OA á O 7 y id Ré y J Y v 13 ' J y y VANA A, AÚN Y) PONE a) SY A VIP AE y R a WM 1177 7 A)" Ya y a] An AD ANA FUATA 1 ARNES MIES] nt, ACA q dra Mon MES AD ADA SAN » PAN NN A / 0 An ) As PARANA ON : PA ) A E ESO A ama Ch 17 NOM Ñ 2% Wi OSO An “OSA A ¿e NES NR ONO ES 4 5, CR € IAN A 0 os A QA a SON : ANN EN l/ ( JAN Ce eno a do [ ( W 2 o 4 ) qg7 < ”7 N P AS A ,, y 17 > ” sa a MA y A VA RROS , 27) 7 y y 77 Az > A ET ED zd A. / PA a? PESE IS ATA e A ao AA ¡Lao Y ARS 2) fo PAD DAS AR A ADA PAR IVAR) O VARO O 11 Py WIZA ¡qe / A IA UY Ma) / AS NN y e A AAA AAA )/ INS do] FOR THE PEOPLE FOR EDVCATION FOR SCIENCE LIBRARY OF THE AMERICAN MUSEUM OF NATURAL HISTORY BY GIFT OF OGDEN MILLS Gs 2 paa ye AN “y, Vena. al €. Coon A A Am" Po A y pe fa SA O NES Weoo Q y: años AY] D SS SN ÍS SS SN De NE NN an RS AR WAR: A AS a 2 AN d PA V NS AVE IA Aras hs / 2 ) 33 ad O AAA 2/17 o e a z 10), q 3 A y ea) ' 0 EPEDZ TED MAS Dita, 2) . AG AI, ” ) 7 pS) dl : ) y MA 2? AE Y ara Ps an den 2% Ye: da) | A ? 4 A Pa eS ÍA j ) AN EYacon 15% e LEA ¡E Y le ls ee " pee dl CoN Y! e IEEE pon (ON E SA EA NATURALEZA A O PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL TOMO VI AÑOS DE 1882—1884. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE, BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM. 1. 1884 — AA AAA ITAM. ODIAOIAAT UI 006 AA OCC A AIDO: 4 WINE, MIA 4 N, Y. Acadesj oí gelences 30-16%32 March 212 1Y OMOT.. V da N A y AN SECRETARÍA DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL EXTRACTO DE LA ÁCTA DE LA SESION DEL 19 DE ENERO DE 1882. Presidencia del Sr. Velasco. Leida y aprobada el acta de la sesion anterior, la Secretaría dió cuenta con las publicaciones periódicas recibidas en la semana. El C. Presidente manifestó á la Sociedad, que conforme al Reglamento esta se- sion estaba destinada á hacer la eleccion de las personas que deben formar la Mesa en el presente año. Hechas las respectivas votaciones, el resultado fué el siguiente: Presidentes ik Sr. Alfonso Herrera. ; Vicepresidente ....... ,, Manuel Urbina. ERA Den duo ,, José Ramirez. ans ÉS ,, Gabriel Alcocer. JESDECIOS HA ,, Jesus Sanchez. De cuyo nombramiento hizo el Sr. Presidente la respectiva declaracion. Continuó el mismo señcr con el uso de la palabra, y leyó el discurso de regla- mento. (Va publicado á continuacion.) El Sr. Tesorero dió cuenta del movimiento de caudales habido durante el año de 1881. El Sr. Ramirez quedó nombrado para revisar las cuentas de la Tesorería, con- forme al Reglamento. Se levantó la sesion, á la que asistieron los Sres. Urbina, Sanchez, Velasco, Alcocer, Mendoza, Perez, Bárcena, Altamirano y el que suscribe. México, Enero 19 de 1882. José RAMIREZ. La NATURALEZA.—Tomo VI.—1. DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SR. JOSE MARIA VELASCO AL DEJAR LA VICEPRESIDENCIA DE LA SOCIEDAD. —=o— SEÑORES: INGUNO de entre vosotros desconoce la grande desgracia que en el primer dia del año presente, me hiciera sufrir el más hondo pesar; la muerte de mi querida y virtuosa madre. Es natural, que sólo por el deber que me impone nuestro Re- glamento os dirijo la palabra, y porque tambien tengo el de gra- titud hácia mis estimados é inteligentes consocios que me hicieron el honor de nombrarme Vicepresidente de la Sociedad. Por otra parte, me es de grande consuelo la compañía del amigo; esta es tambien otra ra- zon que me impulsa ahora para estar cerca, no de uno sólo, sino de varios ami- gos que me distinguen con su aprecio. Es grato el encontrarse entre personas que con tan buena fe se agrupan para estudiar y comunicarse mútuamente los avances de las ciencias naturales y sin esperar recompensa alguna á tan difíciles estudios. A pesar de sus multiplicadas ocupaciones en las que tienen que distribuir la mayor parte de su tiempo, consagran no pocas horas en revisar las obras más modernas y estudiar las cuestiones de actualidad; ya para ponerlas en conocimien- to de la Sociedad, y ya tambien para ilustrar las diferentes cuestiones que con fre- cuencia se proponen; el desinterés y empeño que se tiene en los trabajos relativos á la administracion de los fondos, así como á los de la: publicacion encargados á una sola persona. La publicacion da testimonio de los trabajos de la Sociedad; y si bien es cierto que marcha con lentitud, es cierto tambien que es la marcha natural que tiene que llevar, en atencion al ningun estímulo que tiene y á los escasos fondos con que cuenta. Si es un buen principio el que nadie deba conformarse con el éxito de sus tra- bajos, sino que debe siempre aspirar á mayor perfeccion en sus obras, esto no nos quita que podamos al ménos congratularnos de que la existencia de nuestra So- ciedad no corra el peligro de extinguirse, por el tiempo que lleva de existencia; las causas que le dan la escasa vida que tiene, permanecerán el tiempo necesario hasta que nuestro país se levante por completo, y todos los obreros de la ciencia que están en México como aletargados, con el impulso del movimiento ocasiona- do por la necesidad del desarrollo práctico de los conocimientos científicos, venga LA NATURALEZA 5 á darles la animacion que observamos en las Sociedades extranjeras. Importa ahora conservar la chispa; tiempo llegará, quizá no esté remoto, de que ella forme una grande hoguera. Nuestros Gobiernos, animados de buenos deseos, han proporcionado algunos recursos, que aunque reducidos, son los que sostienen la publicacion, por cuyo medio se ha podido hacer conocer de las Sociedades Naturalistas más notables del extranjero. Ojalá que penetrados de la importancia que tienen esta clase de reu- niones para la prosperidad de todos los ramos industriales, nos imparta una pro- teccion más amplia. Los naturalistas extranjeros han trabajado mucho para dar á conocer la natu- raleza de México en sus diversos ramos, al grado, que se experimenta cierta pena por lo muy poco que hacemos, y muy particularmente cuando comparamos nues- tros trabajos con los de aquellos eminentes autores, cuyos simples nombres re- cordamos con respeto. Sus obras proporcionan el conocimiento de casi todas las especies, tanto de animales como de vegetales y áun de minerales, al grado que es difícil encontrar alguna que no esté descrita. No obstante, en medio de esa luz derramada en tantas obras, monumentos le- vantados en honor de la ciencia, se encuentra alguna oscuridad por lo mismo que se halla esparcida, pudiendo percibirla aquellos que hacen converjer sus rayos para sentirse impresionados por su intensidad. A estas personas toca difundir esta luz bienhechora entre los mexicanos, reu- niendo todos aquellos estudios que pueden utilizarse, no solo bajo el punto de vista especulativo, sino á la vez aquellos que en la práctica proporcionan buenos resul- tados, para impartir estos conocimientos hasta en los límites más lejanos de nues- tra patria, adonde casi no llegan los fulgores de la ciencia. Mucho ayudaria á este fin la flora universal iconográfica. Ojalá que llegue la vez de emprenderse; no dudo que será de inmensa dificultad y de mucho costo; pero por otra parte seria una obra monumental, y quizá en su género la más orande y útil de todas las conocidas hasta hoy. Desearia que nuestra Sociedad fuese la primera en lanzar al mundo de la cien- cia esta idea, que dará con el tiempo grandes resultados para el fácil y seguro co- nocimiento,de las especies de plantas, y poder abrir un campo más amplio á los estudios de más profundidad y para los que más se necesita el genio. Se tendrá más seguridad en la determinacion de las especies, vacilando ménos acerca de los cambios que experimentan en sus formas, conservando un tipo que especifica- mente las distingue. Tiene tambien un lenguaje más claro y que lo comprende un mayor número de personas, que por ese lenguaje particular y el grande número de nombres técnicos que seemplean en las descripciones, se declaran ignorantes despues de haber gastado su tiempo en aprender los elementos de la ciencia. Quizá no hay cerebro que pueda almacenar ni la milésima parte de los nombres empleados tan sólo en la botánica. 6 LA NATURALEZA Las modificaciones que se operan en cada especie, podrian ser perceptibles con el transcurso del tiempo, y podrian compararse las diferencias más ó ménos pro- fundas que vayan sufriendo. Se lograria apreciar aquellas que son más susceptibles de cambiar, y se veria en qué órganos se operan esos cambios con más extension. Es una obra colosal para la que se necesita del concurso de muchas Sociedades, de gran número de artistas y áun del auxilio de los Gobiernos. El grado de ade- lanto y de complicacion á que ha llegado la ciencia, hace ya indispensable em- prender este trabajo. La idea que en el año pasado ocupó la atencion de la Sociedad, será una obra que le dará nombre, y sobre todo, proporcionará grandes ventajas á la juventud estudiosa, que hasta ahora no cuenta sino con un reducido número de plantas y animales que estudiar del natural. Hablo dela formacion del Jardin botánico. Desde Mayo de 1869 que fué decretado por el Gobierno del Sr. Juarez hasta la presente no se ha podido realizar. La flora de los alrededores de México seria tambien uno de los asuntos que po- dria muy bien ocupar la atencion de la Sociedad, haciéndola de un modo parecido á la que emprendí en años atrás, y que por falta de recursos tuve que suspender. Algunas de las personas que me escuchan, me animaban para que la conti- nuase; pero creo que será más seguro el éxito de esta empresa, en manos de la Sociedad que tiene su publicacion bien establecida y acreditada, y en ella tendrá mejor lugar ese trabajo tan importante. Al dejar la Presidencia de esta ilustrada Sociedad, no tengo otra cosa que en- sanchar aún más mi cariño y gratitud hácia ella, por haberme concedido tan sin- gular favor, nombrándome su Vicepresidente en el año que finaliza. —_—_—_—_— OA A AAKAKÉAK SOBRE EL ORÍGEN DE ALGUNAS ROCAS POR EL SR. MARIANO BÁRCENA, SOCIO DE NÚMERO. NA de las cuestiones muy importantes en el estudio de la litología, es la determinacion del orígen de las rocas. En muchos casos basta una simple observacion del terreno para conocer las causas que in- gunas rocas, que por su modo de yacimiento, por su naturaleza, etc., parecen extrañas á la causa general de formacion del terreno en que se encuentran y la investigacion de su orígen es un problema de grande dificultad en su resolucion. LA NATURALEZA 7 Sabido es, que en el estudio general de la Geología litológica se conocen las causas que originan las rocas y áun se clasifican éstas segun esos modos que de- terminaron su existencia; tambien sabemos los agentes que la Geología dinámica nos enseña como generadores ó modificadores actuales de las rocas; pero en las determinaciones locales se presentan observaciones cuyo conocimiento es de gran- de interés en las cuestiones geológicas. : Muchas observaciones tendrémos que presentar á la Sociedad sobre este par-= ticular, á medida que vayamos completando los datos necesarios, y por ahora, le referirémos los que hemos observado personalmente sobre el orígen de algunas tobas, de la vacia y de la arcilla ferruginosa. La toba, en sus diversas variedades, es una de las rocas más comunes en nuestros valles aluviales y áun en las lomas y las montañas: se presenta en capas horizontales ó inclinadas, en bancos, y áun en coronamientos y acan- tilados. Ántes de abordar la cuestion que nos proponemos, preciso es hacer algunas observaciones sobre el orígen de las tobas. Propiamente hablando, se llaman así las rocas sedimentarias que están formadas de elementos de orígen volcánico, y así se establecen las variedades de tobas tra- quíticas, trapeanas, basálticas, ceniciferas, pomosas, etc., cuyas definiciones dan idea de la composicion de la roca. Como se ve, en esa definicion general se asienta que una toba debe haberse formado por la accion de la agua, es decir, que este líquido reunió ó depositó los materiales volcánicos para formar la roca; pero en México encontramos con frecuencia algunas masas formadas de detritus volcánicos, constituyendo rocas verdaderamente fragmentarias, y sin embargo, las circunstancias del yacimiento demuestran claramente que en la formacion no ha intervenido en manera aleouna el agua, sino que la accion ígnea ha reunido y aglomerado los materiales para formar una masa fragmentaria. De esta clase son muchas de las rocas que vulgarmente se llaman canteras en las construcciones, y más comunes son las que están constituidas de fragmen- tos de traquita ó de pórfido traquítico. Examinadas esas rocas en el yacimiento, se ve que forman parte del terreno volcánico y que la accion ígnea las consolidó uniendo sus materiales. Estas masas forman á veces espesores tan grandes, que no deben juzgarse como casos aislados ó accidentales, y necesitan una considera- cion especial, pues su aspecto las hace considerar como tobas; pero su orígen es diferente de los que propiamente llevan ese nombre, y para distinguirlas, debian designarse con la denominacion de tobas ígneas. Para clasificar estas rocas debe tener el geólogo el mayor cuidado posible, so- bre todo, en los terrenos donde se vean los efectos del metamorfismo, pues casos. hay en que las tobas comunes áun se han porfidizado y se hallan divididas en masas columnares y cuartones como los pórfidos y las traquitas. La NATURALEZA. —Tomo VI.—2. 8 LA NATURALEZA Hechas estas observaciones sobre el orígen de las tobas, examinemos algunos casos que se presentan en nuestros terrenos sedimentarios. Las tobas más comunes en esos terrenos son las pomosas, las cenicíferas y las arenosas. Al examinar las primeras, se pueden ver que en algunos lugares hay cráteres inmediatos de donde pudieran proceder los fragmentos de piedra pómez para que las aguas las hubiesen distribuido más tarde formando los bancos y es- tratos aluviales; en otros casos no se encuentran volcanes inmediatos, y el orígen de esas tobas se tiene que buscar en la alteracion de las traquitas y otras rocas por la accion de las aguas y los otros agentes atmosféricos. Así nos habiamos imaginado el orígen de algunas tobas, y nos lo han demostrado algunas perfora- ciones artesianas practicadas en el Valle de México. En efecto; en los detritus sacados á más de cien varas de profundidad, se en- cuentran fragmentos de traquita trasformados en parte en toba pomosa, conser- vándose en el resto el aspecto de la traquita y áun sus cristales de feldespato vi- trio y de hornblenda. El orígen de algunas tobas arenosas lo hemos sorprendido tambien examinan- do las masas de traquita que están expuestas á la accion de los agentes atmosféri- cos pues tienen revestimientos bien adheridos de toba arenosa que se ha formado en su superficie. Ejemplos bien claros de este caso se perciben en la roca que forma el pico traquítico de Bernal, en el Estado de Querétaro. Las tobas mexicanas pueden ser, pues, de orígen lacustre ó volcánico y sus materiales pueden haber aparecido ya con su propia naturaleza, ó haberse tras- formado ¿n situ por la accion de la atmósfera. La vacia es otra roca cuyo orígen puede ser muy variado y su aspecto y ya- cimiento hacen vacilar muchas veces al determinar su modo de formacion. Hay en México grandes formaciones de vacia, especialmente en los Estados de Aguascalientes y Zacatecas: la roca aparece en algunos puntos como bancos cla- ramente sedimentarios, en otros como roca en parte metamorfizada, y de allí pasa á masas duras, caracterizando una roca metamórfica con toda claridad. El aspecto de esas masas da á conocer que en muchos casos fueran en su orígen capas ó pi- zarras de arcilla y que la accion íenea las alteró, partiéndolas en fragmentos prismáticos ó trasformándolos por completo en pórfido ó en roca verde. Así se ven en Zacatecas á las masas de vacia pasar insensiblemente á una roca diorítica de excesiva dureza. En la arcilla que procede de la descomposicion de las rocas ígneas feldespáti- cas, se ve la formacion de la vacia y su porfirizacion: este hecho es muy notable en la Barranca de Mochitiltic, en el Estado de Jalisco. La observacion de un yacimiento es, pues, la que resuelve en cada caso par- ticular sobre el orígen de la vacia que se encuentra en México, y cuya época de formacion es sin duda muy diferente de la roca análoga que se encuentra en las formaciones antiguas del continente europeo. LA NATURALEZA 9 La arcilla roja se encuentra á veces constituyendo formaciones muy extensas en nuestros valles y montañas, y la posicion de sus capas no indica en manera alguna que se haya formado por sedimentacion, sino in sitw, por la alteracion de otras rocas. Así lo previmos al hablar de la extensa formacion de arcilla que ocu- pa los valles de Tepatitlan y otros inmediatos en Jalisco, y en la última explora- cion que practicamos en Jalapa y otros puntos del Estado de Veracruz pudimos confirmar esa teoría. En las excavaciones hechas en la vía férrea de Jalapa á Coatepec, se ven cor- tes muy extensos en que aparece la formacion arcillosa, confundiéndose á veces con las masas basálticas, y éstas conservando sus formas y trasformadas comple- tamente en arcilla ferruginosa. ' Hemos observado,que el basalto concrecionado, formado de capas concéntricas, es el que con mayor facilidad pasa á arcilla roja, y esto se ve con toda claridad en las cercanías de Jalapa, en Tepatitlan, al bajar la cuesta de Villita y en San- ta María de los Álamos, en el Estado de Hidalgo. La presencia de la arcilla ferruginosa en una montaña ó un valle, no indica, pues, que haya habido allí, á forciori, una sedimentacion, sino que puede ser una roca derivada, formada in situ, por la accion de los agentes atmosféricos. En otras ocasiones continuarémos estas observaciones sobre la litología me- xicana. ¡2 FISIOLOGÍA LOS PECES ELÉCTRICOS. ISTORIA.—Hace mucho tiempo que los pescadores tienen noticia de la existencia de unos peces que producen por su contacto una fuerte conmoción; pero la naturaleza de ésta no era conocida. Platon y Aristóteles * dicen que unos peces que llaman Nepxry, entorpecen por medio de sus venenos á los pescados que desean tomar ó á los pescadores que intentan apresarlos. Claudio se ocupa tambien de un pez el cual trasmite á la mano un frío muy intenso desde que se siente atado al sedal. Los nombres que se les han dado á estos peces han sido to- mados de los efectos que originan por sus descargas. En el lenguaje científico se les llama Torpedo, porque la conmocion que produce la torpila, causa cierto entorpecimiento ó estupor. En las costas del Mediterráneo se les llama tembla, y en la América del Sur, temblador; en otros países llevan los nombres de pesca- 1 Citados por M. Milne-Edwards, Lecon sur la physiologie et l'anatomie, elc., t. XUL p. 326. 10 LA NATURALEZA dos mágicos y ampfish. Los Arabes llaman Raad al siluro del Nilo, lo cual sienifica temblor (ó quizás trueno). * El primero que estudió y descubrió el órgano eléctrico de las torpilas fué Redi. Despues de él, su alumno Lorenzini, * hizo interesantes observaciones, las cuales permanecieron por mucho tiempo casi ignoradas. Estos autores descubrieron los órganos eléctricos, y segun ellos, son dos cuerpos semi-lunares (due corpiómus- coli che si siano di figura falcate). En la descripcion de Lorenzini se encuen- tra un hecho, el cual se ha puesto en duda, á saber: que si se coloca á una torpila entre algunos pescados muertos, ésta les revive al tocarlos. Grodino, que refiere esta historia, agrega aún que las torpilas, segun los Etiopes, pueden «ahuyentar á los espiritus (1615). ¿stas nociones anatómicas no sirvieron para llegar al conocimiento de la na- turaleza de la descarga en la torpila. Redi y Lorenzini la consideran como pro- ducida por la emision de corpúsculos estupefactivos. Berrelli compara dicha des- carga, y con razon, al choque que produce el codo contra una mesa, y supone que el temblor del animal se comunica al hombre. Keempfer? parece que tuvo mejor idea de este fenómeno. Compara el efecto de la torpila al del relámpago, agregando, que se puede evitar el choque reteniendo la respiracion (1712). Adan- son, en su Historia natural del Senegal, y Muschembrock, Allemand, Vander Lott y Bancroft, *se sorprenden al ver que los fenómenos producidos por diver sas Gymnotas y Malapteruros, son idénticos á los de la electricidad; pero todas las opiniones emitidas hasta á fines del siglo XVI no fueron más que vanas presun- ciones. Wahsh fué el primero que dió la demostracion científica de la identicidad entre la conmocion de la torpila y la conmocion eléctrica. * Este sabio hizo sus experien- cias en la Rochelle, ante los miembros de la Academia de ese lugar y de Seignette, secretario general, haciendo uso de torpilas pescadas cerca de la isla de Ré. Es- cogiendo para la torpila los mismos conductores que para la botella de Leyde, y haciendo pasar la descarga por el cuerpo de diversas personas, produjo los mismos efectos que se obtienen por la descarga de una batería eléctrica. Todos los cuer- pos que interceptan la accion de la electricidad, debilitan la accion de la torpila, y recíprocamente, todos los cuerpos que facilitan el paso de la electricidad, son con- ductores para la accion de la torpila. 1 Citamos aún, entre los varios nombres vulgares, las palabras de diferentes patueses: Tremblard, Tremblant, Trembleux, Endormidociyda, Dowmiglouia y Tremoulina. 2 M. Franz Boll ha dado á conocer últimamente las experiencias de Lorenzini, Ein historischer Beitrag zur Zenntniss von Torpedo.—Archiv fir Anatomie und Physiologie, 1874, p. 152. 3 Citado en una carta de Walsh,+en Franklin.—OEuvres de John Hunter, traduccion francesa, 1843, t. IV, p. 509. £ Citados por M. Milne-Edwars, loc. cit., p. 328. 5 En sus cartas publicadas en las OEuvres de Hunter, traduccion francesa, t. IV, p. 502,—Su pri- mera carta ha sido reimpresa en la Gazetle francaise del 30 de Octubre de 1872. LA NATURALEZA mM Segun Walsh, Hunter estudió el órganoe léctrico, pero sin hacer-ninguna obser- vacion fisiológica importante. Por último, John Davy, Blainville y Florian de Belluvue hicieron en 1827 simultáneamente algunas experiencias, las cuales pro- baron definitivamente que la conmocion de la torpila es de naturaleza eléctrica.' Observaron que aparecia una chispa cuando se reunian por medio de dos hilos me- tálicos las superficies ventral y dorsal del animal. Además, si se hace pasar la corriente por un galvanómetro en el momento de la conmocion, se desvía la aguja imantada. Desde esta época se han multiplicado las experiencias sobre los peces eléctricos. Los primeros experimentadores fueron Matteuci, y Faraday, en 1838, despues Du Bois-Reymond, Armand Moreau, etc. Últimamente, se han adquirido inte- resantes hechos por las observaciones de Du Bois-Reymond, de Sachs, de Steiner y de Marcy. ESTRUCTURA DEL APARATO ELÉCTRICO.—Bajo el punto de vista anatómico, las investigaciones de Savi, publicadas en el mismo libro donde están los estudios fisiológicos de Matteuci, han abierto un amplio campo á numerosas observaciones. M. Robin ha demostrado que en las rayas existe un aparato eléctrico análogo al de las torpilas. F. Boll, M. Schulze, M. Ciaccio y M. Ranvier han dado á cono- cer los caractéres microscópicos del órgano eléctrico; de tal manera que, á pesar de algunas incertidumbres, este curioso órgano es ya bastante conocido en su es- tructura íntima. Los peces que poseen órganos eléctricos son desde luego, todos los del género torpila (Torpedo osculata, T. noviliana, y T. marmorata), y del género Mor- myrus, las Gymnotas, los Malapteruros ó siluros eléctricos, que hay en el Nilo y en el Senegal. Estos órganos son voluminosos. Segun las investigaciones de M. Steiner, *si el peso del órgano es igual á 1, el del cuerpo seria 3, 6, y esto, tanto para los peces grandes como para los pequeños. Así, por ejemplo, para un 7. osculata de 655 eramos, el peso del órgano eléctrico seria de 170; para otro de 62 gramos, el peso del mismo órgano seria de 17. Dichos órganos eléctricos son dos masas que ocupan todo el espesor del cuerpo del animal, de manera que arriba y abajo, solo están cubiertas por la piel. Estas masas se extienden desde la parte frontal de la cabeza á la abdominal; y están cubiertas con una túnica fibrosa y resistente. La sustancia del órgano es blanda y casi gomosa. Se le encuentra en masas gelati- nosas entre unos tabiques prismáticos alveolares, los cuales están unidos unos á otros como las columnas de basalto. Se cuentan próximamente de 500 á 1,200 1 Uber die Immunitát des Zitterochsen, etc. Archiv. fúr Anatomie und Physiologie, 1874, y. 687. —Segun M. Weyl (Comptes rendus de l' Acad. de Berlin, 1881), el peso relativo del órgano eléctrico seria menor. La NATURALEZA.—Tomo VI.—3. 12 LA NATURALEZA prismas por órgano. Los de la periferia son un poco más pequeños, y se les puede considerar como prismas en vía de formacion. Las investigaciones de M. Schas* han probado, sin embargo, la existencia de un aparato embrionario, colocado en la base del aparato adulto, el cual parece servir para la regeneracion. Los nervios que se distribuyen á este órgano son enormes: ningun aparato re- cibe en el organismo tantos y tan gruesos como el aparato eléctrico. Dichos ner= vios parten de un ensanchamiento encefálico bastante grueso, que se llama lóbulo eléctrico, y el cual está colocado abajo de los tres lóbulos cerebrales que existen en todos los pescados. Probablemente en los peces que no son eléctricos, no se encuentra el lóbulo cerebral análogo al lóbulo eléctrico. Los nervios se dividen en una infinidad de filamentos y se ramifican entre sí. Unos se terminan por en- sanchamiento; otros, al contrario, por anastómosis; * y otros, por último, se les ve terminarse en arborizaciones. Penetran en el órgano por un diafragma constituido esencialmente de tejido conjuntivo. M. Ranvier admite la existencia á este res- pecto de una placa eléctrica, muy análoga á la placa motriz que se encuentra en los músculos estriados. En otros peces diferentes á la torpila, las disposiciones del aparato eléctrico son completamente análogas en cuanto á la estructura íntima. Éste siempre está for- mado de columnas basaltiformes subdivididas en celdillas por tabiques secundarios. En la gymnota, dichas columnas ocupan toda la longitud del cuerpo del animal. En el malapteruro ó siluro, el aparato es más delgado; se extiende tambien sobre toda la longitud del cuerpo. En las rayas, segun M. Robin, * el aparato eléctrico es fusiforme y está situado en la porcion caudal de cada lado de la columna ver- tebral. Es de un color gris, semi-trasparente, y está atravesado por tabiques de tejido celular, los cuales le dividen en rombos más ó ménos regulares. En todos los peces eléctricos diferentes á la torpila, los nervios no parten di- rectamente del cerebro, sino del primer par raquidiano, en el siluro, y de la me- dula caudal en la gymnota y en la raya. Las arterias y las venas de los órganos eléctricos son muy poco voluminosas, sobre todo relativamente á las enormes proporciones de los nervios que allí se distribuyen. Se habia pensado en llamar seudo-eléctricos á los órganos de las rayas, pero M. Robin * ha demostrado que éstas producen realmente electricidad, como se puede probarlo por medio de un galvanómetro, ó con una pata galvanoscópica de rana. No se puede establecer una distincion entre los verdaderos y los falsos órganos 1 Beobachtungen und Versuche am Gymnoltus electricus. Archiv. fiw Phisiologie, 1877, p. Sl. 2 Véase á Ranvier, Lecons sur U'histologie du systéme nerveaux, t. 11, fig. 4, p. 128, fig. 5, p. 143, lámina V, fig. 4 y 2. 3 Recherches sur un appareil qui se lrowve sur les poissons du genre des raies. Thése inaugwrale de la Faculté des sciences, Paris, 1847. 4 Jowrnal de l'anatomie et de la phisiologie, t. 1, 1865, p. 589. LA NATURALEZA 13 eléctricos. Esto debe tenerse presente en el mormyro (Mormyrus oxihinchus, M cyprinoides), en el cual se habian descrito los órganos seudo-eléctricos. M. Robin ha encontrado en estos órganos las mismas propiedades eléctricas que en los de la torpila y de la gymnota.' Probablemente siempre que exista un aparato cuya estructura sea igual á la de los aparatos eléctricos conocidos, éste poseerá funciones eléctricas correlativas. Atribuíanse tambien á otros pescados propiedades eléctricas; pero sin duda las experiencias ó más bien las narraciones de los viajeros no han merecido mucho crédito.* Alounos insectos tienen la propiedad de producir conmociones eléctricas. Se- gun M. Irrell, el Reduvius serratus produce una conmoción cuando se le toca. El mismo efecto causan ciertos escarabajos de la familia de los elaterianos; y al- gunas orugas de la América del Sur.” Pero todos estos hechos son bastante hi- potéticos y están por elucidarse. Pocas son las investigaciones que se han hecho acerca de la constitucion quí- mica de los óreanos. Se ha dicho, éindudablemente sin apoyarse en pruebas, que se asemejan por su constitucion química, al tejido muscular; pero no sabemos que se haya demostrado la existencia en dichos órganos de la miosina espontáneamente coagulable. Se ha encontrado, segun parece, creatina, taurina y mucha urea; es decir, productos alterables. En efecto, el órgano eléctrico parece que se altera más pronto que el músculo. La reaccion que ha obtenido Max. Schulze con el órgano eléctrico fresco y el papel tornasol ha sido ácida. A. Moreau, al contrario, la obtuvo neutra; F. Boll, alcalina; M. du Bois-Reimond * ha visto que es anfotérica, pero que se vuelve áci- da cuando se calienta el tejido á 50%. Probablemente la reaccion del órgano eléc- trico durante el reposo no es ácida, y áun despues de las descargas repetidas, el tejido eléctrico, miéntras el animal está vivo, permanece neutro ó alcalino. COSTUMBRES DE LOS PECES ELÉCTRICOS.—Las torpilas son peces marinos. Ellas permanecen generalmente inmóviles abajo del agua, ocultas en la arena, y solo se les descubre perque sus ojos son visibles, cuando los opérculos se agitan rítmi- camente varias veces por minuto durante la respiracion.? Si algun pescado toca al pasar á la torpila, ésta produce su descarga, y una vez que por este medio ha en- torpecido á su víctima, se la traga inmediatamente. La voracidad de las torpilas es tal, que con frecuencia se engullen pescados casi tan grandes como ellas. Tam- 1 Beobachtungen und Versuche am Zittervoels und Mormyrus. Archiv fúr Anatomie und Physio- logie, 1877, p. 271. 2 Consúltese á Milne-Edwards, loc. cit., t. XUL, ps. 347 y 348. 3 Véase La Nature, 1881, Agosto, p. 174. 4 Gesammelle Abhandlungen t. Il, p. 646. 5 A. Moreau, Mémoires de physiologie, 1877, p. 89. 14 LA NATURALEZA bien parece que la facultad que tienen de producir descargas eléctricas, la ad- quieren demasiado temprano, porque A. Moreau ha podido extraer del útero de una torpila adulta preñada, algunas torpilas pequeñas bastante desarrolladas, las cuales ya originaban fuertes conmociones. Las gymnotas producen descargas de una intensidad horrorosa. Es muy cono- cido el relato que hace Alejandro de Humboldt. Los Indios introducen á los pan= tanos donde existen las gymnotas, algunos caballos y mulas. El pez eléctrico se precipita inmediatamente sobre sus agresores, y á menudo es tal la fuerza de las descargas eléctricas, que perecen dichas mulas y caballos. Poco á poco, sin em-= bargo, va debilitándose la energía de las descargas, hasta que, por último, cesan las conmociones violentas y se puede tomar con las manos á las gymnotas, que han llegado á ser inofensivas por este medio. Parece, no obstante, que el curio- so relato de Humboldt es una fábula,—esta es al ménos la opinion algo temera- ria de Sachs.—Segun este jóven fisiologista, enviado especialmente á Venezuela para estudiar la funcion eléctrica de la gymnota, hé aquí cómo se pesca á este te- mible pez. Se rodea con dos redes el lugar donde se supone que están reunidas las gymnotas; y se sabe fácilmente cuál es este sitio, en primer lugar, porque las gymnotas acostumbran reunirse en espacios bastante estrechos; en segundo, por- que nadando á lo largo del rio se les ve sacar la cabeza y respirar en la superfi- cie del agua á fin de saber de dónde proviene el ruido, si se les arroja á interva- los piedrecitas al arroyuelo. Desde luego, producen descargas muy fuertes, las cuales hacen perecer inmediatamente á los pescados 6 á los batracianos que se encuentran á su alcance. Una vez que aquellas se han extinguido, se les puede tomar á dichas gymnotas con la mano, pero teniendo cuidado de cubrirse ésta con unos guantes gruesos de cautchuc que impidan la propagacion de la chispa eléc- trica. La descarga que produce uno de estos animales en su completo vigor, es de una fuerza extrema. M. Sachs, habiendo dejado caer una gymnota en su pié, cayó á tierra, y tal fué el dolor que sintió, que no pudo ménos que gritar repeti- das veces. Otra experiencia de M. du Bois-Reimond, hecha en compañía sde Faraday, so- bre una gymnota que se habia podido conservar viva en Lóndres, demuestra per- fectamente la fuerza de la conmocion eléctrica que puede producir este pez. Los dos sabios fisiologistas hicieron pasar, al través del acuario donde estaba la gym- nota, unas corrientes eléctricas muy fuertes, sin producir descargas hastante sen= sibles á la mano. Al contrario, la conmocion voluntaria causada por la arenota en el mismo acuario, ha sido extremadamente violenta. Lo que hay de particular y difícilmente explicable en los fenómenos eléctricos producidos por estos peces, es que originan conmociones unipolares. Así, euan- do una torpila es apresada en una red, el brazo del pescador que tiene á ésta re- cibe sacudimientos violentos, lo cual implica una tension eléctrica verdaderamen- te prodigiosa. LA NATURALEZA 15 Los órganos eléctricos les sirven efectivamente á los peces que los poscen, para alimentarse y defenderse. Así, se ha visto * á un malapteruro matar con sus con- mociones á los pescados pequeños y despues comérselos. Du Boys-Reymond ha manifestado tambien que cuando los siluros se encuen- tran reunidos, luchan entre sí y procuran golpearse la cabeza. Luego que son he- ridos de esta manera, no sanan, y el siluro que lleva tales heridas es devorado poco á poco en jirones por los demás que existen en el estanque. En cuanto á la manera con que la gymnota produce su descarga, Faraday ha visto que ella procura herir, haciéndose arco, como si quisiera establecer un cir- cuito entre la parte anterior y la posterior de su cuerpo. Se ha dicho tambien que giraba alrededor de su víctima describiendo rápidamente círculos más ó ménos aproximados. De cualquiera manera, uno de los hechos más ciertos es, que en el estado nor- mal, cuando él pez no es excitado ni por el hambre, ni por el temor, no produ- ce ninguna conmocion. Se puede tocarlos impunemente sin que causen algun efec- to. Un exámen superficial basta para comprender que las descargas que produce el animal son manifiestamente voluntarias. La descarga eléctrica, como una con- traccion muscular, es, pues, un fenómeno voluntario. Es notable ver aún cómo en el estado de reposo tienen los órganos eléctricos un poder muy débil, mucho ménos marcado que el tejido muscular. Por consecuencia, la corriente eléctrica no preexiste; esta es una excitación psíquica. Segun Faraday, si se excita á una gymnota viva con un cuerpo mal conduc- tor, como una varilla de vidrio, el pez produce desde luego aleunas descargas, despues éstas cesan bien pronto, como si tuviera conciencia de que el cuerpo que le toca no puede conducir la electricidad. Seguramente debemos admitir que el pez, en el momento en que produce su descarga, tiene conciencia de la natura- leza del esfuerzo que ha ejecutado. EXCITABILIDAD DEL APARATO ELÉCTRICO. —Matteuci fué el primero que hizo pre- ciosas experiencias acerca de las relaciones fisiológicas del encéfalo con los apa- ratos eléctricos. Segun él, se pueden frotar, picar y cortar los lóbulos anteriores, medios y posteriores del cerebro, sin provocar una sola descarga. Al contrario, el contacto de los lóbulos eléctricos determina inmediatamente una conmocion vio- lenta. M. Jonquiére* ha demostrado los mismos fenómenos. Se puede destruir la médula, y quitar todo el encéfalo: en tanto que se han dejado los lóbulos eléctri- cos, persiste la facultad de producir descargas. Se puede hacer una seccion lon- 1 Stirling. Citado en el Jahresbericht fin Anat. et Physiol. de Hoffmann y Schwalle, 1879, p. 23. Physiologie. 2 Citado en el Jahresbericht fir Anat. und Physioloyie de Hofmann y Schwalle, 1879, n.* 47, p. 24. Physiologie. La NATURALEZA.—Tomo VI.—4. 16 LA NATURALEZA gitudinal en el lóbulo eléctrico de cada lado, sin impedir la produccion de las con- mociones. En algunos casos se pueden observar acciones reflejas (Sachs). En efecto, una excitación periférica provoca aún una descarga, aunque se haya quitado el cere- bro y ya no exista la espontaneidad en el animal. Matteuci habia supuesto primeramente que la electricidad era producida en los lóbulos eléctricos, y que, de ahí, se propagaba al aparato eléctrico; pero esta su- posicion, demasiado vaga, ha sido desechada despues por él mismo.* Esto demuestra la inexactitud de su asercion; y lo cierto es que si se corta el nervio que se dirige al órgano eléctrico, y se le excita por medio de la electrici- dad, por una picadura ó de otra manera, se provoca entónces una descarga. Es- ta descarga se produce siempre, segun A. Moreau, y es tan regular como un sa= cudimiento muscular despues de la excitacion por un nervio motor. Se pueden observar aún fenómenos análogos á la reparacion del músculo. En efecto, si se cortan los nervios eléctricos, y se deja al órgano eléctrico tambien, desde luego agotado, repararse poco á poco, al cabo de algunos instantes de reposo, aunque no haya comunicacion entre el órgano eléctrico y el sistema nervioso central, el órgano, una vez que está en su estado normal, determina descargas tan fuertes como las voluntarias producidas por el animal intacto. Sin embargo, M. Ranvier piensa que la descarga producida por la excitación nerviosa artificial es mucho ménos fuerte que la originada por la excitacion ner- viosa voluntaria. Tal vez este autor se ha dejado llevar por el deseo de justificar su teoría sobre el mecanismo de la descarga. De todos modos, hay en esto un he- cho que seria difícil verificar. Pero, si se juzga segun las observaciones hechas hasta ahora, y segun la analogía del órgano eléctrico con el músculo, parece, opuestamente á la opinion de M. Ranvier, que la excitacion del nervio por los irritantes artificiales produce una conmocion tan fuerte como la de la voluntad, y si se ha dejado á dicho órgano el tiempo necesario para su reposo. Aunque la sangre sea indudablemente tan necesaria para la nutricion del ór- gano eléctrico, como lo es á la del músculo, sin embargo, aquel, aun cuando es- té privado de sangre, permanece, durante algun tiempo, capaz de producir des- cargas. A. Moreau ha demostrado que dicho órgano eléctrico es irritable aun cuando se inyecte con sebo la arteria que le alimenta. Los jirones desprendidos de la masa central pueden, cuando se les excita mecánicamente, determinar con- mociones en una pata galvanoscópica de rana. Aun bajo este punto de vista es completa la analogía entre el músculo y el órgano eléctrico. M. Babuchin ha hecho una experiencia interesante, la cual demuestra que los nervios pueden conducir las excitaciones en dos sentidos. Si se toma un nervio eléctrico (centrifugo), y se excita, despues de haber destruido toda la region eléc- 1 Consúltese esto en M. du Bois-Reymond, cap. cit., p. 685. LA NATURALEZA 17 trica donde se distribuye, su excitacion provocará nada ménos que una descarga. Ahora, esta excitacion ha debido ser centrípeta: en efecto, la descarga consecu- tiva se ha producido evidentemente por la excitacion de los lóbulos eléctricos en relacion con el segmento nervioso irritado. Resulta, pues, que un nervio centrí- fugo puede ser centrípeto. En lugar de caminar la excitacion del cerebro á la pe- riferia, se ha propagado de la periferia al cerebro, y esto por el mismo nervio centrifugo. Aunque haya anastómosis entre los diferentes nervios que se distribuyen á un órgano eléctrico, sin embargo, cada excitacion de un filamento nervioso provoca una conmocion limitada en la porcion del tejido eléctrico, al cual se dirige el ner- vio excitado. Matteuci ha probado este hecho por la experiencia siguiente. Se coloca sobre las diferentes regiones del órgano eléctrico una pata galvanoscópica de rana. Ésta no se contrae sino cuando se provoca la excitacion del filamento nervioso que se dirige á la porcion del tejido subyacente en dicha pata. Por con- secuencia, la descarga eléctrica puede ser total ó propagada en todo el aparato. NATURALEZA DE LA DESCARGA EN LOS PECES ELÉCTRICOS.—Ya está bien averi- guado que la fuerza desarrollada por los peces eléctricos es la electricidad. Sin embargo, merecen citarse las experiencias que sirven para afirmar este hecho. Por las descargas, ya sean de la gymnota, del siluro, ó de la torpila, se han ob- tenido chispas, descomposiciones químicas (descomposicion del ioduro de potasio), fenómenos de induccion en un carrete, la imantacion de una barra de hierro dulce. Estos fenómenos son evidentemente eléctricos; pero aún no se sabe bien cuál es la verdadera naturaleza de la electricidad desarrollada en este caso. En primer lugar, para saber cuál es el sentido de la conmocion y la direccion de las corrientes, se puede recoger la electricidad por medio de los galvanoscopios, como lo hizo Davy. ? Pero los conocimientos más exactos se han adquirido sobre todo de lasinvestiga- ciones de M. Marey.' Éste ha hecho pasar las descargas de la torpila al través de la señal magneto-eléctrica de M. Deprez. En cada descarga se observaba un movi- miento en la señal. Ahora, este movimiento no era único, sino que habia varias oscilaciones en el aparato magneto-eléctrico, ó sea, sirviéndose de la expresion de M. Marey, varios flujos eléctricos; de manera que este autor, en vista de esto, ha dicho que la descarga de la torpila no es sencilla, sino que está constituida por una série de descargas elementales. Estos flujos aislados son tanto más numerosos mién- tras ménos fatigado está el animal. Al principio, hay un gran número; más tarde, al contrario, son raros. Al fin, cuando el agotamiento es completo, solo se produce una descarga elemental. No se puede decir si el debilitamiento se verifica única- mente en el número ó en la intensidad de los flujos; porque, á menudo, cuando no 1 Sur la décharge électrique de la torpille. Travaux du laboratoire de Marey, 1877, n.* 1, p. 1. 18 LA NATURALEZA es accionada la señal magneto-eléctrica, no hay ninguna conmocion manifiesta en la pata galvanoscópica. Este hecho tiene un interés considerable, porque demuestra hasta qué punto se asemeja el fenómeno de la descarga eléctrica con el de la contraccion muscular. En los dos casos hay un movimiento aislado, flujo ó conmocion, uniéndose y confun= diéndose, para producir un movimiento, simple en apariencia, pero complexo en realidad (descarga eléctrica ó tétano muscular). Siguiendo la analogía del aparato eléctrico y del músculo, M. Marey ha visto que una excitacion única del nervio eléctrico provoca un solo flujo, y que éste re= tarda la excitacion (período latente de excitacion). Este retardo seria de 35; de se- eundo, es decir, casi idéntico para el órgano y el músculo. La figura siguiente, tomada de M. Marey, permite apreciar la duracion del re- tardo del órgano eléctrico, en la torpila, comparativamente con el retardo del músculo. Ficura 1.?—Tiempo perdido en el órzano eléctrico—e, Sacudimiento del músculo de la rana, punto de partida de la excitacion; eg, tiempo perdido por el músculo; el, tiempo perdido por el mús- culo y el aparalo eléctrico; yt, tiempo perdido por el aparato eléctrico. La conmocion de un músculo de rana provocada por la electricidad del carrete, se verifica en y. Por lo que el retardo es ey. Pero si en lugar de excitar el múscu- lo directamente, se excita el órgano eléctrico, de manera que la descarga de este aparato sea la que provoque la conmocion, el retardo total será el; es preciso, evi- dentemente, para medir el período latente en el órgano eléctrico, deducir del retar= do total el tiempo perdido en el músculo. Se encontrará, pues, un tiempo perdido en el órgano eléctrico igual á yt, tiempo que, en la experiencia de Marey, puede ser valuado en ¿5 de segundo. * Este notable retardo de la descarga eléctrica despues de la excitacion es bastante contradictorio con la teoría de M. du Bois-Reymond.? Así este fisiologista eminen- te ha tratado de concordar su teoría con las experiencias de M. Marey. Parece que 1 Journal de Uanatomie et de la physiologie, 1872, t. VII, p. 489. ( 2 Cap. cit., p. 723. LA NATURALEZA 19 cree que, si el retardo es muy grande, esto depende de que la descarga se produ- ce en todo el órgano; y supone que en una pequeña porcion del tejido eléctrico, dicho retardo es muy pequeño. Uno de los caractéres importantes de la descarga de la torpila es producir, en un carrete secundario, corrientes inducidas bastante intensas para poner en mo- vimiento la señal inscriptora; pero este fenómeno no dura sino algunos instantes é inmediatamente, por consecuencia de la fatiga del tejido, no se pueden recoger ya corrientes inducidas que obren sobre la masa magnética de la señal. Otra experiencia de M. Marey prueba aún que las corrientes son discontínuas, constituidas por flujos sucesivos. En efecto, si se interpone en el circuito un telé- fono, se oirá. un sonido, pero interrumpido sucesivamente. Una gymnota, que M. Marey pudo observar en Paris, * producia descargas que hacian vibrar al teléfono. El sonido producia 10 vibraciones por segundo, para las conmociones débiles; para las fuertes, 165. M. Robin*ha demostrado tambien que la raya produce conmociones que se pueden percibir con el teléfono. Como se puede, excitando el órgano eléctrico por una fuente exterior de elec- tricidad, determinar su descarga, se ha intentado comparar la intensidad de la electricidad excitatriz con la de la electricidad que se desarrolla; y se ha demostra- do que la tension de ésta es más considerable quela de aquella. Por consecuencia, hay en el órgano eléctrico una gran energía interior, la cual no necesita para manifestarse más que una débil fuerza excitatriz exterior. La conclusion general que se deduce de todos estos ltéchos, es la gran analo- gía de los aparatos eléctrico y muscular. Algunas otras experiencias establecen aún mejor la perfecta semejanza de es- tos dos fenómenos. Si se expone al frío á una torpila, la conmocion que produce entónces es muy débil. Al contrario, á una temperatura casi de 45, su conmocion es muy fuerte. Si se envenena á este pez con estricnina, producirá una série de descargas irre- gulares, fuertes al principio, pero que en seguida, por el efecto de la fatiza, irán debilitándose gradualmente. M. Marey ha visto que una torpila estrieninada pro- duce, si se acaba de excitar uno de los nervios de su órgano eléctrico, no un flujo único sino una série de flujos; lo mismo que una rana estrieninada produce, des- pues de una excitacion única, no solamente una sola conmocion sino un tétano. Se ha experimentado tambien con el curaro; pero, relativamente á la accion de este veneno sobre los peces eléctricos, hay aún algunas incertidumbres. Sin embargo, las experiencias de M. Ranvier y de M. Bobuchin, parecen probar per- fectamente que el curaro obra tambien sobre el órgano eléctrico. A. Moreau ha señalado un hecho singular. Cuando todos los músculos del animal se han para- lizado, y éste no puede ejecutar movimientos voluntarios, sí le es posible, aun 1 Comptes rendus de PAcadémie des sciences, 1879, t. LXXXVII, p. 318. 2 Ibid., t. LXXXVIII, p. 338. La NATURALEZA.—Tomo VI.—5. 20 LA NATURALEZA siendo excitado, producir conmociones demasiado fuertes. Todo se verifica como si el órgano eléctrico se paralizase despues que los músculos de la vida animal. Pueden hacerse, sin embargo, sobre esta accion del curaro, nuevas investiga- ciones. SEGURIDAD DE LOS PECES ELÉCTRICOS CONTRA SU DESCARGA.—Uno de los puntos más interesantes y más difíciles de la historia fisiológica de los peces eléctricos es la seguridad del animal ante su propia descarga. Si se ponen en un estanque en que se encuentren varias gymnotas, por ejemplo, pescado de diversas especies; inmediatamente las gymnotas producirán conmociones formidables, las cuales de- terminarán la muerte instantánea de los peces colocados en el receptáculo; pero ninguna gymnota aparecerá fatigada por este rápido desprendimiento de electri- cidad, producido tanto por su descarga como por la de aquellas que se encuentran próximas; y sin embargo, es indudable quelas gymnotas han recibido descargas eléctricas como los otros peces. No han faltado las hipótesis para explicar esta extraña preservacion. Todos han supuesto naturalmente al principio, que-la neorilema, bastante espesa que ro- dea al órgano eléctrico, impide la comunicacion del fluido á las partes próximas. Pero esta explicacion es absolutamente insuficiente, porque se puede demostrar que hay, sobre todas las partes del cuerpo del animal, un fuerte desprendimiento de electricidad en el momento de la descarga. Por otra parte, no se comprende cómo un pez eléctrico no hiere con su descarga á los otros de su misma especie que se encuentran cerca de él. Se ha supuesto tambien una accion inhibitoria, que partiendo del encéfalo im- pedia que se produjesen los fenómenos eléctricos. Pero esta hipótesis, poco plau- sible, fué destruida por el hecho de que hay fuertes descargas, aun cuando se haya quitado el encéfalo. La opinion más aceptable es la que han adoptado M. du Bois-Reymond y M. Steiner, es decir, que los músculos, los centros nerviosos y los nervios de los pe- ces eléctricos, presentan una gran resistencia á la electricidad. Algunas otras ex- periencias parecen demostrar que los tejidos de estos animales resisten mucho más que los de los otros pescados á las excitaciones eléctricas. Habria, pues, entre los tejidos de los animales de la misma clase y de especies muy próximas, una marcada diferencia en la excitabilidad, y de lo cual no se encuentra tan notable ejemplo. Sin embargo, la inexcitabilidad no es absoluta. Se ha podido demostrar que la torpila es agitada por conmociones musculares apreciables, cuando produce su descarga. Walsh habia notado ya que la torpila cierra los ojos á cada descarga. De cualquiera manera, la explicacion de M. du Bois-Reymond, no es del todo satisfactoria. Esta no es la explicacion del hecho, sino el enunciado de éste. In- dudablemente á todos los fisiologistas les costará cierto trabajo comprender cómo LA NATURALEZA 21 las descargas eléctricas tan violentas como las de la gymnota, por ejemplo, no afectan de una manera grave las funciones y los órganos de este animal. Vemos por esta corta exposicion que se han hecho un gran número de obser- vaciones, y que sin embargo, quedan aún algunos puntos oscuros sobre este grave problema de fisiología. No es esto todo. ¿La electricidad que se desarrolla en el aparato eléctrico es análoga á la de las diferentes fuentes de electricidad que co- nocemos? En efecto, difiere por muchos caractéres. Como lo ha hecho notar M. Marey, y con razon, parece participar tanto de las propiedades de la electricidad estática como de la dinámica. La descarga eléctrica de la gymnota ó de la tor- pila se asemeja á la de la electricidad estática por su enorme tension, su facilidad para atravesar los cuerpos malos conductores, y la diferencia á las grandes resis- tencias. Se asemeja á la electricidad dinámica por sus efectos electrolíticos y su accion sobre el galvanómetro. Por último, la accion que produce, cuando excita nuestra sensibilidad, es completamente análoga á la sensacion que producen las corrientes inducidas; de manera que seria difícil decir con precision cuál es la na- turaleza de la electricidad producida. Bajo el punto de vista de la fisiología general, podemos resumir estos hechos diciendo que el órgano eléctrico de los peces, con sus nervios y sus centros ner- viosos especiales, es un aparato muy análogo al aparato muscular, poseyendo una energía interior enorme, energía que se desarrolla bajo la influencia de la excita= cion nerviosa. ANIMALES LUMINOSOS.—Hay otra fuerza que, bajo la influencia de la excitacion nerviosa, puede desarrollarse en el organismo de los animales: esta es la luz; pero no dirémos sino algunas palabras acerca de esto, porque la fisiología de los apa- ratos productores de ella es poco conocida. * Hay dos modos de produccion de luz por el organismo vivo. Unas veces, y es el caso más raro, ciertos órganos están reservados especialmente para la fosfores- cencia; otros, al contrario, todo el animal es fosforescente. En general, en los vertebrados no hay fosforescencia. Es cierto que los peces de mar, cuando mueren, llegan á ser luminosos, por el hecho de su putrefaccion; pero entónces los micrococus, desarrollándose á expensas de las materias pútri- das, ricas en fósforo, son fosforescentes. 1 Véase la leccion LXVIII, t. VII, p. 93, de las Lecons sur la physiologie, etc., de M. Milne- Edwards, donde se encontrarán todas las indicaciones bibliográficas necesarias. Entre los últimos trabajos cilarémos una Memoria de MM. Robin y Laboulbéne. Organes phosphorescents thoraciques du Cocuyo de Cuba.—Journal de l'Anatomie, etc., t. IX, 1873, p. 593. Tenemos además otros tra- bajos importantes. Tousset de Bellesme, Recherches experimentales sur la phosporescence du Lam- pyre.—Panceri, Phosphorescence des animaux marins.—Anmn. des sciences nal., 1872.—Ibid., t. XVI, 1880, p. 121.—Lassar, Die Micrococcen der Phosphorescenz.—Archives de Pfliiger, t. XXI, p. 104, etc. M. Leydig ha estudiado con mucho cuidado, ciertos aparatos fosforescentes de los peces. (Die angenehnlichen Organe der Fische-Bonn, 1881.) Pero en general, los histologistas más bien que los fisiologistas, son los que han hecho estudios sobre los animales fotógenos. 22 LA NATURALEZA Tal vez la retina, con la sustancia colorante que se llamó rojo retiniano, sea en algunos vertebrados poco luminosa por sí misma. Se sabe en efecto que, en la sombra, los ojos del gato, por ejemplo, son luminosos; pero se podria demos- trar que la fosforescencia es la causa del fenómeno. Parece que si se exprime el líquido contenido en las glándulas cutáneas de cier- tos hatracianos, escurre un licor casi fosforescente. El mismo fenómeno se ha no- tado en los jugos de ciertas plantas (Huphorbia). Esto no es en verdad, sino la oxidación de los diversos líquidos vegetales ó animales, pero que difiere porque es luminosa. Por último, M. Leydig ha descubierto en ciertos peces, de los géneros scope- lus, ichthyococcus, gonostoma y argyropelecus, algunos órganos singulares, esféricos, diseminados en la piel del vientre, los cuales son fosforescentes, sin que por esto se pueda afirmar que tengan por funcion especial emitir luz. M. Ley- dig piensa que son análogos á los órganos eléctricos. Ciertos insectos sobre todo, de los géneros lampyrus (en nuestros climas), ela- ter (en la América tropical) poseen órganos luminosos en las distintas partes del cuerpo. Vistos con el microscopio, el tejido de estos aparatos parece constituido por masas de lóbulos dispuestes en séries que reciben numerosas ramas nerviosas ó vasculares. Los lóbulos están formados de grandes celdillas, de protoplasma eranuloso. Algunas veces, como en el pyrophorus, las celdillas están llenas de numerosas gotitas grasosas. Como estos aparatos fotogénicos no existen en el macho ó son rudimentarias, se ha supuesto que á la hembra le sirven para revelar su presencia á aquel. En el lampyro (Luciérnaga), el órgano está colocado en la superficie ventral. La hem- bra, que está, como se sabe, desprovista de alas, se sube á una rama y encorva su abdómen, de tal manera, que la porcion ventral luminosa siendo por esto superior, es apercibida á lo léjos fácilmente. La más ligera observacion demuestra que la produccion de la luz está sometida á la influencia de la voluntad del animal, el cual puede apagar ó encender de nue- vo la claridad que emite. Algunas veces se apaga la luz cuando se irrita al animal. En otros insectos, al contrario, como en los elaters, el brillo aumenta. Tambien el animal da señales muy marcadas de cólera. , El órgano fotógeno, como el músculo y el órgano eléctrico, se fatiga por el uso. Despues que la luz ha brillado algunos minutos, se extingue. Al estado normal, la luz de la luciérnaga es, si no intermitente, cuando ménos rítmica, y está caracterizada por sus apariciones y desapariciones sucesivas. Esto constituye aún una analogía con los músculos, cuya constriccion no es permanen- te, sino más ó ménos rítmica, como lo indican las vibraciones sonoras del músculo tetanisado. M. Peters ha visto que en un lampyro de Italia, la luz ha brillado de SO á 100 veces por minuto. LA NATURALEZA 23 Si se separan estos órganos luminosos del cuerpo del animal, la luz persiste por algun tiempo. Despues de haber despedazado al animal vivo, se pueden hacer so- bre los órganos fotógenos, separados del cuerpo, algunas experiencias muy frue- tuosas, como las que ha dado á conocer M. Jousset de Bellesme; porque la volun- tad del animal no interrumpe al fenómeno fisiológico que se desea estudiar. Se puede demostrar de-esta manera que los excitantes generales de los tejidos nerviosos ó musculares son los mismos que los de los tejidos fotógenos. Las ex- citaciones mecánicas, térmicas y sobre todo eléctricas, provocan la produccion de la luz. Aun cuando se corte la cabeza del insecto, la electricidad puede conservar lu- minosos, durante largo tiempo, más de ocho horas en algunos casos, á los órganos fotógenos. Debe notarse que la luz no aparece sino al cabo de tres ó cuatro se- gundos de la excitacion eléctrica. Macaire, y despues Matteuci, han visto que la fosforescencia cesa cuando se coloca al animal en un medio desprovisto de oxígeno. Sin embargo, no termina súbitamente, porque conservan un poco de aire en las tráqueas; pero luego que se ha agotado esta provision de aire se detiene la fosforescencia. En el hidrógeno, en el ácido carbónico y en el vacío harométrico, la produccion de la luz desapa= rece casi completamente. Al contrario, en el oxígeno puro es muy viva. Los gases tóxicos hacen desaparecer la fosforescencia con más rapidez que la falta de oxígeno. Así en el hidrógeno sulfurado extingue la luz inmediatamente. La luz producida es algunas veces extremadamente viva. Los elaters de la América tropical son en ciertas ocasiones tan luminosos, que segun se dice, pue- den guiar al viajero en su camino. Con esta luz se pueden leer los caractéres más pequeños de imprenta. Es importante investigar la causa íntima de este notable fenómeno; pero son insuficientes los datos que se poseen. El análisis químico de los órganos fosforescentes ha demostrado que estos están compuestos de una materia albuminosa, lo cual establece una analogía con el músculo, pero no explica en nada la fosforescencia. Se ha encontrado * una ma- teria grasa, que contiene fósforo, y es soluble en el alcohol. Pero esta observa= cion, para ser aceptada definitivamente por la ciencia, necesita comprobarse. No se ha encontrado de una manera cierta, en los productos de combustion del órgano luminoso, ácido fosforoso ó fosfórico. Matteuci encontró ácido carbónico. Muchos autores suponen que se desprende hidrógeno fosforado; pero es necesario demostrar la presencia de éste ó cuando ménos encontrar ácido fosfórico en los productos de la combustion, lo cual no se ha conseguido hasta ahora de una ma- nera satisfactoria. Muchos invertebrados marinos poseen lapropiedad de emitir luz. *Sin embargo, esta emision luminosa no parece estar localizada en determinado órgano, como en 1 Schnetsler, citado por M. Milne-Edwards, cap. cit., p. 103. 2 Parece que á cierta profundidad y bajo una presion atmosférica considerable y en completa os- curidad, todos los animales, peces ó invertebrados, son luminosos. 24 LA NATURALEZA los lampyros y los elaters. Esta es una propiedad general de los diversos elemen- tos anatómicos, propiedad que tiende evidentemente á localizarse, pero que, en los animales inferiores, es difusa y diseminada. Aquí aún, como para la electri- cidad animal y la movilidad, hay la misma ley zoológica. Una propiedad general de la materia viva tiende, por consecuencia de los progresos de la organizacion, á localizarse cada vez más en un órgano destinado especialmente á esta funcion. Las medusas emiten mucha luz, sobre todo cuando se les excita, de manera que podemos suponer, si no que la fosforescencia es voluntaria, cuando ménos que es influenciada por la excitacion nerviosa, y que la irritacion del animal provoca por una accion refleja la fosforescencia de sus tejidos. Si en la oscuridad se toma con la mano una medusa, se ve, que la fosforescencia se comunica á dicha mano y á todas las partes que han tocado al cuerpo de la medusa. De donde resulta que el sitio de la fosforescencia es el mucus, cargado de cel- dillas epitélicas, el cual es secretado por el tegumento externo de las medusas. M. Panceri hizo una experiencia que afirma este aserto. En efecto, si se frota ligeramente en la oscuridad, con la mano, una parte del tegumento de una me- dusa, esta porcion no será fosforescente, sino cuando se produzca allí el epitelio Óó mucus. Las excitaciones mecánicas ó eléctricas no son las únicas que pueden estimular la fosforescencia. Los excitantes químicos tienen tambien este poder. Así, cuando se coloca en el agua dulce una medusa, un folado óun molusco marino, algo fos- forescente, aparecerá inmediatamente una luz muy intensa; porque el agua dulce es un estimulante y un veneno para estos animales. Nunca se observa la fosfo- rescencia tan marcada sino cuando se coloca un folado ó una medusa en el agua dulce ó en la leche. listos líquidos obran como estimulantes. Otros, como el alcohol, el amoniaco, etc., que indudablemente son tóxicos, originan tambien una viva fosforescencia, la cual desaparece al punto. Se nota analogía de estos fenómenos con los del músculo. Todos los venenos, ántes de aniquilar la funcion de un órgano, la estimulan al principio. La fosforescencia no se observa únicamente en el epitelio del tegumento exter- no. En algunos animales se ve en los canales de la cavidad del cuerpo, por ejem- plo, en los penátulos. La excitacion en un punto cualquiera del cuerpo de estos animales se va propagando bajo la forma de una traza luminosa que se puede per- cibir perfectamente. M. Panceri ha podido calcular de esta manera la velocidad de la propagacion luminosa, velocidad que no es más que la del influjo nervioso; y la estima, aproximativamente, en 20 segundos por metro. Este número es dife- rente al de la velocidad del influjo nervioso en los animales superiores. Los pyrosomos y los folados emiten tambien mucha luz: probablemente por diferentes partes de su cuerpo. * De todos modos, las excitaciones exteriores pro- 1 Relativamente á los folados, M. Milne-Edwards cita un pasaje curioso de Plinio: « Concharum e genere sunt dactyli ab humanorum ungium similitudine appellati. His natura in tenebris, remoto LA NATURALEZA 25 vocan esta emision luminosa, de la misma manera que en los elaters, las luciér- nagas, etc. Los líquidos de la cavidad del cuerpo son tambien fosforescentes. M. Milne-Edward, * sumergiendo en el alcohol débil algunos folados poco fosfores= centes, ha visto descender un torrente luminoso y extenderse en el fondo del vaso adonde ha continuado brillando por algun tiempo. La fosforescencia no cesa á baja temperatura. Aun á 0%, en los mares árticos, los animales marinos emiten luz. Sin embargo, la elevacion de temperatura es una condicion favorable. Matteuci, exponiendo los lampyros á un frío de 6%, ha visto desaparecer, á esta temperatura, la luz del insecto. Probablemente los in- sectos no obran en presencia del frío como los invertebrados pelágicos. El calor aumenta la intensidad luminosa. Pero más allá de cierto límite la luz desaparece, habiendo muerto el órgano por el calor. Este límite es muy variable; Matteuci da para el lampyro 40% como límite máximo, miéntras que Panceri ha encontrado 46" para el folado. De O á 73%, á medida que se elevaba la tempera- tura, era más viva la fosforescencia. La materia fosforescente de los animales pelágicos puede, contrariamente á lo que sabemos de los órganos luminosos de los insectos, continuar brillando, despues de que ha sido desecada y se le pone de nuevo en el agua. Esta curiosa experien- cia hecha por Réamur es muy importante. El órgano luminoso de los insectos no puede emitir luz sino cuando la celdilla está viva é intacta, miéntras que los folados, los pyrosomos, las medusas y los fili- roes, producen una materia fosforescente que parece ser química y no fisiológica= mente fosforescente. Esto depende quizás de la desigual resistencia que estos ani- males presentan para morir. En efecto, algunos rotíferos, despues que han sido desecados vuelven pronto á la vida si se les coloca en la humedad. Seguramente las celdillas fosforescentes de los folados presentan el mismo fenómeno. Una vez desecadaslas celdillas son oscuras; pero poco á poco vansiendo fosforescentes cuan- do se les pone en la humedad. Panceri y otros observadores suponen que la luz emitida es debida á la oxida- cion de una sustancia grasa fosforada; pero esta hipótesis, tan verosimil como pueda ser, no ha sido demostrada. Lo que sí se ha probado, es que la fosforescencia no se observa sino cuando hay oxígeno. En el hidrógeno ó en el ácido carbónico, ningun animal fosfores- cente emite luz; es, sin duda, una oxidacion la que produce el fenómeno lumi- noso. ¿Pero esta oxidacion es la de una albumina ó de una grasa fosforada, ó de una albumina ó de una grasa desprovistas de fósforo? Hé aquí loque nosesabe aún. Algunas experiencias le han probado á Panceri que durante el desprendimiento lumine, alio fulgore claro, et cuanto magis humodum habeant, lucere in ore mandentium, lucere in manibus, atque etiam in solo ac veste, decidentibus guttis, ut procul dubio pateat succi illam natu- ram esse quam miramur etiam in corpore. » 4 Cap. cit., p. 112. 26 LA NATURALEZA de luz que desarrollan los folados, no hay ninguna produccion apreciable de calor. Aunque este hecho se ha demostrado perfectamente, no creemos que pueda dedu- cirse de él que en los animales fosforescentes los fenómenos químicos produzcan luz en sustitucion del calor. Otros séres microscópicos, pertenecientes probablemente á diferentes especies, como los noctilucos, ciertos micrococus, ete., son fosforescentes. La luz proyecta- da por millares de estos animalillos es lo que produce uno de los cuadros más her= mosos que nos es dado contemplar: el mar fosforescente. Allí podemos ver el fenómeno más importante de la fisiología general, á saber: una oxidacion orgánica, provocada por una excitacion exterior. Miéntras el mar está en calma, no hay fosforescencia; pero si el agua es agitada, ya sea por el vien- to, el timon, ó por la proa de un navío, entónces aparece inmediatamente una luz viva. Todos los séres, estimulados por esta accion mecánica, producen en su or- ganismo una oxidación, que se manifiesta por una brillante fosforescencia bastante prolongada. Se podria establecer una comparacion entre estos innumerables noc-= tículos, unidos los unos á los otros y las celdillas vivas acumuladas en un organis- mo complexo. Tanto en uno como en otro caso, una fuerza exterior pone en juego la actividad propia de la celdilla, y durante algun tiempo persiste en el organismo vivo la vibracion provocada. El fenómeno de la fosforescencia está, pues, sometido á las mismas leyes que los otros fenómenos de produccion que tienen por sitio el tejido de los animales. Tal vez este sea un fenómeno más general de lo que creemos. Todos los animales pelá- gicos que son trasparentes son luminosos en la oscuridad. ¿Cómo sabrémos si en el espesor de nuestros tejidos opacos no se verifican algunas manifestaciones análogas? —Cnu. RicHer. (Tomado de la «Revue Scientifique,» núm. 19, 1881.) NECROLOGIA. Un triste acontecimiento apena profundamente en estos momentos á la Sociedad Mexi- cana de Historia Natural: el Sr. Dr, Guillermo Schaffner, su socio corresponsal en la ciu- dad de San Luis Potosí, ha terminado su honrosa vida, bajando á la tumba acompañado del sentimiento de los que lo conocieron y pudieron apreciar su valía. Las ciencias naturales perdieron un hijo laborioso é infatigable, cuyos mayores esfuerzos tendieron constantemente á dar á conocer la rica flora de nuestro país. La Sociedad, imposibilitada de dar á conocer desde luego los pormenores de la vida del ilustre Doctor aleman que contribuyó tanto á su desarrollo, miéntras puede publicar su biografía, consagra estas cortas líneas á su memoria, deseando resignacion para su atri- bulada familia, paz á su tumba, y honra eterna á sus trabajos en pró del adelanto de la ciencia, México, Abril de 1882, ESE LA NATURALEZA. Tom Y] PLANO DEL CRATER DEL NEVADO DE TOLUCA. A Punto mas alto del borde del crater 8 Punto mas bajo. 00' Diámetro mayor 1431 ” dd" Diámetro menor 595 7 l Laguna grande - E aguna pequeña A. 4359 " 11” Lagunas temporales Escala 10000 NOTA. Zas alturas h son contadas al partir del mvel del mar. EXPLICACION DELOS COLORES Porúdo negro crisiallzado... EA Poríido negro violaceo...... EA Arena y restos porfdicos......Ex=l Lagunas... e po , Lorie q a Corte BB' Escala de las alturas Dan Escala de las longitudes Hz NEVADO: DE TOLUCA. MEMORIA DE MM. A. DULLFUS Y E. DE MONTSERRAT. —_ SA EXCURSIÓN AL NEVADO DE TOLUCA." L VALLE pe ToLuca, abierto solamente del lado Norte, está com- pletamente cerrado al Este por las montañas de Ajusco, al Sur por los cerros de Tenango, y al Oeste por una cadena cuyas di- ferentes partes forman los contrafuertes del volcan que lleva el nombre de Nevado de Toluca. El volcan, propiamente dicho, situado, segun M. de Humboldt, á los 101? 45” 58” de longitud oeste y á los 19% 11” 33” de la- titud norte, se encuentra casi á cinco leguas de la ciudad de Toluca. Al salir de la ciudad se eleva gradualmente sobre los primeros contrafuertes de la montaña atravesando una extension considerable de toba que á veces da lugar al aglome- ramiento. Éste sube hasta 300 metros sobre el nivel del valle. Segun la confi- guracion de la cadena, que presenta por todos lados suavísimas pendientes, la ascension creemos que puede hacerse indiferentemente por varios puntos; sin em- bargo, debemos hacer notar que, en algunos lugares, solo se puede seguir el sen= dero trazado por lcs leñadores, y que seria quizás aventurado entregarse al acaso en medio de espesos bosques de pinos que cubren las alturas. Partimos al amanecer de la Hacienda del Cano, llegamos á las diez al lími- te de la vegetacion arborescente, y á las once estuvimos sobre el borde nordeste del cráter. A 260 metros sobre la Hacienda, la pendiente comienza á ser un poco más fuerte, el aglomeramiento porfídico desaparece y se encuentra reemplazado por una inmensa extension de arena volcánica de un color gris negruzco, de aspecto ci- neriforme, y que tiene alguna analogía con la del Popocatepetl: esta arena es sumamente fina y ténue, y en vano hemos tratado de descubrir en ella trazas de cristales. No encierra fierro meteórico. A mayor altura, á 3,500 metros próxi- 1 Archives de la Commission scientifique du Mexique. Paris MDCCCLXVII, t. IL, pág. 29. —Tra- ducido para «La Naturaleza. » LA NATUBALEZA, —Tomo VI.-£, 28 LA NATURALEZA mamente sobre el nivel del mar, pudimos examinar las formaciones del suelo sub- yacente por medio de una profunda barranca que se presenta á la vista. Se nota desde luego una capa de arena casi de 8 á 10 metros, despues otra de piedra pómez de 0,20 de espesor próximamente; abajo aún otra capa de arena ménos espesa que la primera y una segunda de piedras pómez de 0,40 de espesor; y así sucesivamente una série de capas arenosas y de pómez hasta el torrente que ocupa el fondo de la barranca. Hasta este punto, la poderosa vegetacion de las coníferas, pinos y abetos, se extiende por todas partes sobre los flancos de la montaña; pero paulatinamente esta vegetacion comienza á disminuir, los árboles van siendo cada vez más rui- nes, se siente un frío intenso, el aire es muy enrarecido, y á 600 metros más arriba se llega á la zona donde desaparece toda vegetacion arborescente. El cono comienza entónces á dibujarse perfectamente; está rodeado de una serie de pe- queñas eminencias que están separadas por una quebrada profunda. Cuando se ha pasado ésta, se sube lentamente sobre las capas de guijarros despedazados y caidos de las crestas. Estos restos porfídicos forman como una cubierta inmensa, y están unidos entre sí de tal manera, que algunos viajeros han tomado estas ma- sas de rocas por coladas de lava. La inspeccion únicamente de estos fragmentos de guijarro hace conocer desde luego que no ha habido colada: estos restos de roca han rodado despues de haber sido desprendidos mecánicamente de las cres- tas superiores, y, por el efecto de la pendiente, se han repartido de una manera muy regular. Podriamos objetar que, siendo la pendiente de 35% nos parece di- ficil, sino imposible, que los torrentes de lava se hayan mantenido sobre un de- clive de esta naturaleza. La roca, desde luego, perfectamente compacta, no pre- senta en ninguna parte la menor traza de escorificacion. El cráter es de un acceso fácil, al ménos sobre el borde nordeste, y el declive, aunque un poco perpendicular (20% 50”), permite pasar este lugar, aun á caballo. La forma del cráter es la de una elipse muy irregular; su diámetro mayor, medido exactamente con el teodolito, es de 1,431 metros, y el menor de 595; su profun- didad es muy variable; si se mide á partir del borde más elevado, en el punto A, por ejemplo (véase el plano adjunto, grabado núm. 1), es de 309 metros, y en el'punto B, extremidad del diámetro mayor, noes sino de 25. Casi en la parte média de la depresion se nota una masa traquítica de 500 metros próximamente de longitud y que se eleva hasta á 175 metros sobre el fondo del cráter. Se en- cuentran otras dos elevaciones igualmente traquíticas, pero de poca importancia, siguiendo la línea que va de norte á sur y que divide el diámetro mayor bajo un ángulo de 30%. ; La cuarta parte de la depresion está ocupada casi por un lago pequeño de agua limpia y fría (6%, 25), estando el aire á 5,8, y desprovista de todo sabor mine- ral. Por el lado del borde más elevado del cráter las aguas del lago van á bañar las rocas traquíticas que forman la pendiente interior y que están dispuestas casi LA NATURALEZA 29 verticalmente. En otros puntos estas aguas costean la masa traquítica M y la pequeña elevacion N. La mayor longitud de este lago es próximamente de 400 metros, siendo su mayor latitud de 250. En la extremidad sur y sureste del crá- ter se encuentra otro lago de menores dimensiones, cuya agua clara, limpia é igualmente fría, presenta absolutamente los mismos caractéres que la del lago ántes mencionado. En fin, á poca distancia de este segundo lago, y separados de él por un montecillo, se ven aún dos lagunillas, probablemente temporales, por= que hasta ahora no han sido mencionadas en ningun escrito sobre el volcan. Se han emitido un gran número de hipótesis sobre la formacion de estos lagos, que, situados á una altura considerable, están sometidos naturalmente á una rá- pida evaporacion, y deben recibir sin cesar una cantidad de agua equivalente á la que pierden por esta causa, para permanecer á un nivel casi constante. Se ha pensado, quizás con razon, que existe en la parte inferior de estos lagos, que no son muy profundos, un gran número de manantiales que los abastecen de agua: Esta hipótesis, aunque es posible, no nos parece justificada. Las aguas de ma- nantial presentan generalmente algunos caractéres químicos que no escapan á los reactivos más sensibles; pues habiendo trasportado nosotros agua de estos la= gos, un análisis minucioso nos demostró que esta agua era comparable al agua destilada. Nosotros creemos que, en la estacion de las lluvias, aunque estos lagos reciben una gran cantidad de agua, la evaporacion, facilitándose por la elevacion de tem- peratura, es indudablemente más rápida; el nivel no sube extraordinariamente. En la estacion seca ó en el invierno, lo que es lo mismo, como el Nevado de To- luca es el pico más elevado de la cadena, las nubes que lo cubren generalmente al mediodía tienden á condensarse, y de ahí resulta cierta cantidad de agua que se dirige inevitablemente á los lagos. Además, en los momentos en que hace más frío, el Nevado, tanto en el interior como en el exterior, está cubierto de nieve que permanece dos ó tres dias, y que se funde cuando sube la temperatura, no quedando nieve persistente sino en pocos lugares, y solamente sobre los lados norte de los flancos exteriores é interiores del cráter. Esta nieve, fundiéndose, aumenta aún el agua que proviene de la condensacion de las nubes é impide al nivel de los lagos descender mucho. Hemos observado juntamente, en la parte superior del volcan, dos termómetros, seco y húmedo, á las dos de la tarde, estando el aire sa= turado de vapor: indicaban absolutamente la misma temperatura de + 3,50. La evaporacion era casi nula; y este hecho que hemos probado y que puede presen- tarse frecuentemente, nos explica cómo estos lagos conservan siempre casi el mis- mo nivel. Hace algunos añosqueel Sr. Velazquez de Leon estuvo sobre el Nevado para es- tudiar un proyecto que consistia en dirigir á Toluca las aguas de los lagos. Cita- mos esta expedicion, porque entónces fué cuando se midió, con el auxilio de un bote, la profundidad del gran lago, la cual es á lo más de 12 varas ó 10 metros; el 30 LA NATURALEZA fondo parece que está formado de arena. El proyecto, por otra parte, no se puso en ejecucion. No hemos hablado de la roca que constituye la masa del Nevado. Esta es de pórfido traquítico muy duro, bastante compacto, el cual presenta dos matices di- ferentes. Uno de estos pórfidos, de un color gris negruzco es perfectamente cris- talizado; contiene hermosos cristales de feldespato, ortosa blanca y cristales no ménos perfectos de anfibol; el otro, de un tinte violado, es más compacto, y con- tiene igualmente cristales de feldespato y de anfíbol. Estas dos rocas tienen un intermediario que nos hace creer que la masa porfídica del Nevado es una masa única. Este pórfido que sirve para unir las dos porciones negra y rosa, es ménos eristalino que la roca negra y ménos compacta que la violada. Su color es tam- bien más sombrío, y no se le puede definir más que dándole el nombre de negro violado. Esta roca intermediaria abunda sobre todo en la pequeña montaña que ocupa la porcion média del cráter. Los pórfidos cristalinos existen sobre las cres- tas, y el pórfido violado, proviniendo sin duda de la descomposicion del precedente, ocupa el fondo del cráter. Las masas de guijarros que han rodado, y que algu- nos observadores han tomado por corrientes de lava, están formadas por el mis- mo pórfido negruzco, alterado solamente en la superficie por la accion de los agentes atmosféricos. El color y el aspecto, á cierta distancia, pudieron única- mente inducir á error, segun creemos, á los viajeros que habian hecho la ascen- sion al volcan. La porcion del fondo del cráter que no está cubierta por las aguas está formada de arena muy fina, proviniendo de los pórfidos citados anteriormente; y la vegetacion herbácea que llega hasta el vértice de las crestas más elevadas, ahí donde la roca no está completamente desnuda, se extiende tambien sobre una gran parte de la depresion. La nieve, como hemos dicho, persiste todo el año sobre esta cúspide; pero en el mes de Noviembre, época de nuestra ascension, no cubre sino las partes más ele- vadas de los flancos interior y exterior del cráter, del lado del norte y del oeste. En resúmen, el volcan de Toluca debe probablemente su orígen á una erup- cion pórfido-traquítica, acompañada de un desprendimiento considerable de gas y - de vapores, de los cuales no queda ahora ninguna huella. Además de estos ga= ses y vapores, el volcan ha arrojado tambien muchas cenizas y piedras pómez que se encuentran sobre sus flancos; pero la accion ígnea no ha sido muy violenta, porque escasean completamente las escorias ó las rocas escoriadas, y se podia es- tablecer alguna comparacion entre el Nevado de Toluca y los volcanes con los lagos del Eifel (Prusia del Rin), y seria necesario suponer muy antigua la accion eruptiva, porque los bordes de los lagos del Nevado no presentan, en toda su ex-- tension, ninguna roca ó fragmento donde se pueda reconocer la accion de los gases. | LA NATURALEZA 31 TABLA DE LAS DIVERSAS ALTURAS CALCULADAS POR MEDIO DE OBSERVACIONES BAROMÉTRICAS. SOBRE EL NIVEL DEL MAR. Toluca ai EVIL PAS DI. 12682 -metros Hacienda del e Ea Ea 90) Es. Limite de la vegetacion arborescente .. . . . . 409%9..,, Borde del cráter en el nordeste. . . . . .. . 4399 ,, EA e a Dr 1209 Cerro M (véase el plano)... . - 44,296 Pico del Fraile (punto más elevado del ol . 4,578 México, Diciembre 30 de 1865. Auc. DoLLFUs. E. DE MONTSERRAT. ENUMERACIÓN DE LAS ESPECIES DE REPTILES OBSERVADOS EN LA PARTE MERIDIONAL DE LA REPÚBLICA MEXICANA, Por F. SUMICHRAST, SOCIO CORRESPONSAL EN CHIAPAS. ¡TY 2. DEDICADO Á MI EXCELENTE AMIGO Y DISTINGUIDO ERPETÓLOGO, EL SEÑOR DOCTOR DON ALFREDO DUGES. — A —— CLASE DE LOS REPTILES. (Reptilia. ) IL. ÓRDEN DE LOS QUELONIOS Ó TORTUGAS. (Testudinata.) 1. Chelopus incisus. Bocourt. (Mission scientifique du Mexique, Reptiles, pág. 11, lám. Ty !L.—Ibid. (Revue de Zoologie. Tome V. 1876.) —Sumichrast (Bulletin de la Société zoologique de France. 1880. p. 165.—Chelopus rubidus. Cope (Proceedings of the American Philosophical Society. 1869, p. 148.) Especie comun en la parte occidental del Istmo de Tehuantepec y del Estado de Chiapas: ha sido igualmente observada en las Repúblicas del Salvador y Hon- duras. 2 Chelopus (Rbinoclemmys) mexicanus. Gray (Supplement to the Catalo- gue of Shield Reptiles. 1870, p. 30). Bocourt (Rev. de Zool. V. 1876.) Sumi- chrast (Bull. Soc. Zool. Tr. 1880, p. 66.) No es de rara ocurrencia esta pequeña y bonita especie en la parte occidental del Istmo de Tehuantepec: los ejemplares típicos descritos por el Dr. Gray, pro- cedian de San Juan del Rio. 32 LA NATURALEZA 3. Chelopus areolatus. Duméril.—¿Chel. punctularius. Cope? (Proc. Acad. Nat. Sc. Philad. 1865, p. 185.) Tuve ocasion de ver en un rancho de las orillas del Goazacoalcos un quelonio que sin duda pertenecia á esta especie. 4. Emys (Callichelys) ornata. Bell. Dum. y Bibr. (Erpetol. gen. tom. IH, p. 286.) Gray. (Catal. of Sh. Rept., p. 24 y Supplem., p. 48.) Cope (Proc. of the Acad. Nat. Sc. Philad. 1865, p. 187.) —Dugés. (La Naturaleza, t. I, p. 143.) En las lagunas y rios de la costa del golfo mexicano se encuentra, á veces en abundancia, una tortuga conocida en Veracruz bajo el nombre de tortuga pinta y en Tabasco bajo el de Hícotea (nombre de orígen caribe, igualmente aplicado en Cuba y en Hayti á otros quelonios); á esta especie se refiere bien la descripcion que dió Bibron (loc. cit.) de la Emys ornata.. Bell. Ejemplares de la Hicotea ta- basqueña han sido igualmente identificados con esta especie por el Prof. Cope. * 3. Emys (Callichelys) callorostris. Gray. (Cat. of th. Rept., p. 25 pl. XIL.) Bocourt (Revue de Zool. V. 1876). Sumichrast (Bull. Soc. zool. de Tr. 1880, p. 166.) A esta especie ó raza local pertenecen, segun M. Bocourt, los ejemplares que de ella recibió de Tehuantepec. ? 6. Dermatemys Berardi. Duméril. 1851. D. Mavei. Cope. Proc. Ac. Nat. Sc. 1865, p. 197.—D. Berardi. Cope. Proc. Ac. Nat. Sc. 1868. p. 120. —¿D. Marwii. Dum. y Bocourt. Miss. Scient. du Mex. p. 17?—D. Berardi. Gray. Supplem. to the Cat. of Sh. Rept., p. 50. En varios rios de la Costa del Golfo mexicano se pesca una tortuga conocida 1 Los autores de la parte erpetológica de la «Mission Scientifique au Mexique,» MM. Duméril y Bocoutt, dicen no haber encontrado en la region mexicana ninguna especie que pudiesen referir á la Emys ornata. Bell: indican como procedente de México (Yucatan), y de la América central la Emys (Callichelys) venusta Gray, y describen en la obra citada una especie nueva, Emys Gray:, la que juz- gan haber sido confundida con la Emys ornata. Bell.: esta última procedia de la parte occidental de Guatemala. : 2 Los ejemplares que remiti de Tehuantepec al Profesor Cope fueron considerados por él como pertenecientes á la Emys ornata. Esta divergencia de opinion sobre la nomenclatura de una especie entre dos tan eminentes erpetólogos como los Sres. Cope y Bocourt, no tiene nada de extraño: pro- cede de las dificultades que experimenta un naturalista cuando tiene que fijar los caractéres de una especie cuya distribucion geográfica es muy extensa, y por la misma razon queda sujeta á variacio- nes de distinto origen. Los caractéres asignados por el Dr. Gray á las especies que componen su gé- nero Callichelys, fundados principalmente en la coloracion, en la posicion de la mancha oscura de las placas costales y de los anillos de color claro que la rodean, en el color más ó ménos oscuro del esternon, etc., son, léjos de ser constantes en una numerosa série de individuos, la mayor ó menor intensidad de coloracion variando segun la edad, el sexo, la naturaleza de las aguas en que vive el animal, etc. La forma misma del Carapacho varía igualmente en razon de diferencias sexuales y de accidentes ó deformaciones acaecidas en la edad tierna del animal.—Nada extraño fuera que, cuando hayan sido mejor estudiadas las varias formas especificas (6 reputadas como tales) agrupadas alre- dedor de la Emys ornata, no lleguen á ser consideradas tan solo como razas locales de una o ma- dre de extensa distribucion geográfica y natural disposicion á la variacion. LA NATURALEZA 33 bajo el nomb.e de tortuga blanca y perteneciente al género Dermatemys Gray, y segun mayor probabilidad ála especie llamada D. Berardi, Duméril. * Esta tortuga suministra un abundante y agradable alimento, y por lo mismo se en- cuentra casi en todo tiempo en los mercados de las poblaciones costeñas. Cuando los rios salen de su cauce, en la época de aguas, infinidad de tortugas y otros ani- males fluviátiles se esparcen en las lagunas y riachuelos formados por las crecien- tes, y al retirarse las aguas quedan aprisionados en los bajos ó en la embocadura de los arroyos que los habitantes tienen la costumbre de cerrar con un cercado de palos y ramas gruesas para cortar la retirada á las tortugas y peces de algun tama- ño. Segun los datos suministrados al Sr. Cope por el Dr. Berendt, la tortuga blan- ca de Tabasco pone veinte huevos en Noviembre y Diciembre y su alimentacion es vegetal. 71 Chelydra serpentina. Linneo (Syst. Nat., p. 351.) Dum. y Bibron (Er- pet. gen. tom. Il, p. 350, bajo el nombre de Emysaura serpentina. Gray (Cat. of Sh. Rept. 1855, p. 48. tab. XL (cráneo.)—(Suppl. to the Cat. of Sh. Tort. 1870, p. 64.) Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1872. 23.) Esta tortuga, cuya extension en latitud es considerable puesto que se encuentra desde el Canadá hasta el Ecuador, es bastante comun en la parte oriental del Ist- mo de Tehuantepec en donde la llaman tortuga lagarto, denominacion idéntica á la de 4//igator-turtle que lleva en los Estados Unidos. Vive en las aguas cena- gosas, se nutre de pequeños peces y de moluscos acuáticos, demuestra un carácter muy irascible y llega á adquirir un tamaño bastante considerable. ? S. Claudius angustatus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1365, p. 87.)— Ibid. 1872, p. 28.) Esta pequeña especie, descrita por el Prof. Cope en vista de ejemplares proce= dentes de Tabasco, vive igualmente en la parte meridional del Estado de Vera- cruz: he recogido numerosos individuos de ella en las ciénagas que avecinan los 1 La especie mexicana de que se trata aquí y que probablemente es idéntica á la que se ha ob- servado en Centro-América, tiene una sinonimia algo embrollada. El Dr. Gray, en 1855 refiere con duda el Emys Berardi. Dum, de Veracruz, á su Derm. Mawei, de Brazil; en 1870 parece admitir la legitimidad de la distincion entre las dos especies. El Prof. Cope en 1865, menciona bajo el nombre de D. Mawei «Emys Berardi» dos ejemplares de la tortuga blanca de Tabasco; en 1868 admite defi- nitivamente la separacion de las dos formas, dando de ambas diagnosis comparalivas. Los autores de la «Mission Scientifique au Mexique,» al hablar de la especie de Dermatemys que la Comision francesa observó en Belize, la referian al D. Mawei. Gr. (en cuya sinonimia incluyen ivualmente el En. Berardi) sin mencionar los trabajos del Prof. Cope.—El Dr. Gray en fin, en 1870, describe como distinta de las anteriores una tercera especie, D. Salvini, procedente de Guatemala. Bajo el nombre de D. abnormis, el Prof. Cope, 1868 (loc. cit.) describe igualmente una especie de Belize, la que en 1870 tomó el Dr. Gray por tipo de un género particular (Chlorerys): es pro- bable que dicha forma viva igualmente en el Sur de la República. ) 2 Una segunda especie de Chelydra, Ch. Rossignonii, ha sido encontrada por el Sr. Bocourt en Guatemala, y no es improbable que se halle igualmente en las partes más meridionales de la Repú- blica mexicana. 34 LA NATURALEZA rios de Papaloapan y Goazacoalcos: le dan allí (en comun con el Staurotypus tri- porcatus) el nombre de Galápago. Vive como la especie siguiente en aguas ce- nagosas y se alimenta en mayor parte de moluscus acuáticos. 9. Claudius severus. Cope. (Proceed. Ac. Nat. Sc. Phila. 1872, p. 24.) Bocourt. (Revue de Zoologie. V. 1876.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. de Tr. 1880, 167.) De la costa del Golfo de Tehuantepec. 10. Staurotipus triporcatus. Wagler (Natural. Syst. der amphibien, p. 137.) Dum. y Bibr. (Exp. gen. IL, p. 356.) Gray. (Cat. of Sh. Rept. 1855, p. 47. tab. XX. b.)—(Suppl. to the Cat. of Sh. Rept. 1870, p. 65.) El Galápago, como se llama esta especie en la costa de Veracruz (en Tabasco se llama HMuau), es muy abundante allí, en los rios como en las lagunas que co- munican con ellos. 11. Cinostermm Shawianum. Bell. (Zool. Journal. HL. 392.) Bocourt. (Revue de Zool. V. 1876.) C. mexicanum. Leconte (Proc. Ac. N. Sc. Phila. 1854, p. 182.) Gray (Cat. of Sh. Rept. 1855, p. 79.—Suppl. to the Cat. of Sh. Rept. 1870, p. 69.) Sumichrast. (Bull. Soc. Zool. Tr. 1880, p. 169.) Esta especie es muy comum en las lagunas y arroyos cenagosos de la costa del golfo de Tehuantepec, en donde se llama vulgarmente casco de mula. * II. ÓRDEN DE LOS EMIDOSAURIOS Ó COCODRILOS. (Crocodilia.) 12. Crocodilus mexicanus. Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 34. tab. VIH.) Cr. acutus. var. con diez escudos cervicales. 4. Duméril. Esta especie ha sido generalmente considerada como una variedad del cocodri- lo de las Antillas (Cr. acutus. Geof.), pero el exámen comparativo que de ambas especies ha hecho el Sr. Bocourt le ha inducido á considerar la forma de que aquí se trata como distinta. Abunda este lagarto en la costa del golfo mexicano y par- ticularmente en el rio de Pánuco, y en las lagunas de Tampico, de Tamiagua, etc., llega á adquirir un gran tamaño. 13. Crocodilus pacificus. Bocourt (Miss. Scient. du Mex. p. 31 tab. IX.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1873. 256.—Bull. Soc. Zool. Tr. 1880. 171.) 1 He colectado hace años numerosos Cinosternos en varias partes del Estado de Veracruz, pero no teniendo entónces los datos suficientes para determinar satisfactoriamente las especies á que se referian, no los he incluido en esta numeración. Hasta la época muy reciente en que el Sr. Bocourt (Revue de Zoologie, V. 1876) hizo la revision de las especies pertenecientes al género Cinostermum hubiera sido harto dificil á un naturalista mexicano clasificar de un modo rigoroso las formas indí- genas. Es probable que las especies que tuve ocasion de observar hace años en la parte meridional del Estado de Veracruz se referian á los Cin. leucostomum. A. Dum. y Cin. Berendtianum, Cope, ambas comunes en el Estado de Tabasco. LA NATURALEZA 35 Esta especie que, como la anterior, ha sido generalmente referida al Cr. ame- ricanus. Seba (Cr. acutus. Geof.) se encuentra en toda la costa del Golfo de Tehuantepec. 14. Crocodilnus Moreleti. A. Dumér!/. (Cat. méth. de la Coll. Mus. Paris. 1851. p. 28. Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 37. pl. VI y IX. Palínia? Mo- reletúí. Gray. (Trans. Zool. Soc. Lond. 1862, p. 146.) Segun toda apariencia, este lagarto no vive en las aguas de la costa occidental de México, sino tan solo en las del lado opuesto. Segun recien informe que debo al Sr. Rafael Montes de Oca, se encuentra en el rio de Coatan, cerca de Tapa- chula (Chiapas), pero es probable que dicho rio tiene su curso al Oriente. He re- cogido varios individuos de esta especie en la Costa de Sotavento del Estado de Veracruz. 15. ¿¿Crocodilus rhombifer. Cuvier. (Ann. Mus. Hist. nat. 1807. X. p. 51.) Bibron. (Erpet. gen. IL. 97.) Bocourt. (Miss. Scient. du Mex. p. 35. pl. IX.) Palinia rhombifera. Gray. (Synopsis recent. Uroc. 1862.) No habiendo yo mismo observado esta especie en la República, no la mencio- no aquí más que para hacer recordar la probabilidad de su existencia en Mé- xico: segun el Dr. Cocteau, autor de la parte erpetológica de la Historia física, política y natural de la Isla de Cuba, por el Sr. Ramon de la Sagra, el Profesor Wiegmann encontró ejemplares de ella en las colecciones hechas en México por el viajero prusiano Deppe y los varios autores que han hablado de ella (Bibron, Gray, etc.) la refieren al Aquez palín de Hernandez. (Nov. pl. Anim. Mexic. Histor. cap. 3, p. 2.) 16. Alligator chapasius. Bocourt. (Revue de Zool. V. 1876.) Sunichrast. (Bull. Soc. Zool. Fr. 1880, p. 70.) De la parte meridional y occidental de los Estados de Oaxaca y Chiapas. ÓRDEN DE LOS SAURIOS. (Lacertilia.) 17. Phyllodactylus tuberculosus. Wiegmann. Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 43. pl. X.) Cope, Trans. Am. Phil. Soc. 1869. p. 61.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880 172.) Dugés. (La Naturaleza, L, p. 143.) Costa del Pacífico. 18. Coleonyx elegans. Gray. (Ann. and Mag. Nat. Hist. 1845, p. 52.) Cope. (Proc. Acad. Nat. Se. Phil. 1866, p. 125, 132.) Bocourt. (Miss. Sec. du Mex. p. 49. pl. X.) Sumichrast. (Bull. Soc. Zool. Fr. 1880. 172.) De ambas costas de la República. 19. Spherodactylus glaucus. Cope. (Proceed. Acad. N. Se. Phil. 1865, p. 92. Bocourt. (Miss. Scient. Mex. p. 46.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr: 1880, p. 74.) De ambas costas de la República. La NATURALEZA.—Tomo VI.—7. 36 LA NATURALEZA 20. Añolis nebulosus. Wiegmann. (Herp. Mex. p. 47.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p.70. pl. XI y XVH.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 174.) Dugés. (La Naturaleza, I, p. 143). Sierra de Oaxaca, Santa Eficenia, Cerro de la Gineta. 21. Anolis nannodes. Cope. (Proc. Acad. Nat. Se. Phil. 1864, p. 173.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 71. pl. XV.) Comun en las tierras templadas y region alpina del Estado de Veracruz. 22. Anolis crassulus. Cope. (Proc. Acad. Nat. Sc. Phil. 1864, p. 173.) Bocourt. (Miss. Scient. du Mex. p. 82. pl. XVI.) Comun en los alrededores de Orizaba y Córdoba (Veracruz.) 23. Anolis Sallei. Crimther. (Proc. Zool. Soc. Lond. 1859, p. 421.) Bo- court. (Miss. Sc. du Mex. p. 90. pl. XIMT y XVI.) Sumicrast. (Bull. Soc. zool. Pr. 1880, p. 173.) Comun en ambas costas de la República. 24. Anolis biporcatus. Wiegmann. (Herp. mexic. p. 47.) Bocourt. (Miss. se. du Mex. p. 98. pl. XV.) De la costa oriental de la República. 25. Lamanctus longipes. Wiegmann. (Herp. Mex. p. 46. tab. IV.) Bo- court. (Miss. sc. du Mex. p. 114 pl. XVII.) Este elegante saurio es bastante comun en las tierras calientes del Estado de Veracruz, hasta la altura de 900 á 1000 metros. 26. Corylhophanes cristatus. Boié ex Seba. Wiegmann. (Herp. mex. p. 15.) Bocourt. (Miss. sc. du. Mex. p. 118.) Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Ph. 1865: p.1195:) De la tierra-caliente de Veracruz. 21. Corylhophanes (Chameles) mexicanus. Hernandez. Bocourt. (Mis. Se. du Mex. 122. pl. XVI.) Chameleopsis Hernandezi. Gray. (Cat. of Liz. Brit. Mus. p. 194.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1964, p. 58.) Estado de Veracruz (Mirador, Potrero, etc.), Istmo de Tehuantepec (Santo Domingo, Gineta.) 28. Basiliscus viltatus. Wiegiann. (Isis. 1828. 313.) Dumér. y Bibr. (Er- pet. gen. IV. 187.) Bocourt. (Miss. Sc..du Mex. ¡p. 129. pl. XVIL.) Cope. (Journ. Ac. Nat. Sc. Phil. 1875. p. 125.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1864.—Bull. Soc. zool. Fr. 1830. p. 174.) De ambas costas de la República hasta una altura de 1300 metros. 29. Iguana rhinolopha. Wiegiann. (Herp. mex. 44). Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 134.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1864.—Bull. Soc. zool. Fr. 1880. 174.) Cope. (Trans. Am. Philos. Soc. 1869. 161. De ambas costas de la República. 30. Ctenosaura pectinata. Wiegmann. (Herp. mex. p. 42. t. 2.) Bocourt. (Miss. sc. du Mex. p. 140.) Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1866, p. 124.) LA NATURALEZA 37 Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880. 174.) Dugés. La Naturaleza, L, p. 143.) De ambas costas de la República. * 31. Ctenosaura acanthura. Cope. (ex Shaw nec Bocourt.) Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1866. 124.—Trans. Amer. Philos. Soc. 1869.—Rep. of Peabody Acad. of Se. 1869.—Journ. Acad. Nat. Sc. Phil. 1575,—Sumichrast. (Bibl. univ. 1864. 49.—Bull. Soc. zool. Fr. 1880. p. 175.) Dugés. (La Naturaleza, I, p. 143.) ¿Cien. cycluroides. Wiegmann. (Isis. 1828. 371.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p- 145.) Como lo he indicado en un trabajo anterior (loc. cit.), existe alguna confusion en la sinonimia de esta especie. No es posible, en efecto, conciliar la descripcion que da el Sr. Bocourt del Cten. acanthura del Museo de Paris con los caracté- res que ofrecen los Ctenosauros procedentes de Tehuantepec que el profesor Cope llama del mismo nombre, y que probablemente son idénticos al Ct. cycluroides de Wiegmann. Para resolver las dudas que sobre este punto tenia, he consultado la opinion de nuestro colega, el Sr. Dr. Don Alfredo Dugés, y este distinguido erpetólogo me ha honrado con la siguiente contestacion, que me tomo la libertad de trascribir aquí y cuyo tenor coincide del todo con mi opinion propia: «La cuestion me parece difícil de aclarar; creo, en resúmen, que el Cten. acan- «thura de Cope no es el Ct. acanthura de Bocourt, y que el primero es sinónimo «del Cycluroides de Wiegmann, y que para el segundo será necesario crear un «nombre nuevo, el de Ct. Bocourti, por ejemplo.» Tengo igualmente la presunción de que el Ctex. completa, de Bocourt, que este naturalista dice ser muy comun en la costa occidental de Guatemala y Salvador, se refiere al Ct. acanthura (Cope), la cresta dorsal de los individuos muy viejos de esta especie siendo contínua, es decir, no interrumpida en la region de los riñones. 32. Cinosaura (Enyaliosaurus) quingue-carinatus. Gray. (Cat. of Lezards Brit. Mus. 1845, p. 192.) Bocourt. (Revue de Zool. V. 1876.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1873. 259.—Bull. Soc. Zool. Fr. 1880. p. 175.) De la costa del golfo de Tehuantepec. 33. Phymatolepis bicarinatus. A. Duméril. (Archiv. Mus. Hist. Nat. 1356, p. 549.) Bocourt. (Miss. sc. du Mex. p. 165. pl. XVIL.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 176.—Uta bicarinata. Cope. (Trans. Amer. Phi- los. Soc. 1869, p. 161.) De la Costa occidental de la República. 34. Sceloporus torquatus. Green. Wiegmann. (Herp. mex. p. 49. tab. VIT) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 171. pl. XVII.) Dugés. (Cat. Vert. 241.) De la region alpina de los Estados de Veracruz, Oaxaca, y Chiapas. 1 He colectado hace años numerosos Ctenosauros en las inmediaciones de Cuernavaca, de Te- huacan y otras localidades del interior: es probable que pertenecian á la presente especie. 38 LA NATURALEZA 35. Sceloporus horridus. Wiegmann. (Herp. mex. p. 50.) Bocourt. (Miss. Scient. du Mex. p. 178. pl. XVII.) Dugés. (Cat. Vert. 239.) Cumbres de Aculzingo (2446 metros), Cañada de Iztapa (2357 metros), etc. 36. Seeloporus formosus. Wiegmann. (Herpetol. mex. p. 50. tab. VIT). Bocourt. (Miss. Sc. du Mex: p. 182. pl. X VID. Dugeés. (Cat. Vert. 240.) Montañas de Orizaba y de Oaxaca. 31. Sceloporus malachiticus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1864. p. 178.) Incluyo esta especie, descrita originalmente en vista de ejemplares procedentes de Costa-rica, por haber referido á ella el Prof. Cope (in litt.) ejemplares de un Sceloporus que remití de Orizaba á la Institucion Smithsoniana. 38. Seeloporus microlepidotus. Wiegmann. (Herp. mex. p. 50.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 194. pl. XVIII.) Dugés. (Cat. Vert. 243.) 39. Sceloporus variabilis. Wiegmann. (Herp. mex. p. 51.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 200. pl. XVIII y XIX.) Cope. (Trans. Amer. Philos. Soc. 1869, p. 161.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 176.) Dugés. (Cat. Vert.246.) Comun en ambas costas de la República. 40. Sceloporus scalaris. Wiegmann. (Herp. mex. p. 52. tab. VIIL) Bo- court. (Miss. Sc. du Mex. p. 202. pl. XVII.) Dugés. (Cat. Vert. 244. ds De la Region alpina de Orizaba y Sierra de Oaxaca. 41. Sceloporus siniferus. Cope. (lrans. Amer. Phil. Soc. 1869, p. 159.) Bo- court.(Rev. deZool. V. 1876). Sumichrast.(Bull. Soc. zool. de Fr. 1880. p. 176.) De las costas del golfo de Tehuantepec. 42. Sceloporus melanorhinus. Bocourt. (Rev. de Zool. V. 1876.) Sumi- crhast. (Bull. Soc. Zool. Fr. 1880, p. 176.) De la parte occidental del Istmo de Tehuantepec (la Huallaga, Tapana, Caco- prieto.) 43. Phrynosoma(Tapaya) orbiculare. Hernandez. (Nov. Pl. An. E Mex. 1651.) Wiegmann. (Herp. mex. p. 53.) Bocourt. Miss. Sc. du Mex. p. 221. pl. XI.) Dugés. (Cat. Vert. 249.) El Sr. Bocourt, en su obra sobre los Reptiles de México y de la América Cen- tral, ha distinguido tres variedades de esta especie, dos de ellas procedentes de va- rios puntos de la mesa central y de Veracruz, y la tercera colectada por el Sr. Dr. Dugés, en Colima. 44. Phrynosoma taurus. A. Duges. (Descr. manusc. 1868.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 234. pl. XIL.) Duges. (Cat. Vert. 251.) He encontrado esta especie en el Sur del Estado de Puebla, cerca de Tehuacan. 45. Phrynosoma Asio. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Phil. 1864, p. 178.) Bo- court. (Miss. Sc. du Mex. p. 241. pl. XVI.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1873. p- 258.—Bull. Soc. Zool. Fr. 1880. 177.) 46. Ameiva undulata. Wiegmann. (Herp. mexic. p. 27.) Bocourt. Miss. Sc. du Mex. 254 et seq.—Sumichrast. (Bull. Soc. Zool. Fr. 177.) LA NATURALEZA 39 La forma típica de esta especie es muy comun en todas las tierras calientes de la costa del Pacífico: la variedad A. de Wiegmann (Herp. mex. p. 28) esigual- mente comun en la costa opuesta. 47. Cnemidophorus Sacki. Wiegmann. (Herp. mex. 29.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 276. pl. XX. C.) Estados de Oaxaca y Veracruz. 48. Cnemidophorus Deppii. Wiegmann. (Herp. mex. p. 27.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p.281. pl. XX y XX. C.) ¿Cnemid. lativittis. Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1877, p. in De la costa del golfo de Tehuantepec. 49. Cnemidophorus microlepidopus. Cope. (Trans. Am. Phil. Soc. 1877, p. 93.) Tehuantepec. 50. Cnemidophorus unicolor. Cope. (Trans. Am. Phil. Soc. 1877, p. 93.) Tehuantepec. 51. Cnemidophorus immutabilis. Cope. (Trans. Am. Phil. Soc. sia 93.) Tehuantepec. ] 352. Cnemidophorus communis. Cope. (lrans. Am. Phil. Soc. 1877, p. 95.) Córdoba, etc., Guanajuato, (Dr. Dugés) fide Cope. 53. Lepidophyma Smithú. Bocourt. (Miss. sc. du Mex. 309 pl. XX F y XX G.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 178.) De la Costa del Pacífico. 54. Heloderma horridum. Wiegmann. (Isis. 1829. p. 627.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 297. pl. XX E y XX G.) Sumichrast. (Bibl. univ. 1864, p. 45.) Dugeés. (Cat. Vert. 233.) De la Costa del Pacífico. 99. Xenosaurus grandis. Gray. (Ann. and Mag. Nat. Hist. 1856, p. 270.) Cope. (Proc. Acad. Nat. Sc. Phil. 1866, p. 322.) De esta rarísima y curiosa especie no he colectado más que tres ó cuatro ejem- plares cerca de Orizaba. 36. Gerrhonotus liocephalus. Wiegmann. (Isis. 1828, p. 379.) Gerrh. tessellatus. Wiegmann. (Herp. mex. p. 32. pl. X.) Bocourt. (Miss. sc. du Mex. 342. pl. XXI. A.) ¿Gerrh. ophiurus. Cope. (Proc. Ac. N. Se. Phil. 1866. 321?) Es con cierta vacilacion que he incluido en la sinonimia de esta especie el Gerrh. ophiurus. Cope. cuyo habitat es la tierra-caliente de Veracruz, á 900 metros de altura, miéntras que los ejemplares del G. tessellatus que he colectado procedian todos de la region montañosa, á 3000 ó más metros de elevacion. 51. Grerrhonolus teniatus. Wiegmann. (Isis. 1828, p. 379.) Bocourt. (Miss. scient. du Mex. p. 327. pl. XXI. A.) De la Region alpina de Orizaba y de Chiapas. La NATURALEZA.—Tomo VI.—S. 40 LA NATURALEZA 58. Gerrhonotum imbricatus. Wiegmann. (Isis. 1828, p. 379.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 363. pl. XXI B.) Duges. (Cat. Vert. 253.) Region alpina de Orizaba y Oaxaca. 59. Gerrhonotus gramineus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1864, p. 179.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 330. pl. XXI. A.) No es rara esta hermosa especie en la Region alpina de Orizaba. Vive debajo de los troncos podridos ó de sus cáscaras. El íris del animal vivo es de un azul pálido. 60. Gerrhonotus autauges. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1866, p. 132.) Bocourt. (Miss. sc. du Mex. p. 346. pl. XXI y XXI B.) Region alpina de Orizaba. 61. Diploglossus chalybeus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1866, p. 321.) De Orizaba y Santa Efigenia. 62. Diploglossus Stemdachneri. Cope. (Proc. Acad. N. Se. BIN 1864, p. 179.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 383. pl. XXI.) De Orizaba. 63. Mabuya agilis. Raddi. Bocowrt. (Miss. Sc. du Mex. p. 395. pl. XXI. B.) ¿Mabuya unimarginata. Cope. (Proc. Acad. Nat. Se. Phil. 1862, p. 187.) fide Bocourt.—Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 179.) Este estinco es comun en ambas costas de la República: su nombre vulgar es lagartija (isa. 64. Eumeces (Plestiodon) Sumichrasti. Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1866, p. 321.) He encontrado esta especie de formas rechonchas en los encinales del Potrero cerca de Córdoba, á una altura de 590 metros. 65. Eumeces lynae. Wiegmann. (Herp. Mex. p. 36.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 437. pl. XXI E.) ¿Duges. (Cat. Vert. 256.) Comun en la region alpina de Orizaba hasta la altura de más de 3000 metros. 66. Eygosoma (oligosoma) Gemmingerii. Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1864. p. 180.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mexique p. 449.) De la region alpina de ambas costas. 67. Eygosoma (mocoa) assata. Cope. (Proc. Acad. Nat. Sc. 1564, p. 179.) Bocourt. (Miss. Se. du Mex. p. 450. pl. XXI F.) Sumichrast. (Bull. Soc. Zool. Fr. 1880. 179.) De la costa del Pacífico. 68. Gymnophtalmus (Epaphelus) Sumichrasti. Cope. (Journ. Acad. Nat. Se. Phil. 1875, p. 115.) Bocourt. (Miss. Sc. du Mex. p. 471. pl. XXI H.) Costa del golfo de Tehuantepec. LA NATURALEZA 44 ÓRDEN DE LOS OFIDIOS Ó SERPIENTES. (Ofidia.) 1 69. Typhlops basimaculatus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1866, p. 320.) De Orizaba (Cerro del Borrego) y Córdoba. 70. Stenostoma phenops. Cope. (Journ. Ac. N..Sc. Ph. 1875, p. 28.) Su- michrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 179.) Este pequeño ofidio es comun en gran parte de los Estados de Oaxaca y Chiapas. 71. Boa imperator. Daudin. (Hist. nat. Rept. tom. 5, p. 150.) Dum. y Bibr. (Erpet. gen. VI. 519.) Dugeés. (Catal. Vertebr. Mex. 2. 257.) Comun en las tierras calientes de la República. 72. Loxocemus bicolor. Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1861, p.76 y 304.— Ib. 1879. 271.) ¿Loxocemus Sumichrasti. Bocourt. (Revue de zool. V. 1876.) Si, como hay lugar de suponerlo, estos ofidios pertenecen á una sola especie, ésta deberá llevar por derecho de anterioridad el nombre de £. bicolor. Cope. De la parte occidental del Istmo de Tehuantepec. 73. Ficímia olivacea. Gray. (Cat. of Boidee, etc.) Cope. (Poo! Ac. N. Sc. Phil. 1866, p. 132.) Orizaba (cerro del Borrego.) —Barrio (Tehuantepec.) 74. Ficimia (Amblymetopon) variegata. Gimther. (Cat. Col. Snake. 1858, p. 7. Cope. (loc. cit.) p. 126.) Encontré un solo individuo de esta especie cerca del pueblo de Guichicovi, en el centro del Istmo de Tehuantepec. 715. Geagras redimitus. Cope. (Journ. Ac. N. Se. Phil. 1875, p. 141.) — Sumichrast. (Bull. Soc. Zool. Fr. 1880. p. 180.) De la Huallaga (Tehuantepec.) 76. ¿Enulius (indeterminado.) Sumicrhast. (Bull. S. Z. Fr. 1880, p. 180.) Costa del Golfo de Tehuantepec. 711. Stenorhina ventralis. Dum. y Bibr. (Erp. gén. VIH. 867.) Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Ph. 1860. 242.—Id. 1866, p. 127.—Id. Journ. Ac. N. Se. Ph. 1875. 142.) No es raro este ofidio en las partes templadas del Estado de Veracruz, (Jala- pa, Huatusco, Orizaba, etc.) 718. Stenorhina apiata. Cope. (Jaurn. Ac. N. Se. Ph. 1875, p. 142.) Parte central del Istmo (Barrio.) 1 En esta enumeracion de los ofidios he tenido que adoptar casi enteramente las determinacio- nes que el Sr. Prof. Cope tuvo en varias épocas la bondad de suministrarme por comunicaciones directas ó por el envio de sus publicaciones; es probable pues que varias especies hayan recibido distintas apelaciones, sea del Sr. Jan, autor de la: «Iconografía de los Ofidios,» sea de otros natura- listas cuyas obras no han estado á mi alcance. Debo advertir igualmente, que por estar aún hoy du- dosa la posicion sistemática de muchas especies, no he seguido un órden rigoroso en la enumeracion de las de que aquí se trata. 42 LA NATURALEZA 19. Stenorhina? sp. nov.—Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 180.) De Tapana. (Tehuantepec.) SO. Ogmius (Oxyrhina) varians. Jan-Cope. (Amer. Phil. Soc. 1869, p. 162.) Dugés. (Cat. Vert. Mex. N.* 259.) | S1. Tantilla rubra. Cope. (Journ. Ac. N. S. Ph. 1875, p. 144.) Tehuantepec, Chiapas. 82. Tantilla miniata. Cope. (Proc. Ac. N. S. Ph. 1863, p. 100.—Id. Journ. Ac. N. S. Ph. 1875, p. 144.) De Huatusco (Veracruz.) 83. Coniophanes (coronella) fissidens. Gimther. (Cat. of Col. Snakes. p. 36.) Duyges. (Glaphyr. lateralis. Jan.) Duges. (Catal. Vert. p. 277.) 84. Coniophanes proterops. Cope. (Pr. Ac. N. S. Ph. 1860, p. 249.) Como la anterior se halla en ambas costas. 853. Coniophanes (coronella) bipunctatus. Gimther. (Cat. Col. Sn. p. 36.) Tierra-caliente del Estado de Veracruz. 86. Comophanes piceiwitis. Cope. (Amer. Phil. Soc. 1869, p. 149.) De la parte central y occidental del Istmo. 87. Rhadinea fulviwittis. Cope. (Journ. Ac. N. Se. Phil. 1875, p. 139.) Region alpina de Orizaba (Sierra de Agua.) 88. Radinea (coronella) decorata. Ginther. (Cat. Col. Sn. p. 35.) Encinal del Potrero, cerca de Córdoba (Veracruz.) 89. Ophibolus polyzonus. Cope. (Pr. Ac. N. Se. Phil. 1860, p. 258.) De ambas costas. (Orizaba, Córdoba, Tehuantepec, Tonalá, etc.) 90. Ophibolus micropholis. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Ph. 1860, p. 257.) Parte oriental y central del Istmo. 91. Pliocercus elapoides. Cope. (Pr. Ac. N. $. 1860. 253.) ¿Elapochrus Deppei. Peters. Tierras calientes de ambas costas (Córdoba, Santa Efigenia.) 92. Enicognallass anmulatus. Dum. y Bibr. (Erpet. gén. tom. VIH, p. 335.) De ambas costas (Orizaba, Cacoprieto.) 93. Conophis Sumichrasti. Cope. (Journ. Ac. N. Sc. Phil. 1875. p. 137.) De la parte central y occidental del Istmo. 94. Phimothyra (salvadora) Bairdi. Jan. (Icon. Ophid. 1.* livr. pl. TIT. 2.) Cope. (Proc. Ac. N.Sc. Ph. 1861, p. 300.) Duges. (Cat. Vert. Mex. N.* 263.) Bastante comun en los alrededores de Orizaba. 95. Catostoma (Rhabsosoma) semidoliatum. Dum. y Bibr. (Erp. gen. VII. p. 93.) Gúnter. (Cat. of Col. Sn. p. 101.) Comun en las tierras templadas de Veracruz. -96. Catostoma chalybeum. Wagler. (Nat. Syst. Amph. p. 194.) Montañas de Orizaba. 97. Ninia (streptophorus) seba collaris. Jan. Dum. y Bibr.Erp.gén. VIL. 515. e LA NATURALEZA le Comun en el Estado de Veracruz. 98. Ninia diademata. Baird y Girard. (Cat. of N. Amer. Snakes; p. 49.) Region alpina de Orizaba (Necostla, etc.) 99. Chersodromus Liebmanni. Reinhart. 1860. Cope. (Proc. Acad. Nat. Sc. Phil. 1861. 302.) De Orizaba. 100. Eutenia scalaris. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Ph. 1360, p. 369. )—1d. id. 1866, p. 306.—Orizaba. 101. Eutenia flavilabris. Cope. (Proc. Ac. N. S. Ph. 1865, 197.—Id. id. 1866, p. 306. Montañas de Orizaba. 102. Eutenia Sumichrasti. Cope. (Proc. Ac. N. S. Ph. 1866. p. 306.) Montañas de Orizaba. 103. Eutenia proxima. Say. Baird y Gir. (Cat. N. Am. Serp. p. 25.) Orizaba, Tehuantepec. 104. Eutenia marciana. Bd. y Gir. (Cat. N. Am. Serp. p. 36.) Tehuantepec. 105. Eutema phenax. Cope. (os Ac. N. Sc. Phil. 1868, p. 134.) Region alpina de Orizaba. 106. Eutenia sirtalis. Linneo. (Syst. nat. Ed. XII. p. 387.) Orizaba, en los lugares húmedos. 107. Tomodon nasutus. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Phil. 1864, p. 167.) De Tehuantepec. (Rio Verde.) 108. Spilotes variabilis. Wied. (Beitráge p. 271.276.) Dum. y Bibr. (Erp. gén. VH. 220.) Ginther. (Cat. Col. Snakes p. 99.) ¿Spil. auribundus. Cope. (Proc. Ac. N. Se. 1861, p. 300.) De ambas costas de México. 109. Spiulotes pecilonotus. Ginther. (Cat. Col. Sn. p. 100.) Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Phil. 1865, p. 195.) Córdoba (Veracruz. 110. Spilotes melanurus. Dum. y Bibr. (Exp. gén. VI. 224.) De ambas costas. 111. Bascanium (Coryphodon) mento=varium. Dum. y Bibr. (Erp. gen. VI. 187.) Cope. (Amer. Phil. Soc. 1879. 271.) Comun en la costa del Golfo de Tehuantepec. 112. Drymobius (Herpetodryas) margaritiferus. Schlegel. (Essai. II. 184.) De ambas costas: comun en los lugares húmedos. 113. Drymobius (Herpetodryas) Boddaerti. Seetz. Schlegel. A TT. 185.) Tierras calientes y templadas de Veracruz. Comun. 114. Symphimus leucostomus. Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1869. p. 50.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. p.183.)—De Tehuantepec. LA NATURALEZA.—Tomo VI.—9. 44 LA NATURALEZA 115. Leptophis mexicanus. Dum. y Bibr. (Erp. gen. VIH. 53.) De ambas costas. 116. Leptophis diptotropis. Cope. (Amer. Phil. Soc. 1879. p. 271.) Sumi- chrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 183.) Costa del Golfo de Tehuantepec. (Juchitan, Tapana, etc.) 117. Oxybelis acuminatus. Wied. Bitr. Ox. ceeneus. Wagler. (Serp. Bras. p. 12.) Duges. (Cat. Vert. mex. núm. 273.) De ambas costas. 118. Dryophis fulgidus. Daudin. (Rept. tom. VI. p. 352.) De ambas costas. 119. Oxyrrhopus Cleelia. Daudin. (Rept. VI. pl. 78.) Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1569. p. 162.) Del Barrio. (Tehuantepec.) 120. Leptognatus nebulatus. Linneo. (Grinther. (Cat. of Col. Sn. p. 177.) Dum. y Bibr. (Erp. gen. VIL. 464.) Cope. (Pr. Ac. Nat. Sc. Phil. 1868. p. 108. 109. 136.) He encontrado cerca de Córdoba (Potrero, Omealca) hermosos ejemplares de este ofidio, correspondientes por su coloración á la variedad D de la Erpetología general. (Loc. cit.) 121. Zeptognatus (Tropidodipsas) fasciatus. Gunther. (Cat. Col. Sn. p. 181.) Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Ph. 1868. p. 109, 137.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 184.) De ambas costas. (Córdoba, San Andrés Tuxtla, Santa Efigenia, etc.) 122. Leptodira anmidata. Linneo. (Syst. Nat. 1. 386.) Milzinger. (Syst. Rept. p. 27. Ginther. (Cat. Col. Sn. p. 166.) Muy comun en todas partes. 123. Leptodira mystacina. Cope. (lrans. Amer. Phil. Soc. 1869, p. 151.) De toda la costa del Golfo de Tehuantepec. 124. Trimorphodon (Dipsas) biscutatus. Dum. y Bibr. (Erp. gen. VIH. 1153.) Giúnther. (Cat. of Col. Snakes. p. 176.) Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1861, p. 297.) Id. (Amer. Phil. Soc. 1869, p. 162.) Duges. (Cat. Vert. mex. n.* 275.) ¿Trim. major. Cope. (Trans. Am. Phil. Soc. 1869, p. 153.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 184.) De ambas costas; comun. 125. Trimorphodon tau. Cope. (Amer. Phil. Soc. 1369, p. 151 y 152.) Encontré el tipo de esta especie cerca de Quiotepec, entre Tehuacan y Oaxaca. 126. Trimorphodon collaris. Cope. (Journ. Ac. Nat. Sc. Phil. 1875, p. 131.) Los individuos típicos procedian de Tuxpango, cerca de Orizaba. 127. Elaps elegans. Jan. (Rev. mag. zool. 1858. 524.) De Huatusco (Veracruz.) 128. ¿Elaps migrocinctus. Gir. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1854, p. 226.) LA NATURALEZA 45 De Tehuantepec. 129. ¿Bothriechis mexicanus. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Phil. 1865, p. 198.) ¿Bothriopsis afinis. Bocourt. (fide Cope.) Segun toda probabilidad el teposwo de la regien alpina de Orizaba pertenece 4 esta especie. 130. Bothrops atrox. Linneo. Wagler. (Natiwrliche System der Amphibien. p. 174.) La víbora sorda, como se llama este terrible ofidio en el Estado de Veracruz, es bastante comun allí, hasta una elevacion de 1200 á 1300 metros. 131. Bothriopsis brachystoma. Cope. (Proc. Ac. Nat. Se. Phil. 1859, p- 339.) Ibid. 1861, p. 295.) Bocourt. (Revue de zool. V. 1876.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 185.) Comun en la costa del golfo de Tehuantepec. 132. ¿Atropus undulatus. Jan. (Rev. mag. Zool. 1859, p. 157.) Cope. (Proc. Acad. Nat. Se. Phil. 1865, p. 195.) Este curioso ofidio no es raro en la region Alpina de Orizaba. 133. Ancistrodon bilineatus. Ginther, (Ann. mag. nat. Hist. 18963. 364.) Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1869, p. 162.) Sumichrast. (Bul. Soc. Zool. Fr. 1880, p. 185.) De la costa occidental del Istmo de Tehuantepec. 134. Crotalus durissus. Linneo. (Syst. Nat. 1760, p. 214.) Crot. Aorri- dus. Latr. Schlegel. De ambas costas de la República. 135. Crotalus (Uropsophus) triseriatus. Waygler. (Nat. Syst. der Amph. p. 176.) Region alpina de Orizaba (2000 á 3000 metros.) 136. Crotalus (Caudisona) ravus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Ph. 1865, p- 191.) He recogido un solo ejemplar de esta especie en las cumbres de Aculzingo, á una altura de 2500 metros. FIN DE LOS REPTILES. REVISTA DE BOTANICA. FisioLocia.—Hemos citado algunas veces en la Revue Scientifique las nuevas é importantes in- vestigaciones de Mr. Prineheim sobre la clorofila y su funcion. : Mr. Pringheim acaba de reunir los resultados de sus trabajos en una extensa publicacion, acom= pañada de numerosas estampas. * Hemos hablado del descubrimiento de la hipoclorina (esta nueva sustancia es uno de los primeros resultados de la asimilacion), y de la accion destructora de la luz intensa sobre el plotoplasma y la clorofila. Todos estos hechos han sido expuestos con todo el des- arrollo que permite su estudio en el trabajo de Mr. Pringheim. Este autor aleman ha sabido descu- brir un gran número de hechos imprevistos é interesantes, valiéndose, sobre todo, de los ácidos di- luidos en el agua, y empleando para sus experimentos celdillas vivas que fueron sometidas á diveros tratamientos para determinar su aclaracion. Basándose en estas observaciones, Mr. Pringheim, ha propuesto una nueva teoría de la asimilacion, de la cual es preciso ocuparse, porque no ha sido com- prendida y si desnaturalizada en algunas obras modernas destinadas para la enseñanza secundaria. El autor mencionado supone que el protoplasma desprovisto de materia verde puede asimilar, pero que, sin la accion de la luz, la respiracion predomina siempre sobre la asimilacion. Cuando la clorofila se encuentra ubida al protoplasma absorbiendo los rayos más refiringentes, entónces predomina la asi- milacion; porque aquella suprime los rayos que le son más favorables á la accion inversa. Esta pan- talla verde desempeña un papel puramente fisico; retarda la oxidación y favorece por consecuencia la formacion de la hipoclorina, la asimilacion. Mr. Pringheim, valiéndose del desarrollo de esta teo- ria ha contestado á algunas de las objeciones que aparecieron en un artículo de la Revue scientifique. Nos tomamos la libertad de hacer notar que el sabio botánico aleman no ha dado á conocer ninguna observacion que pruebe la existencia real de la asimilación por una celdilla desprovista de clorofila; supone que dicha funcion se verifica, pero que es disfrazada por una accion contraria; esto es una pura hipótesis. : Mr. Wiesner ha publicado un estudio critico en el que se ocupa del nuevo libro de Mr. Darwin, llamado Mouvements des plantes, del cual hemos hablado ya en la última revista de botánica. El sa- bio fisiologista examina sucesivamente todos los hechos nuevos descubiertos por Darwin, y trata de relacionar la publicacion de estos fenómenos á las leyes ya conocidas de la fisiologia vegetal. Sus erílicas se dirigen más bien á la manera con que Darwin explica ciertas experiencias que á estas mis- mas. Sin resumir aqui el extenso trabajo de Wiesner, solo citamos una de sus críticas experimen- tales. 2 Mr. Darwin ha notado que si se pega un pedazo de carton en la extremidad de una raiz, y hácia un lado, ésta se encorva del otro; pero la curvatura no se hace en el lugar en que ha sido pe- gado el carton, sino á cierta distancia hácia arriba. Este último observador deduce de esta experien- cia que la raiz está dotada de una sensibilidad, por medio de la cual siente una impresion especial cuando está sometida á una débil presion, y que ella puede trasmitir á cierta distancia esta impresion obrando la extremidad de dicha raiz como un cerebro. Mr. Wiesner ha probado que una presion dé- bil, no produce esa clase de fuga de la extremidad de la raíz; y que el carton únicamente no la pro- duce tampoco. Asi, la accion del liquido que ha servido para pegar el carton, es la única que provoca el encorvamiento de la raiz en sentido inverso. El mismo observador ha demostrado que el líquido indicado por Darwin en su experiencia, mata á las celdillas del tejido subyacente. Alrededor de es- tas celdillas muertas se produce una hipertrofia de las celdillas próximas, lo cual provoca el encor- vamiento de la raiz. Las conclusiones de Darwin fueron un poco anticipadas, y se ve que esta sensi- bilidad que le sirve de punto de partida para explicar un gran número de fenómenos, no se ha pro- bado suficientemente cuando se someten sus experiencias á una séria censura. 1 Untersuchungen uber Lichwirkung und Chlorophyllfunction in der Pflanze, Leipzig, 1881. 