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LA

SAGRADA BIBLIA

NUEVAMENTE TRADUCIDA AL ESPAÑOL . ¿ ILUSTRADA CON NOTAS

POR

DOIV FÉLIX TORRES AJILVT.

EDICIÓN REIMPRESA DE LA SEGUNDA DE MADRID,

TOMO IX.

LA PROFECÍA DE ISAL\S.

parís,

LIBRERÍA DK LOS SS. D. VICENTE SALVA ¿ HIJO, CALLE DE LILLE , N°. 4-

1830.

Imprenta de J. Sinith, calle de Montmorency, n. 10.

profecías,

Las profecías de Isaías, Jeremías, Barüch y EzECHiEL , al pnso que nos instruyei) , y consolidan nuestra fe acerca de los mas su- blimes misterios de nuestra santa Religión , presentan al lector muchos pasages de gran- de oscuridad, cuya significación no ha que- rido Dios revelarnos todavía. Por lo mismo debemos leer, penetrados de un sumo res- peto , aquellas expresiones enigmáticas con que nos habla el Señor por boca de sus Pro- fetas , y humillar nuestro entendimiento en todo aquello que nos parezca ininteligible. Así lo hacia el príncipe entre los traducto- res y expositores sagrados san Gerómino, y lo han hecho siempre todos los demás san- tos Padres y Doctores de la Iglesia, y los buenos cristianos en todos tiempos, Cvspe- rando aquel dia feliz en que ei Señor se dig- nará descorrer el velo con (jue tiene aun

2 ADVERTENCIA.

encubiertos á nuestra vista grandes sucesos y misterios.

Sumo respeto á la palabra de Dios , pro- fundísima humildad de corazón, y una filial y entera sumisión á la Iglesia nuestra ma- dre , que es la única de quien podemos es- perar la verdadera inteligencia de la Escri- tura de un modo infalible ; tal ha de ser la disposición de nuestro ánimo , si deseamos leer con fruto los sagrados libros de los Pro- fetas, así como los demás de las santas Es- crituras. Tengamos siempre muy prpsente, que al modo que acarrea la condenación y muerte eterna á su alma aquel cristiano que recibe indignamente , ó abusa del sa- cratísimo cuerpo y sangre del Ferho ewc«r- /i«c?o, Jesu-Chrislo Señor nuestro, no obs- tante de ser el pan de vida eterna con que quiso y mandó que nos alimentásemos; así, según decia san Agustín , nos causará la muerte eterna la palabra de Dios, si la re- cibimos ó usamos de ella sin discreción , por un espíritu de vana curiosidad : muerte que se acarrean los que se dejan llevar de

ADVERTENCIA. 3

la absurda idea é impío orgullo con que los enemigos de la revelación , so color de pie - dad , han procurado siempre , y procuran hoy día con grandes esfuerzos , que todos ios cristianos , hasta los mas ignorantes é idiotas , busquen con su peculiar discerni- miento ó espíritu privado en los Libros san- tos la inteligencia de las verdades de la Re- ligión, y decidan por mismos, con la sola Biblia en la mano, sobre el genuino sentido aun de los mas importantes y oscuros pasa- ges de las santas Escrituras. No es cierta- mente la lectura de la Biblia , hecha co:i este espíritu orgulloso y anticristiano , sin consejo ni dirección alguna , y solo por ca- pricho ó por pasatiempo, la que tanto reco- miendan los santos Padres como un fecun- dísimo manantial de sólida piedad.

El lector observará , mas fácilmente en los libros proféticos, la gran dificultad que preséntala versión literal de muchas expre- siones metafóricas y frases peculiares de la lengua hebrea, que en aquellos antiquísi- mos tiempos eran muy usadas aun en el

4 ADVERTENCIA.

lenguage noble y culto de los reyes y de la gente principal. Pero es evidente que entre nosotros , ora por la diversidad de costum- bres , ora por el diferente genio de las len- guas europeas , de ningún modo debe usar- se en el día de alguna que otra de las ma- neras de expresar los conceptos de que se servían con mucha propiedad , energía y decoro, cerca de tres mil años hace, los moradores de la Palestina , de la Syria, del ligypto y otros paises orientales. Por esta sola razón he creido que debia practicar lo mismo que hicieron varias veces los Setenta intérpretes en su versión griega , y aun el antiguo autor de la latina Vulgala, y lo que han seguido haciendo después los mas sa- bios traductores , los cuales, según lo exige la variación que con el tiempo sufre el sig- nificado literal ó metafórico de algunas voces en las lenguas vivas , especialmente en las actuales europeas, y la diversa índole de cada una de ellas , y de las naciones que las hablan ; se han visto precisados á tradu- cir alguna vtz , con otra metáfora ó expre-

ADVERTENCIA. 5

sion, l¿i fraí=e hebrea de que usó el Escritor sagrado ; pero siempre procurando conser- var rigurosamente el mismo senlido litera! del texto hebreo y de la versión latina Vul- gata.

Mas como en el escrupuloso examen qué por espacio de veinte años he debido hacer de las mejores traducciones de la Vulgata latina , he visto que aun la del liustrísimo Scio , y las que actualmente usan los fieles en Italia, Francia y otros países católicos, son á mi juicio susceptibles de varias me- joras, ni están exentas de defectos ; de aquí la íntima convicción que justamente tengo de que esta versión , que he trabajado, no carece tampoco de ellos , aunque haya conseguido el evitar algunos que he obser- vado en dichas versiones. Y por esta razón he recibido con la mas dulce y sincera gra- titud las observaciones que sobre los seis tomos publicados se han dignado remitirme algunos ilustrisimos señores obispos y va- rias perj.onas de sólida sabiduría, y zelo verdaderamente cristiano. Lo que me ani-

fi ADVERTENCIA.

ma á renovar aquí la súplica que tengo he- cha repetidas veces á los lectores instrui- dos , de que se sirvan avisarme los descui- dos ó faltas que adviertan , para poderlas corregir y notar en el apéndice que seguirá al tomo último , donde he ofrecido poner una^tí de erratas general , y las correcciones ó tnejoras que conozca que deben hacerse en varios lugares de esta versión.

ADVERTENCIA

SOBRE LOS PROFETAS EN GENERAL.

Es para nosotros , dijo el apóstol san Pe^ dro ', después de haber hablado del milagro de la Transfiguración , mas firme que las cosas que se perciben por los sentidos^ la PiLABRA DE LOS PROFETAS ; á la cual haccís bien de atender, como á una antorcha que brilla en lugar tenebroso, hasta que el dia esclarezca , y el lucero nazca en vuestros corazones , viendo claramente á Dios. Y en efecto , los libros de los Profetas que fueron de tanto aprecio en la Synagoga , han sido siempre el consuelo de la Iglesia ; pues no solamente nutren la piedad de los fieles , y fortalecen su fe, sino que basta?! ellos solos para atraer d la verdadera Religión á los

1 11. Peí. I. V. 19.

8 ADVERTENCIA .

tnas obstinados é incrédulos, presentando las pruebas mas convincentes de su divinidad. En dichos libros se ven anunciadas las cosas venideras ; las que únicamente pudo revelar aquel Señor que habló por los Profetas, co- mo dice S, Pablo ' , y que habló de una ma- nera, que los que no oyen á Moysés y á los Profetas, decia Jesu-Christo, tampoco cre- erían 5 aun cuando alguno de los muertos TesvLQiidiSQ para convencerlos '. Jacob, desde el lecho ^n que va d eix^pirar ^ bendice á sus hijos, y al llegar á Jtidas, predice que no se quitará el cetro á su tribu hasta que venga el que es la esperanza de las naciones. Moysés^ en las faldas del monte Nebo, anun- ció el Profeta grande qite habia de venir. Job le llama Redentor vivo. Daniel con sus semanas designa el tiempo de la venida , y de la pasión y muerte del 3Iesias. Aggeo y Malachias predicen que el segundo Templo qt{e se construye, ha de ser honrado con la presencia de Jesu-Christo , sacerdote éter-

1 Heb. XI. V. 35.

2 Luc. XVI V. 31.

ADVERTENCIA. 9

lio, según el orden de Melchisedech',

Isaías nos habla de la supresión del antiguo sacerdocio. Jeremías de la abolición de los sacrificios. Llega el nacimiento del Mesías, y el Seííor nace de una Virgen^ como vatici- nó Isaías^ y en la pequeña Bethlehem, según predijo Michéas^ etc, etc, etc.

Eran los Profetas como unos enviados ex- traordinarios de Dios para revelar alguna secreta disposición y voluntad suya; para dar consejo en algún lance apurado^ ó para intimar la ira de Dios, ó sus castigos contra los rebeldes y soberbios, áfin de que su pue- blo volviese sobre sí, y se convirtiese de veras al Señor. Venian á ser, desde el principio del mundo, como unos encargados especiales de mantener el culto del verdadero Dios entre los hombres, y fueron después como un re- fuerzo del ministerio de los sacerdotes y le- vitas, á los cuales había establecido el Señor para atender peculiarmente á lo que pertene- cia al culto divino, y dio ceremonial del mi-^

1 Agg. II. V. S. Mu!ính. TU. v. ToM. IX.

10 ADVERTENCIA.

nisterio sagrado. Porque desde el principio del mundo acostumbró enviar Dios de cttan- do en cuando algunas personas extraordina- rias , sin distinción de linage , de profesión , de calidad, ni aun de sexo, d las cuales do- taba de un conocimiento sobrenatural de sus secretos , por medio de las revelaciones que les hacia de ellos. Como tales pueden repu- tarse Henoch, Noé, Jbraha77i, Isaac, Jacob, Joseph , Moysés , Aaron , Marta su herma- na, Débora, Samuel, David, Gad, Nathan, Salomón, ^ddo, ^hias, Hanani j, Jlzarias, Jehii, Elias, Eliseo, Michéas de Jenila , ect. A mas de estos tenemos en el Antiguo Testamento los escritos de otros diez y seis Profetas , que son los cuatro que suelen lla- marse Profetas mayores, es á saber, Isaías , Jeremías y su discípulo Baruch , Ezechíel y Daniel , y los otros doce llamados comun- mente Profetas menores , que son , Oseas , Joel, Amos , Abdías , Jonás¡ Michéas , JVa- húm 5 Abaciic , Sophonías , Aggeo , Zachd- rias y 3Ialachias.

Mas es necesario tener presente que el

ADVERTENCU. 11

nombre de Profeta ne siempre significa en la sagrada Escritura el hombre que por inspi- ración divi7ia predice lo venidero. Confun- diendo sus diferentes significaciones , suelen presentar los incrédulos el oficio de Profeta como un arte que se aprendía como los de- mas ; á cuyo fin, dicen, habia escuelas y colegios de Profetas entre los Judíos, como se lee en la misma Escritura : arte CafiadetiJ que conocían también las otras naciones. Con esto, distinguiendo las varias acepciones del nombre Profeta, se responde tácitamente á los frivolos argumentos de los enemigos de la Religión que , á falta de razones sólidas , echan mano de sofismas propuestos con cier- ta sal y agudeza para fascinar á los sencillos é incautos lectores. En la Escritura , pues , se llama Profeta :

i." El hombre dotado de conocimientos superiores en cosas divinas ó humanas j que por eso se los llamea desde el principio veyen- te , ú hombre que ve , hombre ilustrado, etc. En este sentido san Pablo llamó Profeta de los cretenses á uno de esta nación que habia

V¿ ADVERTENCIA.

descrito bien el carácter de ella ' ; y llamó don de profecía d los conocimientos superiores que daba Dios á algunos cristianos para instruir y edificar á los demás: don que prefi- rió al de hablar varias lenguas ■■. Cuando di- jo nuestro Seiíor Jesu-Christo . que ningún Profeta dejaba de verse honrado sino en su propia patria, puede tomarse en el mismo sentido.

2.." A veces se daba el nombre de Profeta al que manifestaba algún conocimiento de cosas ocultas , ó presentes ó venideras : asi Samuel hizo conocer d Saúl que las asnas que estaban perdidas, se habían hallado; y en este sentido los soldados que atormentaban á Jesús, le decian i Profetiza quién es el que, te ha herido.

Z.° También se llamaba Profeta aque¡ hombre d quien Dios hacia hablar ^ aun sin que entendiera el sentido de lo que hablaba : por eso san Juan dice de Caiphds, que pro-

1 Til. /. i\ \'2.

'i 1. Cor. XI y. V. 6.

Advertencia. Í3

felizó ser conveniente que un hombre mu- riese por la salud del pueblo ', y el histo- riador Josepho llama Profetas, esto es, ins- pirados , d los autores de los trece primeros libros de la Escritura.

A." Llamábase Profeta el que hablaba en nombre de otro : y asi dijo Dios á Moysés : Tu hermano Aaron será tu profeta, él ha- blará por ii : y en Jeremías ^ se llama pro- fecia la embajada que llevó Saraias. Sa7i Esteban echó en rostro á los judíos el que hubiesen perseguido á todos los Profetas, óá todos los que les hablaban en nombre de Dios. En este sentido fueron profetas Nathan al reprender á David por sus pecados, y san Juan Bautista cuando increpaba dHeródes.

5.° Profetas se llamaban asimismo los que componian ó cantaban himnos de alabanza á Dios con una energía ó entusiasmo que pare- cia sobrenatural. Saúl se unió á una multi- tud de estos cantores, y la gente se admiraba

l Joitiin. XI. i\ 51. ^ Cap. U. V. 59.

14 ADVERTENCIA.

de iserle en iiie<lío de los Profetas , y cuando en tm rapto de mclancolia cantaba en su pa- lacio, dice el historiador sagrado, que profe- tizaba ^ Lo mismo se dice de David, de Asaph 5 etc, y aun los jóvenes á quienes se ejercitaba en esto, eran llamados los hijos de los Profetas ^

6." Este nombre se aplicaba también d túdú el que obraba alguna maravilla ó mila- gro: asi leemos en el cap. A8 del Ecclesiástico, que el cadáver de Eliseo profetizó ; y por eso los judíos, al ver los milagros de Jesu- Christo, decian: Un gran Profeta se ha le- vantado entre nosotros , y Dios ha visitado á su pueblo ^.

7.« Finalmente, en el sentido propio, Pro- feta es aquel hombre á quien ha i-evelado Dios cosas futuras, que no puede prever toda la sabiduría humana , y ha mandado anun- ciarlas á los hombivs ; y este don de Dios es

1 /. Reg. X. V. 6.

2 /. Reg. XVIII. r. 10.

3 IV. Reg. 11. V. 5.

4 Luc. XVI. V. 7.

ADVERTENCIA. 15

lina señal cierta de la misión dividía. En este último y mas propio sentido llamamos Profe- tas á Isaías, Jeremías , Ezechiel , Daniel , etc., y sus profecías coinponen una parte muy principal del Antiguo Testamento,

La multitud de profetas falsos que ha habido , prueba que siempre se ha creido que Dios ha revelado algunas veces á los hombres las cosas venideras , aunque haya habido varios que se han arrogado falsamente este nombre, abusando de la credulidad del vulgo.

El que ahora no conceda el Señor tan d menudo el don de profecía , nada prueba sino que este y demás dones extraordinarios de hacer milagros ^ de hablar lenguas^ etc. i los concede el Señor cómo y cuándo mejor le pa- rece , para bien de la Iglesia.

ADVERTENCIA

SOBRE LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

Es el primero de los cuatro Profetas que se llaman mayores. FuehijodeJlmós^ delafa- niilia real de David. Profetizó en los reina- dos de Ozias , Joathan , Jlcház y Ezechías , cerca de ochocientos años antes de Chrisfo; ó, según la chronologia mas probable , desde el año 785 hasta el 721 antes de Jesu-Christo. Es constante tradición de los judíos , apoya- da por san Gerónimo^ san Jlgustin y muchos Padres antiguos , que el impío rey Manas - se's , su pariente y cufiado , que succedió á Ezechías, le quitó la vida, haciéndole aser- rar por medio del cuerpo , siendo ya Isaías de edad de cien años.

El principal objeto de sus profecías es el echar en rostro á los habitantes del reino de *Jiidá y Jerusalem sus infidelidades , ajiun-

ADVERTENCIA. It

ciarles el castigo de Dios que les vendria , primero por el ejercito de los asyrios en el reinado de Sennachérib , y después por el de los cJidldeos en el reinado de Nahuchódonosor. Les profetiza que este rey se los llevará cau- tivos , y destruirá á Jerusalem y su Templo. Les predice que después , en el reinado de Cyro (que nombra expresamente), volverán á su patria : que será reedificada Jerusalem y el Templo ; y que las dos casas ó reinos de Israel y de Judá volverán á formar un solo pueblo,

Pero entre estas profecías hay algunas que no pueden aplicarse á los sucesos que acontecieron después de la vuelta del cauti- verio , y es preciso entenderlas de la venida de Jesu-Christo y del establecimiento de su Iglesia , y délo que liábia de suceder en ella* Isaías habla tan clara y puntualmente de Jesu-Christo y de su Iglesia, que mas parece Evangelista que Profeta , como dice san Ge- rónimo. Así es que el mismo divino Salva- dor se aplicó á si 7nismo muchas profecías de Isaías, y vemos que los Evangelistas y Após-

18 ADVERTENCIA.

toles citan varias veces el cumplimienio de ellas en Jesu-Christo, Es muy admirable el anuncio de que el Mesías nacerla de una Virgen '; y lo que dice en el cap. Lili sobre la pasión de Jesús.

Isaías €s tenido por el Profeta mas elo- cuente: su lengua ge es conforme á la nobleza de la regia estirpe de que descendia : grande y elevado, y de fuertes y vivas ea?p restañes . Grocio le compara d Demósthenes tanto en la pureza como en la vehemencia del estilo. No hay Profeta citado con mas frecuencia en los libros del JVuevo Testamento.

1 Cap. VIL V. 14

LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO PRIMERO.

El profeta Isaías amenaza á Jerusalem con una espantosa ruina por no haberse convertido al Señor, a pesar (Ir haber sido afligida con toda suerte de males : la advierte que sus f estas y sus sacrificios son abominables á los ojos de Dios; y qué es lo que debe hacer para alcanzar de nuevo su gracia. La anuncia, que después del castigo que sufrirá por sus maldades, vendrá dia en que recuperará la libertad y será feliz * .

1 Vision profética ^ que tuvo Isaías , hijo de Amos ', en orden á la cosas de Judá y de Jerusalem, en tiempo de Ozías, de Joathan, de Acház, y de Eze- chias reyes de Judá.

2 Oid, oh cielos, y tú, oh tierra, presta toda tu atención ; pues el Señor es quien habla. He criado hijos, dice, y los he engrandecido, y ellos ^ me han menosprecia<io.

3 Hasta el buey reconoce á su dueño, y el asno el

1 Ano del Mün'DO 3219: antes de Jesü-Christo 785.

2 Esto es , Las cosas que vio Isaías , etc.

3 Amos era hermano de Ama.síaSj rey de Judá. Amos el profeta menor se escribe en hebreo DID^ Nghamos : este Amos , padre de Isaías , se escribe t*^Oí< Amots.

4 Mas ingratos y estúpidos que las bestias.

'20 LA PROFECÍA UE ISAÍAS.

pesebre de su amo ' ; pero Israel no me reconoce, y mi pueblo no entiende mi voz '.

4 ¡Ayde la nación pecadora', del pueblo apes- gado de iniquidades, de la raza malvada, de los hijos desgarrados! han abandonado al Señor, han blasfe- mado del Sanio de Israel, le han vuelto las espaldas'^

5 ¿De qué servirá el descargar yo nuevos golpes sobre vosotros, si obstmados añadís siempre pecados sobre pecados ? Toda cabeza está enferma, y todo co- razón doliente *.

6 Desde la planta del pié hasta la coronilla de la cabeza no hay en él cosa sana, sino heridas, y carde- nales, y llaga corrompida que no ha sido curada, ni vendada, ni suavizada con bálsamo.

7 Vuestra tierra está desierta, incendiadas vuestras ciudades : á vuestra vista devoran los extrangeros vuestras posesiones, y á manera de enemigos las de- vastan.

8 Y la hija de Sion, ó Jeriisalem, quedará como cabana de una viña, como choza de un melonar*, y como una ciudad tomada por asalto 7.

1 Esto es, conoce á su dueño que le da el pienso en el pesebre.

2 No me hizo caso.

3 Habla el Profeta de la nación judaica.

4 Para revolcarse en la abominable idolatría,

5 Por la cabeza pueden entenderse los principes , y por el corazón los sacerdotes.

6 En algunos países orientales suelen confundirse los nombres de cohombro y de melón. Plin. lib. XIX. c. 5.

7 V entregada al pillage.

capítulo i. 21

9 De suerte que si el Señor Dios de los ejércitos no hubiese conservado algunos de nuestro linage ', hubiéramos corrido la misma suerte de Sodoma, y sido en todo semejantes á Gomorrha ^.

10 Oid la palabra del Señor, oh príncipes deJudd que imitáis á los reyes de Sodoma : escucha atento la Ley de nuestro Dios, oh pueblo semejante al de Gomorrha.

11 ¿De qué me sirve á mi, dice el Señor, la mu- chedumbre de vuestras víctimas ? Ya me tienen fasti- diado. Yo no gusto de ios holocaustos de carneros, ni de la gordura de los pingües bueyes^ ni de la sangre de los becerros, de los corderos, y de los machos do cabrio.

12 Cuando os presentáis ante mi acatamiento, ; quién os ha mandado llevar semejantes dones en vuestras manos, para pasearos por mis atrios ^?

13 No me ofrezcáis ya mas sacriflcios inútilmen- te, pues abomino del incienso "*. El novilunio, el sábado , y las demás fiestas vuestras no puedo ya

1 Algunos justos, cuyas oraciones han detenido los ra- yos de su justicia.

"2 Dios se reservó un corto número de israelitas según la elección de su gracia. Rotn. XI. v. 5. Tertuliano, si-in (reróninio, Teodoreto y otros entienden estas palabras de la destrucción de Jerusalem pT>r ios romanos. Véase Rom. IX. V. '27.

3 Tan ufanos y satisfecho.-?.

4 Ofrecido con un corazón corron)|)ido.

:i

22 LA PROFFCÍA DE ISAÍAS.

sufrirlas mas tiempo ; porque en vuestras asambleas reina la iniquidad.

14 Vuestras calendas y vuestras solemnidades son por lo mismo odiosas á mi alma " : las tengo abor- recidas : cansado estoy de aguantarlas ^.

15 Y así cuando levantareis las manos dcia mí, yo apartaré mi vista de vosotros ; y cuantas mas ora- ciones me hiciereis, tanto menos os escucharé ; porque vuestras manos están llenas de sangre '.

16 Lavaos pues\ purificaos, apartad de mis ojos la malignidad de vuestros pensamientos , cesad de o- brar mal ,

17 aprended á hacer bien , buscad lo que es justo, socorred al oprimido , haced justicia al huérfano , amparad á la viuda.

18 Y entonces venid y argüidme *, dice el Se- ñor : aunque vuestros pecados os hayan teñido como la grana , quedarán vuestras almas blancas como la nieve ; y aunque fuesen teñidas de encarnado como el bermellón, se volverán del color de la lana mas blanca.

19 Como queráis, y me escuchéis ^ , seréis ali- mentados de los frutos de vuestra tierra.

1 Me son enojosas.

2 No es el sacrificio exterior el que principalmente pide Dios, sino el interior con que debe ir aquel acompañado.

3 Esto es , de pecados. Estas palabras , dice san Geró- nimo , condenan á aquellos falsos devotos que pasan orando horas enteras , mientras que siguen en sus usuras , en sus calumnias, ó tratos criminales,

4 Si no os acogiere con misericordia y bondad.

5 Aquí se ve claramente que es libre el hombre de hacer

CAPITULO I. 23

20 Pero si no quisiereis, y provocareis mi in- dignación , la espada de los enemigos traspasará vues- tra garganta ; pues así lo ha dicho el Señor por su propia boca '.

21 ¿Cómo la ciudad fiel, y llena de juicio , se ha convertido en una ramera'? Ella fue en otro timpo alcázar de justicia , y ahora lo es de homicidios.

22 Tu plata se ha convertido en escoria , y tu vi- no se ha adulterado con el agua^.

23 Tus magistrados son desleales , y van á me- dias con los ladrones : todos ellos gustan de regalos: corren tras del interés : no hacen justicia al huérfano, y no encuentra apoyo en ellos la causa de la viuda.

24 Por esto dice el Señor Dios de los ejércitos, el Dios fuerte de Israel. ¡Ay cómo tomaré satisfac- ción de mis contrarios , y venganza de mis enemi- gos!

25 Y volveré mi mano sobre , y acrisolándote quitaré tu escoria , y separaré de todo tu estaño.

el bien ó el mal. Véase Esíher XV. v. 11. Los castigos y premios en la Ley de gracia son ya de un orden mas su- perior ó espiritual.

1 Y su palabra jamás queda sin efecto.

2 Abandonando á Dios su primer esposo , y prostitu- yéndose al culto de los ídolos? Véase Fornicación.

3 Con dos semejanzas explica la depravación de !os doctores de la Synagoga: los cuales no solo comunicaban la corrupción de su corazón al pueblo , sino que adultera- ban la misma Ley de Dios con sus falsas y necias iuterpre (aciones. Véase saíi Gerónimo.

24 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

26 Y restableceré tus Jueces, haciendo que sean tales cuales eran antes , y tus consejeros como fueron antiguamente : después de lo cual serás llamada Ciudad del Justo ' , ciudad fiel.

27 Si, Sion será redimida en juicio, y repuesta en libertad por justicia ^.

28 Pero Dios destruirá desde luego los malvados y los pecadores, y serán anonadados los que aban- donaron al Señor.

29 Los mismos ídolos á quienes sacrificaron, serán su mayor confusión ; y os avergonzaréis de los jardi- nes que habéis escogido ^

30 cuando fuereis lo mismo que un alcornoque que ha quedado sin hojas , y como un huerto sin a- gua.

31 Y vuestra resistencia ó fortaleza * será igual á la pavesa de la estopa arrimada á la lumbre , y vues- tras obras como una chispa : uno y otro arderán en el fuego que nadie apagará.

1 Según el hebreo puede traducirse Ciudad de justicia.

2 Después de un justo castigo, esto es, de setenta años de cautiverio , será puesta en libertad por Cyro •" lo que hizo Jesu-Christo con mas perfección , rescatando a Sion de la esclavitud del pecado.

3 Para ofrecer vuestros impíos sacrificios. En los libros de los Reyes se habla mucho de los bosquetes plantados en honor de los ídolos , especialmente de Astarte ó de Venus : los huertos se consagraban á Adonis.

4 En hebreo : vuestro tesoro , esto es , el ídolo á quien ííiirais como vuestro tesoro y vuestra fuerza.

25

CAPÍTULO II.

Todas las naciones correrán al monte sanio de la Casa del Señor: de Sion saldrá la Ley, y ya no la molestarán mas las guerras. La casa de Jacob será desechada á causa de su idolatría , avaricia y otros vicios. Los soberbios serán humillados , y solo el Señor será exaltado.

1 Cosas que vio Isaías , hijo de Amos , tocante á Jerusalera y á Judá.

2 En los últimos días ' el monte en que se erigi- rá la Casa del Señor, tendrá sus cimientos sobre la cumbre de todos los montes , y se elevará sobre los collados ; y todas las naciones acudirán á él.

3 Y vendrán muchos pueblos y dirán : Ea, subamos al monte del Señor , y á la Casa del Dios de Jacob , y él mismo nos mostrará sus caminos , y por sus sendas andaremos : porque de Sion saldrá la Ley, y de Jeru- salem la palabra del Señor ^.

4 Y él será el juez supremo de todas las gentes , y convencerá de error á muchos pueblos : los cuales de sus espadas forjarán rejas de arado , y hoces de sus

1 Estos últimos días son aquellos de que habla san Joan, 1. Ep. II. V. 18, y llama última hora, esto es , la última edad del mundo, que es desde la venida del Mesías hasta el juicio final. Se ve aquí una hermosa profecía de Jesu- Christo y de su Iglesia.

2 Alude á la venida del Espíritu santo el dia de Pente- costés , y á la salida de los Apóstoles á predicar por todo el mundo.

26 LA PROFECÍA ISAÍAS.

lanzas : entonces no desenvainará la espada un pueblo contra otro , ni se adiestrarán mas en el arte de la guerra '.

5 Oh vosotros de la casa de Jacob , venid , y ca- minemos en la luz del Señor , ó de su Mesías.

6 Pues , oh Señor , has desechado á tu pueblo, á los de la casa de Jacob ; porque están llenes , como antiguamente , de superstición é idolatría , y han tenido adivinos como los philistheos , y se complacen en tener esclavos extrangeros ^.

7 Su pais está rebosando de plata y oro, y son ina- gotables sus tesoros ^.

8 Su tierra está cubierta de caballos^, y son innu-

1 Hermosísima idea del nuevo reino de Christo , que será un reino de paz , de caridad, y de amor fraternal. Tal 'es la divisa ó el divino carácter del Evangelio. [No habría guerra ninguna , ni aun de la.s que son ju.stas , si todos los .'cristianos siguiesen los preceptos del Evangelio. Pues aun la guerra justa y lícita no tiene otro motivo , sino el de que se guarde á cada cual lo que es justo y debido : y esto lo manda Dios. No es el objeto de la guerra el hacer mal al prójimo, sino el alcanzar la justicia y repeler la injuria.

2 Alude al vicio nefando de los gentiles , que imitabaii los hebreos. V\'a,se ///. Reg. XIV. XF—II. Mach. IV. t\ 9, 12. Según los Setenta, se habla de matrimonios con extrangeros ó idólatras.

3 Y aun no está satisfecha su avaricia. '^

4 Contra el preceplo de Dio.s. Deid. XV H. v. 16. Habia prohibido Dios á los reyes el tener excesivo número fie caballos ; mucho méno.s debian tenerle lo.i parficulares.

CAPITULO II. 27

nierables sus carrozas. Y ' está lleno de ídolos su pais : han adorado la obra de sus manos , la obra que habían formado con sus propios dedos.

9 Y delante de esta obra el hombre dobló la cerviz, y humillóse ante ella el varón. Oh Señor , no , no se lo perdones ^.

10 Métele entre las peñas , pueblo infiel ', escón- dele en las cavidades de la tierra , hvye del semblante airado del Señor , y de la gloria de su magestad.

1 1 Los ojos altaneros del hombre serán humillados, y la altivez de los grandes quedará abatida , y solo el Señor será ensalzado en aquel día.

12 Porque el día del Señor de los ejércitos va á aparecer terrible para todos los soberbios y altaneros,. y para todos los arrogantes ; y serán humillados :

13 y para todos los cedros mas altos y erguidos del Líbano '' , y para todas la encinas de Basan ;

14 y para todos los montes encumbrados , y para todos los collados elevados ;

1 5 y para todas las torres eminentes , y para todas las murallas fortificadas ;

16 y para todas las naves de Thársis ^ ; y para todo lo que es hermoso y agradable á la vista.

j 1 Para colmo de impiedad,

2 Tienes razón en no perdonar á un pueblo tan ingrato.

3 Esto es, ya puedes correr á meterte en las cuevas. Ks una ironía con que se burla del susto de los judíos rilando la ¡rrupcion de los cháldeos

4 Los reyes de Syria y los de Israel ; ó también en ge- neral los hombres poderosos, los grandes edificios.

5 La,s na\ps qne iban á Thársi<i por el oro. e fr.

28 LA PROFECIA DE ISAÍAS.

1 7 Y la arrogancia de los hombres será doblegada ó abatida , y humillada la altivez de los magnates , y el Señor solo será el ensalzado en aquel dia.

18 Y los ídolos todos serán hechos añicos.

1 9 Y meteránse los hombres en las cavernas de las peñas , y en las concavidades de la tierra ; por causa de la presencia formidable del Señor y de la gloria de su magestad , cuando se levantará para castigar la tierra '.

20 En aquel dia el hombre , aterrorizado , arro- jará lejos de sus ídolos de plata y sus estatuas de oro , las imágenes de los topos y raurciégalos , que se habia fabricado para adorarlas.

21 Y' se entrará por las aberturas de las rocas y por las cavernas de los peñascos ; aferrado por el miedo del Señor y por la gloria de su magestad , cuando se levantará para castigar la tierra.

22 Cesad pues de irritar al hombre que tiene el espíritu en las narices ^ : porque él es el que ha sido reputado Excelso ó todopoderoso.

i Oseas profetiza con iguales expresiones la ruina del reino de Israel. O.í. X. v. 8. Jesu-Christo las repite vati- cinando la desolación de Jerusalera Luc. XXIII. v. 30., y san Juan las dice , cuando refiere que se abrirá el sexto sello. Apoc. VI. V. 15.

2 A Jesu-Chrisio, el cual según la carne respira como los demás hombres. Así san Gerónimo, Orígenes y muchos ra- binos. Otros traducen : Dejad de confiar en los hombres, los cuales dependen del aire que respiran : por mas que se re- puten excelsos ó fuertes, su e.vistencia depende de la respi-

29

CAPITULO m.

Los judíos t á causa de sus pecados, serán afligidos de varios triodos, reducidos á la desolación, gobernados por mucha- chos y hombres afeminados. Declama el Profeta contra la iniquidad de los magnates, y contra la soberbia y la lasci- via de las hijas de Sio)i.

1 Porque aquí que el soberano Señor de los ejércitos privará á Jerusalem y á Judá de todos los varones robustos y fuertes , de lodo sustento de pan y de todo sustento de agua ;

2 del hombre esforzado y guerrero , del juez y del profeta , y del adivino ^, y del anciano ;

3 del capitán de cincuenta hombres , y del varón de aspecto venerable , y del consejero , y del artífice sabio , y del hombre prudente en el lenguage místico. ^ 4 Y dareles por príncipes muchachos ^ , y serán dominados por hombres afeminados.

ración. Es muy oscuro este pasage de Isaías. Pero como va hablando de los hombres arrogantes y altivos, los cuales en el día que venga el Señor, se humillarán, esconderán en cavernas, etc. puede muy bien entenderse en este último sentido que está con lo que sigue en el cap. III.

2 Adivino á veces se toma en buen sentido por el que explica cosas ocultas ó difíciles. Véase Adivino.

3 Eccles, X. V. 16. Muchachos, no por la edad, sino por falta de juicio, fueron los Escribas y príncipes de los sacer- dotes en los últimos tiempos de la república hebrea ; y des- pués los famosos zeladores , los cuales hicieron mas daño á Jerusalem que los mismos ejércitos romanos. Véase Jose- phoj De bello jud. lib. V. y VI,

30 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

5 Y el pueblo se arrojará con violencia , hombre contra hombre , y cada uno contra su prójimo. Se alzará el joven contra el anciano , y el plebeyo contra el noble.

6 Sucederá que uno asirá por el brazo á su her- mano , criado en la familia de su padre , diciéndole : Oyes , estás bien vestido , nuestro príncipe , am- páranos en esta ruina '.

7 Él entonces le responderá : Yo no soy médico ; y en mi casa ni hay que comer ni con que vestir : no queráis hacerme príncipe del pueblo.

8 Pues se va arruinando Jerusalem y se pierde Judá : por cuanto su lengua y sus designios son con- tra el Señor , hasta irritar los ojos de su Blagestad ',

9 El semblante descarado que presentan, da testi- monio contra ellos : pues , como los de Sodoma, hacen alarde de su pecado , ni le encubren. ¡Ay de su alma de ellos ! porque se les dará el castigo merecido.

10 Dad al varón justo la enhorabuena: porque él comerá ó gozará del fruto de sus buenas obras.

11 ¡ Ay del impío maléfico ' ! porque se le pagará seaun merecen sus acciones.

1 Toma á tu cargo el precaverla. Locución figurada para expresar vivamente la total falta de hombres capaces de gobernar la desgraciada y moribunda república.

2 Da la razón de la ruina de Jerusalem, que será efecto do sus blasfemias y calumnias contra el Christo ó Mesías, hasta acabar con su vida.

3 O maligno ú obstinado. Todos estos sentidos tiene la palabra hebrea J^ti^") Jeracsejn . ó rematado en el mal,

CAPITULO III. 31

12 Mi pueblo ha sido despojado por sus exactores, y es gobernado por mugeres ' .Pueblo mió, los que te llaman bienaventurado , esos son los que te traen engañado , y destruyen el camino qne debes se- guir ^ .

IH El Señor se presenta para hacer justicia , se presenta para juzgar á los pueblos.

11 El Señor entrará en juicio con los Ancianos de su pueblo y con sus principes. Porque vosotros sois , les dirá , los que habéis devorado mi viña , y en vuestra casa están las rapiñas hechas al pobre.

15 Y ¿por qué motivo despedazáis mi pueblo , y deshacéis á golpes los rostros de los pobres , dice el Señor Dios de los ejércitos ?

16 Y el Señor dijo también : Por cuanto se han empinado las hijas de Sion *, y andan paseando con el cuello erguido, guiñando con los ojos , y haciendo gestos con sus manos y ruido con sus pies, y caminan con pasos afectados :

1 Pueden entenderse los hombres afeminados : pero siem- pre será verdad que en un reino ó sociedad corrompida pueden mucho las mugeres. De donde el dicho de Catón : Las mugeres nos gobiernan á nosotros : nosotros goberna- mos al senado : el senado á Roma; y Roma al mundo.

2 Los sacerdotes, escribas, y falsos profetas que te adu- lan, te engañan, y con sus falsas y sutiles interpretaciones de la Ley te conducen á la ruina. Véase Ezechiel, XI JI. V. 8.

3 Señala el Profeta una nueva causa de la ruina de la nación judaica, que es el lujo y desenvoltura de las muge-

32 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

1 1' raerá el Señor la cabeza 'de las hijas de Sion ' , y las despojará de sus cabellos.

18 En aquel día les quitará el Señor el adorno del calzado, y las lunetas ,

19 y los collares de perlas, y los joyeles, y los brazaletes , y las escofietas ,

20 y los partidores del pelo , y las ligas ^, y las cadenillas , y los pomitos de olor , y los zarcillos ,

21 y los anillos, y las piedras preciosas que cuel- gan sobre la frente ,

22 y la muda de vestidos , y los mantos , y las ga- sas ó velos , y los preciosos alfileres ,

23 y los espejos , y los finos lienzos , y las cintas , y los vestidos de verano ;

24 y en lugar de olores suaves tendrán la hedion- dez , y por ceñidor una cuerda ; y en lugar de cabellos rizados la calva ; y xeemplazarit un cilicio la faja de los pechos.

25 Tus mas gallardos varones caerán también al filo de la espada , y tus campeones quedarán tendidos en el campo de batalla.

26 Y las puertas de Jcriisalem, desiertas, esta- rán cubiertas de tristeza y de luto , y ella desolada , estará abatida por el suelo '.

res, origen funesto de la ruina de las familias. ¡ Desgraciada la casa donde la mnger tiene por ídolo la vanidad !

1 Como á esclavas que vendrán á ser del enemigo. Deuf. XXI. V. l2.-XXXn. V. 4-2.

2 O el atavío de las piernas,

3 Entre las medallas de \'espasiano hay un;\ en la cual

33

CAPÍTULO IV.

Describe el Profeta con varias metáforas la grande diminu- ción que padecerá el pueblo de Israel : vaticina su resta- blecimiento y el de la Iglesia por el Mesías, quien mul- tiplicará y dará mayor gloria que nunca á los restos de dicho pueblo.

1 Y en aquel día echarán mano de un solo hombre siete ó muchas mugeres , diciendo : iSosolras come- remos nuestro pan , y con nuestras ropas nos vestire- mos ' : basta que nos comuniques tu nombre , ó seas esposo nuestro : líbranos de nuestro oprobrio '.

2 En aquel dia brotará el pimpollo del Señor con magnificencia y con gloria , y el fruto de la tierra será ensalzado, y será el regocijo de aquellos de Israel que se salvaren.

se ve ana miiger que llora sentada debajo de una palmera, con esta inscripción : La Judea sojuzgada. Véase Jerem. Thren, cap. I.

1 Esto es. de cuenta nuestra correrá el mantenernos y vestimos.

2 Locución es esta figurada, para denotar el grandísimo número de los que han de perecer en la guerra de que aca- ba de hablar, y la muchedumbre de viudas que quedarán sin maridos, ni hijos en la flor de su edad. Véase Poliga- mia. Quiere decir, que asi como antes de la ruina de Jera- salem las mugeres eran buscadas y deseadas para esposas, y los maridos daban por ellas dote á los padre», y después las mantenían, vestían, etc. ahora serán tan pocos los hom- bres, que por huir las mugeres de quedarse estériles , lo cual era nota de oprobio, buscarán ellas marido.

4

34 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

3 Y sucederá que lodos aquellos que fueren deja- dos en Sion, y quedaren en Jerusalem, serán llama- dos santos ' : todo el que está escrito ó destinado para la vida en Jerusalem.

4 y esto acaecerá cuando el Señor habrá limpiado las inmundicias de las hijas de Sion, y lavado la san- gre con que está manchada Jerusalem, mediante el espíritu de justicia y el espíritu de zelo ^.

5 Y criará el Señor por todos los lugares del monte de Sion, y quiera que es invocado, una nube som- bría durante el día, y un resplandor luminoso durante la noche : porque sobre toda el Arca gloriosa ' bri- llar ci su protección.

6 Y el tabernáculo * servirá de sombra contra el calor del dia, y para seguridad y refugio contra el tor- bellino y la lluvia.

1 Así llamaba san Pablo á los cristianos , reuuidos en la Jerusalem espiritual que es la Iglesia. Rom. I. i\ 7.^-XV. V. 25,—Heb. XII. V. 22.

2 O caridad , la cual hace que el hombre se inflame eu el amor de las cosas celestiales.

3 La Arca suele llamarse gloria de Israel. Exod. KXV, i\ 10.—/. Reg. IV. v. 21. Era figura de Jesn-Christo.

4 Esto es, Jesu-Chrisío 6 la Iglesia.

t^

CAPITULO V.

Bajo la figura de una viña estéril predice el Profeta la in- gratitud del pueblo, y los castigos que le esperan. Humi- llación de los soberbios, y felicidad de los justos. El Señor levantará las naciones contra los judíos.

1 Ahora cantaré á mi amado la canción de mi pa- riente sobre su viña. Adquirió mi amado una viña en un collado muy fértil,

2 la cual cercó de seto, y la despedregó, y la plantó de cepas escogidas, y edificó una torre en medio de ella, y construyó en ella un lagar, y esperó hasta que diese uvas, y las dio silvestres '.

3 Ahora pues , ^habitadores de Jerusalem , y voso- tros, oh varones de Judá , sed jueces entre y mi viña.

4 ¿Qué es lo que debí hacer , y que no haya he- cho por mi viña? ¿Acaso porque esperé que llevase uvas, y ella dio agraces?

5 Pues ahora os diré claramente lo que voy á ha- cer con mi viña : le quitaré su cerca , y será talada; derribaré su tapia , y será hollada.

6 Y la dejaré que se convierta en un erial ' : no será podada ni cavada , y crecerán en ella zarzas

1 Jesu-Christo se sirvió de esta parábola Malth. XXI. r. 33.

2 La dejaré desolada , ó hecha un erial.

36 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

y espinas , y mandaré á las nubes que no lluevan gola sobre ella.

7 El hecho es que la viña del Señor de los ejér- citos es la casa de Israel , y los hombres de Judá son su plantel delicioso ; y me prometí de ellos jui- cio ó acciones justas , y no veo mas que iniquidades : y esperé la justicia , y no oigo sino clamores de los oprimidos.

8 ¡Ay de vosotros los que juntáis casa con casa, y agregáis heredades á heredades hasta que no queda ya mas terreno ' ! ¿ Por ventura habéis de habitar vosotros solos en medio de la tierra ?

9 Llegan á mis oidos estas cosas , dice el Señor de los ejércitos : os aseguro que muchas casas gran- des y hermosas quedarán desiertas y sin habitador.

10 Porque diez yugadas de viña solo produci- rán un pequeño frasco de vino -, y treinta modios de siembra darán tres modios.

11 ¡ Ay de vosotros los que os levantáis de mañana á emborracharos , y á beber con exceso hasta la no- che y hasta que os abrasa el vino !

12 Cítara , y lira , y pandero y flauta, y vino en vuestros convites: y no dais siquiera una mirada á la obra del Señor, ni consideráis las obras de sus manos^.

1 Observa aquí el Chrysóstomo qne el pobre no suele co- diciar lo necesario con tanta ansia , como el rico avaro codicia lo supérfluo.

2 Yéase Bato , Ephi, Modio.

3 Por obra de la mano del Señor se significan á vece» los castigos qne envía. T. v. 19. y cap. XXVJII. v. 21.

CAPÍTULO V. 87

13 Pur eso mi pueblo fue llevado caulivo , poi- (jue le faltó el saber, y sus nobles murieron de ham- bre , y la plebe pereció de sed.

14 Por esto ensanchó el infierno su seno , y a- brió su inmensa boca , y en ella caerán sus cam- peones , y el pueblo cuanto hay en él de ilustre y glo- rioso.

i 5 Y tendrá que encorvarse el plebeyo , y humi- llarse el Grande, y serán abatidos los ojos de los altivos.

16 Y el Señor de los ejércitos será ensalzado por la rectitud de su juicio , y la santidad de Dios será reconocida por su administración de la justicia.

17 Y pacerán los corderos según su costumbre , y los extrangeros disfrutarán de los campos desiertos convertidos en fértiles campiñas.

18 ¡Ay de vosotros que arrastráis la iniquidad con las cuerdas de la vanidad , y al pecado á ma- nera de carro, del cual tiráis como bestias ' ?

19 Los que vais diciendo; Dése prisa, y venga presto lo que él quiere hacer , á fin de que lo vea- mos : y acerqúese , y ejecútese la determinación del Santo de Israel , y la sabremos.

20 ¡Ay de vosotros los que llamáis mal al bien y bien al mal , y tomáis las tinieblas por la luz, y la luz por las tinieblas , y tenéis lo amargo por dulce y lo dulce por amargo !

1 Se denota aquí la esclavitud que cansa el] pecado. S. Aiiymt. lili. VIH. Conf. c. ó.

38 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

21 ¡Ay de vosotros los que os tenéis por sabios en vuestros ojos, y por prudentes allá en vuestro interior ' !

22 ¡Ay de vosotros que sois briosos para beber vino, y hombres fuertes para embriagaros con di- versos licores!

23 ¡Vosotros, que por regalos absolvéis al impío, y despojáis al justo de] su derecho !

24 Por esto, así como la lengua del fuego devora la estopa, y la quema el ardor de la llama; del mismo modo la raiz de ellos será como pavesa, y cual polvo se desvanecerá su renuevo. Porque han desechado la Ley del Señor de los ejércitos , y blas- femado de la palabra del Santo de Israel.

25 Por esta causa el furor del Señor se encendió contra su pueblo , y extendió su mano sobre él , y le hirió , y los montes se estremecieron , y sus cadáveres yacen tendidos como basura en medio de las plazas. Ni se ha aplacado su furor con todas estas cosas ; to- davía está levantada su mano justiciera.

26 y alzará bandera para servir de señal á un pue-

1 Esto se dirige principalmente á los Sacerdotes y Es- cribas : pero conviene también á los pecadores. Después que el pecador ha pasado mucho tiempo en el pecado , llega á connaturalizarse con su esclavitud; y entra ade- mas en desconfianza entera de poder salir de ella. Entonces procura sofocar los remordimientos de su conciencia : ol- vida los juicios de Dios ; y no hace caso de sus promesas ni amenazas.

