». J . ; 3 . : ] p É JN E : . En E - E MAA ñ E se p A | rta | y z . | SENV TIA ER AR , Us AL LA NATURALEZA PERIODICO CIENTIFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL TOMO TIL ANOS DE 1874, 1875 Y 1876. MÉXICO IMPRENTA DE IGNACIO ESCALANTE, BAJOS DE SAN AGUSTIN, NUM. 1, == 1876 LIBRARY NEW YORK BOTANICAL GARDEN a 23 ESTE CNS $ Wat y . dev IEA E e Ñ 40 13778 AMS TENTTET LINUTZS ETA RAS Qu 2 A e PE OMA A A A his ¿Md cal A par dl Y 193/ O AUG LA NATURALEZA PERIÓDICO CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL. LA ESPINOSILLA, POR EL SEÑOR DON MARCIAL OROPEZA. Hisror1a.—La espinosilla es natural de nuestro país, y abunda en muchas partes de la República, principalmente en los puntos cercanos á esta capital, como San Angel, Texcoco, Santa Fé, etc. Es una de esas hermosas plantas silvestres que adornan nuestros campos, encontrándose de preferencia en los lugares secos de las regiones frías; se le ha dado este nombre, porque en efecto, al tocarla se experimenta una sensacion semejante á la que causaria una planta cubierta de pequeñas espinas. Los antiguos aztecas, careciendo del jabon, tan necesario á la higiene, se veían precisados á buscar diversas plantas que lo sustituyeran, y para su aseo personal usaban de la espinosilla, agitándola dentro del agua, hasta for- mar una espuma persistente, y con el agua preparada de este modo se lava- ban, sirviéndose de la misma planta para restregarse. De un modo seme- jante la emplean hoy muchas mujeres para impedir la caida del pelo y el desarrollo de la urzuela, lo cual consiguen satisfactoriamente. Pero el uso que más comunmente se le ha dado, es empleándola como medicinal, para com- batir las fiebres, pues obra como un excelente diaforético, NATURALEZA.—Tomo 111,—1 4 LA NATURALEZA Para terminar la historia de este vegetal, expondré los diversos nombres con que es conocida, y la etimología de ellos. Howtzitzilaochitl, voz com- puesta de dos palabras del idioma mexicano, /Hottzitzttl, chupa-rosa, y Xo- chitl, flor; en consecuencia, traducida al español, significa flor de la chupa- rosa, cuyo nombre es de suponerse lo origina el afecto que este precioso ani- mal le tiene. Los españoles le nombraron Huwichichile, que muchos de los indios ac» tuales pronuncian Quachichil; palabra tambien mexicana, que en castellano significa gorrion; y segun he podido informarme, parece que este último nombre, fué debido á la semejanza que existe entre el color de la flor, con el de las plumas que cubren la cabeza del pájaro mencionado. Algunas personas que hablan el idioma azteca, me han asegurado que el verdadero nombre es Cuachale, y no los ántes dichos; además, que este mis- mo se le da á un pato, que tiene de notable ser de cabeza roja. Esta discor- dancia, en mi concepto, solo depende de lo muy adulterado que está el re- ferido idioma. CLASIFICACION BOTANICA Y DESCRIPCION.—La espinosilla pertenece á la fami- lia de las Polemoniaceas, y al género y especie Hoitzia coccinea, Cav.; Loe- selia coccinea, G. Don.; Cantua Hoitzia, Willd.; Hoitsia Mexicana, Lamk.; Cantua coccinea, Poir. «Car. GEN. Cáliz prismático-tubuloso, quinquefido: corola infundibulifor- «me, limbo laciniado, divisiones oblongas, acuñadas: estambres salientes: «óvulos poco numerosos en tres lóculos: semillas ovoideas, angostas y mem- «branoso-aladas: hojas alternas, íntegras, muchas veces agudo-dentadas: « flores axilares, con frecuencia reunidas en cimas: bracteas numerosas, las « exteriores más pequeñas.—Car. espec. Planta pubescente-glandulosa: ho- « jas brevemente pecioladas, ovado-lanceoladas, dentadas, en forma de cuña: «bracteas lineares-lanceoladas, de bordes trasparentes: corola escarlata de « tres centímetros, de tubo muy saliente. » La espinosilla es una planta perenne, de altura variable, pero nunca pa- sando de un metro, de raíz pivotante, algo flexuosa, de superficie blanca cubierta de rugosidades, de donde nacen raicillas secundarias muy delga- das, y bastante separadas entre sí. El meditulio es ligeramente teñido en amarillo; se encuentra formado por hacecillos de fibras planas, perceptibles á la simple vista, y pudiéndose separar unos de otros con facilidad: dichos hace- cillos, á su vez, están formados por otros más pequeños. El tallo es recto, cilíndrico, sub-leñoso, ramoso, cubierto de muy pequeños pelos blancos, LA NATURALEZA 5 que comunican á la planta un color cenizo: al microscopio aparecen traspa- rentes y llenos de un líquido incoloro. La parte cortical se separa fácilmente de la leñosa. Hojas simples, persistentes, formando una espiral, en que cada una de ellas queda en línea recta con la sexta superior, y vice-versa; advirtiéndose esta disposicion mas bien en la cúspide de los ramos. No tienen estípulas; su peciolo es comprimido y canalado; de nervacion peninervada, de bordes aserrado-dentados: la cara superior es de un verde más oscuro que la inferior, y ambas cubiertas lo mismo que el tallo, de pelos glandulosos y blancos que las hacen ásperas al tacto. Las flores, estámino-pistiladas, forman gru- pos comunmente de á cuatro, colocados á distancias regulares; la parte infe- rior de ellas está rodeada por cinco bracteas. Cáliz monosépalo y membra- noso. En cuanto á la corola, nada tengo que agregar á lo que queda dicho en los caractéres genéricos. Los estambres, en número de cinco, están for- mados por filamentos delgados, ligeramente subulados, tienen el mismo color purpurino de la corola, y se ven insertados en la base de ella, alternan- do con sus divisiones, y terminados por anteras oscilantes, biloculares, in- trorsas, llenas interiormente de un pólen muy fino, colorido en amarillo cla- ro. Ovario libre, lampiño, compuesto de tres carpelos unidos por sus bor- des, y doblados hácia dentro para formar otros tantos lóculos. El estilo tan saliente como los estambres, es filiforme, trífido: cada lóbulo lleva una pe- queña estigma. Fruto capsular, constituido por tres cocas bivalvas, cuya dehiscencia se hace de arriba abajo. En general, toda la planta es áspera, al grado de parecer espinosa, prin- cipalmente á medida que aumenta de edad. Su sabor es demasiado amargo, y en particular el de las hojas; pero el de la raíz al principio es dulce, y des- pues amargo. Además de la especie anterior, que es la sola usada en México, tenemos en diferentes puntos de la República otras: como la Leselia glandulosa, que crece en tierra caliente. La £. ceerulea, en los alrededores de esta capital, llamada vulgarmente Banderilla. La £. rupestris, en Oaxaca. La L. cilia- ta, en Veracruz. La £. involucrata, en Acapulco, y la L. amplectens en- tre San Blas y Tepic. Seria de desear, que un estudio comparativo nos mostrara si sus propie- dades medicinales concuerdan con la analogía botánica que las une. Axauisis.—Despues de secar perfectamente los ramos y hojas de la plan- ta, lo reduje todo á polvo grueso, y coloqué en un aparato de lexiviacion; en seguida lo traté por el éter sulfúrico á 62%, de cuya operacion obtuve una 6 LA NATURALEZA solucion de un verde esmeralda muy hermoso, la que evaporada espontánea- mente, dejó un extracto negro, que por varias experiencias me dió clorofila, sustancia grasa en muy pequeña cantidad, materia amarga y resina. El modo como separé esta última, es el siguiente: el extracto etéreo fué sometido á la accion del alcohol á 85%, que disolvió una parte, y evaporada esta solucion, dió una segunda materia, á la que vertí agua hirviendo, con el objeto de separar todo lo que tuviera de soluble en este vehículo; repitien- do por varias veces el mismo tratamiento, es decir, solucion en el alcohol, evaporacion y lavado con el agua hirviendo, obtuve la resina que en segui- da reconocí. Pertenece á las resinas que Unverdorben denomina medianamente electro- negativas: su color es moreno-oscuro, insíipida é inodora, soluble en el éter y en el alcohol; la solucion en este último enrojece á frio el tornasol; se di- suelve tambien en los álealis y se combina con ellos; pero su solucion en el amoniaco, puesta á hervir, la abandona prontamente: el ácido sulfúrico la colora en rojo, y el azótico en amarillo. Terminada la lexiviacion por el éter, el residuo me sirvió para igual ope- racion con el alcohol á 85%, que me dió una tintura de un color rojo vinoso, la que evaporé á una temperatura moderada, y dejó un extracto amarillo ro- jizo, de un sabor muy amargo y persistente, compuesto de una materia co- lorante amarilla, extractivo amargo y huellas de tanino. Siguiendo aún el método de los disolventes, que fué el que me propuse desde el principio, á la parte que todavía quedaba en el aparato, puse agua á la temperatura de 20% y á continuacion procedi á reconocer lo que se habia disuelto, dándome principalmente, goma y materia azucarada. Agotado el polvo por estos diversos medios, quedó blanco, lo que proba- ba que allí solo habia esqueleto vegetal. Tambien examiné la raíz, la que tiene la propiedad de teñir el agua inten- samente de amarillo, debido á la mayor proporcion de la materia coloran - te; y contiene, albumina, materia amarilla, mucilago, azúcar y extractivo amargo. Hice varias tentativas para buscar algun ácido ó álcali vegetal, pero todas mis indagaciones fueron inútiles, debido tal vez á la falta de aparatos, y so- bre todo, de conocimientos prácticos en este género de operaciones. Sometida la planta á la incineracion, me dió 5, 50 por 100 de cenizas, compuestas de los ácidos sulfúrico, clorohídrico y carbónico, y de las bases potasa, cal, magnesia y óxido de fierro. LA NATURALEZA 7 Accion risioLóGICA.—Ingerida en cocimiento fuerte de 250 á 300 gramos, se nota una sensacion de calor en el estómago, aun cuando haya sido to- mada á frio; poco despues se aumentan las fuerzas, siguiendo á este período la secrecion de un sudor abundante. La resina tiene una accion emeto-Ca- tártica bien marcada. LAS ROCAS DE TECALI, POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NUMERO. En la última Exposicion Municipal se exhibieron algunas muestras de ala- bastro calizo, procedentes de las canteras de Tecali, en el Estado de Puebla, que llamaron la atencion del público por la belleza y variedad de sus colo- res. Desde entónces me propuse hacer un estudio de esas rocas, pero no me habia sido posible concluirlo, hasta hoy que tengo el honor de presentarlo á esta Sociedad, en cumplimiento del turno de lectura que se me señaló para esta sesion. Las rocas de Tecali presentan una infinidad de variedades por sus colores, aun en las losas que se extraen de un mismo banco, y para hacer el estudio del tipo ó especie mineralógica, escogí un ejemplar bastante puro que pre- sentaba los caractéres siguientes: Figura en masa; color blanco, ligeramente agrisado. Lustre de cera que pasa al de seda en las fibras trasversales. Textura desigual, astillosa; la tras- versal es semejante á la del yeso fibroso; dureza de 4,50. Dócil, el polvo de la raspadura es más blanco que el color general de la masa; trasluciente en alto grado, pues colocando una lámpara pequeña detras de un bloc que te- nia 0,715 de espesor, he podido ver con claridad un papel escrito que habia puesto en la parte anterior; peso específico de 2,90. Tratado al soplete se pone opaco, y al enfriarse queda ligeramente listado de pardo rojizo claro. Calentado en un tubo abierto, desprende ácido carbó- nico y queda al estado de cal cáustica. 8 LA NATURALEZA En dos análisis que hice del ejemplar referido, encontré por término me- dio la siguiente composicion: A A ISI) Mapnesiana o a ROA Acido Carbónico; 1 e 20 Acido sultirican a di OS Pérdida et ii le 250: UD 100,00 Las rocas jaspeadas tienen, además de los compuestos anteriores, óxidos de hierro y de manganeso, en proporciones variables. Los dibujos capricho- sos que forman estas materias colorantes, así como los diversos grados de opacidad y trasparencia que presentan las losas pulidas, les dan ese aspecto raro y elegante que constituye su indescribible belleza. Los dibujos más co- munes son de nubes, flamas y manchas de todas dimensiones. Las nubes se presentan de diversas maneras y con grados variables de intensidad; á veces están bastante detalladas, y sus contornos terminan bruscamente como en los cámulos, 6 se desvanecen y se pierden gradualmente como los cirrus. La superposicion de estos grados extremos, y de otros muchos intermedios, unida á la diferencia de opacidad, que cité ántes, producen efectos verdade- ramente indescribibles. Sobre las nubes se ven tambien algunos jaspes de diversas figuras que completan los cuadros más variados en que la fantasía puede encontrar los castillos de la edad média ó las ruinas de los templos y poblaciones antiguas. Este efecto es todavía más admirable en algunas mues- tras en que, por la diferencia de intensidad en los contornos, se pueden apre- ciar las diversas distancias que por este medio logra representar en sus cua- dros un buen artista. Los colores de estos dibujos varian partiendo del ver- de puerro, del rojo pardusco y del pardo cetrino. El verde manzana es uno de los que se presentan con más frecuencia en las rocas traslucientes, en las que el rojo es tambien más suave y se mezcla á veces con un tinte ligeramente violado que lo hace aun más vistoso. Estos colores tienen mayor intensidad y presentan figuras más detalladas en los bordes de las resquebrajaduras que tienen algunas masas, y por las cuales se filtraron probablemente las aguas que llevaban las materias colo- rantes en suspension. En las masas blancas los dibujos están formados por manchas opacas de diversas figuras. . Las rocas de que me ocupo deben clasificarse, por su composicion, en el TA NATURALEZA 9 grupo y especie del calcite, pues las proporciones que encontré de cal y de ácido carbónico, se aproximan bastante á las del carbonato de cal puro, en en el que hay 56 pS de base y 44 de ácido. Clasificadas despues por su textura, su trasparencia y otros de los caractéres físicos que cité ántes, de- ben referirse á la seccion de la caliza estilaticia y á la variedad alabas- tro calizo. Las canteras de Tecali están situadas á inmediaciones del pueblo de este nombre, en el referido Estado de Puebla. En un informe que presentó hace poco tiempo el Sr. D. Patricio Murphy, á la actual compañía explotadora de esas canteras, menciona tres yacimientos principales, que se conocen con los nombres de «La Pedrera,» «Tlahualco» y «Aratleta.» El yacimiento de más importancia es el de la «Pedrera,» que se halla á dos leguas S. O. de Tecali y á siete de Puebla. Segun el Sr. Murphy, la masa de la montaña está forma- da de capas alternativas de alabastro y de calizas arcillosas, margas y arenas. Las masas de alabastro que están á la vista son de grandes dimensiones, y aseguran, por tanto, una dilatada y provechosa explotacion. Actualmente hay una exposicion de estos alabastros en la casa núm. 8 de la calle de Gante, en esta capital. Las muestras que he visto allí son excesi- vamente hermosas y de varias dimensiones. La explotacion de esas canteras habia sido abandonada por muchos años; pero últimamente ha renacido, y con las mejores condiciones, debiéndose este resultado á los loables esfuerzos del ilustrado Sr. D. José Julian Gutier- rez, á quien tengo que agradecer las muestras en que hice el estudio que acabo de mencionar. Muchas personas ilustradas de esta capital, apreciando el mérito de los alabastros de Tecali, se han apresurado á comprar diversas muestras para adornar los tocadores y otros muebles, así como para enlosar las escaleras y salones. En esta última aplicacion es donde puede conocerse la gran varie- dad de colores y dibujos que presentan esas rocas, pues en una muestra de enlosado que ví hace pocos dias, no me fué posible encontrar dos ejempla- res iguales, y la reunion de todos formaba un elegante y vistoso mosaico. Es de esperarse que se generalizará el uso de estas rocas, que participan- do de la belleza y trasparencia de los alabastros, propiamente dichos, ó yeso- sos, tienen mayor dureza que éstos, y pueden, por tanto, emplearse como el mármol y aceptarse como una bellísima roca de adorno. México, Febrero 12 de 1874. O 10 LA NATURALEZA ESTUDIO SOBRE LOS ÓRGANOS LUMINOSOS DE LOS CUCUYOS DE VERACRUZ, POR EL SEÑOR DOCTOR CARLOS HEINEMANN. Los órganos luminosos de los Lampirídeos alemanes han sido examinados por los Doctores Leydig, Kúlliker y Maxe Sehultze; mas de los insectos lu- minosos exóticos, faltan completamente observaciones exactas, no obstante de que serian más fáciles por tener algunos de ellos un tamaño regular. Las siguientes líneas las he escrito con objeto de llenar este vacío, hasta donde alcancen mis conocimientos: comienzo por los Elaterideos luminosos, los Cucuyos de la América tropical, que pertenecen á la familia de los Piro phorus. En las cercanías de Veracruz se encuentran dos especies de este grupo, que solamente se diferencian por su tamaño; los mayores tienen más de tres centímetros, y los menores hasta dos centímetros cinco milímetros; su color es dorado oscuro, poco brillante y cubiertos con una borra fina gris amari- llenta: mis conocimientos entomológicos, no son suficientes para hacer una descripcion más completa de las especies. Admira que un fenómeno tan hermoso como el brillo de los Cucuyos no haya estimulado á los naturalistas viajeros á examinarlo con algun deteni- miento. Para el mayor número de los que en él se han fijado, ha pasado desapercibido el mayor de los órganos luminosos que existen, y algunos han ereido dotada de esta propiedad toda la cavidad del vientre. Lacordaire (Mil- ne Edwards, Lecciones) vió ciertamente los tres órganos, mas colocó equivo- cadamente el gran órgano del vientre en la parte plana é inferior de la ex- tremidad posterior del metatórax. El vuelo de la especie pequeña dura de fines de Marzo á fines de Mayo; el de la mayor, de fines de Abril á fines de Junio, mas su duracion se acorta si las lluvias son fuertes y tempranas. Si se les priva de la libertad, sujetán- dolas á un cautiverio, solo viven á lo más cuatro semanas: se acostumbra alimentarlas en este estado, con la caña de azúcar, madera podrida y las her- LA NATURALEZA 11 mosas flores de la Plumeria, bañándolos una vez todos los dias en agua fres- ca. Los lugares que prefieren para vivir, son los bosques y matorrales, mas suelen alejarse á veces de estos parajes. Segun mis propias observaciones y las noticias que he recibido, podemos afirmar que los Cucuyos habitan la zo- na más cálida de la tierra caliente; las costas son, pues, en México, su ver- dadero país natal. Precisando más los límites de su distribucion geográfica, dirémos, que siguiendo la vía que conduce de México á Veracruz, pasando por Orizaba, solo se extienden hasta el Chiquihuite, á pesar de que la zona ca- liente comprende aún seis leguas más al O. hasta llegar á Córdoba. La larva, que hasta ahora no me ha sido posible examinar, vive en la madera podrida que tanto abunda en los bosques, y algunas veces tambien en la caña de azúcar; pero es completamente errónea la creencia, segun las observaciones de personas competentes de este lugar, de que la aparicion del Cucuyo esté sujeta al cultivo de aquella gramínea. Es verdaderamente hermoso el espectáculo que ofrecen los bosques en las noches oscuras, iluminados con la fosforescencia de estos insectos, sien- do entónces cuando se manifiesta con toda su intensidad; se cree uno tras- portado á los bosques encantados de los cuentos fabulosos, en donde cada hoja de los árboles está cubierta de lucientes piedras preciosas, contribuyen- do á aumentar á esta ilusion, la magnitud de los órganos luminosos y la es- tabilidad de la luz. Llama la atencion del obsevador, que miéntras los Lampirideos al revolo- tear esparcen una luz intermitente, la de los Gucuyos es constante y viva, principalmente cuando vuelan. Mas privándolos de su libertad, se nota co- mo en los primeros, que su luz aumenta y disminuye alternalivamente de intensidad. Se ignora cómo se ejecuta en los Lampirideos este cambio de luz, y sorprende la diferencia que bajo este respecto existe entre unos y otros in- sectos. La luz del Cucuyo es característica, y su color es verde claro, con algunos tintes amarillentos; se asemeja bastante á la de un fuego artificial preparado con el clorato de barita. La de los Lampirideos observados aquí, ofrecen gradaciones distintas del amarillo al azul. Los Cueuyos son animales nocturnos que lucen desde el crepúsculo de la tarde al de la mañana; pueden, sin embargo, emitir tambien su luz cuando se les despierta, volviendo á poco á quedar en reposo. Es digno de notarse que el adormecimiento y la falta de fosforescencia, cesan tanto á la luz del dia como á la luz artificial. Algunas veces he puesto un Cucuyo que emitia una luz bastante viva, cerca de una lámpara ordinaria de petróleo, y en un cuarto de hora se han paralizado movimiento y lucidez; alejando la luz han NATURALEZA .—TOMO 111,2 ho 12 LA NATURALEZA vuelto á ponerse en accion ambas funciones despues de un corto intervalo. Igualmente obra la luz de la luna; por esta razon solo se les ve animados en las partes oscuras de los bosques en donde no penetran los rayos de aquel astro. No es exageracion de los viajeros el decir que durante las noches oscu- ras alumbran los caminos, pues yo mismo lo he observado y aun he podido leer, aunque con trabajo, á la luz de estos insectos. Separado el órgano luminoso del cuerpo de estos animales, continúa lu- ciendo por algun tiempo, como es sabido sucede tambien con el de los Lam- pirideos: cuando se llega á extinguir la luz, se puede aún avivar por el fro- tamiento. Despues de las anteriores observaciones, que me pareció interesante expo- ner, voy á ocuparme de la descripcion de los mencionados órganos, advir- tiendo que me refiero á los de la especie de mayor tamaño. Su número es de tres, dos simétricos en el protórax, cerca de sus bor- des externos, y colocados en sus ángulos salientes; uno impar y más grande en el abdómen. Los torácicos están reunidos bajo la membrana hitinosa só- lida, presentando al exterior dos manchas de forma elíptica, algo convexas, blanco-amarillentas, trasparentes y semejantes á las ocelas de los Lepidóp- teros; su mayor diámetro está inclinado hácia afuera del eje longitudinal del cuerpo, y su longitud es de 6,51, Para inteligencia de la situacion del aparato luminoso, que á pesar de ser el mayor, habia pasado desapercibido, es preciso fijarse en una particularidad de nuestro Cucuyo, que ignoro si existirá tambien en las demas especies: consiste en que el metatórax y el abdómen, estando unidos solamente por el dorso, el insecto puede levantar el último hácia arriba; de lo que resulta, que la mayor parte de su extremidad libre y plana, que tiene poco más 6 ménos la forma de un triángulo isósceles, es visible hácia adelante y abajo. En esta extremidad, cuyo lado desigual, más largo y algo encorvado, es el superior, está colocado el aparato larindis entre una EA delgada que nace cerca del segmento final del primer anillo central y su borde rGOiad: Mas como el Cucuyo solo puede ejecutar el movimiento referido, cuando vuela, pues en el reposo se lo impiden los elitros, se comprende que durante el cau- tiverio debe aquel órgano permanecer oculto. La parte superior de él está cubierta además por la membrana /itinosa del cuerpo, que no es de natura- leza córnea, sino una simple película delgada, que vista al microscopio, pre- senta una estructura amorfa, y que se puede separar en el estado fresco, aunque con cuidado, por la accion de los ácidos y de los álcalis. En el ma- cho ocupa enteramente la seccion trasversal del abdómen, en la parte mayor de abajo que permanece libre; en la hembra es más pequeño, Su forma es LA NATURALEZA 13 la de una placa triangular simétricamente desarrollada en sus dos mitades, como lo indica un surco longitudinal ligero y escotaduras superficiales, dis- puestas superior é inferiormente; formando ángulo recto con ellas, corre una línea horizontal que divide la placa en dos porciones pequeñas arriba y dos grandes abajo: en el macho el órgano tiene hasta 6,5%" en su lado mayor que es el superior. Los pectorales son tambien placas delgadas de la forma de las ocelas ya mencionadas é inmediatos á ellas. Las descripciones siguientes se refieren á los órganos abdominales, que son fáciles de preparar, habiéndome cerciorado ántes, sin embargo, de la igual estructura de unos y otros. Se distingue en ellos dos capas diferentes, por su color y trasparencia como en los Lampirideos europeos: una anterior, gruesa, brillante y de un color amarillo claro, debido á un pigmento que cuando luce adquiere alguna trasparencia; otra posterior más delgada, blan- ca como la cal, y sin brillo: están tan íntimamente unidas entre sí, que no se pueden separar bien, ni aun usando una solucion de potasa á 35%. El exámen microscópico lo hice en los órganos frescos, sin añadir más lí- quido que el suero artificial, y en la sangre del Cucuyo. Las celdillas lumi- nosas de la capa anterior, son de formacion más sólida que la de los Lam- pirideos europeos, pues en las preparaciones para separarlas, se distinguen sin agregarles líquido alguno, como grumos arredondados; cuando se les aña- de agua, se deshacen rápidamente. El campo visual se ve entónces cu- bierto de pequeñas granulaciones finas y contorneadas, animadas de movi- mientos moleculares y gruesas gotas que desvian fuertemente la luz: en agua azucarada se conservan las celdillas más largo tiempo; en el suero artificial (pues el líquido natural amnios, no se podia obtener en buen estado por la dis- tancia del rastro y la elevacion de temperatura) y en la sangre del Cucuyo se observan hermosas figuras, apareciendo las celdillas de formas redondas y alar- gadas, con un diámetro de 0,025 de mil. 6 0,0425 id.; están compuestas de una sustancia granulosa muy fina, encerrando un múcleo arredondado, y que á su vez contiene, ya un nucleolo ó una masa tambien finamente granulosa: no se les advierte cubierta membranosa alguna. Afectan raras veces la for- ma poliédrica, pues á menudo son paralelógramos con los ángulos arredon- dados: he adquirido la conviccion, despues de observaciones continuadas, que el cambio de la forma arredondada ó alargada, así como de la piriforme ó tolioide, bajo las que aparecen las celdillas, son debidas á desgarramientos que experimentan durante la preparacion, y por la presion entre los vidrios. No pude en ellos apreciar jamas relieves ni aun con mayores aumentos. Prolongando la accion del suero se nota en la sustancia celular un cambio característico, y consiste en que las celdillas toman una apariencia radiada, 14 LA NATURALEZA con sus muescas correspondientes sumamente finas en el borde aparente de las celdillas, dependiendo esto quizá, á plegamientos que parten de un punto sólido, ó desgarraduras que siguen aquella disposicion. Al evaporarse el lí- quido agregado y aumentando la presion de los vidrios, se deshacen con cierto sacudimiento, lo que hace probable estén unidas las partes sólidas y las líquidas. La masa que ha salido, contiene en primer lugar, una gran can- tidad de los nucleólos arriba mencionados; en segundo, vesículas pálidas 6 gotas, llenas las más de nucleólos animados de movimiento molecular, y las otras desprovistas de ellos; tercera, las ya referidas gotas que desvian fuer- temente la luz: hay que advertir, que en las celdillas frescas no destruidas, jamas se nota movimiento molecular. Lo que he observado de reacciones micro-químicas en las celdillas, se re- duce á lo siguiente: el ácido sulfúrico las disuelve rápidamente, quedando visibles las tráqueas; el mismo efecto produce el ácido sulfúrico y la azúcar; solo que en algunos lugares el líquido toma un color rosado: si se deja pe- netrar la más corta cantidad de ácido sulfúrico entre los vidrios en que está puesta la preparacion en agua de azúcar, se consigue mantener las celdillas por algun tiempo bajo un aspecto hermoso, y puede uno asegurarse de que su coloración es roja. Esta observacion está en contradiccion con las comu= nicadas á Milne Edwards (Lecciones, tomo 8, pág. 105), por Macaire, y no dudo que esta misma reaccion se verifique en las celdillas luminosas de los Lampirideos. La solucion acuosa de yodo no produce esta coloracion, ni aun con ácido sulfúrico. El ácido acético da mayor trasparencia y los núcleos se perciben mejor; prolongando su accion, éstos desaparecen poco á poco hasta perderse enteramente. La mezcla de ácido acético concentrado, de Moleschott, aclara tambien bastante, y aun despues de cuarenta y ocho horas de accion, las celdillas y núcleos quedan visibles, miéntras las tráqueas han desaparecido. La lejía de potasa á 35% da una trasparencia perfecta á la masa celular, y finamente granulada, determinando inmediatamente el aspecto radiado de que se ha hecho mencion. Dejando penetrar agua entre los vidrios, se di- suelven las celdillas, quedando únicamente las ramificaciones admirables y numerosas de las tráqueas. (CONCLUIRA.) mm ' e 4 » 4 Ñ * o . . ua 4 4 1 Ñ Me h 0, il ¡ i * Ñ Ñ - . A % 5 y a > , Ñ y . - ao 0 és * - E: ae ds A ' ' - i » z a! ss , ñ 3 » * Loa ; « . . o A 1. Amazilia Ocal e Selasphorus Helo1see . 2. Taumastura Blizee. 4 Campylopterus Delattrie. o. LA NATURALEZA 15 ENSAYO ORNITOLOGICO DE LA PAMILIA TROCHILIDA O SEA DE LOS COLIBRIES O CHUPAMIRTOS DE MÉXICO, POR EL SEÑOR D. RAFAEL MONTES DE OCA, SOCIO DE NUMERO. IDEA GENERAL DE DICHAS AVES Y USO QUE HACIAN DE SUS PLUMAS LOS ANTIGUOS MEXICANOS. Esta familia de pequeños séres plumados, es una de aquellas que han lla- mado la atencion de todos los naturalistas, tanto por su diminuto tamaño, como por la brillantez de sus variados plumajes y modo de vivir. Los antiguos mexicanos, admiradores de la belleza de estas pequeñas aves, las llamaron emanaciones de los rayos del sol, y usaban sus plumas como cosa muy delicada para adorno de sus mejores capas y vestidos de sus no- vias; y los tarascos, debido al gran número que de ellas habia en su territo- rio, llamaron á su capital Tzinzunzan, nombre con que las designaban, y empleaban sus plumas para adornar á sus dioses; así como tambien para ha- cer una especie de mosaicos ó pinturas, de una belleza y mérito extraordina- rios, lo cual prueba que esos indígenas tenian un talento exquisito para la pintura. Esos trabajos, ántes de la conquista los hacian pegando un sinnúmero de plumitas, muchas de ellas no más grandes que la cabeza de un alfiler, en una tela que sacaban de la hoja del maguey, formando en ella paisajes, flo- res, etc., y despues en hojas de lata que trajeron los españoles; mas es de sentirse, que al presente, tales trabajos solo se practiquen en escala muy pequeña. Mucho se ha dicho en casi todos los idiomas acerca de estas joyas anima- das, pero toda descripcion es débil al hablar de sus metálicos colores, pues aun las piedras preciosas, casi quedan deslumbradas á su lado, y muy bien 16 LA NATURALEZA pudiera decirse, que no ha habido jamas quien al contemplar por primera vez una de ellas, no haya prorumpido en exclamaciones de admiracion há- cia Aquel que á la naturaleza dió poder para crear séres tan pequeños, que con su vuelo surcan el viento á manera de exhalaciones. Hasta hoy los museos europeos poseen como unas 400 especies bien de- terminadas de estas avecitas, de las cuales pasan de 40 las que se hallan en México, siendo de las más raras conocidas, el Eupherusa Poliocerca y Cya- nomyia viridifrons, descritas por el Sr. Elliot el año antepasado, y el He- mistilbon Ocar 6 Amazilia Ocai, Gould.—Vol. V, pág. 289, Monografía de los Colibries. De esta última especie es muy probable que no haya hasta hoy más que un ejemplar llevado por el que esto escribe á Inglaterra, para la coleccion del Sr. Gould, que es el naturalista que con mejor éxito ha logrado la des- eripcion de estas aves, particularmente en la parte ilustrada, en que los co- lores metálicos están tan bien imitados, que solo la hermosura de los ejem- plares naturales puede exceder. DESCRIPCION DE LOS COLIBRIES QUE SE ENCUENTRAN EN MEXICO. Num. 1.—Chupamirto de garganta blanca y pecho verde-mar. Amazilia Ocar, Gould. Hasta el presente, solo existe un ejemplar de este hermoso colibrí, en la coleccion del Sr. Gould, el cual fué llevado á Europa por el que esto escri- be, y que ha tenido la honra de ver tan distinguida avecita, apellidada con su nombre por aquel hábil naturalista. Extraño parece que no se haya podido aún encontrar otro ejemplar seme- jante, y con tal motivo, bien puede aventurarse la idea de que ésta sea el producto extraordinario de la union de algun individuo de la Cyanomyia eyanocephala, con otro de la Amazilia berillina, con los cuales tiene mu- cha semejanza en los caractéres específicos, en la apariencia de los colores que la adornan, así como por haberse encontrado en el mismo lugar en que se hallan aquellas, y gustando, por decirlo así, en familia, hasta en las corolas de las mismas flores que de preferencia parece apetecen tales es- pecies. La apariencia del color del Ocwi, en la parte de encima de la cabeza, los lados de ésta, su garganta y pecho, es verde-mar metálico hermosísimo, un LA NATURALEZA 17 poco más azulado en lo que corresponde á la parte superior de la cabeza, con algunas de las bases de las plumas de la garganta, blancas, que le for- man una especie de mancha ó salpicado de blaneo sedoso cerca del pico; la parte de encima del cuello y del cuerpo, verde lustroso, un poco aceitu- nado; vientre pardo ferruginoso; las cubiertas de la cola, así como las de en- cima y debajo de las alas, verde bronceadas; cola del mismo color, pero un poco pardusco, con las bases de sus plumas por debajo de un color castaño rojizo; cubiertas de debajo de ésta, un poco bronceadas y marginadas de un color blanquecino; alas pardo-purpúreas, con las bases de las plumas secun- darias, de color pardo rojizo oscuro, muy semejantes á las del Amazilia berillina; pico oscuro, con la mandibula inferior un poco más clara; patas pardas y uñas negras. Su tamaño, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 4% pulgadas; alas 2%; cola 1%, y pico casi recto % id. Esta descripcion corresponde al macho habido, pues la hembra es desco- nocida, y por lo que se ve, su tamaño es exactamente igual al del cyano- cephala y al del berillina. La planta representada en la ilustracion adjunta, es el Malvaviscus mollis, vulgarmente Mazapan. Num 2—Chupamirto de cola de tijera. Taumastura Elize, Gould; (mexican shear-tail); Trochilus Elizee, Lesson; Mirtis Elisa, Reichemb.; Lucifer Elisa, Bonap. Este colibrí es uno de los más raros que se hallan en México; pequeño, pero muy hermoso, y acaso de los más difíciles de cazar, por su diminuto tamaño y extraordinaria velocidad de su vuelo, pues mueve sus alas con tan- ta rapidez, que casi no se le ven, y seria muy fácil confundirlo con una abe- ja grande, si no fuera por el extraño zumbido que producen sus alas al ba- tirlas en el viento y lo largo de las plumas de su cola. Visita estas regiones (de Jalapa) en los meses de Junio y Julio; es muy esquivo y singular en sus hábitos, pues diferente á los demas de su especie, se levanta sumamente temprano, porque los individuos que han estado bajo la observacion del que esto escribe, ha sido desde el amanecer hasta como las ocho de la mañana, ó desde las cuatro de la tarde hasta que ya casi ha oscurecido; siendo de notar, que son raros los que se encuentran durante el resto del dia, y que una vez que se les ve chupar la miel de las flores de una planta, por lo regular de Mazapan, es casi seguro encontrarlos por varios 18 LA NATURALEZA dias seguidos á la misma hora y en el mismo lugar; de manera que, si uno falla en el tiro la primera vez que los ve, no tiene más que esperarlo allí al dia siguiente, y debido á esta circunstancia, es como se pueden conseguir anualmente cuatro ó cinco ejemplares, aunque á veces ni aun esos. Tambien se encuentran estos colibries en las barrancas de Jico, á quince millas al Sur de aquí (Jalapa), cuyas barrancas, son probablemente, su lu- gar de incubacion, por ser allí donde se han encontrado los dos únicos ni- dos que se han podido llegar á ver; los cuales eran sumamente pequeños, redondos por la parte de abajo, con dos huevecillos ovalados algo largos en proporcion á su grueso, y grandes tambien en proporcion al tamaño de la hembra; mas en cuanto á su construccion, semejantes á todos los de su es- pecie que se encuentran en esta latitud; cubiertos por fuera con el musgo de las peñas, y por dentro perfectamente arreglados con la seda ó algodon de la semilla del tule, Cyperus. La apariencia del macho en cuanto á su color, es: en la parte de encima del cuerpo y las cubiertas de la cola, verde latonado brillante; sus alas color de tierra parda purpúrea algo lustrosas, pero pequeñas en proporcion al ta- maño de las que tienen la generalidad de los de su especie, á lo cual debe atribuírsele la necesidad en la velocidad de su movimiento para el vuelo y su extraño zumbido; la cola es negra purpúrea, abierta en forma de tijeras, disminuyendo de dos en dos el tamaño de sus plumas hácia su centro, te- niendo la segunda y tercera de cada lado, como la tercera parte de su ancho, de color castaño claro, sin llegar hasta la punta, dándoles á primera vista la figura de una espátula en la parte oseura; la cuarta pluma de cada lado es tambien de color castaño como el de las otras, con las puntas verduscas del color de las del centro, formando un total de 10. Su garganta es de color púrpura metálico hermosísimo; el pecho blaneo no muy limpio; el vientre lo mismo, pero participando un poco más de cierto tinte castaño. Su pico es negro, muy delgado, curvo y de 4 de pulgada de largo; sus patas y uñas tambien del mismo color. El largo total del macho 3% de pulgada; cola 1% id. y las alas 1%. La hembra, en la parte de encima de la cabeza y del cuerpo, es del mis- mo color que el macho, así como su pecho y vientre tambien; con la dife- rencia que la hembra en algunos casos, ó mejor dicho, generalmente es un poco más grande que él, pero sin el hermoso color de púrpura de la gar- ganta, y con la cola muy diferente, pues es casi redonda; sus plumas en su nacimiento, de color castaño, el resto de ellas negro con las puntas ribetea- das de blanco, excepto las dos del centro que son de color verde bronceado. LA NATURALEZA 19 Num. 3.—Chupamirto de peto violado purpúíreo. Selasphorus Heloisa, Gould; Ornysmia Heloisa, Lesson; Mellisuga Heloisa, Gray y Mitch; Trypheena Heloisa, Bonap. Este hermoso colibrí, segun dice el Sr. Gould, es un intermediario entre el Calothórax y el Selasphorus, difícil de saber á cuál de los dos pertenece; pues por su color y tamaño se parece al primero, y por la forma de la cola al segundo; circunstancia que ha motivado que algunos naturalistas hayan formado de él el tipo de un género nuevo. El Sr. De Lattre fué el primero que dió á conocer esta preciosa especie, que se la procuró durante su estancia en este país, y se encuentra en las in- mediaciones de Jalapa, aunque con más abundancia cerca de Coatepec, sien- do de notar que tambien visita algunas veces el Valle de México. La apariencia del macho es como sigue: la cabeza, la parte superior del cuello, el cuerpo y las cubiertas de las alas, de un color pardo verdusco bronceado; alas pardo-purpúreas; las dos plumas del centro de la cola con verde bronceado, las demas de color castaño en su base, teniendo en segui- da una porcion ó faja negra oblicua, con visos bronceados en la parte en que se unen ambos colores, con las puntas blancas, disminuyendo gradualmen- te la porcion de este color en las que están más hácia el centro; su garganta. es color de rosa purpúreo metálico, con visos violados hermosísimos en las plumas de los lados de ella, las cuales de una apariencia escamosa, son mu- cho más largas que las del centro y le forman una especie de ráfaga; el pe- cho lo tiene casi blanco; abdómen y cubiertas de debajo de la cola, del mis- mo color, pero un poco más pardusco en la parte del abdómen; cubiertas de debajo de las alas y flancos de color castaño claro; patas claras, y uñas y pi- co negros. Su largo total, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es 3 pulgadas, 2 líneas; alas 1% de pulgadas; cola % id.; pico un poco más de media pulgada. La hembra es muy semejante al macho, y solo se diferencia de él en que carece del hermoso tinte del pecho, teniendo en su lugar un color blanco no muy puro. El macho jóven es tambien casi igual á la hembra, diferenciándose de és- ta, en que tiene unas manchitas pardas en la parte blanca de la garganta; el lugar de éstas, se cubre despues gradualmente con el hermoso color me- tálico del macho. NATURALEZA.—Tomo I1.—3 20 LA NATURALEZA El nido es muy semejante á los que fabrican las demas especies que nidi- fican en la region del centro de Veracruz, con solo la diferencia de ser un poco más pequeño. Num. 4—OChupamirto real azul. Campylopterus De Lattrie, Gould; Mellisuga De Lattrie, Gray; De Lat- tres Sabre-wing, Gould. Parte X, Monografía de los Colibries. Esta clase de colibríes, conocida en México vulgarmente con el nombre arriba citado, se encuentra en abundancia en las inmediaciones de Jalapa, en los meses de Octubre y Noviembre, y por lo regular, siempre chupando el néctar de las flores del mazapan. No es de aquellas aves que por lo re- gular se levantan temprano á buscar que comer, pues que pocos son los in- dividuos de esta especie que se encuentran ántes de las nueve de la maña- na; mas desde esta hora hasta poco despues de medio dia, parece ser cuan- do toman su alimento. Durante ese tiempo, muy poco se les ve posar en un lugar, porque despues de haber gustado en el cáliz de las flores de una planta de mazapan, pasan á otra rápidamente, describiendo en su tránsito un arco de círculo, casi to- cando el suelo; de manera que, yendo á la caza de éstos, colocándose cerca de un lugar donde haya dichas plantas, en una mañana se pueden coger al- gunos ejemplares sin necesidad de andar buscándolos. En el resto del dia pocos individuos de éstos se ven, si no es hasta cerca de ponerse el sol; sien- do muy probable que se retiran al monte cerrado y húmedo á comer cierta clase de mosquitos negros, que solo allí se hallan, y de los cuales muy á menudo se les encuentra el buche bien repleto al disecarlos. Tambien se hallan ejemplares de esta clase en las inmediaciones de Coa- tepec, á corta distancia de esta ciudad (Jalapa), así como en los contornos de Córdoba y Orizaba. Esta especie de avecitas es sumamente esquiva, pero fácil de domesticar, acaso por ser muy golosa, pues que apénas se les ha aprisionado en una jau- la y provisto de una copita con miel, cuando ya se les ve acercarse á comer; pudiéndoseles conservar vivos hasta dos meses, y muriéndose probablemen- te por la falta de ejercicio. Es muy notable en estos colibries la aversion que un macho tiene á otro, pues casi nunca se encuentran dos, sin que ocurra una momentánea aérea pelea, digna de verse, que por lo regular comienza por una especie de chi- LA NATURALEZA 21 llido colérico, que les hace esponjar las plumas del cuello y aun las del cuer- po, abriendo la cola de una manera muy vistosa, y de allí pasan á los aleta- zos y picotazos, hasta que uno de los dos huye ó cae al suelo agobiado por su adversario. Su localidad ó lugar de incubacion, aun no está determinado, y como tam- bien se encuentran ejemplares de éstos en Guatemala, queda á los naturalis- tas de ese país, informar si allí efectúan su nidificacion, puesto que parece que para allá emigra en los meses de Noviembre y Diciembre, y no se ha podido averiguar que en su peregrinacion vayan más al Norte de esta la- titud. El color de estos colibries, en lo general de su cuerpo, es azul turquí os- curo metálico hermosísimo, excepto la parte de encima de la cabeza y las cubiertas de las alas y de la cola, que son verde-bronceado; las plumas de las alas y cola son negras purpúreas, teniendo las tres principales remeras de cada lado, unas venas sumamente anchas y fuertes, que parecen de ba- llena, y tres de las de cada lado de la cola, con las puntas como média pul- gada blancas; las cubiertas de las piernas son tambien blancas, de apariencia sedosa; las patas negro-purpúreas, y las uñas y pico negro. Su tamaño, des- de la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 5% de pulgada, las alas 3%, la cola 2%, y el pico curvo, de 1% id. El macho jóven es del mismo tamaño del adulto, y solo se diferencia de éste, en que carece de ese tinte general azul, que solo tiene en manchas más ó ménos grandes, que se generalizan en todo el cuerpo á medida que llega á la edad en que el verde bronceado que lo cubria se convierte en hermoso azul. La hembra es como media pulgada más pequeña que el macho, y su co- lor en la parte de encima de la cabeza, las cubiertas de las alas y de la cola, y toda la parte posterior del cuerpo, es verde bronceado como en el jóven; las alas y la cola negro-purpúreas como las del macho, con diferencia que las venas de las remeras son ménos anchas y fuertes, así como las puntas blancas que tienen algunas de las plumas de la cola son más pequeñas; tiene el pecho y la garganta de color gris claro; pero las plumas de la gar- ganta con las puntas tintadas de azul que le forman una especie de mancha de este color; las plumas de las cubiertas de debajo de la cola son verde bronceado claro, teniendo una especie de ribete gris, y por último, las patas y pico son iguales en tamaño y color á las del macho. 22 LA NATURALEZA Num. 5—Chupamirto color de fuego. Trochilus colubris, Gould; Trochilus colubris, Linn.; Le Rubis, Button; Mellisuga colubris, Gray y Mitch. Este colibrí, conocido vulgarmente en México con el nombre primeramen- te citado, se encuentra en gran abundancia en las inmediaciones de Jalapa y Coatepec, así como en el Valle de México, durante los meses de Setiem- bre y Octubre, y algunas veces hasta en Noviembre; mas el entusiasta natu- ralista americano Wilson, dice al describir esta especie como peculiar de los Estados- Unidos, que aquella es su localidad, pues ha visto individuos de di- cha especie en el mes de Abril, y que comienzan á hacer sus nidos en las primeras semanas de Mayo, presumiendo que hacen dos posturas al año, porque ha encontrado tambien nidos con huevecillos á mediados de Julio. Esa presuncion puede corroborarla ahora el que esto escribe, por el hecho de que algunos cazadores del Valle de México le han mostrado los nidos cogidos por ellos en el mes de Setiembre. El Sr. Gould, en su Monografía de estas aves, dice tambien, que van hasta una latitud mucho más avanzada hácia el Norte de los Estados-Unidos, porque el Dr. Richardson las ha en- contrado en las llanuras de Saskatchewan, en el Canadá, y el Sr. Drumond las ha visto nidificar tambien en los bancos del rio Elk; de donde se dedu- ce, que esta es una especie emigrante, que probablemente hace las incur- siones más grandes que ninguna otra de ellas, pues se dice que va á inver- nar á Guatemala, pasando por México en los meses expresados al principio de esta descripcion, y no cabe duda que es así, puesto que en el invierno no vuelve hácia el Norte; mas de esto se deriva la duda del tiempo en que hace su regreso de Guatemala hácia aquel rumbo, siendo así que en México solo se le ve una vez al año. ¿Debemos creer que su peregrinacion la hace du- rante la noche, como opina el Sr. Andubon, sin tener más pruebas de su aserto que su dicho? Bajo las circunstancias expresadas, tal vez debemos in- clinarnos á pensar tambien así. La apariencia del macho de esta especie, en cuanto á su color, es como sigue: la parte de encima de la cabeza y del cuerpo, las cubiertas de las alas y de la cola, así como las dos plumas del centro de ésta, verde bronceado pardusco, un poco más oscuro y ménos brillante encima de la cabeza; sus alas y cola, pardo-purpúreas; ésta algo horquillada, con las plumas que la forman terminando casi en punta; su garganta de un color de fuego me- tálico brillantísimo, teniendo una pequeña porcion cerca de la mandíbula in- LA NATURALEZA 23 ferior, parda muy oscura ó negro mate, que forma un verdadero contraste con el color brillante de la garganta; pecho blanco sucio que le forma una especie de collar; toda la parte inferior del cuerpo, pardo claro ferruginoso, tirando un poco á castaño con visos de verde bronceado, en los lados, cerca del nacimiento de las alas; la region anal la tiene cubierta de una especie de plumon blanco, y las cubiertas de debajo de la cola, de un color blanco su- cio, con una manchita parda en el centro de cada pluma, muy poco marcada en la generalidad de ellas. Su pico, patas y uñas, son negras; su largo total 3 pulgadas; cola 1% de id.; alas 1%, y pico recto de % id. La hembra se parece al macho en lo general de su plumaje, pero está des- tituida del hermoso color de la garganta de éste, teniendo en su lugar una especie de blanco, que participa algo de un tinte entre castaño y pardo; y además las plamas de la cola que no son puntiaguadas, sino redondas, tres de cada lado de ella, tienen las puntas blancas. El macho jóven, se parece más á la hembra que al macho, diferenciándose de aquella, en que en el lugar en que éste tiene el color de fuego, se le ven unas manchitas pardas, con más ó ménos plumas color de fuego, intercaladas, euyo número aumenta á medida que llega á la edad de adulto, que es cuando: se le cubre la garganta de dicho color. Num. 6.—Chupamirto verde esmeralda. Amazilia Berilina, Gould; Trochilus Berillinus, Licht.; Ornismya Arsinoé, Less.; Cynanthus Arsinoé, Jard. Este hermoso colibrí es otro de los peculiares de la region que abrazan los cantones de Jalapa, Córdoba y Orizaba, aunque tambien se encuentran en otros lugares del Estado de Veracruz, así como en el Valle de México; mas es de advertir, que los individuos de esta especie que se obtienen en esta úl- tima localidad, por lo regular son, desde un cuarto hasta media pulgada más pequeños que aquellos, en su largo total. Esta clase de avecitas es bastante familiar con el hombre, pues sin aparen- tar miedo, se le acerca á gustar el néctar de las flores que se hallan en las casas de la ciudad de Jalapa; y aunque no es tan comun como el Cyanocé- phala, se encuentra, sin embargo, durante casi todo el año, pero con más abundancia en los meses de Mayo, Junio y Julio, que es el tiempo en que NATURALEZA .—Tomo I1.—4 24 LA NATURALEZA nidifica, por cuyo motivo debe asignársele por localidad la region del centro del Estado de Veracruz. La apariencia del color del macho de esta especie, es como sigue: la par- te superior de la cabeza, los lados de ésta, la parte de encima del cuello y del cuerpo, la porcion anterior de las cubiertas de las alas, verde oscuro, que pasa gradualmente al hermoso color bronceado purpúreo de la parte poste- rior de las cubiertas de las alas y de la cola; alas pardo-purpúreas con las bases de las primarias y secundarias, muy marcadas de un tinte castaño ro- jizo; cola de color bronceado purpúreo; la garganta, la parte superior del cuello y del cuerpo, verde esmeralda metálico hermosísimo, que cerca de la region anal toma un tinte pardo castaño, el cual es ménos extenso en los machos adultos que en las hembras y machos jóvenes, y á veces tienen casi todo el vientre de ese color; las plumas que forman las cubiertas de debajo de la cola, son tambien de color castaño marginadas de blanco; las cubiertas de las piernas las forma una especie de plumon blanco; las patas, uñas y mandibula superior del pico, son negras, y la mandíbula inferior color de carne, con la punta tambien negra. El largo total de estas avecitas, desde la punta del pico hasta la extremi- dad de la cola, es de 4% pulgadas; alas 24; cola 1 X idem, y pico casi rec- to, % idem. La hembra es muy semejante al macho, y solo se diferencia de éste, en que sus colores son un poco ménos brillantes, particularmente en la parte del vientre que por lo general es pardusca. Sus nidos están formados por la parte interior, con los filamentos sedosos de la semilla del tule, Cyperus, y por fuera con el musgo de las peñas ó sea una especie de líquen. Num. 7.—Chupamirto de pecho verde-mar matizado de blanco. Thaumatias Lerdi. (Especie nueva), Montes de Oca. Este precioso y raro colibrí, se hallaba en la coleccion particular que po- sée el Sr. Blasio, de esta ciudad (México), el cual dice habérselo procurado hace algun tiempo, durante una expedicion que hizo en el Estado de Vera- eruz, en el lugar llamado Paso del Macho, no muy léjos de la costa; y co- mo el que esto escribe ha encontrado que es una especie desconocida aún, perteneciente al género Thaumatias, de Gould, ha querido tener el gusto de designarlo con el apellido del digno actual Presidente de los Estados-Unidos LA NATURALEZA 25 mexicanos, el Sr. D. Sebastian Lerdo de Tejada, á quien tiene el honor de dedicar su hallazgo, como una prueba de afecto de su humilde paisano. La apariencia de esta avecita es como sigue: la parte de encima de la ca- beza, del cuello y del cuerpo, así como las cubiertas de las alas y de la cola, de un color pardo oscuro bronceado; alas pardo-purpúreas; cola cuadrada de color pardo verdusco bronceado, con las puntas de sus plumas laterales, de un tinte un poco más claro, con una sombra más oscura en seguida de di- cho tinte; las cubiertas de debajo de la cola, de color pardo claro ferrugino- so, marginadas de blanco; su garganta, pecho y laterales del cuello, verde metálico hermosísimo, con reflejos de oro amarillento, teniendo, tanto las plumas del centro del pecho como las de la garganta, las bases blancas que le forman una mancha de dicho color, que va á unirse con una especie de media luna blanca pardusca que le cubre la parte baja del pecho; toda la parte inferior del cuerpo es pardo-oscura ferruginosa, con los lados un poco bron- ceados; la region anal la cubre una especie de plumon de color blanco sucio, teniendo tambien las cubiertas de las piernas de este mismo color. Su largo total desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es 3% de pulgada; alas 2% id.; cola 14; pico casi recto %¿, con la mandí- bula superior negra, la inferior color de carne, con la punta tambien ne- gra; patas pardas y uñas bastante largas, negras. La hembra, como debe comprenderse, es desconocida. Num. 8.—Chupamirto real de pecho color de vino. Lamprolaima Rhami, Gould (De Rham's Garnet); Ornismya Rhami, De Lattre y Lesson; Mellisuga Rhami, Gray y Mitch.; Lampornis Rhami, Bonaparte. No hace muchos años que esta especie de Colibries era muy rara en Mé- xico, porque en varias colecciones que habia tenido el que esto escribe, has- ta el año de 1856, nunca habia podido reunir mas de tres ó cuatro ejempla- res á la vez, y el Sr. Lesson, en sus obras, hace notar la misma rareza acer- ca de ellos; pero desde la fecha indicada hasta el presente, se han hecho bastante comunes en la falda del Cofre de Perote, cerca de Coatepec, y en las inmediaciones de Córdoba y Orizaba; mas sin embargo, no se ha podido encontrar por aquí ningun nido de ellos, y como cuando aparecen de súbito en estas regiones, en los meses de Junio y Julio, los machos jóvenes ya es- 26 LA NATURALEZA tán perfectamente desarrollados, aunque en muchos easos carecen hasta cierto punto de los hermosos tintes azul turquí y vinado del pecho y garganta, puede desde luego confirmarse la opinion de otros naturalistas, que creen que su localidad es Guatemala, adonde tambien se encuentran; siendo muy probable que no pasan más al Sur de dicho país, así como tambien que no van más hácia el Norte de esta latitud (Jalapa), donde solo se encuentran raros ejem- plares. El Sr. Lesson es quien dió el nombre de Rhami á esta especie, en su «Revue Zoologique» de 1838, en honor del Sr. de Rham, de New-York. La apariencia del color del macho adulto, en la parte de encima de la ca- beza y del cuerpo, es verde oscuro brillante; las cubiertas de las alas y de la cola, tambien son verdes, pero un poco mas bronceadas; su garganta color de vino metálico hermosísimo, teniendo los lados de ella negro aterciopelado; el pecho azul turquí oscuro, metálico, tambien muy hermoso; el vientre ne- gro sucio, con las plumas tintadas en sus puntas, de verde metálico, que en ciertas posiciones de la luz, le hacen aparecer de este color; sus alas son de un color castaño rojizo muy marcado, con las puntas de las principales re- meras de cada lado, como la tercera parte de ellas, color de tierra, dismi- nuyendo la porcion de este color á medida que disminuye el tamaño de sus plumas, hasta que las que se hallan más cerca de su cuerpo, solo tienen un filete muy pequeño; el color de la cola es negro uniforme purpúreo lustro- so; las plumas de la cubierta inferior de ésta, del mismo color; pero algu- nas de ellas ribeteadas de blanco pardusco; las cubiertas de las piernas tam- bien son del mismo color, teniendo además una faja que va de una pierna á otra cerca de las cubiertas de debajo de la cola, de una especie de plumon muy blanco, y por último, una rayita tambien blanca, que nace en el ángulo posterior de cada ojo, y se extiende como dos lineas hácia atrás. Su pico y uñas son negras, que parecen de ballena, y sus patas pardo- negruzcas; su largo total 5 pulgadas; cola 2 id.; alas 3% id.; y su pico rec- to % id. La hembra es casi del mismo tamaño del macho; su color en la parte de encima de la cabeza, la parte posterior del cuerpo, las cubiertas de las alas y de la cola, son de un color verde un poco más claro y ménos brillante que el del macho; la cola y las alas son tambien muy semejantes á las de éste, con diferencia que las tres plumas de cada lado de la cola, tienen las puntas parduscas y el color de las alas es ménos rojizo; su garganta y cuello son de un color pardo ferruginoso; el vientre del mismo color, pero un poco más oscuro; las cubiertas de debajo de la cola, tambien del mismo color, teniendo por último, cerca del nacimiento de éstas, una especie de plumon blanco, LA NATURALEZA 27 que en parte cubre las piernas, y la raya blanca comenzando en la parte pos- terior del ojo, sigue hácia atrás lo mismo que en el macho. El macho jóven es del mismo tamaño que el adulto y muy semejante en el color; pues solo se diferencia de él, en que el color de vino de la gargan- ta, es ménos marcado, y el color del pecho es verde azulado en lugar del hermoso azul turqui. Num. 9—Chupamirto real de cabeza verde azulada. Heliomaster pallidiceps, Gould. Esta hermosa variedad de colibríes, que he encontrado en las inme- diaciones de Jalapa, habia creido que era el Hf. longirostris, sin embargo de ser un poco más pequeña que éste, y no tener noticia de que emigra ra á este país; el Sr. Gould la ha dado el nombre precitado (pallidiceps), por haber hallado, que tanto en el ejemplar en cuestion, como otros que hubo de Costa-Rica, el tinte verde de la cabeza es muy distinto del longirostris aunque todos sus demas caractéres son, á mi parecer, iguales. La apariencia del plumaje de esta especie, es como sigue: la parte de en- cima de la cabeza, de un color verde azulado metálico preciosísimo; toda la parte superior del cuerpo, del cuello y las cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde bronceado, con una mancha blanca encima de la rabadi- lla; las dos plumas del centro de la cola tambien son de color verde broncea- do; las demas de cada lado de ella, de este mismo color; pero con las extre- midades sombreadas de negro, teniendo las tres laterales las puntas con una mancha blanca, cuyo tamaño disminuye en las que están más hácia el cen- tro; las alas pardo-purpúreas; garganta púrpura, con la parte que está cerca del pico negra; pecho y centro del vientre, pardo ferruginoso, con los flan- cos tintados de verde bronceado; cubiertas de debajo de la cola, de este mis- mo color, con las extremidades blanquizcas; pico, patas y uñas negras, y por conclusion, las piernas las tiene cubiertas con un plumon blanco. Su largo total es de 4% de pulgada; alas 2% id.; cola 1%, y pico recto de 1% de pulgada. Num. 10.—Chupanvirto de rafaguita. Calothoraz Calliope, Gould; Calothorax Calliope, Gray y Mitch. El Satélite Mexicano, otro nombre con el cual se designa tambien esta preciosa especie de colibríes, segun dice el Sr. Gould, fué descubierta por 28 LA NATURALEZA el entusiasta D. Damian Floresi, al cual los troquilidistas deben mucho, por las interesantes colecciones que remitió á Europa durante el tiempo que es- tuvo en México en las minas del Real del Monte; habiendo sido en las inme- diaciones de este lugar adonde se procuró ese hallazgo. El Chupamirto de rafaguita, como lo llaman vulgarmente los cazadores del Valle de México, es-uno de los más raros de esta region, pues son con- tados los ejemplares de éstos que se pueden conseguir anualmente, y sin embargo, parece ser peculiar de esta altiplanicie. La apariencia del macho de esta especie, es así: la parte superior de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un co- lor verde bronceado; alas y cola parduscas; las plumas de la garganta y cue- llo, largas y angostas, de un color de rosa metálico purpúreo hermosísimo, con las bases blancas, que es lo que le da la apariencia de una ráfaga de blanco y rosado; el pecho, abdómen y cubiertas de debajo de la cola, son blancos; sus flancos verde bronceados, y patas y pico pardo negruzcos. La hembra tiene toda la parte superior, de color verde bronceado como el macho; alas parduscas; cola negra con las bases de sus plumas pardo-ver- duscas, teniendo unas manchitas blancas en las extremidades de las dos, y algunas veces tres plumas de cada lado de ella; cuello y abdómen, blanco castaño; flancos y cubiertas de debajo de la cola, de ese mismo color, un poco más castaño; el cuello lo tiene salpicado con una multitud de manchi- tas pequeñas pardas; patas y pico del color de las del macho. El largo total de los ejemplares de esta especie, 2% de pulgada; alas 1% idem; cola 3, y pico media pulgada. Num. 11.—Chupamirto de pico de coral. Heliopedica melanotis, Gould; Trochilus melanotus, Swains.; Trochilus leucotis, Vicill.; Ornismya arsennii, Less.; Thaumatias leu- cotis, Bonap. Esta especie de colibries se encuentra en las inmediaciones de Jalapa y Coatepec; pero con más abundancia en el Valle de México, donde se conoce con el nombre vulgar primeramente citado. El Sr. Gould dice que habi- ta tambien en Guatemala, y le da el nombre de (black-eared humning-bird), chupamirto de orejas negras; haciendo notar, que es dudosa la opinion de Bonaparte y otros autores más recientes, que consideran el Trochilus leuco- LA NATURALEZA 29 tis, idéntico á éste, y hacen de los dos nombres un sinónimo, puesto que Vieillot no hace mencion del hermoso azul que tiene en la cabeza, y además dice que pertenece al Brasil, en cuyo país parece que no existe; pero cree que es el Ornysmia arsennia, de Lesson, sin embargo de manifestar tam- bien error con respecto á su localidad, por cuya razon le da la preferencia al nombre de melanotis que le dió Swainson. La apariencia de los individuos de esta especie, es como sigue: la parte de encima de la cabeza, azul turquí metálico hermosísimo; cuello en la par- te superior, casi negro, que al unirse con la parte de encima del cuerpo to- ma un tinte pardusco; cola negra con las dos plumas del centro, de color verde bronceado, teniendo las orillas de todas las demas, en la parte exte - rior, un mediano tinte de este mismo color; las cubiertas de encima de la cola y de arriba y debajo de las alas, de color verde bronceado; garganta azul igual al tinte de encima de la cabeza; cuello verde metálico hermosísimo; cubiertas de las orejas, negras, marginadas en la parte superior con una lí- nea blanca, que parece tiene principio en la parte posterior de la oreja; ab- dómen pardo claro; flancos de este mismo color con visos verde bronceados; cubiertas de debajo de la cola, tambien pardas, marginadas de blanco; patas color de carne, uñas largas y negras; pico recto con su base encarnada y la punta negra. Su largo total es, de 34% de pulgada; cola 1% idem; alas 24, y pico % de pulgada. La hembra es casi del mismo tamaño que el macho; tiene la cabeza par- dusca; la parte de encima del cuerpo y las cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde bronceado; la cola con las dos plumas del centro, de este mismo color; las restantes negras azulosas con visos bronceados en sus ba- ses y las puntas grises; las cubiertas de las orejas, de un color negro par- dusco, con una línea blanca arriba de éstas; garganta, pecho y vientre, blan- co pardusco, con algunas de sus plumas manchadas en su extremidad con un tinte verde bronceado, que le forman una especie de salpicado de este color; flancos pardos, tintados de verde bronceado; patas color de carne, y pico encarnado con la punta negra. El macho jóven es muy parecido á la hembra, con la diferencia que en lugar del salpicado del cuello, las plumas de éste las tiene tintadas, más ó ménos, del hermoso color verde del macho adulto; siendo mayor el número de las tintadas á medida que llega á la edad de adulto, sucediendo lo mismo con las plumas de la garganta y parte anterior de la cabeza, que poco á po- co van tomando el hermoso azul turquí que tiene tambien el adulto. La localidad de esta especie, es el Valle de México, pues que no cabe du: 30 LA NATURALEZA da que nidifican allí en los meses de Julio y Agosto; siendo digno de notar, como caso raro, que el año pasado, en los dias más frios del mes de Diciembre, se encontró un nido con huevecillos acabados de poner, el cual, como todos los que fabrica esta especie, estaba formado en la parte interior con una especie de filamentos lanosos muy finos, que el que esto escribe su- pone son la cubierta de la semilla de alguna planta, y por afuera guarecido eon musgo verde muy fino, que se eria en los árboles, y no con el líquen de las peñas, como lo están los que fabrican las especies que se hallan en el Estado de Veracruz; contenia dos huevecillos elípticos bastante alongados y grandes en proporcion al tamaño de la hembra, y por último, estaba como es. condido entre las hojas de una rama de encino. Num. 12—Chupamirto fandanguero. * Campylopterus Pampa, Gould; Ornismya Pampa, Lesson; Polytmus Pampa, Gray y Mitchell. Los cazadores de la Villa de Coatepec dan á este chupamirto el nombre mencionado arriba primero, por tener la particularidad de ser sumamente músico, pues por las mañanas el macho no cesa de cantar, y aunque su to- no es corto y monótono, es bastante agradable, porque realmente parece la música de un fandango campestre. Es el único de su especie que tiene un canto conocido, ó al ménos el úni- co que el que suscribe haya oido. Su canto es su denunciante, pues si no fuera por él, seria muy difícil cazarlo, porque solo habita los bosques en sus cañadas cerradas con cierta clase de arbustos, que se llaman vulgarmente azaharitos, y durante el invierno que es el tiempo en que dichos arbustos florecen y por lo regular están tan copados de hojas, que éstas impiden po- derlos ver con facilidad. Tambien se encuentran estos chupamirtos en las inmediaciones de Oriza- ba y Córdoba, y segun la opinion de algunos naturalistas, Guatemala es su localidad; siendo muy probable que sea así, porque en verano, tiempo de la nidificacion, son raros los ejemplares que se hallan por aquí. La apariencia del color de los individuos de esta especie, es como sigue: la parte de encima de la cabeza, azul ultramarino metálico hermosísimo; las cubiertas de las alas, las de la cola y toda la parte posterior del cuerpo, ver- LA NATURALEZA 31 de bronceado; la garganta, toda la parte del vientre, las cubiertas de deba- jo de las alas, así como las de la cola, son de un color aplomaco ferrugino- so, uniforme, excepto las de la cola que tiran un poco á castaño; las plumas de las alas son negras purpúreas, con venas muy anchas y fuertes que pare- cen de ballena; las dos plumas del centro de la cola, son verde bronceado, el resto de las demas, del mismo color desde su nacimiento hasta la mitad de su largo, con lo demas negro, teniendo las tres de cada lado de ella las puntas de color aplomado castaño; sus patas son negro-parduscas, y el pico y sus uñas negras. Su tamaño, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es 5% pulgadas; las alas 2% id.; la cola 2 id.; el pico 1% id.; mas es de ad- vertir, que en esta especie se observa, lo que tal vez no sucede en ninguna otra, y es, que hay machos adultos que miden hasta % de pulgada ménos que el tamaño indicado en este párrafo. La hembra de estos colibríes es tan semejante al macho, que solo puede averiguarse su sexo por medio de la inspeccion anatómica; ambos tienen el pico muy curvo. ' (CONTINUARA.) A XA KA APUNTES QUE PUEDEN SERVIR DE BASE PARA LA FORMACION DE LA FLÓRULA DE LA CIUDAD DE MONTEREY Y SUS INMEDIACIONES, POR EL Sx. D. ELEUTERIO GONZALEZ, SOCIO CORRESPONSAL. Situacion de la ciudad 25” 40” 16” lat. bor. 1% 24” 15” long. O. mer. de Mé- xico, (segun Nigra de San Martin). Su altura sobre el nivel del mar 461.01 metros. Altura média de la columna barométrica, 722.724 mms., (observaciones de un año). Temperatura média del año, 21,86. (Termómetro centígrado.) Máximun de temperatura, 41. Mínimun de id. 0. Cantidad de lluvia en un año, 740 milímetros. —Observaciones de Epstein, NATURALEZA.—Tom0 111,—5 32 LA NATURALEZA La ciudad de Monterey es isotérmica con las ciudades de Canton en la China, de las Palmas en la Gran Canaria, y de Sevilla en España, y está sobre un terreno calizo muy firme, en la ribera izquierda del rio de Santa Catalina; tiene un cerro al Oriente, otro al Poniente y una sierra alta al Sur, de manera que solamente es- tá descubierta por el lado del Norte. Todas sus aguas son delgadas y potables. El plano de calor invariable está como á 18 varas de profundidad, pues las aguas de los pozos que tienen esa hondura, permanecen en todas las estaciones á la misma temperatura, (22 grados,) y en los “que la tienen menor, varía. Noras.-—La V. puesta al márgen indica que el nombre es vulgar; la €. que la planta es cultivada; cuando no tiene estas letras, los nombres son los castellanos y las plantas silvestres, CRIPTOGAMAS.—ANFIGENAS. V. Lama del Topot . . .. Oscillatoria calida, H.B. . . Algas. pomiora rivularis, Lin. q Ma By ssus Aosta que, MA. 5 l coñferva bulosa; Mi 0%: JA Oreja de Júdas. . . . Peziza auricula, Lin. . . . Hongos. Agaricus fimetarius, Lin. . . 3 NE “Hongos . ..?. a equestris, Lin... 3 Peziza punctata, Lin. ....... 4D ACROGENAS. V. Calaguala. . . . . . Polypodium Phylitide, Lin. . Helechos. Helechotmachos' E. 115% iPrilxémas, Lin. LA 4. A hembra. o... Pleristaquilina, Lin... 2. e V. Culantrillo . . . . . Adianthum trapeziforme, Lin. 55 V. Doradilla. . . . . . Lycopodiumnidiforme, Fl.mex. Licopodiaceas. V. Cañuela. . . . +. . Equisetum arvense, Lin. . . Equisetaceas. FANEROGAMAS.—MONOCOTILEDONEAS.—PERISPERMEADAS. ML o js OBAMA ys, LI A PAMINeAS: WI Cbada 0 Hordeum vulgare, Lin... $ Nica Majz do España... 1 Holeus:sorghum, Didi ios s4 V. (. Caña de azúcar de China. ,» Ssaccharatum, Lin... . SE AA A EOS o o pe 1 El Topo es un rancho donde hay un ojo de agua termal á 40 grados centígrados. EG MP Aroideas. 37: Ciperaceas. Palmeras. , , Comelineas. Colchicaceas. . Bromeliaceas. Esmilacineas. , Liliaceas. , Amarilideas. > Irideas. 15 Musaceas. Canaceas. 34 LA NATURALEZA DICOTILEDONZAS.—MONOOULAMIDEAS. MEDIDOS. seca de WS CENA o a WES dro. es Pinus occidentalis, H. B. . Pinus religiosa, H. B. Cupressus thurifera, H. B. . Estas tres especies solo creeen en la Sierra inmediata. C. Ciprés V. Sabino AU C. Sáuce lloron. Álamo blanco Alamillo . V. Encino blanco V. Encino roble. .-. Encino memelito V. Nogal. Nogal encarcelado. V. Olmo. Mariguana V. Ortiguilla. C: Higuera .. . Mora. 1. C. Mora de China. . C. Resedá . V. Yerba de la golondrina. C. Flor de Noche buena. Ye Eiguerdle. + 04% asik V. Yerba del indio. Cupressus sempervirens, Lin. Taxodium disticha, H. B. Salix pentandria, Lin. ,, —babilonicus, Lin. Populus alba, Lin. Sa nigra, Lin. Quercus mexicana, H. B. 55 xalapensis, H. B. Y Laurinea, H. B. Juglans mucronata, Mich. Juglans alba? Ulmus americana, Lin. Cannabis indica, Lam. Urtica mexicana, Fl. mex. . Ficus carica, Lin. Morus nigra, Lin. susalba,* Lin. Reseda luteola, Lin. Euphorbia maculata, Lin... y heterophylla, Lin. . Ricinus communis, Lin. . Aristolochia pentandria? Lin. Solo se diferencia de la especie descrita por Lineo, en el lóbulo ja que es alargado y acuminado. Jure .- 05 AC ua cate. esos adi V. Palo blanco. : V. Grangeno ó Capul .. Listea glaucescens, H. B. Persea gratissima, Gr. MAMLUS ed a MUTUAS, os Estos dos laureles son de la tribu de las Tetranthereas. V. Lengua de vaca. Y. V. Quelite de comer . . VA hediondo: UE, VISPABHZDTO Sato ihs 0 Enredadera de San Diego. Rumex obtusifolius, Lin. . Antigonum leutopus. Atriplex hortensis, Lin. . Chenopodium vulvaria, Lin. . Chenopodium ambrosioides, L. Coniferas 1 » Salicineas. > 7 » Cupuliferas. » 33 Yuglandeas. >» Ulmaceas. Canabineas. Urticeas. 35 5 », Resedaceas. kuforbiaceas. e d7 ,”) Asarineas. medio de la ho- Laurineas. Poligoneas. Salsolaceas. ,, ,”» LA NATURALEZA 35 Ss AcolBar ¿00 00, cE= * OS Beta ciela, Lia, 1203010 48, 0 3 EBetaDel AO ORIO ul o Belafrubra, O bia) 10.15 21007 1 D V. (. Moco de Pavo . . . . Amaranthus caudatus, Lin. . Amarantaceas. V. Quelite morado... ... 5 lividus, Lin. ..5. 5 V. Quelite de cochino. . . Sr viridis, Lin. .-. e V. Quelite manchado . . . ,» hipochondriacus, Lin. 5 V. Quelite Espinoso. . ... e spinosus, Lin... so We Co>Ala: de pericos sÉ tricolor lino as E V. €. Maravilla. . . . . . Mirabilis dichotoma, Lin. . . Nictagineas. We MLanten ua ti sr Plantago: media, Lin. eo e 4 Plana cineas. C. Plúmbago. . . . . . Plumbago ccerulea, Lin. . . Plumbagineas. (CONCLUIRA.) _— DESCUBRIMIENTO DE UNA NUEVA ESPECIE MINERAL DE MÉXICO POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NÚMERO. Hace poco tiempo que, en este mismo lugar, tuve el gusto de llamar la atencion de mis ilustrados consocios, sobre el movimiento científico é indus- trial, que bajo la sombra inestimable de la paz, se iniciaba en varios puntos de nuestro territorio. En virtud de ese movimiento, la estadística minera de México aumenta diariamente sus datos, y el catálogo de los minerales sigue enriqueciendo sus columnas con los descubrimientos de especies que no se sabia que existiesen en nuestras montañas, ó que no estaban aún registradas en las obras de Mineralogía. Hace cuatro dias que mi ilustrado amigo el Sr. D. Sebastian Camacho, me regaló una muestra mineral que le habian remitido de Huitzuco, en el Esta- do de Guerrero, y que me presentó como un compuesto extraño, recomen- dándome que lo estudiara cuidadosamente. 36 LA NATURALEZA Por su aspecto, el mineral referido se parece bastante al estibnite ó sulfu- ro de antimonio, pero al frotarlo con la navaja, se obtiene una raspadura de color rojo que no presenta el último, y esta cireunstancia me llamó la aten- cion y comparé cuidadosamente los caractéres de aquel con los de todos los sulfuros metálicos conocidos hasta hoy y que se encuentran en la última edi- cion de la obra de Mineralogía del profesor Dana, y no encontré alguno en- tre las especies conocidas, que le conviniesen á la que hoy tengo el honor de describir ante esta ilustrada Sociedad. Los caractéres del mineral en cuestion son los siguientes: Se presenta en prismas alargados, que parecen isomorfos con los del estibnite, y aun forman hacecillos y ramilletes como ellos: tienen un erucero muy fácil que los divi- de en hojas, y probablemente otros dos diferentes, porque se obtienen frag- mentos prismáticos regulares, al golpearlos suavemente con algun cuerpo pe- sado. Su textura es hojosa, estriada; color gris de plomo vivo; lustre metáli- co y resplandeciente. Dureza de 2 en la escala de 12%, Peso especifico, á 16" centígrados, es de 4,61. Al soplete se funde á la primera impresion de la flama y da humos blancos muy abundantes. Calentado en un matraz, da los mismos humos, y se funde formando una escoria rojiza que casi desapa- rece sosteniendo el fuego por algun tiempo; en el extremo del tubo la pega- dura es gris metálica. El ácido azótico no lo ataca sensiblemente á frio, pero calentado lo disuelve en parte, y queda un resíduo blanco. El agua régia lo disuelve con facilidad y la disolucion presenta un color blanco verdoso. El ácido sulfohídrico la precipita, formando un sulfuro amarillo naranjado y otro de color negro. Tratada la disolución por el agua, se enturbia, y por la adicion del ácido tártrico se pone diáfana, cuya reaccion unida á las anterio- res, demuestra la presencia del antimonio. Separado este cuerpo y sumer- giendo en el líquido restante un alambre de cobre, se pone gris y queda amalgamado en la parte sumergida; la misma disolucion da un precipitado rojo con el ioduro de potasio y todas las otras reacciones de las sales de mer- curio. Humedecida la escoria que se obtiene al fundir el mineral con carbo- nato de sosa, mancha de negro la plata metálica, lo que demuestra la pre- sencia del azufre. Por las reacciones citadas, se ve que el mineral de que me ocupo, está esencialmente compuesto de azufre, antimonio y mercurio. Todas esas reacciones fueron confirmadas por mi ilustrado maestro D. José María César. Próximamente daré á conocer las proporciones atómicas en que se encuentran estos cuerpos, cuando concluya la análisis cuantitativa que acabo de emprender. La ley de mercurio que he obtenido en un ensayo indus- trial, por la vía seca, fué de 10 por ciento, cuyo resultado demuestra que ese compuesto que he estudiado, es muy interesante como mineral de mer- TA NATURALEZA 3/ curio. Por la vía húmeda debe ser más alta la ley que se obtenga de aquel metal. Como manifesté ántes, los caractéres del sulfuro que describo, no corres- ponden á ninguno de los que presentan los sulfuros conocidos en la minera- logía: con los pocos compuestos mercuriales que se han determinado, no ofrece ninguna semejanza. Tampoco puede confundirse con el antimonio sulfúreo por los cruceros que cité, por el color de la raspadura, y sobre to- do, por la presencia del mercurio. No puede considerarse como una mezcla de ese sulfuro y del de mercurio, por presentar caractéres constantes en to- dos los ejemplares que he examinado, y principalmente por encontrarse bajo la forma de cristales determinables, constituyendo así una especie minera- lógica. Por todas esas consideraciones, no vacilo en presentar á esta Sociedad, el mineral referido, como una nueva especie, propia de nuestro país, y la clasi- fico por su composicion, como un sulfuro de antimonio y mercurio, pues estos cuerpos son sus elementos principales. Al buscar el nombre con que designar mi nueva especie, tuve presente á muchos de mis compatriotas á quienes deseaba dedicarla, y con los que ten- go muchas obligaciones de amistad y gratitud; pero tuve que «sacrificar mis deseos, con el fin de que México honrase la memoria del Dr. Livingstone, que estimulado por su amor á la ciencia, acaba de perder su preciosa exis- tencia en los climas mortíferos del Africa. En tal virtud, si por los estudios que acabo de exponer, y por los que presentaré más tarde, se admite como nueva la especie mineral mexicana á que me refiero, deseo que se conozca con el nombre de Livingstonite, en recuerdo de aquel ilustre viajero. Al hacer esta dedicatoria, he tenido presente que los bienhechores de la huma- nidad pertenecen á todas las naciones, y que la humanidad entera debe hon- rar su memoria. México, Abril 30 de 1874, DICTAMEN be La seccion DE MINERALOGÍA, DE LA SocienaD MExIcANA DE His- TORIA NATURAL, ACERCA DE LA NUEVA ESPECIE MINERAL DE MERCURIO, DESCU- BIERTA POR SU SOCIO EL Sr. D. Marrano BARCENA. Comisionado por el señor Presidente de la Sociedad, para informar acerca del descubrimiento hecho por el señor socio D. Mariano Bárcena, de una nueva especie mineral de mercurio, y habiendo examinado los ejempla- res junto con la descripcion presentada á esta Sociedad, de la nueva especie 38 LA NATURALEZA mineral, tengo el gusto de exponer, á nombre de la seccion de mineralogía, que los caractéres que la distinguen, convienen con dicha descripcion; y tan- to por dichos caractéres como por los cuerpos elementales que entran en su composicion, segun la análisis cualitativa de la descripcion, entendemos que el descubrimiento del compuesto natural de sulfuro de antimonio y mercurio queda comprobado. Los cristales embutidos en la matriz no permiten la medicion de ángulos, y por esta circunstancia el ángulo de inclinacion de las caras del prisma que caractizará la nueva especie, así como el sistema orthorómbico á que parece pertenecer, quedan por ahora indeterminados hasta que se presenten crista- les sueltos, ó que se puedan fácilmente desprender de su matriz, para veri- ficar dicha medicion, y se pueda establecer entónces su carácter cristalo- gráfico. Los fragmentos prismático-rectangulares de los cristales, acusan una for- ma cristalina derivada por los cruceros, de una figura de combinacion del sistema orthorómbico, que resultaria de la interseccion de las caras macro y braquí diagonales, con las caras de la base del prisma, ó pirámide, de la for- ma primitiva ó fundamental, segun se elija. Esta estructura cristalina distingue desde luego á la nueva especie mine- ral, del sulfuro de antimonio gris ó estibina, con la que tiene semejanza. Además, las caras de los cristales son lisas y no estriadas como las de la última especie. Su peso especifico de 4.6, se acerca al de la Kermesita, ú oxisulfuro de antimonio, que es de 4.61, y su reaccion al soplete es pareci- da; pero los demas caractéres las hacen distinguir inmediatamente. La nueva especie mineral de sulfuro de antimonio y mercurio, es muy blanda y azul, y el polvo de la raspadura es rojo pardusco, así como el del mineral pulverizado; pero la dureza y demas caractéres la distinguen de los otros minerales que dan tambien raspadura roja pardusca, como algunos co- bres grises, el wolfran, etc. Esta nueva especie mineral, fácil de distinguir de las que se le asemejan, por los caractéres de que nos hemos ocupado, y de una composicion senci- lla, ha venido á aumentar el número de los minerales raros de mercurio en- contrados en América. Se han descrito el sulfoseleniuro de mercurio y zinc, de Culebras y de Guadalcazar; el seleniuro de mercurio simple, y el seleniuro de mercu- rio, cadmio y fierro? de Culebras; el ¿oduro de mercurio de Casas Vie- jas; el cloro-seleniuro de mercurio? del Doctor; la arquerita, ó amalga- ma de plata natural, de la mina de Arqueros, en Coquimbo; el metacina- brio (metacinnabarite) 6 sulfuro negro de mercurio, de la mina de Re- LA NATURALEZA 39 dington, en el Condado del Lago, Alta California; y ha tocado la fortuna al Sr. Bárcena, de darnos á conocer el sulfuro de antimonio y mercurio, de las inmediaciones de Huitzuco. En cuanto á la dedicatoria ó nombre de la especie mineral nueva que le ha asignado su descubridor, se nos permitirá que expresemos nuestros de- seos, de que se hubiera dedicado á Bartolomé de Medina, minero de Pachu- ca, que en 1557 descubrió el beneficio de amalgamacion de los metales de plata y oro, ó el beneficio de patio, como vulgarmente se llama. A él se debe el gran movimiento que nuestra minería conserva desde su descubri- miento; y el mérito de este gran beneficiador de metales, sirviéndose del mercurio, ha quedado en el olvido. Natural nos parecia que una sustancia mineral nueva, de la que acaso (segun su abundancia), se podrá extraer mer- curio, industrialmente hablando, fuera dedicada á él por los mineralogistas mexicanos. México, Mayo 9 de 1874. ANTONIO DEL CASTILLO. CULTIVO DEL CACAO, POR J. B. BOUSSINGAULT; TRADUCIDO POR EL Sr. D. MANUEL CORDERO, SOCIO DE NUMERO. Cacao. (Theobroma cacao.) Los mexicanos cultivaban el cacaotero y pre- paraban con sus semillas tablillas semejantes al chocolate. El uso del cacao parece haber sido introducido posteriormente á la con= quista en las otras partes del Continente. Sin embargo, el cacaotero existe al estado silvestre en las selvas calientes y húmedas de la América meridio- nal; M. Goudot ha descubierto muchas especies en la Nueva Granada, entre otras, aquella que se conoce en Muzo con el nombre de cacao montaraz. Este cacaotero llega á una altura de 7 á 8 metros, sus frutos son muy nu- merosos; con su haba, que es muy amarga, se prepara un chocolate conside. rado como un excelente febrífugo. NATURALEZA.—Tomo 1l.—6 40 LA NATURALEZA Los indios salvajes parece que ignoran aún el partido que se puede sacar del grano del cacaotero; comen solamente la pulpa del fruto. Los españo- les dieron á conocer el cacao en Europa, y en poco tiempo esta produccion del Nuevo-Mundo ha llegado á ser objeto de un comercio considerable. Es un hecho bien conocido de los cultivadores de las regiones tropicales, que es preciso establecer siempre un cacaotal sobre un terreno virgen; las veces que se ha querido reemplazar por el cacao los antiguos cultivos de la caña de azúcar, del maíz, y del añil, no se ha obtenido más que mezquinos productos. Este árbol necesita para prosperar, una tierra rica, húmeda y profunda, calor y sombra. Nada le conviene mejor que una selva desmonta- da, cuyo suelo ligeramente inclinado, sea susceptible dle riego; todos los plantios importantes que he recorrido, tienen una fisonomía comun; se les encuentra siempre en las regiones más calientes, á muy corta distancia del mar, cerca de las corrientes de agua ó sobre los bordes de los grandes rios. Este cultivo deja de ser ventajoso en las localidades que no poseen cuando ménos una temperatura média de 24%, y yo mismo he tenido ocasion de asis- tir á ensayos tan infructuosos como costosos, que se habian intentado con el objeto de establecer un cacaotal en un desmonte en donde el calor del eli- ma, segun mis observaciones, no pasaba de 22%, 8. Bajo la influencia de esta temperatura, el árbol habia, sin embargo, adquirido una hermosa apa- riencia; floreció, pero sus frutos siempre poco desarrollados, llegaban raras veces á su madurez. Cuando se cree que un terreno es propio para el cultivo del cacao, se em- pieza por establecer un buen sistema de sombreaje. Algunas veces al prac- ticar el desmonte se conservan los árboles de muchas hojas; pero en el ma- yor número de casos se plantan especies que tengan un crecimiento rápido. En los alrededores de Caracas se les sombrea con el búcaro, Erythrina um- brosa. En otras plantaciones, se prefiere la sombra del plátano, ó en fin, se reunen con frecuencia estos dos modos de sombrear. Al Sur del Ecuador, en la provincia de Guayaquil, se procede directamen- te á la plantacion de las habas de cacao; en Venezuela, se prefiere colocarlas en almácigas que se disponen siempre en un suelo muy fértil y bien prepa- rado; en seguida se hacen á la superficie del terreno, una serie de pequeños montones, que representan otros tantos conos de tierra movediza, cuyos vértices se elevan á 20 6 25 centímetros. En el interior de estos montones, se depositan dos ó tres granos recientemente extraidos, y á una profundidad tal, que no sean colocados abajo del nivel del suelo de la almáciga; en se- guida se cubren con hojas de plátano. Se practica la siembra en la época en que se prevé la proximidad de las aguas; cuando la estacion lluviosa no si- LA NATURALEZA 41 gue á la plantacion, se riega todas las mañanas ántes de la salida del sol: la semilla germina á los ocho ó diez dias. Ala edad de dos años el cacaotero crece en un buen terreno, á más de un metro, y entónces es cuando se le arrancan dos de sus ramas superiores y sele trasplanta. En el valle superior de Rio Magdalena, en donde existen importantes cacaotales, las siembras se hacen en un terreno bien removido y abrigado por techos de hojas de pal- meras; los retoños se trasplantan cuando han llegado á la edad de seis me- ses. Durante todo el tiempo que las plantas pasan en esta almáciga cubier- ta, reciben muy poca luz, y se les riega una vez por semana, vaciándoles el agua sobre el tejado. Raras veces florece este árbol ántes de haber cumplido treinta meses. Yo he conocido plantadores que destruyen siempre las primeras flores, á fin de no dejar fructificar la planta sino hasta el cuarto año, y esto en las condicio- nes climatéricas más favorables, en las localidades donde el calor medio es de 27%, 5. En situaciones ménos ventajosas, es preciso aguardar de 6 á 7 años para tener las primicias de un cacaotero. Hay pocas plantas arborescentes cuya flor sea tan pequeña, y sobre todo, tan desproporcionada al fruto, como el cacaotero. El diámetro medio de un boton al momento de brotar, no pasa de 4 mi- límetros. Sus flores se fijan de preferencia sobre el tronco mismo del árbol; raras veces se extienden más allá de la mitad de las ramas gruesas, aun euan- do se les ve algunas veces sobre las raicecillas que salen fuera del suelo. Para trasplantar las matas nacidas en la almáciga, debe estar el cacaotal convenientemente sombreado por los búcaros ó los plátanos, y de antema- no despojado de la mala yerba. En seguida se establecen regaderas, sea pa- ra secar el terreno ó para regarlo cuando sea necesario. Las plantas peque- ñas se alínean con la mayor regularidad, disponiéndolas en calles de una extension considerable; la distancia que separa una planta de otra, es muy variable, segun la calidad del terreno, y con este motivo existe una opinion bastante singular, apoyada por todos los plantadores. Se cree que en las tier- ras reputadas como excelentes, debe ser más grande la separacion que en los suelos de mediana calidad. La experiencia misma parece haber obligado á esta determinacion: así en el valle de Tuy, en las cercanías de Puerto Ca- bello, los cacaoteros son separados de 5 metros en las mejores tierras, y de 4 metros solamente en las de calidad inferior. En las Antillas, donde el ter- reno es generalmente ménos fértil que en la tierra compacta, se separan á dos ó tres metros. Se cree encontrar la razon de esta práctica, en el más ó ménos desarrollo que el árbol debe tomar, segun que esté plantado en tal ó cual terreno; en un suelo dotado de una gran fertilidad, sus ramas se ex- 42 LA NATURALEZA tenderán más, y tendrán necesidad, por consiguiente, de un espacio más considerable; de aquí la necesidad de colocar los cacaoteros á mayor dis- tancia. Una vez que el retoño del cacao está en crecimiento en la plantacion, se impide que se haga muy ramoso, podándolo en caso necesario. Algunas veces sucede que las ramas tienen tendencia á inclinarse hácia la tierra; en- tónces se les liga en haz al derredor del tronco, hasta que hayan vuelto á to- mar una direccion ascendente. De tiempo en tiempo se remueve el suelo al- rededor del árbol sobre una superficie de un metro de radio, y se aprovecha de esta labor para recortar las raicecitas que nacen en la base del tronco. De la caída de las flores á la madurez perfecta del cacao, trascurre poco más ó ménos cuatro meses. El fruto tiene una forma alargada, ligeramente curva, y termina en punta por una de sus extremidades. Su longitud es de cerca de 23 centímetros; su diámetro mayor, aquel que se encuentra más cerca de su punto de insercion, tiene de 8 á 10 centímetros. En el exterior la vaina del cacao está surcada longitudinalmente. El color de su epidérmis varia desde el blanco verdoso hasta el rojo violeta; éste último tinte es el más comun. En el interior, la carne del fruto es generalmente blanca; sin embargo de que algunas veces tiene un color rosado. Esta pulpa azucarada y ácida, es de un sabor muy agradable. Las semillas están alojadas en el fruto, en un número casi constante de veinticinco. Estas almendras son blan- cas, aceitosas, ligeramente amargas, y al secarse toman un tinte moreno. La madurez del fruto se conoce por su color, y sobre todo, por la facilidad con la cual se desprende del árbol. En las plantaciones se hacen dos grandes cosechas, con seis meses de in- tervalo cada una. Sin embargo, en un grande y antiguo cultivo se cosecha casi todos los dias; porque no es raro ver á la vez, sobre el mismo cacaote- ro, flores y frutos. Para desgranar las vainas, basta romper y quitar las semillas con un pe- dazo de madera arredondado en su extremidad. El grano se califica segun su calidad, teniendo cuidado de separar aquel que no está bastante maduro ó que está alterado; despues se le pone al sol. Todas las tardes se le reune en montones debajo de los tejados; y se establece entónces una fermentación muy activa, que podria ser perjudicial si se dejase continuar; el cacao se Ca- lienta considerablemente. A la mañana siguiente se continúa la desecacion al sol; esta desecacion exige muchos dias, y con frecuencia sucede que se dificulta mucho por las lluvias que sobrevienen: habria ciertamente ventaja y seguridad en efectuar esta desecacion con la estufa. Se ha comprobado que 100 kilógramos de al- mendras frescas, dan de 45 á 50 kil. de cacao seco y dispuesto para la ven- LA NATURALEZA 43 ta. En Venezuela, un cacaotero que ha pasado de la edad de 7 a 8 años, rinde anualmente y durante más de 40 años, O kil., 75 de cacao seco. Una héctara de terreno, contiene en los buenos cultivos, 560 árboles, y produce al año, por término medio, 420 kil. A la edad de 12 años es cuando el ca- caotero ha llegado á producir más; y en los fértiles terrenos de la alta Mag- dalena, su producto medio, segun las noticias de M. Goudot, es muy supe- rior al que rinden las provincias de Venezuela. En el Gigante, por ejemplo, cada árbol adulto da anualmente 2 kil. de cacao seco. Suponiendo de 5 me- tros el espacio que los separa, la héctara de un cacaotal debe producir por año 800 kil. de cacao. Las habas del cacao encierran albumina; un principio particular, la theo- bromina, análogo á la cafeina; una materia colorante y sustancias grasas. En 100 partes de cacao de Caracas, privado de su cáscara, he encontrado 43 de manteca, y una proporcion de azote, señalando 21 de albumina: des- pues de la combustion la semilla ha dejado 3 de cenizas, formadas en gran parte de fosfatos. La nueva especie de cacao, descubierta en la selvas de los alrededores de Muzo (Nueva-Granada) tiene un fruto muy pequeño que se aproxima á la forma de un tetraedro. El chocolate preparado con este cacao, es muy amargo y muy aromático. En las semillas del cacaotero montaraz de Muzo, he encontrado: Manteca deicacdo: 05. Atl A AR tae A os LO Ol) TESIS AL A O Materias cristalinas muy amargas. . . . . . . Huellas. Acidoseristalizadost. coma A OD Leñoso y. colla AA a Sustancias minerales a A IO o a as, 100 La presencia y la abundancia de la albumina y de la materia grasa en el cacao, explica muy bien sus cualidades nutritivas. Sin duda alguna es uno de los alimentos más sanos y más prontamente reparadores que se conocen. Por lo demás, hasta el siglo diez y seis se habia emitido sobre sus propie- dades, los juicios más contradictorios. Benzoní, en su Historia del Nuevo- 1 Este ácido posée la propiedad del ácido tártrico; pero no lo he analizado. 2 El cacao no habia sido separado de su cáscara. NATURALEZA.—Tomo 11,7 44 LA NATURALEZA Mundo, dice que el chocolate es una bebida que convendria mejor á los puercos que á los hombres. El padre Acosta asegura que el cacao es una ilusion. En recompensa, Fernando Cortés y uno de sus hidalgos, exageran en otro sentido. «El que ha bebido una taza de cacao, dice el paje de Gor- tés, puede marchar un dia entero sin otro alimento.» * Yo añadiré, á fin de reducir este elogio á su justo valor, que la mayor parte de los viajeros, de- ben haberse convencido que en América no es imposible viajar un dia ente- ro sin tomar alimento. Reconozco, sin embargo, que en las excursiones em- prendidas en los bosques deshabitados, cuando es de una imperiosa necesi- dad reducir el peso y el volúmen de las raciones de una expedicion, el cho- colate presenta ventajas reales, incontestables, que he tenido ocasion de apreciar más de una vez. En Francia, el precio medio de 100 kilógramos de cacao, libre de dere- chos, es de 120 fr. En 1847 hubo una importacion de 3.162,000 kilógra- mos. En el Havre, en 1849, el precio medio de 100 kilógramos de café en las tiendas, ha sido 84 fr., 58 c.; en el mismo año han entrado 16.912,065 kilógramos. Para demostrar con qué rapidez aumenta el consumo del café en Francia, recordaré que en 1821, no pasaba la importacion de 4.763,128 kilógramos; los 100 kil. valian entónces, en depósito, 291 fr., 20 c.; pero á pesar de este aumento, está uno autorizado á creer que el consumo no ha llegado á su límite, por corresponder á ménos de 500 gramos por habitan- te, y ser muy inferior al de los otros países. Así: la Bélgica consume cerca de 4 kil por habitante. Las Holanda. 2 A 5 La Asociacion alemana. . . . 1 ,, 600 gramos. Los Estados- Unidos: 0 O La Inplaterras e jo OO ay No obstante esto, hay motivo para creer que el uso del té, del café y del chocolate, no tomará jamas un gran desarrollo en los países productores de vino. 1 Humboldt, Viaje 4 las regiones equinocciales, t. V, pág. 285, LA NATURALEZA 45 EL CAMALEON. NOTAS SOBRE LAS COSTUMBRES DE ESTE REPTIL, POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NÚMERO. La observacion de las costumbres de los animales, ha sido uno de los es- tudios á que se han entregado empeñosamente numerosos y distinguidos na- turalistas; pero no obstante los muchos datos que se han recogido sobre este asunto, en determinadas especies, el estudio de sus costumbres no puede considerarse como completo, pues con frecuencia se sorprenden nuevos he- chos que no habian sido bien examinados, por falta de tiempo ó por no haber variado de una manera notable las cireunstancias en que se encontraban los animales observados. Con el fin de aumentar los datos que se tienen acerca del animal de que me ocupo, que es el Phrynosoma orbicularis, he observado un individuo de esta especie durante un año, estudiando cuidadosamente sus costumbres en el estado de cautiverio, las cuales aunque modificadas, en su esencia de- ben ser las mismas que al estado de libertad; siendo éste, por otra parte, el único medio de poderlas analizar convenientemente. El mismo dia en que comencé á observarlo, noté que buscaba empeñosa- mente alguna cosa en el cajon en que estaba guardado, y despues de poner- le varios objetos, no cesó su inquietud hasta que encontró una buena por- cion de arena que de intento se le habia puesto y que aglomeró violentamen- te hácia un lado; se introdujo repetidas veces en ella, y no consiguiendo su intento de ocultarse enteramente, prosiguió su pesada tarea acumulándola de diversas maneras, hasta que por último alcanzó su objeto dándole un es- pesor conveniente. Una vez que consiguió este fin, permaneció en la quietud más absoluta hasta las siete de la mañana del dia siguiente en que salió en busca del sol y de sus alimentos. Poco tiempo despues, y habiendo ya satisfecho sus ne- cesidades, volvió á ocultarse en su retiro para no volver á aparecer hasta el dia siguiente á la misma hora que el anterior. Este periodismo, entre su apa- 46 LA NATURALEZA ricion y desaparicion, fué verdaderamente notable en todo el tiempo que lo observé, y la hora de su salida correspondia casi siempre á la misma altura del sol sobre el horizonte. Despues que dejaba su escondite, estiraba sus miembros con cierta pereza y se colocaba en seguida sobre una piedra para recibir el calor del sol, cambiando su postura de vez en cuando, para recibir por todos lados aquella benéfica influencia. Cuando el calor lo habia reanimado lo bastante para poder moverse con más libertad, se ponia en acecho de algun insecto de los que se le habian puesto para que se alimentase, y permanecia inmóvil hasta que alguno de esos animales se movia; entónces se levantaba un poco sobre sus miembros anteriores, sus ojos se animaban, y despues de agitar alegremente su cola, se precipitaba sobre su presa, la cual cogia con la lengua y la introducia rá- pidamente en su boca, masticándola dos ó tres veces ántes de deglutirla, quedándose nuevamente inmóvil hasta que veía moverse otro, que atrapaba de la misma manera. El número de insectos con que se alimentaba, no era siempre el mismo; hubo vez que llegó á comerse hasta cuarenta y tres mos- cas; otros dias se comia ménos, y algunas veces ninguna. Lo más notable que pude observar en su alimentacion, fué que nunca qui- so coger un insecto que estuviese muerto, pues cuando veía que permane- cian inmóviles, los abandonaba y se dirigia sobre otros que diesen señales de vida. Fué tan fiel observador de esta costumbre, que muchas veces lo dejé sin darle alimento, para ver si por el hambre tomaba los insectos que habia despreciado; pero nunca los tocó, y siempre encontré el mismo número que le habia dejado. Una vez, en el mes de Setiembre, una ráfaga de viento vino á agitar los cadáveres de los insectos que estaban á su alcance, é inmediata- mente que vió que se movian, se precipitó sobre ellos y los devoró con igual apetito que si los hubiese encontrado vivos; este hecho se repitió con mucha frecuencia, pues bastaba darles un ligero movimiento á los insectos ya muer- tos, para que se pusiera en accion y los cazase con las mismas precauciones que si estuvieran con vida. Despues de haberse alimentado á su satisfaccion, se dirigia á beber agua, cogiendo este líquido con la lengua, de un modo se- mejante al que usan los perros, pero levantando frecuentemente la cabeza para que el agua resbalase fácilmente en su garganta. Del mismo movimien- to se servia para bañarse, introduciendo parte del cuerpo en aquel líquido y levantándose despues sobre sus miembros anteriores. Hácia el mes de Junio comenzó este reptil á cambiar de epidérmis, cuya separacion total duró más de cuatro meses; el cambio empezó por los flan- cos de la cabeza, siguiendo despues por la espalda y el vientre, y concluyó por las extremidades. Las partes recientemente descubiertas, presentaban LA NATURALEZA 47 colores más limpios, al grado que cuando acabó de perder su antigua vesti- dura, estaba inconocible y notablemente mejorado con su nuevo ropaje. Poco tiempo despues de este cambio, comenzó á entristecerse gradualmen- te hasta que murió en principios de Marzo. Las notas que acabo de presentar podrán servir para compararlas con otras observaciones que se hagan sobre el mismo reptil, ya en iguales circunstan- cias, ya modificándolas para tener la repeticion de los hechos observados, 6 las variaciones que se noten con las modificaciones que se hagan, así como por las diferencias de edad, cambio de clima, etc. Los Phrynosomas son reptiles inofensivos, perezosos y torpes. Abundan en los países templados y frios; los he visto con abundancia en las cercanías de Tacubaya, en el Pedregal de San Angel y en otros lugares inmediatos á México. Los he observado tambien en las montañas calcáreas de la Sierra Gorda, en el Estado de Querétaro, y en algunas localidades de Jalisco. ESTUDIOS ATGUNOS INSECTOS INDIGENAS, DescrIPciON DE UNA NUEVA ESPECIE DE LA FAMILIA DE LOs MELOIDEOS, NEMOGNATHA ZONITOIDES, POR EL Sr. D. Euaeznio Duaes, socio CORRESPONSAL EN GUANAJUATO. Fig. 1.* Cabeza triangular inclinada hácia adelante, posteriormente corta- da en línea recta y prolongándose á manera de hocico, punteada, negra, con una línea realzada en su medio; labro desarrollado, de la figura de un cua- drilátero alargado y escotado por delante; mandíbulas córneas, puntiagudas y sencillas en su extremidad; maxilares compuestos de dos porciones: la in- terma pequeña, velluda; la externa alargada del doble de la cabeza, guarne- cida de pelos fuertes; lengúeta de dos porciones agudas y provistas de pe- los. Palpos maxilares de cuatro artículos; el 1.? corto, 2." y 3.” bastante lar- 48 LA NATURALEZA gos, 4." ovoideo y truncado; palpos labiales de tres artículos, el 1. corto, 2.* largo y el mayor, 3.* ovoideo; coselete cuadrado con los ángulos ante- riores truncados, los bordes algo escotados y la base cortada en línea recta; es de un color leonado, y presenta dos manchas laterales negras; su superfi- cie está cubierta de puntos hundidos. Cuello negro bastante grande, con puntuaciones muy pronunciadas. Ojos oblongos. Antenas filiformes, negras, de once artículos, el 1. grande, 2.? pequeño, y los demas iguales hasta el último que es ovoideo. Escudete negro, triangular y desarrollado. Elitros cubriendo todo el cuerpo, negros, cubiertos de puntos hundidos y de finísi- mos pelos, ligeramente dehiscentes, con la extremidad bastante arredonda- da hácia fuera y muy poco hácia dentro. Patas negras, velludas; espolones de las posteriores fuertes é iguales; ganchos rojizos, divididos, con la divi- sion superior guarnecida de dientes finos, y la inferior peliforme. Este insecto eS'enteramente negro, con excepcion del coselete, que como se ha visto, presenta un color leonado, con dos puntos negros; habita en las cercanías de Guanajuato. Le he dado el nombre especifico de zonitovdes, por la forma de su labro y lengúeta, así como por su aspecto general. Lo que me ha decidido á considerarlo como un Nemognatha, es el tamaño ex- traordinario de la porcion exterior de sus maxilares. Existe una variedad de él, que carece de los puntos negros del coselete, el cual es todo leonado, y tiene además los anillos ventrales más ó ménos amarillos: en unos el color es general y bastante claro, en otros más oscuro y mezclado de negro, ó en fin, simplemente de un color de sepia. EXPLICACION DE LA FIGURA NUM. 1. a 1, labro; b 1, mandíbulas; e 1, maxilares y su palpo; d 1, labio y su palpo; e 1, gancho; f 1, coselete; g 1, escu- dete; h 1, antera. RECTIFICACIONES SINONÍMICAS A LA MEMORIA DE LOS MELOIDEOS, PUBLICADA EN EL PRIMER TOMO DE ESTE PERIÓDICO, HECHAS POR SU AUTOR EL Sr. D. Eucenio Duces. Bajo el nombre de Epicauta nigritarsis, Chevr., recibí del Sr. Boucard, una cantárida que fácilmente reconocí ser la misma que describí con el nom- bre de C. stigmata (tomo L, pág. 159): mas como no he seguido la clasifica- cion de Chevrolat, se debe sustituir solo el específico de stigmata, por el de migritarsis. Tengo tambien á la vista una cantárida que á pesar de su mal estado, re- LA NATURALEZA 49 conocí ser la descrita por los Sres. Herrera y Mendoza, con el nombre de C. erytrothorazx: en el catálogo del Sr. Boucard, viene con el de €. bisigna- ta, Sturm, y que por su prioridad debe ser preferido al anterior. En la obra intitulada: «Agriculture of New-York, etc., etc., With des- criptions of the more common and injurious species of Insects, por el Dr. E, Emmons, he leido una descripcion que, á pesar de su laconismo, me pa- rece que es nuestra cinerea (tomo l, pág 160). Emmons le da tambien el mismo distintivo especifico, bastará escribir el nombre de este naturalista en vez del nobis. METAMÓRFOSIS DE UN COLEÓPTERO DE LA FAMILIA DE Los LAMELICÓRNEOS Y DEL GENERO STRATEGUS, POR EL Sr. D. Euceno Ducrs. Fig. 2.* Solo he podido observar la trasformacion de una hembra de este insecto, y tengo algunos fundamentos para creer sea la especie Julianus del género ya indicado, habiéndose desarrollado como una tercera parte ménos que otras hembras que poseo de la misma especie; siendo esto debido qui- zá, á los alimentos que le ministraba, ó por el mismo cautiverio que haya hecho apresurar sus trasformaciones, como sucede algunas veces. En su estado normal, el macho tiene una longitud de 0.050 m. y 0.025 idem de latitud, y la hembra 0.045 m. de largo, y 0.023 de ancho. Voy á describir, 1.* la oruga; 2." la ninfa; 3.* el insecto perfecto. La oruga fué encontrada en un tronco de encino traido de la Sierra á la ca- sa de Moneda de Guanajuato, siendo su longitud de 0,093 m., y presentan- do el tipo exacto de la de los Lamelicórneos, asemejándose mucho especial- mente á la del Oryctes nasicornis (Francia). A pesar de que en las obras de historia natural se describen esta clase de orugas, ereo interesante hacer su descripcion, porque ofrece algunos caractéres especiales. Su cuerpo es carnoso, blando, cilíndrico y encorvado en la parte poste- rior; el animal no podia ya extenderlo, debido sin duda, á su edad ya ade- lantada. Cabeza redonda; frente dirigida hácia adelante y separada del epís- tomo por una sutura; boca inferior; barba carnosa y trasversal, con sus dos palpos de dos artículos y algo distantes entre si sus inserciones; lengúeta nula; maxilares encorvados, con dos dientes en la extremidad y pelos fuertes y es- pinosos; palpos de cuatro articulos; mandíbulas robustas, arqueadas, su par- te superior con un borde filoso y dentado, diente molar cuadrado y obtusa- mente tridentado; labro grande, pero sin cubrir la extremidad de las man- 50 LA NATURALEZA díbulas; antenas insertadas á los lados de la cabeza y compuestas de cuatro artículos, además del apéndice que las sostiene. No existe señal de ojos. Pa- tas de cuatro artículos, y al parecer, el tarsiano falta; ganchos rudimenta- rios. Nueve son los segmentos abdominales; el saco está dividido en dos partes por un surco trasversal bastante marcado, el ano se abre trasversal- mente y tiene dos labios córneos. Los segmentos del cuerpo hasta el sétimo presentan por arriba tres rodetes trasversales, de los cuales, el anterior y el posterior son más largos que el de en medio; los tres se reunen en su extre- midad, formando un tubérculo saliente. Estigmas laterales en número de nueve pares; la primera sobre el tórax, las otras sobre los ocho primeros segmentos abdominales: están colocadas en los tubérculos de que acabamos de hablar. El cuerpo está cubierto de pelos morenos y resistentes; de cada lado del tórax se ve una placa córnea, morena y romboidal. La cabeza es de un mo- reno subido; el cuerpo de un blanco amarillento; el saco, al contrario, azu- loso por las materias que contienen los intestinos y que se ven por traspa- rencia. Esta oruga se trasforma en ninfa, hendiéndose la piel de su dorso: no ofre- ce nada notable, la figura hará ver mejor que cualquiera descripcion, las partes de que está formada; vista del lado del vientre y de arriba abajo, en- contramos: una eminencia bastante desarrollada, en seguida la frente, á la derecha y á la izquierda dos gruesos tubérculos arredondados, estrangulados en su medio, en donde estaban los ojos; entre ellos se ve el labro grande y cuadrado, y dos tubérculos encorvados hácia adentro, puntiagudos, futuras mandíbulas; más abajo dos puntitos, los maxilares; un poco hácia afuera dos apéndices verticales, rudimentos de los palpos maxilares; en fin, la barba bajo la forma de un grueso tubérculo, con dos apéndices laterales, futuros palpos labiales. Las patas son muy visibles, el primer par presenta, sobre la parte que más tarde formará la pierna, varios dientes; las demas están lisas. Los élitros y alas están dobladas sobre el vientre, y se ve que la cubierta de las alas membranosas sobresale abajo y adentro de la de los primeros. El abdómen tiene ocho anillos, el último provisto en la parte inferior de dos tubérculos ovalares, arredondados, separados en la base y unidos en la ex- tremidad; entre ellos se ven dos tuberculitos. No me ha sido posible ver la cubierta de las antenas, mas por analogía se deben encontrar en la parte la- teral de la especie de capacete (tórax) que cubre la cabeza. Esta ninfa era de un color moreno oscuro, y al cabo de 43 dias se trasfor- mó en insecto perfecto, rompiéndose la piel del lado del abdómen: á su sa- lida sus tegumentos eran blandos y amarillentos, y buscaba la oscuridad; LA NATURALEZA 51 despues de unos cuantos dias tomó la piel su dureza ordinaria, y me fué en- tónces fácil estudiarlo. Su largo era de 0.035 m., y su ancho 0.020 id.; el color del cuerpo moreno-oscuro, principalmente en la cabeza y tórax, los élitros más claros. Cabeza gruesa, hundida en el tórax hasta la mitad de los ojos, ofreciendo en el punto de union de la frente y el capacete dos tubérculos; el capacete es más ó ménos realzado en su extremidad; labro oculto, redondeado y guarne- cido de pelos; mandíbulas córneas, bífidas, algo lameliformes por dentro y velludas. Maxilares con seis dientes, los cuatro primeros en dos lineas; al- gunas veces se ve uno que otro dentecillo debajo del sexto; la parte inferior de aquellos es velluda, formando un manojo de pelos, sobre el que repo- san los dientes; palpos maxilares de cuatro artículos, el primero pequeño, el segundo más grande, el tercero mediano, y el cuarto largo y ovalar. Barba córnea, ovalar, alargada, cortada rectamente en su parte ligular; lengúeta triangular, bastante escotada y guarnecida de pelos; palpos labiales de tres artículos: 1.” grande, 2.9 más pequeño, 3.” grande y ovalar, insertos en el borde de la barba. Anténas de 10 artículos, el 1." bastante grande, 2.0, 3. y 4.* iguales, 5." algo más corto, 6.” y 7." cupuliformes para recibir el terminal, 8.*, 9. y 10." formando una masa bastante desarrollada y de la figura de un óvalo dividido á lo largo. Protórax del macho arredondado en sus lados, angosto hácia adelante, con los ángulos anteriores agudos, y el borde posterior sinuoso, ribeteado en su derredor. Por arriba presenta una excavacion bastante marcada y tres cuernos bien desarrollados; uno anterior arqueado, delgado y ligeramente bidentado en su extremidad libre; dos la- terales y posteriores, ascendentes, aplanados y dentados: en la hembra se en- cuentra la misma excavacion, con el cuerno anterior representado por un tu- berculito, algunas veces bidentado, mas no existen ni vestigios de los cuernos laterales. La parte anterior del protórax está cubierta de puntos hundidos bas- tante grandes, la posterior es lisa. Escudete triangular alargado, grande y con sus ángulos romos. Élitros más anchos que el coselete, lisos, con cuatro líneas puntuadas muy superficiales, y una estria profunda cerca de la sutura y ribe- teados exteriormente. Patas anteriores cuatro, dentadas, provistas interior- mente de un fuerte espolon y tres digitaciones agudas exteriormente; tarsos con el primer artículo poco más grande que los otros que son normales, el quinto bastante desarrollado y grueso, con dos ganchos encorvados y agudos, ofreciendo cada uno de ellos en su base, un hacecillo de pelos. Medianas bi-carenadas; primer artículo de los tarsos aplanado, triangular y un poco más grande que los demas; digitaciones muy pronunciadas en su extremi- dad. Posteriores como las anteriores, con los tarsos poco más fuertes. Seis NATURALEZA.—Tomo 1, —8 52 LA NATURALEZA segmentos abdominales. Organos de la estridulacion formados por unas líneas rugosas que se ven sobre el pygidium, y en la extremidad póstero-inferior de los élitros. Proesternon con su extremidad poscoxal muy larga y aguda. Segun los datos que he recibido, se encuentra este insecto en los bosques de encinos, y es en el interior de estos árboles donde se cria y sufre sus tras- formaciones: en otra ocasion quizá me sea posible hacer la descripcion de la ninfa del macho. EXPLICACION DE LAS FIGURAS 2, 3, 4, 5 y 6. Fig. 2.? Larva: a2 mandíbula; ) 2 maxilar; € 2 cabeza, con el labro y las anténas; d 2 barba y sus palpos; e 2 pata anterior. Fig. 3.% Macho: a 3 mandíbula; b3 maxilar; € 3 barba; d 3 labro; e 3 escudete; £3 anténas. Fig. 4.% Ninfa vista de lado: las cifras se refieren á los mismos órganos de la que sigue. Fig. 5.2 Ninfa vista de frente: 1 capacete; 2 labro; 3 mandíbula; 4 maxilar; 5 ojos; 6 palpos maxilares; 7 barba con sus palpos. Fig. 6. Hembra del Strategus Juliamus? Errata, —En la descripcion léase larva en vez de oruga; pues solo se llama asi á la de los Lepidópteros. APARATO DEFENSIVO DE UNA ESPECIE DE PAcHYLIs, VULGARMENTE LLAMADO PEDORRO, EN (GUANAJUATO, Y QUE SE ENCUENTRA EN LA ESTACION DE LAS LLUVIAS EN EL HuisacHI, ÁCACIA ALBICANS: POR EL Sr. D. Arribo Ducrs. El insecto perfecto arroja por unas hendeduras en forma de ojal, F, un líquido hediondo contenido en una vesícula P, cuyos conductos eyaculadores terminan entre las patas medianas y posteriores, m. p. Figs. 1 y 2. El li- quido es expulsado lateralmente y hasta una distancia de tres piés; mancha fuertemente la piel de un color rojo. El órgano secretor existe tambien en la ninfa, figs. 3 y 4, pero las hen- deduras están obturadas por una membrana, de manera que el líquido secre- tado no puede salir al exterior; en cambio posée otro aparato colocado entre los 3.9 y 4%., 4. y 5.% arcos dorsales. Consiste tambien en una vesícula A, cuyo producto es expulsado por dos tubérculos T, cerrados por una especie de tapa, y su abertura semicircular se abre hácia atrás, figs. 3 y 6; de modo que el líquido es lanzado en forma de lluvia, lateral y posteriormente. En la fig. 2 se ven de cada lado de las divisiones del tórax los músculos de las patas: como no he encontrado músculos especiales para la compre- sion de la bolsa secretora, supongo que se verificará por medio de los que mueven las patas posteriores: en la ninfa sucederá otro tanto con los mús- culos que mueven los arcos dorsales, J Ñ a ó / al ps / >) il ie / | E ( | ¡O id E j / Vesiculas aereas an puficado LIT. DE-H. ¡RIARTE, MEXICO. LA NATURALEZA 53 Se deduce de lo expuesto, que el que desée coger estos insectos deberá, para evitar ser infestado de un repugnante olor de chinche, tomar el in- secto perfecto, por los ángulos laterales del protórax, y la ninfa por las patas. El curioso insecto á que se refiere el estudio del Sr. Dugés, probable- mente es el Pachylis gigas de Burmeister, que con el P. pharaonis de la Guyana y del Brasil, y el P. laticornis de este último lugar, son las tres especies más notables de este género. Es muy abundante en las regiones templadas de México (en algunas por lo ménos), donde vegetan los arbustos espinosos de las Mimoseas. Apa- recen en la época de las aguas, y se aglomeran sobre estas plantas en nú- mero verdaderamente increible. La fig. 7 representa un individuo macho en su estado perfecto y en su tamaño natural. Su color general es negro, con la cara superior del protó- rax, esternon y abdómen por debajo, cubiertos de un vello amarillo-rojizo, especialmente el primero. Presenta tambien numerosos tintes de un rojo fer- ruginoso en las partes siguientes: en la parte angosta del artículo en ra- queta de las antenas; formando dos anillos en los muslos de los tres pares de patas y en las piernas de las posteriores; dispuesto en manchas en los la- dos de los tres segmentos del tórax, y una muy pequeña en el meta-ester- non; en la cara superior del abdómen en el centro y en las cuatro quintas de su superficie; en la inferior y hácia los lados, una mancha sobre cada ani- llo (esto segun me parece, en la hembra especialmente), y al derredor de la cloaca. Elitros en su porcion dura, negros, con las nervaduras de un amarillo vivo; en la blanda, bronceados por encima y de un hermoso azul ín- digo por debajo; alas de este último color, excepto la base que es negra. Sus dimensiones, sensiblemente iguales en los dos sexos, aunque quizá algo mayores en el macho, son: largo, cerca de 4 centímetros; ancho, ménos de 1% id. En algunas larvas que hemos examinado, la coloracion es tambien negra, roja y amarilla, predominando la segunda.