2 Das Beweegungsvermogen der Pflazen, Viena, 1881. LA NATURALEZA 47 Mr. Van Tieshem 1 ha seguido sus curiosos estudios sobre la vegetacion en el aceite. Ha logra- do cultivar en aceite de olivo una levadura de cerveza (Sacchoromyces olei). Ésta se desarrolla en el liquido, sin extenderse y le pone lechoso; el aceite llega á ser ácido y se saponifica. Por otra parte, los séres que viven en el interior del aceite desarrollándose sobre un cuerpo embebido de agua que se introduce alli, pueden ser de formas muy variadas. Van Tieghem ha señalado una moriere, dos especies de mucor, varios hongos ascomicetos, etc. Mr. Schnetzler ha hecho nuevas observaciones sobre la Lathrea squamaria, * la cual puede vivir independiente ó parásita segun la estacion. Habla del ataque de los granos de almidon que se observa en el mes de Mayo en la planta viva, por el Bacillus Amylobacter. Mr. Miquel $ ha publicado nueyos resultados sobre el estudio general de las bacterias de la at- mósfera. Segun sus observaciones ejecutadas con todo el esmero posible, el aire está desigualmente poblado de gérmenes de bacterias, y la proporcion de dichos gérmenes por metro cúbico varía de 25 á5654; en el agua de lluvia, al contrario, se encuentra un número considerable. Pasando el aire al través del estiércol podrido, húmedo, no contiene ningun gérmen; se carga de esporos si pasa por el estiércol seco. Mr. Jacob Eriksson + ha publicado tambien últimamente aleunos ensayos importantes sobre el desprendimiento de calor que se observa en las plantas. Despues nos ocuparémos de esto. Citamos aqui una nota $ sobre las experiencias hechas con las celdillas vivas de clorofila. Mr. Pringheim examina los efectos de la luz sobre las celdillas vivas colocadas durante un tiempo varia- ble, en el hidrógeno, ácido carbónico ó una mezcla de estos dos gases, ó sobre celdillas de plantas acuáticas puestas por cierto tiempo al aire ordinario. MorroLocia,—Alegunos autores admiten, sin embargo, ciertas hipótesis cuando éstas cuadran con sus ideas. Es preciso desconfiar, sobre todo, en materia de trasformismo á las afirmaciones harto prematuras, por más trasformista que uno sea. Una de las memorias * que acaba de publicar Mr. Treub, el sabio director del establecimiento de botánica de Buitenzors, en Java, modifica la teoria por la cual los gimnospermos actuales son considerados como el eslabon que une á los eriptógamos vasculares con los angiospermos. MM. Marion y de Saporta, que han admitido asi como tambien demostrado en todos sus detalles la homología del muclillo de los angiospermos y del esporanje de los eriptózamos, tendrán que cambiar su árbol genealógico del mundo vegetal. Estudiando el desar- rollo del óvulo de las cicadeas, Mr. Treub ha mostrado que el bosquejo del macrosporanje aparece en la escama como el del esporanje en la hoja de un Ophioglossum: poco tiempo despues del nacimien- to de este bosquejo de macrosporanje se forman nuevas producciones: el núcleo y el tegumento. Mr. Treub ha expuesto en una pequeña nota” la manera por medio de la cual podemos modificar las re- laciones de parentesco que podrian unir á las cicadeas con las criptógamas. Citarémos aún una nueva Memoria de Mr, Treub, sobre la familia del muérdazo: las Loranta- ceas. $ Este autor describe alli las desradaciones del gineceo y del saco embrionario en estas plantas parásilas, no solamente bajo el punto de vista morfológico, sino tambien fisiológico. Es interesante saber por qué medios pueden pasar las parásitas de una oreanizacion que parece indispensable en ellas, á los angiospermos normales. El mismo observador continúa actualmente sus investigaciones sobre este asunto. Las interesantes investigaciones de Mr. Schimper sobre el modo de formacion del almidon, ya eran conocidas. Ultimamente en una Memoria complementaria, ? este autor ha estudiado la manera por medio de la cual crecen los granos de almidon. Alli se encuentran nuevos y numerosos hechos. 1 Recheches sur la vie dans Vhuile (Bol. de la Soc. botánica de Francia, 1881.) 2 Arch. se. phys. et nat. Génova, Set. de 1881, 3 Anmuaire de Montsouris, 1881. 4 Ueber Warmebildung durch intramolelulare Athmung der Pfinazen, (Bot. Inst. in Tubigen Lipzig, 1881.) 5 Ueber die primoren wirgunben des Lischter auf die Vegetation, Berlin, 1881. 6 Recherches sur les Cycadeas, Leyde, 1881. 7 Yets over het verband tusschen phanerogamen en erytogamen (Meded. der. kon. Akademie van Wet. 2 reeks, deel XVII, Amsterdam, 1881.) 8 Observations sur les Loranthacees, Leyde, 1881. 9 Untersuchuyen iber das Waschsthum der Stúrkekorner (Botamische Zeitung, núms. 12, 13 y 14; 1881.) LA NATURALEZA. —Tomo VI.—10, 48 LA NATURALEZA Segun Mr. Schimper, los granos de almidon no crecen por intususcepcion, como lo enseñan los tra- bajos de Niwgeli, sino por acopio hácia el exterior de nuevos materiales. Noha sido suficientemente comprendida la resurreccion que Mr. Schimper intenta hacer de la antigua teoría de la fijacion. Las capas sucesivas que se observan en los granos de almidon no son en realidad las que se han deposi- tado sucesivamente. Mr. Schimper asegura, como Neegeli, que dichas capas son desigualmente hi- dratadas y atribuye su formacion á cierta tension de la:capa exterior, cuya intensidad varia periódi- camente. De todos modos, cualesquiera que sean las hipótesis hechas, está por obtenerse el resultado de una experiencia fundamental. Corroidos los granos de almidon y atacados pueden cubrirse, cam- biando las condiciones de vida de la celdilla, de una nueva formacion de almidon que rodea el resto del grano corroido y donde se desarrollan las capas alternativamente claras y oscuras en número creciente. : pgs Mr. Noegeli ha publicado despues * una crítica de las conclusiones de Schimper. 'Sin negar las experiencias y las observaciones del autor, el sabio profesor de Munich, está de acuerdo en que todo lo. que ha observado Mr. Schimper puede explicarse admitiendo la teoria de la intususcepcion. Esta delicada cuestion no parece aún resuelta de una manera definitiva. Al tratar de esta cuestion de los granos de almidon y de su modo de desarrollo, Mr. Wiesner no se opone de una manera categórica en el nuevo tratado de botánica que'acaba de publicar. ? No cree que las capas sucesivas de los granos de almidon, alternalivamente claras y oscuras, sean debi- das únicamente á la desigual reparticion del agua, como lo creen Mr. Naegeli y Mr. Schimper. Mr.' Wiesner dice que la granulosa y la celulosa están desigualmente repartidas. Da como prueba la ac- cion del ácido crómico sobre los granos de almidon. Este reactivo dibuja mejor las capas sucesivas de dichos granos, porque ataca la granulosa sin atacar á la celulosa. Segun esta observacion debemos considerar á un grano de almidon como una mezcla de granulosa y de celulosa no homogénea, pero compuesta de capas alternativamente más ricas en granulosa y en celulosa. El estudio de los vasos aparrillados del liber por donde circula en las plantas la savia elaborada, acaba de emprenderse completamente en todos los grupos vegetales por Mr. Russow. 3 El autor ha fijado su atencion, sobre todo, en los callos (ya señalados por varios autores en las coloquintidas, las vides, etc.), los cuales tapan en cierta época los poros de los enrejados ó cribas de los vasos del lí- ber. Se pueden descubrir estas producciones locales gelificadas de la membrana, por medio del azul de anilina lavada en seguida en la glicerina. Con el auxilio de estos reactivos los callos únicamente se coloran y son por consecuencia visibles. Mr. Russow manifiesta que estas producciones se forman en los enrejados durante el otoño, en el momento en que se detiene el movimiento de la savia, las cuales se destruyen en la primavera siguiente, y que para una criba dada nose forman más que una sola vez, habiendo perdido la membrana la propiedad de regenerar de nuevo estos callos. Segun Mohl, se distinguen ordinariamente en los elementos liberianos, las. cribas transversales realmente perforadas y las cribas colocadas lateralmente, en las cuales subsistia siempre una ligera membrana. Mr. Russow cree que esta distincion es inexacta y que todas las cribas están en general perforadas excepto en la época de los callos. No habria, pues, segun él, verdaderos vasos aparrillados; debemos decir más bien, el tejido aparrillado, puesto que las comunicaciones laterales entre las celdillas se han establecido de un lado á otro entre dos celdillas liberianas. Mr. Russow, que ha estudiado un gran número de especies, ha encontrado los caractéres generales de los vasos aparrillados, desde los he- lechos hasta los angiospermos dicotiledóneos. Más tarde resumirémos completamente el extenso trabajo de Mr. R. Gerard sobre las modifi- caciones de la estructura de los tejidos en la region del paso del tallo á la raiz, * cuando su tésis ha- ya sido sostenida ante la Facultad de ciencias; pero puesto que este trabajo acaba de ser, publicado en los Anales, señalarémos desde ahora las conclusiones. La manera con que los haces vasculares primarios cambian su distribucion, cuando se pasa de la raiz al tallo, es más variable de lo que se creia. Ordinariamente esta region del paso se observa en el eje hipocotilado; pero algunas veces tras- 1 Das Wachsthum. der Stúrkekorner durch Intususception (Bot. Zeit., Octubre de.1881.) 2 Elemente der Anatomie und Physiologie der Pñiazen, t. I, p. 259, 260 y 261; Viena, 1881. 3 Ueber die Verbreitung der Callusplatten bei den Geffássfianzen, (Dorpated Natuforscher Geselleschaft, 1881.) 4 Anm. sc. nat. bot., t. XL, Setiembre, 1881. LA NATURALEZA 49 pasa los cotiledones, y la estructura definitiva de los haces vasculares no se establece sino en el cuarto entrenudo. Se ha hecho cuidadosamente el estudio de estas variaciones de estructura, y éste pone en relive numerosas observaciones nuevas; pero ¿es preciso creer, como el autor, que el cuello plano geométrico no existe? Esto depende de la manera como se le defina. Si se entiende por cuello el límite exterior entre la raiz y el tallo (y asi es como se le define ordinariamente), el cuello puede determinarse geométricamente en el intervalo de: dos hileras de celdillas perfectamente definidas: las que separan la epidermis externa del tallito ó del tallo de la epidermis de origen interna de la raicilla 6 de la raiz. Mr. d'Arbaumont 1 ha publicado un estudio anatómico sobre el tallo de las ampelideas. Exami- na sucesivamente las variaciones de estructura de la corteza y del cilindro central; se ocupa de las diferentes sustancias contenidas en las celdillas de las ampelideas, y, en el último capitulo, procura aplicar estas nociones anatómicas á una clasificacion de las plantas de esta familia, lo cual (como ha sucedido siempre en semejantes casos) colecciona forzosamente los géneros y reune en un mismo grupo especies pertenecientes á géneros diferentes. Mr. J. Miller ? dice que ha observado, en un liquen del género Cenogonium, una celdilla que era á la vez gonodia, es decir, alga, y por otra parte, en forma de tubo delgado hialino ú hongo; de donde resulta, segun esta sola observacion, la destruccion de la teoría de Schwendener sobre la aso- ciacion de una alga y un hongo en la constitucion de un liquen. La observacion de Mr. Miller exige confirmacion. Mr. Vesque ha descrito en las acantaceas y las cruciferas * las importantes formaciones de celu- losa localizada. Mr. Cramer * ha publicado últimamente un estudio curioso del desarrollo del protalo en ciertos helechos. Estos protalos que representan, como se sabe, la generacion sexuada de los helechos, pro- ducen como los demás, las arquegonas y las asteridias; pero, además, dan nacimiento á filamentos que llevan esporos (conidias) de formas variadas. Frecuentemente estos esporos se encuentran en un cuerpo fusiforme constituido por doce celdillas especiales cuya hilera está colocada al través del filamento del protalo; otras veces son semejantes á las yemas del protalo, ó bien cuerpos completa- mente análogos á verdaderos esporos unicelulares. Mr. Berggren $ ha estudiado detalladamente el protallo y el embrion de la azolía, pequeña planta eriptógama que se encuentra abundantemente en las fuentes de los invernaderos. Esta Memoria i¡m- portante completa el estudio del desarrollo de los rizocarpos actualmente conocidos. Mr. Carl Richter, en un trabajo muy minucioso, * ha probado que la pretendida celulosa espe- cial de los hongos no existe. Ha hecho un gran número de experimentos. En resúmen, ha visto que despues de haber desembarazado á las membranas de las materias que les impregnan, tienen los ca- ractéres de la celulosa ordinaria; se azulean por la accion del iodo y del ácido sulfúrico, y son disuel- tas por el licor de Schweizer. —No terminarémos esta parte de la Revista de botánica sin señalar la aparicion de un nuevo Tratado general de Botánica, 7 al cual hemos aludido al ocuparnos delalmidon. Mr. Wiesner ha pu- blicado últimamente la primera entrega que tiene por titulo: Elements d'anatomie et physiologie des plantes. Es una exposicion clara y un resúmen (lo que es raro en los tratados alemanes), de la cien- cia clásica en que no se mencionan las cuestiones que no han sido resueltas. Contiene muchas lámi- nas, las cuales tienen el mérito de ser muy claras y nuevas enteramente bastantes de ellas. En la primera parte, que trata de anatomía, Mr. Wiesner se ocupa de la celulosa, de los tejidos y de los 1 Ann. sc. nat. bot., 6? serie; t. XI, Junio y Setiembre, 1881. 2 LD Organisation des ceenogonium et la théoria des lichens (Arch. sc. phys. et nat., Génova, Octubre, 1881. 3 Sur quelques formations cellulosiennes locales. (Ann. se. nat. bot., 6? serie, t. XI, núm. 3, 1881.) 4 Ueber die gesehlectslose Oermehung des Farn Prothallium namentlich durch Germmen resp. Conidien, Zu- rich, 1881. 5 Lunds universit. Arsskrift t. XVI, trad. franc. (Revue sc. nat. Montpellier, Setiembre, 1881.) 6 Ecitrange zur genauren kenntniss, der chemischen Reschaffenheit des Zellmembranen bei den Pilzen (Vienne k. Akad. wissench., Labth, 1881.) 7 Elemente der Wissenschaftlichen Botanil, Viena, Alfred Hólder, editor, 1881. 50 LA NATURALEZA órganos de los vegetales. En la segunda, la fisiologia, el autor muestra cuáles son los estudios fisicos y químicos indispensables para todo estudio fisiológico. Se encuentra allí el resúmen de sus notables trabajos, entre otros, sobre la traspiracion y el heliotropismo. En el tercer capitulo de esta parte fisio- lógica se ocupa del crecimiento; ¿pero no es esto la morfología? El sabio botánico austriaco, nos per- mitirá que hagamos notar que él, á imitacion de sus cofrades de Alemania, no cita más que los autores de la raza germánica. Al fin de ese Tratado de anatomia y de fisiologia se encuentran un gran nú- mero de notas; alli es donde están ciertas cuestiones dudosas y donde Mr. Wiesner hace sus apre- ciaciones personales. En una palabra, el nuevo libro de botánica prestará sin duda, gran servicio, no solamente á los estudiantes de Austria-Huneria, sino tambien á los de Alemania del Norte. CLASIFICACIÓN Y GEOGRAFÍA BOTÁNICA.—Mr. de Bary ha hecho en el Botaniche Zeitung 1 un es- tudio sobre el importante grupo de los hongos vomicetos, los cuales han recibido el nombre de pero- nosporados; no sería posible resumir aquí un trabajo tan considerable. Este está acompañado de mu- merosos grabados. No es solamente un estudio descriptivo de los peronosporados, sino tambien de la organizacion y el desarrollo de estos parásitos de los vegetales vivos. Mr. Lange, de Capenjahua, ha publicado un escrito interesante sobre la flora de la Groenlandia. 2 Las plantas más numerosas son las ciperaceas (53 especies), las gramineas están representadas por 45 especies; despues vienen las cruciferas (26 especies), las cariofileas (27 esp.) y las compuestas (24 esp.): las escrofularineas, las ranunculaceas, las liliaceas, los helechos, saxifragas y las ericineas, están represantadas por 12, 13 6 14 especies cada una; las otras familias de las plantas vasculares no tienen más que de 1 á 7 especies en la Groenlandia. Esta Memoria contiene varias objeciones diri- vidas á las aserciones del sabio botánico inglés, Mr. Hooker, de las cuales algunas están de acuerdo con las que han sido presentadas en un artículo de la Revue Scientifique. * Mr. Hooker, aplicando las ideas de Darwin, ha sostenido que la flora groenlandesa es casi exclusivamente europea. Ahora re- sulta del estudio estadístico de los hechos recogidos, que esta flora tiene casi tanto de la América, como de la Europa. Mr. Hooker, dice que no se podria citar una sola especie particular de Groen- landia, que no haya sido encontrada en otro pais, y este es uno de los principales puntos de apoyo de su teoria sobre la inmigracion de las plantas de la flora ártica; es preciso modificar esta conclusion, porque se conocen actualmente diez y nueve plantas especiales de la region groenlandesa, de las cua- les once eran ya conocidas en la época de la publicacion del trabajo de Mr. Hooker. Mr Lange, pre- sentó una tabla imparcial de las relaciones que tienen entre si las diferentes floras de la Groenlandia y las de otros paises árticos; este trabajo, despojado de toda hipótesis, es un documento excelente para los estudios de geografía botánica. * Entre las obras descritas últimamente publicadas, citamos un Catálogo de las plantas faneróga- mas y criptógamas vasculares de la Guayana francesa, publicada por Mr. Briand. * Mr. Lange* ha dado la diagnosis de algunas especies nuevas de España y de Portugal. Mr. Buser 7 ha presentado á la Sociedad helvética de ciencias naturales, un trabajo sobre los saúces de Suiza, donde: se encuentrun descritos cierto número de hibridos de los Alpes, y saúces de la Argovia. Mr. Moore ha descrito algunas especies nuevas de helechos originarios del océano Pacifico. * Mr. Wille ha pu- blicado varias Memorias sobre las algas de agua dulce de la Noruega; en una de ellas, * acompañada de numerosas figuras, da á conocer un gran número de especies nuevas; en otras describe una alga parásita. (Entocladia Wittrockii), la cual vive en el interior de los tejidos de algas hectocarpos.— (Tomado de la Revue scientifique. núm. 19, 1881.) 1 Agosto y Setiembre de 1881, números 33 y los que siguen. 2 Studier til Groeland flora (Scertryk of Botanish tidsskrift, Bind. 12.) 3 Revue scient., 19 de Junio de 1880. 4 Ann. sc, nat, bot., t. XI, núm. 3, 1831. 5 Troyes, 1881. 6 Diagnoses plantarum peninsule ibericc' novarum, etc. (Vid. Meda. fra den naturhistoriske Forening t Kio benhaon, 1881.) , 7 Arch. sc. ph. et nat., Setiembre de 1881 p. 300. 8 Gardener's Chronicie, Febrero y Marzo de 1881. 9 Kristiania, Vid. Forhandlingen, núm. 11. 10 Ibid. núm. 4. LOS CRIADEROS DE COBRE DE MICHOACAN POR EL SR. INGENIERO DE MINAS, JOSÉ C. HARO, SOCIO HONORARIO. NTRE los metales comunes, el cobre es, despues del fierro, el más estimado de todos por sus numerosas aplicaciones en la industria. Su escasa produccion, que siempre ha sido inferior á los pedidos del comercio, hace que su precio en los mercados sea relativa- mente alto, y que su realizacion sea segura. Los puntos que en la actualidad abastecen de cobre al mundo entero, son muy limitados, siendo los principales: el condado de Cornwall en Inglaterra, la Toscana, los criaderos de Rusia, los del Lago Superior en la América del Norte y los de Bolivia y Chile en la del Sur. Las leyes que deben tener los minerales de los diversos puntos mencionados para que la extraccion del cobre sea costeable, son muy variables de uno á otro; pues se necesita llevar en cuenta tanto las condiciones locales de los criaderos, como la necesidad que hay para los de Bolivia y Chile de enviarlos á las fundi- ciones de Swansea en el país de Gales. Así por ejemplo, las piritas cobrizas de Cornwall concentradas hasta una ley de 8 %, son ya muy costeables; las amfíbolas cobrizas de Toscana apénas llegan al 2 %; miéntras que los metales de Chile necesitan tener un 10 %%. Los mine- rales más ricos de este último punto, tienen una ley de 25 4 30 %%. ¿Qué es esto, comparado con las ley es tan comunesde 50, 60 y aún 70 % de los metales de Michoacan? Tres son los principales puntos que abastecen las fundiciones de Santa Clara del Cobre de dicho Estado, y de ellos me ocuparé preferentemente. Marchando de Morelia hácia: el sur y suroeste, se encuentra, á poco andar, una ancha y elevada serranía que corre de oriente á poniente, y que se asemeja á un enorme contrafuerte desprendido de las sierras de Patámban y Tancítaro. Los puntos más bajos de esta serranía, se encuentran entre los 8000 y 9500 piés sobre el nivel del mar. Toda ella está cubierta de inmensos bosques de pinos y encinos, á los cuales aún no ha llegado la mano del hombre, y que de desear se- ria se supieran conservar mejor que tantos otros de distintas regiones que hace ya tiempo han desaparecido. La NATURALEZA. —Tomo VI.—11. 52 LA NATURALEZA En la falda meridional de esta cordillera, se encuentran situadas las deliciosas poblaciones de Tacámbaro, Ario y Uruapan: siguiendo al sur de ellas, hay un descenso rápido y general hasta el rio de las Balsas y la Costa del Pacífico. El espacio comprendido entre estos dos últimos puntos y las poblaciones menciona- das, es una zona ancha de 25 leguas de N. á $S., y larga de unas 70 leguas, des- de Coalcomán hasta más allá de Huetamo. Toda esta zona forma la region de la tierra-caliente del Estado, y como es bien sabido, es accidentada en extremo. En medio de ella se encuentran los cerros de lava y arena del Jorullo, que hi- cieron desaparecer la llanura que allí existia, como para uniformar los accidentes de aquel suelo, en la parte que las revoluciones geológicas anteriores habian res- petado. Al examinar la diversidad de rocas eruptivas esparcidas en esa inmensa exten- sion de terreno, se comprende que todo él debe ser sumamente metalífero, como en efecto lo es, siendo el cobre el que domina á todos los demás metales. Por doquiera se encuentran en los cerros largas fajas y manchas verdosas, que caracterizan perfectamente los crestones de los criaderos de cobre, y facilitan mu- chísimo la investigacion de ellos. Los vivos colores de los silicatos y carbonatos de dicho metal, comunican un aspecto especial al terreno que los encierra, y hacen que vistos por primera vez en sus yacimientos, no se vuelvan á borrar de la imaginacion. Desde tiempo inmemorial, la mina de Inguaran figura en los anales mineros de Michoacan, é indudablemente la existencia y desarrollo del pequeño pueblo de “Santa Clara, se deben á la explotacion de ella. Lo que sorprende sobre todo al visitar las minas del Estado, es la gran diver- sidad de las especies minerales; pues contrariamente á lo observado en otros países, no es determinada especie la que domina en toda aquella region metalifera, sino que todas existen en conjunto, aunque cada veta ó criadero esté caracterizado por especie diferente. Los mineros del Estado, clasifican los minerales de cobre en metales dorados y metales aplomados; division perfectamente fundada bajo el punto de vista práctico. Los primeros, son aquellos en que domina la chalcopirita ó cobre amarillo (sulfuro doble de cobre y fierro: Cu=34,60 % Fe = 30,51 %4), cuyo aspecto físi- co ha dado orígen á la denominacion de dorados. La gran cantidad de fierro que contiene esta especie, hace costoso su trata- miento metalúrgico, y por eso se prefiere emplear dichos metales como magistra—- les para el beneficio de la plata, ó para trasformarlos en sulfato de cobre, que ahora se emplea de preferencia en el beneficio por patio. De aquí, el nombre de magistrales que tambien le dan á los metales dorados. Entre los metales aplomados, figuran las siguientes especies: Bornite 6 cobre abigarrado (Cu*, Fe) S: Cu = 59,06 % Fe= 26,04 94.) LA NATURALEZA 33 Chalcocita ó cobre sulfúreo (Cu? S: Cu= 79,87%.) Tetraedrita 6 cobre gris (sulfuro de cobre y antimonio) Cu=25 4 40% S$by=!12 2230: Estos metales llamados tambien de /abor, difieren completamente de los dora- dos, y son esencialmente propios para la extraccion del cobre dulce; pues su tra- tamiento es sumamente sencillo, sobre todo cuando en su totalidad están formados por la chalcocita. Además de estas especies, se encuentran tambien con frecuencia el cobre na- tivo, el cuprite ó cobre rojo, la polvorilla de cobre negra, la chrysocola (silicato); la malaquita y el azurite (carbonatos). Las rocas en que arman los criaderos de cobre de Michoacan, pertenecen en su totalidad á la erupcion porfírica, dominando entre ellas: los pórfidos feldespá- ticos y amfibólicos, las dioritas, las amfibolitas y las serpentinas. De ellas me ocu- paré con más detención al hablar de las localidades que visité. Anteriormente dije, que tres eran los puntos en los que se explotaban los cria- deros de cobre; estos son: Inguaran, Oropeo y Churumuco. No tuve noticia du- rante mi permanencia en el Estado, de que hubiera mina abierta en algun otro punto; pero sí tengo la seguridad de que en muchos otros lugares se podrian em- prender con ventaja trabajos de explotacion. Esta seguridad me viene, tanto de la infinidad de muestras que me fueron remitidas, como del exámen que yo mis- mo pude hacer en diferentes puntos. Los criaderos de cobre de Inguaran, se encuentran colocados en los cerros que limitan por el S. E. la antigua llanura de la hacienda del Tejamanil, hoy la mesa del volcan del Jorullo. Estos cerros se elevan hasta los 500 metros sobre el nivel de la planicie inmediata, y forman en su conjunto una sucesion de picachos liga-= dos entre sí por aristas bastante pronunciadas, cuyas vertientes de difícil acceso, están á menudo cortadas á pico por los crestones de las masas metalíferas. Dichos criaderos no están en vetas regulares como los demás de que despues hablaré: por el corto exámen que de ellos hice, creo se pueden clasificar entre las vetas irregulares de contacto, aunque para fundar esta opinion seria necesario hacer un estudio detallado tanto de los cuerpos metalíferos, como de las rocas en que arman, y de las que se encuentran en las cercanías. El corto tiempo que allí permanecí, no me permitió ocuparme de este asunto; únicamente lo indico como interesante para lo futuro, y que contribuirá al conocimiento exacto de nuestros distritos metaliferos. Lo cierto es que los criaderos son irregulares, y que en lugar de vetas, les dan allí el nombre de giedales. Dos son las rocas principales que forman el conjunto de los cerros de Ingua- ran; la una está compuesta de una masa compacta, negra-azulada y dura, sobre la que se desprenden grandes aglomeraciones de pórfido descompuesto. Es una brecha ó conglomerado de pórfido que parece metamorfisado por el contacto de 54 LA NATURALEZA este último; está atravesada por las emanaciones metaliferas y se encuentra há- cia la base de los cerros. La otra roca, esencialmente eruptiva, es un pórfido feldespático en el que se distinguen con bastante claridad los cristales de oligoclasia, y que domina sobre todo en la parte superior de los cerros. Los minerales accidentales que encontré, tanto entre las rocas como en los me- tales de Inguaran, son: la hornblenda, la glauconia, la serpentina y muy espe- cialmente la clorita hojosa: que es muy abundante. Los giedales principales forman tres cuerpos distintos, cuyas mayores dimen= siones son de oriente á poniente, variando la anchura desde 30 hasta 60 metros. El llenamiento de ellos consiste en rocas de los respaldos sumamente alterados por el calor, presentando aglomeraciones de chalcopirita, acompañada siempre de cristales de espato calizo. La mina actual está labrada muy arriba en el cerro; se penetra á los trabajos por un socavon de unas 200 varas de largo que sirve á la vez de caño de desagie. El laborío está concentrado en el cuerpo central, y consiste únicamente en obras de disfrute. Los rebajes están todos al nivel del socavon, no existiendo por con= siguiente ninguna obra inferior á aquel piso. Los comidos antiguos de la mina, que deben ser inmensos en vista de los gran= des terreros que se ven, están arriba de los trabajos actuales; pero desgraciada- mente no se puede penetrar á ellos, tanto por la falta absoluta de planos, como por el completo abandono en que están. Su estudio.seria muy interesante, pues daria á conocer detalladamente la forma y dimensiones de los giiedales. La mayor parte de los metales que de allí se extraen, son de los llamados do- rados; su ley média es de 3 (a) de cobre por carga de mineral de 12 (0), ó sea de 25%. Sin embargo, el conjunto de los metales tomados como salen de la mina, apénas da 14.45 %, de cobre, segun tres ensayes que yo mismo practiqué. Se les hace subir de ley, mediante una pepena minuciosa y una preparacion mecánica muy sencilla. Ésta consiste en quebrar el metal á mano hasta reducirlo á granos del tamaño de una lenteja ó más finos, y lavarlo en seguida en unas canoas in- clinadas de madera. Los operarios, provistos de palas, están removiendo constan= temente la granza, hasta que en virtud de la diferencia de densidades, el mineral queda separado de la matriz. Segun los datos que allí mismo recogí, la extraccion anual varía entre 1200 y 1500 cargas de metal pepenado; pero es de advertir que la mina no se trabaja constantemente, pues todos los trabajadores se dedican dos semanas en el mes á la limpia y pepena del metal extraido en las dos semanas anteriores. | Despues de los criaderos de Inguaran, los de Oropeo han sido probablemente los que en Michoacan se han trabajado con más éxito. por los antiguos, aunque en mucha menor escala que los primeros. La hacienda de Oropeo situada en el camino de Ario á la hacienda de las Bal- LA NATURALEZA 39 sas, y á unas diez leguas de este último punto, se encuentra apénas á los 1250 piés sobre el mar. Al poniente del camino, y como á un cuarto de legua del an- tiguo rancho del Reparo de Luna, está la mina de San Cristóbal, trabajada en su totalidad desde más de 20 años atrás, por el hábil é inteligente minero el Sr. D. José M. Castrejon. El terreno de la hacienda es poco accidentado, pues los cerros en donde existen los criaderos de cobre son de poca elevacion. La mina de San Cristóbal está colocada en una estrecha cañada formada por el cerro de la Cueramera al N., el de la Lagunilla al O., las Iguanas al S. y las Ca- labazas al E. Por esta cañada corre de N. O. á$S. E. un arroyo que en el Re- paro de Luna se junta con el rio de San Pedro Jorullo. La formacion de todos los cerros de aquel distrito, es de pórfidos feldespáti- cos, muy semejantes á los pórfidos metalíferos de Pachuca y Real del Monte. Los criaderos existen en vetas regulares, y en una de ellas está abierta la mina de San Cristóbal. La veta trabajada corre de oriente á poniente con su echado al sur, y una potencia que varía desde una hasta tres varas. Dicha veta sufre una irregularidad en su echado, digna de anotarse. Desde la superficie hasta los 25 metros de profundidad tiene un echado de 40” por término médio y súbitamente se endereza, conservando entónces un recueste comprendido entre-65% y 75%. El llenamiento de la veta es sumamente variado, pues, cosa rara, allí me en- contré reunidas casi todas las especies del cobre: chalcopirita, chalcocita, bornite, cuprite, polvorilla de cobre y algo de cobre gris; pero las dominantes son el bor= nite y la chalcocita. La matriz única es el cuarzo; el cuerpo de la veta en gene= ral es muy duro, y los respaldos bastante firmes. La mina tiene un tiro vertical, amplio, de seccion cuadrada y de unos 60 me- tros de profundidad, que corta la veta á los 40 metros; por él se efectúa la ex- traccion y el desagúe. El camino de las escaleras es de los llamados de pozo y patilla, y conduce á un laborío perfectamente dispuesto en donde existen las obras de disfrute. La fortificacion no deja nada que desear y lo mismo se puede decir de la ventilacion. La extraccion se hace en tenates de cuero por tres pequeños malacates de caballos. El desagile tiene que ser constante y se efectúa con botillas tambien de cuero movidas por los mismos malacates. Generalmente en la estacion de aguas, los trabajos de la mina quedan paralizados, pues las crecientes que bajan por el pe- queño arroyo mencionado se introducen en gran parte en los laborios por el eres= ton de la veta que atraviesa el arroyo. El agua es tan abundante en ese tiempo, que llega 4 manar por la boca del tiro, no siendo suficientes los medios áctuales de desagije para contenerla. Sin embargo, en el presente año, segun he, sabido, no hubo necesidad de interrumpir los trabajos, pues las lluvias fueron escasas. En la estacion de secas, las filtraciones disminuyen mucho; el arroyo se agota. por completo, y el desagile se reduce entóncos á arrastrar la poca cantidad de agua que se llega á juntar de dia.en el plan del tiro. 56 LA NATURALEZA Los metales de San Cristóbal, como dije ya, son en su mayor parte de labor y eminentemente propios parala fundicion. Su ley média es de 6 (A) por carga ó sea un 50%, teniendo bastante ley de plata y algo de oro. A continuacion pongo algunos de los ensayes que practiqué sobre diversas pintas. NÚMEROS. LABORES. PINTAS. COBRE. PLATA... ORO. Por ciento. Ley por carga. Ley en — Márcos. Onzas. milésim. 1 Apóstoles. ... Chalcocita con Cupitre...... 71.20 0 7 15 9 Rebaje. rl Bornitet LAN 45.07 0 0 0,0 3 San Pedro ... Bornite con chalcopirita..... 42.80 1 6. 3,2 h ADOSLOlES BOI cc IRAN dsd 54.92 0 0 0,2 5 ¡lutitas ota: Chacopiritac. polvorillade cobre. 39.45 0 1 5,8 6 Rebaje...... Chalcocita con cobre nativo... 88.2% 2 1 2,0 7 San Pedro... Chalcocita y cobre gris ...... 68.20 5 4 3,4 La extraccion anual de la mina varía entre 300 y 500 cargas de metal pepe- nado; pero supongo que este año ha de ser mucho mayor, por no haberse inter- rumpido los trabajos en las aguas. Al poniente y á una legua de la mina de San Cristóbal, existe un cerro llama- do de China, en el que aparecen multitud de crestones, todos muy abundantes en chrysocola y carbonatos de cobre. La infinidad de terreros que allí se encuentran, y las catas abiertas en las vetas, indican que éstas han sido trabajadas antigua- mente, aunque no se ve ninguna obra de importancia. El Sr. Castrejon ha em-= prendido sobre una de aquellas vetas un socavon que mide ya 100 metros, no lle- vando aún en su frente frutos costeables. No dudo que el afan y la constancia de dicho señor serán premiados por un feliz éxito en su nueva empresa. Por último, los metales de Churumuco, son sin duda alguna los más ricos de los que actualmente se extraen de toda aquella zona metalifera; aunque debido á varias causas, tambien son los que se encuentran en las peores circunstancias. Los criaderos de Churumuco toman su nombre del pueblo inmediato, situado á media legua al N. E. de ellos y en la orilla derecha del rio de las Balsas. Los me= tales se encuentran en vetas regulares, cuyos crestones aparecen en unos cerros que se levantan junto al rio. Estos están formados en su totalidad por unos pórfidos dioríticos, en los que aparecen multitud de cristales de hornblenda. En uno de esos cerros, llamado de Mayápito, está labrada una veta angosta que corre de N. E. á S. O. con su echado al S. y una potencia comprendida entre 0,80 y 1,50 metros. El llenamiento es de cuarzo compacto con chalcocita y car- bonatos de cobre; facilitándose el tumbe por la existencia de dos guardas de jabon= cillos que separan la veta de los respaldos. Estos son sumamente blandos y exigen: una ademacion fuerte y bien entendida. Desgraciadamente la falta de un minero inteligente y práctico se hace notar en aquella explotacion; pues el laborío está muy mal dispuesto, como resultado del capricho y conveniencia particular de cada LA NATURALEZA By barretero. La ventilacion no se conoce allí, debiendo ser más activa que en ningun otro punto por el excesivo calor del lugar, y casi sucede lo mismo con la fortifi- cacion. Por lo que antecede se comprenderá lo defectuoso de la extraccion, que se verifica á hombro y por excavaciones muy reducidas, tortuosas y peligrosas. A pesar de todo esto, la corta extraccion de 150 á 200 cargas anuales es cos- teable, debido á la ley média de 65 % de los metales. ¡Calcúlese cuál seria el bene- ficio que resultaria de una explotacion hecha con arreglo á los principios del arte, pudiéndose obtener sin gran trabajo de 2 á 3000 cargas anuales! Cierto es que Churumuco se encuentra en condiciones locales desventajosas, pues está á 10 leguas del camino principal de las Balsas y á 37 de Santa Clara; pero la nobleza de sus metales permite semejante trasporte, pudiéndose aprove- char el rio para conducir los metales hasta el camino real de Ario; pues allí se en- contrarian fleteros con más facilidad, y en esto resultaria gran economía. Pongo á continuacion una tabla en la que se podrán comparar los principales datos económicos de cada mina. INGUARAN. — SAN CRISTOBAL. CHURUMUCO. Costo de la carga en el patio de lamina ........ $ 8/00 12418 18,00* Hetera a tandicion: Td rca “ 2,00 2,00 3,00 AV SAN ANNA « 3,00 3,50 3,50 COSO oa MO CA A A « 13,00 17,50 á 23,50 9,50 Eepiporicarca IS PL A ON «306000 6000 7, 008 Valor del cobre extraido á razon de $24 quintal. .. $ 18,00 36,00 46,80 Vitadelia cara o rca as basto « 5,00 18,50 á 12,50 22,30 Se notará que el costo de la carga en Inguaran es mucho menor que en las otras dos minas; esto resulta de los gastos del desagite en San Cristóbal, y de la mala ex- plotacion de Churumuco. Si llevando en cuenta estos últimos datos, se atiende á la circunstancia de que todos los criaderos de cobre de Michoacan dan frutos costeables casi desde la su- perfcie, y que el capital que se tiene que invertir en su explotacion es insignifican= te, se comprenderá lo ventajoso que seria para cualquiera empresa la explotacion en gran escala de uno ó varios criaderos. Introduciendo muchas de las mejoras que en el laborío de minas se emplean actualmente, como la perforacion mecá- nica, el uso de la dinamita y de los motores más convenientes para la extraccion y el desagúíe, disminuiria el costo de la carga de metal extraido, y por consi- guiente la utilidad seria mayor. Aún tendria yo que hablar de muchos otros criaderos de cobre para que esta Memoria fuera completa; pero me limitaré á citar únicamente los más notables que, ó no están trabajados ó lo están en muy corta escala. Estos son: el Cerro Verde en la hacienda de Conguripo (Municipalidad de la Huacana); la mina del * Este dato no lo pude conseguir; únicamente lo deduje por comparacion. 58 LA NATURALEZA organal al O. del paso de las Balsas; la mina del Puerto de Mayápito inmediata á Churumuco y todos los de los distritos de Tacámbaro, Huetamo y Coalcoman. Para terminar, diré algo sobre el beneficio de los metales de cobre, tanto de su fundicion para obtener el cobre dulce, como de la trasformacion en sulfato. La metalúrgia del cobre, fundada en reacciones químicas muy sencillas, pre- senta algunas dificultades en la práctica; dando por resultado, cuando la opera- cion no está bien dirigida, que no se extraiga del mineral todo el cobre que con- tiene, y que éste resulte ligado con fierro, cuando los metales son dorados, y con algo de antimonio si contienen cobre gris. Teniendo presente esto, no es de extrañar que así suceda en el beneficio de los metales de Michoacan; pues si en el laborío de sus minas se nota aún la falta de muchas mejoras introducidas hace tiempo en los principales minerales de la Re- pública, con mucha más razon se debe ignorar el perfeccionamiento de la meta- lúroia del cobre, puesto que apénas se practica ésta en tres ó cuatro puntos del país. En Michoacan todos los metales de la tierra-caliente, se benefician en las in= mediaciones del pequeño pueblo de Santa Clara del Cobre. Éste está situado en la parte más elevada de la serranía que al principio mencioné, entre las poblaciones de Ario y Páztcuaro, á S leguas de la primera y 4 de la última. Su posicion es en extremo ventajosa, pues el combustible lo tiene en los inmensos bosques de que está rodeado, y no le falta el agua suficiente para obtener en los hornos un soplo económico. Dos son las principales fundiciones de Santa Clara: en ellas benefician todos los metales de labor y gran parte de los magistrales. La operacion se reduce á reverberar los sulfuros para trasformarlos en parte en óxidos, y fundirlos varias veces en contacto con carbon y el fundente apropia- do (siliza). Las matas que se van obteniendo resultan con mayor ley de cobre al terminar cada fundicion, hasta que queda el cobre negro ú óxido de cobre, que aún necesita afinarse en hornos de reverbero para obtener el cobre dúctil. En esta serie de operaciones se pierde parte del metal, pues la construccion de los hornos es defectuosa, el soplo imperfecto, las revolturas se hacen siguiendo la rutina de muchos años, y por último, faltan personas que á sus conocimientos prácticos reunan la instruccion científica necesaria, para poder dirigir todo con el mayor acierto posible. En la escoria se encuentra, pues, parte de cobre, bajo forma de silicato, no habiéndome sido posible hacer un análisis cuantitativo exacto de ella. El cobre en planchas que sale de las fundiciones, contiene todavía algunas im- purezas con bastante óxido negro; y para labrarlo necesitan en cada taller afi- narlo por última vez. La mayor parte de los habitantes de Santa Clara se dedican á la elaboracion de objetos de cobre, y muy principalmente á la fabricacion de cazos, que desde allí exportan para San Juan de los Lagos, la Huasteca y Molango. LA NATURALEZA 59 Es digna de admiracion la habilidad de aquellos obreros, que provistos única- mente de un martillo, reducen el cobre á láminas delgadas, dándole en seguida las formas más difíciles y caprichosas que se pueda uno imaginar. Pero al mis- mo tiempo que se está contemplando aquel ímprobo trabajo, no puede uno ménos que entristecerse al considerar lo inútil de él ante los progresos actuales de la in- dustria, y lo ventajoso que seria aprovechar tan gran destreza en nuevas fabri- caciones que aún no conocemos. El sulfato de cobre, que se emplea como agente indispensable en el beneficio por patio de los metales argentiferos, se fabrica en Pátzcuaro, y es generalmente conocido bajo el nombre de Sulfato de Morelia. Delas dos fábricas que existen, solamente una está trabajando, y es digna de elogio por lo bien montado de ella y el acierto en las operaciones. Para esta fabricacion, bien sencilla por cierto, se emplean exclusivamente los metales dorados. La operacion consiste en la rever- beracion de los magistrales en hornos adecuados: el sulfuro de cobre se trasforma en sulfato, que permanece revuelto con la matriz y todas las impurezas del magis- tral. Para purificarlo, se pone la mezcla en contacto con agua caliente. Esta ope- racion se verifica en unos cazos dispuestos sobre un horno, de donde reciben direc- mente el calor. El sulfato se disuelve en el agua, y todas las impurezas quedan en el fondo de los cazos. En seguidase hace pasar la disolucionáunas tinas en las cua— les se evapora el agua y se verifica, por consiguiente, la cristalizacion del sulfato. Dije anteriormente que el magistral es un sulfuro doble de cobre y fierro, y en vista de esto se encuentra tambien sulfato de fierro en el sulfato de cobre obtenido. Por esta razon se prefiere siempre en las haciendas de beneficio por patio, el sulfa- to que proviene de las oficinas de los apartados, pues éste no tiene sulfato de fierro; necesitándose, en consecuencia, menor cantidad que del de Morelia. Sin embargo, esta industria tan fácil en su instalacion, como sencilla en su manejo, tiene abierto un vasto campo para su desarrollo; y es de creerse que con el tiempo se aumenta- rán las fábricas ya existentes y se abrirán otras nuevas que estén en consonancia con el futuro engrandecimiento de la minería del país. Al gobierno de Michoacan toca seguir fomentando la minería del Estado como hasta ahora lo ha hecho, y muy especialmente el laborío de los criaderos de cobre, que están llamados á ser los primeros de la República, y que no dudo competirán con ventaja con las afamadas minas de Chile. México, Noviembre de 1881, LA NATURALEZA.—Tomo VI.—12. LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL JUZGADA EN EL EXTRANJERO. * Las publicaciones científicas que nos llegan de los países de orígen español son raras y de muy poca importancia. Por eso ahora, con gran satisfaccion llamamos la atencion sobre el periódico «La NATURALEZA » que publica la Sociedad Mexi- cana de Historia Natural. Este periódico, casi desconocido en Europa, merece, por varios motivos, ocupar un lugar honorífico en nuestras bibliotecas científicas. La mayor parte de los trabajos que contiene son muy interesantes, y para dar una idea de su importancia, bastará decir que en esta publicacion es donde A. Du- gés, E. Dugés, Sumichrast y Jesus Sanchez, para no citar más que los principales zoologistas, publican los resultados de sus investigaciones sobre la fauna mexicana. Tenemos á la vista el volúmen quinto (1880-1881) de este periódico. Entre otros trabajos, conviene mencionar de una manera especial los interesantes estu- dios del Sr. José M. Velasco sobre las costumbres del ajolote.* Estas notas son la continuacion de la traduccion de la Memoria de M. A. Weismamn, de Frei- burg en Brisgan, sobre la transformacion del ajolote en amblistoma. ? M. Weismann habia dicho que, en México, el ajolote no se transforma nunca en amblistoma y que no se le conoce allí más que bajo la forma larvaria de ajo- lote. El Sr. Velasco ha podido demostrar al contrario, en 1878, la completa trans- formacion de la especie que ha designado con el nombre de Siredon tigrina: esta observacion la hizo valiéndose de ajolotes tomados del lago de Santa Isabel, si- tuado á una legua y media próximamente al norte de México. Además, ha pre- sentado á la Sociedad Mexicana de Historia Natural los Siredon Humbodlti transformados, los cuales provenian de los lagos de Xochimilco, Chalco y Zum- pango: este último está situado á diez y seis leguas al Norte de México. Por otra parte, los ajolotes transformados son bastante conocidos del vulgo en todas las localidades situadas en las cercanías de estos lagos, y son designados allí * Publicamos la traduccion de una parte de la Revista zoológica aparecida en el número 19 del acreditado periódico francés Revue Scientifique del 13 de Mayo de 1882, debida á la benévola y ga- lante pluma del sabio Dr. Blanchard, Secretario general de la Sociedad Zoológica de Francia. Agradecemos debidamente los lisonjeros conceptos con que se expresa de nuestra Sociedad, de su publicacion y de los trabajos originales que salen á luz en ella.—RR. 1 José M. Velasco, Anotaciones y observaciones al trabajo del Sr. D. A. Weismann sobre la trans- formacion del Ajolote mexicano en Amblistoma (La Naturaleza, t. V, números 3, 4 y 5, p. 58-84.) 2 A. Weismann, Ueber die Verwandlung des mexikanischen Ajolotl in ein Amblystoma (2. f. w. Z. t. XXV, supl. Bd.) LA NATURALEZA 61 comunmente con los nombres de ajolotes pelones, ajolotes mochos y ajolotes sín aretes: estas diversas denominaciones se aplican al ajolote desprovisto de bran-= quias. En las cercanías de los lagos de Xochimilco y Chalco, se conoce la am- blistoma con los nombres de Tlalaxolotl, es decir, ajolote terrestre, puesto que la palabra azteca t/al designa la tierra. En fin, frecuentemente se le encuentra oculto bajo de las piedras ó en los lugares húmedos y en las montañas que se ex- tienden al sur de México: se le da entónces el nombre de ajolote de cerro. El lago de Santa Isabel se seca todos los años. Y ya sea que el desecamiento se haga naturalmente ó que se active de una manera artificial, todos los ajolotes contenidos en el lago se transforman desde que el nivel de las aguas comienza á bajar. Estos animales no siguen la corriente que arrastra las aguas fuera del lago, ni mueren por la falta de agua, sino que se depositan en la tierra y continúan viviendo. El lago de Zumpango se seca algunas veces cuando las lluvias son poco abun= dantes; los lagos de Xochimilco y de Chalco no se secan nunca. En estos últimos, los ajolotes se transforman tanto como en el lago de Santa Isabel, aunque el agua, que es de excelente calidad y que contiene una abundante vegetacion, parece reunir las mejores condiciones para que los ajolotes puedan permanecer al estado larvario. Estas observaciones del Sr. Velasco muestra bien la falsedad de la opinion que ha circulado actualmente en Europa y de la que se ha hecho últimamente cam- peon M. Weismann: el ajolote se transforma en amblistoma, tanto en México co- mo en Europa, ya sea que las condiciones en que se encuentre sean desde luego favorables ó nó para la conservacion del estado larvario. [a] PSICOLOGÍA. DE LA CRIMINALIDAD EN LOS ANIMALES. gía de los animales nos han servido para el conocimiento de la na- turaleza humana. Puede decirse que actualmente, la fisiología, la toxicología y la terapéutica, están basadas en las experiencias que se han hecho sobre los animales. ¿Por qué nos hemos detenido en esta vía, y cómo los médicos le- gistas 6 los criminalistas no han tratado de estudiar los crímenes en los animales, á fin de apreciar mejor los que son cometidos por los hombres? Si los animales padecen, como nosotros, la mayor parte de las enfermedades orgá- 62 LA NATURALEZA nicas, si son atacados por las enfermedades epidémicas ó contagiosas, no hay ra- zon para que estén exentos de las enfermedades mentales, de la locura y sus variedades. Puesto que en el hombre se observa que los individuos mal formados, orgánicamente defectuosos, llevan en sus actos, sus sentimientos ó sus pensamien- tos, la prueba de estos defectos orgánicos, debe suceder lo mismo en los animales, ó cuando ménos en las especies que, por su constitucion, se asemejan al hombre. Dos motivos pueden explicar este vacío ú olvido científico que acabamos de in- dicar. El primero consiste en que la psicología animal no ha progresado mucho hasta ahora. Los estudios de los veterinarios no se han dirigido á este fin, y Pier= quin (Traitéde la folie des animax) decia, en 1839, que hasta su época, ningun profesor de medicina veterinaria habia hablado en cátedra, ni del cerebro, ni del sistema nervioso, ni de su fisiología. El segundo motivo, el que verdaderamente ha tenido más influencia, es la di- ficultad que han tenido la mayor parte de los autores para desembarazarse de las ideas de la filosofía escolástica, la cual les hacia creer que mediaba un abismo en- tre la moral del hombre y la de los animales. Con razon ha dicho Gall, que el mayor obstáculo que han podido oponerle al conocimiento de la naturaleza hu- mana, es haber aislado á ésta de la de los otros séres y haber querido sustraerla á las leyes que las rigen. Además, este gran pensador, despues agrega: «Los que derivan los actos normales é intelectuales del hombre, del entendimiento y de la voluntad, independientemente del cuerpo, y los que, ignorando las ciencias naturales, creen en el mecanismo ó en el automatismo de los brutos, tacharán de extravagante y absolutamente estéril la comparacion del hombre con los anima- les. Pero esta comparacion la considerarán útil todos los que conocen bien los trabajos de Bonnet, Condillac, Reimarus, Georges Lervy, Dupont, Nemours, Herder, Cadet, Devan, Huber, Virrey, etc., y sobre todo, los que estén inicia- dos en los progresos de la anotomía y de la fisiología comparadas. » Los autores citados por Gall, y sobre todo Georges Leroy, son los que han dado á conocer los documentos más importantes para la comparacion de las especies animales, y los que han suministrado las bases de una psicología comparada cien- tífica. Buffon habia dicho ya, que si no existieran los animales, la naturaleza del hombre seria incomprensible. Las observaciones de Georges Leroy y de Gall han demostrado que en el estudio de los animales es precisamente donde deben bus- carse las funciones elementales del cerebro. Conforme á esto emprendieron des- pues sus trabajos Princhard, Pierquin, Darwin, Forel, Espinas, Houzeau y Buchner. De estos sabios y de otros naturalistas ó viajeros es de donde hemos to- mado los materiales para este trabajo. Tenemos la satisfaccion de hacer constar aquí, que la idea de este escrito nos fué sugerida por nuestro amigo, el profesor Lombronzzo, de Turin, y que hemos tomado preciosos datos de una nota que nos dirigió nuestro amigo, M. Corvenin, profesor de Zootecnia en la Escuela de ve- terinaria de Lyon. LA NATURALEZA 63 Como introduccion histórica al estudio que deseamos hacer, es preciso quizá dirigir un vistazo rápido sobre las relaciones que tenian las leyes humanas, en las diferentes sociedades, establecidas entre los hombres y los animales. Ciertamente, los sentimientos y las costumbres fetiquistas de los pueblos primi- tivos no les permitian elevarse más allá de las sutilezas metafísicas, é instintiva- mente, en su sencillez, guiados por un espíritu de justicia al cual se unia una bondad verdaderamente tierna, establecieron sobre la igualdad perfecta, la pena- lidad que correspondia á los hombres y á los animales criminales. Así sucedió en todos los pueblos, durante la Edad média, y áun puede decirse que estas costum- bres se conservaron hasta nuestro siglo. Despues, de repente, por una de las frecuentes contradicciones de la historia de la humanidad, contradicciones más frecuentes que reales, se verificó la completa separacion entre las acciones del hombre y las de los animales. La poderosa influencia de Descartes y la de los en- ciclopedistas y sabios del siglo último, que fueron con más frecuencia destructo- res que organizadores, nos explica esta emancipacion. Esta emancipacion fué debida más bien á los malos sentimientos que á los ge- nerosos. Poco á poco, bajo la denominacion del espíritu metafísico, se formó la eonviccion de que los animales son brutos cuya moral es difícil apreciar, y que no obstante si ésta existia, diferia mucho de la del hombre. Así, al formar nues- tros códigos, no se hizo ni una sola ley protectora de los animales. Solo algunos sabios ú observadores restablecian semejanzas, y admitian la evo- lucion y la trasformacion. Ahora estas ideas casi se han vulgarizado, casi todos las adoptan teóricamente, pero pocas personas las admiten en la práctica, y será raro que el título de este trabajo no provoque la risa en algunos de los lectores de esta Revista. Comenzarémos, pues, por hacer conocer cómo las Sociedades humanas que nos han precedido han manifestado sus sentimientos acerca de ciertos actos de los animales. Al efecto, en los pueblos fetiquistas, el animal es considerado como el hombre, es decir, es un miembro de la familia humana en el mismo grado que el esclavo. Su pérdida es un duelo, sus malas acciones —lo mismo que en el hombre— me- recen penas ó castigos. En el antiguo Egipto, cuando en una casa moria una gata, los habitantes se rasuraban las cejas; y si era una perra la que sucumbia se afeitaban todo el cuerpo. En Aténas, una de las leyes de Triptolomeo decia que nádie podia hacer el mal á un animal vivo. Sorprendióles á los griegos ver los cuidados tiernos y afectuosos que las cigie- ñas tienen para con sus padres. Cuando éstos, por su vejez, han perdido su plu- maje, las cigieñas jóvenes se despojan de sus plumas para cederlas á aquellos y les alimentan con los productos de su caza. De aquí tomó orígen en Grecia la 6% LA NATURALEZA ley llamada de la cigieña, en virtud de la cual los niños estaban obligados á ali- mentar y cuidar á sus ancianos padres, y se daba el nombre de infame á los que violaban esta ley. ¡Cuánto difieren nuestras sociedades modernas! Pierquin, del cual tomamos muchos de estos interesantes detalles, hace notar con razon que, á medida que el hombre se eleva, coloca á los animales en una escala más inferior. Por mucho tiempo estos tuvieron los mismos derechos que el hombre, y durante la Edad mé- dia estuvieron mezclados en las ceremonias religiosas. En Milan, figuraron en las fiestas de los reyes. Habia procesiones de animales en los bajorelieves de las catedrales de Strasbourg, de Mans y de Viena. (Isére.) El Miércoles santo, todo el clero de la Iglesia de Reims se dirigia á San-Remi para hacer ahí una estacion; los canónigos, precedidos de la cruz, se colocaban en dos hileras y todos arrastran hácia atrás un arenque atado á una cinta: cada uno se ocupaba en cuidar que no le pisasen su pescado y en marchar sobre el del canónigo que le precedia. (Anquetil, Hist. de Reims.) En Paris, la procesion del zorro era tan celebrada como la fiesta del asno. Aquel animal vestido con una especie de sobrepelliz y con su mitra, figuraba en medio del clero; se ponian á su alcance un gran número de aves; y dicho animal olvidando sus funciones piado- sas se arrojaba sobre ellas y las devoraba en presencia de los fieles. A Felipe (el Hermoso) le gustaba mucho esta procesion (Sauval, Anti. de Paris). Hace po- cos años que el paseo del buey era un resto de las fiestas paisanas, una verdadera huella de las civilizaciones que han desaparecido. Si los derechos de los animales fueron reconocidos así, sus deberes hácia el hom- bre los tuvieron en cuenta los primeros legisladores, quienes castigaron severa= mente sus crímenes ó atentados á la vida humana. Hé aquí una ley de Moisés (Exodo, cap. XXI, versos 28 y 29): «Si un toro golpea á un hombre ó á una mujer y la persona muere, dicho toro será matado á pedradas y no se comerá su carne; pero al dueño del animal se le considerará inocente. Massi hace ya algun tiempo que el mencionado toro ha herido á alguno, y que habiéndolo advertido el dueño no ha tenido cuidado de él, de manera que al fin mata á álguien, el animal será matado del modo indicado y el propietario se sentenciará á muerte. » El Levítico refiere tambien que á una yegua, una cabra y un asno se les sen= tenció á ser quemados vivos. En Aténas y en Roma ha habido juicios semejantes. « Demócrito queria que se sentenciase á muerte al animal que hubiese ocasio- nado un gran perjuicio. En tiempo de Domitien, segun refiere Martial, era se- veramente castigada la ingratitud de un leon hácia su amo. Collumide y Varron dicen que los antiguos romanos consideraban al buey como el compañero de los trabajos del hombre, y que el acto de matarle era juzgado como homicidio y cas- tigado de igual manera. En el Ática y en el Peloponeso, el toro gozaba el mismo privilegio. » (Pierqui.) Dícese tambien que antiguamente los árabes, en las mon- LA NATURALEZA 65 tañas de África, ataban en cruz, en los árboles, á los leones homicidas, á fin de que esto sirviese de ejemplo á los otros. En la Edad média se juzgó á los animales homicidas, á los que llegaban á ser el azote de un país, ó á las hembras que, dando á luz un mónstruo, se suponia que habian dado lugar á cohabitaciones criminales. El padre teófilo Raynaud, Ayrault, Gaspard Bailly, despues, y más reciente- mente, M. Benoist Saint-Prix y M. Luandre (Epopeya de los animales, Revue des Deux Mondes, 1854), han citado ejemplos excesivamente curiosos de estos juicios. En 1120, el obispo de Laon, lanzó una breve excomunion contra las orugas y los turones. En tiempo de Francisco I se nombraron abogados de oficio para que litigasen por la causa de los animales y por la de los arrendatarios. En 1356, en Falaise, habiendo matado una marrana á un niño, habia comen- zado á devorarle. El juez la condenó á perecer á cuchillo. Como habia roido un brazo y una parte de la cabeza del niño, se le cortó á dicho animal una pata y se “le mutiló la cara. Luego, ántes de conducirla al suplicio, se la cubrió con vesti- dos de hombre, y siguiendo el uso, el verdugo recibió por su trabajo y salario, diez monedas y un par de guantes. En 1543, hubo un acuerdo entre los cónsu- les y los regidores de Grenoble, quienes pedian se que se excomulgase á los ca- racoles y á las crugas. En 1585, el gran vicario de Valencia, en una sentencia formulada contra las orugas que infectaban al país, ordenó á éstas que abandonasen la diócesis. En 1587, se intentó un proceso contra los insectos que destruían un campo de las cercanías de Saint-Jean-de-Maurienne; y estos insectos fueron condenados. Juan Milon,oficial de Troyes, formuló la siguiente sentencia el 9 de Julio de 1516: «En virtud de las circunstancias y haciendo uso del derecho sobre la re- clamacion de los habitantes de Villanove, amonestamos á las orugas para que en el término de seis dias se retiren de este país, y si no lo hacen, las declaramos malditas y excomulgadas. » M. Benoist Saint-Prix, ha referido 80 condenas á muerte ó excomuniones pro- nunciadas (de 1120 á 1741) contra toda clase de animales, desde el asno hasta la langosta. Agreguemos que, si en algunos países se han empleado los animales como ver- dugos, en Francia se admitieron varias veces como testigos en los procesos. ¿Quién no cuenta la historia del perro de Mortaugis y la del duelo ordenado por Cárlos Y, entre el fiel animal de Aubry de Montdidier y el asesino de su amo, Richard de Macaire? El relato de estos hechos y la comparacion de lo que sucede en nuestros dias, permiten apreciar las profundas modificaciones que se han verificado en los senti- mientos de la humanidad. Además, hemos visto que, hasta nuestros dias, se ha tenido una idea absolutamente errónea de los delitos ó crímenes cometidos por los 66 LA NATURALEZA animales. Las acciones de éstos, juzgadas tan solo por los otros animales, habian pasado casi desapercibidas, y no parecieron dignas de ser mencionadas; no podia pues ocurrírsele á álguien buscar su capacidad moral. El animal no era juzgado y castigado sino cuando atacaba á un hombre ó á la sociedad. Ya es tiempo de estudiar científicamente ciertos actos criminales de los anima- les, á fin de compararlos con los actos semejantes cometidos por los hombres y que son castigados por nuestras leyes. Este es un estudio de psicología criminal com- parada. No se puede llegar con esto á una discusion teórica sobre el libre albe= drío ó sobre la libertad moral. Estas son cuestiones difíciles, espinosas que no queremos tocar. Si los partidarios de las teorías lo creen conveniente, pueden in- tentar poner sus ideas de acuerdo con los hechos. De todos modos, no pensamos hacer un trabajo inútil ó de pura curiosidad cien- tífica, sino ántes bien un escrito de mayor importancia, porque, como decia Geor- ges Leroy, creemos «que la moral de los lobos puede suministrarnos luces para la de los hombres. » La primera dificultad es escoger bien los ejemplos: el hecho debe ser perfecta- mente observado y su interpretacion debe darse á conocer á todos. Georges Leroy dice que, para comparar bien las acciones de los animales y de los hombres, no es-preciso ocuparse sino de las especies que por su organizacion ó sus costumbres, pueden tener alguna analogía. «Los insectos, por ejemplo, difie- ren tanto de nosotros que los detalles de su industria pasan desapercibidos en gran parte á nuestras observaciones, de tal manera, que no sabemos qué grado de inte- ligencia necesitan para sus trabajos. Las reuniones de los conejos, la asociacion de los lobos, las precauciones, la as- tucia bastante característica de los zorros y la sagacidad que muestran los perros en sus múltiples relaciones para con nosotros, son más instructivas que todo lo que se nos ha referido de las abejas. » Segun el mismo observador, tres son las ocupaciones principales de los animales, las cuales llegan á ser los principios de sus conocimientos, de sus juicios, de sus de= terminaciones y de sus acciones: buscar su alimento, tomar las precauciones rela- tivas á su seguridad, y tener el cuidado de procurarse una hembra cuando estánen la época de la brama. El mismo autor dice que es preciso reconocer en los animales pasiones naturales y pasiones que pueden llamarse artificiales ó de reflexion. Las primeras son la im- presion del hambre, los ardientes deseos de la reproduccion y la ternura maternal; las segundas son el temor de la escasez ó la avaricia y el celo que conduce á la venganza. Los autores que le han sucedido á Georges Leroy, como Gall y Augusto Comte, han tratado de hacer una clasificacion de las facultades cerebrales. Sin discutir aquí estas diferentes clasificaciones, cuyo fin es fijar, sobre todo, el número de las facultades elementales del hombre, creemos que conviene, para la exposicion de LA NATURALEZA 67 nuestro objeto, reconocer en los animales los instintos ó facultades siguientes: el instinto nutritivo, el instinto genésico, el instinto maternal, el instinto des- tructor y los instintos bastante comunes, tanto en el hombre como en los anima- les: el instinto de variedad y los instintos sociales (el apego, etc.) Estudiarémos especialmente la exageracion de estos instintos, exageraciones nocivas á los otros animales de la misma especie y que se manifiestan por actos especiales, calificados de criminales ó crímenes en las sociedades humanas. «El animal y el hombre, dice Gall (t. 1, p. 71), están organizados para la có- lera, el odio, el enfado, el terror y el celo, y en todo esto hay cosas que, segun su naturaleza, deben ser detestadas ó apreciadas, deseadas ó temidas. » 1.2 Acros CRIMINALES COMETIDOS POR LOS ANIMALES BAJO LA INFLUENCIA DEL INSTINTO NUTRITIVO.—No hay ninguna distincion que establecer respecto al sexo. Todos los animales, cuando sienten hambre presentan á diversos grados, segun su naturaleza, el espectáculo de «la lucha por la vida.» El hecho es tan conoci- do que no hay necesidad de entrar en pormenores. Los animales más antiguos y que han sido domesticados tiempo há, á la hora de comer, se roban mútua- mente su alimento y riñen á este fin. Conforme al conocimiento de este hecho está basado el empleo de los pesebres separados, de los astilleros, etc. La mayor parte de las medidas adoptadas en el interior de las caballerizas y establos tienen por objeto impedir que los animales se roben unos á otros sus alimentos, y que el más fuerte venza al más débil. Sabemos que entre las especies que vemos diariamente, hay individuos que ma- nifiestan claramente disposiciones para el robo. Algunos poseen un instinto nu- tritivo exagerado, son avaros y acumulan provisiones. Leroy refiere que cuando los lobos han matado un animal grande, le devoran en parte y ocultan cuidado- samente los restos; pero esta precaucion no les impide dedicarse á la caza y solo recurren á lo que han ocultado cuando ésta ha tenido mal éxito. Lomismo pue- de observarse respecto de los perros, zorros ú otros animales. M. Cornevin hace notar que, en algunas especies que viven en comunidad, hay algo más que robo de alimentos, hay consumo de los individuos recientemen- te muertos. Los lobos, á pesar del proverbio, los ratones y las ratas se comen en- tre sí. «El año último, hemos demostrado varias veces al tratar de los conejos de la India, que nos sirvieron para nuestras experiencias, que los que habian su- cumbido fueron devorados por los que sobrevivieron. No era el hambre lo que en este caso les inquietaba, porque tenian alimento en abundancia, sino por la sed de sangre que sentian hácia sus víctimas.» Biwehner, en su Vie psychique des bétes, habla de las abejas ladronas «que para disminuirse el trabajo, ó para ahorrársele por completo, atacan en masa los panales abastecidos, vencen á los demás individuos, exponen el panal al robo y se llevan todas las provisiones. Si esta hazaña la han ejecutado varias veces, toman al fin, como los hombres, más gusto al robo y al desórden que al trabajo, y terminan por constituir verdaderas La NATURALEZA. —Tomo VI.—13. 68 LA NATURALEZA colonia de bandidos. » Hay individuos aislados que se entregan al robo é instinti- vamente se introducen en un panal extraño; sus pasos vacilantes indican que sien- ten necesidad de ocultarse y que tienen conciencia de sus delitos. Si estos ladro- nes obtienen un buen éxito en su expedicion, llevan despues á otras abejas de su panal, á fin de verificar robos semejantes, y se forma así una verdadera sociedad de ladrones. Biichner dice aún (p. 393) que estas abejas ladronas pueden obtenerse artifi- cialmente, por medio de un alimento especial, que consiste en miel mezclada con aguardiente. «Lo mismo que al hombre, pronto les gusta este brebaje que ejerce en ellas la misma influencia perniciosa que sobre aquel: se excitan, se embriagan y cesan de trabajar. ¿Tienen hambre? Entónces, lo mismo que el hombre, caen de un vicio á otro y se entregan sin escrúpulo al pillaje y al robo. 2.2 ACTOS CRIMINALES COMETIDOS POR LOS ANIMALES BAJO LA INFLUENCIA DEL INSTINTO DE LA GENERACION.—En los animales hay pudor. Así, hay muchos, tales como el gato, en los cuales no presenciamos el acto de la cópula. Entre los que se exceptúan se encuentra el perro, cuyo nombre ha servido de epíteto á los hombres muy inmorales. En cuanto á los actos cometidos bajo la influencia del instinto genésico, es pre- ciso considerarlos en el macho y en la hembra, haciendo notar que son más fre- cuentes en el primero que en la segunda. 1.2 Actos cometidos por el macho.—Antes mencionarémos las cóleras y los combates que los machos tienen entre sí para posesionarse de las hembras. «En- tre los lobos machos, que son más numerosos que las hembras, hay sangrientos combates dignos de presenciarse; despues de éstos se establece un matrimonio. Durante todo el tiempo de la gestacion, la loba permanece con el macho que ella ha adoptado ó que la ha conquistado. La ternura maternal llega, en las lobas, hasta el grado de hacerlas desconocer el peligro. » Los rumiantes, de ordinario tan pacíficos, son muy temibles cuando están en brama; los toros y los carneros se entregan á terribles combates; y no es raro que los primeros se fracturen los cuernos en estas luchas. Sabemos además que los ciervos se disputan con encarnizamiento á las hembras. Las luchas que los per- ros y los gatos tienen por el mismo motivo, son frecuentes. Los criadores de ani- males saben cuán peligroso seria dejar dos verracos con una marrana: podrian hasta abrirse el vientre. En las mismas condiciones, los conejos, son terribles, y las rivalidades de los gallos son bastante conocidas. ¿Hay en los animales algo semejante al estupro de la especie humana? Gall cita dos ejemplos. Un pichon que fué fiel 4 su compañera, y que á pesar de los medios empleados no se pudo obligarle á que se juntase con otra hembra; otro, al contrario, visitaba con frecuencia todos los palomares para violar y lle- varse á las hembras ajenas. « En Viena, los amantes á las palomas saben que los pichones que tienen la LA NATURALEZA 69 nuca más voluminosa son los que persiguen á las hembras con más ardor, y apro- vechan esta circunstancia para tomarse las palomas del vecino y hacerlas ir á su palomar. Se priva de su hembra al pichon macho más ardiente; entónces éste ha- ce excursiones á los otros palomares y busca hembras que obliga á seguirle; bien pronto el macho de la paloma que se ha ido sigue á su hembra, y de esta mane- ra cambian los demás de lugar hasta que el propietario pone fin á ésto matando al trastornador del órden. » En muchas especies animales, el macho no busca á la hembra sino en el mo- mento que ésta se siente enardecida por la reproduccion; pero hay excepciones en algunos de nuestros animales domésticos. No seria conveniente dejar á un caballo jóven y vigoroso en libertad con las yeguas en estado de gestacion; sus tentativas para efectuar la cópula serian numerosas, y si acaso llegase á verificarse, el aborto seria la consecuencia. Esto sucede cuando se desata un potro en una caballeriza donde se encuentran algunas yeguas que, atadas, apénas pueden defenderse con gran dificultad. M. Cornevin ha comprobado tres veces el hecho, el cual ha tenido invariable- mente por consecuencia el aborto. Seria igualmente riesgoso dejar con hembras preñadas al verraco y al conejo: sus tentativas podrian dar el mismo resultado que las del potro. Sin ser muy frecuente, el onanismo se observa en los animales; sin hablar del mono que se dedica á él con ardor, se le nota en el potro, el cual se sirve de un cuerpo cualquiera que esté á su alcance; el toro hace, aunque rara vez, otro tanto. Se ha visto á un oso dedicarse á ese vicio con tal tenacidad que habiéndose en- flaquecido mucho, hubo necesidad de castrarlo. (Rey. Journal de méd. veter., publicado en la Escuela de Lyon, 1865.) M. Cornevin ha visto á un perro de un pastor en el mismo caso. En cuanto á las relaciones entre los machos, se observan incesantes tentati- vas, entre los jóvenes que no han tenido hembras de su especie. En este caso se encuentran los potros y los toretes en la pradera. «Pero solo podemos afirmar que hay puramente tentativas. Actualmente, estamos experimentando con dos to- retes, y éstos á menudo intentan copular, pero hasta ahora no podemos asegurar la consumacion del acto. » (Cornevin.) Esto nos obliga á hablar de los desórdenes de ciertos lugares que son frecuen- tes en la especie caballar y que generalmente llevan consigo la muerte “de la hembra. Los veterinarios han referido numerosos casos. Pero no creemos que se pue- dan comparar estas aberraciones á la sodomía en la especie humana. En el po- tro, que es quien la comete, no hay perversion, excesivo deleite, sino un simple resultado de la excitacion en que se encuentra y de la imposibilidad en que está para guiarse. Es preciso citar tambien los ejemplos tan frecuentes en los autores antiguos y 70 LA NATURALEZA tan poco observados hasta nuestros dias, de animales machos (monos, potros, ma- chos, perros y gatos) que han tratado de atacar á las mujeres y á las niñas. Sin remontarnos hasta la antigua fábula de Europa y de Pasiphaé, vemos en los re- latos de los viajeros que los monos grandes han intentado saciar en las mujeres su pasion genésica. Parquin afirma que, en 1830, unos perros grandes, de la especie llamada mastin, violaron á unas niñas de corta edad, que habian sido abandonadas por unos instantes. «A una de ellas le resultaron varias escoria= ciones y tuvo un escurrimiento que no fué de orígen sifilítico, como lo ha demos- trado perfectamente M. Hurtrel de Arvobal. » Hemos dicho ya que estos ejemplos de cohabitacion brutal eran frecuentes en el tiempo en que la demonomanía habia sugerido en todos los cerebros ciertas ideas. El famoso Bodin, procurador del rey de Laon, en su libro sobre la Demo- nomanía (Brasil, 1581), prueba que los lobos no son sino hombres, ordinariamente magos y hechiceros, que han tomado la forma de un animal. Refiere que habia en un convento, un perro que se robaba la ropa de los religiosos: los padres directores lo observaron cuidadosamente, y por último descubrieron que este animal no era más que un demonio disfrazado. Juan Wyer, en su De prestigio doemonum, cita tambien la observacion de un demonio agitado de la misma locura, y el cual ha- bia sido disfrazado en gato. 2. Actos cometidos por la hembra.—Ya hemos dicho que en ésta son mé- nos frecuentes y violentos tales actos. «Entre los machos las riñas tienen por orí- gen la necesidad del goce, sin otro motivo de preferencia.» «Entre las especies que cohabitan, dice Jorge Leroy, cualesquiera que sean los motivos en que se funde la union de dos individuos, lo cierto es que esta union se verifica; se esta- blece la idea de propiedad recíproca, introdúcese la moral en el amor, y los celos llegan á ser profundos y racionales. Las hembras, que son siempre soberanas en los grados de esta pasion, pues que ellas los determinan, adquieren de un modo supremo el arte de irritar los deseos del macho, acariciándole, halagándole y re- husándose, multiplicando así los agasajos, ya solapada ó abiertamente. Saben, pues, disimular sus propias disposiciones, ó cuando ménos paliar sus arrebatos. Aun en la época en que ceden forzosamente á sus propios deseos, suelen dar á sus actos un aire de condescendencia ó sacrificio. La coquetería no es, pues, una invencion particular de la especie humana, sino que se extiende á todas las bes- tias que se unen.» Si bien es cierto que algunas hembras sienten invencible antipatía hácia los in- dividuos de su sexo (las perras, por ejemplo, no pueden sufrirse), no se ha nota- do que esta aversion se exagere en los momentos de la brama. Observa Cornevin que muchas hembras se vuelven perversas hácia el hombre. «He tenido, dice, una yegua que sumamente pacífica en el tiempo ordinario se hacia insoportable en la época de calor, y un dia estuvo á punto de fracturarme un brazo con sus mordiscos. La mayor parte de las yeguas llamadas «ninfóma- LA NATURALEZA Y nas» son malignas, siéndolo unas de un modo habitual y otras solamente en la época de la brama. Los militares de caballería pueden atestiguar los obstáculos que originan estas bestias en los regimientos.» ¿Merece amarse onanismo al acto demasiado frecuente en la yegua, la gata y la perra, y que en los momentos de brama las impele á frotarse contra los cuer- pos situados á su alcance, y á arrastrarse sobre la parte trasera. como lo hacen la perra y la gata? Ciertas hembras, dice Pierquin, tienen durante la gestacion pervertidos sus sentimientos afectuosos. Habia una gata angora que cuando entraba en estado de plenitud cobraba aversion á sus cachorros á quienes reñia y mordia, no pudiendo soportar la presencia de los machos. Si durante la brama solicita la hembra al macho, se le ve tambien saltar sobre sus compañeras como si deseara verificar el coito. Es frecuente este hecho en la especie bovina, siendo él la señal que revela al cultivador la época de la brama. Ya hemos dicho algo acerca de la ninfomanía tan frecuente en las perras, las ga- tas, las yeguas y las vacas. A la costumbre de estas últimas se aplica el nombre característico de taureliére. Hurtrel d'Arvobal hubo de notar que las yeguas y vacas que tienen por costumbre abortar entran con frecuencia en calor y áun son atacadas de ninfomonía. Pero fuera de este hecho hay otro más raro, peculiar á determinadas especies y es el de buscar individuos de otra especie. Es muy raro el ver que un macho solicite á una hembra que no pertenezca á su especie; cuan- do esto es necesario en vista de un fin económico, cual es la produccion del mulo, por ejemplo, surgen dificultades para lograr que el asno copule con la yegua. Sin embargo, ciertas hembras, en el momento de brama se entregan á individuos muy diferentes á ellas. Forster, citado por Pierquin, escribió á Buffon que él poseía en 1772 una hem- bra de la especie de las cannas en la casa de fieras de Buena Esperanza la cual bien domesticada, tenia 4 años y como siempre estuviese en brama y no tuviera macho, solia saltar sobre los antíilopes y áun sobre un avestruz que estaban el mis- mo sitio. M. Cornevin vió una coneja perseguir á un gato en sus obsesiones, cabalgársele, estrecharle entre sus patas anteriores y asemejar el acto sexual. Numerosas observaciones prueban el temor ú horror que ciertos animales inspi- ran á las hembras, y los antiguos indicaban los medios morales que era necesario emplear para colorear la piel de los animales. Cita Pierquin un curioso ejemplo: en el último siglo Lord Clive llevó á Inglaterra una hembra de la cebra; presentó- sele asnos que desdeñó, y un hermoso corcel árabeno recibió de ella más que coces. Pensóse finalmente en teñir á un asno de piés á cabeza con los colores dela cebra, y esta estratagema surtió efecto, resultando de él un mulo rayado. 3.2 ÁCTOS CRIMINALES COMETIDOS POR LOS ANIMALES BAJO LA INFLUENCIA DEL AMOR MATERNO.—El desarrollo más marcado de este instinto entre las hembras, 72 LA NATURALEZA explica perfectamente el epíteto de materno. En ellas particularmente es donde puede hacerse constar sus desvíos tan evidentes aun en la especie humana, pues el lenguaje ha dado especial acepcion al vocablo madrastra. Gall hace notar que el instinto de la propagacion es en extremo ardiente en cier- tos machos, como por ejemplo en el gallo, el perro, el jabalí, el ciervo; sin que éstos sientan el más mínimo interés hácia sus hijos. En el hombre el instinto de propa= gacion es comunmente más activo que en la mujer, y ésta con frecuencia experi- menta vivísimo amor hácia sus hijos. Muchos animales, ya sean insectos ó anfibios, y entre los pájaros el cuco, no sienten afecto alguno hácia sus hijuelos, no obstan= te que se unen con demasiado ardor. Otros, tales como las abejas y las hormigas, no ejecutan del todo el acto de la propagacion, y no obstante esto, cuidan con asiduidad de los huevos y larvas de las hembras. ¿Quién ignorará los ejemplos de mujeres en extremo sensuales que son siempre malísimas madres? Insiste tambien el mismo autor sobre la diferencia entre individuos, y cita ca- sos que en las sociedades humanas se denominan: abandono de hijos, rapto de menores, seduccion, infanticidio, etc. Hay vacas, yeguas y perras que soportan la pérdida de sus hijos con suma indiferencia, y hay-hembras que los abandonan. Generalmente los pichones, tan- to machos como hembras, crian á sus polluelos con negligencia. El rale de genét, 6 rey de las codornices, incuba con tanto esmero que muchas veces la hembra empolladora tiene la cabeza erguida áun á presencia de la hoz del segador. Cuan- do el fuego invade un edificio en que hay un nido de cigiieñas el padre y la ma- dre se precipitan en las llamas ántes que abandonar á sus polluelos. La misma observacion ha hecho Boerhaave sobre una golondrina de chimenea. La perdiz hembra ama á sus polluelos con extremada ternura, pero persigue y mata á los ajenos. La hembra del faisan por el contrario, muestra ménos afecto hácia los suyos, abandonándolos con harta indiferencia cuando se extravian, pero acoge con alegría y protege á los polluelos que le son extraños. Gall continúa ocupándose de algunas yeguas que abrigan tal pasion hácia los potrillos, que llegan á apoderarse de los ajenos, cuidándolos con extremado celo. El mismo caso cita Espinas acerca de los mirlos. Pierquin tuvo una perra de la especie llamada grifo escocés que no podia tolerar la presencia del macho, y se detenia donde quiera que encontraba un perrillo, ya fuese en las casas ó en las calles, siendo imposible que abandonase su propósito ni aun á golpes, y si salia sin llevarle, volvia al cabo de algunas horas á la casa, llevándose en la boca un perrillo, y era preciso matar á éste por carecer la perra de leche. Veamos ahora algunos casos opuestos á los anteriores. Un amigo nuestro nos refiere que posée una perra que ha criado tres ó cuatro ocasiones, la cual durante los tres primeros meses cuida y educa á sus cachorros, pero suele llevárselos al campo, los extravia y regresa sola á la casa. LA NATURALEZA YE Conviene señalar esta inexplicable aberracion que hace á varias hembras do- mésticas dejar perecer ó matar su cria, en tanto que otras, cuales son las perras, adquieren el hábito de robar durante el tiempo que amamantan. En las grandes especies domésticas, especialmente entre las yeguas, se ve algunas veces que re- husan dar de mamar á sus hijuelos, de suerte que éstos sucumben, lo cual se ob- serva sobre todo en las primíparas. Pero el hecho más sorprendente es el ¿nfanticidio que es casi una regla fija en determinadas especies y notable en las suidés. La influencia de la domesticacion es de tenerse en cuenta. En la época del parto, muchas marranas si no se las vi- gila, matan y devoran á sus cachorros. Es un hecho curioso en la historia de las pasiones de los animales, que las hembras, especialmente en el estado salvaje, sienten notable predileccion hácia su descendencia masculina. 4.0 ACTOS CRIMINALES COMETIDOS POR LOS ANIMALES BAJO LA INFLUENCIA DEL INSTINTO DESTRUCTOR.—Este instinto se revela cuando impele al animal á vencer los obstáculos que se oponen á la satisfaccion de sus deseos. Por esta razon se vuelven rabiosos en tiempo de brama; parece que adquieren entónces nuevas fuer zas, su carácter es irascible y propenso al furor, y se traban entre ellos las más sangrientas luchas, y Pierquin añade que en el hombre como en los animales, la erotomanía contrariada conduce á menudo á la monomanía mortifera. Buífon refiere ejemplos de animales propensos ámatanzas frecuentes: en este caso se hallan los abejarucos. Hay, dice, canarios tan perversos que matan á la hem- bra que les dan, y el medio de calmarlos consiste en darles dos; y hay otros de índole tan bárbara que quiebran y devoran los huevos luego que la hembra los pone, y si uno de estos padres desnaturalizados los deja empollar, apénas nacidos los polluelos los toma con el pico, los arrastra y por último los mata. Habla tambien Pierquin de los perros ariscos, batalladores, esto es, dispuestos siempre á reñir á la más leve excitacion. - Esta malignidad aparece en ciertas razas, pudiendo ser individual, permanente y hereditaria, ó siendo individual, es accidental y pasajera, es decir, provocada por ciertas circunstancias. Así pues, la malignidad aa es la que una especie experimenta hácia otra que la caza, ó simplemente concurre con ella en la lucha por la vida. La repulsion instintiva que perros y gatos se profesan unos delante de otros es pro- verbial, si bien es curioso el ver que en ciertas circunstancias esta repugnancia puede cesar siempre que es ménos activa la lucha por la vida. El comandante Mouchez atestigua que en la isla de San Pablo, donde se hallaba para obsérvar el paso de Vénus, numerosos gatos y ratones no se reñian, ántes bien coadyu- vaban en la caza que suelen hacer de pájaros. No son raros los casos de malignidad individual, permanente y hereditaria. Todos cuantos se ocupan de nuestros animales domésticos, dice Cornevin, atesti- guan que la malignidad aparece en las especies que nos están sujetas, y con es- 74 LA NATURALEZA pecialidad en los géneros equus y bos de los individuos machos 6 hembras indo- mables, malvados y algunas veces absolutamente inútiles. «Esta es la exacta reproduccion de lo que acaece en la especie humana, donde de vez en cuando aparecen esas naturalezas radicalmente nocivas, cuya necesidad es fuerza aban- donar. ¿Cuál es la causa de esta perversidad? Hasta hoy la ignoramos. Hay en- tre los caballos muy viciosos, modificacion de la masa cerebral y desarrollo de las circunvoluciones frontales, como se ha dicho que existia entre muchos malhecho- res de la especie humana. Esto es posible, pero no se ha probado.» Lo más de- plorable es que dicha malignidad se trasmite por el padre ó por la madre. La his- toria de algunos caballos de nuestra administracion de yeguadas no escasea en ejemplos que confirman lo dicho. Veamos ahora algunos ejemplos en que campea el instinto destructor sobreexci- tado por facultades más elevadas. La malignidad es consecuencia de un verdeda- ro razonamiento y desde luego conviene señalarla como recuerdo de malos trata- miento recibidos. Ésta engendra los animales malignos por venganza. Dícese que el mulo suele reservar una patada para el amo que le maltrata. Hay varios ejemplos de asnos, mulos y caballos muy dóciles miéntras no han sido castigados, los cuales han conservado el recuerdo de los golpes recibidos y vengádose en los conductores que se los han prodigado. Hay casos de animales malignos por riva- lidad. Un toro pacífico miéntras ha estado solo fecundando las vacas de una quinta se pervertirá desde el dia en que se le acompañe un rival jóven y ardiente en las labores; procurará abatirle y alejarle y alguna vez lo tomará á su cuidado. Díce- se tambien que los bueyes mal conformados son siempre perversos y peligrosísimos. M. Colin en su Tratado de Fisiología de los animales domésticos refiere dos ejemplos de malignidad y matanza, desarrollados á la influencia de la excita- cion del instinto nutritivo. La escuela de Alfort poseía un perro que se alimentaba con los restos que ha- bian servido en los ejercicios de diseccion; viendo esta bestia que todos los dias iba el mozo á quitarle los elementos de sus comidas, le cobró tal odio, que este hombre tuvo que defenderse. Otro perro, obligado á compartir los mismos despojos con un cerdo, le cobró tal aversion, que un dia, habiendo roto la cadena que le ataba, se precipitó sobre este paquidermo, matóle, abrióle el vientre y despues que hubo muerto, le des- garró las orejas. El hombre ha procurado algunas veces descubrir este instinto de destruccion é ideas de matanza. Jacolliot en su segundo viaje al país de los elefantes (pá- gina 229) nos enseña que se alimentó con la carne de elefantes llamados mustes y que así se mantienen en estado de excitacion. Los hotentotes han empleado bueyes con el mismo fin. Refiere la leyenda que un rey de Garamante, desterra- do de sus Estados, regresó á ellos.con solo un ejército de doscientos perros. Cuen- tan tambien que cuando los cimbrios fueron vencidos, solamente sus perros de- LA NATURALEZA 15 fendieron sus carros, y que por perro fué tambien defendida la ciudad de San Malo. Por otra parte, estos animales durante la noche permanecian sueltos en las calles, con el fin de cuidar la ciudad de los malhechores. Durante la guerra de Italia, tenian los soldados en el campo de Lobau, enormes perros que estaban destinados á hacer prisioneros. Sabida es la historia del dogo Borecillo que devo- raba indios en Santo Domingo, y por ello recibia el sueldo diario de tres solda- dos. En varias prisiones hemos visto celadores que se acompañan de perros en sus rondas nocturnas á fin de que les indiquen á los individuos que no se han acostado. Refiere Sauval en sus Antigiúedades de Paris que durante los siglos XV y XVI solian nuestros monarcas complacerse en hacer combatir á dos pobres ciegos de Quinze Vingts, con un cerdo educado con este objeto, y que este ani- mal pertenecia al que podia matarle. 9." ÁCTOS CRIMINALES COMETIDOS POR LOS ANIMALES BAJO LA INFLUENCIA DE LA VANIDAD.—Los instintos de que todavía nos ocuparémos, como el de la vanidad y los instintos sociales, nos detendrán algo más. Entre los animales, estos están ménos desarrollados, y se comprende que siendo poco frecuente su manifestacion, es muy difícil descubrir en los animales la consumación de actos criminales, bajo el móvil de uno de estos instintos. Al indicar nosotros este arcano, esperamos su- gerir observaciones por parte de los sabios á quienes estas cuestiones interesan. Poseen los animales, como el hombre, el instinto de la vanidad, esto es, la ne- cesidad de aprobacion. Tambien los animales, dice Gall, aman las alabanzas y aprobaciones. ¡Con qué entusiasmo recibe el perro nuestros elogios y caricias! Todos saben cuán sensi- bles son los caballos á las demostraciones de cariño, y cuál empeño ponen, durante las carreras, en no dejarse aventajar por sus rivales. Tenia Pierquin una macaca que siempre que recibia un pañuelo se envolvia en él, y era grato verla arrastrar tras sí este pañuelo á guisa de cauda ó traje cor- tesano. Creía Napoleon que el hombre no era sino un animal más perfecto, y ocupán- dose de su caballo (aquel quizá que, como el de Belisario murió de pesadumbre en casa de un hortelano), dice que observó en él, memoria, amor y conocimiento. «Tenia yo un caballo que me distinguia en medio de todos y que por sus saltos y marcha bizarra demostraba cuando le montaba, que sabia conducir á un per- sonaje superior á cuantos le rodeaban. No se dejaba montar de otro individuo, excepto del palafrenero que constantemente le cuidaba, y cuando éste cabalgaba sobre él, eran sus movimientos tan diferentes que con ellos manifestaba saber que conducia á un criado.» Tal vez á este caballo alude Constant cuando en sus Me- morias escribia: «El emperador tuvo tambien por algun tiempo un caballo árabe de raro instinto, y que le agradaba demasiado. Miéntras que esperaba á su ji- nete no era fácil descubrir en este animal la menor gracia; mas cuando oía reso- nar en el campo los tambores que anunciaban la presencia de Su Majestad, se La NATURALEZA, —Tomo VI.—14. 76 LA NATURALEZA erguía entónces con orgullo, movia la cabeza en todas direcciones, batia con el casco el suelo, y miéntras no descendia de él el emperador, era el más hermoso caballo que se hubiera visto. » En efecto, esta vanidad es bastante comun en los caballos árabes, y al desarrollo de este instinto contribuyen, el modo con que se les educa y los especiales cui- dados que reciben. Se comprende que bajo la influencia de este instinto y el de los celos que re- sultan muchas veces, degeneran los animales en malignos y pendencieros, y con frecuencia riñen, hieren ó matan á sus compañeros. Aún se ha visto á algunos de los animales dominados por el instinto de la va- nidad, arrojarse sobre otros que están cubiertos de harapos, y sobre todo cuando están habituados á vivir en palacios ó en casas donde no reina la miseria. Tuvimos en Africa un perrito muy dócil y cariñoso hácia los amigos desu amo, pero que se tornaba furioso en extremo, siempre que un pobre ó un árabe fran- queaba el umbral de la casa. 6.2 Acros CRIMINALES COMETIDOS POR LOS ANIMALES, BAJO LA INFLUENCIA DE LOS INSTINTOS SOCIALES.—Los instintos sociales, tales como la adhesion, la vene- racion, no pueden hallarse en todos los animales. Es evidente que estos instintos no existen entre ellos, por vivir aislados ni 4un entre los que se unen de un modo pasajero. No acontece lo mismo entre los que viven juntos, para los cuales se es- tablece un verdadero matrimonio. Así, cuando varias parejas ó familias tienen habitacion comun, resultan lazos sociales comparables en todo, á los que se ob- servan en las sociedades humanas. No faltan ejemplos al observar de cerca las hormigas ó las abejas. Sucede lo mismo entre los conejos donde existe la idea de propiedad y son muy respetadas la ancianidad y la paternidad. (Georges Leroy.) Ciertos animales, como las palomas, las tórtolas, el corzo, la gamuza, el topo, no pueden soportar la viudez, siendo la muerte la consecuencia de la pérdida ó au- sencia de uno de ellos. Curiosos casos se han referido acerca de las costumbres conyugales de las cigie- ñas. Parece que son celosísimos los machos y suelen dar muerte á su infiel com- pañera y á su raptor. Los habitantes de Smirna que conocen perfectamente el grado de delicadeza del sentimiento conyugal en el macho de la cigúeña, se divierten en colocar huevos de gallina en el nido de las hembras, y ante tan extraño producto, se encoleriza el macho y con ayuda de otros, despedaza á su compañera. Ocioso es recordar hechos numerosísimos que demuestran que en ciertas especies la domesticacion desarrolla, como se ve en los perros, estos instintos sociales hasta la abnegación más conmovedora. La adhesion fué la que en 1830 fijó á un perro de aguas en la tumba de su amo que sucumbió víctima de las balas suizas, frente á la colum- nata del Louvre. LA NATURALEZA 71 Parece que la revista que acabamos de hacer, encierra hechos suficientes que permiten establecer casi un exacto paralelo entre los actos criminales de los hom- bres y de los animales, y mayor hubiera sido la analogía si hubiésemos citado ejem= plos de astucias, fraudes y otros estratagemas manifestando así los medios 6 com- binaciones que están al alcance del animal cuando pretende lograr sus fines. No dejarémos de egnsignar aquí la existencia de casos auténticos de disimulo ó engaño inventados por los animales para escapar del trabajo ó procurar una ventaja. Un militar veterinario nos citaba el ejemplo de un caballo que en el dia de paseo de la caballería se fingía cojo para evitarlo. Coste, traductor de Locke, cuenta que un perro en invierno, cuando se hallaban sus compañeros echados alrededor del fuego, para impedir que se acercara, se iba á hacer ruido en el patio, y miéntras que allá corrian sus compañeros, se introdu- cia en la casa y ocupaba un lugar conveniente cerca del fuego, dejando ladrar á los que habia engañado con este estratagema. A pesar de que muchas veces po- nia en práctica este arbitrio, siempre lograba su propósito, porque ninguno de los otros perros tenia inteligencia suficiente á descubrir la astucia. En la especie humana, bajo la influencia de la civilizacion, ciertos crímenes tienden á desaparecer ó á disminuir, tales como los de sangre, y especialmente los del parricidio y el envenenamiento. Lo mismo sucede entre los animales: cuanto más perfeccionada está una raza, ménos violentas son sus pasiones, y por consi- guiente, más raros los casos que acabamos de referir. No preocupándose por la alimentacion que ellos encuentran delante todos los dias, suculenta y copiosa, no existe entre ellos la lucha por la vida y su carácter se atenúa. Por otra parte, en virtud de la ley del movimiento orgánico y el desarrollo del aparato digestivo, consecuencia de una alimentacion regular y dilatada, se opera á expensas del sis- tema nervioso, de lo que resulta ménos irritabilidad, violencia, propension al coito, etc. La observacion de las razas de animales domésticos muy perfeccionadas en este sentido como la de Durham, demuestra, segun lo que nos dice Cornevin, que la perversidad en ellas es sumamente rara lo mismo para los machos que para las hembras. No há mucho, un criminal reincidente, hombre de sólida instruccion y á quien. parece perseguir una increible fatalidad, en su cuarta condenacion nos escribia: « He cometido la primera falta en mi vida y la he reparado. Rechazado por todos he simulado un robo para poder ser detenido y condenado. Todas mis condenas tienen por orígen la vagancia ó la ruptura de bandos, y siempre me he condu- cido bien teniendo que comer. La miseria hace al hombre malvado. Con un pe- dazo de pan puede evitarse algunas veces el que un hombre cometa un robo ó un asesinato. » El malvado, decia Hobbes, es un niño robusto; y Jorge Leroy añade: «Sisu- ponemos un hombre con deseos vivos, é inexperto como lo son los niños, no se 78 LA NATURALEZA verá por cierto la causa que lo detiene en la senda que sigue. Las pasiones nos hacen volver á la infancia, presentándonos á lo vivo un objeto único en un grado de intensidad que todo lo eclipsa. » Creemos haber demostrado en el curso de este estudio, que si los actos, pen- samientos y sentimientos de los animales son semejantes á los nuestros, tambien sus delitos ó crímenes están en relacion con sus intereses ó pasiopes. El animal criminal es algunas veces, como en nuestra especie, un tipo que aparece de repente con pasiones, instintos y deseos impropios de su raza. Estos defectos son transi- tivos y hereditarios. La alimentacion, el régimen nutritivo disminuyen y hacen desaparecer ó trasformar algunas de estas importunas disposiciones. Tuvimos razon de decir al principio que: la moral de los lobos puede brillar so- bre la de los hombres. A. LACASSAGNE. (Traducido de la Revue Scientifique, núm. 2. Enero 14 de 1882.) =2 ENUMERACIÓN DE LOS BATRACIOS OBSERVADOS EN LA PARTE ORIENTAL Y MERIDIONAL DE LA REPÚBLICA MEXICANA, Por F. SUMICHRAST, SOCIO CORRESPONSAL EN CHIAPAS. + CLASE DE LOS BATRACIOS. (Batrachia.) SUBOLASE PRIMERA. BATRACIOS PEROMELOS. (B. Peromela.) 1. Siphonops mexicanus. Dum. et Bibron. (Erpét. gén. tom. VIH, p. 294.) Este animal cuya apariencia es la de una serpiente con piel sin escamas, pero surcada por pliegues transversos es bastante comun en las tierras calientes de ambas costas, en donde se conoce generalmente bajo el nombre de culebra de dos cabezas ó de barretilla. Vive en los terrenos húmedos y se alberga en agujeros profundos, en el interior de los árboles podridos ó debajo de los detritus vegetales. SUBOLASE SEGUNDA. BATRACIOS URODELOS. (B. Urodela.) 2. Udipus rufescens. Cope. (Trans. Amer. Philos. Soc. 1879, p. 267.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1881, p. 231.) De la region alpina de los Estados de Veracruz, Oaxaca y Chiapas. 3. Mdipus carbonarius. Cope. (Proceed. Acad. Nat. Phila. 1860, p. 373.) Bolitoglossa mexicana. A. Duméril. Variedad procedente de la Verapaz. Er- pétol. gén. tom. IX, p. 96.) LA NATURALEZA 79 En el tomo IX de la Erpétologie générale el Prof. A. Duméril describió y figu- ró como variedad del Bolitoglossa mexicana (Spelerpes Bellii. Gray) un Urodelo procedente de la region del Peten. Seis años despues habiendo el Prof. Cope exa- minado ejemplares del mismo animal, no tardó en reconocer que no eran conge- néricos conla especie del Sr. Duméril y los refirió al género Geotriton, * describién- dolos hajo el nombre de G. carbonarius. Este Urodelo se encuentra con bastante frecuencia en las tierras templadas del Estado de Veracruz (Orizaba, Córdoba, Jalapa, Huatusco, etc.) hasta una altura de 2000 ó más metros en el flanco de la Cordillera: lo encontré igualmente, aun- que raro, en el Centro de Istmo (Guichicovi) y en la region alpina de Chiapas. Vive debajo de las piedras ó de los troncos podridos. 4. (Edipus Salvinú. Gray. Udipus carbonarius Salvinti. Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1879, p. 267.) —Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 190.) Esta especie (ó segun el Prof. Cope subespecie de la anterior) habita la costa occidental de México (Estados de Oaxaca y Chiapas). Vive en los lugares húme- dos, en cavidades del suelo 6 debajo de las cáscaras sueltas de los troncos sumer- gidos. Se llama vulgarmente machorra.. 5. Spelerpes Belli. Gray. (Cat. of Amphibia Brit. Mus. 1850, p. 46.) Bo- litoglossa mexicana. Dum. et Bibr. (Erp. gén. tom. IX, p. 93.) Este hermoso batracio es bastante comun en los lugares húmedos de la tierra templada del Estado de Veracruz: vive en el suelo ó debajo de las cáscaras de árboles. 6. Spelerpes Chiropterus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1864, p. 54.) 7. Spelerpes cephalicus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1865, p. 196.) 8. Spelerpes lineolus. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1865, p. 197.) Id. (1866, p. 132.) Estas tres últimas especies se encuentran con bastante abundancia en la region alpina de Orizaba. 9. Thorius pinnatulus. Cope. Este pequeño animal que recogí en el cerro de la Defensa, cerca de Córdoba, es digno de interés por participar de los caractéres de tres distintas familias de Urodelos. SUBCLASE TERCERA BATRACIOS ANUROS. (B. anura.) 10. Bufo agua. Latreille. (Rept. tom. IL, p. 13.) Giúnther (Cat. of Batr. Salientia. Brit. Mus. 1858, p. 65.) Este sapo que llega á adquirir las mayores dimensiones entre los Anuros es harto comun en todas las localidades templadas y calientes de la República: vive en las habitaciones así como en los campos. * Más tarde lo consideró el mismo sabio como perteneciente al género OEdipus. Tschudi. 80 LA NATURALEZA 11. Bufo intermedius. Ginther. (Loc. cit. p. 140, plate IX a.) Esta especie descrita por el Dr. Giinther en vista de ejemplares procedentes de los Andes del Ecuador, parece ser igualmente indígena de México. En Orizaba» de donde hace años remití individuos al Museo de la Institucion Smithsoniana, se muestra en abundancia en las calles en las noches lluviosas; el Prof. Cope, quien determinó dichos individuos cita igualmente el B. intermedius en la lista de Reptiles colectados en Guanajuato por el Sr. Dr. Dugés.—(Trans. Am. Phil. Soc. 1879, p. 263.) 12. Bufo sternosignatus. Gimther. (Loc. cit. p. 68. Pl. V. G.) De ambas costas de la República; comun. 13. Bufo valliceps. Wiegm. Cope. (Proceed. Acad. Nat. Sc. Phila. 1865, p. 195.) Id. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1879, p. 267.) —De ambas costas. 14. Bufo christatus. Wiegmann. (Ibid. 1863, 660.) Cope. (Proceed. Acad. Nat. Sc. Phila. 1866, p. 132.) De Orizaba, Córdoba, Huatusco. (Veracruz.) 15. Bufo canaliferus. Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1877, p. 85.) De las partes meridionales del Estado de Oaxaca. (Santa Efigenia, Tapana, Cacoprieto, etc.) Vive en los bosques; abunda á principios de la estacion de aguas en las siembras de j¿iquilite. (Indigofera.) 16. ¿Bufo argillaceus. Cope. (Proceed. Acad. Nat. Sc. Phil. 1877, p. 85.) De Tehuantepec. (fide Cope in litteris.) - 17. Bufo coccifer. Cope. (Batr. and Rept. of Costarica. p. 2.) Id. (Trans. Amer. Philos. Soc. 1879, p. 267.) Santa Efigenia, Tapana, Cacoprieto. 18. Rhinophrynus dorsalis. Dum. et Bibron. (Erpét. gén. tom. VII, p. 758.) Gúnther. (Loc. cit. p. 127, pl. XU.)—Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p- 185.) De ambas costas de la República. s 19. Engystoma ustum. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phila. 1866, p. 131.) Id. (Trans. Amer. Philos. Soc. 1879, p. 267.) Sumichrast. Bull. Soc. zool. Fr. 1380, p. 267.) 20. Microphryne (Paludicola) pustulosa. Cope. (Proc. Acad. Nat. Se. Phil. 1864, p. 180.) Sumichrast. (Loc. cit. p. 189.) —De la costa occidental. 21. Syrrhophus leprus, Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1879, p. 268.) De Santa Efigenia. (Tehuantepec.) 22. Syrrhophus cystignathoides. Cope. (Loc. cit. 1877, p. 89.—Ibid. 1879. 268.)—Del Potrero, cerca de Córdoba (Veracruz.) 23. Hylodes (Lithodytes) rhodopis. Cope. (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1866, p. 323.) H. Salleei. Gúnther. Especie comun en ambas costas de la Repúbilca: vive debajo de las hojas secas 6 de los troncos podridos, á orillas de los arroyos. LA NATURALEZA 81 24. Hylodes griseus. Cope ex Hallowell. (Proc. Ac. Nat. Sc. Ph. 1866, p. 132.) Especie comun en los alrededores de Orizaba y Córdoba en la orilla de los rios; se muestra en la region alpina hasta 2500 metros de elevacion. 25. ¿Hylodes conspicillatus. Ginther. (Cat. Bate. Sal. Brit. Mus. p. 92.) A esta especie, cuyos ejemplares típicos procedian de los Andes del Ecuador refirió el Prof. Cope (Proc. Ac. Nat. Sc. Phil. 1865, p. 195) individuos de un batracio que remití al Museo Smithsoniano: con alguna duda lo incluyo en la fauna mexicana. 26. Hylodes (Lithodytes) podiciferus. Cope. (Journ. Acad. Nat. Sc. Phil. 1875, p. 107.)—/d. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1879, p. 269.) Especie bastante comun á orillas de los arroyos de montaña en la parte occi- dental del Istmo: presenta muchas variaciones de color. . 21. Liñylarugulosa. Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1869, p. 160, 162.) Brocchi. (Miss. Scient. du Mex. Batraciens. p. 54.) —Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 190.) Del Rio Verde, parte occidental del Istmo de Tehuantepec. 28. Hyla myotympanum. Cope. (Pr. Ac. N. S. Phil. 1864,'p. 47. Orizaba, Córdoba, Huatusco (Veracruz.) 29. Hyla bistincta. Cope. (Tr. Amer. Phil. Soc. 1877, p. 87.).—Orizaba. 30. Hyla spilomma. Cope. (Tr. Am. Phil. Soc. 1877, p. 86.) De Cosamaloapam (Veracruz.) 31. Hyla stau¡ferú. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Ph. 1865, p. 195.) Orizaba (Veracruz) Tapanatepec (Oaxaca.) 32. ?Hyla lichenosa. Gimther. (Cat. Batr. Sal. p. 102. pl. VIH, C.) He encontrado hace años cerca de Córdoba una Hyla, que segun toda proba- bilidad pertenecia á esta especie. 39. Hyla esximia. Baird. (Un. St. and Mex. Bound. Survey. p. 29.) Comun en los alredores de Puebla. 34. Hyla Baudiná. Dum. et Bibr. (Erp. gén. tom. VII, p. 564.) Especie abundantísima en todas las tierras calientes de ambas costas desde el Rio grande hasta Guatemala. 39. Hylella platycephala. Cope. (Trans. Am. Phil. Soc. 1879, p. 267.)— Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1881.) Exerodonta Sumichrasti. Broccla. (Miss. scient. du Mex. Batr. p. 48.) Este pequeño Batracio es el único representante en la América Central de un género que presenta todos los caractéres del de Hyla, pero carece de dientes en el yomer. Vive en la region alpina de ambas costas y se mantiene entre las hojas de las plantas epifitas, como las Tillandsia. 36. Agalychnis callidryas. Cope. (Proc. Ac. N. Sc. Phil. 1862, p. 359.) Esta hermosa rana de árbol se da á conocer á primera vista por su coloracion: por encima, el cuerpo es de un verde brillante, y por debajo de un amarillo na- 82 LA NATURALEZA ranjado vivo: el íris del ojo es de un rojo de lacre, el párpado inferior trasparen- te presenta como una red de venas finas y blancas. He colectado este batracio cerca de Huatusco y de Córdoba. 31. Cystignatus melanonotus. Hallowell. (Proc. Acad. Nat. Sc. Phil. 1860, p. 485.) Cope. (Trans. Amer. Phil. Soc. 1869, p. 162.) 7d. (Ibid. 1879, p. 269. 210.) —Sumichrast. (Bull. Soc. zool Fr. 1880, p. 189.) ??Leptodactylus echinatus. Broccht. (Bull. Soc. Philom. 1877, p. 181.— 1d.) Miss. scient. du Mex. Batr, p. 18, pl. V. fig. 4.) ? Leptodactylus caliginosus. Boulenger ex Girard. (Bull. Soc. zool. Fr. 1881, p. 30.) La confusion que me parece existir en la nomenclatura específica de los Cistig- natos mexicanos dará razon de las dudas expresadas en la antecedente sinonimia. El Cyst. melanonotus de Hallowell (loc. cit.) fué descrito por este autor en vista de un único individuo jóven procedente de Nicaragua, y por lo mismo la descripcion que da de la especie no es suficientemente completa para permitir una rigurosa determinacion de la misma, cuando se tiene á la vista ejemplares adul- tos. Al referir á dicho C. melanonotus la especie de que aquí se trata no hago más que seguir la opinion del Prof. Edw. D. Cope, quien conocia bien el ejem- plar típico del Dr. Hallowell y constantemente le refirió los ejemplares de todo sexo y edad que sometí á su exámen, tanto de Tehuantepec como de Veracruz. Admitiendo, pues, como bien fundadas las determinaciones del Prof. Cope, con- sidero (aunque sin entera certidumbre) el Lept. echinatus del Sr. Brocchi (cuyos ejemplares típicos procedian del Guatemala occidental) como idéntico al Cyst. me- lanonotus, Cope ex Hallowell. El año pasado el Sr. Boulenger de Bruselas tuvo ocasion de examinar una sé- rie de Cistignatos que habia yo mismo remitido de Tehuantepec á Paris, y el re- sultado de este exámen le indujo á referir el Cyst. echinatus. Brocchi al Leptod. caliginosus de Girard: dió (loc. cit.) una nueva y completa descripcion de esta última en vista de ejemplares procedentes de la América del Sur y de Tehuantepec. ¿No seria, pues, lícito suponer que tanto el C. echinatus. Brocchi como el Cl. ca- liginosus. Boul. ex Girard son idénticos al C. melanonotus. Hallowell? Si así fuere, la apelacion de Girard debiera tener el derecho de prioridad puesto que su descripcion del C. caliginosus data de 1853, miéntras que la del Dr. Hallowell lleva la fecha de 1860. * * El Prof. Cope (Proc. Amer. Philos Soc. 1879, p. 269) caracteriza del modo siguiente los Cis- tignatos Mexicanos. L Dedos de las patas posteriores con un pliegue dérmico longitudinal. Pliegues glandulares de la piel dorsal numerosos, interrumpi- dos; piernas robustas; el talon llega hasta el ojo; membrana del tim- pano igual á las 66 centésimas partes del ojo; sin raya de color claro OA RA A A C. melanonotus (Tehuantepec. ) > LA NATURALEZA 83 El batracio de que se trata es muy comun en la parte occidental del Istmo de Tehuantepec; lo encontré igualmente en los alrededores de Córdoba y en las orillas del Goazacoalcos. Vive en las lagunas 6 á orillas de los arroycs en agujeros sub- terráneos ó debajo de las piedras. En Febrero comienzan á desarrollarse en los dedos pulgares de los machos los tubérculos cónicos cuyo uso se relaciona sin duda con la copulacion. 38. Cystignathus labialis. Cope. (Proc. Amer. Phil. Soc. 1877, p. 90.— ld. Ibid. 1879, p. 270.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1881.) 22Cyst. albilabris. Gimther. Boulenger. (Bull. Soc. zool. Fr. 1881, p. 33.) 22Cyst. caliginosus. Brocchi. (loc. cit.) fide Boulenger. (Loc. cit.) La sinonimia de esta especie da lugar á la misma discusion que la de la ante- rior. Poca duda abrigo sin embargo de que la excelente descripcion que da el Sr. Boulenger del C. albilabris. Gthr. se refiera al C. labialis del Prof. Cope; las diferencias que pueden notarse entre las descripciones de ambos erpetólogos son,-á no dudarlo, motivadas por la diferencia de edad entre los individuos observados. 39. Cystignathus gracilis. Dumér. y Bibron. (Erpet. gén. VIII, p. 406.) Cope. (Proc. Amer. Phil. Soc. 1869, p. 162.) Id. (Ibid. 1879, p. 270.) C. fragilis. Brocchi. (Bull. Soc. Phil. 1877, p. 182.) Id. (Miss. scient. du Mex. Batr. p. 19, pl. I. 2.) El batracio de que aquí se trata, y que es muy comun en la parte meridional del Estado de Oaxaca (Santa Efigenia, Cacoprieto, etc.) y en la costa occidental de Chiapas, ha sido considerado por el Prof. Cope como idéntico al C. gracilis de Duméril y Bibron: el Sr. Brocchi por otra parte lo describió como especie nueva en vista de ejemplares que remití al Museo de Paris bajo el nombre de Fragilis. 40. Rana halecina. Kalm et Auct. Rana halecina. Var. Berlandieri. Baird. Cope. Comun en toda la República. 41. Rana (Ramula) ajfinis. Peters. Cope. (Proc. Amer. Phil. Soc. 1869, p- 167.) 1d. (Ibid. 1879, p. 270.) Sumichrast. (Bull. Soc. zool. Fr. 1880, p. 189.) IL Dedos posteriores sin bordes dérmicos. Piel dorsal lisa sin pliegues; piernas delgadas; talon llegando hasta la parte anterior de la órbita; timpano igual á 0,66 de la FIS IN AS IR IT IL €. perleevis (Tapana.) Piel dorsal lisa;? piernas muy robustas; talon llegando hasta la órbita; timpano =0,4 de la órbita; sin raya labial. ......... €. microtis (Guanajuato? Dugés.) Piel dorsal con pliegues; piernas cortas llegando á la órbita; timpano de tamaño igual al de la órbita; raya labial imperfecta. . €. gracilis (Tehuantepec.) Piel dorsal con pliegues; piernas largas llegando á la parte an- terior de la órbita; timpano =0,6 de la órbita; una raya labial. . C. labialis (Tehuantepec.) La NATURALEZA.—Tomo VI.—15, 34 LA NATURALEZA 222 Rana Vaillanti. Brocchi. (Bull. Soc. Philom. 1877, p. 175.) Id. (Miss. scient. du Mex. Batr. p. 11, p. H, 1.) 2222 Rana maculata. Brocchi. (Loc cit. 1877, p. 178 y p. 13, pl. HL) Al referir aquí, en la sinonimia de la presente especie, las R. Vaillanti y ma- culata del Sr. Brocchi á la R. affinis (Cope ex Peters), no ms más que expre- sar la opinion (quizás infundada) que me he formado de la legitimidad de esta reu- nion de especies, en vista de las descripciones y figuras del Sr. Brocehi en la «Mission scientifique du Mexique.» La R. Vaillanti, tan notable por su gran tamaño, me parece en efecto idéntica á los ejemplares muy adultos de la Rana ajfinis de Tehuantepec determinados por el Prof. Cope y la Rana maculata, Brocchi (loc. cit.) presenta la mayor analogía, sobre todo en la coloracion, con los individuos de mediana edad de la R. affinis que he colectado aquí. Lo que parece dar algun fundamento á las dudas que me permito emitir, es que el Se- ñor Brocchi no hace ninguna mencion de la R. affinis que el Prof. Cope dice haber recibido dela Verapaz, localidad vecina de la en que recogió el Sr. Bocourt los ejemplares típicos de la R. Vaillanti. Tonalá, Mayo 25 de 1882. >= 0 PLANTAS QUE EXISTEN EN MÉXICO Y PUEDEN APROVECHARSE INDUSTRIALMENTE PARA LA PABRICACION DEL'PAPEL. SECRETARÍA DE ESTADO Y DEL DESPACHO DE FOMENTO, COLONIZACION, INDUSTRIA Y COMERCIO DE LA REPÚBLICA MEXICANA.—SECCION 2* Nombrados los que suscribimos, el primero por el Ministerio del digno cargo de vd., y el segundo por el Ciudadano Director de la Escuela Nacional de Agri- cultura, para informar acerca de una Nota remitida á la Secretaría de Relacio- nes por el Agente diplomático confidencial de la República en Paris, creimos conveniente asociarnos para rendir el referido Informe. Dos son los puntos que se consultan en la comunicacion que se nos ha dirigido: 1. Si existen en México algunos vegetales que pudieran aprovecharse indus- trialmente para la fabricacion del papel. 2.2 Cuál sea la manera más conveniente para proporcionarse la cantidad su- ficiente de ellos, á fin de emprender las experiencias necesarias. LA NATURALEZA 85 Con respecto al primer punto, manifestarémos que existen en efecto en la Re- pública varias plantas, tanto cultivadas como silvestres, que en nuestro concepto pueden utilizarse en la fabricacion del papel; nos ocuparémos solo de aquellas que por su abundancia y corto precio pudieran económicamente emplearse con este fin. Citarémos en primer lugar las diversas especies de magueyes (Agave), que se cultivan para la elaboracion del pulque. Estas plantas que llegan á adquirir di- mensiones verdaderamente gigantescas, contienen gran cantidad de fibras bastan- te fuertes que se blanquean con facilidad. Millares de kilómetros cuadrados de terreno situados la mayor parte de ellos en el trayecto del ferrocarril de Vera- cruz, se hallan cubiertos de aquel útil vegetal cuyas grandes hojas no se utilizan en la actualidad sino en reducida escala. Además de las especies cultivadas, se encuentra otra multitud del mismo género que viven al estado silvestre en la ma- yor parte de nuestros Estados, cuyas fibras más ó ménos fuertes y finas, podrian seguramente utilizarse de la misma manera: mencionarémos entre otras, el Agave istli, A. Lechuguilla, A. americana, A. mexicana, A.vivipara, A. sapona- ria, Á. lutea, etc., etc. En nuestras tierras calientes y húmedas, se cultivan en grande escala diversas especies de plátanos (Musa.) En las hojas de estas plantas que no tienen hoy valor alguno, existen fibras demasiado blancas, finas y abundantes que pueden aprovecharse en la industria referida. El bagazo de la caña de azúcar (Saccharum o/ficinarum) y los tallos del maiz (Zea maíz), gramíneas que se cultivan en grande escala en el país, pueden tam- bien utilizarse con el mismo objeto. Los tules (Cyperus) abundantes en los lagos de agua dulce del Valle de Mé- xico y de otras localidades de la República, se encuentran en el mismo caso. Son dignos de fijar la atencion varias especies de la familia de las Malvaceas, entre ellas citarémos el Alacle del Estado de Morelos (Sida sp?), cuyos filamentos blandos, largos y abundantes llamaron la atencion en la Exposicion de Filadelfia; la Mazahual (Hibiscus tiliaceus) que abunda en las costas del Golfo; el Huinare (Malva escoparia) muy comun en el Estado de Michoacan, y otras que seria largo enumerar. De otras familias citarémos el algodon que producen las biznagas (Mamillaria), Cacteas que cubren las serranías del Cardonal, Mezquital, etc.; el Pochote (Erio- dendron anfractuossum) de la familia de las Bombaceas, cuyas semillas se hallan envueltas en finísimos filamentos algodonosos, el Cuaulahuac (Heliocarpus ame- ricanus) de la familia de las Tiliaceas de los Estados de Morelos y Puebla: las fibras corticales de esta planta son notables por su hermosura; diversas especies de Urticaceas indigenas como la ortiga comun del Valle de México (Urtica dioica) diversas Bromeliaceas, entre otras la Bromelia silvestris de Tehuantepec, los Pastles 6 Henos (Tillandsia): las Izotes (Yucas) de las Liliaceas, abundantísimas en el Estado de San Luis Potosí y otros lugares de la Mesa Central; por último, las 86 LA NATURALEZA numerosas especies de palmeros de nuestras tierras calientes especialmente las palmas-sombrero (Chameerops), etc. Con respecto ála segunda cuestion que se nos ha propuesto, nos parece que para conseguir las materias primas de las plantas cultivadas de que hemos hecho mencion, esa Secretaría podrá dirigirse á alguno de los hacendados que por su espíritu de empresa obsequiarán con eficacia un pedido de ese género, ó bien á la Sociedad de agricultores: los que producen los vegetales silvestres, creemos que los mismos hacendados ó las autoridades locales podrán fácilmente proporcionarles. Protestamos á vd. las seguridades de nuestra distinguida consideracion y par- ticular aprecio.—A//o0nso Herrera.—Manuel M. Villada. EscueLa NACIONAL DE AGRICULTURA Y VETERINARIA .—DirE0ccION.—La Direc- cion de esta Escuela, con fecha 27 del próximo pasado, trascribió al Ciudadano Director de la Escuela Regional de Agricultura establecida en Acapantzingo, la comunicacion de esa Secretaría fecha 11 de Octubre, relativa á la descripcion científica ó vulgar que se pide de las plantas que se consideren útiles á la fabri- cacion del papel. En contestacion me dice lo siguiente: «Habiéndome impuesto de la comunicacion de vd. fecha 27 de Octubre rela- tiva á la investigacion que debe hacerse sobre la existencia de plantas filamento- sas propias para la fabricacion de papel, paso ahora á informar á vd. lo siguiente: Existen efectivamente en la República plantas de las cuales se puede extraer el filamento, no solo con el objeto de fabricar papel, sino tambien tejidos. De estas plantas, unas se encuentran al estado silvestre y otras son cultivadas con algun objeto distinto de la extraccion del filamento. Además pueden cultivarse otras con el mismo objeto. Entre las plantas que se encuentran al estado silvestre, tenemos el huinar ó huinare ó alacle, Sida romboidea de De Candolle, perteneciente á la familia de las Malvaceas, que tiene un filamento bastante resistente, fino y sedoso, muy pro- pio para la fabricacion del papel. Hay otras especies de huinar que son las Malva scoparia de Cav., Popotalagua, Apilzatpalti, en idioma mexicano. El Malvabis- cus arboreus de Cav. y otras plantas que no deben confundirse con la Sida rom- boidea de D. C.: crece espontáneamente en los climas templados. De la familia de las amarylideas tenemos varias especies de agave ó maguey, de cuyas hojas ó pencas se pueden extraer filamentos de distintos gruesos para la fabricacion de cuerdas, tejidos y tambien muy útiles para el papel. En las haciendas dedicadas al cultivo del maguey para la extraccion del pulque, pueden utilizarse con ventaja las raspaduras que se sacan todos los dias, cuando los tlachigueros ú operarios van á sacar la aguamiel y hacen la raspa de los magueyes. Despues que un maguey ya no produce aguamiel, se pueden utilizar sus hojas para extraer el filamento. Yo he usado alguna vez papel de maguey de muy buena calidad, LA NATURALEZA 87 semejante á un pergamino muy bien trabajado, muy delgado y muy fuerte; como el papel de los billetes del Banco de Lóndres, México y Sud América, y el de los billetes del Banco del Monte de Piedad, con la única diferencia que era más delgado. En la familia de las Urticeas existen tambien plantas que crecen espontánea- mente en varias localidades de la República. Tenemos la Urtica dioica cuya cor- teza es textil como la del cáñamo. Hay tambien otra planta de esta familia llamada Chichicaxtle en el Estado de Morelos que, ámi juicio, parece ser una especie de Boehmeria; pero no he tenidola oportunidad de rectificar estaopinion. Actualmen- te no tiene flor y por consiguiente no puede clasificarse. Espero que llegue á su flo- rescencia para estudiarla detenidamente. Por ahora solo me concretaré á decir, que en su corteza se encuentra un filamento que creo puede aplicarse á la indus- tria del papel y áun á los tejidos. El Ramie ó China Grass es la Urtica Boehmeria, especie de ortiga vivaz de la China cuyas fibras sedosas, finas y resistentes sirven para hacer los hermosos tejidos conocidos en China con el nombre de Grass Cloth, segun dice Vihuvrin. Nada difícil es, pues, que el Chichicaxtle sea una especie de Boehmeria aun cuando no sea precisamente la ortiga blanca de la China (Boehmeria nivea), tipo de la especie; ni la Boehmeria candicans, ó.Urtica utilis; ni la Boehmeria tenasisima, sino otra especie distinta. Pero cualquiera que sea el género y especie de esta planta, el hecho es que su corteza contiene fibras que pueden utilizarse en la industria. Varias especies de Palmeras pueden tambien suministrar materias primas para la industria del papel. Entre las plantas culti- vadas con distinto objeto que el de extraer su filamento, tenemos diferentes espe- cies de plátano, Musa paradisiaca, Musa sapientium, etc., cuyos tallos formados por la vaina de las hojas caidas suministran un filamento brillante y sedoso que puede sacarse hasta de cuatro y cinco metros de largo. En la exposicion de productos industriales y agrícolas verificada en Michoacan el año de 1877, algunos expositores presentaron artefactos hechos con la fibra del plátano; tales como cintas, pasamanerías, cigarreras y otros objetos pequeños de fantasía, que á primera vista parecen ser de seda, sobrepujando á ésta por su brillo y colores, siendo de advertir, que con facilidad adquiere las tintas que se le den, no siendo para esta operacion tan rebelde como el algodon. La Marihuana, especie de cáñamo (Cannabis sativa) que entre nosotros se cul- tiva con el pernicioso objeto de fumar sus hojas (entre la clase baja dela sociedad) puede tambien utilizarse. Además de las plantas que he mencionado, hay multitud de otras que son fibrosas en sus tallos ó que producen filamentos parecidos al al- godon, como por ejemplo, el pochote ó Pochotl, Eriodendron anfractuosum, que da en sus cápsulas un filamento sumamente fino, brillante y sedoso, de un blanco de perla y del cual hasta ahora no se ha hecho ninguna aplicacion industrial. Entre las plantas que son cultivadas por su filamento, se cultivan entre nos- otros el algodon, y con mucha ventaja podia emprenderse el cultivo del lino que se da con muy buen éxito, y hasta ahora no se ha cultivado entre nosotros sino 88 LA NATURALEZA con el exclusivo objeto de extraer el aceite de sus granos, y esto en pequeña escala. En cuanto á la manera de proporcionar la cantidad suficiente de materias pri- mas para hacer las experiencias, seria necesario para esto tener un fondo especial destinado á la recoleccion de las plantas y adquisicion de algunos aparatos para su preparacion. Creo que con mil pesos que diera el Ministerio de Fomento des- tinados á este objeto, podrian prepararse muestras de filamentos de varias plan- tas en cantidad suficiente para poder hacer experiencias en la industria de que se trata, que estoy seguro darian muy buenos resultados, estableciéndose de esta manera un nuevo ramo de exportacion y una nueva industria para la República que seria más productiva ó á lo ménos igual á la del henequen.» Lo que tengo la honra de trascribir á vd. para su conocimiento. Independencia y Libertad. San Jacinto, Noviembre 23 de 1880.