CAPÍTULO VI. 39

blo lejano ' , y le llamará con un silbo desde les ex- tremos de la tierra, y aquí que, diligente, acu- dirá con la mayor celeridad.

27 En el no bay quien se canse ó fatigue , ni hay soñoliento , ni dormilón : ninguno se quitará el cinto de su pretina , ni desatará la correa de su calzado ^.

28 Sus saetas están aguzadas , y todos sus arcos entesados. Las pezuñas de sus caballos son como pe- dernal , y las ruedas de sus carros como una tempes- tad impetuosa.

29 Rugirá como león , rugirá como una manada de leoncillos , y dará bramidos , y se arrojará sobre la presa , y asirá de ella , ni habrá quien se la quite.

30 Y su estruendo será para Israe'l en aquel dia como el bramido del mar : miraremos la tierra , y aquí por todas partes tinieblas de tribulación , cuya lobreguez oscurecerá la luz del dia.

CAPÍTULO VL

Isaías ve la gloria de Dios, y se condena á si mismo por haber callado. Se le manda anunciar á Israe'l que Dios le reprobaría por su obstinación , y asolaria todo el pais; pero que el verdadero Israe'l subsistiria en algunos escogi- dos y que después serian padres de muchas gentes.

1 En el año en que murió el rey Ozías , vi al Señor

1 Al pueblo cháldeo, y al romano.

2 Parece que se pinta aquí la activitlad , fuerza y furor cielos cháldeosj y después de los romanos, que debían destruir á los judíos. Tirino.

40 LA PftOFEtÍA DE ISAÍAS.

sentado en un solio excelso y eleyado , y las franjas de sus vestidos llenaban el Templo,

2 Al rededor del solio estaban los seraünes ' : cada uno de ellos tenia seis alas ; con dos cubrían su rostro , y con dos cubrían los pies , y con dos volaban ^.

3 Y con voz esforzada cantaban á coros , diciendo : Santo , Santo , Santo , el Señor Dios de los ejércitos , llena está toda la tierra de su gloria'.

4 Y estremeciéronse los dinteles y quicios de las puertas á la voz del que cantaba , y se llenó de humo el Templo.

5 Y dije : ¡ Desgraciado de ! que no he hablado , por ser yo hombre de labios impuros , y habitar en medio de un pueblo cuyos labios están contamina- dos '' , y he visto con mis propios ojos al rey Señor de los ejércitos ' !

1 Véase Querubín.

2 O estaban en ademan de volar. Según el hebreo, y también la Vulgata , puede entenderse que cubrían el ros- tro del Señor ; o quizá el suyo en señal de respeto.

3 Muchos santos Padres dicen que el repetir los sera- fines tres veces la palabra Santo , es para denotar la tri- nidad de las Personas en una sola naturaleza divina. Las últimas palabras Ikna está etc. indican el misterio de Ja Encarnación,

4 Y por eso no es fácil el vivir en él sin contaminarse algx).

5 No quiere dtcir qne viese con los ojos del cuerpo la Esencia divina , sino que vio una imagen ó persona que representaba al Señor. O quizá denota que su alma recibió «na vivísima impresión de la mageátad y grandeza de

CAPÍTULO VI. 41

6 Y voló acia uno de los serafines , y en su mano tenia una brasa ardiente , que con las tenazas había tomado de encima del altar.

7 Y tocó con ella mi boca , y dijo : aquí que la brasa ha tocado tus labios , y será quitada tu iniqui- dad , y tu pecado será expiado.

8 Y luego la voz del Señor que decia : ¿ A quién enviaré ? y ¿ quién irá por nosotros ' ? Y respondí yo : Aquí estoy : envíame á mí.

9 Y dijo entonces el Señor: Anda , y dirás á ese pueblo ^: Oiréis y mas oiréis , y no querréis entender ; y veréis lo que presento á vuestros ojos , y no querréis haceros cargo de ello.

10 Embota el corazón de ese pueblo , tapa sus ore- jas , y véndale los ojos ; no sea que quizá con sus ojos vea, y con sus orejas oiga, y comprenda con su mente, y se convierta , y tenga yo que curarle*.

11 Y dije yo: ¿Hasta cuándo durará, Señor, fu indignación ? Y respondió : Hasta que desoladas las

Dios: todo lo cual le hacia iosoportable la miseria propia ó sus pecados.

1 San Gerónimo ve indicada aquí la Trinidad de las Personas.

2 Matul. XIII. V. U.— Liic.VUL v. 10.— Joanji.XII. V. ^O. Act. XXVni. V. 26. Rom. XI. v. 8.

3 Se dice en la Escritura que Dios ciega y endurece, cuando, poniendo delante de algún hombre luz y auxilio para creer y convertirse al Señor , el pecador toma de ahí ocasión para obstinarse en el mal. Es un vaticinio ó profe- cía de la dureza y ceguedad de los judíos. Véase Causa.

42 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

ciudades queden sin habitantes, y las casas sin gente , y la tierra desierta.

12 Y el Señor arrojará á los hombres lejos de su pais, y se multiplicarán los que quedaron sobre la tierra.

13 Y todavía serán estos diezmados, y se conver- tirán otra vez al Señor, y denotarán su pasada gran- deza como un terebintho, y como una vieja encina que extendía muy lejos sus ramas; y la simiente que de ellos quedará, será una semilla santa '.

CAPÍTULO Vil.

Sitiada Jerusalem por los reyes [de Syria e Israel, Isaías predice al [rey Acház que no será tomada , "y le da por señal que una Virgen pariría un hijo , cuyo nombre seria Emmanuel. Profetiza la ruina total de las diez tribus , y la aflicción y soledad de Judá.

1 Y sucedió que reinando en Judá Acház hijo de Joathán, hijo de Ozías, vino Rasin rey de Syria, con Phacée, hijo de Romelia, rey de Israel, sobre Jeru- salem para combatir contra ella , y no pudieron to- marla.

2 Dieron, pues, aviso á la casa de David, dicien- do : La Syria se ha coligado con Ephraim ^; y conmo-

1 Rom. XI. V. 12, 26. Tal es el sentido de este verso, según el hebreo. Marfini,

2 Esto es , con las diez tribus que formaban el reino de Israel.

CAPITULO Vlí. 43

vióse el corazón de Acház, y el corazón de su pueblo, á la manera que se agitan los árboles en los bosques con el ímpetu del viento.

3 Y dijo el Señor á Isaías : Vé, sal al encuentro de Acház , , y el hijo que te queda Jasub, al último del canal que conduce el agua á la piscina superior, por el camino que conduce al campo del Batanero.

4 Y le dirás : Estáte quedo : no temas, no se aco- barde tu corazón á la vista de esos dos cabos de tizo- nes que humean en furiosa ira , Rasin rey de Syria, y el hijo de Romelia :

5 y por mas que hayan maquinado pésimos de- signios contra ti la Syria , Ephraim , y el hijo de Romelia, diciendo :

6 Marchemos contra Judá y provoquémosle, y ar- ranquémosle á viva fuerza, y en medio de él ponga- mos por rey al hijo de Tabeel.

7 Pues esto dice el Señor Dios : No cuajará , ni tendrá efecto tal designio :

8 antes bien Damasco capital de la Syria, y Rasin gefe de E>aTnasco, serán destruidos, y de aquí á se- senta y cinco años Ephraim dejará de ser pueblo :

9 ni será Samaría capital de Ephraim, ni el hijo de Romelia gefe de Samaría \ Si vosotros no creye- reis, tampoco tendréis estabilidad.

1 Según varios expositores los 65 años no deben con- tarse desde Isaías ,. sino que el sentido es como si hubiera dicho : Lo que Amos ha profetizado contra Damasco, se verificará, pues dentro de 65 años será abatido el poder de los syros y del reino de Israel.

44 L\ PROFECÍA DE ISAÍAS.

10 Y habló de nuevo el Señor á Acház diciendo :

1 1 Pide á tu gusto al Señor tu Dios una señal ó prodigio, sea del profundo del infierno , sea de arriba en lo mas alto del cielo.

12 Y respondió Acház : No pediré tal, por no ten- tar al Señor ' .

13 Entonces dijo Isaías: Oye pues ahora, oh prosapia de David ; ¿ Acaso os parece poco el hacer agravio á los hombres, que osáis también hacerle á mi Dios?

14 Por tanto el mismo Señor os dará la señal : sa- bed que una virgen * concebirá y parirá un hijo, y su nombre será Emmanuel, ó Dios con nosotros.

15 Manteca y miel comerá, hasta que sepa dese- char lo malo y escoger lo bueno.

16 Porque antes que el niño sepa desechar lo ma-

1 Parece que Acház respondió con hipocresía, y por eso se indignó Isaías contra él. No quería renunciar á la impiedad , la cual le hacia aborrecible á Dios y á los hombres.

2 Malth. I. 22. La palabra hebrea 7lJ ^alma signi- fica una doncella virgen, no casada, encerrada todavía en el recinto de la casa de sus padres. El artículo que pre- cede á la palabra, indica una virgen ilustre y única: pues tiene la fuerza de un pronombre demostrativo. Así lo en- tendieron también los Setenta intérpretes , que eran he- breos : así el autor de la versión cnáldáica ; y así todos los Rabinos mas sabios. Según la frase hebrea et vocabitur, equivale|á et erit ; y así podría traducirse, y será, ó estara, Dios connoxotros . Véase Nombre.

CAPÍTULO vil. 45

lo, y escoger lo bueno, la tierra que detesUis, será desamparada de sus dos reyes.

17 Enviará el Señor, por medio del rey de los asy- rios, sobre lí, sobre lu pueblo, y sobre la casa de lu padre tiempos tales y tan aciagos , cuales no existie- ron desde el dia en que Ephraim se separó de Judá.

18 Y sucederá que en aquel dia el Señor dará un silbido á los pueblos que cubren como moscas lo últi- mo de los rios del Egypto , y á otros que armados ele saetas , están como abejas en la tierra de Assur ;

19 y vendrán volaiido , y posarán todas en las cañadas de los torrentes , y en las aberturas de las peñas , y en todos los matorrales , y en todos los res- quicios.

20 En aquel dia el Señor por medio de una na- vaja alquilada , esto es , por medio de aquellos que habitan en la otra parte del rio Euphrates , por medio del rey de los asyrios , raerá todas las cabezas , el vello de los pies ', y todas las barbas.

21 Y sucederá en aquel dia que un hombre criará una vaca y dos ovejas ;

22 y por sobra de leche comerá manteca ; porque manteca y miel comerá todo el que quedare en el pais ^ .

23 Y acaecerá en aquel dia , que todo lugar en que antes mil cepas valian mil monedas de plata , no producirá mas que espinas y zarzas.

1 ! ii-i cl

1 Véase Aguas. ., j

2 Por haber qupcado inruUos los campos

To:m. IX.

46 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

24 Entrarán en él con flechas y con arco, porque malezas y espinas cubrirán toda aquella tierra.

25 Y todos los montes que se cultivaban con azada y escardillo , no tendrán ya para resguardo el terror de las espinas y de las zarzas que los cercaban ; sino que servirán para pasto de bueyes , y para majada de los ganados.

CAPITULO VIII.

Manda el Señor á Isaías que confirme con otra señal la próxima destrucción de los reinos de Syria y de Israel, Judá será afligada ; pero después será libertada. La, exhorta el Profeta á que ponga la confianza en solo Dios, y no en medios ilícitos y profanos.

1 Díjome mas el Señor : Toma un pergamino grande ^ y escribe en él en caracteres claros é inteli- gibles : Date priesa á tomar los despojos , apresíírate á coger la presa ' .

2 Y tomé por testigos fieles de lo que escribía , á Urias sacerdote , y á Zachárías hijo de Barachias ;

3 y cohabité con la profetisa mi esposa ' , y ella

1 Esto significa el nombre del niño que ha de nacer.

2 Según casi todos los santos Padres y muchos exposi- tores , esta profetisa en sentido espiritual , que parece ser aquí el principal del escritor, significa la Virgen María, de la cual había de nacer el niño que se llamaría con el nom- bre ya dicho. Véase lo qne dice el Apóstol , Coloss. II. V. 15.

CAPÍTULO VIH. 47

concibió y parió un hijo. Y me dijo el Señor : Ponle un nombre que signifique : Coge apriesa los despojos ' , apresúrate á coger la presa.

4 Porque antes que sepa el niño pronunciar los nombres de padre y madre , ya el rey de los asyrios habrá destruido el poder de Demasco , y saqueado á Samarla.

5 Y hablóme el Señor de nuevo , diciendo :

6 Por cuanto este pueblo ha desechado las aguas de Síloe ^ , que corren sosegadamente eji Sion , y ha preferido á Rasin ' y al hijo de Romelia < ;

7 por esto aquí que el Señor traerá sobre ellos las aguas del rio Euphratea impetuosas y abundantes (esto es , al rey de los asyrios con todas sus fuerzas), y subirán sobre todos sus arroyos , y se extenderán por todas sus riberas ,

8 y romperán por el pais de Judá , y al pasar lo inundarán todo ^ y llegarán hasta la garganta. Y él con la anchura de sus alas ó escuadrones lle- nará , oh Emmanuel , todo el espacio de tu tierra.

1 La Vulfcata ha puesto la significación de las cuatro palabras que contiene el nombre de ^3 Ji'n ^^\^ "IHQ Maher schalal has-bas. Era este niño figura de Jesu- Christo, que desde que nació, quitó al demonio los despo- jos. IV. Reg. VI v. 9 XVI. v. 29.

•¿ Siloe , que significa Enviado , era una fuente al pié del monte Sion. Joann. IX. v. 7. Por esta fuente se signi- fica la estirpe de David ; así como por las aguas del rio (Cuphrates) se simbolizan los asyrios.

3 Rey de Syria.

4 Que lo es Phacée.

48 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

9 Reunios , oh pueblos , y venid ; que habéis de ser vencidos : vosotras todas , oh regiones las mas remotas, escuchad : Armaos de corage , y seréis ven- cidas : formaos en buen orden , y seréis vencidas ' .

10 haced planes, y serán desbaratados : dad órde- nes, y no se ejecutarán ; porque Dios está con nos otros.

11 Pues esto me dijo el Señor cuando con mano poderosa me corrigió , advirtiéndome que no siguiese los pasos de este pueblo: Mira,

12 no estéis diciendo: Conspiración; pues que no habla de otra cosa este pueblo quede conspiración: antes bien no temáis lo que tanto él teme , y no os amilanéis.

13 Al Señor de los ejércitos, á él solo gloriflcad: él solo sea el que os haga temer y temblar. Y él será el que os santifique ^.

14 Al paso ciue será piedra de tropiezo ^ y piedra de escándalo para las dos casas de Israel "* ; y lazo y ruina para los habitantes de Jerusalem.

1 Puede traducirse : juntad vuestras fuerzas , que a pesar de eso seréis vencidos. Usa el Profeta de una espe- cie de sarcasmo.

2 O el Santuario , ó el asilo vuestro.

3 Luc. II. V. 34. —Rom. IX. v. 32.—/. Pelr. II. v.Q.

4 Las dos casas de Israel son los dos reinos en que estaba dividida la nación hebrea. Y el Profeta predice que Jesu-Christo, así como será la salud y santificación para los hijos de Israel qne le recibirán , será para muchos de ellos como piedra de escándalo y ruina, especialmente para los de Jerusalem. Rom. IX. v. 32.

CAPÍTULO VIH. 49

15 Y muchísimos de ellos tropezarán y caerán, y se harán pedazos , y se verán cogidos en el lazo , y quedarán presos.

16 Recoge ahora el testimonio '; sella la ley pa- ra mis discípulos.

y 17 Yo sin embargo tengo puesta mi esperanza " en el Señor , que ha escondido su rostro de la casa de Jacob , y encesta esperanza perseveraré ^.

18 Veisme aquí á y á mis hijos , que me dio el Señor para que sirvan de señal y portento á Isra- el * , de parte del Señor de los ejércitos , que habita en el monte de Sion.

19 Que si os dijeren : Consultad á los pythones y á los adivinos ^ , los cuales rechinan en sus en- cantamientos , responded : ¿Pues qué no ha de acu- dir el pueblo á su Dios? ¿A los muertos ha de re- currir para saber de los que viven ?

20 A la Ley mas bien , y al Arca santa, es á don- de ha de recurrir. Que si no hablaren conforme á lo dicho , no amanecerá para ellos la luz del dia.

1 O profecía que has escrito.

2 Esto lo dice Isaías.

3 Véase Hebr. 11. v. 13.

4 Parece que habla todavía Isaías en persona de Chrisío. el cual y sus Apóstoles y discípulos fueron con.sideía- dos como un objeto de desprecio , y puestos por blanco de la ira de los judíos carnales y obstinados ; pero real- mente fueron también un portento de caridad , de humil- dad y pureza de vida, romo lo son todos los imitadores de Christo.

5 Véase Pyihon . Adivino.

60 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

21 Y la luz pasará por su casa ' sin deienerse y ellos caerán por el suelo , y tendrán hambre , y cuando estén hambrientos, se enfurecerán ymaldeci- ran á so rey y á su Dios : y levantarán los ojos acia arriba ,

22 y los bajarán acia tierra , y no verán sino tri- bulación , y tinieblas , y abatimiento , y angustia , y lobreguez que los persigue , y no podrán , por mas que hagan , librarse de su gran congoja.

CAPITULO IX.

Profecía del nacimiento del Mesiaa , y de su reino. Judá será libertada del poder de los reyes de Israel y de Sy- ria; de cuyos reinos , especialmente de Israel, se predi- cen las discordias y estragos.

1 Primeramente fue menos afligida la tierra de Zabulón, y la tierra de Nephtali^; y después fue gravemente herida la costa del mar , la Galilea de las naciones , mas allá del Jordán.

2 El pueblo que anclaba entre tinieblas , vio una gran luz : amaneció el día á los que moraban en la sombría región de la muerte.

1 El relativo eam de la Vulgata se refiere á la cata de Jacob, de que se habla en el v. 17.

2 Matlh. IV. V, 13. Según el estilo profético se pone el pretérito por el futuro. En estos territorios fue donde pre- dicó mucho tiempo Jtsu-Christo , y de donde escogió los mas de sus Apóstoles.

CAPÍTULO IX. 51

3 Multiplicaste ' la nación ; mas no aumentaste la alegría. Sin embargo alegrarse han algún dia de- lante de , como los que se alegran en la siega , 6 como se huelgan los vencedores con el botin que cogieron , al repartirse los despojos.

4 Porque su pesado yugo y la vara que heria sus espaldas , y el bastón de su exactor ', ó tirano , los hiciste pedazos , como en la jornada de IM adían '.

5 Porque todo despojo hecho con violencia y tu- multo , y los vestidos manchados de sangre serán que- mados y hechos pábulo del fuego.

6 Ahora que ha nacido un parvulito para noso- tros *, y se nos ha dado un hijo , el cual lleva sobre sus hombros el principado , ó la 'divisa de rey , y tendrá por nombre el Admirable ^ el Consejero,

1 Puede traducirse: Has ensalzado. La voz mucho se usa varias veces en la Escritura en lugar de grande , y multiplicar por engrandecer.

2 El ejus de la Vulgata se refiere al populus del verso 2.

3 Judie. VIH. V.22. Cuando el Mesías, llamado en el t'. 3. del cap. FUI. Cito pnedure , arrebatará los des- pojos al demonio , se alborotará el infierno , y todos los mundanos ; y per eso los judíos de Roma deciau á S. Pa blo, que su doctrina tenia contrarios en todas partes. Acl XXVJIl. V. 22.— Matíh. X v. 34.

4 Jesu-Christo, niño divino, que el Padre eterno (¡uiso que entrase en la gloria por medio de la pasión y muerte

5 Admirable en su concepción, y nacimitntu de nna madre Virgen : admirable eii «u vida, milagros y doctrina; en su pasión y mueite y resurrección.

52 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

Dios ', el Fuerte , el Padre del siglo venidero =*, el Príncipe de paz ^.

7 Su imperio será anipliflcado , y la paz no tendrá fin '': sentaráse sobre el solio de David , y poseerá su reino para afianzarle y consolidarle haciendo reinar la equidad y la justicia desde ahora , y para siem- pre. El zelo del Señor de los ejércitos es el que hará estas cosas.

8 Lanzó el Señor una palabra contra Jacob , y cayó sobre Israel *.

9 Y lo echará de ver todo el pueblo de Ephraira , y los habitantes de Samarla , quienes con soberbia é hinchazón de corazón andan diciendo :

10 Los edificios de ladrillo han sido arruinados por los enemigos ; mas nosotros edificaremos con piedras de sillería : cortaron los cabrahigos ; pero en su lu- gar sustituiremos cedros.

1 1 Entre tanto el Señor hará que los enemigos (los asyrios) prevalezcan contra Rasin, y reunirá después en tropel á los mismos enemigos contra Ephraim ^:

1 Gal. IV. V. 4.

2 Rom. V. V. 14.

3 Ephes. II. V. IS.~ Rom. V. v. \0.— Philip. IV. v. 7. ^Joann.XIV.v.27.

4 La paz divina qne nos trajo Jesu-Christo, permanecerá para siempre , ann en medio de las aflicciones y tormen- tos, por la virtud de aquel que da al justo la victoria por Jesu-Christo , como dice el Apóstol.

5 Jacob é Israel es lo mismo : y aquí denota los judíos del reino de Samaría , ó de Ephraim.

, § lY. Reg. XVI. v. 9.

CAPÍTULO IX. 53

12 á los syros por el lado del Oriente , y á los philistheos por el de Occidente :y llenos de rabia de- vorarán á Israel : á pesar de todo esto no se retira su furor , sino que aun está levantado su brazo.

13 porque el pueblo no se ha convertido acia aquel que le hiere , y no ha buscado al Señor de los ejércitos ;

14 y el Señor destrurirá en un solo dia la cabeza y la cola, á los que obedecen sumisos , como á los que gobiernan.

1 5 El anciano y el hombre respetable , ese es la cabeza; el profeta que vende embustes , ese es la cola.

16 Y tanto los que llaman bienaventurado á este pueblo , seduciéndole , como los mismos que son lla- mados bienaventurados , perecerán desgraciadamente.

17 Por esto no se enternecerá el Señor en favor de los jovencitos de ese pueblo , ni tendrá compasión de sus huérfanos , ni de sus viudas : porque todo él es hipócrita y malvado, y todas sus bocas no hablan mas que desatinos. Por todas estas cosas su furor no se aplaca , sino que aun está levantada su mano.

18 Pues la impiedad se encendió cual fuego que devora las zarzas , y las espinas , y toma vigor en lo mas espeso del bosque , y se eleva en torbellinos de humo densísimo.

19 La tierra está en la mayor consternación por la ira del Señor de los ejércitos ; y el pueblo será co- mo cebo del fuego : el hombre no perdonará á su pro- pio hermano.

54 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

20 Y volveráse á ia derecha para devorarlo iodo , y aun tendrá hambre ; y comerá cuanto halle á la iz- quierda, y tampoco podrá saciarse ': cada nno devo- rará la carne de su mismo brazo '. Manassés devastará á Ephraim, y Ephraim á Manassés : luego ambos se unirán contra Judá.

2 1 A pesar de todas estas cosas no está aplacada la ira del Señor , sino que aun está levantado su brazo.

CAPÍTULO X.

/ Desdichados aquellos que hacen leyes injustas, y oprimen al pobre, y á la viuda ! Isaías predice la humillación de Sennachérib ; y consuela á Israel , y le ¡^'órnele que los restos de este pueblo al fin se convertirán.

1 ¡ Ay de aquellos que establecen leyes inicuas, y escriben continuamente sentencias de injusticia :

2 para oprimir á los pobres en juicio, y hacer vio- lencia á los desvalidos de mi pueblo, para devorar cual presa á las viudas, y saquear á los huérfanos !

3 ¿ Qué haréis en el dia en que se os lomará resi- dencia, y en la calamidad que viene amenazando de lejos ? ; A quién acudiréis para que os ayude ? ¿ y en dónde dejaréis , ó de que servirá vuestra grandeza,

4 para no doblar la cerviz á la cadena ent^e los es- clavos, y no caer entre los muertos ? A pesar de todas

1 Es una pintura de la hambre rabiosa de una fiera qu«» entra en im rebaño.

2 O parentela.

CAPÍTULO X. 55

estas cosas uo está calmada la ira del Señor, sino que aun está levantado su brazo.

5 ¡ Ay de Assur ! vara y basten de mi furor : en su mano he puesto mi ira.

6 Enviarle he contra un pueblo fementido , y con- tra un pueblo que ha provocado mi indignación ; y da- réle mis órdenes para que se lleve sus despojos, y le entregue al saqueo, y le reduzca á ser pisado como el lodo de las plazas.

7 Es verdad que él no lo pensará así, y que en su corazón no formará tal concepto ' : su corazón sola- mente pondrá la mira en destruir y exterminar no po- cas naciones.

8 Porque dirá :

9 ¿ Acaso mis palaciegos no son otros tantos reyes ? ¿pues qué no ha tenido la misma suerte Cálano que Chárcamis? ¿y Emalh que Arphad? ¿ por ventura no ha sido de Samarla lo que de Damasco ?

10 Así como ganó mi mano los reinos de varios ídolos, del mismo modo venceré los simulacros de los de Jerusalem y de Samaría.

11 ¿ Acaso lo que hice ya con Samaría y con sus ídolos, no lo ejecutaré también con Jerusalem y con sus simulacros ?

12 Pero luego que el Señor hubiere cumplido to-

1 No pensará que no es sino un mero instrumento mío ; sino que atribuirá sus victorias á los ídolos que él adora ; y no tendrá otro fin que el saciar su ambición; permitiéndolo asi Dios en castigo de ¡o^ pecados de Israel.

56 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

das sus obras en el monte de Sion, y en Jerusalem, él mismo lomará residencia de las empresas del altivo corazón del rey asyrio, y de la jaclancia.de sus alti- vos ojos ' .

13 Ya que ha dicho : Con el poder de mi mano hice lo que hice , y con mi sabiduría lo trazé ; y he mudado los límites de los pueblos, y despojado sus príncipes, y con el poder que tengo, he derribado á los que estaban en altos puestos :

14 y el poderío de los pueblos fue respecto de mi valor como una nidada de pajarillos ; y como se re- cogen del nido los huevos que han sido abandonados, así reuní yo bajo mi poder toda la tierra, y no hubo quien moviese una ala, ni abriese el pico, ni piase. —15 ¿Pero y por ventura se gloriará la segur contra el que corta con ella, ó se ensoberbecerá la sierra con- tra el que la mueve? Eso es como si se levantase la vara contra el que la maneja, ó se envaneciese el bas- tón , que al cabo no es mas que un palo.

16 Por esto el soberano Señor de los ejércitos en- viará la extenuación á sus robustos guerreros, y ar- derá debajo de sus galas una como hoguera de fuego que los consuma.

17 Y la Luz de Israel será el fuego, y su Santo la

1 IV. Reg. XIX. 1-.35. Véase c. XXXVII . v. 36. Dios

se sirvió del rey de los asyrios como de un instrumento pa- ra castigar á los judíos ; pero después hizo lo que con todos los soberbios, esto es, le destruyó y aniquiló.

CAPITULO X. 57

llama con que se encenderán y arderán las espinas y las zarzas de Assur en un solo dia.

18 y la gloria de este bosque y de este Carmelo ' será consumida en cuerpo y alma, y él (Sennachérib) huirá azorado.

19 Y los árboles que de esta selva quedaren , se podrán contar por su corto número, y un niño podrá formar la lista de ellos.

20 Y entonces será cuando los que quedaren de Israel ,y los de la casa de Jacob que habrán escapado , no volverán á fiarse en el que los hiere , sino que sin- ceramente se apoyarán en el Señor el Santo de Israel.

21 Los residuos de Jacob, los residuos digo, se convertirán al Dios fuerte.

22 Porque aun cuando tu pueblo , oh Israel , fuese como la arena del mar, solamente los restos de él se convertirán : pero los restos que se salvaren de la des- trucción , rebosarán en justicia ^.

23 Porque destrucción y diminución ^ hará el Señor Dios de los ejércitos en toda la tierra de Jadea.

24 Por tanto , esto dice el Señor Dios de los ejér-

1 O lugar dichoso. Véase Carmelo, Todo esto alude al destrozo y mortandad que hizo el ángel. IV. Reg. XIX. V. 35.

2 Véase IF. Reg. XVIII. v. 12.-7/ Par. XXX. El Apóstol cita este lugar según se lee en la versión de los Setenta.

.3 Rom. IX. V. 27, ^S.— Isaías XI. r. 11. ¿

6

58 hk PROFECIA. DE ISAÍAS.

cito» : Pueblo mió ,, que habitas en Sion , no tengas miedo del asyrio : él te sacudirá con la vara , y alzará contra su bastón desde el camino que va á Egyp- to ".

25 Pero dentro de poco, muy en breve, mi enojo y mi furor provocado por sus ' maldades , llegará á su colmo '.

26 Y el Señor Dios de los ejércitos levantará con- tra el asyrio su brazo , y hará en él el estrago que hizo en los madianitas en la peña de Oreb ; y así como alzó su vara sobre el Mar rojo , del mismo modo la alzará sobre el camino de Egypto *.

27 Y en aquel dia será quitado de encima de tuf hombros el peso de Assur , y su yugo de tu cerviz , y pudriráse el yugo ^ por la abundancia del aceite ^.

28 Llegará el rey de Asyria hasta Aiath, pasará á Magron , en Machmas depositará su bagage.

29 Pasarán á marchas forzadas, </?c2ení/o : EnGa- baath plantaremos nuestros reales ; Rama está sobre-

1 Hebraismo, que equivale : como en otro tiempo lo hizo el Egypto.

2 El relativo eoriim está en lugar de ejus, refiriéndose á los asyrios, ó á Assur.

3 O cesará.

4 Judie. VIL V. 25. Después c. XXXVIl. v. 37.

5 O quedará destruido,

6 De la misericordia divina. Así lo entendió S. Geróni- mo. Y la libertad del yugo de los asyrios simbolizaba nues- tra libertad de la esclavitud del demonio , por los méritos de Jesu Christo.

CAPÍTULO X. 59

saltada , Gabaalh la de Saúl ' huye precipitadamente.

30 Esfuerza tu grito , oh ciudad de Gallim , mira por , oh Laisa ; y también probrecita Anathoth.

31 Los de Medemena escaparon : esforzaos, mo- radores de Gabim.

32 Aun falta un dia para llegar á hacer alto en Nobe ^ : desde ahí levantará Sennachérib su mano en ademan de amenaza contra el monte de la hija de Síon , contra el collado de Jerusalem.

33 Pero aquí que el soberano Señor de los ejér- citos estrellará con ímpetu el vaso de tierra ; y los de agigantada estatura serán desjarretados , y los subli- mes serán abatidos.

34 Y la espesura del bosque será cortada con el hierro, y caerá el Líbano con sus altos cedros.

1 O donde tnvo Saúl en otro tiempo su residencia.

2 Desde A^oSe, según dice S. Gerónimo, se reia ya el monte Sion, en que estaba Jerusalem.

3 O la multitud de soldados. Se compara el ejército de Sennachérib á un gran bosque, y sus capitanes á los árboles mas grandes. Y por el Líbano y sus altos cedros puede en- tenderse el imperio de los asyrios y sus principes.

60 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO XI.

Profetiza la venida del Mesías en carne humana, y su exal- tación ; y la conversión de los gentiles, y la de los ju' dios.

1 y saldrá un renuevo del tronco de Jessé ' , y de su raíz se elevará una flor ^.

2 Y reposará sobre él el Espíritu del Señor, espí- ritu de sabiduría , y de entendimiento , espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de piedad ;

3 y estará lleno del espíritu del temor del Señor. El no juzgará por lo que aparece exteriormente á la vista , ni condenará solo por lo que se oye decir ;

4 sino que juzgará á los pobres con justicia , y tomará con rectitud la defensa de los humildes de la tierra, y á la tierra la herirá con la vara de su boca , y con el aliento de sus labios dará muerte al impío '.

5 y el cíngulo de sus lomos será la justicia ; y la el ^cinturon con que se ceñirá su cuerpo.

1 Jessé era padre de David.

'2 Act, XIII. V. 23. Todo lo que sigue, debe entenderse de Jesu-Christo. Y no solamente lo entienden de él todos los Padres y expositores, sino aun los antifíuos Rabinos, y muchos de los modernos. Donde la Vulgata dice^^y*, en el hebreo se lee "1}¿3 helser, pimpollo; por esto, dice^S. Ge- lónimo, se llamó Christo Nazareno. Véase Nazareno.

3 //. Tkes. II. V. 8.

CAPÍTULO XI. 61

6 Habitará el lobo juntamente con el cordero , y el tigre estará echado junto al cabrito : el becerro, el león y la oveja andarán juntos , y un niño peque- ñilo será su pastor.

7 El becerro y el oso irán á los mismos pastos ; y estarán echadas en un mismo sitio sus crias ; y el león comerá paja como el buey ;

8 y el niño que aun mama, estará jugando en el agujero de un áspid ; y el recien destetado meterá la mano en la madriguera del basilisco *.

9 Ellos no dañarán ni matarán en todo mi monte santo : porque el conocimiento del Señor llenará la tierra , como las aguas llenan el mar.

10 En aquel dia el renuevo de la raiz de Jessé, que está puesto como señal ó estandarte de salud para los pueblos , será invocado de las naciones , y su sepulcro será glorioso ^.

1 Después LXV. v. 25. Luc. X. v. 19. Esiiua hermosa pintura de lo que habla de suceder al rennirse en nna mis- ma Iglesia tanta diversidad de pueblos y naciones , y hom- bres de tan diversos humores : unos fuertes y belicosos co- mo leones, otros apacibles y sencillos como corderos, etc., y que todos , á pesar de tan distintos y contrarios genios, habían de formar un solo corazón y una sola alma, reunidos en la Iglesia.

2 Rom. Xy. V. 12. Elevado el estandarte de la Cruz, acudirán á alistarse las naciones mas lejanas, Joann. XII. V. 31. Aun ahora se cumple esta profecía en los santos lugares de Jerusalem . visitados desde los primeros tiem pos de la Iglesia por reyes, sabios,, potentados y gentes de todo el orbe.

62 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

11 Y en aquel dia extenderá el Señor nueva-^ mente bu mano para atraer los restos de su pueblo que quedaren entre los asyrios , y en el Egypto , y en Phetros , y en Etiopia, y en Elam y en Sennaar, y en Emath, y en las islas del mar,

12 Y enarbolará un estandarte entre las na- ciones, y reunirá los fugitivos de Israel, y reco- gerá los dispersos de Judá , de los cuatro puntos de la tierra.

j|lS Y será quitado el cisma de Ephraim, serán destruidos los enemigos de Judá. Ephraim no ten- drá envidia á Judá, y Judá no hará la guerra á Ephraim.

14 Y volarán junios á echarse encima de los philisteos por la parte del mar , y harán también su botin de los hijos del Oriente. La Idumea y los moabitas muy presto serán presa de sus manos, y preslaránles obediencia los hijos de Ammon.

15 El Señor secará la lengua del mar de Egypto, y extenderá su mano ' sobre el rio ^ con su impetuo- so viento , y le herirá en sus siete bocas , de modo que se pueda pasar sin descalzarse.

16 Y quedará libre paso á los restos de mi pue- blo que hubieren dejado vivos los asyrios , así como le tuvo Israel en aquel dia en que salió de la tierra de Egypto.

1 Manifetitará su fjodcr.

2 Sobre yl Nilo y sus bocas; ó sobre el E"phratts y sus canales.

ti 3

CAPITULO XII.

Cántico de alabanza y acción de gracias á Chrisío vencedor y Salvador.

1 Y dirás en aquel dia : Te daré alabanza , oh Se- ñor, porque estabas enojado conmigo , y se alejó tu furor , y me has consolado.

2 aquí que Dios es el salvador mió : viviré lleno de confianza, y no ' temeré : porque mi fortaleza y mi gloria es el Señor , y él ha tomado por su cuen- ta mi salvación.

3 Sacaréis agua con gozo de las fuentes del Sal- vador ' ;

4 y diréis en aquel dia : Dad gracias al Señor , é invocad su nombre : anunciad á las gentes sus de - signios : acordaos que es excelso su nombre.

5 Tributad alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas grandes y magvijicas : divulgad estopor toda la tierra.

1 Exod. XV. V. 2.—Ps. CXVII. V. 14.

2 Alude á las aguas que manaron de la piedra que Moy- sés hirió con su vara : piedra que era figura de Christo, conno dice el Apóstol /. Cor. X. r. 4. Véase Joan. VIII. V. 37., y nótese que S. Gerónimo, S. Cyrilo, y otros lo en- tienden de la palabra divina salida de Christo. S. Ambrosio lo entiende de los Sacramentos de la Iglesia , salidos del costado ó de las llagas de Jesu C liristo, como de otras tan- tas fuentes de la gracia.

64 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

6 Salta de gozo y entona himnos de alabanza , casa de Sion ' : pues que se muestra grande en medio de el Santo de Israel.

CAPÍTULO XIIT.

Babylonia será arrumada por los medos.

1 Duro anuncio contra Babylonia , revelado á Isaías, hijo de Amos.

2 Sobre el monte cubierto de tinieblas ^ plantad el estandarte, alzad la voz, tended la mano, y entren los caudillos por las puertas.

3 Yo he dado mis órdenes á los guerreros que ten- go prevenidos, he llamado en mi ira á mis campeones llenos de alborozo por defender mi gloria.

4 Algazara de mucho gentío sobre las montañas, como de pueblos numerosos : voces de alarma de prín- cipes y de naciones reunidas '. El Señor de los ejér- citos ha dado sus. órdenes, ó pasado revista á la be- licosa milicia,

1 Habla aqiií con la Iglesia, en medio de la que reside Jesu-Christo, el 'S'«/iío de los sanios, el Sanio por exce- lencia.

2 En estilo figurado se llama Báhylonia. montaña, por razón de la elevación y grandeza de sus edificios, palacios y murallas; y cubierta de nubes, aludiendo á su nombre, significa confusión , ó á causa de los vapores del Eu- phrates, símbolo de las espesas tinieblas de la idolatria.

3 De ios ejórcitos de Darío y Cyro. <

I

CAPITULO XIII. 65

5 la cual viene de países remotos desde el cabo del mundo : el Señor y los instrumentos de su ira vienen para dejar desierta toda la tierra ' .

6 Esforzad los aullidos, porque cercano está el dia del Señor : la desolación será como de la terrible ma- no del Señor.

7 Por esto todos los brazos perderán su vigor y energía, y todos los corazones de los hombres desfa- llecerán,

8 y serán quebrantados. Se verán agitados de tor- mentos y dolores, y gemirán como muger que está de parto : cada uno quedará atónito mirando á su vecino : sus rostros se pondrán secos y denegridos.

9 Mirad que va á llegar el dia del Señor, dia horro- roso y lleno de indignación, y de ira, y de furor, para convertir en un desierto la tierra, y borrar de ella á los pecadores.

10 Porque las mas resplandecientes estrellas del cielo no despedirán la luz acostumbrada : se oscure- cerá el sol al nacer , y la luna no alumbrará con su luz'.

1 1 Y castigaré la tierra por sus maldades , y á los impíos por su iniquidad ; y pondré fin á la soberbia

I O pais sujeto á Babylonia.

'2 Ezech. XXXII. V. 7.—Joel. II v. 10.— III. v. 15- Matlh. XXTV. V. m.—Marc. XIII. v. 2í.—Lhc. XXI V. 25. De estas expresiones figuradas se sirven los Profeta» para denotar extrema miseria; y de la misma manera las que signen , son para ponderar la terrible venganza que quiere tomar Dios de una nación.

66 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

de los infieles, y abatiré la arrogancia de los fuertes.

12 El hombre será mas apreciado que el oro, y mas que el oro acendrado.

13 Desconcertaré á mas de esto el cielo, y se mo- verá de sus quicios la tierra ; por cuanto está airado el Señor de los ejércitos, y porque es el dia de su ira y de su furor.

14 Y echarán á huir como gamos; y serán como ovejas que no hay quien las recoja : volveráse cada uno á su pueblo, y cada uno huirá á su tierra.

1 5 Todo el que se encuentre en la ciudad , será muerto ; y cuantos acudan á su socorro , perecerán al Jilo de la espada.

16 Sus niños serán estrellados delante de sus ojos, saqueadas sus casas, y forzadas sus mugeres \

17 aquí que yo levantaré contra ellos á los me- dos, los cuales no buscarán plata, ni querrán oro,

18 sino que matarán á saetazos á los niños; y no tendrán compasión de las mugeres embarazadas, ni perdonarán á sus hijitos.

19 Y aquella /amosa Babylonia, gloriosa entre los demás reinos, de la que tanto se vanagloriaban los cháldeos, será, como Sodoma y Gomorrha, arruinada por el Señor.

20 Nunca jamás será habitada ' ni reedificada por

1 Ps. CXXXVI. V. 9.

2 Como antes era.

CAPÍTULO XIV. 67

los siglos de los siglos ' : ni aun el árabe plantará allí sus tiendas, ni harán en ella majada lo» pastores.

21 Sino que se guarecerán allí las fieras, y sus ca- sas estarán llenas de dragones, y allí habitarán los avestruces, y allí retozarán los sátiros peludos ".

22 Y entre las mi7ias de sus palacios resonarán los ecos de los buhos , y cantarán las sirenas en aquellos lugares que fueron consagrados al deleite'.

CAPÍTULO XIV.

Profetiza Isaías la vuelta del pueblo del cautiverio de Ba- bylonia , la ruina de este imperio , la mortandad de los asyrios, y la derrota de los philistheos por Ezechías.

1 Próximo está á llegar este su tiempo , y sus días no están remotos. Porque aLJin el Señor tendrá com- pasión de Jacob, y todavía escogerá algunos de Israel, y hará que reposen en su nativo suelo. Juntaráse con estos el extrangero , y se incorporará con la casa de Jacob.

2 Y los pueblos los hospedarán , y los acompaña- rán á su pais ; y la casa de Israel los poseerá , en la

1 Apoc. XV III. V. 2.

2 Véase c. XXXIV. v. 14. y la nota.

3 La voz hebrea □*3n Thanim propiameDte significa no Sirena, sino un monstruo cualquiera : la Sirena es mons- truo marino, y Babylonia no es puerto de mar ; y así san Gerónimo opina que aquí se habla de nn monstruo terres- tre. Por eso aquí se traduciría mejor; y se oirán cánticos co- mo de Sirenas en aquellos sitios consagrados al deleite.

68 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

tierra del Señor, para siervos y siervas'; y quedarán cautivos los que los habian cautivado , y subditos sus opresores.

3 Y en aquel tiempo , cuando te sea dado por Dios el respirar de tus trabajos , y de tu opresión , y de la dura esclavitud á que estuviste sujeto ,

4 te servirás de este cántico contra el rey de Baby- lonia , y dirás : ¿ Cómo es que no parece ya el exactor y que cesó el tributo?

5 El Señor ha hecho pedazos el cetro de los impíos, la vara de los que dominaban ;

6 al que indignado azotaba á los pueblos haciéndo- les llagas incurables , y tiranizaba furiosamente las naciones , y las maltrataba con crueldad.

7 Toda la tierra ' está en silencio y en paz , y se huelga , y regocija :

8 hasta los abetos y cedros del Líbano se divierten á costa tuya. Desde que feneciste , dicen , nadie sube á cortarnos.

9 El infierno allá bajo se conmovió á tu llegada : al encuentro tuyo envió los gigantes : levantáronse de sus tronos todos los príncipes de la tierra , todos los príncipes de las naciones '.

1 /. Esd. II. V. 65.--Exod. XXI. v. 6.

2 Avasallada por él.

.S Se usa aquí de una figura retórica, por la cual se con- sideran los reyes muertos como revestidos aun de su digni- dad , y que van á visitar á otro príncipe que ha sido ven- cido en un combate.

«APÍTLM-O XIV. 69

10 Todos, dirigiéndote la palabra, te dirán : ¡Con- que tú también has sido herido como nosotros , y á nosotros has sido hecho semejante !

11 Tu soberbia ha sido abatida hasta los infiernos, tendido yace por el suelo tu cadáver , tendrás por col- chón la podredumbre, y tu cubierta serán los gusa- nos.

12 ¿Cómo caíste del cielo , oh lucero , que lanto brillabas por la mañana? ¿Corno fuiste precipitado por tierra, que has sido la ruina délas naciones?

13 que decías en tu corazón : Escalaré el cielo * : sobre las estrellas de Dios levantaré mi trono , sentaréme sobre el Monte del testamento situado al lado del Septentrión:

14 sobrepujaré la altura de las nubes, semejante seré al Altísimo.

15 Pero has sido precipitado al infierno, á la mas honda mazmorra.

16 Los que te vieren, se inclinarán á tí, y te con- templarán, ¿y es este, dirán, aquel hombre que albo- rotó la tierra , que hizo estremecer los reinos ,

17 el que dejó desierto el mundo, y asoló las ciudades , y no abrió jamás la cárcel á sus prisione- ros?

18 Todos los reyes de las naciones , todos murieron

1 Alude á la caída de Lucifer; y de un modo semejsmte habló Jesu-Christo. Luc. X. r. 18. A Lucifer imitaron en su orgullo Nabuchódonosor(/«rfi7A. ///. v. 13), Balthasar, y otros reyes de las naciones.

7

70 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

y Jim-ün enterrados con gloria ' ; cada cnal descansa cii el sepulcro de su familia.

19 Mas has sido arrojado lejos de lu sepulcro «omo un tronco inútil é inmundo , y confundido , como podrido cadáver , con los que fueron muertos á cu- cIhUo , y descendieron á lo mas hondo de la fosa.

20 no has de tener consorcio con ellos, ni aun en 'la sepultura : porque has destruido tu pais , has hecho perecer á tu pueblo. JSo se conservará la me- moria de la raza de los malhechores.

21 Preparaos á dar la muerte á sus hijos , por la iniquidad de sus padres ; pues no crecerán , ni here- darán la tierra , ni llenarán de ciudades la superficie dol mundo.

22 Porque yo me levantaré contra ellos , dice el Sañor de los ejércitos ; y destruiré el nombre de Ba- bylonia , y los residuos, y el retoño , y toda su raza, dice el Señor.

23 Y la reduciré á manida de erizos , y á lagunas de aguas estancadas , y la barreré con escoba devas- tadora , dice el Señor de los ejércitos.

24 Juró el Señor de los ejércitos diciendo : Como lo pensé , así será , y como lo trazé en mi mente ,

25 así sucederá : destruiré al asyrio en mi tierra , y sobre mis montes le hollaré ; con lo cual será qui- tado á Israel el yugo , y de sus hombros el peso de aquel opresor.

26 Esto es lo que he pensado y resuelto tocante ú

1 O pompa fúnebre.

CAPÍTULO XIV. 71

loda la dicha tierra , y así es como exleuderé la mano sobre todas las naciones amigas suyas.

27 El Señor de los ejércitos lo ha decretado, y ¿ quién podrá invalidarlo ? Su brazo está levantado, y I quién podrá detenerle ?