—/C. de P.) 54 LA NATURALEZA ESTUDIO SOBRE LOS ÓRGANOS LUMINOSOS DE LOS CUCUYOS DE VERACRUZ: POR EL SEÑOR DOCTOR CARLOS HEINEMANN. (CONCLUYE.) Colocando sobre una médula de saúco las preparaciones alcohólicas, se di- viden fácilmente y se presenta con claridad la estructura granuloso-opaca de las celdillas y sus núcleos; pero solo las ramificaciones finas de las trá- queas quedan invisibles á causa de la sustraccion de su contenido de aire. Los órganos luminosos, recientemente divididos, acusan al papel reactivo, una reaccion ácida; pero no me atreveria á decidir si es la reaccion normal de las celdillas, ó si es debida á una descomposicion que ha comenzado á ve- rificarse. Pasando ahora á la descripcion de la relacion de las celdillas luminosas con las tráqueas, corresponde decir algo acerca del tronco braqueano. Co- mo los demas coleópteros examinados hasta ahora, tienen tambien los Cu- cuyos nueve pares de estigmas; de los cuales, siete corresponden á la parte posterior del cuerpo, y dos al pecho; los abdominales son arredondados y se hallan inmediatos al borde exterior de los anillos dorsales; los del tórax se distribuyen sobre el meso y metatórax: los primeros están situados en el declive exterior de la parte dorsal, y son tambien redondos; los últimos, mu- cho más grandes, bilabiados, alargados y situados en la parte exterior del bor- de súpero-anterior. Estos grandes estigmas del metatórax, terminan en los espacios aéreos, de los cuales nacen unas largas ramificaciones, siendo las anteriores más gruesas y las posteriores más finas; la organizacion de las ex- tremidades finas de las tráqueas, es completamente distinta de la que se observa en el Lampyris splendidula: en primer lugar, no presentan ra- mificaciones arborescentes, sino que están dispuestas paralelamente, se- mejantes á los hacecillos de un pincel; en segundo, no se encuentran ni huellas de celdillas finales de las tráqueas, como Max Schultze las ha obser- vado en los órganos luminosos de los machos del Lampyris splendidula. LA NATURALEZA 55 Por el contrario, las preparaciones alcohólicas ó frescas, sorprenden por una serie de puntos brillantes dispuestos en hileras formadas por las celdillas lu- minosas colocadas sobre las tráqueas, á las que acompañan en su radiacion, como perlas enhebradas en un hilo. En la direccion radial es evidentemente más fácil una separacion del conjunto, y por lo mismo se logra sin trabajo el aislamiento de las hileras de celdillas. Las ramificaciones traqueales se extienden hasta ellas serpenteando y abandonando una serie de celdillas pa- ra penetrar en otras, entrelazándose mútuamente. La lejía de potasa á 35%, que como es sabido sirve para aislar los elementos de muchos tejidos, disol- viendo la sustancia quitinosa, no disuelve en este caso la combinacion que une á las celdillas con las tráqueas, sino que simplemente se separan aque- llas más fácilmente en la direccion de los radios traqueales, quedando siem- pre adheridas á estas ramificaciones; mas en las preparaciones dispuestas en soluciones de Os. S., y que han adquirido por esto un mayor grado de fra= gibilidad, se pueden aislar con facilidad unas de otras. He visto á menudo en estas preparaciones, que las extremidades más finas de las tráqueas, des- aparecen en las celdillas ó al ménos no se pueden seguir con la vista más allá. Aquí es donde corresponde hablar extensamente de la influencia del Os. $, sobre los órganos luminosos, mayormente cuando con este motivo tenemos que discutir otras cuestiones. Colocando un Cucuyo vivo 12, 24 ó 36 horas en una disolucion del ácido al 1 p2, se colora únicamente de negro la capa blanca calcárea no lúcida, miéntras la lúcida se conserva casi blanca. Si ahora se dispone una prepara- cion, no se ve huella ninguna de las celdillas finales que terminan en las tráqueas; mas las celdillas luminosas resaltan vigorosamente con un tinte li- geramente moreno, presentando con frecuencia apéndices celulares de la misma naturaleza que el tejido de igual clase del resto del cuerpo. Aquí y allá se ven estos apéndices trasformarse en filamentos, quedando por ahora indeciso si son nervios ó terminaciones de las tráqueas más finas. En cuanto á la naturaleza de los apéndices, haré presente que con los más fuertes objetivos de Zeiss, no he logrado ver ninguno de ellos en las prepa- raciones frescas, y por lo mismo, creo posible se formen artificialmente en los casos en que aparecen. La consistencia alterada por el Os. S., y la ma- yor tenacidad de la sustancia celular obtenida, explica muy bien los cambios de forma sin la separacion necesaria de las mismas celdillas por medio de la aguja. Los mismos resultados se obtienen colocando los órganos luminosos frescos y enteros; si se dispone el órgano dividido en una solucion ácida al 1 p3 por espacio de 6 ó 7 horas, se observa un ennegrecimiento parcial de la capa luminosa, no pudiéndose ver las celdillas á causa de su demasiada fragi- 56 LA NATURALEZA lidad; mas se encuentran celdillas bien conservadas, de aquellas que tienen fragmentos de tráqueas, pero su núcleo queda muy confuso. Aun en solu- ciones más débiles, v. g., pS, no se conservan. Anticipadamente diré, que en tres Lampirídeos de Veracruz que someti á la experimentacion, colocándolos en una disolucion de Os. S., las celdillas traqueales se han presentado inmediatamente con claridad y en el mismo ór- den en que Max Schultze dibujó las del Lampyris splendidula. Examinando ahora la capa no luminosa, reciente, en el suero artificial, aparece compuesta de grandes ramas traqueales y de masas globulosas, for- madas, al parecer, de pequeños núcleos muy triturados. Bajo la influencia de la lejía de potasa concentrada, algunos de los cuerpos globulosos se pre- sentan con una estructura cristalina y radiada. No me he podido convencer si estos núcleos están encerrados en celdillas, no obstante de que la reaccion de las luminosas con la misma sustancia, me hace pensar tengan una dispo- sicion semejante. Agregando un ácido, las masas oscuras desaparecen y el ácido úrico se presenta cristalizado en abundancia. La observacion microscópica confirma la reaccion de la murexida que se puede verificar tomando una cantidad suficiente de material. Hermosísimos son los cristales de acido úrico que se obtienen con el Os. S. La capa luminosa tratada por los mismos reactivos, suministra cristalizaciones de otra clase, mas nunca de ácido úrico. Con respecto á las bases que están unidas con es- te ácido, en esta vez los resultados que he obtenido, casi han sido negativos, pero decididamente no es el amoniaco. Por tanto, si pongo en duda la existencia de las celdillas que contengan uratos en los Gucuyos, podria ser muy bien que la capa no luminosa se for- mase sucesivamente de la luminosa, como un producto de su actividad; so- bre cuyo hecho Schultze ha llamado la atencion; pero yo no lo he podido observar ni al principio ni al fin de las observaciones que hice durante cua- tro semanas, ni aun siquiera una corta diferencia en las densidades relativas de ambas capas. La íntima conexion de ellas, es esencialmente determinada, segun mi mo- do de ver, por las tráqueas. Ahora, si se pregunta cuál es la importancia de la capa no luminosa, podria decirse que obra como un aparato refrector de la luz, aumentando la brillantez del órgano luminoso. Los nervios de este órgano, situados en el vientre, tienen su orígen del primer ganglio abdominal que directamente está colocado sobre él. Obsérve- se de paso, que de los cinco ganglios existentes en el abdómen, el quinto es el mayor y está unido al cuarto por unas comisuras longitudinales, relativa- mente cortas. LA NATURALEZA 57 No he determinado aún la exacta distribucion de los nervios de las celdi- llas, pero próximamente me ocuparé de nuevo de esta cuestion. Antes de finalizar estos imperfectos estudios, llamaré la atencion sobre la mútua reaccion de los órganos luminosos con la sangre; cuestion de la que apénas se han hecho observaciones en los Lampirideos europeos. De hecho, sin la participacion de la sangre no es posible imaginarse esas reac- ciones químicas de tanta importancia, que yo desde luego reconozco como una funcion especial de estos órganos. No pudiendo discutir estas reaccio- nes mútuas, me ocuparé solo de un líquido que humedece los órganos lu- minosos abdominales, y que no puede considerarse idéntico con la sangre que proviene de los vasos dorsales. Desprendidos los élitros del animal vivo, y levantando hácia arriba el abdómen, se ve, estando aún con vida, la fina cubierta quitinosa del órgano luminoso abdominal, llena de un líquido; si se corta con cuidado este órgano, escurre un líquido amarillo-gris no lumino- so, y que no revela reaccion alguna al papel tornasol y al de cúrcuma. Des- pues de poco tiempo se colora el líquido en pardo, y se observa, á conse- cuencia de la descomposicion que sufre, su reaccion con el papel tornasol. Ob- servándolo cuando ha sido recientemente extraido, se ve que está compuesto de dos líquidos imperfectamente mezclados; el uno incoloro y el otro amari- llo-verdoso. Igualmente se observa que la trasformacion del líquido en pardo, raras veces se hace uniforme sino parcialmente, y algunas veces se consigue (extendiéndolo sobre un papel) obtener una laca trasparente y de color ver- de-amarillo. Colocando un poco del líquido en un vidrio de reloj y dentro de un vaso que pueda cerrarse herméticamente y que esté saturado de vapor de agua, aun despues de ocho dias no se observa coagulacion espontánea, pe- ro sí su coloracion en pardo. Humedeciendo el líquido y poniéndolo en agua destilada, se ve precipitarse hácia el fondo un coágulo blanco; calentán- dolo ántes de entrar en ebullicion se precipita tambien un coágulo blan- co, que visto al microscopio aparece finamente granulado: ¿acaso son sustan- tancias separadas de otra naturaleza? El líquido reciente examinado al mi. eroscopio, se ve como formado de una gran masa de cuerpecillos, parte ar- redondados y parte fusiformes, incoloros y finamente granulados; muchos de ellos estando provistos de apéndices ténues, y sin que les haya observado movimientos espontáneos. Jl diámetro de los redondos es poco más ó mé- nos de 0.005 mm.; los fusiformes son más angostos, pero de doble longi- tud. Queda ahora por saber si la coloracion en pardo está en relacion con los cuerpecillos incoloros de la sangre. Al principio estaba yo inclinado á es- ta opinion, porque la sustancia parda que se ve con el microscopio, se pre- senta siempre en masas que muchas veces tienen la apariencia engañosa de los 58 LA NATURALEZA glóbulos blancos dela sangre: pero en primer lugar, continuando la observa- cion, se presenta frecuentemente la masa parda bajo la forma cristalina: segun- do, que la trasformacion de la coloracion en pardo, se extiende á todo el liquido: tercero, que una parte de los cuerpecillos de la sangre, no existe en los lu- gares coloridos, sino que se conservan en su estado normal. A medida que el líquido se evapora, se van presentando otras cristalizaciones, siendo prin- cipalmente octaedros regulares. Buscando la reaccion de la hemina, segun el método de Teichmann, en la sustancia colorida no se obtiene ningun re- sultado. Veracruz, Noviembre de 1871. LA NOCTILUCINA. PRINCIPIO INMEDIATO LUMINOSO. A esta sustancia es debida la fosforescencia que se observa en los pesca- dos muertos; la secretan las lucernas y probablemente todos los animales fosforescentes: existe tambien en los huevos de los lampiros, y se cree que la producen algunas plantas de los géneros Agaricus, Euforbia, etc.; se forma igualmente durante la descomposicion de las sustancias vegetales y animales, en determinadas circunstancias. Los animales fosforescentes se hallan provistos de una glándula en la que se forma la noctilucina. La Scolopendra electrica la secreta muy pura, y con tal abundancia, que haciendo correr algunos de estos miriápodos sobre una cápsula de cristal, en el mes de Setiembre, se obtiene una cantidad de ella, suficiente para estudiar sus principales propiedades. En los animales superiores la secrecion de la materia fosforescente se ha- lla hasta cierto punto, bajo la dependencia del sistema nervioso, de manera que el animal brilla ó apaga su luz, segun su voluntad. En la Noctiluca miliaris, los pólipos flexibles y otros séres inferiores, parece que existe igualmente un órgano especial destinado á la produccion de la luz, pero la secrecion de la materia luminosa se halla por lo comun sometida á la influencia de las circunstancias exteriores. LA NATURALEZA 59 Cualesquiera que sea su procedencia, la noctilucina produce siempre una luz monocromática, que da un espectro visible, sobre todo, entre las líneas E. y K., y posée siempre las mismas propiedades químicas, segun las ol- servaciones que hasta ahora se han hecho. La noctilucina es una sustancia nitrogenada, blanca, casi líquida, misci- ble con el agua, aunque insoluble en ella; su densidad es menor que la de este líquido; posée un olor débil, parecido al del ácido caprílico. Es insolu- ble en el alcohol y en el éter; se disuelve, descomponiéndose fácilmente, en los ácidos minerales y en los álcalis. Dejándola fermentar por algun tiempo, produce un olor de queso podrido. Cuando está húmeda, absorbe el oxíge- no y desprende ácido carbónico. En una atmósfera seca pierde su humedad, y queda en capas delgadas, traslucidas y sin estructura, presentando gran semejanza con la mucina que se extrae de los mocosos, Limaz. La noctilucina es fosforescente en alto grado, y esta produccion de luz proviene de la oxidacion que sufre cuando se encuentra en contacto con el aire húmedo. Puede aun brillar dentro del agua, miéntras este líquido ten- ga aire en solucion. En el oxígeno, y en el aire cargado de ozona, aumenta su brillo. Una vez que la oxidacion ha terminado, cesa inmediatamente la produccion de luz. (Extractado de una Memoria de Mr. T. L. Phipson, por el Sr. D. A. Herrera.) A O ENSAYO ORNITOLÓGICO DPETE AR REA*MEETA TEROCHT LIA O SEA DE LOS COLIBRIES 0 CHUPAMIRTOS DE MEXICO, POR EL Sr. D. RAFAEL MONTES DE OCA, SOCIO DE NUMERO. (CoNTINUA.) Num. 13—Chupamirto verde de agua y cola de pescado. Chlorostilbon caniveti, Gould; Ornismya cantivetiz, Less.; Thaumatias caniveti, Bonaparte. Esta especie de colibríes, tan extremadamente brillante en lo general de su plumaje, se halla en las inmediaciones de Jalapa, Coatepec y Córdoba, con más abundancia durante los meses de Junio y Julio, pudiendo decirse NATURALEZA. —Tomo 1. —9 60 LA NATURALEZA que esta es su localidad, puesto que se ha observado que alli efectúa su ni- dificacion. El Sr. Gould, dice que habita tambien en toda la parte oriental de Guatemala, y es muy probable que sea así. La apariencia del macho adulto de esta especie, es como sigue: la parte de encima de la cabeza, verde metálico hermosísimo, que en ciertas posicio- nes de la luz, más bien aparece como un rico dorado bruñido; la parte supe- rior del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un tinte verde bronceado; alas pardo-purpúreas claras; cola negra con visos.como los que presenta el acero pavonado de azul, la cual, como sus plumas, disminuyen en tamaño hácia las dos del centro, que solo tienen poco más de la tercera par- te del largo de las laterales, cuando la abre, es exactamente de la figura de la de un pescado, teniendo las puntas de cada pluma un tinte gris, desvane- cido al unirse con el color general de ella; su garganta, pecho, parte inferior del cuerpo y cubiertas de debajo de la cola, son de un color verde metálico brillantísimo, con reflejos dorados; las piernas las tiene cubiertas con un plumon blanco; su pico es color de carne en su base y oscuro en su extremi- dad; sus patas pardas, y uñas negras. Su tamaño, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 3% de pulgada; alas 1% idem; cola 1%, y pico casi recto % idem. La hembra es casi del mismo tamaño del macho; tiene la parte supe- rior de la cabeza, pardo-bronceada; la de encima del cuello y del cuerpo, así como sus flancos, verde lustrosos; alas pardo-purpúreas como las del ma- cho; cola con las dos plumas del centro verdes; las demas de cada lado, de un color pardo verdusco en sus bases hasta como la tercera parte de su lar- go, con lo restante del mismo color oscuro de la del macho, teniendo las tres de cada lado, las puntas de un blanco sucio ménos marcado en las que están más hácia el centro; su garganta, pecho y vientre, son de un color gris claro algo pardusco cerca de sus flancos; sus patas y pico son semejantes á los del macho; presentando, por último, una rayita que comienza en la ex- tremidad del ángulo posterior del ojo y corre hácia atrás como un cuarto de pulgada. El macho jóven es muy semejante al adulto, con solo la diferencia, que la parte inferior del cuerpo la tiene pardo-gris, con una mancha verde en la garganta, la cual es más ó ménos extensa á medida que llega á la edad de adulto, en que se cubre todo del hermoso verde dorado de que ya se ha ha- blado al describir el macho. LA NATURALEZA 61 Num. 14.—Chupamirto de pecho color de rosa. Delattria Henrica, Gould; Ornismya Henrica, Lesson; Topaza Henrica, Gray; Delattria Henrica, Bonap. Esta especie de colibríes se encuentra en Guatemala; y el distinguido na- turalista, el Sr. de Lattre, que fué quien le dió el nombre que lleva, en ho- nor de su hermano Enrique, dice que encontró, aunque raros, algunos ejem- plares de éstos cerca de Coatepec, cuando visitó este país. Y en efecto, hasta el presente solo se encuentran pocos ejemplares en el lugar indicado, por los meses de Junio y Julio, así como tambien en las cercanías de Orizava y Cór- doba y esta ciudad (Jalapa). Su localidad aun no está enteramente determinada; mas es de creer sea Guatemala, pues que el que esto escribe, nunca ha encontrado por aquí nin- gun pollito de esta especie ó algun nido; habiendo advertido además, que en su visita á los lagares indicados, nunca duran más de cuatro á cinco se- manas. El macho adulto de esta especie, tiene la parte superior de la cabeza y del cuerpo así como las cubiertas de las alas, de un color pardo verdusco bron- ceado; las alas pardo-purpúreas; la cola negro-pardusca, con su cubierta del mismo color, suavizándose imperceptiblemente con el tinte más claro de la parte superior del cuerpo; su garganta es de un color de rosa purpúreo me- tálico, muy delicado; el pecho es poco más ó6 ménos del mismo color que la region superior del cuerpo; toda la parte inferior del vientre, gris oscuro fer- ruginoso; las cubiertas de debajo de la cola, casi del mismo color, con las orillas de cada pluma, de un tinte blanquecino tirando á castaño, con una especie de plumon casi blanco en la region anal; y por último, tiene una es- pecie de bigote blanco castaño, que nace en la extremidad donde se juntan las mandíbulas, corriendo hácia atrás como unas seis líneas, y otra raya más que nace en la extremidad del ojo, de color casi blanco, como de seis lí- neas de largo, y que tambien se dirige hácia atrás. Su pico y uñas son negras, que parecen de ballena; sus patas color de carne; su largo total 4% pulgadas; cola 1% id.; alas 2%, y su pico casi rec- to de % id. La hembra es casi del mismo tamaño que el macho, así como tambien lo es su color, con la diferencia que está desprovista del hermoso color de rosa de la garganta, teniendo en lugar de éste, un color pardo claro ferruginoso, que participa de un tinte castaño cerca de la mandíbula inferior. 62 LA NATURALEZA Num. 15.—Chupamirto chileanchito. Phaéthornis Adolphi, Gould; Phaéthornis Adolphi, Boure. Este extraño colibrí parece ser nativo de Guatemala; pero por lo que he podido observar, visita periódicamente el territorio mexicano, pues he en- contrado alguno que otro ejemplar de esta especie en las inmediaciones de Jalapa, y con más abundancia en las cercanías de Coatepec. El Sr. Sallé, durante su estancia en este país, se procuró tambien diversos ejemplares de éstos cerca de Córdoba, y segun sus observaciones anatómicas, encontró, que la única diferencia que existe con respecto al exterior de ambos sexos, es, que la hembra tiene las dos plumas del centro de la cola más prolongadas que las del macho. La apariencia general del plumaje de esta especie, es como sigue: la par- te de encima de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas, verde-pardusco bronceado; la cubierta de la cola de un color castaño; las plumas de ésta, verde bronceadas, con las extremidades de un color castaño claro, terminando en un tinte blanquecino; sus alas pardo-purpúreas; Cu: biertas de las orejas pardas muy oscuras; toda su parte inferior de un color castaño claro, que cerca del pico es un poco blanquecino, y en la parte de la garganta algo pardusco; cubiertas de las piernas blanquizcas; la mandíbula superior del pico, negra; la inferior, en su extremidad, de ese mismo color, con la base amarilla; patas amarillas tambien, y uñas negras. La hembra, como ya se ha dicho, solo se diferencia del macho en el lar-- go de las dos plumas centrales de la cola. El largo total de los individuos de esta especie, es 4 pulgadas; alas 12% idem; cola del macho 1, de la hembra 1% idem, y pico curvo una pul- gada. Num. 16.—Chupamirto Misanteco. Lampornis Mango, Gould; Trochilus Mango, Linn.; Le Plastron noir, Buft.; Trochilus violicauda, Bodd. Esta especie de colibrí ha sido conocida por diversos naturalistas de los más antiguos, que la han asignado una region muy extensa; pues dicen que ha- bita en el Brasil y en casi toda la parte Norte de la América del Sur hasta LA NATURALEZA 63 Panamá, así como en algunas de las islas Antillas. El Sr. Audubon la ha descrito tambien en su famosa obra de las aves de la América del Norte, en vista de un ejemplar cogido en la Península de la Florida, cuya cireunstan- cia ha sido puesta en duda, tal vez por no tenerse noticia que existe en Mé- xico, en la region del canton de Mizantla, como á unas nueve leguas de la costa, en el Estado de Veracruz, donde el que esto escribe ha encontrado muchos ejemplares de ambos sexos con sus nidos y respectivos polluelos; de donde resulta que ésta es otra de sus localidades fija, pues los nativos de ese rumbo, dicen que vive allí durante todo el año; no siendo difícil, en conse- cuencia, que algunos individuos de dicha familia, siguiendo la costa durante el verano, puesto que el calor es general en toda ella, lleguen hasta la Flo- rida, porque parece, segun la opinion de distintos naturalistas, prefiere los lugares cálidos para morada, como lo es el precitado. Es de notar, que los individuos de esta especie son poco esquivos, debido sin duda á que por allí no hay quien los persiga, y que no se sabe que exis- tan en algun otro lugar de la República mexicana. La apariencia del macho adulto, es como sigue: la cabeza, la parte de encima del cuello y del cuerpo, así como las cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde bronceado rojizo; alas pardo-purpúreas; las dos plu- mas del centro de la cola, verde bronceadas, las demas de ambos lados, de color de pasa con reflejos violados en la mitad exterior, marginadas de un color bastante oscuro azulado; el centro de toda su parte inferior, comenzan- do desde la garganta, es negro aterciopelado, teniendo á los lados de este color, una porcion azul-oscura metálica, que al unirse con el verde broncea- do de la parte superior del cuerpo, toma diversos tintes de color verde me- tálico; las cubiertas de debajo de la cola son verduscas; las de las piernas, son un plumon blanco, y su pico, patas y uñas negras. Su largo total es de 3 pulgadas; alas 3 idem; cola 1%, y su pico algo en- corvado en su extremidad, 1 pulgada. La hembra es del mismo tamaño que el macho; pero muy diferente en el color de su plumaje, pues aunque la parte de encima de la cabeza, del cue- llo y del cuerpo, y cubiertas de las alas y de la cola son semejantes, su gar- ganta, pecho y vientre son blancos, con una mancha longitudinal negra en el centro de dichas partes, un poco más angosta en lo que corresponde al vientre, é interrumpida en algunos ejemplares en la parte anterior de éste; las cubiertas de debajo de la cola son verdes, marginadas de un color ceni- ciento; las dos plumas del centro de la cola, de color verde bronceado, con las extremidades un poco más oscuras; las demas tienen las bases, como una cuarta parte del largo total de cada una, negras con reflejos entre NATURALEZA. —Tomo JIL.—10 64 LA NATURALEZA azul y verde, despues tienen un color de pasa hermosísimo, con visos viola- dos, y por último, sus extremidades, como otra cuarta parte, son del mismo color que las bases, con una manchita blanca en la punta de cada una de las tres laterales, más pequeña en las que están hácia el centro; sus patas y pi- eo son negras como las del macho. Los machos jóvenes son parecidos á la hembra, con la diferencia que to- da la parte inferior del cuerpo, cuello y garganta, es blanco, con dos líneas de manchitas castañas que le nacen una de cada lado de la mandíbula inferior y continúan en direccion á los lados del cuello, dejando ver una pequeña por- cion del fondo blanco entre dicha línea de manchitas, el ojo y el color de la parte superior del cuerpo. Sus nidos son redondos, guarnecidos por dentro con una especie de algo- don blanco, y por afuera con el musgo, ó mejor dicho, el líquen fino de las peñas. Num. 17.—Chvupamirto de cola verde-mar. Petasophora thalassina, Gould; Trochilus thalassinus, Swains.; Ornismya Anais, Lesson; Polytmus thalassinus, Gray y Mitch.; Colibri thalassinus, Bonap. Esta especie de colibries, es otra de las peculiares de México, que se en- cuentra en las inmediaciones de Jalapa y Coatepec, así como en el Valle de México, donde abunda mucho más en los meses de Junio y Julio, y segun la opinion de algunos otros troquilidistas, tambien visita las regiones de Gua- temala, sin ir más allá del Istmo de Panamá. Lesson, como ya se ha visto, le ha dado el nombre de Anais; mas por lo que se ve en la interesante obra del Sr. Gould, ha confundido tres espe- cies distintas, el talassina, el Anais y el Jolata, que á pesar de ser todos bastante parecidos en cuanto al color de sus hermosos plumajes, los dos úl- timos, en primer lugar son más grandes que el primero, y en segundo, per- tenecen exclusivamente á la América meridional. El color del macho adulto, en lo que corresponde á la parte superior de la cabeza, del cuerpo, flancos y cubiertas de las alas y de la cola, es verde latonado lustroso; sus alas pardo-purpúreas; cola verde con visos parecidos á los que tiene el acero pavonado de azul, con excepcion de las dos plumas del centro, en las cuales prevalece el tinte de la parte superior del cuerpo, teniendo además, en cada una de sus plumas, como á media pulgada de dis- LA NATURALEZA 65 tancia de sus extremidades, un sombrío oscuro, que cuando la abre le forma una especie de banda circular muy vistosa; su garganta y pecho es verde- zacate metálico hermosísimo, con la singularidad de que cada pluma tiene aparentemente una mancha negra en el centro; diciéndose que esa mancha es aparente, porque casi desaparece, ó se ve más ó ménos grande, segun la incidencia de los rayos luminosos; en la parte inferior del pecho, tiene un sombrío azul turquí, que se desvanece con el tinte pardo-verdusco del abdómen; las cubiertas de debajo de la cola, son de un tinte entre castaño y pardo claro, con visos verdes en sus extremidades; y por úl- timo, desde la base de la mandíbula inferior, le nacen dos líneas, una hácia cada lado, de color azul turquí metálico hermosísimo, que se dirigen hácia atrás por las partes inferiores de los ojos, hasta formar en seguida las cubier- tas de las orejas, adonde se ensanchan un poco más; sus patas son negro- parduscas, su pico algo curvo, y uñas negras que parecen de ballena. Su largo total es de 4% de pulgada, desde la punta del pico hasta la ex- tremidad de la cola; alas 25% idem; cola 1%, y pico 11 líneas. La hembra y el macho jóven son casi del mismo tamaño del macho adul- to, y solo se diferencian de éste, en que el color del pecho y aun el de la cola, es ménos pronunciado. Num. 18.—Chupamirto matraquita. Circe latirostris, Gould; Cynanthus lattirostris, Swains., Sapphirona Circe, Bonap. Esta especie de colibries, es una de las peculiares de la altiplanicie del Valle de México, donde habita desde la conclusion del Otoño hasta el princi- pio de la Primavera, es decir: desde fines de Noviembre hasta principios de Marzo, que es el tiempo en que nidifica; mas sin embargo, no puede decirse que es de las más comunes de esta region, porque no son muchos los indi- viduos que se encuentran de ella: de dónde viene, ó adónde,va durante el resto del año, aun queda todavía por averiguarse, pues á pesar de todas las investigaciones que ha hecho el que esto escribe, no ha podido llegar á sa= berlo. Los cazadores del Valle de México, son los que han dado á esta especie el nombre de Matraguita, á causa de la semejanza que tiene su gorjeo ó ar- rullo, con el ruido que hace el juguete de los niños llamado matraca. 66 LA NATURALEZA La apariencia del macho adulto, es como sigue: la parte superior de la cabeza, del cuerpo y cubiertas de encima de las alas y de la cola, de un co- lor verde bronceado algo pardusco; cola negra, con visos azules como los del acero pavonado, con las dos plumas de cada lado, tintadas de gris en sus extremidades, cuyo tinte es más ó ménos pronunciado en diversos ejempla- res; alas pardo-purpúreas; abdómen gris; flancos y parte inferior del pecho, de este mismo color un poco más oscuro, con visos verde-bronceados; gar- ganta y parte superior del pecho, de color azul zafiro, cuyo color toma diver- sos tintes al unirse imperceptiblemente con el color verde bronceado de la par- teinferior del pecho; las cubiertas de debajo de la cola son de un color gris ca- si blanco; region anal cubierta con un plamon blanco, teniendo tambien una manchita de este mismo color, hácia la parte posterior del ojo; sus patas son pardo-oscuras, y sus uñas negras; y por conclusion, tiene tambien el pico negro, con la mandíbula inferior en su base color de carne. Su largo total es de 4% de pulgada; alas 2% idem; cola 1%, y pico, casi recto, 11 líneas. El macho jóven se diferencia del adulto, en que solo se le ven unas cuan- tas plumas azules en la garganta, cuyo número aumenta á medida que cre- ce en edad. La hembra es casi del mismo tamaño que el macho, y solamente se dife- rencia de éste, en que las dos plumas del centro de la cola las tiene verde bronceadas, y toda la parte inferior del cuerpo, comenzando desde la gar- ganta, de un tinte uniforme gris. (CONTINUARA.) ES FISIOLOGÍA VEGETAL INVESTIGACIONES FISIOLOGICAS SOBRE LA VEGETACIÓN LIBRE DEL PÓLEN Y DEL ÓVULO, Y SOBRE LA FECUNDACIÓN DIRECTA DE LAS PLANTAS: POR PH. VAN-TIEGHEM, TRADUCIDAS POR EL SEÑOR DON MANUEL SORIANO, SOCIO DE NUMERO. Hace tres siglos solamente que fueron descubiertos los órganos sexuales de las plantas. Camerarius y Grew fueron los primeros en demostrar, por la experiencia, la utilidad de las diferentes partes de la flor en la produccion del grano, el mantenimiento y la sucesion de la especie. LA NATURALEZA 67 Los antiguos tenian ideas vagas sobre la probable existencia de los sexos en los vegetales: en tiempo de Herodoto, los babilonianos distinguieron ya los dátiles machos y los dátiles hembras, y practicaban la fecundacion arti- ficial de estos últimos para obtener frutos con más seguridad. Se sabe que esta costumbre se ha conservado entre los árabes, donde existe desde tiem- po inmemorial. Theophraste habla tambien de plantas machos y hembras; pero tanto éste como otros escritores, no conocian las partes de la flor que constituían los sexos. En 1538 Caesalpin comenzó á distinguir con más precision las flores ma- chos y hembras en las plantas dioicas, y decia, que los machos eran estéri- les miéntras las hembras daban frutos. Como ántes he dicho, Grew en 1682, y Camerarius en 1694, publicaron ya las diversas funciones de cada una de las partes de la flor, hablando en- tónces de la reproduccion y de sus órganos particulares. Despues de esta época, Morland en 1703, Geoffroi en 1711, y Vaillant en 1717, no dejaron en sus descripciones duda alguna sobre las funciones de los órganos reproductores. Todo en las ciencias tiene sus partidarios y otros que les son adversos: los órganos sexuales han sido negados por algu- nos botánicos, pero creo que hoy, dificilmente se podrán negar su existencia y sus funciones. El deseo de no limitarse con el hasta aquí en el estudio, ha hecho el que célebres naturalistas se hayan entregado con ardor á las investigaciones ana- tómicas y fisiológicas de las plantas, y hayan emprendido experiencias curio- sísimas, con resultados más ó ménos sorprendentes. Todo en la naturaleza está hábilmente dispuesto, y miéntras profundiza- mos más y analizamos sus misterios, admiramos la sabiduría infinita de Aquel Creador universal que, en cada átomo y en cada funcion nos revela su omnipotencia. La Anatomía y Fisiología vegetales, progresan dia á dia, debido á los me- dios de que el hombre se vale para sorprender, lo que con la simple vista le seria imposible observar. Una de las funciones más importantes de las plantas, la reproduccion, ha sido el objeto de estudios recientes, á los que se ha consagrado el célebre naturalista Van Tieghem. Abrigo, señores, la persuasion de que sus expe- riencias aun no son bastante conocidas; y en esta noche que el Reglamento me impone el deber de dirigiros la palabra, quiero tener la satisfaccion de daros á conocer las observaciones de Van Tieghem, para que encontrando admiradores entusiastas, prosigan el camino tan hábilmente trasado por él. 68 LA NATURALEZA * kk En la serie de investigaciones que ha emprendido Van Tieghem, aisla pri- mero el pólen y el óvulo en el mundo exterior, para llegar á conocer las cir- eunstancias necesarias á su desarrollo independiente; reune en seguida estos dos cuerpos bajo las condiciones del medio ya determinado, para estudiar en seguida la accion del uno sobre el otro. Así, pues, tenemos que estu- diar: primero, la vegetacion libre del pólen; segundo, la vegetacion libre del óvulo; tercero la fecundacion directa. VEGETACION LIBRE DEL POLEN. El pólen, una vez que se ha desprendido de la antera, y que por cual- quiera causa ha venido á depositarse sobre el estigma fresco, sabemos que emite un tubo que llamamos polínico, y que alargándose éste en el canal del estilo, desciende hasta la cavidad del ovario y viene á poner su extremi- dad inferior en contacto con el saco embrionario de un óvulo que viene á fe- cundar. Este es el hecho: examinemos ahora rápidamente las diversas opi- niones de algunos autores sobre la produccion del tubo polínico. Para unos, la formacion del tubo polínico, seria debida á una simple extension física de la membrana interna, provocada por la endosmosis del líquido que baña el estigma. Para otros, el prodigioso alargamiento del tubo de que habla- mos, puede llegar, sin que su membrana se adelgase mucho, millares de veces el diámetro de la célula primitiva, y ven al contrario un fenómeno de nutricion; mas como esta teoría no va acompañada por una prueba directa, no es lógico deducir la naturaleza de un fenómeno, por su intensidad. Se necesita, por lo tanto, recurrir á la experiencia para resolver la cues- tion; y como en las circunstancias naturales el fenómeno desconocido que se verifica en un medio vivo, se sobrepone á otros fenómenos que lo enmas- caran, se necesita aislarlo enteramente primero, determinando la produccion del tubo polínico en un medio mineral artificial, y buscando las condiciones en medio de las que se verifica. Estas experiencias tendrán la doble ventaja de enseñarnos cómo pasan las cosas en el pistilo, y esclarecer otra faz de la cuestion que puede presentarse así: ¿qué sucede con la enorme cantidad de pólen que se escapa de los estambres de una flor, y que no cayendo di- LA NATURALEZA 69 rectamente sobre el estigma donde efectúan su desarrollo, quedan abando- nados en el mundo exterior? Si se toma el pólen en el momento en que la antera se abre para dejarlo escapar, y se coloca el grano aun hinchado, en una atmósfera limitada á una temperatura de cosa de 20", se verá que absorbe rápidamente el oxígeno del aire, y que lo reemplaza por un volúmen sensiblemente igual de ácido car- bónico. Respira, pues, activamente, y no hay duda que la enérgica combus- tion de que los estambres son el sitio en el tiempo que precede á su dehis- cencia, así como el desarrollo considerable de calor que resulta, no provie= nen para la mayor parte de la suma de las acciones individuales, de los gra- nos de pólen que los estambres encierran. La actividad respiratoria del pó- len disminuye siempre rápidamente, á medida que se deseca; pero ella se mantiene en seguida, durante largo tiempo, con una débil intensidad; y po- drémos decir, que para un estado dado del grano, la intensidad de su respi- racion decrece con la temperatura. Vemos, pues, lo que se verifica con los granos del pólen, libres, expuestos en el aire seco y á una temperatura dada: pueden, además, permanecer al- gun tiempo sin perder la facultad de desarrollar el tubo polínico, cuando se les coloque en circunstancias favorables; pero veamos ahora lo que pasa cuando se somete el pólen á la influencia del agua. Desde Benard de Jussieu en 1739, y Needham en 1743, hasta hoy, se ha propagado un error: se dice que el grano del pólen sometido á la accion del agua, se rompe; esto no puede considerarse como un hecho general pa- ra todas las plantas: tenemos el pólen del Varcissus pseudo-narcissus, de la Tritillaria imperialis, Salix caprea, Primula sinensis, Viola odora- ta, y otras que, en lugar de reventarse en el agua pura, producen, al con- trario, tubos extremadamente largos en las condiciones que se van á men- cionar. | Bajo el agua privada de aire, y á una temperatura favorable, el pólen de estas plantas se hincha primero, y despues se conserva indefinidamente inal- terado. Lo mismo pasa si se somete el pólen á la influencia del agua aerea- da y á una temperatura cercana á O grados. Por lo que se lleva mencionado, se ve, que dos de estas tres condiciones, sin la tercera, el aire y el calor sin el agua; el agua y el calor sin el oxíge- 1 Existen granos, los del Ricino, por ejemplo, que no se abren en el agua pura y que se rom- pen, al ménos en gran número, en una solucion espesa de goma arábiga. Este hecho demuestra, que la explicacion ordinaria de la ruptura, basada en la irrupcion violenta del líquido externo, debida 4 su débil densidad relativa, no se aplica á todos los casos. 70 LA NATURALEZA no; el agua y el aire sin el calor, son impotentes para provocar la formacion del tubo polínico. Reúnanse, al contrario, las tres alrededor de la célula, es decir, colóquese el pólen en el agua aereada á una temperatura favorable que dependerá de la naturaleza de la planta, pero que podrá ser en general de 15% á 20%. Al- gunas horas despues se verá al grano formar bajo el agua un magnífico tubo sin tabique, ordinariamente simple, comunmente envuelto en espiral y en el que la circulacion del protoplasma se verifica con una admirable exac- titud, que llega en ciertos casos á adquirir hasta 200 6 300 veces el diáme- tro de la célula primitiva ántes de cesar de alargarse. Llegado aquí, la ex- tremidad del tubo se hincha y adquiere la forma, ya esférica, ya piramidal, de un diámetro igual, ó al ménos tres ó cuatro veces mayor al del grano; ya plana, perpendicularmente á la direccion del tubo, en forma de pié, y otras veces como que se bifurca y afecta la forma de una Y: en esta extremidad el protoplasma se concentra, miéntras que el resto del tubo no contiene sino un líquido hyalino, acumulándose en definitiva, en gránulos azotados, desar- rollados. No parece que la extremidad hinchada esté dividida transver- salmente por un tabique. Una vez que esto se ha verificado, no es raro ver la membrana perforarse en el vértice del hinchamiento terminal, ya en un solo punto por donde se escapa la mayor cantidad del plasma en forma de una gota gruesa, ya en muchos puntos, por cada uno de los cuales salta una gota pequeña. El desarrollo del tubo polínico en el agua aereada, varia en cada una de la plantas. En cuanto á los fenómenos químicos que se verifican miéntras el tubo po- línico se alarga en el líquido, fácil es de apreciarlos analizando la atmósfera circunvecina y en la que se demuestra que el oxígeno ha desaparecido, sien- do reemplazado por un volúmen sensiblemente igual de ácido carbónico. Esta combustion se verifica principalmente en el aceite y el almidon que la célula tiene en reserva; los granos amiláceos desaparecen á medida que el tubo se forma, y la azúcar que resulta alimenta la respiracion. La necesidad del oxígeno y su absorcion por el tubo polínico en vía de desarrollo, es el punto capital de estas experiencias: una experiencia sintéti- ca muy sencilla puede persuadirnos aun más en lo que se ha señalado. Si se pone una gota de agua comun sobre una lámina de vidrio, se vierte sobre ella un poco de pólen y se cubre con otra lámina, colocando el todo en una atmósfera húmeda y á una temperatura conveniente, y si se explora ca- da hora, por ejemplo, al microscopio, se verá, que no todas las zonas del cuerpo en observacion tienen el mismo grado de desarrollo: los granos de pólen periféricos tienen unos magnificos tubos, miéntras que los centrales, LA NATURALEZA il que en los primeros instantes de la experiencia han absorbido todo el oxíge- no disuelto, y que no lo pueden recibir del exterior, por impedirselos los granos periféricos, permanecen indefinidamente alterados. Si despues se se- paran las dos láminas de vidrio, se da acceso al aire, se cubre y se vuelven á observar, se verá de qué manera se han desarrollado los ya dichos tubos polínicos. De estos hechos se debe concluir, que las condiciones necesarias del me- dio, y suficientes para la produccion del tubo polínico, es decir, el agua, el oxigeno y una temperatura favorable, son los mismos que para la germina- cion de un grano ó de un esporo; y bajo estas condiciones, el fenómeno se verifica de la misma manera; el pólen, por lo tanto, se puede decir que es una pequeña planta que respira, se nutre y se desarrolla. Hasta aquí se ha visto ya lo que pasa con el pólen en el pistilo; véase aho- ra lo que sucede con el pólen que se pierde de la flor. Cualquiera que sea el lugar hácia donde el pólen sea trasportado por la casualidad, ántes de haber perdido por una respiracion muy prolongada al estado seco, su facultad germinativa, encontrará á la vez el agua, el aire y el calor, con estos elementos germinará y formaráse la pequeña planta efime- ra, cuya forma y grado de desarrollo dependerán de las cualidades mutritivas del medio: y tal debe ser la suerte reservada á los granos del pólen que no caen sobre el estigma. Sentados los principios anteriores, positivos, supuesto que son el fruto de la experiencia, se podrá concebir ahora cómo el agua viene á ser perjudicial á la reproduccion en la flor al momento de abrirse: ¿qué debe pasar entón- ces? El agua que cae sobre el estigma en el momento en que los granos po- línicos se depositan allí, léjos de destruirlos, les viene á dar dos de los ele- mentos para su desarrollo, el calor allí lo tienen; los tubos polínicos se forma- rán y se dirigirán en medio del agua fuera del pistilo, agotando su fuerza vital; el óvulo, por tanto, no podrá ser fecundado. La consideracion anterior trae necesariamente envuelta esta cuestion: ¿La duracion del tubo polínico, cuando se desarrolla fuera del pistilo, es necesa- riamente efímera? Se ha dicho arriba el límite probable de la duracion, te- niendo en cuenta los datos suministrados porla experiencia, cuando se colo- ca el pólen en medios generales; pero cambiando estos medios, acaso pueda prolongarse esa duracion del tubo. Para esto, se necesita estudiar las causas del detenimiento del desarrollo del tubo polínico, y si de su estudio resultan conocerse de una manera pro- bable, sino cierta, y se trata de contrarestarlas, podrá acaso llegarse á dilus cidar la verdad: pueden reducirse á dos estas causas, NATURALEZA.—Tomo JI.—11 72 LA NATURALEZA 1.2 El agua ordinaria aereada, basta comunmente para los primeros des- arrollos del grano del pólen, que se verifican á expensas de los materiales de reserva acumulados en el protoplasma; pero no es ménos cierto que es- te líquido no le lleva alimentos nuevos en cantidad suficiente. Si se quiere prolongar la vida del tubo, conviene, pues, agregar al agua sustancias apro- piadas y de calidad variable, segun su naturaleza; se necesita cultivarlos y nutrirlos. 2,1 Una vez formados los tubos polínicos, son invadidos por dos especies de enemigos; los infusorios por una parte, y por la otra las Toruláceas y el myceliwm de diversas especies de Mucedineas: ávidas de oxigeno como los tubos, estas producciones extrañas invaden precisamente la region del líqui- do que ellos habitan; se establece entre unos y otros una lucha por la vida, y como los hongos se multiplican con extraordinaria rapidez, aniquilan bien pronto á los tubos. Fácilmente se pueden distinguir á éstos entremezelados con los filamentos ramosos y con tabiques de diversas especies de myce- lium: estas dos especies de organismos, no tienen otro lazo de union, que su antagonismo fisiológico, y las fuentes de donde nacen siempre son distintas. Una vez conocidas las dos causas que acabamos de señalar, como son co- nexas, puede vencérselas por el mismo medio, es decir, especializando el medio artificial y aproximando su constitucion, tanto cuanto sea posible, á la del medio nutritivo al que está destinado un pólen dado; de manera que el medio que sea benéfico á los tubos, sea dañoso para sus enemigos. Si se disuelve en el agua una pequeña cantidad de bitartrato de amoniaco, este liquido ácido es impropio al desarrollo de los infusorios á la vez que su- ministra al tubo polínico un alimento carbonado y azoado que le falta: se ha quitado un elemento á unos enemigos, y se da otro al tubo polínico para su desarrollo, pues está probado que el líquido secretado por las papilas es- tigmáticas, estilares y ovarianas, es francamente ácido; opinion además com- probada por el hecho de que los infusorios jamás invaden el pistilo. Si al líquido que se ha mencionado, se agrega una pequeña cantidad de cenizas de levadura, se dará al pólen los elementos minerales que le son ne- cesarios. Pero este líquido así preparado, si es cierto que no favorece á los infuso- rios, tambien lo es que no daña en manera alguna al desarrollo de los hon- gos, y que al contrario, les favorece; es necesario adicionarle otra sustancia desfavorable para ellos, la azúcar, la goma, ete.; pero si el líquido así pre- parado sirve para algunos granos polínicos, no es útil para todos, y este es- tudio curioso es el objeto del que se ocupa en la actualidad el célebre natu- ralista Van Tiehgem. LA NATURALEZA 2) E: VEGETACIÓN LIBRE DEL OVULO. Para emprender las experiencias sobre este punto, es necesario abrir el pistilo de una flor en el instante que precede á la dehiscencia de sus ante- ras; despréndanse de la placenta un cierto número de óvulos y véanse sus modificaciones en las diversas circunstancias del medio exterior. Colocados los óvulos en el aire seco y á la temperatura ordinaria, absor- ben de luego á luego el oxígeno del aire y desprenden un volúmen casi igual de ácido carbónico: por este fenómeno se ve que han respirado. Tenemos explicada la activa combustion que se verifica en el pistilo en el instante que una flor se abre, si se atiende á que esta combustion es la suma de las par- ciales de los óvulos que encierra. Abandonados los óvulos se desecan bien pronto. A En el agua sin aire, los óvulos pierden su trasparencia, se ponen pardos y mueren como asfixiados. En el agua aereada, pero á una temperatura próxima á cero, los óvulos no respiran y es notable su alteracion. Reúnanse, al contrario, en derredor de un óvulo las tres condiciones juntas que acabamos de separar; colóquense en el agua aereada, ó mejor en el aire muy húmedo y á una temperatura fa= vorable, y se verá cómo continúan viviendo cierto tiempo. Se desarrollará poco, pues que se ha quitado del pistilo ántes que el saco embrionario haya alcanzado todo su volúmen y ántes que haya formado sus vesículas embriona- rias y sus células antípodas; y esto no obstante, podrá encontrarse despues de algunas horas el saco agrandado, y las vesículas y células desarrolladas. Así viviendo el óvulo en estas condiciones, respirará de una manera con- tinua, y concentrando por este mismo hecho toda su actividad en el saco embrionario, en donde se verifica en gran parte este fenómeno respiratorio. El óvulo en estas circunstancias, es bien pronto invadido por los infuso- rios y los hongos, y se necesita ganar tiempo en la investigacion y retardar cuanto sea posible la aparicion de estos séres extraños sin dañar al óvulo. Hemos visto que la célula macho puesta en libertad por el estambre, y colocada en las condiciones que se han referido, germina, es decir, respira, se nutre y se desarrolla; de la misma manera el óvulo con la célula hembra que encierra, arrancado artificialmente del pistilo y colocado en las mismas condiciones favorables, se mantiene vivo, es decir, se nutre, respira y se des- 74 LA NATURALEZA arrolla. Pero la vida de estos dos elementos reproductores mantenidos de esta manera en el aislamiento es efímera; el tubo polínico se detiene bien pronto en su desarrollo y el óvulo perece. 11. FECUNDACIÓN DIRECTA. Para estudiar la fecundacion directa, artificialmente, se necesita colocar la célula hembra bajo la accion de la célula macho y en las condiciones de vi- da que ántes se han señalado. Si se colocan en una gota de agua granos po- línicos por una parte, y por la otra, tambien en una gota de agua cierto nú- mero de óvulos, y sejuntan en el momento que los tubos polínicos comien- zan á desarrollarse, se verá la extremidad de un tubo polínico en vía de alar- gamiento encontrar un óvulo, penetrar en su micrópila, sea directamente, sea despues de haberse alargado deslizánaose sobre la superficie, y esto es to- do. El complemento de esta funcion nos lo da el estudio anatómico del óvu- lo hecho algunas horas despues: él demuestra que la extremidad del tubo, despues de haberse insinuado entre las células del cono terminal de la nucela, ha venido á apoyarse dilatándose sobre el vértice del saco embrionario, don- de se instala en forma de ámpula contrayendo adherencias. El lugar en el que este fenómeno se verifica está lleno, en vez de las vesículas protoplásmicas difluentes, de un cuerpo pluricelular de estructura más ó ménos complicada, segun la duracion de la experiencia, y que es el embrion en las primeras fa- ses de su desarrollo. La fecundacion, por lo tanto, se verifica directamente en un medio artifi- cial, apropiado y hasta cierto punto bajo la vista del observador, entre el tubo polínico desarrollado en aquel lugar y el óvulo quitado al pistilo del mismo vegetal, conservado vivo, y que ha podido formar sobre el lugar mis- mo, vesículas protoplásmicas. Las experiencias emprendidas con objeto de obtener directamente la fecundacion entre el tubo polínico y el saco embrio- nario, anteriormente aislado del óvulo, han quedado hasta hoy sin resul- tado. Si pues la fecundacion puede tener lugar sin el concurso del pistilo, segun lo acabamos de demostrar en las experiencias anteriores, ¿cuál es el papel que este órgamo desempeña en la mencionada funcion fisiológica? Dos son las principales fases bajo las que se le puede considerar: prime- ro, como nutritivo, segundo, como protector. Como nutritivo, el estigma LA NATURALEZA 75 ofrece al grano polínico un suelo húmedo y aereado, donde se verifica su germinacion: este suelo es ácido y viscoso, y por esta razon es impropio al desarrollo de los infusorios y de los hongos, sirviendo á la vez tambien co- mo protector contra estos enemigos. Hay más, el mismo estigma obrando como un filtro, no deja pasar los granos polínicos de otras flores, previ- niendo así los desarrollos hibridos; la fecundacion no se puede verificar sino solo con pólen de plantas semejantes. México, Octubre 23 de 1873. VIAJE A LA CAVERNA DE CACAHUAMILPA. Daros PARA La GrEOLOGIA Y La FLora DE Los Esrabos be MoreLos Y GUERRERO, POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NÚMERO. En el viaje que acabo de hacer á la Gruta de Cacahuamalpa, he reco- gido algunos datos sobre la Geología y la Flora del camino recorrido desde esta capital hasta aquella localidad, cuyos datos voy á exponer en esta Me- moria, con el fin de contribuir, aunque en pequeño, á los adelantos de la historia natural de nuestro país. Al salir de México y hasta las inmediaciones de Tlalpam, el camino está ocupado por la formacion cuaternaria de aluvion que caracteriza al Valle de México: en esta formacion, como es sabido, dominan las margas, las tobas y las arcillas que alternan con bancos de arena y con capas de trípoli, cuya masa está constituida en su mayor parte, por los despojos silizosos de séres microscópicos. Al llegar á Tlalpam y hácia la region O. del camino, aso- man algunas masas basálticas de color negro azulado, que están relacionadas á las corrientes volcánicas del pedregal de San Angel. Siguiendo el camino 76 LA NATURALEZA hácia el rumbo de San Mateo Shalpa, se encuentran algunos arenales mo- dernos muy abundantes en hierro titánico, que provienen de las rocas ígneas de los cerros inmediatos. Estos arenales están colocados sobre las tobas blan- quizcas que vuelven á aparecer en la falda de la ceja montañosa que, vinien- do del Ajusco separa el Valle de México del de Cuernavaca. Al subir las vertientes septentrionales de esas montañas, comienzan á levantarse algunos grupos de rocas basálticas, hasta que apareciendo completamente libres de las tobas, se reunen y forman la masa general del cerro por donde pasa el camino que conduce á la capital del Estado de Morelos. Los basaltos se pre- sentan en bancos compactos, ó en corrientes escoriosas como las lavas co- munes, á las cuales se asocian en algunos puntos, como en las cercanías de Topilejo. La mayor parte de esas masas volcánicas contienen numerosas oquedades, producidas sin duda, por los gases que las acompañaron en la época de su aparicion. La elevacion del terreno va aumentando hasta las inmediaciones de El Guarda, donde obtuve la mayor altura (2508, 4) por medio de un aneroi- de que consultaba con bastante frecuencia. Despues de El Guarda descien- de ligeramente el terreno, y forma, con pocas variaciones, una especie de meseta de más de dos leguas de longitud, en la cual se han depositado gran- des masas de tierra vegetal y de tobas blanquecinas que forman un terreno muy fértil y á propósito para el desarrollo de las numerosas gramíneas que lo ocupan en su totalidad. Al pasar el pueblo de Huitzilac comienza un descenso rápido, en el cual vuelven á aparecer las masas basálticas que se habian ocultado bajo las ca- pas terrosas de la meseta referida. La formacion volcánica se pierde al con- cluir el descenso de la montaña, y á dos leguas de distancia de Cuernavaca se muestra de nuevo la formacion cuaternaria en sa más completo desarrollo como en el Valle de México. Siguiendo el camino carretero que conduce de Cuernavaca al pueblo de Tetecala, se observan las mismas rocas cuaternarias por espacio de cuatro leguas, y al llegar á la barranca de Colotepec aparecen algunos bancos dislocados de vacia gris y de pizarras arcillosas que recubren á las masas calcáreas que aparecen allí mismo y siguen formando todos los cerros que se ven en el camino de Cacahuamilpa. La caliza se presenta tam- bien en masas dislocadas de espesor variable; su color general es gris de hu- mo; la testura concoidea y su dureza llega en algunos bancos á 5 de la es- cala de 12: frotada con algun cuerpo duro, despide un olor sulfuroso bas- tante sensible. ln los valles que se hallan entre las montañas calcáreas, hay depósitos aluviales semejantes á los que he citado; pero entre los elementos que los forman se encuentran numerosos fragmentos calizos de diversos ta- TA NATURALEZA vis maños. Esta formacion calcárea constituye un sistema de montañas que se dirigen hácia diversos rumbos, y que, á juzgar por la figura de las que se perciben á lo léjos, puede creerse que dicha formacion ocupa un espacio muy dilatado. En una de estas montañas que está situada como á una legua de Cacahua- milpa, se halla la famosa caverna que visitó el señor Presidente de la Repú- blica, el dia 18 de Febrero de este año, acompañado de algunas personas entre las cuales tuve la honra de contarme. Vista esa montaña desde el camino que llevábamos, presenta una forma irregular, dirigiendo su extremidad anterior hácia el E. y encorvándose gra- dualmente el resto para el N. 0. En la cañada que se halla cerca del pié oriental del cerro, y á una diferen- cia de nivel de 300 piés próximamente de la boca de la caverna principal, se encuentran las bocas de otras dos por donde salen los rios llamados de Zacualpam y Tenancingo. La salida del primero está dirigida al N., y la del segundo al E. Sus aguas reunidas siguen este último rumbo y forman el rio Amacusac. El carácter de la vegetacion en esa hondonada, las estratifica- ciones onduladas de sus paredes, la presencia de los rios, etc., la hacen ver- daderamente pintoresca é indescribible. La boca de la oquedad, que llaman Gruta de Cacahuamilpa, y que aten- diendo á sus dimensiones y otras circunstancias, he designado con el nom- bre de caverna en algunos párrafos de esta Memoria, está situada en la re- gion oriental de la montaña que he citado, y dirigida próximamente al E. Su figura, aunque algo irregular, puede compararse á la de un semicírculo, á cuyo arco se le ha calculado una flecha de 41 piés, y una cuerda de 130. Como la visita que hice á esta caverna fué muy breve, no pude rectificar es- tas medidas ni tomar otros datos para hacer su descripcion detallada y com- pleta, por cuya circunstancia me limitaré á citar algunas observaciones que servirán para fundar las deducciones geológicas que haré más adelante. Al entrar á la caverna se baja un plano inclinado que termina en la base de lo que llaman Salon del Chivo, á causa de la semejanza, aunque imper- fecta, que presenta con ese rumiante una estalagmita que se encuentra há- cia la izquierda de la entrada. Situado el observador en este lugar, compren- de desde luego la magnificencia del espectáculo que le presenta la naturaleza en el seno de aquella montaña: en el fondo se percibe la oscuridad más com- pleta, asegurándose que el subterráneo se prolonga extensamente en aquel sentido: á los lados, y en algunos puntos centrales, se presentan las grandes y variadas masas de caliza estilaticia, con que las aguas filtradas por las hen- deduras de las rocas han decorado y decoran aún aquella vasta cavidad. A 78 LA NATURALEZA lo que llaman primer salon, le asignan una longitud de 229 piés y una la- titud de 130; pero las divisiones que han establecido los guías y algunos viajeros, son muy variables, y no deben tomarse en cuenta hasta que se ha- ga el estudio topográfico de la caverna. Algunos de los citados guías divi- den el espacio que recorrí, y que terminó en el lugar llamado Los Organos, en diez tramos diferentes; miéntras que otros forman ó señalan un número mayor de salones, sin fijarse ningunos en la figura y direccion de las oque- dades, sino en la forma más ó ménos totable de las estalagmitas que en- cuentran á su paso, y ú las cuales les dan un nombre particular que aplican á sus tramos convencionales. Basada su nomenclatura en esa circunstancia y en otras de igual clase, señalan al viajero los salones del Chivo, el Pedre- gal, el Panteon, los Organos, etc.; pero no están generalmente de acuerdo los clasificadores en los límites de esos espacios. La parte que visité de la caverna, terminó, como dije ántes, en el lugar llamado Los Organos, y que estará á 4 kilómetros de la entrada, pues aun- que el cordon que se extendió en el camino recorrido, tenia una longitud mayor que aquella, no podemos tomarla como una medida exacta, por las muchas sinuosidades é inclinaciones á que tuvo que acomodarse; y calculan- do la distancia por el tiempo empleado en recorrerla, juzgo que seria de una legua próximamente. El cañon general de la caverna, presenta diversas irregularidades en su forma, y variaciones en sus latitudes, rumbos y alturas. Las paredes están formadas por lechos inclinados diversamente de caliza compacta y metamor- foseada: en las bóvedas se puede ver mejor el desórden de los planos de es- tratificacion. Es de notarse que las rocas superiores no han podido sostener muchas estalactitas de grandes dimensiones, pues la mayor parte de las que se observan, no corresponden por su volúmen ni por su número á las esta- lagmitas que obstruyen el paso en varias direcciones. Pocas de esas masas, si se atiende al número de las últimas, se corresponden y tocan por sus ex- tremidades. El pavimento presenta en algunas partes una serie de rebordes ondulados de poca altura, y una infinidad de conereciones pequeñas, más ó ménos esfé- ricas, formadas tambien por las gotas de agua que se desprenden de las bó- vedas. A juzgar por la figura de los rebordes citados y por la de algunas de las estalactitas, tal vez más recientes, puede creerse que en las rocas que for- man el lecho, exista una gran cantidad de resquebrajaduras, tambien ondu- ladas, por las cuales se filtran las aguas que disuelven las masas calcáreas. En otras partes del pavimento se encuentran grandes masas acumuladas, que se han desprendido del techo, y cuyos rebordes afilados indican que su LA NATURALEZA 79 caida ha sido relativamente reciente. Algunos de esos cúmulos correspon- den á una especie de cúpula muy elevada. Por haber perdido los apuntes que hice sobre los rumbos del camino que recorrí, no me será posible eon- tinuar el estudio de la forma y direccion del cañon de la caverna, y por es- to, pasaré á hacer una mencion, aunque ligera, de su decoracion interior. Desde la entrada del subterráneo sorprende al espectador el número con- siderable y la diversidad de formas de las masas de caliza estilaticia que en- cuentra en todas direcciones. Las figuras que se presentan con más frecuen- cia, consisten en grandes cortinajes que, revistiendo las paredes ó apoyán- dose sobre algunas columnas, forman pliegues y ondulaciones tan suaves, que imitan perfectamente los mantos y cortinas de terciopelo con que se adorna el interior de los templos. Estos cortinajes forman graciosas combi- naciones con las masas cónicas, y constituyen grupos variados y fantásticos que imitan á los monumentos fúnebres de mejor gusto. Las masas aisladas presentan formas columnares ó de tronco de árbol, semejándose más prin- cipalmente á la estipa de las palmeras y de otras plantas endógenas. Cuando las columnas se reunen en series longitudinales, forman las figuras que lla- man Organos; bien porque las comparan con los brazos del Cereus, ó eon las flautas unidas del instrumento músico de aquel nombre. Hay otras masas que por estar colocadas en graderías de diversos tama- ños y por tener sus contornos muy desvanecidos, se designan con los nom- bres de fuentes y cascadas, y ciertamente que imitan á éstas con gran per- feccion. Muchas de esas masas presentan láminas cristalinas ó concreciones arri- ñonadas en forma de coliflor, de semiesferas, etc. Para describir minuciosamente la caverna de Cacahuamilpa, habria nece- sidad de permanecer en ella por algun tiempo. Como manifestó ántes, no pude observarla más que por algunas horas, y por esto no me fué posible hacer otra cosa, que admirarla y formarme una idea muy general de sus ca- ractéres. En este sentido solo podré manifestar, que la caverna mencionada, en la extension en que la visité, la considero como una gran concavidad de figu- ra irregular, cuyas paredes y techo están constituidos por masas estratifica- das y trastornadas de caliza compacta; que las aguas han establecido en ella su laboratorio de trasformacion y su taller de trabajo, cambiando la caliza compacta y opaca en caliza estilaticia y cristalina, agrupando las nuevas mo- léculas de diversas maneras, para formar las esbeltas y diversas figuras que admira el observador en todas direcciones. La caverna de Cacahuamilpa, ese monumento de la geología mexicana, NATURALEZA.—Tomo 1I.—12 80 LA NATURALEZA no está perfectamente conocida, pues se habla con mucha variedad respecto de su longitud: algunos guías dicen que despues del salon de los Organos no hay mas que pasillos angostos, y que muchos de ellos dan vuelta y con- ducen al salon de los Monumentos; otros, y en mayor número, aseguran que los salones continúan hácia adelante, y que aun se encuentra uno de los rios que salen al pié de la montaña. Sin poder comprobar ninguna de estas opiniones, yo presumo que la caverna principal ha tenido ó tiene aún co- municacion con las inferiores por donde pasan las corrientes de agua men- cionadas, y probablemente, tambien con algunas grietas que comunican con el exterior. Esta suposicion la apoyo sobre el hecho de encontrarse en muy buenas condiciones para la respiracion y la combustion, el aire del interior, lo que prueba que tiene corrientes que expeditan su circulacion. He visto al- gunos perros dentro de la caverna, que respiraban con facilidad y no mani- festaban ninguna molestia, cuyo hecho demuestra que no existen capas de ácido carbónico depositadas sobre el pavimento, como se observa en muchas de las grutas conocidas. La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, ha proyectado hace tiem- po, hacer un estudio perfecto de la caverna de Gacahuamilpa, y tengo noti- cia de que muy pronto realizará tan interesante proyecto. En mi humilde opinion, ese estudio debe comprender varias partes, que señalaré ligeramente. Se necesita el conocimiento topográfico de la montaña donde está la ca- verna y de algunas otras vecinas, con el fin de determinar sus direcciones y poder relacionar los fenómenos que afecten. Con igual fin se consultarán los estudios hechos en el vecino mineral de Taxco, buscando los principales agentes del levantamiento de sus montañas, las direcciones más comunes de sus vetas, etc. Se hará tambien un estudio topográfico de la caverna. Se practicará un estudio geológico de ésta y de las montañas citadas. Se harán, en fin, algunas observaciones meteorológicas para compararlas con las que se han determinado en algunas grutas que ya se han estudiado con perfeccion. Sabemos, en efecto, que en la mayor parte de esas oquedades, la tempe- ratura de su atmósfera es inferior á la del aire exterior, siendo generalmen- te la segunda, el doble de aquella. En algunos casos, las circunstancias lo- cales favorecen aun las temperaturas glaciales en todo el curso del año. Desgraciadamente para mí, las observaciones termométricas que hice en el interior de la caverna de Cacahuamilpa, corrieron igual suerte que las de los rumbos de que hablé ántes, y por tanto, no tuve ocasion de hacer las LA NATURALEZA 81 comparaciones citadas; pero recuerdo, que no obstante la fatiga que sentia al salir de aquel subterráneo, me molestó la temperatura, notablemente más elevada, del aire exterior. Despues de haber mencionado el carácter mineralógico y algunas otras particularidades de las montañas que se observan en todo el camino que re- corrí, voy á hacer su estudio geológico, con el fin de determinar las épocas relativas de su formacion y de los fenómenos que las han alterado. Clasificadas por su orígen las rocas que forman las montañas citadas y los valles intermedios, pueden distribuirse en los grupos de las rocas sedimenta- rias, ígneas y metamórficas. Al primero pertenecen las tobas, margas, arcillas, etc., de los terrenos de aluvion, así como la caliza estilaticia, aunque ésta se coloca mejor en el sub- grupo de las rocas de orígen químico. En otros puntos del Valle de México y en diversas y numerosas localida- des, he tenido ocasion de estudiar las formaciones aluviales que cité al prin- cipio. Es muy comun encontrar en nuestro país esos depósitos lacustres for- mados por los detritus de las rocas volcánicas que tanto abundan en México. Esos depósitos que se formaron sin duda en el período posterciario, que pre- cedió á la edad actual, están colocados sobre las masas metamórficas é ígneas que cierran las cuencas y limitan los valles, tanto en la mesa central como en otras regiones de la República. Su posicion relativa y los restos fósiles que contienen, determinan con bastante exactitud el período de su forma- cion, y que, como dije ántes, fué el posterciario ó último del tiempo ceno- zoico. Al hablar de estos valles de aluvion, es de notarse la diferencia tan notable de nivel que existe entre los de México y de Cuernavaca, que solo están separados por la cordillera del Ajusco. Probablemente que al cerco de montañas que tiene el primero, es debido ese resultado; pues además de haber contribuido con su levantamiento para formar una base elevada, en un principio han encerrado grandes depósitos de agua en el período posterciario; depósitos que han acumulado numerosos lechos detruíticos, á los cuales aun no se les encuentra el fondo, en las per- foraciones artesianas que se han hecho en las cercanías de esta capital y que se han llevado hasta la profundidad média de 200 metros. En cuanto á las estalactitas y estalagmitas, que, como dije ántes, pertenecen á las rocas de orígen químico, pueden haberse formado en épocas muy diversas, desde el periodo á que corresponde la formacion de la caverna hasta la edad actual, sin que su tamaño y espesor puedan darnos alguna idea sobre su antigúedad relativa, porque su crecimiento varía con la actividad de las filtraciones que las producen, con la ley salina de las mismas, con las cireunstancias meteo- 82 LA NATURALEZA rológicas á que están sujetas, etc. Basta dejar de ver por algun tiempo al- gunas de nuestras minas, abiertas en formaciones calcáreas, para encontrar- las despues inconocibles por los adornos que han adquirido durante su aban- dono. En las grutas mismas se ven esos cambios de decoracion en un corto espacio de tiempo. Buffon, que visitó y estudió las grutas de Arey, quedó admirado á los 19 años que volvió á verlas, de los cambios extraordinarios que habian sufrido. Es bastante curiosa la formacion de una estalactita: al principio, las primeras gotas de agua dejan un pequeño anillo calcáreo, al cual se sobreponen otros, hasta que se forma un tubito por donde sigue pa- sando el agua: cuando las paredes interiores de éste se han engrosado por la adicion de nuevas capas, la corriente se desliza por la superficie exterior, adquiere mayor velocidad, y el crecimiento de la estalactita se acelera. Al partir de ese período comienzan á formarse las ondulaciones y demas irregu- laridades que afectan cuando están suficientemente desarrolladas. Es muy comun encontrar en las estalactitas ese tubo primordial y las zonas ó capas cilíndricas que se le sobreponen; otras veces se encuentra algun objeto que ha servido de núcleo, y entónces el crecimiento es más rápido y compara- ble al que se nota en los frutos y otros cuerpos sólidos que se sumergen en las aguas calcáreas, y que en poco tiempo se revisten de capas de caliza es- tilaticia. A las rocas metamórficas debemos referir las pizarras arcillosas, la vácia y las masas calcáreas que comienzan á mostrarse en la barranca de Colote- pec y continúan hasta Cacahuamilpa y sus inmediaciones. Esas masas, que en un principio fueron tambien sedimentarias, se encuentran trastornadas y removidas en diversas direcciones por la accion de las rocas ígneas: el calor de éstas las hizo sufrir un principio de cristalizacion, que se hace notable en algunos bancos que han pasado al estado de caliza granuda. Para clasificar cronológicamente esas masas calcáreas, las revisé con bas- tante cuidado para ver si encontraba en ellas algunos restos fósiles que de- terminasen la época de su formacion. No habiendo encontrado al principio, y valiéndome solamente de los caractéres litológicos, que eran idénticos á las de otras masas que habia estudiado en varias localidades, las consideré como pertenecientes al tiempo mesozoico. Esta clasificacion la confirmé á pocos momentos con la presencia de algunas conchas de Nerinea que en- contré incrustadas en una roca que se halla en la cañada de Limontetla. A este hallazgo se sucedieron otros, pues en la cañada en que salen los dos rios de que hice mencion, encontré restos de Grifeas y de Cramias, y en las cercanías de la hacienda de Cocoyotla recogí otras conchas que parecen pertenecer á la Nerinea geroglífica, y algunas más de otra especie que en- LA NATURALEZA 83 contré en las montañas de la Sierra Gorda. En la caliza de Cocoyotla se ha- yan tambien algunos restos de Vermetus y de Hippurites. La presencia de la Nerinea geroglífica determina en Europa las formaciones jurásicas; pero los hippurites pertenecen al período cretáceo. El valor cronológico de este género, es tal vez más importante que el de la especie anterior. Ultimamen- te he visto otros hippurites traidos por mi amigo D. Juan Cuatáparo, quien los recogió en una formacion caliza de Yautepec, que pertenece tambien al Estado de Morelos y está relacionada y es idéntica á la de Cocoyotla. Esa mezcla de fósiles, que son tan abundantes en las formaciones jurásicas como las grifeas, cranias y nerineas, con los hippurites y algunos escalites y an- cicloceras que he encontrado en iguales circunstancias en la Sierra Gorda, me hacen considerar la caliza en cuestion, como perteneciente al fin del pe- ríodo jurásico y principio del cretáceo, pues participa, á mi juicio, de los ca- ractéres paleontológicos de ambos. Siempre que he tenido que mencionar en mis estudios sobre las rocas del país, la formacion calcárea de que me ocupo, he llamado la atencion sobre las vastas extensiones que ocupa, y á lo dicho anteriormente sobre el parti- cular, debo añadir las observaciones que hice en mi viaje á Cacahuamilpa. Las rocas mesozóicas de México, se encuentran, segun lo reconocido hasta hoy, en los Estados de Veracruz, Hidalgo, México, Morelos, Guerrero, Que- rétaro, San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes y Chihuahua. Las nume- rosas huellas que dejaron los mares mesozóicos en el lugar que hoy ocupa el territorio mexicano, nos manifiestan que el aspecto físico de éste, fué muy diferente en aquel tiempo geológico, del que nos presenta en la edad ac- tual. La mayor parte de las grutas conocidas en el antiguo continente, se en- cuentran en terrenos mesozóicos; en México puede asegurarse que éstos tie- nen la misma particularidad, pues no es la caverna de Cacahuamilpa el úni- co caso que podemos mencionar. En un estudio que publiqué sobre la geo- logía de Querétaro, en cuyo Estado encontré formaciones jurásicas y cretáceas como manifesté ántes, cité la gruta de los Tecolotes, las bóvedas de Santa Inés y los rezumaderos del Valle de Chavarría, que se hallan sobre la for- macion referida. Estos rezumaderos deben estar unidos entre sí por grandes galerías subterráneas, pues las corrientes que forman las aguas pluviales, desaparecen en ellos con mucha rapidez. Me han dado tambien noticia de las grutas siguientes que se encuentran en terrenos jurásicos y cretáceos, se- gun la opinion de las personas que me las han mencionado. Gruta de Zinacaltipan, en terreno calcáreo, distrito de Chicontepec, Esta- do de Veracruz. El Sr. D. Jesus Manzano me ha asegurado, que á inme- NATURALEZA.—Tomo HI.—13 84 LA NATURALEZA diaciones de la gruta hay algunos pozos naturales, por donde dicen que sa- len corrientes de aire. Gruta de Puente de Dios, en el Estado de Hidalgo. Gruta de Nejamay, en el propio Estado y en el distrito de Actopam. Los fósiles que se hallan en sus rocas, son los que he citado ántes, y de los cua- les conservo algunos ejemplares. Segun el mismo Sr. Manzano, esta gruta tendrá 100 metros de longitud, 100 de latitud y 30 de altura. Está adorna- da únicamente con estalagmitas. Caverna de los Ortiz, en el Estado de Colima; una de las más notables en el país, por sus dimensiones. Hay en su interior numerosas estalagmitas unidas á las estalactitas, principalmente en el salon que llaman de los Por- tales. El carácter más general que presenta esta caliza mesozóica en nuestro país, es el desórden de sus lechos: en cualquiera parte que se la examine, se ob- servan las huellas de los grandes movimientos y perturbaciones geológicas que sufrió despues de su formacion sedimentaria. Al buscar las causas que originaron esos trastornos, se encuentra desde luego la accion del fuego cen- tral de la tierra; pues los lechos calcáreos están bastante metamorfoseados, y los restos orgánicos que contienen, se hallan en tal estado de alteracion, que hace casi imposible su determinacion específica. Las masas eruptivas que produjeron esos efectos, pertenecen principalmen- te á los grupos traquítico y basáltico. En la Sierra Gorda y en otros lugares aparecen los diques y bancos de los pórfidos traquíticos, levantando las mon- tañas calizas y coronando su cúspide, con elegantes acantilados columnares. Los innumerables filones metalíferos que contienen esas montañas, prueban tambien los grandes y variados trastornos que han sufrido. La consideracion de estos hechos nos puede servir de base para establecer aleunas hipótesis sobre el orígen de la caverna de Cacahuamilpa y sobre la época geológica de su formacion. En efecto, cuando los lechos horizontales de caliza que habian depositado los mares, fueron invadidos por las masas eruptivas, perdieron su colocacion primitiva, y al plegarse y removerse en todos sentidos, se fracturaron y ampollaron en diversas direcciones. Más tar- de las eyecciones de materias metálicas rellenaron algunas de aquellas oque- dades y se formaron las vetas; pero otras de aquellas, que tal vez estaban aisladas y no comunicaban con las grietas de eyeccion, pudieron quedar va- cías y conservarse así hasta la actualidad. Las dimensiones y forma de esas oquedades han variado despues por la filtracion de las aguas, que lavando y disolviendo las superficies de las rocas, han formado corrientes subterráneas que pueden ejercer acciones erosivas y sedimentarias. LA NATURALEZA 85 Esta explicacion general de las oquedades que se hallan en nuestras for- maciones mesozóicas, puede aplicarse á la caverna que nos ocupa. No léjos de Cacahuamilpa he visto algunos crestones y otros accidentes que demues- tran la formacion de oquedades y su ocupacion posterior por otras materias minerales. El hecho de existir en Taxco y en otros lugares vecinos, nume- rosos filones metalíferos, no deja duda respecto de la generalidad de los fe- nómenos dinámicos y eyectantes en aquellos lugares, y por consiguiente, bien puede admitirse, que en la montaña en que está la caverna se produje- ron esas grietas, que no fueron todas ocupadas por las materias que vinieron más tarde á formar los crestones referidos. Esta hipótesis, para el orígen de la caverna de Cacahuamilpa, creo que nada tiene de arbitraria, si atendemos á la igualdad de caractéres de las rocas de la montaña en que se encuentra, con otras de la misma época, en que se ven claramente los fenómenos que afectan, y á los cuales puede referirse la formacion de la grieta que dió orí- gen á la citada caverna. Como dije ántes, los principales agentes del levantamiento de nuestras montañas mesozóicas, fueron los pórfidos traquíticos. Estas rocas hicieron su primera aparicion en el tiempo cenozóico, tanto en América como en el antiguo continente; en nuestro país se encuentran generalmente aplicadas sobre los terrenos cretáceos, y cubiertas por los aluviones posterciarios, por cuya circunstancia debemos referirlas al terciario ó primer período del tiem- po cenozóico. Admitida esta cronología, y tomando á esas mismas rocas co- mo los agentes del levantamiento de la caliza mesozóica, debemos suponer, con bastante fundamento, que la caverna se formó en el periodo terciario. Si bien en el camino que recorrimos no encontramos otras masas erupti- vas que los basaltos de las cordilleras del Ajusco, no por eso debemos negar la existencia de los pórfidos traquíticos en las cercanías de Cacabuamilpa, porque en los aluviones vecinos observé grandes blocs de esa roca, que por su figura, puede creerse que no han rodado por largas distancias, y que su orígen no está muy lejano del lugar en que hoy se encuentran. Aunque no habia necesidad de buscar esas masas eruptivas aplicadas inmediatamente en el lugar mismo donde se encuentran sus efectos, porque éstos se reconocen tambien á grandes distancias del lugar en que se presentan aquellos, he he- cho esas explicaciones para alejar las dudas que pudieran ocurrir á algunos observadores sobre el mismo asunto. Debo advertir, por otra parte, que al- gunas personas que conocen perfectamente el mineral de Taxco, me han asegurado haber visto allí grandes masas de pórfido, principalmente en el cerro del Huitzteco. Por el hecho de pasar dos rios por la masa de la montaña en que se en- 86 LA NATURALEZA cuentra la caverna, han creido algunas personas que el orígen de ésta era debido al paso de una corriente de agua. Esta hipótesis, poco satisfactoria, se destruye, si se atiende á la naturaleza de las rocas que forman la montaña, pues no se podria explicar de qué manera habia obrado el agua para produ- cir aquella oquedad en una masa tan dura y en la direccion en que se en- cuentra. En rocas sueltas, y aun en otras de alguna consistencia, se produ- cen excavaciones, pero no del carácter del subterráneo que nos ocupa, y para formarse aquellas, se han necesitado circunstancias especiales que no podriamos encontrar en Cacahuamilpa. Si la caverna ha estado ocupada despues de su formacion por grandes de- pósitos de agua, se averiguará cuando se examinen cuidadosamente sus pa- redes, y las capas que forman su lecho, haciendo las excavaciones necesarias en estas últimas. En una observacion rápida como la que yo hice, solo pueden notarse los efectos erosivos é incrustantes de las aguas filtradas. En resúmen; mi opinion sobre el orígen de aquella caverna, se reduce á suponer que en el período terciario y por efecto de los pórfidos traquíticos, se produjeron una ó varias oquedades, que por la accion de las aguas per- dieron su forma y dimensiones primitivas, para formar el subterráneo que hoy se llama Gruta de Cacahuamilpa. Las observaciones detalladas que se hagan posteriormente, resolverán con más fundamento el problema indi- cado. * En cuanto á los basaltos que vimos en nuestro viaje, creo que pertenecen á dos épocas diferentes de erupcion. Los más compactos, que forman la ma- sa principal de la cordillera del Ajusco, los he visto colucados debajo de las tobas posterciarias, sin que las capas de éstas estén removidas, cuya circuns- tancia indica la prioridad de aquellos en el órden de formacion; pero las la- vas basálticas del pedregal de San Angel, que están relacionadas á las que asoman en las cercanías de Tlalpam, las he visto en el rio de Tizapan exten- didas sobre las mismas tobas, probando así, que son más modernas que es- tas últimas. En la misma cordillera del Ajusco he observado esos basaltos es- 1 Despues de escrito lo anterior, hablé con el señor ingeniero D. Teodoro Laguerenne, que ha dirigido algunas negociaciones mineras en Taxco, y me ha dado la siguiente noticia, que apoya mis citadas opiniones: “La formacion calcárea en que está la Gruta de Cacahuamilpa, es de bas- tante extension y presenta muchas abras y resquebrajaduras de varias dimensiones. Muchas de ellas están comunicadas y facilitan el paso á las corrientes que forman las aguas pluviales. Es de citarse la desaparicion del agua que utilizaban en las haciendas de beneficio, que se hallan en la cañada de Atlistac, cuya desaparicion tuvo lugar la noche del 18 de Febrero de 1802, y dos dias despues, apareció un nuevo manantial al $. del pueblo del Platanillo, cuyo hecho prueba la existencia de las comunicaciones subterráneas ántes citadas. El levantamiento de aquellas mon- tañas calcáreas puede atribuirse á las rocas porfídicas, cuyo centro de erupcion fué probablemen- te el cerro de Huitzteco, que está 4 20 kil. de Cacahuamilpa.” LA NATURALEZA 87 coriosos y algunas lavas rojizas de la época actual. No es extraño en los ter- renos volcánicos, y sí muy comun, el encontrar las huellas de erupciones sucesivas y de diversas épocas. La cronología de las rocas que he citado, puede establecerse de la mane- ra siguiente: Primer grupo.—Vácia gris, pizarras arcillosas y caliza compacta, que cor- responden al tiempo mesozóico. Segundo idem.—Depósitos aluviales del tiempo cenozóico. Tercero idem.—Masas ígneas, correspondientes algunas de ellas á ese mismo tiempo y otras á la edad actual. Con el fin de señalar el órden de superposicion de esas rocas, he construi- do un corte geológico, en el cual he hecho abstraccion de algunos terre- nos de aluvion superficiales, para dejar descubiertas las rocas que constitu- yen la masa principal de las formaciones citadas. Despues de haber hecho esta reseña geológica, paso á ocuparme de los datos que recogí sobre la Flora de las localidades referidas. El movimiento casi continuo de la aguja del aneroide que observaba, me hizo llamar la atencion sobre los diferentes y bruscos cambios de altura del terreno por donde pasábamos, y esta circunstancia me indicó la idea de ob- servar el carácter de la vegetacion de tan variadas altitudes. Al comenzar á subir la falda de la cordillera basáltica que he citado, y en los lugares en que se habia aglomerado la tierra arcillosa, procedente de la alteracion de las rocas de la parte superior de la montaña, se encuentran co- mo tipos característicos, algunas plantas de la familia de las Compuestas y del género Senecio, que desaparecen cuando las pendientes se hacen más rápidas. Al llegar á una altura de 8,900 piés sobre el nivel del mar, apare- cen las coniferas, anunciándose por algunos cupressus aislados que son sus- tituidos por los abres que pueblan el resto de la montaña, hasta la mitad de la pendiente que toca el valle de Cuernavaca. En las vertientes australes de la cordillera, se mezclan á las coníferas los quercus, algunas Sapindáceas del género Dodonira y los arbutus de las Ericaceas, en cuyos ramos se mecen los capullos blanquísimos y sedosos de la Eucheira socialis. Al llegar al valle de Cuernavaca, desaparecen completamente los abies, y se presentan las familias y géneros que caracterizan los climas calientes. Entre las primeras recuerdo las Mirtáceas, Leguminosas, Anonáceas, Te- rebintáceas, Bignoniáceas, Bombáceas y Convolvuláceas. NATURALEZA.—Tomo MI, —14 88 LA NATURALEZA Como tipo de las Mirtáceas debemos citar el guayabo (Psidium pommiferum) que se encuentra en las cañadas cercanas á Cuernavaca. Las Leguminosas tienen numerosos representantes de las tribus de las Mimóseas y Cesalpi- neas. Una de las más bellas especies que ví de esa familia, es la Poincia- na pulcherrima ó árbol de tabachin, que abunda en la hondonada en que salen los rios de Zacualpam y Tenancingo. Sobre el tronco espinoso y ceni- ciento del tabachin, se ostentan sus ramos adornados de magníficas hojas bipinadas, y sus racimos de flores veteadas de rojo y amarillo. Se encuen- tra tambien con frecuencia, la Mimosa unguis cati, ó huamuchal, la aca- cia fetida, y otras especies espinosas. Las Anonáceas están representadas por la Anona indica, y las Terebintáceas, por varios individuos del género Amyris. En la cascada de San Anton, á inmediaciones de Cuernavaca, hay unos árboles, desprovistos actualmente de hojas, pero adornados de bellísimas flores rojas ó blancas, que les dan un aspecto raro y elegante. Esas flores, que se llaman Cabellos de Angel, 6 Clavellinas, tienen una longitud de cuatro ó cinco pulgadas. Su cáliz es carnoso y cupuliforme; la corola, de cinco pétalos alargados y flexibles; los estambres, que constituyen su mayor belleza, son muy numerosos y alargados, y forman una especie de mota elegantísima. Por esta cireunstancia llamaban los indígenas Xilotlxochitl á las clavellinas, comparando sin duda sus estambres á los estilos alargados del jalote. Al hacer la clasificacion de esa planta, pude reconocer desde lue- go que pertenecia á la familia de las Bombáceas; pero al determinar el gé- nero, ví que habia necesidad de examinar los frutos, que yo no poseía, pues de la existencia ó falta de pelos lanosos en su interior, depende la diferencia entre los géneros Bombazx y Pachira; pero atendiendo á otros caractéres secundarios, creo que la clavellina roja es la Pachira fastuosa, y la blanca la Pachira insigmis de Swartz. Al lado de estas plantas se presenta el Bombaz ceiba, extendiéndose, co- mo aquellas, hasta los cerros de Cacahuamilpa. El conjunto de géneros y especies que acabo de citar, me recordó la ve- getacion característica de Ameca de Jalisco, mi pueblo natal, y solo me fal- taba la presencia de la Bignonia biminalis para completar el cuadro que buscaba. Esta preciosa planta no se hizo esperar por mucho tiempo, pues en el rio de Colotepec y en las inmediaciones de Miacatlan, encontré diver- sos ejemplares tan bien desarrollados como los que he visto en Jalisco. La bignonia biminalis es un hermoso árbol, de hojas verticiladas, alargadas y de color verde claro; sus ramos están terminados por bellísimas panojas de flores amarillas. Estas bignonias las he citado otra vez como características LA NATURALEZA 89 de los climas calientes y de los terrenos modernos de aluvion que se hallan cercanos á las corrientes de agua. En el Estado de Morelos he confirmado este hecho, que habia observado en Jalisco. Creo de alguna importancia para nuestra Flora y nuestra Climatología, hacer notar la identidad completa de vegetacion entre dos localidades tan lejanas. Los tipos más constantes y característicos desde Cuernavaca hasta Caca- huamilpa, son dos plantas de la familia de las Convolvuláceas. Una de ellas, que se conoce con el nombre de Casahuate, es la Ipomaa murocordes de Rem. Esta especie, es un árbol que adquiere hasta cinco metros de altura, sus ramos están terminados por elegantes panojas de flores blancas, de for- ma campanulada, y de dos á tres pulgadas de longitud. La otra convolvulácea de que hice mencion, es un arbusto trepador que por no estar aún especificado, como lo demostraré más adelante, voy á ha- cer su descripcion completa. Tallo verrugoso, destrovoluble, leñoso, lechoso, pubescente, de color gris, ligeramente rosado y listado de verde en las extremidades. Hojas al- ternas, peciolos alargados, la figura más general del limbo es cordiforme y acuminada. Inflorescencia en racimos axilares. Pedúnculos angulosos de color verde claro más ó ménos rosado, flexibles, largos; el mayor que he medido tenia 0,7130 de longitud, son multífloros; en algunos he contado hasta cuarenta y ocho flores. Pedunculillos articulados, la primera parte de 0,7005 á,0m007; de la articulacion á la base del cáliz, 0,2005 de longitud. En cada articulacion hay tres brácteas desiguales; dos muy pequeñas de 0,7 0015 de longitud, herbáceas y acuminadas. Una de estas recubre un peque- ño boton que rarísima vez se desarrolla, pues muere generalmente del tamaño de la bráctea. La tercera es arriñonada, ligeramente mucronada, algunas ve- ces parece cordiforme. Su color es verde rosado en un principio, y va cam- biando despues, pasando por varios rojos hasta quedar amoratada; al fin es co- riácea, y sus nervaduras aparecen muy pronunciadas, principalmente si se ve dicha bráctea por trasparencia. Sus dimensiones médias, cuando se abre la flor, llegan á 0,7043 de anchura y 0,023 de longitud. Cáliz, 5-sépalo de 0,7007 de longitud, de prefoliacion quinconcial; sépalos desiguales, aovado- agudos y herbáceos. Corola hipogínea de color rojo purpurino, tubulosa, 5-dentada, de prefoliacion torcida; su longitud média es de 0,7045. Es- tambres en número de cinco, desiguales y exertos; filamentos aplanados y pelosos en su base: anteras sagitadas; basifijas y biloculares. Ovario libre, cónico bilocular y 4-ovulado; está rodeado de cinco masas glandulosas de co- lor blanco amarillento; estilo apicilar, cilíndrico, alargado y terminado por 90 LA NATURALEZA un estigma bilobulado. Fruto capsular, y en todos los ejemplares que he visto hasta ahora, solo tienen un grano desarrollado y otro atrofiado en ca- da lóculo. Cotiledones foliáceos y plegados. Como se ve, esta planta pertenece á la familia de las Convolvuláceas, por ser monopétala hipogínea, de corola regular, con cinco estambres, ovario bilocular y cotiledones foliáceos y plegados. De las cuatro tribus en que está dividida esta familia, debemos colocarla en la segunda, por tener los carpelos unidos en un solo ovario y el pericarpio capsular; y á la segunda division de ésta, por ser su ovario bilocular, y al género Exogonúum por la figura de su corola y por estar exertos sus estambres. De las siete especies que describe De Candolle, solamente el Exogonium racemosum y el Exo- gontum spicatum se parecen por algunos caractéres á la especie que des- cribo; pero las diferencias que se encuentran respecto de éstas son bastante sensibles para tomarse en consideracion. Difiere de la primera por el nú- mero de flores que tienen los pedúnculos, pues el E. racemosum solo tiene de 344, y en la que me ocupa he contado hasta 48 como lo indiqué ántes. Las brácteas de ésta son cordiformes ó.reniformes y mucronadas y no ovado- elípticas como las de aquella, ni se encuentran algunas veces aproximadas á la flor como sucede en la misma, sino siempre colocadas en la articulacion de los pedúnculos secundarios. Difieren tambien ambas especies por la forma de los sépalos, pues en el £. racemosum son ovado-elípticas como las brácteas, y no ovado-agudos como en la otra. Con el E. spicatum tiene de comun la especie á que me refiero la forma de las hojas y de las brácteas; pero se distinguen fácilmente por la forma de la inflorescencia y por ser unifloreos los pedunculillos en aquella. No puede confundirse con las cinco especies restantes por los caractéres del tallo, de las hojas y de la inflorescencia. En consecuencia, el Exogoníum que en- contré en el Estado de Morelos, es, á mi juicio, una especie nueva, ó no descrita, que propongo se designe en tal caso con el nombre de Exogonium Olive en recuerdo del sabio naturalista jalisciense D. Leonardo Oliva, que falleeió en Guadalajara el año de 1872. El Exogonium Olive se encuentra con frecuencia desde las cercanías de Cuernavaca, á una altura de 1997 mts. sobre el nivel del mar hasta la montaña de Cacahuamilpa al S. de aquella ciudad; sus preciosos racimos, adornados de brácteas rojas, contrastan graciosamente con el follaje de las vigorosas plantas de aquel clima cálido que le sirven de apoyo. He consultado el establecimiento de esta nueva especie á los distinguidos bo- tánicos mexicanos D. José Barragan y D. Manuel Villada, quienes me han ayu- dado muy eficazmente en mi estudio, y ambos opinaron por la afirmativa 91 Me complazco, pues, en añadir un nombre más en la riquísima Flora de nuestra República. a Para fijar mejor las ideas respecto de la distribucion geográfica de las plantas que he citado, así como de algunas de las causas que más influyen en su estacion, inserto el siguiente cuadro que contiene el resúmen de las ob- servaciones que hice sobre el particular. TA NATURALEZA CUADRO DEL RESUMEN DE OBSERVACIONES. ESTACIONES PLANTAS CARACTERISTICAS vai emass | Morasdelas — | Fechas de las 2 . z 3 E A. sobre el nivel en grados e 5 dela | centígrados. observaciones. MISmas. | Tlalpam . ....| Compuestas gen. SeneciO. ....... 2276 m. 2387 S de la mañan. | 15 Feb. 1874. SIMAO al 1ACIOS Id es oa doedeid hs IS 2283 m. 27. 5 9% de idem. A Topilejo. ..... Coniferas (cupressus, abies) ...... 2486 m. 27.5 10% de idem. o AS El Guarda. .... Idem, idem, Gramíneas. ........ 2508 m. 7| 27.5 |12l de idem. Pi Cruz del Marqués. | Idem, idem, ideM. ........... 2507 m.2| 27.5 2 dela.tarde. 21 > 0 Huitzilac . .... Coniferas, quercus, arbutus y donone. |2486 m. 31.2 4 de idem. O Santa María... .| Psidium pom. Amyris, Y. muricoides. P. fastuosa, A. indica, E. Olive. . . [1997 m.2| 31.2 51 de idem. e E Cuernavaca. . ..| Idem, idem, idém............ 1647 m. Py) S delamañan. | 16, ,, 'TemIscO: +. .%... Idem, idem, ficus, M. unguiscati, y cir- cai RANA 1382 m. 31.2 (10 de idem. CS Barranca de Colo- (Da Bignonia biminalis, Solanum cornutum. | 1215 m. 31. 2 10 de idem. AA Hacienda de Mia- cal Idem 1192 m. 7| 30. 2 ¿de la tarde. 119: 5 30, Tetecalas ato a Idem, idem amyris, spondias ..... 1169 m. 71 32.2 3 de idem. 1d e le AS 33 5 OLEO to 1169 m. 7| 30.3 7 de la noche. | 19 ,, ,, Coatlan ...... Idem, idem, salix, populus. ....... 1410 m.8| 32,2 55 de la tarde. [17 ,, ,, Plan de dos Rios.| Idem, idem, Poinciana pulcherrima. .[|1131 m. 3| 32.2 9 delamañan. [18 ,, ,, Boca de la Caver- A. € Idem, ficus, bombax...........|1410m.8| 32.2 | 10! de idem. E Las alturas fueron calculadas, como advertí ántes, por medio de un ane- roide pequeño y compensado. La altura que me dió en México el dia de la partida, (15 de Febrero) y álas seis de la mañana, fué de 2269 metros, nú- mero que no difiere mucho de los que se han determinado por medios más exactos. La observacion la hice en la esquina E. de la calle de Cadena en esta capital. He llegado al fin de mi trabajo, que adolecerá sin duda de muchas imperfec- 92 LA NATURALEZA ciones, tanto por mi falta de conocimientos como por la brevedad del tiempo en que hice mis observaciones, las que, me he resuelto á escribir, como anuncié al principio, con el fin de cooperar al adelanto de la Historia Natu- ral de México. Marzo 10 de 1874. DAA DESORIPCION DEL MINERAL BISMUTIFERO DE SAN LUIS POTOSI, DESCUBIERTO POR EL SR. D. FLORENCIO CABRERA, QUE RESULTA SER UN HYDROCARBONATO DE OXIDO DE BISMUTO O LA BISMUTITA DE LOS MINERALOGISTAS, SEGUN NUESTRA CLASIFICACION A LA VISTA DE LOS EJEMPLARES REMITIDOS POR EL MISMO SEÑOR AL MUSEO NACIONAL Y MINERIA, POR EL SR. D. ANTONIO DEL CASTILLO, SOCIO DE NUMERO. Se presenta en las combinaciones de las formas siguientes, que pertene- cen al sistema orthorómbico: p 1.2 Pirámides rombales, con las caras de la base, ó truncados los vértices: 2.2 Pirámides rectangulares, que resultan de la combinacion de los do- mas macro y braquidiagonales: 3.2 Las mismas pirámides con la cara de la base, ó tablas rectangulares biseladas las aristas de la base, Estas formas cristalinas son de caras ásperas, formando agrupamientos por las bases, ú otros indeterminados. Las tablas forman celdillas. Los cris- tales están sueltos ó embutidos en la masa del pórfido cuarcifero del criade- ro. Tambien se encuentra en conereciones globosas, arrinonadas, en granos, en costras y pulverulento. Los cristales son pequeños y medianos, hasta de 8 milimetros del lado de la base. No se prestan á la medicion de ángulos, por lo áspero de las caras; pero su textura es hojosa perfecta, siendo el crucero paralelo á la ba- se de la pirámide: por este carácter me parecen no ser formas pseudo=mór- ficas. (Para el Sr. Frenzel las formas son aparentemente pseudo=mórfosís del Espato pesado). Hasta ahora no se habia encontrado cristalizado. Tienen lustre de nácar en la textura hojosa; y el de las figuras concrecionadas es de cera á vidrio; y mate el terroso. Su color es blanco amarillento que pasa á LA NATURALEZA 93 amarillo de cera, y pajizo; á veces teñidas de rojo, por la arcilla del pórfido rojo que las acompaña. Los cristales de textura hojosa tienen una dureza de 4 á 5, y dan raspa- dura blanca. Es quebradizo: su peso especifico es de 7,52. Segun el Sr, Rammelsberg tiene el de la Carolina del Sur 7,67: y 6,86-6.909, el de Eu- ropa, segun Breithaupt. Hace efervescencia con los ácidos. La solucion ciorhydrica toma luego un hermoso color amarillo subido. Da agua en el matracito calentado á la lámpara de alcohol. Al soplete tiene una fusibilidad de 1. Se funde en escoria amarillenta con pegadura amarilla parduzca; y conti- nuando el soplo á la llama de reduccion, se obtienen globulitos metálicos y quebradizos. En el ““Neues Jahrbuch der Mineralogie von Leonhard und Geinitz,” de 1874, entrega 8.*, pág. 801, el Sr. Frenzel de Freiberg publicó un análisis, dando la composicion siguiente en 100 partes: Oxido de bismuto. . . .% .. 90,10 Acido carbónico: 3. 7200 CIO Uli a e a 027 A PM MS lo e 1,80 Residuos e o 0,30 99,47 Los análisis que trae el Sr. Dana en la última edicion de su System of Mineralogy, en la descripcion de esta especie, pág. 716, practicados por los Sres. Rammelsberg y Genth, con ejemplares de la Carolina del Sur, son los siguientes: Gr Bla. A 1.* Distrito de Chesterfield 6.56. 90.00. 3.44=100 Ramm. A 5 7.04. 89.05. 3.91=100 Genth. AAA sf 7.30. 87.67. 5.03=100 Genth. Como se ve, estos últimos análisis solo difieren del primero en la cantidad de agua y un cuarto por ciento de ácido sulfúrico, que da el del Sr. Frenzel; berg, solo habria una variacion en la proporcion de átomos de agua que no hace una variacion esencial en la fórmula. El Sr. Cabrera en tres análisis di- ferentes sacó: 4,43; 4,06; y 4,76 de agua; lo que da un término medio de 4,42, y una proporcion atómica de H.* 94 LA NATURALEZA Observaciones. —El hydrocarbonato de óxido de bismuto de San Luis, se cria, como el óxido de estaño arriñonado, en pórfidos, y se encuentra mez- clado en pequeñas cantidades con él. Por esta circunstancia las muestras de bismuto metálico obtenidas de este mineral por el Sr. Cabrera contienen una pequeña cantidad de estaño que le quita el tinte rojizo del color propio del bismuto metálico. Además, el Sr. Frenzel observó que los fragmentos del mineral procedentes de México, que examinó, iban mezclados de hojillas blancas, y muy dúctiles, las que, tratadas al soplete, resultaron ser de esta- ño puro. El hallazgo ó descubrimiento en México de esta especie mineral, se de- be á nuestro socio de San Luis, el Sr. D. Florencio Cabrera, aun cuando sus investigaciones y análisis lo hayan conducido á otros resultados diferen- tes de los expuestos aquí; por constar que él fué el primero que reconoció el bismuto metálico extraido de esta especie mineral. Por este trabajo, publicado en Agosto del año pasado, y por los ejempla- res que nos remitió, sabemos que se encuentra á pelo de tierra envuelto en la tierra vegetal (seguramente por acarreo); en bolsas, en las excavaciones de las minas, acompañado de arcillas, de bol, litomargas kaolin y ocres, mezclados con cristalitos de cuarzo, de topacio y riñoncitos de óxido de es- taño: y en las abras de un pórtido rojo en el que se halla tambien embu- tido y diseminado en masas y cristales. El mismo pórfido contiene en sus rajas costras ó concreciones concéntri- cas amarillentas de óxido de estaño ó casiterita. Las minas están situadas tres leguas al Oeste de San Luis, en unos cer- ros de 100 metros de altura sobre el nivel de la ciudad, en las cercanías del Santuario del Desierto; y sobre las Mesas de Buenavista y la Cruz. La sier- ra de que forman parte dichos cerros, contienen muchas catas que se han abierto por los pepenadores de estaño arriñonado. Desgraciadamente la produccion de estos criaderos superficiales ha sido escasa, y segun nuestros informes, la casa de los Sres. Gutheil y C.* de esta ciudad, mandó á Alemania 5000 libras. La libra de metal, puesta allá, sale á 50 centavos; y el metal puro se paga á 2 pesos 50 centavos la libra. Parece que las minas están ya agotadas, y no se trabajan. El mineral que analizó el Sr. Frenzel lo tomó, segun me comunica el Sr. Burkart, á quien debo la noticia del análisis ántes citado, de unas 54 libras procedentes de México, que una casa de Hamburgo compró. México, Julio 16 de 1874. LA NATURALEZA 95 LA PEGA-=ROPA AMARILLA POR EL SEÑOR DON MANUEL F. DEJAUREGULI. Esta planta pertenece á la familia de las Loasaceas, familia de plantas fa= nerógamas indígenas: al género Mentzelia de Lineo, y es la Mentzelia his- pida de Will. Tiene los caractéres siguientes: Planta herbácea; tallo cilíndrico de color verde amarilloso, con un corto número de ramos, rudos al tacto: crece á un metro de altura: hojas alter- nas, ovado-lanceoladas y dentadas, las inferiores más grandes que las supe- riores, y éstas casi sentadas, de color verde oscuro, más claro en la parte inferior: las nervaduras de color blanquizco. Las flores se hallan en las ex- tremidades de los ramos y son regulares: cáliz de cinco sépalos, agudos, li- sos por su cara interna: corola de cinco pétalos obtusos, lisos y acuminados, de color amarillo de oro é insertos en un disco anular, alternos con los sé- palos del cáliz: cuarenta y dos estambres, diez esternos más desarrollados que treinta y dos internos, insertos en el disco de la corola: anteras bilocu- lares: ovario ínfero, carnoso, pluriovulado: estilo filiforme: estigma de tres divisiones lineares: el fruto es una caja triangular, coronada por el cáliz persistente: granos dispuestos de tres en tres y adheridos á tres placentas, ásperos á consecuencia de muchas estrías que tienen en su superficie. Los tallos, las hojas y el cáliz por su parte externa, están cubiertos de un sin nú= mero de pelos largos vueltos hácia abajo: los ovarios y frutos tienen tambien pelos rígidos, pero de una forma particular; examinados con una lente son unos cónos con algunos puntos brillantes. Al microscopio, se advierte que los puntos brillantes son otros tantos cónos cuyo vértice está volteado hácia uno de los lados. Por la disposicion de estos pelos, la planta, y principal- mente los ovarios, se adhieren á los géneros, y tal vez por este carácter ha recibido el nombre de Pega-ropa. Las raíces afectan muchas formas; la que parece predominar es la cónica alargada, ramificándose por su base ó lateralmente. Su color es amarillo sucio al exterior, con algunas cicatrices, debidas á otras tantas raicesillas que han desaparecido: es muy carnosa; haciendo un corte trasversal se presentan dos zonas muy bien marcadas, una que está inmediata á la corteza es de color más subido relativamente; la otra, que forma el resto de la raíz, es blanca, NAT URALEZA.—Tomo 111,15 96 LA NATURALEZA compuesta de un tejido celular muy compacto: su olor cuando está fresca es nulo, lo que no sucede cuando está seca y en polvo: la zona que está in- mediata á la corteza es amarga, miéntras que la central casi no tiene sabor. Esta planta se halla en los alrededores de México. Los indígenas la usan co- mo purgante, y su nombre en mexicano es Zazale. He analizado esta raíz, cuyos resultados son: Resina, Materia grasa, Goma, Azúcar, Almidon, Sales, Extracto acuoso. La resina es ácida, de color moreno oscuro, olor apénas sensible, de sa- bor amargo, soluble en los álcalis cáusticos ó subcarbonatados; neutralizan- do el álcali que tiene en solucion la resina, ésta se precipita con un color blanco: si se deja secar poco á poco, toma su color primitivo. La he obte- nido dejando macerar el polvo de la raiz en alcohol á 40%, concentrando el vehículo y precipitándolo por el agua. Contiene 11 por 100. El agua que sirvió para la extraccion de la resina, fué concentrada y aban- donada á sí mísma; poco despues abandonó unos cristales cúbicos muy bri- llantes. Me pareció ser un principio inmediato: fué necesario hacer la expe- riencia en mayor escala; y sometida la sustancia cristalina y el agua madre á la accion de los reactivos, éstos me dieron á conocer en los eristalitos clo- ruro de potasio. El agua madre tiene un sabor dulzacho: contiene azúcar ineristalizable. La fécula la he extraido por los procedimientos ordinarios: es muy blanca; puesta al microscopio, se ven los gránulos redondos, lige- ramente ovoides: contiene la raíz bastante. La goma la extraje por mace- racion de la raíz en el agua, á la temperatura ordinaria y precipitándola por el alcohol concentrado. Por el éter he obtenido una materia grasa, de color amarillo, del olor de la raíz, insoluble en el agua y en el alcohol. Creo que el principio activo es la resina: á un perro de pequeña talla, que se habia alimentado con pan y leche el dia anterior, se le dieron 0,30 de re- sina envuelta en un pedazo de carne: á las pocas horas tuvo una excrecion morena de consistencia sólida: poco despues vinieron otras dos exereciones líquidas. En este intermedio, el animal estuvo muy inquieto, ladraba, y se revolcó repetidas veces. Ninguna otra experiencia fisiológica, se ha hecho con las raíces de la Pega- ropa, y no puedo dar mi opinion sobre su empleo terapéutico; pero á juz- gar por los datos de los indígenas, si producen dolores intestinales, son so- portables, = L.A NATURALEZA 97 ANALISIS DE LA CENIZA DE LOS ORGANOS LUMINOSOS DE LOS CUCUYOS POR EL SEÑOR DOCTOR CARLOS HEINEMANN, * SOCIO CORRESPONSAL EN VERACRUZ, La imperfeccion de nuestros conocimientos sobre la composicion química de los órganos luminosos de los Lampirideos, y sobre la facultad que po- seen, ha consistido principalmente en la pequeñez de los objetos que estu- vieron al alcance de los investigadores europeos. Dan más probabilidad de averiguar algo sobre estas cuestiones interesantes, los cucuyos americanos, en atencion al notable tamaño de algunos de ellos. Siento no poder ofrecer por ahora más que un principio para nuevos tra- bajos, es decir, una análisis de la ceniza de los órganos luminosos, que ya he descrito en un artículo poco ha reproducido en este periódico. Por falta de aparatos, he tenido que limitarme solo á una análisis cua- litativa. Los órganos luminosos ventrales de ciento ochenta y seis cucuyos, cuida- dosamente preparados, y colocados despues en un crisol de porcelana, fue- ron reducidos á carbon por medio del fuego lento de una lámpara de Ber- zelius. El carbon fué tratado con agua hirviendo y su resíduo insoluble, conver- tido posteriormente en ceniza, lo cual se logró muy bien, exceptuando una insignificante porcion de él. El extracto acuoso tenia una reaccion ligeramente alcalina, y desprendió con el ácido clorohídrico unas cuantas burbujas de un gas cuya naturaleza (probablemente ácido carbónico), no pudo averiguarse, por su pequeña cantidad. ; La continuacion del exámen químico demostró la existencia de rastros de cloro y de cantidades relativamente grandes de potasa y de ácido fosfórico. La parte de ceniza insoluble en el agua se disolvió en el ácido clorohídri= 98 LA NATURALEZA co, desprendiéndose bastante ácido carbónico y no quedando más que ras- tros insignificantes sin disolverse. En la solucion ácida se podia demostrar con exactitud la existencia de la cal. Para discutir ahora la reparticion de las sustancias encontradas, es preciso recordar la estructura de los órganos luminosos. €omo lo expuse en el artículo arriba citado, hay que distinguir en ellos dos capas, una luciente, compuesta de células y traqueas, y otra que no lu- ee, en la cual yo, en oposicion á las observaciones hechas por el Sr. Kólliker, que hizo sus estudios en el Lampiris splendidula, no he podido encontrar células. En nuestro cucuyo se compone esta capa de ramificaciones gruesas de las traqueas y de masas compactas, en parte esféricas, mezcladas unas con otras. Solo el exámen microscópico hace ya probable en estas masas la existen- cia de dos diferentes combinaciones químicas, porque una parte de ellas es- tá compuesta de pequeños gránulos perfectamente contorneados, miéntras que otras presentan una estructura radiado-cristalina, que con mayor pre- cision se presenta bajo la accion de la potasa cáustica. El Sr. Kólliker ha hecho en los Lampirideos el interesante descubri- miento de que la capa no luciente, añadiéndole algun ácido, da orígen á la cristalización de cantidades considerables de ácido úrico, observacion que yo pude confirmar en los eucuyos; pero no estoy conforme con la suposicion del Sr. Kólliker, de que sea amoniaco la base combinada con aquel ácido, porque los órganos luminosos frescos, tratados convenientemente, no lo des- arrollan. La análisis que acabo de explicar, da á mi juicio, la resolucion de este asunto. En mi concepto, se encuentra el ácido úrico en dos combinaciones, una al estado de urato de cal que forma las masas compuestas de gránulos, y otra al de urato de potasa, formando las masas cristalinas. El ácido carbónico, que se desprende de la ceniza insoluble en el agua, debe considerarse como producto de la combustion del ácido úrico, porque no está preformado en la capa luminosa. El ácido fosfórico se debe referir á las células lucientes, porque si se en- contrase en la capa que no luce, solo podia estar en la forma de fosfato de cal (hay que recordar que esta capa es insoluble en el agua), y entónces debia probarse su presencia en aquella parte de la ceniza, que solamente se di- suelve en ácido clorohídrico. Otra cuestion, y muy importante es, si está preformado el ácido fosfórico y combinado con la potasa, ó si es el resultado de la combustion de cuerpos fosfóricos. Esto no puede decidirlo una simple análisis de la ceniza. Sin em- Fist lo Figura mas general de /as bracteas. EXOGOMUM OLIVA. (Barcena) 21 SelasphorusFloresii. 22 Trochilus Alexandri LIT DE H IRIARTE, MEXICO: LA NATURALEZA 99 bargo, llama mucho la atencion el hecho averiguado, y me dará motivo pa- ra nuevos estudios, que tal vez aclararán más la causa de la produccion de luz en los coleópteros luminosos. Veracruz, 24 de Mayo de 1874. ENSAYO ORNITOLÓGICO DE LA FAMILIA TROCHILIDA O SEA DE LOS COLIBRIES O CHUPAMIRTOS DE MEXICO, POR EL Sr. D. RAFAEL MONTES DE OCA, SOCIO DE NUMERO. (CONTINUA,) Num. 19. —Chupanvirto de pecho dorado. Selasphorus rufus, Gould; Trochilus rufus, Swains.; Mellisuga rubra, Gray y Mitch.; Selasphorus ruber, Bonap.; Le Sasin, Aud. y Vieill. Esta preciosa especie de colibries, es otra de las que como el colubris, re- corre una vasta extension de la América Setentrional durante su peregrinacion anual, pues el Sr. Gould, dice, que ha obtenido ejemplares de esta familia, de Guatemala; se encuentra en abundancia en el Valle de México, durante el otoño, adonde efectúa su nidificacion, segun manifiesta el Dr. Villada en su interesante Memoria delos ““Colibries del Valle de México,” que públicó la Sociedad Mexicana de Historia Natural, en el 2.% tomo de su periódico La Naturaleza; y por consiguiente, debe decirse, que esta es su localidad, á pesar de que el número de nidos que se encuentran allí, es insignifi- cante en proporcion á la gran cantidad de individuos de ella que se ven en esta region, siendo muy probable, que tales avecitas hagan su primera incu- bacion durante la primavera, en algun lugar más meridional, puesto qne es- tá probado que algunas de ellas hacen dos posturas al año. Tambien se en- cuentran individuos de esta especie en California, y segun algunos viajeros, recorre toda la cordillera hasta llegar á la isla de Sitka, á unos 56 grados de latitud setentrional. 100 LA NATURALEZA La apariencia del macho adulto, es así: la parte superior de la cabeza, de un tinte pardo verdusco; la parte de encima del cuerpo y la cubierta de la cola, color de canela; la cola tambien de este color, pero un poco más subi- do, teniendo en las pnntas de cada pluma, una mancha pardo-oscura; alas pardo purpúreas, y sus cubiertas verde-bronceadas; la garganta y cuello lo tiene cubierto con unas plumas de aparíencia escamosa, de un color de oro naranjado brillantísimo; cubiertas de debajo de la cola, flancos y vientre, del mismo color castaño-canelo de la parte superior del cuerpo, un poco más elaro en el centro del abdómen; parte inferior del pecho, blanca, que toma gradualmente el tinte canelo del abdómen, con el cual se confunde; region anal cubierta de plumon blanco; patas pardo-oscuras, y uñas y pico negros. Su largo total, es de 33% de pulgada; alas 1% idem; cola 1%, y pico ca- si recto, % idem. La hembra es casi del mismo tamaño que el macho, diferenciándose de éste, en que toda la parte superior de la cabeza, cuello y cuerpo, es de un color verde-bronceado pardusco, con las cubiertas y bases de las plumas de la cola, del mismo color canelo del macho, con lo restante de ellas pardo- oscuro, teniendo las tres de cada lado, las puntas blancas, arredondadas y no lanceoladas como las del macho; toda la parte inferior, blanca, tintada de color canelo en los flancos y cubiertas de debajo de la cola, teniendo por último, una mancha en la garganta, formada por las extremidades de algu- nas plumas tintadas del hermoso color metálico del macho. El macho jóven participa tanto de la apariencia de la hembra, como del macho adulto, pudiendo desde luego decirse, que es el intermediario entre ambos. Nun. 20.—Clvupanvrto real de pecho azul celeste. Delattria Clemenci:e, Gould; Ornismya Clemencize, Less.; Mellisuga Clemencie, Gray y Miteh.; Lampornis Clemencia. Bonap. Este hermoso colibrí, es muy parecido al Campylopterus Delattrii; tie- ne el nombre de Clemencia que le dió Lesson al dedicarlo á su esposa. El Sr. Gould, le ha dado tambien el nombre de Cazique de garganta azul, y se encuentra en las inmediaciones de Jalapa, Coatepec y Córdoba; pero con más abundancia en el Valle de México, de donde parece ser pecu- liar, pues mora allí desde la primavera hasta la conclusion del otoño. La apariencia del macho adulto de esta especie, en cuanto á su plumaje, LA NATURALEZA 101 es como sigue: la parte de encima de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cu- biertas de las alas y de la cola, de un tinte verde bronceado, y un poco más pardusco y oscuro en la parte de la corona y cubiertas de la cola; alas pardo- purpúreas; cola negro-purpúrea, con las extremidades de las tres plumas de cada lado, como media pulgada blancas; siendo un poco ménos en las dos in- teriores; cubiertas de debajo de ésta, pardo claro verduscas, marginadas de blanco; parte inferior del pecho y abdómen, gris pardusco con visos broncea- dos en los flancos y lados del pecho; region anal cubierta de plumon blanco; garganta y parte superior del pecho, de un color brillante azul de cobalto; en la parte posterior del ojo, le nace una línea blanca que se dirige hácia atrás en una extension como de tres octavos de pulgada; sus patas son negro-par- duscas, su pico recto y uñas negras. El tamaño del macho adulto es, 3% de pulgada; alas 3% idem; cola 2 idem, y pico recto de una pulgada. La hembra es un poco más pequeña que el macho y muy semejante en el colorido de su plumaje, pues solo se diferencia de él, en que carece del tin- te azul metálico que tiene en la garganta, hallándose esta parte cubierta de un color gris claro uniforme, que se une con el resto del color de toda la parte inferior del cuerpo. Num. 21.—Chupamirto de corona y pecho escarlata. Selasphorus Floresit, Gould; Floress Flame-bearer. De esta singular especie de colibries, solo existe un ejemplar en Inglater- ra, en la coleccion particular del finado G. Loddiges, á quien se lo presentó el Sr. Floresi, y éste lo obtuvo durante su estancia en este país, cerca del mineral de Bolaños, en el Estado de Jalisco. La Srita. Loddiges, segun dice el Sr. Gould, le permitió tomar un dibujo de dicho ejemplar, y además le proporcionó copiar la siguiente nota escrita por su padre con respecto á esta especie, cuya traduccion es como sigue: «Agosto 11 de 1845.—El Sr. Floresi me envió un hermoso colibrí nue- vo, que he apellidado Floresit. Fué cogido en Bolaños; es muy parecido al Anna, pero sus colores son más brillantes; visto de frente es escarlata; los lados del cuello los tiene color de rubí ó carmesi; la cabeza es tambien color de rubí, y su cola es parecida á la del platycercus; pero tiene parda la par- te interior de sus plumas. El Sr, Floresi dice que es el único ejemplar que ha llegado á ver.» 102 LA NATURALEZA La apariencia de dicho ejemplar es así: la parte superior de la cabeza, garganta y parte superior del pecho, color de granate vistosísimo; parte su- perior del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, verde bronceadas; alas pardo-purpúreas; cola, de un color castaño rojizo, con la punta y parte exte- rior de cada pluma pardo-purpúreo, ménos las dos de enmedio que tienen el centro verde bronceado; parte inferior del pecho y abdómen, gris casi blan- co, con los flancos tintados de verde bronceado; patas pardo-oscuras; y su pico recto, y uñas negras. La hembra, como debe suponerse, es desconocida. La figura de la ilustracion anexa, tiene el tamaño natural, y la planta, es el Exogonium Olive descrito por el distinguido mineralogista y botánico D. Mariano Bárcena. Num. 22.—Chupamirto de pecho morado. Trochilus Alexandri, Bourc. y Muis.; Mellisuga Alexandra, Gray y Miteh.; Trochilus Alexzandri, Bonap. El Dr. Alexandre que visitó nuestro país, fué quien descubrió esta precio sa especie de colibries, y los Sres. Bourcier y Mulsant, en honor del descu- bridor, le dieron el nombre de Alexandri; es muy parecida, por su configu- racion y tamaño al 7. colubris, y habita en la altiplanicie del Valle de Mé- xico y otros lugares del N. E. de este país, pues el Dr. Heerman ha encon- trado individuos de ella en Guaymas. Tambien se encuentra en Tejas y California, por cuyo motivo los americanos la consideran como perteneciente á su fauna. El Alexandri visita el Valle de México durante el principio del otoño; pe- ro no en abundancia, pudiendo desde luego decirse que es raro en esta region. El color del macho adulto, en la parte superior de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, es verde bronceado, algo par- dusco en lo que corresponde á la cabeza; alas pardo-purpúreas; cola con las dos plumas del centro, verde broneeadas, y las laterales que son lanceoladas, de un tinte negro-pardusco con ligeros visos bronceados; cuello color de púr- pura metálico, que se confunde en la parte de arriba con el negro aterciope- lado de la garganta; abdómen pardusco, un poco más claro en su centro y desvanecido en su parte anterior con el tinte casi blanco qne tiene en el pe- cho; las cubiertas de sus piernas son blancas; sus patas pardo-oscuras, y uñas y pico que es recto, negros. LA NATURALEZA 103 El tamaño del macho, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es 3% pulgadas; alas 1% idem; cola 1 idem, y pico 8 líneas. La hembra es muy semejante al macho; pero se diferencia de él, en que está desprovista de los tintes de la garganta y cuello, teniendo en lugar de éstos, un color pardo gris muy claro uniforme hasta el abdómen, y además las plumas de la cola, que no son lanceoladas sino arredondadas; tres de ca- da lado tienen las puntas blancas, y la generalidad de ellas sus bases grises. El macho jóven se parece más á la hembra que al macho, y solo se dife- rencia de aquella, en que en el lugar en que éste tiene el color purpúreo, se le ven una multitud de manchitas pardas, las cuales con la edad se convier- ten en el hermoso tinte metálico ya descrito. Num. 23.—Chupamirto de cola de tijera y garganta azul. Ornismya Dupontti, Less. y Jardin; Triphena Duponti, Gould; Mellisuga Duponti, Gray y Miteh; Ornismya Zémes, Less. Rev. Zool.; Taumastura Duponti, Bonaparte. Esta elegante especie de colibries, se encuentra durante el verano, en las inmediaciones de Jalapa y Coatepec, asi como tambien en el Valle de Méxi- co; mas sin embargo de hallarse bastante esparcida, es otra de las que como el Elize, se considera entre las muy raras de dichos lugares. El Sr. Gould dice, que ha obtenido tambien ejemplares de ella, de Guatemala, donde pa- rece que es más abundante, y hace notar, que tiene el modesto nombre Zé- més, derivado del que daban á sus ídolos los antiguos mexicanos y haitienses. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, cuello, cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde bronceado, un poco más oscuro en lo que corresponde á la cabeza; alas par- do-purpúreas; cola extremadamente horquillada, con las dos plumas del cen- tro muy cortas, verde-bronceadas; las dos siguientes de este mismo color un poco más oscuro, con una pequeña mancha blanca en la punta, las tres res- tantes de cada lado de ella, que gradualmente aumentan en tamaño, tienen las bases y hasta como la mitad de su largo, pardo-oscuras, en seguida una pequeña porcion blanca, y por último, otra'parte pardo-oscura con las pun- tas blancas; su garganta y cuello, cuyas plumas tienen una apariencia esca- mosa muy marcada, son de un color de indigo brillante; en el pecho tiene una banda blanca; la parte inferior del cuerpo, es de un color verde-bron-= ceado pardusco; las cubiertas de debajo de la cola, de un tinte pardo-claro verdusco; la parte que cubre los cuadriles hasta muy arriba, tambien es blan- ca; patas pardas, y el pico, que es casi recto y uñas, negras. NATURALEZA, —Tomo H,—16 104 LA NATURALEZA Su largo total, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 4 pulgadas; alas 1% idem; cola 2 idem ménos una línea, y pico % pul- gada. La hembra, en cuanto á lo que pertenece al cuerpo, es del mismo tamaño que el macho; toda la parte superior la tiene verde-bronceada pardusca; la inferior castaño rojiza, inclusa la cubierta de debajo de la cola, con excepcion de las plumas que cubren la region anal, que son blancas sedosas; alas par- do-purpúreas; cola de este mismo color, con visos bronceados, más marca- dos en las dos plumas del centro, teniendo todas las demas, ménos éstas, en las puntas, una manchita blanca tintada de castaño en sus extremidades. Num. 24—Chupamirto morado grande. Calothorax cyanopogon, Gould; Cynanthus Lucifer, Swainson; Ornismya cyanopogon, Less.; Calothorax Lucifer, Gray y Mitch. Esta preciosa especie de colibries, á la cual el Sr. Gould le da tambien el nombre de Mexican Star, Estrella mexicana, es otra de las peculiares del Valle de México, y acaso la más comun de todas las que se encuentran en esta region, pues vive en ella desde el principio de la primavera hasta con- cluir el otoño; durante cuyo período los cazadores cogen un sinnúmero de individuos de ella, tanto para disecarlos, como para venderlos vivos en jau- las á aquellas personas que gustan ver, aunque sea por poco tiempo, tan hermosas joyas animadas; puesto que raras veces se pueden conservar más de dos semanas aprisionadas, y siempre se mueren, ya sea por la falta de ejercicio, ó porque el alimento de azúcar que se les da, no les nutre sulicien- temente. Visita tambien algunos lugares del Noroeste de México, adonde probablemente va á invernar; pero nunca se le ve en las inmediaciones de Jalapa como ha dicho el Sr. Bulock en su Memoria de «Seis meses en Mé- xico.» La apariencia del macho adulto, es como sigue: la parte superior de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un co- lor verde -bronceado pardusco, un poco más oscuro en la parte frontal de la cabeza; alas algo cortas, pardo-purpúreas; cola bastante horquillada, con las dos plumas del centro, como de la mitad del largo de las laterales, verde- bronceadas; las dos siguientes, un poco más largas, del mismo color ménos marcado, las demas negro-purpúreas, siendo las dos exteriores muy angos- tas en su extremidad y algo más cortas que las siguientes, las cuales son lanceoladas y tienen algunas veces un lilete casi imperceptible, blanco en sus LA NATURALEZA 105 extremidades; su garganta, cuyas plumas son de apariencia escamosa, así como las de los lados del cuello que tienen hasta média pulgada de largo, es de un color de púrpura metálico hermosísimo en algunas posiciones de la luz, pues en otras tiene unos reflejos violados indescribibles con la pluma, é inimitables por el pincel; el pecho y las cubiertas de debajo de la cola, las tiene de un color blanco sucio, así como tambien la parte del centro del abdómen, con los flancos pardo verduscos y un tinte castaño cerca de las cubiertas de las piernas que tambien son de este mismo color; sus patas, pico que es algo curvo, y uñas negras. Su largo total es de 4 pulgadas, desde la punta del pico hasta la extremi- dad de la cola; alas 1% idem; cola 1%, y pico 11 líneas. La hembra, en cuanto á tamaño y color de toda su parte superior, es exactamente igual al macho; toda la parte inferior la tiene de un tinte blan- co sucio, algo más claro en el centro del abdómen, con ligeros visos bron- ceados á los lados del cuello; sus flancos son de un tinte castaño bastante pronunciado; su cola, que no es horquillada, sino arredondada, tiene las dos plumas del centro, verde-bronceadas; las demas son de un color negro- purpúreo, con las bases de un tinte castaño, que al unirse con el color oscu- ro tiene visos verduscos, y por último, las tres plumas de cada lado de ella, tienen las extremidades blancas. Segun el Dr. Villada, esta especie nidifica al principio del verano, y como tambien dice que á la hembra se le ve ocupada en esa misma tarea á media- dos de otoño, queda confirmada la idea de que algunas especies de esta fa- milia hacen dos posturas al año, y que ésta es una de ellas. Num. 25.