A rara . A EA pel 4 ps $ aro abrir 4d Les Deia O y e AI AA o . a Leal . e cd ns OR y. os le de eden oe 424 E A Epi o pued 06 y Dr o Ira e! er da tt A O NN O A e pi UD de LI A MA AA parar de rd Le iodeo: » ved ETE A 9 A Inpi ; a Le f py e pe /4 e Py e dt ab po! + va pts riel A pon 4 úl pe Y VA 10 IA , Pep ii + "e A ed e O ds Ao po pun ere srta ya he de ae oa l angle pais tes be ú e a dee ts Re AS . [eq a doo y : drtibom tr dere Area [oie y Y 0 y po do Sos ,' M4 h il! 5) : eN o pes de Daria MA ey rs ae os cai teR pap pa ib dl IS EA Epa! o Jeria loa ar bn nd A ans NA por cora aba A o a AMO tE AA peon E es CARR pea Aoi + : 4 Po pc! As > > ei AA A e? A proa 40 Mts pee mo pde he os h, i A e be 2001 de Ade rd hee A q pe AAA YA y ute Ad, pe 30 DM boga sa iones Ia e? ps Lead) HA AAA EAS AT Ora yl y detached de RAS eo h er A ESE TA Ñ A . Y rte ys DAT Pte yu oi PAS po e Nes 60 xA ' Crd | Edo ia » AE y EA! ros DN y MEC 1) RATIO ib de N PA (na dl ñ y e ta 22, Y Co y A DEAR OS parc dl A els 0) ga Y “m a A A UNO 1 Kaos ón phes AiO he 7 y ab e e Ea ASS 0 4 de do. e iS: = Pe SÉ, ¿nea > e ode f y UN k E lo ON Ad AAA E [949 ER ' ASA e Ai IAS 10) poh 0 no ig 4 5 . ¿ERAS rs te / € EAS seas A IA ja ne DE ) Co o dano e bl Ad e id ds HUA A A de bd e más nd Cie Y e 4 Edo rd, le 4 nel posees) «e e y A Ad qa e Pe A $ AA ISLA dá yáy , de : a . e el AA IA me. -) 'w ANA laa cados Ea ete reacia e. . 4 $e + > ee » PE e SAS y A 4) . pro EA , de pora ANS PUN : Med repirien po h4 dad bed ¡> satelite te y wr o wr rm aa ves Vea Td A oe», MYWTY >, | - HUA ; SU YN QUO Qu» An A LA j AA AAA mn Mm ¿ $ = y : NIT y AO bo , | LIA ai | , AAA - EN Ay PO MOST INN vN ” Pl pan Sa SAprh 1 YA "e s 4 ¿Se N ITUNE NERO as vo SS Ñ a 0 Y LA » SES R 4 a UN h NA A A AA) y y MA da, IM e Ai E sy ICO VIT AAN . sy» A FIA MOS 29 da Ya e vy Pd O TEN CFE JA 7 LA Mr de yo o | Yue ) e e Ñ A ld yt enel A e e e A An ARA ALLA A Do co a in PO AA e eos UM IA E NI IDÍVN Pis e e a A de. “vo "y Wi. QA le a IN dr MA AAA TA mE E HALLAS EEE EA Buu o y JNOS; > alojado ol RARAS OR pee, 4 > bl ANA nyN AA Pro POT PLANO 1er a "dy y ve v-*; AS E SIM mos? il ap Li E " he Ñ vr y AAA: A 3 Ñ H OIT SUL : Ir. y Uv, iS AS A NY AA de rar poo, AED Pe y ' qa rn. 0 y 13 y j Mino Y Uy s by): a? IIA V an “o 2 0 da Me 1 Ah mb MÍ Bea vo ON ] “E E , > 1 ho mn ? ¿ pa FA % 0 a 3 ro A . b YA dh pod u' MA lr ll AR LA A Y ; ú o to a, bo » a 4 LF UNA bj AR “ — uy Pr P - "he S vw i | > > e ; sr Wir ty Dé mi ño e an : quee . m7 n A nd dd o Id e mom Y Tui 144 q endo grerecre er A ARI "ey VAGAS e IT A ] DS O v Ñ ES RÁ SAA / AA Nh i ALA Ml dad nl AEREAS 141 dos 4 ruda e, il AA PA | | NN AR p | an ts it case ó ANO El qe . “o A NO e TTD AAA , PALO > p IS op e 3 d MM eo" > “by 1 q) A Jo4 gus We " AOOMEGÍÑ + És uy” e J a Y pd PIT y do Y CAER pS e el AAN A sd . 5 - II Y AS yv Y ww 4 A". o] mm ha Ja La ELA ASS da MATA PMA 33 AA "Ur HIFI! . 1130 , 7 50 tos . v S e a UY Y II y y mm WA AR Wu o ANA JS vs, A y 9 Ll Doo o ps q e A A UR O e, dde l. “e ¡ e , : ” - s ó DS AAN e US í A Aa EPA REP QS ha Pero í y» SUENO pa "Ani Mm Moa 4 1 Y UY AI de Ú Ay de, $ AD Dj y” EE PRA SNE Mid: - ¿Hi IN A z NV E IE A a” Y ¡Wo y o y , - $ z >". 4 Sua o y A ”. - y Y AS '"” Y : T ES v ] SI 797 pa vr” Nini AT ) = 1] Jo 4 e du de dl » “ÍA UA >: Un | ad LL] ago > y We - lay US dd pea A! dd A » = Y wi” “Pg” "> gl "e . , Se > A Y 1 a wi : 7). a, al A ES $ A » Es ss > DEAN! Mm e Fra $ : AE 1 " 1 1] AS A a Mi jente ar? a yt A pan FE . Une a Mm A MN H] tor, a e, AAN a E uo: por yr 19 VU Yvuiw Ls AN J PS y ; Hd Li AO E Atl S O A A e vor PEERED q IE gin RO El : LA AN E 1441): US A "y lenta 90 ] AT o TN - s ERAS 1 DN e y mars Y de A y fr ns Pr ADA, Pes E y bn Y. 4 » A md 1 a a y A, A r> lr. 4 au A Y > va RA DS IIA Cn a. A h A y) RE ] y E INES Y y y u 2] 3 sí AN WIN) Al all o qe < nl 1 JUE TT yw Y eN | Do á Ys Voigoo, -44 Ao a nin cd! Upa a A] "y A NS = (a p u Y w sl 0 A Rel 9444 eS j ALLA La YE y pas AN E , > _ 17 S 2 5 , E AS ”- ““ |] o dh ooo y JA Ye di de YT >.YD 31 iy y "Y ' AAA yA y. e as ss | MA Es ts uy y y pb har y99 AAA ey | LT A A | MA ho MAA, ” El 2. "Y y z O PO brire? J Ni EEE : LO E | Po ( ml h dy ¿UNS e. 141 ri A 0 0% ÚS de A - O, == y 5 ul LERMA AA ” pe Ja Pa 2 pS JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS É INVESTIGACIONES CIENTIFICAS MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES FAUNA IBÉRICA MAMÍFEROS POR 1 ÁNGEL CABRERA A a ES ay A AO Eb IN » PAS ui ' pra e al IS Ge (O enttor Ne MADRID 1914 NA SI po $ sa AN US AUS 5 LA 1 <Á == 0d a a da Z a) < E A AA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS É INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS FÍSICO-NATURALES FAUNA IBÉRICA LD NCLAMIFEROS: ANGEL CABRERA CABALLERO DE LA ORDEN CIVIL DE ALFONSO XII MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA SOCIEDAD ZOOLÓGICA DE LONDRES Con veintidós láminas en colores y Ciento cuarenta y tres grabados, por el mismo autor MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES HIPÓDROMO. -MADRID 1914 í _Madrid.— Imprenta de Fortanet, Libertad, 99. A MI AMADA ESPOSA DEDICO ESTE LIBRO, COMO RECUERDO DE LAS EXCURSIONES QUE JUNTOS HEMOS HECHO PARA CAZAR Ó PARA ESTUDIAR MUCHOS DE LOS SERES QUE EN ÉL SE DESCRIBEN ELA PREFACIO El presente libro no es otra cosa que un catálogo descripti- vo de todas las especies y subespecies, ó razas geográficas, de mamíferos que hasta el día se han encontrado en España y Portugal, acompañado de claves para facilitar la rápida identificación de los mismos, y de cuantas figuras pueden servir para hacer más inteligibles las descripciones. Al es- cribirlo, no he pretendido hacer un libro ameno ni divertido, sino un libro útil y práctico, procurando subsanar, en la me- dida que me ha sido posible, la falta que en la literatura cien- tífica había de una obra que permitiese reconocer y clasificar los mamíferos de la fauna ibérica. Verdad es que esta fal- ta ha quedado hasta cierto punto salvada con la reciente apa- rición del Catalogue of the Mammals of Western Europe, de G.S. Miller, publicado en Londres cuando yo tenía más que mediado mi manuscrito; pero la obra del eminente zoólogo norteamericano, á más de estar escrita en idioma poco fami- liar para los españoles y en estilo demasiado técnico para que pueda ser de utilidad general, no se ocupa más que de las especies terrestres, describiendo detalladamente sólo las re- presentadas en la colección del Museo Británico, y como es natural en un tratado referente á una fauna más extensa, no consagra á nuestros mamíferos tanta atención como si fuese un libro que versase exclusivamente sobre ellos. En las páginas que siguen, el lector encontrará descritos VIII PREFACIO todos los mamíferos que viven en su estado natural de liber- tad en la Península Ibérica é islas Baleares, y en sus costas, incluyendo los cetáceos, que, en mi concepto, deben figurar en nuestra fauna con el mismo derecño que las aves pelági- cas y las de paso, que ningún ornitólogo excluiría de ella. In- cluyo también la mona de Gibraltar, que otros autores no quie- ren considerar como europea, pretendiendo que es una espe- cie introducida. No hay pruebas de que lo sea; y aunque las hubiese, no veo motivo para negar un puesto entre los ma- miferos de Europa á la mona, que vive en el Peñón desde tiempo inmemorial, cuando ese puesto se le concede á la rata, de la que consta que es una especie recientemente inmigrada. En cuanto á los mamíferos domésticos, aunque su estudio es más bien del dominio de la zootecnía que del de la zoología pura, á modo de apéndice doy una lista de los que hay en la Península, pero limitándome á las razas verdaderamente ¡bé- ricas y omitiendo, por tanto, las importadas del extranjero para mejoramiento de las nuestras ó por puro capricho. Me ha parecido que, en buena lógica, ni en este apéndice ni en el cuerpo del libro debía dar entrada á los camellos mal lla- mados salvajes del bajo Guadalquivir, que en realidad no son sino cimarrones resultantes de un ensayo fracasado de acli- matación del camello como animal doméstico. No hay más razón para considerar estos animales como españoles, que la que habría para incluir en nuestra fauna ornitológica los ñandús que vagan en libertad por la Casa de Campo. Sería mi deseo que este libro fuese útil, no sólo para el naturalista profesional, sino también para el simple aficiona- do, para el estudiante, para el ingeniero de montes, para el cazador, para todo aquel, en fin, que por oficio ó por placer haya de estar en contacto con la Naturaleza. He ahí por qué he creído conveniente dar, en la Introducción, una ligera idea de la organización de los mamíferos, deteniéndome especial- mente en aquellas partes que mejor deben conocerse para PREFACIO IX poder apreciar los caracteres diferenciales, y explicando al- gunas voces técnicas que de otro modo no podrían emplearse sin riesgo de obscurecer las descripciones. El hombre de ciencia, si necesita su tiempo para otra cosa más útil Ó más agradable, puede pasar por alto esas nociones, así como los párrafos consagrados á la clasificación de los mamíferos en general, pues ni unas ni otros habrían de enseñarle nada nuevo. Igualmente he tenido en cuenta las diferentes clases de lectores que puede tener el libro, al añadir á la sinonimia científica de cada mamifero sus nombres vulgares ó locales, que acaso á muchas personas les parecerán los más intere- santes. z El plan adoptado para las descripciones, es el mismo que desde hace algún tiempo vengo siguiendo en todos mis tra- bajos de sistemática: diagnosis, con los caracteres más esen- ciales para reconocer la especie; descripción detallada de sus caracteres externos y craneanos, que son los que se apre- cian en los ejemplares tales como llegan á las colecciones; distribución geográfica, y observaciones sobre historia de la especie ó subespecie, sobre su sinonimia ó sobre su género de vida. En este último punto, por razones de brevedad y por la índole misma del libro, he sido muy parco, limitándo- me á hacer breves indicaciones acerca de los sitios donde vive el animal en cuestión, de su reproducción ó de su régi- men, sirviéndome para ello de los datos que yo mismo he re- unido en mis excursiones y de los que me han comunicado observadores fidedignos. En las descripciones, en cambio, he procurado no omitir ningún detalle. Salvo en contados casos, en que están hechas sobre animales vivos, me he ser- vido para hacerlas de ejemplares recién muertos ó de los que se conservan en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en mi colección particular y en otras colecciones públicas ó privadas, incluyendo las de varios gabinetes de Universida- des é Institutos españoles. Las medidas se refieren siempre XxX PREFACIO á un solo ejemplar, ó á lo sumo á dos, macho y hembra, cuando hay gran diferencia de tamaño entre ambos sexos, habiendo procurado siempre elegir ejemplares que represen- tasen el término medio para sus respectivas especies ó ra- zas. Esto, y el haber hecho uso, siempre que he podido, de ejemplares frescos, ha sido causa de que con frecuencia las medidas del cráneo correspondan á otro ejemplar; pero en tal caso, he buscado dos animales procedentes de la misma localidad, ó de localidades muy próximas, para evitar el ries- go de que algún día un estudio más profundo, obligando á establecer nuevas razas geográficas, venga á probar que las dimensiones externas pertenecen á una subespecie y las craneanas á otra. Cuando no se advierte lo contrario, las me- didas han sido tomadas por mí. Excepto para los cetáceos, cuyas dimensiones se expresan en centímetros, la unidad empleada ha sido siempre el milímetro, aun tratándose de especies de gran tamaño, con objeto de evitar las confusio- nes á que podría dar origen el frecuente cambio de unidad métrica. Algunos lectores encontrarán tal vez nuevos ó ex- traños los nombres con que en mis descripciones se de- signan algunos colores, pero esto no es sino una consecuen- cia de la exactitud y minuciosidad que el estado actual de la ciencia exige en estos trabajos de sistemática. Hoy ya no pueden emplearse, para describir la coloración, términos tan vulgares, pero tan vagos, como «pardo», «gris», «rojizo», y de aquí que haya que servirse de nomenclaturas cromáticas convencionales, en las que cada matiz se designa con un nombre diferente. Yo he adoptado la propuesta por Ridgway en su obra A Nomenclature of colours for naturalists, por- que, además de dar los nombres de los colores con su tra- ducción castellana, es la que actualmente emplean casi to- dos los especialistas en mamíferos. Por lo demás, no creo que haga falta un gran esfuerzo de imaginación para com- prender, al menos muy aproximadamente, el sentido de 4 PREFACIO XI tales nombres, pues á cualquiera se le alcanza que «pardo clavo», ha de ser un color semejante al de esta especia, «ante crema», un matiz intermedio entre el color de la crema y el de la piel de ante, ef sic de ceteris. Las ilustraciones de este libro son originales, á excepción de cierto número de las referentes á los cetáceos, orden en el que he estimado conveniente prodigar las figuras por lo mis- mo que sus restos, menos fáciles de obtener y de conservar que los de otros mamíferos, no son frecuentes en las colec- ciones. Las figuras 91 á 93, 96498, 104, 108 á 110, 112, 117 á 123, la 127 y la 128 en parte, la 132, la 140 y la 141 las he copiado de fotografías que me ha facilitado la Estación de Biología Marina de Santander; las figuras 94, 105, 106 y 126, de dibujos del natural que en la misma Estación se conser- van; las 113 y la 114, de dibujos publicados por el Dr. Bra- sil; la 116, de una lámina de Flower; la 127 y la 128, en par- te, de grabados de un trabajo de Lillie; la 129 es copia de un dibujo del Dr. Ives Delage, con alguna ligera modificación; la 131, lo es, en parte, de una fotografía del mismo autor, y en parte, de un dibujo publicado por Fischer; las figuras 138 y 139 están hechas teniendo á la vista dibujos del Dr. Raco- vitza, y la 143 se ha copiado de un grabado de Gasco y una fotografía publicada por Andrews. No debo terminar este Prefacio, aun á riesgo de alargarlo demasiado, sin hacer constar públicamente mi gratitud hacia cuantas personas han contribuido á facilitar mi labor, y muy especialmente hacia Mr. Oldfield Thomas, del Museo Británi- co, y Mr. Gerrit S. Miller, del Museo Nacional de los Esta- dos Unidos, que amablemente han contestado á diferentes consultas y me han resuelto más de una duda; á D. José Rio- ja, director de la Estación de Biología Marina de Santander, que ha puesto á mi disposición los materiales de cetáceos que en la misma se conservan; á los notables taxidermistas D. José y D. Luis Benedito, de Madrid, y D. Luis Soler, de XIl PREFACIO Barcelona, por haberme permitido examinar ejemplares que han pasado por sus talleres; al Excmo. Sr. Conde de San Juan de Violada, por datos acerca de distintos mamíferos de la región pirenaica, y á los Sres. D. Cándido Bolívar, don Mariano Faura y D. Jorge Lautffer, por haberme proporcio- nado ejemplares que han enriquecido notablemente mi colec- ción particular. Y de justicia es también que desde aquí dé las gracias más cordiales á la Junta de Ampliación de Es- tudios é Investigaciones Científicas, sin cuyo generoso des- prendimiento acaso este libro no habría pasado nunca de la categoría de proyecto. Madrid, 2 de Abril, 1914. A. CABRERA. BIBLIOGRAFÍA Menciónanse aquí tan sólo aquellos libros y trabajos que se refieren especialmen- te á mamíferos ibéricos, ó que contienen buenas figuras de los mismos, ó noticias y datos á ellos referentes. Exclúyense, por tanto, aquellos tratados generales en que sólo aparecen citados de un modo incidental, así como las obras antiguas de interés más histórico que científico, como las de Arfe, Valdecebro, etc., y los libros y artículos de caza puramente anecdóticos. ANDERSEN (Knud) y MATSCHIE (Paul): Uebersicht einiger geogra- phischen Formen der Untergattung Euryalus. (S. B. Ges. Naturt. 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(Bulletin uN la Société d'Histoire Naturelle de Toulouse, x1, 1877-78, p. 95.) INTRODUCCIÓN Historia. Los primeros escritos referentes á los mamíferos ibéricos los de- bemos á un soldado, Gonzalo Argote de Molina, que en 1582 pu- blicó con importantes adiciones el Libro de la Montería del rey Alfonso XI de Castilla y León, y á dos monteros de la Casa Real: Alonso Martínez de Espinar, que desempeñó dicho cargo en la corte de Felipe IV y escribió el Arte de Ballestería (1644), y Agustín Calvo Pinto, montero de á caballo de Fernando VI y autor de un tratado sobre el Modo de cazar todo género de aves y aníma- les (1754). Hacia la época de los dos primeros, también el licencia- do Jerónimo de Huerta y Diego Funes, en sus traducciones de las obras de Plinio y Aristóteles, respectivamente, hicieron frecuentes alusiones á nuestra fauna, pero sin consagrarse á ella de un modo tan completo como los autores antes citados. Los libros de éstos no son realmente libros de Historia natural, sino tratados de caza, pero en ellos se incluyen descripciones más ó menos fieles de muchos de los mamíferos que viven en los montes y campos de la Península, y por consiguiente, representan una época dentro de la literatura de- dicada á fomentar el conocimiento de esta parte de nuestra fauna, siendo para dicho conocimiento lo que para el de los mamíferos de África y la India han sido los innumerables libros que acerca de la caza en aquellos países se han publicado durante los últimos ochen- ta años. Con su /ntroductio in Oryctographiam et Zoologíam Arago- nice, en la que figura un catálogo de los mamíferos aragoneses pre- 2 INTRODUCCIÓN sentado en forma linneana, Ignacio Asso parece iniciar, en 1784, una segunda época, que podríamos llamar «de las faunas locales». En efecto, durante poco más de un siglo, los naturalistas españoles y portugueses, y alguno extranjero, se ocuparon seriamente de nuestra fauna mamalógica, estudiándola por provincias ó regiones, y aun en muchos casos limitándose á dar un catálogo más ó menos comentado de las especies que hallaron, ó creyeron hallar, en deter- minada localidad. Así, Juan Ramis (1814) y Francisco Barceló (1875) escribieron acerca de los mamíferos de las islas Baleares; Alonso López (1820) y López Seoane (1861-63) se ocuparon de los de Ga- licia; Rosenhauer (1856) y Machado (1867), de los de Andalucía; Graells (1852) y Cazurro (1894) de los que viven en la provincia de Madrid, y finalmente, Barboza du Bocage (1863) y Oliveira y Lo- pes Vieira (1896) de los de Portugal. Desgraciadamente, los autores españoles de este período, casi siempre por falta de material de estudio, pero á veces, fuerza es re- conocerlo así, por no acertar á hacer uso de él, fundaron principal- mente sus trabajos en la lectura de obras francesas ó alemanas, es- cribiendo con el prejuicio de que nuestros mamíferos habían de ser precisamente los de otros países de Europa, y de aquí que se vean á cada paso citadas como ibéricas especies que realmente no tene- mos en la Península. Más dichosos los lusitanos, tuvieron en Barbo- za du Bocage un zoólogo que supo adivinar para su país una fauna hasta cierto punto peculiar, como lo prueba su Voticia acerca dos arvicolas de Portugal, en la que ya se indica que la rata de agua indígena no es el Arvicola amphibius y se describe además una especie nueva, el Arvicola (=Microtus) rozianus. A excepción de este último, todos los mamíferos exclusivamente ibéricos descu- biertos durante dicho período lo fueron por naturalistas extranjeros. Federico Cuvier, describió en 1825 el oso de Asturias; Schinz, en 1838, la cabra montés de los Pirineos; Schimper, diez años más tarde, la de Sierra Nevada; Gray (1842) el meloncillo característico de nuestra fauna; Gerbe el Pitymys ibericus (1854) y el P. lusi- tanicus (1879); Rosenhauer (1856) el Lepus granatensis, y Reu- vens (1890) el Eliomys lusitanicus. Como cerrando esta segunda época de la historia de nuestros mamíferos, el año 1897 apareció la primera obra de conjunto á ellos IES: HISTORIA 3 consagrada, la Fauna Mastodológica Ibérica de D. Mariano de la Paz Graells, que por sí sola constituye un volumen, el décimo- séptimo, de las Memorias de la Real Academia de Ciencias de Ma- drid. Escrito cerca de medio siglo antes de publicarse, y publicado sin que su autor se preocupase de ponerlo á la altura á que ya estaban los conocimientos zoológicos, tiene este libro un gran méri- to, el de ser, como digo, el primero en que se pretendió abarcar todos los mamíferos de nuestra fauna, pero en cambio está lleno de defectos verdaderamente imperdonables y aun de errores científi- cos graves (1). En él aparecen algunos nombres nuevos, pero á ex- cepción de uno solo (Myoxus nitela, var. Amori), que resulta ser un sinónimo de una especie ya conocida (Eliomys lusitanicus Reuv.), todos están basados en variaciones individuales, casos de melanismo, etc. La obra, en general, revela el estado de atraso en que á la sazón se hallaban en España los estudios mamalógicos, y desde luego apenas significa progreso alguno en el conocimiento de nuestros mamíferos. La historia natural de éstos empezó realmente á hacerse en serio á raíz de aparecer la obra de Graells. La zoología sistemática daba en aquellos momentos un paso de gigante; abandonadas las antiguas ideas sobre la inmutabilidad de la especie, concedíase la debida im- portancia al fenómeno de la adaptación local; surgía, suficientemente clara y precisa, la noción de subespecie, antes confundida con la simple variedad; veíase, en fin, la necesidad de estudiar las especies sobre ejemplares obtenidos en los más apartados puntos de su área de distribución, y reconociendo el valor del estudio de las faunas locales, los zoólogos extranjeros volvían la vista á la Península con más interés que nunca, describiendo un número considerable de es- (1) No se me crea demasiado severo al hablar así del libro de Graells; es lo menos que puede decirse de una obra de Historia natural, publicada á fines del si- glo xix, en la que las descripciones están casi siempre reducidas á una reproducción de las arcaicas diagnosis latinas de Erxleben, Fischer ó Schinz; en la que se igno- ran, ó se desprecian, las leyes de nomenclatura aprobadas en Congresos internacio- nales cuatro ó seis años antes, y en la que se dice, entre otras enormidades, que en el esqueleto de un murciélago hay seis vértebras cervicales, y se da por buena, sin discutirla siquiera, la antigua fábula de la ballena echando á chorros por las narices el agua que tragó con el aliento.. 4 INTRODUCCIÓN pecies y subespecies nuevas para la ciencia. Con esto, la historia de nuestros mamíferos entra en una nueva época, en la que toda- vía se encuentra, y durante la cual se han distinguido muy par- ticularmente en el estudio de los mismos los especialistas ingle- ses Oldfield Thomas, Gerald E. H. Barrett-Hamilton, y Charles Immanuel Forsyth-Major. Pero á quien más se debe en este sen- tido, es al erudito curador del Museo Nacional de los Estados Uni- dos, Gerrit Smith Miller, el cual, después de venir á España para cazar por sí mismo toda clase de mamíferos, teniendo á la vista abundantes materiales obtenidos principalmente en Castilla la Vieja, Andalucía y la costa levantina, ha dado á conocer numerosas formas r propias de estas regiones y antes ignoradas ó contundidas con sus afines ultrapirenaicas. Caracteres generales de los mamíferos. Un detenido estudio anatómico de los mamíferos en general, es- taría un tanto fuera de lugar en este libro, resultando acaso su lec- tura más enojosa que útil; pero creo conveniente dar aquí una idea sucinta de la estructura de estos animales, tanto para llamar la aten- ción sobre aquéllos caracteres que tienen algún valor taxonómico, como para hacer más inteligibles ciertos términos técnicos que habrán de emplearse más adelante y que suelen ser sólo del dominio de los especialistas. Al separar por vez primera los mamiferos de los reptiles, con los que hasta entonces venían siendo confundidos bajo la denominación un poco vaga de cuadrúpedos, Linné definió los primeros diciendo: «Mammalia heec et nulla alia mammata Animalia» (1). Desde enton- ces, la posesión de mamas ó tetas, manifestación externa de las glándulas cutáneas destinadas en la hembra á segregar la leche con que sus hijos se alimentan durante la primera parte de su vida, ha sido generalmente considerada como el carácter más importante de la clase en cuestión. Lo es, en efecto, hasta cierto punto, porque (1) C. Linneus, Systema Nature, edit. 10.*, 1858, pág. 14. A e A y j a E A AS TS CARACTERES GENERALES DE LOS MAMÍFEROS 5 sólo en los mamíferos se encuentra; mas, aparte de ser, al menos en su aspecto funcional, carácter privativo de uno de los sexos, no es general á todo el grupo. Los monotremos, que bajo ningún concep- to deben ser separados de esta clase (1), carecen en absoluto de mamas externas; más todavía: sus glándulas mamarias son de dis- tinta naturaleza que en los demás mamíferos, representando una mo- dificación de las glándulas sudoríparas y no, como en éstos, de las sebáceas. Debemos, pues, definir los animales que componen la clase Mammalía, no como vertebrados con mamas, sino como vertebra- dos con glándulas mamarias. Éstas, y por consiguiente aquéllas, hállanse situadas por pares en la superficie ventral del cuerpo, bien en la región torácica, bien en la abdominal, y constituyen un carácter de gran valor, no sólo para distinguir estos vertebrados de los demás, sino también para la distinción de grupos muy próxi- mos entre sí, pues aun en géneros de una misma familia varían su número y posición. Exprésanse uno y otra, al describir los caracte- res genéricos, por medio de una fórmula mamaria, que consta de dos grupos de cifras separados por el signo —, indicando el prime- ro el número de mamas torácicas y el segundo el de las abdomina- les, y separando las de uno y otro lado con un punto. Así, 2,.2—4.4 quiere decir que existen doce mamas, cuatro pectorales y ocho ab- dominales. La mayor parte de los mamíferos poseen, además de las mama- rias, otras glándulas cutáneas cuyo papel no siempre está bien ex- plicado, aunque se supone que sus secreciones pueden servir para alejar los enemigos ó atraer álos individuos de la misma especie, y que, en ciertos casos, desempeñan alguna misión en las relaciones sexuales. Unas veces se encuentran estas glándulas en la cara, otras en la frente, otras en los pies, en el lomo, en los costados ó (1) Jaeckel los ha separado, sin embargo, formando con ellos, con ciertos grupos fósiles y con las tortugas (!) la clase Paratheria (Zoolog. Anz., xxxv1, 1910, pág. 113, y Die Wirbeltiere, 1911, pág. 180); pero esta separación, que no es por cierto la única ex- traña novedad introducida por dicho autor en la sistemática de los vertebrados, es muy discutible, y más discutible todavía es la adopción del nombre Parathería para la nueva clase. Este término, en efecto, fué ideado por Thomas en 1887 para desig- nar los desdentados en caso de que conviniera hacer con ellos una subclase. ¿Con qué derecho puede emplearse ahora en un sentido tan completamente distinto? 6 INTRODUCCIÓN en la región anal, constituyendo en muchos casos un carácter de eran importancia taxonómica. Un carácter externo muy notable, y enteramente peculiar á los mamíferos, es la oreja ó pabellón auricular, lámina de piel, músculos y tendones que, rodeando la abertura del oído, recoge los sonidos y los refleja hacia el interior. Esta singular estructura falta en los Cetacea, en los Sirenía, en los Monotremata, en casi todas las focas y en ciertos insectívoros, marsupiales y roedores; pero el hecho de existir en todos los demás mamíferos, parece demostrar que éstos se hallan mejor organizados que los otros animales para oir bien, lo que también se deduce de la presencia dentro del oído de una serie de huesecillos, en número de cuatro cuando más (martillo, yunque, lenticular y estribo), que facilitan la transmisión de las ondas sono- ras. En general, puede asegurarse que, á excepción de la vista, todos los sentidos alcanzan en esta clase su grado máximo de des- arrollo. Pero lo que al exterior principalmente distingue á los mamíferos de todos los demás vertebrados, es la existencia del pelo, carácter que con mayor ó menor intensidad se presenta en todos ellos, con la sola excepción de algunos cetáceos, pues aun muchos de éstos lo tienen, si bien reducido á unas cuantas cerdas tiesas implantadas aisladamente en las inmediaciones de la boca. Por regla general, el pelaje de un mamífero se compone de dos elementos: el pelo pro- piamente dicho, largo y sedoso, y la borra ó vello interior, corta, lanosa, compacta y comúnmente oculta bajo el primero. La muda ó cambio de pelaje, según las estaciones, es muy frecuente; en las especies propias de nuestras latitudes, rara vez implica este fenó- meno un cambio sensible en la coloración. A veces el pelo aparece convertido, por aglutinación ó por otros procedimientos, en púas ó en escamas, y en ocasiones se presenta combinado con placas óseas, pudiendo decirse, en una palabra, que el tegumento externo de los mamíferos adopta todas las formas posibles en los vertebrados, excepto la de pluma. Si no nos repugnase el establecer una detini- ción sobre caracteres negativos, la más exacta que podríamos dar de la clase en cuestión sería ésta, que recuerda la que del hombre daba Platón: vertebrados de sangre caliente y respiración pulmo- nar, sin plumas. La falta de éstas y el tener las mandíbulas revesti- a CARACTERES GENERALES DE LOS MAMÍFEROS if das siempre de piel (1) es, en efecto, lo que, en cuanto á lo anterior, distingue principalmente á los mamíferos de las aves. Modificaciones dérmicas muy importantes, aunque no exclusivas de esta clase, son los revestimientos córneos de las extremidades de los dedos, que según su forma toman los nombres de uñas, garras ó pezuñas. Las garras, que son estrechas y ganchudas, y las pezu- ñas, anchas y más ó menos redondeadas, envuelven la punta de la última falange, en tanto que las uñas sólo cubren su parte superior. Los mamíferos provistos de uñas ó de garras reciben el nombre de unguiculados, llamándose ungulados á los que tienen pezuñas. Faltan por completo estas formaciones córneas en los Cefacea y en casi todos los Sírenia, animales nadadores que ofrecen además la particularidad de tener las extremidades torácicas conformadas á manera de aletas y carecer de las abdominales, si bien conservan vestigios de ellas en el esqueleto. Aparte de estos dos órdenes, todos los mamíferos tienen las cua- tro extremidades bien desarrolladas, y provistas de dedos en número variable de uno á cinco. Importa mucho considerar en qué forma las colocan en el suelo al andar, habiendo unos que apoyan toda la planta del pie, como se observa en las extremidades posteriores del oso, y otros, como el caballo, que sientan únicamente la punta de la. última falange. Estos son los extremos de una serie de posiciones, cada una de las cuales se designa con un nombre particular. Llámase plantígrado al animal que anda apoyando toda la planta del pie; semiplantígrado al que sólo apoya la mitad anterior de la planta; digitígrado al que pone en el suelo únicamente los dedos; rectí- grado al que sienta los extremos de los dedos, pero como acuñados ó sostenidos por una especie de almohadilla muscular, según se ve en el elefante, y ungulígrado, en fin, al que se sostiene sobre las puntas de los dedos, ó mejor dicho, sobre las uñas ó las pezuñas. Si, pasando á la organización interna de los mamíferos, nos fija- mos en el esqueleto, notaremos ante todo que el cráneo constituye (1) En muchos libros de Historia natural se lee que el Ornithorhynchus tiene el pico cubierto por una especie de estuche córneo. No hay tal cosa. Lo que exterior- mente reviste este pico es una piel delgada y desnuda, muy suave y flexible en el animal vivo. 8 INTRODUCCIÓN un conjunto más sólido que en otros vertebrados. Una porción de piezas craneanas que existen, por ejemplo, en los reptiles, en esta clase han desaparecido ó se han transformado en órganos más útiles. Alistenoides Interparietal. 1) Supraoccipital. KA Exoccipital Cóndilo occipital Sn Ú incisivos — — Cantno Cóndila manibular, Apofizis angular Premaxilares_ 0 Maxilares 0 ZO Prestenoides Pterigoides Alisfenoides | Y a t y z Partujtales ¡ Al $ de Exocapital_ sx Fia. 1. Cráneo de un mamifero (gato doméstico), visto de perfil, por encima y por debajo, para mostrar la posición de los huesos que lo componen. >< ?/z. En el cráneo pueden distinguirse dos partes principales: el cráneo propiamente dicho, en el cual aún han de considerarse por separado la parte anterior ó rostro y la posterior ó caja cerebral, y la man- Ñ — AS AA SSA AIRIS A Y, CARACTERES GENERALES DE LOS MAMÍFEROS 9 díbula, articulada directamente con aquél por medio de un cóndilo á cada lado. El rostro se halla formado exteriormente por los dos nasales, que se extienden á lo largo de su parte superior, los pre- maxilares y maxilares á los lados y por debajo, y los palatinos en la parte infero-posterior, mientras en su interior se encuentran los huesos turbinales ó cornetes nasales, el mesetmoides, el vómer y la placa cribosa, que separa esta parte de la caja cerebral. En ésta, por encima, están los dos frontales, los dos parietales y el inter- parietal; á los lados, los alistenoides y los escamosos; por debajo, el prestenoides entre dos pterigoides, el basisfenoides, el basioccipital y, á uno y otro lado de éste, los timpánicos, que forman los globos auditivos, y los perióticos, que constituyen las prominencias mas- toideas; y en la parte posterior, el supraoccipital y los dos exocci- pitales, los cuales, con el basioccipital, rodean el foramen magnum ó agujero occipital. Encuéntrase este último situado entre dos cón- dilos tormados principalmente por los exoccipitales y mediante los cuales se articula el cráneo sobre la primera vértebra del cuello, carácter de gran importancia puesto que en las aves y los reptiles la articulación de la calavera con la columna vertebral se efectúa por medio de un solo cóndilo. Forman, en fin, parte del cráneo los arcos cigomáticos, que van desde los escamosos á los maxilares y en cuya composición entran solamente una apófisis del escamoso y el hueso malar ó pómulo. En cuanto á la mandíbula, consta únicamente de dos huesos simétricos, unidos entre sí en su extremo anterior (sínfisis mandibular) y provistos en el posterior de tres apófisis, de las cuales la primera recibe el nombre de apófisis coronoides, la segunda constituye el cóndilo para la articulación con el cráneo propiamente dicho, y la tercera se denomina apófisis angular. La forma y proporciones del cráneo varían mucho, pero en gene- ral pueden reconocerse tres tipos principales, que se designan con los términos propuestos por el célebre antropólogo Retzius para los cráneos humanos, denominándose braquicéfalo el tipo de cráneo corto y ancho, dolicocéfalo el estrecho y alargado y mesaticéfalo el tipo intermedio entre estos dos. Los dientes de los mamíferos difieren por muchos conceptos de los que poseen otros vertebrados. Los reptiles y los anfibios, por ejemplo, tienen con frecuencia dientes en el paladar ó en el vómer,; E DA A a a e ad e o 4 ; ] $ a NA (ya 7 Y DY 10 INTRODUCCIÓN en los mamíferos, los superiores están siempre implantados en el borde dentario de los premaxilares y maxilares, y los inferiores en el de la mandíbula. Además, el sistema dentario de los mamíferos es heterodonto 6 diferenciado, es decir, que en un mismo animal se encuentran hasta cuatro tipos distintos de dientes: incisivos, desti- nados á coger el alimento; caninos, que sirven para desgarrarlo; premolares, para cortarlo, y molares, para triturarlo. El delfín, el armadillo y algunos otros son, sin embargo, homodontos, presen- tando un sistema dentario compuesto de piezas poco ó nada dite- renciadas entre sí. Admítese que la dentadura típica de los mamíferos heterodontos, á excepción de los metaterios ó didelfos, en que el número de dientes es mayor, consta de tres incisivos, un canino, cuatro premolares y tres molares á cada lado, lo mismo arriba que abajo, ó sean en total cuarenta y cuatro dientes; pero son pocos los que tienen este núme- ro completo, y con frecuencia se da el caso de faltar todos los dien- tes de alguna de las clases. Para expresar de un modo breve estas particularidades, empléanse en las descripciones las fórmulas den- tarías, en las que cada clase de dientes aparece indicada por su ini- cial, separándose los superiores de los inferiores por una raya, en forma de quebrado, y los de uno y otro lado por un punto ó por el signo — . Por ejemplo, >> c => pm e E fórmula de la dentadura típica (1). Por razones de brevedad es tam- bién costumbre, cuando en una descripción se menciona un diente determinado, escribir solamente la inicial acompañada de su número de orden en forma de índice ó de subíndice, según que el diente en cuestión sea maxilar ó mandibular. Así, mm, significa primer molar inferior, y pm* debe traducirse por segundo premolar superior. Pero hay que advertir que al decir primero ó segundo se indica, no el lugar que el diente ocupa en la dentadura del animal de que se trata, (1) Tanto en las fórmulas dentarias como en las mamarias, muchos autores se limi- tan á expresar la mitad del número, indicando sólo el de los dientes ó las mamas de un lado y diciendo, por ejemplo, m — en vez de m => en el caso de los primeros y 2—4en vez de 2.2—4.4 en el de ¡as segundas. Realmente, siendo unos y otras simétricos, con esto basta, y hasta puede recomendarse el procedimiento por lo breve; pero la forma aqui adoptada, que evita el tener que multiplicar por 2 para obtener el número total, me parece la más clara. CARACTERES GENERALES DE LOS MAMÍFEROS 11 sino el que le corresponde en la fórmula típica de los mamíferos. Tomando como ejemplo el caso de la ardilla, que sólo tiene arriba 2 —2 premolares por faltar en cada lado los dos primeros de los 4 — 4 típicos, á estos dos dientes que quedan debemos llamarles, no pm!' y pm*, sino pm* y pm*. No siempre es fácil determinar con exactitud qué dientes son los que faltan en un mamífero que no ten- ga la tórmula típica; pero generalmente puede deducirse de la posi- ción relativa de los que quedan, de la presencia, en algunos ejem- plares anómalos, de dientes supernumerarios atávicos y de la com- paración entre la dentadura llamada de leche y la permanente. Bueno será advertir, antes de pasar adelante, que los autores de la escuela de Hensel cuentan los premolares á la inversa, ó sea em- pezando por el más posterior, y que algunos zoólogos prescinden en absoluto de la distinción entre premolares y molares, considerándo- los á todos como una serie seguida, bajo el nombre común de mue- las, dientes molariformes ó dientes de las mejillas (cheek-teeth de los autores ingleses), y numerándolos de uno á siete. Tal vez lo más claro y sencillo sería dar á cada uno de estos dientes un nombre particular. Entendiéndolo así, Oldfield Thomas (1) ha propuesto lla- mar proto, déutero, trito, tetrarto, pempto, hecto y hebdomo á las siete muelas superiores, y prótido, deutérido, trítido, tetrár- tido, pémptido, héctido y hebdómido á las siete inferiores. Un fenómeno que sólo en los mamíferos se observa, sin ser, no obstante, común á todos ellos, y al cual acabo de aludir incidental- mente, es el cambio de dientes al llegar á una edad determinada. La dentadura que el animal ha llevado en su juventud, llamada por eso mismo «dentadura de leche», cae y es sustituída por una serie den- taria permanente. Los mamíferos en que ocurre dicho cambio se co- nocen con el nombre de difiodontos, calificándose de monofiodon- tos á los que no están sujetos á tal fenómeno. Aun en los primeros, el difiodontismo no es nunca total; el cambio no afecta á los mola- res, que son permanentes, ó hablando con más exactitud, aparecen con la dentadura permanente sin haber tenido predecesores. Precisamente la falta de éstos es lo que distingue á los molares (1) Proceedings of the Biological Society of Washington, xv, 1905, pág. 194. 12 INTRODUCCIÓN de los premolares, aparte de que los primeros suelen ser más com- plicados en su forma. Por regla general, los premolares presentan un corto número de cúspides, con frecuencia una sola, como los ca- ninos, en tanto que los molares suelen tener la corona cubierta de | numerosas cúspides, unas veces cónicas y en forma de colina y otras ensanchadas, formando crestas que pueden ser más ó menos rectilí- neas, ó curvilíneas, á modo de media luna. De aquí resultan tres tipos principales de molares: el tipo bunodonto (de fuvvás, colina), el lofodonto (de lopcc, cresta) y el selenodonto (de czA7vv, luna), con otros tres secundarios, que son el bunolofodonto, el bunosele- nodonto y el lofoselenodonto, y consisten respectivamente en combinaciones de colinas con crestas rectas, de colinas con crestas en media luna ó de ambas clases de crestas. Los espacios que me- dian entre estas últimas estan en ocasiones llenos de la substancia conocida como cemento, con lo que la corona, sobre todo si está algo desgastada por el uso, ofrece el aspecto de una superficie pla- na. Tal ocurre en los mamíferos herbívoros, en los cuales la corona es además bastante alta, por lo que el molar se denomina hípsodon- to, llamándose braquiodonto cuando, por el contrario, la corona se eleva poco sobre el borde dentario. En este último caso, suele el diente presentar en torno de sus cúspides ó crestas un reborde sa- liente denominado cíngulo. En un molar bunodonto es casi siempre fácil distinguir tres cús- pides principales, dos externas y una interna, si el diente es maxi- lar, ó dos internas y una externa cuando es mandibular. Fundándose en la teoría de la «tritubercularidad» ideada por Cope (1), Osborn ha propuesto llamar á las dos cúspides situadas al mismo lado, cuan- do se trata de un molar superior, paracono y. metacono, y á la del (1) Según esta teoría, el tipo primitivo del molar era un simple cono, que empe- zÓ por adquirir dos cúspides accesorias, formándose así un diente tritubercular, del cual, por la adición de nuevas puntas ó la fusión de éstas entre sí, se han derivado los diferentes tipos conocidos. Esta hipótesis, tan atractiva en la apariencia, se presta á muchas objeciones y ha sido rudamente. combatida por diversos autores, los cuales establecen otras teorías, al parecer más conformes con los hechos, como son la de la «multitubercularidad» y la que Gregory llama «teoría de la cuña». Véan- se, para conocer más á fondo este asunto, H. F. Osborn, Evolution of Mammalian Molar Teeth, 1907, y W. K. Gregory, Bull. American Museum of Nat. Hist., XxXvu, 1910, págs. 81 y siguientes. 1% CARACTERES GENERALES DE LOS MAMÍFEROS 13 lado opuesto profocono. Estas tres puntas forman un grupo cono- cido, según esta terminología, como el frígono. Detrás, el molar puede presentar una expansión denominada talón, frecuentemente provista de una cuarta cúspide, el hipocono, situado hacia el lado interno. Todavía puede haber otras cúspides secundarias entre el paracono y el protocono, ó entre el metacono y el hipocono, deno- minándose respectivamente protocónulo y metacónulo, y final- mente, el cíngulo puede formar por el lado externo hasta cuatro pun- tas que llevan, de delante á atrás, los nombres de parastilo, me- sostilo, metastilo € hipostilo. Para las cúspides de los molares in- feriores emplea Osborn los mismos nombres, pero terminados en ido: protocónido, hipocónido, metaconúlido, etc., llamando tam- bién trigónido al grupo de las cúspides principales, y talónido á la expansión posterior. Si se trata, en fin, de molares lofodontos ó se- lenodontos, hace uso de los mismos prefijos y terminaciones, pero con la palabra «lofo» en vez de «cono», denominando á las crestas, según su posición, protolofo, metalofo, hipolófido, etc. Esta nomenclatura, que cuenta con muchos partidarios entre los zoólogos y paleontólogos norteamericanos, está muy lejos de ser universal- mente aceptada, tanto por fundarse únicamente en una teoría muy discutible, cuanto porque en la práctica es casi siempre más cómodo designar las cúspides ó las crestas expresando el lugar que ocupan; pero, dándoles un valor puramente convencional, es necesario cono- cer estos nombres, pues pudieran ser útiles para la descripción de un molar complicado. Dije antes que con frecuencia se da en los mamíferos el caso de faltar todos los dientes de una clase, en cuyo caso suele indicar la falta un ancho diastema ó espacio vacío. Debo añadir que también hay grupos en que faltan todas las clases, estando caracterizados por la carencia de dientes, como sucede con las ballenas y los mo- notremos. Esta carencia no es, sin embargo, absoluta, pues de los mamíferos en que se observa, unos poseen dientes rudimentarios que no llegan á salir al exterior, y otros los tienen antes de nacer, cuando se encuentran en estado fetal. Continuando el examen del esqueleto, es notable la columna ver- tebral por ser perfectamente posible reconocer en ella cinco regio- nes diferentes, distinguiéndose -las vértebras cervicales, que son . ME A A + ¿ YD Ma 14 INTRODUCCIÓN casi invariablemente siete (1), de las dorsales, que son las que sos- tienen las costillas y á su vez se distinguen de las /umbares, sa- cras y caudales. El número de estas últimas es muy variable; pue- den no ser más de tres ó llegar, en cambio, á cuarenta y siete. Las costillas, sencillas y normalmente siempre dorsales (aunque en los monotremos hay un principio de costillas cervicales), se dividen en verdaderas y falsas, según que se unan ó no por delante con el es- ternón. Éste consiste en una serie de huesos en número variable, hallándose muy rara vez reducido á un hueso único, y faltando el epis- ternón característico de otros vertebrados, aunque se observan ves- tigios de él en los monotremos y, esporádicamente, en otros mamíte- ros, incluso en el hombre. La cintura escapular consta únicamente de las dos escápulas ú omoplatos, de las c/avículas, que con frecuencia faltan por comple- to, y de los coracoides, erróneamente considerados como apófisis de las escápulas, puesto que en todos los mamíferos son en realidad huesos independientes, en número de dos á cada lado (epicoracot- des y metacoracoides), si bien en el animal adulto, excepción hecha de los monotremos, se anquilosan cada dos entre sí y con la es- cápula correspondiente. Con esta estructura corresponde en cierto modo la de la cintura pelviana, que consta de tres huesos á cada lado: el ¿/eon, que puede compararse con la«escápula, y el ¿squion y el pubis, correspondientes á los dos coracoides. Todos tres apa- recen soldados entre sí aun antes de la edad adulta. Parecida co- rrespondencia se observa entre el esqueleto de las extremidades torácicas y el de las abdominales; al húmero, ó hueso del brazo, co- rresponde el fémur ó hueso del muslo; al radio y el cúbito, en el an- tebrazo, la tibia y el peroné en la pierna; al carpo, el tarso; á los metacarpianos, los metatarsianos, y á las falanges de la mano, las del pie. En un mismo animal, sin embargo, puede dejar de exis- tir esta correspondencia, como ocurre en los cetáceos, que tienen en las extremidades torácicas mayor número de falanges que cualquier otro mamífero, y en cambio presentan las abdominales atrofiadas, ó carecen de ellas por completo. (1) Conócense dos excepciones: el manatí, que sólo tiene seis vértebras cervica- les, y los perezosos, que pueden tener seis, ocho, nueve y aun diez. CARACTERES GENERALES DE LOS MAMÍFEROS 15 El estudio de las vísceras no tiene tanta importancia para la cla- sificación como el del esqueleto. Conviene, sin embargo, recordar que, lo mismo que las aves, tienen los mamíferos sangre roja y ca- liente, y el corazón dividido en cuatro cavidades; pero que la arte- ria aorta forma en ellos un arco ó cayado vuelto hacia el lado izquierdo, mientras en las aves se dirige hacia la derecha. Los repti- les, cuya sangre es fría y cuyo corazón consta sólo de tres cavida- des, poseen una aorta doble, con un arco hacia cada lado, y esta es una de las razones que apoyan la suposición de que el tipo ma- mífero y el tipo ave se derivan paralelamente del tipo reptil. Cada uno de los tipos derivados ha perdido una mitad diferente de la aorta bifurcada del tipo primitivo, conservando las aves el arco derecho y los mamíferos el izquierdo. Otra diferencia notable consiste en la disposición interior de la parte del cuerpo que contiene las vísceras. Los mamíferos son los únicos vertebrados que tienen esta cavidad dividida en dos compar- timientos por un diafragma muscular colocado transversalmente con relación al eje del cuerpo, salvo en los Sirenia y Cetacea que lo tienen en posición oblicua. En el compartimiento anterior, ó cavi- dad torácica, se encuentran el corazón y los pulmones, estos últi- mos suspendidos libremente, y no unidos á la pared de la cavidad como en las aves y en muchos reptiles; el compartimiento posterior (cavidad abdominal) encierra el estómago, el higado, los intesti- nos y los órganos de la excreción y de la generación, si bien los testes suelen pasar á una bolsa externa, denominada escroto, que constituye también un carácter propio de esta clase. Resumiendo, de todo lo expuesto, aquello que debe considerarse como más distintivo, podremos definir los mamíferos como verte- brados de respiración pulmonar y sangre roja y caliente, cuyas hembras poseen glándulas mamarias, que por lo gene- ral están provistos de pelo, y que tienen el cráneo articulado sobre la columna vertebral por medio de dos cóndilos occipt- tales, el oído con una serie interna de huesecillos y, casí siem- pre, con un pabellón externo, los pulmones y el corazón sepa- rados de la cavidad abdominal por un diafragma muscular, el corazón con cuatro cavidades y la arteria aorta con un solo cayado, vuelto á la izquierda. 0d Pei pics pe da 16 INTRODUCCIÓN Clasificación. Los mamíferos vivientes se distribuyen muy naturalmente en dos grandes grupos ó subclases. Uno de ellos (Protofheria) comprende un corto número de especies que constituyen el orden Monoftre- mata y se caracterizan por ser ovíparas, carecer de mamas exter- nas y presentar ciertos caracteres muy primitivos (costillas cervi- cales, coracoides bien desarrollados, episternón, etc.); el otro (Thería) abarca todos los demás mamíferos, que son vivíparos y están provistos de mamas. Esta segunda subclase divídese á su vez en dos infraclases: Metatheria, con huesos marsupiales ó epipú- bicos y típicamente en == ; molares, y Euthería, sin huesos mar- supiales y con sólo ES = molares en su fórmula dentaria típica. En los Metatheria, denominados también Implacentalia ó Didelphia, se incluye un solo orden, Marsupialia, no representado en la fauna europea, en la que tampoco hay ningún representante de los Proto- theria. En cuanto á los Eufhería, que también han recibido los nombres de Placentalia y Monodelphia, en mi concepto pueden distribuirse sus numerosísimas especies vivientes en los órdenes adoptados por Weber (1), exceptuando solamente los Prosimice de este autor, puesto que las más recientes investigaciones acerca de estos interesantes mamíferos demuestran que no es posible separar- los ordinalmente, ni aun casi subordinalmente, de los Símic (2). Reuniendo, pues, estos dos grupos en uno solo, como ya lo hicieron muchos autores antiguos, y como entre los modernos lo han hecho Gill, Huxley, Flower y Lydekker, Forbes, Beddard, Gregory y Osborn, resultan los Euthería actuales divididos en quince órdenes. En cuanto á la colocacion de éstos, acaso conviniera repartirlos entre cuatro cohortes, la primera de las cuales, que llamaremos (1) Die Sáugetiere, Jena, 1904. (2) G. Elliot Smith, On the morphology of the brain in the Mammalia, with special reference to that of the Lemurs, recent and extinct (Transact. Linn. Soc. Lon- don, viu, 1903), págs. 417-425; H. F. Standing, On recently discovered subfossil Prima- tes from Madagascar (Transact. Zool. Soc. London, xvi, 1908), pág. 162. CLASIFICACIÓN VA Unguiculata, puede comprender los insectívoros, que son los eute- rios de tipo más primitivo, y aquellos órdenes que con ellos se rela- cionan, morfológica ó filogénicamente, de un modo más directo; ó lo que es lo mismo, todos los monodeltos provistos de uñas Ó garras y con dentadura eminentemente derivada de la fórmula típica, es decir, los Insectivora, Dermoptera, Chiroptera, Carnivora, Primates y Rodentia. Si atendemos sólo al factor filogénico, tal vez los Ro- dentía debieran separarse de los otros cinco órdenes, mas como en realidad sabemos aún muy poco acerca de su origen, parece lo más prudente atenernos por ahora á sus analogías morfológicas. En todo caso, podríamos hacer, dentro de la cohorte, un nuevo reparto de los órdenes en subcohortes, estableciendo entonces una de éstas (Glires) exclusivamente para los roedores, llevando á otra, para la cual habría que buscar un nombre (1), los Primates, y dejando en otra (Ferce) los cuatro órdenes restantes. La segunda cohorte (Ungulata) comprendería los mamíferos nor- malmente provistos de pezuñas, los cuales pueden considerarse como filogénicamente derivados de antiguos Unguiculata y presen- tan un gran número de caracteres relativamente modernos, tales como la falta de clavículas, la reducción en el número de dedos, la especialización del sistema dentario, etc. Entran, pues, en este gru- po, los Artiodactyla, Perissodactyla, Hyracoidea, Proboscidea y Sirenia. Es verdad que las especies actuales de este último orden ofrecen muy poca semejanza con los demás ungulados; pero los recientes descubrimientos paleontológicos en Egipto han puesto de manifiesto sus estrechas relaciones con los Proboscidea (2), rela- ciones ya sospechadas hace ochenta años por Blainville, y han de- mostrado que la aparente analogía de estos mamíferos acuáticos con los cetáceos no es más que un caso de lo que se ha convenido en llamar adaptación convergente. Bien está, sin embargo, que se recuerde dicha analogía colocando á continuación de los Sirenía los Cetacea, cuyo orden constituye por sí solo una tercera cohorte, que (1) Pollicata Mliger, ó Archonta Gregory, podrían servir para el caso, aunque ambos nombres fueron empleados por sus autores en un sentido más amplio. (2) H. F. Osborn, Hunting the ancestral Elephant in the Fayum Desert (Century Magazine, Lxxiv, 1907), págs. 815. 18 INTRODUCCIÓN podemos llamar, á imitación de Linné, Pinnata. Las hipótesis pro- puestas hasta ahora para explicar el origen de este grupo no son lo bastante satisfactorias para permitir asociarlo definitivamente con inguno de los demás órdenes, y ya se les considere, siguiendo el parecer de Ameghino (1), relacionados con los desdentados y mono- tremos, ya se les mire, atendiendo á las investigaciones de Fraas y Andrews, como «carnívoros profundamente modificados» (2), es evidente que los cetáceos representan una fase de especialización suficientemente avanzada para justificar su colocación en uno de los últimos puestos de la serie. Finalmente, á la cuarta cohorte (Edentata) corresponden los ór- denes Xenarthra, Pholidota y Tubulidentata, órdenes cuya filo- genia no ha sido todavía bien establecida y que acaso tengan oríge- nes muy distintos, pero lo bastante ligados entre sí para que durante largo tiempo se les haya considerado como divisiones de un orden único. En cambio, es muy difícil relacionarlos con los demás órde- nes de mamiferos, y aunque algunos presentan ciertas semejanzas de organización con los cetáceos ó con los ungulados, por ahora constituyen un grupo perfectamente aislado (3). De los quince órdenes mencionados, en la Península Ibérica y Baleares, sólo están representados actualmente ocho: Insectivora, Chiroptera, Carnivora, Primates, Rodentia, Artiodactyla, Pe- (1) Les Edentés fossiles de France et d'Allemagne (Anal. Mus. Nac. Buenos Aires, x1u1, 1905), pág. 240. (2) Flower y Lydekker, artículo Mammalia en la 11.? edición de The Encyclo- pedía Britannica, xvn, 1911, pág. 426. (3) Esta distribución en cohortes está en parte inspirada en la que Osborn esta- blece en su obra The Age of Mammals, págs. 26 y 518. El insigne profesor americano, que trata de dar en su clasificación una idea de las diferentes fases evolutivas, desde la más sencilla y primitiva á la más especializada, incluye los Xenarthra, Pholi- dota y Tubulidentata entre los Unguiculata y separa de éstos á los Primates, for- mando con ellos una cohorte aparte. Si me aparto, por lo que á estos grupos se refiere, de tan autorizada opinión, es porque creo más lógico dejar los Primates en el mismo grupo en que entran los /nsectívora, con los que tienen indudable parentes- co, y separar de unos y otros los tres órdenes comúnmente comprendidos bajo el nombre de desdentados, los cuales son por todos estilos tan diferentes de los de- más mamíferos, que hasta cabe sospechar si constituirán un caso de evolución in- dependiente y merecerán, por tanto, ser considerados como una infraclase distinta de los Eutheria. . | | | | | | > ri DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA 19 rissodactyla y Cetacea, y aun uno de ellos, el penúltimo, lo está - solamente por especies en domesticidad, cuyo estudio corresponde más bien á la zootecnia que á la zoología. Eliminados por esta razón los Perissodactyla, los otros siete órdenes pueden fácilmente dis- tinguirse por medio de la siguiente clave: a. Con cuatro extremidades. b. Unguiculados. C. Caninos normalmente presentes; incisivos con raíz cerrada; la boca se cierra delante de los incisivos. d. Pulgar nunca oponible á los demás dedos, cráneo con las regiones or- bitaria y temporal confundidas en una cavidad única. e. Premolares perforantes con cúspides cónicas. f. Extremidades anteriores no adaptadas para el vuelo... INSECTIVORA. f'. Extremidades anteriores adaptadas para el vuelo....... CHIROPTERA. e'. Premolares cortantes, comprimidos lateralmente.......... CARNIVORA. , d'. Pulgar oponible á los demás dedos, por lo menos en dos extremidades; cráneo con las regiones orbitaria y temporal formando dos cavidades SODArada Sia atea ala e tE EA asta ito AER PRIMATES. c'. Caninos ausentes; incisivos con pulpa persistente; la boca se cierra por detiasidelOs INCISIVOS TE a de alas RODENTIA. AP AOS A io ele tl aan saeta se ARTIODACTYLA. air Conidos extremidades y una. aleta Caudal... ciicco e a CETACEA. Distribución geográfica. Aceptando la división de la superficie de la tierra en regiones zoológicas propuesta por Sclater (1), y hoy generalmente admiti- da, la Península Ibérica y el grupo de las islas Baleares forman par- te de la vasta región paleártica y, dentro de ésta, de la subregión mediterránea. Á semejanza de los demás países que en el mismo caso se hallan, pero en mayor medida que cualquiera de ellos, debi- do sin duda á su especial situación, que de la Península hizo, durante buena parte del período pleistoceno, puente de unión entre Euro- pa y África, disfruta de una fauna mixta, por decirlo así, con ca- rácter á la vez europeo y berberisco. El elemento europeo es mar- cadamente mediterráneo, aunque también figuran en él formas que hasta nuestro suelo llegan desde la Europa central (Mustela niva- (1) W.L. y P. L. Sclater, The Geography of Mammals, Londres, 1899. 20 INTRODUCCIÓN lis, Eliomys quercinus, Lutra lutra). En cuanto al elemento berbe- risco ó africano, sólo podemos denominarlo así por razones de se- mejanza, no por su origen, pues no es por ahora fácil decidir si los géneros y especies que la Península posee en común con el Norte de África (Genetta, Mungos, Macaca sylvanus) son realmente resultado de una inmigración africana Ó, como parece sospechar Trouessart (1), residuo de la fauna terciaria europea. Dentro de este carácter general, ofrece el conjunto de nuestros mamíferos un aspecto peculiar, por el gran número de formas ge- nuinamente ibéricas que entre ellos figuran. Ciertas especies, euro- peas ó africanas, que nos faltan en la Penísula, tenémoslas represen- tadas por especies afines que á su vez no existen fuera de ella (Lynx lynx por £. pardellus, Capra ibex por C. pyrenaica), y de las que viven en otros países y en el nuestro, no pocas se presentan en éste singularmente modificadas en sus caracteres, constituyen- do subespecies propias de nuestra fauna. Caracterízase también ésta por su poca uniformidad. Géneros presentes en una región española ó portuguesa, no se han encontra- do hasta ahora en otras; algunos hállanse representados en las dis- tintas regiones por especies diferentes, y hasta una misma especie puede presentarse bajo diversos aspectos en las diferentes partes de nuestro suelo, dándose así varias subespecies muy localizadas, como ocurre en el caso del Pitymys ibericus y en el de la Capra pyrenaica. Esto no es sino una consecuencia lógica de la variada naturaleza del territorio hispano-portugués. Todo país que, como nuestra Península, comprende regiones muy diferentes en elevación, aspecto del terreno, clima, productos vegetales, etc., no puede me- nos de contar con faunas locales muy diferentes también. De aquí que España y Portugal puedan dividirse en varios distritos zoogeo- gráficos (2), cada uno de los cuales posee una fauna con ciertos ca- racteres particulares. Por lo que á los mamíferos toca, es imposible (1) Faune des Mammiféres d' Europe, 1910, pág. 8. (2) «Regiones» ó «zonas» he llamado yo á estas divisiones, siguiendo el ejemplo de otros autores, en mi trabajo Los roedores de España; mas como ambos términos tienen ya en zoogeografía otro sentido muy diferente y mucho más lato, el emplear- los en éste resulta incorrecto y expuesto á confusión. Lo mismo ocurre con la voz «área», que algún autor español ha usado para significar una subdivisión zoogeo- a a DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA 21 precisar con toda exactitud los límites de estos distritos, puesto que están siempre marcados por accidentes importantes del terreno, y no todas las especies tienen sus fronteras en la misma clase de acci- dentes, á más de que, como ocurre en todos los países del mundo, las faunas contiguas se entrecruzan, hallándose muchas especies ca- racterísticas de un distrito en las localidades inmediatas de los distri- tos adyacentes. Con todo, en términos generales, no es difícil re- conocer en la Península Ibérica ocho divisiones de éstas, que son las siguientes: Il. Distrito pirenaico, que abarca todo el cuadrilátero formado por los Pirineos, la costa de Cataluña, el Ebro y las montañas de Nava- rra. Es el distrito más parecido en sus mamíferos á Francia, y cuen- ta con numerosas formas características, entre ellas el Sciíurus vulgaris alpinus, el Pitymys pyrenaicus, la subespecie típica de la Capra pyrenaica, una raza peculiar de Lepus europceeus y otra de gamuza. II. Distrito cantábrico, al oeste del anterior y á lo largo de los montes Cantábricos; con carácter todavía marcadamente centro- europeo, aunque con algunas formas propias (Microtus asturiíanus, Rupicapra pyrenaica parva), entre las cuales las hay que bajan bastante hacia el sur, sobre todo á lo largo de la cordillera Ibérica, como ocurre con el Sciurus vulgaris numantíus. El extremo occi- dental de esta división se confunde con la parte septentrional de la siguiente. III. Distrito lusitano, que comprende el ángulo noroeste de la Península y toda la mitad septentrional de Portugal, próximamente hasta el río Tajo. Entre sus mamíferos peculiares pueden citarse la Crocidura russula cintrce, el Pitymys Marice, el Microtus rozia- nus, el Lepus granatensis galleecius y la Capra pyrenaica lusí- tanica. Algunas de las formas características del distrito cantábrico llegan hasta la parte septentrional de éste. gráfica de nuestro suelo, siendo así que área no es una parte, chica ni grande, de un país, con fauna peculiar, sino el conjunto de lccalidades en que vive una forma animal determinada. Me veo, pues, en el caso de introducir otro vocablo para de- signar las partes en que un país puede dividirse atendiendo á las variaciones de su fauna, y creo que «distrito» es el más apropiado. EDI de SAN Y AN e ds O DAS IC DU RA O ARE o a E 22 INTRODUCCIÓN IV. Distrito central, al este del anterior, ocupando todo el cen- tro de la Península y extendiéndose por el este hasta la serranía de Cuenca y por el mediodía hasta el Guadiana. Puede decirse, grosso modo, que es la suma de las cuencas del Duero y del Tajo en su parte española, y se caracteriza por su riqueza en mamíferos genui- namente ibéricos (Rhinolophus Mehelyi carpetanus, Sciurus vul- garis infuscatus, Pitymys depressus, Canis lupus signatus). V. Distrito bético, que se extiende por el sur de los dos prece- dentes, desde los 39% de latitud, ó sea desde el Guadiana en Espa- ña (1) y el Tajo en Portugal, hasta el mar, con una comadreja y un Eliomys propios. VI. Distrito orospedano, en el ángulo sudeste de la Península, comprendiendo el reino de Murcia y la parte meridional de Alicante; posee un lobo característico, de tipo chacaloide, y una ardilla y un Pitymys peculiares. VII. Distrito mediterráneo ó edetano, que ocupa la faja de terre- no comprendida entre la serranía de Cuenca y el mar Mediterráneo, ó sea el reino de Valencia. Sus caracteres más salientes son negati- vos, consistiendo principalmente en la ausencia de ciertos géneros comunes en el resto de la Península, como Sciurus. VII. Distrito balear, reducido á las islas Baleares y caracteri- zado por la falta absoluta de ungulados, de Microtince, de ardillas y de topos; la musaraña, la gineta y el lirón constituyen formas pro- pias del archipiélago. Entre los mamíferos propios de algunos de estos distritos encuén- transe ciertas formas muy especializadas, que sólo existen en un área muy restringida, como el ciervo de las marismas del Guadalqui- vir; pero tales casos son muy raros, dándose con mucha más tfre- cuencia los del fenómeno opuesto, por el cual una especie ó subes- pecie, sin la más ligera modificación en sus caracteres, preséntase (1) Fundándose en ciertas analogías entre la fauna de los montes de Toledo y la de Sierra Morena, Chapman y Buck (Unexplored Spain, 1910, pág. 147), parecen incli- nados á considerar esta última como el límite entre la España central y Andalucía. No puedo participar de esta opinión. Como se verá en el curso de esta obra, las es- pecies características del distrito bético pasan, en general, al Norte de Sierra Mo- rena y llegan hasta el Guadiana, pero no más allá, constituyendo por tanto este río la verdadera frontera septentrional de la fauna mamalógica andaluza. qe DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA 23 en dos, tres ó más distritos contiguos. Como ejemplos pueden citar- se el Eliomys quercinus, que vive en toda la Península á excep- ción del distrito bético, y la Capra pyrenaica hispanica, que se encuentra en las montañas de este último distrito, en las del orospe- dano y en las del mediterráneo. Formas comunes á los ocho distri- tos hay muy pocas; solamente los murciélagos (y aun de éstos no todos), el conejo, el ratón casero y las ratas se hallan en este caso. Claro está que todo esto se refiere á los mamíferos terrestres, y en manera alguna á los cetáceos que visitan nuestras costas, los cua- les son animales errantes con áreas de dispersión extensísimas. Igualmente, creo innecesario advertir que hablo exclusivamente de nuestra fauna mamalógica actual. Las leyes de distribución zoogeo- gráfica varían con cada período geológico, y por consiguiente las conclusiones que anteceden sólo tendrán un valor muy relativo para quien se ocupe de los mamíteros fósiles de la Península. Ani ne YE » 1 ¿ y $ «es ae A MEDIDAS es: Siempre que no se indique lo contrario, las medidas externas que se dan en esta o obra han sido tomadas en la forma siguiente: E La cabeza y el cuerpo se miden juntos, en línea recta desde la punta del hocico á y la raíz de la cola, con el cuello extendido. y h La cola, sin contar los pelos de la punta. La oreja, desde la escotadura que hay en la parte inferior del borde de la concha, hasta su punto más alto; en los Arfiodactyla y en los Leporidc, desde la base ó punto de unión con la cabeza, hasta la punta; en los Chiroptera, desde la base del e. borde interno hasta la punta. e El pie posterior, en los unguiculados, sin contar las uñas, ó sea desde el talón á la 8 punta, sin uña, del dedo más largo; en los ungulados, desde el talón á la punta de 138 las pezuñas. 20 Estas cuatro medidas son las más frecuentes, pero á veces se indica también la AA altura, que se considera tomada hasta los hombros ó cruz, estando el animal de pie, y en los cetáceos se expresa la longitud total, que se mide desde el punto más an- terior úe toda la cabeza al centro de la escotadura media de la aleta caudal. En los murciélagos es de mucha importancia la medida del antebrazo, la cual á 2 está tomada desde el extremo posterior del radio hasta el punto medio de la curva 3 que el carpo forma por delante cuando el ala está plegada. ; Siempre que se dan medidas de cuernos, la longitud se refiere al más largo de E los dos. ; - En cuanto á las medidas de los cráneos, deben interpretarse así: Longitud total, es la distancia desde el punto más anterior de la línea media del Í cráneo, que podrá estar en los nasales ó en los premaxilares, hasta el punto hs más saliente de la región occipital. Cuando los cóndilos occipitales sobresalen hacia atrás, este punto se supone en el centro de una línea ideal que une los dos Me - cóndilos. Longitud cóndilobasal, es la distancia desde el condilion, ó sea el punto más pos- terior de la cara articular de cualquiera de los cóndilos occipitales, hasta el nation Do, ó punto más anterior de los premaxilares. Longitud basal, la distancia desde el basion, ó punto medio del borde inferior del agujero occipital, hasta el ñation. > Longitud palatal, la distancia desde el palation, que es el punto más anterior del 8 borde posterior del paladar óseo, hasta el ñation. IA e Me ” 26 MEDIDAS DEE E A O IA AAA A El ancho cigomático se entiende tomado en la parte más saliente de los arcos cigomáticos; el ancho interorbitario, en la parte donde es menor la separación entre ambas fosas orbitarias; el estrechamiento postorbitario, en la parte más an- gosta detrás de las apófisis postorbitarias, y el ancho de la caja cerebral en donde ésta presenta su diámetro transversal máximo. : La longitud de los nasales, mientras no se exprese otra cosa, se toma á lo largo de la sutura entre los dos huesos. ] En los cetáceos, para las medidas del rostro, se considera como base del mismo una línea imaginaria que une los dos puntos en que los bordes externos de ambos Longitud palatal Serie dental Ankho / nterodo itariok y 3 Estrechamiento = % ( postea bitario as E : ! 0 —_ E 31 313 + el 2 q? o 7 15) > El = o — Manera de tomar las medidas de un cráneo de mamífero. maxilares se doblan hacia fuera, pasando de la dirección longitudinal á la trans- versal, puntos que en los Delphinidee y Ziphiidoe están marcados por profundas es- cotaduras. La longitud del rostro, cuando no se indica lo contrario, se toma desde el centro de dicha línea. La mandíbula se mide desde el punto más anterior de la sínfisis al punto más pos- terior del cóndilo; en los cetáceos, hasta el punto más posterior de toda la rama, pero siempre en línea recta. Las series dentales están medidas sin contar los incisivos, ó sea desde la cara anterior del canino hasta la posterior del último molar. En los roedores, que care- cen de caninos, y en los rumiantes, sólo se miden los premolares y molares, desig- nándolos á todos juntos como serie molar. Orden INSECTIVORA Mamíferos euterios terrestres, unguiculados, generalmente con cinco dedos en las cuatro extremidades, aunque algunas veces sólo presentan cuatro, y con los pulgares no oponibles; cráneo con las cavidades orbitaria y temporal confundidas; dientes de las cuatro clases, por lo menos en el estado embrionario; molares bunodontos; premolares armados de puntas cónicas. Este orden es muy heterogéneo, y por consiguiente muy difícil de definir. Los caracteres enunciados son los únicos comunes á todos sus miembros, y aun algunos de ellos lo son sólo hasta cierto punto. En la familia Tupatide, por ejemplo, la separación entre las cavi- dades orbitaria y temporal aparece iniciada, y un género de los en ella incluídos presenta indicios de oponibilidad en los pulgares. Con todo, aun para un profano en materia zoológica es fácil distinguir un insectívoro. De los órdenes representados en nuestra fauna, los únicos con que éste podría confundirse son los Carnívora y los Ro- dentia; de los primeros, distínguense los /nsectívora por sus pre- molares, que están armados de cúspides cónicas, perforantes, en vez de ser comprimidos y cortantes, y de los segundos por el hecho de poseer caninos. Los /nsectivora se consideran como los euterios de tipo más pri- mitivo. Datan, en efecto, del período eoceno, ó acaso del cretáceo, y todavía conservan muchos caracteres arcaicos. Casi todos poseen clavículas y son más ó menos plantígrados; la fórmula dentaria típi- ca, de cuarenta y cuatro dientes, es frecuente en ellos, y es eviden- te la tendencia al monofiodontismo; el pabellón auricular falta á me- nudo; muchos géneros presentan una cloaca, y, á excepción de una 28 INSECTIVORA sola familia (Tupatidee), los testes permanecen en el abdomen, sin descender á una bolsa escrotal. Todos los miembros de este orden son de reducido tamaño, figu- rando entre ellos los mamíferos más pequeños que se conocen. Muchas especies son minadoras, y algunas nadadoras, y como ya lo indica su nombre, aliméntanse de substancias animales, principal- mente de insectos. Divídense los /nsectivora en dos subórdenes: Menotyphla y Lipotyphla, de los cuales el primero no se halla representado en nuestra fauna, y el segundo lo está sólo por tres familias, con un corto número de especies. Clave de las familias y subfamilias. a. Incisivos superiores centrales con una sola punta; cráneo con arcos cigomáticos. b. Con orejas; partes superiores revestidas de púas............... ERINACEIDE. b'. Sin orejas; cuerpo completamente revestido de pelo............... TALPIDE. Cc. Sin trompa; pies anteriores más grandes que los posteriores..... Talpince. c'. Con trompa; pies anteriores más pequeños que los posteriores.............. Desmanince. a'. Incisivos superiores centrales con dos puntas; cráneo sin arcos cigomáticos... SorIcIDE. Familia ERINACEID4 . Insectívoros con orejas bien desarrolladas, extremidades penta- dáctilas normalmente constituídas, cráneo provisto de arcos cigomá- ticos, é incisivos superiores centrales con una sola punta, pero muy grandes, separados entre sí y enteramente diferentes de los demás incisivos. La existencia de púas en las partes superiores del cuerpo se men- ciona como carácter de importancia en la clave, en atención á que ésta ha de utilizarse para determinar formas existentes en nuestra fauna, pero no es un carácter común á toda la familia. Divídese, en efecto, ésta en dos subfamilias: Gymurince, con el cuerpo cubierto de pelo, y Erinaceince, con púas en el dorso y los flancos. Este último grupo es el único representado en la Península y Baleares, por un género solamente. DO EPA DATE A A e a IR e A E ú : . . d ERINACEIDE 29 Género ERINACEUS Linné. Eriínaceus Linné, 1758. Atelerix Pomel, 1848. Herinaceus Palumbo, 1868. Caracteres. —Parte superior del cuerpo y el cuello revestida de púas cortas, tiesas, muy tupidas, estriadas, con los espacios entre las estrías lisos. Orejas y cola muy cortas; las primeras más cortas que la mitad de la cabeza, la cola más corta que el pie posterior. Hocico terminado en un morro estrecho. Extremidades pentadácti- las, con uñas largas y encorvadas, especialmente la del segundo dedo posterior. Mamas: 3.3 — 2.2. Cráneo con el rostro algo corto, representando su longitud, des- de los arcos cigomáticos, poco más de un tercio de la longitud total; sin- globos auditivos. Paladar imperfectamente osificado, con dos grandes orificios, é inmediatamente detrás de ellos una cresta trans- versal. Fórmula dentaria: ¿ => ra E vos superiores centrales muy grandes, separados entre sí y de los otros incisivos, que son bastante más pequeños; los interio- res muy proclives, los centrales mucho más grandes que los latera- les. Canino superior próximamente del tamaño del /*, separado de éste por un diastema y generalmente con dos raíces; canino infe- rior corto, con la cúspide oblicua y un talón bien marcado. Pm!' y pm, parecidos á los respectivos caninos; pm, más pequeño que el que le precede; pmm!, en cambio, muy grande, casi como los molares; pm, estrecho, pero muy alto. No hay pra?, pm, ni pm. Molares, tanto arriba como abajo, en disminución desde el primero al último, que es muy pequeño. Especie tipo.—Erinaceus europceus. Linné. Este género comprende numerosas especies repartidas por Euro- pa, África y Asia. Dos de ellas, una de las cuales está representada por dos subespecies, existen en nuestra fauna. Incisi- É A, AS a Y ERAS SE Y a AS ds E ES PE A A O A E de CAN AE > ir YA e E CS sde y Í EN “q “Y d á « ul Y o ES a A] A e 30 INSECTÍVORA Clave de las especies y subespecies. a. Oreja mucho más corta que la distancia entre el ojo y la punta del hocico; crá- neo con los nasales estrechados en su mitad anterior; último premolar infe- rior con tres grandes puntas y un talón. b. Color general parduzco; púas con un anillo obscuro cerca de la punta........ E. europeeus. b'. Color general blanco amarillento; púas con un anillo amarillento ó sin anillo. E. europceus hispanicus. a'. Oreja próximamente igual á la distancia entre el ojo y la punta del hocico; na- sales no estrechados en su mitad anterior; último premolar inferior con dos puntas grandes y un talón .....oo.ooooooconrrnsrrererrr ro. E. algírus vagans. Erinaceus europeus Linné. Erinaceus europous Linné, Systema Nature, 10.* edic. (1758), pág. 52. Hystrix erinaceus Blumenbach, Handb. Naturgesch, (1779), pág. 72. Erinaceus suillus Geoffroy, Catal. Mamif. Mus. d'Hist. Nat., (1803), pág. 67. Erinaceus caninus Geotffroy, 1. c. (1803), pág. 68. Erinaceus caniceps Hamilton Smith, Jard. Nat. Libr., 2.2 edic., xv (185 Ne pá gina 148. Erinaceus echinus Schulze, Abh. Vortr. Gesam. Naturw., 1v (1897), núm. 10, pá- gina 19. Erinaceus europceus occidentalis Barret Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, v (1900), pág. 362. Erinaceus europcus typicus Barret Hamilton, 1. c. (1900), pág. 363. NOMBRES VULGARES: Erizo, en castellano; Eriso, en catalán y valenciano; Ourizo cacheiro, en gallego; Ourigo cacheiro, en portugués; Perro-cuspín, en Astu- rias; Kirikioa, en vascuence; Trikua, en guipuzcoano. Diagnosis. — Tamaño grande; orejas cortas; color general pardo sucio, las púas anilladas de pardo sobre fondo crema; nasales sensi- blemente estrechados en su mitad anterior. Caracteres.—Orejas bastante más cortas que la distancia entre el ojo y la punta del hocico, casi enteramente escondidas bajo el pelo, sin sobresalir de las púas que comienzan inmediatamente detrás de ellas. Las púas son delgadas y largas; las mayores miden unos 30 mm. Cabeza, lados del cuello, miembros y partes inferiores cu- biertos de pelo áspero y largo, muy escaso en medio del vientre; la cola casi desnuda por debajo y con poco pelo por encima. Color general, visto el animal á cierta distancia, parduzco sucio. - Las púas son de un color ante-crema pálido, con un ancho anillo par- do pelo ó pardo toca cerca de la punta, ocupando próximamente el ERINACEIDAE 31 tercer cuarto de la longitud de la púa. Las partes revestidas de pelo son color de ante sucio, más ó menos teñido de gris ó de pardo de brécol en la frente y pasando francamente á pardo Van Dyck, sepia ó color de brécol en la cara y los pies. En algunos ejemplares todas estas partes velludas ofrecen un matiz general de tierra de sombra Ó pardo Marte sucio. , Los ejemplares muy jóvenes tienen las espinas blancas, y su piel, desprovista de pelo, es de un gris azulado, pasando á color de car- ne en la cabeza y el abdomen. Cráneo (fig. 3, A) con las crestas sagital y lambdoidea muy pro- nunciadas. Nasales con los bordes cóncavos en su mitad anterior, Fie. 3. Cráneos de Erinaceus europcus (A) y E. algirus vagans (B). Tamaño natural. produciendo un notable estrechamiento. Arcos cigomáticos un poco más separados en su parte posterior que por delante; la anchura máxima del cráneo, tomada en ellos, es siempre de tres á cinco milímetros mayor que la longitud palatal. Último premolar inferior con tres puntas y un talón. Dimensiones de una hembra adulta, de Castrillo de la Reina (Burgos): cabeza y cuerpo, 270 mm.; cola, 28; oreja, 25; pie pos- terior, 38. Cráneo: longitud basal, 52,5 mm.; longitud cóndilobasal, 55,5; 4 32 INSECTÍVORA longitud palatal, 31,5; ancho cigomático, 35,8; estrechamiento post- orbitario, 14,4; ancho de la caja cerebral, 21,7; mandíbula, 43,7; serie dental superior, con los incisivos, 28,6; serie dental inferior, con los incisivos, 26,6. Distribución geográfica.—Todo el norte y centro de la Penín- sula, desde: el Cantábrico y el Atlántico al Mediterráneo, y desde los Pirineos hasta la cuenca del Guadiana,' donde se confunde ya con la subespecie híspanicus. No existe en las islas Baleares. Fuera de la Península la forma típica de E. europceus habita toda la Europa central, incluyendo las Islas Británicas y llegando por el norte hasta los 63” de latitud. Localidad típica, Wamlingbo, en la isla de Gothland. En Italia, Sicilia, Rusia meridional, Rumania, Creta y el Asia occidental, la misma especie se halla representada por diferentes formas locales. Observaciones. —El erizo es muy abundante en nuestro país, en todos aquellos sitios donde hay mucha maleza y abundancia de agua. Come insectos, lombrices, pequeños reptiles y batracios, y á veces también huevos de aves que anidan en el suelo y pequeños gazapos. Permanece oculto todo el día, saliendo una ó dos horas después de ponerse el sol y retirándose de nuevo á su escondrijo apenas ha satisfecho sus necesidades. En sus correrías deja oir un alarido pat- ticular, muy fuerte, que recuerda el maullido de dolor de un gato que ha recibido un pisotón. Pasa el invierno aletargado, desde fines de Octubre á principios de Marzo. 'Fundándose en la mayor ó menor extensión de los intermaxilares hacia arriba, Mr. Barrett-Hamilton ha separado el erizo de la Euro- pa occidental del de Escandinavia, como una subespecie distinta (E. e. occidentalis); pero el Dr. Lónnberg ha demostrado que este carácter es muy variable aun en ejemplares de una misma localidad, y por consiguiente no tiene importancia taxonómica (1). El examen de numerosos ejemplares españoles confirma el parecer del distin- guido naturalista sueco; en una misma localidad se obtienen indi- viduos cuyos premaxilares pasan de la mitad de los nasales, y otros en los que ni siquiera llegan á ella. (1) E. Lónnberg, Ann. and Mag. of Nat. Hist., Ser. 7, v (1900), pág. 543. AS yu ERINACEIDA 33 Erinaceus europeus hispanicus Barrett-Hamilton. Erinaceus europceus Rossenhauer (no Linné), Thiere Andalusiens (1856), pág. 2. Erinaceus europeas hispanicus Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, v (1900), pág. 363. NOMBRE VULGAR: £Erízo, en castellano. Diagnosis. —Como la forma típica de £. europceus, pero el color mucho más pálido, amarillento ó blanco sucio; las púas sin anillo pardo. Caracteres. — Tamaño de las orejas, longitud de las púas, etc., como en E. europc2us. Color general muy pálido. Las púas son de un color blanco sucio, con el anillo subterminal color de ante, y fre- cuentemente sin anillo ninguno. Las partes cubiertas de pelo, blan- cas; la cara y las patas están á veces teñidas de color de ante, pero nunca son tan obscuras como en europeus típico. Cráneo como el de la forma tipo. Por regla general, los premaxi- lares no llegan á la mitad de los nasales, pero yo he visto dos topo- tipos en que pasan considerablemente de dicho punto. Dimensiones de un topotipo, hembra adulta: cabeza y cuerpo, 228 mm.; cola, 25; oreja, 27; pie posterior, 38. Cráneo: longitud basal, 55 mm.; longitud cóndilobasal, 56,8; lon- gitud palatal, 31,2; ancho cigomático, 34,5; estrechamiento postor- bitario, 15; ancho de la caja cerebral, 22,2; mandíbula, 44; serie dental superior, con los incisivos, 28,5; serie dental inferior, con los incisivos, 27. Distribución geográfica.—Distrito bético y parte meridional del central, donde la presente subespecie aparece confundida ya con la anterior. Localidad típica, Sevilla. El tipo se conserva en el Museo Británico. Observaciones.—En el centro de la Península, y sobre todo en las provincias de Toledo, Cuenca y Ciudad Real, no son raros los ejemplares que, con la coloración típica de £. europceus, presentan una tendencia marcada á la desaparición del anillo obscuro de las púas, representando, por consiguiente, una transición entre euro- peus y e. hispanicus, y también se ve en una misma familia de erizos, cuando las crías tienen elpelaje del adulto, que unas ofrecen un color mucho más pálido que otras, todo lo cual parece indicar que en dicha región es donde se verifica el paso de una á otra raza. . A A le EA AC E al e A E A a a 07 E is Dl FF" “Vo, ia A ARSS 34 INSECTÍVORA Erinaceus algirus vagans Thomas. Erinaceus enropceus Barceló (no Linné), Anal. Soc. Esp. Hist. Nat., 1v (1875), pá- gina 54. Erinaceus algirus vagans Thomas, Proceed. Zool. Soc. of London (1901), 1, pá- gina 38. NOMBRES VULGAR: Erizo, en castellano; Eriso, en valenciano y catalán; Erissó, en mallorquín. Diagnosis.—Más pequeño que el £. europeus y con las púas más cortas, pero con las orejas bastante más largas; nasales no es- trechados en su mitad anterior. Es la forma europea del £. algirus, del que difiere por su cráneo más pequeño y su coloración algo más pálida. Caracteres.—Orejas próximamente tan largas como la distancia entre el ojo y el hocico, sobresaliendo bien de entre el pelo y por encima de las púas que hay detrás. Las púas están distribuídas como en la otra especie, pero no avanzan tanto sobre la cabeza; son tam- bién más cortas, midiendo las más grandes de 20 á 25 mm. El vien- tre y la cara inferior de la cola casi desnudos. Color general bastante pálido. Las púas son de un ante crema muy claro, con un anillo pardo de hierro hacia su mitad, algo más cerca de la raíz que de la punta, anillo que apenas se ve al exterior. Las partes cubiertas de pelo son blancas; la cara, las patas y, algu- nas veces, la región de los órganos genitales, más ó menos intensa- mente teñidas de sepia ó pardo de brécol. Cráneo (fig. 3, B) con los arcos cigomáticos algo más separados por delante que por detrás; nasales con los bordes casi rectilíneos, sin estrechamiento en su mitad anterior. La longitud palatal es pró- ximamente igual al ancho de los cigomáticos; á lo sumo, hay una diferencia de 1 mm., tan pronto en favor de una medida como de la otra. Último premolar inferior con dos cúspides y un talón. Dimensiones de una hembra adulta, pero no vieja, de Tortosa: cabeza y cuerpo, 200 mm.; cola, 27; oreja, 30; pie posterior, 33. Cráneo: longitud basal, 50 mm.; longitud cóndilobasal, 52,3; lon- gitud palatal, 31,5; ancho cigomático, 30,8; estrechamiento postor- bitario, 13; ancho de la caja cerebral, 19,7; mandíbula, 39,4; serie dental superior, con los incisivos, 28,2: serie dental inferior, con los incisivos, 24, A Led A e a SA A ns E o ds De ERINACEIDZE 35 Distribución geográfica.—Islas Baleares y todo el litoral medi- terráneo de la Península. Localidad típica, San Cristóbal (Menorca). El tipo está en el Museo Británico. La subespecie típica, E. algirus algírus Duvernoy, vive en Ma- rruecos, Argelia y Túnez; la forma vagans, además de las mencio- nadas regiones de nuestro país, se encuentra en la costa mediterrá- nea de Francia. Observaciones. —El Erinaceus algirus fué citado por vez pri- mera en nuestro país por M. de Winton (1), quien en 1897 mencio- nó un ejemplar de Andalucía, por desgracia sin localidad exacta. Cuatro años después, Mr. Oldfield Thomas descubrió que el erizo de Baleares, hasta entonces considerado como E. europus, es realmente £. algírus, aunque constituyendo una subespecie ó forma local distinta. La existencia de esta misma forma en la Península era, sin embargo, todavía dudosa cuando en carta fechada en 4 de Agosto de 1908, Mr. Gerrit S. Miller me comunicó que, entre otros mamíferos obtenidos por él en Elche, figuraba un £. algírus joven. Siguiendo el consejo del distinguido zoólogo norteamericano, hice algunas averiguaciones acerca de los erizos del litoral de Alicante, - y conseguí obtener un cráneo incompleto, pero indiscutiblemente de E. algirus vagans. No mucho tiempo después, el Dr. Siepi, de Marsella, encontraba la misma subespecie en Lecques, Bormes y Hyéres, en la costa de Francia, donde parece coexistir con el ME: europeus (2); hace dos años, el P. Saturio González encontró también los dos erizos, europceus y algirus vagans, en Tortosa, enviando ejemplares de uno y otro al Museo Nacional de Ciencias Naturales, y finalmente, en el pasado mes de Septiembre he visto en Barcelona, en el taller de taxidermia de D. Luis Soler, un her- moso ejemplar de £. algírus vagans cogido en los alrededores de aquella capital. Siepi, Trouessart y Barrett-Hamilton suponen que los ejemplares obtenidos en las costas mediterráneas de España y Francia han sido llevados de las Baleares; pero son ya tantos los casos conocidos, (1) Proceed. Zool. Soc. London, 1897, pág. 856. (2) Feuille des jeunes naturalistes, Lx (1909-1910), págs. 25 y 97. A RI A E O A 36 INSECTÍVORA que sería absurdo admitir esta supuesta importación, por lo menos en época reciente. Si el £. algirus vagans es en nuestro litoral de Levante un animal introducido, debe serlo desde tiempo inmemorial. Evidentemente hoy está por completo establecido en toda la zona marítima desde Andalucía hasta el golfo de León, y acaso sea lo más acertado creer, como Thomas, que llegó á las Baleares desde África siguiendo la costa de España. Miller (1) considera los ejem- plares de ésta última como verdaderos E. algirus, pero sin funda- mento alguno, puesto que él mismo dice que el cráneo del único ejemplar adulto que ha visto es «essentially as in the Balearic race». Las dimensiones, así externas como craneanas, que da este autor, están tomadas sobre ejemplares de Marruecos. Familia TALPID4£ Insectívoros sin orejas, con los ojos muy pequeños, las extremi- dades pentadáctilas y adaptadas para cavar ó para nadar, el cráneo con arcos cigomáticos, aunque muy delgados, y los incisivos supe- riores centrales con una sola punta. Todos los miembros de esta familia se asemejan no sólo en su or- ganización, sino también en su aspecto externo; la cabeza es siem- pre alargada y termina en un hocico prolongado, cuando no en una trompa extensible; el cuello es muy corto, el cuerpo rechoncho y el pelaje suave y lustroso. Divídense los Talpido en cinco subfamilias, dos de las cuales, Talpinee y Desmanince, están representadas en nuestra fauna cada una por un género. Los caracteres que para distinguirlas se han in- dicado en la clave son realmente los que diferencian estos géneros, y no los que caracterizan á dichas subfamilias, pues éstas sólo se distinguen por particularidades anatómicas que no pueden apreciar- se á primera vista. (1) Catal. Mamm. West. Europa, 1912, pág. 131. TALPIDE ET Subfamilia Talpidee. Talpide con la clavícula y el húmero muy cortos y gruesos, y las extremidades anteriores provistas de un hueso falciforme inserto en el borde interno del radio y colocado paralelamente á los dedos, la presencia del cual se traduce al exterior por un notable ensan- chamiento de la palma. ¡ Comprende esta subfamilia dos géneros, distribuídos por la re- gión paleártica, y de los cuales sólo uno se encuentra en Europa. Género TALPA Linné. Talpa Linmné, 1758. Caracteres.—Cuerpo cilíndrico; cuello muy corto, quedando la cabeza hundida entre los hombros; hocico prolongado, cónico, movi- ble; ojos sumamente pequeños y, por regla general, cubiertos por la piel. Extremidades pen- tadáctilas, las anteriores enor- memente mayores que las pos- teriores, formando una ancha: pala y provistas de uñas muy grandes, y con la cara palmar constantemente vuelta hacia fuera. Cola corta, siempre mu- ÓN Ghotmás corta que el: dohle del. Pies Snterior(ó) y posterior (P)3s Hpa pie posterior. Pelaje corto, aterciopelado y lustroso; los pelos están implantados verticalmente. Mamas: 0.0 ó 1.1 — 3.3. Cráneo estrecho y alargado, con la caja cerebral deprimida y muy ensanchada detrás de los arcos cigomáticos, y con globos auditivos, aunque poco prominentes. Cigomáticos muy delgados, casi filifor- mes; delante de cada uno de ellos, sobre su extremo anterior, se abre un gran orificio, denominado agujero preorbitario, que comu- nica con la cavidad orbitotemporal. a A SS o E ES q vd E . 4 38 INSECTÍVORA 3-3 (AN 4—4 3-3 A y la: ¿> C— pS A YA . Fórmula dentaria: ¿3=3>» “73 —3» PGA E mc ' vos superiores pequeños; los inferiores también bastante chicos, estrechos y ligeramente proclives. Caninos maxilares comprimi- sk dos lateralmente, afilados y relativamente muy grandes, alcanzan- do triple ó cuádruple altura que los incisivos; caninos inferiores pequeños y muy arrimados á los incisivos, á los que se asemejan en | su forma, tamaño y posición, hasta el punto de que muchos autores j los han considerado equivocadamente como incisivos. Los tres pri- meros premolares superiores pequeños, sencillos y próximamente iguales entre sí; pm*, en cambio, grande y con una pequeña cúspide detrás de la punta principal. Pm, grande y afilado, con aspecto po de canino; los otros tres premolares mandibulares más pequeños, aumentando gradualmente de tamañó desde el segundo al cuarto. Molares de tipo marcadamente tritubercular, muy parecidos á los de los Microchiroptera. Especie tipo.—Talpa europea Limé. Conócense hasta ahora nueve especies de este género, europeas y asiáticas, todas ellas tan parecidas exteriormente, que es casi in- $ dispensable recurrir al estudio del cráneo para distinguirlas. Dos de + ellas existen en la Península. En las islas Baleares no está represen- Y tado el género. Clave de las especies. a Longitud total del cráneo, mayor de 33 mm.; anchura máxima del paladar óseo igual á la distancia que hay desde la cara posterior del m á la anterior del pm*; molares superiores con el mesostilo simple............... T. europea. Longitud total del cráneo, menor de 33 mm.; anchura máxima del paladar óseo Br, igual á la distancia que hay desde la cara posterior del m5 al espacio entre el pm? y el pm?; molares superiores con el mesostilo doble.... 7. occidentalis. "o Talpa europea Linné. Talpa europea Linné, Systema Nature, 10.? edic. (1758), pág. 52. j Talpa caudata Boddaert, Kortb. Zamenst. der Natuur, 1 (1772), pág. 50. : Talpa frisius P. L. S. Miiller, Natursyst. Supplem. (1776), pág. 36. > Talpa europcea, var. albo-maculata Erxleben, Syst. Regn. Anim., 1 (1777), pá- gina 117. Talpa vulgaris Boddaert, Elenc. Animal., 1 (1785), pág. 126. ñ Talpa europea, var. variegata; T. e., var. alba; T. e., var. cinerea Gmelin, Linn. ye Syst. Nat., 13.* edic., 1 (1788), pág. 110. : Talpa alba Razoumousky, Hist. Nat. Jorat. (1789), pág. 37. Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina l TALPA OCCIDENTALIS Cuatromía Suc. de E. Páez E Ad O LA A A 0% 4 , ' LE, o a $ » PEN , y Sa] hr TALPIDA 39 Talpa europea nigra Kerr, Animal Kingdom (1792), pág. 200. Talpa europea rufa Borkhausen, Der Zoologe, 1 (1797), v-vi, pág. 13. Talpa europea, var. major Bechstein, Ueb. Vierfuss. Thiere, 1 (1800), pág. 724. Talpa europea flavescens Reichenbach, Pracht.-Gem. Sáugeth. In-und Auslan- des (1836), fig 473. Talpa europea albida; T. e. lutea Reichenbach, Vollstánd. Naturgesch. In-und Auslandes (1852), pág. 336. Talpa europea maculata Fitzinger, S. B. Kais. Akad. Wissensch. Wien, ix, 1 (1869), pág. 401. Talpa scalops Schulze, Abh. u. Vortr. Gesammtb. Naturw., 1v, N.* 10 (1897), pá- gina 19. NOMBRES VULGARES: 7opo, en castellano; Taup, en catalán; Satorra, en vascuence. Diagnosis. — Tamaño bastante grande; longitud de la cabeza y el cuerpo, de 120 á 150 mm.; longitud total del cráneo, de 33 á 37 milímetros; ojos normalmente descubiertos. Caracteres. —Hocico muy prolongado y estrecho. Ojos cubier- tos algunas veces- por la piel, pero ordinariamente visibles por un orificio de un milímetro de diámetro, cuando más, en el que no pueden distinguirse párpados propiamente dichos. Extremida- des anteriores un poco más anchas que largas, sin las uñas. Cola con poco pelo, que deja ver su piel escamosa; su longitud, pró- ximamente como vez y media la del pie posterior, sin contar las uñas. Color general negro intenso, á veces con un ligero matiz pardo, y siempre con reflejos acerados. En la garganta y el pecho suele notarse cierto tinte amarillento. Los escasos pelos de las extremi- dades y de la cola, negruzcos. Encuéntranse á veces ejemplares grises, ó manchados de amarillo más ó menos fuerte, y, aunque ra- ros, también se dan casos de albinismo. Cráneo (fig. 5, A) con el rostro estrecho y alargado; la anchura máxima del paladar, tomada entre el m!' y el m?, es igual á la dis- tancia desde la cara posterior del m*' á la anterior del pm!', y re- presenta un 23 por 100, próximamente, con relación á la longitud total del cráneo. Molares maxilares con el mesostilo, ó segunda cús- pide del borde externo, simple, esto es, formando una sola punta (fig. 6, A). Dimensiones de un macho adulto de Las Bordas (Valle de Arán): cabeza y cuerpo, 124 mm.; cola, 27; pie anterior, ancho, 15,2; lar- go, 15; pie posterior, 17. o A . 40 INSECTÍVORA Cráneo: longitud total, 34,5 mm.; longitud basal, 29,8; longitud palatal, 14,3; ancho cigomático, 11,5; ancho interorbitario, 12,3; ancho de la caja cerebral, 15,4; mandíbula, 22; serie dental supe- rior, 13; serie dental inferior, desde el pm , 11,5. Distribución geográfica. —Distritos pirenaico, cantábrico y me- diterráneo: Cataluña, Pirineos de Aragón y de Navarra, cuenca del FIG. D. Cráneos de Talpa europea (A) y T. occidentalis (B). < 1 1/5. Ebro, montañas de Asturias y León, Castellón, Valencia. D'Olivei- ra, Lopes Vieira y Seabra citan esta especie en Portugal, pero el topo de este país es realmente 7. occidentalis. Fuera de la Península, esta especie existe en toda la Europa cen- tral y septentrional, excepto en Irlanda y en Noruega, llegando por el sur hasta el norte de Italia y por el este hasta la Rusia central. Localidad típica, Upsala. | Observaciones. —Aunque la 7. europea ha sido mencionada por diferentes autores casi en todas las regiones de nuestro país, puedo afirmar que su área de dispersión queda en él limitada á las provin- TALPIDE 41 cias del norte, excepto las de Galicia, y al litoral levantino. En el Museo de Madrid hay numerosos topos, de casi todos los distritos zoogeográficos españoles donde está representado este género, y solamente los de dichas regiones pertenecen á la especie europea; los de todas las demás, sin una sola excepción, son occidentalis. Conviene tener presente que los caracteres que para reconocer la especie que nos ocupa se indican en muchas obras (color de los pies, longitud relativa del hocico, proporción entre los incisivos centra- les y los laterales, etc.), no tienen ningún valor; el examen del crá- neo es lo único que permite una determinación exacta. Talpa occidentalis (Cabrera). (Lám. I) 7alpa europea Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. et Zool. Aragoniz (1784), pá- gina 57. Talpa cceca Machado (no Savi), Catal. Mamif. de Andalucía (1869), pág. 19. Talpa ceeca occidentalis Cabrera, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 212. Talpa occidentalis Barrett-Hamilton, Hist. Brit. Mamm., n (1911), pág. 4. NOMBRES VULGARES: 7Zopo, en castellano; Tiopa, en gallego; Toupeira, en por- tugués; Ingeniero, en la Rioja; Rato cego, en Figueira da Foz (Portugal). Diagnosis.—Más pequeño que 7. europea; longitud de la cabeza y el cuerpo, de 95 á 115 mm.; longitud total del cráneo, de 29,5 á 32,5 mm.; ojos cubiertos siempre por la piel. Caracteres.—Hocico un poco más corto que en la precedente es- pecie. Ojos siempre ocultos bajo la piel, transparentándose ésta ligeramente sobre ellos. Ancho de las extremidades anteriores con- siderablemente superior á su longitud sin las uñas. Cola como una vez y media el pie posterior, y muy velluda, aunque entre el pelo, que es bastante largo, se descubre la piel. Color negro parduzco, siendo los pelos de un gris plateado, con la punta de un pardo clavo muy obscuro. En el centro de la región ven- tral falta este último color, resultando el matiz general gris pla- teado obscuro. Los pelos de la cola, negros; los de los pies, pardos muy obscuros. El pelo es muy lustroso, ofreciendo á ciertas luces reflejos plateados; si está húmedo, como acontece en los ejemplares conservados en alcohol, presenta un lustre metálico, verde en el dorso y violáceo en el vientre. 49 ; INSECTÍVORA Esta es la coloración más frecuente, y la que presenta el tipo de la especie; pero hay ejemplares negros como el azabache, y otros, en cambio, grises. Algunos tienen la garganta ó el vientre amari- llos, ú ofrecen manchas de este color en el lomo, y también se ven, como en 7. europcea, ejemplares albinos. Cráneo (fig. 5, B) más pequeño que el de 7. europea, y con el rostro más corto y más ancho; la anchura máxima del paladar es próximamente igual á la distancia que media entre la cara posterior del m* y el espacio que separa el pm* del pm*, equi- valiendo á un 27 por 100 de la longitud total del cráneo. Los premolares peque- ños son más chicos que en 7. europcea; FG. 6. los molares superiores tienen el mesostilo Molares maxilares izquierdos doble, es decir, dividido en dos diminu- de Talpa europcea (A) y T. oc- cidentalis (B). <'5. tas puntas, lo que es sobre todo percep- | tible en el mm (fig. 6, B). Dimensiones del tipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 102 milí- metros; cola, 24; pie anterior, ancho, 17,6; largo, 15,5; pie pos- terior, 15,5. Cráneo: longitud total, 31,5; longitud basal, 26,5; longitud pala- tal, 14; ancho cigomático, 11; ancho interorbitario, 7,2; ancho de la caja cerebral, 15,2; mandíbula, 19,8; serie dental superior, 11,9; serie dental inferior, desde el pra, , 10,7 (1). Distribución geográfica.—Toda la Península, excepto los dis- tritos cantábrico, pirenaico y mediterráneo, donde vive la 7. euro- pea. Localidad típica, La Granja (Segovia). Observaciones.—Esta especie es el topo común de casi toda España, general y erróneamente denominado por nuestros autores Talpa europca. En las obras de Machado, Reguera y Graells aparece también como 7. coeca, que es el nombre de otra especie realmente muy próxima á la nuestra, propia de Italia y otros países (1) El lector hallará una ligera discrepancia entre algunas de estas medidas cra- neanas y las que aparecen del mismo ejemplar en mi descripción original. La expli- cación es sencilla. La longitud basal aparece allí como 22,5 por un simple /apsus calami, y la de la serie dental superíor como 13,5, porque entonces medía yo desde el primer incisivo, no desde el canino, como lo hago en esta obra. TALPIDA 43 mediterráneos. Cuando por primera vez describí la 7. occidenta- lis, yo mismo la consideré como una subespecie de cceca, pero des- pués el profesor Miller, con mejores materiales de comparación, me comunicó que el topo español debía ser considerado como especie distinta, en atención á ciertos caracteres del cráneo, especialmente del agujero preorbitario, y en efecto, con categoría de especie ha sido posteriormente mencionado por Barrett-Hamilton y por el mis- mo Miller. En nuestro país el topo suele hacer sus galerías subterráneas en las praderas, en las dehesas y en los herrenales abandonados. El nido lo establece generalmente debajo de algún punto muy deten- dido por la vegetación, sobre todo por arbustos espinosos. Parece pet las localidades elevadas á las muy bajas, encontrándosele á 1.300 metros y más de altura. Subfamilia Desmanine. Talpide con la clavícula y el húmero alargados, y sin hueso talci- forme en las extremidades anteriores, que son de tamaño y forma normales, mientras las posteriores son muy grandes; tanto aquéllas como éstas se hallan adaptadas para la natación. Comprende esta subfamilia dos géneros, Desmana y Galemys, de los cuales sólo el segundo existe en la Península. Género GALEMYS Kaup. Muygale Geoftroy, 1811 (parte, no Walckenaer). Myogalea Fischer, 1829 (parte). Galemys Kaup, 1829. Galomys Agassiz, 1846. Myogalina 1. Geoffroy, 1849. Myogale Trouessart, 1910 (parte, no Brandt). Caracteres.