—Gustavo Ruiz.—Una rúbrica.—Ciudadano Oficial mayor, encargado del despacho de la Secretaría de Fomento.—México. SociebaD AcricoLa MExICANA.—JuNTA DIRECTIVA.—En sesion de ayer se dió cuenta á la Junta Directiva de la Sociedad Agrícola Mexicana de la comunica- cion de vd. fecha 11 del presente, en la que inserta la Nota que le dirigió el Ofi- cial mayor encargado de la Secretaría de Relaciones, trascribiendo el Despacho núm. 93 de 29 de Agosto último, remitido á esa Secretaría por el Agente diplo- mático confidencial de la República en Paris, en el que pide se le remitan noti- clas y muestras de una planta que segun recuerda haber leido en un periódico, existe en México y es propia para la fabricacion de papel, pues la escasez del trapo en Francia, obliga á los fabricantes á emplear otras materias en esa industria. Impuesta esta Junta de su citada comunicacion, acordó quese pasara á la seccion de Instruccion agrícola y se contestara á vd., como tengo el honor de hacerlo, que ya se piden á las Juntas corresponsales de esta Sociedad los datos que puedan reco- ger acerca de la planta á que su referida Nota hace relacion, en sus respectivos ter- ritorios, y que tan luego como las reciba esta Junta los remitará á esa Secretaría. Participo á vd. además, que creyéndose con algun fundamento que el bagazo 6 desperdicios del henequen que se produce en la República con abundancia y que se puede obtener á un precio reducido, sea una sustancia útil para servir de ma- teria primaá la fabricacion del papel; esta Junta ha comisionado al socio Manuel Nicolin y Echanove para que remita al Sr. Velasco la cantidad que pide en su Nota, de ese bagazo, con el objeto de que se hagan con él algunos ensayos... México, Octubre 21 de 1880.—P. Escudero, Vicepresidente.—J. Vivanco Lama, Secretario.—Al Oficial mayor de la Secretaría de Fomento, encargado de su despacho.—Palacio Federal. Son copias. México, Diciembre Y de 1880.—M. Fernandez, oficial mayor. A A AD 2ZOOLOGIA. LA FORMACION DE LA TIERRA VEGETAL POR LA ACCION DE LOS GUSANOS. + N la introduccion del libro que en seguida resumimos, M. Char- les Darwin se excusa de haber consagrado todo un volúmen al estudio de un animal que puede parecer á primera vista insig- nificante. Ciertas observaciones, antiguas ya, le hicieron pensar que la obra de los gusanos era considerable en la naturaleza, si se hace intervenir el factor más importante quizá, de los problemas geológicos: el tiempo. Es bastante difícil, como lo hace notar el autor, formarse una idea exacta de los efectos de una causa que obra continua- mente, y esta incapacidad ha retardado, á menudo, el progreso científico: se ha visto en el caso de la Geología y más recientemente en el principio de la evolucion. M. Darwin se ha ocupado exclusivamente en esta obra, del papel que los gu- sanos desempeñan en la formacion del suelo, los cambios de la superficie y la de- nudacion de la tierra. Las célebres experiencias de M. Pasteur han demostrado que estos animales pueden, en ciertas circunstancias, propagar enfermedades in- fecciosas, llevando á la superficie gérmenes virulentos. Refiérese que en la granja de Roziéres fueron atacados los carneros por la fie- bre carbonosa, por haber comido yerba que nacia en un hoyo, donde se habian esparcido hacia dos años, animales carbonosos. M. Pasteur, en la Memoria del 20 de Noviembre de 1880, ha citado igual- mente el caso de un rebaño compuesto de 900 carneros, de los cuales murieron 400 por haber estado echados en su establo sobre la tierra que habia sido llevada de un lugar, donde los gusanos estuvieron enterrados por mucho tiempo. Aunque las observaciones de M. Darwin no se relacionan á esta parte de la cuestion, sin embargo suministran luces sobre la manera de cómo los gusanos llevan á la superficie de la tierra las partículas ocultas á una profundidad relati- vamente considerable. No hay duda, despues de haberlas leido, que las medidas adoptadas para la ocultacion de los cuerpos infectados son ineficaces, puesto que despues de un tiempo más ó ménos largo pueden los gusanos llevar los gérmenes infectantes al alcance del hombre ó de los animales.—H. G. * The formation of vegetable mould trough the action of worms with observations on thew habits, by Charles Darwin. London. John Muviay. 1881. 90 LA NATURALEZA I. CosTUMBRES DE LOS GUSANOS.—Los gusanos están esparcidos por el mundo bajo la forma de gérmenes poco numerosos, que tienen entre sí una gran seme- janza exterior. Las especies inglesas de lombrices no han sido nunca clasificadas cuidadosamente. Fisen cuenta ocho en Escandinavia y Hoftmeister, la misma ci- fra en Alemania. Los gusanos abundan en varios puntos de Inglaterra. Sus deyecciones se ven en número considerable en los pastos y las dunas gredosas; y cubren casi toda la superficie cuando el suelo está árido y el césped corto y delgado. Por otra parte, son tambien numerosas en ciertos parques de Lóndres en que la yerba crece bien y el suelo es fértil. Pueden ser los gusanos, en un mismo campo, mucho más nu- merosos en unos puntos que en otros sin que haya una diferencia notable en la naturaleza del suelo. Abundan en los patios empedrados de las casas, y se les ha visto penetrar hasta en las cuevas húmedas. Se encuentran pocos gusanos en los caminos secos de arena ó de casquijo, donde solo brotan el brezo, el ginesta, el helecho, el musgo y los líquenes. Pero en muchas partes de Inglaterra, la su- perficie de los senderos que atraviesan el brezo, se cubre de un césped fino y cor- to, sobre el cual se encuentran, con frecuencia, las deyecciones de los gusanos. Una capa de tierra fina, por delgada que sea, pero que sin duda retiene la hu- medad por mucho. tiempo, es en todo caso, segun creo, necesaria para su exis- tencia; la simple compresion del suelo parece serles desfavorable hasta cierto pun- to, supuesto que pululan con frecuencia en los antiguos caminos de casquijo y por los senderos al través de los campos. Abajo de los grandes árboles se encuentran pocas deyecciones durante ciertas estaciones del año, sin duda porque toda la humedad ha sido absorbida por las raíces. En efecto, estos lugares se cubren de deyecciones despues de las fuertes lluvias de otoño. En las montañas de Gales y en los Alpes son escasos los gusanos en muchos lugares, lo cual es debido tal vez á la proximidad de las rocas subadyacentes, donde dichos gusanos no pueden hacer sus agujeros en el invierno para no ser he- lados. Se han encontrado, sin embargo, á grandes alturas sobre los montes Nilgire y el Himalaya. Los gusanos de tierra pueden considerarse como animales terrestres, aunque, hasta cierto punto sean semi-acuáticos, como los otros miembros de la gran clase de los anélidos. M. Perrier ha visto que la exposicion al aire seco de una cáma- ra durante una sola noche les era fatal. Por otra parte, ha conservado vivos, durante cerca de cuatro meses, varios gusanos completamente sumergidos en el agua. Durante el estío, cuando el suelo está seco, penetran á una profundidad considerable y cesan de trabajar, como en invierno, cuando el suelo está helado. Sus costumbres son nocturnas; se les ve en la noche arrastrarse en gran número, pero ordinariamente con su cola fija en los agujeros. Por la expansion de esta par- te de su cuerpo y con la ayuda de sedas cortas y ligeramente curvas de que están LA NATURALEZA 91 armados, se adhieren al suelo tan fuertemente que con dificultad se puede des- prenderlos sin dividirlos en pedazos. Durante el dia, permanecen en sus agujeros, excepto en la estacion de la cópula; entónces, los que habitan los agujeros próxi- mos, exponen al aire la mayor parte de su cuerpo, en las primeras horas de la mañana. Es preciso exceptuar tambien á los individuos enfermos que son ataca- dos generalmente por las larvas parásitas de una mosca: estos individuos salen durante el dia y permanecen en la superficie de la tierra. Despues de las fuertes lluvias que suceden á un tiempo seco, se ve algunas veces un número sorpren- dente de gusanos muertos. Yo creo que estos son individuos ya enfermos, y que su muerte ha sido acelerada por la sumersion del suelo. Dícese con frecuencia que los gusanos bien constituidos no abandonan nunca del todo sus agujeros, ni en la noche; pero esto es un error. En la mañana, des- pues de fuertes lluvias, la película de cieno ó de arena fina que cubre los cami- nos de casquijo está claramente tachonada por sus huellas. Éstas se alejan algu- nas veces hasta 15 metros del orificio de los agujeros. No se ha visto que dos de dichas huellas se dirijan hácia el mismo orificio, y es difícil que un gusano encuen- tre el camino que conduce á su agujero una vez que lo ha abandonado. Morren afirma, que los gusanos permanecen frecuentemente casi inmóviles por aleunas horas, inmediatamente abajo del orificio de su agujero. He comprobado este hecho con algunos gusanos conservados en jarros. Esta costumbre es la causa, de que los pájaros destruyan cantidades enormes. Sin duda los gusanos no obran de esta manera para respirar el aire fresco, porque hemos visto que pueden vivir mucho tiempo bajo el agua. Creo que buscan más bien el calor, sobre todo en la mañana; verémos despues que con frecuencia entapizan el orificio de sus agujeros con hojas, con el objeto, segun parece, de impedir que su cuerpo esté en contacto directo con la tierra fría y húmeda. Dícese que cierran completamente sus agu- jeros durante el invierno. Estructura.—El cuerpo de un gusano erande está compuesto de 100 á 200 anillos ó segmentos casi cilíndricos. El sistema muscular es bastante desarrollado. Los gusanos pueden arrastrarse tanto hácia adelante como hácia atrás, y con la ayuda de su cola que fijan, pueden meterse á sus agujeros con una rapidez ex- traordinaria. La boca está situada en la extremidad anterior del cuerpo y está provista de una pequeña proyeccion que le sirve para la prension. Interiormente y atrás de la hoca, se encuentra una sólida faringe, que se dirige hácia adelante cuando el animal come y que corresponde, segun Perrier, á la trompa de los otros anélidos. La faringe conduce al esófago, en la parte inferior del cual se encuen- tran, de cada lado, tres pares de glándulas que secretan una cantidad admirable de carbonato de cal. Estas glándulas calcíferas son verdaderamente notables, por= que no se conoce nada análogo en algun otro animal. En la mayor parte de las especies, el esófago ensanchándose, forma un buche adelante de la molleja. Este último órgano está revestido con una membrana espesa, lisa y rodeada de mús- La NATURALEZA.—Tomo VI.—16. 92 LA NATURALEZA culos débiles en el sentido longitudinal, pero poderosos en el sentido transversal. Segun Perrier, la trituracion del alimento debe efectuarse sobre todo en este ór= gano, porque los gusanos no poseen ni dientes ni mandíbulas. Se encuentra ge- neralmente en la molleja y en los intestinos, granos de arena y piedrecitas, de 235 á Yo de pulgada de diámetro, que sirven sin duda para triturar el alimento. La molleja se abre en el intestino, el cual termina en línea recta hasta el ano. El intestino presenta la notable estructura llamada tifósilis, es decir, un intesti- no dentro de otro. Claperéde ha mostrado que esta estructura consiste en un repliegue longitudinal profundo de las paredes, con la ayuda del cual se obtiene, una superficie absorbente extensa. El sistema circulatorio es bastante desarrollado. Los gusanos respiran por la piel. Los dos sexos están reunidos en el mismo animal, pero la cópula puede te- ner lugar entre dos individuos. El sistema nervioso es bastante completo y los dos ganglios cerebrales, casi confluentes, están situados muy cerca de la extremi- dad anterior del cuerpo. Sentidos.—Los gusanos están desprovistos de ojos, y al principio creí que eran completamente insensibles á la luz. Hoffmeister niega el hecho, pero admite que es preciso cierto tiempo para que la accion se haga sentir. La experiencia me ha probado, en efecto, que la luz afecta á los gusanos por su intensidad y duracion. La extremidad anterior del cuerpo, únicamente, es afectada. Como estos anima- les están privados de ojos, debemos suponer que la luz atraviesa la piel y excita los ganglios cerebrales. Aunque no se puede decir que los gusanos están dotados de la vision, su sen- sibilidad á la luz les permitir distinguir el dia y la noche y escapar así á muchos peligros. Su confinamiento en sus agujeros durante el dia parece que ha llegado á ser, no obstante, una accion habitual: los gusanos conservados en platos de vi- drio cubiertos con papel negro, se ocultan todas las noches en su agujero. Los gusanos parecen ser ménos sensibles á un calor radiante moderado que á la luz intensa. Son sensibles á las temperaturas bajas, como lo prueba su confi- namiento en sus agujeros durante las heladas. No poseen el sentido del oído. Aunque indiferentes á las ondulaciones del aire que son perceptibles para nosotros, son bastante sensibles á las vibraciones de un objeto sólido. Cuando se coloca sobre un piano un jarro que contiene gusanos á los cuales el sonido habia dejado insensibles, ciertas notas les hacen meterse ins- tantáneamente en su agujero. Todo su cuerpo es sensible al contacto. Un soplido ligero les hace dirigirse al instante á su morada. De todos sus sentidos, el del tacto, comprendiendo en este término la percepcion de una vibracion, parece ser el más desarrollado. El sentido del olfato se reduce aparentemente en los gusanos á la percepcion, débil al principio para ciertos olores. El olor del tabaco, del perfume de mil-flo- ros y del ácido acético les deja indiferentes. No sucede lo mismo cuando se em- LA NATURALEZA 93 plean hojas de col ó pedazos de cebolla que los gusanos devoran con avidez. Ter- minan siempre por descubrirlos, por más enterrados que estén. Se puede suponer que todos los animales que se alimentan de sustancias diver- sas poseen el sentido del gusto, y éste es precisamente el caso en los gusanos. Prefieren mucho las hojas de col, y parece que pueden distinguir entre éstas las diferentes variedades; pero tal vez esto es debido á la diferencia de textura. Entre las hojas de especies diversas, eligen siempre su alimento favorito, la hoja de apio, zanahoria, etc. Segun M. Bridgman, las hojas semi-descompuestas del Phlox verna son preferidas sobre todo por los gusanos. Cualidades mentalés.—Hay poco que decir acerca de este punto. Hemos visto que son tímidos. Dúdase que el dolor que sienten esté en relacion con las con- torsiones que experimentan. Deben recibir cierto placer al comer, si se juzga por la avidez que se observa en ellos cuando toman algunos alimentos. Su pasion sexual es bastante fuerte para hacerles olvidar el temor que manifiestan á la luz. Poseen trazas de sentimiento social, porque se arrastran, sin equivocarse, los unos sobre los otros y permanecen algunas veces en contacto. Segun Hoffmeister, pa- san el invierno aislados ó hechos una bola unos con otros en el fondo de sus agu- jeros. Aunque los gusanos están desprovistos completamente de varios órganos de los sentidos, esto no excluye necesariamente la inteligencia, como sabemos, segun el caso referido por Laura-Bridgman; hemos visto que, cuando su atencion está ocupada, descuidan las impresiones á las cuales sin esto habrian sido sensi- bles. Pero la atencion indica la presencia de un espíritu. Tambien son más fácil- mente excitados en unos momentos que en otros. Ejecutan algunas acciones ins- tintivamente. Así es como la especie de los Perichoeta arroja sus deyecciones de manera de construir torres, y los agujeros de estos gusanos, como los del gusano comun, son cubiertos con tierra fina y frecuentemente con piedrecitas, así como tambien son revestidos los orificios de dichos agujeros con hojas. Uno de sus ins- tintos más poderosos es el de cerrar sus agujeros con diferentes objetos; los gu- sanos jóvenes ejecutan esta operacion. Sin embargo, cierto grado de inteligencia parece ser desplegada, como lo verémos despues, en esta operacion; resultado que más que cualquiera otro, me ha sorprendido en lo que concierne á los gusanos. Alimento y digestion.—Los gusanos son omnivoros. Tragan una gran can- tidad de tierra, de la cual extraen toda la materia digestible que puede contener. Comen tambien un gran número de hojas semi-podridas y áun frescas. Leon Federico afirma que el fluido digestivo de los gusanos es de la misma na- turaleza que la secrecion pancreática de los animales superiores. Las hojas frescas ó semi-podridas que los gusanos desean devorar, son arroja- das al orificio de sus agujeros á una profundidad de una á tres pulgadas, y en- tónces son humedecidas con un fluido secretado. Se ha supuesto que este fluido servia para activar la descomposicion, pero he podido convencerme de que no su= cede tal cosa. De todos modos, dicho jugo obra sobre las hojas de una manera 9% LA NATURALEZA ' muy notable: las mata prontamente y las decolora. Obra igualmente sobre los eránulos de almidon en el interior de las celdillas; estos gránulos desaparecen en las partes afectadas por el fluido. Siendo esta secrecion alcalina, y obrando á la vez sobre los gránulos de almi- don y sobre el contenido protoplásmico de las celdillas, podemos deducir que se asemeja en cuanto á su naturaleza, no á la saliva, sino á la secrecion pancreáti- ca, y sabemos por Federico que se encuentra una secrecion análoga en los intes- tinos de los gusanos. Las hojas son digeridas parcialmente ántes de ser introdu- cidas en el canal alimenticio. No conozco otro caso de digestion extra-estomacal; el hecho es, que el que más se asemeja es el de las plantas, como la drosera y la dionea, en las cuales la materia animal es digerida y convertida en peptona, no en estómago, sino en la superficie de las hojas. Glándulas calciferas.—Estas glándulas son seis, y en el gusano comun, lo mismo que en los de otros géneros, desembocan en el canal alimenticio adelante del buche y posteriormente á éste en la uretra. Las cuatro posteriores están for= madas por laminillas que, segun Claperéde, se derivan del esófago. Estas lami- nillas están revestidas de una capa celular pulposa, cuyas celdillas exteriores son libres y en númerc infinito. Si se rompe una de estas glándulas, sale una mate- ria blanca pulposa, que no es otra cosa sino celdillas libres cuyo diámetro es muy pequeño. Contienen una poca de materia granulosa excesivamente fina. Insolu- bles en el éter, se disuelven con efervescencia en el ácido acético; el oxalato de amoniaco, agregado á la solucion, da un precipitado blanco. Podemos deducir de esto que contienen carbonato de cal. Las glándulas anteriores tienen una forma un poco distinta álade las cuatro pos= teriores: son más ovales. Difieren tambien en que contienen generalmente varias elandulillas, ó dos ó tres más grandes, ó una sola concrecion voluminosa de car- bonato de cal, teniendo hasta de 1 á 2% milímetro de diámetro. Las concreciones grandes son redondas ú ovales y casi pulidas exteriormente; su estructura es más ó ménos cristalina. No puede uno figurarse cómo escapan de las glándulas, pero el hecho es que se les encuentra frecuentemente en el buche, en los intestinos y en las deyecciones de los gusanos. Las concreciones están formadas por la cal contenida en las celdillas calcíferas libres que tapizan las laminillas. A medida que las pequeñas concreciones aumen= tan de volúmen, se ponen en contacto y se unen englobando así las laminillas que en lo sucesivo no funcionarán: se puede seguir de esta manera la formacion de las concreciones más gruesas. Esta operacion se ignora absolutamente, porque se verifica regularmente en las dos glándulas anteriores, y rara vez en las cuatro posteriores. Dice Morren que estas glándulas desaparecen en invierno, y ha visto algunos ejemplos de esto. Respecto á la funcion de las glándulas calciferas, probablemente sirven so- bre todo como órganos de secrecion y ayudan de una manera secundaria la di- LA NATURALEZA 95 gestion. Los gusanos consumen muchas hojas caidas, y se sabe que la cal se acu- mula en las hojas en una proporcion que llega para ciertas especies hasta á 72 por 100. Las glándulas calcíferas sirven para desembarazar á los gusanos del exceso de esta materia. Por otra parte, las hojas, durante su descomposicion, engendran en abundancia diferentes especies de ácidos agrupados bajo el mombre de ácidos del humus, que obran enérgicamente sobre el carbonato de cal. En los gusanos que se alimentan de estas hojas, el contenido de los intestinos es el ácido y la materia evacuada; las deyecciones lo son igualmente. Sin duda las innume- rables celdillas calcíferas, vertidas por las cuatro glándulas posteriores en el canal alimenticio, sirven para neutralizar más ó ménos la accion de los ácidos engen- drados por las hojas semi-podridas. Ellas pueden ayudar, como lo cree Claperéde, á la trituracion del alimento; pero creo con Perrier, que'esto es un uso secunda rio, puesto que ese fin se obtiene por medio de las piedras que existen ya gene- ralmente en la molleja y en los intestinos de los gusanos. Los gusanos toman las hojas y otros objetos, no solamente para utilizarlos co= mo alimento, sino para tapar los orificios de sus agujeros; este.es uno de sus más fuertes instintos. Arrojan tambien en sus agujeros hojas y peciolos de muchas especies, algunos pedúnculos de flores, pedazos de papel, plumas, lana y crin de caballo. Muchos de estos objetos no son comidos por ellos. Las hojas así arrastradas á alguna profundidad en una cavidad cilíndrica, son irremisiblemente replegadas y machucadas. Cuando una hoja nueva es. arrojada, ésta es exterior á la primera, y todas forman por último un cuerpo único. Los gusanos llenan los intersticios que quedan entre las hojas con tierra viscosa y hú- meda que arrojan, y de esta manera es tapado el orificio delos agujeros. A falta de hojas, peciolos, etc., protegen con frecuencia el orificio de su agujero con la ayuda de piedrecitas que arrojan por succion. La ventaja de llenar así sus agujeros ó de cubrirlos con hojas es dudosa; no obran así cuando arrojan mucha tierra, porque entónces sus deyecciones les sirven para impedir la irrupcion del agua en los agujeros, para ocultar éstos de la vista de las escolopendras, para que los gusanos puedan permanecer impunemente con la cabeza al nivel del suelo, y en fin, esta es mi opinion para oponerse 3. la entrada de la capa de aire inferior, en- friada por la radiacion de la noche. Inteligencia desplegada en el tapamiento de los agujeros.—La tabla ad- junta resume las numerosas observaciones que, he recogido acerca:de la manera como los gusanos arrojan diferentes especies de objetos al orificio. de sus agujeros. Las cifras dan la proporcion por ciento. 96 LA NATURALEZA Sacados de los agujeros | Sacados por | Sacados por NATURALEZA DEL OBJETO. mor la cúspi- 1a porcion mé” la base. y e. A. 80.0 79.0 Hojas de un codezo, de base estrecha y algunas más estrecha que el vértice 63.0 Hojas del rhododendron, de base frecuentemente más estrecha que el vértice, 34.0 Hojas de pino, que consisten en agujas y que parten de una base comun Peciolos de clematita, un poco puntiagudos en el vér- tice,-y ensanchados en la DaSE.-..omooonommoicia ao Hojas de fresno, cuya base espesa puede servir fre- cuentemente de alimento Hojas de robinia, sumamente delgadas, sobre todo hácia al vértice y poco convenientes para el tapamien- to de los agujeros Triángulos de papel de dos formas (anchos y angos- MONA SAO Aa Odo Lo tran Tmiángulos anchos de papelo a oncroo +0 aetae tene y ESTE e ,”) Si consideramos estos diferentes casos, llegarémos irremisiblemente á la conclu- sion de que los gusanos muestran cierto grado deinteligencia en la manera de tapar sus agujeros. Cada objeto particular es tomado de una manera uniforme y por causas que comprendemos generalmente para que atribuyamos este resultado á la simple ca- sualidad. Si algunos objetos han sido arrojados por la extremidad más ancha, esto ha dependido probablemente porque en ciertos casos el trabajo es menor. Sin duda los gusanos son guiados por el instinto en la operacion de cerrar sus agu- jeros, y obran en cada caso independientemente de la inteligencia. Vemos cuán difícil es juzgar si la inteligencia interviene en estos fenómenos, cuando recorda- mos hechos análogos en las plantas; por ejemplo, cuando las hojas desviadas de su posicion ordinaria dirigen de nuevo sus caras superiores hácia la luz ejecutan- do movimientos sumamente complicados y recorriendo la distancia más corta. En los animales, las acciones que parecen debidas á la inteligencia pueden ser ejecutadas, gracias á las costumbres hereditarias, sin que intervenga la inteligen- cia, aunque adquiridas por ésta en su orígen. La costumbre puede tambien ha- ber sido adquirida por la conservacion y la trasmision de las variaciones progre- sivas de alguna otra costumbre, y en este caso, la costumbre nueva se habrá obtenido independientemente de la inteligencia en todo el curso de su desarrollo. No hay improbabilidad a priori de que los gusanos hayan adquirido instintos especiales por el uno ó el otro de estos dos medios. Sin embargo, es probable que los instintos se hayan desarrollado con el conocimiento de los objetos, tales como las hojas y los peciolos de las plantas extranjeras, absolutamente desconocidas de LA NATURALEZA 97 los ascendientes de los gusanos que obran de la manera indicada. Sus acciones por otra parte no son tan invariables, aunque sí inevitables, como lo son la ma- yor parte de los instintos verdaderos. Como los gusanos no son guiados por instintos especiales en cada cada caso particular, aunque posean un instinto general para cerrar sus agujeros, y como por otra parte prescindimos de la casualidad, la conclusion más probable parece ser, que ellos se ensayan de diversos modos en arrojar los objetos, y que optan en en fin una manera ú otra. Pero sorprende verdaderamente ver que un animal tan inferior en la escala de los séres, es decir, un gusano, posea la facultad de obrar de esa manera, cuando muchos animales más elevados no la tienen. M. Romanes, que ha estudiado especialmente la inteligencia de los animales, cree que no podemos suponer en estos inteligencia sino cuando "veamos á un in- dividuo utilizar su experiencia propia. Sin embargo, los gusanos arrojan los ob- jetos en sus agujeros, primero de una manera y despues de otra, hasta que en fin terminan aprovechando cuando ménos en cada caso particular la experiencia. Por otra parte, tengo la conviccion de que habitualmente los gusanos no se en- ensayan en arrojar los objetos de varias maneras diferentes, lo que indica que ántes de ponerse á trabajar deben adquirir alguna nocion de la forma general del objeto, probablemente tocándola en varias partes con la extremidad anterior de su cuerpo, que les sirve de órgano táctil. Si es así, si poseen la facultad, por ru- dimentaria que sea, de adquirir alguna nocion de la forma de un objeto y de la de sus agujeros, merecen llamarse inteligentes, porque obran casi de la misma ma- nera que lo haria un hombre en circunstancias semejantes. Esta conclusion es sin duda poco cierta, pero no conocemos lo bastante el sis- tema nervioso de los animales inferiores para justificar nuestra desconfianza á este respecto. Manera como los gusanos hacen su agujeros.—El ahuecamiento tiene lu- gar de dos maneras: separando la tierra en todos sentidos y tragándosela. En el primer caso, el gusano introduce la extremidad anterior de su cuerpo, alargada y puntiaguda en alguna pequeña grieta, y entónces, como lo hace notar Perrier, dirigen la faringe hácia adelante en esta parte, la cual se ensancha por conse cuencia y separa la tierra en todos sentidos. Como este medio es impracticable en los terrenos compactos, los gusanos se ven obligados entónces á tragarse la tierra para hacer sus agujeros. Algunos autores dudan que la traguen con solo ese objeto; pero como sus deyecciones se encuentran sobre las arenas más áridas y desprovistas de materia nutritiva, es preciso admitir el hecho. Por otra parte, es indudable que los gusanos tragan una cantidad enor- me de tierra, con el objeto de extraer la materia nutritiva que puede contener. Si la tierra fuera tragada cuando los gusanos hacen sus agujeros, las deyecciones solo serian arrojadas accidentalmente; sin embargo, en muchos lugares se puede ver por la mañana que las deyecciones frescas y la cantidad de tierra arrojada 98' LA NATURALEZA del mismo agujero, durante varios dias consecutivos, es considerable. A pesar de esto, los gusanos no seinternan á gran profundidad, excepto cuando el tiempo es seco é intensamente frio. Los gusanos abundan algunas veces en los lugares donde no pueden obtener ó apénas obtienen hojas, ya sea frescas ó secas; por ejemplo, bajo el enlosado de un patio bien barrido donde raramente caen hojas. Mi hijo Horacio les ha encontra- do bajo el piso empedrado de una cueva sumamente húmeda, donde quizá nunca tuvieron hojas á su alcance. Numerosos ejemplos prueban que los gusanos tragan tierra, no solamente para hacer sus agujeros, sino tambien para alimentarse. Hensen, no obstante, deduce de sus análisis del humus, que los gusanos probablemente no podrian vivir de la tierra vegetal ordinaria, aunque admite que podrian alimentarse hasta cierto pun= to con la tierra de las hojas. Sin embargo, los gusanos devoran con avidez la carne cruda, el grano, los gusanos muertos y el estiércol ordinario que siempre contiene muchos huevecillos, larvas y animalillos muertos Ó vivos, esporos de plantas criptógamas y micrococci, tales como los que dan origen al salitre. La presencia de estos diversos organismos, lo mismo que la de la celulosa contenida en las hojas ó en las raíces no descompuestas por completo, nos explican las gran= des cantidades de tierra tragada por los gusanos. Profundidad á la cual penetran los gusanos; construccion de sus aguje= ros.—Aunque los gusanos viven de ordinario cerca de la superficie, penetran sin embargo á una profundidad considerable durante las secas y los grandes frios prolongados. Los agujeros se dirigen perpendicularmente ó con más frecuencia en una di- reccion oblícua. Se dice que se bifurcan algunas veces, pero no lo he observado sino en los suelos recientemente removidos y cerca de la superficie. Generalmente siempre están tapizados, segun creo, con una capa delgada y fina de tierra negra arrojada por los gusanos, de manera que primero deben haber sido ahuecados segun un diámetro mayor. Las paredes de los nuevos agujeros están tapizadas á menudo de pequeños glóbulos de tierra arrojada, aún blanda y viscosa, los cua- les parece que son esparcidos por todos lados por el gusano cuando sube ó des- ciende en su agujero. La cubierta así formada llega á ser muy compacta y unida cuando está casi seca, y se adapta exactamente al cuerpo del gusano. Las peque- ñas sedas curvas que están colocadas en hileras á los lados del cuerpo tienen tam- bien un excelente punto de apoyo, y el agujero se presta perfectamente al movi- miento rápido del animal. La cubierta parece que sirve para reforzar la paredes y quizá para impedir que el gusano sea machucado. Los agujeros no son, pues, simples excavaciones, y pueden ser más bien comparados á túneles revestidos de cimiento. El orificio de los agujeros, además de esto, está frecuentemente tapizado con hojas. Los gusanos permanecen á menudo largo tiempo en la entrada, quizá para LA NATURALEZA 99 buscar calor, y la disposicion en forma de canasto de las hojas impide que su cuer— po se encuentre en contacto directo con la tierra fría y húmeda. Los agujeros que penetran profundamente en el suelo terminan generalmente en una pequeña excavación ó cámara, donde, segun Hoffmeister, uno ó varios gusanos pasan el invierno hechos una bola. Elfondo de los agujeros está tapizado con piedrecitas, tragadas sin duda y que deben tener por objeto impedir el contacto con el suelo circunvecino; este contacto perjudicaria quizá la respiracion que no tiene lugar mas que por la piel. El gusano despues de haber tragado tierra, ya sea para hacer su agujero ó ya para alimentarse, se dirige á la superficie para vaciar su cuerpo. La tierra arro- jada está mezclada enteramente á las secreciones intestinales, que le dan una con- sistencia viscosa. En seguida llega á ser dura. Cuando la tierra es muy líquida, es arrojada por pequeñas sacudidas, y cuando no lo es tanto, por un movimiento peristáltico lento. No es arrojada indiferentemente de un lado á otro, la cola hace el orificio de trulla. Inmediatamente que se ha formado un montecito, el gusano evita, segun parece para su seguridad, proyectar su cola hácia afuera, y la ma- teria terrosa es empujada al través de la masa blanda depositada ya. El orificio del mismo agujero sirve para este fin durante mucho tiempo, y las deyecciones, en ciertos casos, forman masas voluminosas en forma de torres. Los gusanos no arrojan siempre sus deyecciones en la superficie del suelo; algu- nas veces las depositan en alguna cavidad, abajo de las piedras, ó en sus propios agujeros abandonados, pero solamente cerca de la superficie y en los terrenos re- cientemente removidos. Distribucion de los gusanos.—Los gusanos de tierra se encuentran en todos los lugares del mundo, y algunos géneros están esparcidos sobre una zona inmensa. Habitan las islas más solas, abundan en Islandia, se les ha encontrado en las In- dias occidentales en Santa-Elena, en Madagascar, en la Nueva Caledonia y en Tahiti. Se ignora absolutamente cómo llegan á estas islas. El agua salada les mata fácilmente, y sin duda los gusanos ó sus huevecillos, no son trasportados con la tierra que se adhiere á las patas ó al pico de los pájaros terrestres. En Kergue- len, adonde Ray Lankester les ha encontrado, no hay actualmente ningun pájara terrestre. Como nos ocupamos aquí sobre todo de la tierra arrojada por los gusanos, he reunido algunos hechos que á esto se refieren y relativos á otras comarcas. Los gusanos arrojan las deyecciones en abundancia en los Estados Unidos, en Vene- zuela, y áun en el clima seco de la Nueva Gales del Sur. En Bengala, bajo un clima caliente y húmedo, abundan casi por todas partes, tanto en los terrenos desiertos como en los cultivados. Cuando el agua se ha infiltrado en los arroza= les, toda la superficie de la tierra se cubre con deyecciones semejantes á torres, que tienen una cavidad central. Todas la noticias que he podido reunir á este respecto demuestran que los gu- La NATURALEZA. —Tomo VI.—17, 300 LA NATURALEZA «sanos ejecutan un trabajo considerable llevando tierra fina á la superficie en la mayor parte de las comarcas del mundo, si no en todas y bajo climas diferentes. Il. CANTIDAD DE TIERRA FINA LLEVADA POR LOS GUSANOS Á LA SUPERFICIE DE LA TIERRA.—Nuestro objeto principal, al dedicarnos á estas investigaciones, ha sido apreciar la cantidad de tierra que es llevada por los gusanos á la superficie, y que es esparcida en seguida por la lluvia ó por el viento. Se puede conseguir esto por medio de dos métodos; midiendo la velocidad con la cual son enterrados los objetos abandonados en el suelo, y más exactamente pesando la cantidad de tierra reunida en un tiempo dado. Hé aquí los resultados de algunas observaciones. Cerca de Maer Hall, en el Staffordshire, han llevado y extendido los gusanos anualmente por la superficie del campo observado, una capa de tierra de un espesor medio de 0.22 de pulgada. En otro campo, la capa anual ha sido de 0.21 de pulgada. El espesor de la capa varia naturalmente mucho con la naturaleza del suelo y las condiciones más % ménos favorables en que se encuentran los gusanos. La accion de estos es bas- tante poderosa para trasformar absolutamente el aspecto de los campos más ári- dos. Las piedras más voluminosas se hunden poco á poco en el suelo, gracias á los agujeros practicados abajo de ellas y á la elevacion producida por las deyec- ciones acumuladas á los lados. Hensen ha calculado que en un espacio medido debian existir 133,000 gusa- mos vivos por héctara, 6 53,167 por acre. El peso de esta cantidad de gusanos seria de 356 libras tomando un gramo como peso medio de un gusano. Segun el mismo autor, la tierra arrojada por cada gusano, seria de medio gramo por dia. Esta cifra me parece muy pequeña, teniendo en cuenta el peso de las deyecciones recogidas en el orificio de un agujero. Este peso llega algunas veces hasta á 4 onzas. El doctor King ha visto, cerca de Nice, que las deyecciones en forma de torre, producidas en un año sobre un acre, pesaban 14,58 toneladas. Para mayor exactitud de lo que implícitamente puedo contar, una señora me ofreció recoger durante un año todas las deyecciones arrojadas sobre dos gran= des cuadrados separados, cerca de Leith Hill Place, en el Surrey. La cantidad recogida fué menor que la arrojada por los gusanos, porque una gran parte de la tierra más fina es disuelta y arrastrada cuando las deyecciones son arrojadas du- rante las lluvias abundantes. Tambien se adhieren pequeñas porciones á los tallos de las yerbas vecinas, y se habria necesitado mucho tiempo para desprender cada uno de ellos. En un terreno arenoso, como en el ejemplo presente, las de- yecciones se desmoronan cuando el tiempo es seco y de esta manera se han per- dido con frecuencia partículas. La señora se ausentó accidentalmente por una ó dos semanas, y durante este tiempo las deyecciones deben haber sufrido una pér- dida aún más grande por su exposicion á las intemperies. Estas pérdidas fueron compensadas sin embargo hasta cierto punto, porque se recogieron las deyeccio- nes durante cuatro dias además del año en un cuadrado, y durante dos en el otro. LA NATURALEZA 101 El 9 de Octubre de 1870, se escogió un ancho espacio de terraplen cubierto de césped, que habia sido cultivado durante algunos años. Este terreno estaba si2 tuado hácia el Sur y era cubierto por la sombra de los árboles durante una parte del dia. Habia sido formado, cuando ménos, un siglo ántes por una grande acu- mulacion de fragmentos, grandes y pequeños, de asperon mezclados con tierra arenosa y apilados al mismo nivel. Tal vez al principio fué protegido por el cés- ped. Este terreno, á juzgar por el número de deyecciones, no era muy favorable para la existencia de los gusanos, en comparacion de los campos vecinos y de una tierra superior. Era sorprendente ver cómo se desarrollaban y vivian allí muchísi- mos gusanos, porque ahuecando un agujero en este terraplen, la tierra vegetal negra, con el césped, no tenia más que cuatro pulgadas de espesor y reposaba sobre una superficie compacta de suelo arenoso ligeramente colorido, con nume- rosos fragmentos de asperon. Antes de recoger las deyecciones, se juntaron cui- dadosamente todas las que existian precedentemente. La última cosecha se hizo el 14 de Octubre de 1571. Las deyecciones se secaron por medio del fuego: pe- saron exactamente 3 libras y media, lo que daba para un acre de tierra seme- jante 7,56 toneladas de tierra seca arrojada anualmente por los gusanos. El segundo cuadrado se marcó en una pastiza abierta, á una altura de 700 piés próximamente sobre el nivel del mar, y situada á corta distancia de Leith Hill Towes. La superficie estaba cubierta con un césped corto y fino, y nunca habia sido tocado por la mano del hombre. El lugar escogido no parecia ser ni favora— ble ni desfavorable para los gusanos; pero he observado con frecuencia que las deyecciones son abundantes, especialmente sobre las pastizas, lo que puede atri- buirse quizá á la pobreza del suelo. La tierra vegetal tenia de espesor en este lugar, de tres á cuatro pulgadas. Como este terreno estaba algo distante de la habitacion de la señora, las deyecciones no fueron recogidas á intervalos tan cor= tos como las del terraplen, y la pérdida de tierra fina durante el tiempo de lluvias debe haber sido más grande que en el primer caso. Además, las deyecciones eran más arenosas, y recogiéndolas durante el tiempo seco, caian algunas veces en polvo, lo cual ocasionó una pérdida grande. Sin duda los gusanos llevaron á la super= ficie mucha más tierra de la que se recoigó. La última cosecha se hizo el 27 de Octubre de 1871, es decir, 367 dias despues que el cuadrado hubo sido marcado y desembarazado de todas las deyecciones preexistentes. Las deyecciones reco= gidas, despues de haberlas secado bien, pesaban 7.45 libras, lo que daba, para un acre de la misma especie de terreno, 16.1 toneladas de tierra seca. arrojada anualmente. Los gusanos viven principalmente en la tierra superficial que tiene de ordina- rio de 44 10 y áun 12 pulgadas de espesor; y esta tierra es la que pasa perió- dicamente por su cuerpo y es llevada á la superficie. Los gusanos, sin embargo, penetran algunas veces en el suelo á una profundidad mucho más grande, y de ésta lleyan entónces la tierra: esta operacion se repite periódicamente durante 102 LA NATURALEZA innumerables años. La capa superficial de tierra terminaria por tener, aunque con una lentitud más ó ménos grande, un espesor jgual á la profundidad á la que penetran los gusanos, si no obraran otras influencias contrarias que tienden á lle- var á un nivel más bajo, una parte de la tierra fina trasportada continuamente á la superficie. Por tanto, el suelo aumenta realmente de espesor, aunque en dé- bil grado, por la accion de los gusanos; pero su trabajo principal es separar las partículas más finas de las más gruesas, mezclar todo con los restos vegetales y saturarlo con sus secreciones intestinales. Cuando se considera el tapamiento de los pequeños objetos, y el hundimiento de las grandes piedras abandonadas en la superficie de la tierra, la enorme cifra de gusanos que viven en una extension moderada de terreno, y el peso de las de- yecciones arrojadas por el orificio de un solo agujero, así como el de las esparci- das en un tiempo conocido sobre un espacio medido, no se puede dudar que los gusanos desempeñan un papel importante en la naturaleza. TIT.—DeL PAPEL QUE LOS GUSANOS DESEMPEÑAN EN EL TAPAMIENTO DE SUS AN- TIGUAS CONSTRUCCIONES.—Los arqueólogos ignoran probablemente cuánto deben á los gusanos en la conservacion de los objetos antiguos. Las piezas, los adornos de oro, los instrumentos de piedra, etc., abandonados en la superficie del suelo, son cubiertos irremisiblemente en pocos años por las deyecciones de los gusanos, y así serán preservados seguramente hasta el momento en que la tierra es remo- vida. No solamente los objetos aislados están en este caso; el pavimento y los restos de muchas construcciones antiguas, han sido cubiertas completamente, en Inglaterra, por la accion de los gusanos, y solo casualmente se les ha descubier- to en estos últimos tiempos. No nos referimos aquí á las enormes capas de escombros, de varios metros de espesor, sobre las cuales reposan muchas ciudades, tales como Roma, Paris y Lóndres, y cuyas bases son antiquísimas; éstas no son de ninguna manera obra de los gusanos. Si consideramos la cantidad de materia llevada diariamente á una gran ciudad para la construccion de las casas, el calentamiento, los vestidos y el alimento, y la cantidad relativamente pequeña que se acarreaba antiguamente, cuando los caminos estaban en mal estado, y cuando no se recogia el lodo, esta- rémos de acuerdo con Elie de Beaumont que decia á este respecto: “Para un car- ro de materiales que sale, se hacen entrar cien.” No podemos despreciar los efec= tos del fuego, la demolicion de los viejos edificios, y el trasporte de los escombros en el espacio libre más cercano. Abadía de Beaulieu, Hampshire. —Esta abadía fué destruida por Enri- que VIII, y no queda actualmente mas que una porcion del muro de la pequeña nave del Sur. Créese que el rey hizo quitar la mayor parte de las piedras para construir un castillo; pero lo cierto es que fueron quitadas. Hace poco tiempo que se reconoció la posicion del transept gracias al descubrimiento de los cimientos, y el lugar está marcado ahora con piedras colocadas en el suelo. En el punto en LA NATURALEZA 103 que estaba situada antiguamente la abadía, se extiende ahora una superficie cu- bierta de césped semejante al resto del campo. El custodio que es un viejo de una edad muy avanzada, dice que la superficie no estaba anteriormente nivelada. En 1853, mandó el duque de Buccleuch que ahuecasen tres agujeros en el cés- ped, á algunos metros uno del otro, y en la extremidad occidental de la nave; así se descubrió el antiguo pavimento en taracéa de la abadía. Estos agujeros se rodearon despues de mampostería, y se protegieron con trapas á fin de preservar el pavimento, y de examinarlo con cuidado. Cuando mi hijo William observó el lugar, el 5 de Enero de 1872, encontró que el pavimento, en los tres agujeros, se hallaba á profundidades de 6:, 10 y 11% pulgadas bajo de la superficie vecina, cubierta de césped. El antiguo guarda le aseguró que con frecuencia se vió obli- gado á quitar las deyecciones de los gusanos del pavimento, y que así lo habia hecho seis meses ántes. Mi hijo reunió todas las de uno de los agujeros cuya su- perficie era de 5.32 piés cuadrados: pesaban 7.97 onzas. Suponiendo que esta cantidad se hubiera acumulado en seis meses, la acumulacion en un año sobre una yarda cuadrada, 91 centímetros cúbicos, habria sido de 1.68 libras. Esta cifra, aunque considerable, es corta relativamente á la que es arrojada frecuen- temente en los campos y en los pastos. Cuando visité la abadía, el 22 de Junio de 1877 me dijo el anciano que habia limpiado los agujeros un mes ántes; pero des- pues fué arrojada una buena cantidad de deyecciones. Sospecho que él se imagi- naba limpiar los pavimentos con más frecuencia de lo que lo hacia en realidad, porque las condiciones, bajo varias relaciones, eran muy desfavorables para la acumulacion de una cantidad aún moderada de deyecciones. Los ladrillos, bas- tante anchos, tenian 5% pulgadas cuadradas, y la argamasa que les unia estaba intacta en muchos lugares, de manera que los gusanos no podian llevar la tierra de abajo mas que por ciertos puntos. Los ladrillos estaban sobre una capa de ci- miento, y las deyecciones consistian, en parte (en la proporcion de 19 á 33), en partículas de argamasa, granos de arena y en pequeños fragmentos de roca, de ladrillo ó adobe; tales sustancias no podian ser agradables y ménos nutritivas para los gusanos. Mi hijo hizo varios acujeros en diversos lugares en el interior de la abadía á la distancia de algunas varas de los cuadrados construidos y que hemos descrito. No encontró ladrillos, aunque se sabe que existen, pero llegó en uno de los agu- jeros al hormigon sobre el cual habian reposado antiguamente dichos ladrillos. La tierra fina, bajo el césped y sobre las paredes de los agujeros, variaba de es- pesor de 24 2% de pulgada y reposaba sobre una capa de 8% á 11 pulgadas de espesor, formada de fragmentos de argamasa y de restos de piedras con los in- tersticios llenos por una tierra negra y compacta. En el campo próximo, á la distancia de 20 yardas de la abadía, la fina tierra vegetal tenia 11 pulgadas de espesor. Por estos hechos podemos decir que cuando se destruyó la abadía y se quita= 104 LA NATURALEZA ron las piedras, quedó sobre toda la superficie una capa de escombros, y que tan luego como los gusanos pudieron atravesar el cimiento descompuesto y penetrar por entre los ladrillos llenaron lentamente los intersticios de los escombros supe- riores con sus deyecciones, las cuales se acumularon más tarde sobre toda la su- perficie con un espesor de cerca de 3 pulgadas. Si agregamos á esta última can= tidad la tierra que se encuentra entre los fragmentos de piedras, encontramos que 56 6 pulgadas de tierra han debido ser llevadas de abajo de la capa formada por el hormigon y los ladrillos. Estos han descendido casi la misma cantidad. La hase de las columnas de las naves laterales está ahora enterrada bajo el césped y la tierra. No es probable que hayan sido minadas por los gusanos, porque sus fundamentos se colocaron sin duda á una profundidad considerable. Si ellas no han descendido, las piedras de que están construidas las columnas han debido ser elevadas á un nivel más bajo que el antiguo pavimento. Muchas observaciones minuciosas y prolongadas me han convencido de que los gusanos han desempeñado un papel considerable en el recubrimiento y la desapa- ricion de las antiguas construcciones romanas ó inglesas; pero no hay duda de que la denudacion del suelo sobre las tierras vecinas más elevadas y el depósito de pol= vo, han ayudado igualmente bastante al trabajo del recubrimiento. El polvo ha podido acumularse por todas partes donde los antiguos muros tirados se elevaban sobre la superficie entónces existente y proporcionaban así algun abrigo. Ll pa- vimento de las salas y de los corredores antiguos, generalmente se ha hundido en parte á causa del aplanamiento del suelo, pero principalmente á causa del tra- bajo subterráneo de los gusanos, y el hundimiento ha sido más grande en medio que cerca de los muros. Cuando los fundamentos de éstos no estaban á gran pro- fundidad, han sido minados por los gusanos y se han hundido por consecuencia. El desigual hundimiento así producido, origina probablemente las grandes hendi- duras que se ven en muchos muros antiguos, así como su inclinacion sobre la per pendicular. IV.—LaA ACCION DE LOS GUSANOS EN LA DENUDACION DE LA TIERRA.—Nadie duda queantiguamente nuestro mundo estuvo compuesto de rocas cristalinas, y que á su desagregación bajo la accion del aire, del agua, de los cambios de temperatura, de las corrientes de agua, de las olas del mar, de los temblores de tierra y de las erupciones volcánicas, debemos nuestras formaciones sedimentarias: éstas, solidi- ficadas y algunas veces cristalizadas, han sido desagregadas frecuentemente de nuevo. Entiéndese por denudacion el trasporte de esta materia desagregada á un nivel superior. ¿n todos los países húmedos, áun moderadamente, los gusanos ayudan á la obra de la denudacion de varias maneras. La tierra vegetal ha pasado toda va- rias veces por su cuerpo. Esta tierra no difiere de la que se encuentra abajo sino por su color oscuro, y porque no contiene fragmentos de piedra —que existen en la tierra subyacente— más gruesos de los que pueden pasar por el canal alimen- LA NATURALEZA 105 ticio de los gusanos. El color oscuro del terreno es debido evidentemente á la presencia de organismos descompuestos, aunque sin embargo en pequeña propor- cion; en los pastos más antiguos no hay un gran exceso de esta materia, á pesar de la continua descomposicion de las raíces y de los tallos subterráneos y de la adicion eventual del estiércol. Su desaparicion es debida sin duda en gran parte á sus elevaciones repetidas en lá superficie de las deyecciones de los gusanos. Por otra parte, los gusanos agregan á la materia orgánica del suelo un número admirable de hojas semi-descompuestas que arrojan en sus agujeros á una pro= fundidad de dos á tres pulgadas. Esta operacion da á la tierra vegetal su color oscuro uniforme. Los diferentes ácidos del humus que perecen engendrados, como hemos visto, en el cuerpo de los gusanos durante la operacion de la digestion y sus sales áci- das, desempeñan un papel importante en la desagregacion de las diferentes espe- cies de rocas. La combinacion de un ácido y una base se facilita mucho por la agitacion; esta condicion se realiza perfectamente por las partículas de piedra y tierra en los intestinos de los gusanos durante la deyeccion, y es preciso recordar que la masa toda de mantillo de un campo pasa en pocos años por sus canales alimenticios. La materiaasí desagregada va á unirse sin cesar al suelo ya formado. Como los gusanos tapizan sus agujeros con sus deyecciones y como estos agu- jeros penetran á una profundidad que excede á 6 piés, una pequeña cantidad de los ácidos del humus, obra sobre las rocas subyacentes. El espesor del suelo tien- de á aumentar de esta manera, lenta, pero continua; mas en un momento dado, la misma acumulacion detiene la desagregacion de las rocas. En efecto, los áci- dos del humus son engendrados sobre todo en la capa superior de tierra vegetal, y como son muy instables se descomponen ántes de llegar á una gran profundi- dad. Además, una capa espesa de suelo impide la accion del frio y el libre acceso del aire. No solamente los gusanos ayudan indirectamente á la descomposicion química de las rocas, sino que hay razones para creer que obran tambien de una manera directa y mecánica sobre las partículas más pequeñas, que sufren en el buche una trituracion y un deterioro, gracias á los cuales se reducen á polvo fino. Esta tri- turacion es más importante bajo el punto de vista geológico de lo que parece, porque M. Sorby ha demostrado claramente que los medios ordinarios de desagre= gacion, es decir, el agua corriente y las olas del mar, obran con tanta ménos fuerza sobre los fragmentos de roca cuanto más pequeños son éstos. No olvide- mos, considerando la fuerza que los gusanos ejercen triturando las partículas de las rocas, que se ha probado satisfactoriamente que sobre cada acre de tierra su- ficientemente húmeda y no muy arenosa ó rocallosa para que los gusanos puedan establecerse allí, pasa anualmente por su cuerpo un peso de más de diez tonela- das de tierra que es trasportada á la superficie. Para un país de la extension de la Gran Bretaña y para un período moderadamente largo en el sentido geológico, 106 LA NATURALEZA tal como un millon de años, el resultado no puede ser insignificante. Las diez to- neladas de tierra deben multiplicarse desde luego por el número de años mencio- nado, y despues por el número de acres ocupados por los gusanos. Se ha calcu- lado en más de 32 millones de acres la tierra cultivada y favorable para su exis- tencia en Inglaterra y en Escocia. Estudiando la denudacion de la tierra, me ha parecido por mucho tiempo, como á otros individuos, que una superficie plana ó ligeramente inclinada, cubierta de césped, no podia sufrir ninguna pérdida, aun durante un largo espacio de tiempo. La accion de los gusanos sin embargo hace que esto sca posible. Las deyecciones numerosas arrojadas durante la lluvia ó poco tiempo ántes, recorren una corta distancia sobre una superficie inclinada. Además, una gran parte de la tierra, finamente pulverizada, se disuelve lentamente. Durante un tiempo seco, las de- yecciones se dividen en pequeñas holas que ruedan con frecuencia por su peso á io largo de las pendientes. Esto debe suceder sobre todo cuando son empujadas por el viento, ó cuando algun animal, por pequeño que sea, choca con ellas. Un viento fuerte se lleva consigo á las deyecciones que encuentra á su paso, dun so- bre un campo plano, cuando éstas están blandas: sucede lo mismo con las bolitas cuando están secas. Si el viento sopla en la direccion de una superficie inclinada, el descenso de las deyecciones es facilitado. Las deyecciones son blandas y viscosas cuando acaban de ser arrojadas: du- rante las lluvias, en el momento en que los gusanos parecen arrojarlas de pre- ferencia, son aún más blandas, lo cual me hace creer que los gusanos deben tra- car entónces mucha agua. De todos modos, la lluvia, aun cuando no sea muy fuerte, hace, si dura mucho tiempo, á las deyecciones recientes semifluidas: so- bre un terreno plano se extienden entónces hajo forma de discos delgados, circu- lares y planos, exactamente como lo harian la miel ó la argamasa muy blandas, perdiendo toda traza de su estructura vermiforme. Mi hijo Georges, investigando cuál era la cantidad de tierra arrojada que ro- daba anualmente sobre una pendiente média de 926, encontró que el tercio de la cantidad total llevada á la superficie descendia á lo largo de la pendiente. Te- niendo en cuenta este dato del peso de tierra llevada á la superficie, se encuentra que siete libras de dicha tierra recorren anualmente una línea de cien yardas de longitud sobre una pendiente que tenga la inclinacion mencionada. Esta cantidad es pequeña, pero debemos tener presente que numerosos valles cruzan la mayor parte de los países, y que la tierra desciende necesariamente á lo largo de sus vertientes. Cada cien yardas de longitud, en un valle con la pendiente indicada ya, reciben anualmente 480 pulgadas cúbicas de tierra que pesan más 27 libras, y que depositándose en el fondo de dicho valle, formará con el curso de los siglos una capa espesa de aluvion. V.—ConoLusion.—Los gusanos han desempeñado en la historia del mundo un papel más importante de lo que creen.á primera vista la mayor parte de las gen= LA NATURALEZA 107 tes. En casi todos los países húmedos son extraordinariamente numerosos, y po- seen, teniendo en cuenta su tamaño, una gran fuerza muscular. En varias par- tes de Inglaterra pasa anualmente por su cuerpo un peso de más de diez toneladas de tierra seca, de manera que toda la capa superficial de tierra vegetal pasa por su cuerpo en pocos años. Gracias al hundimiento de los agujeros antiguos, la tierra ejecuta un movimiento lento pero constante, y las partículas que le com- ponen se frotan de esta manera unas con otras. Por estos medios, nuevas super ficies están continuamente expuestas á la accion del ácido carbónico en el suelo y de los ácidos del humus, los cuales parecen obrar más enérgicamente aún en la descomposicion de las rocas. La produccion de los ácidos del humus es activada probablemente durante la digestion de las numerosas hojas semi-descompuestas que consumen los gusanos. Así, las partículas de tierra que forman la capa su- perficial, están sometidas á condiciones eminentemente favorables para su des- composicion y desagregacion. Además, las partículas de las rocas más blandas sufren cierto grado de trituracion mecánica en el buche musculoso de los gusa- nos, en el cual obran como muelas las piedrecitas contenidas en él. Las deyecciones finamente pulverizadas, cuando son arrojadas á la superficie en un estado de humedad, ruedan durante el tiempo de lluvias á lo largo de las suaves pendientes; las partículas más pequeñas son arrastradas á gran distancia por las mismas aguas, sobre una superficie poco inclinada. Cuando las deyeccio- nes están secas, se dividen con frecuencia en pequeños granos redondos que pue— den rodar á lo largo de todas las superficies en pendiente. Cuando el terreno es plano y está cubierto de yerbas, y cuando el clima es hú- medo y el viento levanta poco polvo, parece imposible que pueda haber alguna denudacion aérea. Sin embargo, las deyecciones de los gusanos son arrastradas en una direccion uniforme, sobre todo cuando son húmedas y viscosas, por los vientos dominantes que son acompañados de lluvia. Estas diferentes causas se oponen á que la tierra superficial se acumule sobre un gran espesor, y una capa espesa de ésta detiene de varias maneras la desagregacion de las rocas y de los fragmentos subyacentes de éstas. El trasporte de las deyecciones de los gusanos, por los medios citados, conduce á resultados que distan mucho de ser insignificantes. Se ha visto que en muchos lugares, es llevada anualmente á la superficie una capa de tierra de un espesor de % de pulgada por acre; y si una pequeña porcion de esta capa rueda ó es ar- rastrada, áun á corta distancia, sobre todas las superficies inclinadas, ó sufre re- petidas veces la accion del viento en una misma direccion, el efecto con el curso de los años será considerable. Se ha encontrado por las medidas y el cálculo que, sobre una superficie que tuviera una inclinacion média de 9%267, 2,4 pulgadas cúbicas de tierra arrojada por los gusanos, recorrerian una línea horizontal de una yarda de longitud; de manera que 240 pulgadas cúbicas recorrerian una lí- nea de 100 yardas. Esta última masa, al estado húmedo, pesaria 11 libras y La NATURALEZA. —Tomo VI.—18. 108 LA NATURALEZA media. De esta manera desciende continuamente un peso considerable de tierra á lo largo de las dos pendientes de cada valle, hasta que por último llega al fon- do; y de ahí es trasportada por las corrientes de agua de los valles al Océano, al gran receptáculo de toda materia que proviene de la denudacion de la tierra. Se sabe, por la cantidad de sedimento derramado anualmente en el mar por el Mi- sisipí, que su enorme superficie secante debe bajar, por término medio, 0,00263 de pulgada por año, y esto bastaria para que en cuatro millones y medio de años toda la superficie mencionada bajase al nivel del mar. Así pues, si una pequeña fraccion de la capa de tierra fina, de 0,2 de pulgada de espesor, que los gusanos lleyan anualmente á la superficie, es trasportada á gran distancia, deben resul- tar necesariamente grandes efectos durante un período de los que no parecen de- masiado largos para los geólogos. Los arqueólogos deben mucho á los gusanos, que protegen y conservan, duran- te un periodo infinitamente largo, todos los objetos no susceptibles de descompo- nerse y que caen á la superficie de la tierra, enterrándolos bajo sus deyecciones. De esta manera es como tambien se han preservado muchos pavimentos elegan- tes en mosaico y otros restos antiguos, aunque sin duda en estos diferentes casos los gusanos hayan sido ayudados por el acarreo de los campos cercanos, especial- mente de los cultivados por el viento ó el agua. Sin embargo, los antiguos pa- vimentos en mosaico con frecuencia han sufrido un desigual hundimiento, debido al desigual trabajo subterráneo de los gusanos. Los antiguos muros macizos aún pueden ser minados y hundidos; ninguna construccion está exenta de esto, sl las fundaciones no están á seis ó siete piés de la superficie, es decir, á una pro- fundidad en la que los gusanos no pueden trabajar. Probablemente muchos mo- nolitos y ciertos muros antiguos fueron derribados por haber sido minados por los gusanos. Los gusanos preparan el suelo de una manera excelente para el desarrollo de las plantas de raíces fibrosas y para toda especie de semillas. Exponen periódica- mente la tierra al aire y la renuevan de tal manera que no pueden quedar ahí piedras más grandes que las que pueden tragar. Mezclan todo íntimamente, co- mo un jardinero que prepara el suelo para sus plantas escogidas. Así trabajado éste, es propio para retener la humedad y para absorber todas las sustancias so- lubles, así como para la operacion de la nitrificacion. Los huesos de los animales, las partes duras de los insectos, las conchas de los moluscos terrestres, las hojas, las vardascas, etc., son enterrados en poco tiempo bajo las deyecciones acumu- ladas de los gusanos, y quedan enterrados de esta manera en un estado de des- composicion más ó ménos avanzado, al alcance de las raíces de las plantas. Los gusanos arrojan igualmente á sus agujeros un número infinito de hojas secas y otros restos de plantas, en parte para tapar sus agujeros, y en parte como alimento. Las hojas que sirven para este uso, despues de haber sido divididas en frag- mentos, parcialmente digeridas y saturadas con las secreciones intestinales y uri" LA NATURALEZA 109 narias, son mezcladas á una gran cantidad de tierra. Ésta forma el humus rico y de color negruzco que cubre casi la superficie de la tierra de una capa ó cubierta bastante marcada. Von Hensen colocó dos gusanos en un vaso de 18 pulgadas de diámetro, lleno de arena, sobre el cual extendió algunas hojas secas; éstas fueron arrastradas bien pronto á los agujeros hasta una profundidad de 3 pul- gadas. Despues de seis semanas próximamente, fué convertida en humus una capa casi uniforme de arena de un centímetro de espesor, despues de haber pasado por los canales alimenticios de estos dos gusanos. Algunas personas creen que los agujeros de los gusanos que penetran casi perpendicularmente en el suelo hasta una profundidad de 5 ó 6 piés, ayudan esencialmente la infiltracion; es preciso no olvidar sin embargo que las deyecciones viscosas amontonadas sobre el ori- ficio de los agujeros impiden por completo ó en parte la introduccion directa del agua de lluvia en sus agujeros. Éstos facilitan la llegada del aire á gran profun- didad en el suelo. Facilitan tambien mucho la penetracion de las raíces de un erosor moderado que se alimentan con el humus de que están revestidos los agu- jeros; otras, enterradas á una profundidad considerable bajo las deyecciones acu muladas, permanecen ahí hasta que por un accidente son descubiertas, y comien- zan á germinar. Los gusanos están provistos imperfectamente de los órganos de los sentidos, porque no se puede decir que ven; todo lo que pueden distinguir es la sombra y la luz; son completamente sordos, y poseen un olfato muy débil; solo el sentido del tacto es bastante desarrollado. Poco es lo que aprenden del mundo exterior, y sorprende que despleguen alguna habilidad tapizando sus agujeros con las de- yecciones y hojas, y, en algunas especies, levantando sus construcciones en for ma de torres. Es mucho más sorprendente aún que muestren aparentemente cierto grado de inteligencia, en vez de una impulsion puramente á ciegas é ins- tintiva, en su manera de tapar el orificio de sus agujeros. Obran casi de la misma manera que un hombre que tuviera que cerrar un tubo cilíndrico con diferentes especies de hojas, peciolos, triángulos de papel, etc., porque toman comunmente estos objetos por sus extremidades puntiagudas. Para los objetos delgados, sin embargo, cierto número son arrojados por su extremidad más ancha. No obran de una manera invariable en todos los casos, como lo hacen la mayor parte de los animales inferiores; así, no arrojan las hojas por su cola, á ménos que la base del limbo no sea tan estrecha ó más angosta que el vértice. Cuando dirigimos la vista sobre un ancho espacio cubierto de césped, debemos recordar que la igualdad de su superficie, de donde depende en gran parte su be- lleza, es debida sobre todo á que todas sus desigualdades han sido lentamente niveladas por los gusanos. Hs curioso pensar que toda la tierra superficial que cubre este espacio ha pasado y pasará de nuevo, en el curso de pocos años, por el cuerpo de los gusanos. El arado es una de las más antiguas y preciosas inven-= ciones del hombre; pero mucho tiempo ántes que existiera, la tierra era removida 410 LA NATURALEZA regularmente, y continúa siéndolo por los gusanos. Dudamos que haya otros ani- males que hayan desempeñado, en la historia del mundo, un papel tan importan= te como el que han desempeñado estos séres tan inferiores por su organizacion. Algunos animales, sin embargo, de una organizacion más baja aún, han ejecu- tado un trabajo mucho más notable construyendo arrecifes é islas numerosísimas en el seno de los extensísimos océanos; pero su trabajo está confinado en la zona tropical.—CHarLes DArwIN. (Traducido de La Revue Scientifique, núm. 3.—1882.) EL GIGANTE DE LA FLORA MEXICANA Ó SEA EL SABINO DE SANTA MARÍA DEL TULE DEL ESTADO DE OAXACA. A dos y un cuarto de legua de la capital de Oaxaca, al E. S. E. de esa her- mosa ciudad, se halla un pueblo llamado Santa María del Tule, cayo nombre, segun se dice, le fué puesto por haber habido en el terreno donde se halla situado, cienagas y tulares, que así llaman á estos últimos los del país; ó unos conjun- tos de plantas, entre las que predominan las espadañas ó Typhaceas, como la Ty. angustifolia, etc. Las cuales ciénagas y sus acuáticas plantas han ido desapa- reciendo con el desarrollo de la poblacion. Este pueblo tiene el mayor número de sus calles tiradas á cordel y sombreadas por el bovedaje que forman las verdes ramas de los muchos árboles que hay en las cercas de sus casas y áun en el interior de ellas, que suelen por su longitud salir fuera de los cercados que limitan esas calles. El suelo de Santa María es seco en la apariencia, pues bajo sus primeras capas existen humedades que en mi concepto contribuyen á las benéficas influencias del clima en general del Valle de Oaxaca para producir tan exuberante vegetacion. Algunos riegos con las aguas del pueblo de Tlalistac, cabecera de parroquia del Tule y patria del insigne pintor Cabrera, á quien con razon se le ha dado el sobre- nombre de E7 Rafael mexicano: la cercanía del rio de San Antonio y tal vez algunos veneros, como los del Sur de Santa Lucía, pueblo del mismo rumbo, sos- tienen la humedad de que he hecho mencion. El rio tiene aguas constantes en el año; toma su orígen en las montañas que circundan los suntuosos y célebres pa- lacios de Mitla: recoze afluentes en toda la parte del valle de Antequera ó de Oaxaca á la cual llaman valle de Tlacolula: pasa al Sur del Tule á la distan- 'eOPXe() ep 0peJsy ATL TA VIE VVS A 01d dnd 140 0ONIEYS TA | VZETVUOIVN V7 E gue” d ¿ns aii S hai ei, 3 ¿7 ¡a A * a IN EN A bi + va LA NATURALEZA MU cia de 500" ó poco ménos, y se acerca á la capital, dando riegos á las haciendas del Rosario, la Compañía y Candiani, perjudicando alguna vez parte de estos terrenos en las avenidas grandes del tiempo de las lluvias. En el pueblo de Santa María del Tule existen algunos sabinos regulares en ta= maño y figura; pero estos, los dos antiquísimos del pueblo del Marquesado, cer- cano de la ciudad de Oaxaca, los de la Hacienda de Cataneo, hoy de Trápaga, los del rio de Santa Cruz Mixtepec y los del rio de los sabinos, al Poniente del pueblo de Sola, donde las aguas abundantes de este rio se precipitan de una gran- dísima altura formando una bella cascada, no son ni un débil remedo del árbol sabino (Taxodíum mucronatum, Ten.) de que nos vamos á ocupar. Aquel árbol que se ha sobrepuesto en el grueso de su tallo á todos los conoci- dos por el Baron de Humboldt y á todos los citados por el historiador de las plan- tas, Luis Figuier, y que tal vez en altura se sobrepone á todos los de esos auto- res, á excepcion del We//ingtonia de California, pues sin dicha excepcion todos tienen su altura entre 31,"11 que tiene el Ahuehuete de Atlisco, y 10" que tiene uno de los Baobal de Africa, es digno de ocuparse de él como una notabilidad. El árbol que despues de tantos siglos de existencia permanece en toda su lozanía y vigor sin tener el tronco en su leño destruccion alguna por la mano del tiempo; sin esas cavernas que presentan en su tallo el platano * de Bujukdére, el dragonero de Tenerife, y sin la plazuela interior del castaño del Etna, merece llamar nuestra atencion. El viajero que llega al atrio de la ¡olesia del pueblo de Santa María del Tule, es preciso sea sorprendido con extremo, ante la vista majestuosa del gigante de la Re- pública de México, ante el hijo predilecto de la flora de Oaxaca. A la izquierda de la entrada principal del mencionado atrio, ó en la mitad Norte de ese cuadrilongo, se halla situado el anciano jóven sabino (veáse la lámina), que ha llamado tanto la atencion del hombre. Sí, allí esta el anciano que bajo su sombra abrigó el trono rico de los monarcas zapotecas, y á estos mismos, cuando cargados por vasallos se dirigian á los suntuosos palacios de Mitla para las altas ceremonias religiosas ó para las conferencias con el sumo sacerdote. Allí está el anciano que alojó tambien el mismo trono convertido en urna funeraria, cuando sentados los ca- dáveres de esos reyes, cual si fueran vivos, los colocaron allí como punto de descanso, ó como posa, en donde entre sus ramas se escucharon los cánticos tris- tes y los lamentos del pueblo zapoteco, cuando caminaban para las tumbas sub- terráneas de Mitla, en donde eran sepultados los reyes y sumos sacerdotes en sus privilegiadas galerías, los magnates de otra clase en las suyas, y en la de gracia y favor los que cansados de las penas de la vida se metian vivos para peregrinar en mejor situacion, segun sus ilusiones y sus creencias. Allí está el árbol jóven que lleno de verdor en su follaje, de robustos frutos á su tiempo y macicez en su ” Se entiende no el Banano (y. platano), sino el gran árbol de hojas semejantes al Liquidámbar. 112 LA NATURALEZA tronco, desafía á los años que pasan delante de él sin dañarlo; aunque alguna vez la mano ingrata del hombre lo haya hecho, hasta obligarme á solicitar de la autoridad el dique de ese atentado. Bajo las ramas de ese suntuoso árbol mil veces ha pasado el Dios de los cris- tianos en las procesiones religiosas en las manos de sus sacerdotes, y los viajeros á centenares se han gloriado de haber visitado al coloso de nuestra vegetacion. . . + « . «.. Alguna vez el invasor extranjero ha osado poner su planta entre las su- perficiales raíces del árbol de Santa María, atraido por la fama de esta planta y su curiosidad: así aconteció con el general Bazaine al invadir Oaxaca; mas si esta des- gracia ha acontecido, muchas veces el amigo sabio ha venido á estudiar una mara- villano comun en la historia de los vegetales. El Baron de Humboldt ó su compa- ñero el Sr. Bompland se abrigaron bajo su ramaje, y en el Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, tomo 2.*, lo considera, el primero de estos ilustres viajeros, mayor que el ciprés de Atlisco, que el dragonero de las islas canarias, que los haobales del África y que cuantos árboles habia conocido. Le da treinta y scis metros de circunferencia á su tronco: se ignora la altura á que lo midió, y siá cordel tirante y sin circunvoluciones, aunque dice que el Sr. Auza, observándolo de cerca, creyó que era compuesto de tres árboles reunidos. Bastará para persuadirse de que el Sr. Auza se ha engañado, examinar el fiel retrato del árbol de Santa María que acompaño á este humilde artículo y el corte ideal, pero fiel á sus medidas y figura que formé con toda escrupulosidad. Las erandes ramas terminales se les ve tomando un punto de partida bien central y no como naciendo de diversos troncos que se hallaran apiñados. La configuracion total vista en conjunto, no tiene la irregularidad que darian tres árboles reuni- dos, y sobre todo la seccion no da señales de tres troncos unidos, tanto más cuanto que examinando la corteza, se le mira continuar revistiendo al leño sin verdade- ros repligues entrantes y soldados, en donde se supusiera la reunion de los tres árboles del Sr. Auza. Para apoyar más el juicio justo que he formado del tallo del árbol en cuestion, reproduzcamos lo que sobre este asunto escribió mi querido maestro el Dr. Don Juan N. Bolaños en un artículo del Boletin de la Sociedad Mexicana de Geogra- fía y Estadística, tomo 5.%, p. 363, copiado en el Apéndice al Diccionario Uni- versal de Historia y Geografía por el Sr. Lic. Orozco y Berra, tomo 1.*, 8.” de la obra. «En esta asercion última, si no me engaño, se equivoca el Baron de Humboldt con el Sr. Auza. Estos respetables viajeros quizá examinaron de cerca el árbol, esto es, al pié de él, y en este caso no es extraño que les parecieran tres troncos, sino que no les parecieran diez. Son tantas las concavidades y desigual- dades, que reconociéndolo en su derredor y sobre la tierra es muy fácil equivo- carse. Tiene hácia el Sur una concavidad en que pueden caber diez personas sin incomodarse. Menores que ésta tiene otras muchas que inspiran la duda de si es 6 no un solo individuo sabino. Yo creí que el mejor modo de desengañarme era LA NATURALEZA 13 subir sobre el árbol para examinarlo con toda escrupulosidad. Lo conseguí con algun trabajo, auxiliado de una reata y algunos ayudantes, y llegué solamente hasta donde termina el tallo comun y se comienzan á dividir los troncos secun- darios. Allí me encontré con un ámbito bien espacioso, que podria servir en caso urgente de habitacion á cualquiera que quisiera ocultarse y dormir con comodi- dad. Tiene además varios recodos, divisiones y escondrijos que por temor no exa- miné; pero no me quedó duda de que el tronco era un solo individuo, y de que las divisiones que al pié se consideran como troncos separados, no son sino par- tes de un solo tallo. Advertí á más, que este coloso vegetal da asilo á una mul- titud de habitantes de varias especies de animales. Cuadrúpedos, reptiles y aves, principalmente nocturnas, son los moradores de aquel recóndito lugar. Es tal la espesura del ramaje que lo rodea, que situándose uno en la parte superior del tronco, cree estar oculto en un bosque.» El Sr. Bolaños le dió á este árbol en su tronco treinta y ocho varas de circun- ferencia, sin incluir los entrantes y salientes de sus arrugas, y á cordel tirante, (las diversas alturas á que se mide cambian la medicion); de altura cuarenta y seis varas, y aseguró estar esta planta con mucha cantidad de jugos saviales. Dice á más abundamiento que el párroco de Tlalistac el Sr. D. José María Unda, persona muy recomendable por sn literatura y recto juicio, le comunicó que mi- dió en 1834 el tronco del sabino mencionado, y que repitiendo la medida en el mismo lugar en 1839, encontró media vara de aumento. Por mi parte puedo asegurar que vegeta con vigor; que como ya se ha dicho fructifica multiplicalamente, no cesa de estar verde su follaje, y que al fijar su nombre los viajeros en su tronco, desnudándolo de su corteza, no tomaron en cuenta que quedaria borrado por el trabajo de vegetacion de esta planta. El co- ronel Echagaray arrancó corteza y leño hasta obtener un cuadro de cerca de 60 centímetros donde grabó, es verdad, una buena poesía que á pocos años quedó guardada por la reposicion de esa corteza, que en seis años, de Julio de 64 á Ju- lio de 70, ya habia adelantado trece centímetros en circunferencia sobre la tabla desnuda del árbol. El 5 de Marzo del presente año de 82, he visitado nuevamente al Gigante de Santa María del Tule; su figura regular, aunque con algun exceso del grueso del tallo, no disgusta en sus proporciones colosales. Si la circunferencia del tronco, siguiendo su superficie, es de 51,2:88, tambien la altura de 38,68 es bastante —1 considerable y con razon excede al templo del pueblo, sobre quien en un tiempo llegaron las extremidades de sus ramas. Esta altura excede, como ya se ha dicho, á la de otros gigantes conocidos, y solo el Wellingtonia de la California pasa de esa altura; pero con diferencia muy notable á la del grosor del tallo del sabino de Santa María. Sin embargo, en la flora oaxaqueña, entre los árboles que no han llamado todavía la atencion de los sabios, se pueden contar árboles de una altura mayor aunque nunca en grosor semejante del tronco. El mamey, Lucuma mammosa, 114 LA NATURALEZA Goertn, que está en el cerro de la fruta, montañas del camino de Cuasimulco, pasa á la altura del árbol del Tule, aunque solo tendrá tres metros de diámetro de tallo, y varios pinos hay en las montañas del Estado que el viajero ve salir en lo profun- do de las cañadas, pasarála altura donde va caminando, y todavía levanta su vista para mirar su alta cima. La adjunta lámina me excusa de continuar dando pormenores de esta enorme planta. El retrato fiel que representa la lámina da idea de su figura y proporcio- nes con el hombre y con el templo, y el corte ideal, aunque ajustado á las medidas y configuracion de su tallo, hace formar un buen juicio, pues las he tomado tirando una cuadrícula á su pié. (Fig. 1%) Las proporciones del grueso del tallo de este árbol están apuntadas en la lámina respecto á los árboles gigantes de que habla el Baron de Humboldt y de que trata Luis Figuier en su Historia de las Plantas (1865); mas para hacer más objetiva la explicacion de esta proporcion, he ideado la figura 22 cuyos círculos representati- vos caben los unos dentro de los otros, y todos en la circunferencia del sabino del Tule. México, Agosto de 1882. MANUEL ORTEGA REYES. Fic. 41.2 Pic2% EXPLICACION DE LAS FIGURAS 12 y 922 Ficura 4.?—Corte ideal del árbol á la altura de un metro. 7. Circunferencia del tronco con en- trantes y salientes: 51"88.—2. Cordel tangente en los puntos más salientes: 35=25.—3. Diámetro mayor del P. 4E. N. E.: 12*16,—5. Radio que desprendido del tronco hácia el O. termina hasta donde se extienden las ramas: 17"83:—6. 1d., id. al P.: 20748.—7. 1d., id. alS.: 15"05.—S. 1d., 1d. al N.: 1576. FIGURA 2.*—Circulos concéntricos representando el grueso aproximativo de los árboles gigantes más conocidos y de que hablan Humboldt y Figuier. 7. Sabino del Tule: 51788.—2. Platano de Bu- LA NATURALEZA 1415 jukdéré: 50706.—3. Castaño del Ena: 49*04.—4. Castaño de Sicilia: 36"00.—5. Tablon de nogal de S” de ancho en el que Federico HI dió un banquete (suponiéndole 2% más para completar el grue- so del árbol de que se hizo): 3000.—6. Boabal de Africa (Geografía de Bustamante): 3000.—7. Welinstonia ó Washinstonia de California: 30*00.—S. Platano de Licie del tiempo de Plinio: 29*00. —-09. Encino de Charente inferior: 27*00.—10. Drazonero de Tenerife: 25*002—11. Ahuehuete de Atlisco (México): 25"00—42. Laurel de la isla de Madera: 15*00.—153. Tilo de Villars-en-Moing: 19200.—14. Boabal de Africa (Adansonia digitata), S. Figuier: 10%00.—45. Tilo de Friburg: 500. Dd EA E oO MEN LE LL Els ll. ENSAYOS PARA SU ACLIMATACION EN MÉXICO. La produccion y el consumo del opio, son dos puntos de vista que se deben te- ner presentes al exponer ante esta ilustrada Academia la breve historia de mis limitados trabajos en el cultivo y aclimatacion de la planta que lo produce, tanto por su interés médico, y más aún por su importancia comercial. La adormidera se cultiva en grande escala para la extraccion del opio en la Turquía Asiática, en la India, Francia, Alemania, Egipto y los Estados Unidos; en esta última region, de diez años á la fecha, se ha extendido el cultivo del «pa- paver somniferum» considerablemente, pues en la actualidad se ocupan en esta siembra algunos centenares de acres. En Alemania y Francia se cultiva este vegetal más para la extraccion del aceite que contiene su semilla. Es sorprendente el consumo de opio que hacen algunos países del globo: dis- tínguense entre todos la China y los Estados Unidos. El número de fumadores de opio en China se puede calcular en 2.000,000, los cuales gastan cada año ciento veinticinco millones de pesos en la satisfaccion de lo que propiamente se puede llamar su necesidad. En los Estados Unidos hay 400,000 personas que acostumbran opio, y se cal- cula en otras tantas las libras de ese artículo que se importan cada año, siendo su valor más de 2.000,000 de pesos. La Inglaterra tiene, por decirlo así, monopolizado este ramo de comercio, y son fabulosas las rentas que le produce la compra y venta de opio y el ventajoso cam- bio que hace con la China. México hasta hoy no ha producido opio, pudiendo haberlo hecho desde hace algunos siglos. Cuando en sus extensos y fértiles campos se desarrolle con loza= nía la rica y esbelta planta del «papaver somniferum» y puedan el Norte y la China proveerse al ménos de la mitad de lo que actualmente consumen de su apetecido La NATURALEZA, —Tomo VI.—19. 116 LA NATURALEZA jugo, las rentas del Erario crecerán y los habitantes del país tendrán un ramo más de agricultura de donde sacar muy satisfactorios resultados. Es un hecho, Señores, que la planta que produce el opio se desarrolla y crece en México. Desde el año 1373, convencido de la riqueza de este vegetal, y pro- visto de unos cuantos gramos de semilla de orígen europeo, puse una pequeña almáciga de papaver album en una huerta del pueblo de San Joaquin, inmediato á esta capital; trasplanté á su debido tiempo unos ciento y tantos individuos, los que cuidados con mediano esmero crecieron á la altura de un metro con un fruto poco desarrollado, pues sus cápsulas fueron pequeñas relativamente. Aclimatado un tanto este vegetal, dos años despues llevé su semilla al pueblo de Totelpa, situado al O. de San Angel como á una legua de distancia, en donde en una extension un poco mayor se hizo un plantío por el mecanismo del ante- rior, el que dió por resultado individuos mejor desarrollados y con cápsulas en mayor número, de mayor tamaño y más jugosas. Esta vez se observó en consecuencia que el vegetal no degeneraba, y que léjos de esto su desarrollo era mejor, lo cual sin duda era debido á que el cultivo se hizo con mayor cuidado, y á la vez el terreno, el aire, el calor y el riego fueron más convenientes. El terreno estaba formado. por una capa considerable de tierra vegetal, un poco arenosa con un sub-suelo caliso constituido casi en su totalidad por tepetate. Esta vez hubo planta que produjo 20 cápsulas bien desarrolladas. Llegada la época de la cosecha se practicaron incisiones horizontales y diago- nales en la mayor parte de las cápsulas haciéndose una pequeña recoleccion de opio, cerca de una libra en una superficie de 180 varas cuadradas, y como á 30 centímetros distante una planta de otra. El abono con estiércol bovino que se hizo este año en una parte del terreno solo dió por resultado mayor desarrollo en el tallo y hojas del vegetal, pues el fruto era idéntico al restante y solo se pudo observar que su jugo era más acuoso. La cosecha de este año fué una libra de opio, algunos millares de cápsulas bien desarrolladas y diez ó quince libras de semilla. Las cápsulas que se conservan en el Museo de esta Sociedad son de la cosecha á que me refiero. Era preciso proceder al reconocimiento del opio con el objeto de saber su can= tidad 6 ley de morfina, á cuyo efecto solicité á los eminentes profesores, Gume- sindo Mendoza y Francisco Gonzalez, quienes con huena voluntad y con un entusiasmo verdaderamente patrio, me ofrecieron practicar aquel ensayo, mani- festándome desde luego, que cooperarian gratuitamente con sus trabajos al objeto, lo cual verificaron. Es por lo mismo un deber mio hacer en este momento un recuerdo honorífico de los Sres. Mendoza y Gonzalez por las análisis hechas aquel año del opio mexi- cano cosechado en terrenos del Valle de México, que por primera vez tuve el gusto de presentarles, reiterándoles al mismo tiempo mi gratitud por su eficaz cooperacion. LA NATURALEZA 117 Este opio contenia un promedio de 10 de morfina. Alentado por este pequeño éxito no vacilé en hacer sucesivamente hasta el año de 1880 algunos plantíos en superficies un poco más grandes, variando la tem-= peratura y los terrenos, haciendo algunas aunque ligeras observaciones prácticas respecto al mecanismo del cultivo, etc., lo que pienso consignar más tarde en un trabajo tan pormenorizado como me sea posible. El año 77 se repitió la siembra de la amapola en Tetelpa, el trasplante se hizo en una superficie de 2,000 varas cuadradas, todo marchó bien y la cosecha fué 10 libras de opio y poco más de 12 arrobas de semilla. Esta vez fueron los distinguidos profesores Manuel Urbina, Francisco Gonza- lez y Fernando Altamirano, quienes con igual mérito se apresuraron á investigar nuevamente la cantidad de morfina del opio mexicano. Los resultados fueron se- mejantes al primer ensayo: esta vez se encontró de 10á 12 por 100 de morfina, habiendo hecho el Sr. Urbina la preparacion de este alcaloide con mucha pericia, y los bellos cristales que obtuvo, guardados convenientemente en un pequeño frasco fueron llevados despues como muestra por los comerciantes de Chicago que visitaron la capital. Este mismo año conseguí hacer un plantío en terrenos de la hacienda de Atla- comulco, del Estado de Morelos, obteniendo resultados análogos en cuanto á la cantidad de opio cosechado, mas no en cuanto á la calidad, pues el opio de tierra= caliente, segun el ensayo que de él hicieron los profesores Gonzalez y Urbina con- tenia 14 á 15 por 100 de morfina. Esta vez quise saber la cantidad de aceite que pudiera extraerse de la semilla, Esta prueba se hizo en la casa de los Sres. Monterrubio de esta capital, y se ob- tuvo un Fo de aceite. Aquí debo mencionar que el papaver somniferum en terrenos templados como los inmediatos á Cuernavaca se desarrolla con más prontitud, crece á la misma altura, sus cápsulas en lo general son más pequeñas y su jugo más viroso. Por razon del calor es necesario que el riego sea más frecuente. El vegetal se debe plantar á menor distancia que en tierra fria con el objeto de desvirtuar un tanto el desarrollo del tallo y de las hojas, pues se observó que muchas veces esto sucede á expensas del fruto, el que en algunos individuos suele atrofiarse y morir. En países templados lo mismo que en los frios, rodeado de los cuidados conve- nientes, crece bien la planta de que me ocupo, y se ha observado que el opio pro- cedente de regiones frias es de mejor calidad. Creo que respecto del suelo se debe tener como regla general que le convienen terrenos húmedos, blandos, arenosos, y siendo un vegetal delicado en su infancia, no le son adecuados terrenos duros, arcillosos que no se dejen penetrar fácilmente por la débil raíz. En lo concerniente á la lucha con los insectos solamente mencionaré el que en climas relativamente frios como el Valle de México, en una época en que el in- 118 LA NATURALEZA vierno no es aún riguroso, la especie de langosta, chapulin, suele devorar, más durante la noche, las almácigas de amapola, y en tierras templadas, diversas es” pecies de hormiga que se llevan la semilla ó bien destrozan la planta. Al terminar estos breves apuntes, la gratitud me cbliga á dejar aquí consigna- dos los nombres de los Sres. Alfonso Labat y Manuel Terreros, quienes con ge- roso y patriótico desprendimiento, á la vez que con caballerosas maneras, me protegieron en esta serie de experimentos de aclimatacion, comprometiendo sumas de alguna importancia. Siendo de lamentar el que hasta hoy no haya tomado este “cultivo los tamaños que reclama el consumo del opio y sus diversas alcaloides. México, Octubre 12 de 1882. JOAQUIN MARÍA GOMEZ. SINONIMIA vulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se enltivan en México, dispuestas en órden alfabético, * por el Sr. D. Alfonso Herrera, socio de número.—(ConTINÚA.) NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTÍFICOS FAMILIAS. e ES Ad ste a A A Hibiscus azauzee, seg. Oliva... Malvaceas. UDCA ML 00 IAIDIVIZO POOLQIOT O Oxalis crenata, Jacq... --....-.- Oxalideas. Oceloxochitl, v. Cacomite....-. Dept. cli ci le Eryngium campestre, Dod..... Umbeliferas. Ocote, Ocotl, Mex. Tzat' adi Ó Jos! arza. OtoMÍ. cemocroos Pinus teocote, Scheide........ Coniferas. DEDO nembrasr o aa oe o Td ecardomana sae oa Id. TAMOS A A Vi is Td. ta rchno re RADA GAN ie Id. Ototillo91.00 -CISMO10.2 .--.. Verbesina virgata, Cav., seg. Bárcenanlcobia oljptded Cp Compuestas. Id., v. Munditos. ....- Abe Ocozotl, v. Liquidámbar..-.--- Ojite 1, Oxobsin. deceo: Brossimum alicastrum, seg. OA a de Moreas. Ojo de cangrejo, colorin chiqui- to; negritas ó pulguitas. Ate- cuixtlio Meprco Da. Ma Rhynchosia precatoria, H. B. K. seg. Villada. ..... Jato Leguminosas. Ojo de gallo ú ojo negro...... Sanvitalia procumbens, D. C.... Compuestas. A A Gundelia connata, seg. Oliva... Td. 1 Las plantas marcadas con un asterisco son las cultivadas. LA NATURALEZA 149 Ojo de venado ó de buey...... Mucuna urens, D. O......... Leguminosas. ACA E Se Thumbergia alata, Hoock..... Acantaceas. EA TA A Hibiscus cannabinus, L....... Malyaceas. Olcacatzan, v. Raíz de China... Olivo Ó Aceituno. ----.-.--- == Olea. europea Tari. ob ad. Oleineas. Olmo del país ó Aile......... Alnus cordifolia, Ten..-...... Betulaceas. Ololiqui-y224- apio Convolvulus microcalix, seg. Olivas ADO Convolvulaceas, Oloxotl, v. Liquidámbar....-.. Ombligo de Vénus...--...... Hydrocotile umbellata, L..... Umbeliferas. Omixochitl, v. Lirio.......... Orchilla, v. Pasto de ocotillo. ... : Orégano: 3969110. Sidortey lo Origauum vulgare, L......-.. Labiadas. Id. del país 6 de Tehuacan. Lippia origanoides, H. B. K... Verbenaceas. Mea dolMurro y Echeverria coccinea, D. C..... Crasulaceas. dsdejraton:. Joa Tos Castilleja coccinea, Spr--..--- Personadas. Orejita Ó conchitas.-.-.2.2-.. Echeverria pulverulenta, D. O. Crasulaceas. Organoó Xoalacatloicionio Cereus speciosissimus, Desf. eb C. grandiflorus, Mill. ete.... Cacteas. Orozuz del país, v. Yerba dulce. Ortiga, Dominguilla 6 Soliman. Urtica dioica, L.........--.2- Urticaceas. Id. de tierra—caliente..-.--. Wigandia Kunthi, Ohoisy et W. caracasana, H. B. K. et W. scorpioides, Ohoisy et W. trensiOhoisyo-.o Hydrofilaceas. O Urtica ortiguilla, Schaf. ...... Urticaceas. MUA ra ah e Tourmefortia hirssutisima. .- .- Borragineas. AS E Bambusa arundinacea, seg. Oliv. Bambusaceas. Wxotsin, v. Ojite..- 30032000 Ovametl, v. Jalocote......... Pajarilla, v. Fumaria......... Pajaritos 6 Palomilla. ..... ¿-- Tropeolum adumecum, Sm.... Tropeoleas. Td: del Note. Ido TL euissili Lobelia splendens, W.. 22... Lobeliaceas. Palancapatli, v. Calancapatli.... . Ealllo:1)---.30o2esd: suas ?Campomanesia lineatifolia R. et.Pay. seg. Oliva. zo pmi03¡> Mirtaceas. PAD o a di Ceratosamia mexicana, Brongn. Cicadeas. Id. Christi, v. Higuerilla. . . Id. dulce ó zoyate......... Corypha dulcis, H. B. K. segun Oliva pas ads a ie Palmeros. alma real. osa de Oreodoxa ¿sp? seg. Oliva... ..-. Td. Td;¡6jeoyol real...J-qolontpl a Attalea regia, seg. Finek...... Id. EL Pe A A Corypba nana, H. B. K.-.-.-.- Id. Palmira 6 Bandera española... Mina lobata, La Llave y Lexar- zay seg. Gonzalez. -- 2.0020 Convolyulaceas, 120 > Palo amarillo, v. Cachisdá y Bo- conía.....- DA ,», bálsamo, Hoitxiloxitl, Chue- ,», bobo, v. Árbol del muerto. . ,, del Brasil 6 Huitzquahuitl. Palo de Campeche ó de tinte. - Palo dulce de México........- Td. de tierra—caliente, Taray, Cuate, Leño nefrítico, Ooatli ó6 Tlapalespatli, Mex. Urza ObOR.- > mimica do ME Td: 1d, y. Granadulo. cua 2o Palo loco, Tezacpatli. -..--.--2 AA dera. o LA y María. - da. de 9UL qu laa Palo del Muerto, v. Árbol del Mido. ses snsssoa sas «de Mazatlan...... id., de Méxicoih 2220 Td., id., de Michoacan.... TAR Tde rosa o E Td., 1) -V. Guayacan:... Palomilla, v. Pajaritos. ...-..-.. Palomitas, v. Muela de $. Cris- óbal. ¡0 La., La., id., Palto, v. Aguacate----.... 2-2 Pan caliente, v. Ninfa........ AMEN de Puerco AE Pan de tierra-caliente..-...... Panal pana Pancololote 6 Ohicuipo...-... Paniquesillo, v. Bolsa del pastor. Pañati, v. Cola de iguana..... Paño de Holanda, y. Flor de No- che Buena: 20 Papaconi, v. Gordolobo......- Papagallo, ú Hoja de Pascua. . Papagallo del Brasil. ......... Papaloquelite.- 2... Papas Ó patataS..oooooin.... LA NATURALEZA Myrospermum Pereirs, Royle. Oxsalpinia echinata, L....... Hematoxilon campechianunm, L. Eysenhardtia amorphoides, H. Br Kool Viborquia polystachia, Ortega. Mesua férrea, Mota cs Seneciopreco DIA Tecoma ¿sp? seg. Oliva....... ACTAS cir ES Simarruba ¿sp? seg. Finck..... Zantoxylum clava Herculi, L.. Td. pentanome, Dc. .. Id. affine, H y B..... Tecoma multiflora, seg. Finck. Pitecoctenium buccinatorium, D..0, seg. Villada:. 20.2 Oyclamen persicum, Mill...... Manihot utilissima, Pohl. seg. Colmeiro EE SE - Alisum maritimum, Lam..... Stapelia cordifolia, Moc. y Sessé. Amaranthus tricolor, L.....-.- Caladium discolor, Vent...... Porophylum coloratum, D. C.. Solanum tuberosum, L.....- SS Leguminosas. Id. Id. Id. Id. Gutiferas. Compuestas. Bignoniaceas. Sapotaceas. Simarrubeas. Rutaceas. Td. Td. Bignoniaceas. Id. Primulaceas. Euforbiaceas. Cruciferas. Asclepiadeas. Amantaceas. Aroideas. Compuestas. Solanaceas. LA NATURALEZA Papas ó patatas cimarronas. ... Paraiso, Lila, Piocha ó Paraiso A Pareira brava, y. Butua...-.-.. Parietaria. ..-. A O Bartacila. Iii Parqui, Yerba hedionda ó Pipi- iesibuttl.. Parxi, v. Huele de noche... .-- Pasiflora, v. Flor de la pasion... Pasionaria, va Id. diu... Pashlb iv. eno. 2 ese Pasto de ocotillo, Toje ú Orchi- PASTE eto Pata de leon, v. Alquimila. ... Id. de pollo, v. Grama...-.--.. Td. de vaca..... A Pañastejt. Er el PALO: 09 AA eje Patlahuac, v. Hachichinoa.... Patoles, v. Yeguas... 00%4 Pavo silvestre ó Pavitos...... Pebete, v. Ahoyatic.......... Pedo del diabio ú Hongo de Peine de bruja, v. Alfilerillo. ... IIA Pellonchilli, v. Mastuerzo. .... Pelonmexisquilitl, v. Mastuerzo. Pelonquahuitl, v. Ábol del Perú. Pensamiento 6 Trinitaria...... Solanum bulbocastanum, Dun. et $. tuberiferum, Dun. et $. utile, Klotz, seg. Colmeiro. . Carica papaya, D.o-.oo.omiis Melia sempervirens, SwW.....-. Moringa pterigosperma, Gaet., senuD od Parietaria pensilvanica, Miih. - Inga eyclocarpa, seg. Oliva. - .. Cestrum diurnum, L......... Vitis MD A Vitis labrusca, Walt......-..- Rosella linearis, var. fasiformis, Tpomea maritima, RBr...--... Teobroma bicolor, H. B. K.... Peresckia portulacefolia, segun ¿¡Oollutea spl.o- 200 o d0e Mentzelia hispida, Willd....-.. Mentzelia scabra, H. B. K. seg. Gonzalez Id. strigosa, H. B. K. seg. Gonzalez... ¿2 Solanaceas. Papayaceas. Meliaceas. Leguminosas. Urticeas. Leguminosas. Solanaceas. Ampelideas. Td. Líquenes. Compuestas. Convolyulaceas Cacteas. Leguminosas. Loaseas. Id. Tiliaceas. Violareas. el 2 LA NATURALEZA Peonía de Jalisco..... DADO Erythrina coralloides, Moc. et Sessé, seg: Oliva. .0....0.2: Leguminosas. Peonía del país 6 Tulillo....-.- Cyperus rotundus, L.......... CUijperaceas. Peonía;de jardines....-...... Peonia Moutan, Sim........- Ranunculaceas. Pepeyolquahuitl, v. Álamo. ... LEPE. a AAA Cucumis sativus, L......... . Cucurbitaceas. Id. del diablo, v. calabacilla HE da A o Id. de maceta...-.-.. rado Solanum muricatum, Ait....- Solanaceas. Td. silvestre... - -- TA CO Cucumis anguria, L., seg. Gonz. Cucurbitaceas. Pepita de $. Ignacio, v. Habilla. PE e A: Pyrus comunis, Ll. Rosaceas. RerSUicOMmunE Petroselinum sativum, Hofm.. Umbeliferas. Textranjerose cs ee Td., id., var. crispum..-..- Td. Pericos. A. Pedilantus ¿sp? seg. Dugés. ... Euforbiaceas. Berifollo cero de Anthiscus cerifolium, Hofm... Umbeliferas. Periquillo ó falso hipericon.... Tagetes lucida, Oav........-- Compuestas. Peritre del país, pelitre 6 Chil- CUA A E OL Erigeron affine, D..O.....---- Id. RETO ex Ian] co Anaciclus pyretrum, D. C..... Id. Perlilla 6 Mitlatzihuitl. ......- Lopesia racemosa, Oav....-.. Onograriaceas. TAO Perlitas: ulicsaés< Margaris nudiflora, D. C.....- Rubiaceas. Peron, v. Manzano... ...- SRL IRETribOS -- ARALAR Anthirrinum majus, L.....-.. Pernonadas. ETICA a Polygonum persicaria, L.....- Poligonaceas. OA A PS Thenardia floribunda, H. B.... Apocineas. A «---- Petunia nyctaginiflora, Lekm.. Solanaceas. Petzanxochitl ó Azucena de a AA Mexilaria liliacea, La Llave.. Orquideas. Reyoberon ploteo Echeverria cespistosa, Dec.... Orasulaceas. Id., A A Cacalia sinuata, La Llave et O. cordifolia, H. B-....-.---- Compuestas. RICVÁPICAO: DE MISS ata to Mucona pruriens, D. (....... Leguminosas. Bici Tabacos ee Picosa 6 Enchiladora........- Oroton ¿ciliato-glandulosus? Ort. Euforviaceas. Pichaguilla ó Pichaga. ...-.-.- Trixis cabreriana, Schaf.-..-- Compuestas. Pié de polla, v. Grama.-...--- Tarde cabra REL E Eugenia ¿sp? seg. Oliva...-.-- Mirtaceas. Piérdehcabra eo 2 Bauhinia pez-capre, Cav. seg. Oolmeiro-«<>=<=<====:: 809 Leguminosas. Pimienta de México. --.----.- Eugenia pseudo—caryophyllus, D. O. segun Colmeiro...--.- Mirtaceas. Pimienta de Tabasco, 6 Xocoxo- aia A .-.. Eugenia Pimenta... 24020202 Id. Pimientilla da Piperomia umbilicata, H. B. K. Piperaceas. Pimiento de agua, v. Ohilillo.. . Td. dulce, v. Chile Valenciano. E + LA NATURALEZA Pinabete, v. Oyamel. -...ncm0- Pinahuihuistle, y. Sensitiva...... Pinguica, Pingueca Ó Galluva delipals:. ta ess BINOPlANCORA 2 lo Td... COMUNA Arta do o A Bin ANODA- coma Piñoncillo, Quahaychuachilli, ó Ayellanas purgantes........ Binoncillo:- a E BELO A i Piñuela, v. Jocuistle-.---.-.2- Piocha, v. ParaisO. -.-...0m22- PiprloiRachitl.: Lic EL a k Biplote rl e Us: cae Pipiloxibuitl, v. Parqui. ...... Id., v. Huele de noche. ... Pipipzahoacirial dado se ea Piru, v. Árbol del Perú....... ES Pitahaya ú Organo._-....2..- Id. de Yucatan ó Pitajaya, SOMO MINA ceci Pitayita de agua.----o..2.m..-.. Pita zabila, v. Zabila......... Piton, v. Cabellos de ángel... BAY QUAcCImO.: dea. AAA Id. Dominico ó Costeño..... Id. Guineo ó Camburi...... Id. harton ó largo, zapalo- te, 6 Plátano hembra.... EMail o as idrde, Decidentes riales Platanllo..= ¿perecido Td., v. Bardona del país.... Plataxihuitl, v. Lanten....... Plato y taza, v. Ponchishuis. .. Pluma de oro 6 monte de oro. . LA NATURALEZA.—Tomo VI.—20. Arctostaphylos pungens, K et A, mucronifera, D. C....... Pinus Devoniana, Lindl...... Pinus Moctezumee, Lamb..... P. Buonapartea, Rozel.....-.- Ananassa sativa, Lind......-.-- Monstera deliciosa, Liebm.... Curcas purgans, Med........- Euphorbia latyris, L-.......- Silene Catesbei, Walt....-.-.--. Asclepias seandens, P. B..... Trixix piptzahuac, Schaf. seu Dumerilia Alamani, D. 6... Cereus oxipitalus affinis seu ¿sp. noyisegrOlivas un Musa coccinea, Andr-.......-. WMiEensete Bruc. a e Musa regia, Rumph.....----- M. sapientium, L........ at Musa paradisiaca, L...------- Musa textilis, Née.---2200 22. Platanus occidentalis, L-..-.-.- Cama indica, Ls. ene Cyrtanthera aurea, Nees...... 123 Ericaceas. Coniferas. Td. Td. Bromeliaceas. ATaceas. Buforbiaceas. Id. Cariofiladeas. Asclepiadeas. Compuestas. Amarantaceas. Amarilideas. Cacteas. Td. Td Musaseas. Td. Id. Id. Td. Td. Plataneas. Canaceas. Acantaceas. 124 LA NATURALEZA * Pluma de Santa Teresa....... Salvia leucanta, Oav.......... Labiadas. A Gladiolus communis, L. et G. grandiflorus, H. P........- Irideas. Plumajillo, v. Ciento en rama. . ARI ACOEn T Plumbago capensis, Tunb..... Plumbagineas. Pochote, Pochotl, Pochotle, Át- bol del algodon, Ceibon.... Eriodendron anfractuosum, MAA Bombaceas. Pochote de Yucatan. ......-.- Eriodendron ¿sp? seg. Dondé.. Id. ECU SIA Mentha pulegium, L........- Labiadas. policia tasa Spermacoce diversifolia, H.B.K. Rubiaceas. de aries Polygala myrtifolia, L-....... Poligaleas. Poligala de México. --.---.--- Polygala mexicana, F. M. I. et P. scoparia, EL. BRK Id. BOMPOMO A ni Polipodium aureum, L........ Helechos. Omara TA OO Jambosa vulgaris, D. C....... Mirtaceas. Popoiotl, v. Huitlacoche . -.--- Popotalagua, v. Huinar....... Eoppotule.-.- odas o E ¿Agave sploaa 0 H Amarilideas. A a la o AOS Primula auricula, L. et P. sinen- O O Primulaceas. ECO, Ya DM censos Prodigiosa Ó Atanasia....-..- Athanasia amara, Cerv......- Compuestas. JE ll ARE o o AM porn e dc Liliaceas. Pumacua, v. Achiote......... BUMOSEZ. EA al Corypha pumos, Mart. ....-.- Palmeros. Purga, v. Jalapa hembra. ..-.- Id. de las ánimas, v. Jalapa Quacacauatl, v. Nogal. ....... Quacecupatli, v. Sensitiva..--. Quacoyol, v. Coyol.....-...--- Quauhaychuachilli, v. Piñon- Quauhchichic ó Chichiquahuitl. Garya ovata, Benth.........- Garyaceas. Quauhchilli, v. Chiltepin.-.... Quauhchitli, v. Muérdago..... Quanbhmecatl.. lO Serjania mexicana, Willd...... Sapindaceas. LA NATURALEZA 125 Quauhmecapatli, v. Zarzapat- Quauhtlatlatzin, v. Habilla. . ... Quauhtotomabl....--.--.+-=-=-- IQUErQus Spread es Cupuliferas. Quauhtzapotl, v. Anona....-. Quauhtzictli, v. Muérdago.. ... Quaubxilotl, v. Cuajilote... -...- Quarhxonequillin.. 222-200 Inga ¿sp? seg. Altamirano..... Leguminosas. Quaubhyetl, v. Tabaco......-. Qual, v. Quelite morado. -..-. Quamuchil, v. Huamuchil.. ... A Gerardia purpurea, L....-.... Personadas. Quapastlazole, v. Pasto de oco- OA A da Quaquauxochitl, v. Yerba de la Pa 0 E A Quauzontle Ó Huauzontle, Quauzontetl--. HZosemo se Blitum bonus-Henricus, Reich. Quenopodiaceas. Duele Cie. Chenopodium viride, L....... Td. Td apestoso!. 2029201 DUDO Id. vulvaria, L..... Td. TOY Cenizo TSG 22 RADIOS Id. mexicanum, Moq. Td. Tdote/cochimo;-. 2 cl Adi dd Amarantus viridis, L. seg. Gonz. Amarantaceas. E Amarantus spinosus, L....... Td. 1d. manchado ó Quiltonile . . Id. hypochondriacus, L. seg. Gonzalez oasis Id. Id. morado ó Qual........- Id. hybridus L. et A. lividus L. seg. Gonzalez...... Id. Tide Puerco o 12 UI37] Atriplex purshiana, Moq.....- Quenopodiaceas. Fdde Zoro 22-22 1 02 20m Chenopodium graveolens, W.. Id. Quequeste, v. Macal......... Quesadillitas: LJ ce Comelina graminifolia, H. K.. Comelinaceas. Quetzalhuexotl.. --¿02000...:.- Salimalba Mo. ue de ae Salicineas. Queizalichéll::- e A Ghinchayote 44 ada A e 0% GUACaMO te to sida OO ES 59 5 LV ASAS ANA 25.00 > ÁS Le látano verde de Orizaba.... 3.28 a Eo 36 Las raíces fueron enviadas de Cuernavaca y el procedimiento de extraccion de la fécula ha sido por medio del rallo, y el ensaye hecho en pequeñas cantidades; pero como es bien sabido, estas proporciones varian segun la época en que se co- sechan las raíces: éstas lo fueron en el mes de Febrero. Con motivo del estudio anterior del Sr. Urbina, el presidente, Sr. Herrera, en una elegante y detallada peroracion dió á conocer á la Sociedad una multitud de datos sobre el plátano cultivado. Comenzó por manifestar que es muy variable la composicion del plátano segun las especies: la del guineo es muy diferente de la del harton, y la del manzano de la del dominico, «:c. El plátano largo es el que contiene mayor cantidad de fécula. En algunas localidades de la República los habitantes se nutren y se han nutrido exclusivamente con el plátano á tal grado, que abundando este alimento no se entregan á ninguna ocupacion, y que este fué el motivo para que en tiempo del Gobierno español se propusiera la des- truccion de los platanares, con objeto de combatir la indolencia y la pereza de los habitantes de la costa. Agregó, que en la fruta muy verde existe una grande cantidad de almidon, y que en un informe remitido por él y el Sr. Villada al Mi- nisterio de Fomento, hicieron mencion de esta planta de cuyas hojas que en la actualidad se desperdician completamente, se puede extraer una fibra pura y ex- celente para la fabricacion del papel. Por el tanino que contiene el plátano sirve para teñir, y de esta propiedad se puede hacer la aplicacion en grande. En algu- nas localidades el tallo secado al sol, lo emplean como yesca; en una palabra, el plátano es una planta de mucha importancia que debemos propagar y explotar de cuantas maneras sea posible, pues siempre será productiva. En la sesion del 10 de Agosto, el Sr. Herrera refirió las observaciones que ha- bia hecho en la Melipona que produce la cera llamada de Campeche; se extendió LA NATURALEZA. —Tomo VI.—27. 180 LA NATURALEZA algo describiendo las costumbres de este insecto y el número de reinas que existe en cada enjam bre. En la sesion del 24 de Agosto, el Sr. Ruiz Sandoval comunicó la reciente crea= ción en el Ministerio de Fomento, de una Seccion de Agricultura y Minería, de la que habia sido nombrado jefe, y poniéndose á disposicion de la Sociedad; agre- gó que el actual Ministro de Fomento tenia el proyecto de que se hiciera una exploracion formal en todo el país con objeto de conocer sus riquezas naturales, y promover así fácilmente su desarrollo, y que para llevar á cabo tal proyecto contaba decididamente con la cooperacion de la Sociedad de Historia Natural. El Sr. Presidente, al dar las gracias al Sr. Ruiz añadió, que indudablemente todos los miembros de esta corporacion prestarian gustosos su concurso al Señor Ministro de Fomento, pero que él cree, como ya se ha dicho en otra ocasion, que para llevar á término tan patriótica idea, es absolutamente indispensable que una comision especial y bien retribuida se ocupe exclusivamente de este estudio. Que la Sociedad se encargará de buscar la mejor manera de realizar este proyecto, ocupándose de formar el Programa y Reglamento que deben normar los trabajos de la Comision exploradora. En efecto, en otras sesiones la Sociedad discutió y aprobó las bases formadas por el Sr. Herrera y se remitieron al Ministerio de Fomento. En la sesion del 7 de Setiembre se leyó un escrito del Sr. Dugés en que expo= ne una teoría para explicar la formacion de las escrecencias llamadas flores de madera. Este trabajo aparecerá en «La Naturaleza, » juntamente con las ob= servaciones del Sr. Villada que se ha ocupado recientemente: del mismo asunto. En la sesion del 14 de Setiembre el Sr. Sanchez dijo: que con motivo de la idea que corre en el público de que los jui/es padecen una enfermedad llamada vi- ruela, ha emprendido, en compañía del Sr. Herrera, investigar en qué consiste esta enfermedad; que en los pescados blancos (A¿herina), encontró un parásito que segun parece es un distoma que aún no ha podido determinar completamente, y que él supone que el padecimiento de los juiles es de la misma naturaleza, y que la Sociedad debe ponerlo en conocimiento del público por lo que importa á la higiene pública.—El Sr. Ramirez manifestó, que desde el año pasado tuvo oca=. sion de estudiar estos mismos parásitos que son muy frecuentes y abundantes en los pescados blancos; él tambien cree que son distomas y no los considera peligro= sos para el hombre, porque se encuentran en su último período de desarrollo, y es bien sabido que en sus primeros estados viven como parásitos de animales acuáti- cos.—Sin embargo, se debe poner en conocimiento del público la presencia de este parásito para que acepte ó deseche la alimentacion con el pescado blanco. En la sesion del 21 de Setiembre, el Sr. Urbina dijo: que habia emprendido un estudio de un insecto que vive sobre el árbol del Perú, y que es un Coccus, pro=., ductor de una cera de un punto de fusion superior al de la cera blanca, y que se uede aprovechar para la fabricacion de velas. —Este coceus vive pegado á la cór=.! p p p ” LA NATURALEZA ' 181 teza de dicho árbol, y pasado el momento de la fecundacion, empieza á secretar la cera por ocho tubérculos colocados simétricamente en la línea de union de la parte convexa con la parte plana. La cera secretada llega á cubrir completamente el cuerpo del animal, quesimultáneamente se enjuta produciendo una inmensa can= tidad de huevecillos:que ocupan el hueco que deja la hembra al secarse. La hem- bra tiene en la extremidad posterior del cuerpo un apéndice caudiforme, tubular, cónico, que sobresale de la capa de cera. Opina porque este tubo sirve para la res- piracion del insecto, cuando está cubierto de cera; que estos tubos son huecos y probablemente se comunican con las tráqueas. Posteriormente comunicará sus nuevos trabajos, advirtiendo que el Sr. Dugés remitió el insecto 4 Europa para que se clasificara, y parece que es una especie no descrita. De las Memorias leidas ante la Sociedad, las más importantes fueron las que paso á enumerar. El Sr. Bárcena leyó un trabajo sobre la formacion de algunas rocas, fijándose principalmente en el origen de las tobas de algunas localidades de la República. El Sr. Ortega. Reyes en su Memoria, hace una descripcion detallada del coloso vegetal llamado el Arbol de Santa María del Tule, acompañada de muchos datos curiosos é importantes. La Memoria del Sr. Sumichrast es descriptiva de algunos Mamiferos observa= dos en la República. Dicho trabajo, como todos los anteriores enviados por este naturalista, merecen mencionarse siempre por su grande importancia científica. El Sr. Gómez nos describió el cultivo del Papaver somniferum. Este cultivo lo emprendió en varias localidades, é inútil es insistir sobre su importancia, pues desde hace años la Sociedad sabe, que gracias á los afanes del Sr. Gómez, podemos considerar como aclimatada la adormidera en nuestro país. En el escrito del Sr. Dr. Eugenio Dugés se hace la descripcion del insecto la- mado Bruchus Barcence. El Sr. Dr. Alfredo Dugés nos leyó un interesante trabajo, cuyo título es el si- guiente: Nota sobre el Colcoatl ó Trimorphodon (Dipsas biscutata). En dicha Me- moria además de describirse el aparato venenifero de este animal, se refieren las observaciones que comprueban lo tóxico de su ponzoña.—La importancia de esta Memoria, como dice el autor, consiste en que en ella señala por primera vez la ac- cion del veneno de las Dipsas, que hará inspirar la desconfianza y la prudencia cuando se maneje este reptil. Como todas estas Memorias han aparecido en « La Naturaleza, » los señores so- cios han tenido oportunidad de estudiarlas más á fondo, y este es el motivo por el que yo solo me he limitado á enumerarlas. Réstame recordar, porque esto nos causa placer y satisfaccion, que la Sociedad Zoológica de Francia ha prometido publicar un extracto del interesante trabajo del Sr. Velasco, intitulado: Descripcion, metamórfosis y costumbres de una nueva es- pecie del género Siredon. 182 LA NATURALEZA Durante el año hemos tenido dos sesiones memorables, la del 3 de Febrero y la del 6 de Noviembre. En la primera tuvimos el honor de que presidiera nuestros trabajos el sabio naturalista americano, el Sr. Agassiz, pronunciando en dicha se sion un elegante discurso en que describió los sondeos verificados en el Golfo mexi- cano bajo su direccion. Los naturalistas franceses, ingleses y americanos han hecho conocer por medio de estas exploraciones, una fauna submarina, tan rica en su número como extraña en sus formas.—El Sr. Agassiz, con su narracion, nos mos- tró una vez más sus estudios tan extensos como profundos en Historia Natural. El Sr. Agassiz recibió esa misma noche el diploma de socio corresponsal que le fué conferido por aclamacion. Igualmente grata fué para la Sociedad la presencia del instruido herpetologista el Sr. Dugés, en la sesion del 16 de Noviembre. Creo expresar la verdad diciendo que nos complace en sumo grado, contar en el número de nuestros consocios al Sr. Dugés, á quien justamente podemos considerar como á una de las personas que más han contribuido á formar la reputacion de que goza nuestra Sociedad. Señores: durante el año, hemos sufrido dos pérdidas irreparables; en el mes de Mayo moria en San Luis Potosí el Sr. Schaffner, y en el mes de Setiembre el Señor Sumichrast en Tonalá. Las palabras que pronunciara en memoria de estos dignos sabios, no serian suficientes para manifestar el pesar que experimenta la Sociedad con su muerte. Su dedicacion y sus conocimientos vastos y profundos en la historia natural de los séres vivos, hacia que fueran estimados no solo en el país sino tam-= bien en Europa y en los Estados Unidos. Los Sres. Schaffner y Sumichrast perte— necieron á esa falanje de sabios infatigables que consumen sus fuerzas y trocan su vida por arrancar un secreto á ese misterio infinito que se llama Ciencia! La Socie=". dad de Historia Natural os consagra como un recuerdo su constante admiracion. DHE. Enero de 1883. JosÉ RAMIREZ. 95 919904 ANTROPOLOGÍA. CONGRESO ANTROPOLÓGICO DE FRANCFORT.—CONFERENCIA DE M. VIRCHOW.