28 El año en que murió el rey Acház se x:ump!¡6 este duro anuncio :

29 No te entregues todo á la alegría , oh pais dií los philistheos, porque haya sido hecha pedazos la vara del que te hería; pues que de la estirpe de la culebra nacerá el basilisco '. y lo que de este saldrá engullirá las aves.

30 Y los primeros ó mas infelices entre los men- digos tendrán pan , y reposarán con seguridad los po- bres : y haré morir de hambre tu raza, ó pMUsíheo , y acabaré con lodo lo que de quedare.

31 Aullen las puertas^, esfuerzen sus gritos las ciudades: todo el pais de los philistheos está por tier- ra, porquede acia el Septentrión ^ viene la humareda, y no habrá quien pueda escapar de sus escuadrones.

32 Y ¿qué respuesta se dará á los embajadores de

1 Era un modo proverbial de hablar para significar que después de uu grave mal vendrá otro peor. Isaías parece que aquí predice á los philistheos que después de Ozías ({•\e los derrotó, vendrá Ezechias que los desolará. IV. Rey. AT//7.t. 8.

2 Esto es, los jueces ó principes, y los pueblos.

3 Esto es j de Jeriisalem, vendrá el ejército como un torbellino contra los philislheos.

72 LA profecía ÜE ISAÍAS.

las naciones ? Que el Señor es el que fundó á 8ion, y que en él esperan los humildes de su pueblo,

CAPÍTULO XV.

yaticina haias las vaiamidades qae padecerán ív.s moabUas; de los cuales muestra compadecerse.

1 Duro anuncio contra l>Ioab ' . Porque en una noche fue Ar su capital asolada , Moab ha enmude- cido : porque en una noche fue aterrada la muralla^, ha enmudecido Moab.

2 Ha subido la casa real y toda Dibon á los luga- res elevados para llorar sobre Nabo ' y sobre Me- daba : Moab ha dado grandes aullidos. Calvase pela das se ven todas las cabezas, y raídas todas las barbas'*, en señal de luto.

3 Andan por sus calles vestidos de saco : sobre sus terrados , y por sus plazas , solo se oyen aullidos acompañados de lágrimas.

1 Jerem. XLVIIl. Eata profecía contra Moab sigue hasta el capítulo XVÍl ; y parece que tiene relación cou lo que se dice IV. Rey. XVII. v. 5. El país que recorrió Salmanazar al rededor de Samaría antes de ponerle sitio , era de los moabitas.

2 En hebreo el muro se llama "^^p Kir, que es sinó- nimo de Ar.

3 En la ciudad de Nabo estaba el famoso ídolo Chumos. Véase Chantos.

4 Jerem. XLVIIL v. 37.- Exerh. VIL v. 18.- /. E^d. IX. c. 3. Véase Cahelio,s , f^aco.

capítulo XV. 73

4 Hesebüu y Eleale darán grandes gritos : hasta en Jasa se ha oido la voz de ellos : á vista de este espec- táculo aullarán los mismos guerreros de IMoab , el alma de cada uno de ellos lamentará sobre su propia suerte.

5 IMi corazón dará suspiros por Moab : sus soste- nedores huirán hasta Segor, ciudad fuerte, cual novi- lla de tres años ' . Por la cuesta de Luith subirá cada uno llorando, y por el camino de Oroniam irán dando gritos de quebranto.

6 Las excelentes aguas de Nemrim ^ serán abando- nadas ó descuidadas: por lo que se secó la yerba, marchitáronse todos los retoños , pereció todo verdor.

7 Serán visitados ó castigados á proporción de la gravedad de sus maldades : al torrente de los sauces ' serán conducidos.

8 Los gritos se oyeron en contorno por todos los conflnes de Moab. Hasta Gallim llegaron sus aulli- dos , y sus clamores hasta el pozo de Elim.

9 Porque las aguas deDibon llenas están de sangre de moabitas : pues haré venir sobre Dibon un a- crecentamiento de desgracias ; y contra los que ha- brán escapado de IMoab , ó quedádose en el pais, enviaré leones.

1 El hebreo : mi corazón clamará como una novilla de tres años.

2 Jerem. XLVIIL r. .34.

3 Jnnto á BabyWia. Ps. CXXXVl r. 2.

74 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO XVI.

Ruega á Dios que envié el Cordero dominador de la tierra, esto es, el Mesías. Moab es castigado por su inflexible so berbia.

1 Envía, oh Señor, el Cordero dominador ó 406c- rano de la tierra, desde la Peña del desierto ' al monte de la hija de Sion ^.

2 ¡Mas ay! sucederá que las hijas de Moab, en el pozo del Arnon , se hallarán como una ave que huye espantada, y como pollitos que saltan fuera del nido.

3 Aconséjale , consulla el caso , haz sombra á los que huyen ; de modo que se oculten en medio del dia como en una oscura noche ; esconde á los fugiti- vos, y no entregues alevosamente á los israelitas que andan errantes.

1 En ía Arabia Pétrea.

2 O de Jerusalem. En el sentido espiritual se habla "de Jesii-Christo que debia descender de Ruth, natural de Petra, capital de los moabitas, llamada por antonomasia Ar (esto es ciudad), en el verso 1 del cap. anterior; la cual habiendo casado con Booz, íue madre de Obed , y así abuela de David y del Mesías. El país de Moab abun- daba mucho en rebaños, de suerte que pagaba al rey cada año por tributo cien mil corderos y cien mil carneros, /f. Reg. Jll. V. 4. A e.sto aludirla el Profeta rogando al Señu» que en vez de aquel tributo de corderos , enviase á Sion el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo , y ha do ser el rey y el pastor toda'? las gentes.

capítulo XVI. ^T>

4 Hospeda junto á U mis hijos fiigilivoí;. tú, oh Moab, su asilo contra el devastador, porque como el polvo está ya desvanecido ; feneció porjin aquel desdichado , aterrado está el que hollaba la tierra.-'

5 Y fundarse ha un trono sobre la misericordijt, y sentaráse en él en la casa de David un juez recto V zeloso de la justicia , el cual dará á cada uno con pron- titud aquello que es justo.

6 Hemos oido hablar de la soberbia de Moab , él es orgulloso en extremo ' : su soberbia , su arrogancki y su impetuosidad exceden mucho á sus fuerzas.

7 Por esto Moab aullará contra Moab, todos sus moradores prorumpirán en aullidos. A los que se jac- tan de tener sus murallas de ladrillo cocido al fue- go ó inexpugnables, d esos anunciadles sus calami- dades.

8 Porque los arrabales de Hesebon están i/a desier - tos, y talada ha sido por los príncipes de las na^ ciones la viña ó país de Sabama , cuyos sarmientos ^ han ido á parar hasta Jazer ; anduvieron errantes por el desierto ; y \os pocos mugrones que (picdaron , pa- garon á la otra parte del mar.

9 Por tanto , mezclaré mis lágrimas con las de Ja- zer , lloraré por la viña de Sabama , te bañaré toda con mis lágrimas , oh Hesebon , á también oh E - léale : porque vino la irrupción , y se acabó la algii -

1 Jeiem. XLVlll. v. 29,

2 Esío es!. los habUantea de í'sabama.

76 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

zara de los que pisan las veiidiinias , y triUau las míe- ses\

10 \ huirá =* del Carmelo la alegría y regocijo, y ya no habrá mas fiesta ni alborozo en las viñas ; y el que solia exprimir el vino en la prensa , no le expri- mirá mas : y no se oirán ya las canciones de los que pisan en el lagar.

1 1 Por esto mi vientre y mis entrañas resonarán cual cítara de lújuhre sonido por los infortunios de Moab , y por la ruina de la/wer/e muralla de ladrillo cocido al fuego.

12 Y sucederá que cuando Moab esté cansado de acudir á sus lugares altos ^, entrará en sus santuarios'' para orar , pero no podrá tampoco conseguir nada.

13 Esta gCS la palabra que tiempo habló el Señor relativamente á Moab*.

14 Y lo que ahora dice el Señor, es : Dentro de tres años , cabales como años de jornalero , será qui- tada á Moab la gloria de todo su numeroso pueblo*', y pocos quedarán de él , y estos pequeños y nada robustos.

1 Tal es el sentido que se ve en el texto hebreo,

2 De tu pais, fértil como el Carmelo.

3 Para pedir auxilio á los ídolos.

4 O en los otros templos suyos.

5 Amos c. II.

6 Dentro de tres años recibirá Moab el castigo de sus abominaciones

I

CAPITULO XVII.

Profecía de la ruina de Damasco y de su reino , y asimismo del de las diez tribus : promete Isaías que quedarían al- gunas reliquias de ellas, que se convertirían después al Señor. Anuncia el estrago que haría el Ángel en el ejér- cito de los asyrios.

1 Duro anuncio contra Damasco ' . He aquí que Damasco dejará de ser ciudad , y parará en un mon- tón de piedras , en un edificio arruinado.

2 Las ciudades de Aroer serán abandonadas á los ganados , que tendrán allí sus apriscos ; y no habrá quien los espante.

3 Y Ephraím perderá su sosten , y se acabará ei reino de Damasco , y será de los restos de la Syria lo que de los hijos gloriosos de Israel : perecerán , dice el Señor de los ejércitos.

4 Pues en aquel dia se marchitará la gloria de la casa de Jacob , y desaparecerá la g<irdura de su carne.

5 Y sucederá como cuando uno en la siega reúne las espigas que quedaron , y las coge con su mano ; ó como el que las rebusca en el valle de Raphaim.

6 Y solo quedará de él ' como uno que otro racimo de rebusca , y como después de sacudido el olivo que- dan dos ó tres aceitunas en la punta de una rama , ó

1 Damasco era la capital de la Syria ; y así esta profe- cía se dirige á todo el reino. Véase IF. Reg. XVI. v. 9.

2 Solo quedará de la descendencia de Jacob, esto es, del reino de Samaría , ó de las diez tribus.

^8 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

bien cuatro ó cinco en lo alto de la rama fruclifera , dice el Señor Dios de Israel.

7 En aquel dia se humillará el hombre delante de su Hacedor, y sus ojos se volverán á mirar al Santo de Israel;

8 y no se postrará ante los altares que fueron obra de sus manos , y no hará caso alguno de los bosques y templos de los ídolos , que por él fueron construid dos '.

9 En aquel dia serán abandonadas sus ciudades fortiQcadas , como lo fueron los arados y las mieses á la llegada de los hijos de Israel ^ ; del mismo modo serás tíi , oh Samarla , desamparada.

10 Por cuanto olvidaste á Dios tu salvador, y no le acordaste de tu poderoso defensor : por esto plan- tarás planta buena , y sembrarás simiente , que servirá para una gente extraña.

1 1 Y de aquello que plantaste, salió uva silvestre, y temprano floreció tu simiente ; pero te es arrebatada la mies cuando débia recogerse , lo cual te causará una gran pena.

12 ¡ Ay de la muchedumbre de esos pueblos , se- mejantes á las innumerables olas del mar embravecido,

1 Todo esto sucedió por la exhortación del piadoso rey Ezechias, //. Par. XXX, XXXI. , y sobre todo cuando el Evangelio fue anunciado por los Apóstoles; y tendrá perfecto cumplimiento, cuando al fin de los siglos se con- vertirá al Señor el pueblo de Israel.

2 Cuando hnian aterrorizados los chánaneos. Jos. //. I'. 9. V. V. 1.

capítulo xviii. 79

y de ese tumultuoso ejército , parecido al ruido de impetuosas aguas !

13 Los pueblos moverán un ruido , como las aguas de una inundación ; pero Dios los reprenderá, y ellos huirán lejos : serán dispersados , como lo es el polvo sobre los montes al soplo del viento , y como un tor- bellino de polvo es arrebatado en la tempestad.

14 ¡ Al tiempo de la tarde no veis qué espanto causaban I Viene la mañana , y ya no existen. Tal es la paga que tendrán los que nos devastaron , tal la sueñe futura de los que nos han saqueado.

CAPÍTULO XVllL

Profetiza I.sajas contra una nación que no nombra.

1 ¡ Ay de la tierra , címbalo alado, que está á la otra parte de los rios de Etiopia ,

2 la cual envía embajadores por mar en barcos de papyro ', ó de juncos, que corren sobre las aguas ! Id, mensajeros veloces , á la nación conmovida y despe- dazada , á aquel pueblo formidable mas que otro al-

1 En vez de címbalo alado tradujeron los Setenta : Ay de la tierra de las naves, ó barcos alados. En Egypto. Ethiopia, etc. había un grandísimo número de barcos con velas hechas de junco. Plinio habla de estas naves {papi/- racete naves ) hechas de una especie de junco ó arbusto Wamado papyrus , que se cría en Egypto; del cual hacían barcos, velas, cubiertas de cama, cuerdas, papel para esoribir, etc. Plin, lib. XÍTI. c. 11.

80 LA. PROFECÍA DE ISAlAS.

guno, á la nación que espera, y etitr-e tanto es hollada, cuya tierra se van comiendo los rios.

3 Habitadores todos del mundo , vosotros los que estáis de asiento en el pais, cuando fuere alzado el estandarte sobre los montes, vosotros lo veréis, y oiréis el ronco sonido de la trompeta.

4 Porque aquí lo que el Señor me dice : Yo me estaré tranquilo ' , y ío contemplaré desde mi asiento , como se ve la clara luz del medio dia ; y seré al modo que una nube de rocío en el tiempo de la cosecha ^.

5 Ya que todo él , esto es, el poder de los enemUjos, antes de la mies se ha ido en flor, y todo brotará antes de sazón, y sus tallos serán cortados con la podadera, y lo que quedare, será tronchado y arrojado.

6 Y serán abandonados á un mismo tiempo ^ á las aves montaraces, y á las bestias de la tierra ; y todo el verano estarán las aves sobre ellos , y sobre él invernarán todas las bestias de la tierra '*.

1 En efecto , les parece a muchos que no es Dios el que obra, cuando se 8Írve de las intrigas y violencias de los hombres para castigar á los que lo merecen. Y los peca- dores suelen atribuir su castigo , no á Dios , sino única- mente á los hombres ; en vez de mirar la mano vengadora de Dios , que se sirve , como de instrumento , de la malicia y prepotencia de los malvados.

2 El cumpHmiento de mi palabra refocilará á mis sier- vos , oomo el fresco rocío á los segadores.

3 Los cadáveres de los enemigos , ó del ejército de Sennachérib.

4 Será tan grande la mortandad, que los cadáveres bastarán para alimentar á las aves y fieras silvestres du-

cAPÍTiriiO XIX. 81

7 En aquel tiempo , el pueblo dividido y despe- dazado , el pueblo formidable mas que otro alguno , la nación que espera , y mas espera , y es entretanto hollada , (cuya tierra está desmoronada por los rios) llevará ofrendas ' al Señor de los ejércitos que reside en el lugar donde se invoca el nombre del mis?7io Señor de los ejércitos, en el monte de Sion.

CAPÍTULO XIX.

Profecía contra el Egypto : del cual, tj otros pueblos gentiles anuncia que serán lía/nados á la salud eterna.

1 Duro anuncio contra el Egypto. aquí que el Señor montará sobre una nube ligera ^, y entrará en Egypto, y á su presencia se conturbarán los ídolos de Egypto , y el corazón de Egypto se repudrirá en su pecho.

I ante todo el otoño é invierno. Véase //. Par. XXXII. r.23.

1 Cumplióse esta profecía cuando el Eg^ypto ofreció á Dios tanta multitud de solitarios , que vivían en sus de- siertos , mas como ángeles en carne mortal, que como hombres.

3 San Gerónimo observó que varios expositores antiguos aplicaron esta profecía á los tiempos de Jesu Christo; el cual en su infancia, llevado en los brazos de su madre, simbolizada en esta nube ligera , fue á Egypto , y trastor- nó con su presencia los simulacros de los ídolos etc. De este suceso hablan Orígenes, san C'yrilo de Jerusalem, Rufino , Sozomeno, y otros.

To:.!. IX. 8

S2 LA. PROFECÍA DE ISAÍAS.

2 Y haré que vengan á las manos egypcios contra egypcios , y combatirá el hermano contra su propio hermano, y el amigo contra su amigo, ciudad contra ciudad, reino contra reino.

3 Y quedará el Egypto sin espíritu en sus entrañas, y trastornaré sus consejos, y andarán consultando sus ídolos , y sus adivinos , y sus pythones , y magos.

4 Y entregaré el Egypto en poder de señores crue- les ; y un rey fiero los dominará , dice el Señor Dios de los ejércitos.

5 Y el mar quedará sin que suba tanto su agua , y menguará por consiguiente el rio ISilo , y vendrá á secarse.

;. 6 Y faltarán los rios ó bocas del Nilo : irán men- guando hasta quedarse secos los canales ' que van entre malecones : la caña y el junco se marchitarán :

7 el cauce del rio quedará sin agua desde allá don- de tiene su origen , y toda la sementera de regadío se secará , se agostará , y perecerá ,

8 y andarán mustios los pescadores , y llorarán cuantos echan el anzuelo en el rio , y los que tienden redes en las aguas se consumirán de pena.

9 Quedarán confusos los que trabajaban el lino y le rastrillaban , y hacian de él telas delicadas ;

10 (porque los lugares de regadío quedarán sin jugo ) y tristes todos los que hacian balsas para coger peces.

Otros traducen las acequian : riri aggerum.

CAPÍTULO XIX. 83

1 1 j Oh qué necios son los príncipes deTánis ' ! los sabios consejeros de Pharaon le han dado un consejo desatinado. ¿ Cómo sugeriréis á Pharaon el que diga ufano: Yo hijo de sabios, yo hijo de reyes an- tiguos ?

[.' 12 Mas ¿en dónde están ahora tus sabios? Que te anuncien y expongan lo que el Señor de los ejércitos tiene resuelto sobre el Egypto.

13 Los príncipes de Tánis se han vuelto necios , y están alucinados los príncipes de Mémphis , engañado han al Egypto , baluarte de sus pueblos.

14 El Señor ha derramado en medio de ellos el espíritu de vértigo ^, y ellos han sido causa que desa- cierte el Egypto en todo cuanto hace ; á la manera que anda desatinado un borracho cuando está en el vómito,

15 Y el Egypto no ejecutará cosa que tenga pies ni cabeza , ni el que manda ni el que obedece.

16 Como tímidas mugeres serán en aquel día los egypcios , y se volverán estúpidos y medrosos al mo- vimiento de la mano del Señor de los ejércitos , la cual descargará contra ellos.

17 Y la tierra de Judá será el espanto del Egypto ; y cada uno al acordarse de ella , temblará por causa de los designios que á favor de la misma formó el Señor de los ejércitos.

1 Tánis ó Táñeos, corte de Pharaon. Nurn. XIII. V. 23. 1 II. Thes. II. i'. 10. Véase antes c. FI v. 10.

84 LA PROFECÍA. DE ISAÍAS.

18 En aquel día habrá cinco ciudades ' en la tierra de Kgypío que hablarán la lengua de Chánaan , y que jurarán por el Señor de los ejércitos. Ciudad del Sol será llamada una ^.

19 En aquel dia estará en medio de la tierra de Egypto el altar del Señor , y el trofeo del Señor hasta sus confines ;

20 el cual servirá de señal y testimonio dado al Señor de los ejércitos en la tierra de Egypto : porque invocarán al Señor contra el opresor , y aquel les en- viará un Salvador y defensor que los libre.

21 Y el Señor será conocido del Egypto , y los egypcios confesarán al Señor en aquel dia , y honra- ránle con hostias y ofrendas, y harán al Señor votos y los cumplirán.

22 Y el Señor herirá al Egypto con plagas , y le sanará , y se volverán al Señor , y se aplacará con ellos , y los sanará.

23 En aquel dia estará libre el paso del Egypto á la Ásyria , y entrará el asyrio en el Egypto, y el e-

1 Tal vez se pone el número finido por el indefinido , ó quizá para denotar las cinco ciudades principales de Egypto que recibieron la fe , y fueron T¿ín¡s , Mémphis, Buhaste , Heliópolis y Alejandría. La lengua de los he- breos j philistlieos y phenicios se llamaba comunmente lengua del pais de Chánaan,

2 Heliópolis , ahora llamado Damieta , ciudad destinada para habitación de los sacerdotes del pais , y la mas llena de idolatría.

CAPÍTULO XX. 85

gypcio en la Asyria , é irán de acuerdo y servir im al Señor los de Egyplo con el asyrio ' ,

24 En aquel día Israel será el tercero ó medianero con el egypcio y el asyrio : la bendición será en medio de la tierra ^,

25 á la cual bendijo el Señor de los ejércitos , di- ciendo : Bendito el pueblo mió de Egypto , y el asy- rio que es obra de mis manos ; pero mi herencia e& Israel.

CAPÍTULO XX.

Manda Dios al Profeta que ande desnudo y descalzo, para que anuncie de este triodo el cautiverio de los egypcios y eihíopes.

1 El año en que Tharthan , enviado por Sargon , rey de los asyrios , llegó á Azoto , y la combatió y la tomó ' ;

2 en aquel mismo tiempo habló el Señor á Isaías , hijo de Amos , diciendo : y despójate de tu saco, ó sayal, y quita de tus pies el calzado. E hízolo asi Isaiis , yendo desnudo , ó con sola la ropa interior , y descalzo ^.

1 Hermosa figura de la Iglesia, en la cual se reúnen gentes de todas naciones.

2 En Judea , donde nacerá el Mesías. Joann. ly . V. 22.

3 IV. Reg. XVIII. v. 17.

4 Véase Profeta. Isaías , aunque de estirpe real , no tu-

86 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

3 Y dijo el Señor : Asi como mi siervo Isaías an- duvo desnudo y descalzo , en señal y predicción de tres años de guerra contra el Egypto , y contra la Ethiopia ,

4 asi también el rey de los asyrios se llevará de- lante de cautivos á los de Egypto, y trasportará á los de Ethiopia, jóvenes y viejos, desnudos y descalzos y descubiertas las nalgas, para ignominia del Egypto.

5 Y los de mi pueblo estarán amedrentados, y se avergonzarán de haber puesto su esperanza en la Ethio- pia, y en el Egypto su gloria.

6 Y los habitantes de esta isla ' dirán en aquel dia : Mirad ahí los que eran nuestra esperanza , y á qué hombres acudimos implorando socorro , para que nos librasen del rey de los asyrios. ¿Pues cómo po- dremos nosotros escapar de sus manos ?

vo empacho de dejarse ver en tal estado , despreciando la confusión; y fue figura de la humillación de Jesu-Christo , y de su desnudez en la Cruz, Grande impresión habla de causar á toda Jernsalem el ver en trage de un vil esclavo á un varón tan esclarecido , y tan santo Profeta de Dios. Véase S. Gerónimo. La guerra y calamidad del Egypto debía durar tres años, figurados en los tres tres dias, según el uso profético , que Isaías andaría desnudo y des- calzo. Nim. XIV. V. 34. Ezech. IK. v. 6.

1 Isaías llamaba isla á la Jadea, porque este nombre solía denotar entre los hebreos los países de las naciones distantes ó idólatras.

87

CAPITULO XXI.

Profecía contra Babylonia , contra la Idumea y contra la Arabia.

1 Duro anuncio contra ei Üesierto de la mar ' . De un desierto, de una tierra horrible viene el enemigo, como vienen del Ábrego los torbellinos.

2 Una terrible visión me ha sido anunciada : el que es fementido, obra como fementido, el saqueador de- vasta. Ponte en marcha ^, oh Elam '; pon el sitio, oh medo. Yo daré descanso á todos los que ella hacia gemir.

3 Por esto están doloridas mis entrañas, y padezco una congoja semejante á la de una muger que está de parto : me atemorizó al oirlo, y al verlo quedé sin aliento.

4 El corazón se me derrite, me quedo pasmado de horror. Babylonia, mi querida Babylonia, es para un objeto de asombro..

5 Pon la mesa : está de observación desde una ata- laya : vosotros , oh príncipes, que estáis comiendo y bebiendo, levantaos, embrazad la rodela.

6 Porque el Señor me ha hablado de este modo :

1 Cap. XIV. V. 23.— Jerem. LI.v.^2. Esta profecía asi como la de los cap. XIII. y XIV, la entienden mnchos expositores de la toma de Babylouia por Cyro.

2 Contra Babylouia.

3 La Persia , de donde había de venir Cyro.

88 L,A PROFECÍA DE ISAÍAS.

Yé, y pon una centinela - y que aviso de lodo lo que observe.

7 Y ella descubrió dos carros de guerra, con dos caballeros, uno montado en un asno, y el otro en un camello ', y los estuvo contemplando atentamente por mucho tiempo.

8 Y gritó como león : Yo estoy de centinela de par- le del Señor : de dia permanezco aquí continuamente, y estoy pasando en mi puesto las noches enteras.

9 aquí que viene la pareja de los de á caballo en sus cabalgaduras; y añadió , y dijo: Cayó, cayó Babylonia, y lodos los simulacros de sus dioses se han estrellado contra la tierra.

10 Oh vosotros, trilladura mia, vosotros hijos de mi era ^ , lo que del Señor de los ejércitos , del Dios de Israel, eso os he anunciado.

11 Duro anuncio contra Duma ó Ichimea: Gri lando están desde Seir : Centinela , ¿ qué ha habido esta noche ? ¿ Centinela , qué ha habido esta noche ?

12 Responded centinela: Ha venido la mañana, y la noche vendrá : si buscáis, buscad de veras ; con- vertios, y venid.

1 Un carro tirado de asnos y otro de camellos. Así el hebreo. Tal vez se traducirá mejor : Dos carros de guerra en que iban dos caballeros ; del un cano tiraban asnos , y del airo camellos. Por los primeros se entienden los aba- tidos persas, y por los segundos los valientes medos.

2 Represéntase el pueblo de Dios como las mieses, en las que, á fuerza de golpes, se separa el grano de la paja. Así sucede en la Iglesia , era de Dios. Luc. III. v. 17,

CAPÍTULO XXII. 89

13 Duro anuncio contra la Arabia: Vosotros dor- miréis á la noche en el bosque, sobre el camino de Dedanim '.

14 Los que moráis por la parle del Mediodía, sa- lid al encuentro, llevad agua al sediento , é id pro- vistos de pan para socorro del que huye ^.

15 Porque huyen de la espada desenvainada, de la cuchilla inminente , del arco entesado ; del furor del sangriento combate.

16 Porque esto me dice el Señor : Dentro de un año, año caJbal como el de mozo jornalero, desapare- cerá toda la gloria de Cedar '.

17 Y el número que quedará de los esforzados fle- cheros de Cedar, será pequeño ; porque el Señor Dios de Israel asi lo ha dicho.

CAPITULO XXIL

Profeliza Isaías la destrucción de Jerusalem, condenando la vana confianza que tenían sus moradores. Anuncia á Sob- na prefecto del Templo, que será privado de su dignidad; y á Eliacim , que será su succesor.

1 Duro anuncio contra el valle de la Vision, ó Je-

1 Esta ciudad pertenece á la Idumea. Genes. XXXVl. V. 11.

2 En países donde son pocas las poblaciones, y donde escasean machólas aguas , es mas necesario el ejercitar la caridad con los pasageros.

3 O de la Arabia.

90 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

rusalem ' . ¿ Qué es lo que también tienes , que tu gente toda se sube á los terrados?

2 Ciudad llena de tumulto, populosa en extremo, ciudad de regocijo : tus muertos no perecieron al filo de la espada, ni fallecieron en batalla.

3 Todos tus magnates de común acuerdo huyeron, y fueron atados cruelmente : todos los que han sido encontrados, han sido encadenados juntos, y desterra- dos lejos ^.

4 Por eso dije : Apartaos de mi, yo lloraré amarga- mente : no os empeñéis en consolarme en la desolación de la hija de mi pueblo ;

5 porque dia es este de mortandad, y de devasta- ción, y de gemidos, prefijado por el Señor Dios de los ejércitos para el valle de la Vision : él va socavando en busca de los cimientos de la muralla, y hace ostensión de su gloria sobre el monte.

6 Y el elamita ha tomado consigo la aljaba y el carro de guerra para' el caballero ^ y ha descolgado de la pared la rodela.

7 Y tus hermosos valles estarán cubiertos de carros de guerra, y la caballería acampará en la puerta.

1 Jerusalem estaba fundaba sobre el monte Moría , que quiere decir Vision. Gen. XXII. v. 14. Los expositores comunmente entienden esta profecía de la destrucción de Jerusalem por Nabuchódonosor. IF. Reg. XXF. v. 3.

2 IV. Reg. ult.v. i, 18.

3 Caballeros (equitesj se llamaban también los soldados que peleaban desde los carros armados en que iban.

táPlTL'LO XX.iI. 91

8 Y se correrá el velo de Judá % y se acudirá en aquel dia á la armería del palacio del Bosque.

9 Y observaréis las brechas de la ciudad de David, que son en gran número : y para repararlas habéis í/a recogido las aguas de la piscina ó presa inferior,

10 y habéis contado las casas de Jerusalem, y ha- béis demolido algunas para fortiQcar las murallas,

1 1 y habéis hecho un foso entre los dos muros ' para recoger el agua de la piscina vieja ; y no habéis alzado los ojos al Criador de ella, ni siquiera de lejos habéis mirado al que la hizo.

12 Y el Señor Dios de los ejércitos os llamará en aquel dia á llanto, y á gemidos , y á raer la cabeza , y á vestiros de saco :

13 mas aquí que vosotros no pensareis sino en danzas y alegría, en matar terneras, degollar carneros, y en comer sus carnes y beber viuo, diciendo : Coma- mos y bebamos; porque mañana moriremos '.

14 Y ha sido revelada á mis oidos esta voz del Se- ñor de los ejércitos : No, na se os perdonará esa ini-

1 Algunos entienden por este velo el del Santuario, den- tro del cual entrañan los cháldeos : otros lo interpretan del muro de la ciudad , tras del cual estaba como á cubierto el pueblo ; y otros finalmente por este velo entienden metafó- ricamente la protección divina, la cual faltará enteramente á los judies,

2 Esto es, entre el muro antiguo de la ciudad, y el muro que levantó Manassés (77. Pa/-. XXXIII. v. 14.) alrededor del estanque que hizo Ezechias. IF. Req. XVIIl. r. 17 : - XX. V. 20.— Eccli. XLVIIl. ü. 19.

3 Sap. 11. V. 6—1. Cor. XF. v. 32.

92 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

quidad basta que muráis ' , dice el Señor Dios de los

Ojércilos.

15 El Señor Dios délos ejércitos dice también:

á encontrar á aquel que habia en el tabernáculo ^,

á Sobna, digo, prefecto del Templo, y le dirás :

16 ¿Qué haces aquí ? ¿ó á quién representas aquí? iü, que te bas preparado aquí un sepulcro, que has hecho labrar con grande esmero un monumento en lugar elevado, un tabernáculo en la peña.

17 Pues sábete que el Señor hará que te lleven de aquí, como es llevado atado el gallo de un gallinero, y como se lleva á un hombre criminal con la cara cu- bierta ^

18 Coronarte ha con corona de abrojos, te arro- jará como pelota en plaza ancha y espaciosa ; allí mo- rirás tú , que eres la deshonra de la Casa del Señor , y allí parará la carroza de tu gloria ^.

19 Yo te echaré de tu puesto ,y te depondré de tu ministerio.

20 Y en aquel dia llamaré á mi siervo Eliacim , hi- jo de Helcías.

21 Y le revestiré de tu túnica , y le adornaré con tu cinturon , y en sus manos pondré tu autoridad ,y él

1 Esto es, ni con la muerte.

2 Esto es , en el edificio contiguo al Templo^ donde habi- taba el prefecto y la guardia^ etc.; edificio qne los Setenta llaman pasíoforio.

3 Ezech. XII. V. 12.

4 O de tu soberbia.

CAPITULO XXII. 93

será como padre para los moradores de Jerusalem, y para la casa de Judá:

22 y pondré sobre sus hombros la llave ' de la ca- sa de David: y abrirá , y no habrá quien pueda cerrar; y cerrará , y no habrá quien pueda abrir.

23 Y le colocaré como clavo hincado en lugar fir- me ; y él será como trono de gloria para la casa de su padre :

24 de él colgará toda la gloria de la casa de su pa- dre , alhajas de varias clases, vasos pequeños de to- da especie, desde las tazas^nas hasta todo instrumen- raento de música ^.

25 En aquel dia , pues , dice el Señor de los ejér- citos , será arrancado el clavo que fue hincado en lu- gar firme ^y será quebrado ; y andará rodando por el suelo , y perecerá todo lo que de él estaba colgado: porque asi lo ha dicho el Señor.

1 Esto es, le daré la suprema autoridad , ó el Sumo sa- cerdocio. En este sentido usó Jesn-Christo la voz llave Matih. XVI. V. 19— Apoc. III. v. 7. Véase Llaves.

2 Metáfora poco conforme á nuestros usos y costumbres. Es de saber que los antiguos solían adornar sus habitaciones con los muebles y alhajas de que usaban; como por ejemplo, los instrumentos de su profesión , los vasos para beber, pla- tos , etc., colgando muchas de estas cosas en las paredes , en lugar de los adornos de mero lujo que se ven ahora eu ellas.

3 O eu Sobna.

94 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO XXIll.

Valicina Isaías la destrucción de Tyro en castigo de su so- berbia; y predice su restauración.

1 Duro anuncio contra Tyro '. Prorumpid en au- llidos , naves del mar ; porque desolada ha sido la casa ó ciudad de donde acostumbraban hacerse á la vela. De la tierra de Celhim les ha venido el aviso ^.

2 Callad vosotros , oh habitadores de la isla ^ : eslabas llena de comerciantes de Sidon que pasaban el mar.

3 La sementera que crece por las aguas redun- dantes del Nilo, y las cosechas que producía este rio, eran para ella : y habia llegado á ser el emporio de las naciones.

1 Tyro, antiquísima ciudad de Ph?nicía, que era como el emporio del comercio de todo el mundo, famosa por sus naves, y por sus grandes riquezas : de la cual tuvieron orí- gen Cartílago y otras ciudades de comercio, y según otros la Macedonia. Fue sitiada y devastada por Nabuchódono- sor, como aquí predijo Isaías ; predicción que se halla tam- bién en Jeremías c. XXVII y XLVIl. , y en Ezechiel c. XXVI,XXVII,XXV1U.

2 Por tierra de Celhim se entienden las islas del Medi- terráneo.

3 Tyro fue fimdada primero en una isla : pero después Nabuchódonosor y también Alejandro el Macedonio que la sitiaron, la unierou al continente á fuerza de grandes fati- gas.

CAPÍTULO XXIII. 95

4 Avergüénzale , oh Sidon ' : pues así habla esta ciudad del mar, la señora del mar: que dices : No concebí ni parí, y no crié mancebos, ni eduqué doncellas hasta la edad florida.

5 Cuando lleguen á Egypto noticias , se dolerán de lo que oigan relativamente á Tyro.

6 Pasad los mares , levantad vuestros gritos , ha- bitantes de la isla.

7 ¿Por ventura no es esta vuestra ciudad , aquella que mucho tiempo ha se gloriaba de su antigüedad ? Por tierras extrañas ó remotas irán peregrinando sus moradores.

8 ¿Quién es el que tales cosas decretó contra Tyro, la cual en otro tiempo era la reina del mar, cuyos co- merciantes eran príncipes ^ , y sus mercaderes los mas ilustres de la tierra?

9 El Seiior de los ejércitos ordenó esto , para ho- llar la soberbia de todos los jactanciosos , y reducir á la ignominia á todos los ilustres del país.

10 Atraviesa corriendo tu tierra como un rio, oh hija del mar ; ya no tienes mas ceñidor ó amparo.

1 Se cree que Tyro era colonia de Sidon , aunque llegó después á ser sumamente mas populosa y rica que su ma- dre. Y aquí se supone que Sidon no socorrió á Tyro cuan- do Nabuchódonosor la sitió. Véase Josepho , Aiiíiq. IX. cap. ult. donde se habla de la livalidad y aversión entre madre é hija.

2 O grandes y poderosos señores , como se ve hoy en Londres, etc.

96 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

1 1 El Señor ha extendido su mano contra el mar, conmovido ha los reinos : él ha dado sus órdenes con- tra Chánaam , para exterminar á sus campeones.

12 Y ha dicho : No le vanagloriarás ya mas, cuan- do te veas afrentada, oh virgen hija de Sidon ' : leván- tate,navega áCethim; ni allí tampoco tendrás reposo.

13 Mirad la tierra de los cháldeos : pues no existió jamás un pueblo tal como aquel: Assur le fundó : con iodo ahora fueron llevados cautivos sus campeo- nes , sus casas han sido demolidas , convirtiéronle en un montón de ruinas.

14 Aullad , oh naves del mar , porque destruida ha sido vuestra fortaleza.

15 Y entonces será cuando , oh Tyro , quedarás sepultada en el olvido por espacio de setenta años , que suelen ser los dias de un rey ; y pasados los se* tenta años =*, será Tyro como una prostituta que canta para seducir '.

1 Esto es, oh ciudad belliúma.

2 Alude á los setenta años que estavieron los tyros, lo mismo que Jos judíos, cautivos eu Babylonia, hasta que Cy- ro les dio la libertad. Véase Jerem. XXf^. v. 11. Ezech. XXIX. V. 12.

3 Con esta metáfora de la prostituta, que procura de mil maneras recobrar sus amantes, se pinta la solicitud de Tyro ea volver á recobrar su antiguo comercio. Tal vez en lugar de vierelnz , debería traducirse vendedora ó mercadera; pues ambos sentidos tiene la voz hebrea. En efecto. Tyro volvió á su antiguo esplendor después del imperio de Cyro ; y pudo detener por siete meses el curso de las victorias del grande Alejandro, el cual al fin la destruyó.

CAPÍTULO XXIV. 97

16 Toma la cítara , da la vuelta por la ciudad , oh vil ramera i/a entregada al olvido ; canta con envene- nada dulzura , repite tu seductora cantinela , á fin de que piensen en tí.

17 Y después de los setenta años el Señor visitará á Tyro : y la volverá á su tráfico , y tendrá comercio como antes con todos los reinos del mundo , en toda la extensión de la tierra.

18 Al fin Tyro se convertirá, y sus contratos de compra y venta , y sus ganancias serán consagradas al Señor : no se almacenarán , ni se reservarán : porque su negocio será para utilidad de aquellos que asisten en la presencia del Señor , á fin de que ten- gan alimentos en abundancia , y vestidos que mudarse hasta ia vejez '.

CAPITULO XXIV.

Profecía de los males que enviará Dios á toda la tierra para castigo de los pecados de los hombres : el dia del juicio solamente es terrible -para los malos.

1 aquí que el Señor desolará después , y des -

1 El Profeta se trasporta al tiempo de la verdadera fe- licidad y grandeza de Tyro, que fue cuando abrazó el Evan- gelio : tiempo del cual habló también David eu el Salmo XLIV. V. 13. En S. Matheo c. XV. v. 21 se habla de la mnger chánanea , la cnal fue como las primicias de Tyro y Sidon, Véase S. Gerónimo.

98 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

pojará la tierra , y pondrá afligido el aspecto de ella , y esparcirá sus moradores '.

2 Y como el pueblo, así será tratado el sacerdote ' ; y como el esclavo , así su señor ; como la sierva , así su señora ; como el que compra , así el que vende ; como el que da prestado , asi el que recibe ; como el acreedor , así el deudor.

3 Enteramente arruinada quedará la tierra , y to - talmente devastada. Por cuanto el Señor así lo ha pro- nunciado.

4 La tierra se deshace en lágrimas , y se consume , y desfallece : consúmese el mundo , consúmense los magnates del pueblo de la tierra.

5 Inflcionada está la tierra por sus habitadores , pues han quebrantado las leyes , han alterado el de- recho , rompieron la alianza sempiterna.

6 Por esto la maldición devorará la tierra ^ ; por- que sus habitantes son pecadores , y por esto perderán

1 Según la opinión de muchos Padres y expositores, pasa aquí el Profeta á hablar de los males que inundarán la tierra cerca del fia del mundo : de la ruina final del mun- do son como figuras las destrucciones y ruinas partícula res de grandes ciudades ó regiones. Asi también el Sal- vador (Malth. XXIV.) de la ruina de Jerusalem pasó á hablar de la ruina universal de la tierra.

2 Oseas IV. V. 9.

3 La partícula el que usa la Vulgata^ es aquí causal, no conjuntiva; según se ve en el original.

CAPÍTULO XXIV. 99

el juicio los que en ella moran % de que solo se liber- tará un corlo número.

7 La vendimia está llorando , la vid perdió su vi- gor : llorando están á lágrima viva los que se alegra- ban de corazón.

8 Cesó el festivo sonido de los panderos , se acabó la algazara de las bulliciosas cuadrillas de gente , en- mudeció la melodiosa cítara :

9 no beberán ya vino en medio de cantares : amar- go será todo licor para los bebedores.

10 La ciudad de la vanidad ^ se va destruyendo , todas las casas están cerradas , sin que nadie entre en ellas.

1 1 Habrá gritos y quimeras en las calles por la escasez del vino : todo contento queda desterrado, des- apareció la alegría de la tierra.

12 La ciudad está hecba un páramo , y quedarán destruidas sus puertas ^

13 Tales cosas sucederán en medio de la tierra , en

1 Deuí. XXVIII V. 2S.—LUC. XXI. v. 26.

2 Tal vez en lugar de traducir ciudad de la vanidad, deberla traducirse ciudad idólatra; porque esta es la fuerza de vanilatis en la Vulgata, y del *nn ^^hú en el original hebreo. Con todo , por ciudad da la vanidad puede enten- derse Babylonia, ó también toda la tierra, en la cual todo es vanidad, como dijo el Sabio.

3 O los lugares donde solían reunirse en pública asám> blea. Puede traducirse . y todo será calamidad y desola- ción.

100 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

el centro de los pueblos; como cuando vareado el olivo quedan unas pocas aceitunas en el árbol , y al- gunos rebuscos después de acabada la vendimia '.

1 4 Estos restos de Israel levantarán su voz , y en- tonarán alabanzas : mostrarán su júbilo desde el mar , luego que fuere el Señor glorificado.

1 5 Por tanto glorificad al Señor con la ilustración de la doctrina de la salud : anunciad el nombre del Señor Dios de Israel en las islas del mar ó remotas regiones.

IG Desde las extremidades del mundo hemos oido las alabanzas que se cantaban á la gloria del Justo. Y yo dije : Mi secreto es para , mi secreto es para : ¡ ay de mí! los prevaricadores han prevaricado , y han prevaricado con prevaricación propia de contu- maces.

1 7 El espanto , la fosa y el lazo ^ están reservados para , que eres habitador de la tierra.

18 Y sucederá que el que huyere de la espantosa voz, caerá en la hoya, y el que escapare de la hoya, será preso en el lazo ; porque se abrirán desde lo alto las cataratas , y se bambolearán los cimientos de la tierra.

1 Parece qne alude el Profeta al pequeño número de fieles que permaneceráa constantes en la fe ; los cuales , vencido el Anti-Christo, al venir el Salvador á juzgar el mundo , levantarán su voz prornmpiendo en alabanzas y acciones de gracias á su divino Redentor.

2 Esto es, todos los naales.

CAPÍTULO XXIV. 101

] 9 Será despedazada con grande estruendo la tier- ra ; henderáse con aberturas grandes ; conmovida será con el mayor desconcierto.

20 Estará la tierra b el hombre en una agitación semejante á la de un borracho : y mudará de sitio, como tienda que solo se arma para pasar una noche : se verá agobiada con el peso de su propia iniquidad , y caerá, y nunca jamás se levantará '.

21 Y sucederá que en aquel dia residenciará el Señor ]:úblicamente á la milicia del cielo alUt en lo alto ^ : y á los reyes del mundo que están acá en la tierra.

22 Y serán reunidos todos y hacinados en un solo haz , 1/ echados en el lago', y allí serán encerrados en una cárcel ; y aun después de muchos dias continuarán en padecer, y eteimamente serán visitados ó castiga- dos.

23 Y se pondrá roja ó de color de sangre la luna ', y el sol se oscurecerá , y avergonzará, cuando el Señor

1 Todos los males qne sufrirá la tierra al fin del mundo, los considera aquí el Profeta como efectos del grandísimo peso de las iniquidades de los hombres.

2 Véase I. Cor. VI. v. 3. Aunque ya están condenados los ángeles malos desde que pecaron, con todo serán públi- camente juzgados y condenados por Jesu-Christo al fin del mundo. Así se dice también en el Apocalipsi c. XX. v. 9.

3 Joel. II. V. 31.— Matth. XXIV. v. ^.—Act. IL v. 20. Tal vez se traducirá mejor : Cuando el Señor Dios de lo.i ejércitos haya ejercido su juicio, como rey supremo, en el monte Sion.

102 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

Dios de los ejércitos habrá lomado posesión del reino en el monte Sion y en Jerusalem , y sido glorificado en presencia de sus Ancianos.

CAPÍTULO XXV.

Cántico de acción de gracias al Señor por los beneficios he- chos á su pueblo,

1 ¡ Oh Señor! eres mi Dios : yo te ensalzaré % y bendeciré tu nombre , porque has ejecutado cosas maravillosas , designios antiguos y fieles ó infalibles. Amen.

' 2 Bendiio seas , porque has convertido en escom- bros la ciudad : la ciudad poderosa , el alcázar de hombres extrangeros en un montón de ruinas, para que cese de ser ciudad , y nunca jamás sea reedifi- cada.

3 Por esto te tributará alabanzas el pueblo fuerte ^, te temerá la nueva Jerusalem, la ciudad de las gen- tes valerosas.

4 Porque has sido fortaleza para el menesteroso en su tribulación ; su esperanza en la tormenta ; su

1 Introduce aquí Isaías á los elegidos y glorificados por Dios; los cuales alaban primero la justicia divina por ha- ber humillado y castigado á los impíos, y dan después gra- cias al Señor por la misericordia con que á ellos los libró del pecado, y la felicidad que esto les ha acarreado.

2 O escogido : te temerá ó reverenciará la nueva Jeru- salem^ etc.

CAPITULO XXV. 103

refrigerio en el ardor : pues el ímpetu ú orgullo de los poderosos , es como un torbellino que hace bam- bolear una pared.

5 abatirás la arrogancia de los extrangeros, á la manera que abate el sol ardiente en medio de un se- quedal ; y como ardor de nube abrasadora , harás secar los renuevos de esos prepotentes.

6 Y el Señor de los ejércitos , á todos los pueblos fieles les dará en este monte de la nueva Sion un convite de manjares mantecosos , un convite de ven- dimia ó vinos exquisitos ^ de carnes gordas y de mucho meollo , de vinos puros sin mezcla '.

7 Y en este monte romperá las cadenas que tenían aprisionados á todos los pueblos, y las redes tendidas contra todas las naciones.

8 Y abismará la muerte para siempre , y el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros , y borrará de toda la tierra ^ el oprobio de su pueblo : porque aii lo ha pronunciado el Señor.

9 Y dirá el pueblo de Dios en aquel dia : Verdade- ramente que este es nuestro Dios ; en él hemos espe- rado, y él nos salvará: este es el Señor nuestro: nos hemos mantenido en la esperanza y ahora nos regoci- jaremos : y en la salud que viene de él , nos holga- remos.

1 Apoc. XIX. V. 7.—Matth. XXII v. 2— XXV. v. 10.

Luc. XTV. V. 16. Todo esto se dice para denotar la de- licadeza y alegría del convite, símbolo del convite euchdris- tico que nos dejó Jesu Christo en la iglesia.