—Hocico ancho, muy deprimido y prolongado, en forma de trompa muy movible, en cuya cara dorsal, junto al extre- mo, se abren las narices. Ojos muy pequeños, aunque perfectamente a o A A EN DA AMAS Dd ad a A 44 INSECTÍVORA visibles. Extremidades pentadáctilas, las anteriores pequeñas, las posteriores grandes y alargadas, y con los dedos reunidos por una membrana (fig. 7). Cola larga, comprimida lateralmente hacia la punta, desnuda y escamosa; bajo su raíz se abre una glándula que segrega un humor almizclado. Pelaje muy suave y lustroso, pero liso y aplanchado, no atelpado como el del topo. Mamas: 1- 1-3-3. Ñ N WN NN l Y WWA e AAA NIP ll | . FIG: . y] Trompa (T), pie anterior (A) y pie posterior (P) de Galemys pyrenaicus rufulus. < 11. Cráneo con el rostro muy largo y estrecho, representando la lon- gitud palatal más de la mitad de la longitud total. Un agujero preor- bitario bastante grande delante de cada arco cigomático. Mandíbula , con la apófisis coronoides muy elevada. . E 44 3-3 a Fórmula dentaria: : o a m == =4. Incisi- | vos superiores sentidas ds 'Danilsciltos. 4 ferran de pirá- mide triangular, de bordes cortantes; los laterales, en cambio, muy pequeños. En la mandíbula, los dos primeros incisivos de cada lado son muy proclives, siendo el segundo más grande, aunque todos ellos son bastante reducidos. El canino superior es sólo un poco A mayor que el incisivo que le precede, y próximamente igual á los | tres primeros premolares; el inferior apenas se diferencia del inci- sivo inmediato. Premolares, lo mismo arriba que abajo, bastante | pequeños, excepto el último, que es algo mayor; el pm', además de - E TALPIDA 45 la cúspide principal, tiene tres puntas más cortas, una delante, otra detrás, y la tercera hacia dentro. Molares parecidos á los de Talpa, pero el m' y el m*? con nueve cúspides, á saber: dos centrales (el paracono y el metacono), tres internas (el protocónulo y el metacó- nulo), y cuatro externas (el parastilo, un doble mosostilo y el metas- tilo), mientras en Talpa sólo hay siete ú ocho puntas, por faltar el protocónulo. Especie tipo.—Mygale pyrenaica Geotffroy. El género Galemys sólo contiene esta especie, con dos razas lo- cales; ambas existen en nuestra Península. Clave de las subespecies. a. Longitud del pie posterior, unos 30 mm.; longitud cóndilobasal del cráneo, de A SO OS O TA On A G. pyrenaicus. a'. Longitud del pie posterior, unos 33 mm.; longitud cóndilobasal del cráneo, de A A O O AS AO G. pyrenaicus rufulus. Galemys pyrenaicus (Geoffroy). Mygale pyrenaica Geoftroy, Ann. du Mus. Hist. Nat., xvun (1881), pág. 193, lámi- na 1v, figs. 1-5. Myogalea pyrenaica Fischer, Synops. Mamm. (1829), pág. 250. Myogale pyrenaica Trouessart, Faune Mamm. d'Eur. (1910), pág. 60. Galemys pyrenaicus pyrenaicus, Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 26. NOMBRES VULGARES: A/mizclera, en castellano; Almesquera, Rata d'aigua, en catalán. Diagnosis.—Tamaño pequeño; longitud del pie posterior, sin uñas, menor de 32 mm.; longitud cóndilobasal del cráneo, nunca mayor de 34 mm. Caracteres. —Trompa bastante larga, muy aplastada, con las narices abiertas transversalmente en la cara dorsal de su extremo, desnuda, pero franjeada en los lados por abundantes y largas vibri- sas. Ojos pequeños, prácticamente invisibles bajo el pelo. Cuerpo rechoncho, ancho y aplastado. Extremidades anteriores pequeñas, con membrana interdigital corta, cubiertas, excepto los dedos, de pelo dirigido hacia el borde externo, sobre el cual forma este mis- mo pelo una franja que se prolonga hasta la punta del quinto dedo. Pies posteriores grandes, largos, encorvados hacia dentro, con am- A A > 46 INSECTÍVORA plia membrana interdigital, cubiertos de piel escamosa y con una franja de pelos largos, fuertes y compactos, que desde encima de la articulación tibio-tarsiana desciende diagonalmente hacia el borde externo de la planta y se prolonga á lo largo del quinto dedo. Cola muy larga, cilíndrica, comprimida lateralmente hacia la punta y re- vestida de pelo duro, lo bastante escaso para dejar entrever la piel escamosa. : Color pardo obscuro, variando del sepia al pardo claro, con bri- llantes reflejos metálicos plateados ó bronceados, que se acentúan cuando el animal está sumergido en el agua. La trompa y las extre- midades tienen la piel negruzca, mientras los pelos que hay en estas partes son plateados ó de un color de ante muy lustroso. Región ventral mucho más pálida que la dorsal, de un gris reluciente cuyo matiz varía mucho, según los ejemplares. Cola de color de carne lí- vido con los pelos blancuzcos ó amarillentos. Cráneo con el rostro muy estrecho y prolongado; los dos bordes alveolares maxilares paralelos hasta detrás del pm*. Caja cerebral ensanchada y truncada posteriormente, presentando, cuando se la mira por encima, la forma de un triángulo isósceles cuya base co- rresponde á la región occipital. Segundo y tercer incisivos superio- res sumamente pequeños. Pm!' en posición muy oblicua con res- pecto á la dirección del borde alveolar, ó sea con el borde anterior muy vuelto hacia dentro, apareciendo casi como encajado, á manera de cuña, entre el canino y el prm?. Dimensiones de un macho adulto, de la Sierra de Guara: cabeza y cuerpo, 118 mm.; cola, 136,5; trompa, desde el borde del labio superior, 18,5; pie posterior, 30,6. Cráneo: longitud cóndilobasal, 33 mm.; longitud basal, 27,9; lon- gitud palatal, 18; ancho cigomático, 12,6; ancho interorbitario, 6,2; ancho de la caja cerebral, 15,5; mandíbula, 22; serie dental supe- rior, con incisivos, 16,5; serie dental inferior, con incisivos, medida sobre los alvéolos, 13,8. Distribución geográfica.—Distritos pirenaico y cantábrico, en las localidades montañosas. Fuera de nuestro país, en la vertiente norte de los Pirineos, hasta las Landas. Localidad típica, Tarbes (Francia). Observaciones.—Este insectívoro parece ser bastante raro en Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina Il GALEMYS PYRENAICUS RUFULUS Cuatromia Suc, de E. Páez, se -_TALPIDAE AT la parte española de los Pirineos; por lo menos, así parece demos- trarlo la escasez de datos exactos que acerca de su existencia en ella poseo; pero esto puede ser resultado de sus costumbres noc- turnas, que lo hacen poco conocido del vulgo. Vive cerca de los ríos y de los arroyos caudalosos, albergándose en las grietas y cavida- des de las orillas ó en las galerías abiertas por las ratas de agua. Se alimenta principalmente de insectos, pero persigue también á los peces y á los crustáceos pequeños. Galemys pyrenaicus rufulus (Graells). (Lám. II) Myogalea pyrenaica Graells (no Geoffroy), Mem. Trab. Com. Mapa Geol. (1852) pág. 74, Myogale pyrenaica Cazurro (no Geoffroy), Actas Soc. Esp. Hist. Nat. (1894) págs. 9, 190. Myogalea pyrenaica, var. a, Myogalea rufula Graells, Mem. Real Acad. Cienc., xvi (1897), pág. 460, lám. xv, fig. B. Myogale pyrenaica rufula Trouessart, Faune Mamm. d'Eur. (1910), pás. 61. Galemys pyrenaicus rufulus Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1919), pág. 26. NOMBRES VULGARES: Almizclera, Mizclera, Rata almizclada, en castellano; Agua- na, Aguaneira, Aguadana, Rata d'auga, Rato d'almiscle, en gallego; Rato almiscareiro, Toupeira d' agua, en portugués. Diagnosis.—Como G. pyrenaicus, pero constantemente más erande; longitud del pie posterior, más de 33 mm.; longitud cóndi- lobasal, más de 34. Caracteres.—Aparte del tamaño, todos los caracteres, así ex- ternos como craneanos, como en el verdadero pyrenaicus. Color próximamente lo mismo, pardo muy obscuro ó negruzco de pizarra por encima y gris claro por debajo, con reflejos metálicos muy bri- llantes. En algunos ejemplares, el pelaje es perfectamente negro, con los reflejos plateados, y el abdomen, la mandíbula, los labios, los pelos de los pies y la cola, plateados. Una manchita blancuzca señala la posición del ojo. La trompa es negra, y la parte desnuda de los pies de un morado obscuro, pero en algunos ejemplares de los que ofrecen reflejos bronceados en el pelo, el color de los pies es amarillento sucio. Dimensiones de un macho adulto, del Herradón (Ávila): cabeza y cuerpo, 120 mm.; cola, 140; trompa, desde el borde del labio supe- rior, 20; pie posterior, 34. al 48 INSECTÍVORA Cráneo: longitud cóndilobasal, 35 mm.; longitud basal, 29,8; lon- gitud palatal, 19,2; ancho cigomático, 13,6; ancho interorbitario, 6; ancho de la caja cerebral, 17,4; mandíbula, 23; serie dental supe- rior, con incisivos, 18; serie dental inferior, con incisivos, medida sobre los alvéolos, 14,7. Distribución geográfica.—Distritos central y lusitano, en todas las localidades montañosas, llegando por el norte hasta Galicia y Fic. 8. Cráneo de Galemys pyrenaicus rufulus. <1 lg. las montañas de Burgos, y por el sur hasta las sierras de Guadarra- ma, Gredos y La Estrella. Localidad típica, río Valsaín, en la Sie- rra de Guadarrama. Observaciones.—Los naturalistas portugueses Oliveira y Lopes Vieira fueron los primeros en observar la diferencia de tamaño que hay entre las almizcleras del centro y oeste de la Península y las de los Pirineos. En 1896, en efecto, hicieron constar dichos autores que los ejemplares obtenidos en Cabeceira de Basto y en el río de Vizella ofrecen dimensiones mayores que las asignadas á los de los Pirineos por Geoffroy, Desmarest y Brehm (1). En 1909, el profesor Miller me comunicó que la misma diferencia se obser- (1) Annaes. de Science. Natur., m (1896), pág. 84. | SORICIDE 49 vaba en ejemplares de Burgos, y que le parecía lo bastante cons- tante para obligar á considerar el Galemys del interior de la Península como una raza distinta de la que vive en el norte. El examen de numerosos ejemplares de la Sierra de Guadarrama con- firma este parecer, que Miller ha hecho ya público en su catálogo de los mamíferos del oeste de Europa, y como quiera que una al- mizclera obtenida en la vertiente norte de la citada sierra, junto á la Venta de los Mosquitos, fué denominada por Graells Myogalea rufula, este nombre es el que debe llevar la raza en cuestión. Graells no parece haberse fijado en la verdadera diferencia entre esta forma y la de los Pirineos, sino que fundó su variedad rufula en caracteres de coloración puramente individuales y sin valor al- guno taxonómico. La descripción original de la presente subespecie es, por tanto, perfectamente inútil para reconocer el animal á que se refiere. Familia SORICID4E Insectívoros con orejas bien desarrolladas, aunque más ó menos ocultas bajo el pelo, y provistas de tres lóbulos ó válvulas que pue- den cerrar el orificio auditivo; con las extremidades pentadáctilas y normalmente constituidas, el cráneo sin arcos cigomáticos, y los incisivos superiores centrales con dos puntas, una anterior más ó menos ganchuda, y otra posterior más corta que forma una espe- cie de talón. Todos los animales de esta familia son de pequeño tamaño, figu- rando entre ellos los mamíferos más pequeños que se conocen, y tienen el hocico alargado y puntiagudo, pero sin constituir nunca trompa, la cola bastante larga y el pelaje blando y suave. Todos tienen los incisivos inferiores reducidos á 1 — 1, muy largos y muy proclives, hasta el extremo de ser su posición completamente horizontal, con la punta un poco encorvada hacia arriba. En la serie dental superior, entre el incisivo anterior y el pm!', éste último muy grande y con puntas muy agudas, se encuentra un número variable de pequeños dientecillos, con una sola punta, que ocupan el espacio correspondiente á los demás incisivos, al canino y á los SA PT 50 INSECTÍVORA primeros premolares. Los autores no están acordes sobre el número exacto de incisivos y premolares superiores, y para evitar confusio- nes suelen designar todos estos dientecitos bajo el nombre común de unicúspides, lo mismo que dos dientes pequeños que hay en la mandíbula, entre el gran incisivo proclive y el m,. Según la opinión más general hasta ahora, cuando el último unicúspide superior es mucho más pequeño que los demás, como “ocurre con el género Sorex, se le debe mirar como un premolar, y el diente inmediata- mente anterior á él como canino, mientras que si dicho minúsculo dientecillo no existe, el último unicúspide es el canino y los premo- lares maxilares deben considerarse representados tan sólo por el enorme pm*, de donde se sigue que cuando hay cinco unicúspides, resultan 4 — 4 incisivos superiores, número realmente extraordina- rio en los mamíferos euterios. En cuanto á los dos unicúspides infe- riores, lo corriente era considerarlos como un canino y un premolar. Las interesantes investigaciones ontogénicas hechas hace poco por Augusta Arnbáck-Christie-Linde (1), están lejos de-confirmar esta opinión, que con ligeras variantes venían siguiendo todos los auto- res modernos. De ellas se deduce, en efecto, que durante su vida fetal presentan los Sorícide gérmenes hasta de A incisivos, pero antes del nacimiento redúcese este número de delante á atrás, desarrollándose solamente los tres últimos incisivos superiores y el último inferior. Los caninos, rudimentarios en el feto, desaparecen igualmente por completo antes de nacer el animal, y los premolares, cuyos gérmenes representan en el embrión, por lo menos en Sorex, la tórmula típica +). pueden luego disminuir en número arriba y quedan siempre reducidos abajo á 2 — 2, con la particularidad de ser el primero y el cuarto los que subsisten. Estas conclusiones tie- nen sobre las demás opiniones, más ó menos hipotéticas, la ventaja de ser resultado de una investigación minuciosa y concienzuda; en ellas, pues, se basan las fórmulas dentarias que en la presente obra se indican para los diferentes géneros de Soricidee. Una particularidad muy notable de estos insectívoros es la apa- rente ausencia de dentadura de leche; realmente, ésta existe, pero (1) Ann. and Mag. of Nat. Hist., Ser. 8, 1x, 1919, pág. 601. MR Ta mi A A "AN VI A ELCANO y h E y LLANA, es dell bid de y Y, il Ad, SORICIDE 51 el cambio se verifica antes del nacimiento; después, los dientes son los mismos, y en igual número, en el individuo joven que en el adulto, circunstancia muy digna de ser tomada en cuenta, porque da á las fórmulas dentarias un valor mayor que el que tienen para el estudio de otros mamíferos, en los que sólo son aplicables al indi- viduo adulto, con su dentadura definitiva. En la presente familia inclúyense actualmente una veintena de géneros, de los cuales cuatro están representados en nuestra fauna. El vulgo designa á todas las especies de estos géneros, en castella- no, con los nombres de Musaraña y Musgaño, éste último trans- formado en Mojaño en Andalucía; en vascuence, con el de Basa- kúa, y con los de Morganho, Musaranho y Rato musgo en por- tugués. Clave de los géneros. a. Dientes enteramente blancos; orejas descubiertas. DRACONIS 3UMCÉSpILeS SUDEriOrES:. cena sonas baaa desa de aaa Crocidura. DAACOWEA A UNICas pides SUPeriOr ES. coccion cana dra Pachyura. a'. Dientes con las puntas rojas; orejas cubiertas por el pelo de la cabeza. c. Con4—4unicúspides superiores; incisivos inferiores con un dentículo en laMbaseldels aborde rs Upon Peso aaa dato Neomys. c'. ConS—5unicúspides superiores; incisivos inferiores con tres dentículos ve CusSiDO de UDC anti laa Ni Sorex. Género CROCIDURA Wagler. Sore.r Linné, 1766 (parte, no 1753). Crocidura Wagler, 1832. Suncus Ehrenberg, 1836. Leucodon Fatio, 1869. Paurodus Schulze, 1897. Eucrocidura Acloque, 1900. Caracteres.—Orejas bastante grandes, bien descubiertas, con el lóbulo central, que puede considerarse como un antitrago, provisto de un mechoncito de pelo largo. Extremidades pentadáctilas, casi enteramente desnudas. Cola de forma cilíndrica, generalmente algo más corta que el cuerpo, aunque á veces un poco más larga, y reves- tida de pelo muy corto y liso, del cual sobresalen, muy espaciados, algunos pelillos tiesos, muy largos y finos, á modo de vibrisas. Pelaje del cuerpo espeso, suave y medianamente largo. Una glán- * A A AN Pa A y ¿ Car -* ú 4 52 INSECTÍVORA dula almizclada se abre en cada costado, oculta bajo el pelo. Ma- mas: 0.0 —3-3, Cráneo con la caja cerebral muy deprimida y el borde maxilar formando un ángulo entrante muy pronunciado, cuyo vértice se en- | cuentra entre el último unicúspide y el pm*. La apófisis angular de la mandíbula muy estrecha y prolongada; el cóndilo se articula con el cráneo por dos puntos: una cara articular superior, y otra infe- rior que forma como una segunda apófisis transversal y ligeramente | cóncava posteriormente. | Fórmula dentaria: ¡> | E Dientes | 92 3-3 enteramente blancos. Primer inci- sivo superior ganchudo, con la se- gunda punta formando un talón corto, y seguido por tres unicús- FG. 9. pides que se consideran como dos Dientes de esa russula pulchra. incisivos y el pm'. El primero de , estos tres dientecillos es casi tan grande como los otros dos juntos. Incisivo inferior sin dentículos en el borde superior, que á lo sumo es ligeramente ondulado; los dos premolares mandibulares parecidos en su forma á los unicúspides superiores (fig. 9). Especie tipo.—Sorex leucodon Hermann. Hasta ahora se han descrito unas ciento veinte especies de este género, distribuidas por la Europa central y meridional, toda África, la mayor parte de Asia y el Archipiélago Malayo. De estas espe- cies, tres figuran en nuestra fauna, una de ellas representada por dos subespecies distintas. Clave de las especies v subespecies. a. Longitud de la cabeza y el cuerpo, 60 mm. ó más. b. Cola relativamente corta; doblada sobre el lomo, no pasa de los hombros; longitud de la serie dental superior, más de 8 mm. (e Pelaje pálido, con reflejos plateados ................ C. russula pulchra. er Pelaje obscuro con reflejos CÚpreosS.........ooooomoo... C. russula cintree. -b', Cola larga; doblada sobre el lomo, alcanza próximamente al occipucio; longi- tud de la serie dental superior, 8 mm. Ó MOenoOS......ooooo.... C. balearica. a'. Longitud de la cabeza y el cuerpo, 55 mm. Ó MenoOS.......oooom... C. cantabra. SORICIDAE 53 Crocidura russula pulchra Cabrera. (Lám. III) Sorex araneus Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. Zool. Arag. (1784), pág. 57. Crocidura aranea Cazurro, Actas Soc. Españ. de Hist. Nat. (1894), pags. 9, 192. Pachyura etrusca Cazurro (no Savi), 1. c. (1894), págs. 9, 192. Crocidura russula pulchra Cabrera, Ann. Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pá- gina 213. Diagnosis.—Es la forma española de la C. russula Hermann, y se distingue de ésta por su tamaño más reducido y su pelaje pardo claro con reflejos plateados. Caracteres.—Cola un poco más larga ó un poco más corta que la mitad de la longitud del cuerpo con la cabeza, pero siempre infe- rior á un 60 por 100 de dicha longitud. Doblada sobre el lomo, no pasa de los hombros. Color de las partes superiores sepia pálido, con un ligero tinte rojizo en algunos ejemplares y tirando en otros á pardo de brécol, Fia. 10. Cráneo de Crocidura russula pulchra. = 2. y siempre con brillantes reflejos argentados en el dorso. Superficie ventral blanca cenicienta. Los pelos tienen en todas partes la base de un color de pizarra obscuro, que en el vientre se ve mucho al exterior. Cola sepia por encima, blanca por debajo. Pies cubiertos de pelillos blancos. Cráneo (figs. 10 y 11 B), con el rostro estrecho y alargado, y la caja cerebral, mirada por encima, circular. Visto por detrás, aparece como un semicírculo cuyo diámetro es su propia base. La longitud A A A Si 0. ANDA > Ac A A E A rm PG Mes E ] y y “ ) ñ A PAN E MODA A 54 INSECTÍVORA de la serie dental superior, incluyendo los incisivos, superior á 8 milímetros. Dimensiones del tipo, macho adulto: Cabeza y cuerpo, 71 milí- metros; cola, 41,5; oreja, 8; pie posterior, 12. Cráneo: longitud cóndilobasal, 19 mm.; ancho interorbitario, 4,2; ancho de la caja cerebral, 9,1; mandíbula, 10,2; serie dental supe- rior, con los incisivos, 8,4; serie dental inferior, con los incisi- vos, 7,8. Distribución geográfica. —Probablemente toda la Península, excepto el distrito lusitano. He examinado ejemplares de Panticosa, Bilbao, Madrid, Arganda, Collado Mediano, las Navas del Mar- qués, Ciudad Real y Valencia, y sin duda deben referirse á la misma subespecie los que, bajo el nombre de Sorex araneus, mencionan en Andalucía otros autores. Localidad típica, Valencia. La forma tipo de la especie vive en toda la Europa central. Observaciones.—La C. russula pulchra es la musaraña común de casi toda España. Aunque poco conocida del vulgo, parece ser frecuente en todas partes, sobre todo en las inmediaciones de los pueblos, en las huertas, en los herrenales y en los jardines abando- nados. Se la ve algunas veces de día, pero sus costumbres son más bien nocturnas, ó al menos crepusculares. Se esconde debajo de las piedras ó entre las raíces de los árboles viejos, y allí hace la hembra en primavera una especie de nido tosco, con pajas, hierbajos y hojas secas, donde da á luz cinco ó seis crías, rara vez más. Los peque- ñuelos nacen desnudos, pero pronto se cubren de pelo muy corto, ' gris parduzco, y al mes y medio salen ya á buscarse por sí mismos su alimento. Este consiste en insectos y gusanos de todas clases, á los que la musaraña acomete con un encarnizamiento que le da cierto aspecto de fiera en miniatura. Los ejemplares jóvenes de esta subespecie han sido frecuente- mente confundidos por los naturalistas españoles con adultos de Pachyura etrusca. Crocidura russula cintre Miller. Crocidura aranea Oliveira y Lópes Vieira (no Linné), Ann. de Scienc. Naturaes m1 (1896), pág. 83. Crocidura russula cinti ce Miller, Anmn. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pá- gina 390. : 7 | | Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina Ill CROCIDURA RUSSULA PULCHRA CROCIDURA BALEARICA Tricromia Suc. de E. Paez. SORICID.E 55 Diagnosis.—Semejante en su aspecto y dimensiones á la C. r. pulchra, pero de color más obscuro y con reflejos cúpreos en vez de argentados. Caracteres. —Proporción entre el cuerpo y la cola como en la sub- especie pulchra. Cráneo idéntico al de ésta. Pelaje más obscuro y ro- jizo, de un color entre pardo Marte y alazán obscuro con vivos refle- jos cúpreos. Región ventral y pies, de un pardo madera muy pálido. Cola parda de brécol, mucho más pálida por debajo que por encima. Dimensiones de un macho, de Lisboa: Cabeza y cuerpo, 66 mm.; cola, 35; oreja, 8,2; pie posterior, 11,8. Cráneo: longitud cóndilobasal, 18,5; ancho interorbitario, 4; an- cho de la caja cerebral, 9; mandíbula, 10,5; serie dental superior, con los incisivos, 8,5; serie dental inferior, con los incisivos, 8. Distribución geográfica.—Portugal y Galicia. Localidad típica, - Cintra. Observaciones.—Esta raza de C. russula, por su color, se ase- meja más á la forma típica que la C. r. pulchra, pero su tamaño es el de esta última. En los ejemplares en alcohol se pierde la diferen- cia de coloración, y así no es de extrañar que Miller haya conside- rado como pulchra un macho de la Sierra de Jerez conservado de este modo en el Museo Británico. Indudablemente, el tal ejemplar es de la forma cintroe, pues ésta se encuentra también en Galicia, de donde hay ejemplares en el Museo de Madrid y en mi colección. El Dr. Seabra (1) menciona en Portugal la C. leucodon, pero sin otro dato que un ejemplar muy joven, de una edad en la que no es posible distinguir unas de otras las diferentes formas europeas de este género. Crocidura balearica Miller. (Lám. ID Crocidura aranea Barceló (no Linné), Anal. Soc. Españ. Hist. Nat., 1v (1875), pá- gina 54, Crocidura russula Thomas (no Hermann), Proceed. Zool. Soc. of London (1901), pág. 39, Crocidura balearica Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 391. NomBRE VULGAR: Rata arañera, en balear. (1) Jorn. Scienc. (2), vr, 1900, pág. 98. 56 INSECTÍVORA | Diagnosis. —Del mismo tamaño que las formas ibéricas de C. rus- 3 sula, pero:con la cola más larga y el pelaje casi sin reflejos metálicos. 8 Caracteres.—Cola bastante más larga que la mitad de la longi- tud del cuerpo y la cabeza, representando más de un 60 por 100 de la misma, y llegando hasta el occipucio, próximamente, si se la dobla os, por encima del lomo. NS Color pardo, pelo tirando algunas veces á sepia, y con los reflejos 3 metálicos muy débilmente indicados, cuando no faltan por completo. Vientre gris de humo sucio. Pies y cola de un gris parduzco claro. E Cráneo como en C. russula, pero los dientes más pequeños; la serie dental superior, con. los incisivos, no mide nunca más de 8 mm. eN de longitud. MN Dimensiones de un macho adulto de Menorca: Cabeza y cuerpo, 62 mm.; cola, 42; oreja, 6; pie posterior, 11,4. Cráneo: longitud cóndilobasal, 18,5; ancho interorbitario, 4,2; DO ancho de la caja cerebral, 8; mandíbula, 11; serie dental superior, ES con los incisivos, 7,8; serie dental inferior, con los incisivos, 7,4. de. - Distribución geográfica. —Islas Baleares; en Mallorca, la espe- ho cie es bastante rara. Localidad típica, San Cristóbal (Menorca). « Observaciones.—La musaraña balear se distingue muy bien de a las de la Península por la considerable longitud de su cola, carácter que se advierte á primera vista y que parece ser común á todas las e. especies de las islas del Mediterráneo, encontrándose también en o. C. cyrnensis de Córcega, C. caudata de Sicilia y C. cypria de A Chipre. Crocidura cantabra Cabrera. 3 (Lám. IV) Crocidura cantabra Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., vin (1908), pá- gina 239. Crocidura mímula cantabra Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 99. y Diagnosis.—Parecida á C. russula pulchra, pero mucho más y pequeña, no pasando de 55 mm. la longitud del cuerpo con la cabeza. Caracteres.—Cola un poco más corta ó un poco más larga que la mitad del cuerpo y la cabeza. Color de las partes superiores sepia, tirando á pardo Van Dyck en la cabeza, muy lustroso pero sin reflejos metálicos. Partes SORICIDE 57 inferiores de color de ante claro, casi blanco en algunos ejempla- res. La parte basal de los pelos, gris pizarra. Pies de un blanque- cino parduzco sucio. Cola sepia por encima, blanca sucia por debajo. Cráneo parecido al de C. russula pulchra, pero un poquito más pequeño y con la caja cerebral muy deprimida, lo que se aprecia sobre todo cuando se le mira por su parte posterior (fig. 11, A). Los unicúspides segundo y tercero son muy pequeños. Dimensiones de una hembra adulta, de Colindres (Santander): Cabeza y cuerpo, 52,5; cola, 34,5; 1 Di oreja, 7; pie posterior, 11,8. Eos ye Cráneo: longitud cóndilobasal, 17,6; ancho inter- e orbitario, 4; ancho de la caja cerebral, 7,8; mandí- Era. 11. bula, 9,7; serie dental superior, con los incisivos, Cráneos de Croci- > A E AA dura cantabra (A) 8,2; serie dental inferior, con los incisivos, 7,5. y C. russula pul- Distribución geográfica.—Distritos cantábrico %” Ec y lusitano. Localidad típica, provincias Vasconga- das. Además del tipo, he examinado varios ejemplares de distintos puntos de la provincia de Santander y uno de Vilaboa (Coruña). Observaciones.—Por su reducido tamaño, esta musaraña se dis- tingue muy bien de las demás formas ibéricas del mismo género. Su área de dispersión está muy inmediata á la de C. mimula iculisma Mottaz, una forma propia de la Francia occidental (Charente), pero C. cantabra es mucho más pequeña y tiene el cráneo más prolon- gado y más bajo. En ¿culisma, la caja cerebral, mirada por detrás, forma un semicírculo, mientras en cantabra la línea correspondiente á la bóveda craneana es menos convexa y casi paralela á la línea de la base. En esto y en el tamaño muy reducido del segundo y del tercer unicúspides, el cráneo de cantabra tiene más analogía con el de la C. leucodon, especie no encontrada hasta ahora en nuestro país y que ni por su tamaño ni por su coloración puede confundirse con la que ahora nos ocupa. Es muy verosímil que el ejemplar joven del Museo de Lisboa, considerado por Seabra como C. /eucodon, pertenezca realmente á la especie cantabra, pues habiendo sido ésta obtenida en Galicia, nada tiene de extraño que exista en otros puntos del distrito lusitano. La descripción original de la C. cantabra es un poco inexacta en A A A AS AA AS y ) €. dE LO 58 INSECTÍVORA cuanto al color, porque el tipo, aunque preparado en piel, fué puesto en aleún tiempo en alcohol por alguna persona ignorante que lo creyó en carne, y el pelo empezó á tomar el matiz rojizo que adquie- ren todos los Sorícidoe conservados en alcohol. Género PACHYURA Sélys. Sorex Linné, 1766 (parte, no 1758). Crocidura Wagler, 1832 (parte). Pachyura Sélys, 1839. Paradoxodon Wagler, 1855. Plerodus Schulze, 1897. Caracteres.—Todos los caracteres externos como en Crocídura. Fórmula dentaria: >, pm 3» mM == 30. Dientes entera- mente blancos, semejantes en todo á los de Crocidura, salvo la presencia de un cuarto unicúspide delante del pm!. Especie tipo.—Sorex etruscus Savi. Se han descrito unas treinta especies de este género, de las cua- les sólo una existe en la Península Ibérica. Pachyura etrusca Savi. Sorex etruscus Savi, Nuov. Giorn. di Litter., 1 (1822), pág. 60, lám. Crocidura etrusca Wagler, Isis (1832), pág. 275. Sorex pachyurus Kuster, Isis (1835), pág. 77. - Pachyura etrusca Bonaparte, Iconogr. Fauna italica, fasc. xx1x (1840), lám., fig. 2, Crocidura suaveolens Blasius (parte, no Pallas), Faun. Deutschl. (1857), pág. 147, figs. 95, 96. Diagnosis. —Una especie muy pequeña, con la cola tan larga como el cuerpo sin la cabeza. Es el mamífero más pequeño de Eu- ropa. Caracteres.—Cabeza relativamente voluminosa, muy alargada. Orejas grandes y muy descubiertas. Cola larga, gruesa, revestida de pelo muy corto, entre el cual sobresalen numerosos pelillos largos y tiesos. Color de las partes superiores entre gris y pardo de brécol, pa- sando insensiblemente á gris de humo muy claro en las inferiores, donde ofrece un ligero lustre argentado. Los pelitos que revisten RS > SORICIDE 59 los pies, de un color gris de humo sucio; los de la cola, del mismo color que el lomo, algo más pálido en los lados y por debajo. Cráneo estrecho, alargado y con la caja cerebral muy aplastada, de modo que su perfil superior es una línea Casi enteramente hori- zontal. El cuarto diente unicúspide, que parece ser el pm* (1), es sumamente pequeño y está algo retirado ha- cia dentro, quedando en parte oculto al exte- rior por la cúspide anterior del pm*. (fig. 12). Dimensiones de un macho adulto, de Villa del Prado: cabeza y cuerpo, 42,5 mm.; cola, O 27,6; oreja, 5; pie posterior, 7. Cráneo: longitud cóndilobasal, 12,7 mm.; A ancho interorbitario, 3; ancho de la caja ce- a E Lied : , FIG. 12. rebral, 6; mandibula, TE ses dental superiol A con los incisivos, 5,8; serie dental inferior, etrusca. 5, con los incisivos, 5,4. En a, los premolares su- periores vistos por la Distribución geográfica.—Probablemen- corona, para mostrar la te, esta especie existe en toda la Península, PT o o aunque acaso solamente en las localidades re- lativamente bajas. Los únicos ejemplares ibéricos que se conocen son uno de Villa del Prado, uno de Gerona y otro de Gijón, en el Museo de Madrid; uno del Algarve, en el de Lisboa, y tres de las Marismas del Guadalquivir, en el Museo Británico. Se encuentra también en Italia, Sicilia, el sur de Francia y Arge- lia. Localidad típica, Pisa. Observaciones.—Como quiera que esta diminuta musaraña ha sido citada por Cazurro de Collado Mediano y por Graells de El Escorial, localidades ambas que están á 1.040 metros de altura, mi suposición de que debe ser propia de sitios poco elevados podrá parecer poco fundada; mas he de hacer presente que los ejemplares que sirvieron de base á aquellos autores para sus citas se conservan en el Museo de Madrid, y puedo asegurar que no pertenecen á esta (1) Indudablemente, este dientecillo corresponde á un rudimento de premolar que los embriones de Crocídura presentan entre el pmt y el pm!, y que Augusta Arnbáck-Christie-Linde identifica con el pr?, atendiendo al hecho de que en los Soricida que tienen 4—4 premolares maxilares, el pra? es muy pequeño, lo cual parece indicar que éste es el que se ha perdido cuando solo existen 3— 3. A ; e ds 9 ys A A AS o » id P É : 60 ¿ INSECTÍVORA especie; todos son individuos muy jóvenes de Crocidura russula pulchra. Por su tamaño, estos ejemplares se asemejan, en efecto, á la Pachyura, pero sólo por el tamaño, pues el aspecto general, en el que á primera vista se notan los rasgos propios de la juventud, es muy diferente. En prueba de ello, y para evitar la repetición de FiG. 13. A, Pachyura etrusca, hémbra adulta. Gijón (Museo Nacional de Ciencias Naturales, núm. 1.133). —B, Crocidura russula pulchra, joven. Collado Mediano (Museo Nacional de Ciencias Naturales, núm. 1.135). Tamaño natural. estas confusiones, me ha parecido conveniente dar una figura de la Pachyura etrusca adulta, y junto á ella la de una Crocidura joven de Collado Mediano, de las consideradas por Cazurro como aquella especie (fig. 13). Género NEOMYS Kaup. Sorex Schreber, 1777 (parte, no Linné). Neomys Kaup, 1829. Leucorhynchus Kaup, 1829. Huydrogale Kaup, 1829. Crossopus Wagler, 1832. Hidrosorex Duvernoy, 1835. Amphisorex Duvernoy, 1835. Pinalia Gray, 1838. Galemys Pomel, 1848 (parte, no Kaup). Pinulia Wallace, 1876. Caracteres. —Orejas medianas, casi enteramente ocultas bajo el pelo, con los lóbulos superior y central provistos de mechones de SORICIDAE 61 pelo. Extremidades pentadáctilas, con una franja de pelos cortos, tie- sos y duros, muy compactos, á lo largo de su borde externo. Cola larga, sin vibrisas. Pelaje espeso, corto y aterciopelado. Una glán- dula almizclada en los flancos, oculta bajo el pelo. Mamas: 0.0 — 5.5. Cráneo con la caja cerebral ligeramente elevada, y el borde ma- xilar cóncavo y prolongado por detrás en una punta que oculta al exterior parte de los dos últi- mos molares. Cóndilo mandi- bular con dos caras articulares, la inferior oblicua y prolongada hacia dentro. Fórmula dentaria: ¡e 3-3 3-3 os Ma 0 Dientes TO con las puntas teñidas de un rojo obscuro. Primer incisivo superior con la punta posterior formando un talón corto. Cuatro unicúspides, el último muy pequeñito y algo más retirado hacia den- tro que los otros tres. Unico incisivo mandibular con un dentículo, á modo de talón, en la base de su borde posterior, que en los Sorí- cídee, por la forma especial de este diente, resulta borde superior (fig. 14). Especie tipo. —Sorex Daubentonii Erxleben,=S. fodiens Schreber. Conócense cuatro especies de este género, propias de las regio- nes frías y templadas de Europa y Asia. En la Península existen dos de ellas. Dientes de Neomys fodiens. < 3. Clave de las especies. a. Con una franja de pelos largos en la cara inferior de la cola....... N. fodiens. a'. Sin franja de pelos largos en la cara inferior de la cola.......... N. anomalus. Neomys fodiens (Schreber). Sorex aquaticus P. L. S. Miiller (no Linné), Natursyst. Suppl. und Regist., vu (1776), lám. 1. Sorex fodiens Schreber, Sáugth., m1 (1777), pág. 571, lám. cLxi. Sorex Daubentoniíí Erxleben, Syst. Regni Anim. (1777), pág. 194. Sorex carinatus (Hermann), Zimmermann, Geogr. Gesch. Menschen, 1 (1780), pá- gina 383. 62 INSECTÍVORA Sorex bicolor Shaw, Natural. Miscell., 1 (1791), lám. Lv. Sorex eremita Meyer, Zool. Annalen, 1 (1793), pág. 323. Sorex fluviatilis Meyer, 1. c. (1793), pág. 323. Sorex ciliatus Sowerby, Brit. Miscell. (1805), pág. 103, lám. xurx. Sorex lineatus Geoffroy, Ann. du Mus. d'Hist. Nat., xvu (1811), págs. 181. Sorex remifer Geofíroy, 1. c. (1811), pág. 182. Neomys Daubentonii Kaup, Syst. Europ. Thierw. (1829), pág. 117. Crossopus fodiens Wagler, 1. c. (1832), pág. 275. Crossopus Sowerbyi Bonaparte, Iconogr. Fauna Italica, 1, fasc. xxix (1840). Crossopus ciliatus Bonaparte, 1. c., fasc. xx1x, (1840), lám., fig. 7. Sorex rubridens Boitard, Le Jardin des Plantes (1845), pág. 119. Neomys fodiens Thomas, The Zoologist. (1898), pág. 100. Neomys fodiens minor Miller, Proc. Biol. Soc. Washingt., xrv (1901) pág. 45. Crossopus, vel Sorex, ignotus Fatio, Archiv. Scienc. Phys. et Nat. (1905), pá- gina 202. Neomys fodiens naias Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xv (1905), pág. 507 (1). Diagnosis.—La única especie del género con una franja de pe- los largos y tiesos á lo largo de la cara inferior de la cola. Caracteres. —Orejas cubiertas por el pelo de la cabeza y por sus propios mechoncitos. Pies bordeados por una franja de pelos duros, ligeramente encorvados hacia abajo, desde el talón hasta el extremo del dedo externo. Cola un poco comprimida lateralmente en los individuos muy adultos, cubierta por encima y por los lados de pelo muy corto y ralo, y provista en su cara inferior de un fleco. ó franja de pelos más largos, como de unos 364 mm., que en el ex- tremo forman un pincelillo (fig. 15, A). Color de las partes superiores negruzco Óó pardo muy obscuro, variando del negro pizarra al pardo clavo. Las partes inferiores de un blanco sucio, y algunas veces de un gris de humo bastante obs=- curo, pero siempre la línea de separación entre el color dorsal y el ventral perfectamente marcada. Cola de color pardo pelo por enci- ma y blanca por debajo, siendo blancos también los pelos largos que la adornan. Pies pardos, con la franja lateral de pelos rígidos blan- cuzca. Algunos ejemplares tienen blanco el mechoncillo que hay en (1) El Noemys fodiens es el mamífero europeo que más nombres distintos ha teci- bido; por razones de brevedad, aquí sólo se indican los más usados por los autores, y sobre todo los que con más frecuencia han adoptado los naturalistas españoles. Para la sinonimia completa véase Miller, Cat. Mamm. West. Europa. Fauna ibérica: Mamíferos. Lámina IV CROCIDURA CANTABRA NEOMYS ANOMALUS Cuatromia Suc. de E. Páez. ia o ES US NE , SORICIDAE 63 la parte superior de la oreja, y también los hay con una manchita blanca detrás de cada ojo. Cráneo con el perfil superior de la caja cerebral suavemente redondeado. Los dientes no ofrecen ninguna particularidad notable. Dimensiones de un macho adulto, de las cercanías de Huesca: cabeza y cuerpo, 88 mm.; cola, 61; oreja, 8,5; pie posterior, 18. Cráneo: longitud cóndilobasal, 21,5 mm.; ancho interorbitario, 4,2; ancho de la caja cerebral, 10,6; mandíbula, 11; serie dental superior, con los incisivos, 9,5; serie dental inferior, con los incisivos, 8,6. FiG. 15. Colas de Veornys fodiens (A) y N. anomalus (B). Tamaño natural. Distribución geográfica.—Distrito pirenaico. Hasta ahora no hay datos auténticos de su existencia en otras partes de la Penínsu- la, pues aunque Seoane lo menciona en Galicia y Graells «en las provincias costaneras del Cantábrico», es difícil saber si estos auto- res se refieren realmente á esta especie ó al V. anomalus mientras no se examinen ejemplares de dichas localidades. Fuera de nuestro país, esta especie vive en casi todo el cen- tro y norte de Europa, incluso en Inglaterra y Escocia, si bien pudiera tal vez admitirse una raza local británica. Localidad típica, Berlín. Obseroaciones.—El N. fodiens de los Pirineos fué considerado por Miller como una subespecie (N. f. minor) diferente de la que existe en la Europa central, pero después el mismo autor lo ha. 2 vuelto á reunir con esta última (1), á mi juicio muy acertadamente. En efecto, aquella raza local fué fundada solamente sobre tres ejem- plares de Montréjeau (Haute Garonne, Francia), que comparados (1) Catal. Mamm. West. Europe, 1912, pág. 69. A PA E +. pa ar, 7 LA 64 INSECTÍVORA con otros de Suecia, Alemania, Suiza y Bélgica resultaban ser más pequeños y tener el cráneo algo más estrecho; pero estas diferen- cias son indudablemente individuales. El ejemplar de Huesca cuyas medidas he dado, y que lógicamente debe pertenecer á la misma raza que los del Pirineo francés, tiene el cráneo idéntico á uno de Suiza, y sus dimensiones exceden un poco de las que Miller había considerado como medida máxima de la forma minor (cabeza y cuerpo 85 mm.; cola, 60; pie, 18). Trutat (1) afirma que en los Piri- neos se encuentran ejemplares hasta de 20 centímetros de largo total, y en cambio, algunos de la Europa central ni siquiera llegan á la referida máxima. Uno de Borgoña, por ejemplo, descrito por Dau- benton en la Histoire Naturelle de Button, tenía 85,5 milíme- tros de cabeza y cuerpo, y 61 de cola; y Brehm, refiriéndose evi- dentemente á ejemplares alemanes, asigna al cuerpo 65 mm., y á la cola 53. Las subespecies, y aun especies, que otros autores han querido establecer sobre diferencias de coloración, tienen todavía menos fundamento. En todas las localidades donde existe el N. fodiens se encuentran por igual individuos con las regiones ventrales blancas y otros que las tienen de un gris más ó menos obscuro, debiendo considerarse estos dos tipos de coloración como meras variedades individuales (el segundo, acaso como una tendencia al melanismo), Ó á lo sumo como dos fases cromáticas sin valor ninguno zoogeográfico. Conviene además tener presente que, lo mismo en éste que en los demás Soricidce, el pelo de los ejemplares conservados en alcohol ó expuestos largo tiempo á la luz adquiere cierto matiz rojizo que pudiera hacer creer en la existencia de variedades que no se obser- van en los animales vivos. El N. fodiens vive junto á las charcas y los riachuelos. Nada y bucea muy bien. Se alimenta de insectos acuáticos, pequeños crus- táceos, peces y batracios. (1) Bulletin de la Soc. d'Hist. Nat. de Toulouse, xu, 1878, pág. 100. A A AS A AA EE SORICIDE 65 Neomys anomalus Cabrera. (Lám. IV) Sorex fodiens Seoane (no Schreber), Fauna Mastol. de Galicia (1861-1863), pág. 49. Sorex carinatus Reguera (no Hermann), Fauna de Sierra Morena: Mamíf. de Montoro (1881), pág. 34 Sorex vulgaris Cazurro (no Linné), Act. Soc. Españ. de Hist. Nat. (1894), pá- ginas 9, 191. Sorex tetragonurus Graells (no Hermann), Mem. Acad. Cienc. Madrid, xv1 (1897), pág. 442. ? Crossopus fodiens Graells (no Schreber), 1. c. (1897), pág. 446. Crossopus ciliatus Graells (no Sowerby), 1. c. (1897), pág. 447. Neomys anomalus Cabrera, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 214. Neomys fodiens anomalus Trouessart, Faune des Mammif. d'Europe (1910), pá- gina 57. NOMBRES VULGARES: Musaraña de agua, Musgaño de arroyo, en castellano. Diagnosis.—Parecido al NV. fodíens, pero con la cola sin franja de pelos largos por debajo. Caracteres.—Aspecto exterior y coloración como en la especie anterior, pero en la cola, el pelo de la cara inferior, aunque lo bas- tante largo para ocultar las escamas de la piel, no llega á formar franja, y sólo en la punta es un poco más alargado, formando ape- nas un pequeño pincelillo terminal (fig. 15, B). Color de las partes superiores negro parduzco lustroso, teniendo los pelos la base de un color de pizarra obscuro. Partes inferiores blancas, con frecuencia ligeramente teñidas de amarillento debajo del cuello; el blanco bruscamente separado del color dorsal obscuro. Pies blancos, los posteriores con una mancha negruzca á lo largo de la mitad posterior del borde externo, y tanto ellos como los anterio- res con una franja lateral de pelos blancos. Cola bicolor, sepia ó negruzca por encima y blanca por debajo. Cráneo con la caja cerebral más elevada pero menos redondeada que en N. fodiens; la región frontal, menos convexa, forma un suave declive. Dientes sin ninguna particularidad. Dimensiones del tipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 73 mm.; cola, 60; oreja, 8; pie posterior, 17,5. Cráneo: longitud cóndilobasal, 20,4 mm.; ancho interorbitario, 4: ancho de la caja cerebral, 10; mandíbula, 10,5; serie dental superior, con los incisivos, 9,6; serie dental inferior, con los incisivos, 9. 7 ye di CARA ad” + ATEAS ds nó E E dd d o 5 66 INSECTÍVORA Distribución geográfica.—Toda la España central, el distrito lusitano, el pirenaico, y probablemente el cantábrico. Yo he exami- nado ejemplares de las provincias de Madrid y Salamanca y de la Sierra de la Estrella en Portugal, y el profesor Miller los ha obte- nido en la provincia de Burgos, y los cita de Lérida y Castellón. La misma especie debe ser la que Martínez Reguera ha encontrado en Sierra Morena, y probablemente debe referirse también á ella el Sorex fodiens de Galicia mencionado por Seoane. Localidad típica, San Martín de la Vega (Madrid). Observaciones. —Debido á la falta de franja de pelos en la cola, esta especie ha sido considerada por algunos autores españoles como un Sore.r. Los ejemplares que hay en el Museo de Madrid llevaron durante largo tiempo el rótulo Sorex vulgaris, y algunos de ellos son los que Cazurro menciona bajo este nombre en su trabajo sobre los mamíferos de la fauna matritense. Según parece, en los mismos ejemplares se basó Graells para incluir entre los Soricidee de nues- tro país el S. tefragonurus, si bien por lo que este autor dice se comprende que no estaba muy seguro de que esta determinación fuese exacta. El V. anomalus se encuentra lo mismo en los arroyos y lagu- nas que en los ríos caudalosos; el tipo de la especie fué captu- rado en el bajo Jarama, y también se han obtenido ejemplares en el Tajo, junto á Aranjuez. Aunque come toda clase de animales acuáticos, persigue sobre todo á los anfibios y sus larvas y á toda Clase de peces, devorando también la freza de éstos. Según he oído referir, algunas veces ha ocasionado esta especie graves perjuicios en los viveros de la estación de piscicultura de La Granja. Género SOREX Linné. Sorex Linné, 1758. Oxyrhin Kaup, 1829. Hydrosore.r Duvernoy, 1835 (parte). Amphisorex Duvernoy, 1838 (no 1835). Corsira Gray, 1838. Otisorex De Kay, 1842. Homalurus Schulze, 1890 (no Homalura Meigen). e RT A A E IR e O vw y + SORICIDE 67 Caracteres. —Orejas medianas, casi completamente cubiertas por el pelo, y con mechones en los lóbulos superior y central. Ex- tremidades sin franja de pelos en el borde. Cola más ó menos larga, sin vibrisas y siempre sin franja de pelo largo en su cara inferior. Pelaje espeso y atelpado. Una glándula odorífera en los flancos, más próxima á las axilas que á las ingles. Mamas: 0.0—3.3. Cráneo con la caja cerebral deprimida, aunque no tanto como en Crocidura; borde maxilar cóncavo, prolongado hacia atrás en una punta saliente, como en Veo- mys. Cóndilo mandibular con las dos caras articulares muy próxi- mas entre sí y colocadas trans- versalmente. : - S=3 Fórmula dentaria: A A IS Di cd pus Mo, =32. Dientes con las puntas de color rojo obs- curo. Primer incisivo superior con la punta posterior muy grande, Dientes de Sorex araneus pyrenaicus. casi igual á la anterior. Cinco uni- x 5. cúspides, el último de los cuales es el más pequeño. El único incisivo inferior con tres lóbulos ó dentículos á lo largo de su borde superior (fig. 16). Especie tipo.—Sorex araneus Linné. Las especies de este género, cuyo número no baja de 50, se ha- llan repartidas por las regiones paleártica y neártica. En España existen dos de ellas, una de las cuales está representada por dos subespecies distintas. FiG. 16. y subespecies. Cc Clave de las especies a. Cola relativamente corta, de 20 á 30 mm. más corta que la cabeza y el cuerpo; primer premolar inferior con una sola punta. b. Tamaño grande; longitud cóndilobasal del cráneo, unos 20 mm.; pie posterior, ANOS Maa ares rias sees pales delo S. araneus pyrenaicus. b'. Tamaño pequeño; longitud cóndilobasal del cráneo, unos 17 mm.; pie poste- LORO SOS e cterejan teja iolelojoiaio dle oleaje o aja ias S. araneus granaríus. a'. Cola larga, sólo unos 3 mm. más corta que la cabeza y el cuerpo; primer pre- molar inferior con un talón que forma una segunda cúspide poco elevada..... S. alpinus. Yo e A A A O 68 INSECTÍVORA Sorex araneus pyrenaicus Miller. Sorex araneus pyrenaicus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, m (1909), pá- gina 416. Diagnosis.—Una forma de Sore.x relativamente grande, con la cola unos 20 mm. más corta que el cuerpo y la cabeza, los flancos de color algo más pálido que el lomo, y el pr, con una sola punta. Es la raza pirenaica del S. araneus, y se distingue de la raza típica por su tamaño más grande y su cola más larga. Caracteres. —Orejas casi escondidas bajo el pelo. Cola de igual grueso en toda su longitud y de sección casi cuadrada, pero con los án- gulos ó aristas que forman sus lados ligeramente redondeados. Pelo muy blando y espeso, bastante más largo en invierno que en verano. Color sepia sucio, más pálido, y tirando un poco á pardo de bré- col, en la parte baja de los flancos. Partes inferiores de un gris su- cio. Pies pardos de brécol; cola lo mismo, pero muy obscura por en- cima y pálida por debajo. Cráneo con el rostro estrecho y alargado, y la caja cerebral, vista por encima, casi circular. Incisivos superiores centrales con la se- gunda punta muy grande. Quinto unicúspide muy pequeño y algo retirado hacia dentro, siendo en algunos ejemplares muy difícil ver- lo. Pm, sencillo, con una sola cúspide. Dimensiones de un macho adulto, de la Seo de Urgel: cabeza y cuerpo, 73 mm.; cola, 51; oreja, 8; pie posterior, 13,2, Cráneo: longitud cóndilobasal, 19,8 mm.; ancho interorbitario, 4; ancho de la caja cerebral, 10; mandíbula, 10; serie dental superior, con los incisivos, 8,7; serie dental inferior, con los incisivos, 7,8. Distribución geográfica.—Pirineos, por lo menos en su parte oriental. También se encuentra en la vertiente francesa de la misma cadena. Localidad típica, L”Hospitalet (Ariége, Francia). La forma típica de la especie vive en Suecia. Observaciones.—Esta musaraña, descubierta hace pocos años por el profesor Miller, representa en los Pirineos el Sorex araneus de Linné, especie sumamente plástica que habita la mayor parte de Europa, pero constituyendo un gran número de formas locales dis- tintas. De ellas, la más parecida al S. a. pyrenaicus es el S. a. te- A pd o > % AD A SORICIDAE 69 tragonurus, de Suiza, Alsacia y la parte oriental de Francia; pero esta subespecie centroeuropea se distingue muy bien de la del Pi- rineo por su lomo de color mucho más obscuro, casi negro en in- vierno, en cuya estación la forma fefragonurus es realmente trico- lor, negra por encima, gris por debajo y parda clara en los costados. En el Sur de Francia, al pie de los Pirineos, se encuentra otra raza de color más pardo y con la cola mucho más corta (S. a. eurono- tus), que es probablemente la musaraña que Trutat encontró en el departamento de Haute Garomne y designó como Sorex tetrago- nurus, y que casi puede asegurarse no se hallará en la Península Ibérica, aun cuando no sería inverosímil que se extendiese á nues- tro distrito cantábrico. Sorex araneus granarius Miller. Sorex araneus granaríus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, vi (1910), pá- gina 458. Diagnosis. —Una subespecie mucho más pequeña que S. a. py- renaicus, con la cola relativamente corta y el cráneo con el paladar muy ensanchado por delante. Caracteres.—Aparte del tamaño, el aspecto externo es el de todas las subespecies de S. araneus, pero la cola es relativamente muy corta, unos 30 ó 40 mm. más corta que el cuerpo con la cabeza. - Color de las partes superiores entre sepia y pardo Prout; los flan- cos tierra de sombra, tirando á pardo madera; la región ventral gris muy pálida, lavada de isabela. Cola sepia por encima, isabela claro por debajo. Pies isabela sucio. Cráneo con el rostro corto y ensanchado, lo que se advierte muy especialmente en la parte anterior del paladar. Dimensiones de un macho, paratipo y topotipo: cabeza y cuerpo, 66 mm.; cola, 37; oreja, 7; pie posterior, 11,6. Cráneo: longitud cóndilobasal, 17,4 mm.; ancho de la caja cere- bral, 9,2; mandíbula, 9; serie dental superior, con los incisivos, 7,4; serie dental inferior, con los incisivos, 6,8. Distribución geográfica.—Centro y Noroeste de España. Hasta ahora sólo se conocen ejemplares de la Sierra de Guadarrama y de Galicia. Localidad típica, La Granja (Segovia). A $ 70 INSECTÍVORA Observaciones.—La forma granaríus es la más pequeña de la especie araneus. S. a. fretalis, de la isla de Jersey, se parece mucho á ella por la forma del cráneo, pero es más grande (pie pos- terior, 13 mm.; cráneo, 19) y tiene la cola relativamente más larga. El descubrimiento de esta pequeña musaraña data de muy poco tiempo, pues aunque Cazurro y Graells ya mencionaron la existen- cia del Sorex araneus, bajo los nombres vulgaris y tetragonu- rus, en el centro de España, no lo hicieron porque hubiesen visto esta subespecie, sino porque consideraron como un Sore.x el Neo- mys anomalus. Los primeros ejemplares conocidos de S. a. gra- narius, procedentes de La Granja, se conservan en el Museo Britá- nico. Posteriormente, el Museo de Madrid ha recibido la misma sub- especie de Vilaboa (Coruña), donde ha sido obtenida por el joven y entusiasta naturalista D. Cándido Bolívar Pieltain. Sorex alpinus Schinz. Sorex alpinus (Schinz) Fróbel y Heer, Mittheil. Geb. Theor. Erdkunde, 1 (1836), pág. 114. Sorex Antinorii Bonaparte, Iconogr. Fauna Italica, 1, fasc. xx1x (1840), lámina, figs. 2, 3. Amphisorex alpinus Duvernoy, Mag. de Zool. (1842), pág. 31, lám. xLIx. Diagnosis.—Cola muy larga, á lo sumo unos 5 mm. más corta que el cuerpo y la cabeza; pelaje casi uniforme; pm, con una pe- queña cúspide detrás de la cúspide principal. Caracteres. —Orejas algo más grandes que en S. araneus, aun- que ocultas casi por completo por el pelo de la cabeza. Cola casi de la longitud del cuerpo y de la cabeza, por lo general 4 ó 5 mm. más corta. Pelaje bastante largo y muy lustroso. Color general gris obscuro, entre pizarra y gris ratón, bastante más pálido en las partes inferiores. Pies y cara inferior de la cola, de un blanco sucio. Cráneo con la caja cerebral algo más convexa que en S, araneus. Incisivos superiores centrales con la punta posterior más corta. El pm, con un talón formando una segunda cúspide poco elevada. Dimensiones de una hembra, del Puerto de Benasque: cabeza y cuerpo, 72,6 mm.; cola, 69,8; oreja, 8; pie posterior, 16. A CS a e LS ss SORICIDE 71 Cráneo: longitud cóndilobasal, 19,8 mm.; ancho de la caja cere- _ bral, 10; mandíbula, 10,8; serie dental superior, con los incisivos, 9; serie dental inferior, con los incisivos, 8,2. Distribución geográfica. —Pirineos, macizo de la Maladeta. Encuéntrase además en el Jura y en los Alpes de Suiza. Localidad típica, el San Gotardo. Observaciones. —Esta especie ya fué citada en la Maladeta por Trutat, en 1878. El único ejemplar español que yo he visto es la hembra cuyas medidas doy más árriba. Cazurro cree poder con- siderar como S. alpinus «algunos ejemplares de las regiones más elevadas de la Sierra de Guadarrama», pero como no dice dónde están esos ejemplares ni los describe (su descripción está extractada de Trouessart), el dato es de poco valor. A ie E MS ; A Orden CHIROPTERA Mamíferos euterios terrestres adaptados para el vuelo, con cinco dedos en las cuatro extremidades, los cuatro últimos de las anterio- res muy prolongados y reunidos entre sí y con los lados del cuerpo por una membrana aliforme que se extiende hasta los miembros posteriores y la cola; el primer dedo, ó el primero y el segundo, de las extremidades anteriores, provistos de garras, y los demás sin uñas y con la falange terminal frecuentemente cartilaginosa; los de las extremidades posteriores todos unguiculados; cráneo con las cavidades orbitaria y temporal confundidas; dientes de las cuatro clases, pero constantemente sin ¿*, pm* ni pm,; molares buno- dontos. e Estos mamíferos, vulgarmente denominados murciélagos, son los únicos que vuelan, en el verdadero sentido de la palabra, y su adap- tación para esta función se traduce no sólo en la existencia de alas, sino en muchas otras particularidades de su organización. La cin- tura escapular está considerablemente más desarrollada que la pel- vis; las escápulas son muy grandes; las clavículas robustas y encor- vadas, y el esternón presenta á lo largo de su cara anterior una cresta, casi siempre en forma de una verdadera quilla, para la mejor inserción de los músculos pectorales. Los miembros posteriores aparecen notablemente desviados de la posición normal en los ma- míiferos, vueltos hacia fuera y con la rodilla dirigida hacia atrás, y los pies están con frecuencia provistos de un largo espolón cartilagi- noso que contribuye á sostener la parte de la membrana compren- dida entre las piernas. En las expansiones membranosas que constituyen las alas de los CHIROPTERA Tie murciélagos, es difícil distinguir tres regiones perfectamente limita- das: el propatagio 6 membrana antebraquial, que ocupa el ángulo formado por el brazo y el antebrazo; el patagio ó membrana post- braquial, que desde cada costado se extiende entre el miembro an- terior y el posterior y ocupa los espacios interdigitales, y el uropa- tagío ó membrana interfemoral, extendido entre los miembros pos- teriores. La altura á que el patagio se inserta en estos últimos y la forma del uropatagio, constituyen caracteres de importancia para la clasificación. A pesar de su especialísima organización, los Chiroptera mues- tran estrechas relaciones filogénicas con los /nsectivora, la mayor Metacarpianos --- oo 2 1 ZA Me alan ges v as q EEE x ee falanges, SÓ Fila: 17. Diagrama del ala de un murciélago. Uropaltag:o parte de ellos tienen una denta- dura de tipo marcadamente in- sectívoro, con los molares pro- vistos de cúspides pertorantes, aunque hay muchos cuyos dien- tes molariformes sólo presentan colinas romas, á propósito para masticar substancias vegetales blandas. De aquí nace una primera división del orden en dos subórdenes: Megachiroptera, 6 Frugi- vora, con las cúspides de los molares obtusas, el segundo dedo de la mano unguiculado é independiente del tercero y el borde de la oreja formando un anillo cerrado, y Microchiroptera, ó Animali- vora, con las cúspides de los molares puntiagudas, el segundo dedo de la mano sin uña y más ó menos ligado al tercero, y el borde de la oreja abierto por abajo, insertándose sobre la cabeza en dos puntos 74 CHIROPTERA separados. Del primero de estos dos grupos no existe ninguna espe- cie en la Península Ibérica ni en el resto de Europa. Los Microchiroptera son, como su nombre lo indica, murciéla- gos pequeños, y aparte de los caracteres mencionados, presentan otros igualmente peculiares y que es muy necesario tener en cuen- ta. Sus orejas, grandes y membranosas, tienen en la base del borde externo un antitrago desarrollado en forma' de lóbulo, separado de dicho borde por una escotadura más ó menos profunda, y con fre- cuencia existe también un trago bastante grande, de forma muy variable y provisto en su base de un pequeño lobulillo saliente. Las narices se hallan á veces rodeadas de excrecencias cutáneas, y los ojos son muy pequeños. Son animales de costumbres nocturnas, y las especies ibéricas son todas entomótagas y pasan el invierno ocultas en cuevas y otros escondrijos, entregadas generalmente al sueño. Con raras excepciones, el vulgo no distingue estas especies con nombres particulares, confundiéndolas todas bajo la denominación de murciélago 6 murciégalo en castellano y morcego en portu- gués. La forma antigua murciego (de mur, ratón en castellano an- tiguo, y ciego, aludiendo á la pequeñez de los ojos) se usa todavía en Murcia. En Asturias se llama al murciélago espita-gueyo; en Álava, chiribito; en Cataluña, rata pinyada; en Valencia rat pe- nat, y en las Baleares, rata piñada, mientras el nombre vascuence es SAgusarra. -Distribúyense los Microchiroptera actualmente conocidos en diez y siete familias, de las cuales sólo tres se hallan representadas en la Península Ibérica. Clave de las familias. a. Narices abiertas encima del hocico y rodeadas por un grupo de excrecencias cutáneas; orejas: Sita RHINOLOPHIDE. a”. Narices abiertas en el extremo del hocico y sin excrecencias cutáneas; orejas con trago. ; b. Cola incluída total ó casi totalmente en el uropatagio; primera falange del tercer dedo de la mano extendida, durante el reposo, en línea con el meta- CADA il NN VESPERTILIONIDAE. b'. Cola libre en gran parte de su longitud; primera falange del tercer dedo de la mano doblada, durante el reposo, sobre el metacarpiano ... MOLOSsIDA. RHINOLOPHIDA 15 Familia RHINOLOPHID4 Microquirópteros con las ventanas de la nariz situadas en la par- te superior del hocico y en medio de un grupo de excrecencias foliá- ceas cutáneas, y con las orejas desprovistas de trago (fig. 18). Estos caracteres externos los ofrece también la familia Aipposideridce, que difiere de la presente por otras particularidades menos visibles in Zi Anti trago FIG. 18. Oreja de Rhinolophus (A) comparada con la de una especie de la familia Vespertilionidoe (B), para mostrar las diferencias de forma y la ausencia de trago en la primera. (dedos de los pies con dos falanges en vez de tres, vértebras lum- bares anquilosadas entre sí, etc.), mas como en ella no hay ni una sola especie ibérica, no cabe confusión. Los Rhinolophidce, tal como se considera hoy esta familia, con- prenden un solo género con numerosas especies, pero tan natural, que hasta ahora no ha sido aceptada ninguna de las divisiones que en él se ha tratado de introducir. Género RHINOLOPHUS Lacepede. Rhinolophus Lacepede, 1799. Phyllorhina Leach, 1816. Rhinocrepis Gervais, 1836 (1). Aquias Gray, 1847. (1) Erróneamente atribuído por Gervais á Geoffroy Saint-Hilaire y Cuvier. 76 CHIROPTERA Phyllotis Gray, 1866 (no Waterhouse, 1837). Speorifera Gray, 1866. Celophyllus Peters, 1866. Euryalus Matschie, 1901. Caracteres.—Hocico ancho, redondeado y cubierto por encima por un grupo de excrecencias cutáneas en el que pueden distin- guirse tres partes: una anterior, colocada horizontalmente alrededor de las aberturas nasales, denominada herradura; otra posterior, vertical y transversal, lla- mada hoja, y otra central que recibe el nombre de silla y consta de una por- ción horizontal ligeramen- te excavada y una lámina vertical, transversal, que por detrás se une con la hoja por medio de una pro- Fia. 19. yección conectiva longitu- Diagrama de las excrecencias nasales en el dinal (fig. 19). Orejas gran- género Rhinolophus, vistas de frente y de perfil. des, muy separadas entre sí, puntiagudas y con un antitrago bien desarrollado. Segundo dedo de las extremidades anteriores reducido tan sólo al metacarpiano, sin ninguna falan- ge; el tercero con dos falanges. Metacarpiano del pulgar tan largo como las falanges y la uña del mismo dedo, y completamente incluído en el propatagio. Cola de mediana longitud, comprendida toda en la membrana interfemoral, salvo una pequeña porción de la punta. Mamas: 1.1—-0.0, como en todos los Chiroptera, pero en la región pubiana presentan además las hembras dos falsas mamas ó verrugas mamiformes, que no producen secreción ninguna ni comunican con glándulas especiales. Cráneo con la caja cerebral grande, alargada, y el rostro rela- tivamente corto y muy inflado en la región nasal, donde forma gran- des protuberancias. Premaxilares reducidos á dos láminas horizon- tales, en parte cartilaginosas y suspendidas libremente entre los maxilares. Paladar óseo profundamente escotado, tanto por delante como por detrás. RHINOLOPHIDE Eh l Fórmula dentaria: > e. pm > y, m — = 32. Inci- sivos superiores sumamente pequeños y muy separados entre sí; los interiores trilobulados. El premolar maxilar anterior, que es el pra”, y el mandibular medio, ó pm,, muy pequeños. Especie tipo.— Vespertilio ferrum-equinum Schreber. De las numerosas especies que comprende este género, existen en la Península cuatro, tres de las cuales están representadas por formas locales ligeramente distintas de las razas típicas respectivas. Clave de las especies y subespecies. a. Pm en contacto con el canino, dejando al pm? fuera de la serie dental; bordes laterales de la silla cóncavos................. Rh. ferrum-equinum obscurus. a'. Pmiseparado del canino por un pequeño espacio, que ocupa el pm; bordes laterales de la silla, rectos. b. Bordes de la silla paralelos; labio inferior con 3 surcos verticales. Cc. Longitud del antebrazo, de 45 á 49 mm.; hoja estrechada gradualmente hacialapiita tot to o ri iaa Rh. euryale. c'. Longitud del antebrazo, de 50 á 54 mm.; hoja bruscamente estrechada en (E O Oe PEO Rh. Mehelyi carpetanus. b'. Bordes de la silla convergentes hacia arriba; labio inferior con un solo surco WE MS a O A A AS ne Rh. hipposideros minimus. Rhinolophus ferrum-equinum obscurus Cabrera. Rhinolophus unihastatus Seoane (no Geoffroy), Fauna Mastol. de Galicia (1863), pág. 9. Rhinolophus ferrum-equinum Barceló (no Schreber), Anal. Soc. Esp. Hist. Nat., 1v (1875), pág. 53. Rhinolophus ferrum-eguinum obscurus Cabrera, Mem. Soc. Esp. Hist. Nat., 1 (1904), pág. 257. Diagnosis.—Silla con los bordes laterales cóncavos; proyección conectiva formando una cresta redondeada; último premolar maxilar en contacto con el canino, dejando al pm* fuera de la serie dental. Es la raza ibero-berberisca del Rh. ferrum-equinum, y el Rhinolo- phus más grande de la Península; longitud del antebrazo, de 52,5 á 98 mm. Caracteres.—Orejas grandes, con el borde externo en forma de S, es decir, convexo inferiormente y muy cóncavo debajo de la punta, la cual es afilada y está dirigida muy hacia afuera; antitrago ancho, separado por una escotadura poco profunda. Herradura gran- 78 CHIROPTERA de y un poco más ancha que larga; silla con los bordes laterales cóncavos; proyección conectiva formando una cresta bastante alta, pero obtusa y redondeada; hoja ancha y corta, más ó menos acumi- nada hacia la punta (fig. 20, A). Labio inferior con un surco vertical en el centro. Segunda falange del tercer dedo muy larga, por lo FiG. 20. Excrecencias nasales, vistas de frente y de perfil, de Rhinolophus ferrum-equinum obscurus (A), Rh. euryale (B), Rh. Mehelyi carpetanus (C) y Rh. hipposideros* minímus (D). <21l/a. menos como una vez y media la primera; primera falange del cuarto dedo más larga que la mitad de la segunda. Patagio inserto por abajo en el tobillo. Uropatagio angular. Color pardo obscuro en las partes superiores, tirando en unos ejemplares á gris y en otros á pardo rojizo. Los pelos son de un color de paño sucio en la base, con la punta sepia ó parda Marte. En el centro del dorso, el color general suele ser sensiblemente más obscuro que en la cabeza y los lados del cuerpo, y en el vien- tre, en cambio, mucho más pálido. Las orejas y las membranas sepia Ó pardo foca, frecuentemente con un marcado matiz mo- rado. Los individuos jóvenes son más claros y más grises que los viejos; los recién nacidos, que están medio desnudos, sobre todo jade Y RI RA NT A RN RHINOLOPHIDAE 19 en la región abdominal, tienen el escaso pelo de un color gris muy claro. Cráneo (fig. 21) estrecho y alargado, con una cresta muy saliente, á modo de cimera, desde detrás de las protuberancias nasales hasta la región occipital. La escotadura anterior del paladar óseo un poco menos profunda que en las otras formas ibéricas, llegando sólo al nivel del protocono del ,m'. Inci- sivos superiores muy diminutos, cada uno de ellos situado hacia el centro del borde del prema- xilar correspondiente. Caninos muy grandes, el superior con la base en contacto con el pm!', de modo que el pa*, sumamente pe- queño, queda retirado en el án- gulo externo que forman aque- llos dos dientes (fig. 22, A). Á veces, el minúsculo pra* falta por completo (1). Pm, como la mitad del pm,, próximamente. Estos dos premolares también están tocán- dose por sus bases, dejando fuera de la serie dental al prm,, que es tan insignificante como el pra?. Dimensiones de un macho adul- : ] po : Cráneo de Rhinolophus ferrum-equinum to, de Santander: cabeza y cuer- ODscurus. >< 2. po, 60 mm.; oreja, 22; ancho de la herradura, 8,5; antebrazo, 55; tercer dedo: metacarpiano, 39, primera falange, 17,5, segunda falange, 28; cuarto dedo: metacar- piano, 37,5, primera falange, 10,5, segunda falange, 18,2; quinto dedo: metacarpiano, 38,5, primera falange, 13, segunda falange, 16; cola, 34; tibia, 22; pie, 11. Cráneo: longitud total, 23,5 milímetros; longitud cóndilobasal, 21; od (1) Aun en los casos en que existe, es tan pequeño este dientecillo, que casi siempre es preciso hacer uso de la lente para descubrirlo. ld A A IS DH AAA ts ada o IN 2, A E A O IO A ERA pe pa A O A PA >< 80 CHIROPTERA longitud palatosinual (1), 3; ancho cigomático, 12; ancho de las pro- tuberancias nasales, 6,5; ancho interorbitario, 3,2; ancho de la caja cerebral, 10,2; mandíbula, 16; serie dental superior, 9; serie dental inferior, 9,6. Distribución geográfica.—Toda la Península Ibérica y las Balea- res. La misma subespecie existe en Argelia, y probablemente en el Mediodía de Francia, en la parte inmediata á los Pirineos. Localidad típica, Valencia. Observaciones. —El Rhinolophus ferram-equinum, cuya forma tipo es propia de la Europa: central (localidad típica, Montbard, en el departamento de Cóte d'Or, Francia), es una especie de origen oriental, que al llegar al extremo occidental de su área de distribu- ción, da lugar á dos razas locales caracterizadas igualmente por un sensible acortamiento del antebrazo, una en Inglaterra (Rh. f. in- sulanus Barrett-Hamilton) y otra en nuestra Península y en Arge- lia, á la cual corresponde el nombre de ??. f. obscurus, que en 1904 apliqué yo á unos ejemplares obtenidos en Valencia. En aquella época me parecía que en el resto de España teníamos la subespe- cie típica, y al separar como una torma local estos ejemplares va- lencianos, lo hice atendiendo al color obscuro de su pelaje y á que tenían la herradura relativa- mente corta y ancha. Este últi- FG. 9, mo carácter no tiene realmente Canino y premolares superiores del lado importancia, pues las proporcio- derecho, de Rhinolophus ferrum-equi- : num obscurus (A), Rh. euryale (B) y Rh. "Nes de las excrecencias nasales Meteiyl, cerpetants (6). vistos por estanielieias. a gral abaLlaa aun en una misma localidad. En cuanto á la diferencia de color, debíase únicamente á que el material con que comparé aquellos ejemplares, que llegaron frescos á mis manos, estaba decolorado por una larga permanencia en alcohol y á (1) Con este término, propuesto por Mr. Oldfield Thomas, se designa en los qui- rópteros la distancia desde el palation al punto más posterior de la escotadura an- terior del paladar óseo. O O RHINOLOPHIDE 81 la luz. El Dr. Knud Andersen (1) fué quien, al año siguiente, probó que no había motivo para separar los ejemplares de Valencia de los de otros puntos de la Península, pero señalando á la vez el hecho de que unos y otros representan una raza distinta del Rh. ferrum-equi- num típico, y designándola con el nombre que yo había propuesto. Parece ser que algunos autores dudan de la validez de esta sub- especie (2), tundándose acaso en que ciertos ejemplares de la Pen- ínsula tienen el antebrazo tan largo como algunos del centro de Euro- pa. Ello es así, en efecto; pero las cifras en que aquellos y éstos coinciden, representan medidas poco frecuentes; si atendemos al tér- mino medio, Ó á las medidas más generalmente encontradas, el con- traste aparece bien señalado. Según Andersen, en la forma peninsu- lar la longitud del antebrazo varía de 52,8 á 58 mm., con 55,5 como término medio, mientras en la forma típica oscila entre 53,5 y 60,3, siendo el término medio 57,5. Yo he medido ciento sesenta ejempla- res españoles, á saber: 120 de Madrid, 18 de Valencia, 7 de Cogo- lludo, 6 de El Escorial, 3 de Santander, 2 de Burgos, 1 de Santo Domingo de Silos, 1 de Oviedo, 1 de Alcalá de Henares y 1 de la Ciudad Encantada (Cuenca). En tan numerosa serie, la longitud mí- nima del antebrazo es de 52,5 mm. y la máxima de 57. Esta última medida sólo la he encontrado en un ejemplar (un macho de Cogolludo, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid). En ciento once ejemplares mide el antebrazo 55,5 mm. ó menos, y entre los que se encuentran en este caso, sesenta y cuatro lo tienen de 55 mm. Por consiguiente, esta última cifra puede considerarse como la más fre- cuente y característica en los ejemplares de nuestro país. De la Eu- ropa central he medido diez y ocho procedentes de Francia, Suiza y el norte de Italia, cuyos antebrazos varían desde 55,2 mm. (en una hembra de Génova, del Museo de Madrid) á 59. En ocho de estos ejemplares, miden 57, y en seis pasan de esta cifra. Este resultado está perfectamente acorde con los datos suministrados por diteren- tes autores. Daubenton, en su descripción del «fer-a-cheval» (3), (1) Proceed. Zool. Soc. London, 1905, u, pág. 116. (9) Barrett-Hamilton: Annals and Magazine of Nat. Hist., Ser. 8, v, 1910, pá- gina 293, y Miller: Catalogue of the Mammals of Western Europa, 1912, pág. 146. (3) Buffon y Daubenton: Histoire Naturelle, Générale et Particuliere, vu, 1760, página 137. A AI A A A AA A E AE REN MILAN RON y a p Ñ de yA e CA A . > Ve S2 CHIROPTERA que sirvió de base á Schreber para su Vespertilio ferrum-equínum, asigna á los ejemplares de Francia un antebrazo de dos pulgadas y dos líneas (=58,5 mm.); Lataste (1) fija su longitud en unos 37, y Fatio (2), refiriéndose á ejemplares suizos, dice que oscila entre 56 y 58. ; En resumen: en los ejemplares del centro de Europa el antebrazo es, por regla general, dos ó tres milímetros más largo que en los de la Península Ibérica. Si, á pesar de todo, se considera imposible se- A parar subespecíficamente estos últimos, tampoco podremos admitir la forma ¿nsulanus, propia de Inglaterra, puesto que, distinguién- dose igualmente por tener el antebrazo más corto que la forma típi- ca, en algunos casos lo tiene hasta de 58 mm., exactamente como ocurre en obscurus. El Rhinolophus que nos ocupa es enteramente campestre, no encontrándosele nunca dentro de las grandes poblaciones. Es uno de los murciélagos que más pronto se retiran al acercarse el invierno, eligiendo para esconderse las cuevas profundas y las minas, rara vez los edificios solitarios ó ruinosos. Pasa despierto gran parte de la invernada, persiguiendo á los insectos que se alojan en las mis- mas cuevas. La hembra da á luz, en los comienzos del verano, un hijo, que cuando no mama suele ir prendido de las verrugas mamitor- mes pubianas. Rhinolophus euryale Blasius. Rhinolophus euryale Blasius, Archiv. fiir Naturg., xix (1853), 1, pág. 52. Rhinolophus Blasii Cazurro, Act. Soc. Esp. Hist. Nat. (1894), pág. 13 (no Peters). Euryalus euryale Andersen y Matschie, Sitz.-Ber. Gesells. Naturfosch. Freunde (1904), pág. 76. Euryalus toscanus Andersen y Matschie, 1. c. (1904), pág. 77. Euryalus atlanticus Andersen y Matschie, 1. c. (1904), pág. 77. Euryalus Cabrerce Andersen y Matschie, 1. c. (1904), pág. 78. ES O (1) Actes de la Soc. Linn. de Bordeaux, xxxvm, 1884, pág. 13. Es de notar el hecho de que Lataste, después de dar como longitud del antebrazo en los ejempla- res de la Gironda «environ 57 mm.», al ocuparse en otro trabajo (Actes Soc. Linn. Bord., xxxIx, 1885, pág. 154) de la especie en Argelia, dice que la medida en cues- tión varía de 54 á 57 mm. Es decir, que dicho autor, sin duda inconscientemente, ya indicó que la medida reconocida por él como término medio para los ejemplares : franceses, era la máxima para los argelinos, considerados por Andersen como idér- ticos á los españoles. A (2) Faune des Vertébrés de la Suisse, 1, 1869, pág. 36. DAI IÓ SES RA RHINOLOPHIDE 83 Rhinolophus Cabrera Cabrera, Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat. (1908), pág. 448. Rhinolophus euryale atlanticus Trouessart, Mammiferes d'Europe (1910), pág. 6. Rhinolophus euryale toscanus Trouessart, 1. c. (1910), pág. 7. Rhinolophus euryale Cabreraí Trouessart, 1. c. (1910), pág. 7. Diagnosis.—Silla con los bordes laterales rectos y paralelos; proyección conectiva formando una punta alta y aguda; hoja ancha en la base y gradualmente estrechada hacia el ápice; el premolar maxilar posterior separado del canino por un pequeño espacio, en el que se encuentra el diminuto premolar anterior; longitud del ante- brazo, 45 á 49 mm. Caracteres. —Orejas grandes, con el borde externo relativamen- te poco convexo en su parte inferior y la punta aguda y vuelta hacia fuera; antitrago redondeado. Herradura pequeña, próximamente tan larga como ancha; silla bastante ancha, con los bordes rectos y para- lelos; proyección conectiva con una punta muy alta y afilada; hoja con los bordes rectos ó ligeramente cón- cavos, estrechándose gradualmente hacia arriba hasta la punta (fig. 20, B). El labio inferior presenta tres surcos verticales. Segunda falange del tercer dedo muy larga, como dos veces la primera, ó poco más; la primera del cuarto dedo siempre más corta que la mitad de la segunda. Patagio inserto en la tibia, á unos 3 mi- límetros sobre el tobillo. Uropatagio casi cuadrado. Color pardo intenso en el dorso, mu- cho más pálido y más gris en el vientre. El pelo de las partes superiores es de Fia. 2. un color de paño sucio, bastante claro, Cráneos de Rhinolophus euryale 3 > (A) y Rh. Mehelyi carpetanus (B). con la punta tierra de sombra ó pardo E Prout; el de las inferiores gris paño, con frecuencia tirando marcadamente á lila. Las membranas sepia ó pardo foca. En general, á primera vista el color difiere poco del de la torma precedente. Cráneo (fig. 23, A) alargado, con sólo una leve indicación de cresta en la parte superior, y la escotadura anterior del paladar hasta el ni- SS y ¡o A 5 A » + e E A 84 : CHIROPTERA vel de la mitad del m', ó hasta un poco más atrás todavía. Incisivos como en el Rh. ferrum-equinum. Caninos más débiles. Pm* muy pequeño, pero situado en la serie dental, entre el canino y el pm* que se hallan separados (fig 22, B). El pm, bastante menor que la mitad del pm,, y ambos en contacto por las bases, dejando el prm,, que es muy chico, retirado hacia fuera. Dimensiones de una hembra adulta, de Madrid: cabeza y cuer- po, 48 mm.; oreja, 18; ancho de la herradura, 6,5; antebrazo, 48; tercer dedo: metacarpiano, 32,5; primera falange, 13; segunda falan- ge, 27; cuarto dedo: metacarpiano, 35,2; primera falange, 6,5; segun- da falange, 17; quinto dedo: metacarpiano, 35; primera falange, 10,2; segunda falange, 11,5; cola, 28; tibia, 18,2; pie, 10. Cráneo: longitud total, 19 mm.; longitud cóndilobasal, 17; oe tud palatosinual, 2; ancho cigomático, 10; ancho de las protuberan- cias nasales, 4,5; ancho interorbitario, 2,5; ancho de la caja cere- bral, 9; mandíbula, 11,5; serie dental superior, 6,5; serie dental inferior, 7. Distribución geográfica.—Norte y centro de la Península, des- de el Atlántico hasta el Mediterráneo, ó dicho con más exactitud, los distritos pirenaico, central, lusitano y mediterráneo. Es muy posible que exista también en algún otro, pero yo sólo he visto ejemplares de Madrid, El Escorial, Collado Mediano, Alcalá de He- nares y Valencia, mientras Seabra (1) los cita de Condeixa (Portu- gal), Aguilar-Amat (2) de Cataluña, sin determinar la localidad, y Miller de las provincias de Lugo, Madrid y Burgos. Fuera de la Península, el R?/h. euryale existe en Italia, Dalmacia y Francia. Localidad típica, Milán. Observaciones. —Esta especie fué por primera vez citada en la Península por Seabra, en 1900, pues si bien Cazurro la encontró ya seis años antes, la dió á conocer equivocadamente como Ph. Blasil. Andersen y Matschie han considerado los ejemplares ibéricos como una forma peculiar (Rh. Cabrera), que se distinguiría del Rh. eu- ryale, según dichos autores, por tener los bordes de la herradura menos convexos y el pelaje amarillento rojizo en vez de amarillento (1) Jorn. de Scienc., Lisboa (2), vi, 1900, pág. 91. (2) Butlletí Instit. Catalana de Hist. Nat., vu (1910), pág. 93. RHINOLOPHIDE 85 claro; pero después de comparar cuarenta y siete ejemplares del centro de España con cinco de diversas localidades italianas y seis de Francia (cuatro de Saint Paterne y dos de Marsella), creo poder afirmar que dicha forma no tiene razón de ser, como tampoco las denominadas atlanticus y toscanus por los mismos zoólogos. Aun en ejemplares de una misma cueva, el grado de convexidad de los bordes de la herradura varía considerablemente, y por lo que se re- fiere al color, hay que tener presente que Andersen y Matschie fun- daron la supuesta especie española en un ejemplar, enviado al Museo de Berlín por el de Madrid, que había estado largos años en este úl- timo en alcohol y expuesto á la luz. Los ejemplares de nuestro país frescos ó conservados en piel, y lo mismo los de Francia é Italia en las mismas condiciones, son de un color pardo que puede ofrecer ligeras variantes individuales, nunca geográficas, y que en nada se parece á los matices amarillos que presentan los que han sufrido du- rante mucho tiempo la acción combinada de la luz y del alcohol. El Rh. euryale trecuenta en nuestro país los mismos sitios que el Rh. ferrum-equinum obscurus. Ambos murciélagos suelen encon- trarse en las mismas cuevas, por lo menos en verano, durante el día. Rhinolophus Mehelyi carpetanus (Cabrera). Rhinolophus carpetanus Cabrera, Mem. Soc. Esp. Hist. Nat., 1 (1904), pág. 254, lám. 1, figs. 7 y $, y lám. 1. Euryalus carpetanus Andersen y Matschie, Sitz.-Ber. Gesells. Naturforsch. Freunde (1904), pág. 78. Rhinolophus Mehelyi Miller (parte, no Matschie), Cat. Mamm. W. Eur. (1912), pág. 159. Diagnosis.—Muy parecido al Rh. euryale, pero bastante más grande y con la hoja más acuminada, estrechándose bruscamente antes de la punta. Es la raza ibérica del Rh. Mehelyi, y difiere de la forma típica por ser de mayor tamaño. Longitud del antebrazo, de 50 á 54 mm. Caracteres.—Orejas como en Rh. euryale, aunque un poco más convexas en el borde externo. Excrecencias nasales semejantes también á las de aquella especie, salvo la hoja que es muy diterente, con los bordes mucho más cóncavos, y por lo tanto más acuminada, estrechándose bruscamente hacia el segundo tercio de su altura y IA EA AAA AO IAN A A ACI A E A A A e a A S6 CHIROPTERA continuando igualmente estrecha hasta la punta (fig. 20, C). Labio inferior con tres surcos verticales. Patagio inserto en la parte inferior de la tibia, á 1 mm. ó poco más por encima del tobillo. Las proporciones entre las falanges de los dedos tercero y cuarto, y la forma del uropatagio, como en euryale. Color de las partes superiores, pardo ceniciento claro; los pelos gris paño en la base y sepia ó pardo Van Dyk en la punta. Región abdominal gris paño ó gris lila. Membranas y orejas sepia ó pardo foca, á veces con cierto matiz morado. Cráneo (fig. 23, B) con la región frontal bastante más convexa que en Rh. euryale y la cresta algo más marcada. Paladar escotado por delante hasta el nivel de la mitad del m'. Apófisis angular de la mandíbula más estrecha y prolongada que en euryale. Los dientes como en esta especie, salvo que el prm*, visto por la corona, presenta el borde posterior notablemente cóncavo detrás de la cúspide (figu- ta 22.0). Dimensiones de un topotipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 54 mm.; oreja, 21; ancho de la herradura, 6,8; antebrazo, 51,5; ter- cer dedo: metacarpiano, 34; primera falange, 14,5; segunda talan- ge, 29; cuarto dedo: metacarpiano, 35,5; primera falange, 8; segunda falange, 19; quinto dedo: metacarpiano, 37; primera falange, 11,5; segunda falange, 13,5; cola, 29; tibia, 21; pie, 11. Cráneo: longitud total, 20,6; longitad cóndilobasal, 18; longitud palatosinual, 3; ancho cigomático, 10,8; ancho de las protuberancias nasales, 5,2; ancho interorbitario, 3; ancho de la caja cerebral, 9,6; mandíbula, 13; serie dental superior, 7; serie dental inferior, 7,6. Distribución geográfica. —España central, llegando por el sur hasta Sierra Morena. Hasta ahora sólo conozco ejemplares de Ma- drid, Navacerrada, Collado Mediano, Toledo y Almadenejos. Localidad típica, Madrid. Creo debe considerarse como tipo el macho cuyas medidas y figura di en la descripción original, el cual fué obtenido en la cueva de la Magdalena y se conserva en el Mu- seo Nacional de Ciencias Naturales. La forma típica de la especie es de Rumania (localidad típica, - Bukarest). Observaciones. —Este murciélago, que en 1904 describí yo como TA A IIA IMITA RS O E ar A A RO ES O A RHINOLOPHIDE Sí una especie distinta de todos los Rhinolophus hasta entonces cono- cidos, por no haber visto ningún ejemplar de RA. Mehelyi, difiere de la subespecie típica por tener generalmente dimensiones bastante mayores; en Rh. Mehelyi Mehelyi el antebrazo mide, según Miller, de 48,6 á 51,4 mm.; en Rh. Mehelyi carpetanus, de treinta y seis ejemplares que yo he examinado, en los tres más pequeños (dos machos de Madrid y uno de Almadenejos) tiene el antebrazo 50 mi- límetros (1), y en los cuatro más grandes (macho y hembra de Co- llado Mediano, una hembra de Madrid y otra de Almadenejos) llega á 54, pasando de 51,5 en veinticinco ejemplares, es decir, casi en un setenta por ciento del número total. Suele encontrarse á este Rhinolophus en los mismos sitios que al Rh. euryale, asociados los dos. Rhinolophus hipposideros minimus (Heuglin). Rhinolophus minimus Heuglin, N. Act. Acad. Ces. Leop-Carol., xx1x (1861), pág. 6. Rhinolophus hipposideros Barceló (no Bechstein), Anal. Soc. Esp. Hist. Nat., vi (1875), pág. 53. Rhinolophus hippocrepis Reguera (no Schrank), Fauna de Sierra Morena (1881), pág. 19. Rhinolophus phasma Cabrera, Mem. Soc. Esp. Hist. Nat., 1 (1904), pág. 252, lá- mina 1, figs. 3 y 4. Rhinolophus hipposiderus minimus Andersen, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser, 4, x1v (1904), pág. 455. Diagnosis.—Silla estrecha, con los bordes laterales rectos y con- vergentes hacia arriba; proyección conectiva formando cresta re- dondeada; pm? completamente en la serie dental, separando al ca- nino del prm*. Es la forma mediterránea del Rh. hipposideros, y se distingue de la subespecie típica por su tamaño más reducido; longitud del antebrazo, de 34,5 á 38 mm. Caracteres.—Orejas grandes, con el borde externo bastante con- vexo en su parte inferior y el antitrago separado por una escotadura profunda. Herradura mediana; silla estrecha, con los bordes rectos y convergentes hacia arriba, en figura de cuña; proyección conectiva (1) En la descripción original asigné al tipo y á una hembra 49 y 50 mm., respecti- vamente; pero entonces tomaba yo como medida del antebrazo solamente la lon-: gitud del radio. Midiendo, como lo hago ahora, á imitación de Andersen, hasta la curva del carpo, aquellos ejemplares tienen 50,2 y 51,5 de antebrazo. ¡SIA RAS ES E 88 CHIROPTERA parecida á la del Ph. ferrum-equinum obscurus, esto es, obtusa y redondeada; hoja relativamente estrecha, alta y puntiaguda (figu- ra 20, D). Labio inferior con un solo surco central. Segunda falange del tercer dedo, un poco más corta que una vez y media la primera; en el cuarto dedo, la primera algo más larga que la mitad de la se- gunda. Patagio inserto en el tobillo. Uropatagio angular. Color de las partes superiores, pardo más ó menos obscuro, va- riando del pardo madera al pardo Prout y aun al pardo de clavo. Este color general, que en algunos ejemplares parece á primera vista casi negro, es el de las puntas de los pelos, que en su base son de un color gris-paño ó paño sucio. La región abdominal ofrece este úl- timo color, á veces con un ligero tinte lila. Membranas y orejas siem- pre más obscuras que el pelo del dorso, y con frecuencia ne- gruzcas. Cráneo algo más deprimido en la región frontal que los de los otros Rhinolophus españoles, sin cresta en la parte superior, y ca- racterizado por el gran tamaño de los globos auditivos, los cuales están casi en contacto uno con otro, dejando el basioccipital reduci- do á una simple línea ósea. Canino maxilar bien separado del pm*, viéndose perfectamente en el espacio intermedio el pequeño pra”, que es muy afilado. En cuanto al pr,, su posición es muy variable, encontrándosele en unos ejemplares en la serie dental, y en otros fuera de ella y hasta completamente desaparecido, y hallándose el pm, y el pm, separados ó en contacto, según los casos. . Dimensiones de un macho adulto, de Trillo (Guadalajara): cabeza y cuerpo, 38 mm.; oreja, 16; ancho de la herradura, 6,5; antebra- zo, 30,9; tercer dedo: metacarpiano, 23,2; primera falange, 11,5; se- gunda falange, 18,5; cuarto dedo: metacarpiano, 27; primera falange, 7; segunda falange, 11,2; quinto dedo: metacarpiano, 26; primera falange, 8,5; segunda falange, 12,7; cola, 26; tibia, 17; pie, 8. Cráneo: longitud total, 15,8; longitud cóndilobasal, 14; longitud palatosinual, 1,6; ancho cigomático, 7,3; ancho de las protuberan- cias nasales, 3,5; ancho interorbitario, 1,8; ancho de la caja cere- bral, 6,6; mandíbula, 9,5; serie dental superior, 5; serie dental in- ferior, 5,5. Distribución geográfica.—Toda la Península Ibérica y las Ba- leares. He examinado ejemplares de Figueras, Manresa, Santoña, ( RHINOLOPHIDH 89 Madrid, El Escorial, Trillo, Albarracín, Sevilla y Menorca; Seabra lo menciona de Coimbra, la Serra do Caramulo, Lisboa y Alfeite, y Andersen de Cintra. Fuera de la Península, 2/4. hipposideros minímus existe en todas las islas del Mediterráneo, en el litoral mediterráneo de Francia (1), en Suiza, en el mediodía y centro de Italia, en Asia Menor y en el norte de África (con excepción de Egipto), hasta el Senaar y la Eritrea. Localidad típica, Kerén (Eritrea). La forma típica de la especie es de la Europa central. Observaciones.—En 1904, en mi Ensayo monográfico sobre los Quirópteros de España, hice notar pót primera vez que los ejemplares ibéricos de X?h. hípposideros son constantemente más pequeños que los del centro de Europa. En efecto, el mayor de los que he examinado (una hembra de Santoña), tiene 38 mm. de ante- brazo, siendo 36,5 ó 37 las medidas más frecuentes, mientras 39 mm. se considera como la longitud mínima del antebrazo en los ejempla- res centro-europeos. Al año siguiente, Andersen demostró que el mismo hecho ocurría en toda la subregión mediterránea y que estos ejemplares pequeños debían considerarse como una subespecie dis- tinta, cuya área de dispersión llega hasta cerca de Abisinia. Como uno de estos murciélagos, obtenido en la Eritrea por Heuglin, reci- bió de este naturalista el nombre de Ph. minimus, así es como debe denominarse dicha subespecie. Otra raza de reducido tamaño (Rh. h. minutus) existe en las Islas Británicas, siendo digna de no- tarse la analogía de esta distribución de la especie en formas loca- les con la que ocurre en el RA. ferrum-equínum. En cuanto á mi Rh. phasma, tué tundado sobre algunos ejemplares que presenta- ban en las excrecencias nasales ciertas particularidades, puramente individuales, según luego he visto, ó bien ocasionadas por algún defecto de conservación. El RA. hipposideros minimus no puede confundirse con ningún otro Rhinolophus de nuestra fauna; su pequeño tamaño basta para diferenciarlo. Cuando está en reposo, envuelto en sus membranas, ofrece el aspecto de una crisálida de algún enorme lepidóptero noc- (1) Dos ejemplares de Marsella en el Museo de Ciencias Naturales (núms. 1.266 y 1.267) pertenecen evidentemente á esta subespecie. AS a A 2 EDS e 0 o a A A A IA AAN y a 90 CHIROPTERA turno, y cuando vuela, también recuerdan sus movimientos los de ciertas mariposas. Se refugia siempre en las cuevas, buscando las más obscuras y profundas, y á veces forma colonias muy numero- sas; pero hasta ahora no se le ha encontrado nunca asociado con otros Rhinolophus. Familia VESPERTILIONID/E Microquirópteros con las ventanas de la nariz situadas en el ex- tremo del hocico, el cual nunca presenta excrecencias cutáneas; con las orejas provistas de un trago bien desarrollado; las piernas largas y delgadas, y la cola totalmente incluída en el uropatagio, del que, á lo sumo, sólo sobresale la puntita extrema (fig. 25). Durante el reposo, cuando las membranas aliformes están plegadas, la primera r falange del tercer dedo permanece extendida á continuación del metacarpiano. De unos cuarenta géneros que comprende esta familia, sólo siete están representados en nuestra fauna. Clave de los géneros. a. Parte superior de la cabeza más ó menos deprimida; primera falange del tercer dedo tan larga, cuando menos, como dos tercios de la segunda. “ b. Orejas separadas. C. Base del borde interno de la oreja formando un lóbulo angular; borde exter- no inserto debajo de la base del trago... 2% o eieln eos enaaie Myotis. c'. Base del borde interno de la oreja formando un lóbulo redondeado; borde externo inserto debajo de la comisura de la boca. Do e. Patagio inserto en la base de los dedos del pie; quinto dedo de la mano tan largo como el metacarpiano y la primera falange del tercero, ó un d. Premolares POLO MÁS 2000 te o Ole AAA Pipistrellus. e'. Patagio inserto en el tobillo; quinto dedo sólo un poco más largo que el metacarpiano del tercero. .... O IR OB eS Nyctalus. 1—1 d'. Premolares DO rr rr Eptesicus. b'. Orejas unidas en la base. . f. Orejas medianas, con el borde externo inserto entre el ojo y el labio SUDOR IS . Barbastella. E VESPERTILIONIDE 91 f'. Orejas muy grandes, con el borde exterior inserto detrás de la comi- SATA EN A ia Plecotus. Parte superior de la cabeza muy abultada y elevada sobre la cara; primera fa- lange del tercer dedo muy corta, casi como un tercio de la segunda........ Género MYOTIS Kaup. Vespertilio Schreber, 1775 (parte, no Linné). Mgyotiís Kaup, 1829. Nystactes Kaup, 1829 (no Gloger, 1827). Leuconoe Boie, 1830. Selysius Bonaparte, 1841. Capaccinius Bonaparte, 1841. Trilatitus Gray, 1842. Tralatitus Gervais, 1849. Brachyotus Kolenati, 1856 (no Gould, 1837). Isotus Kolenati, 1856. Myotus Kolenati, 1856. Tralatitius Gray, 1866. Pternopterus Peters, 1867. Exochurus Fitzinger, 1870 (no Kolenati, 1858). Aeorestes Fitzinger, 1870. Comastes Fitzinger, 1870. no muy perceptibles, contri- buyen á ensancharlo. Frente poco elevada. Orejas bas- tante grandes, aproximada- mente elípticas, con el borde interno formando en la base un lóbulo angular, y el ex- terno inserto por debajo de la base del trago, donde forma un antitrago peque- ño; trago largo, estrecho, afilado, recto ó con la punta origen á un pequeño exceso ó defecto en las dimensiones. FIG. 24, Miniopterus. Caracteres.—Hocico prolongado y medianamente ancho, con tu- metacciones glandulares á los lados de su parte superior, que, aunque Cabeza y detalle de la oreja de Myotís myotis. Tamaño natural (1). (1) Estando las cabezas de murciélago, en su mayor parte, dibujadas del vivo, la expresión «tamaño natural» no debe interpretarse con demasiado rigor; en algu_ nos casos, la imposibilidad de medir con exactitud el animal vivo puede haber dado A E 92 CHIROPTERA encorvada hacia el borde externo de la oreja. Segundo dedo con una diminuta falange ósea, apenas apreciable en las especies pequeñas; tercer dedo con tres falanges, la tercera cartilaginosa en casi toda su extensión; cuarto dedo terminado por un cartílago en forma de T; pulgar enteramente libre del propatagio. Cola bastante larga. Cráneo estrecho y alargado, con el rostro casi tan largo como la caja cerebral, ésta última medianamente elevada y el paladar bas- tante escotado por delante. Fórmula dentaria: ¿2 c A 373 1 PmM3=3 "33 =38. Incisivos ma- xilares largos y estrechos, separados en dos grupos por un ancho espacio; el incisivo interno con dos puntas; el lateral con una sola, muy arrimado al interno y separado del canino por un diastema. Incisivos inferiores pequeños; el primero y el segundo de cada lado, trilobulados; el tercero un poco más grande y con tres ó cuatro cús- pides. Los dos primeros premolares, tanto arriba como abajo (pm' y pm?*, pm, y pm,), muy pequeños, sobre todo el pm* y el pm,; el premolar posterior, en cambio, muy grande, á veces casi tan grande como el canino. Especie tipo. —Vespertilio murinus Schreber (no Linné)= V. myotís Borkhausen. Casi todos los autores modernos dividen este género en dos sub- géneros: Myotis, sensu stricto, con los pies medianos y cada es- polón ocupando, cuando más, la mitad de la distancia que media desde el talón á la punta de la cola, y Leuconoe (especie tipo, Ves- pertilio Daubentonii Kuhl), con los pies grandes y el espolón ocu- pando próximamente tres cuartos de la distancia entre el talón y la cola. La distinción entre estos dos grupos, bastante precisa cuando sólo se consideran las especies europeas, no es, sin embargo, tan clara al estudiar ciertas formas exóticas. Conócense actualmente unas ochenta especies de Myotis, distri- buidas por las cinco partes del mundo; de ellas, sólo seis han sido encontradas hasta ahora en nuestra Península. Clave de las especies. a. Espolón ocupando la mitad de la distancia entre el talón y la cola (Subgénero Myotis, S. S.). b. Tamaño grande; longitud del antebrazo, 55 mm., Ó más......... M. myotis. b'. Tamaño pequeño; longitud del antebrazo, bastante menos de 55 mm. VESPERTILIONIDAE 93 Cc. Borde del uropatagio sin franja de pelos. d. Orejas largas (más de 15 mm.) y con la parte superior del borde externo EC A O Ol ER M. Bechsteinii. d'. Orejas cortas (menos de 15 mm.) y con la parte superior del borde exter- HO COCA Maite ca DE MES A. O M. mystacinus. c'. Borde del uropatagio con una franja de pelos tiesos....... M. Nattereri. a'. Espolón ocupando tres cuartos de la distancia entre el talón y la cola (Subgé- nero Leuconoe). e. Trago con el borde interno enteramente recto y la punta no vuelta ha- cia fuera; longitud del antebrazo, menos de 40 mm.. M. Daubentoníí. e'. Trago con el borde interno convexo en su parte superior y la punta vuel- ta hacia fuera; longitud del antebrazo, 40 mm., ó algo más.......... ' M. Capaccinti. Myotis myotis (Borkhausen). Vespertilio murinus Schreber (no Linné), Sáugeth., 1 (1775), pág. 165, lám. 1. Vespertilio myotis Borkhausen, Deutsche Fauna, 1 (1797), pág. 80. Vespertilio myosotís Borkhausen, Der Zoologe, v (1797), pág. 46. Vespertilio submurinus Brehm, Ornis, 1 (1827), pág. 9. Vespertilio latipinnis Crespon, Faune Mérid., 1 (1884), pág. 17. Myotis murinús Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1856), pág. 80. Myotis murinus, var. typus; M. m., var. alpinus Koch, Jahrb. Ver. Naturk. He- zogth. Nassau, xvm (1863), pág. 415. Myotis murinus, var. spelcra Bielz, Verhandl. und Mitt. Sieb. Ver. Hermanstatt, xXxXxvI (1886), pág. 88. Myotis murinus Daday, Magyar Tud. Akad., ur (1886), pág. 44. Myotis myotís Miller, Ann. and. Mag. of Nat. Hist., Ser. 6, xx (1897), pág. 382. Myotis myosotís Miller, Ann. Mus. Zool. R. Univ. Napoli, 11, N.* 3 (1909), pá- gina 1. Diagnosis.—Un Myotís de gran tamaño, la más grande de las especies europeas, con orejas bastante grandes, los espolones tor- mando una simple curva y el borde del uropatagio sin franja de pelos. Longitud del antebrazo, 55-68 mm. Caracteres.—Orejas elípticas y bastante grandes; extendidas hacia delante, exceden á la punta del hocico en 2 mm. próximamen- te; su borde interno regularmente convexo de arriba abajo, aparte del lóbulo angular que forma en su base; el externo ligeramente cóncavo junto á la punta, la cual es redonda, y convexo en los dos tercios inferiores, terminando con un antitrago medianamente ancho. El trago es largo, aunque sin llegar á la mitad de la altura de la oreja, y tiene la punta un poco redondeada, el borde interno com- pletamente recto y el externo recto también hacia la punta, pero muy convexo en la parte inferior, con un lobulillo colocado oblicua- y ] 94 ' CHIROPTERA mente en la base. Hocico ancho; aberturas de la nariz redondeadas por un reborde ancho, pero apenas saliente (tig. 24). Patagio inserto en el borde del metatarso, cerca de la base de los dedos. Espolón ocupando poco menos de la mitad de la distancia entre el pie y la cola. Esta última no tiene fuera del uropatagio más que la última vértebra (fig. 25, A). El pelo se extiende sobre el pa- BIGII2O: Uropatagios y extremidades abdominales de Myotis myotis (A), M. Nattererii (B) y M. Cappacinii(C). < 2. pronto con el desgaste de los dientes. Incisivos inferiores trilobula- dos é imbricados, esto es, montado cada uno sobre el que le sigue. En el 7, una de las cúspides está situada detrás de las otras dos, dando á la corona una forma triangular. Pm' excediendo bastante, cuando no está desgastado, al ángulo del canino; el premolar que le sigue (pm?) muy chico y un tanto retirado hacia adentro de la serie dental, aunque perfectamente visible desde fuera. Pim, y pm, próxi- mamente iguales entre sí; pr, doble grande que cualquiera de ellos. 8 > ar” EAN PT A PA E ds Du e IR A E A 96 CHIROPTERA Dimensiones de un macho viejo, de Ciudad-Real: cabeza y cuer- po, 71 mm.; oreja, 23; trago, 11,6; antebrazo, 63,5; tercer dedo: metacarpiano, 58; primera falange, 20,2; segunda falange, 17,2; cuar- to dedo: metacarpiano, 57; primera falange, 15; segunda falange, 11; quinto dedo: metacarpiano, 55,2; primera falange, 14; segunda fa- lange, 9,5; cola, 50; tibia, 24; pie, 12. Cráneo: longitud total, 23 mm.; longitud cóndilobasal, 22; longi- tud palatosinual, 11,2; ancho cigomático, 15,8; ancho interorbita- rio, 5; ancho de la caja cerebral, 10,2; mandíbula, 18,2; serie dental superior, 10; serie dental inferior, 10,6. Distribución geográfica. —Toda la Península y las Baleares. He examinado ejemplares de Madrid, Vallecas, Villaverde, La Granja, Ciudad Real, Almadenejos y Alhama de Aragón, mientras Aguilar- amat los cita de Barcelona, Seoane de Galicia, Dobson (1) de Se- villa, Thomas (2) de Mallorca, Barceló de Menorca y Seabra de Cintra, Serra da Estrella, Mafra, Condeixa, Evora, Mogofores, Coimbra y Azeitáo (Portugal). Además, la especie se extiende por todo el centro y mediodía de Europa, por el norte de África y por el oeste y centro de Asia, donde constituye ciertas formas locales. Localidad típica, Turingia. Observaciones.—Esta especie, erróneamente conocida durante largo tiempo bajo el nombre de Vespertilio murínus, que perte- nece á otro murciélago que no existe en nuestra fauna, es muy fácil de reconocer aun á primera vista, por su gran tamaño. Es verdad que se ven algunos ejemplares bastante más pequeños que otros; así, de ochenta y seis adultos que he medido, en el más pequeño (un macho de Villaverde) tiene el antebrazo 54,7 mm. de longitud, y en el más grande (una hembra de Madrid) llega á 68 mm., encontrán- dose toda una gradación entre estos dos extremos; pero así y todo, los individuos más chicos son considerablemente mayores que cualquier otra especie de Myotís de nuestro país. De estos ejemplares peque- ños son tal vez dos de las cercanías de Burgos que Miller (3) ha considerado como M. oxygnathus en atención á sus dimensiones, (1) Catalogue of the Chiroptera in the British Museum, 1878, pág. 309. (2) Proceed. Zool. Soc. of London, 1901, pág. 37. (3) Catalogue of the Mammals of Western Europe, 1912, pág. 202. VESPERTILIONIDE 97 sin que esto quiera decir que yo niegue la posibilidad de que esta especie italiana exista en nuestra fauna. Pongo en duda, sin embar- go, su existencia, y pienso que los dos citados ejemplares pueden ser muy bien M. myotís, porque entre individuos obtenidos al mismo tiempo en una misma colonia, he hallado yo algunos con las dimen- siones que Miller asigna á oxygnathus mezclados con otros que por su tamaño no pueden ser más que myotís. Así, de doce ejem- plares de Ciudad Real, de una misma colonia, en uno mide el ante- brazo 55,8 mm., en otro 57,8, en otro 58, en otro 59 y en los res- tantes 60 ó más; y de nueve de Villaverde, en uno mide 54,7, en otros tres 57, 57,1 y 38,3, y en los demás pasa de 60. La longitud cóndi- lobasal del cráneo oscila en estos veintiún ejemplares entre 19 y 23,5 mm., con una gradación análoga á la que se observa en el largo del antebrazo. Todos ellos son adultos, con las falanges completa- mente osificadas; sólo es de notar que en los más pequeños están los dientes muy poco ó nada desgastados; pero esto ocurre también en los dos ejemplares de Miller. Si realmente se trata de dos espe- cies que se diferencian sólo por el tamaño, al encontrarlas tan ínti- mamente asociadas y sin una solución de continuidad bien marcada en las dimensiones de los ejemplares medidos, me confieso, por mi parte, incapaz de distinguirlas. Graells peca de inexacto al decir, en su Fauna mastodológica ibérica, que este murciélago es en España, y sobre todo en el cen- tro, menos frecuente que los otros. Lejos de esto, es la especie más abundante en todas partes, fuera de las ciudades. Se le encuentra, sobre todo, en los sitios bajos y descubiertos, retirándose de día y en el invierno á las cuevas naturales, sobre todo á aquellas que se hallan próximas á algún río ó al mar. Forma colonias muy numero- sas, con las que frecuentemente se mezclan algunos Miniopterus, y á veces Rhinolophus. Pasa despierto y en movimiento una gran parte del tiempo que permanece en sus escondrijos, no obstante lo cual, aun en las noches más cálidas sale á caza de insectos muy tarde y se retira mucho antes del amanecer. La hembra da á luz en pri- mavera, generalmente en Mayo, un solo hijo, que lleva consigo seis ó siete semanas. sl? PEA ( a Der as RH 25 . 98 CHIROPTERA Myotis Bechsteinii (Leisler). Vespertilio Bechsteintíí (Leisler) Kuhl, Neue Ann. Wetter. Gesellsch. fiir Ges. Naturk., 1, 1 (1818), pág. 30, lám. xxx. Nystactes Bechsteinii Kaup, Syst. Europ. Thierw., 1 (1829), pág. 106. Myotis Bechsteinii Gray, Ann. and Mag. Nat. Hist., x (1849), pág. 258, Myotus Bechsteinii Kolenati, Algem. Deutsche Naturhist. Zeit., n (1856), pág. 131. Vespertilio Ghidinii Fatio, Rev. Suisse de Zool. (1902), pág. 400. Myotis Bechsteini favonicus Thomas, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xvm (1906), pág. 220. Diagnosis.