—DARWIN Y LA ANTROPOLOGÍA. REO de mi deber tomar la palabra, puesto que dos miembros de [€ muestro congreso se han ocupado de la memoria del hombre insig- NS ne que acaba de desaparecer del mundo científico. Cuando muere , una persona tan respetable como Darwin, sentimos deseos de ar= rojar un vistazo sobre la obra que ha llevado á término, lo cual no y es más que considerar con equidad lo que fué para su época y lo que deja trás de sí para el porvenir. Nuestros antropologistas es- tán directamente interesados en esta cuestion, porque la influencia de Darwin en ninguna parte ha dejado huellas tan profundas como en la antropología. Nuestro presidente ha dicho que desde el principio se estableció entre nosotros una especie de oposicion contra Darwin, porque la mayor parte de nosotros re= presentaba una idea más rigurosamente científica. En efecto; nos limitamos á proclamar como verdadero todo lo que podemos demostrar como tal. Creo que la sociedad alemana de antropología podrá alguna vez reclamar como título de gloria el haber conservado su tranquilidad en la época del más ferviente darwi-=- nismo. El número relativamente grande de los sabios que formaron parte de nuestra sociedad desde su fundacion contribuyó para preservarla del entusiasmo general. Muchos de ellos tuvieron presente una época que parecia renacer con Darwin. Esta era aquella en-que dominaba en Alemania la escuela de la filoso- fía natural, que entónces, como un genio extraordinario, se hacia sentir en las ciencias naturales. Entónces fué cuando se fundó la doctrina que más tarde ha producido profun=" das raíces: hablo de la embriogenia. Cuando se estudia la historia de la escuela naturalista segun los documentos existentes, es difícil asignar una época deter= minada-á la doctrina de Darwin. En ninguna parte se la encuentra precisa y claramente definida. Pero nosotros que hemos vivido en esta época, podemos afirmar que la idea fundamental, :á la cual está intimamente unido el nombre de' Darwin, la idea del trasformismo, era ya una concepcion conocida en la escuela naturalista desde hacia mucho tiempo. La zoología! no habia adquirido la impor= tancia que se le ha atribuido despues. Klla, como la mayor parte de las otras ra- mas de las ciencias naturales, era derivada de la medicina. A fines del siglo último y á principios de éste, la zoología y la anatomía comparada eran partes accesorias 184 LA NATURALEZA de la medicina; la anatomía comparada aún hoy lo es en aleunos puntos. Así, pues, debemos buscar en los médicos patologistas lo, que fué el antiguo trasfor- mismo. No tenemos más que hojear los escritos de fisiología y de patología del anciano Juan Federico Meckel, para formarnos una idea exacta á este respecto. Se verá que este hombre, uno de los más eminentes fundadores de la embrioge- nia, estaba persuadido de que la evolucion de los animales superiores reproducia hasta cierto punto la evplucion recorrida por la serie animal. Este es el camino en el cual la medicina obtiene el primer progreso importante en las ciencias na- turales. Entre nuestros tristes recuerdos se encuentra el de haberse aplicado la nueva ley científica de la- naturaleza, por primera vez, bajo el dominio de la te- ratología. Se explicaron en eran parte las deformaciones, por las teorías trasfor= mistas y por la hipótesis de una interrupcion en el desarrollo. La idea del tras- formismo no era, pues, nueva cuando Darwin la adoptó. Hacia tiempo que era conocida, lo cual no favoreció mucho á este naturalista. Dicha idea nos mostró una escuela preconcebida. Antes de esta época se decia: «¿Qué es preciso obser- var? Basta pensar con justicia para resolverlo todo.» En mis primeros escritos combatí con ardor esta tendencia. ¿Quién se admirará de que nosotros hayamos: guardado una gran reserva y circunspeccion desde que la misma evolucion amena- zaba dirigirse por segunda vez ante nosotros, y que la hayamos combatido, cuando se reflexione que solamente desde que tuvimos la dicha de cambiar la tendencia naturalista, las ciencias naturales han progresado más en los 30 últimos años de lo que progresáron desde su principio? xq Tratarémos en-lo sucesivo de sostenernos en nuestro método práctico á que ha hecho referencia nuestro presidente, y no será raro que no nos dejemos seducir” por la belleza falaz de una concepcion poética de la naturaleza, aun cuando: ella se nos presente bajo una forma filosófica. Continuarémos siendo empíricos en la: buena acepcion del término. Sin embargo, yo desearia atenuar la crítica de nuestro presidente.: No se nos considera justos cuando juzgamos la memoria: de Darwin, no obstante que confesamos que la doctrina que por segunda vez'se presenta poderosa ante nosotros, encierra en sí un gérmen de verdad. “¿Po- drá creerse que el movimiento: de los espíritus durante un siglo tan fuerte y estable, fuera provocado por una concepcion de la naturaleza que no se relaciona en nada con ciertas necesidades del espíritu humano á las cuales nadie puede'suso" traerse por completo? ¿De dónde venimos? ¿Cómo hemos venido tal como sómos? ¿Qué era el hombre en su orígen? ¿Qué llegará á ser? ¿Hay gradacion del infe- rior al superior? ¿Nos aproximamos á una forma más perfecta y marchamos á un perfeccionamiento de nuestro sér, ó bien, segun la teoría que nos ha sido legada de un paraiso perdido, vamos hácia atrás? Cuando Darwin publicó su grande 'obra sobre el orígen de las especies; sus estudios no se limitaron éspecialmente al hombre, y las dos cuestiones de: que nos ocupamos aquí no: fueron profundizadas por'él. El hombre-se ha de- LA NATURALEZA 185 rivado de-una forma inferior animal, mono ó nó? Los que en el primer ardor del combate habian avanzado más léjos aún, como nuestro amigo Vogt, han retroce- dido manifiestamente. Darwin se ocupó sobre todo de la parte zoológica. Al prin- cipio los animales fueron objeto de sus primeros estudios. Hasta aquí ellos habian sido relegados al segundo plan. Durante el largo tiempo en que la filosofía natu= ral fué formada por los. médicos, siempre sus investigaciones se concentraron en el hombre. Un investigador de la. naturaleza de Darwin, poco conocedor: de la anatomía humana, colocó el animal en el primer rango. Partiendo deeste punto de vista emprendió sús principales trabajos. Si uno se pone esta cuestion:-el hom- bre ha podido venir de un animal? No.se puede evitar la segunda pregunta: ¿de dónde han venido los animales? Queriendo permanecer en el terreno de la:lógica se llegó á la teoría que hace derivar el primer organismo vivo de una sustancia. química bruta. _Entónces se presenta la antigua:cuestion de la generacion equi= voca, cuestion de la cual se ocupó. Darwin muy poco al principio. Despues fué cuando él estudió la evolucion del hombre; pero los sabios alemanes fueron sobre todo quienes llevaron las cosas al punto del verdadero trasformismo. Pocas veces se ve un problema tan importante tratado tan á la ligera, ó diga= mos mejor, de una manera tan absurda. Si para formar una teoría solo se nece sitara elegir en el conjunto de fenómenos cierta. cantidad para combinarlos de cierta manera, podriamos permanecer tramquilos.en medio del debate, fumando un cigarro y formulando teorías. ¿Qué cosa hay más fácil de imaginarse:que la generacion equívoca? Se toma una dósis de carbon, oxígeno, hidrógeno y:ázoe, se mezcla y se forma una pequeña masa des protoplasma. Pero despues de-esto, no se ha llegado á producir de una sustancia inorgánica el animalillo más ele- mental. Es curioso ver cómo se demostraba, hace veinticinco años, la: existencia de la generacion equívoca, y esto en la época en que la medicina y la zoología casl estaban en contacto. Segun se decia, los gusanos intestinales enel hombre no tenian otro orígen: Si se conocieron las trichinas, ¡qué argumento se ha dado! Una sustancia que podia dar nacimiento á séres vivos se le-llamaha en medicina saburra. En el pueblo subsiste aún la creencia: de que el desaseo engendra los piojos.: Despues que las bacterias han llegado á ser el objeto de la preocupacion pública bajo el punto de vista de la salud, seria extraño que álguien tratara de hacerlas nacer de la saburra. El médico en presencia del tifo, la tisis, la tiña, de todas las en- fermedades en una palabra, debidas á séres microscópicos, dirá que el agente vivo que causa la enfermedad no ha nacido espontáneamente en el hombre, sino que le ha llegado del exterior. Esto no depende de la generacion equívoca, de la sus= tancia saburral. Teóricamentenose puede objetar nada contra la opinion de que una sustancia orgánica se deriva de otra inorgánica. ll hombre ha sido formado del limo de-la tierra, ¿Por qué un naturalista no intenta producir químicamente un mono ó. una bacteria, para dejarle seguir el «curso de su evolucion? Pero no 186 LA NATURALEZA se sigue de esto que asentemos este postulado como base de nuestra concepcion de las cosas. Si no se puede admitir que el hombre ha sido formado del limo de la tierra, se puede darle aún por progenitor un animal cualquiera; se puede ir aún más léjos siguiendo este camino, pero siempre se ve que el axioma que se creía justificado subsiste en el mismo estado. Las transiciones que se habian supuesto que exis- tian no se encuentran en ninguna parte. Darwin mismo se ha expresado con gran reserva á este respecto. Y solamente despues, en su libro que trata de la descendencia del hombre, cuando fueron conocidos los trabajos de Haeckel, fué cuando él aceptó los puntos esenciales de la teoría evolucionista, tal como se la en- cuentra en los escritos de sus discipulos; pero reconoció que no se habia ocupado científicamente del hombre más que en lo relativo á la expresion de las emociones, y que no poseía más que conocimientos imperfectos en anatomía, fisiología y en pa= tología. Si la antropología está autorizada para ocuparse incidentalmente del orí- gen del hombre, su mision no consiste en tratar prácticamente esta cuestion. Jamás se ha encontrado al hombre en estado de preformacion: el progenitor animal de la antropoide está por encontrarse. Por otra parte, tenemos ante nosotros un pro- blema que Darwin no ha hecho más que tocar superficialmente y que nos interesa bastante, cual es el problema de la evolucion de las razas despues del nacimiento del hombre, cuando las diferentes ramas se han constituido en tantas razas como tipos y subtipos se han producido hasta las divisiones inferiores distintas. Seria más práctico ocuparse ménos del árbol genealógico del hombre ántes de su aparicion sobre la tierra y estudiar más la cuestion del orígen de las razas vi= vas de los pueblos actuales. ¿Qué relaciones hay entre ellas? Este seria el mejor medio de resolver las presuposiciones que Darwin aceptó silenciosamente. Ha considerado al hombre zoológicamente. Dice: he demostrado la legitimidad del trasformismo en los animales, éste debe tener la misma significacion para la hu= manidad, porque el hombre es un animal. Esto no era nuevo. Hacia mucho tiempo que se habia establecido cierta relacion entre el hombre y los mamíferos superio- res. Aún se encuentran pueblos que creen que sus progenitores pertenecieron al mundo animal. En la América del Norte y en Australia esta es una tradicion que tiene su expresion heráldica. Estas son concepciones que han encontrado eco en el desarrollo natural de las opiniones humanas. La medicina asienta que la na- turaleza del hombre y la de los animales concuerdan en los caractéres esenciales. La fisiología reposa principalmente sobre las experiencias hechas con los anima= les, en vista de estudiar las leyes que podrian aplicarse igualmente al hombre. Si las leyes de la fisiología animal no fuesen las mismas para los hombres y para los animales, estas experiencias habrian sido absurdas. Si uno desea darse cuenta de un nuevo medio terapéutico, se observan sus efectos en un animal y se supone que su accion debe ser semejante en el hombre. No se puede, pues, culpar á Darwin de que haya llegado á su conclusion. El organismo animal reposa sobre las mis- LA NATURALEZA 187 mas bases orgánicas que el hombre, obedece á las mismas leyes vitales: luego el hombre se deriva del animal. Sin embargo, haré notar que la resultante lógica á la cual se llega apoyándose en este paralelismo y estos datos comparativos, fracasa desde que se salvan las fronteras de las teorías especulativas para entrar en la realidad de los hechos. Por ejemplo, por distintas que sean las razas hu- manas, por la coloracion exterior de la piel, de los ojos y de los cabellos; por más aparente que sea la diferencia entre los ojos claros y los cabellos rubios, y entre los ojos y los cabellos oscuros ó negros, el exámen microscópico no nos muestra más diferencia que una cantidad más ó ménos grande de pigmento negro. No ha sido Darwin el primero que ha explicado estas diferencias por el medio ambiente. Se ha dicho que en el trascurso de los siglos, el hombre sufrió la accion del clima. Así lo han asegurado los escritores de la Grecia. Pero para darse cuenta de esta accion climatérica, para saber de qué manera obra, se llega á dificultades insuperables en el estado actual de la ciencia. Durante mucho tiempo creimos que nuestros compatriotas eran los únicos representantes de la raza blanca. No obstante, sabemos que hay divisiones de la raza blanca en los Slavos, y que una gran division, la de los Fineses, es blanca. ¿Por qué bajo la misma latitud no hay blancos en la América? De la misma manera que existe una zona blanca (Fineses, Slavos y Germanos del Norte), hay tambien una negra, que, partiendo de Lamoa, se extiende gradualmente hasta la costa Occidental del África y forma sobre el mapa un territorio continuo. La América no nos presenta nada semejante, y sin embargo bajo el ecuador el sol es ardiente, la seca reina en ciertas regiones y la humedad en otras. ¿Por qué en América no se encuentran ni blancos ni negros? Nadie podrá decir qué agentes producen ó interrumpen estos efectos. No basta decir que las circunstancias exteriores favorecen ó detienen la formacion del pig= mento. En el Norte no se encuentra con uniformidad la raza blanca. Más allá de los Fineses blancos se encuentran los Lapones morenos. Y, por el contrario, la raza negra que en vano buscamos bajo el ecuador, en América la encontra- mos en las regiones templadas, en Australia, por ejemplo, sobre todo en el Sur. Ninguno de nosotros prescindirá de estudiar la influencia que pueden ejercer los agentes exteriores, las condiciones del lugar, del género de vida, las relaciones sociales, etc., sobre la evolucion; pero por lo poco que sabemos debemos ser cir- eunspectos en nuestras teorías. Podemos dejar la cuestion pendiente. ¿Es el clima el que produce estas diferentes zonas? Pero la existencia de estas zonas no nos autoriza para decir que precisamente ciertos agentes físicos especiales son los que producen estos efectos. Sin embargo, debemos continuar nuestras investigaciones en este sentido para poder conocer mejor y determinar las condiciones de exis- tencia y de medio que influyen en el desarrollo físico é intelectual de un pueblo. Yo insistiré siempre sobre esto. No creo supézfluo hablaros brevemente de un problema que hace mucho tiem- po llamó mi atencion. El fenómeno con el cual he tropezado, presenta desde luego La NATURALEZA.—Tomo VI.—28, 188 LA NATURALEZA algo sorprendente. Llamamos plactynemía, el aplastamiento lateral de la tibia, que algunas veces se observa comprimido de los dos lados hasta el grado que mu= chos observadores lo han comparado á la vaina de un sable. Una larga serie de casos nos han presentado esta particularidad característica. Mi finado amigo, Broca, describió con precision la admiracion en que lo sumergió la presencia de un hueso semejante á una vaina de sable, cuando abrieron ante él una sepultura al Norte de Francia. Yo tuve oportunidad de ver esta deformacion por primera vez, en el esqueleto del jefe de una tribu de negritos en Lucon, perteneciente á las Filipinas. Despues se han multiplicado los ejemplos. Se encuentra este aplas= tamiento anormal, ya sea en los antiguos pueblos de la edad de piedra, por ejem-= plo en los habitantes de las cavernas, ó ya en los pueblos salvajes, como he teni- do ocasion de convencerme últimamente en las tribus del mar del Sur. El primer pensamiento que se me ocurre cuando veo esta deformacion es relacionarla á una forma inferior. In efecto; Broca dijo: « Este es un tipo simiano, » y se esforzó en encontrar monos antropoides que presentasen esta particularidad del aplastamien- to de la tibia. Este fué un error como se le demostró más tarde. Puedo probar que dicha particularidad no se encuentra en ningua especie de monos. Ella noes un signo pitecoide, por más admirable que parezca. No diré tampoco que es el sieno de un desarrollo inferior. He visto últimamente las tibias en forma de vaina de sable, en dos puntos diferentes del Oriente; en la 'Transcaucasia donde los erandes cementerios de los siglos III y IV de la era cristiana eran abundantes en esta clase de tibias, y en las excavaciones de MM. Schliemann y Calvert sobre una de las colinas de Troya, la Hanái Zepe. Una serie de objetos encontrados cerca de estas osamentas en 'Transcaucasia así como en Troya, parecen probar que la poblacion á la cual pertenecian estas tibias, estaba versada en las artes y que la civilizacion no era desconocida. Se nos ocurre esta pregunta: ¿tal aplas- tamiento de la tibia provenia de un género de vida particular, sobre todo si una accion muscular ejercida sobre éste hueso era puesta en juego? Este es un proble- ma que no puede comprenderse en una fórmula. En efecto; se produce en el lu- gar en que un músculo se implanta, ó bien una eminencia ó un hundimiento, y no es fácil prever de antemano si un músculo estará unido á esa eminencia ó á ese hundimiento. Nuestro presidente nos ha demostrado ahora, á propósito del de- sarrollo de la cabeza en el gorila, que en el punto donde se une un músculo, se forma una gran masa huesosa, así como una cavidad, un surco profundo. Seen cuentra alguna vez el uno ó el otro caso. Se trata de reconocer lo que es debido á la accion muscular. Así se encuentra que, en una misma especie animal que se mueve siempre de la misma manera, que vive de una manera determinada, los mismos movimientos musculares producirán á la larga una modificacion cualquiera en la estructura. Algo análogo puede tener lugar en un pueblo. Ahora la plac= tynemía, en vez de ser el signo de un desarrollo inferior, ¿no será más bien la señal de un movimiento muscular extremo? Los que poseían estas tibias, nómadesó LA NATURALEZA 189 pastores, corrian quizá con rapidez. Esta particularidad se desarrolla en los pue- blos que ejercen una accion muscular constante y siempre idéntica. Buscando bien, quizás se termine por descubrir algo semejante actualmente entre nosotros. M. Bush, de Lóndres, despues de haber observado la plactynemía en los antiguos habitantes de las cavernas de Gibraltar, del país de Gales, de la costa inglesa; en los habitantes de Cromagnon, en los de las cavernas de la Dordogne, habia inferido la existencia de una raza inferior esparcida por toda la Europa en un momento dado. Hé aquí la solucion del problema, un poco desatendido, y que produciria más complicaciones de las que está llamado á resolver, si se le tomase á lo serio. Además de la cuestion de la platycnemía, tenemos otra importante, cual es la de la forma craniana. Si se considera al hombre en el desarrollo de sus diferentes razas como un producto del medio, dependiendo de las condiciones exteriores que le rodean, se ve uno obligado á creer que la forma del cráneo depende igualmente de estas condiciones. El ecuador, que ennegrece la piel, debia producir tambien cráneos estrechos y largos, bocas salientes, y mandíbulas prognatas, porque todo esto se encuentra reunido. No puedo imaginarme un negro sin los caractéres de su raza. Si.el exterior depende del medio, el interior debia de estar bajo la mis- ma dependencia. Sin embargo, no sucede nada de esto. Si se dedica uno prácti- camente al estudio de la craneología del hombre, se llega á un resultado opuesto. Si uno hace sus investigaciones sobre las modificaciones que las influencias cli- matéricas, sociales, etc., han introducido en la estructura del cráneo, se ve que no ha habido tales modificaciones. Si examinais los sabios y laboriosos trabajos que nuestro antiguo secretario general, M. Kollmann, acaba de terminar para los Archiv fir Anthropologie, veréis cómo una apreciacion exenta de preocu- pacion, conduce á considerar los principales tipos actuales del cráneo y de la cara como pertenecientes á la época de los mammouths. M. Kollmann ha formado nu- merosas series, y para cada una de estas series ha encontrado tipos correspon-= dientes de la época mammouthiana. ¿Cuál seria la consecuencia de esta observa- cion, si ella fuese justa? Esta sencillamente: si los tipos principales que existen actualmente eran ya representados en el tiempo de los mammonuths, despues no ha habido más que una mezcla. Encontrarémos el tipo A combinado con el tipo B, 6 el cráneo A con la cara B; pero no obtendrémos nada nuevo. M. Kollmann me ha hecho darwinista sobre este punto, porque no puedo dejar de ver en nues- tra evolucion más que un problema de mezcla. No obstante, debo confesar que es muy difícil probar que ciertas formas de cráneos que ya no se encuentran ha- yan existido en épocas lejanas. Nos encontramos de nuevo en presencia de la contradiccion entre la lógica y la experiencia: si intentamos transigir y volver, á pesar de la experiencia, á la cuestion: ¿hasta que punto existe el trasformismo? No debeis admiraros si la di- ficultad de una investigacion práctica nos hace avanzar con más lentitud que á los que se contentan con la teoría. 190 LA NATURALEZA Tenemos en Alemania personas que con gran celo se ocupan de los orígenes de la humanidad, y que áun han escrito libros sobre esto; pero miéntras más es- criben, ménos entienden la cuestion. Algunos de ellos me recuerdan al profesor que decia: «Es preciso que yo escriba un libro sobre este objeto, porque no en tiendo nada de esto. » Nuestros autores primitivos creyeron que no tenian más que tomar la pluma y escribir sin entender nada del asunto para producir una: obra mejor que la que podria hacer un hombre que hubiera pasado su vida enteraen estudiar las excavaciones. Estos señores ignoran que se necesita más tiempo para interpretar un cráneo que para escribir un capítulo. Por mi parte, si yo tuviese que escribir diez capítulos y que estudiar diez cráneos, me comprometeria á es- eribir los diez capítulos en un tercio del tiempo empleado en estudiar los cráneos. La investigacion práctica nos lleva siempre ante el objeto de nuestro estudio, nos sugiere nuevos puntos de comparacion, de exámen. Esta es la direccion rigurosa de que ha hablado nuestro presidente. Nosotros que seguimos este camino esca= broso, pedimos á aquellos que no participan directamente de nuestros trabajos; que nos tengan una poca de paciencia, y que no nos exijan que resolvamos los grandes problemas en tan poco tiempo. El numeroso auditorio que veo aquí reu= nido es una prueba de que este método riguroso encuentra partidarios áun entre aquellos que ho siguen la vía científica. Mis compatriotas tienen confianza en el espíritu que guía á la ciencia alemana; comprenden que no puede encontrarse del dia á la mañana la solucion de las cuestiones que exigen grandes esfuerzos inte= lectuales. Si he logrado ahora el haceros ver la diferencia que existe entre aquellos que, como nosotros prefieren la investigacion lenta, y aquellos que desdeñando las investigaciones prácticas, se contentan con resolver estos problemas sin estu= diarlos, me felicitaré por haber obtenido una ventaja y una simpatía hácia nues- tros trabajos. Porque, sin el participio de todos, sin la participacion activa deb pueblo, la antropología no avanzará jamás, ni llegará nunca á la perfeccion que aspiramos. R. VircHow. (Traducido de la Revue Scientifique, núm. 14.—1882.) á—_mum—EOE—— > > EA E _Áoo—cuKÓíóíóÉKKÁ— AVES DE LAS REGIONES DEL CÍRCULO ÁRTICO EN LAS LAGUNAS DEL VALLE DE MEXICO. A [(9N hecho que me parece digno de llamar la atencion por lo que toca á > xs ¡€ la distribucion geográfica de las aves, es la emigracion accidental de algunas Palmiípedas de las regiones árticas á las lagunas del Valle de México; y digo accidental, porque en ella no se observa, al ménos que yo sepa, fijeza Ó periodicidad alguna; de modo que estas aves entran más bien en la categoría de erráticas que en la de emigradoras. Comenzaré por señalar, como la primera que ha adquirido el Museo Nacional, el Stercorarius parasiticus, de Temminck. Esta ave pertenece á la tribu de los Laridos y á su familia única, Larinos ó Gaviotas: de las cinco especies conocidas de aquel género, tres son comunes á Europa y América, y las otras dos respec- tivamente especial á cada uno de estos continentes. El Laboó Estercorario, nombre con que se designa en las obras españolas al ave que nos ocupa, pues entre nos- otros carece de uno que le sea propio, habita los mares septentrionales del anti- guo y nuevo mundo. Temminck, en su Manual de Ornitología, le asigna por patria las regiones del círculo ártico, en Suecia y Noruega, siendo comun en Groenlandia, en los bancos de Terranova y en Spizberg, en donde nidifica, pero más frecuente en América; los jóvenes son arrojados por las tempestades á costas marítimas y lagos interiores más meridionales, llegando á ellas muy raras veces los adultos. En la parte de Ornitología de la obra intitulada Reports of Eaplo- rations and Surveys £c., from the Mississippi River tho the Pacific Ocean, dec., se dice que habita en la América Ártica, y que en el invierno emigra hasta cerca de Nueva York. Todas las especies del género Stercorarius son samamen= te voraces, alimentándose de moluscos, crustáceos y otros mariscos, Cuando la necesidad las obliga, se acercan á las playas con el fin de arrebatar el sustento á otras aves más pequeñas ó ménos valerosas, como las gaviotas, golondrinas de mar, etc.; para conseguir este-objeto se arrojan sobre ellas,'las alcanzan, y po= sándose en su espalda, las obligan á picotazos á vomitar el pescado que tienen ya en el buche, devorándolo en seguida; este hecho curioso dió orígen á-la «creencia errónea. de que se alimentaban de excrementos, y de aquí el mombre de Esterco- rarios que se les impuso, y que aún conservan. A juzgar por-los dos ejemplares que poseemos, esta ave visita nuestros lagos en su edad adulta, procreando quiz 192 LA NATURALEZA zás alli mismo; pues miéntras que uno de ellos está ya revestido con su librea definitiva, el otro lo cubre apénas la que corresponde á los polluelos en el primer año de su vida: la descripcion de ambos es como sigue: Ejemplar adulto. Parte superior de la cabeza, dorso, alas, cola y coberteras, de un moreno oscuro, con las remeras, en el lado interno cerca de la base, blan- quizcas; mejillas, barba y cuello, blancos; éste último con un tinte amarillento y cubierto de plumas largas y alesnadas; pecho, vientre y flancos de un blanco puro; el primero salpicado en los lados, así como debajo de las alas, de manchas more- no-oscuras, más ó ménos grandes, y algunas arredondadas; pico blanco azulado y Casi negro en la punta; patas morenas y ojos pardos. Las dos timoneras cen- trales sobresalen diez centímetros de las demás; están contorneadas sobre su eje é igualmente anchas casi hasta la extremidad, en donde se estrechan repentina- mente para terminar en punta; la cara posterior del tarso es demasiado áspera, debido á los tubérculos cónicos y agudos que la cubren. Dimensiones. Pico, 4% centimetros; tarso, 5 id., de la hase del pico á la ex- tremidad de las timoneras normales, 40 id.; alas, 35 1d. Ejemplar jóven. Cabeza y cuello pardo blanquizco; dorso, alas y cola, pardo- oscuro; pecho, vientre, coberteras inferiores de la cola y cara interna de las alas, con Fayas trasversales subundulantes, alternativamente blancas y pardas de seis milímetros de ancho; ojos como el anterior, pero el pico y las patas de un color más claro. Dimensiones. Pico, 4 centímetros; tarso, 4% id.; de la base del pico á la ex- tremidad de la cola, cuyas timoneras son todas iguales, 40 id.; alas, 32 id. Mucho he vacilado al darle á esta ave el nombre específico arriba indicado, pues algunos de sus caractéres concuerdan con los del S. pomarinus del mismo autor; pero en la obra americana que he citado se asigna como carácter exclusivo del S. parasiticus, el modo con que terminan las timoneras centrales de la cola que señalo en la descripcion. El primer ejemplar es de un macho, el segundo pa- rece serlo tambien. Al mismo órden de las Palmipedas tribo Colímbidos, y á su familia Colímbinos 6 Zabullidoras, corresponde la segunda especie, y que es el C'olymbus glacialis de Linneo. Segun Chenú (Encyclopédie d'Histoire Naturelle) este género encier- ra solamente tres especies confinadas al círculo ártico de ambos continentes. En la misma obra de los Estados Unidos se describe una más que es especial de Amé- rica, y en ella se dice que todas las especies se distinguen por su extremada faci- lidad para nadar y bucear; su gracia y agilidad en el agua hacen un contraste notable con su extremada torpeza al andar cuando están en tierra, y que es solo cuando salen á poner sus huevos; esto.es debido'á que sus miembros posteriores, estando colocados muy atrás del cuerpo, tienen que guardar una posicion verti- cal para conservar el equilibrio, necesitando entónces apoyarse en las puntas de las alas para poderse movér: por la cortedad de estos órganos, su vuelo, aunque LA NATURALEZA 193 fuerte, no puede ser sino rápido y directo, siendo aves, en fin, solitarias. Segun Temminck, es comun en Suecia, Noruega y Rusia, y en invierno emigran, pero solo los jóvenes, y en corto número, á los lagos interiores de Francia, Alemania y Suiza. En la América Septentrional se encuentran diseminadas, en la misma épo- ca, en las costas del Atlántico: el ejemplar que posée el Museo Nacional es el de un macho jóven, de un año al ménos de edad, y su descripcion es como sigue. Cabeza, nuca y lados del cuello, de un pardo cenizo; alas y cola, pardo-oscuro; dorso de igual color en lo general, con un tinte verdoso, cubierto de plumas des- compuestas y ribeteadas de blanco que parecen escamas; coberteras pardo-oscuras con sus plumas blancas tambien en los bordes; region inferior desde la base del pico á la cola, así como los flancos, de un blanco puro y lustroso, salpicado de me- nudas manchas del color oscuro arriba indicado, en la porcion anterior del cuello, principalmente abajo; pico negro en el dorso, blanquizco en la base de la mandí- bula inferior, y el resto de un tinte verdoso algo rojizo; tarsos negros; dedos y mem- brana interdigital, pardo claro; ojos de este color, pero más oscuro. Dimensiones. Pico, 10 centímetros; tarso, 8 id.; de la base del pico á la ex- tremidad de la cola, 65 id.; alas, 32 id. Es muy difícil distinguir en su primera edad el Colimbo glacial ó ¿mbrim,del Colimbo ártico ó lumme, * que son las dos especies que pueden confundirse, si se atiende únicamente al color del plumaje; la talla es mayor en el primero, pero la presencia de un surco debajo de la mandíbula inferior, que nace del espacio que separa en la base sus dos ramas, y se prolonga hasta el lugar donde su extremi- dad se dobla hácia arriba, y que falta en el segundo, es el carácter anatómico más seguro para reconocerla. Mencionaré, por último, la Squatarola helvetica (Linn.), de Cuvier, que si no es especial de las regiones árticas, sino más bien de la zona templada del he- misferio boreal, extiende constantemente sus excursiones hasta aquellas latitudes en la época en que anida. Esta ave pertenece al órden. de las Zancudas ó Ribe- reñas y á la familia de los Caradrinos ó Pluviales: el género Sguatarola fué es- tablecido por Cuvier á expensas del género Vanellus, con el que estaba; ántes unido; separacion que no ha sido admitida por todos los metodistas, fundados en que los caractéres diferenciales que la han motivado no son: de mayor importan- cia, pues solo se refieren al pulgar que es del todo rudimentario, y á la primera remera que es más larga que las otras. * El ave fria pluvial ó escuatarola suiza (nombres con que se designa nuestra ave en España é Italia) habita en la América Septentrional y en todo el conti- nente europeo, viviendo á las orillas del.mar y de los lagos salados, ósen la em- bocadura de los rios; se alimenta de moluscos, insectos y lombrices de tierra, y anida siempre en latitudes elevadas; su área de dispersion está por consiguiente * Nombres provinciales de estas aves en cierta parte de Europa. 194 LA NATURALEZA muy extendida. Solo posée el Museo Nacional un ejemplar de esta ave, que es de una hembra ? en su plumaje nupcial ó de bodas: hé aquí su descripcion: Frente blanca con una faja del mismo color, que se extiende encima, y detrás de los ojos hasta los lados del cuello; coronilla blanca y moreno claro; sincipucio casi de este mismo color; nuca moreno blanquizca; dorso, coberteras de las alas y superiores de la cola manchadas de blanco y moreno claro; remeras moreno-oscu- ras; barba, garganta, mejillas, vientre y flancos moreno negruzcos, con manchas blancas más ó ménos grandes, dos de ellas especialmente á los lados del pecho: re- gion anal, muslos y coberteras inferiores de la cola, de un blanco puro: esta última parte con fajas blancas y morenas alternativamente; ojos, pico y patas negros. Dimensiones. Pico, 3 centímetros; tarso, 4% id.; de la base del pico á la ex- tremidad de la cola, 27 1d.; alas 18 id. Las especies que se acaban de mencionar han sido adquiridas en tres diferentes años, y poco más ó ménos hácia la misma época: la primera y la tercera, de 1873 á 15, y la segunda en 1878: durante el equinoccio de Otoño y cuando han sido más notables las perturbaciones de la atmósfera, han llegado estas aves á la mesa central del Anáhuac, sin que hubiéramos podido averiguar ni el rumbo por donde han venido, ni el que han tomado al retirarse, así como tampoco el tiempo que han permanecido en nuestros lagos: su presencia en ellos ha causado verdadera extrañeza, áun entre aquellas personas que por su género de ocupacion pudieran haberlas visto otras veces: afirma más nuestra creencia de que estas aves son poco ó nada conocidas en estas latitudes, la falta de nombres vulgares para designarlas, lo que seria raro, tratándose de especies tan bien caracterizadas: debemos confesar, sin embargo, que nuestras indagaciones acerca de lo que acabamos de apuntar, han sido muy limitadas. Sea de esto lo que fuere, el hecho en sí es digno de lla- mar la atencion; y nos da una idea completa de las bien calculadas fuerzas del or- ganismo de las aves y de sus aptitudes privileciadas. Por otra parte, creo no ha- berse señalado en estas especies, verdaderamente hiperbóreas, sobre todo las dos primeras, el que se hayan remontado á latitudes tan bajas, atravesando una por- cion de la zona tórrida y recorriendo un espaciode 40 á 50 grados de latitud boreal, aunque de algunas otras se tenga la presuncion de que puedan trasladarse de una region polar á otra. El profesor Marce! de Serres, en su excelente obra intitulada: De las causas de las emigraciones de diversos animales, dc., dice: que el Stercorarius parasíticus, en sus excursiones meridionales, llega solo hasta las costas marítimas de Holanda, Inglaterra y Norte de Francia; el Colymbus gla- cialis las extiende hasta el Mediodía de Francia, pero solo los jóvenes; los adultos, siendo sedentarios; en fin, la Squatarola helvética, que él llama Vanellus me- lanogaster, Tem., alcanza esta última latitud; pero frecuentemente se entrega á largas emigraciones, puesto que de Europa recorre toda el Asia y penetra hasta el Japon. De las que viven de América, no tenemos otros datos fuera de los indica- dos en las descripciones. Y, LA NATURALEZA 195 Si tratásemos de investigar qué causas han obligado á nuestras ayes á empren- der tan larga peregrinacion, y á qué agentes naturales se han tenido que sohre- poner al realizarla, seria necesario tener presentes para lo primero, todas aquellas circunstancias que influyen en la diseminacion de las especies erráticas, las que, impulsadas por necesidades del momento, como un descenso considerable de tem- peratura, ó escasez de alimentos, y otras veces arrastradas por la impetuosidad de los vientos, se alejan demasiado de los lugares de su nacimiento, ó de en los que han fijado su radicacion temporal: para lo segundo, bastaria recordar las dife- rentes condiciones telúricas y atmosféricas en que se encuentran las regiones que tienen que atravesar, fuera de otros obstáculos que más directamente se les opo= nen, como las altas montañas y los enemigos naturales que encuentran á su paso de entre los séres de su misma clase. Respecto de la ruta que hayan seguido para mejor asegurar el éxito de su viaje, nos faltan en lo absoluto datos para inquirirlo, y de una manera general aventuramos la conjetura de que se han deslizado á lo largo de las costas del Atlántico en la América Septentrional, hasta llegar á la Florida, y que de allí han pasado á Yucatan, atravesando el golfo de México, pero tocando ántes en Cuba, siguiendo en lo general una direccion de noreste á sud- oeste; é inclinándose despues más hácia este último rumbo, se dirigen á un punto próximo del litoral, y siendo la costa del golfo del todo abierta, la.cruzan sin di- ficultad hasta llegar al pié de nuestra gran cordillera: para encumbrar á la mesa central buscan, sin duda, los pasos de las montañas, pues de otro modo tendrian que remontar directamente su vuelo á una grande altura, loque seria muy di- ficil á alguna de ellas; deteniéndose, en fin, en esta larga travesía, en los pa= rajes abrigados en donde encuentran alimento. En Europa se ha observado, que las aves acuáticas y ribereñas, tanto erráticas como emigrantes, viajan constan- temente de noroeste á sudeste, lo que seria diferente en el itinerario indicado. México, Marzo de 1879. ManueL M. VILLADA. == ——— TURICATA Y GARRAPATA DE GUANAJUATO. El 25 de Abril de 1876, publiqué en el « Repertorio, » de Guanajuato, dirigi- do por el Sr .Jesus Gasca, un articulito sobre la Turicata: lo reproduzco ahora con una que otra correccion, y para que sirva de punto de comparacion con lo que diré á propósito de las Garrapatas. Argas turicata, Alfr. Duges.—Hé aquí un animalito muy conocido en Guana- juato, y que creo no está descrito hasta ahora: habiendo examinado algunos de ellos La NATURALEZA, —Tomo VI.—29. 196 LA NATURALEZA con atencion, puedo dar sus caractéres con toda exactitud, y les impongo el nom- bre específico propio para recordar el que se le da en esta provincia. Este Acárido pertenece á la familia de los Ixodideos, tribu de Argasidos (v. P. Méenin, Paras. et malad. paras.¿ MDCCCLXXx, p. 133): las maxilas, el labio in- ferior, la posicion inferior de la boca, la casi ausencia de la carúncula tarsal per- tenecen al género Argas, Latr. El cuerpo de la Turicata, aunque correoso y muy deprimido, puede hincharse bastante cuando está lleno de sangre, y toma entónces un color gris morado, miéntras al estado natural es amarilloso, tirando á rojizo ó aplomado: las patas son de un tinte aleonado claro: cuando el intestino contiene poca sangre se ve en el dorso un dibujo como de tres semicíreulos de cada lado y los bordes algo levan- tados en derredor (v. fig. 1). La piel, cubierta de granitos rodeados de un cír- culo festoneado (v. fig. 8) y arrugada en los intervalos de ellos, es muy resistente y no presenta placas córneas en la parte anterior del cuerpo: no he visto ojos. Algunos individuos presentan en el dorso unos puntos desprovistos de granula- ciones y colocados con simetría, pero la mayor parte no los tienen. Este arácni- do tiene de longitud cinco milímetros y medio, y su anchura es de tres y cuarto milímetros; otros mucho más chicos no difieren de los grandes: esto se refiere á la hembra; pero el macho se parece al de la especie siguiente en su forma gene- ral. Debajo del abdómen (v. figs. 2 y 3) se ven dos surcos curvos, flexuosos, cortados por otro longitudinal; en la region external existe una como lámina en forma de palita, cuya extremidad anterior rodea el orificio del aparato genital, miéntras el ano ocupa la extremidad posterior. Hácia adelante está la boca, pro- tegida en su parte superior por un repliegue en forma de capucho distinto del borde del cuerpo. Las ocho patas son algo desiguales, siendo de igual longitud las seis primeras, miéntras las del cuarto par son de cerca de una tercera parte más largas: las dos posteriores de cada lado nacen juntas. La fig. 4 muestra la boca amplificada: 4 6 son los palpos labiales y 4 a la extremidad de ellos. La fig. 5 representa la leneiñeta armada de cuatro hileras de dientes córneos, cóni- cos, dirigidos hácia atrás: estas puntas varian de número segun los individuos: en medio de la lengieta se percibe una gotera ó canal que conduce al esófago el alimento líquido. Las dos piezas laterales (v. fig. 6) son dos maxilas ensancha- das en su base, y terminadas por dos porciones movibles, de las cuales la externa es triangular con un gancho en la extremidad, y la interna más pequeña tiene dos dientes y en su ápice una pequeña punta cónica. Las patas (fig. 7), compues- tas de cinco artículos, tienen en la extremidad una carunculita en que se fijan dos uñas encorvadas en su punta. La terminacion de los palpos labiales formauna pequeña ventosa que puede salir y, constituir una especie de artículo adicional muy corto. La ninfa es hexópoda, ovoidea y con su extremidad anterior cónica. Las Turicatas se encuentran en abundanciasobre los cerdos. Ellas corren con bastante velocidad, y parece que cuando han abandonado el animal sobre el que LA NATURALEZA. A .Zuricata. B.Garrapala. di NN AS LA NATURALEZA 197 viven, salen á asolearse durante el dia, para abrigarse despues en las hendiduras de las paredes. Aunque sean parásitos especialmente del puerco, estas argas se fijan á veces sobre el hombre, y se dice que su piquete es muy enconoso: he visto enfermos con llagas que duraban meses, producidas por este arácnido. Si bien es cierto que no tienen ó parecen no tener veneno, esta malignidad de los piquetes se explica por la estructura de la boca: para chupar la sangre la Turicata entier- ra en la piel todas las piezas armadas de dientes y ganchos que conocemos ya, y cuando se la extrae por fuerza, ella deja todo este aparato en la herida: la per- manencia de estos cuerpos extraños, córneos y que no pueden podrirse ni disol- verse, mantiene una ulceracion que dura hasta que toda la carne en donde se hallan esté destruida por la supuracion. En lugar de arrancar violentamente las Turicatas, se debe tratar de extraerlas con un alfiler ú otro cuerpo agudo capaz de sacarlas enteras, ú obligarlas á retirar espontáneamente su rostro, mojándo- las con algun líquido que las mate: si acaso quedan todavía enterrados los órga- nos bucales, lo mejor será cortar el pedacito de piel ó de carne, cauterizar, y curar despues como una herida simple: aunque esta operacion parezca un reme- dio demasiado enérgico para tan poca cosa, ella halla su justificacion en la dura- cion tan larga de las consecuencias del piquete. Argas Megnini, Af. Dug.—Este epizoario, abundantísimo en el Estado de Guanajuato, se halla sobre el caballo, el asno y el buey, principalmente dentro de las orejas, y se pega con frecuencia á otros animales, en particular al hombre, pues no pocas veces lo he extirpado del conducto auricular de niños y áun de adultos. El cuerpo de la garrapata, más ancho hácia adelante que hácia atrás, en for- ma de guitarra (panduriforme), es ménos deprimido que el de la Turicata: está cubierto de pequeñas espinas córneas (v. fig, 1), color de caoba, circundados por un rodete en la base (fig. 4): el color general es aplomado, con las patas de un aleonado bajo. El macho (fig. 3), muy chico respecto á la hembra, y amarilloso cuando está en ayunas, tiene las patas más largas respectivamente, siendo más grandes las del cuarto par. Las patas (fig. 5) son más robustas que las de la Turicata, apartadas una de otra (fig. 2), y con dificultad se distinguen las ancas: hay dos espinitas debajo del último artículo. Las piezas bucales salen de un re- pulgo circular: las maxilas tienen en la extremidad dos láminas bidentadas (fig. S, a) y la lengieta (fig. S 5) está provista de dientes dirigidos hácia atrás y más agudas enel macho que en la hembra. Como se ve por esta breve descripcion, puramente diferencial, no se pueden confundir las Turicatas con las Garrapatas. Parecen estas últimas ménos noci- vas; á lo ménos es más facil hacerles soltar la presa, é impedir que dejen su rostro en la herida; muchas yeces basta el aceite para obligarlas á desprenderse. NoTa.—Téngase presente que hablo aquí de las acáridas conocidas en Guana- juato con los nombres vulgares dichos. Hay mucha confusion respecto á este punto. 198 LA NATURALEZA Así es que la nigua ó chinche (Argas americanus, de Geer), de Colombia tiene el nombre del Dermatophilus 4 Rhynchoprion penetrans, de los mexicanos y bra- sileños, y el de la vulgar Acanthia lectularia, de las casas malentretenidas. Por otra parte, Moquin Tandon (Elein. zool. méd. 2%" edit. p. 296), describe con el nombre de garrapata el Ixodes nigua, Guér., á quien da por sinónimo A. ame- ricanus, L., y el pinolillo; pero los Ixodes se diferencian muy bien de las Argas, y la figura de Moquin deja ver la boca terminal y la placa cefalotorácica carac- terísticas de los primeros. En medio de estas obscuridades no puedo ménos de creer que las dos especies que describo son nuevas, y hasta prueba de lo contrario, mantengo como tales las Argas Turicata y Megnini. Guanajuato, Noviembre de 1882. ALF. DucEs. EL, AJE. SINONIMIA, —AÁXi, Axe, prov. Azín, en mexicano. Ni-in, en lengua maya. Sustancia grasa producida por el Coccus 4xin, La Llave, insecto hemíiptero que se encuentra en varias localidades de la República, tales como Uruapam, Yucatan, Tlacotalpan, etc. Vive sobre el jobo (Spondius mombim), el ciruelo (5. rubra), el palo mulato (Zantoxylum clava-herculis). Coccus axin. Corpus ellipticum, pollicareroseum, aut intense purpureun, tomento et pulvere albo inductum, zonis transversalibus corrugatum, mar- ginibus prominentibus. Antennce breves teretes, articulatee: basi crassiores, oceulis minutissimis pedibus sex rubro fucescentibus, extremitate unguicula= tis. Inter par primum pedum corrugatio animadvertitur, in qua haustellum sive tubus observatur minutus. Plurima individua punctis maculisque nigris sine ordine conspersís notata inveniuntur. (La LLAVE.) Caractéres.—La hembra tiene el cuerpo elíptico rosado, con algunas man- chitas negras puntiformes, cubierto de borra blanca y abundante. Antenas de 11 artejos provistas de pelos blancos; ojos negros muy pequeños. En la parte superior del protórax se observa un hundimiento puntiforme, de donde parten varios surcos radiantes; en el resto del cuerpo, sobre la parte superior de la lí- nea média, se notan nueve surcos trasversos, correspondientes á los anillos de que está formado el animal, y que van estando más próximos á medida que son más posteriores; en los lados del protórax se encuentra un surco bastante profundo que dirigiéndose hácia atrás, circunda todo el resto del cuerpo formando un bosel LA NATURALEZA 199 marginal. Los tres anillos torácicos son muy aparentes en la parte inferior. Las patas tienen un color moreno rojizo y algunas espinas; el tarso de un solo artejo terminado por una uña corta y ganchuda: las anteriores se hallan insertadas sobre dos tubérculos, en medio de los cuales se encuentra el chupador; la distancia que hay entre el 1*% par de patas y el 2.9 es notablemente mayor que entre éste y el .o; entre las dos patas intermedias se encuentra un hundimiento puntiforme, y otro semejante en el espacio que hay entre el 2.* y 3. de estos apéndices. El ab- dómen está formado por 7 anillos bien distintos, y presenta una ligera escotadura en su extremidad posterior. Los ejemplares que me ha remitido el Sr. Dondé y que, segun su opinion, son los machos de esta especie, tienen dimensiones mucho más pequeñas que las hembras; las antenas de 18 artejos y provistas de pelos; el corcelete bombeado, alas con tres nervios; la parte anterior es roja lo mismo que el nervio anterior; el resto del ala es negro, y los otros dos nervios amarillos; el abdómen presenta S cerdas terminales. El Sr. Cal, naturalista de México, refiere en estos términos la manera de criar dichos insectos. «Sabemos que se benefician estos en 'Placotalpan, de donde nos han comunicado algunas noticias relativas á la conservacion, propagación y ex- traccion del axi. La primera, colocando los insectos cuando han llegado á todo su incremento (lo que sucede en Octubre ó Noviembre), dentro de hojas de la ma- zorca del maíz que contengan interiormente pelos (estilos) del mismo, á los que solo deben tocar los insectos. Estos envoltorios se colocan en un paraje seco y li- bre de hormigas y otros insectos que pudieran perjudicarlos. En el mes de Mayo ó el de Junio, cuando comienzan las tempestades, se abren los envoltorios solo por una cabeza, y se advierte dentro una bolsa blanca como de tela de araña, * y en seguida se amarran á los árboles destinados á su propagacion. » El aje reciente tiene una consistencia semejante á la de la mantequilla; su color es amarillo más ó ménos oscuro; su olor particular se asemeja al de la manteca ran- cia. Se funde á 35%. Es insoluble en el agua, soluble en el alcohol concentrado y caliente, y sobre todo en el éther: se saponifica con facilidad: absorbe el oxígeno del aire con bastante rapidez y se trasforma en una sustancia dura, morena, in- soluble en el agua, en el alcohol y en el éther. Mr. Hoppe ha extraido del aje, glicerina, ácido lauroesteárico asociado con una corta cantidad ya de ácido esteárico, ya de ácido palmítico, y un ácido particu- lar al que se ha dado el nombre de ácido axinico. Este ácido se obtiene fácilmen- te descomponiendo por el ácido clorhydrico el jabon de potasa que queda disuelto en el alcohol despues de la saponificacion. Es de una consistencia aceitosa áun á 0”: absorbe el oxígeno con gran rapidez cubriéndose de una pedícula que preser- va á la capa subyacente de una oxidacion ulterior, insoluble en el agua, bas- * Esta bolsa está formada de una cera semejante á la de abeja, ó más bien á la que bajo la forma de filamentos algodonosos cubre el cuerpo del Phenax auricoma, insecto hermosisimo que vive en Temascaltepec y otras localidades. (A. H.) 200 LA NATURALEZA tante soluble en el alcohol y en el éther. Los productos de su oxidacion son el ácido hypogeico y una sustancia mal definida (la axinina), la cual se presenta bajo la forma de costras amorfas, solubles en los álcalis cáusticos, adquiriendo entónces un color moreno: el ácido nítrico la altera rápidamente; se descompone cuando se calienta 4 80% áun en una atmósfera de hidrógeno. Se prepara el aje lavando los insectos con agua fria, colocándolos en seguida en agua hirviendo, y manteniendo la ebullicion hasta que se hayan deshecho; se cuelan luego con expresion, se abandona el líquido por veinticuatro horas, y se decanta la grasa que sobrenada; ésta se lava nuevamente y se calienta hasta que consuma la humedad y se vuelve á colar. Los indígenas de Uruapan acostumbran formar con el aje, para entregarlo al comercio, masas de cosa de trescientos cincuenta gramos de peso que envuelven en hojas de maíz. Usos vulgares.—Los indios lo usan en las erisipelas y como resolutivo y vul- nerario: lo aplican tambien á la curacion de las hernias, mezclándole con hule, suelda, trementina y arrayan: lo emplean en bizmas contra la metrorragia y otras enfermedades del útero. En las artes se utiliza como un excelente barniz para madera y metales, y es el que emplean los indígenas para barnizar las jícaras. México, 21 de Noviembre de 1871. ALroNso HERRERA. AO EL NI-IN. Con este nombre del idioma indígena de Yucatan, se designa un insecto he- miptero de la familia de los Grallinsectos. El macho es una pequeña mosca de color rojo, de 0,013 mm. de longitud, con dos alas, cuya mitad exterior es roja y la interior negra, que se cubren horizon= talmente encima del cuerpo; tiene dos antenas filiformes de muchos artículos, dos ojos negros, tres pares de patas, y el abdómen terminando por seis hilos sedosos. Son insectos de metamórfosis incompleta. La hembra es una cochinilla voluminosa, de color rojo de coral, de 0,025 mm. de longitud y 0,015 de anchura. Tiene diez articulaciones, inclusas las tres del corselete que están soldadas 4 las demás; tres pares de patas dirigidas hácia afuera, con el tarso de un solo artículo y terminado por un solo gancho. La cabeza es triangular, con dos antenas filiformes, de once artículos, y la boca se halla en la parte inferior, muy aproximada al tórax y con una lengieta dura. Tiene además, lo mismo que el macho, dos ojos negros. LA NATURALEZA 201 Estos insectos viven sobre los ciruelos, árboles que son especies diversas del género Spondias, de la familia de las Terebintáceas, y se nutren con su sávia. Están siempre cubiertos de un polvo blanco muy fino, y se adhieren al vegetal por sus lengietas, permaneciendo inmóviles tan aproximados unos á otros y en tal número, que con frecuencia cubren la mayor parte del árbol. Se les encuentra en los meses de Abril ó Mayo, y solo mudan de piel una vez por los meses de Julio y Agosto. Algunos dias despues de la muda, los machos se revisten de alas, y las hembras, tan pronto como dejan su antigua piel, se ad- hieren á la planta del mcdo que hemos indicado y comienzan á crecer, aumen- tando de volúmen hasta el mes de Noviembre, época en que han llegado á su completo desarrollo. Este es el tiempo de la incubacion. El insecto se envuelve en una cubierta algodonosa, blanda y friable. Cada hembra pone 1,500 huevos ro- jizos, ovales y tan pequeños, que 120 pesan apénas gram. 0,05. Creemos que este insecto no es conocido en la ciencia y por eso proponemos llamarlo «Coccus adipofera.» Algunos años despues de habernos ocupado de este estudio del que remitimos en 1869 á la Sociedad Mexicana de Historia Natural, una copia acompañada de dos pequeñas láminas representando macho y hembra, con motivo de haber visto en el «Journal de pharmacie et de chimie» de Paris, un artículo titulado Ni-ín de Yucatan, bastante inexacto, enviamos á Mr. Dorvault, otra copia, que dicho señor tuvo la bondad de publicar en «L*Union pharmaceutique,» en Enero 1974. Ultimamente y por indicacion del Sr. D. Alfonso Herrera, de México, vimos en el Diccionario Universal de Historia y Geografía.—Apéndice.—México 1855, un artículo del Sr. Llave que trata de un animal llamado en mexicano 441 ó Axín. Creemos que es el mismo que nos ocupa, y copiamos á continuacion la exacta y minuciosa descripcion que de él hace el referido Señor Llave: « Axrió Axín: se llama en mexicano esta sustancia untuosa y amarillenta, que « por ebullicion se extrae del insecto, al que se le da tambien el mismo nombre, y « con él por lo mismo seguirémos indicando, ya el insecto, ya la sustancia grasosa «que produce. Esto supuesto, vamos á clasificar el animal. «Éste, segun el género de vida y otros datos, pertenece al género Coccus de «los entomologistas y áun tiene bastante afinidad con el Coecus adonidum de « Fabricio; pero presenta algunas diferencias notables, y por lo mismo pensaba yo « que podia formarse de él un género nuevo, tanto más cuanto que los que no estén «muy versados en entomología, no podrán (atendiéndose á los caractéres que «ofrece) atinar con la seccion en que debe colocarse. ln efecto, en la definicion «del género Coccus del Sistema nature de Linneo, y en la Zoologie Analyti- «que de Duméril, se pone como carácter el tener las antenas filiformes, y dos cer- «das en el ano; y careciendo de uno y otro el Axiín, es visto que solo en fuerza «de práctica, ó por casualidad, se pondrá en conocimiento de que debe reducirse «á ese género. Pero en fin, para no estar multiplicando estos grupos ó secciones, 202 LA NATURALEZA «lo dejarémos ahora en el Ooccus, con el nombre específico de Awin, sin detener «nos en que sea nombre tomado de la lengua mexicana, pues se han adoptado ya «algunos de sus términos. «El Axín es un Coccus de forma elíptica y el diámetro de longitud es como de «una pulgada, aunque hay individuos que tienen mayor dimension. La piel es «rosada, ó de un color fuerte de escarlata; pero vestida en todo ó en parte con «pelusa blanca y polvillo del mismo color. El animal en la parte superior está lle- «no de arrugas transversales, y hácia el contorno hay una especie de hundimiento «que forma un reborde marginal. Por debajo es del mismo color y con la misma «pelusa ó polvillo, y tambien arrugado. ln esta parte inferior se observan las dos «antenas muy cortas, pero articuladas y sensiblemente más gruesas en la base, y «álos lados respectivos muy cerca de las antenas, pero en la parte exterior, se « manifiestan los ojos, como unos puntos pequeñísimos. Laspatasson seis, de un ro- «jo pardusco; parecen chicas respecto del tamaño del insecto, y terminan en uñue- «la curva. In medio del primer par de patas se nota un fruncimiento, por donde «á veces asoma un tubito ó cilindro, y aunque hemos querido inspeccionar los «órganos envainados en esta especie de estuche, no ha sido posible, porque al más «pequeño rasguño ó dilaceracion, empieza á derramarse la materia untuosa que «todo lo cubre sin poderse observar. «Casi no hay individuo de los muchos que se me han remitido, que no esté sal- «picado de puntitos negros sin órden, y algunos tienen manchas grandes del mis- «mo color. El ano no hemos podido distinguirlo, no obstante que los hemos «observado bastante tiempo vivos; ni en la caja en que se han conducido y man- «tenido como quince dias, se ha advertido cosa que parezca excremento. » Nos parece oportuno hacer aquí algunas observaciones á la descripcion que acabamos de copiar, y son: 1% Que el líquido que se derrama por la rotura de la piel, no es la materia un- tuosa, sino un líquido amarillento y acuoso. 27 Que el ano está situado en la cara superior, parte posterior, inmediatamente detrás de la última arruga. Y 3? Que la materia excrementicia es un líquido incoloro y transparente, con reaccion ligeramente ácida. Antes de tener conocimiento de que se habia adoptado por nombre específico la denominacion mexicana de este insecto, propusimos el de Adipofera, é insistimos en que se adopte éste pues lo creemos preferible por la razon de indicar su princi- pal carácter, el de dar una sustancia grasa, sustancia muy usada en toda la Repú- blica, para la preparacion de la que, es el único destino que se da á la hembra de este animal. Una de las condiciones indispensables de las buenas nomenclaturas es la de po= LA NATURALEZA 203 der conocer por el nombre alguna de las cualidades del sér ú objeto que se designa. Se extrae de las hembras 26 6 28 por 100 de su peso, de una grasa de color amarillo subido, de olor swi generis, y homogénea cuando está recien fundida. Poco tiempo despues, presenta granulaciones de color amarillo clara. Es la sus- tancia oleaginosa más secante que se conoce, pues se cubre inmediatamente de una película arrugada y llena de pliegues, y si se introduce esta película en la grasa, para renovar las superficies de contacto con el aire, en poco tiempo se transforma toda la masa en una sustancia resinosa, insoluble é infusible. Aplicada esta grasa, sobre papel ó cualquiera otra superficie, se seca al cabo de seis ó siete horas, formando una superficie lisa y lustrosa, casi inodora. Mez- elada con copal ú otra resina y espíritu de trementina, forma un barniz secante, amarillo de oro. Su punto de fusion es á 36% cent.; á 30? vuelve á tomar su consistencia. Ca- lentada entre 200? y 210* hasta la consistencia de jarabe y que no haga trans- parente el papel, pierde 8 por 100 de su peso. Despues del enfriamiento forma una masa glutinosa, amarillo de oro, en capas delgadas, y mucho ménos secante que la grasa cruda, al grado que extendida sobre papel tarda diez dias en secarse. Si se continúa calentando á la misma temperatura (200% á 2102) hasta la con- sistencia glutinosa, se cambia por el enfriamiento en una masa blanda, elástica (hule ó caoutchouc de ni-in), casi insoluble en el espíritu de trementina y soluble en el sulfuro de carbono. Cuando se calienta esta grasa con 6 por 100, delitargirio, forma primero una es- puma amarillo-oscura que pasa en seguida al amarillo sucio; y sise separa del fuego cuando la espuma se ha disipado, se obtiene una masa consistente, amarilla, glutino- sa, más secante que la grasa cocida, pero ménos que la cruda. Se seca en 24 horas. La grasa cruda es soluble en 0,5 de bisulfuro de carbono, 1 de éter sulfíwico rectificado y 2 partes en peso de espíritu de trementina á 26%. En los dos prime- ros líquidos la disolucion se hace en 1 *% horas; en el tercero en dos horas. Bajando la temperatura 2% 6 3”, deja depositar granos de color amarillo claro. El alcohol á 95% disuelve muy corta cantidad de esta grasa á la temperatura ordininaria, adquiriendo color y olor. Por la ebullicion con 500 gram. de alcohol se disuelve 3,6 gr. de grasa que por el enfriamiento se deposita en flecos blancos amarillentos, los que, despues de secos en papel de filtros, se reducen á polvo de color amarillo claro, insoluble en los disolventes de la grasa y soluble en una so- lucion de sosa cáustica á 10%. El alcohol conserva, sin embargo, un color amarillo muy claro y deja por la evaporacion, una grasa algo glutinosa, de color oscuro y nada secante. Combinada con la sosa cáustica forma un jabon blando, amarillo sucio, que pue- de malaxarse, y que convirtiéndose primero en rojo, se oscurece en seguida al aire; es muy soluble y de olor repugnante. LA NATURALEZA. —Tomo VI.—30, 204% LA NATURALEZA Tratando este jabon por el ácido clorhídrico, da ácidos grasosos que, calentados con agua para lavarlos, se cambian en una sustancia amarilla, seca, friable, casi insoluble en el éter y en el sulfuro de carbono, y soluble en la sosa cáustica á 10". Calentando esta grasa con un peso igual al suyo de ácido nítrico diluido en cua- tro partes de agua, da al cabo de media hora, sin desprendimiento de vapores ni- trosos, una masa esponjosa, friable, de un rojo oscuro al exterior y amarillo al interior, soluble en la sosa cáustica á 10%. Estas propiedades prueban que esta grasa es de una constitucion química dife- rente de todas las otras estudiadas hasta hoy. Como los aceites secantes, forma por la accion del fuego una sustancia glutinosa. Pero esta preparacion es indispensable para hacer á los aceites más secantes, al paso que la manteca ó grasa de ni-in, pierde parte de esta cualidad por la accion del calor. La sustancia elástica de los aceites es soluble en el éter y el espíritu de trementina: la de 214-¿n es casi insoluble en las mismas circunstancias. Todas las grasas absorben el oxígeno del aire de una manera uniforme en toda la masa; en este estado son secantes, se solidifican y se vuelven diáfanas, otras, que no tienen estas propiedades, se enrancian y blanquean. Conservamos una gra- sa extraida doce años há, y presenta los mismos caractéres que en aquella época. No ha adquirido más consistencia ni se ha enranciado. La película que se forma en la superficie, preserva á toda la masa de una oxidacion ulterior. En algunos lugares de esta Península, se emplea esta grasa para pintar utensi- lios de madera, como bañaderas por ejemplo, haciendo una masa con la creta, el color y la grasa, y aplicándola por capas como la pintura de aceite, y se ha obser- vado que esta preparacion es de larga conservacion. Los fabricantes de guitarras emplean tambien esta grasa para barnizarlas. No ha recibido entre nosotros nin- guna aplicacion farmacéutica. Es probable que los antiguos pobladores del país hubiesen empleado esta grasa en la pintura de sus habitaciones, y por eso se ven, despues de tres siglos, estas decoraciones cuyo buen estado de conservacion admiró á Mr. Stephens cuando en 1342 visitó nuestras ruinas. Si se procurase la propagacion de este insecto en vez de destruirlo como se ha hecho hasta hoy, se crearia una industria que libraria al país, cuando ménos, de pedir al extranjero el aceite de linaza que se consume y se recibe adulterado las más veces con aceite de pescado, lo que hace más lenta su desecacion. Mérida, Setiembre de 1875. JOAQUIN DONDÉ IBARRA. EL NÚN DE YUCATAN. ANÁLISIS QUÍMICO DE ESTE INSECTO Y APLICACION QUE SE LE PUEDE DAR Á SU GRASA, POR VÍCTOR G. BLOEDE, QUÍMICO ANALÍTICO. En una comunicacion del Dr. Arthur Schott, que era uno de los miembros de la Comision Científica de Yucatan, vienen algunos datos descritivos, concernien- tes á un insecto que allí existe, así como una relacion sobre la naturaleza y apli- caciones que hacen de una especie de grasa ó cera que sacan de él, incluyendo además un ensayo quimico de sus propiedades. Se supone que sea de la misma familia que el Coccus cochini!lifer ó insecto de la cochinilla, el cual produce ese tinte tan conocido con ese mismo nombre; pero como aún no se ha recibido ningun ejemplar de él en este Departamento pa- ra ser analizado y clasificado, colocándolo en su verdadero lugar del Reino de los Insectos, tenemos que dejarlo, sin saber á qué familia pertenece. Si lo consideramos como uno de los productos naturales de América y que pue- de llegar á ser de alguna importancia comercial, ó de aleun valor económico en las artes, es muy digno de estudios mayores. Lo que sigue, es en sustancia el contenido de la carta del Dr. Schott. Entre los los numerosos é interesantes productos naturales de Yucatan, el Nún es uno de ellos, no obstante que nunca se han fijado en él; permaneciendo sus aplicaciones desde la Independencia nacional, solo entre la raza Maya. El Nin es la grasa que se saca de un insecto que lleva este mismo nombre ge- nérico. Este producto no era del todo desconocido á los españoles que goberna- ron en Yucatan, ni su modo de obtenerlo y sus aplicaciones domésticas; pero lo dejaron casi exclusivamente entre las manos de los descendientes de los mayas. El Nún puede considerarse como de la misma familia que la cochinilla, por lo que se le asemeja, pero diferente en su naturaleza; pues así como de éste se saca un tinte, del otro se extrae un aceite secante. Segun el análisis científico que hizo en New-York el químico Mr. V. L. Bloede, del Niin, se juzgará más fácilmente de sus propiedades, pues este señor nos faci- litó una copia de él. La muestra sobre que hizo su análisis dicho señor era pequeña, y fué traida hacia ya algun tiempo de Mérida de Yucatan. Esta muestra se la regaló el Se- * Es el Ni-in 6 Aje descrito en los dos artículos anteriores.—J. S. 206 LA NATURALEZA ñor José Hunt, boticario y dueño de extensos terrenos en aquella rica península, al Dr. Schott. El Sr. Bloede dice en su informe analítico lo siguiente: El Nin de Yucatan es una materia grasa como enjundia, de color pardo-ama- rilloso; huele como el aceite: sus propiedades generales se parecen mucho á las de la manteca ó gordo del cerdo: es neutral al papel de prueba, no presenta reac- ciones ácidas ni alcalinas, y solo que permanezca mucho tiempo expuesto al aire, adquiere una tendencia muy ligera á manifestar la primera. Se derrite á 120 grados Fahrenheit, y una vez derretido, se mantiene así ó en un estado semi-Jíquido, bajo una temperatura de 80 á 85 grados Fahrenheit. Si se enfria hasta hasta diez grados Fahrenheit, se pone duro y quebradizo, como si fuese sebo. A la temperatura ordinaria, es decir, á unos 60 grados Fahrenheit, es de as- pecto espeso, de consistencia pastosa, como si fuese manteca comun. Su gravedad específica á los 60 grados Fahrenheit, es cerca de 92. SUS SOLVENTES. En cuanto á solventes, el Nin presenta las mismas propiedades generales que la manteca ó gordo ordinario de cualquier animal. No es soluble en el alcohol caliente ni frio, aunque se le macere bastante. Tratado con el éter, ya sea frio ó caliente, se disuelve, formando con él un líquido aceitoso de color amarillo. En la trementina es muy soluble, con el cual produce un líquido aceitoso, de propiedades peculiares muy muy valiosas, slse le incorpora colores finos de aceite; de esto hablaré más adelante. Lo mismo se disuelve en benzina; pero el cloroformo es, entre todos, su mejor disolvente. PROPIEDADES QUÍMICAS. El Nim hay que clasificarlo entre la química orgánica, é indudablemente hay que colocarlo entre los aceites secantes; sin embargo que absorbe el oxígeno más despacio que otros muchos aceites. Este modo de secarse tan despacio, no se con- sigue que sea más violento, ni cociéndolo con óxido de plomo. Es el primero, ó casi el primer agente que se conoce sacado de animales como grasa sólida y secante. Así como la grasa de otros animales, éste tambien contiene un ácido volátil, pero distinto y peculiar de él únicamente; por ejemplo: la mantequilla contiene ácido butírico y caproico, y la grasa de la cabra ácido hírcico: miéntras que el LA NATURALEZA 207 Nún contiene un ácido especial, de olor picante, y al cual habrá que aplicarle su tecnicismo de «nin-ácido. » Sus composiciones químicas difieren en algo de la grasa de otros animales. Lo mismo que otros, contiene un aceite líquido, oleina, una parte sólida ó sea estearina, margarina, y otros ácidos de las grasas. Se pue- de extraer una parte de estos ácidos, disolviendo el Nún en trementina ó éther. La parte aceitosa se disuelve y una materia sólida se precipita, la que se com- pone de los ácidos indicados, pudiendo separárseles de la parte líquida por medio de la filtracion. SAPONIFICACION. Una de las peculiaridades del Nin, parece ser lo difícil de su saponificacion. Ni tratándolo con el amoniaco más fuerte se ve que le haga efecto para saponi- ficarlo, ni aun dejándolo por muchos dias en un digestivo de amoniaco no se pro- duce ningun linimento, y lo único que se nota es que se va cambiando de amarillo á colorado. Este cambio de color depende simplemente de la accion de amoniaco sobre las materias colorantes del Nin, la que, lo mismo que la curcuma amarilla (curcu- ma longa), se cambia en colorada cuando se le somete á un reactivo alcalino. Tratado con la potasa, saponifica, pero muy despacio é imperfectamente, sien- do necesario echarle una lejía bien concentrada. Con la soda se obtiene jabon; pero solo despues de hervirlo con una fuerte lejía. Hervido por varias horas con óxido de plomo, es como únicamente se puede conseguir hacer con el Nún un « Jabon de plomo, » (lead soap) y aún así sale muy malo. De todas estas pruebas se puede deducir que el Niin no debe de considerársele sino como « grasa muy mala para la saponificacion, » y que solo perteneceá los «aceites secantes. » Cuando el Niin se derrite en una cápsula de porcelana, y el aceite que resulta se deja que continúe sometido á un calor alto (entre 250% y 350% F) por un es- pacio de una hora ó hasta que se haya evaporado una gran parte de él, se verá que el residuo de la cápsula es una especie de barniz que será flexible y correoso, Ó sea una masa gelatinosa que ya no es soluble en la trementina, ni que se altera con el calor ni el frio, á lo ménos hasta una fuerte intensidad. Si se coloca un pedazo de esta gelatina de Nin en una cápsula de porcelana, humedecido con trementina, y se le pega fuego, se producirá otro cambio notable, pues si se cantea ligeramente la cápsula, se verá que escurre de la masa ardiente un resíduo de aceite ó goma, espeso, que posée cualidades muy fuertes de pegamen- to, pareciendo más bien una disolucion de goma elástica; pero tiene la circunstan- cia de no secarse, conservando su consistencia medio líquida por varios dias. Este cambio es muy particular, y es digno de que se siga estudiándolo. 208 LA NATURALEZA CAMBIO DE AIRE. Cuando la solucion de Nin en trementina se expone á un aire moderado por varios dias, adquiere las propiedades del barniz resinoso, siendo su trasformacion tan completa, que si se echa un poco de esta disolucion sobre un pedazo de vi- drio, se seca casi lo mismo que el barniz fino de goma laca: este cambio es debido á la cantidad de oxígeno que absorbe. Indudablemente, si este producto nuevo se desarrolla, el Nún llegará á ser un artículo comercial de mucho valor. La película de este barniz es muy elástica y al mismo tiempo dura, lo cual le hace ser superior á todas las demás gomas. Tambien se puede hacer una disolu- cion alcohólica, pero esto seria más difícil. SOBRE SUS APLICACIONES. Lo extremadamente aceitoso del Nún, es lo que sin duda le hace ser muy va- lioso en el empleo de las artes, así como por ser secante, no habiendo nada igual para los artistas como su disolucion en trementina, mezclada con colores finos. Esta disolucion de Nún en trementina produce un brillo notable en los colores que se preparan con ella, y se secan inmediatamente. Pero el valor principal del Nún, y que le dará una importancia comercial, es la propiedad que tiene de formar un barniz resinoso, que tratado como lo he di- cho ántes, lo hace superior á la goma laca, para muchos objetos. Otra aplicacion valiosa del Nin, es el que puedan llegar á darle en las fábricas en que hacen objetos á prueba de agua. El pedazo de papel más poroso para filtrar, de Suecia, saturado en una diso- lucion de Nún en trementina, no dejará pasar una sola gota de agua, ni aun des- pues de contener agua por muchos dias. Un sistema excelente para efectos á prueba de agua seria saturar los artículos en Nún derretido, y despues ponerlos en un horno bien caliente, hasta que se ge- latinase la grasa. Por este medio el Nún se hace insoluble, no solamente en agua, sino tambien en casi todos sus disolventes. Si el Nún puede conseguirse como dice el Dr. Schott, ¿limitadamente en cantidades, llegará á ser, áno dudarlo, con el tiempo, de un gran valor comercial. No he mencionado aquí más de unas cuantas aplicaciones en el desarrollo de esta materia y como resultado de mis experimentos; pero yo creo que habrá cien- tos de otros usos en que se puede emplear el Nin, tan pronto como sean conoci- das las propiedades generales de esta sustancia. Con la esperanza del que Nin llegue á ser de gran volor, tanto en las artes como en las ciencias, quedo suyo, etc. Brooklyn, Enero 4 de 1883.— Víctor G. Bloede, químico analítico. LA NATURALEZA 209 La palabra maya Nún no significa únicamente la grasa de que se hace men- cion arriba, sino tambien es el nombre del insecto que la produce. Tanto como se ha podido observar, estos últimos, etimológicamente pertenecen á la especie más baja de Hemípteros, género coccus, pues lo encontramos asocia- do á la bien conocida Cochinilla (Coccus cochinillifer), y tambien con el Coccus lacca del Sur de Asia. Con este último parece que tiene afinidades más íntimas, pues el insecto de laca vive principalmente en las plantas euforbiáceas (Aleurites laccifera ó triloba), y tambien en las higueras (Ficus Indica), de los que se saca y se produce la goma laca del comercio. La vida del Nin, por otro lado, parece estar exclusivamente ligada á los ana- cardiáceos, Spondias (los cuales comprenden el mango, la ciruela de cerdo, hog- pluin, de las Indias Occidentales, etc.), de las cuales una ó dos especies se cultivan en grande escala en toda la region tropical de este continente y el archipiélago de las Indias Occidentales. Estos dos insectos, el uno de Asia y el otro de Amé- rica, que producen artículos semejantes de comercio, ofrecen los dos la ventaja de que se mantienen de plantas que son útiles por otro estilo y que se cultivan por el interés de sus frutos, circunstancia que contribuye más á su propagacion en un sistema ilimitado de cria de estas plantas. El cultivo del Spondias, llamado por los españoles Ciruelo, y por los Mayas Abal, y que probablemente se refiere á la especie de los Mombin, es por su naturaleza tan fácil, que áun cortado en pedazos gruesos, germina prontamente en casi todos los terrenos. La goma suda espontáneamente de los tallos y brazos del ciruelo, y en Yuca- tan se usa como el equivalente de la goma arábica, la cual por medio del Nún se animaliza y se convierte en aceite resinoso secante, insoluble en agua ó alcohol, calor ó frio. El beneficio del insecto Nún para obtener su grasa, no presenta ninguna difi- cultad; hasta los muchachos pueden hacerlo. Esta grasa se obtiene hirviendo los insectos, recogiéndola cuando hierven. El Dr. Schott dice: «Lo que yo conozco del insecto Nún, ha sido tan de paso, que no puedo dar una explicacion científica de él. Tampoco he oido decir nada de algunos ejempla- res alados, y aun supongo que solo se han observado algunas hembras. Estos insectos son como de una pulgada de largo, y del diámetro de cosa de un cuarto de pulgada; su color varía desde amarilloso hasta un color de naranja subido, y están dotados de una coraza adherida fuertemente, sedosa y revestida de blanco, en la que están perfectamente envueltos, y la que parece servirle de defensa y capullo, muy parecido al de la cochinilla. El aspecto de una cria de Niin en las ramas y brazos del ciruelo, se parece mucho á esa especie de opuntia (pickly pear) en que vive el insecto de la cochinilla.-Las plantas, y especialmente en las partes altas, parece que están cubiertas por un depósito espeso de moho ó pelucilla. La cosecha principal del insecto Nún, es cuando caen en la estacion de lluvias, 210 LA NATURALEZA entre los meses de Abril y Setiembre, en cuyo tiempo su mayor tamaño y desar- rollo provienen de las plantas de cria. En cuanto á los usos en que se puede emplear la grasa del Niin, ya sea en las artes ó las ciencias, hay un campo amplísimo abierto para la especulacion, segun lo ha demostrado el Sr. Bloede en sus análisis. Tanto los indios como los mesti- zos de la Península, y más especialmente en uno ó des pueblitos que están inme- diatos á Cozumel, nunca han hecho más uso de esta materia, que mezclándolo con pinturas para pintar algunos pequeños artículos del uso de la casa, tales co- mo jícaras (Crescentia cujete), y en preparar barniz para otros artículos. El uso de la grasa del Nin, parece que no está limitada exclusivamente á Yucatan, sino que se encuentra en otros puntos de la América tropical. Se me ha dicho que los indios y la gente de media raza que habitan en las vecindades de Vera- eruz, sobrepujan en gusto é inteligencia á los mayas respecto á las aplicaciones de este artículo, con el que adornan las copas y otros objetos para beber, pintán- dolos por dentro y por fuera. Solo hay que dar un paso pequeño para que este ar- tículo, usado tan modestamente por los indios, sea introducido en la fabricacion de la porcelana, y para las obras del papier máche, imitando esas cafeteras, tazas y otras obras japonesas tan admirablemente decoradas, y esto solo empleando el barniz del Nin, que se endurece por un tiempo ilimitado, sin que le haga efecto la agua caliente, la fria, ni el alcohol, sino por el contrario, que lo preserva y le da más belleza. Además de las aplicaciones mencionadas que se le da al Nin, tambien se ven- de en las droguerías y boticas de Yucatan como medicina, en donde se aplica para usos externos en general, en lugar de otros aceites secantes, como el de linaza, que se usa para preparar emplastos vulnerarios para curar llagas y los ceratos en general. Casi no hay duda que el Nún se puede conseguir en cantidades suficientes pa- ra los pedidos del comercio. La cria del insecto depende en su multiplicacion, enteramente de los árboles frutales que lo crian, y del que existe actualmente un cultivo extenso en todos los trópicos y las islas adyacentes. Todos son lugares que se prestan para el tráfico por agua. Dentro de unos cuantos años se formará alguna empresa estable y le hará su precio al Nún en el mercado, y para entónces, las mujeres, los niños y toda la poblacion, contribuirá á la coleccion del insecto ó al beneficio de su aceite, y esto será, en cuanto puedan estar seguros de una ganancia que retribuya su trabajo. NOTICIA SOBRE UNA NUEVA ESPECIE DE HORMIGA DE MÉXICO POR EL SEÑOR WESMAEL. 1 TRADUCIDA Y ANOTADA POR EL SR. ÁNGEL NUÑEZ ORTEGA, SOCIO HONORARIO. Es sabido que las sociedades de hormigas están compuestas 1.*, de individuos ápteros y estériles, llamados operarios, que están en el hormiguero durante todo el año; 2.”, de individuos alados y fecundos, los unos machos, hembras los otros, cuya aparicion es momentánea y tiene efecto en el curso del verano. Tambien es sabido que, entre los operarios, hay, en algunas especies, individuos que presen- tan entre sí grandes diferencias de tamaño; por lo cual se ha supuesto que no to- dos están encargados de los mismos trabajos, y que, los más fuertes están tal vez especialmente destinados á la comun defensa: esto se nota, por ejemplo, entre las poblaciones de la hormiga hercúlea. Pero no se conocia, que yo sepa, hasta hoy, especie alguna de hormigas cuyos operarios ofreciesen entre sí modificaciones de forma bastante distintas para hacer evidente la diferencia de sus funciones. Esto es lo que me impulsa á publicar la descripcion de una nueva especie de esos in- sectos recientemente traida de México por el Señor Baron de Normann. ? Entre esas hormigas, de las que no conozco sino los operarios, las unas tienen el abdómen conformado como de ordinario; en otras, esta parte del cuerpo tiene la forma de una gran esfera casi diáfana, resultante de una dilatacion enorme de la porcion membranosa de los segmentos, miéntras que su porcion escamosa, con- servando sus dimensiones normales, aparece en forma de otras tantas pequeñas bandas transversales pardas, que sucesivamente disminuyen de extension. Así, pues, lo que da á esos individuos una forma, al primer aspecto tan extraordiana- ria, no es resultado sino de una modificacion en el fondo bien ligera, pero de la cual no es ménos interesante buscar el objeto. Segun refiere el Señor Baron de Normann, esta especie de hormiga se cons- 1 Sur une nouvelle espéce de fourmi du Mexique, par M. Wesmael, membre de l'Académie.— Bulletin de lAcadémie Royale de Bruxelles 1838, Tome 5, p. 766-771. 2 El Baron Félix de"Normann fué el primer ministro plenipotenciario del Rey de los Belgas acre- ditado ante el Gobierno de la República Mexicana. Llegó á México á principios de Marzo de 1838 y el mismo año regresó con licencia á Bélgica. Con él fueron los naturalistas Enrique Galleotti, Juan Lynden. Augusto Giesbreght y Nicolás Funck, cuyos escritos sobre la geología, la mineralogía y la botánica de México corren impresos en diversos boletines científicos. Galleotti publicó el año 1838 dos Memorias interesantes: Notice géologique sur les environs de San José del Oro au Mexique, avec planche, y Notice géognostique sur les mines d'alun de la Barranca de Toliman, avec planche. La NATURALEZA. —Tomo VI.—31. 212 LA NATURALEZA truye habitaciones subterráneas de donde nunca salen los individuos de abdómen avejigado. Allí, condenados á una inmovilidad casi completa, su única funcion parece ser elaborar una especie de miel y demarramarla luego en receptáculos especiales, análogos á los alvéolos de cera de las abejas. Desgraciadamente el Se- ñor Baron de Normann no ha podido ver sino un fragmento de esas especies de panales, demasiado desfigurado parar que pudiera hacerse una idea exacta de él, y no lo ha traido á Europa, no sabiendo cómo conservarle durante el viaje. Por lo demás, en lo que á mi respecta, estoy muy inclinado á creer en la realidad de los hechos referidos por nuestro honorable Ministro: primero, porque no tengo motivo alguno para dudar de su veracidad; y en segundo lugar porque esos hechos son una consecuencia casi necesaria de la conformacion de esas extrañas hormigas: cómo, en efecto, suponer las costumbres activas desus congéneres á individuos á los que todos los movimientos estarian entorpecidos por el volúmen y el peso de sus barrigas, y que, al encontrar las menores asperezas, correrian el riesgo de rasgarles sus delgadas paredes?* Por otro lado, en esas hormigas, que en su ca- lidad de operarios, tienen los ovarios completamente obliterados, el volúmen del abdómen no puede ser atribuido sino á un desarrollo excesivo de los órganos di- gestivos que encierra, desarrollo que debe tener su orígen en una superabundan- cia de alimento llevado á esas hormigas sedentarias por los otros operarios; pero estos no gastarian su tiempo y sus esfuerzos en ministrar una copiosa cantidad de alimentos á sus compañeras barrigonas, si no debiese resultar en provecho de to- da la sociedad. Por tanto, las hormigas barrigonas no son en cierto modo sino cocineros que preparan los manjares y las provisiones sin otro utensilio que su estómago. Tendria uno motivo para preguntarse si, en esas poblaciones de hormigas mexi- canas, los individuos barrigones lo son ya desde el momento en que abandonan el estado de ninfas: en ausencia de informes positivos sobre este punto, se podria creer que no seria imposible que el desarrollo excesivo del abdómen fuese única- mente resultado de una superalimentacion unida á una inactividad no interrum- pida; se sabe que en nuestra propia especie, ciertos individuos, llegados á la edad en que los órganos sexuales han perdido su actividad, ganan, en el seno del re- poso y de la abundancia, una amplitud abdominal que á veces es enorme. Se sa- be tambien, que las mismas causas producen los mismos efectos en los animales domésticos, que hacemos engordar despues de haberlos sometido á la castracion. Sea de ello lo que fuere, bueno es notar que, en nuestras hormigas, este abdómen avejigado no contiene ningun órgano; ó más bien que no es sino un gran saco estomacal que comienza en el segundo segmento y termina en el ano. 1 Esta vejiga abdominal es tan delicada que, en el frasco lleno de alcohol en que están las hor- migas, casi todas tienen el abdómen desfigurado y hundido á consecuencia de rasgaduras. (Nota del Autor.) i LA NATURALEZA 213 En aquellas hormigas cuyo abdómen está intacto, se percibe en el interior una materia sólida que cambia de lugar segun la posicion del abdómen, de manera que ocupe siempre la parte más pendiente. Es una sustancia pulverulenta, de co- lor gris blanquizco, que el alechol no ha podido disolver ó que habrá precipitado. * No conociendo ni los machos ni las hembras de estas hormigas, no puedo fijar sino de una manera incompleta los caractéres de la especie. Pertenece, por otra parte, al género Hormiga de Latreille, y, en lo que corresponde á sus formas, se acerca á las Fornica cunicularia, fusca, etc. Sin embargo, se aleja un poco de ellas por las dimensiones y la forma de los palpos maxilares, que son por lo mé- nos tan largos como la cabeza, setáceos, erizados de pelos largos, con la tercera y cuarta articulacion muy prolongadas y arqueadas. Esta consideracion, unida á la del estado avejigado del abdómen en ciertos individuos, quizá permita la crea- cion de un subgénero que nombraré Myrmecocyste. DESCRIPCION. Genus Formica. Lat.—Subgenus Myrmecocystus, mihi.* CARÁCTER DIFERENCIAL. . Palpi maxillares capite toto feré longiores, subsetacei, hirti, articulo tercio et quarto preelongis, arcuatis; abdomen operariorum quorumdam maximum, globo- sum, pellucidum. MYRMECOCYSTUS MEXICANUS. (Operarius.) INDIVIDUA AGILIA, VAGABUNDA. Abdomine sericeo-fusco, corneo, forma et magnitudine normali- bus.—3 li. Testaceus, fronte vertice INDIVIDUA INERTIA, RECLUSA. et thoracis dorso plus minus fuseis: Abdomine maximo, globoso, membranaceo, pellucido, albido; basi et ano, faciisque tribus dorsalibus valde remotis corneis, totidemque ventralibus, fuseis.—6 li. 1 A nuestro ilustre compatriota el P. Clavigero le pareció que eran huevos. «Oltre a queste spe- zie (de hormigas) ve r'é un altra singolare in Michuacan, e forse ancora in altre provincie. Questa é piú grande de dell” altre formiche, ed ha ¡il corpo bigio, e la testa nera. Nella parte deretana por- ta un sacchetto pieno d'un liquore assai dolce, del quale sono molto ghiotti i raggazzi, e credono che sia mele fabbricato dalle formiche, come Paltro comune dalle api; ma a noi pare che sieno piuttosto uova. Je Sig. della Barrere nella Storia Naturale della Francia Equinoziale fa menzione di si falte formiche troyate nella Cajenna; ma queste sono alate, e le nostre senz'ale.—(Storia Antica del Messi- co.—Cesena 1780. Tomo 4. Lib. 1, $ 14, pág. 112.) 2 M. de Sélys Longchamps, en carla fechada el 47 de Febrero de este año, me dice con referen- cia á esta hormiga: «Wesmael l'a nommée Myrmecocystus Mexicanus, v'ayant pas connu le mémoi- re du Docteur Don Pablo de la Llave, qui Vavait appelée Formica melligera, nom á restituer; par con- séquent Panimal doit étre appelé: Myrmecocystus melligerus, (La Llave). Synonimes: Formica mel- 21% LA NATURALEZA Todas las partes del cuerpo de este insecto están erizadas de pelos muy cortos. Las mandíbulas tienen siete ú ocho dientecitos del lado interno y terminan con un diente fuerte y agudo. La caperuza es ligeramente convexa, sin carena en- medio. El primer segmento del abdómen es muy estrecho, obcuneiforme, sesgado en la parte superior, recto en la de adelante y á los lados, y oblícuamente por atrás. Los piés y las antenas son delgados. SINONIMIA vulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se cultivan en México, dispuestas en órden alfabético, * por el Sr. D. Alfonso Herrera, socio de número.—(ConNrIiNÚa.) NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTÍFICOS. FAMILIAS. A Raphanus sativus, L........ Cruciferas. A mus ticano o MA Cochlearia armoracia, L...... Id. NAS Senecio sanguisorbe, DO.... Compuestas. Rabo de mico, véase Hediondilla. Td., id. de Yucatan. Nemax. (Ma- : A A Heliophytum parviflorum, DO. sec ondE beso Meyi Borragineas. * Raigrass, 6 Pasto Inglés....... Lolium perenne, L.......... Gramineas. Raíz de China, Cocolmecan, Oo- zolmecatl, Olcacatzan (Méx.) Phacas (Para Smilax pseudo china, Scheed. Esmilaceas. Raíz del desierto. 222200... Glicyrrhiza lepedota, Nutt. .. Leguminosas. Raíz del indio, v. Huaco....... Id. TA A Aristolochia fragantissima, RUI Aristoloquieas . Raíz del manso, Liga Tlalpolotl, Tlacopatli Quauhtotolla- nenci de Hernandez......- Echinacea heterophyla, Don.. Compuestas. Raíz del manso (otra)... ...... Flourensia thurifera, DOC., seg. Colmero a A Td. * Ramié ó Seda vegetal. ........ Bohemeria nivea, Hook...... Urticaceas. ligera, La Llave 1832; Myrmecocystus mexicanus, Wesmael 1838.» El Sr. La Llave dice en su Memoria relativa, que estas hormigas se llaman Busileras. El P. Sahagun (Hist. gen. Lib. XI, $ IX) dice que se nombran nequazcatl, voz que significa hormigas de miel: «crianse debajo de tierra y traen en la cola un vejigita redonda llena de miel; es trasparente ésta como una cuenta de ámbar, es muy buena esta miel, y cómenla como la de abejas. » 1 Las plantas marcadas con un asterisco son las cultivadas. Ne LA NATURALEZA Ramon, Ox. (Maya)........... Brosimum ¿sp. nov? seg. Dond. Ranoncilo Drop ISP RA O a Ranunculus aquatilis, L...... Ratania, véase Crameria....... Reina de las hermosas........- Amaryllis josephine. Red. seg. A q Reina Margarita, v. Margarita. . Reinita, véase Mercadela....... Remolacha, v. Betabel......... Resedá, y. Miñoneta......-..--- * Retama delgada.......------.- Genista juncea, Lam. seg. Bar. = ETE ON A o bi Cassia floribunda, Cav......- tddi e az o Cassia levigata. Willd. segun E INGA ove cos ooueee Revienta muelas, v. Cochinitas. - NA A A Eugenia xalapensis. DOC., seg. Comer Ricino, v. Higuerilla...-..-..--- ENRO DIA O PACaCIO ra o ar Robinia pseudo-acasia, L.... ¡ROBE ECO da Hide duclas.. Querqus xalapensis, H. B. K., segun Colmeiro. 2222 222>2- dde San LIS e Tecoma pentaphylla, Juss... - Jd. serrano, v. Maculi.......-... = Rocío, Yerba escarchada ó Oris- 0 a de oc das al Mesembryanthenum christali- o OIM a a Sel le Rosmarinus officinalis, D..... MideO atom Trichostema lanatum, Bth. .. Romerillo, Venenillo, Soliman, MEJNOWEAsS Sara Asclepias linearia, Cav....-..- MORI te lic Rosa sulphurea, Ait..---..-. A e O Malba A A e da Oc lose cscccedsast AAA a Rosa alba Lotta aaa lt id gl en Ad rcmamomea es ar £ Bosa del Castillao 0 nto. Rosa centifolia, L..---.-.2. Id enredados Td. multiflora, Thumb....... A Spirea hypericifolia, DO. .... E de MECO o Usa gallicas Dic 31322233321 Td Táurel, y. Adelfa. Id. María, v. Mariguana....... 1d. de Moctezuma ó Garambullo. Rosa Moctezume, H. B. K... y ie del red os Melampodium, La Llavei et Gomesia melliodora, segun Jd. de perro, v. Uña de gato.... 215 Artocarpadas. Moraceas. Ranunculaceas Amarilideas. Leguminosas. Td. Id. Mirtaceas. Leguminosas. Cupuliferas. Bignoniaceas. Ficoideas. Labiadas. Td. Asclepiadeas. Rosaceas. Id. Id. Id. Td. Id. Id. Id. Td. Td. Compuestas. 216 LA NATURALEZA * Rosa pimpinela..ooomeoocoo... Rosa pimpinellefolia, L...... Id. de San Juan, v. Flor de San JA a ON Lola il 3d a Senecio cineraroides, H. B. K., segun BárcenDa..-....oo-o-. A Sa a IA NA Rosa indica, var. flagrans, Red. eb Thor ao a * Id. de todos los meses......-.-- Id. damacena, Alib...-.....- O A Gonolobus uniflorus, H. B. K. ¡ROSAdUllo. 0 ei Cedrela ¿sp? segun Fink..... Rosen io eii Stevia clinopodia, DO........ Rosilla, Matlaliztic Coapatli, Zo- yolxochitl, Mex. Tezcocana, Quesadillitas, Yerba del pollo. Comelina tuberosa, H. B. K.. Rosilla 6 Cabezona.-.-....--.-.. Rosilla lutea, Len. et Helle- nium mexicanum H. B. K., SE lia Romoza 6 Ruibarbo de frailes... Rumex patientia, L......... Eubia 6 (GTAMZA. y. 22 20 enana Rubia levigata, DC......... SS A Ra MERA Ruta graveolens, L.......... Id. cabruna, v. Limoncillo....... Td CANLAnIa- e e ¿Galega oficinalis? L....... Ruibarbo de frailes, v. Romaza. . Ruzco, véase Brusco --.2-...-.-- Rza, véase Nogal.......o....- Sabila, Sabida ó Pita-sabida.... Aloes variegata, L.......... Sabino, v. Ahuehuetl.......... Sabino 6 Ahuejote........-..- Bignonia ¿sp? seg. Oliva..... A A Bousingaultia leptostachis, Mag. seg. OolM.... 2 eimioioio: Sacatillo 6 Zacatillo........... Crantzia Schaffheriana......- Sacni, v. Yerbabuena. ......-.-. A Sida triquetra Link, seg. Don. Sacatechi, Simonillo, Zacate amargo, Zacatechichi........ Saguitaria Ó Flecha de agua. -.. Calea zacatechichi Schlecht. . Saguitaria sagitefolia, L..... SAS A A o io Tragopogon porrifolium, L... Salvadora.. ceca obio inicias Solanum ¿sp? seg. GoM...... Salvaje macho, v. Agave palo... Salvajina, v. Agave palo ....... * Salvia amarilla moroso 2 Phlomis pungens, Willd...... Td..de las boticas.... aaa sióniojae Budleja globosa, Lamk...... Id. de Guadalajara............ Salvia polystachia Ort. segun Rosaceas. Compuestas. Rosaceas. Id. Asclepiadeas. Cedrelaceas. Compuestas. Comelineas. Compuestas. Poligonaceas. Rubiaceas. Rutaceas. Leguminosas. Liliaceas. Bignoniaceas. Umbeliferas. Malvaceas. Compuestas. Alismaceas. Compuestas. Solanaceas. Labiadas. Escrofularia- (ceas. Labiadas. +» LA NATURALEZA Salvia de MéxiCO. - 220000222 ANN A sd A e EA Id. de San Juan de los Lagos. - Samatito, v. Amezquite......-.- SAMA. ORI RO Sansre de Cristo... - Lyenis coronaria, Lam. ...---- Pterocarpus draco, L......-. Croton sanguifluum, H. B. K. Paronichia argentea, Lam.... Poterium sanguisorba, L..... Salvia leucantha, Cav....-.--.- Anagallis arvensis, L....--... Anona squamosa, L. seg. Don. Sambucus mexicana, Priest. . Salix pentandra, Walt......- Salix babilonica, L....--..... Agave saponaria, Lindl. -.... Ceesalpinia exostema F. M. $. Sedum quitense H. B. K. et $. TOSeUIm, Dye coo sa. Aizoon canariense, L........ Sedum dendroideum, Sess. seg. Y Potentilla multifida, L. et P. A A A M7 Verbenaceas. Td. Verbenaceas. Labiadas. Oucurbitaceas Td. Td. Td. Cariofiladas. Leguminosas. Euforbiaceas. Paroniquias. Id. Labiadas. Primulaceas. Anonaceas. Caprifoliaceas Salicineas. Td. Amarilideas. Leguminosas. Td. Asclepiadeas. COrasulaceas. Ficoideas. Crasulaceas. Rosaceas. Litrariaceas. 218 Siricote Ó Kopte. (Maya.)...... SiTmoyy. Mliasee os Siizas dv PUOCIDOS . -.. «561. ste AMO a SIDHL y. Jengibre ect: ls deals SITL20, v.¡Dalces aq Eslicalas Socoyol, v. JOCOYOL:¿oaommemio - Sochicopal, v. Suchicopal........- Sofía de cirujanos, v. Ajenjo será- Solano negro, yerba mora, Chi- chiquilitl 6 Tzopilotlaquatl Mex. Soldadillo, yv. Señorita......... Id., v. Cordoncillo.....-..... Sombrerillo 6 Sombrerito de agua. Sonadora ó Oascabelitos. ....... Sonora, v. Alantada....-.....- Soso 6 Tabaco cimarron.......- Sotol 6 Xotol. Mex..........- Soyale, v. Palma soyal.....-..-.- Suchicopal, sochicopal, Copal de santo, Copalxochitl 6 Xochico- pallil Mex- == dao Suchil, y. Oacaloxochitl........ TO 1 Ol ecionseessr Suelda, v. Simíito. .....covmmi. Suelda con suelda, v. Simáito... - Suspiros, v. Alzoyatic. ........- LA NATURALEZA Cordia dodecandra, DO. segun DORdS. e coa Borragineas. Sisymbrium taracifolium, DC. Ses miBÁrcóna. cepo tipo Cruciferas. Solanum nigrum, L.......... Solanaceas. Hydrocotile fluitans, DO. seg. A A O Umbeliferas. Phaca mollis, H. B.K....... Leguminosas. Wigandia Kunthii Chois, seg. Colmelro ae resi Hidrolaceas. Bonapartea ¿SPlooconnnoo... Amarilideas. Amyris copalifera, Spr....... Terebintaceas (Continuara.) DESCRIPCION DE UN GRAN FÓSIL GASTERÓPODO DEL ESTADO DE PUEBLA (MÉXICO). Por EL PROFESOR €. A. WHITE. * El Museo Nacional de los Estados Unidos ha recibido de Mr. H. B. Acton, por conducto del Hon. J. W. Foster, Ministro de los Estados Unidos en México, la muy interesante concha fósil descrita en los siguientes párrafos. En la carta que acompaña al ejemplar, dice Mr. Acton que lo extrajo de los terrenos en que es- tán situadas las salinas de Zapotitlan, 6 millas al S. O. de Tehuacan, Estado de Puebla, México, y á 115 millas de la costa del Golfo; la localidad está á 5,500 piés sobre el nivel del mar. Solo se ha recibido un ejemplar de esta especie. Se ha examinado cuidadosa- mente la roca en que se encontró, que es una pesada caliza azul, y aunque con- tiene numerosos fragmentos de conchas fósiles, ninguno se hallaba en estado con- veniente de conservacion, para determinar sus relaciones genéricas. No se han podido tener informes satisfactorios acerca de las observaciones geológicas que se hayan hecho en aquella region, para determinar la edad geológica del terreno de donde se extrajo el fósil, de manera que me veo precisado á descansar tan solo en las indicaciones del ejemplar mismo. El género á que lo he referido solo se ha en- contrado hasta ahora en las rocas Cretáceas y no parece haber razon para dudar de que pertenece al mismo período la capa en que yacia esta concha fósil mexicana. Género TyLosToma Sharpe. Tilostoma Princeps (sp. nov.) * Estudio dedicado por el autor á la Révista científica mexicana y copiado de este periódico. La NATURALEZA.—Tomo VI.—32. 220 LA NATURALEZA Fics. 6 Y 7. Concha muy ancha, forma general rombo-ovada, inflada; espira moderada- mente extendida, cinco á seis vueltas convexas con una estrecha y mal definida paletilla en la porcion superior, adyacente á la sutura; ningun vestigio umbilcal; sutura impresa, abertura ovado-semilunada ancha, ocupando en longitud más de 2 tercios dela longitud total dela concha; labio exterior formando una curva próxi- mamente regular, desde cerca de la sutura hasta la porcion anterior de la abertura; márgen del labio exterior ligeramente sinuoso; labio interior con un callo ancho y moderadamente delgado; su contorno muy sinuoso y su márgen perfectamente doblado á lo largo de su porcion anterior. Superficie señalada por las líneas comunes de desarrollo. Longitud desde el ápice al frente marginal de la apertura, 220 milímetros; ma- yor anchura, 160 milímetros; longitud de la abertura, 150 milímetros (Museo nú- mero 8864). Este es el mayor fósil gasterópodo que hasta ahora se ha encontrado en las capas mesozoicas de la América Septentrional, y apénas hay unos cuantos, muy pocos ya conocidos de la misma clase, que pudieran excederle en tamaño. Tiene el aspecto general de una Lunatia, pero debe referirse sin vacilar, al gé- nero Tylostoma Sharpe. Este último género tiene, segun algunos malacologistas, algunas afinidades con los Tectibranquiados y próximo al Pterodonta; pero creo LA NATURALEZA 221 con Stoliczska y Zittel que debe referirse á los Pectibranquiados, y colocarlo cerca de la Lunatia en las Naticideas. Es verdad que no se encuentran muy claros en el único ejemplar de esta especie que se ha descubierto, todos los caractéres enumera- dos por Sharpe en el Género Tylostoma y en todas las especies que á él se refieren por carecer completamente de toda perforacion umbilical, y por sus demás caracté- res no puede referirse á ningun otro de los géneros reconocidos de las Naticideas. Se encuentra en tal condicion nuestro ejemplar, que no lpuede verse claramente si el labio exterior engrosó al tiempo de la muerte del molusco. Se observan las prominencias alternativas características del Tylostoma, pero no tan claras en este ejemplar como en algunas especies del mismo género especial- mente en la 7. mutabilis Gabb, otra forma cretácea mexicana; son sin embargo tan visibles, como en las figuras publicadas de la especie típica de Sharpe T. torru- bia. Son dichas prominencias más visibles viendo el ejemplar por el ápice que la- teralmente, pero su presencia está bien indicada en la fig. 2, en las últimas y pe- núltimas espiras. Aunque el tamaño no debe considerarse en general como un carácter específico, las extraordinarias dimensiones de esta concha la distinguen de cualquiera otra forma conocida con que pudiera confundirse. Las únicas especies fósiles que algo se le parecen en tamaño, son la Natica pedernalis y N. pro-grandis de Roe- mer, del cretáceo de Texas; pero ambas especies evidentemente pertenecen á un grupo que ahora se refiere generalmente al Lumatia, ó Euispira: y los mayores ejemplares conocidos de cualquiera de estas formas, apénas tiene la mitad de las dimensiones del ejemplar descrito. -——MMMMMMZS LA VEGETACION DE MÉXICO* CLm1A.—FORMAS VEGETALES. —FORMACIONES VEGETALES Y REGIONES.—(CENTROS DE VEGETACION. PIEZAS JUSTIFICATIVAS Y ADICIONES. UMBOLDT compara el clima de México al del Perú: en cada uno de estos países la sequedad de la region elevada del interior depende de que las montañas están cercanas á la costa. * Ensanchando esta manera de ver, se comprende que la América tropical debe los con- trastes de su clima á las consecuencias de la elevacion de los Andes, es decir, á la accion de los alisios: estos vientos marítimos, lo mis- mo que en África, dan origen sobre las cadenas paralelas á la di- reccion de los meridianos á las lluvias de las cuales está sustraida la vertiente occidental. Sin embargo, en México, las cordilleras expuestas á la accion de los alisios no constituyen por esto un cordon litoral; en el Perú, las montañas se ele- van sobre la inmensa llanura del Brasil. Por otra parte, áun independientemente de la variedad de la orografía, la interrupcion de los Andes en el istmo de Pa- namá le dá á México una situacion diferente, y á su flora un grado muy marcado de autonomía. Esta flora tiene, en sus formas predominantes, selvas de encinas y de pinos: formas que no pasan el ecuador (las últimas no pasan ni aun el istmo), que no se encuentran en ninguna parte de la América meridional, y que no llegan mas que á una parte de las Antillas. * Este artículo es el capitulo XV (Domaine mexicane) de la obra titulada: La vegetation du globe, por A. Grisebach, ouvrage traduit de V'allemand, por P. De Tchihatchef.—Paris 1878. LA NATURALEZA. —Tomo VI.—36. 252 LA NATURALEZA Por su configuracion litoral, así como bajo algunas otras relaciones, se podria comparar á México con las Indias orientales, así como la parte tropical de la América del Sur puede compararse igualmente al Soudan. México, lo mismo que el Indostan, presenta climas que dependen de las diferencias de nivel y de expo- sicion; en las dos costas existen vastos espacios, donde falta la flora de los trópi- cos. Pero, como las altas mesas de México se extienden sobre una ancha super- ficie mucho más elevada que el Dekkan (1949-2599= 6 6000-8000 p.), *la ve- getacion lleva, sobre una gran parte del país, * el sello, por decirlo así, de la zona templada. No hay más que algunos tipos de Orquideas y de Brameliaceas epifitas, parásitas sobre las Coniferas, * cuyos tipos recuerdan una latitud bajo la cual, descendiendo á las concavidades de los valles ó hácia la region litoral, se encuen= tra uno inmediatamente rodeado de todo el esplendor de la vegetacion tropical. Por consecuencia, es de la mayor importancia distinguir la vegetacion de México, segun sus regiones, para exponer el carácter conforme á la naturaleza: esta distin- cion es tan evidente, que los habitantes la han expresado por términos del lenguaje vulgar. La division de México en tierras calientes, templadas y frias, muestra que dichos habitantes consideran estas regiones como caracterizadas por la diminucion de temperatura segun su nivel, de lo cual dependen todos los productos del suelo de ese país. Además del calor, se deben tener en cuenta las desigualdades de la duracion é intensidad de las lluvias, á fin de poder apreciar las gradaciones de la vegeta- cion segun su exposicion á los vientos dominantes. Solamente sobre la vertiente oriental de México, donde los alisios depositan los vapores atmosféricos del globo, la humedad llega á un grado correspondiente al desarrollo de la vegetacion tro- pical, y recuerda, en la proximidad del trópico, las regiones ecuatoriales de la América del Sur. Sin embargo, cuando el suelo es plano, ó poco inclinado, y sobre todo hajo las influencias desecantes que afectan la extension de las altas mesas, reinan climas secos donde la vegetacion no recibe más que lluvias zenita- les pasajeras. Sobre la vertiente del Pacífico, desde el trópico hasta el istmo, el período de las lluvias es muy corto, porque éstas no caen sino miéntras duran los vientos del suroeste, que son una especie de monzones que nacen en las mismas circunstancias en el Indostan, y que rechazan los alisios secos de los otros meses: así las lluvias siguen tambien la posicion zenital del sol. Para abrazar en un solo golpe de vista los diversos climas de México, conviene dividir, haciendo abstraccion de las regiones completamente superiores, formadas por algunas cimas volcánicas aisladas, la region entera, segun sus rasgos orográ- ficos generales, en tres zonas paralelas á los meridianos. Comenzarémos por la vertiente dirigida hácia el golfo, vertiente que constituye una zona litoral estre- cha, expuesta al este (23-19 lat. N.), abajo de la cual se ve desde la alta mar el pico nevoso de Orizaba. La region caliente de Veracruz se eleva abajo de la orilla árida del litoral (162 m. 6 500 p.)” en sabanas herhosas, suavemente in- LA NATURALEZA 253 clinadas de 500 á 3000 piés, * ámenudo interrumpidas por montes y tambien por grupos de un solo Palmero (Sabal mexicanum).* Estos grupos son frecuentes, áun en medio de plantas angiospermas (ej. Acrocomia spinosa), y se encuen- tran reunidos á las formas de Mimoseas, Bombaceas y á otros árboles, de los cua- les la mayor parte pierden sus hojas durante la estacion de la seca. Esta es una vegetacion mucho más rica en productos tropicales, la cual cubre las laderas hú- medas, las barrancas que se encuentran por todos lados á manera de aberturas, en los conos de los volcanes de México. En esta region caliente, donde la tem- peratura no decrece, subiendo verticalmente, sino algunos grados (15-18%7), la cantidad de lluvia aumenta con el nivel y el ángulo de la superficie de inclinacion. Sobre la costa, y en donde la inclinacion es uniforme, el vapor acuoso del alisio queda en disolucion, y el período de vegetacion, limitado en la estacion húmeda, es de corta duracion. El período lluvioso abraza cuatro meses, de Julio á Octu- bre, y se extiende á más de medio año (de Junio á Noviembre).* Ahí, la posicion zenital del sol y la altura de las cordilleras se reunen para producir el mismo efecto; la posicion zenital del sol, insensible sobre la costa misma, aumenta gra- dualmente en importancia con la elevacion del lugar. A esto se agrega, en in- vierno, otra influencia, la de un cambio de viento, para impedir las precipitacio- nes durante esta estacion. Con frecuencia entónces el alisio noreste del golfo es interrumpido por el Norte, viento tempestuoso del noreste, que no es más que una desviacion de este alisio, producida por la aspiracion de las tierras bajas de Yucatan, y que, viniendo de la tierra y de las Praderas, ejerce una accion dese- cante sobre el litoral mexicano. En la subdivision superior de la region tropical, la cual consideran los mexica= nos como region templadada (de 975 á 1949 m. ó 3000-6000 p.), es donde, sobre la vertiente oriental de la cordillera, adquieren todo su poder las precipitaciones causadas por los alisios. Aquí las lluvias duran hasta nueve meses, y no son, propiamente hablando, interrumpidas, puesto que áun los vientos del norte pro- ducen niebla en invierno.” La temperatura no decrece notablemente en el sentido vertical (de 18,%7 á 15%). Bajo estas latitudes es donde se encuentra la region más abundante, revestida de selvas húmedas; el verdor persistente de sus mon- tañas se distingue de las plantas arborescentes de lasabana. Las formas tropica- les desplegan allí la mayor variedad: Liebmann * ha recogido en esta region, 200 especies de Orquideas. * Las encinas siempre verdes, de las que ha distinguido en Orizaba más de 20 especies, * forman el elemento principal de la selva; reunidas * A. M. E. Fourmer debo la siguiente observacion acerca de las encinas de México. Las encinas de México son, despues del Prodromus, 71. Despues de la publicacion de su monogra- fía, debida en esta obra ú M. Alf. de Candolle, M. Oersted ha encontrado algunas especies nuevas en las colecciones de los naturalistas que se unieron á la expedicion científica. M. de Candolle se ha mos- trado, ante todo en su monografía, un decidido partidario de la reunion de los tipos específicos. Pro- bablemente este número debe llegar próximamente 480. Esverdaderamente notable que estas Encinas 254 LA NATURALEZA á ellas se encuentran Laurineas y otros árboles de la forma del Laurel.* Además de los árboles angiospermos del alto arbolado, se encuentran Helechos y Liliaceas (Yuca) arborescentes, pequeños palmeros (Chamcedorea) y Cicadeas (Ceratoza- mia). Estos árboles de las selvas, entrelazados con enredaderas y adornados con Epifitos, forman un bosque compuesto de familias mny diversas, donde las Me- lastomaceas se reunen á las Synanthereas leñosas y á los Bambús. Las culturas, entre otras, la del Café (hasta 1674 m. 6 5000 p.), así como la del Pisang, y la de la Caña de azúcar (hasta 1787 m. 5500 p.), tienen su límite de altura en esta region templada. Al sur de Veracruz (19 lat. N.), así como bajo la latitud de Oaxaca (179), ahí donde la costa del golfo se encurva al este, siguiendo la península de Yuca- tan, la vegetacion de los países calientes se ensancha, puesto que la cordillera (y con ella las altas mesas de México) tiende á desaparecer y á fundirse con esta zona estrecha y elevada que se extiende desde Guatemala hasta el istmo de Panamá. A esta extension de la region baja oriental, se une un cambio marcado de cli- ma; la humedad de la region templada desciende aún en la region caliente, y esta coincidencia de una temperatura más elevada con largos períodos de lluvia, en- gendra la selva tropical que cubre al Estado de Tabasco; ventaja que, más allá del golfo de Honduras, no se obtiene en ninguna parte. Allá solamente llega el carácter de la vegetacion á las proporciones grandiosas de las selvas ecuatoriales del Brasil. * Bajo la espesa copa del follaje de una série de plantas, pertenecien= tes á las formas de Laurel y de Tamarindo, y en una confusa série de Palmeros, la selva se cubre de Bejucos herbosos y leñosos, de Epifitos, de Aroideas de hojas grandes, de Helechos, de Bromeliaceas, de Piperaceas y de Orquideas. En esta region baja, más ó ménos inundada, de Julio hasta Marzo, por el derrame de las corrientes de agua, el período lluvioso dura casi nueve meses, es decir, tanto tiempo como en la region templada de Veracruz; pero la cantidad de agua caida es mucho más considerable. Aquí el alisio del golfo azota las cadenas montaño- sas de Chiapas, que se elevan al sur, y se unen á los Andes de Guatemala; des- pues, dirigiéndose al noreste y pasando por Yucatan, este viento viene á espirar en las regiones bajas de esta península. sean casi particulares de México, y que tengan en este lugar, cuando ménos muchas de ellas, una dis- tribucion bastante local. Solo una, la «Quercus virens,» Ail., se extiende desde Virginia a Nicaragua. Palta no obstante mucho que hacer para el conocimiento de las Encinas de México. * Las Lawrineas no son numerosas en especies en México. M. Meissner no ha señalado más que 35 en el Prodromus; despues ha reconocido en las colecciones de la expedicion científica, dos más, de las cuales una, la « Persea Meissneri, » Fourn., es un gran arbusto de Córdoba. Pero la familia tiene importancia en la flora, por la talla de ciertas especies, ó por su difusion. La «Tetranthera glau- cescens» cubre la region de las altas llanuras. Es denotar'que la flora mexicana tiene por sus Lauri- meas alguna analogía con la flora tropical del antiguo mundo.—E. F. LA NATURALEZA 985 Por esto es que Yucatan, * en oposicion con su vecino inmediato, el Estado de Tabasco, se encuentra desprovisto en gran parte, de selvas, y constituye una sabana unida, aunque caliente y seca, donde la vegetacion no se desarrolla sino durante el período mucho más corto del otoño y del invierno (de Octubre á Febrero) y donde la esterilidad del suelo es causada, tanto porque el hu- mus hace falta sobre el calizo coralino subyacente, como por la escasez y la poca importancia de las corrientes de agua. Por consecuencia de las malas con- diciones de la inclinacion del suelo, se ve algunas veces, en la época de lluvias, vastas sabanas convertidas en lagos. Solo las partes del litoral poseen selvas extensas de madera de Campeche (Hceematoxylon), que han dado á Yucatan su importancia: sin embargo, ahora, la mejor clase de estas maderas nos viene de Tabasco. En las cercanías de Campeche, el Heematoxylon se presenta sin mezcla, á ex- cepcion de alguna otra forma arborescente ó sub-arborescente; igualmente sobre las costas septentrional y oriental de Yucatan existen selvas considerables é in- tactas. Los Estados de Yucatan y de Tabasco ofrecen un ejemplo notable de la des- igual accion que ejerce sobre el alisio el suelo, segun que éste es plano ó inclina- do, y segun la direccion de las montañas. La misma corriente atmosférica azota en el golfo las dos costas de la península, pero conserva abajo de ésta sus vapores acuosos y no los deposita sino cuando, despues de haber costeado las alturas, se enfria sobre las vertientes directamente opuestas de los Andes de Chiapas y de Guatemala, ó por la evaporacion de las inmensas selvas de Tabasco. En tales condiciones, el período lluvioso de Yucatan (que causa, segun parece, el Norte, viento de mar fresco, penetrando en la zona de una corriente atmosférica ascen- dente), no puede mantenerse sino en la estacion más fria del año, y la hume- dad no puede conservarse en los intersticios del suelo tanto tiempo como exige el desarrollo de las selvas tropicales: éstas se encuentran, pues, limitadas en la re- gion litoral, más húmeda, así como en los valles de sus rios. En Tabasco, al con- trario, la presencia de las selvas es consecuencia de un perícdo más largo de lluvias, que no depende solamente de la situacion del sol, sino de la influencia prolongada de los alisios sobre los lugares montañosos. Como las selvas de Tabasco y de Honduras no han sido aún suficientemente exploradas, pues que solo se han examinado las sabanas de Yucatan, es difícil deci- dir de una manera cierta y satisfactoria dónde conviene fijar, del lado sur, el límite natural de la flora mexicana. Lo más probable es que hay transiciones graduales de la flora mexicana á la de las Indias occidentales y á la del istmo. Sobre la costa de los Mosquitos, en Nicaragua (15-11 lat. N.), el clima es completamente se- mejante al de Tabasco; “los bosques, que suministran el Acajou (Swietenia Mahogona), encierran tambien Coníferas, y son interrumpidos por sabanas en- tre las líneas cerradas de sus arterias fluviales. '* Segun una coleccion de San 256 LA NATURALEZA Juan del Norte, **(11* lat. N.), la vegetacion de Nicaragua * conserva el carác- ter predominante de la del istmo de Panamá. El Estado de Tabasco, al contrario, se asemeja tanto á los de Oaxaca y de Veracruz, que su flora no difiere de la de México. Para mí, ante todo, el límite meridional de la region de la flora mexica- na, que yo extiendo desde los Andes hasta el istmo, será la línea que divide las aguas en el Estado de Chiapas (17* lat. N.) Por otra parte, miéntras que Yu= catan es mejor explorado, se puede suponer, segun la situacion geográfica de esta península, que su vegetacion está en relaciones más estrechas con la de las In= dias occidentales que con la de México. Segun su altura média (de 6000 48000 p. ó 1940-3599 m.) la mesa eleva= da de México tropical (23%-17" lat. N.) es considerada por los habitantes como perteneciente en su mayor parte á su tierra fria, lo cual no obstante no corres- * Nicaragua, cuya flora seria imposible describir ahora, ha sido sin embargo objeto, de parte de Friedrichsthal, de Oersted, de los naturalistas del Sulphur, de Seemann, y por último, de M. Paul Le- vy, de exploraciones bastante diversas para que se puedan consignar aquí algunos rasgos de su vege- tacion. Esta vegetacion es muy variada. La region caliente, húmeda y cubierta de árboles que corona la costa en Greytown 6 San Juan de Nicaragua, y que se extiende por el valle del rio San Juan, á lo largo del lago hasta Granada y en Managua, ofrece los tipos más vulgares de la flora tropical comun en las Antillas y en la parte septentrional del istmo de Panamá. Lamayor parte de los géneros y mu- chas espcies son allí las mismas que hay en las selvas que reinan á lo largo de la costa oriental de México, á algunas leguas dentro de Veracruz. Citarémos particularmente, segun las colecciones de M. Lévy: POINCIANA PULCHERRIMA, ÁNONA CHERIMOLIA, MANGIFERA INDICA, BIxA ORELLANA, TERMINALIA CATApPA, COPAIFERA OFFICINALIS, MAMMEA AMERICANA, CHRYSOBALANUS Icaco, CARICA PAPAYA, CURA- TELLA AMERICANA, GYROCARPUS AMERICANUS, CRESCENCIA ALATA, CASTILLOA ELASTICA, entre las más notables por sus propiedades o por su altura, Las mismas relaciones se han establecido para tipos ta- les como: TECOMA MEXICANA, Mart., COCHLOSPERMUM SERRATIFOLIUM, Moc. et Sessé, DORSTENIA MEXI- CANA, Benth., BIGNONIA DIVERSIFOLIA, H. B. K., LurFA ACUTANGULA, SPONIA CANESCENS, BYRSONINA CRASSIFOLIA, GUAZUMA ULMIFOLIA, y especies de los géneros COMBRETON, PHYLLOCACTUS, COCCOLOBA, ANTIGONUM, Cassia, BauHinia, Conpia, PAssiFLORA, PIPER, CECROPIA, SIDA, CAROLINEA, WALTHERIA, HimIscus, y aun para tipos herbaceos tales como: SoLaNuM, HERPESTIS, JATROPHA, ACALYPHA, PHYTO- LACCA, OENOTHERA, KALLSTREMIA, CROTALARIA, ZORNIA, MARTYNIA, etc. Los bosques 6 las sabanas de las cercanías de Granada no solamente presentan así la afinidad por su vegetacion con la region más caliente de México, sino dun con la tierra templada de Jalapa, por las Convolvulaceas, las Plumeria, Thevetia, Luhea, el Echites tomentosa, el Conostegia, jalapensis, etc. St el estudio de las colecciones de M. Lévy estuviese ya terminado, fortificaria mucho esta manera de ver, cuyo trabajo ha compren- dido ya el estudio de los Helechos (v. Fowrnier, Sertum nicaraguense, en Bull. Soc. bot. Pr., t. XIX, p. 247 y 303), y el de las Gramineas está ahora casi completo. Las otras regiones de Nicaragua son mucho ménos conocidas. Segun los trabajos de Oersted se ve que la parte meridional del país presenta una flora especial, que termina en las cercanías del volcan Monbacho, el cual domina la ciudad de Granada; alí es donde las Lecylhideas tienen su límite sep- tentrional. Del otro lado del lago, la region elevada de las Chontales, bien caracterizada sin embargo en el invierno de Kew, presenta tipos particulares (« Godwinia gigas, Hypoderris».....) En fin, en la isla de Ometepec, se eleva en medio del lago de Nicaragua, un pico que, dividido d £5 metros, se eleva á más de 1400 metros de altura, y donde la vegetacion difiere mucho de la de Granada. En dos viajes, á pesar de toda clase de dificultades, M. Lévy ha recogido muchas novedades. En la cúspide se encuentra una « Saxifraga » (Mitella) de los Estados Unidos.—E. F. LA NATURALEZA 257 ponde poco á la nocion europea de un clima frio, puesto que, en la capital, situa- da á 2274 metros (7000 p.) la média anual de temperatura es de 160, 2,” y, por consecuencia, al ménos tan elevada como en Nápoles. Por otra parte, te- niendo en cuenta las pequeñas diferencias de las estaciones (el estío no difiere del invierno más que seis grados), no puede establecerse ninguna comparacion con el clima de Italia, puesto que el estío de México es apénas más caliente que el de Paris. A esta latitud la curva térmica llega á ser plana, porque en todo tiem- po la insolacion obra más fuertemente que el radiamiento de la noche y del in- vierno. La extension de las vastas llanuras elevadas es tan considerable, su su- perficie tan débilmente excavada por los valles y las depresiones, que, para la elevacion de una masa tan inmensa, el decrecimiento vertical de la temperatura llega á ser poco notable. ** Pero la vegetacion está influenciada en mayor grado más bien por la sequedad del clima de las mesas que por la temperatura. Ahí los vientos que soplan del golfo han perdido su humedad, y el período pluvial zenital (que dura de Junio á Setiembre *) no es generalmente muy marcado para asegurar la fertilidad del suelo. El país elevado de México, es por el carácter de su vegetacion, como por la época de sus lluvias, semejante á las praderas meridionales, de las cuales no difiere sino por una mayor uniformidad en la temperatura. Se encuentran espa- cios casi desiertos y áun frecuentemente privados de árboles, así como altas es- tepas, saliferas, donde las débiles corrientes de agua no encontrando salida van á evaporarse en los lagos interiores. * Sin embargo, gracias á la accion de las montañas que dominan las altas mesas, así como á la irrigacion que resulta, una gran parte del país elevado es suficientemente fértil para admitir las prácticas del arte forastero y la cultura de los Cereales. El Ágave (Maguey) se ha ex- tendido, y lo que la hace fisiológicamente notable, es que la sávia obtenida por incision y de la que se hace una bebida espiritosa (el pulque), continúa escur- riendo durante varios meses, despues que la ablacion del tallo floral ha hecho ce- sar esta manifestacion vital exagerada. * El clima de la region elevada es igual- mente favorable para el Olivo, el Moral y la Vid. ** * M. Boussingault da (Comptes rendus, año 1875, t. LXXX1, p. 1070) noticias interesantes acer- ea del pulque suministrado por la Agava americana, que se encuentra, dice, «desde el nivel del Océa- no hasta la altura de 3000 metros; situacion climalérica que no soportarian, el trigo, el maiz y la papa, á causa de las secas prolongadas ó por una temperatura que desciende frecuentemente abajo de cero, la nieve, el hielo y los vientos más impeluosos.»—T. ** Entre las plantas cultivadas de México, los cereales gozan un papel considerable bajo la rela- cion de su fecundidad, así como M. de Humboldt (Essai sur la Nouvelle Espagne, t. HI, p. 67), lo habia hecho notar, ensenándonos que, gracias á una abundante irrigacion artificial, el trigo da semi- lla de 55 4,60 y áun 80 veces. M. Boussingault (Agronomia Chimie agric. el Physiologie, t. II, p. 63) que con su concienzuda exactitud (cualidad que es rara en nuestros días), cita 4 Humboldt, re- fiere que las ricas cosechas que se admira ahora en varios Estados de México no son más que el pro- ducto de tres ó cuatro granos encontrados por un negro, esclavo de Cortés, entre el arroz destinado 258 LA NATURALEZA La mesa alta está, bajo el punto de vista climatérico, tan perfectamente aislada del golfo, que la vegetacion de la vertiente interior es completamente diferente de la que se encuentra en la vertiente exterior.* Las selvas solamente están compues- tas sobre la vertiente exterior, así como en ciertas regiones de la cordillera, de Encinas y de Coníferas. En cuanto á las otras formaciones, bien que en general hayan sufrido sus elementos constitutivos un cambio, no son ménos semejantes á las de las praderas meridionales. Las formas de Cactus y de Ágave, en relacion con los arbustos espinosos de las Mimoseas, determinan, ahí aún, el carácter de la vegetacion; *la temperatura es muy baja, ó bien la irrigacion insuficiente para la produccion de las praderías tropicales. La vertiente del Pacífico de la alta mesa mexicana es de una constitucion mé- nos sencilla que la zona estrecha y más fuertemente inclinada hácia el golfo. En la cadena occidental de los Andes, Humboldt” ha distinguido cuatro grandes va- lles longitudinales, dispuestos en terraplenes, valles que yendo de la capital para Acapulco (17* lat. N.), se cortan transversalmente de una extremidad á otra, des- cendiendo rápidamente á la zona templada y á:la caliente. La flora no tiene, sobre la vertiente occidental, la riqueza de la zona del golfo, porque no hay allí más que cortos períodos de lluvias zenitales, y el suelo recibe una cantidad ménos consi- derable de humedad. Ahí no se encuentran selvas tan ricas en formas como en Orizaba; y por otra parte los límites de altura en las regiones montosas han ba- jado. Las Coníferas, que, segun la observacion de Humboldt, * no descienden hácia el golfo más allá de 1850 metros (5700 piés), se encuentran abajo de la costa de Mazatlan (19 lat. N.) desde 974 metros (3000 piés), y las encinas, des- de 649 metros (2000 piés). * Este descenso del nivel habitado por formas vegetales semejantes, el cual pa- raliza la extension de la selva tropical, se reproduce frecuentemente tanto sobre la vertiente pacífica de México, como, en general, en la América central, y se ha observado hasta el istmo de Panamá. Sobre el viejo volcan de Nicaragua, en la bahía de Fonseca (13 N. B.), lo que constituye el punto más meridional de esta costa, donde las Coniferas (bajo forma de pinos) han sido observadas, M. Oersted * las encontró tambien á la altura de 974 metros (3000 p.), y las enci- nas descienden ahí hasta á 487 metros (1500 p.) Podria verse en estos fenómenos para el alimento de las tropas: estos granos son los que fueron sembrados en 1530. Hay otro pasaje de Humboldt muy notable relativamente al orígen de la cultura det trigo en el Chile y en el Perú; M. Boussingaull lo refiere en estos términos: « El inca Garcilaso nos ha trasmitido el nombre de una mujer, María Escobar, que fué la primera que llevó algunos granos de trigo 4 Lima, entónces Rímac. El producto de la cosecha fué distribuido durante tres años entre los colonos, de manera que cada uno de ellos recibió veinte 6 treinta granos. Esto pasaba en 1547; de manera que la cultura del trigo, se- gun esto es más antigua en el Perú que en México y en Chile. En Quito, el primer grano de trigo fué sembrado cerca del convento de San Francisco, por el P. José Risi. Los monjes me han mostrado en 1831 el vaso en el cual este trigo habia sido trasportado de Europa. »—T. LA NATURALEZA 259 el efecto de la posicion aislada de las montañas, ”-puesto que sobre el Océano Pa- cífico la influencia de la elevacion general del continente se encuentra anulada, y, por consecuencia, el decrecimiento de la temperatura en sentido vertical, ace= lerado.*” Esto explicaria la concordancia que se presenta entre el Viejo, saliendo bruscamente de en medio de la llanura litoral, y los Andes de Mazatlan, que se elevan suavemente surcados por valles profundos. No obstante, esta manera de ver sugiere objeciones que conviene examinar de- tenidamente. La cordillera elevada de Veracruz sufre, á la verdad, la accion de la alta llanura de Puebla, á la cual se une directamente; pero sobre la vertiente que mira al golfo, las regiones montuosas superiores, que comprenden las Conífe- ras, se encuentran abrigadas contra la insolacion por las nubes, de manera que, en esta localidad, á pesar del cielo nublado, el decrecimiento vertical de la tempe- ratura es tan retardado como en la region misma. La elevacion en masa es lo que iguala los efectos del debilitamiento de la accion solar. Damos á conocer aquí los fenómenos opuestos á los que nos presentan las islas de la Sonda, donde las plantas resinosas crecen á la misma altura que bajo el cielo más sereno de las altas mesas mexicanas: el mismo pino (Pinus religiosa) ha- bita una region más elevada. * Las observaciones hechas en el istmo dan más luces sobre esta cuestion. En Costa Rica, donde la alta mesa de Carthago no tiene comparativamente á México, más que una extension poco considerable, se ve elevarse sobre la vertiente septentrional (10% lat. N.) una selva mezclada de palmeros y de otras formas arborescentes tropicales casi hasta la cresta de la cor- dillera. Del otro lado de esta selva, en una region abierta, no se observan arbo- lillos de la pradera, y no se llega á la selva tropical sino en la proximidad de la costa. Así, pues, ahí se produce la misma diferencia entre la vertiente del Pací- fico y la vertiente del mar Caribe, expuesta á las nubes á que da origen el alisio. En la América central parece que, el decrecimiento en sentido vertical de la tem- peratura, debido á la influencia de las altas mesas, se encuentra combinada con otra accion que tiende á determinar los límites de la altura en la vegetacion. Los árboles tropicales, que exigen una irrigacion abundante del suelo, deben perma- necer sobre las vertientes del Pacífico, donde dicha irrigacion les hace falta á una altura menor que sobre las vertientes de México y de Costa Rica expuestas al alisio. En. éstas puede bastar la temperatura ordinaria, miéntras que en aquellas no bastaria sino cuando dichos árboles recibieran la influencia de la atmósfera marítima. En las regiones donde circula esta atmósfera libremente, se ve des- cender á las plantas resinosas y las encinas, árboles de climas templados, exacta= mente como la vegetacion alpina de las montañas del sur de Europa que comienza á un nivel inferior, porque al límite de los árboles se encuentra deprimido por la falta de humedad. Segun esta manera de ver, la diferencia que se presenta, re- lativamente á la distribucion de la vegetacion, entre la costa mexicana oriental y la isla de Sumatra, depende de que, sobre la costa, la accion de las mesas y de La NATURALEZA. —Tomo V1.