—Chupanvirto morado pequeño. Calothorazw Pulehra, Gould. Esta otra preciosa especie de colibríes, á la cual el Se. Gould ha dado tam- bien el nombre de Beautiful wood Star, Hermosa estrella del bosque, es tan semejante á la anterior, que á primera vista puede confundirse con ella, pues que toda la diferencia que se encuentra entre ambas, es ser ésta, como cinco octavos de pulgada más pequeña en su largo total, y tener el pico algo más curvo, más delgado, y por consiguiente más pequeño que el de aquella. El Sr. Gould dice que los ejemplares que ha obtenido de esta especie, fueron cogidos en Oaxaca, y que es al Sr. Sallé, de Paris, á quien se de- be el conocimiento de ella; pudiendo agregar el que esto escribe, que ha 106 LA NATURALEZA conseguido en el Valle de México unos cuantos individuos, que le parecen ser iguales á los descritos con el nombre de C. pulchra, cuya apariencia es como sigue: Macho adulto; la parte superior de la cabeza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde-bronceado pardusco, algo más oscuro en lo que corresponde á la cabeza; alas pardo-purpúreas; cola tan horquilla- da como la del eyanopogon, con las dos plumas del centro muy cortas, ver- de-bronceadas, las dos siguientes un poco más largas, de ese mismo color algo más oscuro; las demas negro-purpúreas, siendo las dos exteriores muy angostas, particularmente en sus extremidades, y tambien un poco más Cor- tas; su garganta y cuello, cuyas plumas tienen una apariencia escamosa, son de un color de púrpura metálico hermosísimo; pecho y centro del abdómen de un tinte blanquizco, con los laterales pardo-verduscos; cubiertas de los cuadriles blancas; idem de debajo de la cola, de este mismo color, y patas, pico y uñas, negras. Su largo total es de 3% de pulgada; alas 1 idem, y cinco líneas; cola 14 y pico % idem. La hembra de esta especie es tan parecida á la del eyanopogon, que muy bien pudiera tomarse por la de aquel, si al compararse no se notara que es un poco más pequeña, así como lo es el macho. (CONTINUARA.) DESORIPCIÓN DEL VOLCAN DE TUXTIA POR D. JOSEPH MARIANO MOZIÑO SUAREZ DE FIGUEROA, BOTANICO NATURALISTA DE LA REAL EXPEDICION DE NUEVA ESPAÑA Y DE LA DE LIMITES AL NORTE DE CALIFORNIA. * AÑO DE 1793. Me parece que debo suponer, como una cosa que no admite controversia, el que la formacion primitiva de esta Serranía de Tuxtla, ha sido enteramen- * La Sociedad juzgó de interés la insercion en su periódico de este antiguo manuscrito del Sr. Moziño, que le facilitó su socio el Sr. D. José M2 Melgar, de Veracruz, por las importantes no- ticias que contiene, y que servirán para el conocimiento de la Geología de México.—C. de P. LA NATURALEZA 107 te volcánica. La irregularidad de los cerros, tanto por sus ángulos entrantes y salientes, como por la confusion de los materiales de que se componen, acredita esta verdad. No se ve por todas partes mas que vestigios de las grandes erupciones que hubo en los siglos más remotos. La misma villa de Tuxtla, los pueblos de San Andrés y Catemaco fueron tal vez cráteres de otros volcanes antiguos, ó á lo ménos su suelo no está cubierto más que de lavas. Los lechos por donde corren los arroyos, á más de estar llenos de frecuen- tes cataratas, se componen, en la mayor parte, de una extension enorme de peñascos requemados, y cuya magnitud y firmeza en el encaje hacen in- creible que hayan sido arrastrados por las avenidas por copiosas que éstas fuesen. Los pozos indican en las tierras bajas el mismo desórden que se ad- vierte en las montañas. Un agregado confuso de tierra, arcilla-arena y esco- rias he sacado hasta la profundidad de veinte varas; todo el resto del circuito es un mal país. Los enlaces de esta Sierra con las de Orizaba, Cofre de Perote y Jalapa, son bien conocidos; y no lo son ménos los que tiene con la de Acayucam, Tabasco y que están al N. y N. E. de Oajaca, de donde pueden originarse los continuos terremotos á que está expuesta aquella ciudad. A cada uno de los muchos y recios que sufrió sobremanera á fines de Marzo y principios de Abril de 1787, precedia siempre un ruido subterráneo que las gentes atri- buian á un golpe extraordinario de las olas del mar contra la costa, como si esto pudiera oirse á más de 50 leguas de distancia, aun cuando no hubiera de por medio montañas elevadas cireunvalando el contorno. El estrépito se oía del E. al N. E., cireunstancia que no debe olvidarse por la conexion que tiene en nuestro asunto. En el siglo pasado, segun informes que he recibido de algunos ancianos de esta vecindad, arrojó llamas y arenas el monte de San Martin, que se ha- ya situado al N. del pueblo de San Andrés á poco más de 2 leguas de distancia: aseguran haberse esto verificado un dia 15 de Octubre, sin que ha- ya quedado memoria del año, ni otro testimonio que el recuerdo que hace el comandante de estas tropas, vecino antiguo y de mucha veracidad, de haber leido una escritura jurídica sobre tierras, en que por incidencia habla de una fiesta jurada con motivo de aquel suceso á Santa Teresa de Jesus. He soli- citado en el archivo de la parroquia algun documento sobre este particular y ninguno ha podido encontrarse. Todo lo que sé por una tradicion impresa es que la erupcion duró muy poco, que las materias arrojadas no pasaron de tres leguas en contorno, ni quedó otro vestigio sino un poco de humo que veían no solo con descuido, sino con desprecio todos los habitantes de la comarca, y aun éste lleva más de cincuenta años de haberse disipado entera mente. 108 LA NATURALEZA El dia 2 de Marzo del presente año (1793), á las cuatro de la tarde, se oyeron en estos pueblos, hácia el referido punto, unos grandes truenos, que sin embargo de ser subterráneos, el vecindario creyó fuese el efecto de una recia tempestad; cosa á que estaba muy expuesta la mencionada serranía. Una espesa nublazon cubria la cima de los montes, de modo que parecia aproximarse uno de los más fuertes aguaceros. A las seis se dejó ver en Tuxtla por el Nordeste y aquí por el Noroeste de la montaña una gran co- lumna de fuego, de cuyo centro se disparaban con muchísimas centellas que culebreaban en diversas direcciones, y atemorizaron de tal modo á los vivientes, que éstos acudian en tropel á los templos, creyendo inevitable la ruina total de este territorio. Dos dias de seguida duró esta melancólica escena, sin más novedad que un estremecimiento de tierra la segunda noche por espacio de seis horas y una lluvia de arena de muy poca consideracion, porque el viento favorable que soplaba del Sur, arrastró la mayor parte á los montes de Tecolapan, camino del Marqués y mar inmediato. La noche del 3 al 4 del propio mes el Gobernador interino, el Pagador del Real Fuerte de San Cárlos de Perote y cuantas personas habia dentro de aquel castillo creyeron que se habia estado disparando sin cesar toda la arti- llería de Veracruz, y en la misma fecha participaron al Excmo. Sr. Virey de este Reino tan inesperada novedad. El mismo estruendo de artillería se per- cibió en Tezuitlan y Xalacingo, distantes el uno seis y el otro ocho leguas al Norte de Perote. Los habitantes de Papantla y Misantla en la costa de Tam- pico, se alarmaron ¿ la misma hora, creyendo que los enemigos con quienes tenemos actualmente guerra estaban bloqueando la plaza de Veracruz. Mas de 400 cañonazos habian oido en aquella noche, causando suma sen- sacion, y se sospechó una invasion en las costas de Tabasco que distan unas 100 leguas al S. de este volcan, del que están retirados más de 40 los pue- blos que he citado en la de Tampico. En San Andrés Chalchicomula que está más de 35 leguas al O., creyeron en consecuencia de igual ruido subterráneo, que iba á reventar el volcan de Orizaba y temian quedar sepultados en sus escombros. El propio mar no estuvo libre de este estruendo, que á bordo del bergan- tin Volador percibió su capitan D. Ignacio de Olaueta, como consta de oficio, que dió parte á S. E. Se ve claramente que los diversos socavones que mi- nistran los materiales con que hace sus erupciones este volcan, se extienden á muchos centenares de leguas. Pasados los dos primeros dias todo quedó en serenidad. Los horizontes despejados, solo dejaban ver una pequeña humareda en el cerro de San Mar- 0 LA NATURALEZA 109 tin, que se formaban muy alto algunas nubes acompañadas de truenos sin que siguiera ninguna lluvia. Al cabo de 15 todo se habia disipado perfecta- mente. El 22 de Mayo á las siete de la mañana, soplando el viento por el N., fué la segunda erupcion. La elevacion del fuego fué mucho mayor que la pri- mera, más frecuente el relampagueo, más espesa la nublazon y más copio- sa la lluvia de arena. El sol se oscureció tanto, más de 15 leguas en con- torno, que á las 12 del dia fué preciso valerse de las luces artificiales. Las aves quedaron tan aturdidas con tan inesperada noche en el sitio que las sorprendió, que caían á las manos los faisanes en algunas rancherías. Los vecinos me aseguraron que jamás han experimentado noche más tenebrosa que aquel medio dia. Se renovó la erupcion como la primera vez. A no haber limpiado opor- tunamente los tejados y azoteas, se hubieran hundido seguramente los edi- ficios por el enorme peso de la arena que cayó sobre ellos, y si no hubiese es- tado al concluirse la cosecha de algodon por este tiempo, el vecindario hu- biera experimentado pérdidas sumamente fuertes, porque el viento contrario trajo los materiales del volcan y arruinó todos los vegetales. El dia 23 llegaron hasta Oajaca las nubes que la arena habia formado, y el 24 yo mismo ví la lluvia que parecia de ceniza, y pude consolar á algunas personas que habia consternado un caso tan extraordinario, asegurándoles que no podia ser otra cosa mas que una de las erupciones de este volcan de que ya tenia noticia. Casi al mismo tiempo hubo igual lluvia en un lugar de la provincia de Tabasco, por no constar ahora la de Tehuacan, Orizaba, Córdoba, etc., etc.; de modo que calculando la extension por mar y tierra sobre que se desgajó la lluvia, puede asegurarse que las arenas del volcan de Tuxtla han cubierto una superficie de más de once mil leguas cuadradas. Otros dos dias duró esta furia á que sucedió la serenidad como en el prin- cipio, arrojando diariamente el volcan humo, y de cuando en cuando algunas llamas. El 28 de Junio fué mayor la erupcion á las seis de la mañana. El viento del Sur arrebató por la mar, montes de Tecolapam y camino del Marqués, la copiosa lluvia que estaba vomitando la montaña. Se obstruyó tanto el ca- mino, que el correo semanario tuvo que volver con la balija á Tuxtla. La arboleda pereció, la cual se componia de grandes y deliciosos bosques que daban sombra en un circuito de 10 leguas. Troncos quemados son las tristes reliquias que dejó el fuego en los tres dias que duró la tormenta, á la que sucedió en los mismos términos que ántes la deseada calma. No se disfrutó de ésta mas que hasta el 26 de Agosto, en cuya noche, pre- 110 LA NATURALEZA cediendo grandes aguaceros y frecuentes rayos, se encendió de nuevo y con- tinuó arrojando sus materiales impetuosamente hasta no sé qué dia del mes de Octubre, porque las continuas nublazones, lluvias y materias del Norte, nos quitaron de la vista por más de 30 dias los montes vecinos. Desde principios de Setiembre que venia navegando por la costa, sentí la lluvia de arena que no dejé de experimentar en los dias que continué mi na- vegacion por los rios que desaguan en la Barra de Alvarado, y de entónces acá, apénas ha habido dia que no haya caido mayor ó menor cantidad. El rio de Tuxtla tenia varias hundidas en que solia haber algun pescado. Sus aguas eran cristalinas, ahora son turbias, y todo el lecho quedó llenó de bancos de arena. La que se halla desleida y se toma en la bebida, puede ha- ber ocasionado las muchas disenterias que observé con síntomas de maligni- dad en esta villa, y las porfiadas toses no reconocen, segun mi dictámen, otro orígen que la infeccion de la atmósfera con algunas materias que no extraño traigan algun principio arsenical. Por otra parte, los tuxtlecos han sacado utilidad de tanta lluvia de arena. Su piso barrancoso se componia ó de fango ó de arcilla resbalosa, mezclado lo cual con los materiales resecos, permite andar sin las caidas que anteriormente eran inevitables. El 23 de Setiembre me aproximé al volcan en obediencia á la suprema órden de 5. E., que con fecha 18 del mismo mes me comunicó el director del real jardin y expedi- cion botánica, D. Martin de Sesé, y en sus inmediaciones adverti que la are- na habia subido más de tres varas castellanas en una circunferencia de tres leguas de diámetro, cuya capacidad, aun calculada por lo más bajo, pues en algunas partes la elevacion era de cinco varas á seis, produce 57.000,875 piés cúbicos. Era espantoso el ruido de truenos que sin cesar percibiamos al pié de la montaña; muchos rayos parecia que se estaban disparando en la cumbre, y todo el terreno se estremecia tan frecuentemente que ni en Oajaca ni en Mé- xico he experimentado iguales temblores de tierra. La misma arena nos ha= bia nublado el sol, y el viento que se habia mantenido toda la mañana por el Sur, nos acabó de proporcionar las circunstancias más favorables para em- prender la subida. En efecto, perdiendo frecuentemente terreno por deleznarse la arena, hu- bimos de conseguirlo despues de dos horas de afanes que me pusieron á punto de sofocarme, como acaso hubiera sucedido á no estar prevenido un eriado de la expedicion con un frasco de álcali volátil para socorrerme. La columna de fuego que salia del cráter este dia, tenia un diámetro de más de cuarenta varas, y contando con el humo de más de ciento. El que se figure un chorro de fuego perfectamente semejante al de los cohetes y del LA NATURALEZA 114 tamaño que llevo referido, se formará la más perfecta idea del que se pre- sentó á mis ojos. Entre él se elevaban muchisimas piedras de diversa mag- nitud, tan encendidas todas como el hierro en la fragua. Las mayores caían casi perpendicularmente sobre la misma boca que las vomitaba, y las meno- res en la circunferencia, con particularidad hácia el Norte. El estruendo con que se hacian tan continuas explosiones ya no me pareció allí semejante al de los rayos; heria el oído del mismo modo que el que produce las olas del mar, que agitadas por un fuerte vendaval, van á azotarse contra las rocas. Un olor de azufre muy intenso comenzaba á sentirse casi desde la mitad del cerro. El piso estaba bastante caliente, y por muchas partes se veían salir muchos vapores, todos ellos perfectamente. blancos. En el humo de la grande hoguera habia tal variedad de colores, que no soy capaz de expresarlos, por no hallar nombres adecuados con que darlos á conocer. Esto daba el espectáculo más horrible, y algunos de los que me acompañaron se precipitaron ciegamente por los arenales diciendo haber vis- to el infierno. Al borde extremo de la meseta, inmediato al cráter, el termómetro de Reaumur, suspendido en el aire, estaba á los 16%, y otro de igual graduacion tocando el suelo, marcaba 68%. Hacia la parte interior, á dos varas de distan- cia del fuego, pasaba de los 70%, suspendido en el aire, y llegaba á los 74* puesto en el suelo. En este sitio, que es perfectamente al E. de la chimenea, dejé enterrada una botella con una inscripcion latina en que expreso el dia y hora en que estuve ahí, y los sugetos y nombres del alcalde mayor D. Ma- nuel de Escobar y mi compañero D. Julian de Villar, que habian ido con- migo. Se recogieron varias piedras, en las que casi encuentro una suma unifor- midad. En la crestonería superior hubo probablemente una minería de cobre con matriz silicosa. Las piedras que han rodado conservan todavía la pinta, de lo cual, y de no haber encontrado vitrificacion alguna en todo el distrito, infiero que no han sufrido la accion del fuego estas sustancias, y tengo por seguro que no formaban más que un manto muy superficial. En las que dispara el volcan, el hierro es el metal que más se distingue. Todos los manchones blancos á que apliqué repetidas veces la lengua, me parecieron el producto de una sal marina. No falta algun ocre ni deja de abundar el azufre. El gas azótico creo que es comun en todos los volcanes. Los minerales no pueden conocerse bien sin un análisis químico; y aquí, más que en otra parte, son insuficientes los sistemas de varios mineralogis- tas que caracterizan los géneros y especies de este reino por la diversidad NATURALEZA. —Toxo 11.—17 112 LA NATURALEZA de sus figuras. Las recias frotaciones despuntan necesariamente los ángulos y salta á los ojos que ese es el orígen del polvo negro que se ha esparcido por tantas leguas, cuya naturaleza es idéntica á la de las piedras que yo mis- mo he remolido. Me faltaban unos barómetros para conocer la elevacion de la montaña sobre el nivel del mar; mas el celo y actividad con que S. E. quie- re llevar hasta el fin las observaciones útiles al bien público, y los progresos de las ciencias y artes, me proveyó de dos eon que poder hacer un segundo viaje. Más de un mes tuve que diferirle, obligado por los perpétuos tempo- rales que ha habido en Octubre pasado y más de la mitad de éste. Traté de construir en este tiempo una máquina eléctrica, que no salió de lo peor, y de que contando con los grandes auxilios que me proporcionaba el alcalde mayor, se remediasen las sumas incomodidades del camino con una estacada, tanto por padecer ménos en aquellas molestas subidas y penosos arenales, como por de- fender los instrumentos de un golpe. En 21 del corriente, que fué el primer dia sereno que se presentó, resolví concluir mi encargo, y con un numeroso acompañamiento llegué á la cumbre del volcan á la una de la: tarde, llevan- do conmigo para que lo dibujase, al dibujante de la expedicion, D. Antonio Echeverría, que no habia podido acompañarme en el primer viaje por estar enfermo. Habia dejado al pié de la montaña uno de los barómetros con su termó- metro anexo, que no obstante haber sido el que llegó casi inservible de Ve- racruz, pudo aquí componerse medianamente. El otro que era muy bueno se entregó al gobernador indio, para que bajo su custodia lo condujese has- ta arriba uno de los naturales en la misma situacion que yo lo habia dado. Pero fuese porque variasen ésta improvisamente, ó porque en la áspera pen- diente, que con motivo de las grandes lluvias se habia puesto más barranco sa que ántes, tropezase el que lo llevaba, lo cierto es que al momento de ha» cer uso de él, tuve el desconsuelo de ver quebrado el tubo por su parte su- pgrior. Hice sobre la marcha subir el que habia quedado en la falda, y por su medio, aunque imperfectísimamente, averigué que la mayor altura del cerro de San Martin es de 500 varas escasas sobre el nivel del mar. No fué más afortunada que el barómetro la máquina eléctrica, llegó despegado el vaso que tenia puesto en lugar de la botella de Leyden. Todo lo encontré muy cambiado respecto á lo que habia visto la otra vez. Al pié de la monta- ña no se percibia guido alguno, y en su cumbre no habia otro que el seme- jante á un rio caudaloso que se precipita á quince ó veinte varas de profun= didad. En el sitio en que quedó la inscripcion, habia subido más de 8 piés la are- na, y el fuego habia disminuido más de dos terceras partes, tanto respecto LA NATURALEZA 113 del diámetro de la columna como su elevacion. Con esto tuve la felicidad de ver una gran parte del fondo de aquella horrible chimenea, que no tiene 30 varas de profundidad. Por entre innumerables grietas sale un vapor parecido á la neblina que se eleva muy poco de la tierra y la conserva llena de hume- dad. Por la banda del Norte sale con mayor abundancia y subsisten alli, las piedras ardiendo, tan convertidas en ascuas, como las que se disparan en las erupciones impetuosas de la fragua que está al NE. La peñasquería que se ve por el N. amenaza el hundimiento por estar ya desplomada, ser en ella más recios los temblores y tener á su pié un incen- dio que, aunque no es tan voraz como al principio, no deja de ir haciendo excavaciones. Conjeturo que la boca que arde actualmente con fuerza, presente dentro de pocos dias ó meses una vista semejante á la de la otra que parece estar próxima á apagarse, de donde infiero, que sin embargo de todos los indicios que acreditan la desmesurada extension que por conductos subterráneos tie- ne la mina volcánica hasta por debajo del fondo del mar, esto no hace, co- mo vulgarmente se imagina, unas excavaciones de mucha capacidad, sino por el contrario, de pequeño calibre, y más propias por consiguiente, para com- primir los vapores enrarecidos, cuya violencia es bien conocida de los físi- cos, por superar incomparablemente á la de la pólvora, y cuya suma total produce la fuerza con que se lleva consigo las masas enormes que he visto dispararse. En el borde interior de la hornilla que está al NE., á ménos de una vara del mismo fuego, dejé enterrada otra botella con una inscripcion poco diver- sa de la anterior. Apénas podiamos mantenernos Villar, el criado Calderon y yo en este arriesgado sitio: el humo nos envolvia algunas veces y nos ro- baba de la vista de nuestros espectadores; lo peor era que se nos quemaban los piés, no obstante que al asentar el uno levantábamos el otro con suma velocidad; tostados sacamos los zapatos, y al descender del pequeño cerrito, que por todas partes estaba humeando, sentiamos hasta los muslos un vapor poco ménos que de agua hirviendo, que no dejó de escaldarnos completa- mente. La sal de tártaro, ántes de media hora habia sufrido su delicues- - cencia. Léjos de las hornillas y cerca del borde extremo de la serranía en que que- dó la mayor parte de los que me acompañaban, era tan intenso el frio, que todos tiritaban, aun los que pudieron cubrirse sobre sus vestidos con unas especies de camisas de balleta muy usadas en estos países. El viento sopla- ba por el E., y el mercurio en el termómetro de Reaumur, bajó á los 14 grados. 114 LA NATURALEZA Estaban despejados los horizontes y se veían con claridad, no solo la rup- tura del mar, sino tambien los innumerables bajos que la arena ha produci- do en su fondo. Calculo que el cráter del volcan no dista en línea recta, tres cuartos de legua de la playa. Tres horas y média emplée en mis observacio- nes, y bajé de la montaña á poco más de las cuatro de la tarde. Como la gente vulgar ve siempre como efecto sobrenatural de la indigna- cion divina todos los fenómenos extraordinarios de la naturaleza, no es ex- traño que estos habitantes estuvieran sobrecogidos de un terror pánico que los impelia á abandonar su antigua patria y aun sus posiciones. Algunos, de hecho lo ejecutaron así, bien que fueron despues restituidos á ellas por el celoso magistrado que los gobierna. San Andrés Tuxtla, Noviembre 27 de 1793. EL ÁRBOL DE MANITAS, POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NÚMERO. Con el fin de obsequiar los deseos de mi respetable amigo el Sr. D. Ra- mon Terreros, que me pidió algunas noticias acerca del árbol de manitas, voy á anotar algunos datos que he reunido sobre la historia y caractéres de este interesante vegetal. Hacia el año de 1787, que se hallaba en México la expedicion botánica venida de España, y presidida por el Sr. D. Martin Sessé, trajeron los indí- genas de Toluca, algunas flores del árbol de manitas que llamaron la aten- cion de los miembros de la referida expedicion, quienes se dirigieron á aque- lla ciudad con el fin de observar el árbol de donde provenian aquellas, y tu- vieron la fortuna de encontrarlo provisto de todos los órganos necesarios pa- ra estudiarlo con perfeccion. No pareció desacertada á los observadores científicos la denominacion de Macpalzochileuahuitl, dada por los indígenas á la planta en cuestion, y adoptada tambien como sinónimo por el Dr. Hernandez, puesto que la sus= LA NATURALEZA 115 tituyeron por la de Cheiranthodendron, equivalente á aquella, y compues- ta de las voces Mano—Flor—Arbol, con que significaron que las flores de ese vegetal tenian la forma de una mano. Más tarde el ilustre Bompland cambió ese nombre genérico por el de Cheirostemun, formado á su vez de las palabras Mano, Estambre, que expresa más exactamente el carácter que se quiso hacer notar, puesto que los estambres solamente y no toda la flor, presentan la figura de una mano. Los caractéres que asignan algunos botánicos al árbol de manitas, son los siguientes: Arbol de 12 á 13 metros de altura; tallo erguido, cilíndrico, cuyo diáme= tro en el tronco, es generalmente de 074; ramos alternos, horizontales y de color pardo rojizo. Hojas alternas, con estípulas peciolares; peciolo de la longitud del limbo; la forma de éste es palmatilobada. Flores subopositifo- lias, solitarias, pedunculadas; pedúnculos rojizos y provistos de tres bracteas ovado-oblongas y acuminadas; cáliz sub-campanulado, carnoso, 5-partido; las divisiones son oblongo-acuminadas y presentan un reborde longitudinal ó carena en su parte exterior. No tiene corola. Estambres cinco, monadelfos en la base, separados hácia la parte superior: son desiguales y están terminados por anteras oblongas. Ovario pentágono, oblongo; estilo alargado y terminado por un estigma agudo. Fruto capsular, 5-locular, conteniendo de diez á doce semillas en cada lóculo. Estos caractéres colocan al árbol de manitas en la familia de las Bomba- ceas, constituyendo un género, cuyo nombre admitido en la actualidad es el de Cheirostemun dado por Bompland, así como el nombre específico de platanoides dado por el mismo sabio, y que recuerda la semejanza de las hojas de nuestro árbol con las del platanus, quedando por fin designada di- cha planta, con el nombre específico de Cheirostemun platanoides. Por el hecho de no haber encontrado en el principio más que un solo Cheirostemun, que era el que se hallaba en las inmediaciones de Toluca, creyeron los individuos de la expedicion botánica, así como otras personas de las que se han ocupado de ese árbol, que aquel ejemplar habria sido plan- tado allí por los reyes aztecas, y no sabian, por tanto, á qué patria debian referirlo. Más tarde un discípulo del distinguido botánico mexicano D. Vi- cente Cervantes, encontró el Cheirostemun al estado silvestre en las inme- diaciones de Guatemala, y se creyó que era propio solamente de aquella localidad; pero en el año de 1871 lo encontró tambien al estado silvestre en el Estado de Oaxaca, mi apreciable amigo D. Antonio Peñafiel, segun consta 116 LA NATURALEZA en las «Observaciones de viaje» que leyó en la Sociedad Mexicana de Histo- ria Natural, quedando así demostrado, que el árbol de manitas pertenece tambien á la flora mexicana. Las dificultades que se encontraron para reproducir ese árbol en los tiem- pos pasados, hicieron creer á los indígenas que por disposicion divina no se podria lograr otro ejemplar más que el que existia en Toluca, y este fué el informe que dieron aquellos á los botánicos españoles que deseaban obtener algunas plantas de la misma especie para remitirlas 4 Europa. Sin hacer ca- so de esa supersticion, dejaron acodados algunos ramos al cuidado inme- diato del corregidor de Toluca y de un indígena que vivia en un lugar in- mediato al terreno en que se hallaba el árbol citado. Por descuido de ambos encargados no se lograron los acodos ni las semi- llas correspondientes á aquel año; mas los botánicos de la expedicion habian traido á México algunas estacas que llegaron aún vivas y las plantaron en macetas pequeñas, cuidándolas con el mayor esmero el director de la expe- dicion D. Martin Sessé y Lacasta. De esas estacas, que eran en número de veinticuatro, solo tres comenza- ban á desarrollar sus yemas y fueron trasportadas en ese estado al jardin del palacio vireinal, donde al fin se logró una que siguió su desarrollo y formó un árbol elegante que vivió muchos años y del cual se tomaron algunas es- tacas y semillas en diversas épocas. En el año de 1794, el señor profesor D. Vicente Cervantes mandó hacer unos acodos en ese árbol con el fin de mandar algunas plantas al jardin bo- tánico de Madrid; y segun noticia que dió en aquella época el jardinero ma- yor de palacio, se habia logrado uno de los acodos en el año de 1795 y se proponian remitirlo á Europa tan pronto como acabara de desarrollar sus yemas. En la actualidad hay en el jardin de Palacio un árbol de Cheirostemun, que tendrá cerca de 12 metros de altura. Segun me informó uno de los jar- dineros, no existia ya el árbol plantado por Sessé, y el que ahora se encuen- tra en ese lugar procedia de una semilla del anterior, y que habia sido plan- tado en el lugar que hoy se encuentra, hácia el año de 1848. El tronco de este ejemplar se halla dividido á la altura de 0275 en tres brazos robustos; la seccion de su tronco es elíptica, siendo el eje mayor de 73 centímetros de longitud. En su pié está provisto de varios renuevos que presentan algunas hojas notablemente desarrolladas, cuyos caractéres y dimensiones son los si- guientes: peciolo rollizo, cilíndrico, verde-claro, sembrado de hacecillos de pelos estrellados de color pardo-cetrino claro; su longitud es de 01227; lim- bo palmatilobado, con siete lóbulos ondulados; la longitud de aquel es de LA NATURALEZA AN 02335, y su anchura de 07373; sus nervaduras son palmeadas, en número de 9, siendo siete de ellas muy prominentes, y dos pequeñas y poco abul- tadas. El ciclo de las hojas es de %. El árbol de Palacio florece desde el mes de Julio y continúa hasta Diciem- bre. En las flores que encontré caidas á su pié he notado algunos detalles que no he visto citados por los autores que se han ocupado de esa planta. Las flores tienen su pedúnculo articulado, comprimido, de color verde- amarillento, más ó ménos rojizo por la presencia de los pelos estrellados de que hablé anteriormente; es 3—bracteolado, las bracteas aovado-agudas y de prefoliacion revoluta. Cáliz 3—lobado, divisiones desiguales y carenadas; dos de ellas, que están opuestas, tienen los bordes por la cara posterior peta- loides y de un color rojo de sangre; otras dos carecen de este carácter y tienen el aspecto y color de la carena, y la quinta solo presenta un borde petaloide y es ineguilátera. En cuanto al ovario, creo que más bien que como pentágono y oblongo debe considerarse como piriforme y 3—lo- bulado, á lo ménos en los ejemplares que he examinado. Al observar la lozanía que afectaba ese árbol y el desarrollo tan notable de sus renuevos, me vino la idea de examinar la naturaleza del terreno en que se encuentra, así como la de las sustancias minerales de sus cenizas, pa- ra buscar aquellos elementos más favorables á su desarrollo. El terreno está formado por tierras arcillo-arenosas y humiferas, bastante húmedas y pro- vistas de restos vegetales en diversos grados de descomposicion. | Incinerada la madera de los ramos jóvenes, dejó un resíduo de cenizas que corresponde, en proporcion, á un 2,3 por 100. Dichas cenizas conte- nian las sustancias siguientes: Cal, potasa, hierro, ácido carbónico, sílisa y ácido fosfórico. De estos componentes la cal se mostraba con mayor claridad en las reac- ciones, y debe tener una influencia muy notable en la nutricion y buen desar- rollo de aquel árbol. En la actualidad hay ya varios ejemplares de Cheirostemun platanoides en esta capital y sus inmediaciones; existe un individuo, tambien antiguo, en el jardin de plantas de San Francisco, donde he visto algunas plantas pe- queñas obtenidas por semilla; sé que en la hacienda de los Morales, en Tlal- pam ó en un lugar vecino, hay varios árboles de donde provienen algunas de las flores que venden anualmente los indígenas en esta capital. En cuanto á las propiedades terapéuticas del árbol de manitas, ereo que deben ser las mismas que las que poseen la mayor parte de las Malvaceas, con las que tiene mucha afinidad y contiene como ellas una cantidad notable de mucilago | México, Setiembre 2 de 1874. 118 LA NATURALEZA DE LA TOBA FITOLITARIA DEL VALLE DE TOLUCA, POR EL SEÑOR BURENDERO, TRADUCCION COMUNICADA POR EL Señor Docror BurkArRT A DoN ANTONIO DEL CASTILLO, CON EN- CARGO DE CORREGIRLA PARA SU PUBLICACION EN MEXICO. En sesion del 17 de Marzo de 1866, de la Clase físico-matemática de la Academia Real de Ciencias de Berlin, el Sr. Dr. Ehrenberg leyó una co- municacion preliminar sobre una toba fitolitaria, que se halla en el valle de Toluca, en México. Esta comunicacion se imprimió en los informes men- suales del corriente año de dicha Academia, y literalmente traducida dice lo que sigue: «Varias veces he presentado á la Academia, rocas muy importantes en geo- logía, que daban á conocer la presencia, no sospechada hasta entónces, de séres orgánicos extremadamente pequeños, sobre vastas extensiones de terre- nos, y su influjo en la composicion de las rocas. A estas. rocas pertenecen las tobas de las llanuras desiertas de la Patagonia observadas en una inmen- sa extension por el Sr. Darwin, delas que he recibido muestras y he descri- to su naturaleza en los informes mensuales de la Academia, del año 1845, y despues en mi Mierogeología, pág. 293. Pertenecen tambien á ellas las rocas de los grandes depósitos del Maipú, volcan del Chile, designadas en parte como traquita descompuesta y toba traquítica, y en parte como piedra pómez por Meyen, cuyas muestras he examinado publicando los resultados de mi investigacion en las obras ya citadas. Los depósitos de trípoli de la costa de Atacama, sobre los cuales he informado á la Academia desde el año de 1856, despues de haber examinado sus muestras remitidas por el Sr. Philippi, no ofrecen indicios volcánicos; pero el lodo de las erupciones del volcan de Quito que el Sr. A. de Humboldt examinó detenidamente y de las cuales he informado á la Academia durantes los años de 1839, 1841 y 1846, tienen una íntima relacion con la vida orgánica, así como los productos de las erupciones de Imbaburu, que describí en 1846, LA NATURALEZA 119 «Tambien tuve oportunidad de examinar el lodo de las erupciones del volcan de Guadalupe en «Cabo es terre,» erupciones que en el año de 1843 causaron terribles devastaciones en dicha isla, y las he descrito en la Micro- geología, pág. 361. He observado igualmente, segun consta en los informes mensuales de 1856, pág 429, que la toba traquítica de Honduras en Centro- América, contiene restos orgánicos; y que la tierra blanca de las inmediaciones de México, designada en la Microgeología con el nombre de Tiza, se com- pone enteramente de ellos. La más notable de estas formaciones es la de «Fall River» del Oregon, en Norte América, que es un depósito de 500 piés de ancho, cubierto por una masa de basalto compacto de 100 piés de espe- sor, que Fremont descubrió y designó como kaolin blanco, y de cuyos por- menores dí cuenta en los informes mensuales á la Academia, en las sesiones de 1849, y en la Microgeologia. «Todos estos depósitos son acumulaciones ó mezclas de formas de agua dulce, contrarias á la suposicion de que la accion volcánica tenga por lo gene- ral una relacion íntima con las condiciones marinas, y estén realmente en relacion con las aguas del mar; opinion dimanada de la posicion de los vol- canes, generalmente próxima á las costas. El Sr. Burkart, director que ha sido de minas en México, durante los años de 1825 á 1834, tambien presentó para su exámen una muestra aparente- mente de toba, pomeza, que cubre una extension considerable de la mesa de la cordillera de México, y que parece acaso guardar la misma relacion con las acciones volcánicas que la llamada moya de Quito, observada por el Sr. de Humboldt. El mismo Sr. Burkart me remitió por conducto del Sr. Rammelsberg una muestra de toba gris que acababa de recibir del Sr. Castillo, de México, quien la recomenbaba para su exámen al microscopio, porque en su concepto, po- dria ofrecer grande interes para la geología !. La muestra traía esta etiqueta: Tiza DEL VALLE DE TOLUCA ¿DE PIEDRA PÓMEZ Ó DE INFUSORIOS? Hallando yo á primera vista con el microscopio, que la toba se componia principalmente de particulas vegetales silizosas que he nombrado fitolitharias, mezcladas con pocas Bacilarias y partículas espumosas muy visibles, me puse desde luego en correspondencia con el Sr. Burkart sobre el asunto, y recibí en contesta- cion la carta siguiente: 1 Nora DE CastILLO.—En el impreso del Sr. Ehrenberg, no se hace mencion de esto; mas en esta traduccion del Sr. Burkart que me remite con el objeto expresado en el encabezamiento de este artículo, y con el cual cumplo hasta ahora, por circunstancias, repito, ajenas á mi vo- luntad, me hace la justicia de expresar que eran tambien mias las instancias para que el Sr. Ehrenberg examinase la tiza que yo le remitia. NATURALEZA.—Tomo 1I.—18 120 LA NATURALEZA Bonn, Febrero de 1866. «Con mucho gusto me he impuesto por su grata, fecha 29 del mes pasado, de que vd. ha reconocido en la rauestra de la roca problemática del valle de Toluca ó Lerma, un conglomerado orgánico, de naturaleza silizosa predo- minante, cuya sustancia consiste casi enteramente de formas fitolitharias con mezcla de formas basilarias. Deseando vd. alguna informacion más sobre la extension y la anchura de los depósitos de que se tomó la muestra examina- da, así como sobre su yacimiento y localidad, me apresuro á darle las noti- cias siguientes, suplicándole me permita pedir informes más circunstancia- dos al Sr. D. Antonio del Castillo, de México, porque no podria dar los in- formes detallados que la importancia de la materia requiere, y un plano más exacto de su situacion, que el que contiene mi obra sobre México (Reisen und Aufenthalt in México Stuttgart 1836), 6 el que presenta el mapa del Estado de México, por el Sr. de Gerolt y Berghes, ó el mapa de México del instituto geográfico de Weimar. El Sr. Castillo me dice solamente, que la dicha roca se encuentra en el valle de Toluca ó de Lerma, entre Ixtlahuaca y Almoloya, distantes de 6 á 7 leguas, y lo que conozco de ella se limita á mis observaciones hechas de paso, caminando de México á Lerma, á To- luca, á Ixtlahuaca y á Tlalpujahua, hace ya 40 años; pero de las cuales, sin embargo, voy á comunicar á vd. el siguiente resúmen. «El valle de Toluca ó de Lerma se halla en la falda occidental de la cor- dillera de México, en posicion análoga á la del Valle de México, en la falda oriental, á una altura considerable sobre el nivel del mar, y en él tiene su orígen el rio que desemboca cerca del puerto de San Blas, en el mar del Sur. Este valle está formado del lado derecho de la alta serranía que forma el vér- tice de las aguas entre el rio de Moctezuma y el rio de Santiago, ó entre el golfo de México y el mar del Sur, y tiene una elevacion sobre el nivel del mar en el cerro de Ajusco, de 12.054 piés de Paris, y en las Cruces, (entre Cuajimalpa y Lerma,) de 9.959 piés. Del lado izquierdo hay una sierra ele- vada que está dominada por el Nevado de Toluca, (cono traquítico de 14.271 piés de elevacion,) la que separa las aguas del rio de Santiago de las del rio de las Balsas, que desemboca cerca de Zacatula, en el mar del Sur. Entre el cerro de Ajusco y el Nevado, el valle de Toluca en su parte su- perior se dirige por lo general de Sur á Norte, y sus aguas corren con cortas interrupciones, de Oriente á Poniente, bajando de las sierras elevadas para juntarse en la cabeza del valle, al Sur de Lerma, formando las varias lagu- nas bajas que dan orígen al rio de Lerma ó de Santiago. Estas lagunas se extendian ántes más hácia el Norte; pero poco á poco se han ido azolvando LA NATURALEZA 124 con los detritus de rocas acarreados por las aguas de las serranías vecinas que se han depositado en ellas. El suelo del llano que forma el valle de To- luca, que en esta parte se extiende entre Toluca á 8.334 piés de elevacion, Lerma á 8.084 piés, Almoloya á 8.014 piés, Ixtlahuaca á 7.943 piés, los ojos termales de Ocotitlan á 7.833 piés, el puente de la Jordana á 7.804 piés, y más al Noroeste, hasta una anchura de más de 3 á6 leguas, ofrece en su superficie, por lo general, los caractéres de la mesa de la cordillera de México, que parece pertenecer en su mayor parte, á la misma formacion de acarreo. Este valle es escaso de Monte, pero no carece de vegetacion, y ofre- ce en muchos puntos un terreno favorable á la agricultura, como lo prueba el gran número de pueblos, de haciendas y de ranchos situados en él, y en que se cultivan granos y el maguey de que se saca el pulque. Las sierras que rodean el valle de Toluca en su parte superior, constan de pórfidos, en la mayor parte traquíticos, y de rocas volcánicas basálticas más modernas, cuyos destrozos cubren la llanura, formando diversos depósitos anchos y estratificados alrededor de las rocas macizas que de ellos sobresa- len en varios puntos. En el camino de Lerma á Ixtlahuaca, hácia la mitad del cual se junta el de Toluca, en las inmediaciones de los Cajones, se ob- servan como á 3 leguas al Sureste de Ixtlahuaca, cerca del puente de San Bernabé á 8.068 piés de elevacion, depósitos anchos, estratificados, de una roca terrosa, desmoronadiza, de color blanco agrisado, que al principio habia tomado por ceniza volcánica ó piedra pómez desmoronada, los que se extien- den un buen trecho en el camino entre Lerma y el dicho puente. En otras partes del valle se notan depósitos igualmente estratificados en capas de ro- cas poco duras, con pasta de grano fino y de color gris, conteniendo granos finos de sanidin y destrozos de las traquitas vecinas; estos últimos son á veces de gran tamaño, formando un conglomerado traquítico. La posicion horizontal de los depósitos de estas rocas, la escasez de lugares espaciosos del suelo descubiertos y la falta de tiempo para buscar su continua- cion en el cauce del rio de Lerma, me impidieron averiguar la relacion de yacimiento que guardan estos depósitos entre sí; pero me pareció que los primeros están enclavados ó subordinados á los conglomerados traquíticos. La supuesta ceniza volcánica parece extenderse más allá del Puente de San Bernabé, al Sur, porque se observa tambien en otros varios puntos de los caminos que conducen para Lerma ó para Toluca, hasta que predominan en las inmediaciones del Rancho de Palmillas, á dos leguas de Toluca, las ro- cas basálticas que sobresalen del valle. Pero la roca terrosa blanca agrisada, se halla tambien mas allá de este Rancho, en el camino para el pié Norte del Nevado, donde parece hallarse en capas gruesas; y como el Sr. Castillo 122 LA NATURALEZA asegura, que se encuentra además entre Almoloya (á 4 leguas al N. O. de Toluca) é Ixtlahuaca, ha de tener una extension mucho mayor en esta parte del valle de Toluca, si, comoes de suponer, la roca que he observado y califi- cado por ceniza volcánica (piedra pómez remolida,) sea la misma que la que se halla entre Almoloya é Ixtlahuaca. Se deben de mencionar tambien aquí, los ojos termales de Ocotitlan que brotan á 4 6 5 leguas al N. O. de Ixtlahuaca, y á 2 leguas del pueblo de Ocotitlan, al pié de la falda Sur del cerro de este nombre. Al pié de este cerro revientan las mismas rocas ampollosas basálticas que en las inmedia- ciones de los ranchos Palmillas y Amealco, cerca de Toluca; miéntras que más al Sur, se hallan conglomerados traquíticos estratificados en gruesas capas. Este conglomerado se compone de granos redondos, finos y gruesos de un pórtido felsítico blanquizco, con hornblenda y mica contenidas en una pasta hialítica que muchas veces los envuelve á modo de cascaron. Éste conglomerado encierra además restos vegetales que consisten en fragmenti- tos de ramas, de tallos, y de raíces silicificadas, que aunque han conservado todavía la estructura de la madera, no permiten determinar la especie de plantas á que han podido pertenecer. Pasa este conglomerado por una tran- sicion de arenisca de grano fino á formar una roca compacta que presenta además de algunas partículas finas de hornblenda y de mica, pequeñas ma- sas de ópalo y jilópalo, en union con los restos de vegetales. Por una grieta en un peñasco de esta roca, que apénas se levanta unas 3 ó 4 varas sobre el suelo, brotan varios ojos de agua caliente, con una temperatura de 42. G.0, cuando la del ambiente era de 14% centígrados, y cuyo olor se asemeja al de las aguas termales de Ex la Chapelle. No sabré decir más sobre la constitucion geológica del terreno; pero en atencion á la importancia que la roca ha adquirido para la ciencia, por las partes vegetales que la componen, segun las observaciones microscópicas de vd., será de sumo interes averiguar, por un exámen prolijo la parte del valle de Toluca donde se encuentra, así como, cuál sea su extension y su yacimien- to, con relacion á las demas rocas que la acompañan; y aun es de suponerse que rocas semejantes se extiendan más al Poniente del valle de Toluca, hácia Valladolid, en la vasta llanura dela mesa que el rio de Santiago atraviesa por aquella parte. Con tal motivo, procuraré lograr que el Sr. Castillo se interese en esta investigacion y me comunique los resultados. Sera preciso tambien, que recojan muestras de las varias localidades donde se halla la roca citada, para cerciorarse de su semejanza de composicion, y de si pertenecen todas al conglomerado de sustancias orgánicas determinadas por vd. Quedo su muy atento, etc., etc.—Burkart.» LA NATURALEZA 123 Consta por esta carta del Sr. D. José Burkart, que el depósito de la roca traquitica tobosa, con una elevacion média de 8.000 piés, puede tener, segun las observaciones de un minero tan experimentado, una vasta extension, y que está, del mismo modo que la pizarra de pulir de Bilin, en relacion con se- miópalos, conteniendo tambien restos orgánicos, de los cuales se habian de desarrollar más tarde formas orgánicas contemporáneas de mayor variedad y tamaño. Bastará por ahora llamar la atencion sobre sus importantes y ex- tensas relaciones geológicas y de enumerar los elementos principales de la sustancia de la presente muestra. La sustancia de la muestra que se me mandó, es una toba áspera que se desmorona con facilidad, de color gris de perla, que no hace efervescencia con los ácidos, y que al fuego se pone al principio más oscura, pero no ne- gra, blanqueándose algo despues y tomando un color pardo claro. La sus- tancia, por consiguiente, no tiene carbonato de cal, sino un ligero vestigio de fierro. El análisis al microscopio, dió á conocer que toda la masa está com- puesta de fitolitarias, generalmente muy pequeñas; aunque muv á menudo algo más grandes, y que en su mayor parte pertenecen probablemente á las gramas, entre las que se ven esparcidas, por lo general, una que otra Basi- laria Poligástrica. El número de las diversas formas observadas hasta ahora en la masa, se compone de 47 cuerpecillos orgánicos silizosos, y entre ellos se hallan como rellenando los huecos, un gran número de pequeñas partícu- las espumosas silizosas con células y paredes rasgadas. Hasta ahora no se ha podido averiguar si estos últimos se han de considerar como partículas sili- zosas celulares de plantas, ó como partículas espumosas vidriosas. Someti- dos á la luz polarizada todos estos elementos, tienen refraccion simple como el vidrio, y solamente en los lugares donde se juntan en haces, aparecen re- flejos de luz abigarrada, que no son, sin embargo, de luz transmitida; por consiguiente no puede contener la sustancia fragmentos de cristales inorgá- nicos como la arena cuarzosa de la moya de Quito.» Se dividen estas formas orgánicas en veintinueve fitolitarias y diez y ocho poligástricas. Es muy digno de observarse que todas las formas que componen los depósitos de toba, muestran únicamente los caractéres de for- mas terrestres ó de agua dulce. Son, en su mayor parte, fitolitarias y po- ligástricas muy difundidas, mas tambien se encuentran entre ellas formas que hasta ahora no se han hallado en ninguna otra parte, y se han designado conun nombre particular; quedan otras indeterminables y por tanto en cues- tion. Muy extraña es la presencia del Himantidium ¿Arcus? que forma la to- ba siliza (Kieselghur) de la isla volcánica «Isle de France» en las islas Mau- ricias: pues todas estas formas de las fitolitarias, entre las cuales no se ha La NATURALEZA.—Tomo. 11.—19 124 LA NATURALEZA encontrado ninguna Espongiolita (Spongolith), no pueden considerarse como formas marinas, porque nunca se han hallado en la superficie de la tierra como partes de plantas marinas, sino que generalmente se presentan como partes de gramas y tambien de maderas. Gon respecto á las poligástricas, se ha de notar que aun cuando algunas formas de agua dulce se depositan por los rios en el mar, no se halla ninguna entre ellas, que deba conside- rarse como exclusivamente forma marina, aunque las hay sin número en otras partes». Con relacion á las poligástricas tambien es digno de notar, que el número de sus individuos es mucho menor que el de las fitolitarias y que en gran masa predominan mucho. Esta toba del valle de Toluca, que parece ocupar tanta extension en dicha localidad, trae á la memoria la masa de lodo que el Sr. Humboldt ha mencionado por primera vez y que cubrió y arruinó muchas leguas de tierra habitadas por millares de hombres; así como recuer- da tambien la erupcion de lodo del volcan de Imbaburu. La moya de Quito se distingue sin embargo esencialmente de la toba del valle de Toluca, por su contenido de carbon, que al microscopio aparece no como grafita, sino como porciones de gramas reducidas á carbon, y en tan gran cantidad, que esta tierra la usaban para hacer lumbre como si fuera turba. Estas partículas de carbon faltan en la toba del valle de Toluca, lo que indica por lo poco que se ennegrece al rusentarla, que el carbon orgánico ha desaparecido ca- si completamente de esta roca.» «Si se entra á examinar ¿de qué modo ha desaparecido el carbon que con- tenia esta enorme masa de gramas? ¿si se hizo á favor de una lixiviacion eradual dentro del agua? ¿ó por sublimacion del carbon por la accion del calor volcánico? la sustancia no deja de presentar caractéres que permiten formar juicio sobre la cuestion. Si se hubiera rusentado tanto la sustancia por el calor volcánico, que se hubiera sublimado enteramente el carbon con- tenido en las plantas, no hubiera podido verificarse esto sin quemarse y destruirse las sutiles fitolitarias y poligástricas, de modo que hubieran que- dado solamente masas deformes como las que ví en Eifel en 1844 y 1845 y he imitado artificialmente. Pudiera tomarse por un indicio de que esta masa estuvo expuesta á un calor volcánico, el hecho de que contiene pocas poligástricas enteras y el de que la pequeñez de las más sencillas fitolita- rias pudo resultar de haberse reventado al enfriarse, despues de rusen- tadas. Pero faltan tan completamente los indicios de haberse quemado, que esta suposicion no puede tener lugar, y no queda más que admitir que la separacion del carbon se verificó por la lixiviacion de aguas meteóri- cas; tiene en su apoyo el que las partes silizosas de la toba son muy lim- LA NATURALEZA 125 pias en la superficie y en la nieve que cubre las sierras vecinas, resul- tando un influjo no interrumpido de la humedad atmosférica. Resulta del exámen de esta roca, que se le debe considerar como el producto de una erupcion de lodo de algun volcan vecino, semejante á la moya de Peliléo de Quito, pero que su depósito es muy antiguo y no se ha de comparar direc- tamente á la moya, que es producto de una erupcion muy moderna. Se ne- cesita averiguar por nuevas investigaciones, si el cráter del Nevado de To- luca que Burkart visitó en 1826, y cuya elevacion resulta ser por sus ob= servaciones barométricas de más de 14.000 piés de Paris, produjo en tiem- pos remotos y poco á poco por sí solo, ó en union de otros volcanes, * el depósito de toba en forma de materias eruptivas, extendidas en gruesos bancos á muchas leguas en contorno, y se hallan cubiertos ahora por des- trozos y cascajo de pórfidos y de traquíticas; ó si al tiempo de su formacion existieron otras condiciones y relaciones en la superficie de la tierra. No se intenta con el presente informe el agotar y concluir el asunto, sino indi- car solamente que las muchas tobas de los volcanes de Centro América, que muchas veces se han tenido por erupciones de cenizas volcánicas y tra- quitas descompuestas, son efectivamente algunas veces sustancias parecidas á la moya, y participan de su orígen orgánico; pero son tambien otras mu- chas veces enigmáticas bajo otro respecto, segun lo ha confirmado última- mente en Costa Rica, el señor profesor Seebach (Peterman'ns geographische Mittheilungen 1865). Las sustancias orgánicas forman en la moya de Peli- léo la mitad de la masa, miéntras que en la toba del valle de Toluca, la for- man casi en su totalidad; proporcion que ha podido resultar por el deslame en el agua de las partículas homogéneas más finas. El importante punto de vista que me ha inducido principalmente á pre- sentar desde ahora mis investigaciones á la Academia, es el que la roca parece pertenecer, segun se ha podido averiguar con perspicacia, al tiempo primitivo y no al tiempo moderno de la formacion de la costra de la tierra, y por consiguiente, seria el primer caso en que la edad de la formacion se pudiera comprobar con hechos; porque los destrozos y el cascajo de pórfido y traquítica, pudieran servir de escala para esta conclusion. Tambien dieron á conccer las muestras de la isla volcánica de Ascension, que trajo el Sr. Dar- win, examinadas al microscopio, tobas fitolitarias; pero guardan más relacion por su carácter, con una moya superficial que con una formacion geológica antigua. 1 Nora DEL Sr. BurkarT.—Añadiré que en mi opinion, el cráter de Toluca, que se compo: ne enteramente de rocas traquíticas dioríticas, nunca ha arrojado materias en forma de lava ó de lodo, y que si la toba fitolitaria ha debido resultar de tal formacion, seguramente habrá proveni- do de otro volcan vecino al del Nevado de Toluca. e 126 LA NATURALEZA Conforme á mi deseo, el Sr. Burkart se ha puesto ya en correspondencia sobre el asunto, con el Sr. Castillo, de México, y espera que el celo científi- co de este distingido sabio y el de otros geólogos mexicanos, les excitará á examinar las relaciones de esta toba, con respecto á su extension y á su ya- cimiento; mas se ha de pasar algun tiempo ántes de que se puedan obtener sus aclaraciones. LISTA de las formas orgánicas de la toba fitolitaria del valle de Toluca, comparadas con las de la Moya de Guadalupe (Cabo es terre) 1843, las de la Moya de Quito, las de la ceniza del Imbaburu, las de la toba de Esquipalos y las de la toba volcánica de Ascension, Los números de la primera columa, se refieren á la lámina, y el signo + indica la presencia de las especies en las diversas tobas marcadas en la tabla. VOLCANES DE QUITO. Toba fitolita-| Moya de 4843 |———————————————-| Toba de Esqui- ria del valle del Toba de Ascen- palos. Monduras. sion. Moja de Pelilgo,| 400%2 dol Im- de Toluca. | Cabo es terre. babnrn. POLIGÁSTRICAS; 59, | — sazipara . .. Cocconeis Pedieculus ira. 0. Cocconema Cistula 2 Difiiugia oligodon Eunotia ampliozxys.-... gibberala.--.... gibba longicornis monodon ventralis — 2 Gallionella calligora crenata distans gramulata.... procera 2 LA NATURALEZA 127 VOLCANES DE QUITO. Toba fitolita- | Moya de 4843 |————————————————| Toba de Esqui- al da villa del Adel palos Toba de Ascen de Toluca, [Cabo es terre. Hoya de: tejido: DADO Honduras, bio POLIGÁSTRICAS: 59. | Gomphonema truncatumn. E q qe gracile - -.. A a 18 | Himantidium arcus..... ia E 7 | Navicula amphioxys .... | + A bacillum...-..- E É A — SEMEN: A E + 8 — silicula....... E ; ] ' 9 — es TA e +? 4 25 Po Hi. ] A A E Yoo 0 z - EM E +2 PEdIMUMÍ = 5 4 ——= furcatum..| + - + + S + — NASUtum . . : e 3F Sr 2F =p — obtusum. . . , E 3 o : 9) — platyodon..| + + - + > : 1 A rostratum.| + a 7 =F o | 3 — Scorpius ..| + > a , e Lithodermatium macros- TONI. 22 tae a de E an E C 24 | Lithomesites coronulan.p.| + ; : o ornatus..-.. : o : == TMiitereoS + , + =l 128 LA NATURALEZA VOLCANES DE QUITO. Toba fitolitaria | Moya de 4843 |—————————————-. del valle del Cabo es terre. Toba de Esqui- Toba de Ascen- palos. Moya de Peliléo. paolo : baburo.. sion, de Toluca. Honduras. FITOLITARIAS: 76. ——>.. —_—|——— _ _—.——-| —————-. 26 LANE Lithostylidium Amphyo- don.... ARA ed angulatum. articulatum. biconcavum . bicorne..... Bidens..... calcwratum . cephalodon m. sp. clavatum... Clepsammidium. comtum. ... CONÍCUM. -.. constrictum . crenulatum . Crystallus. . curvatum... denticulatum Emblema .. JFalcatum... Formica ... Furca. .... Lithostylidium fusiforme. AA Hemidiscus. Hirundo. .. irregulare, . lacerum. ... (ACUSA lobatum. ... Microstau- TON M. SP... obliguum. - . oblongum. .. Oligodon. .. ornatum ... Ossiculum. . OLAtUM.. oxycephalum dE Pecten. .... ASC polyédrum. . polypterum. quadratum. Rajula..... Rhombus. ... rostratum.. TUDO ARNAR . E Hhtbtoo oo +o+> ++ +++: ++ ++. LA NATURALEZA 129 VOLCANES DE QUITO. Toba fitolltaria | Moya de 4843 |—————————————| Toba de Esqui- del valle del [toga de peliteo, | CeOia dellm= | palos, de Toluca. — | Cabo es terre. babura, Honduras. Toba de Ascen- FITOLITARIAS: 76. Secwris .... Serra, SINUOSUM . - speriferum . Taurus. ... Trabecula . . tubulosum? . wnidentatum ventricosum. Spongolithás acicularis.... fistulosa. ... obtusa? .... Thoylacium semiorbiculare ANNAN ÓRGANOS DE PLANTAS: 7. Polen de pino Pequeñas semillas arriño- nadas. Simples pelos lisos. ..... Epidermis Estomas desprendidas. . - Tejido celular de plantas. Pelusilla de plantas Suma de las formas or- gánicas. . - . .142 FORMAS INORGÁNICAS: 6. Cristales prismáticos par- dos (Labrador) verdes. Polvo espumoso con célu- las cortas largas (¿pie- dra pómez?) Polvo de obsidiana (vidrio- so sin células)........ Arena de cuarzo Suma total... .148 EXPLICACIÓN DE LA LAMINA. Los números de la 1.* columna del estado, corresponden á los números de la lámina. La figura 4, representa el conjunto y aproximadamente la pro- porcion numérica de las formas, aumentadas 300 veces de su tamaño natu- 130 LA NATURALEZA ral; así como el de las más pequeñas partículas espumosas inorgánicas y su proporcion. La lámina representa solamente las formas de la toba de Toluca, aumen- tadas linealmente 300 veces, y las principales formas de las otras localidades, están representadas en la lámina XXXVII de la Microgeología. En la lámina hay dos escalas para el aumento 4300 veces. La escala supe- rior de 2 pulgadas de Paris de largo, contiene los aumentos indicados en me- dida normal. La inferior contiene las medidas que el observador vió en rea- lidad. Son las mismas y bajo el misrao modo empleadas con escrupulosidad en la Microgeología; así como en los dibujos semejantes, de los informes pre- sentados ántes á la Academia, cuando no se ha dicho expresamente lo con- trario. Nora peL Sr. Burkarr.—No dejo de notar aquí que el Sr. Ehrenberg fun- da su opinion acerca de la antigúedad de la toba fitolitaria del valle de To- luca, en mi observacion de que una roca semejante, descrita como ceniza volcánica, está cubierta cerca del puente de San Bernabé y en algunos otros puntos, por depósitos de destrozos y cascajo de traquita. Pero ya he asenta- do en mi carta ántes inserta, que en localidades diferentes la toba varía de caractéres, y que no he podido averiguar con certeza su yacimiento y su con- tinuacion hácia diferentes puntos, ni aun de un punto á otro cualquiera. Tampoco estoy seguro si la roca examinada al microscopio por el Sr. Ehren- berg, es de los mismos puntos que yo he reconocido. Por consiguiente, se necesita observar las relaciones que tiene la toba en las varias localidades del valle de Toluca, y entre Iztlahuaca y Almoloya; y estudiar los cortes na- turales de los depósitos que formen su suelo, tomando muestras de las rocas de esos cortes y principalmente de los parajes en que la toba está cubierta con los depósitos de destrozos de pórfido y traquita; examinando además su yacimiento para confirmar si esta toba es la misma que la de las localidades de que son las muestras examinadas. Nora pk Casrino.—Al revisar esta traduccion, por encargo de su autor, y en lo que he tenido suma satisfaccion, confirmo que no es la toba que yo mandé y examinó el Sr. Eherenberg, de los mismos puntos que recorrió el Sr. Burkart: no se habla aquí de que contenga infusorios la que menciona el mis- mo señor, y por consiguiente no pueden identificarse en su carácter y relacio- nes geológicas. Es, pues, esencial, como lo reconoce dicho Sr. Burkart, hacer un nuevo estudio del terreno, para buscar en los lugares que él recor- rió, la toba fitolitaria aquí descrita, para poder generalizar las hipótesis Po N INMI AS | ConstÁbrr A O > ( y NA m6 ME — :(8) e, Lineas de Paris ANNA tl UA UCA: Polyyastricos. S 3 = = ES Y (e 5 x= = AS Xx = e] SS = $ QS = Xx 3 o = S pS <= 3 S _= = S = = X ES ES .S aa 2 ES "= 2 > =S x= au a 3 = AS <= A IO y ' ES 7 LA NATURALEZA 131 del Sr. Ehrenberg á todas las tobas del valle de Toluca en el caso de que se encontraran iguales á aquella. Para obsequiar la excitativa de tan eminentes sabios, los Sres. Ehrenberg y Burkart, que se interesan en aclarar este punto científico, he estado dis- puesto á emprender el reconocimiento que se desea; pero las cireunstancias no han sido hasta ahora favorables para verificarlo. Por esto me limitaré al presente, á asentar, sin que por esto se crea que prejuzgo en la materia, que las conjeturas del Sr. Ehrenberg, con respec- to á la separacion ó escape del carbon de las gramas por lixiviacion en el agua, se confirman en la localidad é inmediaciones donde está la tiza que le remití; porque en efecto, debajo de las capas superficiales de tiza, de las que recogí el ejemplar citado, cerca de la hacienda del Salitre de Urendiz, á co- sa de 20 leguas al O. N. O. de Toluca, y 2 leguas al N. O. del pueblo de San José Malacatepec, se encuentra á cosa de 2 metros de profundidad y 230 más al Sur de donde se recogió el ejemplar de la toba, una capa de lig- nite de 30 centímetros de gruesa, de la cual conservo ejemplares. Con estas rectificaciones respecto á la ubicacion topográfica de la ca- pa de toba fitolitaria del Salitre de Urendiz, se comprenderá que la po- sicion que le da el Sr. Burkart, acaso por falta de precision en mis noti- cias, es algo diferente; no quedando entre Almoloya é Ixtlahuaca, sino á cosa de 6 leguas al Oeste de la mitad de la distancia entre ambas poblaciones. Así, son diferentes las tobas ó supuestas cenizas volcánicas que llenan la cuenca del gran valle de Toluca, de las del Salitre de Urendiz. La que ob- servó en el puente de San Bernabé, queda muy cerca de Iztlahuaca, junto á cuya poblacion al Sur, está la Hacienda de Maró, donde se beneficia el tiza- te deslavándolo y formando bolas con él para venderlo, y acaso sea igual á los infusorios de la tiza de esta última localidad. Pero las capas de tiza de este gran valle de Toluca, son interrumpidas y de poca extension local, abundan en muchos lugares y parecen formar ca- pas distintas y á diversas alturas, en la toba volcánica lacustre comun de di- cho valle, formada de fragmentos de pómez de todos tamaños, argamasados por más ó ménos barro, con bancos de cascajos y conglomerados de pórfidos traquíticos volcánicos, y con una fauna post-terciaria. Pero si bien se confirma por la capa de lignite ó carbon pardo, inferior á la toba fitolitaria, su origen por lixiviacion en agua, y en consecuencia, de formacion lacustre, segun nuestro modo de ver; no por eso podemos negar, que pudiera haber otras capas aun no observadas, provenidas de erupciones volcánicas de lodo, y que los restos orgánicos hubieran sido deslamados de él, y concentrados por las aguas, como asienta el Sr. Ehrenberg. La NATURALEZA.—Tomo. 1M1.—20 132 LA NATURALEZA Citaré un hecho de que tengo noticia para que sirva á una investigacion futura, y es: «que entre las producciones volcánicas (dice el Sr. Moral, ha- «blando del valle de Toluca), se encuentran bancos de barro de color gris y «negro que envuelven esqueletos de Elefantes, ó sea de Mamú, en las inme- «diaciones de Almoloya. '» Ahora, esas producciones deben ser el resultado de erupciones del volcan del Molcajete, á cosa de dos y media leguas al Sur. Hay que examinar ese barro y si existen depósitos de fitolitarias pro- venidas de sus deslaves en las cercanías. En cuanto á la antigúedad de la capa de toba fitolitaria, de que nos ocu- pamos, y de las tizas de Ixtlahuaca y otros lugares del gran valle de Toluca, supuesta nuestra opinion, de provenir de formaciones lacustres, y aun ad- mitiendo tambien, las que pudieran provenir de erupciones volcánicas de lo- do; no cabe duda, por ser superficial la toba fitolitaria, y estar las tizas con- tenidas, ó alternando con bancos de las tobas post-terciarias del valle de Toluca, que esos depósitos fósiles de la vida orgánica, son contemporáneos eon los bancos que los contienen, ó con las cuales alternan; y son, por tanto, de la época post-terciaria de la edad ó era del hombre; es decir, muy mo- dernos. Antes de concluir, me veo precisado á hacer observar, que esta traduccion con sus notas, estaba preparada para su publicacion desde el año de 1867, sin que se hubiera podido verificar hasta ahora, por circunstancias ajenas de mi voluntad. México, Octubre 1. de 1874. NOTAS LOS HELECHOS Y SU DISTRIBUCION EN YUCATAN, POR EL DOCTOR ARTURO SCHOTT. La parte Noroeste de Yucatan puede apénas llamarse «país de Helechos,» l porque durante los diez y ocho meses que permanecí en la península, solo pudieron colectarse quince especies, representando siete géneros de este órden 1 Tomás R. del Moral. Informe sobre la estadística de México, publicado en la Memoria del Gobernador del Estado—1834—pág. 8. Toluca. LA NATURALEZA 133 de criptógamas. Un clima notablemente seco y un suelo árido y pedregoso, no surcado en ninguna parte por aguas corrientes, explican suficientemen- te el motivo de la escasez de variedades en este órden de plantas, que se desarrollan principalmente en las regiones húmedas de los trópicos de am- bos hemisferios, que es la zona especial para su propagacion. Aunque de poca importancia conocida para el hombre, presenta la familia de los Helechos algun interes bajo el punto de vista fitogeográfico; por lo cual el corto número de especies que ahora presentamos, merece alguna con- sideracion. La siguiente lista da á conocer, además de las especies, las locali- dades en donde han sido colectadas. 1 Adiantum chilense, Kaulf. Quinta Encalada, cerca de Mérida. 2 57 tenerum, Swartz. Cenote de Kikel, cerca de Tizimin. * 3 1 tricholeptis, Fée. En Mérida, Nohcacab y Uxmal. 4 Anemia adiantifolia, Swartz. Ruinas de Uxmal, Kabah, Nohpat y Mérida. 5 Aneimia cicutaria, Kunze. En cenote Yáutzil, hacienda de Mucuyche. 6 Aspidium fimbriatum, W. Pozo de Uayma.* de Se reptans, var. radicans, Metten. Cenote de Uayma. * 8 33 trifoliatum, Swartz. En cenote de Santa Ana y Valladolid. 9 Asplenium dentatum, L. En cenote de Telchaguillo. * 10 Asplenvum pumilum, Swartz. En Mérida y en todas partes. 11 Cheilanthes mycrophylla, Swartz. Comun en todas partes. 12 Chrysodium (Acrosticum) aureum, Metten. Manglares de Sisal. 13 Phegopteris tetragona, Metten. Cenote de Sacalum. * 14 Polyphodium lycopodivides, L. En cenote, de Kikel cerca de Ti- zimin.* 15 Polyphodium Phylitidis, L. En cenote Maxcabicú, cerca de Calot- mul, 4 El profesor Dr. Eaton, del colegio de Yale, en New Haven, Connecticut, que tuvo la bondad de clasificar estas 15 especies, dice que la mayor parte de ellas pertenecen igualmente á la Flora de las Indias ¡Occidentales. Los números 4 y 9 se encuentran en la Florida. El número 3 es exclusivamente mexicano y parece ser raro en las colecciones. Los números 14 y 15 se en- cuentran, como se sabe, en localidades adecuadas en toda la América central y la zona tropical de la América del Sur. 1 Un asterísco fijado en las localidades, significa, que las especies respectivas, no han sido encontradas en otra parte. 134 LA NATURALEZA Tomando en consideracion la naturaleza de sus particularidades, se pueden clasificar estas especies de la manera siguiente: a., Aquellas que ocupan lugares áridos, abiertos y expuestos durante to- da la estacion seca, á los rayos abrasadores del sol tropical, sin recibir casi ninguna humedad, ya sea de la atmósfera ó del suelo. Á ésta seccion per- tenece el número 11, el cual, así como un gran número del mismo género, tiene una graciosa fronda de tres penachos y tambien un alto grado de vita- lidad latente, por lo cual puede soportar los efectos de una sequedad muy prolongada. Esta hermosa planta crece sobre las paredes de piedra y sobre las peñas quemadas por el sol. Las que se encuentran cerca del agua se desar= rollan tan vigorosamente, que se hallaria uno expuesto á considerarla como una especie diferente. En Norte-América el género Cheilantes, está re- presentado del lado del Atlántico por una sola especie; miéntras que en las regiones más secas del lejano Occidente y hácia el Océano pacífico se en- cuentran de 4 á 6 especies. b., Esta division incluye especies que requieren más humedad y alguna proteecion contra los efectos extremos de la luz directa del sol, y son los números 1, 2, 3 y 4. Por consiguiente, su morada propia, es la sombra de los arbustos, rocas y ruinas de mampostería, en donde se desarrollan mejor, pues reciben ocasionalmente el beneficio de la humedad atmosférica ó ter- restre; á la vez que por su propiedad de congregarse, forman manchones de erande extension, como se ven alrededor de los manantiales de los cenotes y de los brocales de los pozos, como tambien en la entrada de las cuevas y entre las ruinas de los edificios antiguos. c., La humedad constante y más ó ménos sombra, parecen indispen- sables á los números 5, 6, 7, 8, 9, 10, 13, 14 y 15; algunas de ellas aun gozan de mejor vida troglodítica cuando reciben una luz muy escasa ó ninguna, como sucede con los números 9, 10 y 13. El número 5 es una forma verdaderamente pigmea, y una de las más elegantes de su clase, lo que se podrá inferir de su nombre especifico cicutaria, en razon á que su frouda pequeña y muy entrecortada, presenta alguna semejanza supérficial con aquella yerba venenosa bien conocida bajo el nombre de cicuta. El nú- mero 10 es otro pigmeo que se halla en todas partes del lado húmedo de las paredes, acueductos, pozos y otras obras hidráulicas. Los Mayas llaman á esta graciosa plantita «Sisalchen,» lo que quiere decir: «frescura de pozo.» Este nombre nativo bien apropiado, es uno de los raros casos en que el idio- ma castellano no haya sucumbido enteramente á la influencia del idioma maya, porque los mestizos del país llaman esta planta, aunque impropia- mente, «culantrillo. » LA NATURALEZA 135 d., La última division ó el término opuesto, por decirlo así, de nuestra escala, está representada por una especie verdaderamente acuática que es el número 12 de la lista anterior. Crece en los lugares despejados, en medio de los Manglares tupidos, asociada con Palmeros enanos, Sabal ó Thrinax y una espadaña gigantesca, Rhyncospora, juntamente con otras plantas marí- timas. Este helecho necesita para su existencia, el contínuo baño de agua salobre, ó aun salada como la de las lagunas y los pantanos, á lo largo de la costa en los puertos de Sisal y del Progreso. Cosmopolita esta especie, aparece con hojiilas ligeramente variadas, en toda la extension de las playas del Atlántico y del Pacífico de la América tropical. Los nativos de los al- rededores de la ciudad de Cartajena, en Nueva Granada, llaman esta planta «Matatigre» por alguna razon no explicada. La mencionada criptógama, des- empeña en la economía de la naturaleza un papel importante, ayudando á sus asociadas ántes mencionadas, á proteger la tierra recientemente formada, con- tra las incursiones del mar, como evidentemente se nota en los lugares de su crecimiento. Lo dicho demuestra, que la mayor parte de nuestras especies se desarro- llan principalmente en las cercanías de la humedad y en la sombra; y que la peculiar condicion hidrográfica de este país eminentemente apotámico, ó más bien criptopotámico, es la causa de que su distribucion sea verdadera- mente accidental, por limitarse exclusivamente áestas capas húmedas, que constituyen el término del desagúe perpendicular de la costra superior, sólidamente constituida de terreno pedregoso, como sucede especialmen- te en toda la parte Nordoeste de Yucatan. Hácia el Este se modifica es- ta circunstancia visiblemente, ya por el aumento de los Cenotes, tanto en número como en tamaño, ya tambien por la mayor acumulacion de tierra fertilizante, y de consiguiente mayor riqueza en su cubierta vegetal. Esta última condensa particularmente los vapores que se levantan de las aguas calentadas que corren por el golfo de Honduras, pasando por el estrecho de Yucatan y Cuba. En Yucatan es bien sabido que el tiempo de aguas comienza cada año por los meses de Octubre y Noviembre, despues de los primeros Nortes en esta latitud. Hasta despues de que dos ó tres de estas tormentas han re- frescado palpablemente la seccion oriental de la Península, es cuando se ex- tienden las lluvias hácia la parte más árida del Poniente. Por estos motivos la Flora oriental aparece mucho más variada y cuenta por consiguiente un número mucho mayor de especies, y relativamente mayor grado de desarrollo individual. Segun todo esto, es muy probable que en los límites de las secciones del Este y Sur de Yucatan, cuyas condi- 136 LA NATURALEZA ciones físicas se acercan másá las regiones protegidas por la sombra y hume- dad de la América central y tropical del Sur, se podria triplicar y aun cua- druplicar la lista de las especies indigenas de los Helechos, si se buscasen con la debida inteligencia. Georgetown D. C., Julio de 1872. MINERALOGÍA. EL WAD OOLIÍTICO. POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NÚMERO. La Sociedad tiene conocimiento del viaje que hice al distrito de Jacala, del Estado de Hidalgo, con el fin de estudiar los terrenos en que se habian en- contrado algunas tierras platiníferas. Durante mi permanencia en aquella localidad, tuve lugar de observar algunas de las diversas y curiosas produc- ciones naturales que allí se encuentran y que me propongo describir ante esta Sociedad, con el fin de prestarle constantemente mi insignificante coope- racion. En el informe que presenté al Ministerio de Fomento, sobre los terre- nos platiniferos, mencioné algunas concreciones esféricas de peróxido de man- ganeso que encontré en varias localidades del distrito citado y que me pro- pongo describir ahora con más detenimiento, por considerarlas como una cu- riosidad mineralógica de formacion reciente. CARACTERES risicos.—El diámetro de esas conereciones varia desde 0," 004 á4 0,01 ó poco más, siendo más comunes las intermedias entre los límites citados: su figura general es la esférica más ó ménos regular. Lustre cente- lante. Superficie desigual; textura terrosa gruesa. Color pardo de hígado que pasa á negro azulado y negro pardusco. Dureza de 1,5 á 2: dócil, ras- padura lustrosa; el polvo es negro pardusco. Peso específico de 3,5. LA NATURALEZA 137 Caracreres oumicos.—Calentadas en un tubo abierto dan vapores acuo- sos. Fundidas con carbonato de sosa dan una masa verde. Con bórax, pro- ducen una perla de color violado ametista. Por la vía húmeda dan las reacciones correspondientes al manganeso, al hierro, á la cal y á la barita. Cuasrricacion.—Por todos esos caractéres debemos clasificar las concrecio- nes citadas como wad oolítico ó Groroilita, adoptando el nombre dado al wad concrecionado que se halla en Groroi cerca de Mayena en Francia. Osservaciones.—El wad que acabo de describir se encuentra en las arci- llas ferruginosas del distrito de Jacala, y con más especialidad en los cerros vecinos á la villa de ese nombre. Las oolitas manganesiferas forman verdaderos conglomerados en las arci- llas citadas, y son más abundantes en las capas superficiales. Su abundancia es verdaderamente notable en los terrenos bajos, al grado de que en algunas partes pueden formar hasta las dos terceras partes de la masa que llena las desigualdades del terreno. Al buscar el orígen de ese óxido de manganeso, solo pude encontrarlo con más claridad en las cercanías de la mina del Cármen de Jacala, donde hay grandes masas de carbonato de plomo y galenas argentiferas asociadas á los óxidos de hierro y manganeso, hallándose este último al estado de psilomelan, y de cuya descomposicion deben provenir las moléculas que for- man las oolítas. Algunas de éstas contienen trazas de plata y carbonato de plomo. En otras localidades donde no se ven las vetas metalíferas que contengan los óxidos de manganeso, no puede atribuirse á las concreciones de wad, el mismo orígen que á las que se hallan en las inmediaciones de la mina del Cármen. Parece que en los otros yacimientos se encontraron reunidos desde un principio los óxidos de hierro y manganeso, y que separados despues por las corrientes de agua, se han puesto en contacto las partículas semejantes para asociarse bajo la forma de cascos concéntricos. Para explicar esta cu- riosa asociacion y la separacion de los dos óxidos, no podemos recurrir á la consideracion de la diferencia entre sus pesos específicos, porque el del pe- róxido hidratado de hierro, oscila entre tres y cuatro como el del wad, y ereo que la asociacion se verifica en virtud de la fuerza ó tendencia crista- logénica que se nota en esos óxidos pulverulentos cuando son arrastrados por las aguas, y que forman las figuras dendríticas que podemos considerar como una tendencia bien marcada á la cristalizacion. Faltando á esas parti- 138 LA NATURALEZA culas alguna otra influencia desconocida para nosotros, no podrán formar, en el momento de su asociacion, las caras planas de los poliedros y quedan for- mando esferas solamente. En las arcillas ferruginosas de Jacala se encuentran las esferas de wad en diversos grados de desarrollo, desde las más completas y perfectas, hasta otras rudimentarias y que están actualmente en vía de formacion. El wad oolítico de Jacala, no solo es notable por las figuras que afecta, sino tambien por su abundancia, y bajo este respecto debemos considerarlo como una de las especies minerales que caracterizan á aquel distrito minero. Por esta circunstancia me resolví á presentar estos apuntes á nuestra Socie- dad, así como por la de no haber visto citada ninguna localidad americana para ese curioso mineral. México, Octubre 8 de 1874. EL ÁRBOL DEL MAMEY. POR EL SEÑOR DON FERNANDO ALTAMIRANO, SOCIO DE NUMERO. Voy ¿ ocupar la atencion de esta respetable Sociedad, para cumplir con el turno de lectura que me ha sido señalado, refiriéndole mis observaciones so- bre la planta que encabeza este artículo. La excelencia de sus frutos, tan agra- dables á la vista como gratos al paladar, y que en México se consumen con mucho aprecio; el notable aspecto de sus semillas, llevadas á Europa como objetos de curiosidad, y la utilidad, sobre todo, que de ellas podemos obtener, fueron los motivos que me impulsaron á estudiar este vegetal, para llamar la atencion de las personas á quienes mis indicaciones pudieran ser de algun provecho. Anticiparé tambien, que respecto de la grasa que se extrae de las semillas, existe una creencia popular muy extendida, de que produce efectos maravillosos haciendo brotar el pelo donde ha desaparecido. Esta aplicacion tiene probablemente su orígen de los aztecas, que usaban una preparacion de la almendra, que si bien es cierto no era para hacerlo crecer, sí para que conservase su suavidad é impedir que se dividiese por el hongo que suele en él desarrollarse: frotándolas en una piedra áspera y untándose el cabello con LA NATURALEZA 139 la masa que resulta, es como se usa hoy más comunmente. La verdad de esta propiedad me es desconocida, pues no tengo aún terminada ninguna de las experiencias que con este fin he emprendido. Me propongo, por tanto, el fijar la atencion especialmente sobre la com- posicion química de las almendras, para deducir en seguida sus aplicaciones, y que la experiencia se encargará más tarde de rectificar. La historia de este hermoso árbol propio de las regiones calientes de Mé- xico, la refiere Hernandez en su Tratado de plantas de Nueva-España, bajo el título: «Del Tezonzapotl ó de la fruta que presenta el aspecto y color del tezontli. Su descripcion, como era de esperarse, se reciente de la época en que fué hecha, y da una idea muy imperfecta y aun inexacta en algunos pun- tos, del árbol mencionado. Afirma el apreciable historiador, que sus almen- dras las empleaban los aztecas en los usos que actualmente se les dan y he- mos ya señalado; que las mezclaban á la bebida del chocolate y les servian tambien para dar color á las jícaras. Las propiedades medicinales que les asig- naban los mexicanos no se fijan con precision, no siendo, por lo mismo, de algun interes el referirlas. Se ve por lo anterior, cuál es el verdadero nombre indígena del Mamey: la terminacion Tzapotl, segun Clavijero, significa que es fruto de forma re- donda ó Le se aproxima á ella, y de pepita dura. Segun los estudios que se han hecho sobre esta planta en otros países, salta que pertenece á la familia de las Sapoteas, género Lucuma. Me in- clino á pensar que nuestra especie debe referirse más bien á la Bonplandii y no á la mamosa, segun dice Guibourt, y se cree generalmente, porque los caractéres que he observado en unos ramos que recibí de Cuernavaca, distan bastante de la mamosa, y mucho se acercan á la Bonplandii, de- biéndose tal vez el que no coincidan exactamente á las variaciones que im- prime el clima. Indicaré, pues, los caractéres de nuestra planta y las dife- rencias que existen entre ella y las que le son afines. No hablaré del tallo, por no haberlo examinado; los ramos que he teni- do á la vista son pubescentes, siendo el vello leonado y tanto más abundante, cuanto más jóvenes son estos ramos; están cubiertos de cicatrices cordifor- mes, correspondientes á las hojas, notándose en ellas tres puntitos salien- tes, dispuestos con mucha regularidad. Las hojas son alternas, sin estiípulas, agrupadas hácia los extremos de los ramos, oblongo-lanceoladas y acumina- das, siendo algunas sub-espatuladas, coriáceas, apezonadas, de color verde oscuro, más subido en la cara superior que en la inferior; el limbo es entero, cuneiforme hácia la base, de 0. 31Mde largo por 0. 08 id. de ancho; el pe- zon muy pubescente de 0. 035" de largo. Flores hermafroditas, completas, La NATURALEZA.—Tomo. 11.—21 140 LA NATURALEZA regulares, esparcidas en grupos de tres á cuatro, de las que solamente una dá fruto, axilares y sentadas; cáliz persistente, formado por sépalos en nú- mero de 11 á 15, dispuestos en cuatro series imbricadas y libres al parecer de adherencia; blanquecinos, marginados, pubescentes en la cara externa y lampiños en la interna, cóncavos y orbiculares, siendo los exteriores más cor- tos. Corola gamopétala, hipogínea, blanco-amarillenta, campanulado-ventri- cosa, con 6 divisiones oblongas, que se cubren ligeramente en el márgen unas con otras. Estambres más cortos que los pétalos y flexuosos algunos: son 12, 6 fértiles opuestos á los pétalos y adheridos á ellos y 6 estériles y alternos; anteras basifijas, cordiformes, unas extrorsas y otras introrsas, con su dehiscencia longitudinal. Ovario pubescente, quinquelocular, con un so- lo óvulo en cada lóculo, anátropo, oblongo y pendiente, y de los que co- munmente se llega á desarrollar uno por aborto de los demas. Estilo más corto que la corola, flexuoso, rollizo; estigma capitado y subquinque lo- bulado. El fruto es una baya oblonga, por lo regular de 9 á 10 centímetros de largo por 7 á 8 id. de diámetro en su parte média; el epicarpo es de un eolor pardo claro rojizo, en algo parecido al salvado, aunque más oscuro, muy áspero y duro; el sarcocarpo es rojo, amarillento ó moreno, de consis- tencia de pasta muy blanda, de un sabor sui generis muy agradable y poco aromático. El grano es obovado-elíptico, sub-comprimido en los lados, an- guloso en el dorso y casi plano en el vientre, de 0, 08"de largo y 0,12" de circunferencia: su texta es leñosa, lateral y posteriormente lisa, lustrosa, de color castaño oscuro, notándose en el vértice la micrópila en un punto próxi- mo á la hila; esta parte de la texta forma los dos tercios de la envoltura ex- terior de la semilla, está limitada por un reborde blanco-amarillento que circunscribe el ombligo, el cual ocupa toda la cara anterior ó ventral del grano. La figura del ombligo es exactamente la de la hoja del mamey; su largo es el del hueso, y su mayor ancho es de 0,0357, de superficie des- igual, opaco, amarillento al principio, y más tarde, con el contacto del aire, blanquizco; en el extremo opuesto á la micrópila existe una cicatriz muy aparente (onfalodio), por donde penetran los vasos mutritivos destinados al embrion; el funículo es grueso, carnoso, y cubre completamente el ombligo; en el fruto se ve que párte del sarcocarpo, que está en contacto con el ápice de la semilla y asciende hasta llegar casi á la parte más elevada de la mis- ma. Embrion sin endosperma, cotiledones muy desarrollados, constituyen- do toda la almendra y oleaginosos; la radícula inferior y muy corta. Onservaciones.—De las cuatro secciones en que De Candolle ha dividido el género Lucuma, indudablemente nuestra especie corresponde á la terce- LA NATURALEZA 141 ra, Eulucuma, que es la única que tiene numerosos sépalos y las semillas tal como la hemos descrito. Dos son las únicas especies adscritas á esta sec- cion, la mamosa y la Bonplandii. En la primera los lóbulos del cáliz son 10, pétalos 5, hojas oblongas eon la base atenuada y enteramente lampinas. En la segunda los lóbulos del cáliz son de 9—12, ovados, 3 exteriores más grandes, pétalos 5, hojas obovado-oblongas, obtusas, acuñadas en la base, con las nervaduras y el pezon pubescente-tomentoso. En la nuestra el nú- mero de sépalos es de 11—A15, los exteriores más cortos, como en la mamo- sa, y pubescentes como en la Bonplandir; corola de 6 divisiones y estam- bres 12, más numerosos que en las anteriores; hojas oblongo-lanceoladas, acuminadas, diferente tambien en esto á las referidas, con la base acuñada y pubescentes como la Bonplandii; no teniendo los demas órganos carac- téres que separen á unas de otras. ¿Serán suficientes las diferencias que he- mos señalado, para considerar nuestra especie como distinta de la mamosa y de la Bonplandiz, ó simplemente como una variedad de ésta? Solo el exámen de mayor número de ejemplares, que nos indiquen la fijeza de los caractéres señalados ó su mutabilidad, nos pondria en el caso de resolver es- ta cuestion. Lo expuesto demuestra que nuestro tezonzapotl no es aún perfectamente conocido por los naturalistas europeos; esta opinion la he corroborado con lo que se asienta en el Diccionaris enciclopédico; en esta obra se presenta el mamey de México, como perteneciendo á las Gutíferas, lo que es debido qui- zá á que se le confunde con el mamey de América, Mamosa americana, que corresponde á esta familia. Axarisis quimica.—La análisis que he practicado se reduce á demostrar tansolo los principios más notables que contienen las almendras. Desde luego diré, que desgarrando un fragmento pequeño de la superficie de la almendra, se notan al separarlo unos como filamentos que se alargan, formados por una sustancia blanca y glutinosa; tan presto como se rompen, lo que se efectúa á una distancia como de dos centímetros, se retraen como un hilo elástico, sin que se note con claridad su punto de orígen. Al microsco- pio se observa un tejido celular compacto, con unos puntos brillantes en la superficie, que corresponden á aquella sustancia. Triturada una almendra en un mortero y agregando agua, forma una emulsion muy persistente y espesa, de un olor prúsico marcado; hirviéndola, se coagula una sustancia que es albumina, que reteniéndola en un filtro de- ja pasar un líquido lechoso que no se coagula con el ácido acético; pero eva- porándola hasta la sequedad, casi al fin se separan algunos grumitos, y que- 142 LA NATURALEZA da la cápsula cubierta como de un barniz brillante, soluble en el agua y de un olor como de cebada germinada y tostada (Malte). Cuando no se hierve la emulsion y se le agrega ácido acético, precipita una sustancia en forma de grumos, que he tomado por caseina, aunque me llama la atencion que despues de hervirla no la precipite dicho ácido. Al evaporar la referida emulsion á fuego desnudo, se forma espuma, que á medida que se quita, se ve aparecer una película como la de la leche cuan- do comienza á enfriarse despues de cocida, nuevo carácter que indica la ca- seina. Al fin de la evaporacion queda una sustancia espesa, morena, de sa- bor amargo, pegajosa, que aun pasando mucho tiempo no se endurece; in- soluble en el sulfuro de carbono, cloroformo, éter y alcohol á 85 y 90%, pe- ro el agua inmediatamente la emulsiona poniéndose lechosa. Si se hierve con ácido clorohídrico se disuelve dando un color rojo subido, lo mismo que con los ácidos sulfúrico y nítrico, aunque no se disuelve del todo ni es tan intensa la coloracion. Podria citar aún otras reacciones, pero no han sido ni constantes ni claras, y tansolo citaré, que malaxándola repetidas veces en sul- furo de carbono, y abandonando este líquido á la evaporacion espontánea, deja como resíduo aceite, y un cuerpo cristalizado en agujas planas, insoluble en los ácidos, álcalis y éter sulfúrico, soluble en el cloroformo: este cuerpo que- da en cantidades pequeñísimas y no siempre, por lo que no he averiguado su naturaleza. Tratando por agua el resíduo de la evaporacion al fuego, y filtrando despues de hervir, se consigue que pase un líquido claro; hirviéndolo con unas gotas de potasa y acetato de cobre, se pone turbio y de un color ama- rillento, por la precipitacion del óxido de cobre, lo que demuestra la presen- cia de la glucosa. El aceite que se extrae por el sulfuro del carbono, es amarillento, con mu- chos cuerpecitos blancos que al microscopio se ven formados por grupos de eristalitos que aumentan á medida que pasa el tiempo, hasta solidificarse to- do el aceite. Por el contrario, cuando despues de esprimir las almendras, se les trata por éter sulfúrico en aparato de desalojamiento, se extrae un aceite amarillento que no se solidifica; así como, cuando por expresion se saca una gran cantidad, muchas veces no se solidifica todo, sino que en la superficie queda una capa líquida no muy gruesa. Esta sustancia grasa se saponifica por la potasa, dando un jabon blando, que descompuesto por el ácido sulfúrico, deja libre una materia grasa que vie- ne á solidificarse en la superficie del líquido, y exprimiéndola entre papeles de estraza, deja un cuerpo blanco, duro, quebradizo, que se funde á 65" cen- tígrados, y cristaliza por el enfriamiento, y por solucion en el éter sulfúrico. LA NATURALEZA 143 Cuando se extrae por expresion el aceite de las almendras recientes, sale mezclado con agua y con un cuerpo que donde se adhiere, forma al secarse como un barniz que solamente el agua disuelve poniéndose blanca. Tratando la almendra pulverizada y comprimida entre papeles, dos veces por el alcohol á 90%, exprimiendo el residuo y filtrando, deja cristalizar en agujas, por evaporación, un cuerpo blanco que es amigdalina, puesto que desarrolla ácido prúsico en una emulsion de almendras dulces. Poniendo un fragmento pequeño de almendra de mamey con una gota de ácido sulfúrico concentrado, despues de algunos minutos adquiere un color ro- jo morado, que aunque parecido al que toma en las mismas circunstancias la amigdalina y creí que á ésta era debido, no es así, pues que con la almendra dulce hay la misma coloracion y con otras varias almendras, como el yoyo- te, Thevetia iccotli, el ricino, habilla de San Ignacio, etc., etc. Notaré tambien que cuando se opera por el método de lixiviacion, el éter sulfúrico disuelve aceite y no se solidifica como ya dije; el alcohol á 85 de ja por evaporación una sustancia extractiva que sabe á almendras amargas, produciendo ademas ésta una sensacion amarga muy intensa y desagradable; llamándome la atencion, sobre todo, que no cristalizase la amigdalina que de- bió haber disuelto, lo que tal vez haya sido por las impurezas que contiene, en fin, el agua sale algo trasparente, conun color blanquizco y que no precipita por el ácido acético, lo que me indicó que no habia cascina: ésta quedó rete- nida en el aparato, puesto que exprimiendo el resíduo agotado con agua, da un liquido lechoso, espeso, donde forma un precipitado abundante el ácido acético. Evaporada esta agua blanquizca al baño de María, deja una sustan- cia al parecer extractiva, de color rojo oscuro, muy amarga, que reproduce con el mismo vehículo el líquido de donde provino; insoluble en el alcohol y tomando un color rojo intenso con los ácidos clorohídrico y sulfúrico, calien- te el primero y frío el segundo. De lo dicho, se deduce en resúmen, que la almendra de mamey contiene los principios siguientes: 1.* Aceite que llamaré manteca por ser sólido á la temperatura de 20%, y que está formado por un cuerpo sólido y otro líquido en menor cantidad: el primero es parecido á la estearina y á la palmitina, el segundo es oleina. La cantidad de manteca que he obtenido, es de 45 p2 . 2. Amigdalina que obtuve por el método que indica Soubeiran. 3.” Sinaptasa que se demuestra por la formacion del ácido prúsico. 4.0 Tanino que se comprueba por el color negro que toman los instru- mentos de fierro al dividir la almendra, y sobre todo, porque hirviendo unas La NATURALEZA, Tomo JIL.—22, 144 LA NATURALEZA rebanadas de ésta en agua y agregando proto-sulfato de fierro, adquieren un color negro azulado. 5." Glucosa que tal vez provenga de las reacciones de la amigdalina, pe- ro que existe, puesto que hay reduccion de las sales de cobre en las condi- ciones necesarias para esta reaccion. 6.2 Albumina que la revela la ebullicion por los coágulos que se forman. 7. Caseina en grande porcion, á juzgar por la abundancia del precipita- do del ácido acético y la película que se forma durante la evaporacion. 8.0 Una sustancia que me pareció gomo-resina, provenida de la evapora- cion hasta la sequedad del líquido lechoso, que resulta esprimiendo con agua las almendras, pero que probablemente es más bien, una mezcla de caseina y materia extractiva. Notaré solamente, que dicha caseina, despues de precipi- tada por alcohol y lavada con varios vehículos, no produce las reacciones ge- nerales que asignan los libros á los cuerpos albuminosos; lo que podria depen- der quizá de su alteracion al evaporarla, ó porque realmente los elementos que la forman ó su agrupamiento molecular, no corresponda exactamente ni al de la caseina animal ni á la de los demas vegetales. ' Respecto de las aplicaciones de la grasa del mamey, buscada hasta ahora únicamente como objeto de tocador, pero que más tarde tendrá sin duda usos más importantes, diré tansolo, que siendo muy abundante en las almendras, un 45 pS como lo he indicado (aunque el Sr. D. Maximino Rio de la Lo- za ha obtenido nada más que un 25 pS, lo que me ha llamado la atencion), y por otra parte, siendo indudable que se conseguirán éstas á un precio muy bajo, tan luego como se solicite su venta, la extraccion debe ser más econó- mica que la del aceite de las almendras amargas del durazno y chabacano. Más tarde presentaré á esta respetable Sociedad el resultado de la análisis cuantitativa de las almendras del mamey que en la actualidad estoy empren- diendo, así como el ensayo de sus diversos productos, con objeto de inves- tigar algunas de sus aplicaciones útiles: espero entretanto, que este primer trabajo será recibido con indulgencia. México, Octubre 15 de 1874, 1 El Sr. D. Cándido Gaytan encontró en las almendras del Lucuma mamosa, amigdalina y un aceite graso fusible á 159, compuesto de oleina y de estearina, puesto que el ácido sólido que se obtiene por la saponificacion no es fusible sino 4700. Histoire des Droges simp., Guibourt, vol. 11. LA NATURALEZA 145 APUNTES QUE PUEDEN SERVIR DE BASE PARA LA FORMACION DE LA FLÓRULA DE LA CIUDAD DE MONTEREY Y SUS INMEDIACIONES, POR EL Sr. D. ELEUTERIO GONZALEZ, SOCIO CORRESPONSAL. (CONCLUYTE.) COROLIFLORAS. C. Perritos . Antirrinum majus, Lin. Escrofulariaceas. V. Tepozan . Budleia americana, Lin. . . e V. Cenizo Terania frutescens, Ber. . . E Asi llamó á esta especie D. Luis Berlandier, botánico de la Comision de límites de 1824, y lo hizo en honor del general D,. Manuel Mier y Terán. . Chiltipin ó piquin . . Salvadora Capsicum microcarpum, D. (. Solanum . Yerbamora . Solanum nigrum, Lin. Solanaceas. C. Papas Es tuberosum, Lin. E C. Berenjena > melongena, Lin. A V. C. Flor de huevo . Varietas solani-melongenee E V. €. Tomate colorado Solanum lycopersicum, Lin. . pS V. Tomate de fresadilla. Physalis angulata, Lin. $ V. Tomate de lombriz. Physalis . 0 pe 5 V. Toloache. Datura stramonium, Lin. 4% C. Floripondio . HE arborea, Lin. A C. Tabaco Nicotiana tabacum, Lin. + V. Rapé. , Nicotiana. a E E V. €. Huele de noche. Cestrum nocturnum, Murr. De V. €. Chile. Capsicum annuunm, Lin. y V V V. Trompillo Solanum . ME e C. V. Alfombrilla . Verbena corymbosa, R. P. . Verbenaceas. V. Yerba de Cristo. Verbena recta, H. B. ES V. Muitle 5 Justitia salvieflora, Fl. mex. Acantaceas. V. €. Albacar ó Albahacar. . Ocimun basilicum, Lin. Labiadas. E a Wo Vv NS C 6 O IS O SEIS SS . Yerbabuena . . Mastranzo. . Poleo. Té de olor OTÉTAMO + 0. . Tomillo o MS E de China . a lo DA E Marrubio Mejorana. OIEA Mirto. qe Yerba de las almorranas . . Salvia. . Borraja A - Nacagiiita ó Anacahuita Anacua Miñona . Mimbre . O Corregiiela ó manto de la MT . Corregiiela morada. . Zacatlascale . Talayote . y . Adelfa 6 Laurel rosa . . Bonetillo. AO ,,» llel gran Duque. Fresno LA NATURALEZA Mentha crispa, Lin. . . Mentha silvestris, Lin. . Mentha pulegium, Lin. . Mentha citrodora, Lin. . Lippia Origanoides, H. B. Thymus vulgaris, Lin. Melissa officinalis, Lin. . Nepeta citrodora, Fl. mex. Rosmarinus officinalis, Lin. Marrubium vulgare, Lin. Origanuam majorana, Lin. Salvia Hispanica, Cav. Salvia fulgens, H. B. Teucrium. E Salvia polystachya, Lin. Borrago officinalis, Lin. Cordia Boissieri, D. €. Ehretia? . Bignonia stans, Lin. Bignonia?. aia vá Convolvulus batata, Lin. Convolvulus ipom+ea, Vell. Ipomea violacea, Lin. Cuscuta americana, Fl. mex. D. €. Asclepiadaceas. Chamalia pedunculata, Nerium oleander, Lin. » Nyctantes arbortristis, Lin. 45 sambac, Lin. Fraxinus excelsior, Lin. CALICIFLORAS. Chicoria . . Borraja de cochino, cerraja. . Chayotillo (es el verdade- ro Lampazo) . . Estafiate . Yerba amargosa . . . . Altamisa de Castilla. , Mil en rama. Cichorium intybus, Lin. Sonchus oleraceus, Lin. Arctium Lappa, Lin. Artemisia laciniata, D. €. Artemisia A Ambrosia artemisefolia, Lin. Achillea millefolium, Lin. antidysentericum, Lin. . Borraginaceas. ,”) , Bignoniaceas. ,) .Convolvulaceas. ”, ,, »” Apocinaceas. », Jazminaceas. ”) Oleaceas. Compuestas. ,” a a LA NATURALEZA 147 C. Ciento en rama. . . . Leucathemum vulgare, D. C. pe CG. Cempasuchil . . . .. Tagetes erecta, Lin. . . . AN NCAA anisata, El. mexs'. A No Capitaneja 1) 001: 1000 Bidens alata, Lin... . + 20 V. Cardosanto . . . .' -. Carduus tenuiflorus, D. . . > V. Talancapate . . . ! . Solidago montana, Fl. mex. 5d V. Mirasol grande. . . . Helianthusannuus, Lin. . . pa V. Mirasol chico . . . . Cosmos bipinatus, Cav. . . y CAESstori. o ¿A IEA s ter Chinensis, in. 19 E: 5 CG. Mercadela . . . . . Calendula officinalis, Lin. . JA Ve Rosillo 1 O MM Helenium? autumale, Linvo”. AR C. Manzanilla . . . . . Matricariachamomilla, Lin. . e CAD. A MD ahliaivariabilisviDest? E 0 SS €. «Alcachofa ..' . . 52 Gynara"scolymus, Lin. . . s CGoLechuca a DAR ¿A Lactucalsativa, DC... > GQ. Azafranillo . . . . . Carthamus tinctorius, Lin... ER GC. Escarola. . . . .. . Cichorium endivia, Lin. . . Da C. Escabiosa . . . . . Scabiosa atropurpurea, Lin. Dipsaceas. C. Sauco . . . . . +. Sambucus Mexicana, Pres. . Caprifoliaceas. CG. Madreselva . . . . . Lonicera caprifolia, Lin. LIA, V. Yerba del Sapo. . . . Eryngium gracile, Laroch. . Umbeliferas. V. Acocotillo . . . . . Pentacryplaatropurpurea, DC. En COMADIOL A. 0 0 Apia graveolens, Lin: ze CG. Peregil . . . . . .: Petroselinum sativum, Hoff. a . CU. Lendo (Eneldo). . . . Anethum graveolens, Lin. , He (. Gulantro... ... 00. Coriandrum sativum, Lin: a GisZanabora . Me RM Daucus” carota Lian UI on 2 C. Comino . . . . . . Cuminum cyminum, Lin. y V. Enjerto . . . . . . Loranthus mexicanus, D. C. Lorantaceas. Biznaga grande. . . . Mamilaria magnimama, Lin. . Cactaceas. CIC AS YA ,, parvimama, Lín. E W. Organo... . MEU Cactusiexaconus, Lin. e V. Biznagadeespinasganchudas Cactus nobilis, Lin. Pitahaya . . . Cereus Pitahaya, Lin. Lo V. Pitabaya de flor ó Gigante. Cactus grandi-florus, Lin. DS C. Floricuerno. . . . . Cactus flageli-formis, Lin. . 3 C. Nopalillo. . . . . . Cactus antidysentericum, Fl.m. da . G. Nopal de Castilla. . . . Cactus opuntia, Lin. . .-. D V. Nopal del Monte . . . Ficus indica, Pluh. . . . Ficoideas. Siempreviva. . . . . Aizoon canariense, Lin. . . Ss C. Rosio. . . . . . . Mesembrionthemun cristali- nu, Lin. AE YE > 148 IS) e SEPSIS E < 12 a AMAS RS << a a ASS paocasa LA NATURALEZA 2 BO dale OIM AS . Tianguis pepetla Verdolaga . Pegajosa de las PAra »» del suelo . Pasiflora de flor blanca Pasiflora . . Calabacilla loca. Guaje . Calabaza comun Zandía. . Cidracayote ó a . Estropajo. Pepino Pepino silvestre . Melon . Balsamina Chayote . . Zandillita cimarrona Papayo ó melon sapote . Guayabo. . Amapola del campo. . Granado. . Rosa de Castilla. . Rosa de Jericó. o . Ciruelo de fruto amarillo. Ciruelo silvestre de fruto rojo y agrio . . Albaricoque ó chabacano . . Durazno . . Prisco Zarzamora Fresa. . Manzano de San e . Peral de San Juan. . Membrillo . Pimpinela Aurora ó rosal blanco. Haba. . Frijol. . Frijol muy e Bryophillum calicinum, Salisb. Crasulaceas., Sedum acre, Lin. : » Herniaria glabra, Lin. .Paroniquiaceas. Portulaca oleracea, Lin. Portulaceas. Mentzelia scabra, H. B. Loasaceas. 56 strigosa, H. B. de Pasiflora hirsuta, Lin. Pasifloreas. a serratistipula, Fl. m. ss Bryonia variegata, Mill. . Cucurbitaceas. Cucurbita lagenaria, Lin. DA Cucurbita melopep., Lin.. só Anmguria trifoliata, Lin. Cucurbita citrullus, Lin. Luffa fricatoria, Fl. mex. Cucumis sativus, Lin. 5% anguria, Lin. 36 melo, Lin. Momordica balsamina, Lin. Sechium edule, Sw. Cucumis Campechianus, H. B. Carica papaya, Lin. Psidium pomiferum, Lin. Oenotera rosea, H. B. Punica Granatum, Lin. Rosa cenlifolia, Lin. ,, Canina, Lin. Prunus domesticus, Lin. Lin. Lin. Mill. Prunus cerasus, ,, Armeniaca, Persica vulgaris, Varietas ejusdem Rubus fructicosus, Lin. Fragaria vesca, Lin. Pyrus mellus, Lin. (varietas). ,, communis, Lin. (varietas) Cydonia vulgaris, Pers. Poterium sanguisorba, Lin, Rosa semper virens scandens. Vicia faba, Lin. Phaseolus vulgaris, Lin. multiflorus, Lin. », Papayaceas. Mirtaceas. . Onagrariaceas. Granateas. Rosaceas. ,, . Leguminosas. LA NATURALEZA pe Chiquita . C. Belenes . C. Mastuerzo C. Geranio . E C OOO ES C. Parra ó vid . Parra silvestre . . €. Canelo V. Jaboncillo. V. Mona . C. Garbanzo. Cicer añetimum. .c. 0% 57 C. Chiícharo. Pisum sativum, Lin. . . . e Taray. . —. Varennea polystachya, D. (. da . Y. Frijolillo pinto ds negro y rojo. Abrus precatorius, Lin. . . 15 C. Chícharo de olor. Latyrus odoratus, Lin... 5 Q. Caracol . Phaseoluscaracalla, Lin. . . AA C. Taltacahuate. Arachis hipogea, Lin... e ES Tabachia. tot. Poinciana pulcherrima, Lin. . de CPAlalta de Medicago sativa, Lin. . . 2 Trebol. . Trifolium arvense, Lin. . . As Mezquite. Prosopis dulcis, HB. 4 0 3 Huisache. . . UA Mimosaalbicans; K FUE An En V. Chaparro prieto ó aña ¿"Mimosa laccifera? . .. . 6. 30 V. Ten vergiienza ó sensitiva. Mimosa casta, Lin. . . . 5 Añil . Indigofera añil, Lin. . . . 5 V. Retama . GonistaW. E de V. Tenaza Mimosa... . E > V. Ébano. E Mimosa Ebanum, Ber. Sl ss V. Frijolillo ó Colorin. Erythrina coraloides, Fl. mex. e V. Junco de espina en Cruz. —Gleditschia monosperma, Walt. YA V. Yedra , Rhus toxicodendrou, Lin. . Terebintaceas. V. Lantrisco (Lentisco) Pistacia Mexicana, H. B. . y Arbol del Perú . Schinus: molle, Lin. -. 10 Se TALAMIFLORAS,. C. Ruda. Ruta graveolens, Lsn. Rutaceas. Guayacan. Guajacum officinale, Lin. Zigofileas. V. Chancaquilla. Oxalis corniculata, Lin. Oxalidaceas. 2 EUA 2 Impatiens balsamina, Lin. . Balsamineas. Tropeolum majus, Lin. . Tropeoladas. Geranium Robertianum, Lin. Geraniaceas. JA odoratissimum, Lin. EA Vitis vinifera, Lin. . Ampelidaceas. o A A A Melia Azederach, Lin. . . Meliaceas. Sapindus saponaria? . Sapindaceas. Pana. » , Esta especie da un fruto como una bala de á onza, aboddadtsino en aceite. C. Naranjo de China . . , Citrus Aurantium, Lin. —, . Aurantiaceas, > ot (== LA NATURALEZA A a 2 vialgaris' Rissor o. ES Comoronjare 1. dls ,, decumanus, Lin. “ . E 0 imon chico en os lim onu, DIA A GQ imondulce. 1. ms. a limeta ISS: EA Bn €. Lima agria ó limon real . Varietas ejusdem . . .-. 7 Calida AA AaLitrasiyMedica lao e E Malva de Castilla . . . Malva lactea, Ait. . . . . Malvaceas. 2» "loca (EUiaar) deso | scoparia) Cave peo ¡EY5t 56 C. Algodon. . . . . . Gossipium vitifolium, Lio. . de GiMalvon a tes Ebiscusiatab lisa 0 ORGIA A E ,, esculentus,-Lin.. é% GA Monacillo 5 pentacarpus, Lin. . pe . €. Vara de San José . . . Alcearosea, Lin. JS Ulea a Malva vititolia; in: 5 . €. Tulipan . . . +. +. Hibiscus rosasinensis, Lin. . de C. Linaza . . . . +. -. Linum usitatissimun, Lin. . Linaceas. C. Clavel... . . +. . Dianthuscaryophyllus, Lin. . Cariofiladas. O CENCIDE o o 50 barbatus lin. 1% . Ga Wioleta 2 «¿e mind Viola jodorata, Lin.”.. .. 5 MViolaceas: C. Trinitaria ó pensamiento . ,, tricolor, Lin. ES Berros de Francia ó Creson. —Sisymbrium nasturcium, Lin. Cruciferas. V. Yerba del pajarito. . . Tlaspiarvense, Lin. . . . S 07 Ae ai Chelranthus chela A C. Col ó repollo . . . . Brassica oleracea, Lin. Po CANDO o ,, apus, Lin. Y Mostaza e e Mapis migra in. a CG. Rábano . . . +. +. +. Raphanus sativus, Lin. 2 C. Adormidera. . . . . Papaver somniferum, Lin. . Papaveraceas. €. Amapola de China. . .. ho Thoeas a e, V. Cardo amarillo (Chicalote). Argemona Mexicana, Lin. As Such 0. tc . +. Talauma Mexicana, Fl. mex. Magnoliaceas. V. Berros del país ó sombre- ritos . . . +. +. + Thalictrum peltatum, D. C. . Ranunculaceas. V. Barba de chibato . . . Clematis dioica, Lin. . . . AR Q. Palomitas ¿CLA Aquilegia vulgaris, Lin... a (. Espuela de caballero . . Delphinium Ajacis, Lin. . . 0 Monterey, Diciembre 15 de 1873. _——_—_—_— A LA NATURALEZA 151 il EL ANACAHUITE, POR LOS SEÑORES DON GUMESINDO MENDOZA Y DON ALFONSO HERRERA, MIEMBROS DE ESTA SOCIEDAD. Hisronia.—La palabra Anacahuite es evidentemente una corrupcion de amacuahuitl, como copalhuate lo es de copalcuahuitl, chalahwite de xaleuahuitl, etc. Con ella designaban nuestros antepasados, un árbol de suma importancia para ellos. En su sintético y elegante idioma, ama- cuahuitl, significa árbol del vapel. De su etimología podemos inferir esta consecuencia: los antiguos mexica- nos daban nombre á las cosas, indicando con él alguna ó algunas de sus pro- piedades ó usos; pero como esto no se hace, sino observando ó experimentan- do los objetos, podemos asegurar que nuestros antecesores se dedicaban al estudio de la naturaleza; tenemos multitud de pruebas con que corroborar nuestro aserto, que no exponemos ahora por ser ajenas al asunto de que tra- tamos. Hernandez, el sabio médico de Felipe II, vino á fines del siglo XVI, á explorar estas vastas y ricas regiones; por espacio de siete años anduvo con una constancia admirable, adquiriendo de boca de los médicos indígenas, lo que sabian de las propiedades y usos de las plantas, y recogió, por decirlo así, los últimos destellos de una civilizacion, que desaparecia entre la sed in- saciable de oro y ante el fanatismo religioso que desmoronaba los templos y las estatuas cubiertas de geroglíficos, y arrojaba á las llamas los manus- eritos que contenian la historia de un gran pueblo y los secretos de las cien- cias; describió el árbol que nos ocupa, mas con tal sencillez y concision, que no es posible identificar con su descripcion el Anacahuite usado hoy; sin em- bargo, la semejanza de la palabra antigua con la moderna, por una parte, y por otra la estructura de la corteza que se presta muy bien á los usos que le da- ban los aztecas (pues habiendo nosotros preparado una corteza de Anacahui- te, siguiendo en todo el procedimiento descrito por Hernandez, hemos obte- 1 Este trabajo se publicó en el año de 1864 en un periódico político: conforme al programa de la Sociedad, de reunir todos los datos científicos relativos á la Historia Natural de México, se inser- ta en la Naturaleza. (C. de P.) La NATURALEZA. —Tomo 111,—23, 152 LA NATURALEZA nido un papirus muy semejante al preparado por los antiguos, lo cual pu- dimos confirmar, comparando el nuestro con el de un documento indígena, escrito sobre este papyrus), nos hace creer que el Amacuahuitl de Hernandez, es por lo ménos de la misma familia y del mismo género que el nuestro. Es digno de notarse que hácia la época en que vino Hernandez á estudiar las producciones de nuestro país, se fabricaba aún en Tepoxtlan el papyrus mexicano con el árbol del papel, puesto que nos da en la fabricacion de es- te precioso objeto, esta expresiva y elegante frase: «Tepoxtlanicis provenit montibus, ubi frequenter interpollatur ex ea papyrus, fervetque opificum tur- ba» y hierve la multitud de trabajadores: es decir, que aun habia actividad en ese comercio del papyrus, que como el de los egipcios, servia para es- cribir en él la historia de los dioses y de los héroes, para adornar las piras funerales y para hacer vestidos y cuerdas: en una palabra, lo empleaban en los usos religiosos, políticos y económicos. Pero es indudable que cuando Hernandez admiraba la turba de trabajado- res, ya no se utilizaba nuestro árbol mas que en los usos ecónomicos, suce- diendo aquí lo que dice el naturalista romano al hablar del papyrus egip- cio: «despues pasó á usos comunes un objeto del que depende la inmorta- lidad de los hombres. » Hernandez concluye dandonos el método que seguian los artesanos azte- cas para preparar su papyrus, y encontramos en esta manipulacion, una se- mejanza tal con la que usaban los antiguos habitantes del Nilo, que casi no hay diferencia alguna. CLASIFICACION Y DESCRIPCION BOTANICA.—El Anacahuite, conocido tambien con el nombre de Siricote y Trompillo, pertenece á la familia de las Borra- ginaceas, tribu Cordieas, género Cordia de Plumb, y especie Borssiera de D. C.: sus caractéres son como sigue: «C. G. Cáliz tubuloso, obovado ó campanulado, 4—-5 dentado, raras veces 3, 6 6—8 id; dehiscencia regular ó irregular, nunca circumcisa. Corola in- fundibuliforme 6 hipocraterimorfa; limbo 4—5 partido, raras veces 6—12 lobulado. Estambres en número igual á las divisiones de la corola. Estilo dos veces bífido, casi siempre exerto. Drupa ovada ó globosa, pulposa, ce- ñida frecuentemente por el cáliz persistente; de 1—3 lóculos, 1—espermos por aborto de uno de los lóculos del ovario. Hojas alternas, raras veces sub- opuestas, apezonadas, de forma variada, enterísimas ó dentadas. Flores di- versamente dispuestas, alguna vez por aborto polígamas ó monoicas: corola casi siempre blanca. Arboles ó arbustos de las regiones calientes del globo, con especies de frutos pectorales. » LA NATURALEZA 153 «C. E. En las extremidades de los ramos las hojas más jóvenes por su ca- ra superior, y el cáliz, leonado-tomentoso; hojas ovado-elípticas, obtusas en sus dos extremidades, enteras ó sub-enteras, escabro-rugosas por encima y por debajo tomentosas; cimas paniculado-terminales, más cortas que las hojas; cáliz cilíndrico, infundibuliforme, exteriormente tomentoso-sericeo de 5 lobulos libres, ó 2—3 igualmente sub-unidos; corola cuatro veces más larga que el cáliz, en la parte média exterior pubescente, infundibuliforme, en el interior del cáliz cilíndrica; hojas de 3 á 7 pulgadas de largo, incluso el pezon que tiene de 6 á 24 líneas y de ancho de 1x á 4 pulgadas. Cáliz sentado de 6 líneas de largo, sub 10—estriado. Estivacion de los lóbulos de la corola quincuncial. Estambres 5, lampiños.» Prodromus, vol. IX, D. €. Hanrracion.—Las regiones calientes y húmedas de la vertiente oriental de la gran cordillera mexicana. Axauisis quica.—En el Journal de Pharmacie et Chimie, T. XXIX, se ha publicado la análisis que Buchner hizo del leño de este árbol, la que copiamos á continuacion: «La madera de Anacahuite recomendada para el tratamiento de la tísis, no tiene sabor, el agua fría solo disuelve una pequeña cantidad de tanino, que da un precipitado verde con las sales férricas; lo mismo sucede con el agua hirviendo, no obstante que se encuentran algunos granos de almidon entre los rayos medulares. Por el alcohol se extrae algo de tanino y una corta can- tidad de una sustancia resinosa. El éter casi nada disuelve. No contiene ningun principio inmediato particular, y solo se encuentra en ella los ácidos tánico y gálico, una poca de goma y de resina, y oxalato de cal en abundancia, contenido de preferencia en el liber y la medula. 1.000 gramos de madera han dado por la calcinacion 18,05 de ceniza, compuesta de cloruros y sulfatos alcalinos, siliza, carbonatos de cal y de magnesia, sexquióxido de fierro y vestigios de ácido fosfórico. El liber seco produjo 20% de cenizas, formadas casi enteramente de car- bonato de cal. La madera bien seca y desprovista del líber, solo produjo 2.93% de ce- nizas. Buchner hace la observacion de que en el líquen de Islandia, usado tam- bien como pectoral, existe en abunaancia el oxalato de cal, de donde infiere que las propiedades medicinales del Anacahuite deben atribuirse en gran par- te á esta sal, que como se ha dicho existe en él en gran cantidad. Creemos conveniente añadir, que el método práctico y sencillo que hemos 154 LA NATURALEZA encontrado para reconocer el leño del Anacahuite, consiste en el exámen de la corteza, la que está formada de láminas fibrosas que se desprenden con fa- cilidad, y entre las cuales se encuentra en abundancia un polvo blanco, (oxa- lato de cal,) pero principalmente en la coloración verde que toma la madera cuando se vierte en un corte reciente, una solucion alcalina cualquiera que sea. Para concluir ponemos á continuacion las diferentes especies de Cordia que sabemos existen en México. C. timifolia, Wilden. Acapulco. C. diversifolia, Pay. C. elacagnoides, D. €. Entre Tehuantepec y Boca del Monte. C. nodo- sa, Lam. C. dodecandra, D. €. Alvarado. (Llamada vulgarmente Copito.) €. ro- tata, Mociño. C. ferruginea, Roem. et Schult., Jalapa. C. crenulata, D. C. C. Peruviana, var. Mexicana, Rom. et Schult., Cerca de Campeche. ¿C. linearis? D. C. C. Hermanmefolia, Cham., Hacienda de la Laguna. C. ¿ntegrifola, Rem. et Schult. C. serrutifolia, H. B. K. Cerca de Campeche. C. Oaxacana, D. C. To- tolapa. C. ambigua, Cham. Cerca de Jalapa. ¿C. parvifolia? D. €. —_——_—A AAA] KK NOTA SOBRE LA PLATA SULFÚREA PSEUDOMÓRFOSIS DE ROSICLER OSCURO POR EL SEÑOR DON SEVERO NAVIA, SOCIO CORRESPONSAL. Hace algunos meses que estudiando la coleccion particular de minerales de plata de las minas de Guanajuato, perteneciente al señor ingeniero de mi- nas, 1). Ignacio G. Rocha, me encontré dos ejemplares cris- talizados de la mina de Sirena, cuyos caractéres correspon- den á los de la plata sulfúrea, excepto la forma que es la del rosicler oscuro. En efecto, los cristales presentan des- de luego el aspecto de los de esta especie, como lo mani- fiesta el dibujo: son prismas exágonos regulares, termina- LA NATURALEZA 155 dos por el romboedro equiáxeo de ángulo de 13730", medido con el gonió- metro de aplicacion. Á este carácter, que no deja duda de que la forma es la del rosicler oscuro, supuesto que el ángulo del romboedro es, con dife- rencia de 10”, el mismo que el Sr. Dufrénoy le asigna al equiáxeo de dicha especie, se añade el que las caras laterales de los prismas poseen aún, la tex- tura hojosa encubierta de los cristales de la misma forma de rosicler no al- terado. En cuanto á los demas caractéres, son estos: los cristales por fuera son poco lustrosos, casi mates, en parte cubiertos de polvorilla de plata y de co- lor negro de hierro; adquieren lustre en la raspadura, que es lustrosa y de color gris de plomo negruzco; blandos; dureza de 2,5 en la escala de Brei- thaup; semidúctiles; al golpe de la mano del mortero se rompen, y los frag- mentos que saltan se aplastan en laminitas brillantes del mismo color gris de plomo; poco pesados; peso específico de 4,12, notablemente inferior á los de la plata sulfúrea y del rosicler, lo que se explica fácilmente por la po- rosidad que presentan y que manifiesta haber sido atravesados por corrien- tes gaseosas. Una pequeña porcion que desprendi, tratada al soplete, sobre el carbon, sin reactivo ninguno, fundió inmediatamente, dando olor sulfuroso, un bo- ton de plata pura y una pegadura débil de color amarillo de ocre en la cavi- dad del carbon, junto á la prueba, y otra pardo-rojiza oscura hácia fuera, ambas debidas á la plata. * Estos caractéres pirognósticos manifiestan que los únicos elementos que contienen, son la plata y el azufre. La falta de ejemplares que puedan proporcionarme material para ejecutar un análisis cuantitativa, me ha impedido asegurarme de si los referidos elementos se encuentran en las mismas proporciones que en la plata sulfúrea. El otro ejemplar de los dos que he citado al principio, presenta estos ca- ractéres: los cristales son tambien prismas exágonos regulares; pero el rom- boedro que forma el apuntamiento, parece más bien el primitivo del rosicler, 1 Como pudiera causar sorpresa á algunas personas oir que la plata da pegaduras, cuando la mayor parte de los autores en uso colocan este metal entre los que no producen ninguna, debo ad- vertir, que al clasificar la coleccion de minerales de plata en el colegio de este Estado, observé que las diferentes especies de ese género, tradas al soplete sobre el carbon, dan las mismas pegaduras arri- ba citadas; con la particularidad, de que cuando la sustancia que se prueba, contiene antimonio, como la plata agria y los rosicleres oscuro y semiprismático, la parte pardo—rojiza oscuro, mezclándose con la de este metal adquiere un tinte rojo, unas veces carmin flor de albérchigo ó rosa, y otras violado purpúreo ó rojo pardusco; cuyas coloraciones comienzan á notarse en caliente, al desprenderse los úl- timos humos blancos de ácido antimonioso, y por el enfriamiento vienen á ser muy marcadas, presen- tándose bajo dos formas, en zonas circulares y flameadas. Estas coloraciones algunas veces nose ob- tienen. Por experiencias directas sobre la plata pura y ligada con antimonio, verifiqué que las pega- duras que acabo de citar, son debidas á la plata y á la mezcla de la de este metal con la del antimonio, En el otro artículo que á la vez tengo la honra de presentar á esa ilustrada Sociedad, doy detalles so- bre este particular, así como sobre las pegaduras que dan algunas ligas binarias de plata. 156 LA NATURALEZA que el equiáxeo; no he podido asegurarme de ello midiendo el ángulo, por estar los prismas incrustados en cristales cúbicos de plata sulfúrea. Exterior- mente poseen un tinte rojizo, análogo al del rosicler, en tanto que en la ras- padura su color es gris de plomo y son perfectamente dúctiles. Este ejem- plar, juntamente con otros de bromuro de plata cristalizado en cubos senci- llos, de la mina de la Luz, han sido regalados por el Sr. Rocha á la colec- cion Mineralógica del Colegio del Estado, de que es digno profesor. Tratando de explicar la causa que haya producido la presente pseudo- mórfosis, efectué dos pruebas: 1.* Expuse en las pinzas de platina á la Jla- ma de una vela, un fragmento de rosicler perfectamente puro; á la primera impresion del calor se resquebrajó; pero con la porcion que quedó adherida á las pinzas, despues de haberse desprendido el antimonio, parte al estado de óxido, y la otra en el estado de sulfuro, obtuve un resíduo de color gris de plomo y dúctil, aunque en menor grado que la plata sulfúrea. 2.* Sometí á la reverberacion, en un tubo abierto por los dos extremos y encorvado, otro fragmento de rosicler igualmente puro; desde luego se resquebrajó y fundió; despues se desprendió óxido de antimonio, y quedaron por resíduo unos Írag- mentos dúctiles de color gris de plomo. Estas experiencias, aunque no ex- plican definitivamente la pseudomoórfosis, al ménos manifiestan la posibili- dad de que sea el calor el agente que trasformó el rosicler en sulfuro de plata dúctil. He creido que la presente noticia sobre la referida pseudomórfosis, que no he visto descrita en ninguno de los autores de Mineralogía que yo conozco, será de alguna importancia, aunque meramente científica, y por lo mismo, aceptable á los ojos de esa respetable Sociedad. Colegio del Estado de Guanajuato, Abril de 1874. EL TLALCOYOTL, POR EL SEÑOR DON ALFREDO DUGES, SOCIO CORRESPONSAL EN GUANAJUATO. El mamífero carnicero, designado por Hernandez con este nombre, es evi- dentemente la Taxidea Berlandieríi, de Baird, conocido con el nombre de Puerco Juin, y tambien con el de Tejon. TA NATURALEZA 157 Su descripcion, en vista de una hembra jóven, la única que he examinado, es como sigue: Dimensiones: cabeza 0,7 15; cuerpo 0,1 32; cola 0,7 13; ancho del dorso 0,7 20. Fórmula dentaria 1.4, c+, m+ Pelo muy largo sobre el cuerpo, menor en la cola y corto en el hocico; partes su- periores de un gris leonado; laterales leo- nado claro con rayas negrzucas. Detras de la nariz nace una línea blanca que sube á la frente y llega hasta la nuca; en los dos tercios posteriores de la parte média del dorso existe la misma. Nariz y lados del hocico pardos, así como una faja entre la línea blanca de la frente y el carrillo; éste es blanco, y sobre los lados de la quijada hay una exten- sa mancha triangular negra; orejas negras, ribeteadas de blanco en su bor- de libre. Iris negruzco. Cola rojiza con la punta casi negra. Patas de este color con las uñas pardas. Este animal, que es la primera vez que lo veo, en 17 años que llevo de permanencia en Guanajuato, me dicen que se encuentra por el rumbo de Silao, y que de noche sale de sus madrigueras, á asolar los plantíos de maíz; mas por lo que he observado prefiere la carne á los demas alimentos. Setiembre de 1870. El género Meles, de Linneo, designado despues por Cuvier con el de Taxus, ¿pertenece á la sub=familia de los Carnivoros plantigrados de este autor y a 158 LA NATURALEZA la division sub-ursianos de Blainville. Está caraterizado por tener 36 dientes, 6 incisivos y 2 caninos en ambas mandíbulas, $ molares en la superior y 12 en la inferior. Son animales de cuerpo rollizo y bajo por la cortedad de sus pier- nas, que los hace andar casi arrastrándose; su hocico es recogido y las ore- jas cortas, arredondadas y casi ocultas por el pelo; ojos pequeños; lengua lisa, piernas terminadas por 5 dedos armados de uñas largas y robustas, so- bre todo las anteriores, las que son propias para escarbar la tierra; cola cor- ta y velluda, y junto al ano se encuentra una bolsa provista de un orificio trasversal, siendo el producto de la secrecion de un olor repugnante; mamas en número de seis, 2 pectorales y 4 ventrales; pelo largo, grasoso, rudo al tacto, y de tres colores y nada escaso. El género de que nos ocupamos ha sido dividido por los metodistas mo- dernos: 1.