—Bastante más pequeño que el M. myotís, pero con las orejas relativamente mucho más largas; uropatagio sin franja de pelos en el borde. Longitud del antebrazo, 39 á 43 mm. Caracteres.—Orejas grandes, excediendo á la punta del hocico, si se las extiende hacia delante, casi en la mitad de su propia longi- tud; su borde interno convexo, formando una curva muy abierta; el externo recto en su mitad superior, y en la inferior convexo, con un pequeño antitrago redondo. Trago largo, puntiagudo, con el borde interno convexo hacia la punta, que está ligeramente inclinada hacia fuera, y el externo cóncavo en su parte superior y convexo en la in- ferior; en su base, un pequeño lóbulo triangular. Hocico relati- vamente estrecho; la boca muy rasgada, hasta cerca de la base del borde externo de las orejas (fig. 27). Patagio inserto en la base de los dedos del pie. Espolón ocupando la mitad de la dis- tancia entre el talón y la cola. Piernas muy largas, casi como la mitad del antebrazo. La eii última vértebra caudal sobre- o y deta ds Jn rla de ol safe del ropatariía, (El los abundante y suave, llega so- bre las membranas próximamente al mismo nivel que en M. myotis. Color pardo en las partes superiores; los pelos de un pardo negruzco, con las puntas más claras, tirando á pardo madera. En las partes inferiores, el pelo es negruzco con puntas blanque- cinas. VESPERTILIONIDAE 99 Cráneo (fig. 28, A) estrecho y alargado, con la caja cerebral bas- tante aplastada por encima, aunque mucho más prominente en la región frontal que en M. myotís. Crestas bien marcadas. Incisivos superiores internos con dos puntas, la exterior pequeña y algo reti- rada detrás del incisivo externo, el cual tiene una sola punta; los inferiores trilobulados y muy ligera- mente imbricados. Pm' relativamente grande, pasando bastante del cíngulo del canino; el pra?, que está apenas un poco retirado hacia dentro, pasa á su vez del cíngulo del anterior. Pm, sen- siblemente más pequeño que el prr,. Dimensiones de un macho adulto, de Robledo de Chavela: cabeza y cuerpo, 53 mm.; oreja, 19,5; trago, 9; ante- brazo, 42,2; tercer dedo: metacarpia- no, 34,5; primera falange, 13,8; se- gunda falange, 10; cuarto dedo: me- tacarpiano, 34; primera falange, 10; segunda falange, 10; quinto dedo: me- tacarpiano, 34; primera falange, 9,6; segunda falange, 9; cola, 36; tibia, 21; pie, 10. Cráneo: longitud total, 17,5; longitud cóndilobasal, 16,6; longitud palatosi- nual, 8; ancho cigomático, 9,2; ancho E interorbitario, 5; ancho de la caja Cere- cráneos de Myotis Bechsteinii bral, 8,5; mandíbula, 12; serie dental su- (4% mystacións (B) y M1. Na perior, 6,8; serie dental interior, 7,5. Distribución geográfica.—Distrito central, pudiendo casi ase- gurarse también su existencia en el norte de la Península. Fuera de ésta, habita todo el centro de Europa, desde Inglaterra y Suecia hasta los Alpes y el sur de Rusia. Localidad típica, Hanau (Alemania). Observaciones.—Mr. Oldfield Thomas consideró el M. Bechs- teínií de España como una forma local (favonicus) más pequeña y con las orejas más cortas que el verdadero Bechsteinit, pero, com- eS di 100 CHIROPTERA =p A Sr + parándolo con ejemplares de Francia, yo no encuentro ninguna dite- rencia apreciable. Trouessart (1) ya ha hecho notar que las dimen- siones indicadas por Thomas para su subespecie son superiores á las de los M. Bechsteinii franceses; Barrett-Hamilton (2) dice que le es imposible distinguir los ejemplares ingleses del tipo de favoni- cus, y Miller reconoce igualmente la dificultad de separar una raza española. En efecto, en los ejemplares medidos por Barrett-Hamil- ton, el antebrazo tiene de 39 á 43 mm., Trouessart asigna 40 de antebrazo á los de Francia, y Temminck (3), aunque sin indicar la localidad, dice que en los que él ha visto oscila esta medida entre 41 y 43 mm. (una pulgada y seis ó siete líneas). Desgraciadamente, no he podido proporcionarme topotipos que me permitiesen hacer una comparación de más valor, pero el Dr. Haas me comunica que en el Museo de Francfort hay dos ejemplares de Dillenburgo, es decir, de la misma región en que se encuentra la localidad típica, y que en ambos tiene el antebrazo 43 mm. Las orejas de estos ejem- plares, que están preparados en seco, miden 12 y 16 mm.; de modo que, admitiendo que se hayan contraído cuatro ó cinco milímetros, en los animales vivos no debieron ser mucho más largas que las de los ejemplares españoles. Esto no supone, sin embargo, ligereza nin- guna por parte de Mr. Thomas; lo que hay es que este eminente zoólogo comparó el M. Bechsteínii de nuestro país con ejemplares de Hungría, los cuales son siempre bastante mayores que los del resto de Europa. Este murciélago parece ser uno de los más raros en nuestra Pe- nínsula. Hasta ahora no sé que se hayan obtenido más que dos ejemplares: uno que hay en el Museo Británico, procedente de La Granja, y el de Robledo, que he utilizado para la precedente des- cripción. Se le encuentra en las alamedas y en el monte espeso, lo que parece indicar que, al igual que lo hace en otros países, se ocul- ta de día en los huecos de los árboles viejos. (1) Mammif. d'Europe, 1910, pág. 31. (2) A History of British Mammals, 1, 1911, pág. 175. (3) Monographies de Mammalogtie, 1, 1835, pág. 184. a e VESPERTILIONID.E 101 Myotis mystacinus (Leisler). Vespertilio mystacinus (Leisler) Kuhl, Neue Ann. Wetterau Gesellsch. fiir Ges. Naturk., 1, 2 (1819), pág. 202. Vespertilio collarís (Meisner) Schinz, Das Thierreich, 1 (1821), pág. 177. Vespertilio Schinzit C. L. Brehm, Ornis, u (1827), pág. 27. Vespertilio humeralis Baillon, Mém. Soc. Roy. Emul. d'Abbeville (1833), pág. 50. Vespertilio emarginatus Mac Gillivray (no Geoffroy), Brit. Quadr. (1838), pág. 96. Selysius mystacinus Bonaparte, Icon. Fauna Ital., 1, Introduc. (1841). Vespertilio Brandtiíl Eversman, Bull. Soc. Impér. Natur. de Moscou, xvm (1845), pág. 505, lám. xr, fig. 8. Brachyotus mystacinus Kolenati, Algem. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1856), pá- gina 131. j Brachiotus mystacinus, var. nigricans; B. m., var. rufofuscus; B. m., var. aureus Koch, Jahrb. Ver. Naturk. Herzogth., xvi (1862), págs, 440-448. Vespertilio mystacinus, var. nigricans Fatio, Faun. Vertébr. Suisse, 1 (1869), pági- na 92, lám. 2, figura de la izquierda. Vespertilio lugubris Fatio, 1. c., 1 (1869), pág. 93. Vespertilio mystacinus nigro-fuscus Fitzinger, Sitz.-Ber. Kaiserl. Acad. Wis- sensch., Lx (1871), pág. 217. Vespertilio mystacinus Schrankií (Koch) Fitzinger, 1. c. (1871), pág. 219. Myotis Brandtii Fitzinger, 1. c. (1871), pág. 284. Myotis mystacinus Thomas, Zoologist (1898), pág. 100. Diagnosis.—Un verdadero Myotís bastante más pequeño que M. Bechsteinii, con las orejas considerablemente más chicas, é igualmente sin franja de pelos en el borde del uropatagio. Longitud del antebrazo, 33 á 37 mm. : Caracteres. —Orejas medianamente largas, llegando algo más allá del hocico si se las extiende hacia delante; su borde interno, recto en la parte superior, va haciéndose convexo hacia abajo y forma ángulo recto en la base; el externo es muy cón- cavo en su tercio superior, y luego brus- camente convexo. Trago poco más largo que la mitad de la oreja, puntiagudo, con el borde interno recto y el exter- FiG. 29. no convexo en la parte inferior; en la io da se base tiene un lobulillo redondo. Hoci- natural. co estrecho y poco abultado (fig. 20). Patagio inserto por abajo en la base de los dedos del pie. Espo- lones terminados por una especie de lóbulo rudimentario que sobre- 102 CHIROPTERA sale ligeramente del borde del uropatagio, y apenas tan largos como la mitad de la distancia que media entre el pie y la cola. Ésta sólo tiene libre la puntita. El pelaje es largo y espeso; sobre el patagio se extiende hasta el mismo nivel que en las especies precedentes, y en el uropatagio llega hasta la cuarta vértebra caudal. La cara es bastante velluda; los pelos que en todas las especies bordean, formando una franja, el labio superior, son en ésta más largos y tupidos. Color general pardo claro, pasando por debajo á blanco cenicien- to. En el dorso, los pelos son de un color pardo foca en la base y tierra de sombra en la punta; en la superficie ventral, tienen la base del mismo color obscuro y la punta blancuzca, tirando un poco á gris ó á ante. Membranas de un sepia muy obscuro, casi negro, ó pardo toca; orejas y partes desnudas de los labios y la nariz, negras. En otros países se encuentran variedades individuales que sin duda existirán también en la Península; algunos ejemplares son más rojos que otros, y los hay enteramente negruzcos. Cráneo (fig. 28, B) de perfil sinuoso, con el rostro muy deprimido hacia atrás, la frente ligeramente convexa y la región occipital muy levantada. Incisivos superiores externos con un cíngulo bien marca- do, que forma talón por detrás; los seis inferiores trilobulados. El pm!' pasa un poco del cíngulo del canino, mientras el pm* llega sólo al nivel del cíngulo del pm”. Dichos dos premolares pequeños se hallan completamente en la serie dental. - Dimensiones de una hembra adulta, de El Escorial: cabeza y cuer- po, 42 mm.; oreja, 12; trago, 8; antebrazo, 36; tercer dedo: meta- carpiano, 31; primera falange, 11; segunda falange, 9; cuarto dedo: metacarpiano, “30; primera falange, 9; segunda falange, 7,2; quinto dedo: metacarpiano, 30,2; primera falange, 8; segunda falange, 5,2; cola, 37; tibia, 15; pie, 7. Cráneo: longitud total, 14 mm.; longitud cóndilobasal, 13,2; lon- gitud palatosinual, 7; ancho cigomático, 8,6; ancho interorbitario, 3,5; ancho de la caja cerebral, 6,8; mandíbula, 10; serie dental su- perior, 5,2; serie dental inferior, 6. Distribución geográfica.—Norte y centro de España; Dobson (1) (1) Catalogue of Chiroptera, 1878, pág. 314. VESPERTILIONIDA 103 menciona un ejemplar del río Luna (provincia de León), y en el Museo de Madrid hay tres de El Escorial. Fuera de la Península, puede decirse que esta especie se encuen- tra en toda la Europa y el Asia paleárticas, desde Finlandia hasta Siria y desde Irlanda hasta la isla de Sagalien. Localidad típica, Hanau (Alemania). Observaciones. —El Myotis mystacinus parece ser sumamente raro en la Península Ibérica, aunque Graells afirma que es la espe- cie más frecuente. No sé en qué pudo fundar este naturalista tal aseveración; por mi parte, no he visto más ejemplares ibéricos que los tres de El Escorial que he citado, y ni lo encuentro mencionado por ningún otro autor español, ni sé que haya sido hasta ahora en- contrado en Portugal. No cabe explicar esta falta de datos por con- fusión con otra especie, pues este murciélago, por su pequeño tamaño, se distingue muy bien de todos los demás de nuestro país, aparte de los Pipistrellus, de los cuales se diferencia por la forma de las orejas y por el número de premolares. Myotis Nattereri (Kuhl). Vespertilio Nattererí Kuhl, Neue Ann. Wetterau. Gesellsch. fiir Ges. Naturk. 1, 1 (1818), pág. 33, lám. xxi. Myotis Nattererí Gray, Ann. and Mag. Nat. Hist. x (1849), pág. 258. Isotus Nattereri Kolenati, Alg. Deutsch. Naturhist. Zeit. 1 (1856), pág. 131. Isotus Nattereri, var. speleeus Koch, Jáhrb. Ver. Naturk. Herzogth., xvm (1862), pág. 430. Myotis Escalerai Cabrera, Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 1 (1904), pág. 279, lá- mina v. Diagnosis.—Un verdadero Myotís un poco más grande que M. mystacinus y con el uropatagio bordeado por una franja de pe- lillos tiesos. Longitud del antebrazo, 38 á 41 mm. Caracteres.—Orejas largas, pasando un poquito de la nariz si se las extiende hacia delante; su forma es casi ovalada, con el borde externo ligeramente cóncavo en su mitad superior, y el interno tor- mando ángulo recto en la base; el antitrago bastante saliente, aun- que no muy grande. Trago largo, casi como dos tercios de la oreja, y muy angosto, estrechándose gradualmente hacia arriba hasta ter- minar en punta; su borde interno es casi recto, con sólo una ligerí- CHIROPTERA sima convexidad; el externo un poco cóncavo, con una pequeña muesca en la base, y bajo ella un lobulito redondo (fig. 30). Patagio inserto en el borde del pie, unas veces cerca de la base de los dedos y otras casi á la altura del tobillo. Espolones flexuosos, describiendo una especie de S muy abierta, y bastante largos, aunque sin pasar de la mitad de la dis- tancia entre el pie y la cola. Esta última incluída casi totalmente en el uropatagio, y casi tan largo como el cuerpo y la cabeza juntos. Uro- Cabeza y detalle de la oreja de o ne y Hausparento Myotis Nattereri. Tamaño natural. COn la parte del borde comprendida entre los espolones bordeada por una franja de pelitos rígidos, cada uno de los cuales tiene de uno á dos milímetros de longitud. | El pelaje, abundante y suave, no ocupa sobre las membranas más que la parte contigua al cuerpo, notándose algunos pelos en la parte posterior de los muslos. El uropatagio presenta por debajo algunas pequeñas vibrisas casi imperceptibles á simple vista.. En las partes superiores, el pelo es pardo claro ó pardo foca con las puntas pardo madera ó leonadas, resultando un color general sepia ó pardo Van Dyk; en el vientre, negro sucio con las puntas blancas. Membranas sepia, el uropatagio mucho más pálido que las alas. Los ejemplares jóvenes ó semi-adultos son siempre mucho más obscuros que los viejos, y tienen las membranas cárdenas ó ne- gruzcas. El cráneo (fig. 28, C) tiene cierto parecido con el del M. mysta- cínus, pero la caja cerebral es mucho más redondeada, sobre todo en la región frontal, y el rostro no es tan deprimido. Los incisivos internos superiores convergentes y bífidos; los laterales de la misma longitud y verticales; los inferiores implantados en la dirección del borde de la mandíbula, sin llegar á montar unos sobre otros; el ¿,, mirado por la corona, aparece doble grande que los otros, y además de los tres lóbulos normales presenta una cuarta cúspide posterior. Los dos primeros premolares maxilares sumamente pequeños, sobre todo el pm”, que con frecuencia está un poco desviado hacia dentro. FiG. 30. VESPERTILIONIDE 105 Dimensiones de un macho adulto, de Foyos (Valencia): cabeza y cuerpo, 44 mm.; oreja, 15; trago, 11; antebrazo, 39; tercer dedo: metacarpiano, 35; primera falange, 15; segunda falange, 12; cuarto dedo: metacarpiano, 35; primera falange, 9; segunda falange, 7,5; quinto dedo: metacarpiano, 34; primera falange, 9; segunda talan- ge, 6,5; cola, 42; tibia, 16; pie, 8. Cráneo: longitud total, 15,6; longitud cóndilobasal, 15; longitud palatosinual, 7; ancho cigomático, 9,2; ancho interorbitario, 4; ancho de la caja cerebral, 7,8; mandíbula, 11; serie dental superior, 6,2; serie dental inferior, 7. Distribución geográfica.—Probablemente, esta especie existe en toda la Península; yo he examinado ejemplares de los distritos mediterráneo (Foyos, Valencia) y pirenaico (Bellver, Lérida); Agui- lar-amat la menciona también en este último (Capellades, Barcelo- na); Barrett-Hamilton la cita de Andalucía (Sevilla), y Seabra de Portugal (Oliveira dos Frades, Beira Alta). En el resto de Europa, se encuentra desde Suecia hasta Italia y desde Irlanda hasta los Urales. Localidad típica, Hanau (Ale- mania). Observaciones.—En 1904, observando que todos los ejemplares españoles que me fué dado examinar tenían el patagio inserto junto" al tobillo, y no en la base de los dedos como se lee en todas las des- cripciones del M. Nattererí, me atreví á considerarlos como una especie diferente (M. Escalerai). Luego he visto otros, también obtenidos en la Península, en que la inserción se verificaba cerca de los dedos, y algunos extranjeros, en cambio, con el patagio arrancando de junto al tobillo, sin que la diferencia se relacionase con ningún otro carácter ni con la localidad. Conviene fijar bien la atención en este hecho, porque el diferente punto de inserción se ha considerado hasta ahora como uno de los caracteres distintivos para separar el subgénero Leuconoe de los Myotis propiamente dichos. La comparación de un regular número de cráneos de diversas pro- cedencias ha acabado de convencerme de que Escalerai es simple- mente un sinónimo de Vattererí, sin que pueda separársele ni aun como forma local. 106 CHIROPTERA Myotis [Leuconoe] Daubentonii (Leisler). Lespertilio Daubentonii(Leisler) Kuhl, Neue Ann. Wetterau. Gesellsch. Gesam. Naturk., 1, 2 (1819), pág. 195, lám. xxv. Vespertilio emarginatus Fleming (no Geoffroy), Brit. Anim. (1828), pág. 6. Leuconoe Daubentonii Boie, Isis (1830), pág. 256. Vespertilio cedilis Jenyns, Ann. Nat. Hist., m (1839), pág. 73, lám. m. Vespertilio volgensis Eversmann, Bull.Soc. Impér. des Nat. Moscou, 1 (1840), pá- gina 24, Vespertilio lanatus Crespon, Faune Mérid., 1 (1844), pág. 15. Vespertilio Daubentonii, var. emarginatus Buckton, Proc. Linn. Soc., 1853 (1899), pág. 260. Brachyotus Daubentonii Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturk. Zeit., u (1856), pá- gina 131. Myotis ciliata Daday (no Blasius), Ertekez. Természett. Kórebóla, xvi (1887), pág. 7. Myotis Daubentoni Thomas, Zoologist (1898), pág. 100. Diagnosis.—Es la especie europea más pequeña del grupo Leu- conoe, con el borde interno del trago enteramente recto, y el pata- gio inserto en el borde del metatarso. Longitud del antebrazo, de 33 á 39 mm. Caracteres.—Orejas más bien cortas que largas, llegando ape- nas á las aberturas de la nariz si se las extiende hacia delante; su borde interno, convexo en toda su extensión; el externo, muy lige- ramente cóncavo en casi sus dos tercios superiores, y muy convexo en el tercio inferior. Trago muy inclinado hacia el borde interno de la oreja, con su propio borde interno completamente recto y el ex- terno suavemente convexo y un pequeño lóbulo en la base (fig. 31). Piernas muy largas, casi como la mi- tad del antebrazo; los pies, como en todo el subgénero Leuconoe, muy grandes, más largos, aun sin contar las uñas, que FrG. 31. Cabeza y detalle de la orejade la mitad de la tibia. Patagio inserto por Myotis Daubentonii. Tamaño abajo en el borde del metatarso, cerca natural. del tobillo. Uropatagio en ángulo agudo, sostenido por espolones que ocupan próximamente tres cuartos de la distancia entre el pie y la cola, y cuya extremidad aparece indicada por un pequeño lobulito que sobresale un poco del borde de la mem- brana. Ñ ss a Ms ». í A Li y. MAD a ii > o ds Pa O ¡d e VESPERTILIONIDA 107 Pelo no muy largo, pero abundante y espeso. La parte anterior de la cara casi desnuda, aparte de los pelos que bordean el labio superior, que son muy largos. Sobre las alas, el pelo se extiende próximamente hasta una línea que va desde el medio del húmero hasta la rodilla. El uropatagio es ligera- mente velludo hasta algo más abajo de las rodillas; á lo largo de los espolones suele haber algunos pelitos tiesos, casi imper- ceptibles. Color de las partes superiores, pardo ro- jizo; los pelos negruzcos con las puntas de un pardo Marte ó tierra de sombra. Vientre blanco sucio, viéndose un poco la base de los pelos, que es de color de brécol obscuro. Membranas de un pardo sucio bastante obs- curo, más pálido, y á veces blanquecino, en la superficie ventral del uropatagio. FiG. 32. Cráneo (fig. 32, A) parecido, á primera Cráneos de Myotis Dan- vista, al del M. Natfererí, pero con el ros- O AO tro más corto y menos deprimido posterior- mente, y la caja cerebral menos convexa por encima. El pm' es rela- tivamente mayor, próximamente doble que el que le sigue, el cual no pasa del cíngulo del pm*; abajo, el primero es también bastante mayor que el siguiente. Incisivos mandibulares no imbricados. Dimensiones de una hembra adulta, de Sevilla: cabeza y cuerpo, 46 mm.; oreja, 10,5; trago, 6,5; antebrazo, 36,2; tercer dedo: me- tacarpiano, 32; primera falange, 12; segunda falange, 10; cuarto dedo: metacarpiano, 31,5; primera falange, 10; segunda falange, 7; quinto dedo: metacarpiano, 31; primera falange, 9,5; segunda talan- ge, 6; cola, 37; tibia, 17; pie, 9. Cráneo: longitud total, 14,2; longitud cóndilobasal, 13,6; longitud palatosinual, 6; ancho cigomático, 9,2; ancho interorbitario, 4; ancho de la caja cerebral, 8; mandíbula, 9,5; serie dental superior, 5,3; serie dental inferior, 5,5. Distribución geográfica.—Probablemente toda la Península, aunque por ahora sólo puedo afirmar su existencia en Andalucía, pues los únicos ejemplares ibéricos que conozco son dos de Sevilla 108 CHIROPTERA que hay en el Museo de Madrid. Es lógico que se encuentre tam- bién en el norte y centro de España, puesto que se trata de una es- pecie extendida por toda Europa y el Asia central, desde Irlanda hasta el Altai y desde la Escandinavia á Sicilia y Palestina. Locali- dad típica, Hanau (Alemania). Observaciones. —Este Myotis sólo puede confundirse, por su reducido tamaño, con el M. mystacinus, pero fácilmente se distin- gue por sus pies grandes y sus largos espolones. Vive en las inme- diaciones de los ríos, charcas y lagunas, y caza volando sobre el agua. Myotis (Leuconoe) Capaccinii (Bonaparte). Vespertilio Capaccinii Bonaparte, Iconog. Fauna Italica, 1, fasc. xx (1837), lámi- na, fig. 2. Vespertilio megapodíus Temminck. Monogr. Mammal. 1 (1839), pág. 189. Capaccinius megapodíus Bonaparte, 1. c. Introd. (1841), pág. 2. Brachyotus Blasii Kolenati, Monogr. Europ. Chiropt. (1859), pág. 102. Vespertilio Blasii Major, Atti. Soc. Tosc. Sc. Nat., 1 (1877). Vespertilio Majorí Ninni, Atti. R. Instit. Veneto, 1v (1878), pág. 681. Myotis Capaccinii Thomas, Proceed. Zool. Soc. (1901), pág. 37. Diagnosis.—Una especie del subgénero Leuconoe algo más erande que el M. Dauberitonii, con el borde interno del trago con- vexo en su parte superior, de modo que la punta se inclina hacia fuera, y el patagio inserto encima del tobillo. Longitud del antebrazo, 40 á 44 mm. Caracteres.—Orejas mediana- mente largas, llegando hasta el ex- tremo del hocico si se las extiende hacia delante; su borde interno es a e casi recto en la parte superior, y Myotis Capaccinii. Tamaño natural. bruscamente convexo en la inferior. Trago largo, estrecho, afilado, con el borde interno algo convexo en la parte alta y el externo en S muy abierta, de manera que la punta se encorva un tanto hacia fuera; en su base, un lobulillo redondeado (fig. 33). Patagio inserto sobre el tobillo. Pies enormes, próximamen- te como dos tercios de la tibia. Uropatagio estrecho, en ángulo e A O a de E bi Pa VESPERTILIONIDA 109 A agudo, sostenido por espolones muy largos, como en M. Dau- bentontí. Pelo largo y abundante; en la cabeza, oculta los ojos y casi cubre el hocico. Sobre las membranas, se extiende también mucho, cu- briendo el uropatagio y las piernas hasta cerca de los tobillos. Color de las partes superiores pardo; los pelos negros en la base y de un pardo madera ó isabela subido en la punta. Los del vientre negruzcos con la punta blanca. Membranas sepia obscuro. El cráneo (fig. 32, B) tiene la caja cerebral muy redondeada y el rostro ligeramente deprimido; visto de perfil, recuerda el del M. Nattererí, pero la región occipital es menos elevada. Dien- tes como en el M. Daubentonii, pero los incisivos inferiores ligeramente imbricados, y el pm, próximamente tan grande como el pm,. Dimensiones de un macho adulto, de Cerdeña (1): cabeza y cuer- po, 48 mm.; oreja, 12,6; trago, 7; antebrazo, 41,5; tercer dedo: me- tacarpiano, 38; primera falange, 12; segunda falange, 10; cuarto dedo: metacarpiano, 36; primera falange, 10,6; segunda falange, 8,2; quinto dedo: metacarpiano, 35; primera falange, 8,2; segunda falan- ser 6+cola, Ja, tibia; 17; ple; 12: Cráneo: longitud total, 16; longitud cóndilobasal, 15; longitud pa- latosinual, 6,6; ancho cigomático, 10; ancho interorbitario, 4; ancho de la caja vertebral, 8,2; mandíbula, 11; serie dental superior, 6; serie dental inferior, 6,2. Distribución geográfica.—Distritos mediterráneo y balear. Has- ta ahora, en nuestro país, esta especie sólo ha sido encontrada en Elche y en Mallorca. Además, habita el litoral mediterráneo de Fran- cia, la isla de Cerdeña, Italia y la costa de Argelia. Localidad típi- ca, Sicilia. Observaciones. —El trago afilado y encorvado hacia fuera, el abundante pelaje y las patas velludas, juntamente con los caracteres propios de los Leuconoe, bastan para distinguir este Myotís de , todas las demás especies ibéricas. Se refugia en las cuevas, gene- ralmente asociado con Miniopterus Schreibersit. (1) No he podido disponer, al escribir la presente obra, de ningún ejemplar ibé- rico de M. Capaccinii. A 110 CHIROPTERA Género PIPISTRELLUS Kaup. Vespertilio Schreber, 1775 (parte, no Linné). Pipistrellus Kaup, 1829. Romicia Gray, 1838. Vesperugo Keyserling y Blasius, 1839 (parte). Romicius Blyth, 1840. Hypsugo Kolenati, 1856. Nannugo Kolenati, 1856. Scotophilus H. Allen, 1864 (parte). ¡ Euvesperugo Acloque, 1900 (parte). | Caracteres.—Hocico corto y ancho, con abultadas prominencias glandulares á los lados. Frente poco elevada. Orejas más bien cor- tas que largas, de forma próximamente triangular, con el borde interno formando en la base un lóbulo redondeado y el externo in- serto junto á la comisura de la boca; trago corto ó largo, romo y casi siempre encorvado hacia el borde interno de la oreja. Dedos de la mano como en Myotis; el quinto tan largo, por lo menos, como el metacarpiano y la primera falange del tercero. Patagio inserto siempre al nivel de la base de los dedos del pie (fig. 40, B). Los espolones presentan generalmente detrás un lóbulo cutáneo semielíptico. Cola próximamente tan larga como el cuerpo sin la cabeza. Cráneo con el rostro relativamente más corto y ancho que en Myotis y el perfil superior más rectilíneo. E LSO LI 9—2 38 Fórmula dentaria: ¿ SUE , pm mo=3= ES + 34. Incisi- vos superiores dispuestos como en Myotis; el interno con una ó dos puntas, el externo generalmente con una sola. Los inferiores peque- ños y trilobulados. El premolar anterior, lo mismo arriba que abajo, muy pequeño; el posterior mucho más grande, próximamente como dos tercios del canino. Especie tipo.— Vespertilio pipistrellus Schreber. En este género se incluyen cerca de cincuenta especies, todas ellas de pequeño tamaño, repartidas por todo el globo, á excepción de la América Meridional. De ellas, hasta ahora se han encontrado cuatro en la Península Ibérica. VESPERTILIONIDA Clave de las especies. Trago estrecho, más estrecho en su mitad superior que en la inferior, y con el borde externo poco convexo. b. Incisivos superiores internos con dos puntas. Cc. Incisivos inferiores imbricados, implantados casi transversalmente respecto á la dirección del borde de la mandíbula.................. P. pipistrellus. c'. Incisivos inferiores no imbricados, implantados en la dirección del borde doMamandibila otitis safe P. Nathusti. b'. Incisivos superiores internos con una sola punta.........o..ooooo... P. Kuhlii. Trago ancho, más ancho en su mitad superior que en la inferior, y con el borde Exterio muy CONVE ls dao ala le aloe sinaloa lira dra P. Savil. Pipistrellus pipistrellus (Schreber). Vespertilio pipistrellus Schreber, Sáugthiere, 1, pág. 167, lám. Liv (1775). Vespertilio murinus White (no Linné), Nat. Hist. Selborne (1789), pág. 32. Vespertilio pipistrella Pallas, Zoogr. Rosso-Asiatica, 1 (1811) pág. 123. Vespertilio pygmceus Leach, Zool. Journ., 1 (1825), pág. 560, lám. xxi. Pipistrellus pipistrellas Kaup, Syst. Europ. Thierw., 1 (1829), pág. 98. Scotophilus murinus Gray, Mag. Zool. Bot., 1 (1838), pág. 497. Vesperugo pipistrellus Keyserling y Blasius, Archiv fiir Naturgesch., 1 (1839), pág. 321. Vespertilio minutissimus Schinz, Europ. Fauna, 1 (1840), pág. 9. Vespertilio melanopterus (Brehm) Schinz, 1. c. (1840) pág. 9. Vespertilio stenotus (Brehm) Schinz, 1. c. (1840), pág. 9. Vespertilio pusillus (Brehm) Schinz, 1. c. (1840), pág. 9. Kerivoula grisea Gray, Ann. and Mag. Nat. Hist., x (1842) pág. 258. Vespertilio nigrans Crespon, Faune Méridion., 1 (1844), pág. 24. Nannugo pipistrellas Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturh. Zeit., 1 (1856), pág. 131. Nannugo pipistrellus, var. flavescens; N. p., var. nigricans; N. p., var. limbatus Koch, Jahrb. Ver. Naturk. Herzog., xvm (1863), págs. 491, 492. Vesperugo minutissíimus Fitzinger, Sitz.-Ber. Kaiserl. Akad. Wissensch., LX1I1, 1 (1870), pág. 252. Scotophilus pipistrellus Bell, Hist. Brit. Quadr., 2.* ed. (1874), pág. 34. Pipistrellus pipistrellus mediterraneus Cabrera, Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 11, (1904), pág. 273. Diagnosis.—Es el murciélago más pequeño de Europa, y se dis- tingue de los demás Pipistrellus europeos por combinar el trago re- lativamente estrecho con los incisivos superiores internos bífidos y los inferiores imbricados. Longitud del antebrazo, 29 á 32 mm. Caracteres.—Orejas triangulares, con la punta redondeada, el borde interno recto y el externo cóncavo en la parte superior y con- vexo en la inferior, terminando en un antitrago pequeño y redondea- 9 AA ES * TILA X ? AN AA lb a E SIRO EAT" SN A Y” € A ED AAA ANS Ml AE 2. '“ 112 CHIROPTERA do. Trago estrecho, obtuso, con los bordes casi paralelos, siendo el externo ligeramente convexo; un lobulillo triangular en la base (fig. 34). Hocico obtuso, con las prominencias glandulares bien des- arrolladas. Lóbulo postcalcáneo bastante grande. La cola no tiene fuera del uropatagio más que su puntita cartilaginosa. Pelo espeso y abundante; sobre el pata- gio se extiende hasta una línea que une el medio del húmero con la rodilla; en el uro- patagio llega al nivel de los tobillos. La cara FIG. 34. es bastante velluda, cubriendo el pelo parte Cabeza y detalle de la ore-. de (as prominencias glandulares. ja de Pipistrellus pipistre- Ñ llus. Tamaño natural. Color general pardo, mucho más pálido en la región ventral, donde los pelos tienen la punta gris sucia ó color de ante. La base del pelo es en todas partes negruzca, pero la punta, en el dorso, varía mucho de matiz, resultando de aquí la misma variación en el tinte general. En nues- tro país, el color que parece más frecuente es un pardo intermedió entre sepia y pardo Prout; pero hay ejemplares que tiran más bien á bistre, y algunos son más rojos, tirando á pardo Marte y aun á alazán (1). Estos ejemplares rojizos parecen ser sobre todo frecuen- tes en la parte oriental de la Península, induciéndome este hecho á creer en la existencia de una raza local, que llamé P. p. medi- terraneus; pero Borrer y Barrett-Hamilton (2) mencionan ejemplos de la misma coloración obtenidos en las Islas Británicas, y en el Museo de Madrid existe una hembra de Varsovia enteramente igual á los cotipos de mediterraneus. Las membranas y las orejas son negruzcas, tirando con frecuencia á cárdeno, y pasando á pardo muy obscuro en los ejemplares rojizos. Cráneo (fig. 35, A) de perfil superior ligeramente sinuoso, un poco deprimido al nivel del borde anterior de la cavidad orbitaria y sua- vemente convexo en la región frontal. Series molares maxilares (1) Yo llamo alazán al color denominado «russet» por Ridgway (A Nomenclature of colours for Naturalists, 1886, lám. 11, núm, 16, y Color Standards, 1912, lámi- na xv, 13'k). (2) Borrer, The Zoologíst, 1874, pág. 4125; Barrett-Hamilton, British Mammals, 1, 1910, pág. 108. A VESPERTILIONIDAE 113 paralelas. Incisivos superiores internos con dos puntas; los laterales próximamente tan largos como la punta externa de aquellos (figu- ra 37, A). Premolar maxilar anterior muy pequeño, y casi siempre un poco retirado hacia dentro, pero perfectamente visible desde fuera por el espacio que separa al otro premolar (pm!*) del canino. En la mandíbula, los incisivos son trilobulados y están colocados un poco transversalmente, montando cada uno sobre el que le sigue (fig. 36, A); los caninos, próximamente de triple altura que los inci- sivos, tienen un ángulo muy saliente, que forma por detrás un talón muy marcado y por delante una punta que sube casi hasta la mitad FIG. 30. Cráneos de Pipistrellus pipistrellus (A) y P. Savii (B). >< 2. del diente. Premolar mandibular anterior mucho más pequeño que el posterior, aunque casi como la mitad del canino. Dimensiones de un macho adulto de Valencia: cabeza y cuerpo, 43 mm.; oreja, 9; trago, 4; antebrazo, 30; tercer dedo: metacarpia- no, 26,5; primera falange, 9,5; segunda falange, 7,2; cuarto dedo: metacarpiano, 26; primera falange, 9,5; segunda falange, 6,2; quin- to dedo: metacarpiano, 25; primera falange, 6,5; segunda falange, 30 cola, 26: tibia, 10/07 pie, o. Cráneo: longitud total, 12 mm.; longitud cóndilobasal, 11,2; longi- tud palatosinual, 4; ancho cigomático, 7,2; ancho interorbitario, 3,5; ancho de la caja cerebral, 6,5; mandíbula, 8,2; serie dental supe- rior, 4,5; serie dental inferior, 4,8. 114 CHIROPTERA Distribución geográfica.—Todo el norte, centro y sudeste de la Península, desde el Cantábrico y el Atlántico al Mediterráneo, y las Baleares. Existe en Granada y Sevilla, pero al oeste del Gua- dalquivir parece faltar, y Seabra tampoco lo menciona en el sur de Portugal. En cuanto á las Baleares, donde Barceló dice que es co- mún, confundiéndolo sin duda con P. Kuhlit, debe ser, por el con- trario, poco frecuente; Thomas no ha podido hallarlo en estas islas, y en el Museo de Madrid sólo hay un ejemplar de Menorca. Fuera de la Península, existe en casi toda Europa, hasta los 60" de latitud norte, y en el Asia occidental y central. Francia debe con- siderarse como la localidad típica, pues Schreber estableció esta es- pecie sobre «la pipistrelle» de Buffon y Daubenton. Observaciones.—En la España central y septentrional, este pe- queño murciélago es el más abundante dentro de las poblaciones, pudiéndose considerarle como el murciélago de ciudad por excelen- cia. Se refugia en los edificios viejos, en los tejados y en los árbo- les de los jardines. Poco sensible al trío, comienza muy tarde su in- vernada y reaparece al llegar la primavera. Aun en pleno invierno, apenas hace buen tiempo y el sol caldea un poco el ambiente, sale de sus escondrijos casi en el centro del día. En Madrid, en sitio tan concurrido como la plaza de Antón Martín, lo he visto revolotear á las cinco y diez de la tarde del 14 de Diciembre de 1902. En los jardines donde hay estanques, caza al anochecer volando sobre el agua, como el Myotis Daubentonii. Pipistrellus Nathusii (Keyserling y Blasius.) Vespertilio Nathusii Keyserling y Blasius, Archiv fiir Naturg. (1839), 1, pág. 320. Nannugo Nathusii Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1856), pá- gina 131. Vesperugo Nathusii Blasius, Sáugeth. Deutschl. (1857), pág. 58. Vesperugo abramus Dobson, Catal. Chiropt. (1878), pág. 226 (parte, no Tem- minck). Pipistrellus Nathusii Méhely, Monogr. Chiropt. Hung. (1900), pág. 276. Vesperugo Nathusti, var. unicolor Fatio, Arch. Scienc. Phys. et Natur. Geneve, Ser. 4, xix (1905), pág. 510. Pipistrellus abramus Trouessart, Mamm. Europe (1910), pág. 16. Diagnosis. —Muy parecido al P. pipistrellus, pero con los inci- sivos inferiores no imbricados, colocados en la misma dirección del VESPERTILIONIDAE 115 borde de la mandíbula, y los pies más grandes. Longitud del ante- brazo, 31 á 35 mm. Caracteres.—Orejas un poco más largas que en p/pistrellus, con el borde interno casi recto y el externo recto en la mitad supe- rior y ligeramente convexo en la inferior. Trago más sensiblemente estrechado hacia arriba y con el lobulillo de la base más redondo, pero más pequeño. Prominencias glandulares del hocico muy abul- tadas, y poco cubiertas de pelo. Membranas más amplias que en la otra especie, con el pelo extendido sobre ellas poco más ó menos en la misma forma, excepto en el uropatagio, donde ocupa menos espa- cio, llegando próximamente hasta la tercera vértebra caudal. Color general pardo sucio; en las partes superiores los pelos son FiG. 36. Incisivos y caninos inferiores de Pipistrellus pipistrellus (A) y P. Nathusii(B), vistos por la corona. >= 10. negruzcos cor punta isabela ó de un pardo madera; en las inferio- res, negruzcos también, pero la punta color de ante sucio. Mem- branas negruzcas ó pardas obscuras, generalmente con un filete blanquecino, muy estrecho, orillando el uropatagio y la parte del patagio contigua á los pies. Cráneo semejante al del P. pipistrellus. Incisivos superiores como en éste; los inferiores implantados en la dirección del borde de la mandíbula, sin montar, por consiguiente, unos sobre otros (figu- ra 36, B). Caninos mandibulares muy desarrollados, unas cuatro veces tan altos como los incisivos y con un cíngulo que no pasa del tercio de su altura. Dimensiones de una hembra adulta, de Madrid: cabeza y cuerpo, 47 mm.; oreja, 9,5; trago, 5,5; antebrazo, 31,8; tercer dedo: meta- carpiano, 29; primera falange, 10,8; segunda falange, 8,5; cuarto o A A E ET A 116 CHIROPTERA dedo: metacarpiano, 28; primera falange, 10,5; segunda falange, 6,8; quinto dedo: metacarpiano, 26,5; primera falange, 7,5; segunda falange, 4; cola, 33,5; tibia, 12; pie, 6,5. Cráneo: longitud total, 12,2; longitud cóndilobasal, 12; longitud palatosinual, 4; ancho cigomático, 7; ancho interorbitario, 2,8; ancho de la caja cerebral, 6; mandíbula, 8,5; serie dental superior, 4,8; serie dental inferior, 5,2. Distribución geográfica.—Hasta ahora, en la Península sólo se ha en- contrado esta especie en los distritos central (Madrid+ El Escorial) y lusi- tánico (Mafra), pero es muy probable que ocupe la misma área que pípis- trellus, pudiendo muy bien deberse á su parecido con este último el que haya pasado inadvertida su presencia. Fuera de nuestro suelo, el P. Va- thusií se encuentra en el sur de Francia, en Alemania (localidad típi- ca, Berlín), en Suiza, en Italia, en FIG. 37. Incisivos y caninos superiores de Rumania y en el sur de Rusia, llegando Pipistrellus pipistrellus (A) y 2 al (Bm por el norte, según parece, hasta el extremo meridional de Escandinavia. Observaciones.—El P. Nathusit parece ser bastante raro en la Península; yo sólo he visto cinco ejemplares (cuatro de Madrid y uno de El Escorial) y Seabra cita únicamente dos de Portugal. Vive fuera de las poblaciongs, en las huertas y campos donde hay ar- bolado. Dobson, y á imitación suya Trouessart y otros autores, han con- siderado esta especie como sinónima del P. fralatitius Horsfield (=abramus Temmick) de las Indias Orientales y Oceanía, y han llegado hasta dar por seguro que este último inverna en estas regio- nes y viene en primavera á Europa para pasar aquí el verano. Ya dije en mi Ensayo monográfico, hace ocho años, que no creía ad- misible esta supuesta identidad, y posteriormente la detenida com- paración de ejemplares europeos con numerosos ftralatitius de Bir- VESPERTILIONIDAE 117 mania, Java, Filipinas y Nueva Guinea me ha convencido más aún de la diferencia entre ambas formas. Me ratifico, pues, en esta opinión, que no es sólo mía, puesto que ya en 1887 puso Doria en duda el parecer de Dobson, mientras Matschie, Méhely y Miller consideran definitivamente como buena especie el P. Nathustí. Está, además, demostrado que este murciélago no es emigrante, sino que pasa tam- bién el invierno en Europa (1). Pipistrellus Kuhlii (Natterer). Vespertilio Kuhlii (Natterer) Kuhl, Neue Ann. Wetterau. Ges. Naturk., 1 (1819), 9, pág. 199. Vespertilio albolimbatus Kiister, Isis (1835), pág. 75. Vespertilio vispistrellus Bonaparte, Icon. Fauna Ital., 1, fasc. xx, (1837), lám. Vespertilio alcythoe Bonaparte, 1. c., fasc. xx1 (1837), lám. 0 Romicia calcarata Gray, Mag. Zool. Bot. 1 (1838), pág. 495. Vespertilio marginatus Wagner, Schreb. Sáug. Suppl., 1 (1840), lám. Lv A. Pipistrellus Kuhlii Bonaparte, 1. c., Introd. (1841), pág. 2. Pipistrellus margínatus Bonaparte, 1. c., Introd. (1841), pág. 2. Nannugo Kuhlií Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturh. Zeit., 1 (1856), pág. 131. Vesperugo Kuhlii Blasius, Fauna Deutschl. (1857), pág. 63, figs. 41, 42. Nycticejus canus Blyth, Catal. Mamm. Mus. Asiat. Soc. of Bengala (1863), pá- gina 32. Vesperugo leucotis Dobson, Journ. Asiat. Soc. Beng. (1872), pág. 212. Vesperugo Kuhlii, var. albicans; V. K., var. pullatus MonticeMHi, Atti Soc. Ital. Scienc. Nat., xxvn (1886), pág. 200. Vesperugo borealis Medina (no Muller, no Nilsson), Act. Soc. Esp. Hist. Nat., x vn (1889), pág. 12. Vesperugo discolor Cazurro (no Natterer), Act. Soc. Esp. Hist. Nat., xx1m1 (1894), pág. 16. Diagnosis.—Del tamaño del P. Nathusít, y con el uropatagio orillado también de blanco, pero con los incisivos superiores inter- nos con una sola punta, y los inferiores imbricados. Longitud del antebrazo, 31 á 35 mm. Caracteres.—Orejas medianas, triangulares, con la punta ancha y redonda; el borde interno muy convexo inferiormente; el externo recto y como contraído en la parte superior, y en la inferior conve- xo y un poco vuelto hacia atrás, terminando muy cerca de la boca con un antitrago redondeado. Trago de punta obtusa, con el borde interno apenas un poco cóncavo y el externo convexo; su anchura (1) Regalia, Proc. Verb. Societá Toscana Sc, Naf., 1880, pág. 39. 118 CHIROPTERA máxima está cerca de la base, en la cual el borde externo presenta una pequeña escotadura, y bajo ella un lóbulo triangular. Hocico con las prominencias glandulares muy abultadas (fig. 38). Espolones muy largos, con el lóbulo postcalcáneo redondo. Cola con la puntita cartilaginosa fuera del uropatagio. El pelo se extiende sobre el patagio hasta una línea que va del medio del húmero hasta la rodilla; en el uropatagio llega hasta cerca de la mitad de la cola. Los pelos de las partes superiores son negros con la punta de un color pardo ma- FiG. 38. dera ó tierra de sombra claro; los del vien- Cabeza y detalle de la ore- tre negruzcos con puntas cenicientas ó de ja de Pipistrellus Kuhlii. 5 ; A d Tamaño natural. un pajizo sucio. Según domine el matiz obscuro de la base ó el pálido de la punta, la coloración general varía bastante. Algunos ejemplares son casi negros, mientras en otros el color pardo claro es el más aparente. Membranas y orejas negras, á veces de un pardo de clavo; el borde del uropatagio y de la parte del patagio inmediata al pie es blanco en casi todos los ejemplares. Cráneo más grande y robusto que el del P. pipistrellus, con el rostro relativamente más corto y más ancho, y el perfil superior igualmente un poco cóncavo al nivel del borde anterior de la cavidad orbitaria. Incisivos superiores internos largos y con una sola punta; los laterales muy pequeños, próximamente como un tercio de los otros (fig. 37, B). Incisivos inferiores trilobulados, implantados trans- versalmente, y profundamente imbricados. Caninos muy desarrolla- dos, los superiores en contacto con el prm*; el premolar maxilar anterior muy pequeño, situado en el ángulo interno formado por el canino y el otro premolar, y generalmente invisible al exterior por ocultarlo estos dos dientes. Dimensiones de un macho adulto, de Madrid: cabeza y cuerpo, 40 mm.; oreja, 9,5; trago, 6; antebrazo, 33; tercer dedo: metacar- piano, 31; primera falange, 12; segunda falange, 9; cuarto dedo: metacarpiano, 30,5; primera falange, 11; segunda falange, 6,8; quinto dedo: metacarpiano, 29,2; primera falange, 7,5; segunda ta- lange, 4; cola, 37,5; tibia, 11,5; pie; 5,8, VESPERTILIONID/E 119 Cráneo: longitud total, 13,2; longitud cóndilobasal, 12,8; longitud palatosinual, 5; ancho cigomático, 8,2; ancho interorbitario, 3,4; ancho de la caja cerebral, 7; mandíbula, 9,6; serie dental superior, 4,8; serie dental inferior, 5,2. ; Distribución geográfica.—Distritos pirenaico, central, bético, mediterráneo y balear. Todos los ejemplares que he examinado ó he visto citados proceden de Lérida, Madrid, Sevilla, Alicante y Me- norca, sin que existan datos de su existencia en el resto de España ni en Portugal. Diríase que es una especie puramente mediterránea que se ha corrido hacia el centro de la Península. En el resto de Europa, el límite septentrional de su área de dis- persión parece estar hacia los 46% de latitud norte; es decir, que habita al sur de Francia, las islas del Mediterráneo, Italia, el cantón Tesino, en Suiza, la parte meridional de Austria, y el Archipiélago Griego. La localidad típica es Trieste. Encuéntrase también en la parte de África que queda al norte del Sahara, y en el Asia meridio- nal, hasta la India. Observaciones.—Como el P. pipistrellus, esta especie suele vivir en las poblaciones, aunque más bien en los parques y jardines que en las calles. En el Jardín Botánico de Madrid se han capturado algunos ejemplares. En Sevilla, parece sustituir al pipistrellus; por lo menos es el murciélago que Medina y Ramos cita como abundan- te en los alrededores de dicha capital, denominándolo Vesperugo borealís, sin duda por no haber acertado á descubrir el pequeño premolar superior. Evidentemente por la misma causa tomó Cazurro por V. discolor (= Vespertilio murinus Linné) un ejemplar de P. Kuhlií que hay en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, citando en consecuencia aquella especie en la fauna matritense, cuan- do en realidad no ha sido hasta ahora encontrada en la Península. He visto dicho ejemplar, que se conserva en alcohol, y por cierto en muy mal estado, y he podido comprobar que es realmente un Pipistrellus de la especie que nos ocupa. Pipistrellus Savii (Bonaparte). Vespertilio Savíi Bonaparte, Iconogr. Fauna Italica, 1, fasc. xx (1837), lám. Vespertilio aristippe Bonaparte, l. c., fasc. xx1 (1837), lám. Vespertilio leucippe Bonaparte, 1. c., fasc. xx1 (1837), lám. Vespertilio Bonapartii Savi, Nuov. Giorn. Letter. Pisa (1839), pág. 226. O AN O A MS RAS AN 120 CHIROPTERA Pipistrellus Savíi Bonaparte, 1. c., Introd. (1841), pág. 2. Pipistrellus aristippe Bonaparte, 1. c., Introd. (1841), pág. 3. Pipistrellus leucippe Bonaparte, 1. c., Introd. (1841), pág. 3. Vesperugo maurus Blasius, Arch. fiir Naturg. (1853), pág. 35. Vesperugo Savii Forsyth-Major, Atti Soc. Tosc. Sc. Nat., m (1877), pág. 87. Vesperugo leucippe Forsyth-Major, 1. c. (1877), pág. 97. Vesperugo [Vesperus] borealis Seabra (no Nilsson), Jorn. Sc. Mathem. Phys. Natur. Lisboa, 2.? ser., vi (1900), pág. 93. Vespertilio ochromixtus Cabrera, Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 1 (1904), pági- na 267, lám. m, fig. 9 y 1v. Pipistrellus Savíi ochromixtus Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., vii (1908), pág. 449. Diagnosis.—Una especie del tamaño de P. Kuhlit, Ó un poco más grande, con los incisivos superiores bífidos y perfectamente ca- racterizada por su trago corto y ensanchado hacia arriba. Longitud del antebrazo, 31 á 36 mm. Caracteres. —Orejas cortas, llegando hasta la mitad de la distan- cia entre los ojos y las narices si se las extiende hacia delante; el borde interno, redondeado en la base, es luego casi recto hasta la punta, la cual es ancha y redonda; el externo es recto en su mitad superior, y en la inferior forma un reborde prominente, ligeramente convexo y doblado hacia atrás, terminando por un pequeño antitra- go á 2 mm. de la comisura bucal, de la cual está separado por una verruga. Trago corto y ancho, con el borde interno recto y el exter- no muy convexo, provisto en la base de un lobulillo triangular, á veces doble; su anchura máxima se encuentra por encima de la mi- tad del borde interno. Prominencias glan- dulares bastante desarrolladas (fig. 39). Lóbulos postcalcáneos poco salientes; o la última vértebra caudal y un poco de la ln É penúltima sobresalen del uropatagio. Fic. 39. El pelo, bastante largo y tupido, se ex- a OS tiende por encima y debajo del patagio ño natural. hasta una línea que va desde la mitad del húmero hasta cerca de la rodilla; el uropa- tagio, en la cara dorsal, es velludo hasta el nivel del primer tercio de la tibia, y por debajo lo es hasta la mitad de los muslos. En la cara llega el pelo hasta la parte posterior de las prominencias glan- dulares. 2 PI ii dE E ..> in ¿e ADE VESPERTILIONIDAE 121 Pelaje negro ó de un pardo foca obscuro, con las puntas de un bonito color amarillo, que varía del amarillo de Nápoles ó el ama- rillo ante al ocre amarillo pálido, resultando una mezcla muy vistosa de ambos colores; en el vientre, la parte basal de los pelos es tam- bién negra ó parda muy obscura, pero las puntas son de un color ante-crema muy claro. Las membranas negras. Lo mismo que las orejas y la cara. El cráneo (tig. 35, B), relativamente corto y ancho, distínguese á primera vista del de las especies precedentes por su perfil superior en línea completamente recta. Incisivos superiores internos con dos pun- tas, la más externa corta y algo retirada hacia atrás; los laterales más cortos que esta punta, y también con una pequeña cúspide acce- soria situada detrás de la principal. Caninos maxilares robustos, en contacto con el pm*, dejando escondido en el ángulo interno que forma este contacto al pequeño premolar anterior, el cual es tan di- minuto, que con frecuencia queda oculto bajo la encía, y aun en los cráneos perfectamente limpios apenas puede descubrirse si no es con una lente. En algunos ejemplares, este minúsculo premolar falta por completo, en uno ó en ambos lados. En la mandíbula, los incisi- vos, pequeños y trilobulados, están implantados transversalmente y montan unos sobre otros; los caninos presentan un ángulo que por delante forma una puntita más alta que el incisivo contiguo; el pre- molar anterior es próximamente como la mitad del que le sigue. Dimensiones de una hembra adulta, de Madrid: cabeza y cuerpo, 45 mm.; oreja, 10; trago, 5; antebrazo, 36; tercer dedo: metacar- piano, 32; primera falange, 15; segunda falange, 10; cuarto dedo: metacarpiano, 31,8; primera falange, 11; segunda falange, 7; quinto dedo: metacarpiano, 30; primera falange, 7,5; segunda falange, 4,2; cola, 39; tibia, 14; pie, 6. Cráneo: longitud total, 14; longitud cóndilobasal, 13; longitud palatosinual, 4,8; ancho cigomático, 9; ancho interorbitario, 3,8; ancho de la caja cerebral, 7; mandíbula, 10,5; serie dental superior, 4,5; serie dental inferior, 5,2. Distribución geográfica.—Probablemente como P. pipistre- (lus. Yo he examinado ejemplares de Madrid, El Escorial, Castrillo de la Reina, la parte montañosa de Valencia y Alicante, y Menorca, y Seabra menciona, bajo el nombre de Vesperugo borealís, un ES MD o ia mE a Ca E IA e ESA FEA S 122 CHIROPTERA ejemplar de Alvoco da Serra da Estrella, que yo creo es también de esta especie. También vive el P. Savií en el mediodía de Francia, en Suiza, en Italia (localidad típica, Aricia, cerca de Roma), en Sicilia, en Córcega y en el Tirol, y fuera de Europa llega por el oeste hasta las Canarias y Cabo Verde, mientras por el este se la ha citado hasta de China y la India. Observaciones. —Este murciélago es propio de las regiones mon- tañosas, ó por lo menos bastante elevadas sobre el nivel del mar. No se le encuentra en las ciudades, sino en los bosques y en las inme- diaciones de las grandes arboledas. Lo difícil que en algunos ejemplares de esta especie es descubrir el diminuto premolar maxilar anterior, unido á la ligera variabilidad de los matices del pelaje, ha hecho que muchas veces se les haya considerado como de otros géneros y hasta se hayan establecido sobre ellos pretendidas especies nuevas. Bonaparte ya describió la especie bajo tres ó cuatro nombres diferentes, y en todos los casos le asignó sólo treinta y dos dientes, á cuyo error se debe que Bla- sius, al encontrar más tarde el mismo murciélago en los Alpes y ver que tenía dos premolares más, lo tomase por una nueva especie, que llamó Vesperugo maurus. Indudablemente, el ejemplar de Portu- gal denominado por Seabra Vesperugo borealís Nilsson (=£pte- sicus Nilssoní Keyserling y Blasius, no Vespertilio borealis Mu- ller) es también un Pipistrellus Savii, cuyos pequeños premolares anteriores han pasado inadvertidos ó faltan realmente. Demuéstran- lo así su antebrazo de 35 mm. (en E. Nilssoni mide por lo menos 38 mm.), su trago «largo na parte superior», su cola igual que el antebrazo y sus incisivos superiores laterales muy pequeños. En fin, yo también he sido engañado por la aparente ausencia de los citados premolares y he fundado sobre ejemplares de esta especie un Ves- nertilio ochromixtus, que hoy, después de comparado con nume- rosos P. Savii de Italia, Francia y Cabo Verde, no me atrevo á se- parar ni aun como subespecie. En efecto, el hecho de quedar dichos dientecillos ocultos dentro de la encía, lo que yo me atreví á consi- derar como carácter de raza, no es constante en los ejemplares es- pañoles y ocurre, en cambio, con frecuencia en los italianos. Creo de importancia esta observación, para evitar que otros incu- VESPERTILIONIDAE 123 rran en parecidos errores. Al examinar los dientes del P. Savii es r muy fácil tomarlo por un Epfesicus ó un Vespertilio; pero su ta- FiG. 40. Alas de Nyctalus noctula (A) y de Pipistrellus Savii (B), mostrando la diferencia en la inserción del patagio sobre el pie y en la longitud relativa del quinto dedo. >= ?/5. maño, menor que el de cualquier especie europea de estos géneros, su color, que es muy característico, y la forma peculiar de su trago permiten reconocerlo desde luego. Género NYCTALUS Bowdich. Vespertilio Schreber, 1775 (parte, no Linné). Nyctalus Bowdich, 1825. Pterygistes Kaup, 1829. Vesperugo Keyserling y Blasius, 1839 (parte). Noctulinia Gray, 1842 (parte). Panugo Kolenati, 1856. Pipistrellus Thomas, 1898 (parte, no Kaup). Euvesperugo Acloque, 1900 (parte). Caracteres.—Hocico corto y muy ancho; las prominencias glan- dulares muy salientes. Frente ancha y aplastada. Orejas cortas, muy Pe as y Ñ AR ies e RM UA MO EA AO Lo eos: ni AS me N o 194 CHIROPTERA separadas entre sí, con la base del borde interno en forma de lóbulo redondeado y el borde externo inserto, como en Pipistrellus, cerca de la comisura de la boca. Trago corto y muy ancho, de figura arri- ñonada. El quinto dedo de la mano muy corto, un poco más largo solamente que el metacarpiano del tercero. Patagio inserto junto al tobillo (fig. 40, A). Lóbulo postcalcáneo bien desarrollado. Cráneo achatado, con el rostro corto y la escotadura anterior del paladar muy ancha. Fórmula dentaria: i 55 a 33 = 34. En general, los dientes se asemejan á los de Pipistrellus, pero los incisivos laterales superiores tienen dos puntas, y el premolar ante- rior superior, muy pequeño, se halla retirado hacia dentro, en el ángulo interno formado por el canino y el pm*, que están tocándose ó muy próximos entre sí. Especie tipo.—Nyctalus verrucosus Bowdich, de las islas de la Madera. De diez especies que se conocen de este género, tres son euro- peas, encontrándose dos de ellas en la Península. Clave de las especies. a. Tamaño grande; antebrazo, de 4D 40) MM....ooooooooo.... Tide N. noctula. a'. Tamaño pequeño; antebrazo, de 3D 44D MM.....ooococccioroarcro... N. Leisleri. Nyctalus noctula (Schreber). Vespertilio noctula Schreber, Sáugth., 1 (1775), pág. 166, lám. Lu. Vespertilio lardarius Miiller, Natursyst. Suppl. (1776), pág. 15. Vespertilio magnus Berkenhout, Synops. Nat. Hist. Great Brit. and Irel., 1 (1789), página 2. Vespertilio altivolans White, Nat. Hist. Selborne (1789), pág. 93. Vespertilio serotinus Geoffroy (no Schreber), Ann. Mus. Hist. Nat., vin (1806), págs. 19, lám. xLvr, fig. 1. Vespertilio major Leach, System. Catal. Spec. Indig. Mamm. Brit. Mus. (1816), pág. 5. (Nomen nudum.) Vespertilio proterus Kuhl, Ann. Wetterau, Gesells. Ges. Naturk., 1v (1819), pá- gina 41. Vespertilio ferrugineus Brehm, Ornis, m (1827), pág. 26. Pterygistes proterus Kaup, Syst. Europ. Thierw., 1 (1829), pág. 100. Scotophilus noctula Gray, Mag. Zool. and Bot., 1 (1838), pág. 497. Vesperugo noctula Keyserling y Blasius, Arch. fiir Naturg., 1 (1839), pág. 317. Noctulinia proterus Gray, Ann. and Mag. Nat. Hist., x (1849), pág. 258. Noctulinia noctula Blyth, Journ. As. Soc. Beng., x1v (1845), pág. 340. VESPERTILIONIDAE 125 Panugo noctula Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1856), pági- na 131. Vesperugo noctula, var. minima Fatio, Vertébr. Suisse, 1 (1869), pág. 58. Pterygistes noctula Miller, N.-Amer. Fauna, N* 13 (1897), pág. 87, nota. Pipistrellus noctula Thomas, Zoolog. (1898), pág. 100. Nyctalus noctula Barrett-Hamilton, Hist. of British Mammals, 1 (1910), pág. 7, figs. 2, 4, 6, láms. 11, IV, V, IX. Diagnosis.—Una especie de color casi uniforme y de mediano tamaño, con el antebrazo de 45 á 55 mm. de longitud y el cráneo de unos 19 mm. de largo total. Caracteres.—Orejas cortas y anchas, con el borde interno casi recto en su parte superior y muy convexo en la base, y el externo un poco vuelto hacia atrás. Trago corto, ancho, encor- vado hacia dentro, forman- do en su parte superior una expansión reniforme y con un pequeño lobulillo en la base. Hocico muy E FiG. 41. ancho y aplastado, con las S d Cabeza y detalle de la oreja de Vyctalus prominencias glandulares .noctula. Tamaño natural. muy abultadas (fig. 41). Antebrazos robustos. Piernas cortas y gruesas. Lóbulos postcal- cáneos grandes y bastante apartados del talón. La cola no tiene fuera del uropatagio más que la última vértebra. Pelo largo y suave. Sobre el patagio se extiende hasta una línea que va desde el medio del húmero á la rodilla, y sobre el uropatagio hasta la mitad de la tibia. La superficie glandular del hocico casi desnuda. Color general ocre leonado ó leonado oliváceo, casi uniforme; los pelos, al contrario de lo que ocurre en otros murciélagos, son un poco más pálidos en la base que en la punta; el vientre apenas un poco más claro que el dorso. Membranas pardas. Los ejemplares jóvenes son mucho más obscuros que los adultos. Cráneo (fig. 42, A) corto y ancho, con una cresta lambdoidea muy saliente. Incisivos superiores internos muy estrechos, largos y con una sola punta; los laterales más cortos, pero mucho más anchos, con dos puntas, un detrás de otra, y además un talón lateral muy y e A VA AA AS A E O o A a ao a di A e dd VE ÁS O A el a AS 8 , Mera AU E de 126 CHIROPTERA saliente, dejando en medio una cavidad en la que encaja, al cerrarse la boca, la punta del canino mandibular (tig. 43, A). Los incisivos inferiores trilobulados, implantados transversalmente é imbricados. Premolar maxilar anterior completamente invisible al exterior, por ocultarlo el contacto del canino con el otro premolar. Dimensiones de una hembra adulta, de Sevilla: cabeza y cuerpo, 75 mm.; oreja, 12; trago, 5,2; antebrazo, 55; tercer dedo: metacar- piano, 49; primera falange, 18,5; segunda falange, 15; cuarto dedo: metacarpiano, 48; primera falange, 18; segunda falange, 7; quinto FiG. 42. Cráneos y serie dental superior derecha de Nycfalus noctula (A) y Eptesicus serotínus (B) < 1 1)». dedo: metacarpiano, 38,5; primera falange, 8; segunda falange, 3,2; cola, 59: tibia, 18; pie, 11. Cráneo: longitud total, 19 mm.; longitud cóndilobasal, 18,5; lon- gitud palatosinual, 6,8; ancho cigomático, 13; ancho interorbitario, 5,2; ancho de la caja cerebral, 10; mandíbula, 14; serie dental supe- rior, 7; serie dental inferior, 7,5. Distribución geográfica. —Probablemente, esta especie se en- cuentra en toda la Península, aunque es de notar que Seabra no la menciona entre los mamíferos de Portugal. Yo no he visto más que un ejemplar de procedencia española, una hembra de Sevilla que hay en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, pero López Seoane menciona la especie de las cercanías del Ferrol, y Graells dice haberla obtenido de Valencia, Murcia y Córdoba. Dobson cita también dos ejemplares del Museo Británico cogidos en Espa- ña por Lord Lilford, aunque sin precisar la localidad (1). Barce- (1) Catal. of Chiropt., 1878, pág. 213. Según Miller, estos ejemplares son de Sevilla. VESPERTILIONIDA 1297 ló, en fin, incluye este murciélago entre los que viven en Mallorca. Fuera de la Península, el NV. noctula habita casi-toda Europa y parte de Asia, desde el sur de Escocia y de Noruega hasta el Medi- terráneo, y desde Inglaterra á la Siberia. Localidad típica, Francia. La especie fué allí establecida por Schreber sobre «la noctule» de Buffon y Daubenton. Observaciones. —Este murciélago parece ser uno de los más raros en nuestra Península, pues á pesar de su tamaño, que le hace bastante visible, son muy pocos los ejemplares obtenidos en ella hasta ahora. La especie es fácil de reconocer por sus caracteres ge- néricos en combinación con sus dimensiones. De los otros dos Nyc- talus europeos, uno, el V. Leisleri, es bastante más chico, y el otro (N. lasiopterus), en cambio, mucho más grande, con el ante- brazo de 65 á 68 mm. y el cráneo de 22 mm. Nyctalus Leisleri (Kuhl). Vespertilio Leislerí Kuhl, Ann. Wetter. Geselis. Ges. Naturk., 1v (1819), pág. 46. Vespertilio dasykarpos (Leisler) Kuhl, 1. c. (1819), pág. 49. Pteryeistes Leisleri Kaup, Syst. Europ. Thierw., 1 (1829), pág. 100. Scotophilus Leisleri Gray, Mag. Zool. and Bot. (1838), pág. 497. Vesperugo Leisleri Keyserling y Blasius, Arch. fiir Naturg., 1 (1839), pág. 318. Panugo Leisleri Kolenati, Allg. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1857), pág. 131. Noctulinia Leislerí Fitzinger, S.-B. Kaiserl. Akad. Wiss. Wien, Lx (1870), pá- gina 218. Pipistrellus Leislerí Thomas, The Zoolog. (1898), pág. 100. Nyctalus Leislerí Barrett-Hamilton, Hist. Brit. Mamm., 1 (1910), pág. 83, lámi- nas IV, V, VII. Diagnosis. —Parecido á N. noctula, pero de color generalmente más obscuro, y considerablemente más pequeño; antebrazo, 35 á 45 mm., cráneo, unos 15 mm. Caracteres.—Orejas, trago, etc., como en N. nocfula. Aparte del tamaño, sólo se advierte alguna diferencia sensible en las extre- midades, siendo en las anteriores relativamente más cortos los dedos tercero y quinto, y la pierna, por el contrario, relativamente más larga y delgada. Color pardo obscuro, variando de bistre ó sepia á pardo clavo. A veces, las puntas de los pelos son más pálidas y más rojizas que su porción basilar, dando al pelaje un matiz entre pardo madera y pat- 10 cdi ARS a a O 128 ] CHIROPTERA do Marte. La región ventral es siempre marcadamente más clara, y las membranas negruzcas. Cráneo parecido en su forma al de la especie precedente, pero mucho más chico, más ligero y con las crestas casi borradas por completo. En los dientes hay algunas diferencias notables. Los inci- sivos laterales superiores no son tan anchos, y los inferiores rara vez aparecen imbricados. El premolar anterior maxilar es, en pro- porción al tamaño del cráneo, algo más grande. Dimensiones de una hembra adulta, de la Champagne, Francia (1): FIG. 43. Incisivos y caninos superiores de Nyctalus noctula (A) y Eptesicus serotínus (B). <10. cabeza y cuerpo, 62 mm.; oreja, 15,8; trago, 4; antebrazo, 43; tercer dedo: metacarpiano, 39; primera falange, 18; segunda fa- lange, 17; cuarto dedo: metacar- piano, 37; primera falange, 15; segunda falange, 6; quinto dedo: metacarpiano, 32; primera fa- lange, 8; segunda falange, 5,8; cola, 40,2; tibia, 17; pie, 8. Cráneo: longitud total, 15 milímetros; longitud cóndiloba- sal, 14,7; longitud palatosinual, 5,1; ancho cigomátigo, 10,2; ancho interorbitario, 5; ancho de la caja cerebral, 8; mandí- bula, 12; serie dental superior, 6; serie dental inferior, 6,2. Distribución geográfica.— Portugal; Seabra (2) cita ejem- plares de Alcochete y Arrabida, en la zona litoral de la Extre- madura portuguesa, y de Mar- váo, cerca de nuestra provincia de Cáceres. Probablemente existe también en España, aun cuando hasta ahora no se le haya encontrado. (1) No he podido examinar ningún ejemplar ibérico de esta especie. (9) Bull. de la Soc. Portug. de Sciences Naturelles, v (1911), pág. 8. A e e ARS VESPERTILIONIDE 129 Fuera de la Península, esta especie tiene próximamente la misma área de dispersión que el N. noctula. Localidad típica, Hanau (Alemania). Observaciones.—El N. Leislerí parece ser todavía menos fre- cuente que el N. nocfula en la Península Ibérica; yo no conozco más ejemplares obtenidos en ella que los que el Sr. Seabra dice ha- ber visto de Portugal. En realidad, no es un murciélago común en ninguna parte. Género EPTESICUS Rafinesque. Vespertilio Schreber 1775 (parte, no Linné). Eptesicus Rafinesque, 1820. Cnephceus Kaup, 1829. Vesperugo Keyserling y Blasius, 1839. Vesperus Keyserling y Blasius, 1839 (no Latreille). Noctula Bonaparte, 1841. Cateorus Kolenati, 1856. Meteorus Kolenati, 1856 (parte). Amblyotus Kolenati, 1858. Aristippe Kolenati, 1863. Scotophilus H. Allen, 1864 (parte). Pachyomus Gray, 1866. Nyctiptenus Fitzinger, 1870. Adelonycteris H. Allen, 1892. Caracteres. —Hocico corto, ancho, con las prominencias glandu- lares bastante abultadas. Orejas cortas, aunque no tanto como en Nyctalus, con la base del borde interno en forma de lóbulo redon- deado y el borde externo inserto junto al ángulo de la boca. Trago más bién corto que largo, romo y ligeramente inclinado hacia el bor- de interno de la oreja. Quinto dedo de la mano por lo menos tan largo como el metacarpiano y la primera falange del tercero. Pata- gio inserto junto á la base de los dedos del pie. Espolones con lóbu- lo postcalcáneo. Caracteres craneanos como en Pipistrellus. : A E 11 3-3 a Fórmula dentaria: ¿3-3> (3 + PM3=3>» M373=%2. Incisi- 11 2-2 3 vos superiores internos con dos puntas; los externos con una sola y muy pequeños (fig. 43, B). Incisivos mandibulares trilobulados é imbricados. Único premolar maxilar (pm!) bastante grande, aunque mucho más pequeño que el canino. A e RD A y 130 CHIROPTERA Especie tipo.—Eptesicus melanops Ratinesque= Vespertilio fuscus Beauvois, de la América Septentrional. Comprende este género cerca de medio centenar de especies, de las cuales, cuatro solamente se encuentran en Europa, y una sola de ellas en la Península Ibérica. Eptesicus serotinus (Schreber). Vespertilio serotinus Schreber, Sáugth., 1 (1775), pág. 107, lám. Lun. Vespertilio noctula Geotftroy (no Schreber), Ann. Mus. Hist. Nat., vin (1806), pá- gina 193, láms. XLVIL, XLVII. Vespertilio murínus Pallas (no Linné), Zoogr. Ross.-Asiat., 1 (1811), pág. 121. Vespertilio serotina Pallas, 1. c. (1811), pág. 123. Vespertilio Wiedíi Brehm, Ornis, 11 (1827), pág. 24. Vespertilio Okeni Brehm, 1. c. (1827), pág. 25. Cnephceus serotinus Kaup, Skizz. Ent.-Ges. Nat. Syst. Eur. Thierw., 1 (1829), pá- gina 103. Vespertilio rufescens Brehm, Isis (1829), pág. 643. Scotophilus serotinus Gray, Mag. Zool. and Bot., 1 (1838), pág. 497. Vesperugo [Vesperus] serotinus Keyserling y Blasius, Arch. fiir Naturg., 1 (1839), página 312. Vespertilio palustris Crespon, Faune Méridion., 1 (1844), pág. 22. Vespertilio incisivas Crespon, 1. c., (1844), pág. 26. y Cateorus serotinus Kolenati, Allgem. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1856), pa- gina 131. Vesperugo serotinus Blasius, Sáugeth., Deutschl. (1857), pág. 76. Cateorus serotinus, var. rufescens Koch. Jahrb. Ver. Naturk. Herzogth., xv (1863), pág. 467. Eptesicus serotinus Mehely, Monogr. Chiropter. Hungar. (1900), pág. 209, lá- mina XIv. . Vespertilio serotinus insularis Cabrera, Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 1 (1904), pág. 263, lám. 11, fig. 2. Vespertilio isabellinus Cabrera (no Temminck), 1. c. (1904), pág. 264, lám. m1, figu- ras 3, 4. Vespertilio Boscai Cabrera, 1. c. (1904), pág. 265, lám. 11, figs. 5, 6, 8. Eptesicus Boscaíi Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., vi (1908), pág. 449. Diagnosis.—Es la más grande de las especies europeas de este género; longitud del antebrazo, de 50 á 53 mm.; longitud total del cráneo, unos 21 mm. Caracteres. —Orejas bastante más cortas que la cabeza, con el borde interno redondeado en su tercio inferior y apenas un poco convexo en el resto de su extensión, y el externo medianamente convexo, excepto cerca de la punta, donde es un poco cóncavo; la punta misma ancha y redonda. Trago corto, con el borde interno Y E TY AE O AE Be SS ER Y 10 dx ' 7 » ee VESPERTILIONIDE 131 recto ó muy ligeramente cóncavo, y el externo más ó menos arquea- do y con un lóbulo redondeado en la base; su mayor anchura, que se encuentra sobre el arranque del borde interno, es muy variable se- gún el grado de convexidad del borde externo. Hocico ancho, con prominencias glandulares bien desarrolladas; una verruga de- bajo de cada ojo, en el punto donde termina el borde externo de la oreja (fig. 44). Lóbulo postcalcáneo poco des- arrollado, pero perfectamente marcado. Las dos últimas vér- tebras caudales fuera del pispaS Cabeza y detalle de la oreja de Eptesi- tagio. cus serotínus. Tamaño natural. Pelaje bastante largo, muy poco extendido sobre las membranas y dejando bien descubiertas las glándulas faciales. Color general pardo, casi siempre bastante obscuro, pardo clavo ó pardo Prout, pero á veces más pálido y algo rojizo ó amarillento, tirando á pardo de momia ó á tierra de sombra. Región ventral mu- cho más clara, color de brécol ó isabela pálido. Membranas muy obscuras, con frecuencia negruzcas. Los ejemplares jóvenes suelen ser algo más obscuros que los adultos. Cráneo (fig. 42, B) con el rostro ancho y corto y las crestas muy marcadas, sobre todo hacia la parte posterior. Su perfil superior forma una línea casi enteramente recta. Incisivos superiores internos grandes, con la punta externa un poco más corta que la interna; los laterales muy pequeños, llegando apenas hasta la mitad del borde externo de los primeros. Dimensiones de una hembra adulta, de Almácera (Valencia): ca- beza y cuerpo, 70 mm.; oreja, 15; trago, 6,5; antebrazo, 51,5; ter- cer dedo: metacarpiano, 47; primera falange, 18; segunda falange, 17; cuarto dedo: metacarpiano, 46; primera falange, 15,5; segunda falange, 11; quinto dedo: metacarpiano, 44; primera falange, 11; segunda falange, 7; cola, 50; tibia, 20; pie, 10,5. Cráneo: longitud total, 20,6; longitud cóndilobasal, 20; longitud palatosinual, 8,2; ancho cigomático, 14; ancho interorbitario, 4,8; FIG. 44. 132 CHIROPTERA ancho de la caja cerebral, 9,5; mandíbula, 15; serie dental superior, 7,5; serie dental inferior, 8,2. Distribución geográfica.—Probablemente toda la Península, aunque faltan datos concretos acerca de su parte noroeste. Los ejemplares por mí examinados son de Ciudad Real, Daimiel, Sevilla y diferentes puntos de las provinclas de Valencia y Alicante; Graells cita la especie en Navarra, Barcelona (Monserrat, San Llorens del Munt), Valencia y Murcia; Cazurro en Madrid y Aranjuez; Martí- nez Reguera en Sierra Morena, y Seabra en varias localidades de los distritos de Lisboa y Coimbra. También existe en las Balea- res; en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid hay un ejemplar de Menorca, y Barceló lo menciona en Mallorca é Ibiza. Además, este murciélago habita casi todo el resto de Europa y buena parte de Asia, desde el sur de Inglaterra hasta la India, y desde el norte de Alemania hasta el Mediterráneo. Localidad típica, Francia. La especie fué fundada por Schreber sobre «la serotine» de Button y Daubenton. Observaciones.—El Eptesicus serotínus es poco frecuente en las localidades elevadas; abunda, en cambio, en los sitios bajos, sobre todo donde hay huertas ó grandes jardines. La hembra da á luz un solo hijo, á fines de primavera. Cazurro (1) menciona una hembra con dos fetos, existente en el Museo de Ciencias Naturales; pero esta afirmación, que supone un caso excepcional, se basa en una observación errónea; los tres ejemplares á que dicho autor alude están todavía en el Museo, á donde fueron enviados desde Ciudad Real por el Sr. Boscá; durante mucho tiempo se han guar- dado en el mismo frasco, pero eso no quiere decir que sean madre é hijos, y efectivamente no pueden serlo, pues mientras la hem- bra es realmente un Eptesicus serofínus, los fetos son de Rhino- lophus! El único murciélago de nuestro país con que puede á primera vis- ta confundirse la presente especie es el Nyctalus noctula, por ser ambos del mismo tamaño; pero la forma enteramente distinta del trago y la brevedad del quinto dedo característica de Nyctalus, bastan para diferenciarlos, aparte de los incisivos superiores, bífidos (1) Actf. Soc. Españ. Hist. Natf., 1894, pág. 16. O SR RS VESPERTILIONIDAE 133 los internos y simples los laterales en Eptesicus, y precisamente al contrario en Nyctalus. En 1904 consideré yo algunos ejemplares de Sevilla como £. ¿sa- bellinus, y otros de Valencia y Ciudad Real como una especie nue- va, que denominé £. Boscai, fundando esta distinción en el color más pálido del pelaje y en la forma un poco diferente del trago; pero más tarde (1), por comparación con verdaderos ¡sabellinus de Trípoli y de Esmirna, vi que mis ejemplares andaluces no tenían nada que ver con esta especie, siendo en realidad idénticos á los de Valencia. El estudio de una numerosa serie obtenida en Almácera me ha demostrado que éstos tampoco pueden separarse de serofí- nus, ni siquiera como raza local. La coloración pálida, aparte de estar en los primeros ejemplares exagerada como consecuencia de una larga permanencia en alcohol, no es un carácter constante, y las diferencias en la forma del trago, aunque muy marcadas, son puramente individuales; entre los ejemplares de Almácera los hay con trago relativamente largo y estrecho, y otros que lo tienen casi tan ancho como alto en el borde interno. En cuanto á mi £. serotíinus insularís, de Baleares, yo mismo he indicado hace ya tiempo que, con abundante material de estudio á la vista, no puede distinguirse del verdadero serotínus. Género BARBASTELLA Gray. Vespertilio Schreber, 1774 (parte, no Linné). Barbastella Gray, 1821. Barbastellus Kaup, 1829. Synotus Keyserling y Blasius, 1839. Caracteres.—Hocico ancho, corto, con los dos lados muy promi- nentes hacia arriba, de modo que entre ellos queda una depresión desnuda, en cuya parte anterior se abren las narices. Orejas media- nas, con la punta obtusa, unidas entre sí por la base de su borde interno, y con el borde externo terminando entre el ojo y el labio superior. Patagio inserto en la base de los dedos del pie. Lóbulo postcalcáneo poco desarrollado. (1) Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., viu1, 1908, pág. 449. 134 CHIROPTERA Cráneo con la caja cerebral larga y redondeada, y el rostro sen- siblemente cóncavo en su parte superior. Fórmula dentaria: ¿ 222,042, 1m22,m32 — 34. Incisi- E E AS vos superiores internos con dos puntas; los laterales con una sola y más cortos; los inferiores trilobulados, imbricados. Premolar supe- rior anterior muy pequeño, escondido en el ángulo interno que for- man el canino y el prr!. | Especie tipo.— Vespertilio barbastellus Schreber. Hasta ahora no se conocen más que dos especies de este género, de las cuales sólo una es europea. Barbastella barbastellus (Schreber). Vespertilio barbastellus Schreber, Sáugth., 1 (1774), pág. 168, lám. Lv. Vespertilio barbastella Boddaert, Elench. Anim., 1 (1785), pág. 69. Barbastella barbastellus Gray, Lond. Medic. Repos., xv (1821), pág. 300. Barbastellus barbastellus Kaup, Syst. Europ. Tierw., 1 (1829), pág. 96. Plecotus barbastellus Cuvier, Regne Anim., 1 (1836), pág. 74. Barbastellus Daubentonii Bell, Brit. Quadr. (1837), pág. 63. Barbastellus communis Gray, Mag. Zool. and Bot., 1 (1838), pág. 495. Synotus barbastellus Keyserling y Blasius, Arch. fiir Naturgesch., 1 (1839), pá- gina 305. Barbastella barbastella Méhely, Monogr. Chiropt. Hung. (1900), pág. 131, lám. v. Diagnosis. —Es la especie más pequeña del género, y se carac- teriza por presentar un lóbulo muy saliente en el borde externo de las orejas. Longitud del antebrazo, de 35 á 41 mm. (1). Caracteres. —Orejas medianas, llegando hasta el extremo del hocico, ó un poco más allá, si se las extiende hacia delante; su pun- ta obtusa y como truncada; el borde externo provisto hacia el medio, más cerca de la punta que de la base, de un pequeño lóbulo estrecho y saliente. Trago dirigido oblicuamente hacia dentro, afilado, con (1) En la revisión de los murciélagos de Francia, publicada en 1884 por Trouessart (Le Naturaliste, 1, pág. 523), se asigna á esta especie un antebrazo de 25 mm. Sin duda es una errata de imprenta, por 35, pues dicha medida supondría un animal menor que el Pipistrellus pipistrellas, el murciélago más pequeño de Europa. La cosa no . tendría importancia á no ser porque el mismo autor, tomando esta errata por dato cierto, la ha reproducido en sus Mammiferes de la Histoire Naturelle de la France, pág. 25, y recientemente en la Faune des Mammiferes d'Europe, pág. 12; y lo más lamentable es que algún autor español, tomando el dato por cierto, inadvertidamen- te la ha reproducido también. AA , A ral A + dy m y 5 VESPERTILIONIDA 135 el borde interno casi recto y el externo ligeramente cóncavo en la parte superior y muy convexo en la inferior; en la base lleva un ló- bulo semicircular bastante grande. Labio superior con dos surcos verticales profundos que separan tres abultamientos redondeados (fig. 45). Piernas relativamente largas. Cola próximamente de la longitud del cuerpo con la cabe- za, sobresaliendo poco más de un par de milímetros del uropa- tagio. Pelaje largo y abundante, ex- tendido sobre el patagio hasta una línea que va desde la mitad del húmero á la rodilla, y en el FiG. 45. uropatagio hasta un tercio de la Cabeza vista de frente y detalle de la cola. La depresión central de la da da a cara desnuda, pero las prominen- cias laterales muy velludas. Las orejas presentan cerca del borde in- terno una quilla muy marcada, provista de una espesa franja de pelos. Color, tanto del pelaje como de las membranas, pardo clavo muy obscuro, casi negro en algunos ejemplares. Los pelos, sobre todo en la cara ventral, suelen tener la punta isabela, pero sin que este color llegue á destacar sobre el matiz general. En la región anal y junto á la base del uropatagio se observan algunos pelillos blancos. Cráneo (fig. 46) sin ninguna particulari- dad, fuera de sus caracteres genéricos. El rostro cóncavo por encima, correspondien- do á la depresión que exteriormente presen- ta el hocico, basta para distinguirlo del de O A cualquier quo murciélago europeo. barbastellús. >< 2 Dimensiones de un macho, de Navace- rrada: cabeza y cuerpo, 49 mm.; oreja, 14; trago, 8; antebrazo, 40; tercer dedo: metacarpiano, 35; primera falange, 13; segunda falange, 13,5; cuarto dedo: metacarpiano, 34; primera falange, 10; segunda falange, 10; quinto dedo: meta- | p ll | X — / Mi 05 da h ES 136 CHIROPTERA carpiano, 33; primera falange, 10; segunda falange, 5; cola, 48; tibia, 18; pie, 6,8. Cráneo: longitud total, 14 mm.; longitud cóndilobasal, 13,2: lon- gitud palatosinual, 4,5; ancho cigomático, 7,5; ancho interorbitario, 3,2: ancho de la caja cerebral, 7,2; mandíbula, 9,5; serie dental su- perior, 5; serie dental inferior, 5,2. Distribución «geográfica. — Regiones montañosas del norte y centro de España. Yo he examinado ejemplares de Navacerrada y El Paular, en la cordillera Carpetana; Castellarnau los ha encon- trado en La Granja; Lord Liltord (1) en los Pirineos de Aragón y en Potes (Santander), y Martínez Reguera en Sierra Morena, que acaso es el limite meridional de la especie en nuestra Península. Ma- chado dice haberla hallado en los jardines de Sevilla, especialmente en los del Alcázar, pero esta afirmación, que contradice cuanto sabemos de cierto sobre las costumbres de este murciélago, es poco fidedigna, por tratarse de un autor que comete frecuentes erro- res en la determinación de especies de mamíferos, y sobre todo de quirópteros (2). Por mi parte, el único murciélago peque- ño que he encontrado en los jardines sevillanos es el Pipistrellus Kuhlii. La Barbastella barbastellus no ha sido todavía mencionada en las Baleares ni en Portugal. Además de nuestro país, habita todo el centro y mediodía de Europa, desde el sur de la Escandinavia y la Rusia central hasta el sur de Italia, y desde la parte meridional de Inglaterra hasta Tiflis. También se encuentra en Canarias, lo que da alguna verosimilitud á la sospecha de Dobson de que debe exis- tir en el Norte de Africa. La localidad típica es Francia; Schreber estableció su Ves- pertilio barbastellus sobre «la barbastelle» de Daubenton y Buffon. Observaciones.—Este murciélago es, por lo menos en España, esencialmente rupestre y silvícola. Encuéntrasele sobre todo en los (1) The Zoologíst, 1887, págs. 66-67. (2) En el Museo de Ciencias Naturales de Madrid he encontrado en un mismo frasco un Pipistrellus Kuhlii y dos Myotis Daubentoníí enviados de Sevilla por Ma- chado como «Vesperugo pipistrellus, macho y hembras.» VESPERTILIONIDAE 137 pinares situados á grandes alturas. Para dormir, se oculta en las oquedades y anfractuosidades de los árboles viejos, ó bien se refu- gia en los edificios solitarios en las montañas, tales como antiguos monasterios, castillos ruinosos, etc. Género PLECOTUS Geoffroy. Vespertilio Linné, 1758 (parte). Macrotus Leach, 1816 (VNomen nudum). Plecotus Geoffroy, 1818. Plecautus F. Cuvier, 1829. Caracteres. —Hocico medianamente largo y estrecho, con las na- rices abiertas en el extremo anterior de dos surcos profundos, de figura semilunar, situados entre elevaciones glandulares bastantes marcadas. Orejas sumamente grandes, tan largas como unas dos veces la cabeza, con el borde externo inserto detrás del ángulo de la boca, y unidas entre sí sobre la frente por una estrecha banda cutánea. Patagio inserto en la base de los dedos del pie; propatagio muy ancho. Cráneo relativamente grande, alargado, con la caja cerebral muy desarrollada en proporción al rostro y los globos auditivos enormes. Fórmula dentaria: 3 a e,» pm > m S— > = 36. Incisivos superiores centrales bífidos; los laterales más pequeños y con una sola punta. Incisivos mandibulares trilobulados, ligeramente imbrica- dos. Premolar maxilar anterior muy pequeño, pero bien visible, muy próximo al canino y en cambio separado del pm* por un corto espacio. Pm, algo más chico que el prm,, y éste á su vez menor que el pm,. Especie tipo.— Vespertilio auritus Limné. El número de especies de P/ecotus que deben admitirse no se puede precisar mientras no se haga una revisión seria del género; pero parece que pueden distinguirse ocho ó nueve, todas ellas propias de la región paleártica. De todos modos, en nues- tra fauna sólo existe una, que es la que se considera como tipo del género. E NN "A El E Ya " A e aa Dd o q e hi ve a 138 CHIROPTERA Plecotus auritus (Linné). Vespertilio auritus Linné, Systema Naturee, 10.* edic. (1758), pág. 32. Plecotus auritus Geottroy, Descript. Mamm. Égypte, 11 (1818), pág. 118, lám. 1, NESIO: Vespertilio otus Boie, Isis, 1 (1825), pág. 1206. Vespertilio cornutus Faber, Isis, 1 (1826), pág. 515. Plecotus communis Lesson, Manuel de Mammal. (1827), pág. 93. Plecotus cornutus Lesson, 1. c. (1827), pág. 96. y Plecotus auritus, var. austriacus Fischer, Synops. Mamm. (1829), pág. 117. Plecotus vulgaris Desmarest, Faune Franc. Mammif., livr. 19 (1829), pág. 18, lá- mina 11, fig. 3. Plecotus brevímanus Bonaparte (no Jenyns), Iconogr. Fauna Italica, 1, fasc. XXI (1837), lám., fig. 2. Plecotus Bonapartei Gray, Magaz. Zool. and Bot., 11 (1838), pág. 495. Plecotus Kirschbaumii Koch, Acht. Bericht Oberbess. Ges. fiir Nat. und Heilk. (1860), pág. 40. Plecotus auritus, var. montanus; P. a., var. brevipes Koch, Jahrb. Ver. Nat. Her- zogth., xvu (1862-63), págs. 406, 407. NOMBRES VULGARES: Murciélago orejudo, Murciélago orejón, Murciélago de cua- tro puntas, en castellano; Morcego orelhudo, en portugués. Diagnosis. —Una especie de mediano tamaño, con el antebrazo de 39 á 42 mm. de largo, el dedo pulgar corto en proporción á la lon- gitud que á veces alcanza en el género, y los globos auditivos bas- tante grandes (1). Caracteres. —Orejas sumamente largas, próximamente como dos veces la cabeza, muy membranosas, transparentes y de forma ova- lada, con la punta redondeada; una banda cutánea estrecha las re- une sobre la frente por la base de los bordes internos, y un poco más arriba presenta cada oreja un doble lóbulo bastante grueso que (1) Mr. Oldfield Thomas, al establecer las diferencias entre varias especies de Plecotus, dice: «Auritus (Europa) tiene el cráneo más redondo (que P. homochrous y P. puck), globos auditivos pequeños y pulgares cortos.» (Proceed. Zool. Soc. Lon- don, 1907, pág. 160). Indudablemente, el ilustre zoólogo se refiere al Plecotus de In- glaterra, que en mi opinión constituye una especie, ó al menos subespecie, diferente (P. brevimanus Jenyns), con el antebrazo de 35 á 40 mm., los metacarpianos más cortos y los globos auditivos más pequeños. En un topotipo de auritus del Museo de Madrid (Núm. 1.274), el diámetro máximo de los globos es de 4,3 mm.; en un ejem- plar de Marsella (Núm. 1.288) llega á 4,6, y en los que he medido de España oscila entre estas dos medidas; de modo que dicho diámetro no es inferior al que encon- tramos en P. ariel y P. Wardi, especies que Mr. Thomas incluye entre las caracteri- zadas por tener más grandes los globos auditivos. ARTO VESPERTILIONIDA 139 sobresale hacia delante en posición oblicua desde el borde mismo del pabellón hasta detrás de la base del trago. Este último es grande, un poco más largo que la mitad de la oreja, con el borde interno casi recto y el externo ligeramente cóncavo arriba y convexo abajo, y con un lóbulo bastan- te grande en la base (fig. 47). Pulgar corto (unos 5,5 mm., sin contar el metacarpiano ni la uña), Pie pequeño; su longi- tud, sin las uñas, como un 37 por 100 del largo de la tibia. Cola tan lar- FiG. 47. ga, por lo menos, como Cabeza, vista de frente, y detalle de la oreja de el cuerpo y la cabeza Plecotus auritus. Tamaño natural. juntos, pero Casi siem- pre algo más larga, y con la punta sobresaliendo del uropatagio. Pelaje abundante, largo y sedoso, llegando sobre el patagio hasta el nivel de la mitad del húmero. Las orejas llevan una franja longi- tudinal de pelos tiesos cerca de su borde interno. Color general pardo de brécol ó isabela obscuro, siendo este últi- mo matiz frecuente sobre todo en los individuos jóvenes. Los viejos, en cambio, son muy obscuros, á veces casi sepia. El pelo es siempre negruzco en la base. La región ventral blanco grisácea ó de un co- lor de ante sucio, con la base de los pelos igualmente negruzca. Membranas sepia ó pardo clavo; orejas de un pardo sonrosado pálido. Cráneo (fig. 48) con el rostro corto y muy plano por encima; la caja cerebral, cuando se mira desde arriba, es casi redonda. Globos auditivos muy grandes, su diámetro horizontal máximo mide, por término medio, 4,5 mm. j Dimensiones de una hembra adulta, de Menorca: cabeza y cuer- po, 45 mm.; oreja, desde la base por el borde interno, 30; desde el arranque del borde externo, 35; trago, 18; antebrazo, 41; tercer dedo: metacarpiano, 35; primera falange, 13; segunda falange, 13; cuarto dedo: metacarpiano, 34; primera falange, 10; segunda falan- ADO AS PS ¿E 140 CHIROPTERA ge, 9; quinto dedo: metacarpiano, 34; primera falange, 10; segunda falange, 8,5; cola, 50; tibia, 19; pie, 7. Cráneo: longitud total, 18 mm.; longitud cóndilobasal, 16,6; lon- gitud palatosinual, 7; ancho cigomático, 9,4; ancho interorbitario, 3,5; ancho de la caja cerebral, 8,6; mandíbula, 11,8; serie dental su- perior, 5,8; serie dental inferior, 6,2. Distribución geográfica.—Toda la Península y las Baleares. Yo he examinado ejemplares de la provincia de Madrid, de Gerona, de las lagunas de Ruidera y de Menorca; Graells y Aguilar-amat men- cionan la especie en Cataluña; López Seoane en Galicia; Martí- nez Reguera en Sierra Morena; Machado en Andalucía; Seabra en diferentes localidades portuguesas, y Barceló en Mallorca é Ibiza. La misma especie se encuentra en todo el centro y mediodía de Europa. Localidad típica, Berlín (1). Observaciones. —Este murciélago es el único que el vulgo de nuestro país de- signa con nombre particular (2), lo que prueba lo fácil que es distinguirle de todas las demás especies. Vive en las alame- das, huertas y jardines, aun dentro de las ciudades, refugiándose en los árboles hue- cos, y también en los invernaderos y es- tufas. En el Parque del Retiro, en Madrid, se le ha encontrado á veces dentro del eN CD O Palacio de Cristal y del edificio que fué son "Museo de Ultramar. Duerme con las ore- jas recogidas debajo de las alas; cuando vuela, las lleva generalmente enhiestas, pero á veces las encorva hacia los lados, y hasta las lleva colgando, casi como los perros de caza. Acerca de la identidad de nuestro Plecotus con el verdadero FiG. 48. (1) Véase O. Thomas, Proceed. Zool. Soc., 1911, pág. 131. (2) Los varios nombres que para otras especies indica Machado en su Catálogo de los Mamíferos de Andalucía, como «murciélago nocturno», «murciélago de pa- red», etc., aparte de su vaguedad, jamás se oyen en boca del vulgo andaluz. E A id O . A o SEE VESPERTILIONID/E 141 P. aurítus, no puede caber duda ninguna. Comparado con ejempla- res de Berlín en el Museo de Madrid, resulta enteramente igual á ellos; el color es el mismo, é iguales las dimensiones externas, las del cráneo y los caracteres de éste. Los ejemplares de Francia (por lo menos los de la parte sur) y los de Suiza pertenecen tam- bién á la misma especie. Género MINIOPTERUS Bonaparte. Vespertilio Natterer, 1819 (parte, no Linné). Miniopterus Bonaparte, 1837. Miniopteris Gray, 1866. Minyopterus Winge, 1892. Minneoptíerus Lampe, 1900. Caracteres.—Hocico muy ancho y corto, con prominencias glan- dulares muy abultadas. Frente alta y abombada. Orejas muy sepa- radas entre sí, pequeñas, romboidales, con el borde externo inserto junto á la comisura bucal. Trago estrecho, con la punta obtusa y li- geramente inclinado hacia el borde interno de la oreja, sin ningún lóbulo en la base. Segundo metacarpiano tan largo como el tercero; primera falange del tercer dedo muy corta, y la segunda, en cambio, muy larga, de manera que aquélla es casi como un tercio de ésta. Pies estrechos y largos, con espolones delgados y relativamente cortos, desprovistos de lóbulo postcalcáneo. Cola próximamente tan larga como el cuerpo y la cabeza juntos, y completamente incluída en el uropatagio. Cráneo con la caja cerebral grande, muy alta, globular, distin- guiéndose bien la región frontal de la occipital por una ligera de- presión transversal. El rostro corto, un poco deprimido á lo largo de su parte superior. Paladar óseo con un agujero junto á cada mm”. Globos auditivos pequeños. Una cresta sagital muy baja, pero bien indicada. Fórmula dentaria: ¿33,0 —+PmM33 > m33=36. Incisivos superiores cortos y gruesos, con una sola punta, aunque los internos presentan un talón lateral que parece tender á formar una segunda cúspide. Los externos un poco más cortos, pero más anchos. Incisi- vos inferiores ligeramente imbricados, trilobulados, excepto el í., AR 11 22 33 A RA RA Rs o MO AO $ a LENA 149 CHIROPTERA que es bífido y un poco más grande. Premolar maxilar anterior próximamente como la mitad del posterior, y algo retirado hacia dentro; pm, y pr, casi iguales entre sí. Especie tipo.— Vespertilio Ursinii Bonaparte. = V. Schreiber- sí Natterer. Conócense actualmente diez y siete especies de este género dis- tribuídas por las regiones templadas y cálidas de Europa, África, Asia y Oceanía. Sólo una de ellas es europea. Miniopterus Schreibersii (Natterer). Vespertilio Schreibersti (Natterer) Kuhl, Neue Ann. Wetter. Gesellsch. Ges. Na- turk., 1v (1819), pág. 41. Vespertilio Screbersií Lesson, Manuel de Mammal. (1827), pág. 89. Vespertilio Ursinii Bonaparte, Iconogr. Fauna Italica, 1, fasc. xx1 (1837), lám., figura 1. Vespertilio Orsini Temminck, Monogr. Mammal., 1 (1840), pág. 179. Miniopterus Schreibersiil Keyserling y Blasius, Wirbelt. Europ. (1840), pág. 44. Miniopterus Ursinii Bonaparte, 1. c., Introd. (1841), pág. 3. Diagnosis.—Es el único representante europeo del género. Co- lor pardo obscuro, casi uniforme. Longitud del antebrazo, de 43 á 47 mm. Caracteres. —Orejas muy cortas, con los bordes muy convexos; el externo es un poco cóncavo junto á la punta, y termina por abajo en un antitrago bastante grande y grueso. Trago medianamente largo, con la punta redondeada y de la misma anchura en toda su longitud, encorvado hacia el borde interno de la oreja (fig. 49). Un surco longitudinal á cada lado de la cara debajo del ojo. Patagio inserto en el tobillo ó un poquito más arriba. Pies tan largos como la mitad de la tibia, 071777 FiG. 49. próximamente. Cabeza y detalle de la oreja de Pelaje largo y espeso. Sobre el pa- Miniopterus Schreibersii. Tamaño ( E p natural. tagio se extiende hasta una línea que | va desde cerca de la mitad del húmero hasta el medio del fémur; en el uropatagio cubre sólo la parte conti- gua al cuerpo. Los lados de la cara son bastante velludos. Color pardo obscuro, casi uniforme. En las partes superiores, el g VESPERTILIONIDA 143 pelo, negro sucio en la base, ofrece en la parte visible un matiz in- termedio entre el pardo de brécol y el sepia, mientras en el vientre el color es algo más gris, casi gris de humo. Las membranas son siempre más obscuras, y algunos ejemplares parecen casi negros á primera vista (1). El cráneo no presenta ninguna peculiaridad digna de atención, tanto menos cuanto que no puede confundirse con el de ningún otro murciélago de la Península (fig. 50). Dimensiones de una hembra de Ca- margo (Santander): cabeza y cuerpo, 58 mm.; oreja, 9; trago, 5; antebrazo, 46; tercer dedo: metacarpiano, 41; pri- mera falange, 11,5; segunda falange, 31; cuarto dedo: metacarpiano, 39,4; primera falange, 8,8; segunda falange, 14,8; quinto dedo: metacarpiano, 36; : ds | Ñ Cráneo de Miniopterus Schreí- primera falange, 9,8; segunda falan- bersii. < 215. ge, 6,4; cola, 56; tibia, 20,3; pie, 11. Cráneo: longitud total, 15,3 mm.; longitud cóndilobasal, 14,8; lon- gitud palatosinual, 5,7; ancho cigomático, 8,8; ancho interorbitario, 3,1; ancho de la caja cerebral, 8,2; mandíbula, 10,5; serie dental su- perior, 6; serie dental inferior, 6,5. Distribución geográfica—Probablemente toda la Península y las Baleares. Los ejemplares que yo he examinado proceden de San Llorens de Munt (Barcelona), Camargo (Santander), San Sebas- tián, Madrid, La Granja, Ciudad Real, Valencia y Menorca; Graells menciona la especie en los Pirineos, Aguilar-amat en el Parque Giiell de Barcelona, y Thomas dice que es común en Mallorca y Menorca; en la Universidad de Sevilla hay ejemplares de esta loca- lidad, en el Museo Británico los hay de Silos, y en el Museo Cívico de Génova, de Cádiz y de Madrid. Seabra, en fin, dice que en el Museo de Lisboa se conservan numerosos ejemplares de Condeixa (provincia de Douro). FiG. 50. (1) Los matices castaños y pardo-rojos que en 1904 asigné á ejemplares de Ciu- dad Real y Baleares no son naturales, sino consecuencia de una larga inmersión en alcohol. 11 144 CHIROPTERA La misma especie se encuentra en todo el mediodía de Europa (Francia meridional, Suiza, Italia, Austria-Hungría, etc.), llegando por el este hasta Siria, y también existe en el Norte de África, por lo menos en Argelia. La localidad típica son las montañas de la parte sur del Banato (Hungría). En el Asia meridional y oriental presén- tase también este Miniopterus, pero sensiblemente modificado por la influencia de la localidad, constituyendo diferentes subespecies. Observaciones. —El Miniopterus Schreibersii es murciélago cavernícola, aunque también se refugia en las criptas y subterrá- neos de los viejos edificios abandonados. Generalmente se le en- cuentra en las mismas cavernas que al Myotís myotís, y con tfre- cuencia se halla uno ó dos Miniopterus aislados entre una numerosa colonia de Myotis. En Baleares se asocia de la misma manera con el Myotis Capaccinil. Familia MOLOSSIDE Microquirópteros con las ventanas de la nariz circulares, abiertas en una especie de almohadilla callosa que ocupa el extremo del ho- cico, el cual no presenta nunca excrecencias cutáneas; con las ore- jas gruesas, carnosas y provistas de un trago pequeño; las piernas cortas y gruesas, y la cola libre del uropatagio en gran parte de su longitud. El segundo dedo de las extremidades torácicas tiene una pequeña falange rudimentaria, y el tercero tres, de las cuales, la pri- mera, cuando la membrana está plegada, se dobla sobre la cara dor- sal del metacarpiano. Esta familia comprende actualmente once géneros, de los cuales uno solamente se halla representado en nuestra fauna. Género NYCTINOMUS Geoffroy. Nyctinomus Geotfiroy, 1813. ; Cephalotes Rafinesque, 1814 (no Geoffroy Nyctinoma Bowdich, 1821. NMyctinomes Gray, 1821. Nyctinomia Fleming, 1822. a OS » MOLOSSIDE 145 Dynops Savi, 1825. Dysopes Cretzschmar, 1826 (no Mlliger). Mops Lesson, 18492. Nyctinomops Miller, 1902, Caracteres.—Hocico con la almohadilla terminal bastante abul- tada, provista en su borde superior de unas diminutas puntitas ó es- pinillas córneas. Labio superior grueso, carnoso, colgante, surcado por profundas arrugas verticales y sembrado de pelillos tiesos, los cuales, si se miran con la lente, aparecen ensanchados en la punta, en forma de cucharilla. Orejas grandes, redondeadas, con los bordes internos insertos en un punto común en el centro de la frente; cada una de ellas presenta en dicho borde de seis á ocho espinillas cór- neas como las del hocico, y á poca distancia del mismo una quilla muy prominente. Trago pequeño y truncado. Antitrago de forma y tamaño muy variables. Quinto dedo anterior muy corto, próxima- mente como el metacarpiano del tercero; la falange terminal de éste cartilaginosa en casi toda su longitud. Pies cortos y anchos, con los dedos primero y quinto mucho más gruesos que los otros, y fran- jeados por largas vibrisas. Cráneo con la caja cerebral deprimida; el paladar escotado por delante. Fórmula dentaria: í 5033 6 ==; , pm > , M Incisivos superiores grandes, muy separados entre sí, pero con las puntas convergentes; los inferiores pequeños, bífidos y ligera- mente imbricados. Caninos grandes, con un cíngulo bien marcado. El premolar maxilar anterior muy pequeño, pero situado en la serie dental y perfectamente visible al exterior; pm* grande; los dos premolares mandibulares casi iguales entre sí, sólo el anterior un poquito menos alto que el posterior. Especie tipo.—Nyctinomus cegyptiacus Geotftroy, de Egipto. Conócense hasta ahora unas cuarenta especies de este género, dis- tribuídas por las cinco partes del mundo; en Europa, sin embargo, no existe más que una. INMI) wi ll (31) S [e) 9%) [we] Nyetinomus teeniotis (Rafinesque). Cephalotes tceniotis Rafinesque, Précis Descr. Somiol. (1814), pág. 12. Dinops Cestonii Savi, Nuov. Giorn. Letter. (1825), pág. 230. Dysopes Ruppelii Temminck, Monogr. de Mammal., 1 (1827), pág. 224. 146 CHIROPTERA Molossus Ruppelií Lesson, Manuel de Mammal. (1827), pág. 101. Dysopes Cestonii Wagner, Schreb. Sáugth., Suppl., 1 (1840), pág. 467, lámi- na iLxr, A: Dysopes midas Sundevall, Stockh. Vet. Akad. Handl. (1842), pág. 207. Dysopes Savíí Schinz, System. Verz. Sáugeth., 1 (1844), pág. 138. Nyctinomus insignis Blyth, Catal. Mamm. Mus. Asiat. Soc. (1863), pág. 29. Nyctinomus [Dysopes] ventralis Heuglin, Nov. Acta Acad. Leop.-Carol. (1861), pág. 11. - Dysopes [Molossus] Rúppellii Swinhoe, Proceed. Zool. Soc. Lond. (1870), pá- gina 619. Dysopes Cestonii, var. nigrogriseus Schneider, Nouv. Mém. Soc. Helvet., xxIv (1871), pág. 9. Nyctinomus Cestonii Dobson, Monogr. Asiat. Chiropt. (1876), pág. 180, fig. Nyctinomus tceniotís De Winton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, vir, (1901), pá- gina 37. Diagnosis. —Un Nyctinomus de gran tamaño, con 3—3 incisi- vos mandibulares. Longitud del antebrazo, de 58 á 63 mm. Caracteres. —Orejas muy anchas, pero relativamente cortas; si se las extiende, procurando colocarlas planas, su forma es casi circu- lar; la quilla muy pronunciada, hasta el punto de ocultar el ojo cuando se mira el animal de perfil; el antitrago semicircular, bas- FIG: 01; Cabeza y detalle de la oreja de Vyefinomus tceniotis. Tamaño natural. tante grande, casi tapando el trago. Este último es corto, ancho y de figura trapezoidal (fig. 51). Patagio inserto en la parte inferior de la tibia. Cola gruesa, libre casi en la mitad de su longitud. Pelaje corto y espeso, apenas extendido sobre las membranas. Los labios cubiertos de abundantes pelos de punta ensanchada. Las orejas presentan muchos pelos largos y tiesos en el espacio entre el borde interno y la quilla, y á lo largo de la parte alta de ésta. Color pardo sucio, intermedio entre pardo de brécol y pardo pelo; las partes inferiores, pardo de brécol; las membranas y las orejas, A SM E MOLOSSIDE 147 pardo pelo muy obscuro. En algunos ejemplares, el dorso tira más bien á sepia, y la región abdominal está ligeramente lavada de isabela. Cráneo (fig. 52) estrecho y alargado, con el perfil superior casi en línea recta. Los incisivos superiores, casi como la mitad de los caninos; los inferiores en número de 3—3, el tercero de cada lado FIG. 52, Cráneo de Nyctinomus teeniotis. < 2, mucho más pequeño que los otros dos. Caninos mandibulares con el cíngulo muy alto, subiendo por delante muy por encima del borde de los incisivos (1). Dimensiones de un macho adulto de El Escorial: cabeza y cuer- po, 84 mm.; oreja, desde la base del borde interno, 21; desde la base del borde externo, 26; trago, 5,5; antebrazo, 61,5; tercer dedo: metacarpiano, 58; primera falange, 21,5; segunda falange, 20; cuarto dedo: metacarpiano, 54; primera falange, 18; segunda fa- (1) No sé hasta qué punto pueden ser ciertas las variaciones y anomalías que Graells dice haber observado en el sistema dentario de esta especie (Mem. Acad. de Ciencias, xvu, 1897, pág. 404). Yo no he visto ninguna diferencia en los numerosos ejemplares que he examinado, algunos de los cuales pasaron por las manos de Graells. Lo que sí puedo afirmar es que el esqueleto descrito por dicho autor y re- presentado en su lámina xm como de Dinops Cestonii (=Nyctinomus tceniotis), es- queleto que se conserva en el Museo de Madrid, no es de esta especie, sino de Myotis myotis. ¿Qué confianza podremos tener en los demás datos después de ver confundidos dos murciélagos tan diferentes entre sí? $ - EPR OSI 145 CHIROPTERA lange, 10; quinto dedo: metacarpiano, 30; primera falange, 16,5; se- gunda falange, 5,8; cola, 46; parte libre de la misma, 21; tibia, 18,2; pie; 12: Cráneo: longitud total, 24,6 mm.; longitad cóndilobasal, 24; lon- situd palatosinual, 7,S; ancho cigomático, 13; ancho interorbitario, 5; ancho de la caja cerebral, 10,5; mandíbula, 17,5; serie dental su- perior, 9; serie dental inferior, 10. Distribución geográfica. —Toda la Península, exceptuando tal vez la parte noroeste, de donde no lo he visto nunca citado. Tam- bién parece faltar en las Baleares. Yo he visto ejemplares de El Es- corial, Valencia, Gerona y Sevilla. De esta última localidad, de Córdoba y de Cabra los cita Machado; de Madrid, Segovia, Valla- dolid, Guadalajara, Barcelona, Caldas de Mombuy y Murcia, men- ciónalos Graells; del Masnou, Aguilar-amat, y Seabra, de Cintra y de Coimbra. Este murciélago se encuentra también en el litoral mediterráneo de Francia, en Suiza, Italia, Sicilia y Grecia; en el África Septen- trional, desde las islas de la Madera hasta Egipto y la Nubia, y en el sur de Asia, hasta la China, á través de Persia y la India. Loca- lidad típica, Sicilia. Observaciones.