—37. 260 LA NATURALEZA la humedad tiende á elevarse, miéntras que en Sumatra la temperatura, dismi- nuida por las nubes, tiende á bajar el límite de altura de los árboles, que, bien que pertenezcan á los mismos géneros, tales como las Encinas y las Coníferas, no ocupan por esto exactamente el mismo lugar en la distribucion climatérica de las especies. La vertiente del Pacífico, no siendo humedecida por las precipitaciones del ali- sio, difiere de la costa oriental del golfo, ya por esto ó ya porque en la region caliente, la costa está inmediatamente cornada por una selva tropical, en la cual no se observan sabanas más que á cierta altura (650 m. ó 2000 p.) En Maza- tlan, esta region montuosa suministra la madera de Campeche, la cual posée lo mismo que la costa meridional del golfo. * Al sur de Guatemala, estas selvas son ricas en Palmeros. Desde San Salvador hasta el istmo de Darien, el Cocotero se presenta á títuto de producto indígena (de O 4519 m. ó 1600 p.); de este centro de vegetacion es de donde él se ha esparcido en las islas de corales de la América del Sur, así como en otras regiones tropicales. Sobre el Viejo, en Nicaragua, las Encinas penetran á la zona de las Palmeras, pasando por las sabanas y eleván= dose á una altura de 699 metros (2000 p.) * La formacion de las sabanas se encuentra favorecida por la pendiente más sua- ve de los Andes del Pacifico. Pero su importancia llega á ser más general aún en el sur, donde la mesa elevada se estrecha gradualmente avanzando hácia el istmo, y sufre, á partir de Guatemala, una depresion en su nivel (1299-1624 m. ó 4000-5000 p.) Ahí las Gramíneas contribuyen á la formacion delas praderías de México, y rechazan las regiones montuosas continuas hácia las superficies in= elinadas de la elevacion, donde frecuentemente, áun sobre cierta extension, se.les ve descender á niveles inferiores. ln la proximidad del istmo, los árboles de las sabanas, así como en el resto de sus elementos constitutivos, dejan percibir una mezcla de dos regiones florales. FORMACIONES VEGETALES.—La mayor parte de los rasgos característicos que ofrecen los diversos paisajes del globo, se encuentran reunidos en la flora de Mé- xico. M. de Humboldt ha sostenido que los Andes reproducen en pequeña escala la fisionomía de todos los grados de latitud; pero esta opinion tiene mucho ménos valor para la region mexicana que para la América del Sur, porque la elevacion en masa, más poderosa en México, les da ahí á las formas vegetales de la zona templada una mayor extension geográfica. Comparado con los trópicos del anti- guo mundo, el carácter americano de los centros de vegetacion está expresado por dos familias especiales de este continente, las Cacteas y las Bromeliaceas, así como por una riqueza mayor de formas en las Palmeras, las Melastomaceas, las Malpighiaceas y las Gesneriaceas; pero, si se exceptúan las plantas grasas, estos grupos no presentan en las regiones calientes una gran variedad, y están casi completamente excluidos de las altas mesas. Las plantas grasas que extienden la flora mexicana á la parte meridional de las praderas, constituyen ahí frecuente- LA NATURALEZA 261 mente, sobre un suelo árido ó rocalloso, la produccion principal, llamando la atencion por otra parte por la variedad de conformacion de sus troncos. Las Cac- teas que han pasado á nuestro poder vienen, la mayor parte, de México. Ellas se encuentran á menudo en este lugar casi en todas las regiones; ” algunas Mamilia- rias llegan hasta el nivel de 3573 metros 11000 p.) Los Fylocactus epifitos, en los cuales solamente el tronco toma la forma aplastada de una hoja, y que son igualmente extrañas en las praderas, se encuentran limitadas en las selvas som- brías de la region caliente. En cuanto al resto de las plantas grasas, la mayor parte de las Ágaves tienen su patria bajo los climas secos de México, en donde se encuentra otro género de Crasulaceas (Echeverria) de hojas elegantemente coloridas, asemejándose á la forma Chenopodea, y cuyo pariente más cercano habita el Cabo.* Una colora- cion rica de los pétalos, así como las dimensiones insólitas de las flores, constitu- yen, en general, fenómenos frecuentes en la América tropical: el esplendor de las Cacteas de México (p. ej. del Cereus speciosus), permite colocarlas al lado de la Victoria de los rios de la América meridional. Este hecho puede apoyar una opi- nion, ” segun la cual la fecundacion de ciertas plantas americanas no se opera solamente por los insectos, sino tambien por los colibrís que, siguiendo á aquellos, ayudan á esta operacion, porque habituados al aspecto de su propio plumaje, es- tas aves buscan tintes igualmente vivos en el mundo vegetal, y como, por otra parte, las dimensiones de las flores corresponden á las de su propio cuerpo, el pólen fecundante puede ser trasportado por ellos á otro lugar. Lía forma Bromelia, cuyo representante más conocido es el Ananas, difiere de los Ágaves por una roseta de hojas no suculentas, rígidas, de la naturaleza de las de la caña, y de las Liliaceas por la falta de bulbos ó de aparato análogo al tallo. Las Bromeliaceas esparcidas en toda la América tropical en especies nu- merosas, y bajo las más diversas dimensiones, habitan tanto las selvas húmedas como los países cuyo período lluvioso es muy corto. Las formas epifitas, de las inflorescencias ricamente coloridas y 4menudo múl- tiples, no necesitando del contacto del suelo, sirven para el adorno de los troncos de los árboles. Las hojas reunidas abajo de la flor se ensanchan hácia su hase en una cavidad aplastada, que les permite reunir agua de diversos períodos. Sobre la costa de la bahía de Campeche, se ve una de las especies más grandes, la Bro- melia Pinguin, que cubre el suelo á ciertas distancias, y cuyas hojas rígidas de 1,6 á 1,79, de longitud, llevan en sus bordes una hilera de espinas curvas; es- tán bien adaptadas al clima seco de los alisios. En muchas especies, se observa un tinte azuloso, ó bien el desarrollo de escamas sobre la epidermis: estos son me- dios que sirven para retardar la evaporacion y mantener la tension de los tejidos en medio de una atmósfera seca. Las formas más sencillas de Epifitos (Til land- sia), se encuentran en las regiones más frias de México; pero bajo latitudes más elevadas: en el sur de los Estados Unidos, esta familia, tan eminentemente pro- 262 LA NATURALEZA pia de la América tropical, no se encuentra representada más que por una sola especie, muy diferente en organizacion á las Bromeliaceas, pues que carece de la roseta formada por sus hojas. La mayor parte de las Palmeras de la América tropical se encuentran limita- das en una sola region floral, ó áun en áreas locales más estrechas, y habitan los climas calientes. Las especies más pequeñas (Chamecedorea), son numerosas en las selvas húmedas de las montañas de México, miéntras que los árboles de gran- de talla caracterizan la region litoral. Lo que prueba cuán importante es la hu- medad para esta familia, es el desarrollo que adquieren las palmeras en los países ecuatoriales del Brasil; á pesar de esto, la flora de Mexico ha suministrado ya cincuenta especies (casi la sexta parte de las especies americanas), entre las que las Chamcedoreas constituyen la mayor parte. En la zona del golfo las palme- ras se encuentran hasta á la altura de 1624 metros (5000 p.); pero, en el inte- rior del país elevado, se observan algunas otras especies á la altura de 2598 metros (8000 p). * Varias Cicadeas particulares, que por su talla se asemejan á las Palmeras (Divon, Ceratozamia), son aún indígenas en México. Las Liliaceas arborescentes, algunas de formas muy elegantes (Dasylirium, Fourcroya) están extensamente esparcidas bajo los climas secos de México, se encuentran hasta en las regiones superiores, sin que, para ciertas especies, el de- crecimiento de temperatura perjudique su talla. Precisamente el más alto de es- tos árboles (Y. longeeva) cuyo tronco tiene de 12,9 á 16,72 de altura, fué ob- servado en Oaxaca, á una altura de 3248 metros (10000 piés). La mayor parte de las especies de esta série de formas son no obstante, como de ordinario, dé pe- queño tamaño, y otras, cuyo tronco (como en las palmeras enanas), se encuentra oculto bajo el suelo, se asemejan por su aspecto á la forma Bromelia (Hechtia, bBeschorneria). Las demás formas arhorescentes se encuentran esparcidas segun las regiones ó segun las formaciones de niveles determinados. Los Helechos arborescentes, que, segun parece, faltan en toda la vertiente del Pacífico, * no habitan, en la zona del golfo, sino las húmedas selvas de la montaña (811-1624 metros ó 2500- 5000 p.)** La forma Bambú cubre las riberas húmedas de los torrentes en las selvas vírgenes; se le encuentra en el Estado de Veracruz, hasta la region de las encinas siempre verdes, y, en las barrancas del pico de Orizaba, á alturas muy considerables (hasta 3085 m. 6 9500 p.): *sobre las pendientes de la alta llanu- ra del istmo, se encuentra juntamente con los Helechos arborescentes (617— * Hay Helechos arborescentes que se encuentran á alturas considerables, sín duda porque tienen sobre ciertas cadenas la humedad que les es necesaria, Así, el «Trichosorus densus, » Liebm., crece, segun este naturalista, á 2436 m. (7500 p.) en la cordillera de Oaxaca; su «Tr. glaucescens» d 1949 m. (6000 p.) en Amallan, y su «Tr. frigidus» se encuentra de 1598 á 3249 m. (6000 p.) sobre uno de los grupos más elevados, en el Cerro de Zempoaltepec, en el Estado de Oaxaca. El « Cyathea Schaus- chin,» Mart., se mezcla con los Pinos en las montañas de Oaxaca, segun Galeotti.—E. F. LA NATURALEZA 263 1104 m. ó 1900-3400 p.) * Las plantas leñosas angiospermas, tales como las formas de Laurel y de Tamarindo, habitan, con el Pisang americano (Helico- nia), la region tropical (en la zona del golfo hasta 4 1948 metros ó 6000 piés). Los Paletuvios se encuentran en la costa del océano Pacífico, desde la extremi- dad meridional de la California hasta el istmo, pero carecen en una gran parte del Estado de Veracruz. Entre las plantas de las sabanas encontramos las formas de Sicómoro y de Bambaceas; pero, conforme á la extension y al nivel de las ma- sas elevadas, las selvas están compuestas, sobre todo, la mayor parte de las de México, de géneros de árboles de la zona templada. Bajo las Encinas constante- mente verdes de la region tropical, se encuentran las especies del mismo género, cuyas hojas, tan poco lobuladas como las de las primeras, se caen periódicamente y se asemejan á las del Castaño (hasta á 3085 m. 69500 p).* Las Encinas y las Coníiferas están reunidas á un Aliso de follaje semejante (A/nus acuminata), es- pecie esparcida en los Andes sobre todo su desarrollo, desde México hasta Chile. El género Tilo, Tra, se encuentra igualmente en México. Por otra parte, no podria establecer siempre, en las regiones montuosas más elevadas, una rigurosa distincion entre las esencias leñosas angiospermas, segun su latitud, teniendo en cuenta que ciertas formas tropicales pueden igualmente soportar una temperatura más baja, Así, una Bombacea, única en su tipo, par- ticularmente notable por su estructura, Cheirostemon, ha sido observada en la alta llunura de Toluca, á una altura de 6215 metros (8050 piés). * Por mucho tiempo no se conoció más que un solo ejemplar de este árbol procedente de Gua- temala, que habita el volcan del Fuego, igualmente á una estacion elevada, so- bre el límite de las Encinas y de las Coníferas. * La region de las Coniferas, faja montuosa más elevada de México, se encuentra separada de los árboles angiospermas. Es cierto que los pinos se encuentran reu- nidos á estas últimas plantas que viven en ciertas latitudes (sobre el pico de Ori- * Despues de algunos años, sobre todo despues de la útima expedicion francesa en México, los Helechos de este país han sido objeto de numerosos trabajos. M. Eugenio Fowrnier, que ha consagra- do extensos y fructuosos estudios á las ricas colecciones de Helechos mexicanos reunidos en Francia, y sobre los cuales habia insertado ya algunos escritos en los «Comptes rendus» de 1869 y en el Boulle- tin de la Soc. bot. del mismo año, acaba de presentar á la Academia un trabajo (Comptes rendus, año de 1875, 1. LXXXI, p. 1337) que resume perfectamente nuestros conocimientos actuales de esta parte importante de la flora mexicana. Resulta del conjunto de este trabajo que los Helechos recogidos en México constituyen 595 especies diferentes, de las cuales 178 son especiales de este país y 417 se en- cuentran en otros lugares, pero la mayor parte en otras regiones de la América tropical. Por otra parte, M. Bescherelle ha presentado (ibid.) un trabajo igualmente interesante sobre los Musgos de Mé- xico, en «donde se ve que las especies son 359, de las cuales muchas son nuevas d al ménos permanecian inéditas, un gran número de especies nuevas, estudiadas por M. Schimper, y que éste dió 4 conocer al autor. Este trabajo, que comprende tambien un gran número de especies aún desconocidas, descri- tas con exuclitud, demuestra 'que estos pequeños vegelales son más numerosos de lo que se creia en las regiones tropicales.» —T. 26% LA NATURALEZA zaba á las encinas y los fresnos á los primeros hasta á 3573 m. 6 11000 p.); *pero despues las plantas resinosas existen á mayor altura aún (1948 á 3996 m. 6 6000-12000 p.), * y constituyen exclusivamente el límite de los árboles. Bajo la relacion de la variedad de las especies, éstas no le ceden probablemente nada á las montañas de la zona templada de la América del Norte, porque se han en- contrado con exactitud más de 20 especies, * esparcidas, en verdad, sobre una área mucho más vasta que en la Sierra Nevada de California. La mayor parte de las Coníferas de México son verdaderas plantas de hojas alesnadas; sin embargo, la forma Ciprés está representada igualmente en este país (por los géneros Cupressus y Juniperus). Las especies son casi todas endé- micas: no hay allí, segun parece, más que el Pinus Douglasí, del Oregon, que pasa del trópico y se encuentra en Real del Monte (20 lat. N.) La gran mayo- ría de las plantas resinosas consiste en pinos de de tres y cinco hojas en la misma vaina; además, se observa una segunda especie del género Taxodium, de la Amé- rica septentrional. El Abeto mexicano, Pinus religiosa, constituye, sobre el pico de Orizaba, una faja montuosa particular, rigurosamente limitada desde 2926 has- ta 3573 m. 6 9000-11000 p., * arriba de la cual se encuentran aún dos especies de pinos, P. Montezumo y P. Hartwegi. El Taxodium mexicano, 7. mucro- natum, es notable por el grosor diferente del tronco: desde la época de la con- quista española, el árbol de Tula, Oaxaca, era célebre; se le habia comparado al Boabab africano; teniendo dicho árbol, de circunferencia, segun una medida re- ciente, * 30,8 (1,6 sobre el nivel del suelo). Bajo la relacion de la altura, las Coníferas mexicanas viven en un lugar inferior al que ocupan las de California, así, el gigante de Tula no crece arriba de 32,94. Los arbustos de México varian, como los árboles, segun las regiones, pero más aún en su forma y en su estacion segun sus familias. Por su follaje, se asemejan la mayor parte á las formas Oleandra y Mirto. En las regiones más calientes, se ve figurar bajo los hosques de las selvas, las Melastomaceas (hasta á 2273 me- tros 6 7000 p.); * conocibles por las nervaduras laterales encorvadas de sus hojas; las Mirtaceas crecen al pié del pico de Orizaba (hasta á 1559 m. ó6 4800 p.); “las Gesneriaceas son frecuentes en las barrancas, y las Sinantereas leñosas se en- cuentran en las selvas de encinas verdes. Despues, las formaciones autónomas de matorrales se observan en la region elevada: ahí encontramos de nuevo la Mimosa frutescente y otros arbustos espinosos de las praderas meridionales, Fou- quiera. Por sus Ericaceas, Arbutus, Vaccinium, la parte más elevada de México se asemeja á las montañas de la América septentrional, y por algunos géneros particulares, Fuchsia, Buddleia, á los Andes de la América meridional. Por úl-. timo, en las cercanías del límite de los árboles, se desprende una faja de Sinan- tereas, Stevia, plantas sociales que, por la pequeñez de sus hojas aglomeradas, se asemejan á las Erica ó la forma Mirto. Por sus yerbas viváceas, México, teniendo en cuenta su posicion geográfica, LA NATURALEZA 265 se asemeja aún, en parte, á las latitudes más elevadas del oeste de la América sep-= tentrional, y áun á la zona ártica y en parte á los Andes meridionales. ** Pero, aun en el caso de que México hubiese hecho algun préstamo á las pra- deras meridionales, no se conoce el caso en que un vegetal de la region baja del norte haya reaparecido en las montañas de México, sin ser al mismo tiempo in- dígena en las llanuras elevadas, que sirven de intermedio entre las zonas tem- plada y tropical. Esta separacion de las especies se manifiesta muy claramente en los géneros que poseen igualmente las montañas tropicales de México y la zona ártica. Parece que las migraciones, tan ordinarias de este lado de los tró- picos entre las montañas y las llanuras, no se extiende fácilmente mas allá de los trópicos, donde, gracias á la curva térmica plana, se producen contrastes bastan- te marcados en la duracion del período vegetal. Las sabanas de México, comparadas á las de la América meridional, concuerdan más por el predominio de las Paniceas, Paspalum, que por la vegetacion de las Gramineas.** Lo que hace su desarrollo ménos frondoso, es que las Gramíneas, lo mismo que en los prados montañosos del norte, buscan las superficies monta ñosas inclinadas, y, por consecuencia, no dependen tanto de los aguaceros tropi- cales como las sabanas unidas de la América meridional. La afinidad es mayor, en todas las floras de la América tropical, entre las de los vegetales de la selva vírgen que crecen en la sombra. De todos modos la va- riedad de Bejucos y de los Epifitos puede servir para medir los contrastes que ofrecen las cantidades variables de luz y de humedad. Los Bejucos y ciertas fa- milias predominantes entre los epifitos, tales como las Piperaceas, Aroideas y los Helechos, se encuentran favorecidos igualmente por la temperatura mas elevada. de la region baja. Las Orquideas, una de las familias mas ricas * en México, así como sobre el monte Kharia, en la India, parece que crecen áun bajo los climas * El género Eryngium que en la nola 30 cita nuestro autor como uno de los que poseen igualmen- te tanto México como la América meridional, ofrece en el nuevo mundo una particularidad que M. Decaisne (Bull. Soc. bot. de Fr. t. XX, núm. L, Comptes rend. des sciences, p. 10) ha hecho notar en estos términos: « El género Eryngíum presenta en su distribucion geográfica un fenómeno singular que solo poseen pocas especies: comprende un grupo de ciertas especies, confinadas ahora entre los 350 y L0” de latitud en los dos hemisferios del nuevo continente, y cuyas hojas, recorridas por finas ner- vaduras paralelas, se asemejan y se confunden con los de ciertos Monocotiledones, tales como los Pan- daneas, Bromeliaceas, Gramineas, Juncaceas, etc. Estas singulares especies viven, sin embargo, en union de especies de hojas divididas, semejantes á las de nuestro Eryngiwm del antiguo continente. » M. Decaisne se pregunta si estas especies del nuevo continente, caracterizadas por hojas de nervadwras paralelas, no serian las representantes de un antiguo tipo, rechazado y gradualmente empobrecido por el Eryngíum de hojas divididas, que seria el descendiente.—T. ** Las Gramineas toman en México un desarrollo muy importante. Para poderlo apreciar, tras- eribiré el estudio de las Paniceas y de las Andropogoneas; extracto de la monografía de la familia que espero publicar proximamente. Las Paniceas comprenden 213 especies, de las que £3 son Paspa- tum, 10 Dimorphostachys, 81 Panicum, 12 Orthopogon, 7 Gymnothrix, 21 Setaria, 8 Cenchrus, elc. Las Andropogoneas comprenden 67 epecies, de las que 34 6 35 son Andropogon.—E. F. 266 LA NATURALEZA más frios de la region tropical; un gran número de formas aéreas desplegan en las selvas de las cadenas, un lujo inagotable, de espléndidas Epidendreas y Van- deas, así como de bellas, aunque menores, Melaxideas. Entre los Bejucos de Méxi- co es preciso mencionar, á causa de su importancia comercial, una Smilacea, que suministra la zarzaparrilla, Smilax officinalis, así como la vainilla, Vanilla aro- matica: esta última es la única Orquidea trepadora que es indígena en las selvas vírgenes, húmedas y frias, sobre todo en Oaxaca. FORMACIONES VEGETALES Y REGIONES.—Las selvas húmedas de un clima calien- te, donde la vegetacion no es nunca simultánea y completamente interrumpida, y las sabanas periódicamente desecadas, con reposo invernal durante la estacion seca, son las formaciones principales de la América tropical, lo mismo que de la mayoría de las floras de carácter concordante: por sus selvas se asemejan al archipiélago Indio, y, por las sabanas presentan la fisionomía del Sondan. Las descripciones de las selvas abundantemente rociadas por las lluvias en Tabasco, así como las de la parte meridional del Estado de Veracruz, no muestran ninguna diferencia apreciable entre estas regiones y la Guayana ó el Brasil. Si los elemen- tos constitutivos de las vegetaciones respectivas, difieren algo, bajo la relacion sistemática, la relacion entre las formas vegetales no es la misma. Pero como, teniendo en cuenta el espacio que ocupan, estas formas vegetales se desarrollan más en México que en los Andes del sur, surcados además por sinuosidades más profundas, la distincion de las regiones adquiere aquí una importancia mayor, y puede adaptarse á la de las formaciones. Habiendo señalado en nuestras conside- raciones sobre el clima, los rasgos principales de estas gradaciones de la vegeta- cion mexicana, no nos queda más que el exámen de las regiones superiores de los altos conos volcánicos que se levantan en medio de la masa de los Andes, ya sea sobre el golfo, ya en el interior de la region elevada, 6 á lo largo de ciertas líneas determinadas de las pendientes. Andes mexicanos (21-17 lat. N). Zona del golfo: Region tropical, 0-1949 metros (0-6000 piés). * Region caliente con familias tropicales predominantes, 975 metros (3000 p.) Region de la selva de las Encinas siempre verdes, mezcladas de formas tropica- cales, 975-1949 metros (3000-6000 piés). Zona del golfo y region elevada: Region templada 1949-3996 metros, 6 6000-12300 piés (límite de los árboles).' Region de la selva de las Encinas independiente, 2534 metros (7800 piés).* Region de las Coníferas, 2534-3996 metros, 6 7800-12300 piés (4 3573 me- tros, 6 11000 piés, sobre el pico de Orizaba. Region alpina, 3996 metros (3573 piés) 6 12300 metros (11000 piés).—4515, 613900 piés (línea de las nieves.—Sobre el pico de Orizaba, 4872 metros, ó 15000 piés. * LA NATURALEZA 267 Volcanes sobre la alta llanura de Guatemala (14%30” lat. N.) Alta llanura, 1624 metros (5000 piés). Region montuosa, 2214-3378 metros (7000-10400 piés). 7 Region de las Coníferas, 2858-4548 metros, (S800-14400 piés). Volcan Irasu en Costa Rica, (10 lat. N.)” Mesa alta de Carthago, 1624 metros (5000 piés). Region de las Encinas, 2274-3248 metros, (1000-10000 piés). Region alpina, 3248-3573 metros, 6 10000-11000 piés (cúspide). Entre las altas cúspides de los Andes mexicanos, hay pocas que tienen nieves perpétuas, y todos estos picos están situados cerca del paralelo 19. En las regio- nes tropicales, la línea de las nieves depende más del relieve de las masas mon- tañosas y de su humedad que de la latitud geográfica. A pesar de la accion del clima de las mesas, el límite de las nieves desciende ligeramente en México, por= que las nieblas arrastradas por el alisio suben á mayores alturas; lo cual no se verifica para el pico de Orizaba, cuya silueta elevada se divide arriba de la Cor- dillera. Sin embargo, bajo esta latitud geográfica, las diferencias térmicas de las estaciones se hacen sentir en mayor grado que en las montañas ecuatoriales. Humboldt notó que cuando en Enero la línea de las nieves desciende más, se encuentra á un nivel inferior de 812 metros (2500 p.) al que se observa en Se- tiembre (á 3603 metros ó 11400 p.) No obstante la reduccion del período de la vegetacion, por consecuencia de las caidas de nieve periódicas, no es muy consi- derable para limitar mucho la extension de los vegetales leñosos en sentido ver- tical. Entre las Fanerógamas que crecen más arriba sobre el pico de Orizaba (4712 m. ó 14600, p.), se han encontrado arbustos, Senecio, * Ribes, * y Lieh- man ha visto árboles de hojas aciculares aisladas, aunque en parte achaparra- dos, Pinus Montezumce, y más allá del límite claro de la selva, tal como se en- cuentran en la region alpina (hasta á 4547 m. 614000 p.), fenómeno comparable á la presencia de los árboles en el nivel más elevado de la Abisinia. Nose puede admitir que ahí donde cesa la faja montuosa, se encuentre extinguido el límite cli- matérico de la vida de los árboles. Si el suelo volcánico, poco favorable, compuesto de galetes, no viniese á detener este límite, la selva podria elevarse casi hasta cer- ca de la línea de la nieve donde hay la humedad necesaria, y donde la tempera- tura no es muy baja. * Sucede lo mismo en las regiones de los volcanes mexicanos en general, donde ciertas plantas, pasan, sin embargo, mucho estos límites en su extension local ó esporádica, bien que el predominio de tipos vegetales establezca gradaciones mar= cadas. Resulta, pues, que la separacion de las regiones depende más bien delas influencias ejercidas por el suelo y que determinan el carácter fisonómico delas formaciones, que de los valores climatéricos. Sobre el pico de Orizaba se han dis- tinguido, en la region alpina, varias fajas de vegetacion que indican esta, relacion. * Las Stevia, que corresponden á los Rhododendron de los Alpes y que se encuen- La NATUBALEZA, —Tomo VI.—238. 268 LA NATURALEZA tran arriba de la region montuosa (3573-4418 m. 6 11000-13600 p.), habitan, unidas á las yerbas viváceas alpinas, los galetes volcánicos de la cordillera. El suelo de la alta superficie montañosa (4 4418-4642 metros, ó 13600-14800 p.), compuesto de sustancias arenosas muy ténues, produce un prado alpino herboso, y, sobre los bordes del cráter que salen del medio de este prado, casi no se en- cuentra más que líquenes y musgos (4642-4805 m. 6 14300-14800 p). La faja de Stevia no se encuentra en Costa Rica, y es reemplazada sobre el Trasu, por plan- tas resinosas, así como por Ericaceas, Vaccinium, Pernettya, que acompaña- das de prados alpinos se elevan hasta la cúspide de la montaña (3248-3573 m. ó 10000-11000 p). Pero en la region de las Coniferas, arriba del límite montuoso, se encuentran tambien elementos extraños. La uniformidad del Norte no reina de ningun modo en las selvas de plantas resinosas del pico de Orizaba (de 2534 4 3573 m. 6 7800- 11000 p.)* Las plantas angiospermas, tales como las Encinas y los Fresnos, se mezclan ahí en todas partes; las yerbas que buscan la sombra son varias, y las barrancas, que ahí comienzan, alimentan á una frondosa vegetacion: vertientes enteras de las montañas están desprovistas de vegetacion arborescente y se en- cuentran cubiertas de altas Gramíneas y de yerbas viváceas alpinas. Agreguemos que los bosques de Encinas, de plantas ménos mezcladas, que siguen despues des- cendiendo (de 1994-2534 metros ó 6000-7800 p.), son interrumpidos donde dis- minuyen las precipitaciones por las formaciones del país alto, tales como los mator- rales de Mimosas y de plantas grasas. Solamente al pié de la cordillera (á una altura de 1949 m. 6 6000 p.), donde la vegetacion comienza á ser rechazada, es donde se produce un cambio climatérico más marcado. Sin embargo, áun en la faja vegetal de esta region, el carácter mixto de las formas vegetales, carácter propio de las montañas mexicanas, se ve que la seccion superior de la region montuosa tropical (945-1949 metros 6 3000- 6000 p.), reune, como en el Archipiélago Indio, las Encinas á las formas arbores- centes del clima tropical. Las Encinas, cerca de Orizaba, cubren una gran parte de la region montañosa, lo cual no es un obstáculo para que los representantes:de la forma Laurel (Laurineas, Anonaceas, Sapoteas, etc.), sean ahí frecuentes en todas partes, y que las Chamcedoreas, las Cicadeas, las Melastomaceas y las Mirtaceas, no constituyan los matorrales. Por la mezcla de los elementos cons- titutivos, por la aglomeración de los vegetales leñosos y por la abundancia de los Epífitos, esta vegetacion se asemeja á las selvas de la costa meridional del golfo, compuesta exclusivamente de formas tropicales, pero donde la temperatura au- menta la variedad de los árboles, la talla de las Palmeras, la importancia de los Bejucos leñosos, y donde se ve más frecuentemente aumentar las dimensiones del follaje de las plantas que crecen en la sombra, tales como las Aroideas, las Sci- tamineas y los Helechos. Las sabanas de la América difieren de las de la África tropical por una mezcla LA NATURALEZA 269 más marcada de los elementos constitutivos, así como tambien en que admiten más á menudo estas selvas claro-sembradas compuestas de árboles bajos ó de me- diocre altura, que se designan en el Brasil, con el nombre de Catingas, y que pierden su follaje durante la estacion seca. HEstos vegetales consisten en árboles pertenecientes á las familias más diversas, de los cuales la mayor parte concuerda bajo esta relacion y corresponde á la forma Sicómoro. Los Chumicales de Pa- namá representan grupos de árboles de esta naturaleza, compuestos de una Di- lleniacea, Curatella, cuyas hojas, semejantes al papel, son ruidosamente agitadas por el viento, como son sacudidos nuestros follajes secos por el soplo del otoño.* Segun las observaciones hechas por M. Wagner en el istmo,” existe una oscilacion secular entre la sabana y las catingas, siempre que ciertos árboles de las sabanas, extendiéndose gradualmente de la orilla de la selva hácia la superficie que recibe bastante el sol y enriqueciendo el suelo de humus, preparen así un abrigo á los árboles que les suceden. Pero llega un momento en que las sustancias alimenti- cias del suelo se encuentran agotadas, y entónces la sabana abierta rechaza estos árboles á su vez. Las sabanas mexicanas no se desarrollan sobre vastos espacios sino sobre la vertiente del Pacífico. Sobre el suelo inclinado, donde solo dura pocos meses la irrigacion operada por las precipitaciones, las Gramíneas son á menudo de una talla bastante pequeña: así, sobre los Andes del istmo, M. Wagner solo encontró en el césped una média de 5 centímetros de altura.” En rigor, tales formaciones no podrian calificarse cerca de las montañas, puesto que el « tinte moreno, » durante la estacion seca, indica el tipo de las sabanas, y porque los vegetales herbáceos y los subarbustos cubren una parte considerable del suelo: algunas veces la Sensitiva (Mimosa púdica) ocupa ahí segun parece, la mitad de la superficie. * En otras partes, en otras regiones, las Gramineas crecen á manera de césped en la saba- na. En la estrecha zona de la sabana de la region caliente de Veracruz, se ve la espesura de las plantas herbáceas atravesadas por matorrales de Malvaceas, ¡Sida, de dos piés de altura y acompañados de Mimosas ramosas. * CENTROS DE VEGETACION.—Hay una notable série de plantas esparcidas sobre la superficie entera.de la América tropical y otra no ménos considerable que ocupa una gran extension en esta costa del ecuador.” Cuando se trata de determinar el carácter sistemático de cada flora, no es preciso tener en cuenta estos vegeta- les, cuyas emigraciones pueden admitirse, á juzgar por su organizacion ó por las condiciones del lugar en que viven. Estas plantas pertenecen á las familias cu- yas semillas están dotadas de la facultad germinativa de larga duracion; muchas de ellas son anuales, siendo raros sus vegetales leñosos: la mayor parte se encuen- tra en las culturas, ó bien buscan un suelo húmedo, y varias se establecen en las costas marítimas. Si agregamos las que pasan de un continente á otro-ó que pasan los trópicos, se podria estima? en 1700 especies de plantas vasculares la 270 LA NATURALEZA cifra de aquellas que hay lugar á eliminar de México. Por tanto, gracias á la configuracion tan particular de este país, debida al aislamiento marítimo y al re- lieve del suelo, la flora mexicana ha quedado eminentemente sustraida de la ac- cion de las regiones limitrofes. Solamente en los parajes septentrionales se efec- túa gradualmente una transicion climatérica entre la zona tropical y la region elevada de las praderas meridionales; ahí los efectos producidos por la elevacion del suelo y por su irrigacion ofrecen tanta semejanza, que el cambio operado en- tre los centros de vegetacion de un lado y de otro del trópico se encuentra en las mismas relaciones que la fisonomía del país. En la direccion del sur, las varia- ciones que sufre la flora sobre la vertiente del Pacífico de México, son aún poco conocidas; pero, como las sabanas terminan del otro lado del Panamá, las selvas espesas que cubren el istmo de Darien ponen un término á su emigracion hácia la América meridional. Al sur de Guatemala, la vegetacion del interior de la re- gion alta está influenciada por la posicion más deprimida de esta última, y, por consecuencia de la interrupcion que sufren las elevaciones en Panamá dicha ve- getacion se encuentra completamente separada, en el mismo sentido, de los An- des meridionales, así como ya lo hemos hecho observar. De igual modo, los vegetales de la costa oriental de México, encuentran en el clima modificado de Yucatan, un obstáculo para su extension hácia el sur; sin embargo, la gran corriente que le da vuelta al golfo les lleva á Cuba. A pesar de esto, el número de las plantas mexicanas que llegan á las Indias occidentales es mínimo, * lo que depende probablemente de la poca concordancia que hay entre el clima de las costas y las islas bañadas por el GulE-Stream. Pero lo que prueba ya que las corrientes marítimas son las que han operado esta emigración, aunque limitada, es que la mayor parte de las especies esparcidas desde México hasta las Indias occidentales se encuentran solamente en Cuba, en los parajes de la Haba- na. Humboldt ha citado ya un ejemplo notable de las relaciones establecidas, se- gun las especies y no el clima, entre las Antillas occidentales y México * que en Cuba y en Haiti, los pinos descienden hasta la region caliente, y, en la isla llana de Piños, crecen mezclados con el Acayoiba, Swietenia, miéntras que este género de plantas resinosas no se encuentra en los Andes mexicanos, más que á una al- tura considerable sobre el nivel del mar, y no se*+ha visto nunca arriba de 975 metros (3000 p). Las especies que difieren bajo la relacion de las condiciones cli- matéricas del lugar en que habitan, están sin duda muy próximas unas de otras; antiguamente se les reunia en parte (bajo el nombre de Pinus occidentalis), pero, bien que ellas no hayan sido aún estudiadas de una manera más precisa, siempre, suponiéndolas específicamente diferentes, se explicaria uno lo que ya he mencio- nado anteriormente: que un pino habita tambien la region caliente, en Nicaragua, y es como en Piños, compañero de la Acayoiba. Ya Humboldt habia supuesto que el Gul£-Stream era el que habia esparcido este pino desde Yucatan hasta las Indias occidentales; pero cuando admitia que la pre- LA NATURALEZA 271 sencia de los pinos en las diversas regiones no tenia relacion con el clima, sino con las influencias del suelo, era porque él no conocia los contrastes que se pro- ducen en la esfera climatérica, entre las especies muy cercanas, contrastes que aquí parecen resultar de los hechos de que se trata. Los trabajos sistemáticos sobre la flora de México se encuentran diseminados en los Anales científicos: un resúmen manuscrito que hizo M. Kotschy, en 1852, con la ayuda de estos materiales, da una cifra total de 7300 especies repartidas sobre una superficie apénas de 30000 millas geográficas, lo que, teniendo en cuenta la extension limitada del país completamente explorado ahora, deja aún un vasto campo á los nuevos descubrimientos. * Restando las especies que no son endémicas, se podria no obstante estimar en 5000 el número de las plantas par- ticulares de México, conocidas hasta hoy; riqueza que probablemente excede á la de las Indias occidentales, tanto más cuanto que tal resultado no es suministrado más que por una pequeña parte de la region. * Este resultado, que se repite muy á menudo en la comparacion hecha entre los continentes y las islas, se encuen- tra, hasta cierto punto, en oposicion con la naturaleza endémica de los géneros. En la India occidental, se han encontrado casi 100 géneros endémicos, * y, aun- que estimo en 160 la cifra de estos géneros en México, casi la tercera parte se concentra en las Sinantereas, á las cuales ha multiplicado más que á otras fami- lias la clasificacion sistemática. No obstante, el predominio de las especies endé- micas es incomparablemente más grande en México. Los géneros continentales tienen en general, en este lugar, por término medio, una extension mayor que los de las islas, porque la extension del terreno y la variedad de las estaciones, dan lugar al crecimiento de las especies en razon de la afinidad en el sentido del espacio. Sin embargo, los géneros endémicos de México son precisamente ménos ricos en especies que los géneros que ocupan una extension mayor. Los géneros endémicos están esparcidos entre más de cuarenta familias, en las cuales, sin con- tar con las Sinantereas, las siguientes están notablemente representadas por un gran número de géneros particulares: Gramíneas, Escrofularineas, Rutaceas y Onagrarieas. * En las familias que ejercen una accion sobre la fisionomía de la region mexicana, los géneros endémicos son suministrados por las Palmeras, las Cicadeas y las Cacteas. Entre los géneros próximos á las Liliaces, los Ágaves nO son á la verdad, rigurosamente endémicos, aunque son más numerosos ahí que en otra parte, lo mismo que las Chamdoreas, entre las Palmeras. La série de las familias predominantes de la flora mexicana es muy irregular en las tres regiones principales. No poseemos aún una tabla satisfactoria de la vegetacion de las re- giones calientes de las dos costas, pero, en cuanto á la llanura alta, ya las colec- ciones de Humboldt, * hacen ver la gran concordancia que hay entre esta última y las praderas meridionales, primero, por la cifra predominante de las Sinantereas, y despues por las Gramíneas, las Leguminosas, Escrofularineas y las Labiadas. Las mismas relaciones se han encontrado despues entre las Cacteas; este resultado 272 LA NATURALEZA suministra un ejemplo notable de las afinidades en el sentido del espacio, así como en el sentido climatérico. * * Nota DE M. E. Fournier.—México se presenta generalmente como una mesa elevada de dos vertientes, una atlántica y otra pacifica, continuándose ampliamente al noroeste con la region monta- nosa de Texas, y bajando gradualmente al sureste para unirse á las cadenas de Guatemala: lugar don- dese destacan los conos volcánicos del Cofre de Perote, del pico de Orizaba, del Popocatepetl y algu- nas eminencias de menor elevacion. De aquí ha nacido la division antigua en tres regiones narrada por M. Grisebach: la costa forma la Tierra caliente, las vertientes la Tierra templada, y la mesa la Tier- ra fria. Hagamos notar cómo ésta division, verdadera en su generalidad, llega á ser falsa cuando se pretende aplicarla con rigor. Hay más de tres regiones botánicas en México, y la mayor parte de ellas se cruzan de manera de confundir frecuentemente en el mismo distrito sus vegetales caracte- risticos. De cualquiera punto que se parta de la costa para llegar á una de las alturas, se atraviesan casi siempre todas estas regiones, y áun ordinariamente se atraviesa varias veces ciertas de ellas, pero se les encuentra, segun el punto escogido, una extension muy diferente. La primera de estas regiones es la zona litoral, donde reina la fiebre amarilla. Esta zona está muy mal representada en los herbarios, porque la mayor parte de los viajeros no se detienen ahí más que el tiempo estrictamente necesario para organizar sus excursiones en el interior de dicha zona. Así, parece pobre; Schiede solo valuó la vegetacion en 140 especies. M. Gouin, en la época de la expedicion cientifica, siendo médico del hospital de Veracruz, ha explorado provechosamente la costa oriental, y M. Thiebaut, capitan de un buque, en Acapulco, la costa occidental. Los ejem- plares que reunteron contienen especies idénticas. La zona litoral presenta arrecifes, un cordon de dunas, y dentro de las dunas una banda herbosa conteniendo un gran número de grupos de árboles. Los arrecifes encierran una poblacion vegetal cuya existencia se ha negado, pero cuyo estudio lo ha comenzado ya J. Agardh. (Ofversigt al kongl. Vetens- kaps Akademiens Forhandlingar for den 13 Januari 1847.) Las dunas, estériles y desnudas á primera vista, tienen una vegetacion densa pero poco elevada, generalmente pardusca. Ella está formada de tipos que pertenecen á familias y á regiones muy diversas, ya sea á la region caliente del globo, en general (Cynodon Dactylon, Dactyloctenium cegypliacum, Eleusine indica, Paspalum vaginatum, He- marthria fascisculata), 6 ya á la de las Antillas y de la Guayana en particular: de Gramineas (Oplis- menus, Stenotaphrum americanum, Schrank, Cenchrus, Eragrostis replans, Nees, E. ciliaris, Link; de Asclepiadeas (A. cuwrassavica); de Euforbiaceas (Croton rivineefolius Kunth., C. reflexifolius Kunth., €. cortesianus Kunth); de Convolvulaceas (Colvolvulus Hermanmie Lhér., E. rosiflorus Desr., Calystegia Soldanella Br.); de Leguminosas (Tephrosia liltoralis, Desmodium arenarium, In- digofera ornithopodioides, Rhynchosia menispermoides); de Poligoneas (Coccoloba uvifera, Jacq., C. Humboldtii Meissn); de Amarantaceas (Amarantus spinosus, Iresine dijfusa, Gomplwena interrupla); de Acantaceas (Cryphiacantius barbadensis, Dipteracanthus procumbens, Adhatoda dipteracantha). De plantas de otras familias (Martynia diandra, Priva lamiifolia, Lamowrouxia viscosa, Tournefor= tia elliptica y las Gramineas, tales como la Eragrostis Vere-Crucis Rupr., la Leersía Gowini Fourn., la Trachypogon Gouini Fourn., ó son especiales de esta zona, llegan ahí para continuar sobre el li- toral de Texas. La pradera interior á las dunas presenta una alfombra de Gramineas cuyo fondo está formado, cerca de Veracruz, por el Buchlve dactyloides Engelm., el Buffalograso de las Praderias americanas. Además debemos citar las Eleusine, las Leptochloa y la Agrostis virginica L. El carácter geográfico de estas plantas depende evidentemente de la influencia del viento de las praderas, el Norte, influen- cia sobre la cual ha insistido M. Grisebach. Los grupos de árboles están constituidos por el Celtis lito- ralis Liebm., mezclado de algunos Jatropha y entre éstos debemos citar un Plátano, el P. Liebman- ni, muy próximo del P. occidentalis y áun confundido con él, y en fin, una Encina que no se encuen- tra en los herbarios, pero que se ha encontrado en varios lugares de la costa oriental, en la embo- cadura de los rios, y que se mezcla ahi á las Palmeras de los géneros Cocos é Iriartea. Segun el LA NATURALEZA 273 abate M. Liturgie, que ha vivido en su juventud varios años en México, donde ejercia la medicina, la Encina que habita las cercanias de Minatitlan, del lado del volcan de San Juan, alimenta un Bombyx explotado por los indigenas para utilizar la seda de sus capullos. Las dunas y las praderas del litoral son interrumpidas por lagunas, causas de insalubridad, cuyas aguas están pobladas por vezetales que solo difieren especificamente de los que se observa en estas condiciones, en la Europa meridional. Se encuentran flotantes: Potamogeton natans L. var. Salvinia auriculata Aubl., Marsilea polycarpa Hook., Villarsia Humboldtiana, Pistia occidentalis Bl., una Azolla, de las Jussicea, y sobre las dunas Cyperus pygmeus Roth., Salix Humboldtiana Willd., Pan- cratium mexicanum, Convolvulus palustris Cav., Lylhrum maritimum H. B. K., Ammania sanguino- lenta, etc. Esta mezcla de géneros pertenecientes á las floras más diferentes, y cuya enumeracion habriamos podido aumentar mucho, ofrece á todo botánico amante de consideraciones geográficas un motivo para meditaciones de gran interés. Acreguemos que dicha mezcla adquiere un carácter más pro- piamente mexicano por la presencia de dos plantas, la Opuntia Tuna y la Baccharis xalapensis, que descienden sobre el rio, bien que ellas se encuentren en muchos otros puntos del pais. La segunda region es la selva tropical. En la costa oriental ella aparece á una legua del rio más. distante sobre la costa occidental. A la altura de Veracruz, dicha selva está perfectamente caracteri- zada, pero es poco espesa; ella no adquiere todo su desarrollo más que en los Estados de Tabasco y de Chiapas, para unirse más abajo á las selvas húmedas de Guatemala y de Nicaragua. De arbustos tales como las Laurineas tenemos ahi Nectandra sanguinea, N. Willdenowiana Meissn., de Verbena- ceas Cylharexylon reliculatum Kunth., Clerodendron ligustrium R. Br., Cornutia p tada E Petrea arborea H. B. K., de Euforbiaceas Croton ciliato glandulosus Ortega, 0 opha gossypifolia L., Phyllanthus acuminatus Vahl., etc., entremezcladas con Helechos herbáceos Chrysodium vulgare Fée ó trepadoras Lygodium Sehiedeanum Presl., preceden la selva misma, que cuando está en con- tacto con las lagunas, comienza inmediatamente por los Paletuvieros Rhizophora, Mangifera, Avi- cennia nitida Jacq. y A. tomentosa Jacq. La selva misma se compone de los tipos tropicales más co- nocidos, de las Leguminosas arborescentes Inga Lonchocarpus 6 aún ménos elevadas Poinciana pul- cherrima, Canavalia, Diphysa, Bauhinia, Echynomene; de las Anonaceas, y de Mirtaceas Eugenia, el Chrysobalanus Icaco, de Combretum C. farinosum, €. mexicanum, C. obtusifolium, de árboles pertenecientes á los géneros Ficus, Cecropia, Castilloa, Maclura, Achras, Sideroscylon, y áun la Swientenia Mahogony, que rodean los bejucos que pertenecen á las Orquideas Vanilla, á las Bigno- niaceas, á las Poligoneas, Antfigonum, á las Verbenaceas, Petrea Vislettió Bocq. Las maderas de México, que salen casi todas de estas selvas 6 de la zona templada que le sigue, tienen una grande importan- cia comercial para la tintura, las construcciones navales ó la ebanisteria. El catálogo de la exposicion mexicana para 1855 enumeraba hasta 213 especies. Esta zona es notable por la cultura del cacao y de los platanos, así como de la vainilla y de di- versos frutos tropicales pertenecientes á los géneros ántes mencionados. Dicha zona suministra muy pocos vegetales propios de la flora mexicana. En tercer lugar, y siempre alejándose del mar, viene la zona de las sabanas. Aquí se encuentran yerbas de varios metros de altura pertenecientes no solamente á las Bambuceas (de los géneros Gua- dua, Chusquea y Merostachys), sino tambien de las Paniceas flotantes, tales como las Panicum de la seccion Lasiacis Griseb. P. altissimum C. A. Mey., P. diviricatum H. B.K,, etc., de las Gymnnolhrix G. trisiachya MA. B. K.,'G. distachia Fourn.; de Rottbelliaceas, Tripsacum fascisculatum Trin. y otros, Euchlena mexicana Schrad. Se encuentran grandes Ciperaceas; la sabana misma está interrumpida por Helechos arborescentes, por Cycos, Encinas, Querus oleoides Cham. y Schl., Mimosas Schrankia oculeata, Acacia cornigera y aff. A esta zona debemos relacionar tambien la cultura de la caña de azúcar, del arroz, del algodon, ete. Los tipos puramente mexicanos, aún genéricos, son ahi notables y se desarrollan en especies. La cuarta zona es la zona templada, que se puede subdividir fácilmente en diversas subregiones. La observacion de los climas se presta á esto (véase Thomas, Recucil des Memoires de médecine, de pharmacie et de chirurgie militaires, t. XVIL, p. 335), desde Córdoba (880=), Orizaba (12607), hasta 274 LA NATURALEZA Jalapa (1420”) y en'la base del Cofre de Perote. Su límite superior está poco más ó ménos á 1800 m. sobre la costa oriental, donde ocupa una vertiente bastante abierta; sobre la costa occidental dicha zona se extiende más sobre un plano ménos inclinado, y parece prolongarse más arriba. Cuernavaca, que no está más que 16 leguas de México, pertenece ya á esta region. La region templada de México es la que está mejor representada en nuestros herbarios y en nues- tros invernaderos; su clima agradable facilita la permanencia en todos los lugares de esta region y por consecuencia se hacen ahi magníficas investigaciones. La mayor parte de las familias vegetales están representadas allí con una variedad infinita en el número de las especies. No intentarémos describir aquí la vegetacion. Solamente dirémos que para caracterizarla, en una palabra, nos bastará mencionar la region de las Melastomaceas; los Helechos y las Apocineas, Plumeria, presentan ahi una gran variedad en sus formas. Las Rublaceas, las Malvaceas, las Acantaceas, las Solaneas, las Co- melineas, las Gesneraceas y las Nictagineas, toman alli un desarrollo especial y abundan en especies locales. La division de la region se ha hecho fundándose en la naturaleza de las.encinas, en gene- ral de hojas persistentes en la parte inferior, de hojas caducas en la parte superior: estas encinas se cargan de parásitas que son de las Loranthus, Piperáceas, Aroideas, Bromeliaceas, Vriesea, Begonia- ceas, y alrededor de sus troncos se enredan Bejucos pertenecientes á las Convolvulaceas, Exogonúum Purga, Ipomea orizabensis, elc., á las Apocineas, Echites, á las Asclepiadeas, Metastelma, Marsde- nia, Gonolobus, á las Leguminosas, Clitoria, Phaseolus, etc., de Sapindaceas, Serjania, Paullinia, Cardiospermum de Pasiflora, de Cucurbitaceas, etc. La cultura más interesante es en dicha region, la del Naranjo, que desciende hasta la parte inferior; los frutos y las legumbres de Europa no se en- cuentran más que en la parte superior de la region. La relacion de la vegetacion de las dos vertientes de México es objeto de importantisimas Inves- tigaciones, y actúalmente de dicidensias. No es fácil hacer una apreciación aún, porque la vertiente occidental es la ménos conocida: segun el exámen de los herbarios, no hay fundamento para .admi- tir una gran diferencia entre la vegetacion de las dos vertientes. Es fácil hacer una lista larguisima de los géneros y áun de las especies recogidas simultáneamente en Acapulco, en San Blas y en Ve- racruz 6 Tampico: se ha observado un número regular de identidades entre las plantas encontradas en occidente, en las cercanías del volcan Jorullo, por Humboldt y Bonpland, y las que han recogi- do un eran número de viajeros, en las cercanias de Villa Alta, de Córdoba, Orizaba, Mirador, Hua- tusco, Jalapa, Misantla, Papantla y Tantoyuca. El género Elaphriwm que suministra el copal de Mé- xico, y que se creia que existia aislado desde el Jorullo hasta Querétaro, lo ha encontrado Schiede en las cercanías de Jalapa y existe áun sobre las altas mesas. Por otra parte: se ha observado hasta ahora un hecho, y es que varios géneros monotipos parecen propios de la vertiente occidental. Pe- ro importa saber que estos géneros, sobre todo los de Liebmann, son mal conocidos la mayor parte, que su atribución á una familia determinada es frecuentemente incierta, y que es menester hacer nuevas investigaciones ántes de formular apreciaciones concernientes á ésto. La quinta region es la del Ágave. Ella reina de 5000 á 7000 piés, de México, su centro á Pue- bla, Tehuacan y Oaxaca hácia el sur, de San Luis Potosi hasta Texas hácia el norte. Las Liliaceas arborescentes, Agave, Yucca, Foucroya, Dasylirion, caracterizan á dicha region por su abundancia y raro tamaño, lo mismo que las Cacteas que son igualmente numerosas y muy especiales, pero éstas no se encuentran en los lugares donde reinan las lluvias ó solamente las nieblas durante el invierno. Las compuestas allí llegan áun desarrollo extraordinario, sobre todo ciertas plantas de esa familia. En las cercanias de San Luis Potosi, M. Virlet d'Aoust, que no consagraba al estudio de la botánica más que sus ratos de ocio, ha recogido 196 especies de esta familia; se encuentran un gran número de tipos subfrutescentes. Entre las familias importantes de la alta mesa mexicana citarémos aún: las Vaccineas y Ericineas, Thibaudia, Clethra, Herneltya, Gay-Lussaica, Gaultheria, Arclosta- phylos; las Crasulaceas, Echeverria, Sedum,; las Onagrarieas, Gaura, Lopezia, Hartmannia, Fuchsia, OEnothera; las Saxifrageas (Weinmannia); las Laurineas (Tetranthera); las Ternstremiaceas, Terns- tremia pedunculaia, Germ., Sauraua, Freziera, las Terebintaceas, Pistacia mexicana, Schinus Molle, Smodingium Virletti; el Morus mexicana, los géneros Symplocos, Cornus, Dodonea, Fraxinus, Mentzelia, Salvia, Hyptis, Hoffmanseggia, Verbena, Zornia, Mahonia, Vitis, etc. La cultura más im- LA; NATURALEZA 275 portante es la del Ágave, y entre los cereales, la del maíz. En cuanto á los. bejucos, éstosestán ahí formados por algunos Tropeolum y sobre todo, por los Dioscorea y los Smilax que se arrastran sobre los matorrales de follaje persistente de las Ericineas y de las Compuestas, y. alrededor de al- gunos árboles muy raros de la region; las parásitas son las Tillandsia y las Phorandendron. Pero el carácter general es que la uniformidad, dirémos casi la monotonía, al ménos sobre la mesa que se eleva ligeramente de Puebla á México. Siseavanza más hácia el norte, la mesa se encuentra irregu- larmente cortada por profundos valles, ó surcada de crestas que alteran el carácter general y modifi- can la vegetacion. Segun el estado actual y aún imperfecto de nuestras colecciones, se distinguen en esta region de Ágaves, tres subdivisiones. La parte meridional corresponde sobre todo á,la descripcion que acaba- mos de hacer. El valle de México, un poco más elevado y rodeado de montañas, que se separan en la base del Popocatepetl, se distingue por la mayor abundancia ó por la aparicion de los géneros, tales como: Clematis, Thalictrum, Ranunculus, Geranium, Erodíuwm, Nymphea, Sisymbrium, Nastur- tium, Lepidium, Polygala, Trifolium, Potentilla, Valeriana, Verbena, Polygonum, Lemna, Setaria, _Agrostis, Eragrostis, Cyperus, Scirpus, etc. La parte más septentrional que no es conocida más que por las colecciones reunidas por M..Virlet d'Aoust, desde San Luis Potosi al Valle del Maíz, presenta siempre el mismo carácter general, pero allí existen muchisimas especies que no, hay en la parte más meridional de la alta mesa mexicana. Puede juzearse, recorriendo los tres últimos volúmenes del Prodromus, publicado en la época en que M. de Decandolle y varios monógrafos tuvieron noti- cia de las colecciones de M. Virlet d'Aoust, el inmenso interés que ofrece esta region, donde exis- ten aún géneros especiales, bien que las exploraciones de este sabio geólogo encargado de la explo- tacion de minas no tuvieron por objeto excluir el estudio de la botánica, y,que se perdieron la ter- cera parte de sus mal conservadas cosechas. Luego que se sube á las montañas que rodean las altas mesas mexicanas, se encuentra uno en la quinta region, la region superior, donde la vegetacion, arborescente al principio, despues herbácea, cesa á 4800 m. próximamente sobre el pico de Orizaba. El Nevado de Toluca y el Cerro de Zempoal- tepec, pertenecen á esta region, asi como el Popocatepetl, donde desgraciadamente apénas se ha po- dido llegar. Las selvas están formadas principalmente por un gran número de encinas y de unas cuantas Coniferas; pero no debemos atribuir desde luego á estas selvas los caractéres de las de la Europa. Sobre el pico de Orizaba, á 8000 piés de altura, Liebmann encontró Bambús trepádores, Chusquea Múlleri, rodeando el tronco de las Encinas y de las Laurineas. La vegetacion herbácea pre- senta un carácter curioso, y es que miéntras más se eleva uno, más se asemeja á la vegetacion euro- pea; se encuentran casi las mismas especies (al ménos para la fanerogamia), pero no siempre los mis- mos géneros. Esto se verá por la lista siguiente: Renuneculus nubigenus, Draba. .. , Eutrema. .., Arenaria lycopodioides, Willd., A. serpens, H, B. K., A. scopulorum, Schl., Trifoliwm amabile, H B. K., Potentilla Richardi, Liebm., Acena elongata, L., Alchimilla hirsuta, H. B. K., A. vulcanica, Sehlecht., Rubus trilobus, Moc. y Sessé, OEnothera. . . , Lobelia Orizabce, Mart. Gal., Vaccinicum geminiflorum, Polemoniuúm grandiflorum, Benth., Coba minor, Mart. Gal., Eutoca gracilis, Mart, Gal., Gentiana ovalís, Mart. Gal., Penstemon lanceolatus, Benth., Castilleja tolucensis, Lithospermum distichum, Ortega, Cynoglossum mexicanum, Schlecht., Oalceolaria telephiifolia, Mart. Gal., Mimulus andicola, H. B. K., Veronica xalapensis, H. B.K., Verbena teucriifolia, Mart. Gal., Alúus jorullensis, H. B. K., Salix cana, Mart. Gal., Juncus Orizabe, MEA , Carex olivacen, Liebm., Luzula volcanica, Liebm., Plulenm alpinum, L. var., Deyeuxia Schiedeana, Schl., Agrostís virescens, H. B.K., Poa con- glomerata, Rupr., Festuca livida, Spr., Acrostichum Lindeni, Bory, ect. Los géneros que en esta lista no pertenecen á la categoría de los tipos europeos, son géneros de la flora templada de la Améric que tienen representantes particulares casi en la zona alpina. Hay que notar, sin embargo, que en esta zona el carácter de la flora mexicana tiende á desaparecer casi por completo; el interés es exci- tado sobre todo por la presencia de tipos que se extienden, ya sea por si mismos ó ya por especies idénticas, hasta los Andes de la América del Sur. Asi, el tipo, Sisymbrium. canescens Nutt., de las montañas rocallosas, llega hasta la Patagonía, donde está representado por Sis, dudo antarticum Fourn. ($. camescens, Griseb.) LA NATURALEZA. —Tomo VI.—39. 976 LA NATURALEZA Pero, como hemos dicho al principio de esta nota, no es indispensable tener en cuenta la di- ferencia que presentan las regiones botánicas de México, aunque á éstas se les pueda caracterizar, porque dicha diferencia no es cierta absolutamente. Pueden citarse un gran número de especies que suben desde la costa hasta la region de las Ápaves, tales como, Heliotropium, curassavicum, Arge- mone mexicana, Baccharis «alapensis, Oligogyne tampicana, Chloris elegans y Croton reflexifolius. Se encuentran en estas dos regiones y en la region templada intermedia, las Encinas y Cácteas, las Acantaceas y las Gencianeas. En Orizaba y en Córdoba se encuentran aún géneros que se creería «á priori » propios de la Tierra fria, tales como el género Ranunculus. Los Pinos se encuentran sola- mente á 600 metros de altura sobre los flancos del volcan Jorullo. Pinus oocarpa, Schiede. Tales hechos son numerosos. Las causas no son aún conocidas; además son múltiples. Una de ellas, la di- ferencia de humedad de las dos vertientes, ha sido expuesta por M. Grisebach; ella no explica más que una parte de los fenómenos. Otra es ciertamente la facilidad con la cual son trasportadas las se- millas por las aguas de las barrancas de la region fria á la region templada; otra causa aún es la bre- vedad del tiempo necesario para el desarrollo de ciertas plantas anuales. A esta última consideracion debemos agregar un hecho importante y es, que la misma especie florea en México á épocas del año muy diferentes, sin duda segun las alturas y las exposiciones donde se le encuentra. Otra causa de esta fusion de las floras, á menudo real, aunque algunas veces solamente puede ser aparente, es que las altas mesas están ahuecadas por valles profundos, que la vegetacion varía alli considerablemente á algunas leguas de distancia, y que uno está inducido, por las etiquetas de los viajeros, á creer en la coexistencia en un mismo lugar de vegetales de floras diferentes. Pero la mejor razon está en el es- tudio del clima, que se debe á los naturalistas de la expedicion de México. Comparando las observa- ciones de MM. Rives y Thomas, se ve que San Luis Potosi, sobre las altas mesas, tiene una média general de temperatura diurna de 18,09, y Orizaba, en la region templada, una média solamente de 21”. Debemos hacer notar, que con las heladas del 25 de Enero y del 5 de Febrero de 1863, se per- dieron en Orizaba las culturas de la caña de azúcar, del café y del tabaco. Hay, pues, entre estas dos regiones, perfectamente distintas, más afinidad botánica y climatérica de lo que se habia creido has- ta ahora. Espero que la nota que debo á la amistad de M. E. Fournier será apreciada en su justo valor, tanto por el lector como por el eminente autor del cual por fortuna he sido intérprete. La vegeta- cion de México es aún poco conocida, de tal manera, que no puede uno ménos que acoger con gran- de interés los datos suministrados á este respecto, por un sabio que, como M. E. Fournier, se ocupa especialmente de este interesante país, y posée el herbario quizá más rico en plantas mexicanas.—T. PIEZAS JUSTIFICATIVAS Y ADICIONES.—X V.—LA VEGETACION DE MÉXICO. 1 Humboldt, Essai swr V'état politique de la Nowvelle Espagne, edicion alemana, 1, p. 57, 60 y 63; su Asie centrale, edic. alemana, If, p. 139 y 172. 2 Nivel de algunas ciudades situadas sobre la alla mesa mexicana: 23 lat. N, Zacatecas, 2436 metros 6 7500 piés (Burckhardt, Reisen in Mexico, 1). 222 ,, Potosi, 1818 metros 6 5600 piés (ibid). 910 ,,» Querétaro, 1949 metros ó 6000 piés (Humboldt, Ansichien der Natur, 1, 319). 19930” ,, México, 2274 metros 6 7000 piés (ibid., rectificado por la Comás. cient. de México). 19930” ,, Toluca, 2664 metros á 8200 piés (Burckhardt, loc. cil. 190 Puebla, 2209 metros ó 6800 piés. (Comis. cient. de México, Peterm., Mitth.) XIV, 98. 3 Humboldt (Essai, etc., loc. cit., 1, 39) calcula la circunferencia de- la mesa alta en tres quin- tos de la superficie entera de México tropical; cálculo que no comprende sin embargo la parte me- ridional de nuestra region floral (desde Guatemala hasta el istmo). k Miller, Reisen in den Vereinigten Staaten und México (I, 261). Las Orquideas y las Tilland- sia cubren los árboles sobre el pico de Orizaba, aun hasta el límite de las plantas resinosas. Relati- , LA NATURALEZA 217 vamente á la cultura de las Ágaves, el viajero hace observar (1, 315) que la savia escurre durante dos á cinco meses, despues que el tallo floral, que se presenta el octavo 6 el noveno año, ha sido qui- tado con las hojas superiores. 5 Liebmann, Mexikos Bregner (Danske videnskab. selskabs skrifter, V, Jalvresb., año de 1849, 54). En estos datos de altura, el autor ha omitido la indicacion de la escala de las medidas de que se ha servido: las he reproducido en el texto tales que, admitiendo los piés franceses, estén en relacion con otras medidas. Dicho autor le asigna al pico de Orizaba una altura de 5522 metros (17000 p.) y á la linea de las nieves, 4872 metros (15000 p.); la primera, probablemente muy grande, se encuentra igualmente en la obra de Miller (véase nuestra nota 32), y la segunda concuerda con la observacion de Humboldt (Central Asien, 1, 171), segun la cual este volcan queda desprovisto de nieve á un ni- vel mucho más elevado que los picos interiores de la alta region. 6 Liebmann, Vegetation des Piks von Orizaba (Bot. Zeit., 1844; Jalresb., año de 1843, 59. 7 Liebmann, Botanische Briefe aus Mexico. (Regensh. Flora, año de 1843; Jahresb., año de 1842, p. 427.) S Martens y pena Fougéres mexicames (Mem. de la Academia de Bruxelas, 1842; Jareh- resb., año de 1844, p. 7 9 Heller, México, sd 18, 31. 10 Heller, Tabasco (Peterm. Mitth., IL, p. 104). 11 Heller, Reisen in Mexico, p. 216 (Jahresb., 1853, p. 25).—Muhlenphordt, Schilderung der Republik Mejico, MU, p. 5: «En Yucatan, desde Octubre hasta fines de Febrero, las lluvias tropica- les se precipitan en torrente, pero el suelo arenoso y rocalloso absorbe la humedad rápidamente; despues de Febrero, hasta Octubre, se ve constantemente un cielo sereno sobre la peninsula. » 12 Bell, Remarks on the Mosquito territory (Jowrn. Geogr. Soc. XXXII, p. 248). El periodo llu- vioso dura sobre la costa de Mosquito de Junio á Marzo. 13 Froebel, Seven years Travel in Central America, p. 127. 14 La comparacion de la coleccion hecha por M. Fendler, en Greytown, me hace € creer que so- bre la costa del mar de las Antillas, la flora de Panamá se extiende hasta Nicaragua. : 15 En la ciudad de México, la temperatura média anual es de 15,8, la del estío de 18,7, y la de invierno de 12,5, (Dove, Temperaturtafeln, p. 3). 16 Humboldt (loc. cit.) admite los valores siguientes como limites térmicos para las tres regiones de las culturas mexicanas: Tierra calientes la en 25,0—18, 7 templada, MS 16:02 AI RETA A 16,2—11, 2 Estos datos están de acuerdo con los datos adoptados por MM. Martens y Galotti (loc. cit.), y mencionados en nuestro texto, para la vertiente de la zona del golfo. Segun las observaciones he- chas en Veracruz (26?) y en México (16,2, á una altura de 2274 metros 6 7000 piés) habria allí desde la costa hasta la llanura alta, un decrecimiento de temperatura en sentido vertical, de un grado por 325 metros (1000 p). Cuando se compara el limite inferior de las plantas resinosas (véase más arriba), se obtiene un grado por 309 metros (950 p.), vista la elevacion de estos límites por con- secuencia de la influencia de las mesas, y admitiendo para las montañas aisladas del Pacifico el de- crecimiento normal de temperatura de un grado por 195 metros (600 p.) M. Schlagintweit obtuvo resultados semejantes en la India (Berichte der bayerischen Acad., año de 1845, p. 246): en el Dekkan, á 396 metros (1220 p.); en Ceylan, 4191 metros (600 p.) Esto prueba que la cordillera de la zona del golfo, se encuentra igualmente bajo la influencia de la mesa, observacion que hizo M., Liebmann, quien durante quince dias de permanencia en un lugar situado á una altura de 3248 me- tros (10000 p.) sobre el pico de Orizaba, determinó la temperatura média á 11*, lo cual corresponde á un decrecimiento de temperatura de un grado por 318 metros ú 809 piés (véase su Vegetation des Piks von Orizaba, nota 6). 978 LA NATURALEZA 47 Los cuatro valles que se encuentran en la direccion del sur, desde México hasta Acapulco, se encuentran, segun Humboldt (loc. cit., L, p. 48), á las alturas siguientes: Ixtla, á 981 metros (3020 p.); Mexcala, á 514 metros (1580 p.); Papagallo, á 169 metros (520 piés) y Peregrino á 156 metros (480 piés.) De esto depende que el primero de estos valles descienda hasta el limite inferior de la region templada, miéntras que los otros están situados en la region caliente. 18 Seemann (Hooker, Jowrn. of Bot., 1, Jahresb., año de 1849, p. 54.) 19 OErsted (Bot. Zeit., VI, p. 875: Jahresb., año de 1848, p. 403); (1 Amérique centrale, 1, 1863.) Los datos de las alturas están particularmente basados sobre el nivel barométrico de Don B. Espi- nach; las medidas lo están, segun una correspondencia epistolar, al marco inglés. 20 M. Wagner, partiendo de un punto de vista semejante, dedujo la depresion de los limites ye- getales, en la América central, del estrechamiento del continente, donde el decrecimiento en sentido vertical se efectúa más rápidamente que en las altas y extensas llanuras. (Sitzungsb. der bayer Acad., año de 1866, 1, p. 151; ef. Jahresb. en Behm. Geogr. Jahrbuch, 1, p. 214.) Para la region de las en- cinas siempre verdes y del Aliso (Alnus acuminata) ha señalado en Chiriqui el nivel de 1429- 29793 m. (4400-8600 p:), lo cual debe referirse sin duda á la vertiente que mira hácia el mar de las Antillas. 21 Segun M. Liebmann (Vegetation des Pics von Orizaba) el Abeto de México (Pinus religiosa), que se encuentra áun cerca de la ciudad de México, no se halla en Orizaba más que á.2923 metros (9000 p.) En general, sobre esta montaña, el mencionado viajero solamente encontró plantas resi- nosas á la altura de 2208 metros (6800 p.), miéntras que Humboldt habia asignado como límite infé- rior en México 1851 metros (5700 p.),, valuación en que no se tiene en cuenta la vertiente del Pa- cifico. 22 C. Ehrenberg, Linnea XIX, p. 337 (Jahresb., año de 1846, p. 33). 23 El género Echeverria es tan cercano del género Cotyledon, que MM. Bentham y Hooker los han reunido. 2% Delpino, Appunti di geograplia botanica (Bulletino della Soc. geogr. italiana, año de 1869, IL, p. 17). 25 Hinds. Botany of the Voyage of H. M. S. Sulphur. (Jahresb., año de 1844, p. 74). Segun es- te viajero, los Helechos arborescentes faltan completamente en México occidental. M. Liebmann (Mexikos Bregner) hace observar no obstante que M. Karwinski ha encontrado sobre la vertiente pacifica de México, en Oaxaca, un Helecho arborescente (Alsophila mexicana).* 26 Humboldt, Natwrgemálde der tropenlander, p. 72. 97 Salvin, Paterm. Mitth., VII, 396, 28 En la monografía por M. Parlatorre (De Candolle, Prodromus, t. XVI), he contado 21 Conife- ras mexicanas, 14 especies de Pinus (12 Pinos, todos de 3 hasta 15 hojas en la misma vaina), 2 Abe- los, y entre estos una sola Conifera (Pinus Douglasii) no endémica, 1 Taxodium, 3 especies de Cu- presus y-otras tantas de Juniperus. 29 La medida tomada del. Taxodium de Tula (Miller, loc. cit., 1, p. 273, con una lámina en la página 269) da, comparativamente á las proporciones indicadas en el texto, y asemejándose al diá- metro del tronco del Wellingtonia californiana, una altura solamente de 38 metros, y á juzgar por la lámina, más de la mitad de esta altura corresponde á la corona, cuya circunferencia ha sido de- terminada en 48 metros. 30 Son frecuentes los ejemplos de géneros que en la serie de las yerbas viváceas ligan la flora mexicana al oeste de la América septentrional. Entre las Sinantereas y las Leguaminosas se encuen- tran en este caso: Eupinus, Dalea y Astragalus. Se encuentran en la zona ártica, por ejemplo: Ra- nunculus, Draba, Viola, Gentiana, y Pedicularis, y en los Andes meridionales, así como en las lati- tudes más elevadas de la América meridional, por ejemplo: Sida, Cuphea y Eryngium. 31 Richard, Comptes rendus, XVII; Jahresb., año de 1844, p. 71. Tenia á su disposicion mate- riales que consistian en 500 Orquideas mexicanas. 32 Humboldt determinó la altura del pico de Orizaba en 5294 metros 6 16300 piés: segun otras medidas, ella es de 5456 metros ú 16800 piés: Peterm. Mitth., UL, p. 374, y Behm. Geogr. Jalv., 1, LA NATURALEZA 279 p. 264; el resultado trigonométrico de M. Múller (Reisen, loc. cit., p. 39%) da la cifra de 5522 metros ó 17000 piés. Las medidas tomadas del Popocatepetl, cerca de México, dieron 5197 metros 6 16000 piés (Peterm. Mitth., XIV, p. 98). 33 Humboldt, Centralásien, loc. cit., p. 170, valor medio de la linea de las nieves en México. 34 OErsted, 1'Amérique centrale, Tableau physique, |. Sus datos de alturas deben disminuirse á causa del tipo de medidas de que ha hecho uso (cf. Frantzius dans Peterm. Mitth., VIL p. 381), se- gun las cuales el Isara no tendria más que 10500 piés de Francia. 35 Humboldt observó en Setiembre, sobte el Nevado de Toluca, á una altura de 4618 metros (14220 p.), una temperatura de 4,2 (isotermo de Moscou); á la altura de 3603 metros (11400 p.), el termómetro indicó 119,5 (Centralasien, loc. cit., U, p. 140). 36 Heller, Der Vulkan Orizaba (Peterm. Mitth., UL, p. 369). 37 Seemamn (Hooker, Jowrn. of Bot., 11; Jahresb., año de 1851, p. 66). Las familias represen- tadas en las praderas de las sabanas, lo más frecuentemente por géneros aislados, se han menciona- do la mayor parte en los ejemplos de las formas yegetales, 38 M. Wagner, Die Provinz Chiriqui (Peterm. Mitth., IX, p. 66). 39 Grisebach, Die geoygraphische Verbeitung der Planzen Westindiens, p. 17, 31. Se encuentra allí la enumeración de 1742 vegetales esparcidos á grandes distancias sobre la superficie de la Amé- rica tropical; 555 habitan la zona tropical septentrional, 105 se encuentran á la vez en la América y en la India oceidental; 408 indigenas ó establecidas en muchos ó todos los continentes tropicales, y 34 especies obicuistas. K0 1bid.. p. 48. No he podido indicar, entre los tipos genéricos mexicanos, más que 35 especies que se extienden hasta las Indias occidentales, á las cuales debemos agregar aún 10 especies espar- cidas por el Gulf=stream más allá de los trópicos. 4£1 Humboldt, Relation historique, Ml, 377. 42 Kostehy, Uberblick der Vegetation Mexicos, p. 5 (Sitzungsberichte der Wiener Acad., t. VI. 43 Hasta ahora se conocen 2240 especies endémicas en las Indias occidentales (véase más abajo). Es cierto que admitiendo 30000 millas cuadradas para México tropical, asi como para las partes de esta flora incluidas en la América central, la área de las Antillas es seis Ó siete veces más pequeña; sin embargo, las regiones de México exploradas botánicamente, apénas serán más extensas. 44 Grisebach, loc. cit., p. 6%. 5 He encontrado más de 5 géneros endémicos en las sinantereas (51), Gramineas (8), Rutáceas (7), Onagrarieas (6); despues siguen, con 5 géneros que les son propios, las Leguminosas y las Or- quideas. Entre las Acantaceas, se ve figurar igualmente, un gran número de géneros endémicos, pero estos deben ser sometidos á una critica ulterior. Los géneros endémicos de las palmeras son Reinhardtia y Brahea; Divon y Ceratozamia entre las Cicadeas, Pelecyphora y Leuchtembergia entre las Cácteas. Entre las Agaveas, los géneros Ágave, Fourcroya, y Dasylirion son notables por el gran número de especies endémicas. 46 La coleccion de Humboldt hecha en México contiene más de 900 especies, de las que más de 600 han sido recogidas en la region alta. Entre estas últimas, he determinado precedentemente la serie de las familias predominantes (Grisebach, Genera el species Gentianearum, p. 15: Sinanlereas (24), Gramineas (12), Escrofularineas, Labiadas y Leguminosas (2 por 100); despues vienen las Amen- taceas, Solaneas, Ombeliferas, Rubiaceas y Verbenaceas. En cuanto á las Cácteas y Orquideas, se ha- bia hecho poco caso de ellas. —AAMMMMMMMXEEAEOOAOZ2>> É——— — — —THR——- LGABPLRO DEMBXATIOADn POR JORGE F. KUNZ. (ART. LEIDO EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE NEw-YORK, EN ABRIL 30 DE 1883.) Al examiñar un lote de cantos rodados de jaspe, ágata y calcedonia, que se encontraron cerca del Istmo de Tehuantepec y de San Gerónimo, en el Estado de Oaxaca, y que me fueron presentados por el Sr. Knight Neftel, para exami- nar su valor como joyas, me sorprendió el encontrar un canto rodado de zafiro (corundum), el cual tenia una apariencia en cuanto á su color, azul manchado y blanco amarillento. Estaba ligeramente hendido y trasparente, sin mostrar nin- guna forma cristalina, aunque el ruedo parece haber hecho resaltar más las hen- diduras y reflejar un lustre aperlado. Este ejemplar pesa 19-223 de gramo y su específica gravedad, es 3-9002 excepcionalmente baja; mas esto puede atribuirse á las impurezas de las venas. Por este solo guijarro, es imposible decidir si en esta localidad existen tales joyas, puesto que no se sabe que existan más que en la region de las joyas de Ceylan. Futuras investigaciones tal vez determinen es- to, y no es imposible que corundum exista allí en grandes cantidades y que pue- da ser de un valor comercial. * Traducido para «La Naturaleza » del periódico titulado: The American journal of Science, nú- mere 151, vol. XXVI. CONSIDERACIONES SOBRE LA CLASIFICACION NATURAL DEL HOMBRE Y DE LOS MONOS, POR EL SEÑOR DOCTOR A. DUGÉS, SOCIO CORRESPONSAL EN GUANAJUATO. El objeto de esta comunicacion no es discutir las opiniones de los autores sobre la clasificacion de los mamiferos monodelfos unguiculados superiores, ni exten- derme demasiado sobre la que he adoptado para mis lecciones de Zoología en el colegio del Estado de Guanajuato: me limitaré á presentar un cuadro sinóptico con algunas de las razones que me han dirigido en su distribucion. Muy varia- LA NATURALEZA 281 das han sido y son las ideas de los naturalistas sobre la colocacion del hombre en la serie animal. Linneo, en su órden de Primates, lo reunia con los murciélagos y los monos; Huxley y Heeckel, entre otros, componen este órden del hombre y de los monos, miéntras P. Gervais reserva el nombre de Primates para los monos exclusivamente. Cuvier y otros separan los Bímanos ú hombres de los monos ó cuadrumanos en dos órdenes distintos, y de Quatrefages llevando más adelante esta idea, crea para nuestra raza sola un Reino hominal; de Blainville admite tambien un órden de Bímanos y otro de cuadrumanos, pero incluye en este últi- mo los Galeopitecos y los Tardígrados. Es evidente que los caractéres zoológicos que distinguen los perezosos, los Ga- leopitecos y los Queirópteros son de importancia demasiado grande para poder au- torizar la reunion de estas divisiones en un mismo grupo con los bímanos y los cuadrumanos; pero por otra parte es preciso llevar al exceso las preocupaciones religiosas y espiritualistas para separar en un reino especial un tercero que el análisis demuestra no tener con los animales sino diferencias de grado y no esen- ciales. Ciertamente que un mono aparenta tener pocas afinidades con un pez ó una solitaria, y sin embargo, nadie vacilará en declarar que tan animal es uno como otro de estos séres: si, pues, el hombre difiere mucho ménos del mono que éste de un articulado ó aún de un vertebrado inferior, ¿qué razon habrá para le- vantarle un altar sobre toda la animalidad, y echar de ménos sus numerosos lazos con ella? Resta considerar al hombre y á los monos comparativamente con los otros ór= denes de mamiferos. Los caractéres que asignamos á los Primates son de una importancia igual á los que sirven para distinguir los Queirópteros, Pleurópteros, Insectívoros, Carnívoros y Roedores, y autorizan de consiguiente la adopcion de una division de igual clase. Al contrario, al considerar los subórdenes que admi- timos, se verá que las diferencias entre ellos son tales que no permiten dar á ningu- no una importancia tan alta, que pueda considerarse como órden: una simple lec- tura del cuadro sinóptico bastará para probarlo. Estos motivos me han guiado en la redaccion del pequeño cuadro que presento aquí: no es cosa nueva ni la doy por mia en su totalidad, pero he señalado con precision las particularidades características, y las he dispuesto en una forma que permita distinguir con claridad y retener fácilmente los puntos de contacto del hombre con los monos, al mismo tiempo que las diferencias que separan los sub- órdenes y las familias. CUADRO PRIMERO. |: FAMILIAS. ÓRDEN. SUB-ÓRDENES. Mano prensil. Pié ambula- Antropidos ú Hominidos.. ) torio: uñas planas. Desar- »20 a “== 3 rollo progesivo del cerebro. (Anbropianos. Lenguaje articulado. Manos más ó ménos a lol y ] perfectas en los miem- A Antropomorfianos.' bros anteriores ó en los) Primates./ Pitecantropidos ó Simiidos. O Paleopitecianos. posteriores. Placenta or- sivo de la cara. Lenguaje Neopitecianos.. dinariamente discoidal. articulado nulo. Cara des- Órbita del ojo completa. nuda. Mano y pié prehensiles ó solamente el pié: no todas demorinád] VPitecoidos 6 Seudosimiidos )1as Uñas planas. Cara pro- OA Pitecoidos ó Seudosimiidos. vista de pelos. Formas aná Arctopitecianos. logas á las de los cuadrú- YD aubentonianos. pedos ordinarios. "CUADRO SEGUNDO. ÓRDEN. FAMILIAS. CARACTÉRES. GÉNEROS PRINCIPALES, lientes. Nariz y barba prominentes. Dientes 32, sin diastema. Cerebro mucho más desar- » Hombre. rollado comparativamente que en los otros primates. Piernas más largas que los brazos. 5 E . y Estacion erguida. Nalgas y pantorrillas sa- Antropianos.....- Cola nula. Estacion incluida. Dientes 32, con | diastema. Tabique nasal angosto. Piernas más cortas quelos brazos. Habitan el antiguo continente. | Antropo-morfianos o Cola no prensil. Estacion horizontal. Dientes Paleopitecianos. -. ¿32 Piernas más largas que los brazos. Habitan el antiguo continente. Cola variable, frecuentemente prehensil. Es- tacion horizontal. Dientes 36, con diastema. ( Aluato, Sayú, Tabique nasal ancho, Piernas más largas que Nictipiteco. 1 los brazos. Habitan el Nuevo continente. Neopitecianos....- Die Placenta difusa; sin caduca. 2 Cola poblada, á veces corta ó áun nula. Marcha cuadrupe- dal. Manos y piés asidores: uñas planas mé- nos al segundo y á veces al tercer dedo poste- rior. Dientes con tubérculos agudos: un dias- tema. Narices en forma de coma. Hocico más ó ménos alargado. Piernas más largas que los brazos. Lemurianos....-. prensil:zarpas en todos los dedos ménos al pul- gar posterior. Dientes 32, con diastema. Tabi- que nasal ancho. Piernas más largas que los brazos. Arctopitecianos. -- Uistiti. A A A A Cola poblada. Marcha cuadrupedal. Pié solo asidor. Una uña plana solamente al dedo pul- Daubentonianos -. 1 gar posterior. Dientes $ $; $. Dedos anular y medio anteriores muy delgados y largos. Cola poblada. Marcha cuadrupedal. Pié - Daubentonia. 1 Tabique nasal delgado, pero los otros caractéres conformes. 2 Segun Alfonso Milne Edwards y Grandidier: Haeckel decia que eran deciduatos y discoplacentarios. , Chimpanzé, Orango, Gorila, Gibon. 32, con diastema. Tabique- nasal angosto, Magote, Macaco, Nasico, Cinocéfalo Ateles, Braquiuro, Indri, Maki, Propiteco, Lori, Gála- go, Tarsero.—Aberrantes: Quei- rógalo, Microcebo. Lam.o? LA NATURALEZA. NES a» E a 20 eS > LIT MURGA L4 1% Larva de COCCUS AXINW (Aje) 204 Lig 2% COCCUS AXIN individuo hembra. 1 Tamaño natural 2 4 ye LA NATURALEZA 283 OsERVACION.—Al escoger el nombre de Daubentonia en lugar de Queiromis (cheiromys), cuv., Myspithecus y Myslemur, de Blainz., porque el primero, creado por Estéban Geoffroy, tiene derecho de prioridad y consagra en la cien- cia el apellido de un hombre que contribuyó mucho á los progresos de la zoolo- gía: este sentimiento de justicia me ha sugerido la palabra de Daubentonianos en vez de Queiromyianos. Muchos defectos tendrá este pequeño trabajo, pero válgame la intencion que he tenido de ser útil á mis alumnos y á la indulgencia áque me han acostumbrado mis ilustrados y sabios amigos de México, cuando les he ofrecido alguna muestra de mi buena voluntad. Guanajuato, Julio de 1883. AA A IR SO INFORME ACERCA DEL AXE.” POR EL SEÑOR DOCTOR ALFREDO DUGÉS, SQCIO CORRESPONSAL EN GUANAJUATO. Habiendo hecho varias preparaciones microscópicas dela larva del Coccus axin, he encontrado todas las que hemos recibido de la Escuela de Agricultura de México enteramente iguales, de un color rojo oscuro, con las extremidades ne- gruzcas. Como se puede ver por la figura 1 que representa la larva vista por de- bajo y con un aumento de veinte diámetros aproximadamente, el animalito tiene un cuerpo ovalado, deprimido y provisto en la parte posterior de grandes y fuertes pelos. En el extremo anterior se observan un par de ojos (fig. 1, cy fig. 5) lisos, simples, muy convexos, negros en la base y trasparentes en su convexidad: en- tre los ojos hay dos (fig. 1, b) antenas con su artículo basilar grande; los dos si- guientes cilíndricos, y los tres terminales con su base más angosta: el último está en forma de mazo y casi tan largo como los dos penúltimos puntos. Las seis pa- tas constan de cuatro artículos: el primero es la anca y presenta una forma trian- gular; el último lleva una sola uña ó garfio (fig. 4) y su borde interno está provis- to de pelos más numerosos que los que cubren el resto del miembro. Entre las ancas del primer par se distingue un rostro ó haustellum (fig. 1, a) con un labio de tres piezas y dos largos estiletes encorvados hácia su mitad y * Este Informe fué presentado por su autor al Señor Ministro de Fomento, el cual lo cedió á la Sociedad de Historia Natural para su publicacion en «La Naturaleza. » Para completar el estudio relativo al Axe, véanse tres artículos relativos á este insecto publicados en este volúmen, páginas 198, 200 y 205,—J. $. La NATURALEZA.—Tomo VI.—40, 28! LA NATURALEZA uniéndose en la extremidad donde parece que los continúa una vaina muy delga- da, muy trasparente y que no siempre se distingue. Todo el cuerpo está cubierto de pelos (fig. 2) que nacen de un tuberculito sa- liente, y de otros apéndices muy singulares representados en la figura 3: estos constan de dos especies de cuernitos arqueados, trasparentes (á lo ménos en la pieza preparada con glicerina) y descansando sobre un tubérculo plano. Me pa- rece muy probable que estos apéndices están destinados á crecer, entrelazarse y cubrir el insecto adulto con esta especie de borra blanca que se derrite como cera: es muy curioso observar esta produccion al estado naciente. Las pequeñas larvas son bastante activas, y siento sobremanera no haber po- dido observar sus costumbres; pero ellas no han podido vivir sobre las plantas que les proporcioné. Deseo que estos detalles sean de algun interés para el Señor Ministro de Fo- mento, y compensen la falta de indicaciones biológicas que no pueda suministrar. Guanajuato, Julio de 1883. => INFORME SOBRE LOS DEPÓSITOS CARBONÍFEROS DEL CERRO DE «EL TAMBOR» EN EL DISTRITO DE HUAUCHINANGO Por EL INGENIERO DE MINAS SANTIAGO RAMIREZ. VA bo L Distrito de Huauchinango, el más septentrional de los veintiuno en que está dividido el Estado de Puebla, que por la region del Norte y la del Este linda con el Estado de Veracruz, y por la del Sur y la del Oeste toca al de Hidalgo, contiene entre sus once municipalidades, la llamada Xicotepec, y más comunmente de- signada con el nombre de Xico, cuya cabecera dista de la cabe- cera del Distrito veintiun kilómetros, medidos por la Comision Geográfica Exploradora. Veinticuatro kilómetros al N.E. de Xico, á la conclusion de la Sierra de Za- LA NATURALEZA 285 catlan, llamada así por pertenecer en su mayor parte al Distrito de este nombre, y en el camino para Túxpan, está el rancho llamado de San Márcos, y cerca de él el de El Tambor, por cuya orilla pasa un brazo del rio que forma el paso del Tambor, y á cuya espalda se eleva el cerro del mismo nombre. En este cerro se encuentran los depósitos carboniferos á que este Informe se refiere, por cuya circunstancia creo deber fijarme en sus condiciones geológicas particulares. La formacion de este cerro la constituye una roca que se comienza á iniciar desde la salida de Huauchinango, y que, á pesar de la distancia y de la diferencia de nivel, se conserva con alteraciones secundarias. Estas alteraciones, que léjos de hacer dudoso el carácter de los terrenos en que se presentan, contribuyen á determinarlo, consisten principalmente en la presen= cia del óxido de fierro, que tiñe la roca en una grande extensiony en no corta profundidad, y en su desagregacion producida por la presencia del agua que es fácilmente absorbida, formando una pasta espesa, elástica, resbaladiza y pegajosa, que hace el paso muy difícil, peligroso y molesto. Independientemente de algunas rocas cristalinas aisladas que se dejan ver en la parte más profunda de las cuencas, en algunas grietas, y particularmente en el lecho de los rios, cuyas rocas descubren la formacion interior á que parece ser- vir de envoltura la roca dominante, ésta consiste en una pizarra arcillosa, cuyo color, cuando no está mezclada con el fierro, es el gris verdoso oscuro y aun el neoro agrisado. En algunos puntos su lustre es centellante y aun poco lustroso; pero este carácter, que no puede considerarse como propio de la roca, y que solo se presenta en el sentido de la estratificacion, es debido á la arcilla en libertad fuertemente adherida á la pizarra y con un grado tal de desarrollo en algunas partes, que parece formar una roca especial, asociada á la pizarra. En lo gene- ral esta arcilla sólo se encuentra en pegaduras que cubren la superficie de la pi- zarra. La textura trasversal de ésta es desigual y mate. Volviendo á los caractéres de ésta, la atencion se viene á fijar en la estructura; y este carácter es el que corresponde á la estratificacion, que es horizontal en sus condiciones normales; pues en las partes planas y aun en los declives producidos por los deslaves, se descubren las lajas pizarreñas formando una especie de erade- ría, y presentando cortes naturales. El espesor de estas capas varia entre 10 y 35 centímetros. | En los puntos afectados por el levantamiento, la horizontalidad desaparece, y á medida que se asciende en el cerro, se ve aumentar la inclinacion, llegando las lajas en algunos puntos, cerca de la cima, á ser casi verticales. No es la primera vez que en mis estudios sobre el asunto á que se refiere el presente, me veo en la necesidad de ocuparme de esta roca: en más de una re- gion la, he visto, dominando y caracterizando la formacion, estando, por otra parte, satisfactoriamente explicada esta frecuencia, puesto que la formacion de 286 LA NATURALEZA transicion constituye la primera envoltura de la corteza terrestre en que se en- cuentra la estratificacion; y esta envoltura es casi continua. Estas rocas, y las análogas á que hecho referencia, pertenecen á la formacion inferior; y por lo mismo, sus caractéres esenciales son muy semejantes, pues su composicion es casi idéntica en todas partes. En algunos puntos de la localidad á que me estoy refiriendo, se encuentra la pizarra de tal manera penetrada por el cuarzo, que forma la variedad designada con el nombre de piedra lidia. Aunque es muy frecuente, en la formacion á que pertenecen estas rocas, el caso de que alternen con las pizarras micáceas y talcosas, y aun con clorita-pi- zarra, en ningun punto de la region explorada encontré estas clases de rocas. En el lugar en que se hallan los depósitos carboníferos, existen capas negras de pi- zarra, que los geólogos llaman antracitosa, y que más bien deberia llamarse car- bonosa: no creo que le pueda convenir el nombre de carbonifera, ni aun de car- burada; pues aunque esta última se encuentra en contacto con el carbon, su pre- sencia en este piso es tan accidental como el carbon mismo. Esta roca que constituye la ampelita, propiamente dicha, es de un color negro pardusco tirando al de terciopelo, cuya intensidad disminuye visiblemente por la accion del calor: su lustre es poco lustroso por su intensidad, y por su calidad de cera; su textura entre compacta y pizarreña, y en la ruptura, que se efectúa auxiliada por la desagregacion que produce el agua absorbida, aparece una su- perficie curva. Ya otra vez he tenido ocasion de referir y explicar esta particu- laridad de las arcillas que suele generalizarse en algunos compuestos arcillosos. Debo advertir que esta roca, á la que, por el conjunto de sus caractéres, de los que he mencionado los principales, conviene el nombre de ampelita, no es la ampelita aluminosa de que se extrae el alumbre, ni la piritosa, que los anti- guos llamaban tierra de viñas, por la aplicacion que se le daba en agricultura como abono, siendo una especialidad para la viña, cuya vegetacion favorece no- tablemente. Brard, en apoyo de ésto cita un hecho que presenció en el departamento de la Corréze, en Francia, en los trabajos carboníferos hechos cerca de una viña: to- das las matas, en cuya cercanía se arrojaron las tierras cargadas de esta roca, se desarrollafon de una manera tan extraordinaria y rápida, que su desarrollo y lozanía se notaban aun á primera vista. Decia yo que la presencia de esta roca en este sitio es accidental, porque ade- más de que se encuentra localizada en determinados puntos, y sus condiciones de yacimiento no son las que constituyen una formacion, el piso á que pertenecen no es el inferior, que es al que corresponden las rocas estudiadas, sino el siluriano á cu- yas rocas se asocia con mucha frecuencia, y más particularmente el devoniano. Su presencia aquí debe y puede explicarse del mismo modo que la presencia del carbon, respecto de la cual, haré á su vez las apreciaciones correspondientes. LA NATURALEZA 287 Admitido el principio de que la base de los estudios de esta naturaleza es el re- lativo á la geología del terreno, se encuentra, en el exámen de este punto capi- tal, una cuestion, que ante todo debe resolverse, para desvanecer la duda á que puede dar orígen; y cuya influencia es decisiva en la determinacion de la expec- tativa que la presencia de un yacimiento de éstos ofrece, y que es el fundamento de toda explotacion. Dicha cuestion es la que se desprende de la: presencia de caractéres distintos, determinados por los elementos peculiares de dos distintas formaciones. En efecto, las consideraciones que dejo apuntadas, y que son el resultado de un exámen del terreno, que no se localizó en determinado punto, sino que compren- de una extension suficiente de la parte reconocida, no dejan duda de que la for- macion á que se refieren, es la de transicion: consecuencia que deja dudoso el punto que se trata de resolver; puesto que segun se sabe, sobre esta formacion descansa, y aun se puede decir que á esta formacion pertenece, la formacion car- bonifera. Bien conocida es la division admitida por la mayor parte de los geólogos, en esta formacion, de terrenos inferiores, medios y superiores, ó cambrianos ó cum- brianos, silurianos y devonianos, sobre los cuales están los que pueden llamarse carboníferos. En el caso presente, se trata de determinar si la formacion estudiada consti- tuye el asiento de estos últimos, en cuyo caso, los yacimientos de carbon recono- cidos pueden trabajarse, si no con seguridad, sí con probabilidades de éxito. Para fijar este punto, tenemos estos datos, que propiamente hablando no son otra cosa que elementos de confusion y de duda: primero, depósitos de carbon, clara y perfectamente determinados, cuyos caractéres y composicion daré á co- nocer en el lugar correspondiente: segundo, rocas carburadas que son propias de los terrenos carboníferos, y que suelen estar asociadas á las rocas silurianas: ter- cero, rocas peculiares de la formacion cambriana. Existen, pues, caractéres de tres formaciones distintas, ó más particularmente de dos: la carbonífera y la cambriana, y por lo ménos se debe fijar como incues- tionable el principio de que, de los elementos á que estos caractéres corresponden, unos son propios del terreno, y otros son accidentales; y la cuestion capital que- da reducida á fijar cuáles son los unos y cuáles los otros. Para resolverla, nos fijarémos en los caractéres propios y en las circunstancias especiales de cada uno de estos elementos. Se ha dicho que las rocas que constituyen esta formacion en general, y más particularmente, el cerro del Tambor, están en capas, colocadas en estratificacion horizontal, cuya posición se modifica en el ascenso del cerro, por la alteracion natural que las capas sufren en los levantamientos. En la parte en que los yacimientos de carbon se descubren, las capas pizarre- ñas están indicadas hácia el O. 288 LA NATURALEZA :Cortando esta estratificación, y con la inclinacion de 46 al E., se ve un hilo de carbon, cuyo'ancho es de 12 centímetros; no tiene mezcla de sustancias ex- trañas; y en cuanto á su estado de agregación, esmuy desmoronadizo, por el con= tacto con el aire húmedo, y aun con el agua que corre sobre la roca, bañándola y deslavándola en las partes en que ofrece ménos resistencia: La direccion de este hilo, es de S.O.-20%-N.E., y puede observarse en las dos paredes del-pequeño socavon que lo corta, el que tiene una a longitud de:1.50 metros, y está trazado en la direccion de O. á 1. 104 ; Inspeccionando la. roca en este pequeño cuele, se ven pbisadaras! aisladas; pero el hilo de carbon:no reaparece. ' Este socavon está abierto :4.algunos metros de altura sobre el fondo de una larga cañada, que tiene la direccion general de O. á E.; y debajo de lo que pudiera lla- marse el plan, en la misma roca, se ven otros hilos, no ya cortando la estratifi- cacion dela roca, sino en posicion concordante con ésta, y que solo tienen algunos centímetros de espesor. La pizarra entre cuyas hojas se encuentran estas A presenta, en algunos ejemplares, colores abigarrados. Continuando el exámen del terreno hácia el N. y el S. que son las direcciones en que el hilo deberia encontrarse, si fueran normales las condiciones de su ya- cimiento, nose ve más que la pizarra cambriana, debajo “dela tierra vegetal, y algo confusa en su estratificacion: en muchos puntos esta pizarra está fuertemente impregnada de arcilla. El más notable de los depósitos descubiertos, está: hácia el Oeste del centro del socavon, que es tambien el de la anchura de la cañada: su ancho es de 4 centí- metros y se extiende hácia el S.E. con la inclinacion de 30%. Siguiéndolo en esta direccion, se ve ir ensanchando, hasta medir 1.65 metros, con un espesor de 2.60 metros. Estos cambios se notan en una longitud de 4.50 metros, pues pasada esta dis- tancia, esa masa de carbon, que afecta la forma de cuña; por. la parte del S.E. desaparece completamente en la roca; y por la del N.O. penetra: en ésta «con una anchura de 4 centímetros, como he dicho ya, y desaparece tambien. Hácia abajo, y hácia los lados, no se descubre más que la roca. 1 1102 200083 De este conjunto de datos, se. deduce que la presencia del carbon: en este punto es anormal, puesto que'son anormales la direccion, inclinacion, posicion relativa con la roca, y demás circunstancias que caracterizan y constituyen el yacimiento: y como además de esto, se encuentra en un «cerro, á la altura dé 144:metros, se puede inferir que no es la formacion carbonífera la dominante en'esta localidad. Además de esto, faltan los caractéres mineralógicos, los demás caractéres peo- lógicos y los paleontológicos, de que ya en otros Informes he hecho mérito:conla extension debida, por lo que creo poder y aun deber omitirlos en éste; y esta falta es una especie de carácter negativo, que viene en apoyo:de la anterior consecuencia. LA NATURALEZA 289 La hipótesis que pudiera surgir, y que en efecto he señalado, de que esta for- macion fuera la siluriana, por la presencia de la ampelita, que como lo he hecho notar, suele asociarse á las rocas de esta formacion, es desechada por los demás caractéres que el estudio descubre en el terreno, y que indicaré ligeramente, ya que por primera vez me veo en el caso de tomar en consideracion las rocas del piso siluriano. Estas rocas, segun' el profesor Rodekick Murchison, que las designó con este nombre, se dividen en superiores, médias é inferiores: comprenden las primeras, diversas areniscas, calizas arcillosas, pizarras con concreciones calizas, calizas concrecionadas formando capas; pizarras llamadas de enlosar, ó piedras de payi- mento (flagstone de los alemanes); calizas y pizarras arcillosas impregnadas y aun reemplazadas por. rocas feldespáticas: las segundas, pizarras de un color rojo. ó ligeramente coloridas; las areniscas llamadas de May-Hill; calizas con nódulos de pizarra negra, areniscas calizas, con lechos de rocas de agregacion: por último, pertenecen á las terceras, areniscas de conchas con pizarras y conglomerados; ca- lizas arenáceas, pizarras y areniscas con tobas trapeaneas; pizarras negras con incrustaciones calizas y arenáceas; calizas cuarzosas con pizarras arcillosas; tobas volcánicas estratificadas, y lavas feldespáticas y porfídicas. Ninguna de estas rocas se encuentra en la region explorada, y no siendo por otra parte característica de la formacion siluriana, la presencia de las ampelitas, que fué el dato que indujo á la hipótesis discutida, ésta debe ser desechadada. Las rocas de:la formacion inferior, son por el contrario, más claras y abun- dantes; la extension que ocupan es muy considerable; las alteraciones que en su estratificacion y en su yacimiento han impreso los levantamientos, no las han he- cho desaparecer; y en los cortes naturales que se dejan ver en las barrancas, se descubren las condiciones de su estratificacion. No queda, pues, duda, de la naturaleza de estas rocas, así como tampoco de que los depósitos de carbon no se encuentran en un terreno que les es propio, y son por consiguiente accidentales. Su presencia se puede explicar, lo mismo que la de cualquier mineral ó roca extraño á una formacion, que se encuentra en ella, ocupando extensiones más ó ménos considerables por los trastornos acaecidos en el órden de sobreposicion, en los cataclismos geológicos de que nos quedan las señales. Aplicando esta deduccion al caso presente, ésto es, á la investigacion del re- sultado probable que puedan ofrecer las exploraciones, se debe afirmar que tal resultado tiene que ser:poco satisfactorio; pues aunque se encontraran otros d epó- sitos, éstos tendrian el mismo .carácter de accidentales, y no podrian ofrecer más que una precaria explotacion. Mas no es esta consideracion técnica la única que se puede invocar en contra de la organizacion de los trabajos mineros que pudieran emprenderse en el cerro del Tambor, para explotar los depósitos carboníferos que allí existen: las considera- 290 LA NATURALEZA ciones económicas, que hacen un papel tan esencial en las empresas industriales, vienen en apoyo de la consecuencia que se desprende de las consideraciones técnicas. La posicion topográfica de estos depósitos no puede ser más desfavorable. Para apreciar el valor real de una explotacion carbonífera, hay que tener pre= sente desde luego, la situacion del lugar en que debe organizarse; pues uno de los mayores gastos que hay que erogar, y quizá el mayor de todos, es el relativo al trasporte desde el lugar de su yacimiento hasta el centro de su consumo. En el Informe que con fecha 28 de Junio de 1881, tuve la honra de presentar á vd., Señor Ministro, relativo á las exploraciones que hiceen los terrenos carbonífe= ros de los Distritos de Matamoros Izúcar, Chiautla y Acatlan en el Estado de Pue= bla, está consignado un dato que pone en relieve la exactitud de esta aseveracion. En efecto, segun los cálculos hechos en el documento citado, el costo de una to- nelada de carbon, puesta en la boca de la mina, en las circunstancias de Tecoma- tlan y Olomatlan, es de 62 centavos; * y el de flete de Tecomatlan á Puebla, será de 16 pesos. * Esto, con diferencias numéricas, que hacen variar las relaciones, se verifica en todos los casos. En el presente, nada puede decirse del costo de extraccion, que dependerá del resultado de las exploraciones, sobre las que creo haber dicho lo bastante; y en cuanto al trasporte, dos puntos podemos fijar como adecuados á la apertura de un mercado para el carbon procedente de ella: Tulancingo y Túxpan. Hay que hacer observar que ninguno de estos puntos seria el de su consumo, pero sí los de su depósito. Para el primero hay que recorrer una distancia de veintidos leguas, pasando por Xico y Huauchinango: el camino es pendiente, accidentado y molesto, sobre todo desde Huauchinango, entre cuyo punto y el rancho hay una diferencia de ni- vel de 1244 metros, pues la altura de Huauchinango es de 1400 metros y la del rancho del Tambor, de 156. Entre el rancho del Tambor y Xico hay dos caminos: uno por la cuesta, pasan- do por Jalapilla, Las Pilas, Covo y San Lorenzo; el otro, más largo, es plano hasta la Junta, y por él hay que pasar el rio á vado, treinta y nueve veces; y de la Junta á Xico, que es una extension de dos leguas, la cuesta es más pendiente y el camino más peligroso é intransitable. El flete costaria de 65 á 70 pesos tonelada. Para el segundo punto, pasando por San Márcos, Apapantilla, Mesa de San Diego, Tulitlan, Miahuapa, Tihuatlan, El Horcon, El Zapotal y Cabellos blancos, y empleando cinco dias, el flete costaria SÚ pesos. 1 Véase la página 79 de los Anales del Ministerio de Fomento, tomo VIT, y la 75 del Opúsculo. 2 Véase la página S0 de los Anales del Ministerio de Fomento y la 80 del Opúsculo, LA NATURALEZA 291 Como se ve, en ambos casos este costo es excesivo, y hace desistir de la em- presa; la que solo podria discutirse, dada la existencia de un ferrocarril. Pero la construccion de éste es muy dudosa, puesto que no tiene aliciente que pueda ser- vir de fundamento á su utilidad; y tanto ménos cuanto que los accidentes del ter- reno tienen que aumentar considerablemente las dificultades y los costos. En efecto, fijándose en los puntos generales que deben tenerse presentes para fundar esta cuestion, haré observar que en la longitud de 24 kilómetros que hay entre Xico y el rancho del Tambor, cuya diferencia de nivel es de 942 metros, puesto que la altura del primero de dichos puntos es de 1098, y la del segundo de 156, la pendiente média será de 3.92 por 100; pero no es así, pues de las al- titudes observadas, resultan pendientes de 5.40 por 100; habiendo grandes ex- tensiones en que dichas pendientes exceden al 10 por 100. Esto se entiende para el tramo comprendido entre el rancho del Tambor y Xico; pero como este último punto no ha de ser el extremo, puesto que no puede ser- vir de centro de consumo ni de mercado para el carbon, habria que llevar éste hasta cerca de una vía ya establecida, con la que se relacionaria la vía supuesta. El punto más inmediato es el de la Estacion del Ferrocarril de Hidalgo, situa- da en Tlalnalapa, cuya altura absoluta es de 2232 metros, y cuya distancia á Xico es de 95 kilómetros. Por estos datos aislados se ve lo poco probable que es el establecimiento de una vía férrea hácia la region explorada. Para no dejar trunco este trabajo, y sujetarlo, come he procurado hacerlo con los anteriores de esta especie, á las instrucciones que el Ministerio del digno car- go de vd. se sirvió darme, para el desempeño de mi comision especial, presentaré el estudio del carbon que recogí en los depósitos descritos, cuyo estudio no es del todo inútil; pues aunque en la parte industrial no puede utilizarse, en la parte técnica constituye un dato más, que debe figurar en el catálogo de los combus- tibles existentes en nuestro suelo: dato que es tanto más interesante, cuanto que los estudios de esta naturaleza son nuevos en nuestro país, y aún no se tiene el número de datos suficientes para resolver en términos generales la cuestion relati- va á nuestra verdadera riqueza, en este ramo tan esencial de nuestras produccio- nes mineras. Este carbon se encuentra en el estado sólido propiamente dicho; y aunque en los puntos descubiertos, que durante mucho tiempo han estado en contacto con la humedad y aun con el agua, las masas se desagregan, tal desagregacion no es ab- soluta, y los fragmentos muy pequeños en que la masa se divide, presentan el mis- mo carácter, ó más generalmente hablando, todos los caractéres de la masa; pu- diéndose observar con toda claridad la figura de los fragmentos. Esta desagrega- cion, en sus efectos, es semejante á la que se produce por el choque ó por la percusion. Su color es el negro de terciopelo, en su mayor grado de pureza. LA NATURALEZA. —Tomo VI.—41. 292 LA NATURALEZA Lustroso, y recien partido casi resplandeciente, de lustre de cera. En masas; siendo la superficie, lisa, en la textura principal, y en la trasversal áspera y fibrosa. La textura principal es pizarreña, y la trasversal fibrosa. La figura de los fragmentos se acerca á la prismática. La raspadura es mate y conserva el mismo color. Tizna muy poco. Peso específico, 1.142. Arde con una llama muy clara, que se aviva notablemente por la accion del so- plo, y que es debida al desprendimiento del hidrógeno, pues cesa cuando todo el gas se ha desprendido. Se hincha exhalando un olor empireumático, y toma un aspecto globoso, seme- jante al de las escorias de un horno alto, quedando excesivamente ligera y poco consistente. El análisis de este carbon y su poder calorífico, determinado por el sistema de Berthier, que es el que he adoptado para estas operaciones, da los siguientes resultados: CALDO O e a DN e rele 75.00 ASAS ora 10.00 Sustancias volátiles y humedad. ........ 15.00 100.00 Plomo reducido del litargirio. . .... PA 25.50 Carbon equivalente, (0 A 0.765 Poder,calorificos adri aria ade 5.763 Carbon equivalente á las materias volátiles, . . 0.15 Por este conjunto de caractéres, se ve que el carbon que los presenta puede cla- sificarse como u/la grasa. Su clase es buena, variadas sus aplicaciones, y si fuera abundante en su canti- dad y fácil en su explotacion, desde luego seria recibido con grande estimacion en el mercado. Por desgracia no es así; pues como creo haberlo demostrado, estas dos circunstancias esenciales, y las demás que de ellas se derivan, son en extremo des- favorables. Resumiendo las consideraciones hechas en las líneas que anteceden, y las con- secuencias deducidas, resulta: 1.2 Que los yacimientos de carbon que existen en el cerro del Tambor, situado en la Municipalidad de Xico, perteneciente al Distrito de Huauchinango del Esta- do de Puebla, son depósitos accidentales, de poca importancia y corta duracion, que no ofrecen expectativa alguna para ser explotados con ventaja. 2. Que la formacion en que tienen su yacimiento, es la de transicion inferior ó cambriana. LA NATURALEZA 293 3. Que su posicion topográfica es muy desfavorable, por la distancia á que es- tán de los centros de consumo, por el mal estado de los caminos que los separan de ellos, y por las pocas probabilidades de tener una vía férrea inmediata. 4.2 Que el carbon es una ulla grasa de buena calidad. 5.2 Que estos yacimientos son inexplotables. Como cada una de estas deducciones es el resultado de la observacion, y todas ellas se fundan en los principios que naturalmente deben servirles de base, creo que deben ser aceptadas, y desviar la atencion de un punto que no puede servir de cen- tro á una empresa como la que debe tener por objeto el desarrollo de nuestra in- dustria carbonífera. México, Abril 12 de 1883. HTA A OLA —— NOTA ADICIONAL AL ARTICULO DEL SEÑOR DOCTOR ALFREDO DUGES ACERCA DEL AXE.* GALLINSECTO HEMÍPTERO HOMÓPTERO COCCINIDEO.—Seccion de coccidos, Signo- ret.—Género: Coccus?—Especie: Coccus Axim, La Llave.—Nombre vulgar: AE, Ayin, Ni-1xN. Individuo hembra encontrado, segun me dijeron, sobre los nopales en el ca- mino de Lagos á Leon.—Dibujado en vista del animal vivo. Cuerpo negro, color de púrpura ó bermellon sucio por encima; por debajo rojo bermellon con un tinte negruzco á los lados del abdómen. Patas y antenas ne- gras (despues de un largo tiempo de estar en alcohol, el cuerpo se vuelve color de carne y las extremidades café oscuro).—Algunos individuos llevan en el dor= so una línea mediana de puntos rojos y otros puntos en la periferie. No he visto el pico ú haustellum que quedó probablemente enterrado en la planta al recoger el insecto. EXPLICACION DE LA FIGURA 2?, LÁMINA D* 1. Hembra vista por encima.—2. La misma por debajo, doble de tamaño natural.—3. Pata pos- terior.—4. Antena.—5. El ojo que es simple.—6. Mamelon buccal: la placa puntuada (? base de la trompa?) está colocada un poco abajo entre las primeras patas. * Véase la pág. 283. METAMÓRFOSIS DEL TRIBOLIUM FERRUGINEUM, Fabricius. Por EL Sr. Dr. Bua. DUGÉs, SOCIO CORRESPONSAL. La larva del Tribolium ferrugineum tiene de7 á 8 milímetros de largo y uno de grueso. (lám. 62, fig. 1.) Ésta casi cilíndrica, de una consistencia más bien seme- jante á la del pergamino que córnea, de un color amarillo bajo, salvo en la cabeza y alguna parte de los anillos de que hablarémos pronto, que está morenusco y por fin algo reluciente. Está compuesto de 12 anillos sin contar la cabeza, y lo que se nota á primera vista es que tiene tres pares de miembros locomotores, y que el último anillo está terminado por dos fuertes espinas. Vamos á examinarla más á menudo. La cabeza es la parte más dura de todo el cuerpo, aplastada y subcuadrada. A pesar de todos mis esfuerzos no he podido encontrar vestigio alguno de un ór- gano de vision. Las antenas se componen de 3 artejos, y una base bastante ancha soporta un 1.* artejo cilíndrico grueso y corto; despues, véanse el 2.” artejo que está mucho más largo y cilíndrico, pero que se ensancha poco á poco hasta la ex- tremidad que está cortada oblícuamente; el 3.* está cilíndrico, mucho más corto y delgado que el 2.? de la truncadura del que parece salir y lleva á su extremidad un largo apéndice piliforme. La frente está separada del epistomo por un ribete córneo. El epistomo está fuertemente trasversal, casi recto por delante y redon- deado lateralmente; lleva el labro que está tambien trasversal, un poco escotado en medio por delante y redondeado en los lados. Véanse de cada lado en su borde libre un pequeño apéndice ovoideo que se parece á una espina gruesa y cor- ta, y además dos puntos pilíferos. Mandíbulas fuertes, bidentadas en la extremi- dad y denticuladas en el borde interno. Maxila con un solo lóbulo ovalado y cu- bierto de puntos espiniferos. Palpos de 3 artejos, 1 grueso, corto y cilíndrico, 2 un poco más delgado y algo más largo, 3 tan largo como 1 y 2 juntos, más delgado que dos, cilíndrico y truncado en la extremidad. Labio inferior compuesto de una sub-barba trasversal, redondeada en los lados, de una barba en cuadro alargado, un poco estrechada por delante y que soporta la lengijeta, que está cua- drada, pero un poco estrechada atrás y cortada oblícuamente de arriba abajo y de adentro por fuera de cada lado de su extremidad, de manera que el ápice forma como un tubérculo armado de algunos pelos. Esta troncadura soporta un palpo de 2 artejos, 1 corto y cilíndrico, 2 de la misma forma pero un poco más largo y delgado. La extremidad de este artejo como tambien la del último de los palpos maxilares parece armado de pequeños tubérculos. LA NATURALEZA 295 Los tres anillos torácicos están formados por un % anillo dorsal llevando como un ancho escudete más duro y de color más oscuro que los demás y de un % anillo abdominal blando. Cada uno tiene un par de patas, compuestas de un anca grue- sa, cónica y saliente, un trocánter, un muslo algo encorvado, una pierna más delgada y un gancho que representa el tarso entero. Lo que estos anillos tienen de muy notable es que el estigmate que se acostumbre ver en el 1.* anillo (pro- tórax) le falta completamente, y al contrario, se ve muy claro en el 2.” (meso- tórax) delante del ángulo ántero-inferior del escudete dorsal. Los anillos abdominales se parecen á los torácicos; como ellos tienen un anillo dorsal con un escudete y un %% anillo abdominal blando, y del 1 al 8 tie- nen un estigmate delante del ángulo ántero-inferior del escudete. El 9.” anillo ó anal se termina en su parte superior por dos espinas largas, gruesas, muy agu- das y semicórneas, y en la inferior véanse de cada lado del ano un tubérculo bastante grueso, romo y blando. Esta larva vive dentro de la harina donde se trasforma en ninfa sin precaucion ninguna. La ninfa (fig. 2), se parece á las de todos los coleópteros, tiene como 4 milimetros de largo y 13 diez milímetros de ancho; está blanquizca y blanda. Vista por delan- te se ve en su extremidad anterior como una gran masa redondeada por arriba en medio de la cual se distingue un hocico que tiene en su extremidad un verdadero labro, una mandíbula y unos palpos muy visibles. Más arriba, y de cada lado, véanse las vainas de las antenas aumentando poco á poco hasta la extremidad, y arriba de su base una manchita negra como granulosa, recta por atrás, pero bi- lobulada por delante que es el ojo, que no está visible, sino á los 5 ó6 6 dias des- pues de la trasformacion, porque ántes se confunde de tal manera con el color ge- neral, que está del todo invisible. Abajo de la boca véanse las piernas anteriores y los intermedios; los órganos del vuelo compuestos, 4 lo que me parece, de una sola vaina conteniendo el élitro y el ala membranosa. En la extremidad de estos órga- nos nótanse las extremidades de los miembros posteriores, y afuera, á la altura del 3.* anillo abdominal, un grueso tubérculo está en la articulacion fémoro-tibial del mismo miembro. Los 7 últimos anillos abdominales están visibles por delante; el 3. no más entre los élitros; el 4.? casi entero, los demás están completamente visibles y todos subiguales. El 8.” tiene en su parte anterior dos tubérculos bas- tante gruesos, largos cónicos y divergentes, y el último, como la larva, da largas espinas. Pero lo que estos anillos abdominales tienen de muy notable, es que des- de el 1." hasta el 6.”, tienen lateralmente sobre la línea que separa el dorso del vientre, un tubérculo aplanado, córneo y formado de dos partes, una superior denticulada en su base superior y trilobulada en su extremidad con un pelo en cada lobulito y unida por una curva á la inferior que está en forma de mandíbula, es decir, incurvada en su extremidad que está aguda y con el borde inferior denti- culado (fig. 2, 3 6). En el 7.* anillo no existe más que la parte superior del tubér- culo. Delante de estos tubérculos véanse los estigmates. El 8.” anillo no tiene tu- 296 LA NATURALEZA bérculo lateral ni estimate, pero se nota un surco que separa el dorso del vien- tre. ¿Acaso estos tubérculos servirán á la progresion? esto no es más que una su= posicion. Esta ninfa pasa 7 6 8 dias bajo esta forma, y Juego se trasforma en in= secto perfecto (fig. 3). El tribolium ferrugineum tiene como 3 milímetros de largo y uno de ancho; su color es moreno ferruginoso; tiene alas membranosas. Cabeza un poco alargada con el epistomo grande, unido á la frente, un poco escotado por delante y redondeado en los lados. Está bastante estrechada detrás de los carrillos, de manera de formar como un cuello grueso. Los ojos que están distantes del protórax, están partidos por los carrillos, y su mitad superior es un poco ovalada y menor que la inferior que está subredondeada. Toda la superficie de la cabeza está cubierta de puntos gruesos, ó mejor dicho, de pequeñas erosio= nes colocadas sobre un fondo granuloso. Labro trasversal, más bien sinuoso que escotado por delante, sus ángulos re- dondeados, su borde libre tiene una fina membrana de la misma forma y armada de pelos. Mandíbulas fuertes, bífidas en la extremidad, teniendo una membrana en el bordo interno. Maxilas de dos lóbulos, el externo grande, redondeado y ve- lludo en la punta, el interno armado en su extremidad de un gancho córneo bí- fido y de pelos gruesos en el borde. Palpos de 4 artejos, 1 mediano, 2 y 3 trian- gulares, subiguales, 4 ovalado, truncadoen la punta. Sub-barha recta por delante, barba trasversal, un poco estrechada atrás, con los bordes laterales redondeados, lengiieta trasversal cordiforme con el centro córneo y la base y el borde libre que está algo escotado y velludo, membranosa. Palpos de 3 artejos, 1 un poco alar- gado, 2 triangular, 3 bastante grueso y olivar. Antenas de 11 artejos, 1 grueso claviforme; 2 grueso y corto, cilíndrico, 3 más delgado, un poco más largo que 2 y acaso que 3; éste hasta 8 cilíndricos y córtos, pero esanchándose un poco hasta 9 y 10 que están casi lenticulares, 11 redondeado. La clava formada por los 3 últimos artejos no lo es bruscamente. Protórax trasversal, un poco cordiforme, es decir, redondeado en los lados y un poco estrechado atrás. Borde anterior con los ángulos un poco adelantados más bien que escotado, posterior sinuoso y ribeteado. Tiene una ligera impresion longitudinal de cada lado de la base, y está cubierto de una puntuacion semejante á la de la cabeza, pero con las puntas un poco mayores y más alargadas. Escu- dete subcordiforme. Élitros largos, juntamente redondeados en la extremidad. Están delicadamente granulosos y tienen unas puntas bastante gruesas y largas y colocadas en séries; además, los intervalos están algo elevados en forma de carena con una delgada raya á lo largo del ápice, y de cada lado de ésta una serie de puntos pequeños (fie. 3, 10 c). Piernas anteriores un poco más anchas que las demás, con 36 4 tuberculitos en el filo externo. Tarsos de 5 artejos, los 4 primeros pequeños, iguales, el 5 tan largo como los demás, unidos. Tarsos intermedios como los an- A ari Aubións An OS Ñ£ S a 3 (ES E Ej LA NATURALEZA 297 teriores, posteriores de 4 artejos, el 1 largo como 2 y 3 juntos, que están sub- iguales entre sí; 4.%tan largo como los demás, unidos. Cuerpo por debajo puntua- do como la cabeza. Hemos encontrado este insecto en la harina y tambien devo- rando unos insectos de nuestra coleccion. Tupátaro, 23 de Marzo de 1883. EXPLICACION DE LA LÁMINA. l.a, larva.—2.a, su cabeza.—3. a, mandibulas.—4. a, maxilas.—5. a, barba y lengúeta.—6. a, conjunto de la lengua, barba y maxila.—7. a, un anillo del cuerpo.—$. a, pata.—9. a, anillo anal visto por debajo.—A10. Espinas terminales del último anillo. 1. b, ninfa vista de frente.—2. b, la misma, vista de lado.—3. b, 6.* y 7.* anillo abdominales pa- ra enseñar bien los tubérculos laterales. 1.c, insecto perfecto.—2. c, sub-barba, barba, lengúeta y sus palpos.—3. c, maxilas.—4 C, gancho del lóbulo interno.—5. c, labro.—6. c, mandibula.—7. c, antenas.—$S. €, pierna y tarso an- terior, —9. c, pierna y tarso posterior.—10. c, ? posicion del élitro para enseñar la puntuacion. ———— RS > — SINONIMIA vulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se cultivan en México, dispuestas en órden alfabético, ' por el Sr. D. Alfonso Herrera, socio de número.—(CoNrINÚa.) NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTÍFICOS. FAMILIAS. Tabaco, Picietl, Quauhyetl, Méx. KUiZ Mayas rn Nicotiana tabacco, L........ Solanaceas. Tabaco CimalTOD...-ooooooo-.. N. mexicana, Schut. N. pu- silla, L. et N. trigonophyl- la, D. O. et Nicotiana pilosa, Din. aperos Id. Tabaco cimarron, véase Soso.... Tabachin, Flor del Camaron ó Chacalxochitl ..... E Poinciana pulcherrima, L. et P. Guillesi Hock., seg. Bár- E A Leguminosas. Dibaquilo.:coccooococac 20 0 Nicotiana glauca, Grah...... Solanaceas. ES o TO AU Hydrolea spinosa, seg. Oliva... Hidrolaceas. [MAP A TA, VISO ts Tacamahaca 6 Tamacihiyac.... Elaphrium tomentosum, D. O. et E. jacquinianum, H. B. K. seg. Oalmeiro.-.02- 0090 Rutaceas. A A II Amyris tacamahaca, D. C..... Terebintaceas 1 Las plantas marcadas con nn asterisco son las cultivadas. 298 LA NATURALEZA Tacopaste, v. Tlacopatle....... MERO, T09 OE EUT). HORULOL Eupatorium ¿sp? seg. Oliva... Compuestas. Tacuache, v. Michoacan....... A Gonolobus pedunculatus, eme. o Asclepiadeas. Talcacahuate, v. Cacahuate.... Taltacahuate, v. Cacahuate..... Tamalayota, v. Oalabaza......- Tamarindo. 2.0... a Tamarindus occidentalis, Gan aca Leguminosas. Manibata. sis fosos ys Ipomea stans, D. C.......... Convolvulaceas Tapate, v. Toloache.....-..... Taramicia A dl Anturium cordifolium, Kunth. Aroideas. Tarasca de los negros.......... Phytolacca icosandra, L., seg. Oolmelro 140.9 Fitolaceas. Taraxaco, v. Diente de Leon... Taray, Vo alo QUÍCE oia atrasa Tatzingueni, v. Cozticoazonteco- OCA AE Té limon 6 Zacate limon....... Andropogon citratus, D. C... Gramineas. Té de milpa 6 Acahualillo..... Bidens tetragona, D. O. et B. hellianthoides, H. B. K.... Compuestas. Arde moran a Bidens leucantha, Willd..... 1d. GAO A A o IA Mentha citriodora, L., segun COL a Labiadas. Mevamaxochltl.: si ceuisca niids O) AA AA Bignoniaceas. Tecolxihuitl, v. Yerba del Car- ¡AA Tecomacihiyac, v. Tacamaca.. .. Tecomate, árbol de las calabazas, guaje, Tecomatl.-..-........ Orescentia cujete, L......... Id. Tecopali 6 Mezquequitli. -..... Rhus saxatilis, D. C......... Terebintaceas Tecopalquahuitl pitzahuac..... Copaifera oficinalis, L. ...... Leguminosas. A A Acacia ¿sp? seg. Altamirano... Id, Tejocote, Texocotl. Mex....... Orategus mexicana, F. M. I. Rosaceas. Temaxcaxihuitl, v. Parietaria... A Ipomea emetica, Chois. segun OO Convolvulaceas 'Tempisque...0700..398 Laa. Lucuma capiri, seg. Oliva. ... Zapotaceas. Tempranilla, v. Cólchico....... Tén vergiienza, v. Sensitiva.... 