2 Apoc. Vil. V. 17.— XXI. V. 4.—Mailh. V. v. 5.

104 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

10 Porque reposará la mano del Señor sobre este monte santo de Sion : y debajo de él será desmenazado Moab ' y demás enemigos nuestros , así como la paja que se trilla debajo de un carro falcado ^ .

11 Y extenderá sus brazos debajo del catiro como los extiende un nadador para escapar á nado : pero el Señor abatirá su altivez , rompiéndole los brazos.

12 y caerán , oh Moab , los baluartes de tus altos muros , y serán abatidos y echados á tierra , y redu- cidos á polvo.

CAPÍTULO XXVI.

Cántico de acción de gracias por la exaltación de los justos y humillación de los reprobos. De la resurrección de los muertos.

1 En aquel día será cantado este cántico en tierra de Judá ^ : Sion es nuestra ciudad fuerte , el Salvador será para ella muro y antemural.

2 Abrid las puertas ^ , y entre la gente justa , que observa la verdad ó justicia de mis preceptos .

3 Ya se ha disipado el antiguo error ^ : , oh

1 Estoes, todos los reprobos.

2 Num. XXV.— II. Reg. VIII. v. 2.

3 O en la Iglesia celestial. Comienza aquí un tierno y hermoso diálogo entre Dios, los santos y los ángele¡*.

4 Dirá el Seiior á sus ángeles.

5 El error en que estaban los impíos acerca de la vida de los justos. Sap. V. v. 6, Aquí hablan los santos.

CAPÍTULO XXVI. 105

Señor , nos conservarás la paz ; la paz ó reunión de iodos los bi€7i€s , ya que en ti tenemos puesta nuestra esperanza.

4 Vosotros ' pusisteis para siempre vuestra espe- ranza ^ en el Señor , en el Señor Dios , que es nuestra fortaleza eterna.

5 Porque él abatirá á los que se ven sublimados , humillará la ciudad altiva ^ : la humillará hasta el suelo ; la humillará hasta reducirla á polvo * .

6 La hollarán los pies , los pies del pobre ; la pi- sarán los mendigos.

7 La senda del justo es recta ^ : derecha es la ve- reda por donde el justo camina á la felicidad.

8 Y andando por la senda de tus juicios ó leyes , hemos puesto en tí, oh Señor, nuestra confianza : todo el deseo de nuestra alma se cifra en traer á la me- moria tu nombre ^ ,

9 Mi alma te deseó en medio de la noche ; y mien- tras haya aliento en mis entrañas , me dirigiré á desde que amanezca. Cuando habrás ejecutado tus

1 Hablan ios ángeles.

2 La de vuestra felicidad en esta vida.

3 Esto es, los soberbios del mnndo.

4 Cap. XXV. r. 2.

h Prov. IV. V. IL El hebreo puede traducirse: ^ oh Dios, allanarás las sendas del justo.

6 Hasta aquí son palabras de los ángeles y santos. En- cendido con ellas el corazón del Profeta, comienza á hablar éste en el verso 9.

10

106 LA. PROFECIA. DE ISAlAS.

juicios en ia Uerra ' , enláiices aprendieran la justicia los moradores del mundo.

10 Téngase compasión del impío, y no aprenderá jamás^ la juslicia: en la tierra de los santos ha co- metido él la maldad, y asi no verá la gloria del Señor.

1 1 Levanta , oh Señor , tu mano , y no vean ellos tu gloria ; pero al fin la verán ' los que envidian á tu pueblo , y quedarán confundidos , y serán devorados del fuego tus enemigos '''.

12 A nosotros , Señor , nos darás la paz : porque todas nuestras obras nos las hiciste * por medio de nosotros).

13 Oh Señor Dios nuestro , hemos tenido otros amos fuera de tí, que nos han dominado ": haz que de solo y de tu nombre nos acordemos.

1 Castigando á los impios.

2 O no dará un paso acia lo bueno.

3 En el juicio final.

4 Todo esto es una profecía del paradero de los impíos,

5 Tu las' hiciste con nosotros, ó por medio da nosotros. San Gerónimo expone del modo siguiente estas palabras : Pues que se acerca el fin del mundo , y todo cuanto has anunciado por tus Profetas, se ha cumplido efectivamente, y has dado completamente aquello que piromcliste ; danos á nosotros aquella paz que sobrepjija iodo sentido. Otros por opera nostra entienden las obras que hace el justo , las cuales obra Dios en él y con él por medio de la gracia : porque Dios es el que da el querer y el obrar. Véase Gracia.

6 Tal vez mejor : Nos dominaron otros amos fuera de ti : haz que solo en ti nos acordemos de tu nombre.

CAPÍTULO XXV [. 10 7

14 No vuelvan á vivir los que murieron ya ; ni re- suciten lo gigantes ' : que por eso los residenciaste y los exterminaste , y borraste del todo su memoria,

15 Propicio fuiste, oh Señor, al pueblo de Israel , fuiste propicio á tu pueblo ^ ¿ por ventura has sido glorificado áe él , por haber dilatado los confines de su tierra ?

16 En la aflicción , oh Señor , entonces te busca- ron ; y la tribulación en que gimen , es para ellos uyia instrucción tuya.

17 Como la que concibió, da gritos acongojada con los dolores del parto que se acerca ; tales somos nos- otros , Señor , delante de tí.

18 Concebimos y sufrimos como dolores de parfOj y hemos parido nada : mas no hacemos en esta tierra obras saludables ; y per esto no se han extinguido nuestros enemigos sus antiguos moradores.

19 Tus muertos, Señor ^ , tendrán ^zMerct vida ; resucitarán los muertos mios por la justicia ; desper- taos y cantad himnos de alabanza , vosotros que habi- táis en el polvo del sepulcro ; porque tu rocío, oh Se- ñor, es rocío de luz y de vida , y á la tierra de los gi- gantes ^ ó impi'js la arruinarás.

1 O soberbios tiranos. Pi'ov. IX. v. 18. XXI. v. 16,

Sup. XIV. V. 6. No resuciten para la gloria.

2 Deut. XXXII. V. 15.

3 Los que mueren en vuestra gracia.

4 Esto es , los cuerpos de los impíos, corno explica san Gerónimo. O también la tierra, que es la habitación que- rida de los impíos.

108 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

20 Anda, pueblo mió, entra en tus aposentos : cier- ra las puertas tras , escóndete por un momenlo , hasta que pase la indignación 6 caiiiyo de los malos ' .

2 1 Porque aquí que saldrá el Señor de su celes- tial morada á castigar las maldades que el habitador de la tierra ha cometido contra él ; y la tierra pondrá de manifiesto la sangre que ha bebido , y no ocultará mas tiempo á los justos , que en ella fueron muertos ''.

CAPITULO XXVII.

Castigo de Leviathan : corrección paternal del ¡íleñor para con sus hijos. Desolación de la ciudad fuerte. Vueltos los israelitas de su cautiverio adorarán al Señor en Jencsalem.

1 En aquel dia el Señor con su espada cortante, y grande , y fuerte , tomará residencia á Leviathan, serpiente gruesa ' ; á Leviathan , serpiente tortuosa ;

1 Por estos aposentos se entienden los sepulcros , en los qne descansan los justos hasta el dia de la resurrección. Desde los primeros tiempos del mundo se ha mirado como un sueño la muerte del justo; y vemos que las sepulturas de los primeros cristianos se llamaron ya TíotfAiir»fitct ce- menterios , voz griega que significa dormitorios ó lugar en que se duerme.

2 Mich. I. V. 3.~Apoc. XX. V. 5.

3 Martini : grosso serpente. Schultens : serpiente omi- nosa, ó de mal agüero. Por Leviathan, nombre que en el libro de Job se da á la ballena , ó á un pez monstruoso mayor que ella, aquí (y tal vez también allí) se significa ts

CAPÍTULO XXVH. 109

y matará la ballena , que está en el mar de este mun- do.

2 En aquel dia la viña del vino rico le cantará a- labanzas".

3 Yo el Señor soy quien la guardo ; y yo la regaré continuamente : para que no reciba ningún daño, la guardo noche y dia.

4 No hay en enojo contra ella : ¿ quién podrá hacer que sea yo como una espina ó zarza que la pun- ze? ¿Saldré yo quizá á pelear contra ella ; la entrega- ré también á las llamas?

5 ¿ O mas bien , no detendrá ella mi fortaleza ^ ? Si: hará paz conmigo, conmigo hará paz '.

6 Los que con fervor vienen á encontrar á Jacob, harán florecer y echar renuevos á Israel, y llenarán toda la tierra de fruto ó descendencia suya.

7 ¿Por ventura le maltrató Dios, como de él fue maltratado? ¿ó como él mató á los muertos que eran siervos del Señoi^, asi también ha sido muerto él?

8 Con medida igual á la medida de sus maldades ejercerás el juicio contra la viña, cuando fuere ya des- echada por su obstinación. El Señor ha tomado con

demonio , el cual en el mar de este mundo devora cuanto encuentra ó se le acerca.

1 La viña del vino rico , esto es , el pueblo de Dios , la congregación de los fieles, la Iglesia., le cantará, etc.

2 O el brazo de mi justicia ?

3 Lo que se dice desde el verso 4, y esta repetición . todo denota la propensión del Señor á perdonar.

lio LA PilOFEClA DE ISAÍAS.

SU espíritu de justo rigor la resolución para el dia del ardor de su iva.

9 Y así con esto será perdonada su iniquidad á la casa de Jacob; y ese será todo su fruto, que sea bor- rado su pecado, después que Dios haya hecho que to- das las piedras del altar ó Templo de Jerusalem que- den como piedras de cal, desmenuzadas ' ; y que sean arrasados los bosquetes y templos profanos.

10 Porque la ciudad fuerte será desolada ; Jerusa- lem, la hermosa ciudad, será desamparada, y quedará como un desierto : en ella pacerá el becerro, y allí ten- drá su majada ^, y comerá las puntas de los tallos de esta viña abandonada.

11 Sus mieses se echarán á perder de sequedad. Vendrán mugeres, y harán con ella de maestras. Por- que no es pueblo sabio , sino necio y obstinado : por eso aquel Señor que le hizo, no tendrá compasión de él , y no le perdonará el que le formó.

12 Y en aquel dia el Señor hará sentir su azote desde el álveo del rio Euphraies hasta el torrente de Egypto, ó IVi7o: y vosotros, oh hijos de Israel, seréis congregados uno á uno ^.

13 Y en aquel dia resonará una grande trompe- la ; y vendrán á la Iglesia los que estaban desterra- dos 1/ cautivos en la tierra de los asyrios *, y los que

1 Matlh. XXIV. V. 2.

2 Martini traduce : si sdraierá. Comerá las yerbas que se criarán en sus plazas y calles,

8 É incorporados á la Iglesia,

4 Con la idea de la vuelta de los judíos cautivos en Ba-

CAPITULO XXVIII. Jll

habían sido arrojados á la tierra de Egypto ; y adora- rán al Señor en el monte santo de Jerusalem.

CAPÍTULO XXVllI

Amenazas contra Samaría , y ruina del reino de las diez tri- bus. Desolación del reino de Jada. Promesa del Mesías , el cual será la piedra angular de la nueva Sion.

1 ¡ Ay de la corona de soberbia ' de los embriaga- dos Ephraim, de la flor caduca de la gloria y alegría de los que estaban en Samaría, en la cumbre del fér- tilísimo valle , desatentados por causa del vino !

2 aquí al Señor poderoso y fuerte, como pedris- co impetuoso, como torbellino que asóla, como el ím- petu de muchas aguas que inundan y anegan un espacioso país.

3 La corona de soberbia de los embriagados de Ephraim, será hollada con los pies.

4 Y la caduca flor de la gloria y alegría del que está sobre la cumbre del fértilísimo valle ^, será como un fruto temprano, que madura antes del otoño; al cual el primero que le ve, al instante le coge, y le devora.

byloDÍa, ó en Egypto, describe el Profeta la otra mejor redención que habla de procurarnos Jesu-Christo.

1 Judie. VIII. V, l.—XII. V. 1. La tribu de Ephraim se ensoberbeció aun mas cuando se vio cabeza del reino de las diez tribus.

2 Véase /^. Reg. XVIL-^U Par. XXX, XXXI

112 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

5 En aquel dia el Señor de los ejércitos será coro- na de gloria y guirnalda de regocijo para las reliquias de su pueblo ' :

6 y será espíritu de justicia para aquel que esté sentado en el trono, á fin de administrarla ; y espíritu de fortaleza para aquellos valientes que vuelven de pe- lear en las puertas mismas de los enemigos.

7 Mas aun estos perdieron el entendimiento por el demasiado vino, y anduvieron desatentados por causa de su embriaguez. El sacerdote y el profeta perdieron el seso por su embriaguez, el vino los trastornó, la embriaguez los estravió del camino : no quisieron co- nocer al verdadero Profeta, ni saber qué cosa es jus- ticia.

8 Porque todas las mesas atestadas están de vómi- to ", y de inmundicias , sin que quede ningún lugar limpio.

9 ¿A quién comunicará el Señor la ciencia? ¿Y á quién dará la inteligencia de lo que dice? A los niños acabados de destetar, á los que son arrancados de los pechos de sus madres.

1 Esto es, de las tribus de Benjamin y Judá.

2 Frase que denota la voracidad de aquellos, de quie- nes dice un filósofo gentil, que se ponen á la mena para comer, y comen para vomitar.

3 Son palabras que 'aquellos impíos decían entre co- pas de vino. Denota Isaías el escarnio y mofa que hacia n los impíos de las palabras de los Profetas de Dios , los «Míales solían decir : El Señor manda etc. ,, ó también : Es-

CAPÍTULO XXVIII. 113

10 Ya que * dicen por escarnio : Manda , vuelve á mandar, oh Profeta ; manda, vuelve á mandar : es- pera , vuelve á esperar ; espera , vuelve á esperar : un poquito aquí , otro poquito allí.

1 1 Pero el Señor hablará con otros labios y otro lenguage extraño á ese pueblo insano ,

12 al cual dijo vn diaiAquí tengo mi reposo ; re- parad las fuerzas del que está fatigado, que en eso con- siste mi refrigerio; y no han querido escucharme.

13 Y el Señor les dirá algiin dia ': Manda ; vuel- ve á mandar; manda, vuelve á mandar: espera, vuelve

perad un poco, y veréis eíc. Remedando ios impíos este modo de hablar , dirian en medio de sus borracheras y disolu- ciones : Manda y remanda , oh Profeta, espera y reespera cuanto quieras; que nosolros nada creemos de cuanto pre- dicas. Aquí se ve cuan antiguo es el combatir la verdad , y la religión y sus ministros con malignos sarcasmos y bufo- nadas , y con dicterios y burlas : arma única de los que no tienen razones sólidas para impugnar á otro : arma de la cual se han valido los impíos de estos últimos tiempos; y que aunque es débil para el que tiene su entendimiento sano, y bastante claro para discernir la sutileza de los so- fismas, y las falsas suposiciones, citas y datos que desca- radamente presentan como ciertos , es , como si dijésemos , la lanza invencible de Achiles para los lectores de poco talento, de una imaginación acalorada, y de un corazón corrompido. A estos solamente , y no á los cristianos piado- sos , causan gravísimo daño tales argumentos ó falacias de los impíos.

1 Responderá á sus lamentos repitiendo las palabras con que ellos se mofaban.

111 LA PUOFELÍA DE ISAÍAS.

á esperar; espera, vuelve á esperar; un poquito aquí, otro poquito allí : y dejará que vayan y caigan de es- paldas , y sean hollados , y presos en los lazos.

14 Por tanto , escuchad la voz del Señor, oh hom- bres escarnecedores , que domináis al pueblo mió que está en Jerusalem.

15 Pues que vosotros dijisteis : Hemos hecho pacto con la muerte , y un convenio con el infierno : cuando venga el azote , como un torrente , no llegará á nosotros : porque nos hemos apoyado en la mentira b intriga , y esta nos pondrá á cubierto.'

16 Por tanto , esto dice el Señor Dios : aquí que yo pondré en los cimientos de la nueva Sion una piedra , piedra escogida, angular , preciosa , asentada por solídisimo fundamento ; el que creyere , no se apresure '.

17 Y ejerceré el juicio con peso , y la justicia con medida : y un pedrisco^ traslonarála esperanza pues- ta en la mentira , y vuestra protección quedará su- mergida en las aguas de la calamidad.

1 8 Y el contrato vuestro con la muerte será cance- lado, y no subsistirá vuestro pacto con el infierno : y cuando , como un torrente, vendrá el azote, os arras trará consigo.

1 Espere sosegado el cumplimiento de esto. Cuantos creerán en él , no quedarán confundidos : así traducen les Sententa, v así citó san Pablo este texto. Ps. CXVII. v. 22— Dan XI. v. U.—Zac. III. v, 9.-Maílh. XXI v. 42.— 7. Ptt. 11. V. 6.— AL IV. v. U.—Rotn. IX. v. 33.

"2 O repentino castigo.

(APÍTULO XKVÜI. 115

19 Al instante que venga, os arrebatará : porque vendrá muy de madrugada, y continuará dia y noche; y solo la aflicción hará entender las cosas que se han escuchado.

20 Porque el lecho es angosto en tal manera , que uno de los dos ha de caer : y tan pequeña la manía , que no puede cubrir á entrambos '.

21 Sabed que el Señor se levantará, como hizo en otro tiempo en el monte de las Divisiones ^, ó Banl- pharasim : se enojará como hizo en el valle de Gaba- on ^ , para ejecutar su obra ó venganza , una obra que es agen a de él *; para hacer su obra , una obra que es extraña de él ^.

22 Dejad , pues, ya de burlaros de mis amenazas, porque no se aprieten mas vuestras ligaduras ^. Por- que el Señor Dios de los ejércitos es de quien he oido la destrucción de toda la tierra , ópais que habitáis , la destrucción que sucederá dentro de poco.

23 Prestadme vuestra atención , y oid mi voz ; aten- ded y escuchad mis palabras.

24 Qué ¿ acaso el arador está siempre arando para

1 Con esta frase proverbial significa el Señor, que el pueblo suyo no puede estar juntamente nnido con él y con los falsos dioses. Es muy frecuente en la Escritura el considerar á la nación judaica como á esposa de Dios.

2 //. Reg. V. V. 20.— I. Para!. XIV. v. 11.

3 Jos. X. V. 10.

4 O de su amor.

5 Pues que solo desea perdonar.

6 O no sintáis mas el peso de la terrible mano del Señor.

116 LA PROFECÍA DE ISAlAS.

sembrar ? ¿ está siempre rompiendo ó allanando la tierra?

25 Luego que ha igualado su superficie , ¿ no siem- bra por ventura el gilh ', esparce el comino, y pone con cierto orden , y en sus respectivos lugares , el tri- go , la cebada , el mijo , y la veza ó arveja ?

26 Porque el Señor su Dios le da conocimiento en la agricultura , y le amaestra en estas labores.

27 El gith no se trillará por medio de tablas con dientes de hierro ó pedernal , ni sobre el comino an- dará dando vueltas la rueda del carro ; sino que el gith seríi sacudido con una vara , y con unas varillas "" el comino.

28 El trigo empero será trillado ; mas no le estará trillando sin término el que le trilla , ni siempre la rueda del carro le estará oprimiendo , ni hollándole las pezuñas de la bestias ^.

29 Esto es lo que ha decretado el Señor Dios de los ejércitos, el cual ha hecho admirables sus conse- jos, y célebre la sabiduría de su justicia ^.

1 Creen muchos que es el auis o la neguilla.

2 Martini : con un scudiscio.

8 Así se conduce Dios al afligir á su pueblo. 4 Eu la manera con que castiga á su pueblo.

IT

CAPITULO XX(X.

Vatidna Isaías el sitio y ruina de. Jerusalem: la ceguedad de los judíos ; y el reslablecimiento ó la conversión de lu> reliquias de Jacob por el Metías.

1 ¡ Ay de Ariel! de Ariel ', ciudad que conquistó David! Pasará uno y otro año ', y pasarán las so- lemnidades :

2 y yo circunvalaré á Ariel , y quedará en duelo y aflicción; y será para como un Ariel *.

3 Yo te cercaré por tocias parles , formando come uaa corona al rededor de , y alzaré contra ti trin- cheras , y construiré baluartes para sitiarle.

4 serás humillada : desde el suelo , en que es- tarás abatida , abrirás tu boca ; y desde el polvo de

i Habla de la ciudad de Jertisalein.^H'i'^^ Arieles voz hebrea que significa lion de Dios , esto es , león granda y terrible , ó ciudad furtísima. 1. Paral. XI. v. 22. Ed el hebreo donde dice la Vnlgata : .soieinnilaíes eiolufoí sunl» se lee l^ip^^ Q>*p¡ que Ferrara traduce: corderos serán descervigados.

2 Pasen unos pocos años.

3 Como el altar donde no se ven mas que víctimas de- golladas. Ariel se liaiiiuba también el carnero de /naldiciun, que se ofrecia por el pecado. V así se dice que Jerusalciu^ león de Dios , seiá ariel, ó carnero de maidiciou, etc. Je- rusalem se llamaba á veces ciudad de Ariel , esto es , ciu- dad del Aliar, por es^ar en ella el aliar de los holocaustos donde solamente podrán ofrecerse íi Dioi. Ezech. XI. III. V. 15.

T0V..IX. li

118 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

la tierra subirá y se hará oír tu habla : y saldrá tu voz de debajo de la tierra como la de una pythonisa , y saldrá de la tierra con sonido débil y oscuro.

5 Y la muchedumbre de aquellos que te aventa- rán ^ , será disipada como menudo polvo , y como una pavesa arrebatada del viento la multitud de los que te han sojuzgado.

6 Y será esto cosa repentina , y no esperada. El Señor de los ejércitos la visitará á esta muchedumbre en medio de truenos y de terremotos, y estruendo grande de torbellinos y tempestades , y de llamas de un fuego devorador.

7 Y la muchedumbre de todas las gentes que han combatido contra Ariel, y todos los soldados que la han sitiado , y prevalecido contra ella , vendrá á ser como un sueño y visión nocturna.

8 Y así como el hambriento sueña que come, y cuando despierta, se siente con hambre ; y como sueña el sediento que bebe, y cuando despierta, se siente acosado de la sed , y con ansia de beber ; del mismo modo sucederá á todas aquellas gentes ó naciones que pelearon contra el monte de Sion.

9 Pasmaos y quedaos atónitos , oh hijos de Israel , id fluctuando y bamboleando , como embriagados , y no de vino : tambaleaos , y no por embriaguez ;

1 Sin dejar en piedra sobre piedra. Seguu el texto hebreo puede traducirse : y será como un menudo polvo la muchedumbre de loa que le aventarán, y como una pa^ vesa, etc.

CAPÍTULO XXIX. 119

10 porque el Señor ha derramado sobre vosotros ' el espíritu de letargo , cerrará vuestros ojos , pondrá un velo para que no entendáis á los profetas y prínci - pes ó ancianos vuestros, que tienen visiones '.

11 Y las visiones ó profecías de todos estos serán para vosotres como palabras de un libro sellado , que cuando le dieren á uno que sabe leer , y le digan : Léele; responderá: No puedo , porque está sellado.

12 Y si le dieren á ano que no sabe leer, y le dicen : Léele ; responderá : No leer.

13 Y' dijo el Señor : Por cuanto este pueblo se me acerca de palabra no mas , y me honra solo con sus labios ; su corazón empero está lejos de , y me rinden culto según los ritos y doctrinas de los hom- bres ^ :

14 por tanto aquí que nuevamente excitaré la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso ^ : porque faltará la sabiduría á sus sabios , y desaparecerá el don de consejo de sus prudentes.

15 f Ay de vosotros los que os encerráis en vuestro corazón para ocultar al Señor vuestros designios ' !

1 O echado en vuestro vaso.

2 Royn. XI v. 8.

3 Malth. XV. V. 8. 3/arc. VII. v. 6.

4 El estupendo prodigio de la ceguedad de los judíos, que profetiza aquí Isaías, es una demostración de la ver- dad de nuestra religión. Abd. I. v. 8. /. Cor. I. v. \9. II. Cor. III V. 15. Véase Gracia, Causa.

5 Martini traduce : vi rintanate nel vosíro ciiore. Aquí se habla de los hipócritas. Ezech. IX. v. 9.

i2& LA PROFiLtiA DE ISAÍAS.

■¡ Ay (lá lo5 que hacen sus obra» en las tinlebla» , y cíicea : ¿ Quién nos ve , y quién nos descubre ?

16 ¡ Desvariado pensamiento el vuestro ! como ú el barro se levantase contra el alfarero , y dijese la obra á su hacedor : No me has hecho ; y la vasija dijese al que la ha hecho : no has sabido.

17 ¿No es verdad que en breve y dentro de poco tiwnpo el Líbano ' se convertirá en im delicio&himo Carmelo ; y el Carmelo se convertirá en un bosque ^ ?

18 y en aquel dia los sordos ^ oirán la» palabras del libro de la Ley. Y los ojos de los ciegos recibirán k luz, saliendo de las tinieblas y oscuridad.

19 Y los mansos se alegrarán cada dia mas en d Señor, y los amies pobres ^ se Fegocijarán el Sanie de Israel :

20 porque el soberbio ^ fue abatido, fue consumido el escarnecedor, y destruidos todos aquellos /al*oí doc' tores que madrugaban para hacer mal :

2 1 aquellos que con sus palabras inducían los hom- bres á pecar, y armaban lazos al que en la puerta, ó juzgado de la cuidad, los reprendía, y sin causa se ale- jaron del justo 2/ de la justicia.

1 Busque frondoso, pero infructífero; símbolo áe las naciones gentílicas.

2 \ ease el cumplimieato de esta^profecía Muílh, XXJ. i. 43.

'^ Los gentiles , hasta eutónces «ordos á Dios.

4 De bienes espiritnalf s.

.5 jMaitiui traduce: ii sip^nhieva'c.

CAPÍtüLO XXX. tfl

U'2 Por tanto e\ Seúor cjue rescato á Abraham ' , Uabi» de esta manera á Ja casa de Jacob : No será aho- ra confundido Jacob, niaboia se cutwirá tíe vergüenra

23 sin ocutíido Tícre en medio de si á sus hijos, obra de mis manos, que glorificarán mi sanio nom- bre, y alabarán al Sanio de Jacob ' , y ensalzarán al Dk)S de Israel.

24 Entonces aquellos cuyo espirita vivía en el er- ror, tendrán la ciencia de la salud ^ ; y aprenderán la Ley del SeAm- los qiie se burlaban de ella.

CAPÍTULO XXX.

Ámenasas contra hsfudíos, perqué desconfiando del Señor pedían socorro ¿ los egypcios. Cuan Inteno es Dios para los que acuden á el. Cuan terrible es su juicio conLra los impíos.

1 Ay de vosotros, hijos rebeldes y desertores *, dice el Señor, que formáis designios, sin contar conmigo ; y urdís una tela *, y no según mi deseo, para añadir asi pecados á pecados :

2 que estáis en camino para bajar á Egypto, y no

1 Sacándole de entre ios gf-ntile».

2 Nombre dado al Meníug , qne habia de nacer del li- nage de Jacob, cuyas ovejas habia de recoger, y formar de eüí>3 y de otras ni> solo rebaño.

3 Al ver el cumplimiento de las profecías.

4 Jerem. XLII , XLIII.

5 O emprendéis un proyecto.

122 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

habéis consultado mi voluntad, esperando el socorro del valor de Pliaraon, y poniendo vuestra confianza en la sombra ó protección del Egypto.

3 Pero la fortaleza de Pharaon ' será la confusión vuestra, y la confianza en la protección de Egypto , vuestra ignominia.

4 Porque cuando tus príncipes hayan ido hasta Tánis^, y hayan llegado hasta' Hanes tus enviados ;

5 todos en Israel quedarán corridos, á causa de un pueblo que de nada les ha podido servir , y que no les ha auxiliado, ni les ha sido de utilidad alguna, sino de confusión y de oprobio.

6 Anuncio pesado ^ contra las bestias de carga del Mediodía. Van por tierra de tribulación , y de an- gustia, ( de donde salen la leona y el león , la víbora y la serpiente que vuela) llevando sobre lomos de ju- mentos sus riquezas , y sus tesoros sobre el dorso de los camellos , á un pueblo que no podrá ayudarlos ^.

7 Porque inútil y en vano será el auxilio que les preste Egypto : por lo mismo clamé yo sobre eso, di- ciendo : No es mas que soberbia , no te muevas.

8 Anda pues ahora ^ y escríbeles esta predicción

1 Jevem. XLII. v. 15

2 Corte de Pharaon , para refugiarse .

3 HastH la remota ciudad de Hanes.

4 Duro vaticinio contra los estólidos judíos. Véase sao Gerónimo.

ñ Ni servirles de provecho alguno. 6 A donde estén congregados.

CAPÍTULO XXX. 12S

wbre una tablilla de box , y regístrala eiactamente en un libro , para que sea en los días venideros un testimonio sempiterno.

9 Porque este es un pueblo que me provoca á ira, y ellos son hijos infieles, hijos que no quieren escuchar la Ley de Dios :

10 que dicen á los que profetizan : No profetizeis ; y á los veyentes 6 profetas : No estéis mirando para nosotros ó vaticinándonos cosas rectas , habladnosde cosas placenteras , y profeíizadnos cosas alegres, aunque sean falsas.

1 1 Quitadnos de delante de los ojos este modo de obrar según la Ley : alejad de nosotros tal sistema de vida : no nos vengáis siempre con que el Santo de Israel dice ó manda,

12 Por esto el Santo de Israel dice así : Ya que vosotros habéis desechado lo que os he mandado , y habéis puesto vuestra confianza en la calumnia, y en la perversidad , y apoyádoos sobre esas cosas ,

13 por lo mismo esta maldad será para vosotros como un portillo en una alta muralla , que está para caer , y preguntan por él , y del cual se origina la ruina repentina en la hora menos pensada ;

14 y queda toda hecha pedazos , como se rompe con un fuerte golpe una vasija de alfarero , sin que ninguno de sus tiestos sirva ni aun para llevar una ascua de un hogar , ó para sacar un poco de agua de una poza.

15 Porque el Señor Dios , el Santo de Israel dice : Si os volviéreis y os estuviereis quietos, seréis ,

)>34 LA Fr.aFECl.i 1>E 1SAÍA8.

salvos -. en k quielué y en la esperanza estará vuestra fortaleza. Mas vosotros no lo quisisteis hacer ;

16 sino que dijisteis : De ninguna manera ; antes bien huiremos ' á caballo. Paes por eso mhmo digo yo , tendréis (jue huir de vuestros enemigos. Monta- remos , dijisteis, velocísimos caballos. Por eso mismo serán mas veloces los que os perseguirán.

17 Un solo hombre llenará de terror y hará huir á roil de los vuestroíi ; y si se presentan cinco , aterrado» echaréis á huir todos, hasta que los que queden de v<H sotros, sean á manera de un árbol altísimo'^ comoñ^ navio, sobre la cima de un monte , como bandera so- bre un collado ^.

18 Por esto da largas el Señor , para fMJder usar de misericordia con vosotros , y ensalzar su gloria con perdonaros , porque el Señor es Dios justo : bieor avcnturados totlos los que esperan en él.

1 9 El pueblo de Sion morará en Jerusalena ^ : en- jugarás tus lágrimas, oh pueblo fiel : el Señor apiadán- dose de usará contigo de misericordia: al momento que oyere la voz de tu clamor, te responderá benign».

1 Jerem. XLIU v. 2.

2 La palabra hebrea '^P íorén , á la q\ie correspOBcte la expresión mahis navis de que usa la Vulgata, sigpai&;a en su raiz un árbol alto y delgado ; y de aquí por metáfora el árbol ó mástil del navio. Y parece preferible la primera acepción, por decirse después qne (I árbol estaba ea la sima de un monte.

3 P^ra avilar á t >dos vuestra total destruccio».

4 A ^esar de pus eaemigos.

CAPÍTULO XXX. 1Í5

§0 Y antes te dará el Señor pan de doíoF, y ág«A de tribulación ; pero después hará que jamás se alge áe lu maestro, y tus ojos estarán viendo siempre á tu doctor.

21 Escuchen l«s oídos sns palabras, cuando yendo tras de te grite diciendo : Este es el camino , andad por él ; y no torzáis ni á la derecha ni á la izquierda.

22 Entonces desecharás como cosas profanas esas láminas de plata que cubren tus ídolos ; y los preciosos vestidos de tus estatuas de oro ; y los arrojarás lejos de como el lienzo mas socio do una muger inmutt- d«. Fuera de aquí , íes dirás ' :

23 y el Señor enviará lluvia á tus sementera*, en cualquier parte de la tierra en que hayas sembrado : las mieses darán abundante y rico trigo ; y al mismo tiempo hallarán tus corderos pingüe* y ^latadoí pas- tos en tus heredades ;

24 y tus bueyes y pollinos , que trabajan la tierra , comerán el pienso mezclado con variedad de granos , del modo que vienen aventados de la era , ó limpios áe paja.

25 Y de todo monte alto^, y de todo collado elevado eorrerán arroyos de fértiles aguas en el dia aquel en que habrá grai* mot tandad % euando habrán caído las torres *.

26 La luz de la luna aera éomo la luz del sol , y la

1 O dirás con desprecio á tus ídolos.

2 De vuestros enemigo».

3 Que les servian de asilo.

126 LA PROFECÍA DEISAÍAS.

del sol será siete veces mayor que seria la luz reunida de siete dias ; en aquel dia en que el Señor habrá ven- dado la herida de su pueblo , y sanado la abierta Haga '.

27 Mira que viene, se oye ya allá á lo lejos el nombre ó magestad del Señor; está su saña encen- dida , é insoportable : llenos de indignación sus labios, y como fuego devorador su lengua '.

28 Es su respiración como un torrente impetuoso ( cuya agua llega hasta la garganta ) para aniquilar las naciones im^ias , y destrozar el freno del error , ó el poder infernal , que sujetaba las quijadas de los pueblos.

. 29 Vosotros empero entonaréis un cántico ' como en la noche de la santa solemnidad de la Pascua; y la alegría de vuestro corazón será como la del que sube , al son de la flauta , á presentarse sobre el monte del Señor, al Templo del Dios fuerte de Israel.

30 Y hará el Señor que se oiga su magestuosa voz , y que se conozca su terrible brazo en medio de su ira amenazadora , y de su fuego devorador ; lo arrasará todo con tempestades y pedriscos,

31 Porque á la voz del Señor quedará temblando el asyrio *, herido con la vara de la divina venganza^

1 Que le hicieron los enemigos.

2 Desde aquí parece que se habla de la venida de Jesu- Christo á juzgar al mundo,

3 Apoc. XV. V. 3.

4 El asyrio, según los santos Padres, figura al diablo ó al impío.

CAPÍTULO XXXI. 127

32 y el herir de esta vara será constante y dura^ dero : y hará el Señor que la vara descargue sobre él al son de panderos y de cítaras ' . Le vencerá el Señor en un señalado combate.

33 Porque hace ya tiempo que les está preparado el valle de Tophelh ^ : aparejado fue por el gran Rey ^ profundo y espacioso ^ : cuyo cebo es el fuego y mucha leña : un soplo del Señor , como torrente de azufre , es el que le enciende.

CAPÍTULO XXXL

Predice que los judíos que , faltos de coiifianza en Dios , pedirán auxilio á los egypcios , perecerán junto con estos ; pero que convirtiéndose al Señor ¡ serán libertados por el ángel j que matará á los asyrios.

1 ¡ Ay de aquellos que van á buscar socorro en Egypto , poniendo la esperanza en sus caballos , y confiando en sus muchos carros de guerra , y en su caballería , por ser muy fuerte ; y no han puesto su confianza en el Santo de Israel , ni han recurrido al Señor í

2 ¡Desdichados! Pues el mismo Smor, el sabio por esencia les ha enviado calamidades , y no ha de- jado de cumplir su palabra ; y se levantará contra la

1 Con que le glorificarán sus escogidos.

2 IV. Reg. XXIII. v. 10. XVI. v. 3. Véase Injierno, Moloch.

3 Esio es , por Dios, rey de los reyes,

4 Para contenerlos á todos.

ItS LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

ca6a de los malvados , y contra los auiiliAdores lo» que obran la iniquidad.

3 El rey de Egypto es un hombre , y no Dios : y carne son sus caballos, y no espíritu. El Señor pues extenderá su mano, y precipitará al auxiliador, y cae- rá al suelo el auxiliado , y ambos perecerán á uh tiempo '.

4 Porque aquí lo que me ha dicho el Señor * ; De la manera que ruge el león ó un leoncillo sobr« su presa, y por mas que vaya contra él una cuadrilla de pastores, no se acobarda á sus gritos, ni se aterra- rá por muchos que sean los que le acometan ; así descenderá el Señor de los ejércitos para combatir sobre el monte Sion y sobre sus collados.

5 Come una ave que revolotea en tomo de su nido^; del mismo modo amparará á Jerusalem el Se- ñor de los ejércitos ; la protegerá, y la librará, pasan- do de un lado á otro ; y la salvará.

6 Convertios pues al Señor, oh hijos de Israel, acercándoos tanto á él como os habiais alejado.

7 Porque en aquel dia arrojará de cada uno su5 Ídolos de plata, y sus ídolos de oro ; ídolos que os ha- biais fabricado para idolatrar.

8 Y caerá el asyrio al filo de la espada, pero no de espada de hombre ; pues la espada que le atravesará.

1 Maldito el hombre que espera solo en el hombre. Je- •em. XVII. V. 5.

2 Para los que en él confian.

3 Guardando sus pollitos.

CA-PÍTüLO XXXII. 12í>

espada será de Dios ' , no de ningún hombre : él hui- rá ; pero no porque le persiga la espada de sus enemi- gos : y serán tributarios ó sojuzgados sus jóvenes ^^w^r- reros.

9 Y por el terror vendrán á desfallecer sus fuer- ras ; y huirán despavoridos sus príncipes. Lo ha dicho el Señor, el cual tiene su fuego en Sion y su hogar en Jerusalem *.

CAPÍTULO XXXU.

Bajo Id. figura del piadoso rey Ezechias se vaticina el reino de Jesu-Christo ó fundación de la Iglesia. Hablase tam- bién de la destrucción de Jerusulem.

1 Sabed que un rey de Judá reinará con justicia, y sus magistrados gobernarán con rectitud.

2 Y este varón será como un lugar de refugio para guardarse del viento y guarecerse de las tempesta- des ' ; como arroyos de frescas aguas en tiempo do

1 De Dios ; "el cual por medio de un ángel matará en una noche ciento ochenta mil de sus valientes soldados.

2 Tal vez aquí fuego y hor7io ú hogar son una repetición (figura que es tan común en la lengua hibrea) para denotar que en Jerusalem es en donde se le ofrecen sacrificios y holocaustos. También puede significar que tiene en Jeru- salem su jjropia Casa.

3 Se habla aquí de Ezechias, pero como figura de Jeiu- Christo; y se obsen-a que el Profeta pasa muy á menudo de la figura á la persona figurada; porque dice algunas co- sas que no parecen aplicables sino al Mesias.

12

130 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

sequía y como la sombra de una alia peña en medio de un ardiente páramo.

3 No se ofuscarán ya los ojos de los veyentes ó profetas , y escucharán con atención los oidos de los que oirán á los profetas.

4 Entonces el corazón de los necios entenderá la ciencia ; y hablará clara y expeditamente la lengua de los balbucientes.

5 El insensato no será mas llamado príncipe, ni tendrá el tramposo el título de magnate :

6 porque el necio hablará necedades ; y su corazón maquinará maldades usando de hipocresía, y hablan- do de Dios con doblez, y consumiendo el alma del hambriento, y quitando el agua al que muere de sed '.

7 Las armas de que se vale el impostor, son muy malignas ; pues está siempre maquinando tramas para perder con mentirosas palabras á los mansos ó pobres afligidos^ mientras el pobre habla y pide lo que es justo.

8 Pero el Príncipe que yo os vaticino, pensará co- sas dignas de un príncipe, y velará sobre los caudi- llos de sil pueblo.

1 Aluden estas expresiones á lo que hacían los fariseos hipócritas y presumidos, y los escribas avarientos é im- postores : los cuales (como después dijo Jesu-Cbristo ) vendían sus doctrinas como de Dios ; y con sus falsas in- terpretaciones de la Ley echaban esta por tierra, privando del pan de la divina palabra á las almas sencillas que te- nían hambre de ella.

CAPITULO XXXH. 131

9 Mugeres opulentas, levantaos y escuchad mi voz : hijas que confiáis en las riquezas, prestad oidos á mis palabras ;

1 0 porque después de dias y de año ó arios * , vos- otras que vivís tan confiadas, os hallaréis en gran tur- bación : pues ya no habrá mas vendimias en el país de Judá , ni mas recolección de frutos.

1 1 Pasmaos , mugeres opulentas : temblad vosotras que estabais tan confiadas : desnudaos de vuestras ga- las , confundios , poneos haldas en cinta ^.

12 Llorad por los jh/zos que criáis á vuestros pe- chos; llorad sobre vuestra amada patria, sobre vues- tras fértiles viñas.

13 Espinas y abrojos cubrirán la tierra de mi pue- blo : ¿ cuánto mas descargará el castigo sobre las ca- sas todas de la ufana Jenisalem , de esa ciudad que rebosa en alegría ?

14 Lo cierto es que la casa mia ^ quedará abando- nada , reducida á una soledad ^ esa ciudad populosa, cubiertas para siempre de densísimas tinieblas sus ca- sas, las cuales quedarán hechas cavernas , donde re- tozarán los asnos monteses , y pastarán los ganados :

1 5 hasta tanto que desde lo alto se derrame sobre nosotros el espíritu del Señor. Pues entójices el de-

1 Esto es , después de un largo tiempo.

2 Para servir como esclavas,

3 O mi habitación sauta.

4 Luc. XIII. V. 35.

Ifté LA PROfECÍA DE ISAÍAS.

sierto se canveríirá en im Carmáo S y el Cafriiefo ' enijii deslefto ó carrascal^.

16 Y la equidad, ó la virtud, habitará ertlónccÉ en el desierta , y fijará su morada en el nuevo Carmelo la jíi-sfíieiá ó santidad.

1? ¥ la obra ó/mía de ía jaslioia será la paz , y el efecto de esta justicia el sosiego y seguridad sempiler- na.

Y reposará mi pueblo en hermosa mansión de paz , y en tabernáculos de perfecta seguridad , y en descanso de la opulencia *.

19 Pero abajo en el desierto caerá el pedrisco, y la ciudad quedará profundamente humillada.

20 Bienaventurados vosotros los que sembráis en tierras que todas abundan en aguas, y meléis en ellas srf ftuey y al asno para ndtívarlas *.

í Ó fructífera región. Véa«e Carmelo. ti O jardín de ía Jiidea.

3 Eseck. XXX ni. V. 9. - Rom. X. r. ^. Apoc. 11 t. S.

4 FlaWa de la nueva y espirrtíral Settx^em.

5 En tierras de regadío ya no se Decesita tmichá fií^rza en los animales que han de ai-ar. Puede también aliKÜr á qué Tus animales tendrán pastos ó yerba en abundancia.

Vil

CAPITULO XXXll!.

Profetiza Isaías la ruina de los asyrios , y ti re.itabUci- mienío de Judá. Invectiva contra los hipócritas. Habla de la celestial Jerusalem, donde será alabado eternamenit el Señor, nuestro rey y legislador.

1 ¡ Ay de Sennachérib que saqueas A los otros! Qué , ¿ no serás también saqueado ? Y que des- precias , ¿no serás también despreciado ? Cuando aca- barás el saqueo , serás saqueado : cuando ya can- sado dejarás de menospreciar, serás menospreciado.

2 Apiádate , Señor , de nosotros ; pues siempre hemos esperado en : nuestra fortaleza desde la ma- ñana, y la salvación nuestra en el tiempo de tribulación.

3 A la voz del ángel, huyeron los pueblos ; y al al- zar de tu brazo, quedaron disipadas las naciones ene- tmgas.

4 Pueblos orgullosBS , vuestros despojos serán re- cogidos , como se recogen las langostas , cuando hay tanta abundancia que se llenan de ellas los fosos.

5 Engrandecido ha sido el Señor, que habita en lo alto : ha colmado á Sion de rectitud y de justicia.

6 Y reinará la en tus tiempos : oh principe , la •sabiduría y la ciencia son tus riquezas saludables , y £\ temor del Señor tu verdadero tesoro.

7 Pero aquí que desde afuera gritarán los que '7ean venir á los enemigos : llorarán amargamente los .angeles ó embajadores encargados de la paz *.

1 Deíscribf se la ron&tertiacion de JprtTS'^lcm , rodeada

134 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

8 Desiertos están los caminos, ni un pasagero se ve por los sendas : ha roto el enemigo la alianza ' , ha arruinado las cuidades, en nada estima á los hombres.

9 En llanto está todo el pais, y en lo sumo del aba- timiento : cubierto de oprobio y envilecido el Líbano ': el Saron ' convertido en un páramo : el Basan y el Carmelo ^ talados.

10 Mas ahora me levantaré yo , dice el Señor ' ; ahora seré ensalzado , ahora seré glorificado.

11 Naciones orgullosas , vosotras concebiréis fo- gosos designios contra mi pueblo ; y el resultado será no mas que paja : vuestro mismo espíritu cual fuego os devorará :

12 y quedarán estos pueblos como la ceniza des- pués de un incendio : como haces de espinas serán pábulo de las llamas.

13 Vosotros los que estáis lejos , escuchad las co- sas que he hecho yo ; y aprended á conocer mi po- der los que estáis cerca.

14 Aterrados han sido en Sion los pecadores : el temblor se ha apoderado de los hipócritas. ¿Quién de vosotros podrá habitar en un fuego devorador ?

por el ejército de Sennachérib. Véase IV. Reg. XVIII. v. 17. San Gerónimo por estos ángeles de paz entiende los ángeles que custodiaban el Templo. i La qnehizo Sennachérib. IV. Reg. XVIU v. 14, 17.

2 Véase cap. XXXVIL r.24.

3 Provincia fértilísima.

4 Los sitios mas deliciosos. Véasf Cumíelo.

5 Contra esos enemigos.

I

CAPÍTULO XXXIII. 133

¿ Quién de vosotros podrá morar entre los ardores sem- piternos ?

15 Aquel que anda por las sendas de la justicia ', y habla verdad , que aborrece las riquezas adquiridas con la calumnia ó extorsión, y tiene limpias sus ma- nos de todo cohecho : que tapa sus orejas para no prestar oidos á los sanguinarios , y cierra sus ojos por no ver lo malo.

IG Este es el que tendrá su morada en las alturas : vivirá seguro , como en una alta roca : tendrá pan en abundancia, y nunca le faltará el agua.

17 Sus ojos verán al Rey de los cielos en su glo- ria ; y la tierra la mirarán lejos de ellos.

18 Entonces tu corazón hará memoria de sus pa- sados temores. ¿ Dónde está, dirá, él , el letrado '? ¿ dónde el orgulloso que pesaba las palabras de la Ley ? ¿ dónde el maestro de niños ' ?

19 No verás ya, oh principe , un pueblo desca- rado , un pueblo de un hablar oscuro , cuya algarabía de lenguage no puedas entender , el cual carece de toda sabiduría.