—El único Nyctinomus ibérico vive dentro de las ciudades, ocupando los edificios grandes y antiguos, y principal- mente las torres de iglesias y conventos. Es una especie muy fácil de reconocer, aun á primera vista, pues sus orejas anchas y Carno- - sas, sus gruesos labios llenos de profundos surcos verticales y su cola, muy saliente fuera del uropatagio, le distinguen de todos los demás murciélagos europeos. Orden CARNIVORA Mamíferos euterios terrestres ó acuáticos, unguiculados, con cin- co ó cuatro dedos en las extremidades y con los pulgares no oponi- bles; cráneo con las cavidades orbitaria y temporal confundidas; dientes de las cuatro clases; incisivos pequeños; caninos grandes y afilados; premolares comprimidos lateralmente y provistos de puntas cortantes; molares bunodontos; clavículas incompletas ó ausentes. Aun cuando este orden es bastante natural, los caracteres enu- merados son casi los únicos con que puede ser definido, pues en él se comprenden dos tipos de animales aparentemente muy distintos: los carnívoros terrestres, vulgarmente denominados fieras, que constituyen el tipo más primitivo, y los carnívoros acuáticos ó focas, que representan una adaptación de los primeros á la vida pelágica. De aquí nace la división del orden en dos subórdenes, Fissipedia y Pinnipedia, ambos representados en nuestra fauna. Clave de los subórdenes. a. Terrestres. Extremidades normales; pm y m modificados en forma de hoja COLA eds a iaa OO FISSIPEDIA. a'. Acuáticos. Extremidades transformadas en aletas; pmi y m, no modificados... PINNIPEDIA. Suborden FISSIPEDIA Carnívoros con las extremidades normales, conformadas para an- dar por tierra, aunque muchos de ellos son secundariamente arbo- rícolas ó nadadores; con el primer dedo de las extremidades anterio- A A AI A ER PLAY e TAS PINES NO ps 3 E re E Y yA e Ho e hi E e xd" e: 150 CARNIVORA res, y en general también el de las posteriores, más corto que los demás, y con el último premolar maxilar y el primer molar mandibu- lar modificados en forma de hoja vertical cortante. Estos dientes reciben el nombre particular de carniceros, y en la masticación fun- cionan como las dos hojas de unas tijeras, sirviendo para cortar las fibras de la carne, que constituye el principal alimento de casi todas las especies. Los Fissipedia constituyen un suborden muy antiguo, encontrán- dose ya en los comienzos del terciario. Una opinión muy generali- zada los considera derivados del grupo Creodonta, pero el hecho de existir un género africano (Ofocyon) con -¿—¿- molares, carác- ter que jamás se encuentra en los Creodonta y que puede conside- rarse como eminentemente primitivo, parece indicar que los Físsí- pedia y el mencionado grupo extinguido que se consideraba como su antecesor son realmente paralelos, si así puede decirse, y deri- vados por igual de un tipo más antiguo con caracteres dentarios pa- recidos á los de los metaterios. Las especies actuales del presente suborden componen siete fa- milias, cinco de las cuales se hallan representadas en nuestra fauna. La distinción de estas familias no es fácil, porque se basa principal- mente en caracteres viscerales y otros asimismo pertenecientes á la organización interna, y por tanto, apreciables únicamente mediante la disección de ejemplares frescos; pero si consideramos tan sólo las formas ibéricas de dichas familias, ya resulta más factible el distin- guirlas unas de otras por medio de una clave artificial fundada ex- clusivamente en caracteres externos y craneanos. Clave de las familias y subfamilias. a ramaño erande: cola tudimentania po a olaa UrsiDA. a.' Tamaño mediano ó pequeño; cola más ó menos larga, pero nunca rudimentaria. b. Mt más grande que el ¿3, y formado por una porción externa comprimida late- ralmente y cortante, y otra interna ancha y casi plana. Cc. Molares superiores 1 — 1; cráneo con los globos auditivos deprimidos ...... £ MUSTELIDE. d. Pies con los dedos libres, ó reunidos sólo en la base. e. Molar superior mucho más grande que el pm*; plantas de los pies des- e A A ASAS SOS OOOO OS Melince. e'. Molar superior más pequeño que el prm4; plantas de los pies velludas. . Mustelince. Fauna Ibérica: Mamiferos. Ursus ARCTOS PYRENAICUS Lámina V Tricromia Suc. de E. Paez A ia OA A o o URSIDA 151 d'. Pies palmeados hasta la punta de los dedos...........0..oo.o..... Lutrince. c'. Molares superiores 2—2; cráneo con los globos auditivos prominentes y redondeados. f. Cinco dedos en las extremidades anteriores y cuatro en las posterio- 2=2 LES o a NAS NS ot CANIDE ; 3-3 A p : Y 2 f'. Cinco dedos en todas las extremidades; /n AS VIVERRIDE. 2er ielklmanehadaruñas retractiles qt PON Viverrince. £g'. Piel no manchada; uñas no retráctiles................ Mungosince. b'. M! próximamente tan pequeño como el ¿*, sin porción interna plana bien deidad e a e ea De IL NS FELID.E. Familia URSID E Carnivoros fisípedos con la cabeza ancha, el hocico prolongado, siempre plantígrados, con cinco dedos en todas las extremidades y - las uñas nunca retráctiles, es decir, incapaces de retrotraerse y ocultarse cuando no se hace uso de ellas; con la cola rudimentaria. Cráneo con el rostro alargado y la caja cerebral estrecha; globos auditivos pequeños; apófisis mastoideas salientes. Dientes carnice- ros casi sin carácter de tales; los tres primeros premolares, lo mismo maxilares que mandibulares, muy pequeños; molares +" En esta familia se comprenden cinco géneros vivientes, de los cuales tan sólo uno está representado en nuestra fauna. Género URSUS Linné. Ursus Linné, 1758. Danis Gray, 1825. Euarctos Gray, 1864. Mymarctos Gray, 1864. Ursarctos Heude, 1898. Caracteres.—Frente convexa; orejas redondeadas, de mediano tamaño, tiesas y velludas; pelaje largo, basto y espeso; plantas de los pies desnudas y callosas. Ea A a : 3-3 — - - A a = 9, > Fórmula dentaria: ¿3 + "Mp 03 A Los tres primeros premolares, tanto arriba como abajo, muy peque- de A A O Le y 4 k y : y 152 CARNIVORA 0 ños y caducos, especialmente el pm”, el pm, y el pm,, que caen mucho antes de que el animal sea viejo. Pm* con dos cúspides ex- ternas y un ángulo interno muy saliente; m* con cuatro cúspides; el molar posterior también con cuatro cúspides, pero además con un talón muy prolongado que presenta prominencias de forma irregular. Pm, con una sola cúspide y un pequeño talón; m, con cinco cúspi- des, m., con cuatro, y mz con la corona redondeada y cubierta de prominencias irregulares. Especie tipo.—Ursus arctos Linné, de Noruega. El género Ursus ha sido dividido en varios subgéneros, que com- prenden en total cerca de veinticinco especies, distribuídas por Euro- pa, Asia y América. En la Península sólo existe el subgénero Ursus, stricto sensu, representado por una forma local del genotipo. Ursus arctos pyrenaicus (Fischer). (Lám. V) Ursus pyrenaicus Fischer, Synopsis Mammalium (1829), pág. 142. Ursus pyrenceus F. Cuvier, Hist. Nat, des Mammif., Tabl. (1849), pág. 3. Ursus arctos pyrenaicus Gray, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 683. Ursus arctos Trouessart (parte, no Linné), Hist. Nat. de la France, Mammif. (1884), pág. 195. NOMBRES VULGARES: Oso, y Osezno el joven, en castellano; Osu, y Esbardo ú Osino el joven, en Asturias; Urso, en gallego; Onso, en Huesca; Os, en cata- lán; Artzá, en vascuence. Diagnosis.—Es una forma meridional del oso común de Europa, caracterizada por tener la punta del pelo amarillenta y las patas negras. Caracteres. —Tamaño un poco menor que el de U. arctos arc- tos. Color pardo, variando individualmente del isabela claro al sepia obscuro. Los matices más frecuentes son el tierra de sombra y el pardo Prout. El pelo es generalmente muy obscuro, casi negro, en la raíz, y de un matiz amarillento, tirando á ocre ó á isabela, en la punta. Las patas, desde bastante arriba, son negras ó de un pardo de clavo muy obscuro. Los individuos jóvenes ofrecen con frecuen- cia indicios de un collar blancuzco ó más pálido que el resto del pe- laje, que á veces persisten, aunque muy desvanecidos, hasta una edad avanzada. No son raros los ejemplares con las partes superio- ENS E URSIDAE 153 res de un color de ante sucio, que parece indicar una tendencia al albinismo (1). Cráneo de perfil bajo y poco sinuoso, parecido al de la figura pu- blicada por Eversmann con el nombre de Ursus formicarius (2). Arcos cigomáticos muy anchos y muy salientes, aunque no tanto como en el U. arctos típico. La diferencia se aprecia sobre todo en los ejemplares muy adultos, con la sutura basal ya cerrada; mientras en U. arctos arctos el ancho cigomático representa, con relación á la longitud cóndilobasal, de 65 á 75 por 100, en U. a. pyrenaicus representa sólo de 58 á 65 por 100. Dimensiones de un macho muy viejo, de los Picos de Europa: ca- beza y cuerpo, 1600 mm.; altura en la cruz, 930; cola, 76; oreja, 118; pie posterior, 235. “Cráneo: longitud total, 357 mm.; longitud cóndilobasal, 332; an- cho cigomático, 206; ancho interorbitario, 65,3; ancho postorbitario, 67; mandíbula, 241; serie dental superior, 133; último molar sue rior, 34,7; serie dental inferior, 149. Distribución geográfica.—Distritos pirenaico y cantábrico: Pi- rineos de Aragón y Cataluña; montañas de Santander y de Astu- rias; extremo norte*de las provincias de Palencia y León (Cervera, Palacios del Sil) y parte oriental de la de Lugo (Sierra de Caurel). Localidad típica, Asturias. En tiempos históricos, y aun relativamente recientes, el área de dispersión de este oso se extendía más hacia el sur, llegando por lo menos hasta el centro de la Península. En 1582, Argote de Molina todavía menciona su existencia en los montes de San Martín de Val- deiglesias y en el valle del Lozoya. El verdadero U. arctos habita en Escandinavia y en Rusia. Lo- calidad típica, el norte de Suecia. Observaciones.—El oso de los Pirineos es considerado por mu- (1) Esta particularidad la ofrecía el ejemplar tipo, representado por F. Cuvier (Hist. Nat. Mamm., fasc. 4, 1824). Del color ordinario del oso de los Pirineos da una idea más exacta la lámina xm del tomo u de la Histoire Naturelle des Mammiferes de Paul Gervais; pero en ella, desgraciadamente, no sé si por error del dibujante ó por pereza del iluminador, no se ha dado á las patas el color negro tan característi- co de esta raza. (2) Bull. Soc. des Naturalistes de Moscou, 1840, lám. 1, fig. 2. A AA Ma TES 154 CARNIVORA chos autores como idéntico al oso pardo de la Europa septentrional; las diferencias de coloración parecen, en efecto, poco importantes, pero sus patas constantemente negras, que contrastan con el resto del pelaje, y la diferente proporción entre la longitud del cráneo y el ancho cigomático, obligan á considerarlo como una forma local bien marcada. En nuestro país, el oso vive en los bosques de coníferas y cupu- líferas, alimentándose de bellotas, hayucos, frutas é insectos; sa- quea también las plantaciones de maíz, y acosado por el hambre ataca á la caza mayor y al ganado doméstico. En Asturias, el vulgo pretende que ciertos osos comen sólo carne y otros únicamente in- sectos y vegetales, y hasta se han querido establecer sobre esta su- puesta diferencia de régimen dos razas distintas; pero realmente no hay ningún fundamento serio para tal distinción. Nuestros osos per- manecen recluídos en las oseras, ó cuevas que les sirven de morada, durante el invierno, hasta el mes de Febrero. Familia MUSTELID Carnívoros fisípedos con la cabeza prolongada, el hocico relati- vamente corto, digitígrados, plantígrados ó semiplantígrados, con cinco dedos en todas las extremidades, y las uñas semirretráctiles ó absolutamente incapaces de retractilidad. Cráneo con el rostro corto, la caja cerebral voluminosa y generalmente deprimida, las prominencias mastoideas muy salientes, y los globos auditivos aplas- tados (1). Premolares en número variable, generalmente igual arri- ba y abajo; == ó E el m' con una porción interna casi pla- na, más baja que las cúspides externas. Aparte de estos caracteres, los Mustelidc ofrecen ciertas parti- cularidades que los distinguen de otros carnívoros. Carecen de in- testino ciego, que existe en los Canido y los Felidoee; presentan (1) Excepto en el género sudamericano £Lyncodon, en que son muy abultados. MUSTELIDAE 155 siempre glándulas odoríferas en la región perineal, y son animales de cuerpo alargado y patas muy cortas, con pelaje largo y espeso, en el que es elemento muy principal la borra, suave y tupida. La familia Mustelidoe se divide en tres subfamilias, representa- das las tres en nuestra fauna. Subfamilia Melinee. Musteliace plantígrados ó semiplantígrados, con las plantas de los pies desnudas, los dedos libres y las uñas no retráctiles; m! con la corona más grande que la del pm*. En esta subfamilia se incluye una docena de géneros, de los cua- les sólo uno existe en nuestra Península. Género MELES Storr. Ursus Linné, 1758 (parte). Meles Storr, 1780. Taxus E. Geoffroy y G. Cuvier, 1795. Eumeles Gray, 1865. Caracteres.—Hocico alargado y puntiagudo; orejas pequeñas; cola corta, extremidades muy cortas, las anteriores con las uñas muy desarrolladas; pelaje largo y fuerte; una bolsa odorítera debajo de la raíz de la cola. Mamas: 0.0-3.3. Cráneo con las crestas salientes, la región trontal bastante eleva- da y las apófisis postorbitarias muy pequeñas. Fórmula dentaria: ¿— e a E ES da: Pm y pm, muy pequeños y prematuramente caducos, es decir, propensos á desaparecer en el animal adulto. Pm!* con tres puntas externas, de las cuales la central es la principal, y una prominencia interna con dos pequeñas cúspides, que por el uso quedan reducidas á una sola; m' grande, mayor que el premolar ó carnicero que le precede; pra, pequeño y muy sencillo; 7m, muy largo, con un enorme talón que ocupa más de la mitad de la longitud del diente. Especie tipo. —Ursus meles Linné, de Suecia. Inclúyense en este género un corto número de especies, propias E A A ON RINA EA RS 156 y CARNIVORA todas ellas de Europa y Asia. En la Península Ibérica encuéntrase cd una sola forma, que se considera como una raza local del Meles del norte y centro de Europa. Meles meles marianensis (Graells). Ursus meles Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. et Zool. Arag. (1784), pág. 57. 1 Meles taxus Graells (no Boddaert), Mem. Trab. Com. Mapa Geol. (1859), pág. 68. Meles taxus, var. maríanensis Graells, Mem. Real Acad. Cienc. Madrid, xvu (1897), pás. 170. Meles meles mediterraneus Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, rv (1899), pág. 384. Meles meles marianensís Miller, Cat. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 352. NOMBRES VULGARES: Tejón, Tejo, en castellano; Tafudo, Tafú, en Aragón; Tasu- £go, en Palencia; Teíxugo, Teixudo, Porco toíxo, en gallego; Toíró, en catalán; Texugo, en portugués. Diagnosis.—Tamaño grande; pelaje de las partes superiores mez- clado de blanco amarillento y negro, formando una combinación más pálida que en M. meles típico y sin ningún matiz pardo ni rojizo. Caracteres.—Pelo de la cabeza bastante corto, blanco, con una ancha banda negra á cada lado, desde el hocico á la nuca, abarcan- do el ojo y la oreja, la cual tiene el borde blanco. El pelaje del cuer- po largo y basto; en las partes superiores, los pelos son de un blan- co amarillento ó color ante-crema muy pálido con un ancho anillo negro cerca de la punta, de lo que resulta una mezcla de blanco su- cio y negro. Este último matiz tiende á desaparecer en los flancos, que generalmente son por entero de un blanco crema. Pecho, vien- tre y extremidades, negros. Cola como el lomo en su primera mitad, y de un blanco amarillento en la mitad terminal. Aunque muy raros, se ven algunos tejones en los que las fajas laterales de la cabeza son muy pálidas ó están completamente bo- rradas. Cráneo con la cresta sagital muy prominente y los globos auditi- vos bastante aplastados; paladar óseo muy extendido hacia atrás. Dimensiones de un macho adulto, de Quintanar de la Sierra (Bur- gos): cabeza y cuerpo, 750 mm.; cola, 140; oreja, 40; pie poste- MOL, (92. : ¿ Cráneo: longitud total, 131 mm.; longitud cóndilobasal, 125,4; ancho cigomático, 78; ancho interorbitario, 33: estrechamiento post- O AAN o A MUSTELIDA VOZ orbitario, 24,7; mandíbula, 88; serie dental superior, 43,5; pm!', en su lado externo, 8,8; m!, en su lado externo, 16,2; serie dental in- ferior, 51; molares inferiores, medidos en el lado externo, 22,3. Distribución geográfica.—Todos los montes de la Península. No existe en las Baleares. Localidad típica indeterminada, probable- mente la cordillera Mariánica. Observaciones.—Siguiendo su costumbre de dar nombres á las simples aberraciónes, D. Mariano de la Paz Graells estableció su variedad marianensís del tejón sobre un ejemplar sin fajas negras en la cabeza, pero sin indicar su procedencia. El nombre, sin em- bargo, parece indicar que venía de la cordillera Mariánica, acaso de Sierra Morena, de donde dicho autor recibía con frecuencia mamí- feros que le enviaba desde Córdoba D. Fernando Amor. Dos años más tarde, Barrett-Hamilton consideró el tejón de Andalucía como una subespecie, que denominó mediterraneus (localidad típica, Se- villa); pero como todos los tejones de la Península son evidentemen- te idénticos entre sí, el nombre que deben llevar es el primero que se ha dado á un tejón español distinguiéndolo de la forma típica, Ó sea el que Graells propuso como simple nombre de variedad. Realmente, la diferencia entre nuestro tejón y el del norte de Europa es muy pequeña, reduciéndose al matiz más pálido de la re- sión dorsal y, sobre todo, de los flancos. En las provincias del nor- te se encuentran ejemplares con el centro del lomo bastante obscuro, que indudablemente representan el paso entre M. meles marianen- sis y M. meles meles. El tejón es frecuente en todos los montes, aunque se le ve poco por sus costumbres nocturnas y subterráneas. Vive en cuevas que él mismo hace, á veces aprovechando una conejera abandonada. Come raíces, cereales, frutas de las que se dan cerca del suelo, miel, in- sectos, pequeños reptiles y carne muerta. Subfamilia Mustelinee. r Mustelidoe digitígrados ó semiplantígrados, con las plantas de los pies velludas, al menos en gran parte, los dedos reunidos en la base por una breve membrana y las uñas semirretráctiles; m' peque- 158 CARNIVORA ño ó grande, pero siempre muy corto y muy ancho, y nunca mayor que el prm!. Repártense las especies de este grupo en siete géneros, tres de los cuales están representados en la Península y Baleares. FiG. 53. Dientes superiores de Martes martes (A) y Putorius putorius aureolus (B). Tamaño natural. Clave de los géneros. =4 se Premolares. onto a totales aisla oil Martes. , a. 3 Con aa premolares. b. Cráneo con los globos auditivos cortos y anchos; partes inferiores negruz- A SS oO a Sia aaS Putorius. b'. Cráneo con los globos auditivos estrechos y alargados; partes inferiores blancas cn is Ela E Mea Mustela. Género MARTES Pinel. Mustela Linné, 1758 (parte). Martes Pinel, 1792. Viverra Shaw, 1800 (parte, no Linné). Zibellina Kaup, 1829. Pekania Gray, 1865. Foina Gray, 1865. Charronia Gray, 1865. Marta Cazurro, 1894. Caracteres. —Cuerpo medianamente alargado; formas robustas; cola bastante larga y muy poblada; progresión digitígrada. Cráneo con el rostro normalmente desarrollado; escotadura postpalatina muy e AA A MUSTELIDA 159 profunda; la distancia desde el borde posterior del paladar á la pun- ta del pterigoides, mayor que la que hay entre dicho borde y el nivel del borde posterior del 7n'. Fórmula dentaria: 33, ==; 1 , M ==) =38. Pm' y pm,, muy pequeños; pm* con tres cúspides externas, de las cuales la anterior es muy pequeña y la central muy grande, y una anterior interna; m' grande; m, con una puntita interna al nivel de la parte posterior de la cúspide externa principal; el molar mandibular pos- terior pequeño, de corona casi circular. > Especie tipo. — Martes domestica Pinel = Mustela foina Schreber. Comprende este género cerca de veinte especies, propias de las regiones paleártica y neártica. En nuestra fauna existen dos, una de ellas representada por dos subespecies distintas. Clave de las especies ¿ y subespecies. ata marcha amarilla debajo del Cuello... cocoa le M. martes. a'. Una mancha blanca debajo del cuello. DI BPelaje pardo nmesftzco; Dotra gris Clara conocio ccounao aaa daa M. foina. b'. Pelaje pardo rojizo; borra blanca .........oooooooo.... M. foina mediterranea. Martes martes Linné. Mustela martes Linné, Syst. Nat., 10.? ed. (1758), pág. 46. Viverra martes Shaw, General Zoology, 1 (1800), pág. 450. Mustela sylvestris Oken, Lehrb. Naturg., 11, 2 (1816), pág. 1029. Martes vulgaris Griffith, Cuviers Anim. Kingd., v (1827), pág. 123. Martes abietum Fleming, Brit. Anim. (1828), pág. 14. Martes sylvatica Nilsson, Skand. Faun., 2.? ed., 1 (1847), pág. 41. Mustela foina Barceló (no Erxleben), Anal. Soc. Españ. Hist. Nat., 1v (1875), pá- gina 54. Mustela martes latinorum Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xm1 (1904), pág. 389. Martes martes martes; M. m. latinorum Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912 . págs. 372, 373. NOMBRES VULGARES: Marta, Marta gallega, en castellano; Martaraña, en gallego; Mart, en mallorquín. Diagnosis.—Pelaje pardo obscuro, con una gran mancha amari- lla debajo del cuello. Caracteres.—Pelo largo y lustroso; la borra larga también, abun- dante y muy visible apenas se levanta un poco el pelo. Cola gruesa 12 q, 73 ÍA d 160 CARNIVORA y poblada. Color general pardo Prout ó pardo Van Dyck, llegando en algunos ejemplares á pardo de toca; los pies y la cola más obscu- ros, casi negros, especialmente los primeros; el bajo vientre, en cambio, más claro. La borra es gris de humo en la base é isabela en la punta. Por toda la parte interior del cuello, desde la quijada hasta lo alto del pecho extiéndese una gran mancha amarilla, de contorno irregular, cuyo matiz varía en los distintos ejemplares desde el cre- ma intenso al ante anaranjado. Con frecuencia hay dentro de este espacio amarillo alguna manchita parda obscura. Las orejas tienen el borde blancuzco ó color crema muy pálido. El cráneo de esta especie se reconoce por tener las apófisis post- orbitarias próximamente equidistantes del borde anterior de la ca- vidad orbitaria y del estrechamiento postorbitario, M' con la porción interna casi plana muy grande, doble ancha, transversalmente, que la parte ocupada por las cúspides externas. Dimensiones de un macho adulto de Asturias: cabeza y cuerpo, 460 mm.; cola, 230; oreja, 35; pie posterior, 86,5. Cráneo: longitud total, 85 mm.; longitud cóndilobasal, 82,2; an- cho cigomático, 50; ancho interorbitario, 21,2; estrechamiento post- orbitario, 17,5; mandíbula, 53,5; serie dental superior, 29,7; pm, en su lado externo, 9,3; diámetro transversal del m!, 8; serie dental inferior, 34,5. Distribución geográfica.—En la Península, los distritos pirenai- co y cantábrico, hasta Galicia; en las Baleares, Mallorca y Menorca. Fuera de nuestro país, la M. martes habita casi toda Europa y eran parte del Asia septentrional. Localidad típica, Upsala. Observaciones.—Las martas de Cerdeña y Baleares han sido consideradas por Barrett-Hamilton como una subespecie particular (M. martes latinorum) que se distinguiría por su pelaje muy obs- curo y su mancha gular de color ante anaranjado. Ignoro hasta qué punto puede admitirse esta distinción para los ejemplares de Cerde- ña, pero en cuanto á los de las islas Baleares no veo motivo para considerarlos como una forma diferente de la que habita el continen- te europeo. El único ejemplar balear que yo he visto tenía la cara inferior del cuello de un color crema tan pálido como el de cualquier marta del norte de Europa, y el hecho de llamar Barceló M. foina á la marta de dichas islas parece indicar que en los ejemplares de él MUSTELIDE 161 conocidos no era muy subido el color de la mancha. En los del norte de España he encontrado todos los matices amarillos y anaranjados, desde el más pálido al más obscuro; en dos de una misma localidad (Santander), el color es en uno amarillo de Nápoles bastante claro, y en el otro ante naranja muy vivo, casi naranja puro. Este mismo color lo he visto también en un macho viejo de Alemania. Debo aña- dir que los matices más obscuros ó rojizos los he hallado siempre en ejemplares obtenidos en invierno ó primavera, siendo verosímil que las diferencias dependan de la estación; pero desde luego son inde- pendientes de la localidad y no pueden, por consiguiente, servir de base para establecer razas locales. En las montañas del norte de España, la marta habita los grandes pinares solitarios y los bosques de abetos y de hayas, estableciendo su vivienda entre las peñas, en los troncos huecos ó en los nidos de aves abandonados. Da caza á los conejos, á las ardillas y á toda clase de aves. Martes foina (Schreber). Mustela foina Schreber, Sáugthiere, m, lám. cxxtx (1776), pág. 472 (1777). Martes domestica Pinel, Act. Soc. Hist. Nat. Paris, 1 (1792), pág. 55. Viverra foina Shaw, General Zoology, 1 (1800), pág. 409. Mustela foina alba Bechstein, Gem. Naturg. Deutschl., 2.? ed., 1 (1801), pági- na 759. Mustela foyna Pallas, Zoogr. Ross.-Asiat., 1 (1811), pág. 86. Martes fagorum Fleming, Brit. Anim. (1828), pág. 14 (1). Martes foina Nilsson, Skand. Fauna, 2.? ed., 1 (1847), pág. 38. Mustela foisna Chatin, Ann. Scienc. Nat. (5), xix (1874), pág. 97. NOMBRES VULGARES: Fuiína, Garduña, Garduño, Guarduño, Papialbillo, en cas- tellano; Fagina, Fusina, en catalán; Ubina, Fushina, en valenciano; Gúína, en Aragón; Martaraña, en Galicia; Mierlea, Biztia, en vascuence; Fuina, Papalvo, Toiráo, en portugués. Diagnosis.—Pelaje pardo obscuro, con una gran mancha blanca debajo del cuello; borra gris clara. Caracteres. — Aspecto general como el de M. martes, pero con coloración diferente. El pelo es de un color entre sepia y pardo (1) El nombre fagorum ha sido con frecuencia atribuído á Linné, que en la duodé- cima edición de su Systenma Naturce consideró esta especie como variedad de la M. martes; pero si bien es cierto qne al hablar de ella empleó el gran naturalista sueco la palabra «fagorum», parece evidente que lo hizo para indicar dónde solía vivir la variedad en cuestión, y no para darle nombre. 162 CARNIVORA clavo, pasando á negro en las patas y la cola. Cabeza más pálida; borde de las orejas blancuzco. La borra es de un gris pálido. Deba- jo del cuello una gran mancha de forma irregular y de un blanco de nieve, sobre la que á veces se destacan una ó dos manchitas pardas aisladas. En algunos ejemplares se observa también una pequeña mancha blanca junto á cada ángulo de la boca. Cráneo muy parecido al de M. martes, pero con la caja cerebral más baja y las apófisis postorbitarias bastante más próximas al es- trechamiento que hay tras ellas que al borde anterior de la fosa or- bitaria. M' con la porción interna poco más ancha que la parte ocu- pada por las cúspides externas. Dimensiones de un macho adulto, de El Pardo (Madrid): cabeza y cuerpo, 445 mm.; cola, 230; oreja, 32; pie posterior, 75. Cráneo: longitud total, 79 mm.; longitud cóndilobasal, 78,6; an- cho cigomático, 46,4; ancho interorbitario, 20; estrechamiento post- orbitario, 19; mandíbula, 52; serie dental superior, 28,6; pm!*, en su lado externo, 9,7; diámetro transversal del m', 8; serie dental in- terior, 34,6. Distribución geográfica.—Norte, centro y este de la Penínsu- la, probablemente hasta Sierra Morena. No existe en Baleares. Fuera de la Península ibérica, habita todo el centro y norte de Europa, excepto las Islas Británicas. Localidad típica, Alemania. Observaciones.—Esta marta es frecuente en el norte de nuestro país; en el centro ya es más rara, ó por lo menos no tan abundante como la forma mediterranea. Vive en los montes y bosques próxi- mos á las granjas, cortijos y poblaciones pequeñas. De costumbres en extremo sanguinarias, destruye muchas aves y mamíferos peque- ños y hace grandes destrozos en los corrales; en el otoño come tam- bién frutas maduras. Martes foina mediterranea (Barrett-Hamilton). Mustela foina Graells (no Schreber), Mem. Trab. Com. Mapa Geol. (1852), pá- gina 68. Mustela martes Reguera (no Linné), Mamif. Sierra Morena (1881), pág. 148. Marta foina Cazurro, Act. Soc. Esp. Hist. Nat., (1894), pág. 10. Mustela mediterranea Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, 1 (1898), pág. 442. Martes fuina Seabra, Jorn. Scienc. Lisboa, Ser. 2, vi (1900), pág. 101. el MUSTELIDAE 163 Mustela foina mediterranea Trouessart, Faune Mamm. d'Eur. (1910), pági- na 73. Martes foina mediterranea Miller, Cat. Mamm. W. Eur. (1912), pág. 380, NOMBRES VULGARES: Fuina, Garduña, Garduño, Guarduño, Papialbillo, en cas- tellano; Ubina, Fushina, en valenciano; Foína, en Andalucia; Fuinha, Papalvo, Toiráo, Touráo, en portugués. Diagnosis.—Como M. foína, pero el pelo más rojizo, la borra blanca y la mancha de debajo del cuello ligeramente lavada de ama- rillento. Caracteres.—Pelo generalmente más largo que en la verdadera M. foina, pero menos espeso, dejando ver mejor la borra. Cola muy poblada, formando un grueso hopo. El pelo es color de chocolate ó pardo Van Dyck, mucho más claro en la cabeza, más obscuro en las patas y la cola. La borra, de un blanco de leche. El borde de las ore- jas blancuzco. La mancha de la cara interior del cuello de un blanco algo amarillento, tirando un poco á crema. Generalmente hay peque- ñas manchas pardas, muy poco numerosas, en esta extensión blanca. Cráneo como en la subespecie típica. Dimensiones de un macho viejo de El Pardo (Madrid): cabeza y cuerpo, 470 mm.; cola, 223; oreja, 33; pie posterior, 82. Cráneo: longitud total, 83 mm., longitud cóndilobasal, 78,8; ancho cigomático, 49; ancho interorbitario, 20,8; estrechamiento post- orbitario, 19,8; mandíbula, 51; serie dental superior, 28,5; pm!*, en su lado externo, 9; diámetro transversal del m', 8,3; serie dental inferior, 33. Distribución geográfica.—Todo el centro y sur de la Península. Localidad típica, Sierra de Jerez (Cádiz). No existe en Baleares. Observaciones. —Esta marta ha sido generalmente confundida con la verdadera M. fagorum, hasta que Barrett-Hamilton la sepa- ró como una subespecie ó raza peculiar del mediodía de la Península. La transición entre esta forma y la forma típica se encuentra en las provincias del centro, en las que junto á la subespecie mediferra- nea se hallan ejemplares con la coloración característica de foína, y otros, más frecuentes, con caracteres intermedios, esto es, con el pelo pardo obscuro y la cola y pies negros, como en foína, pero con la borra blanca, como en mediterranea. Esta zona, que podríamos llamar de paso entre las dos subespecies, se extiende por el este hasta Valencia, y por el sur probablemente hasta Sierra Morena, PIS PERU 1 É $ ii A E O A A A li TA NS RES E p 7 FAT 164 CARNIVORA pues Martínez Reguera distingue dos formas en el término de Mon- toro, una de pelo «gris» con la garganta blanca, y otra «más more- na» y con la mancha gular más amarilla, que dicho autor considera erróneamente como M. martes. En género de vida, M. f. mediterranea no difiere de M. f. foína. Género PUTORIUS G. Cuvier. Mustela Linné, 1758 (parte). Viverra Thunberg, 1798 (no Linné). Putorius G. Cuvier, 1817. Feetoríus Blasius, 1840. Cynomyonax Coues, 1877. Caracteres. —Cuerpo muy alargado, pero sin embargo robusto; cola más bien corta que larga y bastante poblada. Progresión digi- tígrada. Cráneo con el rostro corto, escotadura postpalatina pro- funda, pero no tanto como en Martes, siendo la distancia que media entre el borde posterior del paladar y la punta del pterigoides menor, ó á lo sumo igual, que la que hay desde dicho borde al ¿n'; globos auditivos cortos y anchos, de contorno próximamente triangular. - Ea - -- — Fórmula dentaria: ¿33 c3=3 , m- = 34. M' rela- , pm tivamente pequeño; /m, sin puntita plena lada l cúspide prin- cipal. Aparte de esto y de la reducción en el número de premola- res, los dientes como en Martes. Especie tipo. —Mustela putorius Linné, de Suecia. Conócense hasta ahora cuatro especies de este género, tres de ellas paleárticas y una neártica. En nuestro país, en estado salvaje, sólo existe una, representada por dos subespecies. Clave de las subespecies. a... Borra gris amarillenta pálida... oa o a P. putorius. a!. “Borra amarilla. coo cre oras Tte eat P. putorius aureolus. Putorius putorius (Linné). Mustela putorius Linné, Syst. Nat., 10.2 ed. (1758), pág. 46. Mustela iltis Boddaert, Elench. Anim. (1785), pág. 87. Mustela furo-putorius Link, Beitr. Naturg., 1 (1797), pág. 83. Viverra foetens Thunberg, Beskrifn. Svenske Djur (1798), pág. 15. A AA a ri e A e o A A AN e PA OA MUSTELIDE 165 Mustela putorius albus Bechstein, Gem. Naturg. Deutschl., 2.? ed. (1801), pá- gina 782. ? Putorius vulgaris Griffith, Cuvier's Anim. Kingd., v (1827), pág. 120. Putorius foetidus Gray, List. Mamm. Brit. Mus. (1843), pág. 64. Feetoríus putorius Blasius, Sáugeth. Deutschl. (1857), pág. 222. Putoríius infectus Ogérien, Hist. Nat. Jura, m (1863), pág. 59. Putorius putorius Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xmu (1904), pág. 389. Putorius putorius manium Barrett-Hamilton, 1. c. (1904), pág. 390. Mustela putorius putorius Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 423. NOMBRES VULGARES: Turón, Hediondo, Veso, en castellano; Turó, en catalán. Diagnosis.—Tamaño bastante grande; dos fajas convergentes blancas entre los ojos y las orejas; pelaje negro, dejando ver mucho la borra, que es de un gris amarillento pálido. Caracteres.—Cuerpo prolongado; cabeza corta, ancha y aplas- tada; orejas cortas y redondeadas; cola próximamente como un ter- cio de la cabeza y el cuerpo. Pelaje compuesto de pelo largo, fuerte y lustroso y de una borra muy larga y espesa, perfectamente vi- sible entre el pelo. El color de este último es negro ó un pardo foca muy obscuro, mientras la borra es gris amarillenta muy clara, á veces casi blanca sucia. Las patas, el pecho y parte anterior del vientre y la cola son enteramente negros. Negra es también una extensa mancha rostral que rodea los ojos á modo de máscara. De- trás de esta mancha hay unas fajas frontales blancas que convergen en forma de V, con la punta hacia delante, fajas que generalmente se unen formando una banda única, pero que á veces dejan en medio un espacio por el que lo negro de la cara se extiende hasta la parte superior de la cabeza. La parte baja de las mejillas, el contorno de la boca y el borde de las orejas son blancos. Las crías de esta especie, cuando tienen pocos días de existen- cia todavía, están revestidas de un pelaje gris claro uniforme. Cráneo relativamente corto, sobre todo en la región facial, y con el paladar muy prolongado hacia atrás, de manera que la longitud palatal es próximamente igual á la mitad de la longitud basal. Todas las crestas craneanas son bastante salientes. Dimensiones de un macho adulto, de Cervera (Lérida): cabeza y cuerpo, 420 milímetros; cola, 175; orejas, 27; pie posterior, 64. Cráneo: longitud cóndilobasal, 70 mm.; longitud palatal, 34,8; ancho cigomático, 43; ancho interorbitario, 18,2; estrechamiento 7 21 VA Co. Lal A RE RADIO AY AE IAS A e ARAN: EN E DANCE Y ' - Po Yo if p Vi IA á 166 CARNIVORA postorbitario, 17; mandíbula, 42; serie dental superior, 20,2; serie dental inferior, 25. Las hembras son siempre, en esta especie, bastante más peque- ñas que los machos. Una hembra vieja, de Palacios de la Sierra (Burgos), ofrece las siguientes dimensiones: cabeza y cuerpo, 385 milímetros; cola, 150; oreja, 20; pie posterior, 55. Cráneo: longitud cóndilobasal, 62,5 mm.; longitud palatal, 31; ancho cigomático, 36; ancho interorbitario, 16,2; estrechamiento postorbitario, 15,7; mandíbula, 37; serie dental superior, 18,4; serie dental inferior, 22. Distribución geográfica. —Distritos pirenaico y cantábrico, lle- gando por el sur hasta la cuenca del Ebro. Por el oeste, no está aún bien determinado el límite de su área de dispersión; en Galicia existe la subespecie aureolus, pero un ejemplar de los Montes de León en el Museo Nacional de Ciencias Naturales es un verdadero putorius, enteramente como los de Francia ó de Alemania. Fuera de la Península, la forma tipica de P. putoríus vive en toda la Europa central y gran parte de la septentrional, incluso en Inglaterra y Escocia. Localidad típica, Scania, en el sur de Suecia. En las Baleares no existe esta especie; por lo “menos no ha sido hasta ahora encontrada en ellas, pues aunque la cita Ramis, sin duda este autor se refiere al hurón, que es una forma doméstica del mis- mo género. Observaciones.—El turón del centro de Europa, que es eviden- temente idéntico al del extremo norte de España, ha sido conside- rado por Barrett-Hamilton como una forma distinta del verdadero P. putorius, bajo el nombre de P. p. manium (localidad típica, Teuten, Suiza); pero esta supuesta subespecie no ha sido admitida por Miller, que ha estudiado sesenta y siete ejemplares representan- do veintisiete distintas localidades de Suecia, la Gran Bretaña, Francia, Alemania, Suiza, Italia y el norte de España. Putorius putorius aureolus Barrett-Hamilton. (Lám. VI) Mustela putorius Graells (no Linné), Mem. Trab. Com. Mapa Geol. (1852), pá- gina 68. Mustela foetidus Seabra (no Gray), Jorn. Scienc. Lisboa, Ser. 2, vi, (1900), pá- gina 101. Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina VI PUTORIUS PUTORIUS AUREOLUS MUSTELIDA 167 Putorius putorius aureolus Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, x111, (1904), pág. 389. Mustela putorius aureolus Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pági- na 425. NOMBRES VULGARES: Turón, Hediondo, Veso, en castellano; Tourón, en gallego; Furáo bravo, en portugués. 2 Diagnosis.—Como el P. putorius típico, pero la borra de un color amarillo fuerte. Caracteres.—En general como la forma típica, con las mismas bandas cefálicas convergentes, que forman una faja frontal blanca. El pelo, negro ó pardo muy obscuro, resalta notablemente sobre la borra, de un color amarillo bastante vivo que puede variar del ante crema al amarillo de Nápoles. Patas, cola y orejas como en pu- toríus. El cráneo no ofrece ninguna particularidad distintiva. Dimensiones de un macho adulto de El Pardo: cabeza y cuerpo, 425 mm.; cola, 160; oreja, 23; pie posterior, 60. Cráneo: longitud cóndilobasal, 68 mm.; longitud palatal, 33,5; ancho cigomático, 42; ancho interorbitario, 18; estrechamiento post- orbitario, 17; mandíbula, 41,2; serie dental superior, 21,2; serie dental inferior, 25. Dimensiones de una hembra adulta, de Daimiel: cabeza y cuerpo, 370 mm.; cola, 150; oreja, 20; pie posterior, 55. Cráneo: longitud cóndilobasal, 64,7 mm.; longitud palatal, 30,5: ancho cigomático, 37,3; ancho interorbitario, 16,6; estrechamiento postorbitario, 15; mandíbula, 40,7; serie dental superior, 18,5; serie dental inferior, 23. Distribución geográfica. —Todo el centro, sur y oeste de la Pe- nínsula, desde la cuenca del Ebro, en la que se encuentran ejempla- res tanto de esta subespecie como de P. p. putorius, y otros con caracteres intermedios. Localidad típica, Ferrol. Observaciones.—El turón ibérico constituye una raza perfecta- mente caracterizada por el color amarillo de la borra. Barrett- Hamilton señala como otro carácter distintivo el tener las dos ban- das blancas de la cabeza separadas por un espacio obscuro en medio de la frente, pero esto no es constante, y en una misma localidad se encuentran ejemplares con las bandas unidas y con ellas separadas, y otros que, presentándolas en esta última forma, ofrecen en el es- . ES e E A < A T Da z e E > e ; > Y E E E 168 CARNIVORA pacio obscuro intermedio muchos pelos blancos, como indicando una tendencia á la fusión de las dos bandas. Nuestro turón vive lo mismo en los montes que en los grandes bosques ó en los campos cultivados, refugiándose en los árboles huecos, en las conejeras y en los pajares y graneros. Mata los co- nejos, las aves de poco vuelo y toda clase de animales domésticos. Género MUSTELA Linné. Mustela Linné, 1738. Arctogale Kaup, 1829. Tetis Kaup, 182 (no Schinz). Gale Wagner, 1841. Putoríus Pomel, 1853 (parte, no G. Cuvier). Fetoríus Blasius, 1857 (parte). Gymnopus Gray, 1842. Neogale Gray, 1865. Mustelina Bogdanow, 1871. Eumustela Acloque, 1899. Caracteres.—Cuerpo cenceño y muy alargado; cola generalmen- te corta y medianamente poblada; progresión digitígrada. Cráneo parecido al de Putorius, pero más prolongado y con los globos audi- tivos estrechos y largos. Fórmula dentaria: í SS ye A , pm >> m >=4. Mola- res como en Putoríus. Especie tipo.—Mustela erminea Limé. Es difícil decir el número de especies que contiene este género mientras no se haga de él una revisión que permita distinguir las verdaderas especies de las meras formas locales. En total, se han descrito hasta ahora más de setenta formas diferentes, repartidas por las regiones paleártica, neártica y neotropical. Nuestra fauna cuenta con tres de ellas. Clave de las especies. a. Cola, sin los pelos, más corta que un tercio de la longitud del cuerpo con la cabeza, y de un mismo color en toda su extensión. b. Color de las partes superiores separado del blanco de las inferiores por una línea sinuosa é irregular; pies posteriores del color del dorso.... M. nivalis. MUSTELID.E 169 b'. Color de las partes superiores separado del blanco de las inferiores por una línea recta bien definida; pies posteriores blancos.............. M. iberica. Cola, sin los pelos, más larga que un tercio de la longitud del cuerpo con la cabeza, y con su tercio terminal negro......ooooooooooconocan.... M. erminea. Mustela nivalis Linné. (Lám. VID Mustela nivalis Linné, Fauna Suec., 2.* edic. (1761), pág. 7. . Mustela vulgaris Erxleben, Syst. Regn. Anim. (1777), pág. 471. Viverra vulgaris Shaw, Gen. Zool., 1 (1800), pág. 490, lám. xcvun. Mustela gale Pallas, Zoogr. Ross.-Asiat. (1811), pág. Y. Mustela minor Nilsson, Skand. Fauna, 1 (1820), pág. 35. Putorius vulgaris Griffith, Cuviers Anim. Kingd., v (1827), pág. 121. Feetorius vulgaris Keyserling y Blasius, Wirb. Eur. (1940), pág. 69. Mustela (Gale) vulgaris Schinz, Syst. Verz. Sáugeth., 1 (184), pág. 34 Putorius minutus Pomel, Catal. Méth. et Descr. Vertébr. Foss. Loire (1853), pá- gina 51. Feetoríus pusillus Fatio (no Audubon y Bachman), Faun. Vertébr. Suisse, 1 (1869), pág. 332. Putorius nivalis Thomas, The Zoologist, xtx (1895), pág. 177. Putorius nivalis typicus Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, v (1900), pág. 42. Putorius nivalis vulgaris Barrett-Hamilton, 1. c. (1900), pág. 42. Putorius nivalis boccamela Thomas (no Bechstein), Proc. Zool. Soc. London (1901), pág. 40. Putorius nivalis, var. monticola Cavazza, Ricerche sui «» (1908), pás. 37. Putorius (Ictis) nivalis; P. (L) n. vulgaris; P. (1.), n. minutus Trouessart, Faune Mamm. Eur. (1910), pág. Sl, S2. Mustela nivalis nivalis Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1919), pág. 402. Mustela nivalis iberica Miller (no Barrett-Hamilton), 1. c. (1919), pág. 407. NOMBRES VULGARES: Comadreja, Papialbillo, Patialbillo, en castellano; Panique- sa, en Aragón; Donosilla, en Salamanca; Garridiña, Doniña, Donosiña, Doni- zuela, en gallego; £lira, Liria, en Asturias; Mustrela, en Lérida; Paniquesilla, Satandera, en Álava; Erbiñudea, Oguigaztaia, Andereigerra, en vascuence; Mustela, en valenciano; Mostel, en mallorquín; Doninha, en portugués. Diagnosis.—Cola enteramente del color del dorso y más corta que un tercio de la longitud del cuerpo; color de las partes superio- res separado del de las inferiores por una línea irregular y sinuosa. Caracteres.—Cuerpo muy delgado y largo; cabeza alargada, especialmente en las hembras; extremidades cortas; cola corta, pró- ximamente como un 30 por 100 de la longitud del cuerpo. Pelaje compacto y suave; la borra oculta bajo el pelo. Color de las partes superiores, un bonito pardo claro, general- 170 CARNIVORA r mente arcilloso, tirando más ó menos á ante ó á canela; algunos ejemplares ofrecen un matiz más obscuro, pardo de momia ó tierra de sombra tostada. Las partes inferiores, desde el labio inferior has- ta el ano, blancas, con la línea de separación entre el blanco y el pardo muy ondulada é irregular, penetrando á veces de tal modo el color del dorso en lo blanco del vientre, que lo pardo de un costado llega hasta fundirse á trechos con lo del costado opuesto, interrum- piendo la blancura de la región abdominal. Casi siempre, en la parte inferior de cada mejilla, detrás de la comisura bucal, se destaca sobre el tondo blanco una mancha parda, que á veces está unida como por FIG. 54. Cráneos de Mustela nivalis (A) y M. iberica (B). Tamaño natural. un istmo á lo pardo de la parte superior de la cabeza. Muchos ejem- plares tienen parcial ó enteramente blancos los dedos de una ó de las dos manos. La comadreja de nuestro país no se pone blanca en el invierno, como les ocurre á las de las regiones boreales, los Alpes y el Cáuca- so; pero alguna vez se han encontrado ejemplares albinos. Cráneo alargado, con el rostro muy corto y la región postorbita- ria muy estrecha, siéndolo siempre mucho más que la región inter- orbitaria; una cresta sagital poco saliente, pero bien indicada, con sus ramas anteriores cortas y muy divergentes (fig. 54, A). Dimensiones de un macho adulto, de Villamanta (Madrid): cabeza y cuerpo, 220 mm.; cola, 67; oreja, 15; pie posterior, 34. Cráneo: longitud cóndilobasal, 40,7 mm.; ancho cigomático, 24; MUSTELIDAE TA: ancho interorbitario, 8,9; ancho postorbitario, 6,2; mandíbula, 22,2; serie dental superior, 10,9; serie dental inferior, 13,5. Estas dimensiones dan buena idea del tamaño de M. nivalis, pero debe tenerse en cuenta que, aun dentro de un mismo sexo, se obser- va una variación bastante notable. En sesenta y dos machos comple- tamente adultos, todos de localidades españolas, he encontrado como longitud mínima del cuerpo con la cabeza 185 mm., y como máxima 240, siendo siempre la cola próximamente igual á un tercio de esta longitud. Las hembras son una cuarta parte más pequeñas, y tienen el cráneo más estrecho, con las crestas casi borradas y la región postorbitaria más ancha. Dimensiones de una hembra adulta, de Castrillo de la Reina (Bur- gos: cabeza y cuerpo, 183 mm.; cola, 47; oreja, 12; pie poste- rior, 24. Cráneo: longitud cóndilobasal, 36 mm.; ancho cigomático, 17,5; ancho interorbitario, 7,6; estrechamiento postorbitario, 7, mandíbu- la, 18; serie dental superior, 9,6; serie dental inferior, 11,13. Distribución geográfica.—Todo el norte y centro de la Penínsu- la, desde las costas del Atlántico y Cantábrico á la del Mediterrá- neo, llegando por el sur por lo menos hasta Sierra Morena y la pro- vincia de Murcia; islas de Mallorca y Menorca. Además, se encuentra en todo el resto de Europa, á excepción de algunas islas del Mediterráneo y de Italia, suponiendo que la coma- dreja de este último país represente una forma distinta. Localidad típica, Suecia. Observaciones. —La comadreja del norte y centro de la Penínsu- la Ibérica y de las Baleares me parece idéntica á la del centro de Europa, que á su vez no puede separarse, ní aun como torma local, de la M. nivalis de Suecia, por más que Barrett-Hamilton tratase en un tiempo de distinguirla bajo el nombre de M. nivalis vulgaris, fundándose en que en ella no se observa la coloración invernal blan- ca de las comadrejas escandinavas. Este fenómeno del cambio de pelaje, que realmente ocurre en los Alpes y en otros puntos de la Europa central lo mismo que en las regiones boreales, no tiene va- lor ninguno taxonómico, pues en una misma localidad puede presen- tarse ó no, según la menor ó mayor benignidad del invierno. Tam- poco puede concederse importancia á la supuesta diferencia de un 172 CARNIVORA milímetro en la longitud del pie y en la del cráneo que el protesor Miller alega para separar la Mustela de nuestro país como una raza local (M. n. iberica) (1). En todo caso, podría basarse esta sepa- ración en el hecho de ser nuestras comadrejas frecuentemente, pero no siempre, de un color algo más claro que las extranjeras; mas en tal caso habría que buscar para esta forma local un nuevo nombre, pues el de ¿berica corresponde á otra forma diferente, de la que luego vamos á ocuparnos. Como en todas partes, en nuestro país vive la comadreja lo mis- mo en los montes que en los campos, y aun dentro de los pueblos pequeños. Da caza á toda clase de roedores, desde el conejo hasta los ratones campesinos, á los que á veces sigue en sus propias gale- rías subterráneas. También ataca á las aves y devora sus huevos, pero lo hace sólo á falta de otro alimento, y aunque frecuenta los corrales y palomares, generalmente es en busca de ratas y ratones, más bien que para atacar á la volatería. Mustela iberica (Barrett-Hamilton). (Lám. VII) Mustela vulgaris Machado (no Erxleben), Cat. Mamif. Andalucía (1869), pá- gina 20. Mustela ermínea Reguera (no Linné), Fauna de Sierra Morena (1881), pág. 146. Putorius nivalis ibericus Barrett-Hamilton, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, v (1900), pág. 45. > Putorius nivalis iberica Trouessart, Faun. Mamm. Eur. (1910), pág. 83. Mustela nivalis iberica Miller, Catal. Mamm. West Eur. (1919), pág. 407 (parte, no la descripción). : NOMBRES VULGARES: Comadreja, Patialbillo, en castellano. Diagnosis. —Parecida á M. nivalis y del mismo tamaño, pero con los cuatro pies blancos y la línea de separación entre el color del dorso y el blanco del vientre recta, no sinuosa. Caracteres.—Tamaño, formas, etc., como en la especie anterior. Los colores son también los mismos, pero distribuidos de un modo diferente. El pardo claro de las partes superiores está separado del blanco de las inferiores por una línea recta, bien definida; el blanco (1) Véase mi trabajo Sobre algunas formas del género «Mustela». (Bol. R. Soc. Esp. de Hist. Natf., xu1, 1913, pág. 397.) MUSTELIDAE 173 se extiende al labio superior y sube en las mejillas hasta cerca de las orejas, y también sube un poco, pero con mucha regularidad, detrás de las axilas. Los cuatro pies son blancos, siendo este color el que domina en los miembros; en los anteriores, el pardo descien- de sólo hasta el carpo, en forma de punta, mientras en los posterio- res termina en un trazo que cruza oblicuamente el tarso. En las me- jillas no hay nunca manchas pardas aisladas. Cráneo del mismo tamaño que el de M. nívalis, pero algo pare- cido en su forma al de M. erminea; el estrechamiento postorbitario está más próximo á las apófisis postorbitarias y no es tan marcado como en nivalis, siendo esta región próximamente tan ancha como la interorbitaria; cresta sagital con las ramas anteriores prolongadas y poco divergentes (fig. 54, B). Dimensiones de un macho viejo de Palomares (Almería): cabeza y cuerpo, 224 mm.; cola, 50; oreja, 13; pie posterior, 31. Cráneo: longitud cóndilobasal, 41 mm.; ancho cigomático, 23,5; ancho interorbitario, 9; estrechamiento postorbitario, 8,2; mandíbu- la, 23,7; serie dental superior, 11,4; serie dental inferior, 13,5. Dimensiones de una hembra semiadulta, de la Caracollera (Ciu- dad Real): cabeza y cuerpo, 165 mm.; cola, 40; oreja, 11; pie pos- terior, 25. Cráneo: longitud cóndilobasal, 33 mm.; ancho cigomático, 18; ancho interorbitario, 7,5; estrechamiento postorbitario, 7,7; mandí- bula, 18,4; serie dental superior, 9,8; serie dental inferior, 11,4. Distribución geográfica.—España meridional, ó sean los distri- tos bético y orospedano. No tengo seguridad de que exista también en el sur de Portugal, pero lo creo muy probable. Por el norte llega hasta la provincia de Ciudad Real. Localidad típica, Sevilla. Observaciones. —Como en otra ocasión he demostrado (1), la comadreja del mediodía de nuestra Península, justamente conside- rada por Barrett-Hamilton como una forma distinta de la M. nivalis, se diferencia mucho de la que vive en el resto de España, tanto por la distribución de los colores como por ciertos detalles del cráneo. Siguiendo el ejemplo de aquel autor, mirábala yo hasta ahora como una subespecie de nivalis, pero teniendo en cuenta que el armiño (1) £.c., 1913, págs. 396-399. PM A O A e TO ae BIO E Mis e agas ad td 174 CARNIVORA de Irlanda (Mustela hibernica Thos. y Barr.-Ham.) es considerado como especie diferente de la M. erminea porque tiene la línea de separación de los colores dorsal y ventral irregular, en vez de recta, creo lógico y justo separar también específicamente la M. ¿iberica de la M. nívalis, puesto que entre ellas existe, aunque á la inversa, la misma diferencia. Otras comadrejas con la línea divisoria de los colores recta han sido descritas de Marruecos, Córcega, Sicilia, Creta, el sur de Rusia y el Cáucaso con los nombres de atlas, cor- sicana, sicula, galinthias, Dinniki y caucasica, y es muy proba- ble que todas ellas, juntamente con ¿berica, no sean sino formas lo- cales de una misma especie, propia de la subregión mediterránea. Si, conforme á la descripción de Bonaparte (1) y contra la opinión de Barrett-Hamilton y de Miller, la forma boccamela, de Cerde- ña, es una comadreja con los colores separados por una línea recta, esta especie mediterránea habría de llamarse, por razones de prio- ridad, Mustela boccamela, y la torma del sur de España pasaría á ser M. boccamela iberica. La M. nivalis parece coexistir con las referidas formas en algu- nos de los países mencionados, por lo menos en Sicilia y en Marrue- cos. En nuestro país, también se encuentran á la vez nivalis é ¡be- rica en la Alcudia y en Sierra Morena, sin que hasta ahora se haya visto ningún ejemplar cuyos caracteres indiquen un paso ó transi- ción entre una y otra. Por lo que toca á las costumbres, no hay ninguna diferencia entre ambas comadrejas. Mustela ermínea Linné. Mustela erminea Linné, Syst. Nat., 10.* edic. (1758), pág. 46. Mustela erminea cestiva Kerr, Anim. Kingd. (1792), pág. 181. Mustela herminea Oken, Lehrb. Naturg., 11, 2 (1816), pág. 1026. Mustela erminea major Nilsson, Skandin. Fauna, 1 (1820), pág. 34. Putorius hermellanus Boitard, Jard. des Plantes (1845), pág. 176. Feetorius erminea Blasius, Sáug. Deutschl. (1857), pág. 228. Putorius erminea Coues, Fur-bearing Animals (1877), pág. 109 (parte). Tetis erminea Menegaux, Vie des Anim., 1 (1909), pág. 483, fig. Putorius (Ictis) ermineus Trouessart, Faune Mamm. Eur. (1910), pág. 78. NOMBRES VULGARES: Armiño, en castellano; Paniquesa blanca, en los Pirineos de Aragón. (1) Jeconogr. della Fauna lItalica, 1, fasc. xxu (1838). : d Ñ Lámina VII Fauna Ibérica: Mamiferos. MUSTELA NIVALIS MUSTELA IBERICA Tricromia Suc. de E. Páez. MUSTELIDEE 175 Diagnosis.—Parecida á la M. iberica en la distribución de los colores, pero algo más grande y con la cola mucho más larga y ne- gra en su último tercio. Caracteres.—Cuerpo cenceño y prolongado; cabeza alargada; cola, sin los pelos, más larga que un tercio del largo del cuerpo, re- presentando próximamente un 37 por 100 de este último. Pelaje como en las otras dos Mustela, salvo en la extremidad de la cola, donde es más largo, tendiendo á formar pincel terminal. Color de las partes superiores, en verano, pardo claro, entre par- do Marte y tierra de sombra; los labios, y á partir de ellos toda la superficie ventral hasta el ano, así como lo interior de los miembros y los dedos de los cuatro pies, blancos, generalmente con cierto ma- tiz amarillento. En los flancos, la separación entre el pardo y el blanco forma una línea recta y bien definida. Orejas con un borde muy estrecho blanquecino. Cola como el lomo, excepto su último tercio, que es negro como el azabache. En invierno, todo el animal es blanco, á excepción de esta porción negra de la cola. Algunos ejemplares conservan en el pelaje invernal manchas del color pardo del verano. Cráneo con el rostro muy corto, y el estrechamiento postorbita- rio casi igual al ancho interorbitario; cigomáticos formando, cuando se mira el cráneo de perfil, un arco bastante regular. Dimensiones de un macho adulto, de Sort (Lérida): cabeza y cuerpo, 280 mm.; cola, 118; oreja, 20; pie posterior, 46. Cráneo: longitud cóndilobasal, 50,2 mm.; ancho cigomático, 22; ancho interorbitario, 11; estrechamiento postorbitario, 9,8; mandí- bula, 28; serie dental superior, 15; serie dental inferior, 18. Las hembras son algo más pequeñas que los machos; yo no he podido obtener dimensiones exactas de ninguna hembra cazada en España. Distribución geográfica. —Pirineos y montes Cantábricos, lle- gando por lo menos hasta Asturias por el oeste y hasta el norte de la provincia de Burgos por el sur. Fuera de España, habita todo el centro de Europa, mientras en Escandinavia, la Gran Bretaña y el norte de África presenta diferentes razas locales. Localidad típica, Alemania. Observaciones.—El armiño no había sido citado hasta ahora de 13 176 CARNIVORA la Península, que yo sepa, más que por el Sr. Graiño (1), que men- ciona ejemplares de Cudillero y Caborana, en la provincia de Ovie- do. Sin embargo, parece no ser muy raro en las regiones septen- trionales de nuestro país. El ejemplar más meridional que conozco es uno de Castrillo de la Reina (Burgos), que hay en el Museo Na- cional de Ciencias Naturales. Juzgando por los pocos ejemplares que yo he visto, no es posible distinguir nuestro armiño del que vive en el centro de Europa, que yo considero como forma típica de la especie (2). En el valle de Arán, según me comunica D. Antonio Pena, farmacéutico de Viella, pre- senta en el invierno el pelaje blanco característico, y el citado ejem- plar de Castrillo de la Reina, que fué obtenido en primavera, tiene todavía restos de este pelaje invernal. Subfamilia Lutrinee. Mustelidce nadadores, con las plantas de los pies desnudas ó ve- lludas, los dedos reunidos por membranas hasta su extremo, y las £ uñas obtusas, nunca retráctiles, cortas y á veces rudimentarias y aun ausentes; m' próximamente tan grande como el pra*, Esta subfamilia comprende cuatro géneros, de los que solamente uno existe en nuestra fauna. Género LUTRA Briinnich. Mustela Linné, 1758 (parte). Lutra Briinnich, 1780. Latax Gray, 1837 (no Gloger). Lontra Gray, 1843. Lataxina Gray, 1843. Barangia Gray, 1865. Nutria Gray, 1865. Hydrogale Gray, 1865. Lutronectes Gray, 1867. Lutrogale Gray, 1869. (1) Bol. Real Soc. Esp. Hist. Natf., y (1905), pág. 269. (2) Bol. Real. Soc. Esp. Hist. Naf,, xi (1913), pág. 394. a A SS A AO MUSTELIDE 177 Caracteres. —Cuerpo alargado; cabeza ancha y deprimida, con las orejas muy pequeñas; extremidades cortas, pentadáctilas, con uñas cortas pero bien desarrolladas; cola bastante larga, cilíndrica. Cráneo largo, muy aplastado, con el rostro corto, la región post- orbitaria notablemente estrecha y las crestas muy salientes. ; , 3-3 11 44 11 Fórmula dentaria: í —, pm 1300. 1207 pes E O queño, retirado hacia dentro y casi oculto al exterior detrás del ca- nino; /m' casi tan grande como el pm*, con la corona un poco más ancha que larga, casi cuadrada. Especie tipo.—Mustela lutra Linné. De este género se han descrito cerca de veinte especies, repar- tidas por todo el mundo á excepción de las regiones árticas y antár- ticas, Australia, las islas del Pacífico y Madagascar. Tampoco exis- te el género en las islas del Mediterráneo (1), ni por consiguiente en las Baleares. En la Península tenemos la única especie europea. Lutra lutra (Linné). Mustela lutra Linné, Syst. Nat., 10.? ed. (1758), pág. 45. Viverra lutra Linné, Fauna Suec., 2.? ed. (1761), pág. 5. Lutra vulgaris Erxleben, Syst. Regn. Anim. 1 (1777), pág. 448. Mustela lutra piscatoria Kerr, Anim. Kingd. (1792), pág. 179. Lutra fluviatilis Leach, Catal. Spec. Ind. Mamm. and Birds Brit. Mus. (1816), pá- gina 6 (nomen nudumn). Lutra vulgaris, 8 marinus Billberg, Syn. Faun. Scand. (1827), pág. 28. Lutra nudipes Melchior, Den Dansk. St. Norg. Patted. (1834), pág. 50. Lutra roensís Ogilby, Proceed. Zool. Soc. Lond. (1834), pág. 111. Lutra lutra Lataste, Act. Soc. Linn. Bordeaux, xxxvm (1884), pág. 34. Lutra augustifrons Lataste, Act. Soc. Linn. Bordeaux, xxx1x (1885), pás. 168. NOMBRES VULGARES: Nutria, Nutra, Lutria, en castellano; Lontra, Lóntrega, en gallego; £Llondrio, en Asturias; Lludria, en catalán y valenciano; /earaba, Ubagarea, en vascuence; Lontra, Lontro, en portugués. Diagnosis. —Una Lutra con las plantas de los pies desnudas; un espacio desnudo entre las narices, no muy grande y con su borde superior convexo en el centro; el pelaje obscuro, y la cola algo más larga que la mitad del cuerpo y la cabeza juntos. Caracteres.—Cabeza aplastada; orejas muy chicas, casi ocultas (1) En Sicilia y Corftú hay nutrias, pero parecen haber sido introducidas recien- temente. , PA : E e RE E le OS A Gods WÁ 178 CARNIVORA bajo el pelo; la porción desnuda del hocico, que en este género es un carácter de cierto valor taxonómico, no muy grande, compren- dida por completo entre las ventanas de la nariz y con el borde su- perior muy convexo en el centro y cóncavo á los lados. Pies con las plantas desnudas. Pelaje corto, muy compacto, lustroso, ocultando una borra igualmente espesa y corta. Color general pardo Prout ó tierra de sombra, pasando á gris sucio en las partes inferiores, más pálido, casi blanco, en la garganta. La borra es del mismo color del pelo, pero con la parte próxima á la raíz de un color de ante muy claro, casi blanco. Se encuentran algunas ligeras variantes de color, siendo frecuentes los ejemplares en que el pardo tira á canela. Cráneo muy aplastado, con el rostro corto y estrecho y la región postorbitaria más estrecha todavía; apófisis postorbitarias muy poco salientes. Dimensiones de un macho adulto, de Ciudad Real: cabeza y cuer- po, 700 mm.; cola, 390; oreja, 25; pie posterior, 128. Cráneo: longitud cóndilobasal, 114 mm.; ancho cigomático, 72; ancho interorbitario, 21; estrechamiento postorbitario, 16,2; ancho de la caja cerebral, por encima de las crestas, 53,5; mandíbula, 75,5; serie dental superior, 36; pm*, en su lado externo, 11; serie dental inferior, 45. Las hembras son siempre un poco más pequeñas que los machos. Distribución geográfica.—Toda la Península Ibérica. Fuera de ella, habita toda la Europa continental y las Islas Británicas. Locali- dad típica, Upsala. Observaciones.—La nutria abunda todavía bastante en muchos de nuestros ríos y lagunas. Vive entre las raíces de los árboles pró- ximos al agua, ó en las cuevas abandonadas por los zorros y tejo- nes. Se alimenta de peces, culebras, ranas, ratas de agua y algunas aves acuáticas. Familia CANIDZE Carnivoros fisípedos con la cabeza prolongada, el hocico alarga- do, digitígrados, con cinco dedos (rara vez cuatro) en las extremi- dades anteriores, y en las posteriores siempre cuatro, aunque en el CANIDE 179 esqueleto hay indicios del dedo que falta, y con las uñas nunca re- tráctiles. Cráneo con el rostro alargado y estrecho, los arcos cigo- máticos medianos, pero bien salientes, las prominencias mastoideas poco desarrolladas y los globos auditivos salientes, redondeados y sin estrechamiento transversal. Los premolares siempre en número de 2-2, y los mol de 22, llegand : e 4» y los molares por lo menos de ¿»llegando en un gé- nero no representado en nuestra fauna (Ofocyon) al número extra- 8 4—4 típico de 7: Comprende esta familia nueve géneros, dos de los cuales se hallan representados en la Península Ibérica. Clave de los géneros. a. Cola medianamente poblada y bastante más corta que la mitad de la cabeza y el cuerpo; apófisis postorbitarias convexas por enciMa.....oooooo.o... Canis. a'. Cola muy poblada y tan larga, por lo menos, como la mitad de la cabeza y el cuerpo; apófisis postorbitarias cóncavas por enCiMa.....ooooooocooo.. Vulpes. Género CANIS Linné. Canis Linné, 1758. Thos Oken, 1816. Lupulus Blainville, 1830. Chrysocyon Hamilton Smith, 1839. Lyciscus Hamilton Smith, 1839. Saccalíius Hamilton Smith, 1839. Cerdocyon Hamilton Smith, 1839. Dasicyon Hamilton Smith, 1839. Thous Hamilton Smith, 1839. Lycalopex Burmeister, 1854. Pseudalopex Burmeister, 1854. Lupus Gray, 1868. Simenia Gray, 1868. Neocyon Gray, 1868. Dieba Gray, 1869. Caracteres. —Cola medianamente poblada y siempre más corta que la mitad de la cabeza y el cuerpo juntos. Extremidades anterio- res con cinco dedos, el primero de los cuales no alcanza al suelo; las posteriores con cuatro dedos. Pupilas constantemente circulares. Cráneo con celdas ó cavidades vacías dentro de los frontales; las apófisis postorbitarias convexas por encima; el extremo posterior de 180 CARNIVORA los nasales llega, por regla general, al mismo nivel que el de los maxilares, ó pasa de él. Fórmula dentaria: í == 0 een , pm + m ==, A E con una punta externa muy grande y cortante seguida de otra más baja que tiende á dividirse en dos, y una cúspide anterior interna bastante saliente; m' grande, muy ancho, formando su cara anterior ángulo recto con la cara interna del pm*, con dos cúspides externas, de las cuales la anterior es la más grande, y una porción interna casi plana en la que sobresalen dos pequeñas cúspides rudimenta- rias; m, con dos puntas y detrás un talón con dos cúspides peque- ñas, una al lado de otra, además de una puntita pequeña que sale del lado interno del borde posterior de la punta principal; m, muy pequeño y sencillo. Especie tipo. — Canis familiaris Linné, que es el perro do- méstico. Comprende el género Canis unas treinta especies, de las cuales, aparte del perro doméstico, sólo existe en nuestra fauna una, con dos razas locales. En las islas Baleares no hay ningún representante salvaje de este género. Clave de las subespecies. a. Grande; alzada en los hombros, más de 650 mm.; vientre blanco sucio........... C. lupus signatus. a'. Pequeño; alzada en los hombros, menos de 650 mm.; vientre OCráceo ........o... C. lupus deitanus. Canis lupus signatus Cabrera. Canis lupus Graells (no Linné), Mem. Trab. Com. Mapa Geol. (1852), pág. 67. Lupus vulgaris Seabra (no Gray), Jorn. Scienc. Lisboa, Ser. 2, vi (1900), pág. 102. Canis lupus signatus Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., vn (1907), pá- gina 195. NOMBRES VULGARES: Lobo, en castellano; L/op, en catalán; Llobo, en Asturias; Xau, en gallego; Ofsoa, en vascuence. Diagnosis.—Una raza de C. lupus de gran tamaño, con el vien- tre blancuzco y un trazo blanco á través de la mejilla, desde la gar- ganta; cúspide anterior externa del m' muy grande. Caracteres.—Gran alzada; formas robustas; cola péndula, lle- gando próximamente al talón. Pelaje corto en la cabeza y los miem- CANIDZE 181 bros, bastante largo en el cuello, lomo y cola. Color general del tronco ante pálido, sombreado de negruzco en los flancos y muy mezclado con negro sobre el lomo, donde los pelos son color de ante y tienen, en su mayor parte, la punta negra. El labio superior, la garganta y todas las partes inferiores, de un blanco sucio, ligera- mente amarillento. Las mejillas, de un gris paño E » obscuro, con un trazo blancuzco que, partiendo de lo blanco de la garganta, se dirige oblicuamente hacia delante hasta terminar cerca del ángulo ex- terno del ojo. El extremo de la mandíbula pardo de foca, casi negro en algunos ejemplares. Frente y nuca de color pardo madera. Hocico leonado-rojo obscuro, de un tono intermedio entre alazán y canela vinoso. Las orejas ferruginosas por fuera, con algo de negruzco hacia la punta, y color cre- ma por dentro. El lado externo de las patas, ante ocráceo, y el lado interno color de ante; debajo del cuerpo hay un trazo negruzco que á veces sube por delante del antebrazo hasta cerca del O pecho, formando una lista bastante bien definida. o ads La cola, por encima, del color del dorso, formando Canis lupus sig- natus, visto por la lo negro de los pelos un gran manchón desde la corona y por su base á la mitad; por debajo, blanco amarillento da en la base y color de ante intenso en el resto. En algunos ejemplares el lomo está más cargado de negro que en otros, y hay algunos, aunque muy raros, afectados de melanismo, es decir, casi enteramente negros. Cráneo con la cresta sagital muy saliente, sobre todo en su parte posterior. Molares superiores con la cúspide anterior externa muy grande; el diámetro transversal de esta cúspide en el m!' es siempre mayor que el diámetro transversal de la parte interna plana del mis- mo diente (fig. 55). Dimensiones de un macho adulto, de la Sierra de Guadarrama: cabeza y cuerpo, 1256 mm.; cola, 420; oreja, 118; pie poste- rior, 270. Cráneo: longitud cóndilobasal, 224 mm.; ancho cigomático, 135; ancho interorbitario, 43,8; estrechamiento postorbitario, 42,7; man- 182 CARNIVORA díbula, 177; serie dental superior, 107; carnicero superior, en su lado externo, 24; serie dental inferior, 112,6. Distribución geográfica.—Distritos pirenaico, cantábrico, cen- tral, lusitano y bético, ó sea toda la Península, excepto el litoral me- diterráneo. Localidad típica, El Escorial. El verdadero Canis lupus es del centro y norte de Europa; lo- calidad típica, Suecia. ' Observaciones.—El lobo español se distingue muy bien del que vive en otros países de Europa por la prolongación del color blanco de la garganta á través de la mejilla, formando una banda bastante bien definida, y más todavía por el matiz mucho más rojo del hocico y las patas; pero la diferencia principal y más constante, la que obliga á separar la forma española como una subespecie bien dis- tinta, está en el tamaño de la cúspide anterior externa del mm'. En C. lupus, el diámetro transversal de la base de esta cúspide es, á lo sumo, igual al ancho de la porción plana de la corona; en C. [. síignatus, dicho diámetro es bastante mayor que el de la parte plana (1). En casi todas las montañas del norte y centro de España abundan todavía los lobos, siendo muy raro el invierno que no da cuenta la prensa de algún dramático suceso por ellos ocasionado. Durante el verano, cuando abunda la caza y los ganados están en los montes, estas fieras son poco temibles para el hombre; pero en el invierno, la nieve y el hambre los hacen bajar á los valles y los caminos, y entonces son realmente peligrosos. En Diciembre de 1895, la dili- gencia que hace el servicio entre Riaza y Segovia fué asaltada por una manada de lobos, que llegaron hasta ocasionar el vuelco del ca- rruaje, resultando heridos dos viajeros y con graves mordeduras las caballerías. En sus ataques al ganado, demuestran los lobos una osadía inaudita. En Navas del Rey (provincia de Madrid), mataron y devoraron hace tres años un novillo en la misma entrada del pue- (1) Después de haber descrito yo el C. lupus signatus como subespecie distinta del C. lupus, apoyándome sólo en caracteres externos, Mr. Gerrit S. Miller observó tan importante diferencia dentaria en cráneos del Museo Británico, y con una ama- bilidad que nunca agradeceré bastante, se apresuró á comunicármela, habiéndola yo comprobado luego, no sólo en el tipo, sino en otros muchos ejemplares. “290Yd "A 9P "MMS PIWOLDA Y SN39W1US SIAINA SIÍIAINA MIA vue] "SOJOJ/WB IA : B0149Q] BUNE A NWE pa e E ESA N e CANID4E 183 blo, y al siguiente invierno hicieron una verdadera matanza en un rebaño de ovejas á poca distancia de Cercedilla y á menos de 200 metros de la Estación Alpina del Museo Nacional de Ciencias Na- turales. Canis lupus deitanus Cabrera. Canis lupus deítanus Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., vu (1907), pági- na 197, lám. n1. Diagnosis. —Mucho más pequeño que C. /. signatus y con el vientre de color ante ocráceo en vez de blancuzco. Caracteres. —Aspecto general como en la subespecie anterior, aunque algo más ligero y esbelto, recordando algo el del chacal. Pe- laje parecido al de sígnafus, pero las mejillas, aunque presentan muchos pelos blancos, no llegan á ofrecer una banda bien definida, y el vientre es de un color ante ocráceo sucio, que pasa á blanco amarillento junto á los órganos genitales. Las partes superiores ofrecen el mismo color de ante sucio combinado con negro, y los miembros son de un ante ocráceo vivo, con la cara interna ante pá- lido. La nuca es de un matiz alazán obscuro; el hocico lo mismo, aunque algo más pálido; la garganta y la parte interior del cuello de un blanco sucio. Cola de un color de ante lavado de gris, y muy sombreado con negro á lo largo de su parte superior y en la punta; el primer tercio de su cara inferior blancuzco. En las manos existe la banda negruzca, que es característica de la especie, pero muy confusa. Habiendo estudiado esta subespecie únicamente sobre ejemplares vivos, no he podido observar los caracteres craneanos y dentarios, ni tampoco tomar medidas exactas. La alzada del tipo, hasta los hombros, es de unos 580 mm.; en C. /. sígnatus, la alzada oscila entre 680 y 720 mm. Distribución geográfica.—Montañas del distrito orospedano. Localidad típica, Moratalla. : Observaciones.—Los únicos ejemplares que de esta raza de lo- bos he visto, son los que me sirvieron para describirla por primera vez, un macho y una hembra de Moratalla que desde hace unos siete años viven en la colección zoológica del Parque de Madrid. Todos los esfuerzos que he hecho para procurarme pieles y cráneos de la A iy o A Y APIO A e ' $ EA . E % ¿ 184 CARNIVORA misma localidad ó de regiones inmediatas, han sido hasta ahora in- fructuosos, lo que no deja de ser sensible, porque las descripciones hechas solamente sobre ejemplares vivos son siempre incompletas y pueden dejar lugar á dudas. En el caso presente, sin embargo, me parece evidente que estos lobos pequeños de vientre rojizo y aspec- to chacaloide deben considerarse como una forma bien distinta de la que vive en el norte, centro y oeste de la Península, que es de gran corpulencia y tiene el pelo del vientre blancuzco. Canis lupus deitanus es probablemente el lobo propio de todas las sierras que se extienden paralelamente á la costa del Mediterrá- neo, pero por ahora me faltan datos para fijar los verdaderos lími- tes de su área de dispersión. Género VULPES Oken. Canis Linné, 1758 (parte). Vulpes Oken, 1816. Caracteres. —Cola muy poblada y por lo menos tan larga como la mitad de la cabeza y el cuerpo juntos. Extremidades como en Canis. Pupilas contráctiles en elipse vertical. Cráneo sin celdas en los frontales; apófisis postorbitarias ligera- mente cóncavas por encima; el extremo posterior de los nasales no llega al nivel del de los maxilares. Fórmula dentaria: + C == , pm > m = =42. Dientes como en Canis. Especie tipo.— Vulpes communis Oken,=Canis vulpes Limé. De este género, propio de las regiones paleártica y neártica, se conocen cerca de veinte especies, una sola de las cuales, el genoti- po, se halla en la Península, donde constituye una subespecie pecu- liar. En las islas Baleares no está representado este género. Vulpes vulpes silaceus Miller. (Lám. VIIL) Canis vulpes Graells (no Linné), Mem. Trab. Com. Mapa Geol. (1852), pá- gina 67. Canis alopex Reguera (no Linné), Faun. Sierra Morena (1881), pág. 117. Vulpes melanogaster Seabra (no Bonaparte), Jorn. Scienc. Lisboa, Ser. 2, vi (1900), pág. 102. CANIDE 185 Vulpes vulpes silaceus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pági- na 393, NOMBRES VULGARES: Zorro, Zorra, Raposo, en castellano; Fuína, en Aragón; Xau, en gallego; Guineu, Guilla, Renart, Volp, Volpell, Volpitz, en catalán; Rabosa, en valenciano; Lukia, Azeria, en vascuence; Raposa, en portu- sués. Diagnosis.—Es la forma ibérica del C. vulpes, y se distingue por los variados matices amarillento-rojizos y grises que ofrece su pelaje. Caracteres.—Hocico afilado; orejas grandes, puntiagudas; cola muy peluda y abultada. Pelaje largo, espeso y suave. El color ge- neral de las partes superiores es una mezcla muy vistosa de alazán, negro y blanco-crema; el negro predomina sobre el cuello y los hom- bros, y el alazán en el lomo. En los costados, el negro falta casi por completo, y el alazán pasa á un color ante ocráceo, que se hace más vivo detrás de los hombros, junto al arranque de los miembros an- teriores. Los brazuelos y las piernas son de un matiz intermedio entre ante y leonado, bastante obscuro y muy finamente mezclado con negro, por ser negras las puntitas de los pelos. Los pies, de un rojizo de ocre por detrás y negros por delante; en los posteriores, el negro se prolonga hacia arriba en una línea fina que separa el co- lor obscuro de la pierna del borde anterior de la misma, que es de un bonito color ante-crema. Partes inferiores normalmente de un blanco sucio lavado de color pizarra. La cabeza ofrece un matiz ocre leonado, que en torno de los ojos pasa al rojo de ocre, y en la fren- te y parte posterior de las mejillas se mezcla un poco con blanco crema; el labio superior blanco, con un manchón negro á cada lado, en el punto donde se insertan los bigotes; la parte baja de las meji- llas, desde la comisura de la boca, blancuzca, sombreada de ceni- ciento. Orejas por fuera negras de azabache, con una gran mancha de ante ocráceo en la base; por dentro y en los bordes ante-crema. La cola de un matiz entre ante y gris, que por encima pasa á ante leonado, con algunos tonos negros debidos á que los pelos son negros en la punta; el extremo de la cola normalmente blanco sucio. Esta coloración puede presentar alguna variante. Unos ejempla- res son más rojizos, otros más grises ó más amarillentos; pero nunca se encuentra el color rojo fuerte y casi uniforme del C. vulpes típi- " id VS E í 1 a E AA ESA AAN ' 5 ed: 186 CARNIVORA co. A veces, la punta de la cola es negruzca, ó bien los pies pre- sentan menos negro en su cara anterior, y hay también ejemplares con el pecho y el vientre negros como el azabache, en vez de blan- cuzcos. Se encuentran, en fin, ejemplos de melanismo, negros ó de un pardo clavo muy obscuro, generalmente mosqueados de blanco, por conservarse inalterable la parte blanca-crema de los pelos del dorso. Los ejemplares muy jóvenes, que aún maman, tienen un pelaje casi uniforme, de color bistre ó tierra de sombra. Cráneo estrecho y alargado, con el perfil superior casi recto. Los dientes no ofrecen ninguna particularidad. Dimensiones de un macho adulto, de El Pardo: cabeza y cuerpo, 700 mm.; cola, 352; oreja, 98; pie posterior, 146,5. Cráneo: longitud cóndilobasal, 145 mm.; ancho cigomático, 83,4; ancho interorbitario, 29; estrechamiento postorbitario, 24; mandíbu- la, 11,5; serie dental superior, 84; pm!*, medido en el lado externo, 14,2; serie dental inferior, 73,5. Distribución geográfica. —Toda la Península. Localidad típica, Santo Domingo de Silos (Burgos). La forma tipo de la especie vive en el centro y norte de Europa, y no sería raro que se encontrase en los Pirineos. Observaciones.—El zorro ibérico constituye una raza geográfica perfectamente caracterizada por su coloración, en la que se combi- nan muy vistosamente los tonos grises, rojizos y amarillentos. Vive lo mismo en los montes de arbolado poco espeso que en las grandes sierras ó en las campiñas. En el invierno se refugia en cuevas, ge- neralmente en antiguas conejeras que agranda para su uso; en el verano se encama entre las matas. Persigue á la caza menuda de pelo y pluma, sobre todo á los conejos, y come también reptiles pe- queños, miel, uvas, higos y bellotas. En los corrales próximos al campo se introduce algunas veces durante la noche y hace gran des- trozo en las aves domésticas. También come sin reparo la carne muerta, viéndosele acudir allí donde se abandona algún cadáver de cualquier animal. VIVERRIDE 187 Familia VIVERRID4 Carnivoros fisípedos con la cabeza alargada, el hocico prolonga- do y puntiagudo, digitígrados ó semiplantígrados, y con los dedos en número variable, aunque siempre son cinco en todas las ex- tremidades en los géneros representados en nuestra fauna. Crá- neo con el rostro alargado, arcos cigomáticos medianos, prominen- cias mastoideas poco desarrolladas y globos auditivos con un es- trechamiento transversal más ó menos marcado que corresponde á un tabique divisorio interno. Molares nunca en mayor número : => delos Divídese esta familia en cinco subfamilias: Cryptoproctince, Euplerince, Galidictiince, Viverrince y Mungosince, de las cua- les, las dos últimas se hallan representadas en la fauna ibérica, por un género cada una. Subfamilia Viverrinee. Viverridce con garras agudas y retráctiles, y con glándulas odo- ríferas á los lados del ano y también, generalmente, delante del es- croto, ó en el sitio correspondiente en las hembras. Se distribuye en una docena de géneros; sólo uno existe en Europa. Género GENETTA G. Cuvier. Viverra Linné, 1758 (parte). Genetta G. Cuvier, 1817. Odmcelurus Gloger, 1841. Caracteres. —Cuerpo prolongado; cola muy larga; extremidades pentadáctilas y con las plantas velludas, excepto debajo de los de- dos y en un pequeño espacio estrecho y alargado, en los pies poste- riores; pelaje bastante largo, especialmente en medio del espinazo, y manchado de obscuro sobre fondo pálido; una línea obscura á lo lar- 188 ? CARNIVORA go del dorso; cola anillada de pálido y obscuro; las glándulas pres- crotales se abren en el tondo de unos repliegues de la piel. Mamas: ADD 2 Fórmula dentaria: 3» cd, pm a ; mo, =40. Carni- cero superior, ó pm!*, con tres puntas externas y una anterior inter- na bastante grande; carnicero inferior con una punta grande exter- na, dos internas y un talón bien desarrollado. - Especie tipo.— Viverra genetta Linné. Este género, propio de África y del sudoeste de Europa, necesi- ta de una revisión seria y detenida para que se pueda fijar el número de especies qne realmente conocemos. Entre seis admitidas en 1895 por Lydekker (1) y treinta y tres que en 1902 admitió Matschie (2), existe sin duda un justo medio. En cuanto á las formas ibéricas, el examen de un considerable número de ejemplares después de publi- cado, en 1905, mi trabajo Sobre las ginetas españolas, me obliga á considerarlas de un modo algo diferente de como en aquella fecha lo hice. Evidentemente en nuestra fauna no existe más que una es- pecie, aunque con diferentes subespecies ó formas locales, cuyo nú- mero, en mi opinión, se eleva á cuatro. Clave de las subespecies. a. Manchas de las tres primeras series, grandes; las mayores de 30 á 40 mm. de diámetro. b. Pies anteriores con lunares obscuros bien marcados; cuatro líneas supracer- vicales prolongadas hasta detrás de los hombros.............. G. genetta, b'. Pies anteriores sin lunares obscuros ó sólo con ligeros indicios de ellos; las líneas supracervicales se rompen en pequeñas manchas al llegar á los hom- DEOS O aa tit a TEO SNA G. genetta balearica. a'. Manchas de las tres primeras series, pequeñas; las mayores, de 2 á 25 mm. de diámetro. c. Primera mitad de la cola con los anillos obscuros bien marcados; las man- chas de las tres primeras series generalmente aisladas................o.. G. genetta hispanica. c'. Primera mitad de la cola con los anillos obscuros borrosos é indefinidos; las manchas de las tres primeras series frecuentemente enlazadas entre sí, tendiendo á formar líneas.........00oo0ooooc... G. genetta rhodanica. (1) 4 FHand-book to the Carnivora, part. 1, págs. 217-291. (2) Ueber die individuellen und geographischen Abánderungen der Ginsterkatzen. (Verhanal. V. Internat. Zool.-Congresses, 1902, págs. 1128-1144.) VIVERRIDE 159 Genetta genetta (Linné). Viverra genetía Linné, Syst. Nat., 10.* ed. (1758), pág. 45. Genetta vulgarís Lesson, Manuel de Mammal. (1827), pág. 173. Genetta communis Burnet, Quart. Journ. Sci. Lit. Art, xxvm, 1829 (1830), pági- na 349. (Nomen nudum.) Genetta genetta Sharpe, en Lydekker, Hand-book Carniv., 1 (1895), Preface, pá- gina 11. Genetta communis Graells, Mem. Real Acad. Cienc. Madrid, xvn (1897), pá- gina 174. Genetta balearica Cabrera (parte, no Thomas), Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat., v (1905), pág. 265. : Genetta peninsulce Cabrera, 1. c. (1905), pág. 266. Genetta genetta peninsula Trouessart, Mammif. d'Eur. (1910), pág. 87. NOMBRES VULGARES: Ginefa, en castellano; Gato algario, en Salamanca; Turón, en Palencia; Geneta, en valenciano; Genéta, Genéto, Ginéto, Toiráo, en pot- tugués. Diagnosis. —Pelo del dorso y de la cola bastante largo; cinco series de manchas en los costados, las de las tres primeras series mucho más grandes que las de las dos últimas; cola con ocho á diez anillos negros, los de la primera mitad más estrechos, y los de la segunda más anchos que los espacios pálidos intermedios; pies ante- riores y antebrazos con lunares obscuros. Caracteres. —Cabeza y extremidades con pelo muy corto y com- pacto; el del cuerpo largo, alcanzando de 50 á 60 mm. en el lomo y la base de la cola, y ocultando por completo una borra también bas- tante larga, de color gris lila obscuro. Color del fondo del pelaje gris de humo pálido ó pajizo sucio. Cinco series muy sinuosas de manchas negras, de forma irregular, en cada flanco; las de las tres primeras series bastante grandes, mi- diendo de 25 á 35 mm. de diámetro, y aun más; las de la primera alargadas sobre la grupa, donde tienden á enlazarse para formar una banda; las de la quinta muy pequeñas, redondas y poco marca- das. Entre las manchas grandes de las primeras series suele haber algunos lunares pequeños y borrosos. Cuatro líneas sinuosas, par- tiendo de entre las orejas, recorren la parte superior del cuello y descienden oblicuamente por los hombros, dos por cada lado, la más interna hasta la segunda serie de manchas, y la externa hasta la cuarta serie. Debajo de esta línea externa, á los lados del pecho, algunas manchitas redondeadas. Una ancha lista negra sobre el es- IS 190 CARNIVORA pinazo, desde un punto variable entre los hombros y la mitad del lomo hasta la base de la cola. Cabeza gris de humo, más obscuro sobre la nariz y en el centro de la frente, donde á ciertas luces pa- rece notarse una línea longitudinal obscura, y mucho más claro en- cima de los ojos. Debajo de cada uno de éstos hay una mancha blan- ca, separada por un gran manchón negro de otra mancha blanca que hay junto á la nariz. El labio inferior y la quijada, negros. Orejas erises, con una mancha negra en la base. Garganta y centro del pe- cho de un gris pálido, con algunos indicios borrosos de manchas obscuras. Pies anteriores grises, con algunos lunares negruzcos; por detrás algo más obscuros; la parte inferior de los dedos, negra; en medio de los espacios desnudos que hay debajo de los dedos, hay un copo de pelo que generalmente es amarillo. Pies posteriores grises, con la planta negra, extendiéndose este color por ambos lados de la articulación tibio-tarsiana en una gran mancha. Cola con ocho á diez anillos negros, los cuatro ó cinco primeros estrechos y no tan bien definidos como los restantes, que son mucho más anchos que los es- pacios pálidos; el décimo anillo, cuando existe, suele estar mal indi- cado, y con frecuencia reducido á algunos pelos negros. En algunos ejemplares, las manchas y todas las partes normalmente negras ofrecen un color pardo de toca ó castaño obscuro. También se observan con cierta frecuencia casos de melanismo; el pelaje es entonces pardo clavo ó pardo foca, muy obscuro, y las manchas sólo son visibles á contraluz. Cráneo estrecho y prolongado, con apófisis postorbitarias bastan- te salientes y las crestas medianamente prominentes. Pm* con una cúspide interna algo más pequeña que las externas, pero bien mar- cada. Dimensiones de un macho adulto, de El Pardo (Madrid): cabeza y cuerpo, 515 mm.; cola, 410; oreja, 53; pie posterior, 80. Cráneo: longitud cóndilobasal, 92 mm.; ancho cigomático, 48; an- cho interorbitario, 15; estrechamiento postorbitario, 16,2; mandí- bula, 64; serie dental superior, 38; pm*, en su lado externo, 8,7; serie dental inferior, 40,2. Distribución geográfica.—Todo el centro y el nordeste de la Península, llegando por el este hasta las costas del reino de Valen- cia. Localidad típica, España. VIVERRIDE 191 Observaciones. —Según recientemente ha leida Tho- mas (1), la Viverra genetta de Linné es una gineta española, y no una especie oriental como supone Matschie y como yo mismo creí siguiendo el parecer de este autor. Miller comprende bajo aquel nombre la gineta del centro de España y la de Andalucía, en el su- puesto de que en la Península, aparte del extremo norte, donde existe la forma rhodanica, no hay más que una raza de ginetas; pero esta opinión nace sin duda de la insuficiencia del material de comparación de que el eminente zoólogo americano ha podido dis- poner (cinco ejemplares de Sevilla y dos de Madrid). El principal carácter que Miller asigna á esta raza, y que consiste en tener las «manchas de las tres primeras series... ocupando menos espacio que el fondo claro» y de ellas «las mayores de unos 20 mm. de diáme- tro», sólo conviene á las ginetas de Andalucía y la parte sur de Extremadura. Yo he visto diez y ocho ejemplares de distintos pun- tos de la provincia de Madrid, uno del Monasterio de Piedra, uno de Gerona, seis de Valencia, dos de Badajoz, uno de Sevilla y dos de Sierra Morena. Los de las tres últimas localidades responden muy bien á la descripción de Miller, teniendo en ellos las manchas más grandes 226 23 mm. de diámetro; pero en todos los demás ejemplares las manchas de las tres primeras series oscilan entre 25 y 35 mm., y aun llegan á 40 mm. en el del Monasterio de Piedra y en uno de Arganda. Creo, pues, como creía hace ocho años, que la gineta de Andalucía y la del centro de España son distintas, si bien me parece que sólo puede considerárselas como formas locales de una misma especie. De estas dos formas, la que vive en el centro, este y nordeste de la Península, es evidentemente la que debemos mirar como la ver- dadera G. genetta. En efecto, la localidad típica de la especie es España, á secas, y como la gineta de Andalucía fué denominda his- panica en 1816, y la raza de Baleares ha sido llamada balearica en 1902, mientras la del litoral cantábrico resulta ser igual á la de Francia, que ha sido también separada como G. g. rhodanica, vie- ne á quedar G. g. genetta, por eliminación, como nombre de la (1) Proceed. Zool. Soc. of London, 1911, pág. 137. 199 CARNIVORA subespecie que se encuentra en el resto de España, esto es, de la que yo llamé peninsulez en la creencia de que Linné se refería á una especie oriental. La gineta vive en los valles húmedos y en el monte bajo próximo á ríos ó lagunas; su vivienda la establece en los árboles huecos, en las conejeras abandonadas ó entre los zarzales. Persigue á toda cla- se de mamíferos y aves pequeños, y si puede, penetra en los corra- les, donde hace grandes destrozos. Genetta genetta balearica Thomas. Viverra genetta Barceló (no Linné), Anal. Soc. Esp. Hist. Nat., 1v (1875), pág. 55. Genetta genetta Thomas, Proc. Zool. Soc. London (1901), pág. 40. Genetta genetta balearica Thomas, Ann. and. Mag. Nat. Hist., Ser. 7, x (1902), pág. 162. Genetta balearica Cabrera, Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat., v (1905), pág. 265 (parte). NOMBRE VULGAR: Genefa, en mallorquín. Diagnosis.—En general como G. genetta, pero el fondo del pe- laje más pálido, las extremidades anteriores sin lunares obscuros ó con sólo algunos leves indicios de ellos, y las líneas supracervicales convertidas en manchas al llegar á los hombros. Caracteres. —Aparte de las ligeras diferencias expresadas, el aspecto general y la distribución y tamaño de las manchas son como en la forma típica. El color del fondo del pelaje es muy pálido, gris muy claro, casi blanco, ó un ante crema deslavado. Cráneo exactamente como en la subespecie típica. Dimensiones de un macho adulto, de Mallorca: cabeza y cuerpo, 532 mm.; cola, 450; oreja, 52; pie posterior, 85. Cráneo: longitud cóndilobasal, 91,2 mm.; ancho cigomático, 46,8; ancho interorbitario, 15,5; estrechamiento postorbitario, 16,6; man- díbula, 63,8; serie dental superior, 36; pm!*, en su lado externo, 9; serie dental inferior, 39,8. Distribución geográfica.—Islas de Mallorca é Ibiza. Localidad típica, Inca. Observaciones.—En 1905, no conociendo la gineta balear més que por la descripción publicada por Thomas, creí poder referir á la misma forma algunos ejemplares de Valencia. Estudios pos- o eo nt a E BIOS AL, PAN Y ; . VIVERRID.E 193 : teriores hechos con mejores materiales- me han convencido de que es imposible separar, ni aun subespecíficamente, las gine- tas de la costa levantina de las del centro de la Península, mien- tras las de Baleares parecen constituir una raza bien distinta. Genetta genetta hispanica (Oken). Viverra genetta hispanica Oken, Lehrb. Naturgesch., 1, 3 (1816), pág. 1010. Viverra genetta gallica Oken, 1. c. (1816), pág. 1010 (no Viverra gallica Kerr). Genetta communis, var. Genetta melas Graells, Mem. Real Acad. Cienc. Ma- drid, xvn (1897), pág. 174, lám. 1, fig. A. Genetta afra Seabra (no F. Cuvier?), Bull. Soc. Portug. Scienc. Nat., 1 (1908), pág. 80. Genetta genetta melas Trouessart, Mam. Europe (1910), págs. 87. Genetta genetta genetta Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1919), pág. 451. NOMBRES VULGARES: Ginefa, en Andalucía y Extremadura; Genéta, Ginéto, Toíirúáo, Gato bravo, en portugués. Diagnosis. —Parecida á la subespecie típica, pero con las man- chas de las tres primeras series notablemente más pequeñas, y el tondo del pelaje, por regla general, más amarillo. Caracteres. —Aspecto general y distribución de las manchas como en la forma típica; las manchas, en general, más pequeñas, . dejando ver mucho el fondo pálido, que casi siempre es más amari- llento que en las subespecies precedentes. Las manchas más grandes de las tres primeras series miden de 20 á 25 mm. de diámetro, y están, como en genefíta y en balearica, bien separadas unas de otras, excepto sobre la grupa, donde tienden á unirse. Lunares de los pies poco marcados. Cráneo como en las otras subespecies. Dimensiones de un macho adulto, de Badajoz: cabeza y cuerpo, 520 mm.; cola, 455; oreja, 50; pie posterior, 82. Cráneo: longitud cóndilobasal, 88 mm.; ancho cigomático, 45; ancho interorbitario, 16; estrechamiento postorbitario, 18; mandí- bula, 60,5; serie dental superior, 35,2; pm!*, en su lado externo, 8,8; serie dental inferior, 40. - Distribución geográfica. —Andalucía; Badajoz; sur de Portugal. Localidad típica, Ronda. Observaciones.—Incluyo la parte meridional de Portugal en el área de dispersión de esta raza, porque creo que á ella pertenece el A a AA rs 194 CARNIVORA ejemplar del Museo de Lisboa, llamado por Seabra G. afra. Es, después de todo, muy probable que el laborioso naturalista lusitano no ande descaminado al identificar esta gineta con la de Berbería. Un ejemplar de Mogador, que existe en el Museo de Madrid, no difiere de los de Badajoz y Sevilla, que yo he visto, más que por la ausencia de puntos ó lugares obscuros en los pies anteriores, y como en los de Andalucía, suelen estar estos puntos poco señalados, bien pudiera resultar que la G. afra de F. Cuvier y la G. g. hispanica de Oken fuese una misma cosa. Aunque así fuera, este último nom- bre sería el que habría de llevar la subespecie, por ser anterior en diez años al segundo. Genetta genetta rhodanica (Matschie). Genetta vulgaris Gervais (no Lesson), Hist. Nat. des Mammif., 1 (1855), pág. 34, lám. xvi. Genetta genetta Lataste (no Linné), Act. Soc. Linn. de Bordeaux, xxxvnmn1 (1884), pág. 33. Genetta rhodanica Matschie, Verhandl. des V. Intern. Zool-Congr. (1902), pá- gina 1139. Genetía genetta vulgaris Trouessart, Mammif. d'Europe (1910), pág. 86. Genetta genetta rhodanica Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pági- na 452. NOMBRES VULGARES: Ginefa, en castellano; Martaraña, Fura-Toxos, Rabisaco, en gallego. Diagnosis.—Parecida á G. g. genetta, pero con las manchas pequeñas, como en G. £. hispanica, aunque más numerosas que en esta raza y con tendencia á unirse en bandas longitudinales, y con los anillos negros de la primera mitad de la cola generalmente borro- sos y mal definidos. Caracteres. —Colores como en la subespecie típica, manchas dispuestas en la misma forma, pero más pequeñas, más numerosas y más compactas, tendiendo á unirse entre sí como para formar bandas; en las tres primeras series, las más grandes de las que que- dan aisladas miden unos 20 mm. de diámetro. Por regla general, los cuatro ó cinco primeros anillos negros de la cola aparecen muy con- fusos y mal determinados, hasta el punto de que con frecuencia esta parte de la cola no es realmente anillada, sino que el pelo resulta confusamente mezclado de negro y amarillento. | E NA O A AO AO ” VIVERRIDE 195 Cráneo como en las demás razas. Dimensiones de un macho adulto, de Vigo: cabeza y cuerpo, 485 milímetros; cola, 450; oreja, 50; pie posterior, 82. Cráneo (con la parte posterior rota): ancho cigomático, 44,8 mi- límetros; ancho interorbitario, 15; estrechamiento postorbitario, 16,6; mandíbula, 61; serie dental superior, 35; pm!*, en su lado exter- no, 9,5; serie dental inferior, 38,2. Distribución geográfica.—Distrito cantábrico y parte septen- trional del lusitano, desde las provincias Vascongadas hasta Galicia. Fuera de nuestro país, esta subespecie se encuentra en Francia, en toda la parte comprendida entre el Loira, el Ródano y la costa del Atlántico. Localidad típica, Montpellier. Observaciones.—La identidad de la gineta del noroeste de Es- paña con la de Francia ha sido ya sospechada, muy acertadamente, por el profesor Miller, quien á pesar de no haber podido ver más que un ejemplar joven del Ferrol, ha hecho constar en su Catalogue of the Mammals of Western Europe que «parece deber referirse á esta forma (rhodanica) más bien que á la verdadera genetta». Deseando comprobar esta opinión, he examinado siete ejemplares de diferentes localidades de Galicia y uno de la provincia de San- tander, y, en efecto, en todos ellos las manchas son relativamente pequeñas y tienden á enlazarse entre sí, exactamente como en uno de Francia que hay en el Museo de Madrid. Además, de los ocho, seis tienen los primeros anillos de la cola muy borrosos, carácter que Matschie señala como distintivo de rhodanica. Podemos, pues, afirmar, que esta raza vive en todos los países que rodean el Golfo de Vizcaya. Trouessart considera esta gineta como la Genetta vulgaris de Lesson, con la de Vendée como localidad típica, pero esta opinión carece de fundamento. Si hemos de juzgar por la descripción de Lesson, este autor no dió el nombre de vulgaris á la gineta de Francia más especialmente que á cualquiera otra, sino que lo pro- puso simplemente en sustitución de genefta, para evitar, siguiendo la costumbre de su época, la repetición Genetta genetta. Más aún: entre las varias localidades que en dicha descripción se indica, Francia figura precisamente en último lugar, y el autor no dice haber visto ninguna gineta francesa, sino que «se dice» que vive en Fran- 196 CARNIVORA cia (1). Vulgarís no es, por consiguiente, sino un sinónimo de genetta, y al distinguir como una raza diferente la forma que vive en Francia y en el norte de España, el nombre rhodanica es el que debe dársele. Subfamilia Mungosine. Viverridoe con garras poco encorvadas, obtusas y no retráctiles; sin glándulas odoríteras prescrotales y con el ano abierto en el fondo de una especie de saco. De siete géneros que actualmente se admiten en este grupo, en nuestra fauna sólo está representado uno. Género MUNGOS E. Geoffroy y G. Cuvier. Viverra Linné, 1758 (parte). Mustela Erxleben, 1777 (parte, no Linné). Mungos E. Geoffroy y G. Cuvier, 1795. Ichneumon Lacépede, 1801 (no Linné). Herpestes Iliger, 1811. Atilax F. Cuvier, 1826. Mangusta Olivier, 1829. Urva Hodgson, 1837. Mesoberma Hodgson, 1841. Osmetictis Gray, 1842. Ichneumia 1. Geoffroy, 1855. Calogale Gray, 1864. Calictis Gray, 1864. Tceeniogale Gray, 1864. Onychogale Gray, 1864. Caracteres. —Cuerpo prolongado; cola larga y puntiaguda; ex- tremidades con cinco dedos y con las plantas más ó menos velludas; pelo largo, sobre todo en la base de la cola, y ofreciendo una colo- ración en «mezclilla», debida á presentar cada pelo numerosos ani- llos alternos claros y obscuros; cola sin fajas ó anillos. Mamas: OQU=22. (1) «On dit la genette d'Afrique, du Cap, d'Espagne, du midi de 1Asie, et méme de France, dans le Poitou.» (Lesson, Manuel de Mammalogie, 1827, pág. 173.) VIVERRID.E 197 = 40. Premo- Fórmula dentaria: í A ra . PLE Pr ARAN 99 lares y molares con puntas muy agudas, á excepción del pm,, que es muy pequeño y romo; pm*, también muy reducido; pm* y m, como en Genetta. Especie tipo.— Viverra mungo Gmelin, de la India. Hasta ahora se han descrito unas treinta especies de este género, que viven en el Asia meridional y en todo el continente africano, llegando una de ellas hasta nuestra Península, donde se halla repre- sentada por una forma local peculiar. Mungos ichneumon Widdringtonii (Gray). Herpestes Widdringtonii Gray, Ann. and Mag. Nat. Hist. 1x (1842), pág. 49. Herpestes Widrintoni Reguera, Mam. Sierra Morena (1881), pág. 119. Herpestes ichneumon Thomas. Proceed. Zool. Soc. London (1882), pág. 64 (par- te, no Linné). Herpestes ichneumon, var. ferruginea Seabra (no Herpestes ferrugiíneus Blan- ford), Bull. Soc. Portug. Scienc. Natur., 11 (1908), pág. 286. Herpestes ichneumon, var. dorsalís Seabra, 1. c. (1908), pág. 286. Herpestes ichneumon, var. grisea Seabra (no /chneumon griseus Geoftroy), l. C. (1908), pág. 286. Herpestes ichneumon Widdringtoni Trouessart, Mammif. d'Europe (1910), pá- gina 89. NOMBRES VULGARES: Melón, Meloncillo, en castellano; Sacca-rabo, Manguco, en portugués. Diagnosis. —Tamaño grande, coloración bastante uniforme; borra muy visible entre el pelo; un mechón negro en la punta de la cola. Es la raza ibérica del Mungos ichneumon. Caracteres. —Formas esbeltas; cola próximamente tan larga como tres cuartos del cuerpo con la cabeza, y terminada por un mechón de pelos largos y fuertes; plantas de los pies desnudas, aunque en algunos ejemplares hay algo de pelo en la parte posterior del tarso. Color general muy finamente mezclado de crema muy pálido, casi blanco, y negro ó pardo clavo muy obscuro, resultando un con- junto negruzco punteado de crema. Los pelos tienen tres anillos negros con espacios intermedios pálidos. La borra, de un color entre ocre y ferruginoso, se ve bastante al exterior, comunicando al pelaje un viso rojizo. Los pies son de un pardo claro muy obscuro, y el mechón ó borla en que termina la cola, negro. En algunos ejempla- 198 CARNIVORA res, el color general tira más á rojizo, por ser los anillos obscuros de los pelos de un castaño muy obscuro, y en algunos, este matiz está limitado al lomo, donde los pelos ofrecen entonces la combina- s IS E alli S 5 IN » é . MÍ 7 ¡ / y y FiG. 56. Cráneo de Mungos ichneumon Widdringtonii. PM ——=30..Ín- E cisivos pequeños, muy juntos eds SÍ; los o y agu- dos; pm* muy pequeño, separado por sendos diastemas del canino y del pm*; el carnicero superior ó pm* con una pequeña cúspide interna al nivel de la primera punta externa; m' muy chico, más ancho que largo, algo retirado hacia adentro y casi oculto al exterior por la punta posterior del carnicero; el molar ó carnicero interior con dos puntas. Especie tipo.—Felis Catus Linné, ó sea uno de los tipos de gato doméstico. Como puede verse por la sinonimia, el género Felís ha sido divi- dido por algunos autores en numerosos géneros distintos, algunos de los cuales acaso convendría admitir, siquiera fuese como subgé- neros. En total, el número de especies se eleva por lo menos á sesenta, de las cuales solamente una, representada por dos formas ocales distintas, existe en nuestra fauna en estado salvaje. De los gatos domésticos nos ocuparemos en el Apéndice. Clave de las subespecies. a. Pelaje pálido; longitud combinada del pm? y el pm* de-16,5419mmM............. x F. sylvestris. a'. Pelaje obscuro; longitud combinada del pm? y el pmí de 19,55 421 mm........... E F. sylvestris tartessía. y e Ñ ed RA IA BAD E ET ATA O A AS AIR y , eS o a e e A UREA E 4 y e A ' ; . FELIDE 203 Felis sylvestris Schreber. , (Lám. IX, 1.) | Felis sylvestris Schreber, Sáugthiere, m (1777). pág. 397. Felis catus ferus Schreber, 1. c. (1777), lám. cvu A. Felis catus Blasius, Sáug. Deutschl (1857), pág. 162. ñ Catus ferox Martorelli, Atti. Soc. Ital. Sc. Nat. Milano, xxxv (1896), pági- na 253. NOMBRES VULGARES: Gato montés, Gato salvaje, en castellano; Gat salvatge, en catalán; Gato bravo, Gato fero, en gallego; Basakatua, en vascuence. eds y Diagnosis. —Pelaje gris con bandas transversales muy poco , marcadas; cola muy gruesa en toda su longitud; largo combinado del pm* y el pm*, de 16,5 á 19 mm. cd Caracteres.—Formas macizas; cabeza ancha y voluminosa; cola muy gruesa, por el largo y espeso pelo de que se halla cubierta, y de una longitud próximamente igual á la mitad de la del cuerpo con la cabeza. Color general gris de humo, pálido y como canoso, con ráfagas de un pardo claro, entre isabela y pardo madera, que en los flancos tienden á formar fajas transversales. Los pelos están anillados de negro y ante muy claro, y ocultan una borra bastante larga, gris, con puntas ante pálido. La superficie ventral es hacia el pecho gris blancuzca, con algunas manchas negras, grandes y mal definidas, mientras el bajo vientre es de un bonito color ante-crema que se extiende por lo interior de los muslos. Parte superior de la cabeza de un pardo madera sucio, con cuatro listas negras, dos de las cuales eb AA AA IA qe OA continúan sobre el cuello y los hombros hasta fundirse detrás de e éstos en una sola que se prolonga á lo largo del espinazo. Mejillas Pe: grises con dos bandas estrechas, negruzcas. Delante y detrás de A cada ojo hay una mancha de ante ocráceo, y de este mismo color es Se el labio superior, mientras que la nariz, por encima, es de un rojizo de A cervuno. El labio inferior es blanco sucio, lo mismo que la quijada E entera, y también es blancuzca la garganta, en la que con frecuen- cia hay indicios de un doble collar pardo sucio. La parte exter- na de las orejas es de un pardo de madera bastante puro, con ; el borde anterior color de maíz, en tanto que los pelos del interior S. son color de ante. Detrás de cada oreja hay una mancha canela, 7 muy borrosa. Los brazuelos presentan dos bandas negras, muy : k A O O AAA TA A " cl eS IN 204 CARNIVORA r anchas, y los miembros posteriores tres Ó cuatro más estrechas. Los pies son por encima color de ante, y de un negro intenso en la planta. La cola, en su primera mitad, ofrece una mézclilla de amarillo de maíz y negro, con indicios de tres ó cuatro anillos ne- gruzcos, y luego es color de ante, con dos fajas bien marcadas y la punta negras. Cráneo con la caja cerebral muy ancha y corta y las crestas muy salientes. Pm* con la cúspide interna bastante grande. Las dimen- siones de los premolares y del molar mandibular constituyen un dato de interés para reconocer esta forma. La longitud combinada del pm* y el pm* oscila entre 16,5 y 19 mm., y la de los tres dien- tes molariformes inferiores, entre 18,5 y 21,5. Dimensiones de un macho adulto de Mamolar (Burgos): cabeza y cuerpo, 580 mm.; cola, 260; oreja, 52; pie posterior, 110. Cráneo: longitud cóndilobasal, 84,5 mm.; ancho cigomático, 63; ancho interorbitario, 19,8; estrechamiento postorbitario, 38,7; man- díbula, 58; serie dental superior, 29,6; pm* + pm!