por los antiguos quie- nes la dieron el nombre ue porjbyáo , y tos Roma- nos la conducen de Africa, y la mantenían por ra- zón de su hermosura. El Marques ue t\esle tuvo un calamón vivo en París , y según las observaciones del Conde de Buaon era un ave muy mansa, mu;, inocente, y al mismo tiempo muy tímida , fugitiva , amante y propensa a ia soledad y parages ocultos. Qnando alguno se acerca a ella da un grito de espanto, con una voz, fr mero harto baxa, cespites mas aguda, y que termina en dos o tres gritos de un sonido sor- do é interior. Parece que prefiera las frutas y raí- ces, particularmente las de la escarola y achicoria, á qualquier cao alimento , aunque también co- me grano ; pero habiéndole puesto pescado lo co- mió con mucha ansia : remoja en el agua repetidas veces el alimento; y aunque el pedazo sea grande lo coge con el pie, y lo sujeta con los dedos te- niendo el pie digo levantado. El citado jyi rqt.es cíe Nesle había traído de S» cilia dos calamón ss , uno macho y otro hembra que era algo mas chica : este par anidó en París en la primavera del año de 1778. ambos trabajaron de concierto en la construcción dtl nido, que coloca- ron á alguna distancia de tierra en un resalto de una tapia , y lo formaron de raninas y de mucha porción ue paja. La hembra puso seis huevos blan- cos y redondos del grueso de una media bola de villar; y no habiendo sido puntual en empollarlos, se ios pusieron a una gallina, aunque inútilmente. Sin duda podría esperarse o.ra nidada mas ftliz, y basta este extmplo para creer que no serla dificil acostumbrar esta ave al estado de mansedumbre, y que tal vez multiplicaría en ti, y nos enriquece- rla de esta hermosa especie , igualmente digna de ser apetecida por su gentil ademán , por lo hermo- so de su pluma , y por lo suave ue su condición. Calamón (pequeño). Briss. tom. y. pag. 5 16. lam. XLIV, fig, s. Ge- nero Lxxxyu. Es algo mayor que la ronca de agua : su longitud de catorce pulgadas y once lineas ; y tan seme- jante al caíame n común en los colores de su pluma, que, para obviar repeticiones, me remito a la descrip- ción referida; pues la única diferencia que hay en. re los dos, se reduce á que tn és.e les dos primeros tercios de! pico son roxos, y lo restante amarillo. Hallase en la Guayana, y stgun Brisson, en las in- dias Orientales. Es muy faétibk que las aves de ri- bera sean efusivamente unas mismas tn las regio- nes de ambos Continentes que se corresponden por el temperamento , y las aquaticas suministran un gran número de exemplos de identidad tnrre las especies que habitan en países cor espondientes en ambos hemisferios , sin que se encuentren en los paises intermedios. Calamón ce cabeza negra, Briss. tom. V. pag. ji6.Pifi.it ASINA U. O CAL Calamón de la China. Lam.%96. Vcasc Calamón PARDO. Caiamon de Madras. Briss. tom, V, pag. 543, Vcasc Angoli, Calamón manchado. Briss. tom, V. pag. 538. Gen. LXXXVII, Porpbirio mevtus en Latín. Crinctte en Francés. Tiene la delantera de la coronilla cubierta de una membrana azafranada, y lo superior del cuer- po vestido de plumas de color negruzco , varia- do de roxo , y perfiladas por fuera de este ultimo color : el buche de un ceniciento azulado ; la delan- tera del cuello y el pecho con pintas negras sobre fondo acevtunado : el vientre, lo inferior del ala, y lo superior de las piernas bermejizos: los costa- dos rayados de pardo y blanco : las guias de las alas de un color negruzco con matices roxos : las plu- mas grande* de la cola son del mismo color , y las dos intermedias están circuidas de blanco : el pico de un verde amarillo , y los pies de un verde baxo. Este calamón se halla en Italia donde le dan va- rios nombres , y entre ellos el de grincta. Calamón pardo. Calamón de la China, lam. 8 96. Esta es una especie nueva indicada por el Con- de de Bufión , que tiene cerca de diez y seis pulga- das de largo : todo lo superior del cuerpo de un ce- niciento negruzco : el vientre roxo : la garganta, la delantera del cuello , el pecho , y el cerco de los ©jos blancos : la mancha de la frente pequeña, y de un roxo harto vivo ; y el pico , los pies , la pane desnuda de las piernas- , y las uñas amari- llazas. Gen. LXXXVII. Calamón roxo, Vcase Esmirlng. Calamón verde. Briss. tom. V, pag, 5 19. Gen, LXXXVU. No es tan grande como el calamón pequeño : su longitud , desde la punta del pico á la de los pies, es de catorce pulgadas y nueve lineas : la membra- na que cubre la frente de up verde amarillaz.o : lo restante de la cabeza , lo posterior del cuello , y todo lo superior del cuerpo de un verde obscuro; las mexillas, la garganta, la delantera del cuello, y toda la parte inferior del cuerpo blancas: las guias de las alas del mismo verde que lo superior del cuerpo por el lado exterior , y de un cenicien- to obscuro por el interior : las mas inmediatas al cuerpo son verdes por ambos lados : la C0I3 de un verde obscuro ; el pico de un verde amarillazo: la parte desnuda de las piernas y los pies de un par- do amarillazo , y las uñas pardas. Brisson que ha dado a conocer esta ave dice que se halla en las In- dias Orientales. CALANDRIA O ALONDRA (grande). Lam. 3*3. ¡ig. 2. Briss. iom. 111. pag. 352. lam. XX. fíe. 1. Bel. Hht, nat. des Gis. pag. 270. fig.y pag. ijl. Bel. Port. des Gis, pag. 66. ÍD'M.'.glan.part. II. pag. m.fig, 1 68. / llanda majar en Latín. Calandre v grosse alouette en Francés, í ialandcr , galander en Alemán, Cbalandra en Inglés, (4 falandna tiene Ut mismas costumbres que la CAL 261 alondra , como también un canto muy agradable , y la habilidad de imitar el de muchos otros páxaros, y de hacer diferentes sonidos, si quando nueva los ha oido con mucha freqüencia : no se acomoda con facilidad a la mansedumbre ; pero quando está hecha á ella, no cesa de cantar , y hay muy po- cos páxaros que en quanto á esto puedan igualar á las calandrias. En Francia solo se encuentra en las provincias meridionales ; también se halla en Ita- lia , en España , y en las cercanías de Alepo , y ge- neralmente parece limitada á los países cálidos. Edwars ha dado el diseño de una calandria que se encontró en la Carolina , que es la misma que habita en las regiones meridionales de la Europa, y mucho mayor que la alondra regular. La calan- dria , desde la punta del pico á la de la cola , tiene siete pulgadas y tres lineas , y trece pulgadas y me- dia de vue lo ; sus alas plegadas llegan casi hasta el extremo de su coL, y su pico es, á proporción, mas corto y mas grueso que el de la alondra : rompe el grano con que se alimenta en vez de tragarlo ente- ro y sin desmenuzarlo, como lo hace la alondra: toda la parte de arriba del cuerpo está interpolada de pardo y de gris: el primero de estos dos colores ocupa el centro de las plumas , y el segundo las ro- dea : la garganta es blanca , y baxo de ella tiene una raya transversal negra que forma una especie de co- llar : la delantera uel cuello y el pecho son de un blanco sucio, salpicado de algunas manchas negras: el vientre blanco : los costados de un pardo rubi- cundo : las guias de las alas pardas por la parte exterior y por su punta , y guarnecidas de blan- quizco por fuera ; y las demás plumas pardas tam- bién por la parre exterior , guarnecidas de gris , y terminadas de blanco ; las dos plumas del centro de la cola son de un gris pardo ; las laterales están variadas de negruzco, de gris y de blanco , siguien- do la dirección de las plumas ; y las dos exteriores, una de cada parte , son blancas por fuera en toda su extensión , como también desde la punta de la parte interna hasta la mitad de su longitud , y ne- gras por arriba : el pico , los pies y las uñas son de un gris blanco. Gen. XXXIX. Calandria del Cabo de Buena Esperanza. Vcase Corbata amarilla. CALANDR0TA. Lam. 440. Vcase Torso. CALAO. Hydrocorax en Latin. Calao en Francés, Este es el nombre genérico de muchas especies de aves de bastante magnitud , y muy notables por la forma singular de su pico. Algunos naturalistas han llamado á los calaos páxaros rinocerontes aunque comunmente tan solo se aplique este nombre á una especie de este genero. Todos los cataos pertenecen al antiguo Conti- nente , y solo se encuentran en las regiones mas cá- lidas : tienen tres dedos delante y uno atras , el del medio sumamente unido con el exterior hasta la tercera articulación , y con el interior hatta la pri- mera : el pico es muy grueso , pero débil , y de una substancia floxa y sujeta á deshojarse, largo, encorvado como una hoz , y dentado en lo largo de sus botdes. Los calaos , generalmente tienen los pies corto», y los dedos muy gruesos, mal traza- 262 CAL dos, y poco proporcionados al volumen del cuerpo que han de sostener: su pico, incomodo por su p so , y de forma nada apta paia los usos a que se destina, esta freqikntemente sobrecargado de al- gunas excrecencias que no parecen propias mas que para aumentar el peso é impedir ¡os movimientos, parece , pues , que la forma de estas aves sea poco apta para andar , para pararse en arboles , para sos- tenerse , y aun para coger la comida de que tienen necesidad. A nuestra vis.a parecen unos seres trata- dos poco favorablemente, y en algún modo infor- mes y desgraciados. Pero, «¡conocemos acaso la na- turaleza pata juzgar según lo que se ve , y para po- der estar seguros de que las apariencias no nos deslumbran ? i Sabemos quai sera la relación que se encuentre entre estas formas exteriores , mons- truosas a nuestro parecer , y la organización in- terna ? < iSi qué conexiones poelru haber entre las necesidades , ¡a naturaleza dei clima, y las circuns- tancias que enmanan de los lugares , ele la calieiad de los alimentos , y de este pico que nos parece tan disforme en los calaos , de los quales no cono- cemos mía cosa que alguna parte de sus despojos? Yo no puedo representatnie al genio de la natura- leza haciendo algunos ensayos, ni ver á los calaos ai borde de esta linea, mas alia de la qual un sin número de seres , efedto de las tentativas efe Ja fuerza criadora , han perecido, por no haber cor- respondido su organización a sus necesidades. Me parece que la nacuraleza , ocupada en ti pensa- miento de la creación , todo lo ha provisto y co- nocido de antemano, y ha calculado las semejan- zas y relaciones entre las partes y el todo , entre las necesieiades y los medios : nada ha podido sa- lir imperfecto de entre sus manos , deforme ni incapaz de conservar la vida , que era el fin y el producto de su pensamiento. Una parte de los ani- males ha sido destinada para vivir en movimien- to y en acción , para invadirse y defenderse , y otra para poblar los lugares quietos y pacihcos, en los que se píese man los alimentos sin que haya mucha necesidad de buscarlos , y sin comprarse á costa de ribas ; y tocios han recibido de la mano creadora los órganos de que necesitan , y que cor- responden al obj.to que deben henar. El agúala. con su vista perspicaz , con lo ancho de sus alas, armada efe garras, y de un pico cortante dtbia arrojarse desde lo alto de los ayres sobre la presa y uespedazarla ; y los calaos con el pico pesado, pero lar, o , ancho, y en forma de media luna, de- bían desprender los frutos de los arboles que les produxesen , alcanzarlos desde muy lejos, y con el peso del pico hacerlos caer fuego que les tocaran, sin ser necesario otro trabajo que el de cogerlos y tragarlos , sin haberlos de machacar ni romper : es- tos, pues, debian habi.ar en una región cubierta de árboles siempre cargados de frutos , y el aguda en los peñascos , y en las cumbres heladas y estériles de las montunas desde donde tendria ne- cesidad de arrojarse por descubrir su presa en las llanuras. Los edaos son del genero LXI. del método de Brisson , quien los llama en latin , aunque con mu- cha impropiedad , cmvus radicas j pero los calaos no tienen relación alguna con los cuervos , ni habitan CAL en las orillas Je las aguas como parece indicarlo el nombre de hydrocorax , sino que son aves terr es- tres que se alimentan de frutas , como ios ¡ou~ canes, que ai parecer los representan en el nue- vo Comineare. Cacao. Bkiss. tom. IV. pag 5 66. Víase Cuervo de las Indias , ele Bontius. Calao ere Abisuria. Lam. 77 9. Es una de las aves mayores de este genero: tiene de largo tres pies y dos pulgadas : toelo su plumuge es negro , excepto las guias de las alas que son ola: cas , y las rectrices , como también una parce cíe las cubiertas , cuyo color es de un pardo leonado obscuro : el pico tiene nueve pulga- das de largo , esta algo arqueado , llano , compri- mido por ios lacios , termina en punta roma , y es todo negro , a excepción de lo alto de la parte su- perior, donde en cada lado campea una mancha ro- xa : en su basa riene una prominencia de dos pul- gadas, y media ue diámetro , y de quince lineas de ancho por su raiz, de la misma substancia que el pico , aunque mas blanda , de modo que quando se aprieta el dedo tede sin resistencia : la altura del pico, medida vtr.icalmente, y junco con la promi- nencia , es ele tres pulgadas y ocho lineas : los pies son negros : los parpados están guarnecidos de pe- los largos ó pestañas , y una piel desnuda de un pardo violado rodea sus ojos , y cubre la gar- ganta y lo alto de ia delantera del cuello, o ene- ro LXI. Cacao de casquete redondo. De esre calao tro se, conoce mas que el pico re- presentado en la lamina iluminada 933. Tiene seis pulgadas de largo, es casi recto , y sin dentaduras, y en, mecho de la parte superior se ñora una pro- minencia <-n forma de casquete de dos pulgadas de alto , algo comprimida per los lados , y casi redonda, que se extiende hasta el occipucio. Esta prominencia, medida con el pico , tiene quatro pul- gadas de alto , y ocho de circunferencia , y es de un roxo de bermellón. Calao de Gingi. Viage a las Indias y a la China , tm.ll.pag- - iT- lurn. izo. Desde la punta del pico á la de la cola tiene dos pies : el pico es muy largo y muy encorva- do : en Ja paree de arriba de su basa se forma una excrecencia que se dirige hácia dtlan e for- mando como un segundo pico de la mitad de la longitud del primero : la cabeza , el cuello , el lomo , y lo alto ele las alas son de un gris par- do , y enmedio ele cada mexilla tiene una banda ancha transversal negra : las guias de las alas son negras : la pane de abaxo del cuerpo blanca: las dos plumas grancies del centro de la cola , y las mas largas ele un gris parco , terminadas de negro : las laterales negras en las tres quartas par.es de su longitud , barradas después de pardo, y terminadas en blanco : el pico negro , guarne- cido de blanco por arriba y per abaxo , y los pies negros. Se encuentra en la costa de Coroman- del. Gen. LXI. Caiao de la costa de Malabar. Viage a las Indias y a la China , tom. II. pag. ZI5. lam. ni. Mr, Sonnerat nos adviene que este calan di- CAL difiere poco del que el Conde de Bufón ha des- eripto baxo el mismo nombre, y en electo no en- contramos bastante diferencia para hacer dos es- pecies. ► Cacao de la Isla de Panay. L am. 780. el macho, 781. la hembra. Calao de peo aneciado de la Isla de panay. 1 ¡age á la nueva Guinea, pag. 125. lam. 82. el macho, í ?. la hembra. Esta es un ave indicada y desenpta por Sonne- rat. ,, Macho y hembra son del mismo tamaño , y , poco mas ó menos del de un cucivo grande de * Europa. Su pico es muy largo , dentado en lo „ largo de sus bordes , y lleno de sulcos oohquos ,, en los dos tercios de su longitud : la parte conve- „xa de los sulcos es parda, y las hendeduras de ,, color de oropimente: lo restante del pico es liso, „ y pardo por la parte de arriba, y en su raiz tiene „ una excrecencia de la misma substancia que el „ pico , llana por los lados , cortante por arriba, „ y por delante cortada en ángulo redo : esta ex- ,, crecencia se acaba á la micaa de la longitud del „ pico.... El ojo está rodeado de una membrana „ parda y sin plumas. El parpado tiene un circulo „ de pelos fuer.es y ásperos que forman unas ver- „ daderas pestañas , y el iris es blanquecino. El nia- ,, cho tiene la cabeza, el cuello, el lomo, y las „ alas de un negro verdoso , cambiante en azulado, „ y la hembra la cabeza y el cuello blancos , a ex- cepción de una mancha ancha triangular que se „ extiende desde la casa del medio pico inferior y „deiras del ojo, hasta la mitad del cuello, atrave- ,, sando sobre los lados : esta mancha es de un „ verde obscuro cambiante como el cuello y el lo- ,, nio del macho. En ambos sexos es de un roxo „ claro lo aho del pecho y el vientre , y los mus- 3, los de un roxo pardo y obscuro : entrambos tie— ,, nen diez plumas en la cola, de un amarillo rosado „ en los dos tercios de su longitud , y negras en el „ tercio inferior : los pies son de color de plo- ,, mo. tc Gen. LXl. Calao de las Filipinas. Briss. tom. IV. pag. 5 £8. poco mas ó menos es del tamaño de una pava ; pero á proporción es mucho mayor su cabeza . el color de ésta, de la garganta , del cuello, de las plumas escapularias , de Ls cubiertas de sobre las alas, y de todo lo de encima del cuerpo es negro: el pecho , y todo lo de abaxo de el blanco : las puias del ala son negras , con una señal blanca , y las tle la cola todas negras, á excepción de las dos exteriores que son blancas: los pies son veulosos. el pico es la parte mas notable de su cuerpo , por- que tiene nueve pulgadas de largo, y en su raiz ocho lineas de grueso : encima del medio pico su- perior se levanta una excrecencia de seis pulgadas de largo , sobre tres de ancho , y se extiende hacia atrás sobre la parre superior de la cabeza redon- deándose; al contrario se prolonga hacia delante en forma cóncava por arriba , y termina en dos ángu- los avanzados : las venranas de las narices están colocadas en el na«n*iento del pico debaxo de esta excrecencia , cuyo color y el del pico tira á roxo. En las transacciones filosofeas , num, 285 .orí. III. CAL 263 se encuentra la descripción de un calao de las Fili- pinas que tiene mucha semejanza con el precedente; pero que con todo difiere bastante para que se deba tener por una variedad o una especie distinta. Tiene el vien.re negro : el lomo y el ovispilio de un ce- niciento parco , y cabeza v cuello roxos : el pico tan solo tiene seis á siete pulgadas de largo , y sos- tiene una excrecencia a manera de casquete de seis pulgadas de largo, y de terca de dos de ancho : el pico es diafano , y de color de cinabrio : los pies roxos : la cola blanca , y de cerca de diez y ocho pulgadas de largo • las guias de las alas amari- llas : los Indios veneran esta ave , que según ellos dicen, peleó contra la grulla, y después de haber obtenido la victoria la obligó á retirarse a las tier- ras húmedas ; su voz semeja menos a la de un ave, que al mugido de un becerro. Gen. LXL Calao de las Molucas. Lam, 2S3, Briss. iom. IV. pag. 5 66. lam. XLV. Es del tamaño del gallo, y su longitud de dos pies y quatro pulgadas desde la punta del pico á la de la cola : tiene de vuelo dos pies y dos pulgadas y media, y sus alas plegadas llegan hasta los dc¿s tercios de la longitud de la cola : la raiz del pico tiene cinco pulgadas de largo, y dos pulgadas y me- dia de grueso : L parte superior de la cabeza y los lados son negros : la garganta del mismo color, circuido de una linca curva de cerca ce nueve li- neas de ancho , y de un gris blanco sucio : la par- te de atras ele la cabeza y el cuello de un castaño claro : el lomo y el ovispilio pardos , como tam- bién las plumas escapularias y las cubieitas de sobre las alas : las de encima la cola , y debaxo de las alas negruzcas , mezcladas de gris ; y estos dos colores reynan igualmente sobre el pecho , en lo alto del vientre y" en los coscados: las piernas son de un. par- do leonado , y la parte inferior del vientre y las cubiertas debaxo de la cola de un leonado claro: las alas negras , pero las plumas medianas están exteriormeme guarnecidas de gris : la ceta cte un gris blanco sucio : el pico ceniciento obscuio ; y encima de su parte superior tiene una carnosidad redonda por detrás , chata por arriba , blanque- cina y de la misma substancia que el pico : los pies son de gris pardos , y las uñas negras. Ge- nero LXL Calao de Malabar. Bullón describe esta especie con sumo cuidado, y con muchas circunstancias sacadas de un indivi- duo que se mantuvo algún tiempo vivo en París, y asi este artículo solo será un extracto de sus ob- servaciones acerca de este calao. Es del tamaño del cuervo, v su longitud de cerca de tres pies: su pico tiene ocho pulgadas de largo , y dos de ancho, está arqueado en quince lineas , termina en pun- ta roma, y es de substancia corneal y casi huesosa. Un segundo pico , ó una excrecencia que lo pare- ce , sobrepuja al verdadero : esta excrecencia está pegada y tendida siguiendo la encorvadura del pico verdadero , y se extiende desde su basa hasta dos pulgadas antes de llegar á la punta : se levanta co- sa de dos pulgadas .y tres lineas , y se parece á un verdadero pico tronchado y cerrado per su punta; no está asido ai cráneo : su substancia es iloxa , li- ge* 264 CAL gera , y por dentro llena de ¿elditas : su color ne- or0 desde la punta hasta tres pulgadas mas arriba: en la raíz del pico verdadero tiene una raya del mismo color , y todo lo restante es de un blanco pajizo. Una piel blanca y arrugada rodea por debaxo la raíz del pico verdadero : los ojos están ciicuidos de una piel negra ; unas largas pestañas arqueadas hacia atras guarnecen los parpados : el ojo es de un pardo encarnado : la cabeza parece pequeña á proporción del pico que sostiene; y generalmente la íigura , su modo de andar , y toda la configura- ción de esta ave parecen un compuesto de los ca- radores y movimientos de la groja , del cuervo , y de la urraca. Las plumas de la cabeza y del cuello son ne- gras , como también las del lomo y de las alas, y todas tienen un leve viso de violeta y verde : en algunas de las cubiertas de las alas se advierte una bordadura parda de disposición irregular : el estómago y vientre son de un blanco sucio : las alas negras , y la punta de sus mayores guias blan- ca : los" pies son negros , gruesos y muy cubiertos de escamas anchas. El individuo observado en París comía algu- nos vegetables , y también carne cruda : cogia los ratones : repecia frequentemente un graznido sor- do , y de quando en quando se le oia una especie de cacareo igual al de la pava ó gallina de Indias que va guiando á sus polluelos : sentía mucho el frío y buscaba el calor. Gen. LXI. Cacao de Manila. Lam. 891. Es:a es una especie nueva que compone par- te de la rica colección del Real Gavinete de Francia. El Conde de Bufibn describe este calta en los términos que voy á referir. „ Esta ave no es mucho mayor que el todp. „ tiene veinte pulgadas de longitud : su pico dos „ pulgadas y media de largo , menos encorvado „ que el del , sin dentadura , pero harto cor- „ tante por los bordes , y mas puntiagudo : en él „se advierte un ligero festón levantado y adhe- „ rente á la mandíbula superior, que solo forma ,, una simple hinchazón : la cabeza y el cuello son „ de un blanco lavado de pajizo , algo ondeado „ de pardo : en cada lado de la cabeza sobre las „ orejas tiene una plancha negra : la parte de arri- „ ba del cuerpo es de un pardo negruzco , con algunas fi anjas blanquizcas arregladas sutilmente „ en las guias de las alas , y la parte de abaxo „ es de un blanco sudo : las plumas grandes de la ,, cola son del mismo color que las guias de las „ alas , á excepción de que están cortadas trans- e, versalmente por medio con una banda roxa de „ dos dedos de ancho. “ Añadiré á esta descripción , según lo que se no- ta en la lamina iluminada , que las alas y el fondo del color de la cola son de un pardo negro : el pi- co de un color de carne pálido , y los pies par- dos. Gen. LXI. Calao de pico cincelado. Vi age á la nueva Guinea , pag. 113, Vease Calao de la Isla de Panay. CAL Calao de pico negro dd Senegal. Lam. 890. Brisa, ton. ¡V. pag. 573. léase Tock (el). Calao de pico roso del Senegal. Larri, z6o, Briss. tum. IV. pag. 575. Vease Tock (el). Calao rinoceronte. Lam. 9$ 4. Solo se ha re- presentado el pico. Calao de las Indias. Bkiss. tom. IV. pag. 571. Es mucho mayor que el cuervo de Europa, y su plumage enteramente negro. El pico nene diez pulgadas de largo ; es rexo en lo ah o de su p3rte superior , y pajizo cerca de la punta , co- mo también su parte inferior : sobre la basa del medio pico superior tiene una excrecencia de subs- tancia corneal vuelca hacia delante hasta la mi- tad del pico , desde donde tuerce y luego se en- corva en forma de cuerno; esta prominencia tiene ocho pulgadas de largo , y quatro de ancho por su basa ; va en diminución y remata en punta ro- ma : esta v-iiada de roxo y amarillo , y como bi- partita por una linea negra que se extiende por ca- da lado en toda su longitud. Gen. LXI. Calarse las aves, (cetr.) Es baxar rápidamente y echarse sobre alguna cosa para hacer presa de ella. Calderuela ó Barredera (red), (caza) Traineau en Francés. Es una red atravesada con un palo por cada una de sus extremidades , y que en cada uno de sus dos lados se atan de distancia en distancia , ra- ninas, espinos, &c. Por la noche ¡a llevan ten- dida entre dos á la altura de unos tres pies , so- bre las tierras labradas , rastrojos y barbechos sembrados de trigo aún tierno , y en hibierno por los prados ; luego que se conoce que h y páxaros debaxo se dexa caer con ¡o que quedan cubiertos y presos. Con esta especie de red , se cogen codornices , perdices , chorlitos , pavonónos , y cambien ocas , y patos silvestres , &c. Este modo de cazar- es muy destruélivo y perjudicial. Calderuela. Llamase también asi la linterna en que los cazadores llevan metida la luz para des- lumbrar con ella las perdices , y que por huir d» ella caigan en la red. CALFAT. Lo mismo en Francés. Este es un páxaro de la Isla de Francia dff camaño medio entre el gorrión y el camachutlo : la parte de arriba de la cabeza es negra : toda la su- perior del cuerpo , compreber.didas las alas y la cola , de un ceniciento azulado : la garganta negra, y pecho y vientre son de un color avinado duna banda blanca se dirige desde la abertura dtl pico hasta el occipucio : la mestura dd ojo es de cojor de rosa : iris , pico y pies son del mismo color, y las cubiertas inferiores de la cola blancas. Mont- beillard que ha indicado este páxaro , según una descripción hecha por Comnierson , ie coloca jun- to á los hortelanos. Gen, XXXV. CA- CAL CALI-CAL1C. Especie de Picagrega ó Peca REBORDA. Picagrega ó pega reborda pequeña de Madagascar. Lam. 2 99. fig. i. el macho, fig. i. la hembra. Briss. tora. U. pag. 164. lam. XVI. fig. i. el ma- cho , 2. la hembra. Glanius Madagascariensis minor en Latín. Cali calle en Francés. Este es un paxarito muy pequeño de! gene- ro XXL ó del de la picagrega que se encuentra en Madagascar, donde los habitantes dan al macho el nombre de cali-ealic , y a la hembra el de baya. Poco mas ó menos es del tamaño de nuestro gor- rión de nogal : su lorgitud de cerca de cinco pul- gadas desde la punta del pico á la de la cola , y su vuelo de nueve pulgadas. Lo superior del cuerpo ó la capa es cenicienta á excepción del ovispillo que es bermejizo; en los lados de la cabeza tiene el macho una linea blanca muy estrecha que desde el pico va á finalizar tn el ojo : otra rava negra mas ancha sigue por de- baxo el mismo camino , y mas abaxo y algo mas atrás tiene una plancha blanca ; la garganta , y la delantera del cuello son negras: lo restante del cuer- po por debaxo blanco , con una leve tintura de ru- bio sobre el pecho , y en lo inferior del vientre: las alas y la cola son pardas : un perhl rosado roJ„u exteriormente las guias : el pico es negro, los pies aplomados, y las uñas negras. La hembra tiene la capa del mismo color que el macho ; pero la mezcla es mas débil : sus mexillas son blancas , como también la gargan- ta , la delantera del cuello , el pecho y vientre. CALIBE de la Nueva Guinea. Lam. 6 34. Ave del Paraíso verde. Viage d la nueva Guinea , pag. 16 a. Manucodiata viridist si ve calybe en Latín. Calybe en Francés. Sonnerat, que ha dado á conocer esta ave, la describe del modo siguiente : „ es algo mayor y „ mas larga que el rey de las aves del paraiso ( la „ manucodiata) y toda ella de un verde hermoso „ que tiene lo brillante y terso de un acero bruñi- „ do.... Según como se mira , ya parece verde > a „ azul : el pico y los pies son negruzcos , y el iris ,, encarnado. “ A la descripción hecha por Sonnerat , añadiré que el calybe , aunque del mismo clima que las otras aves del paraíso , no presenta ningún rasgo de aquella superfluidad y luxo , con que ¡as de- más aves de este genero , en alguna manera , se notan excesivamente cargadas : seria, pues, impor- tante saber , si es mas libre , mas adiva , y por consiguiente mas feliz , y si lo superfiuo y el luxo, tanto en lo físico como en lo moral , son única- mente un embarazo y una sobrecarga. Yo observa- ré , lo que es mas propio de un naturalista , á sa- ber , que al calybe le faltan en la cola aquellas dos plumas largas que solo tienen barbas en su raíz y en su extremidad, y de las que forma Brisson uno de los caraétéres que distinguen las aves del paraí- so. Pero estas dos plumas que Brisson ha obser- vado en las dos aves que ha descripto no son un carader esencial , puesto que de seis aves de este Historia Natural . Tora. I. CAL 26 <5 genero que ha visto Sonnerat en la nueva Gui- nea , tres de ellas carecen de estas mismas plu- mas. Creo , pues , que convendría quitar de los ca- racteres indicados por Brisson , respecto de las aves del paraiso , el que deduce y saca de la positura y conformación de las dos plumas que tiene solre la cola. Gen. XX. CAL1DKIS. Calidris en Latin. Maubcehe en Francés. Los calidris son aves de ribera del oenero de la chocha , ó del LXXV. del método de Brisson. Sin embargo , se pueden distinguir de las aves de este genero en que son mas cortas de piernas , y tienen el cuerpo mas lleno y mas recogido, co'n- poniendo de algún modo una fámliia separada que puede reconocerse por su exterior : estas aves son mucho mayores que las alondr as de mar , que son del propio genero ; y del tamaño de los paxaros llamados caballeros, de quienes se diferencian, co- mo también del peleador , por el exterior que he pintado : hallanse solamente en las riberas del mar : vuelan en bandadas , y corren por la arena con mucha velocidad : son de pasa , y a veces suelen lievar algunas al mercado de París , donde las he visto por la primavera y el otoño. La histo- ria de estas aves es poco conocida. CaIIDKIS COMUN. Barss. tora. V. pag. 22 6. lam. XX. fig. 1. Gene- ro LXX i . Es casi del tamaño del caballero : desde la punta del pico a la de la cola tiene de largo nueve pul- gadas y tres lineas : un pie y casi seis pulgadas de vuelo , y sus alas plegadas son cerca de tres lincas mas largas que la cola : lo superior de la cabeza y del cuelio, y lo alto del lomo esta vestido de plumas pardinegras , guarnecidas de color de casta- ña claro : las que cubren lo inferior del lomo y el ovispillo son de un ceniciento obscuro , circuido de blanquecino , y cortado en la extremidad de las plumas por una banJa transversal negruzca : las cu- biertas superiores de la cola , y lo inferior de los costados rayado transversal é ¡rregularmente de castaño claro , pardir.egro y blanquecino ; la fren- te , las mexillas, la garganta, la delantera del cue- llo , el pecho y lo inferior del cuerpo es de color de castaña claro; sin embargo , lo inferior de los costados esta rajado transversalmente de los mis-* mos colores que se advierten en las cubiertas de sobre la cola : las cubiertas pequeñas y medianas superiores de las alas son de color pardo obscuro, y variadas de algunas manchas , unas de castaño claro , y otras de un negruzco violado : las mandes mas inmediatas al cuerpo son también de un gris pardo , y rematan en blanco : las nueve guias pri- meras del ala de un pardo obscuro por encima’ las quatro mas inmediatas al cuerpo pardas , y las intermedias de gris obscuro , circuidas por el lado exterior de un filete ligero blanco : todas las de la cola son de un gris pardo , perfiladas de blanco por el lado exterior , exceptuando las dos del me- dio : el pico y las uñas son negruzcas , y ¡o inferior de las piernas y los pies pardos. i1 Ca- i66 CAL CaLIDRIS de cris. Líitn. J 66 . Briss. tom. V. pag. 333. lam. XXI. fig. 2. Ce- nen) LXXV. Su tamaño es medio entre el calidris común y el pintado 1 la parte superior de la cabeza y del cuello está cubierta de plumas de gris , circuidas de blanco : las del lomo y las escapularias son en- teramente de gris t el ovispillo de un gris ciato, variado de blanco que rodea las plumas y forma én cada una dos rayas paralelas en su circunferen- cia : las cubiertas superiores de la cola son blan- cas , con faxas pardas , unas transversales y otras longitudinales : la garganta es blanca : la delantera del cuello, el pecho y los costados están matiza- dos de pardo rayado en forma de Z en cada plu- ma paralelamente en su circunferencia sobre fondo blanco : el vientre es igualmente blanco , y en la extremidad de cada pluma se advierte una raya par- da longitudinal : lo alto de las piernas, y las cu- biertas Inferiores de la cola son de un bianco puro: las cubiertas chicas de sobre las alas de^ un gris obscuro , y circuidas de blanco : las grandes de un gris claro con la misma lista blanca , y además va- riadas con una banda en forma de Z paralela a su circunferencia : las plumas grandes de las alas son de un pardo obscuro por el lado exterior, y tienen el canon blanco: las intermedias de gris , perfiladas de blanco , y las cinco mas inmediatas al cuerpo de los mismos colores : las plumas grandes de la cola de gris, con orilla blanca que rodea una zona ó banda de un gris obscuro : el pico, lo inferior de las piernas , los pies y las uñas son negras. CaIIDRIS PINTADO. Lam, 365. Biuss. tom. V. pag. 229. lam. XX!. fig. 1. Gene- ro LXXV. No es tan grande como el común : lo superior de la cabeza y del cuello es de color de ceniza obscuro con pintas negruzcas : el lomo , y las plu- mas escapularias son igualmente de color de ceniza obscuro , pero con pintas anchas , unas roxas , y otras de un color violado muy obscuio , y algunas plumas son casi enteramente de un color de estos dos : las que visten el ovispillo son de color de ce- niza obscuro , con la oriila blanca , y rodeadas de negro por la punta : las cubiertas superiores de la cola cenicientas desde su nacimiento hasta la mitad de su longitud , y lo restante rayado de negruzco y cris blanco : la delantera de la cabeza , los costa- dos , la garganta y delantera del cuello son de un blanco bermejizo salpicado de pardo : este ultimo color se extiende por el pecho y por toda la par- te inferior del cuerpo , a excepción de que en los costados tiene algunas manchas negras , y de que ■lo superior de las piernas es ceniciento : las pe- queñas cubiertas superiores de las alas son de un gris pardo , las medianas de color de ceniza obscu- ro , )' circuidas de blanco , y I3S grandes mas apar- tadas del cuerpo negruzcas : las guias grandes del ala pardinegras por el lado exterior , las media- nas de un pardo muy claro , con la orilla blanca por el lado exterior : las plumas grandes de la co- la de un pardo claro , y el canon blanco ; pero las dos del centro son cenicientas, con la orilla blanca: CAN el pico es negruzco: lo inferior de las piernas, y los pies verdosos, y las uñas negras. CALZON DE TERCIOPELO O GALLO de Hamburgo. Veas e Galio. CAMACHU LLO. Lo mismo que Pardillo, Véase este paxaro. CAMALEON AEREO. Nombre que dan á la M ANOCODIATA. CAMUCHO. Véase Kamichi. CANARIO. Lam. 2 02 .fig. 1. Briss. tom. III. pag. 184. Gen. XXXIII. Cana) ¡ensis passerculus en Laún. Scrin en Francés. El cana, ¡o es poco mas ó menos del tamaño del gorrión de nogal : desde la punta del pico a la de la cola tiene cinco pulgadas y tres lineas, siete pul- gadas de vuelo ; y sus alas plegadas llegan hasta algo mas alia de la mitad de la cola : todo su cuer- po esta cubierto de plumas blancas en su nacimien- to , y en su extremidad de un hermoso color de cidra , de suerte que quando tiene echadas las plu- mas tan solo aparece este color : las guias de las alas , y plumas grandes de la cola son de un amari- llo de cidra por fuera , y blancas por dentro : la cola algo ahorquillada : el pico blanco ; y pies y uñas de un blanco avivado por una leve tintura de color de carne. La hembra no tiene los colores tan vivos como el macho. Tal , como se ha dicho , es el canario en el es- tado de mansedumbre y en nuestros climas septen- trionales , el qual , originario de las Islas Cana- rias, se tiene por la fuente primitiva de esta espe- cie de paxaro el mas amable de quantos hemos adoptado , y de quantos sustentamos para nuestro divertimiento ; pero en su pais nativo se parece mucho al pardillo. ,, He notado , dice Adamson, ,, vi age al Senegal , pag. 1 3 . que el canario que es ,, todo blanco en Francia , en Tenerife es de un ,, gris quasi tan fusco como el del pardillo. “ Con todo no es verosímil que solo la mansedumbre , la diferencia de climas y de comida hayan pioducido en la especie del canario la multitud de variacio- nes que contiene : mayor fundamento hay para creer , que en parte se deben también a la mez- cla de la raza del canario con otras dos que se en- cuentran al Medtodia de la Europa : estas tres razas tienen tantas relaciones, que constreñidas y reduci- das á cautiverio , no tan solo se casan y producen, sino que su producción es fecunda , prueba nada equivoca de la identidad de su especie, y de que las diferencias que las distinguen , tan solo dimanan de los climas : es , pues , muy importante conocer estas dos razas del mismo modo que conocemos va la de los canarios , puesto que de las mezclas de estas tres razas en diversos climas es de donde han procedido todas las variaciones que nos suministra la especie del canario, y, según estas variedades, se acercan mas ó menos a una de las tres razas pri- mitivas, es fácil inferir de qué fuente dimanen mas direétamente. De lo que hemos dicho se puede ya deducir que el canario gris desciende mas reétamente de las de los canarios , y que ha tenido menos alteración. La CAN La primer raza que importa conocer , desunes de los canarios, es el canario de Italia, Bkiss. tom. III, pag. 181. Tirin , Bel. Hist. nal. des oís. pag. 355. que también se halla en las provincias meridionales, en Grecia, en Turquía, en Catalu- ña, &c. y en IJrovenz3 se llama 'ventaron, lam. 658. ftg. 1. Es mas pequeño que el canario : la cabeza , la parte de atras del cuello , el lomo y las plumas es- capearías están variadas de pardo y de verde ama- rillazo , y lo pardo ocupa el centro de las plumas: la garganta , la delantera del cuello , el pecho , lo alto del vientre y los costados son de un verde amarillazo : el ovispillo y las cubiertas de encin a de la cola del mismo color , pero mas claro : ¡o inferior del vientre, las piernas, y las cubiertas debaxo de la cola tiran á blanquecino : las peque- ñas cubiertas de las alas verdes : las grandes ne- gruzcas, v guarnecidas de verdacho por la parte de afuera : la cola algo ahorquillada : el pico pardo: los pies de un color de carne pálido , y las uñas negruzcas : este canario tiene un canto agradable, variado y semejante al del canario propiamente lla- mado asi. El cini ó canario verde de Provenza, lam. 6 58. fg. 1, Canario de Provenga, Bkiss. tom. III. pag. 179. es la tercer raza que se puede considerar como ori- gen primitivo de nuestros canarios domésticos. Brr. le llama canario, Hist. nat. des Ois. pag. 354. fig. y pag, 35 j. y Fort, des Ois. serin, senicle , cerisin, cénit , cedria. Es mayor que el ventaron ó canario de Italia : la parte de arriba de la cabeza la tiene de un amarillo verdoso , variado con manchas longitudinales par- das : la de atras de otro amarillo mas fusco : la su- perior del cuello y el lomo variados de pardo en el centro de las plumas , y de verde amarillazo en las orillas : el ovispillo , las cubiertas de encima de la cola , la garganta , la delantera del cuello , el pe- cho y lo alto del vientre de un amarillo pálido, variado de manchas longitudinales pardas : lo infe- rior del vientre , las piernas , y las cubiertas deba- xo de la cola de un blanco lavado de amarillazo: las medianas cubiertas de sobre las alas pardas , y terminadas de verde pajizo , que forma una banda transversal en cada ala : las guias de estas , y las de la cola pardas , guarnecidas por fuera de gris ver- dacho , y terminadas con un pequeño contorno blanquizco : la cola algo ahorquillada : el me- dio pico superior de un gris pardo , el inferior blanquecino : los pies pardos , y las uñas ne- gruzcas. No solo se encuentra en la Provenza , mas aún en el Leonés , en el Delfinado , en el Bugey, y hasta en Borgoña : habita también en los Canto- nes Suizos , en las cercanias de Genova , en Italia, en España y en Alemania. Pudiéndose mezclar el canario , el ventaron ó canario de Italia y el cir.i , y produciendo una raza fecunda , es bastante verisimil , como hemos ob- servado , que de la mezcla ó casamiento de estas razas reunidas quando se empezaron á criar los ca- varlos domésticos , es de donde resultaron las dife- rentes variaciones que , por decirlo asi , hemos for- mado nosotros. No entraré yo en ia enumeración Historia Natural. Tom. /» CAN 267 circunstanciada de ellas , y solo me ceñiré á indicar las principales. El canario gris que parece el menos apartado de su origen ó del canario. El canario Isabela que tan solo es un canario gris con el plumage mas claro. La Isabela sobredorada que es una mezcla de gris y de junquillo. El canario blanco y el junquillo que mas apartados de su origen que los otros, pueden dimanar del canario gris y de otras dos razas que le han comu- nicado lo amarillo. El canario verde que aún parece mas semejante al cini ó canario verde de Provenza , y descender de él , como de su fuente primitiva. En fin , los canarios aristados diversamente , y que por las mezclas multiplicadas adquieren mas 6 menos de las diferentes razas. Coloco en la ultima clase al canario aristado, que tan solo se conoce de algunos años á e*ta par- te : que parece mas remoto de su origen que otro alguno : que por lo común , ó es todo blanco , ó todo de color de junco , raras veces cristado ó muy poco , y cuyo penacho no es mas que un desorden y un vicio de las plumas que cubren la parte de arriba de ia cabeza : en efeéto estas plu- mas son cortas , contornadas y erizadas , y mas que adorno parecen una monstruosidad. Los curiosos que desearen mayores particula- ridades acerca de las variaciones dei cana-, ¡o pue- den acudir al artículo de esta avecilla del Conde de Bufion en su Historia natural de las aves , y al tratado de canarios de Hervieux. París 1713. Nadie ignora que entre todos los páxaros que encerramos en jaulas para diversión nuestra , el ca- nario es el mas hermoso por su forma , el que tiene mejor canto , y el individuo mas amable por sus hábitos sociables y dulces : también se sabe que se amansa fácilmente , que es cariñoso, que aprende a silvar y cantar alguna tonada que le enseñan , como también á hablar. Nuestros canarios domésticos no tan solo pueden mezclarse ó unirse con el cana; ¡o de Italia , con el cini , y con el de Canarias , sino que también pro- ducen con otros páxaros cuyas especies parecen muy distantes de la suya , y aún con muchas que son de genero diferente , como el xi/guero y el ta- rín , los pardillos , los pintones , los verdecidos , y, según quieren algunos , también los gorriones : mas con los dos primeros y con el pardillo es mas fá- cil que.se ur.a el canario , y que se logre efeéto. Esta tentativa es menos difícil quando se aparea una canaria con un macho extraño , que quando al canario se le da una hembra extraña. Pero en el primer caso los mixtos que provienen de esta unión sacan mucho mas de la especie extraña ó de la de su padre , que de la del canario ; y al contra- rio quando se casa un canario con una hembra de otra espeue, la producción de este enlace partici- pa mas de la del canario ; pero este genero de unión raras veces tiene feliz éxito , y por este me- dio particularmente, es por el que se logran los mas bellos mixtos del xi/guero y del canario : estos mixtos varían según el casamiento y según los co- lores del canario o canaria que se aparea : entre los Ll x pe- 268 CAN pequeñuelos hay machos y hembras , y por lo co- mún los machos tienen un canto mas tuerte y mas so; tenido que los de las especies de que proceden, por lo que son buscados , y también se aprecian á proporción de la regularidad y hermosura de su plumage ; de suerte que estos mixtos se venden a mas o menos precio , según sus calidades ; pero los que provienen de otra especie que la del xil- glic)0 , por lo común son poco apreciables : su canto es inferior , y el color gris ó el pardo domi- nan en su plumage , colores que nada tienen de oracioso. l-'ero en qualauier especie que se haya juntado con el canana, todavia queda eluda de que sea fecunda su producción : es verdad que se dis- tinguen los sexos , que se conocen por su mayor tamaño , por los colores mas vivos , y por el canto de que carecen las hembras , las que tan solo tienen un gorgeo : que encerrados juntos machos y hembras se mezclan en la estación de andar en zelo , que construyen su nido , y que la hembra pone ; pero esta operación siempre le es muy penosa , y va acompañada de una especie de enfermedad mas ó menos fuerte , de la que mue- ren muchas hembras ; siendo muy dudoso que Jas que resisten a ella y sobreviven empollen sus hue-r vos , v los que se les quitan para echarlos á los canariol , por lo común , se aguan. Sé muy bien que se citan algunos exemplos en contra ; pero estos exemplos ni están bastante averiguados , ni son tantos para que pueda creerse que los mixtos del canario y de los paxaros con que se junta, pue- dan constituir una raza que se mantenga , o aún que vuelva otra vez á una de las dos especies de donde salieron. La fecundidad ó esterilidad en los mixtos, es en los paxaros un punto de su historia que todavia no se ha aclarado , y en el qual se pueden reunir muchos hechos que apoyen la este- rilidad , y muy pocos en favor de la fecundidad, y asi para decidir esta qüestion se necesitan nuevas experiencias. La comida regular de los canarios es el mijo, alpiste y nabina que se les mezcla en porciones igua'es ; también se cuelga en la jaula una especie de ma,a ó roscon que en Francia se llama colifichct. Se aparean por la primavera hacia el mes de Marzo , y es preciso escogerles un sitio que mire á Levan. e ó a Mediodía; se cubre de arena el sue- lo de la jaula , y para construir el nido se les po- ne musco que sirve para lo exterior de él , yer- ba fina y seca , tal como el heno , y pelo de ciervo ó borra, que los canarios colocan en el centro. Para la comida se les añade un poco de yerba- cana , y quando , empezado ya el nido , se co- noce que están cercanos á poner, se les dan yemas de huevo duro : mientras empollan en lugar de yerbacava se les da la anagalide, y á la demás comi- da se le añade la nabina cocida y la masa que di- xunos remojada y apretada ó escurrida en un lien- zo. Estos alimentos , mas substanciosos y mas fáci- les de tomar , proporcionan al macho alimentar á $u hembra mas abundantemente , ahorran á ésta mucho tiempo quando se quita de sobre los hue- vos , v suministran a entrambos un pasto mas subs- tancioso para los hijuelos. CAN Si se dexa al cuidado de los canarios el criar los nuevecillos no ponen mas que dos veces ; pero si se encarga alguno de dar de comer a los hijue- los ponen los padres hasta quatro veces , y regu- larmente quatro huevos en cada una de ellas, durando el empollar catorce días poco mas ó menos. Los hijuelos que se quieren criar a mano con- viene apartarlos al cabo de ocho ó nueve dias ; se les dexa en el nido formado por lo regular dentro de un banasto redondo de mimbres , o de un ins- trumento de madera hendido y también redondo á modo de cuenca ó cuevano : se les tiene calientes cubriéndolos de algodón cardado , envuelto entre dos pedazos de ropa de seda : se les sustenta con una masa compuesta de nabina cocida , machacada, enxuta desde uego, y limpia de las vaynillas del grano ; se maja la simiente de nabos en un almi- rez ó mortero, añadiéndole una tercera parte, po- co mas ó menos , de la masa remojada que hemos dicho arriba , y algo menor cantidad de yema de hue vo duro ; y se van humedeciendo poco á poco estas tres substancias con agua, meneándolas y en- tremezclándolas lo mas que se pueda : al principio conviene que esta pasta quede liquida , y a medida que van creciendo los canarillos se les va dando mas espesa , y de tres en tres horas, Al cabo de tres semanas de haber nacido, po- co mas ó menos , ya es tiempo de meterlos en una jaula guarnecida de musco , y con uno ó dos palitos dentro de ella : empiezan á salir del nido, y á pararse sobre los palos , y para acostumbrar- los á comer por si solos , se les da la anagalide, nabina cocida, yema de huevo duro, y la masa hu- medecida; y ai cabo de seis semanas, poco mas ó menos , ya empiezan á exercer de por sí estas fun- ciones. Sin embargo , conviene dexar descansar cinco ó seis dias á los padres y madres á quienes les qui- taron sus hijuelos : se les hace bañar , y se les da anagalide para que los refiesque, y después se les trata como al principio de la primera vez que pusieron. No me detendré mas en las particularidades de la historia del canario , ó antes bien de la de su cautiveiio ; y asi los que desearen enterarse de Jas precauciones necesarias para mezclar las razas, para hermosearlas , para enseñar los machos a sil— var ó á hablar , para conocer las enfermedades á que están expuestos estos paxaros por su cautive- rio , y lo que se praétíca para remediarlas , lo ha- llará todo en el artículo dtl canario del Conde de Butfon , y en el tratado de Hervieux ci.ado mas arriba. Tan solo notaré que para enseñar á los canarios alguna tonada ó á hablar , se debe escoger un ma- cho muy nuevo : empezar su enseñanza luego que se halla en estado de comer por si solo , no encerrar- lo con otros canarios , ni con otros paxaros en una misma jaula , sino darle de comer aparte en la que se ha destinado para él, como también colocarle en un quarto separado donde ni oiga el canto de los paxaros de su especie , ni el de otro alguno : te- ner la jaula en disposición de que sin estár obs- cura , uo reciba mucha luz , cubrirla siempre que se CAN se va á dar lección al educando, de suerte que no vea muy claro para poder revoletear , sino que estándose quieto, preste mas atención á los to- nos que oye. El tiempo de darle lección es por la mañana, al mediodía y al ponerse el sol : estas dos ultimas lecciones pasan por las mas provechosas , y asi se debe detener mas tiempo en cada una de ellas. Con las precauciones que acabamos de insinuar, el canario nuevo que no haya oido jamás el canto de sus semejantes , ni el de otro paxaro alguno, tan solo retendrá la tonada que únicamente le ha herido su oido , ó las palabras que le repitieron; pero si por haber ya ordo el canto de sus padres, ó el de algún otro páxaro , ha empezado , a su imitación , a formar el suyo , mezclara con fre- qiiencia este su canto primitivo con la tonada que se le enseñó , y siempre empezará ó fina- lizará por él repitiendo la tonada imperfeéfa- mente. Por fundadas que parezcan las observaciones que acabamos de demostrar , dexan con todo al- guna duda , que seria curioso aclarar. Ellas supo- nen que el canario y los otros páxaros que tienen melodía , tan solo aprenden a cantar por imitación, del mismo modo que el hombre aprende á hablar; pero hay una diferencia muy notable entre el tamo y ¡a palabra , puesto que lo uno es la expresión de un sentimiento individual , y lo otro la repetición de un sonido de convención. Sin embargo , es cosa averiguada que todos los paxaros nuevos imi- tan mas ó menos el canto de las especies extrañas á ia suya que tienen proporción de oir , y este es uno de los mayores argumentos en que se apoya el dtétamen de que aprenden á cantar por imitación. Pero como el canto es , al parecer , ia expresión de un sentimiento propio de cada individuo , orga- nizada de tal modo que forme sonidos armoniosos, parece que esta no penda mas que del individuo, y que sea una habilidad que pueue y debe cxercer por sí , según su mecanismo , é independentemen- te de la imitación. Seria , pues , cosa curiosa aislar perfectamente canarios nuevos, u otros paxaros ma- chos , también nuevos , de especies cantadoras, criarlos en parage donde jamás pudieran oir ni el canto de sus semejantes , ni el de otro páxaro al- guno , y observar si quando fueran adultos , y es- tuvieran en aquella edad que todos los páxaros de su especie tienen canto, careciesen estos de el. La misma prueba proporcionaría otra observación no menos importante , y seria la de notar y distin- guir bien el grito ó la voz de los paxaros criados con los de su especie, las inflexiones, las varieda- des de este grito, y apurar si los que estuvieron encerrados y que jamás oyeron á sus semejantes, no tenían voz alguna , ó era otra distinta de la de Jos páxaros de su especie : en uno y otro caso, el grito ó la voz de los páxaros seria un verda- dero lenguage , y se concebiría con mas facilidad de qué modo eran significativas sus diferentes in- flexiones , siendo de alguna manera signos con- vencidos , ó cuya significación se conoctria por há- bito ó costumbre. Canario de Italia. Briss. tom. III. pag. i -¡9, Vease Canario. c CAN 269 Canario ae la Jamaica. x Briss. tom. II¡. pag. 189. Qen% XXXIII. . 1 fenf |oc,1° pulgadas de largo : la cabeza de gris : la delantera del cuello , el pecho , el vientre ios costados, y las piernas amarillas: las cubier- tas debaxo de Ja cola blancas : las alas y Ja cola de un pardo obscuro, rayado con peemeñas li- neas blancas : el medio pico superior dé un azul pardusco , y el inferior de una mezcla mas clara: los pies azulados , y las unas pardas. , , Se alcai,za qué es lo que haya determinado a los autores a ciar a este paxaro el nombre de canano , a menos que no sea por este habito , y por este total exterior del individuo , que se con- cibe y no se puede describir. Asi Sioano , con arre- glo al qual se ha hablado de él , no le llama mas que iít,™ o pasto uno canarknsi , affnis avis. Canario del Cabo de Buena Esperanza. Tan solo es conocido por lo que nos dice de el Montbeillard. Este sabio ha creido reconocer en cinco pieles de esta especie tres machos , una hembra y uno nuevo. Les machos son muy seme- jantes a la hemora del canario verde de Proven xa á excepción de ser algo mayores : su pico un poco mas grueso , sus alas mejor matizadas , las plumas de la cola guarnecidas de un amarillo vivo , y sin amarillo en el ovispillo. Las hembras tienen los colores mas amortiguados que los machos y los nuevos aun mas que las hembras : todos estos ca- narios. son distados ; pero , ¿serán acaso razas que o mismo que el canario de Provenza y de Italia* dimanen de la misma fuente alterada por ios cli- mas , ó una especie distinta ? Canario de Mozambique. Lam. 564. num. 1. el macho, 1. Ia hembra. „ El amarillo, dice Montbeillard con arrezo al qual hablo de este paxaro, „ es el color domi- „ nante de la parte inferior de el , y eI pardo de „ a superior , a excepción de que el ovispillo y „ las cubiertas de encima de la cola son amarillas: ,, estas cubiertas , como también las de las alas y ” sus guias , están guarnecidas de blanquizco ■ y „ el mismo color amarillo, y el mismo pardo’ se „ hallan en su cabeza , distribuidos á bandas alter- nativas: este páxaro es mas chico que el canario „ y la hembra se diferencia muy poco del macho ‘‘ Oí». XXXIII. Canario silvestre. Veast Péndola. Canario verde de Provenza. Víase Canario CANGREJERO. Especie de Garza. Crabier en Francés. Se llaman cangrejeros unas ganas que no difieren de las demas aves de este genero mas que en ser mas pequeñas , y en que muchas además de pescar como las otras garbas , se alimentan también de cangrejos. Algunos autores han dado á esta ave el nombre latino de cancrófagas. Cangrejero (pequeño). Cangrejero de Filipinas. Lam. 89S. Briss. tom. V. pag. 474. lam. XXXVII fig 2 Este es el mas pequeño de Jos cangrejeros co- nocidos en el antiguo Continente. Su longitud desde la punta del pico á la de la cola es de“ diez pingadas : la dJantera y los lados de la cabeza son de un pardo castan© : la parce de atrás del mismo c©~ 270 CAN color , variada de negro : la superior del cuello de un castaño claro , y la de encima del cuerpo, y las plumas escapuíanas están variadas de negro y castaño , cuyos colores forman unas rayas en forma de Z : el buche , la delantera del cuello y el pecho son de un gris que tira a castaño : lo res- tante del cuerpo por debaxo de un gris rubicundo: las guias del ala negruzcas, con mezcla de castaño y de gris : la cola se compone de doce plumas ne- gruzcas : el medio pico superior es del mismo co- lor , y el inferior de un blanco pajizo : lo desnu- do de las piernas , los pies y las uñas son de un gris pardo , y entre el pico y los ojos tiene una piel desnuda y pajiza, Este cangrejero se traxo de las Islas Filipinas. O en. LX'XXI. Cangrejero azul. Briss. tom. P. pag. 484. Catesb. tom. 1. pag. y lam. 76. Tiene algo menos de pie y medio desde la punta dei pico á la de la cola : todo el plumage es azul : unas plumas flotantes penden por de iras de la cabeza sobre la espalda , y otras desde ei cuello le baxan por delante del pecho : algunas de las plumas escapularias llegan hasta quatro pulga- das mas allá de la cola, y son muy estrechas : el pico y la piel de entre su raiz y el ojo son azu- les , y casi todo es azul en esta ave , a excepción del iris que es amarillo , y los pies que son ver- des. Se encuentra en la Jamaica y en la Carolina. Gen. LXXXl. Cangrejero azul de cuello pardo. Gar%a anidada de la Cayena. Lam. 349. „ Todo el cuerpo de este cangrejero es de un „ azul obscuro : su cabeza y cuello son de un ro- ,, xo pardo , y el pico amarillo obscuro. Se en- „ cuentra en la Cayena , y vendrá á tener unas dies „ y nueve pulgadas de largo. “ Esta es la descripción que el Conde de Buffon hace de esta ave , remitiendo al mismo tiempo á los leílores á la lamina iluminada que la represen- ta. En esta se notan , además , dos plumas largas y estrechas de un pardo roxo que le caen por de- trás de la cabeza a manera de ayron : los pies son pardos : unas plumas largas estrechas que al pare- cer baxan del lomo exceden la cola 3 y la piel desnuda de entre pico y ojo es encarnada. No he visto esta especie ; pero tengo una que le semeja mucho , y tan solo se diferencia en que tiene casi dos pulgadas mas de longitud : en que pi- co y pies son negros ; y en que las plumas largas estrechas que nacen del medio del lomo exceden la cola y la puma de las alas en dos pulgadas y media. Esta especie la recibi de la Luisiana. Gen, LXXXl. Cangrejero blanco de pico roxo. Briss. tom. Pr. pag. 435. Catesb. tom. ¡.pag. y lam. 77. Desde la punta del pico á la de la cola tiene diez y ocho pulgadas de largo , bien que no es tan grande como una coneja : todo su plumage es blan- co , resaltado por el color roxo del pico y de la piel de entre su basa y el ojo ; y los pies son ver- des. Se encuentra en la Carolina ; pero , según di- ce Catesby , no va mas que por la primavera. Gen. .XXX!. CAN Cangrejero blanco y pardo. Cangrejo/ o de Malaca. I.am. 9 n. El Conde de Bufton describe esta especie nue- va en los términos siguientes: „ Tiene el lomo pardo ó de color de tierra „ sombra: todo el cuello y la cabeza con rasgos „ largos de este color sobre fondo pajizo : el ala, ,, y la parte de arriba del cuerpo blancas ; y diez y ,, nueve pulgadas de largo. “ El pico y los pies, en la lamina iluminada, son de un amarillo verdoso. Gen. LXXXl. Cangrejero calybe. Briss. tom. V'. pag. 479. Marcgrave , según el qual han descripto los au- tores este cangrejero , dice que apenas es del tama- ño de una paloma : la cabeza, y la parte de arriba del cuerpo son de color de acero bruñido, variado de pardo y pajizo : la de abaxo blanca , mezclada de ceniciento y de amarillo claro : las cubiertas de sobre las alas están variadas de pardo , de un ne- gro de acero bruñido , de amarillo baxo , y de ceniciento : las guias del ala son verdosas, y ter- minadas en una mancha blanca : la ce la del mismo color sin mezcla de blanco : el espacio desnudo entre ojo y pico amarillo : el iris de color de oro: los pies amarillos , y las unas de gris. Gen. LXXXl, Cangrejero castaño. Briss. tom. P'. pag. 4 69. Es una de las especies mas pequeñas de entre los cangrejeros , y estos mismos no son mas que garbas de las mas pequeñas. La parte de arriba de la cabeza está vestida de plumas largas y estrechas, variadas de pajizo y de negro , que se prolongan hacia atrás y quedan al ayre encima del lomo : lo demás del plumage es de un amarillo castaño mas obscuro en la parte de abaxo del cuerpo, y mas claro en la de arriba : el ojo está circuido de una piel desnuda y pintada de roxo : la mayor parte del pico es de un verde azulado , y negro por la punta: los pies son de un roxo baxo , y las uñas negras. Esta ave se encuentra en Italia , y la ha descripto é indicado Aldrovando , tom. II!. pag. 397. Este autor habla de un cangrejero que se cria en la mis- ma región , y que , según dice , es muy semejante al precedente. En efedto , según la descripción que hace de él , no se diferencia mas que en teuer al- gunas manchas negras en los lados del cuello , y los pies amarillos , siendo muy verisímil que no sea mas que una variación , ó quizás una diferencia de sexo, Brisson no piensa asi , y cree que este cangrejero es una especie separada , que él ha llama- do cangrejero roxo manchado , tom. V. pag. 571. Gen. LXXXL Este cangrejero parece ser el mismo que el gra- cioso. Idease Cangrejero gracioso. Cangrejero cayote. Briss. tom. V. pag. 4 66. Squaiotta en Italiano. No tiene mas que un pie y seis pulgadas desda la punta del pico á la de la cela : enn edio de la co- ronilla de la cabeza se notan unas pEmas blancas, y otras negras en los lados de ella ; y treinta de sus plumas, alargándose, forn an un penacho, que le cae sobre el lomo : en lo restante de la cabeza , en la garganta, en el cuello , y en todo el cuerpo son CAN son las plumas de un castaño hermoso ; y las guias de las alas y de la cola del mismo color : el ojo está circuido de una piel desnuda de un amarillo bastante fusco : el pico también es amarillo en su longitud , y negro por la punta ; y lo desnudo de las piernas y los pies son verdes. Se encuentra esta ave en halia. Gen. LXXXI. Cangrejero ceniciento. Driss. tom. V. pag. 406. Poco mas ó menos es del tamaño de la corneja: Ja cabeza y toda la parte de arriba del cuerpo son de un ceniciento claro: la garganta, pecho y vientre blancos: el espacio de entre pico y ojo está desnudo-, y cubierto de una piel de azul ce- leste : el ala variada de negro y blanco : la cola del mismo color que la parte de arriba del cuer- po : el pico azul celeste, y negro per la punta: los pies azules , y las uñas negras, be encuentra en Nueva España. Gen, Lxxxi. Cangrejero ceniciento de la Luisiana. No he visto mas que un individuo de esta es- pecie : tiene de largo veinte a veinte y una pulga- das : la parte de ar: iba de la cabeza es de un par- do rosado, y las plumas del occipucio exceden al- oo á las otras y forman un penacho pequeño : la garganta es blanca , y todo el cuello con pintas de un pardo rosado sobre fondo gris ceniciento y fusco : el gris ceniciento es cambien el color que reyna en todo lo superior del cuerpo, en las cu- biertas superiores de las alas , en sus guias , y en las plumas grandes de la cela ; pero este fondo gris se va aclarando quanto inas se acerca á la cola: en este parage es puro , y á medida que va subien- do hacia la cabeza adquiere una mezcla de rosado, y mucho mas quar.to mas se aproxima a tila: el pecho, y vientre es bianco: el medio pico superior negruzco, y el inferior blanquecino, excepto su punta que es negruzca, como también los pies. A este cangrejero , que retibi de la Luisiana , Je ten- go por la hembra de un ave del mismo genero, cue también recibí del mismo pais , y de la que hablo al fin del articulo , cangrejero aytl de cuello pardo. Gen. IX XXI . Cangrejero de Coromandel. Lam. 9 io. De esta especie ha hablado Euffon en los tér- minos siguientes: ,, Este cangrejero tiene roxo el lomo , roxi-ama- „ lilla y dorada su cabeza : lo inferior de la dt- , lantera del cuello , y lo demás del plumage b!an- co : carece de penacho , y es mayor que el de „ Mahon cerca de tres pulgadas. “ Yo conservo un cangrejero de Madagascar que tiene muchas relaciones con éste , y que a mi pa- recer , tan solo es una leve variación. Ls algo ma- yor : la parte de atrás be la cabeza , y lo alto del cuello son de un roxo bastante vivo : por delante, y en lo inferior del cuello tiene algunas plumas del mismo color aunque menos fusco : del medio dt! lomo le salen unas plumas largas de un roxo claro , v de barbas desunidas que caen por cada lado sobre las alas y sobre ¡a cola : lo restante del plumage es de un blanco muy hermo o. No he visto esta ave mas que desecada ; pero el pico me pareció de un pajizo muy bazo , y los pies CAN 2 y I de otro pajizo algo mas obscuro. Entre ojo y pico no tiene piel desnuda como la mayor parte de las > &a,"as > sino que este espacio esta cubierto de plu- mas blancas muy pequeñas. Gen. LXXXI. Cangrejero de filipinas. Lam. 898. Briss. tom. V. pag. 474. I case Cangrejero (pequeño). Cangrejero de la Cayena. Lam. 9 08. / case Cangrejero cris de cabeza y cola verdes. Cangrejero de Madagascar. tn ningún autor he hallado la descripción de esta ave muy semejante a la que Bui.on llama, ca,,g> cjc> o gris de cabera y cola ver des , y del mismo tamaño : la parte de arriba de la cabeza es ne^ra, y algunas plumas csti echas bastante largas forman un penacho cerca del occipucio que va a caer so- bie el cuello : los lados de la cabeza son de gris ceniciento , separado por una raya de un verde negruzco que sale del ojo : la parte de atras y los lados del cuello , el pecho, y lo demás del cuerpo por cícbaxo es de un gris ceniciento : la gaiganta blanca , variada de algunas manchas de un pardo roxo : enmedio del cuello por delante y en toda su longitud tiene una raj a rubicunda , mezclada de algo de blanco : ei lomo es de un ceniciento fus- co que tira a verdoso: las plumas escapulaiias , y las cubiertas de sobre las alas son de un verdoso obs- curo , y guarnecidas exteriormente de un robado claro : las guias de las alas , y plumas grandes de la cola ce un negro verdoso : el medio pico supe- rior negro, el inferior lo es también por los la- dos , y pajizo por debaxo : los pies de este ultimo color , y las uñas negras. No sé qual sea el coloi- de la piel desnuda de entre ojo y pico , no ha- biendo visto mas que una piel desecada. Gene- ro LXXXI. Cangrejero de Mahon. G ar%a Cris.aaa de Mahon. lam. 348. No tiene mas que diez y echo pulgadas de- largo : la parte de arriba de la cabeza esta vestida de plumas negras por medio, y por les lados de un blanco sucio que tira a roxo claro : estas plumas son muy largas en el occipucio, y caen flotando enmedio del lomo: ios lados de la cabeza , la par- te de atras del cuello , y la inferior de delante son de un blanco con mezcla de rosado : la garganta y lo alto de la delantera del cuello blancos: la” espal- da de un castaño claro, y las plumas inmediatas al ovispillo cc-n anas barbas muy largas y desunidas que se prolongan hacia atrás tamo como la cola, y que por los lados quedan fletantes sobre Jas alas, por lo qual podría colocarse esta ave en la clase de los tqrones. Las cubiertas de encima de las alas , el pecho , y ia parte de abaxo del cuerpo son de* un roxo blanquecino ó muy poco obscuro : las alas y la cola de un blanco muy hermoso : el pico ver- doso en los dos tercios de su longitud , y negro en lo demás , y los pies de un gris verdoso. Lsra especie se encuentra en diferentes parages á orillas del Mediterráneo : yo la traxe de Ñapóles donde es muy común , y Hollande , medico francés , de Egi pto , en el viage que hizo con el Baion de Tott. Gen. LXXXI. Can- 2 72 CAN Cangrejero de Maraca. Lam. jn. E'íáíe Can- «REJERO BLANCO Y PARDO. Cangrejero gracioso, (el) (Este articulo es del S. Barón de la Veirotvzf ,) Las multiplicadas observaciones nos han hecho conocer que el cangrejo o castaño , el roxo y el gi tot- eo ó sgitacco , de los quales han hecho tres especies Aldrovando y el Conde de Bufton, deben ruducir- se á una sola , á la que hemos dado el nombre de cangrejero gracioso. Este cangrejero tiene diez y nueve pulgadas de largo desde la punta del pico á la de la cola : su extensión de punta a punta de ala es de dos pies y quatro pulgadas : el pico tiene tres pulgadas y seis lincas : la parte de arriba de la cabeza está variada de negro y de amarillo , y adornada con una esperie de penacho flotante sobre el lomo, compuesto de cerca de diez plumas estrechas de un blanco sucio, alistado de negro: el cuello, el pecho, y las cubiertas superiores de las alas son de un amarillo pálido : todo el lomo de un cas.a- ío claro , y lo demás de un blanco de nieve : d s- de el nacimiento del pico hasta la mitad de él , es de un azul celeste muy vivo , que se desvanece después de muerto el paxaro, y negro desde allí á la punta que está muy acerada : las piernas y pies son de color de carne , y las articulaciones y plie- gues tienen algo de amarillo. El cangrejero gracioso , no parece que tenga es- pecial propensión á ciertos climas : en Europa se encuentra en los montes, en los llanos, a orillas de las aguas dulces, saladas, vivas y muertas, y en los panes fríos y en los cálidos : la hambre y el miedo le hacen dar un grito ronco y fuerte ; y habitualmente tiene la cabeca metida entre los hombros , dándole esta postura un ademán estúpido y desgraciado; pero, ó ya sea por tni.do ó porque le inste alguna necesidad, extiende su largo cuello, y menea y hace flotar graciosamente el crecido y hermoso penacho qu; le adorna; con lo qual , y con su marcha seria y avie noble , se trueca en un todo y se desconoce enteramente. Este cangrejero es inquieto , atrevido y valeroso : ataca a su enemigo con mucho Ímpetu , le hiere fuertemente , y le hace heridas profundas con su pico tan puntiagu- do como una alesna. En nuestras provincias me- ridionales no se ha encontrado mas que por el verano. Aunque me hallo convencido, por un observa- dor tan exaíto y esclarecido como el Barón de la peirouze, de que no se debe hacer mas que una so- la y única especie del cangrejero gracioso , y de las tres aves nombradas al principio de este artículo, que Aldrovando y otros ornitologistas han tenido por otras tantas especies diversas ; sin embargo, pondré’ aqui la descripción de cada una de ellas en la palabra que le corresponde , y el lcélor juz- gara por sí mismo de la relación y de las diferen- cias que se hallan entre estos individos llamados diversamente. Véase Cangrejero castaSo, Cangrejero roxo. Gvacc®. CAN Cangrejero cris de cabeza y cola verdes, íangnjúo de la Cayena. Lant. 908. Iiene de largo de diez y seis á diez y siete pul- gadas : la parte de arriba de la cabeza cubierta de plumas de un verde fusco y obscuro , largas y es- trechas , las quales forman un penacho que cae ha- cia aíras : la cola es del mismo verde : los lados de la cabeza, los del cuello, y la parte posterior de él , y la de arriba y de abaxo del cuerpo son de un gris ceniciento : la delantera del cuello está sal- picada de un pardo rosado sobre fondo blanco : las cubiertas superiores de las alas, y las guias medianas de un verde fusco , guarnecicias exteriormente de pardo, y las grandes guias negruzcas : entre pico y ojo tiene una piel desnuda pintada de verdoso ; el pico es negro , y los pies verdosos. Esta especie es muy común en la Guayana. Gen. LXXXI. Cangrejero gris ferreo. Briss. tom. V. pag. 481. Caiesb. tom. 1. pag. y lam. 79. Desde la punta del pico á la de la cola tiene cerca de quince pulgadas y media : la coronilla de la cabeza es de un amarillo pálido , y en ella tiene unas plumas blancas , largas y estrechas, y al- gunas de hasta seis pulgadas de largo : lo restante de la cabeza es de un negro azulado , á excepción de una raya blanca por cada lado , que desde los ángulos del pico se extiende hacia el occipucio: Ja piel de entre pico y ojo está desnuda y pintada de verde : el lomo rayado de negro y blanco : el ovis- pillo es azul, y este mismo color rey na por dtbaxo del cuerpo , desde la garganta hasta la cola : algu- nas de las plumas escapularias , que todas son ele un azul obscuro , exceden mucho a las otras , y se extienden mas allá de la punta de la cola : las alas son de un pardo mezclado de azul , y la cola de un azul obscuro : el iris roxo , el pico negro , los pies amarillos , y las uñas negras. Se encuentra esta es- pecie en la Jamaica , en la Carolina , y en las Islas de Bahama. Según dice Catesby , hay en estas Is- las tanta abundancia de cangrejeros , que ea pocas horas pueden dos hombres coger bastantes de los pequeños para cargar una canoa. Hacen su nido en- tre las matas que salen de las grietas de los peñas- cos. Gen. lx. XX!. Cangrejero manchado de la Martinica. La~ rain. 911. ¡'case Cangrejero verde manchado. Cangrejero negro. Cangrejero de la nueva Guinea. Lam. 92 6. Esta ave traida de la nueva Guinea por Son- nerat , no tiene mas que diez pulgadas de largo. Todo su plumsge es negro : el espacio desnudo de entre ojo y pico tiene una piel verdosa; y pico y pies son del mismo color ; pero mas débil y mas baxo. Gen. LXXXl. Cangrejero purpureo. Garya pm purea de México. Este cangrejero , indicado por Seba , que dice Jo recibió de México , no tiene mas que un pie de largo desde la punta del pico á Ja de la cola : la parte de arriba del cuerpo es de un castaño purpu- reo , y la de abaxo del mismo color , pero mas claro : en lo superior de la cabeza tiene plumas negras , y en la parte de atrás y en los lados otras de un roxo bayo claro : el ala es de un roxo ba- yo CAN yo obscuro , y la cola de un castaño purpureo. Gen. LXXXI. Cangrejero roxo. Briss. tom. F. fag. 468. Esta especie la h3 indicado Sch'X'enckfeld Avi Siles, fag. 225. Es conocida en biksia con los nom- bres de rodter-regcr , ¡and-reger que se puede tra- ducir por el de gatyi roxa , entendiendo por este color un roxo baxo y no el regular. El tamaño de este cangrejero es casi el mismo que el de la corneja : en la cabeza , la parte üe atras- del cuello, y toda la superior del cuerpo tiene las plumas ru- bias : las de la garganta , la delantera del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo son de un blanco su- cio por los lados , y por medio de un blanco puro que forma una banda longitudinal : las cubiertas de encima de las alas son roxas , con alguna mezcla de azulado : las alas negras , la cola ruoia , el iris pajizo , el pico paruo , y la parce desnuda oe las piernas y los pies encarnados, c en. lxxxí. Esta ave , según la Pérouze , es la misma que el cangrejero graC.orO. c ea¡c Cangrejero gracioso. Cangrejero roxo de caeeza r cola verdes. Cangrejero ue la Luisiana Lam. 909. No tiene mas que diez y seis pulgadas de lar- go : la parte de arriba ue la cabeza y la cola son de un verde obscuro : las plumas de la coronilla de la cabeza están algo prolongadas y forman un pequeño copete inclinado hacia acras: el cuello es castaño por detrás , por los lados , y por delante tiene unas pintas del mismo color sobre fondo blanco : el cuerpo por encima es de un castaño pardo : las alas verdosas , con un perfil pardo en el borde exterior de las plumas; y entre estas tiene algunas largas y delgadas que nacen del lomo y llegan hasta la punta ue la cola ; son de un verdo- so muy Obscuro , casi negro , con una leve tintura de purpureo , y la extremidad de las guias de las alas termina en un punto blanco : la piel des- nuda de entre ojo y pico es de un verdoso pa- jizo : el pico negro , y ios pies de un verde pajizo. Gen. LXXXI. Cangrejero roxo manchado. Briss. tom. F. fag. 571. Feasc Cangrejero castaNo, Cangrejero verde. y . Briss. tom. F. fag. 48C lam. XXXF11I . fg. I. Catesb. tom. l.fag.y lam. 80. Desde la punta del pico á la de la cola tiene casi diez y ocho pulgadas de largo : la parte su- perior de la cabeza es de un verde obscuro cam- biante en color de cobre purificado : el lomo , y lo restante de encima del cuerpo del mismo color , y con los mismos visos : la garganta blanca , variada de algunas manchas pardas: el cuello castaño, con mezcla de blanquecino por la parte interior : las plumas muy largas que tiene en él, quedan pen- dientes y al ay re : el pecho, y vientre hasta el ano es de un pardo que tira á castaño : las cubier- tas ¿e encima de las alas son de un verde dorado; cambiante en color de cobre purificado , unas guarnecidas de castaño , y otras de leonado : las guias de las alas son del mismo color que las cu- biertas , pero mas baxo ; y en la cola campean los mismos colores : la piel desnuda de entre pico y ojo es amarilla , y el iris cambien : el medio pico Historia Natural. Tom. I. CAN 273 superior pardo , el inferior pajizo , y los pies de un gris pardo. Brisson dice que este bello cangre - jeto se encuentra en la Carolina , en la Virginia, en la Martinica y en la Cayena , y que de esta ul- tima región se lo remitieron a Rcaumur. Regu- larmente sera muy raro , puesto que jamas le he visto en las remesas de aves de la Guayana. Gen. LXXXi. Gangrejero verde manchado. Briss. rom. F. fag. 40 9. lam. XXXFllh fig. 1. Cangrejero manchado de la Martinica. Lam. 911. Tiene muchas relaciones con el cangrejero -verde, solo que es algo mas pequeño , y el verde dorado cambiante en color de cobre purificado que adorna una parte de su plumage 110 es tan resplandecien- te. Ea principal diferencia consiste en que la parte de abaxo del cuerpo es de gris; pero en lo demás es tanta su semejanza, que en mi juicio , el can- grejero - verde , y ei verde manchado se pueden tener por una variación uno de o ro , ó quizas tan solo difieren en el sexo ; y esta conjetura es tanto mas fundada quantc que ambos se encuentran en la Martinica. Fcase Cangrejero verde. Gene* 1 0 LXXXi. CANTO. Chant en Francés. Las aves son los únicos animales que disfrutan de la habilidad de cantar , y aún entre ellas tan. solo se ha concedido esta gracia á un número muy corto que por lo común suele ser de las pequeñi- tas. El gallo será quizás el único entre las aves de tamaño algo grande que tenga canto : el pavón ó pavo real , el pavo , la pintada , &c. no tienen mas que un grito : ninguna de las aves de rapiña , ni de las aquatiles tiene canto : sin embargo , todas pa- recen casi igualmente favorecidas en orden á po- der acumular , retener y expeler Una gran porción de ayre: asi, la organización sola no es la causa del canto en las aves , las quales tan solo cantan quandb no se ocupan en buscar la comida , en atender a su seguridad , y en cuidar de sus crias; y asi no es po- sible que canten las aves grandes que emplean el tiempo en acudir á sus necesidades , mientras que los paxarillos, que tienen mas tiempo libre, se ensa- yan en algunos sonidos modificados que Ies placen, y se acostumbran á repetir : en este caso el canto seria efecio de la Organización , del placer , y aún ral vez la expresión del regocijo interno. Ffay algunas aves que cantan de noche con preferencia , y como entonces están en inacción, su exemplo autoriza la opinión de que el canto es efeéto de querer emplear el tiempo. Hase dicho y repetido mucho , que las aves de hermoso plumage , y generalmente las de América, carecen de canto , mientras que nuestros paxaros de plumage obscuro tienen un canto tan agradable. Sonnerat asegura que tanto en la China como en América hay pocos páxaros que tengan la habili- dad de cantar. Esta diferencia entre estos y los nuestros , t acaso será efeéto del clima ? Pero al parecer , desde que esto se ha observado con mas atención , esta diferencia , antes tan genera- lizada , padece en el día una multitud de excep- ciones. La mayor parte de los páxaros que cantan na- Mm tu- 274 CAN turalmente tienen en este exercicio una facilidad tan grande que algunos imitan comoda y completa- mente el canto de otros páxaros , y todos adop- tan alguna cosa que mezclan por si , y muchos aprenden también á remedar diferentes sonidos y á imitar algunos de nuestros instrumentos. Lsta aptitud imitativa de los páxaros es una prueba de que su canto no está determinado y su- jeto a la organización , sino que obra en ellos el sonido que les hiere desde luego , del mismo mo- do que nosotros hablamos inmediatamente la len- gua de nuestros padres. Vease el primero de los Discursos generales. CANTOR O TU1TUI, Lam. 65 1. fig. 1. Briss. tom. lll, pag. 47 9. Gen. XI. Bel. Hht. nat. des Ois.pag. i^.fig.y fag, 34U Bel. Fort, des Gis, pag. 8 6, Tas ser asilus en Latín. Touilloi ó chantre en trances, Tuitiii por su canto en algunas provincias. El cantor es uno de los paxarillos mas peque- ios que se hallan en Europa ; sin embargo, habita en la mayor parte de las regiones , y se interna por el Norte hasta Suecia. Es de pasa : llega por la primavera , y marcha por el otono a las regio- nes meridionales : se mantiene de inseítos y de mosquitos : en el verano permanece en los bos- ques’, y en el otoño freqiienta los vergeles , huer- tos y jardines donde halla que comer. Esta conti- nuamente en movimiento , y aún quando parado menea continuamente la cola : por estas propieda- des le han dado varios nombres, asi como otros expresan el sonido ó la continuación de su canto; en el otoño repite con freqiiencia las silabas tahúr, pero en el verano tiene un gorgeo suave y armo- nioso , bastante agradable , que le ha hecho acree- dor al nombre de cantor , bien que mas le con- viene este nombre porque canta á menudo , que porque se le repute como el cantor por excelencia entre las aves. Hace su nido con mucho cuidado en los matorrales mas espesos ó entre la yerba: le construye por fuera de musco , y por dentro lo guarnece de lana y crin , y le da la forma de una bola ; de manera , que no teniendo mas aber- tura que la que la hembra capa , se halla el calor reconcentrado en todas partes. La postura es de quatro ó cinco huevos , cuyo número es muy cor- to para unos paxaritos tan pequeños ; y cuyo co- lor viene á ser un blanco cárdeno con pintas ru- bicundas : los polluelos no dexan el nido hasta que pueden volar fácilmente , lo qual es indicio de que las hembras no ponen mucho ; y tanto por esto , como por el corto número de huevos de sus posturas , los individuos de esta especie son poco numerosos , y mucho menos , á proporción , los de otras especies de igual tamaño. El cantor es del tamaño del reyezuelo ; pero mas suelto y de forma mas desembarazada : lo su- perior de la cabeza, lo posterior del cuello, y to- do lo superior del cuerpo es de un color de oliva claro : la garganta , la delantera del cuello , y todo lo inferior del cuerpo amarillazo : en cada lado de la cabeza .tiene una raya transversal del mismo co- lor que pasa por encima de los ojos ; las guias de CAN las alas , y plumas grandes de la cola son de un ceniciento obscuro, circuidas exteriormente de co- lor de oliva claro : la cola es un poco ahorqui- llada : el pico y las uñas son pardas , y los pies amarillazos. La hembra tiene la parte superior del cuer- po de un color de oliva mas obscuro que el macho : lo inferior del vientre blanco , y los pies negruzcos. Cantor (grande). Esta es una especie nueva que Bufíon describió, y recibió de Lorena. Es del mismo genero que el cantor propiamente llamado asi, y un tercio mayor: tiene la garganta blanca, y una raya de este mis- mo color en cada lado de la cabeza por encima de los ojos ; „ un color rosado sobre fondo blan- „ quecino pinta el pecho y el vientre : el mismo „ color forma una franja ancha en las cubiertas y „ guias del ala , cuyo fondo es negruzco : un ma- „ tiz de estos dos colores campea en el lomo y ,, en la cabeza : en lo demás es este cantor de „ la misma forma que el cantar coman. u Brisson y Wilhugby hablan de otro cantor perfeótameme semejante al canto propiamente lla- mado asi ; pero doble mayor. Una diferencia tan considerable en el tamaño permite que se le mire como una simple variedad , ó < acaso será una casta mayor en la especie del cantor ? El Con- de de Bullón cree que Wilhugby , que ha indi- cado este cantor , podria haberle confundido con la curruca de cañaveral 3 pero Wilhugby es un au- tor tan exadto que es difícil sospechar en él equi- vocación , mayormente conociendo él la curruca de cañaveral , de la qual habla con el nombre de salicaria gente > i. Ornith. pag. 1 5 8. y del gran cantor , con el nombre de regulas non cris tatas majert pag. 164. : finalmente al cantor pequeño le llama asilas bcllonii, CANUTO. Briss. tom. V. pag. zjS. EdW. glan. part.U.pag. typ.cap, LXVl. lam. n6. Canutas en Latín. Canut en Francés. Esta es una ave que tan solo se encuentra en el Norte de la Europa , que vive en las orillas de las aguas , y que es del genero LXXV. del mé- todo de Brisson. Desde la punta del pico á la de la cola tiene cerca de nueve pulgadas, y es poco mas ó menos del tamaño del calidris de gris : la parte de arriba de la cabeza , del cuello , y de! Jomo está cubierta de plumas de un ceniciento par- do , guarnecidas de un color algo mas claro : lo inferior del lomo , el ovispillo , y lo superior de la cola está variado de blanco y de ceni- ciento pardo dispuesto á manchas transversales y en forma de media luna: en cada lado de la cabe- za tiene dos rayas , una blanca, y otra de un pardo obscuro : en el buche , en la delantera del cuello y°en el pecho tiene unas pintas pardas sobre fondo blanco : lo restante del cuerpo por debaxo es blan- co, variado de pintas transversales negras: las cu- biertas de sobre las alas son pardas , á excepción del extremo de las grandes que es blanco , y cu- ya continuidad hace formar sobre el ala una ban- da transversal de este color : las quatro plumas ma= CAP mayores de ella son negruzcas , las cinco siguien- tes cambien , pero es blanco su borde exterior: las otras son de un ceniciento pardo , y unas guar- necidas por la punta de blanco , y otras de gris: las dos guias externas de cada lado de la cola son blancas , y las intermedias de un ceniciento par- do : el iris de color de avellana : el pico de un ceniciento muy baxo ; y pies y uñas de un par- do verdoso. Según Wilhugby es el canuto bastante común en el Norte de Inglaterra , de modo , que se pueden coger vivos muchos de ellos : se les da por algún tiempo migas de pan remojadas en le- che , y esto les engorda y hace que su carne ten- ga un gusto muy delicado, “según el mismo autor era este el manjar mas apreciable para el Rey Ca- nuto , de donde procede el nombre dado a este páxaro , cuya carne hacia sus delicias. Capa, (cetr.) Mantean en Francés. Esta voz significa el plumage de un ave. Capa eb'i ganada o unida. CAPA NEGRA. Lam. 990. Vcase Gaviota de Capa necra. CAPAKAROCH O ESTRIGE de la Bahía de Hudson. Btuss. tom, I. pag. izo. Bdsx . tom. 11. pag. y lam. 6i. Lo mismo en Francés. Caparamb es el nombre que los habitantes de la Bahía de Hudson dan a una especie de lubina, que por la longitud de sus alas y su cola es pare- cida a un gavilán : esta ave , aunque del número de las no&urnas , y del genero XII. , vuela , per- sigue y coge su presa de dia , y en esto se parece a la ebumaya ó lechuda. Poco mas ó menos viene á ser del tamaño del gavilán. Su color dominante es el pardo, que en la coronilla de la cabeza es obscu- ro , sembrado de pintas redondas y blancas : en lo superior del cuerpo , desde la cabeza hasta el principio del lomo , son las plumas de un par- do obscuro , y sus bordes blanquecinos ; pero lo inferior del lomo y el ovispiilo están rayados transversalmente de un pardo claro sobre otro mas obscuro. La delantera del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo son de un blanco rayado tranversal- mente de pardo : las alas pardas y variadas de blanco : la cola por encima de un pardo obscuio, y por debaxo ceniciento , rayada al través con ban- das blancas estrechas : el iris es amarillo , y el pico también : las plumas deshiladas que rodean los ojos son de un blanco sucio , con manchas pardas oblongas : las piernas y dedos están cu- biertos de un tloxel ó plumón blanco , rayado por medio de pardo ; y las uñas son negruzcas. La hembra es algo mayor que el macho, y ios colores del plumage son mas obscuros. CAPILLA NEGRA. Coqueluche en Francés. La longitud de esta ave es de cinco pulgadas, y sus alas plegadas llegan hasta las tres quartus partes de su cora. Copiaré la descripción de Monc- beiliard. „ Una especie de capilla de un negro hermosa Historia Natural. Tom. I. CAR 275 j, cubre la cabeza , la garganta y el cuello , y lue- „ go desciende en punta sobre el pecho casi del ,, mismo modo que en el hortelano de cañaverales ; ,, todo este negro solo está resaltado por una ,, mancha blanca colocada en cada lado junto á la „ abertura del pico : lo restante debaxo del cucr- „ po es blanquecino; pero los hijares están salpi- ,, cados de negro. El capirote , que dixe , está ,, guarnecido de blanco por la parte de atras : lo „ restante de encima dei cuerpo variado de roxo „ y negruzco : las plumas grandes de la cola son ,, de este ultimo color, pero las dos intermedias „ están guarnecidas de rosado ; las dos de mas „ afuera tienen una grande mancha obliqua, y las „ otras tres carecen de ella. “ Este es un Irntolanoj que componia paite de la colección de aves remitidas de Siberia á Ginebra a Mr. de Saus ure , quien me las enviá á París para que las hiciese preparar. Montbeillard dice en una nota, que yo he llamado a esta ave hortelano de cañaverales de Siberia , pero él no qui- so adoptar este nombre, porque no le paiecio bas- tante averiguado que tan solo sea esta una sim- ple variación de clima de nuestro hortelano de ca- ñaverales. No he vuelto á ver el hortelano de Siberia , ni me hallo en estado de poderlo comparar con el nuestro ; pero mi opinión me pareció entonces fun- dada, y en orden á estos objetos no se pueden pro- poner mas que probabilidades. Ora. xx XV. CAPIILO. (cetr.) Lo mismo que Capiroie. CAPIROTE. Ave lo mismo que Capilla necea. Capí rote, (cetr.) Chapetón en Francés. Cubierta ó birreta de cuero que se pone al ave de rapiña para cubrirla la cabeza , y para que se esté quieta en la. mano ó en la alcandara, y la que se le quita quando ha de volar. Capiroiero. (cetr.) Chnperonier en Francés. El ave de volatería que hace al capirote. Caponera. Jaula para cebar los capones , con dos troneras á los lados por donde sacan la ca- beza para comer. CARABO. Ave noíiurna, lo mismo que Auti- llo. l'ease. CARACARA. Eriss. tom. ¡.pag ■ 40 Mivus By asi T¡ casis , carneara el i Plus. Wuhcc, pag. 4z. fig. tab. IX. Caracara Brasitiensibus. Marco. Hislor, Brasil, pag. m. Caviaou por los Portugueses. Cara-cara en Francés. De esta ave solo tenemos una corta noticia suministrada per Marcgrave. El caracara es del ta- maño del milano : sus alas plegadas tienen catorce pulgadas , y no llegan á la extremidad de su cola, que tiene de largo nueve pulgadas : todo el cuer- po está cubierto de plumas rubias con pintas blan- cas y amarillas : algunos tienen blanco el pecho y vientre : la cola esta variada de blanco y pardo : el rededor de los ojos es amarillo, y el iris de color de oro : el pico negro , los pies amarillos , y las uñas negras , muy agudas , y bastante largas. El MlU a ca. 2 y6 CAR tur atar a luce una guerra cruel á las gallinas. Q en. VIII. Cara cara. Briss. tom. I. pag. 169. Gen. Vil. Ave conocida únicamente por una nota harto sucinta del Padre du Tertre , Hlst. de las Amillas , tom. II. pag. 155. Dice , pues, dicho autor que este faisan (cuyo nombre es el que le da) es tan gran- de como el mayor capón : que todas las plumas del cuello y del pecho las tiene de un azul hermoso y lucido : el lomo de un gris pardo ; y que las alas y cola son negras , y bastante certas; pero esta ultima indicación antes manifiesta un boceo que un faisan ; y en efe&o hasta ahora no se han hallado en América verdaderos jananes. Añade también que se amansa , y que adestrándolo caza los pavos y las gallinas comunes, y aún procura picotear a los perros. No se debe confundir esta ave con la prece- dente de que habla Bullón, Hist. de las aves, tom. I. pag. 314. edit. en ti.'1 y que tan solo indica por su nombre indiano cara cara : convendría , pues , mu- dar a ésta el nombre que únicamente se le ha puesto por lo que imita al otro en el grito o graznido. CARACOLE. Vcase Cayca. CARBONERO O PARO GRANDE. Lam. num, 3. fig. 1. Briss. tom, l¡¡. pag. 539. Bel. Hist. nal. des Oís, pag. 367, fg. de la misma pagina. Bel. Fort, des Ois. pag. 95. Pañis en Latin. Charbonniere o grosse