%, en Taxus propiamente, que comprende el Tejon de Europa, Blaireau de los franceses, 7. vulgaris, Lin.; 2.%, Taxidea, á la que corres- ponde el 7. Labradorica, y nuestra especie; Ursitaxus, reservada al U. Na- paulensis, de las Indias Orientales. Estas secciones fundadas en las distintas regiones que habitan las especies y en algunas diferencias en la denticion, son consideradas por Chenu como simples sub-géneros y no géneros como así las admiten algunos. Como el Tejon de Europa, el Tlalcoyote es un animal perezoso; la forma de su cuerpo, la cortedad de sus patas y fuerza de sus uñas, le permiten escarbar con facilidad la tierra é internarse en ella á traves de una madrigue- ra tortuosa y oblicua; no sale sino durante la noche para alimentarse, sien- do muy duro de matar y valeroso cuando se ve atacado. Esta especie habita, segun noticias, exclusivamente en la mesa central de México, en los terrenos pedregosos de la falda de las montañas que están in- mediatos á los plantíos de maíz, pues se alimentan siempre que pueden, con las raíces de esta planta, devorando tambien el elote cuando está tierno. En el Valle de México se les encuentra raras veces. El único ejemplar de la 7. Berlandierúi que existe en las colecciones del Museo Nacional, es una hembra bastante jóven; mide de largo 65 centí- metros y de ancho en el dorso 25; su cola, en lo general, es tal como la des- cribe el Sr. Dugés, notándose sin embargo, que la línea blanca que nace de la extremidad del hocico, se extiende hasta el nacimiento de la cola, con una ligera interrupcion en la mitad del dorso; las manchas negruzcas, más bien que rayas, de la parte superior y lateral del cuerpo, son muy extensas; la parte inferior es blanco-amarillenta; el pelo del dorso y flancos examina- do aisladamente, es de este color en su primera mitad, en seguida negro, y blanco cerca de la punta. Los dientes anteriores que son los únicos que LA NATURALEZA 159 se pueden estudiar en el ejemplar citado, presentan los caractéres que Y. Cuvier describe en los animales del género Taxus; incisivos, dispuestos tras- versalmente, con los externos superiores más gruesos que los demas y en forma de caninos, los inferiores correspondientes algo ensanchados en paleta y desigualmente bilobulados; caninos robustos, poco largos, cónicos, bastan- te arqueados, sobre todo los inferiores que son más ganchudos y ménos ca- renados que los superiores. ((. de P.) Nora.—El pelo no está representado en el grabado tal como debe ser, pues es mucho más largo y lacio. ENSAYO ORNITOLÓGICO DE LA FAMILIA TROCHILIDA O SEA DE LOS COLIBRIES 0 CHUPAMIRTOS DE MEXICO, POR EL Sr. D. RAFAEL MONTES DE OCA, SOCIO DE NUMERO. (CONTINUA,) Num. 26.—Chupamirto comun de pecho blanco. Cyanomyia cyanocephala, Gould; Ornismya cyanocephala, Less.; Cyanomyia cyanocephala, Bonap. Este chupamirto, conocido vulgarmente con el nombre primero arriba ci- tado, vive durante todo el año en las inmediaciones de Jalapa, Coatepec, Orizava y Córdoba, y en algunos otros lugares que se hallan poco más ó mé- nos á esta latitud. Es sumamente familiar con el hombre, pues se le acerca mucho sin aparentar miedo á gustar la miel de los cálices de las flores, par- ticularmente las del mazapan, si hay algunas en el campo cerca de él. Ade- más visita casi constantemente y en todas las estaciones, los jardines de las casas de las ciudades; pudiendo desde luego decirse, que Jalapa y la parte de la República que se halla á la misma latitud y altura, es su localidad; puesto que el que esto escribe ha encontrado, en los meses de Abril y Mayo, nidos de es- La NATURALEZA, —Tomo 11, —24, 160 LA NATURALEZA ta especie de avecitas, los cuales están fabricados por dentro con los filamen- tos sedosos de la semilla del tule, como lo están la mayor parte de los de esta familia que pertenecen á aquella region, y por fuera cubiertos con el musgo de las peñas, de una manera tan ingeniosa y perfecta, que seria difícil al hom- bre imitar tan curioso trabajo. Dichos nidos los hace la hembra, con ayuda del macho, en tres ó cuatro dias, y pone por lo general dos huevecitos, y alguna que otra vez, tres; que son blancos, ovalados y al parecer grandes en proporcion al tamaño de ella. La apariencia de estos colibries es como sigue: las plumas de encima de la cabeza, de un color azul marino metálico hermosísimo; las cubiertas de las alas, las de la cola y la parte posterior del cuerpo, son de un color pardo verdusco bronceado; la cola del mismo color, pero con ménos brillo; sus alas son largas igualando el tamaño de la cola y de color de tierra pur- púrea; su garganta blanca que parece de raso, con los lados tintados de un color entre azul y verde mar muy delicado y brillante; las plumas del cen- tro del vientre y las cubiertas de las piernas, de color blanco sucio; la parte de debajo de las alas pardo bronceado; las cubiertas inferiores de la cola, del mismo color un poco más claro; sus patas, uñas y mandíbula superior negras; la mandibula inferior con las tres cuartas partes de ella, cerca de la cabeza, color de carne. Su tamaño desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola es 4% pulgadas; alas 24; cola 1%, y pico % id. La hembra, es del mismo tamaño que el macho y solo se diferencia de éste, en que tanto el azul de la cabeza como el blanco del pecho, no son tan marcados y su cabeza es más pequeña, teniendo ambos el pico recto. Num. 27.—Chupamírto verde de cola de pescado. Chlorostilbon auwriceps, Gould. Este vistoso colibrí, cuyo descubrimiento se debe á las infatigables tareas del Sr. Floresi d' Areais, es muy probable que se encuentre en el rumbo de las minas de Real del Monte, adonde dicho señor tuvo el gusto de encontrar la mayor parte de las especies que envió á Europa. Tambien se halla en el Va- lle de México, mas en esta region se considera como muy raro; puesto que solo se pueden conseguir anualmente uno que otro ejemplar. El Sr. Gould ha colocado esta especie en el género Chlorostilbon, que significa verde resplandeciente, y le ha dado además, el nombre de «Long-tat- LA NATURALEZA 161 led Emerald,» esmeralda de cola larga á causa de esos dos caractéres tan marcados que tiene. La apariencia del macho adulto, es como sigue: la parte superior de la cabeza, de un color verde metálico con reflejos de oro, que en algunas posi- ciones de la luz, mas bien parece que sus plumas son escamas de ese pre- cioso metal perfectamente bruñido; toda la parte superior del cuerpo y cu- biertas de las alas y de la cola, tienen un tinte verde bronceado lustroso; alas pardo-purpúreas; cola extremadamente ahorquillada, de un color negro azuloso con las extremidades de cada pluma tintadas de gris ferruginoso cla- ro, excepto la exterior de cada lado que es de un solo color; toda su par- te inferior, comenzando desde la garganta hasta llegar á la region anal, es de un color verde esmeralda metálico hermosisimo, con reflejos dorados; flan- cos de este mismo color; region anal y cubiertas de las piernas, blancas; cu- biertas de debajo de la cola, pardas con visos verde bronceados; su pico, que es recto, negro, con la base rojiza; patas pardo-oscuras y uñas negras. Su largo total es de 4% de pulgada; alas 1 pulgada 10 líneas; cola 2 pul- gadas, y pico recto, 7 lineas. La hembra, que es un poco más pequeña que el macho, tiene la parte su- perior de la cabeza, del cuerpo, cubiertas de las alas y de la cola, así como los flancos, verde bronceados; alas pardo-purpúreas; cola, tan ahorquillada como la del macho, con las dos plumas del centro verde bronceadas, las demas, con excepcion de la exterior de cada lado, de este mismo color en su base, con el resto negro, ligeramente tintadas de gris en la extremidad de cada una; la exterior es tambien del color de las demas en su base, en seguida tiene una porcion gris ferruginosa, despues negro y termina con un tinte gris claro; toda su parte inferior, inclusa la cubierta de debajo de la cola, tiene un tinte gris ferruginoso, un poco más claro en la parte que cor- responde á la garganta, y por último, su pico, patas y uñas, son iguales á las del macho. Num. 28.—Chupamirto de pico de coral y vientre castaño. Heliopeedica Xantusi, Lawr.; Xantus's humming-bird, Gould; Amazilia Xantussi, Lawr.; Heliopeedica castaneocauda, Lawr. Este precioso colibri, que el Sr. Lawrence ha apellidado así en honor del Sr. J. Xantus, á quien la ciencia debe mucho por sus investigaciones ornito- lógicas en la parte occidental de la América del Norte, se encuentra en la Ba- 162 LA NATURALEZA ja California, cerca del cabo San Lúcas, de cuya localidad fueron “enviados ejemplares al Smithsonian Instituto de Washington. El Sr. Lawrence, en los Anales del Liceo de Historia natural de New-York, de principios de Abril de 1860, describió primero una hembra de esta espe- cie, con el nombre de Amazilia Xantusit, y pocos dias despues, un macho con el de Heliopaedica castaneocauda, siendo la apariencia exterior de és- te, como sigue: la parte frontal de la cabeza, garganta y una línea que le corre por la parte inferior del ojo y se prolonga hasta como média pulgada hácia atrás de éste, de un color negro azulado, teniendo además otra línea blanca que se extiende hácia el lado superior de la negra, comenzando en la parte posterior del ojo; toda la region superior del cuerpo y cubiertas de - las alas y de la cola, verde-bronceadas; alas pardo-purpúreas; cola de un color castaño rojizo oscuro, con las dos plumas del centro marginadas de verde bronceado en casi todo su derredor; las restantes tienen tambien un sombrío oscuro cerca de sus orillas; cuello y pecho, con plumas de apa- riencia escamosa, de un color verde metálico hermosísimo; abdómen y cu- biertas de debajo de la cola, de color castaño; flancos con reflejos broncea- dos; cubiertas de las piernas, blancas, tintadas de color castaño; pico color de carne, con la punta negra; patas negro-parduscas, con las uñas negras. Su largo total es de 4 pulgadas; cola 1% idem; alas 2% id, y pico % idem. La hembra es casi del mismo tamaño que el macho, con la parte superior de la cabeza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, verde-broncea- das, con un tinte más latonado en la cubierta de la cola y algo pardusco en la parte frontal de la cabeza; las dos plumas del centro de la cola tambien son verde-bronceadas, las demas castaño rojizas, con una mancha oscura en la mitad exterior de cada pluma, cuya mancha disminuye en longitud, gradualmente en las que están más hácia los lados; alas pardo-purpúreas; toda su parte inferior, de un tinte castaño uniforme con visos verde-bron- ceados en los lados del cuello, y en los flancos adonde son más marcados; en la parte superior del ojo tiene una línea de color castaño, la cual, prolon- gándose hácia atrás de éste, toma un tinte casi blanco; la mandíbula in- ferior es color de carne con la extremidad pardo-oscura, siendo tambien de este color la superior; patas y uñas iguales á las del macho. LA NATURALEZA 163 Num. 29. —Chupamíirto de cabeza y cuello escarlata. Calipte Annae, Gould; Ornismya Anna, Less.; Trochilus Anna, Jard.; Mellisuga Anna, Gray y Mitch. Esta bellísima especie de colibríes, parece ser peculiar de California, pues allí la descubrió el Dr. Botta; mas parece ser equívoca la idea de que visita la altiplanicie del Valle de México, puesto que el que esto escribe aun no ha podido encontrarla en esta region. En 1829 fué introducida en las colecciones parisienses, y el Sr. Lesson, encontrando que era una especie nueva, la dió el nombre de Anna, en ho- nor de la Duquesa Anna de Rivolí, á la cual, así como á su marido, consi- deraba como entusiastas naturalistas. El Sr. Gould dice, que se debe al Dr. Gambel, de Philadelphia, el crédi- to de las observaciones que hizo en sus Notes of the birds of California, Notas de los pájaros de California, entre las cuales se halla la correspon- diente á esta notable especie, que dice así: «Frecuenta las viñas y los ¡jar- dines de los pueblos, formando sus delicados nidos en los pequeños matorra- les florecientes ó escondidos en los cercados de los huertos, durante los me- ses de Abril y Mayo. Dichos nidos se encuentran en casi todos los jardines. » Por lo expuesto se ve, que su localidad está perfectamente bien determinada. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, las cubiertas de las orejas, garganta y lados del cuello, de un color carmesí metálico brillantísimo; toda la parte superior del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, verde-bronceadas; alas pardo-purpúreas; cola casi cuadrada, con las dos plumas del centro verde-bronceadas, las demas pardo- oscuras, con los lados interiores de un tinte un poco más claro; pecho y cen- tro del abdómen, gris; flancos verde-bronceados; region anal y cubiertas de las piernas, blancas; cubiertas de debajo de la cola, verduscas marginadas de gris; patas negro-parduscas; pico que es recto y uñas, negras. Su largo total es de 4 pulgadas; alas 2% idem; cola 1%, y pico % idem. La hembra tiene la parte superior de la cabeza, pardusca; toda la parte de arriba del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, verde-bronceadas, con las dos plumas del centro de ésta, de ese mismo color; las restantes tienen las bases grises, en seguida una porcion verde-bronceada, despues otra ne- gra, con una manchita blanca en las extremidades de las dos laterales de cada lado de ella; alas pardo-purpúreas; toda la parte inferior, de un tinte ? - 164 LA NATURALEZA gris con visos verduscos en los flancos y lados del cuello, teniendo además unas cuantas plumas carmesí brillantes en el centro de la garganta; patas, pico y uñas iguales á las del macho. Num. 30.—Chupamirto real de pecho verde y cabeza azul. Eugenes fulgens, Gould; Trochilus fulgens, Swains.; Ornismya Rivolí, Less.; Mellisuga fulgens, Gray y Mitch.; Celigena fulgens, Bonap. Esta preciosa especie de colibries, es otra de las que llaman la atencion en el territorío mexicano, tanto por su tamaño, como por el vistoso contraste de los colores metálico de su cabeza y garganta. Se halla bastante espar- cida en este país, encontrándose en las inmediaciones de Jalapa y Coa- tepec durante la primavera y verano; pero con más abundancia en el otoño, en lo general gustando la miel de las flores del Cardo Santo /Centaurea benedicta), en cuya estacion se halla en el más abundante estado de flores- cencia. Tambien se encuentra en el Valle de México durante ese mismo período del año; mas es extraño que en ninguna de esas localidades se haya podido encontrar algun nido de los que fabrica dicha especie, puesto que debe nidificar durante alguna época de ese periodo. El Sr. Gould dice que habita tambien en Guatemala; y aunque no especifica el tiempo de su es- tancia allí, es muy probable que ésta sea durante el invierno, y le da tam- bien el nombre de Rivolí que le asignó Lesson, cuando creía que era una especie nueva, en honor de Massena, Príncipe de Essling y Duque de Rivo- lí, aunque algun tiempo ántes Swainson la habia apellidado fulgens. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, de un color azul turquí metálico hermosísimo; la parte tambien supe- rior del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola y abdómen, con excepcion de la parte posterior de éste, que es algo pardo-ferruginosa, son de un color verde-bronceado, siendo de notar, que tanto la parte su- perior del cuello como la anterior del abdómen é inferior del pecho, vistas de frente, á pesar de ser del color indicado, tienen la apariencia de un negro mate muy intenso; su garganta y parte inferior del cuello, son de un color verde tan brillante y hermoso, como el de la esmeralda; alas pardo-purpú- reas; cola con las dos plumas del centro, verde-bronceadas, las demas negro- parduscas con reflejos bronceados en sus bases y extremidades; cubiertas de debajo de la cola pardo-ferruginosas, marginadas de un tinte un poco más Ñ TA NATURALEZA o 165 claro; patas pardas; pico casi recto y uñas, negras; teniendo, por conclusion, una pequeña mancha blanca en la parte posterior del ojo. La hembra, es con poca diferencia, del tamaño del macho adulto; tiene la parte superior de la cabeza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la co- la, de un color verde-bronceado, algo pardusco en lo que corresponde á la cabeza; alas pardo-purpúreas; cola con las dos plumas del centro verde- bronceadas, y las laterales negro-parduscas, con un sombrío más oscuro há- cia sus extremidades, donde tienen las tres exteriores de cada lado, una mancha casi blanca, más pequeña en las que están más hácia el centro; to- da su parte inferior es pardo-gris ferruginosa, con visos bronceados en sus flancos; teniendo unas manchitas parduscas, no muy marcadas en la gargan- ta; y por último, tiene el pico, patas, uñas y la mancha blanca en la parte posterior del ojo, iguales á las del macho. El macho jóven se parece más á la hembra que al macho, pues solo se diferencia de aquella, en que tiene algunas plumas azules en la cabeza y ver- des en el cuello, en mayor ó menor número, á medida que tiene más ó ménos edad, y que las extremidades claras de las plumas de los lados de la cola, son ménos marcadas miéntras tanto no le desaparecen con la edad. Num. 31.—Chupamirto de pecho color de amatista. Calliphloz Mitchelli, Gould; Mellisuga Mitchelli, Gray y Mitch.; Calothoraz Mitchelli, Reichem.; Tryphena Mitchelli, Bonap. De esta rara especie de colibries, hasta hace pocos años, solo dos ejempla- res existian en Inglaterra, uno en la coleccion del Sr. Loddiges de Hackney y otro en la del Sr. Gould; de los cuales, el primero tenia asignada por lo- calidad Zimapan, en el Estado de Hidalgo, segun dice el mismo Sr. Gould en su interesante monografía de los colibríes; y el otro en las cercanías de Popayan, siendo machos ambos ejemplares. El Sr. Bourcier fué quien le dió el nombre de Mitchelli, en honor de Mit- chell, célebre naturalista inglés, que tanto celo ha desplegado en la propaga- cion de la historia natural en su país. Los individuos de dicha especie se parecen mucho al Calothoraa cyano- pogon, tanto por su tamaño, como por el color de su garganta y forma ahorquillada de su cola. El macho adulto, en su apariencia exterior es como sigue: la parte supe- rior de la cabeza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un co- 166 y LA NATURALEZA lor verde-oliva con ligeros visos bronceados; alas, pardo-purpúreas; cola, bastante ahorquillada, de ese mismo color, pero mucho más oscuro; gargan- ta y cuello, de un tinte purpúreo violado metálico hermosísimo; parte supe- rior del pecho, gris blanquecino; abdómen y flancos, del mismo color de la parte superior del cuerpo; cubiertas de debajo de la cola, pardo-verduscas; region anal cubierta de un plumon blanco, teniendo además una mancha oblonga, de un tinte castaño, en la parte superior que cubre los cuadriles; sus patas son pardo-oscuras; sus uñas y pico casi recto, negros. Su largo total, es de 4 pulgadas desde la punta del pico hasta la extremi- dad de la cola; alas 1% idem; cola 1% idem, y pico 8 líneas. La hembra, como debe suponerse, es desconocida. Num. 32.—Chupamúirto de gola y cabeza violada. Calypte Costae, Gould; Ornismya Costae, Bourc.; Mellisuga Costae, Gray y Mitch.; Selasphorus Costue, Bonap' Esta notable especie de colibríes, tan conspícua, como dice el Sr. Gould, por el raro y hermoso tinte de su cabeza y cuello, imposible de describirse con exactitud, asi como por su diminuto tamaño, es otra de las muchas que colectó el Sr. Floresi y que se encuentran en la parte occidental de la Repú- blica mexicana, así como tambien en California. El Sr. Bourcier fué el que la describió primero con el nombre de Costae, en honor del marques de Costa, de Chambery, posesor de una magnífica co- leccion de pájaros de distintos países. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, cubiertas de las orejas, garganta y cuello, adonde sus plumas de as- pecto escamosa son mucho más largas que las demás, de un color de lila ó violeta metálico hermosísimo; la parte superior del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, verde-bronceadas; alas pardo-purpúreas; cola cuadra- da, con seis de sus plumas centrales, de un tinte verde bronceado un poco más oscuro que el de la parte superior del cuerpo, con las dos restantes de cada lado, pardo-oscuras, teniendo todas las demas las extremidades tinta- das de ese mismo color; toda su parte inferior es gris blanquizca, con un tinte verde-bronceado en los flancos; patas, pico casi recto y uñas, negro- parduscas. La hembra presenta la misma diferencia que se observa con respecto al LA NATURALEZA 167 macho, en cuanto al color, que la que existe entre los dos sexos del Calyp- te Annae con cuya especie tiene mucha analogía tanto la una como el otro, excepto en el tamaño. (CONTINUARA.) APUNTES SOBRE EL MINERAL DE SAN NICOLÁS DEL ORO, SITUADO EN EL DISTRITO DE MINAS DEL ESTADO DE GUERRERO: POR EL SEÑOR DON TEODORO LAGUERENNE, SOCIO DE NUMERO. Octubre 19 de 1874. Este mineral se encuentra á sesenta leguas al S. O. de la capital de la República; esta distancia la aprecio en línea recta, pues por el camino que se toma para llegar á aquel lugar, se tiene que caminar próximamente el do- ble, atravesando el Rio Mexcala á cosa de once leguas ántes de llegar á San Nicolás del Oro. Respecto á la descripcion de su formacion geológica, no podré extender- me tanto como deseara, pues como dicho mineral se encuentra situado en la falda de la Sierra Madre, casi todo el terreno, que es muy quebrado, está cubierto de una vegetacion rica y abundante, lo cual como es de suponer, dificulta las observaciones. En estos terrenos abundan los encinos y ocotes, contándose entre la primera clase el encino blanco y el encino prieto; de suerte que no escasean las maderas para la fortificación en las minas y para las obras exteriores. Durante mi permanencia en este mineral, que tuvo por objeto, el dar un informe de sus minas á la Compañía Restauradora, he podido observar que estas montañas están formadas en su mayor parte, de calizas metamórficas, teniendo en lo general, un color blaneo amarillento, y algunas con un tinte azulado; las considero como calizas de los terrenos secundarios, pertenecien= tes á la época jurásica. Esta formacion es muy semejante, á las que he ob- La NATURALEZA, —Tomo 111.205, 168 LA NATURALEZA servado en el Mineral de Mazapil, en el Estado de Zacatecas, y en el Mineral de Zimapan, en la Sierra de Jacala, etc., etc.; puedo decir que es la forma- cion más dominante de todo el país; he vacilado por mucho tiempo, no sa- biendo si deberia yo clasificar esta formacion, como cretácea ó como jurásica, ó como una formacion intermedia entre ambas, pues como todas estas calizas se hallan en estado metamórfico por el contacto y levantamiento de los pórfi- dos, sienitas, dioritas, etc., etc., no se encuentran por consiguiente, ningunos restos fósiles que lo puedan guiar á uno en la elasificacion; sin embargo, en las inmediaciones del Mineral de Tasco, existen calizas semejantes; y co- mo se puede considerar que las serranías en estos dos distritos mineros son contemporáneas, y perteneciendo las calizas del Mineral de Tasco á la época de la formacion jurásica, segun se puede juzgar por las pocas petrificaciones características de esa época que se encuentran en ellas, no vacilo por lo tan- to en clasificar las calizas del Mineral de San Nicolás del Oro, como ealizas pertenecientes á la época de la formacion jurásica, como indico más arriba. Esta formacion de calizas metamórficas, está recubierta por capas de arci- llas coloridas, algunas veces de amarillo, otras de azul bajo, y generalmen- te de rojo más ó ménos intenso, cuyos colores son debidos á los óxidos de hierro, los cuales se hallan en tal abundancia, que propiamente podemos lla- mar á estas tierras arcillas ferruginosas, siendo de una resistencia varia- ble, tenaces cuando se humedecen, ásperas al tacto, y quebradizas cuando se resecan. Todas estas formaciones parecen haber sido levantadas por los pórfidos metalíferos, presentándose únicamente estas rocas eruptivas bajo la forma de diques ó montecillos aislados; se puede considerar más bien que han pene- trado ó atravesado las calizas, metamorfizando el conjunto y accidentándolo en parte, que haberlas levantado en masa por una de esas grandes revolu- ciones que imprimen la unidad de constitucion física que se nota en todas las grandes cadenas de montañas: tansolo en los numerosos vallecillos y angosturas que presenta esta localidad bastante accidentada, es en donde se pueden ver los contactos de las capas de caliza con las rocas ígneas; los pór= fidos que han ocasionado estos levantamientos, son los pórfidos feldespáticos y dioríticos. Me inclino á creer, sin embargo, que la roca ígnea más anti- gua que ha ocasionado el levantamiento de esta parte de la Sierra, aun cuan- do en este mineral no aparece al exterior, es el granito, el cual he tenido ocasion de observar en la Cañada del Zopilote, situada á cosa de 20 leguas en línea recta al SE. de este lugar; en dicha cañada, en algunos puntos he podido ver el granito, y sobre él las capas de caliza, presentándose en extra- tificacion discordante, LA NATURALEZA 169 El levantamiento de las rocas ígneas, es lo que en mi concepto ha dado orígen á la formacion de las diversas vetas, que en este distrito minero cru- zan á sus montañas en todas direcciones. En este mineral considero varios sistemas de vetas, que dividiré en grupos para mayor claridad de mi relato. El primer grupo comprende las vetas cuya direccion ó rumbo, es general- mente NO. 45% SE., las cuales tienen en lo general, de un metro á un me- tro veinticinco centímetros de ancho, y son casi verticales. El segundo grupo lo forman las vetas cuyo rumbo es generalmente NO. 60% SE., con una inclinacion por lo comun, de 60% SO., y teniendo de ancho por término medio, un metro. El tercer grupo lo forman vetas cuyo rumbo es NO. 65" SÉE., con un an- cho de cincuenta á setenta y cinco centímetros, y casi verticales. El cuarto grupo está formado por vetas que corren con rumbo NE. 73% á 807 SO., con su inclinacion al SE.; estas vetas parecen ser de bastante espesor: no puedo indicar ni su anchura ni echado medio, por no haberlas podido examinar en la profundidad. Es evidente que hay un órden de sucesion entre esas cuatro direcciones que han formado estos cuatro grupos de vetas, pero en un terreno tan tras- tornado por diversas causas de fractura, deben de haberse producido tambien rajas en direcciones cruzadas, lo cual ha dado orígen á un sinnúmero de hi- los ó vetillas que partiendo de estos cuatro grupos principales, se cruzan en todas direcciones. Las vetas del primer grupo arman comunmente en pórfido, y en algunos casos atraviesan las calizas; sus matrices son espato calizo ó una mezcla de carbonato de cal con cuarzo, encontrándose á veces algunas arcillas que los prácticos designan con el nombre de jabones ó jaboncillos, sus pintas son: sulfuro de plata, algunas veces sulfuros múltiples, mezclados con algun oro en estado nativo. Las vetas del segundo grupo arman por lo general en las calizas, y se encuentran descompuestas en algunas partes y formadas de arcillas ferrugi- nosas; se necesita en estos casos un ojo práctico para poder distinguir en dón- de comienza el cuerpo de la veta y en dónde termina, pues es muy fácil con- fundirlas con el terreno en que arman; en estas vetas se encuentran algunas cintas ó hilos de tierras arcillosas que podemos llamar arcillas ferruginosas, por las grandes cantidades de óxidos de fierro que contienen, cuyos óxidos provienen indudablemente de la descomposicion de las piritas de hierro; las cintas son más blandas que el resto del cuerpo de la veta; el oro en el estado nativo, está contenido en ellas, y es perceptible á veces á la simple vista, pero en otras se halla tan diseminado en la masa arcillosa, que es nece- 170 LA NATURALEZA sario hacer tentaduras para saber si las arcillas contienen ó no este metal precioso. Estas vetas no están descompuestas en otros puntos, y entónces la matriz en que se presenta es cuarzo, y la pinta metálica, sulfuro de plata; dicha pinta metálica es muy fina, y por consiguiente, está muy diseminada en la matriz; ensayan por lo comun dos marcos de plata, por carga de 300 libras, teniendo ley de oro; cuando la pinta es muy visible á la simple vista, es decir, cuando es bastante poblada, ensayan hasta siete y nueve marcos de plata por carga; creo que estas vetas llegando á cierta profundidad han de amacizar, y la pinta que presenten entónces, será de plata con ley de oro, cuya ley irá tal vez disminuyendo con la profundidad, segun he observado que acontece en otros minerales. Las vetas del tercer grupo, arman por lo general en las calizas, pero en algunos casos pueden considerarse tambien como criaderos de contacto: las vetas de este grupo las podemos considerar como divididas en dos zonas dis- tintas. La primera está comprendida desde la superficie hasta la profundi- dad de 40 6 50 metros, y está compuesta de arcillas teñidas por óxidos de hierro, mezcladas con cuarzo arcilloso, con rocas del alto y del bajo de la veta y con piritas de hierro; en esta zona, que podemos llamar de los colo- rados, se encuentra el oro en el estado nativo, y generalmente sigue en una cinta que á veces va del lado del bajo y otras veces del lado del alto de la veta; suelen encontrarse entre estas arcillas ferruginosas, masas más ó ménos grandes de cuarzo, teñidas por el óxido de hierro; con oro nativo, como se ve en el ejemplar marcado con el núm. 1, el cual tengo el honor de ceder á la Sociedad para su coleccion mineralógica, puede ceñirse tam- bien la cinta, en cuyo caso desaparece el metal, pero tan pronto como aque- lla se vuelve á ensanchar, se presenta otra vez el oro; de manera que podemos decir, que en estas vetas se presentan clavos ó tramos con oro, separados por tramos en borra, siendo éstos generalmente bastante cortos, segun he po- dido observar en algunos cañones que he seguido á hilo de veta. La se- gunda zona, que comienza desde la profundidad de 40 á á 50 metros, está formada por el carbonato de cal, el cuarzo, ó una mezcla de ambas sustan- cias, en las cuales existe el oro en el estado nativo yen el estado de oro verde: aun cuando no me fué posible bajar á la mina de San Nicolás, por estar inundado su laborío, pude encontrar en el terreno de dicha mina, despues de haber buscado por mucho tiempo, algunas piedras, ó más bien dicho, algunos ejemplares de espato calizo con oro nativo y otros con oro verde; me alegré sobremanera haber hallado esta última pinta, porque el oro verde es una pinta nueva, digámoslo así, y conocida solamente por muy pocas personas, lo que haria dudar tal vez de su existencia; por lo , LA NATURALEZA 171 mismo tengo la mayor satisfaccion en poder ceder á esta Sociedad dos de estos ejemplares. En la muestra marcada con el núm. 2 se ve distintamen- te el oro verde, y en el ejemplar marcado con el núm. 3, que ha sido que- mado en la fragua, se ve cómo ha brochado el oro, lo cual prueba evidente- mente la existencia de aquella pinta, pues en el ejemplar que se quemó en la fragua no era visible el oro nativo. Esta pinta la considero como una mezcla íntima de oro nativo con cloro-bromuro de plata. Las vetas que forman el cuarto grupo, realmente no han sido trabajadas, pues solo se han picado sus crestones en uno que otro punto, y por lo mis- mo, me he limitado únicamente ha indicar el rumbo que siguen. Las vetas que constituyen estos cuatro grupos, forman un gran número de reuniones ó cruzamientos, y por los datos que he podido obtener, parece que los mejores clavos de oro se han encontrado en estas intersecciones. Debo de hacer notar tambien, que en ciertos puntos de la superficie del terreno, la dispersion del oro es tal, que de cualesquiera tierra que se reco- ja y se haga tentadura, se encuentra una ceja de oro, á veces muy poco per- ceptible, y otras algo abundante; en fin, hay puntos en donde se encuentra concentrado el oro, formando verdaderos placeres, los que desgraciadamen- te son bastante reducidos. Es digno de notarse que en este mineral, los metales de plata tienen bue- nas leyes de oro; miéntras que en el mineral de Tepantitlau de las Platas, que está á dos leguas escasas en línea recta al NO. de este mineral, y en el de Coronilla, que dista poco más 6 ménos una legua al SE. de San Nicolás del Oro, las platas no tienen ninguna ley de oro. Me parece conveniente el indicar, ántes de concluir, que en otras partes del globo hay formaciones muy semejantes á la que acabo de describir, ha- biéndose encontrado en ellas buenos criaderos de minerales de plata y oro. Es bien sabido que las calizas jurásicas ó cretáceas levantadas por rocas dioríti- cas, contienen los mejores criaderos de mineral de plata, y sabemos que en todas las vetas en que dominan las piritas de hierro, mezcladas con hidróxi- dos de hierro, que provienen indudablemente de la descomposicion de estas mismas piritas, mezclado todo con guija silizosa, etc., se encuentran ver- daderos criaderos de minerales de oro, en los que este último metal está ais- lado de la plata. Recuérdense las sustancias que se encuentran en las vetas descompuestas á que he llamado colorados, y se verá que son precisamente los acompañantes del oro; recuérdese tambien la formacion geológica de es- te «Mineral de San Nicolás del Oro,» y se verá que corresponde, como in- dico más arriba, á las formaciones en donde se han encontrado buenos y ri- cos criaderos de minerales de oro y plata. 172 LA NATURALEZA ESTUDIO QUÍMICO DEL LIVINGSTONITE: POR EL SEÑOR DON MARIANO BARCENA, SOCIO DE NÚMERO. A mi marstro D. Jose Marta César. En la sesion que celebró esta Sociedad el dia 4 de Mayo de este año, le presenté la descripcion de una nueva especie mineral que designé con el nombre de Livingstonite, en honor del viajero inglés David Livingstone. Al señalar los caractéres químicos de la nueva especie, manifesté que ha- bia encontrado las reacciones características del azufre, del antimonio y del mercurio, y ofrecí hacer una análisis cuantitativa para determinar las propor- ciones atómicas de esos componentes. Despues de algunas dificultades pá- ra obtener cristales limpios y bien determinados en que practicar mis inves- tigaciones químicas, logró reunir algunos fragmentos que consideré como exentos de matriz, y con parte de ellos repetí algunas pruebas para confir- mar la existencia de los componentes citados, cuyo objeto logré satisfactoria- mente, y determiné además la presencia del hierro en el mismo compuesto. Las reacciones que presenta el livingstonite cuando se calienta en un tubo abierto, son bastante notables; á la primera impresion del fuego emite hu- mos blancos que se condensan en las paredes del tubo; en el segundo tiem- po de la reaccion se forma un avillo negro agrisado de brillo metálico, y en su base se depositan nuevas partículas blancas, semejantes á las anteriores y provistas á veces de manchas rojizas. Todos esos sublimados pueden desalo- jarse por la accion del calor. Entretanto, la masa del mineral que está en el fondo del tubo, se funde y toma un color gris de acero en el centro, y sus bordes se tiñen de rojo carmin. Esta cireunstancia, así como la presencia de las manchas rojizas, me hicieron sospechar la presencia del selenio, pero no se nota el olor característico que produce ese metaloide cuando se calienta, ni he podido descubrirlo por medio del ácido sulfuroso y otros reactivos pro= pios para precipitarlo de sus disoluciones. Para alejar las dudas que me ha- bian ocurrido sobre el particular, formé una mezcla de cuatro partes de sul- furo de antimonio natural y una de cinabrio, procurando imitar la composi- cion que he encontrado para el livingstonite; esta mezcla la calenté en las LA NATURALEZA 173 mismas circunstancias que aquel, y se produjo tambien la mancha roja, en la que encontré óxido de antimonio y cinabrio que se habia volatilizado án- tes de descomponerse. Examinadas las pegaduras que se depositaron en el tubo al calentar el li- vingstonite, reconocí que los sublimados blanco y negro, eran de óxido y sulfuro de antimonio, y que la parte gris más brillante estaba formada de glóbulos de mercurio. Durante la reverberacion se produjo un olor bastante sensible de ácido sulfuroso. Para efectuar la análisis cuantitativa, disolví en agua régia un decígramo del mineral en cuestion, y traté el licor por el ácido sulfohídrico; se formó un precipitado abundante en el que dominaba el color anaranjado propio del sulfuro de antimonio. Ese precipitado se disolvió en gran parte en sulfohi- drato de amoniaco y quedó sobre el filtro un depósito negro que reconocí como sulfuro de mercurio. El compuesto que se habia disuelto en el sulfuro alcalino lo precipité de nuevo añadiendo ácido clorohídrico á la disolucion; y habiéndolo calentado en presencia del hidrógeno, dejó un resíduo de antimonio metálico, que cor- respondia á un 53,12 por ciento respecto del peso tomado del mineral. El sulfuro negro que quedó sobre el filtro, lo disolví en agua régia, y despues de evaporar varias veces la disolucion para desalojar el ácido azótico y susti- tuirlo por el clorohídrico, precipité el mercurio al estado de protocloruro por medio del cloruro de estaño; pero deseché este medio docimástico, porque el cloruro se reducia en parte espontáneamente y me daba resultados varia- bles; emprendí la reduccion total de ese compuesto, pero se dividió tanto el mercurio, que no me resolví a pesarlo en ese estado, y adopté por fin el mé- todo de destilación, obteniendo, por término medio, un 14 por ciento de mercurio, operando sobre un gramo de polvo del mineral. El licor, de que habia separado los sulfuros de antimonio y mercurio, lo traté por el sulfohidrato de amoniaco que produjo un precipitado de sulfuro de hierro. Este fué redisuelto en ácido clorohídrico, y tratada la solucion por el amoniaco, se precipitó el hierro al estado de sesquióxido hidratado, y por la calcinacion lo trasformé en peróxido anhidro, cuyo peso acusó una canti- dad de hierro correspondiente á 3,5 por ciento. Separados toos esos cuerpos, solo me quedaba por pesar el azufre, y á este fin disolví un decígramo de mineral en agua régia, cuya disolucion se verificó con mucha lentitud, pues desde un principio se separó una masa de azufre que flotaba en la superficie del líquido, y para disolverla tuve necesi- dad de añadirle una buena porcion de clorato de potasa. Este método lo deseché, porque al poner el mineral en el agua régia, se producia una lige- 174 LA NATURALEZA ra efervescencia debida al gas sultohídrico que se desprendia; y para evitar esta pérdida de azufre, ataqué el mineral por el ácido azótico solamente, que bajo la influencia del calor lo disolvió en su mayor parte, quedando un resí- duo blanco de ácido antimónico. En la disolucion separé los otros óxidos por medio del amoniaco, y en el licor filtrado precipité el ácido sulfúrico que contenia, al estado de sulfato de barita, acusando éste una cantidad de azufre que correspondia á 29,08 res- pecto del peso del mineral analizado. En la primera análisis que hice y que se publicó en el Minero Mexicano, encontré para el azufre la proporcion de 28,88; pero al repetir las operaciones, subió un poco esta cantidad, quedan- do por término medio, la que señalé ántes. En la matriz del livingstonite hay bastante azufre nativo, y tal vez á la presencia de éste, en los cristales que sometí al análisis, se deba este aumento, aunque he procurado servirme de los cristales más limpios en todas las experiencias que he practicado. En vista de los resultados referidos, establezco la siguiente composicion centesimal para el livingstonite: A A AA 2 00) ¡Antimonio 4 libertad daa DO do Mexcutio o tante rita al este 00 Erro ia iria La ROO Para determinar las combinaciones que pudiera formar el azufre con los otros cuerpos que lo acompañan, busqué por el cálculo las cantidades que se necesitan de ese metaloide para formar sulfuros de antimonio, mercurio y fierro, con las cantidades que de estos cuerpos determiné en la análisis cuan- titativa. La composicion centesimal del sulfuro natural de antimonio que tiene por fórmula Sh? 5? , es de 27,12 de azufre y 72,88 de antimonio, y por consiguiente, para formar ese compuesto con 53,12 de este metal, se necesitan 19,77 de azufre. Por un método semejante he determinado las proporciones que de este metaloide corresponden á 14 de mercurio y á 3,50 de hierro para formar los sulfuros naturales cuyas fórmulas son HgS y FeS? , y de este modo ha quedado perfectamente repartido el azufre encontrado en la análisis. Sumando las cantidades de este metaloide con sus correspon- dientes de los otros metales, y dividiendo las sumas por los equivalentes de los sulfuros Sb? Sé , HgS y FeS?, se obtiene, despues de simplificar los co- cientes, la relacion 4:1:1: que conduce á la fórmula 4Sb? S* + HgS +FeS? .* * En este cálculo tomé por equivalente del antimonio el número 60,55 que se encuentra en la obra de Payen, tomando para el ácido antimónico la fórmula Sh? 05, LA NATURALEZA 175 Se llega al mismo resultado si se dividen las cantidades de azufre, anti- monio, mercurio y fierro, obtenidas en la análisis, por sus equivalentes res- pectivos, pues por este método se obtienen los cocientes 18,17; 8,7; 1,4 y 1,2, que divididos por el menor, dan la relacion S,'* Sh,” Hg, Fe, que puede es- eribirse 4SL? S3 + Hg, S+FeS? como la anterior, y en la cual quedan bien repartidos los 135 equivalentes de azufre. El livingstonite se encuentra en Huitzuco, en el Estado de Guerrero; las matrices de los ejemplares que he examinado están formadas de carbonato y sulfato de cal, y lo acompañan el azufre nativo, el cinabrio, la valentinita y el sulfuro de antimonio. Al observar la naturaleza de las matrices, así como la de los cuerpos que acompañan al livingstonite, pudiera sospecharse que el primer compuesto que existió en los terrenos de Huitzuco fué el stibnite ó sulfuro de antimo- nio, que despues fué descompuesto por la accion de aguas termales sulfu- rosas y provistas de sulfuros de hierro y de mercurio. Bajo la accion de es- tos agentes, pudo verificarse la trasformacion del carbonato de cal y del sti- bnite en sulfato de cal y en livingstonite. Las masas cristalinas de este com- puesto tienen el mismo aspecto que las del sulfuro de antimonio, pero algu- nos cristales aislados del primero tienen muy obtuso el ángulo de inclinacion de las caras del prisma, asemejándose por esto á los cristales de la valen- tinita ú ocre de antimonio. Esta cuestion cristalográfica la resolveré más tar- de, pues ahora me ha sido imposible efectuarlo por falta de un buen gonió- metro. Admitiendo la presencia de la valentinita al lado del sulfuro de anti- monio, como se observa generalmente, podemos explicarnos su trasforma- cion en livingstonite por medio de los agentes ántes citados. Por otras causas geológicas posteriores, pudo descomponerse el livingsto- nite en los cuerpos que lo acompañan, ó faltando á éstos algunas circunstan- cias propicias, quedaron aislados sin poder combinarse más que en parte pa- ra formar el compuesto múltiplo de que me ocupo. En algunos ejemplares he visto el cinabrio afectando los prismas del livingstonite presentando así un caso muy raro de pseudo-morfismo. Desconfiando de mis propios esfuerzos, he mandado á Alemania, á mi ilustrado amigo el Sr. Dr. Burkart, algunas muestras de livingstonite para que repita su análisis el señor profesor J. Rammelsberg. Muy complacido quedaré, si los números que he determinado en mi análisis se aproximan si- quiera á los que señale el sabio químico de Berlin. México, Noviembre 7 de 1874. La NaruraLEza.—Toxo 111 —26. 176 LA NATURALEZA ANALISIS DE LA CORTEZA DE LA QUINA CALISAYA, CULTIVADA EN CORDOBA. Los que suscribimos, comisionados por esta ilustrada Sociedad, para ha- cer la análisis de la corteza de quina calisaya recogida del vegetal que lleva este nombre, y remitida por nuestro malogrado consocio el Sr. D. José Apo- linario Nieto, el cual la cultivó y aclimató en Córdoba con tanto empeño y tan buen éxito; y deseando que la análisis que se nos encomendaba, fuera lo más exacta posible, tanto por la importancia que tiene el alcaloide principal contenido en ella, la quinina, cuya aplicacion terapéutica es tan conocida, sien- do considerado hasta hoy como el principal agente para dominar las inter- mitentes, cuanto para corresponder, del mejor modo posible, á la honrosa confianza que en nosotros ha depositado la Sociedad, solicitamos del señor Director de la Escuela Nacional de Medicina, nos permitiera practicar la aná- lisis en el laboratorio de química de dicha escuela. Inútil es decir, que el señor Director de la mencionada Escuela, que lo era entónces el Sr. Dr. D. Leopoldo Rio de la Loza, tan amante de todo lo que sea adelanto en el país, se prestó gustoso á la solicitud que le hicimos, y puso á nuestra disposicion todos los aparatos y utensilios necesarios al obje- to y que se encuentran en el referido laboratorio. Antes de exponer el resultado de la análisis, creemos conveniente dar una ligera descripcion de la corteza que tuvimos á la vista, y es la siguiente: enrollada, su peridérmis tiene cisuras anulares algo profundas y á distancias casi iguales; se notan además resquebrajaduras trasversales y longitudinales; dérmis algo liso, de color leonado, la cara interna está finamente fibrosa y es de color amarillo-leonado; la quebradura trasversal es algo resinosa en la parte externa. Por la descripcion que acabamos de hacer, creemos, que la quina en cues- tion, pertenece á la segunda variedad de la calisaya. Despues de haber deliberado sobre el medio más á propósito para practi- car la análisis, y que diera mejores resultados, nos decidimos á hacer varios ' ensayes por tres mótodos distintos, con el objeto de compararlos, y por el LA NATURALEZA AT resultado, saber cuál era el más ventajoso de los que últimamente se han propuesto y por cuál se obtendria mayor cantidad de quinina. Comparando los resultados de los distintos métodos que seguimos, y to- mando el promedio, se obtuvo 1 gramo 883 milígramos por 100 de la cor- teza empleada, y por proporcion, 1 gramo 554 miligramos de los otros al- caloides. M. F. Vigier obtuvo de las cortezas que el citado Sr. Nieto remitió á Pa- ris, 1 gramo 15 centigramos por 100 de quivina, y O gramos 93 centígra- mos por 100, de los otros alcaloides. (Esta análisis fué hecha en 1871.) Como se ve, nosotros hemos obtenido O gramos 733 milígramos de más de quinina, y O gramos 604 miligramos, tambien de más de los otros alcaloi- des: creemos que la diferencia consiste, tanto en la clase de corteza eon que se ha hecho la análisis, cuanto en la edad y cultivo del vegetal. Es bien sa- bido que las cortezas delgadas producen ménos cantidad de alcaloides que las gruesas, y si se admite la teoría de M. Carles, de que los alcaloides resi- den principalmente y se encuentran en mayor proporcion en las capas su- perficiales que en las del liber, y siendo necesariamente las primeras mucho más delgadas en las cortezas á que nos referimos, que en las gruesas, de consiguiente tendrán aquellas ménos alcaloides. Con el objeto de estudiar este punto, así como el de rectificar nuestros anteriores ensayes, hicimos una análisis de las cortezas gruesas y otro de las delgadas, dándonos por resultado, que en las mismas proporciones, las grue- sas contenian O gramos 139 miligramos de más de alcaloides que las delga- das, y confirmamos con hechos prácticos lo que indica la teoría anterior. No satisfechos con esto, y para comparar, aplicamos el método industrial y obtuvimos 1 gramo 776 miligramos de quinina por 100 partes de corteza; cantidad que solo se diferencia del primer resultado en O gramos 107 milí- gramos de ménos; cantidad insignificante, si se atiende á que por este mé- todo más bien se busca la economía en el procedimiento que la exactitud en la análisis. La diferencia observada entre la análisis hecha aquí y la practicada en Francia, nos hace comprender, que con el tiempo puede mejorar en mucho la cantidad de quinina contenida en las quinas cultivadas en Córdoba, por lo que se hace indispensable que esta Sociedad fije el tiempo en que se hagan análisis anuales, para saber por este medio, el aumento de alcaloides con- tenido en dicho vegetal. México, Diciembre 14 de 1874, J. M Laso Dr La VEGA. ManueL Rio DE La Loza. 178 LA NATURALEZA SECRETARIA DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL. Por acuerdo de esta Sociedad se publica lo siguiente: «NeEcroLo6Ia,—Por el último paquete inglés se ha recibido la noticia del fallecimiento del sabio mineralogista aleman D. Juan Burkart, acaecido en Bonn, la noche del 4 de Noviembre próximo pasado. El nombre del Sr. Burkart es tan querido para nosotros, como el de su ilustre compa- triota el baron de Humboldt, pues á ambos sabios debemos algunos de los principales es- tudios científicos que se han hecho en nuestra República. El Sr. Burkart vino á México hácia el año de 1825; dirigió algunas de las empresas mineras del país; recorrió éste en varias direcciones, reuniendo una infinidad de datos preciosos que publicó con el nombre de «Reisen in México, in den Jahren 1825 bis 4834.» El conocimiento de esta obra importantísima, basta para apreciar el mérito científico del Sr. Burkart y los grandes servicios que prestó á las ciencias en México. De este excelente libro se han extraido y publicado numerosas memorias sobre diver- sos puntos científicos. En los «Anales de la Minería Mexicana» hemos visto un intere- sante estudio que tradujo del aleman el Sr. D. Miguel Velazquez de Leon, y se refiere á la explotacion de las minas de Pachuca y Real del Monte. La estadística, la historia, y otras materias muy importantes de esas negociaciones mineras, están consignadas admi- rablemente en ese estudio del Sr. Burkart. Las observaciones verificadas por este sabio durante su permanencia en México, las enriqueció despues con datos más recientes, pues siempre tenia un vivísimo interes en saber los adelantos científicos y los progresos industriales de nuestra República. En sus cartas nos pedia constantemente algunas noticias sobre diversas materias, que se apresu- raba á darlas á conocer en las academias de Alemania. Otro de los estudios importantes del Sr. Burkart, que se ha publicado posteriormente, es un cuadro de alturas barométricas determinadas en varias localidades de México, co- mo son las del camino de San Blas á Tampico y Otras muchas, tomadas en varias direc- ciones, partiendo de Tlalpujabua, Zacatecas, Guanajuato, Zimapan y otros puntos donde permaneció por algun tiempo. El número de observaciones es de 1,800 próximamente. El Sr. Burkart publicó últimamente el extracto de uno de los estudios del que suscri- be, sobre los ópalos mexicanos, haciendo referencia á varias localidades en que habia ob- servado rocas análogas á las que citamos como matrices opaliferas, y presagiando, por esa circunstancia, la existencia de los ópalos en aquellos puntos. Esta sábia prevision se ha cumplido con rigurosa exactitud en Amealco y en otros puntos citados por aquel ¡lustre mineralogista. Los meteoritos mexicanos llamaron siempre su atencion de una manera muy especial: cuando regresó á Europa llevó consigo algunos fragmentos de los aerólitos de la Mixte- ca, Zacatecas y otras localidades, los cuales estudió en union del profesor Bergemann. En sus cartas nos pedia informes sobre todas las masas meteóricas descubiertas en Méxi- co, pues se proponia escribir un catálogo general que las diera á conocer, y últimamente publicó un extracto de los estudios que sobre el meteorito de la Descubridora publicaron las sociedades mexicanas de Geografía y estadística é Historia natural. El Sr. Burkart fué socio de muchas academias científicas de América y Europa; las so- ciedades mexicanas que acabamos de citar, lo contaban tambien entre sus miembros. Des- empeñó muchos encargos importantes, como el de consejero privado de minas del rey y de la administracion superior de minas de Prusia. La Sociedad Mexicana de Historia Natural toma parte en el sentimiento unánime de los cuerpos científicos, por la muerte del Sr. Burkart; y entretanto recoge los datos necesarios para publicar su biografía, reciba su apreciable familia el más sentido pésame, que tene- mos la honra de dirigirle, por la irreparable pérdida que acaba de sufrir. Enero 4 de 1875. MARIANO BARCENA, Primer Secretario. LA NATURALEZA 179 NOTAS LAS HORMIGAS MEXICANAS, POR EDUARDO NORTON, PUBLICADAS EN EL «AMERICAN NATURALIST» DE FILADELTIA, TRADUCIDAS POR EL SEÑOR DON ANICETO MORENO, SOCIO CORRESPONSAL EN ORIZABA. Los insectos mencionados en este escrito, fueron enviados de México á la Institucion Smithsoniana por el profesor Sumichrast, con algunas notas so- bre las costumbres de varias especies. Es interesante notar, que entre cerca de 20 especies, casi la mitad está aún sin describir, y que ninguna de ellas es conocida en los Estados-Unidos, miéntras que varias se encuentran en Panamá y el Brasil, y sin embargo, muchas de ellas viven en las regiones templadas de México. He añadido á los datos del profesor Sumichrast algunas notas de varias de las especies descritas ya, para mostrar cuán poco se conocen realmente es- tos curiosos insectos, y tambien con la esperanza de que algunos de los lec- tores observen los hábitos, ocupaciones y trabajos de las especies que habi- ten los lugares en que ellos residan. La propiedad quizá, más notable en el carácter de las hormigas, es su sociabilidad, reunidas en compañía de innumerables individuos y trabajando de consuno para objetos determinados, pues miéntras no han reconocido ca- beza ó guia parecen todas consagrar sus esfuerzos sistemáticos para conser- var el bien público, dedicando á ellotodasu energía y aun estando prontas á sacrificar su vida. La familia de las hormigas, además de los machos y de las hembras que son alados y generalmente de corta vida, presenta además individuos neutros que no tienen alas, viven todo el año y hacen los trabajos de la comunidad. Los machos y las hembras aparecen solo en el verano. Despues de cierto tiempo, cuando les es permitido dejar el nido, toda la sociedad entra en al- La NarurALEzA, Tomo 111,27, 180 LA NATURALEZA boroto, y solo recobra su acostumbrada tranquilidad, cuando el número su- pérfluo vuela en enjambre en busca de nueva habitacion. De las que que- dan, los machos mueren miéntras que las hembras pierden sus alas ó les son arrancadas por las trabajadoras. La hembra pone sus huevos que son pequeños y que crecen ántes de que la larva haya salido. Estas son peque- ñas, sin patas, y están cuidadosamente atendidas y alimentadas por las tra= bajadoras, con un fluido elaborado préviamente en su estómago. Cuando han llegado á su mayor crecimiento las larvas, pasan al estado de ninfas; algu- nos géneros forman capullo, y otros no, y pronto sufren su transformacion en insectos perfectos. Estas larvas y ninfas son vigiladas con mucho celo por las trabajadoras, trasportadas á diferentes partes del nido y más ó ménos expuestas al aire segun la temperatura. Antes de que el hombre pueda pre- ver la tempestad, las hormigas cierran cuidadosamente sus nidos, y tan pron- to como aclara el cielo, vuelven á seguir sus trabajos. Los cuerpos de otros animales, los jugos de las plantas y aun las secreciones cerosas de otros in- sectos, por ejemplo, los Aphides ó pulgones son tomados por ellas para ali- mentar á sus delicadas educandas. Las trabajadoras presentan dos formas distintas, conocidas con los nom- bres de obreras mayores y menores: á éstas debe agregarse una tercera que se encuentra con frecuencia en el nido y es de otra especie, pero que ha sido capturada en estado de larva por la especie más fuerte, y criada y escla- vizada para el trabajo. Acerca de este punto poco se ha observado en este país, pero tenemos bastantes testimonios de las personas que han observado las especies europeas. Las obreras mayores son de gran tamaño y tienen la cabeza muy desar- rollada; pero relativamente pocas en número. Sus deberes en la sociedad no están claramente determinados; se supone, sin embargo, que tienen una especie de superintendencia sobre las demas. En las siguientes descripciones he creido conveniente mencionar única- mente uno ó más de los caractéres externos prominentes, por los que puede conocerse el género de las especies mencionadas en ellas. SUBFAMILIA FORMICIDA. En el género formica, el artejo ó segmento semejante á un nudo, que está entre el tórax y el abdómen, forma una masa oval ó globular, aplana- do y sin espina. Formica esurtess. Smith.—Es muy comun en Orizaba y Córdoba. Vive en gran número en los árboles secos, en los que hace sus galerías en for- LA NATURALEZA 181 ma de embudo, ó debajo de las piedras. Por su aspecto puede comprenderse en el grupo de la grande hormiga negra pensilvánica, que vive en los árbo- les muertos. No es cierto que las especies que habitan en la madera muerta perforen la que está con vida; parece más probable que ocupen los canales formados ya por las larvas de varios coleópteros fitófagos y solo terminen la obra hecha en parte por éstos. En esta region las obreras permanecen en un estado de torpeza dentro de los árboles secos durante el invierno. El Dr. Fitch ha descrito una especie menor, Formica caryae, que habita en una clase de nogal, * taladrando sus galerías, segun cree, en el árbol vivo. La madera de estas galerías está muy descolorida y reblandecida, probablemen- te por un fluido acre (ácido fórmico) secretado con ese objeto por los in- sectos. i Formica rurvacea.—Cogida en Córdoba en los bosques, donde hace ordi- nariamente sus nidos en medio de las ramas de las parásitas bromeliáceas. Forwmica nrrina.—Habita las montañas de Orizaba y vive en pequeñas com- pañías debajo de las cortezas de los pinos. Formica NacerDa.—Orizaba y Córdoba. Se ha encontrado en las hojas de los árboles. Tarrvoma.—En este género el nudo está embutido en una depresion de la base del abdómen, de suerte que á primera vista parece que falta entera- mente. Taprvoma piceata.—Potrero (cerca de Córdoba). En los bosques de en- cinos. Tarivoma TOMENTOSA.—Orizaba. En pequeñas sociedades debajo de las piedras. Poryrmacuis.—Este género tiene el nudo del pedúnculo adelgazado y ge- neralmente espinoso (de aquí el nombre genérico que en griego significa muchas espinas), con dos, tres ó cuatro espinas. El tórax está más ó mé- nos armado con espinas ó ganchos. PoLYRHACHIS ARBORICOLA.—Indígena en la region caliente, donde es muy comun. Su nido se encuentra ordinariamente en las hendiduras ó aberturas de los grandes árboles. Con frecuencia escoge los nidos abandonados de las hormigas blancas (Comejen) ó Termitas. En los mismos, que generalmente son muy grandes, vive una pequeña especie de perico, el Conurus aztec, (Swain). Es completamente vagabunda en sus hábitos y se le ve correr en los troncos de toda clase de árboles y hojas de arbustos, lo que prueba que es esencialmente habitante de los árboles. No hace daño en los plantíos. 1 Véase la nota núm. 1 al fin. 182 LA NATURALEZA SUBFAMILIA PONERIDAS?. Powera.—Este género, que es cercano al de la hormiga arriera (driver) de la costa oeste de Africa, se conoce porque tiene el artejo del pedúnculo adelgazado, nodiforme, con el primer segmento del abdómen más ó ménos estrecho. En las alas anteriores hay una célula marginal, dos completas submarginales y una discoidal; las espinas de la tibia son pectinadas. Poxera srricara.—En las regiones templadas de México, debajo de las piedras. Poxera PEDUNCULATA.—Smith. Se ha recibido una obrera de México. Es- ta especie se há encontrado ántes en Panamá y en Rio. Ecraromma.—Este género se conoce por el nudo del pedúnculo adelga- zado y un poco ancho entre el primero y segundo segmento del abdómen. Las antenas están insertadas bajo la base del clypeus; los ojos están eo- locados en medio del rostro, y solo son pectinadas las espinas de la tibia anterior. EcrATOMMA FERRUGINEA.—México. Esta especie solo se ha encontrado en los encinales de la region templada y caliente, en donde vive en pequeñas sociedades debajo de los troncos de los árboles secos. Los machos difieren mucho en las antenas, y en la forma del tórax de las obreras. Á esta espe- cie parece peculiar la division del metatórax. SUBFAMILIA MYRMICIDA. En el género Eciton, el pedúnculo está formado de dos nudos. Son des- conocidos los machos y las hembras. Las dos clases de obreras tienen ojos muy pequeños, los cuales faltan en varias especies. En algunas de ellas las obreras mayores tienen las mandíbulas muy largas, encorvadas en su extre- midad, pero no dentadas. Ecrrox mammata. Fabr.—Rio Atoyac, cerca de Córdoba. Tambien se en- cuentra en el Brasil y Cayena. Las dos clases de obreras de ésta y de las siguientes especies, han sido ya descritas. Ecrroy mexicana .—Córdoba y Orizaba. Ecrrox brunNga.—Córdoba y Orizaba. Ecrrox Sumicnrasrr.—Córdoba y Orizaba. Todas las indagaciones que he hecho para descubrir el formicarium del género Eciton han sido sin éxito, y no he podido obtener informe alguno de los nativos, acerca del lugar en que son comunes estos insectos. Una sola vez encontré debajo de un tronco cai- TA NATURALEZA 183 do un número prodigioso de obreras del Eciton mexicana. Estaban amon- tonadas unas sobre otras, como las abejas en un enjambre. Atacándolas con una vara, las obligué á dispersarse, pero no encontré entrada ó agujero al- guno, ni huevos, ni machos, ni hembras. Especialmente despues de una tempestad ó de una lluvia, se encuentran viajando bandadas de Ecitones. Su marcha se hace en un órden excelente, y en hileras de uno ó dos individuos de frente. A veces se ensancha, sin embar- go, la columna, ataca y muerde al pasante que por descuido ó de intento las molesta. La Eciton mexicana parece especialmente muy irascible, y el entomologista que desée enriquecer su coleccion con ejemplares de esta espe- cie, debe tener mucho cuidado y proteger sus piernas contra un ataque. So- lo he encontrado individuos de mandíbulas grandes, á los que Smith llama obreras mayores, entre la £. hammata y la E. mexicana. Es difícil explicar- se el papel que desempeñan en la comunidad. He vigilado con atencion el paso de las columnas de Ecitones, pero nada he podido ver que indique al- gun oficio ú ocupacion peculiar á estos individuos. La Eciton no daña á la agricultura, despojando de sus hojas á los árbo- les como la OEcodoma. Al contrario, destruye probablemente multitud de insectos dañosos, y así se recomienda en las plantaciones, miéntras que me- rece la atencion de los entomologistas, por la singularidad de sus hábitos y la oscuridad que aun reina en su historia. Acerca de los trabajos de las obreras mayores de grandes mandíbulas, Mr. Bates se expresa (British Museum Catalogue of Himenoptera) sobre una especie de la América del Sur, en los siguientes términos: «lstoy casi convencido, de que los individuos de cabeza parda, son de un órden diverso en una colonia de Ecitones, y desempeñan funciones dis- tintas y peculiares. Una vez vi en una playa una espesa columna de estas hormigas bajando de las rocas por un lado del puerto, atravesando la playa y subiendo por el opuesto. La longitud de la columna era de 60 á 70 yar- das, y no se veía todavía ni la vanguardia ni la retaguardia del ejército. Pro- bablemente era una emigracion, pues los individuos de cabeza pequeña, lle- vaban en las mandíbulas una multitad de gusanos blancos, que sin duda eran larvas de su especie. Los de cabeza grande estaban en la proporcion de 5% con los de pequeña, pero ninguno de ellos llevaba carga en las mandíbulas, y caminaban á los lados de la columna distribuidos en proporcion regular en toda la línea, haciéndose notar entre las demas, por su cabeza blanca y globular, que movian hácia arriba y abajo á uno y otro lado, cuando atra- vesaban las desigualdades del terreno.» Parece que todos los Ecitones subsisten de objetos vivos. Es probable que 184 LA NATURALEZA el alimento animal sirva de nutricion á sus larvas, despues de pulverizado como sucede en otras especies con las materias vegetales. Mr. Bates hace notar, que la observacion es muy difícil en la mayor parte de las especies, porque ninguna paciencia humana puede soportar sus terribles ataques, el cruel aguijon y las mordidas de esos formidables insectos. Generalmente marchan en columnas. De las especies de la América del Sur, la £. praedator caza en compañía. Al atravesar la falange entera por un terreno descubierto, ocupa un espacio de 6 á 10 yardas cuadradas. Ya que ha pasado toda la legion se ponen los insectos en alarma y conmocion; corren por el suelo y suben á la copa de los árboles bajos, escudriñando sus hojas. Se les ve con frecuencia con las larvas, huevos y restos de otras hormigas, que son sin duda el re- sultado de sus ataques. Los suyos nunca han sido descubiertos. En estos términos cuenta el resultado de una de sus observaciones sobre la E. legionis: «Una tarde descubrí una columna de ellas en el trabajo. Al dia siguiente las encontré cerca del mismo lugar; estaban excavando un ban- co de tierra ligera y extrayendo una especie grande de hormigas, con sus larvas y huevos. Era curioso verlas amontonadas en el orificio de la mina ayudando á sus compañeras á cargar los cuerpos de las desgraciadas hor- migas, y como éstas eran muy voluminosas, las despedazaban, y los me- rodeadores corrian cargados con su botin. A cierta distancia habia varias hileras caminando por el declive del banco, y las que más adelante se unie- ron á las otras. Entónces se dirigieron á un grande y antiguo termitario, y para subirá él las Ecitones, formaron una columna compacta como una cinta de metal líquido. Algunas tiraban hácia arriba el cuerpo de las hormigas, y to- das desaparecieron en una de las cavidades tubulares que atraviesan los ter- mitarios antiguos, de la cúspide á la base.» PacuyconbyLa.—En este género el nudo del pedúnculo es aplastado, cú- bico ó casi cúbico, levantado al mismo nivel del primer segmento, y regu- larmente de la misma anchura. Los ojos pequeños é insertados en la parte inferior de la cabeza. Los ganchos de las dos tibias anteriores son comun- mente pectinados. PAcHYconDYLA ORIZABANA.—Vive en Orizaba debajo de las piedras y de los troncos de los árboles. Pseupomyrma.—En este género el primer nudo es alargado, pedunculado; el segmento ancho y globuloso. Las antenas están insertadas cerca de la bo- ca y entre sí; los ojos son alargados, ovados y ocupan una gran porcion de la cabeza. Las alas anteriores con una celdilla marginal y tres sub-marginales. PseunomYyrMA BIcoLOR.—Guerin. México. Se encuentra tambien en Co- lombia y Panamá. LA NATURALEZA 185 PSEUDOMYRMA FLAVIDULA.—Smith. México. Tambien es especie de Sur América. No estoy completamente seguro de que sea la P flavidula. Entre las numerosas especies de este género que se encuentran en México, una pa- rece ser solitaria, al ménos siempre se encuentra sola, miéntras que otras, como en la P. bicolor y P. flavidula, viven en mayor ó menor número en las espinas de que están armados los tallos de algunas especies de mimosas. Estas espinas, fijadas por pares en las ramas, están horadadas en su extremi- dad por un agujero que sirve de entrada y salida á las hormigas. El interior está hueco y contiene algunos neutros, las larvas, y en su estacion los ma- chos y las hembras. La picadura de estos insectos es muy dolorosa, pues se fijan con las mandíbulas muy tenazmente á la parte que agarran. Sin embar- go, á pesar de que una de sus especies difiere un poco en tamaño de la P. flavidula, Smith dice que debe ser considerada como la misma. Mr. Smith ha descrito una especie de Panamá, P. modesta, que vive en las espinas huecas de una especie de Acacia. Estas espinas tienen tres pul- gadas de longitud, terminando en punta, con una base ancha. Las hormi- gas hacen un pequeño agujero en la punta, formando en la base su domi- cilio, admirable por la pequeñez. No tiene celdas ni divisiones para recibir los huevos y larvas. El número de ninfas encontradas en un nido es de 29, de las cuales 20 estaban ya formadas; todas eran obreras. Las ninfas no es- taban encerradas en capullos. PseupomyrMa THoracica.—Córdoba. Vive en los troncos y debajo de la corteza de los árboles, en sociedades que á veces son muy numerosas. Otras dos especies de Pseudomyrma de la América del Sur, han sido observadas por M. Bates, la P. oculata y P. termitaria, que construyen sus nidos en cámaras, dentro de las paredes exteriores de los túneles de diferentes espe- cies de termitas. Otra especie que vive en pequeñas colonias, forma su for- micarium en el tubo medular de los tallos secos. Por esta variedad de há- bitos se ve que no hay una regla para el género, como en las Formicae y en las Myrmicae. Toda especie ó grupo de especie, debe estudiarse separa- damente, aunque se encuentren propiedades comunes á todo el género, co- mo la manera de procurarse alimento y transformarse. El género Atta tiene dos nudos en el pedúnculo, las alas son más grandes que el cuerpo, con una celdilla marginal y tres sub-marginales, la tercera es á veces incompleta, v la segunda en forma de campana. Las obreras gran- des tienen la cabeza muy desarrollada y el coselete ó tórax sin espinas. Es- te género pertenece'á la subfamilia Attidee de Mr. Smith. Arra ciyprata.—Smith. Mr. Smith describe solamente el macho y la hem- bra. La obrera menor de Orizaba (México) conviene bastante á la descripcion. 186 LA NATURALEZA Otro género de este grupo es la OEcodoma. Difiere del Atta exteriormen - te, en que tiene el coselete armado de espinas, y en las alas anteriores dos celdillas sub-marginales; la segunda incompleta. OEcopoma mMExICANA. Smith. Esta especie desgraciadamente es muy abun- dante en México en los departamentos templados de la costa del Golfo, ta- les como Orizaba, Córdoba, etc. Los neutros se conocen en México eon el nombre de arrieras ú hormigas arrieras, por la semejanza que presentan en su marcha en columna con una caravana de muleteros. El macho y la hembra llevan el nombre de chicatanas. En varios lugares los nativos se comen el abdómen de las hembras desprendido del tórax. En las comarcas arcillosas construye la OEcodoma su enormes formicarios, de suerte que se ven desde léjos por la proyeccion que forman sobre el ni- vel del suelo y por la ausencia completa de vegetacion en su derredor. Ocu- pan estos nidos una superficie de muchos metros cuadrados, y su profundi- dad varia de uno á dos. Se ven al exterior muchas aberturas de una á tres pulgadas y conducen á las cavidades interiores que sirven de almacenes pa- ra los huevos y las larvas. La parte central del nido tiene una especie de embudo destinado para el desagúe, pues en un país en que las lluvias pe- riódicas son muy abundantes, dificilmente escaparian de ser sumergidas com- pletamente, si no tomaran algunas providencias para evitarlo. El órden que reina en el interior de estos formicarios es admirable. La coleccion de vegetales llevada por las obreras es á veces considerable; pero los depositan de tal modo, que no causa incomodidad alguna á los habitan- tes, ni impide su circulacion. Las hojas forman especialmente ese depósito, y por'esto la OEcodoma es un verdadero azote de la agricultura. Á cada paso y en todas partes, en los bosques elevados y en las llanuras, en los desiertos y en las cercanías de las habitaciones se encuentran columnas nu- merosas de estos insectos, ocupados con celo admirable en trasportar sus hojas. Y aun parece que la gran ley de la division del trabajo no es igno- rada por estos pequeños séres, á juzgar por las siguientes observaciones que he tenido ocasion de hacer. La tierra al pié del árbol donde se han reunido las arrieras para despo- jarlo de sus hojas, ordinariamente está regado de fragmentos cortados con la mayor precision. Si el árbol no es muy alto, puede uno mismo cercio- .rarse de que una parte de las forragistas que han subido á él, se ocupan en cortarlas, miéntras que en el pié hay conductoras que hacen viajes del ár- bol al nido. Este manejo que indica en estos insectos un grado raro de in- teligencia, tal vez no sea de práctica constante é invariable, pero es un he- cho incontestable, que puede probarse fácilmente. Las habitantes que han LA NATURALEZA 187 sido llamadas trabajadoras, carecen de alas y son de tamaño variable. Las más grandes (obreras mayores, Smith) se distinguen de las otras á primera vista por el gran desarrollo de la cabeza y la presencia de pequeñas ocelas en la faz. Algunos viajeros han atribuido á estos cabezones un grado supe- rior de inteligencia y los representan como ejerciendo una especie de sobre- vigilancia sobre los otros miembros de la comunidad. Confieso que no pue- do conformarme con estas conclusiones, porque siempre las he visto entre- gadas á los mismos trabajos de cortar y trasportar hojas, y esto sin indicar de ninguna manera mayor desarrollo de instinto. Probablemente su especial papel, si alguno desempeñan, se limita á la excavación del nido y a hacer el túnel de las galerías, trabajos que requieren mayor fuerza y mejores útiles. El nido de la JEcodoma sirve de habitacion á varios parásitos, algunas serpientes y particularmente ciertos insectos que sufren alli sus metamórfo- sis. Escarbando los nidos en la primavera, se encuentran algunas especies de escarabeos; tambien un gran número de machos de un himenóptero ? (Elis costalis, Lyp.) vuelan sobre los nidos y se paran en las ramas secas que es- tán inmediatas, y estoy seguro de que esperan á las hembras de su especie que han entrado en el hormiguero. Al principio de la estacion de aguas, despues de los primeros aguaceros, comienza la OEcodoma el trabajo de la reproduccion. La union de los sexos probablemente tiene lugar durante la noche, pues por las mañanas se en- cuentran las cercanías del hormiguero regadas de cuerpos muertos de ma- chos y hembras ya fecundadas, á las que los neutros han cortado las alas. Los destrozos cometidos por la UEcodoma * en los lugares habitados, tanto por la superficie que remueven para el nido y que impide el cultivo, cuanto por el número de árboles que despojan de hojas, son considerables y exigen mucho cuidado de los cultivadores. Han ensayado muchos medios para ahuyentarlas; pero el único que produce buen resultado, es el de extraer todo el nido. Para conseguirlo, hacen una excavacion á su derredor, de una profundidad suficiente, sacan la bóveda y las paredes del nido, y al encontrar las celdillas destruyen las larvas y los huevos. Los insectos perfectos que es- capan en la ruina de la colonia desaparecen para no volver más. Los plantíos de café que exigen un suelo limpio, son preferidos por las hor- migas arrieras para hacer sus nidos, y es facil comprender las pérdidas que ocasionarian á las propietarios, si no tuvieran una vigilancia diaria y conti- * nuada para evitarlas. Parece conveniente copiar el testimonio de Mr. Bates acerca de la (Ec. cephalotes, especie comun en la América del Sur. Este insecto, por su ubicuidad, inmenso número, industria, y constante propen- La NATURALEZA. —Tomo 111.—28. 188 LA NATURALEZA sion al pillaje, es uno de los más importantes animales del Brasil. Sus nu- merosos individuos están ocupados sin cesar en deshojar árboles, y los más atacados son las especies mas útiles y cultivadas. Hacen una division re- gular del trabajo, pues parte suben á losárboles, parte cortan las hojas en pequeños pedazos irregulares del tamaño de un shiling, al punto que caen, y otras las cargan. Para trasportarlas se reunen todas en columna, y las que ha- cen una carga muy pesada, la depositan en un monton inmediato al agujero, en cuyo derredor hay un gran número de obreras pequeñas. Las de cabe- za grande no están ocupadas en cortar hojas, nise ven en la caravana, sino únicamente en remover el nido. Mr. Bates dice: «He encontrado despues de remover en un pequeño espacio tres minas de cerca de una puigada de diámetro y medio pié de profundidad, las tres unidas por otras tubulares de cerca de 4 pulgadas de diámetro. No pude encontrar su fondo con una vara de 445 piés. El tubo era liso y cubierto de un gran número de obreras de un tamaño múcho menor que el de las que se ocupaban en llevar hojas y no se mezclaban con ninguna. Des- pues, profundizando más la mina, subieron de uno en uno varios individuos gigantescos, más grandes que los del mayor tamaño que andaban afuera, y los que supongo que deben pertenecer á otra especie. Además del volúmen más considerable de la cabeza, tiene una ocela en medio de la frente. Este último carácter les da un horrible aspecto en las profundidades del nido.» Hablando de otras especies, la OE. sexdentata, Mr. Smith cita al Rev. Hamlet Clark, que dice, que en Constancia (Brasil) el propietario de una plan- tacion empleó toda clase de medios para exterminarlas y ninguno produjo resultado. Algunas veces en una sola noche despojan un naranjo ó un limon de sus hojas; una zanja con agua al derredor del huerto que lo libra de las demas hormigas, no produce ningun efecto para impedir su invasion, pues esta especie hace una mina por debajo sin dificultad. Personas fidedignas me han asegurado, que en sus avances en la comarca estas hormigas han minado debajo del gran rio Pariaba. De cualquier modo que sea, y sin nin- guna especie de puente natural ó artificial, aparecen del otro lado y continúan su camino. Este testimonio está confirmado por Mr. Lincecum (Proceedings of Academy of Natural Sciences of Philadelphia, 1867, pág. 24) en una in- teresante Memoria sobre la (Ec. tewana que ha observado por 18 años; asienta que con frecuencia, por algunos centenares de yardas llevan sus ca- minos subterráneos en los desiertos cubiertos de yerbas, donde ésta opon- dria algun embarazo a su marcha. Una vez, para llegar al jardin, donde es- taban despedazando las plantas, hicieron un túnel debajo de un estanque que tenia 15 6 20 piés de profundidad y cerca de 30 de diámetro. Tambien ob- LA NATURALEZA 189 servó que las obreras menores que permanecen cerca del nido, nose ocupan ni en cortar ni en acarrear las hojas, sino que están ocupadas en sacar la arena, y generalmente trabajan con pereza, de un modo muy diferente al de las activas y listas cortadoras de hojas. Tambien observó que los peda- zos de hojas regularmente se secan afuera ántes de ser acarreados, y que si son humedecidos por un aguacero repentino, los dejan podrirse alli. Asi- mismo cree, que necesitan agua para vivir y que siempre escogen los luga- res en que la puedan encontrar cavando pozos. Una vez M. Pearson excavó uno para su uso y encontró el agua á 30 piés de profundidad. El género Cryptocerus pertenece á la subfamilia Cryptoceridae fundada en la forma de la cabeza, y que es más ó ménos aplastado en la parte supe- rior, con los costados dilatados en placas marginales, lisas, que ocultan ó cubren en parte los ojos. El pedúnculo está formado de dos nudos; el co- selete es espinoso y el rostro está acanalado en la frente para recibir las an- tenas. CRYPTOCERUS LAMINATUS.—5mith. Brasil. Esta especie vive en Córdoba, en los mismos lugares que la siguiente, pero es más rara y más solitaria. CRYPTOCERUS MULTISPINOSUS.—Ls la especie más comun en los alrededores de Córdoba, donde vive enel tronco de ciertos árboles, especialmente en los de Croton sanguiferum, Cedrela odorata, Spondias chilias. Las hormigas muestran poca viveza; permanecen estacionarias una gran parte del dia á la entrada de los agujeros que conducen al nido. Al medio dia se les ve cor- rer sobre los troncos caidos, sin órden ni objeto aparente. Guando intenta uno cogerlas, elevan el abdómen al correr á la manera del Cumatogaster Moctezumase. NOTAS DEL TRADUCTOR. Habiendo pasado la mayor parte de mi vida en Orizaba, donde es muy comun la QEcodoma Mexicana, he tenido ocasion de observar algunas de sus costumbres, y de convencerme de los perjuicios que ocasiona esta espe- cie, no solo en los plantíos, sino tambien en las trojes y en las poblaciones mismas, en cuyas calles y casas hacen sus habitaciones. En las tiendas en que se venden semillas, cuando llegan á entrar, hacen sufrir á los propie- tarios pérdidas de consideracion, pues en una sola noche pueden tras- portar á su hormiguero, sin exageracion, media carga de maíz, que es la se- milla que prefieren. Además, no solo atacan las hojas de los árboles, sino tambien las cáscaras de ciertos frutos, como naranjas, plátanos, etc., y aun animales vivos, pues yo las he visto varias veces cargadas con un coleópte- 190 LA NATURALEZA ro lamelicornio /Anomala cupricollis), que se movia aunque le faltaban casi todos los tarsos, pero nunca con otra especie; y aun me parece que no buscan el insecto, sino que lo toman cuando lo encuentran en su camino. En su nido, segun la creencia comun, habitan algunas serpientes; yo nunca he encontrado más que algunas especies de Elaps y el Coriphodon cons- ticlar. Dicen que parecen vivir en buena compañía con dichos insectos, en cuyos nidos depositan tambien sus huevos. (1) El original, inglés al mencionar este árbol, usa de la palabra Hickory tree, cuyo nombre se da á varias especies del género Carya, de Nutard, ó Hicorúus, de Rafinesque, de la familia de las Yuglandeas, y por lo mismo no he encontrado el nombre de la especie á que se refiere el texto. (2) Tal vez, y es punto interesante que no he tenido oportunidad de verifi- car, las hembras de la Elis depositan sus huevos en el cuerpo de las larvas de los Searabwus. En Tehuacan (Departamento de Puebla), en donde es muy comun la Scolia Azteca, Sauss., abunda especialmente en las tenerías, por lo que me inclino á creer que las hembras de esta especie depositan tambien sus huevos debajo de la epidérmis de las larvas que pululan en la corteza del encino. (3) A lo ménos por la YE. mexicana, pues la OE. hystriz, que tambien se encuentra aislada en los bosques de la parte caliente, es muy rara para ser peligrosa. Es conveniente añadir, que Orizaba está en la zona templada, Cór- doba entre la templada y la caliente, y Tehuacan en las zonas frías de Méxi- co. Mr. Bates nota, sobre la hystriw, que una vez encontró un gran nú- mero en un prado bajo, llevando fragmentos de los frutos caidos, pero que no vió ninguna de cabeza parda. Esto sucedió en el Brasil. MINERALOGIA. NOTAS SOBRE LAS ESFEROLITAS DE MÉXICO: POR EL SR. D. MARIANO BARCENA, SOCIO DE NUMERO. Hay en las formaciones volcánicas de México algunos compuestos mine- rales que, aunque conocidos en general, no lo son sin embargo en las nume- rosas variedades que presentan, y las que están caracterizadas por sus figu- FA LA NATURALEZA 191 ras particulares, colores, yacimiento, etc. Hace algun tiempo que hice notar esas cireunstancias respecto de las obsidianas mexicanas, y en un estudio que hice de ellas, y que se sirvió aceptar la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, mencioné los tipos ó variedades que me eran conocidas de ese feldespato volcánico, á fin de contribuir á la formacion de su historia y ca- ractéres detallados. Siguiendo mis observaciones sobre los minerales propios de nuestros ter= renos de orígen igneo, voy á hacer algunas anotaciones sobre las variedades que he observado en las esferolitas, refiriéndome únicamente á los tipos que he visto personalmente hasta ahora, dejando para más tarde la conti- nuacion de este estudio. Se distinguen en general con el nombre de esferolitas, ciertas concre- ciones feldespáticas que se hallan en las formaciones volcánicas, y ese nom- bre colectivo se aplica á todas ellas sin hacer notar ninguna de las diferen- cias que presentan entre si. Las esferolitas mexicanas que yo he observado pueden referirse á los gru- pos siguientes: l. Esferolitas sueltas ó libres. cuentran en los terrenos de acarreo inmediatos á las montañas volcánicas, Las concreciones de este grupo se en- principalmente á las que están formadas de pórfidos traquíticos. La figura de estas concreciones es más ó ménos esférica ó arriñonada, pero rara vez se presentan en formas simples, sino más bien en grupos de esferas de di- versos radios y sobrepuestas en varias direcciones. Su lustre, en la superfi- cie exterior es centellante; en la interior ó de fractura, pasa á resinoso. Co- lores agrisados pasando por varios tonos de amarillo y rojo, principalmente del amarillo pajizo al rojo pardusco. Textura general concoidea pequeña; la interior es comunmente estriada y divergente. Peso específico de 2,5. Du- reza de 6 en la escala de 120. Estas concreciones se desprenden generalmente de las masas en que es- taban embutidas, principalmente cuando las rocas presentan acantilados 6 planos verticales; pero muchas de estas esferolitas parece que quedaron li- bres desde su formacion, pues los accidentes de su superficie demuestran que se formaron con libertad y sin ninguna presion lateral. Las concrecio- nes de este género son muy comunes en el Estado de Hidalgo, donde las to- man equivocadamente algunas personas, por óxido de estaño, sin atender mas que á la figura concrecionada, sin fijarse en la gran diferencia de den- sidades que existe entre ambos minerales. 2. Esferolitas embutidas.—En las masas de pórfido, de obsidiana, pie- dra pez y piedra aperlada, se encuentran diseminadas ó en grupos las esfe- 192 LA NATURALEZA rolitas; generalmente las de ese modo de yacimiento tienden á trasformarse en arcilla, pues parece que son ménos ricas en siliza. Su figura es esférica ó poliédrica, segun que están aisladas ó comprimiéndose recíprocamente. Colores análogos á los de la variedad anterior ó idénticos á los de la roca que los contiene. Los otros caractéres físicos son, con pocas excepciones, como los ántes citados, pues en éstos solo el yacimiento y la figura son diferentes, aunque hay tambien esferolitas embutidas de formas arriño- nadas. En el distrito de Cadereyta, del Estado de Querétaro, he observado estas concreciones en dos yacimientos distintos. Se presentan formando grandes masas por sí solas en el cerro de la Silleta inmediato á la Villa de Caderey- ta, cabecera del Distrito de su nombre. Las masas de esferolitas alternan con las de pórfido traquitico que constituyen el cerro, y forman con ellas transiciones insensibles, pues en las últimas hay esferolitas diseminadas ó cavidades esféricas ocupadas por calcedonia y cristales pequeños de cuarzo, Si se hace una seccion en la roca esferolítica, se obtienen figuras poligona- les, pues las concreciones están comprimiéndose reciprocamente, y el efecto de esos dibujos se hace más agradable con las líneas divergentes que pre- senta la textura de las esferolitas. En la region oriental del valle de Cade- reyta hay algunos bancos de pórfido que alternan con otros de piedra pez, de color negro agrisado. En la masa de ésta he observado las esferolitas de fi- gura más regular; se presentan, en efecto, bajo la forma de esferas aisladas de diversos diámetros, y se separan con la mayor facilidad al romper la ro- ca que las contiene. El color de estas esferolitas es blanco agrisado y rojizo, por cuya circunstancia contrastan perfectamente con el color negro de la piedra pez en que arman. En las cercanías del pueblo de Tequixquiapan, en el distrito de San Juan del Rio, del propio Estado de Querétaro, hay una vasta formacion de piedra aperlada, en cuya masa se encuentran numerosas esferolitas formadas tam- bien de la misma piedra ó de cascos concéntricos de siliza blanca agrisada: en algunos puntos de la masa solo se ven las cavidades esféricas que ocupa- ban los cascos silizosos, y aun se perciben sus restos más ó ménos completos, 6 solamente bajo la forma de un polvo silizoso muy fino. 3. Esferolitas que se hallan en las cavidades de la obsidiana.—El Sr. del Rio, en sus «Elementos de Oritocnosia,» al hablar en general de la esferolita, menciona la que se encuentra en las oquedades de la obsidiana afectando figuras de cuadros ó pequeñas eras, así como de figuras hemiesfé- ricas imitando á los equinos, por cuya circunstancia la llamó equinolita. Advierte tambien el Sr. del Rio, que la equinolita se cambia al fin en una LA NATURALEZA 193 arcilla ferruginosa de color pardo cetrino que deja los huecos vacios. Esta circunstancia me hace creer que unas conereciones que he examinado últi- mamente y se encontraron en los huecos de la obsidiana de Zinapécuaro, son distintas de las observadas por el Sr. del Rio. La sustancia á que me refiero presenta los caractéres siguientes: Figura elipsoidal, presentando hácia el medio un reborde estriado, lo que le da al conjunto la forma de una flor. Lustre entre centellante y de vidrio en la parte que estaba embutida en la obsidiana, y de vidrio en la parte li- bre. Color blanco agrisado. Textura estriada divergente. Dureza de 7. Den- sidad de 2,48. La parte superior ó libre de estas figuras está cubierta de una multitud de pequeñas concreciones de lustre de vidrio que parecen de siliza pura. Al soplete sobre el carbon no se altera; con carbonato de sosa se fun- de difícilmente, y la escoria humedecida con azotato de cobalto y despues calcinada, toma el color azul característico de la alúmina. Estas concreciones parecen ser de piedra aperlada impregnadas de un ex- ceso de siliza libre, lo que se deduce de su mayor dureza y de las esferitas vitrias que cubren su superficie. Fueron encontradas por el Sr. D. Eufemio Amador, quien me las cedió para que las estudiase. En la cavidad en que estaban alojadas en la obsidiana, hay algunas masas pequeñas de la misma naturaleza que las concreciones, y en la forma cuadrangular que cita el Sr. del Rio, pero no he observado la arcilla ferruginosa á que el mismo autor se refiere. En resúmen, las variedades ó tipos de esferolita que he visto hasta ahora, son los siguientes: masas sueltas amarillentas ó rojizas, de figura arriñona- da ó de esferas agrupadas; esferas arcillosas embutidas en las masas de pór- fido y de piedra pez; esferas de piedra aperlada embutidas en masas de esta misma roca, y figuras cuadrangulares y en forma de flor, de color blanco agrisado, é impregnadas de siliza y ocupando las cavidades de la obsidiana. La formacion de la esferolita es debida sin duda, á la concentracion en di- versos lugares y en la masa en que se presentan, de un exceso de siliza li- bre y sobrante despues de la formacion de los feldespatos, y que arrastran- do las partículas de éstos, se conereciona formando figuras esféricas de diver- sos tamaños y de composicion variable. Igual orígen debe atribuirse á las masas sueltas, con la diferencia de que éstas se separarian bajo la forma de gotas que se unian al solidificarse. La tendencia que tiene la siliza á concre- cionarse nos es familiar en un gran número de casos. El Sr. del Rio, en su obra mencionada, cita el siguiente análisis de una es- ferolita, hecho por Ficino. 194 LA NATURALEZA UA AN AEREAARSRANAE Adomina. A AAA 00 OLasa Y Sos AM OS DOxidoude bistto ¡BEAN Magnesia al 0 Pérdida porrusentación 1004 10 Lo da 100.00 Si se compara esta análisis á las numerosas que del feldespato ortoclasia se encuentran en la obra de Mineralogía del profesor Dana, se ve que efecti- vamente hay más siliza en la esferolita, pues ese ácido en la ortoclasia varía de 65 á 67 por ciento. En la análisis de Ficino hay ménos alúmina que en los feldespatos, pues en éstos varía de 17 420, miéntras que en la esferolita citada es 12 solamen- te. Greo que en todas las análisis que se hagan de las esferolitas se encon- trarán resultados variables, pues deben considerarse como una mezcla de si- liza libre y de materias feldespáticas diversas. México, Enero 21 de 1875. OBSERVACIONES SOBRE LOS CARACTERES QUE PRESENTAN TRATADOS AL SOPLETE LOS MINERALES DE PLATA Y SOBRE LAS PEGADURAS QUE PRODUCEN ALGUNAS LIGAS BINARIAS DE ESTE METAL, SOMETIENDOLAS AL MISMO TRATAMIENTO: POR EL SEÑOR DON SEVERO NAVIA, SOCIO CORRESPONSAL EN GUANAJUATO, En el artículo anterior que tuve el honor de dirigir á esa respetable Socie- dad, «sobre la pseudomórfosis de la plata sulfúrea,» ofrecí describir detalla- damente los caractéres que presentan al soplete, sobre el carbon, las princi- pales especies minerales de plata, así como tambien las pegaduras que dan algunas ligas binarias de este metal, sujetándolas á igual tratamiento. Gumplo ahora con ese ofrecimiento. LA NATURALEZA 195 Cuando clasifiqué la coleccion de minerales de plata, perteneciente al Co- legio de este Estado, en la cual figuran gran número de ejemplares de poly- basita y de plata agria, algunos de ellos amorfos, y por lo mismo difici- les de ser distinguidos solamente por sus caractéres exteriores, tuve necesi- dad de efectuar algunas pruebas al soplete, sobre el carbon, con los referi- dos ejemplares, para determinarlos con toda exactitud; y entónces observé que producian una pegadura débil de color amarillo en la cavidad del carbon, y hácia fuera, cerca de los bordes de ésta, otra pardo-rojiza oscura, la cual, mez- clándose algunas veces con la del antimonio en el caso de ser plata agria la sustancia que probaba (pues esta especie es la que lo contiene esencialmen- te), adquiria un tinte ordinariamente rojo claro. Al principio crei que estas pegaduras, que me llamaron fuertemente la atencion, serian producidas por el bismuto ó cadmio, con las que tienen alguna analogía, contenidos tal vez en corta cantidad en las citadas especies; pero buscándolos por vía húmeda en union de mi apreciable amigo é inteligente químico el Sr. D. V. Fernan- dez, no los encontramos, ni tampoco ningun otro elemento distinto de los que constituyen las mencionadas especies. Repitiendo las pruebas con frag- mentos cristalizados y puros de esas mismas especies, y además extendién- dolas a la plata sulfúrea, y á los rosicleres claro, oscuro y semiprismá- tico, igualmente puros, siempre obtuve los mismos resultados. Presentando ya seis especies distintas las mismas pegaduras, supuse que éstas serian de- bidas á la plata y á la mezcla de la de este metal con la del antimonio, fun- dado en que, segun las fórmulas de dichas especies, solamente entran en su composicion azufre, antimonio, arsénico, plata y cobre. Ahora, de estos elementos, el primero no da nioguna pegadura; y aun cuando los dos siguien- tes las producen, son blancas y bien conocidas; así es que solo quedaban la plata y el cobre á que atribuirlas; pero como por una parte, el último metal solamente lo contiene la polybasita, y por otra, habia probado tambien al soplete varias especies minerales de cobre perfectamente puras, y no habia ob- tenido en este caso pegadura ninguna, era claro que la plata las producia en los minerales de su género. Sin embargo, para asegurarme más de este hecho, ejecuté pruebas directas de la misma naturaleza que las practicadas con los minerales de plata; primero sobre fragmentos de este metal puro, y despues sobre ligas binarias de plata y de antimonio, uno y otro en proporciones distintas; y como en ambos casos obtuve pegaduras iguales á las de los mi- nerales de plata, no habia ya duda de que este metal las producia en aque- llos, quedando, por consiguiente, verificado así mi supuesto. No limité mis experiencias á esto, sino que guiado por las observaciones anteriores, las extendí á otras ligas binarias formadas de plata, como elemen- La NATURALEZA, —Toxo Jll,—29, 196 LA NATURALEZA to constante, y de cantidades variables de otros metales (plomo, bismuto, zinc, etc.), con el objeto de investigar si la pegadura del primer metal mo- dificaba á las de los otros de la misma manera que á la del antimonio. Con este fin traté sucesivamente al soplete, sobre carbones diferentes, cada una de las ligas mencionadas, y encontré que efectivamente, la pegadura pardo- rojiza escura de la plata, mezclándose con la de los otros metales, les comu- nica en parte de su extension, un color de tintes diferentes, de tal manera marcados, que por solo la inspeccion pueden reconocerse, en muchos casos, los dos metales ligados. * En vista de estos resultados, hice tambien prue- bas, tanto sobre algunas especies naturales, en cuya composicion entraran los dos metales de cada una de las ligas enumeradas, como sobre mezclas de dos especies minerales, siendo una de ellas del género plata y la otra con- teniendo el segundo metal, que formaba parte de la liga sobre que operaba; y en uno y en otro caso siempre pude reconocer la presencia de la plata, aun ántes de obtener el boton metálico. Es de advertir, que más de una vez, probé ejemplares de blenda, que contenian plata en diversos estados, y que no obstante ser imperceptible á la simple vista, me la indicó el tinte rojizo que su pegadura le comunicaba á la del zinc. Tanto por lo que acabo de exponer, como porque, hasta ahora están la mayor parte de las personas que se dedican al estudio de los minerales, en la inteligencia de que la plata no da pegadura, y podrian por lo mismo in- currir en errores, ó por lo ménos, no saber á qué atribuir las que pro- ducen las especies de este metal, y en general, todos los minerales que lo contengan, aun solamente como acompañante, pero en cantidad apreciable, me ha parecido no solo conveniente sino necesario, comunicar á esa ilus. trada Sociedad los resultados de mi estudio sobre este particular. El presente trabajo, segun he indicado ya, comprende la descripcion de los caractéres que presentan al soplete los minerales de plata, y la de las pe- gaduras que producen algunas ligas binarias de este metal, sometiéndolas al mismo tratamiento. Caractéres que presentan tratados al soplete, sobre el carbon, los minerales de plata. De las: especies de este género he estudiado de preferencia las que se en- cuentran con más ó ménos abundancia en las vetas madre y de la Luz, que son; plata sulfúrea, plata nativa, plata verde, plata córnea, plata 1 El cadmio produce modificaciones análogas, de las que hablaré adelante. LA NATURALEZA 197 agria, polybasita, rosicler claro, oscuro y semiprismático. He ejecuta- do repetidas pruebas con fragmentos de ejemplares distintos y puros de ca= da una de estas especies, sin adicion de reactivo alguno, excepto el cloruro y el bromuro, á las que les añadí carbonato de sosa. Algunas veces tambien agregué este reactivo á la plata sulfúrea y á la polvbasita para violentar su reduccion; rara vez lo hice con los rosicleres, porque en este caso las pega- duras no se cbtienen, como sin él. Los caractéres que manifiestan dichas especies tratándolas al fuego de oxi- dacion, son los siguientes: Para SULFUREA (AgS).—Funde á la primera impresion de la llama, des- prende olor sulfuroso, da un boton de plata pura y una pegadura (fig. 1), en la cual se distinguen tres coloraciones: pardo-r0]¿34 oscura en la par- te média, cuando se ha enfriado; casi negra en caliente; amarilla de ocre en la cavidad del carbon, y verde azulada en la periferia. Esta última zona aparece las más veces, solamente por un soplo prolongado, aun despues de haber obtenido el boton; en el mismo caso las tres coloraciones son muy marcadas, sobre todo en frio. Para nativa (Ag.)—Produce las mismas pegaduras arriba descritas. Es- ta especie es muy escasa en las minas de Guanajuato. Para verDeE (Ag Br) y pLaTa CÓRNEA (Ag Cl).—Mezcladas con carbonato de sosa dan un boton de plata pura y pegaduras iguales á las descritas en las especies anteriores. Ambas son raras en las vetas de este mineral: la pri- mera se encuentra en las minas de la Luz y en las del Nayal, acompañando al oro nativo, y la segunda en la de Mellado. PLara aria (Sb? Si + 6 AgS), ROSICLER OSCURO (Sb? Só + 3 AgS) Y ROSICLER SEMIPRISMATICO (SL? S* + AgS).—Funden facilmente, desprenden olor sulfu- roso y abundantes humos blancos, quedando por resíduo un boton de plata pura. Aparece la pegadura blanca del antimonio desde el principio de la operacion; y al fin, cuando se desprenden los últimos humos, se observa que comienza á colorearse en parte de su extension de rojo carmin, flor de albérchigo ó rosa, unas veces, y otras de hermoso violado-purpúreo ó rojo- pardusco, viniendo á ser estas coloraciones muy marcadas en frío. Se pre- sentan bajo dos formas: flameadas ó en zonas circulares, siguiendo los con- tornos de la cavidad, cuyo interior queda cubierto de la pegadura amarilla débil ya citada en las otras especies (figs. 2, 3, 4 y 5). Algunas veces no se obtienen todas las coloraciones que acabo de mencionar; pero en este caso se observan separadas las del antimonio y de la plata, particularmente si se ha prolongado el soplo, despues de haber obtenido el boton. Rosicner cLaro (As? S +3 AgS).—Funde con facilidad, desprende humos 198 LA NATURALEZA blancos, con olor sulfuroso al principio, y despues de ajo; quedando un bo- ton de plata pura. Se obtienen las pegaduras del arsénico, que se deposita muy distante de la cavidad del carbon, y las de la plata en el interior de és- ta y hácia fuera cerca de sus bordes, sin ser alteradas por la primera (fig. 6). PoLygasrra (Sb. As) S+5 (Ag. Cu) S.—En cuanto á esta especie, que es abundante en las minas de Guanajuato, advertiré que hay ejemplares que solo contienen arsénico, y otros, que además de este metaloide, encierran antimonio en cantidad considerable: * los primeros dan olor sulfuroso y de ajo, un boton de plata cuprifero, y las pegaduras del rosicler claro; los se- gundos desprenden tambien olor sulfuroso y poco de ajo, dan un boton de plata cuprifero y las pegaduras de la plata y del antimonio, siendo ésta po- co abundante; las que, mezclándose algunas veces, manifiestan los tintes ya descritos al hablar de la plata agria. Los detalles que preceden manifiestan cuáles son los caractéres pirognós- ticos de las especies minerales del género plata de que he hecho mencion. Solamente me he ocupado de esta clase de caractéres, por ser los únicos que ofrecen particularidades notables, no expresadas en los autores de Mineralo- gía; pero unidos estos caractéres á los exteriores y cristalográficos de esas mis- mas especies, que son bien conocidos, completan su historia y las determi- nan claramente. Debo advertir que, para obtener las pegaduras tal como las he descrito, he procurado siempre llenar estas condiciones: 1.2, usar de carbon vegetal de pino, muy compacto, practicar sobre él una cavidad cónica, poco profun- da, de 3 á 4 milímetros, y de un diámetro de 8 mm.; 2.?, emplear un so- plete cuya abertura sea muy fina, y como combustible de preferencia, la ve- la, cuidando que la mecha esté siempre corta; 3.2, dirigir la llama de oxi- dacion, corta y delgada, de tal manera que solo bañe al ensaye, y que for- me un ángulo de 135" próximamente con el plano del carbon, y éste, uno de 85% con respecto á la vertical de la llama de la vela. Con estas precaucio- nes, indispensables para un buen éxito, la reduccion se efectúa violentamen- te; la cavidad del carbon no se ensancha, ni se profundiza por su combustion, y la pegadura del antimonio se conserva intacta y cerca de los bordes, pu- diendo así mezclarse con la de la plata y adquirir los tintes rojos ya dichos. 1 Esta diferencia en la composicion corresponde á otra en los caractéres exteriores. He notado que los primeros se presentan en tablas exágonas regulares, muy delgadas; poséen un crucero claro, segun las bases; reflejos rojo de sangre al través de ellas, y mucho lustre: los segundos están tam- bien en tablas exágonas, pero gruesas; no se advierte ni los reflejos, ni el crucero, y son de poco lus- trosas 4 mates. Fig 11. Pegaduras que dejan sobre el carbon algunos minerales argentiferos tratados al soplete. A NATURALEZA 199 Pegaduras que produce la plata pura y ligada con algunos otros metales. Prara Pura. |—Este metal, sometido á la accion oxidante del soplete so- bre el carbon, produce las mismas pegaduras que la plata sulfúrea, lo que prueba que las que da esta especie, son debidas á este metal. Prara y ayrimonio.—La liga de estos metales produce las mismas pega- duras que la plata agria y los rosicleres oscuro y semiprismático. Esto con- firma que las que dan las referidas especies, son debidas á la mezcla de las del antimonio y de la plata. Para Y PLomo.—Se obtienen con esta liga las pegaduras del plomo: la amarilla verdosa ó de azufre, junto á la prueba, y la blanca azulada en la periferia; pero en la línea de separacion de ambas, ó en la periferia, si no hubiere parte blanquecina, aparece una zona mus ó ménos extensa y bien marcada, en frio, de color violado de obispo, rosa ó carmin (figs. 7 y 8), segun las proporciones relativas en que se encuentran los dos metales. Si el plomo está en cantidad considerable, sus pegaduras son muy perceptibles; la llama se tiñe de azul débil; se observan globulitos irisados, y cuando la mayor parte de este metal se ha expulsado, comienza á notarse la zona roja que se aclara por el enfriamiento. Si al contrario, el plomo se encuentra en muy corta cantidad, su pegadura apénas se reconoce; pero la de la plata apa- rece casi inmediatamente coloreando á la anterior de rojo-carmin ó violado oscuro, en la mayor parte de su extension. Estas mismas pegaduras obtuve tratando cortas porciones de una mezcla de plata sulfúrea y de galena (ésta en pequeña cantidad); lo que manifiesta que los compuestos naturales que contienen los mismos metales de la pre- sente liga, dan idénticos resultados. PLara y sismuro.—Con esta liga se obtienen las pegaduras de los dos me- tales que la constituyen. Las del bismuto aparecen desde el principio de la operacion: la blanca azulada ó verdosa en la periferia, y la amarillo-naran- jada, ligeramente pardusca, en frío, junto á la prueba; la de la plata se anun- cia por la zona de color violado, rosa ó carmín oscuro, que se forma 1 El sabio profesor de química M. Fresenius, en su Tratado de análisis cualitativo, (pág. 274,) al hablar de los cuerpos que dan pegaduras, dice, refiriéndose á la de la plata: “es débil y rojo-os- cura: plata. Si hubiese al mismo tiempo un poco de plomo y de antimonio, la pegadura será rojo= carmin.” Esto confirma los resultados de mi estudio. Como esta propiedad de la plata nos era des- conocida, hizo, que segun dije al principio, buscáramos por la vía húmeda el bismuto ó cadmio, á cuyos metales atribuíamos tal pegadura, 200 LA NATURALEZA en la línea de separacion de las dos anteriores, óen la periferia, si no hubiere parte blanquecina (figs. 9 y 10). Esta zona comienza á notarse cuando se ha expulsado la mayor parte del bismuto, si está en gran canti- dad; en el caso contrario, aparece casi inmediatamente desde el principio de la operacion. La llama no se tiñe de azul; lo que puede servir en la mayor parte de los casos, para distinguir el plomo del bismuto, cuyas pegaduras es fácil confundir sin una larga práctica. La nueva especie, descubierta por el ilustrado profesor de Mineralogía, el Sr. D. Antonio del Castillo, la Tapalpita (Ag? S + Bi Te) que contiene los mismos metales que la liga de que acabo de hablar, da exactamente las mis- mas pegaduras que ella. Prara y zinc.—Se obtienen las pegaduras de los dos metales modificadas mutuamente. Si el zine está en gran cantidad respecto á la plata, la pega- dura del primer metal se deposita en cavas gruesas coloreadas de azul- violado ó de espliego ó gris de perla (ligs. 11 y 12); el dardo del soplete se tiñe de blanco azulado brillante, y la pegadura es fosforescente en caliente. Las coloraciones mencionadas comienzan á observarse en caliente, cuando se ha oxidado casi todo el zinc, y hasta despues de haberse enfriado la prueba, aparecen con toda claridad. Si al contrario, el zine está en corta cantidad, su pegadura aparece casi inmediatamente coloreada de un hermoso violado de obispo ó de rojo rosado por la de la plata. Las varias mezclas de blenda y de plata nativa ó dúctil, que sometí al mismo tratamiento, me produjeron pegaduras iguales á las de la liga arti- ficial. Para y cogrE.—ÉEsta liga da las mismas pegaduras que la plata pura, con la diferencia de que las zonas pardo-rojiza, oscura y amarilla, son más extensas; la liama se tiñe de verde, y el boton se irisa unas veces y Otras presenta un color uniforme amarillo de bronce ó de laton; tomando en al- gunos casos el aspecto de esmalte de color rojo cochinilla ó amarillo-naran- jado pardusco, particularmente en frío. Estos diferentes aspectos del boton, dependen de las proporciones en que se encuentran dichos metales. La mezcla de cobre sulfúreo y de plata dúctil, me dió los mismos resul- tados que esta liga. Prara y caomio.—La pegadura del primer metal no modifica sensible- mente á la del segundo. Debia suceder así, puesto que ambos metales pro- ducen una parte rojiza y otra amarilla, que aunque de tintes diferentes, tie- nen alguna semejanza; y mezclándose, no se observa modificacion marcada en los colores de la del cadmio, que por otra parte, es mucho más abundan- te que la de la plata, aun estando en proporciones iguales. Por esta razon, LA NATURALEZA 201 creí que la pegadura del cadmio, lo mismo que la de la plata, modificariaá las de los otros metales, plomo, bismuto y zinc. Y en efecto, las modifica; pues encontré que formando ligas binarias y tratándolas al soplete, los tin= tes que adquieren son parecidos á los que la plata les comunica. Sin embar- go, pueden distinguirse por ser en general más débiles y aparecer solamen- te cuando el cadmio está en muy corta cantidad; pues en el caso contrario se reconoce perfectamente la pegadura de este metal. A la del antimonio le comunica ordinariamente un tinte amarillento. Las blendas cadmiferas son las que producen pegaduras análogas á las de la liga de plata y zinc. Así es que en este caso deberá comprobarse la pre- sencia de la plata por el régulo que deja, y el cadmio por la ausencia de boton. Tales son los resultados que he obtenido, y de ellos se deduce: 1.2 Que la plata pura da pegaduras tratándola al soplete sobre el carbon; 2. Que mezclándose la parte pardo-rojiza de esas pegaduras con las del antimonio, plomo, bismuto y zinc, las modifica, coloreándolas de rojo-elaro en parte de su extension, y 3. Que en algunos casos la pegadura del cadmio les comunica á las de esos mismos metales, tintes semejantes. De estas deducciones se obtiene esta conclusion: la plata da una pega- dura especial que sirve para reconocer su presencia; y modificando las de otros metales (antimonio, plomo, bismuto y zinc), caracteriza á és- tos, sea en sus ligas, ó bien en los compuestos naturales que los con- tengan. Deseo que esa ilustrada Sociedad, encuentre exacto este trabajo, para que, como lo espero, sea útil en su aplicacion á las determinaciones mineraló= gicas. Colegio del Estado de Guanajuato, Julio de 1874. DICTÁMEN DE LA SECCION DE MINERALOGIA ACERCA DEL TRABAJO ANTERIOR, Como miembro de la seccion de Mineralogía, y en cumplimiento del trá- mite dado por el señor Vice-presidente de esta Sociedad, sobre el trabajo del señor socio corresponsal D. Severo Navia, intitulado: «Observaciones sobre los caractéres que presentan al soplete los minerales de plata, » tengo el honor de presentar el informe siguiente: El estudio que se ha dignado remitir á esta Sociedad el Sr. Navia, es su- 202 LA NATURALEZA mamente interesante porque precisa los caractéres con que pueden recono- cerse al soplete muchos de los compuestos argentiferos que son más comu- nes en nuestros distritos mineros, y que por su solo aspecto, pudieran ser confundidos con otros que presentan semejanzas con ellos. Por otra parte, la descripcion de cada uno de esos compuestos queda ya más determinada con el estudio detallado de sus caractéres pirognósticos como acaba de pre- sentárnoslo el Sr. Navia, quien para comprobar sus observaciones, ha hecho una serie muy interesante y curiosa de experiencias, formando ligas de los metales que entran en la composicion de los minerales citados y comparan- do estos resultados con los obtenidos en los compuestos naturales. El trabajo á que me refiero tiene tambien el grande interes de preci- sar los caractéres que presenta al soplete la plata metálica; caractéres en que se habian fijado muy poco los que han tenido ocasion de observarlos, y que por este motivo son generalmente ignorados ó desconocidos de las personas que recurren al análisis de vía ígnea para sus conocimientos mineralógicos. En tal virtud, tengo el honor de presentar á la Sociedad la siguiente pro- posicion: Publíquese en «La Naturaleza», órgano de la Sociedad Mexicana de His- toria Natural, el interesante estudio del señor socio D. Severo Navia, á que se refiere el informe anterior. México, Agosto 20 de 1874.—Martano Barcena. LA NATURALEZA 203 ENSAYO ORNITOLÓGICO DE LA FAMILIA TROCHILIDA O SEA DE LOS COLIBRIES 0 CHUPAMIRTOS DE MEXICO, POR EL Sr. D. RAFAEL MONTES DE OCA, SOCIO DE NUMERO. (CONTINUA,) Num. 33.—Chupamirto de cola de guías y garganta violada. Thaumastura enicura, Gould; Trochilus enicurus, Vieill.; Ornismya heteropygia, Less.; Calothoraz enicurus, Bonap. El Sr. Gould dice acerca de esta especie de colibríes, que aunque Lesson y otros naturalistas le asignan por localidad el Brasil, no hay evidencia al- guna de que se encuentre más hácia el Sur del Istmo de Panamá, y que su positiva localidad es Guatemala, así como tambien Yucatan en el territorio de la República mexicana, en cuyos lugares probablemente es estacionaria, puesto que la pequeñez de sus alas es poco adaptada para hacer grandes emi- graciones. La apariencia del macho adulto, es como sigue: la parte superior de la cabeza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde- bronceado, un poco más oscuro en lo que corresponde á la cabeza; alas pardo-purpúreas; cola extremadamente horquillada, con las plumas cen- trales muy cortas, verde-bronceadas, y las dos exteriores de cada lado de ella negro-purpúreas, marginadas longitudinalmente en su parte interior de un color castaño; garganta y cuello color de púrpura metálico hermosí- simo; pecho castaño-claro, casi blanco adonde se une con el tinte purpúreo de la garganta; centro del abdómen, gris; cubiertas de debajo de la cola de este mismo color, un poco más claro, con visos bronceados; flancos verde- bronceados; cubiertas de las piernas, blancas tintadas de castaño; pico bas- tante largo y curvo, negro-pardusco; patas y uñas de este mismo color, y por último, tiene una pequeña mancha blanca que le nace en la parte pos- terior del ojo y se prolonga algo hácia atrás. La NATURALEZA. —Tomo 111.—30, 204 LA NATURALEZA Su largo total es de 5% de pulgada, desde la punta del pico hasta la ex- tremidad de la cola; alas 1% idem; cola 3 idem, y pico 10 líneas. La hembra tiene la parte superior de la cabeza, del cuerpo, cubiertas de las alas y de la cola, y cuatro de las plumas del centro de ésta, de un color verde-bronceado; las demas, negro-parduscas, con las bases tintadas de un color castaño muy pronunciado, teniendo las dos exteriores las puntas blancas; toda su parte inferior es castaño-clara, casi blanca en la garganta y cuello; patas, pico y uñas, así como el tamaño de su cuerpo, iguales al macho. Num. 34—Chupamirto de pecho color de carmin. Selasphorus platycercus, Gould; Trochilus platycercus, Swains.; Mellisuga platycerca, Gray y Miteh.; Selasphorus platicercus, Bonap. Esta preciosa especie de colibries, es otra de las peculiares del Valle de México, y se halla en abundancia en la parte baja de esta region, durante los meses de Mayo y Junio, por lo general gustando la miel de las flores del Cardo Santo, Centawrea mexicana, y despues de esa época sube á las mon- tañas del lado del Sur, segun ha dicho el Dr. Villada en su Memoria de los Colibries del Valle de México, y allí permanece estacionada aún por dos me- ses, efectuando entónces su nidificacion. Cuando la cria está ya en estado de poder volar, parece que emigran á Guatemala, adonde tambien se les encuen» tra y probablemente van á invernar. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde-bron- ceado uniforme; alas pardo-purpúreas; cola casi cuadrada, con plumas lanceo- ladas, siendo las dos del centro del mismo color que la parte superior del cuerpo, las demas negro-purpúreas, con la orilla interior de la segunda y evarta, y la exterior de la quinta de cada lado, castaño rojiza; su garganta y cuello con plumas de apariencia escamosa de color de grana ó carmin metálico hermosísimo; pecho de un tinte blanco sucio; abdómen pardo-ferruginoso cla- ro; flancos pardo-verdusco bronceados, con visos castaños cerca de los lados del pecho; enbiertas de las piernas y de debajo de la cola blanquizcas; patas pardas; pico casi recto, y uñas negras. Su largo total desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 4 pulgadas; alas 2% idem; cola 1%, y pico », idem. La hembra tiene toda la parte superior del mismo color del macho, con LA NATURALEZA 205 excepcion de la cabeza que es pardusca; sus alas tambien son iguales; su co- la es arredondada, con las dos plumas centrales verde-bronceadas, las de- mas negro-purpúreas, con las extremidades de las tres exteriores de cada lado, blancas, teniendo éstas las bases tintadas de color castaño; garganta, cuello, abdómen y cubiertas de debajo de la cola, casi blancas, con los flan- cos y lados del pecho tintados tambien de dicho color castaño; patas, pico y uñas iguales á las del macho. El macho ¡jóven es muy parecido á la hembra, y solo se diferencia de és- ta, en que tiene la garganta y pecho salpicado de pequeñas manchas par- das, que con la edad van convirtiéndose en el hermoso color carminado que tiene el adulto. Num. 35.—Chupamúirto pequeño de garganta esmeralda. Myrabiellia tipica, Gould; Trochilus Abetllez, De Latt.; Mellisuga Abeillei, Gray y Mitch.; Myrabeillia typica, Bonap. El Señor De Lattre dice acerca de esta especie, que es peculiar de los bos- ques de las cercanías de Jalapa y sumamente esquiva, no cabiendo duda que es así, puesto que el que esto escribe, en el período de muchos años que lleva de observar estas notables avecitas, apénas ha podido ver raros ejemplares de ella, por lo general, buscando su alimento en las parásitas que florecen en las elevadas copas de los árboles más viejos y grandes que se encuentran en las selvas del paraíso jalapeño. El Sr. Gould dice tambien, que ha obtenido ejemplares de ambos sexos de esta especie, de Guatemala, procurados por el Sr. G. Skinner, de un jó- ven naturalista de aquel país, llamado M. Rivera Paz, que promete ya mu- cho á la ciencia por sus conocimientos. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, del cuerpo, cubiertas de las alas y de la cola, dos plumas del centro de ésta y lados del cuello, de un color verde-bronceado oscuro; alas pardo- purpúreas; plumas laterales de la cola negro-azulosas, tintadas de gris fer- ruginoso en sus extremidades; en la garganta tiene una mancha de color verde-metálico algo parecido al de la esmeralda; pecho negro; abdómen gris ferruginoso oscuro, con ligeros visos bronceados en los flancos; cubiertas de debajo de la cola, verduscas, marginadas de gris; patas pardo-oscuras, y pi- co y uñas negras. Su largo total desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es 206 LA NATURALEZA de 3% pulgadas; alas 1% idem; cola 1 pulgada y 1 línea, y pico % pulgada. La hembra es muy semejante al macho y solo se diferencia de éste, en que toda su parte inferior es gris ferruginosa, un poco más clara en lo que corresponde al cuello y garganta, teniendo un tinte algo castaño en este úl- timo lugar. En cuanto á tamaño ambos son iguales. Num. 36.—Chupamirto de pecho blanco. Thaumatias candidus, Gould; Polytmus candidus, Gray y Mitch.; Thaumatias candidus, Bonap. Esta especie de colibries parece ser peculiar de la parte Sureste de la Re- pública mexicana y de Guatemala. Es una de las pocas que hay de esta fa- milia, que no tienen alguna parte de su cuerpo cubierta de algun color me- tálico que llame la atencion del observador, y su modesta apariencia es co- mo sigue: la parte superior de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de cola, de un color verde-bronceado; cola con las dos plumas del centro de este mismo color, las restantes pardo-oscuras con visos bron- ceados, teniendo cerca de sus extremidades un sombrío aun más oscuro todavía; alas pardo-purpúreas; centro de la garganta, pecho y abdómen, de un color blanco de nieve, con los flancos y lados del cuello tintados de verde-bronceado; patas pardas y uñas negras; pico de este mismo color, con excepcion de la base de la mandíbula inferior que es color de carne. Su tamaño, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 4% de pulgada; alas 2 idem; cola 1%, y pico % idem. La hembra, como sucede con las demas de las de este género, es tan se- mejante al macho, que solamente por medio de la investigacion anatómica, se puede saber que lo es. Num. 37. —Chupamirto de cola oblonga y guías blancas. Phaéthornis cephalus, Gould; Trochilus cephalus, Bourc.; Trochilus longirostris, De Latt.; Phatornis cephalus, Bonap. Esta singular especie de colibríes se encuentra en Veragua y Guatemala, así como tambien en el Sur de la República mexicana; mas parece que en esta última localidad es sumamente rara, pues el que esto escribe, solo ha LA NATURALEZA 207 podido ver un ejemplar que se halla en el Museo Nacional de esta Repú- blica, el cual tiene dimensiones un poco más pequeñas que las de los indi- viduos de ella descritos por el Sr. Gould, célebre troquilidista que tambien da á esta especie el nombre de (Mexican Hermit) Ermitaño mexicano; y dice que el primer ejemplar que conoció, fué por mucho tiempo el único que habia en Europa, el cual fué llevado á aquel país por el distinguido via- jero y colector frances, el Sr. Sallé, y cogido cerca del rio de San Juan de Nicaragua, cuyo ejemplar, en seguida, formó parte de su coleccion; que des- pues obtuvo otros ejemplares de Guatemala, y más tarde otros de Mé- xico, que le parece fueron cazados en el Estado de Veracruz, cerca de Cór- doba. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, del cuerpo y cubiertas de las alas, de un color pardo con visos verde bronceados, un poco más oscuro en lo que corresponde á la cabeza; cubier- tas de encima de la cola y parte posterior del cuerpo cerca de éstas, de un tinte castaño, con una banda semicircular á cierta distancia de la extremi- dad de cada pluma, de un color pardo-oscuro, y en conjunto toda esa par- te, parece que la cubren escamas de dichos colores; alas pardo-purpúreas; cola con las bases de sus plumas verde-bronceadas, cuyo tinte se desvanece al unirse con el color negro-pardusco que les precede, teniendo las dos plu- mas del centro las extremidades blancas, demasiado angostas y alargadas hasta casi el doble del tamaño de las demas, que tambien tienen unas man- chitas blancas de cada lado de sus extremidades, con un tinte castaño al unir- se con el color oscuro de ellas; toda su parte inferior tiene un color gris fer- ruginoso uniforme, algo castaño en lo que corresponde al abdómen y flan- cos; en la parte superior del ojo le nace una mancha que se prolonga hácia atrás como unos cinco octavos de pulgada, de un color blanco-pardusco; otra mancha ó línea semejante, le nace tambien en la mandíbula inferior y se prolonga por el centro del cuello hasta desvanecerse con el tinte del pecho, y por último, otras líneas parecidas á las descritas, le nacen una de cada la- do de la mandíbula inferior y corren hácia atrás por la parte inferior del ojo, confundiéndose en seguida con el tinte general del cuello; cubiertas de de- bajo de la cola, de un tinte gris-castaño, con manchas un poco más oscu- ras; su pico, que es muy largo y curvo, tiene la mandibula superior negra que parece de ballena, la inferior lo mismo, pero con la base color de carne; patas pardas, y uñas negras. Su largo total es de 5 pulgadas; alas 2% idem; cola 3 idem, y pico 1 pul- gada 7 líneas. A lo que parece, segun las observaciones hechas en las dos especies de 208 LA NATURALEZA Phaétornis que se encuentran en México, la hembra es muy semejante al macho, y solo se puede averiguar su sexo por medio del análisis anató- mico. Num. 38.—Chupamúirto de pecho blanco y cabeza violada. Cyanomyia violiceps, Gould. Esta especie de colibries, á la cual el Sr. Gould da tambien el nombre de Violet-Crown, Corona violeta, es otra de las peculiares de la República me- xicana, que descubrió el Sr. Sallé, distinguido naturalista frances, del cual ya se ha hecho mencion en otros artículos anteriores á éste, y que tuvo la dicha de encontrar algunos ejemplares de ella en el Estado de Oajaca, en la parte Sur de México. La apariencia de esta especie es bastante semejante á la del guadricolor, pues solo se diferencia de éste, en que carece del color encarnado del pico, que el azul de la parte superior de la cabeza es más violado, y la superior del cuerpo más pardusca. El macho adulto tiene la parte superior de la cabeza, de un color azul turquí metálico oscuro; la superior del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color pardo con visos de verde olivo bronceados, tenien- do además las plumas de la cubierta de la cola marginadas de un tinte un poco más claro; alas pardo-purpúreas; cola de un culor pardo-verdusco bron- ceado y ligeramente horquillada; toda su parte inferior blanca; su pico, que es casi recto, negro, con la mandibula inferior color de carne en su base; patas pardas y uñas negras. Su largo total, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 5 pulgadas; alas 2% idem; cola 1% idem, y pico 11 líneas. La hembra creo que no debo determinarla todavía y esperar nuevas in- vestigaciones; aunque es muy probable que sea semejante al macho, como sucede con las de los demas de este grupo. La figura representada en la fa- mosa obra del Sr. Gould, por hembra ó macho jóven, tal vez pueda ser el jóven, y su apariencia es como sigue: toda la parte superior del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color parecido al del macho adulto, con la cabeza de ese mismo color un poco más oscuro; alas pardo purpúreas; cola de un tinte bronceado cobrizo, con las extremidades de sus plumas tin- tadas ligeramente de un color gris; toda su parte inferior blanca, con los flancos de un tinte castaño-rojizo; patas y pico como las del macho. LA NATURALEZA 209 Num. 39.—Chupamirto de pecho verde y vientre castaño. Amazilia cerviniventris, Gould. Esta especie de colibríes se encuetra en las inmediaciones de Jalapa y Cor- doba, y aunque bastante afine al beryllina, se diferencia de él lo suficiente para formar una especie distinta, segun lo ha hecho el Sr. Gould en su Mo- nografía de los colibries, siendo de advertir, que no es muy comun en nin- guna de las regiones indicadas. La apariencia del macho adulto es como sigue: la parte superior de la ca- beza, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color verde-bron- ceado; alas pardo-purpúreas; plumas de la cola, de un tinte castaño-rojizo oscuro, con sus orillas y extremidades bronceadas; garganta, cuello y pecho, verde-metálico, un poco más claro que el del beryllina; abdómen de color de canela claro-pardusco; plamas de las cubiertas de debajo de la cola, de este mismo color aun más claro, marginadas de blanco; flancos con visos verde-bronceados; cubiertas de las piernas blancas; pico ligeramente encor- vado en su extremidad, con la base color de carne y la punta negra; patas pardas y uñas negras. La hembra es enteramente igual al macho, y á mi juicio, en su aparien- cia exterior solo se diferencia de éste, en que tiene la cabeza un poco más angosta. Los jóvenes de ambos sexos, desde que comienzan á emplumar ya se les ven las plumas de la garganta y del pecho tintadas en sus extremidades del color verde-metálico, que con la edad se hace uniforme en toda esa parte. El largo total de los ejemplares de ambos sexos, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 4% pulgadas; alas 2% idem, cola 1 % y pico 10 líneas. Num. 40.—Chupamirto de pecho blanco y cabeza azul. Cyanomyia quadricolor, Gould; Trochilus quadricolor, Vieill.; Ornis- mya cyanocephala, Less.; Polytmus quadricolor, Gray y Mitch. Esta especie de colibríes es pe culiar del Valle de México y otros lugares del Noroeste de la República, pudiendo á la vez decirse, que es otra de las que pueden llamarse propiamente mexicanas, puesto que, segun el Sr. Gould, es errónea la idea de Lesson, en su Suplemento á la historia de los Colibries, 210 LA NATURALEZA el asignarle por localidad el Brasil; mas sin embargo, no es de las que se pueden llamar comunes en la localidad referida. La apariencia de su plumaje en general, es muy agradable, pues los co- lores verde-bronceado, blanco y azul, contrastan perfectamente con el en- carnado del pico, que forma el cuarto color y ha motivado el nombrarlo gua- dricolor. El Sr. Gould es quien ha separado esta especie del cyanocephala, con el cual se hallaba ántes confundido. El macho adulto tiene la parte de encima de la cabeza, azul-celeste metá- lico hermosísimo; la region superior del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un tinte verde-bronceado pardusco, ménos lustroso que en la ge- neralidad de los de su especie; cola pardo-verdusca, con las extremidades de cada pluma ligeramente tintadas de gris; garganta, pecho y abdómen blanco, que parece de nieve; cubiertas de debajo de la cola de este mismo color; su pico, que es recto, encarnado, bastante oscuro en su extremidad; patas pardas, y uñas negras. La hembra es muy semejante al macho, y solo se diferencia de éste, en que el azul de la cabeza es un poco ménos marcado. Su largo total, desde la extremidad del pico hasta la de la cola, es de 4% de pulgada; alas 2% idem; cola 1%, y pico % idem. Num. 41.—Chupamirto de pecho ferruginosó y pico encarnado. Pheoptila sordida, Gould; Cyanomyia sordida, Seclat. Esta rara especie de colibriés, que tanto se diferencia de la generalidad de estas aves, por no tener ningun color metálico, sino un tinte general sombrío, se encuentra en el Estado de Oaxaca, donde parece que no es muy comun. La apariencia de dos ejemplares que existen en el Museo Nacional de Mé- xico, que á mi juicio son una hembra y un macho, es como se ve á conti- nuacion. Macho adulto.—La parte superior de la cabeza, del cuello, del cuerpo y cubiertas de las alas y de la cola, de un color pardo-verdusco bronceado; alas pardo-purpúreas; cola, con las dos plumas del centro del mismo color de la region superior del cuerpo, pero un poco más pardo-oscuras en su ba- se; toda su parte inferior pardo-ferruginoso, con los flancos algo broncea- dos y la garganta algo más clara; las plumas de la cubierta de debajo de la LA NATURALEZA 211 cola tienen un tinte entre castaño y gris-claro; los cuadriles están cubiertos de una especie de plumon blanco, que forma una mancha de cada lado, muy conspicua, de este color; su pico, casi recto, es encarnado en su base y has- ta como las tres cuartas partes de su largo, con la punta negra; patas par- das y uñas negras. La hembra es muy semejante al macho, y solo se diferencia de éste, en que su colorido es más difuso, como sucede con todos los Cyanomyae, con los cuales es bastante afine esta especie, y que el Sr. Gould ha separado for- mando un género distinto. El largo total del macho, desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola, es de 4% pulgadas; alas 2% idem; cola 1%, y pico 10 líneas. (CONCLUIRA.) AGRICULTURA. RAPIDA OJEADA SOBRE ALGUNOS PARASITOS DE LA PAPA.—AÁPARICION EN EL VALLE DE MExICO DE LA CHRYSOMELA DECEMLINEATA EN LOS PLANTIOS DE ESTE VEGETAL; POR LOS SREsS. D. JosE €. SEGURA Y D. MANUEL D. CORDERO, SOCIOS DE NUMERO. La introduccion de la papa, Solanum tuberosum, en Europa, fué no so- lamente una mejora importante en la economía rural, sino que tambien se ereyó una planta providencial contra el hambre que en los malos años ame- nazaba diezmar al pueblo europeo á consecuencia de la pérdida de las cose- chas de cereales. Su rusticidad y el no estar sus tubérculos expuestos á la accion directa de los cambios bruscos de temperatura, así como ser un ali- mento sano y nutritivo, hicieron de esta solanácea un precioso vegetal reco- mendado por los más ilustrados agrónomos extranjeros. Todo parecia pre- sagiar que el tubérculo del Nuevo-Mundo, propagado con tantas dificultades en el antiguo, seria una garantía contra las escaseces que ponian en peligro la vida de millares de individuos; pero el tiempo vino á demostrar que, co- mo todos los demas vegetales útiles al hombre, está sujeto á varias enferme- dades y enemigos. De las varias enfermedades á que está sujeta la papa, casi todas recono- La NATURALEZA.——Tomo 111,31, 212 LA NATURALEZA cen como causa, parásitos criptogámicos que viven á expensas de sus partes aéreas ó subterráneas. De las primeras, unas como el moho ó chahuistli y el encrispamiento (frisolee) invaden las hojas y los tallos precisamente en la época en que la vegetacion es más activa y necesitan llenar mejor sus funcio- nes para favorecer el desarrollo de los tubérculos. De las segundas, la más benigna, es la sarna producida por un hongo del género Protomys que se fija debajo de la epidérmis del tubérculo, y le impide llegar al estado perfec- to, disminuyendo por consiguiente la cosecha. La gangrena seca es más temible, la ocasiona otro hongo, el Fusispo- rim solani muy conocida en Europa, sobre todo en las orillas del Rhin, Baviera, Meklemburgo, la Silesia y otros lugares, en donde desde 1830 apa- reció como una verdadera epidemia, haciéndose más notable en 1840, épo- ca en que se perdieron en varios cantones más de las dos terceras partes de las cosechas. El carácter principal de las plantas atacadas, es la extraordinaria dureza que adquieren los tubérculos, los cuales resisten la accion del vapor en los aparatos destilatorios, sin reblandecerse. Como ficilmente se comprende, quedan inútiles no solo para la reproduccion sino aun para distribuirlos co- mo racion á los animales. El Sr. Martius cree que esta enfermedad se debe á que el Fusisporium solani invade totalmente la papa penetrándola hasta el centro, absorbiendo la mayor parte de su agua de vegetacion, convirtiendo la parte fibrosa en ulmina, y destruyendo por esto su facultad germinativa. Existe, además, otra enfermedad que es comun á ambos continentes de América y Europa, ocasionada por una alteracion de los líquidos albumino- sos de los tubérculos, aunque algunos autores le asignan como causa la pre- sencia del Botrytis infestans, que viviendo sobre sus partes aéreas, al des- arrollarse sobre los estomatos de las hojas, trasmite sus emanaciones hasta el tubérculo por los canales de la circulacion; pero las observaciones de los Sres. Leveillé, Pouchet y otros agrónomos, confirman que la afeccion cita- da es puramente local é independiente del desarrollo del hongo. Hemos dado una rápida descripcion de las principales afecciones del So- lanum tuberosum; vamos ahora á ocuparnos de una plaga que ocasiona un insecto que es acaso más temible que las que acabamos de mencionar, y el cual es conocido en los Estados-Unidos con el nombre vulgar de mosca del Colorado. A principios de Mayo del presente año, observaron por primera vez los profesores de la Escuela de Agricultura de esta capital, en los campos de ex- perimentos de la misma, un insecto de aspecto agradable que parecia ser LA NATURALEZA 213 uno de tantos coleópteros de la familia de los Cyclicos, conocidos vulgar- mente entre nosotros con el nombre de catarinitas, que se reproducia pro- digiosamente y que devoraba con rapidez la sementera de papa. A la pro- funda penetracion de los señores profesores no se ocultó las terribles conse- cuencias que la presencia de este coleóptero en nuestro país, traeria á los cultivadores de este solanum, ni tampoco les fué desconocido que era el Chrysomela decemlineata que tantos estragos estaba haciendo en la repú- blica norte-americana. Nosotros, prevenidos por los diarios de los Estados-Unidos y de Europa en donde se mencionan los desastres que diariamente ocasionaba el Chryso- mela decemlineata, así como el derrotero de sus emigraciones, tratamos de investigar si ésta ú otra especie era la que habia aparecido en los terre- nos de la mencionada escuela. Hicimos el estudio del insecto, y el resultado de la clasificacion así como las pocas observaciones que pudimos hacer rela- tivas á su género de vida, fueron suficientes para convencernos que los ca- ractéres asignados al insecto del colorado le convenian en todo á nuestro nuevo huésped que tan dolorosamente se ha hecho sentir de los cultivadores de la república vecina. Los caractéres á que nos referimos son los siguientes: cuerpo oval (el que observamos tenia 0,0093 mts. de eje mayor y el trasversal 0,0070 mts.) ligeramente alargado; coselete más ancho que largo, de color amarillo con manchas negras; cabeza inclinada; antenas negras más cortas que el cuerpo, moniliformes, en forma de clava de once artejos, el último turbinado inser- tado cerca de la boca y delante de los ojos: éstos son compuestos; maxila- res terminados por dos artejos iguales, el último ovoide; mandíbulas trun- cadas; lengúeta arredondada, ligeramente escotada; élitros coriáceos, lustro- sos, de la longitud del cuerpo, pintados cada uno de diez bandas longitudi- nales alternadas de negro y amarillo; parte posterior del abdómen y del tó- rax lineada trasversalmente de los mismos colores; patas medianas de un color negro rojizo con cuatro artejos en los tarsos, los tres primeros provis- tos de sus pinceles. Larvas de 0,01 m. de largo y 0,007 de ancho, blanco- amarillentas, con la cabeza y patas negras y una doble hilera de puntos de este color á los lados del cuerpo y en la parte média y superior del tórax. Por todos estos caractéres decimos que el insecto que estudiamos es un coleóptero que pertenece á la seccion de los Tetrámeros, á la familia de los Cyclicos, á la tribu de los Chrysomelinos, al género Chrysomela, ó si se quiere, Proseicela de Chevrolat, y sub-género Polygramma de este autor, y á la especie decemlineata. Segun observaciones hechas en otros países, la fecundidad de las hembras 214 LA NATURALEZA es verdaderamente prodigiosa, la puesta se verifica tres veces por año: la primera la hacen en Abril ó Mayo, cuando la temperatura es más propia á su desarrollo, y en la época en que los tallos y hojas de la papa están tier- nos y á propósito para saciar la voracidad de las larvas; la segunda en Julio ó Agosto, y la última en Setiembre ú Octubre. Cada hembra deposita en cada puesta, de mil á mil doscientos huevos de un color anaranjado subi- do y en grupos de doce á trece sobre la cara inferior de las hojas. A los cinco ó seis dias despues nacen las larvas, en ese estado viven de diez y seis á diez y siete dias, ocasionando grandes estragos; despues de es- te tiempo se introducen en la tierra para metamorfizarse, y al cabo de ca- torce dias que dura el estado de crisálida, sale el insecto perfecto; á los po- cos dias las hembras son fecundadas, y asegurada su progenie sigue la nue- va generacion las mismas evoluciones que hemos mencionado. Las larvas de la última puesta pasan el invierno debajo de la tierra, al estado de ninfa. Segun Walsch, este insecto apareció en el Nebraska en 1859, ocasionan- do grandes destrozos en los plantíos de papa; en un corto número de años ha recorrido grandes extensiones, y hoy desgraciadamente lo tenemos á las puertas de esta capital. El camino que ha recorrido en la república del Norte está perfectamente descrito en uno de los últimos cuadernos pertenecientes á este año del «Jour- nal d'agriculture practique» del cual tomamos textualmente el siguiente párrafo: «El elima originario de este escarabajo se encuentra en las montañas roca- llosas, adonde se nutre de una especie de papa (el Solanum rostratum, de Dunal, que segun E. A. Carriere es una especie anual originaria de Mé- xico); pero desde que se plantó al pié de estas montañas la papa comestible, las plantas fueron atacadas por este escarabajo que desde este momento co- menzó á avanzar hácia el Este. «En 1859, estaba á 100 millas al Oeste de Omahi, en el Nebraska; dos años despues hizo su aparicion en el Yowa; en 1865 habia comenzado á de- vastar el Missouri, habia atravesado el Misissipi y devastaba el Illinois. «De allí continuó su marcha con tal rapidez, que en 1870 se habia insta- lado en la Indiana, el Ohio, la Pensylvania, el Estado de Nueva- York, Mas- sachusett, habiendo así completado un viaje de cerca de 1,700 millas en on- ce años. En 1871 una gran cantidad de estos escarabajos atravesó el lago Erié sobre las hojas flotantes ó los trozos de madera, y en muy poco tiempo comenzó sus depredaciones entre las riberas de Saint-Clair y el Niágara. Ignoramos cuál haya sido el camino que este pernicioso insecto ha recor- rido en sus emigraciones para llegar á extramuros de la capital; los diarios LA NATURALEZA 215 de los Estados donde se cultiva la papa nada nos han dicho sobre el particu- lar; la hipótesis que formulamos para explicar su presencia entre nosotros, no pasa de mera suposicion; sin embargo, nos aventuramos á suponer, que acaso el ferrocarril de México á Veracruz haya sido el vehiculo por el cual el Chrysomela haya llegado á ejercer sus destrozos á la tabla de la Es- cuela de Agricultura. Bien pudiera suceder que algunos de los buques que en los Estados-Unidos han sido cargados con estos tubérculos, hubiera con- tenido algunos huevos ó insectos de este género y despues hubiera arribado al puerto de Veracruz con cualquiera otra mercancía, en cuyos fardos se en- contraban abrigadas las larvas ó los insectos, y éstos ser conducidos hasta la capital por el vehículo que hemos mencionado; pero lo repetimos, no es más que una suposicion, muy pocas pruebas tenemos para corroborar nues- tro aserto. Por los diarios de agricultura extranjeros, sabemos que no solamente se alimenta con las hojas de la papa, sino que tambien de las hojas de la col y de otras plantas de hortaliza; nosotros hemos observado que exclusivamen- te sacia su voracidad en el Solanum tuberosum, pues en el campo donde aparecieron, á muy pocos metros se encontraban hermosas plantas de col sin que ni aun despues de haber completamente devorado la papa la hubie- sen atacado. En esto nos fundamos para explicar la presencia de este insecto en la Es- cuela de Agricultura, sin que se haya manifestado en las hortalizas que es- tán más próximas á la estacion de Buenavista. Como quiera que sea, la plaga existe cualesquiera que haya sido el mo- do como haya llegado á la capital; por lo tanto, la Escuela de Agricultura, celosa por todo lo que importa á la agricultura nacional, nos ha honrado eo- misionándonos para que á su nombre prevengamos á los hacendados del mal que les amenaza, excitándolos á que fijen su atencion sobre este insecto, cuyo exterminio es interesante, ántes de que se propague y aclimate en el interior de la República. Los medios de destruccion conociaos hasta ahora son sumamente dudosos, los norte-americanos han ensayado infinidad de remedios; pero aun todavía el éxito no ha coronado sus esfuerzos; esto depende de varias causas que va- mos á indicar: 1.2 Las bandadas de Chrysomelas no emigran como sucede con otros in- sectos filófagos á medida que van devastando los plantíos, sino que una ge- neracion avanza miéntras la otra se estaciona en el lugar atacado. 2. Resisten perfectamente á los cambios más extremados de tempe- ratura, 216 LA NATURALEZA 3.2 Soportan la mayor parte de los remedios insecticidas, asi es que no queda más recurso que hacer la recoleccion de los huevos, larvas é insectos con la mano; pero para esto es necesario algunas precauciones y hacerlo con guantes de gamuza, porque las larvas é insectos secretan un líquido corrosi- vo que en muchos casos produce úlceras muy dolorosas y aun la pérdida de la vista si el líquido cae en los ojos. Los agricultores canadenses han encontrado un remedio que consiste en espolvorear las plantas atacadas con una mezcla de 45 partes de harina, ó 30 de yeso ccn una de arseniuro de cobre; pero los grandes inconvenientes que presenta el empleo de esta sustancia venenosa, tanto por el peligro á que estarian expuestos los peoues, como por su alto precio, no puede tener aceptacion entre nosotros; por lo tanto, el único remedio que ha sido reco- mendado consiste en coger el insecto con las precauciones que hemos indi- cado, y no matarlo aplastindolo, sino echándolo en un cazo que contenga una lejía fuerte, ó una lechada, ó en ácido sulfúrico diluido para evitar que al aplastarlo los líquidos que salten de su cuerpo vayan á caer en la piel ó en los ojos del operario: además, acousejamos á los cultivadores que cuando su campo se haile atacado por estos insectos, se abstengan de sembrar la papa por lo ménos dos años, cosa que creemos practicable, pues en nuestro país ella no es la que forma la base de la alimentacion del pueblo. La tabla donde observamos este insecto tenia una pequeña extension de- dicada al cultivo de la papa, por consecuencia, pronto concluyó con todas las plantas y no tuvimos tiempo suficiente para ensayar ciertos compuestos, en los cuales nos habiamos fijado, y no habiendo verificado su eficacia, no nos parece oportuno consignarlos aquí; si en lo sucesivo se presenta esta pla- ga, los ensayarémos ó los darémos á conocer para que los ensayen, dando cuenta al público con los resultados que obtuviéremos. Ojalá y nuestros esfuerzos sean innecesarios para conjurar una plaga que ustamente ha alarmado á los países del otro lado del Atlántico. México, Agosto 24 de 1874. PR APUNTES SOBRE EL CHAHUIZTLI, POR EL SEÑOR DON MANUEL D. CORDERO, SOCIO DE NÚMERO. La mayor parte de los vegetales cultivados, como plantas alimenticias, forrajeras, industriales y económicas, son invadidas en diversos períodos de LA NATURALEZA 217 su vegetacion y bajo causas no perfectamente determinadas, por parasitos eriptogámicos que se fijan sobre las hojas, tallos, frutos y algunas veces so- bre las raíces, alimentándose con sus jugos y ocasionando diversas enferme- dades que diezman por lo regular el producto de las plantíos, y en algunas cireunstancias los destruyen completamente. Algunas de las afecciones causadas por estos hongos microscópicos fueron designadas por los antiguos mexicanos bajo el nombre genérico de chahurz- dla, palabra compuesta de chahaui que siguifica grasa, y de la partícula liztla característica de los nombres abstractos. La voz chahuwiztli que aun no ha perdido en nuestros dias su primitiva aplicacion, equivale al Erisibe, de los griegos; Scabies, de Virgilio; Robigo, de los romanos; Jerakon, de los hebreos; Malume ó6 Melume, de los lom- bardos; Mildew, Blight, Redrust, de los ingleses; Rouille, de los france- ses; Greeserrost, de los alemanes; Mohó, Orin, Anublo, Roya, Orujo, Ti- zoncillo y Herrumbre, de los españoles. Segun Teophrasto, los griegos miraban esta enfermedad como un castigo del cielo, y para la cual no habia remedio. Moisés amenazaba á su pueblo con el Jerakon, cuando se le rebelaba á los preceptos que le imponia, y los romanos que vieron en esta enfermedad el enemigo más terrible, criaron en su fanática idolatría al dios Robigo, al que levantaron suntuosos templos en donde invocaban su proteccion por medio de fiestas que anualmente le ce- lebraban. El dia señalado para estas fiestas llamadas Rubigales, fué insti- tuido por Numa, el 15 de Abril, en el undécimo año de su reinado. Varron y Columela, que tan curiosas noticias nos han trasmitido de la agricultura antigua, dicen que en estos dias se inmolaba una oveja ó un per- ro, y que durante el sacrificio se quemaba incienso y el vino se derramaba con profusion. Los primeros agrónomos que observaron con detenimiento esta enferme- dad, la atribuyeron á los insectos; suponian que los vientos fríos del Este que soplan en la estacion primaveral, arrastraban consigo los huevecillos fi- jándolos en diversos puntos de la planta, adonde más tarde se desarrollaban. Aymen y Girod Chantrans, consideran que es producida por auimáculos que se desarrollaban en los tejidos de las plantas, opinion fundada en ciertos movimientos que observaron al microscopio; pero los botánicos modernos la rechazan y creen que los movimientos observados por los autores citados, son comunicados por los del líquido al extenderse y evaporarse, supuesta la diferencia que hay entre el movimiento que afecta un infusorio al hendir el agua en una direccion cualquiera, y el que es debido á la atraccion mole- cular, 218 LA NATURALEZA Algunas otras hipótesis se han emitido con el mismo objeto, pero ningu- na de ellas prueba que los parásitos que originan el chahuiztli pertenezcan al reino animal; por el contrario, las observaciones más juiciosas y las más per- fectas clasificaciones de los botánicos, confirman cada dia su orígen entera- mente vegetal. Los principales hongos microscópicos que viven sobre los cereales, han sido divididos por de Candolle en parietales é intestinales, segun que se des- arrollan en la epidérmis ó en el interior de los vegetales; á la primera sec» cion corresponde el chahuiztli, enfermedad de que me ocupo. Las especies que lo forman son varias; pero la que regularmente aparece atacando los campos de trigo, cebada y avena, es el chahuiztli colorado de nuestros labra- dores, Uredo Rubigo vera D. €. que aparece regularmente por la cara su- perior de las hojas, los tallos, y algunas veces suele extenderse á las glumas y los granos. Cuando esta vegetacion extraña invade las sementeras en pe- queña cantidad, sus efectos pasan desapercibidos; pero cuando es abundan- te, el aspecto del campo cambia completamente, las hojas se ponen amari- llas, las cañas quedan delgadas, y cuando el mal se propaga á las partes flo- rales, las espigas abortan. Al principio de la enfermedad se ve á las plantas atacadas, invadidas por una multitud de puntos salientes, unas veces aislados y otras reunidos en grupos, de una forma oval ó esférica que más tarde des- garran la epidérmis y dejan escapar un polvo amarillo-rojizo que se pega á los vestidos y al pelo de los animales. El Uredo linearis, de Person, es otra variedad de chahuiztli que ataca de preferencia la parte inferior de las hojas y el tallo; su color es de un amari- llo muy subido; las pústulas que lo forman, vistas al microscopio son cilin- dricas, alargadas y más separadas unas de otras que las de la especie anterior. Sucede con frecuencia que despues que las plantas atacadas por el Rubi- go han diseminado sus esporas, aparecen indistintamente sobre el tallo, las espigas y las hojas de estas mismas plantas, puntos ovales, de un color par- do, que al poco tiempo se abren derramando un polvo negro: los hongos que lo producen, son: la Puccinia graminis y la Solenodonta graminis. Además de las especies mencionadas, tenemos otras varias, tales como la Licea maidischahuiztlea (descrita por el inteligente naturalista D. Lauro Jimenez), el Uredo Vilmorinea, el U. Fabae, etc., etc., que viven sobre el maíz, la haba y otros muchos vegetales cultivados; pero nosotros no entra» rémos en pormenores por ser objeto de una memoria especial. Como ántes hemos dicho, aun no está perfectamente determinada la ver- dadera causa que favorece el desarrollo de estos hongos. Algunos creen que las lluvias pasajeras que caen á principios de la primavera se congelan sobre LA NATURALEZA 219 los tallos tiernos y los destruyen, y otros, que el chahniztli es producido por la corrupcion de los jugos y tejidos de las plantas bajo la influencia del sol, las neblinas y el agua. A principios de este siglo se atribuyó al agracejo, Berberis vulgaris, una influencia muy directa en el desarrollo de los uredos. Mors, John Sinclair, Marchall y algunos otros agrónomos ingleses, suponian que en este arbusto se alojaban los hongos, y que bajo el impulso de los vientos eran traspor- tados á las cereales y otros vegetales cultivados. Esta hipótesis prevaleció mucho tiempo, y durante éste, se destruía cuanto pié de agracejo se encon- traba á cierta distancia de las sementeras. Más tarde se combatió esta teo- ría probando que la especie que origina el chahuiztli del agracejo es el 4ct- dium, enteramente diferente de las que lo producen en las cereales, de ma- nera que suponer que el 4cidvum se convirtiera en Uredo por solo la cir- eunstancia de pasar de un vegetal á otro, era tanto como convenir en la transformacion de las especies. Se probó, además, la inocencia del agracejo con algunos hechos singulares, tales como la de producirse con frecuencia el moho en algunas localidades de la Francia (Beauce), adonde no se encon- traba un solo pié de este arbusto en una extension de más de 20 leguas a la redonda, así como la de emplearse como cercado para dividir las hereda- des en el Departamento de Cót d'Or, Allier y otros cantones en donde raras veces son atacadas las cereales. Estas observaciones, que en el primer ter- cio de este siglo redujeron á un absurdo la idea primitiva, son hoy desecha- das por las más recientes investigaciones: en efecto, se sabe que las criptó- gamas están sujetas á sufrir ciertos cambios en su organizacion, estructura y género de vida, semejante á lo que pasa en los insectos y otros animales inferiores; así es, que los diferentes uredos que antiguamente se miraban co- mo géneros diversos, no son sino las distintas formas que toma la Puccinia al desarrollarse. En la generacion alternante se observa algunas veces que las células re- productoras que se forman en la sucesion de las generaciones semejantes, como en algunas algas y hongos, dan orígen á individuos tambien seme- jantes á aquellos de donde provienen; pero en las Mucedineas y otras, las células difieren en la sucesion, y cada tipo forma al desarrollarse, séres dota- dos de estructura y propiedades diferentes, hasta que en la alternacion vuel- ven á aparecer células reproductrices iguales á las de la primera generacion, y entónces reaparece el tipo primitivo. Cuando se siguen estos parásitos entófitos en todo su periodo vegetativo, se ve que en el mismo micelio que se desarrolla en las hojas del Berbe- ris, se encuentran, además de las esporas, otros órganos de reproduccion, los La NATURALEZA.—Tomo0 1U.—32. 22() LA NATURALEZA espermogonios y los «ecidios; los primeros formados por un conceptáculo en forma de botella tapizada interiormente por una infinidad de pelos cor- tos, á manera de pincel, que llevan en su extremidad unos cuerpos semejan- tes á las esporas llamados espermacios, y los segundos situados debajo de la epidérmis de la hoja afectando la forma de una copa, en el fondo de la cual está el himenio, cuyos basidios producen continuamente nuevas esporas, al principio poliédricas y despues arredondadas, que se desprenden della aber- tura de la copa derramando un polvo rojo encerrado entre sus celdillas. Las Coniomisitas son muy notables, tanto por su ciclo de vegetacion como por su hetere*cia, nombre con el cual M. Bary distingue esa propiedad, por medio de la cual una generacion de un hongo parásito se desarrolla exclusi- vamente sobre un grupo de plantas alimenticias, y otra de la misma especie elige otro grupo ú otra planta tambien particular; de manera que los «eci- dios que se producen sobre las hojas del agracejo, necesitan, en virtud de su heter:ecia, fijarse sobre el tallo de una graminea para desarrollar su micelio y producir una nueva forma que es el uredo: éste á su vez produce una nueva generacion que se desarrolla sobre las mismas gramineas, dando orí- gen á uredos diferentes, y así se suceden varias generaciones durante la pri- mavera hasta la Puccinia. En este estado, las uredósporas cesan de produ- cirse, y son reemplazadas por esporas alargadas y tabicadas, llamadas teleu- tósporas, ó esporas hivernantes: éstas permanecen durante el invierno, sobre el rastrojo de las gramíneas hasta la primavera del año siguiente en que des- arrollan sobre alguna de sus celdillas una excrecencia que se organiza en una pequeña espora llamada esporidio, el cual no desarrolla su micelio, si no es que se encuentre en contacto con la superficie de una hoja de agra- cejo, en la cual vuelve á formarse un micelio que penetra la hoja y en él los espermogonios y los «ecidios. Por mucho tiempo se supuso que las lluvias repentinas que caen en los meses de Junio y Julio, cuando son seguidas de un sol ardiente, favorecen el desarrollo de los hongos. John Sinclair en su Código de Agricultura cita co- mo causas principales para el desarrollo del chahuiztli, la excesiva fertilidad de un terreno para una cosecha de granos, la sucesion contínua de las siem- bras de trigo en los terrenos de mediana calidad, las fuertes lluvias y las va- riaciones bruscas de temperatura que sobrevienen ántes que las plantas lle- guen á su madurez. Unger divide las causas que originan el desarrollo de los parásitos que tratamos, en próximas y ocasionales: entre las primeras señala una abun- dante estercoladura; la juventud de las plantas, la predisposicion de cada especie y una exuberancia de vegetacion mal equilibrada en sus funciones: LA NATURALEZA 221 como causas ocasionales, una atmósfera cargada de vapor de agua, la ausen- cia de la luz, los cambios bruscos en la temperatura, la prolongada seque- dad, las siembras muy tupidas y la demasiada humedad de la tierra; aun cuando M. Gasparin cree, que más bien que á la humedad de la tierra y de la atmósfera, es debida la aparicion del chahuiztli á ciertas circunstancias at- mosféricas que facilitan el trasporte de las esporas, así como una predispo- sicion marcada de las plantas para recibirlas. De los innumerables remedios que hasta ahora se han propuesto para com- batir esta enfermedad, ninguno ha dado un resultado satisfactorio; la natu- raleza es quien se encarga de conjurar esta plaga: con frecuencia sucede, que repentinamente desaparace despues de una lluvia seguida de un buen tiempo; sin embargo, cuando el mal aparece ántes que las espigas se hayan desarrollado, suele dar buen resultado regar el campo con la esperanza de ver aparecer una nueva vegetacion. Hay ademas varios medios que pueden emplearse como preservativos y que tienen por objeto impedir, hasta donde es posible, el desarrollo de los hongos: una buena preparacion del terreno, la eleccion de las variedades precoces, la alternacion de las siembras, el empleo de la sal marina en pro- porciones determinadas, la preparacion de los granos con el ácido arsenio- so, arseniuro de cobre, sulfato de fierro y las lejías de sosa y cal, han dado en muchas circunstancias resultados satisfactorios. El modo como obran es- tas sustancias para impedir el desarrollo de los hongos se ignora completa- mente. Por la análisis química se sabe que las uredineas contienen una gran cantidad de aceite, y es de suponerse, como lo sospechan algunos agró- nomos, que si las celdillas reproductoras de estos parásitos acompañan al grano, la accion que las sustancias citadas ejerzan sobre los esporos, sea, 6 puramente vital, y en este caso obrarian produciendo un envenenamiento, ó lo que es más probable, que sea quimica, y que los álcalis, al combinarse con el aceite, lo saponifiquen y destruyan por lo tanto su facultad germinativa. México, Enero 31 de 1875. 222 LA NATURALEZA FAUNA INDÍGENA. EL OFIBOLUS DOLIATUS.-CORONELA ANILLADA, POR EL SR. D. ALFREDO DUGÉS, SOCIO CORRESPONSAL EN GUANAJUATO. Presentamos á nuestros lectores uno de los más hermosos reptiles de Mé- xico: como esta especie es notable principalmente por su colorido, nos ha parecido útil publicar una figura que represente exactamente los colores del animal, y pueda servir para reconocerla más fácilmente la vez que se le en- cuentre. Todos los ofidios desprovistos de veneno (Aglyphodontes de Dum. y Bibr.) pueden clasificarse en doce sub-órdenes, de los cuales dos nos interesan par- ticularmente por ahora: examinando los dientes posteriores de la mandíbu- las superior, se ve que son distintos de los demás, y aun algunas veces separados de los que les preceden, como en el sub-órden de los Diacrante- rios, ú bien dispuestos en una serie continua como en los Sincranterios. Á es- tos últimos pertenece el Ophibolus dolvatus, 6 Coronela amillada. Hé aquí efectivamente el cuadro sinóptico dado por Duméril y Bibron en su Erpetología general, Tom. VIL pág. 327. Sineranterios: Ofidios aglifodontos, cuyos dientes posteriores están en se- rie contínua con los que les preceden, y sin intervalo entre ellos. A. Cola mediana. 1. Escamas aquilladas ó con una línea saliente. .. . Tropidonotus 2. Escamas lisas, hocico arredondado, algo corto . . . . Coronella. 3. Escamas lisas, hocico truncado y muy corto... : . Simotes. B. Cola muy larga, formando cerca de la mitad del tronco . Leptophis. Coronella. Caracréres GENÉRICOS. —Cuerpo alargado, cubierto de escamas lisas; hocico redondado, poco alargado; cabeza apenas distinta del cuerpo que es cilíndrico y algo más grueso en la parte mediana; ojos pequeños, de pupila circular; cola corta, casi tan gruesa en su base como el mismo tronco en esta region; nueve placas cefálicas; rostral volteada en punta más ó mé- nos obtusa sobre el hocico y descendiendo oblicuamente, de manera que la extremidad de la cabeza queda más adelante que la abertura de la boca; fron- tal bastante pequeña, casi tan larga como ancha; narices abiertas entre dos placas; dos supralabiales en contacto con el ojo; series de escamas del cuer- po de 19 á 29; anal entera; sub-caudales dobles, LA NATURALEZA 223 Algunos autores han distinguido los géneros Osceola, Ophibolus, Calo- peltis, Coronella y Calonotus; darémos los caractéres del Ophibolus. Se- ries de escamas dorsales 21; temporales 5 (243); escamas del dorso hexago- nales, anchas, cortas, apenas imbricadas y muy lustrosas; dos post-oculares, la inferior descansando entre la cuarta y la quinta labiales superiores; una preocular pequeña así como la frenal; labiales superiores 7: la primera toca á la nasal y algo á la frenal; la segunda á la frenal y uno de los ángu- los á la preocular; la tercera toca á la preocular y al ojo: la cuarta, al ojo y á la post-ocular inferior; la quinta á la post-ocular inferior y á la temporal inferior de la primera fila; la sexta, á este mismo temporal y á la inferior de las de segunda serie; la sétima á la última temporal inferior, Generalmente se observan ocho labiales inferiores, de las cuales cinco tocan á las submaxi- lares. Tal es la folidosis típica; pero se presentan algunas veces anomalías de poca importancia. Pasemos á la descripcion de la Coronela anillada. Ophibolus (Bd Ke. Grd.) doliatus (Lin.) Sisox.—Coluber doliatus, Linneus, Syst. Nat. 1766, 1, 379; Harlan, Journ, Acad. Nat. Sc. Philad, V, 1827, 362. Coronella coccinea, Schleg. Ess. Physion. Serp. 1837, 1, 57. Coronella doliata, Holbr. N. Am. Herp, 1842, III, 105, lám. 24. Ophibolus doliatus, Baird and Girard, Catal. N. Am. Rept. 1853, 89, núm. 8. CARACTERES EspEcIFICOS.—Cabeza más deprimida que en las otras especies del mismo subgénero. La post-oeular inferior, más pequeña que la superior, entrando en una escotadura formada por las cuarta y quinta labiales supe- riores, recargándose mas sobre la última. Gastrostegas 196; anal 1; uroste- gas dobles 58. Dimensiones de un especimen macho, proviniendo de la Noria (Michoa- can): Cabeza 0,7025; tronco 0,770; cola 0,714; circunferencia en medio del cuerpo 0,065; longitud total 0,7865. Algunos individuos miden un me- tro y más. Colores. Iris pardo negruzco; lengua rojiza y la mitad anterior teñida de negro. Cabeza amarillo anaranjado; una mancha negra cubre parte de las fronto-nasales y de las preoculares, las palpebrales, la frontal, la ma- yor parte de las parietales y temporales, y algo de las labiales superio- res que tocan al ojo: se ven algunas líneas negras sobre las labiales superio- res y anteriores, y á veces tambien en las labiales inferiores correspondien- tes. Detrás de la cabeza, hay un angosto collar negro; despues siguen un anillo rojo cereza ancho, uno negro angosto, otro amarillo un poco más an- cho, y vuelven el negro, rojo, negro, amarillo, etc. á aparecer en círculos 224 LA NATURALEZA que rodean el cuerpo, siendo siempre los rojos los más grandes; la cola lle- va solo un anillo rojo en su base, y los demás son alternativamente negros y amarillos. En los espacios colorados y amarillos, las escamas están teñi- das de pardo en su extremidad. Se notan sesenta y un círculos negros, de los cuales la mayor parte son incompletos, es decir, que forman un arco de circulo cuyas extremidades no se reunen debajo del abdómen, En la mayor parte de los individuos los círculos son completos, y algunos de los negros se anastomosan en el dorso en medio de los anillos rojos; en estos he cuntado 49 anillos negros, 21 encarnados, y en la cola 7 amarillos; en los jóvenes este último color tira á blanco. El número de anillos negros varía, y de consiguiente no es un carácter es- pecifico admisible; hay coronelas que tienen 46 en el cuerpo y 7 en la cola; otras que presentan 50 en el cuerpo y 11 en la cola, etc. He tenido una hermosa variedad cuyos círculos amarillos eran todos bien separados, y aun el de la cabeza quedaba interrumpido por lo negro de la cara, que se unia sobre el occipucio con la mancha negra del cuello: todos los anillos colorados estaban interrumpidos en el dorso por los negros que se unian entre sí, de manera que este último color predominaba en el tinte general. En otros, en fin, he observado este sistema de coloracion, en la parte posterior del cuerpo, miéntras en la mitad anterior, los anillos eran perfectamente dis- tintos. Estas variaciones en el colorido, me conducen á adoptar la opinion de Jan (Prodr. Iconogr. gener. degli Ofidi; Goronellidee, 1863, 31) que considera el Ophibolus gentilis de Baird y Girard, como una mera variedad de la que nos ocupa. El mismo profesor describe las variedades formosa, Schleg, y conjuncta, Jan, la primera con anillos negros bien completos, la segunda con los mismos círculos, unidos dos á dos debajo del vientre por medio de una faja del mismo color, etc. Parrta.—Hasta ahora no he visto más que un ejemplar del Estado de Ja- lisco; los más los debo á la amistad del Sr. D. Epifanio Jimenez, quien me los trajo de su hacienda de la Noria, cerca de Zamora; y aprovecho esta opor- tunidad para darle públicamente las gracias, por las varias adquisiciones que le debo en este ramo de Erpetología, pues varias ocasiones me ha proporcio- nado objetos de estudio muy interesantes. OnservacioNEs.—Era de presumir que por sus colores, este ofidio debia ser confundido por personas poco ejercitadas, con la coralilla vulgar, Elaps fulvius, D. «e. B. Efectivamente lo llaman con este nombre en la Noria, y aun he recibido dos Elaps entre los Ophabolus que venian de este punto: error fatal, que pudo haber traido las más graves consecuencias, á no ser el LA NATURALEZA 225 carácter generalmente apacible del Elaps fulvius cuando no se le irrita: he manejado este último reptil muchas veces, y con guardar siempre sangre fria y cautela, puedo asegurar que no hay ningun peligro en estas manipu- laciones; sin embargo, no las aconsejo á nadie, pues se necesita una sereni- dad, que solo la costumbre puede dar. Los ofíbolos, á pesar de su pupila redonda, son más activos de noche que de dia, á lo ménos en el estado de cautividad. Salvo excepciones, son de un carácter dócil, poco irascible, y se pueden coger sin precaucion alguna, absolutamente como los alicantes ó las culebras acuáticas. Beben agua de tiempo en tiempo, pero no parece que se hañen con pla- cer; así es, que miéntras los tropidonotes, los corifodones, y aun las viboras de cascabel, suelen quedarse horas enteras sumergidas en el agua que se po- ne en sus jaulas, las coronelas anilladas, por el contrario, permanecen en puntos secos, ó raras veces en las ramas de arbustos que están á su alcance. Se mantienen perfectamente con ratones recien matados, lagartijas de la clase de los tropidolépidos, y aun con oxirrhinas; pero he observado que siempre que se les da lagartijas llaneras vivas, Cnemidophorus sexlineatus, D. y Bib., es imposible hacerles admitir ninguna otra clase de alimentos, á pesar de que estén muy hambrientos. Cuando cogen á estos saurios, enros- can inmediatamente la parte anterior de su cuerpo en derredor de la presa, haciendo, como los boas, un nudo que aprietan fuertemente hasta la muerte de su víctima; despues de inmovilizada ésta, comienza la deglucion, que es parecida á la de los demas ofidios de esta clase: se adelanta primero la man- dibula superior de un lado, y fija los dientes; despues sigue la mandíbula superior opuesta, y en fin, la mandíbula inferior, continuando de esta ma- nera hasta que toda la presa haya desaparecido en medio de un cuello tan di- latado, que la piel se ve desnuda entre las escamas muy separadas unas de otras. Sucede no pocas veces que el ofíbolo coge la lagartija por en medio del cuerpo; en este caso se verifica una especie de progresion lateral de las man- dibulas hasta que lleguen á la cabeza y se introduzca en la boca del ofidio esta parte cónica que más facilmente puede engullirse: otras veces la cola del saurio es la primera parte tragada. En ningun caso he visto á estos rep- tiles empapar con su saliva al animal que quieren comer; y esta observacion la extiendo á todas las serpientes que he podido examinar de cerca, y han sido innumerables. Lo mismo diré respecto á la pretendida fascinacion de estos animales: he tenido Crótalos, Elafos de Deppe, Masticofis, Corifodones, ete., de un tama- ño más que regular, y nunca he podido observar ni el más mínimo indicio de esta facultad, que considero como completamente imaginaria, 226 LA NATURALEZA Terminaré con un consejo: conocemos en la República mexicana varios ofidios cuyos colores son muy parecidos, y que difieren considerablemente por sus caractéres anatómicos: unos son opistóglifos, otros proteróglifos, otros aglifodontos. Es preciso, pues, miéntras no conozca uno perfectamente la especie que se encuentra, obrar con suma prudencia, pues va de por medio la vida, ó por lo ménos los accidentes más graves pueden ser la consecuen- cia de una equivocacion. Guanajuato, Diciembre 30 de 1874. EL DIADOPHIS PUNCTATUS. VAR. DOU GESII, POR EL SEÑOR DON MANUEL M. VILLADA, SOCIO DE NUMERO. Un individuo macho y al parecer jóven de un bonito ofidio fué. llevado al Museo Nacional, conservando aún algo de vida; habia sido cogido en uno de los potreros de Balbuena, al Oriente de esta ciudad (México), en el momen- to en que salia á calentarse. La novedad para mí de esta especie, el ser desconocida su existencia en nuestro Valle y su agradable aspecto, me decidieron á estudiarla, y tengo hoy el gusto de presentar á esta Sociedad el resultado de mis investigacio- nes. Al verlo me vino la idea de que fuese, si no una especie nueva, una va- riedad no descrita, y tuve luego el pensamiento de dedicarla á nuestro ilustra- do y entusiasta consocio, el Sr. Dr. D. Alfredo Dugés, á quien la Sociedad estima como á uno desus mejores miembros: si mis apreciaciones no fuesen exactas, mi buena intencion conservará siempre su valor. DESCRIPCION. Formas.—Cabeza corta, deprimida, un poco aguzada y algo más ancha que el cuello; el hocico arredondado y la boca bastante hendida; tronco cilín- drico con el vientre ligeramente plano, y apénas saliente en su union con el dorso; cola robusta y mediana, faltándole la extremidad en el ejemplar que he tenido á la vista, á causa, sin duda, de un traumatismo y con el muñon perfectamente cicatrizado, LA NATURALEZA 227 Forimosis.—En la cabeza es como sigue: una rostral con el borde supe- rior arqueado, y con la canaladura de que está provisto el inferior para el paso de la lengua medianamente marcada; un escudete frontal de regulares dimen- siones y de forma triangular; dos parietales bien desarrolladas; de cada lado, dos nasales entre las cuales se abre la abertura nasal; una frenal pequeña; dos preoculares; una palpebral ó supraorbitaria apénas sobrepasando á la órbi- ta; dos post-oculares; tres temporales (14-2), una en la primera hilera, cua- drangular, más larga que ancha y acostada, dos en la segunda hilera más peque- ñas y subpentagonales; siete supralabiales, que aumentan de tamaño de ade- lante atrás: la 1* en relacion con las nasales, la 2* con la frenal y algo con la anterior de atrás, la 32 con la preocular inferior y el ojo, la 4* con este órga- no y un poco con la post-ocular inferior, la 3% con ésta y tocando apénas la temporal de la primera hilera, la 6* con la última en toda su extension, la 72 en fin, con la segunda temporal; ocho labiales inferiores, cinco en con- tacto con las inframaxilares. En el tronco las escamas son enteramente li- sas y brillantes como las de la cabeza; las del dorso subpentagonales con el ángulo posterior embotado, medianas, algo mayores las de los lados, apé- nas imbricadas, dispuestas en 17 hileras longitudinales (casi nada obli- cuas); gastrostegas regularmente anchas y en número de 202. En la cola las urostegas son dobles, siendo 30 los pares, sin contar, se supone, los que corresponden al fragmento que falta de este órgano en nuestro ejemplar; preanal doble. CoLoracion.—Cabeza por encima de un moreno casi negro, con tintes verdosos bastante manifiestos; el resto de la parte superior ó dorsal del cuer- po y de la cola, de un color mas bien gris de plombagina y ménos marcados los reflejos verdosos que en la region anterior; toda la porcion inferior que toca al suelo desde la extremidad del hocico á la terminacion de la cola de un hermoso rojo naranjado, más claro en la garganta y tomando en la co- la un rojo-carmin muy intenso; el borde libre de cada escama está salpicado ademas de cuatro manchas negras semicirculares ó semiovalares de un milí- metro de diámetro; bordes de las mandíbulas rojo-amarillento claro, con man- chas negras en el centro de algunas escamas, siendo aquellas más grandes y numerosas en la inferior que en la superior; sobre la nuca una faja trasver- sal á manera de collar de tres milímetros de ancho y formada por tres se- ries de escamas y del mismo color que el vientre: está circunscrita anterior y posteriormente por una zona negruzca que insensiblemente se confunde con el color de la cabeza. Examinadas aisladamente las escamas que cu- bren toda la region superior, se ve que en el fondo son casi negras con jas- pes de un blanco-sucio algo verdoso, ó si se quiere de este culor en el fon- La NATURALEZA. —Tonmo 111, —30, 228 LA NATURALEZA do con puntuaciones negras bastante ligadas; en una palabra, el aspecto de ellas recuerda el del episperma de las semillas de algunas Euforbias y Lu- pinus. Dewrabura.—Los dientes supramaxilares, que faltan hácia adelante, son completamente lisos, sin canalillas ni surcos de ninguna clase; están dis- puestos en una sola línea y teniendo sus puntas dirigidas directamente há- cia atrás; son sensiblemente iguales, exceptuando los dos posteriores, que son mucho mayores y separados de los anteriores por un espacio libre de cerca de 2 mil. de extension: carácter y muy notable que es preciso tener en cuenta. Los pterigoides y palatinos no ofrecen particularidad alguna que mencionar, lo mismo que los del maxilar inferior. ALGUNOS DE LOS ORGANOS DE LA CABEZA.—Újos pequeños, situados lateral- mente; pupila redonda, iris moreno con el borde pupilar rojizo, lengua de este color en la base y el resto negra. El Señor Dugés ha encontrado siem- pre en las diferentes especies de estos ofidios que ha examinado, una glán- dula salivar superior muy abultada en la region temporal, y durante la vida se ve que despiden con frecuencia una baba abundante, aunque inocente. DixexsioNes.—Largo total 65 cent., cabeza 1% idem, cola 6% idem, diámetro del tronco 1 x idem, CLASIFICACIÓN. Adoptando la clasificacion de los Sres. Dumeril y Bibron, en su obra in- titulada: «Erpetología general etc.,» es evidente que de los 5 sub-órdenes en que han dividido á los ofidios, nuestro reptil corresponde al segundo ó Aglifodontos que, como lo indica la etimología de la palabra, son ofidios cuyos dientes están desprovistos le conductos para el paso de un líquido ve- nenoso, el que es secretado por una glándula especial, existiendo además aquellos órganos faneicos en ambas mandíbulas. El sub-órden mencionado ha sido dividido por los autores citados en 12 familias. Por no hacer de- masiado largo este escrito, omito recorrerlas una á una, comparando sus Ca- ractéres con el animal de que me ocupo; básteme decir que su dentadura tiene caractéres muy marcados para colocarlo desde luego en la familia 12, que lleva el nombre de Diacranterios, cuya diagnósis, segun la obra de Du- meril, es como sigue: «serpientes teniendo todos sus dientes ó ganchos lisos, los dos últimos supramaxilares más largos y separados de los demás por un es- pacio destituido de ellos enteramente.» Mas examinando con cuidado los diez géneros que abraza, á ninguno ciertamente corresponde nuestra especie. Esta LA NATURALEZA 229 ocurrencia me puso indeciso acerca de la exactitud de mi clasificacion, pues me parecia difícil que mi ofidio tuviera una forma, ó mas bien dicho, una ex- tructura zoológica no descrita: careciendo de obras en que resolver mis du- das, me decidí á consultar sobre el particular al Sr. D. Alfredo Dugés, per- sona muy competente para juzgar este asunto, y en contestacion me dijo lo que sigue: «No es extraño que no haya vd. encontrado la especie, cuya descripcion y dibujo me remite, en la obra de Dum. y Bib., pues han padecido una equi- vocacion al clasificarlo; lo han tomado por Isodontio, miéntras es, como vd. lo ha observado, un verdadero Diacranterio; busque vd. en la Erpetología cita- da, t. VIIL, pág. 310, Ablabes punctatus, y al fin de la sinonimia encontrara, Diadophis punctatus, Baird y Girard; este nombre es el verdadero segun Jan, «Elenco sistematico degli Ofidii» 1863, pág. 49, quien considera ade- más como simples variedades del punctatus, el docilis, B. y G., pulchel- lus, id., amabilis, id., Arnyt, Ken., y laetus, Jan. Mas como Baird y Girard en su Catálogo de reptiles de Norte América, 1853, pág. 112, dicen que D. punctatus tiene el ojo colocado encima de la 4.* y 5.* labiales supe- riores, miéntras está arriba de la 3.* y4.*en la D. amabilis, docilis, y pul- chellus, y como vd. me señala en su especimen la post-ocular inferior colo- cada entre la 4.* y 5.* labiales superiores, infiero que el ojo está encima de la 3.2 y 4.2, cuyo carácter lo excluye de la especie típica, y lo acerca á las tres últimas variedades citadas. » Con las indicaciones del Sr. Dugés consulté la obra citada del Prof. Jan y ví que, fundándose en otro órden de caractéres, adopta una clasificacion dis- tinta de la del prof. Dumeril y divide á los Ofidios en diez y nueve familias ó tribus; en la sexta ó Coronellidee se halla inscrito el género Diadophis; cuya característica es como sigue: escama rostral no proyectada hácia ade- lante; dos labiales en contacto con el ojo; escamas no oblicuas; dos pre- oculares; dorsales en 15-47 hileras, caractéres todos que convienen á la especie que nos ocupa. Admite en este género solo tres formas especificas bien determinadas, y son el D. baliodeirus, Boie, de la India Oriental; D. punctatus, B y G., de la América del Norte; y D. purpurans, D. y B. de la del Sur (Cayena). El D. re- galís descrito mas tarde por Baird y Girard y que carece de la mancha ro- jiza á manera de collar, formará tal vez una cuarta. Considera como simples variedades de la segunda especie, pues recuerdan perfectamente el tipo, los 5 Diadophis ya citados por el Sr. Duges, y distribuye en dos grupos á los Diadophis americanos, segun que sus escamas dorsales estan dispuestas en 15 ó 17 hileras longitudinales: en el primero se comprenden la especie tipi- 230 LA NATURALEZA ca punctatus y las variedades amabilis, docilis y pulchellus; en el segun- do sus demás variedades, leetus y Arnyi y la especie purpurans. Las ideas del prof. Jan son aceptadas por el Sr. Dugés, pues es de opi- nion, y á mi entender con fundamento, «que cuando todo el conjunto de « caractéres es idéntico y no hay discrepancia mas que en algun accidente « de folidósis, no hay motivo para establecer especies distintas, sino á lo más «simples variedades. » Volviendo ahora á nuestro Diadophis, puedo asegurar que sus caractéres concuerdan en lo general con los de la especie punctatus, mas las diferen- cias que entrambas se advierten, me inducen á considerarla como una va- riedad de esta especie. De las ya conocidas solo debemos compararla con las variedades laetus y Arnyi, por ser las únicas que con la nuestra corres- ponden al grupo de 17 séries de escamas dorsales. Pero la mayor robustez de las formas y la folidósis de la cabeza algo distinta, lo separan de la pri- mera, y diferencias mas nutables aún en este último órden de caractéres, lo alejan mas todavía de la segunda. Es indispensable, sin embargo, el exá- men de mayor número de ejemplares, para que la variedad Dougesú que ahora propongo quedase definitivamente establecida. COSTUMBRES. Respecto del género de vida de este animal, tansolo podré señalarlo de una manera general, con el exámen de su organizacion. Su régimen ali- menticio sin duda es la carne, tomando presas vivas, como por lo comun se observa en los Ofidios; sus hábitos deben ser terrestres y no acuáticos ni ar- borícolos, como lo indica la redondez y medianía de su cola; es ademas in- ofensivo como lo revela el aspecto de sus dientes, siendo quizá como sus con- géneres de un natural quieto y apacible. México. Enero 15 de 1875. EXPLICACION DE ALGUNAS FIGURAS PARCIALES DE LA LAMINA. A,—Cráneo, mitad mas grande del natural para hacer mas perceptible la disposicion y forma de los dientes, de la variedad descrita. B.—Un fragmento de piel extendida. C,—Cabeza del tamaño natural para mostrar su folidósis. D.—Cabeza de un Diadophis con la glándula temporal superior descubierta. ——A SERIAL o Ophibolus doliatus. (+ del tamaño natural) Diadophis punctatus. var. Dougesii(4 del tamano natural.) LA NATURALEZA 231 UNA EXCURSION A LAS FALDAS DEL PICO DE ORIZAVA. * Por EL Sr. D. Huco Fixck, socrO CORRESPONSAL EN CÓRDOBA, El 30 de Noviembre de 1874 sali de Córdoba acompañado de un mozo, con direccion al Jacal, especie de paraje de arrieros, situado entre San Juan Coscomatepec y San Andrés Chalchicomula, á una altura de 11,000 piés sobre el nivel del mar, en la pendiente Oriental del Pico de Orizava. El objeto de este viaje era: 1.%, estudiar las estratificaciones desde Cosco matepec hasta el Jacal, para la solucion de una cuestion geológica; 2.%, ob- servar la flora del invierno en alturas que pasan de 7,000 piés, y 3.%, la co- lectacion de semillas de Coniferas y de otras plantas notables, incluso la formacion de un herbario de las que estuviesen en flor. En la misma tarde llegué á Coscomatepec, continuando en seguida hasta Alpatlahua, pueblo de indígenas, á 7,000 piés de altura y á dos leguas del punto anterior. En el tránsito no encontré nada notable mas que un Alnus (Glite), que se encuentra desde la altura de 6 á 9,000 piés, y que es suma- mente abundante; es de advertir que de los árboles originales no existen mas que los troncos. Ambos lados del camino estaban cubiertos de magní- ficas milpas, y aconteció, que por la extraordinaria abundancia de aguas en Mayo y Junio, las siembras de maíz se perdieran, pero calculando que ha- bria lugar de volver á sembrar, lo efectuaron así los habitantes, siendo esta siembra el único recurso de esta poblacion. Su esfuerzo salió coronado de buen éxito, pues las nuevas plantas presentaban un aspecto muy favorable. El maíz se cultiva en estos lugares hasta la altura de 8,500 4 9,000 piés, debido á su excelente posicion topográfica. Como la tendencia del calor es su- bir á esferas mas altas, y los vapores de la tierra caliente llegan á ésta y ma- yores alturas, resulta, que durante el dia la temperatura sube mucho, tem- plando considerablemente el rigor del clima, aunque las noches son frias y hiela con suma frecuencia. Un fenómeno muy curioso y poco observado, pro- viene de la misma elevacion de los vapores calientes: cuando el cielo está des- 232 LA NATURALEZA pejado en Córdoba, Orizava, Coscomatepec, Huatusco, San Andrés Chalchi- comula, Cañada de Ixtapa, y en fin, en todos los puntos cardinales en rededor del Pico de Orizava, se hace sentir á la entrada de la noche una brisa fresca, que gradualmente aumenta hasta que amanece. Esto se explica, pues nadie ignora que el calor en su tendencia ascensional choca, por decirlo así, con una temperatura mas fria, en proporcion á la más ó ménos altura a que as- ciende; de este choque resulta sin duda una brisa que irradia á todos los pun- tos del compás, teniendo el Pico de Orizava como cehtro. Sin esta brisa la vida en la tierra caliente seria insoportable. Si en el Golfo sopla un fuerte Sur ó Sureste, se sentirá un calor fuerte, y como en lo general tras del Sur viene el Norte, este calor se diseminará en toda la pendiente oriental del Volcan de Orizava y de la serranía de que for- ma parte. El Norte, viniendo desde los confines de Terranova, enfria súbi tamente la temperatura, de manera que los vapores se condensan y producen esas neblinas y aguaceros que hacen la fertilidad del Estado de Veracruz. Es notable que esa condensacion principia á la altura de 1,500 piés y rara vez pa- sa de 10,000; en lo general el límite no excede de 9,000 piés; de allí resulta que la cantidad de nieve sobre el Pico de Orizava, con raras excepciones, es mayor en el verano que en el invierno. Volviendo á Alpatlahua, pueblo de 2 á 300 habitantes sin incluir las ran- cherías, que son grandes, y que está situado en una loma, cuya gradual in- clinacion acaba al pié de un gran cerro, que forma el límite occidental de la poblacion, diré tansolo que el substratum del terreno en que está construi- do es granito, y extraña que edificios descansando sobre esta roca ó pórfido, estén más expuestos á destruirse que los que tienen por base de sustentacion el tepetate (areniscas): la razon consiste tal vez en la más ó ménos elas- ticidad de estas composiciones cuarzosas. La villa de Coscomatepec por ter- cera ó cuarta vez ha perdido su iglesia por efecto de temblores, miéntras que Córdoba y Huatusco, construidos sobre un substratum de tepetate, poco han sufrido. El frio, durante mi permanencia, fué intenso y bajó á + 539 del centi- grado. Prosiguiendo mi viaje, frente á Alpatlabua, hácia el Norte, queda el pue- blo de Cacahualco, dividido del primero por el rio de San Juan Coscomate- pec formando una barranca profunda. La loma de Cacahualeo comienza en las orillas de Coscomotepec, y se extiende sin interrupcion desde allí hasta el límite de la vegetacion, teniendo por el Norte la barranca de Jamapa y por el Sur la de San Juan ó Alpatlahua. Esta loma en su mayor anchura no excede de 500 metros, y muchas veces no tiene 10. El ascenso es continuo “ LA NATURALEZA 233 hasta la cumbre de la cordillera, que divide el Estado de Veracruz del de Puebla. De Alpatlahua 7,000 piés sobre el nivel del mar hasta el Jacal 11,000, hay seis leguas. Pasando el rio de San Juan por un puente de cal y canto, empieza el as- censo. Se notan luego dos ó tres Ericaceas de flores blancas muy elegantes, Leucothoe y Leonia, y el Crataegus mexicanus, una poligala de flores pe- queñas azules, encinos de varias especies y nna valeriana (Tepezonxochitl) que en la terapéutica de los indígenas juega un gran papel. Entregué mi caballo al mozo y pié á tierra proseguí mi viaje. Aunque invierno, la naturaleza no duerme. Las Zarzaparrillas y dos especies de Rubus, la Zarzamora y Fram- boesa silvestres abundan; Ampelopsis y Vitis se enredan en los árboles, y entre ellas una uva, que colectada por los indios, se vende en Coscomatepec para hacer vino; algunos Cornus, y entre ellos se distingue el Cornus Co- ronae Moctezumae, con su grande corona blanca de pequeñas flores. Un Lycopodium, nuevo para mí y en plena flor, cubria el suelo, echando sus guias por todos lados; el Philadelphus mexicanus no falta en todo el ca- mino, como igualmente el Lophospermum scandens y unas Ipomeas mag- nificas. A los 8,000 piés principia la Fuchsia microphylla, con sus floreci- tas y hojas diminutas; 2 Carduus, uno de grandes flores tricolores, con la base color escarlata, en medio blanco y en la punta purpúreo; el otro de flor más pequeña, de color violeta, ambos haciendo un efecto admirable. Se entra a continuacion en la zona de los encinos, que son muy variados, pocos de hoja grande, la mayor parte con hojas pequeñas, finamente aser- radas, pero todos muy hermosos. Puede haber sobre 20 especies diferentes, la mayor parte desconocidas de los botánicos. Calculo que en toda la vertien- te oriental del Pico de Orizava, desde 2 á 11,000 pies sobre el nivel del mar, existen de 70 á 80 especies de Quercus. En un radio de cinco leguas alrededor de Huatusco, colecté hace 25 años un herbario y bellotas de 26 especies diferentes. Las Ericaceas, como Gaultheria, Arbutus, Clethra, Pyrola, Thibau- dia, Lyonia, Leucothoe, etc., cubren todo el camino á derecha é izquierda y no desaparecen sino hasta los 9,000 piés de altura. Un Arbutus, con ra- cimos de flores blancas llega á ser un árbol de 30 centímetros de grueso y diez á doce metros de alto. El Penstemon gentianoides, con sus grandes espigas de flores, mitad blancas y mitad azules, Lupinus, Campanula, Delphinium, Potentilla, Mimulus, Salvia, ete., abundan igualmente. Las tres especies de Pinus, que existen todavía, son todos de cinco agujas (ho- jas), los de tres, como el Pinus leiophilla han desaparecido, ó mas bien, han sido exterminados. Entre 8 y 9,000 piés, se ve de léjos en léjos un Pi- 234 LA NATURALEZA nus Orizavensis ó un Pinus Ayacahuite de poca altura y de fecha reciente, y no se encuentran mas que campos de maíz, adonde hace 27 años ví enci- nos y pinos colosales. Al llegar á 9,000 piés de altura, desaparecen gradualmente los encinos, con excepcion de dos ú tres especies de Quercus sempervirens (texmole) para hacer lugar á esas gigantes Coníferas, que solamente en California se ven de igual tamaño. La mayor parte miden de 30 á 80 metros de al- tura, haciendo una impresion inolvidable. El Pinus Russelliana, la Picea religiosa y los dos ya mencionados constituyen todas las Coníferas que aun existen y que avanzan hasta 12,500 piés, pero que pasando de 11,000 dis- minuyen gradualmente de tamaño hasta no tener arriba de dos ó tres metros de altura. Entre 9 y 10,000 piés y donde las heladas son frecuentes, la ve- getacion menuda estaba marchita, con excepcion de unas Gramíneas, Car- duus, Cineraria y un magnifico Habrothamnus en plena floracion, que no es niel A. insignias ni el H. abelit. Es triste el ver que en una distancia de 5 leguas, que hace 27 años ví toda cubierta de encinos y Coníferas, hoy no existen mas que los troncos de los primeros, cubiertos de unos cuantos renuevos, y de los segundos solo una especie, de mediano tamaño, esparcida de léjos en léjos. Todo ha sido destruido, y al paso que va, dentro de pocos años desaparecerá el adorno más hermoso de nuestras montañas. He visto grandes siembras de maíz en medio de troncos colosales de Coníferas derribados en el suelo con el hacha, sin dar provecho de ninguna clase, y que el siguiente año se- rán todos quemados, sin dar más utilidad que abonar con su ceviza una tier- ra de por sí extraordinariamente fértil. Llegué al fin al Jacal, y á la mañana siguiente que me levanté para ver salir el sol, todo estaba cubierto con un tapiz blauco; una helada fuerte ha- bia caido en la noche y daba á los alredores una vista maravillosa. A la iz- quierda se distinguian dos lomas paralelas, cubiertas de pinos colosales, que se perdian de vista; á la derecha, hácia el Norte, el borde de la barranca de Jamapa, revestido con rocas inmensas, que parecian desplomarse á cada instante; y enfrente, á una distancia de cerca de dos leguas, el pico de Ori- zava, pero que no parecia distar ni 500 metros. En esta zona de dos leguas se distinguia perfectamente la gradual diminucion en tamaño de los pinos, desde 80 á 3 metros de altura, adonde termina el límite de la vegetacion, la parte árida, y últimamente la nieve. Espectáculo que no tiene igual por su magnificencia, y tanto más hermoso cuando el sol naciente doraba con sus rayos el plateado pico. Cuidadosamente miré en mi tránsito á todos lados si podia encontrar una LA NATURALEZA 235 Cinchona (Quina), pero no descubri nada, aunque el gran Humboldt supo- nia que podian existir en la Cordillera de Centro-América y de México. A las 7 de la mañana emprendí mi regreso, colectando por todo el ca- mino. A las dos de la tarde llegué á Coscomatepec, adonde pernocté y al otro dia á Córdoba. (CONCLUIRA.) RECTIFICACIÓN ACERCA DEL DESCUBRIMIENTC DE LA NUEVA ESPECIE MINERAL, LLAMADA POR EL SR. PETERSEN, GUADALCAZARITA. Por tratarse de especies minerales del país, ha parecido oportuno á la Comision de Mineralogía y Geología de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, dar en este periódico la traduccion del artículo de su finado miem- bro corresponsal, el Sr. D. José Burkart, sobre la prioridad en el descubri- miento de la supuesta nueva especie mineral, segun el Sr. Petersen. Le ha parecido tambien conveniente añadir, por no haberse publicado todavía en México, una copia de la descripcion que el Sr. Castillo acompañó á los ejem- plares del Sulfo-selenúuro de mercurio y zinc, que remitió al Sr. Bur- kart, con objeto de que suplicara al Sr. Ransmelsberg la comprobacion de la nueva especie mineral, por medio de una análisis cuantitativa. Ahora, como dicha especie mineral se describe en varias obras de mine- ralogía con nombres diversos, tomados de las localidades en que se ha en- contrado, ó nombre de la persona á quien se ha dedicado, y resultarian pa- ra el mineral de la composicion química arriba expresada, los nombres de Culebrite, Onofrite, Riomite, Guadalazarite, etc., se hace necesaria una revision de los primeros trabajos mineralógicos sobre dicha especie, para discutir, tanto la prioridad del nombre como del verdadero descubridor. México, Marzo 31 de 1875. Comision DE MINERALOGIA. La NATURALEZA. — Tomo 111.—34, 236 LA NATURALEZA ARTICULO DEL DOCTOR J. BURKART DE BONN SOBRE LA GUADALCAZARITA. «Informes mineralógicos, 1872, parte IV.» En estos Informes del tomo de 1872, se halla en la pág. 69 de la par- te IL, bajo el título «II, La Guadalcazarita, mineral nuevo, por Teodoro Pe- tersen,» la descripcion y análisis química de un mineral compuesto de azu- fre, seleniuro de zinc y mercurio, encontrado en (Gruadalcázar de México, sobre el que dí un informe desde hace seis años, en los nuevos Anales de Mineralogía, etc., por G. Leonhard y H. B. Geinitz, del año de 1866, en las páginas 411 y siguientes. Segun dicho informe, mi amigo el Sr. D. Antonio del Castillo, profesor de Mineralogía y Geología en México, me habia remitido, junto con un pe- queño pedazo de chloroseleniuro de mercurio de Guadalcázar, otro más gran- de de allí mismo, con la clasificacion de sulfo-seleniuro de mercurio y zinc, acompañando una descripcion y el resultado de una análisis cualitativa de este último mineral, hecha por la vía seca y la húmeda, para su rectificacion. Al remitir yo muestras de ambos minerales al profesor Rammelsberg, de Berlin, le supliqué hiciera una análisis de ellas, y habiendo repetido más tarde mi súplica, me contestó con fecha 27 de Diciembre de 1865, que los minerales de selenio remitidos, no se prestaban á una análisis química, por- que además de ser las muestras demasiado pequeñas para tan difíciles inves- tigaciones, parecian componerse de mezclas de oxidaciones, y no prometian resultados seguros. Esto me indujo á suplicar al profesor Castillo, me mandara muestras más grandes, y á publicar entre tanto en aquella ciudad, los resultados obteni- dos en las ántes referidas determinaciones hechas por este señor, á fin de que constara la existencia del chloroseleniuro de mercurio, y del sulfosele- niuro de mercurio y zinc de Guadalcázar, en el Estado de San Luis Potosí de México. Si por lo expuesto no puede disputarse al profesor Castillo el descubri- miento del nuevo mineral llamado sulfoseleniuro de mercurio y zinc, tam- bien se debe al Sr. D. Teodoro Petersen el mérito de haber practicado la pri- mera análisis completa, y confirmado con ella la existencia de la nueva es- pecie mineral, sin prévio conocimiento, segun parece, de la descripcion he- cha por el Sr. Castillo, de la Guadalcazarita descubierta por éste. Aunque ya he recibido nuevas muestras del mineral referido, no se ha he- LA NATURALEZA 237 cho aún la análisis química de ellas. Segun se ve por estas muestras, hay dos clases de sulfoseleniuro de mercurio y zinc, ó Guadalcazarita, siendo una la que describió el Sr. Castillo, de lustre metálico, de color gris de plomo, diseminada en la matriz, ó en masas terrosas embutidas en ella; y la otra, probablemente la misma que ensayó Petersen, crypto-cristalina, de color ne- gro de fierro, segun parece, formando cintas muy delgadas. Segun las descripciones mineralógicas hechas por Castillo y Petersen, se distinguen los dos pedazcs de mineral ensayados por ellos, en su color, lus- tre, y forma; pero son de igual dureza, y tienen casi el mismo peso especí- fico, aunque segun Castillo, este varía entre 6.69 y 7,165. En el ensaye químico del mineral por la vía seca, obtuvieron Castillo y Petersen resultados casi iguales. Haciendo uso del soplete, percibió Castillo, al principio, un olor de azufre, miéntras que Petersen observó un vapor de azogue; despues sintieron ambos un olor de selenio, netando el primero, un resíduo amarillo, y blanco amarillento el último, quien lo reconoció por óxi- do de zinc. Calentándolo en el matracito obtuvo Castillo un sublimado, que frotado se enbrió de azogue, y despues, habiéndose volatilizado el azufre, selenio y azogue, quedó un depósito de óxido de zinc, que era amarillo en caliente, y blanco despues de frio. | Tanto él como Petersen obtuvieron, calentando el mineral en un tubo abierto de cristal, un sublimado que Castillo designa como formado de zo- nas, de selenio metálico abajo, una sustancia rojo-pardusca sobre éste, y glo- bulitos de azogue encima; miéntras que Petersen describe el producto como un sublimado gris hasta negro, de mercurio, azufre y seleniuro de mercurio. El estudio de ambos minerales ha dado por consiguiente, segun lo que aparece de la comparacion hecha de sus pormenores, un resultado igual en varios respectos, y no podrá ponerse en duda la identidad del que fué de- terminado por Castillo desde 1865, con el que hasta ahora ha sido anali- zado por Petersen, quien lo denominó, Guadalcazarita, aunque la prioridad del descubrimiento se debe. al primero. COPIA DE LA DESCRIPCION DEL SR. CASTILLO A QUE SE REFIERE EL SR. BURKART. Sulfoseleniuro de mercurio y zinc de Guadalcázar. Lustre metálico: gris de plomo negruzco. Romboedro? y en masas dise- minadas. Textura hojosa encubierta y desigual, de grano grueso. Blando. Dureza de 3: raspadura negra agrisada. Peso especifico de 6.69 á 7,165. 238 LA NATURALEZA ANALISIS CUALITATIVA. Vía seca. Al soplete da al principio olor sulfuroso, y despues de selenio. Arde con llama azul sobre carbon, y á la primera impresion de la llama se pone ama- rillo que pasa á rojo. Da pegadura pardo-rojiza y despues amarilla, dejando un esqueleto amarillo En el matracito se sublima una pegadura negra agrisada, cuyo polvo fro- tado es negro pardusco, y sobre ésta se adhiere otra de mercurio. Desalojados el azufre, selenio y mercurio por sublimacion, se obtiene una pegadura amarilla en caliente, y blanca despues de fria, de óxido de zinc. Con bórax da esmalte lechoso y un esqueleto amarillo que no se disuelve. Tratado el esqueleto en la cucharilla de platina con la solucion de nitrato de cobalto, da un grano verde de óxido de zinc. En el tubo da olor de selenio y una zona de selenio metálico; encima de ésta otra rojo-pardusca, y más arriba globulitos metálicos de mercurio. Via humeda. Es insoluble en ácido nítrico y en clorhídrico; pero es soluble en agua régia. Tratado en ésta, se obtienen glóbulos que sobrenadan, de azufre y de se- lenio. Evaporado despues el líquido en que se ha disuelto el mineral, para ha- cer escapar el exceso de ácido, y dilatado en agua, da con potasa un preci- pitado amarillo, insoluble en un exceso de reactivo. Con ioduro de potasio, lo da rojo, soluble en un exceso de reactivo. Con cloruro de estaño, si se usa en pequeña cantidad, da precipitado blan- eo de subcloruro de mercurio; y usado en exceso, lo da gris, de mercurio metálico, notándose particularmente cuando se calienta. El líquido anterior filtrado y separado el mercurio, si se trata con potasa, da precipitado blanco de óxido de zinc, soluble en un exceso de reactivo. Lo da igual con ferrocianuro de potasio, y es soluble en la potasa. Comparando pues, ambas análisis cualitativas, resulta un mineral com- puesto de azufre, de selenio, de zine y mercurio, cuyas proporciones se fi- jarán por una análisis cuantitativa. México, Febrero 20 de 1865. LA NATURALEZA 239 EL TEQUEZQUITE. Estrupio DEL Sr. D. MANuEL MONTAÑO RAMIRO, PUBLICADO EN EL AÑO DE 1870, coMO TESIS PARA SU EXAMEN PROFESIONAL DE FARMACIA; DISPUESTO BAJO UN ORDEN DISTINTO Y CON ALGUNAS AMPLIACIONES, POR EL Sr. D. ManueL M. VILLADA, SOCIO DE NUMERO. La palabra tequezquite, adulteración del mexicano Teguizxquitl, que sig- nifica, «cosa semejante á piedra,» designa una sustancia mineral muy cono- cida entre nosotros, formada de la mezcla de diferentes sales, especialmen- te carbonato de sosa y cloruro de sodio. Lo producen naturalmente los la- gos de Texcoco, Zumpango, San Cristóbal y otros lugares del Valle de Mé- xico, existiendo tambien en diversas localidades de la República como Pue- bla, San Andrés Chalchicomula, Huamantla, llanuras de Ixtlahuaca, Valle de Santiago, etc. Los antiguos mexicanos hacian la explotacion de este compuesto salino, segun afirma el célebre historiador Hernandez, en su artículo intitulado: «El tequezquite, ó nitro mexicano:» en él indica la manera de obtenerlo entre los indígenas y sus aplicaciones en aquella época, tanto económicas como me- dicinales. El cuerpo de que ahora nos ocupamos se presenta con caractéres físicos diversos, que se designan con nombres especiales por las personas que lo esplotan; asi, llaman espumilla, al que se asemeja á la espuma del agua; confitillo, cuando su superficie está erizada de pequeñas tuberosidades; cas- canilla, si su aspecto es el de costras ó tiestos; polvillo, en fin, en su esta- do pulverulento. El primero se recoge por los meses de Diciembre, Enero y Febrero, ha- ciendo en la tierra numerosos surcos paralelos, destinados á recibir el agua, la que, segun la inclinacion del terreno, llega naturalmente por medio de canales, ó bien la elevan artificialmente á las partes altas; una vez llegado el líquido á aquellos depósitos, se impide su salida por medio de diques, y se aguarda á que espontáneamente se evapore para recoger los residuos. La cosecha del segundo se verifica en los lugares de donde se ha sacado el anterior. Tan luego como caen los primeros aguaceros, que por lo regu- lar es en el mes de Marzo, las aguas disuelven las sales más solubles que han quedado: durante el primer tiempo de la evaporacion, bajo la accion 240 LA NATURALEZA de los rayos sulares, se contrae la costra ya formada y se hiende irregular- mente, originándose así esta variedad, que lleva tambien el nombre de te- palcatillo. La del tercero se efectúa el mes de Mayo, del modo siguiente: se cons- truyen unos cuadriláteros de césped, dejándoles en los lados que miran há- cia las aguas del lago, algunas aberturas por donde aquellas puedan tener acceso, impulsadas por el viento: tan pronto como esto se verifica, se obs- truye la comunicacion, quedando las aguas extendidas en una grande super- ficie: por su extension y corta profundidad, la evaporacion se hace en ocho ó diez dias, al cabo de los cuales aparece en la superficie una película, debi- da á la concentracion; luego que esto se observa, se agitan las aguas por medio de instrumentos especiales llamados rastrillos, con objeto de acele- rar su evaporacion y recoger el tequezquite ántes de que se adhiera á las pa- redes del vaso. El cuarto, por último, se obtiene de los lugares de donde se han retirado las aguas saladas, quedando bajo la influencia del calor del sol, las sales del todo eflorescidas. Algunas análisis han sido practicadas hasta hoy, de las distintas variedades. La del espumailla, hecha por Berthier, profesor en la Escuela Real de Minas de Paris, dió el siguiente resultado: Carbonato.de sosa anhidro... UDS Sullato densos E AA Salmarina A O ALS A O AO e Ms a E O 2 LO Materias Lleno e E A ONO Totalibarinis lsalkies e ja ob: 10,990 Esta variedad se cosecha en la parte N. O. del lago de Texcoco y en el de San Cristóbal. En la análisis industrial practicada por el Sr. D. Guillermo Hay, fabricante de sosa en Texcoco, sobre los tequezquites confitillo, cascarilla y polvillo, obtuvo lo que sigue: Para el primero, por término medio. Garbanatodolsorads Marita arte tias Gurmurohde alista aso aria Matera ttm dote some usa ln 39 Se cosecha en la parte E. y S. O. del lago de Texcoco y en Ixtapalapam. LA NATURALEZA 241 Para el segundo, por término medio. Carbonatosde sosa da Al UI 0 110,20 Sulfatodersosain lA ol isosa ¿Oy4a Cloruroraersodios ¿bl IE es pr 0:46 Materias terrosas. . . . IET AR 00:30 Al Norte del lago de Texcoco é Ixtapam. Para el tercero, por término medio. Carbonatolde sosabl E OTI AN O O 10ÉS So E A IA Ls Cloruro delsodio UA IA A rro 0d 2191600 MateriasiterrosastilUo Es HE Tp Le PIDA e 8390 El Sr. Montaño Ramiro obtuvo en 100 gramos de tequezquite espumilla, que es la variedad más apreciada, las sustancias que se expresan á conti- nuacion: Carbonato de sosa. . A 00:10 657200 Sulfato de sosa. GUA OS Cloruro de sodio. EN SUR O AAA Sales insoluniesetal de IR TA Boost Y. BANDO Materia Orgánicaa MSIE ne sy A Y OM Da 2400 A ME 0 CI TAS A AU 01109100 El mismo señor ha encontrado además en la parte soluble del tequezqui- te, huellas de nitratos, usando como reactivo el sulfato de fierro, como lo recomienda H. Rose, y en la insoluble carbonato de cal en cantidad nota- ble, óxido de fierro y fosfato de fierro y cal, muy poco, siliza pura y silica- tos, especialmente de alúmina. Se advierte desde luego en todas estas ana- lisis, que las sales que predominan en el tequezquite, son el carbonato de sosa y el cloruro de sodio, y que sus proporciones cambian en las distintas variedades. La razon de esto vendrá naturalmente una vez explicado el orí- gen de aquel compuesto; asunto, y muy importante, que los Sres. D. Gu- mesindo Mendoza y D. Alfonso Herrera se propusieron resolver en un tra- bajo publicado el año de 1866 en la (Gaceta Médica de México, y del que hacemos á continuacion un extracto. Las teorías emitidas anteriormente para explicar la fuente de donde pro- vienen el carbonato de sosa y el cloruro de sodio, tan abundantes en las aguas de los lagos situados entre el Norte y Oriente del Valle de México, 242 LA NATURALEZA no han sido de ninguna manera confirmadas, ni por los hechos ni por la ex- periencia, para que pudiesen pasar al rango de verdades demostradas. La existencia, en efecto, de un banco de sal gema, y la doble descompo- sicion entre el cloruro de sodio y el carbonato de cal, para producir el car- bonato de sosa; la preexistencia en los lagos de las sales en cuestion, y por último, de que son éstas suministradas por las aguas del lago de Xochimil- co, en el supuesto de que ántes de salir han atravesado una capa feldespáti- ca, no son de ninguna manera admisibles. No la primera, puesto que, no se ha demostrado la presencia de un banco de tal naturaleza; y aun admitién- dolo, ¿cómo explicar que el cloruro de sodio se halla al pié de los cerros de la cordillera, por sus cuatro puntos cardinales, en pequeña cantidad y solo en la superficie de aquellos lugares donde ha estado estancada el agua que ha bajado de su vertiente, y aun por allí, por donde solo han pasado esas mismas aguas? Todavia más: en los lugares donde se encuentra el cloruro de sodio en la estacion de las aguas, se encuentra el carbonato en la estacion del invierno, y siempre superficial: á unos cuantos centímetros de profun- didad, ya no acusan los reactivos la presencia de estas sales, (textual). La segunda carece de todo fundamento para refutarla seriamente; la cuestion, por otra parte, quedaria siempre la misma. La tercera, en fin, tampoco es admisible, por el hecho de que, como afirma el Sr. baron de Humboldt, «el agua más pura y limpia es la de Xochimilco;» y además, ¿cómo explicar la accion de los feldespatos para determinar la formacion del carbonato de sosa y cloruro de sodio? Era, pues, necesario dirigir por otro camino las investi- gaciones para resolver este problema. La antigua teoría del Sr. Aubuisson de Voisins, de que la formacion del cloruro de sodio pudiera ser espontánea, como lo es la del nitro, por singu- lar que fuese, parecia plausible una vez comprobada la existencia del cloro, para combinarlo con el sodio, así como la del ácido carbónico para formar el otro compuesto; en una palabra, se presentaba el último término del pro- blema; faltaba resolver el primero. La presuncion de que el cloro existiese en las aguas pluviales al estado de ácido clorhídrico, puesto que éste se produ- ce en algunos volcanes en actividad, no fué confirmada; pero la análi- sis del pórfido traquítico de Guadalupe, demostró en abundancia el cloruro de calcio y el silicato de sosa entre sus componentes: además, el ácido car- bónico se desprende en gran cantidad de las fuentes conocidas, como el Po- cito y el Peñon de los Baños, y en general, de otros puntos numerosos: los elementos, pues, que se buscaban, existian en las rocas y en el suelo del Valle: con la adquisicion de estos datos, la teoría enunciada fué formulada por sus autores los Sres. Mendoza y Herrera en los siguientes términos: LA NATURALEZA 243 «En la estacion de las lluvias el agua cae sobre las rocas; y sus detritus, formados bajo las influencias climatéricas del aire, el calor y los hielos del invierno, disuelve las dos sales, cuya existencia hemos demostrado; las arras- tra y conduce á los receptáculos naturales; allí se carga, mejor dicho, se sa- tura de ácido carbónico, proviniendo de las fuentes ya señaladas en el Valle, y todos estos cuerpos una vez en presencia unos de otros y en un estado que favorece y despierta las afinidades, se verifican las dobles descomposi- ciones que pasamos á formular: «1* El ácido carbónico obrando sobre el silicato básico de sosa, se apode- ra del exceso de base, forma carbonato de sosa soluble, y el silicato neutro insoluble se precipita. A «22 El cloruro de calcio reobrando sobre el carbonato de sosa, forma clo- ruro de sodio soluble y carbonato de cal insoluble, que se precipita en vir- tud de esta ley muy conocida: ““cuando se mezclan dos sales que puedan dar por el cambio de sus bases y de sus ácidos, una sal insoluble ó poco soluble, estas sales se descomponen, y el compuesto ménos soluble se precipita.» «Ahora los dos cuerpos insolubles que resultan de estas dobles descom- posiciones deben encontrarse en los sedimentos, y ciertamente, una análisis que se habia hecho de esa piedra de agua, como decian nuestros. mayores, pues esto significa tepetatl, nos habia acusado la presencia de estas dos sa- les insolubles, silicato de sosa y carbonato de cal. «Por otra parte, una teoría está de acuerdo con la naturaleza cuando las experiencias directas, procurando hacer lo que ésta hace en una escala tan vasta, la confirman: hemos ejecutado esas experiencias, ellas han puesto la verdad en toda su luz y nos dan confianza para decir, el problema está re- suelto; hé aquí estas experiencias: 1.2 Tomamos una solucion concentrada del líquido provenido del trata- miento del pórfido y la dividimos en dos porciones: a la primera la pone- mos en contacto de una solucion débil de carbonato de sosa, inmediatamen- te aparece el precipitado de carbonato de cal; filtramos, concentramos de nuevo, y el cloruro de sodio cristaliza en su forma cúbica y reconocible por su sabor que nos es tan familiar. 2.2 Hacemos pasar una corriente de ácido carbónico en la segunda por- cion; concentramos hasta hacer desaparecer todo el líquido; el resíduo lo tratamos por una solucion débil de ácido sulfúrico; hay viva efervescencia que acusa la presencia del carbonato de sosa que ántes no existia. «Las mismas experiencias son repetidas con el polvo del pórfido, y los re- sultados son los mismos.» Con anterioridad á esta teoría, el Sr. D, Leopoldo Rio de la Loza, habia La NATURALEZA. Tomo Jl, —35 244 LA NATURALEZA emitido ya otra, para explicar la presencia en las aguas del lago de Texco- co de las dos sales,que forman principalmente el tequezquite. Segun este señor, las materias que contienen los derrames de la ciudad de México, y que van á depositarse á aquella cuenca, bajo la influencia de los agentes físicos, químicos, etc., reproducen el carbonato de sosa y el cloruro de sodio. Las análisis más recientes han demostrado en efecto, en los excrementos huma- nos, sobre 100 partes, 2.367 de sosa y 0.780 de cloro; y en los de los cua- drúpedos, 2.420 de la primera y 0.198 del segundo. Supone el autor que por la diferencia de edades, pérdidas, estado patológico, etc., etc., solo se aproveche un dos por ciento de sosa; calcula que la cantidad de excremen- tos que corresponden á un individuo en 24 horas, inferiormente es de 200 gramos, que contienen 4 gramos de sosa. Apoyándose en seguida en el núme- ro de habitantes, deduce que la cantidad de este álcali que se produce al dia, es de 3,726 k. 584 gms., ascendiendo anualmente á 1.360,203 k. 160 gms.; á esta cifra hay todavía algo más que agregar; pero teniendo tansolo en cuen- ta el jabon que se consume sin hacer caso de otros muchos desperdicios, en los que existe tanto la una como el otro, el Sr. Rio de la Loza, estima sin exageracion, en 37,265 k. 840 gms. la sosa que proviene de dicho artículo. Esta teoría; aunque no es tan general en su aplicacion como la anterior, de ninguna manera está en oposicion con ella, sino ántes bien, explica la mayor concentracion salina de las aguas del lago de Texcoco, respecto de los demas lagos. La objecion que se le ha hecho, de que por qué en otros lugares en donde existen los mismos desperdicios ó resíduos, no se forman las sales mencionadas, es fácil de desvanecer si se atiende á que las circunstancias varian en las diversas localidades, y entre otras, el desprendimiento del ácido carhónico, que no es probable se observe en todas ellas. Por último, apuntaré tansolo, que el Sr. D. Antonio del Castillo, se in- elina mas bien á“creer que las aguas torrenciales cargadas de ácido carbóni- co, obran sobre los feldespatos volcánicos, de cuya descomposicion puede resultar entre otros productos, el carbonato de sosa; en cuanto al cloruro de sodio, es probable se halle diseminado en diversas rocas, como produc- to de emanaciones volcánicas, é igualmente disuelto por las aguas y concen- trado en los vasos inferiores de la cuenca de México, pues le parece, por otra parte, muy dudosa la existencia del cloruro de calcio en las traquitas, siendo de necesidad mavor número de experiencias para demostrar lo con- trario. Esta hipótesis da sin duda una explicacion más lata del fenómeno y es aplicable á otras localidades de la República, en donde no se observa desprendimiento de ácido carbónico,, ni es probable se encuentre el cloruro de calcio que solamente existe en determinadas rocas, LA NATURALEZA 945 Volviendo de nuevo al trabajo del Sr. Montaño Ramiro, podemos, como él dice, explicarnos la causa de la diferencia en los resultados de las análi- sis. La cantidad de carbonato de sosa, debe ser, en efecto, tanto más gran- de, euanto mayor es el contacto de los silicatos con el agua y el ácido car- bónico: la estacion de las lluvias, :como se sabe, cesa por lo regular en el Valle de México, á mediados de Octubre; el confitillo se comienza á recoger, desde Diciembre, continuando la recoleccion, durante Enero, Febrero y prin- cipios de Marzo; por término medio, han trascurrido, ltasta entónces, tres meses de sequía, y por consiguiente, la solucion debe estar muy diluida, pu- diéndose calcular, próximamente, que la cantidad del cloruro de calcio, es como la mitad del carbonato de sosa que ha comenzado á formarse: en este momento, el agua, llegando á los vasos de concentracion y evaporacion, ven- drá la vez de quese verifique el cambio previsto por los Sres. Herrera y Men- doza, y se forme cloruro de sodio y carbonato de cal insoluble; teniendo que ser el resíduo, concluida la evaporacion, una mezcla de estos dos cuerpos, más carbonato de sosa: de hecho, la análisis cualitativa del tequezquite, ha de- mostrado una cantidad notable de carbonato de cal: no habiendo hasta aquí pérdida alguna de sales, se comprende, por qué las dos que predominan es- tán, en la variedad de que hablamos, en partes iguales. Despues de las primeras lluvias de Marzo, se cosecha el cascarilla, ya formado el tequezquite, y es natural suponer, que las sales más solubles, sean llevadas por las aguas que salen de los surcos ó reabsorbidas por la are- na: esta pérdida explica, por qué en dicha variedad el cloruro de sodio está en la relacion de veinte á cuarenta y seis, ménos que en el confitillo. En el mes de Mayo, se extrae el espumilla; á esta fecha han pasado ya, seis meses de evaporacion, y en cuyo tiempo ha estado obrando sin cesar el ácido carbónico, que continuamente se desprende, sobre los silicatos, aumen- tándose en consecuencia dia á dia la cantidad de «carbonato de sosa; no así el cloruro de sodio, puesto que el de calcio que le da orígen, no aumenta, pues cualquiera que sea su cantidad, tiene que ser la misma que la que baja de las montañas en los detritus del pórfido traquítico: hé aquí la razon, por qué en la variedad actual el cloruro de sodio y el carbonato de sosa están en la rela- cion, análisis de Berthier, de 0,045 á 0,516. Lo que pasa en la naturaleza, el industrial puede aprovecharlo, ya para obtener las dos sales más importantes del tequezquite, como en el confitillo, ó en mayor cantidad la última de las dos mencionadas, como en el espumilla; la cuestion es de tiempo. Para terminar, hablaré rápidamente de la importancia del producto de que nos ocupamos: enla fabricacion del vidrio, el jabon, la loza, de las telas pin- tadas, etc., es de vital interes, pues son industrias que no pueden existir sin 246 LA NATURALEZA el carbonato de sosa. Si en nuestro país bajo este respecto no presenta mayor utilidad, no así en el extranjero, cuando se llegue á exportar con economía. En efecto, siendo el tequezquite un sexqui-carbonato de sosa casi puro, basta solo la calcinacion ó algun agente químico para purificarlo; miéntras la sosa ar- tificial se obtiene reverberando el sulfato de sosa con carbon y carbonato de cal, exigiendo la operacion mucho tiempo y no obteniéndose sino un producto harto impuro; la competencia se podria establecer, en consecuen- cia, con mucha ventaja de nuestra parte. Segun el Sr. D. Guillermo Seager, en su Memoria: «Recuerdos de México, aparte de sus metales preciosos,» publicada en el año de 1866, la cantidad de sosa que puede dar el lago de Texcoco, cuyas aguas tienen un 10 por 100 de sales en solucion, es de 216 libras por metro cúbico, cuyo precio es de cinco pesos. Mas como el lago, segun él, tiene sesenta y dos y medio millones de metros cúbicos; resulta como valor de las sales $312.500,000. El ingeniero americano, Smith, dice que el valor de las sales del lago, cuando puedan exportarse, será mayor que el de las minas del Real del Mon- te, Guanajuato y Zacatecas reunidas que suministran las tres cuartas del di- nero que circula en todo el mundo, porque el consumo del carbonato de sosa puede calcularse: Lara Inplatera o e PEO AMAS 10.000,000 A o E dl > er e 10.000,000 e ds e 10.000,000 Estados Unidas 5.000,000 Lo que hace $ 35.000,000 anuales, solo por estos cuatro países, en el su- puesto de que México sea el que abastezca estos mercados, y llegará un dia en que esto pueda verificarse, puesto que se podria vender á un precio más bajo que en cualquiera otra parte. ' Estos cálculos, suponiéndolos exagerados y que se reduzcan á la mitad, demuestran la importancia industrial y mercantil del tequezquite. México, Marzo 15 de 1875. LA NATURALEZA 247 NOTA DEL SEÑOR DON PABLO DE LA LLAVE, ACERCA DE LAS COSTUMBRES DE UNA HORMIGA MEXICANA. Juzgamos de interes la insercion de esta nota como adicion al excelente artículo del Sr. Norton, ya publicado, sobre las hormigas mexicanas. La nota del Sr. La Llave se refiere sin duda á la Eciton mexicana ó Sumichras- (0. de P.) «Entre las muchas hormigas que he visto en Córdoba y sus contornos, una de las más notables es la hormiga soldado, que entiendo se encuentra en gran parte del Estado de Veracruz, y es regular la haya tambien en otros Estados. No sé en qué época ni en qué términos procede este insecto para propagar su especie, pues nunca las he visto salir de hormigueros ni con- ducir á él la presa, sino que donde mismo la cogen la devoran. En los gran- des calores las he encontrado formando á la sombra columnas cerradas de una cuarta de ancho y algunas varas de largo, inmóviles y como descansan- do, muy arrimadas unas á otras: á veces las he encontrado tambien en los mismos términos, pasado un aguacero, abrigadas en el bosque, y situadas en los pedazos más altos y eminentes del terreno. Es de las hormigas que pi- can, y dos veces que lo han hecho conmigo en el monte, por no advertir que por allí andaban, sentí un piquete general, es decir, que fueron subien- do por los piés é introduciéndose sin hacer mal, hasta que todas ó casi to- das me picaron á un tiempo, como si hubieran recibido una señal para ha- cerlo. Este animal es verdaderamente feroz, segun verémos despues, y no debo omitir aquí un hecho que tambien lo confirma. Acabado de pasar un aguacero, encontré las terribles bandas como entumidas; á este tiempo salió el sol despidiendo el fuego propio de la estacion de las lluvias; á poco vol- vieron en sí las hormigas y empezaron á desfilar. En esto me ocurrió dar fuego por varias partes á un gran pedazo de yesca y echárselos, y las valien- tes hormigas, sin arredrarse con la brasa, la atacaron en términos, que des- pues de retiradas contamos más de ciento entre muertas y estropeadas. En medio de estas cireunstancias, ¿quién creeria que la visita de este insecto en 248 LA NATURALEZA las habitaciones es para el hombre ún presente inestimable de la Providen- cia en las tierras calientes? En efecto, aun ántes de llegar á las casas, ya los insectos de que se alimentan presienten su exterminio, y salen á luz, mas que sea á medio dia, alacranes, toda especie de arañas, cientopiés, grillos, cuca- rachas y hasta ratoncillos y culebritas; todos se ponen en movimiento y cor- ren aturdidamente; pero sus esfuerzos son inútiles: llega, en fin, el atroz en- jambre en una especie de desórden, ó mejor diré, desplegados sus terribles batallones: nada hay que pueda resistir á su inexorable furor; cuanto en- cuentran allí mismo lo devoran, y concluida la matanza, suben 'ordenada- mente en columnas por las paredes y techos, en busca de los insectos que se han quedado ocultos en sus escondrijos y madrigueras. En poco tiempo registran y dan vuelta á toda una casa, y cuando se retiran, es porque ya la dejan limpia. Como no tengo ahora á la vista esta hormiga, no puedo des- cribirla, pero sí aseguro que no es la mailitaris de Fabricio. Se me pasaba decir, que estos animales se desordenan y huyen tomando entre los dedos una tabla y dándole repetidos golpes con un palo como bolillo, es decir, que el tambor que en nuestros soldados arregla y sostiene la marcha, en es- tos insectos produce el efecto contrario. He visto tambien en estas tribus guerreras, individuos que se distinguen del resto, por su tamaño y color, pero en poca cantidad, lo que me hace sospechar que son las hembras. México, Julio 21 de 1832. MINERALOGIA. EXÁMEN Y CLASIFICACION DE ALGUNAS ESPECIES MINERALES DE MÉXICO, COMUNICADAS POR EL SEÑOR Docror Don Jose BURKART. A principios del año de 1865, el Sr. D. Antonio del Castillo me mandó varias muestras de minerales de México para rectificar su clasificacion, diri- giendo una parte de ellas al Sr. Rammelsberg, de Berlin, para su análisis. Cumpliendo con este encargo mandé tambien á este químico distinguido al- LA NATURALEZA 249 gunos otros minerales mexicanos poco conocidos que tenia en mi coleccion, quien á pesar de estar muy ocupado con otros trabajos cientificos, no dejó de obsequiar mi recomendacion, connicándome el análisis de algunos de estos minerales, y publicando por su parte el de otros en el periódico de la Sociedad Geológica alemana del referido año, en Berlin. * Voy á reproducir en diversos artículos y en idioma español, tanto estas comunicaciones del Sr, Rammelsberg, como otras noticias sobre minerales mexicanos, para cono- cimiento de los amantes de la mineralogía de México, contribuyendo así, al publicar estos resultados, tanto á aumentar el estimulo por el estudio de esta ciencia, cuanto á fomentar el adelanto de este ramo de la historia natural de México. Arricuno 1. De la Castillita, nueva especie mineral de México, por el Sr. Rammelsberg. En el periódico de la Sociedad Geológica alemana, (Berlin 1866, pág. 23), dice el Sr. Rammelsberg, con relacion á esta nueva especie mineral, haber recibido de mi parte un ejemplar con él nombre de cobre abigarrado de Guanasevi, que me habia remitido D. Antonio del Castillo, de México. En esta última suposicion hay un equívoco, porque ese mineral no me fué en- viado por el Sr. Castillo, sino que existia hacia algunos años en mi colec- cion mineralógica; lo que escribí tambien al Sr. Rammelsberg cuando me informó acerca de su intencion de dedicar este mineral, que habia recono- cido ser una especie nueva, á aquel señor; introduciéndola con el nombre de «Castillita» en el sistema de mineralogía; advirtiéndole ademas que aun cuando dicho mineral analizado no provenia del Sr. Castillo, tenia este se- ñor tantos méritos por el fomento de la Mineralogía y Geología de México, que bien merecia la dedicatoria propuesta; de lo que resultó que el Sr Ram- melsberg introdujera la nueva especie mineral en el sistema de mineralogía, al publicar los siguientes resultados del análisis de dicho mineral, con el nom- bre de «Castillita. » «La Castillita se encuentra en masa de textura hojosa y está tomada de los colores abigarrados hasta en su interior. Su peso específico resulta ser por dos experimentos de 5,186 y 5,241. «Al soplete se funde con alguna dificultad y da una escoria refractaria, que en parte está teñida de rojo por el cobre. Se disuelve en ácido nítrico, dando un licor azul, separándose el azufre y el sulfato de óxido de plomo. l- Vease el “Zeitschrift der deutschen geologischen Gesellschaft.” Berlin 1866, tomo, XVIII, págs. 19 y siguientes. 250 LA NATURALEZA Rusentada la prueba en contacto con hidrógmo, da una pequeña cantidad de azufre y trazas de sulfohidrico, pero no da agua ninguna. En un ensa- ye la pérdida fué de 1,85 % y el resíduo era infusible. «El mineral no puede ser cobre abigarrado, porque además del cobre y fierro, contiene zinc, plomo y plata. Su análisis por medio del cloro da: Axrultos else nar lina iio. 25,65 Obrero dE: be ae rlecalcals e 41,11 Platalca maticasa e ns A OÍEt 4,64 Piomol sh ora del chelas de vit: 10,04 LE A o O O 12,09 ÍOTTO: se aifcia y de io 6,49 100,02 Los átomos de los metales y del azufre están en la proporcion de 4 : 3; el cobre debe por consiguiente, hallarse por una % de CuS, y por % de Cu ?S, pudiéndose representar el todo por la fórmula: Cu! Pb Zo S, Fe R?S+2RS.=0V 542 8) y la distribucion del azufre se reparte del modo siguiente: CODEN O Si AAA 27,70 + Azufre 7.00 Dlatarie e o de 4,64 52... 69 A A 13,41 DOE PLOMO as ul e 10,04 MODO AREA O 12,09 O A 6,49 A 25,66 Para averiguar si el mineral, no obstante su aspecto homogéneo, pudiera ser una mezcla, se ensayaron pedacitos de varias partes de la muestra, se lavó el polvo y se analizó la parte más ligera y la parte más pesada, por separado, resultando solamente cortas diferencias en la ley del cobre...... (42,35—42,71—43,35 %) En la ley del fierro, (6,30—6,59—6,92—7,06 %) LA NATURALEZA 251 Y en la ley de plata y plomo juntos, (13,76—15,18 %) De modo que no hay duda que es una nueva especie mineral, que pro- pongo se llame Castillita, en honor del Sr. D. Antonio del Castillo, de Me- xico. Se observa fácilmente, que el mineral es una mezcla isomórfica muy aná- loga al cobre abigarrado cristalizado, á saber: e C Cut S +2 > S Fe No permite el contenido del azufre de este mineral, admitir solamente Cu *S, pues entónces el grado más alto del sulfuro de fierro no seria Fe* S* sino Fe S? , que al ménos no se halla presente como mezcla. ArricuLo Il. Del cobre abigarrado de Ramos y de su composicion comun, por el Sr. Dr. Rammelsbery. 1 Una muestra de cobre abigarrado que me procuré en mi visita á este mi- neral, fué analizada por el Sr. Dr. Rammelsberg, y dió los resultados si- guientes: «Su peso específico es 5,030, y perdió el mineral al calentarlo en hidróge- o =2,54 % . Su análisis dió: azufre =25,27; cobre =61,66; fierro =1 1,80; E y trazas de plata=1,90; en todo =100,63. «Segun esta análisis, el cobre abigarrado de Ramos, tiene, con excepcion de la pequeña ley de plomo, la misma composicion que las variedades de Ross-Island, Toscana, Chile, Bristol, Westmoreland, la Mar blanca, etc., y da lugar á las consideraciones siguientes, con respecto á la composicion química de la especie, y á las de una composicion semejante en lo general. «De los análisis de algunas variedades cristalizadas de este mineral, se deduce, que se compone de 3 átomos de azufre, 3 átomos de cobre, y 1 áto- mo de fierro; pero es muy difícil de determinar si estos se han de conside- rar como Cu? S-+CuS+Fes=0u? S+2 % e h 8/16 como 3ICU ae Rez 89: En todos estos minerales de cobre abigarrado, la ley de cobre es de 56 1 Véase el l. cit. p. 19. » La NATURALEZA. — Tom. IIL.—36, 252 LA NATURALEZA á 58 %. Pero tenemos 10 análisis de cobre abigarrado de varias localidades, que rindieron de 60 á 63 %, y además, 5 análisis que dieron casi 70% de co- bre. Todas estas variedades más ricas en cobre se hallan en masas; á lo mé. nos ninguna de ellas se halla en cristales bien pronunciados, y por esto se ha supuesto siempre que son mezclas de cobre abigarrado y de cobre sulfúreo. Esta suposicion tan favorable por sí misma, está en contradiccion sin em- bargo con otras relaciones, y no se sostiene al examinar la cuestion atenta- mente. En primer lugar, seria muy raro que semejantes mezclas se hallasen en tan diversas localidades y que se redujesen á dos clases de una ley mayor de cobre. ¿Podria suponerse que los minerales de Conecticut, de Irlanda, de la Mar blanca y de México, fuesen mezclas todas de composicion igual? ¿Por- que tendria el mineral de Sangerhausen, exactamente la misma composicion que el de Lauterberg?» 1 «Calculando la composicion atómica de los análisis de más confianza, se encuentra para los cobres abigarrados de: lo. la mina Condurra segun Plattner . . . 1Fe 3,38(u3,338 Js Redruth, . ,,¡Ghodenewzri.. 0. dos Ode La > DO ad PA Exc A E Ar Martankera MPlatinertoá 1 Ora DIG a ws ¡Ross-Island,, “Plullips” a e DO NON 6%. ,, ,, RamosenMéxicosegun Rammelsberg1,, 4,6 ,,3,7 ,, JA Comnecticnt;s Rodemena 0 MA EST OA 8. ,, Minade Woitzki, segun Plattner . 1,, 4,8 ,,3,8 ,, mM isleben Moo Plattner lbs 11 des 10SL0. 1D: De 0.) s,* Lauterberg ;,''Rammelsbergi.»*.. 540511 18/8) iD 14.,, ,. - Sangerhausen, segun Plattner. . 41,, 8,9 ,,6,2.,, «Ninguno de los análisis corresponde exactamente á la composicion adop- tada hasta ahora; quiero decir, á la proporcion de los átomos 1: 3: 3. Adop- tando, sin embargo, esta proporcion para los análisis del núm. 1—4 (com- prendiendo los de los minerales cristalizados del núm. 1—3) aparece que el: Núm. 6=9C€u* S+2Fe? S,3 ó en proporcion de los átomos We 45 : 3,75 ,, 1y8=5Cu? S +Fe? S$ E, da pd: ii ,» 9=8(u? Ss -+Fe? S3 bs A 0 A ,» 10=9 Cu? S +Fe? 83 e lo. AN 1 9:6 EM »” 11=10002S +Fe%S .,, »” 4 1 Un análisis de este último, hecho en mi laboratorio químico, dió; azufre=23,75; cobre=68,73; y fierro=7,63; en todo =100,11, Pérdida en hidrógeno =2,77 pS . ” LA NATURALEZA 253 Todos los cobres abigarrados se presentan como dos mezclas isomórficas de los dos sulfuros. Bajo los mismos principios los cobres abigarrados se pueden considerar como composiciones de 2 Cu m Cu S+npo55 y entónces el análisis de Phillips (núm. 5), suponiéndolo exacto, ofrece una diestra interpretacion, porque el cobre abigarrado de Ross Island no puede contener ningun Fe? S? Los análisis anteriores darán: Í Fe Cu S Núm. 1 y 3= Cu S+2 A e S, óen proporcion de losátomos=1 : 3: 3 —_ 512 a % Cu? a ARCA o ade =5Cu 5+3 3 HE e > A A AR | O =2Cu* S+ Fes ES As PEARL A A A ”» =1:4,5:3,5 73 Fe $ RO Mya! US Cu > > E / AUS SI 2 Fes Se 2 o E O 4 Cu? A ES ,, 9 =71Cu S+4 Y Fe $ S ,”» »” ,» =1 S S : 9,9 AENA] A Cu» y —= Hp? 3 é 3 LO. 2015 SE 3 Fo$ IA a > == O 050 —01? y 4 UU? a OE AS 1! ==, S+4 y, Fego E 55 == 4. LOSGr Estas fórmulas permiten tambien agregar algunas otras mezclas semejantes al cobre abigarrado, á saber: 1.9 La Barnhardita de la Carolina del Norte. 2.0 La Homichilina de Plauen, que dan: Fe Cu S , ; 5 EA - , ; Núm. 1= (ue S+4 - Sóen proporcion de los átomos =1 : 2 : 2,5 4 Foj a %4 Cu)? E » 2=uóS+3y Pego >» » » 1: 1,5 :2 En todas estas mezclas el segundo término es tambien una mezcla, á saber: 6 CuS+FeS= cobre amarillo, ó CuS+2FeS= Cubanite (Breithaupt); pues sin duda estas son las más sencillas fórmulas para estos minerales, no ménos probables que las fórmulas comunes, conteniendo el término Fe? S*, aunque como mineral no sea conocido. » (CONTINUARA.) 