1 P.V. XIV. V. 2. XXX'/. Enseña el Profeta la ma- nera de evitar las eternas llamas del infieruo, y lograr la felicidad de los bienaventurados.

2 I. Cor. I. V. 20. O ¿de qué sirve la doctrina de los filósofos , de los legisladores , de los doctores ? Toda ella es vanidad é ignorancia.

3 El hebreo : dónde el que formaba lisia de las torres'^ Esto es , el que uotaba las casas principales para hacerle» pagar mayor tributo.

13t LA. PSieVECik DE ISAÍAS.

20 Vuelve )a vista á Sion , ciudad donde se cefe- bran nuestras solemnidades : tus ojos verán á Jerosa- lem ^ mansioR opulenta ; un tabernáculo ó pdóetton fae no podrá ser trasladado á otra parte , pues ni fa» estacas ' seTáfi jamás arrancadas , ni se romperá iiín- fona de sus cuerdas.

2 1 Porque allí solamente hace nuestro Señor alarde de su magnificencia. Aquel es lugar de ríos, de ríos anebísisirnos y caudalosos ^ : no pasará por éf barco de refíios de ningún enemiga , m menos le soleará ga- lera grande de tres órdenes de remos.

'¿2 Pues el Señor es nuestro juez , el Señor nuestro legislador , el Señor nuestro rey : él es el que nos ha de salvar *.

•2^ Aflojáronse , oh nave orgrdlosa , las cables , y ya no servirán : quedará tark mal parado tu mástil , que no podrás desplegar una bandera. Entonces se re- partirán los despojos - y el gran botín que habías he- cho : hasta los cojos se llevarán parte de éf.

24 ISi dirá el vecino : Soy yo débil para llevarle *:

1 Que le afianzan en tierra.

2 Segtm Martini puede traducirse : El cauce de sus rios será un anchüimo y espacioso canal de dones y goces celes- tiales. Véase después c. XLIV. v. S. c. XLVIII. v, 18. c. LXVl V. \% Avoc. e. XXII v. I.

3 Literalmente solo de Jesu-Cbristo se pueden entendes muchas de estas expresiones que se dicen aquí de Eze- chías y de su rwnado , en cuanto figuraban al Rey, Juez ,. L«gÍ9lador y Salvador del mundo.

4 Todo será llevado á Jerusalem.

capítulo xxxiv. 181

y é paeblo que morará allí , recibirá e! pérdoil iné pecados '.

CAPÍTULO XXXIV.

Dios castigará con rigor las naciones, en particular la Idurhea. Profecía del fin del mundo.

1 Venid acá , oh naciones , y escuchad : pueblos, estad atentos : oiga la tierra y toda su población : él orbe todo , y cuanto en él vive.

2 Porque la indignación del Señor va á descargar sobre todas las naciones , y su furor sobre todos sos ejércitos : los matará , y hará en ellos una carnicería.

3 Arrojados serán al campo sus muertos , y exha- larán sus cadáteres un hedor insufrible : lo* montes quedarán inficionados con su sangré.

4 Desfallecerá toda la milicia ó asiros del ciek) ; y los cielos se arrollarán como un pergamino '; y co- mo cae lo hoja de la parra y de la higuera , así caerá toda su milicia , ó todos sus astros.

5 Porque mi espada se ha embriagado de sangre en las criaturas del cielo : he aquí que va á destar-

1 Quedará libre de los males que sufría eo pena de sh iuiquidad. Véase Pecado.

2 Mdih XXIV V. 29.—Apoc. VI. v. 12, 14. Nada w verá de ellos. Como queda cefrado un volumen cuando se arrolla , así qnedaráo cerrados los cielos para los mortales en aquellos aciagos dias.

138 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

gar ahora sobre la Iduniea , sobre el pueblo en cuya mortandad señalaré yo mi justicia.

6 Bañada está toda en sangre la espada del Señor , chorreando grasa y sangre de corderos , y de machos de cabrío , sangre de gordos carneros ' : porque las víctimas del Señor están en Bosra ^ : hará él una gran mortandad en el país de los idumeos.

7 Y caerán con estos á tierra los unicornios y los toros ', con los poderosos : la tierra se embriagará de la sangre de ellos, y de la grosura de los cuerpos sus campiñas :

8 porque ha llegado el dia de la venganza del Se- ñor ; el año ó tiempo de hacer justicia á Sion '*.

9 Y convertirse han en pez encendida las. aguas de sus torrentes , y en azufre el polvo de Idiimea; y ar- derán sus campiñas como si fueran todas de pez.

10 Ni de dia ni de noche cesará el incendio : es- tará eternamente saliendo una gran humareda : per- manecerá asolada de generación en generación , ni transitará alma alguna por ella por los siglos de los siglos :

1 1 sino que se harán dueños de ella el onocrótalo

1 Por los corderos se entiende la gente plebeya : por los machos de cabrio la gente principal, y por los carneros gor- dos los mas ricos y robustos.

2 Ciudad principal de Idiimea ; símbolo de la tierra lle- na de malvados.

3 Esto es, los hombres fuertes y valerosos. Ps. XXÍ. V. 13.

4 Castigando á sus enemigos.

CAPÍTULO XXXIV. 139

Y el erizo ' : el ibis ó ciyüeña y el cuervo establecerán allí su morada. Tirarse ha sobre ella la cuerda de medir para reducirla á nada, y el nivel para arra- sarla enteramente ^.

12 No se verán allí mas los nobles de ella : ira- plorarán con ahinco el sscorro de un rey ; y todos sus principes serán aniquilados.

13 En el solar de sus casas nacerán espinas y or- tigas , y cardos en sus fortalezas ; y vendrá á ser gua- rida de dragones , y pasto de avestruces.

14 Y se encontrarán allí los demonios , ó seres malignos , con los onocentauros ' , y gritarán unos contra otros los sátyros : allí se acostará la lamia y encontrará su reposo *.

1 O puerco espin.

2 //. Beg. VIH. V. 2

3 Antes c. XIII. v. 21. Hace aquí la sagrada Escritura alusión á las fábulas de los gentiles ; como en Judith se ha- ce mención de los titanes , y en Job de la cornucopia de Amaliea. Véase san Geróuirao. El autor de la Vulgata, como también los Setenta , usan de estas palabras de los poetas, muy conocidas del pueblo, para explicar ó tradu- cir las voces hebreas del original , cuya correspondencia en las lenguas griega, latina, etc. es casi imposible de hallar ; pues solamente se ve que significan en general espectros,

fantasmas, ó visiones espantosas.

4 Por lamia entienden algunos aquellas fieras de la Ly- bia, qne describe el historiador griego Dion Chrysóstomo en la oración Y. que tiene por título Fábula: hjbicoe, lo que ya da á entender que las tenia por fabulosa'*, como las sy- renas, onocentauros, sátvros, ó faunos, etc.

140 LA PROFECÍA DK ISAÍAS.

15 Allí tendrá gu cueva el erizo 6 puerco espin , y allí criará sus cachorrillos , y cavando al rededor con d hocico los abrigará á la sombra de ella : allí juntarán los milanos , y se unirán uno con otro '.

16 Examinad atentamente el libro que ahora es- cribo ^ de parte del Señor, y leed en él : nada de lo que os anuncio, dejará de suceder, ni una soladeesr tas cosas faltará ; pues lo que sale de mi boca, el Se- ñor me lo ha dictado , y su espíritu mismo ha reu- nido todo esto.

17 Y él es quien distribuirá ' á las fieras su por- ción en Idumea : su mano les repartirá la tierra con medida : para siempre la poseerán : de generación en generación habitarán en ella.

CAPÍTULO XXXV.

Profecía de la asombrosa mudanza que la gracia de Jesu- Christo cansará en la tierra : alegría de los gentiles con- vertidos á la , figura de la que gozarán después en el cielo.

1 Entonces la región desierta é intransitable ^ se

1 Cuando llegare el tiempo de esto.

2 Cap. XXX. V. 8.

3 Y él es quien distribuirá en Idumea á estos monstruos y animales su porción etc.

4 Pore$ta //ena rftíAier/a entienden generalmente los Pa- dres las naciones gentiles : desierto que al venir el Mesia» se habia de convertir en un pais fértil y delicioso. Lsa-

CAPITULO XXXV. 141

alegrara ; y saltará de gozo la soledad , y florecerá co- mo lirio ;

2 fructiflcará copiosamente , y se regocijará llena de alborozo , y entonará himnos : se le ha dado á ella la gala del Líbano , la hermosura del Carmelo y de Saron : estos ( sus habitantes ) verán la gloria del Señor ' , y la grandeza de nuestro Dios.

3 Esforzad , oh ministros del Señor , las manos flojas , y enrobusteced las rodillas débiles :

4 decid á los pusilánimes : Ea , buen ánimo , y no temáis : mirad á vuestro Dios que viene á ejecu- tar una justa venganza '\ Dios mismo en persona ven- drá , y os salvará.

5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y que- darán expeditas las orejas de los sordos.

6 Entonces el cojo saltará como el ciervo , y se desalará la lengua de los mudos ^ ; porque también las aguas rebosarán entonces en el desierto, y corre' rán arroyos en la soledad.

7 Y la tierra que estaba árida , quedará llena de estanques , y de aguas la que ardía en sed. En las cue- vas , que eran antes guaridas de dragones , nacerá la verde caña y el junco.

8 Allí habrá una senda y camino rcal^, que se lia- se lo que sucedió cuando Jesús desde Galilea pasó ai desierto del Jordán á ser bautizado.

J Joann. I. v. 14.

2 De Satanás vuestro tirano.

3 Mufth. XI V o.—Luc. Vil V. 21.

4 Una senda y canñuo alrecho , pero recto y segura; y

13

IA2 LA PROFECÍA DK ISAÍAS.

mará , ó será camino santo : no le pisará hombre in- mundo , y este será para vosotros un camino recto ; de tal suerte que aun los trias lerdos íio se perderán en él.

0 No habrá allí león , ni bestia alguna feroz tran- sitará por dicho camino , ni allí se hallará : sino que caminarán por aquella senda los que habrán sido li- bertados de la esclavitud del pecado.

10 Y volverán los rescatados por el Señor, y ven- drán á Sion cantando alabanzas , coronados de gozo sempiterno ' : disfrutarán de un celestial placer y con- tentamiento , y huirá de ellos para siempre el dolor y el llanto.

CAPÍTULO XXXVI.

Sennachérib , rey de los asyvios , después de haheise apode- rado de las plazas de Jadea , envió á Rabsaces á Jerusa- km, quien pidió con insolencia la rendición de la ciudad.

1 Y sucedió que en el año decimocuarto del rei- nado de Ezechías , Sennachérib , rey de los asyrios , puso sitio á todas las ciudades fortificadas de la Judea ', y se apoderó de ellas.

que será muy alegre, ancho y espacioso para los que aman á Dios. Este camino es Cdristo. Joann. XIV. v. 6.

1 Otros traducea : Con guirnaldas de alegría elerna.

2 Véase esta historia Il\ líeg. XVIII. v. 13 //. Pa- ral. XXXJLvA.

CAPÍTULO XXSVI. 143

2 Y eilvíó deipués él iniSmo á Rabsaces su gene- ral , desde Láchí$ á Jerusalem con un grueso cuerpo de tropas contra el rey Ezechías ; y Rabsaces puso su acampamento en el acueducto del estanque superior , en el camino del campo del Batanero.

3 Y salieron á eticontrürle Eliacim, hijo de Hel- eias , mayordomo mayor del palacio, y Sobna , doc- tor d« la Ley, y Joahe hijo de Asaph, canciller '.

4 Y Rabsaces les habló de esta manera : Decid á Ezechías : El grande rey, el rey de los asyrios , dice : ¿ Qué seguridad es esa en que confías ?

5 O ¿ con qué designio ó fuerzas te atreves á hacerme la guerra ? ¿ En quién te apoyas para ha- berte rebelado contra ?

6 Veo que te apoyas en el Egypto , el cual es como un haston de caña cascada , que al qué se apoya- re en él, le horadará la mano y se la traspasará : eso será Pharaon , rey de Egypto , para con todos aque- llos que en él confían.

7 Que si me respondieres : Nosotros confiamos en el Señor Dios nuestro , ¿ acaso no es ese aquel mismo cuyos lugares excelsos y cuyos altares destruyó Ezechías , diciendo á Judá y á Jerusafem : Solamente ante este altar ^ adoraréis con sacrificios á Dios ^ ?

1 O secretario de Estado.

2 Que yo he erigido.

3 Rabsaces no sabia que Ezechías hizo una obra de re- liguen, prohibiemlo sacrificar á Dios fuera de Jerusaleni , lugar destinado para esto por el Señor.

144 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

8 Ea pues , sujétale á mi señor el rey de los asy- rios : yo te daré , si quieres , dos mil caballos , y no podrás hallar para ellos en lodo tu pueblo bastan- tanles ginetes '.

9 Pues ¿ cómo podrás hacer frente al gobernador de un lugar, aunque sea de los de menos graduación entre los siervos de mi señor ? Que si confías en el Egypto por sus carros de guerra y por su fuerte ca- ballería ,

10 ¿acaso he venido yo sin orden del Señor á des- truir este país ? Marcha á esa tierra , me dijo á mi el Señor, y arrásala.

11 Entonces Eliacim , Sobna y Joahe dijeron á Rabsaces : Habla á estos tus siervos en lengua sy- riaca , pues que la entendemos : no nos hables en he- breo, á oidas del pueblo que está sobre la muralla.

12 Contestóles Rabsaces : ¿ Por ventura mi amo me ha enviado á decir todo esto á tu señor y á ti , y no mas bien á los ciudadanos que están sobre el muro, expuestos á que , si no se rinden , coman sus propios excrementos , y beban con vosotros sus mismos ori- nes ^?

13 Y púsose en pié Rabsaces , y gritó en alta voz y dijo en lengua judaica : Oid las palabras del gran rey, del rey de los asyrios.

1 El uso de los caballos era muy raro entre los judíos. Deut. XVII. V. 16.

2 Véase Pies. Es una expresión hiperbólica. Véase He- braismos, Figura.

CAPÍTULO XXXVII. 145

1 4 Esto dice el rey : iNo os engañe Ezechías : pues que no podrá libraros.

15 No os llene Ezechías la cabeza de confianza en el Señor, diciéndoos : Sin falta nos librará el Señor : 710 temáis , no será entregada esta ciudad en manos del rey de los asyrios.

16 No escuchéis á Ezechías , porque esto dice el rey de los asyrios : Aceptad la paz que os ofrezco , y venid á tratar conmigo de vuestra rendición : y co- merá cada uno del fruto de su viña , y cada uno del fruto de su higuera , y beberá cada cual de vosotros el agua de su cisterna ;

17 hasta tanto que yo vaya y os conduzca á una tierra que es como la vuestra , tierra de grano y vino, tierra de panes y de viñas.

18 Ni os conturbe Ezechías diciendo : El Señor nos librará. ¿ Acaso los dioses de las gentes han li- brado cada uno á su tierra de las manos del rey de los asyrios ?

19 ¿Dónde está el dios de Emalh y de Arphad ? ¿ Dónde está el dios de Sepharvaim ? ¿ Por ventura han librado sus dioses á Samarla de caer en mi poder ?

20 ¿ Cuál es el dios entre todos los dioses de estos paises , el cual haya podido librar su tierra de la fuerza de mi brazo , para que esperéis que el Señor

podrá salvar á Jerusalem de caer en mis manos?

2 1 Callaron todos y no le respondieron palabra ; pues asi se lo había mandado el rey , diciendo : No le respondáis.

22 Y en seguida Eliacim hijo de Helcías , mayor-

146 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

domo mayor de palacio , y Sobna , doctor de la Ley, y Joahe , hijo de Asaph , canciiier, rasgados su§ ves- lidos ', volvieron á Ezeehías , y refiriéronle las pala- bras de Uabgaces.

CAPITULO XXXVU.

Ezeehías , al oir las amenazas de Rabsaces , consulla á Isaías ; el cual le asegura que el Seño r salvaría á Jerii- salem. Carla insólenle de Sennachérib á EzecMas. Isaías confirma la promesa; y el ángel del Señor mata ciento ochenta y cinco mil enemigos.

1 Y cuando lo oyó el rey Ezeehías , rasgó sus ves- tidos , vistióse de saco ó cilicio , y entró en la Casa del Señor ;

2 y envió á Eliacim , mayordomo mayor de su palacio, y á Sobna, doctor de la Ley, y á los mas an- cianos de entre los sacerdotes , vestidos de cilicio á encontrar al profeta Isaías , hijo de Amos ,

3 á quien le dijeron : Esto dice Ezeehías : Dia de tribulación y de castigo, y dia de blasfemia es este : las criaturas es'.án ya á punto de nacer, y falta la fuer- za en la madre para parirlas ',

4 Interpon pues tu oración por las reliquiiis del pueblo ; para ver si el Señor Dios tuyo ha reparado en lí»s palabras do Rabsaces, enviado de su amo el rey asyrio á blasfemar el nombre de Dios vivo , y á dc-

•* '■ ' ' ■■ ' ' ■■■ ■^.

1 Eu señal de dolor.

2 Modo proverbial con qae denota que si Dios no lo* »Bxil¡a, no podrán dffendf r ia cindad santa.

CAi'lTULO XXWII. 14?

líostikrie ton Iíjs expresiones que ha oído el Señor lu Dios '.

5 Fnerou pues los ministros del rey Ezechias á en- contrar á Isaías ;

6 el cual les dijo : ííé aquí la respuesta que ha- béis de llevar á vuestro amo : El Señor dice : No te- mas las palabras que has oido, con las cuales han blas- femado de raí los criados del rey de los asyrios.

7 i\lira. yo voy á darle un soplo que le perturbe, y recibirá cierta noticia, y se volverá á su tierra, y en su tierra haré que perezca al filo de la espada -.

8 En efecto Rabsaces, habiendo oido que el rey de los asyrios se había retirado de Láchís, marchóse luego, y hallóle peleando conlra Lobna.

9 Y Sennacherib oyó decir de T a rae a , rey de Ethiopia, que venia ú pelear contra él ; y así que hu- bo recibido esta nolicia, envió embajadores á EzecLí js, diciéndoles :

10 Esto diréis al presentaros á Ezechias, rey de Judá : ¡So te lisonjee tu Dios, en quien tienes pues- ta la confianza, con decirle : No caerá Jcrnsalem en poder del rey de los asyrios.

11 Bien sabes todas las cosas que han hecho los reyes de los asyrios á todas las regiones que han destruido : ¿ y piensas que podrás librarte de sus manos ?

1 Hay en este verso una trasposición de palabra», que se ha qnitado con el raodo de traducirlas al castellano.

•2 IV. Rej. y II. c. 7. Como sucedió á los .«yros en tiein- po de Elíseo.

148 LA PROFECÍA DE ISAÚS,

12 ¿Acaso los dioses de las naciones libraron álos que arruinaron mis padres, á los de Gozara, y de Ha- ram, y de Reseph , y á los hijos de Edén que mora- ban enThalassar?

13 ¿Dó está el rey de Emalh, y el rey de Arphad, y el rey de la ciudad de Sepharvaim, y de Ana, y de Ava ' ?

14 En esto lomó Ezechías la carta - de mano de los embajadores, leyóla, y subió al Templo del Señor, ante cuya presencia la extendió ' ;

15 é hízole Ezechías al Señor la siguiente oración :

16 Señor de los ejércitos. Dios de Israel, que tienes tu asiento sobre los querubines : solo eres el Dios de todos los reinos del mundo : el que hiciste el cielo y la tierra :

17 Señor, inclina tus oidos, y escucha : abre, Se- ñor, tus ojos, y mira, y repara todas las palabras dic- tadas por Sennachérib para blasfemar al Dios vivo.

18 Es verdad, Señor, que ios reyes de los asyrios asolaron aquellas naciones y sus tierras ,

19 y que entregaron á las llamas á los dioses de ellas ; porque no eran dioses, sino hechura de mano de hombres, madera y piedra , y por eso los hicieron

20 Mas ahora, oh Señor Dios nuestro, sálvanos

1 IF. Reg. XVIIL V. U-XIX. v. 13.

2 La palabra hebrea O^ISQ sepherim quiere decir enrías, libros, ó todo género de escrito. Véase Libro.

3 Como para hacérsela presente, é implorar su socorro.

CAPÍTULO XXXVII. 149

de las manos de este; y conozcan los reinos todos de la tierra que solo eres el Señor y Dios verdadero.

21 En esto Isaías, hijo de Amos , envió á decir á Ezechias : El Señor Dios de Israel dice así : En orden á lo que me has pedido que haga respecto de Senna- chérib, rey de los asyrios ;

22 este es el fallo que contra él ha pronunciado el Señor: Te ha despreciado á tí, y te ha insultado, oh virgen hija de Sion ' : á espaldas tuyas , oh hija de Jerusalem, ha meneado su cabeza mofándose de ti.

23 ¿A quién has ultrajado tú, oh principe sober- bio ? i De quién has blasfemado , y contra quién has osado alzar la voz, y dirigido tus altivos ojos ? Ha sido contra el Santo de Israel,

24 Por medio de tus siervos has ultrajado al Señor, y has dicho : Yo con la muchedumbre de mis carros de guerra he subido á las alturas de los montes, sobre las cordilleras del Líbano ; y cortaré sus mas empina- dos cedros y sus mas robustos abetos ; y llegaré á su mas alta cima , y entraré en el soto ó bosque de su famoso Carmelo.

25 Yo he abierto pozos , y bebido sus aguas; y donde he puesto los pies con mi ejército , he secado todas las aguas de sus acequias ó canales '.

26 Pero qué, ¿ no has oido , dice el Señor, que

1 Hebraísmo. Véase Hija, Virgen.

2 Esto es, las aguas llovedizas, ó de fuentes , que que- dan detenidas entre malecones de tierra, como trincheras; y se llaman aguas encerradas. IV. Reg. XíX. v. 24.

iSd LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

fo haee Uenlpo que dispuse todas eSási eosás ' ? Desde los días anMguos ó ab etei-no fo resaltí, t ahora lo efectuado : y se ha hecho de tal manera Que ha» sido destruidos enteramente los peñáSCOií ó collados bien defendidos , y las ciudades fortificadas.

27 Los habitantes ó defensores de estas , embar- gadas sus manos , temblaron , y quedaron despatori- dos : secáronse como heno de prado , y grama de dehesa , y como yerba de los tejados , q^e SéCfá antes de maduraf.

28 Yo tetígó bien éonoéida tu mansión , ttts efiCra- das y salidas , y tu locura ó insensatez contra mí.

29 Cuando te enfurecías contra mí, subió hasta mis oidos aquella insolencia tuya : por eso te pondré yo un anillo en tus narices , y un freno en tus labios, y te haré volver por el mismo camino por dóií:dé fraá Tenido '.

30 Pero , oh Ezechias, tendrás por Sdftal eStO que ahora oirás : Por este año come lo que es- pontáneamente dará la tierra ': en el segundo man- tente de las frutas ; pero al tercero sembrad y segad , y plantad viñas , y comed sus frutos.

31 Y lo que se salvare de la casa de Judá , los restos que quedaren , echarán profundas raices , y extenderán en alto sus ramas cargadas de frutoá ,

32 porque de Jerusalem es de donde han de salir

1 Que has ejecutado contra las naciones ?

2 Expresiones figuradas para denotar que Dios haría de Sennachérib lo que quisiese.

i IV. Reg. XI.X. V. 29.

lus residuos de mi pueblo , y del raonle Sion los que 60 salvarán ' . Esto hará el zelo del Señor de los ejércitos.

33 Por tanto, esto dice el Señor acerca del rey de los asyrios : No pondrá 61 el pié en esta ciudad , ni arrojará acá una saeta , ni la asaltará el soldado cu- bierto con su escudo , ni levantará trincheras al re- dedor de ella.

34 Por el camino que vino , por el mismo se vol- verá , y no entrará en esta ciudad , dice el Señor.

35 Y yo protegeré esta ciudad para salvarla por respeto mío , y de David mi siervo.

36 En efecto , bajó un ángel del Señor, é hirió en el campamento de los asyrios á ciento y ochenta y cinco mil hombres; y al levantarse á la mandrugada', he aquí que no vieron sino moniones de cadáveres.

37 Por lo que se fue de alli Sennachérib rey de los asyrios , y marchó , y volvióse á su residencia de Ní- nive.

38 Donde aconteció que mientras adoraba en el templo á su dios Nesroch , sus hijos Adramelech y Sarasar le mataron á puñaladas, y huyéronse á tierra de Ararat, y le succedió en el reino su hijo Asarhad- don.

1 Martiui traduce : i salvali.

2 I. os pocos asviios que quedarou. IF, Reg. XIX.

152 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO XXXVIII.

Ezechias enferma, y es librado de la muerte ' milagrosa re- írogradacion del sol en el relox de Acház ; da á Dios las ^ gracias con un cántico.

1 En aquellos días Ezcchías enfermó de muerte, y entró á visitarle el profeta Isaías , hijo de Amos, y le dijo : Esto dice el Señor : Dispon de las cosas de tu casa ; porque vas á morir , y estás al fin de tu vida ' .

2 y volvió Ezechías su rostro á la pared , y oró al Señor ,

3 diciendo : Acuérdate , te ruego y suplico , oh Señor , de como he caminado en tu presencia con sinceridad y con un corazón perfecto , y que he hecho lo que era agradable á tus ojos. Y prorumpió Ezechias en un deshecho llanto.

4 Y luego habló el Señor á Isaías , diciendo :

5 Anda y di á Ezechías : Esto dice el Señor Dios de tu padre David : He oido tu oración y visto tus lágrimas : aquí que te daré quince años mas de vida :

1 ir. Reg. XX. i. 1. - //. Paral. XXXII v. 24 Se-

gun las causas inferiores, dice san Agustín [De Gen. XVII. ) el rey estaba al fin de su vida , ó era mortal su enfermedad ; pero no lo era .según la presciencia de Dios , ó la determi- nación de su divina voluntad. Tenia entonces Ezechias 39 años.

CAPITULO XXXVIII. iD'á

G y te libraré del poder del rey de los asyrios á y á esa ciudad , y la protegeré.

7 Y de que el Señor cumplirá lo que ha dicho , se le dará por el mismo Señor esta señal :

8 aquí que voy á hacer que la sombra del sol retroceda las diez líneas que ha bajado en el relox de Acház. Y retrocedió el sol por las diez líneas que ha- bla bajado.

9 Cántico que dejó escrito Ezechias , rey de Judá , cuando enfermó , y sanó de su enfermedad.

10 Dije yo : A la mitad de mis dias ' entraré por las puertas del sepulcro : privado me veo del resto de mis años :

11 1/a no veré yo al Señor Dios , dije , en la tierra de los que viven. No veré mas á hombre alguno , ni á los que morarán en dulce paz '.

12 Se me quita el vivir, y se va á plegar ó doblar mi vida, como se hace con la tienda de un pastor ^. Cortada ha sido mi vida , como tela por el tejedor ; mientras la estaba aun urdiendo , entonces él me la ha cortado ^ : de la mañana á la noche acabarás conmigo , oh Dios mío.

13 Esperaba vivir hasta el amanecer : el Señor co- mo un león fuerte , habia quebrantado ^ todos mis

1 Ps. LW. V. 2A—LXXXIX. v. 10. CI. v. 25.

2 Libres de los asyrios.

3 H. Cor. V. V. 4.'

4 Ha cortado Dios la tela de mi vida cuando comeuzaba á urdirse; esto es, en la flor de mi juventud.

5 Con las enfermedades v de.sgracias.

ToM. IX. ' 14

154 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

huesos ' ; pero por la mañana decia : Antes de ano- checer acabarás , oh Señor , mi vida.

14 Gritaba yo como un pollito de golondrina; ge- mía como paloma : debilitáronse mis ojos de mirar siempre á lo alto del cielo. Mi situación , Señor , es muy violenta : toma á tu cargo mi defensa.

1 5 ¿ Mas qué es lo que digo ^ ? ¿ Cómo me tomará él bajo su patrocinio , cuando él mismo es el que ha hecho esto ' ? Repasaré , oh Dios mió , delante de con amargura de mi alma todos los años de mi vida "*.

16 Oh Señor, si esto es vivir, y en tales apuros se halla la vida de mi alma , castígame , te ruego; y cas- tigado ^ vivifícame '.

17 Ved cómo se ha cambiado en paz mi amarguí- sima aflicción ^; y tú, oA Señor, has librado de la perdición á mi alma : has arrojado tras de tus espal- das todos mis pecados ^.

18 Porque no han de cantar tus glorias los que es- tán en el sepulcro ^, ni han de entonar tus alabanzas

1 O me habia reducido á una suma flaqueza.

2 Puede traducirse también la mitad de este verso: Mas ¿ qué es lo que puedo decirle ? ¿ ó qué respuesta tengo que esperar, siendo él quien lo hizo ? O de otro modo : ¿ Cómo tomará él mi defensa, cuando él mismo es quien lo ha hecho ?

3 Esta es una corrección de lo que antes habia dicho. Lo mismo se ve en Job c. IX. v. 2, 14. XLII. v. 3.

4 Todas mis culpas y vanidades.

5 Con tu espíritu.

6 Según el hebreo : para la paz es esta amargura.

7 Para no pensar mas en ellos.

8 Ps. VI. V. 6. CXIII. V. 17.

CAPÍTULO XXXVIII. 153

los que están en poder de la muerte : ni aquellos que bajan á la fosa, esperarán ver el cumplimiento de tus verídicas promesas '.

19 Los vivos, Señor , los vivos son los que te han de tributar alabanzas ' , como hago yo en este dia ; el padre anunciará á sus hijos tu fidelidad en las pro- tnesas,

20 Oh Señor, sálvame, y cantaremos nuestros salmos en el Templo del Señor todos los dias de nues- tra vida.

21 Es de saber que Isaías habia mandado que tomasen una porción de higos, y que haciendo de ellos una masa , compusiesen una cataplasma y la pusiesen sobre la llaga de Ezechias , y se curaría.

22 Y entonces fue cuando dijo Ezechías : ¿ Qué señal tendré yo, de que aun he de subir al Templo del Señor ^ ?

1 Viendo á Jernsalem libertada.

2 Ps. VI. V. 6- CXIII. V, 17. etc.

3 A los criados del rey.

4 Estos dos últimos versos parece que están fuera de su propio lagar ; ni es fácil saber la cansa de esta trasposi- ción. El último parece que corresponde después del 6, como en el capítulo XX. del libro IV. de los Reyes.

156 LA l'ROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPÍTULO XXXIX.

Habiendo venido unos embajadores del rey de Babylonia á EzecMas , les muestra este sus tesoros ; é Isaías te vali- íicina que algún dia serian presa de los cháldeos.

1 Por aquel tiempo Merodach Baladan ' , hijo de Baladan, rey de Babylonia, envió embajadores con cartas y presentes á Ezechias, por haber sabido que habia estado enfermo y que habia convalecido.

2 Y se alegró mucho de esto Ezechias, é hízoles ver el repuesto ó recámara de los aromas , y de la plata, y del oro, y de los bálsamos, y de los ungüen- tos preciosos, y todas las estancias de sus muebles, y todo cuanto se hallaba en sus tesoros. No dejó Eze- chias cosa alguna de su casa ó en su poder, que no se la mostrará.

3 Mas entró después el profeta Isaías á ver al rey Ezechias, y le preguntó : ¿Qué han dicho esos hom- bres, y de dónde vienen? Han venido á mi, respondió Ezechias, de lejas tierras ; de Babylonia.

4 ¿Y qué han visto en tu palacio, repuso Isaías? Han visto todo cuanto hay en él, dijo Ezechias : nada ha quedado por mostrarles de todas mis preciosidades.

5 Entonces dijo Isaías á Ezechias : Escucha la pa- labra del Señor de los ejércitos :

6 aquí que vendrá tiempo en que todas las co-

1 IF. Reg, XX i. 12.

CAPÍTULO XL. 157

sas que hay en tu palacio, y cuanto atesoraron tus pa- dres hasta el dia de hoy, será todo llevado á Babylo- iiia : no dejarán ahi nada, dice el Señor.

7 Y escogerán de entre tus hijos, que descenderán de por linea recta, para que sirvan de eunucos en el palacio del rey de Babylonia.

S Y respondió Ezechias á Isaías : Justa es la sen- tencia que ha pronunciado el Señor. Me contento , añadió, con que haya paz y se cumplan en mis días las promesas del Señor.

CAPITULO XL.

Jerusalem será consolada y salvada por el Mesías. Predi- cación del Bautista su precursor. Necedad de los idóla- tras. Felicidad de los que esperan en Dios.

1 Consuélate, oh pueblo mió, consuélate : porque aquí lo que me ha dicho vuestro Dios ' :

2 Habladle al corazón á Jerusalem ^ , alentadla ^ ,

1 Isaías habla vaticinado la cautividad del pueblo hebreo en Babylonia ; y ahora le consuela con la profecía de su libertad. Mas el principal objeto del Profeta era la reden- ción con que Jesu-Christo habia de librar á todo el género humano de la esclavitud del demonio: y así en el verso 3 se ven las palabras que decia el Bautista , como precur- sor del Mesías. 3Iallh. III, v. 3. Luc. III. v. 4.

2 Oh vosotros . sacerdotes del Señorj alentadla con pa- labras consoladoras.

3 Oseas II. r. 14

15S LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

pues se acabó su aflicción ' : ya está perdonada su mal- dad : ella ha recibido ya de la mano del Señor al do- ble ^ por todos sus pecados.

3 Ya oigo la voz del que clama en el desierto ' : Aparejad el camino del Señor : enderezad en la sole- dad las sendas de nuestro Dios.

4 Todo valle ha de ser alzado, y todo monte y cer- ro abatido ; y los caminos torcidos se harán rectos, y los ásperos llanos.

5 Entonces se manifestará la gloria "* del Señor , y verán á una todos los hombres que la boca del Señor Dios es la que ha hablado por los Profetas.

6 Oi una voz que me decia : Clama. Yo respondí : ¿ Qué es lo que he de clamar? Clama, dijo, que toda carne es heno, y toda su gloria como la flor del prado ^ .

7 Se seca el heno y la flor cae , así que se dirige contra él el soplo del Señor. Verdaderamente que es como heno todo hombre.

8 Secóse el heno, y cayó la flor ; mas la palabra del Señor nuestro dura eternamente.

9 Súbete sobre un alto monte que anunciad bue- nas nuevas á Sion : alza esforzadamente tu voz, oh

1 Malitia tiene aquí el mismo sentido que en san Ma- theo, c. VI. V. 34. En el hebreo se dice su milicia, ó sus combates. Los Setenta tradujeron su humildad ó abati- miento.

2 Esto es , abundante gracia : ó bien , suficiente castigo.

3 Matth. III. V. 3. -Luc. III v. 4.

4 Joann. I. v. 14.

5 Eccli. XIV. V. IS.-Jac. I. v, 10.—/. Pet.l. v. 24.

CAPÍTULO XL. 159

que evangelizas á Jerusalem ; álzala y no lemas. Di á las ciudades de Judá : ahí á vuestro Dios :

10 aquí que viene el Señor vuestro Dios con infinito poder, y dominará con la fuerza de su brazo : mirad , él lleva consigo su recompensa para los que le sigan , y tiene á la vista su^obra de la redención del mundo.

1 1 Como un pastor ' apacentará su rebaño , reco- gerá con su brazo los corderinos ; los tomará en su seno > y llevará él mismo las ovejas recien paridas ^.

12 ¿ Quién es aquel que ha medido las aguas del Océa?io en el hueco de la palma de su mano , y ex- tendiendo esta, ha pesado los cielos ? ¿quién es el que con solos tres dedos sostiene la gran mole de la tierra, y pesa los montes y los collados como en una ro- mana ^ ?

13 ¿ Quién ayudó al espíritu del Señor? ¿ó quién fue su consejero "^ , ó le comunicó alguna idea ?

14 ¿ A quién llamó él á consulta , ó quién hay que le haya instruido á él , ó mostrádole la senda de la justicia , ó comunicádole la ciencia , ó le haya hecho conocer el camino de la prudencia ?

•^.

1 En el Evaogelio y en otros Libros sagrados se ve caánto amaba Jesu-Christo el hablar de y de su Padre con la tierna metáfora de un pastor que ama mucho á sus ovejas.

2 Ezech. XXXI f'. v. Q^.-XXXVU. v. "¿A.-Joann. X. V. 11. XI. V. \7.—Luc. Xr. V. 5.

3 Sap. XI V. 23.

4 Sap. IX. V. 23. - Rom. XI. v. 34.-/. Cor. U v. 16.

j|60 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

1 5 aquí que las naciones todas son delante de él como una gota de agua que se rezuma de un cán- taro , y como un pequeño grano en la balanza ' : así mismo las islas ^ son como un granito de polvo.

16 Cuantos árboles hay en el Líbano, no bastarían para encender el fuego de su altar ; ni todos sus ani- males para ser un holocausto digno de él.

1 7 Todas las naciones de la tierra son en presencia suya como si no fueran ; y como un nonada , y una cosa que no existe , asi son por él consideradas.

18 ¿ A qué cosa pues habéis vosotros asemejado á Dios , ó qué disefio trazaréis de éP ?

19 ¿Por ventura la imagen ó el ídolo no es obra de un fundidor ? ¿ no es el platero de oro el que la ha formado de este metal , ó de láminas de plata el platero ?

20 El hábil artífice escoge una madera dura é in- corruptible : y procura afianzar la estatua , de modo que no caiga ^,

21 ¿Acaso no sabéis lo que es Dios? ¿ no habéis oído hablar de élí ¿acaso no se os anunció desde el principio del mundo ? ¿ no ha llegado á vuestra noticia que él hizo les fundamentos de la tierra ?

22 Sabed que él es el que está sentado sobre el orbe lerrácueo ; y los moradores de este son en su pre- sencia como pequeñas langostas : él es el que extendió

1 Sap. XL V. 23.

2 O grandes regiones de ultramar.

3 AcL XVII. V. 29.

4 ¿ No es así como se hacen vuestros dioses

CAPÍTULO XL. 161

los cielos como un velo ó\ cosa muy leve , y los des- plegló como una tienda de campaña en que se ha de habitar.

23 El es quien confunde y anonada á los escudri- ñadores de los arcanos de la naturaleza , y reduce á nulidad á los jueces ' ó gobernadores de la tierra.

24 Estos son para Dios como un tronco , que ni ha sido plantado , ni sembrado , ni tiene arraigo en la tierra : de repente , á un ligero soplo del Señor contra ellos , se secaron , y un torbellino los arrebata como hojarasca.

25 ¿A qué cosa pues me habéis asemejado ? ¿ á qué cosa me habéis igualado , dice el Santo por esencia ?

26 Alzad acia lo alto vuestros ojos , y considerad quién crió esos cuerpos celestes ^ : quién hace marchar ordenadamente aquel ejército de estrellas, y llama á cada una de ellas por su nombre ; sin que ninguna se quede atrás : tal es la grandeza de su poder , de su fortaleza y de su virtud.

27 Pues ¿por qué dices , oh Jacob , por qué osas afirmar , oh Israel : No conoce el Señor la triste situación en que me hallo , y no se cuida mi Dios de hacerme justicia ?

28 ¿ Por ventura ignoras , ó no has oido que Dios es el Señor eterno que crió la extensión de la tierra , sin cansancio ni fatiga ; y que es incompren- sible su sabiduría ?

1 Rom. I.v. 21.

2 Ps. XV III. V. 1. 6.

163 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

29 El es el que robustece al débil , y el que da mucha fuerza y vigor á los que no son para nada.

30 Desfallecerá fatigada de cansancio la edad lo- zana , y se caerá de flaqueza la juventud.

31 Mas los que tienen puesta en el Señor su esperanza , adquirirán nuevas fuerzas , tomarán alas como de águila , correrán y no se fatigarán , andarán y no desfallecerán .

CAPÍTULO XLl.

Poder infinito de Dios y su bondad para con los hombres. Redención de Israel : ruina de Babylonia,y vanidad de sus ídolos.

1 Callen ante las islas * , y tomen nuevas fuer- zas las gentes : acerqúense , y hablen después , y en- tremos juntos en juicio.

2 ¿ Quién sacó del Oriente ^ al justo Abraham , y le llamó para que le siguiese? El Señor sujetó á su vista las naciones ' , é hízole superior á los reyes , que entregados al Jilo de su espada , y por blanco de su arco , quedaron reducidos á polvo , y como paja que arrebata el viento.

1 O las regiones de la tierra , y escúchenme.

2 De la Cháldea , la cual está al Oriente de Judea. Véase Heb. XI. v. 8.

3 Gen. XIV. Habla también de las victorias consegui- das después por Moysés , Josué y otros descendientes de Abraham.

CAPÍTULO XLl. 163

3 Persiguiólos , pasó adelante sin desasiré , tan velozmente que no se vio la huella de sus pies.

4 ¿ Quién obró y llevó á cumplimiento estas cosas? ¿ Quién ya desde el principio eligió y ordenó á este fin todas las generaciones ? Yo el Señor , yo que soy el primero y el último ' .

5 Viéronlo las islas ^ , y se llenaron de temor : pasmáronse las mas remotas naciones : y á pesar de eso se reunieron y se acercaron '.

6 Se auxiliaron mutuamente en esta loca empresa ^ y cada cual decia á su hermano : Buen ánimo.

7 El broncista que trabajaba á martillo, esforzaba al que batia en el yunque diciendo : Bien hecha está la soldadura : ahora asegura con clavos^la estatua del Ídolo , para que no se mueva.

8 Rías , oh Israel , siervo mió , oh Jacob , á quien escogí , , que eres estirpe de mi amigo Abra- ham,

9 á quien traje yo de los últimos términos de la tierra, y te llamé de sus lejanas regiones, y te dije: Siervo mió eres ; yo te he escogido, y note dese- charé :

10 no temas , digo; que yo estoy contigo : no te desvíes , pues yo soy tu Dios : yo te he confortado , y

1 O el principio y fin de todas las cosas. Después c. XLIF. V. 6. XLV1II. V. \2. Apoc. 1. r, 8, 17.— XXII. D 13.

2 Las gentes mas distantes vieron las maravillas de Israel.

3 Para combatir por sus ídolos.

164 LA PROFECÍA. DE ISAÍAS.

te he auxiliado , y la diestra poderosa de mi Justo te ha amparado '.

1 1 Sábete que quedarán confundidos y avergonza - dos todos aquellos que te hacen guerra : serán como si no fuesen , y perecerán los que te contradicen.

12 Buscarás á esos hombres que se alzan contra , y no los hallarás : serán como si no fuesen , y quedarán como un esqueleto cuantos te hacen guerra.

13 Porque yo soy el Señor tu Dios, que te tomo por la mano , y te estoy diciendo : No temas , que soy yo el que te socorro.

14 No temas, gusanillo ó débil Jacob, no tienes que temer ; ni vosotros los que parecéis unos muertos de Israel ^. Yo soy tu auxilio , dice el Señor ; y el Santo de Israel es el redentor tuyo.

15 Yo haré que seas como un carro nuevo de tri- llar las [mieses , armadas sus ruedas de dientes hierro : trillarás y desmenuzarás los montes, y reducirás como á polvo los collados.

16 Los aventarás , y el viento se los llevará , y los esparcirá el torbellino ; y rebosarás de alegría en el Señor , y te regocijarás en el Santo de Israel.

17 Los pobres y menesterosos buscan agua , y no

1 Por este Justo no solamente se significa Abraham ; sino que principalmente se refiere todo esto al pueblo cristiano , y al Justo por excelencia , Jesu-Christo.

2 Explícase esto de la Iglesia, compuesta al principio de doce pobres pescadores . despreciados , etc. Véase ./. Cor. I. V. 2í).

CAPITULO XLI. 165

la hay ; secóse de sed su lengua. Yo el Señor los oiré benigno. Yo el Dios de Israel no los abando- naré. 1

18 Yo haré brotar ríos en los mas altos cerros, y fuentes en medio de los campos : al desierto le con- vertiré en estanques de aguas , y en la tierra árida é inhabitable haré correr copiosos arroyos.

19 Haré nacer en la soledad el cedro , el selim ' , y el arrayan , y el olivo ; y en el desierto mismo pro- duciré á un tiempo el abeto , el olmo y el box :

20 á fin de que todos á una vean , y sepan , y consideren , y comprendan que la mano del Señor es la que ha hecho una tal cosa , y que es el Santo de Israel quien la ha criado.

21 Salid ahora ^ á defender vuestra causa , dice el Señor : alegad, si tenéis alguna razón fuerte , dice el Rey de Jacob.

22 Y engan vuestros dioses, y anuncíennos cuantas cosas están por suceder : declaren las antiguas que ya fueron , y estaremos atentos , y sepamos los sucesos que vendrán después : anuncíennos lo que ha de su- ceder.

1 Eq el hebreo se lee ,— líCE' scittah , cuyo plural es L^^t^li^ scellim ó setim : 'sigüifira madera olorosa ó inccr- riiptible (y en especie, el cedro) : de ella hicieron uso en la construrciou del Tabernáculo que mandó hacer Moysés por orden de Dios. Exod. XXV. v. 10.

2 Vosotros, adoradores de los ídolos.

15

166 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

23 Vaticinad, oh Ídolos \ lo que ha de acontecer en lo venidero , y entonces conoceremos que vosotros sois dioses : haced el bien ó el mal , si es que podéis hacer algo ; y hablemos y discurramos juntos sobre vuestro poder.

24 Pero es claro que vosotros sois hechos de la na- da , y de una cosa que nada es, viene vuestro ser : abominable ^ es quien os escogió para adoraros como dioses.

25 Yo empero llamé al justo Abraham del Norte ', para que viniese del Oriente "^ : él invocó mi nombre , y pisó como lodo á los príncipes , y como el alfarero que pisa al barro.

26 ¿ Quién otro mas que yo ha anunciado estas co- sas desde su principio , decidlo á fin de que le conoz- camos ; y desde los tiempos antiguos , para que diga- mos : Tienes razón ; á favor tuyo está la justicia ? Mas no hay entre vuestros ¿dolos quien profetize , ni quien prediga lo futuro , ni quien oiga siquiera las palabras de vuestra boca.

27 El primero ^ dirá á Sion : Helos ahí ^ , y daré á Jerusalem un portador de alegres nuevas.

28 Y yo Isaicis estuve observando , y no hubo

1 Es una apostrofe á los ídolos, llena de ironía.

2 /. Cor. FUI. V. 4.

3 O de la Mesopotamia.

4 Esto es, de la Cháldea. Véase v. 2.

5 El único que lo haga, es nuestro Dios, el cual dirá etc.

6 Ahí tienes los que yo te envío para que te anuncien lo futuro, para que vaticinen en mi nombre.

CAPÍTULO XLII. I6t

alli entre estos partidarios de los ídolos ni uno si- quiera que fuese capaz de consejo , ni de contestar una sola palabra á quien le preguntaba.

29 Luego todos son unos inicuos , y vanas son las obras de sus manos , viento y vanidad sus simulacros.

CAPITULO XLIL

Caracteres del Libertador de Israel, y felicidad de su reino. Castigo de los idólatras.