mesange en Francés. Parí sola, orbesina, &c. en Italiano. Gross-meiss , brandt-meiss , &c. en Alemán. Macs-cuel-maes en Holandés. ‘Talgore-talg-oxc en Sueco. Titmouse , gieat titmousc , oxere en Inglés. El caí bono o es muy común; sin embargo, so- lo se ve por el otoño y durante el hibierno , por- que en el verano se oculta en los bosques , don- de encuentra suficiente alimento , y donde se emplea en la propagación de su especie ; pero quando vuelven los Irios, y luego que emprezan las escarchas del mes de Octubre , se acercan los carboneros a los lugares habitados : durante el oto- ño é hibierno freqüentan los jardines aun los que están en lo interior de las ciudades , y hasta el centro de ellas : entonces en lugar de canto tie- nen un grito semejante al ruido de una lima , y sobre todo cantan quando el tiempo se dispone para llover : son muy agiles , se les ve revolotear de rama en rama , volver al rededor , quedarse colgados de los pies al revés , y correr de este modo toda la parte inferior de ellas. También se les ve agarrar y trepar por las ramas gruesas y por los troncos de los árboles al modo de les picos, y vol ear por 'o largo de los muros ó paredes. Estos diferentes movimientos se dirigen á buscar los insectos con que se alimentan los carboneros. Encima de las ramas y de los troncos de los arbo- les cogen los mosquitos y las pequeñas pbalenas ó mariposas nocturnas que se quedan allí pegadas y «ntorpecidas por el trio ; por entre las hendeduras CAR de la corteza buscan huevos de insectos , y peque- ñas crisálidas que se encuentran en ellas : en los lienzos de las paredes hallan algunas arañas ; pero la caza mas abundante es la que hacen en los ni- dos construidos por las orugas á fines del verano para pasar en ellos la estación mala del frió : de modo que los embonaos , y todos los páxaros de la especie de los paros , destruyen sus nidos y ha- cen presa de los huespedes que han ¡do á retirar- se alli. Baxo este aspeéto son unos páxaros útiles, y que sirven para impedir la multiplicación exce- siva de los insectos. Este servicio que nos hacen debe en parte perdonarles su caraCter sangriento; porque los paros, y sobre todo los carboneros, no se ciñen solo a hacer presa de los insectos : aun- que débiles por su tamaño , pero fuertes por su audacia , atacan no solo a los paxaritos , sino tam- bién a aquellos que por el tamaño deberían ser tan fuertes , ó aún mas que ellos , y valiéndose de su pico corto , semejante á una cuña , les pene- tran el cráneo para, sacarles los sesos, de que son muy voraces: también les quitan la carne que cu- bre el ovispiilo , y penetran los huesos hasta la mandíbula , que es para su gusto la comida mas delicada. Sin embargo , quando están libres apenas se sustentan de estos manjares tan sangrientos, por no tener el vuelo bastante rápido pata alcanzar los paxaritos que se les huyen , y porque la natura- leza no les ha provisto de garras para sujetarlos y detenerlos : no son , pues , mas que los paxaros enfermos , y los que están heridos los que vici en á ser su victima; pero si se cierran algunos ca,bn~ ncros en una jaula ó paxarcra , se aprovechan de las circunstancias para satisfacer el gusto que tie- nen de la carne y de los paxaros á los que cansan y molestan , y sin poderse escapar llegan todos ellos succesivamente á ser viítima de su voracidad. He visto algunos carboneros vivir mucho tiempo con otros páxaros sin declararles la guerra ; pero esta asociación , siempre funesta mas o menos pronto, jamas dexa de acabarse con el exterminio de algunos páxaros encerrados en la misma paxa- rera. Sin embargo , no se alimentan únicamente de itisedos , y de la substancia de los otros páxa- ros, quando los pueden pillar, sino que también gustan de muchas especies de granos y de ñutas: por el otoño buscan mucho los higos , agujerean las avellanas y las bellotas , y van poco a poco sacando la carne que encierran. Pocos de estos páxaios se enjaulan , no solamente porque es preciso tenerlos aparte , sino porque viven poco tiempo. Se les da de córner cañamones , nue- ces, avellanas, y en vez de insedos se suple su falta con carne picada ó grasa , de que son muy codiciosos. Cogen los cañamones grano por gra- no , los estrujan con la pata , y los traspasan con la punta de su pico : hacen lo mismo con una avellana , la que picotean á golpes redoblados te- niéndola baxo Jas dos garritas ; pero quando es- tán ceñidos a sola esta especie de comida , además de no serles suficiente , el exercicio violen- o que por esto tienen , los fatiga, y los estremecimien- tos ocasionados por los picotazos que dan, los en- ferma la cabeza, de cujas resultas vienen á cegar ó á mbrirse en pocos meses. Se consigue mante- ner- CAR nerlos mucho tiempo vivos dándoles el cañamón partido y quitando la cascara a las avellanas que se les echan : apetecen mucho las nueces y las almen- dras , y si ademas de esto se les da carne picada, llegan a vivir uno ó dos anos ; recompensando ios cuidados que cuestan con lo gracioso de su plu- mage , con sus particulares movimientos , con su vivacidad , y con su canto que de agrio durante el hibierno , se vuelve bastante dulce por la prima- vera , y semejante al del pintón* be amansan fácil- mente , y dicen también que producen y multipli- can en el estado de mansedumbre. Quando los íarboaeros están libres, se unen y aparean desde el ines de Febrero , y empiezan a labrar sus nidos por Marzo : estos los colocan en los agujeros de las paredes , ó en los huecos de los arboles , y los componen de todas aquellas substancias tnas suaves que pueden encontrar, como lana , pelos, plumas , pelusa de las plantas , quedando todo él sostenido por fuera con liqúenes u hojas de la he- pática aplicadas al rededor del nido : la hembra po- ne de ocho hasta doce huevos blancos manchados de roxo principalmente por la punta mas ancha : el empollar solo dura doce dias : al cabo de quince salen los hijuelos del nido , y ya no vuelven á entrar en él : permanecen juntos en bandadas has- ta la primavera siguiente , y quando se hadan en gstado de manejarse por sí mismos , padre y ma- dre trabajan en la construcción de un nuevo nido; y ponen hasta tres veces al ano. Hay pocos paxaros , y tal vez no se encontrará otro alguno que sea tan fácil de coger como el carbonero y el puro a\v.l, Su apetito hacia las nueces, y sobre todo hacia el sebo le hacen precipitar en todas las trampas que se le urden ; pata coger los paros basta disponer un armadijo ó jaula paradera, meter en ella por cebo alguna nuez , ó aun mejor un poco de sebo, y ponerla en un jardín sobre una pared , ó sobre algún tejado inmediato , y por lo regular no hay tiempo para sacar los paros de la trampa , ni para volver a poner en estado el ar- madijo. El carbonero poco mas ó menos es del tamaño del p'mxon : su longitud , desde la punta del pico á la de la cola , es de cinco pulgadas y diez lineas: tiene ocho pulgadas y quatro lineas de vuelo : las alas plegadas se extienden hasta una pulgada mas allá del nacimiento de la cola : los dos lados de la cabeza , ó las mexillas , son de un blanco hermo- so : la parte de arriba de la cabeza y la garganta de un negro lustroso, que se extiende por deba- jo de unas manchas blancas , y por detrás de la cabeza , y se prolonga hacia delante en punta so- bre el pecho , enmedio del vientre , y hasta de- baxo de la cola : el lomo es de un verde de acey- tuna , y el ovispillo de un ceniciento azul : la parte de abaxo del cuerpo de un amarillo pálido, cortado por una raya longitudinal negra : las alas son de un ceniciento pniúo, cortado por otra ra- ya transversal de un blanco pajizo , y las grandes guias están circuidas exteriormente de un cenicien- to azul , á excepción de las dos primeras y las medianas que lo están por fuera de un verde acey- tunado : la primera de las piumas del ala es muy corta , y la quarta y quima son las mas largas : to- CAR 277 do lo aparente de las plumas grandes de la cola es de un ceniciento azulado , excepto la mas exterior de ellas que está guarnecida de blanco , y la si- guiente que termina en el mistno color : el pico es de alesna : las ventanas de Jas narices quedan escondidas baxo las plumas de la basa del pico, y estas dos circunstancias son las que caraéterizan en general los paros. El pico del carbonero es negro: pies y uñas aplomados. La hembra tiene los colores mas claros que e¡ macho , y menos negro. Gen. XL1. Carbonero (pequeño.) Ekiss. tom. 111. pag. 551. El carbonero pequeño tiene mucha semejanza con el grande , pero es mucho menor : no tiene mas que quatro pulgadas y una linea de longitud , y seis pulgadas y ocho lineas de yuelo: las mexillas son blancas como las del carbonero, y rodeadas del mismo negro : este color se. extiende sobre la ca- beza por detras del cuello y garganta , y no se prolonga en linea longi.udinal enmeuio del pecho y del vientre como en el carbonero grande : en Ja parte de abaxo de la cabeza y hácia a ras uene una linea blanca perpendicular , que corta por me? dio el negro de esta parte : la de encima del cuerpo es cenicienta , y la de abaxo de un blanco sucio con mezcla de roxo sob:e los lados : las alas y cola son cenicientas : enmedio de Jas alas tiene tres rayas transversales, una negra entredós blancas : el pico es negro , y pies y unas de co- lor de plomo. Este paro se complace en los bos- ques donde siempre hay algunos arboles verdes , ó en los pinares , y tiene las mismas costumbres que el carbonero. Vea>e Careoniro. Bien que aún es mas fecundo, y la hembra pone muchos mas huevos. Es común en Lorena , en Alemania , y en el Nor- te de la Europa ; pero muy raro en las cercanías de París , aunque también suele verse alguna vez. Cae en todas las trampas lo mismo que el grande; y sin embargo de esto las gentes que tienden re- des para los paxaritos , y que durante muchos años me han abastecido de todas las especies que cogían^ jamás me han traido el carbonero pequeño. Muchos autores tienen por una variación de la especie de que acabo de hablar , al paro que Bris- son llama mésange de mar ais ( paro pülusire) , ó nonet * te cevdrée , tom. lll. pag. 555. representado en la la- mín. ilum. 3. fig. 3. con las mismas denominaciones: en conseqüencia haré aquí la descripción para que el hélor juzgue con mas facilidad de la iéertidad de estos dos páxaros, á los que, esto no obstan- te , tengo yo por especies diftrentes. Tiene qua- tro pulgadas y quatro lineas de longitud, y siete pulgadas de vuelo : la parte de arriba de la cabe- za, y lo alto de detras del cuello negro : Ja gar- ganta del mismo color : la parte de abaxo del cue- llo hácia atrás , y la de encima del cuerpo , como también las alas y la cola de un gris pardo : las mexillas , el cuello por delante , y la parte de aba- xo del cuerpo de un blanco puro sobre las mexi- Jlas y cuello , y sucio y con una leve mezcla de rosado en la parte de abaxo de lo restante del cuerpo : el pico negro , y pies y uñas de color de plomo. Esta especie se halla con freqüencia en los ¡u- 278 CAR lugares frescos y pantanosos de donde le viene el nombre de paro palustre ó de pantano. Salerno se engaña diciendo que no se conoce en las cercanías de París; puesto que es muy común en aquellos con- tornos , y en parte es esta una de las razones que me impelen á no tenerlo por una variación del car- bonero pequeño ; y estas dos especies , que tengo á la vista quando hago esta descripción , me parecen de un plumage demasiado diferente para creer que la distancia que hay de ¡a Lorena , donde se encuen- tra con abundancia el carbonero pequeño , á las 'cer- canías de París , donde no se halla , renga en ellos bastante influxo para mudar su plumage en el del pequeño paro palustre , que se encuentra muy á menudo al rededor de París. No sucede lo mismo en un paro que se halla en la Luisiana , que lo ha traído le Beau, y que no se diferencia del paro palustre. Yo le tengo absolu- tamente por el mismo , puesto que no hay distin- ción alguna entre él y el paro de Europa. Eti quanto al paro que Brisson ha descripto, baxo el nombre de me san ge a tete noire du Lanada, ó paso de cabera negra del Lanada , tom. III. pag. 553. lam. XXIX. fig. 1., las diferencias que lo distinguen del carbonero pequeño no me parecen suficientes pata separarlos : entre estos dos paxaros no veo mas que una leve variación , y encontrando entre ellos tanta semejanza en una distancia tan grande, todo conduce a tenerlos por de la misma especie. Las diferencias consisten en algunas dimensiones algo mas fuerces en el paro del Cañada , en algunas mezclas mas obscuras de los mismos colores , en el defeóio de la raya blanca detrás de la cabeza, y sobre las alas , y en la falta de negro extendido por debaxo de lo blanco de las mexillas. En fin el paro llamado por Brisson mesange ccndrce , ó paro ceniciento , tom. III. pag. 549. tam- bién se ha tenido por una variación del carbonero pequeño. Se encuentra en Inglaterra, y Wilhugby, Ornitb. pag. 17 1., habla de él como de una curru- ca : mas tengo por muy difícil que un autor tan exaéto se haya engañado en el genero de este pa- xaro que se halla en su patria : sin embargo para conformarme con lo que han escrito algunos auto- res franceses haré aqui la descripción. Es , poco mas ó menos , del tamaño de un paro palustre : la cabeza cenicienta : la parte de arriba del cuerpo del mismo color , pero algo teñida de rosado : la garganta blanca , y la parte de abaxo del cuerpo de un blanco salpicado de rubio : el medio pico superior negruzco , el inferior blanco ; y lo interior de la boca pajizo , caraóter que no se nota en los paros, y que al contrario es regular en los otros: los pies son pajizos en algunos de ellos , y en otros de color de plomo. Carbonero de Bugey. Vease Ruiseñor. db PAREO. Los carboneros forman una de las especies del genero de los paros, Vease Paro. CARBUNCLO, (el) Carbitnculus en Latín. Escarbando en Francés. Es del tamaño del páxaro mosca rubí topacio, y solo se diferencia en que los colores de la coronilla , de la garganta , de ls delantera del cue- C AR lio , y de lo alto del pecho son mas obscuros y menos resplandecientes. Estas partes en el rubí to- pacio , si recibe de alto la luz , ó le da de frente, ya parecen de un amarillo de topacio , ó ya de un roxo de rubí ; lo que no sucede en el páxaro mos- ca carbunclo , que baxo todos ios aspeólos aparecen de un roxo de carbunclo , ó de un rubí obscuro; pero yo creo que esta diferencia no podrá consti- tuir una especie. He recibido de la Cayena el car- bunclo , donde es muy común el rubí topacio , y tan solo he visto una vez el carbunclo ; de modo que no se que le haya en otra colección , ni que nin- gún autor hable de él ; yen mi concepto no es mas que una variación , ni creo que se deba con- tar por especie distinta. Vease Rubí iopacio. CARDENAL. Cardinal en Francés. Los cardenales son linos páxaros que se crian en las Indias , del tamaño del tordo con poca di- ferencia , y todo su plumage de un encarnado vi- vo y gracioso , de lo quai ¡es proviene el nom- bre de cardenales. Los hay de varias especies, Ce- ntro XXXIII. - ** Cardenal copetón ó Chuchi colorado. * Los habitantes de Timaná, Reyno de Santa Fé, llaman al cardenal copetón , ebugui colorado , o cope - tontito , y unos y otros páxaro colorado. Los de la provincia de Cartagena le dan el nombre de cbirivi. Esta avecita tiene la cabeza oval y propor- cionada a su tamaño, cubierta de plumas finísimas de color de vermellon subido: los ojos son regu- lares , y sus parpados están vestidos de las mismas plumillas que la cabeza : el iris es negruzco, y la pupila muy negra : el pico es proporcionado , re- dondo , lineal y negro , algo recogido y agudo por su punta : la quixada inferior es acanalada y pun- tiaguda; y la lengua lisa y lineal : la basa del pi- co está cubierta de plumillas del mismo color que las de la cabeza : las ventanas de la nariz son proporcionadas, y puestas sobre el margen del pi- co ; pero inmediatas a la raíz de la frente. Las plumas de la cabeza le forman un hermoso cope- te, y las que siguen después de la nuca al cue- llo son pardas. Tiene el pescuezo algo erguido, corto , vestido por debaxo de plumas de color de vermellon subido , y por encima de color par- do. El cuerpo es recogido , el pecho ancho , y vestido , como también el vientre , hasta el ano de plumas del mismo color de verme- llon : el lomo y los encuentros son de un pardo negruzco : la región del ano de un encarnado cla- ro. La cola, que es mas larga que los pies exten- didos, y consta de doce plumas, es de un pardo obscuro por encima , y ceniciento por debaxo : los muslos son de calzón entero , y de color de ver- mellon. Las alas son regulares, y recogidas, tocan con sus puntas á la extremidad de los pies exten- didos : las guias son de color pardo obscuro por encima, y ceniciento por debaxo: las demás plu- mas sen pardas con algunas manchitas bermejas. Su largo , desde la punta del pico hasta la de la cola, es de seis pulgadas : las piernas son lisas y muy ne- gras , y los pies de quatro dedos , tres hacia ade- lante , y uno atrás : las unas soa también negras, encorvadas y-muy agudas. Su CAR Su alimento común son jnseítos , y algunas se- millas silvestres : su mansión son los montes y campos : anida en los árboles , y forma su nido de pajitas, algodón y lana de palos: su postura es de dos huevos, y per lo común los polluelos que salen son macho y hembra ; en el rigor del color se la ve á esta avecilla revolcarse en’la arena para buscar la frescura. En mi juicio este páxaro, ó es el mismo , ó una variación del cardinal copetudo , puesto que en ambas descripciones solo se advier- ten diferencias muy leves para que puedan consti- tuir especie distinta. Cardenal copetudo, Lam, 37. Briss. tom. III, pag. 153. Cátese, tom, I. pag. y lam. 38. Coccotbrawstes indica cristata en Latin. El cm den al copetudo es del tamaño del pico gor- do , pero de forma mas prolongada y mas hermo- sa : desde la punta del pico á la de la cola tiene siete pulgadas y diez lineas, diez pulgadas y ocho lineas de vuelo , y sus alas plegadas no llegan mas que hasta el tercio de la cola : la basa del pico está rodeada de pequeñas plumas negruzcas : I4 garganta es del mismo color , y todo lo demás del plumage de un roxo vivo y resplandeciente en la delantera del cuello, el pecho, el vientre y los costados , y de un roxo obscuro , ó de un pardo roxo en la parte de atrás del cuello y en- cima del cuerpo ; la cabeza está adornada de un penacho, colocado sobre el occipucio , de un roxo resplandeciente , que termina en punta , y el páxa- ro levanta y baxa quando quiere ; las alas son de un roxo mas claro que el del lomo : las plumas laterales de la cola del mismo color ; pero las dos del centro de un roxo pardo 3 y el pico , pies y uñas de un roxo baxo. La hembra tiene copete como el macho ; pe- ro todo su plumage es de un roxo pardo mas obscuro por encima del cuerpo , y mas claro por debaxo de él 3 y el pico , pies y uñas son de un pardo que tira a roxo, Los cardenales , como se ha dicho , son del ge- nero XXXIII. y muy comunes en la América Sep- tentrional. Crianse muchos en la Luisiana , de don» de se traen vivos con bastante frequencia á Eu- ropa , y en tiempo de paz no es extraño encon- trarlos en casa de los paxareros : alimentanse estos bellos páxaros con mijo : tienen mucha viveza sin ser insolentes ni muy fieros 3 pero jamás se con- sigue el poderíos amansar hasta un cierto punto: su canto es muy fuerte y muy agradable 3 pero no cantan mas que por la mañana ; y no parece que se acostumbran con facilidad á nuestro clima , porque generalmente se conservan poco tiempo. Cardenal de América. Briss. supplem, pag. 6 7, Lo mismo que Caeeza roxa. Cardenal del Cabo de Buena Esperanza. Lam.<¡. fig, 1, Vease pico gordo ó Piñonero de Coro- mandel. Cardenal de Madagascar. Briss, tom. III. pa~ gin. iiz. Lo mismo que Fc/di. Cardenal de México. Briss. tom. III, pag, 4 6, Vente Escarlata. CAR 2 79 Cardenal dominicano. Lam. 55. fig. z. Briss. tom. III. pag. 11 6. Véase Paroara. Cardenal dominicano copetudo ó cristado de la Luisiana. Lam. 103. Vease Paroara cristado o copetudo. Cardenal manchado. Briss. tom. III. pag. 44. Véase Escarlata. Cardenal pardo. Lam, 8j. Briss. tom, III. pag. 5 j. EüW. tom, II. pag. 8z, Cardinal brun en Francés. Esta ave es poco mas ó menos del tamaño del pintón de Ardenas3 y la parte de arriba del cuer- po de un pardo obscuro : cada pluma está guar- necida de un pardo mas claro : la garganta , la delantera del cuello , el pecho , lo alto del vien- tre y los costados son de color de escarlata : la parte inferior de un pardo baxo : las plumas de las alas del mismo color , circuidas de pardo mas cla- ro : la cola parda , el pico blanco , y pies y uñas de un pardo claro. Ed\X'ars que ha indicado esta ave cree que se encuentra en la América , pero no lo asegura : Je tiene por un tangara , y Bufion piensa que es el mismo páxaro que el tapial descripto por él con el nombre de comendador. Vease Comendador. Me parece muy difícil deter- minar con exactitud el genero de este páxaro se- gún la descripción de Edwars , y la figura que nos ha dado. Pero atendida la diferencia de tama- ño , no creo que el cardenal pardo , pueda ser el comendador , conocido en la Luisiana baxo el nom- bre de estornino de miñones roxos. Cardenal purpureo. Briss. tom, III, pag, 49. La misma ave que Pico de plata. CAR1AMA. (el) Briss. tom. V, pag. 5 1 6, Cariama en Francés. Ave del Brasil que freqiienta las riberas j de carne muy delicada , y solo conocida de los Or- nitologistas por la descripción que ha dado Marc- grave. Su tamaño es poco mas ó menos conro el de la garyi común : tiene quatro dedos , tres de- jante , de los quales el de enmedio esta unido con los del lado por una membrana que llega hasta la primera articulación , y otro atrás colocado tan al- to , que su extremidad apenas puede tocar en el suelo : la parte inferior de las piernas sin plumas: el pico en cono encorvado : un penacho en la raiz del pico , variado de negro y ceniciento : sus alas [llegadas pasan muy poco del nacimiento de la co- a : todo su plumage , comprthendiendo las guias de las alas , y las plumas grandes de la cola , está interpolado de pardo , de rosado y de gris : el iris es de color de oro ; el pico de un pajizo pardus- co : la parte desnuda de las piernas y los pies de un amarillo obscuro, y las uñas pardas. El cariama tiene la voz semejante á la de la pava de Indias, pero mas fuerte , y se oye de mas lejos. Según refiere Pisón , en su tiempo se había empezado á domesticar el cariama ; sin embargo , no parece que esta adquisición , que hubiera sido tan útil, se haya Levado muy adelante : pero puede suce- der que el cariama en el día ya sea domestico en gl Brasil, que nosotros lo ignoremos, y que no se 2 8o CAR hayan hecho tentativas pata lograrlo en Europa. Esta seria una de las aves que por lo delicado de su carne convendría que se hiciese la prueba de transportarla, de acostumbrarla al clima, y de ha- cerla multiplicar en él, si es capaz de domesti- carse , como dice Pisón, C en. LXXXFI, CARNERO del Cabo de Buena Esperanza. Fe a se AtBAl ROS I E. CARPINTERO. charpentier en Francés. t' te termino es el nombre genérico que en America dan los colonos á los picos. El nombre ue carpintero se da particularmente en Santo Do- mingo al pico que Bufton ha llamado pico rayado, Fease Pico rayado de Santo Demingo. Carpintero amarillo. Fease Pico amarillo de la Cayena. ** Carpintero de Santa Fe. La ave que , en todas las provincias sujetas al Virreynato de Santa Fé, llaman los naturales car- pí mero , habita en los montezuelos y montanas, tanto de temperamentos calidos , como fríos, prendidos de los árboles, y en particular de aque- llos que el tiempo va corroyendo y pudriendo, de lo que resulta criar los palos muchos gusanos que los roen y taladran : llega á los agujeros el carpintero , y no pudiendo con comodidad sacar el gusano , a fuerza de golpes con su pico los pro- porciona, y prendiendo el gusano con la punca de su lengua , que es un fuerte huesecillo , lo extrae y come : este es su común alimento. La hembra anida en los agujeros grandes de los troncos de los árboles , y su postura es de dos huevos. En los temperamentos calidos , es en un todo semejante á el macho en lo exterior ) pero en los temperamen- tos fríos se diferencian en que el macho sobre la raíz de la frente, por delante del copete ó plu- mas encarnadas de la cabeza , tiene unas quatro como sobrepuestas de color negro. El carpintero tiene la cabeza abultada, ovada, algo aplanada por encima , y cubierta de plumas finísimas encarnadas , que le forman un ayroso co- pete. Los ojos son hermosos y nada saltados : sus parpados negros , y del todo desnudos : el iris de color de caña , y la pupila negra. Las ventanas de las narices en la margen del pico, lineales, y cu- biertas con unas plumillas finas de color de caña. El pico es muy robusto , triangular , negruzco , li- neal, y la punta roma, comprimida, con un filo como de un formoncillo: su basa cubierta de las mismas plumas finísimas encarnadas de la cabeza: sus lados anchos , separados por el lomo afilado y lineal , que forma el triangulo del pico : el semi- pico inferior es negruzco, acanelado, lineal, y re- cogido en la misma punta , que es un filo como el de la punta del semipko superior : en los lados de dicho semipico , hacia el riétus oris , tiene unas plumillas finísimas de color de caña , y por medio de la orqueta unas muy negras, que le baxan por tocia Ja delantera del pescuezo hasta la raiz ó na- cimiento de él. La lengua es redonda al modo de lombriz , lisa , lineal , larga , y con un huesecillo agudísimo en la punta, que por uno y otro costa- do , Metido como es rnuy plano , tiene unos como diencecillos de finísima sierra con que pilla los gu- C AS sanos para su alimento. El cuello proporcionado, algún canto erguido, cubierto por delante, como ya se ha dicho , de plumas negras , y por encima Encálmente de plumas negras y blancas , que ba- xan hasta la mediación del lomo. El cuerpo es muy recogido , cuuierto por encima hasta el me- dio del lomo de plumas negras y blancas , y de alli hasta la raiz de la cola negras. El pecho ancho, y desde éste por debaxo hasta toda la región del ano inclusive , de plumas transvtrsalmente mancha- das de acanelado y negro. Los muslos son de cal- zón entero , con plumas de lineas transversales acaneladas y negras. Las piernas cortas , con esca- mas de un negro ceniciento ; los pies de tres de- dos adelante , y uno posterior , iodos hendidos y separados , pero torcidos , porque las plantas de los pies se hallan hacia adentro , mirándose una á otra. Esta disposición de los pies en esta ave es natural y propia a su modo de vivir que es subir y baxar á los troncos en solicitud de los gusanos que se crian en los agujeros. Las uñas son negruz- cas , muy encorvadas , y agudas en la punta. Los pies extendidos son mas cortos que la cola , la qual tiene nueve plumas muy gruesas , negras por ambos lados. Las alas son regulares, y recogidas tocan sus puntas á la extremidad de los pies ex- tendidos : las guias y plumas exteriores son negras; y las guias por lo interior hasta la mediación de ellas de color de cana muy claro , y de alli hasta la punta negras : las rechices interiores todas de color de caña muy claro. Tiene de largo, desde la punta del pico hasta la extremidad de la coia3 trece pulgadas y quatro lineas. Carrera, (cetr.) Montee en Francés. El vuelo que da el ave de rapiña, y dirección que toma para subir , como también la altura á que sube , que por lo común es de unas ciento y veinte varas. Carrera de elevación , es quando el ave se remonta tanto que se pierde de vista. Carrera de fuga, los movimientos y mutacio- nes de dirección que el ave hace en su vuelo para evitar la que la persigue. Casamiento. Fease Union. Casar. Hablando de las palomas es aparearlas macho y hembra. Fease Paloma. Cascabeles. Los que se atan al mallo ó correa que sale de la pihuela del halcón , y que por lo re- gular son dos , uno que se llama prima , y otro bordon. CASER1TO. Fease Periquito de cabeza roxa. CASITA. Lo mismo que Gueloria. CASOARIO. tam, 303. Briss. torn, F. pag, 10. lar». I, fig. í. Caí. LXIF. Memorias para la Historia de los animales , parí. 27. pag. 15 7. Casoarius en Latín. Casoar en Francés. ímé por los Indios. El caso arlo es el mayor de todas las aves des- pués del iiwi/iiq : también carece la facultad de volar , y en algún modo todavía parece mucho mas adherence a la tierra por tu total falta de alas, y CAS y por su forma mas maciza y mas pesada. Pero aunque muy grande , es con todo mucho mas pe- queño que el avestruz. Los autores varían mucho acerca de sus dimensiones, ya por haberlas toma- do en cascarlos de edad diferente, ya por ser efecto del sexo , ó , lo que me parece mas verisimil, porque habiéndolos observado en parages nuiy distantes de su país nativo de donde habían sido transportados en edades diferentes , y lo mas re- gular nuevos , hayan dexado de adquirir el au- mento que les correspondía , ó tan solo ha- yan tenido una dilatación imperfeta en sus miem- bros. Siendo el cascarlo , descripto por los Señores de ¡a Academia de las ciencias, el que tiene las dimensiones mayores, y no pudiendo dexar de es- tar exaétas , me parece , que con arreglo á lo que ellos dicen , deberemos hacer su descripción. Des- de la punta del pico d la de las uñas tiene cinco pies y medio : su pico quacro pulgadas y seis li- neas de largo , y su pie doce pulgadas. El pico del cascarlo es reblo , casi conico , y los bordes de las dos mandíbulas tienen una pe- queña hendedura en su extremidad : sobre su ca- beza se levanta una especie de casquete conico, negro por delante , y amarillo por los lados y por atrás : tiene su origen en el principio del pico , se extiende sobre la basa del cráneo hasta la mitad de la cabeza , y es de tres pulgadas de aleo : su figura es casi como la de un cono troncado , de una pulgada de diámetro por su basa , y de tres lineas en su cumbre : esta prominencia proviene de la hinchazón de los huesos del cráneo , y se halla cubierta de unas capas concéntricas de subs- tancia analoga á la del cuerno. La cabeza y lo alto del cuello están desnudos ó simplemente vestidos de algunos pelos negros y muy claros : la piel es de un color de violeta que tira á pizarra en lo inferior del buche , azul por los lados , y por detrás salpicada con pintas de un ro- xo mas ó menos vivo : algunos pliegues ó vados forman varios sulcos y lobas en diferentes partes de la piel desnuda del cuello , y principalmente por detras. El meato auditorio es nuiy grande , está des- cubierto, y solo rodeado de algunos pdos negros pequeños y muy cortos. El ojo es pequeño : el iris de color de topacio: el parpado superior esta guarnecido de una linea de pelos negros que se va redondeando en forma de ceja. Esta ultima circunstancia es tan común al cascarlo, como al avestruz, y también á otra ave de ge- nero harto diferente, llamada el secretarlo ; pero es sumamente rara en las aves de mayor ta- maño , cuyos ojos están menos ocultos baxo la órbita , y no se hallan defendidos con plu- mas , las quales están colocadas á mayor distancia de lo que generalmente acontece en todos los pá- xaros. La pequenez del ojo del cascarlo , la ceja que lo obscurece , y Ja ancha abertura de su pico, hacen que tenga una mirada feróz , y un ayre amenazante. En lo inferior del cuello , y mas arriba del parage donde está vestido de plumas , tiene dos membranas carnosas de pulgada y medía de largo. Historia Natural. Tora. I, CAS 281 redondas por la punta , y de nueve lineas de ancho, bipartidas de roxo y azul. Lo exterior del esternón está cubierto de una callosidad desnuda y descolorida , dimanada de la presión y peso del cueipo del animal quando se acuesta. La parte inferior del cuello, todo el cuerpo, y los muslos hasta la rodilla , están vesti- dos de plumas, todas de la misma forma y de la misma estructura, pero muy diferentes de las de las otras aves : la mayor parte son dobles, y de un mismo canon nacen dos tallos, que por lo co- mún son desiguales. Las barbas de estas plumas están desunidas sin adherencia entre sí : los tallos de donde salen son llanos, negros, lustrosos, di- vididos con nudos , de cada uno de los quales na- ce una barba ó hilito : desde el nacimiento hasta la mitad del tallo , son las barbas cortas , ramosas, y de un gris curtido ; pero desde la mitad ó me- dio del canon hasta su extremidad , las barbas ó hilítos son ya sencillos, mas duros, mas largos, y de un pardo negruzco : como estos cubren los otros , de los que tan solo se notan algunos por entre el principio de los últimos , visto de lejos el cascarlo , y también de cerca , pero sin mucho cuidado , parece un animal velludo , cubierto de pdos duros y ásperos como las cerdas del jabalí. Las plumas mas cortas están en la parte de abaxo del cuello , desde aqui van aumentando su longi- tud hasta el ovispillo , donde llegan á tener has- ta catorce pulgadas de largo , caen hacia baxo y ocultan la parte donde deberia estar la cola , de que el cascarlo carece enteramente. El ala , que aún no tiene tres pulgadas de lar- go , esta armada de cinco tallos ó cañones de plumas negras algo encorvadas y brillantes , de los quales el mas largo , que es el del medio, tiene once pulgadas. Los pies son muy gruesos, y cortos á propor- ción de lo abultados que son , y del tamaño del ave : su color es de un gris pajizo : tiene tres dedos delante , ninguno atrás , y las uñas negras. Los huevos del casoario son de un gris cenicien- to que tira á verdoso , mas oblongos que los del avestn.\ , y sembrados de una multitud de pe- queñas berrugas de un verde baxo. Ll casoario se encuentra en Asia al mediodía de su parce oriental , en las Islas Molucas , en las de Java , y en las de Sumatra. Aún es raro en estas regiones , las únicas donde se encuentra , por- que sin duda en los países poblados antiguamente, viendo el hombre que no le era útil , ó no ha- biendo sabido sacar de él alguna ventaja , lo des- truyó y alejó oponiéndose a que se multiplicase. Tienese por muy voráz y malvado: dicen que tra- ga todo quanto se le arroja aún los carbones en- cendidos ; y exageran este absurdo , hasta decir que no le incomoda : no se le atribuye como al avestruz el digerir los metales : al contrario se ad- vierte que tiene muy débiles los órganos digesti- vos, y que vuelve á sacar de ellos sin alteración alguna los cuerpos algo sólidos y muy digestivos que traga vorazmente. Estos hechos se hallan fal- siíicados por la historia de los casoarios que se haa visco freqiientemente en Europa , y que han vivi- bln da 282 CAS do en ella mucho tiempo : es verdad que la ma- yor parte se acomodaban á comer de todo lo que se les daba ; pero los vegetales eran su principal alimento. En Holanda vi uno vivo y otro en Pa- rís , que a ¿dualmente conservo en mi colección: ambos se alimentaban de migas de pan , de frutas de la estación , que no se les escogían con mucho cuidado , de hortalizas , legumbres y raizes , y so- bre todo de zanahorias , cortadas toscamente a pe- dazos. Este genero de vida no manifiesta unos ór- ganos digestivos muy debile6, ni se puede presumir que la mansedumbre los haya fortificado : no su- cede lo mismo en el caraóter que pedia haberlo suavizado, y es muy verosímil, que estando el ca- i oarlo libre sea mucho mas fiero y maldito. El que vi en París jamás procuraba defenderse con el pico ; pero el hombre que lo enseñaba advertia que se guardasen de sus patas porque, según decía, tiraba coces. Creese que este es su modo de de- fenderse quando está libre , como también que arioja piedras hacia atras: por ultimo referiré una circunstancia que he sabido por Mr. Poivre. En tiempo que este viagero y administrador filosofo era Intendente en la Isla de Francia , le regalaron un casoario al que dexó en libertad en un jardín: quando algunos frutes incitaban su apetito , y pen- dian de ramas muy elevadas , de donde no podía alcanzarlos, tomaba una larga carrera, y al llegar al árbol , deteniéndose , y dando un fuerte golpe en el tronco con uno de los dos pies que levantaba de intento , hacia caer las frutas al suelo , y lue- go se las confia. Murió por haberse querido tra- gar vorazmente un higo de tuna , ó fruta de la epuntia , cubierto de espinas, CASQUETE O MIRLO DE CABEZA NEGRA del Cabo de Buena Esperanza. Mirlo de cabera negra del Cabo de Buena Esperan- za. Lam. 391. Briss. tom VI. supl. pag. 47. lam. 111. fig. 1. Casqtie-noir en Francés. Este es un páxaro del genero XXII. del tama- ño poco mas ó menos de un : la cabeza y la parte superior del cuello son de un negro lus- troso : el lomo y las plumas escapulartas de un pardo obscuro : el ovispillo roxo: el buche, la de- lantera del cuello , y todo lo debaxo del cuerpo rubios 3 pero los costados rayados con pequeñas li- neas pardas transversales : las cubiertas de encima del ala son pardas : en los encuentros de las alas tiene algo de blanquizco; y cada una de ellas se compone de diez y nueve plumas variadas de par- do , de rosado , y de blanco : este ultimo color forma una fáxa pequeña sobre cada ala : la cola es negruzca , terminada en blanco , a excepción de las dos plumas del medio que son todas negras: los pies pardos , y las uñas negruzcas. Casia. Lo mismo que raía. Vease este artículo. CASTAÑERO , O ZARAMAGULLON peque- ño de rio. Briss. tom. Vl.pag. 5 9. Bel. Hist. nat. des Ois.pag. 177. Colimbos fluviatilis en Latin. Castagnuix en Francés. Tiene nueve pulgadas desde I3 punta del pico á la del ovispillo : todo su cuerpo por encima CAT es de un pardo tenido de leonado , excepto la parte inferior del ovispillo que es blanca : los lados de la cabeza, y la delantera del cuello son de un gris leonado : la garganta de un blanco su- cio : el pecho y lo alto del vientre , en muchos individuos es de un blanco plateado , y en otros de gris : el ala se compone de veinte y cinco plumas de un gris pardo , y mas ó menos pintadas de blan- co : lo que se ve de este color , quando tiene ple- gada el ala , forma una raya oblonga hacia la ori- íia exterior : el pico es pardo por arriba , roxo por debaxo , y su punta blanquizca : ¡os pies , los dedos , y sus membranas de un pardo que tira á roxo. Encuéntrase en los rios, escanques , lagos, y en la mar. Se mantiene de peces , de ranas , de cangrejos, de langostines, y cangrejuelos. Coi. XCI. Castañero de Filipinas. Lam. 945. Es algo mayor que el que se encuentra en Eu- ropa : la capa es de un negro algo purpureo : las mexiilas, y los lados de lo alto del cuello están pintados de roxo : la garganta es blanca : la delan- tera del cuello negruzca : el pecho , y la parte de abaxo del cuerpo blancas : el medio pico supe- rior negro , el inferior tira á roxo ; y los pies, dedos y membranas de un pardo rodeado de pa- jizo. Coi XCI, Castañero de pico circular. Briss. tom. Vl.pag. 6 3. Cátese, tom. l.pag.y lam. 9 1. La longitud de esta ave , desde la punta del pico á la del ovispillo, es de cerca de nueve pul- gadas y media : la parte superior del cuerpo de un pardo , mas claro en la cabeza , y en la parte de arriba del cuello , que sobre el lomo , y en lo restante de encima del cuerpo : la garganta es ne- gra : los lados de la cabeza , y la delantera del cuello son de un pardo claro , y el pecho de un pardo aceytunado : lo restante del cuerpo por deba- xo de un blanco sucio : el ala parda : la mayor par- te del pico de gris , cortado por medio por una li- nea negra , y con una mancha del mismo color en el nacimiento del medio pico inferior : los dedos, los pies , las membranas y las uñas son de gris. Ce n. XCI. Castañero de Santo Domingo. Briss. tom. VI. pag. 6 4. No tiene mas que siete pulgadas y diez lineas de largo : la parte superior de la cabeza , del cuello , y de todo el cuerpo es negruzca : los la- dos de la cabeza , el buche , y la delantera del cuello de un gris pardo negruzco : el pecho y vientre están sembrados de manchas par- das sobre fondo plateado : las cubiertas de enci- ma de las alas y sus guias variadas de gris cla- ro , y de gris obscuro : el pico es negro : los pies , los dedos y sus membranas pardas , las uñas negruzcas y rodeadas de blanco por la punta. Coi. XCI. Catarieera. (cetr.) Ojeador de á caballo desti- nado para tomar los puestos , seguir los halcones, y recogerlos quando baxan con la piesa. CATARAÑA. Ave noóturna muy semejante á la (meta. CA- C AU CATATOTOTL. Especie de Tarín negro de Me xico. Bkiss. tom. III. pag. 71. Liburinus Mexicanas en Latín. tatatol en trances. El catatoiotl se encuentra en México , donde le dan este nombre. Es del mismo tamaño que nuestro tarín : la parce de arriba del cuerpo des- de la cabeza a la cola , esta variada de negro y de leonado , y la de abaxo es blanca : las alas y la cola son negruzcas, variadas de leonado, y los pies cenicientos. CAUDEC , O PAPAMOSCAS MANCHADO de la Cayena. Lam. 45 3. A?- ». Muscícapa tayanensis navius en Latin. tandee en Francés. Este es uno de los papamoscas de la sección que Bufón llama ¡¡canos. Su longitud es de ocho pulga- das desde la punta del pico a la de la cola: la co- ronilla de la cabeza de un amarillo de cidra, y en algunos individuos anaranjado : en cada lado de la cabeza tiene una raya variada de pardo y de ne- gro , que pasa por encima el ojo, y debaxo de esta primer raya tiene otra blanca que finaliza en ei ojo : la parte de acras del cuello , el lomo , y las aias están variadas de negro y de pardo rosa- do ; y lo negro ocupa el centro de las plumas, que están circuidas del color rosado. El ovispillo, las cubiertas de encima de la cola, y las plumas de que se compone están variadas de negro y de rosado , colocados en la misma disposición que los colores del lomo y de las alas : la garganta es blanca , con algunos rasgos negros sobre los lados: en la delantera del cuello , y en el pecho se no- tan unas rayas negras oblongas y paralelas á la di- rección de las plumas sobre fondo blanquizco : el pecho y vientre está también lleno de pintas ne- gras sobre fondo blanquiczo , con un baño lige- ro de amarillo : la basa del pico rodeada de cerdas ó pelos negros bastante largos , y el pico es ne- gruzco , como también los pies. tandee es el nombre que se da en la Cayena á esta especie de tiranos, que se paran sobie las ramas mas baxas de los arboles , prefiriendo las de los paletuvio es ( especie de higuera ). Las hembras nada tienen de amarillo en la cabeza. Gen. XXIV. CAURAL. Lam. 781. taurale en Francés. Pequeño pavón de rosas por los franceses que ha- bitan en la Guayana. El caural tiene todos los caraéléres del rey de las codornices , y por consiguiente es del mismo genero ó del LXXIV. del método de Brisson. So- lo tiene la cola mas larga a proporción , y esto es lo que denota el nombre que le han pues- to. No se sabe porque le llaman los franceses pa- vón de rosas ; puesto que baxo qualquier aspecto que se le considere no tiene relación alguna con el pavón: vive en lo interior de las tierras, en el centro de los bosques mas grandes , y en lo lar- go de las orillas de los. ries , de los riachuelos, torrentes , arroyos y lagos. Su longitud , desde la punta del pico a la de la cola , es de quince pul- Historia Natural. L'om. 1. CAU 283 gadas , y la cola excede en dos pulgadas á las alas plegadas : el plumage está variado de negro , de roxo , de leonado , y de gris blanco , cuya mez- cla de colores forma ondas, zonas y lineas angu- lares : estos colores aunque obscuros de por sí, sin embargo tienen en esta ave un brillo ó lus- tre , que reciben del fondo de seda , ó sedeño, sobre el qual están esparcidos , y de su mutua oposición. El Conde de Bufton da una idea muy justa del plumage de este hermoso páxaro , com- parándolo a las alas de ciertas pbalenas o maripo- sas nocturnas en las quales unas mismas tintas dis- puestas del mismo modo forman una unión delica- da y suave. Voy á describir algunas de las cir- cunstancias que me permiten las mezclas de los co- lores , y el objeto de mi trabajo. La coronilla de la cabeza es negra , como tam- bién los lados , y la parte de atrás de ella : una raya parda se extiende por cada lado en la parte superior del pico hasta el ojo , pasa por encima de éste , y continúa con otra blanca que finali- za en ei occipucio : otra segunda raya blanca parte desde los ángulos del pico, y pasando por debaxo del ojo , va a terminar en lo alto del cuello , que hacia atrás , y en los lados es de un leonado ro- xo , cortado por medio por unas lineas negras muy pequeñas : la garganta es blanca : lo alto del cuello por delante de un blanco rosado , variado de li- neas negras siguiendo la longitud de las plumas: la parte rnftrior y delantera del cuello y el pecho, están por los lados cubiertos de plumas leonadas, rayadas transversalmente de negro , y con lineas curvas : el centro de las mismas partes esta cubier- to de plumas pardas por dentro , y las de afuera unas son leonadas y otras blanquecinas : el vien- tre , y la parte de abaxo de la cola son de un blanco sucio , ó de un gris blanco : los costados, y las piernas de un leonado claro , cortado por algunas ondas pardas, guarnecidas de algo de leo- nado : el lomo , el ovispillo , las plumas escapula- rias , y las del ala mas inmediatas al cuerpo, están rayadas por medio de pardo sobre fondo negro: cada raya tiene enmedio una pinta negruzca entre dos bandas de un pardo ciaro : las pequeñas cu- biertas del ala son negras , y algunas tienen por la parte de adentro una mancha ancha redonda de un hermoso blanco : las grandes cubiertas del ala son de gris , ondeadas de leonado : las grandes guias del ala negras en su nacimiento , y este co- lor forma una plancha en lo alto de ella : debaxo tiene otra de un castaño acanelado , mas abaxo otra mancha blanca ondeada de gris , y debaxo de esta una banda ancha acanelada , seguida de una raya negra , y después otra banda ancha , que la mezcla de negro y blanco dispuesto á ondas, hace que parezcan de un gris ceniciento : en fin , las guias terminan en una banda transversal negruzca: el fondo de los colores de la cola es negro , cor- tado transversalmente por cinco bandas anchas : la primera rayada de blanco sobre fondo negro : la segunda toda negra, pero separada de la preceden- te por una linea de color de canela en forma de Z: la tetcera banda es la mas ancha , y está rayada de negruzco sobre fondo gris blanco á manera de punto ó encaxe de hungria : la quarta es de la la- Nn i ti 284 CAZ tic ud de la secunda, y pintada del mismo modo: la quinta corresponde a la primera , solo que no es tan ancha, y lo blanco está dispuesto en for- ma de Z. El medio pico superior es negro, el in- ferior blanco : los pies , en el paxaro desecado, parecen de un gris pajizo , y las unas blancas. ** CAYCA O CAKACÓLE. Esta ave , que en la provincia de Neyba, Rey- no de Santa Fe , llaman cajea , y en la de Ibague tai-acolé , habita en los lugares pantanosos y ce- nagosos , chupando el xugo húmedo de la tierra, y cazando insectos aquaticos, La -hembra anida en los árboles, y hace su nido de palitos y rami- tas secas : pone por lo común dos huevos , y su carne es un manjar gustoso , que muchos de aque- llos naturales le pretieren a otros. El cajea tiene la cabeza oval , y cubierta de plumitas negruzcas : el pico largo , delgado , y su punta algo "roma : su color es encarnado , y la membrana que circunda su basa bermeja : las ven- tanas de la nariz, que están sobre la misma mem- brana , son largas , y próximas a el lomillo que forma el semipico superior : la lengua es muy cor- ta y triangular : los ojos relucientes, desnudos sus parpados inferiores, y los superiores vestidos de plumillas negruzcas : el iris del ojo es amarillo , y la pupila negra : el semipico inferior por debaxo esta desnudo , y es del mismo color que la mem- brana que circunda el pico. El cuello es erguido, largo , y vestido de plumas cenicientas : el cuerpo comprimido , cubierto por encima y debaxo de plumas negras y semiverdosas : tiene el pecho an- cho , y vestido de los mismos colores que el cuer- po. Los musios son delgados, de medio calzón, y su color negro : las piernas están cubiertas de escamas imbricadas de color amarillo sucio que tira á pardo. Tiene quatro dedos en los pies, tres delante , y uno atrás , hendidos , y los an- teriores ligeramente unidos por una membrana parda, la que es un poco mayor entre el dedo exterior y el intermedio : las unas son delgadas, negruzcas , y algún tanto corvas por la punta , que es aguda. Extendidas las piernas son mucho mayo- res que la cola , la que consta de doce plumas por ambos lados verdosas. Las alas son regulares, y plegadas tocan sus puntas con la de la cola : las guias, tanto por la parte superior como por la iníerior, son negras y verdosas : las redrices interiores y exteriores son negras , con visos de verde. Tiene de largo, desde la punta del pico has- ta el extremo de la cola, veinte y una pulgadas y una linea. Caza. La caja es el arte de coger los quadrúpedos ó los páxaros, los quales caen en poder del caza- dor vivos ó muertos, sanos o heridos, según los medios de que se vaie ; y los mata o hiere con fusil , sable , &c. : muchas especies de trampas también les acarrean la muerte; pero hay otras en las qualts tan solo se hieren, como también dife- rentes medios de cogerlos vivos sin otro daño que el de perder su libertad. Un tratado com- pleto acerca de la caja contendría la descripción las armas , de las trampas , y de los medios di que para ella se valen. Esta seria la primera CAZ división de la caza : la segunda haría relación á los animales que el hombre ha adestrado é instruido para perseguir á los otros, tanto para su prove- cho , como para su diversión , que son los perros y las aves de rapiña. La caja que se hace con perros se llama montería ó caza mayor , y la que se executa con aves de rapiña cetrería , ó altanería. Estas dos palabras montería y cetrería no solo sig- nifican una especie de caza, sino también todo lo que sirve para ella : asi , por cetrería no solo se entiende la caza de aves , sino todo Jo que es relativo a ella , y por consiguiente el halconero , ó el que enseña, cuida y conduce á caza las aves de rapiña , su arte en general , y los medios y los instrumentos de que se vale. La palabra montería tan solo se aplica d la caza de animales o bestias silvestres , en la qual se emplea una multitud de perros. La del lobo tiene un nombre particular y es el de lobatería ó batida de lobos. Estas palabras montería , cetrería y lobatería no tanto indican una cierta especie de caza , quanto lo que sirve para ella : porque se dice la caja ele cíenos, de garbas , de lobos ; pero por la palabra cetrería , por exemplo, se entienden los halconeros , las aves de rapiña , y todo lo que sirve para adestrarlas, mantenerlas y hacerlas volar. La caja menor como de liebre , perdiz , &c. se divide según los perros que se emplean en ella; y asi se dice caja con sabuesos , ó con galgos , le- breles, & c. También se divide la carta que se hace con aves , por razón de su especie , en carta de ajor, de gerifalte , &c. La ca^a tiene también nombres diferentes , se- gún los animales que se quieren coger , según los medios de que se valen , y la hora en que se caja. Asi, respecto de las chochas perdices, se va a la pasa ; y en orden á los medios , esto es , si habiendo sobre nn árbol algunas ramas cubiertas de liga, se atraen allí los paxaritos por medio del canto vivo ó imitativo de una curuja ó mochuelo , enton- ces se llama cajar con reclamo. Si se caja por la mañana, se llama á la entrada ; si por la tarde , á la salida. Nosotros solo debemos hablar de la caja de los páxaros , los quales por lo regular se cazan con fusil ó escopeta : las aves de rapiña , y en particular las de mayor tamaño , pueden cogerse con trampa ; y con redes, varetas de liga, y va- rios modos de lazos se cogen muchas especies de paxaritos , algunas de mediano tamaño , y muchas de aves aquatiles. Con ¡as aves de tapiña se caza la perdlj, el ánade , la picaja, la garja, la grulla , &c. Respeófo a cada especie de caza de páxaros ó aves , y al modo de cogerlas , quando hay en ello algo de particular , vease el artículo correspondiente á cada una de ellas. V canse tam- bién los artículos concernientes ?a las diversas es- pecies de aves de cetrería , como halcón , ajor , ge- rifalte , &c. En fin , véanse los artículos relativos á Jos medios de que se valen para coger los pá- xaros , como redes , pantera , lajos , alares , anade- ras , reclame* , arañuelos , &c. CA- CEB CAZAMOSCAS. Prenettr de mouches en Francés. Cazamoscas de ojos roxos. Caiesb. tora. I. Pag. y ¡am. 54. Víase PapamosCAS aceytunado de la Carolina y de la Jamaica. Cazamoscas roxo. Cayese, tom. I.pag.y /am. 5 6. Briss. tom. IV. pag. 431. Gen. XXIV. Es un poco mayor que el pardal : todo su cuerpo está cubierto de plumas de un color roxo brillante : las guias de las alas son por debaxo de un ceniciento bermejizo , pardas por arriba y por el lado interior, y roxas por el exterior : la pun- ta es de un roxo obscuro : la cola cenicienta por debaxo , y bermejiza por encima : el pico amari- llazo , y los pies y las uñas de un pardo obscu- ro. La hembra es de un pardo con mezcla de amarillazo. Catesby dice que estas aves son de pasa , y que dexan la Virginia y la Carolina en el hibier- no ; como también que tienen el pico grueso , y, según la figura , parecido al de las aves granívo- ras , como observó Edwars ; pero puede ser grue- so el pico , y con todo tener la misma forma que el de los papamoscas ; y debe hacerse menos caso de la figura que lo representa , la qual pue- de ser defectuosa , que del dictamen de Catesby, quien de algún modo ha colocado estas aves en una clase separada dándolas el nombre de preneurs mondes ó de cazamoscas. Cazar. Buscar ó seguir las aves y demás ani- males para cogerlos ó matarlos. Cazar con percha. Lo mismo que al hoyuelo, Vease Ave. Cebadero, (cetr.) El sitio ó parage en que se acostumbra hechar el cebo a la caza. Cebadero, (cetr.) El que tiene por oficio cebar y cuidar de las aves de volatería. Cebar, (cetr.) Echar de comer á las aves de volatería. Cebar los curables. V«tsc Cüraiees. Cebo, (caza) Xppat en Francés. Substancia alimenticia de que se sirven para atraer y prender en algún lazo á las aves , y á todos los animales en general. En orden » las pri- meras, apenas se usa de otra cosa que de granos para las granívoras , y de carne para las carnívo- ras ó de rapiña. También se pueden atraer algu- nas especies de aves en particular con frutas , ba- yas ú otros manjares de su gusto ; y asi la nuez, la grasa , y el sebo para los paros ; y los higos y lombrices para los garganti-roxos , son los cebos propios para hacerlos caer en las trampas ó ar- madijos. Para los paxaros granivoros, por lo co- mún , es el cañamón un Duen cebo. Muchos de ellos gustan de las uvas : los pínulas son aman- tes de las bayas del texo , y ios piñoneros lo son de los piñones , y de todos los frutos coniferos. El conocimiento de los gustos propios de cada páxaro indica los cebos mas proporcionados y mas seguros para atraerlos. CENCERRO. I case Coracias chistad». CER 285 CENICIENTA. (Alondra) Cendrille en Francés. Esta es una especie de alondra del Cabo de Buena Esperanza, indicada solo por Montbeillard, quien habla de ella en los términos siguientes: „ Su total longitud es de cinco pulgadas , y el ,, pico de ocho lineas : la uña del dedo posterior ti recta y puntiaguda, é igual al dedo : la cola de ,, diez y ocho a veinte lineas , y excede en nueve „ lineas a las alas. „ La garganta , y todo lo inferior del cuer- ,, po blancos : Ja parte de arriba de la cabeza ,, roxa , y esta especie de solideo esta circuido de ,, blanco desde la basa del pico hasta mas allá de „ los ojos : en cada lado del cuello tiene una „ mancha rubia , rodeada por arriba de negro : la ,, parte superior del cuello y del cuerpo es ceni- 3, cienta : las cubiertas superiores de las alas y sus „ guias medianas de gris : las grandes negras , como „ también las plumas de la cola. “ Gen. XXXIX. CENICIENTO (el), O CUCLILLO CENI- CIENTO de Santo Domingo. Briss. tom. IV. pag. 1 10. lam. IX. fg. 2. Cuclillo de Santo Domingo. Cea drill ’ar en Francés. Del color dominante del plumage de esta ave le viene el nombre de ceniciento. Desde la punta del pico 4 la de la cola tiene diez pulgadas y seis lineas , y quince pulgadas de vuelo : la cabeza , la parte de atrás del cuello , y todo el cuerpo por encima es de un ceniciento pardo : la gargan- ta , el cuello por delante , pecho y vientre de un ceniciento claro : las alas pardas , ex- cepto las puntas de las plumas del centro de la cola que son de un gris obscuro , las tres siguien- tes de cada lado negruzcas , terminadas de blan- co, y la mas exterior de ambos lados blanca en la longitud de su borde externo : la cola es algo desigual , y excede en cetca de la mitad de su longitud á las alas plegadas : el pico , los pies y las uñas son de un gris pardo. Se encuentra en Santo Domingo , y en ia Guayana. Es menos abun- dante en la ultima de estas regiones que el cucli- llo , del que no se diferencia mas que en ser al- go mayor , y en que la parte inferior del cuerpo es de un blanco puro. Gen . L. CERCETA. ¿nurqueduta en Latín. Sarcelle en Francés. Gallinella ó saracella en Italiano. Las cercetas son del mismo genero que los ánades , y tan solo se diferencian en ser mas pe- queñas : por otra parte les semejan también en la forma , en los hábitos , y en la diferen- cia de plumage entre machos y hembras : por consiguiente es muy difícil determinar donde aca- ba la sección de los ánades , y empieza la de las cercetas , que se distinguen por costumbre y por convención , sin que haya caraéter alguno seguro y fixo que las separe de los ánades. Los Romanos conocieron el arte de criar cercetas caseras; pero acá no se praélíca , y por esto carecemos de un manjar sano y gustoso , que no seria muy di- fícil volver á lograr. El medio mas seguro y mas pronto seria el de recoger algunos huevos de 286 CER cacetas , porque se quedan algunas por el verano, hacerlos empollar a gallinas , y criar los pollue- los que nacieran. Es muy verisímil que esc3 pri- mera generación , si se tuviese cuidado de cortar- la las guias de las alas al tiempo de la muda , ó, lo que es mejor el azote de ellas , se acostum- braría á la mansedumbre , y que poniéndola des- de luego en parage proporcionado, pioduciria de por sí al año siguiente. Esta tentativa , quizas di- fícil en nuestras provincias , seria bastante asequi- ble en las del Norte , hacia donde se van reti- rando las cercetas. Acostumbradas las generaciones en corto tiempo a la mansedumbre , podrian transportar.' e con facilidad, i Si los Romanos sa- lían con felicidad en la cria de las cercetas , no seria porque se esmeraban en cuidar de este ob- jeto como de todo lo demás en que se ocupaban? En mi juicio encerraban estas aves en cercados de bastante capacidad. Cerceta (pequeña). tam. 947. Btuss. tom. VI. pag. 436. lam. XI. fig. r. No llega á ser tan grande como la cerceta co- mún : su longitud es de catorce pulgadas , y su vuelo de un pie y diez pulgadas : las plumas de la coronilla de la cabeza son de un castaño par- do , rodeadas de rosado : la misma tinta se extiende por la mitad de la parte de atrás del cuello , y forma en ella una banda continuada por un rasgo de un negro de terciopelo : en ca- da lado de la cabeza tiene una banda estrecha de un blanco rosado , que sale de la abertura del pico , sube por la frente , pasa por encima de los ojos , y llega hasta detrás de la cabeza: por baxo de esta banda , campea una man- cha ancha de un verde dorado , colocada detrás del ojo , que se extiende por ambos lados, todo lo que es de largo el cuello. Debaxo de la misma mancha se encuentra también una banda pequeña blanca, que pasando por debaxo del ojo, se ex- tiende por detrás de la cabeza : las mexillas , y la parte anterior del cuello son castañas : la gar- ganta parda : lo alto del lomo está rayado trans- versalmente y en lineas negruzcas en forma de Z, y de otras blanquizcas: la mayor parte de las es- capularias están pintadas del mismo modo , aun- que algunas de ellas tienen blanca la parte exte- rior y guarnecida de un negro de terciopelo : la parte inferior del lomo y el ovispillo son de un pardo , variado de algunas lineas transversales blan- quecinas : las cubiertas de encima de la cola de un negruzco cambiante en verde dorado , y cir- cuido de rosado : la parte inferior de la delante- ra del cuello , y lo alto del pecho está variado de blanco y de rosado , cuyos colores quedan se- parados por una mancha negra : lo inferior del pecho y el vientre son blancos : los costados es- tán rayados tranversalmente y en figura de Z de. blanquizco y negruzco : las pequeñas y me- dianas cubiertas de encima de las alas , y las gran- des mas apartadas del cuerpo son de un ceniciento pardo : las grandes mas inmediatas al cuerpo de este mismo color , y guarnecidas de blanco : las grandes intermedias de un ceniciento pardo , y terminadas de leonado claro que forma una ban- CER da pequeña transversal : las diez primeras plumas del ala de un ceniciento pardo : las once siguien- tes , por la parte de adentro , son también de este color ; pero quatro de ellas , a saber , des- de la oncena hasta la decimaquarta son negruzcas, y guarnecidas de blanco por la punta : las quatro que siguen , esto es , desde la decimaquarta a la decimaodav a son de un verde dorado , y todas están circuidas de un negro de terciopelo , y su extremidad de blanco : las quatro mas inmediatas al cuerpo de un ceniciento pardo , y variadas por fuera de blanquecino : las plumas grandes de la cola pardas , guarnecidas de blanquecino : el pico negro : la parte desnuda de las piernas, los pies, los dedos y sus membranas de un gris ceniciento, y las uñas negras. Los colores dominantes en el plumage de la hembra son el pardo y el rosado , pero con to- do tiene las alas pintadas como las del macho: el medio pico superior es de un aceytunado obs- curo , sembrado de manchas pequeñas negras , y el inferior de este ultimo color : pies y unas son de un gris pardo. La cerceta pequeña pasa todo el año en nues- tros campos : hace su nido entre los juncos mas elevados , lo compone y guarnece por dentro de plumas , y lo labra ele manera que puesto encima del agua , sube ó baxa , según esta se au- menta ó disminuye : por Abril pone de diez á doce huevos de un blanco sucio , con manchas pequeñas ó pintas de color de avellana : los ma- chos se apartan de las hembras mientras dura el empollar , y se reúnen entre si ; pero por otoño vuelyen á juntarse con las hembras y con sus hi- juelos : estas cacetas van en bandadas de diez y de doce , y en el rigor del hibierno desam- paran los estanques , y se trasladan a los rios y á las fuentes calidas : se sustentan entonces de berros y de perifollo silvestre , y en lo restan- te del año de granos , de plantas aquatiles , y de pececillos. Al parecer, mas bien convendrá el so- brenombre de común á esta especie , que no a Ja que se le ha dado , porque en efeóto , esta es mucho mas numerosa en nuestras provincias , que jamás desampara , y la otra , además de ser muy rara , llega por el otoño , y se retira á fines del hibierno. La cerceta pequeña , Jo mismo que la común, pertenece igualmente á los dos Continentes , y se traxo de la Luisiana. Cerceta blanca y negra, ó la Monja. Cerceta de la Luisiana ¡¡amada la monja. Lam. 94 P. Briss. tom. IV. pag. 461. lam. XLl. fig. 1. Ce- rtero CV1I. Loco mas ó menos viene á ser del tamaño de nuestra cerceta común : la cabeza , la garganta, y lo alto del cuello son de un negro brillante cambiante eu violeta resplandeciente : lo inferior del cuello , y todo lo debaxo del cuerpo de un blanco muy hermoso : el lomo de un negro de terciopelo : el ovispillo , y las cubiertas de enci- ma de la cola de un gris blanco : las plumas es- capulnrias del mismo negro que el lomo , á ex- cepción de las mas exteriores que sen blancas: las cubiertas medianas de las alas sen blancas : las pe- CER pequeñas negruzcas , rodeadas de blanco , y las grandes mas aparcadas del cuerpo negruzcas : las diez primeras guias de las alas negruzcas : el co- lor doininance de las que siguen eirá a gris , y es- tan diferentemente variadas de pardo , de ceni- ciento y de blanco ; pero estos colores se ocul- tan quaudo tiene el ala plegada ; la cola es ce- nicienta : el medio pico superior negruzco , y su punta y el otro medio inferior verdosos ; y lo desnudo de las piernas , los pies , los dedos y sus membranas anaranjadas. Cerceta común. Lam. 946. Briss. tom.Vl. pag. 4»7< lam. XXXIX. fig. i. el macho, z. la hembra. Gen. CVII. Bee. Hist. fíat, des Oís. pag. I7j. fig. y pag. 17 6. Bel. Port. des Oís. pag. 37. La cerceta coman no es mayor que una perdiz.: su longitud viene á ser de quince pulgadas , y su vuelo de un pie y una pulgada : el vértice y la parte de aíras de la cabeza son de un pardo ne- gruzco : baxo de este color tiene en cada lado una banda blanca , que ambas pasan por sobre los ojos y van á reunirse en el occipucio : las mexi- llas , la garganta , y lo alto del cuello están va- riados de lineas longitudinales blancas sobre fondo pardo rosado : las cubiertas de encima de la cola son pardas , guarnecidas de blanquecino : lo alto del vientre blanco : los costados de este mismo color , rayados transversalmente de negruzco : lo inferior del vientre , y las cubiertas debaxo de la cola están manchadas de pardo sobre fondo blan- quecino : las plumas escapularias interiores son ne- gruzcas , y señaladas con una linea blanca que si- „ue lo largo del canon ; las exteriores cenicien- tas , guarnecidas por fuera de blanco : las peque- ñas’ y& medianas cubiertas de las alas cenicientas: las mandes mas inmediatas al cuerpo del mismo colo^- , y terminadas de blanco , que forma una banda transversal ; y las grandes mas apartadas del cuerpo de un ceniciento pardo , guarnecidas de blanco exceriormente : el ala se compone de vein- te y cinco guias ; las once primeras de un gris pardo , y rodeadas por fuera de blanco ; las nue- ve siguientes son por dentro del mismo color, mas por fuera de un verde dorado brillante , guar- necido obliquamente de blanco , lo qual forma dos bandas tranversales una dorada y otra blan- ca : las c>uias mas inmediatas al cuerpo de un gris pardo con mezcla de verde obscuro , y exterior- mente circuidas de blanco : la cola de un gris pardo , y sus guias circuidas de blanquecino : el pico negruzco : lo desnudo de las piernas , los pies , los dedos y sus membranas tiran á color de plomo , y las uñas son negras. La hembra , mas chica que el macho , tiene los colores menos lucidos , y el gris y el pardo son los que dominan ; con todo , campea sobre sus alas la banda verde dorada , aunque no tan resplandeciente. La cerceta común llega por el otoño á nuestras provincias, lo mismo que el ánade silvestre : vuel- ve como ellos á pasar al Norte por la primavera, pero esto no sucede mas que a fines de Marzo; y algunas, bien que en corto numero, se quedan CER 287 por acá y anidan en los prados pantanosos. La cerceta se zabulle poco , y principalmente se sus- tenta de granos y de plantas aquaticas. Frich nos dice que las ha criado con mijo , que llevaban ellas al agua á remojar ó humedecer. Esta obser- vación puede dar una idea de los medios esencia- les para domesticar las cercetas , que son una co- mida excelente , como lo estaban entre los Ro- manos. Encuéntrase esta especie en América, y se ha remitido desde la Luisiana. Cerceta dr cola espinosa. Lam. 967. No tiene mas que once pulgadas de largo : la parte de arriba de la cabeza es de un pardo ne- gruzco : las mexillas están cortadas por quatro ra- yas transversales , dos blancas y dos negras , y la garganta es blanquecina : tiene una mancha blanca en el pliegue del ala , cuyas guias son negruzcas , y no llegan mas que hasta el principio de las de la co- la : la parte de arriba del cuello y de todo el cuer- po es de un pardo negruzco, variado de rosado, el qual rodea cada pluma de por sí , y los mismos co- lores tiñen la garganta , pecho y vientre , pero mu- cho mas fuscos : las plumas grandes de la cola son pardas, y muy largas, muy anchas y ásperas: su ca- ñón duro y muy grueso se prolonga en punta mas allá de las barbas , y forma una espina de cerca de una linea de largo : el pico es negruzco , cor- to y muy ancho : ios pies son de un amarillazo pálido , y las uñas negras. Esta especie solo ha venido de la Guayana una vez que otra , y sus colores baxos indican que todavia no se conoce mas que la hembra. Gen. CVII. Cerceta de Coromandel. Lam. 949. el macho, 9 50. la hembra. Esta es una especie nueva un tercio menor que nuestra cerceta pequeña : el macho tiene la basa de la parte superior del pico rodeada de plu- mas pequeñas blancas : las mexillas , la delantera del cuello , y todo el cuerpo por debaxo de un blanco hermoso : la parte de arriba de la cabeza de un negruzco levemente pintado de verdoso : la parte de atrás del cuello con manchas de este mismo color sobre fondo blanco sucio : la supe- rior del cuerpo de un pardo negruzco , con una leve mezcla de verdoso : las escapularias , y las cubiertas de encima de las alas de un verdo- so sombreado y fusco : las guias de las alas ne- gruzcas , blancas hacia su extremidad , y termina- das de negruzco : la cola de este ultimo color: el pico negro , los pies negruzcos , y la parte de arriba de los dedos de un amarillazo som- breado. La hembra tiene de un pardo negruzco sin mezcla de verdoso , todo lo que en el macho está hermoseado con los colores que hemos di- cho : el pecho rayado transversalmente de negruz- co y de rosado ; y lo inferior de los costados rosado. Gen. CVII. Cerceta de Egypto. Lam. 1000. Esta especie es nueva , y Buffon , que ha sido el primero que ha hablado de ella , la describe del modo siguiente: „ Esta cerceta es , poco mas ó menos , del ta- „ nía- 288 C E R „ maño de nuestra cerceta común ; pero tiene el 5, pico algo mayor y mas ancho : la cabeza , el 5) cuello y el pecho son de un pardo roxo , en- „ cendido y fusco : toda la C3pa es negra : en el „ ala tiene un rasgo blanco : el estómago es bian- ■ co , y el vientre del mismo pardo roxo que el „ pecho. „ La hembra , en esta especie , tiene , con poca diferencia , los mismos colores que el ma- „ cho , aunque menos fuertes y menos limpios: „ lo blanco del estómago está ondeado de pardo; „ y los colores de la cabeza y del pecho , antes M son pardos que rubios. Dicen , anade Buffon, „ que esta cerceta se halla en Egypto. „ Gen. CV II. CERCETA DE ESTIO. Btuss. tora. VI. pag. 445. Gen. CVU. Esta es la mas pequeña de las tres especies que fveqtientan nuestras regiones : no tiene mas que trece pulgadas de largo , y veinte y una de vuelo : la parce de arriba de la cabeza y del cue- llo , el lomo , y el ovispillo están cubiertos de plumas de un ceniciento pardo : en cada lado de la cabeza tiene una banda blanca que pasando so- bre el ojo llega hasta el occipucio : las mexi- llas y garganta son de un castaño hermoso : la delantera del cuello y el pecho los tiene cubier- tos de plumas rosadas , guarnecidas de pardo ; y el vientre, y lo restante debaxo del cuerpo es ele un blanco rosado : lo intuior del vientre está salpicado de gris : las pequeñas y medianas cu- biertas de las alas son cenicientas ; y algunas de las grandes terminan en blanco , cuyo color forma una "banda transversal: las diez plumas primeras de las alas pardas , guarnecidas de blanco por la par- te de afuera ; las siguientes son también blancas por dentro , y por fuera de un verde dorado bri- llante , rodeado de un negro de terciopelo , y terminadas de blanco : la cola de un ceniciento pardo : el pico negruzco : lo desnudo de las pier- nas , los pies y los dedos de un ceniciento azulado que se extiende sobre las membranas obscurecién- dose un poco : las unas son negras. La hembra tiene la parte de arriba del cuerpo variada de ceniciento pardo y de rosado : lo infe- rior de el de un blanco rosado ; y las alas lo mis- mo que las del macho. Esta especie es conocida en Montreuil-sar-mer con el nombre de criquard ó de criquet ; y se- gún las observaciones de Baillon , arriba á pri- meros de Marzo , y no se mantiene en ban- dadas , sino que se aparea innaediatamente que llega : hace su nido en el mes de Abril :, y lo pone enmedio de qualquier espesura de juncos en los parages mas llenos de fango , y menos acce- sibles , y alli , á fuerza de hollar y pisar el ter- reno , hace un hoyo de quatro ó cinco pulgadas de diámetro , cuyo suelo guarnece con yerbas se- cas : la hembra pone desde diez hasta catorce huevos de un blanco sucio , y el empollar dura de veinte á veinte y tres dias : padre y madre, en los primeros dias, conducen al agua á sus hi- juelos que buscan los gusanos por entre la yerba y. el fango : el primer plumage de los machos nue- vos es semejante al de las hembras; y los machos viejos, concluido el empollar toman ó adquie- CER ren también este plumage , que tan solo conser- van cerca de un mes : estas cercetas no pasan á las regiones septentrionales como los demás ána- des porque temen el frió : se amansan con faci- lidad , y son animales de condición suave , tanto entre ellos mismos , como con los otros páxaros, pero muy delicados , y el exercicio violento cau- sado por el acosamiento de un perro basta para que muera : se pueden mantener dándoles pan, trigo , cebada y salvado ; y también comen gu- sanos , limazas ó caracoles , y diferentes inseótos que pueden coger. Cuceu de Feroé. . Btuss. tom. VI. pag, 4 66. lam. XL. fig. 1. Gene- ro CV1I. Con corta diferencia es del tamaño de nues- tra caceta común : todo su plumage es de un gris blanco uniforme en lo anterior del cuerpo , del cuello y de la cabeza , y levemente manchado de negruzco detrás de los ojos , en la garganta , y en los lados del pecho : la parte de arriba del cuerpo , y la de atrás del cuello son de un ne- gro mate ; la debaxo del cuerpo blanca : las cu- biertas de encima de las alas pardas , y las de la cola tiran á gris : el pico es negruzco ; lo des- nudo de las piernas , los pies , los dedos y sus membranas parduscas , y las unas rosadas. Cerceta de. Java. Lam. 930. Es. algo mayor que la cerceta común : la parte de arriba y de atrás cíe la cabeza , las mexillas , y lo alto del cuello por la parte de atras es todo de un verde dorado con visos de color de cobre pu- rificado : la garganta blanca : el cuello , el pecho, y todo el cuerpo por debaxo están variados de negro y de gris blanco de perla : cada pluma es- tá rodeada de negro , con una pinta en el cen- tro : la parte de arriba del cuerpo es pardusca , y cada pluma tiene una orla de otro color mas claro: las alas y la cola también están variadas de estos mismos colores : el pico es negro , y los pies ber- mejos. Gen. CV1I. Cerceta de la Carolina. Briss. tom. VI. pag, 4.64. Gen. CV1I. No llega á set tan grande como nuestra cer- ceta pequeña. , El macho tiene todo su plumage va- riado de negro y blanco ; y la hembra de un pardo fusco la cabeza y todo lo de encima del cuerpo : la garganta , Ja delantera del cuello , y todo lo debaxo del cuerpo de un gris claro: fas guias de las alas pardas , y las medianas cir- cuidas de blanco , cuyo color forma una banda s.obre el ala : la cola es de un pardo fusco : el pi- co y los pies negros ; y detrás del ojo , y en cada lado de la cabeza tiene u.ia mancha blanca oval. Esta cerceta se halla en la Carolina en los em- bocaderos de los rios donde empieza el agua á ser salada. Cerceta de ¡a Cayena. Lam. 403. Ve ate Cerce- ta svcroreta. Cerceta de la China, ó Anade de Nanquín. Lam. ¡>'05. el macho, £0 6. la hembra. Briss. tom. VI. pag. 450. Gen. CVU. Es algo mayor que nuestra cerceta común : la frente, de un verde .obscuro que se extiende por me- CER medio de la parte superior de la cabeza : lo alto de las mexillas blanco, y lo inferior de ellas de un roxo claro y blanquizco : algunas plumas largas estrechas , unas blancas , otras purpureas , y otras verdes , salen de detrás de la cabeza , y de lo alto del cuello dirigiéndose hacia atras , y pen- den como fescones sobre lo alto del cuello : los lados de este se hallan vestidos de plumas estrechas largas , aunque no tanto como las del penacho, dirigidas hacia atrás , y de un roxo que tira á castaño : lo anterior del cuello , y lo alto del pc> cho es de un castaño purpureo ; y lo restante de- baxo del cuerpo de un blanco hermoso ; sin em- barco , en los costados , y en la parte inferior del pecho tiene quatro rayas transversales que son alternativamente de un negro de terciopelo , y de un blanco de nieve : los costados de un gris de avellana , ondeado de rayas transversales muy ti- nas y negruzcas: la extremidad de las plumas, que van desde los costados a cubrir las alas quando es- tán plegadas , termina en una raya blanca , a que s¡oue otra negra transversal : el lomo es de un cas- taño purpureo : las grandes cubiertas de encima de las alas son blancas por fuera , y terminadas obliquamente de negro de terciopelo , lo que forma dos bandas transversales de estos mismos colores en el centro del ala: las guias son de un gris pardo, guarnecidas de blanquecino por la pun- ta , y per la parte de afuera ; peto lo que so- bre todo es digno de notar en esta bella uñeta, son las dos guias mas inmediatas al cuerpo una de cada lado , las quales por fuera son de color de acero bruñido , y por dentro de un castaño her- moso , terminadas de negro por la parte inferior, y de pardo claro por la superior : sus barbas in- ternas son muy largas , y estas guias cortadas en quadro , forman un triangulo en la punta, y vie- nen estrechándose á cubrir el ovispillo hasta jun- tarse las dos por uno de los ángulos del trian- oulo : la cola es pardusca ; el pico de color de carne viva , rodeado de un color mas amortigua- do que se extiende sobre sus ángulos : los pies son de color de carne. La hembra tiene pardas tedas las partes su- periores: detrás del ojo un rasgo blanco, y otro ¡«mal transversal de ako á baxo en la parte ante- rior de las mexillas : la garganta , el vientre , y las cubiertas debaxo de la cola de un blanco her- moso : el pecho y costados con pintas anchas ova- les de un roxo claro sobre fondo pardo : las plu- mas de detrás de la cabeza algo oblongas , y las alas parduscas , sin aquella pluma que distingue al macho. Esta hermosa cerceta es muy apreciable y muy buscada en la China donde la representan con mucha frequencia en los papeles pintados , y tam- bién en las porcelanas. Polvre y Sonnerat me han asegurado, que en la China se vende á precio muy considerable: se encuentra en la provincia de Nan- quín , desde donde se lleva a las otras partes del Imperio , por lo qual se conoce entre algunos europeos por ánade de Nanquín : además del apre- cio en que tienen los Chinos esta ave , lo que también aumenta su valor es que pasa por símbo- lo de la fidelidad conyugal , y que la vispera del. . Historia Natural .Tom. t. CER 289 casamiento de alguna señorita hay costumbre de que sus amigas la regalen un par de cercetas de es- tas , adornadas y compuestas con cintas. Muchos Chinos suelen criar algunas de ellas en los patios ó jardines que separan su habitación. He visto una de estas cercetas machos que le traxeron viva al Principe de buoisa , la qual no parece que hay3 multiplicado ; y en verdad que, siendo este un objeto tan agradable , seria una de las aves mas bellas que nos pudieran propor- cionar ios viageros , y en este genero nos harían un regalo tan exquisito , como los que nos traxe- ron el faisan dorado. Por lo común no son tan difíciles de trans- portar las aves aquatiles , como regularmente se cree , persuadidos de que se necesita mucha can- tidad de agua para ello ; puesto que en caso de necesidad pueden ceñirlas á sola aquella agua re- gular que basta para beber. En quanto a esto véa- se el cxemplo que cité en el artículo del ánade hermoso de ¡a Lutstana , y en el mismo se hallarán las precauciones y medios de que conviene valer- se para traernos la cerceta de la China. Vease tam- bién acerca de este objeto el quarto Discurso ge- neral ; pero , estimulando á los viageros para que hagan á la Europa un regalo tan apreciable en su genero como es la cencía de la China, debo pre- venirles que no se ciñan á un par solo , y que siempre traigan mayor cantidad de hembras que de machos , puesto que en las especies del ána- de en general , basca un macho para muchas hembras. El precio de la cerceta de la China no de- berá retraer á las personas acomodadas y ze- losas de proporcionar a su patria la adquisición del ave mas bella que pueda adornar Jos estan- ques y lagunas ; y los viageros á quienes su cau- dal no les permitiera el comprarla para si , es verisímil que quando llegaran á Europa sacasen mucha utilidad , por el valor que tendría en ella un ave tan hermosa. Cerceta de la Guadalupe. Lam. 96 8. Véase Cer- ceta ROXA DE COLA LARGA. Cerceta de la Luisiana. I.am. 948. Briss. tom. Vh pag. 461. Vease Cerceta elanca y negra. Cerceta de Madagascar. Lam. 770. Vendrá á ser , poco mas ó menos , como nuestra cerceta pequeña : lo anterior de la cabeza, las mexillas , la garganta , y lo alto de la delan- tera del cuello es de un blanco hermoso , que se prolonga por los lados del cuello en una banda estrecha , y lo rodea por detrás por cerca de Ja mitad de su longitud: en cada lado del cuello tie- ne una mancha ó banda oblonga de un verde pá- lido encadenado de negro : este ultimo color cu- bre la parte de atrás de la cabeza , se extiende en una linea estrecha por lo largo del medio del cuello, y hacia atiás y sobre sus lados, siguien- do la longitud de la banda verde que cubre estas partes: lo restante del cuello, el pecho y los cos- tados son de un rosado mas baxo sobre el pe- cho , y cortado en la misma parte con algunas li- ncas transversales negruzcas : lo restante del cuer- po por debaxo es blanco , excepto las cubiertas in- Qo fe- 290 CER feriores de la cola que son negras : todo lo de en- cima del cuerpo , las plumas escapularias , y las cubiertas de encima de las alas son de un verde sombreado ; pero las grandes cubiertas mas apar- tadas del cuerpo son blancas por la parte de afue- ra , lo qual forma una linea transversal encima del ala , cuyas guias son negruzcas : la cola es de este ultimo color , con un leve viso de verdoso: el pico blanco , sus ángulos y la punta del medio pico inferior negros ; pero no he podido saber qual sea el color de los pies , puesto que tan so- lo he visto esta ave disecada. La hembra tiene variada de gris y de blanco la parte de arriba del cuerpo , y la de abaxo de un gris blanco sucio , y ni tiene las planchas ó bandas verdes en el cuello , ni las lineas negras que rodean dichas bandas en el macho. Cerceta de México. Briss. tom. VI. pag. 458. Gen. CV1I. Casi es del tamaño de nuestra cerceta común: tiene la cabeza de un leonado variado de negruz- co y de un verde azulado muy brillante, con una mancha blanca en cada lado entre ojo y pico : la garganta , el cuello , y todo el cuerpo con pin- tas negras sobre fondo blanco : las cubiertas de- baxo de la cola , las pequeñas de sobre las alas, las medianas y las grandes mas inmediatas al cuer- po son azules : las grandes mas apartadas de el negruzcas : las guias de las alas negras , las rec- trices verdes por fuera , y terminadas en leona- do : las mas inmediatas al cuerpo blancas , con pintas negras : las plumas grandes de la cola ne- gruzcas , guarnecidas de blanco por la parte de afuera : la mandibula superior azul , la inferior ne- gra , y los pies de un roxo pálido. La hembra tiene la cabeza y la parte de arri- ba del cuerpo cubiertas de plumas negras , circui- das de blanco ú leonado : lo inferior del cuerpo variado de negro y blanco : las guias de las alas, y las plumas que están mas inmediatas al cuer- po negras , guarnecidas de blanco : las medianas lo mismo que las del macho : la cola también : el pico negro , y los pies cenicientos. Cerceta macho de la Cayena. Lam. 966. Víase Cerceta sucruru. Cerceta parda y blanca. Briss. tom. ¡V. pag. 469. Gen. CVII. Es del tamaño de la cerceta común : la cabeza, la parte de atrás del cuello , y el lomo son de un pardo obscuro : algunas plumas pequeñas blan- cas rodean la basa del medio pico superior : tam- bién tiene una mancha blanca en cada lado y de- tras del ojo ; la garganta , y la parte anterior del cuello son de un pardo claro : lo alto del pecho, el ovispillo , y las cubiertas de encima de la cola de un pardo rosado : lo inferior del pecho , y lo alto del vientre están rayados transversalmen- te de rosado claro sobre fondo blanco : lo inte- rior del vientre , y lo alto de las piernas tam- bién rayados , pero de pardo rosado : las guias de las alas son negruzcas , y las rectrices de un par- do rosado , como también la cola : el pico negro: lo desnudo de las piernas , los pies y los dedos de un bermejo fusco, y las membranas y las unas negruzcas. CER Cerceta roxa de cola larca. Cerceta de la Guadalupe. Lam. 96 8. Briss, tom. VI. pag. 171. lam. LXl. fg. 2. Ge- neno CVII. Es algo mayor que la cerceta de cola espinosa , á la qual se parece por sus alas cortas , por su co- la larga , compuesta de guias anchas, ásperas, ter- minadas en punta y espinosas , y por su pico cor- to y ancho. La cabeza es negra : el pico de un pardo roxo : todo lo de encima del cuerpo está cubierto de plumas pardas , guarnecidas de roxo; lo de abaxo es de un gris blanco rosado, con pintas de un pardo negruzco; y las plumas de las alas y las de la cola son del mismo pardo negruz- co que el de las pintas. En la parte inferior y cerca del centro del ala tiene una mancha blanca: el pico es negro, y los pies son pardos. Es muy verisímil que esta cerceta , algo mayor que la de cola espinosa , de plumage mas vivo que esta , y que por otra parte tiene los mismos caraétéres, hasta ahora únicos en este genero , sea el macho, y ambos de la misma especie. Ve ase Cerceta de cola espinosa. Cerceta sucrureta. Cerceta de la Cayena, lam. 403. Briss. tom. VI. pag. 455. Gen. CVII. Es algo mas pequeña que la sucruru : la cabe- za , el cuello , el pecho , y todo lo de encima del cuerpo es de un pardo negruzco , y cada pluma está guarnecida de gris blanco : la parte de abaxo del cuerpo se halla pintada del mismo modo , á excepción de ser blanquizco el centro del vientre : las guias de las alas son pardas , y lo alto del ala está cubierto de una mancha azul, terminada en una raya tranversal blanca muy es- trecha , después de la qual hay otra segunda man- cha de un verde dorado , terminada en una li- nea blanca muy pequeña : las plumas grandes de la cola son parduscas , guarnecidas de algo de blanco : el pico negruzco , con algo de encarna- do enmedio ó en el caballete del medio pico su- perior , y al rededor de las narices ; y los pies amarillos. < Acaso no podría ser esta cerceta un sucruru macho en tiempo de muda , ó alguno nuevo? La cerceta de la Virginia tiene el pico negro, y los pies pardos : en lo demas se semeja quasi en todo á la sucrureta. Cerceta sucruru. Cerceta macho de la Cayena. Lam. 966. Briss. tom. VI. pag. 45 1. Gen. CVII. Es algo mayor que la cerceta común : tiene ne- gra la coronilla de la cabeza : la basa del pico rodeada de plumas del mismo color , y una ban- da transversal blanca en cada lado entre ojo y pico : lo restante de la cabeza , y lo alto del cue- llo es de un violeta cambiante en verde resplan- deciente ; en lo alto del lomo , y en las plumas escapularias tiene unas rayas ó lineas de color gris transversales y en figura de Z : lo inferior del lomo y el ovispillo es de un pardo claro : las cubiertas de encima de la cola pardas , y lo in- ferior de delante del cuello , y lo debaxo del cuerpo está manchado de pardo sobre fondo ro- sado : las pequeñas y las medianas cubiertas de las CER las alas , y las grandes mas inmediatas al cuerpo son de un azul brillante : las grandes que siguen s estas ultimas , a saber , las que ocupan el cen- tro , del mismo color , y además terminadas de blanco , lo qual forma en cada ala una banda pe- queña transversal blanca : en fin las grandes mas apartadas del cuerpo son pardas : las guias de las alas son de un pardo fusco ; los cuchillos verdes por fuera , y pardos por dentro , y las plumas mas inmediatas al cuerpo de este ultimo color: la cola parda , el pico negro : lo desnudo de las piernas , los pies , los dedos y sus membranas amarillos, y las uñas negruzcas. La hembra es toda negra. Esta especie es de pasa en América , y viaja desde los países del Nor- te a los del Mediodía. Cernerse. (.cetr.) Nager en Francés. Se dice de un ave que se remonta mucho y oue parece que nada por entre las nubes. Tam- bién se dice quando las aves se mantienen en uu mismo sitio moviendo sus alas solamente. Cernerse en el ayre. Rarf¡>- íair en Francés. Es quando el ave se explaya con un movi- miento suave y fácil , moviendo muy poco las alas, o de un modo quasi imperceptible. CERNICALO. Briss. tom. I. pag. 393. Larri. 