954 LA NATURALEZA INFORME RENDIDO POR EL PRIMER SECRETARIO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL, EN LA SESION DEL DIA 28 DE ENERO DE 1875. € _]—2IDAKA< KA SEÑORES: Cumpliendo con una prescripcion de nuestro Reglamento, tengo el honor de dirigiros la palabra para informaros de los trabajos hechos en la Socie= dad, durante el bienio que acaba de trascurrir. Ciertamente que si atendiéramos á la magnitud del edificio que tiene que levantar nuestra Sociedad en el vastísimo é inexplorado campo que la cien- cia nos ofrece en nuestra patria, los trabajos que voy á mencionar nos pa- recerian insignificantes; pero si los consideramos como los eslabones á que deben unirse las ramificaciones de la gran cadena que tenemos que cons- truir, y si atendemos tambien á los pocos recursos de que podemos dispo- ner y á los innumerables tropiezos que, por consecuencia, encontramos en todas direcciones, esos trabajos nos parecerán muy estimables, porque han nacido en medio de las dificultades, y como el fruto de la constancia: ellos, por lo mismo, deben alentar nuestra fé y reanimar nuestro entusiasmo para el porvenir. A fin de dar mayor claridad á esta noticia, ordenaré mis citas en diver- sos grupos, correspondiendo cada uno á las secciones siguientes en que es- tá dividida nuestra Sociedad. SECCION DE ZOOLOGÍA, Conforme habia anunciado mi estimable compañero el Sr. D. Joaquin Arriaga, en el informe que presentó á esta Sociedad, sobre los estudios prac- ticados en los años de 71 y 72, nuestro consocio el Sr. D. Manuel M. Villada habia emprendido un laborioso trabajo para formar el catálogo y describir las costumbres de los troquilideos del Valle de México, y en el año de 1873 NATURALEZA 255 uvimos el gusto de oír la lectura de ese importante estudio que se nos ha- bia anunciado y que con tanto interes deseábamos conocer. Nuestro conso- cio, para cumplir satisfactoriamente su promesa, y estimulado porese afecto á las ciencias naturales que tanto le honra, recorrió personalmente muchos de los sitios frecuentados por esas diminutas y bellísimas aves, descubrien- do muchos de sus secretos domésticos y sorprendiéndolas varias veces en la dificultosa tarea de construir el pequeño edificio en que debian alojar á su familia. En el estadio á que hago referencia, nos da á conocer el Sr. Vi- llada las direcciones que siguen los colibris ásu paso por el Valle de Mé- xico, así como otras circunstancias relativas á sus costumbres. A muestro apreciable y modesto consocio el Sr. D. Rafael Montes de Oca, debemos un estudio análogo, aunque más extenso que el anterior y que pode- mos considerar como una monografía de los troquilideos mexicanos. En lo sucesivo tendrán nuestros naturalistas todo el conjunto de datos necesarios para hacer sus estudios y comparaciones, al ocuparse de esos más pequeños pero más bellos representantes de las aves. Debido tal vez al rigor del invierno, la Ectopistes migratoria, la palo- ma viajera que recorre velozmente las montañas del Canadá y los valles sep- tentrionales de la Confederacion Americana, dejó el año de 1873 aquellas localidades que le son propias, é invadió nuestro territorio, siguiendo una marcha no interrumpida por los Estados que se hallan en las costas del Pa- cifico. Cuando se tuvo noticia de tan interesante huésped, tres de nuestros consocios, los Sres. D. Antonio del Castillo, D. Jesus Sanchez y D. Manuel Villada, se apresuraron á observarlo y presentaron dos importantes Memo- rias, que fueron escuchadas con gran interes por esta Sociedad. En la Sier- ra de Zacapoaxtla, del Estado de Puebla, informaron al Sr. Castillo que há- cia el mes de Diciembre habian llegado grandes parvadas de palomas á aque- lla region; que se posaban sobre las encinas, Quercus, cuyos frutos devora- ban con avidez, y que al escasearse éstos, abandonaron aquellos lugares, notándose en ellas una grande agitacion la víspera de su partida. Los Sres. Sanchez y Villada, al hablar de las emigraciones de la Ectopis- tes, hicieron notar, que varias aves, como la ganga, Totanus Bartramius, la Cirtonyx Massena y otras muchas, visitaban periódicamente el Valle de México, con cuyo motivo llamaron la atencion de la Sociedad sobre las circunstancias favorables que tiene el territorio mexicano para las inmigra- ciones; circunstancias que fueron estudiadas por el naturalista Saussure, y citadas en su obra intitulada, «Costumbres de algunas aves de México». El Sr. Dr. D. Jesus Sanchez presentó á la Sociedad la primera parte de un catálogo sobre las aves mexicanas, adornado convenientemente con un gran 256 LA NATURALEZA número de notas sobre sus costumbres, así como con algunas noticias rela- tivas al uso que hacian los aztecas de las plumas de sus aves favoritas. A nuestro inteligente consocio el Sr. Dr. D, Francisco Cordero y Hoyos, de- bemos el conocimiento de una nueva especie del género Bassaris, cuya des- eripcion existe en poder de la seccion de Zoología y que verá muy pronto la luz pública. Esta adicion á la fauna mexicana sale del seno de nuestra Sociedad á la que está encomendado el estudio y conocimiento perfecto de la historia natural de México. El Sr. Dr. Villada nos presentó un estudio del Gallictis barbara, men- cionando sus costumbres y haciendo notar el descuido en que habian incur- rido los naturalistas al ocuparse de la distribucion geográfica de ese ma- mífero, pues ninguno de ellos indicaba que existiera en México, despojando, por decirlo así, á nuestra fauna, de un miembro muy notable del grupo de los carniceros. Al Sr. D. Aniceto Moreno, uno de nuestros miembros corresponsales más laboriosos, debe la Sociedad un importante estudio sobre el Botrops atroz, reptil que se conoce en Orizava con el nombre de Tepotzo. El Sr. Moreno, además de describir los caractéres de este ofidio, cita algunas circunstancias interesantes de sus costumbres, así como los experimentos que ha hecho pa- ra observar los efectos producidos por su veneno. El Sr. Villada leyó un artículo sobre un reptil del género Diadophas que considera como una variedad de la especie punctatus y la dedicó al inteli- gente naturalista el Sr. Dr. D. Alfredo Dugés. Ese reptil fué encontrado en el Valle de México, donde se considera como una especie muy rara. Nuestro consocio el Sr. D. Jesus Sanchez, cumplió su turno de lectura presentándonos una excelente copia de datos sobre los caractéres, costum- bres y otras particularidades de la Meleagrina margaritifera, esa bellisi- ma concha que constituye el principal ramo de riqueza en uno de los luga- res más apartados de nuestro territorio, en el que contribuye á realizar esas compensaciones admirables que se observan en la naturaleza y que es- timulan al hombre á establecerse en todos los climas y en todos los países por lejanos que sean, y en donde encuentra siempre algo que premie debi- damente sus afanes. Habiéndose tenido noticia de que algunos individuos de la Ostrea edulis, traídos de Veracruz, habian causado algunos sintomas de envenenamiento en varias personas que los habian comido en esta capital, la Sociedad tomó el mayor empeño en averiguar la causa de ese fenómeno, y en algunas se- siories tuvimos el gusto de oír discusiones muy interesantes sobre la fisiolo- gía de ese molusco; discusiones que sostuvieron más principalmente los LA NATURALEZA 257 Sres. D. Alfonso Herrera y D. Manuel Pasalagua. Parece que la causa de los efectos producidos por la Ostrea edulis, son debidos á la gran cantidad de mucosidades que contienen durante la freza, y más especialmente quizá, á algun principio tóxico que se desarrollase en esa época; la idiosincracia go- zando tambien en esto un gran papel: estas ideas fueron apoyadas por mu- chos de nuestros consocios. El Sr. Villada nos presentó, además, el principio de una Memoria que ha comenzado á formar sobre los peces del (Grolfo mexicano y de los rios que en él desembocan. En esta primera parte, se ocupa de la interesante fami- lia de los Percoides que nos proporcionan un alimento tan sustancioso como agradable; fija su atencion en las especies más notables de los géneros: Cen- tropomus, Mesoprion, Serranus, etc., etc., vulgarmente llamados Robalo, Huauchinango, Pargo, Mero y otros diversos nombres. La Sociedad espera que el autor de este trabajo prosiga infatigable la tarea cientifica que se ha impuesto para llenar así uno de tantos vacíos de nuestra fauna. Al Sr. Dr. D. Manuel Pasalagua agradece la Sociedad la traduccion que le presentó del muy importante estudio que sobre los cucuyos de Veracruz, (varias especies de Pyrophorus), escribió nuestro consocio el Sr. D. Cárlos Heinemann. Para enriquecer este mismo asunto, nos presentó el Sr. Herrera el extrac- to de una Memoria publicada en el extranjero, y que se ocupa de la materia fosforescente que se observa en diversos animales. Al Sr. D. Aniceto Moreno debemos una traduccion de varios artículos que sobre insectos mexicanos escribió el distinguido entomologista frances, A. Sallé. El Sr. Pasalagua leyó tambien unas notas sobre los últimos descubrimien- tos hechos acerca de la generacion de los infusorios. El que suscribe tuvo la honra de presentaros algunas observaciones sobre la fauna del Estado de Querétaro, y que se hallan insertas en la Memoria que presentó á la Direccion de la Escuela de Ingenieros, al regresar de una expedicion científica que por su encargo hizo en aquel Estado. SECCION DE BOTANICA. En esta seccion se han hecho varios estudios interesantes que dieron á co- nocer nuevas especies y nuevas propiedades de las plantas mexicanas. El Sr. Dr. D. Lauro María Jimenez nos presentó la descripcion de una especie del género Croton, que juzga como nueva, é hizo una reseña de las propiedades terapéuticas de ese vegetal. Tan interesante estudio está en po- 258 LA NATURALEZA der dela seccion respectiva, y con su dictámen se publicará oportunamente en «La Naturaleza. » Nuestro consocio el Sr. D. Joaquin Ibañez remitió á la Sociedad otro es- tudio muy importante acerca de los caractéres y propiedades químicas de la planta que se distingue en Puebla con el nombre de Tlatlancuaya, y en cu- yo lugar la aplican como febrífuga. A juicio del Sr. Ibañez no está aún de- terminada la tlatlancuaya y la dedica al naturalista poblano D. Mariano Cal. La Sociedad, justa apreciadora de los méritos del Sr. Ibañez, recibió su es- tudio con la mayor estimacion y lo excitó á que le siguiera prestando con frecuencia su ilustrada cooperacion. De grande importancia son para la Sociedad dos estudios que le fueron presentados por el Sr. Dr. D. Fernando Altamirano; el primero se refiere á la descripcion detallada de la planta y propiedades químicas de la almen- dra del fruto del mamey; precioso vegetal, propio de nuestros climas ca- lientes, y que es tan estimado por la elegancia de su porte como por la riqueza de sus frutos. Siguiendo el Sr. Altamirano sus investigaciones químicas so- bre las plantas que deben aprovecharse en la industria, nos presentó un cua- dro que contenia los variados é interesantes productos del árbol del Perú, Schinus molle, como son: madera, resina y alcohol; materia tintorial y ce- ra, producidas por las parásitas y los insectos que viven sobre aquel árbol. El cuadro á que me refiero, acompañado de una nota explicativa, figuró en la última exposicion municipal, en la que obtuvo una mencion honorifica, y hoy se encuentra adornando el salon de sesiones de nuestra Sociedad. En las investigaciones que ha hecho el Sr. Villada para determinar las plantas de que más especialmente se alimentan los colibris en el Valle de México, encontró un precioso vegetal en los cerros de la villa de Guadalupe Hidalgo, y del cual presentó algunos ejemplares á la Sociedad, así como su descripcion botánica. Los caractéres de esta preciosa planta corresponden, segun manifestó el Sr. Villada, á la Fouquieria formosa de Humboldt. Por espacio de dos meses guardó la seccion de Botánica los ramos traidos de los cerros de Guadalupe, y no obstante que carecian de raíz y estaban expuestos al aire únicamente, permanecieron por mucho tiempo adornados de preciosos racimos de flores rojas, cuyos botones seguian abriéndose dia- riamente, como si los ramos se encontrasen en las mejores circunstancias pa- ra vivir. Algunos ejemplares que se pusieron en tierra húmeda, continua- ron tambien viviendo, y sus yemas se desarrollaron con prontitud. Esta fa- cilidad poco comun, que presenta la Fouwquieria de conservar por un largo periodo sus flores frescas y elegantes, la recomienda como una bellísima planta de adorno, que debia cultivarse con aprecio, LA NATURALEZA 259 En el año de 1873 nos presentó el Sr. Dr. D. Manuel Soriano una Memoria que le habia remitido el Sr. D. José María Morales, de Rioverde, para nues- tra Sociedad, en cuyo trabajo mencionaba los caractéres botánicos y las pro= piedades terapéuticas de una planta que se conoce en aquella localidad con el nombre de Revientacabras. Ese vegetal, segun el Sr. Morales, posée propiedades améilebrífugas muy notables, y con el fin de que se ratificase su clasificacion y propiedades cita- das remitió algunos ejemplares á la Sociedad, quien los confió con el fin de que fuesen estudiados, al señor socio D. José G. Lobato. El Sr. Soriano cubrió su turno de lectura con la traduccion que hizo de un interesante artículo del profesor Van Tieghem, intitulado: «Investigacio- nes fisiológicas sobre la vegetacion libre del pólen y del óvulo, y sobre la fecundacion directa de las plantas,» y que la Sociedad escuchó con sumo agrado. Tambien ha recibido la Sociedad un artículo acerca de la planta que se conoce en Colima con el nombre de Auaco. Como ese estudio pasó para su revision al Sr. Dr. D. Lauro M. Jimenez, en la sesion del 4 de Abril del año pasado tuvimos el gusto de oír el luminoso dictámen que sobre el particu- lar presentó aquel señor socio, y se mandó insertar en el periódico de nues- tra Sociedad. El que suscribe tuvo la honra de presentaros los siguientes estudios: Distribucion geográfica de las plantas características del Estado de Queré- taro, acompañada de un mapa botánico. Descripcion de una nueva especie del género Exogonúum, encontrada en las cercanías de la Gruta de Cacahuamilpa, y dedicada al naturalista jaliscien- se D. Leonardo Oliva. Descripcion de una nueva especie del género Hire, dedicada al Sr. Dr. D. Gabino Barreda. Observaciones y datos sobre la historia y caractéres del árbol de las Mani- tas, Cherrostemum platanoides, y algunos detalles sobre los caractéres y lo- calidades de la Hauya elegans. SECCION DE MINERALOGIA. En la sesion celebrada el 23 de Marzo de 1873, el Sr. D. Antonio del Castillo, presidente de esta seccion, nos dió á conocer una nueva especie mineral, que clasificó como un seleniuro de bismuto y zinc. Esta noti- cia se apresuró á publicarla nuestra Sociedad, porque en aquella época se habia casi agotado el bismuto extranjero que existia en los almacenes, y La NATURALEZA, —TOmM, 111,37, 260 LA NATURALEZA el anuncio de que en la Sierra de Guanajuato se hallaba un mineral bis- mutifero, fué recibido con aplauso por todos los miembros de nuestra Áso- ciacion. Poco tiempo despues nos anunció nuestro consocio el Sr. D. Florencio Cabrera, que habia encontrado un compuesto bismutífero en el Estado de San Luis Potosí, y nos remitió una interesante coleccion de muestras y la copia del estudio que habia hecho de aquel mineral. Examinadas las mues- tras por el Sr. Castillo, á quien le fueron encomendadas para su estudio, las clasificó como formadas de hidro-carbonato de bismuto, y nos presentó por escrito el resultado de sus investigaciones sobre el particular, acompa- ñándolo de una análisis que de ese mineral se habia hecho en Alemania. El mismo Sr. Castillo, en union del que suscribe, presentó á la Sociedad una nota sobre la existencia del arsénico nativo en nuestro país, cuyo me- taloide encontramos en una excelente coleccion de minerales que nos habia remitido de Zimapan y la Pechuga el Señor ingeniero D. Santiago Ramirez. Debemos tambien al Sr. Castillo la descripcion de un mineral, al parecer alterado, que se halla en el Estado de Guerrero, y es probablemente una epigenia de la especie que dió á conocer el que suscribe, con el nombre de Livingstonite. Nuestro consocio el Sr. Ingeniero D. Severo Navia, ha obsequiado á la Sociedad con dos interesantes estudios mineralógicos: uno sobre la plata sul- fúrea pseudomórfosis de rosicler oscuro, y otro que se refiere á los caracté- res pirognósticos de los compuestos argentiferos que se hallan en las mi- nas de Guanajuato. Este último estudio vino acompañado de una lámina colorida, en la cual estaban perfectamente imitadas las aureolas y pegaduras que dejan sobre el earbon, cuando son tratados al soplete, los compuestos ar- gentíferos mencionados. Al tener noticia esta Sociedad de la gran masa de hierro meteórico que fué encontrada hace poco tiempo en el Estado de Sinaloa, se dirigió al Sr, Buelna, gobernador de aquel Estado, para que le diese un informe sobre el particular, y en contestacion recibimos una noticia pormenorizada acerca del hallazgo de aquel meteorito. El informe vino acompañado de un dibujo y de algunas notas relativas á las dimensiones de la masa en cuestion, que debe ser, á no dudarlo, la más grande de las que se han descubierto hasta ahora en nuestra República. Muy satisfactorio me es consignar aquí, el agra- decimiento de la Sociedad, por la eficacia con que el Sr. Buelna le propor- cionó los datos que necesitaba para dar á conocer, como lo hará próxima- mente, el referido meteorito. Por mi parte tuve la honra de presentaros los estudios siguientes; LA NATURALEZA 261 Descripcion y análisis de una especie mineral mexicana, compuesta de azufre, antimonio, mercurio y fierro, á la que dí el nombre de Livingstonile, en honor del viajero David Livingstone. Descripcion y análisis de los minerales platiníferos de Jacala. Aclaraciones sobre la piedra dibujada, remitida del Estado de Jalisco por nuestro consocio el Sr. D. Cesáreo Montenegro. Descripcion de un sulfato de plomo cuprifero procedente del mineral del Bramador, en Jalisco. El wad oolítico de Jacala. Las obsidianas de México. Las esferolitas mexicanas. Y una noticia sobre los minerales de Querétaro, acompañada de un ma- pa, en que se halla marcada su distribucion geográfica. SECCION DE GEOLOGIA Y PALEONTOLOGIA. Varios estudios de grande interes y correspondientes á la seccion á que me refiero, fueron leidos en esta Sociedad ó remitidos por los miembros corres- ponsales. Hace un año que tuvimos la satisfaccion de oír el informe que sobre el criadero de nafta, que se halla en la vecina ciudad de Guadalupe, leyó el Sr. D. Antenio del Castillo. En ese documento consta la descripcion geológica del terreno en que se ban hecho las excavaciones para sacar aquel combus- tible mineral; su descripcion y la de los restos fósiles encontrados en-las capas perforadas. Debido al empeño de nuestro consocio el Sr. D. Juan Ignacio Matute, tiene ya esta Sociedad algunos datos más para el estudio de la geología del Estado de Jalisco. El Sr. Matute remitió hace un año el corte geológico del pozo artesiano que está abriendo en el valle de Ameca, y que tiene ac- tualmente cerca de 300 metros de profundidad. Con anterioridad habia- mos recibido varias muestras de las capas que se han cortado en la perfo- racion. El Sr. D. Trinidad Barrera presentó un estudio geológico de la sierra de Querétaro, y una noticia acerca de la formacion del cerro de Escamela, en Orizava, citando los restos fósiles que allí se encuentran. Para amplificar las teorías relativas á la formacion de las vetas metalife- ras, remitió el señor socio corresponsal D. Santiago Ramirez, un estudio de los criaderos auriferos del Mineral del Oro, manifestando su parecer acerca del modo de formacion de las vetas que allí se explotan, 262 LA NATURALEZA El mismo Sr. Ramirez, que siempre ha cumplido con una exactitud, po- co comun, sus deberes de socio, remitió en la fecha que le correspondia su turno de lectura, la descripcion detallada de un criadero de azogue que se halla en las cercanías de Huetamo, en el Estado de Michoacan. El Sr. D. Teodoro Laguerenne leyó una descripcion del terreno aurífero de San Nicolás del Oro, en el Estado de Guerrero. Este señor socio deseri- bió minuciosamente los sistemas de vetas que se hallan en aquella localidad y las rocas que constituyen la caja del yacimiento. Interesada la Sociedad en la observacion de los fenómenos volcánicos que se han presentado últimamente en el país, se dirigió á sus socios cor- responsales, suplicándoles le remitiesen los datos que fuera posible adquirir sobre el particular. El Sr. D. Cesáreo Montenegro, que reside en un lugar vecino del volcan de Colima, obsequió inmediatamente la indicacion de la Sociedad, y nos envió una noticia de las observaciones que se han hecho acerca de las erupciones antiguas y modernas de aquel volcan. La Sociedad ha sabido con satisfaccion, que el Sr. Montenegro sigue escrupulosamente un diario en que apunta todos los fenómenos que presenta aquella montaña. Para aumentar la coleccion de datos que sobre la geología del Valle de México se ocupa en reunir la Sociedad, cuenta, además de otros varios, con un interesante estudio presentado por el Sr. D. Juan N. Guatáparo, y en el cual están citados los caractéres geológicos de algunas localidades del men- cionado valle, así como las principales particularidades de las rocas y fósiles que se hallan en los lugares á que se refiere su estudio. El Sr. D. Antonio del Castillo leyó unos artículos muy interesantes, es- critos por el sabio micrógrafo Ehremberg, referentes á las tobas del valle de Toluca, en las que se encuentran numerosos despojos de fitolitarias y otros séres microscópicos. Este estudio tan importante para la Geología y la Pa- lecntología de México, fué ilustrado con algunas notas de los Sres. Castillo y Burkart, que han reconocido las localidades en que se encuentran las to- bas mencionadas. El que suscribe tuvo el honor de presentaros los estudios siguientes: Noticia geológica de tres distritos del Estado de Querétaro, acompañada de un mapa geológico y varios dibujos que representan los restos fósiles y algunas de las montañas estudiadas en aquella region. Viaje á la Caverna de Cacahuamilpa. Carta geológica de una parte del Estado de Hidalgo. Notas sobre los pórfidos cenozoicos de México. Estudio de las formaciones mesozoicas de México y sus fósiles caracterís- ticos, acompañado de varias figuras que representan los restos orgánicos en LA NATURALEZA 263 que está fundada la clasificacion de las rocas que en aquel estudio se men- cionan. CIENCIAS AUXILIARES. Los miembros que forman esta seccion y que prestan tan importantes ser- vicios á las otras que acabo de mencionar, han presentado ya algunos tra- bajos de gran utilidad, y se ocupan de otros cuya conclusion espera la Socie- dad con el mayor interes. Sabido es el entusiasmo que se ha despertado en México por la explota- cion de los criaderos de bismuto descubiertos últimamente en el país; y co- mo ese metal se encuentra por lo comun asociado á otros cuerpos, muy perjudiciales en sus aplicaciones terapéuticas, la seccion de que me ocupo se dedicó á estudiar los medios de purificarlo, á fin de que el metal que se pre- parase en México tuviera el estado de pureza que exigen las personas que lo utilizan. El señor profesor de Farmacia, D. José M. Laso de la Vega, que se dedicó empeñosamente á estudiar el asunto, encontró en un periódico ex- tranjero un método que satisfacia perfectamente los fines indicados. El Sr. Laso de la Vega nos presentó una traduccion de dicho método, ilustrada con varias notas referentes á nuestros minerales bismutiferos. El mismo Sr. Laso de la Vega, asociado de nuestro consocio el Sr. D. Manuel Rio de la Loza, hizo la análisis de las quinas aclimatadas en Córdo- ba por el Sr. D. José Apolinario Nieto. Por esa análisis ha conocido la So- ciedad la notable riqueza de quinina que contiene la corteza de las mencio- nadas plantas. La comision citada, manifestó su propósito de repetir sus aná- lisis todos los años, para observar la variacion que pudieran presentar las quinas de Córdoba, respecto de su riqueza en quinina. Todos los miembros presentes tienen noticia de la polémica científica que esta Sociedad tuvo que sostener con otra Asociacion de las más respetables de México, con motivo del fraccionamiento de una masa meteórica. Nuestra Sociedad nombró una comision para que informara sobre el par- ticular, y ésta, presentó un dictámen, en el que por raciocinios y experimen- tos científicos, desaprobaba el fraccionamiento de la masa en cuestion. Fe- lizmente, y como lo deseaba esta Asociacion, la polémica terminó, y las rela- ciones entre ambas Sociedades son tan cordiales hoy, como lo eran ántes de que se suscitara la cuestion referida. La Sociedad de Historia Natural se congratula, expresando por el órga- no de su Secretaría, su agradecimiento al Sr. socio D. Sebastian Camacho, presidente de la comision referida, lo mismo que á los Sres. D. Leopoldo 264 LA NATURALEZA Rio de Loza, D. Jesus Manzano, D. Miguel Iglesias y D. Miguel Perez, que le ayudaron muy eficazmente en sus trabajos. Nuestro consocio el Sr. Farrugia y Manly, nos remitió un informe sobre los estudios que ha hecho en Zimapan, acerca de la concentracion de los mi- nerales argentíferos de aquel lugar. En la comision permanente de Agricultura, que forma parte de la seccion de Ciencias auxiliares, se han hecho tambien algunos trabajos importantes, como son entre otros los relativos á la aclimatacion de plantas útiles en va- rios Estados del país. Debido al empeño del Sr. D. Tomás Gardida, digno presidente de dicha comision, se han enviado á Jalisco y á otros Estados algunas semillas de la Boehmeria nivea, Rubus ideus, Eucaliptus globulus, así como de algu- nas variedades del Nicotiana tabacum y tubérculos de la Oxalis crenata. La comision se ocupa actualmente en estudiar las causas que han podido influir en la diminucion de las lluvias, que de pocos años á esta parte se ha notado en varias localidades; y para este fin se propone reunir las obser- vaciones meteorológicas practicadas en varias épocas en los lugares en que se ha hecho más notable aquel fenómeno. El Sr. D. Manuel Cordero presentó dos estudios de grande importancia práctica en la Agricultura, uno sobre el cultivo del cacao, traducido del que escribió en francés el profesor Boussingault, y otro sobre el chahuiztle (hon- gos parásitos diversos), que generalmente ocasiona tantos perjuicios en las siembras de trigo. En este estudio fué auxiliado el Sr. Gordero por su labo- rioso compañero el Sr. D. José C. Segura, á quien agradece tambien la So- ciedad un trabajo que le presentó sobre la quema del césped, y el empleo de éste en el mejoramiento y abono de los terrenos. La misma comision de Agricultura, invitada por el Sr. Gobernador del Distrito, indicó los mejores medios para conservar el árbol histórico de Po- potla, que en parte habia sido destruido por el fuego. Para terminar esta reseña cientifica, diré: que en la seccion de Botánica se me pasó el referir dos trabajos presentados por los Sres. D. José M. Laso de la Vega y D. Joaquin Arriaga, para cubrir su turno de lectura: en el pri- mero se hace mencion de algunos parásitos vegetales, y el segundo es la traduccion de una Memoria del profesor Morren, de la Universidad de Lieja, intitulada: «Energía de la vegetacion. La fisiología de las plantas y la teoria mecánica del calor.» La eleccion de estos estudios fué acertada, y la Sociedad los recibió con aprecio. LA NATURALEZA 265 Despues de haber mencionado los trabajos ejecutados en las diversas sec- ciones de esta Sociedad, voy á informaros, de una manera general, de las donaciones hechas por los socios, de las relaciones nuevamente adquiridas, y de otros asuntos en que ha tenido participio la Secretaría de mi cargo. Nuestro gabinete de estudio continúa enriqueciéndose con nuevos é inte- resantes ejemplares pertenecientes á los diversos ramos de la historia na- tural. La coleccion zoológica ha sido aumentada con las magnificas conchas exó- ticas que nos remitió nuestro finado consocio el Sr. D. José Apolinario Nie- to, con las palomas viajeras y los grupos de colibries hábilmente preparados por el Sr. Montes de Oca, quien los presentó á la Sociedad á fines del año pasado. Poseemos tambien algunas colecciones de insectos, mandadas por los señores socios corresponsales, entre las cuales se hallan abundantes ejem- plares de la Mosca hominívora que colectó y estudió en Monterey el señor socio D. J. Eleuterio Gonzalez. La seccion de Botánica ha recibido la coleccion de helechos de Nueva-Ho- landa, presentada por el Sr. Biagi, ministro de Italia; el herbario de plantas de la Tierra-caliente del Sur, que colectó el Sr. D. Fernando Altamirano; las plantas y productos agrícolas que coleccionó en Chiapas el Sr. D. Miguel Pon- ce de Leon, y los ejemplares de plantas del Estado de Hidalgo que tuve el honor de ofreceros al regresar de la expedicion que hice en los distritos de Zimapan y Jacala, pertenecientes á aquel Estado. En las colecciones mineralógica y geológica se encuentran los ejemplares de minerales bismutiferos y cupriferos que mandó de San Luis el señor socio D. Florencio Cabrera; las rocas colectadas por nuestro consocio el Sr. D. Luis Salazar, y las muestras de minerales concentrados que mandó de Zimapan el señor socio D. Federico Farrugia y Manly. Tambien figuran dignamente en nuestro gabinete de estudio, los.restos fósiles que remitió el Sr. D. Alberto Huart, y los carbones é impresiones de plantas que colectó en Tecomatlan el señor socio D. Jesus Manzano. A los Sres. D. Alfonso Herrera, D. Antonio Peñafiel, D. Eufemio Ama- dor y otros de nuestros distinguidos consocios, debemos algunos ejemplares mineralógicos muy interesantes, de cuya clasificacion se ocupan los miem- bros que forman la seccion respectiva. A la biblioteca han ingresado varias obras importantes, como son las re- 266 LA NATURALEZA mitidas por los señores socios corresponsales en el extranjero, J. D. Dana, Jules Marcou y J. Leidy, así como las publicaciones científicas de varias Aca- demias de los Estados-Unidos y de Europa, que recibimos por conducto del Instituto Smithsoniano de Washington. Tambien recibimos con mucha satis- faccion los Anales que van publicados de la Sociedad española de Historia Na- tural, residente en Madrid. Los señores socios Hill é Iglesias y otros miembros corresponsales, han obsequiado á la Sociedad con algunas obras de grande utilidad: de todas éstas como de las anteriores se ha publicado ya un catálogo en nuestro pe- riódico, por lo que omito especificarlas. Las relaciones de la Sociedad con las academias de México y del extran- jero siguen ampliándose, y con frecuencia recibimos invitaciones para esta- blecer el cambio de nuestro periódico con los que publican aquellas corpora- ciones. Nuestros respetables consocios los Sres. Biagi, Leidy, Marcou y Burkart nos han hecho la honra de relacionarnos últimamente con varias otras aca- demias de Europa y de los Estados-Unidos. A tan dignos socios, así como al Instituto Smithsoniano de Washington, les manifiesta, por mi conducto la Sociedad, su más cordial agradecimiento por su constante empeño en proporcionarle nuevas relaciones y remitirle las pu- blicaciones de varias sociedades cientificas extranjeras. Tambien creo conveniente mencionar en este informe, que nuestra Socie- dad, invitada por el Ilustre Ayuntamiento de la capital, ha presentado algu- nas de sus colecciones de estudio en las exposiciones municipales verificadas en los años de 1873 y 1874, las que fueron recibidas con aprecio y distin. guidas con premios y recomendaciones honoríficas. En fin, Señores, debo manifestaros que los señores tesoreros D. Manuel M. Villada y D. Manuel Gutierrez han desempeñado eficazmente su encargo; mas por abreviar consignaré tansolo en este escrito, el resúmen de sus ope- raciones, y es el siguiente: INGRESOS DURANTE LOS AÑOS DE 1873 Y 1874. Subvencion del Supremo Gobierno. .$ 1,200 00 Cuotas y donativos de los señores socios. 459 93 Productos del periódico. ..... ..... . 956 15 Sumas 12. 009115:8/646:08 LA NATURALEZA 267 EGRESO EN LA MISMA ÉPOCA. Valor de las entregas publicadas. . . . 1,370 50 Impresiones sueltaS. . ........... 229 42 Litografías, grabados é iluminaciones . 532 713 astas sueltos dad 394 571 A O OZ COMPARACION. Suma, el Ingreso... mp...» 2,616 US Suma el egreso: o cio loto te o. 2,497 21 Diferencia á favor de la Sociedad . 128 87 De este sobrante que ha quedado en la caja para el presente año de 75, corresponden: 15 pesos 37 centavos á la primera tesorería y 113 pesos 50 centavos á la segunda. Antes de concluir tengo el sentimiento de expresar que la Sociedad ha su- frido la irreparable pérdida de varios de sus socios, acaecida en los años que comprende esta reseña y fué la de los señores D. José Fidel Pujol, de la Baja California; D. Albino Celis, de Tetecala; D. José Apolinario Nieto, de Córdoba; D. Miguel Quevedo, de Maravatío, y D. José Burckart, de Bonn (Alemania). La Sociedad, justa apreciadora de sus méritos, les tributa por mi conducto, en esta solemnidad, una pública manifestacion de respeto y gra- titud. México. Enero 28 de 1875. Marrano BARCENA, Primer Secretario. La NATURALEZA, —Tom. 11.—38. NECROLOGIA. El 27 de Abril próximo pasado, falleció en esta capital, á la edad de 49 años, el Sr. Dr. D. Lauro María Jimenez, socio de número de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. Desde el principio de su carrera profesional se dedicó el Sr. Jimenez al estudio de la Zoología y de la Botánica, y fué uno de los primeros que con verdadera inteligencia usó en México del microscopio en el exámen de los animales y de las plantas. Bien pronto adquirió en el conocimiento de la Historia Natural, así como en el de las cien- cias médicas, una muy justa y bien sentada reputacion. Su indisputable mérito científico, y su constante anhelo en comunicar á todos su sa- ber, lo condujeron al profesorado, en donde acabó de conquistar sus mejores títulos de hombre erudito y laborioso. Fué un verdadero amigo de la juventud, especialmente de la de la clase médica, á la que profesó un entrañable afecto. Muchos tambien, de los alumnos de la Escuela Na- cional de Agricultura, recordarán siempre con respeto y gratitud al sabio maestro que tanto empeño tomó en sus adelantos. Pareciéndole aún estrechos al Sr. Jimenez los dilatados horizontes del profesorado, consagró igualmente todo su afan al progreso de las Academias científicas, cooperan- do con suma actividad á la fundacion de algunas de las que existen en esta capital, te- niendo casi todas ellas la satisfaccion de contarlo entre sus miembros. Su vida en esta parte nos ofrece rasgos notables de abnegacion y de una inquebrantable fuerza de vo- luntad, siendo víctima muchas veces de su noble y entusiasta corazon. México tendrá siempre el orgullo de mencionar como á uno de sus mejores hijos, al instruido y pundonoroso profesor, que tan solícito/fué por su engrandecimiento inte- lectual. Los reducidos límites de una noticia necrológica, nos impiden hacer el exámen de los no pocos trabajos que ejecutó el Sr. Jimenez durante su vida, y que con general aplau- so vieron la luz pública en diversos periódicos científicos de nuestro país. Un espíritu, en fin, verdaderamente práctico y observador, unido á una clara inteli- gencia; una asiduidad no interrumpida para el estudio, una constancia á toda prueba y un desprendimiento poeo comun en su vida pública, fueron las dotes que más distin- guieron al Sr. Dr. D. Lauro M. Jimenez y que le hicieron tan apreciable de las perso- nas ilustradas que lo conocieron, las que sin distincion alguna lamentan hoy su tem- prana muerte. La Sociedad Mexicana de Historia Natural, no solo consagra estas líneas á la memo- ria de tan digno miembro, sino tambien ha acordado dedicarle una sesion solemne: honra, y muy merecida, á sus relevantes cualidades. México, Mayo 31 de 1875. Comision de publicaciones. AA TASA FAUNA INDÍGENA. EL TEPECHICHI DEL COFRE DE PEROTE, POR EL Sr. D. FRANCISCO CORDERO Y HOYOS, SOCIO DE NUMERO. El estudio de la Mamalogía, ramo muy importante de la Historia Natural, puesto que comprende los animales más útiles al hombre, nos ofrece á cada paso motivos para convencernos de que aun faltan en esta parte de la Zoolo- gía muchos puntos que investigar, y entre otros, el conocimiento quizá de no pocas especies que hasta hoy han escapado al exámen de los naturalistas. El convencimiento de esta verdad es, sin duda, un aliciente para no des- mayar en esta clase de trabajos, desechando, por consiguiente, la idea que tienen algunos de los que se dedican á estudios de clasificacion, de haberse llegado ya al hasta aquí de las exploraciones. Existen, en efecto, espíritus fascinados que están persuadidos de que, los que nos han precedido en estas pesquisas, no han dejado nada por conquistar; mas otros, por el contrario, suponen que todo está por hacer, y se afanan en imponer nuevos nombres á séres ya conocidos y estudiados: á esto se debe el que se hayan multiplica- do sin necesidad, tanto en Zoologíá como en Botánica, no solo las especies sino aun los géneros. El que participa de la primera opinion, deja escapar ciertamente buenas oportunidades de hacer un estudio fructuoso de un ani- mal ó de una planta, creyéndolo ya descrito; el que se inclina más bien á la segunda las aprovecha tansolo en parte, pues desecha trabajos emprendi- dos sobre el particular y que pudieran ilustrarlo en sus investigaciones. Las anteriores reflexiones me han sido sugeridas al examinar un mamífe- ro carnicero, cuya descripcion tengo hoy el gusto de presentar á esta ilus- trada Sociedad; pues no obstante de tener un tamaño no muy pequeño y de vivir en regular número en uno de los distritos más visitados de la Reúp- 270 LA NATURALEZA blica, como es Jalapa, parece que no es conocido científicamente, á juzgar por las obras de Historia Natural que han estado á mi alcance y he consul- tado. Sivoxmia.—Bassaris monticola, nobis; Tepechichi del Cofre de Perote, Cacomistle de monte. DESCRIPCION: Arararo peNTarto.—Incisivos £; los superiores tienen la particularidad de ser lisos y algo más largos y fuertes los dos exteriores, y los otros cuatro provistos cada uno de dos surcos, que nacen en un mismo punto á cosa de la mitad del diente, y de allí se separan profundizándose, hasta llegar á su borde libre, que dividen en tres porciones iguales, y que dan á este órgano, visto de frente, la forma de una flor de lis, y cuando es visto por su extre- midad libre parece formado de dos partes: una vaina constituida por las dos eminencias exteriores, y un apéndice que sale de ella y forma la eminencia media; ósta se prolonga en la parte interna de la raíz del diente y forma una cuarta, lo que da á los dientes el aspecto de las muelas tuberculosas de cua- tro eminencias. Los cuatro incisivos inferiores é intermedios tienen dos emi- nencias formadas por un surco intermediario, y los dos exteriores tienen uno profundo que los divide en dos partes desiguales, siendo la interna del doble de la externa. Caninos * redondos, lisos y muy fuertes. Molares ¿E, los de arriba compuestos de tres falsos molares, con el primero muy corto, un carnicero tricúspide y dos tuberculosos; abajo de cuatro falsos molares que tienen en la raíz dos eminencias formadas por dos líneas curvas, cóncavas hácia arriba, y que dan á estas muelas la forma de una lanza antigua, un carnicero con cuatro eminencias muy marcadas y un luberculoso. Formas.—Cabeza muy ancha atrás, terminada por un hocico desnudo y alargado, provisto de un surco profundo y longitudinal, que parece dividir la nariz en dos partes iguales, con las aberturas nasales en la extremidad; muserola bastante bombeada; bigotes largos y dirigidos hácia atrás; orejas colocadas muy posteriormente, con pabellon arrendondado de cuatro centí- metros de largo y tres de ancho; ojos medianos, y, segun se me ha comunica= do, pues no he podido disponer de ningun individuo vivo, la pupila es re- donda. Cuerpo alargado, y bajo de piernas; éstas cortas, con los piés semi- palmeados y desuudos en su cara inferior, de cinco dedos cada uno; el nterno insertado más atrás, el siguiente igual al externo, y los dos interme- LA NATURALEZA 271 dios iguales, más largos que los demás; uñas bastante encorvadas, agudas, semi-retráctiles, la tercera y cuarta de cada pié más fuerte. PeLase y coLoracioN.—Pelo muy tupido: el de la cabeza corto, con el en- trecejo, hocico y bigotes negros; dos manchas amarillo sucio encima y de- bajo de cada ojo: éstos rodeados de negro, con una línea igual del mismo color, que une el borde externosde la órbita con la oreja; frente y resto de la cabeza, con el pelo amarillo sucio en el nacimiento y negro en la extre- midad; pabellon amarillo en su cara interna y borde libre, y negro en la externa ó dorsal; íris amarillo oscuro; parte superior del cuerpo, flancos y cara externa de los cuatro miembros con pelo largo: la borra aplomada y la cabruda amarillo sucio, con manchas pequeñas negras; la inferior de aquel, é interna de las patas, de una coloracion uniforme amarillo claro; cola re- donda con el pelo muy largo y con anillos blanquizcos y negros alternati- vamente, en número de ocho, y que aumentan de extension del primero al último: la extremidad negra enteramente en un espacio de 16 centímetros y copada de pelo más largo. Dimexsrones.—Cabeza 11) centimetros; de la nariz al nacimiento de la cola 46 id.; largo de este órgano 52 id.; miembros anteriores 13) id.; pos- teriores 16 id. Hasta aquí la descripcion que podemos hacer de este animal, en vista de ejemplares disecados convenientemente, no habiendo podido conseguir hasta ahora ninguno con todas sus partes para hacer el estudio anatómico; mas entretanto puedo emprenderlo, creo que lo dicho bastará para su clasifica- cion científica. CLASIFICACIÓN. Por los caractéres expuestos, el Tepechichi solo puede colocarse entre los Mustelianos ó entre los Viverrianos: con los primeros tendria de comun su forma, su coloracion uniforme y los instintos carniceros; pero se aleja de ellos porque los Mustelianos no tienen en su sistema dentario sino cinco muelas en la mandíbula superior y seis en la inferior; el carnicero de ar- riba no es trilobado en su borde externo, este lóbulo lo tiene el Tepechi- chi en el interno; la marcha de éste es semi-plantígrada y aquellos son digitígrados, y no tienen, por último, mas que una muela tuberculosa ar- riba, caracter que sirvió á Cuvier para formar este grupo. Con los Viverria- 272 LA NATURALEZA nos tiene más afinidad nuestra especie por el número y disposicion de los dientes, el cuerpo ménos vermiforme que en los anteriores, la cortedad de los miembros y la marcha semi-plantígrada, el número de dedos en cada pata, que es de cinco, con las uñas arqueadas, agudas y semi-retráctiles, y la coloracion del pelo, en fin, que es más oscuro en las partes superiores que en las inferiores. Mas recorriendo uno á uno los géneros de este grupo, no encontramos ninguno que convenga exactamente á nuestra incógnita. El Paradoxu- rus, además de la cortedad de su cola, tiene el cuerpo todo manchado y con líneas más oscuras que el fondo; sus caninos son estriados y su sistema dentario es más bien omnívoro que carnívoro, lo contrario de nuestra espe- cie. El o tiene molares 43. El Herpetes, Galidictis y el Crosar- chus, 2. El Galidia dos ó tres vés molares arriba, y abajo tres. El lehneumia se le acerca por el número de dientes, pero tiene el cuarto falso molar inferior con cuatro tubérculos; las orejas con la concha muy pe- queña y ancha; las palmas de las manos velludas, y bolsas en el ano. Con el Suricata no lo podemos comparar bajo el punto de vista de su siste- ma dentario, pues aunque su fórmula seria, segun Chenu, incisivos Ep; cani- nos, E; molares, ¿E=4; solo Gervais le asigna á estos últimos la fórmula $3, de- biéndonos atener á este autor, que acompaña su descripcion de un buen dibujo del cráneo. Haciendo abstraccion de este órden de caractéres, existen otras diferencias importantes que los separan del todo, y son: el número de dedos, que en el Suricata es de cuatro en cada pié; la presencia, además, de una bolsa anal y uñas excesivamente largas. El Viverra seria el animal más semejante al nuestro, pero es manchado, tiene bolsa anal y una línea de pelos muy largos desde la cabeza hasta la cola, que le forma una especie de crin ó melena. Por esta exposicion nos convencerémos de que no debe uno atenerse ex- clusivamente á los caractéres generales de las tribus; pues vemos que asig- nándose á la de los Viverrianos, como uno de los principales, la existencia de doce molares en cada mandíbula, tansolo lo presentan dos géneros de esta tribu. Tenemos como una probabilidad de que nuestra especie aun no ha sido descrita, lo que asienta el profesor Chenu en su Enciclopedia metódica de His- toria Natural, y es como sigue: «El número de las especies de esta tribu (habla de los Viverrianos), se halla repartida en todas las partes del mun- do, excepto en América, que sin embargo tendria su representante, si se co- locara en ellos el género Bassaris, como lo ba hecho Isidoro Geoffroy de St. Hilaire. Mas en la descripcion que de él hace el profesor Chenu, vemos LA NATURALEZA 273 las muy justas razones en que se apoya, para considerarlo como un inter- medio entre las dos tribus referidas. Ahora bien, no cabe duda que el Tepechichi tiene grandes afinidades con el género Bassaris, y creemos que á él debe referirse; mas si comparamos su descripcion con la del cacomistle, B. astuta, única especie conocida, vemos que existen entre ellas diferencias notables, y á mi entender sufi- cientes, para considerarlas como especies distintas. Así, en el primero, las formas son más robustas, las orejas arredondadas, los dientes incisi- vos con su borde libre de la figura de una flor de lis, la cola enteramente redonda, con sus anillos negros completos, el color, en fin, de todo el cuerpo amarillo negruzco por encima, y amarillo claro por debajo. El se- gundo tiene la cabeza más aguzada, las orejas más largas y agudas, la cola deprimida; con los anillos negros incompletos, los dientes incisivos lisos € iguales; y su color, mucho ménos oscuro que el del anterior, es gris por en- cima y blanco por debajo, algunas veces con un tinte amarillento en ambas partes. Respecto de los hábitos de ambos, mencionaré tansolo, que mién- tras el cacomistle elige para vivir los lugares habitados por el hombre, el tepechichi por el contrario, se aleja siempre de ellos, y busca su guarida en la escabrosidad de las montañas. Por estas razones se verá si miopinion es fundada, y si la especie B. mon- ticola que ahora propongo, es realmente distinta de la B. astuta, descrita ya por Lichtensteim. OBSERVACIONES DEL Sr. Dr. D. ALrrebo Duaés AL TRABAJO ANTERIOR, EN CONTESTACIÓN A LA CONSULTA QUE LE HIZO LA SECCION DE ZOOLOGIA. Es evidente que el Tepechichi es un Bassaris, pues no conozco absoluta- mente ningun otro Viverriano americano. Respecto de los caractéres diag- nósticos en que se funda el Sr. Cordero, para separar su especie de la ya conocida, haré las siguientes observacienes: 1.2 He encontrado variaciones en las orejas del B. astuta, son más ar- redondadas en unos y en otros más agudas; 2.* he visto uno ó dos indivi- duos con la cola redonda y no deprimida; 3.* los hay tambien con anillos completos, miéntras otros no tienen sino semicírculos superiores; 4.* la for- ma trilobada de los incisivos no creo que pueda servir de carácter diferen- 274 LA NATURALEZA cial, pues la tienen igualmente los B. astuta, jóvenes, y les sucede lo que á los perros, que el borde libre se desgasta y se borra la flor de lis. Dos cosas sí me han llamado la atencion en el dibujo que se me remite: una es la for- ma del diente carnicero, pues se notará en la figura que mando un talon in- terno bilobado, que no se observa en el Tepechichi: otra es la singular con- figuracion del cráneo, que se acerca bastante á la de las Tawideas, y dis- tinto de la del cacomistle: tal vez sea esto una particularidad de sexo ó de edad. Se cree, pero sin pruebas hasta ahora, que puede haber dos especies de Bassaris, de las cuales cientificamente no se conoce sino la astuta: es muy posible que el Tepechichi, á juzgar po sus otros caractéres diferenciales, sea la especie que se supone existir y que aun no ha sido descrita. A la seccion de Zoología le parecen muy juiciosas las observaciones del Sr. Dugés; mas hace notar que los caractéres en cuestion indicados por el Sr. Cordero, son constantes en los ocho ó diez Tepechichis que han sido exa- minados, especialmente la flor de lis, que existe aun en los ejemplares de individuos que se han juzgado adultos; y además se hallan todos reunidos en el mismo individuo. En la lámina adjunta se representan, debido al Sr. Dugés, la variedad de anillos completos del £. astuta, algunas figuras parciales de las otras á que hace alusion en sus observaciones, y un cráneo del tamaño natural de esta especie. Abajo está dibujado el Tepechichi y por separado el cráneo y algu- nos otros detalles: las diferencias entre uno y otro animal se apreciarán así con más exactitud. México, Diciembre 1." de 1874. ' / MINERALOGIA. NOTICIAS SOBRE LOS CRIADEROS DE GRAFITA Ó PLOMBAGINA DE MÉXICO, Y SU EXPLOTACION. POR EL SEÑOR DON ANTONIO DEL CASTILLO, SOCIO DE NUMERO. Los nuevos criaderos que se han descubierto de este mineral, son de bas- tante interes para consignarlos en estas noticias. Con anterioridad a estos descubrimientos, poseíamos en nuestras coleccio- nes ejemplares de gabinete para el estudio de la mineralogía del país, sin que tuviéramos más pormenores de sus criaderos, que la vaga indicacion del lu- gar de su procedencia. : 1. Así, los descubrimientos más antiguos, ó bien el conocimiento de que existia la grafita en algunas de nuestras montañas, datan desde el año de 1850 en adelante, en cuyo año el que suscribe, examinando un fragmento de una roca metamórfica, compuesta de caliza y granos de hornblenda, la determinó ó clasificó; encontrándose diseminada en ella, en pequeños granos, ó masas hojosas, acompañada de pyrita, 6 bisulfuro de fierro, y chalcopyrita, ó doble sulfuro de cobre y fierro. La localidad de su procedencia es vaga, pues la noticia única que se pudo obtener de ella, fué la de que la referida caliza me- tamórfica se encontraba en las montañas del Suroeste de Tehuacan. 2, Pocos años despues, el Sr. D. Blas Balcárcel presentó al que entónces era Colegio de Minería, un ejemplar de grafita escamosa pulverulenta é im- pura en caliza, de las cercanías de Santa María Itatlazco. 3. Pero es, seguramente, más antiguo que los anteriores descubrimientos, el de la grafita de Pimas del Estado de Sonora, de la que existia un regular trozo en el antiguo Museo Nacional, cuya clase es igual á la de la grafita de que se hablará adelante, que constituye una gran capa en las inmediaciones del Real de San Marcial, del mismo Estado de Sonora, que se ha explotado últimamente. La NATURALEZA, —Tom. JU.—39. 276 LA NATURALEZA A. Por noticias estadísticas, parece que tambien se encuentra en el Real de San Javier (?) de la Baja California. 5. Se dice igualmente que la hay en el Distrito de minas del Cardonal, pero no se precisa la localidad. 6. Por el año de 1860 se remitióá una casa de Banco de esta capital, que explotaba minas de plata cerca de Melila, un ejemplar que venia con la si- guiente etiqueta: «Pierre aussi de Nopa, dont je ne me rappelle pas bien la veine.—Je lui donnerai le num. 5.» El pequeño ejemplar, que aun con- servo, parece ser fragmento de una roca compuesta de pyroxena verde, de adularia y de cuarzo, con tablas exagonales de grafita em butidas, y pertene- cer al grupo de las rocas graníticas. 7. Entre los minerales que figuraron en la Exposicion del Estado de Guer- rero en 1870, que el Sr. D. J. Ramon Tamayo presentó despues al gabinete de Mineralogia de la lscuela Especial de Ingenieros, que clasifiqué en 1871, encontré la grafita contenida en masas, en una pizarra talcosa blanca, pro- cedente del pueblo de Jalapa (?). A estas vagas noticias de la existencia de la grafita en algunas de las mon- tañas de México, se limitaba nuestro conocimiento de que la poseíamos; el cual, sin embargo, daba una guía segura de que pudieran encontrarse gran- des depósitos, que formaran la base de especulaciones mineras. Efectivamente, no se pasaron muchos años sin que llegara á nuestras no- ticias, que los señores arrendatarios de la Casa de Moneda de Culiacan ha- bian tomado posesion de un gran criadero, cerca del Real de San Marcial, en el Estado de Sonora, los cuales lo explotaron, y exportaron unas 20 tone- ladas para Nueva York y Boston, que no les costearon los gastos, y abando- naron en seguida. Más tarde, por el año de 1867, el Sr. Múller volvió á emprender la ex- plotacion del mismo criadero, remitiendo á Alemania unas 400 toneladas, sin éxito favorable. Estando yo en Guaymas en 1863, el mismo Sr. Miller me presentó una muestra de la grafita exportada para Alemania; y comparada su clase, á mi regreso á esta capital, con la de. trozo de que se habló ya, núm 3, resultó ser idéntica. No cabia ya duda entónces que el criadero de que se habia extraido el trozo de grafita de Pimas, que hacia muchos años existia en el antiguo Mu- seo Nacional, era el mismo explotado por los señores ántes referidos. San José de Pimas es el nombre de un pueblo antiguo de Sonora, y ey el que tiene la etiqueta del ejemplar del Museo. San Marcial es un Real de mi- nas nuevo del mismo Estado, y entre ambas localidades se encuentra el e Ú LA NATURALEZA 11 ¿ criadero últimamente explotado, que dista unas 33 leguas al N. E. del puer- to de Guaymas. Aun no se tiene una descripcion geológica de este criadero, que bajo el punto de vista industrial, es de grande interes para el desarrollo de nuestra industria minera. Segun las noticias del Sr. D. R. Symon, ocupa una extension de 4,190 metros, ó una legua, y tiene de ancho como 10 metros. No se sabe bien si es una veta ó capa, pero su masa es homogénea, compacta y limpia. Se saca la grafita en grandes trozos, ó cantos, consistentes y puros, que son suscep- tibles de aserrarse, tornearse y esculpirse. Sus caractéres son los de la variedad de grafita «cescamosa,» que contiene, aunque imperceptiblemente, algun óxido rojo de hierro, y esta circunstan- cia la pone, industrialmente hablando, en un lugar intermedio entre la gra- fita de primera clase, ó de más valor en el comercio, que es la grafita hojosa de Ceilan, y la grafita escamosa de Alemania. La primera vale en Luropa $160 la tonelada; y á la de Pimas se le asignó en Lóndres un valor de $60 por tonelada; miéntras que en los Estados-Unidos del Norte se pagó á $96. En estos últimos dias, á mediados de Marzo próximo pasado, el Sr. D. F. Farrugia Manly, minero de Zimapan, y activo é inteligente corresponsal de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, presentó á ésta una interesante coleccion de muestras de grafita, y rocas de las montañas en,que se encuen- tra, procedentes de Huitznopala, 6 leguas al Norte de Molango, cabecera del distrito del mismo nombre. Este nuevo descubrimiento está hecho en la misma region de la grafita núm. 6; pues la palabra «Nopa» debe ser Noapan, nombre de un pueblo si- tuado á cosa de tres leguas al N. O. de Molango, y á doble distancia, al mismo rumbo de Melila. Por el exámen de la coleccion, unida al informe del reconocimiento que practicó el mismo Sr. Manly, de la region de Huitznopala, publicado en el “Propagador Industrial, * núm. 8, podemos juzgar de la importancia del nuevo criadero. Las rocas de las montañas parecen pertenecer al grupo de las rocas gra- niticas y “gneissicas,”* habiéndose sustituido en parte la grafita á la mica, en estas últimas rocas, como suele suceder en otras partes. Los terrenos inferiores formados de los despojos de descomposicion y dle- tritus de desgaste de aquellas rocas, contienen nódulos puros de grafita ho- josa; y por simple deslame, las tierras de esos terrenos dan la misma gralita en grumos, hojillas ó palletas, sueltas y limpias. 278 LA NATURALEZA Los núdulos de grafita pertenecen á la primera variedad de la especie ““grafita” de los mineralogistas, que es la hojosa y cristalizada. Forman láminas que resultan de la separacion por los cruceros de la base de los pris- mas, presentando una estructura cristalina. Las caras de los cruceros están además rayadas por dos sistemas de líneas paralelas formando rombos, que in- dican la direccion de otros cruceros. Las láminas son resplandecientes, de lustre metálico, de color gris de ace- ro oscuro, untuosas al tacto, tizuan los dedos, y dejan en la porcelana que se frota con ella una mancha gris, a diferencia de la molibdena sulfúrea que la deja verdosa; y presentan todos los demás caractéres de la grafita de pri- mera clase, como la de Ceilan. Al fin de este artículo ponemos el catálogo de nuestra clasificacion, de la coleccion del Sr. Manly. Para concluir, recordarémos aquí la composicion y propiedades químicas de la grafita; cuáles depósitos son actualmente los que están surtiendo á la industria para la fabricacion de lápices y crisoles refractarios; y qué aplica- ciones podrian darse á las clases de grafita de nuestros principales y más abundantes criaderos. La gralita ' se compone de carbono puro, en su mayor parte, con mezclas mecánicas de óxido de hierro y arcilla, en cortísimas cantidades. Para formarse una idea de lo variable de estas mezclas, ponemos á con- tinuacion algunos análisis de las grafitas mas conocidas, publicados en las “Comptes Rendus des Séances de Y Academie de Sciences, LxIw, 1091, 1867, por (. Mene. COMPOSICIÓN EN 100 PARTES. Peso Materias Alcs. específico. Carbono. volátiles. Cenizas. Si AL Fe Mg, Ca. Pérdidas De Cumberland... 2,3455 .91,55 1,10 E ERAS RADO 2 pe A 2,5857 84,338 2,662 13,00 62.0 25,0 10,0 26 0/4 ld pS 2,4092 78,10. 6,10 15,80 58,5 30,5 ' 7,5 3,5 0= », Passau Baviera. 2,3108 73,65 4,20 22,15 695 21,1 Dor 20 LES ,,: Geilan (Islas).... 2,2659...68,30..,,5,20.. 26,50, 30,30 41,5 82 = — Sometida á una alta temperatura, la grafita arde sin llama ni humo, de- jando por lo comun un residuo de óxido de hierro. Al soplete es infusible; pero fundida con salitre en la cucharilla de platina, deflagra, convirtiendo al reactivo en carbonato de potasa, que hace efervescencia con los ácidos, y es inalterable cuándo se ataca con ellos. Por las condiciones que guardan frecuentemente los criaderos de grafita 1 Nombre griego que le dió Werner, derivado de ypapw escribo, ——» LA NATURALEZA 279 con las rocas en que arman, se le debe considerar como un combustible mineral privado casi completamente de gas. La más fina grafita que valia | $ 80 el kilógramo, (2, 17 librs.) con la que se hacian los lápices ingleses, y á la que debian su fama, se sacaba de las minas de Borrowdale, en Cumber- land; pero ya estas minas se han agotado, y ha venido á reemplazarlas el depósito nuevamente descubierto en Siberia por Mr. Alibert de Montauban, cuyas muestras de calidad superior, figuraban ya en la Exposicion de Paris de 1867, al estado natural, ó cinceladas en formas de estatuas, y otras figuras de fantasía con un bello pulimento. Y la famosa fábrica de lápices de Faber, en Nuremberg, que ha ofuscado la reputacion de los de Brookman, se surte de la grafita de mejor clase de este nuevo criadero de Rusia. La “American Graphite (.* de Cliff St. New York,' se provée para su fá- brica de crisoles de plombagina, tanto de las minas de Ticonderoga, del La- go Superior, como de las de Ceilan; y hace dos años ofrecia tomar de 50 á 100 toneladas, por remesas de la de Pimas, á $ 60 en oro por tonelada, pues- ta en Nueva York. Con la grafita de Passau, en Baviera, mezclada á una tierra refractaria, se fabrican los famosos crisoles alemanes, que sufren bruscos cambios de tem- peratura sin romperse. Los usos principales de la grafita 6 plombagina, quedan ya casi indicados. Con la de clase más fina, labrada en prismas muy delgados, embutidos en cilindros de madera, se hacen los lápices. Con el polvo de la de clase in- terior, mezclada con un mucilago, se forman los lápices ordinarios. Mezclada con tierra refractaria, en la proporcion de 1 á 4 partes, se fabri- can los crisoles, cuyas propiedades de resistir á un fuego intenso y á bruscos cambios de temperatura, dependen tanto de la clase de los materiales que entran en ellos, como del punto de cocimiento que se les da en los hornos, que es lo que forma el secreto de los fabricantes. La de textura compacta, se labra al cincel, como hemos dicho, para hacer estatuas y objetos de adorno ó fantasía. Reducida á polvo fino y revuelta con grasa, sirve de lubrificativo para dis- minuir la friccion de las piezas pesadas frotantes de las máquinas; y unida á un barniz, preserva del ollin las estufas y tubos de chimeneas y piezas finas de maquinarias, cuando se pintan con ella. La incoherente ó pluverulenta, sirve á veces para limpiar las piezas de hier- ro colado de maquinaria ó instrumentos. Por las clases á que pertenecen las grafitas de Pimas y de Huitznopala, en- 1 Mineralogie de Dufrenoy, 2.* Edition 1859. 280 LA NATURALEZA tendemos que son aplicables á todos los usos indicados; pero que se prefe- riria la de Huitznopala, por su calidad superior, para hacer lápices finos y eri- soles refractarios. Mas la cuestion económica es, en nuestro concepto, la de llevar ó crear es- tas industrias en el lugar mismo de la produccion ó sus cercanías; pues la ex- plotacion de minerales de poco valor intrínseco, como es la grafita, estando los criaderos léjos de las costas, para su exportacion, ó de las grandes capi- tales, para establecer fábricas de los artefactos en que se emplea, tendria en contra los costos de los fletes de trasporte, que absorberian gran parte del valor de la materia prima, y harian la especulacion ó empresa de un éxito dudoso. CLASIFICACION DE LA COLECCION DE GRAFITAS Y ROCAS QUE PRESENTÓ EL Sr. Farrucia Manny A La SocieDaD Mexicana DE Historia NATURAL DE PILAPA. 1 Roca alterada, compuesta de feldespato, cuarzo y grafita, con estruc- tura algo pizarreña. 1d. id. Id. id., de estructura granitóidea, y con grafita en tablas exagonales. Gneiss, con mica parda de tumbaga. Tierras arcillosas, con grafita en hojillas sueltas. (SINO) O) Adularia, cuarzo y mica: fragmento de roca de granito.—Piedra ro- dada. Conglomerado cuarzoso: piedra rodada, en la falda de la montaña. 8 Pegmalita (granito sin mica). 1d. id. «) DE HUITZNOPALA. 9 Nódulo de grafita hojosa. (Conjunto de láminas ú hojas con cruce- ros rómbeos, envueltos en arcilla ferruginosa.) 10 Láminas de grafita de los nódulos desbaratados y lavados. 11. Grafita en láminas, hojillas, palletas y grumos, sacados por lavaje de las tierras arcillosas. 12 Cuarzo blanco con grafita, fragmento encontrado en la arcilla, á dos piés de profundidad. LA NATURALEZA 281 13 Feldespato alterado con grafita. (Roca alterada de la loma de Mol- huasco.) 14 Basalto, caracterizado por el olivino que contiene: piedra rodada de id. id. 15 Protogyna (con talco verde y blanco), del cauce del rio. 16 Feldespato (adularia) de cerca del rio. México, Junio 20 de 1875. AGRICULTURA. TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA “QUEMA?” POR EL.SEÑOR DON JOSÉ C. SEGURA, SOCIO DE NUMERO. Las plantas útiles que el hombre cultiva, necesitan para llegar á su per- fecto desarrollo, además de que concurran las circunstancias climatéricas que favorecen su vegetacion, que encuentren en el terreno los principios nutri- tivos en un estado propio para ser absorbidos por sus raíces. La accion de los agentes meteóricos sobre las partículas orgánicas y ter= rosas, determinan ese estado por las nuevas combinaciones que allí se ori- ginan, dando por resultado la solubilidad de las sustancias que son útiles al desarrollo vegetal. Mas para que estas reacciones se verifiquen, es indispen- sable que el terreno esté en un estado de agregacion tal, que sea accesible á las influencias atmosféricas, sin perjudicar al apoyo que debe prestar á las plantas para que resistan al impulso de los vientos. Sin la intervencion del aire, las combinaciones que se forman, no solo son nocivas á los vegetales, sino tambien al hombre y á los animales. El óxido 282 LA NATURALEZA de fierro, que con frecuencia es uno de los componentes de las tierras, se reduce al minimum por la combustion lenta de la materia orgánica, hacien- do improductivos los terrenos que la contienen. Chevreul ha demostrado que hay produccion de hidrógeno sulfurado cuan- do se putrifica la materia orgánica en presencia de los sulfatos, aun cuando este ácido deletéreo se combine con los radicales de los álcalis y forme sul- furos fijos, porque los ácidos orgánicos que se desarrollan en la descompo- sicion de la sustancia orgánica, lo desalojan de sus combinaciones, ponién- dolo en libertad. El aire tiende á prevenir estos inconvenientes, suminis- trando oxígeno á la combustion, é impidiendo la reduccion del fierro y de los sulfatos, ú oxidando estos cuando ya existen. El agua sirve de vehículo para llevar á las plantas las sustancias solubles que favorecen su crecimiento. Si el estado físico del terreno impide su libre circulacion, puede suceder, ó que las plantas mueran de inanicion, ó que el agua estancada en su superficie haga que la sustancia orgánica, al descom- ponerse, dé orígen á productos ácidos que favorecen el desarrollo de las plan- tas inútiles ó nocivas á la agricultura, en cuyo caso es preciso saturarlos ántes de emprender cualquier cultivo. Las labores tienen por objeto remover el terreno y volverlo poroso, expo- niendo así sus partículas á la accion de la atmósfera: pero hay ciertos ter- renos que por su naturaleza hacen ineficaz ó pasajero su efecto; tales son los terrenos arcillosos, húmedos, frios y compactos, los pantanosos y los que con- tienen una gran cantidad de sustancia orgánica. La Agronomía posée medios para modificar sus propiedades y volverlos aptos al cultivo. De uno de estos medios voy á ocuparme, y es el conocido con el nombre de “Quema,” por ser el más económico y sencillo en su apli- cacion práctica, así como sus resultados son más satisfactorios, que por el empleo de la cal, la arena ó la marga silícica. Con el nombre de quema se conoce la operacion que tiene por objeto mo- dificar las propiedades físicas y químicas de un terreno por la accion del fuego sobre sus partes terrosas, y por la carbonizacion de la parte orgánica que contiene. Este procedimiento es muy antiguo. Virgilio, en sus Greórgicas, lo reco. mienda como un agente poderoso para [fertilizar las tierras. Se sabe que era practicado en Italia, y que en el siglo XVII pasó á la Francia, siendo introdu- cido cincuenta «años despues en Inglaterra. Hoy en todas las naciones de Europa es bastante conocido y practicado. Modifica las propiedades físicas y químicas, porque bajo la influencia del calor, la arcilla pierde su plasticidad, trasformándose en una masa porosa y LA NATURALEZA 283 deleznable, fácil de ser accesible al agua y á los agentes atmosféricos. El fuego destruye las plantas nocivas á los vegetales cultivados, así como á los huevos y larvas de los insectos, y estos se alejan del terreno por el olor carac- terístico que alli se desprende. La materia orgánica se carboniza, y por la propiedad que tiene el carbon de absorber los gases, siendo tanto más absor- bidos cuanto más solubles son en el agua, viene á servir de condensador de los principios fertilizantes; además, por la porosidad del terreno y la sobre- oxidacion del hierro en presencia de los álcalis y de la materia orgánica, se favorece la nitrificacion que es benéfica al desarrollo vegetal. Los silicatos insolubles se trasforman en solubles por el concurso de los álcalis; y el carbo- nato calizo, por la elevacion de temperatura á que ha estado sometido, pierde su ácido carbónico, y su cal, muy interesante para corregir la acidez de un ter- reno, activa la descomposicion de la materia orgánica. Por lo expuesto se deduce, que no solo la quema es un mejorador poco costoso, sino un exce- lente abono. Su empleo no puede generalizarse en toda clase de terrenos sin graves perjuicios. Favoreciendo la nitrificacion, no seria racional aplicarla á nuestros terrenos salitrosos, porque en las plantas, lo mismo que en los animales, el exceso de nutricion trae consigo la enfermedad y la muerte. En los terrenos arenosos, que tienen la propiedad de evaporar fácilmente el agua y de des- componer con rapidez los abonos, disminuiria la poca cohesion que tienen, y destruiria las materias alimenticias. Tampoco produciria buenos resulta- dos en los de poca profundidad, sobre todo, cuando el suelo activo descansa sobre la roca ó el subsuelo es arenoso, porque las plantas estarian expuestas á acamarse por la movilidad de la tierra que les sirve de apoyo. La práctica de la quema requiere tres operaciones: primera, el desprendi- miento del césped: segunda, su combustion: tercera, la reparticion de sus productos. En Europa, para desprender el césped, se han inventado diversos ins- trumentos, con el objeto de hacer esta operacion más fácil y ménos cos- tosa. Los instrumentos de mano que generalmente se usan, son: la pala comun de fierro con punta triangular, la azada rocera, el corta-césped con el levanta- césped y el breast-spade. La azada rocera es semejante á nuestro azadon, con la lámina más ancha y un poco curva. Para manejar este útil, el primer peon, que se llama el con- ductor, se coloca de manera que uno de los límites del campo que se quiere quemar esté á su derecha: armado de la azada y ligeramente encorvado, descarga un fuerte golpe á la derecha, otro al frente y el otro á la izquierda: La NATURALEZA.—TOM, 11.40, 284 LA NATURALEZA sin desprender el instrumento del terreno, levanta con fuerza el mango, y haciéndolo obrar como una palanca, desprende el césped, colocándolo con el instrumento á su derecha: en seguida, dando un corto paso, levanta otro césped, y prosigue así la misma operacion hasta llegar á la extremidad. Cuando ha levantado los dos primeros, un segundo peon lo sigue, colocán- dose á su izquierda y un poco atrás; da un golpe al frente con su azada ro- cera, y otro á la izquierda, desprendiendo el césped como el primero, y co- locándolo en el lugar de donde éste lo ha extraido. Los demás peones que de antemano se han asignado para esta operacion, se van escalonando y.traba- jando en el mismo órden que los dos primeros: por consecuencia, van lle- gando sucesivamente á la extremidad del campo. El conductor vuelve al extremo de donde partió, y se coloca á laizquierda de la faja desprovista del césped levantado por el último, y los demás vienen colocándose á medida que llegan á la extremidad opuesta en el mismo órden que ántes, prosiguien- do así hasta terminar la operacion. El corta-césped es una lámina de fierro en forma de media luna, que tie- ne su parte cóncava acerada y cortante, y provista en una de sus extremida- des de un mango de madera. El levanta-césped es una pala de fierro con punta triangular, teniendo en su mango una acodadura y otra en sentido inverso en la insercion de la lá- mina con el mango. Un peon con el corta-césped va dividiendo verticalmen- te el terreno en rectángulos de longitud y latitud adecuada, y otro introduce la lámina del levanta-césped, y apoyado en el puño lo empuja hácia adelante: como esta operacion es muy fatigosa para un solo hombre, se emplean dos; uno tira de una cuerda atada á un anillo implantado en la acodadura del mango, y el otro lo dirige por el puño que lo termina, de la misma manera que se conduce un arado por sus Manceras. El breast-spade, que los ingleses tambien llaman breast-plougt, es una pala de fierro de punta como la del levanta=césped, cuyo mango está acoda- do ligeramente en su medio, con el lado izquierdo de la lámina doblado en ángulo recto, de forma triangular y filoso, que sirve para cortar el césped lateralmente: el peon lo introduce de 0% 03 á 0705 de profundidad, lo em- puja hácia adelante, valiéndose de la acodadura, levanta el prisma de tierra y lo invierte. Este instrumento tiene el inco nveniente de ser su trabajo lento y penoso: sin embargo, John Sinclair dice que un hombre vigoroso y ejer- citado puede descostrar, por término medio, en una semana, un terreno de cuarenta aras. En los terrenos pedregosos se hace uso de una especie de bieldo. Nuestros gañanes desprenden el césped de los campos valiéndose de la barreta y del escarraman, que es una pala de madera con punta de LA NATURALEZA 285 fierro, ó con el azadon. Un peon, regularmente ejercitado, puede, por térmi- no medio, descostrar en un dia 74 metros cuadrados de terreno. En las grandes explotaciones esta operacion, con instrumentos de mano, seria muy costosa; por lo mismo se recurre á instrumentos de tiro. Cual- quier arado, de los que se conocen entre nosotros con el nombre genérico de extranjeros, sirve para ejecutar esta operacion. Para esto se sustituye la cuchilla por un disco metálico y cortante, que gire libremente en la chapa que lo une al timon, y cuya reja sea ancha, de las llamadas de descostrar. Se puede usar el arado americano sin ninguna modificacion, haciéndolo pre- ceder al corta-césped de Rey de Planazu, que se compone de una pieza tras= versal, provista de manceras y armada de seis cuchillas equidistantes y en- corvadas hácia adelante, con el objeto de disminuir la resistencia, y muy bien afiladas para cortar el césped en bandas paralelas de 020 á 30 de an- chura. Esta pieza trasversal está unida á un timon que descansa en un avantren. En el Departamento del Tarn, el Sr. Villaneuve introdujo un arado que violenta mucho el descostramiento. Este arado tiene el timon curvo y arti- culado: la forma de la reja es igual á la del levanta-césped, con la cuchilla tambien triangular: la vertedera es pequeña y elizoidal: en la articulacion del timon se encuentran dos ruedas que le sirven de avantren: por esta disposi- cion su trasporte es fácil. El manejo del instrumento es el mismo que el del arado comun. El grueso que se da al césped es muy variable, y depende de la extension y disposicion de las raíces, de los vegetales que lo constituyen, de la natura- leza del terreno y de los instrumentos que se emplean en la extraccion, tenien- do por límites de 0705 á 0116. Una vez desprendidos los céspedes, se les deja escurrir, colocándolos por pares, recargándose el uno contra el otro. Es necesario no dejarlos secar mu- cho, porque despues de la combustion se trasforman en un ladrillo difícil de pulverizar, sino que conserven un estado de humedad que no perjudique á la operacion subsecuente. El desprendimiento del césped debe hacerse en tiempo de secas y cuando: el terreno esté escurrido, porque muy húmedos los terrenos arcillosos se adhieren á los instrumentos del cultivo, y muy secos oponen gran resis- tencia á la traccion. La combustion del césped se hace cuando está próxima la siembra. Para quemar el césped, algunas veces se le prende fuego en el mismo lu- gar en que lo ha dejado el peon cuando lo ha desprendido: pero esto tiene el inconveniente que, efectuándose la combustion al aire libre, se pierden 286 LA NATURALEZA los gases y compuestos volátiles en la atmósfera. Es preferible situar á dis- tancias haces de leña ó montones de yerba seca, ó de cualquier otro com- bustible de poco valor, y formar sobre ellos con el césped (teniendo cuidado de colocar la cara que está provista de yerbas hácia el interior), hornos de 1 á 1733 de altura, y de 1,33 41,66 de diámetro, que tengan dos aberturas, una en la base y del lado del viento dominante, y la otra en la cúspide para que le sirva de tiro, la cual se tapa inmediatamente que el fuego se ha propagado en su interior. Se tiene cuidado de tapar con césped las grietas que se hagan en los hornos durante la combustion. Cuando despues de pasados algunos dias se han enfriado, se procede á la reparticion de las cenizas. En los países húmedos, ó cuando por cualquiera otra circunstancia, no puede esperarse á que se escurra bien el césped, puede hacerse la combustion en parrillas portátiles. John Sinclair describe una muy sencilla, que consta de dos barras de fierro de 1722 de largo, unidas por seis arcos del mismo metal. Se coloca horizontalmente en el suelo, y sobre su parte convexa se pone el césped como ya se ha dicho. El espacio que queda entre la parrilla y el suelo, da paso al aire y se facilita mucho la combustion. Un muchacho de doce años puede trasportarla con facilidad. Es esencial para los buenos resultados, que la accion del calor sobre el cés- ped sea lenta para que no se incinere más que una pequeña parte de sustan- cia orgánica, y que el ollin, el humo y todos los productos gaseosos que se desarrollan en la combustion, sean retenidos en la masa terrosa. Lo que anunciará la buena marcha de la operacion, es que al principio el humo un- dule ligeramente sobre el horno, y despues se haga imperceptible, pero que esto no provenga de que se haya extinguido el fuego en el interior. Los hornos que despues del enfriamiento tienen el interior moreno-rojizo y el exterior muy oscuro, son los que producen mejores efectos. | Segun Puvis, con la quema de una héctara, teniendo el césped un centíme- tro de espesor, se mejoran de 25 á 30 segun la tenacidad de la tierra. Cuan- do la profundidad varie, simples proporciones nos darán la cantidad de ter- reno que hemos de someter á la combustion para mejorar el campo. El agrónomo citado, para calcular esa cantidad, se fundó en que una héctara de terreno de un centímetro de espesor, da despues de la combustion mil metros cúbicos de cenizas. Tomando el término medio de estos datos, esta- blecemos las fórmulas siguientes: 1.2x = 275 a, 2.*x = ¿y5,, siendo a' el espesor del prisma de tierra, y s la superficie del campo que se quiere mejorar. La primera fórmula da la cantidad de héctaras que se mejoran con una de una profundidad dada sometida á la combustion; y la segunda LA NATURALEZA 287 determina la cantidad de héctaras de un grueso convenido, que sometidas á la combustion, mejorarian un campo de superficie conocida. Desgraciadamente el coeficiente de a es variable, como lo es el dato en que se funda, por lo cual no se deben esperar mas que resultados aproxima- dos: sin embargo, tanto el agricultor como el artesano ó el industrial, ne- cesitan partir de un dato, aun cuando no sea mas que aproximado, que les sirva de base en sus cálculos, por cuya razon las he consignado. Es preferible quemar, no una parte sino todo el terreno, porque de esta manera se hace con regularidad la reparticion del mejorador, y sus efectos son más uniformes. Villaneuve, que es una autoridad en esta mate- ria por su larga práctica, descostraba el campo, y ántes de someter á la com- bustion el césped, trasportaba el sobrante que resultaba segun sus cálculos, para quemarlo en los fundos vecinos que queria mejorar. De cuatro maneras se reparten las cenizas: primera, enterrándolas inme- diatamente despues de la combustion por medio del arado y proceder á la siembra; este método es preferible: segunda, repartirlas con la pala en la superficie del campo y dejarlas algunos meses expuestas á la accion atmos- férica; esto tiene el inconveniente que las lluvias arrastren á las capas pro- fundas de la tierra arable las sales solubles que contienen, y para la siem- bra se tendria que hacer una labor profunda: tercera, amontonar, para re- partirlas en el momento de la siembra: la humedad de las noches, ó la pri- mera lluvia, les forma una costra que las preserva de ser esparcidas por el viento, y hace á estos montones impermeables á las lluvias, que disolverian las sales que contienen: cuarta, repartir con las cenizas cal, en la proporcion de 100 hectólitros por héctara. Despues de quemado un terreno, es preciso elegir una rotacion poto ago- tante, y no abusar de la fertilidad que ha adquirido, sin retribuirle por los abonos los principios alimenticios que las cosechas le quitan, si no se quiere esterilizarlo por completo. Mateo Dombasle dice que un terreno quemado es como un caballo fogo- so, del cual puede abusar un auriga ignorante, pero tambien del cual se pueden sacar excelentes servicios por un gobierno conveniente. México, Julio 23 de 1874. MINERALOGIA. EXÁMEN Y CLASIFICACION DE ALGUNAS ESPECIES MINERALES DE MÉXICO, COMUNICADAS POR EL SEÑOR Doctor Don Jose BURKART. (CONTINUA.) ArricuLo III. De la Xonotlacia (Xonaltite) 6 un nuevo hidrosilicato de cal, y de la Bustamancia, por el Sr. Dr. Rammelsberg. Habiendo recibido el Sr. Dr. Krantz, el año pasado, del Sr. D. Antonio del Castillo muestras de esta nueva especie mineral, que se halla junto con apofilita y bustamancia, remitió, por su encargo, una parte de ellas al Sr. Rammelsberg para su análisis; y parece que por un error de pluma se seña- ló Tetela de Xonalta como la localidad donde se hallan estos minerales, en lugar de Tetela de Xonotla, por lo que el Sr. Rammelsberg la llamó Xo- naltite; así es que, para México á lo ménos, se debe sustituir el nombre de la nueva especie mineral! dado por este autor, con el de Xonotlacia ó Jono- tlacia. Segun dice Rammelsberg, el mineral que analizó forma «anillos concén- tricos de color, en parte blanco, en parte gris azulado; es fibroso ó compacto y se distingue por su gran dureza ó tenacidad: se parece á la Okenita, de la cual se distingue solamente por su composicion cuantitativa.» «Al calentar este mineral se desprende agua; al soplete no se funde; su peso específico es de 2,710 para la variedad blanca, y de 2,718 para la va- riedad gris, así como su composicion química está entre la de la Wollasto- nita, cuyo peso especifico es de 2.85, y el de la Okenita con un peso espe- cifico de 2.30.» 1 Véase el tomo citado, p. 33. LA NATURALEZA 289 «En ácido hidroclórico se descompone; pero la siliza que se aparta en pol- vo no se disuelve enteramente en carbonatos alcalinos. El análisis dió para las dos variedades la siguiente composicion: A." LA BLANCA. 2.9 LA GRIS AZULADA. Sia” PEA a 49.58 b 47.91 50.25 CUA A ESIOO 7, 23.00 43.92 Oxidulo de manganeso. ,, 1.79 arde fierro ERE 131) » 2 2.28 Magnesia. ....... » — , 0.74 0.19 Aguarvil devorito lol: y 3 O 003.76 4.07 99.9% 98.48 100.71 «lsl oxígeno del agua, de las bases y del ácido, está en las proporciones siguientes: No da = (3:30: 13.15 : 26.43 y 1 == 03,94 3 19.09 20:09 1) 2 =.9.62 IO: 26.50 =1 : 4 : 8, y por consiguiente es = 4 Ca Si, + H; computando : 4 Si = 120 = 49.80 4 Ca = 112 = 46.47 H = 9= 3.73 241 100.00 «La Okenita contiene con cantidad igual de cal, el doble de ácido y el óc- tuplo de agua.» «Algunas partes del mineral contienen un poco de carbonato de cal p. e. la materia del análisis N'. 1, este análisis se hizo con ácido muriático. De las 48.73 partes por ciento, se disolvieron 41 en una lejía de carbonato de sosa (Kohlensaure Natronlauge); el resto de 7.73 por ciento que era duro y erugia, rindió en un análisis separado 6.91 de siliza, siendo el resto óxido de manganeso y cal; y parece que no eran partes del mineral no descompuesto, sino que contenian algun cuarzo. Pero cuando despues de haber quedado unos pedazos del mineral por cinco semanas en ácido hidroclórico, se hirvie- ron 8.09 gramos de la masa quebradiza en una solucion de carbonato de 290 LA NATURALEZA sosa, solo quedaron 3.4 por ciento, conteniendo 0.13 por ciento de cal y el resto de siliza. Sí estos 3 por ciento se pudieran tomar por cuarzo, el silicato de cal seria: Calo Si? lo que no es probable, y parecen pertenecer más bien al silicato mismo que es: Ca Si.» «La nueva especie mineral se ha formado tal vez de la Bustamancia por el influjo de aguas calcáreas y silizosas. » «La bustamancia que acompaña á la xonatlacia, es estriada (otrahlig), ra- diante y gris-verdosa. Los ejemplares sencillos del mineral tienen la estruc- tura de la augita. Los ácidos atacan á la bustamancia difícilmente, pero con- tiene trazas de carbonato de cal.” «Se compone de Siliza 261 $, 1029 ¿ONI 0, 47.35 25.25 OXÍgeno. Protóxido de manganeso. . 42.08 9.62 12.36 Cae E 9.60 2.74 q ARA IA 0.72 99.75 y es por consiguiente 7/9 Mn .. Si: miéntras que las muestras de la misma 2/9 Ca localidad, examinadas anteriormente por Dumas y Ebelmen, contienen casi 2 átomos de protóxido de manganeso para un átomo de cal.» ArricuLo IV. De la Pleonasta 6 Ceilanita de Ramos. En mis “Viajes y mansion en México” —impresos en Stuttgart, 1836— yo habia hecho mencion de las lavas basálticas de Ramos, observando que es- tas lavas compactas del cerro de Zamora y de otros parajes en las inmediacio- nes de Ramos, contenian granos embutidos de olivino, de fierro magné- nético y de otro mineral negro, concoide plano, distinguiéndose por su dureza y que habia tenido por augita, pero que no se ha podido examinar debida- mente por la pequeñez de los granos. En el año pasado recibí del Sr. D. Antonio del Castillo unos cristales sueltos de un mineral de Ramos, que asig- nó este mineralogista distinguido como nueva especie de pleonasta, comuni- cándome la descripcion siguiente de ella, (armcero superior No Por deba; bra neo del lamano nalural Handibulas de E 2% del tamaño nalural — j PANA Dri es dela mandibula sup N*2 rior urstos por la corona | AAN PY Caranos e Imersivos de lamandrbula superior Larunos érmersios de la mandibualarmferror 1 Bassaris astuta. 2 Bassaris monticola. (Poco mas de del tamanonajaral) LA NATURALEZA 291 « Es resplandeciente, de lustre de vidrio; por fuera de color negro-par- dusco, y pardo-rojizo; por dentro es negro puro. Cristaliza en octaedros sueltos con las aristas redondeadas y octaedros imbricados sobre un mismo eje vertical.» «El ángulo de las aristas del octaedro es 109%. Cristaliza tambien en te- traedros con las aristas ó esquinas truncadas. Textura concoidea plana. Es opaca ó trasluciente en chispitas delgadas, que son verdes por refraccion. Dureza de 8.5.» «Peso especifico, 3.5. Se encuentran en las rocas basálticas de Ra- MOS.» El Sr. Rammelsberg despues de haber analizado la muestra de este mi- neral, que le habia remitido al efecto, me dice: que da un polvo gris, que su peso específico es de 3.865, por consiguiente mayor que el peso especí- fico obtenido por el Sr. Castillo, y que el análisis dió. MN E OOO Oxtiuloide erro. a OA MI A ODO 100.00 =5 Mg. Al + Fe Al Este análisis corresponde con poca diferencia á la composicion que tiene, segun Rammelsberg, la Celanita de Hermala en Finlandia, la cual contiene algo ménos alúmina (67.60) y magnesia (19.00); pero tiene además 1.3 zine, faltando este último en el mineral de Ramos. A juzgar por la imperfeccion de los cristales que he recibido, y por los caractéres exteriores del mineral, se deben considerar estos como cristales embutidos en la roca y desprendidos de ella por su descomposicion. No me dice el Sr. Castillo cómo se halla la pleonasta en Ramos; pero juzgando por una muestra de la lava basáltica del cerro de Zamora, cerca de Ramos, no pa- rece caber duda de que esta pleonasta pertenece á la lava, pues la dureza de los granos negros con textura plana concoidea embutidos en ella, es mucho mayor á la de la augita y pasa de 8, segun la he podido determinar en una astillita, (Continuard.) La NATURALEZA.—TOmM. HI. —41, CIENCIAS AUXILIARES. EL CHICALOTE. INVESTIGACIONES PARA FORMAR LA HISTORIA BOTANICA, QUIMICA Y FISIOLOGICA DE ESTA ARGEMONA DE MEXICO. € (Extracto de la tésis de M. Charbonnier, publicado en el “* Diario de Farmacia y de Química” de Paris. tom. VII, 1868.) ' Hisrorta.—La argemona de México, que constituye hoy el tipo de este gé- nero, era desconocida de los antiguos. Hácia el año de 1592 fué llevada á Europa y los botánicos la colocaron entre las adormideras, con el nombre de Papaver spinosum. Alfonso Decandolle se inclina á creer que el traspor- te de los primeros granos se hizo involuntariamente con el lastre de los na- víos ó en diversas mercancías. : Es preciso notar que en esta época las palabras Papaver y Argemona, designaban dos grupos de plantas de un órden enteramente arbitrario. El primero comprendia las adormideras, quelidonias y las argemonas; el segun- do solamente adormideras. Tournefort les asignó un valor riguroso y preci- so, formando los dos géneros indicados, y que fueron adoptados por la ma» yor parte de los autores que le sucedieron. Sin embargo, segun Aquiles Richard, esta planta difiere tan poco de las verdaderas adormideras, que deberia ser incluida en el género Papaver. A pesar de la opinion de este célebre botánico, la planta de que nos ocu- pamos presenta caractéres muy marcados para constituir un género bien ca- racterizado. En efecto, las plantas del género Argemona difieren de las del Papaver, en que tienen un cáliz de tres sépalos en lugar de dos; su corola seis pétalos en vez de cuatro; el ovario tiene sobrepuestos de tres á seis estigmas, sentados, dis- tintos, persistentes, libres y no soldados como en las adormideras; además sus cápsulas tienen las valvas muy distintas, abriéndose hasta la mitad tan luego como se han madurado los granos. A estos caractéres hay que añadir, que durante la antésis, las flores de las adormideras están inclinadas sobre A ABN | h | LA NATURALEZA 293 los pedúnculos, y no erguidas, como constantemente se observa en las arge- monas. En Francia este vegetal se cultiva raras veces, y solamente como planta de ornato. Sus hojas anchas, salpicadas de manchas blancas y provistas de numerosas espinas muy desarrolladas, contribuyen de una manera agrada- ble al embellecimiento de los jardines. Su cultivo es tan fácil, que sela pue- de aclimatar y aun naturalizar en casi todas las partes del mundo. Yo he he- cho sembrar granos en el mes de Abril en terrenos de distinta naturaleza, y me he asegurado que las tierras ligeras y arenosas, expuestas al Mediodia, son las que mejor le convienen. Este cultivo no exige mucho cuidado: se siembra en Abril para colectar los granos á fines de Setiembre, necesitándo- se casi 100 gramos por ara. La héctara puede rendir de 20 á 62 hectólitros de grano, pesando cada uno de aquellos 57* 25. Comparando el rendimiento en aceite, de estas semillas, con el de otras plantas oleaginosas de Europa, como la colza, la camelina, la linaza, la ador- midera, ete., el resultado es bastante favorable para la argemona, teniendo sobre aquellas la ventaja de la facilidad de su cultivo. PropPIEDADES MEDICINALES. —Lsta planta atrajo, desde la época de la con- quista, la atencion de los españoles, que encontraron en sus semillas una cualidad emética y en su aspecto general alguna semejanza con el cardo bendito, nombre que aun se da en la América del Sur á las especies que alli crecen. ' Los autores no están de acuerdo acerca de sus propiedades medicinales. O'Saughnessy la considera como inerte; Ainslie dice que el jugo lechoso es un buen remedio en las enfermedades de los ojos, que el aceite es pur- gante y la infusion de la planta goza de propiedades diuréticas. Simmonel asegura que las semillas son eméticas, que el aceite á la dósis de treinta go- tas en un pedazo de azúcar, alivia instantáneamente los dolores de estóma- go y procura un sueño reparador. Se lee en la «Enciclopedia metódica» que los granos son purgantes y pa- san en América como un remedio contra las diarreas y la disenteria; sus flo- res son anodinas, pectorales y narcóticas; y sus hojas machacadas, emplea- das exteriormente, son á propósito para calmar los dolores cefalálgicos y mo- derar la inflamacion de los ojos. Aquiles Richard pretende que el cocimiento de la raíz se emplea en la isla de Francia para hacer brotar el pelo que ha caido por causa de alguna enfermedad. Dorvault en su «Oficina,» dice que se sirve en el Senegal de 294 LA NATURALEZA la especie que allí crece, contra la gonorrea, y que el jugo se emplea en las enfermedades cutáneas, como las berrugas, ete. Martius, en fin, refiere que aplicada en cataplasmas, apresura la cicatriza= cion de las úleeras, obrando como detersivo. Segun las numerosas opiniones que se acaban de exponer, se ve que la accion de esta planta sobre la economía animal está aún léjos de quedar re- suelta. Sea lo que fuere, llama la atencion que siendo la Argemona tan intere- sante bajo diversos aspectos, no haya sido objeto de un estudio especial por parte de los químicos. Se puede prever de antemano, que está dotada de propiedades muy activas, pues contiene, como la adormidera, un jugo ama- rillo-lechoso, que se escurre de todas las partes de la planta á la menor in- cision. Este jugo es gomo-resinoso, soluble en el agua y en el alcohol; posée un olor viroso particular y un sabor amargo, semejante al ópio. Jamás se ha buscado su principio activo, y tampoco si seria susceptible esta papa- verácea de enriquecer la terapéutica con un nuevo agente de una virtud es- pecial. El autor ha operado principalmente sobre las cápsulas y las hojas en es- tado fresco, y colectadas cuando la vegetacion ha alcanzado todo su vigor, es decir, en el momento en que los órganos reproductores comenzaban á mostrarse. Hubiera sido preferible, como él mismo lo hace notar, practicar incisiones en las cápsulas para dar salida al jugo, exactamente de la misma manera que se practica para obtener el opio; mas esta operacion es muy de- licada y exige mucho cuidado de parte del operador: las cápsulas de la A»- gemona de México son poco voluminosas, de forma alargada y de costillas sa= lientes y erizadas de numerosas espinas; circunstancias que hacen más difí- cil el practicar las incisiones; no así en las adormideras, cuyos frutos son completamente lisos. Examen quimico pe La PLANTa.—Hé aquí, dice el autor, la marcha que he seguido en esta investigacion. Despues de haber dividido convenientemente las partes de la planta, cápsulas, hojas, ete., por medio de un corta-raíz, y haber- las contundido en un mortero de mármol, las hice macerar, durante ocho dias, en cuatro veces su peso de alcohol á.85%, conteniendo casi dos gramos de ácido tártrico por litro de alcohol. Trascurrido este tiempo, sometí mis sus- tancias á la prensa y filtré en seguida el licor, por papel. Este licor ha sido destilado en una gran retorta, colocada en baño-maría, hasta reducirse á dos terceras partes: se separó entónces del líquido una sustancia grasa, resinoide, insoluble en el agua y que eliminé por la filtracion. El líquido fué luego LA NATURALEZA 295 sometido á la evaporacion en baño-maría, hasta la consistencia de extracto, que traté por alcohol a 90" centígrados: filtré despues y evaporé de nuevo. Este extracto, redisuelto en una corta cantidad de agua, se saturó con bicarbonato de sosa finamente pulverizado, hasta que la efervescencia cesó del todo. Se introdujo entónces en un frasco de boca ancha, de tapon esmerilado, con cua- tro ó cinco veces el volúmen del extracto, de éter bien rectificado. Dejé la mezcla en contacto durante veinticuatro horas, teniendo cuidado de agitarla de vez en cuando, á fin de favorecer la disolucion del alcaloide en este vehícu- lo. Abandoné entónces el frasco en el reposo, hasta que el éter se separó enteramente y vino á formar una capa encima del líquido acuoso: decanté esta capa teniendo cuidado de filtrarla ántes de recibirla en una cápsula, con objeto de separar las impurezas que pudiera contener el líquido. El licor así obtenido, tenia un color notablemente verde debido á la clo- rofila; pero despues de varios tratamientos semejantes, se llegó á despojarlo de todas las materias colorantes solubles en el éter. Reuniendo todos estos licores en una cápsula, los dejé evaporar espontáneamente. Al cabo de al- gunos dias, levantando la parte superior de la masa verdosa, me fué posible percibir pequeños cristales en aguja. Estos cristales siendo insolubles en el agua, emplée un medio mecánico para aislarlos; que consistió en introducir to- da la sustancia en un frasco con agua destilada, agitar fuertemente, y decantap tan luego como los cristales se precipitaron al fondo. Obrando de esta mane- ra, llegué á procurarme una corta cantidad de ellos, conteniendo aún mucha clorofila. Cuando he tratado de obtener el producto en el mayor estado de pureza, he perdido la mayor parte de él, por lo que me ha sido imposible estudiar sus caractéres, y solo me he asegurado que cristalizaba en agujas muy finas y que no se teñia de rojo al contacto del ácido azótico. Cambiando de disolvente, he agitado muchas veces con éter acético puro, como anteriormente lo habia practicado con éter ordinario. En esta vez mi licor decantado apénas tenia color, lo que ficilmente se comprende, puesto que el éter ordinario lo habia despojado de una gran parte de las materias colorantes. Por evaporacion en baño-maría obtuve pequeños cristales mez- clados con una corta porcion de materia resinoide que eliminé en gran parte por medio de alcohol frio. Despues, redisolviendo estos cristales en alcohol rectificado á 90% y en ebullicion y evaporando á una baja temperatura, los pude obtener, aunque siempre algo coloridos, en un grado suficiente de pu- reza para estudiar sus caractéres y convencerme que el principio cristalizado que habia obtenido como último resultado, era realmente morfina. En efecto, su forma cristalina, su insolubilidad en el agua y en el éter or- 296 LA NATURALEZA dinario, unidos á otros caractéres químicos, tan sensibles de esta base, no me ha dejado duda alguna bajo este respecto. Los ácidos clorohídrico, sul- fúrico, acético, etc., lo disuelven perfectamente, de la misma manera que la potasa, la sosa y el amoniaco. El ácido azótico concentrado da una hermosa coloracion roja; con las sa- les de fierro al máximum la coloración es azul, y en frio el ácido yódico es descompuesto. Todos estos caractéres habiendo sido ensayados comparativa- mente con la morfina pura, los resultados fueron idénticos: me pareció ya su- pérfluo emplear otros reactivos, tanto más cuanto me era preciso conservar un pequeño ejemplar del producto que habia obtenido. La corta cantidad de alcaloide que extraje, comparativamente al peso de la planta empleada, me hizo suponer que contendria muy poco; pero obrando sobre el jugo obtenido por incisiones hechas en las cápsulas, es indudable que se obtendria mayor cantidad, y que se encontrarian, si no todas, por lo mé- nos una gran parte de los principios que contiene el opio. Bajo el punto de vista industrial este medio seria impracticable, porque repito, la dificultad de practicar las incisiones en las cápsulas, daria el costo de la mano de obra, muy superior al valor del producto. Considerada de esta manera la Argemona de México, no presenta mayo- res ventajas; mas sin embargo, si en época bien determinada de la vegeta- cion, se obtiene por expresion de todas las partes de la planta un extracto análogo al meconio, quizá por este medio fácil y sencillo se obtendrian bas- tantes alcaloides para que fuese ventajosa su extraccion. Es un punto inte- resante que por ahora no hago más que señalarlo, pero que me propongo - examinarlo con cuidado.! EXAMEN QUIMICO DE LAS sÉMILLAS.—Por los procedimientos ordinariamente empleados, he encontrado que contienen en cien partes: COM A e dl A O 021) A O MT UA Sales. minerales... .... 5,60 ENANOS MA 4,38 AS A A AA DECEO e a ER AO Albumina y glúten. . . . . 13,38 REC A A A 1 El descubrimiento de la morfina en la Argemona de México, ofrece el interes particular de que confirma los tra- bajos recientes del profesor Baillon, que concluye reuniendo los géneros Argemona y Papaver en uno solo; trabajos que ignoraba m. Charbonnier cuando presentó su tésis. A. B. LA NATURALEZA 297 Leñosor Mba 6,52 Pérdida. «pura dl ah sis 1,94 Total 0000 PROPIEDADES FISICAS Y QUIMICAS DEL AcEITE.—Obtenido por medio del sul- furo de carbono bien purificado, tiene un ligero color amarillo, límpido, trasparente, y permanece líquido hasta + 5 arriba de cero. Tiene un olor nauseoso y un sabor ligeramente áspero; pero de ninguna manera son des- agradables. En contacto con diversos reactivos, se observa lo siguiente: Cuando se vierten una ó dos gotas de ácido sulfúrico concentrado, sobre una capa de aceite, el color amarillo de éste se oscurece primero y despues pasa á moreno-sucio. Con el ácido azótico el color es más subido y se enro- jece á la larga. 10 gramos, agitados con 1 idem de amoniaco, dan una mez- cla gris-leonado, con la consistencia de miel; esta mezcla desarrolla 3% de calórico; con el ácido sulfúrico saturado de bicromato de potasa, el aceite se vuelve negro; con la sosa líquida se obtiene un jabon amarillo. Este aceite se disuelve completamente en cinco ó seis veces su volúmen de alcohol rectificado á 90% cent. Se oxida rápidamente en el aire resinifi- cándose y secándose como los aceites que poseen en alto grado esta pro- piedad. Usos.—Este aceite puede tener aplicaciones importantes, no solamente en la terapéutica, sino tambien en la fabricacion del jabon, del alumbrado, y sobre todo, en la pintura; para telas enceradas y barnices grasos, pues es muy secante. Seria aun mas ventajoso que el aceite de linaza para los colo- res claros y delicados, á causa de ser ménos colorido. En México los pinto- res lo emplean para la preparacion de una especie de betun que llaman ma - que y con el que barnizan la madera. Las tortas de los granos no pueden ser empleadas en la engorda del gana- do como las de la linaza; despues de incineradas contienen en cien partes: Bolas ys OB ld OL O Calor ELA tarda Acido, fosfórico iS 900 Acidos silicio a A ADENO MasDesitor 2d ds a id a ta MOLO2 Clorurasialcalaos e a 1,64 DAL O O RIO, IA TE EN A Nido Tolal.!y 5 . 1000300 298 LA NATURALEZA Estas tortas contienen además de 5 á 8 por 100 de ázoe, cantidad enorme y que las aproxima á las materias animales secas. Errcros risioLócicos.—1. La primera experiencia que he intentado, dice el autor, ha sido hecha sobre mí mismo: he tomado 30 gotas del aceite en un terron de azúcar. El resultado no se hizo esperar mucho, porque habien- do sido ingerido en ayunas, á las siete de la mañana, comencé á sentir los primeros efectos á las ocho. La primera deposicion fué seguida de otras tres, sin experimentar cólicos ni molestia alguna; á las nueve me sobrevinieron náu- seas, que fueron seguidas de vómitos. Esta primera prueba fué bastante concluyente, para fijarme en las propie- dades reales de este aceite; sin embargo, no era suficiente para establecerlas de una manera general, pues se sabe que, segun el estado patológico del aparato digestivo de cada individuo, los purgantes obran segun la dósis, pro- duciendo efectos muy diferentes. La experiencia que acabo de referir, fué Meca juntamente con M. Lon- guet, interno en medicina del Hotel-Dien. 2. El 14 de Noviembre administré 15 gotas de aceite á una jóven de 27 años, muy gorda y fuerte, afectada de chancros blandos, con vaginitis y constipacion tenaz. El resultado fué tres deposiciones, sin dolores ni náuseas. 3. El mismo dia, á fin de comparar los efectos, he dado la misma dósis, 15 gotas, á un hombre sumamente robusto, aunque de una constitucion li- geramente linfática, de 40 años de edad y enfermo de chancros blandos- Este hombre me ha dicho que difícilmente se purgaba, y solo tuvo una depo. sicion. Evidentemente la dósis del medicamento fué muy corta. 4. El dia 17, 25 gotas fueron administradas á una mujer de 28 años, y que llevaba 20 dias de parida; estaba atacada de myositis puerperal, con algo de pleuro-neumomía, no habiendo evacuado en cosa de siete dias. El medica. mento produjo mucho bienestar, y la enferma tuvo tres deposiciones en la noche. 3. El dia 22, 30 gotas se dieron á una anciana de 72 años, que tenia un kiste en el ovario. La enferma resintió á poco fuertes náuseas y vomitó; á pesar de esto tuvo seis deposiciones. 6. El dia 25, una mujer de 45 años tomó á las once de la mañana 30 go- tas de aceite: despues de un corto rato vomitó; sintiéndose á poco con mucho sueño se metió en la cama, y al cabo de seis horas se declararon los efectos purgantes, que continuaron por una gran parte de la noche, haciendo doce deposiciones. Segun su accion fisiológica, se ve que el aceite de la argemona de Méxi- LA NATURALEZA 299 co, aunque proviniendo de una papaverácea tiene grande analogía con la mayor parte de los aceites de las euforbiáceas, que tienen el carácter comun de ser purgantes, pero al mismo tiempo emeto-catárticas: clasificándolos se- gun su accion medicinal, debe ocupar el tercer lugar entre ellos. El estudio de esta planta presenta, por lo que se ha referido, hechos excep- civnales verdaderamente notables. Así, muy afine de la adormidera por sus caractéres organográficos y su principio activo, puesto que encierra morfina, se aproxima por su aceite á las euforbiáceas, miéntras que el Papaver som- niferum que nos suministra el opio, nos da un aceite sin accion sobre la eco- nomía animal. Es, pues, á la vez un ejemplo y una excepcion, á la ley formulada por Lineo, por Pelletier y Caventou, que las plantas de la misma familia contienen en lo general los mismos principios inmediatos, y obran por consecuencia de la misma manera sobre la economía animal. Esta ley, verdadera casi siempre, sufre sin embargo numerosas excepciones. Una comision de esta Sociedad se ocupa en reunir nuevos datos acerca de esta planta, que publicarémos más tar- de, (C. de P.) ENSAYO ORNITOLÓGICO DE LA PAMILIA TROCHILIDA O SEA DE LOS COLIBRIES O CHUPAMIRTOS DE MEXICO, POR EL Sr. DON RAFAEL MONTES DE OCA, SOCIO DE NUMERO, (CONCLUYE,) Num. 42—Chupamirto de pinal. Heliomaster pinicola, Gould. El Sr. Gould, al hablar de esta especie de colibries, dice así: «La Me- moria del finado D. Damian Floresi, será para siempre grata á los troqui- lidistas, pues ha sido quien dió á conocer muchos de los colibries de Méxi- co, y como justo homenaje al mérito de sus afanes, creo que debo mencio- narlo, pues tanto le debemos; y añadiré además, que entre el gran núme- ro de sus amigos que deploran sinceramente su prematura muerte, no hay La NATURALEZA.—Tom. 111,42, 300 LA NATURALEZA otro que lo sienta tanto como yo. Es á él á quien se debe el descubrimien- to de este colibrí, lo mismo que el haberme informado que habita exclusiva- mente las altas regiones donde crecen los pinos del Norte de México; esta circunstancia demuestra la estrecha relacion que existe entre una vegetacion peculiar y los séres animados que la acompañan; así teniendo aquella un ca- rácter sombrío en estas regiones, el color de esta avecita es de un tinte se- mejante y completamente distinto del de la mayor parte de las especies de este grupo. La apariencia del macho adulto es como sigue: la region superior de la cabeza, del cuerpo, con excepcion de una mancha blanca que tiene cerca de la rabadilla, las cubiertas de las alas y de la cola de un color latonado- verdoso; alas, pardo-purpúreas; cola con las dos rectrices del centro verde- bronceadas, con una especie de sombra cerca de las extremidades y de sus lados; las plumas laterales son tambien verde-bronceadas en su base, te- niendo en seguida un tinte negro-purpúreo y en sus extremidades una man- cha blanca; su garganta en la parte que está cerca de la mandíbula inferior, es pardo-negruzca, teniendo en seguida una porcion de plumas de un color carmesíi-metálico marginadas de blanco gris; toda la region inferior gris- pardusca, un poco más clara en el pecho y centro del abdómen, con visos bronceados en los flancos; cubierta de debajo de la cola formada de plumas parduscas marginadas de blanco; region anal y cubiertas de las piernas blan- cas, teniendo tambien de este mismo color, dos líneas de cada lado de la cabeza, una que le nace en la parte posterior del ojo y otra en el nacimien- to de la mandíbula inferior, dirigiéndose casi paralelamente hácia los lados del cuello; sus patas son pardo-oscuras, y su pico, que es recto y uñas negras. Su largo total desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola es de 5% de pulgadas; alas, 3 idem; cola 1% ídem, y pico 12% idem. La hembra es casi del mismo tamaño que el macho, y solo se diferencia de éste, en que carece de las plumas carmesíes que tiene en la parte inferior de la garganta. Num. 43—Chupamirto cornudo. Lophornis Helenae, Gould; Ornismya Helenae, De Latt; Lophornis Helenae, Bonap. Esta magnífica especie de colibríes, conocida en Guatemala con el nombre de Gorrion cachudo, ú sea chupamirto cornudo, se balla tambien en la par- te S. E. de la República Mexicana (Chiapas); mas es de advertir que en esta última localidad es bastante rara. LA NATURALEZA 301 Los nativos de Coban dan á los colibries en general, el nombre de Tzun- nun, pero distinguen esta especie, sia duda por su belleza, con el agregado de Achshukub. El señor De Lattre, que tanto contribuyó al conocimiento de la ornitolo- gía mexicana, fué quien dió el nombre de Hélene á este hermoso colibrí en honor de la Princesa Elena de Orleans, y en su dedicatoria dice así: «Quiera la Princesa Héléne, protectora de las artes que patrocina y cultiva con tanto gusto y cuyo gran infortunio hace resaltar más su bello carácter, acoger con bondad este homenaje, de un viajero que, dichoso en países lejanos, ha ad- quirido esta rarísima especie de colibries para darla el nombre de una esposa y una madre tan querida para la Francia.» El Señor Gould hace notar, que Salvin dice: que esta especie de avecitas tiene un silbido ó chillido peculiar, y diferente del de las demás especies que conoce, y que la hace descubrir adonde quiera que se encuentre, por lo regular gustando el néctar de las flores de las salvias que abundan en las montañas cerca de Coban, ó en las del árbol del Tasisco, que florece por el mes de Diciembre. Además, tambien dice, que las hembras son sumamente raras, pues que de diez y siete ejemplares que pudo colectar solo uno era hembra. El color del macho adulto de esta especie, es como sigue: la frente y un copete que desplega á manera de cuernos, de un tinte verde-bronceado; la parte superior del cuerpo y cubiertas de las alas de un color pardo-bronceado; las cubiertas de la cola, de este mismo color un poco más oscuro, con una faja blanca cerca de su nacimiento: alas, pardo-purpúreas; cola, castaño-oscu- ra con las dos plumas centrales de un tinte verde-bronceado, teniendo todas las demás un pequeño márgen exterior pardo-oscuro; su garganta es de un color hermosísimo verde metálico con visos dorados, rodeada de una serie de plumas largas, de las cuales, cuatro de las de cada lado son aun mas largas todavía y de un color blanco-amarillento con una orilla negro-azulosa, mién- tras que las demás son enteramente negras; de cada lado del occipital le na- cen tres plumas puntiagudas y tan angostas que parecen mas bien cerdas: el pico es color de carne con la punta algo más oscura. La hembra tiene la parte superior de la cabeza, del cuerpo, cubiertas de las alas y abdómen de un tinte verde-bronceado; pecho blanco, salpicado de unas manchitas verde-bronceadas, en la extremidad de cada una de sus plumas; cubiertas de la cola pardo-oscuras, con una faja blanca, semejante á la del macho; cola castaño-oscura, teniendo cada una de sus plumas, cerca de la extremidad, una especie de sombrío aun más oscuro todavía. 302 LA NATURALEZA Num. 44—Chupamirto de pecho verde y cola manchada de blanco. Eupherusa poliocerca, Elliot. Esta rara especie de colibríes, descrita por el Señor Elliot, de New-York, habita probablemente en el Estado de Guerrero, al Sur de la República Me- xicana, puesto que otra especie que describió al mismo tiempo, tiene por lo- calidad Putla, pueblo de aquel Estado; se parece mucho al £. eximia de Gould, á juzgar por la descripcion de aquel naturalista, que textualmente copio á continuacion: «Parte superior verde-bronceada; cuello y garganta verde-zacate brillante; remeras terciarias de un color castaño muy marcado; las dos plumas del cen- tro de la cola, verde-olivo; las restantes blancas con las orillas exteriores y las puntas, pardo-purpúreas. «Largo total 3% de pulgada; alas 24; cola 1%. Respecto á la hembra y jóven creo que nada se sabe aún. Num. 45.—Chupanvirto de cabeza verde y pecho azul. Y Circe Doubledayi, Gould; Trochilus Doubledayi, Bourcier; Sapphironia Doubledayi, Bonap; Trochilus Lereboulleti, Saucerotte. Esta hermosa especie de colibríes, que en algo se parece al Circe latiros- tris, es sumamente rara, y cuando la describió el Sr. Bourcier, segun dice Gould, no habia la suficiente evidencia de que su localidad fuese la region del Rio Negro, en la América del Sur, que aquel naturalista le asignó, y se inclina más bien á creer que pertenece exclusivamente á México; primero, porque los colibries que tienen la cola oseura, como el latirostris, Caniveti, auriceps y otros, son peculiares del Norte de la República Mexicana, y se- gundo, porque el ejemplar que existe en su coleccion, obtenido de su muy -estimado amigo el Doctor Saucerotte, tenia en'la etiqueta estas palabras: «Chimantla, México,» y además el nombre de Lereboulleti. Peroal encon- trar el Señor Gould, que el Lereboulleti de Saucerotte y el Doubledayi de Bourcier son idénticos, ha dado naturalmente el derecho de prioridad al nombre que Bourcier le dió en honor del distinguido entomologista inglés el Señor Doubleday. La apariencia del macho de esta especie, es como sigue: la parte superior de la cabeza, de un color verde-azulado metálico hermosísimo; la garganta de HAUYA ELEGANS. 43 Lophormis Elenz. 45. Circe Doubleday1. 44 Eupherusa Poliocerca. 46. Amazilia Yucalanensis. LIT.DE HIRIARTE MEXICO. LA NATURALEZA 303 azul, desvaneciéndose este color con el tinte verde del pecho y lados del cue- llo; toda la parté superior, cubiertas de las alas y de la cola, así como el ab- dómen, de un tinte verde-bronceado oscuro; alas pardo-purpúreas; cola ne- gra con visos de acero pavonado de azul con las puntas de cada pluma de un tinte pardo-gris; cubiertas de debajo de la cola pardas marginadas de un co- lor gris; pico encarnado en su base con la extremidad casi negra. La hembra aun no es conocida; pero es muy probable que sea parecida á la del latirostris. Num. 46.—Chupamirto de pecho verde y abdómen castaño-rojizo. Amaszilia Yucatanensis, Gould; Trochilus Yucatanensis, Cabot. Esta especie de colibries se parece mucho en la distribucion de los colo- res de su plumaje, al Amazilia cerviniventris, con la diferencia de que el color castaño-rojizo del abdómen y cola de aquel, es sumamente pronuncia- do, asi como el verde esmeralda de la garganta y cuello, que lo tiene ade- más muy recortado en la parte inferior del pecho y no desvanecido hácia los flancos hasta confundirse con el color del abdómen, como sucede en el cer- viniventris. El Doctor Cabot en su descripcion del Trochilus Yucatanensis, publicada en las Actas de la Sociedad de Historia Natural de Boston, dice así: El Tro- chilus o es el Chupamirto más comun de la Península, y por lo regular: se le ve en abundancia en las acacias que crecen en los edificios ar- ruinados. De allí fueron obtenidos los ejemplares que he podido observar cuya longitud total es de 4 pulgadas; pico, % idem; las primarias, de las cuales la primera es la mas larga, tienen las venas algo curvas y son algo más an- chas cerca de la punta; cola ligeramente horquillada de un poco más de 1 x _de pulgada; pico encarnado, amarillento en su base y vértice, con la punta y lados hasta cerca de la mitad bastante oscuros; garganta y cuello de un co- lor verde-esmeralda metálico brillantísimo; la parte de encima de la cabeza, del cuello y del cuerpo, de un tinte verde-bronceado, así como tambien las cubiertas de las alas y de la cola; toda la parte inferior del cuerpo y cubier- tas de debajo de la cola de un color castaño-rojizo ó de canela oscura; plumas de la cola de este mismo color, teniendo las dos del centro las orillas mar- ginadas de verde-bronceado; las laterales de este mismo color en los már- genes exteriores cerca de la extremidad. El ejemplar de una hembra de esta especie, que segun dice el Señor 304 LA NATURALEZA Gould, le envió el Doctor Cabot como tal, le parece que es la, Amazilia cin- namomea (A. corallirostris de su obra); mas como no está probado este aserto, diré, que es muy parecida al macho y que la única diferencia que se advierte entre ambos, es, que carece del tinte verde-esmeralda de la gargan- ta y cuello del macho. Num. 47.—Chupanvirto de pecho gris y banda oscura en la cola. Phaeoptila zonura, Gould. Esta especie ha sido formada por el Sr. Gould, en vista de un solo ejem- plar de la coleccion Loddigense, enteramente distinto de los de la especie sordida ya descrita, hé aqui cómo se expresa este naturalista: Este colibrí habita el Mineral de Bolaños, es más pequeño y de formas más delicadas que el P. obscura; toda la parte superior es de un verde bron- ceado opaco con una raya de un blanco gris sobre cada uno de los ojos; cu- biertas de las orejas oscuras; alas pardo-purpúreas; las dos plumas cen- trales de la cola verde-bronceado, las restantes, atravesadas cerca de la ex- tremidad con una ancha banda de un moreno negruzco, siendo en lo demás de un pardo-agrisado: toda la parte inferior gris. Num. 48.—Chupanmvírto de frente verde y pecho y vientre blancos. Cyanomia viridifrons, Elliot. Esta especie de colibríes ha sido recientemente descrita por el Sr. Elliot del modo siguiente: Frente y encima del ojo, verde-oscuro; coronal gris-oscuro; dorso y hom- brillos, verde-claro brillante; region posterior del dorso, pardo-bronceado; cola y sus cubiertas, bronceado-cobrizas; flancos, verde-yerba; pecho y vien= tre, blanco puro. Habita en Putla, Estado de Guerrero. (Annals of Nat. Hist., New-Yorlk.) FLORA MEXICANA. ——= o — LA HAUYA ELEGANS, POR EL SEÑOR DON MARIANO BÁRCENA, SOCIO DE NUMERO. En el gran número de plantas que forman la familia de las Onagrariáceas son muy raras aquellas que por su altura puedan considerarse como verda- deros árboles, pues las yerbas y los arbustos son sus medidas ó tipos princi- pales. Se señalan, sin embargo, y como casos raros algunos géneros frutes- centes principalmente en la tribu de las Montinieas en la cual está colocada esa preciosa planta, propia de México, que fué designada con el nombre de Hauya elegans, por los autores de la Flora mexicana inédita, y cuya des- eripcion, bastante compendiada, se encuentra en algunas obras de Botánica. No tengo noticia de que haya vuelto á estudiarse esa magnífica onagrariácea y he buscado con empeño en las obras modernas una descripcion más deta- lada que las que acabo de citar, pues en ellas no se encuentran algunos por- menores dignos de citarse para el perfecto conocimiento de un género tan raro que se destaca perfectamente entre la multitud de plantas de la misma familia. En el mes de Mayo de este año hice una exploracion en la Barranca Seca que se halla á inmediaciones de Zimapan en el Estado de Hidalgo, y tuve la fortuna de observar algunos ejemplares de la Hauya elegans en plena flo- rescencia, y á esta circunstancia debo la satisfaccion de presentar á la So- ciedad algunas noticias y un dibujo de aquel hermoso vegetal. En Barranca Seca no se presenta la Hauya como un planta simplemente frutescente, como la describe Mociño, sino como árboles de 10 á 12 metros de altura. Estos árboles están ramificados con regularidad y sus ramos son alternos. Igual colocacion tienen las hojas, y su ciclo es de %. Tiene estípulas cauli- 306 LA NATURALEZA nares pequeñas y caducas; peciolo aterciopelado, de una longitud igual á la quinta parte del limbo: este es elíptico, acuminado, peninerve, de bordes enteros; color verde en la cara superior, blanco-verdoso en la inferior, que es aterciopelada como el peciolo. Inflorescencia axilar, solitaria. Flores sen- tadas. Cáliz gamosépalo, infundibuliforme, de 0,04 de longitud, aterciope- lado, blanco-verdoso cuando es jóven; despues rojizo, principalmente en sus divisiones: estas son en número de cuatro, de figura oblícuo-triangular, de la misma longitud que la parte cerrada del cáliz; son reflejadas, pluvinerves, aterciopeladas en la cara inferior y petaloides en la superior. Corola períge- na, de cuatro pétalos obovados venosos, de color blanco, que con el tiem- po toman un tinte rosado muy suave y agradable. Estambres 8, periginios; filamentos alesnados y más largos que las anteras: éstas son curvas, medi- fijas, oscilantes, biloculares é introrsas. Ovario ínfero, elipsoidal, aterciope- lado, cuadri-locular; lóculos pluriovulados, óvulos biseriados. Estilo+cilín- drico, saliente, rojizo, de 0,065 de longitud, terminado por un estigma glo- boso y cuadrilobulado. Fruto capsular, elipsoidal, de 0,04 de longitud; se separa en cuatro divi- visiones que llegan hasta su medio y persiste adherido á la planta por mu- cho tiempo. En su completa madurez tiene un color café-oscuro casi negro. Granos numerosos, alados, de color café-amarillento y la ala les da una fi- gura auricular. Comparando estos caractéres que observé en los ejemplares vivos, encuen- tro algunas diferencias en las descripciones que mencioné, siendo las más notables las siguientes: 1.2 La altura, pues los individuos á que me refiero no pueden considerar- se como plantas frutescentes ó arbustos, sino como verdaderos árboles. Esta cireunstancia tan rara en la familia de las Onagrariáceas, creo que debe men- cionarse. 2. La presencia de las estípulas en los árboles de Barranca Seca. 3.0 El estilo que no debe considerarse como filiforme en los ejemplares que he examinado. 4.0 Las hojas son elípticas y no ovadas como se asienta en las descrip-' ciones. 5.9 La figura del fruto que no es lineal como lo designan algunos autores, pues estando visiblemente inflado en el centro y con sus extremidades más bien arredondadas que agudas, debe considerarse como elipsoidal. Como carácter especifico de la Hauya elegans encontramos anotado en la obra del profesor De Candolle, impresa en el año de 1838, lo siguiente: LA NATURALEZA 307 Ramos, hojas jóvenes y tallos, tomentosos y sub-aterciopelados. Cáliz, de una y media pulgada de longitud. Estos caractéres convienen ciertamente á la planta que describo; mas no sé si las diferencias que he hecho notar sean suficientes para separarla de la Hauya elegans, ó quizá no hayan sido observadas, por el estado en que se hallarian los ejemplares estudiados por Mociño. En cuanto á la altura de los arboles que describo, pudiera explicarse por el clima ú otra circunstancia de la localidad en que los observé. Estando, pues, mal conocidos los caractéres de esa planta, á lo ménos en las obras que he registrado y siendo una especie muy rara y propia de nues- tro país, he creido conveniente presentar estos apuntes á la Sociedad, para que los agregue á los datos que ha reunido sobre la flora mexicana. Como planta de adorno debe recomendarse muy particularmente nuestra hauya, pues su porte, el color y finura de sus hojas aterciopeladas, la mag- nitud, número y color variable de sus flores, la hacen aparecer como un elegante y precioso ramillete, que ofuscaria con su presencia á muchas de las plantas que más bien por el capricho de los jardineros, ó por las exigen= cias de la moda, ocupan un lugar distinguido que realmente no les cor- responde. México, Diciembre 17 de 1874. ENERGÍA DE LA VEGETACION. —— ROO LAFISIOLOGÍA DELAS PLANAS Y LACLEORIA MECANICA DEL CALOR, POR ED. MORREN, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE LIEJA. TRADUCCION HECHA POR EL SEÑOR DON JOSE JOAQUIN ARRIAGA, SOCIO DE NUMERO. Digna es en verdad de estudiarse la cuestion de la accion del calor sobre los vegetales, puesto que penetra en la esencia misma de su actividad vital, y que actualmente, aunque con bastante lentitud se dilucida, á medida que la fi- sica y la química progresan en el conocimiento de los cuerpos y de las fuer- La NATURALEZA. —ToOm, 111.43, 308 LA NATURALEZA zas. En presencia, pues, de una cuestion tan vasta, importa primeramente señalar el lado por dónde se la pueda estudiar. El calor influye en el crecimiento de los vegetales, en la circulacion de los jugos, en la elaboracion de la sustancia celular, en la respiracion y en otra multitud de fenómenos que no es del caso considerar aquí. Fijarémonos solamente en las relaciones que existen entre el calor y el desarrollo de las plantas, y especialmente entre aquel y los fenómenos periódicos de la vege- tacion: concretada así la cuestion, aun todavía es bastante extensa para que se la pueda seguir por distintas vías. Hasta ahora, ha sido estudiada más bien por la observacion que por el método experimental, y con el celo más laudable el genio se ha dedicado á la observacion de sus fenómenos periódicos; se ha observado la temperatura bajo la cual estos fenómenos se manifiestan, y se ha procurado deducir las relaciones de causa á efecto. I. Los fenómenos periódicos considerados como hechos, independiente- mente de toda discusion, hacen conocer la época en que se manifiesta el fe- nómeno que se considera, la fecha média de esta manifestacion y las desvia- ciones de que es capaz. Á consecuencia de observaciones suficientemente repetidas, se forma así el calendario de una flora determinada, y se estable- cen interesantes comparaciones entre los diversos elementos de que esta flora se compone, por ejemplo, segun su orígen ó la naturaleza de sus es- pecies; entre la vegetacion y el reino animal, como la emigracion de las aves ó la metamórfosis de los insectos; entre las floras de diversas regiones geo- gráficas y aun entre varias épocas de una misma flora. II. Esta última consideracion conduce á entrever la manifestacion de los fenómenos periódicos en sus relaciones con el clima y particularmente con el calor. Desde luego, y apoyándose en hechos, se buscan estas relaciones, se comparan entre sí climas diferentes y floras lejanas, llegán dose á la ecua- cion del calor y del fenómeno. Numerosas observaciones se han acumulado con este fin, y las teorías más divergentes han sido propuestas para dar á conocer las relaciones que exis- ten entre la temperatura y la vegetacion. M. Quételet ha sido el principal promovedor de este estudio en Bélgica, y con este fin ha presentado docu- mentos numerosos y muy útiles. Trabajos importantes de idéntico género se han publicado en otros países, y entre varios mencionarémos especial- mente los de Schubeler y Hoffman, Cárlos Fritsch, Cárlos Linsser y Guiller- mo Kabsch. LA NATURALEZA 309 En estas obras y en las de M. Quételet encuéntranse citadas otras fuentes que es conveniente consultar. Las observaciones de Fritsch, Kabsch y Lins- ser son numerosas, y en nuestro concepto importa tomar todas las que de- finitivamente han sido adquiridas en bien de la ciencia, y en el interes de las investigaciones que se prosiguen en Bélgica para compararlas con las que han sido publicadas por la Academia y por el Observatorio de Bruselas. Hasta hoy, y para determinar la temperatura que obra sobre la vegeta- cion, se ha procurado comparar las indicaciones del termómetro y las fases de la vegetacion; y como se observa generalmente con un termómetro puesto á la sombra, sus indicaciones no son rigurosamente aplicables sino á vegetales que se desarrollan en estas condiciones. Las conocidas experiencias de (1as- parin y de De Candolle sobre la influencia de la radiacion solar, han dado resultados contradictorios y no bastan para asentar una opinion definitiva. Puédese considerar esta influencia, ó bajo el punto de vista del tiempo ne- cesario para la manifestacion de un fenómeno de vegetacion, ó bajo la rela- cion de la cantidad del producto. Varias otras circunstancias pueden, por otra parte, intervenir, y entre ellas mencionarémos: el calor acumulado en el suelo al derredor de las raíces, aun en un solo dia sereno; el enfriamiento más ó ménos rápido y profundo del suelo por efecto del hielo y de la irradiacion; el calor, que el agua absor- bida por las raices, difunde en el organismo; el calor gastado por la traspira- cion de las hojas; la resistencia más ó ménos enérgica que los vegetales opo- nen al calentamiento ó al enfriamiento atmosféricos; la influencia del viento ó del estado higrométrico del aire, etc. ls necesario, pues, tener en cuenta la duracion de la influencia calorífera ó refrescante. Así, por ejemplo, el Agave americana puede afrontar una temperatura de — 6% Reaumur durante un corto tiempo, y no puede resistir por un período prolongado la de + 1. De idéntica manera y en cuanto al calor, las plantas alpinas moririan bien pronto si se las sometiese por varios dias á una temperatura uniforme de + 10%, miéntras que se complacen recibiendo pasajeramente un calor más elevado. Débese, pues, reconocer, por lo ménos en la mayor parte de las plantas cultivadas, si no una aclimatacion absoluta, por lo ménos una adap- tacion incontestable á climas cuyo calor es diferente. Las razas precoces se forman tanto entre los vegetales anuos, como el guisante y el maíz, como entre las especies perennes, tales como la papa, y el peral entre las leñosas; razas que reclaman ménos calor para la maduracion de sus frutos que las especies tardías. No se debe perder de vista la influencia del atavismo y de ciertas costumbres inveteradas entre los vegetales. Así es, que la flora del Cabo de Buena-»Esperanza introducida en la cultura europea, continúa, 310 LA NATURALEZA á lo ménos por cierto número de años, y á pesar de la accion excitante del clima, floreciendo en invierno y conservándose en reposo durante el estío. Igual cosa sucede con la vegetacion australiana. La caida de las hojas en otoño á que están sujetos en su mayor parte los árboles septentrionales, pué- dese tambien considerar como una costumbre que estos vegetales pierden en ocasiones en las regiones meridionales. Este hecho ha sido observado en el ciruelo y en otros árboles. Los trabajos de Cárlos Linsser que están basados sobre un número consi- derable de hechos, han establecido conforme á la opinion de De Candolle, de Schubeler y de otros, que las costumbres inveteradas por la accion del elima originario intervienen en la manifestacion de los fenómenos de la ve- getacion. Segun Carlos Linsser: 1." los vegetales del Norte, trasplantados al Sur, llegan á ser más precoces que los del Norte; miéntras que los del Sur tras- portados al Norte retardan respecto de los de estas regiones la manifesta.- cion de sus fenómenos: 2. los vegetales de las montañas y los de los planios se conducen de idéntica manera y recíprocamente cuando se les cambia de region. Cárlos Martins ha demostrado el mismo hecho. El riguroso invierno de 1870 á 1871 le proporcionó la oportunidad de ob- ' servar que, entre las plantas actualmente indígena en los alrededores de Montpellier, las especies realmente pertenecientes á grupos exóticos fueron las más afectadas. Esta es tambien la opinion expresada por Waldimiro Koeflen en su im- portante Memoria, sobre el calor y el crecimiento de los vegetales. En su concepto, las especies han debido adquirir la costumbre de las fases perió- dicas que han tenido que sufrir el periodismo de los fenómenos atmosféricos para poder vivir, y esta costumbre se halla inveterada á tal grado, que con- serva estas fases aun cuando no exista periodismo en los agentes del mundo exterior, como sucede en Madera. Los fenómenos sobre los cuales se ha fijado hasta ahora la atencion de los fenologistas, han sido: la foliacion, la floracion, la maduración y la desfolia- cion; pero éstas no son las únicas jornadas que se deben considerar en el curso de la vegetacion: la germinacion natural y la expansion de las yemas tambien tienen importancia y no deben pasar inadvertidas. En lo que concierne á las flores, dirémos que la formacion de los botones es un fenómeno distinto que el de la apertura de las flores, y que no está bajo la dependencia exclusiva del calor, sino bajo la de otras muchas circuns- tancias que intervienen. Asegúrase, por ejemplo, que la viña cesa de florecer LA NATURALEZA 311 bajo la zona intertropical. De igual manera, las plantas boreales ó alpinas, trasportadas á las llanuras ó llevadas á latitudes más dulces, desarrollan sin extrañar el cambio un follaje exuberante, pero dejan de florecer. Puédense citar como ejemplos de este fenómeno, la Soldanella alpina y la Primu- la minima. Es necesario, pues, para llegar á la formacion de los botones, es decir, á lo que se puede llamar la antogenia, ciertas circunstancias distin- tas de las que dependen del calor, cierta edad, por ejemplo. Pero hay una cosa digna de notarse y es, que la edad de todos los individuos salidos de la multiplicacion de una misma cepa, se cuenta como si hubiesen permanecido unidos á ella. En el cultivo europeo, el Gincko biloba, la Virgilea lutea, el Cedrus Libani y la Saxe-Gothea conspicua, florecen simultáneamente ba- jo muy diferentes circunstancias. Sábese tambien que en la flora silvestre y rural de Europa los botones se forman, en general, durante el año que precede á su apertura, No es todo, pues, calor-dinámia en la floracion. El efecto principal del calor consiste en disponer al vegetal y en preparar las materias plásticas que deben ser utili- zadas por la floracion. Resumiendo dirémos: que nos hemos esforzado en hacer ver por lo que antecede, que en la foliacion, la floracion, la maduracion y la desfoliacion, se manifiestan fenómenos independientes de la accion de la temperatura. Pero si nos ocupamos en estudiarla, notarémos en cada especie vegetal un cero fisiológico, es decir, un punto de la escala termométrica bajo del cual el calor es ineficaz. En ciertas especies alpinas ó boreales, tales como el Galanthus nivalis y la Soldanella alpina, este cero idiosincrásico casi coincide con el termómetro; pero está á + 4% Reaumur para la cebada, á + 4,8 para el trigo, á + 120, ó + 13" para el cocotero. M. Alfonso De Candolle llama calor inútil á todo el que no produce esta temperatura mínima, y advierte con razon, que es necesario eliminarlo de los cálculos, es decir, que solo debe tenerse en cuenta la temperatura média de los dias en que el calor ha pasado de este mínimun específico. Segun Kabsch, cuyas ideas débense tomar en consideracion, el calor de la noche, es decir, el calor que interviene fuera de la luz durante el reposo fisiológico de los vegetales, tambien es calor inútil y debe ser eliminado. Conforme á esta opinion, no es la temperatura média del dia entero la que ha de hacerse intervenir, sino más bien la de las horas del dia: á esto es á lo que Kabsch llama el día de vegetacion. Valuadas así las temperaturas, son más eleva- das. Ahora, el largo del dia, siendo muy variable segun las estaciones y las latitudes, por lo ménos fuera de la eclíptica, resulta que el calor varía segun las mismas circunstancias. No debe, pues, ser indiferente que el calor medio 312 LA NATURALEZA de + 16% obre durante 12 horas del dia como sucede en el Ecuador, ó durante 186 20 horas, como pasa en las regiones polares. Explicase de esta manera, para ciertas partes, la rapidez extraordinaria de la vegetacion en las comarcas septentrionales. Aplicando Kabsch su método, ha sido conducido á un re- sultado que se aleja de la opinion general, á saber: que las sumas de calor necesarias para los diversos períodos de la vegetacion de una especie, tales como la germinacion, la floracion y la fructificacion, están muy aproximadas las unas á las otras. El mismo sabio ha formulado con mucha precision las tres siguientes leyes de física vegetal: 1.2 Existe para cada planta sobre la escala termométrica, un mínimun y un máximun, entre los cuales la especie es capaz de ejercer sus funciones orgánicas. 2.2 Toda germinacion, toda evolucion, toda maduracion, exige cierto gra- do de temperatura muy variada segun las especies. 3.