1 aquí mi Siervo ', yo estaré con él : mi esco- gido , en quien se complace el alma mia : sobre él he derramado espíritu ; él mostrará la justicia á las raciones :

2 mansísimo y modesto no voceará ^, ni será acep- tador de personas : no se oirá en las calles su voz ' :

1 En el Evangelio se aplican literalmente á Jesu-Christo estos cuatro primeros versos. Matth. XII. v. 18. Isaías ha- bía dicho en el capítulo anterior, v. 27j que enviaría á Je- rusalem nn Evangelista ó nuncio de una buena nueva ahora habla del Fundador y Autor del Evangelio. No so- lamente todos los expositores cristianos, sino aun los mis- mos Rabinos entienden á Jesús ó al fiestas por este Siervo del Señor; llamado siervo por razón de su humanidad, ó forma de siervo que se dignó tomar para salvarnos. Philip. II. V. 7. Nótese que la voz hebrea """I^y significa mas bien el que sirve á otro espontáneamente , que el esclavo ó siervo forzado.

2 Ni tendrá con nadie querellas.

3 Excitando la plebe.

168 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

3 la caña cascada no la quebrará ; ni apagará el pábilo que aun humea * : ejercerá el juicio conforme á la verdad.

4 No será melancólico su aspecto , ni turbulento , mientras establecerá en la tierra la justicia : y de él esperarán la Ley divina las islas =.

5 Estas cosas dice el Señor Dios que crió y exten- dió los cielos ; el que da el ser á la tierra y á cuanto en ella brota ; el que da respiración á los pueblos que la habitan , y aliento á los que caminan por ella.

6 Yo el Señor ' te he llamado por amor ó zelo de la justicia, te he tomado por la mano, y te he preser- vado : te he puesto para ser el reconciliador del pue- blo , y luz de las naciones :

7 para que abras los ojos de los ciegos , y saques de la cárcel á los encadenados , y de la estancia de los presos á los que yacen entre tinieblas.

8 Yo soy el Señor (Jehovah) 4; este es mi nombre: la gloria mia no la cederé á otro , ni el honor mió á los vanos simulacros de los Ídolos.

9 Las cosas anteriores que predije , ya veis que se han cumplido : ahora yo anuncio otras nuevas ; y os las revelo á vosotros antes que sucedan.

10 Cantad al Señor un nuevo cántico , publicad

1 Al contrario fortalecerá á los débiles, é iluminará á los ignorantes.

2 O naciones , como trasladan los Setenta. Véase Islas.

3 Dice Dios á su enviado.

4 Cap. XLVIIl. V. IL

CAPITULO XLII. 169

suí alabanzas hasta los últimos términos de la tierra ; vosotros que navegáis por la vasta extensión de los mares, y vosotras , oh islas , y todos sus moradores.

1 1 Levántese alegre el Desierto con todas sus ciu- dades. Cedar ' habitará en hermosas casas : Morado- res de Petra ^, cantad alabanzas al Señor , alzad la voz desde la cumbre de los montes.

12 Ellos darán gloria al Señor; y publicarán en las islas , ó naciones remotas , sus alabanzas.

13 Porque el Señor saldrá fuera como un invenci- ble campeón ; como un fuerte guerrero excitará su zelo : dará voces y clamará : prevalecerá contra sus enemigos.

14 Hasta ahora , dirá él , estuve siempre callado, guardé silencio , fui sufrido : mas ya como voces de muger que está de parto ^, así serán las mías : deso- laré y devoraré de un golpe á todos mis enemigos.

15 Yo arrasaré los montes y collados frondosos ^, y agostaré todas sus yerbas , y convertiré en islas los rios , y secaré los estanques.

16 Y guiaré á los ciegos por un camino que no saben , y los haré andar por sendas que no conocen :

1 O el árabe que vivia en tiendas de campaña.

2 Capital de la Arabia.

3 Esto es, muy sentidas.

4 Donde adoráis á vuestras falsas divinidades. En las cimas de los montes, y junto á los ríos es donde solian estar los adoratorios de los ídolos : y hasta los mismos montes , rios y fuentes eran adorados como divinidades. Cic, de nal. Deor. lib. III,

IVO LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

convertiré delante de sus ojos las tinieblas en luz , Y los caminos torcidos en vias rectas : tales cosas haré á su favor , y jamás los desampararé.

17 Pero ellos apostatarán : y quedarán cubiertos de confusión los que ponen su confianza en los simulacros de los ¿dolos ; los que dicen á las estatuas que han fundido : Vosotros sois nuestros dioses.

18 Oid, oh sordos , y vosotros ciegos, abrid los ojos para ver.

19 ¿Y quiénes el ciego , sino Israel siervo mió? ¿Y quién el sordo, sino aquel á quien envié mis mensageros ? ¿Quién es el ciego , sino el que se ha vendido al enemigo '? ¿Y quién es el ciego sino el siervo del Señor ?

20 que ves tantas cosas vaticinadas por mis Profetas , ¿cómo no haces reflexión sobre ellas ? que tienes abiertas las orejas , ¿cómo no escuchas ?

21 Y eso que el Señor le tuvo á Israel buena vo- luntad , escogiéndole para santificarle , y para dar á conocer la grandeza y excelencia de su santa Ley.

22 Mas ese mismo pueblo /??/o es saqueado y devas- tado : presos han sido todos sus jóvenes , y encerra- dos en las cárceles : arrebatados han sido , sin que haya quien los libre : robados , y no hay quien diga : Kestitúyelos.

23 ¿Quién hay entre vosotros que escuche , y atienda , y piense en lo que ha de venir ?

24 ¿Quién ha abandonado á Jacob é Israel , para

1 V era antes siervo mió muy favorecido ?

CAPÍTULO XLllI. 171

que sea presa de los que le han saqueado ? ¿ No es el mismo Señor contra quien hemos pecado, no querien- do seguir sus caminos , ni obedecer su Ley ?

25 Por eso ha descargado el Señor sobre este pue- blo su terrible indignación ', y le hace una guerra atroz , y le ha pegado fuego por todos sus costados , y ni por eso cayó Israel tn la cuenta: y le ha entregado á las llamas, y con todo no ha entrado en conocimiento de sus culpas.

CAPITULO XLIIL

Promete el Señor su proleccio)i á Israel, y se lamenta de la ingratitud de su pueblo. Se vaticina la conversión de los gentiles; y la reprobación de la Synagoga, y su entra- da en la Iglesia al fin de los siglos.

1 Y ahora aquí lo que dice el Señor , criador tuyo, oh Jacob ; el que te formó, oh Israel : No temas; pues yo te redimí , y te llamé per tu nombre : eres todo mió.

2 Cuando pasares por medio de las aguas , estaré yo contigo , y no te anegarán sus corrientes : cuando anduvieres por medio del fuego, no te quemarás, ni la llama tendrá ardor para ;

3 porque yo soy el Señor Dios tuyo , el Santo de Israel, tu salvador : yo di por tu rescate el Egypto, la Ethiopia , y á Sabá ^.

1 Todo esto conviene admirablemente á la destrucción de Jerasalem por Tito, predicha por Jesn-Christo á los judíos.

2 Cuando Sennachérib estaba para devastar toda la Ju-

172 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

4 Después qne te hiciste estimable y glorioso á mis ojos, yo te he amado, y entregaré por hombres ', y daré pueblos por tu salvación.

5 No temas pues , porque yo estoy contigo : desde el Oriente conduciré tus hijos , oh Jerusalem , y des- de el Occidente los congregaré.

6 Dámelos , diré al Septentrión ; y al Mediodía : No los retengas , traedme á mis hijos de esos remotos climas , y á mis hijas del cabo del mundo ^ ;

7 porque á todos aquellos que invocan mi santo nombre , los crié, los formé, é hice para gloria mia.

8 Echa empero fuera al pueblo aquel que es ciego,

dea, y poner sitio á^Jerusalenij hizo Dios que en vez de ir contra la Judea, fuera contra Egypto, la Ethiopia y el pais de los sábeos, y así estos pueblos fueron como el precio con que quedó libertado Israel. Pero en el sentido espiritual puede entenderse de esta manera : Oh Israel , por el precio de la sangre de tu Christo y de tus már- tyres, he sujetado ala nueva Jerusalem el Egypto, la Ethiopia, el pais de los sábeos , y todas las naciones; las cuales se reunirán contigo en la de Jesu- Christo. Nótese qne el pueblo de Israel es íigura no solo de la Iglesia, sino también de su cabeza Jesu-Christo ; y que aquello que se dice de la cabeza , se aplica también al cuerpo ; y al con- trario. S. Aaguat. De doctr. Christ. lib. III. cap. 21.

1 En el original hebreo este plural homines , 1iomhres\ está en singular "T^nnn CDIfe? íPlX 'f^ ^'^" adam tajlé- cha : daré un hombre por ti. ¡ Qué alusión tan hermosa á Je- su-Christo, sacrificado por los descendientes de la de Abraham !

2 Joami. XII. v. 40.

CAPÍTULO XLUI. 173

aunque tiene ojos ' , y sordo no obstante que tiene orejas.

9 Júntense á una las naciones todas , y reúnanse las tribus : ¿quién de vosotros anunciará esto , y nos hará oir aquello que debe primeramente acontecer ? Presenten sus testigos, justifiqúense de modo que los oyentes puedan decir : Verdad es.

10 Vosotros, dice el Señor, sois mis testigos , y el siervo mió á quien escogí ^ ; á fin de que ^ conozcáis , y creáis , y comprendáis bien que yo soy el mismo Dios. No fue formado antes de Dios alguno , ni lo será después de mí.

1 1 Yo soy, yo soy el Señor, y no Lay otro Salvador que yo *.

12 Yo lo predije , y yo fui el que os salvé ; os lo hice conocer , y no hubo entonces dios estraño entre vosotros : vosotros sois mis testigos , dice el Señor , y vosotros sabéis que yo soy el Dios único y verdadero;

13 y yo soy el mismo desde el principio ó desde la eternidad , y no hay nadie que pueda sustraerse de mi mano : yo haré una cosa , ¿ y quién me la im- pedirá ?

14 Esto dice el Señor y Redentor vuestro, el Santo de Israel : Por amor de vosotros he enviado

1 Antes cajj. XLII. v. 19 Matlh, XIII. v. 14.

2 Antes cap. XLII. v. l.—Act.l. v. 22.—Apoc. I. v. 5. III.v. 14.

3 Habiendo visto el camplimiento de mis promesas.

4 Os. XIII t 4.

174 LA. PROFECÍA DE ISAÍAS.

gentes á Babylonia ' , y he echado por tierra todas sus defensas , y á los cháldeos que se jactaban de sus naves.

15 Yo el Señor , el Santo vuestro , el Criador de Israel , el Rey vuestro.

16 Esto dice el Señor que abrió camino en el mar ^, y senda en medio de corrientes impetuosas '.

17 El es quien hizo salir de Egypto carros armados, y caballos : los escuadrones y todos sus valientes dur- mieron á una el sueño de la muerte , y no desper- tarán : fueron majados como lino , y perecieron ■* .

18 Mas no hagáis mención de las cosas pasadas , ni miréis á las antiguas.

19 Heos aquí que las haré yo nuevas y mas ma- ravillosas * , y ahora saldrán á luz , y vosotros las presenciareis : Abriré un camino ^ en el desierto ^ , y manantiales de agua en pais yermo.

20 Las bestias fieras, los dragones y avestruces me glorificarán ; porque he hecho brotar aguas en el De- sierto, y rios en despoblado, para que beba mi pueblo, mi pueblo escogido :

1 O contra Bdbyhnia. Estoes, á Cyroyá suejército.

2 Exod.XlV.v.^l.

3 Jos. ITL V. 15.

4 Y fueron apagados como se apaga coi un soplo 'a\uz de una pequeña lámpara.

5 //. Cor. V. V. \7.-Apoc. XXI. v. 5.

6 Para la vida.

7 De la gentilidad.

CAPÍTULO XLIII. 175

21 pueblo que yo formé para mí, y el cual cantará mis alabanzas.

22 Pues que tú, oh Jacob, no me invocaste , ni hiciste caso de mí, oh Israel.

23 No me ofreciste á los carneros en holocaus- to, ni'me has honrado con tus sacrificios : no soy yo aquel á quien has servido con ofrendas ; ni el que te ha dado el trabajo de quemar el incienso.

24 No has comprado para mí, con dinero, la caña aromática ' , ni me has satisfecho con la grosura de tus víctimas. Antes bien te has servido de en tus pecados : y me has causado gran pena con tus iniqui- dades ^.

25 Yo soy no obstante, yo mismo soy el que bor- ro tus iniquidades por amor de mismo ', y no me acordaré mas de tus pecad )S.

26 Tráeme si no á la memoria tus acciones ^, entremos ambos en juicio, alega si tienes alguna cosa que te justifique ^.

27 Tu padre pecó el primero, y prevaricaron con- tra mí tus intercesores ó mediadores ^.

1 Véase Jer. VI. v. 20.

2 Habla como si para Dios , dice S. Gerónimo , fuese una molestia y enfado el sufrir á los pecadores y defender- los del castigo que exige su divina justicia,

3 Esto es , gratuitamente.

4 Si algún derecho tienes á lo que por hice.

5 Véase Rom. III.; donde explica divinamente el Apóstol este punto de la justificación.

6 Moyscs y Aaron. Num. XX. r. 9., 11. Abraham y

176 LA PROFECÍA DE ISAlAS.

28 Por eso declaré inmundos los príncipes del San- tuario % y á Jacob le entregué al exterminio, y á Is- rael al oprobio.

CAPITULO XLIV.

Dios consuela á su pueblo , prometiéndole una maravillosa restauración y acrecentamiento. El Señor es el solo Dios verdadero. Vanidad de los ídolos y de los que los fabrican.

1 Ahora bien, escucha, oh Jacob, siervo mió, y tú, oh Israel, á quien escogí "*.

2 Esto dice el Señor, que te ha hecho y le ha for- mado, tu favorecedor desde el seno de tu madre ' : No temas, oh Jacob siervo mió, y tú, oh rectísimo *, á quien elegí para que fueses mío :

3 porque yo derramaré aguas sobre la tierra se- dienta,'"y haré correr caudalosos rios por los eriales : derramaré espíritu sobre tu linage, y la bendición mia sobre tus descendientes.

4 Y crecerán como crecen los sauces entre la yerba junto á las corrientes de las aguas.

sus ascendientes y descendientes, todos pecaron. Omnes peccaverunt , dice el Apóstol, Rom. III. v. 23.—/. Joann. I. V. 8.

1 Lev. X. V. 1.

2 Para ser mi pueblo amado. Jer. XXX. v. 10.— XLFI. V. 27.

3 Gen. XXV. v.^.

4 O Israel de la I^ey de gracia.

CAPITULO XLIV. 177

.5 Este dirá : Yo soy del Señor : aquel otro se glo- riará de llevar el nombre de Jacob : y otro escribirá sobre su mano : Soy del Señor ' ; y se apellidará con un nombre semejante á Israel ^,

6 Esto es lo que dice el Señor, rey de Israel, y su redentor el Señor de los ejércitos : Yo soy el pri- mero, y yo el último ^ , y fuera de no hay otro Dios.

7 ,; Quién hay semejante á mí? Que se declare y se explique ; y expóngame la serie de las cosas desde que yo fundé la antigua gente del mundo : anuncie á los suyos lo porvenir, y las cosas que han de suceder.

8 No temáis pues, ni os conturbéis : yo he sido , oh Israel ^, el que desde el principio te las hice saber á tí, y te las predije : vosotros me sois testigos. ¿Hay por ventura otro Dios fuera de raí, ú otro hacedor de las cosas á quien yo no conozca?

9 Todos los forjadores de ídolos son un puro na- da , y de nada les aprovecharán esas cosas que mas aman. Ellos mismos para confusión propia son tes- tigos de que los ídolos ni ven, ni entienden.

10 ¿Quién es, pues, tan insensato que pensó formar un dios , y fundió una estatua que para nada sirve ?

1 Véase Señales.

2 Esto es, tomará el apellido de verdadero israelita, y se llamará cvisliano. :

3 Antes c. XLI. v. 4. Después c. XLVUI. v. 12. - Apoc. I. V. 8 , 17. y XXII. v. 13.

4 Y no los ídolos.

178 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

1 1 Lo cierto es que lodos cuantos tienen parle en esto , quedarán avergonzados : porque estos artífices son unos hombres necios ; i/ si no júntense todos ellos, y preséntense delante de ii:¿ , y temblarán todos , y quedarán confundidos.

12 El herrero trabaja el ídolo con la lima : en la fragua y á golpes de martillo le forja , labrándole á fuerza de brazos : y sentirá á veces la hambre , y desfallecerá , y á pesar de su cansancio , no irá á be- ber agua '.

1 3 El escultor extiende la regla sobre el madero , forma el ídolo con el cepillo , le ajusta á la escuadra , le da su contorno con el compás , y saca la imagen de un hombre , asemejándola á un hombre bien pa- recido , que habita en una casa ó templo ^.

14 Cortó cedros , trajo el roble y la encina criada entre los árboles del bosque : plantó un pino , que mediante la lluvia se hizo grande.

15 Y sírvese de estos árboles el hombre para el hogar : toma parte de ellos , y se calienta , y con su fuego cuece el pan ; pero de lo restante fabrica un dios y le adora ; hace una estatua y se postra delante de ella.

1 La intención del Profeta al pintar la necesidad y an- gustias del herrero es contrastar la impotencia del ídolo para socorrerlas con la grandeza del Señor que hizo llover el maná y brotar el agua de las peñfiS , etc.

2 El hebreo : para que habite. Martini traduce en un templo.

CAPÍTULO XLIV. 119

16 Una parle del árbol quema en la lumbre , y con otra cuece la carne para comer, y compone el asado , se sacia y se calienta , y dice : : Bueno ! me he calentado , he hecho un buen fuego. K 17 Mas del resto del árbol forma para un dios y una estatua ; se postra delante de ella , y la adora y la suplica , diciendo : Sálvame , porque eres mi Dios.

18 Son unos ignorantes, sin entendimiento : tie- nen embarrados los ojos para no ver, ni ser cuerdos.

19 No reflexionan , ni consideran , ni tienen seso para decir : Yo quemé la una mitad al fuego , y cocí el pan sobre sus ascuas , aderezó las carnes , y las comí ; ¿ y del resto he de fabricar un ídolo ? ¿ Ríe he de postrar ante el tronco de un árbol ?

20 Una parte de este es ya ceniza ; y no obstante un corazón necio le adora , y no se desengaña á mismo diciendo : Quizá la obra hecha por mi mano es una falsedad.

21 Acuérdate de estas cosas , oh Jacob , , oh Israel , ya que eres mi siervo. Yo te formé : siervo mío eres , oh Israel , no te olvides de mi.

22 Desvanecí , como á nube, tus maldades , y co- mo á niebla tus pecados : conviértete á , pues yo te he redimido.

23 Cantad, oh cielos , alabanzas , porque el Señor ha hecho tan grande misericordia : alégrate, tierra, de un cabo á otro : montes , selvas y todas sus plantas , haced resonar sus alabanzas, porque redimió el Señor á Jacob , y será gloriflcado en Israel.

l80 LA PROFECÍA. DE ISAÍAS.

24 Eslo dice el Señor, redentor tuyo , que te formó en el seno de la madre : Yo soy el Señor, ha- cedor de todas las cosas , que por solo extiendo los cielos , y fundo la tierra , sin ayuda de nadie :

25 que falsifico los presagios de los adivinos , y á los agoreros les quito el juicio ' : que dejo corridos á los sabios , y convierto en necedad su ciencia ^.

26 Yo soy el que llevo á efecto la palabra de mi siervo, y cumplo los oráculos de mis enviados ó Pro- fetas : el que digo á Jerusalem destruida : Habitada

serás algún dia ; y á las ciudades de Judá : Seréis reedificadas , y yo poblaré vuestros desiertos.

27 Yo el que digo al abismo ^ : Sécate ; yo de- jaré áridos tus rios '* :

28 el que digo á Cyro : serás mi pastor * : has de cumplir todos mis designios : el que digo á Jerusalem : serás reedificada : y al Templo : serás fundado de nuevo.

1 Otros traducen: los vuelvo furiosos.

2 Esto es, les demuestro que su ciencia es una necedad, íí A Babylouia fundada entre aguas, c. XXL v. 1.

4 /. Esdr. 1. V. 2.

5 recogerás y conducirás mis ovejas á Jerusalem su propio redil.

181

CAPITULO XLV.

Profecía de la victoria de Cyro. En la libertad que por me- dio de este promete el Señor á los judíos cautivos en Ba- bylonia , hace entrever la de todos los hombres por Jesu- Christo ; que es el solo Dios, el Justo, el Salvador nuestro, y la ruina de la idolatría.

1 Esto dice el Señor á mi ungido Cyro ' , á quien he tomado de la mano ^ para sujetar á su persona las naciones y hacer volyer las espaldas á los reyes, y pa- ra abrir delante de él las puertas, sin que ninguna pueda resistirle :

2 Yo iré delante de ti , y humillaré á los Grandes de la tierra : despedazaré las puertas de bronce, y rom- peré las barras ó cerrojos de hierro.

3 Y te daré á los tesoros escondidos , y las ri- quezas recónditas; para que sepas que yo soy el Se- ñor, el Dios de Israel, que i/a desde ahora le llamo por tu mismo nombre ^.

4 Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi es- cogido, te llamé por tu nombre, te puse el sobrenom- bre de Umjido *, y no me conociste.

1 Véase Christo. Jesu-Christo es el verdadero Ungido ó él Meiías del Señor, y el libertador de su pueblo : y al Mesías es á quieu priucipalmente habla Isaías bajo la figu- ra de Cyro, como uos ensenan los santos Padres.

2 El Profeta habla en nombre de Dios.

3 Esto es te elijo y destino para que ejecutes mis desig- nios. Exod. XXX J. V. 2. y XXXI II. v. 17.

4 Y de pastor y salvador de mi pueblo.

182 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

5 Yo el Señor, y no hay otro que yo : no hay Dios fuera de : yo te ceñí la espada, y no me has co- nocido ;

Q y te armé, á fin de que sepan todos desde Orien- te á Poniente , que no hay mas Dios que yo : yo el Señor, y no hay otro :

7 yo que formo la luz, y crio las tinieblas : que hago la paz, y envío los castigos á los pueblos : yo el Señor , yo que hago todas estas cosas.

8 i Oh cielos ! derramad desde arriba vuestro rocío ; y lluevan las nubes al Justo : ábrase la tierra, y brote al Salvador, y nazca con él la justicia. Yo el Señor le crié ' .

9 ¡ Desdichado aquel que disputa contra su hace- dor, no siendo mas que una vasija de tierra ó arcilla de Sámos ^ ! ¿ Acaso dirá el barro al alfarero : Qué haces? ¿no ves que tu labor no tiene la perfección del arte?

10 ¡ Ay del que dice á su padre : ¿Por qué me en- gendraste ? Y á su madre : ¿ Por qué me concebiste ?

W Islo obstante , esto dice el Señor , el Santo de Israel, íi los hombres que él formó : Preguntadme sobre las cosas venideras , demandadme sobre mis hijos , y sobre las obras de mis manos.

12 Pues yo hice la tierra, y crié en ella al hombre :

1 Yo formaré su cuerpo eu el seno de su madre.

2 Jerem. XVIII. v. 6.— Rom. IX. v. 20, En.Sámos ha bia muchos alfareros. Plin.'XXXF, cap. 12.

CAPÍTULO XLV. Í8S

mis manos extendieron los cielos , y di mis órdenes á toda su milicia ó celestial muchedumbre o

13 Yo soy también el que levantaré un varón {Cyro) para ejercer mi justicia , y dirigiré todos sus pasos ; él reedificará mi ciudad, y dará libertad á mis hijos cautivos , sin rescate, ni dávidas , dice el Señor Dios de los ejércitos.

14 Esto dice asimismo t\ ^tñox : Las labores del Egypto, y el tráfico ó comercio de la Ethiopia, y los sá- beos, hombres agigantados, se pasarán á y serán tu- yos : caminarán en pos de yendo con esposas en las manos, y le adorarán, y te presentarán súplicas : en solamente está Dios, fuera del cual no hay otro Dios.

15 Verdaderamente eres un Dios escondido í5 invisible, Dios de Israel, salvador nuestro \

16 Confusos y avergonzados quedaron todos los for- jadores de los errores ó ídolos ; á una han sido cubier- tos de oprobio.

17 Israel e??2;jero ha sido salvado por el Señor con salvación eterna : no seréis confundidos *, ni tendréis de qué avergonzaros nunca jamás.

18 Porque esto dice el Señor , criador de los cielos, el mismo Dios que formó y conserva la tierra ; él que

1 Verdaderamente Jesu-Christo era Dios escondido en la forma de hombre ó dr niervo ; y lo fue, y lo es para tantos judíos incrédulos y páralos impíos de todos los siglos, que. á pesar do tan claras pruebas que dio de su divioidadj no la quieren reconocer.

2 Oh liijos de Jacob.

184 LA. PROFECÍA DE ISAÍAS,

es SU hacedor , y que no en vano la crió , sino que la hizo para que fuese habitada : Yo el Señor, y no hay otro que yo.

19 No he hablado en oculto , en algún lugar tene- broso de la tierra ' : no dije al linage de Jacob : Bus- cadme inútilmente. Yo el Señor que enseño la justicia y predico la rectitud.

20 Reunios y venid , y acercaos todos vosotros que habéis salido salvos de entre las naciones : confesad que son unos necios los que levantan una estatua de madera , que han entallado ellos mismos , y dirigen sus plegarias á un dios que no los puede salvar :

21 hablad con todos ellos, y venid , y consultad unos con otros : ¿ Quién anunció desde el principio estas cosas? ¿Quién desde entonces las predijo ya ? ¿ Por ventura no soy yo el Señor ? ¿ Acaso hay otro í3ios que yo ? Dios justo y que salve , no hay sino yo.

22 Convertios pues á mí, pueblos todos de la tierra , y seréis salvos ; pues que yo soy Dios , y no hay otro que lo sea.

23 Jurado he por mismo ; ha salido de mi boca una palabra justísima , y no será revocada :

24 es á saber : Ante se doblará toda rodilla , y por mi nombre jurará toda lengua \

! I Joanu. XVIII. v. 20.

2 O confesará á Dios. E\ juramento significa varias ve- ces en la Escritiua el adto religioso de Dios, alabarle, glo- rificarle, etc. ; y así el Apóstol tradujo alabará, 6 confesará á Dios. Rom. XIV. v. U.- Philip. II. v. 10.

CAPÍTULO XLVI. 185

25 Dirán pues (atestiguándolo en el Señor, ó- con juramento) que mia es la justicia y el imperio. Ante el Stñor comparecerán y quedarán confundidos todos los que se le oponen.

26 Y entonces será justificada por el Señor , y glo- rificada ó ensalzada toda la posteridad de Israel.

CAPÍTULO XLVI.

Predice Dios la ruina de los ídolos ; y exhorta á tos israe- litas á que se conviertan á él para conseguir la salud por medio de Jesu-Christo.

1 Bel ' está hecho pedazos : INabo ^ queda reducido á polvo : sus simulacros, hechos trozos^ sirven de'carga para las bestias y jumentos ' ; cargas que con su grave peso os abrumaban á vosotros.

2 Esos dioses han caido en tierra , y todos se han hecho pedazos : no han podido salvar al que los llevaba en las fiestas de su culto , antes bien ellos mismos han tenido que ir cautivos.

3 Escuchadme , oh casa de Jacob , y vosotros to- dos, restos de la casa de Israel , á quienes llevo yo en mi seno y traigo en mis entrañas.

1 El famoso ídolo Baal , que era el mas venerado en la Cháldea. Tal vez seria algún otro ídolo, ú otro nombre de Baal.

2 Nabo, como observa S. Gerónimo, significa oráculo, ó divinacion; la cual se hacia en el templo de Bel ó Baal.

3 Que conducen el botín. Baruch. VI. v. 3, 25.

186 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

4 Yo mismo os llevaré en brazos hasta la vejez , hasta que encanezcáis : yo os hice , y yo os llevaré , yo os sostendré siempre , y os salvaré de todo peligro.

5 Mas vosotros ¿ á quién me habéis asemejado , é igualado , y parangonado , y héchome parecido ?

6 Vosotros que sacáis del talego el oro , y pesáis la plata con la balanza , y os ajustáis con un platero para que haga un dios , ante quien se arrodille la gente y le adore ;

7 al cual llevan en procesión sobre los hombros ' , y le colocan en su nicho , y él allí se está ; ni se mo- verá de su puesto : y aun cuando clamaren á él , nada oirá , ni los salvará de la tribulación. ;

8 Acordaos de esto , y avergonzaos : entrad en vos- otros mismos, oh prevaricadores.

9 Renovad la memoria de mis prodigios en los siglos antiguos : porque ad veréis que yo soy Dios , y que no hay otro Dios , ni nadie que á sea seme- jante.

10 Yo soy el que desde el principio del mundo anuncio lo que ha de suceder al último , y predigo mucho tiempo antes aquello que todavía está por hacer. Yo que hablo y sostengo mi resolución , y hago que se cumplan todos mis deseos.

1 1 Yo que llamo al ave desde el Oriente ' , ó á un varón que ejecuta mi voluntad, haciéndole volar desde

1 Baruch VI. v. 25.

2 Estoca, áCyro, figura de Jesu-Christo. Antes c/r/j. XLI. V. S.—MalacJi. IV, v. 2.

CAPITULO XLVII. 187

una región remota : yo he dicho esto , y lo ejecutaré : yo lo he ideado , y lo cumpliré.

12 Oidme vosotros, corazones endurecidos, que tan lejos estáis de la justicia.

13 Yo aceleraré la venida de mi justicia : ella no tardará ; y no se dilatará la salud que de mi viene '. Yo pondré la salud en Sion ', y haré brillar mi gloria en Israel.

CAPÍTULO XLVII.

Ruma de Babylonia por causa de su soberbia, y por la cruel- dad usada con los hijos de Israel, y en fin por tener ¡mes- ta la covjianza en los agoreros, magos, etc.

1 Entonces dirán á Babylonia: Oh virgen, hija de Babylonia , desciende ^ y siéntate sobre el polvo , siéntate en el suelo ^ : ya no hay mas trono para la hija de los cháldeos : no te llamarán ya en adelante tierna y delicada.

2 Aplica co7no esclava tu brazo á la rueda del mo- lino ', y muele harina : manifiesta la fealdad de tu cabeza pelada , descubre tu espalda ^, arregázate los vestidos, vadea los rios'.

1 O el Salvador que voy á enviar.

2 Como lo prometí.

3 Del trono de tu opulencia.

4 Como una vil esclava.

5 Exod. XI. V. b.—Maííh. XXIV. v. 41.

6 Para recibir los golpes. Antes cap. III. v. 17.

7 Para ir al logar de tu cautiverio.

188 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

3 Entonces será pública tu ignominia , patente tu oprobio '. Yo me vengaré de , y no habrá hombre que se me oponga.

4 El redentor nuestro , oh Israel , es aquel que tiene por nombre Señor de los ejércitos , el Santo de Israel.

5 , oh hija de los cháldeos , infeliz Babylonia, guarda un mudo silencio, y escóndete en las tinieblas ; porque ya no te llamarán mas la señora de los reinos.

6 Porque yo me irrité contra mi pueblo , deseché como profana mi herencia , y los en tregüé en tus ma- nos : empero no tuviste compasión de ellos : agra- vaste en extremo tu yugo , aun sobre los ancianos.

7 Y dijiste : Yo dominaré para siempre : y no pen- saste en estas cosas , ni reflexionaste en el paradero que habías de tener.

8 Ahora , pues, escucha estas cosas , oh Babylonia, que vives entre delicias, y que estás llena de arro- gancia ; que dices en tu corazón : Yo soy la domi- nadora, y no hay otra mas que yo : no quedaré jamás viuda ó sin rey, ni conoceré nunca la esterilidad ^.

9 Vendrán estos dos males súbitamente sobre en un mismo día : quedarás sin hijos, y quedarás viuda. Todo esto vendrá sobre ti por causa de la muchedum- bre de tus maleficios , y por la extremada dureza tuya, hija de tus encantadores.

10 te has tenido por segura en tu malicia , y di-

1 Nahiim III. v. 5,

2 O !a falta de moradores.

CAPÍTULO XLVII. 189

jisle : No hay quien me vea. Ese tu saber y ciencia vana te sedujeron , cuando orgullosa dijiste en tu co- razón : Yo soy la soberana, y fuera de no hay otra,

11 Caerá sobre la desgracia , y no sabrás de donde nace : y se desplomará sobre una calamidad , que no podrás alejar con víctimas de expiación : ven- drá repentinamente sobre ti una imprevista miseria.

12 Estáte con tus encantadores, y con la muche- dumbre de tus hechicerías en que te has ejercitado tanto desde tu juventud, por si acaso puede esto ayu- darte algo, ó puedes hacerte mas fuerte.

13 ¡ Pero ah ! En medio de la multitud de tus consejeros te has perdido. Y si no levántense y sál- vente los agoreros del cielo, que contemplaban las es- trellas , y contaban los meses ' , para pronosticarte lo que te hubia de acontecer.

14 aquí que se han vuelto como paja , el fuego los ha devorado : no librarán su vida de la violencia de las llamas ; estas no dejarán brasas con que se ca- lienten las gentes , ni hogar ante el cual se sienten "^ :

15 tal será el paradero de todas aquellas cosas por las cuales tanto le afanaste : los opulentos comercian- tes , que trataban contigo desde tu juventud , huye- ron cada cual por su camino : no hay quien te salve.

1 Formando el horóscopo.

2 Quedará no mas que cen'za y pavesas.

To.r.. IX.

190 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO XLVIII.

Echa en cara el Señor á los judíos su hipocresía é mgrati- iud: solo Dios ha predicho lo futuro y cumplido las 'pro- mesas. Promete el perdón á Israel, y le hace ver la feli- cidad de los que cumplen su sania Ley.

1 Oíd estas cosas los de la casa de Jacob, voso- tros que os apellidáis con el nombre de Israel , y ve- nís de la estirpe de Judá : vosotros que juráis ' en el nombre del Señor, y hacéis mención del Dios de Is- rael ; mas no con verdad ni con justicia ;

2 y que os llamáis ciudadanos de la ciudad santa, y estáis apoyados en el Dios de Israel, el cual tiene por nombre Señor de los ejércitos.

3 Yo anuncié mucbo antes las cosas pasadas , y las predije é hice oir de mi propia boca ; de repente ^ las puse en ejecución , y se efectuaron.

4 Porque sabía yo que eres un pueblo duro , y que tu cerviz es de nervios de hierro , y tu frente de bronce.

5 Te las predije muy de antemano : antes que su- cedieran te las hice saber, á fin de que nunca dijeses : Mis ídolos han hecho estas cosas , y lo han ordenado así mis estatuas de escultura y de fundición.

6 Mira ejecutado todo lo que oíste : ¿ y acaso no

1 Véase antes cap. XLF. v, 24 nota.

2 Tal vez se traducirá mejor : cuando menos peiv.abais.

TAPÍTULO XLVni. 191

io habéis vosotros mismos pregonado ' '/ Hasta ahora - te he revelado cosas nuevas , y tengo reservadas otras que no sabes.

7 Ahora es cuando estas predicciones te son hechas, y no antes : pues hasta aquí no oiste hablar de ellas, á fin de que no puedas decir : Ya yo rae las sabia.

8 Ni las habias oído , ni las sabias ; ni entonces tenias abiertas tus orejas : que bien que has de proseguir siempre prevaricando ; y prevaricador le llamé desde el seno de tu madre.

9 Con iodo por amor de mi nombre contendré mi furor ; y con la gloria mia ' te tiraré del freno para que no te despeñes.

10 Mira : yo te he acrisolado con el fuego de las tribulaciones ; mas no como la plata ^j sino que he hecho prueba de en la fragua de la pobreza.

1 1 Por mi respeto , por respeto mió haré esto , á fin de que no sea yo blasfemado de vuestros enemi- gos ^ : que no daré -f o jamás á otro mi gloria.

12 Escúchame , oh Jacob , y oh Israel , á quien yo doy nombre : yo mismo , yo el primero y yo el último ^.

1 Con las festividades que celebráis en su memoria?

2 Según el texto hebreo, y el griego de los Setenta, etc., el fmic de la Vulgata debe de ser nunc.

3 Con los gloriosos sucesos vaticinados.

4 O con fuego ardentísimo.

5 Cap. XLIL V. 8. XLIV. v. 6. Apoc. I. v. 8. y 17. XXIL V. 13.

6 Principio soy y fin de todas las cosas.

3í>5 LA profecía de ISAÍAS.

l'á ]\Ji mano fue la que fundó la tierra , y mi dies- tra la que midió los cielos : á una voz que yo les dé, al momento se presentarán todos ' .

14 Reunios todos vosotros , pueblos, y escuchad- me : ¿ Cuál de esos ¿dolos anunció tales cosas ^ ? El Señor amó á este hombre ; y este Ci/ro ejecutará la voluntad del Señor en Babylonia , y será su brazo contra los cháldeos.

15 Yo , yo soy el que le he hablado , y yo el que le he llamado : yo le he guiado , y le he allanado el ca- mino.

16 Acercaos á y escuchad esto : Yo desde el principio jamás he hablado á escondidas ; ya tiempo antes que esto sucediese , estaba yo allí ; y ahora me ha enviado el Señor Dios y su Espíritu *.

1 7 Esto dice el Señor tu Redentor, el Santo de Is- rael : Yo el Señor Dios tuyo que te enseño lo que te importa , y te dirijo por el camino que sigues.

18 ¡Ojalá hubieras atendido á mis mandamientos! hubiera sido tu paz ó felicidad como un rio , y tu jus- ticia ó santidad tan copiosa como los abismos dcil mar ;

19 y como sus arenas la descendencia tuya , y co- mo sus granitos ó piedrecitas los hijos de tus entra- ñas : no hubiera perecido , ni quedado borrado su nombre delante de mis ojos.

1 Para escachar mis órdeoes,

2 Que yo os predigo.

3 S. Gerónimo y otros santos Padres hallan aquí indi- cado el misterio de las santísima Trinidad.

CAPÍTULO XLIX. 193

20 Salid pttes ahora de Babylonía , huid de lo* cháldeos , anunciad con voces de júbilo ', haced sa- ber esta alegre nueva , y llevadla hasta las últimas ex- tremidades del mundo: decid en todas partes : Redi- mió el Señor á los hijos de su siervo Jacob.

21 Cuando los guió por el Desierto, no padecieron sed : de una roca les hizo salir agua : rompió la peña, y brotaron aguas en abundancia ^.

•22 Pero para los impíos no hay paz , dice el Se- ñor '.

CAPITULO XLIX.

El Mesías prometido á los judias, y reconocido por ellos, forma su reino compuesto de todas las naciones. Felicidad de los que creen en él. Consuela á Sion abominada de Dios, pronunciando su futura conversión y sic gloria.

1 Oid , islas *, y atended pueblos distantes. El Se- ñor rae llamó * desde el vientre de mi madre ^; se acordó ó declaró mi nombre cuando yo estaba OAin en el seno materno.

2 É hizo mi boca ó mis palabras como una aguda

1 Vuestra libertad.

2 Exod. XVII. V. 6. Num. XX. v. 12.

3 Después cíf/j. LVII. v. 21.

4 O regiones remotas.

5 Me dio el nombre de Jesús.

6 Jerem. I. v. b. Malth. I. v. 21. Galat. I v. 15, Ephes. VI. V. 17.

194 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

espada ': bajo la sombra de su mano me cobijó : é hizo de como una saeta bien afilada , 3/ me ha te- nido guardado dentro de su aljaba.

3 Y díjome : Siervo mió eres ', oh Israel, en seré yo glorificado.

4 Pero yo dije : En vano me he fatigado predicando á pueblo ; sin motivo y en balde he consumido mis fuerzas : por tanto espero que el Señor me hará justicia , y en mi Dios está, depositada la recompensa de mi obra.

5 Por lo que ahora el Señor , que me destinó des- de el seno de mi madre para ser siervo suyo , me dice que yo conduzca á Jacob nuevamente á él : mas Is- rael no querrá reunirse ^ : yo empero seré glorificada á los ojos del Señor , y mi Dios se ha hecho mi forta- leza.

G Él me ha dicho : Poco es el que me sirvas para restaurar las tribus de Jacob , y convertir los despreciados restos de Israel. aquí que yo te he destinado para ser luz de las naciones , á fin de que

1 Heb. IV. V, 12. Apoc. I. v. 16.

2 Se da aquí á Christo el nombre de siervo como antes cap. XIIT. V. 1. , y el nombre de Israel, porque mereció este nombre 7,N*~lti'^ que significa fuerte contra Dios ; pues venció y desarmó con su pasión y muerte en cruz la justa ira de Dios , haciéndole propicio á los hombres.

3 Predicción clarísima de la voluntaria ceguedad de los judíos. Matih. X. v. 5. Aun los Rabinos convienen en que aquí se habla del Mesías.

CAPÍTULO XLIX. lí>5

seas la salud 6 el Salvador enviado por hasta los úUimos lérrainos de la tierra '.

7 Esto dice el Señor , el Redentor , el Santo de Israel , al hombre reputado como despreciable ^ cnire los SV1/0S ; á la nación ó nueva Iglesia abominada ' de todos ^ á aquel que es tratado como un esclavo de los principes. Dia vendrá en que los reyes y los prín- cipes al verte se levantarán , y te adorarán por amor del Señor , porque ha sido fiel en sus promesas , y por amor del Santo de ísraél que te escogió.

8 Esto dice también el Señor *:En el tiempo de mi beneplácito otorgué tu petición , y en el dia de la sal- vación te auxilié , y te conservé, y te constituí recon- ciliador de mi pueblo ^, á fin de que restaurases la tierra , y entrases en posesión de las heredades de- vastadas :

9 para que dijeses á los que están encarcelados : Salid fuera ; y á los que están entre tinieblas : Venid á ver la luz. En medio de los caminos hallarán con que alimentarse , y en todas las llanuras habrá que comer para ellos.

10 No padecerán hambre ni sed , ni el ardor del sol los ofenderá; porque aquel Se/lor que usa de tanta

1 Antes XLII. v. 6.— Acl. XIII. v. 47.

2 Ps XXI. V. 7.

3 Véase /. Cor. IV. v. 9. 13.

4 // Cor. VI. V. 2

5 O también : y en ii Jinné la alianza con mi pueble.

196 LA PROFECÍA DE ÍSAÍAS.

misericordia para con ellos , los conducirá , y los lle- vará á beber en los manantiales de las aguas '.

1 1 Y haré caminos llanos para transitar por todos mis montes, y mis sendas se convertirán en calzadas '.

12 Mira cómo vienen unos de remotos países , y otros desde el Septentrión, y desde el mar ü Occiden- te, y estos otros de las regiones del Mediodía.

13 Oh cielos, entonad himnos, y tú, oh tierra, re- gocíjate ; resonad vosotros, oh montes, en alabanzas : porque el Señor ha consolado á su pueblo, y se apia- dará de sus pobres \

14 Y entonces dijo Sion : El Señor me ha abando- nado, y se ha olvidado de el Señor *.

15 Pues qué, respondió el Señor, ¿ puede la muge-r olvidarse de su niño, sin que tenga compasión del hijo de sus entrañas ? pero aun cuando ella pudiese olvi- darle, yo nunca podré olvidarme de *.

16 Mira cómo te llevo yo grabado en rais manos : tus muros los tengo siempre, delante de mis ojos.

1 7 Vendrán aquellos que han de reedificarte ; y los que te destruían y asolaban , se alejarán de tí.

18 Levanta, oh Jerusalem, tus ojos, y mira al re- dedor de : todas estas gentes se han congregado para venir á tí. Yo te juro, dice el Señor, que de todas ellas

1 Avoc.VILv.l&,\7.

2 O en caminos reales. .'? ü obcecados gentiles. 4 Rom. IX.

6 Jerem. II. v.'Ál.

CAPÍTULO XLIX. 197

le has de adornar como de un ropage de gala, y en- galanarte como una esposa.

19 Porque lus desiertos y tus soledades, y la tierra cubierta con tus ruinas, todo será entonces angosto para tus mucbos moradores, y serán arrojados lejos de los que te devoraban.

20 Aun oirás que los hijos que tendrás después de tu esterilidad ', dirán : Estrecho es para este lugar; dame sitio espacioso donde habite.

21 Y dirás en tu corazón : ¿Quién me ha dado estos hijos á mí, que era estéril y no paria, expatriada y cautiva? Pues ¿ quién crió estos hijos, estando yo sola y desamparada ? ¿de dónde han salido ellos?

22 aquí lo que responde el Señor Dios : Sábete que yo extenderé mi mano acia las naciones, y enar- bolaré entre los pueblos mi esíandarte ''. Y á tus hi- jos te los traerán en brazos, y en hombros llevarán á tus hijas.

23 Y los reyes serán los que te alimenten, y las reynas tus amas de leche. Rostro por tierra te adora- rán, y besarán el polvo de tus pies ^ Y entonces co-

1 Aquí esteñl significa falta de habitantes. Véase antes cap. XLVllv.29.

2 El estandarte de la Craz.

3 Tal vez alude á la suma veneración que los cristianos han manifestado desde los primeros siglos á los obispos, postrándose á sus pies, como observó S. Agustín Serm, XVIII. De verbis Apost. O según san Gerónimo, al res- peto que se tiene á loá santos lugares de Jerusalera qut

198 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

nocerás que yo soy el Señor, y que no quedarán con- fundidos los que esperan en mí.

24 ¿Por ventura podrá quitársele á un hombre es- forzado la presa? ¿ó podrá recobrarse aquello que ha arrebatado un varón valiente ' ?

25 Si: porque esto dice el Señor: Ciertamente que le serán quitados al hombre esforzado los prisio- neros que ha hecho, y será recobrado lo que arrebató el valiente ^. A aquellos , oh Sion , que te juzgaron á tí, yo los juzgaré ; y yo salvaré á tus hijos,

26 Yo haré comer á tus enemigos sus propias car- nes ; y que se embriaguen con su misma sangre, co- mo si fuera mosto : y sabrán todos los mortales que quien te salva soy yo el Señor, y que el fuerte Dios de Jacob ea tu redentor,

capítulo l.

La Synagoga es repudiada por su rebeldía é incredulidad. Jesu-Christo , á quien ella insulta y ultraja, consuela á los fieles ; y anuncia á los incrédulos su eterna perdición.

1 Esto dice el Señor : ¿ Qué libelo de repudio es ese, con el cual he desechado á vuestra madre ^ ? ¿O

consagró el Señor de un modo especial con su nacimiento, pasión y muerte.

1 Matth. XXII. V. 29.

2 Ejjhes, IV. V. 8.

3 Profecía es esta para significar el abandono y disper- sión actual de los judíos , desde que no quisieron recibir al Mesías , antes bien le crucificaron.

CAPITULO L. 19^>

quién es ese acreedor mió, á quien os he yo vendido ? Tened entendido que por vuestras maldades habéis sido vendidos, y que por vuestros crímenes he repu- diado yo á vuestra madre.

2 Porque yo vine al mundo , y no hubo nadie que me recibiese ' ; llamé, y no hubo quien me escuchase. ¿ Es por ventura que se ha acortado ó achicado mi mano, de suerte que no pueda redimir? ¿ ó no tengo yo poder para libertaros ? Sabed que á una amenaza mia haré del mar un desierto, y secaré los rios : pu- driránse los peces por falta de agua , y morirán en seco.