401. el macho, 471. la hembra. Bel. Híst. nat. des C¡s. pag. 114 .Jig.y pag. iij. Bel. Parí, des Oís. pag. 10. Tínnunculus en Latín por la mayor parte de los tutores. Cresserel/e en Francés. Caribello , garinsllo , tristin-garinello foutivento en Italiano. Wamen-vrieer , Wand-walcer , &c. en Alemán. Pastalón en Polaco. Kji'kjo-frieb , torn-falclf en Sueco. Restrcl , windbover , &c. en Inglés. Los paxareros de París le llaman emouebet , par- ticularmente a la hembra que varias veces la han tenido por un ave diferente del macho , y aun muchos autores de Ornitologia. Brisson le da el nombre de e des aloucties , ó gavilán de alón - deas , tom. I. pag. yi9. El cernícalo es una ave de rapiña diurna , y del venero VIII. del método de Brisson : no hav ave O ^ de rapiña mas común en nuestros campos , ni que mas se acerque á las poblaciones. No solamente se retira á los edificios arruinados que hay por e! campo y anida en ellos , aunque también fre- qiiente los bosques , sino que también habita en las torres , en las casas y edificios abandonados dentro de las ciudades : se dexa ver con íreqüen- cia en los jardines de alguna extensión ó capaci- dad , y persigue los paxarillos. Sin embargo , en los lugares habitados no se ve tanto el macho co- mo la hembra , la que , como acontece en las demás especies de aves de rapiña , es mayor , mas atrevida é intrépida. Ei cernícalo coge muchos turones que traga sin despedazarlos : se mantiene también de paxan- llos , y algunas veces se lleva las perdices Historia Natural. Tom. I. CER 291 y palomas porque va rodeando con freqiiencia los palomares. Mata su presa alada, y le arranca todas las plumas antes de comerla. Quando la des- cubre , se arroja sobre ella como una saeta , y la alcanza al primer vuelo; pero si se le escapa, la persigue con tanta velocidad y encarnizamiento, que sin advertir se precipita muy á menudo en el mayor peligro. Algunas veces también se sue- len entrar los cernícalos en los corredores , y aún en los quartos persiguiendo algún gorrión , que se ampara de alguna ventana abierta para librarse de su enemigo , y siguiendo por dentro de él su carrera , da tiempo para sorprehenderle , cerrán- dole el paso por donde ha entrado, como ha su- cedido en mi casa después que habito en un barrio algo separado del centro de la ciudad , y donde hay muchos jardines. Un cernícalo , que perseguía un gorrión , entró en un quarto muy pequeño, y de allí á otro, cuya ventana da á la calle, pero no se pudo cerrar con la prontitud necesaria para cogerle dentro. Algunas veces el cernícalo , ya sea por coger la presa , ó por otra qualquier causa , se cierne en una altura muy grande haciendo un circulo; y hay pocas aves que en este vuelo hagan menos movimiento , ni que se deslicen con mas facili- dad de un lugar a otro , ó se mantengan mas tiempo en el mismo sitio con un batir de alas corto y precipitado ; y tanto arrojándose sobre la presa , como cerniéndose da un grito elevado, agudo y penetrante que repite á menudo , y se semeja á la silaba pri , pri , pri. Aunque frequente los edificios abandonados , anida en ellos pocas veces , y se retira á los bosques para poner. Re- gularmente pone sus huevos en los agujeros de los árboles viejos, donde, sin mucho arte, y en lo mas elevado de ellos , construye un nido de ra- mas pequeñas , y de raizes bastantemente entretegi- das , bien ques algunas veces se aprovecha de los nidos que han dexado las cornejas, por lo común la hembra pone quatro huevos blancos, con una leve tintura de rosado por ambas puntas : los hi- juelos se cubren inmediatamente de un floxel blan- co , y su primera comida son los inseélos que les traen sus padres , y después los topos y turones. Ei cernícalo , cogido nuevecillo , se amansa con bastante facilidad : es capaz de ser adestrado , y animoso , y algunas veces se hace uso de él en la cetrería. El macho tiene catorce pulgadas desde la pun- ta del pico á la de la cola , y dos pies y cinco pulgadas de vuelo : la coronilla , los lados , y la parte de atrás de la cabeza son de un gris ceni- ciento : debaxo del ojo hacia delante tiene una li- nea negra que se extiende de arriba abaxo : to- do lo de encima del cuerpo es de un roxo vino- so , sembrado de manchas negruzcas en la extre- midad de cada pluma : la garganta de un blanco rosado : la parte de abaxo del cuerpo rubia , pin- tada , sobre el pecho, con rayas negras estrechas y oblongas , y sobre el vientre con otras ovales mas anchas y del mismo color : la pane inferior del vientre no tiene mancha alguna. Las grandes guias de las alas son de un par- Oo i do 2C)2 CER do nemuzco , circuidas por la parte de afuera de blanquecino : la primera está escotada,' y es mu- cho inas corta que la segunda , la qual es la mas larga. J.as plumas grandes de la cola son cenicientas en su longitud , pero la extremidad es negra , y las puntas blancas : el iris de un amarillo vivo : el pico ceniciento , los pies amarillos , y las uñas 'negras. La hembra tiene toda la parte de arriba de sil cuerpo de un roxo vinoso, pero mucho mas obscuro que el macho : su capa está mas cargada dé pintas de un pardo fusco : las guias de las alas son también pardas , guarnecidas por fuera de un blanco rosado ; y la parte de abaxo del cuer- po de este ultimo color , variado con pintas ne- gras oblongas. La tixera del ala la tiene escotada como en el macho , y mucho mas corta que el cuchillo maes- tro , que es la pluma mas larga de todas. La cola es de un gris rosado , rayado trans- versalmente de pardo ; negra hácia su extremidad, y terminada de blanco como la del macho : no hallándose diferencia alguna en el pico, iris, pies y uñas. _ 4 •‘Cernícalo de Neybay Mariquita en Santa Fe. En la provincia de Timaná llaman á esta ave aguilita , por alimentarse de los pollueles de otras avecillas, que los caza quando están en el nido. También come mariposas y o. ros insectos terres- tres y volátiles. En la ciudad de la plata y otros lugares la llaman tente en el ayrc, porque quando quie- re hacer presa se queda perpendicular é inmóvil en el ayre, batiendo las alas con tal suavidad que es neetsatio mucha perspicacia para conocer su movimiento. En la provincia de Neyba y Mariqui- ta le llaman cernéalo , tanto por perseguir y ser acérrimo enemigo de las demás aves , y en par- ticular de las de rapiña , como por su velocidad, la qual es tan extremada, que no hay ave que pue- da escapársele. Fabrica su nido , como las aves de rapiña , con bejuquillos y ramitas secas en los ár- boles encumbrados , y cardones espinosos. Tiene la cabeza oval , algo aplanada por en- cima , y cubierta de plumitas negruzcas. Los ojos regulares , hermosos , y algo saltados : el iris par- do , y la pupila azul turquí : sus parpados vesti- dos arriba y abaxo de pelitos negros á manera de pestañas. El pico es corto, negruzco , comprimido, y su basa cubierta de una membranita de color ue naranja tostado : sus lados anchos , separados por un lomo muy encorvado , que remata en una punta muy fuerte y aguda : en sus bordes , antes del diente con que teimina el pico , se nota un dientecillo , que corresponde al hueso que se ad- vierte en los bordes de la mitad inferior del pico: ésta es acanalada y roma, y encaxa en la superior, quedando escondida debaxo. Las ventanas de la nariz son muy pequeñas, redondas, y mas inme- diatas al lomo que á los bordes del pico. Detrás de la membrana de la basa del pico tiene unas plumillas' negruzcas que forman como un semi- círculo. La lengua es lineal , acanalada y roma, por debaxo de la orqueta de la mitad inferior del pico hasta la raiz del pescuezo tiene unas plumas blancas , y por encima , desde la nuca hasta la CET raiz de dicho pescuezo , que es muy erguido , tie- ne otras, manchadas alternativamente de naranjado, blanco y negro. Tiene el cuerpo comprimido , y por la parte inferior o de abaxo, cubierto de plu- mas de color de naranja sucio , y por la superior ó lomo de color acanelado , con unas manchitas perdidas y negras sobre el ovispiilo. Toda la re- gión del ano esta cubierta de plumas de color naranjado blanquecino. La cola , mucho mayor que los pies tendidos , se compone, de siete plu- mas largas y dos pequeñas ; las plumas de los costados son per encima de color naranjado , y por debaxo blanquecinas : las intermedias por arri- ba acaneladas , y por debaxo naranjadas ; pero quasi todas son negras hacia la punta , y rematan en blanquizco. Los muslos son robustos , de cal- zón entero , y ue un blanquizco algo naranjado; pero en la delantera del muslo y en su nacimien- to se le divisan unas plumillas de un ceniciento muy obscuro. Las piernas y los pies están cubier- tos de escantillas imbricadas de color de coral muy lino: en los pies tiene tres dedos, dos delante y uno atras , todos hendidos y separados ; y las uñas son fuertes , negras , encorvadas y muy agudas. Las alas son grandes , y plegadas llegan hasta las uñas de los pies tendidos. Las quatro primeras guias ó remos son mucho mas largos que las de- más plumas , de modo que rematan las alas en punta muy aguda y larga : dichas quatro guias , por la parte de arriba , son negruzcas , con unas man- chas blancas verticales , y por debaxo son las manchas de pardo muy obscuro: las dos remeras que siguen á las quatro primeras ó guias son por arriba de un negro atezado, con manchas de urv blanco muy hermoso , y por debaxo lo negro se vuelve negruzco : las demas plumas son por arri- ba de color de ceniza y negro , y por debaxo de blanco y negruzco : todas las rectrices de la par- te de arriba ó exterior sonde un ceniciento muy su- cio ó muy obscuro, y las de debaxo ó interiores de un blanco muy gracioso y limpio. Su largo desde la punta del pico hasta la de la cola, es de nue- ve pulgadas. La hembra es mas pequeña que el macho : no tiene la cabeza tan grande, y sus colores son los mismos. CERROJILLO. Véase Herreruelo. Cetrería ó Altanería. Fauconnerie en Francés. Es el arte de adestrar , criar , domesticar , cu- rar y gobernar las aves de rapiña que sirven para la caza de cetrería ó altanería. Usase también de esta voz para indicar , ya la caza que se hace con estas aves, que persiguen por el ayre las demás has- ta hacer presa de ellas y traérselas al dueño; ya para señalar el equipage ú aparato que sirve en ella: sin embargo , la palabra uolateria se usa con mas freqüencia en estos dos últimos casos. Considerada la cetrería como un arte relativo á las aves , tiene por objeto , el elegirlas , el modo de enseñarlas , y el cuidado que se ha de tener de ellas, tanto quando están buenas, como quando padecen alguna enfermedad. Basta esta relación para manifestar , que los hombres se ocuparon largo tiempo en este arte, que CET que tuvieron por útil y de importancia. En efeélo Jo era para nuestros antepasados : mas después de introducidas las armas de fuego , es únicamente para nosotros un arte de mera diversión , y para nues- tros soberanos un medio de proporcionarles un entretenimiento del que usan algunas veces ; y quando van con todo el aparato de su poder y el equipage de la cetrería , un resto de la magni- ficencia de sus predecesores, que han conservado entre las demás señales exteriores que manifiestan su grandeza. En Alemania, donae las costumbres han padecido menos mutaciones , y donde con menos posesiones grandes , un mayor numero de hom- bres reparten o dividen entre sí los títulos , los derechos, y el exterior de los soberanos, es to- davía la t ctreria un arte de mucho honor. En este artículo trataré sucesivamente de las partes de la cetrería , para que , en quanto me lo permita la naturaleza de la obra que escribo , ha- ga una explicación de ella tan completa , quanto me ha sido posible. Si la ten tria , útil en los siglos pasados , cul- tivada con cuidado por nuestros padres , de ven- tajas muy limitadas para nosotros, y casi olvida- da en estos tiempos , no fixa nuestra atención co- mo un arte necesario , merece quando menos que la miremos como un arte curioso , y de aquellos que manifiestan la industria y poder del hupbre. Este , en efecto , establece su imperio , y le excrce con auxilio de la cetrciía soore los entes mas in- dependientes, sobre aquellos que menos necesitan de su protección , que deacn muchos mas rneuios para subvenir a sus necesidades , y para evadirse de su yugo , y mas recuisos para escaparse sin estar expuestos á tantos peligros. Sujeta los ca- radtéres mas indóciles , fixa y hace sedentarios los entes mas inconstantes , mas acostumbrados a mu- dar de sitio , mas deseosos de su libertad , y aque- llos que sufren su pérdida con mas impaciencia, luego que experimentan la prisión : muda el na- tural , sin alterar el mecanismo ; y después de ha- ber , por la fuerza ó por la protección , subyu- gado los animales sujetos á la tierra como él , ex- tiende el hombre, por medio de este arte, su im- perio sobre los habitantes del ayre : éstos distin- guen su voz. , la reconocen y obedecen : esta de- termina su voluntad, y dirige sus movimientos á su arbitrio , en unas distancias donde de ningún modo se pudieran alcanzar , enmedio de un espacio donde se hallan libres , que están acostumbrados a recorrer, y en el qual parece que estén des- tinados para regocijarse , divertirse, y moveise á su arbitrio , sin reconocer otra ley que la de su voluntad. No todas las aves de rapiña son propias para Ja cetrería , y asi solamente se valen de las espe- cies que tienen algunas qualidades , despreciando á las que carecen de ellas : estas son , la rapidez del vuelo , la agilidad y flexibilidad de sus mo- vimientos , y el aruimiento ó animosidad en per- seguir la presa. Estas qualidades en las aves , co- mo todas las facultades ó habilidades que residen en los animales , dependen de la organización. La forma del ala hace el vuelo mas rápido ó mas lento ; á medida que la uña ó garra es mas lar- CET 293 ga ó mas corta , tiene mas fuerza ; y según que la presa es mas ó menos pesada , la maneja me- jor el ave , y la acomete con mas ventaja y mas destreza. El ave , cuya ala y garra, favorablemen- te conformes , hacen la una el vuelo mas fácil y pronto , y la otra su ataque fácil y seguro , per- sigue su presa con ardor , y atacándola de cerca, se arroja sobre tila con la confianza que inspira la costumbre de la viéloria ; y las dificultades que suele experimentar per la prontitud , asechanzas, ó tuerza de su enemigo , no hacen mas que irri- tar el animo de un acometedor acosiumbiado i vencer , y encarnizarlo en su presa á proporción de la resistencia que halla, la qual le da mas va- lor. El ave ,. á quien la naturaleza ha negado al- gunas de estas ventajas , se enfada fácilmente , y se cansa piorno de una persecución que te fatiga, y cuya mayor duración ha sido frcqnentementc infructuosa, y en el ataque se niega á ios esfuer- zos penibles , que solo raras veces le han propor- cionado la victoria. La primera siempre viene ven- cedora , y la segunda se vuelve sin haber empe- ñado el combate. Es , pues , importante formar- nos una idea justa de la conformación del ala, y de la garra de las aves de rapiña , puesto que ella nos indica sus calidades , y nos hace distinguir las que son mas propias para ia cetrería , las que pue- den servir en ella, aunque con menos utilidad, y las que deben excluirse. Los autores antiguos , que han escrito de cetrería , solo han tratado de la par- te mecánica. Un sabio de nuestros dias ha pro- fundizado y desenvuelto la teórica de este arte que estaba casi olvidado : Mr. Huber , ciudadano de Ginebra, que á una imaginación viva ha unido el ta- lento de observador , se ha dedicado á la cetrería, como hombre de ingenio, y como observador que compara las producciones de la naturaleza , que ata ó combina sus conocimientos, que los aumen- ta con el cotejo de unos y de otros , y que en un descubrimiento que acaba de hacer , reconoce el camino que conduce á otro descubrimiento nue- vo : y el mismo ha compuesto una obra , todavía inédita , de la qual ha tenido á bien comunicarme en extraólo , y yo le soy deudor de una gran parte de noticias que expondré en este artículo. Este sabio divide las aves , atendida la forma de sus alas , en aves de alto -vuelo ó romeras , y en aves de corto -vuelo ó veleras , y examinando la lormacion de sus uñas , en nobles y villanas. Las piimeras se elevan á las regiones mas al- tas del ayre , persiguen , acometen y rinden la presa en qualquiera altura , y se arrojan sobre ella como una saeta. Ningún ente de los que atravie- san y cortan los ayres , puede escapárseles , ya procure su seguridad remontándose , ya huya cos- teando la faz de la tierra : las aves remeras deben sus ventajas , y la viéloria , que por todas partes consiguen , únicamente á su conformación. Las segundas solo se elevan hasta una media- na altura , para descubrir' una presa que corre ó que no se eleva mucho , la que persiguen por su ligereza , ó por sus estratagemas que suplen en ellas las facultades físicas. El ala en las remeras es delgada , suelta , poco convexa , y muy tenoida quando está desplegada. En 294 CET En las de corto vuelo es mas gruesa y maci- za , arqueada y menos tendida , durante el vuelo. ' En ¡as veleras , las diez plumas prime- ras de! ala están enteras : constituyen propiamen- te el remo, y forman un plano continuo por es- tar las plumas pegadas unas á otras en toda su longitud , naciendo esto de sci sus barbas iguales en "toda la dirección del canon. En estas aves la primera pluma del ala , que se llama tisera , es mas corta que la segunda , ó cuchillo maestro , y esta es la mas larga de todas. En las de corto vuelo , las cinco plumas pri- meras del ala están sesgadas desde el medio has- ta su extremidad : su longitud es desigual : la ti- sera es mucho mas corta que las demás , y la quarta la mas larga de todas. La extremidad de esta ala, que es la parte mas importante para el vuelo , forma una superficie interrumpida y llena de escotaduras. Los movimientos de la primera especie de ala, delgada , llana , muy tendida , y movida por un poder adtivo , son fáciles , rápidos , tuertes , y tienen un efeíto completo : los de la segunda es- pecie de ala , maciza , convexa , entreabierta por las escotaduras , y movida blandamente por fuer- zas menos enérgicas, son pembles , lentos , tienen menos acción , y producen menos efecto. Las aves de alto vuelo a tavor de la confor- mación de sus alas vuelan contra el viento , la cab alta é inclinada hacia adelante, se remon- tan sin trabajo a las regiones mas altas , donde se recrean de todos modos , moviéndose á uno y Otro lado á su voluntad : las de corto vuelo por el contrario no vuelan con esta ventaja sino quan- do van rabo a •viento con la cabeza baxa é indi- nada , y no se remontan mas que para descubrir- la presa. Los halconeros habían observado la diferencia del vuelo que acabamos de indicar , pero solamen- te habian considerado el etedto sin escudriñar las causas : Huber á las aves , que ellos llaman de alto vitelo o de señuelo ó añagaza , las llama re- meras ; y veleras a las de corto vuelo ó de puno, á las quales da también el nombre de aves que se ciernen en el ayre , cuya ultima denominación pinta bien su vuelo , quando tendidas las alas , inmo- bles , sostenidas por el viento , son dirigidas se- gún su curso , sin acción de su parte , ó por lo menos muy limitada. Las aves de alto y corto vuelo no se diferen- cian menos por la conformación de la garra, que por la del ala. La garra en las aves de rapiña es una mano, pero una mano armada , que empuña , hiere, y que reuniendo también las ventajas que el pie puede suministrarla , aprieta y comprime con el ■peso de todo el cuerpo. Esta relación de la ma- no con el pie , es la que ha hecho dar el nom- bre de talón al dedo mas corto de la garra ; de dedo largo al que excede á los demás ; de dedo chico al externo , y de pulgar al dedo interno é inclinado hacia delante. Las uñas mas ó menos lar- gas , arqueadas y agudas con que terminan los de- dos , son los instrumentos ofensivos de que «stá armada su garra. CET Concurriendo juntas todas estas partes en el ataque , á proporción que están mejor dispuestas para el fin á que están destinadas , el ave acomete- dora tiene mayores ventajas. Los dedos mas largos y mas sueltos , son mas agiles , flexibles y tuertes ; abrazan una superficie mas extensa , y movidos por una palanca mas larga, aprietan con mas fuerza. Las uñas mas arqueadas , mas aceradas , pe- netran mas fácil , pronta y profundamente , agarran con mas facilidad , sujetan con mas fuerza , y ha- cen la herida mas penetrante. Un pie dispuesto de modo que el peso del cuerpo se concentre en un punto que sirva de basa , aprieta y comprime mas que aquel , en que el peso del cuerpo carga sobre una mayor su- perficie. Tales son las ventajas reunidas en la garra de las aves de alto vuelo ó remeras. Siendo mas ap- tas para la persecución por la forma de sus alas, tienen para el combate armas mas fáciles de ma- nejar , y principalmente de efeóto mas seguro. Deoen su superioridad á lo largo de sus dedos, y se reconocen por este caraíter : considerándolas Mr. Huber baxo este punto de vista , las ha dado el nombre de aves nebíes , y llama aves villanas i aquellas , cuyos dedos son cortos y gruesos. Estas qualidades y defectos admiten necesariamen- te algunos grados. Asi , las aves nobles tienen to- dos los dedos largos y sueltos , y las villanas grue- sos y cortos. Eero unas y otras , según sea la forma de sus dedos mas ó menos perfecta , de- ben colocarse en diversas clases según su genero: el halcón , por exemplo , debe ser el primero entre las aves nobles , y el buteon el ultimo en- tre las villanas. Todas las aves de alto vuelo ó remeras son ge- neralmente del número de las aves nobles : sin em- bargo es preciso exceptuar el cernícalo que ferma una clase separada , y que , aunque del número de las aves remeras por la formación de sus alas, es por la de sus garras de la clase de las villanas. Al contrario , tedas las aves de corto vuelo ó ve- leras , son villanas , pero en diferentes grados. El pico , arma tan temible en las aves de ra- piña , es tnas arqueado en las remeras : su encor- vadura principia muy cerca de su nacimiento : su punta mas acerada tiene en cada lado una escota- dura , y de tal aspereza , que la hace mas pro- pia para herir y desgarrar. El pico de las veleras es menos arqueado , su encorvadura empieza á ma- yor distancia de su raiz , y su punta mas roma, es simple y unida por los lados. Finalmente el ojo de las remeras es por lo co- mún negro ; y el de las veleras amarillo. Resumiendo los objetos, en los quales nos he- mos dilatado para darlos mejor á conocer , ha- llaremos : que las aves de rapiña , por lo menos las que se crian en Europa , están divididas en dos clases , á saber , en aves de alto vuelo , lla- madas remeras por Huber , y en aves de corto vue- lo , que dicho autor llama veleras : que todas las remeras , á excepción del cernícalo , son del nu- mero de las aves nobles , y que las veleras son todas mas ó menos villanas : que los caradtéres de las CET las remeras ó aves de aleo vuelo , que al mismo tiempo son nobles , se reducen a tener las diez primeras guias del ala enteras , los dedos largos y sueltos , el pico muy arqueado , su punta es- cotada , y el ojo negro : y que los de las veleras ó aves de corto vuelo , que son también villanas, consisten en tener las cinco primeras guias del ala escotadas y desiguales , los dedos cortos y grue- sos , el pico arqueado , principiando su encorva- dura á cierta distancia de su nacimiento , su pun- ta simple y sin escotadura , y el ojo amarillo. Desmenuzando estos objetos , hallaremos que en la cetrería solo se usan y emplean seis ó siete especies de aves de alto vuelo , terneras y nobles, y dos solamente de aves de corto vuelo , veleras y villanas. Es muy dificultoso determinar y nombrar pre- cisamente estas especies diferentes , aunque poco numerosas , á causa de la obscuridad y confusión producidas por la excesiva variedad de nombres que se les han dado en diversos tiempos , y por distintos autores. Seria alejarme mucho de mi asun- to , y exponerme á perderlo de vista el empren- der ahora esta explicación , que es un trabajo , cu- ya colocación será mas oportuna quando se trate de cada especie en particular ; y asi me ceñiré por ahora á demostrar las aves que se emplean en la cetrería por los nombres mas usados. Las aves de alto vitelo , remeras y nobles son el balcón , el gerifalte , el sacre , el tagarote y el es- merejón. Las de corto vuelo , veleras y villanas el a^or y el gavilán. Pero en estas especies hay algunas variedades producidas por la edad , por el clima , y espe- cialmente por el sexo. Estas variedades , que al- gunos han tenido por especies distintas , aumen- tan el número de las aves que se usan en la ce- trería. Solo la variedad de los sexos le duplica, puesto que en cada especie el macho ó torzuelo se distingue de la hembra por su tamaño; y por- que siendo una tercera parte mas chico , se mira, respeéto al arte , como una especie separada. Quando trate de las especies , hablare en particu- lar de estos objetos diversos. Huber , después de haberme suministrado la basa y parte esencial de los hechos referidos has- ta aqui , hace dos observaciones. La primera es que la división de las aves de rapiña en remeras y veleras , fundada , por lo que mira á las que se hallan en Europa, en unos ca- raéféres muy notables y fuertemente expresados, dexa algunas dudas , respeéto á las aves de rapi- ña que "viven en las demás partes del globo; y pregunta , si entre estas aves habrá ulgunas espe- cies^ intermedias que participen de ambas clases, que las aproximen y las unan. Los viageros son los únicos que pueden responder á esta pregunta tan Importante para la cetrería , y para la historia natural. Las pieles secas de aves que nos envian, no nos ponen en estado de satisfacer a ella : se- ria necesario examinar estas pieles á su llegada, v antes que se preparasen y compusiesen para las colecciones , porque después de pasado algún tiem- po ya no están ikxibles , no se pueden extender CET 295 las abs , ni manejar y examinar aquellos mani- quíes , objetos de la curiosidad de los que los poseen , sin echarlos á perder , y sin alterar su elegancia y disposición , á lo qual se niegan los poseedores. Según algunas investigaciones mas ó menos profundas , se podría muy bien responder que la división establecida respeéto á las aves de rapiña de Europa , parece que en general tiehe lugar en las aves de rapiña de ¡as demás partes del globo; pero no puede determinarse , ni decirse cosa lira ni cierta sobre el asunto. Mucho menos se debe uno entretener en confirmar la universalidad de la división , que en conocer y distinguir las excep- ciones que admita ; y asi encargamos á los via- geros que se emplen y dediquen á averiguar este objeto importante para la historia de las aves; por- que ellos solos pueden suministrarnos las luces ne- cesarias , por hallarse en estado de examinar las aves vivas , ó recientemente muertas , adquirir to- das las especies , y hacer observaciones en todos los par-ages donde se hallaren. La segunda observación de Huber tiene por objeto el vuelo en general. En su juicio , todas las aves, aún aquellas que no son de rapiña, son remeras y veleras ; pero estas dos clases distintas, y aisladas entre las aves de rapiña se aproximan y unen entre las demás aves por un gran numero de mezclas : y de aqui nacen las combinaciones mul- tiplicadas en el vuelo de las aves , según perte- necen mas ó menos á una de las dos clases. Estas combinaciones que las aves de rapiña conocen por instinto, ó por experiencia, son las que gobiernan su plan de ataque , y por las que se guian en la persecución de la presa : por ellas el ave de rapiña velera dexa partir , sin ponerse en movimiento , al ave remera que no podria al- canzar ; y al contrario el ave remera se arroja sobre toda especie de presa , tanto quando se halla en estado de acometerla en las regiones al- tas , como de calarse sobre ella en las inferiores; y estas combinaciones del vuelo son también las que arreglan y determinan los movimientos de las aves de rapiña , durante la persecución y el combate. Asi , los medios de huir y de perseguir son los mismos ; los movimientos para escapar , están fi- jos y determinados en la presa por estos medios; y los movimientos para alcanzar , modificados en el ave de rapiña según las facultades del animal que persigue. Acosada y ostigada la presa , no tie- ne libertad en sus movimientos , y el ave carní- vora , particularmente si es remera , que se halla del todo libre y desembarazada, extiende, reduce y modifica sus facultades según son las de la vic- tima que va persiguiendo. Aunque las nociones suministradas por Huber, sean nuevas é importantes , sin embargo todavía dexan algo que desear. Este hábil observador úni- camente nos ha explicado los caraéléres exterio- res del ave de rapiña ; pero á la anatomía perte- nece comparar las fuerzas motoras de las remeras y veleras : las que hacen obrar á sus garras ; la longitud y colocacicn de las palancas que mueven e-tas fuerzas , la fabrica é inserción de los mus- culos que las ponen en acción ; la disposición de los 2Cj6 CET los tendones , y el aumento de fuerzas que les dan las poleas ó carrillos á cuyo rededor circu- lan : como también comparar los órganos de la respiración , y el grado de calor natural entre unos entes , algunos de los quales se remontan á las regiones mas elevadas del ayre, donde respi- ran libremente y por largo tiempo, sin estar in- comodados , m oprimidos con el mucho frió que allí reyna ; y otros , constituidos en la aparien- cia del mismo modo , solo se remontan rara vez, y por poco tiempo hasta las regiones baxas , a las quales parece que la naturaleza los haya destina- do. Siempre que las acciones son muy diversas, los órganos deben también ser muy distintos. Pero además de que estos conocimientos no nos sumi- nistran todas las circunstancias y luces que se pueden desear acerca de estos objetos , ocupándonos en ellos, nos apartaríamos demasiado de nuestto asun- to, y traspasaríamos los limites que la naturaleza de la obra nos ha proscripto; me contentaré, pues, con haberlos ofrecido á las investigaciones de los anatómicos , y después de haber indicado ios ca- raótéres , por lo menos exteriores, con que distin- guimos y separamos las aves de rapiña , pasare a indicar los medios de adquirirlas. Modos de coger las aves de rapiña. Las aves de rapiña , ó se cogen en el nido, ó ya formadas , y en estado de subvenir por si mismas á sus necesidades. Llamanse niegas , las aves ó páxaros que se cogen en el nido : soros los nuevos que se cogen antes de la primera muda; y huraños ó mudados los que ya han hecho una ó mas mudas : dife- rencia que se conoce en las pintas y colores de la pluma. Las rameras son aves que luego que salen del nido , saltan de rama en rama , sin poder aún volar , ni alcanzar la presa. Haber quiere que se desprecien estas aves , y que se borre de la ec- lieria. el nombre que algunos autores las han da- do , y se funda en que las aves rameras , por ser ya demasiado grandes , se habituarian difícil- mente al alimento que se las suministrase: en que, deseosas de la libertad de que ya habían gozado, seria imposible contenerlas en los exercicios de la atseñama. , ó del arte de hacerlas , y en que ya no se hallarían en estado de poder soportar las lecciones por la debilidad de su temperamento y delicadez de sus miembros. Cogense las aves en la muda ó nido , quando están aún en pelo malo ó en floxel , ó por lo menos qu'ando todavia tie- nen la cabeza cubierta de él ; pero si tienen mas edad , es difícil sujetarlas a qualquier genero de enseñanza, be deben criar con libertad , porque la violencia y la sujeción ablandarían su caraéíer, y enervarían les principios de sus facultades, que se irian desenvolviendo ó manifestando con imper- fección. La mayor parte de lo que me falta que de- cir sobre este artículo , es ccmun á las aves de alto y corto vuelo ; pero hay algunas observa- ciones que son particulares de cada una de estas dos especies de aves. De qualquiera especie que CET sean las niegas , luego que se cogen se Ies ata unos cascabeles a los pies ; después se ponen en la muda ó nido que se les ha preparado , el qual para las aves de alto vuelo es un tonel ó cuba sin tapa , cubierta por dentro de un poco de paja , y colocada sobre una pared baxa , ó sobre una elevación donde pueda alcanzar el maestro , y con la boca vuelta háda levante. Para las aves de corto vuelo se labra un nido ó cama hecha de paja , y se coloca sobre un árbol poco alto , á distancia que se pueda alcan- zar con la mano. Unas tablas que se ponen á la boca del to- nel, ó á una orilla de la cama, liguran una es- pecie de mesa que sirve para las primeras salidas de las aves nuevas , y para el pasto ó alimento que se les da. Lste consiste por lo común en carne de vaca ó carnero , de la qual se quita con cuidado el sebo , tendones , membranas y nervios; se corta en pedacitos largos y delgados; y á veces se suele añadir carne de aves que se pica con plu- mas y huesos , y luego se mezcla ccn ¡a otra carne. La de puerco es demasiado nutritiva , y por lo mismo no conviene darla sino quando las aves están extenuadas por una larga dieta , co- mo sucede algunas veces , quando las dan de co- mer mucho tiempo después de haberlas sacado del nido. La carne ue teintra les es muy dañosa, no las nutre , las enflaquece , y asi jamas se les de- be dar. El pasto se da dos veces al día , á las siete de la mañana , y á las cinco de la tarde: quan- do se echa en la tabla , y durante la comida , se excitan las aves nuevas con un grito , sea el que fuere , pero siempre ha de ser ei mismo , para que le conozcan , y estén alerta quando le oigan. La tabla es siempre el lugar donde se echa el pasto á las aves de alio vuelo ; y á las de corto vuelo, que ya se hallan en estado de baxar y su- bir , se les echa en el suelo. Unas y otras exer- citan sus fuerzas poco á poco : al principio em- piezan á dar saltos, luego prueban a volar, y en- tonces su vuelo es pesado y sin gracia , y no saben dirigirse , ni detenerse , ni pararse en otra parte que en tierra ; pero al cabo de tres sema- nas, poco mas ó menos, después de la primera salida del nido ya empiezan á remontarse las aves de alto vuelo. Juguetean entre ellas, y estos jue- gos sen un preludio é imagen de los ataques que armaran después : no se pasa mucho tiempo sin que todo habitante del ayre , y que atraviesa su espacio , se halle expuesto á los insultos de estas aves , y al cabo de seis semanas el que es débil, les sirve ya de presa. Los murciélagos y las go- londrinas por lo común son sus primeras viótimas. Entonces ya es tiempo de cogerlas , y por me- dio de la enseñanza asegurarse de su fidelidad. Hasta este instante han sido esclavas libres , su- jetas por la necesidad ; pero pudiendo en adelan- te pasar sin el pasto que les era necesario , go- zarian de sus facultades por si mismas , y á su arbitrio. Estos trámites sucesivos que acabo de expli- car , son mas piornos en las aves de corto vue- lo , .las quales por lo común a las tres semanas, des- CET después de la primera salida del nido , ya llegan ai termino de ellos , y entonces ya es tien po de cogerlas y de adestrarlas. La diferencia c¡ue hay entre estas dos clases , va en un todo conforme con lo que sucede por lo general en la naturale- za , la qual tarda mas tiempo en producir aquello que ha de ser mas perfecto ; y quizas sera esta una de sus leyes que sufren menos excepciones. Las aves nuevas que se han criado , se co- rren de dos maneras , con lazo , ó con red. El lazo se hace con un bramante ; se ata una punta á la tabla , donde se les echa. la comida, con un clavo metido hasta la cabeza : al otro c«bo de la cuerda se hace un nudo escutredizo mas o menos grande según la especie de aves , y por lo me- nos de seis pulgadas de diámetro si son halco- nes : este nudo se coloca de llano sobre la ta- bla , y enmedio de él se pone un pedazo de car- ne : el ave quiere quitar la carne , se enreda por ios pies , y queda quieta sobre la tabla sin po- derse echar fuera , por cuyo motivo debe la cuer- da ser corta. Luego que esta presa , se la tapa con un lienzo gordo , la obscuridad en que se halla la aquieta , y se aprovecha este instante para agarrarla y aprisionarla como se debe. Esta operación que pibe mucha destreza , se executa del modo siguiente. Se pasa el dedo indice de la mano izquierda por entre las dos piernas del ave , se lá sujeta con ayuda del pulgar , y de los dedos laterales : se tiene cuidado en libertarse del pico , cuyos goipes son temibles especialmente en las aves de alto vuelo , y el lienzo sirve de de- fensa : se le cubre la cabeza con el capirote , el qual permite al ave comer , aunque la priva de la vista: se le ponen unas pihuelas que tienen una lonja de quatro pulgadas de largo , en la qual hay una sortija , por la que se pasa una cuerda ó lonja de tres á quatro pies de largo : se lleva el ave á raiz de la tierra sobre un pedazo de ma- dera cercado de paja : se sujeta sobre él por me- dio de la cuerda , la qual contiene sus debates; la paja amortigua su efeclo ; el ave se aquieta poco á poco , y se la empieza á enseñar luego que se han cogido , y tratado del mismo modo los nietos que se criaron con eda. ^Sucede algunas veces que las aves nuevas de- masiado independientes no vuelven al pasto , y no se prenden por consiguiente en el lazo que se las ha preparado en la tabla , entonces es pre- ciso servirse de una red , como de la que se valen para coger las aves del todo mudadas , y que oozan desde su nacimiento de una plena libertad, de cuya pesquisa y medios de cogerlas vamos á tratar. Manera de coger las aves de rapiña adultas ó mudadas. La aspereza de las aves de rapiña las hace fácilmente caer en todos los lazos , aún en aque- llos que no estaban preparados para ellas. Los paxareros y cazadores de red observan con frequencia que algunas aves de rapiña se ca- lan ó arrojan sobre los reclamos , y en tlios con- siste entonces encogerlas: suele también suceder Historia natural. Jutn. I. CET 297 el cogerlas casualmente , y sin haber ido a bus- carlas; pero quando se lleva esta mira, se puede satisfacer por los medios siguientes. Los gavilanes , los esmerejones y los tagarotes se cogen con redes tendidas como para las alon- dras , baxo las quales se pone algún cebo que los atraiga , y del mismo modo se suelen tam- bién coger los halcones y los acores ; pero la caza destinada. especialmente para les halcones se execu- ta de otra manera. Seria fácil y muy sencillo co- ger estas aves si se pudiese conocer quando están hambrientas ; porque entonces una red que solo cubriera el ave con un pichón atado á una esta- ca debaxo de ella , bastarían para aprisionarlas: pero si el halcón está harto , si atraviesa Ies ay- res ocupado en perseguir alguna presa , si descu- bre en el ayre un objeto , cuyo atractivo sea para él mas poderoso que el cebo que se le pre- senta , lo desprecia , no hace caso , y hay difi- cultad en detenerle en su curso , y en atraerle al lazo ó á la trampa ; sin embargo se consigue, excitando los sentimientos de este ente intrépido, altivo y zeloso. El halcón , cuya hambre está satisfecha, des- precia una presa que está inmóvil y íixa en la tier- ra , y que solo con baxar puede apoderarse de ella ; pero si parece libre y que se quiere esca- par , sus movimientos atraen la atención del ave de rapiña que vuela , y los esfuerzos que hace ¡a presa para huir , le determinan á perseguirla. El cazador diestro se aprovecha de esta " ocasión: tiende sus redes, y en el centro coloca y fixa una rodaja ó un alambre muy arqueado ; p^sa por él otro alambre ó cordel de setenta á noventa varas de largo , a cuya extremidad ata por los pies un cim- bel ó paloma v iva ; lleva consigo esta ave al to- llo é cabaña donde se retira , y en ella espera la pasa del halcón , el qual por lo común se re- monta tanto , que no alcanza á descubrirle la vis- ta del cazador. Para acudir a tiempo oportuno se vale de otra ave domesticada., como la pega re- borda , la qual tiene una sortija al rededor del cuello, y está atada con una cueida á una estaca inmediata á una chocita de cespedes que se le tiene dispuesta. Si apárete por los ayres alguna ave de rapiña , la pega reborda inmediatamente hace señal, y el cazador conoce por sus ademanes y movi- mientos la especie de ave que aparece : si es un batean ú otro enemigo pesado y poco peligroso, la pega reborda se agita poco ; si se retira á la ccbacha, si se mete en lo mas profundo , y ha- ce esfuerzos para ocultarse quanto pueda , es in- dicio de que ha descubierto algún ave noble , y a proporción de su mayor alboroto , o de su mayor turbación , prevee el cazador con mas fun- damento que es un halcón. Entonces suelta la pa- loma, cuya vista y vuelo, que parece libre, de- terminan al ave de rapiña que surca los ayres á baxar , y acercarse por lo menos hasta distancia que se puede alcanzar con la vista. Si el ave no hace caso, y no se arroja sobre la paloma, el ca- zador la retira para soltarla otra vez ; y su nue- va operación irrita a! halcón , el qual se arroja sobre ella y la agarra. Entonces el cazador con el auxilio del alambre, ó cuerda pasada por Ja sor. IJP ti. 298 CET tija ó rodaja , arrastra la presa , y el ave encar- nizada , hasta ponerlas baxo las redes donde las coge juntas : si es un halcón , no tiene necesidad de' apresurarse , porque su ardimiento le impide conocer el peligro ; pero es necesaria mucha pron- titud en la execucion de ello, siempre y quando el ave de rapiña sea una de aquellas que no se encarnizan tanto como el halcón. Por lo común , con este genero de caza se sale con felicidad ; pero sino produce el efeéto que se desea , queda todavia otro recurso. A la punta de una percha de madera flexible y correosa , y de quince á veinte pulgadas de largo , se ata un halcón domesticado , que por su vejez , enfermedades , ó malas partidas de nada aprovecha : el cabo opuesto de esta vara se hin- ca en tierra : á la misma punta , donde está ata- do el halcón por los pies , se ata una cuerda que se pasa por la rodaja ó sortija que está asegura- da en el centro de las redes : el cazador se re- tira á su cabaña hasta donde llega la cuerda , de la qual tira quando advierte la señal de la pega reborda , que consiste en encorvar y baxar hacia el sue- lo la percha ; y entonces el halcón , que esta atado á ella , con las alas caidas , y con la cabeza in- clinada , parece que sea una ave que se cala so- bre la presa : el otro halcón libre que lo divisa desde lo alto , se precipita hacia él , aunque no tenga necesidad , y cae en la trampa ó lazo. Los Islandeses , á quienes se debe esta invención , ¡o llaman en su lengua cebo de la envidia, pero esta denominación me parece que no conviene al hal- cón , pues en el uso que el hombre hace de él, caza freqüentemente de concierto y de mancomún con sus semejantes , y no es enemigo suyo en el estado de libertad : no debe , pues , pensarse que para disputar y quitar sin necesidad una pre- sa, como también para tener parte en el comba- te , y ayúdar a una ave de su especie , que la edad ó las enfermedades han debilitado , se pre- cipite ó arroje contra ella ; porque el halcón tie- ne demasiado valor , y muy poderosos medios, para considerarse mas bien por generoso que por envidioso. Los diversos modos de coger las aves de rapiña , referidos hasta aquí , están fundados en sus necesidades ó inclinaciones. Su antipatía con las aves noéturnas ha hecho que se valieran del medio siguiente , el qual les sera tal vez mas per- judicial que todos los demás juntos, < Quál es la causa de esta aversión ? No trataremos de ella por ahora : basta que el leétor esté advertido , y que sepa que el hombre la ha sabido convertir en su utilidad , como lo ha hecho de todas las costum- bres é inclinaciones de los animales quando las ha conocido. El buho es el ave no&urna que por lo común se prefiere para atraer y coger otras aves , y con especialidad las oue sirven en la cetrería. Por es- ta razón ocupa su lugar entre estas , se le mantiene , se le cuida , y se le instruye ; porque necesita estár adestrado , para sacar todas las ven- tajas que puede proporcionar , aunque no sirva mas que de atractivo para el lazo. Su instrucción consiste en enseñarle á volar de un cabo á otro de una cuerda de cien pies de largo atada a dos CET pies derechos de madera , sobre los quales se po- ne el buho después de haber volado. Para acos- tumbrarle á esto , se le encierra en un quarto, donde se han puesto dos pies derechos en linea reéta a algunos pies de distancia , teniendo cui- dado de alejarlos cada dia. Se ata una cuerda des- de uno a otro : al buho se le ponen unas pihue- las , y por un anillo , que tiene cada una de ellas, se pasa una cuerda que se ata á él por un extre- mo, y el otro cabo á otra sortija suelta , por medio de la qual pasa la cuerda tendida entre los dos pies derechos : concluido todo esto , se co- loca el buho sobre uno de ellos , se le pone la comida en el otro , la qual no puede comer , si- no escurriéndose por lo largo de la cuerda , por- que la otra con que está atado no es tan larga que le permita pararse ó baxar al suelo ; y asi es preciso que pase volando de un pie á otro. Luego que ha dado un picotazo , se pasa la co- mida al otro pie derecho , y se continúa en es- te exercicio hasta que se la acaba de comer: el buho se va poco á poco acostumbrando á volar de un pie á otro , solamente por mudar de sitio , y sin que la necesidad le obligue á buscar el ali- mento ; y entonces ya está bien adestrado , y se puede servir de él. Para hacer de él el uso conveniente , se le transporta á un bosque ó dehesa, en la qual, cor- tando algunos árboles , se forma una especie de salón : enmedio de él se planta un tronco , y otro á cien pasos de distancia en linea reda : de uno a otro se atesa una cuerda , á la qual está atado el buho del mismo modo que quando se ades- traba : el espacio que hay entre los dos troncos debe estár limpio y descubierto, y el salón prepa- rado de tal modo que quede abierto , y la entrada libre por encima y por los lados , á tres ó quatro pies de la superficie de la tierra; las paredes medias entre este espacio y la parte de arriba deben es- tár cerradas con ramas que dexando libre la en- trada de la luz en el salón , la cierre al ave de rapiña que quisiese calarse hácia él con las alas tendidas. Cuelganse algunas redes llamadas arañue- los {vease esta voz) de las ramas que forman las paredes inferiores del salón , poniendo también otra en la parte superior , que se ata ligeramen- te á las ramas que están al rededor , sin dexar libre mas que el lado que mira al tronco ó pie derecho donde está puesto el buho : preparado to- do de esta manera , se retira el cazador á una choza inmediata , y quando el buho descubre en los ayres algunas aves de rapiña , se conoce en que baxa la cabeza , volviendo los ojos al cielo: ai acercarse el enemigo , dexa el buho su puesto, y vuela al otro tronco : el ave de rapiña que no le pierde de vista , ó se precipita en el salón á vuelo tendido , dexandose caer desde lo alto de los ayres por la abertura superior , y enredándose en la red , que se lleva consigo , y cuyas pun- tas caen sobre ella; ó viene á ponerse sobre las ramas que forman las paredes superiores , arroján- dose por los lados inferiores sobre su enemigo, y entonces hace caer los arañuelos , y queda pre- sa debaxo de ellos. De una manera ó de otra, luego que el ave de rapiña ha entrado en el sa- lón. CET Ion , corre el cazador precipitadamente para co- gerla antes que pueda desembarazarse de las redes, o maltratarse bregando con ellas. Del mismo modo pueden adestrarse el raoclmc - lo , la bruja , y la estrige , y en efecto se execu- ta algunas veces , pero con estas aves solo se ca- zan las cornejos , las picabas , las grajos , las aves pequeñas , y algunas de rapiña de especies mas chicas , quando con el buho se cogen las mas fuer- tes y raías. Los autores han indicado otros modos de co- ger las aves de rapiña , pero están fundados so- bre los mismos principios que acabo de referir, y no ofrecen mayor ventaja , por cuya razón omi- to hablar de ellos. Elección de las aves de rapiña. La elección de las aves de rapiña, ó la pre- ferencia que se da á unas mas que á otras , ó proviene de los objetos que son comunes á to- das ellas , o de los que les son particulares según su especie , o finalmente de la aptitud conocida, y mayor -ó menor de las especies para la caza ó vuelo á que se las destina. Generalmente se prefieren las que tienen ma- yor garbo y desembarazo , la forma ó ademan mas gracioso , las alas mas largas , la mirada mas fie- ra y mas fixa , las piernas mas delgadas , los de- dos mas largos , la mano mas ancha , y la garra mayor ; y aquellas cuyo plumage esté menos man- chado , y sea mas obscuro que el que por lo co- mún se nota en toda la especie. Por buenas que sean estas señales , con todo no son siempre seguras. La prueba menos equivo- ca de la bondad de un ave es la de resistir al viento , esto es , ir contra él , y tenerse firme sobre el puño quando se la expone á él ; pero el principal cuidado debe ser , el asegurarse de si está sana antes de tomar el trabajo que exige su educacron. Es preciso ver que no tenga cáncer , que es una especie de tumor que se agarra al gazna- te , y á la parte inferior del pico : que no tenga el alimento hecho pelotones en el estómago; y observar si se mantiene sobre la alcandora sin vacilar : si tiene ó no la lengua temblona , y si las tulliduras o excrementos son blancos y claros, porque los azules son un síntoma mortal. Ve la enseñanza ó modo de hacer las aves de rapiña. La fiereza de las aves de rapiña , y su carác- ter independiente y silvestre quando están libres, proceden de sus facultades , y de los medios po- derosos de subvenir á sus necesidades y urgencias. Privándolas por algún tiempo de estas ventajas, y sujetándolas con el yugo de la servidumbre y de la indigencia , que alteran , quebrantan y mudan hasta los mismos caraétéres , es como el arte doma y reprime el de las aves de ra- piña ; como el hombre lo modifica y muda á su arbitrio ; lo forma y dirige según sus miras ; y sujeta las aves á su voluntad. Engañadas estas pol- los auxilios que reciben del que las ha sujetado, y que les son necesarios , se acostumbran a su Historia Natural. Tcm. I. C E T 299 vista ; de la costumbre pasan á la sumisión , y se inclinan por reconocimiento á su tirano , que a fuerza de arte se hace dueño de todo su ser. La descripción siguiente , nos manifestará y sumi- nistrara las pruebas de estas aserciones. Luego que se ha cogido el ave , se la guar- nece , y se le atan á los pies cascabeles , por cu- yo sonido , quando quiera gozar de su aparente libertad , podra seguirla el dueño do quiera que se retire : en las piernas se le ponen tinas pihue- las , de las que antes hemos hablado : en el ani- llo ó sortija, pendiente de las pihuelas, se gra- ba el nombre del dueño para que no se pierda, y por el se pasa una cuerda para atarla á donde parezca conveniente. Si se tiene intención de ades- trarla , se coge con la mano cubierta de un guan- te fuerte , se la pone sobre el puño , y toman- do sobre sí una parte del trabajo á que se la so- mete , se lleva continuamente de este modo , sin concederla ningún descanso, y sin darla alimento alguno , ni dexarla dormir tan solo un instante; porque entonces mantendría ó repararla sus fuer- zas , cuyo fin es hacérselas perder : con ellas se irá disminuyendo su fiereza , y su debilidad la inspirará los primeros sentimientos de sumisión. Esta prueba dura tres dias y tres noches , y algunas veces mas. Si el ave demasiado robusta y altiva la sufre me- jor de lo que se pensaba , si se agita violenta y freqiientemente , y si intenta valerse de su pico para defenderse , se la echa de quando en quan- do un poco de agua fría sobre el cuerpo , o se le hace meter la cabeza en un vaso lleno de ella, y la impresión que produce esta operación, aca- ba de abatirla , y la dexa por algún tiempo in- móvil y rendida, de cuya ocasión es preciso va- lerse para cubrirla la cabeza con el capirote. Raras veces sucede que después de pasados tres dias y tres noches en estos exercicios violentos, conserve el ave toda su fiereza : que privada, durante este tiempo , de la luz , de Ja vista del cielo, y de los campos que gozaba, no haya per- dido en parte la idea de la libertad : que conti- núe el atraétivo de ser can poderosa , y que la prueba que ha sufrido , no haya suavizado su ca- raéier. Los efeélos que esta ha producido , se co- nocen por la tranquilidad del ave , por su doci- lidad en dexarse poner el capirote , el qual se le quita y vuelve a poner á menudo , y por su prontitud , estando descubierta , en tomar el pas- to ó comida que se le presenta de quando en quan- do. Estos diversos exercicios son otras tantas lec- ciones que deben repetirse con freqüencia , para asegurarse del éxito que depende de la costumbre; y para poderlas repetir mas á menudo , se les dan enrolles , esto es , un3s pelotitas de estopa, las quales producen dos efeétos, uno de ellos el irritar su estómago , y excitar y aumentar el ape- tito , y otro el de purgarla y debilitar sus fuerzas : la pérdida de estas aumenta su docilidad: el apetito hace que tome con ansia el alimento, la enseria á conocer la persona que se lo presen- ta , y la acostumbra y une poco á poco á él. Quando el ave ya parece que se entrega al amo con bastante franqueza , entonces ya es tiempo de darla nuevas lecciones. Pp » Se CET 300 CET Se lleva á un jarain , y se coloca sobre la yerba atada a una lonja , se le quita el capirote , y enseñándola la comida , que se tiene un poco levantada , se la acostumbra a saltar a la mano. Luego que esta habituada a este exercicio , se la hace conocer el señuelo. Esta es una representa- ción de la presa , que se compone de pies y alas de aves , sobre las quales se la pone la comida. La costumbre de comer sobre el señuelo , hace que no extrañe su vista, que le sea agradable, y que lo reconozca fácilmente. Este señuelo sirve también para reclamarlas ó atraerlas quando se las dexa en libertad , y en él ponen su confianza después de ensenadas. Las pruebas y lecciones precedentes solo sir- ven para hacer que el ave acuda al señuelo quan- do se lo enseñan , atrayéndola con el cebo pues- to sobre él ; mas para que ponga mayor atención, debe usarse de una señal , que en deíeéto de la vista , la avise por meuio del oido , quando se la piesenta el señuelo , el qual consiste en esfor- zar la voz ó grito , que se debe repetir siem- pre que se renueva este exercicio. Luego que el ave está acostumbrada al señue- lo , se la dan las lecciones en campo raso , pero teniéndola siempre atada con una cuerda que ten- ga cerca de veinte y tres varas de largo. Se le muestra el señuelo , y se la llama con gestos y gritos , primero a corta distancia , y luego a dis- tancias mayores. Cada vez que viene al señuelo , se la da una buena gorga , con ja qual se la en- golosina dtxandoia hacer buen buche ; finalmente quando el ave se arroja sobre el señuelo , desde el parage hasta donde alcanza la cuerda , ya es tiempo de darla suelta , esto es , de hacerla co- nocer y manosear la caza á que se la destina; lo qual se externa , ó atando la caza al señuelo , ó dexandola correr ó voiar delante de ella, prime- ro atada con una cuerda , y después libre. Esta es la ultima lección , y mientras fuere necesario, se continúa en tener atada con la cuerda al ave de rapiña ; pero luego que esta perfectamente adestrada , se la pone en libertad , lo qual se llama dar suelta. La descripción que acabo de hacer , es rela- tiva á los medios de adestrar las aves en gene- ral ; pero algunas de ellas exigen particular cui- dado según la especie , la edad y clima en que han nacido , según su sexo , y tal vez según lo mas ó menos ariscas que son; y finalmente según el vuelo a que se las destina. Los limites que me han sido proscriptos , no me permiten seguir estos diferentes objetos ; mas para suplir , quanio sea posible , lo que estoy precisado á omitir , citaré varios exemplos de algunos modos particulares , y mas trabajosos de hacer las aves , por los quales podra el leétor juzgar los mas fáciles , y que en algún mo- do se hallan comprehendidos en los primeros, de los quales se suprime algo para formar los segundos. Modo de enseñar , ó de hacer los gerifaltes de Noruega. Generalmente las aves son mas ó menos du- ras de adestrar , según la especie mayor ó menor, la edad , y las retjiones septentrionales de donde vienen ; pero en ninguna es mas difícil de conse- guir que en el torzuelo mudado de los gerifaltes de Noruega , por cuya razón he elegido su edu- cación por primer exemplo particular de mi asunto. La mayor dificultad respecto a estas aves es el abasarlas ó enflaquecerlas. Esta dificultad de- pende de su constitución robusta, del tiempo que pasa desde que se cogen , hasta que se es ades- tra lejos de aquellos parages que acostumbran ha- bitar , de la inacción en que han vivido , y de la calidad demasiado nutritiva , de los alimentos que las dan. Una dieta rigurosa solo causaría un efeCto momentáneo ; y aunque no lo fuera tanto, pero durara mucho tiempo , haría caer al ave en un mar asma , ó total extenuación. Es preciso , pues, buscar un medio ue debilitar las fuerzas , sin des- truir el principio; ele abasar al animal , sin ani- quilarle , y de guiarse de modo que la deceriori- dad que se ha causado en el ave , pueda fácil- mente repararse quando se quiera. Todo esto se consigue reduciendo la radon á la mitad , y lavando en agua la carne que se les da á comer , cuya operación la hace menos nutritiva y nías laxante. Comiendo menos el ave, y teniendo mas evacuaciones , se disminuyen sus fuerzas; peio aún al cabo de un mes, que se exe- cute esta operación , les queda todavía bastante robustez. Para lograr el fin que se desea , es necesario hacer lo siguiente : se toma un ccrazon de ter- nera , y machacándole mucho , se reduce a una especie de cómica crasa y viscosa , de la qual se hace una pelota que se le da al ave , después de haberla tenido a dieta mas tiempo de lo 01 dina- rio , para excitarla el apeiLo , y para que se la trague de una vez. Al día siguiente , ó al otro de esta Operación, debilitadas ya suficientemente sus fuerzas y su cuer- po , se la vuc.ve a dar ei alimento primero de la carne lavada por espacio de quince dias , du- rante los quales se la acostumbra a dtxarse poner el capirote. En estas diversas enseñanzas es fácil d variar la calidad y quantidad de los alimentos, y el pro- longar ó abreviar el régimen según Ja fuerza de las especies de ios individuos , y el grado de su robustéz. El modo de acostumbrar al gerifalte á que se dexe poner el capirote , exige indispensablemente una explicación circunstanciaea , mas ó menos ne- cesaria para las demas enseñanzas menos difíciles. Después de los quince dias del régimen se ata una ala de esta ave con una cuerdeciila : se le moja el lomo , los costados , y la delantera del cuerpo , echándola el agua con una esponja ; des- pués se le pasa la mano por delante , y por de- tras de la cabeza , manoseándola bastante , pero sin quitarla el capirote : luego con una ala de pa- CET paloma , que en la cetrería se llama plumada , se la frota el lomo , los costados , y las entrepier- nas ; luego la cabeza , y si los movimientos que hace el ave son suaves , obedeciendo á la impre- sión de la mano , se afloxa el capirote , se le descubre un ojo , y se le vuelve á tapar , mas ó menos pronto según la continencia del ave , fro- tándola con la plumada : después se la descubren los ojos , tapándoselos alternativamente , y dán- dola sus plumadas en los intervalos , pero sin qui- tarle del todo el capirote , con el qual debe que- dar siempre tapado el pico. Esta operación se debe executar primero en un parage quieto y retirado , donde solamente entre una luz escasa : si se empieza muy de ma- ñana , y se repite a menudo durante el dia , se halla por lo común el gerifalte mas blando por la noche , y en estado de que le lleven á parage donde haya varias personas ; pero deben estas comearse de modo que el ave se les presente de cara , y que ninguna pase por detras de él por- que se espantaría , y es muy importante evitarle todo motivo de espanto ; pues si asi fuese se atrasaría su enseñanza , y no serviria lo que ya se había practicado. En los parages habitados se hace lo mismo que en los solitarios , descubrién- dola y tapándola con el capirote , y dándola sus plumadas hasta media noche , dexandola descansar el resto de ella. Aunque la educación del gerifalte , ya en el adelantamiento referido , haya durado seis sema- nas , no es todavía mas que un bosquejo , y exi- ge aun cerca de dos meses para concluirse. Divi- diré por intervalos los exercicios que se han de praéticar durante este tiempo. Los diez primeros dias se repiten las leccio- nes referidas en el artículo anterior , empezando por la mañana , y continuando hasta media noche: dexando poco a poco descubierta el ave mucho mas tiempo. Se la acostumbra al ruido , al movi- miento y vista de los perros que se tienen ata- dos a larga distancia , la qual se minora cada dia: se la dexa descubierta tomar algún alimento , y después , quitándola el capirote , se la dexa comer mas , hasta que por fin se come toda la ración. Quando se ve que está presurosa y dócil para los demás exercicios , y pacifica á la vista de los ob- jetos que la cercan , ya está adelantada su enseñan- za; y se continua como se sigue: En un quarto , donde solo entra el dueño y los que le ayudan , se ata á una tabla una cola de buey. Se mete al gerifalte en este quarto , y los que ayudan al maestro se ponen de modo que el ave los vea de cara , quando esté descubierta. El maestro tiene en la mano el roedero , que es una ala de paloma recientemente arrancada y en- sangrentada : se le hace oler al gerifalte , y se en- carniza en ella : después se le descubre , y se le dexan dar algunos picotazos ; luego se le retira poco á peco hacia la cola de buey , y queriendo el ave arrojarse sobre el ala , se la dexa caer por un lado , y se encarniza en la cola , sin po- der hartarse por su mucha dureza y calidad ner- viosa : se la dexa picar algún tiempo , y se la releva de este exercicio , mostrándola el roedero , CET 3oi que debe tenerse en el hueco de la mano. A me- dida que la ave echa la garra á esta ala , se le- vanta poco á poco la mano , dando el grito del señuelo , pero con voz baxa los primeros dias, y mientras se encarniza , se le pone poco a poco el capirote ; se retira el roedero , y se vuelve á empezar el exercicio : el ave descubierta se en- carniza en la cola, y se le hace dexar , enseñán- dola el roedero , con el qual se la atrae. Uno de los ayudantes la muestra el pasto que tiene en la mano , y dexandola comer , se le pone el capirote antes de acabar : después se la hace en- carnizar otra vez en el ala , y se concluye esta lección , dándola unas plumadas con ella. El dia siguiente se repite la misma lección, atrayendo al ave á la tabla con un cebo que de- be estár mas lejos , y levantando la voz o grito del señuelo al tiempo mismo que se encarniza. La noche del mismo dia , estando ya el ave colocada en su alcandora , y descubierta , se pone delante de ella una luz á quatro ó cinco pies de distancia : el maestro y sus ayudantes se pasean muy de espacio , teniendo cuidado que la sombra no pase por detrás de ella ; y asi se la acostum- bra poco á poco , y quando parece que ya no se altera ni alborota con los diversos movimien- tos que se hacen , se retira la luz : para esta operación basta uno ó dos dias. Los catorce ó quince dias siguientes se repi- ten las mismas lecciones , pero han de ser mas fuertes , dándoselas en el campo , ó en algún pra- do. Primero se tiene el ave muy corta , y se la señolea de cerca , alargando por grados la cuerda, y señoleándola desde mas lejos , de modo que el dia quince ó diez y seis se la presente el señue- lo á trescientos cincuenta ó cuatrocientas varas de distancia Al mismo tiempo se la acostumbra al grito , el qual debe ser tan fuerte como se da en la caza. Durante estas lecciones, se le va dismi- nuyendo la ración á proporción que se va acer- cando el termino de los quince dias ; y se la hace regitar dos ó tres veces por medio de una pildora de ajo y axenjo envuelta en estopas. Todas las noches se Ja hace dormir con luz , y se la acostumbra mas y roas á los movimientos que ve hacer. Los dos dias siguientes á los quince ó diez y seis anteriores se hace encarnizar al gerifalte en una gallina : en el primero no se le quita el ca- pí tote hasta que está cebado en ella , echándosela á tres ó quatro pasos de distancia : en el segun- do se le. destapa desde luego , mostrándole la gallina á cinco ó seis pasos , y avisándole con el grito del señuelo. Uno y otro dia se le dexa co- mer bien de la gallina , y mientras come , se grita , se da vueltas al rededor de él , y se habla, para habituarle al ruido y movimiento. El tercer dia se le templa , esto es , se le da poco de comer para excitarle el apetito , y para que reciba mejor la lección del dia siguiente. Este dia se le echa la tira ó señuelo á quatrocientas sesenta varas de distancia y sin cuerda. Al paso que la enseñanza se adelanta, se va- rian las lecciones. El fin de las primeras era aman- sar y domesticar el ave , abaxandola : asegurarla por ^ o 2 C E T por medio de los auxilios que se la dan ; y acos- tumbrarla poco á poco al ruido y movimientos: por las lecciones que voy a dar , debe aprender a perseguir una presa que procura escaparse , á conocer aquellas a que se la destina , y a mani- festarse ansiosa en cogerla. Esta ultima parte de la educación exige aún quince ó veinte dias, en los quales se hacen las operaciones siguientes: En una piel de liebre se mete un pollo, cu- ya cabeza pasa por un agujero que se hara ex- presamente en la piel , la qual se pone sobre una tabla , como si la liebre estuviese echada. Se la enseña al ave este señuelo á tres ó quatro pasos de distancia , y acercándolo hacia a ella , el po- llo retira la cabeza; pero sus gritos y movimien- tos animan al gerifalte á que se cebe en la piel; se le excita entonces á que dé en ella algunos picotazos sangrientos ; y luego se le retira , se le pone el capirote , y se repite esta operación, alargando la distancia á cinco ó seis pasos , y dando algún movimiento al señuelo, que en la pri- mera lección se tenia quieto. Los diez dias siguientes se emplean en el mis- mo exercicio , pero dándole cada dia mayor ex- tensión. La piel que sirve de señuelo , se le en- seña cada vez á mayor distancia , para ponerle en un movimiento mas vivo : después se hace que un cazador ó ayudante la tire lentamente , que luego la arrastre , corriendo a todo correr , y los dos dias últimos monte a caballo , y parta á to- do galope , arrastrando tras sí la piel. El ave, ai principio la alcanza con el pico abierto , y aleteando ; pero el exercicio la mete en calor, y se repite la operación hasta que llegue con el pico cerrado y sin aletear. Esta lección no sola- mente es necesaria para enseñar al gerifalte a co- nocer la liebre , sino para fortificarlo y meterlo en calor , lo qual es indispensable para qualquie- ra vuelo á que se le destine : cada vez que llega á la piel , y que se ceba en ella , se le da á comer encima de la misma piel. Estaría ya con- cluida la enseñanza si el gerifalte solo hubiese de servir para solo la liebre ; pero si se destina para la caza de garyts , hincones , ó de otras aves, después de haberle metido en calor con el exer- cicio de la piel de liebre , se le hace conocer la ralea á que se le destina, y se le habitúa á ello, señoleándolo con una piel de la misma especie, que debe perseguir , arrojándosela cada vez mas lejos : acostumbrándolo a cogerla en el avre al tiempo que va cayendo , y á cebarse en ella, dándole chochas con las plumas ensangrentadas: soltando la presa delante de él , quitándole el capirote inmediatamente que levanta el vuelo , y haciéndosela coger á una corta altura , y después á otra mayor ; porque , quando la apresa á trein- ta pies de elevación , pronto lo executa a cincuen- ta y á ciento ; y por ultimo a qualquieta altura en que se halle , con lo que queda finalizada la enseñanza. Aunque me he detenido demasiado en circuns- tanciar las explicaciones sobre este asunto , estoy precisado á omitir otras que la sagacidad del leétor puede suplir. Unicamente me he ceñido á dar los medios de adestrar o hacer el ave mas indócil de CET todas „ y de criarla para la caza á que se la des- tina. Aplicando su exemplo á otras especies , se puede juzgar del modo con que conviene tratar- las , según la mayor ó menor relación que ten- gan con esta ; y asi en orden a las demás me ceñiré solamente á algunos hechos particulares. De los Sacres. Estas aves deben tratarse con mayor severi- dad que los gerifaltes , en orden al regimen : co- mo son mas fieras , no se las abaxa ó debilita sino con una dieta quasi extremada. Se empieza su enseñanza , poniéndolas sobre el puño , y ta- pándolas con el capirote , luego que se han aba- xado por mitad : se continúa en darlas poco de comer , con el fin de abaxarlas hasta que lleguen á extenuarse de modo que apenas puedan sostener las alas , y entonces es quando se comienza a ades- trarlas , cuyo exercicio dura de treinta a treínca y cinco dias. Los tres primeros se las da , como á los gerifaltes , las lecciones en un quarto , don- de se prepara lo que es necesario : en él se las enseña por medio de un cebo á saltar des- de el puño á la tabla , y desde esta al puño , y repitiendo esto varias veces se le hace saltar des- pués desde el suelo á la mano , á tanta distancia como tiene de largo la lonja , la qual debe ser de cerca de seis pies ; y á este exercicio se lla- ma hacer. Si el ave se muestra franca , se le em- piezan á restablecer sus fuerzas con el alimen- to , para que no se muera de hambre , hasta que su docilidad obligue al maestro á darle mas de comer. Desde el quinto dia al decimoquinto las lecciones del señuelo se dan en el campo, aumentando la distancia cada dia ; y los últimos á cien pasos : las lecciones del exercicio llamado hacer también se dan en el campo , y consisten en saltar del puño á un monton ó terrón de cés- pedes , y de alli al puño : el decimosexto dia se le quita la lonja para atraerle , y esta lección se executa dos veces a doscientos pasos de dis- tancia cada una. El dia veinte se le da al ave una paloma vi- va , y algunas veces le cuesta mucho cebarse en ella , como sino conociese que está viva , pero esto no debe causar cuidado. El veinte y uno , según el vuelo á que se destina el sacre , se le señolea ó con la piel de liebre , si se le dedica á la caza de este quadrúpedo, ó con una gallina pardusca, si se pretende adestrar para la caza del buteon ; y finalmente con una gallina roxa , si se le quiere destinar á la caza del mi- lano : al otro día se le da el milano ó el buteon , después de haberlos cortado ó embotado las uñas y el pico ; y los demás días hasta concluir la en- señanza consisten las lecciones , en darle la piel de liebre ( si se destina para esta caza ) primero en la mesa , después en el suelo , arrastrándola corriendo como para los gerifaltes ; y últimamente en hacerle cazar la liebre, perseguida en un llano por perros, los quales se les detiene en la carre- ra con una trailla : si para el buteon ó milano se les da suelta por grados, primero atados, y lue- go sueltos á distancias y alturas mayores sucesiva- men- CET mente: por ultimo, según lo pidan las circunstan- cias , para acalorarlos ó animarlos se les añaga- za con pieles de buteones ó milanos , que echándo- selas lejos se acostumbran á cogerlas. De los Halcones. No es necesario sujetar los halcones á un ré- gimen muy riguroso : su enseñanza se consigue en treinta dias poco mas ó menos , y no cuesca tan- to trabajo de hacerlos corno las aves de que aca- bamos de hablar. Los balcones niegos , ó cogidos en el nido , se adestran algunas veces en quince dias; y esta prontitud consiste en que quando se cogen , están casi domesticados. La enseñanza de los halcones mudados pide mas tiempo que la de los sosos , y la de estos mas que la de los niegos, y estas diferencias se observan en las demás aves de rapiña. Luego que el cuerpo del halcón se ha abaxado por mitad , se le comienza á acostum- brar al capirote , lo que suele conseguirse en el espacio de tres dias : después se le adestra en el quarto , enseñándole á saltar desde el puño á la mesa , y desde ésta al puño : a los quince dias, contando desde que se le comenzó á poner el ca- pirote , se le dan en el campo las lecciones que se llaman hacer : el dia veinte la de la paloma viva atada á una estaca : el veinte y dos la de la suelta , teniendo á la paloma de la cuerda , y al halcón libre : el veinte y tres se le dedica á la caza ó ralea á que se le quiere emplear, y según á la que se le destina , se le pone en la estaca una gallina negra , si es para la corneja ; si para el mi- lano, una roxa; y si para la garrea, una pava ceni- cienta: el dia siguiente se le templa, y el veinte y cinco se le pone en la estaca el milano , la corneja y la garrea , embotadas las uñas , y el pico metido en una vaina ; porque no conviene que el ha/con , ni las demás aves de rapiña , hallen resistencia antes de estar bien adestradas , lo que pudiera retraerlas y escamarlas. Los dos dias si- guientes se les da la lección de suelta á corta distancia ; el veinte y ocho ¡a de suelta libre y elevada , y el treinta la de suelta entera. Conviene observar que algunos halcones á pri- mera vista dan á entender que su ralea es la gar- <^a , lo que no sucede con el milano , al qual se le va acostumbrando poco á poco , y los mas tardos son tan buenos como los otros , solo que necesitan de mas lecciones y exercicio. Algunos halcones , luego que les quitan el capirote , se calan sobre toda especie de aves , y estos no son tan es- timados , porque el echarse sobre toda clase de ralea es señal cierta de que no serán buenos para una sola. No he fixado los dias en que se han de par- par los halcones y sacres , como ni aquellos en que se les ha de bañar , por parecerme mas bien es- tos objetos relativos á su salud que á su enseñan- za ; y asi solo diré , que Ínterin dure el adestrarlos, se les puede purgar y bañar dos ó tres veces. Para bañarlos se les lleva á la orilla del agua, donde se les ata con una cuerda , y el que los Heva se retira esperando que ellos se bañen por CET 303 sí mismos , ó teniéndolos de la lonja , y puestos sobre la mano , se les echa el agua. Al maestro toca juzgar según las circunstancias , la necesidad mayor ó menor de la purga y baño ; pero esto no debe practicarse sino quando el ave ha per- dido mucho de su fiereza , y empieza a familia- rizarse. De los Esmerejones. La familiaridad natural de estas aves las hace muy fáciles de adestrar , y abrevia mucho su edu- cación. No se las pone capirote, basta haberlas llevado en la mano varios dias por espacio de algunas horas , y engolosinado con algún sayne- tc quando van sobre ella , para que se apresu- ren á volar hácia el maestro luego que lo ven. Entonces se las encierra en un quarto cuya ven- tana tenga un encerado de lienzo , se las dexa en libertad en él , y quando entra el maestro revoletean á su rededor , y saltan sobre él. Adestrados de este modo los esmerejones , se lle- van al campo, donde se les enseña á saltar á la mano , cuya lección puede empezarse al quinto ó sexto dia de la enseñanza. Luego que el esme- rejón salta á la mano á distancia de veinte pasos, ya es tiempo de darle presa viva , la qual se le presenta á la misma distancia : un ayudante suel- ta una alondra atada á un bramante delgado , y el esmerejón la agarra desde luego ; pero así que la tiene presa , la coge con el pico , y después con las garras para llevársela , vicio común en todos los esmerejones , y que es necesario quitár- sele quando se les enseña , lo que cuesta bas- tante trabajo. Para lograr el efedo que se desea en esta operación , es preciso tirar la cuerda , á que está atada la alondra , al mismo tiempo que el esme- rejón la ha preso con el pico , dándola una vio- lenta sacudida: la alondra escapa del esmerejón, ó éste se queda solo con la cabeza, la que se co- me : se tira hácia sí la alondra , y con suma li- gereza se pasa la cuerda por un corchete ó sor- tija metida en tierra : el ave con una especie de furor se arroja sobre la presa , y no pudiendo levantarla , se ceba en ella en el suelo , y entre- tanto se la asegura con ei grito del señuelo. A fuerza de repetir estas lecciones , se les hace perder la costumbre de llevarse la presa , y en- tonces ya se puede hacer uso de él para toda clase de caza menuda. De los Azores, El ledor tendrá presente que al principio de este artículo se habló de la división de las aves en remeras y veleras ú de alto y corto vuelo, Ioual- mente se acordará que las aves de que he ha- blado hasta aqui son las remeras , y que los aco- res y gavilanes , de los que voy á hacer ahora mención , son aves veleras. La enseñanza de los acores es fácil , y se con- sigue en doce ó catorce dias : no se les pone capirote ; pero se -llevan sobre el puño atados con la lonja á los parages mas freqüentados de gente, donde s* hace ruido y algazara , como sucede en las o “ .... las ferias y mercados. Estas aves al principio se inquietan mucho , y no quieren el pasto que se las da, lo que ayuda mucho para amansarlas por debilitarse con el hambre y el trabajo. Al quin- to ó sexto dia ya no están tan ariscas , y aun parece que no hacen caso del ruido que mueven al rededor de ellas , comiendo con ansia el pasto que se las pone , lo que no debe pasar de la quarta parte de su comida ordinaria, bi en los dos ó tres primeros dias se mantienen tercas en no querer comer en los parages de mucho ruido, es necesario llevarlas a un lugar solitario , y quando están cebadas , volverlas a donde se oye luido. Si al sexto dia se mantiene aún demasiado llena , se la da la gorga de coraron de ternera , y al dia siguiente se hallará en estado de saltar por primera "vez sobre el puño todo lo que fuere de lamo la lonja , y á la tercera vez a doble dis- tancia; lo que se consigue añadiendo a la lonja una cuerda que se llevara de prevención. El octavo dia se podra bañar el a%or por la mañana , y darle lección de témelo , echándoselo á distancia de ocho , de diez y doce ;asos en tres veces. El noveno se le templara por la ma- ñana , para reclamarlo por la tarde , dexatidole li- bre a diez , veinte y treinta pasos. Al décimo día se le da una paloma , y mien- tras se ceba en ella , se ie cuita , dexandole solo la cabeza ; y lo restante se tapa con la mano: el ave se come la cabeza , y viendo después en la mano lo demás del cuerpo , salta con ligereza sobre ella. Para asegurarse mejor de io que ade- lanta, conviene señolearlo la tarde del dia diez en un jardín , y llamarlo de distancia en distancia por entre los árboles , y si se entrega francamente a este exercicio , ya puede el maestro cazar con él al dia siguiente , que es el undécimo de Ja enseñanza , mas con la precaución de llevarlo mas tiempo por la mañana , y de darle de co- mer muy poco. Si el animo del maestro es de dexarle seguir su ralea natural , volará la ¡cidit, y el conejo ; pero si lo destina á ralea diferente de la que se in- dina , hará para adestrarlo las mismas pruebas, que para el gerifalte , halcón , &c. y lo adestrará al señuelo del mismo modo. De los Gavilanes. Los gavilanes se enseñan lo mismo que los acores ; pues aunque mas debites en la apariencia, son mas arrogantes , y su enseñanza necesita casi doble tiempo. Entre los individuos de esta espe- cie hay mayores diferencias que en los de las demas. De los gavilanes nieges se ven algunos, cu- ya enseñanza se concluye en seis u ocho dias, y en la de otros se gasta doble tiempo. La ense- ñanza de los cogidos al paso, llega por lo común, á tres semanas , y algunas veces se acaba en diez ó doce dias. Antes de servirse del gavilán para la caza , es necesario repetir las lecciones en un jardín , y redárnoslo hasta que el ave misma bus- que al maestro quando éste se esconde adrede. Si esta bien adestrado sera de bastante utilidad; pero conviene exercitarle diariamente , pues la inacción lo haria arisco t indócil. Concluiré lo concerniente al modo de hacer las aves de rapiña , adviniendo que en todas las especies de individuos hay algunos tan uuros é inflexibles , que el cuidado que se pone en do- mesticarlos , solo sirve de irritarlos y hacerlos mas indóciles : estos entes intratables deben aban- donarse , pues solo se lograría aniquilarlos , sin poderlos domesticar. Del cuidado que debe tenerse con las aves de rapiña, tanto cuando sanas como enfermas. Primeramente trataremos de las aves de ra- piña en su estado de sanidad. Su alimento ha de ser tajadas de vaca y pier- na de carnero , cortadas en pedacitos , teniendo cuidado de quitar antes el sebo y las partes ner- viosas : algunas veces se les mezcla con sangre de paloma ; mas por lo general la paloma las enflaquece en lugar de alimentarlas. Durante la muda se les da a comer dos veces al dia , bien que con moderación ; y en los demás tiempos una sola vez, pero con abundancia. La vispera del dia que se determina llevarlas á caza , se las templa, y algunas veces se las purga, porque si se les diera de comer demasiado , se pondrían lánguidas, y seria perjudicial á su vuelo. Por el mes de Marzo , tiempo en que andan en zelo, se hace tragar a los halcones guijarrillos del grue- so de una avellana ; y algunos creen que este ca- prichoso remedio , dado a las hembras , las hace abortar los huevos que entonces están en aumen- to , y que á los machos ios refresca. Puede ser que las piedreciilas , por su peso y frotación en un estomago musculoso y membranoso , y mu- cho mas delicado que el de las aves granívoras, perjudiquen las funciones de esta viscera , y alte- ren y vicien las digestiones : puede también su- ceder que enfermando á las aves , y perjudicando a su nutrimento, no se desenvuelvan los huevos, o que se aniquilen en las hembras , y que junto con las fuerzas , se amortigüe en los machos los deseos ; pero sea lo que fuere , del efecto que causan ios guijarrillos , es menester convenir en que es un remedio peligroso , y del que se debe usar rara vez. En mi juicio seria mas acertado subs- tituir otro que produxese el mismo t freí o sin te- ner el mismo peligro ; y que con una comida menos nutritiva , o con la misma, dada en menor cantidad, se lograria sin riesgo el fin que se desea. Después del alimento de las aves , el objeto mas importante es ti lugar donde deben colocarse. En el hibierno se les hace pasar el dia fuera, y por la noche se meten en quartos caldeados. Per- mítaseme observar que la ultima parte de esta práéiica tal vez no es necesaria , ni útil ; ó que si yo me engano en esto , la necesidad de calen- tar en el hibierno los lugares donde se guardar» de noche las aves de rapiña no puede fundarse sino en la debilidad de estos animales causada por la mansedumbre. En efecto la mayor parte de las aves que se cuidan de este modo son ori- ginarias de países fríos , y las demás , por lo CET menos , son de países templados : unas habitan en los montes, otras en los bosques; por la no- che se retiran á lo mas espeso de ellos a las cuevas y concavidades de las rocas : alli están al abrigo del frió y del viento ; pero en un tempe- ramento nada caliente. Asi que , para conformar- se mejor con el estado natural de las aves de ra- piña , me parece que era buen medio el retirar- las de noche á parages abrigados , sin necesidad de caldearlos ; y es muy verisímil que de este modo se criasen mejor y mas fuertes. Si el cor- dero ( permítaseme esta comparación ) animal el mas pacifico que pace sobre la tierra , pasa las noches en el campo , y sufre el rigor de las es- taciones , estando mas sano y mas robusto que otro animal de su especie , al qual por habito ó por otro motivo se encierra por la noche en los establos donde el calor excesivo es el que mas le debilita , < quánto mas aguante no tendrán las aves de rapiña , piratas del ayre , y acostumbra- das á las inclemencias? Al anochecer se atan las aves á la alcandora de modo que no puedan maltratarse unas a otras: luego se las quita el capirote , y se registra y mi- ra con cuidado para limpiarlas , porque ia basura que se junta en él las perjudica y lastima la vis- ta : dentro del quarto se dexa una luz por espa- cio de una hora, y en este tiempo las aves pu- len , limpian y dan lustre á su plumage. Durante el verano deben ponerse en parages frescos; para lo qual se meten en el quarto don- de están encerradas , algunos cespedes , sobre los quales gustan de echarse y meter el pico , po- niéndolas también una artesa de agua donde se puedan bañar ; sin embargo no se pueden dexar todas en plena libertad, ti gerifalte de Islanda , y el de Noruega son antipáticos , y los de Norue- ga son malos entre si mismos : y es preciso atar- los con lonjas sobre los cespedes , y bañarlos de ocho á ocho dias. Esta praítica es tanto mas ne- cesaria quanto el verano es. la estación ordinaria de la muda , y el baño entonces es muy útil, por ablandar el pellejo , hacer el texido de las plumas nuevas mas suave y extenso , c impe- dir que enflaquezcan ; por eso en esta estación se ve que la mayor parte de las aves buscan el agua, y se bañan con mas frequencia que en lo res- tante del año. De las enfermedades de las aves. La mayor parte de los autores que han escri- to de cetrería han tratado muy por menor de las enfermedades de las aves , y las han di ¡dido en partes. Los limites que se me han prescripto no me permiten seguir á los autores sobre este asun- to , y me precisan á hablar solamente de las en- fermedades mas comunes y molestas. Las nubes que se Ies forman en los ojos pro- ceden de una causa interior , ó del descuido en limpiar el capirote. Contra esta enfermedad se usa del alumbre calcinado , ó del blanco de la tulli- dlo a del azor que se dexa secar , y reducido á polvo se les echa en el ojo. Se prefiere el blanco de la tullí dura del azor como mas eficaz y mejor. Historia Natural. Tem. I. CET 305 El catarro se conoce por destilarles por la na- riz continuamente un humor aquoso ; y el modo de curarlo es el cié encarnizarlas en el raedera , esto es , haciéndolas dar picotazos y tirar de los tendones y fibras del hueso de una pierna de carnero , ó de la punta de un ala , lo que ex- cita su apetito sin hartarlas : también se les echa en el pasto carne de paloma vieja. La costumbre de encarnizar las aves en el roedero les es suma- mente útil. ** Nota. Los autores de cetrería Españoles lla- man á esta enfermedad , de la que hay dos es- pecies , agua común y agua vedi-cada. El agua co- mún es quando el humor que destilan las aves por la nariz es claro , y la vedreada quando es es- peso. El modo de curar la primera , es untándo- las el paladar con miel , y purgándolas con oru- gas molidas. La segunda, que es mas peligrosa por hinchárseles los ojos y cuello , y ponerse muy murrias , se cura echándoles en las ventanas de la nariz unas gotas de vinagre aguado tibio , lue- go se les mete un terrón de miel en la boca y se las cierra y aprieta el pico hasta que echen la miel por la nariz , teniendo cuidado de que no se la traguen. Hecho esto se las da el roedero que será un ala de gallina mojada en agua de canela y clavo tibia , que se hace de este modo. En un pedacito de lienzo delgado y limpio se mete un poco de canela y clavo , y luego se ata para que no se vaya del trapo : esta se mete en un pu- chero de agua muy limpia , la que se hace co- cer hasta que las especias hayan soltado su espíritu, y después se aparta para que se entibie , y mo- jar en ella el roedero. El huclfago es una dificultad en la respiración, que se nota por la palpitación del papo ó buche de las aves al menor movimiento ó esfuerzo que hacen ; proviniéndoles esta enfermedad de algún esfuerzo violento que han hecho en el vuelo , ó ai calarse sobre la presa'.’ El chasquido , cuyo nombre indica el caraéíer de la enfermedad , también proviene de algún esfuerzo del ave , y se conoce por el ruido que hace quando vuela. Esta enfermedad y la anterior son incurables, por provenir siempre de algún esfuerzo violento, y si es por algún esfuerzo pequeño se curan dán- doles carne momia hecha polvo , y echándoles aceyte en el pasto. El cáncer lo hay de dos especies amarillo y mojado. El paraje donde les sale el amarillo es en la parte inferior del pico ; y el mojado en el papo. El primero se cura ; pero el segundo es in- curable y contagioso , y asi el ave que lo pade- ce , se debe apartar de las demás porque no las infeste. Se echa de ver dicha enfermedad en que el ave arroja por las narices una espuma blanque- cina. El modo de curar el amarillo es bañándolo con una muñequilla de estopa , puesta en un pa- lito , mojada en agrio de limón , ó en otro li- cor estipcico. La hinchazón de las manos se cura bañándoselas en aguardiente cocido con espliego , mezclado con perejil machacado. Las ¡¡ tendrías ó plomeras se engendran en eí Qq bu- ^ o 6 C E T buche , y el síntoma regular de esta enfermedad es un bostezamicnto continuo. Para curarla se le daran al ave unas pildoras de ajo y asenjos picado muy menudo , y cambien la caine momia que se les hace tragar. ** Nuestros autores de cetrería Españoles que tratan de esta enfermedad la dan por incurable, sino se pone el remedio antes de estar radicada, ó quando empieza el ave a padecerla , lo que se conoce por el desasosiego que tiene , y el continuo exercicio que trae rascándose con el pi- co los costados y el ovispillo , y quando se sacude aprieca las manos y se estremece. En este caso se le dan unas pildoras de acidar , y los remedios indicados para curar el agua vedreada. Esta enfer- medad por lo regular acomete á las aves quando mudan , y al caérseles la primera pluma o nxera del ala. Las aves de rapiña están expuestas , como Ja mayor parte de las demás aves, a la gola. Quan- do viene sin causa aparente, no tiene cura-, pero se alivia haciéndolas unas incisiones en las palmas de las manos, por las quaks se destila una por- ción del humor gotoso. Quando aparece esta en- fermedad después de un largo trabajo , y que de- nota ser efecto de la fatiga , se cura poniendo al ave al fresco sobre unos cespedes cubiertos de una piel de vaca remojada en vinagre , o sobie una esponja empapada en vino aromático. Si oora este remedio, es ciertamente como repercusivo, y por esta razón su efecto sera peligroso, no ña- fiamos , pues , caso de un remedio que curanuo los extremos retira ia enfermedad al centro ; tal vez la constitución de estos animales es bastante robusta pata aminorar y expeler de sí el humor morboso; pero advertimos a los lectores que no entendieren de medicina , que de ningún modo apliquen ai hombre que padece gota en las ex- tremidades , el remedio indicado para los páxa- ros ó aves de rapiña , ni otro alguno que le sea análogo. Las aves de rapiña por lo general están ex- puestas a varios accidentes internos ocasionados por los estuerzes que hacen en la velocidad y violen- cia de su vuelo. La carne momia tomada interior- mente pasa por remedio eficaz para estos acci- dentes , que suelen dimanar de causas que no es posible determinar. Las mismas causas producen en lo interior la quebradura ó descomposición del plumage. Quan- do se le rompe alguna pluma se le anade em- palmando una punta de otra con el canon de la primera, lo que se hace metiendo una aguja por las dos puntas de los cañoncitos , con lo qual se logra unirlas , y no se retarda el vuelo, bi la pluma está rota hasta la raiz del canon , de modo que no se pueda empalmar , se une a la inmedia- ta empalmándola por los dos extremos opuestos con cañones de plumas de perdiz Si el plumage esta decaído y maltratado , se endereza mojándolo con agua caliente, ó con una hoja de berza asa- da en la ceniza , la que se aplica por la noche al ave , y cuyo calor y humedad vuelve las plu- mas a su estado natural. CET Ve los autores que han escrito de cetrería. Entre los autores Franceses que han escrito de cetrería se distingue Juan de Frauchieres , Gran Prior de Aquitania , quien ha dexado una obra dividida en quatro libros : el primero contiene los nombres y la descripción de las aves de ra- piña. Su autor solo cuenta siete especies , dando- las á todas el nombre de halcones , á cuya deno- minación anade los epitetos ; confunde las espe- cies y variedades , y su obra es muy defectuosa en quanto a la nomenclatura. Traca en el mismo libro del modo de hacer o enseñar las aves , co- mo también del regimen que se ha de tener con ellas quando están sanas. Encarga mucho que no se las de carne de animales que estén en zelo, que se las dé de quando en quando caza viva ; y que cada quince dias se las haga tomar una pildora de aloe del grutso de una haba, en un pedazo de carne. Dice también que el ave arroja eí aloe; pero que lo que se oisuelve y queda en e! es- tómago es suficiente para purgarla. Quando un ave se moja por el baño u otro accidente , es- tablece que se enxugue ai sol ú al fuego , parti- cularmente en el hioierno. Los tres libros siguientes tratan de las enfer- medaues y medios de curanas : el segundo de las enfermedades de la cañiza en número de veinte, la mayor parte catarrales , ocasionadas por ia frialdad : el tercero de las enfermedades internas dei cuerpo en nurntro de doce : el quano de las exteriores , de las quales cuenta hasta treinta y cinco. Guillermo Tardif, natural de du Puis en Ve- láis , compuso un tratado dividido en dos partes. La primera contiene ios nombres y la descripción de las aves , y el modo de cuidarlas para man- tenerlas sanas; y la segunda las enfermedades, de las quales cuenta hasta quarenta y cinco. raneo este autor, como el anterior , prohiben la carne de todo animal que esté en ^ elo , cuyo efecto dicen es mortal. Esta conformidad de dic- támenes merece algún cuidado, sin embargo de la poca verisimilitud de la aserción ; lo que sin auda seria un hecho digno de investigarse , y de aclararse. Según Guillermo Tardif, todas las aves de cetrería se referen al agulla , al halcón , ó al a\nr. Reconoce dos especies de agudas , una de las quaies á quien el da propiamente el nombre de agüita, caza zonas, liebres y conejos; y la otra persigue las grullas. Distingue diez especies de halcones que nosotros en el día no conocemos, sino por unas simples variedades ó especies dis- tintas. Habla después de tres especies de sacres y gerifaltes , y de cinco especies de azores , entre los quales coloca dos especies de gavilanes , una mayor y otra menor. Lo que me parece digno de notar en el tra- tado de este autor es , que distingue quatro especies de lombrices , que ocasionan la enferme- dad llamada filandria : objeto no conocido , y que merece serlo para ilustración de la cetrería , y para los progresos ue 1a historia natural. El CET El ultimo autor de que voy á hablar es Ar- telouche de Alagona : su obra esta dividida en artículos , sin separación preliminar : trata suce- sivamente del nombre , descripción , y elección de las aves ; del modo de adestrarlas , alimentar- las y cuidarlas, y de las señales y remedios para conocer y curar sus enfermedades. Lo que con mayor propiedad pertenece á esta obra es el que el autor divide las carnes que deben darse á las aves , en quatro especies , en buenas, restaurativas, laxantes y prohibidas. Las buenas dice que son las de vaca , puer- co , carnero , liebre , y la carne silvestre , ex- cepto la de ciervo y jabalí : las restaurativas las de oanso , ánade , cabrito , ratón , faisan , y de toda clase de ave : las laxantes la de pollo , y el pulmón é higado de puerco; y las nocivas ó pro- hibidas las de la cerceta , cuervo marino , cuer- vo , corneja y lechuza. Estos autores , y todos los que generalmente han tratado de la cetrería , de la qual se hace al presente poco uso , son muy antiguos : han escriio en un estilo muy confuso y obscuro , no guardan método ni orden , usando de muchas voces técnicas sin explicarlas , y parece que solo escribieron para gentes instruidas. Este conjunto de circunstancias retrae á los principiantes de leer sus obras, en las que no hallarían los elementos necesarios. Las descripciones que estos autores han hecho de las especies son tan superficiales, y tan desfiguradas ; y las estampas ó laminas a que se refieren tan mal grabadas , que es suma- mente difícil , y algunas veces imposible el reco- nocerlas. Seguramente hubiera yo carecido de las instrucciones y luces necesarias para la cetrería , á no haber hallado las noticias y conocimientos que necesitaba en el artículo de este arte, dado á luz en la primera edición de la Encycloptdia , escri- to por Mr. le Koi , teniente de caza del parque de Versal ¡es , y en el extraéto de la obra que se ha dignado comunicarme Mr. Huber. Al prime- ro, que reúne todas las qual.dades que se desean, y no se hallan en los autores de que he habla- do , debo todo lo que he dicho sobre el arte de adestrar las aves en general , sobre el modo de conservarlas la sa ud , y curar sus enfermeda- des ; y al segundo la división de las aves , los medios de cogerlas , y las particularidades en el arte de enseñarlas , relativas á las diferentes especies. El uso de estas aves para las diversas clases de caza , asi quadrúpeda como volátil : los ardi- des ó esfuerzos del animal acometido para eva- dirse ó resistir : los mismos de parte del acome- tedor para alcanzar , agarrar ó abatir la presa: los medios imaginados por el hombre para diri- gir y animar al ave que acomete , todos estos objetos forman una parte muy curiosa de la ce- tretla. Mr. Huber me olrecio una Memoria que ha trabajaao sobre este asunto ; pero viendo que las cosas que contiene perderían mucho publicán- dose en extraéto , y que la Memoria era dema- siado voluminosa para los limites á que debo ce- ñirme , me he contentado con las noticias que me envió para formar este artículo de la cetrería que Historia A anu al. Toen, 1, CHA 307 miro como accesorio á lo demás de esta obra. El leélor que quiera instruirse mejor en este arte, hallará lo que yo he omitido y aún mucho mas en la obra que va á dar á luz Mr. Huber sobre la cetrería. ** Mota. Las obras que conocemos en Caste- llano sobre el arte de cetrería son: i.