'Denaza. LL SUB e o EAT de Mimosa ¿sp? seg. Gonzalez... Leguminosas. Teocomitl, v. Biznaga........- Teocúte, v. Ocot£.....-...0..uds MebiaetL. .....-3.£l aonlacigss Agave ¿vivípara? L......... Amarilideas. Teotlale Ó cipréB:.coocniónsece Cupressus Benthami, Gordon. Coníferas. Tepame ú Hoitzmamazali...... Acacia cornigera, Willd...... Leguminosas. LA NATURALEZA 299 Fepeacullatly. Maida es Cornus alba, Looiococ.c.... Oórneas. Tepeamatl, v. Higueron.....-.. RepecamichinS Ficus ¿sp? seg. Oliva........ Moreas. Tepecamotl, v. Huacamote... -- Tepehuaje 6 Tepehoaxin...-.... Acacia Acapulcencis, H.B... Leguminosas. Tepejilote 6 Tepexilotl. Méx... Chamedorea tepejilote, Liebm. Palmeras. 'Tepemezquitezx o 0oucoiaais. lt Mimosa pseudo-schinus?..... Leguminosas. Tepetomaquahuitl, véase Ma- dronos. Ardo Tepexixile, y. Bella Inés....... Tepeyaxihuitl, v. Yerba de la go- TONER 22 Tepezalate: satil)loruegealaa ne Ficus ¿sp?-.....- 0 Moreas. Pepezapdte<1 0. as Pirennia dioica, segun Oliva.. Fitolacaceas. 'Pepillalilonipatli. ..-..... Lodo ¿ARropa sp?-- «dede E Solanaceas. Reno 2 Amyris ¿sp? seg. Finck...... Terebintaceas TEpOpole o ás ¿Condaminea tinctoria? segun Oliva. socios das Rubiaceas. Tepozan, Zayolizan ó Topoza... Budleia americana, L,. et B. Occidentalis, D.umoclca al Escrofulariaceas. Tepezancillo:237--.20.. 300 468% Budleia sessiliflora, H. B....- Id. Terciopelillo 6 Coltotl, Méx...... Dalea lagopus, Willd. ....... Leguminosas. Tescalama, v. Higueron.-...... Tetlatia, v. Tetlatian.......... Weblatian Vogt. hos de Rhus filicina, D. O.........- Terebintaceas INSTA AA Ipomea palmata..--.-....-.-- Convolvulaceas Tetzahuitl, v. Maravilla........ Texatlezapotl. ---2-M-Tsagie Anona squamosa, L........- Anonaceas. TO A A pl Quercus sempervirens, Ait... Cupulíferas. Teyolchipahuac, v. Cacomite... Tezacpatli, 6 Palo loco......... Senecio precox, D. C........ Compuestas. Tezcocana, v. Rosilla.........-. Tezonzapotl, v. Mamey....-...- DA Lofflingia renifolia, Lagasc... Paroniquieas. Id. ó Tianguis pepetla....... Herniaria glabra, L., seg. Oli- va, et Alternanthera achy- ramtha, Ro Bros » Td. Tilio, Sirimo Tarasco.......... Tilia heterophyla, Vent...... Tiliaceas. Eimbes: - -. opt las 293 Ehus ¿schinoides? seg. Oliva.. Terebintaceas Timbirichi, Jocuistle, Piñuela, Ó AgUaVar.oooooocno- Bromelia pinguin, L......... Bromeliaceas. ds Vio dos de Bromelia Karatas, L......... Id. A A Solanum ¿sp? segun Oliva.... Solanaceas. Tizon de maíz, y. Huitlacoche .. Tlacametl, v. Maguey ......... Tlacamecazochitl............. Eupatorium cannabinum, L... Compuestas. Tigaaehil. aciiózi Hediotys americana, Cerv.... Rubiaceas. La NATUBALEZA.—Tomo VI.—42. 300 LA NATURALEZA Tlacochichic, v. Gordolobo........ Tlacopatli, Tacopate, Tacopastle. Aristoloquia mexicana, F.M.I. Aristoloquicas. Id., v. Raiz del manso..... Tlacoquilitl, v. Lengua de pájaro. Tlacotlitlazoyo, véase Retama de e Diachighinoa. 1D Tournefortia mexicana, Cerv. Borragineas Tlachichinoli, v. Cola de iguana. Tlahuililocaquahuitl, v. Canaña. IAE A AA Piperiispl a sacro RAI Piperaceas. Talancapatli, v. Calancapatli. -.. Tlalayotl, v. Hueytochtinacazúli. Tlalayote ó Tlalayotl.......... Cynanchum pubescens et Ohta- malia pedunculata, D. O... Asclepiadeas. Tlacacahuatl, v. Cacahuate...-.- Tlalmemeyan, v. Celidonia..... Tlaloncacuitlapilli, v. Michoacan. Tlamatzalin, v. Lechuguilla..... Tlanchalagua, v. Canchalagua. . Tlanepaquelite 6 Yerba santa... Piper sanctum, F. M. I...... Piperaceas. Tlanoquilixibuitl....-....----- Gentiana ¿Sp?...........-.. Gencianeas. Tlalpololt, v. Raíz del manso ..- Moo soseessssescacas Flourensia thurifera, D. C.... Compuestas. Tlalquequetzalt, v. Maravilla... Tlalzixicastli, v. Verbena... .... Tlanchalagua, v. Canchalágua . - Tlanepaquelite, Yerba santa, Tla- nepaquilitl, Méx. ....ice.... Piper sanctum, F. M. L...... Piperaceas. Tlaolli, v. Maio ....oo........-. Tlapal, v. Higuerilla......-..... Tlapalespatli, v. Taray......... Tlapaltecacayatl......... . Tagetes ¿Splii220 sI Compuestas. Tlapatl, v. Toloache....-....... Tlapatli, v. Yerba del alacran.. - Tlapaxihuitl, v. Pata de leon... Plaquilin. HL ASIA, NIBTAgO ¿EPlroboanoocciona Nictagineas. Táscale:.. Liceras ce Cupressus Knightiana, segun Midk ciar Coníferas. Tatlanduaya...2.mo.ooooocis Achiranthes calea, Ibañez. ... Amarantaceas Tlatlaquilitl, v. Maravilla. ...-.- A IA - —Cupresus thurifera, D. C..... Coníferas. Tlauquilitl, v. Lengua de pájaro. Maoyi 07. Maíz... L0oit. ds Tlemole, v. Olemole. «ocios Tlepatli, v. Cola de iguana..... Dlilamatl, v. Oeibo.....200... Tlilxihuitl, v. Yerba del negro. - LA NATURALEZA 301 Tlilxochitl, v. Vainilla. ........ DilrapotlV lea. ns Diospiros obtusifolia, Willd... Ebenaceas. A A AS Erymgium ¿fotidum?........ Umbelíferas. Docoy; Y. Sánce. ds Tolouche, Toloatzin Chamico, Tlapatl Nacazcul, Tapate, Flor dOMUCiO a catar to aio Datura stramonium, L....... Solanaceas. Tolompatl, v. Jalapa hembra... Tolonqui, v. Apuichiche.....-. Tomahuactlacopatli...20...... Aristoloquia ¿Sp?..---..--...- Aristoloquieas. Tomate, Tomatl. Le... ..2.22. Physalis pubescens, L....... Solanaceas. ENCIMA 71 Solanum tectum, Pers. ..-.-. Id. Tomate de culebrá. -.--...2---- Nicandra physaloides, Geertn. Td. Tomatillo, tomate de culebra, To- matl, Tlemolli, Méx. * paknul Majo. -.... 20600 098. Mer Physalis angulata, D. C...... Id. Tomate Physalis Hernandesii, Fl, M. L sr o Mero da da Id. AAA AA Thymus vulgaris, L-.......-. Labiadas. Id. de Jalapa........:-»..-.. Mycromeria jalapensis, Benth. Td. Tonalaguacatero,. ...o ¿dis Persea minima, seg. Oliva, ... Laurineas. Tonaloxochitk:. dol. cc Blettia coccinea, La Elave.... Orquideas. * Tonaxochitl 6 Alcartás........ Richardia africana, Kunth.... Aroideas. Topoza, y. Tepozancillo......... Md va Depozan ita HdusiE.. A TT Cornus tolucensis, H. B.-.... Córneas. Pt A TA Stanhopea tigrina, Bat. et $, splendens. ¿az Lodo Orquideas. rs pt q Martynia fragans, Lindl...... Sesaneas. ae Ps Potentilla ranunculoide et P. comaroides et P. lineareloba. Rasaceas. A A Citrus decumana, L....-222. Auranciaceas. Toronjil extranjero Ó Melisa. ... Melissa oficinalis, L......... Labiadas. Mi dbipaS coros Cedronella mexicana, Benth. et C. pallida, Lindl, et Cala- , mintha nepeta, Link....... Id. Totoncapatli, a PA Totoncaxoxocoyolin, v. Ala de 41 ar Pl BOZCAMMO. e a Spathodea ¿sp? seg. Oliva. ... Bignoniaceas. Tozizquiut, v, Lantana........ Toztona, v. Mercadela......... 'TréboL:.- qa Hits. mel PRI a Leguminosas . Ld., Oloros9.L 3. bl. 3d. de Melilotus Italica, seg. Oliva... Id. dy A a o Triticum hybernum, L. et T. estira Dic id Gramineas. 302 LA NATURALEZA *. Tripa de Júdas, Molonqui, Tum- ba vaqueros, Temecatl....... Cissus tiliacea, H. B......... Ampelideas. 'Priparde' pollo: ¿22 ¿UMD O Spilanthes ¿Sp. nOV?......... Compuestas. TEO A a E Tritoma uvaria, Ker.......-. Liliaceas. Mrocnolta Mia ote Ligustrum japonicum, Them.. Oleaceas. Trompeta del juicio, véase Flori- PONAÍO sa. se DIO Trompetilla, v. Flacoxochitl. .... Brompetilla y e aa Bouvardia Jacquini, H. B. K. et B. quadrifoliata, D. O. et B. angustifolia, H. B...... Rubiaceas. Id., v. contrayerba......... Td. v. MOMO POD gu og 1 OOO scope Trompillo, v. Anacahuite..-... : Td ras MA A Solanum ¿sp? seg. Gonz..... Solanaceas. Tronadora, v. Borla de S. Pedro. Tronadores....-.- uogoiliacl Tecoma stans, Suss......... Bignonaceas. Tuberosa blanca, v. Amole.....- Tole. IBM al O. longifolius, Poir., seg. Oliva. Ciperaceas. MAA A ATACA, 0: BEEN Seyrpus triqueter, L......... Td. Tull Peon iO Oyperus thirsiflorus, Sch., seg. Bárcena gia, 0 Id. Ts MS Juncus compresus Jacq. .-... Juncagineas. Id., v. Peonía del país........ + Tulipan, Suchil, Rosa china 6 Bis. Hibiscus rosa sinencis, L..... Malvaceas. 2 Dulipani 0 IR E Tulipa gesneriana, L........ Liliaceas. Tumbile 6 Xcuiche (Maya)... -.- Pachira elegans, seg. Lcon... Bombaceas. TPunal;'v. Nopal. 20d IL Túnica de Oristo, v. Flor de la Pasion: Sd A OA Tuzpatli, v. Barbudilla......... IZACUiiA. ar UA Epidendrum pastoris, La Llav. Y MEX .cccomcccrsirntro Orquideas. Tzacutli, v. Amatzautli y Chautle. Tzautli, v. Chautle. --......... Tzacuxochitl, v. Chautle....... A Blettia coccinea, La Llay. y A Td. Tzatdiiv. Ocotel o e LA Cranichis speciosa, La Llay. y Lex. et C. tubercularis, La Llav. y Lex. et Blettia cam- panulata, La Llav. y Lex., seg. Oolmeiro...oooecosczz Id. Tzinacancuitlaquauhuitl, Ari, Chaparro prieto, Gabia...... Mimosa lacifera, L. seg. Oliva. Leguminosas. LA NATURALEZA 303 Tzitzapotl, v. Chicozapote. - ..-- Tzompanquahuitl, y. Colorin... Tzopilotlacuatl: 32220392 Solanum macrophyllum, Dum. Solanaceas. Id., v. Solano negro....-.- Tzopilotlzontecomatl, v. Caobo.. Tzopotonie, v. Gordolobo.....--- Tari A Arpophyllam spicatum, Llav. A a Orquideas. Ucuares, v. Mazatetes......... Tadeo Martynia triloba, Schlech..... Sesameas. Uña de gato, v. Garambullo.... Td., Td., de Jalisco...----2.-.. Acacia ¿sp? seg. Oliva....-... Leguminosas. Id., ld., TA RABO ESAS Craniolaria fallax, D. O., segun Oliva 29913 Ue Do 101 Sesameas. Urza, v. Palo dulce. ....-...... Uvas Mii Barra. foco ted a ers ATL e AS e Md Cestrum Mutisii, Will. segun Dolmeciros = UA 1 CEA Solanaceas. (Continuara.) ESTUDIO SOBRE EL ORIGEN DE LA PALABRA CHALCHIHUITES Y COMPOSICIÓN DE LA MATRIZ Y DE LAS VETAS ARGENTIFERAS DEL MINERAL DE ESTE NOMBRE, DEDICADO POR SU AUTOR, Á LA SOCIEDAD DE HisToRIA NATURAL DE MÉXICO. UY pocos mexicanos ignoran que la palabra chalchihwtl signi- fica piedra preciosa; pero el vulgo conoce con ese nombre una piedra blanca, de grano fino, que se presta muy bien para el pu- limento, usándose para moldes y fabricacion de pequeños ani- males, como gatos, perros, conejos, etc., que sirven de juguetes á los niños ó de adorno en las mesas de tocador. La palabra chalchihuitl fué conocida por los griegos hace mucho tiempo, y Platon, eminente filósofo, la consignó en uno de sus libros, hace más de dos mil años, como perteneciente al idioma de los habitantes de la Atlántida, porcion de 30% LA NATURALEZA tierra que, segun opiniones respetables, unia el África con la América, y de la cual solo quedan las partes más elevadas de las montañas, formando las islas que con los nombres de grandes y pequeñas Antillas, Canarias é islas del Cavo Ver- de, * atestiguan, hasta cierto punto, la existencia de esa tierra misteriosa que des- apareció, tal vez á consecuencia de tremendo cataclismo. Como fácilmente se comprende, la palabra chalchihwitl fué conocida en el Viejo Mundo mucho ántes del descubrimiento de la América; y esa palabra en el idioma de los nahoas quiere decir piedra preciosa. Los mexicanos, descendientes de esa raza primitiva del con- tinente americano, conservaron la palabra y su significacion, designando con ese nombre una piedra verde que apreciaban más que el oro, y que, segun Bernal Diaz del Castillo, fué conocida por primera vez de los españoles, al recibir Her- nan Cortés uno de los regalos que le hizo el monarca mexicano. XI historiador citado, con su naturalidad y sencillez características, hace referencia en el curso de su historia del chalchihuitl, piedra importante para los mexicanos, llevada de remotas tierras; pero de ningun valor para los españoles que conocian la esme- ralda, tambien de color verde, pero superior por su brillo al chalchihuitl. Seguramente los mexicanos hacian tanto aprecio de su piedra verde, no solo por su color sino tambien por la rareza de ella, pues estando la parte central del territorio que hoy forma la nacion, en poder de la raza chichimeca, raza ménos civilizada al decir de los historiadores, y por lo mismo, más indómita, es seguro que se presentaban grandes dificultades para su adquisicion, y esto, como es na- tural, daba más valor á la referida piedra. No tengo noticia de que los mexicanos labraran el chalchihuitl, que por ser quebradizo es impropio para labrarse, y por primera vez he visto en los « Anales del Museo, » página 38 del tomo 3.", que M. Ernesto Hamy, conservador del Museo de Etnografía de Paris, refiere « que el Museo que está á su cargo posée varias reproducciones del viejo barbado (Quet- zalcoatl, civilizador de los toltecas), una entre ellas muy notable, esculpida en chalchihuitl, es decir, en esta bella piedra de un verde tierno, vecina de la jadei- ta, y que los toltecas llegaron á trabajar con rara perfeccion. » Efectivamente, el chalchihuitl es de un color verde tierno, un poco más subido al extraerse de la mina, pues al contacto del aire y de la luz baja de color. He entrado en estos pormenores para esclarecer una cosa importante, que tien- de á desvanecer un error nocivo á la verdad histórica: la creencia vulgar de que esa piedra blanca, á que me he referido, es el chalchihuitl de los mexicanos, pues 1 Mr. Buch opina que las Canarias son el producto de una accion volcánica en gran escala, y/es- to le ha sugerido la idea de formular su teoria de formacion por levantamiento. Si las Canarias se formaron por un levantamiento gradual de la costra terrestre, hasta salir fuera de la superficie de las aguas, ¿seria entónces cuando desapareció la Atlántida hundiéndose por compensacion, 6 bien unas y otras se formarian en una misma época, impelidas por las fuerzas plutónicas, desapareciendo la última mucho despues? Cuestion tan interesante solo podrá ser resuelta satisfactoriamente por sa- bios geólogos, siendo para el objeto que me propongo, como puede comprenderse, de una importan- cia secundaria, LA NATURALEZA 305 está demostrado, segun el testimonio del compañero de Cortés, Bernal Diaz del Castillo, que Moctezuma y sus numerosos súbditos, designaban con ese nombre una piedra verde que reputaban como de gran valor. Puede inferirse que los nahoas aplicaban el nombre de chalchihuitl á toda pie- dra de bella apariencia; pero esto no puede pasar de inferencia, estando como está probado con un testimonio irrecusable, que los mexicanos, en la época de la con- quista, designaban con ese nombre una piedra verde que no llamó la atencion de los españoles como piedra fina. Permitaseme ahora entrar en otra clase de consideraciones: ¿el chalchihuitl histórico, es el mismo que produce la mina de este nombre, en la villa de Chal- chihuites, perteneciente al Estado de Zacatecas? Yo creo que sí, tanto por su co- lor verde, como por el nombre de la mina y el de la poblacion. En unos apuntes referentes á la municipalidad de Chalchihuites, dedicados á la Sociedad de Geo- grafía y Estadistica, dije lo siguiente: «.El nombre de Chalchihuites viene de la piedra verde, chalchihuitl, que tanto estimaban los antiguos mexicanos, y que fué uno de los presentes que como de más valor hizo Moctezuma, por medio de sus embajadores, á Hernan Cortés, cuando supo su arribo á las playas de Veracruz. » Esa opinion expresada hace dos años está robustecida ahora con lo que dijo en la Sorbona, M. Hamy al hablar sobre los toltecas, pues solo no estoy conforme en que pueda labrarse bien el chalchihuitl. Sin gran esfuerzo se comprende que los españoles, por eufonía, pluralizaron la palabra chalchihuitl, suprimiendo la última ly agregando la silaba es con lo cual quedó compuesta la palabra Chalchihuites. Es preciso recordar que nueve ó diez años despues de la toma de México por Hernan Cortés, de 1530 á 1531, tuvo lugar la fundacion de Chalchihuites por una colonia compuesta de españoles y tonaltecas, que vino del rumbo de Guada- lajara. En esa época los conquistadores tenian presente todavía cómo era la piedra chalchihuitl de los mexicanos, y al dejar á la mina y á la poblacion el nombre indio, fué porque ese nombre era ya demasiado notable y habia adquirido lugar en la historia, ó cuando ménos en los apuntes que para escribirla habian tomado los expedicionarios. Ignoro absolutamente que haya otra poblacion que lleve el nombre de Chalchihuites en la vasta extensión del territorio de la República, y por lo mismo creo incuestionable que el chalchihuitl de los mexicanos es el mismo que produce la mina de este nombre, situada al N. N. E. y como á 2,500 me- tros de la villa de Chalchihuites. Permitaseme hacer aún otra reminiscencia: los españoles, como todos los co- lonizadores, eran muy aficionados á poner á las poblaciones que fundaban el nombre de las de su patria, y así le pusieron á Durango « Nueva Vizcaya, » á la capital de Michoacan « Valladolid, » y 4 Sombrerete, mi tierra natal, «San Juan B. de Llerena, Real y Minas de Sombrerete. » El nombre de Juan B. de Llerena, fué el de uno de los españoles que ocuparon por primera vez la localidad, y el de Sombrerete que es el que ha prevalecido, es un diminutivo de sombrero, for- 306 LA NATURALEZA ma que algo afecta un cerro que al N. E. y á unos 1,500 metros se encuentra distante de la poblacion. El nombre de Chalchihuites fué respetado, como he di- cho, y los conquistadores se conformaron con poner á la colonia bajo el patro- nato del jefe de los apóstoles, consignándose en los documentos oficiales antiguos del modo siguiente: San Pedro de los Chalchihuites. En los tiempos modernos comenzó á escribirse simplemente Chalchihuites, prevaleciendo esta costumbre en la actualidad. Creo lo expuesto suficiente para el esclarecimiento de la verdad histórica, esto es, para sentar que el chalchihuitl de los mexicanos es el mismo que produce la mina de este nombre. En cuanto á la composicion del chalchihuitl aún no está determinada quimí- camente; se cree que es floruro de calcio, porque echándose ácido sulfúrico sobre la piedra se desprende un gas que ataca el vidrio; mas el análisis revelará su exacta composicion. La matriz de la veta de Chalchihuites, á cierta profundidad, es una roca blanca agrisada, algunas veces sembrada de granos de pirita sulfú- rica, muy dura para los barrenos, lo cual ha hecho difícil, en todas épocas, la explotacion de esa veta. Las capas superiores están formadas por una roca cal- cárea, advirtiéndose en su composicion el carbonato de fierro. Como la mina de Chalchihuites está obstruida en algunas partes por atierres, y en otras faltan es- caleras, no he podido penetrar á una profundidad regular y ha sido preciso exa- minar la formacion de las rocas en la mina de Dolores, que á distancia de unos treinta metros y paralela corre con la veta de Chalchihuites, si bien al Norte abre un poco, formando una especie de ángulo agudo. Las rocas se presentan en ca- pas horizontales de un metro, poco más ó ménos de espesor, y á lo que parece, están formadas por los restos de las rocas que aparecieron en diversas épocas geo- lógicas, pues algunas parecen de formacion granítica, otras son calizas, y áun se encuentra en el terrero de una obra que pretendió darse á la mina de Chal- chihuites, una piedra porosa, negra ó amarillenta, que tiene la apariencia de tra- quita. En un salon que sigue á la entrada de la mina, en la tabla del Oriente, hay unas estalactitas de formacion moderna, puesto que no pudieron formarse ántes de haberse comenzado á trabajar la mina. La composicion de la matriz y de los minerales que contienen las vetas de Chalchihuites y Dolores es muy semejante, y es probable que su formacion tu- viera lugar en una misma época; en consecuencia, lo que se puede decir de una tiene aplicacion á la otra. Las fundiciones de la mina de Chalchihuites son, en lo general, de 8 49 on- zas por carga; pero algunas veces alcanzan á 14 y 20 onzas. El metal de cebo da 3 marcos; pero cuando predomina en él lo que llaman los mineros pasta pro- duce una ley de 12 á 16 marcos por carga. Comunmente el metal rico arma en la piedra verde chalchihuitl, y es de mejor ley cuando tiene ménos cantidad de pirita. f LA NATURALEZA 307 Las fundiciones de la mina de Dolores dan de 6 á 9 onzas por carga, y el me- tal es de 2 á 6 marcos. Los indios para la extraccion de los metales de las vetas incrustradas en rocas duras, encendian grandes fogatas que hacian reventar la piedra, y despues con hachas, tambien de piedra, muy bien labradas, golpeaban hasta reducir á frag- mentos esas rocas. En muchas catas antiguas se encuentran las bóvedas y pare- des laterales, ahumadas, sin aparecer las señales que dejan los barrenos, puesto que ántes de la conquista no se conocia el uso de la pólvora. En algunos terre- nos de minas he visto hachas rotas, que probablemente se inutilizaron en el la- boreo de las minas, laboreo imperfectísimo por carecer los explotadores de los instrumentos necesarios para esa clase de trabajos. La roca á que hago referen- cia, de textura algo granulosa, creo que es de formacion ígnea, perteneciente á la época terciaria, entrando en su composicion el feldespato. Como la extension del mineral es de 7 á 8 leguas y las vetas que lo surcan: son muchísimas, la matriz es variada, componiéndose en algunas vetas de silica- tos, y en otras, que son las más, de carbonato de cal. Algunos metales de los que contienen plata están mezclados con sílice, encontrándose primorosos pedazos de cuarzo que se presentan en forma de trozos de hielo. Las rocas que sirven de matriz á otras muchas vetas pertenecen, en mi hu- milde concepto, al período posterciario, y la capa que las cubre, en las montañas, está formada de una tierra compuesta por detritus minerales y vegetales, alter- nando con otra de caliza blanca compacta. El declive occidental de la sierra de San Francisco donde está situado Chalchihuites, está formado por capas de la misma roca, cubiertas por otras de aluvion, pudiéndose observar en los arroyos grandes masas de conglomerados, íntimamente unidos por un cimento calizo-ferrugi- noso. Sobre esa capa de aluvion petrificado hay otra compuesta de arcilla roja ferruginosa, que aunque es pobre en materias nutritivas para los cereales, prueba perfectamente á los árboles frutales, principalmente al peral, del cual se conocen muchas variedades. El color rojizo de esa tierra dicen que es semejante al de los terrenos auríferos de San Francisco de California, y aunque no se han hecho investigaciones minuciosas para ver si contiene oro en cantidad cos- teable, de una manera casual sí han encontrado pequeños granos de ese precio- so metal. Las montañas de que se compone el mineral están formadas, exteriormente, por capas de rocas estratificadas, diferenciándose la composicion de esas capas, pues unas son de piedra azul (carbonato de cal) muy blanda, y otras de rocas grises ó acanteradas de diferentes colores: la roca gris vista con un lente se pre- senta como una agregacion de pequeños fragmentos de cuarzo blanco. Esas capas tienen un espesor variable, unas son de un metro ó ménos, y otras tienen algu- nos metros de ancho. En el interior de algunas minas se presenta la roca homo- génea, pero como su profundidad no es considerable, es difícil afirmar si perte- La NATURALEZA. —Tomo VI.—43. 308 LA NATURALEZA necen al período de transicion, ó á los subsecuentes en que, mediante la accion de las aguas, se formaron los terrenos llamados de estratificacion. La forma de las vetas no es uniforme, y así como hay algunas verticales otras tienen una inclinacion de más de 50 cent.; hay otras conocidas con el nombre de mantos, casi horizontales, pues por lo comun siguen la direccion de las capas en que están incrustadas. Respecto de minas, pueden verse los Apuntes referentes á la municipalidad de Chalchihuites « escritos por mí en Junio de 1881, y publicados en Abril de 1882 en el folletin del « Periódico Oficial de Zacatecas. » Sucintamente diré que hay vetas muy importantes con metales de leyes variadísimas, desde dos onzas hasta doscientos marcos por carga. Las vetas del mineral nombrado de los « Marciales » producen metales ricos, muy ricos, y es probable que si se explotaran convenien- temente darian cuantiosos productos. El Sr. Trinidad García ha comenzado los trabajos preliminares en la mina de «Caridad » y casi es seguro que la explotacion de esa veta dé buenos resultados, por ser una de las mejores que tiene el mineral. La veta de Chalchihuites es una veta muy formal, aunque angosta, pues hasta ahora no ha pasado de 28 cents. La veta de Dolores es mucho más ancha, y algunas veces que se divide en ra- males, llega á 2 metros. La veta de la mina nombrada Santa Fé, en la cañada del Ermitaño es una ve- ta perpendicular de 65 centímetros de ancho por término medio. La boca está si- tuada al pié de un cerro elevado, pasando á distancia de tres metros, una acequia de agua. La cañada está poblada de robles, capulines, fresnos y pequeños pinos; las rocas cubiertas de musgos, presentan una vista agradable. Las leyes son de 6 onzas por carga el metal blanco, y de 12 el negro; tanto uno como otro con- tienen mucha cantidad de plomo. Esta veta con un echado insignificante, es una bonita veta y su situacion la hace muy interesante: tiene poco más de treinta metros de cañon. No hay en todo el mineral una mina que tenga 150 metros de camino; en con- secuencia, la profundidad vertical es mucho menor, pudiendo asegurarse que la explotacion ha sido enteramente superficial, y que el dia que se profundicen esas minas se encontrarán filones verdaderamente importantes. Resumiendo, y en consonancia con las cuestiones sometidas á la resolucion de la Sociedad de Historia Natural de México, pueden sentarse las conclusiones si- guientes: 1? Chalchihuites está situado, segun observaciones recientes, y salvo algun pe- queño error, á 23 25” de latitud Norte, y á 5 5' de longitud occidental del me- ridiano de México. 22 La composicion de la matriz de las vetas de plata de Chalchihuites es va- riada; pero predominan en únas varios silicatos, y en otras el carbonato de cal. y PA Pa eN poogat A LIT MURGU/A. 7328 .* LA NATURALEZA 309 32 El nombre indio chalchihuitl fué castellanizado por los conquistadores á fin de que resultara más eufónico, suprimiéndose la última / y agregándose la sílaba es con lo cual quedó compuesta la palabra Chalchihuites. 4% La matriz de la veta de Chalchihuites, á cierta profundidad, es de color blanco agrisado; hay otras vetas, como las de San Nicolás y San Francisco que la tienen semejante, siendo más duras esas rocas; pero hay otras muchas cuya matriz es blanda, compuesta de una roca calcárea color de rosa ó amarillenta. 52 La clasificacion científica de la matriz puede fijarse con vista de los ejem- plares que acompaño, habiendo ya manifestado que en mi opinion es una roca formada en el período terciario. 6? AIN. E. de la villa de Chalchihuites se encuentran los cerros de Santa Te- resa, Santo Domingo, Chalchihuites y Todos Santos, teniendo todos ellos muchas vetas cuyos metales son variados. A cosa de treinta metros de la veta de Chal- chihuites, al Occidente y paralela, corre la veta de la mina de Dolores, cuyos me- tales arman, como los de Chalchihuites, en floruro de calcio. 72 La Sociedad de Historia Natural, con mejores datos, puede resolver si se han encontrado en las vetas de la República, la nefrita, piedra de amazonas, clo- ro melanita y jadeita. Chalchihuites, Abril 19 de 1883. CARLOS FERNANDEZ. A == SA ZO AA CAS OA Se 5 5h OL ENOSAS. ARO ASE SIA 39 62 Beso dexlagrortezárissios sua elias atera ladra daa ab bel 100 00 Estos PRINCIPIOS SON: Un alcaloide (sapotina), Almidon. Una materia grasa. Albumina, Clorofila. Una materia colorante roja. Resina soluble en el éter. Materias gomosas. Una resina insoluble en el éter. Materias pécticas solubles. Tanino (ácido sapotánico). Pectosa. Azúcar cristalizable. Algunas sales. Azúcar reductora. REFLEXIONES. El presente estudio, aunque incompleto, á causa de la pequeña cantidad de ma- teria de que he dispuesto, me ha dado no obstante la satisfaccion de determinar cualitativamente los elementos más importantes de la corteza del zapote chico, y debo dar aquí las gracias al Señor farmacéutico principal y M. Godrin, maestro de conferencias, por los buenos consejos que han tenido á bien darme; el primero en la parte química, y el segundo en la parte histológica. 322 LA NATURALEZA He pedido á las Antillas una provision suficiente de esta sustancia, y tan luego como me llegue, seguiré mi trabajo para darles más extension á mis operaciones químicas y á las experimentaciones terapéuticas. NOTAS. 1 G. Bentham y J. D. Hooker.—Genera plantarum, p. 657. 2 Jaume Laint Hilaire. Exposition des familles naturelles et de la germination des plantes, t. L, 2.? parte, p. 343. 3 De Candolle.—Prodromus systematis naturalis regni vegetabilis. Pars octava, p. 174. 4 A. de Jissieu.—Genera plantarum. 5 Guibourt.—Histoire naturelle des drogues simples (6.* edicion), t. IL, p. 50. 6 Moquin Tandon.—Eléments de botanique médicale, p. 297. 7 A. Richard.—Eléments d' histoire naturelle, t. UI, p. 2.—E. Littré y Ch. Robin.—Dictionaire de medicine, p. 1377. 8 Bonuillet.—Dictionaire universel des sciences, des Lettres et des Arts (2.* edicion) p. 1481. 9 Brierre y Potier.—Eléments de botanique, p. 232. 10 Laurent Sallé.—Cours d'histoire natwrelle des médicaments, p. 155. 11 Hecho en el laboratorio de la Escuela Superior de Ciencias de Algeria. 12 Hecho en el laboratorio del hospital del Dey de Algeria. 13 He dosificado este tanino con un licor de gelatina al centésimo, titulado por medio de una so- lucion, al centésimo jgualmente, de tanino puro. He encontrado asi 11 gr. 80 de ácido zapotánico para 100 de corteza. Habiendo encontrado M. G. Bouchardat azúcar de leche en el jugo y el fruto del zapote chico,' he investigado si la corteza de este árbol contenia tambien este principio azucarado. A este fin, una parte de la solucion acuosa que proviene del tratamiento, ha sido tratada por el acetato de plomo; se se formó un ligero precipitado que he separado por filtracion. El licor filtrado fué saturado por el amoniaco, y se le agregó despues al subacetato de plomo, lo que dió lugar á un abundante precipi- tado. Éste, despues de haber sido lavado, fué puesto en suspension en el agua destilada y se le des- compuso por el ácido sulfídrico; el liquido filtrado no dió cristales. Las aguas madres del tratamiento por el subacetato de plomo desembarazadas del exceso de plo- mo por una corriente de hidrógeno sulfurado, dejan por evaporación á suave temperatura un ligero depósito que reduce el licor cupro-potásico. Con el microscopio se ven prismas romboidales rectos. Pero como los medios de que dispongo no me permiten determinar el poder rotatorio de estos cristales, y como además, éstos se encuentran en pequeña cantidad para que se puedan desembara- zar de las materias gomosas y pécticas por las cuales pueden ser cubiertos, la accion del ácido nítrico no ha tenido efecto. No puedo, pues, afirmar la presencia de la leche en la corteza del zapote chico. M. BErNOU, Farmacéutico. (Traducido del « Journal de Pharmacie et de Chimie, » 1883.) LAS GRAMÍNEAS MEXICANAS POR E. FOURNIER. DISTRIBUCION GEOGRÁFICA DE LAS GRAMÍNEAS MEXICANAS. * EQ TFÍCIL es apreciar las relaciones geográficas de la vegetacion de un 1 país tan extenso y tan variado como México, y es preciso, para pro- ceder con método y para dividir el trabajo, fragmentar el estudio de estas relaciones. Podria hacerse éste examinando todas las re- giones que difieren mucho por su altura y clima y que constituyen el conjunto del país; y así se procederá cuando la vegetacion de éste sea mejor conocida en sus detalles. Actualmente, en el estado én que están nuestros conocimientos, es mejo+ proceder por el exámen sucesivo de las relaciones geográficas que presentan las grandes familias. Así lo he hecho con la familia de los Helechos. * Acabo de comunicar á la Academia los resultados de un trabajo de la misma naturaleza, que bajo la respetable direccion de M. De- caisne, he hecho relativo á la familia de las Gramíneas. Este trabajo es un estudio tan completo como me ha sido posible hacerlo, se- gun los libros y los herbarios. Las colecciones de Gramíneas que he tenido la dicha de examinar provienen de veinticuatro fuentes diferentes. Los viajeros que las han recogido son, por órden de fechas: Humboldt y Bonpland, Schiede y Deppe, Berlandier, Linden, Galeott1, Hartweg, Karwinsky, Liebmann, Virlet de Aoust, Heller, F. Muller, Bourgeau, Hahn, Gouin, Thiébaut, Weber Thomas, Emy, Botteri y Sumichrast, Schaffner, Bilimek, Parry y Palmer, estos últimos en 1878. En el herbario del Museo de Paris he tenido á mi disposicion las colecciones de Humboldt y Bonpland, Berlandier, Linden, Galeotti, Hartweg, Botteri y las de los colectores que formaron parte de la expedicion de México: MM. Bourgeau, y 1 Esta Memoria ha sido leida en la Academia de Ciencias, sesion del 10 de Junio de 1878. (Comp- tes rendus, t. LXXXVI, p. 1441.) 2 Véanse las Comples rendus, sesion del 3 de Mayo de 1869, y el Bulletin de la Société botanique de France, t. XVI, 1869, sesion de Pontarlier, p. XXXVL La NATURALEZA. —Tomo VI.—45. 324 LA NATURALEZA Hahn como botánico de la expedicion cientifica; el Dr. Gouin como médico en jefe del hospital militar francés en Veracruz; el Dr. Weber y M. Thomas, farmacéu- tico, que seguian á la expedicion. Las plantas del viaje de Humboldt y Bonpland, aunque están, como se sabe, en muy mal estado, han suministrado una base exacta y precisa á mis determi- naciones. Desgraciadamente, aunque estas plantas se encuentran en el Museo, no solamente en el herbario general, sino aún, la mayor parte, en el herbario de Kunth, faltan algunas que sin duda existen en Berlin, en el de Willdenow. - La coleccion de Galeotti es más defectuosa. Esto es más sensible, porque ha servido de fundamento á una Memoria publicada en 1843 en el Bulletin de 'Académie royale de Bruxelles (tomo IX, núm. 8), por Galeotti. Esta Me- moria contiene la lista de veintidos Gramíneas, nuevas segun Ruprecht, y que Galeotti dejó á este autor para que tuviese el cuidado de publicar sus diagnósis. El sabio conservador del Museo de San Petersburgo no lo ha hecho nunca; de ma- nera que la mayor parte de estas especies no han sido conocidas y solo se han ci- tado á continuacion de los géneros en el Synopsis Graminearum de Steudel. Me seria dado publicarlas casi todas en esta monografía, y habria podido hacerlo enteramente, si las colecciones de Galeotti no estuviesen incompletas en todos los herbarios que las poséen. Se sabe que la distribucion de estas colecciones se ha hecho desde su orígen con alguna negligencia. Galeotti mismo no habia dado á conocer á Ruprecht, verdadero autor de la Memoria que acabo de citar, más que una parte solamente de sus gramíneas, de manera que he encontrado aún un número muy importante (entre las cuales hay muchas novedades) que no figu- raban en esta Memoria. Más tarde sobrevino un verdadero desastre á la colec- cion del mismo naturalista, depositada en el Jardin botánico de Bruselas. A una época remota y anterior á la fundacion de la Sociedad Real de botánica de Bél- gica, habiendo tenido lugar algunas reparaciones importantes en los edificios que encerraban la coleccion, los obreros se servian á veces para su uso, de las camisas que cubrian á las plantas y arrojaban éstas al suelo. El hecho es notorio en Bruse- las, donde me lo han referido varios botánicos. No me he sorprendido, despues de haber obtenido de la benevolencia de M. Crépin, director del Jardin botánico del Estado en Bruselas, el empréstito de las Gramíneas de Galeotti encerradas hoy en el herbario de este jardin, y de haber demostrado allí la falta aun de algunas especies de Ruprecht. A pesar de esto, la comunicacion que se me ha hecho, ha sido muy útil para mi trabajo, y yo la agradezco bastante á la administracion li- beral del jardin de Bruselas. Las plantas de Botteri, que he citado entre las del Museo y que están tan es- parcidas en todos los herbarios, han sido examinadas en el herbario del Sr. conde de Franqueville, en el de M. Cosson y en el de M. Van Heurck. Ellas forman, en este último herbario, una série especial provista de números mucho mayores. No agregaré aquí nada de particular concerniente á las colecciones de MM. LA NATURALEZA 325 Bourgeau y Hahn, y puede consultarse acerca de éstas mi Memoria sobre la dis- tribucion geográfica de los Helechos mexicanos. * Pero debo mencionar especial- mente á un colector tan instruido como activo, el Dr. Gouin. Durante casi toda la permanencia de los franceses en México, este médico «distinguido estuvo en Ve- racruz, desafiando los peligros de una region donde reina la fiebre amarilla, y donde la mayor parte de los naturalistas se cuidan de residir; y no solamente esta residencia prolongada le ha permitido recoger alrededor de Veracruz un gran número de Gramíneas de las cuales muchas son nuevas, sino aun ha agregado á cada número de su exsiccata una descripcion manuscrita hecha por él y segun las reglas de la terminología. He tenido el placer de encontrar entre las precio- sas cosechas del Dr. Gouin un nuevo género que llevará su nombre; por esto podemos'conocer, aunque ligeramente, lo que ha hecho para el estudio de las Gra- mineas en la region orierrtal de México. Las colecciones del Museo contienen tambien Gramineas que provienen de las herborizaciones hechas, sobre todo en las cercanías de Acapulco, por M. Thiebaut, oficial de marina, y además, de las cosechas de los exploradores de la Comision científica, debemos agregar las del capitan Emy, del 3* batallon de cazadores de algerianos. Estas cosechas, que se han puesto á mi disposicion por medio del Dr. M. Reboud, provinieron de Veracruz, Orizaba, Mazatlan y Acapulco, así como lo menciona una nota manuscrita adjunta al envío de M. Reboud. Desgra- ciadamente las especies de esta pequeña coleccion no contenian cada una su eti- queta especial. Como Orizaba fué el punto donde la expedicion permaneció más tiempo, estas especies se han designado en la monografía con estas palabras: Orizaba (Emy). Además de la ayuda que me han prestado las colecciones del Museo y el cono- cimiento de las de Galeotti, debidas á la direccion bondadosa del jardin de Bruse- las, debo citar en primer lugar la coleccion de las Gramíneas mexicanas del herbario de San Petersburgo, autorizada por M. Regel. En este herbario he en- contrado las plantas de F. Miller, malogrado institutor alsaciano, que segun se cree con fundamento, murió violentamente en México * (plantas que tengo en mi herbario, debido á la bondad de M. Schumberger, de Mulhouse, donde el botá- nico francés ha deplorado la pérdida reciente); he encontrado tambien las de Ber- landier, representadas ya en el Museo y en la galería de M. de Franqueville. Pero lo que he encontrado de esencial, es la importante coleccion de las Gramí- neas de Karwinsky. Aunque recogida en 1841 y 1842, esta coleccion no habia sido nunca objeto de un trabajo completo y contenia aún novedades. Debo, no obs- tante, hacer acerca de ella una observacion curiosa: es que algunas de las especies de Karwinsky han sido señaladas ya por algunos escritores, por ejemplo la Pen- 1 Bulletin de la Société botanique de France, 1869, sesion de Pontarlier. 2 Véase Bulletin de la Société botanique de France, 1869, sesion de Pontarlier, p. XXXIX y XXIV, Revue bibliographique, p. 48. 326 LA NATURALEZA misetum Karwinskyi, por Schrader (Linnea, t. XII, p. 431), la Aristida Kar- winskyana, por Trinius y Ruprecht (Stip., 121), y que son precisamente las plantas que faltan en el envío de San Petersburgo. Bajo otro punto de vista este envío, que agradezco vivamente á la benevolencia de M. Regel, ha presentado un alto interés: es que contenia las determinaciones manuscritas de Trinius y de Ruprech, y á veces especies inéditas firmadas por el uno ó el otro de estos dos cé- lebres agrostógrafos; especies á las cuales tengo el deber de conservar el nombre impuesto por sus autores. Juntamente al envío de San Petersburgo se coloca aquí por su importancia, el del Museo de Copenhague, que debo á M. Lange, y que contenia la coleccion de las Gramíneas mexicanas de Liebmann, provista casi de 600 números, la cual no ha sido aún objeto de ningun trabajo completo. Ella me sugiere una observa= cion análoga á la que acabo de hacer para la coleccion Karwinsky. Resulta de una nota que me ha dirigido el general M. Munro, así como de otra publicada por M. P. Ascherson en el Botanische Zeintung, que las Gramíneas mexicanas de Liebman han sido ya dadas á conocer parcialmente á algunos monógrafos, pero con números diferentes á los que lleva la coleccion que se me ha enviado. Este es un detalle que importará tener en cuenta en las determinaciones que se quieran hacer segun la monografía que he redactado. El herbario del conde de Franqueville, me ha servido en el curso de este traba- jo, de poderoso auxiliar, no solamente por las colecciones mexicanas que contiene, sino porque comprende tambien, como se sabe, el herbario de Steudel, autor del Synopsis Graminearum. Steudel ha descrito como nuevas cierto número de Gramíneas mexicanas, y casi nunca indica dónde ha visto estas especies, ni qué co- lector las ha reunido. Su herbario parecia, pues, de los más útiles para consultar- lo. Habria yo sentido mucho no poder hacerlo, pero desgraciadamente, despues de haberlo consultado, no he sacado provecho acerca de muchos puntos: he sen- tido sobre todo la ausencia de un género de este autor, el Disakisperma, que es un enigma. Habria sido mucho más útil examinar este tipo de visu, pues que la autoridad de Steudel dista de ser una garantía suficiente. No se puede conceder evidentemente una confianza absoluta á una monografía que describe bajo el nom- bre de Schellingia nov. gen. (Syn. Gram., p. 214), y entre las Clorideas el Aegopogon geminiflorus, H. B. K., colocado aún por él á las setenta páginas de distancia (p. 146) en el mismo libro y entre las Agrostideas. * 1 Miéntras más he usado el Synopsis Gramihearum de Steudel, más me he convencido de la in- suficiencia de esta voluminosa compilacion. No escribiré nada más para caracterizar esta obra, que lo que ha dicho un botánico aleman, M. Hochster, quien (Flora, 1857, págs. 321 y siguientes), des- pues de haber señalado los defectos capitales de esta monografía, los numerosos errores de la sino- nimia, el defecto de los principios en el establecimiento de los géneros y de las especies, la incorrec- cion de las descripciones, etc., termina por decir que él la tiene para « ein ganz umbrauchbares Werk. > LA NATURALEZA 327 El herbario del conde de Franqueville contiene por otra parte, Gramíneas ame- ricanas, una série de documentos muy importantes: el Herbarium guyanensi- antillanum de L.-C. Richard, donde cada Gramínea es acompañada de una des- cripcion original y un eróquis analítico; despues las plantas recogidas en México por M. Carl. Heller, profesor en el Teresiano de Viena, las cuales han sido objeto en el tomo XXX del Linnea, de una Memoria descriptiva especial, perfectamente hecha por M. J. Peyritsch; en fin, las de M. Botteri y una coleccion especial de M. W. Schaffner. Las plantas de M. Schaffner se encuentran en varios herbarios. La coleccion de M. Franqueville, que parece la más antigua de las que ha publicado el natu- ralista aleman, estáacompañada de grandes etiquetas manuscritas rodeadas de una viñeta roja: es la misma que posée el herbario de M. Fée, adquirido reciente- mente por el Gobierno brasileño. Otra coleccion de M. Schaffner ha sido puesta en venta por M. Hohanacker, con etiquetas impresas, firmadas por el profesor Grisebach, * y sus números no corresponden á los de la exwsiecata precedente. En fin, M. Cosson ha adquirido últimamente, por medio de M. Keck, de Aisters- heim, una tercera coleccion de M. Schaffner que difiere aún de las dos precedentes. M. Cosson posée aún de México, además de los exsiccata citados anteriormente, el de Ervendberg, el de Bilimek y el de MM. Parry y Palmer. El herbario de Bilimek lo ha comprado M. Cosson despues de la muerte de este botánico, que habia seguido al emperador Maximiliano á México, donde tenia la direccion de los jardines del emperador. Este herbario, numeroso é importante porque con-= tiene plantas de Querétaro, no contiene sin embargo más que unas pocas Gra- míneas. El herbario de Parry y Palmer (1878), que se encuentra en la casa de M. Cosson, no está desgraciadamente completo, como lo prueban los vacíos que se encuentran en la série de los números establecida por familias en el momento de la distribucion. He encontrado en él treinta y cinco Gramíneas, entre las cua- les hay dos especies nuevas. Las etiquetas de esta coleccion estaban desprovistas de indicaciones especiales relativas á las localidades. A la amabilidad de M. Ma- linvaud debo el haber podido examinar zo parte de las Gramíneas de Jurgeau. Hago presente tambien mi gratitud á M. Buchinger, que me ha remitido las plan- tas recogidas en Orizaba por MM. Weber y Thomas, así como á M. Van Heurck, que ha puesto á mi disposicion las Gramíneas mexicanas de su rico herbario, y á M. Barrandon, conservador de las colecciones botánicas en el jardin de plantas de Montpellier, que me ha remitido fragmentos de modelos de tipos descritos pri- meramente por A. P. de Candolle en el Catalogus horti Monspeliensis, plan- 1 Las determinaciones hechas por M. Grisebach sobre esta coleccion, sin duda á la ligera y sin los medios necesarios de comparacion, son con frecuencia erróneas. Citaré como ejemplo en apoyo de esta asercion, la Molinia retusa, Griseb., n. sp. (Schaffn. pl. ed. Hohen, núm. 147), que no es otra cosa que la Leptochloa dubia, Nees (Agr. bras., 433). 328 LA NATURALEZA tas que provinieron de Sessé ó de Nees, y que habian sido enviadas á Montpellier por Lagasca. Consignaré aquí que mi herbario particular me ha suministrado la coleccion completa de M. Virlet de Aoust, tan fecunda en especies nuevas en esta familia como lo habia sido para diversos monógrafos en las últimas familias del Prodro- mus, al mismo tiempo que los exsiccata de Schiede, de F. Miller, de MM. Bot-= teri y Schaffner (este último aumentó su coleccion con un donativo importante de los dobles de M. Cosson, al cual debo igualmente los dobles de la coleccion Bilimek), etc. En mi herbario se encuentra intercalada aún una pequeña coleccion mexicana sin orígen preciso, pero atribuida á M. Bernier. Esta coleccion se en- contraba en la farmacia Uzac, cuando M. J. Buffet, miembro de la Sociedad bo- tánica de Francia, adquirió esta farmacia, y tuvo á bien obsequiarme la mencio= nada coleccion: he anotado los modelos con las palabras: Herb. Uzac. La mayor parte de estos modelos provinieron de Tampico. En la enumeracion precedente podria yo haber citado á M. Sumichrast; si no lo he hecho, es porque las colecciones de éste están comprendidas en las de M. Botteri y distribuidas bajo los mismos números. Por desgracia no he podido examinar las Gramíneas que pueden encontrarse en las colecciones de Andrieux, Bolewlawsky, Coulter, Ehrenberg y Nees, así como tambien en las de Heenke y de Aschenborn, que se conservan, las prime- ras en el Museo de Prague, las segundas en el herbario de Berlin, y que han sido objeto de los trabajos descriptivos de Presl y de Nees de Esenbeck. * Las Gramíneas así reunidas han llegado al número de seiscientas cuarenta y bres. 1 Creo de mi deber senalar tambien, en mi trabajo, un vacio más sensible aún. Se ha publicado en el Periódico de la Sociedad de Historia Natwral de México, «La Naturaleza, » entrega de No- viembre de 1870 y siguientes, una Memoria sobre las Gramineas, donde el autor ha descrito cierto número de géneros y especies, con una terminología antigua, y por otra parte, en completo des- acuerdo con la manera ordinaria de describir estas plantas; de manera que, no teniendo á la vista los tipos de este autor, me ha sido generalmente imposible sacar utilidad de su trabajo. No sé lo que son los géneros Echinanthus (Anthephora?) y Trichodiclidia establecidos por él. Su Agrostomia es- tá fundada en una monstruosidad de Panicum, y su género Erucarial(a similitudine specierum cum Erucis!) debe contener ¡varias Chorideas. Su Erucaria glabra, al ménos es ciertamente, segun la descripcion, el Antheropogon curtipendulus (Dinebra curtipendula, D. C.) —El sabio autor de la Memoria que publicamos, se refiere á los «Géneros nuevos de Gramineas colectadas en los alrededores de México por el Sr. D. Vicente Cervantes, » profesor en el Jardin bo- tánico de México ú fines del siglo pasado. El Dr. Fournier, en su ilustrada crítica, pone de manifies- to los defectos de la obra; mas dehe tener en cuenta que en aquella fecha no se contaba aquí con elementos suficientes para estudios de esa importancia. Nuestro difunto consocio el Dr. Cordero, presentó la Memoria de Cervantes, entónces inédita, proponiéndose'adicionarle algunas notas expli- cativas, lo cual no pudo verificar por el mal estado de su salud. Es sensible la omision de la fecha en ese documento, porque ella sola habria bastado para explicar los defectos de que adolece.—J. Sanchez. LA NATURALEZA 399 La clasificacion de estas plantas me ha dado la ocasion de conocer muchas di- vergencias de detalle que distinguen á los agrotósrafos, y de demostrar la va- guedad de las diagnósis empleadas despues de Kunth para caracterizar ciertas tribus de la familia. He tenido necesidad de modificar, en varios casos, los ca- ractéres, la extension ó la situacion respectiva de estas tribus ó de algunos de sus géneros, y, por consecuencia, de emitir-en mi trabajo descriptivo opiniones per- sonales que es conveniente justificar. La clasificacion establecida por Kunth en el Enumeratio, á pesar de sus im- perfecciones, ha prevalecido entre muchos autores. No han dejado de dirigirle serios ataques. Kunth ha tenido gran culpa al no haber tenido en cuenta ciertos trabajos de sus contempóraneos, tales como Roberto Brown, J. Gay y B. C. del Mortier. Se ha demostrado que su tribu de las Oryzeas contiene un conjunto muy variado de tipos; que el Zea y el Cow están mal colocados en las Phalari- deas; que el diagnósis de las Arundinaceas no difiere del de las Avenaceas sino por los pelos de que están provistas las flores en las primeras, bien que las haya separado por las Papoforeas y las Clorideas; que las Paniceas se han separado sin razon de las Andropogeneas, á las cuales se asemejan estrechamente por la es- tructura de su espigueta; que sus Rotthceliaceas comprenden cierto número de Triticeas. Estos errores y otros más, que se refieren á puntos de detalle, han in- ducido á diversos botánicos á buscar, en otros autores anteriores á Kunth, ó en observaciones más recientes, otros medios de clasificacion y sobre todo de subor- dinacion de las tribus. Diré algunas palabras solamente acerca de la opinion de ciertos botánicos que han creido poder emplear, en la clasificacion de las Gramíneas, el carácter de la separacion de los sexos. Esta separacion se produce en un gran número de gru- pos juntamente con la poligamia ó el hermafroditismo. La tribu de las Olireas de Kunth, fundada en este carácter en su Synopsis, más tarde se ha suprimido por este autor, que reconoció la afinidad de los O/yra con los Panicum. El maíz co- locado por Emilio Desvaux en los Genera incerte sediís, se clasifica naturalmente entre las Rottbceliaceas. M. J. Gay demostró, desde 1822, esta analogía * reco- nocida despues por Ruprecht.? El Coíx, planta monóica ordinariamente seme- jante al Maíz, debe probablemente relacionarse á las Rottboeliaceas, próxima- mente á las Tripsacum. En el herbario del Museo existe un modelo de Tripsa- cum originario del jardin de Trianon, con la fecha de 1754, cuya etiqueta lleva escritas, por una mano sin duda venerable, estas tres palablas: « Cotci proximum genus.» El género Krombholzia de Ruprecht, de flores monóicas, tiene todo el porte y otros caractéres de un Eragrostis, y es próximo á las Zeugites, á las cuales el general M. Muro le reune. * El Opizia y el Buchle son Clorideas dióicas, 1 Véase el Bulletin de la Société philomatique, 1822, p. 40-42. 2 Tentamen Agrostographic universalis, p. 34. 3 Comunicacion manuscrita. 330 LA NATURALEZA accidentalmente monóicas. Los Brizpyrum, que son ciertamente de las Poaceas, probablemente son todos dióicas, y existen aún, en el porte de sus flores, diferen= cias segun el sexo. No podia sacarse, pues, para la clasificacion general de las Gramíneas, ningun signo de la separacion de los sexos. * Algunos autores han creido poder basar esta clasificacion sobre la naturaleza de la espigueta, que lleva las flores más perfectas, bien sea en la extremidad, como en las Paniceas (Locustiflorc), ó bien en base, como en las Poaceas (Spi- culiflorce). * Payer proponia esta clasificacion en sus cursos y la sostenia allí. Pero, si se adopta este principio para dividir las Gramíneas, ¿qué se hará con los tipos uníflores, como los Olyra y los Agrostis? Sin duda los primeros se agru= parán á las Paniceas por la estructura cartilaginosa de sus glumas, y los segun- dos á las Deyeuxiaceas, porque su espigueta presenta á veces el rudimento de una segunda flor, en especies para las cuales se ha establecido el género Apera. ¿Pero dónde se colocarán los géneros unifloros tales como los Oryza y Leersía, de una estructura especial en la familia? De todos modos, la distincion primordial sobre la cual insistia Payer condenaban muy á menudo al botánico á la incertidumbre, á causa de los numerosos géneros que él no tomaba en cuenta. | M. Elías Fris en el Summa Veygetabilium Scandinavie, p. T4 y 83 ha pro- puesto dividir las Gramíneas en dos grandes séries: los Huryanthe, cuya flor se abre, y los Clisanthc, en los cuales la flor no se abre durante la antésis. El gran inconveniente de este sistema, como lo ha hecho notar M. Del Mortier, es estar fundado sobre un carácter momentáneo y fugaz; y además, el de romper las relaciones naturales de muchos géneros. M. de Moor ha hecho observar por otra parte que este carácter está sujeto á variar, segun las fases del desarrollo de la flor. En la Flora de Francia, desde 1944, M. Godron ha introducido un nuevo ca= rácter, buscado en el surco de granos y en la compresion de éste. Este carácter, evidentemente útil, deberá tomarse en gran consideracion en la definicion de los grupos, y sobre todo de los géneros (como tambien la marca hilaria); pero una sec= cion fundada sobre este carácter, separaria el género Imperata de las Andropogo- neas, las Trisetum de los Deschampsia y de los Avena, quizá aún los Brachy- podium de los Festuca, etc. Segun el sabio M. Godron, ya mencionado (+1. de Fr., TIL, 488), este carácter difiere en las especies del género Sporobolus, que él dividia en dos. Preciso es, pues, buscar en los hechos otros medios para trazar una division primordial de la familia. Este medio creo haberlo encontrado en la consideracion de la simetría de la espigueta, observada relativamente en el eje. Unas veces la gluma inferior, la que está colocada en la base de la espigueta, es exterior por re- Bulletin de la Société royale de botanique de Belgique, XV, 475. V Ñl 2 Véase J. Agardh, Theoria systematis plantarum, p. 20. LA NATURALEZA 331 lacion al eje principal de la espiga, como se ve claramente, por ejemplo, en los Di- gitaria, y como es más frecuente en las Gramíneas; otras es al contrario, inferior por relacion al eje principal de la espiga, es decir, arrimado á él, como en las Clo- rideas y en las Lolíum, que pertenecen á las Hordeas. Las Lolium no tienen con frecuencia más que la gluma exterior y superior, como lo han observado A. Braum, Kunth y M. E. Cosson. En el género próximo Castellia, la glama inte- rior, arrimada al eje de la espiga, existe casi siempre; ella es más pequeña, como en las Clorideas. * Los Lo/ium y las Castellía son, segun creen todos los agros- tósrafos, Hordeas. Enel Triticum y los géneros próximos, que se podria agrupar bajo el nombre de Cerealia, las dos glumas parecen alternas con el eje, separa= das de él cada una por un intervalo de 90 grados. Falta saber si no hay en esto un fenómeno de desalojamiento. Sobre los modelos jóvenes, se ve que las glu- mas no están insertadas las dos á la misma altura, y que la más inferior corres- ponde al lado interno de la espigueta; el conjunto parece reproducir la disposicion de la espiga de un CAloris. Estos hechos nos obligan á agrupar en una misma division de las Gramíneas, las Clorideas y las Hordeas; miéntras que la otra division de la familia compren- de las tribus siguientes: Potamofileas, Oryzeas, Paniceas, Andropogoneas, Rott- boelieas, Falarideas, Stipeas, Agrostideas, Deyeuxieas, Poeas, Festuceas, Bam- buseas y Papoforeas. La clasificacion respectiva de estas tribus ofrece pocas dificultades. Las Papo- foreas se distinguen por su glumilla exterior pluriasirtea; carácter que les asemeja á muchas Clorideas. Las Bambuseas se distinguen por su porte, la estructura de su flor hembra, etc. Entre las tribus restantes, las que formaban las Graminea bromea en la primera Memoria de Kunth sobre las Gramíneas (Mem. du Mu- seum, t. IL, p. 62), las Deyeuxieas, Poeas, Festuceas, tienen por carácter comun el aborto de las flores superiores de la espigueta; y el carácter empleado con mu- cha generalidad por J. Agardh, encuentra aquí una aplicacion parcial y útil. En la seccion del grupo formado por las últimas tribus que acabo de nombrar, sé que he diferido de la mayor parte de los autores reconociendo tres tribus bajo los nombres de: Deyeuxieas, Poeas y Festuceas. He expuesto ya por otra par- te” por qué no he conservado el límite marcado entre las Arundinaceas y las Avenaceas. Además, todos los Trisetum (Avenaceas) que he analizado tienen un pequeño pedúnculo terminal estéril en la extremidad de su espigueta, y todos los Deyeuxia (Arundinaceas) que he examinado tienen las glumillas hendidas como las de los Trisetum. La arista de los Trisetum, dice M. Cosson, en las Gluma- ceas de Algeria «es recta v. geniculata, inferne scepius tostolis.» En cuanto 1 El género Oropetium Trin., colocado por Kunth en las Rottbeliaceas á causa de la excavacion del eje, es probablemente próximo á las Castella. 2 Bulletin de la Société botanique de France, t. XXIV, Actas, p. 179, série Bot. T. IX (Cuaderno núm. 5). LA NATURALEZA.—Tomo VI.—46, 332 LA NATURALEZA al número de las flores, la naturaleza muestra que este número no podria ser in= vocado como carácter distintivo entre los dos géneros. El Trisetum deyeusioides Kth. (Avena deyeusxiodes, 1. B. K.) ha sido designado desde hace mucho tiempo por Nées de Esenbeck bajo el nombre de Deyeuxia triflora, porque todos sus ca- ractéres, excepto el número de flores, le colocan entre los Deyevaia de Clarion y de Palisot de Beauwis. Esta especie tiene normalmente 2% flores, si se designa por 1% el pequeño pedúnculo estéril y velludo que se encuentra en la extremidad de la espigueta; se observa allí, sobre los mismos piés, que las flores normales, una variedad cuadriflora que lleva 3%. Si las diferencias son tan ligeras entre dos géneros que pertenecen uno á una de las dos tribus vecinas y el otro á la otra, la diferencia desaparece entre las dos tribus mismas. Si he separado en dos el grupo de las Festucaceas de Kunth, en razon del ova- rio, libre en las Poeas, adherente á la gluma superior en las Festuceas, es porque puede uno considerarse dichoso si, entre los numerosísimos géneros de cada uno de estos dos grupos, se encuentra un carácter que tenga á la vez valor y constan- cia. Es evidente que la adopcion de este carácter obligará á reformar los límites y la diagnósis del género Festuca tal como ha sido entendido por Steudel. He dejado á la tribu de las Poeas (Poacéas)* así delimitadas, el nombre que le ha dado M. Du Mortier, sin ignorar, sin embargo, que es preciso modificar ligeramente la concepcion del último autor, para que su opinion estuviese del todo de acuerdo con la mia. No obstante, ha tenido el mérito de distinguir las Poaceas, aunque no funda esta distincion sobre la no adherencia del cariopse, sino sobre el carác- ter mútico de la gluma exterior. Mis Festuceas comprenden no solamente las de M. Du Mortier, sino áun sus Bromaceas y el género Brachypodium que coloca entre las Triticeas. El sabio botánico de Bruselas nombraba, en su diagnósis de las Festuceas y de las Bromaceas, el palea exterior setigera. Este carácter fal- tando en algunas Festuca, como en algunas Bromus, me parece preferible dis- tinguir la tribu de las Festuceas segun la adherencia del ovario en la glumilla superior. No es preciso extenderme aquí sobre la circunscripcion de las primeras tribus, que no tengo razon de modificar. La de las Potamofileas, que Kunth habia com- prendido en grupos confusos, en 1815, entre sus Gramina olyrea; en 1833, en- tre sus Oryze«, y que ha sido dada á conocer por R. Brown, comprende, con el género Luziola, los géneros Potamofila, Hydrophyrum, Zizania, Arrozia, etc. El género Pharus, que habria podido atribuirse á él, ha sido colocado aquí entre las Paniceas, á causa de la consistencia de sus glumillas. Las Paniceas constituyen una série muy natural, á la cual seria por lo mismo difícil asignar un carácter preciso, á causa del aborto de la flor inferior en las Olyreas, y de la consistencia herbácea de las dos glumillas en el género Ayme- 1 Se sabe que para entrar en la vía trazada con una justa autoridad por M. Alf. de Candolle, con- viene reservar la desinencia ace para los nombres de las familias. LA NATURALEZA 333 nachne. La falta de la arista es casi el único carácter que separa este género de ciertas Andropogoneas, tales como las Arundinella, clasificadas por ciertos auto= res entre las Paniceas. Se sabe que la extrema analogía de estas dos tribus fun- dada sobre la identidad de la estructura de sus espiguetas, ha sido demostrada por R. Brown* mucho tiempo antes que Kunt publicase el primer tomo del Enu- meratio. La analogía existe áun entre las Andropogeneas y las Rottboelieas. La separacion de estas dos tribus no puede estar fundada sobre la excavacion del raquis de la espiga. La demarcacion es tan poco sensible entre ellas, que esta excavacion se nota en muchas Andropogon. Así la diferencia, si es suficiente para que poda- mos reconocer una tribu, no creo que esté bien fundada entre las Andropogoneas y las Rottbcelieas que se asemejan más, así como tampoco entre las Apogonia y las Hemarthria que sobre la soldadura que se establece en las Rotthoelieas entre la flor y el raquis; soldadura que no tiene sino la gluma interna en la Herma- thria, y queá un alto grado en el género Jouvea, y en las flores hembras de los Tripsacum y de los Euchlcena. No me extenderé aquí sobre la tribu de las Falarideas, poco importante en México. Independientemente de las Zea, Coíx, etc., que deben separarse, las Holcus tienen una simetría inversa á la de las Mierochloa y de las Phalaris. En todo trabajo sobre la familia de las Gramíneas, la tribu de las Falarideas es la que merece aún el exámen más severo, entre todas las tribus de Kunth. De las 643 Gramíneas que existen en México, 371 son especiales de este país. Es tanto más importante demostrar la existencia de las 643 gramíneas, cuanto que la coleccion de éstas solo era de 80 en las cosechas mexicanas de Humboldt y de Bonpland, cuyo número no obstante era mayor que el de las traidas despues por Schiede y Deppe y que el de las reunidas por Aschenborn. Como término de comparacion, es útil tambien hacer notar que el número total de las Gramíneas encontradas en Cuba, donde estas plantas han sido buscadas por numerosos co- lectores, es solamente de 154, segun el Catalogus plantarum cubensium de M. Grisebach, y que, sobre el inmenso espacio del imperio brasileño, Nées de Esen- beck, en su Agrostografía brasiliensis, no ha dado á conocer más que 403 es- pecies de la misma familia, comprendiendo allí cierto número de plantas de Mon- tevideo. Examinaremos la distribucion de estas plantas, tanto en el interior como en el exterior de México. El primer hecho que se presenta á la observacion, es que, en el interior de México, hay cierto número de Gramíneas que se someten á condiciones biológi- cas muy variadas, es decir, que crecen igualmente sobre las altas mesas, en el 1 Prodromus Fl. Nove-Hollandice, 169. La terminalogía empleada por R. Brown, la concision y la osenridad de su latin le han impedido á veces ser entendido. Llamaba «yluma interior» la que todos los azrostógrafos llaman ahora «gluma superior ».en la descripcion de las Gramineas, sobre to- do de las Paniceas y de las Andropogoneas. 334 LA NATURALEZA valle de Orizaba: y áun en las arenas litorales de la region caliente. Entre estas últimas, citaré: Paspalum Sehaffneri, Panicum Kunthii, Tricholcena insula- ris,* Setaria geniculata, Cenchrus tribuloides, Eragrostis capillaris, E. Willdenowiana, Chloris elegans, que han sido recogidas en el Valle de México, lo mismo que en las cercanías inmediatas de Veraeruz; las Buchloe dactyloides, Chondrostum tenue, encontradas en el mismo valle así como en Tampico, sobre el golfo de México; las EHpogonon geminiflorus y Vilfa ramulosa, que crecen en la region fria de México, así como tambien sobre los flancos del volcan del Jo- rullo, en la region caliente; la Ath4eropogon repens, recogida en México y en Acapulco (en estas dos últimas localidades sobre la vertiente occidental). En fin, de Toluca, que está situada á una altura superior á la de México, el Atheropo- gon aristoides desciende hasta Veracruz. Conviene hacer notar que estos hechos de gran extension en el sentido de la altura son, sin embargo, excepcionales, puesto que, sobre 643 Gramíneas, he podido citar solamente 14 bien conocidas que no se extienden de la region marí- tima á las altas mesas”. El estudio de las Gramíneas mexicanas confirma una conclusion que he sacado de los Helechos: es que hay poca diferencia en México entre la vegetacion de la vertiente del Pacífico y la del Atlántico. Numerosas son las Gramíneas de la misma especie que crecen en las montañas de Oaxaca y en las de Orizaba, y varias plantasidénticas se encuentran en Acapulco y en Veracruz. Cuando se pasa de la distribucion geográfica de las especies á un punto de vis- ta más extenso, el de la distribucion de los géneros, se nota un conjunto de he- chos digno de ser tomado en consideracion: es que cierto número de géneros están localizados de una manera muy marcada. Así todas las especies de los géneros Anachrys, Ataxia, Hilaria, Stipa, Phleum, Crypsina, Calamochloa, Trise- tum, Achcta, Aira, Graphephorum, Chaboissea, Dissanthelium, Festuca y Heleria, que se encuentran en México, pertenecen en este país á la region fria 6 á la nevosa. Otros géneros, Deyeuxia y Agrostis, que, en México habitan de preferencia las alturas, se desvian efectivamente, para crecer en la region tem- plada, pero sin llegar nunca á la region caliente. Al contrario, esta es ménos rica en géneros especiales de las Gramíneas, y la mayor parte de éstas que se podria citar como tales, ó al ménos como predominantes, no se encuentran allí 1 Ésta se extiende al sur hasta las llanuras de la Patagonia. 2 Habria yo podido aumentar el número 14 si hubiese admitido en mis comparaciones las plan- tas recogidas por M. Virlet de Aoust en San Luis Potosi, localidad que pertenece á la region fría. Pero no he creido conveniente hacerlo, porque las plantas de este naturalista no estaban provistas cada una de una etiqueta especial, y porque fácilmente en las cosechas que hizo, sobre todo en la region fria, entre San Luis Potosi y el Valle del Maíz, pueden encontrarse algunas plantas de la re- gion caliente. 3 La distribucion geográfica concuerda tambien, de una manera notable, con los caractéres ge- néricos. Asi, he separado el género Cinna, L., aceptado por Kunth, y que no tiene ninguna razon de ser considerado como entidad genérica. Por dos de los resultados de esta separacion, el género LA NATURALEZA 335 sin duda sino porque buscan la influencia marítima. Tales son los géneros Agyro- pyrum, Brizopyrum, Jouvea, y Gouinia. Las Bambuceas no solo existen en las regiones inferiores: una Guadua ha sido encontrada hasta á 3000 metros so- bre el pico de Orizaba, y el Chusquea Mullert, sobre la misma montaña, entre- laza sus ramales á los de las Encinas. * Para facilitar la comparacion, bajo el punto de vista de su reparticion, entre las Gramiíneas mexicanas, cuyas afinidades geográficas son distintas, he hecho un cuadro que indica, para cada género, cuántos son especiales en México, y cuán- tos se encuentran, ya sea en Texas, en los Estados Unidos, en las Antillas, en la region tropical, en los Andes, en el Brasil, en la confederacion Argentina ó ya en fin en el antiguo mundo. ?- Crypsinna es propio de la region fria, y el género Cinnastrum de la region templada. Si los Agros- tis no descienden á la region caliente no sucede lo mismo con el Vilfa 6 Sporobolus que no difiere de aquel sino por un ligero cambio de organizacion. 1 El género Chusquea se encuentra á 4000 metros sobre los Andes de Quito (Sodiso, Apuntes sobre la vegétacion ecuadorana, p. 40). 2 Es preciso hacer algunas observaciones accesorias sobre la construccion de este cuadro. He excluido la isla de la Trinidad del grupo comprendido en estas comparaciones bajo el nombre de Antillas, para unirla al grupo Tropical, que comprende, con ella, la costa firme, es decir, la Amé- rica central, Venezuela, Guayanas y la region inferior de Colombia y del Perú. Convengo en que, además, para estos dos paises, que han suministrado pocos hechos relativos al asunto de que se trata, la asimilacion es no obstante incierta ó casi arbitraria, á causa de la insuficiencia de las indicaciones de localidad suministradas por los viajeros, sobre todo por Dombey; felizmente la mayor parte de las citas sacadas de la vegetacion peruana provienen del viaje de Peeppig, cuyo itinerario publicado por él se conocia perfectamente, y de la region oriental llamada montaña, que no es justo considerar entre la vegetacion tropical. Por último, debo hacer notar que la rúbrica Arg., que designa la República Argentina, pare- cia ser un poco vaga, y comprender por lo mismo las plantas alpinas de la sierra de Aconquija, las plantas de la region montañosa de Tucuman, las de la region más caliente de Córdoba, otras de la vegetacion subtropical de la provincia de Corrientes, y las plantas maritimas de Buenos Aires y de Montevideo. He obviado un poco este inconveniente colocando las plantas alpinas en la categoria de los Andes, y no mencionando, en el cuadro, la localidad marítima de Buenos Aires; pero, en cam- bio, he incluido bajo la designacion Ary. algunas Gramineas de Paraguay y de Uruguay que perte- necen á la region subtropical del hemisferio austral. Además, los que desearen indicaciones geográ- ficas más precisas las encontrarán en la monografía. 336 LA NATURALEZA Species crescentes in a O g E pl 2 3 As GENERA 2 E E E 2 E Q E E da a la (E Es ¿lÉ EE a = o = E SlIsl8ls8 15/8313] £./35| 3 ASA == IS |< 43|4 18315 1) == El 7 Do o E 3 E 2 ¡AMALIA ds Ll a a elias A SN A O os ts 1 E A OS AOS lussel ás E IA AA A SO OE O E O IRA SO (Y A A E UA Paspalim: 102 od 90d EA e 0 20 url 3 Deptocory ph cooooononoenonrr rr 1 iodo lescellocas E TS Elo pus o es ls 3 21: 1 al Ji d 1 SR sets doncs tdo oo os codosésadEcios bssda | IE aso laca EA MEM A O 1 O OS ee OS OO ASS lose) Rosa A A A e ela A AA A A lis [ay menschne- aos donas de den ds ar NN A O A SA lord lecaslleces ls levas 1d feojilo) io de OpligmenUs- 22m. 202 ill IS Le A A AN Mi EA 0 Berchtholdia lr NA DA Ve al alla leo A A o o oo Sas 1 e ie 61 6 Dali a (E A AS A A A OA Lia 2d data Pennisetumn...-.. anota non dano o abc caoba naaa o iS Ea, LN (a DA A A o a a 05 l 1 E ode: AL A A El ADtephOTA 2oomanor la laa dlls (e IFOONYSIS e aaa earn o e es 1 lol pala! jee iio 1 AE ptes] lid PA A A OS E SE 1 y A A A O O A IED ES A ios iS Soc nc ao S0n O A O O SI O A A O AN A ES PESA A 5 Baca Bol lose lso imáanella: 0 0lutas le e a ld es 7 2 ES 2 IAN Soo co ndo OS CAEN ESA Oe 1 mes css l 6 1 NN 34|18| 5| 4 ADORO lA o sa Eee 1 A O Eco (Ec (5 Mrachypo seo olaaa 9 == ml alle llesoslleses AAA A HeteropogON cr SIMA Eos essa os. NA O o DO es oso os IO ono noo Poda 2 lbs bss ñ 1 E E LO li | ais o bdo sonaban o PA PA A A E A IO A O JU Y PA ES E 1 E O E A PogoNDOPSiS .aommarrnr rr rr 1 E (o ¡ale Y lt! dal E Ed A IE A IE AA ATA BOLO le lO MEL ¡ManiSariS.e zo «el eno llos iaa antariacpns senal la liácil: 1 1 0 O E Mt IRTE Da ondas A 53 A EI IO 1 8 TRpsacun al dls los To > els 9 ls sde 0 CA A A A 4 ACTA PA AA A Ds is o A a a 4 3 Pra ao cor pcelsaelo Pos - - = ESSE Ia O A A AE 1 y HER lo, Mo [Pl Jai O Rs pS MOON cr De lebca eds taa Ii esos leo oino IO Se SO A o ll - OFtAChne----o..n+.o==20ncomonosono rr O A AMET A A IS Mublenbergi.ooococonoor ano ro rr rr AO e sas A ads lose] lsocólas 20 Abonado co Saab COSO DASEOO pasa bocio 1 1150915354 6588 5038 AO idad lecoo ler os DpiCAMPOS ono 1 (ls Label oca lacas! lcoos l2920 lasoollaoco => a TUN (00 A (E [A E 0 A il Crypsibnas-20 il o o SO ERE Mlsca (senal leas CIMAS as ae sap OO Il A O A POL ZOO cc o 3 2 AA IR IN 1 a A E LOU cr 2 CAN EA O a ll o Laso focos jocs. ESO Deo os astro tando nao. 3 O A A A A E oe a los Is pS o pS OE o Sa adooos ir la dal 1 A IZ AA Y O A A Sido 59] (6853 |So os) loocoljos> A a aia 07 77 TINA AS TA E Calámochloa. 333 Jia a es a leia usaras jes pie A A O 1 CAROD a lejos 1 (o ens dato a opos bdo ROSES DL [Ea E A a! eo la 1 1 1 Phragnitesosscce osos ie eel ma sisas Deyeuxia LA NATURALEZA 337 GENERA México solo 1 A Texas Estados Unidos Antillis Regione tropi- cali Species crescentes rn lo Á4 5 ME 3] 0 A [a Ms 3 E E A E 25 Sl <|A SSB [> D A PeyritsChil .oononconoccco torero Uralepis Avena Tristachya Graphephorum Chaboisseea Dissanthelium Chascolytrum...-.. vobbcelónede sesamecsneronosocobesosdesos Poa Eragrostis Megastachya BINZOPyTUM 2 o o Zeugites Krombholzia Disakisperma-===-<2s ss edo o- o OR Uniola EE E E ld ta de e e e ds e ai a Brachypodium Ubratochl0a... Ls e o a ¡Bram sa badge estes ac ee asen crop. E A SEO a e de A A Bambusa Cuida o o as Arundinaria Chusquea ¡Merostachysi- Associates e Pappophorum Cathestecum Lesourdia Opizia Buchloe Microchloa.. Poma Apu e located A Trichloris Cot Ehlarisc==3 === cai Gymnopogon Dactyloctenium. -- 2 .>ontesssssressorocers seme one aro Eleusine Teptochloa--222209 ep oe oe oo == eo Glycerin Diplachne A A A os II EA EY Agropyrum-.... Hordeum..- e rt a A SO) pa 0 HDD O 00 0D . HO: AS) ' , Vu Rap a O) (O A pl NN . aldo al PO AAA A A AN Pub E NE expe isp a 371 116 AE RO EBRO a O A Dn A q€__—_«« Id., ld dean Mindo o das Vela escamada....ooocooo.... Venenillo. 22... e E Eyas Id., v. Romerillo.........--. Vembelreales... ¿QUE oe EA: Venera de Santiago ó Zagalejo. . Verbachidha 2. ana EIA Verbena...... A e O EIA Id de Guanajuato...-..... Td: de Orizabal2L 2120012. 166 lOs coco cosesr Verdolaga 6 Quauquilitl. (Mex). Vergonzosa, v. Sensitiva....... IVIBLQRICA E oo coo 16) Ge at boss concesano A = Vinagrera, v. Acedera......... Vinagrerita, v. Acederilla...... WVinagrllo: 5. La VINCI OACI LO AS a * Violeta extranjera ó de olor.... dc VAPLrDA caes cae Ej Vireina, v. Mercadela, ...22-.2 Virginia, yv. Mal de 0j0.........- Viscoquercino, v. Muérdago. ... Viudas, v. Ambarina. .....-.--- Id. y. capa de San José..... RN AS OEA AS NOICAmeria: pe lisas Vulvaria, v. Hediondilla......... LA NATURALEZA Althea rosea, Oav......-... Malvaceas. Polianthes tuberosa......... Liliaceas. Pogonia ophiogloides, Ker. seg. Oliva. o. AA O Orquideas. Adenophora stilosa, Reich... Campanulaceas Asclepias cornuti, Decais..... Asclepiadeas. Delutia ostruthioides, D. O... Compuestas. Amarilis formosissima, L..... Amarilidaceas. Phytolaca octandra, Moq. seg. Colmena Ea Fitolaceas. Verbena caroliniana, L. et Y. oficinalis L. et V. Erenber- giana D. C. et V. ciliata, 1 A Verbenaceas. Verbena canescens, H. B. K.. Td. Id. teucrifolia, Mart. y Gall. Td. Id. Andrieuxii, D. C..---.. Id. Portulaca oleracea, LL... 22- Portulaceas. Jussiza Swartziana, D. C.... Onograriaceas Veronica peregrina, L.....-.. Escrofulariaceas Id. — speciosa, Hoock.... Id. Viburnum tinus, L.......... Caprifoliaceas. Vitisivinifera, Tr Vitiferas. Td. Acapulcensis, H. B. K.et V.sicyoides, Backer et Y. rotundifolia, Michx...... Id. Oxalis cordata, St. Hil....... Oxalideas. Vincaminor Ap E e Apocinaceas. Violarodorata lu o Violareas. Anoda triloba, Cav.:........ Malvaceas. Myriadenus tetraphyllus, D. OC. Leguminosas. Hibiscus manihot, D. C...... Malvaceas. Gynandropsis speciosa, Dug.. Crucíferas. Cleome cardinalis, Y. M. L, se- gun Oliva. AA Onograriaceas. Clerodendron fragrans, Vent.. Verbenaceas. LA NATURALEZA Xalxocotl, v. Guayabo. .......- A A Brassica erucastrum, D. €... Xarimpscua, V. AgritoB.....-.. Xcantiris, V. Ar0Ma. 302 .<+L6s Xculchesv. Tumblle: 22 2sccme.os Xhlache, v. Mayorga. 220... Xihuiquiliól, va Año coa... 9. Xihuquilitlpitzahoac, v. Añil....- Xilmotlaychnitlioio el rata Ranunculus Acris, L........ Xiloxochitl, v. Cabellos de ángel. Mkanlolía- ulsuicianra de ais Tecoma sambucifolia, H. B. K. O Xkantumbub, v. Ojo de gallo... Xkoch, v. Higuerilla.....-222 Xnabmucui, v. Golondrina..... Xoalacatl, v. Organo. ....-...- Hgamiv. ¡Ebano 2 ato id Xocol,v. Cirnelo.: h110 esescias Xocoxochitl, v. Pimienta de Ta- Xocoyolin, v. Socoyol.-.--..... Xocoyol papatla, v. Acedera. ... Xochicopalli, y. Suchicopal..... Xochiocoxoquahuitl, véase Liqui- ca e ET Xochitlitzi, v. Culantrillo....... Xolocotl, v. Jalocote ....-.-.-.. to AAA E Eupatorium deltoideum, Sacq. Xolohxihuitl. Chino cimarron... Euphorbia balsamiflua, Ait... Xonacatli, v. Cebolla_-........ Mera o Pardo Ethulia ¿Sp?.....ooooomiccót. comquilpatlk: JacicDo e. 4U ¿GOO jsp? << 52.20 A0 MA Xotleco 6 ratoM.. 22000 L Dalea gracilis, H. B. K...... Xoxocoyoli, v. Jocoyole..-.....- Xononiztal, v. Yerba del tabardillo Xpuhuh, v. Zempoala. ..-...... A A Plumeria pudica, SacQ....... oumetl, ve ¡NGUCO. ose dio ass Xunecuitl, y. Yerba del zorro. ... Xunecuiltzi, véaseidem........ Waxche, v. Ceiba... 2. L 00th 349 Orucíferas. Ranunculaceas Bignoniaceas. Compuestas. Euforbiaceas. Compuestas. Lorantaceas. Leguminosas. Apocinaceas. 350 LA NATURALEZA Yaxjalache, v. Mayorga........ Yayatzi, v. Hipericon....-...--- CAC O JACACO A a Orisobalanus icaco, L........ Yeanxochitl 6 Cordon de Jesus. Salvia eriocalyx, Berb........ Ycohueyo, v. Azucena del monte. Y ctamo real, v. Díctamo real. .... Ychcauxihuitli, v. Algodonero. . Y chiculili, v. Huachacata...... Wedra Dotina..22c2.0. o De Pithecoctenium bucinato- rium, D:10/591. 20430291. Td. azul, v. campanilla. ....---- ld: coloradar cocoa eos Quamochitl coccinea, Moench. 2 OMR cosass e Hedera helix, Li: -2UMIOi2 Id. morada ó flor de la'campana. - Cobea scandens, Cav.-.....- ANIOS TO 7200001227 Hydrocotyle americana, L.... A Malva caroliniana, ....---.. WeguasO Batoles: ccoo coses Phaseolus multiflorus, Lam... Yepazotl, v. Epazote.---.-...-. Yepaxihuitl, v. Yerba del zorrillo. WVerbabuenas..- 00 totali Mentha viridis, Li. -.coo.... WA ON acni- sacas cie stera Mentha mexicana, Mart. y Gal- leoti:....-BL 2h. SASLuI a e Te io ta Micromeria Douglasii, Benth. Id. piperita de México....... Hedeoma piperita, Benth. ... Tdidelalre:. osos nie Eupatorium ¿pta Id. del Alacran, véase cola de A aio ese mete Id. de la Alferecía, v. Flor de JUNCO: epa Id. del Angel 6 Yolochichitl.. Eupatorium collini, D. C..... Td. dellbueyya2 roce ADAM ¿Placido secas Td. del burro ó sangre de toro. Spigelia ¿sp nov? -2o..o..-- Id. id., en San Luis Potosí. Asagreea caricifolia, seg. Schaff. Td. del Cáncer en Guadalajara. Salvia indica, D..------.-.... Id. 1d eel Jara... Amaramthus ¿SP?--o.20..--2 Id. id., en México. ¿u- sil Gomphrena procumbens, Fl. 1 A AA o A Id. A iia Lytrum vulnerarium, Schrank et L. alatum, Pursch...... Id. id., en Puebla, v. Yer- ba del pastor... Td del Carbonero... eo. Bacharis multiflora, HL. B. K.. ¡colarse ssbrebasess Choysia ternata, H. B. K., se- gun Oya... coo Id. id., v. Flor del clavo. - Td *delcoyote ao Polanisia uniglandulosa, D. O. Td. dela cucaracha.......--.- Echites hypoleuca, D. C...... Rosaseas. Labiadas. Bignoniaceas. Convolvulaceas Araliaceas. Polemoniaceas. Unmbelíferas. Malvaceas. Leguminosas. Labiadas. Td. Td. Id. Compuestas. Id. Solanaceas. Loganiaceas. Colchicaceas. Labiadas. Amarantaceas. Id. Litrariaceas. Compuestas. Rutaceas. Caparideas. Apocinaceas. LA NATURALEZA NMerhayde la: cuiji.. 4. JA idas ide cura E A a Id. dulce, Neuctixihuitl (Mex) orozus del país..-......- Id. id., de México..........-. Id. del gato, v. Valeriana. ... Id. de la Gobernadora de Mé- xico, v. Gobernadora. .... Tdgid: ¡de de Prueblast cioroion Id. de la Golondrina, v. Celi- Id. id., extranjera, v. Amapola amarillas .-090.3y5blo01 Td:delicolpB3322.- aula e 1 E A IEA Id. de López, v. Yerba del ne- Td xdelimánso: 32300 Id. id., de Puebla, v. Raíz del MA có Id. de las mataduras, v. Yolo- xochibl: 397 pe Qe Td. de la mula, Yayaquahuitl. (MEISL 2-4 efe del negro ó de López, Tlil- Al, (Me e Td. del pájaro, Yzcuicuil...... Id. del pajarito, v. Celidonia. - Id. del pastor en México, ó del carcer en Puebla...-....- Td. id., en San Luis Potosí... Id. de las perlas, v. Acacoyol. Id. del perro, y. Yerba de la A E Tn ds Id. pa Hdrdelipollosi1T ¿ps EEN ysRosillasc2tepi, +52 Id. de la Princesa, v. Cedron - Id. de la Puebla, celarincillo, Ytzcuinpatli (Mex)....... 351 Aristolochia ¿sp? seg. Oliva... Aristoloquieas Terstroemia Altamirania, Schiede..ooooo..o-2--.--. Terstroemiaceas Lippia graveolens, H. B. K. et Lippia dulcis, Trev......-.. Verbenaceas. Bulbostylis Cavanillesii, D. O.. Compuestas. Bulbostylis veronicefolia, D. O. Id. Allionia incarnata, L...-...- Nictagineas. CEnothera scinciana, Serr.... Onagrariaceas Spathiphyllum ¿sp?.-..---.-- Aroideas. Monnina Ocampi, Her. y Villad. Poligaleas. Malva angustifolia, Cav...... Malvaceas. Anagalis latifolia, L......... Primulaceas. Acalipha prunifolia, H. B. K. Enuforbiaceas. Acalipha postrata, seg. Schaff. Td. Cestrum Harwegii, D. CO. et Solanum candidus, D. O. et S.Cervantessi, Lag.--....- Solanaceas. Tradescancia erecta, Jacq. eb T. geniculata, JaQ....--.-.. Comelin aceas. Senecio canicida. Fl. Mex. L... Compuestas. 392 LA NATURALEZA Yerba de la pulga...-.--...----- Id. Td. Id. Id. Id. Id. Id. Id. Td. Td. Id. Id. Id. Id. Id. Td. Td. Td. Td. Td. Td. Td. e Td. Td. Td. Td. de la punzada, v. Beleño. . del raton, v. Manzanitas de de Santa María de México. id., id., de tierra aden- O de Santa Rosa..--.2000.. del sapo Ó escorzonera.... LOSA tattoos del tabardillo, Yoloxiltic, Ó ORO de la Trinidad, v. Cacomite. delVenado ra de la víbora ó viperina.... deMindioJ YE JUDE SEO del zopilote, v. Oola de zorra. id., dis. LUCIR del zorrillo, Yepaxihuitl. (Mex). 5 3. ELCRidA del zorro, Xunequiltzio 6 AE. esoo sososcoe Luisa, v. Oedron..----.-- mansa, v. Yerba del manso. mora, v. Solano negro. ... santa, v. Tlanepaquelite. - A A | SI Y Mperatola. seas a loci Yquimetl, v. Colorin.-......-.- Stevia viscida, H. B. K...... Frankenia grandifolia, Schtl. - Verbena ¡Sp o Yonidiam angustifolium, H. B. K. seg: Villada nl 0% Sedum saxatile, Will. segun Matricaria parthenium, L.... Taxetes lucida, Cav......-. Antigonum leptopus, Hoock. Eryngium comosum, Laroche et E. gracile, Nutt........ Solanum amictum, Moric.... Piqueria trinervia, L......... Porophyllum macrocephallum, D.. O., seg. Olivas: Myriadenus tetraphyllus, D. O. Aristolochia fotida, H. B. K. Cestrum aurantiacum, Lynd et Polyporus fomentarius, Fries. Urtica Mexicana, F. M. L.... Anona excelsa, seg. Oliva. ... Angelica verticiliaris, L...... Compuestas. Frankeniaceas. Verbenaceas. Violareas. Orasulaceas. Compuestas. Td. Poligonaceas. Umbelíferas. Solanaceas. Compuestas. Id. Leguminosas. Aristoloquieas. Solanaceas. Euforbiaceas. Rutaceas. Hongos. Urticaceas. ANnNONAceas. Unmbelíferas. LA NATURALEZA Molochiachitl. ...... 003 0- DIT Psoralea glandulosa, L., segun Yolochichitl, v. Yerba del ángel. Yoloxochitl, Flor del corazon, Laurel tulipan, Hualhua ó Yerba de las mataduras.. Talauma Mexicana, Moc. y NoSarzajv. Ocoterd. Rina la. Yoyote, hueso del fraile, codo de fraile, narciso amarillo, Yo- yotli 6 Tzinacanytlacuatl, (Me) soeamo JA a Thevetia iccobli, D.:O..:. 21025 Ysqua, v. Lengua de vaca. -...- Mstz py. ¡Henequentioo a MirAvaQhle. ca Ytzcuinpatli, v. Cebadilla y Yerba dela Puebla. visados Yizamatl, v. Ceiba. ......----- VYacuóVzotlas tu ol uo Yucca filamentosa, L......--. Obando ios e Manihot utilissima, Pohl., seg. TF cimarrona.- 1-20 Manihot fietida, Pohl., et M. esculifolia, Pohl. et M. pal- mata, Mueren Id. dulce, v. Guacamote...... Yyamole, v. Amole de bolita. ... Yzcuicuil, v. Yerba del pájaro. - ACTA pe Yucca latifolia, seg. Oliva.... o o lei pio A Yzquixochitl, v. Huanita....... Yztacoanenepili, v. Butua....-.. Niztachail Je det sasici- ApoOCciInuM ¿Plocooioo cont Yztactepezacuxochitl, v.' Azuce- na delmonte: ==: Zabila, v. Sabila.-....--...-. 3 Zacasile, v. Sacasile..-.o.o.ooo.. Zacate amargo, v. Sacatechichi. - A A Oplismenus holciformis, H.B.K Zacate limon, v. Té limon...... Zacapatlachtli, v. Grama....... Zacatlascal ó zacatlascali....... Cuscuta americana, Thunb..... Zagalejo, v. Venera de Santiago. PRFRBIND o IO IA Ficus ¿sp? seg. Oliva.......-. NAO os Daucus carota, L..........- Leguminosas. Magnoliaceas. Apocineas. Liliaceas. Euforbiaceas. Td. Liliaceas. Apocinaceas. Gramineas. Convolvulaceas Moraceas. Umbelíferas. 354 * + Zandía 6 Saddía....oomooo-=o- Zapalote, v. Plátano largo...... Zapatito de la reina...........- Zapote DlanCcO....oooooooo.--. Id. borracho ó amarillo... ... Id. prieto ó Tlilzapotl...... Zapotillo, v. Chico zapote...... Zapotito de San Juan.......... AAC e Zarza, Zarzaparrilla, Mecapatli, (uaumecapatli, Nanahua- patli (Méx)... 3-3. ¿Bes? Zarzamora, Coatlamitl (Mex). .. LaMblO.. ocoomonoarocon=r..... Zayolizan, v. Tepozah.........- Zazale, V. Pegar0oPa..o.oo..-.- AAA Zempoala, Expujuj 6 Xpuhuh (Maya) Yscoque.- - =2..<.-. Zempoalxochitl, Cempaxu chitl, Tepezempoalxochitl. Mex. Flor de Muertos..---..-.-. Zeutl,v. Mala oe 38-56 0559 -m4 Zitlnacaxtle, v. Contrayerba de JUNE a cla Zoapaútli, v. Cihoapatli..-...--. Zompantli, v. Colorin.......... Zopiliquahuitl, v. Oaoba........ Zoyate, v. Palma dulce. ....... Zoyolxochitl, v. Yerba del pollo. UM ao LA NATURALEZA Cucumis citrullus, Jacé...... Clitoria virginiana, L........ Oassimiroa edulis, La Llave... Lucuma salicifolia, Kunt..... Dyospiros obtusifolia, Will... Bunchosia lanceolata, Bot... Tupa Feullei, Don. seg. Oliva. Smilax medica, Sehlet. ...... Rubus fructicosus, L........ Dendrobium ¿sp? seg. Oliva... Cynanchum suberosum, H. B. Taxetes patula, L. seg. Lcon. Taxetes erecta, L.........2: Khus mollis, H. B. K.seg. Oliv. Cucurbitaceas. Leguminosas. Rutaceas. Sapotaceas. Ebenaceas. Malpigiaceas. Lobeliaceas. Asparragineas Rosaceas. Orquideas. Asclepiadeas. Compuestas. Id. Terebintaceas ESTUDIO SOBRE LA CORTEZA DEL BOCCONIA FRUTESCENS POR EL SR. ERNESTO OCHOA Y TAPIA. SINONIMIA VULGAR.—Se conoce con los nombres de Llora-Sangre y Palo ama=. rillo de Cuba. Sivonimia Botánica. —Bocconia frutescens (Linneo). Bocconia Quercifolia (Moenel). Se conocen además las especies siguientes: B. Cernua. B. Sub-tomen- tosa. B. Integrifolia. B. Peruviana. B. Mexicana (Decandolle). Su PATRIA.—Esta planta parece ser nativa de la parte Sur de Michoacan; la hay tambien en Jalapa, Sultepec, en las Antillas, Isla de Guadalupe, Isla de Cu- ba, de la Jamaica y Santo Domingo; la tenemos cultivada en México, en la Es- cuela de Sordo-Mudos y en la Escuela Nacional Preparatoria. Usos vuLGARESs.—Esta planta los antiguos mexicanos la tenian como árbol de ornato, por su bello follaje, y para teñir las plumas. CARACTÉRES BOTÁNICOS.—Es un árbol de ocho á doce piés de altura, cuyo tronco se divide á su extremidad en muchas ramas. Sus hojas son grandes, oblongas, pinatipartidas, lóbulos dentados, hojas alternas, con 24 divisiones y un impar; la cara superior es verde, la inferior verde glauco; el nervio principal muy aparente, sobresaliendo de la hoja en la parte inferior medio centímetro, y que va dismi- nuyendo hácia la parte superior; sus flores son pequeñas, terminales, dispuestas en panoja y desprovistas de su corola. Cada flor tiene un cáliz de dos foliolos ovales, caducos, de 8á 6 estambres; un estilo bífido terminado por dos estigmas. El fruto es una cápsula elíptica, carnuda, monosperma, abriéndose en su base en dos valvas. CARACTÉRES DE LA ESPECIE.—Hojas pinatifidas de lóbulos dentados, flores pe- queñas, estambres, 8. Como la corteza es la que me llamó la atencion, de ella me voy á ocupar, sien- do sus caractéres los siguientes: CARACTÉRES FÍSICOS DE LA CORTEZA.—Se encuentra generalmente separada del durámen; es de tamaño variable; la superficie exterior tiene surcos formados por la resquebrajadura, debida á la desecacion de la corteza; en lo general es de un color amarillo; en la parte média de los surcos su color es pardo ceniciento, ob- servándose unos cuerpos blancos ligeramente redondos; la parte interra es de un La NATURALEZA. —Tomo VI.—49. 356 LA NATURALEZA color rojo amarillento en partes, y en otras amarillo claro; tiene grietas peque- ñas en el sentído longitudinal, en el interior de ellas pequeñas fibras entrelazadas unas con otras, y además, fuera de las grietas, unos cuerpos esponjosos; es poco pesada; sabor amargo; al partirla cae un polvo muy ligero. CARACTÉRES MICROSCÓPICOS. —Corte longitudinal observado de fuera hácia dentro. 1.2 Se compone de celdillas blancas entrelazadas con celdillas coloridas, pre- sentando red muy fina. 2. Más al centro se ven celdillas negras mezcladas con celdillas coloridas; dan el aspecto de un esmalte muy brillante. 3.2 Además de multitud de capas de celdillas coloridas y negras, predominan las coloridas de un color amarillo claro trasparente. 4. Las celdillas parecen estar unidas á pequeños cuerpos redondos, blancos, amarillos y negros, todos mezclados. Vistos ya, aunque ligeramente, todos los caractéres de la planta de que me ocupo, voy á emprender el estudio del análisis orgánico. TRATAMIENTO POR EL ÉTER.—Tomé 10 gramos de la corteza, la pulvericé y la puse en un aparato de desalojamiento; dicho vehículo me dió una bella colora- cion roja muy intensa, de lo que deduje se trataba de una materia colorante; en seguida puse á destilar la solucion etérea para recoger la parte disuelta en este vehículo; ya una vez separado el líquido etéreo, obtuve un resíduo amarillo, de olor sui generis, sabor poco marcado, suave al tacto, adhiriéndose á los dedos: el punto de fusion es de 124” centesimales; arde con una flama fuliginosa, dejando un resíduo negro. Es muy poco soluble en el agua, muy soluble en el alcohol y poco en el éter. PROPIEDADES QUÍMICAS.—Su solucion es alcalina al papel tornasol; sometido á la accion del calor en tubo de ensaye, lo único que se observa es que se funde, dando primero un olor de vainilla y despues un olor repugnante. Ácido sulfúrico. Con este ácido concentrado se disuelve y toma un color rojo muy intenso; con el ácido diluido es de un color amarillo turbio. Ácido nítrico. Con el ácido concentrado se disuelve primero y toma un color rojo escarlata; este ácido diluido toma una coloracion amarilla rojiza. Ácido clorhídrico. Este ácido concentrado le hace tomar una coloracion ama- rilla azafranada: disolviendo en parte el ácido diluido, toma una coloración amarilla que lo disuelve completamente. Los álcalis lo disuelven tomando una ligera coloracion amarilla, soluble en ca- liente; los ácidos no lo precipitan. La solucion alcohólica lo precipita por una solucion de acetato de plomo. De las experiencias expuestas anteriormente, resulta, que el éter disolvió una resina que es precipitable por una solucion de acetato de plomo. TRATAMIENTO POR EL ALCOHOL.—Despues de comprobadas las reacciones del LA NATURALEZA 357 tratamiento etéreo, seguí mi procedimiento por el alcohol á 86%, para que este vehículo disolviera los principios que no fueron atacados por el éter sulfúrico. La solucion alcohólica era de un rojo muy intenso y trasparente. De todos los lico- res reunidos y destilados, con el objeto de recoger la parte que disolvió el alcohol, obtuve un resíduo de color café, de olor sui generis, sabor muy amargo y suave al tacto; arde con una flama fuliginosa, de olor ligeramente aromático, deposi- tándose un resíduo negro como el que deja todo cuerpo orgánico. Es soluble en el agua, muy soluble en el alcohol y poco en el éter. PROPIEDADES QUÍMICAS.—Su solucion es alcalina al papel tornasol; sometida al calor en tubo de ensaye, se carboniza inmediatamente, dando siempre primero un olor de vainilla y despues un olor repugnante. Ácido sulfúrico. Con este ácido concentrado se'disuelve y toma una coloracion de un color café muy oscuro, observándose en la superficie una capa blanca; el ácido diluido toma una coloracion rojiza y olor aromático particular. Ácido nítrico. Con dicho ácido concentrado, toma una coloracion roja muy in- tensa; el mismo diluido le da una coloracion amarilla rojiza. Ácido clorhídrico. Este ácido concentrado le hace tomar una coloracion ama- rilla ligeramente azafranada; el mismo diluido toma una coloracion amarillosa y un olor aromático, parecido al azafran. Con el reactivo de Mayer da un precipitado amarillo claro, deduciendo de este precipitado que existe un alcaloide. e Con los álcalis toma una coloracion amarillo bajo; los ácidos no lo precipitan, sino que aumenta su coloracion en rojo. La solucion alcohólica lo precipita por una solucion de acetato de plomo. De las experiencias hechas anteriormente, resulta: que el alcohol disolvió una gran parte del alcaloide; una materia colorante amarilla; un principio aromático volátil, que primero da el olor de la vainilla y despues un olor repugnante. TRATAMIENTO POR EL AGUA.—Despues de comprobadas las reacciones del tra= tamiento alcohólico, seguí el análisis por el agua destilada, para que este vehículo disolviera los principios que no fueron atacados por el alcohol. La solucion fué de un morado turbio; reunidos estos líquidos y evaporados en baño de María, ob-= tuve un residuo de un color negro pardusco, de olor sui generis, suave al tacto y sabor insípido; arde con mucha dificultad, dejando un resíduo negro. Es solu- ble en el agua, soluble en el alcohol y poco en el éter. PROPIEDADES QUÍMICAS.—Su solucion es ligeramente ácida al papel tornasol; sometida á la accion del calor, en un tubo de ensaye, no se observa ningun fenó- meno notable. Ácido sulfúrico. Con el ácido concentrado toma una coloracion ligeramente amarilla; el mismo diluido, una coloración amarilla muy baja. Ácido nítrico. Con este ácido concentrado, le hace tomar una coloracion ama- rilla anaranjada; el ácido diluido le da un color amarilloso. 358 LA NATURALEZA Ácido clorhídrico. Con el ácido concentrado toma una coloración amarillo de oro; el mismo diluido, un color amarillo claro. Con el fosfato de sosa y amoniaco, da un precipitado blanco gelatinoso, soluble, con efervescencia en el ácido clorhídrico. Con el oxalato de amoniaco, da precipitado blanco. Con los álcalis, toma un color pardo sucio; los ácidos no lo precipitan sino que aumenta su coloración en rojo muy intenso. De las experiencias hechas anteriormente, resulta, que el agua destilada disol- vió sales de magnesia y cal. Concluido el análisis orgánico, pasemos á estudiar el análisis mineral. ANÁLISIS QUÍMICO DE LAS CENIZAS.—Despues de incinerar la corteza con pre= caucion, en una cápsula de platino, comencé el análisis de las cenizas por el méto- do comun y obtuve el resultado siguiente: Ácidos: Sulfúrico, clorhídrico, carbónico y nítrico en pequeña cantidad. Bases: Magnesia, cal y sílice en pequeña cantidad. EXTRACCION DE LA MATERIA COLORANTE.—Tratando la corteza en polvo con cal apagada, en un aparato de desalojamiento, con alcohol á 86" el líquido lexiviado, lo traté por ácido sulfúrico al décimo, y se me precipitó la mayor parte de la ma- teria colorante, que separé por medio del filtro. Es de un color rojo muy intenso, soluble en el agua, muy soluble en el alco- hol, y poco en el éter. Ácido sulfúrico. En contacto con este ácido se forma una materia colorante amarilla rojiza. Ácido nítrico. Este ácido forma una materia colorante amarilla. Ácido clorhídrico. Forma con él una materia colorante amarillo anaranjada. La potasa le da una materia colorante morena, que con el tiempo pasa al amá- rillo claro. | Habiendo seguido varios métodos que me indicó mi apreciable maestro el Sr. Lazo para aislar el alcaloide, y no pudiendo aislarlo, por estar unido á la ma= teria colorante, dificultad que si alguno de mis compañeros se dedica á completar, este ligero estudio tendrá la gloria de dar á la terapéutica un alcaloide que pres- tará tal vez á la medicina servicios muy grandes. La opinion que he formado es, que existe este alcaloide unido á la materia colorante, al estado del sulfato, y tal vez sea morfina ú otro alcaloide del opio, como narcotina, codeina, etc. PROPIEDADES TERAPÉUTICAS.—No habiendo encontrado datos acerca de los usos que tiene la planta de que me ocupo, sí encontré acerca de las hojas y raíces; creo que se le pueden atribuir propiedades semejantes á la corteza. Segun el Sr. Grosourdi, se expresa en estos términos: «Sale por las heridas hechas á la corteza de ese arbusto ó mata que hemos hallado con bastante frecuencia en las Antillas, una leche amarilla, bastante acre, pero que tiene propiedades vermifugas y purgativas bastante poderosas, de tal LA NATURALEZA 359 suerte, que se emplea en dósis de 12 hasta 24 gotas, y se administra en una co- pa de horchata ó carato de coco maní ú otro al gusto. Se prepara con medio ma- nojo de raíces recien cogidas, picadas y machacadas como conviene, y media bo- tella de agua, una decocion que despues de endulzada á propósito se toma en el término del dia. Las hojas cocidas con poca agua y molidas, se aplican á manera de cataplasmas como vulnerarias, y surten efecto. Con el cocimiento cargado se curan las úlceras de mal carácter, y obra como detersivo poderoso. La leche disuelta en dósis de una cucharadita en caldo de pollo, constituye, segun: Des- courtils, un tónico muy bueno, que se administra en dos ó tres tomas en el tér- mino del dia. Algunas gotas disueltas en dos cucharadas de agua suministran un colirio muy bueno en la cura de las úlceras de los párpados; segun el mismo au- tor, las raíces sirven para preparar una infusion vinosa que se usa con ventaja contra las hidropesías, la atrofia mesentérica y la icteria, cuya infusion se hace con dos ó tres dracmas, un puñado, y hasta medio manojo escaso de raíz, picada y machacada, y como dos copas de vino ó agua al gusto, ó de ambos líquidos, mezclados é hirvientes: esa dósis se administra por copitas en el término del dia, despues de endulzada al gusto. La tintura preparada con una parte de hojas y cinco de alcohol, se usa por vulnerario resolutivo muy bueno, y se administra en dósis de una ó dos cucharadas en una copa de agua de azúcar, repetida dos ó tres veces al dia. » ¡[3D) DOS REPTILES DE MEXICO, Por EL Sr. Dr. A. DucEs, socIO CORRESPONSAL EN GUANAJUATO. 1934 GEOPHIS DUGESII, Bocourt. , El Sr. Fermin Bocourt acaba de describir el ofidio cuyo nombre encabeza este artículo, y como es especie nueva y rara hasta ahora, he creido interesante su publicacion en un periódico dedicado á las producciones naturales de México. Los Geophis (subdivision del género Elapoides, Boié) pertenecen á la familia de Calamarídeos, serpientes de cuerpo muy delgado, cilíndrico, casi del mismo diá- metro desde la cabeza hasta la cola: estos reptiles son amigos de la sombra: su boca angosta y provista de dientes débiles no venenosos, los obliga á alimentarse de insectos, gusanos ó pequeños moluscos; la cola más ó ménos corta, termina insensiblemente en punta y las urostegas son dobles. El género Elapoides, Boié, tiene, segun Jan, los caractéres siguientes: nasal 360 LA NATURALEZA doble; dosinternasales; dos prefrontales; la frenal toca inmediatamente el ojo, pues no existe la preocular; temporales 1, 3 6 á veces ausentes; supralabiales 5, 6; una post-ocular; dos pares de inframaxilares; escamas lisas ó aquilladas; anal simple; series longitudinales de escamas dorsales 15 á 17; caudales dobles. —En el subgénero Geophis no se observa más que una temporal. Paso á la traduccion del artículo de Bocourt. «Al comparar esta nueva especie (G. Dugesii) con las ya descritas, se ve que, dejando á un lado la coloracion, la que más se le parece es G. chalybeus, Wagl. (Blapoides Sieboldii, Jan): fácil será pues, darla á conocer señalando las particu= laridades que la distinguen de este último. 1.”, cabeza más angosta y cuerpo más esbelto; 2., placa frontal ménos ancha y arqueada por delante; 3.*, parietales más largas y escotadas por detras (véanse las figuras con sus explicaciones); 4.*, escutela nasal tambien dividida pero un poco más desarrollada; 5.*, frenal más corta; 6.%, ojo relativamente más grande y post-ocular ménos pequeña; 7.*, gas- trostegas y urostegas un poco más numerosas: se cuentan 176 de las primeras (en mi ejemplar creo haber contado 154), y 44 de las segundas; 8.”, escamas lisas, formando en medio del cuerpo 15 series longitudinales en lugar de 17 (yo he contado 16). Longitud total 0,“220.—Del hocico al ano 0,180; cola 0,040. Coloracion. Con excepcion de una pequeña porcion de los carrillos, las partes superiores y laterales de la cabeza y cuello son de un negro azulejo (se percibe sobre el animal seco un reflejo notable azul de cobalto): el cuepo igualmente de este color, está atravesado en su mitad anterior por 6 6 7 (este número va- ría algo segun los individuos); medios anillos amarillentos (segun el Dr. Oc- taviano Navarro son blancos al estado de vida), bastante angostos cuando se comparan con los intervalos que los separan uno de otro; estos intervalos forman unas largas manchas negruzcas extendidos hácia los lados hasta las gastrostegas: en la otra mitad del cuerpo, los semianillos son muy poco distintos (6 nulos) é indicados simplemente por puntos amarillos parecidos á los que se ven en las es- camas de los flancos: las regiones inferiores, el borde del labio superior y una pe- queña porcion del carrillo son de un color amarillo pálido. Por el número de series longitudinales de escamas, por la forma particular de la placa frontal y la coluracion oscura de las regiones superiores del cuerpo, esta pequeña especie es tal vez ménos vecina de (reophis chalybeus que de Catosto- ma brachycephalum, Cope, especie de Costa-Rica que no conocemos. El Geophis Dugesú está representado en el Meseum por un solo individuo, hallado en Tangancícuaro (México), que nos mandó recientemente el Dr. Alfredo Dugés. » Hasta aquí la descripcion de Bocourt. He puesto entre paréntesis las reflexio- nes que me inspiraba la comparacion con el único specimen que yo poseo. Aña- diré simplemente que al examinar los dientes del maxilar superior (v. fig. 2), no LA NATURALEZA 361 allé ninguno en su extremidad posterior; tal vez hayan sido destruidos por acci- dente. Los dos individuos que debo á la bondad del Dr. Octaviano Navarro pro- vienen de Tangancicuaro (Michoacan). EUMECES (PLESTIODON) DUGESII, Thomino!. Este reptil nuevamente descubierto pertenece á.la familia de los Scincoidlanos, Oppel. Son Saurianos de cuerpo redondeado, algo deprimido, sin crestas ni es- pinas. Los miembros son cortos, y aun pueden faltar. La cabeza gruesa, poco distinta del cuello, lleva grandes placas por encima. Las escamas se superponen á manera de las de los peces: son lisas, estriadas ó aquilladas y más ó ménos gruesas. No hay surco á lo largo de los flancos. Las escamas abdominales son parecidas á las del dorso y costados. La lengua, generalmente chica, plana, apénas escotada en su extremidad, está cubierta en parte ó en totalidad por papi- las escamosas. , Los Eumeces, Wiegm., Plestiodon, D. B., tienen la cabeza ancha y convexa en la region temporal, el hocico corto, los carrillos protegidos por cinco ó seis grandes láminas: las superonasales son romboidales: hay cuatro escudetes supra- oculares: las fronto-parietales se tocan: la nariz se abre en una escutela (véanse las figuras): se observan dos grandes escamas preanales: el paladar lleva un an- cho y profundo surco mediano: hay dientes palatinos, pero no los he encontrado en el individuo cuyo cráneo preparé, sin duda por falta accidental. Hay que no- tar que el género Eumeces tiene la piel provista de escamas osteodérmicas (figu- ra 1) regulares, recorridas por canales longitudinales, quienes en la region media se anastomosan con otro transversal: son cuatro en la parte anterior de la escama. No teniendo á la vista la descripcion que el Sr. Tominot insertó en la Revue de la Société Philomathique, daré brevemente los caractéres suficientes para re- conocer esta nueva especie, fiado en que la lámina suplirá á lo que falte en el texto. Longitud total: un poco más de 0,13; de la punta del hocico al naci- miento de la cola: 0,7067; cola: 0,7065. Escamas lisas: las de la region superior muy brillantes, más pequeñas en los miembros y más grandes en la cola: la figu- ra 7 representa del tamaño natural una de las series dorsales. Dedos muy delga- dos, armados de uñas curvas, algo gruesas. Cola casi cónica, gruesa en su base. No se ye ningun poro femoral. Las partes superiores son de un color castaño dorado, ménos la cola, que en su mitad terminal tiene un tinte agrisado que os- curece el color del fondo. Las regiones inferiores son de un azul ceniciento muy visible en el centro de cada escamita, lo que da á esta region un aspecto puntua- do. Los miembros participan de los colores del dorso y del vientre. La cola es, segun me dice el Dr. Navarro, azuleja por debajo en los jóvenes. De cada lado se ve una ancha faja negro-pardusco que comienza en la nariz, atraviesa las par- 362 LA NATURALEZA tes laterales de la cabeza, sigue por encima del hombro, recorre toda la porcion de los flancos y los lados de la cola, terminando insensiblemente hácia la mitad de este órgano. La punta del hocico, el borde libre del labio superior y una línea que continúa este último hasta un poco más allá del hombro, son blanquecinos: el labio inferior lleva puntos negros. En la region clara del hocico comienzan dos líneas angostas de un blanco azulado: estas líneas pasan por encima del ojo, las regiones temporales, los lados del cuello y limitan hácia arriba la faja lateral ne- gra, perdiéndose hácia la mitad del tronco. Comparando el Kumeces Dugesú con los Hum. lynxe, Wiegm. (Agujilla de Guanajuato) y el Hum. callicephalum, Boc. (Salamanquesa de Tequila), que son las dos únicas especies de este género que yo conozco en la República, pues no he visto el Hum. brevirostris, se puede distinguir fácilmente de ellos á primera vista: además de caractéres especiales de escamadura, los colores son diferentes, pues las dos especies susodichas tienen en la parte media y anterior del dorso una línea amarilla ó blanquizca que se divide en dos sobre la cabeza y cuyas ramas vienen á terminar delante de los ojos: en estas especies la cola es azul más 6 ménos puro segun la edad. Inútil es decir que estos reptiles no son venenosos: ellos son agilísimos y se resbalan como culebras, escondiéndose en el musgo y las hojas secas. Me parece que sus costumbres son algo nocturnas; á lo ménos de dia se mueven poco y se ocultan. Si se puede juzgar por una observacion única, los creo vivíparos: los chiquitos nacen con un resto de vitellus colgando de su cordon umbilical y el am- nios arrollado á modo de cintura en la region sacra. EXPLICACION DE LA LÁMINA 9* Figura 1%—4. Escama dorsal.—2. Parte superior de la cabeza.—3. Region anterior lateral: el ojo cerrado para ver el párpado inferior.—4. Paladar.—5. Region anal desprovista de poros.—6. Lengua.—7. Una fila de escamas dorsales, tamaño natural. Figura 2%, —1. Escama rostral.—2. Dientes superiores.—3. Region anal. * Guanajuato, Noviembre 4 de 1883. Lam. LA NATURALEZA . Tom. VI, LIE. MURCIA 1533. Hg 1%£umeces Dugesn. ig 2 Geoptus Dugesi. [ TAMANO NATURAL.) 3 LAS EXPLORACIONES SUB-MARINAS DE ALEJANDRO AGASSIZ. EL GOLFO DE MÉXICO Y EL MAR DE LAS ANTILLAS. * OS que se interesan por los progresos de la Historia Natural y por las exploraciones sub-marinas, recordarán sin duda los trabajos ejecu- 9 YA tados por los americanos sobre el guarda-costa B100, y las preciosas q JE > colecciones reunidas por el conde Pourtalés, y de las cuales una e e parte, desgraciadamente, ha desaparecido en el incendio de Chicago. Y Durante los dos últimos años, se ha proseguido á bordo del B/ake, el estudio hidrológico del Golfo de México y del mar de las Antillas. Las investigaciones zoológicas han sido considerables en los trabajos de la expe- dicion, y la presencia en ésta de M. Alejandro Agassiz les ha dado una impor- tancia especial. El sabio americano tuvo dispuesto el B/ake en la Habana, á fines del mes de Diciembre de 1877; pero las operaciones se retardaron bastante á causa del mal tiempo y por haberse varado el navío en Bahía-Honda. Sin embargo, durante los meses de Enero y Febrero, se pudieron hacer sondeos y limpias sobre sie- te líneas principales, comprendiendo todas una longitud de 1,100 millas próxi- mamente. 1. De la Habana á Sand-Key á las profundidades de 320 á 951 brazas; 2.2 Sobre la costa cubana, entre la Habana y la Bahía-Honda: profundidad de 292 á S50 brazas; 3. Una corta línea de 40 millas próximamente, pasando al norte de Tortugas para examinar los caractéres de la fauna de los bancos de la Florida, al oeste de las costas: profundidad de 37 á 111 brazas; 4. Una línea partiendo de la curva de 100 brazas, al oeste del banco de la Florida, á 30 millas al norte de Tortugas, y que va á unirse á la línea de 100 1 Los cruceros del « Blake» en el golfo de México, y el mar de las Antillas, segun las cartas de M. Al. Agassiz á M. Patterson. LA NATURALEZA.—Tomo VI.—50. 364 , LA NATURALEZA brazas, al noreste del banco de Yucatan, pasando por las profundidades de 1,920 brazas; 5. Una línea partiendo de la profundidad de 1,568 brazas, al norte del arre- cife de los Escorpiones (Los Alacranes), y extendiéndose hácia Veracruz, á lo largo del banco de Yucatan; 6. Otra sobre este mismo banco, entre los Alacranes y las islas Joblos; 7.2 Por último una línea á través del Gul£ Stream, entre el cabo San Antonio y Sand-Key (Florida) por las profundidades de 339 á 1,323 brazas. La fauna del banco de Yucatan es idéntica á la del banco de la Florida, y carac- terizada por las mismas especies. En este banco se forman tambien arrecifes cora= larios, de los cuales el más importante, los Alacranes, fué examinado minuciosa- mente por M. Agassiz. Este arrecife es un verdadero ato//, aunque la teoría de Darwin no admite que estos arrecifes puedan formarse en aguas tan poco profun- das. El escollo está aún en plena actividad. El lado oeste no está muy acantilado, pero el lado oriental se eleva casi perpendicular de la profundidad de 20 brazas hasta la superficie. Forma un vasto semicírculo expuesto al soplo de los alisios, y las olas van á estrellarse con fuerza contra las grandes masas de Madrepora pal- mata, que forman la línea estrecha alternativamente abandonada y cubierta por las oleadas. La mayor longitud del arrecife es aproximativamente de 14 millas, y suanchura de 8. El conjunto presenta el aspecto de un anillo elíptico muy re- gular, cuya parte occidental se compone de islas estrechas, aun al estado de sim- ples bandas de arena, formadas por los restos de las masas coralarias. El espacio comprendido en el centro del arrecife no presenta depresion superior á 6 bra- zas, y en los lugares donde es menor la profundidad existen grandes masas de Astreas, Gorgonias, Meandrinas y Madréporas, que se presentan en las uperficie de las aguas. Las arenas y los pedazos coralarios que la accion incesante de la resaca arranca del borde oriental del escollo, son arrojados en este receptáculo central, que al fin llenarán enteramente al cabo de algunos años. Otras formaciones análogas comienzan á elevarse sobre el banco de Yucatan, á profundidades de 20 á 30 brazas. Están constituidas en realidad como el gran arrecife de Florida y los de la costa norte de Cuba, donde se puede ver aún las trazas de una elevacion considerable. Las colinas que rodean la Habana y que se extienden hasta Matanzas, llegando á una altura de casi 400 metros, no son otra cosa en efecto más que antiguos arrecifes, y todas las especies que los han formado existen ahora sobre esta costa. Estas formaciones coralarias, como reposan sobre bancos de una vasta extension, nos permiten comprender cómo está constituido el gran arrecife de la Florida. A lo largo de la costa cubana con la pala se sacó un gran número de Esponjas silicosas, Corales, Gorgonias y de innumerables fragmentos de Petacrinos. Esta industria no fué aplicable en el fondo, que está cubierto de fango de Globigerinas. M. Pourtalés no ha llegado á mejor resultado. Pero rodeando con un cable las LA NATURALEZA 365 láminas de la pala para impedir que el instrumento se sumergiese en el fango ó sirviéndose de redes de fondo, los naturalistas americanos pudieron convencerse de la existencia, ya señalada por los sabios del Challenger, de una fauna de las más abundantes: Equinodermos, Pólipos, Moluscos, Crustáceas, Anélidos y Pe- ces. Las pescas más interesantes fueron las de la línea 4, que cruza el canal de Yucatan; y con frecuencia M. Agassiz vió en sus redes las especies que habia estudiado el invierno anterior, en las colecciones del Challenger. Sobre esta línea fué donde se sacaron de 968 brazas del fondo los primeros ejemplares de Wilemesia, Crustáceo macruro sin ojos, igual, si no idéntico, á los recogi- dos por la expedicion inglesa en las profundidades del Atlántico. Otros Macruros vivamente coloridos se pescaron á 1,920 brazas, y en aguas un poco ménos pro- fundas se encontró el gigantesco Isópodo, al cual M. Alf. Milne-Edwrds ha dado el nombre de Bathynomus giganteus. Los pescados que se obtuvieron en este lugar son semejantes á los que reunió el Challenger, y varias Holothurias, viva- mente coloridas, habian sido ya pescadas por Thomson á lo largo de la costa de Portugal. Sobre los bordes de los bancos de la Florida y de Yucatan, entre las profundida- des de 400 y 900 brazas, seencontraron las especies de Equinodermos ya conocidas por los trabajos de M. Pourtales, y entre ellas curiosas Asterias próximas á los géneros Archaster, Astrogonium é Hippasteria, y los Esquinos Coelopleurus, Salenia y Neolampas, de los que no se poseia hasta hoy más que unos ejempla- res imperfectos. Cuando el B/ake estaba á la mitad de la distancia, entre las Tortugas y el banco de Yucatan, una calma de corta duracion permitió á M. Agassiz observar al estado vivo los Globigerinos y los Orbiculinos. Aparecian cerca de la superficie, notables por sus núcleos de un bermellon brillante, en compañía de un gran nú- mero de Diphyos, Pterópodos, Heterópodos y de masas de Sargassum natans, poblados, como de ordinario, de Moluscos, Peces y larvas de Crustáceos. La tierra de las aguas profundas, en los estrechos de la Florida, no está com- puesta de restos de Globigerinos y de Orbiculinos; se encuentran allí en gran nú- mero los restos de los Pterópodos Clio, Hyalea, Triptera, Atlanta, Styliola, que flotan en la superficie, y algunas veces estos despojos llegan á constituir más de la mitad de las masas. Durante los meses de Marzo y Abril se continuaron las operaciones de pesca al norte de Tortugas, á lo largo de una línea que se extiende en general paralela- mente á la curva de la profundidad de 100 brazas, en la direccion del borde occi- dental del gran banco de la Florida. Recorrióse esta línea sobre una distancia de 200 millas, hasta la latitud de Tampa Bay. De este punto siguieron en línea recta sobre las desembocaduras del Mississipí, y MM. Agassiz y German dejaron el navío en Nueva-Orleans. Esta parte de la travesía fué contrariada por un tiempo abominable, que es frecuente en 366 LA NATURALEZA el golfo de México en esta época del año. No obstante puede asegurarse que la fan- na de las profundidades, al oeste del banco de la Florida es igual á la del este del banco yucateco, y se extiende sobre todo el fondo del Golfo de México. Llegando á las aguas del Mississipí, se ve que la fauna cambia de carácter; y la expedicion obtuvo á lo ancho dela «Horca del Paso,» á las profundidades de 118 á 600 bra= zas, un gran número de formas interesantes de Peces, de Anélidos, Moluscos, Ofiuros y Equinos. La partida de M. Agassiz no fué causa de que cesaran las investigaciones zoo- lógicas, y continuando la hidrografía del golfo, siguieron los oficiales del Blake las pescas y recogieron interesantes colecciones. El capitan Sigshee tuvo la suer= te de descubrir sobre la costa cubana, casi á la entrada del puerto de la Habana, un punto excesivamente rico en Crinoides. Despues de haber estudiado con tan buen éxito el Golfo de México, faltaba que explorar otra parte sub-marina: el mar de las Antillas. Esto se hizo en el invier- no último. M. Agassiz volvió á tomar el Blake en Washington, el 27 de Noviembre de 1878. Proponianse ir á Nassau, y consagrarse allí algunos dias á las pescas, para establecer conexiones entre la fauna de la extremidad septentrional de los bancos de Bahama y la de los estrechos de la Florida; pero el mal tiempo no se los per= mitió y les obligó á tocar sucesivamente en St.-Helena-Sound y en Key-West. Cuando el mar se sosegó, se dirigieron para Kingston, tocando al paso en la Habana para hacer algunas pescas en los lugares en que existen los Pentacrinos descubiertos por el capitan Sigsbee. Se sacaron algunos ejemplares de las pro- fundidades de 175 y 400 brazas. Siguióse despues la costa norte de Cuba sin de- tenerse para sondar ó pescar, puesto que ya M. Pourtalés en el navío B160 habia reconocido la mayor parte de esta línea. En la extremidad oriental del viejo canal de Bahama se hicieron una serie de sondeos segun una línea transversal, lo cual dió para la profundidad máxima del canal 500 brazas, miéntras que las cartas hidrográficas indican 900 de fondo. El error que se encuentra en estas cartas proviene sin duda del empleo de los cables de cáñamo que sufren desviaciones algunas veces considerables en las fuertes corrientes. Ni la pala ni la red de fondo sacaron algo interesante. Se encontraron, sin embargo, unidos al cable, fragmentos de Rizophyza, que ha descrito últimamente M. Studer como Sinoforos de la mar profunda. Este autor ha dada una larga lista de las diversas profundidades á las cuales se han sumergido estos animales unidos á la sonda; pero segun M. Agassiz, nada prueba que dichos animales vivan á la profundidad indicada por dicha sonda que les lleva: una vez aún, pescando á 1,000 brazas, pudieron recogerse sobre el ca= ble, numerosos fragmentos de Rizophyzas, cuando apénas se habian sacado 100 brazas de la sonda. Probablemente estos animales viven de ordinario á cierta pro= LA NATURALEZA 367 fundidad, y quizá algunos de ellos prefieren, como las Cassiopeas, permanecer cerca del fondo; pero, á la profundidad en que se encontraron en las redes, indi- cando el nivel á que han sido recogidos los modelos, no se podria decidir nada acerca de la cuestion relativa á la reparticion batimétrica, al ménos para lo con- cerniente al gran número de séres pelágicos como los Acalefos, Sinóforos, Hete- rópodos, Pterópodos, un gran número de Foraminíferos, Radiolares y de otros animales semejantes cuyas costumbres apénas se conocen. En la anchura de Cayo de Moa, 4una latitud de 21%, 2 N. y una longitud de 740, 44 O, se sacó dela profundidad de 1,554 brazas del fondo una arena verde, compuesta de grandes Globigerinas semejantes á las mencionadas por M. Pour- talés en sus Deep Sea Corals. Se encontró tambien á 994 brazas, en la anchura de Nuevitas, grandes pedazos de verdadera creta blanca compuesta principalmen- te de Globigerinas y de Rotulinas, y las redes estaban llenas de grandes cantida- des de lodo y de tierra blanca que no eran en realidad más que creta blanca en diversos estados de compresion. Entre la punta de Cuba (Cabo Maysi) y Jamaica, se recogió un curioso Equi- nido (Phormosoma); pero en las pescas hechas en la extremidad sureste de Ja- maica no se obtuvo nada importante. El B/ake se dirigió en seguida para Santo Tomás, pero no se pudo, á causa de la violencia de los alisios, operar ninguna pesca ni con la pala ni con la sonda, sino hasta cerca de Puerto-Rico. Llegando á Santo Tomás se arregló el progra- ma de viaje, y excepto el tiempo necesario para hacer carbon y visitar los inge- nios, en la Martinica y en Santa Lucía, no se perdió más que un solo dia. Los sabios americanos estaban provistos de 6,000 brazas (10,980 metros) de un cable de alambre galvanizado de un centímetro de diámetro próximamente, que, por su flexibilidad y resistencia sirvió bien durante toda la duracion de la travesía, y no ocupaba más que la novena parte del espacio que hubiera ocupado un cable de cáñamo de la misma longitud. Se podian sumergir ordinariamente 100 brazas en cuatro ó cinco minutos, cuando se operaba en el mar profundo, y sacarlas con la misma velocidad. Al salir del agua pasaba el cable sobre una gran polea llama- da de limpia, atada á la extremidad de un botavante dispuesto sobre la serviola del estribor, y sostenida por un acumulador. Este acumulador, imaginado por el capitan Sigsbee, consistia en una serie de resortes espirales de acero, girando so- bre una varilla de fierro, y capaces de soportar un'peso de 4,000 libras. El ins- trumento estaba amarrado verticalmente al mástil de trinquete, y el juego de los resortes, que era poco más ó ménos de seis piés, se trasmitia á la polea de limpia. Quitando esta polea el cable hacia diez vueltas sobre el tambor de una gran má- quina de doble cilindro, que soportaba todos los sacudimientos durante su uso y enrollamiento. Esta máquina establecida en ese viaje, funcionó de una manera perfecta. Del tambor, el cable se dirigia á babor, donde una polea le dirigia en la direccion del navío, y despues de haber seguido el puente hasta el nivel del gran 368 LA NATURALEZA mástil, pasaba á estribor, despues volvia 4 lo largo del puente hasta el carrete de enrollamiento, que estaba así al abrigo de todo sacudimiento. La posicion de estos aparatos sobre la proa del navío obligaba á caminar hácia atrás durante toda la duracion de las pescas. No se hizo ninguna modificacion á las palas, excepto el enrollamiento de un ca- ble alrededor de los cuchillos para impedir que se sumergiesen en el fango. Para las redes de fondo (travols), se experimentaron varias formas. Estos instrumentos podrian ser considerados como palas en que se hubiesen quitado los cuchillos, pues que los montantes que sostenian éstos no estaban unidos sino por una va-= rilla que atravesaba horizontalmente la entrada de la red. La bolsa de forma or- dinaria, se terminaba, en el lugar en que debia atarse á los cuchillos, por una cuerda provista de plomo que se dejaba un poco floja, y podia amoldarse al fondo sobre el cual se arrastraba el instrumento. Se asemejaba finalmente á la forma adoptada el año precedente, llevando solamente á veinte pulgadas la altura de los montantes y utilizando la barra que les unia para extender una parte de la red, dividiendo la bolsa entera en dos mitades iguales, abriéndose las dos á la entrada del aparato. Esta disposicion permitia dar más longitud á las cuerdas emplomadas que limitaban la entrada de la red, sin temor de que se enredaran unas con otras. M. Agassiz cree que los resultados serian mejores si solo una cuerda plomada limitase el orificio de la doble red, siendo libre para girar en los anillos situados en las extremidades de los montantes: cualquiera que fuese en- tónces la cara sobre la cual cayese este aparato, el frotamiento ejercido sobre el lado que se arrastra bastaria para extender el lado superior, aumentando así el orificio de la boca. En cuanto á las redes del aparato, eran mucho más cortas que las que sirvieron el año precedente, y, sobre todo, para el trabajo del gran fondo, donde están expuestas frecuentemente á ser llenadas de lodo, seria mejor no emplear, para diez piés de abertura, una red de doce á quince piés de largo. Este es, en resúmen, el aparato que funcionó mejor en la mar profunda, y cuando fué arrastrado á la velocidad de dos nudos ó dos nudos y medio, recogió siempre una preciosa cosecha de Peces y Crustáceas, además de los animales mé- nos vivos ó sedentarios que se encuentran de ordinario en los hilos de la pala. En los fondos desiguales ó rocallosos se emplea una barra de seis piés de largo, provista de anillos á los cuales se puede atar una especie de escobas y un plomo de sonda. Esta barra, que lleva de doce á quince paquetes de hilaza, es en rea- lidad el mejor aparato para los fondos desiguales, y rara vez se enreda como las redes y las palas, en semejantes condiciones. La region bien explorada este año se extiende desde Santo Tomás á la Trini- dad. Su poca extension permite estudiar los fondos de una manera satisfactoria. El trabajo se comenzaba ordinariamente en la línea de 100 brazas, y se continuaba hasta los fondos más profundos, pero era preciso detenerse por los vientos que so- plaban de la costa, y se hizo poco en los vientos de las islas ó en los canales, á cau- LA NATURALEZA 369 sa de la violencia de los alisios. Se puede, no obstante, trabajando en Barbadas, formarse una buena idea de la fauna que existe en las islas Caribes, y que parece no diferir de la que se encuentra del otro lado. Más de 230 veces se arrojó la red en 200 estaciones diferentes, entre las pro- fundidades de 100 y 2,412 brazas; pero aunque se recogieron tipos interesantes, M. Agassiz no cree que la extremidad oriental del mar de las Antillas difiera ma- terialmente, bajo el punto de vista de la fauna del Golfo de México y de los es- trechos de la Florida. Los abismos son de todos modos ménos poblados; pero notó que se podian recoger entre las profundidades de 300 á 1,000 brazas casi todas las especies del mar profundo y en cantidades considerables. Así, las colecciones reunidas este año forman, si les une á las del año último, y á las que ha recogi- do anteriormente el conde Pourtalés, durante la travesía del 750, un total que no es muy inferior á las colecciones del mar profundo reunidas por el Challenger. M. Agassiz se admiró del gran número de especies, si no idénticas, al ménos muy próximas á las reunidas por el Challenger, y de la ausencia de tipos que no fueron de los recogidos por la Expedicion inglesa. «Es de suponer, dice, que los grandes rasgos de la fauna de las profundidades, están establecidos y que se harán descubrimientos más interesantes á 100 y 300 brazas. » Pescando cerca de las islas Caribes se encontraron grandes cantidades de ma- terias vegetales y restos terrestres. No era raro sacar á más de 1,000 brazas del fondo,á 10 6 15 millas de la costa, masas de hojas, pedazos de bambúes ó de cañas de azúcar, conchas terrestres y otros restos llevados sin duda á la mar por los alisios. Con frecuencia tambien se veian flotar en la superficie masas de vegetales más ó ménos impregnados de agua y prestas á hundirse. El contenido de las redes preocupó alguna vez áun paleontologista. Encontrando Crustáceos, Anélidos, Pes- cados, Equinodermos y Esponjas, fauna del mar profundo, confundida con hojas de naranjo, y de mangle, de bambúes, ramas de nogal, cáscaras terrestres, y to- das estas formas animales ó vegetales en tal profusion, él tuvo gran dificultad para decidir si habia de ocuparse de una fauna marina ó terrestre. Veríase uno obligado á explicar un depósito fósil de esta naturaleza como formado en un lugar poco profundo y rodeado de selvas, y sin embargo la profundidad ha pasado de 1,500 brazas. Esta gran cantidad de materia vegetal, así llevada á la mar, pa- rece haber aumentado en ciertas localidades, el número de las formas marinas. Estas notas, por otra parte, habian sido hechas por M. Moseley, sobre todo para la costa norte de la Nueva Guinea, así como puede verse en el análisis que he publicado de su obra: «A Naturalist on the Challenger.» ! Las últimas colecciones del B/ake han llegado á Cambridge, de donde se les enviarán despues á los diferentes naturalistas encargados ya de estudiar las del año último. Sin embargo, M. Agassiz cita como particularmente interesan- 1 Véase la Revue Scientifique del 3 de Mayo de 1879. 