3 Cubriré los cielos de tinieblas , y los vestiré de un saco ' de luto.

4 El Señor me dio una lengua sabia ^ á fin de que sepa yo sostener con mis palabras al que está des- mayado : él me llama por la mañana , llama de ma- drugada á mis oidos , para que le escuche como á maestro.

5 El Señor Dios me abrió los oidos , y yo no me resistí : no me volví atrás.

6 Entregué mis espaldas á los que me azotaban , y mis mejillas á los que mesaban mi barba : no retiré mi rostro de los que me escarnecían y escupían ^,

7 El Señor Dios es mi protector : por eso no he

1 Joann. I. v. 11.

2 Exod. X. V. 22.—Mat(h. XXVII. v. 45.

3 Joann. J II. v. 46.

4 Malth. XXV I, V. 67,

200 LA profecía de ISAÍAS.

quedado yo confundido : por eso presenté mi cara á los golpes , inmoble como una piedra durísima , y que no quedaré avergonzado.

8 A mi lado eslá el Dios y padre mió , que me jus- tifica ' , ¿ quién se me opondrá ? presentémonos juntos en juicio : ¿ quién es mi adversario ? llegúese á mí.

9 Sabed que el Señor Dios es mi auxiliador. ¿ Quién es el que me condenará ? Ciertamente que todos mis contrarios serán consumidos como un vestido muy gastado : la polilla se los comerá.

10 ¿ Quién Ifay entre vosotros temeroso del Señor, y que escuche la voz de su siervo? Quien de entre los tales anduvo entre tinieblas y no tiene luz , espere en el nombre del Señor , y apóyese en su Dios.

11 Pero aquí que vosotros todos ^ estáis encen- diendo el fuego de la venganza divina , y estáis ya rodeados de llamas. Caminad pues á la luz de vuestro fuego , y de las llamas que habéis encendido. Mi mano vengadora es la que así os trata : yaceréis entre do- lores.

CAPITULO LI.

Consuela el Señor á los pucos que han quedado de su pueblo, anunciándoles la restauración de Jerusalem por el Me- sías, y la total ruina de sus enemigos.

1 Esruchadrao , vosotros los (uie seguís la justicia

1 Rom. VIII. V. 33. '2 Oh incrédulos judíos.

CAPÍTULO LI. 201

y buscáis al Señor : atended á la cantera de donde habéis sido cortados , al manantial de que habéis sa - lido.

2 Poned los ojos en el anciano Abrahara vuestro padre , y en Sara estéril que os parió : porque á él, que era solo , sin hijos , le llamé , y le bendije, y le multipliqué.

3 Del mismo modo pues consolará el Señor áSion, y reparará todas sus ruinas , y convertirá sus desiertos en lugares de delicias, y su soledad en un jardin ame- nísimo. Allí será el gozo y la alegría,» el hacimiento de gracias, y las voces de alabanza á la gloria del Señor ' .

4 Atiende á lo que te digo, oh pueblo mió, y es- chúchame, nación mia ; porque de ha de salir la nueva Ley, y mi justicia se establecerá entre los pue- blos á fin de iluminarlos.

5 Está para venir mi Justo: El Salvador que yo envío, está i/a en camino ; y mi brazo -^ regirá los pue- blos : las islas ó naciones de la tienda me estarán aguardando, y esperando en el poder de mi brazo.

6 Alzad al cielo vuestros ojos^ y bajadlos después á mirar la tierra ' ; porque los cielos como humo se desharán y mudarán , y la tierra se consumirá como

1 Por el inestimable beneficio de la redención. Ephes. I. V.3.

2 El Hijo mió.

3 Todo 63 nada en comparación de la s;.Iud q..c yo doy.

18

802 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

un vestido , y perecerán como estas cosas sus morado- res *. Pero la salud ó el Salvador que yo envíO;, durará para siempre, y nunca faltará mi justicia ^.

7 Escuchad los que conocéis lo que es justo ; vos- otros del pueblo mío, en cuyos corazones está^rct- bada mi Ley: no temáis los oprobios de los hombres, no os arredren sus blasfemias :

8 porque como á un vestido , así los roerá á ellos el gusano , y como á la lana los devorará la polilla : mas la salvación que yo envío , durará para siempre, y mi justicia por los siglos de los siglos.

9 Levántate , levántate ; ármate de fortaleza , oh brazo del Señor : levántate como en los dias antiguos y en las pasadas edades. ¿ No fuiste el que azo- taste al soberbio Pharaon , el que heriste al dragón del Egyplo ?

10 ¿ No eres el que secaste el mar , las aguas del tempestuoso abismo : el que abriste camino en el profundo del mar, para que pasaran los que habías libertado ^.

11 Ahora pues los que han sido redimidos por el Señor, volverán y llegarán á su amada Sion cantando alabanzas , coronados de sempiterna alegría : ten- drán gozo y alegría constante , y huirá de ellos el do- lor y la pena.

1 Malth. XXIV. u. 35. —Rom. VIH. v. 19. Heb.í, V. 10.

2 Ps. XXXVI. V.S9.

3 Ezech. XXIX. v. 3.

4 De la cautividad de Egypto. E.vod. XIV. v._21.

CAPÍTULO LI, 203

12 Yo , yo mismo os consolaré : ¿ quién eres que tanto temes á un hombre mortal , y al hijo del hombre que como el heno ha de secarse ?

13 Porque te has olvidado del Señor tu criador, que extendió los cielos y fundó la tierra , por eso tem- blaste continuamente todo el dia á vista del furor de aquel enemigo que te afligía y tiraba á exterminarte : ¿ está ahora el furor de aquel tirano ?

14 Presto llegará aquel que viene á dar la liber- tad : que no permitirá el Señor el total exterminio , y no faltará nunca del todo su alimento.

15 En fin , yo soy el Señor Dios tuyo que embra- vezco el mar , y encrespo sus olas : Señor de los ejér- citos es mi nombre.

16 En tu boca he puesto mis palabras ' , y te he amparado con la sombra de mi poderosa mano , para que plantes los cielos y fundes la tierra , y digas á Sion : eres mi pueblo ^.

17 Álzate, oh Sion, álzate ; levántate, oh Jerusa- lem . que has bebido de la mano del Señor el cáliz de su ira: hasta el fondo has bebido el cáliz que causa vn mortal sopor, y has bebido hasta las heces.

18 De todos los hijos que ella engendró , no hay uno que la sostenga ; y entre todos los hijos que ella ha criado , no hay quien la coja de la mano.

19 Doblados males son los que te han acontecido :

1 Aquí habla el eterno Padre á su Hijo.

2 Y yo el salvador tuyo.

204 L\ PROFECÍA DE ISAÍAS.

¿ quién te compadecerá ? Sobre ti ha venido la deso- lación y el exterminio , la hambre y la espada : ¿quién te consolará?

20 Tus hijos ' yacen tirados por tierra , atados duermen á lo largo de todas las calles , como búfalo * enmaromado ó preso , cubiertos de indignación del Señor, y de la yenganza de tu Dios.

21 Por tanto , escucha esto , probrecita Jeru- salém, y embriagada no de vino, sino de aflicciones :

22 estas cosas dice tu dominador, el Señor Dios luyo que peleará por su pueblo : Mira , yo voy á qui- tar de tu mano ese cáliz soporífero : las heces del cá- liz de mi indignación no las beberás ya otra rez.

23 Yo le pondré en la mano de aquellos que te han humillado , y que te dijeron en tu angustia : Póstrate, para que pasemos por encima ' : y pusiste tu cuerpo como tierra que se pisa , y como camino que huellan los pasageros.

CAPITULO LII.

/ a redención del género humano está simbolizada en la libertad que Dios concedió, por medio de Cyro, al pueblo

\ de hraél cautivo en Balnjlonia. Jesu-Christo será ensal- zado y reconocido como Dios por todas las naciones.

1 Levántate, levántate, oh Sion ; ármate de tu for-

1 Transidos de hambre.

2 O buey silvestre.

3 Poniendo el pié sobre i\x cuello, como á enemigo ven- cido. Véase Josué X. v. 24.— P*. CIX. v. 1.

CAPÍTULO LlI. 205

taleza ; vístele de tus ropas de gala, oh Jerusalera , ciudad del Dios santo ' : porque ya no volverá en adelante á pasar por medio de incircunciso ni in- mundo.

2 Álzate del polvo , levántate : toma asiento, oh Jerusalem : sacude de tu cuello el yugo, oh esclava hija de Sion.

3 Porque esto dice el Señor : De balde fuisteis vendidos, y sin dinero ó graciosamente seréis resca- tados =.

4 Dice mas el Señor Dios : Mi pueblo bajó al prin- cipio á Egypto, para morar allí como forastero; pero Assur ^ le maltrató sin ningún motivo.

5 Y ahora ¿qué debo hacer yo aquí, dice el Señor, después que mi pueblo ha sido llevado esclavo por nada ? Sus amos hacen de tiranos, dice el Señor ; y todo el dia sin cesar está blasfemándose mi nombre ''.

6 Por esto vendrá dia en que mi pueblo conocerá

1 Vuelve el Profeta á hablar á su amada Sion; y como observó S. Gerónimo , no habla íi las minas de Jeiusalem asolada antes por los cháldeos, y después por los romanos , como quieren explicar los Rabinos, soñando siempre en la restauración de su Jerusalem terrena ; sino que dirige el Profeta su palabra á la nueva Sion ó Iglesia cristiana que se formó de los mismos hijos de Israel, y se aumentó luego con la conversión de las naciones gentiles ; y le asegura que ya no se verá destruida ó profanada por ios infieles.

2 I. Petr. 1. V. 18.

3 Ezech. XXXI. v. 3.

4 Ezech. XXXVI. V. '¿O.—R.m. 11 v. 24.

206 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

la grandeza de mi nombre : porque yo el mismo que le hablaba ' , aquí que estoy ya présenle '.

7 ¡ Oh cuan hermosos son los pies de aquel que sobre los montes de Israel anuncia y predica la paz ! j de aquel que anuncia la buena nueva, de aquel que pregona la salud, y dice ya á Sion : Reinará luego el Dios tuyo ^ , y con él !

8 Entonces se oirá la voz de tus centinelas : á un tiempo alzarán el grito, y cantarán cánticos de ala- banza, porque verán con sus mismos ojos como el Se- ñor hace volver del cautiverio á Sion.

9 Regocijaos y á una cantad alabanzas al Señor , oh desiertos de Jerusalem : pues ha consolado el Se- ñor á su pueblo, ha rescatado á Jerusalem.

10 Ha revelado el Señor á la vista de todas las naciones la gloria de su santo brazo, y todas las re- giones del mundo verán al Salvador que envía nues- tro Dios ^.

11 Marchad luego, marchaos, salid de ahí, no to- quéis cosa inmunda, salid de en medio de ella *, pu- rificaos vosotros los que traéis los vasos del Señor ' :

12 que no partiréis tumultuariamente, ni en pre- cipitada fuga ; pues el Señor irá delante de vosotros, y el Dios de Israel os congregará.

1 Por los Profetas.

2 Hebr. 1. v. 1.

3 Nahuml. v. 15— Rom. X.v. 15,

4 Ps. XCVII. V. 3.-~Luc. II. V. So.-IU. v. b.

5 Esto es, de Babyloaia, donde estaban cautivos.

6 11. Cor. VI. V. 17.

CAPÍTULO Lili. 207

13 Sabed que mi siervo estará lleno de inteligen- cia y sahiduria ; será ensalzado y engrandecido, y llegará á la cumbre misma de la gloria.

14 Al modo que tú, oh Jerusalem , fuiste en fu iniina el asombro de muchos ; así también su aspecto parecerá sin gloria delante de los hombres, y en una forma despreciable entre los hijos de los hombres.

1 5 Él rociará ó purificará * á muchas naciones : en su presencia estarán los reyes escuchando con si- lencio : porque aquellos á quienes nada se habia anun- ciado de él por sus Profetas, le verán , y los que no hablan oido hablar de él , le contemplarán "".

CAPÍTULO Lili.

Profetiza Isaías que muchos no creerán en el Evangelio .prc' dice claramente la pasión y muerte de Jesu-Christo por nuestros pecados , y su gloríosa exaltación, y la propaga- ción del Evangelio.

1 Mas ¡ay! ¿quién ha creido, ó creerá á nues- tro anuncio ^ ? ¿ Y á quién ha sido revelado ese Me- sías, brazo ó virtud del Señor?

2 Porque él crecerá á los ojos del pueblo como una humilde planta , y brotará como una raiz en tierra 1' ' . - ^

1 Con su sangre. Num. XIX. Heb. IX. v. 13.

2 Rom. XV. V. 21.

3 Prosigue Isaías la profecía ó historia de la pasión de Jesu-Christo en términos tan claros , que , como dice S. Agustín, no necesita ninguna explicación, Véase /oa/m. XU. V. 38 —i?o/«. X i\ 16,

S08 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

árida : no es de aspecto bello, ni es esplendoroso. Nos- otros le hemos visto , dicen , y nada hay que atraiga nuestros ojos, ni llame nuestra atención acia él.

3 Vimosle después despreciado , y el desecho de los hombres , varón de dolores , y que sabe lo que es pa- decer ; y su rostro como cubierto de vergüenza y afren- tado '; por lo que no hicimos ningún caso de él ^.

4 Es verdad que él mismo tomó sobre nuestras dolencms í/ pecados ^ , y cargó con nuestras penalida- des ; pero nosotros le reputamos entonces como un leproso , y como un hombre herido de la mano de Dios y humillado ^.

5 Siendo así que por causa de nuestras iniquidades fueél llagado, y despedazado por nuestras maldades : el castigo de que debia nacer nuestra paz con Dios, des- cargó sobre él, y con sus cardenales fuimos nosotros curados ^.

6 Como ovejas descarriadas hemos sido todos nos- otros : cada cual se desvió de la senda del Señor para seguir su propio camino, y á él solo le ha cargado el Señor sobre las espaldas la iniquidad de todos nos- otros ^.

1 Alude á lo que practicaba el leproso. Leiñt. XIIL v.Ah.

2 Marc. IX v. 11.

Á Mallh. VIH. V. 17— I Pelr. 11. v. 24.

4 Según el Iiebreo puede traducirse : Dios herido y hu- millado.

5 /. Cor. XV. V. 3.

6 i. Pdr. 11. r. 25 -Luc. XV. v. 4.

CAPÍTULO Lili. 209

7 Fue ofrecido en sacrificio, porque él mismo lo quiso' ; y no abrió su boca -para quejarse : conducido será á la muerte sin resistencia suya , como va la oveja al matadero ; y guardará silencio sin abrir si- quiera su boca delante de sus verdugos , como el corderito que está mudo delante del que le esquila ^.

8 Después de sufrida la opresión é inicua con- dena, fue levantado en alto ^ Pero la generación suya ^ ¿quién podrá explicarla ? Arrancado ha sido de la tierra de los vivientes : para expiación de las mal- dades de mi pueblo le he yo herido, dice el Serior ^.

9 Y en recompensa de bajar al sepulcro, le conce- derá Dios la conversión de los impíos ; tendrá por precio de su muerte al hombre rico ^ : porque él no cometió pecado , ni hubo dolo en sus palabras '.

10 Y quiso el Señor consumirle con trabajos : mas luego que él ofrezca su vida como hostia por el pe-

1 Joann. X. v. 18.

2 Mallh. XXVI. V. 63.—Act. VIH. v. 32.

3 O puesto en una cruz. Joann. III. v. 14.

4 Asi la eterna , ccmo la temporal. O también, la prodi- giosa fecundidad de la Iglesia.

5 Y le he entregado á la muerte.

6 O á los poderosos del mundo. Otros expositores lo en- tienden del sepulcro de Joseph de Arimathea. Luc. XXIII. V. 53. Confiará la guardia del sepulcro á los impíos ; y al ri- co Joseph le hará depositario de su cuerpo asi que espire.

7 I. Petr. V. 22.—/. Joann. III. v. 5.

210 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

cado ', verá una descendencia lATgs 1/ duradera , y cumplida será por medio de él la Yoluntad del Señor. 11 Verá el fruto de los afanes de su alma "", y que- dará saciado. Este mismo Justo , mi siervo , dice el Señorf justificará á muchos con su doctrina ó predi- cación; y cargará sobre los pecados de ellos. , 12 Por tanto le daré como porción , ó en herencia suya , una gran muchedumbre de naciones ; y repar- tirá los despojos de los fuertes : pues que ha entregado su vida á la muerte , y ha sido confundido con los fa- cinerosos, y ha tomado sobre los pecados de todos', y ha rogado por los transgresores *.

CAPITULO LIV.

Propagación admirable de la Iglesia por todo el mundo ; Jesu-Chrisio , su espiritual esposo, la colmará de dones , y vendrá tiempo en que todos sus hijos serán justos , san- ios , y libres de todas las maquinaciones de sus enemigos.

1 Regocíjate , pues , oh estéril , que no pares ; canta himnos de alabanza y de júbilo , que no eres fecunda : porque ya son muchos mas los hijos de la que había sido desechada , que los de aquella que tenia marido , dice el Señor ^.

1 O como víctima de expiación por el pecado. II. Cor, V. V. 21.

2 De lo que padeció para procurar la salud á los hom- bres,

3 Véase Muchos en el Uiccionario de notas,

4 Marc. XV. V. 2íi.—Luc. XXII. ver. 37. XXI IL v. 34.

5 Luc. XXIIL V. 29.— Gal. IV. v. 27.

CAPÍTULO LIV. 211

2 Toma un 3itio mas espacioso para tus tiendas , y extiende cuanto puedas las pieles ó cuhierlas de tus pabellones , alarga tus cuerdas , y afianza mas tus estacas '.

3 Porque te extenderás á la derecha y á la iz- quierda ; y tu prole señoreará las naciones , y pobla- rá las ciudades ahora desiertas.

4 No temas : no quedarás confundida , ni sonroja- da , ni tendrás de qué avergonzarte ; porque ni me- moria conservarás de la confusión de tu mocedad , ni te acordarás mas del oprobio de tu viudez.

5 Pues será tu dueño y esposo aquel Señor que te ha criado ^, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos: y tu Redentor , el Santo de Israel , será llamado el Dios de toda la tierra.

6 Porque el Señor te ha llamado á &¿, cuando eras como una muger desechada, y angustiada de espíritu, como una muger que ha sido 'repudiada desde su tierna edad , dice tu Dios.

7 En efecto por un momento, por poco tiempo te desamparé , dice el Señor ; mas ahora yo te reuniré á mi , usando de gran misericordia.

8 En el momento de mi indignación aparté de mi rostro por un poco ; pero en seguida me he compade-

1 Para ma^or firmeza.

2 Luc. I. V. 32. En hebreo la voz 7^2 significa señor y esposo ó marido ( según su término correlativo) : era este llamado^señor por la muger. Gen. XVIIl.v. 12. ///. Reg, I. V. 17.

212 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

cido de con eterna misericordia , dice el Señor que te ha redimido.

9 Hago lo que en los dias de Noé ', á quien juré que no derramaria mas sobre la tierra las aguas del dilucio : asi yo juro no enojarme contigo , ni vitupe- rarte mas ^. )

10 Aun cuando los montes sean conmovidos , y se estremezcan los collados , mi misericordia no se apar- tará de , y será Qrme la alianza de paz que he he- cho contigo , dice el Señor compadecido de tí.

1 1 Pobrecilla , combatida tanto tiempo de la tem- pestad , privada de todo consuelo ; mira , yo mismo colocaré por orden las piedras , y te edificaré sobre zafiros ',

12 y haré de jaspe tus baluartes , y de piedras de relieve tus puertas , y de piedras preciosas todos tus recintos.

13 Tus hijos todos serán adoctrinados por el mismo Señor *, y gozarán abundancia de paz , ó completa prosperidad.

14 Y tendrás por cimientos la justicia : estarás se-

1 Gen. IX. V. 15.—/. Petr. 111. 1.19.

2 Tan inmutable como la promesa hecha á Noé será la que ahora hago de no abandonar jamás la Iglesia de Chris- to. Noé :<¿parador del genero humano fue figura de Christo, así como las aguas del diluvio lo fueron de las del bau- tismo , V el arc.t de Noé lo fue de la Iglesia. /. Pelr. III. V. 25. S.Just. cont. inph.

3 Apoc. XXI.

4 Joann. VI v. 45. - Jer. XXXI v. 34.

CAPÍTULO LV, 218

gura de la opresión , y no tendrás que temerla ; y del espanto , el cual no tendrá lugar en tí.

15 aquí que vendrá ' el forastero que no oslaba conmigo ': unirse ha contigo aquel que en otro tiem- po era para extrangero.

16 Sábete que yo he criado el herrero que soplan- do con los fuelles enciende los carbones para formar un instrumento para la obra suya '; y yo crié también al matador que le emplea después para matar á los hombres.

17 Ningún instrumento preparado contra te hará daño : y condenarás toda lengua que se presente en juicio contra ^. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y esta es la justicia que deben esperar de , dice el Señor.

CAPITULO LV.

Convida Jesii-Chrislo á todos los hombres á la participación de su gracia jyor medio de la viva fe en él; y asegurándoles la inmutable misericordia de Dios, los llama á la peniten- cia,

1 Sedientos , venid todos á las aguas ^: y vosotros

1 A morar entre vosotros»

2 O no me conocia.

3 De alguua espada ó cnchillo.

4 La Iglesia tiene potestad para juzgar sin apelación todo lo concerniente á la fé, y de condenar á los que son rebeldes á sus decisiones , ó á su doctrina.

5 Joann. Vil. v. 37.—Eccli. LI v. ^Z—Apoc. XXll. V. 17.

19

214 L\ PKOFLCÍA DE ISAÍAS.

que no leñéis dinero, apresuraos , comprad y comed: venid , comprad sin dinero , y sin nii»g,una otra per- muta vino y ledie.

2 ¿Por qué expendéis vuestro dinero en cosas que no son buen alimento* , y empleáis vuestias fatigas en lo que no puede saciaros ? Escuchadme con atención ; y alimentaos del buen manjar ^, y vuestra alma se re- creará en lo mas sustancioso de las viandas.

3 Prestad oídos á tnis palabras , y venid á : escuchad, y vuestra alma hallará vida, y asentaré con vosotros alianza sempiterna ', en cumplimiento de las misericordias prometidas á David ^.

4 aquí que yo voy á presentarle ^ por testigo de mi verdad á los pueblos ^, y por caudillo, y por maestro ó legislador á las naciones.

5 aquí que entonces, tú, oh Jeriisalem, llamarás al pueblo geyílil que no reconocías ; y las naciones que no te conocían, correrán á por amor del Señor Dios tuyo, y del Santo de Israel que te habrá llenado de gloria.

6 Buscad al Señor , mientras puede ser hallado : invocadle, mientras está cercano \

H Abandone el impío su camino, y el inicuo sus

1 O alimento sólido. Véase Pan.

2 Qae yo os presento.

3 Act. XI [I V. 34.

4 Ps. LXXXFIII. V. 4, 5, 21 al 39, 50.

5 Voy á enviar el Mesías.

6 Juann. XJ'III. v. 37.

- Mallh. X. V. 7 -II. Cor. VI. v. 2.

CAPÍTULO LV. 215

designios, y conviértase al Señor, el cual se apiadará de él, y á nuestro Dios, que es generosísimo en per- donar.

8 Que los pensamientos mios no son vuestros pen- samientos, ni vuestros caminos son los caminos mios, dice el Señor ;

9 sino que cuanto se eleva el cielo sobre la tierra, así se elevan mis caminos sobre los caminos vuestros, y mis pensamientos sobre los pensamientos vuestros.

10 Y al modo que la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tier- ra, y la penetran, y la fecundan, á fin de que si- miente que sembrar y pan que comer :

11 así será de mi palabra ima vez salida de mi boca : no volverá á vacía ó sin fruto, sino que obrará todo aquello que yo quiero, y ejecutará feliz- mente aquellas cosas á que yo la envié.

12 Por tanto saldréis con gozo de la esclavitud, y haréis en paz vuestro viage á Jenisalem: los mon- tes y los collados resonarán á vuestra vista en cánti- cos de alabanza, y los árboles todos del país os aplau- dirán meciendo sus ramas '.

13 En vez de la pequeña júanta del espliego ^ se alzará el robusto abeto, y en lugar de la ortiga se ve- rá crecer el arrayan: y el Señor tendrá desde entonces un nombre y una señal eterna que jamás desaparecerá.

1 Locución metafórica. Véase Hebraísmos.

2 O nardo céltico.

216 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPITULO LVl.

Exhorta el Señor á iodos los hombres al cumplimiento de su Ley, declarando que todos , sin distinción de naciones ni de cualidad de 2^ersonas , entrarán en su Iglesia, y serán benditos. Amenazas contra los pastores de Jerusalem.

1 Esto dice el Señor : Observad las reglas de la equidad, y practicad la justicia * ; porque la salvación que yo envío, está para llegar, y va á manifestarse mi justicia.

2 Bienaventurado aquel varón que así obra, y el hijo del hombre que á esto se atiene con firmeza : que observa el sábado, y no le profana, y que guarda sus manos de hacer mal ninguno.

3 Y no diga i/a ^ el hijo del advenedizo , 6 gentil, que por la está unido al Señor : El Señor me ha se- parado de su pueblo con un muro de división. Ni tampoco diga el eunuco : aquí que yo soy ' un tronco seco ^ y estéril.

4 Porque esto dice el Señor á los eunucos : A los que observaren mis sábados ó fiestas, y practicaren lo que yo quiero, y se mantuvieren firmes en mi alianza,

5 les daré un lugar distinguido en mi Casa, y den- tro de mis muros, y un nombre mas apreciable que

1 Sap. I. v.l.

2 De aquí en adelante.

3 A los ojos del Señor.

4 Deut. XXIII. V. 1. - MaUh. XIX. v. 12. Véase Siip. III. r. 14, en la nota.

CAPITULO LVI. 217

el que les darían los hijos é hijas ; daréles yo un nombre sempiterno que jamás se acabará.

6 Y á los hijos del advenedizo que se unen al Señor para honrarle, y amar su santo nombre, y para serjieles siervos suyos ; á lodos los que observen el sábado , que no le profanen , y que guarden fielmente mi alianza ,

7 yo los conduciré á mi santo monte de la Iglesia , y en mi Casa de oración los llenaré de alegría : me serán agradables los holocaustos y víctimas que ofre- cerán sobre mi altar : porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos '.

8 Dice también el Señor Dios que congrega á los dispersos de Israel : Yo le agregaré todavía aquellos que algún dia han de reunírsele ^.

9 Vosotras las bestias todas del campo , todas las fieras del bosque, venid á devorar la presa ^.

10 Ciegos '^ son todos sus atalayas *, ignorantes lodos : perros mudos impotentes para ladrar , visiona- rios , dormilones , y aficionados á sueños vanos.

11 Y estos perros sin rastro de vergüenza , jamás se ven hartos de rapiñas. Los pastores mismos están

1 Jerem. Vil v. U.—Maíth. XXI. v. 13.— M are. XI, V. 17.- Luc.XIX.v. 45.

2 De las demás naciones. Joann. X. v- 16. Rom. XI. v.l.

3 Venid , ch romanos á destruir á Jei usalem y á tod-i la Jadea.

4 Matth. Xr. r. 14.

5 Los doctores y maestros de Israel.

218 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

faltos de toda inteligencia : todos van descarriados por su camino, cada cual á su propio interés ' desde el mas alto hasta el mas bajo.

12 Venid, dicen, bebamos vino ; y embriagué- monos bien , y lo mismo que hoy, haremos también mañana , y mucho mas. _

CAPITULO LVII,

Amargas quejas del Señor por la insensibilidad de su pue- blo, al cual reprende fuertemente ij amenaza. Promete paz y consuelo á los que se conviertan, mientras el corazón de los impíos es un mar borrascoso.

1 Entre tanto el justo perece, y no hay quien refle- xione sobre esto en su corazón , y son arrebatados los hombres piadosos , sin que nadie lo sienta ^ ; siendo así que para libertarle de los males , es el justo arre- batado de este mundo ^,

2 / Ah ! venga sobre él la paz , descanse en su mo- rada el que ha procedido rectamente,

3 Entre tanto llegaos vosotros , moradores de Je- rusalem , hijos de una agorera , raza de padre adúl- tero y de muger prostituta ''.

^_; 4 ¿ De quién habéis hecho vosotros befa ? ¿ Contra

1 Jerem.VI.v. \3. —VHI v. JO.

2 Ni hnga caso.

3 Por esto sacó Dios de esta \icia al piadoso rey Josiaa. IF. Reg. XXII v. 20

4 Esto es, idólatras , ó de padres idólatras, ó que se han prostituido al culto de los ídolos. Véase Fonüíacion.

capítulo lvii. 21»

quién abristeis toda vuestra boca , y soltasteis la len- gua para mofaros ? ¿ Acaso no sois vosotros hijos malvados , y raza de bastardos ?

5 i Vosotros que os solazáis vejierando con infaynes placeres vuestros dioses á la sombra de todo árbol frondoso ', sacrificando en honor suyo vuestros hijos en los torrentes , y debajo de altas peñas ?

6 Allá junto al torrente está , oh hebreo, tu here- dad , allí tienes tu bien ^ ; y á esos dioses derramaste libaciones , y ofreciste sacrificios. ¿ Pues cómo no he de indignarme á vista de tales cosas ?

7 Sobre un excelso y encumbrado monte ^ colocaste tu tálamo , y allá subiste para inmolar victimas '*.

8 Y detrás de la puerta , y tras del dintel colocaste^ los Ídolos para tu recuerdo : junto á ^ has pecado, recibiendo al adúltero ó adorando al ídolo ' : has ensanchado tu lecho , y te has amancebado con otros semejantes : has amado su compañía descaradamente.

1 IV. Reg. XVII. v. 10.

2 Algunos creen que ^a'ude á que los hebreos llegaron á adorar hasta las piedras de los torrentes, superstición to- mada de otras nacioaes ; pero es mas verosímil que se habla de los altares ei-¡g¡dos en el manantial de los tor- rentes, que miraban los gentiles como otras tantas divi- nidades.

3 Véase Lugares exceLos.

4 Faltando á la fidelidad y culto que me debes.

5 Los lares o ídolos, como lo hacian los gentiles.

6 Eu mi mismo Templo.

7 Véase lo qise hicieron Acház v ?>Ianasses ÍV. Rrg. XVI. V. 11. XXI V. 4.

220 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

9 Con perfumes te ataviaste para ser presentada al rey , y has multiplicado tus afeites. Enviaste lejos tus embajadores ', y te has abatido hasta los infier- nos '.

10 Has procedido /c/oZafrctwíZo de muchísimos mo- dos , y le has fatigado , y nunca dijiste : Tomaré descanso : hallaste la vida i/ tus delicias en los ídolos, obra de tus manos , y por eso no has recurrido á mí.

1 1 ¿ Qué es lo que temiste , ta7i acongojada , que ad has faltado á la , ni te has acordado de , ni has reflexionado en tu corazón ? Porque yo callaba y hacia el desentendido , por eso no hiciste caso de mí.

12 Pero yo haré conocer cuál eslu justicia '^ y de nada te aprovecharán tus ídolos , obras de tus manos.

13 Cuando levantares el grito quejándote , sál- vente entonces aquellos dioses de las naciones que tu has recogido : mas á todos ellos se los llevará el viento', un soplo los disipará. Al contrario , quien pone en su confianza , tendrá por herencia la tierra, y poseerá mi santo monte de Sion.

14 Yo diré entonces : Abrid camino, dejad ex- pedito el paso , despejad la senda , apartad los es- torbos del camino de mi pueblo ^.

15 Pues esto dice el excelso y el sublime Dios

1 Ezech. XXITI. V. 16

'2 Esto es , liasta lo stimo.

.1 Haré patente tu infame pioc eder.

4 Antes cap. XL. v. 3. y LXI! v. 10.

capítulo lvii. 221

que mora en la eternidad , y cuyo nombre es Santo : el que habita en las alturas , y en el Santuario , y en el corazón contrito y humillado , para vivificar el es- piritu de los humildes , y dar vida al corazón de los contritos.

16 Que no para siempre he de ejercer la vindicta, ni conservar hasta el fin mi enojo : pues que de mi boca salió el espíritu , y crié yo las almas '.

1 7 Por la malvada avaricia de mi pueblo yo me ir- rité , y le he azotado : le oculté mi rostro y me in- digné , y él se fue vagando tras de los antojos de su corazón.

18 Yo vi sus andanzas , y le di la salud, y le con- vertí al buen camino , y le di mis consuelos , así á él como á los suyos que lloraban arrepentidos.

19 He criado la paz , fruto de mis labios ó pro- mesas ; paz para el que está lejos, y para el que está cerca , dice el Señor ^ : y los he curado á iodos.

20 Pero los impíos son como un mar alborotado , que no puede estar en calma ; cuyas olas rebosan en lodo y cieno.

21 No hay paz para los impíos , dice el Señor Dios '.

1 Gen. 11. V. 7. Según el hebreo : Pues j en tal caso , faltaría 2)or el espíritu y las almas que crié.

2 Esto es , para el gentil y para el judio.

3 Antes cap. XLVIII. v. 22.

222 LA PROFECÍA DK ISAÍAS.

CAPITULO LVIII.

Cual es el ayuno que Dios estima. Bendiciones que enviará ^ el Señor sobre los que le sirven, y santifican sus fiestas,

1 Clama pues , oh Isaías , no ceses : haz resonar tu voz como una trompeta , y declara á mi pueblo sus maldades , y á la casa de Jacob sus pecados ;

2 ya que cada día me requieren como enjuicio , y quieren saber mis consejos. Como gente que hubiese vivido justamente , y que no hubiese abandonado la Ley de su Dios; así me demandan razón de los jui- cios ó decretos de mi justicia , y quieren acercarse á Dios '.

3 ¿ Cómo es que hemos ayunado , dicen al Señor, y no has hecho caso : hemos humillado nuestras al- mas , y te haces el desentendido ? Es , responde Dios, porque en el dia mismo de vuestro ayuno hacéis todo cuanto se os antoja , y apremiáis entonces mismo á todos vuestros deudores :

4 es porque vosotros ayunáis para seguir los plei- tos y contiendas , y herir con puñadas á otro sin pie- dad ^. No ayunéis como hasta hoy dia , si queréis que se oigan en lo alto vuestros clamores.

5 El ayuno que yo aprecio, ¿consiste acaso en que

1 Como para disputar con él.

2 Es como si dijera : Ya que en tales dias no podéis ocuparos en cosas de fatigas ó trabajos , os empleáis eu promover litigios y en satisfacer vuestras pasiones.

CAPÍTULO LVIII. 223

un hombre mortifique por un dia su alma , ó en que traiga su cabeza inclinada ó baja , de modo que casi forme un circulo , ó se tienda sobre el cilicio y la ce- niza ' ? ¿ Por ventura á esto lo llamarás ayuno y dia aceptable al Señor ?

6 ¿Acaso el ayuno que yo eslimo, no es mas bien el que deshagas los injustos contratos, que canceles las obligaciones usurarias que oprimen, que dejes en li- bertad á los que han quebrado, y quites Jodo grava- men ?

7 ¿que partas tu pan con el hambriento ^, y que á los pobres, y á los que no tienen hogar, los acojas en tu casa, y vistas al que veas desnudo, y no desprecies tu propia carne ó á tu prójimo?

8 Si esto haces, amanecerá tu luz como aurora, y llegará presto tu curación ; y delante de irá siempre tu justicia, y la gloria del Señor te acogerá en su seno.

9 Invocarás entonces al Señor, y te oirá benigno : clamarás, y él te dirá : Aquí estoy. Si arrojares lejos de ti la cadena % y cesares de extender maliciosa- mente el dedo ■*, y de rharlar neciamente ^ ;

10 cuando abrieres tus entrañas^ para socorrer al

1 Zach. VIL V. b. Mallh. VI. V. 16.

•2 Ezech. XVIII. V. 7, 16 —Matlh. XXV. v. 35.

3 Con que oprimes al prójimo.

4 Para amenazarle ó burlarte de él.

5 El hebreo : de hablar iniquidad. Los Setenta; mur- nurar.

6 //. Cor. IX V. 6. 10.

224 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

hambriento, y consolares al alma angusliada, entonces nacerá para la luz en las tinieblas, y tus tinieblas se convertirán en claridad de medio dia.

11 Y el Señor te dará un perpetuo reposo, y llena- rá tu alma de resplandores de gracia, y reforzará tus huesos ' ; y serás como huerto bien regado, y como manantial perenne, cuyas aguas jamás faltarán.

12 Los lugares desiertos desde muchísimos tiem- pos serán por poblados : alzarás los cimientos que han de durar de generación en generación ; y te lla- marán el restaurador de los muros, y el que hace seguros los caminos =.

13 Si te abstuvieres de caminar en dia de sábado, y de hacer tu voluntad ó gusto en mi santo dia, y lla- mares al sábado dia de reposo, y santo ó consagrado á la gloria del Señor, y le solemnizares con no volver á tus andadas ', ni hacer tu gusto, ni contentarte solo con palabras ;

14 entonces tendrás tus delicias en el Señor, y yo te elevaré sobre toda terrena altura; y para alimentar- te te daré la herencia de Jacob tu padre : que todo esto está anunciado por la boca del Señor ^.

1 O tu cuerpo.

2 Después c. LXI. v. 4.

3 O malos pasos.

4 Cuya promesa es infalible.

CAPITULO LIX.

Declara Isaías que los pecados del pueblo eran la causa de que Dios hubiese desamparado á hraeí; pero que vendrá dia en que, renovando con él su alianza, destruirá d lodos sus enemigos, y se ostentará glorioso haciendo felices á sics hijos arrepentidos.

1 Porque mirad que no se ha encogido la mano del Señor ' , para que ella no pueda salvar ; ni se le han entupido sus oidos , para no poder oir vuestros clamores ^ :

2 sino que vuestras iniquidades han puesto un mu- ro de separación entre vosotros, y vuestro Dios; y vuestros pecados le han hecho volver su rostro de vos- otros para no escucharos.

3 Porque manchadas están de sangre vuestras ma- nos, y llenos de iniquidad vuestros dedos ; no pronun- cian inas que la mentira vuestros láhios, y solo habla palabras de iniquidad vuestra lengua.

4 IN'o hay quien clame por la justicia ; no hay quien juzgue con verdad : sino que todos ponen su confian- za en la nada ', y tienen en su boca la vanidad. Con- cibieron ó idearon el trabajo ó daño del prójimo ^, y parieron la iniquidad.

5 Han hecho abrir ó que nacieran los huevos de

1 Ni ha perdido nada de su fuerz:i.

2 Ninn. XI V. 23, Antes cap. L. v. 2.

3 En una apariencia de justicia.

4 Job XV. V. 3.5— P,v. FU. V. 15.— Mich. II v. I.

ToM. IX. 20

226 L.\ PROFECIA ÜE ISAÍAS.

áspides ' , y ton sus afanes tejieron lelas de araña : quien de dichos huevos comiere, morirá ; y un basi- lisco es lo que saldrá , si hubieren empollado alguno.

6 No serán buenas para vestidos las telas de ellos ; ni podrán cubrirse con sus labores : los trabajos que hagan, son trabajos inúiiles; pues obra de iniquidad es la que tienen entre manos.

7 Sus pies corren á la maldad ', y se apresuran á derramar la sangre inocente : pensamientos nocivos son iodos sus pensamientos : por do quiera que pasan, dejan la desolación y el quebranto.

8 No conocen la senda de la paz , y sus pasos no van enderezados acia la justicia : torcidos son sus senderos, y cualquiera qno anda por ellos, no sabe qué cosa es paz.

9 Por eso se alejó de nosotros el juicio recio , y no nos abrazará en su seno la justicia : esperamos la luz , y aquí que nos hallamos con las tinieblas : la clari- dad del día , y caminamos á oscuras.

10 Vamos palpando la pared , como ciegos ; y an- damos á tientas , como si no tuviéramos ojos : en medio del dia tropezamos, como si estuviésemos en medio de la noche : estamos en oscuros lugares como los muertos en los sepulcr-os,

11 Como osos rugimos todos nosotros^; y medi- tando nuestros pecados, gemimos como palomas. Es-

1 O de basiliscos, en daño propio y de los demás.

2 Prov. I. V. 16.— Rom, III. v. Ib.

3 Al vernos abandonados de Dios.

CAPÍTULO LIX. 221

peíamos la jusUcia , y ella no parece : que llegue la salud , y esta se alejó de nosotros.

12 Y es que nuestras maldades , oh Sclur , se han multiplicado en tu presencia , y están atestiguando contra nosotros nuestros pecados ; puesto que perma- necen en nosotros nuestras iniquidades , y conocemos bien nuestros crímenes.

13 Pecado hemos y mentido contra el Señor , y hemos vuelto las espaldas por no seguir á nuestro Dios , y para calumniar y cometer maldades : con- cebimos , y proferimos del corazón palabras de men- tira.

14 Y así es que el recto juicio se volvió atrás , y la justicia se paró á lo lejos de nosotros ; visto que !a verdad ha ido por tierra en el foro ó tribunales , y que la rectitud no ha hallado entrada.

1 5 Y la verdad fue puesta en olvido ; y quedó oprimido ó hecho presa de tos malvados aquel que se apartó del mal : víó esto el Señor , é hirióle en los ojos el que ya no hubiese justicia ;

16 y vio que no quedaba hombre de bien^ y se pasmó de no encontrar quien se pusiese de por medio ' : y halló en su mismo brazo "^ la salud ^ y su justicia fue la que le fortaleció.

17 Armóse de la justicia como de una coraza , y

1 A favor de la jusÍÍlÍ •2 En su hijo Jesús, 3 O remedio de todo.

228 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

púsose en la cabeza el yelmo de la salud ' : la ven- ganza es el ropage con que se viste , y el zelo es el manto con que se cubre.

18 Saldrá preparado para vengarse , y para des- cargar el merecido enojo sobre sus enemigos , y dar el justo pago á sus adversarios : él tratará á las islas ó naciones según su merecido.

19 Con esto temerán el nombre saw/o del Señor los pueblos que están al Occidente , y los del Oriente venerarcm su gloria y magestad ; cuando venga como un rio impetuoso , impelido del espíritu del Señor,

20 y llegue el Redentor que ha de redimir á Sion, y á aquellos hjos de Jacob ^ que se convierten del pecado , dice el Señor.

21 Y este es mi nuevo pacto con ellos , dice el Señor : El espíritu mío que está en , y las palabras mías que puse yo en tu boca , no se apartarán de tus labios , dice el Señor , ni de la boca de tus hijos , ni de la boca de tus nietos desde ahora para siempre.

1 Ephes. VI. V. \7.—I. Tfies. V. v. 8. Describe el Pro- feta las armas con que el Mesías había de combatir á favor de los hombres contra el demonio.

2 Rom. M, V. 26.

229

CAPITULO LX.

Triunfo de la Iglesia , en la cual irán entrando muchas"na- ciones. Desterrada la iniquidad, el Señor sei'á su paz, su santificación, y su felicidad eterna.

1 Levántate , oh Jerusalem , recibe la luz : porque ha venido tu kimbrera ' , y ha nacido sobre la gloria del Señor ^.

2 Porque aquí que la tierra estará cubierta de tinieblas , y de oscuridad las naciones ; mas sobre nacerá el Señor , y en se dejará ver su gloria.

3 Y á tu luz caminarán las gentes , y los reyes al resplandor de tu nacimiento '.

4 Tiende tu vista al rededor tuyo , y mira : todos esos se han congregado para venir á : vendrán de lejos tus hijos , y tus hijas acudirán á de todas par- tes.

5 Entonces te verás en la abundancia ^ : se asom- brará tu corazón , y se ensanchará , cuando vendrá á unirse contigo la muchedumbre de naciones de la otra

1 O el sol de justicia.

2 Pueden mirarse estas expresiones del Profeta como el parabién que da á la Iglesia por el gran beneficio de la ve- nida del Blesías ; especialmente cuando se manifestó á los gentiles en el día de la Epiphania, en que la Iglesia cele- Tara la adoración de los Magos.

3 A la claridad que por nacCj ó que se efecto de tu na- cimiento.

4 O verás tu multiplicación prodigiosa.

230 LA PROFECÍAl de ISAÍAS.

parte del mar; cuando á acudirán poderosos pue- blos.

6 Te verás inundada de una muchedumbre de ca- mellos , de dromedarios de Madian y de Epha ' : todos los sábeos vendrán á traerte oro é incienso, y publi- carán las alabanzas del Señor.

7 Se recogerán para todos los rebaños de Cedar para tu servicio serán los carneros de Nabaioth ' . sobre mi altar de propiciación serán ofrecidos , y yo haré gloriosa la Casa de mi magestad.

8 ¿ Quiénes son esos que vuelan como nubes , y como las palomas á sus nidos ?

9 , dice el Setior , que me están esperando con ansia las islas ó naciones , y las naves del mar ya des- de el principio , para que traiga de las remotas regio- nes á tus nuevos hijos , y con ellos su plata y su oro , que consagran al nombre del Señor Dios tuyo , y al Santo de Israel que te ha glorificado.

10 Entonces los hiios de los extrangeros edificarán tus muros ; y los reyes de ellos serán servidores tuyos: porque si bien estando enojado te afligí , ahora re- conciliado uso contigo de misericordia '.

1 Matul. II. V. 9. Madian fue hijo de Abrahain y de Cetiira ; y Epha fue hijo de Madian. Gen. XXF. v. 2. y 4. Este y sus descendientes habitaron en la Arabia Pétrea. Los dromedarios son los camellos mas ejercitados en correr, y así mas veloces ; y en ellos viajan los pueblos de Oriente.

2 Cedar y Nabaiolh fueron hijos de Ismael , hija de Abraham. La riqíieza de sus descendientes consistía en rebaños. Gen. XS-V. v. 12, J3.

3 Engrandeciéndote sobremanera.

CAl'ilULO LX. ¿31

1 1 V estarán abiertas siempre tus puertas ' : ni de diani de noche se cerrarán; á fin de que á toda hora pueda introducirse en la riqueza de las naciones , juntamente con sus reyes ;

12 puesto que la nación y el reino que á no se sujetare , perecerá , y tales gentes serán destruidas y asoladas.

13 A vendrá lo mas precioso del Líbano * , y el abeto Y el box, y el pino para servir todos juntos al adorno de mi Santuario , y yo llenaré de gloria el lu- gar donde asentaré mis pies '.

14 Yátí vendrán y se te postrarán los hijos de aquellos que te abatieron , y besarán las huellas de tus pi86 todos los que te insultaban , y te llamarán la ciu- dad del Señor , y la Sion del Santo de Israel.

13 Por cuanto estuviste abandonada y aborre- cida , sin haber quien le frecuentase , yo haré que seas la gloria de los siglos , y el gozo de todas las genera- ciones venideras ;

IG y te alimentarás con la leche de las naciones, y te criarán regios pechos *, y conocerás que yo soy el Señor que te salva , el Redentor tuyo , el Fuerte de Jacob ^.

1 Apoc. XXL V. 25.

2 Esto es, el alto y magestuoso cedro. Exod. XXV. v. 5. 10.-/. Paral. XXV III. v. 2.

3 O el Arca Santa. Véase Arca.

4 Esto es, gozarás de las delicias y grandeza de los reyes.

5 Puede aplicarse todo lo dicho ú la naciente Iglesia perseguida. Act. í'Ilí. v. 1.

232 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

17 En vez de cobre te traeré oro, y plata en lugar de hierro ; y en vez de maderas cobre , y en lugar de piedras hierro : y pondré por gobierno tuyo la paz , y por prelados tuyos ' la justicia.