° Tratado de la Cetrería escrito por Pedro López de Ayala , quien lo dedica y ofrece al muy Ilustre Señor Don Gonzalo de Mena , su pariente. Obispo de Burgos. Ms. Este tratado, que hemos tenido á la vista, se divide en XLVI. capítulos , en los siete primeros da el autor razón de las varias castas de balcones, el modo de conocerlos , y las regiones donde se ctian ; y hablando de los halcones de España, di- ce solo, que los mejores son los que se crian en el Roanes en tierra de Sevilla , y en los pinares de Olmedo , dando la preferencia á los primeros. En el capitulo diez da las reglas para regir , ha- cer o enseñar los halcones para que sirvan en la caza; y en los treinta y seis capítulos restantes da una razón de las entermedades de los halcones y modos de curarlas , concluyendo con un recetario de medicamentos. 1.° Libro de Cetrería anonymo. Ms. fol. Este no le hemos visto , y la cita de que existe es de Don Juan Antonio Pellicer y Saforcada. 3 . ' Cetrería de caza de ator , de halcones y de otras aves de rapiña , por Don Fadrique de Zuñiga y Sotomayor , Señor de la Casa de Mira- bel, Salamanca 1561. éj. y 75. 4. ° Arte de caza de Altanería , por Diego Fer- nandez de Ferre> ra, Lisboa 1616. 4.° Estos dos últimos no los hemos visto. CHACAMEL O PAXARO GRITADOR. Lo mismo en Francés. El nombre de este páxaro en lengua mexica- na es de chachal acammelt , que significa páxaro gri- tador. Tiene el grito ó cacareo de la gallina, pero mucho mas fuerte , y tan continuo , que el solo hace tanto ruido como un corral de gabinas. Tie- el lomo pardo, el vientre de un pardo blanque- cino , y el pico y los pies azulados. El chacamel se mantiene regularmente en las montanas , y en ellas cria sus hijuelos. Por una descripción tan poco circunstanciada no es posiole determinar el genero de este paxaro. CHA-CHA. Especie de Tordo, ** CHACHALAUE. Esta ave es de la magnitud de la gallina : el color de su pluma pardo obscuro , y el de su pico y pies algo azul. No podemos decir á qué genero pertenece. CHAMARON. Ave pequeña : es negra por la parte alta , y blanca por el pecho y vientre : tiene la cola muy larga. CHARLADOR. Charlador de Bohemia, lam. 161. Briss. tom. ll.pag. 333. Gen. XXII. Garrulus Bohémicas en Latín por los mas de los autores. Jaseur en Francés. £1 charlador es muy conocido ; pero muy Qq 2. po- qoS CHA poco se sabe Je su' historia. Los autores no con- cucrdan ni en su genero , ni en los parages don- de habita. Brisson lo ha colocado en el número de los tordos , y Linnéo entre las pega-rebordas, pero como se halla en él un caraóter particular, podría componer un genero separado : este ca- raéter distintivo consiste en algunas carnosidades oblongas , llanas , estrechas , o un poco anchas, de una substancia membranosa , y de un encar- nado muy vivo , con que rematan algunas plumas medianas de las alas. $u tamaño viene á ser como el del picogordo: todas sus plumas son suaves al taéfo , y , á la vista, tienen la suavidad y lustre de la seda : en la cabeza se eleva un moño, que remata en pun- ta , de color de castaña , que el ave levanta y baxa a su arbitrio : en cada lado de la cabeza, en la linea donde está colocado el ojo , y en lo inferior de la frente , tiene una raya negra : la garganta es de este mismo color, el quai se ex- tiende en punca por el cuello : todo lo demás del cuerpo es de color de ceniza obscuro , algo mas claro en el ovispillo , con un viso de color vinoso en el pecho , casi blanco en lo inferior del vientre , y bermejizo en las cubiertas inferio- res de la cola : las plumas grandes de las alas son negras : el ala recogida esta por abaxo ro- deada ele negro , y su exttemidad es del mismo color : enmedio de su orilla interior tiene una raya blanca y oblonga ; pero hácia su punta é interiormente se notan cinco ó seis rasgos blan- cos , que terminan todos en uno de los apéndi- ces ó excrecencias membranosas de un encarnado vivo , que, como he dicho al principio de este artículo , son un caraéier propio de este paxaro: mas alia de estos apéndices se ven cinco ó seis rayas amarillas , oblongas , que rodean cada una de las plumas mas inmediatas al cuerpo : la cola es cenicienta en los dos tercios de su longitud, cortada después transversalmente por una banda negra , y terminada en un amarillo de junquillo: el "iris es encarnado ; y el pico , los pies , y las uñas son negras : el número de los apéndices membranosos no es siempre el mismo ; puesto que en algunos individuos se cuentan hasta ocho en cada ala , y en otros solo quatro : también hay algunos que no los tienen , y no se sabe si estas diferencias dimanan dei sexo , de la edad, o de qualquiera otra causa. Los charladores son muy comunes en las di- versas regiones de Alemania , y la Bohemia no es el pais donde hacen una residencia exclusiva, ó mas común , como lo indica el nombre que les han puesto : no son sedentarios en ninguna pane de la Europa , y su pasa no es fixa ni de- terminada ; pero según lo que dicen algunos au- tores, el otoño es el tiempo de su arribo: este no sucede todos los años en los mismos parages, pues suelen tardar en volver a ellos tres , quatco y cinco años. Generalmente la parce que mas fre- qúentan es la del Norte de la Europa 3 pero no cabe duda en que de quando en quando se ha visto una infinidad de ellos , esparcidos por la Ita- lia , y por lo mismo no es extraño que se vean algunos individuos aislados en las provincias de CHA Francia. Los charladores van en bandadas numero- sas a los paises que acostumbran freqúentar : se alimentan de bayas y frutas , y en especial de las dulces y xugosas : parece que tienen poco instin- to , y caen fácilmente en los lazos : se cogen muchos del mismo modo que los pórgales , en cuya compañia llegan , y con los que tienen al- guna semejanza como comestibles. Examinando lo que se ha dicho sobre los parages por donde pasan estas aves, y sobre aquellos de donde vie- nen á Europa , parece verisímil que se retiran á las regiones septentrionales , donde hacen su pos- tura , y de donde nunca se van , sino quando el rigor excesivo del frió , y la escasez de alimento les obligan á ello i y de esto nace la incertidum- bre de su aparición y ausencia en algunos años. Son conocidas en Suecia , en Dinamarca , y en Polonia : en Tartaria se han visto frecuentemen- te, y á estas observaciones añadiré , que muchas pieles de charladores componen parte de una re- mesa de aves de Siberia , que he tenido en mis manos. Pero sean las que fueren sus emigracio- nes en el antiguo Continente , su especie no se limita solo á él , pues se ha hallado también en el nuevo. Hernández la ha observado en México, y Catesby en la Carolina. El difunto le Beau tra- xo de América muchas pieles de estas aves , que no son tan fuertes ni tan grandes como las nues- tras , y también se distinguen en que no tienen negro alguno debaxo de la garganta , la qual es del mismo color que el cuello : en que el pe- cho es de un pardo muy claro y casi blanqueci- no : en que el vientre , los costados y piernas tienen un matiz amarillo pálido : en que las cu- biertas inferiores de la cola son blancas : en que las guias y remos de las alas son de un cenicien- to obscuro , algo mas claro por las orillas exte- riores 3 y en que las excrecencias membranosas con que terminan varias plumas medianas de las alas son mas estrechas que las de los charladores de Europa. La mitad de las pieles que traxo Mr. Le Beau , no tenian en las alas ni rayas blan- cas , ni excrecencias encarnadas , sino que todas eran de un color. Esta variedad de este páxaro ha sido indicada por Catesby, tom. I. pag. y lm- 46. y por Brisson , tom. II. pag. 337. con el nombre de charlador de la Carolina. De todas las aves co- nocidas hasta ahora , solo una , que hace muy poco tiempo que lo es , tiene , como el charlador , algunas plumas terminadas con apéndices membra- nosos , y es el gallo de Caites , nuevamente traí- do de la India por Sonnerat 3 pero este tínico rasgo de semejanza entre estas dos aves , las quales se diferencian en todo lo demas , no es- tablece conexión alguna entre ellas ; y por otra parte , los apéndices membranosos no se advier- ten en las mismas plumas en ambas aves. Charlador de Bohemia, lam. zéi. Briss. tom. II. pag. 333. Vease Charlador. Charlador de la Carolina. Vease Charlador. CHARLADORCILlO. Vease Tirica. ** CHMJCHAU. Esta ave , que se halla en los territorios de Timaná, Neyba y Mariquita, en el nuevo Reyno de Granada , donde la dan este nombre , es del ta- C H E tamaño del carpintero copetón : tiene la cabeza pro- porcionada a su cuerpo , mas larga que ancha , y algo aplanada por encima , cubierta toda de plu- mas de un hermoso negro : los ojos son be- llos , y sus parpados están vestidos de plumitas de un azul celeste claro ; el iris es de color de plata bruñida , y la pupila de azul turquí : el pi- co corto , agudo , tendido , y de un ceniciento obscuro : su basa está cubierta de plumas negras, v mucho mas por la parte superior que por la inferior : los lados del pico son anchos , y sepa- rados por un lomito pequeño que le nace desde su basa : la lengua lineal , y aguda por su extre- mo : el cuello es erguido , y cubierto por encima, hasta los encuentros de las alas , de plumas de un negro claro , y por la garganta hasta el pecho del todo negras : el cuerpo , que es ancho por el pe- cho , y recogido por los hijares , está vestido por la parte inferior hasta el ano de plumas blancas, con visos de color amarillazo, ó mas bien de caña que tira á blanco : el lomo hasta la raíz de la cola es de un negro claro , y la cola que consta de doce plumas, del mismo color con visos de azul turquí , y las puntas pajizas : los muslos son de calzón entero , y de color de paja claro : las piernas , que son mas cortas que la cola , están cubiertas de escamas muy negras : los pies tienen quatro dedos separados , tres delante y uno atrás negros , armados de uñas del mismo color , cor- vas y muy agudas, y por la planta con unos lo- bos grandes : las alas son regulares , y recogidas mas cortas que los pies extendidos : sus guias por encima son de azul turquí , y por debaxo ne- gruzcas : las demás plumas por la parte interior son pajizas , y por la exterior de un negro claro. Habita en las arboledas de los jardines y huer- tos de las casas , y mas freqiientemente en los platanares , por alimentarse de su fruta. Anida en los arboles , y su postura , quando mas , es de tres huevos. La hembra se diferencia del macho en tener los ojos de un dorado bruñido , y la pupila azul turquí. **Chauchau montañés. Es idéntico á el anterior en el tamaño , pico, piernas , largo de las alas y cola , y solo se di- ferencia en el plumage , que es todo negro en el montañés. ** CHEUQUE O AVESTRUZ AMERICANA. Strutbio rea en Latin. Esta ave , cuya estatura es igual á la de qual- quier hombre , tiene el cuello de dos pies y ocho pulgadas de largo : la cabeza pequeña , redonda, y vestida de plumas : los ojos negros , con los parpados adornados de cejas : el pico corto , y casi tan ancho como el de los ánades : las piernas tan largas como el cuello : los pies divididos en tres dedos anteriores bien separados , y en uno posterior apuntado : la cola compuesta de plumas iguales y cortas , que le nacen del ovispillo. Sus alas tienen ocho pies de extensión ; pero inhábiles para el vuelo por la construcción de sus plumas , cuyas barbas no están unidas como en las demás aves , sino sueltas y flexibles. Estas plu- mas y las del lomo son cenicientas , y las de lo C H I 309 restante del cuerpo son blanquizcas : hay algunos negros del todo , y también blancos. El cheuqtte no tiene armadas de púas las alas, ni el esternón calloso , como el avestruz africa- no ; pero tiene la misma propiedad de devorar indistintamente quanto encuentra , no escapándose de su voracidad ni aún los pedazos de hierro, bien que las moscas son el alimento que mas les agrada , dándolas caza con una destreza singular: se defiende á coces de los que le persiguen ; y quando quiere juntar sus hijuelos , los llama con un silvido muy semejante al del hombre. Su pos- tura , que siempre es sobre la arena , consta por lo común de quarenta y sesenta huevos , muy sa- brosos , y tan grandes que caben bien dos libras de líquido en qualquiera de sus cascaras. Los na- turales aprovechan sus plumas para penachos , pa- rasoles , plumeros , &c, ** CH1LCA. El ave llamada cbilca por los Indios de Ney- ba , en el nuevo reyno de Granada, es descono- cida de las gentes por habitar siempre en los pa- rages nías despoblados é intrincados de los bos- ques cercanos á las lagunas ó quebradas , que lle- van mucha agua , en cuya profundidad se refugia al menor ruido de los cazadores , zabulléndose ó corriendo debaxo del agua hasta que conoce pue- de salir con seguridad , ó que no puede contener el resuello. Se ha experimentado que está mas de un quarto de hora dentro del agua ; y hay dos especies ó variedades : la primera , que tiene mu- cho mas vivos los colores , llamada chilla fina, y la segunda que los tiene mas baxos chilla parda. El alimento común de estas dos especies son las frutas silvestres y plátanos : su postura es por lo regular de dos huevos. ** Chuca fina. Tiene de largo , desde la punta del pico , has- tfl el extremo de la cola , doce pulgadas y una linea : la coronilla de la cabeza pelada , y cu- bierta de una piel azulada , y el resto de la ca- beza de plumas de azul turquí : los ojos son re- gulares , el iris pardo , y la pupila negra : el pico corto , agudo , y arqueado por la punta : el cuello es proporcionado, erguido, y cubierto por la parte superior de plumas de azul turquí , y la inferior del mismo color aunque mas obscuro : la capa del lomo es verdosa, y el pecho y vientre negros : las plumas del ano son blancas , y las de la cola negruzcas: los muslos negros y de me- dio calzón , y lo restante cubierto de escamas amarillas , lo mismo que las piernas , que son mucho mas largas que la cola : los pies tienen tres dedos largos delante , y uno atrás , todos separados y amarillos , cuyas uñas son largas , del- gadas , corvas y amarillas : las alas son regulares, y recogidas llegan sus puntas casi al extremo de la cola : Tas guias están bipartidas á lo largo , de un verde obscuro y de negruzco , y lo interior es aplomado : las demás plumas del ala son azules, solo las mas inmediatas á las guias que tienen en la punta una manchita blanca. La hembra solo se diferencia del macho en no tener estas pintas blancas , y ser toda la plu- ma azul Chil- CHO 3 10 ** Chilca parda ó MESTIZA. Es en un todo semejante á la anterior , solo el tener los colores mas baxos. Ignoramos el ge- nero de estas aves por no indicarle la relación donde se ha extradado este artículo. ** CHILLE Especie de Tordo. Vease Thili. CH1NQUIS O PAVON Tibetano. Briss. tom. I. pag. 294. Pavo pibetanus en Latín. Cbinquis en Francés. Chin-tchicn-lphi por los Chinos. Brisson que ha descripto esta ave, según un diseño hecho por Mr. poivre , la ha tenido por del "enero VII. de su método , y la ha llamado l>avon del Pibct , del nombre del país donde dice que se halla. El cbinquis es casi del tamaño de la ¡/intacta. La cabeza , el cuello , y la parte de arriba del cuerpo son de un gtis variado de pequeñas lineas negruzcas : la parte inferior del lomo y del ovis- pillo del mismo color, con lineas negruzcas, con pintas blancas , y con manchas grandes redondas de un azul resplandeciente , cambiante en color de violeta y dorado : las guias de las alas , y las cubiertas de encima de la cola , están también adornadas con manchas redondas de un azul igual- mente cambiante , sobre fondo gris interceptado de pequeñas rayas negras : sobre cada pluma gran- de de las alas tiene dos manchas , una enmedio y otra en la punta , colocadas un3 sobre otra ; y quatro sobre las cubiertas de la cola , colocadas, dos á una parte y dos a otra. Brisson no dice qual sea el color de la cola , porque sin duda, no se manifestaba en el diseño , y porque se supone en él , escondida baxo las cubiertas pro- longadas como en el pavón. El iris es amarillo, el pico ceniciento , los pies de gris , y las uñas negruzcas. En la parte superior de cada pie, tie- ne el macho dos espolones , de los quales el su- perior es mas pequeño. CHIRIVI por los habitantes de la jurisdicion de Popayan es el Cardenal copetón. Véase. CHIRIVIA. Lo mismo que Aguzanieve ó Pezpita. CHOA. Lo mismo que Chova. Choca, (.vol.) La cebadura ó gorga que se da al a\or , dexandole pasar la noche con la perdiz que voló. CHOCHA. Lo mismo que Chocha perdiz. CHOCHA PERDIZ. Lam, 885. Briss. tom. V. pag. i9z- Bel. Hist. nal. des Ois. pag. r-jz.fg.y pag. 273. Bel. Port.des Ois. pag. 52. Scolopax en Latin. Becassc en Francés. En Italiano , becassa , gallinella , gallina arriera, gallina rusticella , gallina salvalica , y pizpfiCtua en las cercanías de Parma y de Bolonia , &c. Accegia en Toscano , &c. Schnepff , grosser esebnepj}', &c. en Alemán. Slom\a en Polaco. Wood-cocl; en Inglés. Mormulla en Sueco. La chocha perdiz, es un ave de pasa 3 pero cn- CHO yos viages, harto ceñidos, se conocen muy bien: de las cumbres de las montañas altas, en las que pasa el verano , es de donde baxa a mediados de Oétubre á las llanuras , y de allí se esparce por nuestros bosques. Las chochas perdices , regularmente , llegan pol- la noche de una en una , y quando mas de dos en dos : algunas veces viajan durante el dia ; pero esto sucede quando está nublado , y el tiempo sombrio : se meten ó se paran en los matorrales y en los sotos , prefiriendo siempre los parages en que la tierra es hoxa , y está cubierta de las muchas hojas que han caido : se mantienen es- condidas mientras es de dia , y es muy difícil descubrirlas , lo que no se logra á no ser que los perros las hagan levantar : al anochecer salen por las orillas de los bosques , y buscan los claros, y los parages baxos y húmedos , y la orilla de los mares , donde encuentran con abundancia los gusanos con que se alimentan , y donde al mis- mo tiempo se lavan los pies y el pico que tie- nen llenos de tierra. El vuelo de las chochas perdices es rápido , pe- ro ni elevado , ni sostenido : al mover el vuelo baten las alas con ruido : van reblas ó encorva- das según el sitio de donde se levantan : se de- xan caer desde luego como una masa abandonada á su mismo peso , y después de su caida , corren con mucha velocidad : es verisímil que no vean muy bien mas que por la noche , ó por lo me- nos á una luz tenue, como la del crepúsculo : la conformación de sus ojos , su inacción mientras es de dia , y al contrario los movimientos que hacen por la mañana y tarde , todo manifiesta, que una luz escasa es la que les acomoda. Del conocimiento de sus hábitos , y principalmente del mudar de parage por mañana y carde con un ge- nero de inquietud , procede el armarlas muchas especies de lazos ó trampas de las que no pue- den escaparse. La chocha tiene un natural obtuso y cercano á la escupidéz: los antiguos creían que era inclinada en extremo hacia el hombre ; y se fundaban en el poco cuidado que tiene de evitar que la cojan, y en que se arriesga hasta meterse en los sotos , y en ¡os cercados contiguos á las habitaciones : su alimento consiste únicamente en los gusanos que coge metiendo la punta del pico dentro de la tierra floxa y húmeda , separando y apartando toscamente á un lado con el pico las hojas que están por tierra , y que cubren los gu- sanos que han salido de ella. Las chochas perdices que han baxado de las mon- tañas á las llanuras por el Oélubre , vuelven por Marzo á ocupar las alturas : marchan de dos en dos , hacen de noche su camino , y por la ma- ñana se paran en los bosques y matorrales para pasar en ellos el dia , descansar y buscar la co- mida. La mayor parte avanza Insta las montañas mas elevadas , y pasan en ellas el verano sobre las cumbres mas escarpadas: algunas se quedan en otros montes mas baxos como los Vosges y los de Borgoña , y algunas veces se nota también que no dexan los llanos , y que se dedican , mien- tras el verano , á aquellos cuidados que dimanan de la necesidad de la propagación. Las CHO Las chochas perdices hacen su nido en tierra: lo construyen ó forman de yerbas secas , y de rumitas , lo apoyan contra un tronco de un ár- bol , ó de una raiz bastante gruesa , y no lo trabajan con mucho arte : los quatro ó cinco huevos que hay en el nido son oblongos , algo mayores que los de las palomas , de un gris ro- sado , y tienen unas vetas mas obscuras y ne- gruzcas á manera del marmol. El padre y la madre cuidan igualmente de sus hijuelos , y mientras empollan , el macho permanece con fre- qüencia acostado inmediato á la hembra , y am- bos ponen reciprocamente su pico sobre la es- palda del otro , lo que quizás es para ellos un efeéto de complacencia. Nunca se oye su voz, excepto quando andan en zelo , ú están ocupa- das en empollar , y lo restante del ano enmude- cen. Los hijuelos dexan el nido , y corren de allí á poco que han salido de la cascara. La especie de la chocha perdis por lo común está muy esparcida , y se encuentra en las re- giones mas calidas , en las templadas , y en las mas frías del antiguo y del nuevo Continente. Los cazadores distinguen dos chochas perdices, una grande y otra pequeña; pero esta diferencia, que verisímilmente no consiste mas que en ser nuevas ó adultas , no la hay en los hábitos , ni en el plumage ; el qual no es muy extraño que varié , ni que pase a un blanco sucio , y á las diferentes mezclas de un blanco rosado mas ó menos obscuro. La carne de las chochas perdices pasa por man- jar delicado : es negra , algo firme , muy xu- gosa , y de un sabor y un husmillo bastante fuer- te. Tanto el olor como el gusto displace á los perros , que repugnan el traerlas á la mano , y no se les puede acostumbrar á ello , á menos que no sean de los que llaman barbudillos ó de aguas , pero todos rehúsan el comerla. (*) La chocha perdí es ave tan conocida, que su descripción solo serviria para alargar sin necesi- dad este artículo, precisamente largo por la mul- titud de objetos que debe contener. Es del ge- nero LXXVli. ; y me queda que hablar de ios medios de que se valen para la caza de las chocas perdices. En el bosque se cogen las chochas perdices con la lela , y con lazo en las orillas del agua. La tela ó pantera es una red por lo regular quadrada , y algunas veces de otra hechura , cuyas mallas no tienen el mismo diámetro en todas , ni la misma figura. En este artículo hablaré única- mente de la red de forma quadrada. Para cazar con ella se elige un claro de un bosque donde se advierte que hay dos arboles uno frente de otro , y á distancia de seis á ocho toesas : entre estos dos arboles , se limpia un pedazo de terre- no quadrado de cerca Ue seis toesas , sin dexar en él malezas ni plantas , ni tampoco piedra al- guna , de modo que quede perfectamente limpio y llano , y los dos arboles a las orillas. Se des- (*) En Fsnafh qualquier perro regular de caza de los que llaman perdigueros , trae las chohas perdkes a la mano sin repugnancia alguna por el mal olor ¿ y aunque alguno CHO 3 1 r nudan estos de ramas , y solamente se dexan dos correspondientes una en cada árbol , ambas in- clinadas hacia el espacio ó pedazo de tierra vacio que queda entre los dos troncos. En la extremi- dad de cada rama y en la parte de adentro del espacio vacio se pone un brazelete ó anillo de vidrio , y por medio de ellos se pasa una cuer- da bastante larga , que debe servir para lo que voy á insinuar. Dispuestas asi las cosas , se tiende la tela en el suelo enmedio de aquel espacio , y se atan dos de sus puntas con una cuerda , que se enrosca por cada parte en la inferior del tronco de los arboles que se prepararon y desmocharon para el intento. A las otras dos puntas de la tela , se ata la extremidad ó cabo de las cuerdas que pasan por medio de los brazeletes ó sortijas , se vuelven á unir los dos cabos opuestos de estas cuerdas sin atarlos , y se van alargando hasta que lleguen á una barraquilla ó choza que ha de haber á siete ú ocho toesas de distancia de la tela , y en pa- rage que corresponda a su centro. El cazador escondido en aquella choza , ti- rando las dos cuerdas á un misino tiempo , la levanta y la tiene asi hasta tanto que alguna cho- cha volando rastrera , como lo acostumbran , va- ya á dar en la tela : entonces el cazador afloxa las cuerdas , y el peso de la red , y el de las dos piedras ú otros cuerpos pesados que están en los dos ángulos anteriores baxo los anillos ó brazeletes , se llevan trás si la tela que envuelve y enreda á la chocha , y la hace caer juntamente con ella. El cazador corre inmediatamente á co- gerla , la estruja la cabeza entre ios dedos , que no le cuesta mucho trabajo : coge otra vez las cuerdas , y escondiéndose en la choza , vuelve á levantar la tela. La abundancia de caza pende mu- cho de la ligereza de estos movimientos , porque muchas veces se presenta una nueva chocha , an- tes de haber levantado la tela. Esta caza solo se puede hacer por la tarde durante los crepúsculos ; pero se saca bastante produéto , porque á veces se suelen coger doce chochas en media hora, y seiscientas ó setecientas en un otoño ó en un hibierno con sola una red de estas. Bandadas de perdices , ó de otros páxaros , y también conejos , zorras , y aún lobos suelen tropezar del mismo modo en la tela , y encon- trarse presos si afloxa las cuerdas el cazador ; por lo que debe estár siempre prevenido con algún arma conveniente para quando la casualidad con- duxese dentro de Ja tela un animal dañoso y ca- paz de defenderse ó de ofender. Por lo demás, esta caza , cuyo derecho únicamente pertenece á algunos señores feudales, tiene mejor exíto á pro- porción que los lugares en donde se hace abun- dan mas de maleza. El lazo para las chochas se compone de cinco ó seis cerdas muy largas y fuertes , con las que suela negarse á ello , lo misino executa con las perdices, codornices , Scc. lo que as un defecto. 3 1 2 C H O qué se hace un trencillo entretexiendolas unas con otras. En una de sus extremidades se hace una lazada detenida por un nudo escurredizo , y en la otra opuesta un nudo regular. Se toma un palo del grueso del dedo meñique ó auricular de cerca de un pie de largo : se adelgaza por una punta , se agujerea delicadamente por la otra , y por aquel agujero se atraviesa la extremidad del lazo por la parte del nudo, el que se dexa fut- ra del agujero , y se mete dentro del trencillo que el nudo no dexa deslizar. Preparados los lazos se llevan al bosque , y en lo mas espeso de los matorrales ó maleza se escoge un sino freqüentado por las chuchas ; lo que se conoce por las hojas que hjn revuelto para buscar debaxo de ellas los gusanos , y por su excremento , que es una cagarruta de gris, floxa y bastante ancha. Reconocido el terreno, con una porción de matas cortadas se hace en él un recinto ó cerca- do de quarenta á cincuenta pies de ancho, y de medio pie de alto : éste se compone de ramitas pequeñas hincadas en el suelo , bastante inmedia- tas unas á otras para impedir y cerrar el paso á una chocha perdí": de trecho en trecho del cerca- do ó recinto, se dexa un boquete ó salida, de- lante de la qual está hincada en tierra la estaquita que tiene el lazo , y que deberá estar acostada y llana en tierra horizontalmente. Metidas ya las chochas dentro de la cerca y no encontrando que comer , desde luego buscan por donde saín , di- rigiéndose hácia los boquetes , donde quedan agarradas por las patas en los lazos , y se en- cuentran allí por la tarde y por la mañana, que son las horas en que se va a visitar el cercado para coger la caza que está presa. Chocha eeanca. Vease Chocha perdiz. Chocha (grande). Vease Chocha perdiz. Chocha (pequeña). Vease Chocha perdiz. Chocha de mar. Vease Ostrero. Chocha de las Sabanas. tara. 895. La chocha de las sabanas se encuentra en la Cayena , donde es muy común , y aunque muy semejante á la chocha perdis , es cerca de un ter- cio mas pequeña , y tiene mas largo su pico. Sobre la cabeza se notan cinco rayas negras, una en la coronilla , y otra en cada lado encima del ojo : las dos primeras rayas se extienden de delante hácia atrás de la cabeza , y la tercera solo se dirige desde el ángulo de las dos partes del pico al ojo 5 lo demás de la cabeza es rosa- do : lo alto de la garganta blanquizco : el cuello , y todo lo de encima del cuerpo está va- riado de un pardo negruzco y rosado : lo pardo esta puesto á la larga enmedio de las plumas, cu- yas 01 illas y extremidad son rosadas ; y la parte de abaxo del cuerpo es de un pardo rosado me- nos obscuro que el lomo , y pintada con unas bandas negruzcas y transversales. Las chochas de las sabanas jamás se internan en los bosques : habitan en los parages mas baxos de ellos ó en las praderas : anidan alii sobre los cerros dentro de agujeros guarnecidos de yerbas secas, y tan solo ponen dos huevos ; bien que ponen CHO muchas veces. En las estaciones lluviosas van su- biendo á lo mas elevado de las sabanas, y vuel- ven á baxar al paso que las aguas se retiran : re- gularmente van de dos en dos , y alguna vez tres : andan mas de noche que de dia , y en esto semejan a nuestras chochas perdices , como también en la mayor parte de los hábitos y cos- tumbres , pero se diferencian en alejarse de los bosques y matorrales , y su carne no es inferior á la de la chocha perdí\ de Europa. C jen. LXXV1I. CHORLITO. Fluvier en Francés. Los chorlitos son aves de pasa ; y conocidas según el orden metódico por los curaétéres si- guientes: Tienen tres dedos delante sin membranas , y ninguno atras : la parte inferior de las piernas sin plumas. El pico derecho , corto é hinchado por la punta. Componen el genero LXIX. del método de Brisson. Los chorlitos llegan por las primeras lluvias del otoño, de lo que procede el que algunos los llamen pluviales : vuelan en bandadas muy numerosas , y quando están en el ayre se colocan en linea rec- ta, y si son muchos forman dos ó mas paralelas según el número de individuos : estas lineas siem- pre ocupan una frente muy dilatada. Descienden á los terrenos baxos, húmedos y pantanosos, donde se alimentan de lombrices que crian la humedad y la lluvia , y que estas aves echan fuera con sus carreras y continuo pasear, agarrándolas al salir del agujero : mientras que continúan las lluvias suaves hallan un alimento abundante , están gordas , y no se alejan ; y so- lo pasan de un campo á otro , porque por su gran número agocan prontamente los víveres que pueden hallarse en un mismo lugar : quando ¡os chorlitos se ocupan en buscarlas , siempre queda uno de centinela, que en caso de necesidad hace señal á toda la tropa con un grito agudo : en- toriles permanecen muy inmediatos unos a otros; pero por la noche se separan y reducen á muy cortos espacios para pasar la noche á ciertas dis- tancias unos de otros : por la mañana muy tem- prano el que despierta primero avisa á los de- más con un grito de reclamo, é inmediatamente se juntan. Sin embargo , quando á las lluvias del otoño suceden los yelos del hibierno , y la tierra co- mienza á cubrirse de nieve , dexan los chorlitos nuestras provincias para pasar á regiones mas me- ridionales; pero no todos se van, sino que siem- pre quedan algunos que entonces están flacos y extenuados. Por la primavera en los meses de Marzo y Abril se ven pasar los chorlitos , que se retiran hacia las partes septentrionales de Europa para pasar el verano, y hacer en ellas su cria. El genero de estas aves no soio pertenece á ambos Continentes , sino que se hallan en am- bos varias especies que son las mismas , y también de pasa , cada una en el Continente donde ha nacido, como expondremos mas adelante. La CHO La carne de los chorlitos es tenida por un buen manjar , aunque no para el gusto de todos, por tener un olor demasiado fuerte , y un sabor particular. Sin embargo los cazan de varios modos como cosa estimada. Cazanse con red y escopeta ; pero de ambos modos se necesita de rulamos 'vinos , de súme- los , y de ¡ eclamo artificial : los reclamos vinos son el a ve fría que se ata con un bramante para ha- cerla volar quando es necesario. Estas aves son úti- les para esta caza , por ser mas fáciles de alimen- tar y de conservar que los chorlitos , con los quales se mezclan á menudo. El señuelo , que es un chorlito muerto , se po- ne en el suelo sostenido de un palo. El reclamo artificial imita el grito de los chor- litos ó el de las aves frías. Para reclamar el pri- mero , se usa de un reclamo hecho con el hueso de la caña de una cabra de tres pulgadas de lar- go , y cortado transversalmente por ambas puntas: uno de los extremos se tapa con cera , se ha- cen tres agujeros en lo largo del hueso , uno de ellos junto al extremo tapado , que es por don- de se sopla : otro perpendicular al primero y re- dondo , en el qual se mete una pluma de escri- bir ; y el tercero al extremo opuesto , mayor que los otros dos , y colocado en el lado del hueso. El reclamo para imitar el canto del chorlito es un palo de tres pulgadas de largo, un poco mas delgado que el dedo meñique , hendido hasta su medio , y por la hendedura se mete un pedazo de hoja de yedra 6 de laurel. Las redes que se usan para la caza de los chorlitos se tienden en los prados , sobre los tri- gos , en los llanos , y generalmente en los para- ges apartados de los bosques , árboles y mator- rales. También se cazan en los mismos parages con escopeta ; y para que esta caza sea abun- dante , es preciso que vayan varios cazadores , y que se sirvan , como quando cazan con red , de reclamos vinos , de artificiales y de señuelos. Se cubren con algunas ramas que se hincan en tierra , y que sin trabajo se puedan transportar de un parage á otro. Después de haber colocado los reclamos y los señuelos , se retiran baxo las ramas , donde esperan que se descubra alguna bandada de chorlitos que vuele en las cercanias: luego se' los atrae con la voz del reclamo , y con los movimientos que se hacen hacer á los recla- mos vinos y á los señuelos , por medio de las cuer- das con que están atados. A esta voz, y a estos movimientos baxan los chorlitos , y entonces uno ó dos cazadores salen por el lado opuesto, y an- dando poquito á poco se acercan por detrás has- ta ponerse á tiro; y en descargando salen los de- más cazadores y tiran a la bandada al tiempo de levantar el vuelo. De este modo se matan un número de chorlitos proporcionado al de los ca- zadores , y siempre bastante considerable por ser las bandadas crecidas. Después de los primeros tiros se muda de lugar , llevando consigo las ramas y demás co- sas necesarias para hacer uso de ellas a cierta distancia. Historia Natural .Tom. t. CHO 313 También se puede tirar á los chorlitos por la noche ; pero es preciso que vayan muchos caza- dores juntos y lleven luz : luego que los chorli- tos la ven, se estrechan unos con otros: entonces los cazadores se acercan á tiro , y sin hacer el menor ruido , disparan todos á un tiempo. Tam- bién se cogen de noche con la calderuela , lle- vando teas ó hachas encendidas. La caza de los chorlitos dura desde últimos de Septiembre hasta fines de Marzo ; pero á su lle- gada á últimos de Septiembre , y á su partida en el mes de Marzo es mas abundante. Los frios largos y rigurosos son contrarios á esta caza , y el tiempo suave y lluvioso favorable ; pero un frió moderado no perjudica. Hanse atribuido sin fundamento algunas propie- dades medicinales á la carne del chorlito , la qual no tiene otro mérito que su delicadez y sabor. Chorlito (grande). Vulgarmente Zarapito de tierra. Lam. $ 1 9. Bkiss. tom. V pag. 76. lam. Vil. fig. 1. Gen. LXIX. Bll. Hist. nat. des Ois. pag. y lam. 159. Bel. Fort . des Ois. pag. 57, Charadrius en Latin. P! unicr ( grand ) en Francés, Cone\ en Italiano. 'hiel en Alemán. Stom curh w en Inglés. El chorlito grande es el ave que se oye en ei campo por la tarde en el verano y á principios del otoño , y aquella que parece que repita sin cesar la palabra curli , ó mas bien tarlui : empie- za á piar al ponerse el sol , y no lo dexa en toda la noche. Es del tamaño de un polluelo : tiene quince pulgadas y nueve lineas de largo : veinte y seis y seis lineas de vuelo , y sus alas recogidas lle- gan al ultimo tercio de la cola : la cabeza , lo superior del cuello , el lomo y el ovispillo están variados de pardo , de gris leonado y de leona- do puro : el color pardo pinta el centro de las plumas , y los otros dos colores las orillas : las plumas escapularias , y las cubiertas superiores de la cola tienen los mismos colores : en cada lado de la cabeza se notan dos rayas de un blanco leonado , una encima del ojo , y otra debaxo: la garganta es blanca, con una ligera tinta de leo- nado : la delantera del cuello y el pecho están variadas de pardo por el centro de las plumas, y de leonado por ios lados : lo inferior del pe- cho, lo alto de las piernas y el vientre son blan- cos : las cubiertas inferiores de la cola leonadas: las guias de las alas negruzcas , y mas ó menos variadas de blanco , cuya repartición de colores no puedo referir circunstanciadamente ; pero el leélor que gustare podrá averiguarlos pluma por pluma en la obra de Brisson : el ala recogida, exceptuando los cuchillos maestros y guias , pare- ce de los mismos colores que lo superior del cuerpo, mas con la añadidura de una banda an- gosta que lo atraviesa , la qual es de un blanco que tira á leonado : las plumas grandes de la cola también están variadas de gris y pardo , de modo que para cada par de plumas seria necesaria una Kr des- 3*4 descripción , que en la citada obra C ÍI O el lector podrá ver igualmente de Brisson : los ojos son muy grandes y saltados , y el iris y los parpados ama- rillos: debaxo de cada ojo se advierte un espacio desnudo de un amarillo verdacho : el pico es de este ultimo color , y negro por la punta : la par- te desnuda de las piernas y los pies son de un amarillo verdoso , y las uñas negras. Un caraéter propio de esta ave es el tener lo inferior de la tibia , y lo alto del hueso del pie muy gruesos, de suerte que parecen hinchadas estas partes. Los chorlitos grandes ó garapitos de tierra son aves de pasa : llegan á principios de la primavera, y se fixan en los terrenos secos y pedregosos, en los baldíos y rastrojos : prefieren las lomas y cuestas , y se sustentan de langostas , de grillos, y de otros diferentes inseétos : durante el dia per- manecen escondidos y agazapados contra la tierra; pero al ponerse el sol se ponen en movimien- to , y desde este instante empiezan á llamarse y á piar sin dexarlo en tod3 la noche , especial- mente en las hermosas de verano : quando se les sorprehende , corren con suma velocidad ; y su vuelo es baxo y no muy largo : son aves muy ariscas : hacen su nido entre las piedras en algún hoyo ó agujero que forman escarvando ; y la hembra , quando mas , pone dos ó tres huevos. Un observador que ha seguido la historia de estas aves en Malta , pretende que en aquel país hacen dos posturas , y que la hembra empolla treinta dias : el incremento de los poliuelos es muy len- to , ó por mejor decir muy tardo el desarrollo ó desenvolvimiento de las plumas : de modo que ya están igualados , y casi han acabado de crecer, y todavía no pueden volar , por no haberles sa- lido las plumas de las alas ; pero en este estado corren velozmente : asi se hallaba un chorlito nue- vo que me regalaron á principios de Septiembre, y que se cogio en las inmediaciones de París. Por Noviembre se retiran estas avesá los climas mas cá- lidos; peio aún en el verano no penetran mucho en el Norte. Linnéo y demas autores que han es- crito de las aves australes no las han comprehendido en el número de las que habitan aquella región. Chouliiu andrajoso. Chorlito de la costa de Malabar, l.am. 8 So. Viene á ser del tamaño del chorlito dorado, pero mas alto de piernas : una membrana amari- llaza que nace de la raiz del medio pico supe- rior , cubre lo anterior de la frente, y se dila- ta en punta por los lados , separándose por de- baxo del medio pico inferior : la coronilla de la cabeza es negra , con una orla blanca y estre- cha : el cuello , y todo el lomo , inclusas también las cubiertas superiores de las alas , son de un gris pardo , mas claro por lo anterior del cueilo : el pecho , y lo inferior del cueipo son blancos ; y las guias mayores de las alas negras: enmeuio del ala tiene una banda transversal blan- ca : la coia por encima es de un gris pardo en los dos tercios de sa longitud , luego la atraviesa una banda ancha negra , y termina en una raya blanca muy estrecha : el pico , la parte desnuda de las piernas , y los pies son amarillos ; y la punta del pico y las uñas negras. Gen. LXIX. CHO Choriito armado de la Cayena. Lam. 83 3. Su tamaño viene á ser como el del chorlito dorado : la delantera de la cabeza, y las mcxillas son negras : este color se extiende hacia atrás, cu- bre todo lo superior del cuello , y luego tuerce hacia adelante por lo inferior de él , donde for- ma un semicollar ancho : en lo posterior de la cabeza se le nota una especie de solideo de co- lor gris , separado , por una banda circular y blanca , del negro que rodea lo restante de la cabeza : el lomo , y las cubiertas superiores de las alas sen de gris : las plumas escapularias , y las guias de las alas negras : las reéirices pardas: el ovispillo , la garganta , la delantera del cue- llo , el pecho , y lo inferior del cuerpo blancos: la cola blanca hasta la mitad , y lo restante ne- gra : en el encuentro del ala tiene Un espolón ó púa : el pico es negruzco : lo desnudo de las piernas y los pies amarillazos , y las uñas negras. Gen. l XIX Chorlito armado de! Senega!. Lam. 801. Briss. tom. V. pag. 86. Véase Chorlito con ayron. Chorlito con ayron. chorlito amado del Senegal. Lam. 801. Briss. tora. V. pag. 86. lam. VII. fig. 2. Gen. LXIX. Ls casi del tamaño del chorlito dorado , pero mas alto de piernas : su longitud , desde la punta del pico a la de los pies , es de doce pulgadas y dos lineas : tiene dos pies de vuelo , y sus alas recogidas son quatro lineas mas largas que la co- la : lo superior de la cabeza , la garganta , y lo alto del cuello son de un negro muy hermoso: las plumas del colodrillo son estrechas , largas , y forman un moño de una pulgada y nueve lineas de largo : lo posterior del cuello , el lomo , y el ovispillo son de gris , como también las plu- mas escapularias , las mexillas , los lados , y la delantera del cuello : el pecho , y todo lo infe- rior del cuerpo de un blanco leonado : enmedio del vientre tiene una mancha negra en forma de media luna : las guias y cuchillos de las alas son negros : las plumas medianas de un blanco leo- nado por su nacimiento , y negras por su extre- midad : las quatro mas inmediatas al cuerpo de gris : la cola de un blanco leonado , terminada en negro ; y el pico , lo desnudo de las piernas, los pies y las uñas negras. Hacia el pliegue del ala tiene una púa ú es- polón de substancia cornea , negro , fuerte , y de seis lineas de largo. Este chorlito no solo se halla en el Senegal , sino también en Alepo , y en casi toda la costa de Africa de donde le tra- xo Mr. Hollande. Chorlito con collar. No hay ave alguna que esté mas esparcida por todas parces que este chorlito : no solamente se halla en ambos Continentes , sino en todas las provincias de uno y otro , en la zona tórrida, en los paises templados, y en los climas mas he- lados y rigurosos : no porque esta ave subsista á un mismo tiempo en regiones tan opuestas , sino porque pasa alternativamente, según el orden de las estaciones, viajando en el mismo Continente del Norte al Mediodía, y del Mediodía al Norte. To- CHO Todos los Ornitologistas concuerda!) en que hay un chorlito con collar grande, y otro pequeño, ti Conde de Buffon admite en este genero una casta grande y otra pequeña ; cuya principal dife- rencia consiste- en el tamaño , porque en la plu- ma la hay muy poca : sin embargo , pues , de inclinarme a creer que los dos chorlitos grande y chico son una variedad de la misma especie , de- bida á la influencia de los climas donde han na- cido , me cenformaré con el uso recibido , y haré la descripción de ambos. CHORI.no CHANDE CON COELAR. Larri. 9iO. Briss. tom. Vi fag. 6o. lam. V. fig. i. Gen. LX1X. Es un poco mayor que el ^or^al : su longitud de siete pulgadas y tres lineas , y su vuelo de ca- torce pulgadas y seis lineas : las alas recogidas llegan hasta la punca de la cola : la frente es de un blanco sucio : lo superior y posterior de la cabeza , el lomo , el ovispillo , las plumas esca- pularias , y las cubiertas superiores de la cola de un gris pardo : las mexillas de este ultimo color, y la garganta blanca : en la parce superior del cuello tiene un collar del mismo pardo , y en la inferior otro negro y mas ancho , el qual des- ciende por lo alto del lomo y pecho : éste y lo inferior del cuerpo son blancos : las guias de las alas de un pardo negruzco : las plumas me- dianas blancas , terminadas del mismo pardo : las dos del centro de la cola en su primer tercio son de un gris pardo , en el otro negruz- cas, y en el ultimo, ó por la punta de un blan- co sucio : las dos mas exteriores de cada lado son blancas , y las intermedias pardiblancas , con el extremo blanco: el pico y las uñas negras, y lo desnudo de las piernas y los pies roxos. CHORI.no PEQÍIEÑO CON COLEAR,. Lam. 911. Briss. tom. V. fag. 63. lam. V. fig. z. No es tan grande como el anterior , y su total longitud llega á seis pulgadas y quatro li- neas , con catorce pulgadas de vuelo : en la fren- te tiene una lista negra muy estrecha , que se extiende por los lados de la cabeza desde los án- gulos del pico á los oidos , pasando por encima de los ojos , forma detrás de la cabeza una ban- da negra transversal : lo restante de la cabeza es de un gris pardo : la garganta , y lo alto del cuello de un blanco que forma un collar , deba- xo del qual hay otro negro mas ancho : el lomo, el ovispillo , las plumas escapularias , y las cu- biertas superiores de la cola son de gris pardo: el pecho , el vientre , lo alto de las piernas , los costados , y las cubiertas inferiores de la cola de un blanco hermoso : las guias mayores ó cuchillos de las alas pardos : las plumas medianas blancas en su nacimiento y en la mayor parte de su lado interior , y lo restante de un gris blanco , cir- cuido de pardo: las cinco mas inmediatas al cuer- po del mismo color que el lomo : las dos plumas del centro de la cola de un gris pardo : las tres siguientes del mismo color , con el extremo blan- co : la mas exterior de cada lado enteramente blanca , con una mancha negra en un lado , y hacia los dos tercios de su longitud : el pico dí Historia Natural-. Tan» l. CHO 31- color de naranja, y su punta roma: la parte des- nuda de las piernas y los pies también anaranja- dos , y las uñas negras. Por mucho cuidado que se ponga en descri- br ir los chorlitos con collar grande y pequeño , casi siempre sucederá , que , haciendo comparación de las descripciones de varias aves de las mismas dos especies , se notaran algunas diferencias ; lo que nace de que el plumage de estas aves es muy propenso a variar , ya por la amplitud , ya pol- la disposición misma de las pintas : no pudiendo, pues , dar una idea fixa y precisa de los dos chorli- tos con collar , seria superfluo describir los despo- jos ó pieles de los que nos han traido de dife- rentes climas ; asi que , basta haber dicho que estas aves se han haliado en todas las regiones conocidas. Los chorlitos con collar viven á la orilla del agua , y principalmente en las riberas del mar: coiren por la playa con mucha velocidad , y de quando en quando dan unos vuelos de corta ex- tensión ; son nuiy comunes en el verano en In- glaterra , y mucho mas en Suecia , en la Lapo- nia , &c. También se ven en Francia en las cos- tas de Normandia y Picardía : dicen que no cons- truyen nido alguno , sino que la hembra pone en la arena en algún hoyo que se halla al abrigo de alguna peña salediza : los huevos son verdosos con pintas pardas. En el hibierno se van de nues- tras regiones , y pasan sin duda a países mas templados. En las remesas de pieles que envian de la Guayana suelen venir algunas de estos chorlitos con collar : de Siberia he recibido también muchos de ellos : Sonnerac los ha traido de varias partes de la India Oriental , y del Cabo de Buena Es- peranza: Mr. Holiande de Egypto, y de las cos- tas de Alrica; y estas mismas aves se dexan ver en las costas de Picardia y de Normandia por la primavera y otoño. Algunos individuos remi- tidos de estas diferentes regiones, y colocados en mi colección unos junto á otros , son tan seme- jantes entre sí , que quasi no se puede dudar de la identidad de la especie de estas aves en todos los paises referidos. Chorlito (grande) con collar. Vease Chor- lito CON COLLAR. Chorlito (pequeño) con collar. Vease CHOR- LITO CON COLLAR. Chorlito con collar de Santo Domingo. La- min. a 8 6. Briss. tom. V. fag. 70. Vease Kildir. • Chorlito coronado. Chorlito del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 800, Este chorlito , que se halla en el Cabo de Bue- na Esperanza , es uno de los mayores de su ge- nero : tiene un pie de largo ; las piernas mayo- res que las del chorlito dorado , y de color de orin: la cabeza pintada de negro , y dentro de este color una banda blanca que la rodea toda, y forma un3 especie de corona : la delantera del cuello de gris : el vientre blanco : la cola del mismo color , cortada por medio con una faxa negra : las guias del ala negras : las cubiertas grandes de la misma blancas ; y todo el lomo pardo , con visos verdosos y purpurees, Rr i Es- 3 1 6 CHO Esta descripción esta copiada de la obra del Conde de Bullón , quien ha dado á conocer esta especie de chorlito , G en. LXIX. Chorlito chutado. Bkiss. tom. V. pag. 34- Gen. LX1X. Hdw. tom. i. pag. y lam. 47- Es mayor que el garapito 3 y su longitud de diez pulgadas : tiene lo superior de la caDeza cu- bierto de plumas de un negro mezclado de ver- de , algunas de las qualcs son de una pulgada de- largo , y forman un penacho ó moño : las me- xillas y los lados del cuello son blancos : la par- te posterior de éste , y todo lo superior del cuerpo de un castaño obscuro : la garganta , y ia delantera del cuello negras ; el pecho de un ne- gro violado: lo alto del vientre negro, y lo res- tante de lo superior del cuerpo blanco : las guias grandes de las alas negras , y las medianas ele un castaño obscuro : la cola blanca hasta el ultimo tercio de su longi.ud , que es negro : el pico del mismo color 3 y la parte desnuda de las piernas, los pies , y las uñas de un pardo obscuro : en el encuentro del ala tiene una púa o espolón 3 y la hembra tiene el cuello enteramente blanco , y el plumage sin ningún viso. Chorlito de la costa de Malabar. Lam. S80. Vease Chorlito andrajoso. Chorlito del Cabo de Buena Esperanza. La- mín. 800. Vease Chorlito coronado. Chorlito del Senegal. Lam. 834. Vease Chor- lito peynado. Chorlito dorado. Briss. tom. V. pag. 43. lam. IV.fig. 1. Gen. LXIX. Bel. Hist. nal. des Gis. pag. x6o. Pluvier doré en trances. Viviera en Italiano. Pulvier , pulvír , pnhos^ , see taube , &e. en Alemán, Aoferhoeng en Sueco. Orcen plover en Iagiés. El chorlito dorado es casi del tamaño de una tórtola : desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo diez pulgadas y tres lineas : ele vuelo un pie, seis pulgadas y ocho lineas 3 y sus alas plegadas llegan a la punta de la cola. Lo su- perior de la caueza y del cuerpo , y lo posterior del cuello esta mas o menos sembrado por la orilla de las plumas de manchas redondas de co- lor de oro sobre un fondo gris pardo : el cer- co de los ojos es blanco : las mexillas , y los lados del cuello están variados de pardo y de un amarillo sucio : la garganta es blanquizca , con algunas pintas de gris pardo : la delantera del cue- llo del mismo color , mas claro en la orilla ó borde de las plumas , y variado de pequeñas pin- tas de un amarillo cárdeno : el pecho esta mati- zado de los mismos colores , pero con algo mas de amarillo , especialmente sobre los lados : el vientre , y lo abo de las piernas son blancos: las guias de las alas de un ceniciento cla- ro por debaxo , de un pardo lustroso por en- cima , y su canon blanco hacia la extremidad: las plumas medianas están ademas circuidas de blan- co hacia la punta , y las mas inmediatas al cuer- po son negruzcas con manchas amarillas : ia cola CHO es negruzca , con listas transversales y obliquas de un blanco amarillazo : el iris de un roxo obs- curo 3 y el pico , la parte desnuda de las pier- nas , ios pies y las unas negruzcas. Hay algunos chorlitos , en cuyo plumage se hallan esparcidas mayor número de pintas , y en los que el amarillo dorado es mucho mas vivo, de suerte que al lado de estos parecen los otros del codo de gris 3 y también los hay que tie- nen en el vientre algunas plumas de un negro mas o .menos obscuro : siendo muy difícil de ave- riguar la causa de estas variedades , que en mi juicio se deben atribuir a la edad. Brisson , Sdm encfel y Kzaczynski , siguiendo a Gesnero , hablan de una variedad en la especie del chorlito , que Brisson tiene por especie dis- tinta , y la da el nombre de chorlito dorado pe- queño , tom. V. pag. 47 Se diferencia del chorlito dorado en ser algo mas chico , y en tener la garganta , la delantera del cuello , y todo lo inferior del cuerpo blan- co : las guias de las alas bipartidas a lo largo de negro y blanco 3 las plumas medianas pardas del todo : lo inferior de las piernas y de los pies de un amarilazo obscuro. < Por ventura este chorlito, tan poco conocido, forma una especie separada, ó no es mas que una variedad? Este ultimo dictamen parece tanto mas fundado , quanto Gesnero es tal vez el único que la ha visto. No sucede lo mismo con el chorlito que se halla en la Guayana , el qual tiene tanta seme- janza con el nuestro , y las diferencias del plu- mage que los distinguen son tan leves , que am- bos se pueden mirar como variedades producidas por el clima. Yo creo que este chorlito de la Gua- yana y el de Santo Domingo de Brisson , tom. V. pag. 48. lam. VI. fig. 1. son uno mismo. Si se des- cribiesen con tanta exactitud y tan por menor tres chorlitos de nuestro pais , cogidos casualmente , se hallaría entre ellos tan grandes diferencias como entre el nuestro y los observados en la Guayana, V en Santo Domingo 3 pero no solo se halla nuestro chorlito en este nuevo mundo , sino tam- bién en la China de donde me lo han enviado, y Sonnerat le traxo de ¡a India Oriental ; de mo- do que el genero de esta ave está esparcido por toda la superficie del globo : sin embargo no se ha de creer que la recorre toda cada ano ; los chorlitos van, en Europa, del Norte al Mediodia sin internarse mas adentro , y lo mismo hacen en Asia y en América : en cada una de estas par- tes del mundo pasan desde los paises meridiona- les á las regiones del Norte durante el verano, internándose mas o menos en el medio dia á proporción del rigor de los hibiernos. Chorlito dorado (pequeño), Bkiss. tom. V. pag. 47. Vease Chorlito dorado. Chorlito dorado de garganta negra. Briss. tom, V. pag. 5 1. Gen, LXIX. Es casi del tamaño del nuestro 3 y su pluma- ge solo se diferencia en las partes superiores3 pero tiene la garganta, la delantera del cuello , el pecho , y todo lo inferior del cuerpo negro : una linea blanca que pasa por la fíente y los ojos, desciende a lo largo del cuello por ambos lados, y CHO y rodea la parte inferior , formando en ella una especie de collar ; las guias de das alas son de un negro obscuro , y las rectrices están raya- das transversalmente de pardo y negro , como también las plumas grandes de la cola. Esta espe- cie remitida de la Bahia de Hudson a Edwars, es común en el Norte de Europa ; y Einnéo la cuenta en el numero de las aves que se hallan en Suecia. En los países del Norte freqüenta los mismos parages que el dorado , pero sin mezclarse jamas con él. Chorlito dorado de Santo Domingo, Briss. tora, V. pag. 48. Vease Chorlito dorado. Chorlito peynado. Chorlito del Senegal. Larn. 834. No es tan grande como el chorlito dorado, y es una especie nueva enviada del Senegal. Una membrana de un amarillo baxo , perpendicular al pico , cubre lo anterior de la frente , y de cada lado de ella sale un vastago ó ramal estrecho que llega hasta los ojos : la coronilla de la cabeza , la garganta , las mexillas , y lo alto de los lados del cuello es todo negro : las plumas de la coronilla ó cerviz son largas , estrechas , y forman un pe- nacho caido hacia atras : lo posterior de la ca- beza es blanco ; lo superior del cuello , y todo el cuerpo de un gris bermejizo ; y la delantera del cuello , el pecho , y todo lo inferior del cuerpo blanco : enmedio del cuello tiene algunos lunares negros , estrechos y oblongos : las guias de las alas son negras , las plumas medianas de un gris bermejizo : la cola de este mis-> rno color , con el extremo negro : el pico ama- rillazo , y su punta negra : lo desnudo de las pier- nas y los pies de color de carne ; y las uñas negras. Gen. ix.x. ** CHORAY O PAPAGAYO DE PASA de Chile. Psktacus chorxHs en Latín. Es del tamaño de una tórtola , y su cuerpo por la parte superior verde , y por el pecho y vientre ceniciento : la cola es proporcionada á su tamaño : habla con mas facilidad y mejor que los demás papagayos. El estío le pasa en las cordille- ras de los montes , y el hibierno baxa a los llanos. CHOTACABRAS. Véase Papavíento. Chotacabras del Brasil. Vcase Goiraqcierea. Chotacaeras (grande) del Brasil. Briss. tom. II, fag, 485. loase Ieijau. Chot acaeras manchado del Brasil. Vease Ibitaui Chotacabras Roxo de la Guayana. , Sapo 'volante o chotacabras >0x0 de la Guayana, Lam. 733. Caprimulgus Guayanensis rttbrus en Latin. . Montvoyan de la Guiane en f rancés. Su tamaño viene a ser como el de nuestro papaviaito ó sapo 'volante ó quizas algo mas peque- ño : todo su piumage está variado de negro so- bre fondo leonado : lo superior de la cabeza es de este color ; pero nías pardo que roxo , con al- gunos rasgos negros oblongos : lo superior del cue- llo , el lomo , y las cubieitas superiores de las alas están variadas de negro , que circuye bas- tante la punta de las plumas sobre fondo leo- C H O 3 1 y nado obscuro : lo inferior del lomo , el ovispi- lio , y las cubiertas superiores de la cola están mezcladas de negro en rayas mas angostas , so- bre un fondo mas claro : la garganta es blanca, y lo inferior del cuerpo cortado transversalmente de negro sobre fondo roxo mas claro que el del lomo : las guias grandes de las alas son ne- gras , cortadas transvcrsalmente de blanco por algo mas abaxo de la mitad de su longitud , lo qual forma una mancha transversal : hacia el plie- gue del ala hay también algunas plumas blancas: las plumas de la cola están variadas confusamente de negro y de leonado : las dos mas exteriores de caaa lado son de un blanco sucio : el pico negruzco , y los pies de color de gris. Hallase esta ave en la Guayana , donde la llaman mont- toyatt , porque dicen que su canto expresa estas tres silabas con harta claridad. Gen. XXIX, CHOVA, (la) chontas en francés. Brisson ha encontrado tantas relaciones entre los caraélérus aparentes de las chovlts , grajos, cuervos y cornejas que los ha reunido en el mismo genero que es el XIV. de su método ; y Mont- beillard ha llevado mas adelante el paralelo , y ha comparado sus hábitos ó propiedades. De este examen , el mejor que puede hacerse para cono- cer bien los animales , resulta el acercarlos ó alejarlos seguramente unos de otros, por lo que las chovas son en alguna manera unas cornejas cuvo modelo tiene mas débiles proporciones. Es tal” la paridad entre estas especies , que lo mismo que hay tres cornejas distintas , una negra , otra ceni- cienta , y otra calva ; hay tres chovas una negra, otra cenicienta , y otra calva. Las semejanzas relaávas á los hábitos no son menos entre las chovas ó grajos y las co, rujas , que las relaciones en la forma y en los colores del piumage , y cada especie de chovas se acerca á la especie correspondiente de Corneja por aquellos rasgos que la hacen diferenciar de las otras -cho- vas y de las otras cornejas ., dtí mismo modo que estas ultimas tienen entre ellas algunas propiedades diferentes que las distinguen. Las chovas son aves de pasa como la corneja con manto y la triguera ; pero con esta diferencia, que por el verano se queda un número harto cre- -cido de ell«s en los mismos lugares donde han pasado el hibierno : vuelan en bandadas numero- sas lo mismo que la corneja tdgi.cta ; y por el ve- rano forman una especie de poblaciones compues- tas de nidos casi amontonados sobre un mismo árbol ; y sin embargo prefieren las torres y los edificios arruinados donde siempre apetecen esta- blecer su mansión, Se les concede la misma cons- tancia y la misma fidelidad en su unión ó casa- miento que a las otras cornejas 3 el mismo apego y la misma vigilancia para con sus hijuelos , pe- ro empollan todos los años dos veces , y en cada una de ellas cinco ó seis huevos verdosos , con algunas pintas pardas. Su alimento regular consis- te en diferentes granos , en bayas , en frutas y en inseéios : se diferencian de las cornejas en que no tienen el habito de tirarse á las carnes corrom- pidas , pero sí la misma pasión á los huevos , y en g 1 8 C H O en particular á los de perdiz; y su grito es mas aorio y mas penetrante que el de las cornejas. Las chovas , que pasan de un pais a otro, viajan en ban- dadas muy numerosas , muchas veces en compañía de la cor neja triguer a y de la de manto , y dexan nuestros campos por la primavera para pasar al Norte , de donde vuelven por el otoño. Las chovas se amansan sin trabajo , aprenden fácilmente a hablar , y lo mismo que las cornejas tienen el habito de llevarse y de recoger en una especie de deposito todo lo que pueden pillar. Para acabar la historia de estas aves solo resta hacer la descripción de ellas. Dos especies se en- cuentran en Europa , pero no la tercera , que es la calva , la qual es ave de América. Chova. Larri. 511. I case Chovilla. Chova eiootuda. Lam. 116. Briss. lom. II. pag. 33. lam. II. fig. 3. Esta chova no es mayor que un mirlo ; y to- do su plumage negro , y lustroso por los visos verdes y violados que se advierten en él. Tiene la cola muy larga : pico , pies y uñas negras; pero es notable por dos circunstancias particula- res , a saber : que las plumas de la parte supe- rior del cuello son muy estrechas , muy largas, y se deslizan y juguetean por la espalda según los diferentes movimientos de cabeza y cuello; y que encima de las plumas vueltas hacia delante en la basa del pico , que son de un negro de terciopelo, y desde el nacimiento del pico hacia arriba , le salen algunos pelos negros muy flexi- bles , y de tres pulgadas de largo : debaxo de estos pelos , siguiendo la dirección de la basa del pico, tiene otros negros, mucho mas cortos que los primeros , aspeios y duros. Es verisímil que esta ave no sea muy común en el Cabo de Buena Esperanza , porque los viageros raras veces la suelen traer. Quizas habitará en lo mas inte- rior de las tierras , y tan solo un pequeño nú- mero de ellas se adelantará hasta los parages fre- qúentados de los Europeos. Chova calva. Chova calva de la Cayena. Lam. 511. Esta es una especie nueva que se encuentra en la Guayana , y de la qual nadie ha hecho mención antes de Montbeillard , quien nota que puede equipararse á nuestra corneja calva. En efec- to es casi del mismo támaño , tiene su misma forma , y todo el exterior ; aunque el plumage es diferente. Continuando Montbeillard en compa- rar esta chova con las nuestras „ advierte que se diferencia en que sus narices están desnudas y colocadas en un hoyo bastante profundo abierto en cada lado del pico : en. que este es mas an- cho por su basa, y en que esta descantillado por los bordes. En todo rigor , pues , ni es una chova ni una corneja : no tiene la basa del pico rodeada de plumas vueltas hacia delante , ni el pico redo y conico , aunque si muy ancho y chato por su basa , descantillado en los dos bor- des de la punta superior, que es convexa y vuel- ta hácia baxo ; pero este mismo pico es por otra parte muy fuerte , largo , y bastante para encon- trar en esta ave en general y á primera vista el CHO exterior y la forma de las cornejas. Mirando con atención el pico , se nota que , tanto la parte su- perior como la inferior de el , son triangulares, particularmente la primera; y además en este mis- mo pico , que a primera vista parece tan distin- to del de las- cornejas , se advierte un cono que parece haber sido comprimido y aplanado. El primer rasgo de desemejanza se disminuye mucho con este atento examen ; y sola la falta de plu- mas vueltas hacia delante sobre la basa del pico, opuesta a todos los rasgos de semejanza con las cornejas esparcidos sobre toda la aptitud del cuer- po en general , es una diferencia de muy poca consideración para que únicamente por ella se pueda mirar esta ave como de genero diferente. Aún se ha intentado llevar mas adelante el pa- ralelo , y se cree ver en la chova calva nuestra corneja triguera , subyugada por la influencia de un clima tan diferente del nuestro , donde ha penetrado y se ha habituado; y yo me atrevo á decir que el dcfcéto de plumas en la basa del pico no es mas que una diferencia aparente é ilusoria. En efecto , freqüentemente nuestra mis- ma corneja triguera , sobre todo quando vieja, tiene la parte anterior de la cabeza hasta los ojos enteramente desnuda , y esta desnudez es efecto de la frotación y de la costumbre que tiene de meter el pico dentro de la tierra y á bastante profundidad, siendo muy verisímil que las chovas calvas que han sido observadas hasta ahora fuesen viejas , y que en las nuevas se encontrasen las plumas al rededor del pico , como se hallan al rededor del de las cornejas trigueras nuevas. La chova calva tiene todo el plumage acey- tunado , con mezcla de verdoso por arriba , y por debaxo de roxo : las guias de las alas son pardas , y las plumas grandes de la cola negruz- cas : la parte de atras de la cabeza hasta el occi- pucio carece de plumas , por los lados hasta mas alia de los ojos , y por delante hasta los ángu- los del pico ; y los pies y las uñas son negras: también es este el color del medio pico superior, pero el inferior es blanquecino. El viso verdoso que se advierte en el plu- mage del lomo , y el roxo que se nota en la parte de abaxo del cuerpo , corresponden á los visos verdes y violados que brillan en el pluma- ge de nuestras cornejas , y todo concurre en la chova calva para manifestarnos y hacernos encon- trar en ella una especie que tan solo varia por el clima. Chova de Filipinas. Lam. 603. Briss. tora. II. pag. 31. Vease Balicaso de Filipinas. Chova de la nueva Guinea. Larri. 6 30. Esta es una especie nueva que yo no conoz- co mas que por la descripción que ha hecho Montbeillard , y por la lamina iluminada. La chova de la nueva Guinea es algo menor que las nuestras , y de pico mas ancho por su basa : en cada lado de la cabeza tiene una señal negra , y enmedio de ella el ojo : lo restante de la cabeza , el cuello , el pecho y el lomo son de un gris ceniciento : el ovispillo , el vientre, los lados , y las cubiertas debaxo de la cola es- tán CHO tan rayadas por medio con unas bandas negras y ©tras blancas : las guias de las alas , y plumas grandes de la cola son pardas ; pero las de las alas están guarnecidas por fuera con un perdí de color gris : el pico es negruzco , y los pies tiran á gris. Gen. A7 V. Chova de los Alpes. Lam. 531. Bkiss. tom. V-pag. 30. Pynhocorax en JLatin. cbeqitard ó ehoucas des Alpes en Francés. Pason , tácenla en Italiano. Pcrg-dotl , berg-iul en Alemán. Alp-i^aihel , villde-titl en lengua suiza. La chova de los Alpes es algo mayor que la chova , y sobre todo mas larga : tiene quince pulgadas desde la punta del pico á la de la cola, y dos pies y siete pulgadas de vuelo : sus alas plegadas se extienden hasta tres quartas partes de la tola : su plumage es del todo negro : su pico amarillo : el color de los pies es diferente , se- gún la edad ó sexo de los individuos , porque no es verisímil que mude según las estaciones, como algunos autores lo han pensado. Sea de esto lo que fuese , hay algunos individuos de pies negros , otros de pies amarillos , y me pa- rece que la mayor parte tienen los pies encarna- dos , fundándome en que cinco ó seis chovas de estas , que he recibido de los Alpes en distintas ocasiones , todas tenían los pies encarnados , y en que jamas me han enviado ninguna que tu- viese los pies de otro color. No obstante , los autores atestiguan lo contrario. ¿ Acaso procederá la diferencia de los lugares donde habitan estas aves , y donde se hallaron ? Viven en los mon- tes altos , y principalmente en los Alpes ; se ali- mentan de granos y de frutas : tienen un grito lamentoso , agudo y desagradable : su pico es como el de las cornejas y e! de las chovas , rodeado en su basa de plumas estrechas vueltas hacia la punta , pero menos duras y menos ásperas. A este primer rasgo de semejanza se puede añadir el color negro de codo el plumage , y la con- formación de los pies : estos caracteres han bas- tado á Brisson para colocar la chova de los Alpes en la clase de los cativos , y para comprehen- derla en el genero XIV. de su método. Sin em- bargo , no tiene el pico en cono prolongado , de- recho , y solamente vuelto un poco hacia baxo por su punta ; sino sensiblemente arqueado y convexo , debiéndose añadir que no es muy lar- go y ccnico , sino bastante corto , encorvado y chato. Si la formación del pico es un caraéfer exte- rior esencial , se hace muy mal en tener á la chova de los Alpes por una especie del genero del cuervo : es verdad que tiene grandes relaciones con las aves de este genero ; pero la diferencia del pico es demasiado grande para no separarla, y colocarla en un genero aparte junto al del enervo. Chova propiamente asi llamada , esto es chova grande. La misma ave que el Grajo, que es el ckoucits propio de los Franceses. C I G 3 10 CHOVILLA O CUERVA. Chova. Lam. 5 zi. Briss. tom. II. pag. z8. Chouc en Francés. La chovllla es algo mas pequeña que la chova * se diferencia en que su plumage no tiene tintura alguna de gris , y es todo negro. No es menos abundante la especie que la de la chova, y am- bas habitan en los mismos parages , y tienen las mismas propiedades. Vease Chova. Se encuentran con bastante freqüencia algunas de estas aves blancas en los paises muy frios , f á veces también en los paises templados ; y pa- rece que en los Alpes se halla una variación de collar blanco. CHOYA. Lo mismo que Chova, CHUCARI de la nueva Guinea. Lam. 6z o. Choiieari de la nouvcllc Guiñee en Francés. Es algo mayor que un mirlo ; y destie la pun- ta del pico á la de la cola tiene cerca de once pulgadas. Todo el plumage es de color de gris, mas obscuro sobre el lomo , y mas claro sobre el vientre , donde tira algo á blanco , principal- mente debaxo de la cola , la qual es de un gris claro : el pico blanquecino , y los pies de coior de gris. ** Chuchear (caza). Cazar con industria valién- dose de señuelos , liga , &c. *’ CHUCHO. Ave noéturna semejante en todo al Mochuelo. ** CHUGUI COLORADO. Véase Cardenae COPETON. ** CHUMAYA. Especie de lechuda que muchos tienen por la misma lechuza , porque se diferen- cia muy poco de ella. CHUPA FLORES. Víase Paxaró resucitado. Chupa mirto. Vease Paxaro resucitado. CHURGE. Vease Avutarda mediana de las Indias. CIGOÑUELA. Ave pequeña semejante en un todo a la CigueNa. cigüeña. Cigüeña blanca. Lam. Sí6. Briss. tom. V. pag. 365. Bel. Blst. nal. des oís. pag. zoi .fig.y pag. zoz. Bel. Port. des Oís. pag. 45. Hist. de / a Aead. tom. ¡II. pa/¡, III, pag, 61. fig. y lam. XIII. cieonia en Latín. cigogne en Francés. clgogna , vgogna , cigoguho en Italiano. Storcl¡, wcissci-stoicp , elb.ger en Alemán. Bocean , boeian en Polaco. Sto/c¡¿ en Sueco. Stmc{ en Inglés. Hova/c , ouxvewaer en Flamenco. La cigüeña es conocida desde la mas remota antigüedad , y celebrada en todos tiempos : se complace en los parages húmedos , y se alimen- ta de pescados , de reptiles y de gusanos : su pico es grueso, largo, puntiagudo, reéto y liso: la parte inferior de sus piernas está sin plumas: tiene tres dedos delante y uno atras , y el del medio unido con los laterales por una membrana que g 2 o C I G que se extiende hasta la primera articulación en el dedo interno , y un poco mas allá en el ex- terno. Esta conformación se encuentra en mu- chas otras aves que freqüentan las orillas de las aguas , y que se paran sobre el cieno. La cigüeña , desde la punta del pico á la de la cola , tiene tres pies y cerca de quatro pul- gadas , y de la misma parte á la punta de la una del dedo del medio , quatro pies menos al- gunas lineas : su pico es de siete pulgadas y nue- ve lineas de largo: la parte desnuda de sus pier- nas de cinco , y los pies de ocho : su cola no tiene mas que ocho pulgadas de largo : la exten- sión de sus alas desplegadas es de seis pies y al- gunas pulgadas , y plegadas igualan con la cola: todo el plumage es de un blanco muy hermoso, á excepción de las plumas escapularias , y las gran- des cubiertas de las alas que son negras , y al- gunas con reflexos de color de violeta : las plumas de las alas son negras, y el número de ellas treinta y una : las mas inmediatas al cuerpo , quando está plegada , se extienden tanto como las de mas afuera ó cuchillos : el cerco de los ojos está desnudo , y cubierto de una piel negra : el pico, la parte de las piernas que carece de plumas , los pies y las uñas son de un roxo bastante vivo: las uñas anchas y chatas, y las plumas de la par- te inferior del cuello largas , estrechas y flo- tantes. Las cigüeñas son aves de pasa : llegan á Eu- ropa por la primavera , y marchan por el oto- ño ; siendo mas pronto su arribo , y su marcha mas tarde, á medida que los paises en que se fi- xan para pasar la bella estación son mas ó me- nos meridionales. Se las ve llegar al Alemania á principios de Mayo , y al Alsacia desde Marzo. Su vuelo es sostenido y muy elevado : llevan la cabeza hacia delante , y las piernas tendidas hacia atrás : viajan en bandadas bastante numerosas ; y aseguran que cada año vuelven indefectiblemente á los mismos parages. que han freqúentado en los antecedentes ; pero este hecho creo que se deberia confirmar con nuevas observaciones. Como para llegar á qualquier parte esperan siempre la bella estación, desde luego se entregan á los cui- dados necesarios para la propagación de su espe- cie. En los lugares mas elevados , sobre la cima de una roca escarpada , y á veces en la de un árbol grande y muy elevado , y lo mas regular enmedio de las ciudades y de los lugares habi- tados , sobre lo mas alto de las torres , encima de los texados de las casas , y sobre el caballete de las chimeneas es donde colocan su nido, que componen por la parte de aluera de pequeñas ramas ó palos secos , y por dentro de yerbas secas y groseras que encuentran en las praderas baxas y pantanosas. En Holanda , en Flandes , y en algunas regiones de Alemania , se preparan adrede en lo alto de las torres, de los texados, y de Jas chimeneas unos caxones de madera qua- drados en los quales se complacen de ver á Jas cigueñas colocar su nido , y el pueblo tiene por un agüero feliz para los habitantes de una casa, el que las cigüeñas dispongan su cria en los caxo- nts que tenían prevenidos para ello : la hembra CIG no pone mas que quatro huevos , y regularmente dos , de forma prolongada , y de un blanco te- ñido de amarillazo : mientras que la hembra se marcha á buscar la comida empolla el macho, y el empollar dura treinta dias: padre y madre di- viden entre si los cuidados necesarios para sus hijuelos , tanto para calentarlos , como para traer- les que comer : inmediatamente se cubren de un floxel pardo , y quando no pueden volar muy bien , se ponen sobre los bordes del nido , y se arrojan á pequeñas distancias para ensayarse de esta suerte : algún tiempo después les va la ma- dre exercitando en vuelos mayores y mas eleva- dos al rededor y por encima del nido al qual los vuelve á conducir : esto únicamente sucede á fines del verano , y algún tiempo antes de su partida quando las cigüeñas nuevas se hallan en estado de emprender un largo viage. Estas aves, tan bien acogidas en todas partes, se entregan sin desconfianza al pueblo que las recibe : no se es- pantan de Ja presencia ni del concurso de los ciudadanos con quienes en alguna manera partea su habitación ; pudiéndose decir que entre el hombre y las cigüeñas se ha firmado un tratado, por el qual el hombre les ha dispensado una en- tera seguridad con condición de que ellas le li- braran de las serpientes, y de otros reptiles tan abundantes en los paises pantanosos. A pesar de esta confianza de las cigüeñas , ó antes bien , á pesar de la facilidad que tienen en familiarizarse, no multiplican en el estado de mansedumbre. Para asegurarme de esto con mi propia experien- cia , me hice venir de la Alsacia un macho y una hembra , que se pusieron en un jardín muy gran- de que rodea el Sena por un lado , y que lo atraviesa dividiéndose en muchos brazos , dexan- dolos con entera libertad , de la que no abusa- ron : mas aunque parecía este lugar perfectamen- te adequado para ellas , y aunque podian esco- ger las cimas de los árboles mas elevados, ó los caballetes de muchos edificios para colocar su ni- do , sin embargo jamás dieron señales de haber experimentado alguna conmoción entre sí : no obstante esto , jamás se separaban , se paseaban juntas , y se acostaban inmedata una á otra: siempre graves y apacibles , no apetecían los ve- getables , ni hadan daño en los jardines que adornaban con su presencia: muchas veces seguian al jardinero , y recogían los gusanos que aquel iba descubriendo quando trabajaba : se confian también los topos que cogia dicho jardinero , co- mo también los ratones que se agarraban con trampa ó á porrazos ; pero los trituraban mucho y machacaban con su pico antes de llegar á tra- garlos : su alimento regular eran los despojos de la carne , y los intestinos de los animales que se arrojaban en la cocina. Comunmente se con- tentaban con el exercicio que hadan paseándose; pero por la primavera y por el otoño era muy freqiiente elevarse y hacer largos circuitos al re- dedor del parage donde tenian costumbre de ha- bitar , y al que volvian después ¿ Acaso la vista de otras cigüeñas extrañas al tiempo de pasar se- ria lo que incitaba á estas otras para emprender sus vuelos , o seria este un efedto del instinto que CIG que les hacia percibir la necesidad de mudar de clima ? Qualesquiera que pudiese ser la causa , se infiere de esta observación , que la emigración no es de necesidad absoluta en las cigüeñas , y que podrían soportar el rigor de nuestros hibier- nos ; porque estas de que se trata vivieren mu- chos años sin dar muestras de padecer en tiem- po de frío , y sin que se tomasen precauciones para Guarecerlas 3 pero siempre se les sumi- nistraban alimentos con abundancia ; y gran parte de los que apetecen las cigüeñas les hubie- ra faltado por el hibierno estanco en plena li- bertad. Partee, pues, que no tanto por huir del frío , quanto por buscar una comida mas abun- dante ó gustosa es por lo que emprenden sus via- ges las cigüeñas , que en Europa y en Asia se vuelven a juntar de las regiones septentrionales en las provincias que están mas al Mediodía. Se- gún Plinio , su reunión , en una parte del Asia, era una llanura que ios Griegos llamaban la plaga de las serpientes : ahora se sabe que se juntan en ciertos cantones de Levante. En Brandemburgo y las provincias meridionales de Francia , particu- larmente las cercanías de Aix , son en Europa los lugares donde por el otono se reúnen ¡as cigüe- ñas para partir en bandadas numerosas y atravesar el Mediterráneo. Quando están jumas se les oye á menudo el castañeteo de su pico , y hay en la bandada grande agitación : escogen el viento dt 1 ÍÑotte para elevarse , y parten inmediatamente que empieza a soplar. De Europa pasan al Afri- ca, y van á himbernar a Egypto, donde Belon las observó en tan gran número por los meses de Septiembre y Oétuore , que blanqueaban las llanu- ras : por el hioierno vio cambien algunas esta- blecidas y cstar.tes en las cercanías de Antioquia, y dice que a fines de Agosto llegan de la Rusia y de la Tartaria en banuandas de trescientas ó quacrocientas ; y que dividiéndose en la altura de Tenédos parten amontonadas hacia el Mediodía. Otros viageros , por el contrario han observado la pasa de las cigüeñas de Africa al Asia por la primavera , y nosotros no podemos dudar que lina parte de ellas pasa á las provincias de la Eu- ropa : su marcha , pues , se conoce perfectamen- te , y se sigue de esto que pueblan a veces di- ferentes regiones del antiguo Continente , porque asi como en el hibierno habitan en los países cálidos , en el vtrano se internan mas hacia el Norte. Se encuentran en Suecia, en Dinamar- ca y en Siberia : sin embargo todos los países rio les acomodan : es muy raro ver algunas en Inglaterra, y no hacen mas que atravesar las pro- vincias que están en el centro de la Francia sin íxarse en ellas. Pero un hecho muy particular en la historia de estas aves es, el que gozando dos veces al año de un temperamento suave , ó por mejor decir componiéndose el ano , respedo de ellas y de su modo de vivir , tan solo de un verano continuo, nunca dexan de hallarse en es- tado de reproducirse , ni se agotan sus fuerzas por una fruición , doble de Ja que tienen las otras aves. Belón , garante de este hecho , asegura que por el hioierno vió en Egypto á las cigüeñas ocu- padas en los cuidados de propagar su especie Historia Natural. Tom. I. CIG 321 del mismo modo que lo están en Europa en el verano. Los antiguos y aún los modernos atribuyen á la cigüeña las virtudes morales mas apreciables, como son la fidelidad conyugal, el paternal afec- to , la piedad filial , el agradecimiento , y aún la compasión para con la vejez , y el instinto de socorrerla. Les Griegos la hicieron la honra de imponer su nombre a ia ley que obligaba a ali- mentar á los padres : los Egypcios la dieron cul- to : algunos pueblos castigaron su muerte quitan- do la vida al matador j y casi todas ias naciones se han convenido en no intentar nada contra ia vida de un animal tan apacible que es útil para el hombre sin causarle perjuicio alguno. E11 la mayor parte de los países donde se fixa todavía, goza de esta feliz tranquilidad , á la que es acree- dora por sus sencillas propiedades , y tan solo es perseguida , donde no haciendo mas que pasar , se conoce mucho menos. Entre ias aves traídas de la Guayana he vis- to ffeqüentemente aigunas que no me han pare- cido diferenciarse de la cigüeña mas que en ser algo mayores , y asi siempre las he tenido por verdaderas cigüeñas , que establecidas en América, pasan alternativamente del Norce al Mediodía de este Continente tan vasto. Gen. LXXX. ClGUSÑA BLANCA, Lam. S6É. Briss. tom. V- pag. 365. I case Cigüeña. ** Cigüeña cuiieña. Véase Puto. Cigüeña de América. Briss. tom. V. pag. 31 Véase Maguari. Cigüeña de Gingi. Vease Cigüeña necra. Cigüeña del Brasil. Briss. tom. V. pag. 371. Vease Nandafo.a. Cigüeña negra. ' Lam. 359, Briss. tom. V.pag- 361. Bei. Port. des Gis. pag, 43. La cigüeña negra , desde la punta del pico á la de la cola , tiene dos pies y nueve puMadas y media , y desde el mismo punto á la extremi- dad de la uña del dedo del medio tres pies , dos pulgadas y nueve lineas : cinco pies y medio de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasra las dos terceras partes de la longitud de su cola : la par- te superior de la cabeza es paida , con algunos visos verdosos y dorados : la garganta y cuello están cubiertos de plumas pardas , terminadas , en muchos individuos, por una pequeña mancha blan- quecina, que no es permanente, y que á veces se suele desvanecer : teda ia parte de arriba del cuerpo es del mismo pardo que la superior de la cabeza , y adornada con los mismos visos ; pe- ro las cubiertas de encima de la cola solo son pardas-, y sin mezcla de verde dorado : la pane de abaxo del cuerpo es blanca ; y el ala se com- pone de treinta plumas pardas , las diez primeras con visos verdes y violados , entre los quales do- mina el verde , y en las otras veinte al contra- rio el color de violeta es el dominante : la cola es parda , con refiexos verdosos , y va disminu- yendo desde el centro a las orillas : el pico es de un gris verdoso , su extremidad tira á blan- ca : los ojos están circuidos de una piel de un Ss ro- 322 C I N roxo muy vivo : la parte de las piernas que ca- rece de plumas , los pies y las unas , en algu- nos individuos , son de un roxo obscuro , y en otros de color verdoso : las unas sen anchas y planas. La cigüeña negra no está menos esparcida por Europa que la blanca , pero no tan multiplica- da , ni conocida : pocas veces se mezcla con las cigüeñas blancas , ó antes bien es muy raro en- contrarlas en los mismos parages : sin embargo una y otra se sustentan de los mismos alimentos, pero la cigüeña negra únicamente los busca en los lugares sin cultivo , solitarios V apartados de las habitaciones : hace su nido sobre los arboles mas altos , y regularmente sobre los pinos ó abetos mas elevados. Qttando se acerca el hibierno no se sabe donde se retira. Entre las aves que traxo Sonerat en su segun- do viage de la Indt3 , se encuentra una que me ha parecido una variación de la cigüeña negra ; y serum el lugar donde se ha encontrado la llama- re" cigüeña de Gingi. Es algo menor que la cigüe- ña negra : sobre la frente y en la raíz del pico tiene una banda blanca transversal , y la parte de an ioa de la cabeza es de un pardo con visos do- rados y vadosos : los dos tercios del cuello sen blancos : los ojos están rodeados de una piel des- nuda y negruzca en el individuo disecado : la parte de atuvo dei cuello , el pecho , y todo lo superior c inferior del cuerpo, como también las alas y sus cubiertas están pintadas como la coronilla de la cabeza : los reflexos dorados es- tán mas a la vista en las pequeñas cubiertas de encima de las alas , y mezclados de aquel roxo brillante del cobre purificado : la cola es desigual como la de ¡a cigüeña negra : las plumas son blan- cas , á excepción de la de mas afuera de cada lado que es enteramente parda : el pico , y la parte de las piernas que carece de plumas : los pies y los dedos, en el individuo disecado, pa- recen de un roxo de purpura sombrío y muy baxo : las uñas son negras. Gen. LXXX. Cigüeña parda, l.am. 399. Bkiss. tom. V, . pag. 3 61. Vease CioceSa negra. ** Cimbel. Paloma que sirve de reclamo y de se- ñuelo para atraer al tollo , en que está escondido el cazador , las palomas silvestres. Se pone el cimbel sobre una paleta en la qual hay atado un bramante , cuya extremidad llega hasta el tollo, y tirando de el el cazador menea la paleta don- de está el cimbel , siempre y quando pasa alguna bandada de palomas , con lo que se apean junto al señuelo , y por consiguiente á tiro , de modo que suelen matarse quatro ó seis de un esco- petazo. CINCLO , O ALONDRA DE MAR DE GAR- GANTILLA. Lam. 85 i. Briss. tom. V. pag. 116. lam. XIX. fig. 2. duelas en Latín. Chicle en Francés, Cíñelo se deriva del nombre griego cíñelos , da- do por Aristóteles al mas pequeño de los páxa- ros de ribera , por lo que parece convenir al avecilla de que se trata en este artículo. CIS El cíñelo solo tiene seis pulgadas y nueve li- neas desde la punta del pico á la de la cola , y algo mas de un pie de vuelo : sus alas plegadas llegan hasta la punta de la cola : ia parte supe- rior de la cabeza y del ¡orno esta cubierta de plumas , negruzcas en su centro , y roxas pol- las orillas : las plumas del cuello son pardas, guaraecidas de rosado : la parte inferior del lomo y el ovhpillo de un gris pardo , mas obscuro en el centro de cada pluma : la garganta , y la de- lantera del cuello son blancas , variadas de pe- queñas manchas pardas y oblongas en el centro de cada pluma : el pecho y los costados están vestidos de plumas pardas , circuidas de bianco; lo restante debaxo del cuerpo es blanco : los pliegues de las aias son de un color gris mezcla- do de blanco : las pequeñas y medianas cubiertas de encima de las alas de un gris pardo, con un perfil blanco en el borde de las plumas ; y las grandes de un pardo obscuro : las guias del aia, unas son de un pardo obscuro , y otras de un gris guarnecido de blanco : las de la cola de gris, circuidas de blanco por la parte de adentro; pero las dos del medio , dos lincas mas largas que las laterales y terminadas en punta , son de gris por la parte de afuera , y de un pardo obscuro por la de adentro : el pico es negro , los pies par- dos, y las unas negruzcas. El cíñelo freqüenra las orillas de las riberas, y mas á menudo las de la mar que las de lai aguas dulces. Es páxaro de pasa: viaja juntamente con la alondra de mar , y tiene los mismos hábi- tos ó propiedades. Vcase Alondra de mar. L3 mayor parte se encuentra en ¡as provincias de Europa , y al parecer tanto pertenecen al antiguo como al nuevo Continente , como sucede en la alondra de mar. Yo conservo dos páx2ros remiti- dos de la Guayana que , no presentando mas que unas leves diferencias en las mezclas y orden de colores , me parecen un únelo el uno , y el otro una alondra de mar. Gen. LXXV. CINI. Vease Canario. CIRCO. Vease Buhardo. CIRUJANO. Vease Jacana. CIbNE. lam. 913. Briss. tom. VI, pag. 288. Gen. CVl. Bel. Hht. nal. des Oís. pag, 15 1 . jig. y pag, 151. Bel. Pon. des Oís. pag. 30. Cygnus en Latin. CygM en Francés. Ciño , cigno en Italiano. Qcib en Suizo. Oelb , oclbs , clps , oelbscb en Alemán. Labec en polaco. Swan en Sueco. Svomi , fame swann , cygnct en Inglés. El cisne lia sido famoso en todos tiempos , y celebrado de los poetas , y el Conde de Bufi’on añade lo que falta a la pintura que de él nos han hecho : al principio de su historia , le presenta adornado de todos los dotes que le ha concedido la naturaleza : gracias de su presencia , hermosu- ra de su forma, movimientos flexibles, aptitudes ya animadas , ya descuidadas , &c. : tal es la pin- tu- GIS tura que nos hace Bufion del cisne considerado desde luego respeéio de sí mismo : añade des- pués : „ Por su noble comodidad , y por la faci- „ lidad y libertad de manejarse en el agua , no ,, solo se debe tener por el principal y primero „ de los navegantes alados , pero por el mas be- ,, lio modelo que la naturaleza nos presenta en „ orden al arte de navegar. „ A esta proposición sigue el paralelo de las diferentes partes del cuerpo del cisne , y de las que componen un na- vio. No llevaremos mas adelanto la eloqüente descripción de la forma , propiedades y natural del cisne , por no ser necesario el insinuarlo ; pe- ro no podernos menos de tributar el honor debi- do d el autor de ella , hablando de esta ave. Considerado el cisne , segun el orden méto- dico , es del mismo genero que la oca , la ma- yor y la mas poderosa de las aves palm ipedes, y la que nada con la misma facilidad , como vue- la con vigor y ligereza. Demasiado fuerte para que las demás aves aquatiles pufdan luchar con él , no necesita disputarles la presa : defendido por su magnitud , y por lo espeso de su pluma- ge , y en estado de resistir y sufrir los mas fuettes golpes que puedan darle las demás aves aquaticas , por la fortaleza de su pico y de su ala, no se encuentra ave alguna de rapiña que se atre- va con él, nías que el aguila, que muchas veces la repele el cisne con ventajas. El cisne , ó es doméstico ó silvestre , y algo mayor en el primer estado que en el segundo. Segun las dimensiones que manifiesta Brisson, desde la punta del pico á la de la cola , tiene quatro pies , tres pulgadas y siete lineas : siete pies y tres pulgadas de vuelo : su pico tres pul- gadas y seis lineas de largo ; y sus alas plegadas llegan hasta cerca de las dos terceras partes de su cola : todo su plumage es de un blanco res- plandeciente : el pico roxo , excepto la punta de su mitad superior que es negra ; y en su naci- miento se levanta un tubérculo ó prominencia carnosa de un negro hermoso. En cada lado de la cabeza , entre pico y ojo , tiene un espacio triangular del mismo negro que el tubérculo y sin plumas : la parte desnuda de las piernas , los pies , los dedos y las membranas que los unen son de color de plomo , y las uñas negras. La hembra , algo mas pequeña que el macho , cier.e menor el tubérculo del pico , pero en lo demas no se diferencia de él. El cisne silvestre es mucho mas pequeño que el doméstico , pues , desde la punta del pico ¿ la de la cola , tiene de largo tres pies , diez pulgadas y seis lineas, y de vuelo seis pies con tres pulgadas : sus alas plegadas llegan casi al ter- cio de la cola : todo su plumage es blanco : el pico amarillo desde su nacimiento hasta las ven- tanas de las narices , y todo lo demás negro : el espacio de entre ojo y pico está desnudo , y cu- bierto de una piel amarilla ; las pestañas lo son umbien : la parte desnuda de las piernas , los pies , los dedos y la membrana que los une de un gris pardo , y las uñas del todo pardas. Comparando estas dos descripciones se ve que la especie del cisne en vez de haber desmerecido Historia Natural. Torr. 1. Cis 323 por la mansedumbre se ha fortificado : que ha adquirido mayor magnitud, y un tubérculo en el nacimiento del pico , cuyo principio no puede dimanar mas que de una fuerza superabundante de su naturaleza ; y que por otra parte las dife- rencias tan soio coi sisten en los colores del pico, de la piel desnuda de entre pico y ojo , y en los de los pies y sus membranas. Los cisnes nuevos, tanto domésticos como sil- vestres , toman desde luego el plumage gris , y hasta La muda no lo trueían por el blanco: tam- bién es verisímil que los cisnes silvestres no le adquieran hasta la segunda muda , porque á me- diados del hibierno se matan algunos , todos de color gris. La principal comida de los cisnes es el grano , pero también pacen y comen pescado. Los silvestres vuelan en bandadas muy gran- des , y los domésticos nadan y se exercitan jun- tos sobre las aguas , porque el instinto de esta ave por lo común le hace buscar la sociedad de sus semejantes. Quieren que vivan hasta trescien- tos anos ; pero sin atenernos á esta época in- cierta , la experiencia ha demostrado , y la razón no lo contradice, que el cisne vive mucho, por- que el empollar dura largo tiempo , y los poliue- los crecen con mucha lentitud. La hembra hace su nido , ya sobre un monton de yerbas secas en la ribera , ó ya sobre las cañas caídas, amontonadas y flotantes. Pone un huevo cada dia ; la postura es dé seis ó siete huevos blancos, y el empollar dura seis semanas. Los cisnes empiezan á andar en zelo por el mes de Febrero : parecen tan sensuales como ar- dientes : su unión va precedida de caricias que duran mucho tiempo, entrelazando su largo cue- llo , y tocándose mutuamente los picos. La hem- bra, lo que no es regular en la mayor parte de los animales , provoca al macho , y aún le inci- ta después que están unidos. Esta complexión ar- diente hace á los machos zelosos y furiosos : se pelean fuertemente por la hembra , atacándose pi uñero á aletazos, y despees procurando enla- zar mutuamente sus cuellos y tener la cabeza de su rival sumergida en el agua , de modo que mu- chas veces , al cabo de todo un día de pelea sítele quedar muerto uno de los dos comba- tientes. Los cuidados del padre para defender sus hi- juelos , y los de la madre para guarecerlos con sus alas , y pasearlos por encima del agua , quando ¡os lleva sobre sus espaldas , donde los pone pa- ra enseñarles á nadar y satisfacer todas sus nece- sidades , igualan al ardor que antes había juntado y unido á los dos esposos. Los polluelos , que nacen cubiertos de un floxel de color gris , no empluman hasta los des meses , y su plumage es entonces gtis por el mes de Septiembre mudan , y queda variado de gris y blanco ; pero hasta los dos años no llega a ser blanco enteramente , y entonces es quan- do los nuevos son ya grandes , y se hallan en es- tado de producir. Los cisnes pertenecen tanto al antiguo como al nuevo Continente , y eu uno y otro prefieren Ss 1 las 3*4 CIS . las regiones septentrionales a las del Mediodía: en las primeras es donde pasan el verano y don- de multiplican, no dcxandolas hasta que ks obli- ga á ello lo riguroso del trio ; y solo entonces es quando se acercan á las regiones templadas, y aún entran en las meridionales. En nuestras provincias no vemos estas aves, sino quando ha- ce mucho frió , y su aparición se cree que anun- cie hibiernos rigurosos , aunque esta especie de predicción no siempre s? verifica. El ano de 1781. se vieron algunos cisnes por Noviembre en los estanques de branda , y sin embargo no fue muy cruel el hibierno : la venieia de los cisnes es prue- ba cierta del frió que hace en las regiones que desamparan ; pero no siempre lo es de que el frió sera grande en los países donde se acogen: la Prusia, la Polonia, la Siberia, el Kainczchatka, y la Laponia en el antiguo Continente , y en el nuevo la Luisiana , la Virginia , el Cañada , y las tierras contiguas a la Bahia de Hudson , son los lugares que mas abundan de cisnes. Los antiguos ponian cisnes en sus mesas mas por pompa y magnificencia , que por la bondad de su carne que es negra , dura é insípida. Los poetas , que han celebrado todas las gra- cias y perfecciones de esta ave , también han te- nido gusto de atribuirle dotes que no le ha dis- pensado la naturaleza : tal es el de la voz ar- moniosa que le suponen , y cuya armonia se au- menta con exceso al tiempo de morir : con to- do , es silencioso , y quando dexa oir su voz , ha- ce un sonido ronco , muriendo tranquilamente, lo mismo que la mayor parte de los anim les, sin alguna muestra de dolor , y sin dar señales afectuosas por un acontecimiento que ni alcanza, ni teme , ni prevee. Entre las aves traidas de las Islas de Falkland ó de las tierras Magallanicas habia muchos cisnes que se diferenciaban del cisne regular, i.