370. LA NATURALEZA tes: un gran número de Foraminíferas, de los tipos marcados por M. Brady, en las colecciones del Challenger y del Porcupine; diversas Esponjas, entre las cuales una especie unida al Pheronema, una pequeña Hyalonema, ramilletes de gran- des espículas silicosas (e Hyalonema), cubiertos en una extremidad de Zoan- thus muy semejantes al tipo japonés comun; una hermosa serie de Dactylocalya mostrando todo el modo de crecimiento desde la forma globular simple, y una gigantesca Huplectella. La coleccion de Asterias es poco numerosa y no con- tiene nada notable. La de las Holothurias encierra, entre las especies del mar profundo, formas unidas á los géneros Molpadia, Caudina, Echinocucumas, etc. Además de algunas Spatangoidas desconocidas hasta ahora, casi todos los tipos de Equinos recogidos por el Challenger están bien representados, excepto el tipo Powrtalesia. En cuanto á la coleccion de los Ofiuridos, es probablemente la más importante que se ha hecho hasta hoy, por el número y la variedad de los tipos; sin embargo el número de las especies nuevas es poco considerable. Las Crinoides están extensamente representadas en las colecciones del B/aXe, por las Comatulas, las Rhizocrinas y las Pentacrinas. Un solo ejemplar de Holopus se pescó en Montserrat; pero se debe haber pasado sobre verdaderas selvas de Pen- tacrinas tan abundantes, dice M. Agassiz, como los que se han encontrado al es- tado fósil. Los Hidrarios y los Briozoarios, son iguales á los de los estrechos de la Florida. Los Coralarios, aunque se encuentran en gran número y en especies muy variadas, no presentan nada de nuevo. Al contrario se deben encontrar co- sas nuevas en los Aleyonarios. Entre los Crustáceos se recogió como nuevo el curioso Bathynomus, descubierto el año último; un Pyenogonium, que medía, con las patas extendidas, casi dos piés, y un interesante Isópodo. Los tipos más interesantes de Moluscos han sido señalados por M. Dall en un Informe prelimi- nar, del cual solo citarémos la conclusion, á saber: que estos animales son del todo diferentes á los que viven en la costa oeste del continente americano. Pre- ciso es tambien señalar de una manera especial la buena série de Pleurotomaria y una hermosa Spirula. Las Waldheímia faeron poco numerosas este año, pero se encontraron en número más considerable otras Terebratulas. En cuanto á las conchas de los Pterópodos, se obtuvieron cantidades considerables de todas las profundidades. La coleccion de los Peces es excelente, y sobre todo notable por el gran número de Lophioides. La fauna pelágica de la parte oriental del mar de las Antillas es bastante po- bre, al ménos en el invierno. La agitacion constante del mar impide, por otra parte, practicar la pesca pelágica. En los lugares que están al abrigo de los vientos de las islas, se encuentran pocas cosas; así, la fosforescencia es ménos brillante que en el Golfo de México. Sin embargo, un Ctenóforo, una especie de Mnemiopsis produce una luz notable. Una Anélida pequeña, cercana á los Syllis, es tambien interesante por sus fenómenos luminosos. Entre los animales que viven á grandes profundidades, los más brillantes son diversas especies de LA NATURALEZA 371 Gorgonias y de Antipatos, sobre todo la Risea, y una notable Ofiura, cuyos bra- zos emiten, en cada articulacion, una magnífica luz verde azulosa. Uno de los resultados más interesantes del viaje del Blake es la gran luz que las diferentes sondeaduras, efectuadas en la travesía, han arrojado sobre la ex- tension primitiva del continente sur-americano. Unidas á las sondeaduras pre- cedentes, las de este año permiten comprender la distribucion geográfica de la flora y de la fauna de las Antillas. Se sabe que Cuba, las Bahamas, Haití y Puerto-Rico, en lugar de mostrar, como se podia creerlo á causa de la proximidad á la Florida, una afinidad mar- cada con la flora y la fauna de los Estados del sur de la Union, presentan, al contrario, una semejanza notable con las de México, de [Honduras y América del Centro. Las Pequeñas Antillas muestran tambien una union análoga, pero las afinidades con el Brasil y Venezuela son aún más sensibles. Si se admite, con M. Agassiz, que la línea del fondo de 500 brazas indica el antiguo rio, se verá que á esta época el mar de las Antillas no comunicaba con el Atlántico sino por un estrecho paso de algunas millas de anchura, entre la Martinica y Santa Lucía; además, un poco más ancho y ligeramente más profundo, entre la Martinica y la Dominica; y más entre Sombrero y las islas Vírgenes, y por último, el canal comparativamente estrecho entre Haití y la Jamaica, que formaba entónces la cúspide de un vasto promontorio que tenia por base la costa de las Músticas y la de Honduras. El mar de las Antillas habria sido pues un Golfo del Pacífico, 6 al ménos habria comunicado con este océano por anchos pasajes cuyas huellas se en- contrarian en los depósitos cretáceos terciarios de los istmos de Darien, de Pana= má y de Nicaragua; y la América Central y el norte de la América del sur ha- brian sido una serie de grandes islas, dejando entre sí pasos del Pacífico al mar de las Antillas. | Puede uno preguntarse lo que habria sido entónces la gran corriente ecuato- rial, ó más bien la corriente producida por los alisios del noreste. Segun M. Agassiz, el agua arrojada contra las dos grandes islas que ocupaban entónces el lugar de las Pequeñas Antillas iba rodeando el norte de las islas Vírgenes, Puer- to-Rico, Haiti, y llegaba al depósito occidental del mar de las Antillas por el ca- nal entre Haití y Cuba. La masa entera, sin embargo, no podia seguir este es- trecho paso, y rechazada por la gran isla que ocupaba el lugar de las Bahamas, ella debia tomar, ya sea la direccion actual del Gulf Stream, ó ya dar vuelta al norte de esta gran isla de las Lucayas, y, pasando donde se encuentra ahora la Florida, debia atravesar el Golfo de México para ir á arrojarse al océano Pacítfi- co por sobre el istmo aún inmergido de Tehuantepec. (Traducido para «La Naturaleza,» del tomo XVI de la «Revue Scientifique, » pág. 470). áímMIIMIANNEÓAA — _— __— === LA NATURALEZA. —Tomo VI.—51. DOCUMENTOS RELATIVOS AL AXE Ó NLIIN.* República Mexicana.—Gobierno del Estado de Michoacan de Ocampo.—Pre- fectura de Huetamo.—Núm 3. Tengo la honra de remitir á vd. una muestra de la sustancia llamada Awe que se recoge en el punto del Guajal, situado al Sur de esta Cabecera. El gusano que produce dicha sustancia aparece anualmente en el punto men- cionádo, desde el mes de Agosto hasta Octubre, en cuyo período se hace la cose- cha y no en otra época. Como hasta ahora no se ha fijado mayor atencion sobre la manera con que se reproduce aquel insecto, no es posible ministrar á esa Secretaría un pormenor circunstanciado sobre ese particular; limitándome únicamente á informarle que el gusano de que se trata solo es conocido desde que aparece en los árboles en la forma dicha y cubierto de un polvo blanco parecido á la harina flor, ignorándose si en el período de su existencia sufre alguna metamórfosis, pues como llevo dicho, nadie se ha ocupado de examinar esa sustancia. El ejemplar adjunto va en la forma que aquí se prepara para llevarlo á expen= der á la ciudad de Uruapam, punto donde se prepara el barniz, cuya composicion es desconocida entre nosotros, y por lo mismo nada puedo informarle bajo ese respecto. Por cuanto á la preparacion del Axe hasta el estado en que va la muestra ad- junta, se practica de la manera siguiente: Una vez recogidos los gusanos en un trasto cualquiera, se conducen desde luego á.domicilio (procurando que lleguen vivos, pues si se mueren ántes se echa á perder la sustancia); desde luego se po- nen á cocer en un cazo ú olla en donde se pone agua segun la cantidad de gusanos, y cuando esté hirviendo se echan éstos vivos y se mueven con frecuencia con una espátula para que no se quemen, hasta que comienzan á despedir una materia amarillenta: en seguida se quitan del fuego, y calientes en partes pequeñas se ponen sobre un lienzo de manta rala que está puesto de antemano en la boca de una olla que contenga una poca de agua fria, y se comienzan á remoler con un mortero, cebándole agua tibia á fin de que no se endurezca el cocimiento y se cuele la sustancia oleaginosa: hecha esta operacion, se deja enfriar por uno ó dos dias, y luego se saca la masa á una batea por partes pequeñas y se bate hasta que se * Estos documentos se han tomado de un cuaderno titulado: «Trabajos de la Secretaría de Fo- mento de la República Mexicana sobre el Axe.»—México 1884. —Véanse las páginas 198, 200, 205 y 283, en las cuales se trata de este mismo asunto.—J. ge LA NATURALEZA 733 amalgame dicha sustancia; y por último, todo el volúmen que resulte se lava con agua fria para que acabe de limpiarse de una sustancia coloradosa que le es no- civa, y en ese estado se envuelve en hojas de maíz, segun lo demuestra el ejem- plar que va depositado en la caja adjunta. Con lo expuesto creo dejar obsequiado lo dispuesto por esa Secretaría en su nota oficial de fecha 28 de Noviembre último, suplicándole se sirva dispensarme el que no lo haya hecho más pronto en atencion á que procuraba conseguir algunos gusanos vivos; pero no obstante el empeño que se tomó para ello, no fué posible encontrarlos. Protesto á vd. con este motivo mis respetos y atenta consideracion. Libertad y Constitucion. Huetamo, Enero 27 de 1883.—José Cármen Lu- DIano. Al Ministro de Fomento.—México. República Mexicana.—Gobierno del Estado de Michoacan de Ocampo.—Sec- cion 12—Número 163.—Al Secretario de Estado y del Despacho de Fomento.— México. Como se sirve vd. pedirlo en su nota número 4,500, girada por la Seccion 4? de esa Secretaría con fecha 31 de Mayo último, tendré la honra de remitirle una arroba de la sustancia llamada Awe (Ni-in), respecto de la cual el prefecto de Huetamo informa lo que copio: «...-.El gusano que produce dicha sustancia aparece anualmente en el punto llamado el Guajal, situado al Sur de esta cabecera, desde el mes de Agosto hasta Octubre, en cuyo período se hace la cosecha y no en otra época.—Como hasta ahora no se ha fijado mayor atencion sobre la manera con que se reproduce aquel insecto, no es posible ministrar á esa Secretaría un pormenor circunstanciado so- bre ese particular, limitándome únicamente á informarle que el gusano de que se trata solo es conocido desde que aparece en los árboles, en la forma dicha y cu- bierto de un polvo blanco parecido á la harina flor, ignorándose si en el período de su existencia sufre algunas metamórfosis, pues como llevo dicho, nadie se ha ocupado de examinar esa circunstancia.—El ejemplar adjunto va en la forma que aquí se prepara para llevarlo á expender á la ciudad de Uruapam, punto en don- de se prepara el barniz, cuya composicion es desconocida entre nosotros, y por lo mismo nada puedo informarle bajo ese respecto.—Por cuanto á la preparacion del Axe, hasta el estado en que va la muestra adjunta, se practica de la manera siguiente.—Una vez recogidos los gusanos en un trasto cualquiera, se conducen desde luego á domicilio «procurando que lleguen vivos, pues si se mueren ántes, se echa á perder la sustancia;» desde luego se ponen á cocer en un cazo ú olla en donde se pone agua, segun la cantidad de gusanos, y cuando esté hirviendo se echan éstos vivos y se mueven confrecuencia con una espátula para que no se que- 37% LA NATURALEZA men, hasta que comienzan á despedir una materia amarillenta: en seguida se qui- tan del fuego, y calientes, en partes pequeñas, se ponen sobre un lienzo de manta rala, que está puesto en la boca de una olla que contenga una poca de agua fria, y se comienzan á remoler con un mortero, cebándole agua tibia á fin de que no se endurezca el cocimiento y se cuele la sustancia oleaginosa: hecha esta opera- cion, se deja enfriar por uno ó dos dias y luego se saca la masa á una batea por partes pequeñas y se bate hasta que se amalgame dicha sustancia; y por último, todo el volúmen que resulte se lava con agua fria para que acabe de limpiarse de una sustancia coloradosa que le es nociva, y en ese estado se envuelve en hojas de maíz, segun lo demuestra el ejemplar que va depositado en la caja adjunta.— Con lo expuesto, creo dejar obsequiado lo dispuesto por esa Superioridad en su citado oficio.» Todo lo cual me honro en decir á vd. para su conocimiento, y cumplimentan- do el contenido de la nota de que se ha hecho referencia, debiendo advertirle que el precio de dicha sustancia oscila entre cincuenta centavos y un peso la libra. Libertad y Constitucion. Morelia, Agosto 8 de 1883.—Pudenciano Dorantes. Señor Ministro: Debiendo de pasar próximamente á los Estados-Unidos de América, con el fin de propagar el conocimiento de la grasa que se extrae del insecto Awe ó Ni-in, á la cual se le ha encontrado importantísimas aplicaciones, y siéndome indispen- sable algunos datos para poder referirme á ellos al llamar la atencion sobre ese nuevo artículo de la produccion de México, he de merecer á vd. tenga la bondad de decirme en contestacion: Los lugares en que se cria ese insecto, y si su propagacion es fácil; expresan= do las familias de las plantas en que se cria. Los pasos que ha emprendido la Secretaría de su digno cargo, al comprender que es un artículo de mucho porve- nir para la industria, para que se propague en cuantos lugares sea posible. Si el Axe que se cria en unos Estados, y con cuyo nombre se le conoce, es el mismo insecto que en Yucatan y Campache llaman Ni-in, en lengua Maya. Y si se po- drá obtener en cantidades suficientes para constituir un artículo de exportacion en cuanto se conozcan sus aplicaciones y tenga un mercado. Con estos datos, indudablemente que ese ramo de la riqueza pública, y el cual es abundantísimo en el país, llegará á ser de la más alta importancia, abriendo un campo extenso de industria á infinidad de pueblos y comarcas, en donde hasta hoy en dia se ha visto con indiferencia, por no haberse conocido sus aplicaciones, sino muy limitadamente, miéntras que ahora, con los últimos descubrimientos y otros más que se harán, podrán dedicarse hasta las mujeres y los muchachos á su beneficio, en los pueblos, sabiendo que les deja pingúes ganancias; por lo que LA NATURALEZA 375 bendicirán al Gobierno que les hizo palpar una riqueza desconocida, que les abre una éra de engrandecimiento y porvenir. Protesto á vd. mi mayor consideracion y respeto. México, Agosto 2 de 1883.—Ricardo de Mária Campos. Al Señor Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, etc.—Presente. Se ha recibido la atenta nota de Vd., fecha 2 del presente mes, en que mani- fiesta á esta Secretaria su intencion de pasar próximamente á los Estados-Uni- dos de América, con el objeto de propagar en aquel país el conocimiento de la grasa ó materia que se extrae del insecto Awe ó Ni-in, á la cual ha encontrado Vd. aplicaciones muy valiosas para las artes y la industria, y al efecto suplica Vd. á este Ministerio que se le faciliten algunos informes sobre los puntos siguientes, para poder Vd. referirse á ellas. + Y como esa nueva materia puede llegar á ser de gran porvenir para México, constituyendo un ramo importante de exportacion, vista la abundancia con que se puede llegar á obtener, una vez que la conozcan en el extranjero y vean: tan- to los descubrimientos de Vd., aplicándola á las telas para hacerlas impermeables ó usándola como pintura inalterable por la temperatura y otras muchas aplica- ciones que se le encontraran, páso á contestar á Vd. los puntos que desea y se- gun los datos que existen en este ministerio, los cuales se han ido publicando en el Boletin del Ministerio de Fomento, números 38, 43 y 47, y que puede Vd. consultar para mayores detalles de los que aquí se le dan: El insecto á que se refiere Vd. se cria en los climas cálidos y templados, sien= do su propagacion muy fácil, debido á la estabilidad en que se mantiene desde que nace, posándose en todas aquellas plantas resinosas y que producen frutas, como el mango, el jobo, el ciruelo, el palo mulato ó chacha, etc., etc., cuyos árboles ó plantas se reproducen con suma facilidad en esos climas. En casi todos los Estados de la República se le conoce con el nombre de «Aje» 6 «Axe,» á excepcion del Estado de Yucatan, en que se le nombra «Ni-in.» Se encuentra con abundancia en todo el Estado de Veracruz, sobre todo en los pueblos del Sur, como Cosamaloapam, Tlacotalpam, etc., y hácia el Norte, co- mo Zempoala, Tantoyuca, etc.; en el Estado de Michoacan en los distritos del Sur, con especialidad en Uruapam, lo mismo que en Oaxaca, Sinaloa, Colima, etc. La grasa que produce varía algo de color, segun la planta de que se alimenta; pues cuando vive en el ciruelo es de un amarillo oro, como el Aje de Veracruz; miéntras que el de Uruapam, es de color amarillo oscuro, tirando á café, cuyo color lo toma tambien cuando se oxida bastante esa grasa. En cuanto á los trabajos que esta Secretaría ha emprendido para propagar ese insecto, ya se han nombrado algunas comisiones para recoger cria de él y llevarla 376 LA NATURALEZA á otros Estados, para que se propague en mayor cantidad, enviando las instruc- ciones requeridas al efecto; pues aunque se sabe que se puede obtener en abun- dancia ese artículo para su exportacion en infinidad de puntos de la República, aun llegará á ser mayor su produccion, tan pronto como se encuentre un merca- do que costée su beneficio, el que por ser tan sencillo, hará que se dediquen á él en una escala ilimitada, pudiendo cubrir cualquier pedido que se haga de esa ma- teria; pues hasta hoy se ha beneficiado en los pueblos solo aquella cantidad que calculan podrán vender, dejando perder el resto. Libertad y Constitucion. México, Agosto 4 de 1883.—Pacheco. Al C. Ricardo de Mária Campos. Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Guanajuato.—Seccion de Gobernacion.—Núm. 104. El Sr. Dr. Alfredo Dugés, catedrático de zoología y botánica en el Colegio de esta capital, en oficio del 1.? del que cursa, me dice lo siguiente: «Señor Gobernador.—-Atendiendo á los deseos de vd., he tratado de conser- var y criar el Axe, que para este objeto remitió el Señor Ministro de Fomento. Careciendo en Guanajuato de las plantas señaladas en la instruccion como pro- pias para la alimentacion de dicho insecto, he querido reemplazarlas con la Hi- guerilla (Ricinus communis) y otra Euforbiacea llamada acá Palillo (especie de Croton), pero parece que la tentativa no tendrá buen resultado, pues la mayor parte de los animalitos ya se han muerto, á pesar del parentesco de estas plantas con las que en su país natal les sirven de alimento. He oido decir que el Axin se encontraba tambien sobre el nopal (Opuntia tuna), y segun carta del Sr. Jesus Gonzalez, de Pénjamo, comunicada por el Sr. Pedro J. Hernandez, parece que lo cria tambien el Tepame: el arbusto conocido bajo este nombre en Guanajuato, es una mimosea que hubiera sido necesario tener de antemano plantada en el jar- din del Colegio para aprovecharla, suponiendo que fuera la misma de que habla el Sr. Gonzalez.—Pero si no puedo dar buena cuenta de la cria del Axe, tengo al ménos el gusto de presentar á vd., para el Sr. Ministro de Fomento, un dibujo exacto del insecto, que hice en el año de 1871, en vista de unos cuantos ejempla- res vivos que entónces me regalaron. Creo que es la primera vez que el Awe está retratado con propiedad y con algunos detalles anatómicos: estas figuras podrán servir en algun informe que se publique sobre el punto en cuestion, para fijar las ideas de los naturalistas sobre la clasificacion de este coccídeo. Siento no conocer el macho, para haber dado sus caractéres específicos: por la carta del Sr. Gonzalez, veo que es más chico que la hembra y provisto de alas blancas, particularidad que lo acerca al Coccus cacti ó cochinilla ordinaria, del cual probablemente diferirá por caractéres simplemente subgenéricos.—Me es muy sensible no poder hacer más por ahora, pero estamos colocados en circunstancias demasiado desfavorables LA NATURALEZA 377 para abrigar la esperanza de un feliz resultado en la cria del Axe en la ciudad 6 sus alrededores: tal vez seria más fácil por Leon ó Lagos, si es cierto que dicho gallinsecto se encuentra en estas localidades al estado silvestre.» Y tengo la honra de trascribirlo 4 vd. para su conocimiento, acompañándole el dibujo de que hace mérito el Sr. Dugés. Protesto á vd. mi distinguida consideracion y aprecio—Libertad y Constitucion. Guanajuato, 5 de Julio de 1883.—M. Muñoz Ledo. C. Secretario de Estado y del Despacho de Fomento.—México. A la Seccion 4?—Tengo la honra de contestar la atenta superior comunicacion de vd., 6 de Junio próximo pasado, que con marcado retardo fué en mi poder, manifestándole que el Axe ó Axin habita y se produce en la mayor parte de los lugares cálidos de este Estado; pero muy particularmente en esta Villa y Tlaco- talpam, y vive en los Terebintaceas, Rutaceas, Euforbiaceas y Leguminosas, como el Jobo, Ciruelo, Palo mulato, Piñon de la India y Colorin, pudiendo producir cada árbol, hasta la cantidad de una arroba en insectos. Se distingue el macho de la hembra, en que aquel es color rosa, y la hembra amarilla. Para conser- varlos y exponerlos á la procreacion, se guarda un número de ocho ó diez pa- res, dentro de un guajiro, en la época de aguas, y se colocan en los árboles en el mes de Mayo, por sí solos, poniéndose al efecto el guajiro abierto al pié del árbol en que se pretende establecer la crianza. En los primeros dias del mes de Octubre comienzan á caer, desprendiéndose de los árboles, indicacion de ser tiempo de recogerse y se deben quitar en su totalidad para beneficiarse, cuya Operacion —despues de separadas las cantidades convenientes para cria— se hace en un canasto, teniendo cuidado de lavarlos (con agua) hasta total limpieza del polvo ceniciento que conservan. En seguida se cuecen esprimiéndose en cantidad suficiente de agua, á formar una masa ó pasta melosa, hasta que tomen consis- tencia de cera blanda. Se lava esa pasta y se hace infundir en las proporciones siguientes: Pasta de Axe 1,000 gramos, Aceite de almendras, 60 gramos; Bál- samo copaiba, 15 gramos; Copal, 60 gramos; Sebo, 120 gramos. Esta es la ma- nera con que los indígenas de esta poblacion benefician el Axe, formando los panes de la manera que se servirá vd. ver, por los que hará entregar en esa Superio- ridad el C. diputado Ramon M. Riveroll. La manera de trasportarse la larva ógusano, al Estado de Colima, es en gua- jiros, bajo la misma forma del que recibirá vd. con la pasta; en cuyo depósito, como llevo dicho, viven procreando los meses de Octubre á Abril inclusives. El cultivo de ese insecto se reproducirá luego que en ello pueda formarse em- peño, pues apénas se conforman los que lo conservan, con beneficiar una pequeña cantidad anual, que venden aquí mismo y se usa en pinturas ordinarias y como un 378 LA NATURALEZA magnífico preservativo del tétano ó pasmo, en las heridas causadas por instru- mento punzante. Protesto á vd. mis respetos. Libertad en la. Constitucion. San Andrés Tuxtla, Octubre 27 de 1883.—Joa- quin P. Riveroll. Al C. Secretario de Fomento, Colonizacion, Industria y Comercio.—México. En contestacion á la invitacion que me hizo el Señor Ministro de Fomento el dia 31 de Octubre próximo pasado, de estudiar unos Axes 6 Ni-in de Yucatan que se me remitian vivos, y de comunicarle el resultado de mi trabajo, tengo la honra de enviarle los documentos presentes, que espero completarán el informe que yo habia mandado ya sobre estos interesantes insectos. Los Axin que recibí tienen por término medio 0”019 de largo por 0012 de ancho: el perímetro del cuerpo, describe una elipse regular, y su espesor es de, 0007. Estas medidas son las del individuo figurado núm. 1, 2 y 3, lámina 22, y es una hembra: no he conseguido el macho, pero sé que es mucho más peque- ño y alado. El animal es de un color de rosa uniforme (núms. 2 y 3) en el insecto vivo, cuando se le ha despojado de su borra blanca, soplándola con fuerza: me- tido en el alcohol, toma inmediatamente el tinte rojo bermellon que tiene el nú- mero 1. Las patas, antenas y haustellum son de un pardooscuro que parece negro. Los movimientos del Axe son lentos, y cuando anda tiende las antenas hori- zontalmente hácia delante, con sus extremidades apartadas, de manera que los ojos, que están situados detrás de ellas y cerca de su base, quedan descubiertos permitiendo al animal reconocer su camino, y aun ver un poco por delante, aun- que á muy corta distancia. Cuando se les quita la sustancia blanca que los cubre, estos coccídeos la reproducen con bastante rapidez, y al notar que la piel está toda. sembrada de organitos como el que representa la figura 4, y parecen glandulosos, no puedo dejar de creer que ellos son los que producen ó al ménos dan paso á la secreción abundantísima tan singular, que al microscopio aparecen como cilindri- tos curvos ó enteramente arqueados; análogos á los que describí en la larva, en un artículo anterior á éste. Este producto se derrite como cera al calor: el cloroformo, el éter, la benzina no lo disuelven, pero lo hace la esencia de trementina, dejando al evaporarse una capa. blanca pulverulenta: este punto es digno de las investiga- ciones de algun químico, que podria tal vez hallar alguna relacion entre esta se- crecion y la grasa que se extrae del animal. Las patas (núm. 5) ofrecen una anca, trocánter y fémur algo peludos y armados de espinillas: la tibia es lisa, y tiene una serie de espinas á su lado interno, así como el único artículo del tarso: hay una. uñita simple en la extremidad del miembro. am.10* LA NATURALEZA. Tom.VL Hembra de Aje; tamaño natural. (1.2.3) L R astro. antena. Mandíbulas Y Maxilas una porcion de clas (1). Porción inferior contenida entre las 4 ancas posteriores. Arriba se vé el haustellum; debajo de el una pieza córnea en Jorma de crux de malta, y mas abajo una pieza transversal trilobada. DUGÉS. Noviembre 1883. Coccus cactiL. segun E Guérin y A Percheron, genera des Insectes. 1, Hembra vista por encima, aumentada. —2. id. vista por debajo. 3. Cabeza vista por debajo.—4 Haustellum.— 5. Antena.—6. Pata: a femur—7. Hembra: tamaño nalural. LA NATURALEZA 379 Las antenas (núm. 6) algo moniliformes, constan de un artículo basilar y otros nueve, y llevan algunos pelos: son más gruesos en la base y el último artículo es más largo que los que lo preceden; detrás de ellos y cerca de su base se ve un ojo simple de forma triangular con ángulos romos y la córnea muy saliente: pro- bablemente el insecto es muy miope. El rostro ó haustellam (núm. 7) es triangular: en su extremidad sobresale al- gunas veces un tubito corto, y en la base se ve el principio del esófago. Las man- díbulas y maxilas (núm. S) constan de cuatro (¿6 seis?) cerdas finísimas y acana- ladas: se unen en arco en su extremidad. Refiriéndome al núm. 9, que representa una porcion de piel contenida entre las cuatro ancas posteriores, haré notar que atrás del rostro se observa una pe- queña lámina córnea en forma de cruz de Malta, cuyos brazos longitudinales tie- nen su extremidad abierta: detrás de ésta se ve otra pieza trasversal de figura de llave con dos lóbulos á los lados de la punta mediana. | El ano, situado en la cara superior del cuerpo, detrás del octavo anillo, está colocado en un cuadrito córneo (núm. 10), cuyo costado anterior se prolonga de ambos lados en unos cuernecillos delgados. No he podido descubrir ningun apéndice postabdominal. Como se puede ver por esta descripcion y las figuras que la acompañan, el in- secto en cuestion es idéntico al que he dado ya á conocer y que provenia del ca- mino de Lagos á Leon: es cierto que este último es más chico, pero además de que esto puede provenir de una simple diferencia de edad, diré que entre los que recibí vivos de Yucatan ó de Veracruz, encontré uno del mismo tamaño que los del Estado de Guanajuato. En cuanto al color, me parece un carácter específico muy poco importante para dar lugar á la creacion de dos especies, y creo que el animal de que se trata, así como el anterior, son el verdadero Coccus Axin de la Llave, Llaveia axinus, Signoret. Los individuos de Veracruz que debo á la amabilidad de mi sabio amigo, el profesor Alfonso Herrera, son iguales á los de Yucatan. Junto con esta nota remito unos diseños de otro coccídeo (Coccus cacti, L.) dados por los Sres. Guerin y Percheron. Se podrán notar diferencias considera- bles entre los dos insectos, y probablemente que ya se habrán separado genéri- camente, pero no tengo á la mano ningun dato sobre el particular: así es que vemos en la cochinilla dos apéndices ó cerci, cinco artículos en la antena, un tarso triarticulado y dos uñas, particularidades que no se aplican al Axe 6 Nizin. Si-se completa mi trabajo con los artículos del profesor Alfonso Herrera (Na- turaleza, T. VI, pág. 198) y del Sr. Joaquin Dondé Ibarra (loc. cit., pág. 200), se tendrán los elementos suficientes para reconocer fácilmente esta interesante especie de hemípero. Antes de terminar me parece útil explicar el método de que me he valido para LA NATURALEZA. —Tomo0 VI.—52. 380 LA NATURALEZA hacer mis observaciones, á fin de facilitar el estudio del 4Awe á los naturalistas que deseen ratificar ó ampliar estos datos. Despues de haber tomado un diseño lo más exacto posible del animal intacto, recorto con tijeras muy finas toda la circunferencia del cuerpo, cuidando de dejar en el segmento interior los órganos cefálicos y las patas; levanto esta mitad con mucho cuidado y la coloco en agua pura que la cubra por completo; entónces con un pincel de pelo fino, desalojo á golpecitos todas las partes grasosas y las vísceras, y queda un pellejo casi tras- parente que se puede extender en una lámina de vidrio con glicerina: la prepara- cion, cubierta con un vidrio delgado, puede someterse al microscopio y examinar- se con una amplificacion moderada en su conjunto: si se quiere estudiar alguna porcion pequeña con mayor amplificacion, es fácil disecar estas partes separada- mente por los procedimientos ordinarios. Guanajuato, Noviembre 23 de 1883.—A/fredo Duges. C. Ministro: De regreso de los Estados-Unidos, tengo la honra de rendir á Vd. el Informe correspondiente sobre los pasos que dí en aquel país para hacer conocer la grasa del Coccus Axin, la que segun mi comunicacion anterior, tiene ya un mercado seguro para toda la cantidad que puede llegar á cosecharse en nuestro país, vista las aplicaciones importantes que hasta ahora se le han encontrado y las que in- dudablemente se aumentarán más y más cada dia á medida que los químicos en- cargados de hacer el estudio de sus aplicaciones, encuentren nuevos y más valio- sos usos de esa grasa. ' En primer lugar, me puse de acuerdo con varias de las principales casas y fá- bricas de pinturas y barnices de la ciudad de New-York, las cuales hicieron los ensayos necesarios, encontrando que la grasa del Coccus Awin puede sustituir al aceite de linaza con mucha ventaja por la circunstancia de ser más secante que aquel, endureciéndose fuertemente todas las pinturas que se preparan con ella, por lo que se supone que será de una duracion incalculable, no necesitán- dose el pintar con frecuencia los objetos, como sucede con otras pinturas prepa- radas con otros aceites. De aquí se han hecho ensayos y deducciones importan- tísimas para el porvenir de esa nueva materia prima de la produccion de nuestro país, pues existen en los Estados-Unidos muchos miles de casas con frentes de ladrillo y otras materias que muy á menudo tienen que estar pintándolas, y como la pintura preparada con esa grasa del Coccus Axin, derretida y mezclada con cualquier color para aplicarla, una vez que se seca, resiste perfectamente á cual- quiera temperatura, tenemos que es incalculable la demanda que tendrá ese ar- tículo, sobre todo para obras expuestas á la intemperie, lo mismo que para pintar LA NATURALEZA 381 tantas obras de fierro como existen en todos los Estados-Unidos, ya sea en gran- diosos edificios, puentes, ferrocarriles elevados, etc., etc., pues se ha visto que absolutamente se oxida el fierro: cuando se pinta con pintura preparada con esta grasa en vez de otros aceites, y sin necesitarse dar primero al fierro una mano de minio ó azarcon, como se hace hoy en dia, ántes de aplicar la pintura exterior. Estas dos aplicaciones son las más valiosas que se le ha encontrado por la demanda ilimitada que tendrá, pudiendo asegurarse que aun en muchos años, la produccion del Coccus Awin en nuestro país no podrá cubrir los pedidos de solo los Estados de New-York y New-Jersey, en donde ya se conoce esa grasa como un aceite secante é impermeable que endurece fuertemente y resiste á to- das las temperaturas del tiempo, sin suftir el menor daño. Respecto á la aplicacion del Coccus Axin para efectos de ropa impermeable, aun los químicos que se han dedicado á su estudio, no han podido mejorar el pro- cedimiento que el que suscribe tuvo el honor de manifestar á esa Secretaría de su digno cargo, y aunque tiene el defecto de quebrarse un poco, lo mismo que el hule, se abrigan esperanzas de llegar á una perfeccion que supere al hule en mu- chos sentidos: tanto por lo fino que pueden prepararse las telas, como la variacion de colores con que se puede aplicar, no siendo así con el hule, que solo se hacen efectos negros ó blancos, teniendo la desventaja de conservar un mal olor y de pegarse con el tiempo, lo que no sucede con las telas impermeables del Coccus Axin.—El gran químico del Estado de New-Jersey, Sr. W. Tate, y el del Es- tado de New-York, el Sr. H. Lang, de la casa de los Sres. W. Devoe € Co. se afanan por encontrar un barniz que se aplique con facilidad y sustituya al que los indígenas dan á las j¿caras por medio de la frotacion con la misma grasa; pero desgraciadamente hasta ahora aunque se ha obtenido un barniz regular por me- dio de la trementina, no tiene cuerpo y tampoco ha dado los resultados que se esperaban. Los estudios continúan, y tan pronto como se obtenga un resultado favorable, me lo comunicarán para hacerlo conocer á esa Superioridad. Tambien se han hecho pruebas pintando una parte del fondo de un vapor de fierro, y como está á flote, aun no se puede ver el resultado, lo que se sabrá den- tro de seis meses que se vuelva á sacar en seco para volver á pintarlo. Esta pin- tura se preparó con 75 por %, de la grasa del Coccus Axin derretida, 10 por % de azarcon, 10 por % de sebo y 3 por %, de cardenillo. Hay un punto muy difícil de aclarar para que la grasa del Awe llegue á al- canzar todo su desarrollo, y este es el valor comercial del artículo, ó sea la cues- tion del precio á que se pueda llegar á obtener para poder competir con otros aceites secantes, pues aunque el mercado está abierto, necesita que se ofrezca en cantidades suficientemente grandes para que venga á constituir, no solo un artí- culo útil y de aplicaciones importantes, sino un ramo de comercio que se preste á la especulacion. 382 LA NATURALEZA Aquí en México, sé puede decir que aun no tiene un precio establecido, pues el que suscribe, la ha conseguido en cantidades muy limitadas y á precios tan dis- tintos, que no reconocen una base para el cálculo, variando desde 25 centavos li- bra hasta $1 50. Y miéntras este producto no pueda introducirse en el mercado en una cantidad regular de algunos barriles y fije un precio cómodo, el especulador y el fabricante no podrán atreverse á introducir un artículo nuevo, que por lo mismo que es nuevo, requiere ser barato, aunque más tarde se le suba el precio. Punto es este de una importancia tal, que todo aquel que se dedique á la co- secha de ese insecto, debe de estudiarlo con atencion y detenimiento, pues repito que el mercado no existirá para cantidades pequeñas, supuesto que las fábricas que lo conocen necesitan hacer grandes publicaciones, demostrando su ventajas para que se fije la atencion del público y ensaye esa nueva materia buscándole la demanda en el mercado. Como es de suponerse, estas publicaciones y esos ensa- yos tienen que costar fuertes sumas de dinero, y nadie se atreverá á emprender en ello miéntras no estén seguros de que la produccion les costee los desembolsos que hagan, para más tarde encontrar una ganancia positiva. La produccion hoy en dia es tan limitada, que no se puede formular un cál- culo, y tan sólo se puede fundar la esperanza de esa materia prima en el impulso que llegue á alcanzar más tarde, supuesto que es de tan fácil propagacion y cria el insecto que la produce. Respecto á los pasos que se han dado en Europa, el Sr. Cárlos Loohmans fué encargado de hacer conocer esa grasa y sus aplicaciones en diferentes puntos de Europa, y hasta la presente no se conocen los resultados de su comision, suponien- do que tal vez á su regreso de Europa para esta capital, nos informará sobre los pasos que haya dado en ese sentido. México, Noviembre 12 de 1883.— Ricardo de Mária Campos. C. Secretario de Fomento.—Presente. El Ni-in es un insecto que se produce espontáneamente en Yucatan, con espe= cialidad en la parte oriental de la Península. No se da otro empleo á la grasa que de él se extrae sino el de servir á los indios de base para pintar las jícaras y bateas que fabrican para vender en las ferias. No se dedica, pues, atencion nin- guna á su cria y propagacion, ni su grasa ó aceite constituye un artículo de co- mercio en nuestro Estado. Ñ Este insecto se cria y propaga en los ciruelos, y con especialidad en el conocido en Yucatan con el nombre de tuzpana. Estos ciruelos son árboles corpulentos y especiales de nuestros terrenos. LA NATURALEZA 383 La simiente ó huevecillos del Ni-¿n son en extremo delicados, deshaciéndose á la más leve presion, por lo cual la naturaleza los provee de una especie de capullo blanco, fino y delicado, á manera de seda ó algodon. Generalmente se recogen dentro de la tierra, cerca de los troncos del ciruelo. Para su propagacion, debe tenerse el cuidado de colocar los huevecillos en lu- gar suficientemente ventilado y resguardado de los grillos, escarabajos y otros insectos que los atacan haciendo pasto de ellos. No tienen tiempo fijo para bro- tar, Ó al ménos, no se ha fijado bien la atencion sobre este particular. En Yuca- tan comienzan á desarrollar los gérmenes á la caída de las lluvias llamadas orien- tales 6 sea de fines de Mayo á mediados de Junio. Tan luego como se nota que los huevecillos comienzan á brotar, se colocan los pequeños nidos en los troncos del árbol en que han de vivir, que, como ántes se ha dicho, en Yucatan es el del ciruelo llamado tuxpana. Tambien suele criarse en la ceiba y algun otro árbol, pero se ha notado que sólo en el ciruelo. se pro- ducen y propagan bien. Colocados los nidos de la manera expresada, los pequeños insectos van ascen- diendo á las ramas del árbol por sí solos. En este estado presentan unas pequeñas protuberancias á manera de espinas en su circunferencia, y ya se nota ME presen- cia del polvo blanco de que siempre están cubiertos. Cuando en su desarrollo han adquirido el tamaño como de 16 á 18 milíme- tros, los machos, despojándose naturalmente de la piel que los cubre, se trasfor- man en mariposas de un color rojo vivo, y comienzan á cubrir y fecundar á las hembras, las cuales no varían su forma primitiva. Concluida la fecundacion, se alejan los machos dispersándose en el bosque para no volver á presentarse más. Es de notarse la circunstancia de que estos machos brotan en número limitado, produciéndose el estrictamentenecesario para la fecundacion de lashembras. Éstas brotan en número considerable. A los pocos dias de la fecundacion, las hembras se despojan de su primitiva piel y adquieren otra del mismo color rosado-rojo, pero lisa, y siguen desarrollán- dose hasta adquirir su tamaño natural, que es de 30 milímetros poco más ó ménos. En los meses de Noviembre ó Diciembre, época en que han llegado á su máximo desarrollo, se bajan de la planta ó árbol que los sustentó, para enterrarse, sea para evitar los rigores de la estacion, sea para comenzar la época de trasformar- se en simiente para la nueva generacion. Este es el tiempo oportuno para re- cogerlos y extraerles lo más pronto posible la grasa, pues de no verificarlo con actividad, cada insecto se convierte en una bolsa ó pequeño nido de huevecillos, cubriéndose ántes de un capullo blanco sedoso. Por mucho cuidado que se emplee en hacer la recoleccion, siempre queda el número de capullos suficientes para continuar la cria en la misma planta que sustentó á la generacion ó generaciones anteriores. Para extraer la grasa es preciso someter á los insectos á la accion del fuego;, 384 LA NATURALEZA pero deben emplearse vasijas de metal, pues cuando se usan las de barro para freirlos, se desarrolla un gas pestilente que, no solo es molestísimo, sino dañoso para el operario. Antes de someterlos á la coccion debe matarse á los insectos, estrujándolos suavemente. En Yucatan pudieran obtenerse grandes cantidades de la grasa de este insecto; pero nadie se dedica á esta industria, por carecer de precio en nuestros mercados. Mérida, Enero 25 de 1884.—Rodulfo G. Canton. —_ ARO A AKÁAá> ———— APÉNDICE COLECCIÓN DE DOCUMENTOS HISTORIA NATURAL DE MÉXICO MÉXICO IMPRENTA DE 3 IGNACIO ESCALANTE, J08 DE SAN AGUSTIN, NUM. 1. 1882 PAUA Y ] AAA e Ñ ná E O f TA 'MOL9I4,109 ee we o ' A A OIIXHV e id ITA DARRO A VALUE ATVUAAAMI e ea ae a Bon AA Ma ADVERTENCIA. y ARIOS escritos acerca de la FLORA y Fauna de México se encuentran diseminados en publicaciones de índole muy diversa: algunos adolecen de defectos inherentes á la época en que sus autores los escribieron, otros son de un mérito científico indisputable; pero todos son útiles, pues nos dan noticias curiosas ó contienen datos dignos de tenerse en consideracion. Por este motivo creo que no será mal recibida una co- leccion de estos documentos, tanto más cuanto que, al fundarse la Sociedad Mexicana de Historia Natural, desde luego se pensó en reunir en el pe- riódico «La Naturaleza » todo lo ántes publicado, y que estuviese en relacion con el carácter y el objeto de su instituto. Alzate, Mociño, La Llave, Clavigero, Humboldt y algunos otros autores, nos darán los materiales para esta coleccion que publicarémos bajo el nombre de «Do- cumentos para la Historia Natural de México, » con paginacion distinta de la del cuerpo del periódico, para que pueda encuadernarse al fin del volúmen VI. Tal vez no siempre será posible seguir un órden estrictamente cronológico; mas, por lo que pudiera importar, cuidarémos de que conste la fecha de la primera publicacion, la obra de donde se han tomado, y atenderémos muy especialmente á la correc- cion tipográfica y á la escrupulosa fidelidad en copiar los originales. Tales Documentos, ahora dispersos, formarán con el tiempo una obra de con- sulta, muy útil sin duda, para todos aquellos que estudien los ricos dones que con mano pródiga tuvo á bien una sábia Providencia sembrar en nuestro suelo. Enero 15 de 1882. Jiu Sanchis, Ad md MIO EG 4 cd 1, A e EN ib: “4 oso 2 88) mi ds vr . TS TOM AAA E ” a BREVE NOTICIA DE LAS PLANTAS Y ANIMALES DE MEXICO POR EL ABATE FRANCISCO J. CLAVIGERO. * (117SO) PLANTAS APRECIABLES POR SUS FLORES. IN EMBARGO de que es tan abundante y rico el reino mineral de Mé- xico, todavía es más copioso y varic el vegetal. ll célebre doctor Her- nández, esto es, el Plinio de la Nueva España, describe en su Historia natural hasta mil y doscientas plantas propias de aquella tierra; pero siendo contraida su descripcion á las medicinales, apénas comprende una parte, bien que grande, de las que la próvida naturaleza ha pro- ducido allí para beneficio de los mortales. De las plantas medicinales harémos mencion cuando tratemos de la medicina de los mexicanos. Con respecto á las otras clases de vegetales, hay algunos apreciables por sus flores, otros por sus frutos, otros por sus hojas, otros por sus raíces, otros por su tronco ó su madera, y otros, finalmente, por su goma, resina, aceite ó jugo.' Entre las muchas flores que hermosean los prados ó adornan los jardines de los mexicanos, hay algunas dignas de mencionarse, ó por su singular hermosura de color, ó por su suavísima fragan- cia, Ó por su extraordinaria figura. El floripundio? que por su tamaño merece el primer lugar, es una flor blanca, * El ilustre jesuita mexicano Clavigero escribió la Historia antigua de México, en Italia, lugar de su residencia en Europa cuando la Compañía fué expulsada de América en 1767. La obra apareció en Cesena en idioma italiano y fué traducida despues al inglés, español y aleman. Las páginas que aqui copiamos están tomadas de la traduccion del Dr. Francisco P. Vazquez, prefiriéndola á la edicion de Lóndres, por estar acompañada de notas aclaratorias de sumo interés.—J. Sanchez. 1 Adoptamos esta division (aunque imperfecta) de las plantas, porque nos parece la mas cómoda y más conducente al propósito de nuestra Historia. 2 Floripundio. Datura arborea Linn.—Es planta indígena del Perú, de donde sin duda fueron trasladadas sus semillas á este suelo, en el que nunca ha producido ningun fruto, y se propaga por estacas y por raices. Carece por la razon dicha de nombre mexicano. APÉNDICE. —2. pr hermosa, olorosísima y monopétala, 6 sea de una sola hoja; pero tan grande, que tiene ocho y áun más pulgadas de largo y tres ó cuatro de diámetro en la parte su= perior. Penden muchas á un tiempo de las ramas en forma de campana, pero no enteramente redonda, porque su hoja ó sea corola, hace cinco ó seis ángulos en proporcionada distancia los unos de los otros. Se dan estas flores en un hermoso ar- busto, cuyos ramos forman una cima redonda á manera de cúpula. Su tronco es tierno, sus hojas grandes, angulares y de un verde ceniciento. A las flores suceden unos frutos redondos y gruesos como las naranjas, y tienen dentro almendra. El yoloxochitl * ó flor de corazon, es tambien grande y no ménos apreciable por su hermosura que por su olor, el cual es tan fuerte, que una sola flor basta para lle- nar de suavísima fragancia toda una casa. Tiene muchas hojas glutinosas, por fue- ra blancas y por dentro algo coloradas ó amarillas, y de tal manera dispuestas, que abierta la flor y extendidas sus hojas, tiene la figura de estrella; pero cerrada se asemeja un poco al corazon, y por esto se le dió este nombre. El árbol que la pro- duce es muy grande, y sus hojas largas y ásperas.* El coatzontecoxochitl * ó flor de cabeza de víbora, es de una hermosura incom- parable.* Es compuesta de cinco pétalos ú hojas color de violeta en la parte más in- terna, en el medio blanquizca y en el resto colorada; pero graciosamente mancha- da de puntos amarillos y blanquizcos. La planta que la produce tiene las hojas semejantes á las del iris, ó sea espadaña; pero más anchas y más largas, y los pe- zones pequeños y delegados. Esta flor era una de las más apreciadas de los mexi- canos. Oceloxochitl* 6 flor del tigre, es grande, compuesta de tres hojas aguzadas y 1 Yoloxochitl, Magnolia grandiflora Linn.—Es muy singular la fórmula que describe Hernández, en este capítulo, para curar la esterilidad, asegurando ser un eficacisimo remedio el cocimiento de la flor del yoloxochitl, mezclado con otras plantas muy estimulantes que pueden conseguirse fácil- mente en el dia. 2 Hay tambien otro yoloxochitl olorosisimo, pero muy diverso en la figura. 3 Coatzontecoxochitl. Es una de las flores más hermosas y fragantes de Nueva España; significa el término mexicano flor de cabeza de culebra, y se describió y dibujó con la mayor perfeccion por la expedicion botánica, dándola por entónces el nombre de Epidendrum pulcherrimum; pero el mayor y más atento exámen que se ha hecho últimamente de las plantas orchideas, á cuya familia corres- ponde la presente, podrá haber causado la variacion de su nombre, haciendo de ella un género nue- vo por la diversa forma que presentan sus pétalos respecto de la que tienen las especies pertenecien- tes al epidendrum. No ha podido examinarse en México, por ser propia de las tierras calientes y no traerla los indios á la capital, aunque se les ha encargado en muchas ocasiones. £ Flos forma spectabilis, el quam vix quixpiam possil verbis exprimere aut penicillo prodignitate imitari a Principibus JIndorum ut natures miraculum valde cxpelitus el in magno habitus preto. Hernández, Historia natural de la Nueva España, libro 8, capitulo 8. Los académicos Linces de Ro- ma, que comentaron y publicaron esta Historia de Hernandez el año de 1651 y vieron el dibujo de esta flor con sus colores hecho en México, formaron tal idea de su hermosura, que la adoptaron co mo emblema de su doctisima Academia, llamándola flor del lince. 3 Oceloxochitl. Terraria Pavonia Linn. Tigridia.... Jussieu.—Es tambien una flor hermosa, pe- ro muy efímera, pues apénas puede mantener su belleza un solo dia: este defecto se suple por la 0 encarnada; pero hácia el medio variada de blanco y amarillo, y de algun modo re- presentando las manchas de aquella fiera, de quien tomó el nombre. La planta tie- ne las hojas semejantes tambien á la de la espadaña y la raíz bulbosa. Cacaloxochitl*ó flor del cuervo, es pequeña pero olorosísima y pintada de blan- co, encarnado y amarillo. El árbol que produce estas flores se ve todo cubierto de ellas, formando en la extremidad de las ramas macetas naturales, no ménos agra- dables á la vista que al olfato. No hay cosa más comun que estas flores en la tierra-caliente: los indios se sirven de ellas para adornar los altares, y los espa- ñoles hacen una conserva deliciosa. ? Lzquixochitl* es una pequeña flor blanca, semejante en la figura á la rosa sil- vestre y en el gusto á la cultivada; pero mucho mejor por su fragancia. Se da en árboles grandes. Cempoalxochitl ó cempuasuchil, * como dicen los españoles, es una flor tras- plantada á Europa que los franceses llaman clavel de las Indias. Es comunísi- mo en México, en donde la llaman or de los muertos, y hay algunas especies diversas en el tamaño, en la figura y en el número de hojas de que se componen. La flor que los mexicanos llaman xiloxochitl ? y los mixtecos tiata, es toda compuesta de estambres sutiles, iguales y derechos, pero flexibles y largos cerca de seis dedos, que nacen de un cáliz orvicular muy parecido al de la bellota, pe- ro diverso en el tamaño, en el color y en la sustancia. De estas hermosas flores unas son todas encarnadas y otras enteramente blancas, y el árbol que las pro- duce es tambien hermosísimo. abundancia con que brotan sucesivamente de una misma planta, adornando los jardines de México casi toda la temporada de las aguas. 1 Cacaloxochitl. Plumeria rubra Linn. Es árbol bien formado y propio de tierras calientes, en donde se encuentran tambien otras especies y variedades del mismo género. 2 Se puede crer que el árbol del cacaloxochitl sea el mismo que Mr. de Bomare describe bajo el nombre de Trangipanier. 3 Izquixochitl. Por más diligencias que practicó la expedicion botánica para averiguar qué planta era el izquixochitl, no pudo adquirir noticias ciertas de ella, aunque se daban á los indios las esca- sas señas que ministra de este árbol el doctor Hernández: dice este autor que es hermoso á la vista, que la flor era buscada por todos á causa de su agradable olor, y muy digna de adornar los jardines reales, si no fuera propia de los climas calientes; que florece todo el año y que sus hojas y flores son parecidas á las del cidro: á pesar de todo lo dicho, no pudo hallarse en Cuernavaca cosa que se le pareciese, aunque la solicitó con empeño en dicha villa D. Martin Sessé, director de la expedicion, en cuyos campos cultivados, dice Hernández que erecia, como tambien en los de Huastepec. Sin em- bargo de lo expuesto, hay poderosas razones para presumir que la planta en cuestion sea la plume- ría alba, ú alguna otra especie de este género, por convenirle las notas que da Hernández de ella, aunque lo contradiga la figura de Recho, que es imperfectísima, como la mayor parte de las que nos presenta en su compilacion, imperfecta tambien. £ Cempoalxochitl. Tagetes erecta Linn.—Son varias y diferentes especies las que se cultivan con este nombre, ó con el vulgar sempasuchil en los jardines de México, y todas se hallan descritas en la Flora mexicana inédita. 5 Xiloxochitl. Carolinea Princeps. Es árbol de agradable aspecto y de flores grandes y hermosas, de color carmesí, aunque sín olor, con que adornan en México los altares en tiempo de cuaresma. E Macpaleochitl * ó flor de la. mano, es semejante al tulipan, pero su pistilo re- presenta la figura de un pié de pájaro, ó más bien el de un mono, con seis dedos que terminan en otras tantas uñas. Jl vulgo español de aquel reino llama al ár- bol que produce estas flores tan curiosas, árbol de las manitas. A más de estas y otras innumerables flores propias de aquel país, en cuyo cul- tivo se deleitaban los mexicanos, se enriqueció la tierra de México con todas aque- llas que se trasplantaron á ella del Asia y de la Europa, como son azucenas, jaz- mines, claveles de diversas especies, y otras muchísimas que compiten ahora en los jardines de México con las flores americanas. PLANTAS APRECIABLES POR SU FRUTO. En cuanto á las frutas, es deudora la tierra de Anáhuac, en parte á las islas Canarias y en parte á España, de los melones, manzanas, melocotones, membri- llos, albericoques, peras, granadas, higos, guindas del color de púrpura, nueces, almendras, aceitunas, castañas y uvas, bien que éstas no faltaban absolutamente en aquella tierra. * Por lo que respecta á los cocos, plátanos, cidras, naranjas y limones, estaba persuadido por el testimonio de Oviedo, Hernandez y Bernal Diaz, que los pri- meros se debieron á las islas Filipinas y las demás frutas á las Canarias: * pero sabiendo que muchos son de otra opinion, no quiero empeñarme en una disputa 1 Macpalxochitl. Cheirostemon pentadactylon. Flor Mexic. Cheirostemon platanoides Humboldt.— De este precioso árbol, de que solo se conocia un individuo en el reino, que aún existe en Toluca, donde le llaman árbol de manitas, hizo una disertación completa el catedrático de hotánica, que se imprimió en México, dando una razon histórica del árbol y exponiendo sus cualidades y virtudes. Ha sido muy difícil su propagacion por semillas, aunque se sazonan perfectamente; pero se ha con- seguido multiplicarlo por acodos, y ya existen varios individuos que podrán conservar la especie en el reino de México, pues se sabe en el dia que es bastante comun en los montes de Guatemala, de donde probablemente la harian trasplantar los emperadores mexicanos por la singularidad de sus flores. : 2 Los lugares llamados Parras y Parral en la diócesis de la Nueva Vizcaya, tuvieron estos nombres por la abundancia de vides que en ellos se encontraron, de las cuales se formaron muchas viñas, que en el dia dan buen vino. En la Mixteca hay dos especies de vides silvestres originarias de aquella tierra; la una así en los tallos como en la figura de las hojas, semejante á la vid comun, da una uva encarnada, grande y de pellejo duro, pero de un gusto dulce y agradable, el cual sin duda se mejo- raria si se cultivara. La uva de la otra vid es dura, grande y de un gusto asperisimo: pero se hace de ella muy buena conserva. 3 Oviedo en su Historia Natural, testifica que el primero que llevó el plátano de las islas Canarias á la Española el año de 1516, fué fray Tomás Berlangas, dominico, y que de allí fué trasplantado al continente de América. Hernandez en el libro II, capítulo 40 de su Historia Natural, habla asi del coco: Nascitwr passim apud orientales, et jam quoque apud occidentales Indos. Bernal Diaz, en la Historia de la Conquista, capítulo 19, dice haber sembrado en la tierra de Coatzacualco siete ú ocho. pepitas de naranja; y éstos, añade, son los primeros naranjos que se plantaron en la, Nueva España. En cuanto á los plátanos, se puede creer que de las cuatro especies que hay allí, una sola sea foras- tera; conviene á saber, la del que llaman guineo. que sobre no importarme, me haria separar del curso de la historia. Ello es cierto que estas plantas y todas las demás que han lleyado allí de otras partes, han pren- dido felizmente y se han multiplicado tanto como en su propio país. Todas las “tierras marítimas abundan de palmas de coco. De naranjas hay siete especies di- versísimas, y de limones lo ménos cuatro; otras tantas hay, y bien diversas, de plá- tanos. * El más grande, que es el zapalote, tiene desde quince á veinte pulgadas de largo y hasta tres de diámetro. Es duro y poco apreciado; no se come sino asa- do ó cocido. El p/átano largo tiene ocho pulgadas cuando más de largura y una y media de diámetro. Su corteza es primero verde, despues amarilla y en su madu- rez negra ó negruzca. La: fruta es sabrosa y sana, se come cocida ó cruda. El guineo es más pequeño que el otro, pero más grueso, más blando, más delicioso y ménos sano: las fibras de que está cubierta la pulpa son ventosas. Esta especie de plátano se cultiva en el jardin público de Bolonia y lo he probado; pero lo hallé tan mal sazonado y tan desagradable por razon del clima, que podria estimarse por una especie distinta de aquella. El dominico es el más pequeño pero el más delicado. La planta tambien es más pequeña que las otras. Hay en aquel reino bosques enteros muy grandes de plátanos, * como tambien de naranjas y limones, 1 Los plátanos no fueron del todo desconocidos á los antiguos. Plinio, citando la relacion que hi- cieron los soldados de Alejandro el Grande en todo lo que vieron en la India, hace esta descripcion: Major et alía (arbos) pomo et suavitale preecellentior, quo sápientes indorum vivum. Foliu avítm alas imitatur longitudine cubitorum tríum, latitudine duum. Pructum. cortice emáittit admirabilem succi dulcedine ut uno qualernus satiet. Arborinomem pale pomo anience. Fist. nat., ib. 12, cap. 6. A más de estas contraseñas propias del plátano, se añade que el nombre palan, dado al plátano en aquellos tiempos remotos, se conserva hasta ahora en el Malabar, como testifica Garcia del Huerto, docto médico portugués, que estuvo alli muchos años. Puede sospecharse que del'nombre palan se haya derivado el de plátano, que tan: mal le conviene. El nombre de bananas que le dan los france- ces, es el que tiene en Guinea, y el de Musa que le dan lositalianos, estomado de la lengua arábiga. Entre algunos es llamado fruta del paraíso, y no ha faltado quien se persuadiera que fué puntual- mente la fruta que hizo prevaricar á nuestros primeros padres. 2 Plátano. Quauhxilot altera Hernandez. Musa paradisiaca y Musa sapientim Linn.—Todos los plátanos que crecen en Nueva España y en la Isla son: variedades que pertenecen á las especies di- chas; ambas son plantas híbridas ó bastavdas producidas por la Heliconia Bihai, que ministró el gér- men ó sexo femenino, ienorándose la planta masculina que fecundó una y otra. Todas las varieda- des carecen, como las especies de semillas, y se propagan en mucha abundancia por los renuevos ó hijos que nacen de la raiz. Es opinion comun de que el plátano no es propio de este suelo y que fué trasportado á él desde las islas de Barlovento, donde llaman bananas al fruto. El doctor Hernandez habla de esta planta en el tomo primero, página 293 de la edicion de Madrid, llamándola Quauhoi- totl altera para distinguirla del árbol al que dieron los mexicanos el mismo nombre, y equivale al: que se conoce en el día: por quagilote: este autor llegó á Nueva Españaá fines del siglo XVI, y halló muy extendido en ella el cultivo de dicha planta; dice, sin embargo, que se lenia'por extraña en el' país, y que habia sido trasladada'á él por los indios y negros orientales. Es necesario convenir en que era exótica á este suelo, por el hecho mismo de no tener nombre mexicano, pues el de quauhxiloll altera que le impuso Hernandez, da á entender bien claramente que se le dió este nombre por la semejanza del plátano con el quagilote, por ser imposible que los mexicanos confundieran en un género dos plantas tan diversas, que solo presentan alguna confor- midad en el aspecto exterior del frutó: APÉNDICE.—2. Mo y en Michuacan se hace un comercio muy considerable de plátanos=pasas, que son mucho mejores que las uvas y los higos. Las frutas, pues, indubitablemente ori- ginarias de aquella tierra, son las ananas, las cuales por ser á primera vista seme- jantes al fruto del pino, les llamaron los españoles piña: *el mamey, *la chirimolla, ** la anona, * la cabeza de negro, el zapote negro, *el chicozapote, * el zapote blan= co, "el zapote amarillo,” el zapote de Santo Domingo, "el aguacate, "la guayaba, Y 1 Piña. Malzaili Hernandez. Bromelia ananas Linn.—A este género pertenecen tambien los tumbiriches blancos y rojos y el mexocoll de Hernandez, llamado vulgarmente tumbiriche de cajetes, que es la Bromelia Acanga de Linn. El nombre de ananas es de la isla de Haiti, y el mexicano matzalli. 2 Mamei. Tetzontzapoll, Hernandez. Achras mammosa Linn.—Es árbol muy distinto del verda- dero mamey, como se dirá más adelante; el nombre mexicano telzonizapotl que significa zapote de color de tezontle, tiene mucha propiedad, como sucede con la mayor parte de las denominaciones de este idioma. 3 Alsunos escritores europeos de las cosas de América, confunden la chirimoya con la anona y la cuanábana; pero son tres especies diferentes, aunque las dos primeras algo parecidas entre sí. Es necesario tambien guardarse de confundir las ananas con las anonas, más distintas entre si que la sandía y el melon. Mr. de Bomare, por el contrario, hace dos frutas de la chirimoya y Cherimo- lia, siendo así que la cherimolia no es otra cosa que corrupcion del primero y legitimo nombre de aquella fruta. El ate tambien, que algunos ponen como fruta muy diversa de la chirimoya, es sola- mente una variedad de su especie. k Chirimoya, quauhzapotl Hernandez. Anona squamosa Linn.—No fué conocido por Hernandez el nombre de chirimoya, sino el indicado con el de texaltzapotl, que se daba tambien á dicha planta: el de anona es de la isla de Haití. 5 Anona. Mamatzapotl Hernandez. Anona reticulata Linn.—Es otra especie de chirimoya con la corteza más lisa, señaladas y no salientes en ella las escamas. 6 Zapote negro. Tlaltzapotl, Hernandez. —Género nueyo que tiene mucha analogia con el dios- piros de Linneo, segun el director de la expedicion botánica, y nose sabe el nombre que le habrán impuesto en la Flora mexicana. Recho en la edicion romana llama á este fruto tliltzapotl, que sig- nifica zapole negro. : 7 Chicozapote. Xicolzapotl, Hernandez. Achras zapotilla Linn.—Le ha quedado á este fruto por corrupcion la denominacion de chicozapote, y es una especie del que llaman mamey el día de hoy. 8 Zapote blanco. Cochictzapotl, Hernandez.—Género tambien nuevo que describió y dibujó la misma expedicion, ignorándose el nombre que tendrá en dicha Flora. 9 Zapote amarillo ó6 borracho. Atzapotlquahuitl Hernandez. Achras lutea, Flora mexic.—Espe- cie nueva descrita y dibujada en la citada Flora mexicana. Hernandez llama al fruto alzapoll y al árbol que lo lleva como queda expuesto. 10 Zapote de Santo Domingo. Tzapotl-Haitinus, Hernandez, 6 mamey mammea americana.—Este es el verdadero mamey cuyo árbol propagó en el reino Bernardino del Castillo, como asegura Her- +: nandez á la página 484 del primer tomo de la edicion madrileña, en donde le da el nombre de Za= pote de Haití, de cuya isla lo trasladó en México dicho Castillo, y Hernandez lo hizo dibujar en el célebre jardin que tenia este militar en Cuernavaca. 14 Ahuacate, ahuacall y aluacaquahavill, Hernandez. Lauwrus persea Linn.—Ha principiado á. propagarse en Valencia este árbol, y podrá prosperar tambien en Málaga y en otros paises templa- dos de España. 12 Guayaba, xalxocotl, Hernandez. Psidium pomiferrm Linn.—El nombre de guayaba vino de la isla de Santo Domingo; pero la planta era indigena de Nueva-España, en donde se cria tambien el psidium periferum de Linneo, que conserva igualmente el nombre de guayaba. Es el capulin,*la guaba ó cuaxinicuil, *la pitahaya, * la papaya, *la guanábana, * nuez encarcelada, * las ciruelas, * los piñones, los dátiles, el chayote, * el tilapo, el obo ó seajobo, el nanche, el cacahuate*y algunasotras cuya noticia no importa á los lec- tores italianos. Estas frutas en la mayor parte se hallan descritas en las obras de Oviedo, Acosta, Hernandez, Lact, Nieremberg, Marcgrave, Pison, Barrere, Sloane, Jimenez, Ulloa y otros muchos naturalistas, y así no hablaré sino de las más desconocidas en la Europa. 1 Capulin, capolin Hernandez. Prunus capulin Cavanilles. —Hernandez describe tres especies ó variedades de este fruto, el witomacapolín cuyo fruto era casi del tamaño de una ciruela, el yeloca- polin, que era un poco menos, y el totocapolín, que era más pequeño que los demás. Es una especie de cerezo que dibujó y describió la expedicion botánica y la publicó anticipada- mente el ilustre botánico Don José Antonio Cabanilles, como lo practicó tambien con otras muchas plantas propias de la Flora mexicana. El fruto es un poco desagradable al gusto; pero pudiera mejorarse infinito si se ingertase algunas veces, como se le ha indicado á varios agricultores que no han hecho caso de esta noticia. 2 Guava 6 cuaxinicuile. Quauhxonequilin Hernandez. Hymeniea courbaril Lin.—De las raices de este árbol mana espontáneamente el anime copal, que los mexicanos del dia llaman impropiamente sucino criollo. Es una sustancia sui generis, entre gomosa y resinosa, muy estimada para barnices; es muy abundante en la provincia de Tehuantepec, donde la llaman quapinole, del árbol que deno- mina Hernandez quauhpinole, y á mi parecer es la misma planta que el quauheonequilin, pues cote- jadas ambas descripciones, se nota mucha conformidad en ellas; pero ni en una ni en otra se habla de la resina que se produce en la raiz: prueba muy concluyente para inferir que no la conoció el Dr. Hernandez. 3 Pitahaya Cactus pitahaya Linn.—Este nombre parece más bien de la isla de Haiti que mexica- no; el Dr. Hernandez supone no obstante que la planta era nativa de Tepexi, y la da el mismo nom- bre, que seguramente no podria ser el de los indios del pais. £ Papaya Carica papaja Linn.—Es árbol propio de la isla de Haití, como afirma Hernandez, aun- que lo halló tambien en Yautepec, segun dice en la pág. 90, tom. 3.* de la edicion de Madrid; y pu- do haber sido trasladada de dicha isla á este continente, porque no la da ningun nombre mexicano, y ciertamente no puede serlo el de papaya. 5 Guanábana. Es una especie de anona ó chirimoya de que se ha hablado anteriormente. 6 Nuez encarcelada. Es una especie nueva del Zuglans de Linneo, la que no crece por México para poder sacar la diferencia que hay entre esta planta y la del nogal comun. 7 Prugne. Las ciruelas de que habla Clavigero corresponden al género spondias de Linneo, y crecen en tierras calientes las dos especies, llamadas por el último spondias mombin y sepondias. Es fruta desagradable y muy diferente de las verdaderas ciruelas. Hernandez llama al árbol copalxo- chotl y la figura de Recho es malisima. 8 Chayote, chayotli Hernandez. Sicyos edulis Yaquin.—El célebre Yaquin lo describió en Cuba, donde lo llamaban chayote, y era muy abundante en Nueva España, segun dice Hernandez. 9 Cacahuate, tlalcacahoatl, Hernandez. Arachis hipogea Linn.—Es seguramente una equivo- eacion del Padre Clavigero decir que no se produce ningun fruto de las flores del cacahuate, sino de la raíz. Es un axioma en botánica que la flor precede al fruto, y seria un fenómeno muy singular suponer un solo ejemplo sin esta circunstancia. Lo que de cierto y extraño en el caso presente es, que despues de fecundas las flores de esta planta, se alargan 'é inclinan hácia la tierra los cabellos, se introducen en ella y alli crece y se sazona el fruto en sus propias legumbres, cuya particularidad es tambien comun al Lalhymus subterraneus y Trifolium subterraneum. Este fruto fué trasportado á Nueva España por los españoles que pasaron á ella de la isla de San- to Domingo; era llamado por los naturales mantes. Hernandez lo halló propagado en el reino con el citado nombre y dice ser indigena de aquella isla, EN TA Todas las frutas de México comprendidas bajo el nombre genérico detzapotl, son redondas óse acercan á la redondez, y todas tienen el hueso duro. * El zapote ne- gro tiene la cáscara verde, sutil, lisa y tierna, y la pulpa negra, suave y dulce- mente sabrosa, lacual á primera vista se pareceá la de la cañafístula.? Dentro de la pulpa tiene huesos cubiertos de.una tela y algo negros, de cosa de una pulgada: Es perfectamente redondo y tiene de diámetro desde una y media hasta cinco pulga- das. El árbol es de mediana elevacion, copado y las hojas pequeñas. La pulpa de esta fruta, helada y compuesta con azúcar y canela, es de un gusto delicado. El zapote blanco, que por su virtud narcótica se llamó por los mexicanos co- chitzapotl, es algo semejante al negro en el tamaño, figura y color de la cáscara, bien que la del blanco es de un verde más claro; pero por lo demás son muy di- versos, pues la pulpa de éste es blanca y deleitosa; su hueso, que se tiene por venenoso, es grande, redondo, duro y blanco; el árbol es copado, más grande que el del negro, y sus hojas tambien mayores. A más de esto, el negro es propio de climas calientes, y al contrario el blanco, de frios y templados. El chico-zapote (en mexicano chictzapotl) es de figura esférica Ó se acerca á ella, y tiene una y media ó dos pulgadas de diámetro. Su corteza es parda, su pulpa blanca rosada y los huesos negros, duros y aguzados. De esta fruta: cuan- do está todavía verde, se saca una leche glutinosa y fácil de condensarse, que los mexicanos llaman chict!i y los españoles chicle, que acostumbran mascar los muchachos y las mujeres, y en Colima hacian de ella estatuas y figuras curiosas. * El chicozapote bien sazonado es fruta de las más deliciosas, y en sentir de;mu- chos, áun europeos, superior á todas las frutas de Europa. El árbol es mediano, su madera huena para trabajarse, sus hojas redondas y semejantes en el color y la consistencia á las del naranjo. Se da sin cultivo en la tierra-caliente, en la Mix- teca, en la Huasteca, y en Michoacan hay de estos árboles bosques de,doce y quince millas. * é El capollino 6 capulin, como le llaman los españoles, es la cereza de México. El árbol se distingue poco del cerezo de Europa, y la fruta es semejante en el ta- maño, color y hueso, pero no en el sabor. 1 Las frutas de los mexicanos comprendidas bajo el nombre de zapotl, son'el mamey, tetzontza- potl,, la chirimoya, matzapotl, la anona, quaubizapotl, el zapote negro, tlillzapotl, eto, 2 El Gemelli dice que el zapote negro tiene tambien el sabor de Ja cañafistula, pero. esto es muy distante de la verdad como saben: todos los que lo han comido. Dice tambien que cuando esta fruta está verde,.es veneno para los peces; pero es de admirarse que solamente al forastero Acrabllial q no estuvo diez meses en México, fuese conociilo tal efecto. y 3 Gemelli se persuadió que el chicle era una: composicion he de intento; pero se engañó, pues no, es otra cosa que la simple leche dela fruta verde condensada al aire. El referido:autor hace mencion de esta fruta enel tomo 6,lib. 2, cap: 10.00: 7518 pt! 4 Entre las absurdas mentiras de Tomás (ages, una, es cul que en el jardin de San Jacinto tan de los dominicos de la mision de islas Filipinas, en un barrio de México, donde estuvo alo- jado algunos meses), habia chicozapotes. Esta fruta no: puede darse en el valle de México ni ennin- gun otro pais expeusto á la escarcha. Í => El nanche (ó nananche) es una pequeña fruta redonda, amarilla, aromática, sabrosa, con la pepita pequeñísima, que se da en árboles propios de la tierra=ca- liente. El chayote es una fruta redonda y semejante en el erizo de que está cubierta, á la castaña; pero mucho más grande y de un color verde más oscuro. Su carne es blanca, que tira á verde, y en el medio tiene una pepita grande y blanca, se- mejante á la carne en la sustancia. Se come cocido juntamente con la pepita. Esta fruta se da en una planta enredadera y vivaz, cuya raíz es buena para comerse. La nuez encarcelada es llamada así por el vulgo porque su almendra está es- trechísimamente encerrada en un hueso durísimo. Es más pequeña que la nuez comun, y en la figura se asemeja á la moscada. Su hueso es liso y su almendra es más pequeña y de inferior gusto á la comun. * Ésta se ha multiplicado mucho y hecho tan comun como en Europa, de donde se llevó. La planta de ¿Jalcacahuwatl ó cacahuate, como le llaman los españoles, es sin duda una de las más raras que hay allí. Es una yerba, pero muy espesa y abun- dante de raíces; sus hojas son algo parecidas á las de la verdolaga, pero ménos gruesas. Sus flores son blancas, de las cuales no sale fruto alguno. Éste lo da no -en las ramas ni el tallo como las otras plantas, sino adherido á los filamentos de las raíces dentro de una vaina blanca, pardusca, larga, un poco redonda, rayada y áspera, tal cual se representa en la tercera figura entre las de las flores y frutos. Cada vaina tiene dos, tres ó cuatro cacahuates, los cuales tienen la figura de los piñones, pero mucho más grandes y más gruesos, y cada uno es compuesto como otras muchas semillas de dos partes, y tienesu punto de germinacion. Es comestible, de buen gusto, no crudo, sino un poco tostado. Si se tuesta mucho, toma un olor y un gusto tan semejante al café, que no es difícil engañar á cualquiera. Se extrae de los cacahuates un aceite que no es de mal gusto; pero se cree nocivo por de- masiado caliente. Da una hermosa luz, pero fácil de apagarse. Esta planta pro- gresaria seguramente en Italia. Se siembra en Marzo ó Abril y se hace la cosecha en Octubre ó Noviembre. Entre muchísimas otras frutas que paso en silencio por abreviar mi descripcion, no puedo dejar de dar una ligera noticia del cacao, de la vainilla, de la chia, del chile, del tomate, de la pimienta de Tabasco, del algodon y de las semillas y legumbres más usuales entre los mexicanos. - Del cacao” (nombre tomado del mexicano, cacahuatl) numera cuatro especies el Dr. Hernandez; pero el tlacacahuatl, el más pequeño de todos, era el que más * 1 Hablo de la nuez encarcelada del imperio mexicano, pues que la del Nuevo México es mayor y de mejor sabor que la de comun de Europa, segun lo que me ha dicho un hombre digno de fe. Se puede creer que la del Nuevo México sea la misma que la de la Luisiana llamada pacana 6: pacaria. 2 Cacao. Cacaoaqualmitl Hernandez. Theobroma cacao Linn.—A los verdaderos botánicos.que recorren las fértiles provincias de ambas Américas corresponde examinar cuáles sean las verdaderas E AA comunmente usaban los mexicanos en su chocolate y en otras bebidas cuotidianas, pues las otras especies más le servian de moneda para comerciar en el mercado que de alimento. El cacao era una de las plantas más cultivadas en la tierra-ca- liente de aquel reino, y de él pagaban tributo á la corona de México diversas pro- vincias, y entre otras la de Xoconochco, cuyo cacao es excelente y mejor no sola- mente que el de Caracas, sino tambien que el de la Magdalena. La descripcion de esta célebre planta y la de su cultivo, se halla en muchos autores de todas las na- ciones cultas de la Europa. La vainilla, * tan conocida y tan usada en Europa, se da sin cultivo en la tierra- caliente. Los antiguos mexicanos la usaron en su chocolate y en otras bebidas que hacian del cacao. La chia? es la pequeña semilla de una planta hermosa, cuyo tallo es derecho y cuadrangular, las ramas extendidas hácia las cuatro partes y con simetría con- trapuestas y las florecillas azules. Hay dos especies, la una negra y pequeña, de la que se saca un aceite excelente para la pintura, y la otra blanca y más gran- de, de que se hace una bebida refrigerante. De una y otra usaban los mexicanos para estos y otros efectos que despues verémos. Del chile, **el cual se usaba tanto entre los mexicanos como la sal entre los europeos, hay á lo ménos once especies diferentes en el tamaño, figura y acrimo- nia. El guauhchilz, el cual es fruto de un arbusto, y el chiltecpin son los más especies y variedades de los cacaos que corren en el comercio. Linneo solo hace mencion de dos es- pecies, el (heobroma cacao y el huasuma. Hernandez llama al árbol que lo produce cacaoallquahuill, cacahoacentli al fruto, y á la semilla, cacahoatl; hace mencion de cuatro especies, pero coloca entre ellas muy impropiamente el cacahuate, que como se ha visto, es planta muy diversa. 1 Vainilla. Epidendrum Vanilla Linn.—Al bejuco que produce la vainilla llama Hernandez tll- xochitl por el color negro del fruto, aunque la denominacion significa flor negra; los mexicanos lo empleaban con el mecaxochitl (flor de soga), que es una especie de pimienta, y con el xochinacazilk (flor de nariz), que corresponde al género unona, para componer una bebida muy estimulante y afrodisiaca. Suele añadirse en el dia por algunos en el chocolate; pero el verdadero chocolatl que preparaban los indios en tiempo de Hernandez, se componia solo de partes iguales de semillas de pochote y de cacao. 2 Chia. Chichianton ó pequeña chian. Salvia hispanica Lin.—Hernandez hace mencion de ya- rias chias, entre las cuales parecen tener mayor conformidad con la que se conoce en el dia la que llaman chichianton. 3 En otros paises de América llaman al chile axí. En España pimiento. En Francia poivre de Guinee, y con otros nombres. En los lugares de Italia en que he estado, es conocido con el nombre de peveronc. £ Chile. Chili Capsicum annuum Linn.—Era necesario tener á la vista las once especies que di- ce Clavigero haber conocido los mexicanos, para decidir cuáles eran las especies verdaderas y cuáles las variedades. Hernandez habla tambien de once diferencias, y probablemente las tomaria de su obra Clavigero. Hay entre ellas algunas que no corresponden al género capsicum, y solo les dieron el mis- mo nombre por el sabor picante del fruto. Eran comunes las especies, tanto en Nueva España como en la isla de Santo Domingo; pero Hernandez no dice si fueron trasladadas á México de aquella isla, y probablemente existirian en el reino, segun puede inferirse de los nombres, que son todos mexi- canos, aunque no lo parezca el primitivo chili. AE pequeños, pero tambien los más picantes. Del tomate hay seis especies distintas en el tamaño, color y gusto. El más grande que es el aictomatel* ó xitomate, como le llaman los españoles de México, es ya comunísimo en la Europa, en Es- paña y en Francia con el nombre de tomate, ? y en Italia con el de omo de oro. El miltomatl* es más pequeño, verde y perfectamente redondo. Cuánto se servian de ambos los mexicanos en sus comidas, se dirá despues cuando se trate de sus alimentos. El xocoxochitl, * vulgarmente conocido con el nombre de pimienta de Tabasco, porque abunda en aquella provincia, es más grande que la pimienta del Malabar. Se da en un árbol grande, cuyas hojas tienen el color y lustre de las del naranjo, y las flores son de un hermoso encarnado y semejantes en la figura á las del gra- nado, y de un vivo y agradabilísimo olor, de que tambien participan las ramas. El fruto es redondo y se da en racimos, los cuales, siendo al principio verdes, se ponen despues cuasi negros. Esta pimienta, usada en otro tiempo por los anti- guos mexicanos, puede suplir por la del Malabar. El algodon era por su utilidad uno de los frutos más considerables de aquel país, pues suplia por el lino (aunque esta planta no les faltaba), ? y de él se ves- tian por lo comun los habitantes de Anáhuac. Lo hay blanco y leonado, vulgar- mente llamado coyote ó cuapaxtli. Es planta muy comun en la tierra-caliente; pero mucho más cultivada por los antiguos que por los modernos. El fruto del achiote, * llamado por los franceses rocou, servia entónces para las pinturas de los mexicanos, como sirve ahora para la de los europeos. De la cor- teza del árbol se servian para hacer cuerdas, y de la madera para sacar fuego con la confricacion, al estilo de los antiguos pastores dela Europa. Esta planta está bien descrita en el Diccionario de Mr. de Bomare. En cuanto á los granos y á las legumbres, México recibió de la Europa el tri- go, la cebada, el arroz, los garbanzos, los arvejones, las habas, las lentejas y otras; todas las cuales prendieron felizmente en las tierras convenientes á su naturaleza, y se han multiplicado tanto cuanto haré ver en mis disertaciones. * 1 Xitomate ó xictomatl. Solanum Lycopersicun Linneo. 2 El lomail de los mexicanos es nombre genérico de todos los frutos de aquella clase. Lo adop- taron los españoles de Europa y los franceses para significar el witomall, que es la especie conocida por ellos, y los españoles de México para sienificar el miltomatl, que es el más usual en aquel país. 3 Tomate 6 tomall. Physalis Angulata Linn. 4 Pimienta de Tabasco 6 xocoxochitl. Mirtuy pimenta Linn. 5 Encontróse en efecto el lino en Michoacan, en el Nuevo México y en la Quivira en grande abundancia y de excelente calidad; pero no sabemos que lo cultivasen ni se sirviesen de él aquellas naciones. La corte de España, sabedora de las tierras que habia en el reino de México propias para el cultivo del lino y del cáñamo, mandó el año pasado (1778) doce familias de la Vega de Granada para que se emplearan en este ramo de agricultura. 6 Achiote 6 achiotl. Bixa Orellana Linneo. 7 El Dr. Hernandez describe, en la Historia Natural de México, la especie de trigo que se encon- tró en Michuacan, pondera su prodigiosa fecundidad; mas los antiguos ó no supieron ó no quisieron —lH— Entre los granos, el principal, el más útil y el más usual, era el maíz, llama= do por los mexicanos 1/a01/, del que hay muchas especies diferentes en el tama- ño, en el color, en el peso y en el sabor. Hay grande, pequeño, blanco, amarillo, azul, morado, encarnado y negro. Del maíz hacian los mexicanos su pan y al- gunos otros alimentos, de que hablaré en otra parte. El maíz fué de América á: España, y de allí á otros países de la Europa, con grande utilidad de los pobres; bien que no ha faltado autor en nuestros dias que pretenda hacer á la América deudora del maíz á la Europa. Pensamiento verdaderamente el más extravagan- te y el más improbable que puede ocurrir al entendimiento de un hombre. * La principal legumbre de los mexicanos eran los frijoles, de que hay más es- pecies y más variedades que del maiz. La especie más grande es la del ayacotla, la cual tiene el tamaño del haba, y nace de una hermosa flor encarnada; pero la más apreciada es la de ciertos frijoles pequeños, negros y pesados. Esta legumbre, en Italia poco conocida por mala, en México es tan buena, que sirve no solo para sustento de la gente miserable, sino tambien para delicia de la nobleza española. PLANTAS APRECIABLES POR SU RAÍZ, HOJAS, TALLO Ó MADERA. Por lo que respecta á las plantas apreciables por su raíz, por sus hojas, por su tallo ó por su madera, tenian muchísimas los mexicanos que les servian de ali- mento, como la wícama, el camote, el huacamote, el cacomite y otras, que ó bien les producian hilo para+sus telas y sus cuerdas, como el 2c1z0t1 y algunas es- pecies de met! 6 maguey, ólos proveían de madera para sus fábricas y otras obras, como el cedro, el pino, el ciprés, el acebo, el ébano, etc. La xicama, * llamada por los mexicanos catzotl, es una raiz de la figura y ta- maño de una cebolla, toda blanca, sólida, fresca, jugosa y sabrosa, la cual siempre se come cruda. servirse de él, apreciando más, como lo hacen hoy, su maiz. El primero que sembró alli. el trigo europeo fué un negro esclavo del conquistador Cortés, habiendo encontrado tres ó cuatro granos en un saco de arroz que se llevaba para provision de los soldados españoles. 1 Ved aqui las palabras de Mr. de Bomare en su Diccionario de Historia Natural. Palabra trigo. de Turquía, maiz (ble de Turquie). Se daba á esta planta curiosa y útil el nombre de trigo de la In- día, porque trae su orígen delas Indias, de donde fué trasportada á Turquía, y de alv á todas las otras partes de la Europa, de la Africa y de la América.—El nombre de trigo de Turquía con que es conocido en Italia, fué sin duda toda la razon de Mr. Bomare para adoptar semejante error, cons: trario al testimonio de todos los escritores de la América y á la opinion universal de las naciones. Los españoles de Europa y de América le llaman con el nombre de maíz, tomado de la lengua hai- tiana, que se hablaba en la isla hoy llamada Española: ó' de Santo Domingo. 2 Xicama. Catzotl Dolichos bulbosus Linneo, Rumph.—Esta denominacion no parece tampoco mexicana. Hernandez la da este nombre, aunque no dice de dónde proviene, y añade que los indios. llamaban cotzotl:4-la planta y á la raiz, que usaban como alimento y medicina.—C. o El camote*es otra raíz comunísima en toda aquella tierra, de la cual hay tres especies, una blanca, otra amarilla y otra morada. Los camotes cocidos son de buen gusto, principalmente los de Querétaro, que son dignamente apreciados en todo el reino. * El cacomite* es la raíz comestible de la planta que da la hermosa flor del ti- gre, de que ya hablamos. El huacamote* es la raíz dulce de una especie de yuca, * la cual se come coci- da. La papa, que es una raíz trasplantada á la Europa y muy estimada en Irlan= da y Suecia, fué tambien llevada á México de la América meridional, su propio país, así como se llevaron de España y de las Canarias algunas otras raíces y en- saladas, como los nabos, los rábanos, las chirivías, los ajos, las lechugas, los es- párragos, las coles y otras semejantes. Dela cebolla testifica Cortés, en sus cartas á Cárlos V, que se vendia en los mercados de México, y así no habia necesidad para que se hubiese llevado de Europa. A más, el nombre «onacatl que dan á la cebolla, y el de xonacatepec con que es conocido un lugar desde los tiempos de los reyes mexicanos, dan á conocer que esta planta era muy antigua en aquella tierra, y no trasplantada de la Europa. El maguey, * llamado por los mexicanos met!l, por los españoles pita, y por mu= chos autores aloé americano, por ser en efecto muy semejante al verdadero aloé, es de las plantas más comunes y más útiles de México. El Dr. Hernandez des- cribe hasta diez y nueve especies, más distintas aún en la sustancia interior que en la forma y color de sus hojas. En el libro 7.? de mi Historia tendré ocasion de exponer las grandes ventajas que los mexicanos sacaban de esta planta y el increible provecho que en el dia sacan los españoles. 1 Camote. Camotli. Convolvulus batatas. Linn.—El nombre de batata es de la isla de Haiti, de donde pasó á España con la planta que se llama batata de Málaga. El Dr. Hernandez dice que se cul- tivaba mucho en Nueva España y que los indios la llamaban camolli.—C. 2 Muchos llamaban á los camotes batatas 6 patatas; pero he huido de estos nombres, porque son equívocos é indiferentemente adoptados por los autores para significar los camotes y las papas, que son raíces muy distintas. 3 Cacomite, Cacomitl, Hernandez. Sisyrinchium bermudiana. Lin.—Aqui confunde Clavigero el cacomite con el oceloxochill 6 tigridia, de la que se habló al principio, siendo plantas muy diversas: El verdadero cacomite ó cacomitl de Hernandez, cuya cebolla comestible se vendia eresu tiempo en las plazas, como sucede el dia de hoy en las de México, corresponde al género sisyrinchium y puede reputarse por una variedad del género bermudiana, atendiendo al color de las flores, que en esta especie son amarillas mezcladas de azul, y en el que describe Hernandez en el tomo 1.* página 443 de la edicion citada, son de color amarillo. 4 Huacamote, quauhcamotli, camote de madera, Hernandez. Yatropha Manihot, Linn.—Es la yu- ca de que hacen en las islas el pan de cazabe.—C. 5 La yuca es aquella planta de cuya raiz hacen el pan de cazabe en algunos paises de la América. 6 Maguey. Mell, Hernandez. Agave americana, Linn.—Todas las variedades de que se extrae el pulque corresponden á esta especie: Hernandez las distingue con diferentes nombres y confunde en- tre ellas algunas especies del género bromelia, y de otras que conviniendo en el hábito, se apartan mucho del agave por su fructificacion.—C. APÉNDICE.—3. pn El ¿cizotl* es una especie de palma de monte: bastante alta, que por lo comun tiene el tronco doble. Sus ramas tienen la figura de un abanico y sus hojas la de una espada: sus flores son blancas y olorosas, de las que los españoles hacen buena conserva, y su fruto es semejante á primera vista al plátano, pero enteramente inútil. De las hojas hacian antiguamente y hacen aún en el dia esteras finas, y los mexicanos sacaban de ellas hilo para sus manufacturas. No-es esta la única palma de aquel país. A más de la palma real, superior á las otras por la hermosura de sus ramas, de la palma de coco y de la de los dá- tiles, ? hay otras dignas de que se mencionen. El quauhcoyo!li* es una palma de tamaño mediano, cuyo tronco es inaccesi- ble á los cuadrúpedos, por estar todo armado de espinas largas, fuertes y agudí- simas. Sus ramas tienen la figura de un hermoso penacho, entre las cuales se ven colgar en gruesos racimos sus frutos, redondos y grandes como las nueces comu= nes; y como están compuestas de cuatro partes, conviene á saber, una corteza al principio verde y despues parda, una pulpa amarilla tenazmente adherida al hue- so, un hueso redondo y durísimo, y dentro de éste una almendra ó medula blanca. La palma ¿w0/uat/*es más pequeña y no tiene más que seis ó siete ramas, pues cuando sale una nueva, se seca inmediatamente una de las antiguas. De sus ho- jas hacian espuertas y esteras, y en el dia hacen tambien sombreros y otras obras. Su corteza, hasta la profundidad de tres dedos, noes otra cosa que un conjunto de membranas largas cerca de un pié, sutiles y flexibles, pero por otra parte fuer= tes, de las cuales uniendo muchas hacen aleunos pobres sus colchones. La palma 1eoiczot!* es todavía más pequeña. El corazon de su tronco, que es fofo, está circundado de ciertas hojas de una sustancia particular, redondas, grue- sas, blancas, lisas y brillantes, que parecen otras tantas conchas puestas unas so- bre otras, de que antiguamente se servian los indios, y tambien en el dia, para adorno de los arcos de yerbas que hacen para sus fiestas. Hay tambien otra palma que da los cocos de aceite, * así llamados porque de ellos se saca un buen aceite. Il coco de aceite es una nuez, en la figura y en el 1 [cizoll, Hernandez. Yuca filamentosa Linn.—De los hilos que se extraen de las hojas de este árbol 6 palma, aseguran varios autores que está formado el ayate en que quedó impresa la Imágen de Nuestra Senora de Guadalupe.—C. 2 A más de la palma de dátiles propia de aquel pais, hay tambien la de Berberia. Los dátiles se venden en el mes de Junio en los mercados de México, Puebla y otras ciudades; pero á pesar de su dulzura, son poco buscados. 3 Quauhcoyolli. Es muy imperfecta la descripcion que hace Hernandez de esta palma, y no pue- de colegirse de ella el género á que corresponde. El mismo autor habla de otro árbol que tiene el mismo nombre, de cuyas semillas dice se hacen cuentas de rosarios, y no puede afirmarse tampoco á qué género corresponde: ¿será acaso el género de sapindus?—C. le. Lochuatl: es desconocida esta voz en el dia, ni tampoco la anuncia el Dr. Hernandez.—C. 5 Teoiczoll. Sucede lo mismo que con la antecedente; pero por las señas que da de ella Clavige- ro, deduzco con sobrado fundamento que sea el Cicas circinalis de Lin.—C. 6 Cocos de aceite. Cocos buliracea. Mutis.—C. tamaño semejante á la moscada, dentro de la cual está una almendra blanca, oleosa y comestible, cubierta de una película sutil y morada. El aceite tiene un olor suave; pero es muy fácil á condensarse, y entónces se convierte en una masa blanda y blanca como la nieve. En cuanto á la excelencia, variedad y abundancia de maderas, no cede aquel país á ninguno del mundo, pues no faltando en él ninguna clase de clima, tam= poco faltan los árboles propios de cada uno. A más delos encinos, robles, acebos, pinos, cipreses, hayas, olmos, nogales, álamos y otros muchísimos comunes en la Europa, hay allí bosques enteros de cedros y ébanos, las dos especies de árboles más estimadas por los antiguos: hay una grande abundancia de aloé ó linaloé en la Mixteca, * tanpinceran en Michuacan, de caoba en Chiapa, de palo gateado en Zoncoliuhcan (hoy Zongolica), de camote en los montes de Texcoco, de granadillo ó ébano encarnado en la Mixteca y otras partes; de misquitl ó verdadera acacia, de tepehuaxim,*de copite, de jabin de guayacan? ó palo santo, de ayaquahuitl, de oyamel, *de palo de zopilote y otras innumerables maderas apreciables por su incorruptibilidad, su dureza y gravedad, * por su docilidad ó facilidad para la talla, por la hermosura de su color ó porsu fragancia. El camote tiene un hermosísimo color morado, y el granadillo un rojo oscuro; pero son mucho más bellos el palo gateado, la caoba y el tzopiloquahuitl ó palo del zopilote. La dureza del guayacan es ya conocida en Europa, y no es menor la del jabin. El linaloé de la Mixteca, aunque diverso del verdadero aloé de Levante, segun la descripcion que hace de éste García del Huerto” y otros autores, ho es por esto ménos apreciable por el sua= vísimo olor que despide, principalmente cuando está recien cortado. Hay allí tam- 1 El linaloé de la Mixteca: el tanpinceran, la caoba, el palo gateado, el palo camote, el granadillo, el copile, el jabin, el tzopiloquahuitl y tzopelicquahuitl. He visto algunas maderas de estos árboles, pero ninguna fructificacion. Los botánicos de la expedicion de México recogieron ejemplares de va- rios, y los repusieron entre los demás vegetales guardados en los herbarios, é ignoro á qué género los habrán reducido.—C. 2 Tepeguage 6 tepeoaxím Hernandez. Mimosa ferrea.—Di este nombre á dicha planta por la du- reza de su madera, y por conformarme con la denominacion vulgar de guiebrahachas que le daban algunos mexicanos. Hernandez la llama tepehoazim y tepemizquitll.—C. 3 Guayacan. Guajacum ofinale Linn.—No liene nombre en la obra de Hernandez, y lo cita úni- camente para decir que la raíz de olcacalzan, que es una especie de cocolmell, poseía las mismas vir- tudes que el guayacan y zarzaparrilla para curar la Jue venérea. £ Ayaquahuitl 6 ayaquahuite: oyamell ú oyamel.—Son especies de pino que corresponden al pi- nus teda: hay otra que se parece al Pinus strobus: es tambien muy comun entre ellos el Pinus abies ú onte.—C. 5 Plinio, en su Historia Natural, lib. 46, capitulo IV, no menciona otras maderas de mayor gra- vedad especifica respecto de la agua sino estas cuatro: el ébano, el boj, el larice y alcornoque sin corteza; pero en México hay otros muchos árboles cuya madera no náda en el agua, como el.guaya- can, el tapinceran, el jabin, el quiebrahachas, etc. El quiebrahachas es así llamado porque al traba- jarlo no pocas veces se rompe la hacha por la dureza de la madera. 6 Historia de los simples, aromas, etc., de la India oriental. ae TE bien un árbol * cuya madera es preciosa, pero por otra parte de una naturaleza tan maligna, que causa hinchazon en el escroto á cualquiera que indiscretamente la maneja cuando está recientemente cortada. El nombre que le dan los de Mi- chuacan, del cual no me acuerdo, explica exactamente aquel efecto. Yo no soy testigo del fenómeno ni ménos he visto el árbol; pero lo supe por personas fidedig- nas cuando estuye en Michuacan. El Sr. Dr. Hernandez describe en su Historia Natural cerca de cien especies de árboles; pero habiendo consagrado principalmente su estudio, como hemos di- cho ya, á las plantas medicinales, omitió la mayor parte de los árboles que pro- duce aquel fecundísimo terreno, y singularmente los más considerables por su tamaño y por la preciosidad de su madera. Hay allí árboles de una altitud y grosor tan sorprendentes, que no son en nada inferiores á aquellos que pondera Plinio como milagros de la naturaleza. El padre Acosta hace mencion de un cedro que habia en 41t/acuechahuayan, lugar distante tres leguas de Antequera 6 sea Oaxaca, cuyo tronco tenia de cir- cunferencia diez y seis brazas, esto es, más de ochenta y dos piés de Paris; y yo he visto en una casa de campo una viga de ciento y veinte piés castellanos de largo, ó ciento siete piés de Paris. Se ven en algunas casas de la capital y de otras ciudades del reino, mesas grandísimas de cedro de una sola pieza. En el valle de Atlixco se conserva vivo hasta ahora un antiquísimo acebo”* tan grande, que en la cavidad de su tronco hecha por algunos rayos, caben cómodamente catorce hombres á caballo. Una idea aún mayor de su extension hace concebir un testimonio tan autorizado cual es el del Exmo. Sr. Don Francisco de Lorenzana, arzobispo entónces de México y actualmente de Toledo. Este prelado en las notas que puso á las cartas del con- quistador Cortés á Cárlos V, impresas en México el año de 1770, testifica que habiendo ido él mismo á observar aquel árbol tan celebrado en compañía del ar- zobispo de Guatemala y del obispo de Puebla, hizo entrar en la mencionada ca- vidad del árbol hasta cien muchachos. Son ciertamente comparables con este famoso acebo las ceibas * que vi en la provincia marítima de Xicayan. 1 Hippomane mancinella Linn.—Ienoro, como el padre Clavigero, el nombre mexicano que los naturales de Michuacan daban al árbol que manejándolo recien cortado causaba inflamacion en el es- eroto; pero es conocido por los botánicos con el citado nombre, y su fruto arrastrado al mar por los torrentes y rios, envenena á los peces que lo comen y á las personas que hacen uso de los mismo pes- cados, á los que en la Habana dan el nombre de pescado cihuato.—C. 2 El nombre mexicano de este árbol es ahuehuell, y el vulzo español de aquel pais lo llama ahue- huete; pero los que quieren hablar con cultura le llaman sabino; pero en esto se engañan, pues el ahuehuetl, aunque muy semejante al sabino, no es sino acebo, como lo demuestra el Dr. Hernandez en el libro 3, cap. 66 de su Historia Natural. Yo vi el acebo de Atlixco en el tránsito que hice por aquella villa el año de 1756; pero no tan cerca que pudiese formar idea justa de su grandeza. 3 Ahuehuete. Ahuehuell Hernandez. Cupresus disticha Linn.—€. k Ceiba Zanguanquahuitl Hernandez. Bombaz ceyba Linn.—Dice Clavigero que los mexicanos El grosor de estos árboles es proporcionado á su prodigiosa elevacion, y es su- mamente deliciosa su vista en el tiempo en que están adornados de sus hojas nue- vas y cargados de fruta, dentro de la cual hay cierta especie de algodon blanco, sutil y delicadísimo. Se podrian hacer de él, como realmente se han hecho, telas tan suaves, delicadas y tal vez más que de seda; * pero es difícil hilarlo á causa de la pequeñez de los hilos, á más de que seria más el trabajo que la utilidad, de- biendo ser de poca duracion la tela. Algunos usan de este algodon para almohadas y colchones, los cuales tienen la particularidad de esponjarse enormemente con el calor del sol. Entre muchísimos árboles dignos de memoria por su singularidad, que me veo precisado á pasar en silencio, no puedo omitir una cierta especie de higuera sil- vestre que se da en el país de los cohuixques y en otros lugares del reino. Es un árbol alto, grueso y sólido, semejante en las hojas y en el fruto al higo comun. De sus ramas, que se extienden horizontalmente, nacen ciertos filamentos, que tomando su direccion hácia la tierra, van siempre engrosando y creciendo, hasta que introduciéndose en ella, echan raíces y forman otros tantos troncos; y así, de una sola higuera se puede formar un bosque. Ll fruto de este árbol es enteramente imútil, pero su madera es buena. * | PLANTAS ÚTILES POR SUS RESINAS, GOMAS, ACEITES Y JUGOS. Por lo que mira, finalmente, á las plantas que dan resinas, gomas, aceites ó ju- gos provechosos, es singularísimamente fecunda la tierra de Anáhuac, como lo reconoce Acosta en su Historia Natural. llamaban á la ceiba pochotl y los españoles pochote; pero el árbol que Hernandez denomina pochotl es muy diverso del ceiba, como puede colegirse de su deseripcion, que aunque imperfecta, se cono- ce fácilmente ser muy distintos. El mismo autor da tambien al pochotl el nombre de tlatlaubqui, y el tlatlauhqui de la edicion romana es una yerba parecida al frijol, y nada tiene que ver con el po- chotl. El nombre ceiba es propio de la isla de Santo Domingo y corresponde al zaquanquahuitl, que algunos llaman impropiamente pochotl, cuyas semillas empleaban los indios en el chocolate, como se dijo hablando de la vainilla. El Dr. Hernandez dice que son nutritivas en tanto grado, que vuelven hábiles para el trabajo á los hombres que hacen uso de ellas por algun tiempo.—C. 1 Mr. de Bomare dice que los africanos hacen del hilo de la ceiba el tafetan vegetable, tan raro y tan estimado en la Europa. No me admiro que sea tan raro, atendiendo á la dificultad que hay para hacerlo. El nombre ceiba es tomado, así como otros muchos, de la lengua que se hablaba en la isla de Haiti ó Santo Domingo. Los mexicanos le llaman pochotl y muchos españoles pochote. En Africa tiene el nombre de beten. La ceiba, dice el referido autor, es el árbol más alto de todos los conoci- dos hasta ahora. 2 Hacen mencion de esta higuera singular el padre Andrés Perez de Rivas en la Historia de las misiones de la Sinaloa, y Mr. de Bomare en su Diccionario, bajo los nombres de figuier des Indes (higuera de las Indias), grand figuier (grande higuera) 6 figuier admirable (higuera admirable). Los historiadores de la India oriental describen otro árbol semejante á éste, que hay en aquellas regiones. py El huitziowitl,* del que destila el bálsamo, es un árbol de mediana elevacion. Sus hojas son un tanto parecidas á las del almendro, pero más grandes; su madera tira á colorada y es olorosa, y la corteza cenicienta, pero cubierta de una pelí- cula algo colorada. Sus flores amarillas se dan en la extremidad de las ramas. Su semilla es pequeña, blanquizca y corva, y se da tambien en la extremidad de una cáscara sutil y de un dedo de larga. En cualquiera parte que se le haga una inci- sion, principalmente despues de las aguas, destila aquella nobilísima resina, tan es- timada en la Europa y en nada inferior al bálsamo de la Palestina. * Nuestro bál- samo es rojo, negruzco ó blanco-amarillo, pues de uno y otro escurre porlaincision, de un sabor acre y amargo, y de un olor intenso, pero muy agradable. El árbol del bálsamo es comun en las provincias de Pánuco y de Chiapan y en otras tierras ca- lientes. Los reyes mexicanos lo hicieron trasplantar en el célebre jardin de Huax- tepec, donde prendió felizmente, y se multiplicó mucho en todos aquellos montes. Algunos indios por sacar en más abundancia el bálsamo, hecha la incision en el árbol le queman las ramas. La abundancia de estas preciosas plantas hace que no se sienta la pérdida de un gran número de ellas por no esperar la lentitud de la destilacion. No solamente recogian los antiguos mexicanos el opobálsamo ó lágri- ma destilada del tronco, sino que tambien sacaban el xilo bálsamo por la decoccion de las ramas. * Del huaconex y de la maripenda * sacaban tambien un aceite que equivale al bálsamo. El huaconex es un árbol de mediana elevacion y de madera arómatica y dura, la cual se conserva incorrupta algunos años, aunque esté se- pultada en la tierra. Sus hojas son pequeñas y amarillas, las flores son tambien pequeñas y blanquizcas y su fruto semejante al del laurel. Sacaban por destila- cion el aceite de la corteza del árbol, despues de haberla despedazado, puesta en 4 Huitziloxitl, Hernandez. Myroylum peruiferum, Pariz.—Es muy abundante en los montes de Guatemala, de donde se extrae gran cantidad de bálsamo negro, que se comercia con mucha estima- cion por toda Europa. Es tambien muy comun dicho árbol en los montes de Orizaba y Córdoba; pero los indios de estas poblaciones no se han dedicado á la extraccion del bálsamo, que les daria mayor utilidad que la madera, estimada en toda Nueva España para la construccion de estantes, cómodas, roperos, canapés y otros muchos muebles. El Dr. Hernandez habla de tres producciones preciosas que pueden extraerse de este exquisito vegetal, del bálsamo virgen que se saca por incision de la corteza, del que puede extraerse de las mismas cortezas y ramas tiernas machacadas y hervidas en agua para separar despues de frio el bálsamo que sobrenada, y del aceite oleoso y balsámico que ex- pone el mismo Hernandez haber sacado primero que otro alguno de las semillas machacadas y pues- tas en la prensa.—C. 2 El primer bálsamo que de México se llevó á Roma, fué vendido á cien ducados la onza, como testifica el Dr. Monardes en la Historia de los simples medicinales de la América, y fué declarado por la Silla apostólica materia idónea para el crisma, aunque sea diverso del de Palestina, como lo observa Acosta y otros historiadores de la América. 3 Se saca tambien del fruto del huiziloxwill un aceite semejante en el olor y el sabor al de las almendras amargas; pero de más acrimonia y de un olor más intenso, el cual es muy útil en la me- dicina. h£ Los nombres huaconex y maripenda no son mexicanos; pero sí lo son aquellos que usaban los autores que escribieron de esta planta. a agua natural tres dias y luego seca al sol. Sacaban tambien de las hojas un aceite de olor agradable. La maripenda es un arbusto cuyas hojas tienen la figura de un hierro de lanza, y el fruto es semejante á la uva y se da en racimos, al prin- cipio verde y despues rojo. Sacaban el aceite por decoccion de los ramos mezcla- dos con algun fruto. El xochiocotzotl, valearmente llamado liquidámbar,! es el estoraque líquido de los mexicanos. El árbol es grande (no arbolillo como dice Pluche), sus hojas son en algo semejantes á las del ácer, dentadas, blanquizcas por un lado y pardas por otro. Su fruto es espinoso y un poco redondo, pero polígono, con la superfi- cie nesra y los ángulos amarillos. La corteza del árbol es en parte verde y en parte leonada. Sácase por incision del tronco aquella preciosa resina que los es- pañoles llamaron /iguidámbar, y el aceite del mismo nombre, que es todavía más oloroso y apreciable. Sácase tambien el liquidámbar por la decoccion de las ra= mas; pero es inferior al que destila el árbol. El nombre mexicano copalli es génerico y comun á todas las resinas; pero es- pecialmente significa aquellas que sirven para incienso. Hay hasta diez especies de árboles que dan esta clase de resina, distintas entre 'sí, no tanto en el nombre cuanto en la figura de las hojas y del fruto y en la calidad de la resina. El co- pal * por antonomasia es una resina blanca y trasparente, que destila de un árbol grande, cuyas hojas se parecen á las de la encina; pero son más grandes y el fruto es un poco redondo y algo encarnado. Esta resina es bien conocida en la Europa con el nombre de goma-copal y bien conocido tambien el uso que se hace, no mé- nos en la medicina que en los barnices. Los antiguos mexicanos los usaron prin- cipalmente en las incensaciones que hacian, ya por culto religioso á sus idolos, ya por obsequio á los embajadores y otras personas de primer rango. En el dia con- sumen una gran cantidad en el culto del verdadero Dios y de sus santos. El te- copalli ó tepecopalli es una resina semejante en el color, olor y sabor al incienso dela Arabia, la cual destila de un árbol de mediano tamaño que nace en los mon- tes, cuyo fruto es como una bellota, que contiene un piñon, bañado de un muci- 1 Eiquidámbar. Xochiocotzotl, Hernandez. Liquidámbar stiracifiua Linn.—Es abundante en los montes de Jalapa, Orizaba, Córdoba, y los indios de todos estos pueblos traen á México con frecuen- cia el liquidáambar necesario para el consumo de la medicina, y lo distribuyen tambien en otras ciu- dades.—C. 2 Copal. Copalli. Amyris elemifera, Linn.—Hay varias especies én el reimo del género amyris, como dice Clavigero, y la expedicion botánica describió y dibujó todas las que pudo haber á las ma- nos; pero no todas las resinas que designan los indios mexicanos con el nombre de copal, correspon- den al citado género. Tampoco debe equivocarse con este copal el que dice el mismo autor ser muy conocido el uso que se hace de él en Europa para la medicina y para los barnices, pues es el más usual en la medicina; es el que llaman gumi elemi; y el que sirve y es muy estimado para los barni- ces, es el anime copal, que se extrae de las raices del himenea coubaril, como se ha dicho más arriba, pues aunque el copal 6 gumi elemi pueda gastarse en barnices como la trementina, es de muy poco aprecio por ser quebradiza y de poca resistencia. El xilobálsamo, el opobálsamo, el bálsamo gileadense y el bálsamo de Meca, provienen de espe- cies que corresponden al género amyris, y no hay ningun dato seguro para creer que los mexicanos lago ó saliva viscosa, y dentro de ella una almendrita que se usa con utilidad en la medicina. Estos dos árboles, como todos los otros de esta clase en cuya des- cripcion no puedo detenerme, son propios de la tierra-caliente. La caraña' y la tecamaca, * resinas bien conocidas en las boticas de Europa, destilan de dos árboles mexicanos bastante grandes. El árbol de la caraña * tiene el tronco leonado, liso, reluciente y oloroso, y las hojas, aunque redondas, son se- mejantes á las del olivo. Jl árbol de la tecamaca tiene las hojas largas y denta- das, y el fruto encarnado, redondo y pequeño, pendiente de la extremidad de las ramas. Uno y otro árbol se dan en países calientes. El mizquitl*ó mezquite, como le llaman los españoles, es una especie de ver= dadera acacia, y la goma que destila es la verdadera goma arábiga, como testifica el Dr. Hernandez y otros doctos naturalistas. El mezquite es un arbusto espinoso y cuyas ramas están confusamente dispuestas, y sus hojas, ténues, sutiles y apa- readas, ó que nacen de una y otra parte de las ramas, se parecen á las plumas de los pájaros. Sus flores son semejantes á las del abedul. Sus frutos son huesos dul- ces y comestibles que contienen la semilla, de la cual hacian antiguamente los bárbaros chichimecas una pasta que les servia de pan. Su madera es durísima y pesada. Estos árboles son casi tan comunes en México como las encinas en Eu- ropa, principalmente en las colinas de los países templados. ? La /acca”ó goma lacca (como suele llamarse por los boticarios) escurre con extrajesen ninguno de estos liquidos de los copales que se conocen en Nueva-España, como supone Clavigero.—C. 1 Caraña. Caragua, Hernandez. Garanna officinalis Linneo.—Este árbol, que describió y mandó dibujar en su lugar nativo D. Martin de Sessé, director de la expedicion botánica de México, debia haberse publicado con más de cinco mil especies que se recogieron en este reino, en la Flora mexi- cana, que estaba ya arreglada para darse á la prensa, cuando se vió oprimida España con la irrupcion de los franceses, y no sabemos todavia si se hicieron dueños de estos trabajos, que hacian tanto ho- nor á los españoles y á la munificencia de los soberanos Don Cárlos HI y Don Cárlos IV, que costea- ron la expedicion y el establecimiento del jardin en esta capital. —C. 2 Tecamaca. Tecamahaca, Hernandez. Fagara octandra Saquin.—Linneo dice que esta resina proviene del Populus alba; pero Trew lo niega, y Saquin, que examinó las plantas de varias islas de Barloyento, afirma que se extrae del género citado.—C. 3 Los mexicanos dieron al árbol de la caraña el nombre de lahuelilocaquahaitl (árbol del diablo), esto es, árbol de la maldad (no habeliloca como escribe Mr. de Bomare), porque supersticiosamente creian ser temido de los espiritus malignos, y ser eficaz preservativo contra la fascinacion. El nom- bre de tecamaca es tomado del tecomac ihiyac de los mexicanos. 4 Mezquite. Mizquitl, Hernandez. Mimosa miloticaLinn.—Es la Acacia vera de los antiguos, de cuyo fruto se extraía el zumo inspisudo, que tuvo tanto uso en la medicina y que por falta de cono- cimientos lo pedian los farmacéuticos del reino á España, pudiendo enviar desde aquí la que pudiera gastarse en toda la peninsula. Es muy conocido y abundante en todo el reino dicho árbol, y se reco- ge de la goma arábiga, que se produce espontáneamente y en mucha mayor cantidad haciendo algu= nas incisiones en el tronco.—C. 3 En Michuacan hay una especie de mezquite ó acacia que no tiene ciertamente espinas, y las hojas son muy sutiles; pero en lo demás conviene enteramente con el otro. 6. Lacca croton lacciferum Linn.—Es una goma resina que se produce sobre el citado arbusto y se encuentra tambien sobre otras varias plantas; pero no es producto vegetal, sino el nido que ela- —2%— ; tanta abundancia de un árbol semejante al mezquite, que quedan cubiertas las ramas. * Este árbol, cuyo tamaño es mediano y el tronco de color rojo, es comu- nísimo en las provincias de los cohuixques y de los tlahuiques. La sangre de drago?* destila de un árbol grande, cuyas hojas son largas y angulosas. Este árbol se da en los montes de Quauhchinanco y en el de los co- huixques. * bora un insecto que los naturalistas llaman coccus lacca. La goma laca de que habla Hernandez á la página 373 de la edicion romana, se produce sobre un árbol que los mexicanos llamaban (zínacan- cuitllaquahuitl, que equivale á la larga frase de árbol que lleva goma parecida al estiércol del mur- ciélago: la figura que pusieron Liriecos es imperfectisima, y es imposible averiguar el género á que corresponde; pero se echa muy bien de ver que no pertenece al género croton. Sostiene Hernandez que la goma que se cria en dicho árbol no es elaborada por las hormigas, como era opinion comun en su tiempo, sino instilada de los ramos, en lo que pudo haberse equivocado, por no haber visto nunca las hormigas é ¡gnorarse entónces que el insecto que la trabaja es muy pequeño, y que cu- bierto con esta sustancia es dificil de percibirse. Es muy sinsular la noticia que da Hernández de esta goma resina, diciendo de ella que se hacia una Masa Muy propia para sellar las cartas; pero que mezclándola con arena algo gruesa, machacán- dola y cociéndola toda para formar una tortilla, se ponia ésta despues al fuego para que se ablandara un tanto, y que despues de enfriarse contraía tal dureza, que excedia á la del hierro, la de las piedras y la de las piedras preciosas, y podian romperse con ella todas estas sustancias, asegurando que le constaba el hecho de propia observacion.—(C. 1 García del Huerto, en la Historia de los simples de la India, establece sobre la relacion de al- gunos hombres prácticos de aquel pais, que la lacca se trabajaba por Jas hormigas. Esta opinion ha sido adoptada por muchisimos autores, y Mr. de Bomare le hace el honor de creerla ya casi demos- trada; pero cuán distante está de la verdad, se ve: primero, porque todas estas ponderadas demos- traciones no son otra cosa que indicios equivocos y conjeturas falaces, como le será manifiesto á cual- quiera que lea á los referidos autores. Segundo, entre todos los naturalistas que escriben sobre la lacca, ninguno ha visto el árbol sino el Dr. Hernandez; y este docto y sincero autor afirma como in- dubitable, que la lacca es verdadera resina destilada del árbol que los mexicanos llamaron (zínacan- cuillaquahuitl, y rebate como error vulgar la opinion contraria. Tercero, el pais donde abunda la lacca es la fertilisima provincia de los tlahuiques, donde toda la fruta se da á la maravilla, y de ella se lleya á la capital en grandisima cantidad. Pues no podria hacerse una cosecha tan abundante de frutas, si en aquella tierra hubiera tantos millones de hormigas cuantos se necesitarian para la fá- brica de una cantidad tan excesiva de lacca, pues los árboles son muchisimos y casi todos están llenos de ella. Cuarto, si la lacca es obra de las hormigas, ¿por qué la fabrican solamente en aquellos árbo- les y no en los de otra especie? La lacca se llamaba por los mexicanos tzinacancuillall, esto es, es- tiércol del murciélago, por no sé qué analogía que hallaron entre estas dos cosas. 2 Sangre de drago. Pterocarpus draco, Linn.—Hay en Nueva España además de esta especie, otro arbusto que corresponde al género croton, del que se saca tambien. por incision un jugo que ins- pisado al sol se convierte en una resina de color rojo con las mismas cualidades que la que se extrae del Plerocarpus draco: Hernandez habla de cuatro especies que tenian el nombre de ezquahaitl, que quiere decir árbol de sangre; pero las descripciones son tan diminutas como las que se acostumbra- ban en aquel tiempo, y no puede asegurarse el género que puede corresponder á cada una: puede que la primera que describe diciendo que produce las hojas grandes y parecidas al verbasco ú gor- dolobo, sea la especie nueva del croton descrito en la Flora mexicana, porque sus hojas tienen mu- cha semejanza con las del Verbascum thapsus de Linneo.—C. 3 Los mexicanos llaman á la sangre de drago ezpatli, que quiere decir medicamento sanguíneo, y al árbol ezquahuill, esto es, árbol sanguineo. Hay otro árbol del mismo nombre en los montes de Ouaubnabmac, que algo se le asemeja; pero éste tiene las hojas redondas y encarnadas, la corteza gruesa y la raiz olorosa. APÉNDICE.—4. 06 = La resina elástica, llamada por los mexicanos olín ú 011, y por los españoles de aquel reino hule, * destila del 0/quahwit!l, que es un árbol de suficiente tamaño, cuyo tronco es liso y amarillo, las hojas muy grandes, las flores blancas y el fruto amarillo, que tira 4 redondo pero anguloso, dentro del cual hay almendras tan grandes como las avellanas, blancas pero cubiertas de una película amarilla. La almendra tiene un sabor amargo y el fruto se da siempre adherido á la corteza del árbol. El hule al destilarse del tronco herido, es blanco, líquido y viscoso; despues se pone amarillo, y últimamente toma el color del plomo algo más negro que en adelante conserva. Los que lo recogen le hacen tomar en diversos moldes la forma que quieren segun el uso á que lo destinan. Esta resina condensada es entre todos los cuerpos sólidos el más elástico que conocemos. 