*, 17,5; serie den- tal inferior, 32,7; serie molariforme inferior, 20,4. Distribución geográfica. —España septentrional, ó sean los dis- tritos pirenaico, cantábrico y parte norte del central. Probablemen- te, el Duero por un lado y el Ebro por otro constituyen el límite meridional de su área de dispersión. Fuera de España, la forma típica del FF. sylvestris habita toda la Europa central. Localidad típica, Alemania. Observaciones.-—No he podido encontrar diferencia ninguna en- tre los gatos monteses del norte de nuestro país, y los que he visto de Francia y de Alemania. Probablemente, la misma forma se extiende por el norte de Portugal, pero no tengo acerca de ello datos con- cretos. Es animal de monte, que vive siempre donde hay mucho arbolado ó matorral muy espeso, alimentándose de aves, cone- jos y ratones campestres. Felis sylvestris tartessia (Miller). (Lám. IX, 92). Felis catus Graells (no Linné), Mem. Trab. Com. Map. Geol. (1852), pág. 67. Felis tartessia Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 397. NOMBRES VULGARES: Gato montés, en castellano; Gato bravo, en portugués. FELIDE 205 Diagnosis. —Más grande y de pelaje más obscuro que la raza típica de F. sylvestris. Caracteres.—Aspecto, proporción de la cola, etc., como en syl- vestris. Dibujos de la piel lo mismo, pero la coloración general más obscura. Los pelos tienen los anillos negros más anchos y las por- ciones claras de un amarillento muy pálido, casi blanco, de donde resulta un matiz ceniciento bastante obscuro. La borra es gris de pizarra, con la punta ante-crema. Sobre el fondo general cenizo se ' destacan á ciertas luces anchas fajas transversales pardas, mal defi- nidas. La cabeza y los hombros están ligeramente lavados de i¡sa- bela; las orejas como en sylvestris, pero el manchón que hay detrás, de un isabela obscuro. La quijada y la garganta, blancas. El vientre y lo interior de los miembros posteriores, ante ocráceo muy claro. Pies ante sucio, con la planta negra. En la segunda mitad de la cola, las fajas negras destacan sobre un fondo gris muy pálido, casi blanco, un poco lavado de amarillento en algunos ejemplares. La raya dorsal y las bandas negras de los miembros, más marcadas que en la subespecie típica. Cráneo como el del verdadero sylvestris, pero más grande. Los dos últimos premolares superiores miden, reunidos, de 19,5 á 21 mi- límetros de longitud, y los dos premolares y el molar interiores suman de 22,5 á 24 mm. Dimensiones de un macho adulto, de El Pardo (Madrid): cabeza y cuerpo, 630 mm.; cola, 310; oreja, 60; pie posterior, 130. Cráneo: longitud cóndilobasal, 92 mm.; ancho cigomático, 78; ancho interorbitario, 21,2; estrechamiento postorbitario, 34,5; man- díbula, 68,8; serie dental superior, 32,5; pm* + pm!*, 20,2; serie dental inferior, 25; serie molariforme inferior, 22,8. Distribución geográfica.—Todo el centro y mediodía de la Pe- nínsula, desde una línea que debe seguir próximamente el curso del Duero y el del Ebro, hasta el Atlántico y el Mediterráneo. Desde luego, esta subespecie es la que vive en la sierra de Guadarrama, y en el Museo de Madrid hay un ejemplar del Monasterio de Piedra. Probablemente existe también en las islas de Mallorca é Ibiza; por lo menos, si es cierto, como asegura Barceló, que la especie se en- cuentra en estas islas, es más verosímil que se halle representada por esta subespecie y no por la forma centro-europea; pero aún no ii RE son ii ER de A AS E cad tod 206 CARNIVORA está bien averiguado si el gato montés de las Baleares es realmente salvaje ó sólo cimarrón (1). Localidad típica, el Coto Doñana, en el bajo Guadalquivir. Observaciones.—El gato montés abunda todavía en todos los parajes solitarios de nuestras montañas, así como en los montes espesos y en las llanuras pantanosas. Persigue á las aves, á los rato- nes, á los lirones y á todo género de caza, desde la corpulencia de “un corzo para abajo. En el monte establece su guarida entre las peñas ó en las conejeras abandonadas, y en los sitios bajos se refu- gia en los árboles huecos ó entre los cañaverales. "En casi todos los montes próximos á las poblaciones se encuen- tran, mezclados con los gatos monteses y dominando á veces numé- ricamente sobre ellos, gatos cimarrones, ó sean descendientes de gatos domésticos que han huido al campo y se han acomodado á la vida silvestre. Estos animales, que toman el pelaje característico de cualquiera de las dos formas agriotipos del gato casero (FF. catus y F. ocreata torquata), son frecuentemente considerados por el vulgo como verdaderos gatos salvajes. Distínguense, no obstante, de éstos, por ciertos detalles de la coloración, y mejor aún por su menor tamaño, sus formas más esbeltas, su pelaje más corto y más lustroso y, sobre todo, su cola larga, delgada y puntiaguda, ente- ; ramente distinta de la cola gruesa, casi podríamos decir claviforme, : del F. sylvestris en sus diferentes razas. Es muy probable que estos gatos cimarrones se crucen con el montés; en otros países, por lo menos, así ocurre, pero no tengo noticia de ningún ejemplar ibérico que evidencie este cruzamiento. Género LYNX Kerr. Felís Linné, 1758 (parte). Lynx Kerr, 1792. Lyncus Gray; 1825. Pardina Kaup, 1829. Lynchus Jardine, 1834. Caracal Gray, 1843. Carvaria Gray, 1867 (no Walker, 1866). Eucervaria Palmer, 1903. (1) Véase Thomas, Proceed. Zool. Soc. of London, 1901, pág. 40. Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina X LYNxX PARDELLUS Tricromia Suc. de E. Paez En dl TANIA FELIDAE 207 Caracteres.—Orejas algo más grandes que en Felís, con un pincel ó mechoncillo de pelos tiesos en la punta; miembros más bien largos que cortos; garras retráctiles; plantas de los pies velludas, excepto en el centro y debajo de los dedos. Cola generalmente corta. Fórmula dentaria: í SS e == e mo 98) Los dientes como en Felís, salvo que falta el pequeño premolar maxilar anterior, y que el carnicero mandibular tiene, además de las dos puntas grandes, un talón ó cúspide posterior rudimentaria. Especie tipo. —Lynx lynx Linné, de Suecia. Este género comprende cerca de una docena de especies (1) dis- tribuídas por las regiones paleártica, neártica y etiópica. En la Pe- nínsula Ibérica sólo existe una. Lynx pardellus Miller. (Lám. X). Felíis lynx Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. et Zool. Arag. (1784), pág. 56. Felis pardina Temminck (no Oken), Monogr. de Mamm., 1 (1824), pág. 116. LEyncus pardinus Gray, List. Mamm. Brit. Mus. (1843), pág. 46. Lynx pardinus Brehm, La Vie des Anim., ed. Gerbé, 1 (1868), pág. 308, fig. 148. Lynx pardella Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 398. Lynx [Eucervaria] pardina Trouessart, Mammif. d* Europe (1910), pág. 104. Lynx [Eucervaria] pardella Trouessart, 1. c. (1910), pág. 105. NOMBRES VULGARES: Lobo cerval, Lince, Gato clavo, Gato cerval, Lubicán, en cas- tellano; Gatf cerval, Llop cerver, en catalán; Lynce, Gato cravo, en portugués. Diagnosis. —Una especie más pequeña que el lince de la Europa central y septentrional, con la cola más corta y el pelaje sembrado de manchas pequeñas y muy numerosas. Caracteres.—Orejas grandes, con pincel largo y poblado; cara rodeada de pelos muy largos, formando grandes patillas, péndulas y terminadas en punta; miembros prolongados y robustos; cola corta y no muy gruesa. Color ante rosado sucio, pasando sobre el lomo y parte superior de la cabeza á leonado-aceituna y tirando en las extremidades y (1) Este número ascendería casi al doble si, á imitación de los autores norteame- ricanos, diésemos valor específico á una porción de formas que evidentemente no son sino subespecies del Lynx ruffus ó del L. canadensis. 15 IS O A AA A PLA SO EAS Ds e O AAA e el e NA 4. Y «de ME E n A A E e e > A r e E 208 CARNIVORA en las ingles á ante ocráceo. Todo el tronco y los miembros sem- brados de manchitas negruzcas de forma alargada y de unos 10 ó 12 milímetros de diámetro. Las partes inferiores son de un blanco sucio, teñido ligeramente de ante y con manchas más grandes, pero muy desvanecidas. Una ancha franja negruzca cruza la cara interna del antebrazo. Los pies tienen pocas manchas, ó ninguna, y su planta es de un negro sucio que en la parte central pasa á castaño obscuro. Las mejillas son de un gris claro; el ojo está rodeado de blanco sucio, y de su ángulo externo arranca una lista negra que cruza la mejilla. A excepción de su extremo, que desde el borde del labio está ocupado por una mancha negra, la quijada es blanca, lo mismo que la garganta y la parte de las patillas contigua á la cara. Cada patilla es en su borde externo de color pardo Van Dyk, y este matiz está separado de la parte blanca por una ancha banda negra. Las orejas negras en la base y en la punta, y pardas de brécol en el centro. El pince! auricular es negro. La cola del mismo color que el cuerpo, con algunas motas negruzcas que en su segunda mitad tien- den á formar fajas, y la punta negra. El matiz general del pelaje es unas veces más gris y otras más leonado, lo que en parte depende de la edad, y también se observa alguna variante por lo que respecta á las manchas. Hay ejemplares en que algunas de éstas, especialmente en los flancos, parecen ten- der á agruparse para formar rosetas como las de la pantera, y en tal caso suele ser el espacio comprendido entre las tres ó cuatro man- chitas agrupadas un poco más obscuro que el resto del fondo. Tam- bién se ven individuos con las manchas menos numerosas que de ordinario, pero en cambio más grandes, hasta de 20 mm. de diámetro. Cráneo con el perfil superior muy convexo, debido á la conside- rable elevación de la región interorbitaria. Molar inferior con la cúspide posterior rudimentaria muy pequeña. Dimensiones de un macho viejo, de la Serranía de Córdoba: ca- beza y cuerpo, 850 mm.; cola, 127; oreja, 78; pie posterior, 196. Cráneo (fig. 57): longitud cóndilobasal, 119 mm.; ancho cigomá- tico, 94,2; ancho interorbitario, 29,8; estrechamiento postorbitario, 38,8; mandíbula, 90,5; serie dental superior, 39,7; pm? + pm*, 25,2; serie dental inferior, 47; serie molariforme interior, 31,5. Distribución geográfica.—Toda la Península, en los montes y FELID.E 209 cotos alejados de los grandes centros de población. En el norte y este parece hallarse extinguido, ó por lo menos es muy raro, mien- F1G. 97. Cráneo de Lynx pardellus. = 4—4 1—1 variable; premolares siempre en número de -¿—5 molares, 3" La dentadura de leche sólo existe durante la vida fetal. Admítense actualmente en esta familia siete ú ocho géneros, de los cuales, dos están representados en nuestros mares. Clave de los géneros. Sr Sis A DO E , a. Con y —9 Incisivos; uñas bienmiesartolladas ice aa e tale ela Phoca. a'. Con 99 incisivos; uñas pequeñas, especialmente en las extremidades pos- CETTOCOS A A tl US ele Monachus. Género PHOCA Linné. Phoca Linné, 1758. Calocephalus F. Cuvier, 1826. Halicyon Gray, 1864. Haliphilus Gray, 1866. Caracteres. —Extremidades provistas de uñas estrechas, las anteriores largas y encorvadas, las posteriores más cortas y más rectas, pero bien desarrolladas. Cráneo con el rostro estrecho hacia delante, la región interorbi- taria muy angosta y la caja cerebral ancha y globosa; sin apófisis postorbitarias y con las crestas apenas indicadas (fig. 58). 4-4 Fórmula dentaria: ¿—5> 077 + PM] mM 7 = 2%. Incist- vos sencillos, cónicos. Premolares y molares comprimidos lateral- mente y con varias puntas, una tras otra, la segunda de las cuales es mucho más grande que las demás; pm' y pm, más pequeños que los demás dientes molariformes y con una sola raíz. Especie tipo.—Phoca vitulina Limnné. El género Phoca ha sido subdividido en varios subgéneros, esta- blecidos sobre caracteres, principalmente osteológicos. En nuestras costas sólo está representado uno de ellos (Phoca, stricto sensu), por su única especie europea. Phoca vitulina Linné. Phoca vitulina Linné, Syst. Nat., 10.? ed. (1758), pág. 38. Phoca variegata Nilsson, Skand. Faun., 1 (1820), pág. 359. Phoca scopulicola Tienemann, Reis. Nord. Europa, 1 (182), pág. 59, lám. v. ES 4 PHOCID.E 913 Phoca littorea Tienemann, 1. c. (1824), pág. 61, láms. vi-vmt. Calocephalus vitulinus F. Cuvier, Dictionn. Scienc. Nat.,.xxxix (1826), pági- na 540. Phoca Linnceí Lesson, Dictionn. Class. Hist. Nat., xu1 (1828), pág. 414. Phoca canina Pallas, Zoogr. Rosso-Asiat., 1 (1831), pág. 114. Phoca concolor Dekay, New York Zool., 1 (1842), pág. 53, lám. xvum, fig. 2. Phoca fetida Bartlett, Proc. Zool. Soc. Lon. (1868), pág. 402 (no Fabricius). NOMBRES VULGARES: Foca, Lobo marino, Becerro marino, Vaca marina, en caste- llano; Becerro do mar, en gallego; Vadell marí, en catalán; Vagofsoa, en gui- puzcoano; Urchala, en vascuence; Phoca, Peíxe homem, en portugués. Diagnosis. — Una especie de pequeño tamaño, con cuatro cúspi- des en los dientes molariformes, y el segundo dedo de las extremi- dades posteriores igual al quinto. Caracteres.—Cabeza ancha, redondeada, con el hocico bastante corto; ojos grandes; orificio auditivo muy próximo al ojo y de forma triangular; extremi- dades anteriores con los dedos casi iguales entre sí, aunque siempre se nota el decrecimien- to normal desde el primero al último; en las posteriores, el primer dedo es el más largo; siguen luego en longitud el segundo y el quinto, que son iguales entre sí, después el ter- cero, y en último lugar el cuar- to; cola corta y gruesa. Pelaje desprovisto de borra, muy lustroso y de color muy variable. Generalmente, las partes superiores son pajizas ó de un matiz de ante aceitu- nado, con numerosas manchas negras Ó pardas, de forma irregular, á veces contluentes FiG. 58. Cráneo de Phoca vitulina. <”*z. en líneas, sobre todo á lo largo de la región lumbar, mientras la su- perficie ventral es blanca sucia, con manchas más pequeñas, pardas; pero muchos ejemplares son negruzcos ó de color pardo foca, con 2914 CARNIVORA manchas y trazos irregulares grises ó amarillentos, y otros son negruzcos, sepia ó ante aceitunado por encima, y blancuzcos ó ama- rillentos por debajo, sin mancha ninguna. La cabeza suele ser ne- eruzca, y las extremidades posteriores color tierra de sombra. Las crías nacen revestidas de un pelaje lanoso, blanco amarillento uni- forme, que cae á las pocas horas de venir al mundo. Cráneo con el perfil de la caja cerebral muy convexo, y el de la región interorbitaria casi recto; el rostro estrecho por delante, pero sensiblemente ensanchado hacia atrás; la porción malar de los arcos cigomáticos muy desarrollada y encorvada hacia adentro. Mandíbula corta y gruesa. Dientes molariformes implantados en dirección obli- cua con respecto al borde alveolar, y un poco montado cada uno sobre el que le sigue. Excepto el pm! y el pm,, y á veces el molar maxilar, que tienen tres cúspides, todos los demás tienen cuatro, la segunda muy grande, la primera y la tercera más pequeñas y casi iguales entre sí, y la cuarta muy pequeña. Dimensiones de un macho adulto, del Cantábrico: cabeza y cuer- po, 1620 mm.; cola, 130; extremidad anterior, desde su inserción en el cuerpo, 290; extremidad posterior, desde su inserción, 395. Cráneo: longitud cóndilobasal, 220 mm.; ancho cigomático, 130; ancho interorbitario, 13,8; ancho de la caja cerebral, 96,8; mandíbu- la, 140; serie dental superior, 54,2; serie dental interior, 58. Las hembras suelen ser algo más pequeñas que los machos; una hembra adulta puede medir de 950 á 1200 mm. de longitud total. Distribución geográfica.—Costas del Atlántico y del Cantá- brico. Se la ha citado también en el Mediterráneo, pero si alguna vez ha sido encontrada realmente en este mar, su presencia en él puede considerarse sólo como accidental. La Phoca vitulina que Ramis y Barceló mencionan en las Baleares, es en realidad el Monachus monachus. El área de dispersión de esta especie comprende todo el Atlántico septentrional, desde Europa á América, los mares Báltico y del Norte y el Océano Glacial Ártico. Localidad típica, el golto de Botnia. También suele citársela en el Pacífico, pero indudablemente las focas de este tipo que allí existen constituyen especies distintas, ó por lo menos tormas locales. w MATA > ' y CN a A NS de > Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina XI MONACHUS MONACHUS Cuatromia Suc. de E. Páez H PHOCIDAE 2915 Observaciones. —Esta foca es muy rara en nuestras costas; ac- tualmente, por lo menos, puede asegurarse que no es sedentaria en ellas. Yo no he visto más que un ejemplar que pueda considerarse ibérico, matado en el Cantábrico, á bastante distancia de tierra, y además, poseo la fotografía de otro capturado en Unquera (San- tander) en Febrero del presente año, el cual parece se refugió en el río Deva huyendo de los temporales entonces reinantes. Alonso López y Seoane la han citado en la costa de Galicia (el segundo equivocadamente como Monachus), y en cuanto á Portugal, en el Museo de Coimbra hay un ejemplar de Buarcos, y Barboza du Bo- cage menciona otro de Peniche. Probablemente, hoy no se presenta en aguas de la Península más que en seguimiento de algún banco de pescado, y entonces es verosímil que busque refugio por el mo- mento en los islotes próximos á las costas. Género MONACHUS Fleming. Phoca Hermann, 1779 (no Linné). Monachus Fleming, 1822. Pelagios F. Cuvier, 1824, Pelagíus F. Cuvier, 1826. Heliophoca Gray, 1854. Caracteres. —Extremidades provistas de uñas pequeñas y romas, especialmente las de las posteriores. Cráneo con el rostro ancho y corto, los arcos cigomáticos muy anchos, robustos y salientes, y la caja cerebral con crestas muy pro- minentes hacia atrás, que ocultan por completo la región occipital cuando se mira al cráneo por encima (tig. 59). a A 09 Ls] AA 1 94 Fórmula dentaria: í Cc , pm m = 32. Incisivos 99)? = AA == con un surco transversal en su ee osiSnale o e centra- les, bastante más pequeños que los laterales. Dientes molaritormes grandes, implantados oblicuamente y algo separados entre sí, y pro- vistos de tres cúspides, una central, bastante grande, y dos peque- ñas delante y detrás de aquélla. Especie tipo. —Phoca monachus Hermamn. De este género sólo se conocen dos especies, una americana y otra europea, que es la que figura en nuestra fauna. iS 216 CARNIVORA Monachus monachus (Hermann). (Lám. XD. Phoca monachus Hermann, Beschaft. Berlin. Gesells. Naturf. Freunde, 1v (1779), pág. 501, láms. xt y xml. Phoca albiventer Boddaert, Elench. Anim. (1785), pág. 170. Phoca bicolor Shaw, Gener. Zoology, 1 (1800), pág. 254. Phoca leucogaster Péron, Voy. Terr. Austr., n (1817), pág. 47. Pelagius monachus F. Cuvier, Dictionn. Scienc. Natur., xx1x (1826), pág. 550. Phoca Hermannií Lesson, Dictionn. Clas. Hist. Nat., x1 (1828). Monachus mediterraneus Nilsson, Kongl. Vet. Akad. Handl. Stockholm (1837), pág. 235. Monachus albiventer Gray, Catal. Seals Brit. Mus. (1850). Heliophoca atlantica Gray, Proc. Zool. Soc. Lond. (1854), pág. 43. Phoca vitulina Barceló (no Linné), Ann. Soc. Esp. Hist. Nat., 1v (1875), pág. 59. NOMBRES VULGARES: Foca, Foca fraile, en castellano; Vey marí, en mallorquín. . Diagnosis. — Tamaño grande; color muy obscuro por encima, muy pálido por debajo con una línea de separación bien marcada. Caracteres. —Cabeza relativamente pequeña; extremidades an- teriores cortas, con los dedos decreciendo muy sensiblemente en longitud del primero al quinto, y las uñas cortas aplastadas, muy poco encorvadas y truncadas; las uñas de las extremidades poste- riores muy pequeñas, con frecuencia casi rudimentarias; cola muy corta y ancha. Pelaje corto y lustroso, sin borra. El color general, en los machos muy adultos, es un pardo pelo muy obscuro, que puede llegar hasta el negro sucio, con algunos indicios de manchas irregulares y borro- sas más pálidas sobre la cabeza y el cuello. La base de los pelos es blanca, y se ve á trechos en los puntos donde por cualquier roce aparece desgastado el pelaje, formando trazos y pequeñas manchas blancuzcos. El vientre es de un blanco sucio ó ligeramente amari- llento, perfectamente recortado contra el color obscuro de las partes superiores. Este color blanco, sobre el que á veces se ven algunas manchitas obscuras aisladas, varía mucho en extensión, según los individuos, de modo que lo mismo puede ocupar toda la superficie ventral que estar reducido á una gran mancha abdominal de forma irregular. Las hembras y los machos jóvenes son mucho más pálidos, de un color gris paño ó pardo pelo muy claro por encima y de un amarillento sucio en el vientre. PHOCIDAE 2917 Cráneo y dientes, de la forma característica del género. Dimensiones de un macho adulto, de la costa de Alicante: cabeza y cuerpo, 2300 mm.; cola, 80; extremidad anterior, desde su inser- ción en el cuerpo, 320; extremidad posterior, desde su inser- ción, 285. Cráneo: longitud cóndilobasal, 280 mm.; ancho cigomático, 211; FiG. 59. Cráneo de Monachus monachus. = AAA e A TENEN A a a do A A E E Er Pithecus inuus Reichenbach, Vollst. Naturg. Affen (1862), lám. xxvm, fig. 409. Macacus innuus Renshaw, Nat. Hist. Essays (1904), pág. 2, lám. NOMBRES VULGARES: Mona, en castellano; Rock ape, de los ingleses de Gibraltar. Diagnosis.—Es la única especie de la familia Cercopithecido desprovista de cola. Caracteres.—Pelaje largo, áspero y abundante, más suave y algo encrespado á los lados de la cara, donde forma una especie de patillas. Cara casi desnuda, muy rugosa. En la parte superior de la cabeza y en los hombros, hasta cerca de la mitad de la espalda, el color del pelaje es ocre amarillo, ligeramente variado de negruzco. Cada pelo es de color de brécol hacia la raíz, y luego ocre amarillo, terminando casi todos en una punta negra más ó menos extensa. En el lomo, el matiz general es más pálido, como descolorido, por ser la parte amarilla de los pelos pajiza en vez de ocre, y en los flancos y los brazos pasa insensiblemente á color de ante lavado de gris sucio, siendo en estas partes muy raros los pelos de punta negra. Los miembros posteriores, de un gris sucio por fuera; por el lado interno, tanto las piernas como los antebrazos ofrecen un color ante- crema. Manos y pies muy velludos en su cara dorsal y de color isabela sucio. La garganta, el pecho y el vientre vestidos de pelo escaso, blanco sucio, con un ligero matiz ante. Este color blancuzco sube por los lados de la cara hasta la mitad de la patilla, donde hay una mancha negruzca mal definida que lo separa de una pe- queña área blanco-amarillenta que hay sobre el ángulo externo de cada ojo. La cara, las orejas, las palmas y plantas de las extremidades, y las callosidades isquiáticas, color de carne; pero en la cara, este co- lor, que es el de la piel, aparece obscurecido por numerosos pelillos cortos, de color de maíz con la puntita negra, y las orejas llevan en la parte alta, cerca del borde, un mechoncillo de pelos pajizos. En los arcos superciliares hay numerosas vibrisas negras. Los ojos son color de avellana. Dimensiones de un macho adulto, de Argelia (1): cabeza y cuer- po, 620 mm.; pie posterior, 170,5; oreja, 50. (1) No habiendo podido examinar ningún ejemplar procedente de Gibraltar, mi descripción está hecha enteramente sobre ejemplares berberiscos. CERCOPITHECIDE 223 palatal, 53; ancho cigomático, 98,2; estrechamiento postorbitario, 55; ancho de la caja cerebral, 67; nasales, 18; mandíbula, 100; serie dental superior, 53; serie dental inferior, 47,5. Distribución geográfica.—En España, el Peñón de Gibraltar; en Africa, algunos puntos aislados de las montañas de Marruecos y Argelia. No es posible determinar la localidad típica de esta especie, que Linné estableció sobre una figura muy mediana de un ejemplar cau- tivo, publicada por Próspero Alpino en su Historia Naturalis 4Egypti, vol. 1 (1735), lám. xvi. Observaciones.—Se ha discutido mucho sobre si hay ó no dere- cho para incluir este mono en la fauna ibérica, es decir, sobre si la especie es indígena ó importada; pero cuanto acerca del asunto se ha escrito hasta ahora, es punto menos que inútil, pues no hay ar- gumentos sólidos en pro ni en contra de ninguno de los pareceres emitidos. La opinión que cuenta con más partidarios, parece ser la que considera á las monas de Gibraltar como descendientes de indi- viduos importados por los árabes durante su dominación en España, y, sin embargo, esta opinión es la más fácil de combatir. Los inva- sores musulmanes, tan notables como agricultores y como arquitec- tos, no se distinguieron como importadores de animales. Si no se cuidaron de aclimatar el camello, tan útil para ellos, ni la gacela, que domesticada constituye uno de los más lindos ornatos del ha- rén, ¿qué interés pudieron tener en propagar los monos sobre el Pe- ñón? También se ha dicho que los ingleses son los que han introdu- cido la especie en Gibraltar, pero esto me parece dudoso, pues consta que á mediados del siglo xvi eran allí abundantes los mo- nos (1), y una leyenda árabe mucho más antigua señala su presen- cia en este lado del estrecho, atribuyéndola á un túnel submarino natural que sólo estos animales conocían, y por el cual venían desde Africa. En fin, el profesor Miller, á quien, como gran conocedor que es de la fauna europea, he consultado sobre este particular, opina que la Macaca sylvanus es, en efecto, especie introducida, pero que su introducción debe remontarse al tiempo de los romanos, hi- (1) Buffon, (Euvres complétes (Edic. Furne), 1v, 1844, pág. 721. 16 904 PRIMATES pótesis que á primera vista podrá parecer extraña, pero que en cierto modo se relaciona con el uso que en la antigiiedad se hacía de los monos de esta especie para los estudios de anatomía. Frente á estas opiniones se alza la hipótesis recientemente soste- nida por Trouessart (1), según la cual la colonia de monas de Gi- braltar debe considerarse como el último residuo de la especie en Europa, que es donde tuvo su origen. Es, en efecto, un hecho de- mostrado que en los comienzos del período plioceno los macacos de cola rudimentaria, fuesen de esta misma especie ó de otras afines, se extendían por gran parte de Europa, y que paulatinamente fue- ron retirándose hacia el Sur, quedando en el plioceno superior rele- gados á las regiones más próximas al Mediterráneo y apareciendo en África al comenzar el pleistoceno (2). Creo oportuno recordar que el historiador Procopio, que vivió en la primera mitad del si- elo vi, afirma que en su tiempo se criaban en Córcega monos pare- cidos á la especie humana. Explíquese como se quiera el origen de los de Gibraltar, el hecho es que estos animales viven allí desde época inmemorial, y que de- ben ser incluídos en nuestra fauna con tanto derecho, por lo menos, como la rata, de la que positivamente sabemos que es animal impor- tado, y de importación relativamente reciente. No es menos cierto, sin embargo, que la mona ya habría desaparecido del Peñón hace muchos años á no haberla protegido las autoridades inglesas, unas veces prohibiendo cazarla, y otras cubriendo las bajas naturalmente ocurridas con ejemplares traídos de Berbería. La primera de estas importaciones tuvo efecto, según parece, en 1740 (3), propagándose las monas hasta tal punto, que llegaron á constituir una verdadera plaga para huertas y jardines, dando lugar á que los gibraltareños las persiguiesen por todos los medios posibles. Poco más de un siglo más tarde, en 1856, quedaban sólo cuatro ó cinco ejemplares y fué preciso prohibir terminantemente su caza. Aun así, en 1863, el nú- mero de monas se redujo á tres. El general Codrington, gobernador de la plaza, hizo traer dos machos y dos hembras de Argelia, y al (1) Faune des Mammif. d'Europe, 1910, pág. 2. (2) H. F. Osborn, The Age of Mammals, 1910, págs. 311, 318, 320 y 433. (3) G. Renshaw, Natural History Essays, 1904, pág. 4. CERCOPITHECID.E 2095 año siguiente la familia se componía ya de cerca de una docena de individuos. En 1875 había dos machos y seis hembras adultos y un número regular de jóvenes de diversas edades; en 1880, el número total de ejemplares se elevaba á veinticinco; en 1885 á unos sesenta, y en 1892 á cerca de un centenar. Después, á pesar de la protec- ción de la guarnición inglesa, este número empezó nuevamente á decrecer. En 1893, el general gobernador, Sir Lothian Bell, comu- nicaba al Dr. Sclater que en el Peñón existían unas sesenta monas y en Septiembre de 1895, habiendo solicitado yo nuevos informes, el coronel de ingenieros M. James Fellowes, especialmente encargadc de la protección de tan interesantes cuadrumanos, me escribió que quedaban de treinta á cuarenta. Cinco años después habían vuelto á multiplicarse, y según Sclater, que visitó el Peñón en Sep- tiembre de 1900, ascendían á más de ciento treinta, repartidos en bandos de quince á treinta individuos. Desgraciadamente, este aumento se tradujo de nuevo en el saqueo de algunos jardines, y fué preciso autorizar la caza (1). Esto, y el haber trasladado los caño- nes de las baterías bajas á la parte alta del Peñón, invadiendo el último refugio de las monas, ha reducido su número rápida y consi- derablemente. Las últimas noticias que acerca de ellas poseo datan de hace cerca de dos años, en cuya fecha, según tuvo la amabilidad de comunicarme Sir Frederick Evans, secretario de la Colonia, no había en Gibraltar más que once monas, siete adultas y cuatro jóve- nes. «Son tan mansas—me escribía dicho señor,—que frecuente- mente se las puede ver en la ciudad, comiendo de la mano de la gente en las calles. No están protegidas por la ley, pero el senti- miento público es opuesto á que se haga ningún daño á estos anima- les, que, por consiguiente, andan por donde quieren. » (1) Proceed. Zool. Soc. London, 1900, pág. 773. ESA bd 1 PA E A A AN A ION NO o 5 7 $ y a LA TS A A AYALA Orden RODENTIA Mamíferos euterios terrestres, unguiculados, con los dedos en número variable de tres á cinco y con los pulgares nunca oponibles; cráneo con las cavidadades orbitaria y temporal confundidas; dien- tes de tres clases á lo sumo, faltando siempre los caninos y con fre- cuencia los premolares; incisivos muy largos y estrechos, separados de los dientes molariftormes por un ancho diastema, y con la parti- cularidad de crecer de una pulpa persistente, es decir, de ser su crecimiento constante, estando su longitud limitada solamente por el roce entre los de arriba y los de abajo; clavículas generalmente presentes. Los roedores, como vulgarmente se les llama, son mamíferos de pequeño tamaño que constituyen un orden perfectamente natural, caracterizado principalmente por la ausencia de caninos y por la especialísima naturaleza de sus incisivos, dientes robustos, con la raíz enormemente larga y la corona cortada en forma de escoplo, y cubiertos única Óó principalmente de esmalte en su cara anterior, formando un borde cortante que la acción de roer los alimentos y substancias duras mantiene siempre afilado. Molares loftodontos ó bunodontos. En todo el orden se observa una marcada tendencia al monofiodontismo; los Muríde y otros grupos carecen en absoluto de dentadura de leche. Otra peculiaridad consiste en que la boca se cierra por detrás de los incisivos mediante prolongaciones velludas de los lados de la cara, que impiden la entrada de las substancias no alimenticias. Los roedores son uno de los grupos más antiguos de mamíferos euterios, encontrándose sus restos fósiles desde las primeras capas SIMPLICIDENTATA 2997 del terciario. Animales de rápida propagación y que fácilmente se ocultan, abundan en todas partes, llegando á veces á constituir mo- lestas plagas aun dentro de las poblaciones. Muchos de ellos tienen costumbres minadoras, mientras otros son arborícolas, y algunos están adaptados para la vida semiacuática Ó para una especie de vuelo imperfecto, en cuyo caso presentan amplias expansiones cu- , táneas, á manera de paracaídas, extendidas entre los miembros. Todos los roedores conocidos se distribuyen, atendiendo al nú- mero de incisivos, en dos subórdenes: Simplicidentata y Duplici- dentata, ambos representados en nuestra fauna. Clave de los subórdenes. a (Con == INCISIVOS a a teresa als ae alaialojele SIMPLICIDENTATA. E MCISIMO SA AS Le to ais DuPLICIDENTATA. , a”. Con Suborden SIMPLICIDENTATA Roedores con dos incisivos superiores y dos inferiores. Distribú- yense en veinte familias, de las que sólo tres existen en nuestra fauna, y de ellas una está representada por dos subfamilias. Clave de las familias y subfamilias. a. Con premolares, cola velluda. 29 el b. Premolares TE (1); cráneo con apófisis postorbitarias........ SCIURIDE. b'. Premolares Ena cráneo sin apófisis postorbitarias....... MUSCARDINIDE. a'. Sin premolares; cola poco velluda.........oooooooocrcrrorrnanaorcor ooo MURIDE. Cc. Molares con cúspides; cola larga; orejas grandes.....oooocoooo... Maurince. c'. Molares de corona plana, formados por prismas de esmalte; cola corta Ó mediana; orejasipequeñas... 0 asias baaa aleja > aleja aa ia Microtince. (1) Entiéndase que este carácter se refiere á los Sciuridee, tal como se hallan re- presentados en España; en África los hay con premolares. 228 RODENTIA Familia SCIURID4E Roedores con premolares; con los molares con raíces. y corona tuberculosa; con apófisis postorbitarias en el cráneo; con la cola, muy peluda; con cuatro dedos y un pulgar rudimentario en las ex- tremidades torácicas y cinco dedos en las abdominales, y con uñas orandes y ganchudas, excepto la del pulgar anterior, que es pequeña. Se dividen los Sciuridoe en dos subfamilias, Scinrince y Ptero- muynce, comprendiendo un gran número de géneros. Uno solo de éstos, perteneciente á la primera subfamilia, existe en nuestro país. Género SCIURUS Linné. Sciurus Linné, 1758. Heterosciurus Trouessart, 1885. Caracteres. —Pelaje del dorso más ó menos uniforme, sin rayas ni manchas. En muchas especies un mechón de pelo adorna las orejas durante el invierno. Cráneo ancho y muy plano en la región frontal; rostro corto; apófisis pS orandes. - e 2 =2. Se admite que Fórmula dentaria: > pm Tr A los dos premolares superiores son el pm? y el pm, y el único infe- rior el pm,. Pm* muy pequeño y sencillo, en forma de una simple clavija; pm'* y molares superiores más anchos que largos; molares inferiores casi cuadrados y con la corona deprimida en el centro (figura 60). Especie tipo.—Sciurus vulgaris, Linné, de Suecia. El género Sciurus, verdaderamente cosmopolita, contiene un crecido número de especies; en nuestra fauna, sin embargo, sólo existe una, aunque representada por varias formas locales. Es un hecho digno de atención el de no existir este género en las Baleares ni, lo.que es más singular, en Portugal; las ardillas que se encuen- tran cerca de Bellas (Extremadura portuguesa) descienden de ejem- plares importados hace solamente unos treinta años. P SCIURIDE 229 Clave de las subespecies. a. Cola sin zona blanca por debajo; parte interior de las piernas parda ó roja. b. Pelaje del dorso rojo, ó pardo espolvoreado de blanco rojiZO ......o.o.ooomo.o... S. vulgaris alpinus. b'. Pelaje del dorso pardo, á veces lavado de negruzco. S. vulgarís numantius. a'. Cola normalmente con una zona blanca por debajo; parte interior de las pier- nas blanca. c. Ancho cigomático, más de 33 mm.; longitud del pie posterior, más de 63 mm. S. vulgaris infuscatus. Ancho cigomático, menos de 35 mm.; longitud del pie posterior, menos de IMM as els ale S. vulgaris segurce. Cc. Sciurus vulgaris alpinus, F. Cuvier. Scíiurus alpinus F. Cuvier, Hist. Nat. des Mammiferes, lám. 237 (1821). Sciurus rufus Cabrera (no Kerr), Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., v (1905), pá- gina 225, Sciurus vulgaris alpinus Trouessart, Bullet. Mus. d* Hist. Nat., París (1906), pá- gina 363. NOMBRES VULGARES: Ardilla, en castellano; Paniquesa, en Aragón; Esquirol, en catalán; Katardia, en vascuence; Catapulchincha, en Navarra. Diagnosis.—Del mismo tamaño que las formas de S. vulgaris del norte y centro de Europa, y con el dorso rojo ó mezclado de pardo obscuro y blanco, y la cola ente- ramente castaña ó negra. Caracteres.—Orejas, como en to- das las subespecies de vulgaris, pro- vistas durante el invierno de largos mechones de pelo, que duran hasta muy entrada la primavera, y en las grandes alturas pueden conservarse aun durante el verano. La coloración puede ofrecer dos va- riantes ó fases muy distintas: una roja, que es la más frecueute, y otra parda, más rara. Trouessart parece considerarlas como pelajes de verano y de invierno, FiG. 60. respectivamente; pero la presente des- Series molares izquierdas, supe- e E rior (S) é inferior (I), de Scíurus cripción, hecha sobre ejemplares obte- vulgaris infuscatus. = 5, A de e A AR A o de S q ' ; A 230 RODENTIA nidos todos en invierno, demuestra que la diferencia no es de estación. En la fase roja, el color general de las partes superiores ofrece un tono intermedio entre rojizo-canela y avellana sucio, pasando en los pies á rojo de ocre, y en los lados del hocico, en la cara interna de los miembros y en la parte baja de los flancos, junto al vientre, á ante anaranjado. Cola castaña obscura; la base de los pelos gris, y muchos de ellos presentan la punta negra, ó bien un anillo negruz- co cerca de la base. Región ventral blanca hasta la cara interna de los muslos, pero sin que el blanco llegue á las piernas. En la tase parda las partes superiores aparecen á primera vista de un color tierra de sombra tostada, muy finamente espolvoreado de blanco rojizo, más rojo sobre el cuello y los hombros. Los pelos, mi- rados separadamente, tienen la punta negra y un ancho anillo sub- terminal blanco-crema ó color de ante asalmonado. Los pies conser- van el color rojo de ocre, pero lavado de negruzco, llegando á ser enteramente negro sobre los dedos; la cara interna de los miembros, los lados del pecho y del cuello, la parte inferior de las mejillas y los lados del hocico son también del color ante anaranjado propio de la fase roja, pero igualmente con una ligera sombra de negruzco. Pin- celes de las orejas negros. Partes inferiores blancas. Cola negra de azabache, con ligeros matices amarillentos en la raíz y en la línea media de su cara interior. El cráneo no ofrece ninguna particularidad digna de mención. Dimensiones de un macho adulto, de Espot (Lérida): cabeza y cuerpo, 240 mm.; cola, 205; oreja, 22; pie posterior, 58. Cráneo: longitud total, 53 mm.; longitud cóndilobasal, 47,5; an- cho cigomático, 32; ancho interorbitario, 16; estrechamiento postor- bitario, 18; diastema (entre los incisivos y premolares superiores), 12; mandíbula, 29,4; serie molar superior, 10; serie molar inte- FIOr 9.2: Distribución geográfica.—Distrito pirenaico y las grandes altu. ras de la parte oriental del distrito cantábrico, hasta los Picos de Europa (Espinama). Fuera de la Península, se extiende por la parte oriental de la vertiente francesa de los Pirineos, hacia el nordeste, hasta los Bajos Alpes. Localidad típica, Pirineos. Observaciones. —Esta subespecie fué descrita como especie por Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina XII SCIURUS VULGARIS INFUSCATUS Trigromía Suc. de E. Paez De 0 e ad a E E dd A E SCIURIDAE 931 Federico Cuvier sobre ejemplares de la fase parda. Cuando yo pu- bliqué Los Roedores de España, tampoco conocía más que esta coloración; pero posteriormente se han recibido en el Museo de Ma- drid ejemplares rojos no sólo de los Pirineos, sino de otros puntos de Cataluña y el Alto Aragón, y de los Picos de Europa, lo que no sólo ha permitido establecer mejor los límites de dispersión de esta ardilla, sino también ha demostrado que la fase roja es mucho más frecuente que la de cola negra. En las dimensiones, así externas como del cráneo, y en la forma de éste, no se observa diferencia ninguna entre los ejemplares pardos y los rojos. Estos últimos re- cuerdan por su coloración la forma fuscoater de la Europa central, pero cuando se ven las dos subespecies juntas, la de los Pirineos ofrece un color rojo más bajo y deslucido, y nunca presenta el matiz gris que fuscoater ofrece en los flancos durante el invierno. Esta falta de tonos grises y el ser más pálido el rojo del dorso, distinguen también á S. v. alpinus del S. v. russus del norte de Francia. La ardilla de los Pirineos se encuentra en los bosques de hayas y de abetos. Trutat, que consideraba las fases roja y parda como es- pecies distintas, creía que la primera era exclusivamente peculiar de los hayedos y la segunda de los abetales; pero esta diferencia no se observa siempre, al menos en los Pirineos españoles. Los ejempla- res de cola negra que yo he visto, de Espot, procedían precisamen- te de una región donde predominan las hayas. Sciurus vulgaris numantius Miller. Sciurus vulgaris Seoane (no Linné), Fauna Mastol. de Galicia (1861), pág. 252. Sciurus sp? Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., v (1905), pág. 226. Sciurus vulgaris numantius Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 428. NOMBRES VULGARES: Ardilla, en castellano. Diagnosis.—De mayor tamaño que $. v. alpinus, pero no tan grande como $. v. infuscatus; pelaje pardo, á veces lavado de ne- eruzco, y cola castaña ó negra. Caracteres.—Color de las partes superiores pardo obscuro, in- termedio entre pardo de brécol y pardo madera, débilmente lavado de alazán á lo largo del espinazo. Hocico y parte anterior de la cara, de un ante ocráceo obscuro, casi color de arcilla; mejillas, color 232 RODENTIA paño. Lados del cuello algo más pálidos que el dorso. Los mechones de las orejas pardinegros. Parte interna de las piernas, así como una línea mal definida que limita inferiormente el color de los flancos, de color de avellana claro; los pies lo mismo, pero más pálidos. Vientre, pecho y garganta blancos, pasando á color paño sucio de- bajo de la mandíbula. Cola roja castaña, bastante obscura, con una línea central más pálida, mal definida, á lo largo de su cara inferior; los pelos tienen la parte próxima á la raíz de un tinte gris sucio, con dos anillos de color paño. Como la forma alpinus, presenta ésta una fase más obscura, en la que las partes superiores están más ó menos lavadas de negruzco y la cola es de un negro azulado. El cráneo es como el de a/pínus, pero algo más grande. Dimensiones de un macho adulto de Valdemoro-Sierra (Cuenca): cabeza y cuerpo, 250 mm.; cola, 185; oreja, 35; pie posterior, 60. Cráneo: longitud total, 55 mm.; longitud cóndilobasal, 49,8; an- cho cigomático, 32,8; ancho interorbitario, 19,3; estrechamiento postorbitario, 17; diastema, 12,7; mandíbula, 33,8; serie molar su- perior, 10,8; serie molar interior, 10. Distribución geográfica. —Distrito cantábrico y parte norte del distrito central, bajando por entre éste y el Mediterráneo hacia el sur, hasta la Serranía de Cuenca. Localidad típica, Quintanar de la Sierra (Burgos). Fuera de España se extiende por el suroeste de Francia (Landas, Gascuña). Observaciones. —Esta subespecie, que es la ardilla común de casi toda la mitad norte de España, se distingue muy fácilmente del S. v. alpinus por su tamaño mayor y su color más sombrío. En las provincias de Santander y Vascongadas se encuentran ambas sub- especies, aunque, según parece, alpinus sólo en las grandes alturas y numantíus en localidades más bajas. Sería interesante averiguar si existen las dos en un mismo punto, pues en tal caso, no pudiendo considerárselas ya como formas geográficas de una misma especie, numantius habría de ser separado específicamente de S. vulgaris, juntamente con ¿nfuscatus y segurce, que son formas más afines á aquél que á éste. Según los datos que acerca de esta ardilla he podido obtener, vive con preferencia en los grandes bosques de pinos. SCIURIDE 233 Sciurus vulgaris infuscatus (Cabrera). (Lám. XID. Sciurus vulgarís Graells (no Linné), Mem. Trab. Comis. Mapa Geol. (1852), pá- gina 74. Sciurus infuscatus Cabrera, Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat., v (1905), pág. 227. Sciurus bceticus Cabrera, 1. c. (1905), pág. 228. Sciurus vulgaris boeticus Cabrera, Asoc. Esp. Progr. Cienc., Congreso de Zara- goza (1910), pág. 265. Sciurus vulgaris infuscatus Trouessart, Mammif. d Eur. (1910), pág. 121. NOMBRE VULGAR: Ardilla, en castellano. Diagnosis.—Una ardilla de gran tamaño, con una ancha zona blanca en la cara ventral de la cola. Caracteres. —Partes superiores de un hermoso color castaño obscuro, lavado de negruzco en el lomo y encima de la cabeza, lle- gando á ser estas partes, en los ejemplares muy adultos, de un negro brillante. Lados de la cara de un matiz entre rojizo y color de arci- lla, bastante claro. Los mechones de las orejas son de un castaño sucio, que hacia la punta pasa á negro. Extremidades avellana, tirando á ferruginoso, con algo de blanco en el borde de los dedos. Labio inferior, garganta, pecho y vientre blancos, lo mismo que la cara interna de los brazos y de los muslos y piernas hasta junto al pie. La cola es de un color rojizo naranja obscuro, con alguno que otro pelo blanco por encima en casi todos los ejemplares; por deba- jo, estos pelos ocupan normalmente la línea media por completo, tor- mando una zona longitudinal blanca, de anchura variable. En el verano, el color del dorso es más rojo que en invierno, aunque siempre muy obscuro. No se conoce fase con la cola negra. El cráneo es más grande que el del S. v. numantíus, y además presenta las series de molares un poquito más convexas y la región facial más corta en proporción á su anchura. Dimensiones de una hembra adulta, de La Granja: cabeza y cuer- po, 250,6 mm.; cola, 220; oreja, 33; pie posterior, 66. Cráneo: longitud total, 59,8; longitud cóndilobasal, 55,0; ancho cigomático, 36,4; ancho interorbitario, 20; estrechamiento post- orbitario, 19; diastema, 13,8; mandíbula, 37,6; serie molar superior, 11,5; serie molar inferior, 11. e A A e O A O ds ed É : ,- ' po E O e 234 RODENTIA Distribución geográfica.—Montes del distrito central y parte norte del bético hasta Sierra Morena: Madrid, Soria, Ávila, Toledo, Sierra de la Alcudia, Sevilla (Alanís). Localidad típica, las Navas del Marqués. Observaciones. —El gran tamaño de esta ardilla, juntamente con la diferente extensión del blanco de sus partes inferiores y la zona blanca de debajo de la cola, me hicieron considerarla hasta ahora como una especie distinta de S. vulgaris; pero recientemente he visto, y aun he obtenido por mí mismo, en los límites de su área de dispersión, ejemplares en los que estos caracteres están menos marcados, indicando cierta tendencia hacia S. v. numantius ó hacia S. v. segurce, según los casos. En los montes que se extienden entre Robledo de Chavela y el Alberche, por ejemplo, he obtenido ardillas que, por su tamaño y por la extensión del blanco hasta la parte interior de los tobillos, pertenecen indudablemente á esta for- ma, y que, sin embargo, tienen el lomo menos negro y la cola menos roja, con la zona blanca muy reducida y ann completamente nula. Lo mismo ocurre con las ardillas de Sierra Morena, y el ofrecer estas particularidades el primer ejemplar que de estas sierras vi, el cual se conserva en la Universidad de Sevilla, me indujo á creer que se trataba de otro Scíurus diferente, al que di el nombre de beticus. En todos los puntos elevados del centro de la Península donde hay grandes pinares abunda mucho el S. v. infuscatus. Como en dichos puntos suele haber cotos de caza y en ellos, por consiguiente, se hace guerra á las alimañas de toda especie, el número de sus enemigos es bastante reducido, y el hombre rara vez la persigue, á pesar de que su carne es exquisita. Sciurus vulgaris seguree Miller. Sciurus vulgaris seguro Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 11 (1909), pá- gina 418. Diagnosis. —Parecido á S. v. infuscatus, pero el lomo menos negruzco, la cola menos roja y con menos blanco por debajo, y las mejillas de un gris claro que apenas contrasta con el blanco de la garganta. Cráneo y pie más pequeños que en infuscatus. Caracteres. —Partes superiores de un color pardo Marte obscuro, MUSCARDINIDE 235 que resulta de una mezcla de pardo madera y negruzco; este último matiz domina en la grupa y los costados, sin ser, no obstante, tan intenso como en infuscatus. Hocico y mejillas de un gris-paño sucio, bastante claro, que gradualmente pasa al blanco de la garganta. Extremidades ferruginosas. Partes inferiores, incluyendo la cara interna de las piernas, blancas. Cola negruzca, lavada de rojizo y salpicada de pelillos blancos, más numerosos á lo largo de la línea media de la cara inferior, donde suelen formar una zona blanca, que nunca está tan bien definida como en ¿nfuscatus, y algunas veces falta por completo. : Cráneo como en ¿nfuscatus, pero algo más pequeño. Dimensiones de un topotipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 230 milímetros; cola, 198; oreja, 30; pie posterior, 62. Cráneo: longitud total, 56 mm.; longitud cóndilobasal, 51; ancho cigomático, 33; ancho interorbitario, 18,8; estrechamiento postorbi- tario, 18; diastema, 12,5; mandíbula, 35,2; serie molar supe- rior, 10,2; serie molar inferior, 10. Distribución geográfica.—La Sierra de Segura y sus ramifica- ciones. Localidad típica, Molinicos (Albacete). Observaciones.—La ardilla del sudeste de la Península tiene más relación con la subespecie infuscatus que con cualquier otra, sobre todo con aquellos ejemplares de Sierra Morena á que antes me he referido; se distingue, sin embargo, muy bien por el matiz negruzco de su cola y el color gris claro, en vez de rojizo, de los lados de la cara, aparte de su tamaño más reducido. Familia MUSCARDINIDE Roedores con premolares, con los molares con raíces y la corona dividida por repliegues transversales de esmalte; sin apófisis post- orbitarias en el cráneo; con la cola velluda; con cuatro dedos y un pulgar rudimentario en las extremidades anteriores y cinco dedos en las posteriores, y con las uñas medianas y encorvadas. En esta familia hay siete géneros, de los cuales tenemos dos en la Península. PE O A AN El A SS A E OS a 1 236 RODENTIA Clave de los géneros. a. Molares con la corona cóncava; cola con pelo corto en su primera mitad y lar- go hacia la punta, Tormando pace is ai Eliomys. a'. Molares con la corona plana; cola con pelo largo en toda su extensión.. Glís. Género ELIOMYS Wagner. Mus Linné, 1766 (parte). Myo.xus Schreber, 1780 (parte). Sciurus Erxieben, 1775 (parte, no Linné). Glis Oken, 1816 (parte, no Brisson). Eliomys Wagner, 1843. Graphiurus Giebel, 1855 (parte, no F. Cuvier). Muscardinus Murray, 1866 (parte, no Kaup). Bifa Lataste, 1885. Claviglis Jentink, 1885. Caracteres. —Orejas grandes y ovaladas; cola revestida de pelo muy corto en su primera mitad, y con pelo largo, formando un $ 1 grueso pincel, hacia la punta. Cráneo con la caja cerebral tan ancha en su parte posterior como en el punto de inserción de los cigomáticos. . a E 1-1 3-3 Fórmula dentaria: í ¡1 PM) M3 =D. Molares con la corona bastante cóncava; pm in- ferior casi tan grande como el m, (fig. 61). Especie tipo.— Eliomys melanurus Wag- ner, de Palestina. FiG. 61. NS e El presente género comprende un corto nú- quierdas, superior (S) mero de especies, tres de las cuales existen en é inferior (1), de Elio- mys querciínus. =< 5. nuestra fauna. Clave de las especies. a. Longitud cóndilobasal del cráneo, menor de 36 mm.; cola enteramente blanca por debajo. b. Cola con la porción negra ocupando casi toda la mitad terminal de su cara Y 0] A A A A A o oi E. quercinus. b'. Cola con la porción negra reducida á una estrecha lista á lo largo de la mitad terminal de Sí cata Superior... esa aleta ele le alado E. gymnesicus. a'. Longitud cóndilobasal del cráneo, mayor de 36 mm.; cola blanca por debajo, pero normalmente con un espacio negro hacia su tercio medio. E. lusitanicus. .S rs E e O A EE E e a? A O A A E US > ce É ' MUSCARDINIDA: 237 Eliomys quercinus (Linné). 3 s Mus quercinus Linné, Syst. Nat., 12.? ed. (1766), 1, pág. 84. Sciurus quercinus Erxleben, Syst. Regn. Anim. (1777), pág. 432. p Myoxus nitela Schreber, Sáugeth., 1v (1782), lám. ccxxv1, pág. 833. . Glis quercinus Oken, Lehrb. Naturgesch. (1816), pág. 868. B Myo.xus querciínus Hartig, Beitr. Naturgesch. (1818), pág. 85. E Eliomys quercinus Reuvens, Die Myoxidee (1890), pág. 26, láms. 1, fig. 2, y m, fig. 1. M Eliomys mumbyanus Barrett-Hamilton (no Pomel), Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, 1 (1899), pág. 227. Elyomis hortualis Cabrera, Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat., 1v (1904), pág. 183. E Elyomis Hamiltoni Cabrera, Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat., vu (1907), pág. 226. ; NOMBRES VULGARES: Lirón, Rata colilla, Rata colina, en castellano; Rata sellar- 4 da, Rata del plumall, en valenciano; Lumisarra, Mincharroa, Basakua, en > vascuence; Rato da serra, Rato dos pomares; en portugués. y Diagnosis.—Pelaje del dorso entre cervuno y pardo madera; : 2 cola enteramente blanca por debajo, negra por encima en su segun- 3 da mitad. a Caracteres.—Color de las partes superiores entre cervuno y zx pardo madera, palideciendo un poco sobre la cabeza hasta pasar en E medio de la cara á un bonito color rojizo de canela. Las mejillas, el cn ingluvio, la parte inferior del cueilo, el pecho, el vientre, los cuatro : pies, los antebrazos y las partes anterior é interna de los muslos, Ss blancos. El color del dorso está bruscamente separado del blanco E. del vientre, y sobre el brazo se extiende formando una punta, en E la cual, y en la parte baja del muslo, suele pasar á negruzco. A A cada lado de la cara, el ojo está rodeado por una mancha negra, A . r que por delante se prolonga hasta cerca de la base del bigote, : y por detrás, formando una ancha faja, pasa por debajo de la oreja “5 y llega casi hasta el hombro, para volver después por encima de la 3 misma oreja, si bien queda separada de ésta por dos manchas blan- 3 cas que hay delante y detrás de su base. Los bigotes están im- ; plantados en una manchita negra que hay á cada lado del hocico, 3 separada de la mancha oculi-auricular por un estrecho espacio gris. Ñ La cola, gruesa y muy poblada en su segunda mitad, es por encima ¿ del color del dorso en la parte próxima al cuerpo, y luego negra; a por debajo es blanca, y este color sube bastante por los lados, for- A mando á veces un estrecho borde alrededor de lo negro, y ocupando buena parte de la punta (fig. 62). NR A AA y 238 RODENTIA Lo mismo en el dorso que en las partes inferiores, los pelos son junto á su raíz de un gris de pizarra; solamente en los pies, y debajo de la cola, son blancos por completo. Dentro de esta coloración, obsérvanse en la especie ligeras varia- ciones, debidas á la edad ó á circunstancias externas. El color de las partes superiores es en los individuos jóve- nes gris pálido, mientras en los muy viejos se hace más rojo. Muchos ejemplares adultos tie- nen los flancos algo más claros y más grises que el lomo, acaso como resto de su pelaje juvenil. En los de las localidades donde abundan las cu- pulíteras y coníferas, las partes inferiores ofre- cen cierto ligero matiz amarillento, que muy pro- bablemente será debido al régimen alimenticio. El cráneo de E. quercinus es muy diferente /l A de la figura que, pretendiendo representarlo, ha BEN publicado C. L. Reuvens en su trabajo Dye UN Myoxide oder Schlaefer, lám. 1. La parte Í | Ñ posterior de los trontales no es realmente trian- / | Ñ gular, como en dicha figura aparece, sino casi cuadrada; los bordes de los agujeros auditivos no sobresalen tanto, y el borde alveolar maxi- lar es siempre más recto. Dimensiones de un macho adulto, de Cerce- dilla (Madrid): cabeza y cuerpo, 122 mm.; cola, E 103; oreja, 24; pie posterior, 28. ora IS Cráneo: longitud total, 35,2 mm.; longitud sus caras superior cóndilobasal, 31,5; ancho cigomático, 20; ancho (S) é inferior (1. . E : . 7 interorbitario, 4,8; ancho de la caja cerebral, 16; diastema, 8,2: mandíbula, 18; serie molar su- perior, 5,4; serie molar inferior, 4,8. Distribución geográfica. —Distritos pirenaico, cantábrico, cen- tral, lusitano, mediterráneo y orospedano. El río Guadiana y la pro- vincia de Murcia en España, y el Tajo en Portugal, parecen consti- tuir los límites meridionales de su área de dispersión. Fuera de la Península se le encuentra en toda la Europa central. Localidad típi- ca, la Suiza alemana. ¿on OS O o AO NN A AS MUSCARDINIDA 92939 Observaciones.—El lirón común es muy frecuente en todos los montes, especialmente en los de encinas y hayas, así como en los huertos de frutales. Donde hay grandes árboles suele anidar en los agujeros de los troncos añosos; pero donde la vegetación es baja y achaparrada, prefiere las oquedades formadas por las grandes lan- chas y amontonamientos de piedras, sobre todo cuando entre ellas brota el enebro, cuyo follaje oculta la entrada de sus escondrijos. En nuestro país, por lo menos en las provincias del centro, pasa el invierno metido en éstos, encontrándose á veces seis ó siete indivi- duos juntos, pero no llegan á aletargarse por completo. Eliomys gymnesicus Thomas. Myoxus nitela Barceló (no Schreber), An. Soc. Esp. Hist. Nat., 1v (1875), pá- gina 55. Eliomys quercinúus Thomas (no Linn.), Proceed. Zool. Soc. Lond., (1901), pá- gina 41. Eliomys gymnesicus Thomas, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, x1 (1903), pági- na 494. NOMBRES VULGARES: Rata sarda, Rata ceyarda, Rata uyada, en mallorquín. Diagnosis. —Muy parecido á E. quercinus, pero con la porción negra de la cola reducida á una lista estrecha. Caracteres. —En general como la especie anterior, pero el color de las partes superiores es más rojizo en el dorso y pasa á gris en los flancos. Las manchas de la cabeza dispuestas en la misma forma. La cola es, en su segunda mitad, blanca, con sólo una línea longitu- dinal negra en su parte superior. Los individuos jóvenes tienen el pelaje más pálido que los adultos. Cráneo como en £. quercinus. Dimensiones de un macho adulto de Menorca: cabeza y cuerpo, 128 mm.; cola, 102; oreja, 22; pie posterior, 26. Cráneo: longitud total, 34 mm.; longitud cóndilobasal, 31,8; ancho cigomático, 21; ancho interorbitario, 4,5; ancho de la caja cere- bral, 15; diastema, 7,6; mandíbula, 16,8; serie molar superior, 5,8; serie molar inferior, 5,6. Distribución geográfica.—Islas Baleares, excepto Ibiza. Loca- lidad típica, San Cristobal (Menorca). Observaciones.—Esta especie me parece muy dudosa. El único 17 240 RODENTIA ejemplar que yo he visto sólo difiere de £. guercinus en lo estre- cho de la porción negra de la cola, carácter al que Thomas parece conceder cierta importancia, y que, en efecto, la tiene si es cons- tante; mas es el caso que Miller, que ha examinado cinco ejempla- res, entre ellos el tipo, asegura que las manchas de la cola son «exac- tamente como en E. quercinus», y que la única diferencia aprecia- ble está en el tamaño de las orejas, que en este último miden de 23 á 25 mm., y en gymnesicus sólo de 20 á 22. Por mi parte, debo decir que en una treintena de quercinus he hallado seis con la oreja de 22 mm., uno (del Pardo, en mi colección), en que mide 21,5, y otro (de Cercedilla, en el Museo de Ciencias naturales), en que tiene solamente 21. Sin embargo, entretanto que me sea dado examinar mejor material balear, no tengo reparo en admitir una especie que aceptan los dos mamalogistas más eminentes de nues- tros días. Eliomys lusitanicus (Reuvens). Myoxus nitela Machado (no Schreber), Cat. Mam. Andal. (1869), pág. 27. Eliomys nitela, var. lusitanica Reuvens, Die Myoxide (1890), pág. 28, nota. Myoxus nitela, var. Amorí Graells, Mem. Real Acad. Cien., xvu (1897), pági- na 481, lám. xvn. Eliomys Amorí Thomas, Proc. Zool. Soc. London (1901), pág. 41, nota. Eliomys lusitanicus Cabrera, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1, (1908), pági- na 189. NOMBRES VULGARES: Lirón, Ratón careto, en Andalucía; Rato dos pomares, en portugués. Diagnosis.—Una especie de gran tamaño y color obscuro, con la parte negra de la cola rodeando por completo el segundo tercio de la misma. Caracteres. —Partes superiores de un color rojizo de nogal que contrasta vivamente con el blanco níveo de la región ventral. La raíz de los pelos, pizarra. El blanco se halla distribuído como en las otras especies, salvo que detrás de los miembros anteriores se ex- tiende algo más hacia arriba. Las manchas de la cara muy negras, dispuestas como en quercinus, aunque á veces no rodean los ojos por completo, apareciendo como cortadas en la parte de abajo. La cola, en su primer tercio, como el lomo por encima y blanca por debajo; luego negra, tanto arriba como abajo y en la punta blanca. Se encuentran algunos ejemplares, aunque raros, con toda la cara MUSCARDINIDE 241 inferior de la cola blanca; pero lo ordinario es que el segundo tercio sea negro, lo mismo que por encima, ó al menos mezclado de pelos negros y blancos (tig. 63). Los individuos jóvenes presentan casi la misma coloración que sus padres. Cráneo semejante en la forma á los de las otras especies,ipero mayor, muy largo con relación á su anchura, y con las series de molares ligeramente convexas y los globos auditivos más prolon- gados. Dimensiones de un macho adulto, de Don Benito (Badajoz): cabeza y cuerpo, 169 mm.; cola, 125; oreja, 26,5; pie posterior, 32. Cráneo: longitud total, 37,8 milí- metros; longitud basal, 32,4; ancho cigomático, 21; ancho interorbita- rio, 5,4; ancho de la caja cerebral, 17,4; diastema, 8; mandíbula, 18,9: serie molar superior, 6,1; serie mo- lar inferior, 6. Distribución geográfica.—Dis- trito bético, desde.el Tajo en Portugal y el Guadiana en Es- paña, hasta las costas meridionales de la Península. Localidad típica, Lisboa. Observaciones.—El bonito color rojizo de nogal de las partes supe- riores y el espacio negro que ordi- nariamente interrumpe lo blanco de debajo de la cola, bastan á distin- guir esta especie de las otras. Aun FiG. 63. Colas de Eliomys lusitanicus, vistas por sus caras superior (S) é inferior (1, 1). > ?/a. en los ejemplares que tienen toda la cara inferior de la cola blanca, que son raros, lo negro de encima baja mucho por los lados, mos- trando su tendencia á rodear el apéndice. Según Machado, el lirón de Andalucía suele vivir en los olivares. 242 RODENTIA Género GLIS Blumenbach. Sciurus Linné, 1766 (parte, no 1758). Glis Blumenbach, 1779. Myoxus Zimmermann, 1780. Caracteres. —Orejas medianas y redondeadas. Cola poblada de pelo largo y dístico en toda su extensión. Mamas, 2.2—4.4. Cráneo con la caja cerebral un poco estrechada hacia atrás y el borde alveolar maxilar separado posteriormente de la porción vertical del palatino por una profunda escotadura. : : Al A e) Fórmula dentaria: ¿—>, pm-,——,m=——=20. Molares con la corona casi E isranicate bla y intenos mucho más-pequeño que el ,m,. Especie tipo. — Glis esculentus Blumenbach,= Sciurus glis Linné. Se ha descrito un corto número de especies de este género, pro- pias de Europa y del Asia occidental, que probablemente no serán sino formas locales de una especie única. Sólo una de ellas existe en nuestra fauna. Glis glis pyrenaicus Cabrera. Myoxus glis Seoane (no Linné), Faun. Mastol. de Galicia (1861-63), pág. 265. Glis glis pyrenaicus Cabrera, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 193, NOMBRES VULGARES: Lirón, en castellano; Leirón y Rato, en gallego; Rata durmi- dora, en catalán. Diagnosis.—Parecido á la forma típica del Glís gliís de la Eu- ropa central, en todos los caracteres esenciales, pero fácil de dis- tinguir por el gran tamaño de su cráneo y el matiz ante de su pelaje. Caracteres. —Partes superiores de un gris claro lavado de ante, siendo los pelos grises con la punta de color ante ocráceo. En el dorso hay muchos pelos negros con un lustre metálico muy brillan- te. Partes inferiores blancas, separadas del color del lomo y flancos por una línea estrecha y borrosa de color ante ocráceo, que va des- de la mejilla hasta el arranque del muslo. Cola de un pardo de bré- col obscuro y lustroso, con una línea blanquecina mal definida á lo largo de su cara inferior. Las orejas y una mancha que rodea el ojo, MURIDE 9243 pardas. Los cuatro pies, blancos; en los posteriores, una mancha parda cruza los metatarsos. El cráneo no ofrece ninguna particularidad, á no ser sus dimen- siones, mayores que las del G. glís típico. Dimensiones del tipo, hembra adulta: cabeza y cuerpo, 169 milí- metros; cola, 137; oreja, 16; pie posterior, 28. Cráneo: longitud total, 41,5 mm.; longitud basal, 36; ancho cigo- mático, 24; ancho interorbitario, 5,5; ancho de la caja cerebral, 18; diastema, 10; mandíbula, 25; serie molar superior, 7,5; serie molar inferior, 8. Distribución geográfica.—Distritos pirenaico y cantábrico, en las regiones montañosas. Localidad típica, Allo (Navarra). Observaciones.—Como otros mamíferos pirenaicos, es probable que éste descienda hacia el sur á lo largo de las montañas de Bur- gos, pero ni existe en la provincia de Madrid, como asegura Cazu- rro, que consideró equivocadamente como G. glís un Eliomys quer- cíinus joven que aún conservaba su pelaje gris, ni en Andalucía, como pretenden Machado y Martínez Reguera. También Irby (1) in- cluye el «Myoxus» glís entre los animales observados por él en Andalucía, pero este dato me merece muy poca confianza, sobre todo al ver que el mismo autor cita á continuación el Muscardinus avellanaríus, especie que jamás ha sido encontrada en España. Familia MURID ZE Roedores sin premolares, y sin apófisis postorbitarias en el crá- neo; la cola muy poco velluda, de modo que con frecuencia se ve á través del pelo la piel, cubierta de escamillas dispuestas en anillos; cuatro dedos y un rudimento de pulgar en las extremidades anterio- res, y cinco dedos en las posteriores. Comprende esta familia unos cincuenta géneros, distribuidos en- tre diez subfamilias, dos de las cuales se hallan representadas en nuestra fauna. (1) The Ornithology of the Straits of Gibraltar, 1895, pág. 25. 944 RODENTIA Subfamilia Murinee. Muridce con los molares provistos de raíces y con corona tu- berculosa; en los superiores, los tubérculos ó cúspides se hallan dis- puestos en tres filas longitudinales, y á la vez distribuídos en va- rias láminas ó grupos transversales. Orejas, por lo general grandes y bien descubiertas. Cola más bien larga que corta, y casi entera- mente desnuda. En la fauna ibérica están representados tres géneros de esta sub- familia. : Clave de los géneros. a. My m? con dos tubérculos internos. b. Planta del pie posterior con el tubérculo tarsiano interno muy alargado (1); corona del mi poco más larga que la del 11? ............o.oocotoo... Epimys. b'. Planta del pie posterior con el tubérculo tarsiano interno redondeado; coro- na del mi tan larga, por lo menos, como las del rr? y rm? juntas....... Mus, a MENTE Con tres tubérculos internos k+. uml tdo ao alejateto le slase els Apodemus. Género EPIMYS Trouessart. Mus Linné, 1758 (parte). Musculus Rafinesque, 1814 (parte). Acanthomys Lesson, 1842 (parte). Rattus Fitzinger, 1867 (no Donovan). Epimys Trouessart, 1881. Caracteres.—Ojos y orejas grandes; el rudimento de pulgar de las extremidades torácicas con una uña corta y plana; cola muy lar- ga y casi desnuda; las plantas de los pies posteriores, en las espe- cies europeas, con el tubérculo tarsiano interno grande y alargado (fig. 64, A). Mamas: 2.2 ó 3.3—3.3. Fórmula dentaria: i > m = = 16. Incisivos estrechos, con la cara anterior lisa; m' y m? con sólo dos cúspides en su borde inter- no, á consecuencia de que la última lámina ó grupo de tubérculos (1) Este carácter se refiere sólo á las especies europeas y á algunas exóticas, pero no es genérico. MURIDAE 945 nunca pasa más adentro de la línea media de la corona; el m' tiene la corona un poco más larga que el m?, y su cúspide anterior interna se halla situada próximamente al nivel de la anterior externa; el m' un poco más pequeño que el m* (fig. 65, A). Especie tipo.—Mus rattus Limné. El género Epimys se halla distribuído por todo el Antiguo Mun- do, á excepción de Madagascar y las regiones árticas, y cuenta con un gran número de especies. En nuestra fauna existen dos, una de ellas representada por dos formas diferentes. Clave de las especies y subespecies. a. Cola más larga que la cabeza y el cuerpo juntos; la oreja, si se la echa hacia delante, llega al ojo. DA rPelajenescazcolo cenicienta osas eos acia a ja E. rattus. be Pelaje leonado ó pardo claros. monaco loa ojete E. rattus frugivorus. a'. Cola más corta que la cabeza y el cuerpo juntos; la oreja, echada hacia delan- EMO CRIA LO osorno va roo gar Ano Locos Eon opor orodo Bone E. norvegicus. Epimys rattus (Linné). Mus rattus Linné, Syst. Nat., ed. 10. (1758), pág. 61. Mus latipes Bennett, Proc. Zool. Soc. Lond. (1833), pág. 89. Mus tectorum, var. fuliginosus Bonaparte, Iconogr. Faun. Ital., 1, fasc. 3 (1833), lám., fig. 1. Mus insularis Waterhouse, Zool. Voy. H. M. S. «Beagle», Mammalia (1839), pá- gina 35. , Mus subccerulens Lesson, Nouv. Tabl. Régn. Anim. (1842), pág. 138. Rattus domesticus Fitzinger, Sitzunber. Math.-Naturw. Cl. Kais. Akad. Wis- sensch. Wien, Lv1, 2 (1867), pág. 64. Rattus domesticus fuscus; R. d. varius; R. d. fulvaster; R. d. albus; R. d. ater Fitzinger, 1. c. (1867), págs. 64 y 65. Mus alexandrino-rattus Fatio, Rev. Suiss. Zool., x (1902), pág. 402. Mus rattus ater Millais, Zoologist, Ser. 4, 1x (1905), pág. 205. Epimys rattus Satunin, Mitth. Kauk. Mus., rv (1908), pág. 112. Mus (Epimys) rattus; M. (E.) r. ater Trouessart. Faun. Mammif. d' Europe (1910), pág. 143. NOMBRES VULGARES: Rata, Rata negra, en castellano; Rato, en gallego; Arratoía, en vascuence; Rato preto, en portugués. Diagnosis.—Una rata con la cola más larga que la cabeza y el cuerpo, las orejas grandes y el pelaje negruzco. Caracteres.—Cabeza estrecha y alargada; orejas grandes, alcan- zando hasta los ojos si se echan hacia delante. Cola de 10 á 45 mm. A 946 RODENTIA más larga que la cabeza y el cuerpo juntos, y revestida de pelos muy cortos que dejan casi por completo desnuda la escamosa piel. Color de las partes superiores negro sucio, tirando generalmente á ceniciento, ú ofreciendo á veces matices azulados ó pardos. Los labios, la garganta y todas las partes interiores, incluyendo los pies, de un color de ceniza muy pálido, á veces casi blanco. En- cima de los tarsos, el color tira casi siempre á pardo de brécol. Todo el pelo es muy lustroso, y junto á la base de la cola suele ofrecer reflejos metálicos verdo- sos. Las orejas negruzcas, lava- das de color de carne, y lo mis- mo la cola. Se encuentran ejem- plares píos y albinos. Cráneo con la caja cerebral, cuando se mira por encima, es- trecha y piriforme; los arcos Pies posteriores de Epimys rattus (A) y Mus musculus brevirostris (B), vistos cigomáticos ligeramente cónca- por la planta para mostrar la diferente yos. Los frontales tienen el bor- forma del tubérculo tarsiano interno (£). q 1 Hee de posterior recto, formando en- tre los dos una sutura frontopa- rietal en ángulo muy obtuso, y á cada lado presentan una cresta supraorbitaria muy saliente. Dimensiones de un macho adulto, de Madrid: cabeza y cuerpo, 183 mm.; cola, 200; oreja, 24; pie posterior, 34,5. Cráneo: longitud total, 42; longitud cóndilobasal, 37,6; ancho ci- gomático, 20; ancho interorbitario, 5,8; diastema, 90; mandíbu- la, 24; molar superior, 6,8; serie molar inferior, 6,4. Distribución geográfica. —Norte y centro de la Península, aun- que muy raro en todas partes, pudiendo considerársele extinguido, salvo en Galicia y en el distrito cantábrico. En las Baleares no exis- te, pero es difícil averiguar si no ha existido nunca ó si, como es verosímil, ha sido exterminado por su rival, el Epimys norvegicus, como en otros puntos ha ocurrido. FiG. 64. MURIDE 947 Fuera de la Península, el E. ratftus típico se encuentra en toda la Europa continental, en las Islas Británicas y en gran parte de África y Asia, habiendo sido importado también en América. Donde falta, está representado por diferentes subespecies. Localidad típica, Upsala (Suecia). Observaciones.—La rata negra no parece haber sido nunca abundante en España, y en las provincias del mediodía tal vez no ha existido jamás. Según Seabra, es también «pouco vulgar em Portugal». Probablemente, se trata de una forma importada, pero faltan datos fidedignos sobre la época de su importación. Expulsada de las poblaciones por el E. norvegicus, sólo se encuentra ya en los campos, donde vive principalmente de frutos. En Galicia hace grandes destrozos en los nogales. Epimys rattus frugivorus (Rafinesque). Musculus frugivorus Rafinesque, Préc. Découv. Somiol. (1814), pág. 13. Mus tectorum Savi, Nov. Giorn. Letter. de Pisa, x (1825), pág. 74. Myoxus siculo Lesson, Man. de Mamm. (1827), pág. 274. Mus sylvestris Pictet, Mém. Soc. Phys. Hist. Nat. Géneve, 1x (1841), pág. 153. Mus leucogaster Pictet, 1. c. (1841), pág. 154. Mus nemoralís Sélys, Atti. Sec. Riun. Scienz. Ital., 1840 (1841), pág. 247. Mus Pictetí Schinz, Synops. Mamm., 1 (1845), pág. 142. Mus alexandrinus Blasius (no Geoffroy), Sáug. Deutschl. (1857), pág. 316. Mus rattus alexandrinus De Vlsle (parte, no Geoffroy), Ann. Scienc. Nat., 1v (1865), pág. 173. Mus (Epimys) rattus alexandrinus Trouessart (no Geoffroy), Faune Mammif. d Eur. (1910), pág. 144. Mus rattus tectorum Bonhote, Proceed. Zool. Soc. Lond., 1909 (1910), pág. 79. NOMBRES VULGARES: Rota, Rata de campo, en castellano; Rato, Ratazana, en portugués. Diagnosis.—Como E. rattus, pero de color leonado ó pardo con las partes inferiores blancas. Caracteres.—Orejas, cola, etc., como en la forma típica. Color de las partes superiores pardo claro ó leonado, pasando por todos los matices de estos colores, desde el bistre al ocre leonado, y gene- ralmente con bastantes pelos negros hacia la parte posterior del lomo. Labios y partes inferiores de un blanco amarillento; los pelos de este color hasta la raíz, mientras los de las partes supe- riores tienen la base de un gris pizarra, color que con frecuencia se 948 RODENTIA ve un poco en los flancos, formando una línea mal definida entre las partes leonadas y las partes blancas. Pies blancos, á veces algo lavados de pardo por encima. Los escasos pelillos de la cola, Negruzcos. . Cráneo como el del £. rattus típico. Dimensiones de un macho adulto, de Madrid: cabeza y. cuer- po, 170 mm.; cola, 192; oreja, 24; pie posterior, 34. Cráneo: longitud total, 43 mm.; longitud cóndilobasal, 40; ancho cigomático, 20; ancho interorbitario, 5,8; diastema, 12; mandíbu- la, 24,5; serie molar superior, 7; serie molar inferior, 6,6. Distribución geográfica. —Probablemente toda la Península, aunque hasta ahora no tengo noticias sobre su existencia en el ángulo noroeste de la misma. Existe también en las Baleares, donde parece ser indígena. Fuera de nuestro país, esta misma subespecie se encuentra en toda la Europa meridional y parte de la central, así como en algunas regiones del norte de África y en América, adonde ha sido impor- tada por los barcos. Localidad típica, Sicilia. Observaciones.—La rata llamada por Savi Mus tectorum ha sido generalmente considerada como sinónima del Mus alexandri- nus de Geoffroy, hasta que el zoólogo inglés Lewis Bonhote ha de- mostrado que entre ambas formas hay diferencias constantes (1). La más notable está en la coloración de los pelos de la región ventral, enteramente blancos en tectorum, mientras en alexandrinus tienen la base gris, y aun á veces son por completo de este color. El mismo naturalista parece haber resuelto la cuestión de la relación especí- fica entre estas dos formas y el £. rattus. Estas ratas de pelaje leonado venían siendo ya consideradas por casi todos los zoólogos como variedad ó subespecie de raffus; mas apoyándose en el hecho de ser su coloración hereditaria y de coexistir en muchas localidades las formas leonadas y la forma negra, algunos autores modernos preferían considerarlas como especies diferentes. Yo he sostenido también esta opinión en mi trabajo Los roedores de España, pero como nadie ha estudiado este asunto tan á fondo ni con tantos mate- (1) Proceed. Zool. Soc. of London, 1910, pág. 651. id e A NEAR MURIDE 949 riales como Lewis Bonhote, creo debemos aceptar sus conclusiones y considerar rattus, tectorum y alexandrínus como formas diversas de una misma especie, formas que acaso en un tiempo fueron locales, y que la navegación, llevándolas de una parte á otra, ha reunido á veces en una misma localidad. En lo que desde luego me aparto del citado autor, es en el nombre que debe darse á la subespecie que ahora nos ocupa, pues siendo evidentemente el Mus tectorum de Savi idéntico á la rata siciliana que once años antes llamó Rafines- que Musculus frugivorus, este último nombre debe prevalecer por ser mucho más antiguo. En la Península y Baleares, la forma alexandriínus, con el pelo del vientre parcial ó totalmente gris, parece faltar por completo; por lo menos, todos los Epímys rattus leonados que yo he visto son frugivorus ( =tectorum,= alexandrinus Auctorum, no Geoftroy). Esta subespecie ha sido siempre más común que el £. ratfftus típico en nuestro país, en el que acaso sea indígena, aunque también es posible que se trate de una forma originada en las islas del Medi- terráneo y extendida á la Península por inmigración desde las Ba- leares. Los españoles fuimos los que la llevamos á América en los comienzos del siglo xvI. El £. norvegicus la ha expulsado de las poblaciones, y en la actualidad hace vida enteramente campes- tre, encontrándosela en las huertas y en los alrededores de las casas de campo. Generalmente anida en los árboles, aunque también se establece en los graneros y palomares. Epimys norvegicus (Erxleben). Mus norvegicus Erxleben, Syst. Regn. Anim., 1 (1777), pág. 381. Mus decumanus Pallas, Nov. Spec. Quadrup. Glir. Ord. (1778), pág. 91. Mus surmulottus Severinus, Tent. Zool. Hungar. (1779), pág. 73, Mus decumanus hybridus Bechstein, Pennant's Allg. Ueb. Vierf. Thiere, 1 (1800), pág. 713. Mus caspiíus Oken, Lehrb. Naturg., 11, 2 (1816), pág. 895. Mus hibernicus Thompson, Proc. Zool. Soc. London (1837), pág. 52. Epimys norvegicus Satunin, Mitt. Kaukas. Mus., 1v (1908), pág. 111. Mus (Epimys) norvegicus; M. (E.) hibernicus Trouessart, Faun. Mammif. d'Euro- pe (1910), pág. 142. NOMBRES VULGARES: Rafa, en castellano; Lirón, en la Rioja; Aguarones, en Astu- rias, especialmente en la parte de Avilés; Rata d'aygo, en mallorquín; Rata traginera, en Mallorca é Ibiza; Arratoía, en vascuence; Rato, Rata, Rataza- na, en portugués. 250 RODENTIA Diagnosis.—Más grande que £. rattus, pero con la cola más corta que la cabeza y el cuerpo, y las orejas relativamente peque- ñas, llegando á los ojos si se las extiende hacia delante. Caracteres. —Formas más robustas, cabeza más gruesa y cola y orejas más cortas, relativamente, que en E. rattus. Color de las partes superiores tierra de sombra, ó ante ocráceo lavado de gris; los pelos ofrecen un matiz canela ó color de ar- cilla, pero como casi todos ellos tienen la punta negra, sobre todo en el dorso, el tinte general es mucho más obscuro. Toda la cara ventral, desde el ingluvio al ano, y la parte interna de los miem- bros, de un blanco lavado de gris de FiG. 65. humo. Los pelitos de la cola son negros Series molares superiores 12- ¿9 1a parte superior y blancos en la infe- quierdas de Epimys norvegicus (A), Mus spicilegus hispanicus rior. Los cuatro pies están cubiertos por (B) y Apodemus sylvaticus di- R ” chrurus (O). ='5. encima de pelos blanquecinos, escasos y muy cortos; los posteriores presentan á veces una mancha gris ó parda sobre el metatarso. Se encuentran ejemplares albinos y también, aunque más rara vez, melanos y píos. Cráneo con la caja cerebral notablemente estrecha y alargada; los cigomáticos, vista la calavera por encima, son casi rectos y poco salientes. La región frontal, separada de los parietales por una su- tura en arco de círculo muy suave, está limitada lateralmente por dos crestas medianamente pronunciadas. Dimensiones de un macho adulto, de Zaragoza: cabeza y cuerpo, 215 mm.; cola, 191; oreja, 21; pie posterior, 43. Cráneo: longitud total, 50,2 mm.; longitud cóndilobasal, 47,5; ancho cigomático, 24,5; ancho interorbitario, 7; diastema, 13,7; mandíbula, 28; serie molar superior, 7,8; serie molar inferior, 7,7. Estas medidas representan muy bien el término medio de las di- mensiones de la especie, pero hay ejemplares perfectamente adul- tos que son un poco más pequeños y otros algo mayores; el más grande que yo he medido tenía 24,8 mm. para la cabeza y el cuerpo y 210 para la cola. Distribución geográfica.—Toda la Península y las Baleares. O RA IA To 5 PA AAA E ML e ' MURIDE 251 El £. norvegicus es de origen asiático y actualmente se encuen- tra extendido por toda Europa, casi toda Asia y gran parte del África septentrional, habiendo emigrado también á América. Locali- dad típica, Noruega. Observaciones. —Esta especie, establecida en España desde fines del siglo XVII ó principios del xix, es la rata que todo el mun- do conoce. Abunda más de lo que fuera de desear en alcantarillas, cuadras y grandes almacenes, hallándose también en las huertas y los jardines, y de todos estos lugares ha conseguido expulsar al E. rattus, que en otro tiempo los ocupaba. En muchos sitios ad- quiere hábitos acuáticos, siendo entonces frecuentemente confun- dida por el vulgo con el Arvicola sapidus. Es el más omnívoro de todos los mamíferos, devorando las substancias aparentemente me- nos comestibles y destruyendo todos los seres más débiles que ella. La facilidad con que se adapta á cualesquiera condiciones de vida y su aptitud para transmitir los gérmenes de toda clase de enfer- medades infecciosas, hacen de este roedor el más temible pará- sito de nuestras ciudades. Género MUS Linmné. Mus Linné, 1758. Musculus Rafinesque, 1814. Drymomys Tschudi, 1845. Nannomys Peters, 1876. Acromys Trouessart, 1881. Pseudoconomys Rhoads, 1896. Dryomys Philippi, 1900. Caracteres.—Ojos y orejas grandes; el rudimento de pulgar de las extremidades torácicas con una uña pequeña y plana; cola larga, casi desnuda; las plantas de los pies posteriores con el tubérculo tarsiano interno pequeño y redondeado (tig. 64, B). Fórmula dentaria: ¿ E m == =16. Incisivos estrechos, lisos; los superiores generalmente con una ligera muesca ó entalladura en su borde externo, cerca de la punta, producida por el roce con los inferiores; m!' y m2? con sólo dos cúspides en su borde interno, como en Epimys, pero el m', cuya corona es tan larga por lo menos como los otros dos molares juntos, tiene la cúspide anterior interna muy 952 RODENTIA retirada hacia atrás, próximamente al nivel de las cúspides externa y media de la segunda lámina; el m* mucho más pequeño que el m? (fig. 65, B). Especie tipo.—Mus musculus Linné. Como Epimys, este género es muy rico en especies propias de las regiones paleártica, etiópica y oriental, aunque una de ellas, el genotipo, se ha extendido á Australia y América. En nuestra fauna tenemos tres formas distintas, representando dos especies. Clave de las especies y subespecies. £ a. Cola un poquito más corta ó más larga que el cuerpo con la cabeza; longitud del pie posterior, más de 17 mmM................... M. musculus brevirostris. , a'. Cola siempre 15 á 20 mm. más corta que el cuerpo con la cabeza; longitud del pie posterior, menos de 17 mm. b. Pelaje pálido, color de ante... nde csascassacalo aiss M. spicilegus hispanicus. b'. Pelaje más obscuro, pardo madera. ............... M. spicilegus lusitanicus. Mus musculus brevirostris (Waterhouse). Mus musculus Asso (no Linné), Introd. Oryct. Zool. Arag. (1784), pág. 58. Mus brevirostris Waterhouse, Proc. Zool. Soc. Lond. (1837), pág. 19. Drymomys parvulus Tschudi, Faun. Peru., 1844 (1845), pág. 178, lám. xn, fig. 1. Mus azoricus Schinz, Syst. Verz. Sáug. 1 (1845), pág. 161. Musculus mollissíimus Dehne, Allg. Deutsch. Naturhist. Zeit., 1 (1855), pág. 443. Mus musculus azoricus Miller, Cat. Mamm. West. Eur. (1919), pág. 871. NOMBRES VULGARES: Ratón, Mur (anticuado), en castellano; Ratolí, en valenciano y mallorquin; Saguá, en vascuence; Rato, Ratinho, Rato caseiro, en portugués. Diagnosis.—Es la raza mediterránea del M. musculus, con la cola tan larga como la cabeza y el cuerpo, ó un poco más corta ó más larga, y el pelaje pardo obscuro, lavado de amarillento. Caracteres.—Cabeza alargada, orejas grandes, cola muy larga. Color de las partes superiores, por regla general, entre sepia y pardo pelo, más pálido y amarillento en los flancos y los lados de la cara, pasando gradualmente á ante sucio en la superficie ventral y las patas. Se ven algunos ejemplares más obscuros, casi negros, con las partes inferiores cenicientas (1), y otros presentan una coloración (1) De ochenta y dos ejemplares examinados para hacer mi descripción, solo uno, de Castrillo de la Reina (Burgos), ofrece esta coloración negruzca, que puede ser un principio de melanismo. MURIDE 253 olivácea ó isabela, con el vientre más ó menos blanquecino. También se encuentran con relativa frecuencia individuos albinos. Las partes desnudas son de un gris paño, tirando ligeramente á lila, en los ejemplares normales ó de pelaje obscuro, y color de carne en los de pelo claro. Cráneo sin crestas supraorbitarias, con la caja cerebral redondea- da y los cigomáticos poco salientes. Los ángulos anteriores de los parietales avanzan mucho hacia delante, lo que da á la sutura fronto- parietal la forma aproximada de una semicircunferencia. Dimensiones de un macho adulto, de Madrid: cabeza y cuerpo, 95 milímetros; cola, 94,5; oreja, 13; pie posterior, 18,6. Cráneo: longitud total, 22 mm.; longitud cóndilobasal, 21; ancho cigomático, 12,5; ancho interorbitario, 4; diastema, 7; mandíbula, 12,6; serie molar superior, 4,2; serie molar inferior, 3,2. Distribución geográfica.—Toda la Península y las Baleares. Se encuentra además en todo el sur de Europa y en las Azores, y ha sido introducido hace mucho tiempo en la América Meridional. Lo- calidad típica, Maldonado (Uruguay). La forma tipo de la especie es del norte y centro de Europa; lo- calidad típica, Upsala. Observaciones.—Miller distingue en la Europa occidental dos formas locales de M. musculus: una septentrional, que es la forma típica, y otra meridional ó mediterránea. Esta segunda subespecie, que es la que existe en España y Portugal, encuéntrase también en las Azores, y de aquí que Miller la designe con el nombre de azo- rícus, que Schinz empleó para los ratones de aquellas islas. Mas es el caso que este mismo ratón es el que los españoles llevamos á la América del Sur, y como los ejemplares allí luego obtenidos, en la creencia de que representaban especies indígenas, han sido descri- tos como Mus brevirostris y Drymomys parvulus, la primera de estas dos denominaciones, ocho años más antigua que azoricus ó que parvulus, es la que realmente corresponde á la subespecie en cuestión. De que estos ratones sudamericanos son de la misma raza que los de nuestro país, creo no es posible dudar, pues aparte de que es lógico suponer que estos molestos animalitos irían á aque- llos países con los hombres que fueron á colonizar, las descripciones de Waterhouse y Tschudi convienen muy bien al ratón sudeuropeo, K 254 RODENTIA y en cambio no pueden aplicarse al del norte de Europa, que es de un color mucho más sombrío y tiene el abdomen obscuro. Precisamente esta diferencia de coloración es lo que debió impedir que aquellos naturalistas, al verse ante un Mus tan distinto del que estaban acos- tumbrados á ver en su país, reconociesen en él la misma especie. El ratón se halla en todas partes, establecido en las casas, tanto en los mejores edificios de las grandes poblaciones, como en las más humildes chozas de las aldeas. Su larga cola, unida á su pelaje poco vistoso, lo distinguen de los demás Muride ibéricos, aun á primera vista. Mus spicilegus hispanicus Miller. (Lám. XII). Mus spicilezus Thomas (no Petenyi), Proc. Zool. Soc. Lond. (1901), pág. 42. Mus spicilegus hispanicus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 11, (1909), pá- gina 421. NOMBRES VULGARES: Ratón, Ratón de campo, en castellano; Ratolí campesí, en valenciano y mallorquín. Diagnosis.—Es la forma española del M. spicilegus, especie mediterránea que se distingue del M. musculus por ser más peque- ña y tener el pelaje más pálido y la cola siempre bastante más corta que el cuerpo y la cabeza. Caracteres. —Formas más redondeadas y graciosas que en M. musculus; los ojos menos saltones; la cola mucho más corta, siem- pre de 15 á 20 mm. más corta que la cabeza y el cuerpo juntos. Co- lor de las partes superiores, ante, ligeramente teñido de negruzco en el dorso, donde hay muchos pelos enteramente negros, aunque por lo general son de un negruzco de pizarra con la punta ante. Partes interiores blancas, muy ligeramente lavadas de gris por verse mucho la raíz del pelo, que es de este color. Patas y cara inferior de la cola, blancas. Cráneo parecido al del M. musculus, aunque más pequeño. La sutura frontoparietal forma una semicircunferencia completa. En los ejemplares muy adultos, con los molares ya desgastados, la longitud total del cráneo oscila entre 19 y 22 mm. Dimensiones de un macho adulto, de Navalcarnero: cabeza y cuerpo, 80 mm.; cola, 63,5; oreja, 13,5; pie posterior, 16. Cráneo: longitud total, 21,7 mm.; longitud cóndilobasal, 20; an- AT ad Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina XIII Mus SPICILEGUS HISPANICUS Piryvmys MARIE Tricromia Suc. de E. Páez. MURIDE 955 cho cigomático, 10,4; ancho interorbitario, 3,40; diastema, 5,2; man- díbula, 11,4; serie molar superior, 4; serie molar inferior, 3,6. Distribución geográfica.—Todos los distritos españoles, inclu- so las islas Baleares. Es probable, sin embargo, que en la parte oc- cidental del distrito bético se halle esta subespecie sustituída por la forma lusitanicus; los únicos ejemplares que yo he visto de esa parte (de Algeciras) me han parecido más obscuros que los del cen- tro de España, pero no me atrevo á afirmar que sean distintos por tratarse de ejemplares en alcohol. En cambio, es también verosímil que el M. s. hispanicus exista en el norte de Portugal. Localidad típica, Santo Domingo de Silos (Burgos). Observaciones. -— Este lindo Mus, que nuestros autores parecen haber confundido siempre con el M. musculus, es muy frecuente en algunas provincias, sobre todo en las del centro, donde puede decirse que es el mamífero más abundante en todas las localidades que no pasan de los mil metros de elevación. Es animal esencialmente cam- pestre, y no se encuentra nunca en las casas, aunque sí en las huer- tas y grandes jardines. Se le halla, por ejemplo, en el Retiro, de Madrid, donde vive de las semillas de ciertas convolvuláceas, que recoge trepando por el tallo hasta llegar á las flores. Se me ha dicho que estos ratones hacen en los campos de cebada y de trigo nidos esféricos suspendidos de las espigas, como los del Apodemus mi- nutus de la Europa central; pero yo siempre he encontrado sus nidos en 0quedades del suelo, al pie de las cambroneras y de las retamas. Mus spicilegus lusitanicus Miller. ?Mus musculos, var. hortulanus Seabra (no Nordmann), Jorn. Scienc. Lisboa, Ser. 2, vi (1900), pág. 109. ¿Mus minutus Seabra (no Pallas), 1. c. (1900), pág. 109. Mus spicilegus Thomas (parte, no Petenyi), Proceed. Zool. Soc. London (1901), pág. 42. Maus spicilegus lusitanicus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 11 (1909), pá- gina 422, NOMBRES VULGARES: Ratinho ruivo, Rato das hortas, en portugués. Diagnosis. —Como M. s. hispanicus, pero de color más obscu- ro, pardo madera con una línea más pálida á lo largo de los flancos. Caracteres.—Aspecto, dimensiones, etc., como en la forma hís- panicus. Pelaje de un color pardo madera un poco más amarillento 18 256 RODENTIA que el matiz así denominado por Ridgway; las partes inferiores y los pies, blancos, á veces un poquito lavados de ante; una línea de color ante crema separa sobre los costados el pardo de la región dorsal del blanco del vientre. Cráneo semejante al de hispanicus. Dimensiones de un topotipo, hembra adulta: cabeza y cuerpo, 81 mm.; cola, 60; oreja, 12,2; pie posterior, 16,6. ; Cráneo: longitud total, 19,8; longitud cóndilobasal, 19,2; ancho cigomático, 11; ancho interorbitario, 3,3; diastema, 5; mandíbula, 12; serie molar superior, 3,5; serie molar inferior, 3. Distribución geográfica.—Portugal, por lo menos su mitad me- ridional, desde el Tajo, siendo fácil que se encuentre también en las localidades inmediatas del sur de España. Localidad típica, Cintra. Observaciones. —Presumo que los ejemplares de Evora llamados Mus minutus por Seabra pertenecen en realidad á esta forma de M. spicilegus, y acaso ocurra lo mismo con sus tres ejemplares de Cadaval designados como M. musculos (sic), var. horfulanus. No habiéndolos visto yo, mi sospecha puede parecer un poco atrevida, pero debo advertir que los nombres vulgares indicados por Seabra para dichos ejemplares, me han sido á mí comunicados como perte- necientes á M. spicilegus lusitanicus. Por lo demás, tanto esta subespecie como el M. s. hispanicus se confunden fácilmente á pri- mera vista con el Apodemus minutus, sobre todo si se trata de in- dividuos que no han alcanzado todo su desarrollo, y es pertecta- mente excusable una confusión en la que cualquiera puede incurrir si no examina los cráneos y las dentaduras. La forma típica del M. spicilegus, que es de Hungría, se distingue muy bien de las dos formas ibéricas por su pelaje gris, sin matices pardo ni ante. Género APODEMUS Kaup. Mus Linné, 1758 (parte). Apodemus Kaup, 1829. Micromys Thomas, 1905 (parte, no Dehne). Caracteres. —Aspecto exterior como en Mus, aunque las extre- midades posteriores suelen ser relativamente más grandes. Mamas: A A is AS de 2d 0d 4 ts , MURIDAE 251 E A 3-3 : a pe Fórmula dentaria: ¿ 3, m ¿3 =16 M' y m? con una cúspide interna en su lámina posterior, de modo que el borde interno de cada uno de estos molares presenta tres cúspides en vez de dos; el m' no tiene su primera cúspide interna tan desviada hacia atrás como en Mus, y es próximamente tan largo como los otros dos molares reunidos; m* como la mitad del m* (fig. 65, C). Especie tipo.—Mus agraríus Pallas, de la Europa central y orietal. El género Apodemus cuenta hasta ahora con una docena de es- pecies, propias todas ellas de la región paleártica. Sólo una, el A. sylvaticus Linné, se encuentra en nuestra fauna, representada por dos formas locales distintas. Clave de las subespecies. a. Color de las partes superiores, amarillo rojizo obcuro; longitud cóndilobasal deMCraindeo A a e lia A. sylvaticus callipides. a'. Color de las partes superiores, amarillo parduzco; longitud cóndilobasal del CLADEO ZA AMM ts idos A. sylvaticus dichrurus. Apodemus sylvaticus callipides (Cabrera). Mus sylvaticus Seoane (no Linné), Fauna Mastol. de Galicia (1861-63), pág. 286. ?2Mus camprestris Seoane (no F. Cuvier), 1. c. (1861-63), pág. 307. Mus sylvaticus celticus Barrett-Hamilton, Proceed. Zool. Soc. Lond. (1900), pá- gina 401 (parte). Micromys sylvaticus callipides Cabrera, Bol. Real Soc. Esp. Hist. Nat., vr (1907), pág. 228. Apodemus sylvaticus typicus Cabrera, Asoc. Esp. Progr. Cienc., Congr. Zarag. (1910), pág. 31 (parte). , Mus sylvaticus callipides Trouessart, Faune Mammif. d'Eur. (1910), pág. 153. Apodemus sylvaticus callipides Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 809. NOMBRES VULGARES. Ratón de campo, en castellano; Rato monteiro, en gallego; Sorosaguá, en vascuence; Rato do campo, en portugués. Diagnosis.—Es la forma cantábrica del A. sylvaticus, del ta- maño de los mayores ejemplares de Mus musculus, con el pelaje francamente bicolor, amarillo rojizo obscuro por encima, y blanco por debajo; generalmente, una mancha amarilla en el pecho. Caracteres.—Cabeza voluminosa; orejas y ojos grandes; pies posteriores alargados; mamas: 1.1 — 2.2. Color de las partes supe- riores amarillo rojizo, entre pardo madera y canela, más pardo y 258 RODENTIA obscuro en medio del dorso; los pelos de color de pizarra con puntas de un color ante ocráceo ó ante salmón, y en el espinazo puntitas negras que producen el matiz obscuro. Superficie ventral de un blanco puro, perfectamente separado del color del dorso. Pies blan- cos, con una mancha negruzca detrás del talón. Una mancha bien marcada en el pecho, y otra junto á los órganos genitales, de un boni- to amarillo de cromo. Cola negruzca encima, blanquecina debajo, con los dos colores bien separados. En los ejemplares jóvenes, el pelaje es más claro y deslucido, y el blanco del vientre no es tan limpio. Cráneo casi tan pequeño como el del ratón casero; pero se distin- gue muy bien, no sólo por los caracteres dentarios, sino también por la forma de las suturas frontoparietales que en Mus musculus for- man un arco de círculo, mientras en este ratón son rectas y consti- tuyen entre las dos un ángulo más ó menos obtuso. Dimensiones del tipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 88,8 mm.; cola, 94,5; oreja, 15,5; pie posterior, 23. Cráneo: longitud total, 24 mm.; longitud cóndilobasal, 23,3; an- cho interorbitario, 3,9; ancho de la caja cerebral, 11,1; diastema, 6,8; mandíbula, 12,5; serie molar superior, 3,7; serie molar inferior, 3,9. Distribución geográfica. —Distritos pirenaicos, cantábrico y lu- sitano, ó sea todo el norte ó noroeste de la Península, desde los Piri- neos hasta el centro de Portugal. Localidad típica, Vilaboa, Coruña. La forma tipo de la misma especie vive en la Europa central y septentrional; localidad típica, Upsala. Observaciones. —Hace tres años, atendiendo á ciertas indicacio- nes de mi amigo el profesor Miller, consideré esta subespecie, que yo mismo había descrito, como idéntica al verdadero A. sylvaticus; pero después, al examinar el abundante material de esta especie contenido en la colección del Museo Británico, aquel distinguido na- turalista ha reconocido que los ejemplares del Norte de la Península constituyen, como yo primeramente supuse, una raza geográfica distinta de la que vive en Escandinavia y el centro de Europa, de la cual difiere por su tamaño constantemente algo más grande. La existencia de esta raza parece haber sido sospechada mucho tiempo antes por Barrett-Hamilton, que en su Memoria sobre las varieda- des geográficas del A. sylvaticus habla, sin darle nombre ni descri- birlo detalladamente, de un ratón de Galicia parecido al A. s. HMayi MURIDE 2959 de Marruecos, pero más pequeño y más rojo. El mismo autor llamó A.s. celticus á un ejemplar de Oporto, suponiéndolo idéntico al ratón de campo de Irlanda, al que dió este nombre en la creencia de que podría constituir una forma distinta del verdadero sylvaticus. Probablemente, el Mus campestris de Seoane es también este ratón, joven; así lo hace sospechar, por lo menos, su breve des- cripción. En mi trabajo Los roedores de España extendí yo hasta el Guadiana el área de dispersión del Apodemus del norte de nuestro país. Ahora, después de haber obtenido por mí mismo numerosos ejemplares en el centro de la Península, puedo afirmar que Miller está en lo cierto al restringir dicha área á los Pirineos, los montes cantábricos y Portugal. El ratón de campo de la España central es el mismo de Andalucía, del que á continuación vamos á ocuparnos, y por consiguiente los dos ejemplares de El Escorial cuyas medidas aparecen en el mencionado trabajo, no son callipides, sino que per- tenecen á la subespecie siguiente. Apodemus sylvaticus dichrurus (Rafinesque). Musculus dichrurus Rafinesque, Préc. Découv. Somiol. (1814), pág. 13. Mus Hayi Waterhouse, Proc. Zool. Soc. Lond. (1837), pág. 76. Mus Pecchiolí Pecchioli, Atti Quinta Unione Scienz. Ital. (1843), pág. 426. Mus sylvaticus Graells (no Linné), Mem. Trab. Comis. Mapa Geol. (1852), pág. 74. Mus sylvaticus Hayií Barrett-Hamilton, Proc. Zool. Soc. London (1900), pági- na 426. Apodemus sylvaticus typicus Cabrera, Asoc. Esp. Progr. Cienc., Congr. de Za- ragoza (1910), pág. 285 (parte, sólo los ejemplares de El Escorial). Apodemus sylvaticus Hayi Cabrera, 1. c. (1910), pág. 287. Apodemus sylvaticus dichrurus Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 810. NOMBRES VULGARES: Ratón de campo, Ratón campesino, Ratón silvestre, en cas- tellano; Ratolí montesí, en valenciano; Rata sauvatge, en mallorquín; Rato do campo, Rato terrenho, en portugués. Diagnosis.—Una raza mediterránea del A. sylvaticus, un poco más grande, por término medio, que 4. s. callipides y de color más pálido y menos vivo; la mancha pectoral poco marcada y con frecuencia ausente. Caracteres. —En general como la forma callipides, aunque alcanzando con frecuencia mayor tamaño. Colores distribuídos del mismo modo, pero menos brillantes; el ante ocráceo de los pelos del 260 RODENTIA dorso está sustituido por ante sucio ó pardo madera muy claro, y el blanco del vientre no es tan limpio. La mancha amarilla del pecho falta con frecuencia, y cuando existe es muy pálida, color de crema ó ante; la de la región genital no existe en ninguno de los ejempla- res que yo he examinado. Los individuos jóvenes tienen el lomo de un color entre ante y gris claro, muy parecido al del Mus spicile- gus hispanicus. Cráneo como el de 4. s. callipides, pero por término medio un poco más grande. Las dimensiones son próximamente las mismas en muchos ejemplares de una y de otra especie; pero la máxima y la mínima son algo mayores en dichrurus que en callipides, en éste la longitud cóndilobasal oscila entre 22 y 25 mm., y en aquél entre 23 3.27. Dimensiones de un macho adulto de las Navas del Rey (Madrid): cabeza y cuerpo, 92 mm.; cola, 106; oreja, 18,5; pie posterior, 25. Cráneo: longitud total, 26,6 mm.; longitud cóndilobasal, 24,2; ancho cigomático, 13,2; ancho interorbitario, 4; ancho de la caja cerebral, 11,6; diastema, 7; mandíbula, 13,8; serie molar superior, 4; serie molar inferior, 4,2. Distribución geográfica. —Centro y mediodía de la Península, desde el norte de la provincia de Burgos al estrecho de Gibraltar, y desde el sur de Portugal al Mediterráneo é islas Baleares. La misma subespecie se encuentra en todas las costas mediterráneas de Europa, hasta la Península de los Balkanes, y en el norte de África, por lo menos en Marruecos. Localidad típica, Sicilia. Observaciones. —El ratón campesino que habita la mayor parte de nuestro suelo es absolutamente idéntico al de Marruecos, llama- do Mus Hayi por Waterhouse; pero el nombre que realmente corresponde á esta raza es el de dichrurus, empleado con mucha anterioridad por Rafinesque para los ejemplares de la misma sub- especie obtenidos en Sicilia. En España este roedor es abundantísimo en campos y montes, hasta unos 1.600 metros de altura, sobre todo donde hay mucho arbolado. Rara vez se le encuentra cerca de las grandes poblacio- nes, y nunca en las casas. Vive generalmente en cuevas de poca extensión, con dos ó tres bocas y situadas bajo alguna mata de helecho, tomillo ó retama. En las madrigueras de las hembras, se E O AP AN TS 4 o de EA MURIDE 261 encuentra dentro un nido casi esférico, hecho con pajas y hojas de helecho secas. En tiempo de siega, los individuos que viven cerca de los campos cultivados se ocultan debajo de las hacinas, donde tienen á un tiempo un refugio fresco y comida, y cuando se recogen los haces se les ve salir huyendo. Subfamilia Microtinee. Muridee con los molares sin raíces (1), de corona plana y forma- dos por una serie de prismas de esmalte en posición más ó menos vertical. Estos prismas, vistos por la co- rona, aparecen como triángulos, ora en- A B teramente cerrados, ora abiertos en al- gunos de sus vértices, cuyo número y forma constituyen un patrón de gran im- portancia taxonómica. Orejas pequeñas y más ó menos escondidas entre el pelo. Cola más bien corta que larga, con la piel escamosa, pero cubierta de pelo corto. Hállase esta subfamilia representa- da en nuestra Península por tres géne- p, UA ies posteriores de Pitymys ros, uno de ellos con dos subgéneros; ¿bericus centralis (A) y Mi crotus nivalis aquitanius (B), en las Baleares falta por completo. vistos por la planta. = 11». Clave de los géneros y subgéneros. a. Pies posteriores con cinco tubérculos en la planta. b. Tamaño pequeño; uñas anteriores más largas que las posteriores, cuatro MAMAS e lt Pitymys. b'. Tamaño grande; uñas anteriores más cortas que las posteriores; ocho mamas. Arvicola. a' Pies posteriores con seis tubérculos en la planta ......o.ooooooooo..o.. Microtus. Cc. M3 conseis ángulos salientes y cuatro entrantes............ [Chionomys.] c'. MP?con siete ú ocho ángulos salientes y cinco ó seis entrantes.............. [Microtus Ss. S.] (1) En los géneros representados en la Península, se entiende, pues hay tres géneros ajenos á nuestra fauna (Evotomys, Fiber y Phenacomys), cuyos molares tienen raíces en la edad adulta. ./) 262 RODENTIA Género PITYMYS Mac Murtrie. Psammomys Le Conte, 1830 (no Cretzschmar). Pitymys Mac Murtrie, 1831. Ammomys Bonaparte, 1831. Pinemys Lesson, 1836. Arvicola Sélys, 1836 (parte, no Lacépede). Hypudenus Schinz, 1845 (parte, no Illiger). Terricola Fatio, 1867. Micrurus Forsyth Major, 1876 Caracteres.