° en ser mas pequeños , ».° en tener la cabeza y cuello ne- gro hasta el tercio de su longitud. Pico y pies eran también de este color. El artículo que acabamos de referir es con- forme á las nociones recibidas quando le escribí y ordené ; pero poco después, el Abate Mongcz, Canónigo de la Abadía de Santa Genoveva , a cuya dirección está el Gabinete de la misma Aba- día, ha leído en una de las Juntas de la Acade- mia Real de las Ciencias de Paiís una Memoiia en la qual prueba 1. ° Que los cisnes silvestres tienen canto. 2. " Que éste es armonio’so. 3. ° Que es muy fuerte , y que se oye casi á una jegua de distancia. 4. " Que la hembra , en quanto á esto , po- see la misma facultad que el macho. Con todo , los cisnes privados ó domésticos no cantan ; y por esto , sin duda , se ha creído que en general no canten , y ha hecho tener por fabuloso lo que han dicho los antiguos acer- ca de la voz suave y armoniosa de los cisnes. Mongéz ha hecho sus observaciones en Chan- tilly. Por el rigor del hibierno se suelen atrojar los cisnes sobre una de las mas grandes balsas de agua del parque , donde se suelen coger con la- CLO zos ó trampas : dos de estos cisnes , que se les quitaron las guias de las alas y por consiguien- te los medios de volar , viven en este mismo estanque hace algún tiempo ; y estos cisnes son los que manifiestan la habilidad de que disfrutan las aves de su especie. No tan solo cantan á cienos tiempos y á su arbitrio, como las demás aves , sino que se las puede obligar , quando se quiera , á que canten , y oir entonces la melodia de su voz. Para conseguirlo basta poner en el mismo estanque ó balsa alguna otra ave aquatil; porque desde luego se avanzan los cisnes para despedazarla ó pelear con ella , según su fortaleza: después de la viéioria , que siempre tienen ase- gurada , por ser mas fuertes , como que son las mayores aves aquatiles , macho y hembra se pa- vonean frente á frente uno de otro , y no dexan de cantar y celebrar , si se quiere , ¡a victoria que acaban de conseguir. Entrañamos eu descripciones mas circunstan- ciadas , y seguiríamos en todas sus partes la Me- moria importante de Mongéz , si la hubiéramos podido lograr con tiempo. Tuvo la urbanidad de ofrecérnosla , y hubiéramos querido aprovechar- nos de ella , pero la necesidad de seguir la im- presión , nos ha obligado á ceñirnos á este bre- ve ensayo de los hechos principales, cuyo cono- cimiento nos han comunicado algunos miembros de la Academia que estuvieron presentes el día que se leyó dicha Memoria , y el mismo Mon- géz nos ha confirmado estos hechos con su con- versación. Obligados á ceñirnos quanto se pueda, remitiremos al leótor á la misma memoria, des- pués que se haya hecho la relación a la Acade- mia , y publicado. ** Cisne ckuiSo. Anas melancorifha en Latin. Viene á ser del tamaño del cisne europeo, al qual se asemeja mucho en la figura del cuer- po , pero se distingue de él en el color de las plumas que le cubren la cabeza hasta la mitad del cuello , las que son de un hermoso color negro , y las restantes del cuerpo de un blanco resplandeciente. La hembra saca seis polluelos que jamás dexa solos en el nido , llevándolos consi- go sobre su lomo siempre que sale á buscar su alimento. Cisne encai-bruzado. Vease Dronte. Cisne silvestre. Véase Cisne. ** CLOCLI O TOTI. El eloeli ó toti , que ambos nombres Je dan en la provincia de Neyba , en el nuevo reyno de Granada, habita en los campos y lugares hú- medos en busca de los inseétos terrestres , vo- látiles y aquaticos de que se alimenta : anida en los árboles mas encumbrados , y en los cogollos de las palmas de cocos : su postura es de" dos huevos los que empollan alternativamente macho y hembra. Tiene la cabeza mas larga que ancha , y de color de tabaco hasta mas abaxo de la nuca don- de le forma una punta al modo de una gorra: sus ojos son hermosos , con una membrana al rededor desnuda y negra , la que le cubre tam- bién la basa del pico : el iris es de color de coc sangre , y la pupila negra : el pico es largo, delgado , negro , romo por la punta , y algo en- corvado : el pescuezo largo , erguido , y vestido la mayor pane de plumas blancas , con unas manchitas de color de tabaco: el pecho es ancho, y sobre el buche una especie de gola del mis- mo color , y encima de ella quatro plumas blan- cas : el cuerpo es comprimido , y por el lomo cubierto de plumas de un pardo semiverdoso ; y las del ovispillo del todo verdes : la parte infe- rior es de color negruzco , y la región del ano negr3 con visos de verde : los muslos de medio calzón , con plumas negras , y lo restante hasta la rodilla desnudo , y de color de coral muy li- no , y lo mismo las piernas que están cubiertas de escamas imbricadas : los pies son del mismo color , con quatro dedos , los tres delante y uno detras , hendidos y unidos junto á su naci- miento con una membrana del mimo color de coral : las uñas son cortas , negruzcas , agudas en la punta , y algún tanto corvas. La cola , que es mas larga que los pies extendidos , es de un negro con vises de verde : las guias de las alas por la parte interior son negras con visos de verdoso , y por la exterior negras verdosas : las cubiertas superiores del ala son pardas verdosas, y las inferiores blancas : desde la punta del pico á la de los dedos tiene tres pies y quatro pul- gadas , y sus alas extendidas dos pies y quatro pulgadas. Por los caraétéres indicados conjetura- mos es una jocha , y por lo tanto del gen. XC. de Brisson. ‘‘Coberteras- (cetr.) Las dos plumas de la cola del azor , que están enmedio de las demas , y las que cubren quando recogen la cola. COCHITENA-CALT (el) O TOUCAN DE COLLAR de México. Briss. tom. IV. pag. 41 z. Cocbicat en Francés. Cochitcna-calt es el nombre mexicano de esta especie de toncan , que tiene cerca de diez y ocho pulgadas de largo. Hernández , con arreglo al qual hablan los autores , hace de él la siguiente descripción: „ Tiene el pico de siete pulgadas de largo, ,, cuya mandibula superior es blanca y dentada, „ y Ja inferior negra : sus ojos son negros , y el „ iris de un amarillo roxo : la cabeza y el cue- „ lio son negros hasta una linea roxa transversal „ que lo rodea á manera de collar : después de „ esto , la parte de arriba del cuello es también „ negra , y ¡a de abaxo blanquecina , sembrada „ de algunas manchas roxas , y de pequeñas li- „ neas negras : la cola y las alas también son ne- „ gras : el vientre verde , y las piernas roxas: „ los pies son de un ceniciento verdoso , y las „ uñas negras : habita en las orillas del mar. „ Gen. LlV. COCHO. Especie de papagayo indicada por Hernández. Vease Crik con cabeza encarnada. COCOTZIN O TORTOLA (pequeña) de la Martinica. Tórtola pequeña de la Martinica. Lam. 143- fig- 2. Tórtola pequeña de la Isla de Santo Domingo. lam. id. fig. 1 . COC 325 Briss. tom. I. pag. 113. lam. IX. fig. 1. Briss. tom. I. pag. 116. lam. Vil. fig. 2. Ca íesb. tom. l.pag.y lam. 2 6. Hortelano por los Criollos. Tur tur parvus Americanas sive cocottjnus en Latin. Cocotojm en Francés. El cocottin es la especie mas pequeña de las tórtolas conocidas , y casi del tamaño de una aloncba , solo que es mas lleno y mas recogido: se encuentra en muchas regiones de la América, donde su plumage y aún su tamaño varían algo en los diferentes climas ; pero en todas partes, el color pardo mas ó menos obcuro esparcido por el lomo , y el avinado que le cubre por debaxo del cuerpo , hacen el fondo de sus co- lores ; ademas , sobre las alas tiene algunas man- chas en mayor ó menor cantidad, mas ó menos vivas , brillantes , y de color de acero bruñido: sus pies tiran á roxo , y el pico en unos es en- teramente negruzco , y en otros roxo en su na- cimiento. L3 pequeñéz del cocotyn , su semejanza con las tórtolas , y las manchas que brillan sobre sus alas , bastan para reconocerlo sin poder equivo- carse : en conseqúencia no entraré en la descrip- ción circustanciada del cocorzjn de Santo Domin- go , ni en la del de la Martinica : sena preciso que se añadiese otro tercer cocot-zjn , que se en- cuentra en la Cayena , y que se diferencia algo de los dos primeros , y el de la Carolina pre- sentaría también algunas particularidades : todos saben que unas razas que tienen tantas relaciones con tan leves diferencias , y que se hallan es- parcidas baxo los climas de un vasto Continente, son variaciones unas de otras , y el describirlas separadamente como otras tantas especies , seria perder el tiempo , y hacer que el leétor se en- gañase. Sin embargo , se encuentra en Surinam una especie de cocmtjn digna de notarse : casi es un tercio mayor que las variaciones regulares de la misma ave : su plumage , tanto por arriba como por debaxo del cuerpo , es todo de un castaño vinoso : las guias de las alas son de un negro mas decidido , y la garganta y el circuito de la raíz del pico de un gris blanco: sin duda que estas diferencias no constituyen una especie , sino tan solo una variación ó una raza, la qual era tanto mas digna de que se hiciese mención de ella , quanto hasta ahora era des- conocida. No es extraño que de las Islas se traigan al- gunos cocotajmes vivos : hace algunos anos que lle- garon á París muchos de ellos , y se veian en casa de todos los paxareros : su pequeñéz , y sus relaciones con la tórtola , induxeron para te- nerlos por tales : muchos sugetos compraron al- gunos , pensando hallar en ellos las propiedades que indicaba su exterior , y al instante se enfa- daron , encontrándolos ariscos y silvestres. Yo me llevé un macho y una hembra que tan solo se diferenciaban en que ésta tenia los colores mas claros , y la parte inferior del vientre tiraba á un blanco sucio. Los dexé en libertad dentro de un gabinete muy claro que miraba á levante y en parte á mediodía , de quatro pies de 3 2 6 C O D de ancho , y de unos seis pies de largo : loa observaba por detrás de una vidriera , y casi nunca entraba mas que para darles cañamones que eran su comida : poco á poco se fueron acos- tumbrando a verme , se espantaban menos quan- do entraba , y el macho llegó por grados hasta el punto de acercarse y darme algunos picotazos con una especie de rabia : tenia un arrullo muy suave , y cerca de la hembra todos los gestos, movimientos y ademanes de la tórtola : sus ca- ricias reciprocas tenían la misma expresión de ternura y de deleyte : tres veces fabricaron su nido que compusieron de musco arreglado en un canasto como se pone para los canarios : el ma- cho no trabajaba con menos ahinco que la hem- bra , la que puso cada vez dos huevos blanque- cinos , pero cuya cascara blanda y membranosa no había adquirido aquella consistencia que debía tener , por lo que no aprovecharon para empo- llar. La hembra murió a la quarta vez que puso, y le encontré un huevo con una cascara mem- branosa quebrado y detenido en el mi din lo. Puse consecutivamente dos nuevas hembras al macho, y á entrambas maltrató : pareciendonre cierto que las habria muerto sino se las hubiese quitado to- das las veces que las puse en su compañía. ¿Aca- so seria esto antipatía ó rabia contra las hembras que quizás no satisfacían bastante su -mucho ar- dor? ¿O de este exemplo particular podra de- liberarse acerca de los hábitos de la especie? CODORNIZ. Lam. 170. Briss. tom. I.png. 147. Gen. VI. Bel. Htsi. nett . des Oís. pag. 16 3, f¡¿. y pag. 264. Bel. Fort, des Vis. pag. 64. Coturnix en Latin. Cti'.lle en Francés. ¿ji¡agl:a , qtialiia en Italiano. Ti lepiorl-a en Polaco. Wacbtel en Sueco. GhiitH en Inglés. Es muy difícil indicar unos caracteres exte- riores y propios , de modo que á primera vista se note la diferencia que hay entre las codornices y las perdices : éstas , según la mayor parte de los métodos , son aves de un mismo genero , v del VI. en el de Brisson. Sin embargo general- mente , son mas pequeñas las codornices que las perdices ; pero es muy dificultoso determinar si las mayores codornices no son perdices pequeñas, ó si las perdices pequeñas no son codornices gran- des. Es verdad que sus propiedades muy distinti- tas dan á entender ó manifiestan una desemejan- za muy grande en la organización de estas dos aves : pero también lo es que esta diferencia interior se oculta baxo exteriores y apariencias con las quales se ocultan entre si , y se contun- den á nuestra vista. Por otra parte no podemos saber si un ave traida muerta de un pais extran- jero , y que se nos dice ser codorniz o perdiz, tiene las propiedades de la una ó de la otra de es- (*) En Espilla , pocos podrán confundir las perdices con las codornices , aún después de muertas , como tatn- bien las codornices hembras con las codornices machos , á COD tas dos aves. No suministrando el exterior cosa alguna con que poder decidir de su genero , es- tamos obligados , en quanto á esto , a referirnos á una especie de costumbre , antes que á una nomenclatura sacada y deducida de la conforma- don de las partes exteriores. No obstante obser- va Bufion que las codornices no tienen detrás de los ojos aquel espacio desnudo y sin plumas que tienen las perdices , ni la herradura que tienen los machos sobre el pecho. Estas son las únicas señales distintivas con las quales se pueden co- nocer y distinguir las codornices y perdices muer- tas , las que no pueden servir para las hembras, que , en una y otra especie , carecen de dichas señales. (*) Las codornices que mejor conocemos y que frequentan nuestros campos por el estío , son aves de pasa. Llegan á Europa por la primavera, y marchan por el otono : el mes de Abril es el tiempo de su arribo , y el de Septiembre el de su partida : Jas costas de Italia , de España , y las provincias meridionales de Francia son los lu- gares por donde pasan : viajan de noche ó por la mañana muy temprano , y descansan durante el dia. Llegan en tanto número á ciertos parages, que valiéndose de redes se cogen muchísimas y se venden muy baratas: los mas freqüentados de Francia son las costas de Provenza , y particular- mente las tierras del Obispo de Frejus: de Italia la Isla de Capri , y las costas de las cercanias de Neptuno ; y de España todas las costas de Andalucía , Valencia y Cataluña , donde abordan tantas , que es un asombro , de suerte que en corto terreno se cogen y matan infinitas en dia de entrada. Quando las codornices marchan de Europa , se encuentran en las costas correspondientes del Asia y del Africa , donde se difunden por lo interior de las tierras , y desde donde vuelven á Europa por la primavera. Son , pues , conocidos los dos términos de su emigración ; pero ¿ quales podrán ser las causas , y con qué medios un ave tan pesada y de vuelo tan ccrto podrá atravesar los mares , y á pesar de las fuertes barreras que es- tos le oponen pasar alternativamente de unas á otras regiones divididas por las aguas ? La misma causa que pone en movimiento á los demás animales de pasa , sin duda obra tam- bién en las codornices : pasada ya la estación de recoger las mieses , quando la mano del hom- bre ha desnudado Ja tierra , de modo que ya no produce otros nuevos frutos , y quando el frió ha suspendido la generación de los inseótos , la escaséz de alimentos determina entonces á las co- dornices a buscar regiones que les sean mas favo- rables : por una parte el calor que aún continúa y que mantiene allí los alimentos , dispone y prepara a las codornices la ruta que deben seguir; y por otra , la escaséz que viene con el otoño, las advierte que se retiren. Lo mucho que el frió las incomoda, puede también contribuir en algún mo- no ser que el autor hable de las Perdices qne llaman en Francia de gris , que son muy parecidas a las csdornices. / COD modo á sus viages ; pero esta no puede ser mas c¡ue‘ una razón secundaria , puesto que algunas que se quedan por el hibierno, ie pasan sin que, al parecer , experimenten mucha incomodidad en los mas fuertes fríos : por otra parte parece que no los teman, porque toda vez que están en Lu- ropa se dirigen hacia el Norte hasta la Islanda. Es , pues , muy verisímil que por una parte la abundancia , y por otra la escasez sean las cau- sas principales que obran en las codornices ; pe- ro también se puede pensar que ia naturaleza que las ha impuesto ia necesidad de mudar de clima , la§ inspire, el deseo , por aquella influen- cia secreta que se ha reservado sobre toaos los animales , euyo principio y modo de obrar se ignora , y a la qual se ha dado el nombre de insumo, En efecto , las codornices criadas y alimen- tadas en la abundancia , que ni experimentan el frió , ni carecen de alimentos , y ni aún han co- nocido el atraifivo de la libertad , al tiempo de la pasa se agitan dentro de la jaula , se esfuer- zan para salir , están inquietas , impacientes , y atestiguan una necesidad oue les atormenta su in- terior. Esta agitación calma al cabo de un mes que es , poco mas ó menos , lo que dura la pasa de las codornices libres. La naturaleza , pues, las hace sentir interiormente , y por una influen- cia secreta , la necesidad de mudar de sitio , y al mismo tiempo que están determinadas á mar- char , ya por la falta de las cosas necesarias , y ya por el hallazgo de estos mismos objetos , las indica el rumbo que deben seguir. El genio de la naturaleza que conduce las codornices a las ori- llas de la mar por un instinto secreto , y las hace ir en busca de los alimentos , no pqdia de- xar ce comunicarlas los medios de salvar y vencer el espacio de los mares. Admirado el hombre de este prodigio , ha procurado adivinar la explicación ; pero yo no entraré en las supo- siciones que ce han hecho. Habiendo llegado las codornices á la orilla del mar , no emprenden su vuelo hasta que sople un viento favorable que pueda llevarlas a la cos- ta opuesta : él es quien las sostiene é impele, y no necesitan de otra cosa que de presentar sus alas , y de hacer algunos movimientos para irse sosteniendo á una altura proporcionada : si llega á calmar el viento ó se cansan , los mares que atraviesan están llenos de islas , de peñascos , y de escollos para los baxeles ; pero para ellas de puertos , que las presentan un asilo , y donde esperan que vuelva a levantarse el viento ; peto si este muda durante la travesia , si ts contrario, si es demasiado grande el espacio que hay para alcanzar los lugares de descanso , entonces una tropa ó multitud de codornices caen en la mar, donde son el juguete y pasto de los peces. Para Ja conservación cíe la especie era preciso que una porción atravesase los mares , y para esto la na- turaleza les ha suministrado y dado á conocer los medios : pero ¿ á ésta qué le importa que perez- ca entre las olas un cierto número , ni qué sir- (*) El dofto autor me parece que se engalla en quanto k esto , pues apenas se encontrara ave alguna , que vayan COD 32 7 va de juguete y alimento á Jos peces que son á sus ojos otras producciones igualmente aprcciabks? Mayormente sabiendo que la fecundidad de las que llegan á la ribera basta para responder de la perpetuidad de su especie. Omitiré la descripción de la codorniz , puesto, que tocios la conocen. Las codornices son mas ariscas y no tan so- ciables como la mayor pane de las otras aves. No se aparean , (*) y el macho únicamen- te padece necesidades violentas e impetuosas : ni tiene ternura ni apego hacia la hembra, y jamas es padre en el sentido moral , puesto que no tiene cuidado alguno de la cria ni de los hijos: tan solo sirve para la propagación de su especie por su ardor , acudiendo desde muy lejos a 1^ voz de la hembra , y sirviéndose de un gran número a medida que las va encontrando, fe- cundada la hembra por el comercio con el ma- cho , y sintiendo la necesidad de poner , escarva la tierra con las unas , y en el hoyo , que llega a hacer y enmedio de los sembrados ó praderas, fabrica un nido que le compone de yerbas y de hojas , y pone de quince á veinte huevos salpi- cados de pardo sobre fondo gris : el empollar dura tres semanas : los hijuelos pueden ya correr y alimentarse por sí de allí á poco rato de ha- ber salido de la cascara : son mas robustos que los perdigones , siguen menos tiempo a la madre, y al cabo de quatro meses ya han adquirido to- do su aumento. Sin embargo está bastante en duda, si las codornices empollan dos veces en un verano como piensan algunos , y es incierto que empo- llan de nuevo después de haber llegado al Afri- ca ó ai Asia ; pao es constante que cada año sufren dos mudas, á saber , a fines del hibierno y del verano , durando un mes cada una de ellas; y quando vuelven las plumas a su estado , es quando mudan de clima. Sin embargo dei temperamento ardiente de las codornices no producen , ni hacen nido sino están libres , y no cuidan de los huevos que ponen quando están domesticadas. Las codornices son granívoras , pero apetecen cambien las yerbas , los gusanos , y los inseéfos. Jamás se paran en árboles, y sí en cierra en los sembrados , en las praderas y en los barbechos, hasta que se desnudan los campos : durante la fuerza del calor están quietas , y se llaman unas a otras principalmente por ia mañana y a la caí- da de la tarde : la hembra es la que entonces se oye , y a su canto acuden los machos á ve- ces de media legua , porque las codornices corren con mucha ligereza, y con mas freqüencia que vuelan : no se levantan mas que quando las van persiguiendo , las sorprehenuen ú las aco- meten de muy cerca. Su vuelo es coico , baxo, pesado , y , según parece , trabajoso : se levan- can , deslizándose obliquamente , batiendo el ay re con toda la extensión del ala y a embiones ; tan solo se juntan al tiempo de la pasa, ó antes bien se encuentran entonces : jamás hay entre ellas so- mas apareados macho y hembra, como lo acredita la ex- periencia y quasi todos saben. 328 C O D sociedad , y no se ven mas compañías que las de los hijos todavía muy nuevos conducidos por su madre. Movidos los machos de su tempeia- tnento son ztlosos unos de otros , y pelean fuertemente ; y según dicen son mas numerosos que las hembras. Muchos ornitologistas aseguran que se distinguen por unas manchas negruzcas colocadas en la parte inferior del cuello , en el pecho y en los costados , que no se advierten en el plumage de las hembras ; pero los cazado- res afirman haberse enganado los ornitologistas, y por consiguiente creen que han tenido a las hembras por los machos, cuyo dictamen es opues- to a la analogía: yo bien sé que no es esta una razón suficiente para rechazarles , pero si para dudar y verificar el hecho por la inspección de las partes internas. Yo lo hubiera executado, si , ames de concluir este artículo , hubiera po- dido alcanzar algunas codornices viejas , muy ra- ras en los mercados , donde las nuevas son muy comunes. Las codornices se cazan con perro de muestra, y con escopeta ó fusil ; pero esta caza nada tie- ne de particular : también se cogen con una red llamada albanega , con otra llamada tiraba , y con otra propia solo para las codornices llamada tras- mallo. Vease esta 1100.. El albanega es una red de mallas quadradas, de diez pulgadas a un pie ó algo mas de a)to, y larga tanto como se quiera , aunque por lo re- gular suele hacerse de quince a diez y ocho pies, cuyas mallas tienen pulgada y inedia ó dos de diámetro , y se pone perpendieularmente por medio de unos tientos ó estacas metidas en el suelo. La tirayi es otra red de mallas quadradas ó prolongadas , de una pulgada en quadro , cuyo an- cho sera de doscientas mallas , y su largo de quatro- cientas á lo mas: en la parte superior ó mas larga de esta red se pasa por entre las mallas, desde una punta a otra , una cuerda de un dedo de grueso, cuyos cabos excedan por cada lado cerca de cinco pies la longitud de la red. A cada extremidad de esta , se atan quatro ó cinco mallas con la cuerda que la atraviesa , y las otras es preciso que estén de modo que puedan deslizarse y correr por lo lar- °o de la cuerda. También se rodea por baxo esta red con oua cuerda que atraviese su longitud, pero sin que la exceda en cosa alguna. Se hace uso de ella arrastrándola tendida en- tre dos , y llevándola por los cabos de la cuer- da que ¡a rodea por arriba : ó si es uno solo el cazador , asegura dicha red por una punta con una estaca metida fuertemente en el suelo , y la arrastra por la otra opuesta. Con el albanega solo se cogen las codorni- ces en la estación que andan en zelo , que es desde Abiil hasta Agosto , y únicamente son los machos los que caen en eila , ya atraídos del reclamo del cazador que remeda el canto de la hembra , ó ya por haberse puesto delante de la red , metida en una jaula , alguna hembra , que también se llama reclamo , cuyo canto hace caer á los machos en la trampa. Los mejores días para esta especie de caza COD sen los serenos , y las horas en que no hay ro- cío; porque las codornices son menos aétivas, y se mantienen mas quietas quando las yerbas están mojadas. El albanega se tiende en un pedazo de tierra, y en lo alto de una loba siguiendo su longitud, después se retira el cazador a la tercera ó quar- ta loba , ó mas allá , manteniéndose agachado y escondido casi frente á frente del centro ó me- dio de la red, tanto que se sirvan deT reclamo vivo como del artificial para atraer á los machos. El reclamo se hace de dos modos : el uno es una bolsita de cuero de dos dedos de ancho y quatro de largo , formada á manera de pera , la qual se llena de crin sin apretarla. A su extre- midad se ata con un hilo fuerte y encerado un pito , que se hace del hueso del ala de una garza , ó de alguno de los huesos largos de las extremidades de una liebre ó de un gato. El hueso debe tener una abertura encima del parage por donde se ata la boba de cuero : á esta aber- tura se le da la forma de una boquilla de flauta con un poco de cera blanca que se acomoda por las orillas , y con la misma cera se tapa Ja ex- tremidad ó punca del hueso. Para hacer sonar el reclamo , que se tiene metido en la palma de la mano izquierda , se aprieta y golpea con la de la derecha la parte mas hinchada y llena de crin. El otro redamo , largo de quatro dedos , y un poco mas grueso que el pulgar , se hace de u-n alambre enroscado en espiral. Se cubre de cuero , se adapta á su punta mas estrecha , y se ata un pito preparado como el que he des- cripto en el artículo precedente : el reclamo ter- mina en su basa con un pedacito redondo de madera , llano , y encolado fuertemente con e! cuero que le rodea. Enmedio de este pedazo de madera tiene pegada una cuerda ó correa de cue- ro. Cógese ésta con la mano izquierda entre el dedo pulgar y el índice , y con la derecha el reclamo del mismo modo , y por el parage don- de tiene puesto el chiflete , el qual se hice sonar tirando y atíoxando alternativamente U correa. La codorniz, redamo ó reclamo vivo , debe estar bien adestrada y hecha á reclamar ó cantar : para conseguir esto , se coloca la jankt en que está encerrada en un lugar obscuro: se le da de comer mijo por mañana y tarde con luz, haciéndole oir el sonido de un reclamo , y asi contrae el habito de cantar , con lo que queda concluida la enseñanza. La jaula donde está , debe tenerse cubierta con una piel ó con un lienzo para evitar ios golpes que se puede dar en la cabeza. Quando ya se esta en el cazadero, luego que se oye un macho , se tiende la red , se pone la jaula á la parte de atrás , á cosa de dos ó tres pies , al lado opuesto de donde se oye el canto del macho , retirándose á doce ó quin- ce pasos , y escondiéndose sin moverse ni ha- cer ruido alguno mientras que el reclamo llanta al macho. Valiéndose de la tirara se cogen las codorni- ces con perro de muestra ó sin él : si se caza con COD con perro , debe buscarse que ventee lo mas que se pueda : luego qué la descubre , se acu- de á él por delante , se desplega la red a dis- tancia de quince ó veinte pasos , y llevándola entre dos , se va adelantando hasta que se llega á tapar eí perro , entonces ó sale la caza por si misma , ó se la obliga á ello golpeando U red, que se baxa al mismo tiempo , y la codorniz queda aprisionada. Si va un hombre solo , se suple el defec- to del segundo , metiendo en tierra una estaca agarrada a una punta de la red , y se va ade- laitando haciendo un circulo : todo lo demás se cxecuta lo mismo que quando cazan dos personas de compañía. Si no se trae perro , se cogen las- codornices con esta misma red, valiéndose del reclamo; pero esto no puede ser mas que quando andan en ze- lo. Se escucha y se advierte en que parage se oye un macho , se va hacia él con la red des- plegada , y quando ya se cree estar inmediato 6 sobre el ave , si la codorniz no sale , se golpea la red. El mes de Mayo y el de Septiembre son los mas proporcionados para cazar con esta especie de red y el perro de muestra : los dias sere- nos son mucho mejores , y las horas mas pro- pias por la mañana , una hora después de salir el sol , y por la tarde otra antes de ponerse. El cazar con esta especie de red está prohibi- do , por demasiado pernicioso ; y no se cogen con ella tan solo codornices , sino que algunas veces de un lance se coge una bandada entera de perdices : por este motivo en Francia en los districos de las casas reales , están obligados los labradores , después de la cosecha de los fru- tos, á meter en el suelo cinco ramitos de espi- nos , en cada yugada de tierra que siegan. Codorniz blanca. Esta es una variación de Ja codorniz, regular, Vease Codorniz. Codorniz de garganta blanca. No es tan grande como nuestra codorniz, : la garganta es de un blanco hermoso, cuya circuns- tancia, la mas notable en esta ave, me ha dado motivo para denominarla asi. La coronilla de la cabeza es negruzca : las mexillas son de un ne- gro baxo que se extiende por los lados y por delante del cuello , y debaxo de la garganta que ro- dea : una raya blanca nace de la parte de arri- ba de la raiz del pico, pasa por encima del ojo, y se extiende hácia atrás por los lados del cuello hasta cerca de su extremidad : la parte de atras de la cabeza es parda : la posterior del cuello ne- gruzca , rayada longitudinalmente de blanco sucio: el lomo pardo , ondeado con pequeñas rayas trans- versales negruzcas : el ovispillo y las cubiertas de las alas pardas : las plumas escapularias , y las pe- queñas guias de las alas son pardas , variadas de gris por la orilla exterior , de roxo por la in- terna , y por medio cortadas de negro : la parte de abaxo del cuerpo está rayada de negro á ma- nera de Z sobre fondo blanco sucio. Por los la- dos tiene dos bandas anchas longitudinales y par- das , guarnecidas por fuera de pintas redondas de un blanco sucio rodeado de negra : las guias de Historia Natural. Torn. I. COD 329 las alas son parduscas , y las de la cola tiran á gris: el pico negro, los pies pajizos, y las una» negras. Yo hallé esta codorniz, viva en París en casa de un paxurero , y no he podido saber de donde la habian traido. Sus colores , semejantes á los de las codornices que se encuentran en la Guayana y en la Luisiana , parecen indicar que es originaria de América. Quando la adquirí era en extremo arisca : pero luego se amansó , y en pocos meses se familiarizo tanto , que iba á tomar la comida de la mano , se dexaba coger fácilmente, y parecía alegrarse quando la acariciaban. Se la puso en un jardín , á cuya entrada hay dos empa- lizadas para faisanes , y corría precipitadamente delante de estas empalizadas , con las alas y cola ten- didas, haciendo mil esfuerzos para entrar en-ellas, y al mismo tiempo no cesaba de dar un grito dulce y baxo , haciendo una especie de murmu- llo que parecia la expresión del gusto : al con- trario por mañana y tarde tenia un grito agudo, alto y penetrante que se oia desde muy lejos: quando se la tenia en la mano y se la acaricia- ba , hacia poco mas ó menos el mismo mur- mullo que delante de las jaulas de los faisanes: todo el tiempo que se la dexaba en libertad lo pasaba delante de estas jaulas sin alejarse jamás: todos sus movimientos parecían dimanar de la necesidad de unirse , y se conocía que la analo- gía la inclinaba hacia los faisanes , no obstante la diferencia del tamaño ; porque en el mismo jar- din , y también á la entrada habia un ánade ra- moso de la Luisiana , y algunas palomas á las que jamás se acercaba. Vivió tres años , y se alimen- taba de trigo , como también de algunas legum- bres. Gen. VI. Codorniz (pequeña) de Gingi. Vi are d las Indias y á la China , tom. II. pag. 172. j Es cerca de un tercio mas pequeña que nues- tra codorniz : tiene la cabeza negra , y una raya de un amarillo rubio en cada mexilla : la ..gar- ganta blanca , listada de negro por la parte de abaxo : la delantera del cuello , y la de debaxo del cuerpo de un amarillo que tira a roxo., cor- tado por una banda longitudinal negra en el cen- tro de cada pluma , y por otras dos blancas paralelas á aquella en las orillas de las plumas: la parte de atrás del cuello es rosada , y varia- da de negro : el lomo , el ovispillo , y las cu- biertas de las alas de un roxo castaño , variado de pajizo y de negro ; y las guias de las alas pardas. Se diferencia la hembra del macho, en que no son tan vivos sus colores , y que 'enmedio de cada pluma de la delantera del cuello tiene una banda blanca longitudinal , y á los lados dos pintas negras : en que las plumas del vientre es- tán cortadas por rayas negras transversales , y por otra blanca longitudinal enmedio. Sonnerat nada dice del color del pico , ni del de ¡os pies de esta codorniz , que se encuentra en los coscas de Corom andel. Gen. VI. Codorm-z de la Cayena. Esta ave, que todavía no se ha descripto, es mas pequeña que nuestra codorniz . La coronilla de Tt la 330 C O D la cabeza es blanquizca , y la garganta leonada: debaxo de ésta tiene un semicollar de un blanco sucio, con un rasgo negro á lo largo ennredio de cada pluma , y un perhl del mismo color en su extremidad : lo inferior del cuello , y lo aleo del pecho están mezclados confusamente de gris y negruzco : lo inferior del pecho , y lo restante debaxo del cuerpo salpicados de blanco y negro, siendo cada pluma negra y terminada en una man- cha blanca: las del medio del vientre están guar- necidas de un poco de leonado : la parte de atrás de la cabeza , lo alto y los lados del cuello in- terpolados de negro , de blanquecino , y de al- gunos rasgos leonados , dispuestos a rayas verti- cales ; y la parte baxa del cuello , por detras y por delante , mezclada confusamente de gris y de negruzco : las cubiertas de las alas son de gris, y enmedio tienen unas manchas negras , y las mayores están guarnecidas con algo de blanco: las grandes plumas de las alas son de un gris pardo : la cola tira á gris : el pico es negruzco, y los pies de un gris que tira á pajizo. Gen. V I. Codorniz de la China. Lam. i 16. fig. i. Briss. tom. I. pag. 514. l*m. XXV. fig. 1. Ed'X'. pag. 77. cap. XXXV I. lam. 147. Cotu/nix Sinensis en Latin. Fraise ó caille de la Chine en Francés. Es del tamaño de una alondra ; lo superior de la cabeza , y todo el cuerpo de un pardo claro ■variado de negro : la gaiganta negra ; y la de- lantera del cuello y las mexillas de un blanco hermoso : una raya negra separa el cuello del pecho , el qual es de un color de ceniza obscu- ro , con algunas manchas de color de castaña : el vientre , lo inferior del cuerpo y la cola es de color de castaña : las alas son de un pardo cla- ro , el pico negro , los pies amarillazos , y las uñas pardas. En Filipinas se halla esta pequeña *odorm z , y en la China hay una variedad de la misma especie un poco mayor , y cuyo pecho está lleno de pintas negras. Estas codornices se do- mestican , y los combates de los machos es una diversión grande para los Chinos , que apuestan por uno y otro combatiente. Gen. VI. Codorniz (la grande) de la China. Vi age d las Indias y k la China , tom. II. pag. 171. Es mucho mayor que nuestra codorniz: la co- ronilla de la cabeza es de gris , rayada transver- salmente de negro , y variada de blanco con mo- tivo del cañón de las plumas que es de este ul- timo color : las mexillas son de un roxo claro, cortadas por una raya blanca que pasa por encima del ojo : el cuello , el lomo y el ovispillo están rayados transversalmente con bandas negras sobre fondo gris , y tiene además enmedio de cada pluma otra banda blanca longitudinal : las cubier- tas de encima de la cola son muy largas , y las cubren enteramente: las alas son parduscas, y en la parte de afuera de cada pluma tienen unas manchas anchas , negras y redondas : el vientre es rosado, con una banda longitudinal blanqueci- na enmedio de cada pluma , y algunas manchas negras á cada lado: el iris es encarnado, el pico negro , y los pies amarillos. G en. VI. COD Codorniz de la Isla de Luzon (pequeña). Viagt a la nueva Guinea , pag. 54. La pequeña codorniz, de la Isla de Luzon , se- gún Sonnerat, único autor que habla de ella, no tiene mas que quatro pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , y por consiguiente es mas pequeña que un gorrión y mucho mas corta. La parte de arriba , y la de atrás de la cabeza son negras : los costados roxos , manchados de negro; y el lomo y las alas negras : sobre las alas tiene algunas lineas oblongas que tiran á gris: la garganta es blanquecina , y tenida por los lados de roxo : el pecho gris , manchado de negro : el vientre de un pajizo sucio , con bandas negras transversales : pico y pies negruzcos. Gen. Vi. Codorniz de la Luisiana. Lam. 149. Briss. tom. I. pag. 15 8. Véase Coleniciu. Codorniz de la nueva Guinea. Viage á la nueva Guinea , pag. 170. lam. 105 . Sonnerat es el único que habla de esta codor~ n¡Z , y la describe del modo siguiente: „ La codorniz, de la nueva Guinea es un ter- „ ció mas pequeña que la de Europa : todo su ,, plumage es pardo , mas baxo sobre el lomo y „ las alas , que debaxo del vientre y en la cabe- ra: las guias pequeñas de las alas están circuidas „ de una orla amarilla , cárdena y obscura : las „ grandes son todas negras ; y el iris y pies ti- „ ran á gris. „ Gen. VI. Codorniz de las Filipinas. Lam. 116. Briss. (om. I. pag. 154. Vease Codorniz de la China. Codorniz de las Islas Maluinas. Es mucho mayor que nuestra codorpz , y ca- si tan grande como la perdiz, de gris : esta seria una perdiz , y no una codorniz, , si la magnitud bastara para distinguir estas aves. Como es una especie nueva, y no se ha hablado de ella hasta ahora , creo que el nombre de perdiz le conven- dría mejor que el de codorniz, puesto que por su tamaño tiene mayor relación con la peí diz, y ba- xo del mismo punto de vista se diferencia mas de la segunda. Su plumage está variado de gris, de leonado y de negro : un rasgo negro ocupa el centro de cada , pluma según su longitud ; y está circuido de leonado en la delantera del cuello y en la garganta , y de gris en la de atrás del cuello y Ja de encima del cuerpo : lo orilla , tanto leona- da como de gris , está circuida de negruzco ; y «1 vientre y costados son blancos : las grandes guias de las alas son de un negro descolorido ; y el pico y los pies del mismo color. Gen. VI. Codorniz de las Molucas. A Sonnerat se debe el conocer esta ave , que es la mas pequeña de las codornices , si en efeéto puede tenerse por tal. No es mucho mayor que un tarín. La garganta es negra , y debaxo de ella tiene una mancha ancha de un blanco hermoso, rodeado de negro : el pecho , y todo lo debaxo del cuerpo es de un ceniciento que tira a color de pizaria : todo lo superior del cuerpo pardo, con algunos rasgos negros , cuya dirección es de la cabeza á la cola, y sobre la cabeza tiene al- gunas señales de un gris sucio y obscuro : el pico es negro , los pies pajizos , y las uñas negras. El COD El pico es muy fuerte a proporción del ta- maño del ave , mas largo , y no encorvado 6 convexo por su parte superior como el de la todorni-x, : es reélo , conico , como lo es también, según lo representan las laminas , el de dos co- dornices de la Isla de Luzon , y el de otra de la nueva Guinea , todas tres descriptas por Son- nerat , y cuyas figuras nos ha dado en su obra. Yo no he visto las codornices de la Isla de Lu- zon , ni la de la nueva Guinea ; y pensaba que el grabador habria errado el pico ; pero la confor- midad del de la codorniz de las Molucas, una de las quales he visto , con el de estas tres codor- nices me inclina á creer que todas quatro difie- ren de las verdaderas codornices. : que no son del genero VI. sino que se debe formar de ellas un genero distinto , el que sin embargo no puede establecerse antes de tener un conocimiento mas exaífo de estas aves. Baste por ahora notar que teniendo lo misma forma y exterior de las codor- nices , es el pico diferente, mas largo, derecho y conico , en vez de ser conico y encorvado. Codorniz de Madagascar. Véase Turnix. Codorniz (la grande) de Madagascar. Viage í las Indias y a la China, tom. II. pag. 169. lam. 98. Es otro tanto mayor que nuestra codorniz : la parte de arriba de la cabeza, la de atrás del cue- llo , y el lomo son de un roxo pardusco ; en- medio de la cabeza tiene una raya longitudinal de un blanco pajizo que va aclarando por encima del cuello , y se extiende en una raya blanca hasta la mitad de lo largo de él; las me- xillas son de gris , cortadas por dos rajas blancas que se dilatan por los lados del cuello en toda su longitud : la garganta es negra , y el pecho y vientre del mismo color; pero entre la parte del buche y lo alto del pecho tiene una mancha ancha de color de castaña ; y ademas pe- cho y vientre están salpicados con pintas blancas redondas : las pequeñas cubiertas de encima de las alas son rosadas , y están cortadas transversal- mente por lineas negras ; las medianas de un 1 o- xo negruzco , rayadas transversalmente de blanco pajizo : las grandes guias de las alas pardas , las medianas y pequeñas negras , cortadas transver- salmente y terminadas en amarillazo ; la cola ne- gra , rayada transversalmente de pajizo : el pico negro , y los pies rubios. Gen. VI. ' Codorniz de México (grande). Véase Colín (grande). Codorniz copetuda de México. Lam. 116, fig. 1. Briss. tom. I. pag. z6o. Vease Zonícolin. Codorniz de tres dedos de la Isla de Luzon, Viage a la nueva Guinea , pag. 54. lam. 13. Ya se ha visto exemplar de una especie de codorniz, con tres dedos ( vease. turnix ) , que se encontró en Madagascar. Sonnerat en su primer viage á las Indias nos ha dado á conocer otra segunda , que describe del modo siguiente: ,, La cabeza , lo 3lto del cuello por la parte „ de atrás , y de la garganta por la de delante, ,, están cubiertos de plumas blancas ; sin embargo „son mas las negras : la parte de abaxo de la „ garganta y del pecho son de color de canda obs- ,, curo : el vientre es de un amarillo claro y lavado; ' Historia Natural. Tom, I. C O G 33 1 „ el lomo de un gris que tira á negro : las guias „ de las alas tiran a gris ; pero las plumas pe- „ quenas terminan en una mancha amarilla , en- „ medio de la qual tiene una pinta negra , re- „ donda y semirodeada de un circulo de acanelado „ obscuro : los pies y el pico tiran á gris. „ Gen. Vi. Codorniz parda de Madagascar. Viage a las In- dias y d la China, tom. II. lam. 171. Su tamaño es el mismo que el de nuestra co- dorniz ; lo de encima de la cabeza , y lo alto del cuello hacia atrás está mezclado de negro y roxo : la garganta de un roxo claro : la delante- ra del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo de este ultimo color , variado con dos bandas ne- gras concéntricas que guarnecen cada una de la$ plumas : la parre de arriba del cuerpo rayada transversalmente de negro sobre fondo gris : las alas pardas , el iris amarillo , y el pico y los pies negros. Gen. VI. ** Nota. En el Reyno de Chile no hay co- dornices. Coger ayre alto, (cetr.) Esta voz significa que el ave muy remontada vuela por encima del ajre inferior que corre sobre la superficie de la tierra. COGUJADA' (grande). Vease Alondra (grande) COrETUDA. Cogujada de garganta x p.echo blanco. Lam. 661. Coquilladc en Francés Esta.es una alondra que se encuentra en Pro- venza , -y de la que nadie ha hablado antes de Montbeillard, que la .describe del modo siguiente: „ La cogujada de garganta y pecho blanco tie- „ ne la garganta , y todo el cuerpo por debaxo j, blanquecino , con unas manchitas negras sobre „ cuello y pecho : las plumas del moño (Mcnt- „ beillard Éa hablado de ella mas arriba ) son „ negras , guarnecidas de blanco : la parte de „ arriba de la cabeza y del cuerpo variadas de „ negruzco y de roxo claro : las grandes cubicr- „ tas de las alas terminadas de blanco : las plumas „ de ellas y de la cola pardas , guarnecidas de „ .roxo claro ; excepto .algunas guias de las alas „ que están circuidas de blanco : el pico es par- „ do por arriba , blanquecino por abaxo , y los „ pies pajizos. „ Su total longitud es de seis pulgadas y tres „ liaeas.... : la cola tiene dos, y excede a las alas „ en siete ú ocho lineas.,, Montbeillard añade , que Sonnerat ha traído del Cabo de Buena Esperanza una alondra muy semejante a esta de que se trata , y que según la comparación que dicho Montbeillard ha hecho, no parece .mas que una leve variación. La cogujada de que tratamos tiene un peque- ño copete en la parte de atras de la cabeza , y canta desde el rayar del dia. Macho y hembra jamás se dexan , y mientras que uno busca su comida , el otro vela en la seguridad reciproca de Li pareja , que permanece siempre fiel y constan- te. Gen. XXXIX. Cogujada del Senegal. Vease Griseta. Tt x CO- 332 COL COLA DE ABANICO. Cola de abanico de la Virginia, Lam. 380. el ma- cho , fig. snper. la hembra fig. ivftr. Este paxaro , llamado cola de abanico por la costumbre que tiene de abrir y extender su cola, es del genero del pico gurdo ó del XXXIV. del método de Brisson : todo su plumage es de un pardo uniforme , mas fusco en la parte de arriua del cuerpo , y en la de abaxo mas claro , y avi- vado por una leve tintura de roxo que tira á negruzco en las guias de las alas y en las plu- mas de la cola: el pico es gris blanco , y los pies negruzcos. La hembra tiene mas baxos los colores que el macho, y el vientre blanquecino. He visco dos de estos paxaros vivos en París , que ni can- taban , ni eran notables mas que por el habito de tener la cola tendida , pero sin levantarla. Vi- vieron poco tiempo , y decian que los habían traído de la Virginia. Cola de abanico de la Virginia, lam. 380. Vease Cola de abanico. COLCU1CUILTIC. Ve ace Colenicui. COLENICUl O CODORNIZ de la Luisiana. Lam. 149. Briss. tom. I. pag. 258. lam. XXII. fig. 1. Gen. VI. Colenicui en Francés. Al parecer esta especie de codorniz es muy común en la Luisiana , porque siempre entra en el número de las aves que se remiten desde es- ta parte de América: su tamaño y su forma es lo mismo que los de nuestra codorniz, de la que tan solo se diferencia en los colores del pluma- ge , y en tener el pico mas grueso. La cabeza esta variada de negro y de casta- ño con que finaliza cada pluma : una banda blan- ca va desde las ventanas de las narices al occipu- cio , pasando por encima de los ojos , y baxa por cada lado sobre el cuello : la garganta es blanca: la parte posterior del cuello está variada de negro , de castaño y de blanco : la de enci- ma del cuerpo rayada con bandas escrecnas ne- gras y en forma de Z sobre fondo castaño : la parte anterior del cuello , y la inferior del cuer- po rayadas de negruz.co sobre un gris sucio : las plumas del ala son pardas , excepto el borde ex- terior de las guias que es de color de gris , y la parte exterior de las medianas que es rosada: la cola variada de castaño , ceniciento y negruz- co : Brisson dice que el pico y los pies son en- carnados : con todo , el pico era efectivamente negro , y ios pies negruzcos en una multitud de aves de estas que he recibido de la Luisiana. £1 que ha descripto Brisson quizás seria una varia- ción. Los Mexicanos le llaman colcuicuiltic. COLIBRI (el) O PICAFLOR. Polytmus en Latín. Colibrí en Francés. El colibrí ( considerado en su genero ) es un páxaro del nuevo Continente , y tiene las mis- mas propiedades y hábitos que el páxaro mosca. Vcase Paxaro mosca. Unicamente se diferencia en que tiene el pico mas prolongado y arqueado , del mismo grueso en casi toda su longitud , y algo hin- chado por la punta : igualmente que el paxaro mosca. COL se halla adornado de los colores mas ricos y mas brillantes : habita también en los p.arages mas cali- dos de la América , y en algunas de las regio- nes templadas , pero no se aleja tanto hacia el Norte, be encuentran paxaros moscas en la Luisia- na y en el Cañada , pero no se hallan colibris Al modo que los p ¡ex aros moscas no tienen otro canto que una especie de zumbido aue no carece de alguna dulzura 3 y unos y otros son difíciles de criar y de mantener enjaulados. En quanto á es- to , ajease el artículo Paxaro mosca. El nombre genérico de los colibris en lengua brasiliense es guainumbi. Colibrí (pequeño). Lam. 600. fig. 1 . Briss. tom. III. pag. 667. Este es el mas pequeño de todos los colibris conocidos. Desde ia punta del pico á la de la cola tan solo tiene tres pulgadas de largo : todo su plumage es de un verde dorado resplandecien- te y con visos de un cobre purificado muy vivo: las alas son de un pardo violáceo : las dos plumas del centro de la cola de un verde dora- do : las laterales del mismo color , guarnecidas de blanco , y la mas exterior por fuera es blan- ca en toda su longitud : la mitad superior del pico negra , y la inferior blanca : Brisson dice que este colibrí se encuentra en el Brasil , y en diferentes parages de América. De la Cayena re- cibí uno que se le semeja mucho , y con todo se diferencia en que no tiene aquel verde dorado tan resplandeciente en Ja parte de arriba del cuer- po , y en que en las partes inferiores son sus plumas de un rubio sin lustre. ¿ Acaso seria Ja hembra ? Lo que no me dexa determinar a ello es , que las dos plumas de la cola son mas lar- gas que las demás; que están terminadas de blan- co rosado ; que todas van en diminución desde el centro de la cola a las orillas ; y en fin que el pico es del todo negro , y á proporción pa- rece mas largo , porque en mi juicio , todavía es mas pequeña esta especie que la anterior ; pero no habiéndola recibido mas que una vez , y es- ta bien maltratada , no he podido ñxar sus di- mensiones. Gen. XLIV. Colibrí azul. Colibrí de Santo Domingo. Lam. 6%o.fig. 1. Briss. tom. III. pag. 681. Para la remisión que hago á la fig. 1. de la lamina iluminada 680. adopto el colibrí que se en- cuentra en la obra de Butrón , edic. en n.° tom. 11. pag. 84.; pero como no se halla semejanza algu- na entre esta figura y la descripción , es cierto que hay algún yerro typografico en este parage: yo no puedo verificarlo , porque no conozco co- librí al qual pueda referir el que representa ia lam. 680. fig. 1 .: en quanto al colibrí agid se pre- senta otra dificultad , y es que Brisson , según Seba , hace una descripción diferente de Ja que presenta Bufion siguiendo al P. du Tertre , que cita también Brisson. Parece , pues , que Brisson ha preferido la figura que se halla en la obra de Seba , a la descripción que de él hace el P. du Tertre. Pero como es notorio el poco mérito que tienen las laminas de Seba, por quanto este COL autor sude aplicar muy mal los nombres : me parece mejor y mas seguro atenerse á la descrip- ción del 1*. du Terrre , sin que lo impida la fi- gura que presenta Seba , la que , o quizas no es exaéta , ó lo que es mas verisímil , representa otro páxaro diferente del que se trata, El colibrí aytl tiene de este color la parte de arriba del cuer- po : la cabeza , la garganta , pecho y vientre son de un carmesí aterciopelado, con visos de diversos colores según los aspedos , y sus alas y cola son negras , y azules en la figura que da Seba. Según el P. du Tertre , este colibrí es como U t mitad cid reyezuelo de Francia. Gen. XLIV. Colibrí copetudo. Bkiss. tora. III. pag. 69z. Este colibrí únicamente es conocido por lo que dice Seba , y aunque algunos autores han habla- do de él ha sido siguiendo á éste : según la fi- gura representada en el vol. i. pag. 97. lab. LXI. ftg. 4. tiene cerca de ocho pulgadas y inedia des- de la punta del pico a la de la cola : todo su plumage es de un encarnado muy hermoso , a excepción de las cubiertas de encima de las alas, como también las guias de ellas que son azu- les : las plumas de la parte superior de la cabe- za son largas y estrechas , y forman un penacho que la adorna : la cola es encarnada , y las dos plumas del medio muy largas. Se encuentra en México. Gen. XLIV , Colibrí de cola violácea. Colibrí de cola violácea de la Cayena. Larn. 671. fig. 1 . Esta es una especie tan solo descripta por Buffon : la longitud total de este paxaro es de cinco pulgadas , y su pico de diez y seis lineas: la cabeza y todo lo de arriba del cuerpo son de un verde dorado : las alas de na pardo que tira a violáceo, y enmedio de la garganta y de la de- lantera del cuello tiene una raya longitudinal de un verde nemo , entre otras dos blancas : el pe- cho es de este ultimo color : el vientre y los costados de un verde dorado resplandeciente : la parte de abaxo de la cola blanca : las plumas de que ésta se compone están variadas con bandas anchas de un verde dorado pálido , de un negro bronceado , y de color de purpura : las de mas afuera por cada parte tienen en la punta una mancha blanca , y las intermedias carecen de ella: pico y pies son negros. De la Cayena y Santo Domingo viene con frequencia este colibrí. Ge- nero XLIV. Colibrí de corbata verde. Colibrí de 'garganta verde de la Cayena. Lam. 671. fig. 1. Tiene muchas relaciones con el colibrí de cola violácea. Idease Colibrí de cola violácea. El mismo tamaño poco mas o menos , el mismo verde dorado en la cabeza y en la parte de arri- ba del cuerpo, y sobre las alas, el mismo paido que tira á violado , solo que estos colores son mas obscuros y no tan resplandecientes en este colibrí : una banda de un verde de esmeralda se extiende por medio de la garganta y de la de- lantera del cuello entre dos rayas de un pardo rosado : esta raya verde se ensancha alargándose COL 333 hasta el pecho , y termina en esta misma parte en una mancha negra oblonga que se extiende por medio del vientre estrechándose al mismo tiempo : la extensión de esta raya negra va acom- pañada por la derecha é izquierda de una banda longitudinal de un blanco mezclado de rubio : la parte de abaxo de la cola es blanca , y las plumas de que se compone pintadas como en el colibrí de cola violácea. Lo que mas distingue estos dos páxaros , y lo que tal vez debe impedir el te- nerlos por una misma especie , es que este de que tratamos tiene el pico mas corto que el co- librí de cola violácea : ambos tienen el pico y los pies negros , y tanto este ultimo como el pri- mero se encuentran en la Cayena. Gen. XLIV. Colibrí de garganta verde de la Cayena. Lam. 6 71. fig. 1. Véase Colieri de garganta verde. Colibrí de garganta color de escarlata. Tiene qtiacro pulgadas y media de largo : la garganta , las mexillas , y toda la delantera del cuello son de un color de escarlata que tiene la brillantez de los rubies : la parce de arriba de la cabeza , del cuerpo y de la cola es de un ne- gruzco de terciopelo , con una franja estrecha y azulada al rededor de las plumas : las alas son de un verde dorado obscuro : el ovispillo , y la par- te de abaxo de la cola de un azul hermoso. Aunque este colibrí tenga muchos rasgos de seme- janza con el violáceo , sin embargo se diferen- cia mucho para que con fundamento se pueda te- ner por una variación , como cree Brisson , supl. tom. VI. pag. 119. Este colibrí se encuentra en Su- rinam. Gen. XLIV. Colibrí de gargantilla de Surinam. Lami- na 600. fig. 'Vease Gargantilla roxa. (el) Colibrí de la Cayena llamado Topacio. La- mbí. ^99. fig. i. Vease Colibrí iopacio. Colibrí de México. Lam. 680. fig. z. Vease Peto NEC ro. Colibrí de Santo Domingo. Lam. 6S0. fig. 1. Vease Coiieki azul. COUBRI DE VIENTRE ROSADO. Briss. tom. III. pag. 6 70. Su longitud es de cerca de quatro pulgadas: la cabeza , la parte de atrás del cuello , y todo lo de encima del cuerpo de un verde dorado, cou visos encarnados: la garganta, la delantera del cuello , y la parte de abaxo del cuerpo de un rosado claro : las alas pardas , con algún vi- so de morado : la cola de un negruzco con vi- sos verdes , y terminada de blanco : el pico ne- gro , a excepción de la basa de la mandíbula in- ferior de él que es amarilla ; y dedos y uñas negros. La descripción que acabo de hacer no es en un todo conforme á la que Marcgrave hace de su quarta especie de colibris á la que atribu- yen los autores lo que acabo de referir ; pero yo me he arreglado á un individuo que tenia á la vista , y que recibi de la Cayena. O no es, pues , exada la descripción de Marcgrave , por, estar muy restringidas las dimensiones que pre- senta , por pintar demasiado resplandecientes los colores de encima del cuerpo , y por ser ima- ginaria la tintura de azul que dice agracia lo ro- sa- 334 C0L saco dcbaxo del cuerpo ; o , lo que es bastante verisímil, el co!ib,¡ de vientre rosado de la Caye- na se diferencia del del Brasil , ó por lo menos es un3 variación. Gen. XLIY. Colibrí pequeño du Tenre. Htstor. des Anlil. Ytase Paxaro mosca cristado. Colibrí pintado. Buf. y Bris. Vease Zitzil. Colibrí topacio, (el) Coiibii de la Cayena llamado topacio. Lam. s>9- h- r- Briss. tom. III. pag. 690. Hdw. tom. I. pag.p lam. 31. Esta es una de las mayores especies de co- iibris , como también una de las mas hermosas. Desde la punta del pico á la de la cola , pro- piamente asi llamada , tiene de largo seis pulga- das , y desde el mismo punto a la extremidad de las dos plumas mas largas que exceden a las otras , cerca de ocho pulgadas y media. La ca- beza es de un negro de terciopelo purpureo , que se prolonga en una linea estrecha por los lados del cuello , y rodea una mancha resplandeciente que cubre la garganta y lo alto del cuelio : esta mancha según le hiere la luz , tiene el resplan- dor y color del topacio , y muchas veces parece de un verde dorado , y otras de un verde puro V unido : la parte de atrás del cuello , y la de encima y de abaxo del cuerpo están cubiertas de plumas de un roxo de cobre purificado, mas ba- xo encima del cuerpo , y mas resplandeciente en lo inferior de el : las guias de las alas son de un pardo violáceo , y las plumas pequeñas ro- xas : las dos del centro de la cola de un pardo purpureo , y las lacéralas roxas : este ultimo co- lor es el de dos plumas largas , estrechas , y de barbas iguales que saltn del medio y encima de la coja , y que exceder, en dos pulgadas y media a las otras plumas de que se compone : el pico, pies y uñas son negras. La hembra carece de las dos plumas largas de la cola que son propias y cara&eristicas del macho : su garganta , y lo alto de la delan- tera del cuello no tienen mas ademo que algu- nos visos dorados sobre fondo verde , y el res- to de su plumage es de un verde dorado , que daría a este paxaro bascante realce , no compa- rándolo con su macho. Brlsson no habia visto el coiiiii i topacio, y asi no es muy exacta su descripción. Gen. XL1Y. Colibrí verde y negro, - Bkiss. tom. III. pag. 6S9. Este colibrí tiene quatro pulgadas y dos á tres lineas de largo : la cabeza , el cuello y el lomo son de un verde dorado : el p.echo , vientre y costados de un negro reluciente con un viso en- carnado : una banda blanca atraviesa la parce in- ferior del vientre , y otra de un verde dorado con visos azules corta transversalmente lo alto del pecho : la cola es de un negro aterciopelado, con un viso de acero pavonado y bruñido. Según Brisson , la hembra ditiere del macho en que no tiene aquella banda blanca transversal ; y la ha representado en el tom. ¡11. U¡>¡.. xxxl'. fig. 1. Es;e. colibrí se encuentra en Mtxico, tam- poco es raro en la Guayana , y también le he COL visto traer con abundancia de la Isla de Santo Domingo Gen. X L’.V. Colieri VIOLACEO. Lam. 600. fig. i. Briss. tom. III. pag. 6 S3. lam. XXXV.fig. 1. Este colibrí , uno de los mas hermosos pa- saros en este genero , tiene quatro pulgadas y media de largo , siete pulgadas y tres lineas de vuelo , y sus alas plegadas exceden a la cola en quatro lineas : la cabeza , la parte de atras del cuello , y la de arriba y abaxo del cuerpo son de un negro de terciopelo cambiante en un vio- leta obscuro resplandeciente y lustroso : la gar- ganta , y la delantera del cuello de un morado purpureo que tiene el resplandor y reflexos de los metales : las cubiertas y guias de las alas sen de un verde dorado muy brillante : la cola de un negro de terciopelo , avivado con reflexes verdosos : las plumas de que se compone son mas largas por los lados que por medio , y la hacen bastante ahorquillada : el pico es negro , y pies y unas pardos. Esta bella especie se encuen- tra con freqiiencia en la Cayena. Gen. XUY. COLIMBO O MEKGO. Colymbus en Latín. Grébe en l-ranccs. h"¡ sandio en Italiano. üeitícbel en Alemán. Greater loon-diver , great doubjr, great arsefoot, &C. en Inglés. Es fácil de conocer los colimbos por lo irre- gular de su cuerpo hinchado por delante , y com- primido por detras , por lo largo de su cuello, por su pico reCto y puntiagudo , por lo corto de alas , y un mechón de plumas sueltas que le sir- ve de cola; por sus pies cortos é indinados ha- cia aíras , chatos por los lados , y agudos por delante , con quatro dedos , los tres unidos ó semipalmeados con una membrana festoneada. Otro caraéler que los distingue es sus uñas largas y romas , y el plumage brillante y lustroso que viste la parte anterior de su cuerpo , que según )j expresión del Conde de Bufíon es suave como el vello , flexible como la pluma , y lustroso co- mo la seda. L1 elemento propio de estas aves es el agua: temen la tierra , y apenas pueden sostenerse so- bre ella : vuelan con vigor , y favorecidas del viento que las lleva , se internan en el mar hasta muy lejos de la tierra : gustan mucho de estar sobre la superficie del agua , y sumergirse hasta lo mas profundo : su alimento es el pescado y yarias plantas marinas : anidan en las rocas del mar , y en párages donde puedan alcanzar con el vuelo , y sus hijuelos se precipiten á el mar fácilmente : también se hallan en las lagunas y lagos: en las aguas dulces hacen su nido con jun- cos y cañas texido uno con otro , le dexan flo- tante sobre el agua ; pero asegurado á las cañas que están al rededor : su postura es de dos á tres huevos lo mas. Hay colimbos en ambos Continentes ; pero en el antiguo son mas numerosas las especies : están sumamente gordos , bien que no es su carne la que los hace apreciables , sino las hermosas plu- ma* COL mas que tienen en la parte anterior de su cuer- po que son muy estimadas para guarniciones y forros. Estas aves componen el genero XCI. del mé- todo de Brisson. El Conde de BufFon los separa en dos especies mayor y menor , á los primeros los da el nombre de colimbos , y a los segundos el de castañeros. Cor i meo. Lam. 9 41. Briss. tora. VI. pag. 34. lam.. III. fig. 1. Gen. XCI. Tiene desde la punta del pico hasta la del dedo de enmedio un pie y diez pulgadas escasas. La parte superior de la cabeza , cuello y cuerpo es, de un color pardo lustroso : las mexillas , el cuello por delante , y lo inferior del cuerpo de un blanco hermosísimo y lustroso en extremo: el ala se compone de treinta plumas , y recogi- da es de un color pardo , cortado por el medio y á lo largo por una lista ancha blanca ; el se- roipico superior es ceniciento por encima , y ber- mejizo por los lados : el inferior de este mismo color , y blanquizco por la punta : los pies son de un pardo bermejo ; las uñas pardas , y blan- quizcas por la punta. Este colimbo es muy común en el lago de Ginebra , y en el de Zurich. Los manguiteros le conocen baxo el nombre de co- limbo del logo Ginebrino , no obstante de hallarse pn otros lagos , y no ser inferior su pluma a el de Ginebra. No está en el mayor auge la piel de estas aves en el comercio de la peleteria , sea por la escasez de ellas , ó por no estar en uso el cazarlas como en Ginebra. Sin embargo de ser cxaéta la relación que me han hecho, estas aves son muy comunes en Bretaña , y pudiera sacarse algún provecho de su caza, i Y no sería tal vez posible el domesticarlas y hacerlas procrear en las lagunas y estanques , estableciendo por este medio un ramo de comercio de sus pieles ? Colimbo grande. Colimbo de la Cayena. Lam. 404 .fig. 1. El Conde de Buflon describe esta nueva es- pecie en los términos siguientes: „ Esta ave es la mayor de las de este genero, no tanto por las dimensiones de su cuerpo , quanto por lo largo de su cuello , el que hace que la cabeza esté tres ó quatro pulgadas mas alta que la del colimbo común , aunque del mismo tamaño: tiene la capa parda , y la delantera del cuello de un roxo obscuro , el que se extiende por los h¡- jares y obscurece el blanco del pecho y vientre : „ el pico es negro , según la lamina iluminada , y blanquizco por ia basa del semipico inferior : los pies son negros, Gen. XCI. Colimeo pequeño, Lam. 94l. Briss. tom. VI. pag. 5 6. Gen, XCI. En'Xñ tom. II. pag. XtVI. lam. 96. Se diferencia del común en ser mas pequeño, en que el color pardo de las partes superiores es mas obscuro y negruzco , y en que la región del ano está matizada de este ultimo color : la punta del semipico inferior es negruzca : entre la base del superior y el ojo tiene una raya de un roxo obscuro sobre una membrana desnuda. Solo COL 335 se halla esta especie en el mar, donde habita. Colimeo con mexillas de cris. Lam. 93 1. Es quasi del tamaño del colimbo cornudo : todo lo superior del cuerpo de un pardo obscuro : las mexillas y la garganta pardas : la parfe anterior y lados del cuello son roxos : lo inferior del cuerpo blanco : las alas pardas , con una mancha blanca enraedio : el pico negro , y amarillazo por su basa : los pies negruzcos. Gen. XCI. Colimeo con orejas. Briss. tom. VI. pag. 54. Edw. tom. II. pag. XCVI. lam. Refiero á esta especie un colimbo que me han enviado de las cercanías de Fontainebleau , y que se diferencia muy poco de el descripto por Bris- son , siguiendo la lamina de Edwars. Este es un tanto mayor que el castañero : tie- ne toda la cabeza y alto del cuello vestido de plumas finas , blandas , largas y de un negro par- do : por baxo de las mexillas , y el cuello de color negro , el que matiza también el lomo : el pecho de un blanco plateado : los costados ber- mejizos , las piernas grises : las alas negruzcas, circuidas de una raya blanca , y en el medio una mancha del mismo color : su pico es negro , y los pies verdosos. Pero lo que caracteriza mas á este colimbo , son dos mechoncitos uno á cada lado de plumas largas y deshiladas, que le nacen por encima y baxo del medio del ojo y detrás de la órbita , dirigiéndose hacia atrás , y esparra- mándose forman una como oreja externa : estas son las plumas que cubren el meato auditorio, extendidas mas que lo suelen estár regularmente: cada manojito está separado en dos porciones , de las quales la superior es de color de paja , y la infe rior roxa. Gen. XCI. Colimbo copetudo. Lam. 9 44. Briss. tom. VI. pag. 58. lam. IV. Gen. XCI. Bel. Hist. nat, des Ois.pag. 178 .fig. y pag. 179. Bel. Fort, des Ois.pag. 38. Algunas plumas algo mas largas sobre la nuca, y unidas en una especie de copete , que esta ave erige según sus sensaciones , la han dado el nom- bre de copetudo. Su tamaño es mucho mayor que el del colimbo común , y el largo , desde la punta del pico á los extremos de los pies, es de veinte y cinco pulgadas : sus matices son como los del común , esto es , el cuerpo por debaxo plateado, el lomo de un pardo claro , y las alas del mismo color , con unos visos de blanco. Esta especie se halla igualmente en las aguas saladas y dulces. Colimbo copetudo (pequeño). Briss. tom. VI. pag. 41. lam. III. fig. z. Gen. XCI. El tamaño de esta especie es á lo menos co- mo el de la caceta , y su largo catorce pulgadas y media. Su copete le forman dos mechoncillos de pluma que le salen de la nuca : sus colores son los mismos que los de los otros colimbos 3 solo que sobre el color pardo del lomo sobre- sale el blanco , el que se extiende en manchas por los lados. Co- 336 COL Colimbo cornudo. Ltim. 400. Briss. tora. VI. pag. 45- /«». K. J%. 1. Gen. XCI. Han dado el sobrenombre de cornudo á este colimbo por las plumas negras de diez y ocho li- neas de largo que tiene sobre la cabeza caídas hacia atrás , y divididas en dos mechoncillos , que eri^e el ave quando quiere ; y que por su for- ma parecen dos cuernos. Además tiene la cabeza rodeada de pítimas largas y estrechas , las que le caen por el cuello, y le forman una especie de crin muy bella , roxa por la parte superior , y negra por la inferior : el lomo es pardo , y el cuerpo por delante de color plateado : los cos- tados están matizados de plateado y bermejizo, y en el ala tiene una mancha grande blanca. Su tamaño es un poco mayor que el del co- limbo común , y su pico tiene los mismos colo- res : los pies son de un cemento azulado por defuera , y de un pardo bermejizo por dentro, y á lo largo de los dedos. Hallase en los lagos con el colimbo común , y Hernández le vio en Mé- xico donde le llaman liebre de agua. Colimeo cornudo (pequeño). Colimbo de Esdavonia. Lam. 404. fig. 1. Briss. tom. VI. pag. 50. Gen. XCI. EdW. tom. III. pag.) lam. 145. Tiene de largo quince pulgadas y ocho lineas desde la punta del pico á el extremo de los pies: la cabeza, y parte superior del cuello están ves- tidas de plumas largas de un negro verdoso : de- tras de cada ojo le nace un mechoncillo de plu- mas largas y estrechas de color roxo y caídas hacia atras , las que le forman dos como cuerne- cillos : desde la basa del pico hasta el ojo se extiende- por ambos lados una lista de un color roxo subido : la garganta y costados son de co- lor de castaña subido : el cuello hácia el lomo, y la capa superior del cuerpo es parda , y el vientre y pecho plateados : las alas son pardas, con una mancha en el medio ancha , blanca y longitudinal : el iris roxo : el semipico superior negro , y blanco por la punta , y el inferior ro- xo por su basa , negro por el medio , y la pun- ta blanca : los pies de un color ceniciento azu- lado por la parte exterior , y por la interior de un pardo bermejizo. Hallase este colimbo en la mayor parte de las regiones de Europa , y á Edwars se le enviaron de la Bahia de Hudson. Colimbo de Esdavonia. Lam. 404. fig. 1. Vease Colimbo cornudo (pequeño). Colimbo de la Cayena. Lam. 404. Vease Colim- bo (grande). Colimeo de la Luisiana. Lam. Í4J. Esta es una especie nueva que traxo de la Luisiana el difunto Mr. Lebeau , medico de aque- lla colonia. Es una tercera parte menor que el colimbo común : la capa del lomo es de un pardo obscuro y deslucido : la garganta de color gris: el cuello y sus lados por delante son del mismo color , pero mas claro : lo alto del pecho y los hijares de un gris bermejizo , matizados de par- do : la parte baxa del pecho y vientre de color gris sobre fondo plateado , que es el color común COL de los colimbos en estas partes. Lo que le distin- gue de todos los demas es tener el pico no tan grueso y comprimido , blanquizco , algo convexo por encima , y un tanto corva la punta de la man- díbula superior : los pies son negros. Sin embar- go de la particularidad del pico se reconoce á esta ave por un colimbo. Por el color de la parte anterior de su cuerpo , se le podria tomar por un polluelo sin mudar , y que no tenia aún la pluma plateada de los demás. Yo miro á esta ave como perteneciente a el genero XCI. , no obstan- te las diferencias que la separan de él. Y el Se- ñor Conde de BuSon no dudó el colocarle entre los colimbos. Colimeo del lago de Ginebra. Vease Colimbo, Colimeo de pico largo. (Articulo de Mr. de la I'eiroutf.') Es una especie desconocida hasta ahora á nues- tros Ornitologistas , y se semeja mucho á el pi- qui tuerto , con especialidad en el puo. Su longi- tud es de catorce pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , y de diez, y ocho hasta las uñas : el pico es de dos pulgadas de largo, y sus pies de dos pulgadas y seis lineas. La cabeza , y lo superior del cuerpo es de un pardo mezclado con leonado , y algunos vi- sos verdosos : la garganta blanca : las mexillas rayadas con tres lineas blancas : el pico le tiene muy comprimido , la mandíbula superior negra, y la inferior amarillaza : el cuello y el pecho roxos ; y el vientre hasta el ovispillo de un co- lor gris reluciente. Las alas se componen de treinta plumas , las doce primeras de color pardo obscuro , las qua- tro siguientes blancas por las dos puntas, las res- tantes hasta las veinte y quatro del todo blancas, excepto el cañón : las siguientes están matizadas de pardo y blanco , y las tres ultimas del todo pardas : los pies son negros , pero la orilla de los dedos es amarilla. Este colimbo busca las aguas dulces y cenago- sas : es inquietisimo y malo , y su chillido, que repite con freqüencia , es regañón : picotea fuer- temente , no vuela casi , y anda muy mal : da tres ó quatro pasos sin gracia alguna , dexandose caer sobre el vientre , que es su aótitud mas común. Nos persuadimos que esta especie es rara. El leétor tendrá presente que el Señor Barón de la Peirouze , de quien hemos dado va varios artículos , mora en la ciudad de Tolosa en Fran- cia , y que sus investigaciones ornitológicas las ha hecho principalmente en las cercanias de aque- lla ciudad y las provincias meridionales de Fran- cia , de donde inferimos , que en dichas provin- cias habrá observado el colimbo de cola larga. Colimbo duc-laari. Briss. tom. VI. pag. 58. Gen. XCI. El Padre Feuille habla de este colimbo , y le compara por su tamaño á una polla , diciendo que los habitantes de la Isla de Santo Tomás le llaman duc-laart. Tiene lo superior de la cabeza pardo , y una mancha negra bastante ancha en el pecho : el vientre , los costados y piernas mati- zado de gris sobre fondo plateado : las alas de un roxo pálido : los ojos pardiroxos , rodeados de blan- COL blanco : el pico negro hasta la micad de su largo, y el resto blanco : los pies negruzcos. Colimbo focha. Lam. S93. Esta es una nueva especie , y de un genero des- conocido hasta ahora. F.l colimbo focha participa de ambas especies , lo mismo que el nombre que le ha dado el Conde de Buflon las expresa. Del primero tiene la forma del pico , y del segundo los pies. Su p:co es semejante al de la focha , y los pies tiene tres dedos delante y uno atras , el que está separado y armado por la parte exterior de una membrana pequeña : los tres dedos an- teriores están unidos por otra que se extiende hasta la primera articulación , donde se sepa- ra y guarnece cada dedo de por si por ambos lados. Su tamaño es poco mas ó menos como el del castañero : las mexiilas , garganta y parte an- terior del cuello son blancas; y el pecho y vien- tre de un gris blanco con visos de plateado : la coronilla , nuca y alto del cuello por encima ne- gro , cuyo color se extiende por ambos lados for- mando una lista estrecha y perpendicular hasta el pecho : tiene también otra raya negra que le di- vide la mexilla , y va desde el ojo a la nuca: la parte inferior del cuello por encima , la capa del lomo , cubiertas y plumas medianas de las alas, como también la cola son de un color pardo aceytunado : las guias de las alas cenicientas : la cola ancha , y rodeada de una raya blanquecina por la punta: el pico de color de C3nu muy claro: tiene las piernas listadas perpendicularmente de rayas negras y de color de paja claro ; y los pies y membranas lo mismo , pero transversal- mente. Hemos recibido esta ave varias veces de la Guayana donde no parece ser muy común. Debe colocarse según el orden metódico entre el colimbo y la focha, COIIMEO MONTESINO. (Artículo del Eaton de la Peirouxp.) Esta es una de las especies mas pequeñas de este genero , y la que no ha sido indicada por ningún autor hnst3 ahora. Su largo, desde la pun- ta del pico hasta el ovispillo es de ocho pulga- das y seis lincas , y la extensión de sus alas ó vuelo catorce pulgadas. Tiene la cabeza , y la par- te superior del cuello de color pardo obscuro, con visos de un hermoso verde muy lustroso : el pico negro , largo , y los ángulos de las dos man- díbulas cubiertos de un pellejo blanquiverdoso : la capa del Iqmo hasta la rabadilla es de color par- do , manchado de aceytunado , y en la rabadilla una media tinta roxa : las mesillas , garganta y parte inferior del cuello hasta la mitad son de un pavonado lustroso : el vientre y los costados de color «gris , manchados de pardo : las piernas y pies de un gris verdoso : la parte exterior del hueso del pie la tiene dentada como una sierra: la rabadilla subrepuja de las alas una pulgada. COLIN. Lo mismo en Francés. El Conde de Buifon tiene una sección de es- tos páxaros de México indicados por Hernández, los que son- del genero de la perdiz , y el nom- Historia Natural .Tom. I. OL bre que Ies han puesto se deriva de minaciones que tienen en lengua mexicana. Colín (grande), Bkus. tom. 1, pag. 157. Esta ave, mucho mayor que nuestra codorvi tiene la cabeza y cuello variados de negro y blanco , y el lomo blanquecino : lo restante del plumage es leonado , a excepción de la extremi- dad de ¡as plumas de las alas que es blanquizca: el pico y ¡os pies son negros. Se encuentra en México ; y algunos le llaman codorniz grande de México. Gen. I I. COLIO de la Isla de Panay. eolias en Latin. Coliou en Francés. Sonnerat , que ha sido el primero que h3 ha- blado de esta ave , la describe en los términos siguientes, l'iage á la muía Guinea , pag, nó. la- mín. 7^. „ El eolio de la Isla de Panay es del tamaño „ del pico gordo de Europa: la cabeza, el cuello,. „ el lomo , las alas y la cola son de un gris „ ceniciento con una tintura de amarillo : el pe- „ cho es del mismo color , con rayas negras : la ., parte de abaxo del vientre , y la de arriba de „ la cola son rubias : las alas llegan hasta algo ,, mas allá del nacimiento de la cola , que es „ sumamente larga , compuesta de doce plumas ,, -desiguales : el pico es negro , los pies de co- „ lor de carne pulida : las plumas que cubren Ja „ cabeza estrechas y bastante largas , y forman „ un copete que baxa ó levanta el ave quando „ quiere. „ (Julio copetudo del Senegal. Lam. i 8 i.fig. 1. FSriss. tom. III. pag. 30 6. lam. XVI. fig. 3. Gene- ro XXXVI. - Es del tamaño del pintón de Ardenas : la parte de arriba y de abaxo del cuerpo de un gris claro , aunque un poco mas obscuro en lo alto del lomo y en las grandes cubiertas de las alas: la de atrás de la cabeza de color de agua de mar : las plumas del sinciput son algo mas largas, y forman un penacho estrecho de muy poca lon- gitud : encima del ala , cerca del muñón , tiene una mancha rosada : las plumas de la cola son de un gris que tira á azul , y su cañón o tallo es pardo : el medio pico superior de un gris en su longitud , y negro por la punta ; el inferior ne- gro : los pies de color de gris , y las uñas par- das- Gen. XXXV I. Colio del Cabo de Buena Esperanza. Los eolios son aves del antiguo Continente, y no solo no sabemos todavía que hayan sido encontrados en el nuevo mundo , sino que tam- poco se ha visto en el ave alguna que pueda representarlo : únicamente habitan en los parages mas cálidos de Asia y de Africa. Tienen mucha uniformidad en los colores , que son poco apa- rentes , y el gris es el que sobresale : quizás si estas aves se observáran mejor de lo que hasta ahora se ha hecho , se encontraría que 110 hay mas que una especie en vez de las quatro que se cuentan. Bufton los compara á las lindas y á los pín ulas ó frailee! ¡ios. Se semeja á los primeros en lo Vv lar- 337 las ueno- « o 8 COL de la cola, y a los segundos en la forma de su pico. Los eolios tienen , como las -viudas , la cola muy larga ; pero la de estas en alguna manera es doble : la longitud de la cola verdadera es re- gular , y las plumas largas que la exceden son las cubiertas de la cola muy prolongadas : estas plu- mas no son desiguales , y sus barDas son muy largas : al contrario, la cola de los eolios es des- igual •, tan solo se compone de la cola , propia- mente llamada asi, y las barbas de las plumas de que se forma son muy cortas. Los eolios , lo misino que los pirrulas , tienen el pico en cono encogido , convexo por arriba, y encorvado por la punta ; pero el de los pínu- las también es convexo por debaxo , y el oe ios otros llano. Estas observaciones son del Conde de Bufíon, y yo no he hecho mas que mudar algunos tér- minos por no ser largo ; pero añadiré , que a pesar de las diferencias que Bullón quiere que se adviertan entre los ¡/Ínulas y los eolios, con todo dice que estas aves tienen grandes relaciones en el tamaño , en las dimensiones , en la. forma de diferentes partes , y en general en la aptitud de todo el cuerpo , como la tienen con las viuda} en la longitud de la cola : esta comparación o cotejo que nadie habia hecho , es la ojeada de un naturalista, que al ver los objetos, que se le presentan , trae á su memoria los que no lo és- tin , conserva de estos un recuerdo exacto , y compara y entiende las relacior.es acercando con el pensamiento los objetos dispersos pqr la na- turaleza sobre la superficie del giobo. Gen. XXX I. Cono del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 181. fg. I. Briss. tom. III. pag. 304. Es casi del tamaño del pi¡,~on de Ardenas : su longitud , desde la punta del pico á la de la cola, es de diez pulgadas y tres lineas 3 pero las dos plumas del centro de la cola son de seis pulga- das y nueve lineas de largo , y asi la longitud de su cuerpo no es mas que de tres pulgadas y media : la cabeza , la garganta y el cuello son de un ceniciento mezclado de algo de color vi- noso : lo restante de encima del cuerpo es ce- niciento , á excepción de las cubiertas de encima de la cola que son de un castaño purpureo : el pecho es de un color vinoso claro : el vientre, los costados , y lo de debaxo de la cola de un blanco sucio : las alas y la cola cenicientas : sin embargo las plumas del ala no son de este color mas que por la parte de afuera , y pardas por la de adentro : el pico es gris , v negruzco por la punta : los pies de gris , y las unas negruzcas. Gen. XXXVI. Coito ¡cavado. Es casi del tamaño de un gorrión : la parte de arriba del cuerpo de un gris cárdeno , algo va- riado de color de lila , y mas obscuro sobre el ovispillo : en la garganta , la delantera del cuello y el pecho tiene unas bandas pardas muy estre- chas sobre fondo roxo claro : la cola es de una mezcla de azul y verde : los pies de color gris, y las uñas negras: el medio pico superior es ne- COL gro, y el inferior blanquecino; y las plumas del sinciput forman un copete ó penacho como en el eolio del Senegal. Esta ave , descripta por Bullón según un individuo de mi colección , me la tra- xo un viagero que ancló en el Cabo de Buena Esperanza , y que cambien habia viajado por mu- chas partes de la India, bien que no sé de cierto donde encontró el eolio rajado. Gen. XXXI- 1. CÜLIRUXA O PICAGREGA PARDA de Bengala. Bkiss. tom. H.pag. 175. Gen. XXI. Rouge-quene en trances. Poco mas ó menos es del tamaño de la pi- cagrega de g,is de Europa : la parte de atriba y de atrás de la cabeza es negra : la superior del cuello , el lomo hasta el ovispillo , las cubiertas superiores del ala y cola , y las plumas escapm- lanas , de color pardo : en cada lado, de la cabe- za y debaxo del ojo tiene una mancha de un roxo muy vivo , rodeada de blanco ; y sobre, los la- dos del cuello quatro manchas negras en forma de semicírculo : la garganta , Ja delantera del cue- llo , el pecho , lo alto del vientre , y los cos- tados son blancos : el baxo vientre , y las cu- biertas inferiores de la cola roxas : ésta y las alas pardas : el pico de un ceniciento fusco , los pies y uñas negras. COLIROXO. Briss. tom. III. pag. 41 1. Gen. Xt. Rouge-queuc en Francés. Esta ave es del mismo genero que el ruiseñor , la curruca , &e. y no debe confundirse con otra de genero muy distinto , á la qual se le ha dado el mismo nombre , y es una picagrega de Ben- gala. Vcase Coiiroxa ó Picagrega parda de Bengala. El coliroxo de que se trata es del tamaño del ruiseñor de pared con corta diferencia : tiene par- das la parte de arriba de la cabeza , la de atrás del cuello y del lomo , como también las plumas escapularias y las cubiertas de encima de las alas: el ovispillo y las cubiertas inferiores de la cola roxas : las mexillas , la garganta , el cuello por delante , pecho y vientre de un blanco sucio, variado de manchas pardas , en lo inferior de las mexillas , en el pecho y en los costados : una mancha parda de bastante extensión , á manera de herradura , le forma como una especie de collar: las guias del ala son pardas : las dos plumas del centro de la cola de este mismo color , las la- terales rubias en los dos reídos primeros de ellas, y pardas en lo restante : el pico negruzco , y pies y uñas pardos. Brisson , en el mismo tom. pag. 40?. descri- be otro coliroxo que tiene por especie distinta , y al que él llama simplemente coliroxo. Es algo mayor que el precedente : lo supe- rior de la cabeza , la parte de arriba del cuello y del lomo son de gris : este mismo color se extiende por las cubieitas pequeñas de las alas, y sobre las plumas escapularias : el ovispillo es roxo , lo mismo que las cubiertas superiores de la cola : la garganta , la delantera del cuello , y pecho y vientre son de un gris blanco mezclado de roxo : los costados , y las cubiertas inferiores de COL de la cola rosados : las grandes cubiertas de en- cima de las alas de un gris pardo , guarnecidas de otro gris rosado : ¡as guias de las alas del mismo color, y con la misma guarnición: la cola rubia , y pico , pies y unas negruzcos. Montbeillard , siguiendo lo que dicen los caza- dores experimentados , asegura que la primera de estas dos aves es el macho , y la segunda la hem- bra : observación que no he podido yo hacer, y por lo mismo no puedo exponer mi dictamen acerca de este objeto. El tamaño algo mayor de la hembra nada hace al caso para no adoptar la opinión de Montbeillard, especialmente en orden á las aves que se sustentan de inseitos; pero con todo , en mi juicio es este un hecho que nece- sita aun de examinarse. Los coliroxos son aves de pasa : llegan muy entrada ya la primavera , y se marchan por el otoño : se establecen en los montes , y raras ve- ces en los llanos : anidan en los ai bustos muy baxos : labran su nido con musco por la parte de afuera , y por la de adentro con lana y plu- mas : ponen cinco ó seis huevos blancos varia- dos de gris. Durante el calor se mantienen en lo espeso de los bosques , y por mañana y tarde salen á buscar gusanos é inserios por los campos inme- diatos ; carecen de canto , y tan solo tienen un grito pequeño allautado : generalmente son silen- ciosos y poco traviesos : para pararse prefieren las ramas aisladas, y quando se baxan, hacen con su cola un movimiento y un meneo horizontal: acuden al reclamo , y se cogen á fines del vera- no , tiempo en que están muy gordos , y en el que se aprecian como manjar delicado. CotiRo xo de Bellon. Vease Ruiseñor de PARED. Con roxo de la Cayena. Lam. 686. Vease Cou- roxo de la Gnayana. Coiiroxo de ¡a Guayana. Celiroxo de la Cayena. Lam. 686. Es poco mas ó menos del tamaño de una curruca : tiene la parte superior de la cabeza , la posterior del cuello , y la capa del lomo y cuer- po por encima de color gris : las alas y cola de un roxo muy subido : la garganta , cuello , pe- cho y vientre blanquizco : el pico negruzco: los pies de un gris pardo , y las uñas negras. Ccn. XI. Collar (caza). Calle t en Francés. El collar ó lazo, para coger los animales por el cuello, es una trampa con que se cogen mu- chas especies de aves , como también algunos quadrúpedos. El collar se hace de diferentes sus- tancias , mas ó menos tuerces , de las que se usan )a dobles , cencidas , ó mas multiplicadas, según la fuerza de los animales que se quieran coger : la cerda , una cuerdecilla , y algunas ve- ces cordones de seda , y el alambre son las co- sas que sirven para hacerlos. El colla, consiste propiamente en un nudo escurredizo hecho en uno de los cabos de la cuerda ó cordon , el qual se dexa mas ó menos abierto : la extremi- dad opuesta se ata á una estaca hincada en tier- Historia Natural. Toce.. I. COL 339 ra , y se coloca el lazo en las aberturas o agu- jeros hechos en un cercado ó soto , adviniendo que el espacio que coge el lazo presente una salida pronta y sola , estando cerradas Jas demas: el animal mete fácilmente la cabeza por medio del la\o , y luego que tira para hacer entrar su cuerpo , se cierra el nudo y queda preso por el cuello. De esta suerte se cogen las becadas , las ánades , &c. Frcquentemente se confunde el collar con el lazo llamado adapte. Ambas trampas se hacen y disponen del mismo modo, y se cogen con ellas los mismos paxaros ; sin embargo se llama con roas propiedad collar la que se destina para co- ger a los animales por el cuello , y ¡at/> la que está dispuesta para agarrarlos por los pies. Oc- neralmente se cogen mas quadrúpedos con el co- llar que con el ta^o , y al contrario mas páxaros que quadrúpedos con este ultimo. COLMA O CULLLO MANCHADO. Lam. 703 .fig. x. Colma en Francés. Esta es una de las aves que Buffon llama hor- migueros , y la tiene por una variación ó especie muy cercana al hormiguero , propiamente llamado asi. Desde la punta del pico á la de la cola tie- ne seis pulgadas : en la parte de arriba de entre ojo y pico tiene una mancha blanca : lo superior de la cabeza , y posterior del cuello son de un pardo rosado ; y lo restante del cuerpo por en- cima , alas y cola de un pardo obscuro : la gar- ganta, y lo alto de la delantera del cuello están manchados de negro sobre fondo blanco , y de esto procede el llamar á esta ave cuello mancha- do : lo restante del cuerpo por debaxo es ce- niciento : el pico negro , y los pies pardos. Cid . XXII. COLORADA, (la) Vcasc Alondra de ma- rismas. COLURION. Jcim. 3 i.fig. 1. Biuss. tom. II. pag. 15 1. Bel. Hist. nat. des Oís. pag. y fig. 118. Bel. Pon. des Gis. pag. 11. Collurio sive canius m'mor en Latín. Ecorcheitr en Francés. El cola, ion es casi del tamaño de la pega ó picagrega rubia : tiene siete pulgadas y tres lineas desde la punta del pico á la de la cola , y once pulgadas de vuelo : la parte de arriba de la ca- beza y del cuello , lo inferior del lomo y las cubiertas de encima de la cola son cenicientas, y lo alto del lomo roxo : en cada lado de la cabeza tiene una raya negra que le nace encima de las ventanas de la nariz , y se extiende há- cia atrás , pasando por los ojos que la cortan: la garganta y delantera del cuello son blancas : el pecho , vientre y costados de un color de rosa desbaido : las piernas cenicientas : las cubiertas de encima del ala y las guias de ella pardas , y cir- cuidas de roxo : la cola se compone de doce plumas , las dos del medio negruzcas , las late- rales blancas en su nacimiento , y negruzcas por la punta, y las tres exteriores de cada lado están además guarnecidas de blanco por la parte de afue- Vv 1 ra: ^4° COL ra : el pico es negro , los pies pardos , y las unas negruzcas. El colurion es ave de pasa : llega por la pri- mavera , y sale por Septiembre. Hace su nido sobre los arboles que están a campo descubierto, ó sobre arbustos y matas , sin internarse en los bosques : se alimenta de insectos , y también per- sigue a los paxaritos. El Conde de Buffon refiere a la clase del co- iurion hs picagtcgas ó pegas siguientes: i.