'Hacian de esta resina los mexicanos sus pelotas, las cuales, aunque pesadas, saltan más que las de aire. En el dia, á más de este uso, se sirven como en Eu- ropa de la cera para hacer sombreros, botas, capotes y gabanes impenetrables á la agua. Del hule liquidado al fuego se saca un aceite medicinal. Este árbol se da en la tierra-caliente, como en la de /gualapan y en la de Mecatlan, y es co- mun en el reino de Guatemala. * El guauhaiotl” es un árbol mediano, cuyas hojas son redondas y la corteza algo roja. Hay dos especies subalternas; la primera da una goma blanca, la cual metida en agua la tiñe de un color de leche; la otra destila una goma algo roja, ambas utilísimas para la disenteria. Entre esta clase de plantas deberian tener lugar el acebo, la 21guerilla * (plan- ta semejante á la higuera) y el ocote, cierta especie de pino muy aromático por el aceite que da, y el brasil, el campeche, el indaco y muchos otros por sus jugos; pero algunas de estas plantas son ya conocidas en la Europa, y de otras tendré ocasion de discurrir en otra parte. 1 Hule. Holquahuitl, Hernandez. Género nuevo que la expedicion botánica dedicó al benemérito individuo de ella Don Juan del Castillo, y del que imprimió en México una Monographía el catedrático de botánica, Don Vicente Cervantes, dándole el nombre de Castilloa elástica. 2 En Michuacan hay un árbol llamado por los tarascos tarantaqua, de la misma especie del olqua- huitl, pero diferente en las hojas. 3 Quauhxiotl, Hernandez. La planta que Hernandez describe con este nombre, pertenece, segun el director de la expedicion botánica, D. Martin de Sessé, al género rhus, especie nueva descrita en la Flora mexicana y muy comun en los montes próximos á México, cerca de San Angel: no se le ha visto nunca la goma de que habla Clavigero, acaso por hallarse en un temperamento frio; pero es muy astringente la hoja y el fruto, como las de Rhus coviaria 0 «Muy Señor mio: No.sé si habré acertado á servir á vd.; pero sí que me li- sojeó el gusto mi hijo D. Mariano con el encargo de vd., y me parecieron muy cortas las diez y seis leguas desde esta Villa á Petapa. Dirijo á vd. con ésta las hojas y porcion de goma que tomé del árbol, y cito en la adjunta descripcion, encargando lo mismo de la semilla, raíz y goma en el estado que aquí se vende, á persona de mi confianza en Oaxaca, que las enca- minará, etc. » DESCRIPCION DEL KARABE.— INSTRUCCION REMITIDA POR DON JUAN DE CASTÍLLEJO. Se cria el árbol que lo produce en tierras montuosas, muy húmedas y fértiles: es muy robusto y grande, de suerte que su tronco por lo comun tiene de cinco á seis varas de circunferencia: es de madera solidísima; la corteza inclina á color blanco y es muy delgada: inmediata á ella es blanca la madera en el grueso de un dedo, y todo lo restante de color de canela; sus hojas, semilla y raíz son las que acompaño tomadas del árbol en mi presencia; pero prevengo que éste se halla á corta distancia del pueblo de Petapa, donde hay muy pocos, y solo abundan en una montaña doce leguas distante de dicho pueblo, que es donde recogen el Karabe. Éste se saca de la raíz del árbol, y no todos la tienen en igual profundidad; con que es menester excavacion para conseguirlo; bien que el trabajo es mucho ménos en los árboles secos, que por podridos caen dejando descubiertas sus raices, por donde sin duda se destila el Karabe; pues en estos se recoge en abundancia, y no en los verdes y frondosos, que no lo tienen sino cuando vierten en el tronco ó ramas algun poco, por cuyo motivo no se hizo excavacion en el que se co- gieron las hojas, semilla y raíz. En estado de fluidez es difícil conseguir la goma; y únicamente pude lograr la partecita que remito, y cogí en una cortadura vieja del mencionado árbol, en la misma consistencia, blandura y pegajosidad que hoy tiene despues de doce dias de recogida; lo que me hace creer llegará así hasta México: * mas advierto que los inteligentes y prácticos en este efecto, asientan que en las excavaciones para sacarlo, suelen encontrar alguna porcion sin haberse cuajado mucho, y en una disposicion de fluidez como el atole, con bastante pegajosidad. * 1 Llegó con alguna blandura, la suficiente para recibir diversidad de configuraciones; pero ya en el dia (20 de Abril de 88) está muy consolidada, y con una trasparencia semejante á la del cris- tal, ¡Qué propia por su diafanidad para fabricar perfecto barniz! 2 Estas circunstancias dan bien á conocer las ventajas útiles que se conseguirian si se utilizase en los sitios en que se colecta, respecto á varios artes, Ó si por medio de arbitrios químicos que son bien fáciles, se conservase en estado de fluidez para conducirla á Europa. Los indios nombran, y por todos es conocido el mencionado árbol con el nom- bre de Quapinole, y la goma con el de Estoraque, y en las iglesias tiene el uso de incienso. “No se saca en cantidades grandes, porque no se consume á causa de no tener aquí más destino que el de zahumerios, y el de remitir algo que suelen pedir los boticarios de Oaxaca; pero segun la relacion de dichos indios se podria sacar cantidad considerable; * éstos suelen traerlo á vender, y como no tiene más uso que el relacionado, las más veces no hallan comprador, y en estos casos lo dan áun ménos de á medio real la libra. Prevengo que la semilla no se cortó sazonada, y que los indios comen el meollo * que hay entre la superficie de afuera y la pepita hecha polvo. Tambien que dicho árbol produce las hojas unida de dos en dos, cada una con su cabito * corto, que despues paran en uno; haciendo esta prevencion por si se separasen las que remito, y se conocerá en el modo que estaban, atendiendo las rayas de tinta hechas ántes de desunirse. , Para complemento de mis deseos recibí la flor del Quapinole, que era lo único que me faltaba para satisfacer á esta parte de la historia natural: el mismo Don Juan Castillejo, bajo cubierta de la adjunta carta me la remitió: la descripcion es exacta, solo he añadido algunas notas para expresarme en términos botánicos. « Tecoantepec 9 de Junio, «c.—Muy Señor mio: Sin duda Mariano habrá im- puesto á vd. en los accidentes que me han impedido satisfacer su muy aprecia- ble, fecha á 20 del último Febrero. 1 Abran los ojos nuestros comerciantes para no permanecer inertes en un comercio casi en todo su giro pasivo, y por esto gravoso. 2 Las semillas (segun se expresa el autor de la instruccion) son unas vanas de casi un jeme en lo largo, ó de seis pulgadas del pié de Paris; su diámetro mayor de dos pulgadas (del mismo pié), y el menor de pulgada y media: dicha vaina es parecida á aquella en que se dan los frijoles, garban- zos, etc., es muy sólida, es necesario quebrarla á golpe para registrar lo interior: la cáscara tiene el grueso de dos pesos mexicanos: el color de hoja seca: la superficie no es lisa, sino un poco des- igual: raspando la epidermis ó piel de la vaina se ye que toda está repleta de Karabe, al modo que se observa el aceite esencial en la cáscara de naranja, cuando se frota: en lo interior de la que par- tí registré seis semillas del tamano, color y figura de una avellana gruesa: son muy sólidas á causa de la cáscara, y de la sustancia propia para nutrir el gérmen; y tan compacta, que solo con una cuchilla ú otros instrumentos á propósito, puede rasparse. El meollo de que se habla en la instruccion. es un polvo semejante al azufre molido, más blan- quecino y de sabor dulce, aunque algo desapacible: loda la vaina está repleta de dicha medula, lle- nando los intersticios que se verifican de semilla á semilla, y tan apegada á ellas, que es necesario algun tiempo para limpiarles la superficie: si se considera un tubo, en el que de propósito se intro- duzca polvo de azufre ú otro equivalente, y que se vayan acomodando con interpolación algunas avella- nas 6 nueces, esto dará alguna idea del fruto del Quapinole: conozco que esta nota peca por prolija; pero como el asunto es tan nuevo, he querido más bien incurrir en la nota de molesto, que omitir algo de lo que veo, de lo que palpo. 3 Las hojas son parecidas á las del olivo, respecto á su consistencia; pero no en la figura, pues son de 22 líneas de largo y 11 de diámetro, y configuradas al modo de las alas de las aves: ambas están pendientes de un pediculo, (cabito que se dice en la instruccion), que dividido en la extremi- dad sostiene cada cual su hoja. == Ejecútolo, dirigiendo á vd. la flor del Quapinole, aunque no ha sido dable ye- rificarlo entera, porque al tomarla, acaso muy sazonada, se dividieron las partes que la componian. Las cuatro hojas ménos blancas, y en partes verdes * (eran de este color al cogerse) son las que por la parte de afuera cercaban el botoncito donde se mantenian cinco de las otras * que remito, blancas cuando se cogieron, y ahora casi amarillas. Éstas no nacen inmediatas á las otras, sino que dejan en el botoncito el intermedio como del grueso de un peso, y en un hoyito que el bo- toncito tiene en la cabeza habia diez hilitos * con sus cabecitas * como las que van; y en medio de estos estaba el granito * que envío con los dos hilitos * que salen de él, donde se forma la semilla; y este es el todo de la flor, que carece de todo olor. Las partes que componen la flor, aunque separadas, las dispuso tan bien mi correspondiente, que con mucha facilidad las coordiné en virtud de la menuda instruccion que contiene la carta, y por la prolijidad con que se dispusieron los paquetillos y rótulos ó advertencias. Despues de las prolijas indagaciones hechas por dos sugetos muy hábiles, como lo comprueban sus relaciones, ¿se podrá dudar de que tenemos ya reconocido el orígen del Succino? Acaso no faltará quien diga no ser verdadero Karabe el de Petapa; pero á más de que los boticarios de México lo tienen por tal, y que re- conocen en su uso grandes ventajas, porque en la destilacion logran mayor can- tidad de espíritu, respecto al que sacan cuando lo ejecutan con el que viene de Europa, las demostraciones que voy á dar son concluyentes: lo primero, si se que- ma alguna porcion del Karabe de Petapa, y por comparacion se ejecuta lo mismo con el de Europa, se experimenta el mismo olor: la parte que no se consume es idéntica: y así como el Succino de Europa apénas es disoluble por el espíritu de vino, Ó por los aceites grasos, lo mismo sucede respecto al de Petapa, como lo tengo verificado por reiteradas pruebas. La única diferencia que se observa respecto á ambos Karabes es, el que el de Petapa es más diáfano, más quebradizo, y que se recoge en porciones que forman grande volúmen; lo que no sucede respecto al que viene de Europa, pues está re- ducido á pequeños cuerpecillos. La mayor blandura que se observa en el Karabe de Petapa, la atribuyo á que es muy reciente su formacion, y no ha estado bajo de la tierra por muchos siglos como el de Europa, por lo que el ácido vitriólico no ha podido obrar en él endureciéndolo; á más de que es notorio que las resinas se consolidan con respecto al mayor ó menor tiempo en que permanecen expues- tas al aire, á la humedad ó á los ácidos. 1 Estas son las que componen el cáliz, 2 La verdadera flor, ó por hablar con mayor propiedad, son los cinco pétalos que la forman. 3 Los estambres. 4 Las anteras. 3 El pistilo. 6 Estilos 6 trompas (tubw). APÉNDICE.—23. —178— ¿Qué tentativas no se podrán hacer respecto á nuestro Karabe? Si con el de Europa se forman los mejores barnices conocidos, con el de Petapa por más dócil, por más trasparente, ¿no se conseguirá un barniz más perfecto? Algunos ensayos así me lo prometen. No omitiré una observacion muy particular: habiendo intentado probar la di- solucion del Karabe de Petapa por medio del aceite de chía, que es equivalente en sus efectos al de linaza, coloqué al fuego una vasija con dicho aceite, mezclé una porcion de Karabe de Petapa reducido á polvo; pero se convirtió en un gru- mo, el que retirado con la espátula, se presentaba como una materia blanda, pero que no se dividia; lo mismo que se ve cuando á el azúcar se espesa al punto que llaman de caramelo: batallando con el experimento, verifiqué despues de pasada una hora que el Karabe se consolidaba: separé la vasija del fuego, y al dia si- guiente observé al Karabe reducido á cristales, segun se explican los químicos; esto es, que así como el azúcar candi, el salitre y otras sales se reducen á ciertas configuraciones, las del Karabe forman figuras irregulares (acaso por el corto lí- quido), pero al que tiene alguna tintura de la química no se le puede ocultar aquella cristalizacion, fenómeno que deberá observarse con repetidos experimen- tos. Despues de todo lo expresado, ¿aún se disputará sobre el orígen del Karabe? ¿Se dará crédito á lo que recientemente tiene escrito sobre, el particular el conde de Buffon? Es necesario que su continuador en una reimpresion, ó en un suple- mento corrija lo que se escribió sobre el Karabe: así creo lo ejecutará su fecundo útil traductor cuando llegue el tiempo en que se ocupe en la parte Mineralógica. Expuesto esto, ¿la nacion española comerciará Karabe conducido de Prusia? ¿Despreciará el de su país que'se le proporciona mejor acondicionado y á precio más cómodo? Omito otras reflejas que se publicarán en la siguiente Memoria so- bre la Lacca, la que tambien es de mucho interés; pero ántes es necesario hacerse cargo de una grave dificultad que se presenta. "Tengo asentado en virtud de ob- servaciones, que el Karabe de Petapa es de la misma naturaleza que el de Prusia, y que lo surten los árboles quapinoles, que son propios de la tierra caliente: pues en la Prusia que no se conocen tales árboles del Karabe que se comercia allí, ¿cuál es el origen? Verdaderamente que la dificultad es grande; pero así como en Eu- ropa, en el Canadá y en Nueva España se hallan osamentas de elefantes, aunque no se tenga noticia del tiempo en que habitaron en los territorios mencionados: estos animales, que en el dia solo son propios de las tierras calientes; del mismo modo se puede decir que el Karabe de Prusia, ó de otros territorios frios son res- tos de los antiguos quapinoles que allí vegetaron: la resolucion de ambos proble- mas depende de los mismos hechos, de los mismos principios: los.que establece el conde de Buffon en sus épocas de la naturaleza, no satisfacen: querer decir que los elefantes fueron habitantes de las partes Boreales del Norte, cuando el globo terrestre era cálido, en aquellas latitudes, y que en virtud de irse enfriando, los elefantes los fueron abandonando á causa de no poder vivir sino en temperamen- —179= tos cálidos, es solucion muy superficial: ¿por qué los del Canadá no se retiraron á las partes calientes de la América? En virtud de semejante suposicion era muy regular que los que desampararon al Canadá á causa del frio, se hubieran acan- tonado en la Nueva España, en que se verifican territorios iguales respecto al calor, á los paninos de África y Asia en que solo al presente habitan elefantes. «Gaceta de Literatura.» México, 22 de Octubre de 1788. En la Gaceta núm. 12 prometí dar una descripcion de la naturaleza de la goma (resina) lacca, la que se ha demorado, porque se han presentado otras materias de que era indispensable tratar con prontitud. La naturaleza de la lacca es un asunto en que veo divididos á los naturalistas; pero las observaciones que tengo verificadas, y las que por mi encargo ejecutaron personas veraces, me obligan á separarme del dictámen de Hernandez adoptado por Clavigero, y á reconocer que Cristóbal de Acosta describió la naturaleza de la lacca con toda exactitud. Ex- traño y extrañaré siempre, el empeño que tomó Hernandez en apoyar su idea, porque siendo tan grande observador, ¿cómo se le ocultaron hechos que no son controvertibles? Citaré los textos de Hernandez y de Clavigero, como tambien los de Cristóbal de Acosta: despues expondré mis nuevas observaciones, para que este punto, en el dia dudoso, se aclare para de una vez. La goma que en las boticas dicen lacca suelen llamar los indios tinanacan cuttlaquahantl, 6 árbol que lleva goma como estiércol de murciélagos, la cual está apegada á los mismos ramos del árbol, y en pequeñas laminillas que parecen alas de aves que van puestas en órden, la cual no es obra ni labor de hormigas, como han pensado algunos ignorantemente; sino lágrima que destila por todas partes de los mismos ramos: nace en tierras calientes, como Guastepec y Cuerna= vaca.» Traduccion de Hernandez por Jimenez, pág. 51. « García del Orto, en la Historia de los Simples de la India, establece en vir= tud de informe de algunos prácticos del país, que la lacca es fabricada por hor= migas: esta opinion ha sido adoptada por muchísimos autores, y Bomare la mira como demostrada. Pero ¡cuánto dista esto de la realidad! Porque sus “asertos, por lo que exponen, no son sino indicios equívocos, y conjeturas falibles, como percibirá el que leyere á los mencionados autores. Entre los naturalistas que han escrito de la lacca, no hay otro que el Dr. Hernandez que la haya observado en los árboles, y este sabio y sincero autor afirma como muy cierto, que la lacca es resina que destila de los árboles.» Clavigero, Storia antica del Messico, tom. 1, pág. 67. Si Hernandez y Clavigero reconocen á la lacca por una verdadera resina, la que trasuda por las cortezas delos árboles, Acosta afirmólo contrario. Diceasí, pág. 111: « Por ser este árbol (manzana de las Indias) en que se hace el lacre, medicina —180— «muy necesaria y usual en las boticas, y de quien es bien y justo se sepa la verdad « que de él anda confusa y rebozada, me pareció bien de él, y del lacre, y de las «hormigas que en él lo labran, hablar en este primero libro. » Pág. 112. «Con- «tinuo se verá este árbol en verano lleno de hormigas aladas *labrando el lacre: « dirémos lo que hemos visto: mas la verdad de esto es, que en ciertos árboles gran «des de aquellas partes, unas hormigas con alas, que vuelan, y las piernas más «largas que las de España, por los ramos más delgados labran este lacre; y ser « verdad que las hormigas crian el lacre bien se ve.» Pág. 125. «Si á las medi- «cinas no bien conocidas no mudasen los nombres, sino les dejasen los propios «de las tierras en donde tienen su nacimiento, no habria la ocasion que hay de «tantos errores y contienda entre los árabes, griegos y latinos. » Omito copiar otras'muchas repeticiones de Acosta, porque todas se dirigen á manifestar que la lacca no es resina producida por los árboles, sino manipulada por las hormigas. A la vista de opiniones tan contrarias, ¿qué arbitrio para desengañarse? El que planté me pareció el más seguro. Tenia vista lacca; la que se me advirtió se con= dujo del obispado de Oaxaca; y como el ocurso que hice á la habilidad y literatura del R. P. Fr. Juan Caballero, me surtió felícisimo efecto respecto á la naturaleza del karabe, sobre la cual se opinaba con tanta variedad, le manifesté mis dudas acerca de la lacca. Una tan grande aplicacion á las ciencias naturales como manifestó siempre el P. Caballero, no podia ménos que averiguar la verdad; y en efecto, me remitió lacca muy recien fabricada y en ramas de diferentes árboles; con lo que vi echa- das á pique las opiniones de Hernandez y Clavigero, porque resina de la misma naturaleza no pueden surtir árboles de diferentes especies: examiné la lacca re- cien formada por las hormigas, y que me remitió el P. Caballero: la más, que vino desunida de las ramas, estaba formada en figuras que se aproximaban á la de una esfera, unos granos mayores que otros, y muchos de figura irregular, como se puede ver en la estampa que acompaña la Gaceta de Literatura núm. 12, en la que se trató del karabe ó succino, la que corresponde exactamente al original que copió un buen dibujante. 1 Entre las muchas hormigas que fabrican la lacca, y que conservo en espíritu de vino, no se halla alguna con alas, y Acosta supone y las dibuja adornadas con ellas; pero tambien advierte que se ven en el verano. Con esta expresion me parece se desvanece toda la dificultad, porque está bien verificado que por la primavera en todos los hormigueros nacen hormigas con alas, las que en vir= tud de su vuelo forman á distancia nuevas poblaciones: establecidas en su nuevo albergue pierden las alas, y continúan una vida laboriosa viajando por lo interior del nido y superficie de la tierra. No es mucho que Acosta observase hormigas con alas fabricando lacca: ¡cuánto se pudiera decir si lo permitiese la nota! Tambien puede suceder, que estas hormigas de Asia tengan alas, y las de aquí nó, al modo que observamos á las abejas de Europa proveidas de un agudo punzon, cuando. en Nue- va España hay muchas especies que carecen de aguijon, y no obstante esto, unas y otras labran cera y miel de la misma naturaleza. Que unas tengan alas y otras nó, en lo que faltan observaciones exactas, lo cierto es que la lacca de Nueva España, asi para el tinte como para otros destinos, es idéntica á la que se conduce de la Asia. is: — 181 — Para examinarla despedacé muchísimos granos, y verifiqué una materia sólida que es la parte resinosa que cubre á una materia fluida roja, la que á primera vis- ta se presenta como. un grumo de sangre. Pensé luego era el insecto, que estaba allí depositado para salir de aquel cascaron transformado en hormiga;.mas los ex- perimentos reiterados, variados y el uso del microscopio, me manifestaron que lo que tenia por un solo insecto era un conjunto de millares que unidos componian aquella mole, Su tamaño es poco mayor que el de una liendre, y su figura la de un romboide: hágase juicio de la porcion de insectos que se ocultan en lo interior de cada grano de lacca, por el tamaño de aquel que parece grumo de sangre, que es de dos, tres ó más lineas, y se vendrá en conocimiento de los innumerables in- sectos que en forma de hormigas se propagarán en cada árbol por el tiempo de un año. Seria muy útil para el progreso de la historia de la lega pecera la vida de las hormigas, el modo con que fabrican sus alvéolos ó casillas para depositar los huevecillos (si lo.son) ó los embriones: el material con que fabrican la lacca y otras menudencias que para muchos son hagatelas; pero.mo para el contemplador de la naturaleza y en ella á su sabio Criador. Mas son. dificultades éstas inyen- cibles para quien no vive en el país en que se cria la lacca. Mi' correspondencia con D. Juan de Castillejo, vecino de Tehuantepec, sujeto adornado de superiores talentos, y muy eficaz en corresponder y satisfacer mis dudas, me hizo propo- nerle ésta: juzgaba que acaso las hormigas colectaban la resina copal para fa- bricar las casillas ó granos de lacca; y aunque ya sabia que la fabricabanen ár- boles que no eran copales, me parecia que siendo éstos tan abundantes en las tier- ras calientes, podrian las hormigas colectar el material en-los copales, y trans- portar la resina á otros de diversa especie. Esta era una conjetura muy regular; pero el referido amigo me contestó con fecha de 9, de. ¡Marzo de q en estos términos: «La lacca que remito me la trajo un mozo que hase mucho Eme se dedica «en recogerla para hacer lacre, y de poco tiempo á «esta parte para venderla á «D. N. á real la libra; y éste la remite á N. que creo es boticario en esa corte. «Sin embargo de haber yo visto los árboles. en el campo donde se cria la lacca, «le he preguntado 4 dieho mozo todo lo.que/me ha parecido conducente á:fin de «hacerle á vd. una relacion individual, y me ha respondido lo.mismo. que yo he; «observado, que es de: que la. crian ó. fabrican las hormigas con una babaza,, al «parecer, que llevan en la boca, enclas ramas delgadas (como las: que ivan den «tro el vidrio que tengo remitido) de un árbol nombrado cascalote y en tres clases «de espinos, y no entre otros árboles de distintas especies. 4 El cascalote es árbol: de mucha consistencia y duracion, y suele toner el tron=. «co como vara y media: de circunferencia: las tres clases de espinos son árboles «chicos, y durarán como de doce á quince años: sus nombres son gúisachi, cu- «charita y algarrobe: todos tres tienen goma; pero al cascalote mo .se le ve nin- —182— «guna, ni tampoco que haya copales inmediatos á dichos árboles, y estos se crian «por lo regular en el campo al resistidero del sol y del aire. No se advierte que «la lacca se crie en los montes espesos ó sombríos, y sí en llanos escampados de «arboledas crecidas. «Las hormigas se están de continuo sobre los árboles, y no se ha visto en nin= «gun tiempo que crien alas. » | D. Lorenzo Fernandez de Rodriguez, cuñado de mi compañero D. Mariano de Castillejo, le contesta á las preguntas que propuse con estas interesantes adver- tencias. «Para cumplir con el encargo que hizo el Sr. Alzate para la averiguacion del «modo con que las hormigas forman la goma lacca, te remito ese envoltorio de «las ramas en que la depositan, y en un vidrito los insectos que se pudieron re- «coger. « El modo con que se manejan es muy parecido al de las abejas, pues van en «las ramas del árbol que llaman cascalote (cuya semilla sirve para tinta de es- «cribir) depositando poco á poco la goma que se advierte en las que remito, que «son de dicho árbol y es algo espinoso. «Tambien la depositan en una clase de espino que aquí llaman gitisachi, de «cuya semilla que es á manera de los guajes, igualmente se hace tinta para es- «cribir, le llaman tambien espino blanco ó aromo. « Igualmente se encuentra la goma en las ramas de un árbol corpulento, cuya «madera es muy fuerte y sólida, que aquí llaman quiebrahachas. « Dichas hormigas se alimentan en el tiempo de pitahayas de esta fruta á que «se les ve acudir en abundancia; pero en el demás tiempo se ignora de qué se «alimentan. «Luego que llega el tiempo de aguas se cae la mayor parte de la goma que «está pegada á las ramas, y aquí en todos se hace uso de ella para lacre de cer- «rar cartas. » Queda ya verificado cómo las hormigas que fabrican la lacca la forman en ár- boles de diversa especie, y que el material no es copal como yo pensaba. Acaso podré en otra ocasion presentar observaciones propias; en el ínterin se publican éstas que son muy nuevas, y que aclaran uno de los puntos más controvertidos por los naturalistas. Llegada á mi poder una porcioncilla de lacca muy reciente, mi primera aten- cion fué introducir una poca en un cristal, que coloqué en pieza de temperamento bien caliente por su exposicion: esperaba ver á los insectos romper aquellas cár- celes en que las depositan las madres, y verificar su metamórfosis. Todas mis espe- ranzas se frustraron, porque los insectillos llegaron á taladrar la corteza ó pared de su prision; pero al punto perecian. Lo único que observé fué que por el taladro salia un filamento blanco de dos, tres ó más líneas, el que al menor movimiento se deshacia y quedaba reducido á polvo: ¡fenómeno digno de investigarse, y que po- —183— drá explicar quien viva en los sitios propios para las hormigas que fabrican la lacca! Jamás ayenturo hipótesis ni conjeturas si éstas no las considero fundadas: bástame el haber expuesto lo que he visto, lo que tengo indagado respecto á un material tan abundante en Nueva España, y que se conduce á las boticas de la Antigua y Nueva España de la India Oriental, despues de pasada y repasada por muchas manos mercantiles. Mis observaciones demuestran que la lacca se compone de dos sustancias muy diversas. La una, que es la parte resinosa, y la que sirve para barnices y para fabricar el lacre, pertenece al reino vegetable: la otra, que es la que surte color rojo, pertenece al reino animal, porque los insectos son los rojos y no la resina.' Siempre procuro escribir patrocinado con autoridad: expondré lo que me participó D. Juan de Castillejo. «Por si cuando llegue á esa dicha lacca estuviere ya seca, rompí algunos gra- «nos, y con el humor ó sangre (no sé cómo explicarme) que tienen dentro, unté «en dos pedazos de papel, el uno va dentro el vidrio y el otro lo acompaño, que «es color encarnado que inclina á morado. « Dicho humor lo tiene en la superficie de lo que está pegado al varejon, y no «sé si permanecerá dicho color. » * Despues de todo lo expuesto debemos reconocer el acierto con que trató de la lacca Geoffroy: Memorias de la Academia de las ciencias de 1714. Si en al- guna cosa se apartó de la verdad, lo que es muy fácil respecto á lo poco que se sabia entonces de la historia natural de los países extranjeros, la distincion que propone respecto á los materiales que componen la lacca, es de mucha exactitud. Véase el Diccionario de Historia Natural, por Bomare, artículo de las hormigas que fabrican la resina lacca. Si Geoffroy se expresó en términos tan claros, la misma exactitud se verifica respecto á Hellot, quien en su utilísimo arte de tintes de lana, siguiendo la au- toridad de Geoffroy-trata de la mejor lacca para teñir, y asienta que dicho ma- terial se compone de partículas vegetables y animales. Esta pública confesion que hago reconociendo el mérito de estos dos sabios autores, hace visible mimodo de 1 ¿Las virtudes medicinales de la lacca dependen de la parte resinosa, 6 de los insectos deposi- tados? No lo sé; pero es oportuno hacer esta advertencia: los granos de lacca que están horadados ca- recen de insectos, por lo que para saber:si una lacca contiene los dos materiales tan diversos:como son el vegetable y el animal, la inspeccion lo demuestra con seguridad: respecto á su uso en los tintes, como para esto solo es útil la materia animal ó los insectos, debe preferirse la que no es agujerada, porque la corteza ó resina de nada sirve para teñir. 2 La que se colecta ea Nueva España es de dos variedades: la una de color rojo oscuro, y la otra semejante en su transparencia á la pez fina. No me hago cargo de otra renegrida, y que no es lisa, porque esto en mi juicio proviene de que la cosechan despues que las lluyias y:el sol le han descom- puesto la superficie: aunque la lacca sea resina, y por esto indisoluble en el:agua, segun quieren los químicos, lo cierto es que el aceite de trementina y la pez expuestas á las aguas y ,al:sol, pierden su transparencia: lo mismo debe verificarse respecto á la lacca, lo que tengo verificado en parte. — 184 — pensar para no procurar ocultar el de los que han trabajado cow utilidad. Mis observaciones en parte son nuevas, y en parte solo sirven de cimentar las ver- daderas ideas que han propuesto sabios naturalistas. Los insectos que fabrican la lacca son verdaderas hormigas, porque á más de que su figura así lo demuestra, tienen en la parte superior en la extremidad del tórax, por donde éste se une por un delgado cilindro al vientre, una carnosidad en forma de uña, carácter adoptado por todos los naturalistas como específico para reconocer el insecto que es hormiga; ¡pero qué diferencia tan grande se observa en ellas respecto á las demás hormigas conocidas en su modo de vivir, de fabri- car habitaciones, de propagar su especie: Himinel in minimis maximus ipse Deus! Si las que fabrican la lacca son verdaderas hormigas respecto á su orga- nizacion, lo que no se puede dudar en cuanto á la propagacion de su especie, tienen práctica muy diversa, porque en ella más se asemejan á lo que ejecutan las abejas, las avispas y otros insectos que vuelan: las noticias que se han expuesto manifiestan esto, como puede hacerse cargo el lectorafecto al'estudio y observacion. Si el estudio de la naturaleza es de tanta utilidad, aun cuando se cultiva solo para instruccion, ¿de cuánta será si se reduce al bien público? Desde el tiempo de Hernandez se sabe que los indios usaban de la lacca para varios usos, y que la nombraban excreio de murciélagos (por la exterior apariencia), expresion que manifiesta la elegancia y propiedad del idioma mexicano. Compendió Jimenez á principios del siglo pasado la obra de Hernandez: habló de la lacca; y este mate- rial tan necesario á las artes ha estado aquí casi olvidado, teniéndonos por tribu-= tavios de los holandeses, que son los que la atracan en la India Oriental para co- merciarla y surtir á las demás naciones. La abundancia de la lacca en Nueva España se infiere por la noticia: que me comunicó mi correspondiente: «tambien pregunté á dicho mozo si se puede reco- «ger alguna porcion, y me contestó que para completar cuatro tercios que hizo «pava. ... buvo que pagarla despues á dos reales. » Si de las inmediaciones de Tehuantepec se remiten para Oaxaca, y de allí para México dos cargas de lacca, que pesarian treinta arrobas, ¿cuánta se podria colectar en tanto temperamento caliente de la Nueva España? Calcúlense las leguas cuadradas de las costas del seno mexicano y mar del Sur, * y se inferirá la mucha lacca que anualmente se pierde por falta de comerciantes que sepan darle el giro correspondiente, El lacre se fabrica en Madrid por cuenta de la Real Hacienda, comprando el material á los 1 No por esto se debe entender que en todos los terrenos calientes, en todas las costas: mencio- nadas se crie la lacca; pero es muy regular abunde en los más, y lo comprueba ver lo que dice * Hernandez de criarse en la jurisdiccion de Cuernavaca, y por lo quese ve en Tehuantepec, y segun tengo noticias en Goatemala. A más de que como es fabricada por hormigas, y éstas extienden sus poblaciones á muchas distancias, es muy creible se hayan establecido en dilatados territorios, que les son acomodados á su temperamento y régimen de vivir. — 185 — astutos holandeses. ¿Todo el importe que estos se llevan no se invertiria en benefi- cio de los vasallos españoles, utilizando material de su propio país? P.D. La figura de la hormiga que fabrica la lacca, se estampó en la lámina que acompaña á la « Gaceta de Literatura» núm. 12 de 1788 en que se trató del Karabe ó Succino. «Gaceta de Literatura» de 20 de Febrero de 1790. MEMORIA ACERCA DEL CHUPA:MLIRTOS.Ó. COLIBEÍ Si los conocimientos de Historia Natural fuesen sólidos en proporcion á lo que un estudio tan ameno se ha propagado, sin duda deberiamos poseer nociones exac- tas y hechos bien verificados. ¿De qué sirve tanto Diccionario y tanto libro diri- gido al fin de proporcionar instruccion 4 los aplicados, si los más de los autores son unos meros copistas, que escriben porque leyeron? Tres siglos han corrido desde el descubrimiento de la América hasta el dia: en este dilatado tiempo se ha verificado un continuado comercio entre la Europa y América: muchas naciones europeas se han radicado en el nuevo mundo, y no obstante esto, ¿es posible que la historia de la primera entre las aves, el chupa-mirtos, * esté tan viciada y lle- na de falsedades? La Nueva Enciclopedia metódica, esta obra que deberia tocar á la perfeccion, segun se explicaron sus compiladores, por lo que pertenece á la Nueva España, está cargada de equivocaciones y de errores, que no son tolerables. Si sus auto- res no estaban satisfechos de las noticias que les sirvieron de materiales, ¿para qué las publicaron? Mucha utilidad dimana al público de omitir noticias falsas Ó dudosas, cuando por el contrario se le perjudica virtiéndole la sombra por la rea= 1 Es mucha la variedad de nombres con que se conoce esta ave: los franceses la conocen por co- libri 6 pájaro mosca, los españoles por colibri, pica-flor, mellisuga, tominejo, y los indios mexicanos la nombran huitzitzilin, esto es, chupa-espinas: huitz significa espinas, y tzilin se deriva de chupar. Pero como su idioma, al modo que el griego, está sujeto á la posposicion, no es de extrañar la ex- presion. Teniendo bien sabida la propiedad de los nombres que lós mexicanos aplicaban á los objetos, dudé por largo tiempo el origen de una denominacion que me parecia extravagante, hasta que reco- nocí que todas las flores tienen estambres, que por lo regular son de figura de agujas, con las ante- nas en sus extremidades las más agudas: los estambres pueblan lo interior de la flor, adonde el huit- zitzilin introduce su delgada lengua para chupar la miel, y desde entónces conoci que con propiedad le acomodaron la voz de chupa-espinas. Esta etimología me parece no ser forzada. APÉNDICE.—24. — 186 — lidad. El prurito de escribir se ha hecho ya ramo de comercio. Un autor famé- lico se dedica á publicar una obra: reflexiona sobre las que logran estimacion, y de ellas extracta, copia, ó finge alguna cosa, y con esto los lectores tropiezan en la red que la codicia, el amor propio ó la vanidad les tendió. ¿A qué se reducen los dos tomos de la Nueva Enciclopedia, en que se trata de Historia Natural? A una nomenclatura estéril. Se dice que tal ave tiene así ó asado el obispillo; que su extension es de tantas pulgadas * y líneas: ¡cosa rara que se quieran determinar los conocimientos de los animales por dimensiones, cuando en la especie humana, el hombre, este animal, el más perfecto de todos, no tiene dimensiones fijas, porque en el mismo pueblo, aún más, en la misma fa- milia, los individuos son más ó ménos corpulentos; y que respecto á los animales se quiera especificar son de tantas pulgadas y tantas líneas! Si la Enciclopedia peca en esta parte, mucho más se verifica respecto á las descripciones particulares. He leido y releido con especial atencion lo que se dice en ella acerca de los chupa-mirtos en los artículos colibrí, pájaro mosca, ke., y veo que sus descripciones son superficiales. No se habla nada de su modo de vivir y de propagarse, «ec., dec., que es lo que importa á un aplicado á las cien- cias naturales; porque lo demás se consigue con facilidad registrando los dibujos en los que se representan con exactitud: una imágen presenta mucho mejor los caractéres de una ave, que la más completa y escrupulosa descripcion. Al ver las falsedades que se imprimen é imprimirán acerca del chupa-mirtos, me he determinado á publicar mis observaciones, que son en mucha parte con- trarias á lo establecido; pero en recompensa son sólidas, y nada dependientes de informes. Cuadren ó no, yo cumplo con especificar lo que he visto, y que verá quien se tome el trabajo de repetirlas. El chupa-mirtos, de que hay una grande variedad respecto á sus tamaños y colores, es la ave más pequeña que se ha registrado en la redondez del mundo conocido. Sus colores disputan la brillantez á las flores y á las piedras preciosas, y aun al espectro formado por el prisma, y por lo mismo al arco-íris. Si el pavo real, este animal pesado y tosco, logró por sus inimitables colores ser el ídolo de la antigiiedad, ¿de qué encomios no hubieran usado los antiguos si hubiesen te- nido noticia de una pequeña ave, que aparece como un átomo en el aire revestida de los más exquisitos esmaltes? ? Para dar una perfecta idea de las dimensiones de esta ave privilegiada, no ex- 1 Si Maduit se hubiera limitado á decir, que tal ó tal pájaro que habia tenido en sus manos tenia tantas pulgadas, tantas lineas ó puntos, no habria que reprenderle; pero atribuir á toda la especie las dimensiones de un individuo, es un capricho raro. 2 Si Paw y sus secuaces llegan á tratar del chupa-mirtos, puede ser profieran que como el clima de América es tan lánguido, tan ingrato respecto á la organizacion, el pavo real se redujo aquí áchu- pa-mirtos. ¿No escribió este pseudo filósofo, que las higueras plantadas en América produjeron fru- tos con espinas? No seria extraño asegurase lo otro. — 187 — pondré si tiene tantas líneas ó pulgadas; si las plumas de sus alas y cola son tan- tas y tantas (ridículo modo de expresarse, y propio para deslumbrar á los genios limitados): diré que habiendo cogido * uno al tiempo que estaba cubriendo los dos huevecillos (rara vez he visto tres en el nido), y colocado en una balanza muy sensible, pájaro, nido, huevos, y la rama en que estaba asegurado dicho nido, pesó dos ochavas, un tomin, seis granos: la avecilla una ochava nueve granos, y los huevos un tomin, tres granos. Fué tanta mi prolijidad, que no teniendo á mano los pesos suficientes para pesar tan pequeñas cantidades, me valí del arbi- trio de usar de ciertas dimensiones de un pliego de papel, con el ánimo, como lo ejecuté, de verificar las proporciones en la oficina de ensaye de la real casa de moneda. Estas, que parecerán trivialidades á muchos, no lo son para un genio curioso, que procura averiguarlo todo, y que reputa dignas de su atencion estas que se creen menudencias. Ya el lector en virtud de lo expresado vendrá en conocimiento de que esta ave es la pigmea entre las volátiles. El lugar en que fabrican el nido, es la débil ra- ma de un árbol, ya sea en las más elevadas, ó en las más bajas, y que apénas se elevan á la altura de un hombre. Algunos los forman en peñas, y tengo obser- vado que los que así construyen sus nidos, son de una clase subalterna: sus co- lores y su organizacion no tienen aquella finura que se observa respecto á los que se establecen en los huertos y arboledas. Los materiales con que fabrican dicho nido son pajas muy delgadas, disponién- dolas en figura de media esfera cóncava: lo interior lo entapizan con filamentos que proveen las plantas garzóticas, esto es, aquellos cuyos frutos están apegados á una especie de algodon, como es el que surten los sáuces, la chicoria y otra in- finidad. En una palabra, entapizan lo interior del nido con material muy suave, y no es extraño observar algunos filamentos de lana y de crines en él: lo asegu- ran con los mismos materiales, y los rodean por la circunferencia del pequeño ramo, de modo que cuesta algun trabajo separar el nido del ramo. Lo revisten por la parte exterior con la pulmonaria ó especie de orsilla que los indios cono- cen por quapastlasole, planta que vegeta en las peñas ó cortezas de los árboles. Este es su nido, juguete de la naturaleza, y en que se ve la industria que una primera causa comunicó á unos pajarillos tan débiles para que se propagasen. Estas aves no están sujetas, como es regular en las de otra especie, al influjo de la primavera, para determinarse á fabricar sus nidos. Jamás he visto que em- pollen sino hasta el mes de Julio: siguen con vigor en Agosto, Setiembre y aún en Octubre, tiempo en que se experimentan, si no algunas heladas, mucho frio, se ven los nidos con crias. Téngase presente esta observacion, por lo que se dirá cuando se trate del pretendido entorpecimiento que se les atribuye. No he podido verificar el tiempo preciso de la incubacion; pero sospecho (por- 1 Era de los que la Enciclopedia nombra verde-perla. a, E que las observaciones hechas sobre este punto no son muy exactas) que no pasa de doce á catorce dias. Por lo general la hembra no pone sino dos huevecillos, que son de figura oblonga, y de una cáscara tan débil, que con el menor golpe se rompen. Al ver los pollos á los primeros dias despues de su nacimiento, nadie se persuadirá de que sean colibrísóchupa-mirtos, sino unos vivientes, que más parecen arañas de pésima organizacion, con una piel de un negro opaco, poblada de cier= tas plumillas ó pelos muy ralos de color amarillo. ¿Quién al verlos en este estado, los reputaria por aves que debian dentro de poco tiempo poblar el aire adorna= dos de los más hermosos colores, y éstos con el aparato de los más brillantes es= maltes? En una palabra, hasta que las plumas llegan á tener la mayor parte de su in- cremento, no manifiestan la hermosura de esta admirable avecilla. Si la magnitud del pico de que están poseidos al tiempo que vuelan se debiese regular por el que se les registra al tiempo que nacen ó poco despues, y en todo el tiempo en que los alimentan sus padres, se formaria una idea muy siniestra, porque cuando es- tán atenidos á comer por pico ajeno, el suyo es muy pequeño, y les crece rápi- damente cuando ya están en vísperas de volar, de vivir por su propia solicitud, ¡providencia admirable de la Omnipotencia, que proporciona aun á las aves los instrumentos necesarios á su conservacion! Un pico proporcionado al que deben tener los chupa-mirtos cuando ya son habitantes del aire, seria incómodo á los padres para introducirles el alimento. Pero como lo tienen muy pequeño y con unas fauces muy amplias, logran la facilidad de alimentarlos. Es digno de notarse que la amplitud de sus fauces disminuye en arreglo á lo que crece el pico. Estas observaciones deben tenerse por seguras, porque en centenares que he registrado aun desde mis tiernos años, así me lo tiene manifestado la experiencia. No referiré las dimensiones del colibrí ó chupa=mirtos: no dibujaré sus colores, porque este conjunto de caractéres no los puede imitar el más diestro pintor. Es necesario tener uno á la vista, para reconocer este juguete de la creacion: por más que el conde de Buffon y otros ornitologistas hayan procurado presentarlos á la vista de los lectores, discrepan demasiado los retratos del original. Mucho mé- nos se puede venir en conocimiento de lo que es esta ave, por la nomenclatura árida que nos ministra la Nueva Enciclopedia metódica. Despues de leer los artí- culos colibrí, pájaro mosca, ¿qué aprendemos? Que tienen tantas plumas, tantas pulgadas y tantas líneas: ¡erudicion impertinente y superficial! Despues de tres siglos que han pasado con la novedad de esta peregrina ave, ¿me atreveré á referir los hechos que tengo observados, y que corrigen los infor= mes que han vertido tantos escritores? Si, porque lo que expreso podrá verificarlo quien se tome el trabajo de reiterar las observaciones que he ejecutado: y protesto que lo que expongo lo he visto con ojos libres de toda preocupacion; ántes bien en ocasiones, dudando de lo que veia, porque tenia leido lo contrario; ¿pero quién se resiste á la evidencia? — 189 — - Estaban todos creidos en que el chupa-mirtos solo se alimentaba con la miel que mana en el nectario ó fondo de las flores. Se presentó en América un Mr. Badier, y quiso desmentir á la creencia general con decir se alimentaban con insectos, por- que disecando algunos, les encontró en las visceras cadáveres de insectos. ¿Pero esta observacion es segura? De que hallase insectos en el buche, ¿se deduce el que se alimenten con ellos? Creo que no, y mis fundamentos son estos: lo primero, to- da ave insectívora tiene el pico organizado, de forma que con facilidad pilla los insectos: el del colibrí es demasiado aguzado, y las fauces son estrechas. Lo se- gundo, toda ave que se nutre con insectos, no solo vuela, sino que tiene libertad para caminar en su solicitud: el chupa-mirtos á causa de la pequeñez de los piés y piernas, no camina, solo le sirven de apoyarse en muy ligeras ramas. Estas dos reflexiones parece desharatan el aserto de Badier. Pero supongo que este caballero verificase en sus disecciones los insectos en los intestinos de la ave, ¿por esto se debe decir les sirven de alimento? No, porque si se hace la anatomía de un perro, sele encontrarán huesos en los intestinos, y no por esto se alimenta con ellos: en el buche de las gallinas se encuentran piedras, y este no es su ali- mento: los abestruces devoran el fierro, y noes su alimento: muchas aves en- gullen la semilla del visco y de otras, y deponen las semillas que no son de su alimento. En el mismo modo se pueden encontrar insectos en el vientre de los chupa-mirtos sin que sea su alimento. Estas aves se nutren con la miel que mana en el fondo de las flores: se sabe que una infinidad de pequeños insectos acuden á los nectarios para devorar la miel: ¿no es regular que el pajarito al chupar la miel trague algunos de los insectos que se hallaban en la misma ocupacion? Aun esto se hará más creible, si se reflexiona la voracidad con que el chupa-mirtos chupa ó en gulle el licor. Puede, pues, ser cierta la observacion de Badier, y tam- bien que su único alimento es la miel; porque he tenido la paciencia de criar mu- chos, que han vivido largo tiempo sin que se les haya ministrado otro alimento que azúcar desleida en agua. Es cierto que no se lograron vivos por un año; pero en mi concepto esto proviene de que la azúcar desleida en el agua no les es un correspondiente sus- tento: faltan á la almíbar aquellas partículas balsámicas que caracterizan á la miel de las flores. Tal vez seria muy conducente alimentarlos con miel de abe- jas, idea que se me presenta al escribir esto, y acaso entónces se conseguiria mantenerlos en jaula por largo tiempo; pero en mi juicio la causa verdadera de su corta vida en la prision, depende de que como es una ave que estando libre se halla casi en un continuado movimiento, la falta de éste, que no puede lo- grar en la jaula, abrevia sus dias: aun faltan otros muchos experimentos exactos que aclaren esto. La rapidez con que esta ave vuela con los piés encogidos como las palomas, no es para expresarla, sino para verla. En un segundo de tiempo avanza más de cuarenta varas: la agitacion de sus ales es tan violenta, que se mantiene en el —190— aire, *introduciendo el pico en el fondo de la flor, hasta que agotan toda la miel. El ruido que forma el batido de las alas se oye á más de veinte pasos, é imita esta voz ron, ron, ron: así camina de flor á flor, de sitio á sitio, hasta venir á lo interior de las poblaciones á utilizar las flores que se cultivan en las macetas. Pero ¡qué vista y oido tan agudos! Al menor movimiento, al más pequeño ruido (no obstante de estar entretenida en chupar el jugo de una flor), desaparece como la luz de un relámpago. Su modo de volar no es como el de las demás aves, mantiene el cuerpo casi vertical, y las alas horizontales: en esta forma gira por todo el dia, ménos el tiempo en que se halla estimulado para propagar su especie, porque entónces se paran en las ramas por largo tiempo, expresando su pasion con el chillido monó- tono £z1, tz1, tz1, que molesta; pero si se forma un combate entre dos rivales, en- tónces se golpean volando, y el vencedor y vencido sin pausa repiten por algunos instantes el £31, tz1, no con pausa, sino es sin interrupcion y en tono más agudo. No he visto autor que refiera el canto del colibrí ó chupa-mirtos, sino al Pa- dre Labat, dominicano, quien en sus viajes á las islas Antillas, refiere que el Padre Mondidier, religioso de su Órden, habiendo colocado en una jaula un nido de chupa-mirtos, los padres los alimentaron venciendo los temores inseparables á una ave silvestre. Añade que los padres y crias se familiarizaron de tal forma, que no salian de su celda, y que les ministraba por alimento una pasta compuesta con vino, bizcocho y miel: añade, que su canto era una especie de zumbido ó susurro muy agradable, * llegando á tal estado el de su domesticidad, que salian al cam- po, y volvian á la celda á la disposicion del P. Mondidier, quien por su reclamo los obligaba á colocarse en sus manos: finalmente da fin á su narracion ó fábula con esta catástrofe, un gato los devoró: Luyete 4 Veneres Cupidinesque. La lástima es, que no hubiera hecho otro tanto con los viajes del P. Labat. Lo pri- mero, los chupa-mirtos no pueden sustentarse con vino endulzado, en virtud de lo que refiere el padre: planté el experimento, y los polluelos se convelieron. Que cantasen no lo creo, ni lo creeré, porque ya he manifestado que solo articu- lan el chillido monótono tz1, tz1, más ó ménos agudo. Que se domesticasen lo crea quien no hubiere verificado como yo la cria de algunas docenas, los que á 1 Si los promovedores de los globos aerosláticos hubiesen meditado el modo maquinario con que esta aye se sostiene en el aire en un mismo sitio, la direccion de sus movimientos para girar, quizá hubieran utilizado más que con su gas inflamable, y excesivos costos en un descubrimiento que fué casi efimero. 2 Maduit en la Enciclopedia asienta como cosa segura, que las aves de canto sonoro están ador- nadas con colores opacos desagradables, y que las hermosas tienen un canto y una voz desapacible: ¡qué error para un tan grande naturalista! ¿No estará cansado de oir cantar con melodia á los cana- rios revestidos de los más bellos colores? En América el jilguerillo, la calandria, el xochitotolt (pá- jaro rosa de los mexicanos) se hallan cubiertos con variedad de hermosas plumas, y cantan con ga- llardia y dulzura. Deseara que Mr. Maduit reformara su articulo demasiado metafísico, y que expone en el artículo Sinsote (el Zenzontle.) í — 191 — pesar de ser nutridos por mi mano, aun cuando se hallaban muy tiernos, siem- pre han conservado un carácter feroz, y siempre listos á valerse de la primera ocasion de huirse de la jaula. Mas contradecir al P. Labat ¿no es una temeridad? Fué viajero y ciertamente yo estoy muy mal con estos ambulantes, que observan de paso; inquieren de su- getos que ignoran si son ó no verídicos; deciden en virtud de su amor propio; escriben en sus diarios lo que les parece ven llegar á Europa, y héte aquí un nuevo viaje á tal ó tal parte, que se vocifera por su autor ó por los interesados (en el expendio de un nuevo libro) como una obra de mucho interés: ¡ojalá y los ejem- plares no fuesen tan multiplicados! No tengo campo, se me atropella lo mucho que pudiera decir sobre el particular. Tan solamente expondré esta reflexion: es muy fácil conseguir nidos de colibrís, ¿por qué el P. Mondidier noreiteró espectáculo tan singular, puesto que el más poderoso en la tierra no puede gloriarse de esta panto- mima ó comedia, de haber poseido ese nuevo coro orgánico, d:c., «ec? Tan léjos estoy de creer esa docilidad que refiere el P. Labat, que veo lo contra- rio por un hecho digno de agregarse á los conocimientos que forman la verdadera historia de las aves. Me habia dedicado á criar seis pequeños chupa-mirtos, los que iban criándose grandemente. Se meinformó que en un árbol inmediato á la casa en que moraba se hallaba un nido de estas aves: en efecto hallé en él un individuo, el que introduje en la jaula en que estaban los demás: me persuadia á que los padres, al mismo tiempo que solicitasen alimentar á su cria, nutririan en ocasio- nes á los demás polluelos sus compañeros en la prision: ¡cómo se frustran las ideas! Tenia el cuidado de alimentar á mis aves con azúcar desleida en agua, como lo habia ejecutado por muchos dias; pero observé que las crias se hallaban muy lán- guidas, y en estado de ver mis esperanzas mal logradas, lo que me obligó á es- piar con atencion lo que pasaba. Al principio creia que los padres nutrian con indiferencia á todos mis prisioneros, porque veía cómo introducian sus picos en las fauces de todos; mas al ver que solo el hijo de los que yo juzgaba caritativos, era el que no padecia novedad, y que los otros se hallaban casi exterminados, procuré repletarlos de alimento, lo que se conoce en que se les llena el buche de licor: ¿cuál fué mi sorpresa al ver que pasado un corto tiempo, y registrando á mis pequeños prisioneros, les observé los buches vacios! Por lo que vine en co- nocimiento de que estas aves, semejantes á muchas de rapiña, no solo no susten- tan á los que se les confian, sino que aun les roban el alimento que otra mano les proporciona. En efecto, los animalillos inocentes abren los picos, porque juzgan son sus padres los que les van á alimentar, y estos tiranos extraen del buche la miel, que debian recoger á esfuerzo de sus trabajos en el nectario de las flores. Esta experiencia me hizo separar á mis clientes de padrastos tan perniciosos, lo que les aprovechó mucho, y me dediqué á ejecutar un experimento que me demostrase el maligno natural de estas pequeñísimas aves. La cria, cuyos padres me eran bien conocidos, la introduje en una pieza, resguardada en una jaula: no — 192 — dejaron sus padres de introducirse á la pieza para alimentarla; entónces dispuse los batientes de una ventana corredizos, para que cerrasen luego que viesen á uno de los padres en lo interior, lo que conseguí dentro de poco tiempo, y en la mis- ma jaula encerré al padre ó á la madre (porque en estas aves no se registran caractéres diversos), y les proporcioné alimento; ¡pero cuál fué mi sorpresa al re- gistrar por una rajadura de una puerta lo que pasaba en la jaula! El padre 6 madre á picotones mató al hijo, y pocos instantes despues quedó yerta. Esta pequeñísima ave es el símbolo de la iracundia. A más de lo que tenia observado en sus combates, en los que pelean con furor, ví este hecho, como tambien el que esta ave silvestre vive pocas horas si se encierra en una jaula, sea que ésta se coloque á la luz, ó en la oscuridad. No soy anatómico; pero en las muchas di- secciones que tengo ejecutadas de estas aves, ya sean de las que tengo remitidas á Europa, ó de las que conservo, he reconocido que la bolsa que contiene la bilis ó cólera, es de una magnitud que no corresponde á la pequeñez del pájaro. Aban- dono este campo á quien con mejores conocimientos y práctica intente cultivarlo. Me acerco ya á la mayor dificultad, y es el desengañar á los naturalistas de un error, que por tres siglos se ha propagado de pluma á pluma, de autor á autor. Se dijo luego que se descubrió la América, que el colibrí pasaba el tiempo del in- vierno amortiguado, y que se vigorizaba para volar al tiempo de la primavera. Es cierto que se conocen ciertas aves, ciertos cuadrúpedos que están sujetos á esta vicisitud; pero respecto á los chupa-mirtos es muy falsa, aunque se imprima y reimprima la noticia como segura.” Jl sabio Hernandez, venido á Nueva Es- paña, estampó esta novedad, la copió Clavigero, puesto que sus expresiones, tra- ducidas del latin de Hernandez, edicion de Roma, página 322, son estas: Questo sonno, o per dir meglio questa immobilita cagionata dalla goffezza, o anm- ghittimento delle sue membra, s* é falta constare giuridicamente piú volte per convincere P'incredulita d'alcuni Europei. Storia antica, t. 1, pág. 87, y así se ha propagado este error. Aunque Hernandez y su traductor, respecto á esta noticia, citasen cuantos tes- timonios pudieran dar los escribanos que pueblan al mundo, de ninguna manera abandonaria los hechos seguros que palpan mis sentidos. Esta es una fábula, que tiene su curso no solo entre los eruditos, el comun de las gentes vive en la misma creencia. No obstante esto, desde mis tiernos años fuí siempre inclinado á regis- trar los efectos de la naturaleza: he viajado mucho: aún más: he prometido gratifi- cacion al que me trajese algun chupa-mirto amortiguado; y con todo esto, hasta la presente mis deseos no han conseguido el menor indicio ni la más ligera sospe- cha; cuando en todos tiempos veo que no hay tal amortiguacion respecto á los chu- 1 El Abate Molina en su erudita reciente historia del reino del Chile, á la pág. 274, dice: « y «cuando llega el invierno se cuelgan por el pico de una ramilla, permaneciendo inmóviles hasta que «llega la primavera. » El historiador se dejó arrebatar aquí de una vulgaridad muy radicada; no pre- senta observacion propia. — 193 — pa-mirtos, sino que son aves que desaparecen de los sitios en que no hay flores, para acantonarse en los que logran su proporcionado y necesario alimento. Demostracion que no admite réplica: el mes de Enero es en el que se verifica más frio en los contornos de México: la sierra de los padres del Desierto es una de las más frias que rodean el valle de México; y no obstante esto, á causa de las muchas plantas que florecen en dicha estacion en las quiebras ó cañadas de dicha sierra, se ve una grande abundancia de chupa-mirtos. * Si en el tiempo más frio de todo el año no se amortiguan, ¿cómo se ha observado semejante fenómeno? Aun en lo interior de la ciudad se ven uno ú otro en el rigor del invierno: no hace mucho tiempo que ví á uno chupando las flores de un arbusto que florece por dicho tiempo en lo interior de la casa delos padres camilos, y tengo sabido que en el convento de la Encarnacion cogieron uno en el rigor del frio: noticia que me comunicó un sugeto erudito, como muy particular, porque vivia conven- cido de lo que han escrito los naturalistas. ¿Estos chupamirtos eran privilegia- dos para no sufrir la suerte de los demás de su especie? Se me opondrá á esto, que en la Nueva Enciclopedia metódica se expone un artículo con el título de pájaro resucitado ó chupa-mirtos, y se anuncia en com- pendio la noticia vertida por Hernandez y por Clavigero: ¿pero qué el autor olvidó lo que dice el grande Bomare en su Diccionario, que anda en manos de todos, de que se han ejecutado hasta diez y seis ediciones contrahechas, y que su autor tie- ne vendidos hasta cuarenta mil juegos? Pues este autor, en el artículo colibrí, se expresa muy á las claras de este modo: Se dice que despues de pasado el tiempo de las flores, se entorpecen; pero en Surinam, y en la. isla de Jamaica, en donde se hallan flores en todo el año, no se dejan de ver colibrís y en abundancia. ¿Por qué no se tendria esto presente para no propagar ideas falsas? ¿Por qué no se suspendió el juicio para no alucinar á los lectores con noticias falsas, ó cuando ménos dudosas, puesto que un naturalista como Bomare minis- traba documento contrario? P Pero voy á rebatir á la Nueva Enciclopedia con sus propias armas. En el ar- tículo general golondrinas, para impugnar el sistema de los que aseguran per- manecen amortiguadas por el invierno, pág. 56 de la edicion de Madrid, se dice: «La torpeza supuesta en las golondrinas, como existe realmente en los lirones y 1 El chupa-mirtos es ave muy voraz, lo que compruebo con este experimento. Encerré dos crias de los que en la Nueva Enciclopedia se expresan por verde perla, y otros dos de los que se especifi- can en dicha obra, pág. 248, con el epiteto de pájaro mosca con orejas, los que consumian en cada un dia de azúcar desleida en agua poco más, poco ménos de una ochava: ¿y qué dirán á esto los Buffones, los adictos á Paw, que reputan á la América por un suelo miserable? ¿Terreno que produ- ce tanta flor aun en el invierno para sustentar á tanto colibri, será tierra estéril? Calcúlese la canti- dad de néctar necesario para que los colibrís se sostengan diariamente, y caerán á plomo estos edi- ficios, que el pirronismo, yy aun algo más han edificado para vilipendiar el suelo de América. Estos nuevos instruidores, estos filósofos, que en Atenas hubieran sido apedreados, ¿hasta cuándo persis- tirán en la manía de escribir contra la América? APÉNDICE.—25. — 194 — «marmotas, no es otra cosa que un largo sueño. . .; pero los cuadrúpedos sujetos «á esta torpeza periódica, tienen en sí mismos con que suministrar á su conser- «vacion, y reparar lo que pierden en el tiempo de su inaccion; al contrario la «naturaleza, no pone repuesto alguno, ni deposita nada en las golondrinas que «pueda alimentarlas; necesitan repararse todos los dias, y no pueden conservar «su existencia sino con nuevos alimentos.» ¿Qué repuesto se halla en los chupa= mirtos para que pasen el invierno amortiguados, etc., etc? Ya se desea satisfaga á esto el autor de la Enciclopedia. Siempre será cierto que los chupa-=mirtos no se amortiguan, porque se observa lo contrario; y la opinion de los que defienden el letargo de las golondrinas, será punto problemático ínterin no se verifiquen hechos demostrativos de lo contrario. Extraño que un naturalista de tanta fama como lo es Maduit, autor de esta parte de la Enciclopedia, exponga argumentos tan débiles para apoyar su opinion tocante á las golondrinas, y que se desvanecen con facilidad si se considera que los gusanos que pasan el invierno en estado de crisálidas, no tienen repuesto para alimentarse, como tampoco los murciélagos, etc., etc., verdades bien conocidas por los aplicados al estudio de la naturaleza. El Diccionario de aves trabajado por Maduit, no lo hará inmortal en la república literaria. La superficialidad que se observa á cada paso, algunas contradicciones manifiestan que trabajó con acele- racion, sin meditar y coordinar las noticias. SuPLEMENTO.—Expresé que en los nidos de los chupa-mirtos solo se registran dos huevos y rara vez tres. Esta observacion, que no puede desmentirse, falsifica el aserto de un anónimo, quien, como si húbiese registrado todas las aves del mun- do (defecto comun á muchos de los naturalistas del dia), prorumpió en esta atre- vida expresion, en la descripcion que hizo del pájaro abegeruco, concebida en estos - términos: «El número de huevos varía desde diez á catorce; pero esta es regla «general; en tanto el número de huevos es más considerable en cuanto el ave es «más pequeña: se podria decir que la naturaleza en la poblacion y generacion de «los animales, suple por el número cuando los individuos son pequeños.» ¡Qué cúmulo de errores! A más de que por lo expresado, consta que el chupa-mirtos es la ave pigmea entre las conocidas, y que su incubacion se reduce á dos, y cuando más á tres huevos, ¿este buen naturalista no debe tener bien sabido que el ánade y otras aves de las corpulentas tienen por sucesores veinte ó más pollue- los? El estudio de la naturaleza ha logrado sus aumentos, pero el número de los parleros se ha aumentado en una progresion indefinida. Como el chupa-mirtos se alimenta tan solamente con líquido, su lengua pre- cisamente debe ser de organizacion muy diversa á las de las otras aves. Confieso el descuido que he padecido en no haberla registrado ántes con atencion; ahora lo tengo verificado, y supliré con un símil que dé á conocer su organizacion: si un hombre procura acercar su muslo al pecho y su pierna al muslo, esta disposicion es en la que está la lengua en lo interior del pico, al tiempo que no usa de ella; pero — 195— al modo que el hombre al enderezar muslo y pierna dispone todo el miembro en una línea recta, en el mismo órden endereza el chupa-mirtos la lengua para sa- carla del pico y chupar la miel: el pico depende de dos fuertes nervios, que son los que le dan todo el manejo; y acaso estos son los que paralelos y de color opaco se registran por todo lo largo de la lengua, la que se asemeja á la hoja de una espada, aunque en la extremidad está hendida en dos porciones. Ó si se quiere tener otra idea, supóngase una > consonante, no vertical sino horizontal, y ase- gurada su extremidad de la parte inferior; cuando el chupa-mirtos no se alimenta, tiene la lengua en lo interior del pico en figura de esa > ; pero luego que encuen= tra alimento, la > que formaba ángulo, se trasforma en una línea recta: es de advertir que la lengua no forma en su figura una >> ó ángulo de lados desiguales; el superior es doble del otro lado, esto es, del inferior, de aquel contiguo al pa- ladar inferior. La miel no sube al buche; á causa de que la lengúecilla tenga al- gun tubo que la inspire por un mecanismo semejante al que practican los perros y otros animales para beber agua, el chupamirtos engulle la miel de las flores. P. D. Los naturalistas que han tratado de los colibrís, no han mencionado una observacion respecto á estos animales, que tengo bien observada. En el tiempo del mayor calor, por los meses de Mayo, Junio, Julio y Agosto, estas pequeñísi- mas aves toman sus baños, ¿pero á qué hora? Entre diez de la mañana y dos de la tarde; mas en método muy distinto al que acostumbran las demás aves. Con su vuelo rápido se dirigen, ya sea contra la corriente, ó siguiendo la direccion de un manantial, y volando sulcan las aguas: asíse bañan, y cuando su necesidad se ha= lla satisfecha, reposan en una de las ramas de los árboles contiguos al manantial. «Gacetas de Literatura» de 5 y 19 de Octubre de 1790. => UTILIDAD DE LOS CAMALEONES DÉ Nueva-EspAÑa POR EL SR. ALZATE Y RAMIREZ. | Aquella natural inclinacion que tenemos á cultivar algunas plantas en lo inte- rior de las casas, demuestra, decia el Abate Vallemont, que fuimos criados para vivir en los campos; felicidad que perdimos á causa del pecado original, el que nos ha precisado á vivir aprisionados entre paredes, estrechados á lo que la preo- cupacion llama comodidad. Esta inclinacion á criar plantas en lo interior de las casas, suele ocasionar mucho disgusto á los aficionados á la agricultura, á causa de que despues de haber desembolsado algun dinero y expendido mucho trabajo, repentinamente ven frustradas sus esperanzas, por el motivo de que una legion de hormigas se apodera de la vasija en que está sembrada la planta yla aniquila. —196—= Me limitaré por ahora á tratar solamente de los naranjos, de esta fruta que con tan sobrada razon se ha hecho en México el objeto de los aficionados á plantas. Despues de conseguido, 4 más de la contingencia á que se expone el que la com- pra de que se pierda en pocos dias por la mala fé de los vendedores; si por acaso se logra y retoña, al punto se ven alrededor de él grandes porciones de hormi= gas que lo cercan por todas partes, y lo arruinan en poco tiempo, ya sea porque devoran los tiernos retoños, lo que no puedo asegurar, ó ya sea (y esto es lo más cierto) porque exhalan un humor que quema á las plantas; y lo más principal, porque estos pequeñísimos y perniciosos insectos conducen y distribuyen en todas las ramas y hojas otros insectos más perniciosos que las mismas hormigas, quiero decir, ciertos progalinsectos (de la misma organizacion que la grana ó cochinilla que sirve para teñir) los que se alimentan de los jugos de los naranjos y de otras plantas (principalmente las olorosas) y por los taladros que forma en la planta ú hoja, destruyen la organizacion, y hacen se extravíe la savia en forma de goma. Observaciones muy reiteradas me tienen enseñado, que un naranjo en que se propaga la cochinilla, si no se tiene la atencion de limpiarlo muy á menudo, en pocos meses se seca por las razones alegadas. Las hormigas no las conducen para alimentarse con ellas, porque entónces las conducirian á sus hormigueros; acaso será para nutrirse con los jugos que se extravían por los taladros que forma la cochinilla; no lo aseguro, aunque á ello me persuaden varias reflexiones. ¿Qué método será el seguro para exterminar las hormigas que en México ani- quilan á las plantas? Confieso haber ejecutado muchos de los que mencionan los autores de agricultura, sin lograr la más mínima resulta favorable. La infusion de yerbas venenosas ó acres; el polvo de tabaco; el azogue; sus preparaciones, nada se ha omitido para lograr el intento. El envenenar varios insectos para que las hormigas que los devorasen pereciesen, han sido arbitrios inútiles, porque no sé que instinto tienen estos débiles insectos, que al punto reconocen el veneno. El dulce, que es su mayor estímulo, si se les presenta mezclado con arsénico ú otro material venenoso, lo desechan. Finalmente, despues de algunos años inútiles en tentativas, por un acaso lo- gré ver ejecutado lo que tanto deseaba. Con el fin de observar los fenómenos que del camaleon (denominacion impropia) del país refieren varios autores, y que es- pecifican por Tepeyactzin, coloqué en varias macetas algunos con el fin de rel- terar mis experimentos, y escribir su historia natural libre de toda ponderacion y de todo informe siniestro (la que, remitida á Europa, se publicará en breve), y noté que ciertas plantas, ántes acometidas por las hormigas, estaban libres de tan perniciosos enemigos: me dediqué con esto á observar mis camaleones, y ví que acantonados cerca del tronco de ellas, engullian cuantas hormigas se les pre- sentaban. Esta observacion me hizo colocar varios camaleoneos en las otras vasijas que contenian naranjos, y las ví con admiracion dentro de breve libres de tan detes- — 197 — tables y destructores insectos. * En obsequio de los aficionados á plantas advertiré la práctica que tengo experimentada. A unos camaleones les atravesé en la me- dianía de la cola una argolla de alambre de fierro unida á una ligera cadenilla: ésta tiene su juego para que no se enrede, y está pendiente de un anillo asegu- rado en el tronco del naranjo: en virtud de esta disposicion el reptil se halla en libertad para moverse en contorno, y devorar todas las hormigas y demás insec- tos que se acercan al sitio de su prision. Pero como un experimento encamina á otro, dispuse con el fin de libertarlos de la cadena y de la argolla unos aros 6 círculos de hoja de lata del alto de una sesma, los que rodean á las vasijas ó ma- cetas, y alli los coloqué. De este modo he conseguido que ellos no se precipiten, y tambien que puedan andar libremente por todo el hueco que les deja el haro, y perseguir las hormigas que están distantes. He notado que éstas procuran an- dar á la mayor distancia que les es posible de los camaleones, desde luego por huir de su voracidad, pues regularmente las he visto caminar por los contornos de las macetas. | Acaso para muchos estas reflejas se reputarán por importunas; pero á más de que los aficionados á las plantas logran el complemento de sus inocentes recreos, el público va á avanzar mucho si se planta esta idea. En Cuernavaca y sus in- mediaciones no se halla un naranjo pequeño, á causa de que todas las plantas tiernas han sido conducidas á México para ser la víctima de las hormigas y de la cochinilla. Con esto los vendedores los van á buscar á Cuautla de Amilpas, en donde ya escasean notablemente. ¿Qué puede resultar de esta extraccion de plan- tas tiernas, sino que se vea el público dentro de algun tiempo falto de un mate- rial tan útil á la salud como es el fruto de los naranjos? La desidia ya es muy grande: no se piensa en nuevas siembras de fruto tan necesario; y si no se trabaja para la posteridad, en pocos años verémos vender una naranja en un precio ex- orbitante. ' Espero tratar de este asunto, que á primera vista no aparece de consideracion, en otra, para exponer el feliz arbitrio, que un sugeto muy hábil planteó para 1 Acaso se pudiera ejecutar igualmente la destruccion de hormigas por medio de lagartijas, las que abundan más que los camaleones; pero como son más ligeras y proveidas de uñas agudas, suben por el tronco del árbol, se encaminan por una rama, y se precipitan para salvar el recinto que las encarcelaba. Ya veo que aprisionándolas al modo que ejecuté con los camaleones, no podrian eva- dirse, y devorarian á todas las hormigas y á todos los insectos que intentasen subir por el tronco del árbol: si en las tierras calientes, en las que abundan unos lagartijones de más de tercia, á que Co- nocen por Escorpiones, se destinasen éstos en arreglo á lo referido, ¿no devorarian en poco tiempo * cuantas hormigas se dirigiesen á exterminar un árbol? Creo que si; mas la tradicion popular servirá de un fútil pretexto para no ejecutarlo, Se cree que los escorpiones (denominacion impropisima, porque en nada se parecen al alacran, que es verdadero escorpion) contienen un veneno muy activo, hasta llegar á asegurar algunas personas, que si se cuelga uno de un árbol, se llega á secar el ár- bol. Mas para conocer la falsedad de esta noticia, basta saber que estos reptiles nacen, viven y per- manecen al pié de los árboles, sin causar el menor perjuicio á su vegetacion. Será, pues, cosa bien extraña, que solo cuando los cuelgan de los árboles los arruinen. — 198 — destruir los hormigueros. Este es de mucho interés, porque ya se palpa el per- juicio que las hormigas van manifestando en las Islas americanas, y acaso estos débiles insectos obligarán á abandonar las posesiones que los europeos con tantas fatigas tienen establecidas en ellas. Véase el viaje de Pingre y las Gacetas de la Martinica. P. D. Parece que en este artículo deberia haber expuesto una descripcion exacta del Camaleon de Nueva-España, presentando las observaciones que tengo verificadas respecto á su modo de vivir, de propagarse y de alimentarse, etc., etc., mas esto seria anticipar la descripcion que tengo escrita, y que se publicará en la Historia de Nueva-España escrita por nuestro patricio Clavigero, en donde se verán los verdaderos caractéres de esta rara é inocente lagartija. Lo que diré únicamente será, que es muy particular, está adornada en todo su cuerpo de es- pinas, y la cabeza con una porcioncilla de cuernos sólidos. Al que la ve por la primera vez se le presenta como un reptil pernicioso y capaz de causar muchas heridas al que la tocase; pero no es así: armas más inocentes que las del tepeyac- zin creo no se registran en algun animal. No tiene dientes ni algun órgano ca- paz de causar el menor perjuicio: su frugalidad es grande, y aun vive muchos meses sin tomar alimento; y aunque muchos suelen mirarlos con horror, puedo asegurar en virtud de centenares de experimentos, el ningun perjuicio que hacen aun manejándolos despues de irritados. «Gacetas de Literatura» de 22 de Marzo y 3 de Abril de 1791. AOL ESTANQUES PARA PESCADO POR EL SEÑOR ALZATE Y RAMIREZ. En la Gaceta Política de México propuse las ventajas que el público disfruta- ria en caso de que se formasen en las orillas de la laguna de Chalco estanques para criar pescado: con dificultad se encontrará sitio más ventajoso. En Europa para formarlos tienen que cavar en terreno sólido, formar paredes ó diques para contener las aguas: en los bordes de la laguna, como que son suelos pantanosos, con demasiada seguridad se puede formar un estanque, con la seguridad de que jamás les faltará agua, con tal de que se disponga: á cada uno dos comunica- ciones á las aguas corrientes, para que la agua limpia éntre por uno y salga por el otro: entónces se logrará mantener el criadero libre de aguas corrompidas. Para que los peces no salgan fuera del sitio se disponen en ambos caños enre- jados de alambre: quisiera dilatarme; pero me es muy estrecho el campo de este periódico, por lo que los aplicados pueden tomar idea del método que se acos- — 199 — tumbra en Europa para los criaderos de pescado en el Diccionario de la pesca, en la Historia de las Artes que tiene publicada la Real Academia de las Ciencias de Paris. Por lo concerniente á esta parte, el sabio é infatigable Duhamel no dejó ápice que no mencionase. ¿Por qué carecerémos en el país de pescado, puesto que el Supremo Criador nos ha franqueado la situacion más ventajosa al intento? El principal motivo ó causa es, que la abundancia de plata sufoca á la industria: ven las gentes que un tal cual, sea quien fuere, escavando la tierra, encuentra la plata, ó que comer- ciando logra caudal; y estas dos brújulas que dirijen para enriquecerse con pron- titud, ofuscan á las gentes y desprecian las artes que sin aparato (sino útiles por su sencillez) les contribuirian diariamente á su subsistencia. El pescado fresco en México logra un precio exaltado, por lo que si ¡ alguno se dedicase á formar un estanque en la confianza de que la ganancia no la veria en el dia, pero que dentro de dos ó tres años lograria un rédito diario, creo se em- plearia á este ramo de comercio: voy á ceñirme porque el campo que me queda es limitado. En virtud de lo que propuse en la Gaceta política, cierto sugeto.se dedicó á plantear un estanque: envió por peces pequeños que perecieron en la caminata; pero no es este el medio de poblar un estanque; se debe considerar ¡el tiempo en que las hembras deponen los huevos, lo que se conoce porque se ven flacas: en- tónces se colectan las yerbas acuáticas y las raíces de los árboles, porque á estos cuerpos se apegan los huevecillos: estos son los que se trasportan á los nuevos estanques, allí nacen, crecen y difunden una interminable posteridad. Este es el método que se usa en Europa y con exceso en la China, en donde se halla establecido un inmenso comercio de esperma de pescado, que se trasporta á las provincias mediterráneas; en los contornos de México se hallan unos estan- ques muy útiles al plan propuesto: dos de las tres albercas de Chapultepec son muy propias para comenzar el establecimiento de este ramo de comercio: los RR. PP. carmelitas de San Joaquin tienen uno bellísimo para el efecto deseado: en Culhuacan se halla otro, que fué célebre por la cria de pescado blanco, y en el dia inútil, por estar repleto de yerba, queimpide nadar á los pescados. ¿Y noes una gran desdicha, que la anguila abunde á la distancia de treinta leguas de México; y que en las orillas de la laguna de Chalco, tan propias para la cria de este animal, sea tan desconocido, pues apénas llegarán á la ciudad por obsequio en cada año una docena? «Gaceta de Literatura» de 6 de Marzo de 1792. — 200 — HORMIGAS DE MIEL Por EL SR. ALZATE Y RAMIREZ. Entre los raros insectos que se hallan en Nueva España, las hormigas que en muchos parajes nombran de miel, y en Zempoala vinitos, merecen ser observadas con mucha atencion: la primera noticia que hubo acerca de ellas se me comunicó en Guadalajara por un curioso á quien se le habian remitido de la villa de Zamora; pero el estado en que se hallaban no permitia formar un juicio acerca de su organi- zacion: despues la solicité, y estoy cerciorado de queson muy abundantes por todas partes, y que en varios lugares se vende la miel. Las que registré con admiracion se me condujeron de 'Tepeapulco: su tamaño es en el todo semejante al de las hor- migas que aquí vemos por los campos: su figura del todo semejante, y no se puede dudar sean hormigas; porque 4 más de que viven en sociedad, tienen aquella uña formada en donde termina el lomo, quelos naturalistas reconocen por carácter de- cisivo en las hormigas: su color es veteado 'de pardusco y negro: lo particular en ellas (se puede "asegurar que ningun naturalista refiere hecho semejante), es que por la primavera el vientre se les llena de miel, y les crece hasta igualar el diáme- tro de una cereza: de manera, quesi á una hormiga de las comunes se les aparta el vientre, y el resto del cuerpo se apega á una cereza, se tendrá una viva represen- tacion de la organizacion de estas hormigas: la miel es del mismo gusto que la de las abejas. ¡Qué reflexion se presenta á un observador atento! ¿Y cómo se mueven estas hormigas sosteniendo tan grave peso para solicitar el alimento? ¿De dónde consi- guen la miel? ¿Para qué? ¿Con qué fin este agigantado vientre unido á un pigmeo? NOTA.—En el volúmen siguiente se continuará la insercion de las Memorias del Sr. Alzate acerca de la Historia Natural de México.—J. $. FIN DEL VOLÚMEN VI. ÍNDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO VI. ——SGLiA ZOOLOGÍA. PÁGINAS. OS pecesteléctricos/ (por UhS Richeb rd ele lisos lsretorejolslejolalala slulale iso a aleta 9 Enumeracion de las especies de Reptiles observados en la parte meridional de la Re- publica Mexicana pponi E. SUMiChrasbo o a sides 31 La criminalidad en los animales, por A. LacassagD€.....ooooooccorcocccocccanooos 61 Enumeracion de los Batracios observados en la parte oriental y meridional de la Re- públicasMexicana por sE. SumichTrasboaso do sas ds reeciss 78 La formacion de la tierra vegetal, por la accion de los gusanos, por Ch. Darwin.... 89 Nota sobre el “Colcoatl” ó Trimorphodon (Dipsas) biscutata, por el Sr. A. Dugés... 145 Metamórfosis del Bruchus Barcence, Eug. Dugés, por el Dr. Eug. Dugés.......... 171 Aves de las regiones del círculo Ártico en las lagunas del Valle de México, por el Sr. AMAR MAI alo atril ea e ja 191 Turicata y garrapata de Guanajuato, por el Sr. Dr. Alfredo Dugés................ 195 ENCAJE POr EN SE., AL Herrera... EEE mas Li at asa als 198 EIN por el Std: DONnd Saa di da tds IO aa 200 HEN UN de ucatanpor. Victor G:EBloeda. sp dbdad ag arrasa teia 205 Noticia sobre una nueva especie de hormiga de México, por el Sr. Wesmael, traducida y anotada por el Sr. Angel Nuñez Ortega, secio honorari0........o...oooo.o... 211 Consideraciones sobre la clasificacion natural del hombre y de los monos, por el Sr. MD en. a vo to A 280 Informe'acezca del Axe, por el mismo Señor: .ocooorconosioaa sacacasa 283 Nota adicional al Artículo del Sr. Dr. A. Dugés acerca del AXO............o...o.... 293 Metamórfosis del Tribolium ferrugineum Fabricius, por el Sr. Dr. Eug. Dugés..... 294 Una nueva especie de Salamanquesa, por el Sr. Dr. A. Dugés....... ........oo.o. 309 Aba AlAtel, pOr el St. DEFAS DUES A. Conos. sees eos oo O OO 344 Dos reptiles de MéxiCO; POL el ausmo Señol. cocotero oo daa oe 359 Documentos relativos al Axe ó Niin........ ss 372 BOTÁNICA. Revista de Botánica..... A Ss il RA opero 152 y 221 Dictámen sobre la repoblacion vegetal del Vallede México........... LAA LA En Ta 245 La vegetacion de; México, por A. Grisebach: er ccccco ocn a aan 251 Estudio de la corteza del Chicozapote, por el Sr. Bernou, farmacéticO..........oo... 312 has/Gramíneas mexicanas, por Br-PoIlEIRR a lalala ll la la 323 Estudio sobre la Bocconia Frutescens, por el Sr. Ochoa y Tapi2.......oooommoo.o... 355 MINERALOGÍA Y GEOLOGÍA. Sobre el orígen de algunas rocas, por M. BÁTCOND........onooncoocaacnccco non .2s 6 Los criaderos de cobre de Michoacan, por el Sr. José €. HATO. ......o.oooooooo...... 51 Auro de MEXICO PO IO A a IS . 280 Informe sobre los depósitos carboníferos del cerro del Tambor, por el Señor Ingeniero SAMA OA tae SS o bcdoado 284 Estudio sobre el orígen de la palabra Chalchihuites, y composicion de la matriz y de las vetas argentíferas del mineral de este nombre, por el Sr. Cárlos Fernandez.. 303 Descripcion de un gran fósil gasterópodo del Estado de Puebla, por el Profesor C. A. VIA e US sas odmibio dad saddr coo 219 SECRETARÍA, Extracto dela acta de la sesion del 19 de Enero de 1882........eccermmocoooocc o. 3 Discurso: por el:Sr. José -María "Velasco... ic rrotrtararcdl alos ea aia atado aleta ad RA e Y Extracto de la acta de la sesion del dia 25 de Enero de 1888.........o.o.omoo romo... 174 Informe rendido por el primer Secretario dela Sociedad Mexicana de Historia Natural, en la junta general del día'25'de Enero de 1883 .......o.oooomccooorncc co .oo.o 175 MISCELÁNEA. Necrología. —Fallecimiento del Sr. Dr. G. SchaffdeT .......oomocooomoo om... Is 06 Excursion:al Nevado de Toluca, por los Sres. A, Dulfus y E. de Montserrat aiii O La Sociedad Mexicana de Historia Natural juzgada en el extranjero.........oo.o.. 60 La antropología actual y el estudio de las razas, por M. Gustavo Le BOn.....,..... 126 Antropología. —Congreso Antropológico de Franefort.—Conferencia de.M. Virchou. —Darwin y la Antropología, por R. Virch0U......ommobiVccocer pompertrs raro 183 Las exploraciones submarinas de Alejandro AgassiZ........o.ooo.oooooncrooocomm*... 363 APÉNDICE. Coleccion de documentos para la Historia Natural de México......... E E 1 Advertencia, por TAM Za ii O AO PA IE IO 3 Breve noticiade las plantas y' animales de, e porel Aabo Francisco J: Clavigero, ae —Elantas.apreciables por.su Írutoroiic A A NS PAGINAS. —Plantas apreciables por su raíz, hojas, tallo ó madera........... AD 16 —Id. útiles por'sus resinas, aceites, s0Mmas Y JUBOS. ooo 21 Gual nipe dose MÉRICO o oa NY AN AO O O 27 AOS CES no O O TS O IS 35 — RMC o o ar a A A E 43 —Peces de los mares, rios y lagunas de ADÁDUAC.....oococcooccoccooc o 47 — IMSectos ide MEXICO as ad a a Mil: o aa pereialisie ie decena lejos 51 —Disertacion £* sobre los animales del Reino de México.—Sobre los animales Propros delbkiemo deMéxiCOo A a lo le e ld 60 Catálogo de los cuadrúpedos Americanos. ....o.oooocooccccncoocr oros. JO Escritos del Sr. D. José Alzate y Ramirez: —Menmoria sobre la grana ó cochinilla............... .... AS EI 97 Estonanatural del Come a Ue lie 152 —Menmoria sobre la trasmigracion de las golondrinaS......o.o.o...mo...... O A o Te OS ON a Ea o ro OS —Menmoria acerca del ámbar amarillo y de la goma laca................ a, —Menmoria acerca del chupa=mirtos Ó COlIDTÍ....ooocococcoo.o ooo 185 —Utilidad de los Camaleones de Nueva-España.....o..oooococoncococo 195 NES o e O dao dol A 198 =P os e o E O ANO RAI 200 PLANTA PARA LA COLOCACION DE LÁMINAS. Lámina 1?—Plano del cráter del Nevado de Toluca.........o.coooormooroooocoo 27 y», 2*—El Sabino del pueblo de Santa María del Tule.—Estado de Oaxaca... 114 3 Meta mórtosis del lBruchus Barcena a 171 AC UTICA La Arpa ol a e O 196 ENS CS o > o A E E O E a UNAS 283 ,» 6%—Metamórfosis del Tribolium ferruginum Fabricius............o.o.o.o.. 297 ECOS Cy SNA o as ea RU E co E 311 NIN le e A O O IE ... 3847 A DOS reptiles; de MÉXICO A o ANO ao nd ag 362 O Hembra dellAxe y COCcus caco rato E 378 35 AVISO AL ENCUADERNADOR. “ea Este Volúmen lleva un Apéndice con foliacion separada, y los pliegos que le corres- ponden deberán desglosarse de las entregas para compaginarse y encuadernar dicho Apéndice al fin de la obra. El índice se colocará despues del Apéndice. ad ds 0% AIN E EN IE OS a Bu AT Paige ¿DI Pardo i Add gal y Aute, ¡e soL abría Ñ lí ara [de ne IA a Nr omMabl ab LAI 9H omríaól. lalo uslamin prinia de AA O PANA * ala MD VEN le] 2ol orion Gi notaba 4 08... cai , Herr roo prigal 156, o non ¡e AS o FOuc ratita 20b9q ibas sol: oh ao no po EIA 5 2 1h + : tn ; É Miuidoo9 0 5091 "a a oidor año." h. : apo rito0 ab int su vál sotibrols anahi almew sl vidos alyomoMes os RARA UE pl ato ey 1 sol Y oia din Tob gora coma 21 y sin Lig Iria aguda ob 09109 Mom 1: Pn Anar Ab rom baol ob bah da Ha ¿20D 089U y 18 8 MEDIO pi A AA AIN AAA sa elena RE á y H ERICA ADA AO da A ITARS Y dd da a el Doo E yb obg0M labrado Job og lE: E oi O oí 1 sf 6 Gh don! y oridaa Mee ¿e ñ td lab erotronoso MA Sa) ar) ATT IO A TN ó $4 , ; 40 “LA OO AS ques o ME rua lnuillodirY lab sizorrorastoM—4Y E 1 : dra toni “ an ls ,d01 081 hn bil A Lonja NM 9h do ro IA ha Jyeu Báaso') y guad, Tab ra EE «otid DA HOLA 07 VALLA AUT A. rua ) al pe +01 í zoo Y 100 Lp lo: ( A 0h al 10 » DAS ia 19 TAPIA y Peg reso 19 MEF es a0lgeob ía (5h 4 1 A Brno, lob enrgrab pansulos. an iba 1.4 sudo sl añ TURALEZA. PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VIi—Entrega 1* SUMARIO 1.—Extracto de la acta de la sesion del 19 de Enero de 1882, 2.—Discurso pronunciado por el Sr. José M, Velasco. 3.—Sobre el orígen de algunas rocas, por cl Sr. M. Bárcena. 4.—Fisiología.—Los peces eléctricos, por Ch. Richet. 5.—Apéndice.—Brove noticia de las plantas y animales de México, por P. J. Clavigero. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, Num. 1. —— 1882 LA NATURALEZA e PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo V1.— Entrega 2; SUMARIO 1.—Fisiología.—Los peces eléctricos, por Ch, Richet.—(Conelusion.) * 2.—Necrología. - 3,.—Nevado de Toluca, —Memoria de MM. A: Dullfus y E. de Montserrat. 4,—Enumeracion de las especies de reptiles observados en la parte meridional de la República Mexicana, por el Sr. Francisco Sumichrast, socio corresponsal en Chiapas, 5.—Apéndice.—Breve noticia de las plantas y animales de México, por F. J. Clavigero. (Continuacion.) [35 ACOMPAÑA A ESTA ENTREGA LA LÁMINA PRIMERA. « Noticia de algunos caminos nacionales. —Descripcion de un hueso labrado, de es fósil, por el Sr. M. Bárcena. a 3." Geografía Maya, por el Sr. Crescencio Carrillo y Ancona. 4." Catálogo de las Colecciones Histórica y Arqueológica del Museo Nacional, arreglado por Gumesindo Mendoza y Jesus Sanchez. ED Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de q 1 E 25 centavos. | ñor dl y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. q EAS e - JESUS SANCHEZ, e Tosore ero, : ¿(GINTERESANTE..

> A “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri= girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio= nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. ¡5 El precio de la entrega es de 25 centavos. ————_ ARTS ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 7? y última del tomo II de este importante perió- dico científico. Consta de 76 págs. en folio, el índice, la portada correspondien= te y 3 láminas que representan asuntos arqueológicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 La Piedra del Sol, por el Sr. A. Chavero. (Continuacion.) 2.2 Noticia de algunos caminos nacionales. —Descripcion de un hueso labrado, de llama fósil, por el Sr. M. Bárcena. 3.2 Geografía Maya, por el Sr. Crescencio Carrillo y Ancona. 4. Catálogo de las Colecciones Histórica y Arqueológica del Museo Nacional, arreglado por Gumesindo Mendoza y Jesus Sánchez. Su precio en la capital es de 1 peso; y enlos Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. Eo Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesoyero. PERIÓDICO CIENTÍFICO SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL A Tomo VI.—Entrega 9? SUMARIO 1.—Antropología.—La Antropología actual y el estudio de las razas, por Mr, Gustavo Le Bon. (Conclusion. ) OS 2.—Nota sobre el Colcoatl 6 Trimorphodon (Dipsas) biseutata, D. B., porel Sr. Dr. A. Dugés, socio corresponsal en Guanajuato. 3.—Apéndice.—Disertacion sobre los animalez del reino de México, por F. J. Clayigero. (Continuacion. ) á MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1. — 1882 AO CA LA ATURALEZ PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI1i.—Entrega 10 SUMARIO 1.—Nota sobre el Colcoatl ó Trimorphodon (Dipsas) biscutata, D. B., porel'Sr. Dr. A.. Dugés, socio corresponsal en Guanajuato, (Conclusion.) 2.—Botánica.—Orígen de las plantas cultivadas. —De qué manera y en qué épocas ha comenzado la cultura en los diversos países, por Alf. de Candolle. 3.—Catálogo de las plantas del norte de México y sud-oeste de Texas, por Severo Watson. (Traduccion por el Señor socio Dr. Manuel Urbina.) 4.—Apéndice.—Disertacion sobre los animales del reino de México, por F. J. Clayigero. (Continuacion. ) MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AQUBTIS, NUM, 1, —— 1883 LA NATURA! EZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA 2 SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI1.— Entrega 11 SUMARIO 1.—Catálogo de las plantas del norto de México y sud-oeste de Texas, por Sereno Watson. (Traduccion por el Señor socio Dr. Manuel Urbina.) 2.—Metamórfosis del Bruchus Barcene Eug. Dug., por el Dr. Eugenio-Dugúós, de Guanajuato. 3.—Secretaría de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, —Extracto de la acta de la Sesion del dia 25 de Eucro de 1883. 4.—Informe rendido por el primer Secretario de la Sociedad Mexicana de Historia Natu- ral, en la Junta general del dia 25 de Enero de 1883. 5.—Apéndice.—Disertacion sobre los animales del reino de México, por F. J, Clavigero. (Continuacion. ) ¡3 ACOMPAÑA Á ESTA ENTREGA LA LÁMINA TEROERA. 43 MÉXICO | IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, Num. 1. —— 1883 SECRETARÍA DEL AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE MÉXICO. CONVOCATORLA. El Ciudadano Gobernador del Distrito ha tenido á bien remitir á la Corpora= cion la siguiente circular expedida por la Secretaría de Estado y del Despacho de Fomento: Un sello que dice: —Ministerio de Fomento, Colonizacion, Industria y Comercio. —Seccion 2% —Circular. EXPOSICION DE OBJETOS Y EFECTOS MEXICANOS EN BERLIN. Con el objeto de dar 4 conocer entre los industriales y consumidores alemanes, los ricos y variados productos mexicanos que pueden exportarse -ventajosamente, ya como materias primas, ya como artículos de comercio, tendrá lugar en Berlin, bajo los auspi- cios del Ejecutivo Federal mexicano y con la valiosa cooperacion de la Sociedad Central de Geografía Comercial y Exportacion de aquella ciudad, una Exposicion de efectos * mexicanos, que por no producirse en Alemania ó por encontrarse allí solamente en can- tidades insuficientes para el consumo, tienen que importarse del extranjero. Dicha Ex- posicion tendrá lugar en la primavera del año entrante, al mismo tiempo que la de Higiene, que atrae numerosa concurrencia, y durará próximamente tres meses; sujetán- dose en todo á las siguientes bases: ORGANIZACION. Todos los trabajos relativos á la Exposicion serán dirigidos por una Comision nom- brada por la Sociedad Central de Geografía y que se dividirá en tres secciones, á saber: 1? Seccion administrativa, 4 cuyo cargo quedará el arreglo de la parte hacendaria y de administracion interior y que representará á los expositores, velando por sus intereses. 0 22 Seccion técnica, compuesta de industriales y comerciantes. CE 32 Seccion científica. El presidente de la Comision será nombrado por la Sociedad Central, de acuerdo con las tres secciones, y dirigirá todo lo relativo á la Exposicion, segun las bases acordadas por la seccion respectiva. Las publicaciones referentes á la Exposicion, se harán en e: : periódico Haeport, bajo la firma del presidente de la Comision. LA TURAL PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 12 SUMARIO 1.—Informe rendido por el primer Secretario de la Sociolad Mexicana de Historia Natu- ral, en la Junta general del dia 25 de Enero de 1883. (Conclusion.) 2. —Antropología.—Congreso Antropológico de Franofort—Conferencia de M. Vir- - chow.—Darwin y la Antropología, por R. Virchow. 3.—Ayes de las regiones del círculo ártico en las lagunas del Valle de México, * porel Sr. Dr. M. Villada. 4.—Apéndice. —Memoria sobre la Grana ó Cochinilla, por el Sr. Alzate y Ramirez. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DESBAM AGUSTIN, NUM, 1, > 1883 SE aa e va » 7 de OTAIU ISA es: al EN pia ji JÉ finér 1 AA ya in EARL ES ES : NS , UA j A LA NATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.— Entrega 13 SUMARIO 1.—Tnuricata y Garrapata de Guanajuato, por el Sr. Dr. Alfr. Dogds. 2.—El Aje, por el Sr. A. Herrera. 3.—El Ni+inm, por el Sr. J. Dondé Ibarra. 4.—El Nun de Yucatan, por Víctor G. Bloede. 5.—Apéndice,—Memoria sobre la Grana ó Cochinilla, por el Sr. Alzate y Ramirez. — Continuacion.) ¡EF ACOMPAÑA Á ESTA ENTREGA LA LÁMINA CUARTA. LEN MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE BAM; AGUSTIN, NUM, 1, 1883 E - az” INTERESANTE...) Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegelabilium descrip- tiones. Mexici. MDCCCXXTIV, se pone en conocimiento del público que se - halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. A E e a A “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- virán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su. librería, situada en la calle de Santo Domingo. ¡37 El precio de la entrega es de 25 centavos. AE ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 2* del tomo MI de este importante periódico cien= tílico. Consta de 31 págs. en folio, y 4 láminas que representan asuntos arqueo- lógicos de México. Contiene las materias siguientes: Si o La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) o Glosario de voces castellanas derivadas del idioma Nahuatl ó Mexicano, por E Sanchez. : 3. Antigiedades mexicanas, por C. Fernandez. Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería de pe ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, | Tesorero. — ES O A A as INTERESANTE. 7 gone Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- Fl : tiones. Mexici. MDCCCXXIV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. ASA A A AA “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. => El precio de la entrega es de 25 centavos, | ALS IIA ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. mm Se Se ha publicado ya la entrega 2? del tomo IT de este importante periódico cien- tífico. Consta de 31 págs. en folio, y 4 láminas que representan asuntos arqueo-= lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 La Piedra del Sol, por Alfredo Chayero. (Continuacion.) 2.” Glosario de voces castellanas derivadas del idioma Nahuatl 6 Mexicano, por J. Sanchez. : ) 3.2 Antigiedades mexicanas, por C. Fernandez. Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de poro, 1 peso y 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la aja del Se- A ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. - JESUS SANCHEZ, Tesorero, > Los gastos que origine la Wxposicion, incluyendo los de instalacion y premio de seguro contra incendio, se cubrirán con el producto de entradas, 4 razon de 1 marco por perso- na en los dias de trabajo, y 25 pfennigs —4 de marco— los domingos. Si esto no bas- tase, el dificiente se pagará de un fondo de garantía de 10,000 marcos ofrecido por la Sociedad Central. REMISION DE OBJETOS. La Secretaría de Fomento recibirá hasta el 31 de Diciembre del corriente año, los objetos que quieran remitirse 4 la Exposicion Mexicana en Berlin, haciéndose cargo de todos los gastos que originare su trasporte hasta Hamburgo, así como de los de deco- racion del edificio destinado á la de El flete de Hamburgo á Berlin será satis- fecho por la Sociedad. Los expositores que quisieren remitir sus efectos directamente, deberán hacerlo á la Sociedad Central de Geografía Comercial, Landgrafesntrasse 10, Berlin. Para la recepcion de objetos, son requisitos indispensables: - 12 Acompañar el envío con una factura pormenorizada de los efectos que lo compo- nen, hecha por duplicado y firmada por el remitente. 22 Indicar la procedencia de los objetos, expresando el distrito y Estado respectivo; su precio en el lugar de produccion y costo probable hasta ponerlos 4 bordo, en el puer- to de embarque; cantidad que los expositores pudieran vender anualmente y casas de la capital por cuyo conducto pretendan verificar dicha venta, siempre que no quisieren en- «trar en relaciones directas con Europa. 32 Marcar cada objeto con una etiqueta en que conste la clase y grupo 4 que perte- nezca aquel, con arreglo á la clasificacion adoptada. 49 Empacar los efectos de una manera conveniente, marcando las cajas que los con- tengan con toda claridad, á fin de evitar confusiones y pérdidas. Los objetos presentados pueden ser: 19 Cedidos por los expositores á la Sociedad Central 4 fin de que los haga depositar en alguno de los museos que posée en diferentes ciudades de Alemania. 29 Vendidos por cuenta de los dueños, en cuyo caso se entregará al vicecónsul mexi- cano en Berlin el producto de ellos, deducido el costo de su trasporte desde Hamburgo; 6 32 Entregados en Berlin á las personas que los expositores designaren para que los reciban. ? Cualquiera que sea el destino que los expositores quisierén dal á sus efectos, deberá indicarse por escrito al hacer la entrega de éstos en la Secretaría de Fomento para su envío. JURADO DE CALIFICACION Y RECOMPENSAS. Quince dias despues de abierta la Iixposicion, el presidente de la Comision reunirá las tres secciones para proceder al nombramiento del Jurado que debe calificar los ob- jetos presentados, teniendo en cuenta para esto su márito y baratura. Cuando un objeto llenare las exigencias del Jurado bajo ambos aspectos, le será con- cedido el primer premio. ' “. Si el Jurado admite que llena una de.las dos condiciones, se le concederá el segundo premio. Éstos consistirán en medallas de plata y de bronce, reservándose además el Ju- rado el derecho de hacer menciones honoríficas y especiales de los trabajos científicos. Clase 19 Idem 22 Idem 3? Idem 4% Idem 5% Idem 6? Idem 72 Idem 8* Clase 12 “Idem 2? Ídem 32 Idem 4% Idem 5? Idem 6? Clase 1? Idem 22 Idem 3? Idem 42 Ídem 5? Idem 62 Idem 7* Idem 8? Clase 1? Idem 2% Idem 3? Idem 4% Idem 5? Idem 6? Idem 7* Idem 8* Publicaciones y trabajos científicos en general. , Y (Memorias,+cartas, planos, etc.) Y por acuerdo de la Corporacion se publica para que llegue á conocimiento de los habitantes de la Capital. México, Diciembre 2 de 1882. CLASIFICACIÓN. SECCION 1%. ; AR PRODUCTOS NATURALES Y AGRICOLAS. GRUPO 4.2 . PRODUCTOS MINERALES. Muestras de minerales (oro, plata, cobre, etc.) Combustibles y betunes minerales. (Petróleo, ullas, asfaltos, etc.) Sales, sustancias minerales tintóreas, Productos minerales para la fármacia. Abonos minerales. Piedras preciosas, Colecciones generales. Sustancias minerales no incluidas en las clases anteriores. GRUPO 2.0 PRODUCTOS FORESTALES. Muestras y semillas de especies forestales, Muestras de maderas de construccion, de co npinberia y de ebanistería, Maderas tintórcas. A, Productos forestales utilizados para el curtido y como textiles. Cortezas, hojas, - raíces, etc.) Gomas y resinas. Los análogos al grupo que no están incluidos en las clases anteriores. GRUPO 3.2 PRODUCTOS AGRÍCOLAS. Cereales. Semillas y plantas oleaginosas. Idem, idem, tintórcas. Plantas y materias textiles. Plantas, frutas y semillas económicas (café, cacao, ete.) Plantas y productos vegetales destinados especialmente ála medicina, Herbarios y dibujos originales de la flora mexicana. Objetos análogos no incluidos en las clases anteriores. GRUPO 4.2 PRODUCTOS ANIMALES. Lanas. Pieles y eueros sin curtir. Pelos, cerdas, plumas. Gusanos de seda, sus semillas y capullos. Grasas y sebo en rama. Astas, huesos y productos de la caza: Productos de la pesca. (Perlas, carey, esponjas, etc. ) Los análogos no incluidos en las clases anteriores, SECCION 2? OBRAS CIENTIFICAS, + LF. López Romano, BECRETARIO. a-INTERESANTE. 27 — IR tARÑ Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum veyetabilium descrip= * tiones. Mexici. MDCCCXXIV, se pone en conocimiento del público que se . halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. . A SE a “LA NATURALEZA. ” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- virán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. ¡3 El precio de la entrega es de 25 centavos. LS IA ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 1* del tomo IM de este importante periódico cien= tílico. Consta de 36 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos arquev-= lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 Un hallazgo importante.—Ropaje de plumas, por J. Maler. 2.2 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) 3.2 Estatua colosal de la diosa del agua, por Jesus Sanchez. 4.2 Mitos de los Nahoas, por G. Mendoza. (Continuacion.) Su precio en la capital es de 1 peso; y enlos Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tegorero, a INTERESANTE. Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada ya, de los. Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegelabilium deserip- E tiones. Mexici. MDCCCXXIV, se pone en conocimiento del público que se - E halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los 50 se Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingó. TRA cr, “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio= nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su - librería, situada en la calle de Santo Domingo. (¡3 El precio de la entrega es de 25 centavos. LA IRA AKÁ ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MEXICO. Se ha publicado ya la entrega 1* del tomo HI dé este importante periódico cien= tífico. Consta de 36 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos Ap lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 Un hallazgo importante.—Ropaje de plumas, por J. Maler. 2.2 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) 3. Estatua colosal de la diosa del agua, por Jesus Sanchez. 4.% Mitos de los Nahoas, por G. Mendoza. (Continuacion.) Su precio en la capital es de 1 peso; y enlos Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. ¿Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. LA : ATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 14 SUMARIO 1.—Noticia sobre nna nueva especie de hormiga de México, por el Sr, Wesmael,— Traducida y anotada por el Sr, Ángel Nuñez Ortega, socio de número. 2.—Sinonimia yulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se cultivan en México, dispuestas en órden alfabético, por el Sr. D, Alfonso Herrera, socio de número.—(Continuacion.) ; 3.—Descripcion de un gran fósil gasterópodo, por el Profesor C. A. White. 4.—Catálogo de las plantas del norte de México y sud-—oeste de Texas, por Serono Watson. (Traduccion por el Señor socio Dr. Manuel Urbina.) (Continuacion.) 5.—Apéndice.—Memoria sobre la Grana Ó Cochinilla, por el Sr, Alzate y Ramirez, — (Continuacion.) MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DESAN AGUSTIN, NUM. 1. 1883 pa e PLOT LR A NS NATURALEZA DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 15 . SUMARIO 1.—Catálogo de las plantas del norte de México y sud-oeste de Texas, por Sereno Watson. (Traduccion por el Señor socio Dr. Manuel Urbina.) (Continuacion. ) -2,—Apéndice.—Memoria sobre la Grana ó Cochinilla, por el Sr. Alzate y Ramirez.— (Continuacion.) MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE E BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1. —— 1883 ALUIPAE ASISTE ea A TS + OLLA Ca O A e a e : ido pe e Abi re pon mó Mana ne 5 17 tub medio. SS * AP LA ATURALEZ PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI1i—Entrega 16 SUMARIO 1.—Catálogo de las plantas del norte de México y sud-oeste de Texas, por Sereno Watson. (Traduccion por el Señor socio Dr. Manuel Urbina.) (Conclusion. ) 2.—Dictámen sobre la repoblacion vegetal del Valle de México. 3.—La vegetacion de México.—Capítulo tomado de la obra del Sr. A. Grisebach, titu- lada: La vegétation du globe. 4.—Apéndice.—Memoria sobre la Grana ó Cochinilla, por el Sr. Alzate y Ramirez.— (Continuacion.) (5% OPE MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DESAN AGUSTIN, Num, 1, . — 1883 LAS NATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 17 SUMARIO 1.—La vegetacion de México.—Capítulo tomado de la obra del Sr. A. Grisebach, titu- lada: La vegétation du globe, (Continuacion.) 2.—Apéndice.—Memoria sobre la Grana ó Cochinilla, por el Sr. Alzate y Ramirez.— (Continuacion. ) a MÉXICO E IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1. — 1883 OO” NATURALEZ s . - PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA * % SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI—Entrega 18 SUMARIO 1.—La vegetacion de México. —Capítulo tomado de la obra del Sr. A. Grisebach, titu- Jada: La vegétation du globe. (Conclusion. ) 2.—Lafiro de México, por Jorge F. Kunz. 3.—Consideraciones sobre la clasificacion natural del hombre y de los monos, por el Sr. Dr. A. Dugés, socio corresponsal en Guanajuato. 4.—Informe acerca del Axe, por el mismo Sr. Dr. A. Dugós. 5 —Informe sobre los depósitos carboníferos del cerro del Tambor, por el Inge- -niero de Minas, Santiago Ramirez. : 6.—Apéndice.—Memoria sobre la Grana 6 Cochinillá, por el Sr. Alzate y Ramirez.— (Conelasion.)—Historia Natural del Comejen, por el mismo Señor. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE FAN AGUSTIN, NUM. 1, — 1883 PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 19 SUMARIO 1.—Jnforme sobre los depósitos carboníferos del cerro del Tambor, por el Inge- niero de Minas, Santiago Ramirez. (Conclusion.) 2.—Nota adicicional al artículo del Sr. Dr. Alfredo Dugés acerca del Axe. 3.—Metamórfosis del Tribolium ferragineum, Fabricius, por el Sr. Dr. Eugenio Dugés, socio coresponsal. 4,—Sinonimia vuWgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se cultivan en México, dispuestas en órden alfabético, por el Sr. D. Alfonso Herrera, socio de número.—(Continuacion.) 5.—Estudio sobre el orígen de la palabra Chalchihuites, por el Sr. Cárlos Fer- nandez. 6.—Apéndice.—Historia Natural del Comejen, por el Sr. Alzate y¿Ramirez. (Conclu- sion.) —Memoria sobre la trasmigracion de las golondrinas, por el mismo'Señor. [=> ACOMPAÑA Á ESTA ENTREGA LA LÁMINA SEXTA. .4EJ MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DESAN AGUSTIN, NUM, 1. — 1883 as” INTERESANTE..£D A Habiéndose terminado la reimpresion de la obra hotánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- tiones. Mexici. MDCCCXXTV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. (35 El precio de la entrega es de 25 centavos. TALLA A AL ——— ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MEXICO. Se ha publicado ya la entrega 4* del tomo HI de este importante periódico cien- tífico. Consta de 22 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos arqueo- lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 Descripcion y estudio de un cráneo extraido de las tumbas de uno de los palacios de Mitla, por A. A. Berthold. 2. BiBLIOGRAFIA.—Códice indiano del Sr. Sanchez Solis, por F. P. T. 3.2 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) 4,0 NorTas ARQUEOLÓGICAS.—1?* El Cuauhxicalli de Tizoc, por Jesus Sanchez. - Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. A A A o e a A A a INTERESANTE... ON Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica; asotada ya, de los 3 Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- iones. Mexici. MDCCCXXIV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. aa Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. OLA “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de susericion. Lás personas de la capital que quieran suscribirse, se diri-. girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia. Natural, en el Museo Nacio-= nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y id: en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. 12 El precio de la entrega es de 25 centavos. —— AA ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 4? del tomo Il de este importante periódico cien= tífico. Consta de 22 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos * arqueo- lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 Descripcion y estudio de un cráneo extraido de las tumbas de uno ode los palacios de Mitla, por A. A. Berthold. 2. BIBLIOGRAFÍA .—Códice indiano del Sr. Sanchez Solis, por P. p, Y, 3." La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) - 4.2 NorAs ARQUEOLÓGICAS. —1* El Cuauhxicalli de Tizoc, por Jesus Sanchez. Su precio en la capital es de 1 peso; y en los petados, franco e porte, 1 peo 25 centavos. So Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nation y en la a cd Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. 0% Jusus oa Tesoyero. - ps as” INTERESANTE. ..£y A Habiéndose terminado la reimpresion de la obra hotánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- tiones. Menici. MDCCCXXTIV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. _Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. OZ — —_—_—_—— “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr, Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. ¡35 El precio de la entrega es de 25 centavos. ——————— ALAS A ALA ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 4* del tomo III de este importante periódico cien- tífico. Consta de 22 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos arqueo- lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1. Descripcion y estudio de un cráneo extraido de las tumbas de uno de los palacios de Mitla, por A. A. Berthold. 2.2 BiBLI0GRAFÍA.—Códice indiano del Sr. Sanchez Solis, por F. P. T. 3.2 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion. 4.2 Noras ARQUEOLÓGICAS.—1* El Cuauhxicalli de Tizoc, por Jesus Sanchez. Su precio en la capital es de 1 peso; y enlos Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. INTERESANTE. ..<7 A a Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- tiones. Mexici. MDCCCXXTV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. AAA AÁÚÚLZRAAñ> RU “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. ES (=> El precio de la entrega es de 25 centavos. HTA ASA ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO: Se ha publicado ya la entrega 3? del tomo TIT de este importante periódico cien- tífico. Consta de 46 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntós arqueo- lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1 Antigúedades mexicanas, por C. Fernandez. 2 Sahagun y su « Historia de México, » por el Sr. A. Llanos. 3 Dos monumentos de arquitectura mexicana, traduccion del italiano, por EIA. | ES 4 Mitos de los nahoas, por el Sr. G. Mendoza. : 5 Los libros de Chilan Balam, traduccion del inglés, por F. P. T. 6 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de porte, 1 peso 20 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo NN ACOnAL y en la librería del Se= : á S ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. a” INTERESANTE. ..£) a Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada yh, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- tiones. Mexici. MDCCCXXIV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres, Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. E-—_AZRLA SA AX “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el preciode suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- _nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. (3"El precio de la entrega es de 25 centavos. LD GASAAA]áÁÁAÁKÁ ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 3* del tomo III de este importante periódico cien= tífico. Consta de 46 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos saqueos lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1 Antigúedades mexicanas, por C. Fernandez. 2 Sahagun y su « Historia de México, » por el Sr. A. Llanos. 3 Dos monumentos de arquitectura mexicana, des del italiano, por O | 4. Mitos de los nahoas, por el Sr. G. Mendoza. - 5 Los libros de Chilan Balam, traduccion del inglés, por F. P. T. 6 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de porte, 1 peso ' 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. a INTERESANTE. .£D IRONIA Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, anclada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- tiones. Mexici. MDCCCXXTV, se pone en conocimiento del público que se ¡ halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. ALDO 7 rr, “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio= nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y po en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. 37 El precio de la entrega es de 25 centavos. ARIS ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 3? del tomo II de este importante periódico cien= tífico. Consta de 46 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos arqueo- lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 Antigúedades mexicanas, por C. Fernandez. 2 Sahagun y su « Historia de México, » por el Sr. A. Llanos. 3 Dos monumentos de arquitectura mexicana, traduccion del italiano, Por PEL: 4 Mitos de los nahoas, por el Sr. G. Mendoza. 5 Los libros de Chilan Balam, traduccion del inglés, por F. P. T. 6. La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero. (Continuacion.) Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de porte, 1 peso 29 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. - JESUS SANCHEZ, Tesoyero. LA ATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 20 SUMARIO 1,—Estudio sobre el orígen de la palabra Chalchihnites, por el Sr. Cárlos Fer- nandez. (Conclusion.) 2.—Una nueva especie de Salamanquesa, por el Sr. Dr. Alfr. Dugés, socio correspon- sal en Guanajuato. 3. —Estudio de la corteza del zapote chico, por el Sr. Bernou, farmacéntico. 4.—Apéndice.—Memoria sobre la trasmigracion de las golondrinas, por el Sr. Alzate y Ramirez. (Conclusion.)—Botánica, por el mismo Señor, IF ACOMPAÑA Á ESTA ENTREGA LA LÁMINA SÉTIMA, .E] MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1. 1883 ete ae 17 NATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo ViI1i.—Entrega 21 SUMARIO 1.—Las Gramíneas mexicanas, por E. Fournier. 2.—Apéndice.—Botánica, por el Sr. Alzate y Ramirez. (Conclusion.)—Memoria acerca del Ambar amarillo (Karabe ó Succino), y de la Goma Lacca (Resina), por el mismo Señor. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1. — 1883 4 PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 22 SUMARIO 1.—Las Gramíneas mexicanas, por E. Foumier. (Conelusion.) - 2,—Atax Alzatei, por el Sr. Dr. Alfredo Duges, socio corresponsal en Guanajuato, 3.—Sinonimia vulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se cultivan en México, dispuestas en órden alfabético, por el Sr. D. Alfonso Herrera, socio de número.—(Conelusion.) 4.—Apéndice.—Memoria acerca del Ambar amarillo (Karabe ó Succino), y de la Goma Lacca Resina, por el Sr. Alzate y Ramirez, [Y ACOMPAÑA A ESTA ENTREGA LA LÁMINA OCTAVA. .4E] MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1. — 1884 Registrado como artículo de segunda clase. LO ATURALEZ 2 PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI—Entrega 23 SUMARIO 1.—Estudio sobre la Bocconia Frutescens, por el Sr. Ochoa y Tapia. 2,.—Dos reptiles de México, por el Sr. Dr. Alfredo Dugés, socio corresponsal en Gua- najuato. 3.—Las exploraciones sub-marinas de Alejandro Agassiz. 4.,—Apéndice.—Memoria acerca del Chupa-mirtos ó colibrí, por el Sr, Alzate y Ramirez. [E ACOMPAÑA Á ESTA ENTREGA LA LÁMINA NOVENA. «¿El MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM. 1, 1884 - Registrado como artículo de segunda clase. A: NATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL Tomo VI.—Entrega 24 ÚLTIMA DE ESTE VOLÚMEN. SUMARIO 1.—Las exploraciones sub-marinas de Alejandro Agassiz, (Conclusion). 2.—Documentos relativos al Axe ó Ni-in. 3.—Apéndice.—Memoria acerca del Chupa-mirtos ó colibrí. (Conclusion.)—Utilidad de los Camaleones de Nueva-España.—Estanques para pescados. AN de miel, porel Sr. Alzate y Ramirez. - 4.—Indice de las materias contenidas en el Tomo VI. ES ACOMPAÑA Á ESTA ENTREGA LA LÁMINA DÉCIMA. .421 1 AVISO AL ENCUADERNADOR. -o1 Este Volúmen lleya un Apéndice con foliacion separada, y los pliegos que le corres- ponden deberán desglosarse de las entregas para compaginarse y encuadernar dicho Apéndice al fin de la obra. El índice se colocará despues del Apéndice. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM, 1, — 1884 Registrado en la Administracion General de Correos como artículo de segunda clase. TT AMI volyardigra nda MIA ara la cordel PL 7 AA ET NOS $ a 4 SÍ A E 3 A ENROIa > HO YAGATTES DEALER * IAE io í INTERESANTE.

á ]>]>]>] “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- . Nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ma en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. 35 El precio de la entrega es de 25 centavos. LLL IAS ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 5* del tomo TIT de este importante periódico cien- tífico. Consta de 56 págs. en folio, y la lámina 16* del Códice Mendocino. —Estudios sobre la Historia de la Medicina en México, por F. P. T. Su precio en la capital es de 1 peso; yen los Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. halla de venta, al precio de 50 oleo: el ejemplar, en la librería de los Sres. Aguilar é hijos, situada en la es de Santo Domingo. A A “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- virán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio- nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. ¡37 El precio de la entrega es de 25 centavos. . E E A ASA A ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado ya la entrega 5* del tomo III de este importante periódico cien= tífico. Consta de 56 págs. en folio, y la lámina 16* del Códice Mendocino. — Estudios sobre la Historia de la Medicina en México, por F. P. T. Su precio en la capital es de 1 peso; y en los Estados, franco de porte, 1 peso 25 centavos. | Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero, a” INTERESANTE. .£7 Habiéndose terminado la reimpresion de la obra botánica, agotada ya, de los Sres. La Llave y Lexarza, que lleva por título: Novorum vegetabilium descrip- tiones. Mexici. MDCCCXXIV, se pone en conocimiento del público que se halla de venta, al precio de 50 centavos el ejemplar, en la' librería de los Na) Aguilar é hijos, situada en la calle de Santo Domingo. A A “LA NATURALEZA.” Las colecciones de este periódico se venden con una notable rebaja sobre el precio de suscricion. Las personas de la capital que quieran suscribirse, se diri- girán al actual Tesorero de la Sociedad de Historia Natural, en el Museo Nacio-. nal; las de los Estados pueden dirigir sus pedidos al Sr. Aguilar y Ortiz, en su librería, situada en la calle de Santo Domingo. (35 El precio de la entrega es de 25 centavos. LA ALA ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO. Se ha publicado AS la entrega 4* del tomo III de este importante periódico cien- -—tífico. Consta de 22 págs. en folio, y 5 láminas que representan asuntos arqueo= lógicos de México. Contiene las materias siguientes: 1.2 Descripcion y estudio de un cráneo extraido de las do de uno de los palacios de Mitla, por A. A. Berthold. 2.0 BibLI0GRAFia.—Códice indiano del Sr. Sanchez Solis, por F. P. T. 3.2 La Piedra del Sol, por Alfredo Chavero.- (Continuacion .) 4. NoTAS ARQUEOLÓGICAS.—1* El Cuauhxicalli de Tizoc, por Jesus Sanchez. Su precio en la capital es de 1 peso; y enlos Estados, franco de porte, 1 peso 29 centavos. Se halla de venta en la Secretaría del Museo Nacional y en la librería del Se- ñor Aguilar y Ortiz, situada en la calle de Santo Domingo. JESUS SANCHEZ, Tesorero. Nan eS A IN 7 5 ESSE AT 34293 CARAS AAA