—Pelaje corto y espeso, un tanto parecido al del topo. Ojos pequeños. Orejas escondidas bajo el pelo. Pies poste- riores con cinco tubérculos en la planta; las uñas de los pies ante- riores algo más largas que las de los posteriores. Mamas: 0.0—2.2. Fórmula dentaria: > mo =%8, M* normalmente con seis ángulos salientes y cuatro entrantes; m, con cinco triángulos cerra- dos, por regla general, y nueve ángulos salientes; m, sin triángulos cerrados. Especie tipo. —Psammomys pinetorum Le Conte, de la Amé- rica septentrional. Conócense hasta ahora unas veinticinco especies de este género, distribuídas por la Europa central y meridional y la América del Norte. Seis de ellas (una con cuatro subespecies), han sido encon- tradas en nuestra Península. Clave de las especies y subespecies. a. Msin triángulos cerrados y con el ángulo medio externo muy poco saliente. b. Longitud de la cabeza y el cuerpo, menos de 100 mm.; longitud total del crá- neo, menos de 25 mm. C. Incisivos superiores no proclives. d. Globo auditivo pequeño, contenido unas cuatro veces en la longitud cón- dilobDasal aire IAS os Uli Aci RNE P. depressus. d'. Globo auditivo contenido unas tres veces en la longitud cóndilobasal. e. Cráneo estrecho y deprimido; ancho de la caja cerebral, menos de A dos ooo debo. oy aaa. boe P. Marice. e'. Cráneo ancho y algo abombado; ancho de la caja cerebral, más de liinda e tia P. pelandoníus. C/ MHINCISIVOS SÚPerores proclives. qa le a P. lusitanicus. b. Longitud de la cabeza y el cuerpo, 100 mm. ó más; longitud total del cráneo. 25 Ó más. vel, RS 0 A ' - MURIDE 263 f. Pelaje muy pálido; longitud del pie posterior, 17, 5-18 mm. P. ibericus. f'. Pelaje más obscuro; longitud del pie posterior, menos de 17,5. £g. Color pardo pelo, lavado de ante. h. Longitud del pie posterior, 16-17, 5mm... P. ¿bericus centralis. h'. Longitud del pie posterior, 15-16 mm....... P. ibericus regulus. g' Color bistre, lavado de negruzco............ P. ibericus pascuus. ! a, M*? con triángulos cerrados; el ángulo medio externo tan saliente como los AMAS A e o NS So A P. pyrenaicus. Pitymys depressus Miller. Pitymys depressus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pági- na 204. NOMBRE VULGAR: Topo, en castellano. Diagnosis.—Un Pitymys del grupo duodecimcostatus (1), ca- racterizado por su cráneo ancho, deprimido, y con los globos audi- tivos muy pequeños. Caracteres. —Color de las partes superiores, sepia, bastante obscuro; región ventral gris blancuzca; pies blanquecinos; cola bicolor, sepia por encima y blanca sucia por debajo. Cráneo (fig. 67, A) muy ancho y deprimido, con el perfil superior muy ligeramente convexo, sin presentar en la parte de los nasales el brusco declive que se observa en otras especies del mismo grupo. El aplastamiento de la bóveda craneana es, sobre todo, sensible en la región frontal, que es enteramente plana. La caja cerebral, vista por encima, es casi circular; su anchura máxima es igual ó superior á la distancia desde el estrechamiento interorbitario al borde poste- rior del interparietal. Globos auditivos muy pequeños; su mayor diámetro viene á ser como una cuarta parte de la longitud cóndilo- basal. M* sin triángulos cerrados; visto por la corona presenta un lóbulo triangular muy ensanchado transversalmente, después un rombo irregular y luego otro lóbulo más alargado y estrecho que el primero, sumando entre todo tres ángulos salientes internos y otros tres externos; de estos últimos, el del centro forma una punta muy poco saliente (fig. 68, A). (1) Forsyth Major (Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xv, 1905, pág. 519) ha elegi- do la especie duodecimcostatus Selys como tipo de un grupo de Pitymys, cuyas es- pecies son de pequeño tamaño y tienen el /m? sin triángulos cerrados y con el ángu- lo medio externo muy pequeño y poco saliente. AR id e o le id a dd o AO A ASA OA - A o PATA A l eS $ AA E dl 264 % RODENTIA Dimensiones de un macho adulto, de Cercedilla: cabeza y cuer- po, 85 mm.; cola, 21; oreja, 7; pie posterior, 14. Cráneo: longitud cóndilobasal, 22,2 mm.; ancho cigomático, 13,3; estrechamiento interorbitario, 4; ancho occipital, 11; largo de los nasales, 6,2; diastema, 6,2; mandíbula, 14,6; serie molar superior, 5,6; serie molar inferior, 5,6. Distribución geográfica. —Distrito central. Hasta ahora, cono- cido solamente de la Sierra de Guadarrama. Localidad típica, Ras- catría (Madrid). Observaciones. —Esta especie se parece mucho en su aspecto exterior á algunas de las que á continuación se describen; puede, sin embargo, distinguirse fácilmente del otro Pifymys que habita el mismo distrito (P. ¿bericus centralis) por su tamaño más reducido, su pelaje más obscuro y sus incisivos superiores no proclives. Pitymys Marix (Forsyth Major). (Lám. XIID. Arvicola agrestis, var. Rozianus Seabra (parte, no Bocage), Jorn. Scienc. Lis- boa, Ser. 2, vi (1900), pág. 111. Microtus Marice Forsyth Major, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xv (1905), pág. 515. Pitymys Marice Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 204. Diagnosis.—Parecido al P. depressus en su tamaño, aspecto y forma de los dientes, pero con el cráneo más estrecho y los globos auditivos más grandes. Caracteres.—Color general tierra de sombra obscuro, tirando con frecuencia á sepia; superficie ventral color de ante, más ó me- nos lavada de gris; pies y cara inferior de la cola de un gris sucio, á veces Casi blanco. Cráneo (fig. 67, B) con la caja cerebral baja y plana, pero no tan- to como en depressus, y más estrecha que en éste, de modo que su anchura máxima es inferior á la longitud desde el estrechamiento _interorbitario hasta el borde posterior del interparietal. Globos auditivos bastante grandes; su diámetro máximo representa poco menos de un tercio de la longitud cóndilobasal. Incisivos no procli- ves; molares como en la especie anterior. Dimensiones de una hembra adulta, de La Coruña: cabeza y cuerpo, 87 mm.; cola, 19; oreja 7; pie posterior, 13, MURIDAE 265 Cráneo: longitud cóndilobasal, 21,5 mm.; ancho cigomático, 13,2; estrechamiento interorbitario, 3,7; ancho occipital, 10,8; largo de los nasales, 6,2; diastema, 6; mandíbula, 13,2; serie molar supe- rior, 5,5; serie molar inferior, 5,3. Distribución geográfica.—Distrito lusitano, desde las costas de Galicia hasta la Sierra de Gata, en España, y la de la Estrella, en Portugal. Los ejemplares más meridionales que conozco proce- FiG. 67. Cráneos de Pitymys depressus (A), P. Maríce(B), P. pelandonius(C) y P. ibericus centralis (D). Tamaño natural. den de esta última y de Robledo, en la provincia de Salamanca, y en el Museo de Lisboa existe un cráneo, considerado como de Mícro- tus Rozianus, que parece haber sido obtenido en Coimbra (1). Localidad típica, Villalba (Lugo). Observaciones. —Esta especie, que apenas se diferencia del P. depressus más que por su cráneo mucho más estrecho y con globos auditivos más grandes, es muy abundante en todo el noroeste de la Península. Vive generalmente en los campos de patatas, donde (1) Véanse más adelante (pág. 284) las «observaciones» referentes á Microtus Ro- zíanus. Los ejemplares de Robledo á que aludo son los mismos que en mi trabajo Los Roedores de España consideré como P. depressus, por no haber podido dete- nerme entonces á estudiar sus cráneos. 266 RODENTIA = practica largas y profundas galerías, haciendo grandes destrozos en aquellos tubérculos, de los que algunas veces no deja más que la piel vacía. Pitymys pelandonius Miller. Pitymys pelandonius Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pági- na 204, . NOMBRE VULGAR: Ratilla, en Burgos. Diagnosis.—Parecido al P. Mario, pero de color algo más pálido y con el cráneo más ancho y menos deprimido. Caracteres. —Color de las partes superiores pardo madera obs- curo, más claro y tirando á ante en los flancos y pasando luego, gradualmente, á gris sucio claro en las partes inferiores. Pies y cola blanquecinos. Cráneo (fig. 67, C) con la caja cerebral ancha, como en P. de- pressus, pero no tan deprimida, antes bien con el perfil superior ligeramente convexo, y con los globos auditivos como en P. Ma- rice. Los molares presentan la forma característica del grupo duo- decimcostatus, y los incisivos no son proclives. Dimensiones de una hembra adulta, topotipo: cabeza y cuerpo, 80 mm.; cola, 25; oreja, 12; pie posterior, 17. Cráneo: longitud cóndilobasal, 21,4 mm.; ancho cigomático, 12,4; estrechamiento interorbitario, 3,4; ancho occipital, 10,4; largo de los nasales, 6; diastema, 6,6; mandíbula, 13,5; serie molar supe- rior, 5,4; serie molar inferior, 5,2. Distribución geográfica.—Parte norte del distrito central; hasta ahora, conocido sólo de la provincia de Burgos. Localidad típica, Santo Domingo de Silos. Observaciones. —El P. pelandonius, que parece representar en la región de Burgos al P. Maria de Galicia y al P. depressus de la sierra de Guadarrama, sólo podría confundirse, por la locali- dad, con el P. ¿bericus centralis; pero además de ser mucho más pequeño que éste, se diferencia á primera vista por sus incisivos no proclives. Sus costumbres son también distintas: es menos minador que el P. ¿bericus, y suele vivir en parajes pedregosos, con arbus- tos y matorrales. A veces se le encuentra también en los campos de remolacha, en los que hace mucho daño. A e de RO Ñ MURIDE 267 Pitymys lusitanicus (Gerbe). Arvicola incertus Bocage (parte, no Selys), Rev. et Mag. Zool. (1863), pági- na 399. Arvicola (Microtus) lusitanicus Gerbe, Rev. et Mag. Zool., Ser. 3, vi (1879), pá- gina 44, nota. Microtus (Pitymys) lusitanicus Forsyth Major, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xv (1905), pág. 512. NOMBRES VULGARES: Rato dos campos, Rato, en Portugal. Diagnosis. —Parecido á las especies Maricr y pelandonius en el tamaño y en la forma de los molares, pero con los incisivos supe- riores proclives. Caracteres.—Color general bistre, tirando con frecuencia á par- do de brécol. La superficie ventral, incluyendo la cara inferior de la cola y los pies, de un gris de humo, á veces lavado de ante. Cráneo con la caja cerebral bastante alta, presentando el perfil superior más convexo que en cualquiera de las especies antes des- critas. Los incisivos superiores muy proclives, saliendo fuera de la boca cuando se mira al animal de perfil. Molares como en las espe- cies anteriores. Dimensiones de un macho adulto, de Cintra: cabeza y cuerpo, 90 mm.: cola, 22; oreja, S; pie posterior, 15. Cráneo: longitud cóndilobasal, 22,8 mm.; ancho cigomático, 14; ancho occipital, 11,8; estrechamiento interorbitario, 4; largo de los nasales, 7; diastema, 6; mandíbula, 14; serie molar superior, 5,9; serie molar inferior, 6. Distribución geográfica. —Portugal: Cintra, Lisboa, etc., lle- gando por el interior hasta la provincia española de Badajoz. Loca- lidad típica, Portugal. Observaciones. —En dos ocasiones (Rev. et Mag. de Zoolo- gie, 1879, pág. 44, y Bulletin de la Société Zoologique de France, 1880, pág. 56), designó Gerbe bajo el nombre de Arvicola lusitanicus un «campagnol du Portugal», del cual sólo conocía el cráneo, sin dar, por consiguiente, una descripción completa de la especie, sino sólo indicando los caracteres más indispensables para reconocerla. La primera descripción extensa se debe á Forsyth Ma- jor, que la hizo sobre ejemplares de Cintra existentes en el Museo Británico. o AE NO TRATA z - e e PELE RE 2685 RODENTIA Pitymys ibericus (Gerbe). Arvicola (Microtus) ibericus Gerbe, Rev. et Magaz. de Zool., Ser. 2, vr (1854), pág. 106, láms. x, XI. Arvicola ibericus Graells, Mem. Real Acad. de Ciencias, xvn (1897), pág. 510 (parte). Pitymys ibericus ibericus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 205. Pitymys ibericus typicus Cabrera, Asoc. Españ. Progr. Cienc., Congr. Zaragoza (1910), pág. 295. Diagnosis. —Un Pitymys con los dientes de la forma caracterís- tica del grupo duodecimcostatus, pero de tamaño mucho mayor que cualquiera de las demás formas del mismo grupo, con el pelaje pálido y los incisivos proclives. Caracteres. —Partes superiores de un color entre pardo de bré- col y pardo pelo, muy pálido, que en los costados pasa á color de ante claro. La cara vertical y los pies, blancos. Cola parda de bré- col por encima, blanca por debajo y en los lados. Cráneo con la caja cerebral casi cuadrada; arcos cigomáticos poco extendidos hacia los lados. La convexidad del contorno superior está poco marcada, acentuándose algo más en la región facial por el de- clive de los nasales. El diámetro máximo de los globos auditivos está contenido tres veces y media en la longitud cóndilobasal. Inci- sivos superiores proclives, fuera de la boca; m* como en las especies anteriores. En general, el cráneo no puede confundirse con el de ninguna otra especie ibérica, exceptuando el del P. lusitanicus, y de éste se distingue por su mayor tamaño. Dimensiones de un topotipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 119 milímetros; cola, 30,8; oreja, 8; pie posterior, 18. Cráneo: longitud cóndilobasal, 25,2; ancho cigomático, 16,5; es- trechamiento interorbitario, 4,5; ancho occipital, 12,4; longitud de los nasales, 7,5; diastema, 8,5; mandíbula, 16,2; serie molar supe- rior, 6,2; serie molar inferior, 6,5. Distribución geográfica. —Distrito orospedano: Murcia, Alme- ría, Alicante, llegando por el monte al nacimiento del Guadalquivir. Localidad típica, Murcia. Observaciones.—El P. ibericus es animal de país llano, que vive en las praderas y en lus campos cultivados, y se abre profun- das galerías en el suelo, levantando la tierra como los topos, con los mi A A E, E br hs LA ne ME! al ' a Ñ + MURIDE 269 cuales suele confundirlo el vulgo. La especie se halla extendida por casi toda la Península, pero al pasar de unas á otras localidades modifícanse sus caracteres lo bastante para obligar á distinguir va- rias subespecies ó razas geográficas. Pitymys ibericus centralis Miller. Arvicola (Microtus) ibericus Cazurro (no Gerbe), Act. Soc. Españ. Hist. Nat. (1894), págs. 10, 200. Arvicola ibericus Graells, Mem. Real Acad. Cienc., xvn (1897), pág. 510 (parte). Pitymys ibericus centralis Miller, Ann. and Mag. of Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 205. NOMBRES VULGARES: Ratón, Ratón-topo, Topo, Topillo, en castellano; Topino, en Andalucía; Soroetako saguá, Urarratoia, en vascuence; Talpó, en valenciano; Rato do campo, en portugués. Diagnosis. —Una subespecie de pelaje algo más obscuro que la forma típica y de menor tamaño; la longitud del pie posterior no llega nunca á 17,5 mm. Caracteres.—Color general pardo pelo, más ó menos teñido de ante y nunca tan pálido como es el verdadero P. ¡bericus; partes in- feriores y pies, de un blanco sucio; la cola parda por encima y blan- quecina por debajo, y en algunos ejemplares enteramente blanca. Cráneo (fig. 67, D) como en la forma típica y casi del mismo tamaño. Dimensiones de una hembra adulta, de Ciudad Real: cabeza y cuerpo, 102 mm.; cola, 26; oreja, 7; pie posterior, 16,5. Cráneo: longitud cóndilobasal, 25 mm.; ancho cigomático, 14,5; estrechamiento interorbitario, 4; ancho occipital, 11,8; longitud de los nasales, 7; diastema, 8,2; mandíbula, 16,2; serie molar supe- rior, 6; serie molar inferior, 6. Distribución geográfica. —Distritos central, mediterráneo y bético, desde la parte norte de la provincia de Burgos, por lo me- nos, hasta Sevilla y Jerez de la Frontera, y desde Valencia hasta la desembocadura del Tajo, en Portugal. He examinado ejemplares de Madrid, Navalcarnero, Villa del Prado, Toledo, Albacete, Ciudad Real, Valencia, Sevilla y Alcochete. Localidad típica, Santo Domin- go de Silos (Burgos). Observaciones.—Este Pitymys es muy abundante en todo el centro de la Península; en determinadas épocas, que por razones 3 270 RODENTIA todavía no explicadas parecen ser especialmente favorables para su reproducción, llega á constituir verdaderas plagas. Vive en los pra- dos húmedos y en los campos cultivados; en las provincias de Tole- do y Albacete hace grandes destrozos en los azafranales, y en Va- lencia es igualmente perjudicial para los campos de arroz. Pitymys ibericus regulus Miller. Pitymys ibericus regulus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pá- gina 206. Diagnosis.—Parecido á P. í. centralís, pero más pequeño toda- vía y con los molares muy chicos. El pie apenas llega á 15 mm. Caracteres.—Color como en la raza centralis. Cráneo lo mismo, aunque con la región facial un poco más corta, y los molares peque- ños y estrechos. Dimensiones del tipo, hembra adulta: cabeza y cuerpo, 100 mm.; cola, 26; oreja, 9; pie posterior, 15. Cráneo: longitud cóndilobasal, 25; ancho cigomático, 15; estre- chamiento interorbitario, 4; ancho occipital, 12; longitud de los na- sales, 6,4; diastema, 8; mandíbula, 16,6; serie molar superior, 5,4; serie molar inferior, 5,4. Distribución geográfica. —Encontrado solamente, hasta ahora, en Granada y en la costa de Málaga. Localidad típica, los jardines de la Alhambra. Observaciones.—Esta subespecie, diametralmente opuesta al verdadero P. ¿bericus por su tamaño, es tal vez exclusiva de los valles del Genil y del Guadalhorce, ó acaso se encontrará en toda la zona montañosa paralela al litoral de Andalucía. Miller sospecha que unos ejemplares de Jerez de la Frontera que hay en el Mu- seo Británico, y que él ha considerado como centralis, pudieran ser realmente de esta raza. Sélys (1) habla de un microtino cogido por Rambur en Sierra Nevada, que á él le pareció idéntico á su «Ar- vicola» pyrenaicus y medio siglo después Graells (2) ha mencio- nado el mismo ejemplar, aunque sin haberlo visto, llamándole «Ar- (1) Revue et Magasin de Zoologie, 1847, pág. 305. . (2) Mem. Real Acad. de Ciencias, xvu, 1897, pág. 508. MURIDE 971 vicola» Selysii y hasta atreviéndose á afirmar que es nada menos que el tipo de esta especie, cuando en realidad la localidad típica de Selysii es Barcelonnette, en el departamento del Var (Francia). Sos- pecho que el ejemplar en cuestión sería probablemente un Pify- mys ibericus regulus. Pitymys ibericus pascuus Miller. Pitymys ibericus fuscus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pá- gina 206 (no Arvicola agrestis fuscus Fatio, = P. subterraneus). Pitymys ibericus pascuus Miller, Proc. Biol. Soc. Washington, xx1v (1911), pág. 39. NOMBRE VULGAR: Zalpó, en valenciano. Diagnosis.—Del tamaño de P. í. centralis, pero de color muy obscuro. Caracteres.—Pelaje bistre obscuro, con muchos pelos con punta negra. Flancos lavados de pardo madera. Vientre gris pizarra Obs- curo, ligeramente lavado de ante. Pies blancuzcos. Cola parda por encima, blanquecina debajo y en los lados. Cráneo como el de la forma centralis. Dimensiones del tipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 104 mm.; cola, 22; oreja, 10; pie posterior, 16,5. Cráneo: longitud cóndilobasal, 24,2; ancho cigomático, 14,8; es- trechamiento interorbitario, 4,2; ancho occipital, 11,4; longitud de los nasales, 6; diastema, 8; mandíbula, 16,4; serie molar superior; 5,8; serie molar inferior, 5,8. Distribución geográfica. —Dehesa de Valencia, entre la Albu- fera y el Mediterráneo. Observaciones.—Esta raza se halla más localizada aún que la forma regulus, siendo exclusivamente propia del espacio de tierra que queda entre la Albufera y el mar. Al lado opuesto del lago, en Catarroja, se encuentra ya la forma centralis. Pitymys pyrenaicus (Sélys). Arvicola pyrenaicus Sélys, Rev. et Mag. de Zool. (1847), pág. 303. Arvicola (Microtus) pyrenaicus Gerbe, Rev. et Mag. de Zool., Ser. 2, vi (1854), lám. xi, fig. 13. Arvicola Savii Trutat (no Sélys), Bull. Soc. Hist. Nat. Toulouse, x1 (1878), pág. 112. Pitymys pyrenaicus Cabrera, Asoc. Españ. Progr. Cienc., Congr. de Zaragoza, (1910), pág. 298. 19 - Ke Ss » ¡ h Ñ . qe E E A o o PER S >” E NS Ae Tia AS A E Ye a , EL RARAS 272 RODENTIA Diagnosis.—Una especie con el m* con triángulos cerrados y su ángulo medio externo tan saliente como los demás, como en el P. Sa- vii de Italia, pero de menor tamaño que éste. Caracteres. —Color de las partes superiores pardo pelo, más pá- lido en los flancos. Región ventral blancuzca, lavada de ante ó de A pardo pelo muy claro. Cola parda de pelo por enci- a == ma, blancuzca por debajo. FS “E Cráneo con la caja cerebral poco convexa por en- a E cima, y el supraoccipital mucho más vertical que en EE a las demás especies españolas. En cuanto á los dien- tes, difiere de todas ellas en el m*, que aunque tam- bién tiene á cada lado tres ángulos salientes y dos entrantes, presenta dos ó tres triángulos cerrados, y a e el ángulo medio externo tan grande y saliente como superiores iz- €l primero y el tercero (fig. 68, B). Incisivos supe- quierdas de P/- 3 . Pings depres MOLES MO proclives. sus (A) y P. Dimensiones de un macho adulto, de Panticosa: pyrenaicus (B). - . A cabeza y cuerpo, 88 mm.; cola, 33; oreja, 9; pie pos- terior, 16,5. Cráneo: longitud cóndilobasal, 23 mm.; ancho cigomático, 14; es- trechamiento interorbitario, 4,6; ancho occipital, 11; longitud de los nasales, 6,5; diastema, 7,2; mandíbula, 14,9; serie molar superior, "5,59; serie molar inferior, 5,6. Distribución geográfica. —Parte central de los Pirineos, lo mis- mo en la vertiente española que en la francesa: Panticosa, el Plan, la Maladeta, etc. Localidad típica, Pic du Midi de Bagnéres (Hau- tes Pyrénées, Francia). Observaciones.—Este microtino es especie de grandes alturas, hasta 1.200 metros y más. Suele habitar los grandes bosques, y sus costumbres son menos subterráneas que las del P. ¿bericus. Género ARVICOLA Lacépede Mus Linné, 1758 (parte). Arvicola Lacépede, 1801. Hemiotomys Sélys, 1836 (parte). Paludicola Blasius, 1857 (parte). LS UR: MURIDE 213 Ochetomys Fitzinger, 1867. Praticola Fatio, 1867 (parte). Aulacomys Rhoads, 1894. Caracteres.—Pies posteriores con cinco tubérculos en la planta. Las uñas anteriores algo más cortas que las posteriores. Una glán- dula almizclada á cada lado del abdomen, en la parte baja de los flancos, oculta bajo el pelo. Mamas: 2.2 — 2.2, Fórmula dentaria: í + m>3=3 =16. M* con seis ó siete ángu- los salientes y cuatro ó cinco entrantes; m, con tres á cinco triángu- los cerrados y siete á nueve ángulos salientes; 7, rara vez con triángulos cerrados. Especie tipo. —Arvicola amphibius Lacépede ( = Arvicola terrestris; no Mus amphibius Linmné), de la Europa central. Conócense actualmente unas quince especies de este género, re- partidas por Europa, Asia y la América del Norte. En la Península sólo se ha encontrado hasta ahora una. Arvicola sapidus Miller. Arvicola amphibius Graells (no Linné), Mem. Trab. Comis. Mapa Geol. (1852), pág. 75. Arvicola Musignaní Bocage (no Sélys), Mem. Acad. Sciencias, Lisboa, 11, 2." (1864), pág. 3. Arvicola (Hemiotomys) amphibius Cazurro, Act. Soc. Esp. Hist. Nat., (1894), pá- gina 198. y Arvicola sapidus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 195. NOMBRES VULGARES: Rata de agua, en castellano; Rata de arrosal, en valencia- no; Aguadana, Aguaneta, en gallego; Rato d'agua, en portugués. Diagnosis.—Un microtino de gran tamaño, parecido en su as- pecto y coloración al 4. Musignani de Italia, pero mucho mayor, tan grande como el 4. amphibius de Inglaterra. Caracteres.—Pelaje espeso y medianamente largo, cubriendo sólo á medias las orejas; muy corto y escaso en los pies y la cola. Partes superiores de un color entre ante ocráceo y color de arcilla, á veces tirando á alazán, y siempre con bastante mezcla de negro en el dorso y parte superior de la cabeza, por lo que el matiz gene- ral resulta bastante obscuro en estas partes. Vientre ante ocráceo, con algunos matices grises por verse un poco la base de los pelos, que es de este color; la garganta y lo alto del pecho de un cenicien- Xu AN E cas A y O Ea Y AS RA RS a AAC POE . A > dE e ps / 274 RODENTIA to blancuzco. Pies grises sucios. Cola de un color parduzco sucio, más claro por debajo que por encima. Cráneo (fig. 69) muy grande, muy plano por encima y con los na- sales completamente ensanchados en su parte anterior, de manera que la anchura máxima de ambos reunidos es casi igual á la de la re- gión facial al nivel del punto de inserción de los arcos cigomáticos. FiG. 69. Cráneo de Arvicola sapídus. Tamaño natural. * Dimensiones de una hembra adulta, de Madrid: cabeza y cuer- po, 185 mm.; cola, 121; oreja, 18; pie posterior, 35. Cráneo: longitud cóndilobasal, 42 mm.; ancho cigomático, 24,5; estrechamiento interorbitario, 4,6; ancho occipital, 16,8; longitud de los nasales, 11; diastema, 13,8; mandíbula, 26; serie molar superior 10,4; serie molar inferior, 10,6. Distribución geográfica.—Toda España, excepto el distrito ba- lear, y todo Portugal. Fuera de la Península se extiende por casi toda la costa mediterránea de Francia. Localidad típica, Santo Do- mingo de Silos (Burgos). Observaciones.—En el Museo Británico hay dos ejemplares de La Coruña que Miller cree pueden referirse á la forma. 4. s. tene- bricus, propia del sudoeste de Francia y caracterizada por su color, más obscuro que el de A. s. sapidus, pero muy bien podría tra- tarse de una diferencia puramente individual; por lo menos, los ejemplares de Galicia que yo he visto no difieren de los del centro de España. tó MURIDE 275 Nuestra rata de agua, equivocadamente designada por casi todos los autores españoles bajo el nombre de Arvicola amphibius, abunda en todas las regiones donde hay arroyos, lagunas ó ríos de corriente poco impetuosa. Aliméntase de tallos y raíces de plantas acuáticas, y en las huertas ocasiona algunos daños en los cultivos próximos al agua. Aunque Barceló incluyó el «Arvicola amphibius» en la fauna balear, hasta ahora no se ha encontrado en las islas Baleares ningún microtino. La «rata d'aygo», como dicen los del país, no es sino el Epimys norvegicus amoldado á una vida semiacuática. Género MICROTUS Schrank. Caracteres.—Pies posteriores con seis tubérculos en la plan- ta (fig. 66, B), y con las uñas más largas que los anteriores. Ma- MISA Lo Fórmula dentaria: IE, , m = =16. M, con cinco triángulos cerrados y nueve ángulos salientes; rm, sin triángulos cerrados por regla general. Comprende este género dos subgéneros, que difieren entre sí en la longitud de la cola y en la forma del rn?. Subgénero CHIONOMYS Miller. Arvicola Martins, 1842 (no Lacépede). Praticola Fatio, 1847 (parte, no Swainson). Paludicola Blasius, 1858 (parte, no Wagler). Microtus Miller, 1896 (parte). Chionomys Miller, 1908. Caracteres.—Cola próximamente tan larga como la mitad de la cabeza y el cuerpo. Cráneo con la caja cerebral muy deprimida, y casi sin indicios de crestas temporales. M* con triángulos cerra- dos, seis ángulos salientes y cuatro entrantes. Especie tipo.—Arvicola nivalis Martins, de los Alpes de Suiza. Conócense cinco especies de este subgénero, propias de las mon- tañas de la subregión mediterránea, desde los Pirineos hasta Pales- tina. Una de ellas está representada en nuestra fauna por una sub- especie. y 5) DS a e ss A A MA AS RA dc y E UVA TA 44 y 1 Juba ú s A - a SA ed o ¡ 4 ed e 276 RODENTIA Microtus [Chionomys] nivalis aquitanius Miller. Arvicola nivalís Trutat (no Martins), Bull. Soc. Hist. Nat. Toulouse, x1 (1877-78), pág. 112. Arvicola leucurus Graells (no Gerbe), Mem. Real Acad. Cienc. xvi (1897), pá- gina 515. Microtus nivalis aquitanius Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908) pá- gina 99. Chionomys nivalis aquitanius Cabrera, Asoc. Españ. Progr. Cien., Congr. de Zaragoza (1910), pág. 302. Diagnosis.—Es la raza pirenaica del M. (Ch.) nivalis, con el pelaje gris parduzco de la forma típica suiza, pero con el primer ángulo externo del m, muy ancho y redondeado y á veces nulo. Caracteres. —Color de las partes superiores gris de humo, inten- samente lavado de bistre en el dorso y con algún matiz amarillento de ante en los flancos. Vientre blanco sucio, algo variado de gris pizarra, que es el color de los pelos junto á su raíz. Pies blancuz- cos; cola lo mismo, á veces con un ligero matiz pardusco por encima. Cráneo con la caja cerebral muy deprimida, sobre todo hacia atrás; visto por encima ofrece un contorno más piriforme que en cualquier otro microtino europeo. Los incisivos son bastante procli- ves. M, con el primer ángulo externo muy ancho y redondeado, y á veces sin él, de modo que el lóbulo anterior á que dicho ángulo per- tenece presenta una forma parecida á la de media luna, en vez de ser en figura de punta de flecha, como en la forma típica de la mis- ma especie. Dimensiones de un macho adulto, de Huesca: cabeza y cuerpo. 107 mm.; cola, 60; oreja, 16; pie posterior, 19,5. Cráneo: longitud cóndilobasal, 28,8 mm.; ancho cigomático, 18; estrechamiento interorbitario, 4; ancho occipital, 14,2; longitud de los nasales, 8,5; diastema, 9,2; mandíbula, 18,4; serie molar supe- rior, 7,2; serie molar inferior, 7,2. Distribución geográfica.—Pirineos de Aragón, y tal vez tam- bién los de Cataluña. Fuera de España, la vertiente francesa de las mismas montañas. Localidad típica, L'Hospitalet (Ariége, Francia). Observaciones. —Este roedor parece ser actualmente bastante raro en la parte española de los Pirineos. Hace treinta y cinco ó TA MURIDE . 277 cuarenta años, según Trutat, era muy abundante en la Maladeta, pero cuando este autor publicó su Catalogue des Mammiferes des Pyrénées, empezaba ya á escasear. Aunque sin explicar el fenómeno, Trutat atribuye su desaparición á la abundancia de Eliomys quercinus. Para aquellos que tengan ocasión de buscar micromamíteros en los Pirineos, debo advertir que este microtino no puede confundirse con ningún otro de nuestro país, ni aunque se atienda sólo á sus caracteres externos. Su pelaje gris obscuro y su larga cola lo distinguen muy bien de todos los demás; solamente otra especie, el Arvicola sapidus, tiene también la cola larga, pero como es mucho más grande y de otro color, no hay confusión posible. Subgénero MICROTUS s. s. Mus Pallas, 1778 (parte, no Linné). Microtus Schrank, 1798. Hypudceus Mliger, 1811 (parte). Myodes Pallas, 1811 (parte). Brachyurus Fischer, 1813 (parte). Mynomes Rafinesque, 1817. Arvicola Cuvier, 1817 (parte, no Lacépede). Hemiotomys Sélys, 1836. Neodon Hodgson, 1849. Paludicola Blasius, 1857 (parte). Agricola Blasius, 1857. Praticola Fatio, 1867 (parte). Sylvicola, Fatio, 1867. Campicola Schulze, 1890. Tetramerodon Rhoads, 1894. Euarvicola Acloque, 1899. Caracteres.—Cola bastante más corta que la mitad de la cabeza y el cuerpo. Cráneo con la caja cerebral relativamente alta y las crestas temporales bastante marcadas. M* normalmente con tres triángulos cerrados, siete ú ocho ángulos salientes y cinco Ó seis entrantes. Especie tipo.—Microtus terrestris Schrank (= Mus arvalís Pallas; no Mus terrestris Linné). Las especies de este subgénero, muy numerosas, se extienden por las regiones paleártica y neártica, llegando por el sur hasta el Mediterráneo, el norte de la India y Méjico. En nuestra Península se han encontrado hasta ahora cinco formas distintas. y 278 RODENTIA Clave de las especies y subespecies. a. M?formado por cuatro prismas. b. Longitud del pie posterior, de 19 á 23 mm.; perfil superior de la caja cerebral convexo. C. Nasales más largos que el diastema y poco estrechados posteriormente. d. Sin triángulos cerrados en el m3; longitud cóndilobasal del cráneo, me- nOS:¡de 0 MM ins elsa M. Cabrerce. -d', Con dos triángulos cerrados en el m3; longitud cóndilobasal del cráneo, más dE 28M e dales dee eat dr ds Sr M. dentatus. c'. Nasales nunca más largos que el diastema y muy estrechados posterior- MM doo letal oie a iva M. asturianus. b.' Longitud del pie posterior, de 15 á 17 mm.; perfil superior de la caja cerebral PIO ta oia laico Mea oa M. arvalis meridíanus. AM O MAdo DON CIUCOpESMas a ade M. agrestis rozianus. Microtus Cabrerze Thomas. Microtus Cabrero Thomas, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xvn (1906), pág. 576. Microtus Cabreraí Trouessart, Faun. Mamm. d'Eur., (1910), pág. 181. Diagnosis. —Una especie con los molares como en M. arvalis (m? con cuatro prismas, ,m, sin triángulos cerrados), pero fácil de distinguir por su gran tamaño y su cráneo de perfil superior conve- xo y con los nasales largos y bastante anchos posteriormente. Caracteres. —Formas robustas. Pelaje largo y espeso. Color de las partes superiores entre bistre y pardo pelo, tirando un poco á oliváceo; las inferiores mucho más pálidas, de un crema sucio, con la base de los pelos pizarra. Pies parduzcos, pasando á blanco sucio en los dedos. Cola gris parduzca sucia por encima, amarillenta por debajo. Cráneo con la caja cerebral alta, de contorno superior convexo. Región interorbitaria con una ligera depresión á lo largo de su línea media, limitada lateralmente por dos arrugas ó crestas rudimenta- rias que no llegan á tocarse. Los nasales, que son bastante más lar- gos que el diastema y sobresalen por delante algo más que los inci- sivos, de modo que éstos quedan ocultos cuando se mira el cráneo por encima, se estrechan muy ligeramente hacia atrás, siendo la an- chura de los dos juntos en su extremo posterior igual á tres cuartos de su anchura máxima. M? formado por cuatro prismas, de los cuales, los que ocupan los lugares segundo y tercero constituyen triángulos MURIDAE 979 cerrados; m, formado por tres prismas, sin ningún triángulo ce- rrado. Dimensiones del tipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 107 milí- metros; cola, 34; oreja, 12; pie posterior, 22. Cráneo: longitud cóndilobasal, 27 mm.; ancho cigomático, 16; longitud de los nasales, 9,2; diastema, 8; serie molar superior, 6,8; serie molar inferior, 6,8. Distribución geográfica.—Hasta ahora, conocido solamente de la sierra de Guadarrama. Localidad típica, Rascafría (Madrid). Observaciones. —Este microtino es fácil de distinguir de las de- más especies del distrito central por sus formas robustas y redon- deadas, sus grandes pies y la forma de su cráneo. No creo difícil que perteneciesen á la misma especie los ejemplares que Cazurro dice haber visto vivos en Peñalara, sin poderlos capturar, y que él considera como «Arvicola» nivalis, aunque también pudiera tratar- se del M. asturianus, que es especie propia de grandes alturas. Microtus dentatus Miller. Microtus Cabrero Cabrera, Asoc. Españ. Progr. Cienc., Congr. de Zaragoza (1910), pág. 303 (parte, no Thomas). Microtus dentatus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, vi (1910), pági- na 459. Diagnosis.—Muy parecido á M. Cabrerce, pero más grande, de «Color más gris y con triángulos cerrados en el m,. Caracteres.—Aspecto general como en M. Cabrerce, aunque el color es diferente. Las partes superiores son de un gris de humo fuertemente lavado de ante; las inferiores, de un gris cla- ro, sin ningún matiz amari- llento. Pies grises. Cráneo como el de la espe- cie precedente, pero mayor y con los molares muy grandes. M? de la misma forma; el ma, en cambio, presenta una for- ma enteramente distinta de Cráneo de Microtus dentatus. la que comúnmente ofrece en Tamaño natural. FiG. 70. 280 RODENTIA el género, hallándose formado por cuatro prismas, de los que el segundo y el tercero son triángulos cerrados. Dimensiones del tipo, hembra adulta: cabeza y cuerpo, 125 milí- metros; cola, 40; oreja, 10; pie posterior, 22. Cráneo: longitud cóndilobasal, 30 mm.; ancho cigomático, 17,5; estrechamiento interorbitario, 3,2; longitud de los nasales, 9,8; diastema, 8,8; mandíbula, 19; serie molar superior, €; ES serie molar inferior, 7,6. Distribución geográfica. — Distrito orospedano, Fla. 71. sierra de Segura. Localidad típica, Molinicos (Al- Aleta tenes bacste) ro inferior iz- quierdo de Observaciones.—El Microtus de la sierra de Se- EN gura ha sido en otro tiempo considerado por mí como idéntico al M. Cabrerce del Guadarrama; pero, com- parado por el profesor Miller con el tipo y un paratipo de esta espe- cie, conservados en el Museo Británico, resulta ofrecer caracteres diferenciales bastantes para considerarlo como específicamente dis- tinto. Entre dichos caracteres, son sobre todo de notar el gran tama- ño de los molares y la forma peculiar del rm,. El tipo de M. denta- tus es precisamente el ejemplar de la sierra de Segura que en mi trabajo Los Roedores de España aparece mencionado en la des- cripción del M. Cabrerce. Microtus asturianus Miller. Microtus asturíanus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 198. Diagnosis. —Un Microtus casi tan grande como M. dentatus y con el cráneo convexo por encima como en esta especie, pero con el pelaje, los molares y los nasales semejantes á los de M. arvalis. Caracteres.—Color general arcilloso, tirando á ante, bastante pálido en los flancos y muy mezclado con negro á lo largo del dor- so. Superficie ventral gris clara, á veces lavada de ante. Cola par- da sucia por encima, gris-ante por debajo. Cráneo corto, ancho, con el perfil superior muy convexo y las arrugas de la región interorbitaria muy marcadas, diferenciándose de los de Cabrer«e y dentatus por los nasales, que son iguales ó más cortos que el diastema, no sobresalen más que los incisivos y e A A A NN RA Ae a e e ; MURIDE 281 se estrechan mucho hacia atrás, hasta el punto de que el ancho de los dos en su extremo posterior es muy inferior á la mitad de su an- chura máxima. Molares como en Cabrerce y arvalis. Dimensiones del tipo, hembra adulta: cabeza y cuerpo, 120 mili- metros; cola, 37; oreja, 14; pie posterior, 20. Cráneo: longitud cóndilobasal, 26,2 mm.; ancho cigomático, 15,2; estrechamiento interorbitario, 3,2; ancho occipital, 12,2; longitud de los nasales, 7,8; diastema, 7,8; mandíbula, 16.6; serie molar supe- rior, 6,6; serie molar inferior, 6,4. Distribución geográfica. —Distritos cantábrico y central: cor- dillera cantábrica, El Vierzo, montes de León, hasta la sierra de Guadarrama, por lo menos en su vertiente norte. Localidad típica, Pajares (Oviedo). Observaciones. —Este Microftus es propio de regiones elevadas; hasta ahora sólo se le ha encontrado á más de 1.200 metros sobre el mar. Aunque del mismo tamaño que las dos especies anteriores, se distingue muy bien, tanto por su pelaje como por su cráneo. Microtus arvalis meridianus Miller. Arvicola arvalis Graells (no Pallas), Mem. Real Acad. Cienc. xvn (1897), pá- gina 514. Microtus arvalis meridianus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist., Ser. 8, 1 (1908), pág. 197. Diagnosis.—Es la forma pirenaico-ibérica del M. arvalís, dis- tinta de la subespecie típica por su color más amarillento y su ma- yor tamaño, y de los otros Mi- crotus ibéricos por sus pies más pequeños y su cráneo me- nos convexo por encima. Caracteres. —Pelaje pardo madera claro, algo más obscu- ro en medio del dorso, donde se nota una fina mezclilla ne- eruzca, y más pálido hacia los flancos. Partes inferiores de un blanco fuertemente lavado de ante; los pies lo mismo, y la cola par- duzca por encima y amarillenta muy clara por debajo. Elias Cráneo de Microtus arvalis meridiants. Tamaño natural. E SS da IN e A a A NR 5 LOBA A A A 29892 RODENTIA Cráneo como en la raza típica de la especie, ó sea bastante plano por encima y con los nasales más cortos que el diastema ó, á lo sumo, iguales á éste, dejando bien descubiertos los incisivos si se miran por encima, y muy estrechos por detrás, como en asturiíanus. Las dos crestas de la región interorbitaria se unen en el centro de la misma. Los molares presentan la forma característica del grupo, es decir, m* con cuatro prismas de esmal- te, m* con dos ángulos entrantes externos y tres in- ternos, siendo el tercero de estos últimos muy poco profundo ó faltando por completo, y ra, sin triángulos cerrados. Dimensiones de un macho adulto, de El Escorial: cabeza y cuerpo, 102 mm.; cola, 33,5; oreja, 10,8; pie posterior, 16,2. a Cráneo: longitud cóndilobasal, 25,2 mm.; ancho izquierdas, su- Cigomático, 15; estrechamiento interorbitario, 3,7; or. de ancho occipital, 11; longitud de los nasales, 8; dias- Microtus arva- tema, 8; mandíbula, 16; serie molar superior, 6,2; lis meridianus. z xl . AN serie molar inferior, 6. Distribución geográfica. — Desde los Pirineos hasta el centro de España, por lo menos hasta la sierra de Gua- darrama. Fuera de la Península, la parte sudoeste de Francia. Lo- calidad típica, Biarritz. Observaciones.—No puedo precisar si esta subespecie llega al centro de nuestro país á lo largo de la cordillera ibérica, como me parece muy verosímil, ó á través del distrito cantábrico y de la par- te noroeste de Castilla; lo único cierto es que los ejemplares del Guadarrama no difieren en nada de los del sudoeste de Francia. Hay que cuidar mucho de no confundir esta forma con el M. asturianus que es del mismo color y vive también en el norte y centro, de Es- paña; puede decirse que, no viendo los cráneos, la diferente longi- tud del pie posterior es el único dato seguro para distinguir ambos roedores. FIG. 73. Microtus agrestis rozianus Bocage. Arvicola rozianus Bocage, Mem. Acad. Real Scienc. Lisboa, m1, 2 (1864), pági- na 7, lám. , figs. 1-4 Arvicola agrestís Lataste (no Linné), Le Naturaliste, v (1883), pág. 373. MURIDE 283 Microtus agrestis, var. rozianus Trouessart, Catal. Mammal., 1 (1897), pági- na 558. Microtus agrestís rosíanus Trouessart, Faune. Mamm. d'Eur. (1910), pági- na 177. Microtus agrestíis rozíanus Miller, Catal. Mamm. West.-Eur. (1912), pági- na 680. » Diagnosis. — Una torma de M. agrestís, con los molares carac- terísticos de esta especie (m? con cinco prismas, mn, sin triángulos cerrados) y con el pelaje ferruginoso, mezclado de negro. Caracteres. —Formas rechonchas; cola más larga que en los otros verdaderos Microtus ibéricos, equivaliendo á bastante más de un tercio de la longitud del cuerpo con la cabeza. Color de las par- tes superiores rojizo ferruginoso mezclado de negro; los flancos, de un rojizo más pálido. El vientre, el pecho y los labios, blanquecinos, ligeramente teñidos de ante. Las extremidades están cubiertas de pelos pardos y blancuzcos, que les dan un color uniforme pardo cla- ro. La cola es bicolor, parda obscura por encima, blanca amarillenta en la cara inferior. Cráneo alargado, sobre todo en la caja cerebral, y con el contorno superior ligeramente convexo. Los globos auditivos pequeños y poco inflados. Incisivos superiores muy robustos y casi verticales. Mola- res del tipo característico de M. agrestís, esto es, el m* con cinco prismas, en vez de cuatro como presentan los demás representantes de este género que hay en nuestra fauna. El m' tiene normalmente cinco prismas, pero en algunos ejemplares presenta un sexto pris- ma, sumamente pequeño, en su extremo posterior. Dimensiones de una hembra de Villalba, Lugo: cabeza y cuer- po, 100 mm.; cola, 39; oreja, 13; pie posterior, 18,8. Cráneo (incompleto por detrás): ancho cigomático, 13 mm.; estre- chamiento interorbitario, 3,6; longitud de los nasales, 7,4; diaste- ma, 7,6; mandíbula, 16; serie molar superior, 6,8; serie molar infe- rior,.6,4. Distribución geográfica.—Todo el distrito lusitano. Localidad típica, alrededores de Coimbra. La forma tipo de la especie es de Escandinavia, y otras subespe- cies se hallan repartidas por la Europa central y las Islas Brité- nicas. Observaciones. —Este Microtus, que difiere del verdadero 984 RODENTIA M. agrestís por su menor tamaño, su color más rojizo y sus globos auditivos más pequeños, parece ser muy raro. Que yo sepa, el único museo donde existen ejemplares es el Británico, en el que hay dos de Galicia. El tipo, que fué enviado al Museo de Lisboa por el señor Rosa de Carvalho, debe haberse perdido. En 1883 Lataste, que vió el cráneo de este mismo ejemplar, ya hizo constar que la piel había desaparecido. Sin embargo, en el catálogo de los mamíferos portu- gueses del Museo de Lisboa, publicado en 1900 por A. F. de Sea- bra (1), figura un «Arvicola agrestis, var. rozíanus» con todos los datos necesarios para considerarlo como el tipo en cuestión: «Coimbra, 1863, Sr. Rosa de Carvalho». Desgraciadamente, la de- terminación de este ejemplar es completamente errónea. El Sr. Sea- bra ha tenido la amabilidad de enviármelo para que lo examinase, y tácilmente he podido ver que, no sólo no es el tipo de rozíanus, sino que ni siquiera pertenece al género Microtus. En realidad, no debie- ra decir ejemplar, sino ejemplares, pues sobre una misma peana hay una piel montada con su cráneo dentro, y otro cráneo suelto, puesto en un aparatillo que permite volverlo y examinarlo por todos lados. El animal montado es un Pitymys con los incisivos superiores pro- clives, tal vez un P. ¡bericus centralís, aunque por lo decolorado que está el pelo, no es fácil una determinación exacta. Sea cual fuere la especie á que pertenezca, desde luego nada tiene que ver con el roedor descrito por Bocage, como lo demuestran las dimen- siones considerablemente menores de sus pies y de su cola, sus in- cisivos salientes fuera de la boca, y sus uñas anteriores más largas y robustas que las posteriores, carácter este último propio del gé- nero Pifymys. En cuanto al cráneo suelto, enteramente distinto de la figura del de M. a. rozíanus que acompaña á la descripción ori- gal, ofrece todos los caracteres del Pitymys Maric. No me ex- plico cómo se han podido confundir estos ejemplares con el tipo de rozianus; pero ello es cosa que, después de todo, importa poco explicar. Lo importante aquí es que el verdadero tipo descrito por Bocage, y examinado después por Lataste, parece haberse perdido. (1) Jornal Scienc. Mathem. Phys. e Natur., Ser. 2, vi, 1900, pág. 111. LEPORIDE 2935 Suborden DUPLICIDENTATA Roedores con cuatro incisivos superiores, los centrales muy gran- des y con un surco longitudinal en su cara anterior, y los laterales pequeños y situados detrás de los otros. Se dividen los Dupliciden- tata en dos familias, de las que sólo una se halla representada en nuestra fauna. Familia LEPORIDZ Roedores duplicidentados con premolares, que lo mismo que los molares, carecen de raíces y están formados por tubos de esmalte de sección ovalada ó poligonal, rellenos de cemento y dentina, con profundos repliegues más ó menos complicados, y los inferiores di- vididos en dos partes por estos repliegues como si fueran dientes dobles; con apófisis postorbitarias muy desarrolladas; con la parte lateral de los maxilares perforada por numerosos orificios irregula- res; con las orejas largas y estrechas, la cola corta y revestida de pelo algodonoso, las plantas de los pies muy velludas y con cinco dedos en las extremidades anteriores y cuatro en las posteriores. De cerca de una docena de géneros que comprende esta familia, dos solamente existen en la Península é islas Baleares. Clave de los géneros. a. Orejas tan largas como la cabeza, ó más todavía; interparietal fundido en la edad adulta con los parietales; abertura postpalatina muy ancha..... Lepus. a'. Orejas más cortas que la cabeza; interparietal constantemente independiente de los parietales; abertura postpalatina estrecha...... ........ Oryctolagus. Género LEPUS Linné. Lepus Linné, 1758. Lagos Brookes, 1828 (nomen nudum). Chionobates Kaup, 1829. Eulagos Gray, 1867. Eulepus Acloque, 1899. Mamlepus Herrera, 1899. EIN A LA IO AO O PT O A Edi "7 » ,] hos y a e e A ' A” Y Y HA í -S 286 RODENTIA Caracteres. —Orejas tan largas como la cabeza, ó más largas todavía; pies posteriores mucho más largos que los anteriores, y más largos también que la cola con los pelos de la punta. Cráneo con apófisis postorbitarias muy grandes, irregularmente triangula- res y muy ensanchadas en su parte libre, la cual queda separada del cráneo por dos profundas escotaduras; abertura postpalatina muy ancha, siendo su diámetro mayor que la longitud del paladar óseo medido entre la línea media del mismo y una de las series molares; interparietal fundido con los parietales antes de llegar á la edad adulta, dejando de existir como hueso independiente (fig. 74). Fórmula dentaria: + , pm aa , mM Ea =28. Incisivos supe- riores centrales con el surco de su cara anterior medianamente pro- fundo, y por lo general lleno de cemento; m'* y m, mucho más pe- queños que los demás molariformes. Las especies de este género caracterízanse además porque viven en los campos y se encaman entre las matas, dan á luz sus hijuelos con pelo y con los ojos abiertos, y su carne, después de cocinada, es de color obscuro, como la del venado. Especie tipo.—Lepus timidus Linné, de Suecia. El género Lepus contiene cerca de noventa especies, repartidas en dos subgéneros: Lepus s. s. y Pecilolagus. El último es exclusivamente americano; el primero, paleártico, neártico y etiópi- co, está representado en-+la fauna ibérica por tres formas, corres- pondientes á dos especies. Clave de las especies y subespecies. a. Pies con un trazo blanco por encima; longitud del pie posterior, 120 mm. ó menos. b. Color pálido; dorso mezclado de negro y ante-crema........ L. granatensis. b'. Color obscuro; dorso mezclado de negro y ante OCráce0....ooooocooccoccomm.. L. granatensis gallecius. Pies sin trazo Pisco por encima; longitud del pie posterior, 130 mm. ó más. L. europceus pyrenaicus. , a. Lepus granatensis Rosenhauer. (Lám. XIV) Lepus tímidus Asso (no Linne), Introd. Oryctogr. et Zool. Arag. (1784), pág. 58. Lepus meridionalis (Gené) Gervais, Zool. et Paleontol. Frac. (1853), pág. 29 (no- men nudum). Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina XIV LEPUS GRANATENSIS NA ARE LEPUS GRANATENSIS GALL4CIUS Torrramia Sne de E Paez de ' " y ú AE OS AA, il 5 y 7. li E sc ñ Mi Y : ee O TN ES de ve , 1 y MUA EN y * Dr % y YE ad Sa "e Y > PATA Y EN y did lor O al VA a A e Ma O a A ST va A Ye e” as a e rr e. A A » Ñ , o , 4 e: E a 4 . - LEPORIDA Cráneo de Lepus europceus pyrenaicus. 288 RODENTIA Lepus granatensís Rosenhauer, Thiere Andalus. (1856), pág. 3. Lepus mediterraneus Machado (no Wagner), Catal. Mam. Andal. (1869), pá- gina 29. Lepus meridionalis Graells, Mem. R. Acad. Cienc., xvn (1897), pág. 525, lám. xvi, figura c. Lepus Lilfordi De Winton, Ann. Mag. Nat. Hist., Ser. 7, 1 (1898), pág. 153. Lepus europceus granatensis Hilzheimer, Zool. Anzeig. xxx (1906), pág. 512. Lepus granatensis granatensis Miller, Ann. Mag. Nat. Hist., Ser. 7, xx (1907), pág. 399. ; NOMBRES VULGARES: Liebre, Lebrón, Matacán, Lebrato (el joven), en castellano; Llebre, en valenciano; Llebra, Esquirol, en mallorquín; Lebre, Lebracho, en portugués. Diagnosis.—Orejas muy largas; pies rojizos con un trazo blanco por encima; pelaje del tronco pálido. Caracteres. —Longitud de las orejas igual por lo menos á la de los pies posteriores, generalmente unos 5 mm. mayor. Pelaje de las partes superiores anillado de ante-crema y negro, formando una. mezcla bastante pálida, por dominar el primer matiz; borra gris azulada muy clara, con las puntas color de ante, obscureciéndose mucho en el extremo mismo de cada pelito, pero sin llegar á hacerse negras. En los costados, por encima del pelo y de la borra, sobre- salen algunos pelos muy largos, tiesos y blancos, con la base ne- gruzca. Parte baja de los flancos, de un rojo de ocre muy pálido; las patas anteriores del mismo color, pero más obscuras, con la cara interna blanca hasta el metacarpo, donde lo blanco pasa á la cara externa y forma una mancha metacarpiana bien marcada; los miem- bros posteriores, de un rojo más vivo, casi rojizo de canela, y tam- bién blancos por la cara interior, corriéndose el blanco por encima del pie en un ancho trazo que llega hasta las puntas de los dedos. Nuca, cuello y parte alta del pecho, de un color entre pardo madera y ante ocráceo. Vientre enteramente blanco; garganta é ingluvio lo mismo, el último con una sombra de pardo. La cabeza ofrece una mezclilla de los mismos colores que el dorso, pero más apretada y obscura; una zona ligeramente pálida rodea cada ojo. Orejas, por fuera, de un blanco grisáceo, excepto á lo largo de su mitad ante- rior, donde se observa una fina mezclilla de isabela claro y negro, y en la punta, que es enteramente negra; el borde exterior presenta una estrecha franja de pelos de un color de ante muy pálido. Cola negra por encima, blanca en los lados y por debajo. LEPORIDA 289 Cráneo bastante pequeño, de unos 90 mm. de longitud total, y con el perfil superior relativamente poco convexo. j Dimensiones de una hembra adulta, de Brunete (Madrid): cabeza y cuerpo, 560 mm.; cola, 120; oreja, desde su base, 145; pie poste- rior, 140. Cráneo: longitud total, 94,2 mm.; longitud cóndilobasal, 82,6; ancho cigomático, 43; ancho interorbitario, 18; estrechamiento post- orbitario, 13,2; longitud de los nasales, hasta su punto más poste- rior, 38,5; diastema, 27,6; serie molar superior, 16; mandíbulas, 71; serie molar inferior, 17. Distribución geográfica.—Toda la parte de la Península que queda al sur del Miño y del Ebro, desde estos ríos al Estrecho de Gibraltar, y desde el Atlántico al Mediterráneo, y las Islas Baleares. Localidad típica, Granada. Observaciones.—En todo el centro y mediodía de España, esta liebre es muy común en los llanos extensos y en las navas rodeadas de montes, á los cuales sube en el verano, llegando hasta el lindero de los bosques. Yo he encontrado su rastro y su estiércol, en el mes de Agosto, en las pequeñas calvas de la divisoria del pinar de Na- vacerrada, á unos 1.320 m. de altura. En las localidades pantanosas adquiere hábitos semiacuáticos, y durante las crecidas se encama sobre las matas que sobresalen del agua. Se la halla con frecuencia cerca de los pueblos, sobre todo donde hay viñedos, cuando la uva empieza á estar en sazón. Su régimen es casi tan omnívoro como ej de las ratas, pues come la carne descompuesta de los animales muertos con tanta fruición como las substancias vegetales. Lepus granatensis gallecius Miller. (Lám. XIV) Lepus meridionalis Seoane (no Gené), Fauna Mastol. de Galicia (1861-63), pá- gina 251. Lepus granatensís gallcecius Miller, Ann. Mag. Nat. Hist., Ser. 7 xx (1907), pá- gina 400. NOMBRES VULGARES: Liebre, en castellano; Lebre, en gallego. Diagnosis.—Parecido al L. granatfensís típico, pero con pelaje mucho más obscuro; la parte clara de los pelos del lomo ante ocrá- cea, sin dominar este matiz sobre el elemento negro. 290 RODENTIA Caracteres.—Proporción entre la oreja y el pie como en la for- ma típica. Colores distribuídos en la misma forma, pero más obscu- ros. Mezcla de las partes superiores formada por zonas negras y de color ante ocráceo, encontrándose ambos matices en proporción próximamente igual; la borra de color más vivo y con puntas negras. Flancos y patas de un rojo canela obscuro. Nuca, cuello y garganta, de un pardo madera obscuro, lavado de color de arcilla. Vientre blanco; ingluvio lavado de negruzco. La cabeza más obscura que en el verdadero granaftensís y con la zona pálida que rodea los ojos muy marcada. Orejas más obscuras también, siendo gris, en vez de blancuzca, la mitad posterior de su superficie externa. Cráneo como en la subespecie típica. Dimensiones de un macho adulto, de Carral (Coruña): cabeza y cuerpo, 480 mm.; cola, 92; oreja, desde su base, 133; pie poste- rior, 120. Cráneo: longitud total, 88,2 mm.; longitud cóndilobasal, 76,8; an- cho cigomático, 42; ancho interorbitario, 18; estrechamiento postor- bitario, 13; longitud de los nasales, hasta su punto más posterior, 39; diastema, 26; mandíbula, 66; serie molar superior, 14,6; serie molar inferior, 17. Distribución geográfica.—Galicia, y tal vez Asturias. Locali- dad típica, La Coruña. Observaciones.—La liebre del noroeste de España se distingue perfectamente de la del centro y sur por sus colores mucho más obs- curos y encendidos; los trazos ó manchas blancas de los pies son me- nos extensos y no están tan bien señalados. En cuanto á sus cos- tumbres, parecen ser las mismas. Lepus europeus pyrenaicus Hilzheimer. (Lám. XV). Lepus timidus Trutat (no Linné), Bull. Soc. Hist. Nat. de Toulouse, x1 (1878), pá- gina 109. Lepus europceus pyrenaicus Hilzheimer, Zool. Anzeiger, xxx (1906), pág. 512. NOMBRES VULGARES: Liebre, en castellano; Llebre, en catalán; Erbid, en vascuence. Diagnosis.—Es la forma pirenaica del £L. europeus de la Euro- pa central, que se diferencia del L. granatensis por sus orejas más cortas y la falta de trazo blanco en los pies; difiere de la forma E O IN A O LEPORIDE 291 típica por ser algo más pequeña y por su pelaje más amarillento. Caracteres.—Orejas de uno á dos centímetros más cortas que los pies posteriores. Color de las partes superiores mezclado de ante crema y negro, estando los dos colores próximamente en la misma proporción; la borra es blanca sucia, pasando á crema hacia la punta, que acaba por ser negruzca. Flancos con largos pelos blan- cos esparcidos. En medio de la grupa, la parte pálida del pelo se vuelve casi blanca, y el negro pasa á gris, de donde resulta que aquella parte ofrece un matiz grisáceo. El cuello y la parte anterior del pecho son de un color canela vinoso obscuro; la parte baja de los flancos, á lo largo del vientre, ofrece este mismo color, mien- tras el vientre mismo es blanco. La nuca, de un matiz entre leonado y alazán, sucio. Orejas lo mismo que en £. granatensis. Un círculo ante-crema rodea cada ojo, extendiéndose hacia el hocico y hacia la oreja en forma de banda; debajo, la mejilla es de un color de ante intenso, y de este color es también el labio interior, en tanto que la quijada es blanca. Las patas anteriores, de un color rojizo, entre ala- zán y arcilloso, que palidece en los pies; las posteriores de un color de arcilla muy pálido, tirando á ante; ni en aquéllas ni en éstas hay por encima ningún:trazo blanco. La cola, negra por encima y blan- ca por debajo y en los lados. El cráneo, que en nada difiere del de la forma centro-europea, es más grande y robusto que el del £. granatensis y con el perfil su- perior fuertemente convexo (fig. 74). Dimensiones de un macho adulto, del Vallés (Barcelona): cabeza y cuerpo, 530 mm.; cola, 92; oreja, desde su base, 135; pie poste- rior, 148. Cráneo: longitud total, 99 mm.; ancho cigomático, 46; ancho in- terorbitario, 19; ancho postorbitario, 15; longitud de los nasales hasta su punto más posterior, 43; diastema, 29,2; mandíbula, 71,5; serie molar superior, 17; serie molar inferior, 18,5. Distribución geográfica.—Nordeste de España, desde la ver- tiente francesa de los Pirineos hasta el Ebro, y desde las Provincias Vascongadas hasta la costa de Cataluña. Localidad típica, Bagnéres (Pirineos franceses). Observaciones.—Al establecer esta subespecie, sobre un sólo ejemplar del Museo de Strasburgo, Hilzheimer la distinguió del ver- A A A e OS "Dr 292 RODENTIA dadero £. europceus por tener lo blanco del vientre más estrecho, casi reducido á una banda central; pero en realidad este carácter es muy variable. Comparados con liebres del norte de Francia y del centro de Alemania (Turingia), los ejemplares que yo he examinado se diferencian por su pelaje algo más amarillento y más cargado de negro, y por tener menos extendido el matiz grisáceo de la grupa, que en aquellas baja mucho por los muslos. Además, pyrenaicus es algo menor que europceus típico, aunque la diferencia de tama- ño no es tan notable como podría suponerse por las medidas que publica Miller en su catálogo de los mamíferos de la Europa occi- dental. Este último autor, al ocuparse en el mismo libro de su £. grana- tensíis iturissius, torma de la cual sólo se conoce un ejemplar ad- quirido en Biarritz, dice que el colector del mismo parece conside- rar esta liebre como propia del lado de acá de la frontera hispano- francesa; pero todos los datos que he podido recoger prueban que las liebres de aquende el Bidasoa pertenecen á la especie europeas, no á granatensis, y un ejemplar de los alrededores de San Sebas- tián enviado al Museo Nacional de Ciencias Naturales por el cate- drático de Historia Natural Sr. López Cañizares; es evidentemente L. europeeus pyrenaicus. En las Provincias Vascongadas, donde ha sido siempre muy per- seguida, la liebre es actualmente bastante rara. En los Pirineos, en cambio, abunda todavía, y durante el verano se eleva bastante; ya Trutat observó que en sus emigraciones periódicas de los valles á las alturas, y viceversa, parece seguir la marcha de los ganados. Género ORYCTOLAGUS Lilljeborg. Lepus Linné, 1758 (parte). Cuniculus F. A. A. Meyer, 1790 (no Wagler). Oryctolagus Lilljeborg, 1874. Caracteres.—Orejas más cortas que la cabeza; pies posteriores más largos que los anteriores, pero apenas más largos que la cola con los pelos. Cráneo con apófisis postorbitarias grandes y separa- das de la caja por escotaduras profundas, pero más bien alargadas que triangulares como en Lepus; abertura /postpalatina estrecha, E O IE A O V 4 LEPORIDA 293 siendo su anchura menor que la longitud del paladar óseo medida entre su línea media y la serie molar; el interparietal permanece siempre como hueso independiente (fig.-75). Fórmula dentaria: ¿]=-» pm 25 , m=3=2%8. Incisivos su- periores centrales con el surco medianamente profundo y sin cemen- to; m* y m, bastante más chicos que los demás molariformes. Los Oryctolagus viven en los montes, se abren madrigueras subterráneas y paren sus hijos desnudos de pelo y con los ojos ce- rrados. Su carne es blanca, como la de las aves de corral. Especie tipo. —Lepus cuniculus Linné, que es el conejo casero. Esta especie es la única del género, con dos subespecies silves- tres, una de la Europa Central (Oryctolagus cuniculus campes- tris Meyer), y otra propia de la subregión mediterránea (O. c. al- gírus Loche), que es la que existe en nuestra fauna. Oryctolagus cuniculus algirus (Loche). Lepus cuniculus Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. Zoogr. Arag. (1784), pág. 58. Lepus algirus Loche, Explor. Scient. Algérie, Mammif. (1867), pág. 121. Lepus Huxrleyi Heckel, Hist. Créat. Etres Organis. (1874), pág. 130. Oryctolagus cuniculus cnossíus Bate, Proc. Zool. Soc. London (1905), 1, pági- na 322 (1906). Oryctolagus cuniculus Cabrera, Asoc. Españ. Progr. Cienc., Congr. de Zarago- za (1910), pág. 58. Oryctolagus cuniculus Huxleyi Barrett-Hamilton, Brit. Mamm., u (1919), pág. 199. Oryctolagus cuniculus meridionalis Franca, Bull. Soc. Portug. Scienc. Natu- relles, vi (1913). NOMBRES VULGARES: Conejo, Gazapo (el joven), en castellano; Coello, en gallego; Cunill, en catalán y valenciano; Cuné, en mallorquín; Unchid, en guipuzcoano; Coelho, en portugués. Diagnosis. —Una raza silvestre de pequeño tamaño: longitud to- tal del cráneo, 70 á 77 mm.; pie posterior, 72 á 85 mm. Caracteres.—Pelaje de un color pardo-gris terroso, que visto de cerca es una mezclilla muy fina de ante-crema y negro, por estar los pelos anillados de estos dos matices. La borra es gris, con las puntas ligeramente rojizas. En los flancos, el elemento negro se pierde poco á poco, y el color resulta allí entre ante y pardo madera sucio. En la cabeza, la mezclilla es más fina y apretada que en el dorso; un cerco pálido, mal definido, rodea el ojo; la nariz tira á leonado; la oreja es en su cara externa gris en la mitad posterior y del color 2994 RODENTIA de la cabeza en la anterior, con un estrecho borde negro en la pun- ta, y los pelos del borde anterior blancuzcos. La nuca es rojiza, entre alazana y canela; el cuello por debajo, pardo madera claro. FIG. 79. Cráneo de Oryctolagus cuniculus algírus. e £ ¿o > =, = AN E] a s E ESA AER A A "y he 3 E _A ESPA A 296 RODENTIA para constituir una raza local, que ya Heeckel distinguió con el nombre de Lepus Huxleyi. Barrett-Hamilton y Miller, sin embar- go, consideran el conejo de Porto Santo idéntico á la forma del sur de Europa, y me inclino á participar de su opinión, porque he visto cráneos de ejemplares españoles con los caracteres asignados por Franca á Muxleyi, caracteres que, dicho sea de paso, me parecen más bien de edad que de raza. Sea como quiera, no puede llamarse al conejo mediterráneo O. c. Huxleyi, por ser más antiguo el nom- bre de algirus aplicado por Loche al conejo argelino, que es idén- tico al de España, el sur de Francia, etc. Yo he visto dos ejempla- res de Argelia y muchos del norte de Marruecos, y no he podido distinguirlos de los de nuestro país. En la Península, famosa ya en la antigiiedad por la abundancia de conejos (1), estos roedores pululan todavía en todos los montes, mi- nándolos con sus gazaperas, y sin la activa persecución de que son objeto, llegarían á constituir en algunos sitios un serio peligro para la vegetación, por su voracidad y por la rapidez con que se mul- tiplican. (1) Cátulo llamó á España cuniculosa Celtiberia; en las monedas hispano-roma- nas de Adriano, el conejo figura como uno de los símbolos de Iberia. A A a PO e Us ll o ROI Orden ARTIODACTYLA Mamíferos euterios terrestres, ungulados y unguligrados, con los dedos en número de dos ó de cuatro, pasando el eje del pie por en- tre los dos centrales; cráneo con las cavidades orbitaria y temporal confundidas; dientes de las cuatro clases; sin clavículas, y con el cúbito y el peroné rudimentarios ó ausentes. Los Artiodactyla han sido reunidos por muchos autores, á imita- ción de Scopoli (1), conlos Perissodactyla, los Hyracoidea y los Proboscidea en un orden único, Ungulata, pero el grupo así for- mado es tan poco natural, que en realidad es imposible concederle la misma categoría que tienen, por ejemplo, los Primates ó los Ro- dentia. A lo sumo, puede considerársele como una cohorte ó agru- pación de órdenes muy próximos dentro de la subclase Euthería. Solamente los Perissodactyla tienen, además de cierto parecido externo, algunos caracteres en común con los Artiodactyla, dignos de tenerse en cuenta (ausencia del primer dedo, testes en un saco escrotal, útero bicorne, placenta sin membrana caduca); pero estas semejanzas pierden su valor junto á las grandes diferencias morfo- lógicas que existen entre ambos órdenes, sobre todo por lo que res- pecta á las extremidades y al sistema dentario, diferencias que revelan orígenes muy distintos. Los Artiodactyla son siempre tetra- dáctilos ó didáctilos, con el cuarto dedo próximamente igual al ter- cero, y el segundo y el quinto, que pueden faltar, mucho más cortos (1) Introductio ad Historiam Naturalem sistens Genera Lapidum, Plantarum et Animalium. Praga, 1777. CO mn] IE AE AO y JE A a 0 de O 0 E Ed AAA ASE A E O . A EA PO AER a O A A A 298 ARTIODACTYLA é iguales entre sí, mientras en todos los Perissodactyla el pie es funcionalmente tridáctilo, con el tercer dedo el más largo y robusto de todos, y el segundo y el cuarto iguales entre sí y á veces ausen- tes. Además, en los primeros el pie es «paraxónico», es decir, que su eje ó centro pasa entre los dedos tercero y cuarto, los cuales son simétricos entre sí, pero cada uno de ellos asimétrico en sí mismo, en tanto que el pie de los Perissodactyla es «mesaxónico», ó lo que es lo mismo, su eje pasa por el centro del tercer dedo, que es simétrico en sí mismo. En cuanto á los dientes, en los Artiodactyla los premolares, aun los más posteriores, están siempre mucho menos desarrollados que los molares, y estos corresponden al tipo tritubercular. En los Pe- rissodactyla, los premolares se asemejan en forma y tamaño á los molares, cuya corona es cuadrangular. Las más recientes investigaciones sobre la filogenia de estos dos órdenes parecen probar que, mientras los Perissodactyla se deri- van de alguna familia desconocida del orden eoceno Condylarthra, los Artiodactyla están más estrechamente relacionados con los cat- nívoros terciarios conocidos como Creodonta (1). En general, los Artiodactyla están organizados para la marcha ó la carrera, aunque algunos géneros exóticos tienen secundariamente hábitos semiacuáticos (Hippopotamus) ó semiminadores (Phaco- chcerus). Su régimen es fitófago, habiendo, sin embargo, algunas especies que realmente son omnívoras. Divídese este orden en dos subórdenes, ambos representados en la Península y actualmente ausentes de las Baleares, salvo las for- mas domésticas. Clave de los subórdenes. a. Molares selenodontos; caninos inferiores análogos á los incisivos.............. Ruminantía. a'. Molares bunodontos; caninos inferiores muy diferentes de los incisivos........ Choeromorpha. (1) Véase W. K. Gregory, Bull. Amer. Mus. Nat. Hist., xxvu, 1910, pág. 403. > y PE . e A e ds TS a A TO ei s pa dE pi A Me RUMINANTIA 299 Suborden RUMINANTIA Artiodactilos con los molares selenodontos, los caninos inferiores análogos á los incisivos y colocados en línea con éstos, los dedos segundo y quinto ausentes ó rudimentarios, los metacarpianos y me- tatarsianos correspondientes á los dedos tercero y cuarto, general- mente unidos entre sí, formando un hueso único denominado caña, y el estómago compuesto de varios compartimientos destinados á facilitar la ramiación, acto por el cual los alimentos, después de una fermentación preliminar, vuelven á la boca y son nuevamente masticados para ser digeridos definitivamente. Los Ruminantia ó rumiantes se dividen en tres superfamilias: Pecorina, Tylopoda y Tragulina. De ellas, en nuestra fauna sólo está representada la primera (1), que á los caracteres expuestos reune los siguientes: ausencia completa de incisivos superiores; frontales, y alguna vez los parietales, provistos generalmente de cuernos, por lo menos en los machos; metacarpianos y metatarsia- nos centrales (tercero y cuarto) unidos en una caña; estómago con cuatro compartimientos ó cavidades, que reciben los nombres de panza, redecilla, libro y cuajar. Desde el punto de vista taxonómico, el más importante de estos caracteres lo constituyen los cuernos. Son éstos unas pro- tuberancias óseas generalmente soldadas al cráneo y con toda la apariencia de prolongaciones del mismo, aunque á veces inde- pendientes y meramente apoyadas sobre él, y que tan pronto se hallan encerradas en una vaina córnea, que es el cuerno propia- mente dicho, como revestidas de piel, en cuyo caso su porción ter- minal puede perder esta envoltura dérmica y quedar desnuda, cons- tituyendo una cuerna, que á su vez se desprende y es reempla- (1) Los camellos mal llamados salvajes del bajo Guadalquivir, que en cierto modo podrían considerarse como los representantes de los Tylopoda en España, son realmente cimarrones, esto es, escapados á la domesticidad, y por añadidura de muy reciente importación. Un $ AO AT a A A A RS A TO A 300 ARTIODACTYLA zada periódicamente. En tales diferencias se basa principalmente la división de los Pecorina en familias, mientras para los grupos subordinados á éstas se atiende sobre todo á la forma y posición de los cuernos. Tienen también gran importancia para la clasificación las glándu- las cutáneas que estos animales suelen presentar, ora en las extre- midades, ora en diferentes partes de la cabeza, ó ya en las ingles ó en otras regiones del cuerpo, glándulas que segregan substancias odorantes cuyo objeto no ha sido todavía explicado de un modo de- finitivo (1), y que con frecuencia son perfectamente visibles al ex- terior. Actualmente admítense en este grupo cinco familias: Bovidee, Antilocapridce, Giraffido, Moschide y Cervidee. Sólo la prime- ra y la última tienen representantes en nuestra fauna. Clave de las familias y subfamilias. a. Con cuernos simples, persistentes, exteriormente constituídos por una vaina córnea y por lo general presentes en ambos SexoOS....ooooocoooomo.. Bovipa. b. Cuernos de sección transversal aproximadamente circular, sin quilla longi- tudinal ni nudosidades transversales .........oooooooomooo.... Rupicaprince. b'. Cuernos de sección transversal más ó menos angulosa, con una quilla longi- tudinal y nudosidades transversales..........oo..ooooo oooomoo... Caprince. a'. Con cuernas ramificadas que caen y se renuevan periódicamente, por lo gene- fal presentes'solo en dos machos. edit tae ele lola ciel > CERVIDA. Cc. Metarcarpianos y metatarsianos laterales representados por rudimentos de su extremidad inferior; espacio interungular poblado de pelo por de- bajo; sin glándulas preorbitarias (2)...........o....o.o.o.... Hippocamelince. c'. Metarcapianos y metatarsianos laterales ausentes ó representados por ru- dimentos de su extremidad superior; espacio interungular desnudo por debajo, al menos en los pies anteriores; con glándulas preorbitarias...... Cervince. (1) Para el estudio en detalle de estas glándulas y de las hipótesis que tienden á explicar el papel que representan, véanse Max Weber, Arch. Mikrosk. Anaf., XXX1, 1888, pág. 500; Max Tempel, Vergl. Anat.-physiolog. Untersuch. úber die Drisen der zwischen Klauenhaut der Paarzeher, Leipzig, 1896, y Reginald I. Pocock, Proceed. Zool. Soc. of London, 1910, pág. 840. (2) Este último carácter se refiere al único género que representa esta subfami- lia en la fauna hispano-lusitana; en el mismo grupo hay otros géneros, como Ran- gifer y Odocoileus, en los que dichas glándulas se hallan, por el contrario, muy des- arrolladas. ; BOVIDAE 301 Familia BOVID4E Rumiantes con cuernos persistentes, jamás ramificados, constituí- dos al exterior por vainas ó estuches córneos que encierran los cuernos óseos, los cuales aparecen como meras prolongaciones de los frontales, y generalmente presentes en los dos sexos; sin cani- nos superiores; sin metacarpianos ni metatasianos laterales (segundo y quinto) ó á lo sumo con rudimentos de su extremidad superior, y con los dedos laterales representados al exterior por pezuñas rudi- mentarias (falsas pezuñas), pero ausentes en el esqueleto, aunque á veces se encuentran pequeños nódulos óseos aislados, que constitu- yen los últimos vestigios de las falanges. Esta familia ha sido recientemente dividida por Pocock (1) en diez y seis subfamilias, de las cuales sólo dos, Rupicaprince y Capri- nce, tienen representantes entre las especies salvajes de nuestra Península, y otra, Bovince, entre nuestros animales domésticos. Subfamilia Rupicaprine. Bovídce con una cavidad estrecha y profunda en la cara anterior de los pies, encima de las pezuñas, y con cuernos en los dos sexos, próximamente tan grandes en las hembras como en los machos, de sección circular ó casi circular y sin ninguna quilla longitudinal ni nudosidades transversales. Comprende este grupo cinco géneros, hallándose uno solo en nuestra fauna. Género RUPICAPRA Blainville. Capra Linné, 1758 (parte). Antilope Pallas, 1767 (parte). Rupicapra Blainville, 1816. * (D) L£.c., págs. 846 y siguientes. A A AS 302 ARTIODACTYLA Aplocerus Hamilton Smith, 1827. Capella Keyserling y Blasius, 1840. Cemas Gloger, 1841 (no Oken). Caracteres.—Cuernos delgados, lisos, con sólo ligeras rugosi- dades en la base, negros, implantados al nivel del borde posterior de las órbitas y muy próximos entre sí, en posición vertical con res- pecto al plano de la base del cráneo, rectos en sus dos primeros tercios y con la punta bruscamente encorvada hacia atrás y abajo, en forma de gan- cho. El borde superior de las narices y e un pequeño espacio entre las mismas, ON desnudos (fig. 76). Dos glándulas cutá- neas parietales inmediatamente detrás A de los cuernos. Cavidad de los pies tor- vista de frente. > C -= , pm == y, m — =32. Incisi- vos con la corona estrecha y alargada; caninos semejantes en su for- ma á los incisivos y colocados en serie con ellos; premolares supe- riores con dos aristas verticales en su cara externa. Especie tipo.—Capra rupicapra Limné, de los Alpes de Suiza. La mayoría de los autores no admite en este género más que una especie, reconociendo si acaso diferentes formas locales; pero Miller ha considerado estas últimas como otras tantas especies distintas. En nuestra fauna figuran dos formas muy diferentes, sin duda alguna, de la que vive en los Alpes, aunque lo bastante semejantes entre sí para que sólo debamos mirarlas como subespecies de una misma especie. NV DN YN ZO, y NA SE Y) OS Ze FiG. 76. Clave de las subespecies. a. Pelaje de verano pardo claro; garganta amarillenta....... ..... R. pyrenaica. a'. Pelaje de verano rojo cervuno; garganta rojiza........... R. pyrenaica parva. “ZA HH 9p 0 Brody y ('oueuan ap afeja y) VOIVN3YAA VIAVIO ANY IAX tumue7 "SOJ9J1WUBIA : BOL19Q] LUNE J A NA BOVIDE 303 Rupicapra pyrenaica Bonaparte. (Lám. XVI. Capra rupicapra Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. et Zool. Arag. (1784), pá- gina 59. Antilope rupicapra, a Schinz, Syst. Verz. Sáugeth., 1 (1845), pág. 453. Rupicapra pyrenaica Bonaparte, Atti della sexta Riun. Scienz. Ital., 1844 (1845), pág. 337. Antilope rupicapra, g pyrenaica Wagner, Schreb. Sáugeth., Supplem., rv, 1844 (1845), pág. 463. y Antilope pyrenaica Schinz, Monogr. Sáugeth., Antilope (1848), lám. Lm. Rupicapra rupicapra Trouessart, Faune Mamm. Eur. (1910), pág. 235 (parte). Rupicapra rupicapra pyrenaica Cabrera, Proceed. Zool. Soc. London (1910), pá- gina 998. NOMBRES VULGARES: Rebeco, Gamuza, Rupicabra, Bicerra, en castellano; /sart, Camuza, Cabirol, en catalán; Sarrio, Isarzo, en Aragón. Diagnosis.—Una especie de formas más esbeltas y pelaje más pálido que la gamuza de Suiza, con la garganta más amarillenta, y en invierno con una banda obscura descendiendo oblicuamente por FIG. 77. Pie de Rupicapra pyrenaica, visto de frente con los dedos separados, y corte longitudinal del mismo, para mostrar la disposición de la cavidad interdigital. = e SA 1 EAT EY. 312 ARTIODACTYLA ÑÑ y . l S E) EN W 11/% SN = 1/60) 7 yA QS Mio lo, el] FiG. 81. Distribución de las zonas negras en los machos adultos de Capra pyrenaica (A), y C. p. Victorice (B). A =Y == A E, Z = E . . = ES; > A Ñ )) y / y Ñ Ay / MS ¡ t ¡NA 1 PINO | e , 27 SN Q Ñ NY ES Ñ W AN EE S Y SN Ñ Ñ ES | EN N Ñ Ñ S EN RS S ASE ESE TT RE LL A FiG. 81 bis, Distribución de las zonas negras en los machos adultos de Capra pyrenaica hispa- nica (C) y C. p. lusitanica (D). < 15. 314 ARTIODACTYLA blanco sucio por verse un poco la raíz del pelo, que es blanca. La nuca, la crin y una ancha lista á lo largo del espinazo, que se ensan- cha sobre los hombros formando frecuentemente una gran mancha romboidal, son negras, con algunos pelillos blancos entremezclados. Negras son también las caras anterior y externa de los miembros anteriores, rodeando este color toda la parte baja del pie, encima de las pezuñas, y extendiéndose hacia arriba por el pecho, parte inte- rior de la superficie anterior del cuello y parte anterior de los hom- bros, llegando en los ejemplares viejos á unirse con la mancha rom- boidal que ocupa la cruz. Los pies posteriores son también negros por delante, y el negro rodea toda la articulación tibio-tarsiana y continúa por la superficie exterior del muslo hacia la grupa, forman- do un gran manchón que á veces se funde con la línea dorsal. Una ancha banda negra, arrancando de este manchón del muslo, se corre hacia adelante por la parte baja del costado, hasta cerca del codo (fig. 81, A). El vientre y las caras interna y posterior de los miem- bros, son blancos; la cola, negra. Cabeza parda, con la frente y la barba negruzcas, y las orejas por fuera leonadas. En el invierno, el color general es entre gris y ante, lavado de negruzco en los flancos; las marcas negras no están tan bien defini- das como en verano, y toda la parte inferior del cuello toma un color negro sucio ó pardo muy obscuro. La hembra, cuyo pelaje de verano tira á cervuno, carece de crin y no presenta bandas negras en el dorso ni en los costados. Los jóvenes de los dos sexos son en su primer año del mismo color que las hembras adultas, pero en el tercer año, los machos tienen ya la parte exterior de los brazuelos y de los muslos negra y presentan la lista dorsal y las bandas de la parte baja de los flancos. Cuernos muy grandes, gruesos, dirigidos en suave curva hacia afuera y atrás, luego hacia atrás y abajo, y finalmente hacia dentro y arriba, retorciéndose en media vuelta de espiral, de manera que la quilla, que en la base es interna, acaba siendo antero-externa; su sección transversal (fig. 82, A) piriforme, bastante redondeada aparte de las dos depresiones ó concavidades que corresponden á las caras anterior y posterior de la quilla, la cual, aunque no muy sa- liente, está perfectamente marcada. Toda la superficie de los cuer- nos, excepto la punta, está cubierta de rugosidades, que forman BOVIDE 315 muchos anillos, cuyo número aumenta con la edad (1), y á los cuales corresponden en el borde de la quilla otras tantas ondulaciones irre- gulares. Los cuernos de las hembras son muy cortos, lirados y com- pletamente cilíndricos, diferenciándose de los que tienen los machos de dos ó tres años por carecer en absoluto de quilla. Dimensiones de un macho adulto, de los Pirineos de Aragón: ca- beza y cuerpo, 1480 mm.; altura en la cruz, 750; cola, 130; oreja, 126; pie posterior, 440. Cráneo: longitud cóndilobasal, 260 mm.; ancho cigomático, 127; ancho en los bordes orbitarios, 158; nasales, 90; mandíbula, 217; serie molar superior, 76; serie molar inferior, 80; longitud del 7?, 20,5; longitud del m.,, 27. Cuernos: longitud á lo largo de la curva- tura externa, S00, circunferencia en la base, 200; separación entre las puntas, 420. Los cuernos más grandes que se conocen son los de un macho viejo, del valle de Valibierna, cuya cabeza se conserva en el Museo de Bagnéres de Luchon; miden 1020 mm. de longitud y 260 de cir- cunferencia en la base (2). La hembra es bastante más pequeña que el macho, y sus cuernos sólo como una cuarta parte de los de éste; los de un ejemplar del valle de Ordesa, propiedad de Mr. A. E. Leatham, miden 268 mm. de longitud, 140 de circunferencia y 187 de separación en las puntas (3). (1) Es creencia muy extendida entre nuestros montañeses y cazadores que cada anillo representa un año; pero, si bien es cierto que el número de estas rugosida- des depende del crecimiento del cuerno y que, por lo mismo, será tanto mayor cuan- to más viejo sea el animal, su correspondencia con los años no es tan exacta como se supone. Dicha creencia no tiene, por consiguiente, más que un valor relativo y no debe concedérsele más importancia que á la afirmación,.tan corriente en el vulgo, de que los venados tienen necesuriamente en sus cuernas un candil por cada año de vida. En general, puede asegurarse que una cabra montés es perfectamente adulta cuando presenta más de cinco anillos en cada cuerno, y que es vieja cuando las puntas, despues de haberse torcido hacia dentro, se dirigen claramente hacia arriba. (9) Véase M. Gourdon, Bull. Soc. Scienc. Nat. Ouest de la France, vu, 1908, pági- na 5. Cuando se conocen estas dimensiones, realmente gigantescas, hay que conve- nir en que el conde Gastón de Foix no exageró al decir de los «boucs sauvages» de los Pirineos: «Ils ne portent que leurs perches, les quelles sont grosses comme la jambe d'un homme» (Jacques de Fouilloux, Vénerie, 1614, fol. 68). (3) Medidas traducidas en milímetros, de las que, en pulgadas inglesas, publica Ward en sus Records of Big Game. ir A PL 1 Le po a” dl DN RO la! EAS AAA ADA A $ + 7 y » > o AS Le Apo 44 ELE e: 7 316 ARTIODACTYLA Distribución geográfica.—Pirineos de Aragón, Monte Perdido. Probablemente, en tiempos no muy remotos debió extenderse por la mayor parte de los Pirineos y la porción oriental de la cordillera Cantábrica. En la Maladeta, donde hoy parece completamente ex- tínguida, existían todavía algunos ejemplares hace seis ó siete años. Localidad típica, la vertiente española de los Pirineos. Observaciones. —La Capra pyrenaica, que en el siglo xIv abundaba todavía en ambas vertientes de la cordillera que separa nuestra Península del resto de Europa, parece ser, de todos los ma- miferos de la fauna ibérica, el que está condenado á desaparecer en más breve plazo. Una persecución lenta, pero continuada á través de muchos siglos, ha ido expulsando á tan interesante salvajina de todos aquellos macizos montañosos en que era relativamente común hace doscientos ó trescientos años, y hoy sólo quedan algunos ejem- plares (ocho ó nueve en 1907) refugiados en los más apartados va- llejos del Monte Perdido. Cuando estas cabras eran más abundantes que ahora, veíaselas durante el invierno pastar en los valles y praderas libres de nieve, formando rebaños que en ocasiones se acercaban mucho á las aldeas. Su descenso de las grandes alturas, donde vivían en verano, coinci- día con el celo, que empezaba á principios de Noviembre. En esta época, los machos luchaban furiosamente entre sí, y por lo bravos eran peligrosos para el ganado doméstico y á veces hasta para el hombre. En las primeras semanas de Abril iniciábase el regreso á los puntos elevados, y poco después las hembras se separaban de los machos y se aislaban para criar. El parto tiene lugar en el mes de Mayo; generalmente, nace un solo cabrito, rara vez dos. Aparte de las láminas que ilustran la descripción de Schinz, según se expresa en la sinonimia, láminas que, por cierto, dejan bastante que desear, la cabra montés de los Pirineos ha sido representada en la Histoire Naturelle des Mammiferes de F. Cuvier (1), donde hay una excelente figura de un macho joven, en pelaje de invierno, (1) Lámina 396, 1833. Ni en esta lámina, la primera que de esta especie se conoce, ni en la descripción que la acompaña, se da á la cabra de los Pirineos nombre cien- tífico. En el índice de la obra, publicado en 1842, se la denomina erróneamente Ca- pra ibex. RN NS Sd AS E A REN de A, + dd , 4 py . e, Ñ he - ] BOVIDA 317 y en la obra de Lydekker Wild Oxen, Sheep and Goats, en la que hay una lámina, por Wolf, bastante aceptable, aun cuando en ella parece haberse tenido más en cuenta el efecto artístico que la exactitud científica. Trutat publicó también en 1878, la fotografía de la cabeza de un macho (1), y más recientemente, Gourdon ha dado la de un cráneo regalado por él al Museo de Nantes (2). Capra pyrenaica Victorix Cabrera. (Lám. XIX). Capra hispanica Graells (no Schimper), Mem. Trab. Comis. Mapa Geol. (1852), pág. 54. Ibex hispanicus Graells, Mem. Real Acad. Cien., xvn (1897), pág. 357 (parte), lá- mina vni, figs. a-d. Capra pyrenaica Victorice Cabrera, Proceed. Zool. Soc. London (1911), pág. 975, figs. 195 A, 196 y 197, láms. Lin y LIV. NOMBRES VULGARES: Cabra, Cabra montés, Macho montés, en castellano; Cebra, Encebra, Ibice, Ibis, en castellano antiguo. Diagnosis.—Más pequeña que la forma típica, con las marcas negras menos extendidas, y con los cuernos algo más pequeños y más anchos y aplastados. Caracteres.—Color del macho adulto, en verano, pardo de bré- col claro, á veces tirando á tierra de sombra, y más ó menos lavado de blanco en los costados. El cuello de un color cervuno, más pálido, y á veces blancuzco, en la parte inferior. Una lista negra, ribeteada de pelos blancos, parte de una gran mancha negra que cubre la nuca y se corre sobre el cuello y el dorso hasta la punta de la cola, sin extenderse hacia los lados sobre los hombros, como ocurre en la ver- dadera C. pyrenaica. Lo mismo que en ésta, los pelos de esta lista forman encima del cuello una crin corta. En el espinazo, los pelos blancos forman un borde pálido, no muy señalado, á cada lado de la raya negra. Vientre y cara interna de los muslos, blancos. Una banda ancha negra, con pelos blancos mezclados en sus bordes, cruza oblicuamente la parte baja de los flancos, terminando por de- lante en una punta que penetra en el blanco del vientre. Muslos ne- gros, excepto en su borde posterior, que es de color de ante. El (1) Bull. Soc. Hist. Nat. Toulouse, x1, 1877-78. (2) Gourdon, /. s. c., 1908, lám. 1, fig. A. A AO A O E A RN A AAN TOP A Si ” 3 318 ARTIODACTYLA negro rodea el corvejón, como en la raza de los Pirineos, pero por arriba nunca se extiende tanto como en ésta. Las cuatro extremida- des están marcadas de negro en la misma forma que en dicha raza, pero este color no pasa nunca, en las anteriores, de la mitad inferior de los hombros (fig. 81, B). La parte posterior de las patas, de un blanco de crema. Frente parda de foca; me- jillas, de un gris parduzco; la parte que rodea cada ojo, de un ante ocráceo, lo mismo que el hocico. La barba negra parduzca, extendién- dose el mismo color por los lados de la boca y dejando en el centro del labio inferior una mancha blanca sucia. Las orejas, de color cervuno por fuera, de un blanco amarillento interiormente. ; En invierno, el color general del tronco y del cuello se torna ante sucio, densamente lavado de negro en los flancos, por ser los pelos blancos en la base y luego de un ante crema, con la punta parda ó negruzca, sobre una borra blanquecina. La garganta y parte inferior del cuello, pardas de foca, con algu- nos matices castaños. Marcas negras como en verano, pero no tan claramente definidas, FIG. 82. a E A fundiéndose sus bordes con el tinte negruzco del cuerno izquierdo de que sombrea los flancos. sc do A od ds La hembra, en verano, es en general de hispanica (C). = */a. un color entre canela y cervuno, que pasa á blanco crema en las partes inferiores y en las caras posterior y laterales de las patas. La parte anterior de éstas, de un pardo Van Dyck. El hocico y los lados de la cara, ante crema. Cola como el dorso, con la punta parda muy obscura. Faltan por completo las bandas negras de los flancos y la raya del dorso. En el invierno, el color general de las hembras es un ante sucio bastante obscuro. Los cabritos, en el primer año, son un poco más claros que sus madres y tienen la parte anterior de las patas castaña clara. Los machos empiezan á presentar las marcas negras en el tercer año, se 3 3 | E A A ) Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina XIX CAPRA PYRENAICA VICTORI4 Tricromía Suc. de E. Paez BOVIDE 319 ennegreciéndose primero el pecho y la parte baja de los hombros. En breves términos, puede decirse que, en cuanto á la coloración, esta subespecie representa una fase más atrasada que la forma típi- ca, es decir, que los ejemplares viejos de la C. p. Victorice tienen el pelaje de los jóvenes de tres ó cuatro años de la C. pyrenaica. El cráneo no presenta ninguna particularidad que lo distinga sen- siblemente del de la subespecie típica. Los cuernos, en cambio, aun- que contorneados de la misma manera, son bastante diferentes; la quilla es mucho más ancha, más saliente, y ésto hace al cuerno más aplastado y da á su sección transversal una forma más alargada (fig. 82, B). Mientras en el cuerno de pyrenaica apenas correspon- de á la quilla una cuarta parte del diámetro transversal, en Victorice representa aquella más de un tercio de dicho diámetro. Dimensiones del tipo, macho viejo: cabeza y cuerpo, 1355 mm.; altura en la cruz, 700; cola, 130; oreja, 120; pie posterior, 385. Cráneo de un paratipo: longitud total, 264 mm.; ancho cigomáti- co, 122; ancho en los bordes orbitarios, 157; nasales, 95; mandíbu- la, 210; serie molar superior, 68; serie molar inferior, 75; longitud del m*, 19,6; longitud del m.,, 26. Cuernos: longitud á lo largo de la curvatura externa, 730; circunferencia en la base, 220; separa- ción entre las puntas (una de ellas ligeramente deteriorada), 470. El ejemplar tipo tiene los cuernos algo más cortos, pero más grue- sos, midiendo 650 mm. de longitud, 260 de circunferencia y 550 de separación en las puntas. La cornamenta más grande que se ha visto hasta ahora es la de un hermoso macho muerto en el Portillo de los Machos por S. M. el Rey D. Alfonso XIII; sus dimensiones son: longitud sobre la curvatura externa, 815 mm.; circunferencia en la base, 252; separación entre las puntas, una de las cuales está un poco rota, 690. Los cuernos de la hembra son, como en todas las cabras monte- ses, mucho más pequeños. En un ejemplar de Bohoyo (Avila), que existe en el Museo de Madrid, miden 165 mm. de longitud por 100 de circunferencia en la base y 114 de separación en las puntas. Distribución geográfica.—Núcleo central de la sierra de Gre- dos. Hace sesenta años, encontrábase en toda la parte central de la cordillera Carpeto-Vetónica (sierras de Gredos, El Barco, Béjar y Peña de Francia), así como en los montes de Toledo; en la sierra de 22 320 ARTIODACTYLA Béjar aún quedaban ejemplares en 1897 (1). Localidad típica, Ma- drigal de la Vera (Cáceres). Observaciones.—Tan perseguida como la cabra de los Pirineos, la del centro de España estaría ya hace años extinguida, á no haber sido muy oportunamente puesta bajo la protección de S. M. el Rey, por iniciativa del Marqués de Villaviciosa de Asturias. En 1895 apenas quedaban en Gredos medio centenar de ejemplares, y diez años más tarde sólo existían un macho viejo, siete hembras y tres ó cuatro cabritos. Entonces fué cuando se prohibió su caza reserván- dola como privilegio exclusivo para el Rey y nombrando guardas á los cazadores furtivos más conocidos en la región, logrando de este modo que volviesen á propagarse estas cabras, hasta el punto de que hoy su número debe ser aproximadamente de unas quinientas cabezas. Sus costumbres son las mismas que las de la verdadera Capra pyrenaica, pasando, como ella, el verano en las grandes alturas, donde se alimenta de las hierbas y matojos que crecen entre las rocas. Solamente la época de la reproducción es un poco más pronto; el celo ocurre en Septiembre ú Octubre, y los cabritos nacen en Abril. En estos últimos años se han publicado, en diversos periódicos ilustrados de Madrid, varias fotografías de cabras de esta raza, di- secadas ó recien muertas; Chapman y Buck,en su obra Unexplored Spain, han dado un excelente dibujo representando un grupo en el Risco del Fraile, y yo he publicado también dos láminas en color, con los dos pelajes, de verano y de invierno. Las figuras que trae Graells en las Memorias de la Real Academia de Ciencias son muy deficientes, á pesar del elogio que de ellas hace el autor. Capra pyrenaica hispanica (Schimper). Capra hispanica Schimper, C.-R. Acad. Scienc. París, xxv1 (1848), pág. 318. Ibex hispanicus Gervais, Hist. Nat. Mamm., 11 (1855), pág. 189. Agoceros hispanicus Wagner, Schreb. Saug., Supplem., v, (1855), pág. 462. Capra (4Egoceros) hispanica Rosenhauer, Thiere Andal. (1856), pág. 4, lámi- nas 1, 11. Capra pyrenaíca hispanica Lydekker, Wild Oxen (1898), pág. 258. NOMBRES VULGARES: Cabra montés, Montés, Cabra de la Sierra, Cegajo (el ca- brito), en castellano; Sauvatge, en el bajo Ebro. (1) Véase Rivas Mateos, Actas Soc. Esp. Hist. Natf., 1897, pág. 208. A o E do TAE E A et] Lt, E RO 7 BOVIDE 321 Diagnosis.—Más pequeña que la C. p. Victorice, con las mar- cas negras todavía más reducidas, el pelaje de verano más rojizo y los cuernos más estrechos, de quilla menos saliente y generalmente muy extendidos hacia fuera. Caracteres.—Pelaje de verano, en general, de un color entre canela y cervuno, más pálido en la parte posterior de los muslos, y lavado de blancuzco en los lados del cuello y parte baja de los flan- cos. Lados de la cara, de un ante claro, teñido de pardo-rojizo. La frente parda obscura; el hocico ante crema. El vientre, la cara in- terna de los muslos y la parte posterior de las cuatro patas, blancos. Marcas negras distribuídas lo mismo que en la forma Victorice, pero más reducidas, sobre todo en los miembros posteriores, donde lo negro no rodea el corvejón ni se extiende sobre el muslo: en este último, forma sólo una estrecha banda, casi una simple lista en algu- gunos ejemplares, que une la parte negra de la pata con la faja obli- cua del flanco, separando la cara interna del muslo, blanca, del color cervuno del lado externo (fig. 81 bis, C). Pelaje de invierno, ante sucio muy pálido, ligeramente sombreado de negro en la superficie inferior del cuello, y con las marcas ne- gras tan reducidas como en verano. Puede decirse, en general, que en ambos pelajes la coloración de los machos adultos de esta subes- pecie recuerda la de los machos de tres años de C. p. Victorice. La hembra es del mismo color que el macho, pero sin marcas negras. El cráneo no difiere sensiblemente de los de las otras subespe- cies; solamente los nasales suelen ser algo más estrechos y puntia- gudos por delante. Los cuernos, del mismo tamaño que los de la torma .Vicforice, se parecen más á los de la verdadera pyrenaica por su sección redondeada (fig. 82, C), aunque la quilla, por ser un poco más gruesa y algo más convexa en su cara anterior, no aparece tan bien definida. Dimensiones de un macho viejo, de Sierra Nevada: Cabeza y cuerpo, 1210 mm.; altura en la cruz, 655; cola, 120; oreja, 107; pie posterior, 297. Cráneo; longitud total, 250 mm.; longitud cóndilobasal, 242; an- cho cigomático, 122; ancho en los bordes orbitarios, 149; nasales, 92; mandíbula, 201; serie molar superior, 70,5; serie molar infe- 322 ARTIODACTYLA rior, 72; longitud del m*,20; longitud del m;,24,5. Cuernos: longi- tud á lo largo de la curvatura externa, 733; circunferencia en la base, 189; separación entre las puntas, 294. Los cuernos más grandes que se conocen de esta subespecie son los de un ejemplar de Sierra Morena, que posee el Marqués del Mérito, y miden 850 mm. de longitud. La cornamenta de las hem- bras guarda, respecto de la de los machos, la misma proporción que en las otras razas. Distribución geográfica.—Todas las grandes montañas parale- las al litoral mediterráneo de la Península, desde el Estrecho de Gi- braltar hasta la desembocadura del Ebro, comprendiendo Sierra Morena. Actualmente, esta área de distribución parece reducida á siete colonias aisladas, á saber: una en Sierra Morena, cerca de Fuencaliente; otra en las Sierras de Ronda y Bermeja, desde su enlace en la de Tolox; otra en Sierra Nevada, desde donde llega, por las Alpujarras, hasta las sierras de Frigiliana y Alhama; la cuarta en la Sierra de Cazorla (1); la quinta en la Sierra Martés, en Valencia; la sexta en la Sierra de Cardó y los montes de Tivisa, y la séptima al otro lado del Ebro, en el monte Caro. Localidad típi- ca, picos de la Veleta y Mulhacén, en Sierra Nevada. Observaciones.—Sin ser abundante, la cabra montés mediterrá- nea no parece tan inmediatamente amenazada de extinción como la de los Pirineos, ó como lo estaba la de Gredos hace algunos años. En Sierra Morena, donde se iba haciendo rara, está actualmente bajo la protección del Marqués del Mérito. Las costumbres de esta cabra difieren un poco de las de aquellas otras dos subespecies. Lejos de vivir, como ellas, exclusivamente en las grandes alturas, se la encuentra con frecuencia á los 2.000 y aun á los 1.200 metros, donde hay abundante vegetación de retamas, lentiscos y rododendros. Como ya lo han hecho notar Chapman y Buck, en algunas montañas de Andalucía habita los mismos sitios que el corzo y el jabalí. Allí, más nocturna que diurna en sus hábi- tos, se encama algunas veces como los corzos, pero más frecuente- (1) Cuando publiqué en Londres mi trabajo sobre las formas geográficas de la Capra pyrenaica, en 1911, creí que las cabras monteses habían desaparecido ya de la Sierra de Cazorla; pero posteriormente el Museo de Madrid ha recibido un ejem- plar de aquella localidad. BOVIDAE 323 mente pasa las horas del calor en las cavernas de difícil acceso. Lo mismo que en la cabra de los Pirineos, el celo es en Noviembre ó Diciembre, y el parto en Mayo, rara vez á fines de Abril. Laza ase- gura (1) que en Sierra Nevada el celo es en Mayo; pero sin duda este autor estaba mal informado, y él mismo se contradice al añadir luego que los cabritos nacen en Abril, lo que supondría una gesta- ción, absurda en una cabra, de once meses. La iconografía de la C. p. hispanica es muy reducida. La figura más antigua, publicada por Schinz en sus Monographien der Sáu- gethiere, es bastante mala, y otro tanto ocurre con las que acompa- ñan al libro Die Thiere Andalusiens, de Rosenhauer; pero todavía es peor la que da Graells en el fondo de su lámina de las cabras de Gredos. Yo he representado también esta cabra, con la librea de verano, en los Proceedings de la Sociedad Zoológica de Londres en 1911. Capra pyrenaica lusitanica (Franca). Capra cegagrus Link y Hoffmansegg (no Erxleben), Voy. en Portugal, 1 (1808), pág. 24. Capra hispanica Bocage (parte, no Schimper), Mem. Acad. Lisboa, 1, (1857), pág. 19, láms. 1, 11. Capra pyrenaica Seoane, Fauna Mastol. de Galic. (1861-63), pág. 430. Capra lusitanica Franca, Bull. Soc. Portug. Sci. Nat. 1 (1909), pág. 144. Capra pyrenaica lusitanica Miller, Cat. Mamm. West. Eur. (1912), pág. 991. NOMBRES VULGARES: Craba brava, Craba fera, en gallego; Cabra montez, Cabra do Gerez, en portugués. Diagnosis.—Una raza de la misma alzada que la verdadera C. pyrenaica, pero del color de la C. p. hispanica y con las marcas negras igualmente reducidas, y con cuernos relativamente peque- ños y poco extendidos hacia fuera. Caracteres (2).—Color general, en verano, parecido al de la forma hispanica («pardo tinto de ruivo», según Bocage), con las marcas negras poco extendidas, sobre todo en los flancos y muslos (fig. 81 bis, D). En el invierno, la línea dorsal negra tiende á ensan- (1) Actas de la Soc. Esp. de Hist. Nat., 1890, pág. 39. (2) No habiendo podido ver ningún ejemplar de esta subespecie, mi descripción se basa sobre la de Barboza du Bocage, hecha con mucho detalle sobre un macho adulto, otro semiadulto (el tipo) y cinco hembras, existentes en los museos de Lis- boa y Coimbra y en la Escuela Politécnica de Lisboa. 324 ARTIODACTYLA charse sobre la cruz y á formar allí una mancha redondeada. Las hembras son del mismo color que los machos, pero sin marcas negras. Cuernos pequeños con relación al tamaño del animal y á las di- mensiones que alcanzan en las otras razas, y generalmente muy poco extendidos hacia los lados. Dimensiones del tipo, macho semiadulto: cabeza y cuerpo, 1420 milímetros; altura en la cruz, 730. Cuernos: longitud á lo largo de la curvatura, 360 mm.; circunferencia en la base, 200. Otro macho más viejo, del Museo de Coimbra, mide 760 mm. de altura hasta la cruz, y sus cuernos 480 mm. á lo largo de la curva- tura. Esta es la cornamenta más grande que he visto citada. Las hembras tienen también los cuernos relativamente pequeños; los de una que hay en el mismo Museo tienen sólo 180 mm. de longitud. Distribución geográfica.