° El calmil >n va, ¡ado. Briss. tom. II. pag. 154. Desde la punta del* pico a la de la cola tie- ne seis pulgadas y media , y diez y nueve de vuelo : la cabeza , la parte Ue arriba del cuello, el lomo y el ovispillo son de color gris , raya- dos transversalmente de pardo : las cuDkrtas de encima de la cola rosadas , con bandas transver- sales negruzcas: la garganta, lo inferior del cue- llo , el pecho , lo alto del vientre y los costa- dos de un blanco rosado , variado de lineas trans- versales pardas : lo inferior del vientre y las piernas de un blanco rosado sin mancha alguna: las cubiertas de encima de las alas negruzcas, va- riadas de rosado por las orillas y por las extre- midades : las guias de las alas son negruzcas por arriba , cenicientas por debaxo , guarnecidas algu- nas por fuera de rosado , y otras terminadas en dicho color : las guias medianas de la cola ne- gruzcas , y guarnecidas de roxo , y las tres ex- teriores de cada lado , blancas en su origen y en su extremidad , y negruzcas en el centro : pico, pies y unas son de un gris pardo. Bullón y Bris- son conjeturan que el colurion va, ¡ado es la hem- bra del precedente , ó del colurion simplemente llamado asi. 2.0 La picagrega rubia de Bengala. Briss. tom. II. pag. 173. Picagrega rubia aristada. EdW. tom. II. pag. y lami- na l'.V. Su tamaño casi es el mismo que el del co- lurion : la parte de arriba de la cabeza , del cue- llo y de todo el cuerpo es de un roxo mas vi- vo sobre la coronilla de la cabeza , cuyas plu- mas son algo mas largas que las laterales : en cada lado y detrás del ojo tiene una mancha ne- gra á manera de media luna : la garganta , y la delantera del cuello son de un color rosado , va- riado de lineas negras transversales : las cubier- tas de encima de las alas y las guias pardas : la cola rubia por encima , y de gris por debaxo: el pico , que en su basa es de un roxo desma- yado , se ennegrece quanto mas se acerca a la punta 3 y uñas y pies son negros. 3.a Ea picagrega ó pegar ebor da de la Luisiana. Lam. 397. Yo no la he visto , pero según se represen- ta en ¡a lamina citada , su tamaño es el mismo que el del colurion : todo lo de encima del cuer- po es rosado : la parte de abaxo también , pero con una tintura de pajizo mas vivo en los costa- dos : la garganta blanquecina : la cabeza tiene al- go de verdoso , y en cada lado y detrás del ojo una mancha rosada : la cola es verdosa , termina- da de blanco. 0 en. XXI. C O M COMENDADOR O TRUPIAL ALIROXO. Trupial aliroxo de la Luisiana. Lam. 402. Briss. tom. II. pag. 9 7. Catíse. tom. I. pag. y lam. 13. Iclcrus pie, ophankeus en Latín. Command.au en 1-rancés. Aicolchichi tn Mexicano. El comendador es del genero XIX. ó del del trupial, y un ave del América septentrional, que se encuentra en la Virginia, en la Carolina, en México , y en la Luisiana. Es del tamauo de- un mirto : su plumage de un negro muy obscuro y lustroso , a excepción de las pequeñas cubiertas de las alas que son de un carmesí muy vivo, y que forman en lo alto del ala una plancha oblon- ga y brillante , cuyas dimensiones son casi de una a dos pulgadas : el pito , pies y unas son ne- gros , los ojos también , y el iris de un blanco hermoso. La hembra, mas pequeña que el macho, tie- ne las plumas perfiladas Je gris, y la mancha de sus alas ni es tan ancha , ni de un encarnado tan bello como la del macho. Catesby dice que en la Virginia y en la Carolina anida el comendador entre los juncos , entretexiendo las puncas de modo que forman una especie de techo , baxo el qual ponen a cubierto el nido. Stgun dice pa- ge du Prats , las aves de esta especie no se dexan ver en la Luisiana mas que por el hibierno , pe- ro en tanto número , que algunas veces se cogen trescientas en sola una vez que se eche la red. El mismo autor quiere que siempre se les persi- ga y dé caza como paxaros perjudiciales , por- que aunque algunas veces están gordos , sin em- bargo su carne jamás es buena comida. No ne- gare al autor de la historia de la Luisiana que los paxaros de que se ttata no sean dañosos : Ca- tesby dice lo mismo, como también que por su multitud hacen grandes d„ños en los sembrados de arroz y de otros granos , aunque se alimen- ten también de insectos , y causen detrimento en ios frutos que también son de su gusto : pe- ro Page du Prats se engaña quando dice que en la Luisiana tan solo se da caza á los estorninos aliroxos (asi llaman allí á los come-, ¡dado, es) por ser paxaros perjudiciales. No solamente tiene por objeto esta caz3 disminuir el número, y por con- siguiente los daños que ellos podrian hacer , sino el utilizarse de ellos de dos maneras. El difunto le Beau , medico del Rey en la Lui- siana , donde exercitó mucho tiempo su profe- sión , y donde dedicaba a la historia natural to- do aquel tiempo que le dexaban sus ocupacioi.es, me ha asegurado los hechos siguientes , acerca de los estorninos de muñones roxos : en la Lui- siana se coge un número prodigioso de estos paxaros : los cazadores los llevan en cañas á los mercados como en los nuestros se venden las alondras : el pueblo compra gustoso estos paxaros , y los compradores no dexan de lle- varlos á casa de sus amos ; aunque le Beau jamás haya dicho que sea mala su carne , no tanto los buscan por ella, quanto por la mancha r< xa que adorna sus alas. Antes de pelar estos paxaros se les quita la piel en que esta la mancha roxa , te- men» C O M niendo cuidado de tenerla tirante de modo que no se encoja al tiempo de secarse. Quando ios ne- gros galopines de la cocina , ó ios pobres de entre el pueblo han recogido algunas docenas de estos muñones ó manchas roxas , las venden á los particulares que hacen trafico de ellas ; estos las pegan en pliegos de papel por cientos , co- locándolas entre dos cartones , ios que guardan en caxas bien cerradas 3 y quando hallan pro- porción remiten á Europa muchos millares de muñones preparados y conservados como acabo de decir. Estos son conocidos por los tratantes de plumas, que hacen de ellos un uso muy fre- qüente para guarniciones de vestidos , para man- guitos , y otros diversos adornos. Es preciso que en la Luisiana se coja una multitud de estorni- nos , puesto que le Eeau , que a su vuelta hizo aco- pio de ellos , en un hibierno juntó hasta cerca de quarenta mil muñones , parte de los quales dexó en la Rochela , y se deshizo de la otra en París. En la primera de dichas dos Ciudades, donde hay trafico de estas pieles con los extran- geros , en el ano 1775. valia cada millar diez y ocho libras tcrnesas , ( setenta y dos reales ) y doce en París , donde únicamente las emplean en las modas y peleterías. El precio de los muñones pende también de su hermosura : los de las hembras , mas pequeños y mezclados de gris , no deben se r del mismo precio que los de los machos ; pero aún estos no tienen igualmente hermosa la mancha del ala, y tan solo hay un número muy corto que tenga toda la mancha tic un roxo puro. En la mayor parte de los individuos , lo roxo esta mas o me- nos circuido de plumas de un color que tira al que llaman de hoja seca , y. quando se hace uso de los muñones, precisamente se ha de ir recor- tando todo aquello. Hernández quiere que la de- generación de lo roxo sobre el muñón del ala sea efeéto de la edad. Yo temo contradecir a un autor que ha hecho las observaciones en los mismos parages donde se crian 3 pero habiendo tenido proporción de ver una vez en París tres- cientos estorninos de muñones roxos , remitidos de ia Luisiana , otra mas de ciento , y otra cer- ca de mil en una remesa del mismo país com- puesta de nueve mil pieles , he notado que á proporción que ¡o roxo de sobre las alas era menos puro , había mas mezcla de gris entre lo negro de lo restante del cuerpo. Como esta mez- cla es el atributo de la hembra , me inclino á creer que los estorninos machos , en los quales se advierten estas circunstancias , y tienen sobre las alas un encarnado no tan puio , son nuevos en su especie. Esia variación en lo roxo de la mancha que cubre el muñón de las alas , es la única que he observado en la multitud de estor- ninos que la casualidad me ha puesto á la vista. Sin embargo el cura de San Enis de París con- serva uno que tiene la cabeza y lo alto del cue- llo de un leonado claro. Un autor, cuya autoridad es de mucho peso, tiene los paxaros representados en la lam. 2.36. fig. *• y 536. el primero baxo el nombre de tni- plal (¡e la Cayena , y el segundo de trupial de la CON Guayan a , por una venación uno de otro, y am- bos por otra variación del estornino de muño- nes roxos de la Luisiana , ó del comendador : con- vengo con este sabio en que ti trupial de la Ca- yena y el de la Guayaría no sean mas que una variación uno de otro 3 pero no podré creer con el mismo , que lo sean también del paxaro que llaman comendador. He aquí mis razones que sen , su mucha desproporción en el tamaño , una diferencia muy considerable en el plumage , y sin ningún rasgo que se dirixa a reparar esta de- semejanza. Los 1 tupíales de la Guayana no son menos comunes en este país que los estorninos en la Luisiana ; con que a lo menos seria esta una casta muy constante , y algo mas que una varia- ción , y aún esto necesita de mas pruebas que hasta ahora no nos ha suministrado la hiscotiu de las aves. CONDOR. Iíbiss. Um. I.pag 474. Gtljjits PemaiiHs en Latin. Condor en Francés. El condor es de las aves que vuelan la mayor, y al parecer prefiere para su habitación las mon- tanas del Perú , aunque quizas se halle en otra parte , y aun en uno y oiro Continente. Todos los Naturalistas lo han tenido por del genero de los buytres , que es el IX. del método de Brls- son , y sin embargo no tiene las propiedades de estas aves. Es cierto , que como ellos , habita Unicamente en los lugares desiertos y escarpados, y en los montes mas altos de donde rara vez baxa á las llanuras 3 pero se alimenta del pro- ducto de su caza , y de los animales que se lleva, mas no de los cuerpos muertos como sucede á los buytres. Esta diferencia en sus propiedades tal vez no se dirige mas que á las mayores necesi- dades , y ,á que está mejor armado , puesto que sus garras son a proporción mas largas, mas fuer- tes o aceradas , y mas encorvado su pico. Los autores , y un gran numero de viageros han hablado del condor , bien que pocos lo han visto , y de esto proviene la confusión en las descripciones que nos han hecho. También puede ser que difieran porque un ave tan grande tarda mas que las otras en adquirir todo su aumento, ó porque ha sido descripta en distintas edades , ó porque no siendo bastante conocida para distin- guirse el macho de la hembra, se ha observado indistintamente ya el uno ya el otro. Enmedlo de esta diversidad de opiniones , ó antes bien de descriptiones , no puedo hacer mas que copiar lo que ha escrito el P. Feuillée acer- ca de los cóndores con arreglo á una de estas aves que logró matar , el que se explica de este modo: ,, Las alas del condor , que medí con mucha „ exáétitud , tenían once pies y quatro pulgadas „ de un extremo á otro , y las grandes plumas, „ que eran de un hermoso negro lucido , tenían „ dos pies y dos pulgadas de largo : lo grueso ,, de su pico era proporcionado a su cuerpo 3 su ,, longitud de tres pulgadas y siete lineas; la par- ,, te superior puntiaguda , encorvada y blanca por 3 4 2 CO „ su extremidad , y todo lo restante negro : mi ,, plumón pequeño y corto de un leonado obscuro cubria toda la cabeza de esta ave : los ojos eran ’ nebros , y rodeados de un circulo pardo roxo: ”, todo su atavio , y la parte de abaxo del vicn- ” tre hasta la extremidad de la cola eran de un ” pardo claro : su capa del mismo color , aun- ’’ que algo mas obscuro , y los muslos hasta la ”, rodilla estaban cubiertos de plumas pardas.... ti ’ fcmii) o hueso del muslo tenia de largo diez ,, pulgadas y una linea , y la tibia o canina cinco ” v tfos lineas: el pie se componía de tres ganas ” anteriores y una posterior : esta tenia de largo ” pulgada y media , > terminaba tn una uña ne- ”, era de nueve lineas de largo : la garra anterior ” jel medio del pie tenia cinco pulgadas y ocho ” lincas....: la uña una pulgada y nueve lineas....: ” todas eran negras...: la pierna y los dedos es- ” taban cubiertos de escamas negras. „ _ Después de haber hecho la descripción del condo, , nos enseña el 1J. teuille que las aves de este "enero , por lo regular , habitan en los mon- tes muy altos , de los que no baxan mas que en las estaciones lluviosas j y no , se acercan a las orillas del mar mas que a la caida de la tarde pasando alü la noche , y se vuelven a las mon- tañas por la mañana. El cóndor es capaz de poder llevarse un car- nero , de dar caza a las cieivas , y aun de no perdonar a los hombres \ pero es verisímil que en esto haya exageración. Aunque propio del Pero, ó por lo menos sea alü menos raro que en otras partes , no parece que hasta ahora este bien; co- nocido , ya sea por su modo de vivir , y de los lugares inaccesibles donde habita , o ya por- que su especie no esté muy multiplicada. ¿Acaso todas las aves de que hablan los via- geros , de un tamaño desproporcionado al de las mayores de rapiña que se conocen , y que en quanto á esto no tienen relación mas que con el cóndor , deberán mirarse como de su especie ? En este caso , se hubiera encontrado el c-ondo, en di- ferentes partes del antiguo Coutinente : habitaría, lo mismo que en el perú , en Atrica , en Ma- dagascar , y en las Indias Criencales : tamoieii se hubiera visto en el ano 177Í. en inmediacio- nes de Orleans , según la relación de Salerno, Hist. de las aves, pag. io.; y mas antes en Ale- mania , según el hecho citado por Gesner , aun- que sacado de otro autor. Es muy difícil de de- cidir , si estas aves, tan mal descriptas , que solo pueden ser agidlas ó buytres , cuya presencia ha admirado en los lugares donde no se acostumbran ver , y en los que es muy verisímil que se haya exagerado el tamaño , y que su historia esté lle- na de hechos tubulosos , sean en efeíto verdade- ros conde, es. El Conde de Buñon , Valmont de Bornare y Salerno , todos tres juzgan que el laom- mergtee .... de los Alpes es la misma ave que el cóndor. Lo reciproco de los lugares donde estas aves habitan , autoriza esta opinión : el poco co- nocimiento que los Peruanos y los habitadores de los Alpes tienen de esta grande ave de sus montañas, que no conocen mas que por ti nom- bre , y que se sorprehende y se mata tan raras CON veces , fixa también la paridad entre el laomwtr- gicr y el candor, ** Condor de Chile. Manque en lengua Chileña. Esta ave , cuyas alas tienen de extensión ca- torce pies y algunas pulgadas , y su cuerpo es mucho mayor que el del aguda real , está vesti- da de plumas negras , á excepción del lomo que es totalmente blanco. Adórnale el cuello un collar de una pulgada de ancho , y formado de plumas levantadas y blancas : en la cabeza no tiene mas que una especie de pelo corto y fino : los ojos negros, con el iris de color roxo pardo: el pico, que tiene quatro pulgadas de largo , es grueso y corvo , negro por la basa , y blanco hacia la punta : las guias de las alas son por lo común de dos pies y nueve pulgadas de largo , y qua- tro lineas de diámetro : los muslos tienen diez pulgadas y ocho lineas de largo ; pero Ja tibia no tiene mas que unas seis pulgadas : sus pies tienen quatro dedos robustos , y el posterior de casi dos pulgadas de largo , con una sola articu- lación , y una garra negra que mide once lineas: el de enmedio tiene tres articulaciones , y su largo cinco pulgadas y diez lineas , no contando la garra , que es corva , blanquizca , y de vein- te y dos lineas de largo ; y aunque son algo mas cortos los otros dos dedos , están también arma- dos de garras no menos robustas. La cola es en- tera , y pequeña con proporción á su tamaño. La hembra es menor que el macho , y de color pardo : no tiene el collar que dexamos descrip- ro ; pero lleva en la cabeza un penacho ó co- pete pequeño. Los cóndores anidan en las faldas mas ásperas de los montes , sobre las rocas que salen fuera de tierra , donde ponen dos huevos blancos mu- cho mayores que los de las pavas : su alimento es la carne mortecina , ó los animales que ma- tan ellos mismos , haciendo veces de lobos , que no se conocen en Chile. Acometen á los reba- ños de ovejas y cabras , y no pocas veces dan caza a los becerros quando los encuentran sepa- rados de sus madres , lo qual hacen juntándose algunos de ellos ; porque precipitándose entonces de improviso sobre el ternero , le rodean con las alas abiertas , le pican los ojos para que no pueda huir, y le destrozan en un momento. Los labradores de Chile , que buscan todos los me- dios de acabar con estos verdaderos piratas del ayre , se tienden en tierra , cubriéndose el cuer- po con un cuero fresco de buey , de cuya apa- riencia engañados los candores , se acercan á ellos creyendo que sea carne muerta ; y entonces los agarran por las patas con gran destreza , tenien- do vestidas las manos de unos guantes muy fuer- tes ; y visto por otras varias personas que están en acecho , acuden prontamente a dar socorro á el que hace la presa , y dar muerte a el condor entre todos. CO- COR COPETE AZUL O VERDECILLO de -Java. Briss. Um. III. pag. iy8. Um. V U. fig. z. Gene- ro XXXIII. Clotis Javtnsis en Latín. Torpee bien en Francés. Este paxaro , dei genero del gorrión , no es tan grande como un gomon de nogal : la parte de arriba de la cabeza y del cuello , y lo alto del lomo es verde : las plumas escapularías y las cubiertas superiores de las alas de este mismo color : el medio del vientre encarnado : los cos- tados , el pecho , las piernas , las cubiertas de- baxo de la cola , lo inferior del lomo y el ovis- pillo de un color roxo subido : las cubiertas de encima de la cola de un color de escarlata la frente, las mexillas y la garganta azules: las guias de las alas pardas., guarnecidas ce verde por la parte de afutra : las dos plumas dtl centro de la tola verdes , circuidas de roxo en lo exterior de •ellas : todas las laterales son por fuera de este ultimo color , y pardas por dentro : el pico de color de plomo , y pies y unas de-gris. Brisson, á quien se debe la descripción de este paxaro, dice que se encuentra en la Isla de Java. ** COPETONCITO. Vcase Cardenal copetón. CORACIAS. (el) Corados de los Alpes. Lam. 1J5. Briss. tom. II. pag. 3. lam. 1. jig. 1 . Gen. XIII. Bel. Hist. nal. des Gis. pag. 287. fig. y pag. 288. Bel. Port. des Gis. pag. 70. Coradas en Latín por la mayor parce de los autores. ir ave ó coradas en Francés. Taba estcni-tahen en Alemán. Cornish-tbougb , crotfwal{ac en Inglés. El coradas tiene el pico de un encarnado her- moso , de dos pulgadas de largo , en cono pro- longado , y corvo a manera de arco : los pies def mismo color , á excepción de las uñas que son negras : todo su plumage es de un negro resplandeciente con reñexos de violado , verdoso y purpureo , y su tamaño algo menor que el de ja corneja. Desde la punta del pico á la de la cola tiene quince pulgadas y tres lincas: de vue- lo dos pies y ocho pulgadas, y sus alas plegadas exceden á la cola en nueve lineas : es agraciado en su forma , agil , y aún turbulento en sus acciones , y tiene las buenas y malas mañas de la picaza : se familiariza como ella , aprende a hablar , y apetece el esconder , ó antes bien mu- dar y transportar de un lugar a otro todo lo que encuentra, y principalmente quanto le da en ros- tro por lo reluciente , como el vidrio , pedazos de metal , &c. su grito ó chillido es fuerte y agudo : come todo lo que se le da , pero en particular pan y algunos pedacitos de caine. Quan- do está libre , se alimenta de inseélos y de di- ferentes semillas : es verisímil que se aproveche de la longitud y forma de su pico para buscar los gusanos , que también le gusten las bayas , y que , lo mismo cue los cuervos , se arroje so- bre los despejos de los animales muertos. En orden á esto me fundo en que en los parages donde habitan los coradas , ni encontrarían ¡n- scétos ni semillas en la mayor parte del ano, COR 343 porque son las cumbres de los montes elevados de clon de pocas veces baxan á las llanuras. Se 'encuentran en los Alpes, pero no ¿ndistintamcn- -te , y mas que en parte alguna junto a los yelos. -No obstante , asegura Hasselqulst , que todos los •anos , quando el Nilo está cerca de volver á su 'cauce , llegan a Egypto muchos coradas que se difunden por las tierras baxas de esta región, cuya situación es tan opuesta á la de los ahos montes. Pero puede suceder que los peces que Ucxa el río en los baxos atraigan los cotanas , y que los insectos , en quienes el calor y humedad aceleran las generaciones y multiplican el núme- ro, les detengan hasta algún tiempo después. Es- te exemplo apoya lo que antes he supuesto acer- ca de la verisimilitud que hay , de que los cura- das, del mismo modo que los cuervos, se apro- vechen de las reliquias de los animales írmenos, y de que metan su pico dentro de la tierra para -buscar los gusanos. Con todo , no es probable de que los candas baxen al Egypto desde los Alpes y los Pirineos , pero Bellon ha visto de estas aves en Creta , y muchos viageros me han ase- gurado que eran muy comunes en diferentes Islas, y particularmente en las de Tenerife : de estos países, pues, y quizás de las montañas que ro- dean el alto Egypto , es de donde baxan los co- radas á las tierras que el Nilo dexa libres en su inundación. Los coradas hacen su nido en la cum- bre de los peñascos escarpados , y prefieren las grietas ó roturas de las torres , y de los edificios en donde ya se han construido otros nidos. La hembra pone quatro ó cinco huevos blancos man- chados de amarillo sucio. Cor-acias chistado ó el cencerro. Briss . tom. II. pag. 6. Corvas sjlvadcus por muchos autores. Coradas huppc ó le sonnenr en Francés. El cotanas aislado ó cencerro se diferencia del común per sn tamaño : es mucho mayor y casi tan grueso como una gallina. Las plumas de de- trás de la cabeza son largas, y foniian un copete cuido sobre el cuello , que solo tiene quando adulto , y pierde en su vejé?. : el lugar donde estaba queda desnudo , y parece la piel mancha- da de pajizo. El plumage del coradas distado es todo negro con visos de un verde brillante. Su grito se ha comparado á los esquilones ó cen- cerros que en algunas partes atan al cuello de las reses , y por esto se les ha dado el nombre de cenceños. Se encuentra en las montañas mas altas de Europa ; pero no permanece en ellas rodo el año como e¡ otro catadas , y al contrario está allí muy poco tiempo. Llega por Abril , y se vuelve á fines de Junio : durante su mansión se sustenta derinse¿tos, de sus crisálidas que saca de las hendeduras y grietas de los peñascos con su pico largo y encorvado , y también encarnado como el del cotanas : sus pies son del mismo co- lor , pero mas obscuro : anida en las cimas ó puntas de los peñascos , y entre las ruinas de las torres y edificios antiguos. No produce mas que dos ó tres hijuelos : su carne , que pasa por buen manjar, es bastante apreciable , para que quando llega la estación , se empleen las gentes en bus- car 044 COR carolos nidos de coradas, y en quitar los pollue- los que encuentran a pesar de los peligros de esta caza que no se puede hacer mas que entre precipicios , y para la qual se necesita que el ca- zador se descuelgue de las torres antiguas , y de los peñascos con una soga , cuya extremidad se hxa v asegura en aquella parte mas tirme que se encuentra. O en. XIII. CORAYA. Especie de Hormiguero ruiseñor. Lam. 701. fig • í. Coraya en trances. Esta ave es una especie de hormiguero de la sección de los que Bullón llama ¡jurad güeros ruise- ñores. El coraya tiene de largo cinco pulgadas y seis lineas desde la punta del pico a la de la cola; la "amanta y la delantera del cuello son blancas: el pecho de un blanco ceniciento : el vientre y piernas bermejizas : la cabeza negra , y la parte de arriba del cuerpo de un pardo rosado : las alas son del mismo color, y tan solo llegan al prin- cipio de la cola , la qual es muy larga y rayada transversalmente de negro sobre fondo pardo gris: las plumas dtbaxo de ella son del mismo color, y también rayadas por medio. Píase Hormiguero, Gen. XXII. CORBATA AMARILLA O CALANDRIA del Cabo de Buena Esperanza. Alondra del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 504. fié- *• Bkiss. tom. III. pag. 3^4- loan, XIX. te- Cr avate jairne en Francés. Est3 alondra , muy común en el Cabo de Buena Esperanza ^ es mucho mayor que la núes- tra : desde la punta del pico á la de la cola tie- ne siete pulgadas y media , once de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta la mitad de su cola: la cabeza , la parce de atras del cuello , y la ca- pa del lomo esta variada de pardo y gris , pero lo pardo domina á éste que tan solo ocupa la orilla de las plumas , y algunas de las cubiertas de las alas escan guarnecidas de naranjado : la "amanta , y lo alto del cuello por delante son de °un naranjado muy bello : este color , que se extiende algo hacia abaxo , está rodeado de un circulo negio que vuelve hacia arriba para guar- necerlo por toda su circunferencia : la garganta y pecho están variadas de pardo , gris y pajizo: en cada lado de la cabeza tiene una lista naran- jada que empieza en la raiz del pico y pasa por encima de los ojos : el vientre , los lados y las piernas son de un roxo anaranjado , y este ulti- mo color guarnece el pliegue del ala que corres- ponde a la muñeca : las plumas de las alas son pardas , las guias guarnecidas por fuera de paji- zo , y las plumas medianas de gris : las dos del centro de la cola son de un gris pardo : las la- terales pardas, y las otras del mismo color, ter- minadas de blanco : pico , pies y uñas son de un gris pardo. La corbata que adorna su cuello es de un roxo claro en la hembra: su pecho listado, y el gris que guarnece las plumas de encima del cuer- po es mas claro que en el macho. Ge/;. XXXIX. COR Corbata dorada, (la) Páxaro mosca de córlala dorada. I.am. 6 71. fig. 3. Bkiss. tom. III. pag. 707. lam. XXXV i. fig. u Briss. tom. III. pag. 709. lam. XXXVI. fig. 4. El Conde de Bullón es de sentir que éstos tres páxaros moscas son de Ja misma especie , y que el ultimo es la hembra , pero no acerciora su conjetura , que yo no tengo por muy funda- da , y creo que la corbata dorada es una especie distinta , y que los otros dos páxaros son , en efedto , uno el macho y otro la hembra de una especie particular y diversa de la precedente. Será mas fácil que me entiendan después ae haber manifestado cada uno de estos paxaros con una breve descripción. El páxaro mosca de corbata dorada es del mismo tamaño que el páxaro mosca rubí-topado. Ambos tienen de largo tres pulgadas y quatro ó cinco lineas : las guias de las alas pardas , y las plumas de la cola de un pardo dorado ; pero el ¡ubi- topacio tiene lomo y vientre de un pardo obscuro y aterciopelado; y la corbata dorad-, lo tiene con algunos visos dorados , y el vientre gris : la garganta y los lados del cuello por delante .son de este ultimo color , resaltado por un rasgo brillante que desciende desde ef pico hasta. lo alto del pecho , y que forma una raya resplandeciente del color de un bello topacio , que cubre toda la delantera del cuello del páxaro mosca rubí-topacio. Este ultimo paxarillo tiene la parte de arriba de la cabeza de un roxo resplandeciente como el del rubí , y el otro tiene la cabeza de un verde dorado con visos roxos. Estos dos páxaros se hallan en la Cayena , y siempre los he tenido por macho y hembra. Hablando de la hembra del nibi-topacio , dice Marcgrave que no tiene mas que un rasgo de oro ó de topacio sobre la garganta y la delantera del cuello , y que lo restante como pecho y vientre es de un gris blanco : esta observación de Marcgrave me parece demostrar que la corbata dorada es la hembra del rubí-topacio como siem- pre lo he creído. Es verdad que el primero se envia con freqiiencia , y raras veces el segundo; pero esto sucede porque el uno es muy hermoso, y el otro no lo es tanto. El páxaro mosca de vientre blanco de la Cayena es algo mayor que los precedentes , y todo el cuerpo por el lomo y espalda es de un verde dorado muy brillante , y blanco por el pecho y vientre. El páxaro mosca de vientre gris tiene las partes superiores del mismo verde dorado que brilla y campea sobre el cuerpo del páxaro mosca de vien- tre blanco ; pero el pecho V vientre son de co- lor gris. Regularmente ambos páxaros no tienen colo- res puros debaxo del cuerpo , sino mas ó menos mezclados de plumas doradas semejantes a las del lomo: esta conformidad, sus demas relaciones, y las diferencias que los distinguen , me parecen ta- les que no se puede dexar de. conjeturar que son machos y hembras , mas no referirlos a la corbata dorada, que como he dicho, me parece ser la hem- bra del páxar o mosca > ubi topacio. Gen. LXV. Cok- Corbata negra. Especie de Tangara, Tanga/ a ion co/bata negra de la Cayena. Lam. 714. h- *• í amail en Francés. Según el Conde de Buffon es la séptima es- pecie de la primera stccion de los langa/ as. Este de que tratamos tiene de largo siete pulgadas, y su pico nueve lineas : la parte superior es blanca por su basa , y negra por la punta : la inferior toda negra : la cola es algo desigual : tiene tres pulgadas y un quarco de largo, y excede en dos pulgadas á las alas plegadas. "Todo el plumage es de color uniforme ceni- ciento , algo mas claro por el vientre , excep- tuando la parte anterior y posterior de la cabeza, de la garganta y cuello , sobre las que se va ex- tendiendo un color negro en forma de corbata. Este páxaro se encuentra en la Cayena , pero es rnuy raro según parece. Gen. XXX 7. CORMORAN. V case Cuervo marino. CORNEJA de la Jamaica. Briss. tora. 11. pag. n. Gen. XIV. CosncUle de la Jamaique en Francés. Es casi del tamaño de la corneja regular : el plumage es el mismo , y el pico y los pies ne- gros. Hay muchas en la parte septentrional de la Isla, y permanecen constantemente por los mon- tes. Los insectos , diferentes bayas , y diversos granos son su comida regular: no cesa de gritar de distinto modo que nuestras cornejas , y prin- cipalmente partee que se diferencie en esto : por otra parte su pico y su cola son mas cortos 3 proporción. Pero si el perro transportado a la América pierde el ladrido , es harto verisímil que el clima haga mudar el graznido a nuestra corne- ja, la haga mas parlera, y disminuya algún tan- to las proporciones dei pico y de la cola, pues- to que me parece que se puede muy bien conje- turar que esta sea la especie de nuestra corneja transferida a la América. Corneja del ienegal. Lam. 3 2. 7- Esta especie , de la que Montbeillard ha he- cho mención el primero , es del mismo tamaño que la corneja enmantada : el plumage es uno mis- mo , y tan solo se diferencia en que las plumas que cubren la parte de abaxo del cuello , tanto por detrás como por delante , y el pecho son de un blanco bañante resplandeciente en vez de ser cenicientas , como en la otra ; lo restante por en- cima y debaxo del cuerpo , que es ceniciento en la corneja enmantada , es negro en la del Se- negal. Lo demás del plumage , y el color del pi- co y de los pies es lo mismo en una que en otra. Esta especie con plumas blancas en cuello y pecho ,• no solo se encuentra en el Senegal, puesto que ha venido muchas veces de Madagas- car , y Sonnerat la tiaxo de la China en su ul- timo viage : es tan semejante á la corneja enman- tada , que serla difícil no tenerla por una simple variación. Si esto no es ilusorio , se sigue que la especie de la corneja enmantada está muy es- parcida , y que no obstante de que en nuestros climas se retira hacia el Norte para hacer allí su nido , con todo se ha dirigido hasta los climas Historia Natural. Tom. I. muy cálidos donde no ha sufrido mas leve variación en su plumage. Gen. XIV, Cornija enmantada. que una Lam. 76. Briss. tom. U.pag. 19. Bel. Hisi. nat, des Gis. pag. 184. fig. y pag, i8f, Bee. P orí. des Gis. pag. 69. Comcille enmanteUe en Francés. Mid.acchia , munacchia en Italiano. Naebel-Í^raee , grave-orache en Alemán. W, ana en Polaco. Lj'ao^a eu Sueco. Kofston-crow , sea-crcrw en Inglés. La corneja enmantada es del genero XIV. y se semeja mucho á la corneja regular y á la triguera, pero se diferencia bastante en una parte de su plu- mage , y en algunos de sus hábitos. Su tamaño casi es el mismo que el de la corneja regular : la parte de atrás del cuello , y todo lo de encima y debaxo del cuerpo es de un ceniciento varia- do con manchas negras , oblongas , y en mayor número por debaxo que por encima del cuerpo: lo restante del plumage es de un negro violáceo: la primera pluma del ala es quatro pulgadas y tres lineas mas corta que la segunda y tercera, que son las m3s largas : el ¡lis es de un ceni- ciento que tira á color de avellana , y el pico, pies y uñas negros. La corneja enmantada tan solo mora en nues- tros campos por el hioierno : llega por el mes de Noviembre , y se marcha á principios de la primavera : se ruira a las r-giones septentriona- les doneie pasa el verano en los montes , y ani- da en los pinos y en los abetos: también se ve en la misma estación en Suecia , tionde hace su nido en los álamos, y solo pone qaa ro huevos. Las cornijas enmantadas vuelan en ei hibierno por nuestros campos en bandadas numerosas, y en las tierras labradas se m.zclan entre las demás cor- nejas para buscar juntas la comida ; pero la cor- neja enmantada tiene mas apego al hombre , y se acerca mucho mas á los lugaies habitados , busca su alimento en las inmundicias , y en los ester- coleros : parece que sea omnho/a como las otras cornejas , pero con todo consume n.uehos granos: también es atraida por el hedor de las carnes corrompidas , y muchas veces son victima de su apetito los paxarillos , y la caza menuda. Su car- ne no es mejor que la de la lorruja : se caza con los mismos cebos , y valiéndose de los mismos medios. Vease Corneja negra. Montbeillard advierte que los antiguos no co- nocieron esta corneja , pues:o que no han habla- do de ella; y también ob:c-rva, que teniendo muchos caraétéres de la corneja regular y cíe la triguera , no se diferencia de una y otra mas que en los hábitos que las distinguen entre si : e.vas advertencias inducen a pensar á este Filosofo naturalista que la cornija enmantara , quizas sea lina nueva casta producida de la mezcla de las otras dos. Xx Cor- 346 COR Corneja negra. Lam . 4*53. Briss. /ow. 1U pílg* 12. Bel. tlht. nal, cíes Ols.pag. iSl, fg.y pag. jSi. Bel. Port. des (jjs.pag. 68. tomix en Latín. Corbint ó corneUle noire en Francés. Conilce , eornaebia , gr aceita en Italiano. Hanss-kraee , {rab , &c. en Alemán. Croxv , carrion-ct ove , common-crove en Inglés. La corneja negra tiene muchas relaciones con el cuervo , y por el exterior no se diferencia mas que en el tamaño , que es cerca de un tercio mas pequeña ; estas dos aves se semejan también por una multitud de hábitos y propiedades , y todos estos rasgos de semejanza justifican el dic- tamen de Brisson que a entrambos ha colocado en el genero XIV. de su método. La corneja tiene diez y ocho pulgadas desde la punta del pico a la de la cola , y tres pies de vuelo : todo su plumage es de un negro vio- lado : la primer pluma del ala mas corta que la segunda, y la quarca es la mas larga : el iris es de color de avellana ; y el pico , pies y uñas negros. " Durante el otoño é hibierno todo el dia se mantiene la corneja en 13S tierras labradas , y prin- cipalmente en las que están recien vueltas; sigue también a los trabajadores y ganados , siendo la causa de sus movimientos el andar en busca de gusanos , de inseéfos y de granos por ser lo mis- mo que el cuervo , que come de todo lo que halla , siendo también omnívora como el. Por la tarde , una hora antes de ponerse el sol poco mas o menos, las cornejas que han pasado el día a bandadas , y mezcladas confusamente con otras dos especies de cornejas , se juntan , se ponen en orden , levantan el vuelo , y se retiran a los bosques y selvas , ó á lo menos á los parques donde hay algunos árboles robustos y viejos , pa- sa ido la noche en los que tienen ya elegidos para su morada , y baxando al despuntar la au- rora , para ir, como el dia antecedente, a bus- car sus pastos en las tierras y en las llanuras. Su vuelo , en los viages que hacen por mañana y tarde , es balitante elevado , lento , tosco y pe- sado : van graznando con freqüencia , y siguién- dose unas á otras. Se ven succeder las bandadas, y hay probabilidad de que se compongan de al- gunas familias unidas con sus hijos nacidos en el verano anterior. Por la primavera se retiran las cornejas á los bosques , y no salen mas que por sus cercanías. La abundancia de toda especie de viveres las ahorra largos viages ; pero entonces consumen muchos huevos de otras aves , y en particular de perdiz : ya no viven a bandadas como sucede por el hibierno , sino que se separan de dos en dos, y , del mismo modo que el cuervo , eligen para sí cierta extensión de dominio que se reservan sin dañarse unas á otras ; construyen su nido so- bre los árboles elevados , que componen por la parte de afuera de pequeñas ramas , tabicadas con excrementos de animales , y por dentro cubierto con filamentos de raíces ; la heinDra pone qua- COR tro ó cinco hueves que empolla tres semanas, y padre y madre tienen mucho apego a los huevos, y cariño a sus hijuelos de los que cuidan lirgo tiempo. Si durante el empollar, ó luego que han nacido los puellos pasa alguna ave de rapiña por junto al nido , ambos salen á su encuentro , se arrojan sobre ella , la maltratan á picotazos , y muchas veces la rinden co.i los golpes que la dan, aunque por su tamaño había de quedar viíioriosa: en este tiempo con quienes se pelean principal- mente es con las pjeasgregas que apetecen mucho la carne de las cornejas nuevas , y aunque harto mas pequeñas que los padres de estas , se atre- ven contra ellos sin temor alguno , y se valen de sus uñas y pico con tanta destreza que por lo regular alcanzan victoria , y les quitan sus hijue- los que no pueden guardar de un enemigo tan dañoso. Quando gozan de tranquilidad traen á su familia abundancia de viveres , y particularmente de huevos que tienen la maña de agujerearlos y de llevarlos volando en la punta de su pico que cierra la abertura. La unión de padre y madre no finaliza junto con los cuidados del empollar , pues esta no se funda , como acontece en la mayor parte de los otros animales , en las necesidades de sus hijue- los , sino en una elección y afeéfo reciprocas. En llegándose a juntar las cernejas permanecen as¡ mientras viven ; y también dicen que si muere alguna de las dos , la otra acaba su vida sin buscar compañera. Yo sentiré poner en duda y aún refutar la buena opinión en que están unes hechos ó fábulas tan agradables ; pero mi obliga- ción exige que pregunte , ¿ de qué modo han po- dido observar que unas aves que todos los hi- biernos se juntan para pasarlos en sociedad , y que por la primavera se separan de dos en dos, pre- cisamente sean las mismas que habían venido los años antecedentes , y que se hab¡3n juntado ? ¿ Y cómo han averiguado que aquella que habia queda- do sin la compañera de su sociedad íntima y de sus mas gustosos hábitos , pase lo restante de su vida sin contiaer nuevos empeños ? ¿Acaso será porque el hombre arrebatado de la hermosura de sus imágenes , le es muy difícil encontrar entre sus semejantes estos exemplos , y por esto se es- fuerza en buscarlos entre los animales ? Pero qualquier juicio que se haga acerca de la unión conyugal de las cornejas , lo mas cierto es , que su especie , menos vigorosa que la del cuervo, generalmente no está tan extendida , y con es- pecialidad hácia los paises septentrionales. Las cer- nejas son raras en prusia , según asegura Klein, y no las hay en Suecia , puesto que uinnéo no habla de ellas en la enumeración que hace de las aves de este Rey no ; pero la especie «se ha pro- pagado mucho hacia el Mediodía , y según refie- ren los viageros, ha penetrado hasta el Cabo de Buena Esperanza , y aún hasta la India , lo que se confirmó por el cuidado que tuvo Sonnerat de traer algunas cornejas , que por el exterior son lo mismo que las de Europa. La corneja todavia se familiariza con mas fa- cilidad que el cuervo ; cambien aprende a pro- nunciar algunas palabras ; tiene las mismas incli- na- COR naciones que la impelen á llevarse todo lo que encuentra , a mudarlo de un lado á otro , y acu- mularlo ; pero no es can pancominera , ni tan danosa, no tanto porque es menos fuerte , quan- to porque no es tan malvada. Dn.cn que las cornejas tienen el olfato muy fino , y que perciben de lejos los cuerpos muer- tos de los animales de que son muy apasiona- das : a pesar de este habito que por sí solo bas- taría para hacer de mal gusto su carne , aunque esta sea moy dura , y que las cornejas huelan muy mal, aún estando vivas, con todo, las gentes del campo las dan caza por el hibierno que están muy gordas , y las aprecian como una comida regular , particularmente para hacer un buen pu- chero. Las conejas se cazan de distintos modos. Muchas se matan con fusil , y su cabeza se paga en las alcaidías ó cabezas de partido : los mon- teros ó guardas de la caza al tiempo de anidar suelen matar con bala la madre que está sobre los huevos ó sobre sus pollos : también se co- gen las cornejas con redes , con reclamo , con diferentes cebos , y con aves de rapiña. Vease Reclamo. Muchas se cogen como se sigue. Se buscan tripas de buey, ú otra carne quales* quiera, se machaca bien menuda, y se mezcla con polvos de nuez vómica, dexandolas para que se in- corporen por espacio de veinte y quatro horas, y luego se hacen unas bolitas las que se van es- parciendo en los parages que frequentan las cor- nejas , lo que es un tósigo para ellas : si las co- men los perros también se ponen muy malos, y pueden morirse , si no se les da á beber agua mezclada con algún acido , como vinagre ó zumo de limón , tice. De los quatro modos que voy á referir di- cen algunos que se cogen también las cornejas. El primero consiste en notar en ios bosques los parages donde se retiran muchas cornejas para pasar la noche ; se van quitando las ramas a diez ó doce árboles de aquel mismo sitio , y no se les dexan mas que las principales : se ponen en- cima algunas cornijas de madera, trabajadas tosca- mente , y dadas de negro ; un cazador vestido de negro sube a ellos quando anochece , que es la hora proporcionada para esta caza , otros ha- cen ruido por los rededores , agitan y golpean los árboles donde están las cornejas, las que vue- lan , y engañadas por las fingidas , van á ¡pararse encima de los árboles desmochados , y entonces el cazador las coge con la mano , las mata , y arroja al sudo. La estación propia para esta caza es la que las cornejas van á bandadas , esto es, de Noviembre á Marzo , y las noches mas obs- curas son las mejores. El segundo medio es hacer un cucurucho de pa el algo fuerte , y en lo mas interior de él poner carne picada , llenando la boca de liga, y poniéndole de punta en los montoncillos de basura que sude haber en los campos, ó en los barbechos. El cucurucho ha de tener poca comi- da , y apretando la cabeza la corneja para alcan- zarla , se le queda pegada por razón de la liga, no vé claro , vuela desatentada como sude de- cirse , se levanta tanto que se pierde de vista, Historia Natural. Tum. I. COR 347 y viniendo a enervarse sus fuerzas , cae casi en el mismo sitio , donde había emprendido su vuelo. El tercer modo consiste en meter agujas ó al- fileres sin cabeza dentro de las habas verdes , y esparcirlas ca hibierno sobre las tierras ó cam- pos ; y como apetecen tanto las cornejas dichas semillas , las comen , lo que Jas maca por no poder digerir las agujas y alfileres. Por ultimo , se ata en el suelo una corneja viva puesta de espaldas , y sostenida en esta incómoda postura por medio de dos estacas hin- cadas en tierra , las que en la extremidad tienen un garfio que oprimen el ala de la desgraciada corneja cerca de los encuentros , ella se agita y grazna de tal suerte que atrae las cornejas que se hallan al rededor : con las uñas y pico se agarra á las que están mas cerca, del mismo modo que se asiría de qualquier otro cuerpo que tuviese á tiro , y las tiene tan apretadas que hay bas- tante tiempo para cogerlas antes que puedan des- asirse. Corneja triguera. Lam. SS4. Briss. tum. I!. fag. \ 6. Bel. tiist. nar. des Gis. fag, iSj . fig. ibis}. Bel. Pon. des Gis, fag. 66. Coi nix frugilega en-Latiu. Freux o fruyóme en trances. K.oore-fyaey en Holandés, < incoaron en Polaco. Koo\ en Inglés. La corneja triguera es la especie mas numerosa de las co¡ nejas : toda su pluma es de un negro violado mas reluciente en las partes superiores, que en las interiores : el pico y los pies son tam- bién negros ; pero esta ave tiene una particulari- dad que la distingue , y es que el nacimiento dej pico está rodeado, en lugar de plumas como en las demas conejas , de una piel desnuda , harinosa y granujienta de un color pardo negruzzo : el pico parece también como usado y emnotado. No porque naturalmente no crie plumas al rededor deí pico , pues se ven algunes con ellas , sino que a medida que crecen, las destruyen por la cos- tumbre que tiene oe hmcar el pico muy adentro de la tierra , con cuya continuación la raiz de Jas plumas se destruí e , y la piel se endurece, se hace callosa y áspera. La corneja tiiguera se dife- rencia también de las demás en no gustar de la carne , ni acercarse jamás á las bestias fimertas: se alimenta de gusanos , y en particular de los cañutillos de las langoscas , y de orros diferentes insectos que saca de la tierra. Vuela durante el hibierno en bandadas numerosas , y durante el día se esparcen por las tierras labrantías , reti- rándose por la noche a los bosques. Causan gra- ves daños en las tierras recien sembradas , y r.o menores quando las mieses están maduras. Estos perjuicios que se les imputa , han sido causa de que en Ingla erra se dé un premio por cada ca- beza. No obstante falta decidir si las utilidades que se siguen de la quantidad de inseétos que mata son mayores , que el daño que hace qes- truyendo las simientes, ó consumiendo el grano. Xx z Es- ^¿j.8 COR Éste es un cálculo que pide verificarse , no solo por estas aves , sino por todas aquellas que nos hacen el mismo mal ó beneficio. Anida en los árboles altos cerca de los pa- raos habitados t en un mismo árbol hay varios nidos , y algunas veces diez ó doce. Dicen que quando Je construyen , una de las dos queda para Guardarle mientras la otra va á buscar los ma- feriales , sin lo qual lo que llevan hecho del ni- do se lo hurtan las vecinas para adelantar su propia obra. La hembra pone en todo el mes de Marzo quairo ó cinco nuevos , los que em- pollan macho y hembra alternativamente. Para ce- bar sus hijuelos vuelven el alimento que han to- mado como las palomas. En Francia se ven po- cas aves de estas en el verano por retirarse ha- cia el Norte donde anuncian la primavera. Pare- ce que esta especie no se esparce , ó muy poco hacia el Mediodía ; pues Aldrovando no le pa- recia que se hallase en Talla. O en. -V l- . CORNICHUELA. Véase Buho CORNIGON. I- Ronca. Corral. Este es el sitio en donde se ponen las aves domésticas que se mantienen por la utilidad que de ellas *e saca. Las aves de corral , son el gallo , la gallina, el pavo , el pavo real ó pavón , la oca y el aña- de. Sin embargo , para reunir estas diferentes aves en un mismo corral , es preciso que sea muy grande , y que las mas déurles y Uoxas puedan apartarse y huir de las mas fuertes que las mal- tratarían. bi el corral es reducido , no surtirá bien el efeéto mas que manteniendo en el tan sola una especie de aves. Aunque muchas veces se pongan en el mismo corral algunos gansos y ánades jumo con las otras aves , para hacer crias abundantes de estas ulti- mas conviene colocarlas en parage que esté el agua inmediata , como también alguna pradera, para que de esta suerte puedan bañarse y pacer. Se ha probado muchas veces poner en corra- les á las pintadas., que probarían bien y serian de suma utilidad , pero tienen el pico demasiado fuerte , y maltratan a las gallinas , siendo siem- pre huespedes tan perniciosos , que es necesario tenerlas aparte. En el articulo del gallo tratamos de lo que es concerniente a la disposición y dis- tribución de un corral. CORREDOR, (el) Briss. tora. V. fag. 541. Con ida en Latin. -Conrear en Francés. Corita en Italiano. El corredor tan solo ha sido indicado por Al- drovando , y de él han copiado ios amores todo lo que han escrito. Es palmeado , y su pico cor- to , reíto y sin dentar.1 Brisson le ha tenido por harto diferente de las demas av^s , y por ello ha formado de él un genero separado que es el CXV. y ultimo de su método. El con odor es mas pequeño que la avócela. La cabera , la parte de arriba del cuello , y -la de abaxo del cuerpo son blancas : las alas de un paruo f.rreo : las dos plumas del centro de la cola blancas : los COR ojos negros , rodeados de dos circuios , de los quales el mas pequeño es blanco , y el mayor de un pardo roxo , y el pico amarillo con la punta negra. Según Aldrovando , llaman asi á esta ave por la celeridad con que corre por las riberas : ase- gura este autor que no es raro en Italia , y se maravilla de que un ave , que se encuentra en un pais tan inmediato , y con el que cenemos tanta comunicación , no sea uias conocida. CORRE-LIGERO. Especie de Bs-rou ds mar. Larri. 745. Conre-vite en Francés. Esta ave tiene muchas relaciones con la per- dis, de mar , y también carece de plumas en la parte inferior de las pieruas ; el pico corto, convexo por arriba, y comprimido por los lados hacia la punta : tiene el mismo tamaño , el ademan, y aún los colores , pero se diferencia en que no tiene mas que tres dedos delante , todos separa- dos , y ninguno atrás : podria , pues , conside- rarse como una sección de este genero en el que habría dos divisiones , una de las aves de qua- tro dedos , y otra de las de tres ; ó sino , el corre-ligero compondría un genero medio entre el de la perdis, ele mar y el de la ronca que es el siguiente. Tampoco tiene la cola ahorquillada , y este también es un caraéter que te distingue; pero hay algunas perdices de mar en las que las plumas laterales de la cola exceden muy poco á las del centro. Esta ave tiene siete pulgadas desde la punta del pico a la de la cola : la coronilla de la ca- beza , la parte de atras del cuello , el lomo , y las cubiertas de encima de las alas son de un gris ceniciento sobre fondo pajizo que atraviesa por meció el gris : de la parte de acras de la cabeza es de un gri6 sin mezcla de pajizo : detras del ojo , y a cada lado , tiene tres rayas transver- sales , una blanca entre dos negras : la garganta es blanquecina : la delantera del cuello , y todo lo de abaxo del cuerpo son de un gris claro que tira á blanquecino : las grandes guias del ala ne- gras : las dos del centro de la cola de un gañí rosado, algo mas largas que las laterales, las qua- les todas van en diminución insensiblemente des- de las del centro á las de mas afuera : las ¡otras guias de la cola tambren son rosadas en la ma- yor parte de su longitud , cortadas después por una barra negra transversal, y terminadas en ce- niciento : el pico es negro , los pies pajizos , y las uñas negras. Esta ave desconocida antes de que la indicara Buffon , la mataron en las inme- diaciones de Taris , hace algunos años , y colo- caron en el Gavinete del Rey de Francia : cam- bien se remitió después otra ave de la costa de Coromandel, que no se diferencia de Ja que ma- taron en Francia mas que en los colores del plumage, y está representada en la lam> Uum. Toda- la parte de arriba de la cabeza es rosada, con una linea blanca que se-extiende desde, enci- ma del ojo hasta detrás de la cabeza , y por de» baxo tiene una raya negra: la parte de atrás dei cuello , y todo lo de encima del cuerpo es de un grrs pardo ; la garganta blanquecina : la de- COT lancera del cuello de color de gris : el pecho y lo aleo del vientre roxo : el baxo vientre ne- gro : la parte de piernas con plumas , y la de arriba y de abaxo de la cola blancas : las guias de las alas negras ; las plumas medianas del mis- mo gris paulo que el lomo , y algunas guarne- cidas de blanco por la punta : Ja cola es de ua gris terminado de blanco , y entre el gris y el blanco tiene algo de negruzco : el pico también es negruzco , los pies pajizos , y las uñas negras. Esta ave es algo mas pequeña que la que se mató en Francia. Corre-ligero de la costa de Coromandel. La- mí)!. 891. Ai ase Corre-ligero. Corsear, (cttr.) Scumer en Fi anees. Esta voz tiene dos accepciones. Se dice del ave que pasa por encima de la presa , ó del para- ge donde ésta se ha refugiado sin detenerse , y de la que vuela sobre la caza que han levantado los perros. CORTADOR DE AGUA. Fease Pico tixera. COKTEüA. Fease Ortega. CORVEJON. Lo mismo que Cuervo marino. ** COSCOROBA O ANADE de chile. Anas cosco) oía en Latín. Esta ave , que es mucho mayor que la oca común j es enteramente blanca , a excepción de los pies y el pico que son encarnados, y de los ojos que son negros. COTiNGA BLANCA. Lam, 793. el macho, 794. la hembra. Briss. tom. II. pag. 356. Fease Guirapanga. Cotinga de gris purpureo. Fease Pacapac. Cotinga de la Cayena. Lam. 6 24. Fease Que- reiva. Cotinga del Brasil. Fease Banana. Cotinga del Brasil. Fease Banda azul. Cotinga de los Mavnas. Lam. zz9. Briss. tom. II. pag. 341. Fease Cotinga de plumas de SEDA. Cotinga de México. Briss. tom. II. pag. 347. Fease Cacastotl. Cotinga de plumas de seda. Lam. zz 9. Briss. tom. II. pag. 341. Cotinga a plumes sopeases en Francés. No es tan grande como el portal : tiene siete pulgadas . de largo , trece de vuelo , y las alas plegadas llegan hasta dos terceras partes de la cola : la garganta es de un color morado obscu- ro : lo restante del cuerpo está cubierto de plu- mas mas largas y mas estrechas de lo que sue- len ser, y! may apretadas y suaves al ta¿tp; son pardas en su origen , sobre la cabeza y la parte de atrás del cue.io, blancas en su nacimiento, y en lo restante: del cuerpo de un color morado purpureo 3 pero estos colores no se ven , y los esconde un azul resplandeciente , cambiante en verde mar , con que terminan todas las plumas: este hermoso color es el que únicamente se ve en todo el cuerpo , quancio están las plumas unas sobre otras , a excepción de las piernas que son pardas : Jas guias de las alas , y las plumas de la cola son de un pardo negruzco , guarnecidas COZ 349 de azul por la pane de afuera; sin embargo la ultima de ambos lados de la cola es toda de un pardo negruzco sin tener cosa alguna de azul : el pico es pardo , y uñas y pies negros. Esta ca- tinga se encuentra en el país de los Maynas en las riberas del rio de las Amazonas ¿ y son muy raras en los gavinttes. C en. xxm. Cotinga purpureo. Fease PaCapac. Coi inga roxo. Cotinga roxo de la Cayena. Lam. 378. ( Briss. tom. II. pag. 351. Gen. XXIII. Cotinga Cayanensis rubra en Latin. Ouctte en Francés. Esta es una especie de cotinga bastante común en la Guayana : los Criollos la dan el nombre de ouette por el grito. Es casi del tamaño del pacapac : viaja como él de región en región se- gún maduran los frutos de que se mantiene : la pane superior de la cabeza y la inferior del lo- mo , la rabadilla , el baxo vientre , las piernas, y las cubiertas superiores é inferiores de la cola son de un color de escarlata muy brillante : las mexillas , la garganta , el cuello , lo alto del lo- mo , las plumas escapularias , el pecho y lo al- to del vientre son de un color morado : el mis- mo color , aunque mas obscuro , tienen las cu- biertas de las alas : también matiza las plumas de Jas alas , cuy3 punta es negruzca : las de la cola son de color de escarlata , y terminan en pardo, lo qual forma una banda ancha transversal : el pico es bermejizo : los pies y las uñas de un amarillo baxo , y la parte posterior de los pies está vestida de pelitos desde el talón hasta los dedos. Esta cotinga es un ave de un plumage muy hermoso , y que tiene la suavidad y el lustre de la seda : la hembra difiere del macho en que sus colores son mas débiles , y que lo que en el macho es de color de escailata, en ella es de un roxo obscuro. COTORRA. Lo mismo que Urraca ó Picaza. Cotorra. Fease Papagayo cotorra. Cotorra de Cuba. Fease Papagayo del Paraíso. Coiorra de la Nueva España. Fease Papagayo pardo. COTORRERA. La hembra del Papagayo co- torra. COYOLCOZQUE O CODORNIZ de México. Briss. tom. I. pag, 15 6. Gcn.FI. Coturnix Mexicana en Latin. Coyolcos en Francés. El cayolco^qne es del tamaño de nuestra codor- niz.. El leonado mezclado de blanco es el color dominante de la capa del lomo y espalda , y el leonado solo el que viste la parte inferior del cuerpo : la coronilla de la cabeza es negra y blan- ca , y dos bandas del mismo color baxan desde los ojos sobre el cuello; los ojos son negros, y ios pies leonados. ** COZCAQUAUHTLI. . .1 Especie de zopiloto , mayor que el zopiloto común , por lo que vulgarmente le llaman rey de los zopilotos , y dicen que concurriendo ambas especies a algún cadáver, no lo toca el zopiloto hasta haberlo probatlo el cozpaquanhtti. COZ- CRI 35° COZTOTOTL. Briss. tom. a. pag. 9 5- Gen. XIX . Idee as nova Hispani# en Latín. Costotul en francés. El eotfoioil es del tamaño del estornino : el cuello , el lomo y el ovispillo son negros : el pecho , vientre y costados tie color de azafrán, mezclado de un poco de negro : las alas ceni- cientas por dtbaxo , y matizadas por arriba de blanco y negro. Se encuentra en la Mueva Espa- ña , donde los naturales del pais le dan este nombre. Hernández, Huí. de ¡a Hueva £sp. pag. a o. cap. 28. CRa-CRA. Especie de Canorejero de Amé- rica. Briss. tom. V.pag. 47 7. Cta-cra es el graznido ó grito de esta ave, y el nombre cjue le han puesto los franceses de la Martinica. El P. 1-euilié lo describe de este modo. „ Es del tamaño de un pollo grande , y su „ plumage muy variado ; la coronilla de la ca- „ beza de un ceniciento azul : lo alto del lomo „ de color leonado , con mezcla del de hoja „ muerta : lo restante de la capa es una mezcla „ agradable de azul ceniciento , de verde pardo „ y de amarillo : las cubiertas del ala , parte son „ de un verde oascuro , y rodeadas de pajizo, „ y parte negras : las guias de este ultimo color, ,, con un ribete blanco ; la garganta y pecho con „ manchas de hoja muerta solare fondo blanco, „ y los pies de un gracioso amarillo. „ G ene- ro LXXXI. Cresta ó Penacho. Huppe -en Francés. Parce de la piuma de las aves compuesta de algunas mas largas que las que están al rededor, y colocadas en lo superior ó posterior de la ca- beza : este es un adorno particular en algunas es- Íiecics , y siempre mayor en los machos que en as hembras. La mayor parce de las aves tienen la facultad de levantar y baxar el penacho a su arbitrio ; y por lo común lo levantan siempre y quando se hallan heridas de alguna viva sensa- ción , y lo tienen caido quando están quietas y tranquilas. Hay penachos cuya dirección es perpendicular al plano de. la cabeza , otros que están inclina- dos hacia atrás , y algunos que vienen hacia de- lante. Llamase también moño , copete , &c. Criar, (cctr.) Brancher en Francés. Alimentar y criar las aves de rapiña niegos ó cogidos en el nido. Vea¡e Cetrería. CRIK. I' si tacas Cayanensis en Latin. Crik en Francés. Los ci¡¡(, s son unos papagayos del nuevo Con- tinente , que se diferencian de las amazonas en que no tienen roxo en el azote del ala. Fease Amazona. Crik. (el). Papagayo crik de la Cayena, lam. 839. Briss. tom. IF. pag. 137. il crik es un papagayo muy común en la Ca- CRI yena donde se conoce por el mismo nombre que le conservamos. Tiene cerca de un pie de Lugo, y sus alas plegadas llegan h.:sta mas de la mÉad de su cola ; la parte de arriba y de abaxo del cuerpo son de un verde bastante hermoso : en la antuior de la cabeza o sobre la frente , y en la coronilla tiene plumas verdes : las mexillas son de un amarillo verdoso : las alas utan adornadas con una banda roxa , y sus guias son de un ne- gro que hacia la puma termina en azul : las dos plumas del centro de la cola son verdes , y las laterales tienen por la parte de aden ro una ban- da ancha ó mancha longitudinal roxa : el i¡is es encarnado , y el pico y los pies blanquecinos. Se vé con bastante freqüencia este papagayo en casa de los paxareros , los qualts no hacen mu- cho aprecio de él. Es indócil , indinado a mor- der , y muy vocinglero. G en. LUI. Crik de cabeza azul. Ed'X'. glan. pag. 43 ■ fig.y ¡am. 230. 1 iene blancas la delantera de la cabeza , y la garganca , y este color que se extiende por de- lante del cuello finaliza en el pecho con una man- cha encarnada : su capa es de un verde mas obs- curo , y la parte de abaxo del cuerpo de otro mas claro : las guias exteriroes de las alas son azules , las medianas roxas , y verdes las inme- diatas al cuerpo : las del centro de la cola son verdes por arriba , y por abaxo de un verde pa- jizo : las laterales loxas por la parte de afuera: el iris naranjado , el pico de un ceniciento ne- gruzco, con una mancha roxa en los lados de la mitad superior de él : los pies son de un roxo desmayado , y las uñas negruzcas. Se encuentra en la Cuayana , y se pueden tener por variacio- nes del o de cabera ayd ó por especies muy cercanas a la suya: i.° El papagayo cocho indicado por Hernández, que tiene la cabeza variada de roxo y blanque- cino: 2.0 El papagayo de América de Briss. tom. IF. pag- 293. Ed'X . tom. IF. pag. 164. fig.y lam. 164. Tiene la freme de un roxo vivo , azul la co- ronilla de la cabeza , y las mexillas narajadas : por otra parte se semeja al crik de cabera a-tul: 3." El papagayo de } unte roxa del Brasil , de Briss. tom. IV. pag. 254. Bdw. tom. IV. pag. 161. fig.y lam. iíi. La delantera de la cabeza rodeada de roxo, la garganta es del mismo color , en vez de ser ambas azules como las del Ci¡k , del qual no se diferencian mas que en esto. Mota. Estos diferentes papagayos indicados se- paradamente por un autor que los ha visto , no han sido observados vivos por la mayor parte de los que han hablado de ellos en la primer relación : estos tan solo han juzgado por las in- dicaciones ó por las figuras que han visto, cuyo modo de afirmar el discurso siempre es muy ex- puesto a caer en ciror , y aunque generalmente se sepa que estos papagayos son ue Amélica, no se sabe con exaétitud si se encuentran en las mimas parces de este Continente. Es , pues, muy difícil de juzgar con certidumbre , y se ce- CR I bcn examinar mucho mejor , para ser bien eo- nocidos. Gen. LUI. Crik de cabeza morada. Briss. tom, IV. pag. 301. ti P. du Ttrtre c¡ue ha indicado este papa» gayo , y según el qual hablan los autores , lo describe asi: 5, Es casi tan grande como una gallina : el ,, pico y los ojos los tiene circuidos de encarna- „ do ; todas las plumas de la cabeza , cuello y ,, vientre son de color morado , coa mezcla de „ verde y de negro , lo qual hace unos visos „ corno la garganta de un palomo ; toda la p.ir- „ te de arriba del lomo es de un verde muy „ obscuro : las guias de las alas son negras : to- „ das las demás amarillas , verdes y encarnadas, „ y sobre las cubiertas de las alas tiene dos man- „ chas de los mismos colores en formas de ro- ,, sas. Quando eriza las plumas de su cuello se „ le hace una hermosa franja al rededor de la ,, cabeza... Tiene la voz fuerte, habla muy cla- „ ro , y aprende muy pronto á hablar , con tal ,, que se le enseñe quando nuevo. En el dia es ,, muy raro en la Guadalupe , donde lo han per- ,, seguido mucho por lo exquisito de su carne. ,, Gen. LUI. Crik de cabeza y garganta amarillas. Briss. tom. IV. pag. 187. Este cali de cabeza y garganta amarillas tiene trece pulgadas desde la punta del pico á la de la cola ; la cabeza , la garganta , y la parte de aba- xo del cuello son de un amarillo muy hermoso: el azote del ala es del mismo color : la parce de arriba del cuerpo de un verde que dra á pa- jizo , y la de abaxo de un verde lustroso : las cubiertas de encima de las alas mas inmediatas al cuerpo roxas , guarnecidas de amarillo : las mas aparcadas amarillas , y las intermedias , co- mo cambien las grandes verdes : las guias de las alas , y plumas grandes de Ja cola están variadas de negro , de verde , de azul violado , de pa- jizo y de roxo : el iris es amarillo , y pico y pies son blanquecinos. Este papagayo se encuen- tra en la Guayana , y con mas freqiiencia a ori- llas del rio de las Amazonas. Gen. LUI, Crik de kostrq azul. 'Papagaya cotona de la Habana. Lam. 3 60. Briss, tom. IV. pag. 1 66. lam. XXV. fig. 1, El cr¡l( de rostro ax.ul tiene quince pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , dos pies y medio de vuelo , y sus alas plegadas lle- gan hasta cerca de los dos tercios de su cola: la delantera de su cabeza, la gaiganta, y el cue- llo por delante son de un azul violado , con un borde de un verde brillante al rededor de cada pluma: el medio, los lados, y la parte de atrás de la cabeza y cuello , como también ia de en- cima del cuerpo son de un verde muy hermoso, y cada pluma está circuida de negro : en lo alto del pecho tiene una mancha roxa muy grande: lo restante debaxo del cuerpo está cubierto de plumas verdes , terminadas de azul por la punta en las del pecho y vientre , y guarnecidas de negro en las de los lados : el talón , que regu- larmente se tiene por ia rodilla , está rodeado C R 1 3 5 r de plumas azules : las cubiertas de encima de la cola son de un verde amarillo , y las de las alas verdes: estas se hallan variadas de negro, verde violado , verde azulado , y roxo ; los"colores de la cola son un verde brillante , otro verde ama- rillo , el roxo , y algo de azulado : los ojos los tiene rodeados de una piel desnuda de un ceni- ciento claro : la raíz del pico es blanquecina , y Ja punca tira á negro : los pies son de gris , y las uñas negras. Se encuentra en la Habana y en México. Gen. LUI, Crik empolvado ó el molinero. El molinero es mucho mayor que el papagayo ceniciento de Guinea : todo su plumage es ver- de , á excepción de la extremidad de" las gulas de las alas que es de un morado obscuro y" ne- gro , y la orilla exterior de algunas plumas me- dianas que forma sobre las alas una plancha lon- gitudinal de un roxo muy hermoso : también tie- ne una mancha pajiza en |a coronilla de la ca- beza : lo restante de las plumas de su cuerpo, como también las del cuello son de un verde bastante brillante ; pero las plumas del lomo , las cubiertas de encima de las alas , y el pecho de Un verdinegro como salpicado o sucio por un polvo blanco de que están penetradas , y hacen la misma vista que s¡ se hubiera echado harina por encima de ellas ; por lo que le han llamado el molinero. Los dos ángulos de la raiz del medio pico superior son de un amarillo muy pálido , lo restante del pico de un color de cuerno : los pies gris cenicientos , y las unas negras. Este pa- pagayo dicen , que aprende muy bien á hablar, y los paxareros , en cuya casa los he visto mu- chas veces , hacen de él algún aprecio. Gen. LUI. Crik roxo y azul. Briss. tom. lV.pag. 304. Eos autores han descripto este papagayo con arreglo á Aldrovando que habla del modo si- guiente : ,, tiene azules el cuello , el pecho y la ,, cabeza , cuya coronilla está adornada de una „ mancha amarilla : el ovispiijo es del mismo co- „ lor , el vientre verde , lo alto del lomo azul „ claro , y las guias del ala y plumas grandes de ,, la cola todas de color de rosa : las cubiertas „ de las primeras están mezcladas de verde , de „ amarillo y de color de rosa : las de la cola ,, son verdes : el pico negruzco , y los pies de „ un gris algo roxo. „ Este papagayo es casi del tamaño de una paloma pequeña , y Aldrovando no hace mención del país en que se encuentra: Brisson dice que en la Guayana ; pero es porque juzga ser el mismo que Barrero llama papagayo de color morado. Sin embargo , la descripción de Aldrovando no puede aplicarse á este papagayo que no tiene las guias de las alas y plumas de la cola todas de color de rosa sin manda alguna amarilla sobre la cabeza. Esta , pues , es una especie dis- tinta , ó que la describió muy mal Aldrovando, y por consiguiente no creo que se encuentre en la Guayana el papagayo que nos ha pintado , por- que después que viene de este pais tanta multi- tud de aves , todavía no se lia encontrado entre los que se nos han dado a conocer. Gen. LUI, CKOMB. Vea¡e Vudrcgdiü, Cro- CRO 352 ** Crotorar. El canto de la cigüeña. CROWNVOGEL O FAISAN CORONADO de las Indias. Lam. n8. Briss. tm. l.pag. i7í>- l*m. XXVI. fig. 1. Phasianus uistatus indicus en Latín. Crovonwgcl en trances. Esta ave , ciertamente no es un frisan , sino una paloma , y no solo tiene los caracteres que dimanan de la conformación , sino aun el ade- mán , gestos y arrullo para con su hembra. Solo su tamaño ha podido darle este nombre , porque es como un pavo pequeño : su longitud desde la punta del pico a la de la cola es de dos pies y tres pulgadas : sus alas plegadas llegan casi hasta la mitad de su cola- la cabeza esta adornada con un penacho de plumas puestas en dos fila que forman una herradura : las mas largas que están enmedio de cada fila , no tienen menos de cinco pulgadas : las siguientes van en diminución tanto hacia dUante como hacia atrás, y son todas de un ceniciento azulado , con barbas desunidas y al- go rizadas como las del avestruz. Los lados , la parte de atras de la cabeza, el cuello , y todo el cuerpo por debaxo es de un ceniciento azul : el lomo del mismo colorj pero por la parte de arriba y por cada lado tie- ne una banda de color castaño que se extiende por lo alto de las alas, bus guias son de un ce- niciento fusco que tira a negruzco : las plumas grandes de la cola también son de un ceniciento negruzco en la mayor parte de su longitud , y en su extremidad de un gris ceniciento cLro ; en cada lado de la cabeza tiene una mancha negra oblonga , y enmedio de ella el ojo : el pico es negruzco , reCto , hinchado , y algo corvo en la extremidad de la mandíbula superior : las venta- nas de las narices las tiene medio tapadas con una memorana gruesa y blanda : los pies son de un gris cliro , y no negruzcos , como quiere Brisson , que es regular haya descripto esta ave con arreglo á algún individuo alterado por el li- cor en que se conservaba. En la paxarera del Principe de Soubise se han visto juntas cin- co de estas aves vivas , y yo vi muchas en Ho- landa. Los machos nada tienen de particular que los distinga de las hembras. Son aves muy her- mosas , muy suaves , y se amansan con facilidad. Una vi en Bruselas , que tenia tanta libertad co- mo las gallinas , pero no abusaba de ella , quizás porque tenia cortadas las guias. A la hora de co- mer entraba en la sala para que la dieran algo, y aunque hubiese muchos convidados y criados, ro- deaba la mesa para coger las migas de pan que caían ó la echaban sin espantarse por el movi- miento que se hacia. A pesar de su caraéter so- ciable , y de la poca extraneza para con el hom- bre , no parece que estas aves multiplican en el estado de mansedumbre : ni han criado en París en casa del Prin¡ ¡pe de Soubise , ni en Holanda, donde por el cuidado que tienen con muchas aves extrañas , se llegan por fin a conseguir algunas crias, Sonnerat , que vió aves de estas en las Mo- lucas, asegura que ni multiplican allí , ni tampo- co son originarias , como regularmente se cree. cuc sino que las traen de la nueva Guinea , donde les habitantes le proveyeron de pieles , cuando pasó por aili , y donde las llaman guura. ( Vi age a Ai nueva Guinea , pag. 16).) Ln las Malucas se co- noce'baxo- el nombre de crovcuvagel. CU A (el) O CUCLILLO CHISTADO de Ma- dagascar. Lam. 589. Briss. tm. IV. pag. 149. lam, XII, fig. 1, Coua en Francés. uta es el nombre que dan á este cuclillo los habitadores de Madagascar. Tiene catorce pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , quince de vuelo , y sus alas plegadas no pasan mas allá del nacimiento de la cola : la cabeza , la parte de atras del cuello , y la capa son de un ceniciento resaltado con algo de verdoso : ¡as plumas de la coronilla de la cabeza forman una cresta que le aderna : la garganta , y lo alto de la delantera del cuello son de un color gris : lo inferior de éste , y el pecho del color de Jas heces del vi- no , y lo restante debaxo del cuerpo de un blan- co rosado: las. alas por la parte de arriba son de un verdegay amortiguado con un azul cambiante en morado : la coja es del mismo color , desigual, y las plumas laterales que van en diminución ter- minan en Dlanco : el pico , pies y unas son ne- gras. La carne de este cuclillo es harto buena co- mida. Gen. L. CUCHARA, (la) Ve ase Javacu. Cuchara manchada. Ve ase el mismo. Cuchara parda. Vcase el mismo, ** CucHiiro maestro, (cetr.) La segunda pluma de los vuelos del ave de rapiña y halcones. ’* CucHinos. (cetr.) Las seis plumas del ala del halcón y aves de rapiña inmediatas a la primera, CUC L1LLO. (el) Lam. Sil Briss. tom. IV. pag. 105. Bel. Pon. des Vis. pag. Jjt. Cmu-'us en Latin. Coucou en Francés. tueco , cítenlo , cuco en Italiano. Gtul;e/- ll’ncl^ul( , guggaucb , &c, en Alemán. Geecpa en lengua Lapona. Gjud’ en Sueco. Cucfow en Inglés. El cuclillo , no interesa menos por su historia que por las fábulas que se cuentan de él , y asi mientras fuere posible , procuraré separar lo ver- dadero de lo maravilloso c inverisímil que han te- nido gusto de añadir a su historia. El cuclillo es un ave de pasa : llega por la pri- mavera , y se marcha a fines del verano. Se crtia, y todavia lo creen muchas personas, que al acer- carse el hibierno se reciran los cuclillos á los hue- cos de los arboles, y á los agujeros de las pare- des , donde se envuelven con sus mismas plumas que le caen , y pasa el hibierno entorpecido ó adormecido del mismo modo que los lirones y marmotas. Pero en primer lugar no se ha aten- dido al distinto calor que hay en la sangre de los quadrúpedos y la de los paxaros : á ia posibili- dad que tienen algunos de los primeros para ador- mecerse por la impresión del frió , y á la mucha ma- cuc mayor dificultad que hay para que experimenten esto mismo los segundos : i.° esta bien aver 211a- do por una multitud de hechos , y por repetidas observado, tes, que los lirones y marmotas se ador- mecen por el hibierno ; pero en orden a los cu- clillos , y con relación al mismo objeto , no se pue- den citar mas que algunos hechos inciertos y li- mitados , entre los quales los mas constantes na- da ofrecen de concluyente, Si los cuclillos se ador- mecieran , como los quadrúpedes , con quienes se comparan , no seria muy difícil encontrar algunos por el hibierno , ó aún se hallarían con mas fre- qiicncia , puesto que hay muchos mas individuos de esta especie : el corto numero de hechos de este genero , bastante averiguados para que se les pueda dar crédito, nada ofrtce que concluya. Fn efeéto , presentan algunos cuclillos encontrados en los huecos de los árboles por el otoño , y no en el rigor del hibierno ó cerca de concluirse éste; pero son cuclillos enfermos y no entorpecidos. Del encuentro muy raro de estos individuos nada, pues , se puede deducir , sino que al tiempo de su partida no pudieron seguir los de su especie, que detenidos por algún acontecimiento particular, y obligados á quedarse por la muda , habían con- servado una vida lánguida , que pronto hubieran perdido quando llegara la estación mas rigurosa y cruel. Nada menos se infiere de la detención violenta y particular de algunos cuclillos alimenta- dos y encerrados en jaulas , respedo de las ac- ciones de la especie libre : en fin , algunos indi- viduos encontrados , quando toda la especie ya des- apareció, no prueban que se quedan, del mismo modo que el hallar algunas codornices por el hi- bierno no es prueba de que la especie de estas no se marche ; pero estas ultimas pueden sopor- tar los frios que matarían á los cuclillos ; y por este motivo sucede que después de la partida de su especie no se encuentran estos mas que por el otoño , y no muy entrado el hibierno. En mi juicio , pues, está bastante probado que el cucli- llo es ave de pasa , y que no se esconde para pasar el hibierno durmiendo , como los lirones y marmotas. El segundo hecho notable en la historia del cuclillo es , que no construye nido alguno , que ia hembra no empolla ni cria sus hijuelos , sino que pone en el nido de o.ro páxaro, y que aun- que regularmente ponga dos huevos casi á un mis- mo tiempo , el primero , por lo común , lo de- xa en un nido , y el segundo en otro. Los últimos hechos que acabo de referir , aun- que contrarios á las leyes generales de la natura- leza , están certificados por un número tan creci- do de observaciones , y asegurados por testimo- nios tan irrevocables , que no pueden dudarse; pero han dado lugar á que se dixeran muchas falsedades , cuya celebridad me obliga á tratar de ellas. Se ha dicho que las hembras que hallan en sus nidos un huevo del cuclillo le cobran un afec- to tan particular , que arroja sus propios huevos para conservar tan solo el extraño ; otros han añadido que quando nada el pollo del cuclillo , la clueca sacrificaba sus propios hijos y se los dada Historia Natural. Tom, /. cuc 3.53 a comer : otras veces se ha pretendido que el cu- clillo nuevo, hallándose muy pronto bastante fuer- te para mantenerse por si solo , mataba a les po- liúdos con quienes habia dividido el nido , y aca- baba devorando á su mi nía nodriza. Baste notar que cada uno de estos hechos los ha falsificado la observación. i.° Durante el empollar se en- cuentran juntos en el nido los huevos de la hem- bra verdadera y el del cuclillo. i.° Que quando han nacido los hijueles, se advierte , que sea la hembra que fuere , tiene igual cuidado de todos. 3.0 Que ni ella sacrifica sus hijos , ni el cuclillo los mata , ni devora a su nodriza , puesto que se encuentran cuclillos nuevecitos cercanos á salir del nido apacibles con los otros paxaros que se han criado con ellos , y que si se pone cuidado en la forma del pico del cuclillo , en su poca fuerza, y en lo débil de la de los nuevos , será fácil conocer que les es imposible despedazar á las ave- cillas nuevas , y mucho menos a las hembras que los han criado. Regularmente en el nido de los páxaros pe- queños es donde la hembra del cuclillo pone un huevo , y por lo común en el de las currucas mas que en otro alguno. Pero acaso porque los paxarillos son casi los únicos que viven de in- sectos, ó porque los que tanibien se los comen y tienen mas fortaleza serian dañosos para los cu- clillos nuevos , < sera por lo que la madre pone sus huevos en el nido de aquellos páxaros pro- pios para alimentar a sus hijos sin que tenga na- da que recelar de ellos ? Sin embargo algunos ob- servadores dignos de toda fé , aseguran que se encuentran huevos del cuclillo en los nidos de las palomas torcaces , de las tórtolas , de las urra- cas , &c. aunque es cierto que no dicen haber encontrado cuclillos nuevos , sino los huevos tan solamente. Me parece nuiy verisimil , que estos huevos mal colocados , no pueden dexar de tener un éxito desgraciado : que las torcaces y las tór- tolas precisamente han de dexar morir de ham- bre a los cuclillos nuevos , por la diferencia de alimentos propios para sus hijuelos y para los cu- clillos , y que por la misma razón , y aún mayor por la naturaleza de las urracas , estos huespedes tiernos y extranjeros tienen mucho que temer. El cuclillo es del genero L. : tiene dos dedos delante y dos atrás : el pico muy poco encorva- do hacia abaxo , convexo por arriba , y compri- mido por los lados. Es de forma oblonga , y lo parece todavía mas por la extensión que tiene su cola , compuesta , en la mayor parce de ¡as espe- cies , de diez plumas muy largas y al mismo tiem- po muy anchas : sus pies son endebles y muy cor- tos : su voz es conocida en todo el mundo , y se sabe que la hace oir mayormente quando d tiempo es cálido y lluvioso : también se sabe que tan solo habita en ¡os bosques , ó en los gran- des parques , que se para en lo mas espeso de los matorrales, y que es difícil descubrir. Los su- getos que han observado de cerca los cuclillos, han notado que además de su canto regular , tienen otro el macho y la hembra para llamarse mutua- mente : sin embargo no parece que estas aves con- traigan una unión fixa y estable ; y como para Y y pro- 354 ,CUC propagar su especie no necesitan mas que el en- contrarse , también se reduce toda su sociedad á la complacencia y gusto de un instante. Oeese que sean mas los machos que las hembras, y que posean en superior grado un apetito violento ha- cia los huevos en general , los quales son su prin- cipal comida , y á falta de ellos las orugas y di- versos insedos. Aunque desde el mes de Junio ya no se oi- gan los cuclillos , con todo no dexan nuestros cli- mas hasta principios del otono , y es verisímil que entonces se retiren al Africa , porque se ha observado que pasan por Malta dos veces cada año. Los cuclillos á su llegada por la primavera es- tan muy flacos , y al contrario muy gordos por el otoño , y entonces se tienen por buena comi- da ; pero no se usa mucho, tal vez, por no ser de moda. En nuestros climas no conocemos mas que una especie de cuclillo , la que , al parecer , se halla generalmente esparcida por toda Europa ; pero tan- to en el antiguo como en el nuevo Continente, hay una multitud de especies distintas de cuclillos. Una conformación en un todo semejante , anun- cia los mismos hábitos en estos páxaros , sin que generalmente se pueda esto asegurar. Réstame ha- blar del plumage , muy sujeto a variaciones , y muy diferente en los nuevos de los que ya han recibido todo su incremento. El cuclillo tiene trece pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , veinte y dos y media de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta algo mas de las tres quartas partes de su cola ; la ca- beza , la parte de atrás del cuello , y todo lo de encima del lomo es de un ceniciento bascante res- plandeciente : la garganta y la delantera del cue- llo son del mismo color, pero mas claro : el pe- cho , el vientre , y todo lo inferior del cuerpo de un blanco sucio , rayado transversalmente de pardo: Ja mayor parte de las alas cenicientas, va- riadas de blanco y de algo de roxo : la cola ne- gruzca , a excepción de algunas manchas blancas que tiene esparcidas sobre las plumas de que se compone : la de mas afuera por cada parte está rayada de blanco transversalmente : el iris es de color de avellana: los ángulos de la boca son de un amarillo obscuro : el pico negro , y pies y uñas amarillas. La cabeza , la parte de atrás del cuello , y la de arriba del cuerpo , en el cuclillo nuevo , están cubiertas de plumas pardas, guarnecidas de blan- co : la garganta , la delantera del cuello , y la par- ee de abaxo del cuerpo rayadas con bandas blan- cas y transversales sobre fondo pardo. Cuclillo azul de Madagascar. Lam. 19$. Biuss. lom. IV. ¡>ag. 156. Vease Tai: -su. Cuclillo ceniciento de Santo Domingo. Vease Ceniciento. Cuclillo con pico largo. Lam. 772. Briss, lom. IV. pag, 1 16. Vease Taco. Cuclillo cornudo ó Antigacu del Brasil. Briss. tom. IV. pag. 145. Tan solo tiene tres pulgadas de largo desde la punta del pico al nacimiento de la cola, pero cuc esta tiene nueve : la cabeza , y la parte de arri- ba del cuello , y de todo el cuerpo son de un negro bermejizo : sobre la cabeza tiene unas plu- mas largas que levanta a su arbitrio , y forma entonces una cresta , la qual a la vista semeja a los cuernos de ios quadrúpedos : la garganta , la delantera del cuello , pecho y vientre son ceni- cientas : las alas dtl mismo color que el de en- cima del cuerpo, el qual también se extiende has- ta la cola, pero la mezcla es mas obscura, y las plumas terminan en blanco, y van en diminución desde el centro á las orillas : el iris es roxo : el pico de un verde pajizo , y uñas y pies cenicien- tos. Este cuclillo se encuencra en el Brasil , don- de los naturales del pais lo llaman antigacu camu- cu. Gen. L. Cuclillo cris lado de Coromandel. Lam. 274. Briss. tom. IV. pag. 147. Vease Cuclillo cristado DE GARGANTILLA. CüCLrLLO CRISTADO DE GARGANTILLA. Lam. 874 .h- *• Briss. tom. IV. pag. 147. No es mayor que un xprx.al ; la cabeza , y la parte de arriba del cuello y del cuerpo son ne- gruzcas : las plumas de la coronilla de la cabeza, alargándose algún canto , forman un copete que hermosea esta ave , y los colores sombríos de encima del cuerpo están resaltados con un semi- collur blanco colocado hacia atrás debaxo de la cabeza , con dos manchas blancas situadas a ¡os lados y detrás de los ojos: la garganta es negruz- ca : la delantera del cuello , pecho y vientre son blancas : las cubiertas debaxo de las alas pardas, con una guarnición bermeja en cada pítima : las guias de las alas de un pardo bermejo; y las de la cola negruzcas : ésta es desigual , y las dos plu- mas del medio son mucho mas largas que las otras: el iris es pajizo , los pies de un ceniciento cla- ro, y las unas y pico de un ceniciento obscuro. Gen. L. Cuclillo chistado de la costa de Coromandel. Lam. 872. Ve ase Dominico chistado de la costa de Coromandel. Cuclillo chistado del Brasil. Vease Cuiracan- tara. Cuclillo chistado del Brasil. Vease Curucucu. Cuclillo cristado de Madagascar. Lam. 58?. Briss. tom. IV. pag. 149. lam. XII. fig. 2. Vease Cua. Cuclillo cristado negro y blanco. Este cuclillo observado tan sola una vez en Ita- lia cerca de Pisa , era algo mayor que el nues- tro ; y no solo se diferencia por los colores , si- no también por un caraéfer sacado de sus Jubi- tos que al parecer bastaba para excluirlo de este genero sino se supiera que hay la misma diferen- cia entre el cuclillo de Europa , y muchos que no son propios de esta parte del antiguo Continen- te. El cuclillo observado cerca de pisa construyó allí un nido , en el qual puso la hembra quatro huevos , que empolló y sacó a luz. Este cuclillo tiene la cabeza negra , adornada de un copete echado hácia atrás : todo lo superior del cuerpo está variado de negro y blanco : la garganta y pecho son bermejos , y el cuerpo por debaxo blan- co : las guias de las alas bermejas , y terminadas de cuc de blanco : la cola negruzca , terminada de ber- mejo claro : el pico verdoso , y los pies verdes. Gen. L. Cuclillo de Andalucía. Briss. tom. IV. fag. né, Vease Cuclillo (grande) manchado. Clculio (pequeño) de caeeza de gris v VIENTRE AMARILLO. Ve qucno cintillo de la Isla de Panay. Finge íi la nueva Guinea , fag. 122 lam. 81. No es mayor que un mirlo , pero mucho mas largo : la parte de arriba de la cabeza es de un gris claro : la de encima del cuello , el lomo , y las alas son de un color de tierra sombría , ó de un pardo claro : la garganta cenicienta, y el pe- cho y vientre de un amarillo pálido , mezclado de roxo : la cola negra , rayada transversalmente de blanco : los pies de un amarillo claro , y el pico del mismo color en toda su longitud, á ex- cepción de la punta que es negruzca. Este páxa- ro ha venido de la isla de Panay , una de las Filipinas, o en. L. Cuclillo de cerdas largas ó Cuclillo ver- de cristado de Siam. Briss. tom. IV, fag. 15 1. lam. XIV, fig. 1. Este cuclillo ts casi del tamaño de la grajo, Todo su plumage es de un verde obscuro, y so- bre la cabeza tiene una cresta no muy alta : la pluma de mas afuera de cada lado de la cola ex- cede á las demas en cinco pulgadas y nueve li- neas, y tan solo tiene barbas por la punta en el espacio de cerca de tres pulgadas : el iris es de un azul hermoso : el pico negruzco , y pies y uñas de color de gris. Se encuentra en el Keyno de Siam. Gen. L. Cuclillo de Filipinas. Lam. 814. Vease Huhu de Egypto. Cuclillo de la Carolina. Lam. Si ¿i Briss. tom. .V. fag. n z Vease Cuclillo llamado el viejo. Cuclillo de la Cayena. Lam. 211. Briss. ro- mo IV. fag. ii2. l.cast Cuclillo Piave. Cuclillo (pequeño) de la Isla de Panay. Viage a la nueva Guinea, fag. 122. lam. 81. Vease Cuclillo (pequeño) de cabeza de cris y vientre ama- rillo. Cuclillo (pequeño) de las Indias. Viage a las In- dias y a la china , icm. 11. fag. 11 1. Poco mas o menos es del tamaño del mirlo : la pane de arriba del cuerpo , la cabeza, y la de atrás del cuello , como también las alas , es- tan rayadas transversalmente de negro sobre fon- do roxo pardo : la cola pintada como las alas , y además unas pintas negras a lo largo del canon de las plumas : el iris , pico y pies son amarillos. Gen. L. Cuclillo de las Indias Orientales. Lam. 274. Vease Cukeels. Cuclilio del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 590. Montbtillard , único autor que ha hecho men- ción de esta ave , la describe del modo siguiente: „ La parte de arrioa del cuerpo es de un ver- „ de pardo : la garganta, las mexi.las , la delan- „ tera del cuello , y las cubiertas superiores de las „ alas son de un bermejo obscuro : las plumas Historia Natural. Tom. I. CUC 355 „ grandes de lo cola del mismo bermejo algo mas ,, ciaro , y terminadas en blanco : el pecho , y ,, todo io demas del cuerpo por debaxo rayado „ transversalmente de negro sobre fondo blanco: ,, el iris amarillo , el pico pardo obscuro , y ios „ pies de un pardo roxizo : toda su longitud será ,, de algo menos de doce pulgadas.,, Cuclillo de los mangleraies de la Cayena» Lam. 815. Vease Cuclillo llamado el viejo. Cucluio del Senegal. Lam. 332. Briss. tom. IV. fag. 120. Vease Rufalbino. Cuclillo (grande) de Madagascar. Briss. tom. IV. fag. 160. Vease Vudrudriu. Lam. 587. ei macho , y 5 S8. la hembra. Cuclillo de Malabar. Lam. 594. Briss. tom. IV. fag. 13 6. Vease Cun. Cucluio de México. Briss. tom. IV. fag. 120. Vease Quapactoi. Cuclillo indicador. La descripción de este cuclillo , y algunos he- chos relativos á su historia han sido remitidos por el Doétor Sparman al Doétor Forster , y con arregio a ella lo describe Montbeillard en los términos siguientes: ,, La parte de arriba de la cabeza , la gar- ,, garita , la delantera del cuello y el pecho todo ,, es blanquecino, con algo de verde que va amor- ,, tiguaudose , y que debñxo del pecho apenas se ,, percibe : el vientre es blanco , y también los „ muslos , aunque señalados con una mancha ne- „ gra oblonga : el lomo y el ovispilí'o son de un „ gris bermejizo: las amierras superiores de las „ alas de un gris párelo : las mas inmediatas al „ cuerpo tienen una mancha amarilla , que por su „ situación se oculta regularmente debaxo de las ,, plumas cscapularias : las plumas grandes de las „ alas pardas , y las dos del centro de la cola mas ,, largas y mas estrechas que las otras , y de un ,, pardo que tira a color de orin : las quatro si- „ guientes negruzcas , y por la parte de adentro ,, de un blanco sudo: las siguientes blancas, ter- ,, minadas de pardo , y con una pinta negra jun- „ to á su basa , a excepción de las dos ultimas „ en las que ésta apenas se disúngue : el iris de „ un gris bermejizo : los parpados 1 egros: el pico „ pardo en su basa , y amarillo por la punta , y „ los pies negros. „ Su to al longi ud seis pulgadas y media....: ,, cola desigual. ... : excede á las alas en tres quar- ,, tas partes de su longitud.,, En lo interior de las tierras y mas allá del Cabo de Buena Esperanza es donde se encuentra el cuclillo indicador. Le han puesto este nombre por el h hito que tiene de indicar a los Hottnto.es los nidos de las abejas silvestres Luego que han descubierto alguno no paran de revolotear á su rededor dando unos gritos agudos que se oyen de muy lejos , y este grito ts una señal cierta del descubrimiento del cuclillo : los Hoientotes que los oyen, aprovechándose ue esto, se dirigen al si- tio de donde sale la voz : la presencia del caza- dor en vez de espantar al ave la hace gritar mas, y ponerse sobre las ramas del árbol en cuyo hue- co esta la colmena que ha encontrado : mientras que los Hocentotes trabajan para sacarla , el c«- áy 1 di- 356 cuc (lilla permanece parado sobre algunas matas con- tiguas j y llevándose los cazadores Ja presa , los dexan alguna parte de ella, Eos Hotentotes res- petan mucho esta ave que les es tan útil , y no permiten que se inate. El Doétor Sparman pare- ce creer , que tiene instinto para advertir al hom- bre por medio de su voz , y que le busca para aprovecharse de su poder y habilidad , y con su avuda hacerse dueño de un tesoro que de otra suerte no podria alcanzar. Esta combinación de ideas , no puede caber en animal alguno , y par- ticularmente en un ¿ve que vive aparcaba del hom- bre en los desiertos uel Ahica. Es mucho mas na- tural , que el cuclillo indicado/ siga un instinto que únicamente tiene relación con ti : que acostum- brado , quizás , á tragarse las abejas al salir de la colmena ó al retirarse a ella por la noche , se complazca en revolotear á su rededor , y que el espanto sea el que le huga aumentar el grito quan- do vé al hombre : que quando mas éste se acer- que mucho mas grite , porque es mayor su mie- do : que el pararse por ultimo en un árbol sea como un instinto natural para defender el nido; y que se arroje á esto animado solamente del miedo de perder un objeto que le es tan apre- ciable , y sin otro sentimiento, rtspeéío del hom- bre , que el del peligro que su presencia ame- naza al objeto que tanto estima. Asi , muchos pa- xaros quando ven al hombre revolotean al rede- dor de su nido , gritando siempre , y poniéndose encima ó cerca de él como p^ra estar mas a ti- ro de defenderlo , dirigiéndose al sitio donde está colocado. Cv cuito llamado el viejo , ó paxarq be ELUVt A. Briss. tom. IV. pag. 114. Tiene quince pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , casi otro tanto de vuelo, y sus alas plegaoas no llegan mas que hasta el nacimien- to de la cola : la parte superior de la cabeza es parda , y sus plumas son tan suaves como la se- da : todo lo de encima del cuerpo de un ceni- cici to aceytunado : la garganta y la delantera del cuello blancas : lo restante de abaxo del cuerpo bermejo : las alas son del mismo color que el lomo : las dos plumas del centro de la cola de un ceniciento aceytunado : las laterales negras, terminadas de blanco, y van en diminución á me- dida que están mas afuera : el medio pico supe- rior es negro , el inferior blanquecino , y los pies negruzcos. Este cuclillo se encuentra en la Jamaica, donde se mantiene todo el año : no solo frequen- ta los bosques , sino todos los lugares donde hay matas y arbustos: se espanta muy poco de ver al hombre , y se dexa acercar mucho antes de huir, hábitos muy distintos de los del cuclillo de Eu- ropa. Montbeillard , cuya nomenclatura sigo , juzga que los dos cuclillos siguientes son variaciones de la especie que acabo de describir. I .