* Cada especie vegetal, para recorrer las diversas fases de su existencia, exige cierta cantidad de calor. Así, la viña por ejemplo, se conserva entre — 19 y +20; pero nc entra en actividad bajo una temperatura inferior á + 8%, y exige para dar vino potable 29000. Deberian hacerse experiencias para verificar y aplicar estas leyes. M. Hugo Vries estudiando la influencia de la temperatura sobre la germi- nacion de las plantas, ha demostrado ya, que existe para cada especie un punto de eleccion en el que el crecimiento se cumple con mayor rapidez que á cualquiera otra temperatura. Este resultado está conforme con la segunda ley de Kabsch. Resulta tambien de las experiencias del mismo naturalista, que para la mayoría de los vegetales la temperatura-límite de la vida, se en- cuentra entre 45% y 47% en el agua, y entre 50 y 52% en el aire ó en la tier- ra seca. Como por otra parte, el límite inferior de la accion calorífica se en- cuentra á 0%ó cerca del cero, vése quelos límites entre los cuales las ex- periencias deben establecerse no están muy lejanos el uno del otro. Parécenos que las observaciones de los que han estudiado los períodos dan de sí todo lo que es posible, por lo ménos en lo que concierne á los hechos observados, y que es necesario de hoy en adelante estudiar la accion del ca- lor por el método experimental. TI. Un problema de la más alta importancia, y que hasta hoy se ha visto con negligencia, es el de las relaciones que existen entre el calor recibido y el peso adquirido por la planta bajo la accion de los rayos solares y especial- LA NATURALEZA 313 mente entre la cantidad de carbon fijado en la materia orgánica. Segun lo que se sabe actualmente, calcúlase que bajo un clima templado, una hecta- ra de bosque, de pradera, ó de terreno cultivado, fija en un año de 1,500 á 1,600 kilógramos de carbono, y que para este trabajo los organismos vege- tales utilizan entre 1 y 4 milésimos del calor que llega por la radiacion so- lar sobre el espacio que ocupan. Es evidente que algunos de los fenómenos sobre los cuales se ha fijado la atencion de los que establecen la ley de los períodos, germinacion, foliacion y otros, no son más que estaciones, señales más ó ménos convencionales en la vida de las plantas: y bien, como todo crecimiento supone movimiento, y todo movimiento requiere un gasto de fuerza, es una trasformacion de calor. Sábese que existe un estado estático del ázoe, ázoe neutro, en el cual se bañan los séres vivientes sin pedirle más que el medio para la existencia, y que existe tambien un estado dinámico del ázoe, un ázoe orgánico que entra en las combinaciones activas y que es el elemento viviente por excelencia. Parécenos que es necesario distinguir tambien dos manifestaciones diferen - tes del calor. Existe la temperatura en que viven los organismos y en la cual pueden solamente manifestar su actividad, y hay tambien una accion calo- rífica que interviene mecánica ó químicamente por sus trasformaciones, en los fenómenos biológicos. Este calor, del que se puede observar el gasto y restitucion en los fenómenos mecánicos como en los actos biológicos, es el mismo que obra juntamente con la luz, y que en las plantas interviene pa- ra la reduccion de los compuestos minerales y entra en la elaboracion de las sustancias orgánicas. Puédese afirmar que las plantas verdes son, en virtud de su actividad organizatriz, el primero y único manantial de todo movi- miento orgánico. En todos los vegetales verdes, los hechos esenciales son los mismos; y aunque funcionan bajo climas muy diferentes, todos elaboran sustancias hidrocarbonadas y cuaternarias. Por este trabajo hay produccion de compuestos endotérmicos. En los vegetales hay tambien fenómenos de movimiento: para el traspor- te de la más pequeña molécula desde la extremidad de la raíz que la absorbe hasta la cima de la planta, existe un movimiento, y por débil que pueda ser, si no es producido por otro movimiento preexistente, no puede atribuir- se sino á la trasformacion del calórico. Creemos que el calor utilizado, es decir, realmente absorbido para la ma- nifestacion de estos fenómenos de elaboracion y de crecimiento, puédese determinar en forma de calorías; en otros términos, por la física vegetal se llegará á la determinacion del equivalente mecánico del calor en el trabajo 314 LA NATURALEZA organizador de los vegetales. Como se ve, esta investigacion no es igual á la que consiste en demostrar entre qué grados termométricos se manifiestan los fenómenos de la vegetacion. Seria conveniente, pues, procurar determi- nar el calor existente en las sustancias que desempeñan un papel activo en el organismo, y como es de esperarse, fijar tambien la relacion entre el ca- lor necesario para su produccion y el que se desprende durante su descom- posicion. Tenemos en expectativa á la fécula; y en esta direccion se marchará para descubrir el orígen de todo movimiento orgánico; porque así como la fuerza es distinta del mecanismo, y está solamente dirigida por este meca- nismo, de igual manera la fuerza es distinta del organismo y solamente coor- dinada por él. Hemos visto precedentemente que, segun algunos datos suministrados por Chevandier y Boussingault, M. Becquerel ha podido fijar en 4 6 3 mi- lésimos del calor dado por los rayos solares, la proporcion del calor fijado por la vegetacion para la reduccion del ácido carbónico y la asimilacion del carbono. Esta proporcion acaso aumentaria un poco si se tuviesen en cuen- ta el hidrógeno fijado y algunos otros cuerpos combustibles que están in- elusos en las combinaciones orgánicas por el trabajo reductor de los vegeta- les. Pero el calor que así se haya empeñado, por decirlo así, en el trabajo organizador y químico de los vegetales, no es el único que se debe consi- derar para el cálculo de la mecánica vegetal. Preciso es tambien apreciar el gasto efectuado por el vegetal mismo. Un cuerpo que cae produce calor; una manzana, por ejemplo, al despren- derse del árbol manifiesta este fenómeno. Podríase muy bien reflexionar sobre las leyes en virtud de las cuales esta manzana ha subido al árbol, por- que es evidente que no ha ascendido por sí sola. Haciendo la ligera reserva del*poco carbono que haya tomado al aire ambiente, toda la sustancia de que el fruto se compone ha sido elevada del suelo á la altura en que se encuen- tra. Esta elevacion supone un trabajo mecánico proporcional al peso de la manzana y á la altura en que ella se encuentra respecto de las raíces. Cuan- do el fruto cae, este trabajo se reproduce bajo la forma de movimiento, y cuando éste se detiene se trasforma en calor. Y á ménos que no se suponga que los cuerpos puedan crear movimiento y calor, es necesario reconocer que el calor de los rayos solares es el que ha llevado al fruto á las partes elevadas de la planta. Idéntica cosa sucede con las hojas y las ramas, y to- dos los órganos de todos los tejidos. Tambien es preciso introducir como factor, este trabajo mecánico en el cálculo del calor solo utilizado. Importa, además, saber que la accion de los rayos solares sobre la ma- teria puesta así en movimiento en los vegetales, no es directa ni inmedia- LA NATURALEZA 315 ta. Propiedad de un poder maravilloso es la de estos organismos, que en- cierran el calor en las sustancias organizadas por ellos. Cuando los actos de crecimiento, ó lo que es lo mismo, cuando los fenómenos de movimiento se manifiestan, es en la desorganizacion de estas mismas sustancias donde los organismos encuentran la fuerza necesaria para cumplirlos. En efecto, todo movimiento íntimo en el. organismo, todo erécimiento, toda circulacion, se manifiestan por un acto de respiracion durante el cual hay desprendimiento de calor: una parte de él es utilizado en forma de movimiento orgánico y el resto se desprende en forma de temperatura. La accion de los rayos solares sobre los movimientos orgánicos es, por tanto, indirecta é inmediata. En resúmen, el calor útil representado por un vegetal, consiste en un tra- bajo de organizacion ó trabajo químico, que se puede reproducir quemando el vegetal, y en un movimiento ó trabajo físico, que igualmente se puede re- producir por el peso del sér multiplicado por su altura. Nos ocuparémos aquí en considerar el trabajo empleado en su formacion, y que no está fijado en el mismo vegetal, por ejemplo el de su evaporacion. Lo que acabamos de establecer permite ya asentar como ley que, en igual- dad de circunstancias, la cantidad de carbono fijada por una vegetacion, es- tá en razon de su menor altura, puesto que tal razon supone menor gasto de movimiento. Así, un monte jóven debe con superficie foliácea igual, fijar más cantidad de carbono que un arbolado alto. De esta manera se explica por qué un vegetal podado á flor de tierra, echa al año siguiente retoños más elevados y robustos. No habria fundamento para invocar aquí, con el fin de explicar la eleva- cion de la materia vegetal desde el suelo hasta la rama, otras causas de mo- vimiento, tales como la capilaridad y la difusion, porque se encontraria uno obligado á admitir la imposibilidad de que el calor podria ser creado. La ca- pilaridad y la difusion no son causas, sino condiciones de movimiento, y pues- to que, como hemos visto, la manzana al caer desarrolla calor, resulta que este agente es el que la ha elevado. La propiedad, pues, que tienen los organismos vegetales de condensar calor y movimiento al estado de potencia, constituye lo que puede llamar- se energía de la vegetacion. Cuando el calor y el movimiento pasan al esta- do activo, prodúcense fenómenos de vigor. La energía es una endotermia, y el vigor una exotermia. (Revista cientifica de la Francia y del extranjero,—Abril 11 de 1874.) ALAS LA NATURALEZA. —TOM. II. —44, CIENCIAS AUXILIARES, EL ARBOL:DEL: HUvEa (Castilloa elastica, Cervantes.) Considerado bajo el punto de vista botánico, químico, y de sus aplicaciones, segun datos ya publicados: POR EL SEÑOR DON MANUEL M. VILLADA, SOCIO DE NUMERO. Este importante vegetal que los antiguos mexicanos llamaban Holgua- husrtl, crece en abundancia en la region caliente y húmeda de la vertiente oriental de nuestra gran cordillera: produce copiosamente un jugo lechoso que se coagula al contacto del aire y forma una sustancia elástica, de gran- des aplicaciones en la industria, en la economía doméstica, y aun en la prác- tica médica. Para mejor precisar los lugares en donde crece este árbol, añadiré que el Sr. Hugo Finck dice que se encuentra en los Estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas * y Yucatan, en terrenos ricos y húmedos, que no exceden de 650 á 700 metros de altura sobre el nivel del mar. Mas ignoro absolutamente cuáles sean sus límites septentrionales y cuáles los meridionales. Existe tam- bien en la isla de Cuba. El muy afamado botánico español D. Vicente Cervantes, fué el primero que hizo su descripcion en el año de 1794 y formó con él un género nuevo que denominó Castilloa, para honrar la memoria del benemérito pro- fesor de Farmacia D. Juan del Castillo, á quien la expedicion botánica de Nueva España quiso consagrar este recuerdo. La Castilloa elastica, con cuyo 1 Si el Sr. Finck no se refiere más bien á la costa N. E. del Istmo de Tehuantepeg que separa los Estados de Vera- cruz y de Tabasco, seria el primer dato positivo que ha llegado á mi noticia de que la Castilloa vegeta en la costa S. E. de la República. No cabe duda que en esta region, y aun avanzando más al Norte, existen árboles que producen hule; mas ignoro si algunos de ellos pertenecen á la especie de que me ocupo. LA NATURALEZA 317 nombre es hasta hoy conocida esta planta, pertenece á la interesante familia de las Artocárpeas. «Es un árbol, dice el Sr. Cervantes, de los más elevados y frondosos que crecen en las costas calientes de Nueva España; á primera vista se parece al árbol de la Anona, A. muricata, L., que vulgarmente llaman cabeza de negro. «El tronco es de tres á cuatro varas de circunferencia y muy derecho; tiene la corteza lisa, blanda, y gruesa de tres á cuatro líneas; de color ceni- ciento, de sabor amargo y nauseabundo, como la leche que arroja por donde quiera que se parte. Produce ramos alternos, horizontales, rollizos, flexuosos y poblados en su remate de pelos rígidos; las hojas son alternas, de pié y medio de largo y siete pulgadas de ancho; tienen una grande escotadura en la base y las más veces terminan en punta aguda; son vellosas en ambas caras y entéras, aunque parecen á primera vista dentadas, especialmente las más tiernas, en cuyas márgenes se reune el vello en pequeños flecos ó ha= cecillos á iguales distancias. Por la parte superior están surcadas oblícua- mente, siguiendo la direccion de las venas mayores que son reticuladas; las hojas están sostenidas por pezones gruesos, rollizos, pelosos, y de poco más de media pulgada de largo; las estípulas se observan á uno y otro lado de los pezones más tiernos y son oblongas, angostándose gradualmente des- de la mitad hasta la punta; su consistencia es membranosa, y frecuentemente se marchitan y caen ántes que la hoja haya llegado á su total incremento. Las flores nacen en las axilas ó encuentros de las hojas; las femeninas soli- tarias y sentadas y las masculinas con un pié muy corto, de dos en dos, pocas veces tres juntas, y alternando con las femeninas en la parte inferior de los racimos; mas en las extremidades son todas masculinas, y entónces por lo comun se hallan solitarias. Los cálices están apiñados de escamitas de color de paja y membranosas; su figura es hemisférica, aunque al tiempo de la fecundacion suelen prolongarse y aun hendirse los masculinos saliendo fuera los estambres, y los femeninos dilatarse á medida que los frutos crecen: el pequeño piececito que sostiene las flores, y que apénas excede el largo de dos lineas, está apiñado con escamitas menudas, lo mismo que los cálices. Los filamentos son blancos; y aunque los exteriores, gradualmente más largos, parece que se alargan al tiempo de la fecundacion, apénas superan las últimas escamas del cáliz; las anteras ó borlillas son redondas y de color amarillo bajo. Los frutos son unas drupas aovadas con tres ángulos poco manifiestos, algo más gruesos que un garbanzo, prendidas por su base al cáliz ensancha- do, y por los lados pegadas unas á otras en número de quince á veinte, de color naranjado cuando están maduras, insípidas y mucilaginosas. Segun el Sr. Finck esta hermosa planta llega á crecer á una altura de 15 á 318 LA NATURALEZA 20 metros, y á medida que se desarrolla inclina sus rámas inferiores, descri- biendo así un semicírculo formado por ramos horizontales de grandes hojas y que hacen un conjunto muy agradable á la vista. Un tercio de la altura del árbol lo forman sus ramos y los dos tercios restantes el tronco, que cons- tantemente es recto. La corteza es blanquizca en los árboles jóvenes y más oscura en los viejos. : Agregaré tambien que la raíz es ramosa y horizontal; los ramos compri- midos cuando jóvenes; las hojas nó solamente alternas, sino disticas, es de- cir, dispuestas en los ramos sobre dos caras opuestas y el peciolo acanalado hácia arriba: el fruto está formado de akenas, y no drupas, adheridas parcial- mente ántes de la madurez y reunidas sobre un receptáculo plano, ligera- mente cóncavo. Por conformarme á la mayor precision de las descripciones modernas, ex- pondré los caractéres naturales del género Castilloa y la diagnósis de la es- pecie, segun los refiere el profesor Augusto Trecul, en su interesante Me- moria acerca de la familia de las Artocárpeas, publicada en los «Anales de Ciéncias Naturales, de Paris:» Serie TIL, tomo VIII, y que son la interpreta- cion de los señalados por el Sr. Cervantes; dice así: Flores monotcas, las masculinas y las femeninas reumidas en recep- táculos distintos, planos ó cóncavos é involucrados. Involucro polifilo, con las escamas imbricadas de diversos modos. MascuLivas: Perigonio nulo. Estambres mumerosos esparcidos entre bracteas de diversas for- mas, pubescentes, enteras, bifidas ó laciniadas; filamentos más 6 Mé- nos alargados, anteras terminales, erguidas ó peltadas, biloculares, de lóculos opuestos, adheridos á un conectivo grueso y dehiscentes lon- gitudinalmente. l Femenias: cerca de sesenta en el mismo receptáculo. Perigonto tu- bulado, foliolos gruesos, unidos entre sí. Estilo terminal cilíndrico éin- cluso: estigmas dos, filiformes, subcomprimidas, paprlosas. Ovario se- mi-infero, unilocular, umiovulado, óvulos pendientes en el vértice de los lóculos, anatropos. Akenas persistentes en el perigonio, unidas al prin- cipio por un lado, en la madurez libres enteramente, apergaminadas, aovadas. Semillas pendientes: texta membranosa oscura: embrion ho- motropo, exvalbuminado, cotiledones gruesos, subdesiguales, radícula supera y muy corta. C. E. Hojas oblongas, enterísimas ó denticuladas, cordiformes en la base, con el ápice casi acuminado, pubescentes de ambos lados. LA NATURALEZA : 319 16 Haciendo una incision en la corteza de la Castilloa elastica se escurre en grande abundancia, como lo he indicado ya, un jugo lechoso que contiene en suspension, merced á la albumina, una sustancia particular que al con- tacto del aire se solidifica y adquiere una consistencia elástica. Este produe- to, tan singular, no solo proviene de esta planta, sino tambien se encuentra en abundancia en el jugo lechoso de otras muy diversas, que crecen en las regiones calientes de ambos hemisferios, y corresponden principalmente á las tres familias siguientes: Euforbiáceas, Artocárpeas y Apocineas: las Lo- beliáceas dan tambien una especie, la Lobelia elastica, de la América del Sur. El que produce una Euforbiácea,- la Siphonia /Hevea) guyanensos, Schreber, Jatropha elastica, Linneo, que pertenece á la flora del Brasil, fué el primero que se llevó á Europa en 1736; y aun de esta planta provie- ne una gran parte del que se halla en el comercio extranjero. El caouthov 6 cahuchu, nombre con que se designa esta sustancia elástica por los in- dios del Amazonas, dió orígen á la palabra caoutchouc, que es hoy de un uso tan general. El Sr. Cervantes creía, no sin razon, que muchas especies de Yatrofas, tan abundantes en nuestras tierras calientes, pueden tambien proporcionar- nos un producto semejante al que nos ocupa, y señala además varios Ficus mexicanos. ] Segun el Sr. Finck, entre Córdoba y la" orilla del mar crecen de 7á8 especies de Ficus y varias Apocineas de los géneros Cervera, Plumeria y Ta- bernaemontanum, que producen caoutchouc, pero ninguno lo da tan puro como nuestra Castilloa. Este señor dice que comparando el jugo lechoso de estas diferentes plantas, se observa que el de la Castilloa contiene grá- nulos más grandes, ménos glutinosos y más fáciles de evaporar; miéntras que los de las demás especies son más pequeños, más glutinosos y difíciles de evaporar completamente por su exposicion al aire, lo que prueba que contienen mayor cantidad. de materia grasa. Mencionaré tambien la Cecropia peltata, probablemente de nuestra flora, v la Plumeria alba y rubra, vulgarmente Cacaloxochitl, que tanto abun- da en diversas regiones calientes de la República, y de donde se extrae hule en algunos puntos de Michoacan; mas sin duda de calidad inferior al que nos ocupa. | 320 LA NATURALEZA Diré, por último, que en mi concepto, es equivocada la creencia de algu- nos escritores nacionales y extranjeros, al asegurar que crece silvestre en Mé- xico la Siphonia elastica; ninguna especie de este género, al ménos que yo sepa, ha sido encontrada más acá de los 8 ó 10 grados de latitud boreal. El Sr. Cervantes hizo algunas experiencias con el jugo lechoso de la Cas- talloa con objeto de averiguar sus propiedades, tanto físicas como químicas, usando para esto de diversos reactivos. Mas si bien es cierto que operó so- bre un jugo que habia sufrido ya un principio de descomposicion, y al que además se le habia agregado con anterioridad cierta cantidad de potasa, con la mira de impedir su coagulacion, así como Fourcroy lo habia obser- vado con el jugo de la Yatrofa del Brasil, creo, sia embargo, de interes el referirlas para completar el estudio histórico-científico de esta planta, siendo por otra parte las únicas que se hayan emprendido sobre nuestro hule bajo su forma líquida. Dice el Sr. Cervantes que el jugo en el estado que he indicado, era de un blanco opaco, formándose en él, cuando se le agitaba, líneas ó rayas ne- gruzcas, debido sin duda á la parte acuosa con que naturalmente estaba mezclado. Su sabor al principio era algo dulce, mas dejaba despues por lar- go tiempo un sabor desagradable y amargo, siendo su peso especifico, com- parado con el del agua destilada, de 1.0430, Puestas en la palma de la mano 5 ó 6 gotas de líquido y frotado con la otra, se notaba una sensacion jabonosa, y despues de evaporada el agua de esta emulsion vegetal, se se- paraba la sustancia elástica pura dotada de todas sus propiedades. Al con- tacto del aire, esta emulsion se descompone, separándose la parte acuosa y sobrenadando una resina, que oxidándose se trasformaba en una resina elástica. : En el agua se dilató esta materia, tinéndola de un color blanco-verdoso, lo que, sin embargo, proviene del álcali con que estaba mezclado el jugo: este color se hizo más visible calentando el liquido, separándose á poco la sustan- cia resinosa y sobrenadando el agua que conservaba la coloracion adquirida. El ácido acético se colora en rojo, sobrenadando en él la resina que per- manece líquida por mucho tiempo, hasta que por último se coagula sin perder ninguna de sus propiedades. - El ácido clorohidrico coagula la leche con suma prontitud, separándose la sustancia elástica sin la menor alteracion y tinendo á aquella de un color que tira á verde, y cuyo resultado es debido quizá á su rápida oxidacion. Con el ácido nítrico se observa un resultado análogo, mas con la diferen- cia capital de que el principio elástico se descompone enteramente perdien= do todas sus propiedades; convirtiéndose despues de algunos dias de estar LA NATURALEZA 321 infandido en este vehículo en un polvo amarillento, que se disolvia en el agua tiñéndola de un color muy parecido á la gutagamba. Con el ácido sulfúrico se obtuvo tambien un precipitado, pero sin altera- cion alguna del principio elástico. Los álcalis obran combinándose con la parte acuosa del jugo, tiñéndola de negro; mas en vez de precipitar la resina queda ésta sobrenadando al álcali y se coagula al cabo de quince dias, sin perder ninguna de sus propiedades; cuyos resultados son enteramente contrarios á los que Fourcroy creyó obser- var en el jugo de la Yatrofa elástica. Se retarda, es cierto, la coagulacion, pero al fin llega á verificarse, lo que tambien sucede con los ácidos débiles y aun por más tiempo con la simple agua. Este experimento dió á conocer que el color negro que se notaba en el jugo sometido al exámen, era debido á la accion del álcali sobre su parte acuosa. El alcohol obra tambien como coagulante y se tiñe de rojo. La esencia de trementina disuelve perfectamente la resina y toma el as- pecto de un mucilago trasparente, quedando separada en el fondo de la va- sija, la parte acuosa del jugo con la coloracion negra ya señalada: con otros aceites esenciales se obtuvo un resultado semejante. El éter sulfúrico puro es tambien un buen disolvente, y el mucílago es- peso que resulta es de un color rojo-oscuro; por el contrario, si contiene algo de ácido sulfuroso obra como coagulante, formándose tres capas en el jugo sometido á la experiencia: la de abajo de agua negra, la de en medio de resina coagulada, y la de arriba de éter perfectamente trasparente y con su color natural. : Con el objeto de averiguar la cantidad de hule contenida en el jugo de la Castilloa, el Sr. Cervantes hizo el siguiente experimento: «Ocho onzas de resina líquida (jugo lechoso), de una botella en que habia doce dracmas de potasa, saturadas con siete onzas y media de vinagre des- tilado y puestas á evaporar á un calor lento, precipitaron, despues de dismi- nuida más de la mitad de licor, una porcion de resina elástica, mezclada con otra materia blanquecina muy perecida á las féculas de los vegetales; aparté el vaso del fuego, y habiéndole añadido dos libras de agua caliente destilada, se reunió toda la resina elástica, que recogí lavándola bien y haciendo pasar el licor por un cedazo de cerda; era aquel de un color blanquecino opaco, como la resina líquida; y habiéndolo filtrado por un lienzo tupido, pasó con el color oscuro insinuado ya tantas veces, y sobre el filtro quedó la materia feculenta, cuyas partículas se separaban unas de otras con la menor agitacion entre los 322 LA NATURALEZA dedos; pero á proporcion que la humedad se disipaba, se reunian más y más entre sí, mudándose por grados el color blanquecino en pardo-oscuro; separé enlónces toda la materia que estaba sobre el lienzo, y comprimiéndola entre las manos para privarla del resto de humedad que le habia quedado, la hallé repentinamente convertida en resina elástica, tan pura como la que habia conseguido de los demás experimentos.» Este ensayo, repetido una segunda vez, dió á conocer que por término medio en un quintal de jugo lechoso, existen treinta y seis libras de materia elástica pura. «Una libra de resina líquida, continúa el Sr. Cervantes, puesta en una retorta y sometida á un fuego moderado, destiló primero una agua clara, que progresivamente fué tomando un color rojo: mantenida despues la retorta con un fuego violento por veinticuatro horas, cayó en el recipiente un aceite muy encendido de color, y habiendo dejado enfriar los vasos, aparté el reci- piente, y por medio de un embudo de vidrio separé la materia aceitosa que pesó dos onzas y cinco dracmas; la parte acuosa estába cargada de amoniaco, y mezclada con los ácidos produjo una efervescencia muy sensible; su olor se parecia enteramente al espíritu de cuerno de ciervo, y su peso fué de cinco onzas y siete dracmas; el resíduo carbonoso que quedó en la retorta pesó tres onzas y cinco dracmas, resultando de pérdida total de la libra que se puso á destilar, tres onzas y siete dracmas, que probablemente se disiparon en algu- nos gases, los que por falta de instrumentos no se pudieron recoger para examinarlos. La materia carbonosa hervida en libra y media de agua filtra- da, dió por la evaporacion seis dracmas de álcali fijo de un color bastante pardo.» La materia elástica que obtuvo el Sr. Cervantes en sus diversos ensayos, era de un color blanco parecido'al de un emplasto recientemente formado con una sal de plomo y aceite comun; al contacto del aire, y especialmente exponiéndola al sol, adquiere un color pardo, que poco á poco se pone más subido hasta ennegrecerse; sumergida en el agua conserva su color y se tiñe ésta de oscuro, tomando al mismo tiempo un sabor amargo. Con los diversos reactivos se observaron resultados análogos á los señala- dos con el jugo resinoso líquido; así, permanece inalterable á la accion de los ácidos, ménos el nítrico que la descompone, convirtiéndola en un polvo ama- rillo, soluble en el agua. Los álcalis á frio no tienen accion sobre ella; mas por medio de la ebu- LA NATURALEZA 323 llicion la corroen y le dan una consistencia córnea, obrando del mismo mo- do que sobre las materias animales. Los aceites grasos no la alteran á la temperatura ordinaria; pero á un gra- do de calor conveniente la disuelven, formando barnices que resisten al aire, al agua y aun á los ácidos. Las esencias la disuelven aun estando frías, pero su accion se aumenta por medio del fuego. Con el éter sulfúrico puro, sucede lo mismo; mas si contiene algun prin- cipio sulfuroso, obra como coagulante. Termina por último el Sr. Cervantes, manifestando y con razon, la nin- guna semejanza del hule con los demás cuerpos conocidos hasta entonces, considerándolo como único en su género; teniendo, sin embargo, segun él, cierta analogía con el principio glutinoso de los vegetales, y mas particular- mente con el gluten por su elasticidad, y por la cantidad considerable de aceite fétido y amoniaco que se produce en la destilacion. Pero esta supuesta analogía, no es de admitirse en la actualidad, vista la distinta naturaleza de este compuesto azoado, respecto de la de aquel cuerpo hidro-carbonado; pues es de advertir que el amoniaco que obtuvo el Sr. Cer- vantes en la destilacion del jugo lechoso, no provenia de la sustancia elástica misma, sino de la accion de la potasa puesta allí con el objeto que se ha in- dicado, sobre la albumina que naturalmente existeen gran cantidad en este líquido vegetal. Mas con otro cuerpo sí tiene estrecha afinidad el hule, por la identidad en su composicion y algunas de sus propiedades, y esla guta-perca, ó goma de Sumatra, conocida y estudiada en Europa desde hace 30 años. Diré tambien, que si el Sr. Cervantes llamaba resina á la sustancia que es- tudiaba, era á falta de una denominacion adecuada con que designarla, pues bien comprendia, como se ha visto, que era un cuerpo especial y distinto de los que llevan aquel nombre. Además del mérito intrínseco que puedan tener los trabajos referidos de este modesto sabio, atendiendo, sobre todo, á la época en que fueron eje- eutados, tienen el indisputable de haber sido los primeros y hasta ahora los únicos que se hayan emprendido para averiguar las propiedades del jugo le- choso de nuestra Castilloa. El Sr. Finek, en una corta reseña que publicó acerca de esta planta, dice que en una gota de la leche que produce, se perciben á la simple vista grá- nulos muy blancos nadando en el agua; que por su exposicion al aire esta agua se evapora, los gránulos se precipitan y se unen permaneciendo blan- cos mientras no concluye la evaporacion: cuando ésta ha terminado, la masa La NATURALEZA.—Tom. HI.—45, 324 LA NATURALEZA de los gránulos toma un color amarillo, que más tarde se vuelve negro, y al mismo tiempo se pone más y más glutinosa hasta llegar á ser compacta, que es el caoutchouc puro. ““En general, dice este señor, la hot de las plantas que dan esta sus- tancia, tiene la misma tendencia á coagularse que la de la vaca, con la di- ferencia que los gránulos de la primera se unen por la simple exposicion al aire, miéntras que la última debe fermentar ántes para dar el mismo re- sultado.” Por las análisis hechas en Europa y los Estados-Unidos, se ha precisado ya la naturaleza del caoutchouc ó hule, el cual tiene una composicion idén- tica, cualquiera que sea la planta de donde proviene, variando tansolo en el mayor ó menor grado en que se manifiestan sus propiedades, las que han sido estudiadas con mucha extension: tambien se ha analizado por Faraday el jugo lechoso de la Siphonia elastica. Al sabio químico Payen débense principalmente estas investigaciones, que refiere ampliamente en su obra intitulada: “Compendio de Química in- dustrial.” (5.* edicion, 1867.) Omito mencionarlas, por ser ya bastante conocidas, y por haberme pro- puesto escribir este artículo, con solo datos especiales á la planta de que me ocupo. Diré, sin embargo, que el caoutchouc puro está compuesto exclusivamente de ocho ceba de carbono y siete de hidrógeno; su fórmula, es pues, C$ H7 ; su color es blanco, trasparente y de consistencia sólida, siendo de 925 su peso especifico. El del comercio, segun Girardin, es un producto com- plexo, pues además del hidrocarburo señalado, contiene materias grasas y colorantes, un aceite esencial, tres sustancias azoadas, agua en proporcion va- riable, y una corta porcion de sales. El líquido aceitoso fétido que obtuvo el Sr. Cervantes, por la destilacion ya en seco del hule, es sin duda el conjunto de hidrocarburos, conocido hoy con el nombre de caoutchoucina, y cuya gravedad especifica mientras per- manece líquida, es menor que la de cualquiera otro de los líquidos que han sido estudiados por los químicos; pero en el estado de vapor es tan pesada, que fácilmente se puede extravasar de una vasija á otra, como si fuese agua, siendo, además, el mejor disolvente del caoutchouc seco y dividido. LA NATURALEZA 325 TIT. Réstame ahora para concluir, señalar las aplicaciones que se hacen de la Castilloa elastica; éstas solo se limitan á la explotacion del hule, que por sí sola constituye una verdadera fuente de riqueza. En una Memoria que publicó el Sr. D. Matías Romero, intitulada: ““Im- portancia del cultivo del hule en el porvenir de la República,” hace palpa- ble lo que acabo de decir, exponiendo interesantes é instructivas noticias, que merecen ser consultadas por las personas que deseen dedicarse á este ramo de la industria agrícola. Respecto de la madera de dicho árbol, diré que no tiene una cualidad es- pecial, que haga preferir su uso al de otras muchas que abundan en los mis- mos parajes: es de un color blanco, medianamente pesada, poco elástica y de fibra gruesa. Segun el Sr. Cervantes, la manera de extraer el jugo lechoso de la Casti- lloa, en algunos puntos de la Costa de Veracruz, se reduce á practicar con un instrumento cortante, incisiones espirales, de una pulgada de ancho y otra de profundidad, comenzando desde. la base del tronco hasta la altura á que pueda alcanzar la mano del operador; con anticipacion se practica en la tierra y al pié del árbol, una oquedad que corresponda exactamente á la extremidad inferior de la primera incision. Cuando el tronco no tiene una forma cilíndrica, las incisiones se trazan de distinto modo, procurando siem- pre que el líquido escurra hácia el lugar que de antemano se ha fijado. Una vez recogido todo el jugo que puede dar de sí el árbol, se pasa por medio de Jícaras de la cavidad donde está depositado, á corambres ó botas de cuero que tambien se hacen de lienzo barnizado con el mismo hule, y con el que se adhieren sus bordes sin necesidad de costura. En la Huasteca, generalmente se hace una incision vertical, y ásus lados otras oblícuas más pequeñas, como las barbas de una pluma respecto de su tallo, ó bien incisiones cortas, unas arriba de otras, formando ángulos con el vértice, ya á la derecha, ya á la izquierda. El Sr. Romero, dice: que en el Soconusco, Estado de Chiapas, se comienza por derribar el árbol, y una vez en tierra, se le hacen varias incisiones, recogiendo el jugo en hojas puestas por debajo: como es fácil de comprender, este procedimiento debe ser del todo proscrito. El mismo señor hace observar juiciosamente, que una sola incision de una extension regular, seria quizá suficiente para que por ella salga todo el jugo, en virtud de la pesantez, sin perjudicar sensiblemente al 326 LA NATURALEZA árbol, como sucede cuando se practica mayor número. Sea cual fuere el pro- cedimiento que se adopte, se debe interesar solo la corteza, y evitar su completa solucion de continuidad, pues de otra manera quedaria expuesto á perecer el vegetal. Las heridas, en fin, que se han causado por las incisiones, serán curadas convenientemente para apresurar su cicatrizacion. El método de extraccion del hule verdaderamente primitivo, que refiere el Sr. Cervantes, es muy posible que en la actualidad esté ya modificado; pues desde luego ocurre la idea de que es mejor recibir el jugo directamente en una vasija á propósito, colocando en la parte más baja de la incision un pedazo de hoja de lata acanalado, por ejemplo, para dirigir la corriente del líquido. Siguiendo este método, el producto se desperdiciaria muy poco, no contendria casi ninguna materia extraña, y de consiguiente tendria mayor estimacion en el mercado. Esta idea que aquí indico, no es nueva, en lo sus- tancial es el procedimiento que se sigue en el Brasil por los indigenas, y que continuaron usando los portugueses de Para. Queda ahora por averi- guar cada cuándo deben hacerse las incisiones, y en qué época del año. Siendo muchas las opiniones que se tienen acerca de esto, diré con el Sr. Finek de una manera general: ““que si se practican sobre el mismo árbol y en el mismo año varias incisiones, se agotaria y acabaria por morir; mien- tras que economizándolas, se le explotaria por una larga serie de años.” Se eree tambien que la época de las lluvias es la más á propósito para extraer el jugo: no cabe duda que en ella escurre con mayor facilidad y abundancia, pero debe preferirse el tiempo de secas de Marzo á Mayo, por contener en- tónces mayor cantidad de principios sólidos. No podré señalar de una ma- nera precisa la cantidad de jugo que rinde anualmente cada árbol, pues se comprende que debe ser muy variable segun su edad y el terreno en que vive. Un árbol bien desarrollado y en buenas condiciones, se cree que no dá ménos de seis libras de jugo al año, del que se obtiene, segun el Sr. Ger- vantes, un 33 por ciento, poco más de un tercio de su peso, de caoutchouc puro: mas este cálculo habiendo sido hecho en el laboratorio, en una explo- tacion industrial, dicha proporcion debe bajar, por lo menos, áun cuarto ó sea un 25 por ciento de producto. La planta jóven es muy delicada, y para que pueda resistir á una sangría anual, es preciso que tenga por la menos doce años de edad: si estuviere en buen terreno, y si se le sangra más de tarde en tarde, esta cifra podria quizá reducirse á seis. Una vez acopiado el jugo, se le puede remitir á los lugares de consumo en su estado líquido, tal como sale del árbol, teniendo cuidado de tapar her- méticamente las vasijas, tan luego como se hayan llenado. El Sr. Lee Nor- ris, de Nueva York, aconseja que se filtre primero el jugo y se le mezcle LA NATURALEZA 327 en seguida una décimaoctava parte de amoniaco concentrado: este álcali im- pide la accion del oxígeno del aire, y no solo no altera el producto, sino que lo conserva en mejorestado; además, por una evaporacion á80 6 100* Fahren- heit, fácilmente se le desembaraza de este agregado. Pero ciertamente es más ventajoso preparar inmediatamente el hule bajo su forma sólida: para lo cual, una vez coagulado el jugo por su simple exposicion al aire, se le somete á la accion del humo por varios dias, para que de glutinoso se vuelva compacto y poderlo así manejar: esta operacion se puede practicar de la misma ma- nera que en el Brasil, extendiendo sobre un molde de barro de figura va- riable, una capa de liquido sobre otra una vez seca, hasta darle un espesor conveniente; se rompe en seguida el molde, y se hacen salir los fragmentos por la abertura que se forma, dejando sin cubrir una parte de aquel. Mas esta manera de obtener el hule sólido, entiendo que se ha abandonado y con razon, casi por completo: el humo que sirve para endurecerlo, perjudi- ca notablemente esta materia, haciendo más dificil en las artes su elabo- racion. El procedimiento que más comunmente se sigue ahora, es cuajar la leche con el jugo de un bejuco: en Tehuantepec es el que los zapotecos llaman _Joamole, y que crece en los mismos lugares que el hule; se consigue así un producto enteramente blanco: esto mismo se puede hacer tambien con alum- bre, y en general con toda sustancia ácida. Una vez formada la crema, se somete á la prensa para privarla del suero, y se asolea despues: este proce- dimiento se hace hasta ahora de una manera imperfecta, pues el hule al principio queda seco, pero más tarde arroja una ¿gua negra que tiñe de este color, y cuya composicion es desconocida, siendo la merma de 10 á 15 por ciento. ' Un método expedito para obtener el hule, consiste en derramar el jugo sobre cajones de un centímetro de fondo y exponerlo al sol: la tela que se forma tiene medio centímetro de espesor, y fácilmente se desprende. Con objeto de conseguir un artículo casi tan superior como el del Brasil, se opera de este modo: se dispone un recipiente de suficiente capacidad, barril, por ejemplo, provisto en el fondo de una llave horizontal; se le co- loca verticalmente sobre un sustentáculo, se llena hasta la mitad de agua, en la que se ha disuelto cloruro de sodio (cinco libras en el caso citado), ó bien sub-carbonato de sosa, el resto se completa con el jugo, se agita fuertemente para mezclarlo con el agua, se tapa el recipiente y se deja en reposo por 24 horas. Se abre despues la llave y se deja escurrir mientras sale negro el lí- quido, y se cierra inmediatamente que el hule se presenta y que fácilmente se reconoce por su color blanco: se repite la lavadura dos ó tres veces, y se 328 LA NATURALEZA concluye por secarlo como en el caso anterior, ó más bien sometiéndolo á la prensa, para conseguir mejor este resultado. Cualquiera que sea la manera de proceder, es importante privar al hule de su parte líquida, pues ésta al descomponerse lo altera y demerita por con- siguiente, haciéndolo bajar de precio. Vuelvo á repetir, por ser de importancia, que el Sr. Romero hace valer con muy buenas razones, lo ventajoso que es el emprender el cultivo del hule. Hasta ahora, con excepcion de algunos cortos plantios en el estado de Vera- eruz y Chiapas, este producto se obtiene de árboles silvestres. Mas es fácil comprender lo mucho que mejoraria, si se cultivase esta planta. Por no salir de los límites que me he fijado al escribir este artículo, pero más particularmente por no existir datos prácticos suficientes, para exponer la mejor manera de llevar á cabo un plantío de esta clase, omito entrar en pormenores relativos á dicho asunto. Diré, sin embargo, con el Sr. Romero, que se propaga muy bien por granos y por estacas que prenden con facili- dad: se puede intentar tambien con éxito, el trasplante de arboles jóvenes de la selva, y que no resienten sensiblemente esta operacion. El terreno en que se siembre, además de estar bien expuesto al sol, debe ser bastante hú- medo y de corta altura sobre el nivel del mar, como lo indica el límite natu- ral en que crece la Castilloa: la distancia más conveniente para colocar una ' planta de otra, es de 5 metros, y nunca ménos de 2%, pues se estorbarian al desarrollarse, no requiriendo, en fin, el plantío, beneficio alguno especial, sino solo desembarazarlo de vez en cuando de toda vegetacion extraña. Para dar una idea de la riqueza que tiene México en hule, copiaré lo que refiere la Comision Americana en su Informe acerca de la Exploracion del Istmo de Tehuantepec, Oct. 1854: “Tomando, dice, la mitad del número de árboles encontrados en una área de un cuarto de milla cuadrada, sobre el rio Uspanapa, como base de un cálculo y admitiendo que no crezca el Hule en las llanuras del Pacífico, no se encontrarian ménos de 2.000,000 de árbo- les en los límites del Istmo, algunos de los cuales pueden dar de cuatro á 3 libras de hule por año. Suponiendo que solo la mitad de este prodigioso número de plantas sean productoras, y que cada una solo produzca una libra por año: el total seria 1.000,000, que al ínfimo precio de 40 centavos li- bra valdrian 400,000 pesos.” Este ejemplo, tomado de una sola localidad, se puede aplicar á otras muchas que aun no han sido explotadas. Tocando ahora otra cuestion, diré que en mi concepto, es de utilidad prác- tica, saber cuál especie de las que se conocen produce hule de mejor ca- lidad; no seria extraño que el de Para sea superior al nuestro, no tanto por su elaboracion, sino por el árbol de donde se extrae, que como he dicho es LA NATURALEZA 329 la Syphonia elastica. Los primeros ensayos que se intentasen para averiguarlo serian costosos, pero quizá las ventajas obtenidas más tarde, compensarian ám. pliamente los gastos erogados. El mismo hule mexicano varia de clase, segun el lugar de la produccion; el de la Huasteca, por ejemplo, lo, reputan algu- nos superior al de la costa de Veracruz: el modo de prepararlo, y lo más ó mé- nos agotados que estén los árboles, no cabe duda que tiene gran influencia; mas 2n la primera localidad se dice, que varia segun proviene de árboles machos ó hembras, lo que indica especies diversas, pues la Castilloa no es planta dioica, sino monoica. Es una prueba de esta opinion, aunque ignoro si realmente sea cierto, lo que asienta un autor respetable, Planchon, de que el hule de México proviene, no solo de la Castilloa, sino tambien del Artocarpus integrifolia, planta de la misma familia, originaria de las Indias Orientales é islas del Océano Pacifico, introducida para su cultivo en la Isla de Cuba. Los antiguos mexicanos conocian bien el hule; y, como dije al principio, llamaban al árbol Olauahuitl, y al producto Ol ú Ollin, cuyo signifi- cado me es desconocido: lo empleaban especialmente en la medicina y co- mo combustible: en el primer caso usaban del jugo solo ó asociado al coci- miento de las hojas ó de la corteza, que administraban interior y exterior- mente en las enfermedades en que se emplean hoy los astringentes y los amargos. En la terapéutica moderna se recomienda por algunos prácticos el caoutchouc puro disuelto en la esencia de trementina, bajo forma de pil- doras, en cierto período de la tisis pulmonar; mas en la cirugía, como se sabe, sus usos son mas extensos y variados. En la industria es donde los aplicaciones del hule ó goma elástica, (nom- bre impuesto en Francia y que aun se conserva entre nosotros,) son verda- deramente numerosas $ importantes. Al principio fueron muy limitadas, pues este cuerpo se endurece mucho á 0 y se reblandece excesivamente de +30 a 40%, perdiendo en ambos casos su propiedad elástica y su extensi- bilidad, no pudiéndose emplear por consiguiente, en las localidades que dis- frutan una muy alta ó muy baja temperatura. Pero desde que Goodyear, de Nueva-York, descubrió en 1839 que por su combinacion en ciertas pro- porciones con el azufre, ó vulcanismo como se ha llamado á esta operacion, conserva dichas propiedades, sus aplicaciones en las artes han aumentado y aumentan cada dia mas, como lo demuestran los numerosos artefactos que nos vienen de Europa y de los Estados-Unidos; y llegará la vez, como dice el Sr. Romero, que esta importante materia prima sustituya en gran parte al fierro. De solo la provincia de Para en el Brasil, la exportacion ha sido en un año (1869) de 363.487 arrobas de 32 libras para el consumo de la 330 LA NATURALEZA segunda de estas naciones principalmente, de Inglaterra y Francia, ademas de otras cantidades cuyo destino se ignora. A muy poco está reducida en México la industria manufacturera del hule, á pesar de tener á la mano este producto que hasta el dia vemos con des- precio. Es tan poco estimado su valor en el país, que en el mismo Tehuan- tepec solo se recoge para fabricar zuelas con que los indígenas se protejen los: piés, fuera de otros usos en la medicina, verdaderamente insignifican- tes. En otros lugares, como en Orizaba, desde la época del Sr. Cervantes, se emplea solo para barnizar lienzos, con objeto de hacerlos impermeables, pero de una manera imperfecta. Este señor, con la mira de extender en México el campo de las aplicaciones del hule, hizo algunas tentativas, con mediano éxito, para preparar sondas y candelillas que son de tanto uso en cirugía; mas ninguno, que yo sepa, ha seguido su ejemplo. Hace un corto número de años que el Sr. D. Ildefonso Bros, persona muy laboriosa y entendida en trabajos mecánicos, estableció en esta capital una pequeña fábrica de artículos de hule, empleándolo en su forma líquida, y logró hacer excelentes manufacturas, como telas impermeables, resortes pa- ra calzado, ete., que rivalizaban con las extranjeras, consiguiendo tambien por un método especial, obtener aquel producto en un perfecto estado de pureza; mas por desgracia esta industria duró muy poco. Aun la exportacion de nuestro hule se hace en corta escala, al grado de no tener un precio corriente señalado en el mercado de los Estados-Unidos; siendo de lamentar que aquella, en vez de ascender, disminuya cada dia mas, á causa de la destruccion de los árbolos por su mal dirigida explota- cion y la incuria de no reemplazarlos con otros. Hago, en fin, como el Sr. Romero, patente mi deseo de que la empresa lucrativa del cultivo del Hule y el establecimiento en México de una nueva industria, sean llevadas á cabo por especuladores entendidos, que beneficián- dose á sí mismos, contribuirian á hacer feliz á nuestra patria, dando en que ocuparse á millares de brazos, y llevando la abundancia al par que la civili- zacion, á esos lejanos distritos huleros, cuyos desgraciados habitantes cubren con dificultad sus mas precisas necesidades. México, Setiembre 30 de 1875. OBSERVACIONES SOBRE LA SECRECION VENENOSA DEL VINAGRILLO: (Thelyphonus Giganteus.) POR EL SEÑOR DON FERNANDO ALTAMIRANO, SUCIO DE NUMERO. Hace quince dias que el Sr. 1). Manuel Reyes, nuestro consocio, se sirvió remitirnos un aracnido, conocido con el nombre vulgar de Vinagrillo, para que investigase si era realmente ponzoñoso. Hoy vengo á ocupar la atencion de la Sociedad con el corto número de observaciones que pude recoger en los cinco dias que vivió. No son suficien- tes para probar que sea un animal inofensivo; y yo no me atreveria aún á tomarlo con los dedos, porque me cabe duda de si cambiarian sus propie- dades con la falta de alimentos propios, el clima diverso, ete. Pero al ménos se verá que hay mas probabilidades de que no sea ponzo- ñoso, así como las circunstancias que me han impedido una demostracion completa, para que mas tarde se concluya su estudio. Entre los diversos autores que he consultado, solo Boquillon, en su His- toria Natural Médica dice que estos animales llevan su aparato secretor cer- ca del ano, y que arrojan el líquido secretado con fuerza. La Monografía de Lúcas no la he visto; pero en general los libros que la citan, se reducen á decir que parece que no son ponzoñosos los vinagrillos. Mas si lo que voy á referir no ha sido anunciado al mundo científico, nuestra Sociedad será la primera en disipar el terror que causa este aracnido por su ponzoña, y marcar al médico lo que deba creer en los pretendidos casos de picadura de este animal, Cuando posea mas ejemplares vivos para repetir mis experiencias, daré el La NATURALEZA.—Tom. 111.—46. 332 LA NATURALEZA dibujo de este articulado, así como su descripcion anatómica; limitáandome por ahora á decir que es el Thelyphonus giganteus de los Escorpionides. Al principio estaba comprendido en el género Phalangium con el especi- fico de caudatus, porque todos los individuos que llevaban este apéndice caudal eran idénticos; pero más tarde se descubrieron otros, que llevando el mismo apéndice, se distinguian por ciertos caractéres, y hubo necesidad en- tónces de formar un género especial. El vulgo se ha servido de la palabra Vinagrillo por el olor de vinagre con que se anuncia este animal, nombre que es tal vez más adecuado que el científico, y que usan aún los pueblos incultos del Africa. Lo primero que procuré fué alimentarlo, pero no comió las moscas que le puse en su prision, ni conseguí jamás ver el movimiento de sus mandíbu- las que me indicase que comia de un pedazo de carne cocida y otro de tor tilla que tambien le habia puesto. Parecia que no más se contentaba con el olor, pues varias veces lo encontré con la carne cogida entre sus palpos, sin mover las mandíbulas para nada. Tampoco al aire libre quiso comer. Para esto lo aseguré en un lugar que diese el sol, por medio de un hilo largo, y no procuró coger las moscas que lo rodeaban, ni aun se incomodaba porque posaran sobre su cuerpo. No llegó á morder ni á atacar de ninguna manera, á una varilla con que lo picaba en la boca, á un coleóptero que le ponia encima, y á una paloma que le presenté, colocando la base del pico y las patas entre los palpos. Una vez que le aproximé mi pié haciendo ruido, se alzó sobre sus patas, quedando un espacio como de 3 centímetros entre su cuerpo y el suelo; abrió mucho sus palpos, é inclinó su apéndice caudal hácia adelante. En esta ac- titud se presentaba amenazador é imponente, aumentando el terror que cau- sa su repugnante aspecto. El objeto de dicha postura es, segun Orbigny, para que el enemigo que ellos temen, pase por debajo, sirviéndoles para esto la gran longitud de sus miembros, además de procurarles mayor velocidad en su carrera. Mas lo que yo observé fué, que con dicha actitud no hacia otra cosa que inspirar terror; y luego que lo tocaba mi pié, ni procuraba huir ni atacar de ninguna manera, sino que recogia sus palpos, posaba su cuerpo sobre el suelo, y se quedaba quieto en su lugar resistiendo los tocamientos siempre que no llegasen á la cola. Pero si tocaba ésta con un objeto cualquiera, inmediatamente huía, buscando con sus palpos lo que le molestaba. Tam- bien tenia mucha sensibilidad en los miembros y en el céfalo-tórax: tocando este punto retrocedia, abriendo sus palpos. Despues de algun tiempo de estarlo incomodando por todos los medios LA NATURALEZA 333 dichos, se percibia un olor como de ácido acético mezclado á otra cosa que no hallé á qué comparar, y que en pocos momentos se difundia en toda la atmósfera de la pieza. Me propuse entónces extraer este líquido oloroso y averiguar su natura- leza. Para el efecto lo quise someter, en un matraz, á una corriente de aire ca= liente á 40%, para que arrastrase dicho principio, y recibirlo en una solucion de nitrato de plata, ó bien alcalina, etc.; pero cuando estaba en la boca del matraz con el apéndice caudal aun fuera, percibí el olor especial de ácido acético muy intenso. Supuse (aun no habia visto 4 Boquillon) que por el ano arrojara aquel lí- quido oloroso, y luego me lo comprobó el papel reactivo azul que se puso rojo. En ninguna otra parte de su cuerpo se enrojecia el papel. Con este resultado inesperado, cambié mi experiencia proponiéndome re- coger aquella secrecion. Tomé al Vinagrillo con unas pinzas que sostenia yo mismo, lo puse enci- ma de una capsula de vidrio, y con la otra mano interpuse entre mis ojos y el ano del animal, una lente grande, tocando al mismo tiempo el extremo li- bre de la cola. Así lo dispuse, para que si arrojaba á lo léjos su líquido, se adhiriese á la lente, ó si salia gota á gota, cayese dentro de la cápsula, y en uno ú otro easo ver el punto de donde brotara, ayudandome con el aumento. Lo estu- ve comprimiendo con las pinzas y frotando con la lente su apéndice caudi- forme, que ya la experiencia me habia enseñado era muy sensible, y que el olor de vinagre se percibia luego que se molestaba al animal. Pasados como diez minutos, fuí sorprendido por un líquido que se depo- sitó repentinamente en la cara inferior de la lente sin haber visto yo el lu- gar de donde se desprendió. Era completamente limpio y trasparente, muy volátil; las primeras gotas las ví desaparecer como si fueran de éter sulfúrico, y me llegó el olor de vinagre muy pronunciado. La cantidad seria como de tres ó cuatro gotas. En la parte que aun no se volatilizaba, me apresuré á poner una gota de solucion de nitrato de plata: se formó un precipitado blanco cuajado, que no se veía cristalino en el microscopio, ni cambió de color con los rayos direc- tos del sol. Dejé reposar al animal durante una hora, y previne una paloma adulta y una inyeccion subcutánea para inyectarle el nuevo líquido que recogiese, y ver si era venenoso. Pasado este tiempo repetí la experiencia anterior, cambiando no más la 334 LA NATURALEZA lente por una copa de vidrio. Lo estuve comprimiendo con las pinzas y copa, que encerraba solo la cerda, como 15 620 minutos. Dirigia constantemente su cola hácia las pinzas, que no llegaba á tocar, porque se lo impedia la co- pa. Luego que acdlvertí esto, procuré que, permaneciendo aquella dentro de la copa, tocase á las pinzas; y despues de dos ú tres veces que las tocó, per- cibí unas gotas del líquido que resbalaban sobre la cara interior de las pare- des de la copa, casi en el borde y cerca de donde tenia el extremo de la cerda. Coloqué inmediatamente la copa sobre su pié, percibií el olor de ácido acé- tico y vertí sobre aquel líquido como 3 gramos de agua destilada, para que la jeringa pudiera absorberlo, y lo inyecté á la paloma; lavé la copa con otros 3 gramos, y volvió á quedar muy olorosa, y tambien lo inyecté á la misma paloma, pero en distinto punto del anterior. La estuve observando durante una hora, y no murió ni presentó nada no- table. En los dias siguientes estuvo algo triste, pero comia bien. Al tercer dia se le habia gangrenado la piel en el lugar de la inyeccion, en un espacio como de 4 centímetros; mas al fin llegó á sanar completamente. Quise repetir esta experiencia al dia siguiente de la primera inyeccion, pe- ro no conseguí que arrojara nada de líquido, aun despues de estarlo excitan- do mucho: lo puse en el sol para que se reanimase, pero allí murió. Examiné entónces el lugar donde suponia existiera la glándula, y casual- mente desprendí el apéndice caudal casi desde su base. Me pareció hueco y que contenia la secreción olcrosa. Introduje un alambre fino, que desalojó un líquido con olor de ácido acético y que atacó muy pronto al metal, pues á los 8 minutos ya estaba verde. El alambre se detuvo en el »xtremo libre, que no pasó, tal vez, porque la abertura era menor que su diámetro. En la parte que quedó adherida al cuerpo del animal, penetró tambien el alambre profundamente, rompiendo quizá los tejidos. En ese momento, que tambien comprimia yo el abdómen para sostener al aracnido, brotó por donde introduje el alambre y por el ano, un líquido claro, de olor de vinagre, que despues salió mezclado con grumos, como de moco, de color aplomado, Vertí una gota de este líquido en el ojo de una paloma, y no se puso rojo; el resto lo mezelé con agua destilada y lo encerré herméticamente en un frascg que presento para que percibais dicho olor, que se asemeja ahora al de la fre,, sa. Aun está bastante ácido, segun se puede ver con el papel reactivo, Resumiendo diré; 1.9 El vinagrillo no tiene ningun órgano ofensivo, carece dle aguijon, y ni aun de sus mandíbulas usa para atacar. 2. El olor particular que produce es debido á un líquido que arroja por LA NATURALEZA 335 el ano ó tal vez por el apéndice caudiforme, puesto que está perforado en toda su longitud y contiene dicho líquido. 3.0 Esta secrecion le sirve de medio de defensa, pues procura proyectar- la sobre el objeto que le molesta, sirviéndose de su apéndice para dirigirlo: por esta razon vemos que con él busca lo que le incomoda. Tiene además mucha sensibilidad, que se aumenta con la multitud de pelos rígidos que la cubren en toda su extension, y puede recorrer aquella un espacio de cinco centímetros que es su longitud. 4. Dicho líquido no es venenoso, porque no mató la paloma; pero sí se debe considerarse como corrosivo por la gangrena que produjo: el agua sola no la hubiera ocasionado. 5.0 En él existe un ácido que demuestra el papel reactivo, pero que no es ni ácido acético como parece por su olor, ni fórmico que es muy comun en la economía animal. No el primero, porque no precipita á la plata mas que en el estado de acetato, y aquí está libre; tampoco es el segundo, por- que se hubiera reducido la plata. Además, dicho ácido es el que forma el precipitado, porque no es ni de cloruro ni de albúmina que son las sustancias más comunes en los humores animales: no de cloruro, porque no cambió de color con la luz; ni de albumina, que no podria acompañarse con un ácido libre. 6.2 Se debe considerar tambien como parte constituyente de la secrecion: un principio eteriforme especial, que es el que huele, el que se volatiliza rá- pidamente, y en fin, el que explica por qué el agua donde se ha recogido pierde primero su olor que su acidez. 7.2 Por último, si el animal no ha mordido, ni su líquido ha matado á la paloma, bien pudiera ser porque está en distinto clima, por el maltrato que haya sufrido en el trasporte, la falta de alimentos apropiados, la manera de introducir el líquido bajo la piel, ó porque á la paloma no le produzca la muerte esta ponzoNa, México, Octubre 30 de 1875. MINERALOGIA. EXÁMEN Y CLASIFICACIÓN DE ALGUNAS ESPECIES MINERALES DE MÉXICO, COMUNICADAS POR EL SEÑOR Docror Don Josk BURKART. AS (CONCLUYE.) ArricuLo Y. De la Enargia de México y de una nueva localidad de la Berthieria. Se deben al Sr. Rammelsberg las análisis de la Enargia (Enargit) y de la Berthieria (Berthierit) de México, publicadas en el periódico de la Sociedad Geológica Alemana (T. 18, Berlin, 1866, p. 341), que damos en seguida. «En el año de 1850, Breithaupt describió (Annalen der Physik und chemie por Poggendorft, T. 80, p. 383) una nueva especie mineral que cristaliza en las formas del sistema de 2 y 1 miembros (zwei und eingliederiges System de Weiss) ! con cruceros en la direccion de un prisma de 98%11”. La llamó Enargia (Enargit), y designó como localidad donde se halla, la veta de San Francisco en Morococha, en el distrito de Yauli de la cordillera del Perú. Mas tarde, el Sr. Dauber midió los cristales de la Enargia (Annalen etc. p. Poggendorff, T. 92, p. 237): Plattner la analizó, encontrando azufre, ar- sénico y cobre, que son los mismos elementos que componen la Tenancia (Tennantit), que tambien acompaña á la Enargia y forman la composicion de esta última.» «La Enargia, sin embargo, no se halla solamente en la localidad citada; pues Breithaupt supone que se halla tambien en la mina Yunge-hohe-Birke, 41) Es el sistema hemiprismático ó hemiosthotipo de Mohs, ó el sistema monoclinómetro de Naumann. Burkart, LA NATURALEZA. 337 cerca de Freiberg, de donde es igualmente el cobre gris (Arsenfahlerz) de- signado como blenda cobriza (Kuipferblende). Mas tarde el Sr. Genth ha ana- lizado un mineral con cruceros en la direccion del prisma, de la mina de Bre- wer, en el Condado de Chesterfield, en la Carolina del Sur (American Journal of Sciences Il ser. T. 33. p. 420), que por la análisis debe ser Enargia. Otros mi- nerales de la misma especie se analizaron, á saber: por Taylor, uno de la mina Santa Ana, en la Nueva-Granada (ibid T. 26, p, 349); por Field, otro de Gua yacana, en Chile (ibid, T. 27, p. 52), y por Von Kobell se analizó un mi- neral que se encuentra en masa, con cruceros en la direccion del prisma de 989, de la Mina Hedionda en Chile (Anzeiger der baierischen Academie 1865, p. 161), los cuales están demostrando que pertenecen á la Enargia.» «A estas localidades hay que añadir otra mexicana, segun nota comunicada porel Dr. Krantz, y proviene de los terreros de una mina del mineral de Mil- pillas, á 7 leguas de Cosihuiriachi, en Chihuahua, encontrada por D. Emilio Schleiden. Se halla en masas de textura hojosa y en pequeños cristales res- plandecientes en algunas bolsas, los que sirvieron para la comprobacion de la medida de los ángulos. Los cristales forman tablas cortas (flache Tafeln), compuestas de la cara hexagonal, el prisma con cruceros p=a:b:.e0c y la cara terminal c.» Tomando las medidas de Dauber que dieron a: hb: c= 0,8712: 1: 8,8240, resulta por el cálculo, por observacion de Dauber, de Breithaupt, de Rammelsberg. p:puna= 970 54o — 989:110 — »hb= — 8207 — 81%50 hasta 82015” pia = 138560 SS SS 13855" p? :p? una= 132056" — — — pia = 15628' — — 155% hasta 1580 p? : p un a=162028' — — 162025 p> =p” = 14738" — —= — pia = 16349" = = 163250" pp = 15997 = ES - El peso específico de la Enargia es: de la del Perú =4.43—4.44, segun Breithaupt; ó =4.362, segun Kenngott, de la de Chile, =4.39, segun Field, 6 =4.37, segun Von Kobell; y la de México 4,507, segun Rammelsberg.» 338 LA NATURALEZA «La Enargia de México está mezclada con cuarzo y contiene algunos pun= tos de pyrita amarilla.» Los resultados de los análisis anteriores de la Enargia son: 1, Plattner 2, Genth 3, Taylor 4, Field 5, Von Kobell Azufre 32,22 33,78 34,15 31,82 32,11 Arsénico= 17,16 15,63 16,31 19,14 18,10 Antimonio== 1,61 —- 1529 — 0,05 telurio Cobre -—— 47,20 50,59 46,62 48,50 48,89 Fierro — 0,56 — 0,27 — 0,47 Zinc = 0,23 — — — — Plata = 0,02 — — — 99,44 100,00 98,99 99,66 99,62 La Enargita de Milpillas se analizó por Luethe, análisis (a), y por Ram- melsberg, análisis (b), que hallaron: Azufre = (a) 31,86 (b) 32,45 Arsénico= 17,17 15,88 Cobre = 50,08 49,21 Fierro = 0,09 1,58 99,20 99,12 quedando despues de haber rebajado el fierro, como pyrita amarilla: Azufre (a) 31,82 (b) 31,73 Arsénico 720 16,45 Cobre 50,19 50,94 99,21 99,12 Tomando por valores S=32. As =75, Cu = 63, las proporciones de los átomos son: As Cu S As, Cu: S 4 = 1 "3 302: 39 == <'D9 A li == 1 0,97 y A a 1,0 IZ OA e OO. => 8 0,92 GA A A A 0,98 2 339 11:019,0 == ¡04 1,04 “En todas las variedades hay, por consiguiente, 1 átomo (Cu As) para 1 LA NATURALEZA, 339 átomo S; y suponiendo pureza en el material y exactitud en las análisis, re- sultan variaciones en la proporcion de As : Cu, y aparece: en las análisis N.o 1,3, 4,5 = 1:3 N.06 es N.. 2 ==: 2 Las fórmulas = Cu? As S! Cu” As? S9 Cu! As S5 dan : Azufre 39,95 32,066 2. O Arsénico 19,08 17,01 15,39 Cobre 48,37. 033 51,90 100 100 100 “La diferencia en estas fórmulas resulta probablemente de las variaciones de la proporcion de Cu S y Cu S Cu! | Cuó ) Cu6 yS$ Cu 18? Cu ySt0 ¡ As?) As? ) As? “Kn todo caso deben preferirse estas expresiones á las que suponen As? Sen el mineral, porque solamente la primera se puede convertir en Cu 3 , . . . ==, 158 miéntras que las dos otras darian tambien en este caso: As Cu Cu! Cul Igo y Cu (guo As? 1 As) “Quizá la Tennancia es solamente = Cuó As3 — Cu? js As? A la anterior nota del Sr. Ramwmelsberg, añadiré lo siguiente sobre los caractéres mineralógicos de la Enargia. Se halla en masas y cristalizada en los huecos de estas masas; su color es negro de hierro pasando al gris de acero oscuro; su textura es granuda fina y gruesa que tira á la hojosa y es- triada; su raspadura es de color negro; por dentro es de lustre metálico; por fuera espejada y mate. Su dureza es de 4 de la escala de Breithaupt, quebra- diza, y sereduceá polvo con facilidad. Al soplete, y en el matracito, se subli- ma al principio azufre, se funde despues dando arsénico. En el tubo de vi- drio da ácido sulfuroso (sehwefelige Saeure); sobre carbon se funde con fa- La NATURALEZA.—Tom. JH I.—47. 340 LA NATURALEZA cilidad en glóbulo, cuyo polvo despues de quemado, tratado con bórax tiñe á éste de color de cobre. En Morococha, la Enargia se crió eu una veta armando en caliza granu- da. ! Esta veta no forma un cuerpo de anchura regular, sino se compone de masas lenticulares en hilera, que muchas veces se ensanchan á más de 6 varas y contiene ademásde la Enargia, la Tennancia, cobre amarillo y pirita con na- triz de un mineral negro, semejante á la piedra aperlada. Es tanta la abundancia de estos minerales en la veta, que producen hasta por valor de $ 70,000 de cobre al año. Habiendo recibido del Sr. D. Antonio del Castillo, entre otros minerales, un pedacito de un mineral para su análisis, designado con interrogante co- mo Boulangeria del Real de San Antonio en la Baja California, lo mandé con tal objeto al Sr. Rammelsberg, quien al publicar los resultados en el perió- dico de la Sociedad Geológica Alemana, pág. 244, dice lo que sigue: «El mineral que me mandó el Sr. Burkart como Bulangeria es Betheria, macizo, casi compacto: tiene un peso específico = 4,062, y se compone de Azutre. . . . . =29.12 Antimonio. . . =56.61 Fierro... = 10.09 Manganeso. . .= 3.96 94.38 como la misma especie mineral de Braeuusdorf analizada anteriormente, que dió: % Fe S 6 83 Y Me > +5 S | Annalen der Physik und Chemie von Poggendosíl. Tomo 80, p. 384. LA NATURALEZA 341 ArricuLo VI. De la Domeykia (Domeykit) de Paracatas, (México). Hace más de veinte años que el Sr. D. Ignacio Domeyko, profesor en el colegio de Coquimbo, en Chile, ! describió varias especies minerales de su país, y entre ellas un arseniuro de cobre que se halla en la parte inferior de las vetas que arman en las rocas porfídicas del cerro del Calabozo en la provincia de Coquimbo, las que contienen los minerales de plata en la parte superior, á poca profundidad. Esta nueva especie mineral se llamó, en honor de su des- cubridor, Domeykia, (Domeykit). La Domeykia es amorfa, se halla diseminada en masas, y en forma deriño- nes y racimos. En la textura fresca su color es blanco (segun Naumann entre blanco de estaño y blanco de plata), que tira algo á amarillo, tomándose al aire de más y más amarillo, hasta que al fin se vuelve abigarrado como el hier- ro pavonado. Su textura es desigual, algunas veces concoidea; es agria, su du- reza de 3,5. Forma cintas delgadas en una matriz silizosa, compacta, de co- lor gris. En la sesion del 4 de Enero de 1866, de la Seccion física de la Sociedad de Historia natural y Medicina del bajo Rhin, el Sr Dr. Krantz presentó unos ejemplares de Domeykia de una nueva localidad, de Paracatas en México, que habia recibido del difunto D. Emilio Schleiden, y el Sr. profesor Berge- mann, ? despues de haber analizado este mineral, comunicó en la sesion del 8 de Febrero de 1866, los resultados de su análisis, y por el interés particu- lar que para los mineralogistas del país puedan tener estas noticias, por ha- llarse esta nueva especie mineral en México, voy á presentarles un resúmen de ellas, añadiendo mis propias observaciones hechas en un pedazo de este mineral de Paracatas que poseo. Algunos ejemplares de la Domeykia de México parecen ser como costras res- paldadas, inclusos en la masa los granos de una arenisca de grano fino y de color gris verdoso, que se parece al Keuper, pero en otros ejemplares del mineral hay pequeñas partículas de epidota, lo que puede hacer presumir que hay Diorita en su vecindad, Por falta de conocimiento de la localidad no sé 1 Annales des mines, 4iéme, Serie, T. 11. Paris, 1843, p. 3. 2 Verhandlungen des naturhistorischen der preussischen Rheinlander etc, Año 23 págs. 3 y 17. 342 LA NATURALEZA decidir en la materia, pero es indudable que en México no faltarán peritos que aclaren el asunto. Además, la Domeykia de Paracatas, está acompañada de baritina, de malaquita y de cobre rojo cristalizado en cubos y octaedros de Chalcotrichita (cobre rojo capilar) y de cobre nativo; los tres últimos en figu- ra de chapas (lamellenartig eingewachsen). Se halla en masas y de textura desigual, pasando á la concoidea pequeña é imperfecta; sus fragmentos son más ó ménos agudos. El mineral es de color amarillo de bronce blanqueci- no, pasando al gris de acero; es lustroso en la textura fresca, cambián- dose al aire de color amarillo de laton á pardo de tumbaga hasta abigarrado. Es quebradiza, muy dura, y poco dócil, tomando las impresiones del marti- llo cuando se golpea con él. La raspadura es de color gris de acero y de lustre metálico. El Sr. Dr. Krantz hace observar que es extraño que no se haya tomado en ninguna parte el peso especifico de este mineral, que se cita hace más de 20 años, en los manuales de mineralogía, y que es en la Domeykia de Paracatas = 7.716. Segun el Sr. Bergemann, la Domeykia de Paracatas se funde con facili- dad en glóbulo blanco, exhalando humo arsenical y quedando un glóbulo rojo de cobre. Al soplete da con los fundentes las reacciones del cobre. Se di- suelve con facilidad en ácido nítrico y en agua régia; es ménos soluble en ácido clorhídrico: lexiviada en un sulfuro alcalino se descompone. Consta de solo arsénico y cobre, y su composicion corresponde exac- tamente á 4 átomo As + 6 átomos Cu = 28.32 por ciento As y 71.68 por ciento Cn. MEXICANA. Schaffner NIETOA LT DEN ¡RIARTE,MEXNICO. HE e - FLORA INDÍGENA. LA NIETOA MEXICAN A. DESCRIPCION DE ESTA PLANTA, PUBLICADA EN LOS ANALES DE HISTORIA NATURAL DE LONDRES, ENERO DE 1862, CON EL NOMBRE GENÉRICO DE HANBURIA. POR BERTOLD SEEMANN. En el mes de Agosto de 1854 el Sr. D. Guillermo Schaffner encontró eerca de Cordoba, poblacion situada en la region caliente del Este de Méxi- co, una planta de la familia de las Cucurbitáceas cuyo fruto tenia el mismo aspecto que el Chayote comun ó Chayotl de los mexicanos (Sechium edule Jacq:) y á la que se designa en aquel lugar, á causa sin duda de esta seme- janza, con el nombre de Chayotillo. Sus semillas eran planas de forma casi orbicular y de 2 pulgadas de diá- metro, revestidas de una epidermis membranosa bastante delgada. Eran tan semejantes á las de una Fevillea, que me pareció que muy bien podrian pertenecer á una especie de este género. El Sr. Schaffner á quien comuniqué esta opinion, no la admitió de nin- guna manera, sino por el contrario, con elexámen de ejemplares más com- pletos de que podia disponer, se alirmó en la creencia de que el Chayotillo era el representante de un género nuevo bastante notable, distinto de la Fe- villea, por sus frutos cerdoso-erizados, además de otros caractéres. Con objeto de convencerme de lo que hubiese de cierto sobre el particu- lar, acompañé, en una carta que dirigí 4 nuestro amigo Mr. Scheer, de Northfleet, un fragmento de la planta en cuestion, el que despues fué ofreci- do en mi nombre, al herbario de Mr. W. J. Hooker. Este fragmento, del que Mr. Fitch hizo un dibujo para ser publicado en la « Bonplandia,» fué cuidadosamente examinado y comparado con todas las Cucurbitáceas del ci- 344 LA NATURALEZA tado herbario y de otros tambien bastante extensos; pero ni en ellas, ni en las descripciones ó figuras publicadas, encontré un tipo que se aproximase á la notable planta remitida por el Sr. Schaffner. Satisfecho enteramente de que era un género nuevo, aproveché la oportunidad de honrar á mi estima- do amigo Daniel Hanbury, designándola con el nombre de Hanburia en un trabajo que leí ante la Sociedad Lineana de Lóndres, en 1%. de Julio de 1858 y publicado en 15 de Agosto del mismo año en la « Bonplandia,» (vol. VI, pág. 293): los caractéres genéricos quedaron entónces imcompletos, á causa de los imperfectos materiales de que solo podia disponer. En parte puedo ahora remediar este defecto, pues poco despues de publicado mi trabajo, fueron encontrados en el jardin real de Kew dos dibujos y una relacion acerca de esta planta, que desde el año de 1850 habia remitido el Sr. Hngo Fink, de Córdoba, al Sr. W. J. Hooker, quien generosamente los puso á mi disposicion: la descripcion que aparece en dicho documento, aun- que su estilo no es rigorosamente botánico, es como sigue: «Planta perenne: las raíces aun no han sido examinadas. Tallo pentágono, sólido y muy fibroso: las fibras muy resistentes, pudiendo servir para fabri- car cuerdas; trepando por medio de zarcillos á una altura de 60 ú 80 piés, cubriendo enteramente los árboles. Tan luego como llega á la extremidad de las ramas de éstos, sigue creciendo hácia abajo, exactamenie como la Vainilla 6 la Begonia scandens. Hojas acorazonadas, lisas, lustrosas, con un largo peciolo flexuoso. Flores blances, axilares y terminales; corola quin- que partida en forma de campana; cáliz de cinco divisiones, cubriendo la mitad del tubo de la corola y terminando en cada interseccion de ésta en un pequeño diente. Estambres unidos, formando un tubo, que termina en una masa pentagonal, casi redonda, de la forma de un badajo de campana: esta masa, formada por las anteras, está dividida en cinco partes, cada una de las cuales se divide interiormente en tres surcos dobles longitudinales para dar salida al pólen: este último esta cubierto de un frágil tegumento que se abre álo largo. Flores masculinas y femeninas. (En más de veinte ocasiones que he estado en los lugares donde crece esta planta, jamás habia visto una Mor femenina, mientras las masculinas son muy abundantes en todas las esta- ciones. Habia perdido casi la esperanza de hallar alguna, cuando la última semana casualmente, descubrí unos frutos maduros en el momento de abrir- se; de los cuales tomé cinco ó seis para examinarlos detenidamente. Al pre- sente no he encontrado ninguna flor femenina; pero haré lo posible para ob- tenerlas). Fruto oval, agudo en el ápice y coronado por la cicatriz del cáliz (ó de la corola?), cubierto con numerosas espinas, de una ó dos pulgadas de largo. Ovario adherente, solitario, de cuatro celdillas; óvulos solitarios, ad- Ni ió LA NATURALEZA 345 heridos á una placenta en forma de columna, que termina en cuatro uñuelas, parecidas á las de un animal; en la extremidad de cada una de ellas está de- tenido un óvulo, de los cuales uno ó dos raras veces llegan á la madurez. Semillas planas con la texta córnea; la membrana interna delgada y provis- ta de venas; perisperma muy abundante, amargo y dotado de propiedades purgantes, pero teniendo el sabor de nuez despues de cocido; embrion muy pequeño y plano tambien; cotiledones foliáceos y mucilaginosos; radícula derecha dirigiéndose al hilo: desapareciendo, en fin, el saco embrionario cuando madura la semilla. «Todas aquellas partes de la planta que no están bien expuestas al sol, sus frutos no llegan á madurar. La parte carnosa del epicarpo exuda una goma tan clara como el cristal. « El mesocarpo está formado de numerosas fibras entretejidas, de un co- lor blanco. «Esta planta se encuentra únicamente en las montañas de Mactlactleahuall, ó en los lugares inmediatos. Florece todo el año, pero solo á fines de Agosto y Setiembre maduran sus frutos. «Las ardillas comen con avidez las almendras; mas las espinas de que están eubiertos los frutos les impiden el poderlas tomar; pero familiavizadas con su modo de abrirse, cinco ó seis de ellas permanecen en acecho todas las mañanas, y tan pronto comorevientan los frutos se apresuran á devorar las semillas. Es de notar que este fenómeno se verifica solamente en los frutos maduros cuando son heridos por los rayos del sol y que el choque es tan fuerte que se desprenden por su pié y caen en tierra, miéntras las semillas son arrojadas en distintas direcciones. Es tambien muy curioso el mecanis- mo de la dehiscencia: tiene lugar por lo comun á las siete de la mañana en un dia de buen sol comenzando en un punto de la superficie del fruto, y ex- tendiéndose de ahí la incision, dando vuelta, hasta llegar á su punto de par- tida; las dos mitades una vez separadas, giran una sobre otra y hacen que se encorve la columna placentaria, al mismo tiempo que las semillas son despedi- das con fuerza á algunas varas de distancia: de esta primera seccion circular par- ten otras que dividen al fruto en varias porciones. El primer tiempo de la operacion dura medio minuto y el segundo un minuto.» Los caractéres principales de la Hanburia, son: corola campanulada, estambres monadelfos, anteras colocadas longitudinalmente, estigmas soste- nidos por un largo estilo, óvulos solitarios y pendientes, frutos, en fin, cerdo- so-erizados, y dehiscentes como los de la Momordica. Por sus estambres 346 LA NATURALEZA monadelfos y frutos cerdoso-erizados se aproxima á la Cyclanthera; pero la corola en este género es hemisferica, las anteras están dispuestas trasversal- mente, el estigma es sentado y los óvulos son horizontales éindefinidos. Por sus óvulos definidos y forma de las semillas, tiene cierta relacion con la Fe- villea; mas los frutos de ésta no son dehiscentes ni están cubiertos de es- pinas. En un nuevoarreglo de las Cucurbitáceas, probablemente la Hanbn- ria formará el tipo de una tribu distinta. Haxuria. Seem in «Bonplandia,» vol. VI, p. 293 (1858); et «Bonplan- dia,» vol. VIL, p. 2 (1859). Char. gen. emend.—Flores monoici. Masc. Ca- liz campanulatus, 5-dentatus. Corolla campanulata calyci aduatim inserta 3-fida, lobis triangularibus acutis. Staminum columna elongata in discum peltatum orbicularem margine antheriferum desinens; antere longitudinater adnatae. Foem. Calyx tubo oblongo cum ovario connato, limbo 5-partito. Co- rolla maris. Ovarium inferum, 4-loculare, loculis 1-ovalatis. Ovula pendula axi centrale adnata. Stylus elongatus. Stigma peltatum. Bacca ovata, pul- posa, setoso-echinata, maturitate elastice irregulariter rupta. Semina pau- ca, plana sub-orbiculata, margine incrassato cincta. Embryonis exalbumi- nosi, cotyledones foliaceee. . . . Herba Mexicana, glabra, rhizomate pe- rennante, caule 5-angulato, foliis longe petiolatis, cordatis, acuminatis, inte- gerimis, cirrhis simplicibus spiraliter tortis, floribus axilaribus v. terminalibus pendunculatis albis, masculis racemosis foemineis solitariis. Species unica.— Hanburía mexicana. Nomen vernaculum mexicanum, Chayotillo, Prope Córdoba, reipubl, Mexican. (W. Schaffner!) LA NATURALEZA 347 SECRETARIA DELA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL. (SESION DEL DIA 26 DE AGOSTO DE 1875.) Documento que acredita que el Sr. D. Guillermo Schaftner tiene derecho de prioridad científica en el descubrimiento de una planta de la familia de las Cucurbitáceas, que designó bajo el nombre de “Nietoa Mexicana” en honor de nuestro compatriota, el entomologista D. José Apolinario Nieto. El que suscribe tiene la honra de presentar á esta respetable Sociedad una carta del Sr. Dr. Scheer, de Lóndres, fechada en 21 de Julio de 1855, en la que expresa el citado Doctor, que la Cucurbitácea que recibió con mis car- tas de fecha 1%. y 26 de Mayo del mismo año, bajo el nombre de Nietoa mexicana, (Schaíf. n. spec. el gen in littoris), segun suexámen botánico, no es un género nuevo, sino simplemente una nueva especie del género Fevillea de Linneo. Pero con verdadero asombro el que suscribe vió, trascurrido algun tiempo, que la referida planta despues de haber pasado á manos del Sr. Dr. Seemann, este último la publicó como un género nuevo, con el nombre de Hanburia mexicana. Aun suponiendo que el doctor Seemann no hubiese sido informado de mi anterior determinacion por el doctor Scheer, no puedo consentir de ninguna manera que se me despoje de un derecho que tan justamente me corresponde. Por lo que suplico á esta respetable Sociedad, en vista de los certilicados que atestiguan la verdad de lo expuesto, reviudique mis derechos de priori- dad en el descubrimiento de la Nietoa mexicana. Agosto 26 de 1875. GUILLERMO SCHAFFNER. Habiendo suscrito la anterior solicitud los Sres. D. Manuel M. Villada, y D. Fernando Altamirano, miembros de la Seccion de Botánica, fué pues- ta á discusion, y como resultado final, en vista de los documentos presenta- dos por el Sr. Schaffner, la Sociedad opinó de conformidad con lo que soli- cita, y acordó se insertase en su periódico esta parte de la acta al pié de la descripcion del Sr. Seemann. MARIANO BARCENA, Primer Secretario. ExpPLICACION DE LAS FIGURAS PARCIALES DE LA LAMINA. 1. Boton de una flor masculina.—2. Androceo.—3. Seccion trasversal del fruto.—4. Embrion.—5. Semilla vista de frente.—6. id. de perfil. y K ¿ p ; Nota. Como se indica en la figura eorrespondiente, la dehiscencia puede hacerse tambien de una manera irregular y distinta de como se expresa en el texto. La NATURALEZA.—TOM. 111.—48. SINONIMIA vulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias de las que se cultivan en México, dispuesta en órden alfabético por el Sr. D, Alfonso Herrera, socio de número. (CONTINUA, ) Oabellos de Angel, Piton ó Xiloxo- CNA Carolinea fastuosa, Fl. M. L.. Bombaceas. Oabeza de Degro............-.. Tubérculos de la Nymphea odorata, AID e Ninfaceas. Td., Guanabano, Catucheó Anana- ME A E A Amnona muricata, L......... Anonaceas. *Cabezuela, véase Botoncillo..... Cacao 6 Cacaoquabuitl........ _. Theobroma cacao, L. et Th. angustifolia, et Th. ovatifo- EI A Bitneriaceas. Cacahuate, Talcacahuatl, Talta- cabuate, Alfonsigos de tierra... Arachis hypogea, L........ Leguminosas. Cacahuaxoch o Oe Lexarza funebris, La Llave. . Bombaceas. Cacaloxochitl, Flor del Cuervo, Campotonera, OCampechana, IN Plumeria rubra et P. alva, L. Apocinaceas. Cacapipilotl, véase Madreselva. - Cacomite, Flor del Tigre, Yerba de la Trinidad, Flor de la mara- villa, Oceloxochitl .. ..-.----- Tigridia pavonia, Pers. ..... Iridaceas. Catétojó Oalé:: .cornistsios ass Cotigararabica ln Rubiaceas. Maté CIMATTON..- be onep ies s Doffea rosea, Fl. M. I. et C. mexicana, D. 0-2. 22... Rubiaceas. Caldea... collie Cassia levigata.........-.- Leguminosas. Cabina eco. East Vaccinium mieranthum, D.O. Vaccinieas. MAMI eee noes o cs Ohrysophyllum caimito, L... Sapotaceas. Cainca 6 Oaninana........-.... Ohiococca racemosa var. flo- MPA a Rubiaceas. *Calabaza, Tamalayota, Ayotli... Oueurbita maxima, L...... Cucurbitaceas. 1 La Sinonimia en idioma Maya, la he tomado de la interesante obra de los Sres. Dondé, intitulada las Plan- tas de Yucatan. Como de algunas plantas no me ha sido posible rectificar la clasificacion, suplico á las perso- nas que noten algun error, me lo comuniquen para corregirlo. Para lo anterior, véase el t. 11. pág. 318 y 373. LA NATURALEZA NOMBRES VULGARES. *Dalabaza comun (1) -.c..to..-- *Calabaza turbante, Cabeza de tur- co0 BonetllloS.- 32220009. ... Oalabacilla amarga 6 Cohombrillo de burro. Galagualal arias is Calancapatli, Palancapatli, Lechu- guilla, Guajaje, Nanahuapatli. . Oalancapatli de Puebla......... Camelias *Oamote, Batatas 6 Oamotic Camote de cerro, *Campava. Campana, véase Yedra *0ampanilla, Aurora *Campanilla, Manto de la Vírgen, Mecapabl 0. coc igs yaa aia Campanilla, Acitz. (en Maya) -.. Jampanilla silvestre, Acxoyatic . Jampanilla silvestre, Tetoyexitl. Canauquilitl, véase Verdolaga. . - Cancerillo, Cochilloxiu (Maya) Co- chinita 6 Revienta muelas. ... Janchalagua, véase Tlanchalagua. Candelilla 6 Jumete. Canelillo Janónigos, Mazatetes 6 Ucuares, Caña de azúcar ...o..om..oooo... Caña de cuentas, véase Bardana delipais NA o ON Cañafístula, Quauhuayo huachtli. A o EA Cañuela 6 Cola de caballo... ..... Gañnucl. Cañaveral, véase Carrizo ....... Caobilla. Caobo, Zopiloquahuitl, Zopilotl, Tzopilotlzontecomatl. NOMBRES CIENTIFICOS. Cueurbita pepo, L. Uucurbita melopepo, L Cucurbita fotidissima, H. B. Solidago montana, Fl. M. I.. Grindelia glutinosa, Dumal. . Camellia japonica, L........ Batatas edulis, Chois . Oncus esculentus, Lour. (se- gun el Sr. Duges)........ Campanula medium, L Jonvolvulus mutabilis, Salisb. 349 FAMILIAS. Cucurbitaceas. ld. Id. Helechos. Compuestas. Td. Terstroemiaceas Convolvulaceas. Dioscoreaceas. Campanulaceas. Cseu Pharbitis hispida, Ohois. onvolvulaceas. Pharbitis violacea, Boj..... Thevetia neriifolia, D. C.... Ipomea muricata, D. C.... Ipomea palmata, Fl. M. IL... Asclepias curasavica, D. O.. Pedilanthus pavonis, Bois... Croton penicillatum, Vent... Valeriana tolucana, D. O.... Saccharum officinarum..... Cassia fistuloides, Oalladon. . Cassia brassiliana, Lamr.... Equisetum arvensis, L. et E. fiuviatilo, Lo oooso.. ¿Festuca elatior?, L .- Croton glabellum, L........ Swietenia Mahogoni, L..... (1) Se enltivan en los huertos diversas variedades de esta especie, Apocinaceas. Convolvulaceas. Td. Asclepiadaceas. Euforbiaceas. Td. Valerianaceas. Gramíneas. Leguminosas. Id. Equisetaceas. Gramíneas. Euforbiaceas. Meliaceas. 350 LA NATURALEZA NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTIFICOS. FAMILIAS. Caouchouc, véase Hule........ *Capa de San JoSÉ.............. GEnothera grandiflora, Willd. Onagrariaceas. Capitana de Corazon.......--.- Aristolochia turbacencis, H.B. Aristoloquias. Oapitaneja, Nabuitiput......... Bidens crocata, Gav........ Compuestas. a E A Lucuma capiri, D.O. 10 Sapotaceas. Capuchina, véase Mastuerzo. ... Gapulia, Dapolin ¿oie oe Cerasus capollin, D. C...... Amigdaleas. Oapulin silvestre --.....22..... Ardisia capollina, D. C..... Mircinaceas. CAI Ribes campanulatum, H. B. et R. Kunthii, Berl...... Glosulariaceas. VE A Rhamnus Humboldtianus Sehult et Rh. serrulatus, H. 1 O A Fa desen Ramneas. Id., Nanche, Ciruelillo 6 Zapotito AS A Bunchosia ¿lanceolata?, Bot.. Malpigiaceas. CO Phaseollus caracalla, L...... Leguminosas. A a O Heterotoma lobelioides, Zucar. Lobeliaceas. Cardencha ó Cardo de cardadores. Dipsacus fullonum, Mill... ... Dipsaseas. Cardo santo ao ee Cirsium mexicanum, D. O. et O, americanum, D. O..... Compuestas. Id. id. de Yucatan, véase Ohica- (AR AS An Oarne de doncella, véase Ala de A A MATAS PIQUE ld la Tberis umbellata, L......... Crucíferas. OPERA Medicago ¿muricata?, All... Leguminosas. Carrizo, Oañaveral............. Phragmites communis, Trin. Gramíneas. DES De et Lagascea Mociniana, La Llave Compuestas. Casan atea e ajo Ipomea arborescens, H. B.. Convolvulaceas. Cascalote, Nacascul............ Cesalpinia cacalaco, H. B. K. Leguminosas. Oáscara de Pingue............. CUCID a os Amomaceas, Oaslatlapan, véase Jalapa....... OSO a aia i2ae ES Castanaea vesca, Guern..... Cupulíferas. A AAA RA Asculus hippocastanum, L.. Hipocastana- ceas, Castilleja ó Bella Imés.......... Castilleja arvensis, Schlet... Escrofulariaceas, Oatalina, véase Flor de Noche- A AS ÓN Daxtillantonaxihuitl, véase Man- A aa oe in 3 -IAAIAN Catzol, véase Jícama........... Cayolizan, véase Tepozai...... 3 *Cebada comun. .....-.. ==... Hordeum vulgare, L...... . Gramíneas, LA NATURALEZA 331 NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTIFICOS. FAMILIAS. *Cebada de abanico. .....-...... Hordeum zeochriton, L..... Gramíneas. *Id. ladilla ó de dos carreras..... Hordeum distichum, L...... Id. *Cebada ramosa...........---.. Hordeum hexasticun, L.... Gramíneas. Cebadilla, Quimichpatli, Itzcuim- patli, Cunicho, Etzemo (Ta- rasco) Cebolleja (los bulbos)... Veratrum officinale, Schlet et V. virescens Mart. et Gall. et V. frigidum, Sehlet..... Colchicaceas. *Qebolla, Xonacatl...--....-... AU Copa ls Liliaceas. Cebolla albarrana, Escila del país, Barbas de gato, Lirio blanco.. Pancratium ¿illiricum,? L.... Amarilidaceas. Cebolleja, véase Cebadilla....... *Cebollino comun ó francés ...... Allium Schedonoprasum, L. Liliaceas. *Cebolleta 6 Cebollino inglés..... Allium fistulosum, L....... Liliaceas. Dedro DIanco.. ciar aio Cupressus Lindleyi, Klotsch. et O. Benthami, Endlich.. Coníferas. colorado cacaos Las Juniperus virginiana, L. et J. flaccida, Schleb.......... Coníferas. Id. de la Habana, Calicedra ó Ce- dro Macho AS TE Cedrela odorata, L-........ Cedrelaceas. Cedro de la Sierra..-.......o.... Chameecyparis thurifera, End. Coníferas. Cedron, Yerba Luisa ó Yerba de IMDINCOIA ceso Lippia citriodora, H. B. K... Verbenaceas. Ceiba, Ttztamatl, ó Flilamatl. ... Bombax ceiba, L.......... Bombaceas. Ceiba, Pochote ó Pochotl, Yaxche (Mira ados oyo UpUaS Eriodendron anfractuosum, D, O. et Eriod. esculifolium, D.C Id. Celedonia, Yerba de la golondri- na ó Flalmemejan........... Euphorbia maculata, L. et E. thymifolia, Burman...... Euforbiaceas. Cempoalxochitl, Zempoalxochltl, Sempaxuchil, Oopetes, Clavelon 6 clavel de Indias....... sn Taxetes erecta, IA Compuestas. Oe E A EA Ferdinanda lutescens, D. O.. Compuestas. TA ara ae Sesuvium revolutifolium, Ort. Ficoideas. Centaura del país, véase Escoba A ss LE Oerraja, véase Lechuguilla...... OIC ala Conium maculatum, L...... Umbelíferas. A A Parthenium hysterophorus, L. Compuestas. *QOidra, Cidra limon ó Cidrero. ... Oitrus medica, Risso....... Auranciaceas. *Cidracayote 6 Ohilacayote....-.. Oncumis citrullus, pasteca Ser. Cucurbitaceas. A A A A Apocinaceas, 392 LA NATURALEZA NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTIFICOS. PAMILTAS. Ciento en rama, Mil en rama ó PUNA lO Achillea millefolium, variedad occidentalis, DL... Compuestas. Cihoapatli, Zoapatli, Sinhuapastle. Montagnea tomentosa, D. €. et M. floribunda La Llave. Compuestas. Cinco de Mayo, véase Abanico. . Ciprés DMlatzcan a Cupressus thurifera, H. B, K. Coníferas. Cirial, véase Cuautecomate ..... Ciruelo agrio, Hobo ó Jobo..... Spondias monbin, L........ Terebintaceas. *Ciruelo de España... .-..002.- Prunus domestica, L....... Rosaceas. Ciruelo del país, Atoyaxotl..... Spondias purpurea, L....... Terebintaceas. Ciruelillo, véase Capulincillo....... Olarincillo, véase Yerba de la Pue- A A o eN UI Dianthus caryophyllus, L... Cariofilaceas. *Olavellina, Clavel de la nobleza, Noe Dianthus barbatus, L...... Id. Olavo de olor, Yerba del clavo, Flor del clavo ó clavillo.. ...... Juliania caryophyllata, La El Zigofilaceas. Olavos del Señor, véase Flor de la A O NA Olemole, Tlemole 6 Clemolitos.. Taxetes patula, L....-..... Compuestas. Gliemolllo E Vedelia hispida, H. B. K... Td. GCoamecate. 2.0241 0 tocas Antigonum leptopus, Hook... Poligonaceas. Conmabicol 22 eE rato rara Hippocratea ovata, L....... Hipocrateaceas. CATA Passiflora ¿Sp?..---........ Pasifloraceas. Coapatli, véase Yerba del Pollo. . Coate, véase Taray...-..22--2- Coatlamitl, véase Zarzamora.... Coatli, véase Taray............ Coatzontecoxochitl 6 Flor de ca- hezaide víbora. 2 iii Anguloa Hernandesii, Kunt. Orquidaceas. HO0LO Ea rea Ooccos nucifera, L......... Palmeros. OC alone ¿RODA SD ee Leguminosas. Cocolmecan, Cocolmecatló China. Smilax rotundifolia, L.....- Esmilaceas. Cocoxihuitl, véase Boconia...... Cochinita, véase Oancerillo. ....- Cochitzapotl 6 Zapote blanco. ... Oasimiroa edulis, La Llave.. ¿Auranciaceas? Coilotápalo, Saruma 6 Guaruma. Cecropia peltata, L......... Artocarpeas. Col, véase Berza..coneiencia ol y nabo, véase Berza........ AA II A A A E a LA NATURALEZA. NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTIFICOS, A A Brassica oleracea, Botrytis carlitlora DIO ELL e Cola de caballo, véase Cañuela.... Cola de iguana, Pañati ó Yerba del alacran, Tlachichinolli ó Tle- DS IO Plumbago scandens, L...... Cola de mico ó quiebraplatos... Heliotropium curasavicam, H As le A E EE Cola de zorra 6 Yerba del Zopi- A A Acourtia moschata, D.C.... Cólchico, Quitameriendas, Mayos, ISZCA RO CHI il a Colehicum ¿alpinum?, L..... Colorin, Zompantle, Tzompanqua- huir La --. Erythrina coloroides, Fl. M. L. Coltotl, véase Terciopelillo...... AN E Cumintn eyminum, L...... Cominos rústicos, véase Acocote . Conguaran, véase Mazorquilla. ... Consuelda ó Suelda consuelda. .. Potentilla multifida, L...... Contrayerba, véase Barbudilla.. Jontrayerba de Julimes.......-. Asclepias setosa, Bent. ....- Contrayerba, Placoxochitló Prom- DEl ARA Bouvardia jacquinii, H. B. K. Contrayerba blanca............ Psoralea pentaphylla, L..-... Copal de Veracruz... .......... Heliocarpus americana, L... Copallechino e Amyris bipinnata, H. B. K.. Copaleocote: 22 a Cyrtocarpa procera, H.B.... Copalchi de Colima. ........... Coutarea speciosa, Aubl. ... Copalchi de Tehuantepec....-.. Croton pseudo china, Sehlet. Copaljiote, Cuajiote, Guajiote ó ATC A Rhus perniciosa, H. B. K-... Copalquahujilotl ó Copal blanco. Rhus ¿schinoides? Will... . Copaliquahuitl, Arbol del copal, Ngedri ó Ngidri (Otomí)...-.. Elaphrium copalliferum, El. MAL Sens OS Oops ¿Salvia formosa?........... Copalxochitl, véase Suchicopal. . Copalxocote, Copalxocol, Pom- poacua (Tarasco)-..-.-..-=---= Sapindus copalxocotl, Oliva. GopltO. He ls 1 a e Cordia dodecandra, D.C.... Coquitoideaceit.e.-. cs Alaís ¿melanococca? Gaern. . Cordoncillo, Achotlin, Matico ó SO a a Piper angustifolium, KR. P... 399 PAMILIAS. Crucíferas. Equisetaceas. Plumbaginaceas Borraginaceas. Compuestas. Colchicaceas. Leguminosas. Umbelíferas. Rosaceas. Asdepiadaceas. Rubiaceas. Leguminosas. Tiliaceas. Terebintaceas. Terebintaceas. Rubiaceas. Euforbiaceas. Terebintaceas. Terebintaceas. Rutaceas. Labiadas. Sapindaceas. Borraginaceas. Palmeros. Piperaceas. 354 LA NATURALEZA NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTIFICOS. FAMILIAS. Coralilla, Murages, Saponaria... Anagallis arvensis, L...... . Primulaceas. Corazon de Jesus, véase Begonia. Corona de Cristo. -...-..-..2.-- Euphorbia fulgens, Karwin.. Euforbiaceas. *Cortejo, Amor de estos tiempos, AS a Hibiscus mutabilis, L....... Malvaceas. Oortina de España......-.-.--- Mesembryanthemum crassi- O PA Ficoideas. Coscomate ó Costomatl.......-- Physalis costomatl, 'l. M. I. Solanaceas. Oosticoatecxochitl........-...-- Sobralia citrina, La Llave. .. Orquidaceas. Coxtixocol, véase Ciruelo agrio.. Coyol, Coyole, (uuacoyul, Huis- coyul ó Guacoyul.........-.- Coccos guacuyule, Liebm.... Palmeros. Do o to sad Costus glabratus, Swartz.... Zingiberaceas. Coyolkocntlilce Does Altremeria hirtelta, H. B.. Amarilidaceas. Qoyuacatest.on conos tence Inga fostida Willd.......... Leguminosas. Cozticoazontecoxochitl 6 Tatzin- Em ie, Ma a Cattleya citrina, La Llave... Orquidaceas. Coaraclbenoesssasiosasitss Thalictrum mexicanum, D. C. Ranunculaceas. Cozticzacatzacuxochitl,véase Azu- contame VA A O Krameria pauciflora, Fl. M. L, ct Kr. secundiflora, Fl. M.I. Poligalaceas. Oresta de gallo, véase Abanico. . *0Qruz de Jerusalem. .-.--2...... Lychnis chalcedonica, L..... Cariofilaceas. Cuachalalá, Cuachalalate.....-. Rajania subsamarata, Fl.M.I. Dioscoreaceas. Ouajilote, Quahuxilotl.......-.- Parmentiera edulis, D. C.... Bignoniaceas. Quapmol. A TL Hymenea Candolliana, H. B., en courbarilsl e Leguminosas. Cuahulote, véase Guácima. -....- Cuahuchichi, Obichiquahuitl.... Garrya ovata, Bent. et G. oblonga; Dent... Garryaceas. Quate, véase Taray..-.-----.-.- Cuautecomate, Cuastecomate, Huiro, Huajecirian, Tecomate, Quahutecomatl.............. Crescentia alata, H. B. K... Bignoniaceas. Cuernitos, véase Arbol del cuerno. a base “DOTILOR: = mi aasmio Cuerno, Floricuerno, Flor del lá- tigo, Yerba de la alferecía, Jtun- cola Junquillo. ea: Cereus flagelliformis, Mill... Cactaceas. Cueyopoltz, véase Alelí amarillo - Cuitlapatli, véase Valeriana....- LA NATURALEZA 355 NOMBRES VULGARES. NOMBRES CIENTIFICOS. FAMILIAS. Cuitlacoche, Hustlacoche, Tizon de maíz, Popoiol. ........... Uredo maidis, D..C........ Hongos. CuilaxachiK: bis A Verbenaceas. Culantrillo de pozo............ Adianthum trapeziforme, L.. Helechos. Quad Coriandrum sativum, L..... Unmbelíferas. Cumdemba, véase Sáuco...-.... EA AAA Quamochitl vulgaris, Chois.. Convolvulaceas. > A Momordica charantia, L.... Cuburbitaceas. o A Maurandia anthirhyniflora, Ap E IN Y Escrofulariaceas. Cunicho, véase Cebadilla....... Cupanda, véase Aguacate......- CUIT TL a AA Neottia aurantiaca et N. can- nabarina, La Llave y Lex. Orquidaceas. DESCRIPCION DE UN CRUSTÁCEO FÓSIL DEL GÉNERO SPHEROMA (SPHEROMA BURKARTII) Y RESEÑA GEOLOGICA DEL VALLE DE AMECA DE JALISCO, POR EL SEÑOR DON MARIANO BÁRCENA, SOCIO DE NUMERO. SES TA —— Acabo de observar un hecho muy importante para el estudio de la paleon- tología mexicana, es decir, para el conocimiento de los séres que habitaron nuestro territorio en los tiempos prehistóricos, y en consecuencia, para la determinacion del aspecto físico, de las circunstancias meteorológicas etc., que entónces existian en las superficies que hoy ocultan las capas terrestres, depositadas posteriormente sobre aquellas que habitaron los animales cuyas especies no se encuentran ya en la fauna propia de la época actual. La NATURALEZA. —TOM. HI.—49. 356 LA NATURALEZA 4 16] A>DRR Xx. a Y 1. Tamaño natural. 2. Aumentado. 3. Fragmento id. En las tierras encontradas á 268 metros de profundidad, en la perforacion artesiana que mandó practicar el Sr. D. Ignacio Cañedo, en el valle de Ameca de Jalisco, se encuentran unos restos fósiles, cuyos caractéres cito á continuacion y corresponden á un crustáceo acuático del género Spheroma de Latreille. Cuerpo oval de 0,005 de longitud. Cabeza elíptica adornada de un reborde en sus contornos superior é inferior y de dos líneas curvas en forma de x hácia la frente. Ojos laterales, abultados, metidos en dos es- cotaduras interiores que presenta el primer anillo torácico. Cuatro antenas, dos superiores robustas y dos inferiores más delgadas: en la primera se notan tresartejos gruesos, comprimidos, y dos alargados que se ocultan debajo de los anillos torácicos sin que sea posible examinar sus extremidades. En la boca se percibe el labio superior, parte de la lengúeta y los extremos de dos pa- res de patas que probablemente ayudaban en la masticacion. El tórax está formado de siete anillos adornados de manchas y puntos pequeños un poco más oscuros que el color gris pardusco-amarillento de los anillos: estos son semejantes entre sí y se les notan con mucha claridad las placas epimerianas que son de figura subcuadrilátera y se hallan imbricadas recubriéndose reci- procamente en una corta extension: las del primer segmento tiene una ligera escotadura en su borde externo que las distingue de las derfás. Abdómen compuesto de dos segmentos desiguales: uno más angosto que los torácicos y el otro que forma la cola es alargado y bastante, convexo; en su extremo inferior tiene un pequeño reborde y en las extremidades de su línea supe- rior presenta dos nadaderas alargadas quese aplican sobre sus bordes late- rales y llegan á los 2% de su longitud: hácia la parte média de la cola, é in- mediatos á la línea superior, se le perciben dos tubérculos que se unen por la base y forman una especie de lira. No se observan las patas en los ejem- plares que he examinado. Algunos de estos están enroscados formando esferas más ó ménos completas. Si comparamos los caractéres mencionados con los correspondientes al gé nero Spheroma de Latreille, encontrarémos las semejanzas necesarias para colocar el fósil de que trato en ese género, pues los principales caractéres que uv LA NATURALEZA, E le asignan los autores son: «Cabeza terminada por un reborde saliente: ojos laterales colocados en una escotadura del primer anillo torácico: dos pares de antenas desiguales: abdómen formado de dos partes tambien desiguales, una semejante á los anillos del tórax y otra alargada, convexa, de mayores di- mensiones y provista de dos nadaderas bilaminares en los extremos del bor- de superior. El animal puede enrollarse en forma de esfera.» ln conse- cuencia, podemos clasificar el referido fósil en el grupo de los Crustáceos Isopodos, familia de los Spheronianos y en el género Spheroma. Al lado de los caractéres genéricos mencionados encontramos otros secun- darios, que pueden servirnos para especificar el individuo á que nos referimos, como son: «la forma y número de los primeros segmentos de las ante- nas, las líneas que adornan la frente; largualdad de los anillos tóraci- cos y los puntos y manchas desordenadas que presentan; la formay di- mensiones del primer anillo abdominal que es mas pequeño que los torácicos; la figura subcordiforme y dimensiones del segundo segmen- to; los tubérculos en forma de lira que lo adornan y la forma y dimen- siones de las dos nadaderas caudales.” No conozco ninguna esferoma que posea todas estas particularidades, que, añadidas á la que presenta el yacimiento donde fué encontrada la que describo y que citaré á continuacion, marcan una diferencia muy notable pa- ra fundar una especie de esferoma fósil, propia de México, que designo con el nombre de Spheroma Burkartii en honor de mi sabio amigo el Dr. D. José Burkart, á quien tenemos que agradecer los muy importantes estudios científicos que hizo durante su permanencia en nuestro país en los años de 1825 á 1834. Las esferomas se presentan al estado fósil desde los terrenos mesozoicos, continúan en los cenozoicos y se las encuentra finalmente viviendo en los mares actuales adheridas generalmente á las rocas submarinas. Estas cir- ceunstancias me estimulan á hacer algunas observacioues acerca del yacimien- to en que fué encontrada la Spheroma Burkartit. El valle de Ameca, de donde procede esta especie, se halla en el 5." can- ton del Estado de Jalisco y está situado entre los 20% 32" y 20" 41” latitud N. y los 4* 42” y 5% 8” longitud O. de México. El objeto de este artículo no me permite extenderme sobre las circunstan- cias geológicas del aquel valle y que ahora me ocupo en determinar; mas para clasificar el yacimiento citado señalaré algunos de sus caractéres geoló- gicos mas notables. El referido valle está comprendido entre dos cejas montañosas de gran altura, su respaldo N. lo forma la cordillera de Ameca, cuya altura determi- 358 LA NATURALEZA né á principios de este año y es de 2467 metros sobre el nivel del mar y de 1227 sobre el de la ciudad de Ameca; esas montañas están formadas de va- cia metamórfica, pizarras micáceas, pórfidos dioríticos y rocas sieníticas. Las primeras pertenecen al período cretáceo y lás masas pirogénicas al terciario, en el cual tuvo lugar el levantamiento de aquellas montañas. En el respal- do S. hay otra cordillera elevada donde se encuentran rocas análogas á las anteriores, pero en los agentes del levantamiento dominan los pórfidos, las traquitas y los basaltos. El cerro mas elevado de esas cordilleras es el de la Tetilla, cuya altura es de 2684 metros sobre el mar y de 1243 sobra el plano de la ciudad. La gran oquedad que quedó despues del levantamiento de aquellas mon- tañas fué llenándose sucesivamente por sedimentos arenáceos y arcillosos hasta formar los terrenos planos y los declives laterales que hoy constituyen el valle; en su talweg principal corre el rio Piginto ó de Ameca, que nace al N. E. del mismo valle en las inmediaciones de Teuchilan. En los lechos lacustres que pueden observarse hasta las profundidades de 6 á 10 metros en las paredes de los arrollos, se ven varias capas arcillosas alternando con otras de arena, de trípoli y de guijarros de varias dimensio- nes. Todos esos lechos expuestos á la vista, pertenecen al período postercia- rio, como lo demuestran los restos de Mastodon, Elephas y Box que con- tienen y son análogos á los que se extraen de los terrenos posterciarios del Valle de México. Igual clasificacion puede asignarse á las capas cortadas hasta la profun- didad de 40 metros eu la perforacion artesiana, de que he hecho referencia, porque están formadas de fragmentos de rocas análogas á las ántes citadas, y aun á la profundidad de 55 metros hay fragmentos de basaltos terciarios como los que asoman á la superficie del terreno en las montañas cercanas al lugar en que se halla la perforacion. Tuve á la vista una coleccion de las rocas extraidas á diversas profundida- des y el corte que de aquel pozo artesiano hizo el ingeniero D. Juan Ignacio Matute: con estos datos y las observaciones que practiqué hace poco tiempo sobre aquel terreno, he podido hacer las comparaciones que acabo de indicar, Desde la profundidad de 55 metros en adelante se hace mas difícil la clasifi- cacion del terreno, porque no puede saberse si las arcillas extraidas provie- nen de depósitos sueltos ó de bancos de vacia que hayan sido pulverizados por los instrumentos perforadores. Despues de los 55 metros se encuentran grandes depósitos de arcillas compactas, grises y verdes que alternan con lechos delgados de arena, es- pecialmente á los 168 y 225 metros de profundidad. Se sigue á esta última LA NATURALEZA 359 capa arenosa otro banco de arcilla de 20 metros de espesor que contiene fragmentos pequeños de caliza compacta, y despues aparece un depósito de arcilla arenosa que se apoya sobre una formacion de oolitas calcáreas entre las cuales se encuentran las esferomas. Estas como dije al principio, se ha- llaron á la profundidad de 268 metros, á la cual se suspendió la perforacion por haberse pegado en el fondo una de las barrenas que no fué posible sacar. Las arcillas compactas encontradas desde 55 metros hasta el fin de la per- foracion, contienen numerosos fragmentos de pirita radiante, y esta cir- cunstancia me hacia sospechar que el taladro hubiese cortado alguna veta metalífera y admitir entonces que las arcillas provinieran de pizarras meta- mórficas en que estuviera aquella colocada; pero he encontrado tambien las mismas piritas en los depósitos arenosos con todos las caractéres de los cuer- pos que ruedan en los lechos de las corrientes de agua, aunque es de extra- ñar que no se hubiesen sulfatizado aquellas con la humedad. No encontrando, pues, ningunos caractéres paleontológicos ni litológicos para para calificar con seguridad esas capas arcillosas, tendrémos que refe- rirlas á las mas inmediatas y cuya época de formacion esté determinada. Por la parte superior encontramos las capas lacustres posterciarias, y por la inferior el depósito oolítico en que se hallan las esferomas. Hemos dicho que estos crustáceos han existido desde el tiempo mesozoico hasta la edad actual; pero es claro que no debemos referirlos á ninguno de esos dos límites, puesto que en la parte superior del terreno existen depósi- tos posterciarios; y porque en las rocas levantadas por los pórfidos terciarios se encuentran rocas cretáceas en los cerros que encierran el valle de Ameca, y es de suponerse que esas rocas pirogénicas hayan levantado y metamorfo- seado todos los terrenos cretáceos, sin que pudieran conservarse las esfero- mas en tan buen estado como las encontramos y en un lugar tan inmediato á las masas plutónicas. Debemos, por tanto, suponer que la Spheroma Burkartii vivió en el tiem- po cenozoico, y muy probablemente en el período terciario. Así lo indican la gran profundidad á que fué encontrada y la diferencia que existe entre las capas arcillosas que tiene sobrepuestas, y los lechos lacustres y clara- mente posterciarios que se encuentran en la superficie. Admito, por esas circunstancias, que el yacimiento de ese crustáceo es terciario, que por las diferencias litológicas manifestadas deben relacionarse las arcillas grises al mismo yacimiento, comenzando á contarse el período terciario desde las capas que se hallan á 56 metros de profundidad hasta el límite de la perforacion. Llegados á este caso nos queda otra dificultad que vencer; y es, la deter- NECROLOGIA. El dia 1? de Noviembre del presente año falleció en Mérida, á la edad de 48 años, el Sr. Dr. Joaquin Dondé Ibarra, miembro corresponsal en aquella Ciudad de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. A la edad de 17 años comenzó su carrera profesional en Puebla, bajo la direccion de nuestro distinguido compatricta el Sr. D. Mariano Cal; y á la de 20 obtuvo el título de Profesor en Farmacia. Con la mira de perfeccionar sus estudios vino á radicarse por algun tiempo en la capital de la República, para concurrir á las lecciones del venerable profesor de Farmacia de la Escuela de Medicina de México, Dr. José M. Vargas; y se presentó de nuevo á exámen obteniendo el título correspondiente. De regreso al Estado de Yucatan y graduado en su Universidad, fundó primero en Campeche, y poco despues en Mérida, una Cátedra de Farma- cia, y durante cerca de 25 años se consagró con suma dedicacion, notoria aptitud y desinterés, ála enseñanza de aquella ciencia, de la Química y de la Historia Natural, además de un curso de Química industrial que desd* 1870 dió á los artesanos. Fué uno de los fundadores en 1870, de la Escuela especial de Medicina y Farmacia de Yucatan y de la Sociedad Médico-Farmaceútica, que actual- mente existe en la Capital de aquel Estado. Se ocupó tambien en plantear varias industrias, como la de la tenería y la elaboracion del jabon ordinario, realizando en ellas algunas mejoras, las que, con un desprendimiento poco comun, enseñaba á las personas que po- dian utilizarlas; estableció además una nueva en el Estado, la fabricacion de los fósforos de seguridad. En la Exposicion de Yucatan en 1571, pre- sentó algunos productos químicos, que merecieron en premio una meda- Na de 1? clase. Sus trabajos científicos se publicaron no solo en los periódicos del país, sino tambien en los de los Estados-Unidos y Europa; entre los más notables mencionarémos los siguientes: “Apuntes sobre la Flora de Yucatan;” “Es- tudio sobre el Ni-in;” “Análisis delas aguas de Yucatan;” “Preparacion del santonato de sosa,” descubierto por él en 15862. La Sociedad Mexicana de Historia Natural, á la que tuvo un sincero afec- to, le es deudora de varios servicios; y al consagrar hoy este recuerdo en las páginas de su periódico á tan benemérito profesor, no hace sino satisfacer un justo homenaje de respeto al mérito insigne, y de gratitud hácia el que le proporcionó algun bien. México, Diciembre 31 de 1575. Comision de Publicaciones. CIENCIAS AUXILIARES. ARENA TETSTES DEE MEZCATES: POR EL SEÑOR DON VICENTE FERNANDEZ. Hace ya mucho tiempo que el maguey y algunos de sus productos han sido objeto de diversos estudios, sin que hasta ahora —al ménos que vo sepa— se haya determinado la composicion química del mezcal, aguardiente que la industria extrae de aquella planta. Al publicar á continuacion los resultados del trabajo que á fin de llenar ese vacio emprendi, no pretendo haber hecho una análisis completa; solo aspiro á llamar la atencion de las personas com- petentes, para que ilustren una materia tanto más importante cuanto más se generaliza en nuestro país el uso de aquella bebida. Hé aquí mis observa- ciones: El mezcal tiene constantemente reaccion ácida al tornasol. En diez clases de mezcal estudiadas, todas tienen un alcaloide desconocido é para mi, al cual provisionalmente he llamado agavina. En doce, todas han contenido ácido acético. De diez, ocho han tenido ácido clorhídrico. En tres, las tres contuvieron ácido valeriánico. De ocho, cinco resultaron con 42 por 100 de alcohol, y los otros con 39, 40 y 41.—Sus densidades son 0,95 para aquellos y 0,9575—0,9525 y 0,9350 para éstos, á 20% centesimales de temperatura. Un litro del mezcal mas ácido dió: Acido acético monohidratado . . . . . 1.%- 3872 clorhídrico. is da USOS Yale RánicO a go ia US USO > La NATURALEZA.—Tom. 1. —50. 364 LA NATURALEZA Los grados de acidez, tomando la de éste por unidad, fueron: IN A AO) II A cd a DIS BO AA A A RR A A a DEBO TIM Y AA MTRO AAN TITS 1) A E ANNA UN) En general precipitan en blanco por el nitrato de plata, y este precipitado se pone rojo á la luz difusa; pero cuando tiene ácido clorhídrico, el color se modifica por el violado que toma el cloruro de plata. El color rojo es de- bido á la agavina. | Se ve que de estas observaciones se puede deducir que el mezcal tiene normalmente 0,95 de densidad, ó sean 17 grados de Carthier, y además 42 por 100 de alcohol etílico. Acidos acéticos y valeriánico. Agavina. 38 por 100 de agua. Analizado el mezcal cualitativamente ha resultado con una composicion média de AJOS UE A is AA ODE: A IE o SAVIO, Pe LO E ps 18 dsd y dr dralOR AGO are e A ae EL e” AS 1,3872 Acido valertámicor. LN VEIA DAS 0,0500 El ácido clorhídrico, por litro, ha sido 0,0175; pero en mi concepto no es propio del mezcal sino añadido sin saber con qué objeto. Quiero se sepa cómo he aislado la sustancia que llamo agavina, para que proporcionándosela las personas ilustradas, decidan si en efecto es un nuevo alcaloide, ó si no me saquen de mi error. La fisiología conoce las propiedades de los componentes del mezcal, es de- cir, del alcohol y los ácidos valeriánico v acético; ahora seria bueno que es- tudiara las de la agavina. La manera de extraerla es esta: Con 1 ó 2 gramos de bicarbonato de sosa puro se saturan los ácidos de una 0 ru LA NATURALEZA 365 botella de mezcal y se destila fraccionando los productos. El primero y se- gundo son formados de alcohol, el tercero es agua conteniendo la agavina casi pura, se evapora espontáneamente ó en el vacio para obtenerla seca. Sus propiedades son, si no me equivoco, las siguientes: Azulea fuertemente al tornasol. Es polarizante, y esta propiedad se observa en el microscopio con el prisma de Nicol y el analizador. Su acetato es instable. Forma un clorhidrato que cristaliza en el sistema teseral. Se combina con el bieloruro de platino y da cubo-octaedros muy perfec- tos, visibles en el microscopio. Forma un bisulfato cuyos cristales, microscópicos tambien, son láminas rombales muy agudas. El nitrato de plata da un precipitado blanco que se vuelve rojo. El subacetato y el carbonato de plomo lo precipitan y el gas sulfhídrico lo aisla de esta combinacion. La forma cristalina no se ha determinado. (El Repertorio, Guanajuato, Enero de 1876.) AZ NOTICIA SOBRE LA SEDA SILVESTRE DE MÉXICO Y DESCRIPCION DEL BOMBYA. QUE LA PRODUCE, POR M. A. SALLE. (Anales de la Sociedad entomológica de Francia, Junio de 1856.) Habia leido en la notable obra del baron de Humboldt, intitulada: « En- sayo político sobre el reino de la Nueva España» el pasaje siguiente, que lla- mó mi atencion, sobre la seda indígena de México, dice así: «La Nueva Es- paña posée varias especies de orugas indigenas que hilan seda semejante á la del Bombyx mori de la China, pero que no han sido suficientemente exa- minadas por los entomologistas. De uno de estos insectos proviene la seda de la Mixteca, que desde en tiempo de Moctezuma era ya un objeto de co- mercio. Se fabrican aún hoy dia en la intendencia de Oaxaca, mascadas de esta seda mexicana y que hemos comprado en el camino de Acapulco á Chil- 366 LA NATURALEZA pancingo. La tela es áspera al tacto como la de ciertas sedas de la India, que son igualmente el producto de insectos muy diferentes del gusano de seda de nuestras moreras. En los alrededores de Córdoba (Estado de Veracruz), en la region templa- da y al pié de la cordillera, casi á una altura de 900 metros sobre el nivel del mar, encontré por la primera vez sobre el guayabo /Psidiwm pyrife- rum), en el mes de Marzo, los capullos ó más bien los nidos objeto de esta noticia; en consecuencia propongo llamar al insecto que los produce BomByx Psion Sub rufa, alis anticis lines duabus arcuatis puncto medio, albidis posticis concoloribus. Expanstio alar: mas 62 mal., femina 85 mil. Porte y talla del B. rubi de Europa, de un amarillo agrisado con largos pelos sobre el cuerpo; las alas superiores más oscuras con reflejos violados vistas de perfil, y divididas en tres partes iguales por dos líneas trasversales blanquizcas; la parte média es más oscura, y arriba, cerca de la primera línea, se encuentra un punto blanquizco: la segunda línea es más arqueada. Las alas inferiores son algo más claras. Lo de abajo es más claro y con una línea arqueada en los dos tercios de cada una de las alas, correspondiendo á la segunda de las alas superiores. La hembra es más grande y tiene el abdómen mucho más largo y más grueso, es de un color más claro ó más gris; las líneas trasversales son más anchas, pero dispuestas como en el macho; el punto, en fin, es ménos vi- sible. Las orugas viven sobre el guavabo y tambien sobre una especie de enci- no. Son velludas y achocolatadas; los pelos poco gruesos, no muy largos, rojizos, sedosos y suaves al tacto, penetrando sin embargo algunas veces en la piel y causando una gran comezon. Habiendo destruido con mis propias manos un nido, en el cual las orugas habian sufrido su metamórfosis, estos pelos, despues de haberme causado una comezon insoportable, me produje- ron una erupcion papulosa en los dedos. Son nocturnas y permanecen todo el dia en el nido que casi contiene cien orugas, saliendo al caer la tarde en busca de alimento. Fijan su nido en la extremidad de las ramas y comien- zan á formarlo desde el dia en que nacen, y continúan trabajando en socie- dad hasta la época de su trasformacion en crisálida. El capullo ó nido adquiere dimensiones enormes, hasta 80 centímetros de largo; es de una blancura brillante, sobre todo ántes de las lluvias; tiene LA NATURALEZA 367 una abertura hácia abajo por donde caen los excrementos y las orugas que mueren ántes de trasformarse. Las orugas salen y entran al nido á través de los hilos; para metamorfosearse en crisálida permanecen en el centro del ni- do y agrupan sus capullos los unos al lado de los otros, lo cual se verifica á fines de Marzo; permanecen en aquel estado hasta Junio, época en que na- cen las mariposas; éstas salen hácia las cuatro ó cinco de la tarde y no vue- lan sino despues de siete horas y ya en la noche: durante los primeros dias nacen solo machos, y despues hembras; cuando éstas han sido fecundadas y han efectuado su puesta, lo que se verifica en seguida, los dos sexos mue- ren, no habiendo vivido sino cinco ó seis dias. Los huevecillos se abren á los diez y seis dias de su postura. Las pequeñas orugas comen inmediatamente hojas de guayabo ó de encino, segun que los huevecillos han sido deposita- dos en uno ó en otro de estos vegetales. Mi inteligente amigo el Sr. D. J. Apolinario Nieto, me ha comunicado que las orugas desde que nacen hasta su trasformacion en crisálidas, viven y deben nutrirse un poco más de ocho meses y que seria muy difícil domesticarlas. Estas orugas son muy abundantes en muchas localidades del Estado de Veracruz, y pongo á continuacion los datos siguientes, que he extractado de la «Estadística del Estado libre y soberano de Veracruz», obra impresa en Jalapa en 1831. Se lee en ella, que en Acayúcan se podria establecer muy bien una fábrica para los tejidos de seda silvestre, que es tan abundante en sus cercanías; de este modo se evitaria que la recoleccion de este precioso filamento no se perdiese anualmente, y que el grano no llegase á escasearse en los lugares donde naturalmente se encuentran hasta 500 bolsas que lle- van cada año los oaxaqueños, disminuyéndose á causa de esto las recolec- ciones subsecuentes: la tela que se fabricase con esta materia llegaria á ser tan estimada como la del Kien-Cheu entre los Chinos.» En la misma obra se lee: «que en Jalacingo, á 7 leguas de Perote y á diez y seis de Jalapa, no se conoce el gusano de seda propiamente dicho, sino otra especie distinta, diferente en-sus metamórfosis, su manera de formar el nido y el resultado de la materia que produce. Una multitud de estas orugas se agrupan en una especie de bolsa suave que forman sobre los encinos y de la que se saca una seda bastante fina, que se llama silvestre ó del monte. No es un hilo que se pueda devanar, sino mas bien una borra ó mota que se hila en malacate, y con la que se hacen tejidos muy regulares, pero que se han abandonado sin saber el motivo. NOTICIA SOBRE EL CAPULLO DEL MADROÑO, POR M. A, SALLE. (Anales de la Sociedad entomológica de Francia, Junio de 1856.) Habia leido en el «Ensayo político sobre el reino de la Nueva España» del baron de Humboldt, que «en la provincia de Michoacan y en las monta- ñas de Santa Rosa, al Norte de Guanajuato, se ven suspendidos en diferentes especies de árboles, sobre todo en las ramas del Arbutus madrogno, sa- cos de forma oval semejantes á los nidos de los tordos y caciques. Estos sa- cos llamados Capullos de madroño, son fabricados por un gran número de orugas del género Bombyzx, de Fabricius, insectos que viven en sociedad y que hilan juntos. Cada capullo tiene 18 á 20 centímetros de largo y 10 de ancho. Son de una blancura brillante y formados de capas que se pueden separar unas de otras. Las capas interiores son más delgadas y de una tras- parencia extraordinaria. La materia de que están formadas estas grandes bol- sas se parece al papel de China; el tejido es tan tupido, que casi no se des- cubren los hilos que están pegados trasversalmente unos sobre otros. He en- contrado un gran número de capullos de madroño descendiendo del Cofre de Perote hácia Las Vigas, á una altura absoluta de 3,200 metros. Se puede escribir en las capas interiores de estos capullos, sin recibir ántes ninguna preparacion; es un verdadero papel natural, del que los antiguos mexicanos sabian sacar partido pegando muchas capas para formar un carton blanco lustroso. Las orugas son de un coloraceitunado, tirando sobre el negro y provistas de pelos. Su largo es de 23 á 28 milímetros. No hemos visto sus metamórfosis, pero hemos observado que á pesar de la belleza y el lustre extraordinario de esta seda, seria casi imposible sacar partido de ella á cau- sa de la dificultad de devanarla, pues como muchas orugas trabajan juntas, sus hilos se cruzan y se entrelazan mútuamente.» Tuve el gusto el 2 de Junio de 1855, descendiendo de la vertiente orien- tal de la Cordillera, entre el pueblo de Maltrata y la villa de Orizaba, á una altura de casi 300 metros, de encontrar sobre un pequeño árbol de madroño, cinco ó seis de estas bolsas de que habla Humboldt. Ví por la abertura que está abajo, que contenian un gran número de crisálidas de lepidópteros diur- nos, pegadas al derredor de las paredes interiores; segun su aspecto pensé LA NATURALEZA 369 que podian pertenecer á una especie de Hespéride, por sus antenas en ma- sa, no siendo Bombyx como pensaba Humboldt. El Dr. Boisduval me hizo notar más tarde, que pertenecian á su género Euterpe y que el hecho de mariposas de México, viviendo en sociedad habia sido ya señalado por M. Westwood. Efectivamente, este señor publicó en 1834, en las « Transacciones de la Sociedad entomológica de Londres,» vol. 1, pág. 38, la historia detallada de se- mejante capullo, bajo el título: On á gregorious species of Butterfly from Mexico, acompañada de una lámina, y segun la diseccion que hizo cuidado- samente de una crisálida seca, vió bastante bien la mariposa para hacer la descripcion de un género nuevo que llamó Eucheira socialis, pero parece que no tuvo conocimiento de la observacion del venerable y sabio viajero que he citado más arriba. Hasta ahora solo he tenido ocasion de examinar las orugas del £. psidiz, y he creido reconocer en ellas los caractéres de un género más moderno que el Bombyz ó si se quiere una simple subdivision de él, y que lleva el nombre de Cnethocampa, aludiendo á la propiedad urticante de los pelos, de que tan abundantemente están provistas las orugas de sus diversas especies. Las que pertenecen á la fauna europea, con particularidad la C. processio- nea y C. pityocampa, se propagan en grande abundancia en los bosques, ocasionando graves perjuicios en los árboles y que no compensan con la uti- lidad que puede obtenerse de la seda de sus capullos. Las orugas todas que pertenecen á este grupo, tienen instintos de sociabilidad bastante notables, hilan juntas un capullo comun que encierra otros más pequeños, en donde cada una sufre su trasformacion en crisálida. De la especie mexicana podemos decir que es tan hermosa y abundante la seda de sus capullos, que su explotacion en grande escala daria resultados muy satisfactorios; bastando solo dirigir prudentemente su recoleccion en los lugares mismos donde naturalmente se procrea este lepidóptero, pues en los dilatados bosques en que vive encuentra siempre un alimento abundante y las mejores condiciones para desarrollarse: por otra parte, no cabe duda que se encontrarian medios fáciles y expeditos para vencer el inconveniente que presenta para su preparacion industrial, la construccion especial del capullo y los que dependan de la materia misma de que está formado. Respecto de la especie que procrea en el madroño á la inversa de la ante- 370 LA NATURALEZA rior, solo he tenido en las manos el insecto perfecto y sus caractéres: como lo indicó Boisduval, corresponden á su género Euterpe. C. G.