—Sierra de Gerez, en el extremo norte de Portugal. En otro tiempo se extendía probablemente á todas las grandes montañas del noroeste de la Península, y hace unos sesenta años todavía existían algunos ejemplares en las de Galicia. Locali- dad típica, Sierra de Gerez. Observaciones. —Aunque no he visto nunca la cabra montés por- tuguesa, creo evidente que constituye una raza perfectamente dis- tinta de las tres antes descritas. De la descripción publicada por Barboza du Bocage, se deduce que se trata de un animal con la misma coloración que la C. p. hispanica, pero tan corpulento como la verdadera C. pyrenaica. El ejemplar tipo, con ser sólo un ma- cho de cuatro años, ofrece dimensiones superiores á las de los ejem- plares más viejos obtenidos en las montañas de Andalucía, y aun en la Sierra de Gredos. Además, todos los ejemplares portugueses conocidos, lo mismo machos que hembras, son notables por lo corto de los cuernos. Una cornamenta inferior á medio metro, como la que tiene el macho del Museo de Coimbra descrito por Bocage, es, en efecto, muy pobre si se considera que pertenece á un ejemplar tan grande como los que en otro tiempo se obtenían en los Pirineos. No es fácil presumir las causas de esta sensible reducción en el ta- maño de los cuernos; en cuanto á los demás caracteres, suponiendo que la especie haya tenido su cuna en los Pirineos, de la compara- ción de sus cuatro razas parece deducirse que ha ido perdiendo en corpulencia á medida que ha bajado hacia el sur, y que ha adqui- AIM PE CERVIDAE 325 rido un pelaje más rojizo y menos cargado de negro al aproxi- marse al mar, ya sea al Mediterráneo ó al Atlántico. Por desgracia, es muy probable que la C. p. lusiftanica esté ya completamente extinguida; por lo menos, no hay noticia de que se haya cogido ningún ejemplar después del año 1890 (1), de modo que si no ha desaparecido del todo debe ser muy rara ó haberse refu- giado en parajes inaccesibles y nunca visitados por los caza- dores. Sus costumbres son, óÓ eran, idénticas á las de la ca- bra de los Pirineos. Las únicas figuras de esta subespecie que hay publicadas, son las que acompañan al traba- jo de Barboza du Bocage y una fotografía del tipo que ha dado Franca en el Bulletin de la So- ciedad portuguesa de Ciencias naturales. Este último autor atribuye equivocadamente á Bocage el nombre de /usitani- ca, que aquél no empleó nunca en ninguno de sus escritos. Familia CERVID4 Fic. 83. Esqueleto de la mano de un telemetacar- palio, Capreolus (A), y de un plesiome- Rumiantes, con los cuernos tacarpalio, Cervus (B), mostrando la normalmente privativos de los diferente posición de los metacarpianos ; laterales (m2 y m*). , E] Capreolus capreolus canus Miller. q, (Lám. XX). be 4 Y Cervus capreolus Graells (no Linné), Mem. Trab. Comis. Mapa Geol. (1852), pá- gina 71. Capreolus europcus Cazurro (no Sundevall), Act. Soc. Esp. de Hist. Nat. (1894), pág. 10. Capreolus capreolus canus Miller, Ann. and Mag. Nat. Hist. Ser. 8, vi (1910), pág. 460. NOMBRES VULGARES: Corzo, en castellano; Corso, Cabra cerval, en catalán; Ba- sauntzá, en vascuence; Corso, en portugués. . y] A eS PRES a Y OE ae ds NAS ADT A MES A Wo y Ñ E E A Lo A A eN: y A . A AS , o 328 ARTIODACTYLA Diagnosis. —Tamaño pequeño; pelaje leonado en verano, gris- parduzco obscuro en invierno, sin manchas blanquecinas en la cara inferior del cuello (1). Caracteres. —Pelaje duro y quebradizo, bastante más largo en invierno que en verano, pero siempre muy compacto y aplanchado; algo más blando y erizado en la región anal, donde oculta por completo el pequeño rudimento caudal. Un mechón de pelo, no muy largo, adorna en el macho la funda del pene, y la vulva en la hembra. Color general, en verano, ocre leonado, pasando en el cuello y la cabeza á un pardo claro que, visto de cerca, es una mezclilla muy fina de tierra de sembra y blanco. Una gran mancha de color crema blancuzco ocu- pa la región anal; el bajo vientre es de este mismo color; las patas, entre ocre amarillo y ante ocráceo, con los pelos que cubren la glándula metatarsiana de color sepia. Las orejas, del color del dorso por fuera, y por dentro crema. Una faja negra se extiende desde las narices, por cada lado del hocico, hasta debajo del ángulo de la boca, contras- tando bruscamente con los labios y la bar- FIG. 85. billa, que son blancos. Incisivos y caninos, vistos En el invierno, las partes superiores son de frente, de Capreolus ca- preolus canus (A), Dama de un color sepia bastante obscuro, tirando dama (B) y Cervus elaphus AE - E hispanicas (C). > 2). más Ó menos á gris, que en los flancos y muslos va gradualmente palideciendo hasta pasar casi á un arcilloso sucio, mientras en el cuello y la cabeza pasa á gris de humo muy ligeramente lavado de ante; los pelos, grises en la base, están en la punta anillados de ante y negro, y según domina uno ú otro de estos dos colores, resultan esos dife- (1) Este último carácter distingue al corzo español del de la Europa sudoriental (C. capreolus transsylvanicus Mtsch.), que es en invierno un poco más pálido, con dos grandes manchas blancuzcas en la superficie ventral del cuello. NS A IRE O Mer TIA, » o pu ES Ñ e CERVIDAE 329 rentes matices. La mancha anal es en invierno blanca como la nieve; el vientre, color de ante; las patas como en verano, si acaso un poco sombreadas de gris por delante. El dibujo blanco y negro del hocico permanece invariable en todas las estaciones. La coloración es la misma en los dos sexos. Los jóvenes en su primer año, hasta que empiezan á salirles los cuernos, tienen el pelaje algo más obscuro y sembrado de manchitas blancas. El cráneo no ofrece particularidad ninguna digna de mención. Las cuernas, cuando han alcanzado todo su desarrollo, tienen normal- mente dos candiles, uno dirigido hacia delante y otro, más arriba, hacia atrás, el cual forma con la punta de la estaca ó tallo una hor- quilla en ángulo próximamente recto. La parte interior de la cuerna es muy rugosa y suele presentar numerosas excrecencias, que los cazadores llaman «perlas», y en su base, junto al pedúnculo, hay una «roseta» ó reborde granujiento muy saliente. En esta subespe- cie nunca alcanzan las cuernas tanto desarrollo como en la forma típica, y están casi siempre separadas en la base por un espacio de 5 á 15 mm., mientras en los corzos del norte y centro de Europa lo general es que las dos rosetas estén en contacto. En las cuernas del corzo son frecuentes las anomalías y mons- truosidades. A veces la punta principal ó el candil posterior presen- tan candiles suplementa- rios, y también ocurre que algunas de las perlas de la base se prolongan forman- do nuevos candiles, de modo que la cuerna tiene entonces ocho, diez ó más puntas irregularmente dis- puestas. En otros casos, las cuernas son extraor- dinariamente gruesas, y á hasta sefuiden Tas dos'en Cuernas de o canus, de uno á Mg. una masa única. Algunas hembras, sobre todo de aquellas que ya son viejas y dejan de criar, echan cuernas, que son siempre más ó menos monstruosas. Dimensiones de un macho adulto, de la Sierra de Guadarrama: FIG. 86. NAS ás 330 ARTIODACTYLA cabeza y cuerpo, 1185 mm.; altura en la cruz, 690; oreja, 120; pie posterior, 350. Cráneo: longitud cóndilobasal, 186 mm.; ancho cigomático, 85; ancho en los bordes orbitarios, 90,5; nasales, 55; mandíbula, 159; serie molar superior, 56; serie molar inferior, 65,2; longitud del m*, 11; longitud del m,, 15,2. Cuernas: longitud á lo largo de la curva- tura externa, 220; circunferencia encima de la roseta, 57; separa- ción entre las puntas, 110. Las cuernas más grandes que hasta ahora se conocen, son las de un ejemplar que posee Mr. Abel Chapman en Wark-on-Tyne (Ingla- terra); miden 248 mm. de longitud, 82 de circunferencia y 127 de separación en las puntas. Distribución geográfica.—Todos los distritos zoológicos de la Península, en los sitios favorables. Localidad típica, Quintanar de la Sierra (Burgos). Observaciones.—El corzo vive en las montañas cubiertas de abundante vegetación, sobre todo en los grandes pinares con mucha jara. Se alimenta de casi toda clase de hojas y hierbas, de cortezas y brotes tiernos, y de frutas silvestres. Muda los cuernos en los meses del frío, perdiéndolos en Noviembre ó Diciembre, para tener- los formados de nuevo al cabo de dos meses 6 poco más; pero el terciopelo ó «basta» no cae hasta el mes de Marzo. Es monógamo. A fines de Julio entra en celo, que dura casi todo Agosto; pero una vez fecundada la hembra, el feto permanece en estado pasivo; es decir, detenido en su desarrollo, hasta los últimos días de Diciem- bre, y el parto no tiene efecto hasta muy entrado Marzo, después de una gestación de cuarenta ó cuarenta y una semanas. Suelen nacer dos corcinos en cada parto, rara vez uno solo. Hacia los cinco meses de edad, tórmansele al macho joven los pedúnculos sobre los cuales salen, dos meses más tarde, las primeras cuernas, simples estacas que en Marzo quedan limpias de terciopelo; cáenle, como á los adultos, al comenzar el invierno, y las que crecen al otro año tienen ya el candil anterior. Las cuernas del tercer invierno tienen ya las tres puntas normales, siendo raro que luego salgan más can- diles; solamente, á medida que el animal se hace viejo, la cuerna es cada vez más gruesa, más rugosa y con las perlas más numerosas y salientes. dd > o ai ni A AA O BIDA ES A did 1 , CERVIDE 331 Subfamilia Cervine. Cervide plesiometacarpalios, con el espacio interungular más ó menos desnudo por debajo, con ó sin glándulas interdigitales; siempre con glándulas preorbitarias. En esta subfamilia figuran diez géneros, estando representados dos en nuestra fauna. Clave de los géneros. a. Cuernos palmeados; pies posteriores con una depresión interdigital muy pro- funda siMcamaos mad A Dama. a', Cuernos no palmeados; pies posteriores con una depresión interdigital muy poco profunda: conicanmiosmaxilates. 0 ns OS oe . Cervus. Género DAMA Hamilton Smith. Cervus Linné, 1758 (parte). Dama Hamilton Smith, 1827. Platyceros Wagner, 1844. Dactyloceros Wagner, 1855. Machlis Zittel, 1893. Palmatus Lydekker, 1898. Caracteres. —Cuernos de pedúnculo muy corto y cuerna grande, poco rugosa, más ó menos palmeada y con puntas bastante numero- sas. Hocico desnudo entre las narices. Con glándulas preorbitarias muy desarrolladas. Una glándula metatarsiana pequeña, cubierta exteriormente por pelo un poco más largo que el del resto de la pata (fig. 87). Los cuatro pies con una profunda depresión interdi- gital en su cara anterior, que en los posteriores forman una extensa cavidad de paredes glandulares. El espacio interungular poblado de pelos largos, salvo en el centro, donde presenta una pequeña por- ción desnuda. Cola corta, aunque más larga que la oreja. Cráneo relativamente corto, con fosas lagrimales profundas. A 2 1 00 > 00 33 3-3 Pa Fórmula dentaria: ¿ 33» > Pm -=32 Incisi- == 0 e 11 A IRC: PE vos centrales muy anchos, con la corona en forma de triángulo rec- tángulo, cuya hipotenusa corresponde al borde externo; el segundo incisivo como la mitad del primero, con la corona estrecha, alargada sel 332 ARTIODACTYLA y desviada hacia fuera; el tercero de forma parecida, pero mucho 7 más estrecho, y el canino, á su vez, más estrecho todavía y bas- tante más corto (fig. 85, B). Especie tipo.—Cervus dama Linné. h Hay en este género dos especies, de las que sólo una vive en Europa. Dama dama (Linné). Cervus dama Linné, Syst. Nat., 10.? ed. (1758), pág. 67. Cervus platyceros Cuvier, Tabl. Élém. Hist. Nat. (1798), pág. 160. Cervus (1) mauricus F. Cuvier, Bull. Soc. Philomath. (1816), pág. 72. Cervus dama, g leuccethiops Fischer, Synops. Mamm. (1829), pág. 448. Cervus dama, y maura Fischer, 1. c. (1829), pág. 448. Dama vulgaris Gray. List. Mamm. Brit. Mus. (1843), pág. 181. Dama platyceros, niger Fitzinger, S.-B. Kais. Akad. Wissensch. Wien, Lxix, 1 (1874), pág. 553. Dama platyceros, varius Fitzinger, 1. c. (1874), pág. 555. Dama platyceros, albus Fitzinger, 1. c. (1874), pág. 559. Dama dama Lataste, Act. Soc. Linn. Bord., xxx1x (1885), pág. 288. NOMBRES VULGARES: Gamo, Paleto, en castellano; Dama, en catalán; Gamo, Corsa (la hembra), en portugués. Diagnosis.—Pelaje manchado de blanco en verano; pardo claro, sin manchas, en invierno; cuernos palmeados en su mitad terminal. Caracteres.—Pelo compacto, corto, algo más largo en las nal- gas, cola y región glandular del metatarso; un largo mechón adorna la funda del pene. Color general, en verano, cervuno ó isabela ligeramente rojizo, sembrado de manchitas blancas, que en los hipocondrios se alargan y tienden generalmente á confluir, como para formar una banda lon- gitudinal. A lo largo del dorso hay una lista sepia muy obscura, que se va tornando negra según se acerca á la cola; ésta es negra por encima, blanca en los bordes y por debajo, y destaca sobre una gran mancha anal blanca que está limitada á cada lado por un trazo ver- tical negro. La cabeza, por regla general, no tiene manchas; la cara es de color de tierra de sombra, pasando á pardo madera en lo alto de la frente, y la región que rodea los ojos, color de ante; los labios y la barbilla, blanquecinos; los lados del hocico, de color ante ocrá- (1) «L. mauricus» es como en realidad aparece este nombre, pero no cabe la me- nor duda de que la £. es un error de imprenta por C., abreviatura de Cervus. UN >) DE e a PIPA . CERVIDAE 333 ceo, con indicios de una mancha obscura, poco señalada, á cada lado de la boca. Vientre blanco. Miembros de color de ante, casi blancos en su cara interior. En invierno, la coloración general es más obscura, y las manchas blancas desaparecen por completo. Las partes superiores son enton- ces de un color pardo claro, entre bistre y pardo de brécol, mucho más pálido y más gris en los flancos y el cuello, donde es casi gris paño. La cabeza y los miembros conser- van los colores del verano, aunque ligera- mente más obscuros, y la raya dorsal, la cola y el escudo anal con sus trazos laterales ne- gros permanecen inalterables. Algunos ejem- plares ofrecen una coloración más obscura todavía, aproximándose el color del cuerpo á sepia, y con cierta frecuencia se ven indivi- duos más ó menos afectados de melanismo ó albinismo (1). Los ejemplares jóvenes tienen los mismos colores que los adultos; por consiguiente, como quiera que nacen en verano, llevan du- rante sus primeros meses la misma librea ó pelaje manchado de aquéllos. Cuernas grandes, echadas hacia atrás é Fic. 87. implantadas sobre pedúnculos muy cortos, pia an 0 con un candil basilar ó «garceta» inmediata- — la posición de la superfi- mente sobre la roseta, otro candil cerca de ES a la mitad de su longitud, y la porción termi- nal, más arriba de esta segunda punta, dilatada en una ancha palma cuyo borde posterior se rasga en varias puntas, de las cuales la más baja es casi siempre muy larga, formando casi un tercer candil diri- gido hacia atrás. (1) En el centro de Europa hay gamos que conservan todo el año el pelaje pardo, sin manchas, del invierno. No sé si en nuestro país se dará este caso; todos los ejemplares que yo he visto en verano, no siendo francamente melanos, estaban manchados de blanco. 334 ARTIODACTYLA Dimensiones de un macho adulto, de El Pardo (Madrid): cabeza y cuerpo, 1630 mm.; altura en la cruz, 845; cola, 196; pie poste- rior, 460; oreja, 150. Cráneo de otro macho, de la misma localidad y próximamente de la misma edad: longitud total, 260 mm.; longitud cóndilobasal, 253; ancho orbitario, 135; ancho cigomático, 122; nasales, 84; mandíbula, 212; serie molar superior, 85; serie molar inferior, 90; longitud del m*, 20; longitud del m,, 24,2. Cuernas: longitud á lo largo de la FiG. 88. Cuernas de Dama dama de uno, dos, tres y siete años. =< '/10. curvatura, 640; circunferencia encima de la garceta, 95; longitud de la garceta, 123; separación en las puntas, 410. Distribución geográfica. —Probablemente, en la actualidad sólo se encuentra esta especie en estado verdaderamente libre en los Montes de Toledo y en el centro de la provincia de Cáceres, á lo largo de la cuenca del Tajo. En la provincia de Madrid sólo existe en algunos montes acotados, como El Pardo. Según parece, en Sierra Morena, donde fué citada por Martínez Reguera, falta actual- mente (1). En Portugal, Seabra la menciona en los distritos de Lis- boa y Évora, pero haciendo constar que se halla exclusivamente re- ducida á los cotos de caza. Fuera de la Península, vive en estado salvaje en la isla de Cer- deña, en Grecia, en la isla de Rodas, en el Asia Menor y en (1) Chapman y Buck, Unexplored Spain, pág. 148. Fauna Ibérica: Mamiferos. Lámina XXI CERVUS ELAPHUS BOLIVARI Tricromiía Suc. de E. Páez Ps A O A EN ; E A A AN GTA A mE AS CERVIDA 335 el norte de Palestina (1), y además está introducida, desde tiem- po inmemorial, en todo el mediodía y centro de Europa, hasta Escocia y el sur de Suecia. Localidad típica, los parques de caza de Suecia. Observaciones.—El gamo habita generalmente el monte bajo y las grandes dehesas, siempre que encuentre en ellos arbolado y ma- torral abundantes, pero poco espesos. Vive en grupos más ó menos numerosos, compuestos comúnmente de individuos de un mismo sexo, aunque cuando se trata de hembras pueden ir, naturalmente, acompañadas de algunos machos pequeños, de los que todavía ma- man. Lo corriente es que los machos y hembras adultos se reunan sólo á fines del verano, cuando se aproxima la época de la «ronca» ó período del celo. Éste ocurre en el mes de Octubre. La preñez dura ocho meses, ó hablando con más exactitud, treinta y tres semanas, al cabo de las cuales da la hembra un hijo, muy rara vez dos. Hacia la edad de seis meses, empiezan á señalársele al macho joven los pedúnculos de los cuernos, y á los ocho ó nueve, ó sea en Febrero Óó Marzo, le apuntan ya las primeras cuernas. Estas, que son unas puntas ó estacas sencillas («husos», en el tecnicismo venatorio), de- jan de crecer cuando el animal tiene próximamente un año, y hacia principios de Agosto están ya completamente limpias del terciopelo; le caen al siguiente mes de Junio, y un par de meses después ya están formadas otras nuevas, con la garceta ó candil basilar, que forma con el tallo una horquilla. De allí en adelante, la caída de las cuernas se verifica un mes antes, en Mayo, y en la segunda quin- cena de Agosto están las nuevas enteramente desbastadas. Las que salen en la tercera muda llevan ya el segundo candil y muestran en el extremo del tallo principal indicios de la dilatación que ha de cons- tituir la pala terminal. (1) Muchos autores incluyen también Berbería entre los países habitados por el gamo, pero es posible que ésto se deba á una confusión con el ciervo berberisco (Cervus barbarus), cuyo pelaje es también moteado. Bryden (Animals of Africa, 1909, pág. 77) pone en duda la existencia del gamo en Argelia y Túnez, y por mi parte puedo decir que en Marruecos es completamente desconocido. Lataste lo menciona entre los mamíferos argelinos, pero declara que él no lo ha visto y que sólo se apoya en las afirmaciones de algunos autores antiguos, y lo considera como una de las especies que acaso deban eliminarse de la fauna africana. (Acf. Soc. Linn. Bordeaux, xxx1x, 1885, pág. 147). 23 y A AA e ML O TO A acu dt o 336 ARTIODACTYLA Género CERVUS Linné. Cervus Linné, 1798. Elaphus Hamilton Smith, 1827. Strongylocerus Owen., 1846. Eucervus Acloque, 1899 (no Gray). Caracteres. —Cuernos de pedúnculo muy corto y cuerna grande, nunca palmeada, con dos ó más candiles dirigidos hacia adelante, de los cuales el primero está inmediato á la roseta, y el extremo del tallo princi- pal ramificado en un número de puntas variable aún en la misma especie. Hoci- co desnudo entre las narices. Glándulas preorbitarias muy desarrolladas. Una glándula metatarsiana cubierta de pelo erizado (fig. 89). Los cuatro pies con una depresión interdigital muy poco pro- funda en su cara anterior, pero sin glán- dulas especializadas; el espacio interun- gular casi enteramente desnudo. Cola más corta que la oreja. Cráneo estrecho y alargado, con fosas lagrimales profundas. NS RON ION NN ONES NN y A 1 M Ñ Ñ NENE INANINS INS NN Sy NS NA NANA NANA WAN NOS AS S ( ; : 0—0 11 Fórmula dentaria: 1 ===, te Et qa EV os AA pm O m E nciSsivos en tc is AI forma de pala, disminuyendo gradual- mente en anchura desde el primero, que Fio. 89. es muy ancho, hasta el tercero, que es Región metatarsiana de Cer- Ad Sc 1 e z vus elaphus Bolivari, mostran- Casl tan estrecno como el canmo a do la posición de la superficie. €] inmediato. Caninos superiores pe- glandular con el pelo que la $ cubre. < Ys. queños, separados de los premolares por un diastema más largo que la dis- tancia desde los mismos caninos al extremo anterior de los prema- xilares. Especie tipo.—Cervus elaphus Linné. CERVIDAE 337 -—Conócense cerca de veinte especies de este género (1), de las cuales, en la Europa occidental sólo se encuentra una, el genotipo, representado en nuestra fauna por dos subespecies distintas. Clave de las subespecies. a. Longitud del pie posterior, más de 500 mm.; longitud cóndilobasal del cráneo (en el macho adulto), más de 350 mm.; longitud de las cuernas, más de 750 mm. C. elaphus Bolívari. Longitud del pie posterior, bastante menos de 500 mm.; longitud cóndilobasal del cráneo, menos de 350 mm.; longitud de las cuernas, generalmente menos A O oa C. elaphus hispanicus , a. Cervus elaphus Bolivari Cabrera. (Lám XXD. Cervus elaphus Asso (no Linné), Introd. Oryctogr. et Zool. Arag. (1784), pág. 59. Cervus elaphus Bolivari Cabrera, Bol. R. Soc. Esp. de Hist. Nat., xi (1911), pá- gina 559. : Cervus elaphus hispanicus Miller, Catal. Mamm. West. Eur. (1919), pág. 959 (parte, no Hilzheimer). NOMBRES VULGARES: Ciervo, Venado, Cervato (el joven en su primer año), Esta- quero 6 Vareto (el de un año), Horquillero ó Enodio (el macho de dos años), en castellano; Cervo, en gallego y en catalán; Oreñá, en vascuence; Veado, Veado real, en portugués. Diagnosis.—Un ciervo con el escudo anal pálido, rodeado de una zona obscura, como C. e. atlanticus de Noruega y C. e. germa- nicus de la Europa central, y casi tan grande como cualquiera de estas dos formas, pero con el pelaje de invierno más pálido y sin melena. Caracteres.—Pelaje corto, aun en el cuello, donde los pelos más largos miden en el invierno unos 40 mm., sin llegar á formar la me- lena característica de los ciervos del centro y norte de Europa. Color general, en verano, entre alazán y pardo madera, bastante más obscuro en el cuarto trasero que en el delantero, llegando casi á castaño obscuro alrededor del escudo ó mancha anal. Este último es grande y se extiende por encima de la cola, que queda incluída (1) Sin contar las de los grupos asiáticos Panolía, Pseudaxis y Rucervus, gene- ralmente considerados como subgéneros de Cervus y que yo creo deben mirarse como géneros diferentes. A a lo E E a ARAN ce Ey 7d JE es E LAS il tr + nd A Ne A TO . de 338 ARTIODACTYLA en él; su color, ante ocráceo ligeramente amarillento, presentando la cola tan sólo un leve indicio de una línea más obscura á lo largo de su cara dorsal. Cuello algo más pálido que el tronco, con una raya de pardo Van Dyck á lo largo de su parte superior, línea que parte desde una mancha de igual color que ocupa la nuca. La cabeza ofrece un matiz entre sepia y pardo de brécol, más pálido y tirando á ante alrededor de los ojos y más obscuro en la frente. Los labios y el mentón blancos, con una manchita Van Dyck á cada lado de la man- díbula, un poco delante de la comisura bucal. Las orejas, por fuera, de un gris sucio; por dentro, ante crema. La región ventral del cuerpo es de un color tierra de sombra tostada, excepto en el bajo FIG. 90. Cuernas de Cervus elaphus Bolivari, de uno á seis años. =< yg. vientre, que es blancuzco, lo mismo que la cara interna de los mus- los. Las cuatro patas, desde la rodilla y el corvejón, tierra de som- bra por delante, y de un color de ocre ligeramente oliváceo en los lados y por detrás. En invierno, el matiz general de las partes superiores es pardo madera, tirando un poco á leonado sucio, más obscuro en la parte posterior de la grupa, hasta pasar á pardo foca en torno de la man- cha anal. Esta es del mismo color que en verano, y la raya del cue- llo, el color del vientre y el de las patas tampoco varían sensible- mente. El de la cabeza, en cambio, se hace más gris, y en los lados, hacia debajo de las orejas, pasa á blanco sucio; el círculo ocular toma un matiz de ante pálido, y la frente, hasta cerca del hocico, CERVIDAE 339 es parda Van Dyck. Los labios, blancos con las manchas laterales obscuras, como en verano. Algunos ejemplares, sobre todo de los que viven en las montañas, tienen el cuello y la cabeza muy obscu- ros, algo negruzcos; pero esta diferencia no parece lo bastante mar- cada y constante para separarlos como una raza distinta. Los jóvenes, hasta la edad de seis meses, tienen las partes supe- riores moteadas de blanco sobre un fondo castaño ó alazán obscuro. Cuernas grandes, tan largas como unas dos veces y media la ca- beza, con una garceta ó candil basilar, un segundo candil inmediato á éste, un tercero bastante más arriba, y el extremo del tallo con dos puntas que, con la edad, se ramifican en otras en número varia- ble, formando lo que se llama la «corona», «trébedes» ó «cande- labro.» Dimensiones del tipo: cabeza y cuerpo, 2150 mm.; altura en la cruz, 1120; cola, 140; oreja, 190; pie posterior, 555. Cráneo de un topotipo: longitud cóndilobasal, 362 mm.; ancho ci- egomático, 144,6; ancho en los bordes orbitarios, 129; mandíbula, 310; serie molar superior, 112; serie molar inferior, 120; longitud del rr?, 24; longitud del m,, 30. Cuernas: longitud á lo largo de la curvatu- ra externa, 855; circunferencia por encima de la garceta, 140; lon- gitud de la garceta, 292; separación entre las puntas, 322. Las cuernas del ejemplar tipo, cuyas medidas externas he dado, son mayores, y según creo, las más grandes que hasta ahora se co- nocen de ciervo español. Tienen 1110 mm. de longitud, 125 de cir- cunferencia por encima de la garceta y 430 de separación entre las puntas, midiendo la garceta 290. En los individuos que suman entre los candiles y la corona cinco ó más puntas en cada cuerna, la lon- gitud de ésta pasa siempre de 750 mm. Distribución geográfica.—Regiones montañosas del interior de la Península Ibérica, desde Aragón, donde ya es muy raro y ha des- aparecido en muchos sitios, la Sierra de la Demanda y los Montes de León, hasta Sierra Morena, y desde Portugal hasta la Serranía de Cuenca. En la mayor parte de esta área sólo se encuentra ya en montes acotados, como ocurre en las provincias de Madrid y Sego- via, en las que se halla reducido á los Reales Sitios de El Pardo y Riofrío, ó en Portugal, donde fuera de los montes del distrito de Castello Branco, sólo parece encontrársele en algunos cotos del de A AER E ANO ARA LES EA A IES a 08 A ER A A A A Le 340 ARTIODACTYLA Lisboa. Es todavía abundante, sin embargo, en la Sierra de Gata (Las Hurdes), en algunos montes de las provincias de Cáceres y Badajoz, y sobre todo en los Montes de Toledo y en Sierra Morena y sus estribaciones. Localidad típica, El Pardo. Otras razas de esta especie se distribuyen por la Europa central y septentrional y las islas de Córcega y Cerdeña; la subespecie típica vive en el sur de Suecia. Observaciones.—El ciervo común de España habita en los mon- tes y las sierras ricos en vegetación, y sobre todo en arbolado. Rara vez se le encuentra en el monte bajo ó en las dehesas, como no haya al lado montañas, y jamás en las grandes alturas, fuera de la zona de los árboles. En los sitios donde vive en completa libertad, cam- bia de localidad según las estaciones; en verano prefiere la vertiente norte de las montañas y los sitios sombríos y húmedos, y al llegar el invierno pasa á la vertiente meridional, donde busca los puntos des- cubiertos y soleados. Sus costumbres son más bien nocturnas que diurnas. Es polígamo, y forma generalmente pequeños grupos com- puestos de un macho viejo y varias hembras, á los que á veces se agregan algunos machos más jóvenes. Se alimenta de bellotas, hayucos, castañas, moras, madroños, flores silvestres, musgos, hon- gos, cortezas de diversos árboles y, si los encuentra á su alcance, centeno y cebada; si encuentra huesos de algún animal recién muer- to, los roe con gusto, y se ha observado que las hembras muestran cierta predisposición á roer las cuernas que se les caen á los machos. El celo ó «brama» del ciervo empieza en las primeras semanas de Septiembre, y dura hasta mediados de Octubre. En Mayo, ó á principios de Junio, la hembra pare un solo hijo, muy rara vez dos, y se aisla con él para criarlo. Los cervatos pierden su librea moteada al empezar el invierno, y si son machos, á la edad de siete ú ocho meses se inician los pedúnculos de la cornamenta; al año les salen las primeras cuernas, tallos sencillos que los cazadores denominan «estacas» Ó «varas», y que caen al siguiente mes de Marzo, ó en Abril, saliendo entonces otras nuevas que llevan ya la garceta, con lo que el animal pasa de estaquero á horquillero. En lo sucesivo, las cuernas caen en Abril ó en Mayo, y las que las reemplazan están completamente desarrolladas en Julio y limpias de la basta ó tercio- pelo en Agosto. Las del cuarto año, ó sean las que salen cuando el 3 : $ CERVIDE 341 ciervo cumple tres años, tienen además de la garceta el más alto de los tres candiles anteriores; á la muda siguiente se bifurca el extre- mo del tallo, y á la otra sale el candil inmediato á la garceta. Des- pués van apareciendo nuevas puntas en la corona ó candelabro, pero ya no hay relación exacta entre su número total y la edad; aquél de- pende, más que de ésta, del estado de salud del animal, y sobre todo de la mayor ó menor abundancia de alimento, de modo que un venado que un año lleva entre ambas cuernas trece puntas, al año siguiente puede llevar diez y siete, y por el contrario, á uno que ha perdido unas cuernas con veinte puntas, pueden salirle las nuevas con sólo catorce ó quince. Por regla general, los ciervos muy viejos suelen tener las cuernas más débiles y con menos puntas que aque- llos que se hallan en la plenitud de su vida (1). Cervus elaphus hispanicus Hilzheimer. (Lám. XXID. Cervus elaphus Machado, Catal. Mam. Andal. (1869), pág. 40 (parte, no Linné). Cervus elaphus hispanicus Hilzheimer, Archiv fiir Rass. Gesellsch. Biol. (1909), pág. 313. ; NOMBRES VULGARES: Ciervo, Venado, Cervato (el joven en su primer año), Esta- quero ó6 Vareto (el macho de un año), Horquillero ó Enodio (el de dos años), en castellano. Diagnosis.—Parecido al C. e. Bolivari, pero mucho más pe- queño y con la cornamenta menos desarrollada. : Caracteres.—Aparte de su reducida talla, el aspecto general de esta subespecie es el de un animal menos robusto y arrogante que la raza antes descrita; su cuello es más largo y delgado, y la cabeza más afilada. Color general, en verano, entre canela y alazán, pasando á tierra de sombra en la parte superior del cuello, y á color de brécol en los lados y cara inferior del mismo. Una raya sepia á lo largo del dorso, y una banda mal definida del mismo color en la parte poste- (1) Si no estoy mal informado, en algunos cotos españoles, por lo menos en El Pardo, se han introducido ciervos extranjeros (C. e. germanicus ó C. e. scoticus), aclaración que conviene hacer por si en algún ejemplar de los que allí viven se ob- servasen discrepancias, en caracteres ó costumbres, de lo que en mi descripción se dice. A MESÓN ja er y. A AS ur y PUDE ¡A E a Paga Ba A a Ss A A E EN 349 ARTIODACTYLA rior de cada muslo, á cada lado del escudo anal. Este último es de un color de ante ocráceo pálido y tiene su borde superior muy bo- rroso, confundiéndose allí con el color general del dorso, que suele pasar á la base de la cola. Cabeza parda de brécol, con la frente sepia obscuro y un cerco pálido, casi blancuzco, en torno de los ojos; labios y quijada blancos, la última con una mancha sepia á cada lado de la boca. Las patas son de un color isabela sucio, lavado de gris por delante. El bajo vientre, blanco sucio. Ignoro si en invierno experimenta el pelaje algún cambio sensible. Los ejemplares jóvenes, durante los primeros seis meses de su vida, tienen las partes superiores sembradas de manchitas blancas. Cráneo como el del C. e. Bolivarí, pero bastante más pequeño; la longitud cóndilobasal, en los machos adultos, es á lo sumo de 850 milímetros, mientras en aquella raza excede considerablemente de esta medida. Cuernas relativamente poco desarrolladas; su longitud es próximamente como dos veces la de la cabeza, excediendo muy rara vez de 750 mm., y cuando son más largas, débese, más que al tamaño de las cuernas en sí, á que alguna de las puntas de la corona se prolonga anormalmente hacia atrás; con mucha frecuencia falta el candil inmediato á la garceta, y la corona está siempre poco ramifi- cada. Mientras en C. e. Bolivari las dos cuernas suman frecuente- mente entre corona y candiles diez y seis ó diez y ocho puntas, y hay ejemplares hasta con veinticuatro, en C. e. hispanicus doce puntas es el número más corriente, y quince el mayor que hasta ahora se conoce. Dimensiones de un macho adulto, del Coto Doñana: cabeza y cuerpo, 1750 mm.; cola, 140; oreja, 250; pie posterior, 420 (1). Cráneo de otro macho de la misma localidad: longitud cóndiloba- sal, 326 mm.; ancho cigomático, 135,2; ancho en los bordes orbita- rios, 146,5; nasales, 122; mandíbula, 290; serie molar superior, 98; serie molar inferior, 110; longitud del m*,22; longitud del mm, 28. Cuernas: longitud á lo largo de la curvatura externa, 710 mm.; cir- (1) Debo estas medidas, tomadas sobre un ejemplar del gabinete de historia na- tural de la Universidad de Sevilla, al catedrático de la de Cádiz D. Francisco de las Barras de Aragón. Yo no he visto más que cráneos, cornamentas sueltas y ejem- plares vivos. La altura de estos últimos, hasta la cruz, oscilaba entre 850 y 900 mm. Ltda 9 9p INS VIULO ADAL SMOINVASIH SNHAVIA SNAYID XX ?urut] *SOJO9J/WIBIA : B01.19Q] BUNB E AA o CERVIDZE 343 cunferencia encima de la garceta, 142; longitud de la garceta, 250; separación entre las puntas, 57. En el primer ejemplar, las cuernas tienen 540 mm. de longitud, 122 de circunferencia y 533 de punta á punta. La cornamenta más grande que se conoce de esta subespecie es una que existe en la Universidad de Sevilla y cuya longitud, siguiendo la curvatura ex- terna, es de 820 mm.; pero semejante tamaño es verdaderamente excepcional, pues en un 70 por 100 de los ejemplares completa- mente adultos, cuyas medidas conozco, el largo de las cuernas no pasa de 725 mm. Distribución geográfica. —Litoral de la provincia de Huelva, entre el río Odiel y el Guadalquivir: Coto Doñana. Localidad tí- pica: España, sin más dato. Observaciones.—La existencia en nuestra Península de dos razas de ciervos, una más grande en las sierras del interior, y otra más pequeña en la costa de Huelva, fué dada á conocer primeramente por Chapman y Buck. Después de confirmar la diferencia entre ambas, teniendo á la vista animales vivos y cornamentas sueltas, las separé yo como dos subespecies distintas, llamando á la más grande Cervus elaphus Bolivari y dejando para la más pequeña el nombre de C.e. hispanicus, con el que poco tiempo antes había de- signado Hilzheimer una cornamenta que existe en el Museo de Stut- tgart, procedente de España, pero sin localidad exacta. Miller, en su Catalogue of the Mammals of Western Europe, considera mi opinión poco convincente, no obstante lo cual añade á renglón se- guido que «las medidas craneanas tienden á indicar la presencia de dos formas». Para mí, como para todo el que haya visto venados vivos, así del Coto Doñana como del interior de España, sobre este último punto no cabe la menor duda, y la cuestión se reduce á deci- dir cuál de esas dos formas es el C. e. hispanicus de Hilzheimer, lo cual es menos sencillo de lo que parece, puesto que este autor, según ya he dicho, sólo tuvo como tipo un par de cuernas, sin más dato de localidad que «Spanien». Uno de dos partidos puede elegirse para ello: ó basarse exclusivamente sobre los caracteres de la cornamenta tipo, ó hacer caso omiso de ellos y, considerando hispanicus como nombre aplicado al ciervo español en general, mirar el presente caso como uno de aquellos en que, al dividirse una entidad zoológica ey » E TASA ASIA A e DS e Y A Jr pi a TES PAD MA OA et A Lo z Pe A tE A ¿Pe FEE EE A A Es a E E VE A YN, a Ena « 1 S ¡ A NA A ds A E y 344 ARTIODACTYLA (género, especie, etc.), sin que sea posible determinar ó identificar el tipo de la entidad primitiva, el autor de la división queda en libertad de asignar el nombre antiguo á aquella entidad, de las que resulten de la división, que tenga por conveniente. Si adoptamos el primer partido, el nombre hispanicus corres- ponde evidentemente á la raza más pequeña. La cornamenta del Museo de Stuttgart, en efecto, procede de un ciervo perfectamente adulto, con tres candiles y tres puntas terminales en cada cuerna, y sin embargo, la más larga de éstas, que es la derecha, sólo mide 705 mm. de longitud á lo largo de la curvatura. Esta medida, muy inferior al límite máximo que, salvo contadas excepciones, alcanzan los venados de la costa de Huelva, no se encuentra jamás en los ejem- plares adultos de la raza que vive en el interior. La cornamenta más pequeña que de esta última se ha medido es una de Fontana- rejo (Ciudad Real), mencionada por Chapman y Buck, la cual tiene 825 mm. de longitud; y aun éste es un ejemplar excepcional, sien- do lo corriente en los ciervos de nuestras sierras, cuando tienen ya seis puntas en cada cuerna, que éstas midan de 850 á 950 mm. Negar todo valor taxonómico á estas diferencias de tamaño en las cuernas, equivale casi á declarar indeterminable el tipo de C. e. his- panicus, y este nombre, por consiguiente, nomen nudum; pero pres- cindiendo de los caracteres de las cuernas y considerando, no obstan- te, aquella denominación como válida y aplicada por Hilzheimer á todos los ciervos de España indistintamente, al dividirlos en dos sub- especies creo haber hecho uso de un legítimo derecho dando aquel nombre á la subespecie que me ha parecido conveniente. Así conside- rada la cuestión, acaso parezca que lo más lógico hubiera sido llamar hispanicus al ciervo más extendido por España, y no al que sólo ha- bita un pequeño rincón de la Península; pero se reconocerá que habría resultado una contradicción señalar el diferente tamaño de las cuer- nas entre otros caracteres distintivos y aplicar luego á la raza que las tiene más grandes un nombre basado sobre una cornamenta que, por sus dimensiones, solo puede pertenecer al tipo más pequeño. La diferencia en tamaño y aspecto entre estas dos subespecies constituye un excelente ejemplo de la influencia de la localidad. Et terreno donde vive el C. e. hispanicus es, en efecto, muy distinto de aquéllos en que habitan todas las demás razas de C. elaphus; SUIDE : 345 en vez de montañas cubiertas de espeso bosque, en el Coto Doñana sólo hay grandes dunas y arenales que alternan con espesuras de pinos y algunos alcornoques. Eso no obstante, las costumbres de este ciervo no difieren sensiblemente de las del C. e. Bolivari. Suborden CHEROMORPHA Artiodáctilos con los molares bunodontos, los caninos interiores completamente distintos de los incisivos, los dedos segundo y quinto bien desarrollados, por lo menos en las extremidades torácicas, los metacarpianos y metatarsianos correspondientes á los dedos tercero y cuarto generalmente separados, y el estómago sencillo ó poco complicado y en ningún caso organizado para la rumiación. Las especies vivientes de este grupo se distribuyen en tres fa- milias, Dicotylidce, Suide € Hippopotamidce, de las cuales sólo la segunda está representada actualmente en nuestra fauna. Familia SUIDZE Queromorftos con el hocico truncado verticalmente y terminado en una callosidad plana sostenida por un huesecillo independiente del cráneo, y en la cual se abren las narices; con los dedos segundo y quinto bien desarrollados en las cuatro extremidades, aunque mucho más cortos que el tercero y el cuarto, no llegando á tocar en el sue- lo; con el estómago sencillo, y con los caninos superiores grandes y retorcidos hacia fuera y arriba. Divídense los Suíde en seis géneros, uno sólo de los cuales existe en Europa. Género SUS Linné. Sus Linné, 1758. Aper Pallas, 1766. Gyrosus Gray, 1862. E Aa EA di a SA ¿q a. 346 ARTIODACTYLA Centuriosus Gray, 1862. Ptychochoerus Fitzinger, 1864. Scrofa Gray, 1868. Euhys Gray, 1873. Aulacochcerus Gray, 1873. Dasychoerus Gray, 1873. Caracteres. —Cuerpo rechoncho, revestido de un pelaje cerdoso; cabeza voluminosa; patas cortas y delgadas; cola medianamente lar- ga, terminada por un mechón de pelos largos. Cráneo notablemente estrecho y largo; la caja cerebral pequeña, pero muy elevada, y el rostro muy prolongado; arcos cigomáticos gruesos y fuertes; apófisis postorbitarias muy salientes. » a E: 4 323 : Fórmula dentaria: ¿ Cc , pm m == 44. Inci- sivos superiores OS ES Y A ds los demás por un diastema; los inferiores muy proclives. Caninos grandes, hasta el punto de salir fuera de la boca, y provistos de bordes cor- tantes; los superiores muy retorcidos hacia fuera y arriba. Dientes molariformes maxilares aumentando gradualmente de tamaño desde el pm', que es sumamente chico, hasta el m*, que es enorme, repre- sentando su longitud más de un cuarto de la de toda la serie. Los molariformes inferiores aumentan de tamaño en la misma forma, pero el pequeño pm, está muy separado del resto de la serie y pró- ximo, en cambio, á la base del canino. El z*, el pm' y el pm, faltan con frecuencia en los ejemplares viejos. Especie tipo.—Sus scrofa Linné, de la Europa Central. Hasta ahora se han descrito cerca de treinta especies de Sus, propias de las regiones paleártica y oriental. En la Península Ibérica existe sólo el S. scrofa, representado por dos formas locales muy diferentes. Clave de las subespecies. a. Pelaje compuesto de cerdas y borra; longitud total del cráneo, más de 345 mi- límetros en el macho y de 325 en la hembra............ S. serofa castilianus. a'. Pelaje compuesto exclusivamente de cerdas, sin borra; longitud total del crá- neo, menos de 330 mm. en el macho y de 310 en la hembra. S. scrofa beeticus. Sus serofa castilianus Thomas. Sus scrofa Asso (no Linné), Introd. Oryct. et Zool. Arag. (1784), pág. 66. Sus scrofa castilianus Thomas, Abstract Proceed. Zool. Soc. of London (1912), pág. 13. 5 A A O NY SUIDAE 347 NOMBRES VULGARES: Jabalí, Jabalín, Puerco montés, Cochino montés, Jabalina (la hembra), Jabato, Cochastro y Escudero (el joven), en castellano; Porco bravo, Porco fero, Xabalí, en gallego; Porch senglar, en catalán; Basurdía, en vascuence; Javalí, Javardo, Porco bravo, Porco montez, en portugués. Diagnosis. —Tamaño grande, aunque menor que en el S. scrofa típico del centro de Europa; longitud total del cráneo, 345-365 mi- límetros en el macho y 325-340 en la hembra; pelaje con borra lanosa. Caracteres.—Pelaje abundante y espeso, compuesto de cerdas gruesas bastante largas, sobre todo en el dorso, donde llegan á te- ner 125 mm. de longitud, y de una borra lanosa mucho más corta, escondida bajo aquéllas. Las orejas están bordeadas por una franja de pelos tiesos, de 30 450 mm. de largo, y la cola lleva un mechón terminal, cuyas cerdas más largas miden de 200 á 250 mm. Color general pardo sucio, generalmente bastante claro, aunque de matiz ligeramente variable. Las cerdas son negras con la punta color de ante, isabela ú ocre, y la borra parda Van Dyck ó tierra de sombra. En la cabeza, el pelo tiene la punta de un color de ante muy pálido, por lo que el matiz general es allí bastante más claro que en el cuerpo. Los pelos largos de las orejas, el mechón de la cola y las cuatro patas, son negros. Los ejemplares jóvenes, durante los primeros meses, son de un color tierra de sombra sucio ó pardo de brécol, con listas longitudi- nales de color de ante ó pajizo muy claro. El cráneo y los dientes no ofrecen ninguna particularidad digna de mención. Dimensiones de un macho adulto, de Mont Negre (Barcelona): cabeza y cuerpo, 1400 mm.; altura en la cruz, 625; cola, 153; oreja, 130; pie posterior, 280. Cráneo: longitud total, 360 mm.; ancho cigomático, 141; ancho interorbitario, 82; nasales, 190,5; mandíbula, 285; serie molar supe- rior, 122; serie molar inferior, 140; longitud del m*, 33,6; longitud del 7m,, 34. Distribución geográfica. —Norte y centro de la Península, des- de los Pirineos, la cordillera cantábrica y Galicia, hasta Sierra Mo- rena y la provincia portuguesa de Alemtejo. Localidad típica, Quin- tanar de la Sierra (Burgos). Observaciones.—El jabalí vive en los montes cubiertos de bos- EOS yy A ES ERA E al A O AY A . d 7 " TES 7? A a E TO, Rd o E A e a A y ) R 348 ARTIODACTYLA que espeso, ó bien en los sitios pantanosos rodeados de cañaveral muy cerrado. Más nocturno que diurno, permanece durante el día encamado en espesuras muy densas, donde no llega apenas la luz del sol, y sale por la noche á buscar su alimento. Come frutos, raí- ces, tubérculos, cortezas tiernas, maíz, trigo, insectos, lombrices y pequeños reptiles. Gústale mucho bañarse, y á falta de agua se re- vuelca en el cieno. Forma pequeñas bandadas, aunque los machos viejos suelen vivir solitarios. El celo es en Noviembre y Diciembre, y en Marzo da la hembra de cuatro á diez jabatos; generalmente, las madres se asocian en pequeñas colonias, ocupando cada jabalina con sus crías una cama de hojas, de musgo ó de agujas de pino, es- condida entre la maleza. Sus scrofa beeticus Thomas. Sus serofa aper Machado, Catal. Mam. Andal. (1869), pág. 29 (parte, no Boddaert) Sus scrofa bceticus Thomas, Abstract Proceed. Zool. Soc. of London (1919), pá- gina 14. NOMBRES VULGARES: Jabalí, Jabalín, Puerco montés, Cochino montés, Jabalina (la hembra), Jabato, Escudero (el joven), en castellano. Diagnosis.—Más pequeño que S. s. castilianus; longitud total del cráneo, de 315 á 330 mm. en el macho, y de 290 á 310 en la hem- bra; pelaje sin borra lanosa. Caracteres. —Aspecto general como en la otra subespecie; pe- laje igualmente largo y espeso, pero compuesto exclusivamente de cerdas, sin borra debajo de ellas. El color suele ser algo más obs- curo, sepia ó tierra de sombra sucio, más pálido en la cara, y negro ó muy obscuro en las orejas, patas y mechón caudal. Las cerdas son negras, con la punta isabela ó pardo madera en el cuerpo y blanque- cina hacia el hocico. Los jabatos ofrecen la misma coloración que en castilianus. El cráneo, aparte de su reducido tamaño, no ofrece ningún carác- ter particular. Dimensiones de un topotipo, macho adulto: cabeza y cuerpo, 1190 mm.; altura en la cruz, 600; cola, 151,5; oreja, 126; pie pos- terior, 250. Cráneo del tipo: longitud total, 327 mm.; ancho cigomático, 142; ancho interorbitario, 72; nasales, 173; mandíbula, 268; serie molar superior, 119; serie molar inferior, 111; longitud del m?*, 35; longi- tud del m,, 35. E - Distribución geográfica.—Andalucía, cuenca del bajo Guadal- quivir, hasta la costa de la provincia de Huelva. Localidad típica, Coto Doñana. Observaciones.—Las costumbres del jabalí de Andalucía son las mismas del que vive en el resto de la Península. Come con prefe- rencia los cogollos tiernos del palmito, que saca hozando alrededor | de la planta. AY od A o ed a o E > : ; a A PEO A 277 POT / >» pe " La Orden CETACEA Mamíferos euterios acuáticos, pisciformes, sin uñas ni pezuñas, con los miembros anteriores en forma de aletas y los posteriores ausentes; con una aleta caudal horizontal; con los dientes general- mente homodontos, y frecuentemente ausentes y sustituídos por series de láminas córneas que reciben el nombre de ballenas; sin clavículas. Los cetáceos son los únicos mamíferos exclusivamente acuáticos que se conocen, no saliendo á tierra sino accidentalmente y contra su voluntad. En consonancia con su género de vida, su estructura, tanto externa como interna, difiere de la de todos los demás órde- nes. Su cuerpo fusiforme, sin cuello marcado, recuerda el de los peces; la cola está sustituida por una aleta horizontal, y los miem- bros anteriores, únicos que existen al exterior, tienen también la forma de aletas. Muchas especies presentan además una aleta dor- sal, que parece representar la aleta dorsal de los peces, aunque por su naturaleza podría más bien equipararse á la jiba del camello ó del cebú. La piel está desprovista de pelo, aunque algunas especies pre- sentan cerca de la boca ó de las narices algunas cerdas tiesas, y otras llevan en determinadas partes del cuerpo tubérculos ó peque- ñas placas calizas, que podrían ser considerados como indicios de una armadura dérmica. Las narices, absolutamente inútiles como ór- ganos olfatorios, ábrense en la parte superior de la cabeza en uno ó dos orificios, denominados espiráculos, por los que el ani- mal respira. Los testes se encuentran siempre retenidos en el ab- domen, y las mamas son constantemente ventrales y en número de dos. CETACEA 351 En el esqueleto, es notable el cráneo por su frecuente asimetría y por el enorme desarrollo del rostro á expensas de la caja cerebral, que es muy pequeña. Los huesos del brazo aparecen atrofiados, en tanto que los de la mano alcanzan un desarrollo notable, llegando á veces á contarse diez y siete falanges en los dedos, mientras en los demás mamíferos no pasan de tres. De los miembros posteriores, lo único que se conserva es algún ru- dimento insignificante de la pelvis, y en algunos casos del fémur, inde- pendiente del resto del esqueleto. Las vértebras cervicales están con frecuencia parcial ó totalmente fun- didas entre sí. e La dentición, cuando existe, es generalmente homodonta, y el nú- mero de dientes variable aun dentro de la especie. Cuando falta, está la boca provista de una fila de ballenas Ó láminas córneas triangulares, in- sertas en el paladar. A excepción de un corto número de especies fluviales, de las cuales / no existe ninguna en nuestra fauna, los cetáceos son animales marinos. Y /, YI YY) Y y Y) IN IIS YI Fic. 91. Cabeza de Tursiops truncatus, vista Nadan y se mueven en el agua con por encima, mostrando el espiráculo. < Uy. tanta perfección como los peces, si bien necesitan salir á respirar á la superficie. Cuando respiran, su aliento, saliendo rápidamente de los espiráculos y condensán- dose al contacto del aire, forma un chorro ó una nubecilla de vapor, que ha dado origen á la fábula de los surtidores de agua de la ballena. Lo extraordinariamente peculiar de sus caracteres y costumbres dificulta no poco el estudio de la filogenia de los cetáceos. El único orden con que presenta evidentes analogías, pese á su diferente género de vida, es el de los Xenarthra (hormigueros, armadillos y perezosos), á los que recuerda en los indicios de un exosqueleto duro, en la frecuente fusión de algunas vértebras cervicales, en el 24 lt e a ot A sn OA PA NTE E 352 CETACEA hecho de tener los dientes homogéneos ó carecer de ellos, y en cier- tos detalles del aparato circulatorio. Los cetáceos vivientes se distribuyen en dos subórdenes, repre- sentados los dos en aguas de la Península. Clave de los subórdenes. a. Con dientes; un solo espiraculo aia da lloc ODONTOCETI. artSiidientesidosjespltaculas io ie: MysTACOCETI. Suborden ODONTOCETI Cetáceos provistos de dientes, con el cráneo notablemente asimé- trico, especialmente en el rostro, con las dos ramas de la mandíbu- la unidas anteriormente en una sínfisis más ó menos extensa, con el esternón compuesto de varias piezas, y con las narices abiertas en un solo espiráculo (1). Comprende este grupo cuatro familias, de las que sólo una falta en nuestra fauna. Clave de las familias. a. Espiráculo transversal, en forma de media luna; sínfisis de la mandíbula corta, no pasando de un tercio de la longitud de las ramas. b. Garganta lisa; cráneo no muy levantado posteriormente........ DELPHINIDE. b'. Garganta con dos surcos longitudinales; cráneo muy levantado en su parte DOS lemas ZIPHIDA. a'. Espiráculo longitudinal, en forma de S; sínfisis de la mandíbula larga, exce- diendo de un tercio de la longitud de las ramas................ PHySETERIDA. Familia DELPHINID£ Cetáceos odontocetos de mediano tamaño, con la cabeza relati- vamente pequeña, el espiráculo dispuesto transversalmente en la parte superior de aquélla y en figura de media luna cuya convexi- (1) En el embrión del delfin, el espiráculo es doble, y una especie exótica (Kogía Potfsi, de Nueva Zelanda) conserva toda la vida dos espiráculos, si bien uno de ellos está casi atrofiado, como en vías de desaparición. DELPHINIDA 353 dad se dirige hacia atrás (fig. 91), una aleta dorsal bastante des- arrollada, el cráneo sólo medianamente elevado en su parte pos- terior, la sínfisis de la mandíbula muy corta, y normalmente con dientes muy numerosos tanto arri- ba como abajo, variando su núme- ro aun en una misma especie y hasta de un lado á otro en un mis- lA FiG. 92. mo individuo. pea e > cies Pa Ñ eta pectoral de Tursiops truncatus. Los delfínidos se dividen en diez < Yo. y nueve géneros, de los cuales, siete han sido hasta ahora encontrados en aguas ibéricas, hallándose cada uno representado en ellas por una sola especie. FiG. 93. Aleta caudal de Tursiops truncatus. < 10. Clave de los géneros. a. Cabeza terminada en un hocico estrecho, en forma de pico. DE Dientesterlesos; DICOLCO RIO errante atleta as olla dades le Tursiops. te Dientes tdelr ados: DICO artis ii ea iaa daa Be Delphinus. a'. Cabeza obtusa, sin pico. c. Con dientes arriba y abajo. di Dientes comprimidos lateralmente crescendo coa Phocceena. d' Dientes cónicos. e. Parte anterior de la cabeza deprimida; aleta dorsal muy alta; aletas pec- ToraleiComta id dl a E A Orcinus. e'. Parte anterior de la cabeza abombada; aleta dorsal baja; aletas pecto- rales [arrasa aca oa dela ds Globicephalus. cAmCoú dientes abajo solamente. ii ra lA SOS Grampus. ' ' ” y 354 CETACEA Género TURSIOPS Gervais. Delphinus Bonnaterre, 1789 (parte, no Linné). Tursio Gray, 1843 (no Wagler). Tursiops Gervais, 1855. Caracteres. —Frente ligeramente abombada, bastante elevada, descendiendo en declive hacia el hocico, que forma un pico corto y ancho; aletas pectorales y dorsal falciformes; aleta caudal en forma de triángulo isósceles, cuya anchura es poco mayor que el doble de su altura. Esternón compuesto de siete piezas, las tres primeras en serie, y las otras cuatro en dos pares. Cráneo con el rostro en forma FIG. 94. Esternón de Tursiops truncatus. < "laz. gal; en Valencia se han cogido por lo menos dos ejemplares, uno joven, que se conserva en la Universidad de dicha capital, y otro adulto que está en el Museo de Madrid, y en Santander se cogió otro el 13 de Febrero de 1891. Localidad típica, el río Dart (Ingla- terra). E Observaciones. —Aunque á nuestras costas sólo han llegado in- dividuos aislados, esta especie suele formar bandadas, á veces muy numerosas. Emigra periódicamente, marchando hacia el norte en la (1) Medidas copiadas de Fischer (Ac£. Soc. Linn. Bord., xxxv, 1881, pág. 158); los cráneos de procedencia española que he visto son de ejemplares demasiado jóvenes todavía. (2) Se han citado también ejemplares del Océano Índico (Seychelles) y del Pací- fico (Nueva Zelanda), pero no hay seguridad de que perteneciesen á la misma es- pecie. DELPHINIDE 357 primavera y volviendo en el otoño á nuestras latitudes. Persigue á los bancos de sardinas y otros peces pequeños, en pos de los cuales entra en los estuarios y rías (1). Género DELPHINUS Linné. Delphinus Linné, 1758. Eudelphinus Gervais, 1880. Caracteres.—Frente baja y poco redondeada, separada de la base del pico por un surco que va de un ojo á otro; pico estrecho y largo; aletas pectorales y dor- sal falciformes; aleta caudal en forma de media luna. Es- ternón compuesto de tres pie- zas óseas, la primera frecuen- temente perforada, y un apén- dice xifoides cartilaginoso. FIG. 97. Cráneo con el rostro en forma Aleta pectoral de Delphinus delphis. < Ys. de pico estrecho y alargado; . un surco profundo á cada lado del paladar, á lo largo de la cara palatal del maxilar; pterigoides unidos en la línea media; sínfisis de la mandíbula muy corta. Fórmula dentaria: > á aa = e = 1604246. Dientes lisos, lige- ramente inclinados hacia atrás y bastante delgados, midiendo 3 ó 4 milímetros de diámetro antero-posterior. Especie tipo.—Delphinus delphis Limné. (1) Á continuación debería incluirse el género Steno si fuese cierto, como pre- tende Graells, que su especie rostratus (= frontatus Cuv.) ha sido capturada en las costas de la Península. Graells afirma que se ha cogido un ejemplar en la de Por- tugal, pero el cetáceo en cuestión no figura en ninguno de los catálogos publicados por los naturalistas portugueses, lo que induce á creer que aquel zoólogo hizo di- cha afirmación por haber leído en las Recherches sur les ossements fossiles de Cu- vier (2.* edic., v, 1823, pág. 278) que en el Museo de París estaba aquella especie re- presentada por varios cráneos sin localidad conocida y por un ejemplar naturalizado procedente de Lisboa. Graells no tuvo en cuenta que desde hace muchos años está demostrado que este ejemplar no era de la misma especie que los cráneos, sino una Inia geoffrensís, es decir, un delfín fluviátil sudamericano, y que al decir que venía de Lisboa, Cuvier no pretendía que hubiese sido cogido allí, sino que procedía del Museo de Lisboa, al que sin duda fué enviado desde el Brasil. : E AA 7 NA => 2) LS LT < ak Lv EA y ÚS A EC IA A ie US RETO Mo A Da ad AA e ii 358 CETACEA La gran variabilidad en color y en número de dientes á que están sujetas las especies de este género, ha dado lugar á muchas dudas sobre el número de las mismas; Beddard (1) sólo admite tres, una de las cuales figura en nuestra fauna. Delphinus delphis Linné. Delphinus delphis Linné, Syst. Nat., 10.2 edic. (1758), pág. 77. Delphinus vulgaris Lacépede, Hist. Nat. Cétac. (1804), pág. 250, lám. x1v. Delphinus novce-zealandice Quoy y Gaimard, Voy. Astrol., Mamm. (1830), pág. 149. Delphinus janira Gray, Zool. Erebus and Terror (1846), pág. 41, lám. xxu. Delphinus albimanus Peale, U. S. Explor. Exped., vin (1848), pág. 33. Delphinus fulvofasciatus Pucheran, Voy. Pole Sud, Mamm. (1851), lámi- nas XXI, XXI. Delphinus Forsteri Gray, Cat. Seals and Whales (1866), pág. 248. Delphinus major Gray, 1. c. (1866), pág. 396. Delphinus Moorei Gray, 1. c. (1866), pág. 397, fig. 99. Delphinus Walkeri Gray, 1. c. (1866), pág. 397, fig. 100. Delphinus algeriensis Loche, Rev. et Mag. Zool., 2.? ser., x11 (1860), pág. 474, lá- mina xxu, fig. 1. Delphinus mediterraneus Loche, 1. c. (1860), pág. 475, lám. xxur, fig. 2. Delphinus pomeegra Owen, Trans. Zool. Soc. London, vi (1869), pág. 23. Delphinus Bairdí Dall, Proc. Californ. Acad. Scienc., v (1873), pág. 12. Eudelphinus delphis Van Beneden y Ger- vais, Osteogr. Cet., (1880), pág. 584. Delphinus fusus (Latont) Fischer, Act. Soc. Linn. Bordeaux, xxxv (1881), pági- na 19, lám. 1v, fig. 1. Delphinus souverbianus (Lafont) Fis- cher, 1. c. (1881), pág. 1297, 1. 1v, fig. 2. Delphinus variegatus (Lafont) Fischer, 1. c. (1881), pág. 127, lám. vr, fig. 1. Delphinus balteatus (Lafont) Fischer, 1. c. (1881), pág. 127. Delphinus moschatus (Lafont) Fischer, 1. c. (1881), pág. 127, lám. v, figs. 1 y 2. NOMBRES VULGARES: Delfín, Golfín, Toni- na, en castellano; Golfiño, Arroaz, en FiG. 98. gallego; Delfí, en catalán y valencia- Aleta caudal de Delphinus delphis. no; Ruasa, en Gerona; Deufí, en ma- < 1/5. llorquín; Golphinho, en portugués. Diagnosis.—Coloración tricolor, con bandas oblícuas ó longitu- dinales en los flancos; pico representando próximamente */,, de la (1) A Book of Whales, 1900, pág. 253. DELPHINIDE 359 longitud total; sínfisis de la mandíbula igual á un sexto ó un octavo de la longitud de la misma. Cáracteres.—Formas esbeltas; pico relativamente corto para el género, con el rostro y la mandíbula próximamente iguales; aleta dorsal situada hacia el centro del dorso, con el borde anterior una mitad más largo que la base. Coloración muy variable, pudiendo describirse en general como negra en el dorso, gris ó leonada en los costados y blanca en el vientre, con una banda blanca á lo largo de la parte baja de cada flanco, separada del blanco del vientre por una lista obscura. La disposición y mati- ces de estas diferentes zonas de coloración varía considerablemente, siendo muy raro encontrar dos individuos enteramente igua- les. El negro del dorso se corre siempre por la superficie ventral en la extremidad poste- FIG. 99. rior del cuerpo, hasta cerca de los órganos e EitOn genitales, pero en la cabeza varía mucho en extensión, estando unas veces limitado á la parte superior de la mis- ma y llegando otras al nivel de los ojos. El color de los flancos puede ser cualquier matiz de gris, desde el pizarra al gris perla, ó de amarillento obscuro, desde el leonado al pajizo, y á veces tira á ama- rillo aceituna y hasta á verde de guisante. La banda blanca que hay debajo de este color varía también en anchura y longitud, y lo mis- mo puede decirse de la lista obscura que sigue, de un color gris ó aceitunado, la cual se extiende desde la comisura de la boca hasta la parte posterior del cuerpo, pero unas veces es ondulada, otras recta, y tan pronto se bifurca ó se desdobla, como queda de pronto interrumpida. Lo que en todos los ejemplares se observa es un cerco negro alrededor de cada ojo y una lista estrecha, negra también, que va de un ojo á otro, siguiendo el surco subtrontal. Las aletas pectorales son siempre negras, y con frecuencia se obser- va una banda negra, gris ó aceitunada obscura que va desde una aleta á otra describiendo un arco por debajo de la mandíbula. Las mencionadas diferencias, en las que algunos autores se han fundado para establecer razas y hasta especies, parecen ser pura- e E nd te IS e AIR E o , k el y : pa A AA AD TE sm E A IAS A A JN UI AN RR E Ao 7d INCAS E DAN SNA TEN VIS 360 CETACEA, mente individuales, y desde luego en absoluto independientes de la localidad. Cráneo (fig. 100) con el pico largo y estrecho, aunque más corto que en otros Delphinus, representando su longitud de un 58 á un 65 por 100 de la longitud total del cráneo, y siendo su anchura en la base próximamente igual á un tercio de su longitud desde la frente. Dien- , 39—39 . 53-53 E tes en número de -¿ 39 4 --. Columna vertebral con 72 á 76 vértebras oe micas: de las cuales están soldadas las dos primeras, 14 dorsales, 21 lumbares y 30 caudales). Esqueleto de la mano con dos ó tres falanges más en el segundo dedo que en el tercero. Dimensiones de una hembra adulta, del mar Mediterráneo, cerca de Alicante: lon- gitud total, 208 cm.; distancia desde el extremo del pico á la base de la aleta dor- sal, 100; longitud del pico, desde la co- misura de la boca, 27,5; longitud de la aleta dorsal en su base, 30; borde ante- rior de la misma, 38; aleta pectoral, 30; ancho de la aleta caudal, 40. Cráneo: longitud total, 43 cm.; longi- tud del rostro hasta la pared anterior de las fosas nasales, 31; ancho del rostro en su base, 10; ancho orbitario, 21,5; mandí- bula, 38,5; longitud de la sínfisis, 4. Distribución geográfica. —Todos los Erñaco de Delpninus delprts. . MAPS templados y tropicales; en nues- E tras costas abunda mucho, tanto en las atlánticas y cantábricas como en las del Mediterráneo. Localidad típica, los mares de Europa. Observaciones.—El delfín es muy común en nuestras aguas; suele encontrársele en bandadas más ó menos numerosas, que dan caza á las sardinas y á otros peces pequeños. Nada generalmente á flor de agua, siguiendo á los barcos por lo que de ellos puedan arro- jarle. Sus saltos y caprichosas evoluciones son harto conocidos de todo el que ha navegado. FiG. 100. A id loo: he E DELPHINIDE 361 A Es muy posible que algunos de los delfines obtenidos en las cos- | . tas de la Península no pertenezcan á esta especie, ni siquiera á este 4 género, sino que sean realmente ejemplares del Prodelphinus eu- E phrosyne Gray, cetáceo que ha sido encontrado en las costas de 13 Groenlandia, en las de Inglaterra, en el Canal de la Mancha, en las “3 á FiG. 101. Delphinus delphis. < */a5. E AA ” pra A Antillas y cerca de la isla de la Ascensión, y que por lo tanto debe vivir en todo el Atlántico. Exteriormente, esta especie se parece mucho á ciertas variedades del Delphinus delphis, pero examinan- do el cráneo no cabe confusión, pues en Prodelphinus no existen los surcos laterales del paladar. Los ejemplares que yo he podido examinar son todos verdaderos Delphinus. a A Género PHOCZENA G. Cuvier. Delphinus Linné, 1758 (parte). Phoccena G. Cuvier, 1817. Caracteres.—Cabeza cónica; hocico bastante corto, sin formar pico; aletas pectorales ovaladas; aleta dorsal triangular, baja y alar- gada, frecuentemente con numerosos tubérculos córneos á lo largo de su borde anterior. Esternón compuesto de tres piezas, la primera ó la segunda, ó ambas á la vez, frecuentemente perforadas. Cráneo (fig. 102) con el rostro puntiagudo, pero no formando pico; prema- xilares con un gran abultamiento delante de la región nasal; pteri- goides muy pequeños y separados por completo; sínfisis de la mandíbula muy corta. Fórmula dentaria: o á Sas = 64 á 110. Dientes comprimi - dos lateralmente, con la corona separada de la raíz por un mar- A ER A AA OS o A AA E A A EN O A a a Pe l H O A AD a AAN NE N : 8 J , a 2 , A 362 CETACEA cado estrechamiento, y comúnmente dividida en tres ó cuatro ló- bulos. Especie tipo. —Delphinus phoceena Linné. Este género comprende solamente cuatro especies, y sólo una de ellas existe en los mares que bañan la Europa occidental. Phocena phocena (Linné). Delphinus phoccena Linné, Syst. Nat., 10. ed. (1758), pág. 77. Phoceena communis Lesson, Man. de Mammal. (1827), pág. 413. Phoccena tuberculifera Gray, Proc. Zool. Soc. London (1865), pág. 320. Phoccena vomerina Cope, Proc. Acad. Nat. Sci. Philad. (1865), pág. 178 Phoceena brachycium Cope, 1. c. (1865), pág. 279. Phoccena phocceena Elliot, Field Col. Mus., 1v (1904), pág. 48. NOMBRES VULGARES: Marsopa, Marsopla, Arroaz, Golfín, Puerco de mar, en castellano; Tonína, Cochino de mar, en Andalucía; Fouliña, Gol- fiño, Porco do mar, en gallego; Arraín-gastod, en vascuence; /zurdeá, en guipuzcoano; Toni- nha, Boto, en portugués. Fia. 102, Diagnosis. — Tamaño mediano (100 AS a aldo á 165 cm. de longitud); mandíbula no más saliente que el rostro; aleta dorsal con el borde anterior recto y el posterior ligeramente cóncavo. Caracteres.—Formas delgadas; mandíbula hasta el nivel del labio superior; aleta dorsal con el borde anterior igual en longitud á la base, ó un poco más corto, recto ó ligeramente convexo y con una serie de cinco á veinticinco tubérculos; el borde posterior un poco cóncavo hacia su parte alta. Color de las partes superiores, aleta caudal y pectorales, negro; los flancos grises, ya uniformes, ya jas- peados de negro ó de blanco, corriéndose el color gris por la man- díbula, aunque el borde del labio es negro; una banda negra ó muy obscura va desde la comisura de la boca á la aleta pectoral; vientre y garganta blancos ó de un gris muy pálido. Cráneo con el rostro ancho en la base y bastante corto, represen- tando de 40 á 47 por 100 de la longitud total. Dientes en número DELPHINIDA 363 2—2M , 2-92 g : ; d o el primer diente superior de cada lado algo separado del resto de la serie é inclinado horizontalmente hacia de- lante. Columna vertebral con 62 á 69 vértebras (normalmente 7 cervicales, 13 dorsales, 14 lumbares y 30 caudales); las cervicales con marcada tendencia á soldarse todas ellas. Esqueleto de la mano con los dedos segundo y tercero próximamente iguales; general- mente tienen el mismo número de falanges, pero puede haber una diferencia en una falange, tan pronto en favor de un dedo como del otro. Dimensiones de un macho adulto, del Estrecho de Gibraltar: lon- gitud total, 152 cm.; distancia desde el extremo del pico á la base de la aleta dorsal, 70; longitud del pico, desde la comisu- FiG. 103. Phoccena phoceena. < yz. ra, 11,2; longitud de la aleta dorsal, en su base, 26; borde ante- rior de la misma, 31,5; aleta pectoral, 20,5; ancho de la aleta cau- dal. .39: Cráneo: longitud total, 26,5 mm.; longitud del rostro, hasta la pared anterior de las fosas nasales, 14; anchura del rostro en su base, 76; ancho orbitario, 15,4; mandíbula, 20; longitud de la sín- SIS, 2,0. Distribución geográfica. —Parte septentrional y central de los océanos Atlántico y Pacífico; mares Mediterráneo y del Norte, remontando además los grandes ríos. Localidad típica, las costas de Suecia. A Observaciones.—Este delfínido es frecuente en nuestras cos- tas, sobre todo en la del Cantábrico, donde penetra á veces en las grandes rías. Vive en bandadas, que pueden ser muy nume- rOSas. NA RIAS sea ON. 4 ANP ' “» ES METTAS AN a TA E 4d e O AOS SE O A 364 CETACEA XK A E A E td Género ORCINUS Fitzinger. Delphinus Linné, 1758 (parte). Phoccena G. Cuvier, 1817 (parte). Orca Gray, 1846 (no Wagler). Orcinus Fitzinger, 1860. Caracteres.—Cabeza cónica, sin pico; aletas pectorales grandes, irregularmente ovaladas; aleta dorsal ligeramente tfalciforme, muy FIG. 104. Aleta pectoral de Orcinus orca. < 12. alta. Esternón compuesto de dos piezas, la primera casi siempre perforada, y un cartílago. Cráneo (fig. 107) con el rostro ancho y corto; pterigoides separados. ; ' 1010 , Fórmula dentaria: O 13—1 ' a == 40) 6 59). =p =045 aia grandes, fuertes, de forma cónica. Especie tipo.—Delphinus orca Linné. Reina gran incertidumbre acerca del número de especies que comprende este género; según True (1), lo más acertado parece ser el reconocer tres, de las cuales sólo una existe en los mares de Europa. Orcinus orca (Linné). Delphinus orca Linné, Syst. Nat., 10.? edic. (1758), pág. 77. Delphinus gladiatorBon- naterre, Cét. (1789), pá- gina 23. Delphinus Duhameli La- cépede, Cétacés (1804), pag. 314% dam. 1x, figura 1. FIG. 105. Aleta caudal de Orcinus orca . < iz. (1) Proceed. U. S. Nat. Mus., xxwn (1904), pág. 229. DELPHINIDA4 365 Delphinus grampus Desmarest, Nouv. Dict. Hist. Nat., 1x (1817), pág. 168. Phoccena gladiator Lesson, Man. Mamm. (1827), pág. 414. Phocceena grampus Lesson, 1. c. (1827), pág. 415. Grampus orca Gray, Brooke's Cat. Mus. (1828), pág. 40. Phoccena orca Wagler, N. S. Amph. (1830), pág. 34. Orca gladiator Gray, Zool. Ereb. and Terr. (1846), pág. 33. Orca Eschrichtí Steenstrup, Dansk. Vid. Selsk. Forh. (1862). Orca Schlegeli Lilljeborg, Mem. Ray Soc. (1866), pág. 235. Orca stenorhyncha Gray, Proc. Zool. Soc. London (1870), pág. 71, figs. 1 y 2. Orca latirostris Gray, 1. c. (1870), pág. 76. Orca minor Malm, Kongl. Svensk. Vetensk. Akad. Handl. (1870), pág. 81. Orca Duhameli Fischer, Journ. de Zool., v (1876), pá- gina 148. Orcinus gladiator Elliot, Field Col. Mus., 1 (1901), pá- gina 22, Orcinus orca True, Proc. U. S. Nat. Mus., xxvn (1994), pág. 229. * Orca orca Millais, Mamm. Great Brit., m1 (1906), pági- na 323, lám. Orcinus orca Duhamelí Trouessart, Faun. Mamm. Eur. (1910), pág. 255. A Orcinus orca Eschrichtí Trouessart, 1. c. (1910), pá- gina 256. NOMBRES VULGARES: Orca, en castellano; Espolarte, Candorca, Latino y Alcandorca, en gallego; Mosko- te, en vascuence; Espartón, en la costa cantábrica. Diagnosis. — Tamaño grande (400 cm. á 900 cm.); coloración negra y blanca, ambos colores perfectamente separados. Caracteres. — Formas macizas; mandíbula un poco más corta que el rostro; aleta dorsal OR situada hacia el centro del dorso, con el borde anterior bastante más largo que la base; aleta caudal en triángulo isósceles muy ancho, cuya base es por lo menos igual al doble de su altura. Partes superiores negras; las inferiores blancas. Ambos colo- res están perfectamente separados, pero la forma de la separación es muy variable; en unos individuos tiene lugar á lo largo de una línea recta, próximamente á la altura de la aleta pectoral, mientras en otros el blanco penetra en lo negro de las partes superiores, tendiendo á formar una banda oblicua en la parte posterior del costado, ó pasando por encima de la aleta pectoral. Esta última y la caudal son siempre negras por encima, y por debajo blancas, á veces FIG. 106. 366 4 (9) a] Lao =] » o A [e] e a 9) o w e] y j RS h Um | 9 )' ) a X = ] y Pe ) , o “LOT “DIA DELPHINID.E 367 con manchas negras. Encima del ojo hay una mancha blanca, ova- lada ó arriñonada, que algunas veces rodea al ojo mismo. Gene- ralmente hay otra mancha blanca, en forma de media luna, detrás de la aleta dorsal, abarcando la parte posterior de su base. En los ejemplares jóvenes, estas manchas y las partes interiores están ligeramente lavadas de amarillo; en algunos, la mancha que hay detrás de la aleta dorsal es de un matiz purpúreo en vez de blanco. El cráneo no ofrece ninguna particularidad digna de mención. Columna vertebral con 51 á 54 vértebras (generalmente 7 cer- vicales, estando soldadas las dos >< 1/40: 108. Ó tres primeras, 11 dorsales, 10 S lumbares y 23 caudales); esque- É S leto de la mano con dos ó tres E falanges más en el segundo dedo S que en el tercero. Dimensiones de un ejemplar adulto, de Santander: longitud total, 435 cm.; distancia desde el extremo del hocico á la base de la aleta dorsal, 195; longitud de la aleta dorsal, en la base, 55; borde anterior de la misma, 76; aleta pectoral, en el borde ante- rior, 50; ancho de la aleta cau- dal, 110. Cráneo de un ejemplar del Es- trecho de Gibraltar, próximamente de las mismas dimensiones: lon- gitud total, 79 mm.; longitud del rostro hasta la pared anterior de las fosas nasales, 50; ancho del rostro en su base, 20,5; mandí- bula, 67; longitud de la sínfisis, 14; ancho orbitario, 41. 25 e > ha de: > E he he 3 A LS e A A A A E E a DA AAN y e 1 lr ME 368 CETACEA a yy. A A Distribución geográfica.—Océano atlántico, mares del Norte y Cantábrico, mar Mediterráneo. Se han cogido ejemplares en las costas de Guipúzcoa, Santander, Baleares y Portugal, y también se les ha visto en las de Galicia y Andalucía. Localidad típica, el mar del Norte. Observaciones. —La orca es el más voraz de los cetáceos, y en nuestras aguas produce á veces grandes destrozos en la pesca, especialmente en el Cantábrico, donde parece ser relativamente abundante. En Junio de 1760 se recogieron en Zumaya nada menos que doscientos ejemplares de una vez. Este caso, sin embargo, es verdaderamente excepcional, pues en nuestras latitudes las orcas suelen verse aisladas ó reunidas solo en pequeños grupos. Género GLOBICEPHALUS Lesson. Delphinus Traill, 1809 (no Linné). Phoccena G. Cuvier, 1817 (parte). Globicephala (corregido, Globicephalus) Lesson, 1828. Grampus Gray, 1828 (parte). Cetus Wagler, 1830 (parte). Globiocephalus Gray, 1846. Sphcerocephalus Gray, 1864. Globiceps Flower, 1883 (no Amyot y Serville). Caracteres. Cabeza abombada, casi globosa, sin pico; aletas pectorales muy largas, estrechas y puntiagudas; aleta dorsal muy baja y alargada. Esternón compuesto de cinco piezas, la primera de ellas perforada. Cráneo con el rostro muy corto y ancho; pterigoides ligera- mente separados. Fórmula dentaria: 1“ 12 — 12 dde FiG. 109. - 12 — 12 5 A Dientes pequeños, cónicos. Especie tipo.— Del- phinus globiceps G. Cuvier (= D. melas Traill). Para este género admítense generalmente cuatro ó cinco especies, una sola de las cuales es europea. =ú Aleta pectoral de Globicephalus melas. =< Yi. DELPHINIDA 369 Globicephalus melas (Traill). ?Delphinus feres Bonnaterre, Cétolog. (1789), pág. 27. Delphinus melas Traill, Nichols. Journ., xx1r (1809), pág. 81, lám. 11. Delphinus globiceps G. Cuvier, Ann. Mus. Hist. Nat., xix (1819), lám. 1, fig. 2. Delphinus deductor Scoresby, Arct. Reg., 1 (1820), pág. 496, lám. xa, fig. 1. Phoccena globiceps Lesson. Man. de Mammal. (1827), pág. 416. Grampus globiceps Gray, Spic. Zool. (1828), pág. 2. Delphinus intermedius Harlan, Journ. Acad. Nat. Scienc. Philad., vi (1829), pá- gina 31, lám. 1, fig. 3. Phoceena melas Couch, Ann. and Mag. Nat. Hist., 1x (1842), pág. 371, lá- mina vi. Delphinus Harlani Schinz, Syst. Verz. Sáug., u (1845), pág. 503. Globiocephalus svineval Gray, Zool. Ereb. and Terr. (1846), pág. 32. Globiocephalus affinis Gray, 1. c. (1846), pág. 32. Phoccena Edwardsii A. Smith, African Zool. (1849), pág. 197. Globiocephalus intermedius Gray, Catal. Cetac. (1850), pág. 88. Globiocephalus incrassatus Gray, Proc. Zool. Soc. London (1861), pág. 309, figura. Sphceerocephalus incrassatus Gray, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 244, Globicephalus propingquus Malm, Kongl. Svensk. Vet. Akad. Handl., 1x, 1 (1871), pág. 85. Globicephalus melas Bell. Brit. Quadr., 2.* edic. (1874), pág. 453. Globiocephalus melas Van Beneden y Gervais, Osteogr. Cétac. (1880), pág. 558, láms. LI, LH. NOMBRES VULGARES: Cap d'olla, en las Baleares; Vaca, en la costa cantábrica; Calderón, en la de Galicia. Diagnosis. —Una especie con las aletas pectorales muy largas, igualando próximamente á un quinto de la longitud total; color ne- gro con una línea blanca á lo largo del vientre; premaxilares poco ensanchados por delante. Caracteres. — Cuerpo delgado, comprimido late- ralmente, hasta el punto de formar casi una quilla E ID) yy dorsal y otra ventral en la 18 parte próxima á la aleta SE caudal. Esta tiene la for- E ma de un triángulo isósce- les; la dorsal, situada mu- MA o RO cho más cerca de la cabeza Fic. 110. que de la caudal, es muy Aleta caudal de Globicephalus melas. <*)1a. IR A IN NA 370 CETACEA baja, tanto que su altura sobre el dorso no llega á igualar á la mitad de su longitud en la base; las pectorales (fig. 109) estrechas, poco de encorvadas, muy puntiagudas y muy largas, llegando, si se las aplica á los costados, al nivel de la mitad de la dorsal. Color general negro, muy rara vez uniforme, por regla general con una lista blanca más ó menos marcada á lo largo de la superficie ventral, lista que por : delante se ensancha y forma una mancha de extensión variable entre las aletas pectorales ó de- bajo de la garganta, y que por atrás puede llegar hasta cerca del ano ó quedar cortada á la mitad del vientre. El cráneo (fig. 111) se dis- tingue por tener los premaxi- lares casi tan estrechos por de- lante como por atrás, mientras en otras especies estos huesos se ensanchan anteriormente, ocultando los maxilares cuando se mira el cráneo desde arriba. : E qa Dientes en número de -—. 9—9 . 14-141 y á 1) Seneralmente hay Fi. 111. 10 —10 a : Cráneo de Globicephalus melas. = Ya. E , Son cónicos, un poco inclinados hacia dentro, y tanto arriba como abajo aumentan gradualmente de tamaño desde el pri- mero al quinto ó sexto, y luego van decreciendo hasta el último, que es el más pequeño. Columna vertebral con 55 á 60 vértebras (normalmente 7 cervicales, en su mayor parte soldadas, 4 dorsales, 13 lumbares y 28 caudales). Esqueleto de la mano con tres ó cuatro falanges más en el segundo dedo que en el tercero, y ambos enor- memente más largos que los otros tres, correspondiendo así á la torma exterior, notablemente prolongada, de la aleta. Dimensiones de un ejemplar adulto, de Santander: longitad total, 410 cm.; distancia desde la parte más saliente de la cabeza á la base de la aleta dorsal, 117; longitud de la aleta dorsal, en la base, DELPHINIDE 371 58; borde anterior de la misma, 70,8; aleta pectoral, en el borde an- terior, 87; ancho de la aleta caudal, 90 (1). Cráneo: longitud total, 65 cm.; longitud del rostro, hasta el bor- de anterior de las fosas nasales, 35; ancho del rostro en su base, 25; ancho máximo del cráneo, 50; mandíbula, 50; longitud de la sínfisis, 4. Distribución geográfica. — Océano Atlántico y mar Mediterrá- neo. Se han cogido ejemplares en Santander, Alicante, Vilasar de FiG. 112. Globicephalus melas. =< Vs. Mar (Barcelona) y las Baleares. Localidad típica, bahía de Scapay, en las Orcadas (Islas Británicas). Observaciones. —Este cetáceo forma generalmente bandadas muy numerosas: una de más de ciento cincuenta individuos varó en la playa de la bahía de la Alcudia (Mallorca) el 21 de Diciembre de 1860. Se alimenta principalmente de cefalópodos. La hembra da á luz una cría en el mes de Octubre. Género GRAMPUS Gray. Delphinus G. Cuvier, 1812 (parte). Phoccena Lesson, 1827 (parte). Grampus Gray, 1828. Caracteres.—Cabeza abombada, aunque no tanto como en Glo- bicephalus, y sin pico; aletas pectorales largas, falciformes; aleta dorsal alta; aleta caudal en media luna muy abierta. Esternón com- (1) Esta última medida es sólo aproximada; el ejemplar tenía las dos puntas de la aleta caudal mutiladas, faltando en un lado como cosa de 10 cm., y en el otro unos 5. Tal como estaba, la anchura era de 75. pise a la RS TS HA, AS AAA a A RT PR EPS PR UNIR SES 312 CETACEA puesto de dos piezas, la primera profunda y con tendencia á divi- dirse en dos, y la segunda estrecha y alargada. Cráneo con el ros- tro corto, pero no muy ancho; pterigoides unidos; sínfisis de la mandíbula, corta. A eS Un E ESA : me Fórmula dentaria: 33 a POT Dientes muy próximos en- Br 7 tre sí y colocados todos en el extremo anterior de la mandíbula. .. Especie tipo. —Delphinus gri- de dd seus G. Cuvier. A N A : . $ > Se han descrito varias especies : > E US de este género, pero sus diferen- pa RÁ % p Ñ E : cias no están bien establecidas, y 17 FiG. 113. : ! : Beddard cree poder reducirlas todas Aleta pectoral de Grampus griseus. 2 2 á una sola (1). Bs Grampus griseus (G. Cuvier). 5] Delphinus griseus G. Cuv., Ann. Mus. Hist. Nat., xix (1812), pág. 14, lám. 1, A figura 1. Delphinus rissoanus Desmarest, Mammal. (1822), pág. 519. po Phocceena grisea Lesson, Man. de Mamm. (1827), pág. 413. Phoccena rissoanus Lesson, 1. c. (1827), pág. 416. Grampus griseus Gray. Spicil. Zool. (1828), pág. 2. Grampus Cuvierí Gray, Ann. Nat. Hist., xvn (1846), pág. 85. Grampus sakamata Gray, Zool. Ereb. and Terr. (1846), pág. 31. ZE PRADO A Pretendo FiG. 114. Aleta caudal de Grampus griseus. */1. (1) F. Z. Beddard, A Book of Whales, 1900, pág. 285. DELPHINIDA 373 Grampus rissoanus Gray, 1. c. (1846), pág. 31. Delphinus Rissoí Gervais, Zool. et Paléont. Franc. (1850), pág. 149, lám. xxxvrr, figs. 1, 2. PGlobiocephalus chinensis Gray, Cat. Seals and Whales (1866), pág. 323. Grampus Stearnsii Dall, Proc. Calif. Acad. Scienc., v (1873), pág. 13. Grampus souverbianus Fischer, Act. Soc. Linn. Bord., xxxv (1881), pág. 210. Diagnosis. — Tamaño mediano (250 á 400 cm. de longitud); color gris sucio, jaspeado irregularmente de blancuzco. Caracteres.—Formas esbeltas; la parte posterior del tronco, un poco comprimida lateralmen- te. Color gris muy obscuro ó negro sucio en el dorso, más claro en los costados y casi blanco en el vientre, con mu- chos trazos óÓ jaspeaduras blancuzcas que parecen cica- trices, Ó más bien, según la acertada expresión de Bed- dard, «raspaduras hechas so- bre pintura fresca». Las ale- tas suelen ser negras ó muy obscuras, sin jaspeaduras. El cráneo (fig. 115) no ofrece particularidades dig- nas de mención. Las vérte- bras están en número de 65 á 69 (generalmente 7 cervica- les, todas ó casi todas solda- das, 12 dorsales, 19 lumbares y 30 caudales). En el esquele- FiG. 115. Cráneo de Grampus griseus. <> 5. to de la mano tiene el segundo dedo dos falanges más que el tercero. Dimensiones de una hembra adulta, de Graye (Calvados, Fran- cia) (1): longitud total, 326 cm.; desde el extremo del hocico á la aleta dorsal, 134; longitud de la aleta dorsal en la base, 47; borde (1) Medidas copiadas de Brasil, Mémoires de la Société Linnéenne de Normandie, xxIv, 1913, págs. 5 y 21; no he visto ningún ejemplar ibérico de esta especie. A A A E a a ds de o e 1) Le “Ai 374 CETACEA E anterior de la misma, 63; aleta pectoral, 61; ancho de la aleta caudal, 78,5. Cráneo: longitud total, 48,6 mm.; longitud del rostro, hasta el borde anterior de las fosas nasales, 31,2; anchura del rostro en su base, 19; mandíbula, 39,7; longitud de la sínfisis, 4,9; ancho máximo del cráneo, 33,8. Distribución geográfica.—Océanos Atlántico y Pacífico, mares del Norte, Mediterráneo y Adriático. Localidad típica, Brest. Observaciones. -—No conozco ningún caso comprobado de apari- ción de este delfínido en las costas de la Península; pero Barceló FIG. 116. Grampus griseus =< "33. asegura que en 1785 se cogieron tres ejemplares en la bahía de Palma, en Mallorca, y aunque sea imposible saber si en efecto se trataba del Grampus, por haberse perdido los documentos que tes- tificaban del hecho, nada hay en ello de inverosímil, pues esta espe- cie es relativamente frecuente en el Mediterráneo, estando citada de las costas de Francia, de Italia, del Rif y hasta de Hungría, ya en el Adriático. Por otra parte, Machado dice que se le ve con cierta frecuencia en la de Huelva, sobre todo cerca de la isla Cris- tina, por más que añade que no pudo determinar bien los cetáceos á que se refiere, por haberlos visto sólo de lejos. Con todo, estos datos obligan á incluir el Grampus en nuestra fauna, siquiera sea con duda. Conviene tener en cuenta que no es abundante en ningu- na parte, y que es difícil obtener datos sobre su existencia de la gente de mar, que acaso lo confunde con la Phoceena. ZIPHIDE 315 Familia ZIPHID£ Cetáceos odontocetos de mediano tamaño, con la cabeza pequeña y terminada en un pico, el espiráculo dispuesto transversalmente en la parte superior de aquélla y en forma de media luna con la conve- xidad hacia atrás (fig. 117), la aleta dorsal relativamente pequeña, dos surcos más ó menos marcados á lo largo de la garganta, el cráneo muy elevado en la parte posterior, la sínfisis de la mandíbula muy corta, y los dientes poco numerosos y presentes sólo en la mandí- bula, existiendo arriba únicamente unos dientecillos rudimentarios implantados sólo en la encía, sin que en el cráneo se observe in- dicio alguno de su presencia. En esta familia se compren- den cuatro géneros, de los que sólo uno ha sido hasta ahora en- contrado en nuestras costas. Género ZIPHIUS G. Cuvier. Ziphius G. Cuvier, 1823. Delphinus Risso, 1826 (parte, no Linné). Hyperoodon Gray, 1850 (parte, no Lacépede). Aliama Gray, 1864. Epiodon Gray, 1865. Petrorhynchus Gray 1865. Ziphiorrhynchus Burmeister, 1866. Caracteres. —Frente ligera- mente convexa; pico corto, con la mandíbula más larga que el rostro; aletas pectorales cortas; la dorsal pequeña y situada mu- cho más cerca de la cola que de 7 e Cabeza de Ziphius cavirostris, vista por la cabeza; aleta caudal en media encima, mostrando el espiráculo. < 13. FiG. 117. e e Ñ Pl, ETS A A END RT A AAN AQADOTRIOL AN A AI A E A Dl A a a e A 376 CETACEA luna muy abierta. Esternón compuesto de cuatro ó cinco piezas en forma de H, la última con las prolongaciones inferiores muy alarga- das. Cráneo (fig. 122) con el rostro en forma de pico estre- cho y puntiagudo; su parte pos- terior muy elevada, formando una enorme cimera transversal, en cuyo vértice se encuentran los nasales; maxilares con una cresta longitudinal muy levan- tada hacia atrás; pterigoides muy grandes, en contacto. Fórmula dentaria (sin contar los dientecillos rudimentarios, cuyo número es muy variable): —. Dientes muy proclives, implantados en el extremo an- terior de la mandíbula. Especie tipo.—Ziphius ca- virostris G. Cuvier. Esta especie parece ser la única conocida, refiriéndose generalmente á ella todos los FiG. 118. demás nombres que, como de Cabeza de Ziphius cavirostris, vista por supuestas especies distintas, debajo, mostrando los dos pliegues de la - garganta, a a. < 113. han publicado los autores. Ziphius cavirostris G. Cuvier. Ziphius cavirostris G. Cuvier, Rech. Oss. Foss, 2.* edic., v (1823), pág. 393. Delphinus Desmarestii Risso, Hist. Nat. Eur. Mérid. (1826), 11, pág.24, lám. n, fig. 3. Delphinus Philippii Cocco, Erichs. Arch. Nat. (1846), pág. 204, lám. vi, fig. 6. Hyperoodon Doumetii Gray, Cat. Cétac. B. M. (1850), pág. 68. Hyperoodon Desmarestii Gray, 1. c. (1850), pág. 69. Hyperoodon Gervaisii Duvernoy, Ann. Scienc. Nat., ser. 3, v (1851), pág. 49. Ziphius indicus Van Beneden, Mém. Acad. Roy. Belgique, xv1 (1864), pág. 23, lám. 1. Aliama Desmarestii Gray, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 242. Hyperoodon semi-junctus Cope, Proc. Acad. Nat. Scienc. Philad. (1865), pág. 15. Hyperoodon capensis Gray, Proc. Zool. Soc. London (1865), pág. 359. Petrorhynchus capensis Gray, 1. c., (1865), pág. 528. , ZIPHIDA . Sá es - ! Aliama indica Gray, 1. c. (1865), pág. 528. Ziphiorrhynchus cryptodon Burmeister, Ann. Mag. Nat. Hist. (1866), págs. Y, e y 303, láms. 111 y vi. i 3% Ziphius Gervaisii Fischer, Nouv. Arch. Mus. Hist. Nat., m1 (1867), pág. 55. yA a Epiodon chathamiensis Hector, Trans. New Zeal. Inst., v (1872), pág. 164, lámi- pr: Eo nas Iv, v. Mod Ziphius Savii Richiardi, Arch. per la Zool., ser. 2, 11 (1873), láms. vi y vin. PO Ziphius novce-zelandic Haast, . A Proc. Zool. Soc. London > Ñ q (1880), pág. 232, lám. xx. e z cA y Ziphius Grebnitzkii Stejneger, E o Proc. U. S. Nat. Mus., vi - E 238 (1883), pág. 77. e 3 Ziphius semijunctus True, y E 07 Ne Y Proc. U. S. Nat. Mus., vi sa RS ; id (1886), pág. 586. 08 NOMBRE VULGAR: Seda-será, FiG. 119. (29 en vascuence. Aleta pectoral de Ziphius cavirostris. >< */19. Ps: 7 Diagnosis.—Longitud total, de 400 á 700 cm.; coloración gris : pa ho obscura y blancuzca, sin distribución determinada de estos matices. ON Caracteres.—Siendo la única especie del género, ni en sus for- ON E: $e ES A r ps 4 > í ES JON 0: 170 A ye E +) FiG. 120. r $ Aleta caudal de Ziphius cavirostris. >< ?*/19. ; A k mas externas ni en su cráneo hay ningún carácter digno de mención, aparte de los genéricos. Color gris obscuro, á veces casi negro por 1 encima, y gris claro ó blancuzco por debajo; á veces, la cabeza y la ti Td e ll AO Ed, y y dl. A AAA AS A LR e dde > Y Se dl ¿E de A 0 A PUE IA RN > ARA ae A de a , E y r po RE AA » vial 7 A AN A AMA AAN 378 CETACEA parte anterior del dorso son también blanquecinas, ó bien presentan un matiz pardo obscuro, y con frecuencia se ven manchitas negruz- cas en las partes de color pálido, ó manchas blanquecinas en las partes obscuras. En el esqueleto hay de 43 á 49 vértebras (normalmente 7 cervica- les, 4 6 5 de ellas soldadas, 9 dorsales, 10 lumbares y 20 caudales), y el segundo y el tercer dedo tienen gene- ralmente igual número de falanges, aunque algunas veces hay en aquél una ó dos me- nos que en éste. Dimensiones de un macho adulto, de San- tander: longitud total, 445 cm.; distancia desde la punta del pico á la aleta dorsal, 285; longitud de la aleta dorsal en la base, 30; borde anterior de la misma, 33; aleta pectoral, 50; ancho de la aleta caudal, 130. Cráneo: longitud total, 100 cm.; longitud del rostro, 58; ancho del rostro en su base, 30; ancho máximo del cráneo, 56; mandí- bula, 82; longitud de la sínfisis, 13. Distribución geográfica. — Todos los mares templados y tropicales. En nuestras costas sólo se han cogido tres ejemplares, los tres en Santander; uno de ellos, al que Esternón de Ziphius cavi- “Orresponden las anteriores medidas, tué rostris. >< */1. capturado en 1893, y los otros dos se obtu- vieron en 1897. Localidad típica, Fos (Bocas del Ródano, Francia). Observaciones. —Este cetáceo parece ser raro en todas partes, y sus capturas son muy contadas. Los pescadores vascos, sin em- bargo, deben conocerlo bien, puesto que lo distinguen con un nom- bre particular. Por otra parte, es posible que los ejemplares sean más abundantes de lo que se cree, y que el no verlos con más fre- cuencia se deba á que esta especie no acostumbra acercarse tanto como otras á las costas. El macho de Santander fué encontrado en alta mar por una barca bonitera, en compañía solamente de otro ejemplar, al que no se pudo dar caza. E SY y FiG. 121. ZIPHUDA "1/, >< "S1JSO.IADO SMIYAZ IP ODUBILD “Gol “91 "ette Ella Ú l, SS l Jn | XX 380 "SI1JSOMIADI SUYYOIZ "0h > “DIA “e6l CETACEA Familia PHYSETERIDAE Cetáceos odontocetos de tamaño grande ó mediano, con la cabeza voluminosa, el es- piráculo dispuesto longitudinalmente y un tanto desviado hacia el lado izquierdo, una aleta dorsal rudimentaria ó bien desarrolla- da, el cráneo muy elevado en la parte posterior, la sínfisis de la mandíbula muy extensa, y con dientes solamente en la mandíbula, muy numerosos. Esta familia sólo comprende dos géne- ros, Physeter y Kogia, estando sola- mente el primero representado en los ma- res europeos. Género PHYSETER Linné. Physeter Linné, 1758. Catodon Lacépede, 1804. Cetus Oken, 1816. Tursio Fleming, 1822. Meganeuron Gray, 1866. Caracteres. — Cabeza enorme, ocupan- do más de un tercio de la longitud total del animal, en forma de cilindro y bruscamente truncada en su parte anterior; mandíbu- la estrecha y puntiaguda; espiráculo en S muy abierta, situado sobre el borde anterior de la cabeza; aletas pectorales relativa- mente pequeñas; aleta dorsal rudimentaria, reducida á una peque- ña prominencia; aleta caudal en forma de triángulo isósceles de base muy ancha. Esternón triangular, formado por tres piezas, dos superiores grandes, pareadas, que dejan entre sí un agujero, y una inferior más chica y con tendencia á dividirse. Cráneo (figu- PHYSETERIDE 381 > ra 125) largo y estrecho, con la parte posterior levantada en cresta transversal cóncava, que forma una especie de recipiente para una cantidad enorme de esperma ó blanco de ballena, substancia oleaginosa, que se solidifica al ¡7 contacto del aire; pterigoides uni- : Be. dos en una gran parte de su longi- tud; sínfisis de la mandíbula igual », próximamente á la mitad de la y : A : longitud de ésta. E : 0—0 e Fórmula dentaria: e ) AAA = 36 á 54 Di t a ns y z aa 3645. Dientes cónicos, $ bastante grandes; la encía supe- Mr rior presenta una serie de peque- 4 ñas fosas que corresponden á las ho puntas de los dientes de abajo. ON Especie tipo.—Physeter ca- FIG. 194. E te todon Linné. Esternón de Physeter catodon. = *! ;, = Pd h Physeter catodon Linné. 8 y AA Physeter catodon Linné, Syst. Nat., 10.2 edic. (1758), pág. 76. ) 0 Physeter macrocephalus Linné, 1. c. (1758), pág. 76. de Physeter microps Linné, 1. c. (1758), pág. 76. E Physeter tursio Linné, 1. c. (1758), pág. 77. 8 Physeter trumpo Bonnaterre, Cétol. (1789), pág. 14, lám. vu, fig. 1. , E Physeter mular Bomaterre, 1. c. (1789), pág. 17. AS Physeter giíbbosus Schreber, Sáugeth., vin, lám. cccxxxvr11 (1792), pági- ES na 248 (1846). qe Catodon trumpo Lacépede, Hist. Nat. Cétac. (1804), pág. 212, lám. x, 8 fig. 2. 3 Physeter orthodon Lacépede, 1. c. (1804), pág. 236. = 3 Cetus macrocephalus Oken, Lehrb. Nat. (1816), pág. 675. SS p Physeter sulcatus Lacépede, Mem. Mus. Hist. Nat., 1v (1818), pág. 474. 3 Tursio microps Fleming, Phil. Zool. (1822), pág. 211. $ Physeter polycyphus Quoy y Gaimard, Zool. Voy. Uranie, Mamm. (1825), lá- Mo, mina Xi. z e Catodon macrocephalus Lesson. Man. Mammal. (1827), pág. 492. MO Catodon polycyphus Lesson, 1. c. (1827), pág. 422, Pe Catodon Colneti Gray, Cat. Cétac. B. M. (1850), pág. 52. Catodon australis Mac Leay. New Sperm Whale (1851), lám. 1. E Meganeuron Krefftii Gray, Proc. Zool. Soc. London (1865), pág. 440. NOMBRES VULGARES: Cachalote, en castellano y portugués; Cachalot, en gallego; t Serón, Seda, en vasco; Pex mular, Cap-gros, en catalán. EN % C A » A E y A FU cds patos e 3 py sn ; » *08/, >< "UOPOJDI L9J9S MY] IP OBDULIO CETACEA E! PHYSETERIDZE Diagnosis. — Tamaño grande (1000 á 2500 cm. ); co- lor negro por encima, gris ó blancuzco por debajo. Caracteres. —Formas re- chonchas; la cabeza tiene la figura de un cilindro compri- mido lateralmente, y el cuer- po constituye un cono prolon- gado, en cuyo vértice se in- serta la aleta caudal. Aleta dorsal constituída por una pe- queña eminencia, á la Cual siguen á veces otras más pe- queñas todavía. Color negro, tirando á veces á pardo ó á azulado; la región ventral gris Ó blancuzca, frecuentemente con algunas manchas blancas cerca de los órganos genitales. Columna vertebral normal- mente con cincuenta vérte- bras: 7 cervicales, 11 dorsa- les, 8 lumbares y 24 caudales. La primera vértebra cervical libre, las otras seis soldadas entre sí y á veces con la pri- mera dorsal. Segundo y ter- cer dedos con el mismo núme- ro de falanges. Dimensiones de un macho adulto, de Sóller (Mallorca): longitud total, 2000 em.; dis- tancia desde el extremo ante- rior de la cabeza á la aleta dor- sal, 1370; aleta pectoral, 150; ancho de la aleta caudal, 460. 126. FIG. Physeter catodon. 1130 + >e - SET VI a LA SIP PU PE, Ma 0 Y: E LA Ó A A NIE SR DAN . - 5 eN . ki 3841 CETACEA Cráneo de un ejemplar un poco más pequeño, del Mar del Norte: longitud total, 549 mm.; longitud del rostro, 378; ancho del rostro en la base, 180; ancho máximo del cráneo, 270; mandíbula, 500; longitud de la sínfisis, 206. Distribución geográfica. —Todos los mares templados y tropi- cales. Frecuente en las costas de la Península y Baleares, conocién- dose la techa exacta y detalles de seis capturas, ocurridas en Va- lencia (1574), Tazones, en la costa asturiana (1778), Guetaria (1872), Mallorca (1878), Bermeo (1893) y Santander (1894). Localidad típi- ca, Kairston (Orcadas). Observaciones.—El cachalote se presenta con frecuencia ante nuestras costas, formando pequeños grupos. Se alimenta exclusiva- mente de cefalópodos. Suborden MYSTACOCETI Cetáceos sin dientes (1), con el paladar provisto de dos series la- terales de láminas córneas falciformes yuxtapuestas (barbas), orilla- das por una especie de fleco deshilachado; con el cráneo simétrico; las dos ramas de la mandíbula separadas anteriormente; el esternón formado por una pieza única, y las narices abiertas en dos espirácu- los longitudinales. El caráter más notable de este suborden lo constituyen las barbas, que hacen el oficio de filtro para retener las substancias alimenticias dentro de la boca, permitiendo en cambio la salida del agua que en- tró con aquellas. Divídense los Mystacoceti en dos familias, representadas las dos en nuestras aguas. Clave de las familias. a. Aleta dorsal presente; piel de la garganta con surcos longitudinales ........ .. BALENOPTERIDE. a'. Aleta dorsal ausente; piel de la garganta liSa... .....oooooomoo.... BALAE£NIDE. (1) Entiéndase en la vida ultrauterina; el embrión de los mistacocetos tiene dien- tes rudimentarios, á veces más complicados que los dientes de los odontocetos, es decir, con dos y hasta con tres cúspides. BALANOPTERIDA 385 Familia BAL4NOPTERIDZE Cetáceos mistacocetos de eran tamano, generalmente (siempre en los géneros representados en nuestra fauna) con una aleta dorsal, con la piel de la garganta surcada por numerosos y profundos plie- gues longitudinales, las barbas cortas y anchas, y el cráneo con el rostro ligeramente arqueado. Los autores más modernos sólo admiten en esta familia tres géne- ros, dos de los cuales figuran en nuestra fauna. Clave de los géneros. a. Aletas pectorales cortas, á lo más como la séptima parte de la longitud total; omoplato con acromion y coracoides grandes............o.... Balcenoptera. a'. Aletas pectorales largas, casi como un cuarto de la longitud total; omoplato SIMAactomional coracode do eS a Megaptera. Género BAL/ENOPTERA Balena Linné, 1758 (parte). Balcenoptera Lacépede, 1804. Physalus Lacépede, 1804. Rorqualus Desmarest, 1822. Physalis Fleming, 1828. Pterobalcena Eschricht, 1849. Ogmobalena Eschricht, 1849. Benedenia Gray, 1864. Sibbaldus Gray, 1864. Sibbaldius Flower, 1864. Eschrichtius Gray, 1865. Cuvieríus Gray, 1866. Rudolphius Gray, 1871. Caracteres.—Cabeza relativamente pequeña; cuerpo alargado; aletas pectorales cortas, no pasando nunca su longitud de un sépti- mo de la longitud total del animal; aleta dorsal pequeña, pero bien desarrollada, falciforme; aleta caudal con el borde posterior en tfor- ma de corchete tipográfico (—-—-); pliegues pectorales muy nume- rosos y próximos entre sí. Esternón cruciforme ó en figura de TN 386 CETACEA abanico. Omoplato con acromion y coracoides bien desarrollados. Vértebras cervicales normalmente libres, á lo sumo dos ó tres sol- dadas. Cráneo ensanchado posteriormente, con el perfil superior ligeramente convexo. Barbas anchas y cortas. Especie tipo.—Balenoptera acuto-rostrata Lacépede (tipo por eliminación). ] Hay muchas dudas respecto al número de especies que este gé- FiG. 127. Aletas pectorales de Baleenoptera physalus (A) y B. acuto-rostrata (B). < 130. nero comprende; cualquiera que sea, en los mares de Europa sólo existen cuatro, de las cuales, dos solamente se han presentado hasta ahora en nuestras costas. Clave de las especies. a. Aleta dorsal con la punta redondeada; aletas pectorales sin banda blanca...... B. physalus. * a'. Aleta dorsal con la punta aguda; aletas pectorales con una banda blanca por A A o a td B. acuto-rostrata. Balenoptera physalus (Linné). Balena physalus Linné, Syst. Nat., 10.* edic. (1758), pág. 75. Balena boops Limné, 1. c. (1758), pág. 76. Balceena musculus Schreber (no Linné), Sáugeth., vir, lám. cccxxxv (1782), página 228 (1846). Balenoptera gibbar Lacépede, Hist. Nat. Cétac. (1804), pág. xxxv1 (parte), lá- mina 1, fig. 2. BAL.ENOPTERIDA 387 Balenoptera jubartes Lacépede, 1. c. (1804), pág. xxxvu, lám. 1v, fig. 1. Balenoptera rorqual Lacépede, 1. c. (1804), pág. xxxvn, lám. v, fig. 1, vi y vil. Balceena gibbar Desmarest, Mammal. (1822), pág. 528. Balenoptera physalus Schinz y Brodtmann, Abbild. Saugeth. (1827), lám. cxLiv. Balenoptera musculus Fleming, Brit. Anim. (1828), pág. 30. Balenoptera boops Fleming, 1. c. (1828), pág. 31 (parte). Physalus vulgaris Fleming, 1. c. (1828), pág. 32. Balena borealis, var. boops Fischer, Synops. Mammal. (1829), pág. 594. Balena antiquorum Fischer, 1. c. (1829), pág. 525. Balenoptera Aragous Farines y Carcassonne, Mem. Cétac. Saint-Cyprien. (1829). Rorqualus musculus F. Cuvier, Hist. Nat. Cétac. (1836), pág. 334. Physalus (Rorqualus) boops Gray, Proc. Zool. Soc. London (1847), pág. 91. Physalus antiquorum Gray, 1. c. (1847), pág. 96. Pterobaleena communis Eschrickt, Nord. Wallth. (1849). Physalus Duguidií Heddle, Proc. Zool. Soc. London (1856), pág. 187, láminas XLIV, XLV. Benedenia Knoxíi Gray, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 212, figs. 8-8 b. Rorqualus antiquorum Gervais, Compt.-Rend. Acad. Scienc. (1864), pág. 676. Balenoptera anticuorum Ríos Rial, Ball. Eusk. (1890), pág. 43. NOMBRES VULGARES: Ballena, Rorcual, Músculo, en castellano; Bramuna, en Ber- meo; Baleía, en portugués; Xibarte, en Rivadeo. Diagnosis. Tamaño muy grande (longitud total, 1600 á 2200 centímetros); aletas pectorales enteramente grises por encima, su longitud como un noveno de la longitud total; aleta dorsal con la punta redondeada. Caracteres. —Cuerpo muy estrecho y alargado, siendo su mayor altura igual ó poco más de un séptimo de la longitud total. Aletas pectorales pequeñas, es- trechas, con el borde anterior casi recto y el posterior suave- mente convexo (tig. 127, A); la dorsal bastante estrecha en la base, muy escotada por de- trás, redondeada en la punta (fig. 128, A), y colocada muy hacia atrás, de modo que su borde anterior se inserta al ni- vel del ano. Barbas formadas por 350 á 375 láminas, relati- vamente largas, midiendo las FiG. 128. Aletas dorsales de Balvenoptera physalus (A) y B. acuto-rostrata (B). =< zo. 388 08, < *Sn]DSAYA DL9JAOUDIVE "661 “DIA CETACEA PEZZIZZ AAA SE === 3 PE ESSE AS SS S eS mayores unos 95 cm. de longitud sin contar el fleco ó franja deshilachada del borde. Color de las partes superiores, negro pi- zarra, tirando unas veces á azulado y otras á sepia, y casi siempre con algunas man- chitas blancuzcas, oblongas, de unos 50 mi- límetros de longitud; las partes inferiores, incluyendo la cara inferior de las aletas pec- torales y caudal, blancas; en casi todos los ejemplares, el blanco se extiende hasta el labio superior en el lado derecho, y en cam- bio en el izquierdo baja el color de pizarra hasta la mandíbula. El fondo de los pliegues pectorales, de un rojo bastante vivo. Bar- bas blanquecinas en la parte anterior de la boca y negruzcas más hacia atrás, dominan- do el blanco al lado derecho, lo mismo que en la piel; el fleco blanco en todas. Dos series de cerdas cortas y tiesas, blancas, á cada lado de la parte superior de la cabeza, desde el extremo del rostro hasta detrás de los espiráculos, con unas ocho cerdas en cada serie; otra serie de cinco á siete cer- das á lo largo de cada lado del labio infe- rior, y dos series verticales paralelas, con las cerdas más numerosas y compactas, en el extremo anterior de la quijada. Cráneo (fig. 130) ensanchado por detrás; maxilares con los bordes laterales ligera- mente convexos. Columna vertebral con 39 á 64 vértebras (normalmente 7 cervicales, 15 dorsales, 15 lumbares y 26 caudales); esternón en forma de abanico, frecuente- mente perforado en el centro, ó con el bor- de superior hendido hasta cerca del centro. Esqueleto de la aleta pectoral con una á tres falanges más en el tercer dedo que en * BALENOPTERIDA NN ÓN Mi MN AY S NU RNN / PS 7 FiG. 130. Cráneo de Balceenoptera physalus. >< */so. 389 el segundo; el primer dedo falta por completo muy frecuentemente. Dimensiones de una hembra adulta, de Gijón: longitud total, 2180 cm.; longitud de la aleta dorsal, en su base, 100; longitud del borde anterior de la misma, 82; aleta pectoral, 210; ancho de la aleta caudal, 340. Cráneo: longitud total, 442 mm.; ancho máximo, 230; longitud del rostro, 289; ancho del mismo en la base, 140; mandíbula, 470,5. 390 CETACEA Distribución geográfica.—Océano Atlántico, Océano Ártico, mares del Norte, Mediterráneo y Adriático. Frecuente en todas nuestras costas. Localidad típica, Spitzberg. Observaciones. —Esta especie es el mistacoceto que con más frecuencia se presenta en las costas de nuestra Península, no pasan- do año sin que se vean algunos en el Cantábrico. Como dato curio- Die 13t. Esternones de Balcenoptera physalus. < “14. so, doy la siguiente relación de fechas y sitios donde han varado ó se han capturado ballenas de esta especie en nuestras costas desde los comienzos del pasado siglo: Ia e ART Gijón. 1832 (28 de Junio). :--.2...... La Escala (Gerona). 1830 (UI Barceloneta (Barcelona). LO Ría de Marín. A AO O Gijón. 1861 (19 de Febrero) ........ Burriana (Castellón). 1863 (11 de Junio) ........... Llansá (Barcelona). 1878 (ADD aaa Ría de Vigo. ci e O o e La Higuerita (Huelva). 1802 (Matzo la dde at Cabo de Palos. BALANOPTERIDAE ; 391 1895 (12 de Octubre) ........ Gijón. 1897 (3 de Junio) ......¿220.. Santander. 1919 (Noviembre) ........... San Feliú de Guixols (Gerona) Probablemente pertenecerían á la misma especie otras muchas ballenas capturadas durante el mismo período y acerca de las cuales no poseo datos bastantes para clasificarlas con seguridad; la lista no contiene más que aquellos ejemplares de los cuales he visto restos, fotografías, dibujos ó descripciones lo bastante minuciosas para que no quepa duda de que se trataba de la B. physalus. Este cetáceo devora mucha sardina y otros peces pepueños, así como varias especies de crustáceos. Según parece, no tiene época fija para la reproducción, viéndose en todo tiempo hembras acom- pañadas de sus crías. En las barbas se le encuentra casi siempre gran número de copépodos párasitos. Balenoptera acuto-rostrata Lacépede. Balena rostrata Fabricius (no Miiller), Faun. Groenl. (1780), pág. 40. Balenoptera acuto-rostrata Lacépede, Hist. Nat. des Cétac. (1804), pág. XXXVII, lám. tv, fig. 2, y lám. vi. Balena boops Albers (no Linné), Icon. Anat. (1822), lám. 1. Balena borealis rostrata Fischer, Syn. Mamm. (1829), pág. 25. Rorqualus boops F. Cuvier, Hist. Nat. Cét. (1836), pág. 321, lám. xx, fig. 1. Balenoptera boops Fleming, British Anim. (1828), pág. 31 (parte). Rorqualus rostratus Dekay, Zool. New York (1842), pág. 730, lám. xxx, fig. 1. Rorqualus minor Knox, Jardine's Natur. Libr., xxvr (1844), pág. 142, lám. vn. Baleenoptera phiysalus Gray (no Linné), Zool. Ereb. and Terr. (1846), pág. 18. Balenoptera rostrata Gray, 1. c. (1846), pág. 50, lám. 11, lám. 1, fig. 3. Pterobalcena minor Eschricht, Nord. Wallth. (1849), pág. 59. Sibbaldius Mondíni, Capellani, Mem. Acad. Bologn. (1877), vi, láms. 1á tv. Baleenoptera borealis P. Fischer, Act. Soc. Linn. Bord., xxxv (1881), pág. Sl (parte). NOMBRES VULGARES: Ballenato, en castellano; Baleato, en portugués. Diagnosís.