„ El viejo de alas be, ¡nejas. Lam. 8ií, Briss. tom. IV, pag. lli. Desde la punta del pico á la de la cola tiene trece pulgadas ; sus alas plegadas llegan hasta las CUC tres terceras partes de su cola. Toda la capa es de un ceniciento aceytunado, y las partes inferio- res del cuerpo son blancas : las alas son berme- jizas : las nos plumas del centro de la cola del mismo color que el de encima del cuerpo , y las laterales negras , terminadas de blanco : su cola es desigual , y va en diminución desde el centro a las ornlas : el pico es del mismo color que el del ave precedente , y los pies y uñas de un gris paido. Comparando la descripción del primer viejo con este de alas bermejas , se ve que hay gran- des relaciones, y muy poca diferencia entre estas dos aves en quanto al tamaño y colores de su plumage. Pero el primero vive en qualesquiera par- te donde haya algunas matas ó xarales, y no pa- rece que tema la vista del hombte : el segundo se mantiene siempre en los parages mas espesos y mas sombrios de los bosques. Unos hábitos tan diversos parece que indiquen una organización in- terna muy diferente ; siendo esta una prueba mas robusta contra la identidad de la especie de io que puede serlo la igualdad en el plumage. En efeélo , lo uno no es mas que un atributo super- ficial , variable , y comunmente engañoso , y lo otro es la resulta del mecanismo interior , de la combinación de los órganos , y de una fuerza mu- cho mas constante , y menos sujeta á inducir en error. i." El pequeño viejo. Cuclillo de los mangle¡ ales de la Cayena, Lam, 815. 1 ¡ene doce pulgadas de largo : sus alas ple- gadas llegan casi hasta la tercera parte de lo lar- go de su cola , que es desigual y pintada como la del viejo ó primero de los tres cuclillos de es- te articulo : tan solo se diferencia en ser mas pequtño : principalmente se complace en los man- gitrales , ( especie de higuera tuna ) y persigue las orugas que hay en esta especie de arboles. Gen. L. Cvcullo (grande) manchado, Briss. tom. ¡V. pag. ¡16. EdW, tom. II. pag. LV1I. lam, 5 7, El grande cuclillo manchado es casi del tamaño de una picaba ; la parte de arriba de la cabeza de un ceniciento azul , y las plumas son bastante lar- gas para formar un copete que levanta ó baxa á su arbitrio : una banda negra se extiende por ca- da lado de la cabeza desde los ángulos del pico hasta el occipucio : los ojos los tiene enmedio de dicha banda : ia parte de acrás del cuello , y la de encima del cuerpo son de un pardo obscuro: las cubiertas de las alas y de la cola del mismo color , variado con pintitas unas blancas y otras de un ceniciento claro : la garganta , la delantera del cuello y el pecho son de un pardo bermeji- zo : la parte de abaxo del cuerpo del mismo co- lor, aunque mas obscuro: las alas pardas negruz- cas , y sus plumas medianas terminan en una man- cha de un ceniciento claro : la cola , y las plu- mas grandes de ella , á excepción de las dos del medio , terminan en blanco ; está desigual , y va disminuyéndose por grados desde las orillas á lo interior de ella : el pico y pies son negruz- cos. Un cuclillo de esta especie , descripto por Edsx ars. Edwars , fue muerto en los peñascos de Gibral- tar. i Acaso será esta una especie permanente en Andalucia , según cree Brisson , ó el individuo observado por EdMtars era una ave muy distan- te ue las tierras donde la especie acostumbra ha- bicar ? Gen. L . Cuclillo manchado de la Cayena. Lam. Su, Briss. tom, iV. fag. 127. Vease Cuclillo pardo variado de bermejo. Cuclillo manchado de la China. Lam , 764. Montbeillard cita esta ave , como que la ha observado entre los que componen mi colección; se me envió de la China junto con otras aves, y todavía no era conocido ; pero después he vis- to muchos , igualmente traídos de la China. Lo mejor sera copiar la descripción exacta que ha hecho de él Montbeillard. „ Su total longitud es de cerca de catorce pul- „ gadas , y la cola , compuesta de diez plumas casi „ iguales , excede á las alas en quatro pulgadas ,, y media. „ La parte de arriba de la cabeza y del cue- ,, lio es de un negruzco uniforme , con algunas ,, manchas quasi blanquizcas colocadas encima de „ los ojos y hacia delante : todo lo de abaxo del „ cuerpo , comprehendiendo las guias de las alas „ y sus cubiertas , es de un gris obcuro verdoso, „ variado de blanco , y enriquecido con visos do- „ rados pardos : las plumas grandes de la cola ,, están rayadas de los mismos colores : la gar- „ ganta y pecho variadas , bastante regularmente, ,, de pardo y blanco ; lo restante debaxo del cuer- „ po y las piernas rayadas de los mismos colo- ,, res , como también las plumas que cuelgan des- „ de la parte de abaxo de las piernas sobre el „ tarso y hasta el nacimiento de los dedos ; el pico ,, es negruzco por arnba , amarillo por debaxo, ,, y los pies prjizos.,, G en. L. Cuclillo manchado de la Isla de Panay. Viage i la nueva Guinea , fag. no. lam. 78. Vease Cucli- llo pardo saipicado de bermejo. Cucturo manchado del Mindanao. Lam. 277. Briss. tm. IV. fag. 130. Vease Coclieeo variado de Mindanao. Cuclillo manchado de las Indias. Vean But- SALLIK. Cuclillo manchado de las Indias Orientales. Lam. 771. Briss. tm. IV. fag. 134. Vease Cuclillo Pardo salpicado de bermejo. Cuclillo manchado de Malabar. Vease Cuib. Cuclillo negro de Bengala. Briss. tom. ¡V. fag. 141. Vease Cukeei. Cuclillo negro de la Cayena. Lam. 5 11. Tiene de largo cerca de once pulgadas : su cola excede á las alas plegadas en tres pulgadas poco mas ó menos : todo su plumage es negro, mas obscuro en las partes superiores , y mas cla- ro en las inferiores ; alguna de las pequeñas cu- biertas de las alas por arriba , y también de las medianas están guarnecidas por la parte de afue- ra de un perfil blanco : el pico es de un roxo muy hermoso , y los pies negruzcos : la cola la tiene desigual. Observando esta ave , se ve que la basa del pico está rodeada de plumas ásperas, semejantes á pelos , vueltas hacia delante ; por este carador , parece que mucho mas pertenezca al genero del barbudo que al del cuclillo , ó que forma uno mixto 3 y asi se debería colocar entre el genero XL1X. y el L. Cuclillo (pequeño) negro de la Cayena, Lam. 505. Este cuclillo se diferencia de todos los demás por lo corto de su cola , que no excede á las alas 3 y aunque no es desigual , termina en pa- ralela. Todo el plumage es negro , mas obscuro por arriba que por debaxo del cuerpo : sin em- bargo , el ovispillo es blanco , como también las cubiertas inferiores de las alas : el baxo vientre es ceniciento : el ano está rodeado de plumas ber- mejizas sin orden , y semejantes al floxel ; las cu- biertas debaxo de la cola son blancas 3 y pico y pies negros. Esta es una nueva especie muy co- mún en la Cayena , y según dice un observador que ha vivido en esta región , el pequeño cuclillo pasa los dias parado sobre una rama en un lugar descubierto sin moverse mas que para coger los inseétos que se ponen á tiro, Anida en los tron- cos de los arboles. Gen. L. Cuclillo negro de las Indias, BRrss. tom. IV. fag. 142. Edw. tom. 11, fag. LVlll. lam. 58. Vease CUKEEL. Cuclillo pardo y amarillo de vienxre ra- yado. (el). Cuclillo de vientre rayado de la Isla de Panay. Via- ge á ¡a nueva Guinea , fag. 120. lam. 79. Sonnerat , á quien se debe la descripción de esta ave , la describe del modo siguiente: „ Es algo mas pequeño que el cuclillo de Eu- ,, ropa : la parce de arriba de la cabeza de un ,, gris negruzco : los costados y garganta tiran ai „ color de las heces del vino : el pecho es de „ un amarillo de oro pimente cárdeno : el vien- „ tre de un amarillo pálido y claro 3 pero tanto „ éste como el pecho están rayados con bandas „ negras transversales : el lamo y las alas son de „ un pardo negro cárdeno ; la cola consta de diez „ plumas iguales terminadas de blanco , y salpi- „ cadas en toda su longitud de pintas blancas y „ redondas , dispuestas de tal modo que forman „ unas rayas transversales ; el pico es negro, „ el iris anaranjado pálido , y los pies roxos.,, Gen. L, Cuclillo pardo salpicado de bermejo. Cuclillo manchado de las Indias 'Orientales. La- mina 77 1. Cuclillo manchado de la Isla de Panay. Viage a la nueva Guinea , fag. 120. lam. 78. Desde la punta del pico á la de la cola tiene un pie y quatro pulgadas y media , un pie y once pulgadas de vuelo , y sus alas plegadas apenas lle- gan hasta la mitad de su cola. La cabeza , y la parte de arriba del cuello y de todo el cuerpo son de un pardo negruzco , variado de manchas bermejas; una banda del mismo color se extien- de por cada lado de la cabeza , desde el naci- miento del pico hasta el occipucio , pasando por debaxo de los ojos : la garganta , la delantera del cuello , pecho y vientre es bermejo , rayado con li- ^ ^ s c u c lincas estrechas transversales de un pardo negruz- co: las alas son de este ultimo color, con man- chas transversales bermejas : la cola también ne- gra , terminada en roxo claro , y variada en su longitud con bandas transversales arqueadas : el pico es negruzco , los pies gris pardos , y las uñas negruzcas. Ll cuclillo de la Isla de Panay descripto por Sonnerat no tenia manchas bermejas debaxo de los ojos : su cola no era desigual , y las alas te- nían unas pintas negras entre las manchas berme- jas transversales. 1-or otra parte tienen estas dos aves muchas relaciones, Gen. l. Cuclillo pardo variado de bermejo* Lam, Si¿. Bkiss. iom. IV. pag. 117. lam. IX. fig. 1. Gen. L. Este cuclillo no es mayor que un \oryil : tie- ne cerca de once pulgadas desde la punta del pi- co á la de la cola , uu pie de vuelo , y sus alas plegadas se txáenden, poco mas o menos, has- ta el tercio de su cola: la cabeza, la parte de atrás del cuello , y la de encima cLei cuerpo están cubiertas de plumas guarnecidas de bermejo ó ter- minadas en una mancha ue este ¡ color : la gargan- ta y delantera del cue lo son bermejas : lo res- tante del cuerpo por debaxo de un bermejo muy claro : las «uias de las alas de un gris pardo , guar- necidas por fuera y terminadas con bermejo , y las plumas grandes de la cola del mismo gris par- do, guarnecidas también de bermejo, y termina- da» de bianco : las dos del medio son mas largas que las laterales , y van en diminución hasta las de mas afuera que son las mas cortas : el medio pico superior es. negruzco por arriba , y rubio por los lados , y el inferior bermejo : los pies son cenicientos, y las uñas de un gris pardo, be encuen.ta en la Guayana, donde lo llaman pása- lo de barre, as , porque se para muchas veces en las empalizadas de los plantíos , y luego que se para menea continuamente la cola. Esta especie frequenca poco los bosques , y por esto se dife- rencia de ios otros. euciUlos. Es muy numerosa, y una de las inas muí iplicadas de la Guayana. CUCLILLO PARDO VARIADO DI MCRO. Esta es una especie indicada en el 4 vol. de la relación del segundo viage del Capitán Cock, pag. 271. Su plumage esta variado de negro y pardo : tiene la cola muy larga , y se encuentra en las Islas de la Sociedad , situadas en el mar del Sur , cuyos habitantes le llaman ¡uawkmua. Cuclillo Piaye ó de la Cayena. Lam. 2 1 1. Briss. ¡om. IV. pag. 122. lam. VIH. fig. 2. Piaye es el nombre que dan en la Cayena á este cuclillo , uno de los mayores del nuevo Con- tinente , y de plumage mas hermoso. Desde la punta del pico a la de la cola tiene cerca de diez, y seis pulgadas de largo , quince de vuelo , y la cola diez: sus alas plegadas no llegan mas que has- ta dos pulgadas 11...S alia del nacimiento de la cola : la cabeza , la parte de atrás de! cuello , y todo Ib de encima del cuerpo e» ac un castaño purpureo muy resplandeciente : la garganta , y la delantera del cuello del misino color , aunque mas claro : el pecho , y la parte inferior del cuerpo CU c cenicientos : las plumas de las alas están pintadas como lo restante del cuerpo , y terminadas de pardo : la cola es del mismo color , pero ter- minada inmediatamente de negro , después de blan- co cárdeno , y va en diminución desde el centro á los ¡ados : las plumas de que se compone son muy anchas : el medio pico superior es gris , el inferior pajizo , y pies y uñas de un gris pardo. Es muy común en ia Cayena , y prefiere las orillas de los ríos para su morada : muda de lu- gar con mucha freqüencia, y menea la cola siem- pre que se para : grita o Cun a tan pocas veces, que algunas personas q e lo han observado con bastante freqüencia , jamás han oido su voz. Es de forma prolongada , hermosa y resaltada por los colores de su plumage , y por Jo largo de los pks, mucho mayores de los que acostumbran ser los de los otros cuclillos. Un cuclillo , algo mas pequeño , cuyo pico es roxo , la cabeza cenicienta , la garganta y pecho bermejos, lo restante debaxo del cuerpo negruz- co , las alas encarnadas , como también la cola, aunque terminada con listas negras y luego blan- cas , que igualmente se encuentra en la Cayena, aunque mas raras veces : juzgando por los pocos individuos que de alia se envían , ¿ sera acaso una variación del precedente ? c Y se deberá pensar del mismo modo de otio tercer cuclillo , que se di- ferencia muy poco de los dos que hemos dicho en los colores de su plumage , pero que es mu- cho mas pequeño ? A este cuclillo le llama Bris- son, pcquiño cuclillo de la Cayena , tom. IV. pag. 124. lam. XVI. fig. 2. Tiene algo mas de diez pulgadas desde la punta del pico a la de la cola : la ca- beza , la parte de atras del cuello , y todo ¡o de encima del cuerpo, la garganta, la delantera del cucho , el pecho , las alas y la cola son de un castaño purpureo ; no tan obscuro y brillante que el del plumage del piaye : la parte de abaxo del cuerpo es cenicienta : la cola solo termina en blanco , y casi toda excede á las alas , y el pico y los pies son del mismo color que los deí piaye. Hay , pues , muchos rasgos de semejanza entre estas dos aves; pero ¿.qué causa habrá po- dido mantener una variación constante , entre la qual y sil origen, se encuentra mas cié la mitad de diferencia en el tamaño en un clima donde son unas mismas las condiciones para ambas aves ? i La variación , que únicamente seria efeéto de una circunstancia particular , no deberia siempre diri- girse hacia su principio y acabarse confundiéndose con él ? Los Grnitolcgistas sin duda han multi- plicado las especies que seria muy ventajoso res- tringirlas , pudiéndose fácilmente conocer lo ver- dadero de esta proposición : pero solo la obser- vación y el tiempo son los que pueden empren- der este trabajo , en el qual nada podemos no- sotros hacer mas que experimentar y conocer su utilidad. Cuclillo roxo. Vease Papavtento. Cuclillo variado del Mindanao. Cuclillo manchado de Mindanao. -La»?. 277. Briss. tom. IV. pag. 130. lam. XII. fig. 1. El cuclillo del Mindanao , una de las Islas Fi- lipinas, tiene catoice pulgadas desde la punta del pi- pico á la de la cola , diez y siete de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta ti tercio de su cola: la parte de arriba de la cabeza , del cuello y de todo el cuerpo está sembrada de manchas, la ma- yor parte blancas , y otras bermejas , esparcidas sobre fondo pardo cambiante en verde dorado: la garganta , y la delantera del cuello son par- das , manchadas de blanco : el pecho y el resto del cuerpo por debaxo blancos , rayados trans- versalmente de negruzco : el fondo del color de las alas es el mismo que el del lomo , y a este fondo , por la paite del cuerpo , lo cortan unas bandas blancas , y por la de afuera otras de un blanco bermejo : la cola está pintada como las alas, rayada transversalmente de bermejo , y algunas ue sus plumas terminan en blanco : el pico es de un gris pardo , y pies y uñas de color de gris. Gen. L. Cuchi, lo verde cristado de Siam. Ve ase Cu- clillo DE CERDAS LARGAS. Cuclillo verde de la Antigua. Viage a la nuc- -va Guinea , fag. 121. lam. 80. Vcase Huhu de hgypto. Cuclillo verde del Cabo de Buena Esperan- za. Lam. 657. Vease Cuclillo verde, dorado y blanco. Cuclillo verde , dorado y blanco. i mlillo verde del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 6 57. Este cuclillo es una de las aves mas hermosas de este genero , y uno de los que la naturaleza ha enriquecido con mas bellos colores , y que raras veces ha esparcido en el plmnage de los cu- clillos. Poco mas ó menos es del tamaño del \or%al, y de cerca de siete pulgadas de largo. Toda su capa es de un verde dorado brillante con unos reflexos de cobre bruñido : el cuerpo por debaxo es blanco : una raya longitudinal blanca colocada en la coronilla de la cabeza , otras dos , igual- mente blancas , dit igidas de delante hacia atrás, que pasan una por encima y otra por debaxo de los ojos , y algunas pintas blancas sembradas prin- cipalmente sobre las pequeñas cubiertas de las alas, en la extremidad de sus plumas medianas , en las plumas grandes de la cola , y en el borde exte- rior de "las dos plumas mas apartadas del cuerpo, hacen resaltar la brillantez del fondo dorado so- bre el qual están esparcidas : al contrario en los lados del vientre , y sobre las plumas que cu- bren el tarso , tiene algunas manchas de un ver- de dorado : la cola aper as es desigual , el pico de un verde pardo, y los pies de color de gris. Gen. L. Cuclillo vlrdoso de Madagascar. Este cuclillo tiene de largo cerca de veinte y dos pulsadas : sus alas plegadas solo llegan hasta el nacimiento de su cola : todo lo de encima del cuerpo es aceytunado obscuro : la garganta tam- bién lo es , pero mas claro y mezclado de algo de amarillo : el pecho , y lo alto del vientre son leonados : lo inferior del vientre y de la cola pardo : las piernas de un gris avinado : el iris anaranjado , el pico negro , y los pies de un pardo amarillazo : tiene la cola desigual , y de color de actyiuna : las plumas externas van en diminución , y las ultimas terminan en bianco. Gen. L. CUELLI AMARILLO, (el) Lam. 61,6. ¡ig. 1. Coii-jaune en Francés. Este es un paxaro de Santo Domingo , al quaí los Franceses de dicha Isla dan el mismo nom- bre que le conserva Butíon , llamándole también jilguero , por una analogía defeéiuosa , pues tie- ne el pico de la curruca , y muchos de sus ca- raéteres, y de sus hábitos. ¿tiflón nos presenta Ja idea mas admirable de este paxaro , por lo bello de su plumage , por lo agradable de su canto , y por.su inteligencia. „ La naturaleza que pintó con los colores mas „ ricos la mayor parte de los páxaros del nuevo „ mundo , privó a casi todos de un canto agra- „ dable , y no les concedió mas que unas piadas ,, ásperas en aquellas tierras desiertas. El eudli- „ amarillo es de aquellos pocos , cuyo natural vivo „ y alegre se expresa por medio de un canto gra- „ cioso , y cuyo plumage se halla al mismo tiem- ,, po adornado con los mas bellos colores , que „ acompañados y resaltados por el amarillo her- „ moso , que se extiende sobre la garganta , cue- „ lio y pecho hacen el maridage mas hermoso: ,, el gris negro domina la cabeza : esce color se „ va aclarando quanto mas se arrima al cuello, ,, y muda en gris obscuro sobre las plumas del „ lomo : una linea blanca que corona el ojo se ,, junta con una pequeña pinta amarilla que se „ encuentra entre ojo y pico : el vientre es blan- ,, co , y los flancos salpicados de blanco y de „ gris negro : las cubietcas de las alas jaspeadas ,, de negro y blanco por bandas horizontales : tam- ,, bien se notan sobre las guias unas manchas gran- ,, des , cuyo número asciende á diez y seis en „ cada una de ellas , con una lista de gris blan- ,, co o ceniciento en la extremidad de las gran- „ des barbas : la cola se compone de doce plu- ,, mas , de las quales las quatro de mas afuera ,, tienen unas manchas blancas bastante crecidas, „ y una piel escamosa y fina de un gris verdoso „ cubre sus pies : tiene este páxaro quatro puiga- „ das y nueve lineas de largo , ocho pulgadas de „ vuelo , y pesa dracma y media.,. El cuelh amarillo freqüenta las orillas de los riachuelos , los sitios frescos y retirados cerca de los manantiales y de los torrentes : va revolo- teando de rama en rama , de un árbol a otro, divirtiendo sus viages con lo armonioso de su canto, persiguiendo las mariposas, y dando caza á las orugas y á otros inseétos de que se alimen- ta : sin embargo también agujerea las frutas de al- gunos árboles , como la del guayacan , 8cc. Com- pone su nido de filamentos de las plantas , de raiccs pequeñas , de yerbas , de hojas secas , to- do texiUo con el mayor arte y primor. Buffon compara el nido del cuelli amarillo a un colchonci- to arrollado , impenetrable á la lluvia y al viento que le esta meciendo en el ayre ; porque el pá- xaro inteligente que lo construye no le pone so- bre las ramas , sino que lo ata en la extremidad de un vastago de bejuco puesto de un árbol á otro , y prefiere el cabo que cuelga encima de al- g 6o CUE aWm arroyo ó manantial. Este nido , ya singular por su posición , lo es mas por su estructura: cerrado por arriba y por los lados, queda «üicr- to por Ucbaxo , dividiendo un tabique la entra- da del fondo destinado para la nidada , que des- cansa sobre una especie de agárico ó cama com- puesta de musco que guarnece lo interior. La posición y forma del nido guardan ó pre- servan la cria de la intemperie , y de que la mal- traten y lleguen á ella los animales dañinos; pero quando los pollitos emprenden su vue.o perecen muchos viítimas de una multitud de enemigos que los están espiando en aquel instante, y esto con- tribuye á que la especie no se multiplique : de modo que aunque rodeada de la mar , y muy débil para atravesar aquel espacio y para expatriar- se , sin embargo es poco numerosa. La hembra pone muchas veces en el año , y en cada una de ellas tres ó quatro huevos. por el mes de Mar- zo ya se ven nuevecitos , y todavía permanecen por Septiembre. Gen. XL. CULLLÜ CRISTA DO. páxaro mosca de la Cayena , llamado cuello dis- tado de la Cayena. Uní. 640. jig. 3. Hrtpccol en Francés. El nombre que el Conde de Buffon ha dado á este páxaro mosca , indica un carácter que le ts particular , y que procede de unas siete ú ocho plumas delgadas , entre las quales las dos de in- medio , que son las mas largas , tienen de seis a siete lineas de longitud , y á veces mas : estas nacen en cada lado de la parte baxa de la cabe- za , entre la nuca y el cuello , el que rodean: quando el ave está quieta las tiene echadas sobre el cuello ; pero a la menor agitación las triza hacia delante formando con ellas una especie de abanico , en cada lado de la cabeza y cuello : el color de estas plumas es bermejo : sus barbas son muy cortas , y parecen tinos hiatos ; pero en su extremo se prolongan dichas barbas, y forman un punto redondo de un verde esmeralda : las plu- mas de la frente y coronilla de la cabeza son del- gadas , largas , finas , y forman un penacho que remata en punta , de color cascado obscuro , é inclinado hacia atras : los lados del cuello son del mismo color : lo superior del cuerpo es de un verde sobre dorado , cortado en el ovispiilo por una linea transversal de un blanquizco sucio : la garganta es de un blanco obscuro: el cuello por delante es de un verde esmeralda que tira á do- rado con un viso de gris : lo inferior de la cola es blanco : las plumas de las alas negruzcas : la cola de un verde bermejizo con visos de color de cobre : el pico de un pardo claro y amari- llazo , y negro por la punta : los pies negruzcos. Un páxaro mosca que se halla igualmente en la Gua- yana , y cuyo plumage es quasi lo mismo , no tiene cresta en cabeza y cuello : su garganta es de un pardo bermejizo , el que se extiende por todo lo inferior del cuerpo, pero aclarándose al- go : es verisímil que sea la hembra : esta especie de páxiu o mosca es una de las mas pequeñas , y algo mayor que la común , aunque en la lamina están algo exageradas sus dimensiones. Gen. XLV. CUE CUELLO DESNUDO de la Cayena. Lam. 6 09. Medida esta ave desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo diez y seis pulgadas y seis lineas , y la cola cinco pulgadas : su pico una pulgada desde la punta hasta los ángulos de la horqueta , y seis lineas de ancho en su basa chaca y deprimida : el medio pico superior es algo mas largo que el inferior , encorvado hacia aba- xo por la punta , hendido por cada parte en su extremidad , y en su dirección comprimido por los lados , y elevado y redondo por medio ; el inferior , poco mas corto que el superior , está muy chato en su basa , y muy poco en su di- rección : las ventanas de la nariz están colocadas sobre el primer tercio del semipico superior, sin que la cubran las plumas que nacen üe su basa: las piernas están calzadas hasta el talón , y en los pies tiene quatro dedos , uno delance y tres de- tras , todos separados casi hasta su erigen. Sesun la forma del pico de esta ave creo po- derla referir al genero XXIII. ó al del cotinga. Aquella encorvadura tan ligera y casi impercepti- ble de la punta del medio pico superior no me parece que pueda impedirlo , porque colocando esta ave al lado de muchos coungas con el fin de cotejar los picos , he observado la misma en- corvadura en la extremidad de sus picos. Esta, ó no la ha advertido Brisson , ó la ha tenido por tan poco visible que la ha despreciado. La cabeza, y lo alto del cuello están cubier- tos de plumas muy cortas , apretadas , comprimi- das , y de un negro aterciopelado : sin embargo, los dos lados de lo alto del cuello carecen de plumas : la piel desnuda de esta parte parece par- da en el individuo disecado, é ignoro de que co- lor sea quando vivo, Enmedio de esta misma piel desnuda tiene sembradas algunas plumas negras pe- queñas , cortas y muy ralas : la parte de abaxo del cuello , tanto por detrás como por delante, el pecho , el vientre , y la parte inferior de la cola son de un negro bastante brillante en lo alto del cuerpo , y cárdeno en su parte inferior : las medianas y grandes cubiertas de las alas de un ce- niciento azulado : las plumas de ellas mas inme- diatas al cuerpo del mismo color : las otras ceni- cientas por fuera , y negras por dentro : las guias están pintadas del mismo modo , pero son del todo negras en su extremidad , y tienen mucho menos gris quanto mas apartadas del cuerpo ; la primera guia es una pulgada mas corta que las demás : las plumas que cubren el azote del ala son negras : la cola también lo es : el nacimknio del pico , y mucha parte de él , blanquecino , y negruzca su extrtmidad , como también los pies. Parece que no es muy común esta ave en la Cayena de donde la envían muy de tarde en tar- de. Nada hemos sabido hasta ahora de sus pro- piedades , y el primer autor que ha hecho men- ción de ella es Montbeillard. Cuínto. (cetr.) La paite exterior por donde se dobla el ala , y lo mismo que pliegue. Cf. IR- CUE Cuerda, (cetr.) Ci cauce en Francés. El cordel con que se añade la lonja , y se tiene al ave de rapiña antes de estar bien segura en volver al señuelo. CUERVA. Fease* Chovula. CUERVO. Lam. 495. Bkiss. tora. II. pag, 8. Gen. XIV. Illt. Hist. nat. des Oís. par. 297 . fig. i SO. Bel. Fort, des Oís. pag. 67. Coevas en Latin. Cochean en Francés. Coevo , corbo en Italiano. Rapp , rab en Alemán. K> i‘{ en Polaco. Korp en buceo. Ha ven en Inglés. Pocas aves hay que se conozcan de tan anti- guo , ni de las que tanto se haya hablado como del cuervo ; pero siempre ha tenido mala reputa- ción ; siempre se le ha pintado como un animal desagradable, displicente y siniestro: dimanando lo primero de su exterior y de sus hábitos , y lo segundo de la superstición. Concediéndosele astu- cia y sagacidad , se le ha acusado de engañoso, de apetecer hurtar , recoger y esconder ; y asi, aún sus buenas prendas han causado su desprecio, y le han atribuido intenciones, que no caben en Un animal. Alargaria mucho este artículo si qui- siera dar una idea de quanto se ha dicho acerca de los pretendidos presagios que querían sacar de su vuelo , de su graznido , y cuyos agüeros se contaban y distinguían en mas de sesenta inflexio- nes : de exercitos de cuervos que peleando por los ayres anunciaban los combates mas reales y segu- ros que los hombres se dieron en todos tiempos sobre la tierra : de la antipatía imaginaria del cuer- vo para con algunas aves : de los robos y artifi- cios de unos , y de la astucia o sagacidad de otros: ó bien que engañosos y cortesanos , á imitación del hombre , se encontrasen al paso con un em- perador para saludarle : ó bien que siguiendo un instinto mas propio de los animales se empeña- sen en sacar los ojos á la presa que no podían detener con sus fuerzas , ó bien que sea cierto haberlos visto unirse y juntarse muchos para ca- zar de común acuerno. Me separaré , pues , de 'todas las fábulas imaginadas en orden al cuervo , y tan solo hablaré de su exterior , y de lo que se ha podido averiguar acerca de sus hábitos y propiedades. No se debe confundir el ave de que se trata en este artículo, con otras del mismo genero muy comunes en nuestros campos. El cuervo jamás se dexa ver por lo menos en las cercanías de París, y no le conocemos hasta que nos le traen de los parages donde habita regularmente. Sin embargo, no solo se encuentra en muchas provincias de Fran- cia , sino en casi todas las regiones de Europa, donde solo freqüenta los vastos bosques y prin- cipalmente apetece las montanas. Es del tamaño de una gallina grande : tiene de vuelo tres pies y siete pulgadas , y sus alas plegadas llegan hasta jas tres quartas partes de su cola. Todo su plumage Historia Natural. Tom. I. CUE 361 es negro , con una me’zcla de color de purpura en la parte de arriba del cuerpo , cambiante en verde en las partes inferiores. La tercera pluma o cuchillo del ala es la mas larga , y todas ter- minan en punta bastante aguda. El pico , pies y unas son negros: la niña esta rodeada de dos cir- cuios , el exterior de un gris blanco , y el inte- rior de un ceniciento pardo. El cuervo se mantiene de inseéios , de frutas, de granos, y de carne de animales muertos: al- gunas veces persigue los paxarillos, y los peque- ños quadrúpedos : se alimenta también de pesca- do muerto que los rios arrojan á la orilla , o del que queda en los baxos ú hoyos después de las inundaciones: no hay otro animal, que hablando con restricción , sea generalmente mas omnívoro. Su grito, que se llama graznido , es ronco, sonoro y grave. Hace su nido sobre los árboles mas ele- vados , y con mas freqúencia en las hendeduras de los peñascos ; pero si tiene proporción prefiere siempre los agujeros de las torres y edificios arrui- nados. La hembra pone quatro ó cinco huevos de un verde pálido , con pintas obscuras. El empo- llar es de veinte dias , y tan solo una vez al año por el mes de Marzo. El macho y la hembra que una vez se han juntado, ya no se apartan , aún es- tando fuera de la estación de producir , y per- manecen en fidelidad muchos años; verisimilmente mientras son capaces de fecundidad. Los cuervos nuevos quando nacen no son ne» gros , sino que están cubiertos de un floxel ó plu- món ceniciento : dexan el nido por Mayo , y se ponen en algún peñasco de los alrededores , don- de su padre y su madre les llevan la comida , y desde allí se ensayan a volar , dando unos vue- los muy cortos por las cercanías. Después de ha- ber pasado tres semanas ó un mes en este su primer asilo , es quando los cuervos nuevos em- piezan á seguir a sus padres , que los conducen por la mañana , y a la vuelta por la tarde les hacen seguir tras ellos; porque los cuervos se es- tablecen , de algún modo , un domicilio fixo al que todos los días vuelven para pasar la noche, y del que no se alexan durante el dia roas que para buscar el alimento , o para disfrutar , aban- donándose a ios ayres , del espacio que les cir- cuye. Raras veces baxan a los llanos , y tan so- lo se dexan ver en ellos por el hibierno : los cuer- vecillos se separan de sus padies á fines del ve- rano , y se establecen á alguna distancia de ellos; y dicen que cada pareja de cuervos se arroga una especie de dominio en algún parage , donde no permiten la entrada á otra ave de la misma es- pecie. Tal es poco mas ó menos la idea de todo lo que se sabe acerca de sus propiedades. Las se- ñales externas de sus amores , y las caricias mu- tuas de macho y hembra me parece que nada ofre- cen de particular; y el secreto de su unión, que se quiere qqe tan solo tenga cabida , ó por la no- che , ó en los parages obscuros é impenetrables a nuestra vista, no me parece bastante averigua- do para que se le deba dar crédito : seria preci- so haber visto esta unión ó casamiento para estar asegurados del tiempo y de los sitios donde se exeeuta: por otra parte todo lo que se dirá, no Zz pue- o(j2 C U E puede ser mas que supuesto, y por consiguiente incierto. ¿Cómo se podra imaginar que un ave, que á presencia del que la mira , se dedica a las caricias y movimientos que regularmente proce- den á la unión de los sexos , difiriese el cum- plimiento de sus deseos a un tiempo en que na- die la viese ? El cuervo , cogido quando nuevo en su nido, y aún brande , fácilmente se acostumbra a la escla- vitud0 : se hace familiar , importuno , y aún da- ñoso por la fortaleza de su pico. Aprende a ha- blar y á pronunciar algunas palabras ; es natural- mente miniero , y propenso a hacer gestos y ade- manes , y soore todo tiene el habito de baxar, levantar , doblar y mover el cuello de diferentes modos: encoge y alarga freqúentemente la pupila de sus ojos , y sube y baxa la membrana que, como sucede en muchas aves , se extiende de uno á otro ángulo del ojo. Estos gestos diferentes y estos movimientos fixan la atención , y atraen al que los mira ; pt.ro no se debe fiar , ni dexar de estar con cuidado : el cuervo es traidor , mal- vado , audaz , y muy inclinado á dar picotazos, que bastan para penetrar los vestidos que no sean muy gruesos, agujerear la piel y hacer una llaga: tampoco teme a ninguno de los animales domés- ticos , y todos están recelosos de él. La especie del cuervo parece estar tan exten- dida en los paises septentrionales , como en los meridionales de Europa El habito de fixarse so- bre los montes , cuyo temperamento es en to- das partes igual á una misma altura , es una de las razones para que le sean indiferentes todos los climas. No obstante , aún en los paires templados como la Francia , está sujeto a muchas variacio- nes en las mezclas de su plumsge. Algunas veces se han visio todos blancos , pero lo mas común es blancos y negros , y unos y otros se hallan con mas freqúencia en los paises septentrionales, aunque el negro sea siempie el color dominante en la especie. pero si se da crédito á los viageros , la espe- cie del t novo no se ciñe únicamente á la Euro- pa , porque los han visto en todas partes del mundo , y los han encontrado en todas regiones. Pudiera ser que una especie , aunque de caradter se- dentario como es esta , se hubiese , con el tiem- po y de trecho en trecho , extendido por todo el mundo ; pero también es posible que los via- geros , que muy pocas veces son buenos obser- vadores , hayan llamado cuervos á aves del mis- mo genero sin ser de la misma especie. El pue- blo , ¿ no llama cuervos á dos especies de corne- jas tan comunes , por el hibierno como por el verano , en nuestros barbechos ? Sin embargo , es- tas son unas aves muy diferentes de la que se trata en este artículo , y a no ser que los viage- ros no nos den las dimensiones , y digan algo de sus propiedades , y en fin , no hagan una des- cripción suficiente de las aves que tienen por cuer- vos , no juzgaré que por su mera relación se pue- da tener esta especie por cosmopolita , del mismo modo que omnívora. Cuervo eeanco. Ve ase Cuervo. CUE Cuervo de Indias de Boncio. Bkiss. tom. IV. pag. 5 66. Boncio, que vió esta ave, y nos ha dado el diseno y la descripción , la tiene por un cuervo] pero también ha puesto el nombre de cuervo a otra ave que igualmente se halla en las Indias, y que según ra única frase de que se vale para se- ñalarlo , seguramente es distinta del cuervo , y tan solo debe tenerse por un calao. Cmvus indicas cor- mu us sc:t chinearos avls , Bont, ¡nd. Oiient. pag. 63. bu autoridad , pues , no podra inducir a que al ave, llamada por él coivus indicas , pag. 6 1. y de que se trata en este artículo , se tenga por un verdadero cuetvo] y la de los autores que no han visto por sí mismos al ave , y que solo han ha- blado siguiendo á Boncio , no puede ser de ma- yor peso. No sucede lo mismo con la de Brisson que lo ha descripto con arreglo á un individuo que traxeron a París , y existe en un gavinete, por lo que no se puede refutar su testimonio; y según esto creo que se le debe mudar el nom- bre de cuetvo de las Indias de Boncio en el de calao , indicado por Mondo baxo el nombre de cuervo de las Indias. El calao de que se habla , tiene dos pies y quatro pulgadas desde la punta del pico á la de la cola , y de vuelo dos pies y diez pulgadas : su pico es de cinco pulgadas de largo, y en su na- cimiento tiene dos pulgadas de grueso : es ceni- ciento negruzco , dentado menos profundamente en los bordes de la parte superior que en los de la inferior , y tanto en una como en otra mu- cho menos , que lo que lo están los picos de los otros calaos. Encima del medio pico superior tiene una excrecencia corneal , chata por arriba, poco elevada , y redonda por detras : esta por- ción redonda es blanquecina , y circuye la parte de atras de la cabeza : los pies son de un gris pardo, y las uñas negras. El plumage es muy obs- curo : el castaño cárdeno y el gris que tira a partió, mezclado de negruzco , son ios principal. s colo- res : el primero en la parte de arriba del cuer- po , y el segundo en pecho y vientre : la parte superior de la cabeza , las mexillas y garganta son negruzcas: una banda de un gris sucio en forma de semicírculo , cuya concavidad está vuelta hacia la parte de la cabeza , circuye la garganta : lo de atrás de la cabeza , y lo alto del cuello es de un castaño claro : las guias de las alas negras: las plumas medianas también , pero su borde ex- terior está rodeado de gris : la cola se compone de doce plumas , casi todas iguales , y de un gris sucio. Esta ave se encuentra en las Molucas , donde se mantiene de nueces moscadas , y existe en la co- lección del Abate Aubry, en cuya casa la he visto. Cuervo makeno Ó Cormorán, Lam. 9 i 7. Briss. tom. VI. pag. <¡11. lam. XLV, Bei. Hist. nat. des Oís. pag. 66 1. fig.y pag. £61. Bee. Port. des Ojs.pag. 5 z. Phalacrocorax en Latin por muchos autores. Corvas aquaticus por otros. Cormorán en Francés. Corvo marino en Italiano. El cuervo matine es de las pocas aves que tie- nen CUE nen quatro dedos unidos por una membrana que los ata mutuamente. Su pico redo y casi cilin- drico , termina en una especie de gancho muy corvo y muy fuerte : la uña del dedo del medio está dentada como una sierra : las plumas de la cola son muy anchas , y recias como las de los picos , y su genero es el CXI. del método de Etisson. El cuervo marino , casi tan grande como la oca doméstica , desde la punta del pico a la de la cola tiene dos pies y siete pulgadas y me- dia , y de vuelo quatro pies , una pulgada y al- gunas lineas : sus alas plegadas llegan una pulga- da mas allá del nacimiento de la cola : los ojos, colocados muy adelante , están rodeados de una piel desnuda , negruzca entre ojo y pico , y ana- ranjada por dcbaxo. Lo alto de la garganta tam- bién esta desnudo , y cubierto de una piel varia- da de negruzco y de amarillo verdoso : esta se puede extender mucho , por lo que han creido muchos autores tener bastante autoridad para co- locar el cuervo marino entre los pelicanos. Las plu- mas de la cabeza , y las de lo alto del cuello son finas , largas , lucidas , de un verde obscuro, terminadas en una pinta blanca : estas forman en el ave una especie de copete , que es un adorno particular y de buena vista : la garganta es blan- ca : lo restante del plumage de un negro verdo- so con visos obscuros de color de cobre encen- dido en el lomo y en las cubiertas de encima de las alas : las guias de estas son de un verde ne- gruzco , ondeado de un color roxo de cobre ; las plumas grandes de la cola pardas : las dos del medio son algo mas largas que las laterales , y van en diminución hasta la de mas afuera de cada lado : la niña es azulada , el iris verdoso , los parpados con pintas de un blanco con mezcla de violeta : el pico de un ceniciento pardo ; y los pies , dedos , uñas y membranas de un negro baxo. El cuervo marino es ave pescadora, y hay po- cas que destruyan tantos peces : persigue la presa zabulléndose y nadando entre dos aguas con tanta rapidez , como las otras aves hienden ios ay res; después de haberla cogido , se recobra teniendo el pescado atravesado en su pico , luego le echa en el ayre para tragarlo y lo recibe siempre de cabeza , de suerte que las aletas y la espina que tiene sobre el lomo quedan llanas en el cuerpo del pescado , y se desliza con facilidad. Una sola ave de estas basta para hacer muchos daños en un estanque , bien que los cuervos marinos van mu- cho menos á las aguas dulces que á la mar. Dicen que en la China se sirven de ellos para pescar : que tienen algunos mansos , á los quales ponen una sortija al rededor del cuello para que les impida poderse tragar el pescado , y que están enseñados á entregar á sus dueños el que co^en. Aunque los cuervos marinos se alimenten de pescado , y quizás sean los mas excelentes nadadores de todas les aves , no permanecen en el agua mas que el tiempo necesario para la pesca: se alejan quando ya están satisfechos , y se reti- ran á los árboles mas altos donde se mantienen parados á pesar de la poca proporción , que al parecer tienen para ello , por la conformación de sus pies. Su especie está esparcida por las diíe- HktorÍA Natural. Tota. I. CUE 363 rentes regiones del antiguo y del nuevo Conti- nente , é igualmente se encuentra baxo la zona tórrida , como en las zonas templadas , y en las tierras mas frias como el Kamschatka. Pero los cuervos marinos no son de un mismo tamaño en todas partes , y en quanto á esto parece haber en ellos muchas variaciones, bien que muy leves, en los colores del plumage. Cuervo marino (pequeño) ó el negado. Briss. tom. VI. pag. 5 1 6. Petit cormoran ó le nigaud en Francés, Esta ave es mucho mas pequeña que el c«cr- vo marino , puesto que desde la punta del pico á la de la cola tan solo tiene dos pies y tres pul- gadas , y tres pies y medio de vuelo : el espacio que hay á cada lado , entre pico y ojo , esta des- nudo , y cubierto de una piel roxa ; pero lo alto de la garganta está vestido de plumas , y no tie- ne copete en la cabeza , como el cuervo marino „ Estas son las diferencias principales de estas dos aves. El cueivo marino pequeño tiene los colores mas obscuros , la parte de abaxo del cuerpo de un gris pardo , y solo doce plumas en la cola , y el otro catorce ; bien que por otra parte se se- mejan en el plumage , y en los hábitos. El ne- gado se encuentra con mas freqüencia hacia el Nor- te de la Europa , que en los países calidos : con todo , su especie parece que se halla tan espar- cida en todas las regiones , como la del cuervo marino grande : yo recibí y conservo uno de la Ca- yena que en nada se diferencia del de Europa: Sonnerat ha traido algunos del mar de la India que no hay diferencia en el plumage ; pero son casi doble mas pequeños : por otra parte , mu- chos navegantes , y entre ellos el Capitán Cook vió de estos cuervos pequeñitos en las regiones mas frias; y aún se hallan aili en mayor numero que en otras partes : de lo que se infiere que estas aves pueden vivir en todas las regiones, y baxo todos los climas. La estolidéz de los que se han observado en los países muy fríos, producida qui- zás por el estupor y gordura , y que puede tam- bién ser efcéto de la seguridad y parsimonia en que viven , es tan grande , que se dexan acercar, aporrear y matar sin huir del peligro. Esta esto- lidéz aparente ó real , ó esta confianza funesta para ellos en el comercio formidable del hombre, á quien no conocen , ha sido la causa de apelli- darle el negado. Gen. CXI. Cuervo nocturno. Vease Garzota. ** Cuervo pescueziblanco. Esta ave tiene mucha semejanza con el cuervo pintado , tanto en los colores del plumage , como en carecer de lengua y de ventanas de nariz ; y únicamente se distingue en que tiene unas plumas blanquecinas desde la cabeza hasta el pecho , por ío que los naturales del pais le han dado el nom- bre de cuervo pescueziblanco. Encuéntrase , como el otro , en la Provincia de Neyba. ** Cuervo pintado. El ánade , llamado universalmente en todas las Provincias del Virreynato de Santa Fé cuervo pintado , es entre todas las aves el mas excelente y perito buzo que se mantiene en el centro de las aguas ; y asi habita entre ellas en el exerekio Zt t, v 364 CUE y cacería de peces , que son su único alimento. La hembra no fabrica nido, sino que en las em- palizadas ó basureros (digámoslo asi) que se ha- llan en las orillas de los rios de aquellos lugares mas desiertos é intransitables , aparta un poco , y hace como una cama en que pone dos y tres hue- vos. Esta ave es algo menor , y de la misma especie de los cuervos negra del todo. Su cabeza es sumamente pequeña , larga , cubierta de plu- mas negruzcas pequeñísimas : los ojos regulares, sus parpados desnudos , aunque no en el todo, pues en la circunferencia de ellos se le divisan como unas lanillas casi imperceptibles : el iris par- do obscurísimo , y la pupila de un azul turquí. El pico algún tanto largo , liso , muy comprimi- do , amarillo negruzco , agudisimo en la punta, y lineal : su basa está cubierta de una membrani- 11a negruzca : la quixada interior muy acanalada, de un amarillo subido, y agudísima en la punta. No se le advierten ventanas de narices , ni tam- poco lengua , cosa que me ha maravillado , pues no había visto otra ave de semejante naturaleza. Tiene el pescuezo lartjo , erguido , y cubierto de plumillas negruzcas : el pecho muy ancho : el cuerpo muy deprimido , cubierto por debaxo de plumas negras , y por encima , poco mas arriba de los encuentros, por medio de la raiz del pes- cuezo , le nacen en forma de punta unas plumi- llas muy pequeñas salpicadas finamente de negro y blanquecino sucio , que se esparcen por uno y otro costado del cuerpo hasta las paletas de las canillas principales de las alas , y de allí, abrién- dose mas, le corren otras plumas regulares man- chadas del mismo negro y blanquecino sucio has- ta los muslos. De forma que dichas plumillas y plumas manchadas le forman unos ángulos agudos, Todo aquel campo que se halla entre el ángulo de dichas plumas , por el Jomo y ovispillc has- ta el nacimiento de la cola , esta cubierto de plu- mas negras. Los muslos son robustos , de calzón entero , y cubiertos de plumas negras : las pier- nas robustas , cortas , de un amarillo muy sucio, o negruzcas y desnudas : los pies negruzcos , con tres dedos delante y uno atrás , todos enlazados ó unidos desde el nacimiento de ellos hasta la raiz de las uñas , con una gran membrana negruz- ca , que entre el dedo exterior y el intermedio, y entre los otros dedos es de un amarillo muy sucio y negruzco : las uñas cortas , corvas , ne- gruzcas , y con punta aguda. La cola excede en dos tercios á los pies extendidos , y consta de doce plumas igualmente repartidas , de un negruz- co leonado por baxo , y por encima de un ne- gro ceniciento ; pero todas tenían la punta leo- nada ó de color de tabaco, De las doce plumas dichas , las dos del medio están prensadas ó par- ticularmente rizadas en forma de lineas transver- sales , y de esta misma clase se le divisan otras dos , una en cada costado debaxo de las paletas de las alas. Las alas son cortas , y plegadas lle- gan sus puntas hasta la extremidad de los píes tendidos : las guias inferiores , tanto por la par- te interior como exterior, son negras, á excep- ción de las quatro plumas mas inmediatas al cuer- po , que por la parte exterior están linealmente CUI manchadas de negro y blanquecino sucio : las de- más plumas interiores negras, y las superiores de la parte exterior salpicadas finamente de negro y blanquecino sucio , y las inferiores todas de este ultimo color , a excepción de aquellas siete inme- diatas á las puntas de las alas que son negras: todas las de la región del ano muy suaves , cor- tas y negras. Desde la punta del pico á la de la cola tiene de largo tres pies , quatro pulgadas y siete lineas: el pico tres pulgadas y cinco lineas : la cola un pie , quatro pulgadas y siete lineas : el muslo tres pulgadas y tres lineas , y la canilla una pulgada y siete lineas. Se halla esta ave en la Provincia de Neyba en el nuevo Reyno de Granada. Aunque esta ave , como diximos arriba , ca- rece de lengua , no obstante , ademas del traga- dero , tiene aquel conduéto que se nota en todas las aves por donde pasan el agua, y del que pende la lengua. Nota. No hemos visto este cuervo ó ánade para asegurar fixamente la particularidad que se lee en su descripción de carecer de lengua y de ven- tanas la nariz ; pero nos consta de la veracidad y exactitud del Naturalista que ha hecho dicha des- cripción , y por lo mismo no dudamos darle asenso. CUIL , O CUCLILLO MANCHADO de Ma- labar. Cuclillo de Malabar. Lam. i9*¡. Briss. torn, IV. pag. 13 6. Desde la punta del pico a la de la cola tiene cerca de once pulgadas y media , sus alas plega- das llegan casi hasta el tercio de su cola : la ca- beza , la parte superior del cuello , y la de en- cima del cuerpo están manchadas de blanco sobre fondo negruzco : en cada lado de las plumas de la cabeza , cuello y lomo , y hacia su extremidad, tiene una mancha blanca , como también en las plumas escapularias , y en las de encima de las alas ; pero las del ovispillo y las cubiertas de en- cima de la cola tan solo tienen una mancha blan- ca en la extremidad de ellas : la garganta , la de- lantera del cuello , y la parte de abaxo del cuer- po están variadas de manchas transversales ceni- cientas sobre fondo pardo negruzco : las alas son cenicientas , rayadas transversalmente de blanco: la cola negruzca , rayada de blanco ; y va en di- minución del centro para afuera: el iris es de un naranjado claro ; y el pico , pies y uñas son de un ceniciento no muy obscuro. Se encuentra este cuclillo en la costa de Malabar , cuyos habitantes le llaman cuál. Gen. L. CUIRA CANTARA , O CUCLILLO CHIS- TADO del Brasil. Briss. tom. IV. pag. 144. Cidra-cantara en Francés. El nombre Brasiliense de este cuclillo es el de guira-acangatara. Vive en los bosques, donde con mucha freqiiencia da un grito muy fuerte y bas- tante desagradable. Desde la punta del pico 3 la de la cola" tiene catorce pulgadas y seis lineas de largo : la cabeza adornada de un copete ó cresta, y cubierta de plumas pardas , guarnecidas de ama- rillo: las plumas de la garganta y del cuello son ama- CUK amarillas , guarnecidas de pardo : las cubiertas d* las alas del mismo color : la parte de arriba y de abaxo del cuerpo de un blanco pajizo : las alas pardas , y las plumas de la cola también, aunque terminan en blanco : el iris pardo , el pico de un amarillo obscuro, y los pies de un verde mar. Gen. L. CUIRIRI. Vease Bentaveo. CURUJA de la Babia de Hudson. Vease Capa- RAROCH. CUKEEL , O CUCLILLO de Bengala. Cou^eel en Francés. Cu\eel llaman en Bengala á una especie de cu - slillo que se cria en ella. Momtbeillard ha genera- lizado este nombre , y lo aplica a tres cuclillos que se encuentran en la parte oriental del Asia, que ciertamente se diferencian en el tamaño , pe- ro que tienen muchas relaciones en el plumage, y que en su juicio son variaciones unos de otros. Dos de estos cuclillos eran conocidos por los Or- nitologías , y el otro lo habia indicado Com- merfon. Los dos conocidos son : r.° el cuclillo de Bengala , Bkiss. tom. IV. pag. 141. lam. X. h- r- Cuclillo de las Indias Orientales. Lam. 174. y este es el primer cul^eel de Montbeillard. 2.0 El cuclillo indicado por Commercon. 3.° El cuclillo negro de las Indias. Briss. tom. IV. fag. 14a. y es el tercer cufeel. El cuclillo negro de Bengala , ó primer cufeel, tiene catorce pulgadas desde la punta del pico a la de la cola , dos pies menos una pulgada de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta la mitad de la cola : todo su plumage es de un negro res- plandeciente cambiante en verde : las guias de las alas son también negras cambiantes en verde por la parte de arriba y exterior , pero por debaxo y la parte interior negras sin mezcla de verdo- so: la cola por arriba es de un negro cambian- te en verde , y por debaxo de un negro que tira a violado : el pico y pies son de un gris pardo, y las uñas negruzcas. Este cuclillo se encuentra en Bengala. El segundo cu\¡eel , ó el cuclillo indicado por Commercon , se ha visto en Mindanao. Es casi tan grande como nuestro cuclillo , y todo su plu- mage de un negro azulado : el pico es negro en su basa , y pajizo por la punta : la primer guia del ala es casi una mitad mas corta que la terce- ra que es de las mas largas. En fin , el cuclillo negro de las Indias , ( que es el verdadero cu\ecl ) es mucho mas pequeño que los dos precedentes. No es mayor que un mir- lo , y desde la punta del pico á la de la cola no tiene mas que nueve pulgadas. Edwars , que ha sido el primero en indicarlo , dice que todo su plumage es negro ; pero que según se mira , tie- ne todos los visos y colores del arco iris. Este cukeel semeja al primero en que tiene las plumas grandes del ala de un negro sin visos por la par- te interior y de abaxo : la cola por arriba es del color de lo restante del plumage , y por debaxo toda negra : el pico y pies son de un gris pardo, y las uñas negruzcas. Debo advertir que hay muchas relaciones en- CUL 365 tre los dos primeros cubéis para no tenerlos por de una misma especie 5 pero la diferencia de ta- mano entre el tercero y los dos primeros , no me parece que puedan confirmarnos en el mismo diétamen. Siendo , precisamente , estas aves de unas mismas regiones, y hallándose en su tama- no una diferencia tan notable , no puede esta di- manar del clima ni de la comida , y por consi- guiente , en mi juicio, debe considerarse como especie distinta. CULACISI , O PERIQUITO PEQUEÑO de Filipinas. Periquito de Filipinas. Lam. 320. fig. 1. el macho, i. la hembra. Bkiss. tom. IV. fag. 392. lam. XXX. fig. 1, En las Filipinas llaman culacisi á un lorito pe- queno del antiguo Continente , poco mas ó me- nos que el gorrión : su longitud , desde la punta del pico a el extremo de la cola , es de cinco pulgadas : la frente , garganta y ovispillo son en- carnadas : por debaxo del occipucio le forma una especie de collar , una banda transversal y estre- cha de color naranjado muy subido : lo restante del cuerpo , y las cubiertas de las alas son de un verde puro en las partes superiores del cuer- po , y algo amarillo en las inferiores : las guias de las alas , por la parte exterior , son de un&ver- de obscuro , y por la interior negruzcas. Las plu- mas medianas son verdes por encima , y de verde mai por debaxo : la cola tiene los mismos ma- tices , y las dos plumas del medio son mas lar- gas que las de los Jados : el pico , pies y uñas son encamados. La hembra no tiene mas encarnado que en la coronilla de la cabeza , y éste no es tan vivo, ni se extiende tanto como en el macho 3 y tam- bién carece del semicollar naranjado. Gen. luí, CULIAMARILLO de la Cayena (pequeño). algarroba de México. Lam. 5. fig. Algarroba de Santo Domingo. Lam. 5. fig. 2. Briss. tom. 11. fag. n 8. Briss. tom. II. fag. 121. lam. XII. fig. 3. E o'X'.glan.fag. 68. cap. XXXIII. lam. 243. Vamicela ó señorita por los de Santo Domingo. Briss. tom. IV. supf. pag, 38. lam. II. fig. 2. ° Algarroba de la Isla de Santo Tomás. Lam. 537. h- *• Briss. tom. II. fag. 132. lam. IX. fig. 2. Briss, tom. 11. pag, 120. Cul-jaune petit en Francés, Montbeillard dice que Jos páxaros de Ja lam. ilum. 5. fig. 1. y 2. son el del num. 1. el macho* y el del 2. la hembra del algarroba que él llama pequeño culiamarillo ; y juzga que deben referirse á esta especie los tres algarrobas llamados por Brisson , algarroba de cabera amarilla de América , de la Cayena y del Brasil , y tenerlos por varia- ciones. En quanto ai algarroba de Santo Domin- go de Brisson , según Montbeillard , es la hem- bra del algarroba que llama él pequeño culiamarillo. Por conformarme con el parecer de este autor y no interrumpir la nomenclatura , es porque lo refiero en el artículo del pequeño culiamarillo de la Cayena , y porque cito como sinonymos ó varia- ciones los diferentes algarrobas , cuyos nombres se 366 Li Ü L se "hallan á la frente de este artículo. Pero con todo yo creo que cada una de estas aves exige una corta descripción , sin la qual no habria mas que una idea contusa, y según ella tendrá el lec- tor mas proporción para poder juzgar si se de- ben tener , como quiere Montbeillard , por sim- ples variaciones unas de otras, Empiezo , pues , por el pequeño c tu .amar ¡lio de la Cayena , y para seguir mejor la comparación , describiré en seguida los algarrobas que Montbeillard tiene por variaciones de esta especie : mas para mayor claridad los in- dicaré con los nombres que les da Brisson. El pequeño culiamarillo de la Cayena macho, ó el alga, roba de México , según Brisson , y se- gún las lam. Uian. num. fig. 1., desde la punta del pico a la de la cola tiene siete pulgadas y seis lineas 1 el pico desde los ángulos de la boca a su punta nueve lineas y media : su cola tres pulga- das y quatro lineas; y de vuelo doce pulgadas y tres lineas : sus alas plegadas llegan hasta un poco mas alia del tercio de su cola : Ja basa del pico, á excepción de la parte de arriba , esta rodeada de plumas negras : el mismo color se extiende por cada lado hasta los ojos , cubre la garganta , y baxa en punta sobre el cuello : lo restante del plumage es de un amarillo lusco , excepto las grandes cuoiertas de encima del ala que son ne- gras , guarnecidas por dentro de blanco , y las mas de ellas terminan también en blanco por la parte de at'uera : las plumas del ala son negras, y las medianas guarnecidas por lucra de blanco: en fin ¡a coja tiene doce plumas negras que van en diminución por grados , uesde el centro a las 01 illas : la raíz del medio pico superior tira a roxo , lo demas es negro , y uñas y pies son pardos. El pequeño culi amarillo hembra de la Cayena, ó el a/gamoba de Santo Domingo , según Brisson, y la lam. ilion, num. j.fig. 1. , desde la punta del pico á la de la cola tiene ocho pulgadas de largo: de la punta del pico á los ángulos de la boca once lineas : la cola tres pulgadas y siete lineas : un pie seis lineas de vuelo , ) sus alas plegadas , quan- do mas , llegan hasta la mitad de la cola : iodo su plumage es negro , a excepción de lo inferior del lomo , el ovispillo , lo inferior del vientre, y la pane de abaxo de los costados: las plumas de lo alto de las piernas , las cubiertas de enci- ma y debaxo de la cola , las de debaxo de las ajas, • v las pequeñas de ar.ioa , todas estas partes di- ferentes son de un amarillo bascante brillante : la cola desigual como la del macho, y el pico, pies y uñas negros. Por estas descripciones se advierte , que las proporciones son algo distintas en las dos aves de que se trata , y que la que tiene Montbeillard por la hembra es el macho : á esta primer diferencia, mas regular en el macho que no en la hembra, á excepción de las aves de rapiña , se puede aña- dir , que la hembra tiene mas de aquel color bri- llante que resalta el plumage, lo que también se opone a lo que sucede en la mayor parte de las aves. Seria , pues , de temer que las memorias, por las quales ha juzgado Montbeillard que estas dos aves eran macho y hembra , no fuesen exac- CUL tas , ó está especie es muy particular , y merecí que se confirme con nuevas óbservaciones , lo que ha obligado á un sabio ornitologisia á ser de un diétamen tan opuesto al orden regular de la na- turaleza. No solamente son admirables estas ave* por dicha particuladad , sino también por el mo- do de colgar o suspender sus nidos en las ramas largas que penden de los árboles sobre los rios» y por ei habito de dividir un nido en muchas cavidades que cada una de ellas contiene una ni- dada o echadura. Pero estos mismos hechos pa- rece que se deban confirmar. Las dos aves des- criptas , tanto que Sean macho y hembra , como dos especies distintas , se encuentran en México, en la Isla de Santo Domingo , y verisímilmente son raras en la Cayena ; porque las he visto po- cas veces en las freqüentes y numerosas remesas que vienen de esta región. Gcn.X.X. El algarroba de cabera amarilla , Briss. tom. IV. supp. pag. 38. tiene ocho pulgadas y dos lineas des- de la punta del pico a la de la cola , un pie de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta algo mas de la mitad de su cola: lo superior de la cabeza es de un amarillo hermoso : lo demás del pluma- ge negro , a excepción de la parte inferior de las piernas , las pequeñas cubiertas de encima y de- baxo de la cola , y las pequeñas cubiertas de en- cima de las alas que son amarillas : las plumas de la cola son desiguales como las del pequiño cu- liamar'ü.o : el pico negro , los pies de color de plomo , y las unas negruzcas. El algarroba de la Cayena , Briss. tom. II, pag. 113.: tiene ocho pulgadas y tres lineas des- de la punta del pico a la de la cola , trece pul- gadas de vuelo , y sus alas plegadas pasan un poco de la mitad de su cola : todo su plumage es ne- gro , excepto las pequeñas cubiertas de encima de las alas que son de un amarillo hermoso , y las cubiertas de abaxo que están vanadas de negro y amarillo : tiene la cola algo desigual , el pico ne- gro , y uñas y pies negruzcos. El algarroba del Brasil, Briss. tom. II. pag. 1 10. tiene nueve pulgadas y nueve lineas desde la pun- ta del pico á la de la cela : la cabeza , y la par- te inferior del cuello negras : la superior de esté, el lomo , el ovispillo , pecho , vientre , costa- dos , y cubiertas de encima y baxo de la cola, todo es amarillo, pero una banda negra y trans- versal se extiende sobre el lomo de un ala á otra : las cubiertas del centro del ala son blan- cas , y las otras negras : alas y cola de este ul- timo color : el pico negro , excepto la basa de la mitad inferior que es azulada , y los pies pardos. Estas diferentes aves son todas del genero XIX. y sus colores principales el amarillo y negro : casi tienen las mismas dimensiones , y todos se hallan en la América meridional : otros tantos motivos para sospechar que tan solo forman unas varia- ciones , sin que por esto pueda asegurase , y mu- cho menos porque habitando todas en las mismas regiones no puede atribuirse al clima su variación, y porque siendo originariamente individual decli- nó ó debería declinar hacia la especie primitiva, y concluir reuniéndose y confundiéndose con ella. Antes de finalizar este articulo, que precisamente ha CUL ha sido largo por los muchos objetos que se tra- tan en él , observaré que en la lam. ilum. el ave representada en la fig. 2. tiene la cola muy larga, y que sus alas plegadas no pasan del nacimiento de ella , aunque Brisson diga que llegan hasta mas allá de la mitad ; pero este autor , regularmente tan exáéio , se ha engañado en esto , y yo he visto en el individuo , que el delineador copió fielmente la longitud de las alas , pero aumentó la de la cola. Culi ama Ritió. Vea.se Cacique amarilio del Brasil. CULIAVAN , U OROPENDOLA de la Co- chinchina, Culiaxan de la Cochinchina. Lam. 570. Briss. tom. II, pag. 31 6. lam. XXXIII. fig. x. Oriolus Cochinsinensh en Latín. Couí.axan en Francés. Esta es una ave de la Cochinchina, cuyos ha- bitadores la llaman culiaxan. Tiene muchas relar. dones con la oropéndola : sin embargo se diferen- cia en que es algo mayor , y en que á propor- ción , es mas grueso su pico y mas largo : sobre la coronilla de la cabeza tiene una mancha negra en forma de herradura que se prolonga en pun- ta por ambos lados y pasa por encima del ojo hasta el pico : entre las plumas del ala , que son todas negras , tiene algunas medianas con una mancha amarillaza en la punta : la cola es amari- lla , terminada de negro que se extiende mucho mas hacia el nacimiento de las plumas , quanto mas afuera están colocadas : el pico y las uñas son de un color pajizo , pero los pies negros. La hembra es de- un amarillo mas apagado que el del macho , tira un poco á aceytunado, y lo negro de su plumage es mucho mas claro que el del macho. El culiaxan no es , como se pensaba , un ave particular de la Cochinchina , pues también se en- cuentra en diferentes partes de la India de donde le traxo Sonnerat. CULIBERMEJO. Verderón del Cañada. Briss. tom, III, pag. 296. Es del tamaño de nuestro verderón : lo su- perior de la cabeza está variado de pardo y cas- taño ; á estos colores se junta una mezcla de gris en lo alto del cuello , lomo y cubiertas de las alas : el ovispillo es gris ; y las cubiertas de en- cima y baxo de la cola son de un blanco sucio bermejo : la garganta , y lo restante del cuerpo por debaxo es de un blanco variado de pintas cas- tañas , y en número menor en el vientre : las plumas de las alas y cola son pardas , perfiladas de un gris castaño ; y el pico y los pies de un gris pardo. Esta ave se halla en el Cañada. Ce- ver, XXXV. COLIBLANCO. Véase Becacin. CüLIBLANCO DE GRIS. BrISS. tom. III. pag, 45 2. Ve ase Oenate. Co ralles, (cetr.) Cures en Francés. Pildoras de estopa , algodón ó pluma , bue- nas para desecar las fiemas y curar varias enfer- medades de las aves de rapiña. Con estas mate- rias se mezclan los medicamentos , y por su me- CUR 367 dio se Ies hace tragar, cebar los curalles , es po- ner en ellos algún pedacito de carne para que le sirva de incentivo a que los trague. Surtir efeño el curallc , es quando el ave por medio de esta pildora se pone del todo buena. ** CUREU. Turdus curccus en Latín. Esta ave es una especie inedia entre el tordo y el mirlo , aunque mas parecido a este ultimo. Es mayor que el tordo regular , y su pico algo anguloso y corvo por la punta : las fauces las tiene cubiertas por la parte de arriba con una pequeña membrana : los pies y dedos son como los de los demas tordos, y la cola de cinco pul- gadas de largo, y de figura cónica. Todo su plu- mage es de un negro brillante , cuyo color tie- nen asimismo los ojos , pico , pies , uñas , carne, y hasta los huesos. Aunque esta ave es muy estimada por la me- lodia armoniosa y seguida de su canto , que ma- ravilla el pensar como puede sostenerle con su débil respiración , también Jo es porque imita el canto de las demas aves ; y porque domesticado, aprende fácilmente á proferir las palabras que le ensenan. Alimentase de granos , gusanos y carne, dando caza á Jos paxarillos para comerlos el ce- lebro : mas , á pesar de esta inclinación a la ra- piña , jamas he visto ave que se domestique con tanta facilidad ; pues cogido en las selvas , y en- cerrado en la jaula , empieza á poco rato a co- mer y cantar , mostrándose alegre de su destino. Viven en sociedad como los estorninos , yen- do en grandes bandadas a comer á los prados: vuelan casi circularmente , procurando siempre ocupar el centro de la bandada : construyen su nido con mucho arte , formando la basa y las paredes con ramas y juncos bien entrelazadas, lo que cubren por dentro con fango , puliéndolo con la cola que les sirve de llana ; su postura es de tres huevos á lo mas , y de un color blanquizco. CURICACA O PELICANO AMERICANO. Curicaca de la Cayena. Lam. 883. Briss. tom. V. pag. 335. Cátese, tom. I.pag. üi. fig. y lam. 81. Aouarou por los habitadores de la Guayana, Numenius Americanas major en Latín. Comcaca en Francés. Por los nombres que los autores han puesto al curicaca , se conoce que no están de acuerdo en orden á qué especie de ave deben aplicarlo,, ó lo que es lo mismo , á qué genero pertenece. No cede en tamaño á la cigüeña blanca , pero tiene el cuerpo mas delgado , y mas largas las piernas y el cuello. Casi todos los autores dicen que su cabeza y su cuello están llenos de unas plunritas pardas blancas por medio , y leonadas por las orillas. El Conde de Butrón ha remediado algo este error diciendo que tiene la frenta calva, y desnudos el circuito de los ojos y la garganta; pero lo cierto es que la cabeza y los dos ter- cios del cuello están absolutamente faltos de plu- mas, quando ya son algo viejos, y que los nue- vos tienen cabeza y cuello vestidos de plumas que los autores han atribuido a la especie en todos tiempos : el cuello se desnuda antes que la ca- be- 368 C U R beza , y he visto muchas de estas aves , que aún tenían plumas en lo alto de la cabeza , y el cue- llo estaba ya desnudo. En los que son ya viejos, la cabeza y los dos tercios del cuello tienen una piel recia , callosa y sembrada de manchas blan- quecinas sobre fondo negro : el tercio inferior del cuello y todo el cuerpo están vestidos de plumas blancas : las grandes guias de las alas , y plumas grandes de la"cola son negras , con algunos visos azulados y roxos : el pico tiene de largo nueve pulgadas y media , y en su basa seis o siete de circuito : Ya disminuyendo hacia la punca que es muy roma , y no empieza á encorvarse hasta los dos tercios de su longitud : es de un pardo mez- clado de roxo muy fusco, y la parte desnuda de las piernas , pies , uñas y dedos son negros. Es ave muy común en la Guayana , donde Ireqiien- ta las tierras pantanosas: se aumenta de pescado, reptiles v gusanos , y hace su nido sobre los ar- boles más elevados. No he sabido de los stigetos que me han contado algo acerca de sus hábitos, si se ve en todos tiempos en la Guayana ; pero según la observación de Catesby, parece que no: éste nos dice que todos los anos llegan bandadas numerosas de estas aves a la Carolina , a fines del verano , y que se marchan antes de Noviem- bre : la estación en que llegan es la de las llu- vias , y es verisímil que la misma causa les atrai- ga a la Guayana quando se hallan inundadas las tierras. En quanto á lo que he dicho de la des- nudez de cabeza y cuello del curicaca , no solo Jo he verificado en una multitud de individuos, sino que me lo han atestiguado muchos sugetos que lo han observado. Como yo tan solo lo he visto muerto , no se si estando vivo, además de lo negro, se en- cuentra alguna otra mezcla que haga resaltar la piel desnuda de cabeza y cuello. Aunque en el discurso de esca obra doy con frequenua el elo- gio que se merece al método de Brisson , sin embargo , no puedo dexar de notar que el cari- caca me parece muy diferente de los zarapitos; porque la poca encorvadura de su pico , y su grue- so tn mucha parte de él , no me permiten que le coloque en este mismo genero. Pero se podría formar otro , cuyo carácter fuese el pico reélo y muy grueso desde su basa hasta los dos ter- cios de su longitud , levemente encorvado hiela baxo , y que se va adelgazando rápidamente en lo restante de su longitud. CORLAN. Curian de la Cayena y Guayana. Fam. 848, Cumian o couliri en Francés. Esta es una especie nueva que se encuentra en la Guayana , y solo ha venido de pocos anos á esta parte , bien que raras veces. El emian de la Guayana medido desde la pun- ta del pico á la de ios dedos tiene dos pies y ocho pulgadas , y su pico quacro : éste es redo la mayor parte de él , y algo encorvado hacia su extremidad , cuya punta es roma : la parte infe- rior de las piernas carece de plumas , y tiene de- lante tres dedos separados y uno atrás. Se semeja mucho al zarapico real ; pero el principal carác- ter , esto es , la encorvadura de su pico , está C UR indicada muy levemente ; no obstante se le pa- rece mucho en general , para que aquel que no conociera esca ave , y quisiera buscarla segur» los principios del método de Brisson , pensara hallarla entre los zarapitos ; y en mi juicio bas- ta esto para tener a esta ave por de este genero, puesto que los métodos no tienen otra ventaja mas que el facilitar la investigación de los anima- les que se quieren conocer y circunscribirlos (con arreglo a ciertos rasgos o particularidades) en una parte del catalogo que el método presenta sin ha- ber de reconocerlo todo, bu plumage es pardo en- teramente , resaltado con una tintura de verde obscuro , y con visos de un verde rubicundo so- bre las plumas de las alas y de la cola. El cue- llo está salpicado de manchas blancas desde la par- te de abaxo de la cabeza hasta lo alto del lomo hacia atras : el pico es de color de cuerno , y ne- gruzco por su extremidad, y los pies de un par- do verdoso. CURRUCA, (la) Lam. <¡79-f¡g- *• Bhiss. tm. m. pag. 37 1. Gen. -VE, Finclula en Latín. Fauvettc en Erancés. Las currucas son aves de pasa : llegan á nues- tros campos , que animan con sus movimientos, y alegran con su canto , quando los árboles em- piezan á cubrirse de fíor y de las primeras hojas: se mantienen de inseétos , y parece que están únicamente destinadas para sernos útiles , é inte- resarnos con su voz alegre , harmoniosa , y varia- da con que nos recrean el oido. En nuestras pro- vincias se conocen diez especies , de las quales las nueve vienen por la primavera , y la decima (que siguiendo otros hábitos ) llega quando se van las otras que es por el otoño. De las que vienen por la primavera , unas prefieren la soledad de los bosques, otras se complacen en los jardines, otras se ocultan en los cañaverales , y otras en ¡as pra- deras : todas son aves vivas , enredadoras , y de canto muy alegre , pero su plumage es amorti- guado , y por lo común deslucido y obscuro. Asi que la naturaleza ha repartido sus dones , y no es todo arbitrario en aquellos objetos, en los qua- les no fixamos otra idea de la de que sea agra- dable y de que plazca : en efeéto , la naturaleza parece que ha conocido el precio de sus benefi- cios , puesto que los ha repartido , dando á unas aves un caraéter alegre acompañado de gracia en el canto , á otras hermosura en la pluma , vi- vacidad y regularidad en los colores ; pero al ave de rapiña , ni la concedió canto ni belleza. Sien- do tiranas de los ayres que despueblan , y enemi- gos sangrientos de un pueblo alegre é inocente que aniquilan , parece que al formarlas las casti- gó la naturaleza con el genero de vida á que las destinaba , como si hubiese aborrecido la misma obra de sus manos. La primera especie de estas aves , ó la ma- yor de las que viven en nuestras provincias , es del tamaño del ruiseñor : tiene seis pulgadas de largo , y ocho y diez lineas de vuelo : sus alas recogidas llegan un poco mas allá de los dos tercios de la cola : la cabeza , y lo superior del cuer- CUR cuerpo es de un gris pardo , mas claro sobre !a cabeza : en cada lado y entre ojo y pico tienen una raya longitudinal blanquecina : la garganta , la delantera del cuello , lo inferior del cuerpo , y la parte del ala que corresponde al puno son de un blanco rosado : los costados , y las piernas tienen un viso del mismo color sobre fondo gris: las guias de las alas son de un ceniciento pardo, algo mas claro en los bordes exteriores , y ro- deadas interiormente de blanquecino : las plumas grandes de la cola son pardas , circuidas por fue- ra de un gris pardo , excepto las exteriores de cada lado , que por fuera están rodeadas de un blanco sucio , y por debaxo son pardas en su nacimiento , y luego de un blanco sucio ; el pi- co es negro , y los pies y las uñas pardas. Esta curruca habita con otras mas pequeñas, aunque del mismo genero , en los jardines , ver- geles , y especialmente en las huertas : todas ellas se regocijan en los tallos y ramas de ¡as plantas, y hacen alli sus nidos : el de la curruca , propia- mente asi llamada , es de yerbas secas , guarne- cido por dentro de crin. La hembra pone cinco huevos , que empolla con mucho cuidado , pero los abandona si se llega al nido : nunca se la puede obligar á empollar huevos de otra como otras muchas aves lo hacen : tal vez el abando- nar con tanta facilidad el nido , nace de su mu- cha timidez , porque huye de aves mucho mas débiles que ella. La alegría parece su caraéter do- minante , y canta sin cesar poco después de ha- berse visto en algún peligro , procurando ocul- tarse entre las hojas desde donde se dexa oir , y solo se descubre momentáneamente. Gusta mucho de recibir el rocío de la mañana , y le busca so- bre las yerbas que están cubiertas de él : este animal , y otros de su especie , se alimentan en el otoño de bayas , y de pequeños frutos : quan- do la abundancia de los mseétos empieza á dis- minuir , entonces engordan mucho , y se confun- den freqüentemente con los becaftgos. El mes de Septiembre se van , y en el de Oéfubre ya qua- si no se halla ninguna : no se sabe á qué parage se retiran , y es probable que no pasen mas allá de las regiones meridionales de Europa , donde aún en el mismo hibierno hay suficiente porción de inseétos y otros gusanos , ó huevos de hor- migas de los quales se alimentan. Curruca azulada de la Isla de Santo Do- mingo. ,, El Conde de Buffon , que es el primero „ que ha indicado esta ave , dice que tiene qua- „ tro pulgadas y media de largo : lo superior de ,, la cabeza y cuerpo es de un ceniciento azuladQ: „ las plumas grandes de la cola están rodeadas „ del mismo color sobre un fondo pardo : en „ las alas tiene una pinta blanca , y las guias de ,, ellas son pardas : la garganta negra , y el pe- ,, cho y vientre blanco. ,, Gen. XL. Curruca de careza negra. Lam.fi ’g. i. el macho, i. la hembra. Briss. tom. III. pag. 380. Gen. XL. Atricapilla en Latin. Esta ave es mas pequeña que la curruca pro- piamente asi llamada : tiene de largo cinco pul- Historia Natural . Tom. /. CUR 369 gadas y cinco lineas , con ocho y seis lineas de vuelo : las alas recogidas apenas llegan hasta la mitad de la cola : lo superior de la cabeza es de un negro muy hermoso : lo postetior dél cuello y lo superior del cuerpo de un pardo con mez- cla de aceytunado obscuro : las mexillas , la gar- ganta , la delantera del cuello , y lo inferior del cuerpo , blanquecinos desde lo inferior del pecho hasta lo inferior de la cola : las cubiertas supe- riores de las alas de un gris pardo , circuidas de un pardo aceytunado : las guias de las alas , y plu- mas grandes de la cola de un gris pardo , y las primeras rodeadas de blanco por el lado interior, y por el excerior de color de aceytuna : el pico es pardo , ¡os pies de color de plomo , y las uñas negras. La hembra tietae lo superior de la cabeza de color de castaña claro , y los machos nuevos par- do hasta la primer muda que entonces se vuelve negro. Esta curruca es la mas conocida , y su can- to el mas agradable y sostenido : se parece al del ruiseñor , pero dura mucho mas tiempo : ha- bitan en los bosques , en los parques , y aún en los jardines donde encuentran abundancia de ar- bolillos : hacen su nido junto á la tierra , sobre algún monton de leña menuda espesa , que le pue- da bien ocultar : la hembra pone quatro ó cinco huevos , los quales son de un pardo claro sobre fondo verdoso. El macho empolla alternativamente con la hembra : no ponen mas que una vez en el año en nuestras regiones , y en Italia dos , se- gún dice Olina. Los nuevecillos se crian y ali- mentan en jaulas del mismo modo que los rui- señores; pero se domestican mas pronto que aque- llos. Olina la representa como propenso á la su- jeción y reconocimiento , y dice que quando el amo se acerca á la jaula , se arroja hacia él , y hace sus esfuerzos contra los alambres de ella, bate las alas , y expresa su alegria con un acen- to particular y una voz muy afcétuosa. Esta ob- servación de Olina puede ( conforme á la incli- nación de las aves en general ) entrar en el or- den natural , porque los caraétéres alegres son generalmente los mejores y los mas sensibles. Se encuentran algunas currucas de estas en di- ferentes partes de Europa hasta en Suecia del lado del Norte. Los autores hablan también de una especie cuya pluma es negra y blanca. Brisson la llama curruca negra y blanca , tom. ¡11. pag. 383. Pero ¿acaso es esta una variedad constante é individual? Los autores no hablan palabra de ello. Los Provenzales conocen otra variedad en la misma especie que forma una raza separada , y á la qual dan el nombre de palomilla. Es un poco mayor que la de cabera negra : lo superior del cuerpo es de un color mas obscuro y quasi ne- gro : la garganta blanca , y los costados de gris. Este animal busca la obscuridad , y se complace en los bosques mas espesos. Curruca de cañaverales. Lam. 5 81. fig. i. Br:ss. tom. III. pag. 378. Desde la punta del pico hasta la de la cola tiene cinco pulgadas y quatro lineas, y ocho pul- gadas de vuelo : la parte superior de la cabeza, Aaa del del cuello y cuerpo es de un gris aceytunado : la garganta , el cuello por delante , pecho y vientre hasta el ano es amarillazo : las guias de las aias son de un ceniciento obscuro , y rodeadas por la parte exterior de un gris de aceytuna , y por la interior de blanquizco : las plumas grandes cié la cola son de un ceniciento obscuro, circuidas por lo exterior de gris aceytunado : el pico es pardi- roxo , los pies de color de naranja , y las unas de gris. Habita en los pantanos y lagunas , y siempre á orilla del agua : se la ve salir por entre los jun- cos y yerbas para coger los gusanos e insectos aquaticos : canta como el ruiseñor en h.s noches serenas de la primavera : anida entre los cañave- rales y matorrales enmedio de los pantanos , y sobre los arbolitos a las Otilias del agua : sus huevos, que comunmente son quatro o cinco ca- da vez , son de un blanco sucio , pintados de pardo , particularmente en la punta mas obtusa: hace su nido con arte, formándole de yerbas se- cas, guarneciéndole por dentro con crin. ota. AX. C'ukRUCA DE BOSQUE Ó EEKMZ J IZA, Briss. tom. III. pag. 393. Be t. Hist. nat. des Oís. pag. 338 .fig. y pag. 339. Bel. Por:, des Oís. pag. 84. B1 tamaño de esta ave es casi el mismo que el de la canuca común : nadie la conoce sino los paxareros y labradores vecinos a los bosques don- de se retira : la garganta , el cuello por delante, el vientre , los cosidos y las piernas son ber- mejos : el resto de la pluma es,á hermosamente Variado de pardo y bermejo : el primer color ocu- pa el centro de las plumas , y el segundo le sir- ve de bordadura : la cola es parda , sin mezcla alguna de otro color : el pico negro , y los pies blanquecinos : el color de los huevos es azul ce- leste: hace su nido en los renuevos, y lo cons- truye con musco verde de los árboles , y guarne- ciéndolo por dentro de lana : en el hibierno se encuentra en las provincias meridionales de Fran- cia , y esta especie anade mayor peso á la con- jetura que va he referido , respeéto a estas aves en general , a saber : que su transmigración se ciñe solamente a pasar a las partes de Buropa donde el hibierno es mas suave , y donde ha- llan insectos ó gusanillos durante esta estación. Gen. XL. Curruca de cris. Lam. 579. fig. 3. Briss. tom. III. pag. 376. lam. XXI. fig. 1. Ge~ tieio XI. Esta curruca es un poco mayor que el picafigo: tiene cinco pulgadas y siete lineas de largo , con ocho de vuelo : la cabeza, la pane de atras del cuello , y lo superior del cuerpo es de un gris ceniciento : las sienes de un gris negruzco : la garganta , la delantera del cuello , y lo inferior del cuerpo de un blanco bermejo : los costados, y las piernas bermejas sobre un fondo de gris: las pequeñas cubiertas de sobre las alas de gris: las grandes pardas , rodeadas de bermejo 3 y las guias del ala del mismo color , circuidas de un gris bermejo por la parte exterior : en la cola tiene doce plumas , de las quales las diez inter- medias son pardas , circuidas de gris , y las otras dos de un blanco bermejo por la parte exterior, y por la interior de un color de ceniza claro , circuido de blanco : el pico es de un morado cla- ro , y algunas veces de color de naranja. Esta ave construye su nido del musco de los prados, entrelazado con yerbas secas , colocando por den- tro lo mas tino , y lo mas grosero por fuera: pone quatro o cinco huevos manchados de ber- mejo , particularmente en su punta obtusa , y de pardo sobre un fondo de un gris verdoso : se complace mucho en los olivos é higueras, y co- me de sus frutos , lo qual hace su carne muy delicada. Los paxareros conocen esta ave , y la ctian porque su canto es de suma melodia , y la alimentan como al ruiseñor. Lam. 655. fig. 2. Curruca de hibierno. Lam. 6 15. fig. 1. Briss. tom. III. pag. 394. Gen. XI. bíL. Hist. nat. des Oís. pag. 375 . fig. y pag. 37 C. Bel. Pon. des Ois. pag. 94. Quando las demas aves de esta especie se re- tiran , se ven llegar las canucas de hibierno : en el mes de Oéíubre empiezan á manifestarse cer- ca de los bosques y cercados , al rededor de los quales saltan muy baxo , y casi siempre en ban- dadas cortas. Podemos creer que vienen de las partes mas septentrionales de la Europa : en el verano se encuentran en Lorena , en Alemania, y has, a en huecia : alli hacen su nido , y nos dicen que lo fabrica muy inmediato á la tierra, ó sobre elia misma : que su, huevos son de un a/ul hermoso , sin marcha alguna : que quando tiene poliuelcs,y ve acercai se algún animal peli- groso , sale del nido , camina ó vuela delante del enemigo que teme , fingiéndose herida , le atrae con esta asechanza , y le aparta del lugar donde está el nido , y para volver a él levanta el vuelo , inmediatamente que le parece que el enemigo está ya bastante lejos. Este es un ardid de que se vale esta ave oportunamente lo mis- mo que la perdiz : pero nosotros no podemos juzgar cosa alguna en nuestras regiones de este cuidado que ti<.ne con sus hijos, porque es muy rara la car uia de hibierno que viene , y muy üi- fit il de encontrar un nido. Solamente quando el fiio y la falta de inseétos que á él te sigue, echa á esta ave de los países del Norte , es quando pasa á las regiones mas templadas , donde en- cuentra con que mantenerse , porque aún en el hibierno no carecen nuestros campos de inseétos; quando se pone cuidado en ob'crvar , especial- mente en los meses de Enero y Febrero, las ho- ras en que el sol tiene su mayor fuerza , y quan- do el cielo está sereno , se ven pequeñas mari- posas y mosquitos volar en bastante cantidad al rededor de los cercados , y si en otras circuns- tancias se buscan estos anitnalillos , se les halla apli- cados y entorpecidos en los tallos y entre las cor- tezas cíe los árboles , y también en las hendidu- ras de las ramas mayores , y de los tror eos de los matorrales. Este corto pasto no bastaría para el gran número de diferentes curucas ; pero su- ministra algún auxilio á la necesidad de tina es- pecie , que tal vez solo vive de estos inseétos que CUR que vi frió no destruye , y que encuentra con 111,15 abundancia en el verano tu los países del Norte , mientras que carecería de ellos en las re- giones que están al Mediodía. Sin embargo , quan- río el trio es grande se acerca esta curruca a los pajares y heras donde trillan el grano : entonces se infiere que la necesidad la obliga a buscar el sustento ; pero la necesidad no puede cambiar el mecanismo de los órganos ; y asi , < no sera mas verisímil que acude d dichos lugares para pillar el gorgoxo , y de las pequeñas crisálidas que la pala hace caer del grano ó de entre las pajas de la espiga ? Sea lo que fuere , por esta propiedad se la llama escarva pajas en ciertos lugares , nom- bre que expresa que busca en la paja su alimen- to sin tragar el grano que ha caído. Tiene esta ave cinco pulgadas y tres lineas de largo , y ocho de vuelo : ¡o superior de la ca- beza y del cuello está variado de negro que ocu- pa el centro de la pluma , y el resto está cir- cuido de bermejo y ceniciento : lo demás dei cuer- po esta mezclado de negruzco y bermejo en la misma disposición : en la extremidad de las cu- biertas mayores de las alas tiene una manchita re- donda de un blanco sucio : el ovispiilo es ver- doso , y las mexillas , la garganta , y la delantera del cuello y el pecho son de un color de ceni- za azulado , ó de color de plomo : el vientre blanco : las piernas , los costados , y lo inferior de la cola bermejos : las guias de las alas y de la cola pardas , circuidas vxteriormente , las pri- meras de roxo, y las segundas de verde. En ca- da lado de la cabeza tiene una mancha roxa : el pico es negro , los pies amarillos , y las unas pardas. Curruca de la Bahia de Hudson. Véase Capa- raroch. Curruca de la Cayena con cola roxa. El Conde de Bufión describe esta ave , de la que hasta ahora no ha hecho mención autor al- guno, en los términos siguientes: „ Tiene cinco pulgadas y tres lineas de largo: „ la garganta la tiene blanca , y rodeada de bcr- „ rnejo con pintas pardas : el pecho es de un par- „ do claro, y lo restante del cuerpo por debaxo ,, blanco , con un viso de bermejo en las cu- „ biertas inferiores de la cola : todo lo superior, „ desde la cabeza hasta el nacimiento de la cola, ,, es de pardo , con una media tinta de roxo so- „ bre el lomo : las cubiertas de las alas son del „ mismo color , y sus guias están circuidas por „ el exterior de bermejo , y la cola es toda de „ este color- Gen, XL. Curruca de la Cayena de garganta parda y VIENTRE AMARILLO. Al Conde de Buffon somos deudores del co- nocimiento de esta ave, la que, según sus obser- vaciones , es semejante al papamoscas en lo pla- no del pico , el que es también ancho por su ba- sa. Según los principios del método que seguimos seria nías bien un papamoscas que una curruca, Pero no habiendo visto esta ave , y la descrip- ción que de ella hace el Conde de Bufion sien- do demasiado concisa , pues no se para a expli- car sus caraíiéres , conforme al plan metódico que Historia Natural, Tot/s, CUR 37 r siguen ó han adoptado los autores , no me atrevo á determinar a qué genero pertenecen, y S0j0 dire que es pequeña y casi del tamaño del cantor y que su garganta , lo superior de la cabeza y cuerpo es ue un pardo verdoso , y el pecho y vientre de un amarillo leonado. Curruca de los Alpes. Larri, 66 8. De esta ave solo trata el Conde de Bufion á quien se la han enviado de lasj provincias meri- dionales de f rancia. El Barón de la Peirouze que la ha observado en los lugares donde nace /dice que en los Cominges la llaman pegot , y en las memorias que me ha dirigido , habla de ella en los términos siguientes; Eas semejanzas de esta ave con la curruca son demasiado remotas, sobre todo en lo moral, para poderla dexar la denominación. El pegot o curruca de ¿os Alpes tiene seis pul- gadas y media de largo , y diez pulgadas y seis lineas de vuelo: lo superior del cuerpo es de un gris lusco , con una mancha negra enmedio de cada pluma: el pico es derecho, y chato hacia su nacimiento : la mandíbula superior negra , y la inferior en parte amarilla : la garganta blanca , con algunas manchas negras : el pecho de gris , y los hijares roxos : las piernas y los pies de color de caine : la cola se compone de doce plumas es- trechas , y el ala de diez, y ocho , y todas ellas son de gris , y casi tronchadas en su extremidad. Estas aves habitan en las cimas mas solitarias de los montes áridos , de los Alpes , de los Pirineos, del Delfinado , y de la Provincia de Aubernia: van siempre de dos en dos , y nunca dexan lo alto de las montañas , sino quando se levantan en el hibierno uracanes ó tempestades, y enton- ces se precipitan en bandadas á los valles , don- de se quedan tan espantadas y fuera de sí , oue con facilidad caen ciegas en todos los lazos que las ponen. ^ Su alimento es granos e inseólos : parecen tristes , y su cántico monotono , es muy análo- go a su caraéfer melancólico ; una de estas aves que Mr. de ia Peirouze me remitió tenia todos los caradores genéricos de la curruca , aunque sus propiedades son diversas , y asi según el orden metódico es del gen. XL. Curruca de pecho amarillo. Lam. 709. fig. 1. Es del tamaño de la curruca de cabera negra La frente y las mexillas por debaxo son de un negro lustroso ; enmedio de la cabeza tiene una lista blanca que se prolonga estrechándose por detrás del ojo , cortando y separando el negro de la frente del color de aceytuna que matiza la capa del lomo , alas y cola : la garganta , cue- llo y pecho son de un color de junco : los hi- jares de color de naranja : el baxo vientre de un amarillo baxo : el pico negro , y los pies roxizos. Gen. XL, Aaa i Cur- 37? C U R Curruca de Xatales. Briss. sttpp. tom. VI. pag. 100. Gen. XL. EdW. tom. lll.pag.y lam. 111. H Mt-rni en Francés, Esta ave con pico afilado , es del número de las que viven de insectos, y casi del tamaño de nuestra curruca: tiene la cabeza, gaiganta y cue- llo de color de ceniza , que tira algo a verde : la parte superior del cuerpo , de las alas y la cola de. un pardo rosado : el pedio , y lo inferior del cuerpo pardiblanco : lo inferior de las alas ceni- ciento : el pico negro , los pies y las uñas par- das. Hallase en la Jamaica. Curruca gargantiazul. Briss. tom. III. pag. 41 }• Ge». XL. Lyanccula en Latín. Gorge-blcue en Francés. La" curruca ga,gantia\ul es del tamaño del gar- gantia%ul , y tiene algunas de sus propiedades : lo superior de la cabeza es de un pardo obscuro, mas claro y mezclado de ceniciento en las orillas de las plumas: las mexillas son de un pardo que tira á bermejo : encima de los ojos tiene una ra- ya transversal de un blanco sucio , y entre pico y ojo una mancha negra : la parte de atras de la cabeza , del cuello , y todo lo superior del cuer- po es de un color de ceniza obscuro : las cu- biertas grandes de encima de las alas es an cir- cuidas de gris : las de la cola variadas de ceni- ciento obscuro y de bermejo : la garganta , y la delantera del cuello del mismo azul que la llor llamada coronilla , con una mancha plateada en- medio : debaxo de la mancha azul, sobre lo alto del pecho , tiene una banda transversal negra , y mas abaxo una lista roxa , y lo demás de la par- ce de abaxo del cuerpo es de un gris bermejo: las guias de las alas son de un ceniciento obscu- ro , circuidas de gris por lo exterior de ellas: las dos plumas intermedias de la cola son pardi- negruzcas , y circuidas de gris : las laterales ber- mejas en las dos terceras partes de su longitud, y en lo demas negras : el pico es negro , y pies y uñas pardas. La gargantia^ul que acabo de describir está representada en la lam. ilitm. 