—Cabeza de tamaño mediano, erizada de largos pelos sedosos, rígidos, poco apretados; palpos largos, separados, sobrepasando mucho á los ojos y abundantemente provistos de pelos rígidos bastante largos; su último artícu- lo delgado, acicular, casi desnudo, notablemente más corto que el segundo, que es muy largo; antenas largas de articulaciones bien marcadas, termi- nadas por una masa ovoide y algo comprimida; abdómen de un largo media- no y tambien comprimido ligeramente, no sobrepasando á las alas inferio- res; alas medianamente robustas, de celdilla discoidal cerrada, las inferio- res abrazando muy poco el abdómen por debajo.—Boisduval. C. E.—Cuerpo casi negro por encima y blanquizco por debajo: ojos y patas pardo-oscuro; alas en la cara superior de un pardo casi negro, con dos series de manchas blancas trasversales: unas submarginales y más pequeñas y las otras un poco más atrás de la mitad de las alas; en la cara inferior el color es mucho más claro y las manchas ménos aparentes. La forma de las superiores es subtriangular con el ángulo apical arredondado; las inferiores obovales y pestañosas especialmente en su borde interno: envergadura 5 cen- tímetros. Macho. De las dos especies de México descritas por Boisduval, E. charops, y E. nymbice, creemos que la del madroño corresponde á esta seguuda, mas si como parece, el nombre de Eucheira socialis impuesto por Westwooel, es anterior, tiene sobre aquel derecho de prioridad para ser preferido. Febrero 15 de 1876. ManueL M. ViLLADA. SECRETARIA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL. AS DOCUMENTOS INTERESANTES. DISCURSO LEIDO POR EL SR. DR. ANTONIO PEÑAFIEL Y BARRANCO, EN LA SESION SOLEMNE CELEBRADA EL DIA 29 DE JULIO DE 1875, EN CONMEMORACION DEL DISTINGUIDO NATURALISTA MEXICANO, D. JOSE APOLINARIO NIETO. SEÑORES: La Sociedad de Historia Natural debe un tributo de gratitud al Sr. D. José Apolinario Nieto, uno de sus socios, que dejó de existir en Córdoba el 21 de Diciembre de 1873, á la edad de sesenta y tres años. México ha perdido un modesto y laborioso sabio, dedicado por mucho tiemn- po á varios ramos de las ciencias naturales y especialmente á la Entomología, con la abnegacion y constancia de los Alzates y de los Olivas. La guerra de Independencia alejó de la ciudad de Orizava en 1810, á los padres del Sr. Nieto, D. Mariano Nieto y D.* Juana Palestino, al pueblo de San Miguel Hiloxochitlan, en donde nació nuestro naturalista: perdió á su padre á la edad de nueve años, sin haber recibido hasta entónces educacion alguna y quedando en la mayor penuria. A la edad de quince entró á una es- cuela de primeras letras donde concluyó su instruccion primaria en corto tiem- La NATURALEZA. —TOM. UI.—51. 372 LA NATURALEZA po, y despues aprendió el oficio de sastre para aliviar á su madre en la pobreza. Tuvo un protector, el Sr. D. José María Aguilar, quien conociendo su aplica- cion al estudio le llevó á su lado, señalándole un pequeño sueldo. La casa del Sr. Aguilar tenia numerosas relaciones en Orizava con personas instruidas, tan- to mexicanas como extranjeras, con las que tuvo conocimiento el Sr. Nieto. Recomendado á esta casa vino el naturalista francés Alexandro Lesueur, comisionado por Chevrolat para formar la primera coleccion entomológica mexicana, que llegó á Francia 2n 1832. Nieto trabajaba con entusiasmo vien- do con admiracion la primera caja de coleópteros que encerraba las for- mas variadas de los obreros que la naturaleza ha provisto de curiosas her- ramientas y pintado de magníficos esmaltes. Al ayudar á Mr. Lesueur, ambos no conocian mas que sus respectivos idiomas, pero mutuamente llegaron á enseñarse lo necesario para comprenderse, y Nieto perfeccionó más tarde sus estudios en el idioma francés hasta hablarlo y conocerlo con toda pro- piedad y correccion. La honradez de Nieto le valió una amplia confianza de su protector, quien al fallecer entregó sus intereses á su buena fé; entónces dedicó sus horas de descanso á la instruccion de sus hermanos. En 1838 se separó de Orizava y se trasladó á Córdoba, en cuya poblacion contrajo matrimonio y adquirió despues la Hacienda de Toxpan ó San José de las Lagunas; procuró allí hacer aplicaciones útiles de sus conocimientos de Historia Natural, haciendo esfuerzos, aunque sin conseguirlo, de aclima- tar el gusano de seda de la China, logrando solamente en este clima des- tructor de las crisálidas, la aclimatacion de grandes plantíos de morera, con lo que consiguió adelantar más de la mitad del camino en la resolucion del problema; lo demás es obra de constancia y cuidado para resolverlo como en Oaxaca y Morelia. En 1845 volvió de nuevo á Orizava para educar á sus hijos; pues ya en este tiempo el Estado de Veracruz comenzaba á distinguirse entre los demás de la República, por su proteccion á la instruccion primaria. Guiado de su carácter emprendedor estableció una máquina para fabricar ladrillos, y no siendo suficiente el consumo de la poblacion, fabricó casas que amueblaba y rifaba por hacer beneficios á la gente pobre, dándose el caso de que repitie- ra la rifa sin remuneracion, cuando salian premiados sus números sobrantes. El 4 de Octubre de 1850, de regreso de un viaje de México, fué asaltado en el lugar llamado Rio-prieto por una partida de malhechores, de los cua- les uno, tomándole equivocadamente por el juez, que anteriormente le habia sentenciado, le disparó un tiro de pistola, en el acto de poner el pié en el es- tribo del coche: el proyectil penetró por el cuello al lado izquierdo del pecho, quedando cubierto por las costillas, sin poder extraerse. Este accidente privó LA NATURALEZA 3/3 al Sr. Nieto de la mayor parte de sus facultades físicas, causándole cons- tantes padecimientos, que no fueron un obstáculo para que continuara en Córdoba sus tareas cientificas, colectando para las sociedades de Europa multitud de especies de coleópteros, entre las que se encuentran varias des- cubiertas por él y que llevan el nombre de su inventor impuesto por la so- ciedad entomológica de Francia. Una vasta coleccion intacta de esta clase, fruto de muchos años de trabajo, se conserva en poder de la familia. Los grandes trastornos que han ocasionado las revoluciones en México no interrumpieron sus tareas cientificas, ni su empeño y cooperacion en las me- joras materiales. Comprendió la importancia de la meteorología para el por- venir de la navegacion y la agricultura; se dedicó á recoger observaciones importantes cuyos resultados comunicaba á varias sociedades sábias de Amé- rica y Europa. Estos trabajos no serán estériles para el saber humano: ten- drán más tarde sus aplicaciones con la precision del vapor y del telégrafo, Antes de Arago la polarizacion de la luz era conocida de los físicos; el genio le dió aplicaciones, y por medio del prisma se extendió la mirada del hombre hasta la atmósfera de los soles que emplean años en enviarnos su luz. El siglo XIX acopia en las ciencias naturales granos que sembrará más tarde otra generacion; las aplicaciones de los hechos no pertenecen á un solo ho:- bre sino á la familia humana. Las sociedades sábias tributaron un homenaje de respeto á nuestro com- patriota el Sr. Nieto. En 1855, la Exposicion universal de Agricultura, in- dustria y bellas artes de Paris le concedió una medalla de tercera clase; re- cibió el diploma de socio corresponsal de la Sociedad mexicana de Geografia y Estadística concedido en Setiembre de 1856; miembro de la Sociedad En- tomológica de Francia, en 12 de Setiembre de 1860; socio de la Sociedad Meteorológica del mismo país, en 26 de Diciembre de 1861; honorario de la de Geografía y Estadística mexicana, en 1." de Setiembre de 1864; miembro de la Sociedad Entomológica de Filadelfia, en 12 de Marzo de 1866; corres- ponsal de la Sociedad imperial de Aclimatacion de Francia, en 27 de Agosto de 1869, y titular de la misma en 12 de Octubre del mismo año. La Socie dad mexicana de Geografia le dió un voto de gracias por haber aclimatado en México la benéfica planta de la QUINA, que floreció en 24 de Noviembre de 1869; recibió una medalla de tercera clase de la Sociedad imperial de Aclimatacion de Francia, por el mismo motivo, en 1870; otra medalla de 1.* clase concedida por esta misma sociedad, por la introduccion de varios ve- getales en México, otorgada en la sesion pública de 10 de Abril de 1874, la que llegó depues de su fallecimiento; obtuvo además una medalla de oro, al mérito industrial, de la Exposicion general de México. En la Memoria 374 LA NATURALEZA de los trabajos de la comision científica de Pachuca publicada en 1864, el socio fundador de esta sociedad, D. Manuel Villada y yo, dedicamos al nom- bre del Sr. Nieto una especie nueva de cantárida que descubrimos en el Es- tado de Hidalgo. La Sociedad de Historia Natural fué un objeto de vivas atenciones de parte del Sr. Nieto; le remitió para su biblioteca magníficas monografias del ramo entomológico, y tuvo un grande interés por que se sostuviera la publicacion de su periódico, que sigue sosteniéndose, tanto por la proteccion de sus socios como por la de nuestro gobierno, pues han conocido que sus trabajos tienen por mira la prosperidad nacional. Tenemos en nuestra rica patria materias tintoreales de orígen vegetal, cuyas plantas están por clasificar y sus estudios químicos sin comenzarse: minerales útiles, como el bismuto descubierto en San Luis Potosí por nuestro compañero el Sr. D. Florencio Cabrera, que no entra todavía en las explotaciones importantes de nuestro país; falta perfec- cionar con los adelantos de la física, la química y la mecánica el beneficio de los metales que por siglos se han derramado por toda la tierra; los ani- males mexicanos que deben entrar en el dominio de la agricultura para su propagacion; las preciosas maderas, de que fabrica la ignorancia. . .... carbon; y tantos ramos inexplorados todavía, que darán más tarde riquezas incalculables á nuestra República. El nombre del Sr. Nieto tendrá que recor- darse con grande interés cuando se emprenda por nuestro gobierno la ex- plotacion científica de México. El Estado de Veracruz recordará al Sr. Nieto como el protector de sus grandes empresas materiales; pues cooperó activa- mente en el establecimiento del ferrocarril y telégrafos de México á la ca- pital de ese Estado. Los últimos años de su vida los consagró á la aclimatacion y cultivo de varias plantas útiles, principalmente de la quina. Conseguida la aclimatacion de esta planta quedaba el problema de saber si contenia los principios acti- vos y en la proporcion conveniente para sus aplicaciones á la curacion de las fiebres: esta cuestion que fué propuesta por el mismo. Sr. Nieto á los químicos de Europa, quedó resuelta favorablemente para la quina aclimatada, y confirmada por los trabajos de esta Sociedad. La planta de la quina tiene ya su patria en México y se ha propagado con rapidez en los lugares vecinos de Córdoba, en donde la gente pobre usa has- ta de las hojas para la curacion de las intermitentes con buenos resultados. La Sociedad mexicana de Geografia y Estadística procura difundirla en todos los climas de la República. Los padecimientos físicos del Sr. Nieto amargaron sus últimos dias ha- ciendo de él un mártir del trabajo y del estudio: México se honra con su' LA NATURALEZA, 375 memoria: la ciencia no debe levantar el velo de sus últimos momentos... Dejó de existir á la edad de 63 años. ' La Historia al inscribir los nombres de los bienhechores de México en el libro de la inmortalidad, debe grabar las siguientes palabras: José Apolinario Nieto aclimató en Córdoba el arbol de la quina. DISCURSO LEIDO POR EL SR. DR. FERNANDO ALTAMIRANO, e EN LA SESION SOLEMNE CELEBRADA EL DIA 29 DE JULIO DE 1875, EN CONMEMORACION DEL DISTINGUIDO NATURALISTA MEXICANO, Dr. Lauro M. Jimenez. SEÑORES: La ciencia de Hipócrates se ha cubierto de un crespon fúnebre con la pér- dida de un hombre que hacia honor á la humanidad, era el consuelo del es- tudiante. desvalido, y el genio observador é infatigable de los misterios de la naturaleza. El nombre de este ser filantrópico, sencillo, de recta conciencia y firme creyente de la doctrina de Cristo, era Lauro M. Jimenez. ¡Oh maestro querido, levántate y ven á alimentar en mi cerebro la luz de la idea que se extingue: que tu voz resuene entre nosotros: pintándonos be- llos cuadros de la naturaleza, y que la Patria adorne tu frente con los laure- les que supiste alcanzar como profesor lleno de fuego en la difusion de las verdades científicas! Mas . .*. . . ¡Ah! solo tus restos venerandos nos inspiran aún, y la Socie- dad á la que seis años perteneciste fundada sio mas medios que la abnega- cion y el trabajo, sin otro fin que el conocimiento de los séres de la creacion, sin más recompensa (que el progreso de nuestra patria, hoy concurre aquí para manifestar á sus conciudadanos el impulso que diste al estudio de las cien- cias naturales, 376 LA NATURALEZA Feliz esta Asociacion de naturalistas que hoy te presenta como un modelo admirable de trabajo y de virtud. Te reflejas en un cuadro grandioso don- de admiramos el patriotismo, la caridad y la religion. Mi pluma esimpotente para copiar este precioso conjunto, opacaria los bellos colores producidos por la misma naturaleza, cual una imágen perfecta grabada por el éter lu- minoso. Pero la mente de la Sociedad que me honró confiándome una mision pro- pia tansolo de inteligencias privilegiadas, fué que presentara un com- pendio de sus principales trabajos sobre Historia Natural, recordar que existió este hombre ilustre y que su nombre quedó escrito para siempre en el templo de la fama. No cansaré vuestra indulgente atencion, seré breve y conciso. Habiendo terminado su brillante carrera de medicina, su espíritu no sa- tisfecho con poseer los medios de que disponia la ciencia para disminuir el sufrimiento, se lanza á investigar las leyes de la naturaleza que su imagi- nacion le presentaba majestuosa en nuestros fértiles campos, ostentando vegetales gigantescos que al través de los siglos han recorrido la historia de nuestras pasadas generaciones. Allí veía tambien las variadas plan- tas que el viajero puede encontrar del Polo al Ecuador, ya adornadas de pé- talos matizados con brillantes colores, ya encerrando un principio que quita la vida con la rapidez del rayo, ú bien calmando maravillosamente el dolor; ya ofreciendo fibras delicadas, hermosas maderas, exquisitos perfumes, y so- bre todo, admirando la sabiduría de su Creador; comprende al fin, que para conocer con más perfeccion el organismo humano, en su desarrollo, extruc- tura, facultades y alteraciones, debia comenzar por adquirir el conocimien- to de los séres inferiores. Su inteligencia percibe un bello horizonte y se lanza atrevido al estudio de la Zoología y de la Botánica, sin instrumentos, sin libros, sin proteccion, pero lleno de fé y entusiasmo para dominar los obstáculos, llegando á ser un insigne botánico. Una vez dado el primer impulso comenzó á difundir los conocimientos que adquiria, y fué uno de los primeros en dar á conocer el microscopio en México, demostrando á los que lo escuchaban el mundo celular de la Zoolo- gía y de la Botánica. , El interes por el estudio de la Historia Natural circula rápidamente, los gobernantes participaban de él procurando fomentarlo, y el infatigable ini- ciador no se contentaba con buscar aplicaciones de las ciencias naturales á la Medicina, á la Agricultura y á las Artes; sino que al mismo tiempo socor- ria al desgraciado, formaba el robusto tronco de una familia, y exponia tran- LA NATURALEZA 37% quilamente su pecho á las bayonetas del yankee, cuando sus huestes pisaban nuestro bello suelo y allanaban nuestros hogares. He aquí un verdadero patriota: vedlo cómo derrama su sangre por la patria sin reclamarle recompensa, y que vive exclusivamente para ella, dándole nuevos ciudadanos, cultivando la inteligencia de unos, salvando de la muer- te á otros, y que extiende la fama de su país presentando al mundo las ga- las con que la naturaleza lo adorna. La libertad en tanto marchaba á grandes pasos por un camino regado con sangre, pero que fertilizaba el campo de la ciencia, brindando con el sa- ber al humilde pastor que habita en medio de los bosques, y al opulento aristócrata sumergido en la ignorancia, aumentando los medios para que el pueblo pueda oir Ja voz de sus maestros, y proporcionando á éstos los medios necesarios para difundir la instruccion: así, repito, fertilizaba el terreno y germinaban las semillas que sembraba Lauro Jimenez entre la juventud. Hélo aquí ya rodeado de un círculo de jóvenes que escuchan sus leccio- nes de Botánica, y formando parte de las Sociedades científicas donde pre- sentaba sus trabajos sobre Historia Natural, porque aun no se habia creado la entusiasta Asociacion que tengo hoy el honor de representar. La «Gaceta Médica» daba á luz una interesante observacion de Myasis, enfermedad producida por un insecto terrible para quien nuestras cavidades naturales, particularmente las fosas nasales, son un palacio que busca con ahinco para depositar sus gérmenes que se trasformarán en una inmensa y temible generacion. Nuestro naturalista observó que aquel insecto era diverso de los conocidos, esto es, de la Lucilia Cesar ó Mosca dorada y de la Lucilia hominwora, con los que presentaba semejanza; pero que se distinguia particularmente por el cambio de colores que se percibe en su cuerpo, variando la direccion de la luz, propiedad que tomó para especificarla con el nombre de Lucilia versi- color y estableció una nueva especie de esos inocentes compañeros de nues- tras habitaciones, pero que bajo su disfraz pueden ocasionarnos la muerte. Demostró los recursos de que el médico dispone para combatir los padeci- mientos aceptando de la naturaleza las plantas tales como ésta se las ofrece; citó los magníficos resultados que habia obtenido con el Fucus vesiculosus en la hipertrofia de varios tejidos, é hizo notar un punto que se habia escapado á la sagacidad de otros de sus compañeros: que la accion benéfica de esta planta tal vez no sea debida al yodo que contiene en sus elementos, sino á un principio especial que se haya ocultado al químico, y por ahora sola- mente la naturaleza sea capaz de proporcionarlo por medio de este producto marino. 378 LA NATURALEZA Trabajaba además en union de otros ilustrados mexicanos, los Sres. Her- rera y Mendoza, cuando entregados por su parte al estudio de una pequeña pe- ro enérgica planta mexicana, la Comelina tuberosa, Lauro Jimenez buscaba sus aplicaciones y anunció á la Academia de Medicina, que nuestra flora ha- bia dotado á la ciencia con un agente enérgico para contener las hemorragias, y que estaria al alcance tanto del desgraciado indígena que habita aisla- do en derruida cabaña, como del feliz ciudadano rodeado de tesoros y de los consuelos de la ciencia. Lauro Jimenez no solo procuraba el consuelo de sus semejantes, sino el de todo sér dotado de sensibilidad y por lo mismo condenado al sufrimiento; por eso le vemos buscar la causa de la muerte de un caballo, cuyo estómago presentaba á la autopsía las larvas de un insecto que se deseaba conocer, así como los medios de que se vale para derribar un organismo tan superior al suyo. Sus investigaciones no podian darle la solucion apetecida, porque era im- posible en aquellas cireunstancias que le condujesen á la última transforma- cion del insecto; pero su espíritu percibia al través de este velo tupido, un género nuevo de la familia de los Athericeros, en cuyo vaso lo especificaba con la voz Gastrus y seria propio del continente americano. La misma Gaceta dió á conocer una prueba de la sagacidad de nuestro com- patriota, al referir la curiosa observacion sobre el Chahwistle. Aquí ad- miramos á este obrero infatigable de la ciencia recorriendo los campos en una tarde del mes de Julio, para darse cuenta de una enfermedad que ata- ca tenazmente á los sembrados de maíz. Se le dice que un insecto era la causa, pero recurre al microscopio y este le revela la verdad; aquel polvo que cubria las plantas era un hongo, un or- ganismo perfecto, que aunque pequeño, su poder destructor era inmenso. Con este triunfo dotaba á la ciencia de una especie nueva que designó Licea maidis, ó como despues quiso llamarla, Maidis chahuistlea, y de- mostró al agricultor el enemigo de sus sementeras y algunos medios para combatirlo. Sobre esta corriente cientifica que inundaba á nuestro país, protegi- do por la paz, bogaba tranquilamente nuestro naturalista, cuando recibe un viento contrario; y al sustentar una oposicion para obtener una plaza en el hospital de San Hipólito, las olas de la envidia y de la injusticia, hicieron naufragar el tesoro de ciencia con que se habia enriquecido; pero su gloria de vencedor no pudieron sumergirla: todos los estudiantes prorumpen en aplausos, honran su mérito y su saber, y le eligen como brillante antorcha que los ilumine en su carrera. LA NATURALEZA 379 De aquí brotó la Sociedad Filoiátrica: hé aquí un nuevo plantel de estudian- tes de medicina dirigido por un insigne naturalista, que les allanará el cami- no de la ciencia y les marcará una huella luminosa para que puedan llegar á inscribir sus nombres en el templo de la gloria. : Los trabajos de esta Sociedad naciente recorren el mundo científico por medio de un periódico, «El Porvenir,» que el gobierno indulgente ayuda á sostener, y en él aparecen los trabajos del presidente filoiátrico, sobre di- versos puntos de Historia natural. Unas veces comunica á sus discípulos los medios de que se deben valer para formar un museo zoológico, oponiéndose á la destruccion, esa ley mis- teriosa de la naturaleza que protege el contínuo movimiento de los átomos, que los que hoy forman una molécula cristalizada mañana constituyan una celdilla, y que la celdilla que hoy se nutre solamente, despues tenga sensi- bilidad, y más tarde sea el vehículo de la inteligencia para descubrir las le- yes del universo. Les enseñaba además la Taxidermia, esto es, cómo debian conservar á los representantes de la seriezoológica cuando recorriendo las escarpadas monta- ñas y los perfumados bosques se encontrasen pintados pajarillos de vistosos y delicados plumajes, serpientes venenosas y otros reptiles; en una palabra, todo sér á quien la naturaleza ha animado con el soplo de la vida. En medio de estos afanes le comunican el proyecto que han concebido seis mexicanos de consagrar una parte de sus fondos y desu tiempo al estudio de la Historia natural, su alma entusiasta recibe con júbilo la invitacion y forma parte de aquel grupo de verdaderos amantes de la ciencia. El tiempo que le deja libre su clientela lo emplea en concurrir á las so- ciedades científicas, donde su voz era escuchada con agrado y cuyos perió- dicos publicaron sus numerosos trabajos sobre ciencias naturales y que omito relataros por no ser prolijo. Su vida estaba enteramente consagrada á la ciencia y la ambicion no tu- yo entrada en aquel noble pecho; seguia rectamente la voz de su conciencia, y nien momentos críticos en que la única perspectiva de su vida era el olvi- do y la miseria, se apartó de la divisaque guiaba su existencia: proteccion al . estudiante y el concienzudo análisis de los séres organizados. Presidente perpétuo de la Sociedad que habia formado y que sostenia con heroicos esfuerzos, decidia con su práctica de veinte años las difíciles cuestio- nes médicas que surgian entre sus filoiátricos, é investigaba solícito las necesi- dades de sus jóvenes estudiantes para llenar la magnánima mision que ha- bia dictado el honroso lema de esa Sociedad: Filoiátrica y de Beneficencia. Como excelente botánico no abandonó sus amados vegetales, y miéntras La NATURALEZA.—TOm. 111.—52. 380 LA NATURALEZA que en la Asociacion naturalista, leía interesantes observaciones como la de esa planta que nos remite el histórico Querétaro, denominada Picosa, que descubrió ser una especie nueva del género Croton, en el silencio de la noche se dedicaba en su hogar a disponer segun el método natural, las nu- merosas plantas indígenas descubiertas por una de las glorias científicas, el Sr. D. Vicente Cervantes. Este trabajo habia de ser el centro donde debian concurrir todos los co- nocimientos científicos que habia adquirido en los diversos ramos de las cien- cias médicas y naturales. Vendria á formar un faro luminoso que marcase el sendero para la formacion de nuestra bella flora. Mas ah!.... ved aquí que comienza á opacarse este sol de la ciencia, y pocos instantes despues de haber arrojado sus últimos destellos se eclipsa A O A RE La muerte al descorrerle el velo de la naturaleza arrebata á la Aca- - demia de Medicina su presidente; á la Sociedad Filoiátrica su fundador; á México un verdadero patriota; á sus hijos el sostén y las caricias, y á la So- ciedad de Historia Natural uno de sus laboriosos obreros. Una víctima más, un hueco en las filas de la ciencia, un combatiente mé- nos de la inteligencia en la conquista de los secretos de la naturaleza; pero que no es una lucha como la del hombre con el hombre por la vía brutal de las armas. Pero ah! qué distinta es la recompensa! Miéntras al vencedor cuanto más extermina, cuantas más familias deja en la orfandad, cuanto más hace retro- ceder las artes y la industria, más aumenta su gloria, más riquezas se le conceden, más aplausos le prodiga el mundo, y las naciones doblan ante él humildemente la rodilla: el sabio en el presente estado social, sucumbe con las manos tendidas hácia las coronas que se le escapan; deja ásu familia en- vuelta en la miseria, y el mundo le arroja cuando más un puñado de tierra en su fosa para ocultar con él los beneficios que le debe. Pero no hay que retroceder ante este triste espectáculo, juventud estudio- sa: vosotros modificaréis nuestras costumbres, y con la luz de la libertad y el progreso colocaréis al sabio en el lugar distinguido que merece. Os ha enseñado el camino el primer Magistrado de la Republica. Védle + que vigila cuidadosamente la instruccion; jamás se la han prodigado más ele- mentos para su progreso, y aun nuestra Sociedad recibe exactamente de su mano protectora la subvencion que el Soberano Congreso le concede, por- que ha comprendido que la ciencia tiene dos aspectos: en el laboratorio del inventor exige cuantiosos gastos; en la fábrica del industrial es fuente in- agotable de riquezas, LA NATURALEZA. 381 ¡Oh Industriales! acordaos cuando recibís crecidas rentas que ya ha su- cumbido gran número de sabios agotados por la fatiga y la miseria. Ceded á sus familias una parte. Y miéntras llega este bello ideal, ¿no habrá entre vosotros, compañeros Naturalistas, alguno que despues de cerrar los ojos del amigo venga á aceptar la herencia de su miseria y sostener sus más ca- ras afecciones? Ved aquí la mision que se habia impuesto Lauro Jimenez: desempeñad su papel. Ensanchad el campo de la ciencia; multiplicad el número de socios que se entreguen á su culto; enriqueced sus cosechas, y sobre este camino de triun- fos y de martirios, curad los heridos y levantad los muertos, exclamando: ¡Gloria al progreso, gloria á la ciencia! CATALOGO DE LA COLECCION DE PRODUCTOS NATURALES INDIGENAS Remitida por la Sociedad Mexicana de Historia Natural á la Exposicion Internacional de Filadelfia. INFORME rendido por el Sr, socio D. Fernando Altamirano, de los productos que él presentó á la Sociedad, y que se expresan á continuacion: GRASAS, 1. AcrrTE DE chia. —Se extrae de las semillas de la Salvia chian, que vegeta en la mesa central y se cultiva en varios puntos de la República. Es secante. (Farmacopea Mex.) Yo lo ví usar en Jojutla (Estado de Morelos), por los indígenas, en sustitucion del axe, ¡Axe ó axin, materia grasa muy secante, producida por un insecto, el Coccus axin), para pintar sus jícaras: esta pintura resiste mucho al agua y al frotamiento, sin desprenderse ni for- marse hendeduras. Valor de una libra en México, 37% cent. 2. ACEITE DE PIÑONCILLO.—Lo extraje por simple presion de las semillas del Curcas purgans, que ví abundantemente en Miacatlan (E. de Morelos), y pueblos cercanos. Lo cultivan generalmente para cercar con ellos las huer- tas. Producen las semillas el 30 por 100. Es un purgante enérgico en la dósis de 4 gram., que es la que administré á un perro, y tambien produce vómitos. Valor de un cuartillo (medida de granos) que pesa 930 gram., en Miacatlan 0,12% centavos. Podria usarse en la Medicina. 3. PivoxciLo.—Semillas del Curcas purgans, segun el Sr. Herrera. Producen el aceite ya mencionado. A los niños que suelen comerlas, por el sabor agradable que tienen, semejante al del piñon, les producen muchos vómitos y deposiciones. Hoy no se utilizan. LA NATURALEZA 383 4. AcerrE DE cacamuaNaNcmr.—Lo extraje por medio del sulfuro de car- bono, de las semillas que remitió el Sr. D. Francisco Cordero y Hoyos: segun los caractéres de las mismas, me parece que la planta que las produce per- tenece á las Timeleaceas. Yo la encontré en Miacatlan; pero vegeta abundan- temente en Iguala (segun el Sr. Cordero), donde se desperdician las semillas. El que quiere aprovecharlas, segun el mismo señor, paga solamente 3 rea- lesá un hombre, que puede reunir en un dia 5 6 6 arrobas. Tiene un olor muy repugnante, y es tan secante que se resinifica muy pronto cuando se muele la semilla, siendo difícil entónces su extraccion por la prensa; se saponifica muy fácilmente dando un magnífico jabon, y se puede usar tambien para barniz. Contiene un ácido graso cuyo punto de fusion es de 88" c., muy propio para fabricar velas. El olor de las semillas y del aceite lo tiene tambien la madera, que es muy resistente y se utiliza para vigas largas y gruesas, para lo cual se presta el árbol, enteramente recto y bastante grueso. 5. ÁCIDO GRASO DEL ANTERIOR, 6. Acerre pe mameY.—Lo extraje de las almendras de la Lucuma Bonplan- dit. A esta especie es á la que más se aproxima nuestro mamey, segun los caractéres que encontré en sus flores. Se cultiva en Cuernavaca y otras tier- ras calientes. Los frutos que se consumen en la alimentacion son los que se traen á la capital, y las semillas ó huesos se arrojan á la basura. Los que de allí se recogen se venden á 6 centavos el 100. Las almendras producen 40 por 100 de grasa á la presion en caliente. No es secante: da buen jabon y buena luz. Se usa como cosmético, por la creencia antigua de que hace nacer el pelo y evita su caida. A las almendras simplemente molidas les dan el mismo uso. El Sr. D. Maximino Rio de la Loza lo extrae para el comercio y lo vende á $ 1 libra. 7. ALMENDRAS DE MAMEY.—LEn el análisis que hice de ellas, además del aceite encontré fuertes proporciones de ácido prúsico, amigdalina y gran can- tidad de caseina, que podria utilizarse para formar mastic mezclándola con cal, ó como mordente en la impresion de colores. 8. Acerrk DE xumiLEs.—Lo extraje de unos insectos Hemíipteros, que per- tenecen á los Geocorizas. Existen en abundancia en Xumiltepee (Hidalgo), Tasco (Guerrero) y otras regiones calientes. Unos viven sobre los árboles y otros sobre las piedras, 384 LA NATURALEZA Los indígenas los usan para alimentarse y los toman con mucho agrado, no obstante su olor á chinche. Los comen vivos, pero la manera como los venden es asados en comal y regados despues con agua de sal y limon. De- ben formar un buen alimento por sus principios azoados y la gran cantidad de grasa que contienen. Producen el 40 por ciento de una manteca amarilla, sin olor de chinche, sabor no repugnante y que podria tal vez emplearse en medicina, como el aceite de bacalao, pues los indígenas usan con buen re- sultado estos insectos, como un verdadero medicamento para los tísicos y para todo individuo cuya constitucion esté destruida. Valor en Miacatlan, de un cuartillo de insectos mojados, 0,12% centavos. 9. XumiLes.—Insectos que producen el aceite anterior, muy usados por los indígenas en la alimentacion. Tienen un sabor picante, olor de chinche y la propiedad de excitar los deseos venéreos, segun dicen los que los toman. Un cuartillo (medida de granos) de Xumiles secos, pesa 400 gram. 10. Acino GRASO DEL ACEITE DE XUMILES.—Se funde á 5)" e. 11. Acerre de nago.—Producido por las semillas de la Brassica napus oleifera. Vegeta espontáneamente y con abundancia en las regiones tem- pladas de la República. Produce el 40 por 100. No es agradable para co- mer y solo se consume para las lámparas y otros usos domésticos. Valor en México, $ 4,50 cent. arroba del clarificado. Sin clarificar, $ 3,75 cent. 12. Acgrre pe coqurro.—Producido por la almendra de un palmero del género Elais (Sr. Herrera), que vegeta en Oaxaca, Acapulco, Colima, ete. El aceite se solidifica á la temperatura de la mesa central, formando una verdadera manteca fusible entre 25% y 28% c. Se extrae fácilmente por la presion en frio. Su sabor es agradable, lo mismo que su olor, y éste persis- te en la grasa y en el jabon que con ella se fabrica. Se saponifica fácilmen- te produciendo un jabon duro, muy blanco, ligero y espumoso, propio para el tocador. El Sr. D. Maximino Rio de la Loza extrae el aceite y lo vende á $8 arroba. 13. Coqurros bz acrrre.—Almendras del Elaís, que producen el aceite anterior. Vale una arroba en México $3. En Oaxaca 50 centavos. Producen 50 por 100 de grasa. Se usan para comerlos como fruta y para extraer el aceite. Su sabor es agradable. Destilando aguardiente sobre ellos, observé que el líquido destilado adquirió un aroma semejante al del cognac. LA NATURALEZA 385 RESINAS. 14. Lecuoso ó LecnoN.—Resina que extraje del jugo de un árbol llamado así, y al que atribuyen los campesinos la propiedad de hinchar los testícu- los, colocándose bajo su sombra. Es del género Hypomanea. Vegeta en Cuernavaca, Miacatlan y otros lugares calientes del Estado de Morelos. Pues- to el jugo sobre la piel en gran cantidad, produce la caida de la epidérmis, eomo sucede con las cantáridas, y la del pelo donde lo hay. Los ladrones utili- zan esta última cualidad para desfigurar la marca que los propietarios ponen al ganado para reconocerlo. La parte activa es una resina que aislé, y que aplicándola á la piel en un parche semejante al de la Tapsia gargánica, pro- duce una erupcion pustulosa, con poca comezon. La que lleva el frasco está disuelta en alcohol y tal como sale del primer tratamiento del jugo. En es- te estado se extiende sobre tela emplástica para formar los parches con más economía. Se puede, por lo visto, sustituir á la Tapsia y usarse en la medi- cina.—500 gram. de jugo sacan el costo de 50 centavos y dan el 3 por 100 de principio activo. 15. XocmicoraL.—Llaman así losindigenas, en Chilpancingo, á una resina extraida del Amyris lignaloe, que vegeta abundantemente en las regiones calientes. La usan allí para perfumar los templos y sus habitaciones. Su olor es muy agradable, como el de la esencia de la misma planta, y podria utilizarse la resina para barnices. Los Sres. Herrera y Maximino Rio de la Loza la sometieron á la destilacion, pero no dió gran cantidad de esencia; la cual sale ménos costosa extrayéndola directamente de la madera de esta planta. Segun los mismos señores, han comprado la arrobaá $ 6 en México. 16. Esroraque.—Con este nombre venden los indígenas en las regiones calientes del Sur de México, unos fragmentos pequeños de la corteza del Amy- ris lignaloe, que usan para perfumar las habitaciones y templos, quemán- dolas á manera del incienso. Su olor es muy agradable; tratadas con alcohol á 85% c. ceden una resina aromática: el valor de una arroba en Jojutla (Mo- relos), es de $ 1,25 centavos. 17. Cuicre.—Producto resinoso de la Sapota achras, que vegeta en las regiones calientes de la República. Lo extraen tambien, segun me dijeron 386 LA NATURALEZA los indígenas, en el pueblo de Teocalzingo (Guerrero), d3 varios árboles que tienen un jugo lechoso y se concreta al aire. Designan estos árboles con va- rios nombres: Chiclillo, Cuatamal, Tepechicle; pero la planta que produce más cantidad es la expresada. No es susceptible de vulcanizarse y no lo di- suelven en totalidad los principales disolventes neutros. Lo usan para mas- car, produciendo una abundante secrecion de saliva; efecto que puede uti- lizarse, segun el Sr. Herrera, en algunos casos de enfermedades del estóma- go. Vale en México $5 arroba. 18. Brea.—Se designa así la resina que queda de la destilacion de la trementina del Pinus teocote, que vegeta abundantemente en las montañas frias. Es de un color negro; pero se llega á obtener blanca, segun se puede comparar en los ejemplares que lleva el frasco, disolviéndola en alcohol á 85% c. y en caliente, que por el enfriamiento la deja depositar; se exprime y se lava en agua tambien caliente. Se utiliza para la preparacion del gas de alumbrado, formacion de teas, fabricacion de jabones, etc., etc. Vale en México 50 centavos. arroba. 19. Cuasore.—Gomo-resina producida por un arbol llamado Cuajiote blan- co que pertenece al Rhus perniciosa, L.—Vegeta en Miacatlan (Morelos) y otros puntos calientes donde ví que la usan para curarse las picaduras del ala- eran, aplicándola loco dolenti. Por su aspecto se parece á la goma llamada archipin, cuyo orígen se ignora, y que fué analizada por el Sr. D. Leopoldo Rio de la Loza. Las reacciones que, segun este señor, presenta la archipin bajo la influencia de los ácidos concentrados, tambien las dió el Cuajiote en las ex- periencias que hice. Si llego á comprobar que es la misma archipin, se le darán tambien sus aplicaciones que son, segun el Sr. Rio de la Loza: como purgante y como mas- tic para adherir los fragmentos de porcelana y vidrio, resistiendo perfecta- mente á un calor bastante elevado, poniéndose trasparente, etc., etc. Para conseguir la goma de Cuajiote en los lugares mencionados, es necesario po- nerá un hombre á que la recoja en los montes, haciendo incisiones en las cortezas de los Cuajiotes blancos solamente; porque hay tambien Cuajiotes colorados, que son mucho más abundantes, pues forman bosques extensos, pero que no producen esta goma, y solo se pueden utilizar por su madera que es semejante á la caoba. La goma archipin que traen los indígenas á México, vale $ 1 libra. 20. Ambar DEL PAIS Ó GUAPINOLE.—Segun la Farmacopea Mexicana, es LA NATURALEZA 387 una resina producida por la Mymenea courbaril, que vegeta en los montes cercanos á Petapa, del Estado de Oaxaca. Se usa para hacer barniz. Vale $ 1 50 centavos libra. 21. SANGRE DE DRAGO.—Resina astringente que venden los indígenas en Chilpancingo (Guerrero). La obtienen recogiendo en unos tubos de carrizo, el jugo de un árbol que vegeta en las costas de Acapulco, y designan con el nombre vulgar de Llora-sangre. Pertenece al Pterocarpus draco, segun el Sr. Herrera. Lo usan en dicha localidad como medicamento, en las diarreas particularmente. Cada tubo vale en Chilpancingo 6 centavos. 22. Goma pe PERU.—Producto gomo-resinoso del Schinus molle. Ve- geta abundantemente en la mesa central y otros puntos de clima templado. Se usa como medicina vulgar para curar las cataratas. 23. Incienso DEL Pars.—Resina producida probablemente por una /cica (Sr. Herrera). Es análoga al copal y se le dan tambien sus mismas aplica- ciones. 24. Incresso.—Llaman tambien así á pequeños fragmentos de corteza, de olor de incienso, y provienen seguramente del mismo árbol que el ante- rior. Lo usan los indígenas para perfumar sus templos. 25. Tacamaca.—Resina que se cree producida por el Elaphrium tomen- tosum. D. C. Vegeta en las Mistecas, Tancitaro, etc. Valor, $ 1 libra. 26. TescaLama.—Resina producida por el Ficus nymphaeifolia, qué ve- geta en las tierras calientes, particularmente en Michoacan, donde los indí- genas que la cosechan la venden á cambio de semillas. Es sumamente elástica, á manera del hule; pero que no conserva la for- ma que se le da, sino que se rompe ó se deforma por su propia retraccion. No conseguí vulcanizarla, lo que la distingue del hule. Es soluble parcial- mente en el sulfuro de carbono, en el éter sulfúrico y en el alcohol á 93 e., que disuelve una resina quebradiza. La benzina la disuelve completamente; tambien se mezcla con facilidad al aceite de linaza. Se forman buenos bar- nices y para esto es muy útil. Tambien se usa en la medicina vulgar. Vale en México $8 la arroba. LA NATURALEZA, —Tom, UL, —53, 388 LA NATURALEZA 27. Goma rLasrica pe Duranco.—Remitida por el Sr. Ballesteros á la So- ciedad de Historia Natural, y estudiada por mi. Ls producida por una planta herbácea de la familia de las Compuestas, tribu de las Ambrosieas, segun el Sr. D. Manuel Villada, y que vegeta en Durango. La extraen machacando to- da la planta y formando láminas compuestas de hule en su mayor parte y de la materia leñosa. Esta resinu elástica no es tan resistente como el verdadero hule ó caoutchouc, pero presenta mucha analogía con él, y sobre todo, es susceptible de endurecerse por medio del azufre, y recibir un bello pulimen- to. Se puede utilizar para las dentaduras, tejidos impermeables, etc. A.—Láminas con partes leñosas, tal como se preparan con la planta. B.—Privadas en parte de las materias extrañas, por presiones repetidas en el agua caliente. C.—Una porcion de B, mezclada con azufre y bermellon, y endurecida con un aparato vulcanizador de dentista. 28. Goma DE Soxora.—Producto de un insecto del género Coccus (Farma- copea Mexicana), que vive sobre un árbol llamado (Gavia, Chaparro prieto, etc., /Mimosa laccifera), que vegeta en Tamaulipas, Sonora y otros puntos de la República. Es una verdadera goma laca y se la pueden dar sus mismas aplicaciones. 929. Caraña.—Resina producida por el Amyris caranna. Vegeta en las regiones calientes de la República (Varmacopea Mexicana). Se usa en medi- cina. Vale en México $ 3 50 centavos libra. 30. Cora DE PENca.—Resina (Farmacopea Mexicana), que se cree ser pro- ducida por el Elaphrium copalliferum, D. C., que habita las regiones ca- lientes de la vertiente occidental de la República. Se extrae por medio de incisiones hechas en el árbol. Vale en México $5 arroba. Se usa en far- macia, y puede servir para barnices. 31. Copan DÉ prebra.—Producido por unos insectos, que segun informes que tomé de unos campesinos, lo recogen de los Eláfrios copaliferos, y lo trasportan á las piedras para formar sus nidos Es usado por el pueblo como medicamento, y puede servir como el anterior. 32, Corannore.—Producto resinoso que me parece provenir de una espe- LA NATURALEZA 389 cie de Rhus, análogo al Cuajiote que vegeta en Jojutla (Morelos). Se usa en la medicina vulgar. 33. Barsamo NEGRO.—Liquido producido probablemente (segun el Sr. Herrera), por el Myrospermum Pereire. Esta planta vegeta en Huaxtepec (Hidalgo), y en las costas de Acapulco. El balsamo presenta algunas dife- rencias con el extranjero, y son las siguientes: color más moreno, olor de fermentacion alcohólica, reaecion al tornasol muy ácida, y que se mezcla con el agua donde se agita, poniéndola muy turbia. Se usa poco en medicina. Valor de una libra en México, $3. 34. Barsamo.—Fragmentos pequeños de corteza que usan los indígenas de Chilpaucingo (Guerrero) para perfumar sus templos y habitaciones, y me parece que proviene del bálsamo negro, Myrospermum Pereire. Los indi- genas distinguen dos clases; uno blanco y otro colorado. Este último es el más apreciado, por su olor más vivo y agradable, que es semejante al del bilsamo líquido. Tratados con alcohol, se extrae un producto resinoso de olor del bálsamo. 39. BALSAMO DE LIQUIDAMBAR.—Producto obtenido (Farmacopea Mexicana), por incisiones hechas en las cortezas del tallo y ramos del Liguidambar sty- racifíua, L., que vegeta en Veracruz y otras tierras calientes de la Repúbli- ca. Valeen México 75 centavos libra. Se usa-en medicina. ESENCIAS. 36. Esencia be anisiito.—Producida por el Schkuhria abrotanoides, D. C., que vegeta abundantemente en muchos lugares de la República, y de climas muy variados, tanto frios como calientes. En estos últimos se desar- rolla mejor. El olor que se percibe cuando se frota una gota entre las manos, es igual al del anís comun. Por la rectificacion lo llegué á tener incoloro, quedando en el resíduo de la destilacion una corta cantidad de estearoptena, que cristalizó por el enfriamiento. Se usa en Morelia para fabricar licores, y se le podrian dar las mismas aplicaciones que á la esencia de anís, Púm- pinella anisum. Costó en México la preparacion de una libra $4. 37. EseNcia DE TORONJIL.—La extrae por mayor el Sr. D. Maximino Rio 390 LA NATURALEZA de la Loza, de la Cedronella pallida (Farmacopea Mexicana), cuyo olor es semejante al del poléo, Calamitha nepeta, y de la Cedronella mexicana, que es la más abundante. Vegetan en Xochimilco y otros lugares de la Re” pública. Vale en México una libra $ 5. 39. ESENCIA DE LINALOE.—>Se prepara por la destilacion mezclando agua á la madera, hecha birutas, del Amyris lignaloe, que vegeta en abundancia en Matamoros Izúcar y Teocalzingo (Guerrero), y otras tierras calientes. Su olor es agradable: incolora cuando se rectifica, y su punto de ebullicion ”. Valor de una libra en México, $2.25 centavos. La prepara eu gran canti- dad el Sr. D. Maximino Rio de la Loza. MATERIAS COLORANTIES. 39. Azarran.—Se llama así vulgarmente la Escobedia scabrifolia de Humboldt, que vegeta en abundancia en la montaña del Ocotiol (Guerrero). Se utiliza por los habitantes de allí como condimento. La expenden en forma de tablillas que fabrican con la corteza de las raicecillas, molidas y mezcla- das con masa de maíz, ó bien solas. Tambien lo usan como materia tinto” real, aunque en corta escala, para teñir los dulces y filamentos de amarillo, como el Crocus sativus; ni su olor ni su sabor son repugnantes, ni causan mal á la economía. Los más interesantes principios que encontré en la raíz son los siguientes: A. Azafranina.—Materia colorante y resinosa de la raíz anterior. La lla- man así por ser resina y del color de la azafranina del Crocus sativus, y además dar tambien como ella, con el ácido sulfúrico concentrado, una co- loracion azul que pasa al violeta. Bb. Escobedina.—Principio inmediato cristalizado, contenido en la raíz de la Escobedia scabrifolia. C.—Polvo de la raíz. 40. Tarrsceran.—Madera usada para comunicar color morado á los barni- ces de muñeca, por la propiedad de disolverse en el aguardiente que tiene disuelta la goma laca, que es la usada en esta clase de barnises. Cede gran cantidad de color cuando se pone en el estado de birutas (como las que lle- va el frasco que se remite), en la muñeca con que se frota para barnizar. LA NATURALEZA 391 Además del color, se utiliza tambien la madera que es muy dura y propia para construccion de muebles de lujo, por su aspecto agradable y el bello pulimento que puede recibir. 41. Tzomrayrie.—Cortezas de la Erythrina coralloides, que vegeta en las tierras calientes y templadas. Las usan los indígenas para tenir filamen- tos de color amarillo, Estos arboles sou muy abundantes y tendria poco costo la cosecha de la corteza. . 42. Escoga coLorapa.—Con este nombre se conoce una planta pertene- ciente á las Leguminosas y al género Pterocarpus? muy abundante en Miacatlan, Cuernavaca y otros puntos del Estado de Morelos, y que utilizan los habitantes de allí para hacer escobas con los tallos. A.—Frutos de la misma, que contienen en abundancia una materia resi- nosa amarilla, y gran cantidad de albumina, lo que aumenta su importancia como tintoreal, pues serviria de mordente esta sustancia al coagularse por el calor. B.—Polvo de los frutos. (¿—Resina aislada de los frutos, la cual está contenida en el tejido celu- var del epicarpo, dándoles un aspecto verrugoso. Debido á esta disposicion, se puede separar primero la materia colorante por medio de disolventes, y eu seguida pulverizando la semilla, se extraeria la sustancia albuminosa. D.—Raiz de la escoba colorada. Contiene una resina amarillenta, que con los álcalis produce una coloración roja violada muy hermosa, pero que se pierde con la luz. TEXTILES. 43. IxcarL.—Cortezas de una planta trepadora, cuya clasificacion no se pudo hacer por falta de datos. Las usan los indígenas para las afecciones de la boca, por lo astringentes que son. Las preparan remojándolas y macha- cándolas repetidas veces, hasta que quedan muy suaves, semejantes á un tragmento de gamuza. Lo que presentan de más notable son unos filamen- tos sumamente finos y brillantes, con el aspecto de seda. Dichos filamentos se podrian aprovechar para la industria; pero hay el inconveniente de que las cortezas resisten mucho á la pudricion y los hilos no se pueden aislar fácilmente. 392 LA NATURALEZA. 44. Aracre.—Filamentos extraidos de una Malvacea. Se extraen con fa- cilidad por medio de la pudricion: son muy suaves, delgados, bastante resistentes y se blanquean muy bien. Esta planta vegeta espontáneamente en toda region caliente y con mucha abundancia. Aun no se explotan estos filamentos. 45. —CuauLanuac.—Esta planta pertenece á la familia de las Tiliaceas y al género Triumfetta. Vegeta en las tierras calientes. Crece á una altura de 2 á 3 metros llevando muchas ramificaciones delgadas, rectas y largas, de cuyas cortezas extraje unos filamentos muy resistentes, largos, suaves y blancos. Esta planta es muy abundante; se pueden utilizar tambien sus fru- tos que son muy numerosos y contienen mucho mucilago. 46.—Cuauore.—Arbol perteneciente á las Bitneriaceas /Guazuma pola- bothrya). Lo hay en abundancia en las regiones calientes, formando arbo- ledas extensas en algunos puntos. Cada año produce nuevas ramificaciones abundantes, largas y delgadas que son las que se pueden utilizar para la ex- traccion de los filamentos. Estos son muy resistentes y largos; pero es ne- cesario que la maceración en el agua dure mucho tiempo para separarlos de la corteza. El agua en que se hace esta maceración queda muy espesa por la gran cantidad de mucílago que disuelve de los ramos. Los frutos de esta planta son tambien muy mucilaginosos, y algunos fabricantes de azúcar los han querido utilizar para la defecacion de los caldos. La madera de la mis- ma es muy resistente: la emplean los habitantes de aquellos lugares para la construccion de los trapiches. El tallo llega á adquirir de 20 á 30 centí- metros de diámetro. Los campesinos usan las cortezas de los ramos jóvenes para amarrar, en lugar de mecates: los frutos son un buen alimento para algunos animales. COLECCIÓN DE MADERAS DE LA ILACIENDA DEL, MARAMJO, Estado de Tamaulipas, Distrito del Sur, treinta leguas Oeste de Tampico, 53% 7 sobre el nivel del mar. Temperatura media anual 2205, Presentada á la Sociedad por el Sr. D. Blas Escontría, socio corresponsal en aquel lugar. 4 E (4) Ue] SINONIMIA VULGAR. Aquiche 6 Guácima . Anacua . de Anacahuiteó Trompillo. Algodoncillo. Barreta ó Palo blanco. BAD 3rasil. (AA IS Eo Cruceto . Chancaquillo . . , Ceron. TS CE A A SINONIMIA CIENTIFICA. Guazuma ulmifolia, La- mark. Ebretia? Cordia Boissieri, D. C. . . Cesalpinia echinata, Lam. Zanthoxilon sp?. . . 2andia aculeata, L, Leguminosa. ....., “USOS Y PROPIEDADES. Poco resistente. La hoja sirve para el gusano de seda á falta de la del moral. Muy sólida. La infusion de ésta y la conserva del fruto se usan como pectorales. Muy resistente; usada para cerca de labores. Fruto pequeño, comestible. Sólida: se exporta en grandes cantidades como madera de tinte. La infusion de la corteza es muy amarga; eficaz contra las calenturas. Elástica; usada para vigas. Excesivamente sólida, propia para construcciones hi- dráulicas por petrificarse debajo del agua, 394 NS SINONIMIA VULGAR. 13 Chanchanote. . .,.. 14 Chote (Huajilote) . . . ISAOhalahwutes o... 10 CMA yes ole 17 Huitzitziltembel 6 Ca- pulin de corona... Ebano. — (94) 19 Fresno . 201Gavias <=... 21 Guajillo. 22 Ahogador . 23 Huisache . 24 Huisache chino . 25 Higueron . 26 Hueso de tigre. , 27 Jobo d Coma. DO JOPOYA datar 29 Jaboncillo. . . SORTOSO e. Toto ds 31 Limon O AS dr limaoncillo 1007 E IZ 39 Ha urelllor SbiMoral LA NATURALEZA SINONIMIA CIENTIFICA, Parmentiera edulis, Fl. M. Menu os Idem Pitosporea . Diospyros ebenum? Retz. . Fraxinus pubescens, Walt. Mimosa laccifera Fl. M. . Leguminosa. . Acacia farnesiana, L . ICAC SD . Ficus dimidiata (F. nim- pheeifolia LY). .... Sapindust. ..... Citrus limonum,L...., Morus tinctoria, L . USOS Y PROPIEDADES. La hoja en cocimiento para la enfermedad de las bestias llamada «pasmada.» La corteza y la flor medicina- les, La corteza, para curtir pieles" Muy sólida. Eficaz como pectoral en coci- miento concentrado. La re- comiendan aun para lla tisis. Muy resistente á la presion y torcion; astillosa; se usa pa- ra ebanisteria, etc. Util para construccion. La ho- jaen infusion, como tónico. Fruto muy abundante; co mestible. Muy útil. Flor muy aromá- tica; la usan en Europa pa- ra perfumeria. Generalmente parásito; da raices adventicias en gran cantidad. Madera resisten te á la presion y torcion dentro y fuera del agua. Muy sólida, La fruta sirve como jabon pa- ra lavar la lana. Uso del fruto muy conocido. Sólida. Se exporta en grandes cantidades como madera de tinte, 36 37 SINONIMIA VULGAR. 9 Mezquite . . MAYAS a Naranjo. O LA NATURALEZA SINONIMIA CIBNTÍFICA, Prosopis dulcis, Kunth . . Malyvacta re Citrus aurantium, L.... 38 Ojite ......... Brossimum alicastrum, s BLOW AN A A MA e o EL 40 Palo de leche . . . . *> Euforbiacea. 41 Palo de Rosa 0 Cuacha- LA A A 42 Palo mulato, hojalarga. Zanthoxilum clava-Hercu- Id. Td. Td. Id. Td. La SA o ION id. China. A IN e ata CASero o. O IR A rica coa AE de potro . NATURALEZA, Tom, —111,—54. 395 USOS Y PROPIEDADES. Muy resistente á la presion y torcion; se conserva bien á la intemperie. Poco pesada, débil: se usa pa- ra muebles corrientes. Muy conocida, elástica; se usa para algunas piezas de car- roceria, etc. Arbol muy elevado. La hoja es una excelente pastura muy usada en la costa. Fru- to carnoso que agrada mu- cho y hace engordar al ga= nado. Crece en las márge- nes de los rios. Resistente y elástica. Muy elástica. Al cortarlo da un jugo lechoso, espeso, muy venenoso, acre, el que poniéndolo en una llama ar- de dando humo abundante, blanco, que produce dolor de cabeza. Usan la hoja pa- ra pescar, lo que consiguen con solo poner las ramas en el agua, Crece muy elevado en las már- genes de los rios. En Abril pierde la hoja y se cubre de flores grandes color de rosa. Produce goma medicinal, que se aplica en chiqueadores. Sirve contra la ictericia y pa= ra tinte. Sólida. La corteza sirve como jabon. 396 N? SINONIMIA VULGAR, 48 1d. de gallina. 49 Pichihumo. . 50 Pata de vaca. . AA A 52 Rajador. . 53 Ramoncilo 54 Retama hoja larga. 59 Id id. china. 56 Sabino . . 57 Sáuz 58 Tepeguaje. A O 60 Zapotillo . LA NATURALEZA. SINONIMIA CIENTIEJICA. Acacia amentacea? Fl, M.. Leguminosa. Erytrhina coralloides? 1], II Trophis sp? .. Cassia sp?. Spartium junceum, L. . Taxodium mexicanum, Parlatore. Sal pre ie eco edo Acacia acapulcencis, H. B. Sapotacea? USOS Y PROPIEDADES. Sólida. La corteza en polvo y la hoja en infusion, para curar bestias pasmadas. Rico en tanino. Se usa la cor- teza para curtir. La infusion de la hoja y de la corteza para la ictericia. Blanda. Sólida La hoja sirve para pastura. La ceniza sirve para hacer ja- bon sustituyendo la Jauja. Muy buena para tablas y em- barcaciones pequeñas. Sólida, Las siguientes muestras son de la hacienda de Micos, Estado de San Luis Potosí, jurisdiccion de Villa de Valles, 14 leguas N. 0, de este punto: 500" próximamente sobre el nivel del mar, 61 Aguacatillo . 62 Boca-negra . 63 Cedro. 64 Hoja ancha . , 65 Mezquitillo . ...... 66 Nogal. . . 67 Palo-santo ....... 68 Quiebra-hacha .. . 69 Tepame , , ONO ado MAA Persea Borbonia, L. . ... Cedrela odorata, L.. Leguminosa. . ....-+ Juglans regia L. . . Guaicum sanctum? L. Himenea?. ... Leguminosa. A e e AS Muy elástica; propia para construcciones y ruedas. Usos muy conocidos. Sólida: resistente á la presion. Sólida: empleada en ebaniste= ría, ete, Sin uso. Usado para vigas. NOTAS.—En dicha hacienda de Micos hay tambien todas las maderas expresadas del Naranjo, excepto el ébano y alguna que otra. En el Naranjo las más abundantes son: mezquite, ébano, ceron y huisache. ln Micos una de las más abundantes es la palma, llamada Real, A A A CATATOGO De las maderas colectadas por el $r. socio D. Rafael Montes de Oca, en el Estado de Veracruz, en las cercanías de Actopan, 713 metros sobre el nivel del mar, á los 19? 30' latitud N. y % los 22 13” do longitud E. de México. AB AT SINONIMIA VULGAR. NO 1 Flor de dia . 2 Guaje de sabána. 3 Granadillo. . 4 Tepeguaje. . NATA A 6 Copal . 7 Quiebra-hacha. . S Quina blanca . 9 Chico zapote. . 10 Sedita. 11 Guázamo . 12 Espino blanco . 13 Hincha huevos 14 Ule . 15 Cedro. 16 Alamo. . 17 Palo mulato. 18 Guayabillo 19 Rayadillo . 20 Cacao . 21 Jobero prieto . 22 Jobero blanco . 23 Nacascle . SINONIMIA CIENTÍFICA. Cochlospermun sp? . “Acacia sp? Brya ebanus, Brow. Acacia acapulcensis, H. B. Varennea polystachia, DAA Elaphrium sp? . Hymeneat........ Croton pseudo-china, Schl. Sapota achras, Mill. Guazuma polybotrhya, Cab. . Rhus toxicodendron, L. Castilloa elastica, Cerv. Cedrela odorata, L . Pops Zanthoxylon clava-Hércu- NES Psidium? . Diferente del Theobroma cacao. USOS Y PROPIEDADES. Muy sólida. Id. produce goma. Excelente para ebanisteria. Muy sólida. Da tinte negro; diurético. Sólida; produce resina. Muy sólida. Id. medicinal, como tónico. Sólida, produce chicle. Para ebanisteria. Sólida; la corteza se usa Co- mo astringente. Muy sólida. No sé que tenga uso. Produce el hule de México. Para construccion; da una go=- ma exquisita. Bastante sólida. La corteza usada como tónico. Muy sólida. Td. Muy sólida. Td. No se pudre enterrado; pro- duce goma. Oo” Dl 38 39 398 SINONIMIA VULGAR. Pedo de puerco . Roble . Zarzafrás . Cuajilote Jicaro. . Soliman. . Limon. . Moquillo. . Naranjillo. Jonote. . Habilla . Chicozapote macho . Crucetillo . Ocotillo . Plomillo. . Gateado. ) LA NATURALEZA SINONIMIA CIENTIFICA, Tecoma pentaphilla? . Parmentiera edulis, D. C. Crescentia alata, L. Thevetia iccotli, D. C. Citras limonum, L . Hura crepitans, L. . Sapota achras, L. varie- dad? . Leguminosa. USOS Y PROPIEDADES. Para construccion. Medicinal, como sudorifico. La raiz se usa como diurético. Los frutos se usan como pec- torales. Produce un jugo cáustico. Usos bien conocidos. Poco sólida. Sólida. Elástica y resistente. Semillas purgantes. Muy sólida. Muy bueno para leña. Excelente para ebanisteria. Las siguientes muestras fueron colectadas en las cercanías de Jalapa, 1,321 metros sobre el nivel del mar, á los 19? 30' latitad N. y á los 2? 11' 55” longitud E. del meridiano de México, 49 50 51 32 Duela . Hoja ancha . Azaharito . Roble. Zapote blanco 5 Pipinque Guayabo, . Chirimoyo. . . Liquidámbar, . Jonote. .. Tehuiscle . Malangola. Alcámbar . Canastillo . Arrayan. . Cacasaca . . Quercus Xalapensis, H. B. Id. sp? Simploocos coccinea, H. B. Quercus sp? . Casimiroa edulis, La Llave. Psidium pomiferum, L. Anona Humboldtii, Dun. Liquidambar stiraciflua, L. Ulmus? . Leguminosa? . .. Cupulifera . ... Myrtus arrayan, L. Para construccion. Idem. Para ebanisterla. Para construccion. Sólida: sus frutos muy agra- dables son bien conocidos. Id. Como el 44. Sólida y elástica. Para construccion: es bien co- nocido el bálsamo que pro- duce. Para muebles. Muy sólida. Para construccion. Idem. Idem. La corteza sirve para curtir. N? SINONIMIA VULGAR. 56 Palo blanco . . 37 Trompillo. 58 Hilite . ne 99 Arbol de jabon . . 60 Naranjo agrio. 61 Aguacatillo . . . 62 Pesma real . 63 Chilcuahui LA NATURALEZA SINONIMIA CIENTIFICA. Laurus?. 399 UsOs Y PROPIEDADES. Para construccion. Para muebles. Sapindus?. . Para construccion. Citrus vulgaris, L. . Para muebles. Persea sp? . Sólida. Helecho arboreo . Idem. CATATOGO De la coleccion de drogas indígenas presentada á la Sociedad por el Sr. socio D. Alfonso Herrera, CRIPETOGAMAS. HELECHOS. 1. Polypodium lanceolatum, L. Lengua de ciervo. Abunda en los montes que cireundan el Valle de México. Se usan las frondas de esta plan- ta como pectorales y vulnerarias. Precio del kil. 25 centavos. 2. Polypodium calaguala? Schafuer. Calaguala. Abuuda en el Pedregal de San Angel y otros puntos del Valle de México. Se usan las rizomas como diaforéticas y pectorales. Precio del kil. 50 centavos. 3. Polypodium pseudo-filiw mas, Sclaf. Palmitas. Se encuentra en los montes que circundan el Valle de México y climas análogos de la Re- pública. Se usa como teniafugo. Precio del kil. 50 centavos. LICOPODIACEAS. 4. Licopodium nidiformis. Fl. M. 1. Doradilla. En las mismas localida- des que el anterior. Se usa toda la planta en las afecciones inflamatorias del hígado. Precio del kil. 25 centavos. 400 LA NATURALEZA MONOCOTILEDONEOS. GRAMINEAS. 3. Andropogon citratus? D. C. Té limon. Se encuentra en varias loca- lidades calientes de la República. Se usa como antiespasmódico y á guisa de té. Precio del kil. 50 centavos. CIPERACEAS. 6. Ciperus rotundus, L. Peonía del país. Regiones templadas. Se le atri- buyen propiedades estomáquicas. Precio del kil. 25 centavos. ORQUIDEAS, 7. Blettia campanulata, La Llave. Chaucle Regiones templadas. El co” cimiento de los pseudo-bulbos de esta planta se emplea para curar las di- senterias. Precio del kil. 50 centavos. MELANTACEAS. 8. Veratrum frigidum, Szhletend. Cevadilla. Montes de Xochimilco. Los frutos y bulbos se usan como insectisidas, ambos contienen veratrina. Pre- cio del kil. 50 centavos. COMELINEAS. Y. Comelina tuberosa, Hl. B. K. Yerba del pollo. Vegeta en abundan- cia en las regiones templadas. Estudiada por los farmacéuticos mexicanos Gumesindo Mendoza y Alfonso Herrera. Los doctores Jimenez, Arámburo y Otros, confirmaron las propiedades eminentemente hemostáticas de que goza esta planta. (Véase Gaceta Médica de México T. 3.” Precio del kil. 25 ESMILACINEAS. centavos. 10. Smilax pseudo-china, Scheide. Cocolmecan. Regiones calientes. Las raíces gozan la reputacion de diaforéticas y antisifilíticas. Precio del kil. 50 centavos. DIOSCOREACEAS. 11. Rajania subsamarata, El. M. 1. Cuauchalalá. Regiones calientes. La corteza como astringente. Precio del kil. 50 centavos. DICOTILEDONEOS. CONIFERAS. 12. Tazxodium mucronatum, Parlatore. Ahuehuete. Se encuentra en el Valle de México y lugares análogos de la República. La corteza se usa como ls LA NATURALEZA 401 emenagogo y diurético, las hojas tópicamente contra la sarna y como reso- utivas; con la madera se prepara un alquitran que se emplea en la curacion de varias enfermedades de la piel. Precio de las hojas 25 centavos kil. y de lla corteza 30 centavos kid. 13. Pinus teocote, Scheide. Ocote. Abuuda en los montes que circun- dan el Valle de México y en otros lugares del país. La trementina que pro- duce este árbol se asemeja á la de Burdeos; produce 17 por 100 de aceite esencial. Precio del kil. 6 centavos. 14. Pinus religiosa, H. B. K. Oyametl. La trementiua producida por este vegetal se parece en sus propiedades á la de Venecia: su estudio fué hecho por mi. (Véase la Naturaleza T. 2.%) Precio del kil. 50 centavos. URTICACEAS. 15. Urtica mexicana, Fl. M. l. Yesgos. Planta que crece en las re- siones templadas de México. Sus raices se emplean como diaforéticas. Precio del kil, 20 centavos. CANABINEAS. 16. Cannabis indica, L. Mariguana. Vive en las regiones templadas de la República. Bastante conocida esta planta por sus propiedades fisiológicas: en México no se le dan más aplicaciones que las conocidas. Precio del kil. 30 centavos. Ñ EUFORBIACEAS. 17. Hura crepitans, L. Quautlatlatzin. Arbol que crece en las regiones calientes y húmedas de México. Sus semillas llamadas vulgarmente habilla de San Ignacio, se usan como drásticas: contienen un aceite fijo en la pro- porcion de 50 por 100: en él residen las propiedades activas de los granos; además se ha encontrado en ellas estearina, parenquima albuminosa, goma y sales de cal y de potasa. Precio del kil. $2, 18. Euforbia maculata, L. Yerba de la golondrina. Vegeta en las re- giones templadas. El jugo se emplea para quitar las manchas de la córnea, y el cocimiento de la planta en la tiña y otras enfermedades de la piel. Pre- cio del kil. 25 centavos. 19. Euforbia pulcherrima, L. Flor de Noche Buena. Vive en las re- giones calientes y húmedas y se cultiva en los jardines como planta de orna- to; las bracteas se usan á la dósis de 8 gramos para aumentar la secrecion de la leche, el cocimiento de ellas se emplea como resolutivo. Precio del Els SL. 20 Acalipha prunifolia. H. B. K. Yerba del pastor. Vegeta en las 402 LA NATURALEZA regiones templadas. Se emplea el cocimiento de toda la planta como vulne- rario. Precio del kil. 25 centavos. 21 Croton dioicus, Cav. Yerba del zorrillo. Abunda en el Valle de Mé xico y regiones análogas. Las semillas contienen, segun la análisis hecha por el Sr, Donaciano Morales, albúmina vegetal, goma, aceite fijo, materia re sinosa, sustancia morena soluble en el agua, celulosa y sales. La emulsion hecha con 20 6 30 semillas, como drástica, lo mismo que el polvo de la raíz á la dósis de 2 gramos. Precio del kil. semillas $ 1 00, raíz 25 centavos. ARISTOLOQUIAS. 22 Aristolochia grandiflora, Swart. Guaco. Vegeta en las regiones ca lientes y húmedas. Contienen las raices, que son la parte usada, aceite volá- til, resina, tanino, un principio amargo, goma, almidon, sales de cal y de potasa. Se usa como antídoto de la ponzoña de las serpientes y de otros ani- males ponzoñosos: tambien como sudorífico y emenagago. Precio del kil- $1 00 23 Aristolochia fetida, H. B. Yerba del indio. Crece en Ario. El coci- miento de las hojas se emplea como vulnerario, la raíz como estimulante de tersivo. Precio del kil. 50 centavos. 24 Aristolochia mexicana, Fl. M. 1. Tlacopatle. Se encuentra en el Estado de Guerrero y otros lugares calientes. Se crée que la raíz tiene propiedades antiespasmódicas. Precio del kil. $1 00. TIMELEACEAS. 25 Daphnopsis salicifolia, Meis. Hojas de San Pedro. Vegeta en Cuer- navaca, á la altura de 3,200 piés (segun Humboldt). Se usan las hojas como exutorios. Precio del kil. 50 centavos. LATRINEAS. 26 Persea gratissima, Gaern. Aguacate. Aborígeno de México: se cul- tiva en los huertos. Se emplean las hojas y los frutos como emenagogos: el vulgo crée que los segundos aumentan la secrecion espermática y la supu- racion de las heridas; el epicarpio se usa como antihelmíntico. QUENOPODIACEAS, 27 Chenopodium ambrosioides. L. Epazote. Aborigeno de México: se cultiva en los huertos. Se usa como condimento, y en medicina como antihel- míntico y emenagogo. Precio del kil. 25 centavos. LA NATURALEZA 403 PLUMBAGINACEAS. 28. Plumbago scandens, L., Tlachichinolli. Grece en las regiones ca- lientes y húmedas de la República. Se usan las hojas aplicadas exteriormen- te como cáusticas y al interior como eméticas. La raiz se emplea de la mis- ma manera, como cáustica y purgante. Precio del kil. 50 centavos. LABIADAS. 29. Cedronella Mexicana, Bent. Toronjil. Vegeta en las regiones tem- pladas. Se emplean las inflorescencias como estimulantes y antiespasmódi- cas. Precio del kil. 50 centavos. VERBENACEAS. 30. Lippia graveolens, H. B. K. Yerba dulce. Crece en Orizava, Córdo= ba y lugares análogos de la vertiente oriental de la gran cordillera mexicana. Segun el Sr. D. Maximino Rio de la Loza, esta planta contiene un principio azucarado particular, volátil y soluble en el agua y en el alcohol, aceite volá- til, un estearopteno muy parecido al aleanfor del Japon, clorofila, leñoso y sales. Se usa la infusion de esta planta como pectoral y emenagogo. Precio del kil. 50 centavos. , 31. Lippia citriodora, Kunt. Cedron. Se cultiva en los jardines. La infusion de las hojas se emplea como antiespasmódico. Precio del kil. 50 centavos. 32. Lippia callicarpaefolia, H. B. K. Salvia real de Puebla. Crece en Puebla. Las inflorescencias y hojas se usan como estimulantes. Precio del kil. 50 centavos. ESCROFULARIACEAS. 33. Budleia verticillata, H. B. K. Mispatle. Vegeta en las regiones templadas. Las hojas gozan la reputacion de vulnerarias. Precio del kil. 25 centavos. 34. Budleia globosa, Lam. Salvia real de México. Crece en las regiones templadas. Estimulante general. Precio del kil. 37 centavos. SOLANACEAS. 35. Nicotiana glauca, Grah. Tabaquillo. Abunda en las regiones tem- pladas. Se le atribuyen las mismas propiedades que al tabaco. 25 cent. kil, La NATURALEZA.—Tom. 11, —55. 404 LA NATURALEZA BORRAGINACEAS. 36. Tournefortía mexicana, Cerv. Tlachichinoa. Crece en las regiones calientes. Se usa para curar la sarna y las ulceraciones de la boca. Precio del kil. 37 centavos. CONVOLVULACEAS. 37. Ipomaea murocoides, H. B. Palo del muerto. Regiones calientes. Se emplea el cocimiento del leño en baños contra la parálisis. Precio del kil. 18 centavos. 38. Exogonium purga, Benth. Jalapa. Vegeta en la falda oriental de la gran cordillera de México. Purgante. Precio del kil. $1 50 centavos. BIGNONIACEAS. 39. Crescentia alata. 1H. B.K. Cuautecomate. Regiones calientes y hú- medas. El fruto contiene una notable cantidad de azúcar, goma, tanino, ce- lulosa y sales. Los frutos gozan de gran reputacion entre el vulgo como pee- torales. Precio del kil. 12 centavos. POLEMONIACEAS. 40. Hoitzia coccinea, Cavan. Espinosilla, Regiones templadas. Contiene, segun Oliva, resina, tanino, ácido gálico, materia extractiva amarga, materia colorante verde, materia azucarada, leñoso y sales. Se emplea la infusion como diurético, diaforético, y á mayor dósis como emeto-catártico. Precio del kil. 12 centavos. ACANTACEAS. 41. Sericographis mohintli, D. €. Muitle. Vegeta en Jalapa y regiones análogas. Las hojas contienen una materia colorante amorfa de color azul muy oscuro: se asemeja por sus propiedades al tornasol, al que es superior como materia tintoreal. Gozan de gran reputacion como antidisentéricas. Precio del kil. 25 centavos. GENCIANACEAS. 42. Erythrea stricta, Scheide. Canchalagua. Vegeta en las regiones ca- lientes. Propiedades: tónico amargo. Precio del kil. 50 centavos. ASCLEPIADACEAS, 43. Asclepias setosa, Bent. Contrayerba de Julimes. Vegeta en las re- A LA NATURALEZA 405 giones templadas. Se emplea como tónico y diaforético; se le atribuyen pro- piedades antiperiódicas. Precio del kil. 50 centavos. 44. Asclepias linearis, L. Romerillo. Seencuentra en abundancia en la mesa central de México: el jugo lechoso y las hojas de esta planta se usan como emeto-catártico poderoso; las semillas están provistas de un pelo bas- tante suave y largo que puede utilizarse como edredon. Precio: 25 centa- vos kil. APOCINACEAS. 45. Thevetia iccotli, D. C. Yoyote. Se encuentra abundantemente en las regiones calientes y húmedas de la falda occidental de la gran cordillera mexicana. Contiene, segun la análisis hecha por mí, aceite fijo, caseina ve- getal, materia extractiva, un glocósido que llamé tevetosa, y sales. Las se- millas contienen el aceite en la proporcion de 40 por 100: su densidad es de 0,9100 á 20? cent.; á la temperatura de 10% se enturbia y á 0% se con- ereta en parte; con el ácido sulfúrico toma un color amarillo que pasa al rosado y despues al rojo naranjado. No es secante y parece estar compuesto de oleina y margareina. El principio activo de las semillas de la Thevetia es la tevetosa. (Véase más adelante.) Precio de las semillas 50 centavos kil. Idem del aceite $1 kil. SAPOTACEAS. 46. Sapota achras, Mill. Chicozapote. Se encuentra con abundancia en las regiones calientes y húmedas de la República. Las cortezas de este ár- bol se usan como antiperiódicas: las semillas, privadas de su episperma, como diuréticas á la dósis de seis á doce semillas, pues en mayor cantidad se dice que producen efectos tóxicos. Alrededor de los granos se encuentra una sustancia resinoide que llaman chicle: es blanca y se reblandece fácilmente entre los dedos; se usa para fabricar pequeñas esculturas y como masticato- rio. Precio de la corteza 25 centavos kil., las semillas 50 centavos id., el chicle 40 centavos id. 47. Lucuma salicifolia, Kunt. Zapote borracho. En las regiones ca- lientes: la corteza se usa como antiperiódico; se cree que los frutos, cuyo pe- ricarpio es comestible, ejercen una accion notable sobre el cerebro. Precio de la corteza 25 centavos kil. ERICACEAS. 48. Arctostaphylos pungens, Kunt. Pingúica. En las regiones templa- das. Contienen las hojas, segun Oliva, tanino, ácido gálico, goma, clorofila, 406 LA NATURALEZA, celulosa, materia colorante unida al tanino, resina y sales. Los frutos y las ho- jas se usan como diurético. Frutos 25 centavos kil. Hojas 25 centavos kil. COMPUESTAS. 49. Solidago montana, Fl. Mex. Inéd. Calancapatle. Crece en el valle de México; se usan las hojas como vulnerarias. Precio del kil. 12 centavos. 50. Gnaphalium canescens, D. C. Gordolobo. Se encuentra con abun- dancia en la mesa central de la República. Las flores se usan como astrin- gentes. Precio del kil. 25 centavos. 51. Artemisia mexicana, D. €. Estafiate. Se encuentra en el Valle de México. Contiene, segun el Sr. D. Leopoldo Rio de la Loza, extractivo, una > D > , materia azoada, otra resiniforme, ambas muy amargas, clorofila, albuminz, fécula, aceite volatil y diversas sales. Se emplean las hojas como tónicas , y | estimulantes, emenagogas y antihelmínticas. Precio del kil. 12 centavos. 52. Athanasia amara, Cerv. Prodigiosa. Regiones templadas. Las ho- jas tienen propiedades tónicas y vermifugas.- Precia del kil. 12 centavos. 53. Apoplapus discoideus, D. C. Damiana. Crece en el Valle de Méxi- co. Se usa toda la planta en baños contra el reumatismo. Precio del kil. 12 centavos. 34. Sanvitalia procumbens, D. €. Ojo de gallo. Vegeta con profusion en la mesa central de la República. Se usa el cocimiento de toda la planta como digestivo. Precio del kil. 12 centavos. 55. Montagnaea tomentosa, D. €. Zoapatle. Vegeta en el bosque de Chapultepec y otros lugares del Valle de México. Contienen las hojas, se- gun el Sr. D. Federico Altamirano: albumina, goma, clorofila, materia gra- sa, materia extractiva, dos resinas, una sustancia neutra amarillo-morena y amarga, un ácido particular, soluble en el agua y en el alcohol, y que pre- cipita en amarillo por las sales de plomo, y diversas sales. El jugo de esta planta, así como el cocimiento de ella, provoca las contracciones del útero. Precio del kil. 12 centavos. 56. Eupatorium collinum, D. €. Yerba del ángel. Cordillera de Guada- lupe al N. de la capital. Las hojas en cocimiento al interior, son usadas por el vulgo en las diarreas atónicas. Precio del kil. 12 centavos. >. LA NATURALEZA 407 uv . A r 1ñ 57. Erigeron ajfine, D. C. Peritre. Valle de México. Las raíces como sialagogas. Precio del kil 25 centavos. 58. Senecio canicida, Fl. Mex. Inéd. Yerba de la Puebla. Crece en Tlascolpan y otros puntos del Estado de Puebla. El Sr. D. Maximino Rio de la Loza ha extraido de esta planta un ácido volátil que ha llamado senécico, al que atribuye las propiedades tetánicas de este vegetal. Se usa como anti- periódico y diaforético. Precio del kil. 25 centavos. 39. Echinacea heterophilla, Don. Raiz del manso. Crece en el Pedre- gal de San Angel (Valle de México). Contiene la raíz, segun el Sr. Cal, re- sina 12,11, sustancia gomosa 15,62, extractiva 46,87, leñoso 23,06, pér- dida 2,34. Es usada vulgarmente como vulnerario, el cocimiento se emplea en las disenterias, y su jugo en las fracturas, de la misma manera que la destrina. 60. Trizxis pipitzahuac, Schafiner.- Pipitzahoac. En el Valle de México y en las montañas al Oeste del Valle de México, etc. Las rizomas y raíces contienen una sustancia resinoide, á quien el Sr. D. Leopoldo Rio de la Loza llamó ácido pipitzoieo. Se emplean como drástico á la dósis de 4 á 8 gram. VALERIANACEAS. 61. Valeriana mexicana, D. €. Yerba del gato. Kn el Valle de Méxi- co. Contiene la raíz ácido valeriánico y no aceite esencial, una resina, fécu- la, leñoso y sales. Se usa como antiespasmódico. Precio del kil. 12 cen- tavos. CAPRIFOLIACEAS. 62. Sambucus mexicana, Priestl. Sáuco. Crece en las regiones tem- pladas de la República. Se usan las flores como estimulantes y diaforéticas. Precio del kil. 25 centavos. CACTEAS. 63. Opuntia nopalillo, Karwins. Nopalillo. Regiones templadas. El vulgo usa el cocimiento de la raíz contra la disenteria, la diarrea, la hemo- tisis y las metrorragias. Precio del kil. 12 centavos. PASIFLOREAS. 64. Passiflora dictamus, Fl. Mex. Inéd. Dístamo real. Regiones ca- lientes. Se usa por el vulgo, el cocimiento de esta planta, para la curacion de diversas enfermedades del aparato respiratorio. Precio del kil. 50 centavos, 408 LA NATURALEZA MIRTACEAS. 65. Myrtus arrayan, Kunt. Arrayan. Regiones templadas. Se usan las hojas como tónicas y astringentes. Precio del kil. 12 centavos. ROSACEAS. 66. Cerasus capollin, D. C. Capulin. Se cultiva en los huertos. La cor- teza se emplea como antiperiódica y antidisentérica: las hojas contienen áci- do prúsico y se usan como succedáneos del laurel cerezo. Precio de las cor- tezas 50 centavos kil., de las hojas 25 centavos kil. 67. Crataegus mexicana, Mociño y Sessé. Tejocote. Se cultiva en los huertos. El cocimiento de los frutos se usa como pectoral; el de las raíces como diurético. Precio de los primeros 6 centavos kil., de las segundas 50 centavos kil. LEGUMINOSAS. 68. Dolichos tuberosa, Lamark. Jicama. Se cultiva en las regiones ca- lientes. La tintura, preparada con los granos de este vegetal, goza de pode- rosas propiedades antipsóricas. Los tubérculos son comestibles. Precio de las semillas, 50 centavos kil. 69. Dalea citriodora, Willd. Limoncillo. Valle de México. Toda la planta como antiespasmódico. Precio del kil. 12 centavos. 70. Tamarindus occidentalis, D. C. Tamarindo. Regiones calientes y húmedas de México. Frutos laxantes. Precio del kil. 6 centavos. 71. Hymenea courbaril, L. Cuapinole. Crece en los Estados de Oaxaca y Guerrero. Se emplea la resina para fabricar barnices. Precio del kil. $2 50 centavos. 72. Eysenhartia amorphoydes, D. Cl. Palo dulce. Mesa central de la República. El cocimiento del leño como diurético; el macerado como pro- filáctico en las epizootias de las gallinas. Precio del kil. 12 centavos. 73. Myrospermum Perevrae? Royle. Bálsamo. Crece en el Estado de Morelos y otros lugares calientes y húmedos de México. Se emplean los fru- tos y cortezas de este árbol para preparar una tintura, que se usa como bal- LA NATURALEZA 409 sámica y estimulante. Precio del kil. de semillas 18 centavos: corteza, kil. 12 centavos. 74. Caesalpinia cacalaco, H. B. K. Cascalote. Regiones calientes y hú- medas de la República. Los frutos muy ricos en tanino y ácido gálico, como astringentes y para curtir las pieles. Precio del kil. 6 centavos. 73. Prosopis dulcis, Kunt. Mezquite. Mesa central de México y otros lugares. La goma que produce se asemeja mucho á las gomas del Senegal C i y arábiga. Se le dan las mismas aplicaciones que á éstas. Precio variable segun las clases: la más blanca 50 centavos kil. 76. Acacia albicans? Huisache. Mesa central. Los frutos como astrin- gentes y como succedáneos dle la nuez de agallas. Precio del kil. 25 cent. RIZOFOREAS. 77. Rhizophora mangle, L. Mangle. En la costa del Golfo de México. La goma que da este árbol se usa como pectoral. Precio del kil. 25 centavos. LITRARIEAS. 78. Cuphea lanceolata, H. B. K. Atlanchana. Valle de México. Usan toda la planta como corroborante para las paridas. Precio del kil. 12 cen- tavos. 79. Heimia salicifolia, Link. Hanchinol. En el Estado de México. Diu- rética, diaforética y antisifilítica. Precio del kil. 25 centavos. TEREBINTACEAS. S0. Amyris lignaloe, L. Lináloe: véase la pág. 390. 81. Schinus molle, L. Perú: véase la pág. 387. RUTACEAS. 82. Zantozylum pentanome, D. €. Palo mulato. Crece en el Valle de México. Se usa la madera y corteza como tónica estimulante. Precio del kil. 25 centavos. AMPELIDEAS. 83. Cissus tiliacea, H. B. K. Tripa de Júdas. Mesa central de la Re- pública? El cocimiento y la tintura de los tallos de esta planta se usan con- tra el reumatismo. Precio del kil. de los tallos, 25 centavos. 410 LA NATURALEZA ZIGOFILACEAS. 84. Zygophyllum fabago, L. Gobernadora. Regiones templadas. Las hojas se emplean en baños ó fomentos para curar los dolores artríticos. Pre- cio del kil. 25 centavos. MALVACEAS. 85. Malva angustifolia, Cav. Yerba del negro. Mesa central de la Re- pública. Hojas y raíces usadas como emolientes. Precio del kil. de hojas, 12 centavos; raíces, 29 centavos. MAGNOLIACEAS, 86. Magnolia mexicana, Mociño y Sessé. En el Estado de Morelos. Contienen las flores, segun la análisis que hice asociado con el Sr. Mendoza, aceite esencial, resina verde, quercitrina, tanino, extractivo y sales. La in- fusion de las flores como antiespasmódico, la tintura como tónico. Precio del kil. 50 centavos. PRODUCTOS ANIMALES. 87. Goma de Sonora. Con este nombre se designa una resina producida por un insecto del género Coccus, del órden de los hemípteros, que vive en las regiones calientes de la República sobre diversos vegetales, principal- mente, segun el Sr. Oliva, sobre la Mimosa laccifera: las propiedades de dicha resina son análogas á las de la laca de la India, de la que se distingue por su color ménos rojo, sabor que se asemeja al del ácido succínico, y por la notable elasticidad que adquiere cuando se le calienta. Se emplea gene- ralmente contra las metrorragias, y en las artes para fabricar barnices. Pre- cio del kil. en México $5. CANTARIDAS. 88. Cantharis eucera, Chev. Pípila ciega. Vive este insecto sobre di- versas plantas de la familia de las Cucurbitáceas, tales como el chayotillo, Sicyos angularis, L.; la calabaza, Cucurbita pepo, L.; el chayote, Se- chium edule, Swars. Abunda en la mesa central de la República en los meses de Julio á Setiembre; contiene, segun la análisis que hice en union del Sr. Mendoza, los mismos principids que la Cant. o/ficinalis, siendo de notar que la cantaridina se encuentra en mayor proporcion, por lo que estos LA NATURALEZA 411 insectos tienen propiedades más enérgicas que la especie usada en Europa. Precio del kil. $2 50 centavos. 89. Cantharis octomaculata, Herrera y Mendoza. Vive en los mismos meses que la anterior sobre el Sidens tetragona: abunda en el Valle de Mé- xico. Precio del kil. $2 50 centavos. 90. Triondons Barranci, Dug. Abadejo. Vive en la mesa central de la República. Sus propiedades epispásticas son mayores que en las anteriores especies. Previo del kil. $2 50 centavos. PRODUCTOS QUIMICOS. TEVETOSA. 91. Con este nombre he designado un principio inmediato de la clase de las glucósidas, que he extraido de las semillas del Thevetia iccotli, D. C. Familia de las Apocineas (véase este Catálogo, página 405); sus caractéres son los siguientes: Cristaliza en prismas de cuatro caras; es inodora y excesivamente acre; casi insoluble en el agua y muy poco soluble en el éter, el sulfuro de carbo- no y los aceites fijos y volátiles; se disuelve, por el contrario, con mucha facilidad en el alcohol; no es volátil, mi se combina con los ácidos ni con las bases; cuando se trata con el ácido sulfúrico se descompone, produciendo glucosa y una sustancia resinoide. El nitrato de plata, el cloruro de platina, el de oro, el sesquicloruro de fierro, el yoduro yodurado de potasio, el tanino, la potasa, el amoniaco, los carbonatos alcalinos, el proto y el percianuro de fierro y potasio, no ejercen accion aparente sobre este principio. Para obtener la tevetosa, se pulverizan las semillas de la Thevetia iccotli, se colocan en un aparato de desalojamiento y se agotan con el éter sulfúrico; el resíduo se lexivia con agua destilada y despues con alcohol á 85? cent.; la solucion alcohólica abandonada á la evaporacion espontánea, deposita la tevetosa cristalizada; para purificar los cristales se tratan con el agua hirvien- do, se decanta el líquido, el resíduo se vuelve á disolver en el alcohol al mismo grado y se deja cristalizar. La NATURALEZA.—Tom. HI.—56. 412 LA NATURALEZA Segun las observaciones fisiológicas hechas por los señores Hidalgo Car- pio y Dominguez, la tevetosa es: 1. muy venenosa, pues á la dósis de 3 centíg. produce la muerte á los perros de talla mediana. 2. Tiene una ac- cion vomitiva violenta, que depende de su accion directa sobre el sistema nervioso, semejante á la del tártaro. 3. Que obra sobre la respiracion, ha- ciéndola difícil por una parálisis, á lo que parece, de los músculos externos de la respiracion. PRODUCTOS FARMACEUTICOS. 92. Extracto acuoso de la Krameria pauciflora, Fl. Mex. Inéd. Es una muestra de extracto preparada segun un procedimiento inventado por mí en el año de 1866 y publicado en la «Gaceta Médica de México» del mismo año; consiste en someter la solucion extractiva ó el jugo de las plantas á una congelación parcial: el agua, al congelarse, deja en las aguas madres los principios que tenia en solucion; se congelan estas parcialmente dos ó tres veces hasta que adquieran una consistencia suficiente, se colocan en seguida en vasijas de poca profundidad y se abandonan á la evaporacion es- pontánea hasta que tomen la consistencia de extracto: en pocas horas se con- sigue este resultado. Con este procedimiento se obtienen las ventajas siguientes: 1.9 Como no interviene el fuego no hay formacion de apotema, y los principios alterables por el calor no se descomponen. 2. Como el agua se separa en su mayor parte por congelacion y no por evaporación, las sustancias, aun las muy volátiles, no se pierden, como en los otros procedimientos conocidos. 3.2 En los países frios es sumamente económico, pues no tiene que em- plearse combustible. 4.2 No se necesita ningun aparato especial: una sorbetera y unos platos son los únicos objetos que se requieren para preparar los extractos, segun mi procedimiento. Nora.—Pueden verse los detalles de la manipulacion en la Memoria ántes citada. LA NATURALEZA 413 MINERALES. TEQUEZQUITE. 93. Eflorescencias que abundan en diversas localidades del Valle de México y otros lugares de la República. Contienen carbonato de sosa, cloruro de sodio, sulfato de la misma base y materias terrosas. La primera sal es la que predomina, principalmente en la clase que llaman vulgarmente espumilla, segun la análisis del Sr. Hay, pues en 1,000 partes hay 516 de carbonato de sosa anhidro, sulfato de sosa 153, cloruro de sodio 0,45, agua 246, ma- terias terrosas 0,30. Se recoge este tequezquite en la parte N. O. del lago de Texcoco, en el de San Cristóbal, etc. Precio de 100 kil., 20 centavos. El tequezquite llamado confitillo se compone de carbonato de sosa 28, cloruro de sodio 36, materias terrosas 35; se recoge en Texcoco, San Cris- tóbal, Zumpango, etc. Precio de 100 kil. 15 centavos. El carbonato de sosa, segun las observaciones que hice en compañía del Sr. D. Gumesindo Mendoza, se produce por la descomposicion de los pór- fidos traquíticos que forman las montañas que circundan el Valle de México; estos pórfidos, bajo la influencia del agua se descomponen, produciendo sili- cato de sosa básico soluble, el que por la accion del ácido carbónico, que en abundancia se desprende en algunos puntos del Valle, se convierte en carbonato de sosa y ácido silícico que se precipita. Para más datos sobre esta formacion, puede consultarse la Memoria que publicamos en la « Gaceta Médica de México, » año de 1865. El Sr. socio D. Jesus Sanchez, presentó lo siguiente: 1 Cacomrre. Bulbos feculentos, de la Tigridia Pavonia, Pers. Cocidos se suelen tomar en México como fruta. El precio del kil. puede calcularse en 25 centavos. 2 Cura. Semillas de la Salvia chian, L., que se cultiva en México con alguna extension. Por maceración en el agua se prepara con ellas una bebi- da mucilaginosa, que endulzada y algo acidulada con zumo de limon, es un refresco muy agradable y de los más usados en México. Precio del kil. 18 centavos. 414 LA NATURALEZA 3 Guases. Frutos de la Acacia esculenta, L.: las semillas frescas las come por lo regular la gente pobre mezelándolas con sus alimentos. Precio del kil. 12 centavos. 4 Jengibre. Tubérculos del Zingiber officinale, Roscoe, que se cultiva en la Huasteca segun el Sr. Herrera, y usados como condimento. Precio del kil. 25 centavos. 5 Jicama. Tubérculos del Dolichos tuberosa, Lamark; son poco alimen- ticios, pero de un gusto agradable y se toman en México como fruta. Pre- cio del kil. 12 centavos. 6 PimienTa GORDA DE Tapasco. Bayas secas de la Eugenia pimenta, D. C., que vegeta en algunas tierras calientes de México y se emplean como condimento. Precio del kil. 25 centavos. 7 Té siivestTrE DE México. Se prepara con las hojas del Bidens tetrago- na, D. C., que crece silvestre y en mucha abundancia en los campos culti- vados del Valle de México y otros lugares. Se las sumerge instantáneamente en agua hirviendo, se secan despues, y por último se las enrolla de manera que queden muy apretadas. Preparado de este modo sirve en México de sus- tituto al té de China, con el que tiene, segun el Sr. Mendoza, cierta analo- gía de principios, aunque es de inferior calidad. Se preparan dos clases (que se remiten), el té negro y el té verde. Precio del kil. 50 centavos. 8 Tmsmicmis. Frutos de la Bromelia pinguin, L., que crece en las tier- ras calientes de México: son sumamente ácidos y de un gusto agradable: se prepara con ellos bebidas refrescantes. Precio del kil. 12, centavos. El Sr. socio D. Manuel Reyes, presentó lo siguiente: PRIMER GRUPO. 1 Cera veceTaL. Se designa en México bajo este nombre, la materia ce- rosa de que está impregnado el epicarpio de los pequeños y numerosos fru- tos de la Myrica Jalapensis, que es un arbusto que llega á crecer hasta LA NATURALEZA 415 dos varas de alto y es conocido vulgarmente con el nombre de árbol de la cera, y por los indígenas Huacanalá. Vegeta abundantemente en la ver- tiente oriental de nuestra gran cordillera, en una zona comprendida entre 2,500 y 4,000 piés sobre el nivel del mar, que disfruta de una temperatura templada: esta especie, en fin, es distinta de la M. cerifera, L., que crece en la parte Sur de los Estados-Unidos. La cera vegetal se prepara con los frutos y hojas haciéndolos hervir va- rias veces en una suficiente cantidad de agua hasta agotarlos; á una tempe- ratura de 65% cent. se comienza á separar de ellos esta sustancia y viene á sobrenadar en la superficie del líquido bajo la forma de granulaciones y de donde fácilmente se le puede recoger dejándolo enfriar. Con objeto de des- pojarla de las partecillas vegetales que arrastra consigo, se la hace pasar por una coladera, y fundida se vacía en moldes del tamaño y forma que se de- sée. El producto que se obtiene de esta manera es por término medio el 8 por ciento de la cantidad de vegetal empleado. La cera así extraida se presenta bajo la forma de un cuerpo duro y que- bradizo, untuoso al tacto, de un verde más ó ménos intenso y cuyo punto de fusion es superior al del sebo, pero inferior al de la cera de abeja: al que- marse en una vela da una luz algo fuliginosa que por su claridad es tambien intermedia entre la de estas dos snstancias grasas, esparciendo, además, cier- to olor balsámico. Desde hace algun tiempo varias personas han tratado de blanquearla, pero con poco éxito, pues es muy difícil privarla por completo de la clorofila que está intimamente mezclada con ella, y que además del color que le comu- nica tiene el inconveniente de impedir que dé una buena luz al arder: con esta operacion su punto de fusion sube algunos grados y no da humo ni olor al quemarse. El porvenir comercial de la cera vegetal quedaria asegurado sin duda si se llegase á conseguir este resultado de una manera completa y eco- nómica. El Sr. Reyes, por un procedimiento especial suyo, nos parece que ha re- suelto el problema arriba señalado, á juzgar por la muestra que acompaña, y que es de una blancura casi perfecta, que con solo el tiempo aumenta to- davía más, llegando aun á adquirir el olor de la cera de abeja; se remite: a. Marqueta cuadrangular de cera vegetal verde-yerba, tal como se en- cuentra en el comercio de México: su peso 9 libras. Se obtiene haciendo hervir los frutos con todo y las ramas á que están adheridos. Su precio en la capital es de $4 arroba. b. Idem como la anterior de cera vegetal blanqueada. Puede venderse en la capital á razon de $6 arroba. 416 LA NATURALEZA c. Velas de cuatro onzas de peso, fabricadas con estas dos clases de cera. Su precio puede calcularse en 23 y 33 centavos libra. SEGUNDO GRUPO. COLECCION DE FECULAS EXTRAIDAS DE LAS PLANTAS SIGUIENTES, QUE SE CULTIVAN EN MEXICO. 1 De arvejon, fruto del Pisum sativum, L. 2 ,, ayocote, idem del Phaseolus multiflorus, L. 3 ,, frijol, idem del PA. vulgaris, L. 4 ,, garbanzo, idem del Cicer arietinum, L. 5 ,, haba, idem del Vicia faba, L. 6 ,, lenteja, idem del Ervum lens, L. 7 ,, maíz, idem del Zea mais, L. 8 ,, camote, raíz del Convolvulus batatas, L. 9 ,, huacamote, idem del Manihot edule? Todas ellas son apreciadas por sus cualidades alimenticias. PRODUCTOS ANIMALES Y VEGETALES DIVERSOS. 19 CAPULLO DEL ENCINO. Este nido es fabricado por la oruga del Bombyz psidii, de Sallé, que vive no solo en esta planta, sino tambien en el guayabo. Cada capullo está compuesto de multitud de filamentos entretejidos de di- versas maneras, pues no es una sola oruga sino muchas las que lo forman: esto hace que no pueda hilarse en el huso, sino solo cardarse. La seda es de una blancura brillante, bastante resistente, y su aspecto es muy hermoso. Abundan extraordinariamente estos capullos en muchas localidades del Es- tado de Veracruz, Oaxaca, etc.. en donde pueden conseguirse á un precio sumamente bajo. El ejemplar que se remite no es de los más grandes, y mide cerca de un metro de largo: fué obsequiado á la Sociedad por el Sr. so- cio D. José M. Velasco. 9 PieLES DE MAMIFEROS. Una de perro de agua, de tierra caliente, Lutra brasiliensis, y tres de un tigrillo del género Felis. Fueron colectados por el Sr. Montesdeoca en su expedicion al Estado de Veracruz. LA NATURALEZA 417 3 AcmrormLo. Frutos de la Bixa Orellana, L., que vegeta en las tierras calientes de la República y sirve para preparar la materia colorante que se menciona en seguida. Precio del kil, $1. 4 Acmrork. Se designa con este nombre la materia tintórea que se prepa- ra con los frutos de la Bixa Orellana. Se encuentra en el comercio en pa- nes circulares de cinco centímetros de diámetro, de un rojo oscuro. Es empleado en algunas artes, y da un tinte rojo-naranjado. Precio del kil. $4 50 centavos. 5. ALGODON DE POCHOTE. Sustancia filamentosa, blanca y brillante como la seda, que existe en gran cantidad en los frutos del Kriodendron anfrac- tuosum. Es este un árbol que abunda extraordinariamente en la vertiente oriental de la gran cordillera de México. Se habia pensado utilizarla para fa- bricar sombreros, pero en esta industria, tal como está establecida hoy, solo se emplean sustancias animales. La fibra tiene el inconveniente de ser que- .«bradiza y muy corta, y tansolo se aprovecha para hacer mullidas almohadas: es de creer, sin embargo, que más adelante se le encontrarán aplicaciones industriales más importantes, que aumentarán su valor. Se puede asegurar que su precio en los lugares donde se produce debe ser verdaderamente in- significante. La muestra que se remite fué colectada por el Sr. Montesdeoca. 6 Pasro pz ocoriLo. Es un líquen tintóreo, muy abundante en las costas de la Baja California y en las inmediatas, y que se explota desde hace algun tiempo. Es una verdadera orchilla, y segun el dictámen presentado á esta Sociedad por los Señores D. Leopoldo Rio de la Loza, Herrera y Ramirez, pertenece á la Rocella fuciformis, v. linearis, Acharius. (La Naturaleza, t. IL, pág. 163). Es una materia tintórea bastante apreciada y que produce diversos tintes. El ejemplar que se remite en un cuadro, fué obsequiado á la Sociedad por el Sr. socio D. Ricardo Ramirez. 7 QUINA CULTIVADA EN Mexico. Pertenece á la segunda variedad de la Cin- chona calisaya. Se remite un cuadro que contiene un ramo con hojas y flores, y además fragmentos de la corteza, la que, segun análisis del Sr. Laso de la Vega, encierra cerca de un 2 por 100 de quinina. Estos ejemplares fueron obsequiados á la Sociedad por su finado socio el Sr. D. Y. Apolinario Nieto, quien la aclimató en Córdoba. 8 Jamaica. Se designa en México con este nombre al Hibiscus sabda- 418 LA NATURALEZA riffa, L. que vegeta espontáneamente en varios lugares calientes de la Re- pública y en otros se cultiva. Cabe la duda de si esta planta, que entre nos- otros se considera como indígena, fué importada del antiguo continente. Se remite de ella ejemplares del cáliz acrescente, única parte usada, que ad- quiere un gran desarrollo. Es de un rojo intenso, y de un sabor franca- mente ácido y mucilaginoso. El Sr. Laso de la Vega sospecha que contiene un ácido nuevo, aunque se inclina más bien á creer que sea el málico; y con su materia colorante ha formado hermosas lacas. Se preparan con ellos be- bidas refrescantes, que en la medicina popular gozan de gran reputacion. Precio del kil. en la capital 75 centavos. CATÁTOGO DE LA COLECCION DE ROCAS Y MINERALES QUE SE REMITE. — A — El Sr. socio D. Mariano Bárcena, presentó los siguientes ejemplares de su coleccion particular. ROCAS MESOZOICAS DE MEXICO. Caliza jaspeada.—Un ejemplar. Caliza con piedra lídica, idem. Caliza mexicana de nerineas, idem. Caliza mexicana de radiolitas, idem. Caliza con radiolitas y nerineas, tres idem. Nerinea Castilli. (Bárcena.) Un idem. Hippurites Mexicana. (Bárcena.) Idem. Impresiones de Ammonitas en pizarra arcillo-micácea dos idem. 9 Pizarra arcillosa con trigonias, un idem. HS 00 0 «3100 ROCAS VOLCANICAS. 10 Basalto traquítico escorioso. Primera época de erupcion del Geboruco. 11 Basalto compacto traquítico. Ceborucita, (Bárcena). Segunda época de erupcion del Ceboruco. 12. Piedra pómez. Tercera época de erupcion del Ceboruco. LA NATURALEZA 419 13 Piedra pez. Tercera época de erupcion del Ceboruco. 14 Basalto traquítico ojoso. Cuarta época de erupcion del Ceboruco. 15 Pórfido traquítico de base de piedra pez. Erupcion actual del Cebo- ruco. 16 Pórfido traquítico escorioso. Erupcion actual del Ceboruco. 17 Escoria traquítica de base de piedra pez. Erupcion actual del Ceboruco. 18 Lava escoriosa de base de piedra aperlada. 19 Frasco conteniendo cenizas arrojadas por el Ceboruco en la erupcion actual. 20 Lava con sulfato de fierro. Producto del volcan de Colima en la erup- cion de 1872. MINERALES. 21 «Livingstonite.» Nueva especie mineral mexicana, descubierta por M. Bárcena. VISTAS Y PLANOS. Vista O. del volcan Ceboruco. Vista del volcan de Colima. Mapa geológico del Ceboruco. Mapa topográfico de idem. MEMORIAS EXPLICATIVAS IMPRESAS. Informe sobre el Ceboruco, por Iglesias, Matute y Bárcena. Dato para el estudio de las rocas mesozoicas de México, por Mariano Bár- cena. El Sr. socio D. Antonio del Castillo, presidente de la seccion de Mine- ralogia, etc., escogió los ejemplares siguientes del gabinete particu- lar de la Sociedad. 1 Hierro meteórico, Jijipileo. 2 Plata nativa, Bramador (Jalisco). 3 Azurite con espato fluor, Zimapan. 4 Cobre rojo, Matehuala. La NATURALEZA .—TOmM. 111.—57. 420 LA NATURALEZA 5 Cobre verde, Zomelahuacan, 6 Plúmbago, idem, (San Guillermo). 7 Hidrosilicato de cobre, idem, (San Antonio). 8 Oxido de cobre rojo, idem. 9 Cinabrio, hacienda del Puerto. Distrito de Lagos (Jalisco). 10 Idem de Guadalcázar, San Luis Potosí. 11 Idem de Durango. 12 Idem tiñendo al cuarzo, Sierra de Santa Rosa. San Luis Potosí. 13 Idem, Estado de México. A. Coleccion de cuarzos auriferos, de que se obtienen las platas auríferas ú oroches, compuesta de 32 ejemplares, del Mineral del Oro, Estado de México. Obsequio del Sr. D. Santiago Ramirez. B. Ammonita del pueblo de Sau Pedro del Gallo, Estado de Durango. Obsequio del Sr. Ballesteros. C. Coleccion de treinta y seis muestras de ensayes al soplete sobre el car- bon, dispuestas ea un cuadro. En ellas se manifiestan los caractéres que presentan, con este tratamiento, los cuerpos simples y algunos compuestos naturales y artificiales que son susceptibles de dar pegaduras. Este notable estudio fué presentado á la Sociedad, acompañado de su Memoria respectiva, por el Sr. socio D. Severo Navia. ADICIONIS. En el artículo «Productos animales y vegetales diversos» se pasó men- cionar lo siguiente: ÁGImO PIPITZAHOICO. Sustancia resinosa de naturaleza ácida, contenida en las raíces del Trixis pipitzahoac, Schaf., y que existe tambien en las otras especies de este género que crecen en la República: fué descubierta en 1848 y presentada en la primera exposicion del Estado de México en 1850, y en la de Lóndres. Es uno de los productos vegetales más hermosos que se co- nocen, pues al color y casi brillantez del oro une la ligereza y suavidad de la seda; se presenta bajo un estado amorfo, ó cristalizado en prismas, ó más bien, láminas muy pequeñas, y aglomerado en masas, más ó ménos grandes, que se deshacen en los dedos á la más ligera presion. Hasta ahora solo en me- dicina se suele emplear esta sustancia como purgante drástico, pero quizá LA NATURALEZA 421 más tarde las artes aprovecharán los hermosos colores de algunos de sus compuestos. La muestra que se remite fué preparada por el señor socio D. Se- veriano Perez. El precio de 30 gramos puede calcularse en $2 50 centavos, y no hay existencia, Prerrzamuixa. Esta sustancia ha sido descubierta (1858) por el Sr. D. Se- veriano Perez, quien la designó entónces con el nombre de fructicosina, y por indicación del distinguido químico Sr. D. Leopoldo Rio de la Loza, se le cambió el nombre por el que hoy lleva, con el objeto de conservar la raíz mexicana. La pipitzahuina es una sustancia blanca, fusible, volátil á más de 100% cen- tígrados, neutra al papel de tornasol, cristalizando en agujas prismáticas por sublimación y en láminas por evaporacion; insoluble en el agua; soluble en el alcohol á 60 centígrados, muy soluble en el éter y el cloroformo, insípi- da al principio, pero desarrollando á poco un amargo bien pronunciado; ar- de con llama amarilla. Sus propiedades terapéuticas no son conocidas. El precio á que puede venderse esta sustancia es de $4 los 30 gramos, no ha- biendo existencia. Esta muestra la remite su descubridor el Sr. D. Severia- no Perez. VARIEDADES DE MAIZ. Coleccion de treinta y dos mazorcas, distintas por el color, consistencia y proporcion en los componentes del grano. Fueron co- lectadas en los Estados de Jalisco, Veracruz y México, por los Sres. Bárce- na, Montesdeoca, y Morales. Para concluir, réstanos manifestar que por la premura del tiempo no fué posible á los señores socios hacer un estudio más detenido de los produe- tos que se mencionan en el presente catálogo, quedando depositados en la Sociedad algunos otros que por dicho motivo no se pudieron remitir. México, Julio 31 de 1876. Por la Comision de publicaciones, ManueL M. VILLADA, 422 LA NATURALEZA LA ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA REMITIO LOS OBJETOS SIGUIENTES POR CONDUCTO DE LA SOCIEDAD. 1 Cera DE CampecuE. Con este nombre se designa en México la cera produ- cida por diversas especies del género Mellipona, tales como la M. fulva, M. domestica, etc., del órden de los Himenópteros, familia de los Melífe- ros, grupo de los Meliponitos. El vulgo las designa con el nombre de abeja alazana. Las meliponas abundan en los bosques de las regiones calientes de la Re- pública; construyen sus panales en las cavidades de los árboles cariados; vi- ven en sociedades numerosas, compuestas de machos, hembras y neutras. En el panal se observan dos clases de celdillas; unas ovoides del tamaño hasta de un huevo de gallina, y otras más. pequeñas y exagonales; las pri- meras están llenas de una miel ménos densa que la de la abeja doméstica, aunque más agradable por tener un sabor ligeramente ácido; las segundas sirven de nido y habitacion. Estos insectos viven en el estado salvaje, sin embargo de que fácilmente se domestican, siendo de notar, que como se hallan desprovistas de aguijon, no presentan para su educacion los inconve- nientes de la abeja comun. La cera producida por estas meliponas se funde á 539 tratada con el éter sulfúrico, queda un residuo de una cera blanca que puede emplearse en la fabricacion de las velas; y se disuelve una sustancia amarilla muy adhesiva y un principio aromático. Se emplea la cera de Campeche en varias preparaciones ungúentorias y emplásticas, en la economía doméstica y en la jardinería para cubrir las ex- tremidades de las ramas podridas, las heridas y demás casos en que se usa el ungúento de podadores. Su precio en la capital es de 62 centavos kil. 2 Cmayork. Esta planta indígena de México, Sechium edule, Swar., pro- duce unos tubérculos muy voluminosos, conocidos con los nombres mexica- nos de chinchayote, chayotestli y camochayote; su peso puede ser hasta de tres kilógramos; su forma variable, ya algo cilíndrica, ya ovoidea ó comple- tamente irregular; su corteza hendida irregularmente, es de un amarillo su- cio y cubierta de multitud de pequeñas placas separadas por hendeduras poco profundas; el interior es blanco amarilloso, sobre todo hácia la periferia. En 100 partes de tubérculos he encontrado los principios siguientes: agua 71.00, fécula 20,00, materia resinoide amarilla, soluble en el éter, 00,20, LA NATURALEZA 423 azúcares 00.32, albumina vegetal 00.43, celulosa 05.60, materia extractiva, tartrato de potasa, cloruro de sodio, sulfato de cal y siliza, 02.25; pérdi- da 00.20. En diversos ensayos hechos con distintos tubérculos, he obtenido hasta 25 por 100 de fécula en unos casos y 18 en otros, lo que fácilmente se ex- plica por la naturaleza del terreno en que ha crecido el vegetal, la época en que se ha cosechado el chinchayote, etc. La fécula puesta en el agua y exa- minada con el microscopio, se presenta bajo la forma de granos lenticula- res, muy semejantes á los del almidon de trigo, aunque de mayor diámetro. Sometida á la accion de la agua hirviendo forma engrudo fácilmente, que visto con el microscopio tiene el aspecto de una flema, en medio de la que se notan algunos granos no atacados y membranas en forma de odres, despeda- zadas en algunos puntos: el corto número de éstas y la facilidad con que la fécula es atacada, demuestran su fácil digestion. En el fruto la cantidad de fécula apenas llega al 1 por 100; la albumina y la azúcar se encuentran tambien en pequeña cantidad; en cambio la he hallado hasta en la proporcion de 87 por 100. El chayote es una de las plantas indígenas más importantes; cosmopolita como el hombre, vegeta perfectamente, tanto en los climas calientes de la zona tórrida, como en los templados y frios; su cultivo es fácil y sencillo; es una de aquellas plantas excepcionales de las que el hombre utiliza los tubér= culos y los frutos á la vez; el agricultor no tiene que esperar largo tiempo para recoger el producto de sus afanes, puesto que á los ocho meses levanta la cosecha de numerosos frutos; al segundo año aprovecha éstos y el chin- chayote. Segun los informes que he adquirido, cada planta produce de 80 á 100 frutos y de 20 á 25 kilógramos de tubérculos; sus hojas pueden em- plearse como forraje, y sus flores son muy buscadas por las abejas. Basta sembrarlo una sola vez para aprovechar su cosecha durante siete años, sin tener que erogar más gastos que el invertido en levantarla; no se halla ex- puesta á esas enfermedades tan comunes á la papa y otras plantas alimenti- cias, que con frecuencia originan la ruina de los agricultores, y aun el ham- bre en algunos pueblos miserables de Europa. Precio del kil. 18 centavos. Se remite: a. Tubérculos en rebanadas, cocidas y desecadas. b. Harina de los mismos. Precio del kil. 31 centavos. e. Fécula de id. Precio del kil. 37 centavos. ÁrLroxso HERRERA. 424 LA NATURALEZA HERBARIO DE PLANTAS INDÍGENAS. Seis grandes volúmenes, conteniendo: Los cinco primeros, 274 plantas del Valle de México, clasificadas por los Sres. D. José Barragan, D. Alfonso Herrera y el que suscribe: en cada eti- queta se expresa la sinonimia vulgar y científica, época de la floracion y usos; el sexto contiene 70 Helechos de diferentes localidades de la Repúbli- ca, la mayor parte de la region oriental, colectados y clasificados por el Sr. Schaffner. Las primeras están distribuidas en las familias siguientes, segun el mé- todo de Endlicher. Familias. Especies. Familias. Especies. Weorcanciacessus 19 Lobelinecasc.. osas eo sida 2 NalviMaccaS.s dt as 1 Rublaccas cat e Ea 5 Icopodiaceas 222 7 Arclepladaceas 2. e ale 5 (AMI 32 Mabiadas A O 4 SD AA 8 Verbenaceas. . coso oe os 2 IBOCAnloneas.- 422 -=.=.22 2 1 ¡ARperiolleaso pase atea 1 Comelmaceas, <<... ==. =- 6 Convolvulaceas - .-....-....- 4 IAMISTIMACCAS: 20 ajoaceso e 1 Polemoniaceas. -.-.-.....-- 3 UNCaceas 220 ele 3 SOJANACEAS a edo 10) Ponte deraceas: 22... ...... 1 Utica 11 el AA 1 Escrofulariaceas ......-.....- 6 IBEOMENAceas-.% 2... o eoo:=o- 1 Primulaceas 1 OIQUIAERE > Se a e 1 CAC A 1 CUPre Scan oo to, 0 02 3 Umbeltteras, NU: RO0AcZea 3 INMDICUNCAS E a o de 1 Crasulaccas EA 2 a as A O ME 1 Ranunculaceas. 230.2 2 Unticacéas: 20D. 2 Papaveracons EOL SAA 3 'AMATAntaceas E 4. Cruclfera ici DOE BUE 5 Poliganaceds divido cs 2 Resedaceas: 2 0eietds ¿aid 1 Quenopodiaceas. -.......--- 3 O A LO d' A AOS 3 Cuocurbitacens, cio sccrecoaas 1 LA NATURALEZA 425 Familias. Especies. Familias. Especies. Begomaccas a. oo. . AL 'ANACALTdIACCaS == 2010 forera 2 Portulaceas 3. at 1 CFOTADÍACCAS oa eo de 3 Canotlead 3 NS 0 e E (Mxunaldeas! ao. md. Me 1 Malvaccasros sea o e e 7 EMOteraceas:.. 5. ono 6 Ejstercullaceas. oo. o... 11 inc AA ee 3 Id A AA 1 Mirtaccas!" HD e 1 RAI e AA 1 Rosacca a A A 2 utorblaccon ie ias 3d 2 Lesaminosas. > 9032 15 PirLES DE IGUANA. Con este nombre se designa vulgarmente la /guana rhinolopha, de Wiegmann, reptil muy abundaute en los climas calientes de la República, particularmente en la costa oriental. Su piel presenta co- loraciones muy variadas, algunas de ellas bastante hermosas. Se utilizan para hacer pantuflas, botines para señora, carteras y otros objetos de fanta- sia: una vez curtidas son demasiado suaves é impermeables. Precio de cada piel en bruto 10 centavos. Francisco Corbero Y Hoyos. NECROLOGIA. El dia 2 de Mayo del presente año, falleció, próximo á cumplir 69 años, el Sr. Dr. D. Leopoldo Rio de la Loza, Presidente honorario perpétuo que fué, de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. Este lamentable acontecimiento ha sido profundamente sentido por las Sociedades científicas de la capital y por los numerosos discípulos y amigos del ilustre finado. La Escuela Nacional de Medicina dispuso honrar su memoria en un acto público y solemne, y reunidas todas aquellas corporaciones en el general de dicho Establecimiento, le tributaron los más dignos homenajes de vene- racion y de respeto. El Sr. Rio de la Loza tuvo el mérito indisputable de haber sido el primero que verdaderamente impulsó en México el estudio de la Química, eleván- dose en esta ciencia á un rango muy distinguido, y habiendo Hegado á ocu- par el primer lugar entre los mexicanos que se han consagrado á su estudio. Por un largo período de 30 años fué catedrático de Química en los esta= blecimientos nacionales de la capital, y en este honroso puesto se distinsuió sobremanera por su notorio empeño y perseverancia en el adelanto de sus discípulos, por la bondad y precision de sus doctrinas, por la pureza y eru- dicion de su lenguaje, que daban 4 sus lecciones grande atractivo; con estas dotes excepcionales logró alcanzar en el profesorado mexicano un grado eminente. Tuvo tambien en un tiempo bajo su direccion la Escuela Nacional de Agricultura y la de Medicina: de la primera se puede considerar como fun- dador. En el cumplimiento de esta delicada mision, prestó 4 dichos estable- cimientos muy valiosos servicios, tanto por su capacidad administrativa cuanto por su actividad en promover y llevar á cabo toda clase de mejoras; desempeñando, en fin, con el mismo acierto los demás cargos públicos que se le confiaron. Muy dignos son igualmente de mencionarse los numerosos artículos y los opúsculos que escribió sobre diversas materias, especialmente de Química, desde'el año de 1839 hasta pocos años ántes de su muerte, y que se publi- caron en diversos periódicos científicos. “La Naturaleza,” órganoaAle esta Sociedad, honró sus columnas dando publicidad á dos de ellos, y que fueron ejecutados para resolver dos cuestiones de grande importancia: una, averi- guar si las aguas potables de México contenian plomo en disolucion, y otra relativa al líquen tintóreo de la Baja California. No pocos fueron los títulos y las distinciones que recibió el Sr. Rio de la Loza durante su vida de las Sociedades científicas de México y del extran- jero. Esta asociacion le nombró en 1869 su socio de número, en 1570 fué su Presidente nato, y reelecto por aclamacion para ocupar el mismo puesto en 1871; confiriéndole en 1873 el título de Presidente honorario perpétuo. Por iniciativa de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, las demás corporaciones científicas existentes en esta capital, han aceptado el pensa- miento propuesto por aquella para honrar, en union suya, la digna memo- ria de su Presidente honorario con una sesion solemne, y para cuya reali- zacion trabajan actualmente con laudable empeño. México, Agosto 15 de 1876. Comision de publicaciones. IN DICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO III. ZOOLOGIA. Estudio sobre los órganos luminosos de los Cuenyos de Veracruz, por el Sr. Dr. Cárlos EMEMIMA 0 A A SS 10 Ensayo ornitológico de la familia Vrochilidee, ó sea de los colibries 6 chupamirtos de Mé- XiCO, por el St: D. Rafael Montesdeoca. ca. 15, 59, 99, 159 203 El camaleon. Notas sobre las costumbres de este reptil, por el Sr. D. Mariano Bárcena. Estudio sobre algunos insectos indígenas, por los Sres. D. Alfredo y D. Eugenio Dugés. El tlalcoyotl, por el Sr. D. Alfredo Dugés............ AOS o Notas sobre las hormigas mexicanas, por el Sr. D. Eduardo Norton, traducidas por el Sr. DRACONIS ai El Ophibulus doliatus. Coronela anillada, por el Sr. Dr. D. Alfredo Dug?s......ooo.... El Diadophis punctatus, v. Dugesii, por el Sr. Dr. D. Manuel M. Villada... ......... S Nota del Sr. D. Pablo de la Llave, acerca de las costumbres de una hormiga mexicana. . El tepechichi del Cofre de Perote, por el Sr. Dr. D. Francisco Cordero y Hoyos....... Noticia sobre la seda silvestre de México, por el Sr. A. Salló....oooomooooommor.oro-. Noticia sobre el capullo del madroño, por el Sr. A. Sallé..ooooocoocarncorcrarrarn o. BOTANICA. Tatespinosilla;y por elioraD!, MarcialO ropero are ollas Apuntes que pueden servir de base para la formacion de la flora de Monterey y sus inme- diaciones,, por: el Sr. DJ Eleuterio Gonzales ll 31 Fisiología vegetal. Investigaciones fisiológicas sobre la vegetacion libre del pólen y del óvulo, y sobre la fecundacion directa de las plantas, por Pb. Van Tieghem. Traduccion hecha"por'eliSr:D. Manuel SOLA o o oa aa O la el La pega-ropa amarilla, por el Sr. D. Manuel F. de Jáuregui ..ooooooooomcccnonn..... El árbol de manitas, por el Sr. D. Mariano Bárcena. ...<.=oo.ooooooococcrarooro... Nota sobre los helechos y su distribucion en Yucatan, por el Sr. Dr. Arturo Schott. .... El árbol del mamey, por el Sr. Dr. D. Fernando Altamiran0....oo.oooorrornoonon.--. El anacahuite, por los Sres. D. Gumesindo Mendoza y D. Alfonso Herrera...oooooo... La Hauya elegans, por el Sr. D. Mariano BárceNa.ooooooooorocrorrrrrarrcconn o Energía de la vegetacion. La fisiología de las plantas y la teoría mecánica del calor, por el Sr. D. Ed. Morren. Traduccion hecha por el Sr. D. José J. Arriagu.......oooo=--. La Nietoa mexicana. Su descripcion, por el Sr. Bertold Suenan .ooocoooorrrrr oro... 114 132 138 151 305 307 343 Documento que acredita que el Sr. D. Guillermo Schaffner tiene derecho de prioridad en el descubrimiento de la planta anteriOl...oooooooocccronrrorararorrr rro Sinonimia vulgar y científica de algunas plantas silvestres y de varias que se cultivan en México, porelisr DA lonso Herrera ao loas sols rs a sra late lalala . MINERALOGIA Y GEOLOGIA. asirocas ide Decal porel St aDMarianorBArcenas. 2 la slo al Descubrimiento de una nueva especie mineral de México, por el Sr. D. Mariano Bárcena. Dictámen de la seccion de Mineralogía sobre el descubrimiento anteri0T....oooo.oo.-=.. Descripcion del mineral bismutífero de San Luis Potosí, descubierto por el Sr. D. Floren- cio Cabrera por als ra Amtonio del Castillas ales Descripcion del Volcan de Tuxtla, por el Sr. D. Mariano Mociño Suarez de Figueroa... De la toba fitolitaria del Valle de Toluca, por el Sr. Elremberg..ooooooornrorooooooo. ElWadioolítico; porieliSrD:"Mariano Bércona.. aa ae leales lala ai joloiiale alcala Nota sobre la plata sulfúrea pseudomorfosis de rosicler oscuro, por el Sr. D. Severo Navia.. Apuntes sobre el mineral de San Nicolás del Oro, por el Sr. D. Teodoro Laguerenne.... Notas sobre las esferolitas de México, por el Sr D. Mariano BárceNa...ooooooooooomo.. Observaciones que presentan, tratados al soplete, los minerales de plata, y sobre las pe- gaduras que producen algunas ligas binarias de este metal, sometiéndolas al mismo tra- tamiento porielSr Diseyero Navia Tetela aleatoria al S Dictámen de la seccion de Mineralogía acerca del trabajo anteri0l. ooooooororor.... Rectificacion acerca del descubrimiento de la nueva especie mineral, llamada por el Sr. Petersen, Guadalcazarita, por la Comision de Mineralogíd.....o.oo..---- dida Exámen y clasificacion de algunas especies minerales de México, comunicadas por el Sr. DraDATos Bai al aaa cajas 248, 288 Noticia sobre los criaderos de grafita ó plombagina de México, y su explotacion, por el Sr Damtonio del Castillos bar ds la li efi Descripcion de un crustáceo fósil, Spheroma Bukartii, por el Sr. D. Mariano Bárcena... CIENCIAS AUXILIARES. La noctilucina, principio inmediato luminoso, por el Sr. T. L Phipson. Extracto de la Me- moria del autor, por el Sr. D. Alfonso Herrera...oooooo.--. 0d 00JOR ISS SOÓno oo Análisis de la corteza de la quina calisaya, por los Sres. D. José M. Laso de la Vega y DAM dela ora a lanas liso El tequezquite. Estudio del Sr. D. Manuel Montaño Ramir0....ooooooorrromorroo.-. El chicalote. Estudio especialmente químico y fisiológico de esta planta, por el Sr. Char- nio soon da ono o O ecO bed OSO OO El árbol del hule, considerado bajo el punto de vista botánico, químico y de sus aplicacio- nes, por el Sr. Dr. D. Manuel M, Villada...oooooooocorrorcorrcrrcrr rr Observaciones sobre la secrecion venenosa del vinagrillo, por el Sr. Dr. D. Fernando Al- AA ae a aleja St ale Sai. lalo astas [elsliolale aleja ele sale alejes «falo Análisis del mezcal, por el Sr. D. Vicente Fernandez........... Adu noes o a oode AGRICULTURA. Cultivo del cacao, por el Sr. J. B. Boussingault, traduccion hecha por el Sr. D. Manuel NOOIdEL0 > roer stos sE UB e OL pat pena Scoop A ica asp ao0 de KRápida ojeada sobre algunos parásitos de la papa, por los Sres. D. José €. Segura y D. Mana DADA do o los a Apuntes sobre el Chahuistle, por el Sr. D. Manuel D. Corder0..ooooonoconnononmmmoo. Teoría y práctica de la “Quema,” por el Sr. D. José C. Segura....ooooooommomooo... MISCELANEA. Viaje á la caverna de Cacahuamilpa, por el Sr. D. Mariano BárCONMd...ooooomooo.oo... Una excursion á las faldas del Pico de Orizava, por el Sr. Hugo Finck......ooo.o..... SECRETARIA. Informe rendido por el primer Secretario de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, enla sesion delídia 28 de Enero del oro a alla ill Discurso leido por el Sr. D. Antonio Peñafiel y Barranco, en la sesion celebrada el dia 29 de Julio de 1875, en conmemoracion del Sr. D. J. Apolinario Niet0...oooooooooo... Discurso leido por el Sr. D. Fernando Altamirano, en la misma sesion, en conmemoración del STADE Dauro MIME es a Catálogo de la coleccion de producius naturales indígenas, remitido por la Suciedad de Historia Natural á la Exposicion de Filadelfia....ooooooooororrrrrooarr... ss Nolicia del fallecimiento del sabio mineralogista el Sr. D. Juan Burkarb.....ooooo.... Noticia del fallecimiento del señor socio Dr. Lauro M. Jimenez..oooooconorooror..... Noticia del fallecimiento del señor socio Dr. Joaquin Dondé Ibarra..oooooooonroo.-.. Noticia del fallecimiento del Sr. Dr. Leopoldo Rio de la Loza, presidente honorario per- pétuo della Sociedad ais 211 216 281 75 231 ERRATAS NOTABLES DEL TOMO III. PAGINAS. LINEAS. Dior. DebBE DECIR. 12 28 En esta extremidad.......... .--. Cerca de esta extremidad > 38 en la mayor de abajo que permanece IND scososcenes A en la mayor de abajo que permanece libre de la extremidad que está unida al me- tatórax 46 3d Mencibasouoso ora aS lados 56 SNS RAR A Sa reflector 60 9 sus plumas, disminuyen-....o...... sus plumas disminuyen 64 ASE EUA AE A E a ei Yolata 78 IAN OSA do oa metamorfizada 84 SANO morosca dos a le letos metamorfizados S9 SUI CI aaa quincuncial 90 1 Moo Ob unífloros 119 2 JU oo rea acoso pomosa 166 SUN O to ate o poseedor 176 O o a aia lisa 182 OS O ae « -. nudiforme 185 A aplastada 220 IMC Ono m sita ica eat: Coniomicetes 226 IADOUAC E SMA ass DUGESIL 230 We IRA ss doses Dugessi 233 0) COMPE sosa aaas de trecho en trecho 234 199 lejos iento jo aos de trecho en trecho > SL QEINO sedoso oooO cuanto $ Sl Uat goncaro Beto esohins Pico 245 2 explicarnos la Causa............ + -- €xplicarnos, con la teoría de los Señores Mendoza y Herrera, la causa 285 1 Melizo dal 40 90 0VndEpDOVSRS elipsoidal 306 Yo PARO oo coaronboosooostHesa perigina 316 A NS a A EOS a costa $. O. 318 AO bas a aquenas 359 20) Metamorfoseado: eco. tos ccactia: e metamorfizado 361 Cda dos as astas desdentados 370 2 est ooo OS Westwood 374 AL SAA yodo O exploracion 390 AA Aa aa - La llamo ere o de dl Molar os > » A q Tac TA A UAM AO ¿ hd LA Turo 00 A Ea 3 = E O