— Tamaño relativamente pequeño (longitud total, 700 á 1000 cm.); aletas pectorales con una faja blanca por enci- ma, su longitud como un octavo de la longitud total; aleta dorsal puntiaguda. Caracteres. —Cuerpo corto y grueso; su altura máxima equivale á un quinto de la longitud total. Aletas pectorales medianas, bas- tante anchas, con el borde anterior casi rectilíneo y el posterior un poco convexo (fig. 127, B). Aleta dorsal situada al principio del "e - ATA TO E SOS EA X e A A A A A O IAE ÓN A 154 ¿ o 0 ' 392 CETACEA último tercio del cuerpo, con su borde posterior al nivel del ano ó algo más hacia delante todavía; este borde medianamente escotado, la punta aguda (fig. 128, B). Barbas formadas por unas 325 láminas, las más largas de las cuales sólo miden unos 20 cm., descontando el fleco. Color de las partes superiores, pi- zarra obscuro; región ventral blanca, con el fondo de los surcos anaranjado. Aletas pectorales, por encima, del color del dorso con una ancha faja transversal blanca; por debajo blancas, generalmente con la punta de color de pizarra; aleta caudal del color del dorso por encima y blanca por debajo. Barbas blanco-amarillentas. Cráneo (fig. 134) apenas ensanchado por detrás, formando su contorno, cuando se le mira por encima y excluyendo el rostro, casi un cuadrado. Maxilares con los bordes casi rectos, formando un pico agudo. Co- lumna vertebral con 47 ó 48 vértebras (nor- malmente 7 cervicales, 11 dorsales, 12 lum- bares y 17 caudales); esternón en figura de cruz; esqueleto de la aleta pectoral fre- cuentemente sin el primer dedo, y con tres ó cuatro falanges más en el tercero que en el segundo. Dimensiones de un macho, de la costa de la Charente, según Lesson (1): longi- tud total, 748 cm.; altura de la aleta dor- sal, 32; aleta pectoral, 70. Cráneo, según Fischer: longitud total, 160 cm.; ancho orbitario, 78; ancho mas- toideo, 65. De lo que dice Fischer en sus notas sobre esta especie (Acfes de la Soc. Linn. de Bordeaux, XXxXv, 1881, págs. 85 á 89), parece desprenderse que estas medidas craneanas corresponden al mismo *00/, < "DID.1I90L-03NID DI9IAO0UDIVI "Gel “DI (1) No he visto nigún ejemplar adulto de procedencia ibérica. BALXWENOPTERIDE 393 ejemplar medido por Lesson, cuyo esqueleto está en el Museo de Rochetort. Distribución geográfica.—Océanos Ártico y Atlántico; mares del Norte, Blanco, Mediterráneo, Adriático. Rara en las costas de la Península. Localidad típica, Cherburgo (Francia). Observaciones.—La B. acuto-rostrata no aparece en nuestras aguas con tanta frecuencia como la B. physalus. Yo sólo conozco dos capturas confirmadas, ambas de ejemplares jóvenes, una en Setúbal (Portugal) el año 1905, y otra en Santander dos años después. Un cráneo y parte de un esqueleto procedentes de Ajo (Santander) que hay en el Museo de Madrid, y que Graells consideró como de esta espe- cie, son realmente de Megaptera. Según parece, un ejemplar de acuto-rostrata varó en Barcelona en Agosto de 1839 (1); Paul Fischer menciona también, en su descripción de la presente especie, dos ejemplares vis- tos en aguas de Santander el 21 de Julio de 1880 (2), y Ríos Rial cita otro, pescado hace unos treinta años en la bahía de San Sebas- Fa. 133. Hiá (3) Esternón de Balcenopte- lan (9). ra acuto-rostrata. < ”/3. Sería fácil que, empujado por las tempes- r tades, llegase algún día á nuestra costa cantábrica, como llegó en Julio de 1874 á la de Biarritz, algún ejemplar perdido de la B. bo- realís Lesson, especie propia de regiones más septentrionales. En tal caso, puede reconocerse sin dificultad esta ballena, que difiere de la B. acuto-rostrata por sus aletas pectorales más pequeñas y sin banda blanca ysus barbas en gran parte negras, y de la B. phy- salus por tener las aletas pectorales falciformes y la dorsal punti- aguda (4). (1) Véase A. Yáñez, Diccion. Pintoresco de Hist. Nat., u (1842), pág. 13. (9) Act. Soc. Linn. Bordeaux, xxxv, 1881, pág. 88. (3) Ríos Rial, La ballena euskara, 1890, pág. 42, nota 2. (4) En la lámina v de su magnífica monografia sobre la B. physalus, allí denomi- nada B. musculúus (Archiv. Zool. Expérim. et Génér., ser. 2, m bis, 1885, pág. 1), el Dr. Ives Delage ha representado la aleta de esta especie puntiaguda en vez de re- A ed GN MAN ÓN $ VAS sz a! e di eN y Val , ; ' 0 391 CETACEA 'DJD.1I80.1-0719D D.9Jd0U]DZ IP OJUPLID O A z o 2D e 1 ] 243 1 : sg i iS E $ e 0d E O , en fo» =) ¡ 4») [o] a ' 3 o 4 2 z O 2 ' 3 2 e = 9 a O 1) a y X g” > DA. dondeada; pero fijándose un poco se observa que en la fotografía de dicha aleta se ha añadido, dibujándola, la punta que seguramente no existía en el ejemplar. Se e trata, pues, de un error de retoque que puede originar dudas ó confusiones y que por tanto conviene señalar, sobre todo por tratarse de un trabajo que debe consi- derarse como un modelo de monografías zoológicas y cuya lectura es indispensable para tener un cabal conocimiento de las Balcenoptera. BALENOPTERIDAE 395 Género MEGAPTERA Gray. Balena Bonmnaterre, 1789 (parte, no Linné). Balenoptera Lacépede, 1804 (parte). á Megaptera Gray, 1846. Ñ Megapteron Gray, 1846. Kyphobalcena Eschricht, 1849. Poeskopia Gray, 1864. Megapteropsis Van Beneden, 1872. A Caracteres. —Cabeza grande; cuerpo corto y grueso; aletas pec- torales muy largas; la dorsal pequeña, reducida casi á una sencilla eminencia adiposa; aleta caudal con el borde posterior en V muy abierta y marcadamente festo- nado; pliegues pectorales nume- rosos. Esternón en forma de aba- nico. Omoplato sin acromion ni coracoides. Vértebras cervica- les generalmente libres. Cráneo ensanchado por detrás, ligera- mente convexo en el contorno superior. Barbas anchas y cortas. Especie tipo. — Megaptera longimana Gray ( = Balena FiG. 136. nodosa Bonnaterre). Esternón de Megaptera nodosa. >= */s. Se han descrito siete úí ocho especies de este género, pero casi todos los autores más modernos están conformes en reducirlas á una, y por lo menos en el Atlántico puede casi asegurarse que existe una sola (1). Megaptera nodosa (Bonnaterre). Balena boops Fabricius, Faun. Groenl. (1780), pág. 36 (no Linné). Balena nodosa Bonmnaterre, Cétol. (1789), pág. 5. Balceena poeskop Desmoulins, Dict. Clas. Hist. Nat., 1 (1822), pág. 164. (1) Véanse: Lydekker, A Hand-Book to the British Mammalia, 1895, pág. 262; Bed- dard, A Book of Whales, 1900, pág. 164; Racovitza, Expedition Antarctique Belge, Zoologie: Cétacés, 1903, pág. 32. E 396 CETACEA Balenoptera australis Lesson, Hist. Cétac. (1828), pág. 372. Baleena longimana Rudolphi, Abh. Akad. Berlín (1829), pág. 133, lám. xu. Balena Lalandii Fischer, Synops. Mamm. (1829), pág. 595. Ñ Rerorqualus antarcticus F. Cuvier, Hist. Nat. des Cétac. (1836), pág. 347, lám. xx, figs. 24, Balenoptera leucopteron Lesson, Nouv. Tabl. Régn. Anim. (1844), pág. 202. Megaptera longimana Gray, Zool. Ereb. and Terr. (1846), pág. 17. Megaptera poeskop Gray, 1. c. (1846), pág. 17. Megaptera americana Gray 1. c. (1846), pág. 17. Megapteron longímana Gray, 1. c. (1846), pág. 51. Megapteron americana Gray, 1. c. (1846), pág. 52. Kyphobalceena boops Eschricht, Nord. Walith. (1849). Balenoptera Astrolabic Pucheran, Mag. Zool. (1854). Megaptera (Poeskopia) Lalandii Gray, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 207. FiG. 137. Omoplato de Megaptera nodosa. < */ap. Megaptera osphyia Cope, Proc. Acad. Nat. Sc. Philad. (1865), pág. 178. p Poeskopia Lalandii Gray, Catal. Seals and Whales (1866), pág. 126. Megaptera ? Burmeisteri Gray, 1. c. (1866), pág. 129. Megaptera expansa Cope, Proc. Acad. Nat. Sc. Philad. (1868), pág. 193. Megaptera boops Van Beneden y Gervais, Ostéogr. Cétac. (1869), pág. 120. Megaptera bellicosa Cope, Proc. Amer. Phil. Soc., xn (1870), pág. 103. Balenoptera rostrata Graells (no Miiller), Mem. Real Acad. de Cienc., 11, par- te 3.* (1889), pág. 10. Megaptera nodosa True, Proc. U. S. Nat. Museum, xxi (1898), pág. 634. NOMBRES VULGARES: Ballena, Ballenato, en castellano; Xibarte, en Asturias; Gu- Y barte, Chibarte, en vascuence. Diagnosis. —Tamaño mediano (longitud total, 1100 á 1800 cen- tímetros); aletas pectorales blancas, festonadas y tan largas, por lo ; menos, como un cuarto de la longitud total; aleta dorsal pequeña. BALENOPTERIDE 397 Caracteres. —Cuerpo muy corto y grueso, equivaliendo su altura máxima próximamente á un cuarto de la longitud total; la parte pos- terior del lomo presenta una quilla ó cresta muy marcada, que va elevándose hacia atrás hasta formar una prominencia más ó menos escotada por detrás, que representa la aleta dorsal, y que á su vez tiene una pequeña cresta ó quilla punti- aguda. La forma de esta aleta dor- sal es muy variable, ofreciendo á veces dos y aun tres escotaduras en el borde posterior (fig. 139). De- trás de ella continúa la quilla dor- sal más baja y generalmente recor- tada en lóbulos redondeados ó trian- gulares; y en la parte posterior de la cara ventral, hacia la cola, hay otra quilla análoga, también más ó menos recortada. La parte superior de la cabeza, en el sitio donde se abren los espiráculos, es muy eleva- da, y desde ella se extiende hacia delante una arista poco marcada, pero suficiente para dar al rostro una forma parecida á la de un tejado á dos aguas, cada una de cuyas vertientes presenta varias verrugas ó bultos redondeados. Aletas pecto- rales muy largas, estrechas, con el borde anterior profundamente fes- tonado. Aleta caudal muy ancha y festonada también en su borde pos- terior. Barbas formadas por 225 á 250 láminas, de unos 90 cm. de lon- Fla. 138. Megaptera nodosa. =< "lg. situd máxima. Color negro pizarra en las partes superiores, blanco en las inferiores, con un matiz sonrosado en los surcos torácicos; las aletas pectorales, blancas, á veces con manchitas negras en los bor- des ó por debajo; aleta caudal negra por encima, y por debajo »% » S A e A E 398 CETACEA negra, blanca ó manchada de ambos colores. En algunos ejempla- res, las partes superiores son grises en vez de negras, á veces de un gris amarillento muy pálido. Barbas amarillentas, ó de un gris rojizo. Columna vertebral con 52 á 54 vértebras (generalmente 7 cervi- cales, 14 dorsales, 10 lumbares y 22 caudales); esqueleto de la mano sin primer dedo, y con el ter- cero muy largo, con cinco fa- langes más que el segundo. Dimensiones de un ejem- plar semiadulto de Ajo (San- tander): longitud total, 840 cm.; aleta pectoral. 230; aleta Cráneo: longitud total, 340 centímetros; longitud del rostro, 265; ancho del rostro en su base, 105; ancho máxi- EOS mo del cráneo, 272; mandí- A AS bula, 350. eS Distribución geográ- IG. 133. A E E Distintas formas de la aleta dorsal de Me- fin Todo E O ao gaptera nodosa. = *:0. lántico, desde las regiones árticas á las antárticas, su- poniendo que las Megaptera del Pacífico y mar de las Indias no pertenezcan á la misma especie. Rara en nuestras costas. Localidad típica, las costas del Canadá. Observaciones.—Aunque esta ballena parece ser perfectamente conocida de los pescadores del Cantábrico, ó por lo menos lo era de los antiguos balleneros vascongados, sólo se tiene noticia exacta de tres ejemplares obtenidos en las costas de la Península. El primero fué una cría, que se cogió viva en aguas de Zarauz, en 1865, y que fué traída á Madrid y exhibida al público en la calle de Alcalá; el segundo se obtuvo también en Zarauz, el año 1878, y el tercero varó en la playa de Ajo (Santander) el 15 de Abril de 1888. El crá- neo y parte del esqueleto de este último ejemplar se conservan en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, y fueron equivocadamen- caudal, de punta á punta, 224. * ITA LU PMA p! x VE AAN EA FAO A dl Ne 1 AS lx EA á E E pe MIO D IEPS CUA RÓEdO ; EN e UN ID A O Jl a A y ea da ES O RA e Ed: "E ANN E Lao , Ñ dj £ Pa E / BALENIDA 399 te considerados por Graells como de Balcenoptera acuto-rostra- ta. Supongo que este naturalista no conocía los caracteres cranea- nos de esta última especie, ni de la que ahora nos ocupa, pues de lo contrario no se explica esta confusión; el cráneo de la B. acu- to-rostrata, según puede verse por las figuras adjuntas (134 y 135), es mucho más estrecho que el de la Megaptera y tiene el rostro más puntiagudo. 100 , > 1 Familia BALENIDE Cetáceos mistacocetos de gran tamaño, sin aleta dorsal, con la piel de la garganta y el pecho lisa, las barbas largas y estre- chas y los huesos del rostro fuer- temente arqueados. Generalmente, sólo se admi- ten en esta familia dos géneros, Baleena y Neobaleena, de los cuales sólo tenemos representa- do en nuestra fauna el primero. FiG. 140. Balceena glacialís. Género BALZENA Linné. Balena Linné, 1758. Liobalcena Eschricht, 1849. Eubalena Gray, 18641. Hunterius Gray, 1864. Caperea Gray, 1864. Macleayíus Gray, 1864. E e ARDE TE IS A A id a e A AD E 0 OA LE e e Rió ' ¿ ya 2 Fi: A cd S PS a O Ta ME: A XK á e 400 CETACEA Caracteres.—Cabeza voluminosa, ocupando más de un cuarto de la longitud total; cuerpo corto y grueso; aletas pectorales bas- tante anchas; la caudal con los bordes anteriores convexos y el pos- terior casi recto, salvo en el centro, donde presenta una ancha es- cotadura, y hacia los extremos, donde es suavemente cóncavo; dorso enteramente liso, sin la menor huella de aleta. Cráneo con el rostro muy estrecho y prolongado, y apófisis supraorbitarias muy salientes y estrechas. Esternón cordiforme, á veces profundamente escotado en su borde superior. Omoplato corto y ancho. Vértebras cervica- les soldadas entre sí, por lo menos las cinco ó seis primeras. Especie tipo. —Balceena mysticetus Linné, del Océano Artico. El género Balceena cuenta por lo menos con cuatro ó cinco espe- cies, una sola de las cuales visita nuestras costas. Algunos autores lo dividen en dos subgéneros: Baleena s. s. y Eubalceena, en cuyo caso la especie en cuestión entra en este último; pero esta división se basa en caracteres de poca importancia, y siendo tan reducido el número total de especies, no es realmente necesaria. Balena glacialis Bonnaterre. Balceena mysticetus £. Gmelin, Syst. Nat., 1 (1788), pág. 223. Baleena glacialis Bonnaterre, Cétol. (1789), pág. 3. Balceena mysticetus islandica Kerr, Anim. Kingd., 1 (1799), pág. 397. Balena nordcaper Lacépede, Hist. Nat. Cétac. (1804), pág. xxxvi (no las lámi- nas 11 y 111). Balceena mysticetus G. Cuvier (parte, no Linné), Ann. Scienc. Nat., 1 (1824), pág. 27 Balceena biscayensis Gray, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 201. Eubalcena biscayensis Flower, Proc. Zool. Soc. London (1864), pág. 391. Balena cisarctica Cope, Proc. Acad. Nat. Sci. Philad. (1865), pág. 168. Balena (Hunterius) biscayensis Gray, Ann. Mag. Nat. Hist., ser. 4, 1 (1866), pá- gina 244. Eubalena cisarctica Gray, Ann. Mag. Nat. Hist., ser. 4, vi (1870), pág. 391. Balena britannica Gray, 1. c. (1870), pág. 200. Balena tarentina Capellini, Mem. R. Accad. Sci. Bologna, ser. 3, vi, (1877), pá- gina 3, láms. 1-11. Balena australis Flower (parte, no Desmarest), List. Spec. Cétac. Brit. Mus. (1885). Baleena euskariensis Rios Rial, La ballena euskara (1890), pág. 96, lám. Eubalena glacialis Allen, Bull. Amer. Mus. Nat. Hist., xxrv (1908), pág. 310, lá- minas 19 á 94. NOMBRES VULGARES: Ballena, el joven Ballenato y Cabrote, en castellano; Bale- na, en catalán y valenciano; Baleá, el joven Balecumeá, en vascuence; Baleia, el joven Baleato, en portugués. BALAENIDAE 401 Diagnosis. —Tamaño grande (950 á 1650 cm. de longitud total); cabeza relativamente pequeña, ocupando poco más de un cuarto de la longitud; barbas relativamente cortas (longitud de las láminas más largas, unos 225 cm.). Caracteres. —Cabeza pequeña en comparación con la de la B. mysticetus; el rostro estrecho y prolongado, la mandíbula enor- me, con el labio inferior muy levantado por los lados, formando una especie de vasto recipiente; visto el animal de perfil, la línea de la boca aparece casi como una semi- circunferencia, con la convexidad +, === hacia arriba. El ojo, muy pequeño, | está situado encima de la comisura Ñ bucal. Aletas pectorales cortas y Ñ anchas, con el borde anterior lige- ramente convexo y el posterior en ángulo obtuso con uno de los lados casi paralelo al anterior, formando así una figura casi trapezoidal. Bar- bas formadas por 230 á 255 láminas á cada lado, las más largas de las cuales miden, sin el tleco, 225 cen- Fi 14L tímetros. Color general, negro mar- — ateta pectoral de Balceena glacialis. fil, con reflejos azulados. Algunos >< */30. ejemplares presentan manchas blan- cas en el vientre, en la garganta ó en la cara inferior de las aletas, y los hay con toda la superficie ventral blanca. Barbas negras, á veces con el fleco blanco. El extremo de los labios con algunos pelos largos. Entre los caracteres externos de esta especie pueden casi incluir- se, puesto que se encuentran en todos los individuos adultos ó semi- adultos, las colonias de crustáceos parásitos (Cyamus) que viven sobre su cabeza, llegando á formar unos bultos ó verrugas á ambos lados del labio inferior, y sobre todo en la región maxilar, donde el nido de estos pequeños crustáceos constituye invariablemente una eminencia alargada que se extiende desde cerca de los espiráculos hasta encima del borde anterior del labio, dando al animal una fiso- 402 CETACEA - + 1] Y E 5 4 $ Q xs Dm» =j Oo [e) a (q) w y 2 = 85 QS % 5 >: s 3 3 o X ' Lo BALAENIDA 403 nomía peculiar, y que los balleneros conocen con el nombre de «go- rro» ó «bonete» (1). Cráneo (fig. 142) muy ensanchado por detrás y con el rostro muy estrecho; los bordes laterales de los maxilares ligeramente cóncavos. Columna vertebral compuesta de 59 á 97 vértebras (generalmente 7 cervicales, 14 dorsales, 11 lum- bares y 24 caudales). Esqueleto de la aleta pectoral con cinco de- dos, de los cuales el tercero es el más largo, con una ó dos falan- ges más que el segundo. Dimensiones de un ejemplar adulto, de Guetaria (Guipúz- coa): longitud total, 1336,8 cen- tímetros; longitud de la aleta pectoral, 148,5; ancho de la ale- ta caudal, 445,6 (2). Cráneo: longitud total, 288 centímetros; ancho máximo, 201; longitud del rostro, 186; ancho del mismo en la base, 72. Distribución geográfica. — Océano Atlántico septentrional, desde las costas de Groenlandia, Noruega y Spitzberg, hasta las de la Península Ibérica por el este y las de las Florida y Ber- de das por oeste Necidental Esternones iS glacialis. le AN ) ANS Mis. (1) Tan constante es en la Baleena glacíalis la presencia del «gorro», jamás ob- servado en la B. mysticetus, que algunos autores se han resistido á creerlo debido á un caso de parasitismo, y lo consideran como una formación cutánea propia de aquella especie, describiéndolo, bien como una callosidad, bien como un apéndice córneo más ó menos análogo al cuerno del rinoceronte. (Véase Ridewood. Proc. Zool. Soc. London, 1901, pág. 44.) (2) El ejemplar más grande que se ha visto, era una hembra capturada en Ama- gansett (Long Island, Estados Unidos), cuya longitud total era de 1652,5 cm. e O 2 ATA POR 7 PA LA ys ES FEAR ARAS DA NDA a A A Ri Rs E ds A AS E E 3 ee 404 CETACEA en el Mediterráneo (dos casos comprobados en la bahía de Tarento y uno en Argelia). Rara actualmente en nuestras costas. Localidad típica, las costas de Noruega é Islandia. Observaciones. —La Balena glacialis, la única verdadera ballena que vive en nuestras latitudes, fué en otro tiempo muy abun- dante en la costa cantábrica, hasta el punto de que su caza y la ex- plotación de sus productos constituyeron las principales industrias en el litoral vasco durante los siglos xI á xvI (1). Desde el siglo xvI sin embargo, escasea mucho, habiéndose capturado sólo seis ejem- plares el año que más (1538), y durante la pasada centuria y lo que va de la presente, sólo se han cogido tres en aguas españolas, el pri- mero en la bahía de San Sebastián, el 17 de Enero de 1854, el se- egundo en Guetaria, el 9 de Febrero de 1878, y el tercero en San Sebastián, en 1893. Esta especie parece ser emigrante. En el verano se la encuentra en el norte del Atlántico, hacia el círculo polar ártico, formando bandadas de cien individuos ó más, y cuando llega el invierno se acer- ca á la zona subtrópica, donde sólo se ven parejas ó ejemplares ais- lados. Aliméntase exclusivamente de pequeños crustáceos pelágicos de los que forman parte del plankton marino, acercándose más ó me- nos á tierra, según la situación de los bancos de plankton. (1) Véanse N. Soraluce: Memoria acerca del origen y curso de las pescas y pes- querías de Ballenas y de Bacalaos, 1878, y C. R. Markham: On the Whale fishery of the Basque Provinces of Spain (Proc. Zool. Soc. London, 1881, pág. 969). APÉNDICE MAMÍFEROS DOMÉSTICOS Siendo el estudio de los animales domésticos del dominio de la zootecnia más bien que del de la zoología pura, me limito aquí á enumerar las razas domésticas de mamíferos propias de la Península y Baleares, sin indicar otros caracteres que los indispensables para distinguirlas, y reduciendo á los más breves términos posibles las observaciones referentes á su utilidad y aprovechamiento. Orden CARNIVORA Familia MUSTELID E Género PUTORIUS G. Cuvier. EL HURÓN.-—Putorius furo (Linné). Mustela furo Linné, Syst. Nat., 10.* ed. (1758), pág. 46. NOMBRES VULGARES: Hurón, Bicha, en castellano; Furó, Fura, en catalán; Furón, en gallego; Uncharta, Udoa, en vascuence. Un poco más pequeño que P. putoríus, con el pelaje crema sucio ó ante pálido en las partes superiores, negro ó sepia muy obs- curo en el vientre, patas y cola. Son frecuentes los ejemplares al binos. Existe en toda la Península é islas Baleares, empleándosele, casi siempre clandestinamente, para la captura de conejos. El país de origen de este animal, así como su agriotipo ó antece- sor salvaje, nos son enteramente desconocidos. Aunque largo tiem- ETS EUA NS AS PE A 1d e O JS e SE os A Pi e LD A OS + 406 APÉNDICE po considerado como forma doméstica del P. puforíus, el profesor Miller ha hecho notar que no presenta ninguno de los caracteres propios de este último, asemejándose más bien, por los caracteres craneanos, al P. Eversmannií Lesson, de la Siberia. Familia CANID4 Género CANIS Linné. EL PERRO.-—Canis familiaris Linné. Canis familiaris Linné, Syst. Nat., 10.* ed. (1758), pág. 38. NOMBRES VULGARES: Perro, Can, en castellano; Can, en gallego; Gos, en valen- ciano; Chakurra, Artzanora, Orá, Potzoá, en vascuence. En la Península han sido introducidas numerosas razas caninas extranjeras, algunas desde hace largo tiempo, y se encuentran tam- bién numerosos perros que no representan ningún tipo étnico deter- minado, siendo producto de repetidos cruzamientos al azar. Las razas ibéricas son las que á continuación se expresan, repartidas en gru- pos, según los fines á que, en consonancia con sus aptitudes, se las destina. A.—PERROS DE GUARDA. Mastín español.—Gran tamaño (600 á 700 mm. de alzada); muy fornido; cabeza ancha, de hocico grande y orejas relativamente pe- queñas, gruesas y dobladas; patas grandes, las posteriores frecuen- temente vueltas hacia fuera; cola larga, colgante, medianamente po- blada; pelo más bien corto que largo, liso; color, por regla general, manchado de blanco y negro. Mastín de los Piriíneos.—Talla del mastín español; cabeza más pequeña, de vértice anguloso; hocico corto; orejas colgantes, no muy grandes; pelaje largo, espeso, semilanoso; cola muy poblada, enroscada; color blanco sucio, con algunas manchas pardas ó negruz- cas; la parte alta de la cabeza casi negra. Perro de presa.—Mucho más pequeño que los mastines y de tipo muy diferente, con el cuerpo musculoso y los miembros más finos, aunque robustos; la cabeza, con la frente muy ancha, el hocico acha- tado, los labios gruesos y colgantes y las orejas pequeñas y dobla- das, es característica; el pelo, uniformemente muy corto, suele ser "PEE: MAMÍFEROS DOMÉSTICOS 407 blanco con algunas manchas negras ó leonadas, ó bien leonado sucio con fajas negruzcas mal definidas. El perro de presa mallorquín parece ser una subraza ligeramente distinta. Alano. —Parecido al perro de presa, pero más corpulento y con el pelaje más largo y erizado. Encuéntrasele sobre todo en Extre- madura, donde se le emplea, más que como perro de custodia, para el «agarre» en las monterías de jabalíes. B.—PERROS DE MONTERÍA. Podenco.—Tamaño mediano; cuerpo prolongado y esbelto, sobre patas altas y musculosas; cabeza alargada, con el hocico grueso, pero á la vez prolongado y puntiagudo; orejas medianas, tiesas, afiladas; cola larga, levantada; color generalmente manchado de blanco y leonado, rara vez de uno de estos colores solamente, y aún con menos frecuencia negro. En el podenco típico el pelo es corto, pero hay una subraza, el podenco sedeño, en que es largo y sedoso. Conejero mallorquín. —Es un podenco más pequeño y cenceño, de aspecto agalgado. Su color es muy variable. Sabueso.—Más macizo y robusto que el podenco, y con la cabe- za muy diferente; orejas grandes y colgantes; labios gruesos, caí- dos por los lados; la piel de la frente rugosa; pelaje corto, casi siem- pre leonado ó pardo, manchado de negro, aunque también hay ejem- plares blancos y leonados. Abunda especialmente en las provincias del norte. C.—GALGOS. Galgo español.—Tamaño mediano; cuerpo prolongado y muy cenceño; miembros muy largos y finos; cabeza prolongada, estre- cha, con el hocico afilado y las orejas pequeñas y dobladas; cola larga, fina y arqueada en su último tercio; pelaje corto, de color blanco, leonado claro, leonado con bandas negruzcas, cenizo ó ne- ero; cuando no es enteramente blanco, suele tener marcas blancas en la cabeza, garganta y patas. Se le emplea para correr liebres. D.—PERROS DE MUESTRA. Braco español, ó navarro. —Tamaño mediano; cuerpo esbelto, pero fuerte y grueso, tendiendo con la edad á hacerse rollizo; patas MA A a A - LA A II UBA E PEA e A a it TIA 4 ERA ARES AS E A O A e A E E ER es E ES 1 e 408 APÉNDICE robustas, no demasiado altas; cabeza redondeada, con el hocico an- cho y cuadrado; orejas colgantes, no muy grandes; cola mediana, gruesa; pelaje corto, generalmente manchado de leonado ú ocre so- bre fondo blanco. Es un perro de muestra excelente para la caza de pluma. Por desgracia, esta raza, muy apreciada en la antigiiedad, está hoy muy abandonada. Perdiguero.—Más alto y más esbelto que el braco, con las ore- jas más largas, los miembros más finos, y el pelaje casi siempre blanco, con grandes manchas castañas en la cabeza, lomo y grupa, y mosqueado del mismo color en el resto del cuerpo. Algunos de es- tos perros tienen el hocico profundamente hendido entre las dos narices. Es muy posible que estos perros procedan de un cruzamien- to entre galgo y braco. Antiguamente se les llamaba «perros de punta» por su costumbre de ponerse de muestra apuntando con la nariz al viento. Perro de muestra mallorquín.—Es un braco ligeramente modi- ficado, con las orejas más puntiagudas y el color muy variable. De Su cruzamiento con el conejero ó podenco del país, obtiénense en Baleares unos mestizos llamados garabitos, muy usados para la caza con escopeta por la gente del campo. Pachón. —Parecido al braco, pero con la frente más estre- cha y las patas más cortas, las anteriores frecuentemente tor- cidas hacia dentro; pelaje blanco, castaño ó manchado de ambos colores. Pachón sedeño.— Tamaño del pachón ordinario ó del braco; frente alta, hocico cuadrado, orejas grandes y colgantes; pelaje largo, sedoso, levemente ondulado, casi siempre castaño; cola ar- queada y poblada de larga franja de pelos. Excelente para la caza de aves acuáticas. Tanto esta raza como la anterior se crían sobre todo en el norte de España, especialmente en Navarra. Gorga.—Tamaño mediano; robusto, fornido, con las orejas gran- des y colgantes, y el pelaje muy corto, completamente blanco ó con algunas manchas, muy pocas. Dícese que estos perros, peculiares de las provincias de levante, descienden de una pareja de bracos que el rey Carlos Ill trajo consigo de Italia y regaló á un noble caballero natural de Gorga, cerca de Játiba, de donde tomó nombre la raza. ES MAMÍFEROS DOMÉSTICOS 409 Barbas.—Perro de muestra más pequeño que los pachones y gor- gas, con el pelo largo y basto, ligeramente erizado. Muy útil para cobrar piezas en el agua. Familia FELID 4. Género FELIS Linné. EL GATO.-—Felis catus Linné. Felis catus Linné, Syst. Nat., 10.2? ed. (1758), pág. 42. NOMBRES VULGARES: Gato, en castellano; Gat, en catalán y valenciano; Jato, en gallego; Katuá y Mishorchuá, en vascuence; Musiñá y Mishuá, en guipuz- coano. Aunque empleo aquí el nombre específico catus, como el más antiguo que se ha dado á los gatos domésticos, parece evidente que esta supuesta especie es en realidad un compuesto de dos especies distintas, F. catus y F. torquata F. Cuvier, que viven confundi- das en domesticidad, cruzándose y produciendo mestizos fértiles, pero con la particularidad de que estos mestizos salen á una de las formas madres, sin presentar jamás caracteres intermedios. Una de las especies, FF. catus, es tal vez el descendiente doméstico de al- guna especie europea extinguida, como animal salvaje, en las épo- cas prehistóricas; en cuanto á FF. forguata, puede ser una forma local del F. ocreata africano, ó acaso producto de un cruce entre F. ocreata y el gato montés, ó entre éste y FF. catus. Ambas es- pecies son típicamente grises ó pardas con bandas ó fajas negras más ó menos marcadas; pero el dibujo que forman estas fajas no es el mismo. FF. catus tiene cuatro líneas estrechas sobre la cabeza, de las cuales las de los lados se separan sobre el cuello formando un rombo, y luego, ensanchándose, se prolongan por el dorso hasta las nalgas; entre estas dos bandas dorsales hay una tercera línea que se prolonga por encima de la cola, hasta la punta; de las dos bandas laterales descienden fajas transversales, y los miembros y la cola también están rayados transversalmente; en cada flanco, en fin, hay tres bandas anchas y oblicuas, la superior muy larga y doblada pos- teriormente hacia abajo, la inferior más corta y la del medio más corta todavía, quedando en muchos casos reducida á un gran man- chón ovalado. En F. forquata, todo el cuerpo presenta fajas trans- versales, frecuentemente interrumpidas ó divididas en puntos; cua- > e 4 e $ E EL PIAR HT A IRA TS RE de e o A FO a Cie pe y SL De AAA AS A Piso lio E PE, > 7 ld ERE E ' Ml o e e eo, ga Sia A , pa 410 APÉNDICE tro líneas negras sobre la frente, á veces fundidas entre sí, prolón- ganse á lo largo del lomo reunidas en una banda obscura; la cola está anillada de negro; con frecuencia hay una faja transversal, á modo de collar, en la parte alta del pecho. La domesticidad ha mo- dificado profundamente la coloración, y hay gatos blancos, grises, rojizos, negros y píos; pero, salvo muy raras excepciones, aun en estos ejemplares es posible ver, á ciertas luces, indicios del dibujo primitivo, que siempre responde en absoluto á uno de los dos tipos ó patrones descritos. También la longitud del pelo varía mucho; á los ejemplares que lo tienen muy largo y sedoso, que se supo- nen originarios del Asia Menor, llámaseles comúnmente gatos de Angora. El gato doméstico muestra en nuestro país notable aptitud para adaptarse á la vida silvestre, y no es raro encontrar de estos gatos cimarrones en los cotos de caza próximos á grandes poblacio- nes, como ocurre en El Pardo. Su menor tamaño, sus formas esbeltas y su cola delgada los distinguen fácilmente de los gatos monteses. Es notable el hecho de que la descendencia de estos gatos asilvestrados presenta siempre el pelaje primitivo, rayado de negro sobre fondo gris ó pardo, observándose perfectamente en estos ejemplares la diferencia entre las dos formas catus y torquata. Una prueba de que estas dos formas, aunque confundidas actual- mente, representan dos especies distintas, es el hecho de que su distribución geográfica no es enteramente la misma. La forma for- guata, domesticada ó cimarrona, era ya cosmopolita en el siglo XVII, mientras la forma catus era todavía desconocida en Asia hace cin- cuenta años. Sería imposible explicar esto si se considerasen ambas formas como meras fases de color de una sola especie producidas por la domesticación (1). Probablemente, FF. catus, sea cual tuere su origen, tuvo su cuna en el centro de Europa, y su domesticación fué muy posterior á la de FF. torquata, de origen mediterráneo Ó asiático. (1) R.I. Pocock: Proceed. Zool. Soc. London, 1907, pág. 143. MAMÍFEROS DOMÉSTICOS Orden RODENTIA Familia LEPORID E Género ORYCTOLAGUS Lilljeborg. EL CONEJO CASERO.—Oryctolagus cuniculus (Linné). Lepus cuniculus Linné, Syst. Nat., 10.2 ed. (1758), pág. 58. NOMBRES VULGARES: Los del conejo silvestre. (V. pág. 293). A diferencia de lo que ocurre en otros países, en la Península Ibé- rica no constituye el conejo casero ó doméstico razas notables dife- renciadas; sus caracteres son casi los de la raza de monte ó silvestre, distinguiéndose de ella sólo por la coloración, que es muy varia- ble, viéndose ejemplares pardos, grises, leonados, blancos y man- chados de blanco y negro ó de blanco y pardo. En los que tie- nen el pelaje terroso, como los de monte, la nuca no suele ser tan roja como en éstos, y con frecuencia se observan manchas blancas en la frente, el pecho ó las patas. Orden ARTIODACTYLA Familia BOVID E Subfamilia CAPRIN ZE Género CAPRA Linné. LA CABRA.—Capra hircus Linné. Capra hircus Linné, Syst. Nat., 10.* ed. (1758), pág. 68. NOMBRES VULGARES: Macho cabrío, Cabrón, el macho, Cabra, la hembra, y Cabri- to 6 Chivo, el joven, en castellano; Buc, el macho, en catalán; Boque, el ma- cho, en Aragón; Akerra, el macho, Auntza, la hembra, y Aumía, el joven, en vascuence. La cabra doméstica es más pequeña que la especie montés (C. py- renaica), teniendo unos 650 mm. de alzada media; los cuernos, re- lativamente pequeños y muy echados hacia atrás, son muy diver- gentes en las puntas y tienden á enroscarse en espiral de fuera á dentro, no de dentro á fuera como en pyrenaica; las hembras tie- nen las mamas muy desarrolladas, y generalmente presentan debajo del cuello un par de mamelones ó verrugas alargadas que se cono- A A E a Ml A NU A a a A RA TE OA AR RON ME <« TE ARE AN ve ETA II OS Y MA q. o 4192 APÉNDICE cen con el nombre de marmellas. El pelaje es muy variable, domi- nando los matices pardos y rojizos, y generalmente las partes infe- riores y la cara interior de los miembros son de distinto color que el resto. La cabra ibérica constituye una raza única, con algunas subra- zas poco diferentes entre sí, siendo las más notables la avilesa, por su gran corpulencia, la murciana, que carece de cuernos, y la gra- nadina, muy pequeña, con cuernos grandes y generalmente de co- lor negro, en España, y la charnequeira en Portugal. Género OVIS Linné. [Cuernos gruesos, rugosos, retorcidos en espiral y dirigidos hacia los lados; cavidad interdigital como en Capra, pero siempre con una glándula; con glándulas preorbitarias; sin barba. Cráneo con fosas lagrimales; premaxilares cortos, no alcanzando á los nasales. Premolares superiores con tres aristas verticales en su cara externa. ] EL CARNERO.-—Oyvis aries Linné. Ovis aries Linné, Syst. Nat., 10.* edic. (1758), pág. 70. NOMBRES VULGARES: Carnero, el macho, Morueco, el macho reproductor, Oveja, la hembra, Cordero, el joven en su primer año, y Borrego, el joven de más de un año, en castellano; Mardano, el macho reproductor, en Aragón; Moltó, el macho, Marrá, el macho reproductor, Ovella, la hembra, Anyell, el cordero, y Borrech, el borrego, en catalán; Aríá, el macho, Ardíá, la hembra, Arkumea y Bildotsa, el cordero, en vascuence; Carneiro, el macho, Ovelha, la hembra, en portugués. Esta especie constituye en nuestra Península cinco razas, con va- rias subrazas (1). Raza merina.—Tamaño mediano (580 mm. de alzada media en el macho); formas redondeadas; cabeza gruesa, de perfil facial con- vexo; cuernos grandes, retorcidos en doble espiral, ausentes en la hembra; cuello grueso, frecuentemente formando papada; lana fina rizada, blanco-amarillenta, formando un vellón muy apretado que sólo deja descubierto el hocico y, algunas veces, parte de las patas. Se han distinguido hasta seis subrazas, que son la curiel, la leone- (1) Véase P. Moyano: Ganado lanar, Madrid, 1902, págs. 31-69. MAMÍFEROS DOMÉSTICOS 413 sa, la segovíana, la soriana, la conquense y la navarra, las cua- les se distinguen principalmente por la longitud y calidad de sus lanas. El ganado merino, de fama universal, está hoy muy extendido fuera de España, sobre todo en Australia y América. Raza aragonesa.—Tamaño algo mayor que el de la raza meri- na; formas más esbeltas y angulosas; cuernos ausentes en ambos sexos; lana fina, blanca, apretada, bastante rugosa, menos exten- dida que en la raza anterior, dejando descubiertas toda la cabeza y las patas. Es propia de Aragón, y ofrece tres subrazas: la furolen- Es se, que es la más frecuente, la belchitana y la chesa, ó del valle de Ansó. Raza manchega.—Gran tamaño (700 mm. de alzada media); formas esbeltas, pero redondeadas; cuernos ausentes en ambos se- xos; cuello largo y delgado; lana blanca, larga, muy ondulada, apre- tada; cabeza y patas sin lanas, generalmente manchadas de alazán ó castaño. Ocupa toda la mancha, distinguiéndose por la calidad de sy la lana dos subrazas, la sagreña y la murciana. Raza serrana ó ibérica.—Algo más pequeña que la merina; tronco alargado, cilíndrico; cuernos parecidos á los del ganado me- =/ rino; lana gruesa, ondulada, apretada, de color blanco, negro, cas- a taño ó gris sucio; cabeza y patas sin lana. Es raza propia de todas ) las regiones montañosas de la Península, distinguiéndose siete sub- | razas: andaluza, gallega, zamorana, bilbiliftana, soriana, ex- SN tremeña y portuguesa. Raza churra.— Tamaño de la raza merina; formas angulosas, di- sy simuladas por la lana que es muy larga, abundante y lisa, formando un vellón desigual y flojo, blanco ó gris obscuro; cabeza de perfil poco convexo, con poca lana en la frente, y á veces con manchas negras; patas sin lana; cuernos ausentes en ambos sexos. Se en- VA cuentra en toda España, constituyendo las subrazas bazfanesa, pirenaica, castellana, burgalesa y lebrijana. Subfamilia BOVIN ZE. [Bovidee sin cavidad glandular en la cara anterior de los pies, y con cuernos en ambos sexos, próximamente iguales en los dos y sin nudosidades. | Ed ¿BR Na dc, AO dE a. MA A AS E AAA E A A q A a es qa ES AR OS aga de Y e TRIAS o e na ds > 1 " A Y E 414 APÉNDICE Género BOS Linné. [Cuernos lisos, de sección transversal circular ú ovalada; pe- laje uniformemente corto. ] EL TORO.-—Bos taurus Linné. Bos taurus Linné, Syst. Nat., 10.? ed. (1758), pág. 71. NOMBRES VULGARES: Toro, el macho, Buey, el macho castrado, Vaca, la hembra, Ternero, el joven, Becerro, el joven de un año; Ufrero, el joven de dos años; Novillo, el joven de tres años, en castellano; Bou, el buey, en catalán y va- lenciano; Boí, el buey, Cura, la vaca, y Cuxo, el novillo, en gallego; Jato, el novillo, en Santander; Zezena, el toro, Idía, el buey, Beía. la vaca, Chala, el ternero, Chekorra, el novillo, en vascuence; Toiro, el toro, Boí, el buey, Vacca, la vaca, en portugués. En el ganado vacuno de la Península pueden distinguirse, en mi concepto, tres razas, con numerosas subrazas, á saber: Raza castellana.—Gran alzada, formas macizas, línea del dorso casi recta, coloración generalmente obscura, con frecuencia negra “con una línea dorsal más clara, amarillenta ó blancuzca; cuernos me- dianos, dirigidos hacia adelante, como las puntas de un bieldo coloca- do horizontalmente. Comprende en España las subrazas salmantina, , avilesa y ampurdanesa, ésta última acaso producto de cruzamiento con la raza luso-cantábrica, y en Portugal la mirandesa, así llamada de Miranda de Duero, que es el principal centro de producción. Todas estas subrazas proporcionan excelente ganado de trabajo. Raza andaluza.—Un poco menos corpulenta que la castellana y con la línea del dorso ligeramente cóncava entre la cruz y la grupa, pero con los cuernos dispuestos en la misma forma; color general- mente negro, ó manchado de blanco y negro ó castaño. Distínguense las subrazas andaluza propiamente dicha, en España, y ribatejana y transtagana, en Portugal. Las dos primeras son razas bravas, que se emplean para las corridas de toros. En España el toro anda- luz se cría hoy con este objeto en diferentes provincias, sin haberse apenas mezclado con el ganado local. Raza luso-cantábrica ó celtíbera.— Tamaño mediano ó peque- ño; formas ligeras, enjutas; cuernos generalmente muy largos y le- vantados, como las puntas de un bieldo colocado verticalmente; pe- laje casi siempre claro, castaño, avellana ó leonado. Sus subrazas MAMÍFEROS DOMÉSTICOS 415 son: la gallega, en Galicia y el norte de Portugal; la asturiana, la pasiega, la vasca y la navarra á lo largo de la cordillera Cantá- brica, y la barrosa y la aronqguesa en la región portuguesa del Miño. Estas subrazas portuguesas son excelentes para el trabajo, mientras la gallega es mejor para el cebo, y la pasiega y la asturiana pasan por ser los tipos vacunos ibéricos que producen mejor leche. En los montes de Barbanza, entre las rías de Muros y de Arosa, existe ganado bravío que parece pertenecer á este mismo tipo. La raza luso-cantábrica es, es mi opinión, la más antigua de nues- tras razas vacunas domésticas; por lo menos, todas las figuras de bueyes de la época celtibérica pertenecen á este tipo; la raza domés- tica castellana, que parece descender del Bos primigenius ó de un cruzamiento con el mismo, fué sin duda domesticada en tiempos menos remotos. Ramas IDE: Género SUS Linné. EL CERDO.--Sus scroía domestica (Gray). Scrofa domestica Gray. Catal. Carniv., Pachyd. and Edentate Mamm. (1869), pá- gina 345. NOMBRES VULGARES: Cerdo, Puerco, Gorrino, Cochino, Cocho; Verraco, el macho reproductor; £Lechón, el joven, en castellano; Porco, en gallego y portugués; Marrán, en Orense; Porch, Godall, el macho, Verro, el macho reproductor, Truja, la hembra, Garrí, el joven, en catalán; Ordotza, Charría, Urdea, en vas- cuence. Las razas porcinas ibéricas son las cinco siguientes: Raza extremeña. —Tamaño mediano (unos 550 mm. de alzada); tronco corto, muy grueso; cabeza mediana, alargada; orejas dirigi- das oblicuamente hacia delante; patas cortas; piel negra ó rojiza, con cerdas escasas de unos 50 mm. de longitud. Extremadura es el centro de producción, pero se encuentra en todo el centro y sur de la Península. Raza balear. —Tamaño enorme (unos 750 mm. de alzada); cuerpo corto y exageradamente grueso; cabeza pequeña, con las orejas caídas y las mejillas muy gruesas y colgantes; el cuello muy abultado por encima, casi formando jiba; patas muy cortas; piel negra, con escasas cerdas de unos 70 mm. de longitud. Es raza propia de las islas Baleares. Raza celta. — Tamaño mediano (unos 600 mm. de alzada); tronco 28 e / A “d A ¡pan 7 AS a y Al e «7 Les A AR RARA - ts ] A A E 2 ALA A PA ide E ", E eN é AS e: 5 TE TA A EN ELA A AI IR A AAA ve iÉ SN EAS GE LN co qe 0 Es A 416 APÉNDICE prolongado, relativamente delgado; cabeza grande, con anchas ore- jas muy colgantes; patas largas; piel blanca sucia, á veces mancha- da de negro, con abundantes cerdas de unos 120 mm. de longitud. Se encuentra en todo el norte de la Península, desde Cataluña y Aragón hasta Galicia. Los cerdos bisaros del norte de Portugal pa- recen constituir una subraza. Raza alavesa.—Procede del cruce de la raza celta con cerdos ingleses, y se distingue de aquélla por ser algo mayor y tener la ca- beza más chica y las cerdas más cortas y menos abundantes. Hállase extendida por Navarra, Aragón y las provincias Vascongadas. Raza ribatejana.—Es también producto de un cruzamiento, en- tre la raza celta y la extremeña. Se encuentra en el sur de Portugal. De todas estas razas, la extremeña y la alavesa son las más cele- bradas por su carne y tocino. Orden PERISSODACTYLA [Mamíferos euterios terrestres, ungulados y unguligrados, con los dedos generalmente en número impar, pasando el eje del pie por el centro del dedo medio. ] Familia EQUID € [Perisodáctilos sin trompa, como los Tapiridce, ni cuernos nasa- les, como los Rhinocerotidce, y con los molares con corona muy alta y provista de repliegues de esmalte, que dejan entre sí espacios lle- nos de cemento; el único género actual con un solo dedo en cada ex- tremidad. ] Género EQUUS Linné. EL CABALLO.-—Equus caballus Linné. Equus caballus Linné, Syst. Nat., 10.2? ed. (1758), pág. 73. NOMBRES VULGARES: Caballo, el macho, Yegua, la hembra, Potro, el joven, Potra y Potranca, la yegua joven, en castellano; Caball, el macho, Egua ó Euga, la hembra, en catalán; Zaldía, el macho, Beorra, la hembra, en vascuence; Ca- vallo, en portugués. Cuatro razas caballares pueden distinguirse en la Península, las cuatro, por desgracia, muy abandonadas en la actualidad. MAMÍFEROS DOMÉSTICOS 417 Raza andaluza.—Alzada media, 1560 mm.; formas redondeadas; pecho ancho; vientre voluminoso; grupa redonda; cuello corto y grueso, generalmente encorvado; cabeza un poco grande, con el perfil de la cara un tanto convexo y los labios gruesos y caídos; los colores más frecuentes son el «tordo» y el «castaño». Los caballos de esta raza son nobles, enérgicos y resistentes, pero poco veloces, y se utilizan principalmente para silla. Son propios del mediodía de la Península, pudiendo reconocerse, además del caballo andaluz pro- piamente dicho, que es el de las provicias de Córdoba, Sevilla y Cádiz, la subraza marismeña, que es de más alzada y tiene el pelo más largo y los cascos grandes; la rondeña, que es más pequeña, propia de las regiones montañosas de Andalucía, y la alterana, que se encuentra en el sur de Portugal. Raza navarra.—Alzada media, 1300 mm.; formas algo más an- gulosas que las del caballo andaluz; cabeza pequeña, de perfil ante- rior recto; grupa ligeramente caída; vientre redondo, pero no volu- minoso; cuello corto y musculoso; color casi siempre obscuro, casta- ño ó negro. Críase esta raza en las montañas del norte de España, sobre todo en las de Navarra y las provincias Vascongadas, y se utiliza principalmente para tiro y carga. La jaca gallega, propia de Galicia y el norte de Portugal, puede considerarse como una subraza de esta raza. Raza castellana.—Alzada media, 1400 mm.; aspecto general, como el de la raza navarra, pero la grupa es más levantada y estre- cha, y el cuello algo más prolongado; la cabeza suele ser muy ex- presiva, de perfil recto y aun ligeramente cóncavo; color muy varia- ble, dominando el castaño. Esta raza se extiende por todo el centro de España y Portugal; se la emplea únicamente en el campo, para silla, tiro y labranza. Raza ampurdanesa.—Alzada media, 1520 mm.; formas robus- tas, pero esbeltas; tronco prolongado; vientre recogido; grupa caída pero ancha, tendiendo á ser doble; dorso muy ensillado; pecho es- trecho; cuello grueso y largo; cabeza grande, de perfil facial recto; color generalmente negro ó castaño. Es una excelente raza de tiro ligero, propia de Cataluña y Aragón. Los caballos de esta última región ofrecen algunos caracteres peculiares que acaso permitirían reconocer una subraza aragonesa. sh es z aos Z a Er ga 4 PLA o Pa O PRE IES: Ei a Me HA + a - Y di ee AN E «A he ALEA 418 APÉNDICE EL ASNO.-— Equus asinus Linné. Equus asinus Linné, Syst. Nat., 10.? ed. (1758), pág. 73. NOMBRES VULGARES: Asno, Burro, Borrico, Pollino, el macho reproductor Gara- ñón, el joven Buche, en castellano; Pollín, en Asturias; Ase, Ruch, en catalán; Astoa, en vascuence. En nuestra Península existen dos razas asnales muy diferentes entre sí, una de las cuales cuenta con varias subrazas bien caracte- rizadas. Raza ibérica. —Alzada media, 1480 mm.; cabeza de perfil recto, con grandes orejas provistas de «coletas» ó tlecos de pelo largo; dorso ligeramente ensillado; pecho ancho; grupa levantada. Distín- suense la subraza catalana, la mejor de todas, de gran alzada y pelaje negro, con el hocico, el cerco de los ojos y el vientre blancos casi siempre; la mallorquina, de igual corpulencia y del mismo co- lor, pero más basta y no tan bien conformada; la castellana, gene- ralmente de color tordo, y la andaluza, torda también y bastante más pequeña. Raza africana.—Alzada media, 1200 mm.; cabeza de perfil un poco cóncavo, con orejas largas y sin «coletas»; dorso recto; pecho estrecho; grupa caída; pelaje basto, de color muy variable, casi siempre pardo ó gris, con una lista obscura á lo largo del dorso y á veces con fajas negruzcas en las patas. d ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS Págs abetum(Martes) iio 159 abramus (Pipistrellus)............... 114 abramus (Vesperugo)....c..o.mmicoo. 114 INCAanthomys ooo iS e 924 ACTOMUS AH Uca elas 251 acuto-rostrata (Balenoptera).. 386, 391 Adelonycteris tds) dae 129 sedilis! (Vespertino 106 Lean (Capra) a os 323 VEBPO BROS iia leal ds ro 309 ABOLES TOS in cas a 91 affinis (Globicephalus).............. 369 ata encia). nato aos slide 193 aptestis (Arvicola) alentado 282 agrestis rosianus (Microtus)......... 283 agrestis rozianus (Microtus). 278, 282, 283 agrestis, var. Rozianus (Arvicola).. 284 NBC vaso caerle: 211 aaa. te isa ae. 38 albimanus (Delphinus)............... 308 albiventer (Monachus).....7........ 216 albiventer (Bhoca):.. cda cai aaaroe ae 216 albolimbatus (Vespertilio)........... 117 alcythoe (Vespertilio).........00.... 117 alexandrino-rattus (Mus)............ 245 alexandrinas (Mus). anta se ar 947 algeriensis (Delphinus).............. 358 alias (Lepus)os.> +: aa ta ba 293 algirus vagans (Erinaceus)........ 30, 34 MA ti aa RAS 375 aAope(Camisho rosa 184 alpinus (Amphisorex)................ 70 Alpias (SCT ata 229 APMU OE) ia iia iaa aos 67, 70 altivolans (Vespertilio).............. 124 MIDINO LAS A a MS 129 Págs americana (Megaptera).............. 396 americana (Megapteron)............ 396 AMMOMYS A IAS 262 Amor (ElOMysS) 2 a de 240 amphibius (Arvicola)................ 273 AmMphisOreX> nda iia 60, 66 añgustifrons (Dutra) ia 177 anomalus (Neomys)............... 61, 65 antarcticus (Rorqualus)............. 396 anticuorum (Balenoptera).......... 387 AntLÍODES+ << aqi nas ys d 301 'Antmoril(Sorex): vada 70 antiquosum (Balsena).- iS 387 antiquorum (Physalus)............... 387 antiquorum (Rorqualus)............. 387 ADEIT O AA 345 AplOCSAS E IS ANO 302 Apodemusi io Ia, 244, 256 aquaticus (Soren a OS 61 AQUI Secas dla 70 Aragous (Balenoptera)............. 387 aranea (Crocidura)............ 53, 54, 50 araneus (Sorex) erica ls 53 araneus granarius (Sorex)........ 67, 69 araneus pyrenaicus (Sorex)....... 67, 68 Arctogale. dis dao 168 arctos (Ursushaia ri 152 arctos pyrenaicus (Ursus)........... 152 AMOS IAN 309 atesi(OviS)he taa. MEANS 412 AMISTIDDO 000 «DF es ASS 129 aristippe (Pipistrellus)............... 120 aristippe (Vespertilio)............... 119 Artiodaciyla tad ee 297, 411 arvalis (Arvicolale ca iaa 281 arvalis meridianus (Microtus).. 278, 281 420 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS s Págs. Págs INFVICOLA tae 261, 262, 272, 275, 277 Benedenta nó tea aaa 385 asius (EQUuS IT eel 418 Dicolo (Buona 216 Astrolabize (Balenoptera)........... 396 Dicolor (SOLER)... ea dnd EA 62 asturianus (Microtus)........... 278, 280 Biar ae o a A 236 INCAS O E EROS E APIO 299 biscayensis (Balena)................ 399 Ada A E OS SS e Se 196 biscayensis (Eubalena)............. 399 atlantica (Heliophoca)............... 216 Blast (Brachyotus). le asar 108 atlanticus (BUryalus). ooo. eos o 82 Blast (RhmoloplI ae 82 ¡AMacobI0raS cms. morros e 346 Blas (Vespertina 108 DA COMIS emos oral nia oe 273 Bonapartei (Plecotus)............... 138 atttas (PISCotus).. ce... oia ae 138 Bonapartei (Vespertilio)............. 119 AUS Vespertina 138 boops (Baleñal..c...eo...> 386, 391, 395 auritus, var. austriacus (Ple- boops (Balenoptera)........... 387, 391 COMU or l 138 boops (Kyphobalena)............... 396 auritus, var. brevipes (Plecotus).... 138 boops (Megaptera).........o.0..... 396 auritus, var. montanus (Pleco- PODps (RAYsallS).co noia nas cat 387 AJOS Ph AOS AER SAA 138 DOOps (RorqualaS atea. los 391 australis (Baleena)..-.. tt oe 399 borealis (Balenoptera).............. 391 australis (Balenoptera)............. 396 borealis (Vesperugo)............ 117, 120 australis (Catodo mit ptas 381 borealis rostrata (Balena).......... 391 ALZOLA IMSS) eat Ace ies 252 borealis, var. boops, (Baleena)...... 387 BOS cansas la SOS 414 Boscal'(EPtesicus): cunoticias cel 130 DESELCAS (O CLURUS). ea AI 233 Boscatl (VespertiliO)..r o. osdatenas 130 Bardn(DeElphnas). ainia 358 Boavide a 300, 301, 411 Bala tar e GRO 1d 385, 395, 399 BOI ION ES BAM e ds 384, 399 brachycium (Phocena).............. 362 Balrenoplera. ct seae=oaait ee 385, 395 Brachyotis., ette dto dee 91 Balenopnteride encia tici 384, 385 Brachyutus 7 a 2117 balearica (Crocidura)............. 92, 99 Brad (MYOLS) ase 101 balearica (Genetta)............. 189, 192 Brandtii (Vespertilio)................ 101 balteatus (Delphinus)............... 358 brevirostris (Mus)... ..ooocoooooococ.. 252 Barria la 176 brevimanus (Plecotus).............. 138 Barbastro 90, 133 butannica (Balan 399 barbastella (Barbastella)............ 134 Burmeisteri (Megaptera)............ 396 barbastella (Vespertilio)............ 134 BarnDastellusS ion dota e apt 133 barbastellus (Barbastella)........... 134 Gaballúus (EQUuiS). 416 basbastellus (Barbastellus)......... 134 Cabrera ((Euryalus). aid 00 82 basbastellus (Plecotus)............. 134 Cabrere (Microtus)............. 278, 279 barbastellus (Synotus).............. 134 Cabrere (Rhinolophus).............. 83 barbastellus (Vespertilio)........... 134 Gabreral(MICOLUS) a rana 20 278 Bechstelinu (MyotS)atniiel 93, 98 ceca (Mala e 4] Bechsteimi (Myotasi ia cos 98 ceca occidentalis (Talpa)........... 41 Bechsteinii (Nystactes)............. 98 calcarata (Romiciad. ie 117 Bechsteinii (Vespertilio)............ 98 CalictiSittrnirean ati 196 Bechsteinii favoricus (Myotis)...... 98 Galocephalas 212 bellicosa (Megaptera)............... 396 Calogale.. ovas OS 196 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS Págs. CAMPpestis (MUS) Fasci JE eroalao 257 Campicola noi ralla: si ae 277 caniceps (Erinaceus).........ooomo... 30 Camil tri is a 151, 178, 406 Cana a(BIOC toos eee ea stefals 213 caniñus (EFIMAceus). essa eo 30 CEE apio Anda 179, 184, 406 cantabra (Crocidura)..-....- 2... 52, 56 canús (Nyeticejas)..-. aci 117 Gapacción (MYoOtS) 0d rta 93, 108 (MApaccmlls. ooo sore ole sen 91 (Gapellan. orde seriada dt a Pe 302 capensis (Hyperoodon).............. 376 capensis (Petrorhynchus).......... - 376 (CAP ateos o aaa 399 Capra. ee II 301, 309, 411 (CADENAS doo en a e 326 TCEnEdlE sido aaron coto anea ae eovas 326 capreolls (Cervas) toda 397 capreolus canus (Capreolus)........ 327 Capri nece lles 300, 309, 411 Earacallii cansado ao tetas -- 206 (Carmatus (SOS) ace aaa 61, 65 CAMINO ta ii 149, 405 carpetanus (Euryalus) ............-- 85 carpetanus (Rhinolophus)........... 85 CASPIUS (MUS) ooo rastas Mo 249 (GAfeorus arab 129 CA E 380 catodon (Plhysetet): sc 381 (CALODUNMIA +. olas 202 (CAUSA ot 202 catas (Rel) ie 203, 204, 409 catús terus (Felis):: ===. 0d 203 camdata (Balpa)ce. d dí 38 cavirostris (Ziphius)...... E A 376 (COMAS. ao nt ett 302 MEMOS e a das 346 Gephalotest ec ssididandan y coa 144 EEfcCOpItIEcCId a eternas 220 PEPA OO o PEO 179 (COVA a tao dns 206 COrvide toco ash eta 300, 325 CORUIIA ota .nidertee 300, 331 SORA AA 326, 331, 337 Cestont(MDiILOpS): =>... 2.3 ela 145 Gestoni(Dysopes). 2... oniosorae 146 Cestonii (Nyctinomus)...........:... 146 y Cestonii, var. nigrogriseus (Dyso- DO Oe 146 Cetace sas 350 COMU AI da NS 368, 380 GHartonia Ad 158 chathamiensis (Epiodon)............ 377 chinensis (Globiocephalus).......... 373 Chionobátes:. ¿0.0 a 285 EMANAN 261, 275 Chiroptetar.to a OS 72 Choeromorphas ari 208, 345 (CHEYSOCUO MISS + a 179 ciltata (MyotiS)a. dt 106 cilratus (CGFOSSOPUS) 62, 65 ciltatus (Sofex) caro is n 62 cisaretica (Ballena 399 cisarctica (Eubalena) o... co... 399 ClavigliS:o. 9 orrdl an 236 Crepheus e 129 GCoOalophylllS. asa o 76 Comet (Catodonmii 381 collaris (Vespertino 101 Comastesi sa NS 91 communis (Barbastellus)............ 134 - communis (Genetta)..........oo.o... 189 commutis (Bhocena e a 362 communis (Blecotus) das 138 communis (Pterobalena)............ 387 concolorn(Bhocal 2913 cornutus (Plecotus) aio 138 cornutus (Vespertilio)............2.. 138 COSTA A 66 COCA AE 51 FOSSODAS iS IN 60 eryptodon (Ziphiorhynchus)......... 377 Cuniculus ...... ti ANA 292 cúniculas (epus) osa 293, 411 cuniculus (Oryctolagus)........ 293, 411 cuniculus algirus, (Oryctolagus).... 293 cuniculus cnossius (Oryctolagus)... 293 cuniculus Huxleyi (Oryctolagus).... 293 cuniculus meridionalis (Oryctola- US) A 293 Cunieri(Grampuslinitdd 372 CUAVICrHaS. SA 385 cymodice (Delphinus)............... 304 cymodice (Turion ata 354 CINOMYOAS de o el Mea 164 AE GE Asis * a iS be E E ; di 492 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS Págs Págs DACRYLOCELOS AA E 331 Duhameli (Delphinus)................ 364 DENCIA AO 331 Dihamei (Dic 305 Dama Cervús eaten eat 332 Dúplicidentata. 0 A 297, 285 dama Dan dls 332 DISOPES etc aria pol AA 145 dama, ¿ leuccethiops (Cervus)...... 332 dama, Y maura(Cervus). o... 02. 322 DAS o A a dd 151 ecatidatus (Anas). 221 ASCO Meco no OIE 179 ecaudatus((Macacus 921 DES chars 346 echinus (Erinaceus) ui a 30 dasykarpos (Verpertilio)............ 197 Edwatdsi (Phrocena) an 369 Daubentonii (Barbastellus).......... 134 Elaphus AA a Ie 336 Daubentonii (Brachyotus)........... 106 elaphus(Cervus).. 0 nose 337, 341 Daubentonii (Leuconoe)............. 106 elaphus Bolivari (Cervus)........... 337 Daubentonii (Myotis)............. 93, 106 elaphus hispanicus (Cervus).... 337, 341 Daubentonii (Neomys)............... 62 ENOTISCCRN ANS 236 Daubentoni (Sorex)..ococcocoan.... 61 emarginatus (Vespertilio)...... 101, 106 Daubentonii (Vespertilio)........... 106 EPIA AA EA 944 Daubentonii, var. emarginatus (Ves- EDIL 375 DOMO) tana ip E 106 EPTESICUS ARA E 90, 129 decumantas (Mus)... 2.0.2. oós 249 EQUId Ls ae A 416 decumanus hybridus (Mus).......... 249 EQUUSATIA a NRAE soil 416 deductor (Delphinus)..-......:....... 369 eremita (SOX) Li a 62 Delptlda e n.cncota a RARA 392 ErMaccid es NR 28 Delphinus. 353, 354, 357, 361, 364, 368, 371, 375 ENRACCUS a ARA ES 29 delos (DEPT) 358 eniñaccus MENS e 30 delphis (Eudelphinus)............... 358 erminea (Fotos 174 dentatus (Microtus)............. 978, 279 ermiueca (Iciar a e 174 depressus (Pitymys).....:....... 262, 263 erminea (Mustela).......... 169, 172, 174 DESTA e tai A 28, 43 Ermmea(Butoris) aaa et 174 Desmarestú (Alama): nidos 376 erminea estiva (Mustela)........... 174 Desmarestii (Delphinus)............. 376 erminea major (Mustela) ............ 174 Desmarestii (Hyperoodon).......... 376 Escalera (MyolsS)- caes 103 dIChrarus (Muascolas). o 259 ESchrcHtiiMOrca e 365 DIE criar pas lio o 179 EschrichtilS.. ..oomivmorcco....«.... e 380 DOOR nc IO E 145 etrusca (OrOcIduta) AS 58 discolor (Vesperugo)................ 117 etrusca (Pachyura) e 03, 98 domestica (Mafteshi iones 161 Endaretos: 151 domestica (SCHOLA) os ia 415 EtarVico ls AN 2d domesticus (Rattus)it oia 945 BuDalena sat ci NA 399 domesticus albus (Rattus)........... 245 ENTE o Se 206 domesticus ater (Rattus)............ 245 EUCEVMIS 2 336 domesticus fulvaster (Rattus)....... 945 EMCTOCIdULA isla 51 domesticus fuscus (Rattus).......... 945 EudelPhimnas a lara 397 domesticus varius (Rattus).......... 945 EI Sa 346 Doumetii(Hyperoodon)............. 376 Elan. Tt RE re 285 EMO St O ES 251 EMIEDUS dls roia i: 285 DS a STR 251 Ermelesioc nono 155 Duguidii (Physalus)................. 387 Eumustelarao add 168 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS 423 Pags Págs cetropeallMalp a ar 38, 41 totidus (Mustela)... 166 europea albida (Talpa) ............. 39 To tdus (Putos O 165 europea flavescens (Talpa)......... 39 EtorndSiias a ERA 164, 168 etropeadatea (Dalpal.. o. sane snisas 39 fodiens (Crossopus)............... 62, 65 europea maculata (Talpa) .......... 39 fodiens (Neomys)-.... oil 61, 62 europea nigra (Talpa)............... 39 TOdIEIS (SOC O 61, 65 ettopearutia (Dalpald 1d 39 fodiens anomalus (Neomys)......... 65 europea, var. alba (Talpa).......... 38 fodiens minor (Neomys)............. 62 europea, var. albomaculata (Talpa). 38 fodiens naias (Neomys).............. 62 europea, var. cinerea (Talpa)....... 38 BOM AS ai I 158 europea, var. major (Talpa)......... 39 foma (Marta a Sa 162 europea, var. variegata (Talpa).... 38 toma Martes) oido Sa 159, 161 europeus (Capreolus)............... 327 foina (Mustela)............. 159, 161, 162 europeus (Erinaceus)......... 30, 33, 34 TOMA VIVE 161 europeus granatensis (Lepus)...... 288 foina alba (Mustela)...o.oo.ontaci..: 161 europeus hispanicus (Erinaceus). 30, 33 foina mediterranea (Martes).... 159, 163 europzeus occidentalis (Erinaceus).. 30 foina mediterranea (Mustela)........ 163 europeus pyrenaicus (Lepus)... 286, 290 tolisna (Mustela ras Ue 161 europeus typicus (Erinaceus)....... 30 Eorstert (Delphine 308 euúryale (Eury als) aaa 82 toynali(Mustela) a 161 euryale (Rhinolophus)............ 77, 82 Mts (Mapa Ss 38 euryale atlanticus (Rhinolophus).... 83 frugivorus (Musculus)............... 947 euryale Cabrerai (Rhinolophus)..... 83 fina (Mattel dao 162 euryale toscanus (Rhinolophus)..... 83 fulvofasciatus (Delphinus)........... 358 EUyallS aa yaya 76 Tuto (Mustela 405 eurynome (Delphinus)............... 354 FUrO (BUON 405 eurynome (Tursio)........o..oooo--> 354 furo-putorius (Mustela).............. 164 euskariensis (Balena)............... 399 fs (Delphi) 358 EAVESDOUB O ana oo 110, 123 EXOCHUAS oo vias ie iii 91 expansa (Megaptera)......ooooooo.-. 396 Gal Sd RAN 168 sale (Mustelal. loto a 169 (EIN NE o a 43, 60 fasorum (Martes) liada 161 Galeopardusii a 202 familiaris (Canis). nezs ate do 406 Calo Mis o AS 43 EM tina 151, 201, 409 Genet a AS A 187 EAU rn a aa 201, 206, 409 genetta (Genetta)..... 188, 189, 192, 194 Teres (Delphinus) coca das 369 gsenetta (Viverra)...coonoo coa 189, 192 TO (Catus) anta ios ace 203 genetta balearica (Genetta).... 188, 192 ferrugineus (Vespertilio)............ 194 genetta gallica (Viverra)............ 193 ferrum-equinum (Rhinolophus) .....- 71 genetta genetta (Genetta).........- 193 Fferrum-equinum obscurus (Rhinolo- genetta hispanica (Genetta).... 188, 193 DIAS ana cade lees dy lso 77 genetta hispanica (Viverra)......... 193 ENSSIDOdIA TO uti. anios ae del 149 genetta melas (Genetta)............. 193 MUyiatiliS(Lubra). aan pics 177 genetta peninsule (Genetta)........ 189 Uma tl OLE) citas alela et 62 genetta rhodanica (Genetta).... 188, 194 IO eos (WIVEITA): 22. 0. maso o lo 164 genetta vulgaris (Genetta).......... 194 KEeNdal(Di0ca tt osas 213 Gervaisii (Hyperoodon)............. 376 í na me A A, PS pon £ A, O 2 e ES 3 -. Lar A 424 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS A Págs. Págs (GOrvaISUA(ZIDMIUS).. midi 377 herminea (Mustela).................. 174 Ghidinii(Vespertilio)................ 98 HerpailituiS ct 201 cipban(Baeila). rr comsocr iaa 387 Herpestes iia nc nose ea 196 gibbar(Balenoptera) A 386 Heteroscintus a roto 228 erbbostuis (Ebyseter)..... eo 381 hibetnicas (MUS) Ira e 249 alacialisBalena) ii adannoien is mol 399 Hippocamelie oros aaa 300, 326 slacialis (Eubalena)................. 399 hippocrepis (Rhinolophus)........... 87 eladiator (Delphinus)................ 364 hipposideros (Rhinolophus).......... 87 etadrator (Orca)... Hart te 365 hipposideros minimus (Rhinolo- eteadiator (OFCINUS)S. aa ade 365 DhUS er 77, 87 pla mato (Procardia 365 ET CUS Hr id ee at e tl 309 CM A ARES 236, 242 cu (CA a 411 USAMOS ets e ino 949 hispanica (Capra):.:...o....: 317, 320, 323 Sl pyrenalcus (GÍS): 0er 99 hispanicus (AEgoceros).............. 320 Globo ephala ino dctsacecon 308 hispanicus (Ibex)... tae... > 317, 320 MODICEOPDaAlASAN. 10 tdalaiiós 2er 353, 368 Homalurústil e ata 66 GIODICOPS cateo 368 Hortralis (ELOY o -237 elobiceps (Delphinus).... 0.0... 369 humeralis (Vespertilio).............. 101 globiceps (Grampus)................ 369 Hunters. e aa 399 cl0biceps (PHOCENna)..m.. dotes. 369 Huxley (Lepus).. todo 293 Gabo cephalas; ss eotratetacibios es 368 Hyurogale ete ai 60, 176 (AmMpUS hos araiinda e 353, 368, 371 ELO OLEA Ita e 60, 66 grampus (Delphinus)................ 365 ElLYPELOO LON ¿e os 375 grampus (Phoceena)............... 365 HYPSULO: tddi aia cir 110 eranatensis (Lepus)............. 286, 288 EINpud else coral elle: 262, 277 granatensis gallecius (Lepus).. 286, 288 granatensis granatensis (Lepus).... 288 (RApIHATUS deta ato tooo TU 236 iberica (Mustela). ocios e 169, 172 Grebnitzkm(Zipmus) pad 377 i¡bericus (Arvicola). 0... 0. e oe 268, 269 Ascanio ula) tes ose 111 iDeficis (BAY acera 263, 268 orAScaMDOOCLZIa). tao ida te 372 ibericus centralis (Pitymys)..... 263, 269 ETSCus (DelphinUSivaicoccanciiias 372 ibericus fuscus (PitymysS)............ 27m pRSCus (Grampusho censo adas ole 372 ibericus pascuus (Pitymys)...... 263, 271 gymnesicus (Eliomys)........... 236, 239 ibericus typicus (Pytimys)........... 268 (ADO AS qa 168 DER A o ANO 309 TOS US acto 345 DEC APR) or io e e ela 311 [cinema od 196 Iconenmon a A 196 HAN CIO. st AE a a 2 icheumon (Herpestes)............... 197 Halplias a t N 2912 ichneumon, var. dorsalis (Herpes- Hamilton (EllOoMYS) cian aaa 937 Pa 197 Harlan (Delphtmus)ho cias 369 ichneumon, var. ferruginea (Herpes- EIA ads AS SA 959 EN e AS da 197 Helophoca.o RO io e 215 ichneumon, var. grisea (Herpes- HS MiOtOMny Si. 272, 277 O A A OA 197 MESES. o la 99 ichdeumon Widdringtonii (Herpes- Hermann (Phoca)l tte 916 SN ton AN 197 hermellanus (Putorius).............. 174 ichneumon Widdringtonii(Mungos). 197 ignotus (Crossopus vel Sorex)...... MES(Mustel aca. nao caia io MESETAS (ALVICO Li saeta oo incisivus (VespertiliO)..........--..- incrassatus (Globicephalus)........- incrassatus (Spheerocephalus)....... dica (Alan a io cto atlas MOCOS (ZIP e es aos IMTECTUS(PUEOTIAS) doo MIES Cartas (SCS) o... eo os os rintads (Macacus)i+. cdas ao IBSCOÍEvOrat asia o o ele risa insignis (Nyctinomus) ............... INSUlatIs (MUS) coc. alain dla osa a intermedius (Delphinus)............- intermedius (Globiocephalus)......- MUS (MAacaca):. 20. ose ua (Macacus). 110 tan dee IHOUS (PIAeCus) osa aida IAS (SM sas cielo isabellinus (Vespertilio)............- O o toas EEE A A Roa ¿O Jamira (Delphinus). nde a jubartes (Balenoptera).............- Kirschbaumii (Plecotus)............- Knoxii (Benedenia).................. Krefftii (Meganeuron)........ooo.oo... EEN AAA a da Kuhli (Pipistrellus):...2.0...... 111, KunukVespertillO)..:=.<0.........- Kuna (VesperueOlis. iaa dele ela Kuhlii, var. albicans (Vesperugo) ... Kuhlii, var. pullatus (Vesperugo).... NpPhODalena tones nea ansiada Lalandii (Poeskopia)................ lanatus (Vespertilio)................. Latipes (MUS) era ar ara latipinnis (Vespertilio) .............. latitostis (Orca AA Leisleri (Noctulinia)................- Leisleorni(Nyetalusi a a Eesieni(Panteo id Belslest(Bipistiellus) ON Leisleri (Pterygistes)..........««.... Leisleri (Scotophlilus)..... consta... Leisleri (Vespertilio).......oc...o..<... Lersleri(Mesperaeo) o dee LEOparmdus nd STA Mepotide a leucippe (Vespertilio) ............... leucippe (Vesperugo).......ooooo.o... Leicodona.. NA lencogastet (Musas dl lelcogaster (Bhoca) ESCONDE ASS leucopteron (Balenoptera).......... Lencoriya cil Saa leucotis (Vesperugo)......o.ooomoomo.. leucurus (Atvicola IIA Pito di (Lepra Imeatus (Soren ad Line (Proco io Miobalena littorea (LLOC A SI longimana (Baleena)......ooooooooo... longimama (Megaptera)............. longimana (Megapteron)............ Pontiac tai a lugubris (Vespertilio) ......<.o.oo.oo.: Lapulas asado” UPA (DAS A a INT lupus deitanus (Canis).......... lupus signatus (Canis). cias Tisitanica(Carr a a Insitanicus (Arvicola) o... .... lusitanicus (Eliomys) ........... lusitanicus (Microtus)........ TOS SÓ E A NN 4925 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS a Págs lusitanicus (PitymyS)............ 962, 267 mediterraneus (Monachus)........... 216 ON E e A 176 MeganeurOl. coorocconconcnnccnnnnnos 380 E A td IA 177 megapodius (Capaccinius)........... 108 lutra (Mustela) .....ooooococicccccooo 177 — Megaptera....ooooocomoccormm.... 385, 395 a q PS O 177 — Megapteron...oooobccccccncccccnoooo 395 lutra piscatoria (Mustela)........... 177 Mets apleropsiS a a a 395 A EI A TN 151, 176 Mehelyi (Rhinolophus).............. 80 E A 176 Mehelyi carpetanus (Rhinolo- ONCE a dao Aida 176 DIAS) cocccocococncoronororonoros 77, 85 E A 179 melanogaster (Vulpes)............... 184 USCIS Pt AE 179 melanopterus (Vespertilio).......... 111 net das: E O A IN 206 melas (Delphinus).....ooooooommoo.o... 369 SN A TE TN 206 melas (Genet 193 A 901, 206 'melas (Globicephalus)............... 369 AS IT a SE 207 melas (Globiocephalus) ............. 369 melas (BIo0cena). a 369 Mel: o ld ETS 155 Macaco o ie LE ES 990) MmelesiUrs a e 156 MAC aus Ano eee 290 meles marianensis (Meles) .......... 156 O E O, MU 331 Meles mediterraneus (Meles)........ 156 Macia yids td ran aa 399 MeliR. coccccccconnonnrrrrr oo 150, 155 macrocephalus (Catodon)........... 381 meridionalis(Lepus)........ 286, 288, 289 macrocephalus (Cetus).............. 381 Mesobema tinas 196 macrocephalus (Physeter)........... 381 Meteo rus tania. e Oe 129 MECO A e a e 137 MEUS PASA 354 magnus (Vespertilio)................ 194 metis (FUESIO) cette a 394 MRS ESTE, o se 29) MiCrOMYS...oooooonoooqorecnocoonaros 256 major (Delptinus) rs ce 358 microps (Physetet). cons qe cae 381 major (Vespertilio).................. 124 microps (Tursio)......oocoooommmm...s. 381 Major (VespertiliO)... eo coomoo. nose 108 MiCTO TIE 227, 261 Manlepus vinci daa le 285 MictotlS nta e 261, 275, 217 NA USTA ne 196 IMICLULUS ¿0 Bats A 2) marginatus (Pipistrellus)............ 117 midas (DySOPES)..ooooooococcrcoo o. 146 marginatus (Vespertilio)............ 117 mimula cantabra (Crocidura)........ 56 Mariee (Microtus)......ooooocooo..... 264 minimus (Rhinolophus)......ooo...-. 87 Mafice (PIEyYMOS) at ae 262, 264 Minioptetis. eek oeo soc 141 Mata O een 158 Minonteras iS 91, 141 Marte vaa A oa 158 MIinNneopterus in. oro UN 141 artes (Marteshe. sq pasea 159 minor (Mustela). cai ae 169 mates (Mustela). cios orejas 159, 162 minor (Orca): cu. ele stas 365 AENA io ber 159 minor (Pterobalena)..........i=.... 391 martes latinorum (Mustela)......... 159 Minor (Ronquillo 391 martes martes (Martes).............. 159 minutissimus (Vespertilio)........... 111 matricus (CE VU) eros ada 332 minutissimus (Vesperugo)........... 111 maurus (Vesperugo).......coooooooco 120 miñutus (Mus). ve ta dali 239 mediterranea (Mustela)............. 162 Mintatas (Puto le 169 mediterraneus (Delphinus).......... 308 MinyopterusS/.. or. dns siesta 141 mediterraneus(Lepus)............... 288 mollissimus (Musculus).............. 252 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS 497 Págs. Molasida a aa e 74, 144 NOA CHAS ls daa 219, 215 monachus (Monachus)............... 216 monachus (Pelagius)................. 216 mprachis (Boca)... ooo ds 216 Mondini (Sibbaldius)................ 391 INNOOreI(DEIDAIMUS) codecs 3598 ID e arta ela e 145 moschatas (Delphinus).- o... 02... 358 mula (POySetern)ci ago 381 mumbyanus (Eliomys)............... 237 INVEASO 0) as sees aaa 196 NNUNEOSINZO Zar cla da 151, 196 MUI a 297, 243 mutiita (MIJOtIS). atlas coa 93 NAMES Soo toco Pepo orar Ticor 227, 244 MUntus (MIOS) rociado ceca 93 murinus (Scotophilus)............... 111 murinus (Vespertilio)........ 93, 111, 130 murinus, var. alpinus (Myotis)....... 93 murinus, var. spelea (Myotis)....... 93 murinus, var. typus (Myotis)........ 93 MUS 236, 244, 251, 256, 272, 277 IMUSCardMId e. nada ea ote 227, 235 IMUSCALIIIS tana ptes apta 236 musculos, var. hortulanus (Mus).... 209 IMASCUIAS O andas dea diaria side 244, 251 másculus (Balena).. 370 ha mesial 386 musculus (Balenoptera)............. 387 IUSCUIAS (MUS): os nose ea 252 musculus (Rorqualus) ............... 387 musculus azoricus (Mus)............ 252 musculus brevirostris (Mus)......... 252 Musignani (Arvicola)................ 273 Mustela. nts 158, 164, 168, 176, 196 Mustelidiees denise 150, 154, 405 Wustelinar 168 Mustela. lo tds 150, 157 A at ld 43 NIEGMABCLOS oeste 151 TO AO ES 277 Modesto oe ot oe 27 My orales elote e delos 43 Myogalearos Me. cerro oe 43 MNOD alan ao as eones 43 MNOSOtiSUMYOtIS). don coss sarao 93 myosotis (Vespertilio)..............- 93 MO US Tse gí da 90, 91 Págs Myo ts (MyOt1S) A i 92, 93 myotis (Vespertillol: ea 93 MYOTUS.. ata qe ao AS 91 MOXUS A a aria 236, 242 mystacinus (Brachyotus)............ 101 mystacinus (Myotis) FADIS + 93, 101 mystacinus (Selysius)............... 101 mystacinus (Vespertilio) ............ 101 mystacinus nigrofuscus (Vesper- till) o A 101 mystacinus Schrankii(Vespertilio).. 101 mystacinus, var. aureus (Brachyo- CU a CNS a 101 mystacinus, var. nigricans (Bra- CONOS) OIR 101 mystacinus, var. nigricans (Vesper- EMO TA TOS RS 101 mystacinus, var. rufofuscus (Bra- CHYOLUS)- pd II ANA 101 MysStacocetio. o 352, 384 mysticetus (Balena)................. 399 mysticetus islandica (Balena)....... 399 mysticetus £ (Balena)............... 399 Nanuomys O 251 NannlBo cs tascranes do RS 110 Nathuisi(Nadaueo) et o 114 Nathusii (Pipistrellus).......... 111, 114 Nathusii (Vespertilio)..............- 114 Nathusii (Vesperugo) ..............- 114 Nathusii, var. unicolor (Vesperugo). 114 Nattereri (Isots). cuidas 103 Nattereri (Myotis)............... 93, 103 Nattereri (Vespertilio) .............- 103 Nattereri, var. speleeus (Isotus)..... 103 nemoralis (MUS) cea: 947 Neocyol too 179 NEeOdOn a a. Ae NS am CUA O eE Bob Se 202 Neopalet eS OS 168 NeDmMyS: das ¿ads ds 51, 60 nigricans (Vespertilio).............- 111 nitela (Myoxus)............ 237, 239, 240 nitela, var. Amori (Myoxus)......... 240 nitela, var. lusitanica (Eliomys)..... 240 nivalis(Arvicola re a dar: 26 nivalis (Mustela)... 168, 169 A, , = a 5 ) 428 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS Págs. Págs nivalis (PUTOFIUS). +... odos cds 169 OncHelS. oso 202 nivalis aquitanius (Chionomys)...... 276 Okeni(Vespertillo)u. qa 130 nivalis aquitanius (Microtus).......- 276 Oncolides: 0. O 201 nivalis boccamela (Putorius)........ 169 Orca IA 364 nlvalis iberica (Mustela)........ 169, 172 orca (Delphinus):. asas ae 364 nivalis ibericus (Putorius)........... 172 orta (Grampush non 365 nivalis minutus (Putorius)........... 169 OrSa (Orca Re 365 nivalis typicus (Putorius)............ 169 Orca (Orca). o ed 365 nivalis, var. monticola (Putorius)... 169 Orca (Phocena. oa 3065 nivalis vulgaris (Putorius)........... 169 orca Duhameli (Orcinus)............ 365 NOBIS toto ona 202 orca Eschrichti (Orcinus)............ 365 NOctidan.oracas naa 129 Orca 393, 364 tioctula (Noctulinia).. ee 194 ¿Orsinit (Vespertilio)..- 20.220 10008 142 moctula (NyctaluS) oo... coca 1924, 125 orthodon (Physeter).............»... 381 TOA (Banu). as 125 Oryctola as too iio 285, 292, 411 toeriia(Bipistrellus)o. ocean 125 (MSMmeticls: 2d ee rotecn caian ON 196 Hociila (Preryelstes)t ooo ooo 12% osphyia (Megaptera)... canas 396 noctula (Scotophilus)............... 124 OSLO ee AR 66 noctula (Vesperugo)..........<...... 124 OtO0CO0DDUS 2 is dc 201 noctula (Vespertilio)............ 124, 130 otus (Vespertina e 138 noctula, var. minima (Vesperugo)... 125 DVI A Aa 412 MOM toto 123 OXYTMI io 66 todosal(Balsena). ataco o 395 nodosa (Megaptera) ............ 395, 396 notdcaper (Balena) cueca nene 399 Pachyomus ts lo AN 129 norvegicus (Epimys)............ 245, 249 Pachyira corso ANO de 51, 58 DORVS2I CU (MUS) a ata laa 249 pachyurus (Sorex)...oooococccccncs.. 58 nove-zelandie (Delphinus).......... 358 Pajerosi. IA y ir AO 202 nove-zelandie (Ziphius) ............ 371 palustris (Vespertilio)............... 130 andipes(Lutra)y Mirador. 3000 dales 177 PAMUBO S.L de CAN 193 Ni SAS ES 176 Pardalinas 2d ME CCE EAN 9092 NVCtaluS eno andes 90, 123 padel 907 INVENIA ete ai 144 pardellus (LOS 907 INYELIROMESE e ds 144 Patdina Cia E GA ECC 206 INYCUNOIAA caia io 144 parda da EA 7 NyCtiMOMOPS +. ooocccccoccnncnonno o 145... pardimis (Lyucus)e ce co ta 207 INCH US is also 144 Ad AN 907 NUCHDEEIIS is se 129 parvulas (DENMmomyS) e 952 NA 91 PAurodas ron data ia 51 Palmatas co A TO 331 Balúdicola sd o 272, 275, 277 occidentalis (Talpa)............... 38, 41 PDarva (RUDICADED ar 306 OchetomyS ...oocoomoocccacaccccnnnoo 213 1 ¿PercHioli(Mus)i9do es acc 259 ochromixtus (Vespertilio)........... 120 Rekania Lori SAA 158 Odesa rare. je 187 Relais and SO 915 Odontocetiat. ed 302 Dela E e NOA 215 Divehogale o ee 196 pelandonius (Pitymys).......... 262, 266 Osmobalena ota IA ea 385 peninsule (Genetta)................ 189 Ai 4 A E, ad NA PAE E Me AS AE AA A % ¿ S ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS 499 Págs. Págs Perissodaciylai aia mataacrela oleo 416 poeskop(Balenala. a 395 Petorca o a alelds 375 poeskop (Megaptera).......oooo.o.oo.. 396 phasma (Rhinolophus)............... 7 POeskoDlA 0... e ROSAS O 395 Philippii (Delphinus)................. 376 polycyphus (Catodon)............... 381 PATA ras aid adds e 212, 215 polycyphus (Physeten). costa 381 PROCE a. aaa. 353, 361, 364, 368, 371 pomeegra (Delphinus)..............- 398 phocena (Delphinus)................ 362 Praticol cn a DIS ZO A phocena (Phocena)................. 362 Brtmates tarot Als dla 219 POC. O RE 211 propinquus (Globicephalus)......... 369 Boyllofhina: sis. leer pala 75 proterus (Noctulinia)................ 194 Physics 76 proterús (Brteryalstes 194 Pis dls tara taa a 385 proterus (Vespertilio)............... 194 Ple cdo B erase cu oVopa od au pao 385 PSAMmnonySs AS 262 puvsalus (Baleena)!. eto as ata ola sra 386 PEseudalopern nit Aa 179 physalus (Balenoptera).... 386, 387, 391 PSGUdOCOMOMIS a O 951 PhySeter cocacola 380 PLernopterus ic coete dan 91 Physeteridae de loss ao casio. 352, 380 Pterobalelas o 385 ra MITE) secos raceacbegonroda root 947 PLEryYaIStes 2 day 123 Pinal ds 60 PLychochterús asen es SAO 346 Pier. s ca i oslortidin > 262 Puna do iS 201 Pinnipedia acoso lets 149, 211 púsillus (EXtorus) a 169 Iso cuddnon adn oo) dotan dose 60 pusillus (Vespertilio)................ 111 pipistrella (Vespertilio).............. 111 Putors A 158, 164, 168 Brpistrellas care qe 90, 110, 123 DUtOnuS (ROtonus) O 165 pipestrellus (Nannugo).............. 111 putorius (Mustela).............. 164, 166 pipistrellus (Pipistrellus)............ 111 putorius (Putorius) ............. 164, 165 pipistrellus (Scotophilus)............ 111 putorius albus (Mustela) ............ 165 pipistrellus (Vespertilio)............. 111 putorius aureolus (Mustela)......... 167 pipistrellus (Vesperugo)............. 111 putorius aureolus (Putorius). 164, 166, 167 pipistrellus mediterráneus (Pipistre- putorius manium (Putorius)......... 165 HÍNS) oorós cono to dos uto osado a 111 pyemeus (Vespertilio) .............. 111 pipistrellus, var. flavescens (Nan- DIE ea (UI SS 152 ¡UE posocoua pico ob au OS ea 111 pyrenaica (Antilope) ................ 303 pipistrellus, var. limbatus (Nan- pyrenaica (Capra) .............. 311, 323 MIO bos cocoa or da Ver atan 111 pyrenaica (Mygale).........ooooo.mom.s 45 pipistrellus, var. nigricans (Nan- pyrenaica (Myogale).............. 45, 47 MUDO Slide 111 pyrenaica (Myogalea)............ 45, 47 Pide ra e ao 220 pyrenaica (Rupicapra)...... 302, 303, 306 DHECAS (IAS 991 pyrenaica hispanica (Capra).... 311, 320 pithecus (Simia)......ooociomoomoo.o.. 221 pyrenaica lusitanica (Capra).... 311, 323 UN oOSc oooO O ROR ce 261, 262 pyrenaica parva (Rupicapra).... 302, 306 PlatycCros ds daa 331 pyrenaica pyrenaica (Capra) ........ 311 platyceros (Cervus) ..oooomoommomm..» 332 pyrenaica rufula (Myogale) ......... 47 platyceros albus (Dama)............. 332 pyrenaica typica (Capra)............ 311 platyceros niger (Dama)............. 332 pyrenaica Victoriz (Capra) .... 311, 317 platyceros varius (Dama)............ 332 pyrenaicus (AEgOCeros)........ooooo.. 311 BECAS aaa ae yes 137 pyrenaicus (Arvicola) ......oooo...... 271 PLECOLUAS ta ts ojal 91, 137 pyrenaicus (Galemys) ............... 45 A PER - E eS yt O E A e, j e E AA AS e 0 o 12 4 430 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS Págs. Págs DVFENAICAS(IDER). deco oia eios ele 311 fúpicapta (Rupicapra): 303 pyrenaicus (Pitymys)........... 263, 271 rupicapra parva (Rupicapra)........ 306 pyrenaicus (Ursus) ...ioooooooomoomo. 152 rupicapra pyrenaica (Rupicapra).... 303 pyrenaicus pyrenaicus (Galemys)... 45 rupicapra, 3pyrenaica (Antilope)... 303 pyrenaicus rufulus (Galemys)..... A5, 47 RUDICAPUNA DI Aa 300, 301 Ruppel(Dys ODE 145 RUppel (MoOlos Sus e 146 quercinus (Eliomys)........ 236, 237, 239 Ruppellii (DySOpes).....c0..o.o.o.m..... 146 quetcinas (Gl reo 2937 russia (Exodo 0) QUMErcInas (Mus). a 2937 russula cintree (Crocidura)........ 52, 54 QUertinas (MyYOxus) ado 2937 russula pulchra (Crocidura)....... 52039 UERCIMIS (SCIUFUS) 937 SACCAÍAS: A its 179 Pd e E RO: 244 sakamata (Grampus) ................ 372 TA US MEDI) e 245 sapidús (Afvicola). cu. esoo as 273 FACES (MUDA da ad 945 Savin(ArvICO la) OS am rattus alexandrinus (Mus)........... 947 Sari Dys peda 146 Gaal n(MUS) 2 oo o 245 Savii (Pipistrellus) ......... 111, 119 120 rattus frugivorus (Epimys) -.... 945, 247 Savii(Vespertilio).. ace soi e 119 rattus tectorum (Mus)... ooo..... 2947 Savii (Vespetuso). cu. eneaaiaa ne aa 120 (OMITC(SDIEN o Se Eb 62 Sari On 377 MINO aun eloci ad 75 Savii ochromixtus (Pipistrellus)..... 120 RITO PU ce ae 75 scalops (Valpo 39 rhodanica (Genetta)....ooooooooo.... 194 Schinzii (Vespertilio)................ 101 rissoanus (Delphinus) .....oo0oo.o.-.. 72 SchlezeliiOrca o a 365 rissoanus (Grampus) ...0oooooooo...» 373 — Schreibersii (Miniopterus).......... 142 rISssSoanis (Bhocena) eli: 3712 Schreibersii (Vespertilio)........... 142 RiSSOMMEipamus) 373 Scirid=: ni aa 227, 228 ROA le e 226, 411 SCS 228, 236, 242 DOUE ooS 177 scopulicola (Phocn 912 A O AA e TO 7 Scotopilusi era osas 110, 129 ROMS eS 110 Screbersi (Vespertilio).............. 149 rorqual (Balenoptera)............... 387 Serota a AS A ts ALIS 346 Rorqualus= malita dos do 385 Scrofa (SUS) daran dos ate 346 rostrata (Baleena) ....oo.onotainenas 391 serofa:aper (SHs) cor 348 rostrata (Balenoptera) -........ 391, 396 scrofa beeticus (Sus)............ 346, 348 rostratus (Rorqualus) ..0ooooomm..... 391 scrofa castilianus (Sus) ............. 346 tamntantas (Arcvicolal o elas 289 serofa domestica (Sus). dada ndo 415 ADRdEnS (SOLER) a o a ala e 62 Selysius....... E OS 91 REO AMAS A Ne acia 385 semi-junctus (Hyperoodon).......... 376 rufescens (Vespertilio).............. 130 semi-junctus (Ziphius)............... 317 rufula (Myogalea).........c..0...... 47 serotina (Vespertilio) ............... 130 FUNASCUA US io id 229 serotinus (Cateots). doses 130 Ramnantar dada 298, 299 serotinus (Cnepheus).......oo..o..... 130 RUpDIcaprala.. e a 301 serotinus (Eptesicus)................ 130 rupicapra (Antilope)................. 303 serotinus (Scotophilus) ............. 130 fubicapra (Caprad.o.o ta ca 303 serotinus (Vespertilio).......... 124, 130 serotinus (Vesperugo)......... serotinus insularis (Vespertilio) serotinus, var. rufescens (Cateorus). SiDhaldisiss meeto Sali 0% SIDDadus at: celos sich (NIYOXUS) oo. 2 oo aio slo MM rada SOCIA. las souverbianus (Delphinus) ..... souverbianus (Grampus).....- Sowerbyi (Crossopus)......... SH S CUASI SPEOMMEr e ias diia: Spherocephalus............... spicilegus (Mus)...........-..- spicilegus hispanicus (Mus) .... spicilegus lusitanicus (Mus). ... Stearnsii(Grampus)........... stenorhyncha (Orca) .........- stenotus (Vespertilio)......... STEONE YO Crusoe e eras suaveolens (Crocidura) ....... Sumiiltus (Ermaceus)..... 02 ocio sulcatus (Physeter)...........- SOMETA EA AA A surmulottus (Mus)............. svineval (Globicephalus)...... sylvalus (Macacus)............ sylvanus (Macaca)............. sylvanus (Macacus)...........- sylvanus (Magus).............. SYIVanis (SIM os sylvatica (Martes)............. Syivaticus (Musa. cdariosidaje 257, sylvaticus callipides (Apodemus).... sylvaticus callipides (Micromys).... sylvaticus callipides (Mus).... sylvaticus celticus (Mus)...... sylvaticus dichrurus (Apode- 957, 227 28, 49 Págs sylvaticus Hayi(Mus)............... 259 sylvaticus typicus (Apodemus). 257, 259 sylvestris (FeliS) 220. eo stoco ma 202, 203 Sy vestris (Musicos ds 247 sylvestris (Mustela) ................. 159 sylvestris tartessia (Felis)...... 202, 204 Syivicola iaa 277 SINO tU ie das 133 Tomogalerne rele dt Sat ia 196 teeniotis (Cephalotes)............... 145 teeniotis (Nyctinomus).......... 145, 146 Melee oco doo doc podar suo yde 37 Balpida astas: 28, 36 E a Ass 28, 37 tatemtma (Blc a 399 tantessia (Pelis). ui SS 204 tantas (BOS 414 DAX ta lo ata 155 taxis (Meles hi. dales reis sisiie de 156 taxus, var. marianensis (Meles)..... 156 tectorum (Mus) ta o ia io: 947 tectorum, var. fuliginosus (Mus).... 245 TDetricola eos E nO 262 tetragonurus (Sorex)...............- 65 tetramerodOn ia loe 277 TAO ARS 179 TEO TAS call 179 Micra donen iio y óYe se Uda aba 201 timdas (Mena a 286, 290 toscanuús (Buryalus):.. dee 82 MASUNOS 309 DEA ai 91 Mia ecc odaicc os at aba 91 TRENES. JA id 202 DEALS tada sa a 91 trumpo (Catodon)....ooosamca reas o 381 trumpo (Physeter).....ocoooon=o os 381 truncatus (Delphinus) ........-...... 354 tuincatus (Its) ies 334 truncatus (Tursi0ps)............ 354, 355 tuberculifera (Phocena) ............ 362 TDUESIOS o iria 304 tursio (Delphinus) .............. 354, 380 TUrSIO(DIYSClern o o iaa: 381 PULSO MUELA 354 MUESIODS ao ds 3503, 394 + 432 ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS Págs. | Pags WA ocn ia id 202 vulgaris (Martes)... mio ae 159 unihastatus (Rhinolophus)........... 711 vulgaris (Mustela).............. 169, 172 WESarclos dos Riot 151 vulgaris (Physalus).........:0....... 387 UD e O OA y. O! 150, 151 vulgaris (PÍecobtas)i a 138 Ursinii (Miniopterus)................ 1492 vulgaris (Butokils). as 165, 169 WrSini(Vespertillo)... os a 142 vulgaris (SCIUnuS)h otero 93107233 WES ete rias ds IDMOO vulgaris (SOT 65 Dima anio cabales Das aes cal 196 vúlearis (Talpalca tensas de dde 38 vulgaris (VIVE)... caos 169 vulgaris alpinus (Sciurus)........... 229 vanesata (Broca)... ra dee 9192 vulgaris beeticus (Sciurus).......... 233 variegatus (Delphinus).............. 308 vulgaris infuscatus (Sciurus)... 229, 233 ventralis (Nyctinomus).............. 146 vulgaris numantius (Sciurus)... 229, 231 Vespertilio. 91, 110, 123, 129, 133, 137, 141 vulgaris segure (Sciurus)...... 229, 234 WESpertonidee e ntlecieioeiaio alar eeiejeteis 74, 90 vulgaris, 5 marinus (Lutra).......... 177 WESDELUL O uote conse 110, 123, 129 VUÍDES osea de Deal 179, 184 MESDELOS oa ada dan 129 vulpes (Canis). vo. nene alas tte 184 vispistrellus (Vespertilio)........... 117 vulpes silaceus (Vulpes)........ 184, 185 Vialia (Boca)... ceossenzan > 212, 216 vitulinus (Calocephalus) ............ 913 IVIVE LLanaciats dee 158, 164, 187, 196 Walkeri (Delphinus)..........=...-. 308 VIVOLtId e: ritos. dde 151, 187 Widdringtoni (Herpestes)........... 197 VIVE Una ran aca ceo 151, 187 Widrintoni (Herpestes).............. 197 volgensis (Vespertilio).............. 106 Wiedii (Vespertillo). o... Jun 21130 vomerina (Phocena) .....o.omoomooo.. 362 vilsatis (Dama 332 vidatis (Delphinus)io 1. ia Seal 358 Zibellia nas sen con 158 vulgaris (EcStorlUS).. o coo 169 Zibethalurast. srt. ato po eos 201 vulgaris (Genetta).............. 189, 194 LP o RR 392, 375 MUERAS (WMADaS) o ie 180 ZIDILIOPAYACNUIS e 375 VU arts (Iutra) ce aa 177 ZAIDA: ar Ele ITA 375 ÍNDICE DE NOMBRES VULGARES Pags Págs Apuadala incas 47, 273 AREA Rele ER 411 Appa A a 47 Alcandorcar da 221369 NA AS. ojo 47 ATMESquUeEra aa 45 NA E oo AS a 273 AMMIZCI Adler e Sed 45, 47 AAC iso 249 Andereigerta La as 169 Lig 1 A - A A A A r ad sz E e E y”. £ + y] ha a ASIA cr IIA AN HN ARS SA IS AI A 412 AU nel A rates ole 299, 231, 233 A 4192 MAA Pas id Ada as 4192 NAAA 174 INE OOO 398 INTE RAA, ARA 945, 249 INUEVO E 258, 362 IA ds A ds 152 IN PAAOLV II A N 406 NTE O O 418 OS O Ollas ooo 418 STO Ma Noam seta ica 418 AMES A do A 411 IMA AE AOS ESCENA 411 IEEE oran Ebano ERAS 185 Balada cea aii 400 Baleato.......... ANTI 391, 400 lc pts aia. ed 400 Bali odios 387, 400 EA a as dd OPS 400 Ballena a SL 387, 396, 400 Balenato ds atras 391, 396, 400 Basararla a loto 203 BAS ala. ss ci te Dl 231 MASIA ia cas 327 BASAN ad a 347 BOCETO 414 BECSErO dOMIAL. onjaa slo tess 213 ECO Marino. atao ao atttala 213 IEA AS Ao Ia 414 BESO. Pla Ma 416 BIC rd orita 303, 306 Bicha Se 405 Bd oasis 412 DIA oa 161 BO A NO 414 O es ada 411 BOffeCil dues A 4192 ENT ron adas 419 ORCOS oa dl oda 416 e BUEN: ag E 418 BUEY rasante daa o dad MA 414 BUfRO 0 anto] ARES 418 CGaballuataniin es ia 416 Caballo o ANA EN 416 Cabirols Ads TO 303 Cabra O 317, 411 Cabraicaval a 327 Cabraide la Serra id 320 Cabra do Gerez na A 323 Cabra montes 311, 317, 320 Cabra montero NS 323 CabrllO..naj: danes arta aora 411 Cabrones to ra SO 411 CADLOte sun o da Eat 400 Gachalot anta O AO 381 Gachaloter 33.0. AS 381 Clero o ON 369 Camila OPA A 303 Caos ata 406 Candorcas. sacas 365 Cap dollar 369 Caparo 381 Carmmelto: catas SS 412 CAMEO TOS AS 412 Catapulchincha es 229 > Cavallo cistitis as 416 COM AS a 317 CERO e 323 Cerdo a a NOS as 415 CeOrvatlo;. nooo decadas 337, 341 (HINA AN ltda sae 337 CISLVO: unta A OA 337, 341 CochasitOa air dia ANS dl 347 COCAIMO as So 415 COCHA Mar a AS 362 Eochiño Montes. aaa 347, 348 COCO. 007. cn Ae ES AS MUS 415 Coelho da aa A 293 Collar cio os Roe 293 COMA ad data 169, 172 CORSO menea aia Sabia 293, 411 COLA ET NO 419 CUA ES 332 CORSO ccoo cl d o 327 > E NDICE DE NOMBRES VULGARES eo enanos —>a2 Espoli. Voce e Aca dera 365 Comi. a Da .... 358, 362 E E OR o O AA NV OLA. 358, 362 e UT A A AA E A oe 358 y a O ÓAl AE: A A A e 4 415 > ? ÍNDICE DE NOMBRES VULGARES Dont IO ISO > E ARACENA oa IMPI ELEDLA a d A A de Se se O e AN SUASIA" Behrens de eN 288, 290. IS EA AA 414 EMT RA NS 169 4 TEdraban cet oc 177 LlODO. e IAS 180 rdñ Meer taras dos 41 Diondrlo. a ON 177 e SA io mies to 303 NN OS A O OO 180. me : 47 ocn adas AE UTIA 05 TOP cer veto tc 207 a 1 pe ' o O AO DONE 362 Diúdria 2 OS 177 4% 347, 348 Macho Cabrio. 41 y 347, 348 Macho montés... 317 347, 348 Maroon as 197 7 Pi A E 412 0 AA 347 MEA da a e to AA es mar is 347 Matta LO 409, 414 MATSOPA co co a NS 362 - Marsopla... trat ns 362 , Mart OS SOS 159 EE OO PRA ORT qe 229 Marta LO) . E A A O 409 Marta callegara. coso casos dee 119 ados 30 Marta is 9 LOL y Matacantne a daa 988 Melón o TÍ 197 Ex SO IAE 365 Meloncillo ardid dios LON 2 a 288 MierlC aio rd idas LO | o a a aoeos tl 288 Mincharr0a-. Is. dd dd O AS 288, 289 MiShor chula tasca dues dde 409 AT DA E DEE Misha mo. cncch dani i3o dades AS ¿E ns dedo a 4151. Mizclerm...otocosno2ióniso ion A e A Le oo A PR E E 51 sa A Se 207 MOLA ta TA S VE A E e A E 169 IMONLÉS ¿rita Sa 320 237, 240, 242, 249 Morcego ..... o to 74 E O a 180 Morcego orellido ias da ADO E A 207 MORADO aaa Ol $ AA 213 Morte dl de Ao Pags. MOSKOtE ide eras mesita ser 365 IMOStO oedas avs eos eau eel 169 MS O AER 305 IM id area sio 232 IMHrCE na O aa tetas atadas 74 INUTIL O cole lala ele anelejail URSS 74 INMIRCIO(A LO os cidos ss nissan lao 74 Murciélago de cuatro puntas ....... 138 Murciélago OrejóM o ceonoo o aio ceo io 138 MUrciélazo Orejudo ..- 2... ones 138 INMISAGanidO. ro con partos els 51 IVUS AGO Al. piso once teaaiejo aloe stas jaje a 51 Musatañia de AQUA o... tomas ds 65 INES CULO ato sant aa sea A 387 IMUSPadO eo. dore epa 0 51 Musgaño de arroyO. o cnaaucetos 65 IS ino 405 NAC E ASEOS 169 MES Eo Roa 169 NUI aid as 177 No e iio a 177 NOM Nestoria 414 Deoiipaztalan ternera 169 (QS asa ussas EA aa OS 152 A A O 406 Dita ad tea dale aate 365 Ordo zarate ceras sie 415 IS iS ISS 337 A A e at Raa ollas Ue 152 VEAIS SOS IO Or 152 EN E CES 152 A a A SAA 152 CERA IAE AO ad ae 152 DEA A A e de 180 OIECO CACNLILO ua naaa 30 (IIMZO Cache ao ada oo jaejas 30 DT Roa 412 Orvelia oso mapa caida cost 412 OVALADA OS e 412 BAaletO ac cita oo tetas isa pl 332 DADIQUES Alia cioejs ono e alo ale jaolaa 169, 229 Pamquesa blanc... encara 174 AE e ÍNDICE DE NOMBRES VULGARES Ñ Págs Paniquesillaa: ceso east ree lleicioa 169 Papalvo eee a 161, 163 Papialbillon a a 161, 163, 169 Patialbillo o to ejole loss 169, 172 POr aa tel 406 PETrO;c4s pi encata orar taa 30 Pele "Romer atras asa Te 213 Pexomilar ass TE 381 Pez Mulati.. dues le sí 350 POLA 213 Poll tras correo 418 An ios és 418 PORC romo aio eslora taa Ear 415 POFCONDEAVO: 30e cantera 347 POTCO dO.Mari iaa aerea oe 362 POFCO Er hornacina re 347 BOLO MONTEZ ia o 347 ROtCoñtgoOIxO naa sat 156 Porco fet 415 Porchiseuclan asa ietoetaejs ate raciales 347 (AOS ya 416 Potralica:. 0. seen toa 416 POLO o ete cae e 416 LO A So 406 PUC ceda al 415 Puerco de Marat 362 Paercommontés:.ceuliiaana aa 347, 348 RAbISaco.. outside a 194 RADOSA vias a oe 185 RADO ct a es 185 RADOS Olite ca aleteo AR IN le 185 Rabipenati tatoo 74 Rata imei eros 945, 247, 249 Rata 'almizclada. ar ie 47 Rata ¡atañera tm aoe oleo oa Mee lo 00) Rata ceyarda..aoma sois e 239 Rata colilla rasa 237 Rata COMAS 237 Ratadialeua o reos milo cas 45 RatadauB aro nelson aaa 47 Rata dara ii 249 Ratadeiasli o ia 273 Rataide artrosis roer se 273 Rata de canpor aa eta lalo late lo Pon 247 Rata del plumall........oooooommoo... 237 ES RE AdUEMd Ora atoAtaeaatororolo/ lefa 2949 Ratamerra trolas able ja 245 Ratapiivadacs date lao 74 Ratapiad dos cards erase 74 Ratas ada taa dasioleres aa 239 Rata Salvat eta. maja isis ensidas 259 Rataisellarda conato sa 2937 Rataltraslerdrter usa aaa 949 RALUUyada cae seca eajesielo mea gta 239 Taioca AN 947, 249 Rata eo atea 266 RAMO eine nas ele laeielssjala 252 RETO UV O Manet ein cea 255 Rato. ios a 242, 245, 247, 249, 252, 267 RAtOJalmiSsCare lO satinenicjo e esse 47 RALOJCASCIFO manero ooo cea dias 252 ARO rt IOA 41 RatoMagta or heroes isos 273 Rato dialtiiscies ese compleja sejscieiaaiej 2 47 RALOd a Serra tn nestor la fer 2937 Ratoídas hortaS casecanas 2000 aja oasis 2359 Rato do Ccampor. sacan 257, 259, 269 RAtO/dOSICampoOs kasi cios totelajs ao rotela 267 Rato dos pomares............... 237, 240 RAtOmMOALeItO na dea laa 257 RATOMMUS TO Jlac aaa Teniale elotes esla aj 51 ROO IDOLO selataato aerea a ele lolo oiaislola aisla 245 RATO Merrenho. rre sae sale 259 Rato era lo aa aaa a artos Sl 252 Rato caniDesi. a. asdarsoan ooo 254 Rato Mmontesins 00 0sa setos os 259 ROM atado 252, 254, 269 REtomicampesilO.. ooo ate aras 259 Rato UCareto ocaso qee alaroel 240 Ratón de Campo... 2. 234, 257, 259 Raton siVestre sacos ego seras lolo ales > 209 RALOMODO tte So 269 RODEA ant slo ts ar 306 REDECO oa rie 303, 306 REA aos dates nm e ene e esa 185 REOVEZO Sn la taa caes 306 ROM os oie aaa mota 395 ROLL ranas aaa 355 ROCHA ocean 222 ROCHA Sois dotadas oe dos ones amaia 387 IEEGAA SO CONO 308 Ric taa allas o elotes 418 RUDICADLA nos nes se 303, 306 SAccatabo yn. tasca als DNA 177 Saa o dai 252 Sagtsarta a it an ON 74 SAO NS 303 Satandefa. Litas O 169 SatoOrrans ctas doit les laa 39 Savater ee 320 Sl elo NS 381 Sedano 377 SEO Midas 381 Soroetako Sagra asi 269 SOroOSaglld e 00 no olaa o Saba aaío 257 Da et INS 156 TAMOS 156 Tap asus aa 269, 271 RASO Ns a a 156 MEDI E ado asnos 39 TEIRUAO dni pas id 156 DOXULO: 0 nda 156 O o encobbO 156 Dejas a aa 156 DOÉneLO. 2. dot as dae 414 KEXUPO alos as 156 CNEA ROTA OparoOgoS TobES 41 MOMO Jo da 161, 163, 189, 193 DOLO aso 414 DOORS e 156 DOM AR 398, 362 TODOS ¿it Si 362 TODO. cata sa a 269 MODO td das od 269 MODO Ae aio a 39, 41,263, 269 MOLO as esa SONS 414 MONDO da do 41 TDOUPELA daa ci e 47 TOUR 163% OUT sarao RAS 167 A A dao dbdriar 30 DE as IR 415 OSO CORO OSOTO e 165 INS A OE ano 165, 167, 189 DUETO 390 Ubag ate ies ee ca aaa dre 177 Ub A aaa 161, 163 Ar > 7 7 ves . ” E AS e ME A Metro catarro. ; A A A A E A A UA A AAA Vey maritenoneaarion el he O IA arratola. tasado A A AE AULCRAla exorcista VolPOl ioccconcoonconononnoccronanr o 18D A A A A A A e y AA Laos A IN A A A 0 Oo cit Dira tias AA : "CER A O Ns a a LSO MESO) Xibarte...oooommmocccccccnnoroso 387, 396 ”. ES IA 369, 414 WMacammatila. aca E Ao Ms tar dad ra MÍA VEURE A A AR A A E A E o o Manso ovetense toos ros MDL VE ES ICAO ccoo casadas Tildas ASS Veado real......... DEZA Tota WEEDS bosaobocobo SAdcooDuScHO DOTA E sta sets CA SON Verraco... DOLO osito LO IN Y Í e ESE Y » , r w- 7? Vo Y IN E => b E . . “E e > EXPLICACIÓN DE LAS LÁMINAS Lámina I (pág. 39). Talpa occidentalis Cabrera. Ejemplar tipo, de La Granja. Museo Británico. (>= 1/5). Lámina Il (pág. 47). Galemys pyrenaicus rufulus Graells. Macho adulto, de Segovia. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (+= ?/.). Lámina II (pág. 54). Crocidura russula pulchra Cabrera. Según un ejemplar vivo, de Velascón, Madrid. (Tamaño natural.) Crocidura balearica Miller. Hembra adulta, de San Cristóbal, Menorca. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (Tamaño natural.) Lámina IV (pág. 62). Crocidura cantabra Cabrera. Ejemplar de Colindres, Santander. Colección del autor. (< 1/5). Neomys anomalus Cabrera. Ejemplar tipo, de San Martín de la Vega, Madrid, que existió en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. (>< ?/;). Lámina V (pág. 151). Ursus arctos pyrenaicus Fischer. Según un ejemplar vivo, de los Picos de Euro- pa, que existió en la Casa de Fieras del Retiro. Actualmente se conserva, naturali- zado, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. (< 1/13). Lámina VI (pág. 166). Putorius putorius aureolus Barrett-Hamilton. Ejemplar de El Pardo, Madrid. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (< */4). Lámina VI (pág. 174). Mustela nivalis Linné. Macho adulto, de Villamanta, Madrid. Colección del autor. (>< !/;). Mustela iberica Barrett-Hamilton. Macho adulto, de Palomares, Almería. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (>< */s). 440 EXPLICACIÓN DE LAS LÁMINAS Lámina VII (pág. 182). Vulpes vulpes silaceus Miller. Ejemplar de La Almoraima. Colección del Exce- lentísimo Sr. Duque de Medinaceli. (>< !/,). Lámina IX (pág. 199). Felis sylvestris Schreber. Piel de un ejemplar de Mamolar, Burgos. Museo Nacio- nal de Ciencias Naturales. (>< ?/o). Felis sylvestris tartessia Miller. Piel de un ejemplar de Cercedilla, Madrid. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (>< !/s). Lámina X (pág. 207). Lynx pardellus Miller. Según un ejemplar vivo, de Extremadura. (< */7). Lámina XI (pág. 215). Monachus monachus Hermann. Macho y hembra adultos, del mar Mediterráneo. Los colores, según ejemplares del Museo Nacional de Ciencias Naturales; las acti- tudes, de apuntes del natural de un ejemplar que vivió en el Retiro de Madrid. (>< */16). Lámina XI (pág. 230). Sciurus vulgaris infuscatus Cabrera. Según un ejemplar vivo, de las Navas del Marqués. (< ?/5). Lámina XII (págs. 254). Mus spicilegus hispanicus Miller. Según un ejemplar vivo, de Las Rozas, Ma- drid. (< ?/4). Pitymys Marice Major. Ejemplar de Vilaboa, Coruña. Colección del autor. (>= ?/4). Lámina XIV (pág. 286). Lepus granatensis Rosenhauer. Hembra adulta, de Brunete, Madrid. Museo Na- cional de Ciencias Naturales. (< 1/5). Lepus granatensis gallcecias Miller. Macho adulto, de Vilaboa, Coruña. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (>= !/;). Se ha dado á estas dos figuras, hechas según ejemplares en piel, la misma acti- tud, para la más fácil comparación de sus colores. Lámina XV (pág. 205). Lepus europceus pyrenaicus Hilzheimer. Macho adulto, de San Sebastián. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (>< 1/). Lámina XVI (pág. 302). Rupicapra pyrenaica Bonaparte. Hembra adulta con su cría, en pelaje de verano, de los Pirineos. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (< 1/11). [EXPLICACIÓN DE LAS LÁMNIAS p Lamina XVIL (pas. 3101: A Rupicapra pyrenaica parva Cabrera. Macho y hembra adultos, en pelaje de vera- | no, de los picos de Europa, regalados por S. M. el Rey Don Alfonso XIII al Museo Ny Nacional de Ciencias Naturales; pintados en vista de los ejemplares frescos; las Ey actitudes, de apuntes del natural. (< 1/11). Lámina XVII (pág. 310). Rupicapra pyrenaica parva Cabrera. Macho adulto, en pelaje de invierno, de los Va Picos de Europa. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (< */11). Lámina XIX (pág. 319). - Capra pyrenaica Victorico Cabrera. Macho viejo y hembras, de la Sierra de Gredos. Las actitudes están tomadas de apuntes del natural; la coloración, de ejem- plares del Museo Nacional de Ciencias Naturales; la cabeza del macho se ha copia- do de un ejemplar cazado por S. M. el Rey Don Alfonso XIII en el Portillo de los Machos. (>< */;2). Lámina XX (pág. 327). Capreolus capreolus canus Miller. Macho y hembra, en pelaje de invierno, de la Sierra de Guadarrama; según apuntes del natural. (< */;»). Lámina XXI (pág. 335). Cervus elaphus Bolivarí Cabrera. Ejemplar tipo, en pelaje de invierno, de El Pardo, Madrid. Museo Nacional de Ciencias Naturales. (< */;5). Lámina XXII (pág. 342). Cervus elaphus hispanicus Hilzheimer. Macho adulto, en pelaje de verano, del Coto Doñana; ejemplar que vivía en el Parque del Gran Capitán, en Sevilla, en Agosto de 1904, pintado del natural. (< */;5). / A Ñ A a AS do IR > ro A A . ad al ARE £ 0 A O IO A de e ER E A A 4 / Página Linea ERRATAS Dice á lo anterior pm más pequeño pardo de hierro el protocónulo y el metacónulo. al pardo claro Color pardo, pelo Noemys es difícil: Myotis murinus de la nariz redondeadas ángulo del canino tan largo un ángulo un ángulo fué allí establecida m? grande del cuerpo al segundo con la de Vendée pm, también pardo claro muy obscuro de un negro crema del m:* Muller inflamados pm* muy pequeño Carvaría llegando á los ojos la cara vertical completamente mandíbulas encima del cuerpo entre las puntas, 57 pico base, 76 profunda f el protocónulo, el protocono y y el metacónulo. Ade E Léase á lo exterior pm3 más pequeño pardo de pelo , ro de al pardo clavo Color pardo pelo, Neomys 4 no es difícil Myotis murina de negro y crema y del m' Miller inflados Rd 0 pri muy pequeño JE Cervaría no llegando á los ojos la cara ventral (ae notablemente mandíbula encima del carpo entre las puntas, 570 Y hocico base, 7,6 perforada ESTA OBRA HA SIDO PUBLICADA EN MADRID, EL DÍA VEINTICINCO DE SEPTIEMBRE DEL AÑO MIL NOVECIENTOS CATORCE SS ON eAJ9S9! Kq pauojo” a S vu o qu 411419499417, HAN | E E Y --W OT A "ITINERARIOS IBM a A AAA US TN AnA- í VANA AS pan Mars ARAU Lan pr AT ARA 4 5] A vA,- a: 4 . k De Bl Ñ ¿FANIA a 41, Ma 20. la » Pon -— AP erPrapo Y: : A APrrr?n “, HL AA api? Y da a Mapas BhAa li re A uan hatBÁ , sde MIA 00 ! TR Hp HH HI a, Ma "A a A TY dE más SAM] a Pam EIA ”- gh AAA va ran! PA br. VA IIA AA A a arras ARMADAS DADA PA AA At, ” NA parar a ATV A Aer $ ] * A "UNA > PpP?-.>= a - EA eE TA ada CIAO AA nano 4) k 4,4) 5 a iy 3 a prnten AAN PS Pr Y ms UR , 5 tr | As of AAYTA rr aprrpar a z A PAE TR pd y ds Pr ms M Al y A y? ., ll DNA A eE IR) Alle ÓN LW a any FAR NA DA 22? - > J ASAS 7 ay E » a aras Ll te, r añ) mM A hs qq.” A ves y aR Parr AAA DlraAm Ra ; Za? Y a An. a, Ma > y A ANA > Al > AR a AAA A EA p- 2 AA AS e Y Y sA 5 paqrt” se P Ma AÑ yd z LAA Lap > yl A A NA del DP PA: HH Ll App LA BAJAN Y ars 24 qn a o + ot Ji) Wen Ed PAAMA A! a. oy DAA Mm > Uansso An rñar: A E : A >, AE e vB Porro? SAN 10% AAA Y dre PRA TITALE NR AAA ARA A % A 5 i | a a p9r Mr 0 A E IS a Ma, 44 “,, AAN $ Mo, pez AN A PAL PAPA Canna % Bén Aro rra”, Aa pa La” e ¿Anar a y Al Po rrr ARAS - q RN AS AA CA E MITE z IA N De » Da de ¿An PAN ARS A gays IRA a MANIIMIAN 15 AR a E TAS a ' 4 ' Ta MB E A OVN-L ES de AS A a ¿MS A o, ar ppr rero y Y Mr ena HU y A ee A PA TY VO: SEN Pur : se ES ia E EA Vu a E SE A ESA cert Ayo ID aa So Mobil ANN de vi UErA CANO A Mp0 da Mr 220, aqralniid0o? ER y IS | coa A á : A A? PARE 8, i "ATAN : Pis ANTE 2 los A a AS AE a a As , Y», Na yaaa: A Le PAU ¡PEER Aa Me ¿Ara 1 A] Y Je Fry A, A "wm JUNE od 10 de e ¡ms AS el 5 MM de 77M A e YM a A al AX Ya , rr «ans a 1. A a Ay 1 An OS "> d2». A A Mea eran %. e ld A da! JAR, Min IA 20M, . A e CADA IA rr AAA A Re sus ¿ara AA A Fr 1, A AA A O ARS de: MA, LA nñ.. E Ma SA h ge» | An AA A! MI arma ¿0D AA, aga Boo 10400, 0044 SAITO ALA ¡asa Ral 1 AA ad ATAN | 1 q » ó A 7] Al] LEY . AA LAMINAS A : » f ARANA An ya a Ñ lan “0 Mu, SI A apo a AR EN 0R RMAD ( Pre MALA hal Ma h AÑ): Aa > PRA pp a Lun An a Pap “ Mo Ar Bara A anna nidl $ | nm all! a ef Mi A AR RAA cet a MA ln ARA «? DORADA ars A PO A]: HH hn ' 3 ¿MA AN vr yr yy > o A y»: pa Tm WHY z E Luis : AR Ml M MIña AMA HH HH a ANA RA so LE A 2. 507 A a ZE , AN NY Ya” Ds AAN ME AI "» ANS ¿SUMMA O py LL a >; Ba, a sp Va IA > SEN Gel PA 8.5% We; Ria 44,” AN LA a] PAP El qu AA, 2 AO! ATA NAAA YuA Ñ mt lt. NA py anidan 0009 33 Mr AA, S > nm oa sa E > ES pa, - ye Mr TN SO Y A dMa”.” 15h ha y A LA Uh A AA PAR TA Ny: AUR y a ha hs ne Las » A LA AA 31M » > A: 20 Mi pa e O Mrs ya. bo VAAPRAR Aa A PEEL] 14) A A 2 Ñ A A A? lis A bh 5 y or A Itaca AA a A 0 _ CA