361. fig. 1.: en esta especie, hay una variedad que solo se diferencia en que el azul de la garganta no tiene mancha enmedio , y esta representada en la lam. ilum. 6 10. fig. 1 . Esta figura y la anterior son ambas de ma- chos adultos : la hembra , lam. ilum. 610. fig. 1. tiene los colores menos obscuros que el macho: la garganta , y lo alto del cuello blancos®, y lo inferior del mismo azul que el macho , lo que forma una linea transversal , y una especie de media luna , cuya concavidad está vuelta hácia arriba tiene tres rajas que atraviesan los lados de la cabeza , las dos , que son de un roxo obscuro , te extienden una por encima , y otra por baxo del ojo , y la tercera , colocada baxo la mexilla , es de un azul claro. Brisson descri- bió esta ave con el nombre de gaegantia%nl de Gi- br altar, .analmente, esta ave antes de haber mu- dado no tiene color azul en la garganta , y el lugar que ocupa este color en las grandes está man- chado de pardo en ¡as nuevas, lam. ilum. 6:0. fig, 3, CUR Esta ave vive de inseétos , y come también vayas y frutos tiernos en el otoño : en el ve- rano hace su mansión en los bosques , pero sin introducirse en lo mas espeso se complace en las lomas , y sobre todo cerca del agua en las tierras baxas y húmedas : hace su nido en los árboles, y le compone de musco y yerbas secas ; en el otoño se va a los jardines y huertas donde halla con facilidad su sustento ; y este tiempo anuncia el de su partida , porque en el hibierno se re- tira a los climas meridionales donde no le faltan inseétos : en ningún tiempo freqúenta nuestros campos : en el verano se la halla en la Lorena, Alsacia y Alemania, y parece que se interna bas- tante hacia el Norte : es bien conocida en nues- tras provincias meridionales : según Brisson se halla también en las costas del Mediterráneo, y es probable que durante el hibierno se retire á el Africa. Curruca habladora, Lam. 580 .fig. 3. Briss. tom. III, pag. 384. Bel. Hiit. nat. des Gis. pag. 340. Su tamaño es casi el mismo que el de! pica- figo : esta especie es la mas común de este ge- nero de aves : salta y vuela sin cesar á la orilla de los caminos , y al rededor de los matorrales, sale y entra en ellos continuamente : nunca tiene descanso , y se eleva á poca altura dando vuel- tas y cayendo prontamente : no cesa de cantar aún volando , aunque no es el canto tan soste- nido como quando está parada. Luego que entra en la espesura de un matorral tiene otro acento, y una especie de silvido mucho mas fuerte que el que pudiera esperarse de un animal tan chico: la oruga es su principal alimento : hace su nido junto a tierra , y freqúentemente en las yerbas enredadas en los matorrales: sus huevos son ver- dosos , con pintas pardas. La curruca habladora tiene, la cabeza cenicien- ta, y lo superior del cuerpo de color de ceniza obscuro : en cada lado de la cabeza tiene una banda longitudinal del mismo color que pasa por encima del ojo : la garganta , y lo inferior del cuerpo es de un blanco cárdeno : los costados y las piernas de un gris claro : las guias del ala son pardas , circuidas de un gris rosado : las plu- mas grandes de la cola pardas , circuidas de gris, excepto la mas exterior de cada lado que exte- riormente es blanca , é interiormente cenicienta, y ribeteada de blanco ; el pico es negro , y los pies pardos. Curruca manchada. ■■ Lam. 581. fig. 3, Briss. tom. III. pag. 389, Tiene de largo, desde la punta del pico has- ta el extremo de la cola , unas cinco pulgadas y quatro lineas : la parte superior de la cabeza y cuerpo está variada de un pardo bermejo , de ama- rillazo y ceniciento : la garganta , pecho y resto del cuerpo por debaxo son blanquizcos, excepto el pecho que es amarillo , con algunas manchas negras : las guias de Jas alas y plumas de la cola son negras, peí filadas de blanco por la parte ex- lerior : el pico es pardiroxo : los pies son del tais- CUR mismo color , con las uñas negras, Esta ave ha- búa en los prados , y anida, sobre la yerba es- pesa , haciendo el nido un pie levantado de la tierra : aunque se acerquen á ella no desampara ei nido , antes mas bien se dexaria coger que abandonar sus hijuelos ; por lo que a las demas calidades que hacen apreciables estas aves reúne el amor por su progenie. Gen. XL. Curruca manchada de la Luisiana. Larri. 751. fig.í- Es del tamaño de la alondra de prados : tiene toda la parte superior del cuerpo macizada de un pardo obscuro con manchas de ceniciento : la inferior raj ada de listas negras y oblongas sobre un fondo amarillo claro. Encima del ojo tiene una ■ linea blanca , á el ángulo inferior y posterior se le ve una mancha parda : las alas y cola son pardas , el pico negro , y los pies amarillos. Gen. XL. Curruca manchada del Cabo de Buena Espe- ranza. Briss. tom. III. pag. 390. lam. XXII. fig. 1. Ge- nero XL, Es poco mas ó menos del tamaño del pintón de /¡filenas ; y la parte superior de la cabeza - es bermeja , con pintas negras enmedio de la plu- nw , las que siguen la dirección del canon ; lo superior del cuello y el lomo están cubiertos de plumas negras , bordadas de gris bermejo : lo posterior del lomo , la rabadilla , y lo superior de la cola están igualmente cubiertos de plumas negras , circuidas de bermejizo : la garganta , el •cuello por delante , y lo interior del cuerpo son de color blanco , con algo de bermejo ; y los costados están variados con algunas manchas ne- gras oblongas : las plumas de las alas están cir- cuidas de encarnado sobre un color pardo : Jas del medio de la cola son también pardas por el centro , y bermejas por la orilla : las externas de cada lado son bermejas , y el cañón pardo : to- das ellas son estrechas , puntiagudas , y sus bar- bas tienen poca conexión : el pico es de color de asta , y los pies y las uñas pardas. Curruca sunchada del Cabo de Buena Espe- ranza (pequeña), Larri, Ti i. fig- 1. Esta ave no es tan grande como lo curruca habladora : todo lo superior del cuerpo es de un pardo , variado de roxo por la orilla de las plu- mas : tiene una raya blanca transversal entre el ojo y el pico : lo inferior del cuerpo es de co- lor blanco , con una ligera tintura de amarillo, con algunas manchas negras oblongas ; la cola es muy larga : las alas solo llegan al nacimiento de ella : las plumas del medio son las mas largas, y las laterales van en diminución : el pico es ne- gro , y los pies son roxos. Gen. XL. Curruca negra y blanca, Briss. tom. III. pa- gin. 383. Vease Curruca de caeeza negra. Curruca pequeña de Erovenza. Lam. S7 9. fig. »• ' Briss, tom. III, fag, 174- Gen. XL. Passerínette en Francés. a Pcisiermette es el nombre que dan en Proven- ía á un ave del mismo genero que la curruca. „ . 9UR . .373 propiamente asi llamada i su longitud es de cinco pulgadas y tres lineas : su vuelo de ocho pul^ae das : sus alas plegadas llegan un poco mas allá de la mitad de su cola s la cabeza , lo posterior del cuello , el lomo , el ovispillo,, las plumas escapularias , y las cubiertas superiores de las alas y de la cola son de gris : la garganta , la de- lantera del cuello , y toda la parte inferior del cuerpo de un gris blanco, excepto el vientre que es blanco sin mezcla de gris : las guias de las alas son pardas , circuidas de gris por la pai te exterior : la cola de un gris pardo por encima, y de un ceniciento claro por debaxo : el pico pardo, y los pies y las uñas de un gris obscuio. Esta especie , como es común entre las aves de este genero , hace su nido en los arbolitos cer- ca del suelo : fabrícale con yerbas secas' , colo- cando las mas finas en lo interior , y poniéndolas con mas arte que las de la parte exterior : los huevos están salpicados de pintas verdosas sobre un fondo blanquizco : la postura es de quatro ó cinco huevos. Esta ave tiene un canto monotono, el que repite saltando de rama en rama , del qual se puede dar una idea por estas dos silabas, típ tip. Curruca roxa (pequeña). Lam. 581. fig. 1 . Briss. tom. III. pag. 387. Bel. Hlst. nat. des Oís. pag. 341. fig. ibld. Bel. Port. des 0¡s. pag: 85. bolo tiene quatro pulgadas y ocho lineas de largo , con diez y seis lineas de vuelo : toda su pluma está matizada de un gris bermejo , mas obscuro por encima que por debaxo : las guias de las alas y plumas de la cola son del mismo co- lor , pero algo mas claro por las orillas : en am- bos lados de la cabeza tiene una faxa longitudi- nal de color pardo sobre fondo algo más Ofusco. Su mansión regular en las poblaciones , jardines" vergeles y huertas : anida sobre la yerba espesa y alta como la cicuta , ó cerca de tierra al pie de algún muro : sus huevos , que regularmente son cinco , están pintados de un blanco verdoso, con pintas unas mas vivas que las otras , en es- pecial hacia la parte mas gruesa. Curruca sombreada de la Luisiana, Lam. 709. fig. 1. Es un poco mayor que el verderón : lo su- perior de la cabeza , y las cubiertas de encima de la cola son amarillas : lo restante del cuerpo es de color de aceytuna con pintas pardas : Jas cubiertas de encima de las alas son negras , cir- cuidas de blanco , y las de la cola son del mis- mo color, pero mas cubierto: el pecho, gan>am. ta y vientre está salpicado de pintas negras "oblon- gas sobre fondo blanco , y en los costados tiene una leve tinta de amarillo ; el pico es negro , y los pies aplomados. Gen. XL. Curruca verdosa de la Luisiana. Su tamaño es como el de la curruca de cabera negra : la parte superior de la cabeza Ja tiene negra, y el cuello ceniciento : el lomo es de un verde cla- ro , y sobre ambos ojos tiene una raya blanca : las plumas de las alas y cola son negras, perfiladas po/ el exterior de verde. Gen. XL. CU- ‘274 C U R CURUCU CENICIENTO de la Cayena. Brts». Iom. ¡V. pag. 165. rease Curucú de vihhi AMA- RILLO. Curucu de capirote violado. Tragón en Latín. iouroucou en Francés. Los Mexicanos le llaman t%mtxfan. Fern. Hist. de Nueva España, pag. 13. Cap. 43. Los curucas son aves del nuevo Continente, y no se encuentran mas que en los parages mas cálidos : tienen dos dedos delante y dos detrás: las piernas muy cortas, muy pequeñas, y calzadas casi hasta abaxo : el pico corto, algo corvo , y mas grueso que ancho : el cuerpo muy lleno de plu- mas pero largas , con las barbas poco apretadas, suaves como la seda, tan mal pegadas, que caen lue"o que las tocan ; y es tanta la abundancia de plumas, que los hace parecer mucho mayores de lo que son en realidad , de suerte que a la vis- ta es del tamaño de una paloma , sin tenei mas carne que una mirla ó un estornino. Por lo co- mún tienen unos colores resplandecientes , pero su forma es poco agradable : su cola es laiga, compuesta de plumas muy anchas , desigual , y opuesta a sus alas cortas , y de plumas estrechas: su pico corto y macizo : su cabeza gorda sobre un cuello muy corto , y la apaiiencia volumino- sa de su cuerpo , todo esto unido á unos pies nmv cortos y débiles , les da un ayre de pesa- dez que sienta mal á las aves , y que repugna á la idea que generalmente se forma de ellas. Los hábitos de los curutus corresponden con su ex- terior : se mantienen parados en los bosques, y tan solo habican en los sitios mas retirados mo- viéndose muy poco , y dando unos vuelos baxos y cortos : viven solitarios , y no conocen otras dulzuras de la sociedad que el gusto de respon- derse con su grito , que lo hacen oir frequen- tcmente : esteces una especie del silvo grave y monotono que expresa muy bien la palabra uroes de donde se deriva su nombre. Es verisimil que la mayor parte de su comida sean los insectos. „ ti cu,ucK de capirote violado tiene la gar- ,, ganta , cuello y pecho de un violado muy tus- „ co : la cabeza es del mismo color , a excep- ’’ cion del de la frente , del rededor de los ojos, ” y de las orejas que es negruzco : los parpados ,, son amarillos : el lomo y el ovispillo de un ,, verde obscuro , con visos dorados : las cubier- „ tas superiores de la cola de un verde azulado „ con los mismos visos: las alas son pardas , y „ sus cubiertas , como también las plumas media- „ ñas , están punteadas de blanco : las dos plu- „ mas intermedias de la cola son de un verde „ que tira a azulado , y terminan en negro : las „ quatro que siguen tienen del mismo color to- „ do lo que se ve , y negruzco lo restante : las ,, seis laterales son negras , rayadas y terminadas „ de blanco : el pico es aplomado por su basa, ,, y blanquecino por la punta : la cola excede en ,, dos pulgadas y nueve lineas a las alas plegadas, „ y toda 'el ave tiene de largo cerca de nueve „ pulgadas y media, „ Esta descripción la he sacado de la obra del iQonde de Bufl'on. Brisson llama a esta ave en CUR latín trogon , y según el método publicado por t\ es del Gen. 11. Curucu de cola bermeta de la Cayena, Lam. 736. Este curucu es el mas pequeño de las aves de este genero hasta ahora conocidas : es casi una quarta parte menor que el curucu de vientre ama - rillo : la cabeza , la garganta , el cuello , el pe- cho y todo lo de encima del cuerpo son de un gris pardo : el vientre , y lo restante del cuer- po por debaxo de un amarillo muy desmayado: las cubiertas superiores de las alas , y las guias mas inmediatas al cuerpo de un gris ceniciento, cortado transversalmente por unas rayas negras en forma de Z : las grandes guias de las alas negras, guarnecidas por la parte de afuera de un perfil blanquizco : las de la cola rubias, terminadas en una banda estrecha y transversal de un roxo mas claro , y por debaxo de una mancha ancha trans- versal y negra : las tres plumas exteriores de cada lado son blancas por la parte de adentro , y por la de afuera rosadas por medio con bandas ne- gras sobre fondo blanco : pico y pies son pardos. Curucu de la Cayena. Lam. 195. Vease Curuc® Dfc VIENTRE AMARILLO» Curucu de la Guayana. Lam. 765. Vease Curuc8 DE VIENTRE amarillo. Curucu de México. Briss. iom. IV. pag. 175. Esta ave , según Hernández que la ha visto y la ha indicado , y a quien siguen los autores qnando hablan de ella, no es un curucu sino un estornino ; pero la noticia que nos da de él el historiador mexicano es muy breve para que po- damos formar una idea justa. Es , pues , uno de aquellos seres , cuya existencia no podremos co- nocer mas que vaga é indecisamente , á no ser que se haga una nueva observación. Lo mismo acontece en el ave indicada también por el mis- mo , y llamada después por Brisson , tom. IV . pag. 176. caracú vañado de México. Curucu de vientre amarillo. Curucu de la Cayena. Lam. 193. Briss. tom. IV. pag. ií8. lam. XVIT. fig. 1. Tiene de largo once pulgadas y cinco lineas, de vuelo quince pulgadas , y sus alas plegadas llegan hasta la mitad de su cola : la parte de arri- ba de la cabeza y el cuello son de un pardo vio- lado , con algunos visos dorados verdosos : la de encima del cuerpo , y las cubiertas de las alas que están mas inmediatas á él de un verde do- rado muy resplandeciente : el papo y el pecho de un violado obscuro que tiene el brillo del metal : lo restante debaxo del cuerpo de un co- lor de limón : las pequeñas cubiertas de las alas negras, como también las guias; pero las de mas afuera tienen un perfil blanco á lo largo de stl orilla exterior , desde su origen hasta los dos ter- cios de su longitud : las plumas de la cola son negruzcas , con algunos visos verdosos : las dos exteriores de cada lado solo son negruzcas desde su origen hasta la tercera parte de su longitud , y blancas todo lo demás : el pico es negruzco y tam- bién los pies. Este curucu no parece tan raro en la Cayena , como el de vientre bermejo. En CUR En el curuca de ■vientre amarillo se encuentran muchas variaciones , ó bien sean cfeéto de la edad, ó del sexo , ó que formen razas separadas: i.° El cunten ceniciento de la Cayena. Briss. tom. 1K pag. 165. Curuca de la Guayana. Lam. 7 65. Es algo mayor que el de vientre amarillo : la cabeza , cuello y pecho son de un ceniciento par- do : el vientre y la parte de abaxo de la cola amarillos ; las pequeñas cubiertas de las alas y las plumas mas inmediatas al cuerpo están rayadas con lineas blancas estrechas : las gu.as son negras , guar- necidas por fuera de una señal blanca hasta la mitad de su longitud , luego rayadas por medio con algunas lineas blancas muy estrechas y muy cortas , y después todas negras : las plumas del centro de la coja son negruzcas , y las tres ex- teriores de cada lado blancas , rayadas por medio de negro , y terminadas de blanco : el pico de un ceniciento pajizo por la pane de abaxo, y ne- gruzco por la de arriba : los pies son de esie ul- timo color. Me parece muy veriimil que este cunten sea la hembra del vientre ama, ¡lío. z° Cunten vc/dc de vientre blanco de la Cayena. Briss. tom. IV. pag. 170. Tiene de largo diez pulgadas y nueve lineas, y no se diferencia del de vientre amarillo inas que en ser algo mas pequeño , y en lo blanco que cubre la parte baxa del pecho, y lo restante ucl cuerpo. Parece , pues , que no sea mas que ui.a simple variación del curucu de vienae ama, '.lio , y me inclino mas á creerlo , porque raras veces lo envían de la Cayena. En fin otro ultimo curucu ha sido indicado en las laminas iluminadas, baxo el nombre de curucu de cola rubia de la Cayena, num. 7 36. No creo que sea esta una variación de las precedentes , puesto que su menor tamaño , y la diferencia de colores , en nada semejantes á los de los curucus de este artículo , no me dexan pen- sarlo asi. Sin embargo , quizas pudiera ser uno nuevo que todavia no hubiese mudado , y cuyo primer plumage no tiene relación con el que debe adquirir con el tiempo. Pero esperando que la observación decida este asunto , creo que entre tanto debemos hacer de este curucu un artículo separado. Vease Curucú de cola bermeja de ¡a Cayena. El genero de las aves descriptas en este artí- culo es el LI. Curucu de vientre roxo. Curucu de vientre roxo de la Cayena, lam. 451. Curucu gris de cola larga de la Cayena. Lam. 737. Briss. tom. IV. pag. 173. El curucu de vientre roxo tiene cerca de doce pulgadas de largo : la cabtza , el cuello , canto por delante como por detrás , lo alto del pecho, y la parte de arriba del cuerpo son de un verde resplandeciente cambiante en azul violado según los aspectos , ó en visos roxos y dorados como los esparce el cobre purificado ; lo inferior del pecho , el vientre , y lo demás del cuerpo hasta el ano son del mismo roxo que el mas hermoso carmín: las cubiertas de las alas están rayadas en forma de Z por unas lineas negras pequenitas so- c U R 375 bre fondo de un bello ceniciento : las granues guias de las alas son negras , pero parte del canon es blanco : las plumas del centro de la cola son de un verde dorado , baxo y obscuro : las laterales negruzcas : el medio pico inferior pajizo , el su- perior en su basa también , y por la punta ne- gruzco ; y los pies son pardos. Esta hermosa ase es muy común en la Cayena, y también envían con freqiiencia del mismo pais un curucu de co- lores menos resplandecientes que los de este. Todo su plumage es de un gris pardo sobre la cabeza, la parte de atras del cuello, y la de encima del cuerpo , como también sobre ¡a garganta , y .la delantera del cuello : de un gris ceniciento en el pecho , y en lo alto del viencre ; pero lo infe- rior de éste, y la parte de abaxo de la cola son de un roxo de carmín : a las grandes cubiertas de las alas , y á las plumas mas inmediatas al cuerpo las cortan por la parte de afuera unas ra- yas angulosas de un gris ceniciento : las guias de las alas son negras , guarnecidas por fuera con una linea bianca muy estrecha. Este curv.cu tiene la cola mas larga que el precedente , de un pardo obscuro por arriba, y por debaxo de oro par- do descolorido : el medio pico inferior pajizo: el superior negro por medio , y pajizo en los dos ángulos de su basa ; y los pies negruzcos. Como esia ave se encuentra en la Cayena lo mis- mo que la precedente , siempre he tenido por verisímil que uno era el macho y otro la hem- bra ; sin embargo , el Conde de Bullón y Bris- sen hablan de una tercer variación en esta espe- cie que es mucho mas semejante á la primera ave que he descripto que á la segunda , y en la que se encuentran rasgos de aquel verde brillante que hace tan hermosa dicha ave. Estos dos autores se inclinan á creer que es la hembra del primer cu- rucu descripto 5 pero la descripción que hacen del segundo no es la misma en los escritos de los dos autores, y esta es una prueba de que no es cons- tante dicha variación: yo, pues, juzgaría que no compone raza aparte , y que se describió con arreglo á unos machos nuevos que todavia no habían adquirido enteramente su bello plumage, é insisto en tener la tercera variación por la hem- bra del primer curucu descripto. En una palabra, acerca de estos objetos no se podrán hacer mas que conjeturas, mas ó menos verisímiles; y úni- camente las personas que tengan proporción de observar en los mismos parages , podrán decidir del sexo de estas aves , y de la indentidad ó di- ferencia de especie entre ellos. Gen. LI. El curucu de vientre toso se encuentra también en la Isla de Santo Domingo , y según el Caba- llero le Febvre des Hayes , correspondiente del Gavinete del Rey de Francia , que lo ha obser- vado en esta Isla , se llama en ella callón colo- rado , y en las Islas vecinas damicela ó dama in- glesa. Se juntan o aparean por Abril : la hembra pone en un tronco de árbol , que ambos ‘guarne- cen de madera casi molida : durante el empollar alimenta con cuidado el macho a su hembra , está de guardia en una rama inmediata , y canta con freqiiencia , pero calla luego que han nacido sus hijuelos y peimancce asi lo restante del año. A 376 CUR los pequeñitos empiezan á saürles las plumas el secundo ó tercer día. Como entonces tiene su ca- beza la misma magnitud que quando carecen de plumas , no parecen mayores de lo que son en efecto , y como sus pies , que luego parecen tan cortos por la vestidura de sus plumas , son muy lardos , parecen entonces muy feos. Padre y madre les mantienen con insedtos ; pero luego que no les necesitan , abandonan a sus padres : se separan unes de otros, y cada qual se marcha a vivir en lo mas espeso de los bosques. Las serpiemes , las ratas y las aves de rapiña hacen una guerra cruel á estas aves , y por esto está poco multiplicada la especie en la Wa de íanto Domingo. Tampoco parece que sea mas numerosa en la Cayena como la de otras muchas aves que se envían con mas freqtiencia , á pesar de la hermosura de estas. Curücu de vientre roxo de la Cayena. La- mn. 451. locase Cürücu de vientre roxo. CUR Curücu cris de cola larga de la Cayena. La- mitt. 737. Léase Curucu de vientre roxo. CUKUCUCU O cuclillo CRlSTADO del Brasil. Briss. tom, IV. pag. 154. Lucuius EiasUkmis olstaius rubcr en Latir). íouí uitcoucuu en trances. Lsta ave , indicada por Seba , es muy her- mosa: „ Tiene (dice) la cabeza de un roxo mar- „ chito , y cotonada de un hermoso copete de ,, oiro roxo mas vivo y variado de negro : el „ pico de un roxo desmayado , y lo superior del ,, cuerpo de un roxo vivo : las cubiertas de las ,, alas , y la parte de abaxo del cuerpo son de ,, un roxo cáraeno , y las guias de las alas y las „ de la cola de un amarillo sombreado con algo „ de negruzco. „ te». L. DA- 377 DAG D AGUEAR. (cetr.) Vagtur en Francés. Se dice de un ave de rapiña , que vuela á tiro de ala. Esta palabra viene de daga , especie de estoque. DAMICELA ó SEÑORITA. Nombre que se da en Santo Domingo á una es- pecie de algarioba, Vease Gciiamariilo de la Ca- yena (pequeño). Damicela de Nuniidia. Lam. 244. Bkiss. toni. V. ]>ag. 388. Gen, LXXX. Hislor. de la Academia , tom. lll. part, II. pag. 3 3 . lam. 33. Grulla de Numidia , llamada vulgarmente doncella ó damkela de Numidia. Virgo , sime gnu Numidica en Latin. Demoísclle en Francés. A este páxaro llaman damicela por su hermosu- ra , por lo ágil , y lo agradable de sus movimien- tos , y quizás cambien porque parece que tenga al- gún tanto de presumido y de afectado , y que de- see dexarse ver , atraer la atención de todos , y hacerse reparable. Los antiguos hallaron en él una analogía menos favorable , y compararon sus movi- mientos á los gestos , y mimos de los bufones. Su modo de andar siempre elegante , y mezclado al- gunas veces con pequeños saltos , parece una espe- cie de danza , y esto es lo que hizo decir á Aris- tóteles , que se cogen las grullas de Numidia, quando escan baylando trente á frente una de otra. Estos páxaros reúnen en sí el adorno y hermo- sura del plumage , la magnitud de su tamaño , y la elegancia de su forma. La damicela de Numidia, desde la punta del pico á la de la cola , tiene tres pies , tres pulgadas y seis lineas , quatro pies, nue- ve pulgadas de vuelo , y su cola excede á las alas plegadas , poco mas ó menos , en las tres quartas partes de su longitud: el vértice y el centro de en- cima de la cabeza están manchados de blanco , dos mechoncitosde plumas finas, de un negro lustroso, y de mediana longitud , formando arco , cuya encor- vadura es hacia arriba •- nacen por cada parte de los dos ángulos de la cabeza , y se dirigen hacia atrás , apartándose un poco hacia afuera : otros dos mechoncitos ó ayrones de plumas igualmente finas, encorvadas de la misma manera , y con la propia di- rección , pero mucho mas largas , y de un blanco de color de perla , salen debaxo de los primeros, y finalizan en cada lado del cuello : las mexillas, la parte superior y posterior del cuello , la gargan- ta , y toda la parte anterior del cuello tienen las plumas de un negro baxo : las de la parte inferior del cuello son muy largas , muy anchas , y caen flotantes como un manojo de cintas por delante del pecho : lo demas del plumage es de un gi is ceni- ciento , de pintura muy hermosa , á excepción de la extremidad de las guias de las alas y plumas de la cola , que es negra : el iris es de un roxo muy vivo , el pico verdoso en su nacimiento , roxo en- Hiitor. Natur. Tom. I. DAT medio y negro por la punta , y los pies y las uñas son negros. Este bello y pulido páxaro es origina- rio de los paises mas cálidos del Africa , y con to- do parece que podria acomodarse á nuestro clima. En la paxarera de Versalles , se han visto vivir mu, cho tiempo algunas dainicelas de Numidia , las que produxeron alli , y uno de sus pollos vivió veinte y quatro años. Esta adquisición quizás no sería muy importante , pero prueba que la diferencia de cli- mas no es un obstáculo tan grande como regular- mente se cree para acostumbrar al nuestro los páxaros que se hicieren venir de los paises calidos. DANBIK. Danbi/( en Francés. Este páxaro , hasta ahora , no ha sido indica- do mas que por Montbeyllard , que le tiene por un senegalí , y nos dice que es común en Abisinia, que es del tamaño del senegali , y que el color roxo, que domina principalmente en lo anterior del cuer- po , no baxa hasta las piernas , como en el pri- mero de estos páxaros ; „ pero se extiende sobre ,, las cubiertas de las alas , donde se notan algunas ,, pintas blancas , como también en los lados del „ pecho : el pico es purpureo , la punta superior „ é inferior azulada , y los pies cenicientos : el ma- „ cho canta con mucha melodia : la hembra es de „ un pardo casi uniibrme , y tiene muy poco de „ purpureo.'1 Genero XXXll. Dar suelta, (cetr.) Abandonare en Francés. Esta voz significa , quando á el ave de rapiña se la dexa libre para que se divicita , ó quando se la da llb.rcad sin ánimo de recobrarla , por no ser buena para la caza ó demasiado vieja. Dar suelta, (cetr.) Esiap ( domar í) en Francés. Es acostumbrar el ave de altaneria que se ha adiestrado , y á la que se la da la ultima lección, á que conozca la caza á que se la destina. Véase Ce r re ría. DATILERO ó GORRION DE DATILES. D arder en Francés. Ai Conde de Bullón debemos el conocimien- to de este páxaro , que describe asi: ,, El gorrión de dadles tiene el pico corto, grue- „ so por su base , y con unos bigo.es cerca de los „ ángulos de su abertura : la parte superior negra, „ la inferior pajiza , lo mismo que ios pies : las „uñas negras , y la parce anterior de la cabeza „y garganta blancas : lo demas de la cabeza, el „ cuello , la parte de arriba del cuerpo , y tam- ,, bien la de abaxo de un gris mas ó menos ru- „ bio ; pero la tintura es mas subida sobre el pe- „ cho , y las pequeñas cubiertas superiores de las „ alas : las guias de estas y de la cola son negras: „ la cola algo ahorquillada , y excede a las alas en „ dos tercios de su longitud. ,, Este paxaro vuela á bandadas , y va á buscar „ los granos hasta las puertas de las granjas , es „ can común en Berbería en la parte situada al Sur Bbb „ del 37$ D E D „ del rey no de Túnez , como los gorriones en España „y Francia, pero tiene un canto muy agradable." No sé por qué se le haya puesto el nombre de datilero ó gorrión de dátiles Q). Gen. XXXII. Dedo. Hay algunos páxaros que tienen tres dedos en cada pie , y otros quatro : los primeros los tienen dirigidos hácia delante , y los segundos , tres hacia delante , y uno hacia atrás , ó dos delante y dos de- tras. Los dedos , ó están todos separados , ó mas ó menos unidos unos con otros por medio de mem- branas que los juntan , ó por juxia-posicion. Todos los paxaros que se encuentran con dos dedos delante y dos detrás , los tienen libres y se- parados : lo mismo sucede en muchos de los que, ó tienen tres ó quatro , pero uno dirigido hácia atrás : mas hay una multitud de ellos , cuyos de- dos están mas ó menos unidos con membranas, que ó son enteras ó parciales : las enceras unen to- dos los quatro dedos en muchas especies , y por lo común tan solo los tres dedos de delante , dexando libre el de atrás. Las semi-membranas , ó membranas parciales, unen dos ó tres dedos hasta la primera , o hasta la segunda articulación. Ademas de estas membranas , hay algunas que tan solo rodean los dedos sin unirlos , y o son en- teras ó escotadas. Entre los páxaros que carecen de membranas en los pies , hay muchos que tienen unidos uno ó dos denos entre sí por juxta-posicion, hasta la articulación primera ó segunda. El dedo de la parte de atrás es el mas peque- ño , y articulado con el hueso del pie algo mas ar- riba que los otros , de modo que estos paran lla- nos en tierra , según toda su longitud , y el de atrás tan solo apoya la punta , y en algunos aun no lle- ga a tocar del todo en el suelo. Los dedos regularmente se componen de tres articulaciones ó falanges , y cada uno se halla ar- mado con una uña. Muchos de los páxaros se sirven de sus dedos para coger y tener los objetos ; y otros para lle- var la comida a su pico. Tales son las aves de ra- piña , los paros , los papagayos , &c. Las membranas sirven para dar mas superficie v solidez a los pies , y , ó son enteras , ó mas di- latadas en los páxaros que nadan , y en los que frequentan los terrenos pantanosos , donde es mas fácil sumergirse. En quanto á la unión de los dedos por juxta- posicion , como disminuye la superficie del pie , y por esto parece constreñir el manejo de él , es muy difícil decidir qual sea su utilidad. De la dis- posición de los dedos , de su separación ó de su unión , es de donde sacan los Autores uno de los principales caracteres distintivos de los paxaros. Desapioear. (caza.) Quitar los lazos á la caza que ha cogido el cazador. DESBOTONADOR. Ven e Pirróla. Descarriable. (cetr.) Bscortablc en Francés. (*) Quizás será porque acudirá mucho a las palme* DES Palabra con que se expresa el vicio ó defeíto de los paxaros sujetos á descarriarse. Descenso, (cetr.) Vestente en Francés. Es la acción de un ave que se arroja sobre la presa , y si dicha acción es pausada , se dice que el páxaro hila > pero si rapida , que hiende. Desecada, (cetr.) Delivree en Francés. Con esta voz se expresa , que el ave que se ha cogido está muy flaca , y asi se dice esta perdiz., esta garza está desecada. ** Desecada, (cetr.) Se dice también de los halcones , que por el mal pasto y mal cuidado , se ponen sumamente fla- cos y débiles. Desguarnecer ó quitar lonja, (cetr.) Delongir en Francés. Quitar al paxaro la cuerdedlla con que estaba sujeto. DESPERTADOR ó MADRUGADOR. Este páxaro le han tenido por un verderón , y examinándolo de nuevo , me ha parecido del ge- nero del gorrión : no tiene las dos partes del pi- co que se entran hácia dentro , ni aquella hincha- zón a lo interior de su pico , el que por otra par- te es mas grueso que el de los verderones. El des- pertador tiene el mismo grito agudo que los gor- riones de Francia : luego veremos que les semeja también mucho en el plumage , y aun se debe aña- dir que viven al rededor de las habitaciones , lo que les ha hecho dar el nombre con que son cono- cidos en la Cayena , porque se oyen por la maña- na , y porque son los primeros páxaros cuyo grito hiere el oído de los que mandan á los Negros. El despertador tiene cinco pulgadas de largo : sus alas plegadas llegan á lo mas hasta la mitad de la longitud de su cola. La coronilla de la cabeza es negra , y en cada lado de la raiz del pico tiene una mancha oblonga blanquecina : las mexillas es- tán mezcladas de gris y negro , y este es el color dominante : el cuello , por la parte de atrás , y por los lados es de un pardo que tira á roxo : la espalda , las cubiertas de las alas , y sus guias mas inmediatas al cuerpo son del mismo pardo que las mismas plumas en nuestro gorrión libre , y va- riadas también con manchas negras oblongas : há- cia el pliegue del ala tiene muchas pin as blancas; la garganta es de un blanco que tira á gris , con al- go de negro en la parte de abaxo , y sobre los lados , y también en medio : este ultimo rasgo ne- gro , y muy poco perceptible , se prolonga hácia el pecho , y es de un gris ceniciento , el vien- tre de un gris mas obscuro , y los costados de gris , con una tintura ligera de pardo : las guias de las alas son negruzcas , rodeadas exteriormence con un perfil de un pardo pajizo : la cola es por arriba de un pardo lavado y descolorido , y por debaxo tira a gris , y pico y pies son de color de cuerno. Si á las relaciones del tamaño , y seme- janza de plumage , se añade la conformidad de sus hábitos , se puede creer con fundamento que es- te páxaro no es otro que el gorrión libre , cuyo di- ras, de que abunda infinito Berbería. DOM clima tan solo le ha mudado algo el plumage , sin obrar en lo interior , y sin mudar los hábitos. A lo menos es esta la conjetura que me ha parecido mas verosímil , respecto de este páxaro , y que tal vez es posible encontrar el gorrión en la mayor parte de las regiones simplemente modificado por el clima : yo creo reconocerle en la Guayana en el despertador : le encontraremos en la Luisiana en otro páxaro que no tiene con él menos relación , y tendremos fundamento para creer que se encuentra en otro tercer páxaro que vive en Africa. DIABLO DE LOS MANGLERALLS. Vease Ani. Diaeio de mar. Vease Focha. Diablo de mar (grande.) Véase Fclga. Diablo de sabanas. Véase Ani. ** DIOS TE DE o DIOS DARA. Ave de la América Meridional , y en especial de las cercanías del rio Ñapo. Es del tamaño de un pavo , y á veces mayor , de carne sabrosísima, y preferible á las demas que se comen en aquel Continente : se domestica fácilmente : es muy fe- cunda , y sería mucho mas útil que el pavo si se transfiriese á nuestro clima. Danle el nombre de Dios te dé ó dará, porque su canto parece que pro- nuncia estas palabras. Dios te de. Vease Toucan en la nota. DOMINICANO. Vease Buytre de collarejo. DOMINICO ó PIÑONERO. Piñonero de Java, llamado dominico, Lam.139.fip. 3. Pico gordo de Java. Briss. tura. III. pag. 137. \am. XIII. fig. r. Gen. XXXIV. Jacobin en Francés. Este piñonero y su hembra Ies describió muy bien Brisson. Y o los he tenido vivos cerca de diez y ocho meses , y conservo aun el macho después de quatro años : es mas pequeño que el gorrión, gordo y recogido en toda su corpulencia : la cabe- za y el cuello son de un negro obscuro : lo supe- rior del cuerpo , las alas y la cola son de un co- lor de castaña , lustroso en las cubiertas de la co- la , y en lo inferior del lomo : las plumas de las alas y de la cola son pardas por el lado interior, y de color de castaña por el exterior 3 pero estan- do recogidas las alas , solo aparece el ultimo color: las dos plumas de en medio de la cola , son ente- ramente de color de castaña lustroso : el pecho y los costados son blancos , con un viso de color par- do bermejizo : el medio del vientre , las piernas y lo inferior de la cola , son del mismo negro que la cabeza y el cuello: el pico es de un ceniciento azu- lado : los pies y las uñas , son de un pardo blanco. La hembra se diferencia del macho , en que es un poco mas pequeña , y sus colores menos obs- curos , y en que tiene las piernas de un color de castaña claro. La descripción que acabo de hacer difiere de la de Brisson , en que este dice que el pecho y los costados son blancos , sin hacer mención de la me- dia tinta de pardo bermejizo , que es su matiz principal , y en que , según su descripción , los pies y las uñas son pardas. También se engaña quando dice que las alas recogidas llegan hasta la mitad de la longitud de la cola : siendo asi que apenas pasan de la raiz. Sin embargo , dixe que había descripto este piñonero exactamente : yo acó Historia Natural. Tom. I. D O M 379 verdadera esta proposición , respeólo á un ave que solo se ha visto largo tiempo después de muerta, y traída en aguardiente , como la que ha descripto Brisson : las partes se retiran , los matices débiles se apagan , y el color de los pies casi siempre se pierde, i Quán defectuosas son las descripciones he- chas por pieles disecadas , y mucho mas aun las que se hacen por aves conservadas en licores espi- rituosos? Pero a menos que no se hiciesen las des- cripciones de las aves en los mismos lugares por observadores exaétos , no tenemos otros medios de conocerlas ; y ademas , la conservación de las pieles , la misma immersion en el licor , no mu- dan cosa alguna de lps caraétéres principales , sola- mente alteran algo las dimensiones , y quitan ó mudan el color de los pies , y debilitan algunas ve- ces las tintas de la pluma. Vuelvo al piñonero de Java. Este paxarito es no- table por el lustre , y colocación de sus plumas siem- pre lisas. No hay páxaro de mas limpieza : gusta de bañarse en todos tiempos tres ó quatro veces al dia. Por otra parte es demasiado triste , y tiene poco movimiento : no come mas que mijo, y des- precia el alpiste , <¡ue los demás paxaros apete- cen con ansia. Tampoco ha comido nunca yerbas, frutas , miga de pan , azúcar , ni otra cosa algu- na con que he procurado tentar su apetito : hasta ahora , solo le ha tenido para el mijo , del qual consume mucho mas de lo que se podía esperar de un páxaro de su tamaño : las noches son demasia- do largas para su hambre , ya que vea lo suficien- te en la obscuridad , ya que la costumbre le haga encontrar el camino , se acerca varias veces en la noche del comedero , y después de comer bien , se encarama en la caña mas alta de la jaula. Tiene una voz bastante semejante á la del gorrión , y canta muy de mañana , guardando silencio casi todo el resto del dia , excepto en algunos instantes en que se agita , y se le ve en una especie de convulsión para pujar un canto baxo , trabajoso para él , y que apenas se oye : quando se dispone para este violento exercicio , se para en la caña , descansan- do en los dos pies , y como travado : su pecho se alza y se baxa , con un movimiento que se comu- nica hasta el baxo vientre : se creeria que está opri- mido , y pronto á ahogarse : después de este pri- mer movimiento , que dura cerca de medio minu- to , abre el páxaro el pico en toda su anchura : el vientre , el pecho y los costados , se contraétan y oprimen fuertemente : se oye salir como del fondo del vientre un sonido apagado , aunque agudo, el qual es seguido de otro segundo y tercero soni- do , que van siempre subiendo sin que haya nin- gún semitono , que sirva de unión entre estos so- nes, y sin que se perciba ningún movimiento del gaznate , el qual parece que solo sirve de paso á el ayre impelido de mas lejos : el piñonero repite es- te caprichoso canto tres ó quatro veces de seguido, y después cae en su estado de silencio ordinario. Quando yo cenia el macho y la hembra , es- taban frequentísimas veces encaramados uno al lado del otro , y parecía que reemplazaban la vivacidad común a las aves , por un sentimiento mas protuii- do , y por una unión mutua : se acariciaban fre- qüentemente , y siempre que el macho había can- Bbb z ta- 380 D O M tado , ti y la hembra se agarraban por la punta del pico con viveza 3 pero su movimiento era tos- co , y parecia mas bien manifestar el descontento que la satisfacción , lo qual no es sin embargo pro- bable : el aplauso ó contento tampoco duraba iar- go tiempo. He creído que estas aves tan unidas una a otra , podrían dar algunas muestras de amor , y ’ tal vez multiplicar , si" las colocaba en un parage que calentase el sol , y en donde estuviese en la so- ledad , que parecía convenirles según sus costum- bres. A pesar de mis cuidados , manifestaron no tener pasión alguna , ni movimiento , por donde se conociese se tenían amor , y no mudaron nada en su modo de vivir : los separé , y tampoco die- ron muestras de sentimiento , ni de acordarse de su sociedad diaria , y de sus mutuas caricias. ¿Por ventura , las afecciones de los animales serán casi siempre el efecto del instante y las circunstancias > Esto es lo que á lo menos es probable para el ma- yor numero , y para que ellos , á quien la socie- dad del hombre 110 ha comunicado cosa alguna de las pasiones profundas y reflexivas , que solamente pertenecen a él , cuya memoria no ha cultivado, ni desenvuelto para su dicha , ó su infortunio. La papagaya , a la qual las caricias del macho estimulan , y la fiel ttrulUla , sobreviven sin tra- bajo y pesar aun exterior a la perdida de su com- pañero. Pero no tendré el gusto triste de destruir estas risueñas imágenes del sentimiento , las quales, ya que no tengan la realidad , tienen á lo menos la apariencia ; me complaceré en creer , que la aflic- ción por su semejante , y el amor por su compañe- ro, unen intimamente todos los entes, aunque se- pa bien que frequen.emen.e no es mas que una unión superficial , y una afección momentánea : yo lo observo , poique la verdad debe ofrecerse la primera , y aun antes de las pinturas de la mas pu- ra y satisfactoria moral. En la misma lamina iluminada han representa- do otro páxaro del mismo genero con el nombre de piñonero ele las Malucas , que Brisson le da igual- mente tom ¡i:. pag. 141. lam. XIII. fig. 1. Es mas pequeño que el dominico , y en quanio a la pluma, se diferencia en que ia rabadilla , el pecho , y lo inferior del cuerpo , están rayados de negro y blan- co. El semipico superior es negruzco , y el inferior gris : los pies y las unas son pardas. Dominico chistado de la cosca de Coromandel. Cuclillo distado de la costa de Coromandel. Lam, 87 x. Tiene once pulgadas de largo , y una cresta es- trecha , y poco aparente en la parte posterior de la cabeza : todo lo superior del cuerpo , las alas y la cola son negras : la garganta , la delantera del cue- llo , y la parte inferior del cuerpo blancas : tiene una mancha de este mismo color en la orilla de la ala del lado exterior , y hácia los dos tercios de su longitud: las plumas de la cola rematan con una man- cha blanca ancha : el pico y los pies son negros. Monrbeillard , que describe el dominico distado por un individuo que de la costa de Coromandel traxo M. Sonnerat , habla de un cuclillo que el mis- mo viagero traxo del Cabo de Buena Esperanza: diferenciase del dominico distado , en que tiene una pulgada mas de longitud , en que su pluma es ne- DOM gra por encima , y por debaxo del cuerpo , y en que su cola 110 está dividida , siendo las dos plu- mas exteriores mas cortas que las dos intermedias, (jen. L. DOMINO. Vominno en Francés. Este nombre se da á dos páxaros distintos , co- mo se vera en este artículo , y en el siguiente. Los dos páxaros , a los quales llaman los curio- sos domino , y el Conde de Bufion les conserva el mismo nombre , están representados, en las lami- nas iluminadas , uno en la 153. jig. r. con el nom- bre de pico go. do de ¡a isla de Borbote , y otro en Ja 1 19. jig. 1. con el de piñonero manchado de Java. El pico gordo de la isla de Eorbon no es mayor que el abadejo ó reyezuelo : la cabeza , cuello y espalda , son de un pardo negruzco , y el ovispi- 11o , y la parte de abaxo del cuerpo blancos , á ex- cepción de las piernas , y la parce de abaxo de la cola , que son de un blanco rosado. El piñonero manchado de Java se diferencia muy poco del representado en la lam, ihim , 135». fig, 2. con el nombre de pico gordo de las Malucas , y des- cripto con ej mismo nombre por Brisson, de suer- te , que estos dos páxaros me parecen uno solo, indicado dos veces , y asi uno de ellos debe supri- mirse. Este pico gordo lo ha indicado el Conde de Bullón coa el nombre de dominico ó dominicano. Vea- se esta palabra , fin del artículo. Gen. XXXIV. Domino. Piñonero de Java , llamado domino. Lam. lys.fig.i, Briss. tom. III. pag. 239. lam. XIII. fig. 2. Vominno en Francés. Este es un pico gordo muy pequeño : no tiene mas que quatro pulgadas , tres lineas desde la pun- ta del pico a la de la cola : el vértice ó coronilla de la cabeza hácia delante , las mexillas , la gar- ganta , y la delantera del cuello , son de un casta- ño obscuro : la parte de atrás de la cabeza y cue- llo , la espalda , las plumas escapularias , y las cu- biertas de encima de Jas alas , de un pardo rosado: las plumas del ovispillo pardas , y terminadas de blanco sucio : el pecho y los costados salpicados de negro , sobre fondo blanco : el medio del vientre y la parte de abaxo de la cola , blancos , sin man- cha alguna : las alas y la cola , de un pardo rosado, y el pico , pies y uñas , de otro pardo azulado. El Conde de Buffon tiene por la hembra del domino un páxaro de su tamaño , representado en la lam. ¡lum. 153. fig. 1. con el nombre de piñonero de la isla de Barbón , y al que Brisson le da el mis- mo nombre tom III. pag. 243. lam. XIII. fig. 4. : el plumage de este páxaro es todo pardo en cabeza, cuello , pecho , y la parte de arriba del cuerpo: las alas y la cola son del mismo color : el pardo es mas fusco y negruzco en la coronilla de la cabe- za , en las guias de las alas y en las de la cola : el pecho , y lo demas debaxo del cuerpo es blanco: el medio pico superior negruzco , el inferior de co- lor gris , y pies y uñas negruzcas. Brisson dice, que en la isla de Borbon dan á este páxaro el nom- bre de dominico , y Buflon lo ha aplicado á otro pi- co gordo , que tiene por una variación del domino Véase Dominico. Gen. XXXIV. DOb-ESPOLONES. (paxaro.) Per- DRE Verdi% del Sencgal. Lam. 137. Perdix Senegalensis , sive bis caliarum en Latín. Bii-ergot en Francés. El Conde de Buflon es el único Autor , hasta el presente , que ha hablado del paxaro dos-cspolo - ves , y le coloca á continuación del francolín , con el que parece tiene alguna semejanza , por su tamaño, por la longitud cel pico y de las alas , y por los espolones , con que tiene armados sus pies. Pero lo que es particular a este páxaro , ó que solo se encuentra en un corto numero de ellos es , que en cada pie tiene dos espolones. Su plumage esta mez- clado de gris y de pardo : el primero de estos dos colores ocupa el ceivro y las orillas de cada plu- ma •. y el segundo forma un circulo ú óvalo entre los dos. No puedo yo dar una descripción mas cir- cunstanciada de este paxaro , porque no lo conoz- co mas que por la representación que se ha hecho de él en la lam. i han. 137. y porque Bufron no ha entrado en las descripciones relativas al plumage: según la lamina , el pico y los pies parecen de gris. Se encuentra en el Senegal , y su plumage es muy semejante al del francolín hembra i pero este ulti- mo paxaro , tiene roxos el pico y los pies , y no tiene dos espolones. El dos-espolones , según el mé- todo de Brisson , es del Gen. VI. DRENA. Especie de zorzal grande , ó el mayor de todos. Lam. 489. Briss. tom. III. pag. zno. Gen. XXII. Bell. Hist. Nat. des O», pag. 314. jig. 315. Bell, pon d’ois , pag. 8i. Draine en Francés. El d, ena es el mayor de nuestros zorzales : des- de la punta del pico a la de la cola tiene once pul- gadas , un pie , y quatro pulgadas y media de vue- lo : su cola excede a las alas plegadas en casi la mi- tad de su longitud : la parte superior de la cabeza y cuello , y todo lo ue encima del cuerpo , son de un gris pardo , que en la parte de abaxo de la espalda , y en el ovispillo , tira un poco á encar- nado : la garganta es de un blanco teñido de paji- zo , y variado de pequeñas manchas pardas : las mexillas , la delantera del cuello , pecho y vien- tre , de un blanco pajizo , con pintas negras y anchas : las grandes cubiercas de encima de las alas son de un gris pardo , guarnecidas de blan- quecino : las guias del ala del mismo color , y por la parte de aLera guarnecidas del mismo modo; pero por debaxo ó la parte de adentro , cenicien- tas : las dos plumas del centro de la cola son de un gris pardo , las laterales también , pero mas obs- curo por la parce de adentro : todas están guarne- cidas de blanco , y las tres mas exteriores de cada lado también : el iris es de color de avellana , el pico en su raiz gris pardo , y negruzco por la pun- ta : los pies son pajizos , y las uñas negras. En nuestros campos se ven mas paxaros de es- tos por el invierno que por el verano ; llegan por el otoño , y marchan por la priniavera , y asi es de pasa la especie : con todo, se ven algunos de ellos todo el año , porque se quedan aun en el vera- no , y en bastante numero : hacen su nido sobre los árboles mas cubiertos de musco y de agárico, colocándole , ya en la copa del árbol , ó ya en DRO 38r medio de él , formándole de musco y yerbas secas: empollan muy temprano , ponen muchas veces, y en C3da una de ellas de quatro a cinco huevos , de un gris manchado ; alimenta a sus hijuelos de gu- sanos , orugas , limazas é insectos : en el verano su comida son diterentes frutas , como cerezas, grosellas , uvas , &rc. , y por el invierno se arro- jan a los íábucos de las hayas , a las bayas del texo, del enebro , &c. Su carne , aunque no tan delica- da como la del zorzal , es macho mejor que la del tordo , y su calidad , como sucede a todos los paxaros que comen frutas , pende mucho de aque- llas con que se han alimentado desde algún tiempo: la especie está esparcida por toda Europa , desde las regiones Septentrionales hasta las del Mediodía. DRONC-O. Lam. 189. Grande papa moscas negro crlstado de Madagascar. Briss. tom. II. pag. 388. lam. XXXVII. fig. 4. Vroiigo en Francés. El dfovgo , al qual han conservado el mismo nombre que le dan los habitantes de Madagascar, es del tamaño del mirlo , y también tiene el plu- mage negro ; pero se tuíerencia por la forma del pico , por una cresta colocada en la parte anterior de la cabeza , y por la disposición de las plumas de la cola. Encima del nacimiento del pico , y de- lante de la cabeza , se levantan ocho o diez plu- mas largas , estrechas , coi vas por su extremidad, y con la punta vuelta hacia delante : algunas de las quales tienen pulgada y media de largo : las plumas de la cola van en diminución , desde la del centro á las de los lados , y las laterales tienen la punta encorvada hacia fuera : el pico , pies y unas son negros. De diferentes partes de las Indias , y en parti- cular de la China , suele venir con freqüencia un paxaro que no se diterencia del drongo sino en no tener cresta , y que lo negro de su plumage no es tan lustroso , la cola no es tan ahorquillada , y en que las plumas laterales no están encorvadas hacia fuera como en el drongo. Sonnerat traxo de la costa de Malabar un páxa- ro algo mayor que el drongo , que tiene los mis- mos caraítéres y el mismo plumage , pero sin co- pete , y tan solo se diferencia por las dos plu- mas exteriores de la cola. Estas exceden con mu- cho a las otras : carecen de barbas en la lon- gitud ó espacio de seis pulgadas ; y luego en su extremidad se hallan provistas del mismo modo que en su raiz. Puede ser que estos paxaros , todos habitado- res de un clima cálido , no sean mas que variacio- nes unas de otras , cuya conjetura es muy verosí- mil. Gen. XXIV. DRONTE. Briss. tom. V. pag. 14. Gen. LXV. Dronte en Francés. El dronte ha sido observado en las islas de Fran- cia y de Borbon por ios primeros navegantes que abordaron a ellas : su forma extraordinaria les ad- miró, é hicieron su descripción , quizás exagerando las deformidades de este páxaro. Su estupidez , su inercia , su imposibilidad de volar , su dificultad aun en andar , su torpeza , su inutilidad y su mo- le DUR 382 D R O le , habrán sido otras tantas causas de su destruc- ción. A medida que se fueron poblando las islas donde los hallaron, irian exterminando los pobla- dores un animal enfadoso por su talle , y desagra- dable á la vista , cuya carne de mal gusto , no re- compensa los gastos de mantenerlo , y cuyo aspec- to es sumamente feo. Quando el hombre se hace dueño de una nueva tierra , los animales que dis- frutan pacíñcamente de sus producciones, se reti- ran á los parajes incultos y solitarios , donde la destrucción y alboroto no ha penetrado todavía , li- brándoles la fuga de nuestro uomuiio y de nuestras armas. Pero el chonte , privado de la facultad de volar , y andando con trabajo , parece que fue una masa expuesta á todos los golpes , sin poder evi- tar uno solo : si algunos de ellos se retiraron á los parages mas solitarios de las islas , en los quales se extendió y propagó la especie : su quietud o poco movimiento , es la salva guardia que les hurta á la vista y pesquisas de los cazadores. Parece , pues, que o porque la especie esta del todo extinguida, g porque tan solo consiste en un numero muy pe- queño de individuos metidos en los sitios menos frequentados , es porque en el día no se encuentra el chonte en las mismas islas donde lo descubrieron los primeros que abordaron a ellas. pero no se debe creer , que este páxaro jamas haya existido , como lo juzgan algunos viageros modernos , aunque todas las investigaciones y es- fuerzos hayan sido inútiles para encontrarlo en las islas pobladas y cultivadas , donde se vio quando estaban desiertas. Las descripciones incompletas que han hecho del chonte les que lo han visto , nos le presentan como una mole del tamaño de un cisne, puesta sobre unos pies de cuatro pulgadas de lar- go , y de casi otro tanto de circunferencia , ter- minados por tres dedos hacia delante , y uno hacia atras cuya una es mas larga , y todos separados, Unas plumas bastante suaves al taéfo , y de color gris , cubren todo el cuerpo , un manojo de plu- mas pajizas hace las veces de ala , y cinco plumas del mismo coior , con uarbas desunidas , y encres- padas le sirven de cola : una cabeza fea , puesta sobre un cuello grueso , es el ultimo rasgo y el mas digno de admiración : casi no es otra cosa que un pie enorme., y dos ojos grandes , rodeados de un circulo blanco : las parces del pico cóncavas por medio é hinchadas por la punta , se encorvan en su extremidad , cada una por su lado , y su ancha abertura se extiende mucho mas allá de los ojos: su color es un blanco azulado , y la punta de- la par- te superior pajiza , y negruzca la inferior. Para col- mo de deformidad , una membrana , según dicen algunos , ó un manojo de plumas , según otros, le tapa la cabeza á modo de capucha. T al es el retrato que nos han hecho del ch onte , al que ha podido algo ayudar la imaginación, retra- to que presenta una idea de una conformación monstruosa , a nuestro modo de pensar , y quizás sera la mas conveniente y proporcionada , para las necesidades que puedan ofrecérsele en los parages que habita el chonte , como también respeélo a su organización en general. Se le han dado también los nombres de dodo , de cisne encaperuxaclo , y tam- bién de avestruz de capucha o caperuza. DURDULLA. un. 133. Briss. tora. lll.pctg. 191. Gen. XXXV. Bi t. Histor. Nat. des oís , pag.y fig. 166. BhL.purt. d'ois , pag. 31. Cyiichramus emberitci en Latín. Vroycr en Francés. La dm dalla tiene, como todas las aves del Gen. del verderón , el pico cónico y corto : las dos man- díbulas derechas y enteras , sus orillas que entran hacia dentro , y un tubérculo huesudo en el cielo interno del semi-pico superior : es un poco mas grueso que una alondra : su longitud es de siete pulgadas y media, con once pulgadas y quatro li- ncas de vuelo , y sus alas recogidas llegan hasta la mitad de la cola : la cabeza , el cuello , el lomo y la rabadilla , están variados de pardo obscuro, que ocupa el medio de las plumas , y de bermejizo que las rodea : la garganta y el cerco de los ojos , son de un rox.o claro , y el pecho , los costados y las piernas , de un blanco bermejizo , con una ra- ya parda longitudinal en el medio de cada pluma: el vientre y las cubiertas inferiores de la cola , son del mismo color ; pero sin raya las cubiertas supe- riores de las alas , son de un pardo obscuro , las chicas circuidas de gris bermejizo , y las grandes de bermejizo claro : las plumas de las alas y de la cola son pardas , bordadas de bermejizo claro : la cola está un poco hendida : los pies , las uñas y c! pico, son de un pardo ceniciento. La hembra tiene la rabadilla de un gris roxo, sin manchas , y sus colores son por lo general pías claros. La áurdulla es un ave de pasa , llega por la pri- mavera un poco después de las golondrinas ; y se establece en las praderas , en las mielgas y en las avenas , donde construye su nido sobre lo espe- so de la verba , á tres ó á quatro pulgadas del sue- lo. La hembra pone de quatro a cinco huevos : los polluelos dexan el nido , y corren por la yerba mucho tiempo antes de poder volar : los padres tienen mucho cuidado de ellos , y muchas veces los descubren por andar volando sobre el parage donde están escondidos entre la yerba. La hembra en esta especie , tiene un canto ca- si semejante a el del macho , y es muy agradable, y consiste en la repetición del sonido tri , tri , lar- go al lin del canto en la consonancia tirit. Pero hay esta diferencia , que la hembra solo canta en el medio del día , y el macho a cada ins- tante repite su cansado grito : algunas veces le re- pite por espacio de dos horas enteras sin descan- sar , y su monotomia tiene algo de triste y enfa- doso, Estas aves vuelan a sacudidas , y se encara- man en los arbolillos , matorrales y zarzas , al extremo de las ramas mas débiles , donde están como en equilibrio : dexan nuestros climas por el otoño , y es probable que pasen con ios hortela- nos , que son del mismo genero , á los climas Me- ridionales. Esta 'conjetura está confirmada por la pro- posición de Olina , quien dice que son mas abun- dantes en el campo de Roma , que en qualquiera otra parte : si este es el lugar de su retiro , le de- xan por la primavera para pasar á todas las regio- nes de Europa, y vivir en ellas durante el verano. ECHA- ECH Tachadura. Couvée en trances. Se valen de esta voz para significar los pollitos que han nacido de una misma cria , y también pa- ra indicar el tiempo de la postura ; y asi se dice, una gallina y su echadura : la estación de las echadu- ras. Echadura ó poilazon. Incubación en Francés. Tomando esta voz en su verdadera significación, demuestra la acción de un ave que se echa sobre sus huevos ; pero con mas freqiiencia se entiende por echadura el espacio de tiempo que pasa desde el dia en que la hembra se echa sobre los huevos, hasta que saca los poiluelos. La echadura de las aves corresponde á el pre- ñado de los quadrúpedos : durante uno y otro , es quando el embrión se desenvuelve y toma su incre- mento ; y quando está completo , es el tiempo en que los quadrúpedos paren , y las aves rompen el cascaron del huevo , y salen de el : el embrión saca su incremento , y alimento de la clara del huevo , que se le comunica por una red del vaso que corresponde á la placenta , y que se reúnen en un cordon umbilical , el qual llega en las aves á la parte correspondiente en los quadrúpedos. La dife- rencia consiste , en que la extensión y aumento se executan en los quadrúpedos en lo interior de la matriz , y en las aves en lo interior del huevo : de suerte , que hasta cierto punto puede compararse el huevo á la matriz , y la matriz al huevo. La duración de la echadura varia , según las di- ferentes especies , y es mas larga á proporción que las especies son mayores. Varía de un dia , algu- nas veces de dos , y aun de mas en la misma espe- cie , y en los huevos de una misma echadura. Es muy probable que esta diferencia provenga de la mayor ó menor asistencia de la hembra sobre sus huevos, en su grado de calor mayor ó menor , se- gún el estado de su salud : y respedo á los hue- vos de la misma echadura , es verosímil que . de aquellos que se abren los últimos , salgan poiluelos de una constitución mas débil , y que hayan tenido un incremento mas lento que los que nacieron pri- mero : y asi la echadura y el preñado no tienen un término fixo y preciso , sino que admite una cierta latitud , que depende de las circunstancias. No parece regular que la calor de la atmosfera , y la diferencia cíe climas influyan en la duración de la echadura. M. Bajón , á quien supliqué que hiciese al- gunas observaciones sobre este objeto en laGua- yana , halló que la echadura de las especies que empollan también en Europa , tardan en sacar el mismo tiempo , y que las gallinas están sobre ios huevos los mismos dias en la primavera ó en el otoño , que en el rigor del verano. Esta identidad en la duración del tiempo de la echadura , parece depende de que su efecto es pioducido por el calor E M B inmediato de la madre , que en todos los paises es el mismo , y superior al temperamento. La conti- nuación, y asistencia que exige la echadura , sola- mente concierne por lo común a la hembra ; y no hay exemplar sino en las palomas , y en un corto numero de otras especies , que el macho alterne en esta operación con su compañera : pero el ma- cho esta ordinariamente cerca del nido , y vela por lo que puede suceder , oponiéndose , según sus fuerzas , a las empresas de los enemigos que pue- den sobrevenir : se va a ellos con osadia , y los combate con intrepidez , solo se apaita para bus- car el alimento , y traerlo á su compañera : en los instantes de descanso expresa su placer y contento con el canto , que parece una viva expresión de su regocijo : sin embargo , hay algunas especies como la del faisán , en las quales el macho no busca a la hembra sino para gozar de ella , y la dexa después, y ella cuida sola de la construcción del nido , de empollar sus huevos , y del cuidado de criar sus hi- jos. Estas hembras , como las que están acompaña- das del macho , no dexan sus huevos mas que una vez ó dos al dia , para buscar y tomar apresurada- mente el alimento. Ninguna cosa parecerá sin duda mas estrada que el ver una ave ; este ente aéfivo y en movi- miento siempre , inmóvil sobre sus huevos duran- te quince , veinte , o algunas veces mas días. r: „ el viento mas impetuoso no les impide el di- „ rigirse á la parte donde los pescadores les echan „ peces pequeños , que ellos cogen en el ayre.... „ Esta ave está casi siempre en el mar , y co- „ munmente no se ven mas que dos ó tres jun- „ tas.... Quando no hallan pasto en el mar , vie- „ nen á la orilla á perseguir las paviotas.... Y dan- „ dolas dos ó tres golpes , las fuerzan a volver „ por el pico el pescado que tienen en el estó- ,, mago , y que ellos tragan al instante.,, (Ex- trado de la obra del Conde de Buffon , quien cita sobre este mismo objeto la Colección académi- ca , par í, extrang. tom. 1 1. pag. 51.) El estercolero , propiamente asi llamado , es casi del tamaño de la paviota pequeña : su longi- tud , desde la punta del pico á la de la cola , es de un pie y cinco pulgadas , y tiene tres pies y medio de vuelo : toda su pluma es de un par- do obscuro y deslucido , inas claro en las partes inferiores que en las superiores : el pico y los pies sen negros : alguaas veces llegan á nuestras eos- EST 392 EST costas , especialmente en el hibierno , y aun en lo interior tic nuestras tierras. Pescando un pescador de caña en el mes de Septiembre á la orilla del rio Sena cerca de Pa- rís , tiró de su caña y saco un estercolero que se habia precipitado sobre el pez que estaba preso en el anzuelo : ya le habia tragado , y se habia el mismo enganchado en él. Traxeronme este es- tercolero vivo , y yo recibi otro en el otono que Mr. Fougeroux de Bondaroy habia muerto en la caza . en sus tierras de la comarca de Gatinoes: éste era el estercolero que Brisson llama estercolero rayado , y que el Conde de Butrón y Edwars tie- nen por la hembra del estercolero de cola larga. Estercolero de cola larca. Estercolero de cola larga de Siberia. Lam. 761. Briss. tom. VI, pag. 155. Gen. Cl. Edw. tom. III. p ag. y lam. 14?. Esta ave venia inclusa en una remesa que me dirigieron de Siberia : es mucho mas pequeña que el estercolero común , y notable por las dos plu- mas largas y estrechas que ocupan el medio de la cola : las laterales van en diminución , y las dos exteriores son las mas cortas : tiene lo su- perior y posterior de la cabeza negro: tenia por baxo de las mexillas , la garganta , la delantera del cuello y el pecho de un blanco muy hermo- so : lo restante de la pluma es de un color de ceniza claro por lo inferior del cuerpo , y obs- curo por lo superior : las plumas grandes de las alas, y las de la cola son de un. ceniciento ne- gruzco : el pico y los pies eran descoloridos : la lamina de Edwars representa el pico bermejizo, y negruzco por la punta: los pies amarillos, y la memorana que une los dedos negruzca. ^ No obstante la autoridad de los Señores BufFon y Edwars , no creo que el estercolero rayado de Brisson , Briss. tom. VI. pag. 1 5 z. lam. Xl-ll. fig. 1. sea la hembra del estercolero de cola larga : lo que me hace dudarlo es , que teniendo yo en mi posesión ambas aves , sin detenerme en la dife- rencia muy grande de la pluma , la qual sin em- bargo se distingue muy poco entre macho y hem- bra , en las aves con las quales tienen los ester- coleros mas conexión , he hallado el estercolero ra- yado , que estos dos sabios Ornitologistas creen ser la hembra , mucho mayor que el estercolero de tola larga , que les parece el macho ; pero el que Brisson llama estercolero rayado , siendo del mismo tamaño que el estercolero propiamente asi llamado, y no diferenciándose sino en algunas on- das y manchas en rayas transversales de un color pardo obscuro , y bermejizo en la extremidad de las plumas , sobre un fondo del mismo color par- do que tiene toda la pluma del estercolero común, me inclinaría á pensar que esta es la hembra , ó un poliuelo de esta especie ; por otra parte he anotado en el artículo de esta ave que no es muy raro , que algunas ventoleras arrojasen algunos es- tercoleros comunes y rayados á nuestros climas , de lo qual he citado dos exemplos ; y al contrario nunca he visto mas estercolemos de cola larga, que el que me enviaros de Siberia. ESTORNINO. Lam. 75. Briss. tom. II. pag. 139. Gen. XXVI. Bel. Hist. nat. des Lis. pag. 3 2.1. fig. ibid. Bel. Fort, des Gis. pag. 81. Sturnus en Laiiiv Elorneatt en Francés. St tintino en Portugués. Staer , stacr , stoer-stran en A'emán. Starc en Sueco. Sta,e , starll , sta, ling en Inglés. El estornino es algo mas pequeño que el mir- lo , y de forma mas oblonga : tiene el pico mu- cho mas largo , y chato hacia su ex. realidad : des- de la punta del pico a la de Ja cola tiene ocho pulgadas y media , catorce pulgadas y seis lineas de vuelo , y sus alas plegadas llegan hasta mas alia de las tres quartas parces de lo largo de la cola : todo sil plumage esta sa'pLado de blanco rosado , sobre fondo pardo cambiante en verde obscuro , con visos de otro mas claro , y una mezcla de purpureo: de aquí resulta un todo bú- llante y hermoso , aunque debido a los coloras obscuros , y del que es muy difícil dar una idea justa j pero el estornino es muy común y muy conocido, para que se haga de él una descripción muy circunstanciada. El piio es amarillazo ó pajizo en su raiz , y pardo por la punta , y el de la hembra todo de este ultimo color : se diferencia también en que todo su plumage es menos luci- do , principalmente en el lomo: los pies son de color de carne , las unas negruzcas , y el iris de color de avellana. Nosotros no conocemos en Eu- ropa mas que un estornino , y las especies no pa- rece que estén muy multiplicadas en lo restante del globo : no obstante se encuentran algunos en las regiones muy cálidas , como el Cabo de Buena Esperanza , y en los paises muy frios co- mo las tierras Magallanicas. Aú este genero de aves está esparcida d.sde una extremidad del glo- bo á otra , pero las especies muy poco variadas, de modo que casi es un genero aislado. El estornino , propiamente llamado asi , ó el que conocernos en Europa, va siempre junto du- rante el otoño e hibierno , y vueía á bandadas muy numerosas á manera de torbellino : lo que es efcéfo de su vuelo , que dirige á dichas aves del centro á la circunferencia, y luego desde esta hacia el centro apretándose, mientias vuelan, tan- to como pueden : por la tarde se arrojan a los lugares buxos y llenos de Cañaverales en los que pasan la noche , y quando se paran allí por Ja tarde , y antes de partir por la mañana , están gorgeando y cantando mucho tiempo , oyéndose muy poco lo restante del día : se suelen juntar con las cornejas, grajos , zorzales, & c.: por Ma- yo se deshacen las compañías tan numerosas , y entonces se aparean ; pero estas asociaciones par- ticulares no se hacen sin que los machos dexen de emprender algunos fuertes y rústicos comba- tes , y mientras estos duran , se hallan muy agua- tados , y jamás cesan de gorgear y cantar. Los estorninos para construir su nido se contentan con poner dentro de un agujero de pared , ó de al- gún árbol , qualesquiera hojas secas , algunos ta- llos EST líos ó filamentos de yerbas , y un poco de mus- co , y muchas veces se aprovechan de qualquier nido abandonado por los picos verdes. La hembra pone cinco o seis huevos de un ceniciento ver- doso , y el empollar dura diez y ocho ó vein- te dias. Estas aves también hacen con frecuencia sus üidos en los palomares , en los cóncavos de las peñas , y algunas veces en los árboles , bien que esto no se sabe de cierto , ni tampoco las veces que ponen en el año : algunos autores pre- tenden que sean tres , pero puede variar el nú- mero según el temperamento de cada país. El plumage de los estorninos nuevos es de un pardo obscuro , uniforme y sin pintas , y hasta la pri- mer muda no adquieren su plumage brillante. Los estorninos se alimentan de gusanos , de insectos, de frutas , de bayas , y de muchas especies de granos , como trigo , centeno , cañamón , &c. Se amansan con mucha facilidad , y aprenden muy bien a hablar y silvar , no un silvo continuo y sostenido , sino algunos sonidos remontados y sin muchas inflexiones : hacen mimos y gestos , y por estas diferentes qualidades los ponen en jau- las con bastante freqüencia : se les da de comer miga de pan y cañamón , machacado todo y hu- medecido con agua , y viven en mansedumbre de siete á ocho años. No se dexa de dar mucha caza á los estorninos silvestres , como alimento , aun- que sean muy poco estimados por su carne amar- ga que la hace desagradable. No acuden al silvo ni al reclamo , pero se buscan otros medios para cogerlos , y en el hibierno quando hace mucho frió tiene mejor éxito esta caza. Algunas veces se cogen centenares de ellos con una red larga y es- trecha tendida en una senda trillada y cubierta de grano , escondiéndose el cazador en un lugar proporcionado donde llegan las cuerdas de la red que tiene adrede muy buxas. También se cogen muchos con nasas semejantes á aquellas con que se pesca , las que se ceban y se disponen en las praderas baxas y cubiertas de cañaverales donde se retiran los estorninos para pasar la noche. Pero la caza mas divertida en quanto á estas aves, se hace soltando , luego que se advierte una banda- da de ellas , dos aves de rapiña que lleven con- sigo una soga llena de liga : éstas al instante se dirigen hacia ella , y mezclándose entre los es- torninos hacen que se peguen muchos á la cuer- da , y tanto las aves cazadoras , como su caza, caen inmediatamente en pelotón y de golpe a los pies del que soltó dichas aves de rapiña. ** En el soto del Cañaveral de la Villa de Villaverde , en el Reyno de Sevilla , que perte- nece á los Condes de Cantillana , se hace todos los años una gran cacería de estos pasaros , desde fines de Oétubre ó principio de Noviembre has- ta mediados o fines de Febrero , que es la esta- ción en que se retiran para propagar su especie. Quando los estorninos entran en el Reyno de Sevilla acuden a toda parte donde hay cañaveral u otro abrigo equivalente donde hacen su man- sión. Y como no hay noticia ni costumbre que en otros parages , sino en el de Villaverde , se cazen , los arrendadores de esta renta , cuyo ori- gen es tan antiguo que se Ignora , despachan Historia Natural, Tutu. I. EST sqo , , . c / t' hombres á los sitios que saben hav aquerenciadas algunas bandadas , y a la hora ue la recogida los espantan con cohetes , tiros , ú otros ardides , y de este modo van atrayendo los que pueden has- ta que se unen con las bandadas que ya están aquerenciadas , y han acudido á dicho Cañaveral de Villaverde. La cacería de estos páxaros se hace en las no- ches obscuras de las lunas de los exprésanos me- ses , y mientras mas tenebrosa y de temporal la noche , mas segura y abundante la caza , que se executa en esta forma: El Cañaveral esta formado en calles con sus nombres para el gobierno , y circundado de va- llados embrozados para resguardo con varios ár- boles en las inmediaciones que sirven para des- canso y recreo cié los páxaros , y desde alli van descendiendo á recogerse en las cañas ; y entrada la noche desde las diez en adelante, estando to- do n, uy en silencio , se empieza la caza : para ella va delante un hon.bre con un brazado de pa- lillos tirándolos a el ayre , que caen sobre las cañdS , al ruido despiertan y se alborotan los pa- yaros : detras van dos ó tres quadrillas con la red, que la tiran encima de las canas, y al tiempo de caer , arrancan los páxaros alborotados hacia arri- ba , sujetan la red , y como en manga la tiran á el suelo , y los machucan de monton , echán- dolos en un costal , que otro hombre va condu- ciendo á una casilla que hay en el Cañaveral, adon- de se mantiene todo el año un guarda para cus- todiarlo. De esta suerte se continúan los lances de red hasta tanto que advierten los opera ios que no conviene seguir la caza por lo muy in- quietos que están los páxaros , cuya operación se repite todas las noches de la temporada , girando por sitios distintos del canavcial para que no se resavien y ahuyenten. En la Villa de Cantillana hay otro Cañaveral, adonde suelen acudir á los principios de la entra- da , y en algunas ocasiones se han cazado allí; pero estando este Cañaveral junto á el camino, y puerto de la Barca del Pasage , no tienen por el ruido la mayor querencia , además de no estar en la mejor disposición , y tan cuidado como el de Villaverde ; y como en el arrendamiento de este se incluye también el de Cantillana por ser uno y otro de un mismo dueño , los arrendado- res los espantan de alli para que acudan á el de Villaverde, que dista corno tres quartos de legua. Es vulgaridad muy antigua la especie de que estos páxaros traen y dexan en los Cañaverales una gran porción de aceytuna que aumenta mucho el valor y utilidades de esta renta , cuya falsa persuasión se atribuye , á que estos páxaros la suelen picar en los árboles estando madura , de manera que jamás se ha visto en los Cañaverales poca ni mucha aceytuna , y sin embargo de que en aquellas inmediaciones de Brenes y Cao ¡llana hay mucho plantío de olivates , no se advierte falta , ni el menor perjuicio en ellos. La renta anual de estos Cañaverales no tiene precio fixo , pende de la voluntad y empeño de los arrendadores que los pretenden : anualmente están arrendados en nueve mil reales , y años pa- Ddd sa- o 39+ EST sados lo estuvieron en trece mil y quinientos, que es el precio mas alto que han tenido de setenta años a esta parte.** Los estorninos que se mantienen en jaula están bastante sujetos á convulsiones que se comparan á la epilepsia , y de esto se ha deducido la con- seqtiencia absurda de que su carne es remedio para dicha enfermedad ; lo qual digo únicamente por haberse publicado esta receta tstrana y ridicula en un libro apreciable por la multitud de buenos ar- tículos , que en ¿1 se encuentran. Vease Diccionario económico , tom. I. pag. 9 52. £l plumage de los estorninos varía como el de todos los paxaros por algunas causas particulares. Las variedades que se han notado son El estornino blanco , El estornino negro y blanco. El estornino gris. Estornino elanco. Vease Estornino. Estornino de la Luisiana. Larri. 25Í. Briss. tom. II. pag. 449. lam. XLII. fig. 1. Certe- ro XXVI. El estornino de la Luisiana es poco mas ó me- nos como una codorniz, pero de forma mas oblon- ga : desde la punta del pico á la de la cola tie- ne nueve pulgadas y media , y quince de vuelo: la parte de arriba de la cabeza , del cuello y de todo el cuerpo , está variada de pardo y de gris amarillo ó pajizo : tres rayas blancas longitudina- les se extienden de delante de la cabeza hacia atrás: una esta en la coronilla de ella , y las otras dos en los lados encima de los ojos : las mexillas , la garganta , la delantera del cuello , y lo alto del vientre son de un amarillo bastante vivo : en lo alto del cuello , y por delante de él , se interrum- pe el amarillo por una plancha que forman algu- nas plumas negruzcas terminadas de gris : lo in- ferior del vientre , los costados , y la parte de abaxo de la cola son de un blanco sucio , con algunas manchas pardas : las alas son por arriba de un gris rosado , variado con bandas transver- sales pardas por lo exterior de las plumas : I3 cola también está variada de pardo y de algo de gris : el pico es blanquizco , y parda su extremi- dad , y pies y uñas de gris : este paxaro se en- cuentra en la Luisiana ; pero , ó sea que vúge, como es verisímil , ó que se haya esparcido la especie en América , se encuentra también en la Cayena. El estornino no es el páxaro de que se quexan en la Luisiana , que vuela a grandes ban- dadas , y que causa tantos daños en las riberas, sino el que llaman también estornino , y ¡Vlontbei- llard comendador , que es muy diferente del estorni- no de este articulo , y de otro genero. Estornino délas tierras Magallanicas , 6 raya BLANCA. Larri. 1 1 3 . Hace algunos años que se traxo de las tierras Mag.illanicas ; y Montbeillard ha sido el primero que lo ha descripto y dado á conocer. Es algo mayor que nuestro estornino : la cabeza , la parte de atras del cuello , todo lo de encima del cuer- po , las cubiertas de encima de las alas , y las guias de ellas son de un pardo obscuro , varia- EST do por un pardo rosado en el borde exterior de las plumas y por la punta : en cada lado de la cabeza tiene una raya blanca que se prolonga des- de el ojo al occipucio : entre aquel y el pico tie- ne una pinta roxa , y debaxo una mancha blanca: la garganta , el pecho , lo alto del vientre , y el munon del ala son de un roxo muy bello : lo in- ferior del vientre , los costados , la parte de aba- xo de la cola , y las guias de que se compone de un pardo fusco; y el pico y los pies pardus- cos. Cea. XXV I. Estornino del Cabo de Buena Esperanza , ó Estornino riOZA. Estornino del Cabo de Buena Esperanza. Lam. 280. Briss. tom. II. pag. 446. lam. XLI, fig. 3. Ed\X. tom, IV. pag. CLXXXVII. lam. 1S7. Brisson , en el tom. VI. de su suplemento , pa- gin. 5 4. advierte que en quanto a este paxaro ha padecido equivocación por la lamina de Albín , y en el tom. Iil. lo ha descripto baxo el nombre de trupial de Bengala ; y asi este pretendido trupial es una especie que debe cercenarse. El estornino del Cabo de Buena Esperanza es casi del tamaño del nuestro : todo su plumage está bipartido de negro y de blanco ; este ultimo color cubre la parte de arriba de la cola : el pe- cho , y todo lo debaxo del cuerpo , como tam- bién las mexillas , se prolonga en una linea es- trecha por los lados del cuello : forma una barra corva en lo alto del ala cerca del cuerpo , y pin- ta el pliegue ó azote que corresponde a la mu- ñeca. Lo restante del plumage es todo negro : el pico amarillazo en su origen , y encarnado por la punca: ios pies son amarillos, y las uñas negras. Ctrl. XXVI. Estornino de Nueva España. Vease Tolcana. Estornino gris ceniciento. Vease Estornino. Estornino negro y blanco. Vease Estornino. Estornino i-icaza. Vease Estornino del Cabo de Buena Esperanza. ESTRIGE. Lam. 437. Briss. tom. I. pag. 500. Strix en Latin. Cbat-buant en Francés. Ejndcr-melc^cr , br and-eule , stocp-eule , &c. en Alemán. Brown-owl , common brown-oval , common juyovol, skh-owl , scritb-owl , &c. en Inglés. La estrige es un ave noéturna , y del gene- ro XII. Se confunde freqüentemente con la es- pantada o lechuza , con motivo de tener alguna semejanza en el plumage ; pero es mayor. I\o se encuentra mas que en los bosques , y al contra- rio, la lechuza habita en las torres, en los edi- ficios viejos , y aún en los graneros de las casas de campo , de las alquerías , y de las granjas , &c. la primera tiene un grito menos agudo y mas seguido , como bo ho , ho Lo lo : la segunda tie- ne la voz mas aguda y mas agria , gre grei. La estrige tiene catorce pulgadas desde la pun- ta del pico á la de la cola , y dos pies y ocho pulgadas de vuelo : sus alas plegadas llegan hasta cerca de una pulgada de la extremidad ue su cola: el fondo de la capa o de la parte de abaxo del cuei- o EST cuerpo es de un roxo ferreo manchado de negro enmedio de las plumas , y ondeado con lineas pardas transversales poco visibles y en forma de Z: en la coronilla de la cabeza , en las plumas es- capularias , y en la extremidad de la mayor par- te de las grandes cubiertas de las alas tiene algu- nas manchas blancas : la garganta , la delantera del cuello , y todo lo de encima del cuerpo tienen el mismo fondo que la capa , variado también de manchas negras oblongas situadas enmedio de las plumas , y de rayas angulosas igualmente ne- gras ; pero estas manchas son mucho mayores , y mas visibles por debaxo que por encima del cuer- po : la primera de las plumas del ala es la mas corta , y la quarta la mas larga : las alas y la cola están variadas alternativamente de bandas par- das y de rubias : las plumas sin orden que ro- dean el ojo son de un gris sucio : el iris es azu- lado , el pico de un amarillo verdoso , y las uñas de color de cuerno. La especie del estrige no solamente se halla esparcida en todas las provincias de Europa, sino que también se ha encontrado, ó á lo menos una variación que se diferencia muy poco de ella, en la América meridional. El Conde de Bufion cita lina de ellas que me enviaron de la Isla de San- to Domingo : quando se la enseñé al Conde de Buífon , no encontramos mas diferencia que el te- ner la capa un color mas obscuro , y el ser lo roxo ferreo debaxo del cuerpo de color mas fuer- te , y casi sin manchas. También se remitieron dos pares de estriges á una persona, que tenia una habitación en Santo Domingo , en la que habia mandado á su administrador que le enviase algu- nas aves , y este sugeto me regaló uno de los EST 39 «; dos : refiero este hecho para que no quede duda alguna en que los estriges se hallan en banto Do- mingo. Estrige blanca de la Bahia de Hudson. Vease Harfung. Estrige de la Bahia de Hudson. Briss. tom.I. fag. 510. fease Caparacoch. Estrige de la Cayena. Lam. 441. Esta ave no se ha indicado hasta ahora mas que por el Conde de Bullón , que la describe de la manera siguiente: „ Es» del tamaño del estiige , que con todo „ difiere en el color de los ojos que es amarillo, „ de suerte que quizás se podria igualmente re- „ ferir á la especie de la espantada o bruja ; pero „ en realidad ni á una ni otra se semeja , y nos ,, parece ser una ave diferente de todas las que ,, hemos indicado : es notable particularmente por „ su plumage encarnado , rayado transversalmenre „ con lineas y ondas pardas y muy estrechas , no ,, solo encima del pecho y vientre , sino también „ sobre el lomo : tiene también ei pico de color „ de carne , y las uñas negras.,, Yo anadiria á esta descripción , que según la ¡amina á que remite el Conde de Bullón , las plu- mas desordenadas que rodean los ojos de esta ave son negras siguiendo la longitud de su tallo , y las barbas de un blanco sucio. Me parece mucho mas verisímil , que esta ave es una variación de la lechuza , y que esta ulti- ma se encuentra con mucha abundancia en la Ca- yena , y se diferencia muy poco de la esfumada o bruja de Europa, fiase Bruja. FLV VUL TOMO PRIMERO. » V . 9 \ , I v,_ SiSEgggsSf?-1 ¡ ‘ . ■¡t*- '.’ vSf *sía*$ SMITHSONIAN INSTITUTION LIBRARIES 3 9088 01348 5982