18 No se oirá ya hablar mas de iniquidad en tu tierra , ni de estragos , ni de plagas dentro de tus con- fines ; antes bien reinará la salud ó felicidad dentro de tus muros , y resonarán en tus puertas cánticos de alabanza.

' 19 Ya no habrás menester sol que te luz durante el dia , ni te alumbrará el esplendor de la luna : sino que el Señor mismo será la sempiterna luz tuya , y tu gloria ó claridad el mismo Dios tuyo ^.

20 Nunca jamás se pondrá tu sol , ni padecerá menguante tu luna: porque el Señor será para sem- piterna luz luya , y se habrán acabado ya los dias da llanto.

2 i El pueblo tuyo se compondrá de todos los jus- tos ; ellos poseerán eternamente la tierra , siendo

1 Los Setenta nsiaa aquí ne la voz griegu ÉTTíirxoVssf, que significa superinlendeníes. S. Gerónimo observa cnán admirable es la providencia del Señor en que los Setenta intérpretes, que eran hebreos, usasen de la voz obispos T^ars. denotar los prelados de la Iglesia, algunos siglos antes de nacer esta. E! gobierno pues de los pastores del rebaño de Jesu-Cbristo es gobierno de paz y de candad; y ellos deben ser modelo de justicia ó santidad j al mismo tiem- po que de sabiduría y doctrina.

2 Apoc. XXT V. 4, 23. —XXII v. 5.

capítulo lxi. 233

unos pimpollos plantados por raí . obra de mis ma- nos , para que yo sea glorificado.

22 El menor de ellos valdrá por mil , y el parvu- lillo por una nación poderosísima. Yo el Señor haré súbitamente todo esto , cuando llegare su tiempo.

CAPITULO LXI.

Minisierio ü oficio del Mesías. Redención del género huma- no. Conversión de los gentiles por la predicación de los Apóstoles. Consuelo de los fieles, y gloria de los pastores de la Iglesia.

1 A este fin ' ha reposado sobre el espíritu del Señor ; porque el Señor me ha ungido ^ , y me ha enviado para evangelizar á los mansos ¿^ humildes ^ ,

1 Para obrar aquellas maravillas.

2 O hecho su 3Iesias.

3 Luc. 4. V. IS.—Joann. I. v. 16. Acl. X. v. 38. Este pasage de Isaías fue leído por Jesús en la Synagoga de Nazareth, y se le aplicó á mismo. Hasta los modernos Rabinos confiesan que Isaías hablaba del Mesías, Los Se- tenta en su versión usaron de la voz griegas uciyysKÍffAa'^oLt ecangelizo, que significa a?n¿?zciar una buena nueva: voz que adoptó también S. Lúeas. El carácter propio del Mesías fue el instruir con particular afecto los pobres , y gente del pueblo ínfimo , á los cuales despreciaban y dejaban en sus crasos errores los filósofos y maestros del gentilismo, y lo que también hacían con respecto al pueblo de Israel los soberbios doctores de la Synagoga. Por eso Jesús á los discípulos de S. Juan, en prueba de que él era el Mesías, alegaba que ya el Evangelio , ó la buena nueva , se anun-

234 LA PROFECÍA ÜE ISAÍAS.

para curar á los de corazón contrito , y predicar la redención á los esclavos , y la libertad á los que es - tan encarcelados :

2 para publicar el año de reconciliación con el Seüor, ó su jubileo, y el dia de la venganza de nues- tro Dios ' ; para que yo consuele á todos los que lloran ^ :

3 para cuidar de los de Sion que están llorando , y para darles una corona de gloria , en lugar de la ceniza que cubre sus cabezas ; el óleo propio de los dias solemnes y alegres ' en vez de luto ; un ropage de gloria en cambio de su espíritu de aflicción : y los que habitarán en ella ^ , serán llamados los valientes en la justicia, plantío del Señor para gloria suya.

4 Los cuales repoblarán los lugares que desde tiempos remotos están desiertos ^ , y alzarán las rui- nas antiguas , y restaurarán las ciudades yermas , despobladas desde muchos siglos.

5 Entonces se presentarán los extrangeros , y apa- centarán vuestros ganados ; y los hijos de los foraste- ros serán vuestros labradores y viñadores.

6 Vosotros empero seréis llamados Sacerdotes del

ciaba a los pubres : esto es , que se les anunciaban ú estos cosas alegres y consoladoras.

1 Contra sus enemigos.

2 Matlh. V. V. 5. .3 Véase Unción.

4 En la nueva Sion.

Ti Antes Crtií. LVllI. v. 12.

CAPÍTULO L>ví. '>',\h

Señor : á vosoUüsse os dará el nombre de Minis- iros de Dios : seréis alimentados con la sustancia de las naciones , y os honraréis con la gloria de ellas '.

7 En vez de vuestra doble confusión y vergüenza , daréis las gracias de la parte de herencia que os toca- rá ; y por eso poseeréis en vuestra tierra doblada por- ción , y será perdurable vuestra alegría - .

8 Porque yo soy el Señor , que amo la justicia , y que aborrezco el latrocinio consagrado en holocausto , y yo recompensaré fielmente sus obras ; y asentaré con ellos eterna alianza.

9 Y será discernido entre los pueblos su linage , y su descendencia en medio de las naciones : cuantos los vieren , los conocerán hiecjo, por ser ellos el linage bendito del Señor.

10 Yo me regocijaré con sumo gozo en el Señor, y el alma mía se llenará de placer en mi Dios ; pues él me ha revestido del ropage da la salud , y me ha cubierto con el manto de la justicia , como á esposo adornado con guirnalda , y como á esposa ataviada con sus joyas.

11 Porque así como la tierra produce sus plan- tas , y el jardín hace brotar la semilla que se ha sem-- brado en él ; así el Señor Dios hará florecer su jus- licia y su gloria , á vista de todas las naciones.

1 /. Cor. I. V. 4.

2 Acf. F. V. 41.

236 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

CAPÍTULO LXIl.

Isaías prosigue vaticinando la venida de Jesu-Chrislo , y la conversión de los gentiles. Felicidad y gloria de la Igleúa.

1 Yo no me estaré pues callado , sin cesar roe/a- ré á favor de Sion, por amor de Jerusalem no he de sosegar hasta tanto que su Justo nazca como la luz del dia , y resplandezca su Salvador cual brillarde an- torcha.

2 Las naciones, oh Jerusalem.^ verán á tu Justo ; y los reyes todos á tu glorioso Salvador; y se te im- pondrá un nombre nuevo , que pronunciará el Señor de su propia boca.

3 Y serás entonces una corona de gloria en la mano del Señor , y una real diadema en mano de tu Dios.

4 Ya no serás llamada en adelante la Repudiada : ni tu tierra tendrá el nombre de Desierta ; sino que serás llamada la Querida mia , y tu tierra la Poblada : porque el Señor ha puesto en sus delicias , y tu tierra estará llena de habitantes ;

5 pues al modo que vive en paz y alegría un man- cebo con la doncella que se escogió para esposa ; así tus hijos morarán en : y como el gozo del esposo y de la esposa , así serás el gozo de tu Dios ' .

6 Sobre tus muros , oh Jerusalem , he puesto cen-

1 Todo esto conviene admirablemente á la Iglesia, co- rona de gloria para Chrisío.

CAPÍTULO LXir. 237

lindas : todo el dia y toda la noche estarán alerta, no callarán jamás '. Vosotros j>ues que hacéis memo- ria del Señor , no os estéis callados ,

7 y no estéis en silencio delante de él : rayadle , hasta tanto que restablezca á Jerusalera , y la ponga por objeto de alabanza en la tierra.

8 El Señor ha jurado por su diestra y por su brazo fuerte , diciendo : No daré mas tu trigo para sustento de tus enemigos ; ni beberán en adelante los extran- geros el vino tuyo, fruto de tu trabajo :

9 sino que aquellos que recogen el trigo, le come- rán , y bendecirán al Señor : y aquellos que acarrean el vino, le beberán en los atrios de mi santo Templo.

10 Salid pues, salid fuera de las puertas de Jeru salem , preparad el camino al pueblo ^, allanad/e la senda , apartad de ella las piedras, y alzad el estan- darte ó señal para los pueblos.

1 1 aquí que el Señor ha mandado echar este pregón hasta las extremidades de la tierra , y decir á la hija de Sion : IMira que ¿/a viene el Salvador tuyo";

1 Aquí habla el Profeta en nombre de Dios. Parece que las últimas expresiones se dirigen directamente á todos los ministros de la Religión , y especialmente á aquellos que están consagrados á la oración pública, y son como la boca de la Iglesia para alabar á Dios , darle gracias , expo- nerle sus necesidades . y pedirle la conversión de los in- fieles y pecadores, la perseverancia de los justos, etc.

2 Antes cap. LVII. v. 14.

3 Cap. XL V. 10.— Zach. IX. v. 9.- MaKh. XXI. v. 5. —Apoc. XXJI r, 12.

2>

238 LA PROFECÍA ÜE ISAÍAS.

mira cómo trae consigo su galardón , y tiene delante de la recompensa para sus siervos.

12 Entonces tus hijos serán llamados : Pueblo santo , Redimidos del Señor. Y á te llamarán : Ciudad apetecida de todos , y no la Desemparada.

CAPITULO LXIII.

El Profeta representa a Jesu-Cliristo con la rojja teñida en sangre, después de vencidos nuestros enemigos. Israel es abandonado de Dios por su ingratitud; pero Isaías im- plora á favor de el la divina clemencia.

1 ¿ Quién es ese que viene de Edom ó Idumea y de Bosra ' con las vestiduras teñidas de sangre ^ ? ¿ Ese tan gallardo en su vestir , y en cuyo magestuoso andar se descubre la mucha fortaleza suya ? Yo soy , responderá , el que predico la justicia , y soy el pro- tector que da la salud á los hombres.

2 Pues ¿ por qué está rojo tu vestido , y está tu ropa como la de aquellos que pisan la vendimia en el lagar ?

3 El lagar le he pisado yo solo , sin que nadie de entre las gentes haya estado conmigo '. Píselos á los

1 Su capital. El Profeta representa aquí á Christo triun- fante, rodeado de una inmensa turba de gentiles que ha conquistado á la fé, y á los cuales introduce en la nueva Sion. Otros lo entienden de la Ascensión de Jesu-Christo á los cielos. Véase Ps. XXIIl. v. 9.

2 Bosra significa vendimia; y puede aludir á la sangre que Jesu-Christo habia derramado. Jerem. Thren. I. v. 1.5, —Apoc. XIX. V. 1.3.

.3 Para ayudarme.

CAPÍTULO LXlll. 239

enemigos con mi furor , y los rehollé con mi ira , y su sangre salpicó mi vestido , y manché toda mi ropa.

4 Porque aquí el dia Gjado en mi coríizon para tomar venganza ' : es llegado ya. el tiempo de redimir á los mios.

5 Eché la vista al rededor, y no hubo quien acu- diese á mi socorro : anduve buscando, y no hallé per- sona que me ajudase : y solo me salvó mi brazo ; y la indignación que concebí, esa me sostuvo.

6 Y en mi furor pisoteé á los pueblos , y los em- briagué de su sangre en mi indignación , y postré por tierra sus fuerzas.

7 Yo me acordaré de las misericordias del Señor ; y al Señor alabaré por todas las cosas que él ha he- cho á favor nuestro , y por la muchedumbre de sus beneficios concedidos á la casa de Israel , según su benignidad , y la dilatada serie de sus piedades.

8 Porque él dijo : Al cabo es este el pueblo mió ; son mis hijos : no me faltarán mas á la fidelidad : y con eso se hizo salvador suyo.

9 En tedas las tribulaciones que les acontecieron , jamás se cansó el Señor de librarlos : antes bien el ángel que está en su presencia , los sacaba á salvo ; y él mismo á impulso de su amor , y de su clemencia los redimió , y los sobrellevó , y los ensalzó en todo tiempo.

10 I\ias ellos le provocaron á ira , y contristaron

Antes cap. XXXIV. v. 8.

240 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

el espíritu de su Santo ' ; y el Señor se les convirtió en enemigo, y él mismo los derrotó-

1 1 Pero luego se acordó de los tiempos antiguos ; de Moysés , y de su pueblo. ¿ Dónde está , dijo ^ ahora aquel que los sacó del Mar bermejo "* á ellos y á los que eran pastores de su grey ? ¿ Dónde está aquel que puso en medio de ellos el espíritu de su Santo ?

12 ¿ Dónde el que puesto á la derecha de Moysés los sacó de Egypto con su magestuoso brazo ^ : el que delante de ellos dividió las aguas del mar, con lo cual se adquirió un renombre sempiterno :

13 el que los guió por medio de los abismos , como se hace con un vigoroso caballo por una llanura de- sierta , sin ningún tropiezo ?

14 Como se lleva á un jumento por una ladera al campo , con el mayor sosiego; así los condujo el espíritu del Señor : así, oh Dios, fuiste el conductor de tu pueblo, áfin de adquirirte un nombre glorioso.

15 Atiende desde el cielo , oh Señor, y echa una mirada acia nosotros desde el lugar santo donde mo- ras tú , y reside la gloria tuya. ¿ Dónde está ahora tu zelo , y tu fortaleza , la ternura de tus entrañas y la gran misericordia tuya ^ ? ¿ Por qué no la usas con-

1 O de su fiel siervo Moysés.

2 Exod. XIV. V. 29.— Ps, Cy. v. 16, 32.

3 Según Martini puede traducirse : El que estando al lado de Moysés, le condujo con el brazo de su magestad.

4 Deut. XXVI. V. 15. Baruch. II. v, 16.

CAPÍTULO LXIV. ilAl

16 110 obstante eres nuestro verdadero padre ' ; porque Abrahaní no nos conoció, é Israel no supo nada de nosotros. S¿ , , oh Señor, eres nuestro padre , nuestro redentor : este es tu nombre desde la eternidad.

17 ¿ Y por qué, Señor , nos dejaste desviar de tu camino ? ¿ por qué permitiste que se endureciese nuestro corazón , de modo que perdiésemos tu santo temor ^ ? Vuélvete á nosotros por amor de tus sier- vos ', y de las tribus que forman la herencia tuya.

18 Como si tu pueblo santo nada fuese á tu vista , se han enseñoreado de él nuestros enemigos , han pi- soteado tu Santuario.

19 Hemos vuelto á ser como al principio, antes que te hubieses posesionado de nosotros , ni llevá- semos el nombre de pueblo tuyo.

CAPÍTULO LXIV.

El pueblo de Israel clama al Señor para que se digne li- brarle: confiesa y llora sus pecados, y le pide que le saque de su lastimosa ruina.

1 ¡ Oh si rasgaras los cielos , y descendieras ! A tu presencia se derretirían como cera los montes ^ :

1 Matlh. XXIII. V. 9.

2 Rom. IX. Véase Gracia , Causa.

3 Abraham, Isaac y Jacob.

4 Exod. XIX V. 18.

242 LA PKOFEtízV DE ISAÍAS.

'¿ consuniiríanse como en un horno de fuego ; las aguas mismas arderian como llamas , para que se hi- ciese manifiesto tu nombre á tus enemigos , y tem- blasen delante de las naciones.

3 Cuando habrás hecho estas maravillas , no po- dremos soportarlas ' : has descendido del ciclo , y al verle los montes , se han derretido.

4 Desde que el mundo es mundo, Jamás nadie ha entendido, ni ninguna oreja ha oido, ni ha visto ojo alguno, sino solo tú, oh Dios, las cosas que tienes pre- paradas para aquellos, que te están aguardando =".

5 saliste al encuentro de aquellos que se rego- cijan en i¿, y practican la justicia : de aquellos que ca- minando con alegría por tus caminos se acuerdan de ti. Mas ahora estás enojado contra nosotros, por- que hemos pecado : en pecados estuvimos siempre en- redados ; y con todo, por tu inisericordia seremos salvos.

6 Todos nosotros venimos á ser como un inmundo leproso, y como un sucio y hediondo trapo todas nues- tras obras de justificación : como la hoja de los ¿trbo- les hemos caido todos, y nuestras maldades como un viento impetuoso nos han arrebatado y esparcido.

7 No hay ninguno que invoque tu nombre : no hay quien se levante para mediar, y te detenga : nos has escondido tu rostro, y nos has estrellado contra nues- tra misma maldad.

1 Nos daremos por vencidos.

2 /. Cor. 11. V. 9,

LAIMTULO LXV. 243

8 Ahora bien, Señor, eres nuestro padre : iios- olros somos el barro, y el alfarero : obras somos lodos de tus manos.

9 No te irrites, Señor, en demasía : ni te acuer- des mas de nuestra maldad : mira y atiende á que so- mos lodos pueblo luyo ' .

10 Ha quedado desierta la ciudad de tu Santuario. Sion está hecha un yermo : Jerusalem se halla aso- lada.

11 La casa de nuestra santificación y de nuestra gloria, donde nuestros padres cantaron tus alabanzas, está hecha un montón de cenizas, y todas nuestras grandezas se han convertido en ruinas.

12 Pues, Señor, ¿y al ver tales cosas, le estarás quedo ^? ¿continuarás guardando] silencio, y afli- giéndonos en tanto extremo ?

CAPÍTULO LXV.

Jsaias profetiza la conversión de los gentiles, y la reproba- ción de los judíos, y que las reliquias de estos serán salva- das. Felicidad de la Iglesia de Jesn-Christo.

1 Han venido á buscarme aquellos que antes no preguntaban por mí, hanme hallado aquellos que no me buscaron. Yo he dicho á una nación que no in- vocaba mi nombre : Aquí estoy, heme aquí.

1 Ps. LXXVni. V. 8.

2 Contendrás tu miaericordia ?

244 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

2 Extendí todo el día mis brazos acia uu pueblo incrédulo y rebelde, que no anda por el buen cami- no, sino en pos de sus antojos :

3 pueblo que cara á cara me está provocando con- tinuamente á enojo : hombres que inmolan víctimas en los huertos, y ofrecen sacrificios sobre altares fa- bricados de ladrillos ' :

4 que se meten en los sepulcros ^, que duermen en los templos de los ídolos ó falsos oráculos : que co - men la carne del cerdo ^ , y echan en sus tazas un caldo profano ó prohibido :

5 que dicen á otros * : Apártate de mí, no me to- ques, porque eres inmundo : todos estos se con- vertirán en humareda en el dia de mi furor, en fuego que arderá siempre.

G Sabed que lo dicho lo tengo escrito delante de mí. Por lo que no callaré, dice el Señor, sino que les retornaré el cambio, y les pondré en su seno la paga;

7 la paga ó cas/íV/o juntamente de sus iniquidades,

1 Exod. XX. V. 24. - XXVII. v. 8.

2 Para augurar con vanos sueños. Algunos creen que el Profeta habla de la supersticiosa costumbre de visitar los sepulcros para hacer en ellos, ó en sus cadáveres , ciertas ceremonias de la nigromancia ; y de la otra práctica de dormir en ellos para tener sueños de cosas futuras. En todo eso se mezclábala mas torpe lubricidad.

3 Lev. XI V. 7.

4 Esto es^ á los gentiles.

CAPÍTULO LXV. 245

y de las iniquidades de sus padres ' ; los cuales ofre- cieron sacrificios sobre los montes, y me deshonraron sobre los collados. Yo derramaré en el seno de los hijos la paga debida á las antiguas obras de los padres.

8 Sin embargo, esto dice el Señor : Como cuando se halla un grano bueno en un racimo podrido, y se dice : No le desperdicies, pues es una bendición, ó don de Dios, eso mismo haré yo por amor de mis siervos : no exterminaré á Israel del todo :

9 antes bien entresacaré de Jacob un linage , y de Judá quien domine sobre mis montes. Y esta tienda de Sion será la herencia de mis escogidos , en ella habitarán mis fieles siervos ;

10 y las campiñas serán rediles de rebaños , y en el fértil valle de Achór ^ se albergarán los ganados mayores de mi pueblo, de aquellos que han ido en pos de mí.

1 1 Pero á vosotros que abandonasteis al Señor , que os olvidasteis de Sion mi santo monte, que apare- jasteis una mesa ^ ó altar al ídolo de la Fortuna , y derramáis sobre él libaciones ;

12 yo os iré entregando uno á uno al filo de mi espada , y todos pereceréis en esta mortandad: pues- to que yo os llamé, y no respondisteis , os hablé, y

1 Matlh. XXIII. V. 32

2 Josué FU. V. 26.

3 Véase la costumbre de ofrecer manjares y licores á los Ídolos. Judie. IX. V. '27.— Dan. XIV. v. 2.

246 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

no hicisteis caso ' : antes bien cometíais la maldad de- lante de mis ojos, y habéis escogido las cosas que yo abor- recía.

13 Por tanto, esto dice el Señor Dios: Sabed que mis siervos comerán , y vosotros padeceréis hambre : mis siervos beberán, y vosotros padeceréis sed :

14 mis siervos se regocijarán , y vosotros estaréis avergonzados : y sabed , en fin , que mis siervos, á impulsos del júbilo de su corazón, entonarán himnos de alabanza, y vosotros, por el dolor de vuestro corazón , alzaréis el grito , y os hará dar aullidos la aflicción de ánimo. .

15 Y dejaréis cubierto de execración vuestro nombre á^mis escogidos. El Señor Dios acabará contigo, oh Israel , y á sus siervos los llamará con otro nombre :

16 en el cual nombre quien fuere bendito sobre la tierra , bendito será del Dios verdadero ^ ; y el que jurare sobre la tierra , por este nombre del Dios ver- dadero jurará : porque las precedentes angustias ó tri- bulaciones se han echado en olvido, y desaparecieron de mis ojos.

1 7 Porque aquí que yo voy á criar nuevos cielos y nueva tierra ' , y de las cosas ó tribulaciones prime - ras no se hará mas memoria, ni recuerdo alguno :

18 sino que os alegraréis, y regocijaréis elernamcn-

1 Prov, Iv. 12— Jer. VI. v. 13.— Después LXFI. vA.

2 O Dios de verdad. //. Cor. I. v. 20.

3 Apoe. XXI. tv I. Véase c. XXXIV y LXVI v. 22.

CAPITULO LXV. 247

le en aquellas cosas que voy á criar ; pues aquí que yo formaré á Jerusalem , ciudad de júbilo, y á su pueblo pueblo de alegría.

19 Y colocaré yo mis delicias en Jerusalem, y ha- llaré mi gozo en mi pueblo : nunca jamás se oirá en él la voz de llanto, ni de lamento.

20 No se verá mas allí un niño que viva pocos dias, ni anciano que no cumpla el tiempo de su vida; pues el que morirá mas niño ' , tendrá cien años, y el pecador "*, ó el que no viva cien años, será reputado como maldito.

21 y edificarán casas, y las habitarán, y plantarán viñas, y comerán de su fruto ^.

22 No acontecerá que ellos edifiquen, y sea otro el que habite ; ni plantarán para que otro sea el que co- ma : pues los dias de mi pueblo serán duraderos co-

1 Esto es, mas temprano.

2 El hebreo : el falto de cien años.

3 Se habla aquí del nuevo mundo, y del reino de Jesu- Christo. Este reino espiritual comenzó en la fundación de la Iglesia, y se completará ó perfeccionará cuando des- pués de la resurrección universal reinará Jesu-Christo'con sus santos, renovados los cielos y la tierra, etc. Apoc.XXl. Dice que no se verá en él niño de pocos dias, ni anciano que no cumpla el tiempo de su vida , etc. para significar con esta metáfora que los nuevos fieles^ aunque de corta edad, serán como adultos en la virtud ; y que los ancianos lo serán también en sus juiciosas costumbres, y máximas de prudencia : que con sus buenas obras se fabricarán casas ó mansiones en el cielo , etc.

248 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

mo los dias del árbol de la vida ' , y permanecerán largo tiempo ' las obras de sus manos :

23 no se fatigarán en vano mis escogidos, ni ten- drán hijos que los conturben ; porque estirpe de ben- ditos del Señor son así ellos, como sus nietos.

24 Y antes que clamen, yo los oiré : cuando es- tén aun con la palabra en la boca, otorgaré su peti- ción ^

25 El lobo y el cordero pacerán juntos: el león, como el buey, comerá heno ^ : el alimento de la ser- piente será el polvo * : no habrá quien haga daño, ni cause muerte en todo mi santo monte , dice el Señor.

CAPÍTULO LXVI.

El espíritu contrito %j humillado es el templo que el Señor desea para sí; y sin ese espíritu desecha los sacrijficios le- gales. Castiga de la obstinación de la Synagoga , y Jecun- didad de la nueva Iglesia. Los israelitas según el espiritui

son una nueva estirpe que subsistirá eternamente.

1 Esto dice el Señor : El cielo es mi solio , y la tier- ra peana de mis pies : ¿qué casa pves es esa que vos-

1 Apoc. II. V. 7.

2 Esto es , para siempre.

3 Ps. XXXI. V. 5.

4 Metáfora para denotar que hombres de costumbres y climas diferentes , mudados por la gracia del Evangelio , vivirán como hermanos. Véase antes cap. XI. v. 6.

5 Gen. III, v.U.

CAPÍTULO LXVI. 249

Olios edificaréis para , y cuál es aquel lugar donde he de fijar mi asiento ' ?

2 Estas cosas todas las hizo mi mano, y todas ellas son obra mia , dice el Señor. ¿ Y en quién pondré yo mis ojos, sino en el pobrecitoy contrito de corazón, y que oye con respetuoso temor mis palabras ?

3 Aquel que me inmola un buey ^, es como el que degollase un hombre : el que sacrifica un cordero , es como quien descabezase un perro : el que hace una ofrenda , es como quien me presentase la sangre de cerdo : el que se acuerda de ofrecerme incienso es como quien bendijese ú honrase á un ídolo. En efecto todas estas cosas prohibidas en mi Let/ han elegido ellos , según sus antojos ; y su alma ha puesto sus delicias en estas abominaciones,

4 Por lo que yo me complaceré también en bur- larme de ellos , y haré que les acontezcan las cosas desastrosas que temían : ya que llamé , y no hubo

1 Act. VII. v.i'^. XVlI. V. 24. Tenían los judíos una excesiva confianza en su Templo ; y hacían poco caso de cumplir los preceptos de Dios. Véase Jerem. Vil. v. 4. Y así les dice que no es el templo material el que él ama , sino el templo espiritual , ó el corazón humilde y contrito del hombre temeroso de Dios , y que le ama y obedece. Joann. XIV. v. 23.

2 Sin apartarse de sus crímenes. Aquel que sin espíritu de piedad y religión me ofrece el sacrificio de un buey, es como el que degollase, etc. Las ceremonias de la antigua Ley no eran gratas á Dios, cuando se hacían con solos los actos externos , y estando el corazón apegado á los vicios. No tenían en mismas virtud como las de la Ley nueva,

22

250 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

quien respondiese; hablé, y no me escucharon *, y obraron la maldad ante mis ojos : y han querido lo que ya reprobaba.

5 Oid la palabra del Señor vosotros que la escu- cháis con respetuoso temor : Vuestros hermanos que os aborrecen , y os desechan por razón de mi nom- bre , dijeron : Ea , que muestre el Señor en vosotros su gloria , y la reconoceremos al ver la alegría de vuestro rostro. Mas no temáis : ellos quedarán confun- didos.

6 Ya oigo la voz lastimera del pueblo de la ciudad de Jerusalem ^, la voz del Templo, la voz del Señor que da el pago á sus enemigos.

7 Antes del tiempo del parto ha parido la nueva Sion : antes que le viniesen los dolores , ha parido un hijo varón '.

8 ¿ Quién janiás oyó cosa tal , ni quién vio nada

1 Pror. /. V. 24. —Jerem. VIL v. 13.

^ Véase Josepho^ lib. VII. de Bello Jad. cap. 12, donde cnenta la terrible predicción de un tal Jesús, hijo de Hana- ni, que cuatro años antes de ser sitiada Jerusalem por Tito, cuando los judíos aun estaban en plena paz , comenzó á gritar : Voz del Oriente , voz del Occidente , voz contra Je- rusalem, y contra el Templo....] Ay , ay, ay de Jerusalem!

3 La Synagoga desde Abraham á Moysés creció lenta- mente : mas la Iglesia súbitamente y sin fatiga ni trabajo ha parido los Apóstoles , y por medio de estos á infinitos cristianos que han entrado en la Iglesia desde el judaismo y gentilismo. Se dice que ha parido varón, para denotar la robustez de la y la perfección de la virtud, aun en los recien convertidos, y en tiernas y delicadas doncellas.

CAPÍTULO LXVI. 251.

semejante á esto? ¿Pare acaso la tierra en un solo dia el fruto? ¿ O ha sido engendrada nunca de una vez toda una nación ' ? Pues he aquí que Sion se sintió preñada , y parió sus hijos ^.

9 ¿Acaso yo, que hago parir ó doy la fecundidad á los otros , dice el Señor , no pariré yo mismo ? ¿ Yo que doy á los otros succesion , seré acaso estéril , dice «1 Señor Dios tuyo ?

10 Congratulaos /)i/es con la nueva Jerusalem , y regocijaos con cUa todos los que la amáis : rebosad con ella de gozo todos cuantos por ella estáis llorando :

11 á fin de que chupéis así de sus pechos la leche de sus consolaciones ^ celestiales, hasta quedar sacia- dos, y saquéis abundante copia de delicias de su con- sumada gloria.

12 Porque esto dice el Señor : aquí que yo derramaré sobre ella como un rio la paz ^, y como un torrente que todo lo inunda, la gloria de las naciones * : vosotros chup^iréis su leche, á sus pechos seréis llevados , y acariciados sobre su regazo.

13 Como una madre acaricia á su hijito , así yo os consolaré á vosotros , y hallaréis vuestra paz y consolación en Jerusalem.

1 No por cierto.

2 En prodigioso número. Véase Matlh. VIH. v. 11. XII V. 31.

3 / Pet. II. V. 2.

4 O la abnndancia de bienes. Antes c. XLIX. v. 25,

5 Convertidas á la fé.

252 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

14 Vosotros lo veréis, y se regocijará vuestro co- razón , y vuestros huesos reverdecerán como la yerba: y será visible la mano del Señor á favor de sus sier- vos : al paso que hará experimentar su indignación á sus enemigos.

15 Porque aquí que el Señor vendrá en medio de fuego , y su carroza será como un impetuoso tor- bellino para derramar con la indignación suya su fu- ror, y su venganza con llamas de fuego ' :

16 pues el Señor rodeado de fuego , y armado de su espada juzgará á todos los mortales; y será grande 61 número de aquellos á quienes el Señor quitará la Vida.

17 Aquellos que creian santificarse , y quedar pu- ros ^ en los huertos, y lavándose detrás de la puerta ' de sus casas , en lo interior de ellas ; ' que comian carne de cerdo *, y cosas abominables , y ratones ; serán consumidos á una todos , dice el Señor.

1 Es una pintura del juicio final.

2 Sacrificando á los ídolos.

3 Donde la vulgata traduce postjanuam , se lee en mu- chos códices antiguos de la misma , post unam ; y así tra- duce san Gerónimo. Y entonces quiere decir : siguiendo ó adorando la luna : porque Acat ó Eca { de donde el He- cale de los poetas), significa no solo una, sino también luna. También podía traducirse : en los huertos , lavándose uno después de otro detrás de la puerta de ellos : que comian, etc. Aun ahora se ven estos lavatorios ó baños detrás déla puerta en los huertos de varios países cálidos.

4 Lev. XI. V. 29.

CAPÍTULO LXVI. 253

18 Mas yo vendré á recoger sus obras , y sus pen- samientos, y para reunirlos con todas las naciones de cualquiera pais y lengua ' , y comparecerán delante de mi, y verán mi gloria.

19 Y levantaré en medio de ellos una señal de sa- lud ; y de los que se salvaren , yo enviaré á las na- ciones de la otra parte del mar , á la África , á la Lidia (^que son pueblos flecheros) , á la Italia , á la Grecia , á las islas mas remotas , á gentes que jamás han oido hablar de , ni han visto mi gloria. Y es- tos enviados anunciarán á las naciones la gloria mia;

20 y traerán á todos vuestros hermanos de todas las naciones ^, y los ofrecerán como un presente al Señor, conduciéndolos en caballos, y en carrozas, y en literas, y en muías , y carruages á mi monte santo de Jerusalem , dice el Señor, como cuando los hijos de Israel llevan en un vaso puro la ofrenda á la Casa del Señor.

21 Y de entre estos escogeré yo para hacerlos sacerdotes y levitas ' , dice el Señor.

22 Porque como los cielos nuevos , y la nueva tierra que yo haré permanecer siempre delante de ^, así, oh Jerusalem, permanecerá tu descen- dencia y tu renombre , dice el Señor.

1 A fin de darles su merecido.

2 En medio de las cuales habitaban como forasteros.

3 Ya DO serán solo de la tribu de Leví. Y trasladado el sa- cerdocio, era necesario que se mudase también la Ley. Heb. VII. V. 12.

4 Apoc.XXI. V. 1.

254 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.

23 Y de mes en mes y de sábado en sábado' ven- drá todo hombre á postrarse delante de , y me adorará, dice el Señor.

24 Y " saldrán á ver los cadáveres de los que pre- varicaron contra raí ; cuyo gusano no muere nunca , y cuyo fuego jamás se apagará ; y el verlos causará náusea á todo hombre.

1 En todas las fiestas. Heh. IV. v. /. 9. Véase Fiesta.

2 Los habitantes de Jerusalem , esto es , de la Sion ce~ lestial , tendrán siempre presente el castigo de los impíos , para ensalzar mas la misericordia de Dios , que los ha li- brado de ellos.

3 Marc. c. IX. v. 43.

PIN DE LA PROFECÍA DE JSAÍAS.

LA

SAGRADA BIBLIA,

NUEVAMENTE TRADUCIDA AL ESPAÑOL ,

É ILUSTRADA CON NOTAS

POR

DON FÉLIX TORRES AMAT.

EDICIÓN REIMPRESA DE LA SEGUNDA DE MADRID.

TOMO X.

LA PROFECÍA Y LOS THRENOS DE JEREMÍAS Y LA PROFECÍA DE BARUCH.

parís,

LIBRERÍA DE LOS SS. D. VICENTE SALVA É HIJO,

CALLE DE LILLE, S°. 4. 1836.

Imprenta de J. Smith, calle de Montmorencv, n. 16.

ADVERTENCIA

SOBRE LA PROFECiA DE JEREMÍAS.

Jeremías, el segundo de los Profetas llama' dos mayores , fue de estirpe sacerdotal, hijo del sacerdote Helcias , natural de Anatoth , cerca de Jerusaleni. Comenzó á profetizar desde que tenia irnos veinte años ^ y continuó por espacio de cuarenta y cinco : desde el año 13 del reinado de Josias , hasta el quinto después de la ruina de Jerusalem , esto es , desde el 0075 del mundo y 629 antes de Jesu- Christo 5 según la chronica de üserio. Sus profecías se dirigieron no solamente contra los judíos 5 sino también contra el Egypto, la Idumea , los philisteos , los ammonitas, los moabitas, baby Ionios , etc. ; pero su objeto principal fue exhortar á su pueblo á la peni- tencia, anunciándole los castigos que le en^

viaria el Señor. Después del breve reinado de Ton. X. 1

2 ADVERTENCIA .

Jcchónias , trasportada cautiva d Bahylonia la mayor parte del pueUo con su rey^ no cesó Jeremías, reinando Sedéelas el último rey, de exhortar ce penitencia á los restos del piie^ lio judaico que hablan quedado en el pais^ intimándoles la destrucción de la ciudad, y asimismo del Templo , en el cual fundaban sus necias y vanas esperanzas los jitdios car' nales. Tomada finalmente la ciudad por Na- htichódonosor , /ue yn^es/o Jeremías en liber- tad; pero quiso qtiedarse en Jerusalem para consolar á los pocos judíos que quedaban allí. *j^ poco tiempo Ismael^ príncipe de la sangre real, hizo matar á Godolías , d quien los cháldeos habían dejado por gobernador de la Jadea. Entonces los judíos, temerosos de la venganza de los cháldeos, quisieron ir d, bus- car un asilo en Egypto, no obstante que Je- remías les-disnadia de ello, prometiéndoles en nombre de Dios la seguridad y la paz, si se quedaban en Judea. A pesar de eso, obstina- dos, se huyeron d Egypto, llevándose consigo á Jeremías y á su fiel discípulo BarucJi. Jíili no cesó Jeremías de vaticinar las terribles ca-

ADVERTI:^'GIA. %

lamidades con que Dios iba á castigar á los egypcios^ y en las cuales quedarían envuel- tos los judíos , pues que sus costumbres aun iban de mal en peor. Según la constante tra- dición de la Sj/nagoga, seguida por S. Geró- nimo, Tertuliano, y generalmente por los ejsr positores sagrados^ /«zír/ó Jeremías en Táph' nis 5 ciudad principal de EgypiOy apedreado por los mismos judíos.

Es común sentir entre los Padres de la Iglesia que Jeremías vivió y murió virgen; la qiie parece denotarse en el cap. XFI. v, 2. / ejemplo muy singular en aquellos tiempos» Pero la principal dioisa.de este gran Profc' ta es una tiernisima caridad para con sus prójimos ; caridad llena de compasión por sus mal'^s no solamente espirituales , sino también temporales : caridad que no le per- mitia ningún reposo ■; y así es que en medio del tumulto de la guerra, en medio del des- concierto del reino, el cual se iba arruinandOj y en el sitio de Jerusaleni^ durante la misma mortandad del pueblo , trabajó siempre con mucho ardor en la salud de sus conciudada-

4 ADVERTENCIA.

nos : por cuya razón se le dio el hermoso re- nombre de Amante de sus hermanos y del pueblo de Israel '.

El libro de las Lamentaciones , que llama' mos también Threnos como los griegos , es un insigne poema sagrado , lleno de los mas tiernos afectos con que llora el Profeta la destrucción de la santa ciudad^ la ruina del Templo del verdadero Dios, Templo que era la maravilla del mundo ; y lamenta la extrema miseria del pueblo del Señor y su esclavitud. Siempre que leo estas Lamentaciones, decia S. Gregorio JS^azianzeno^ se me añuda la len- gua, se míe saltan las la'grimas, y se me re- presenta delante de los ojos aquella ruina ; y al llanto del Profeta, lloro yo también. Los dolores y gemidos de ^E^v.'íúks figuraban los de nuestro Señor Jesu-Christo ; el cual, en medio de sus acerbísimos dolores é igno- minias ^ exhortaba al pueblo de Jerusalem á llorar la última ruina de la ciudad y del Templo. Pueden también en otro sentido con-^

1 II. Mak. XV. V. 14.

ADVERTENCIA. O

siderarse los Threnos cotno el gemido de la paloma^ esto es , de la Iglesia esposa de Jesd- Christo , oprimida no tanto de los enemigos externos , como de las depravadas costum- bres y escándalos de sus propios hijos \ y asi es que el autor del libro De Plaiictu Ecclesiae, se vale de los Threnos para llorar los pecados de los fieles , y del clero secular y regular. Escribió Jeremías en hebreo estas Lamen- taciones ; y de tal modo que comenzó el pri- mer verso con una palabra , cuya primera letra es la primera del alfabeto ; el segundo verso con la segunda letra, y así los siguientes, hasta concluir el abecedario hebreo: pero en el cap 111. comienza los tres primeros versos con la primera letra, y sigue así el número ternario hasta concluir las letras. De aquí provino el haber comenzado alguno á poner en las Biblias latinas , al principio de cada verso , todo el nombre de la letra hebrea con que comienza el verso en el original hebreo.

Uno de los incrédulos del siglo pasado hace burla de Jeremías porque se puso encima un y^^go^ y se ató á mismo con cadenas, para

ñ A,D\EB.TEXCIL.

e¿&presar d los judíos el cautiverio á que se- rian llevados eíi castigo de sus pecados \ Si esta manera de expresar con vivera los con- ceptos es una señal de locura, es menester que aquel necio y delirante incrédulo con- dene como insensatas á todas las naciones orientales , las cuales siempre han acostum- brado pintar con acciones aquellos objetos con que quieren mover fuertemente la imagina- ción de sus oyentes.

jjsimismo, si en Jeremías se hallan repe- tidas unas 7nismas cosas, repeticiojí que e/ende la delicadeza de algunos inconsidera- dos lectores ; sepan estos qiíe proviene de la dureza injleooihle del pueblo hebreo , y del ad- mirable ze lo y paciencia del Profeta.

\ Javem, XKVII. v. 2.

LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS,

CAPÍTULO PRIMERO.

Ddclara Jeremías cómo fue llamad) al ministerio de profeta. En (los visiones le manifiesta el Señor que el objeto prin- cipal de sus profecía.1 será anunciar la [destrucción de Jerusalem por los chdldeos '.

1 Palabras ó profedas de Jeremías hijo de Helcías, uno de los sacerdotes que habiiaban en Anathoth, ciu- dad de la tierra ó tribu de Benjamín.

2 El Señor pues le dirigió á él su palabra en ios dias de el rey Josías hijo de Ammon, rey de Judá, el año décimo tercero de su reinado.

3 Y se la dirigió también en los dias de el rey Joakim, hijo de Josías, rey de Judá, hasta acabado el año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá; eiío es, hasta la trasportación de los juc.'¿)S desde Jerusalem á Babylom'a en el raes quinto ^.

4 Y el Señor me habió, diciendo :

5 Antes que yo te formara en el seno materno, te

1 Desde el año 3375 dsl mundo ; 629 antes de Jesü- Christo , hasta el de 3416 , en qae fue la ruina de Jeru- s-ilem. Pero aun desiuies profetizó en EgyptOj donde mu- rió. Cap.XLIV.Y^I- í'12.

2 Del año 3416 D£L munco.

S LA PROFECÍA DE JEREMÍAS,

conocí ' ; y antes que nacieras, le santifiqué b se- gregué ^, y te destiné para Profeta entre las naciones.

6 A lo que dije yo : ¡ Ah ! ¡ ah ! Señor Dios ! ¡ Ah ! bien veis vos que yo casi no hablar, porque soy to- davia un jovencito.

7 Y me replicó el Señor: No digas, soy un joven- cito , porque con mi auxilio ejecutarás todas las co- sas para las cuales te comisione, y todo cuanto ye te encomiende que digas, lo dirás.

8 No temas la presencia de aquellos á quienes te enviare : porque contigo estoy yo para sacarte de cual- quier embarazo, dice el Señor.

9 Después alargó el Señor su mano , y tocó mis labios; y añadióme el Señor : Mira, yo pongo mis pa- labras en tu boca :

10 aquí que hoy te doy autoridad sobre las na- ciones y sobre los reinos para intimarles que los voy á desarraigar, y destruir, y arrasar, y disipar, y á edifi- car y plantar otros.

1 1 Luego me habló el Señor, y dijo : ¿Qué es eso que ves tú, Jeremías? Yo estoy viendo, respondí, la vara de uno que está vigilante ^•

1 Véase Conocer.

2 Véase Santo , Saníifi'ar. San Agustin y otros Padres creen que Jeremías fue purificado del pecado original antes de nacer, como después lo fue e! Bautista. Lib. IV. Op. imp. contra Julián, cap. XXXIV.

3 El hebreo dice "{pZ^ '^^'¡2 Una vara (le almendro (sin hojas, ni flores), esto es, un eminente castigo.

CAPITULO í. íí

12 Y díjome el Señor : Así es como has vislo ' : pues yo seré vigilante en cumplir mi palabra.

13 Y hablóme de nuevo el Señor, diciendo: ¿Qué es eso que ves? Veo, respondí, una olla ó calde- ra - hirviendo, y viene de la parle del Norte.

1 4 Entonces me dijo el Señor : Eso te indica que del Norte ' se difundirán los males sobre todos los ha- bitantes de la tierra esta.

1 5 Porque aquí que yo convocaré todos los pue- blos de los reinos del Norte, dice el Señor; y vendrán, y cada uno de ellos pondrá su pabellón á la entrada de las puertas de Jerusalem, y al rededor de todos sus muros, y en todas las ciudades de Judá.

16 Y yo trataré con ellos de castigar toda la ma- licia de aquellos que me abandonaron á mí, y ofre- cieron libaciones á dioses extrangeros, y adoraron á los: Huios obra de sus manos *.

1 Esa vara es la de mi justicia.

2 Ezech. XI. V. 3. Metáfora tomada de las calderas en que los judíos veian cocerse en el atrio del Templo las carnes de las víctimas ofrecidas á Dios : carnes qne ser- \¡an después para los sacerdotes y para los convites reli- giosos que celebraban los judíos ante el Templo en la pre- sencia del Señor.

3 Estoes, de la Cháldea. Después cap. IV. v. 6. Deut. XII. V. 14.

4 Cap. XXXTX. V. 3. Por medio de los cháldeos cas- tigaré á mi pueblo , que me ha abandonado. Según refiere Josepho ( Lib. X. c. 10. Antiquit. ) después que Nabuchó- donosor tomó á Jerusalem, dijo á su rey Sedecíag estas pa-

10 LA. PROFECÍA DE JERE!\ií¿VS.

17 Ahora pues ponte haldas en cinta ', y anda luego, y predícales todas las cosas que yo te mando : no te detengas por temor de ellos ; porque yo haré que no temas su presencia.

18 Puesto que en este día te constituyo como una ciudad fuerte, y como una columna de hierro, y un muro de bronce contra toda la tierra e.s7a; contra los reyes de Judá, y sus principes, y sacerdotes, y la gente del pais "^ :

19 los cuales te harán guerra ; mas no prevalecerán: pues contigo estoy yo, dice el Señor, para librarte.

CAPITULO II.

Quéjase el Señor amargamente de los judíos, y eapecial- mente de hs pastores y profetas falsos: y por Jeremías les intima su próxima ruina en caslicjo de sus maldades.

1 Y hablóme el Señor, y me dijo :

2 Anda y predica á toda Jerusalem, diciendo : Est) dice el Señor.: Compadecido de tu mocedad me he acordado de tí, y del amor que te tuve, cuando ' me desposé contigo, y cuando después me seguiste en el Desierto, en aquella tierra que no se siembra.

labras : El gran Dios, al cual hollaba tu malicia, te ha sujetado á mi imperio.

1 Véase Vestido.

2 Cap. VI. r. 27.

3 Separándote del resto de las naciones. Ez. XVI v. 8.

CAPÍTULO ir. 11

3 Israel está consagrado al Señor, y es como las primicras de sus frutos: lodos los que le devoran, se hacen reos de pecado, y iodos los desastres caerán so- bre ellos, dice el Señor.

4 Ahora pues oid la palabra del Señor vosotros los de la casa de Jacob, y vosotras todas las familias del linage de Israel.

5 Esto dice el Señor ; ¿ Qué tacha hallaron en vuestros padres, cuando se alejaron de mi, y se fue- ron tras de la vanidad de los ídolos ' , haciéndose también ellos vanos ^ ?

6 ÍNi siquiera dijeron : ¿ En dónde está el Señor que nos sacó de la tierra y esclavitud de Egyplo : que nos condujo ^ por el Desierto, por una tierra inhabi- table, y sin senda alguna, por un pais árido, é ima- gen de la muerte, por una tierra que no pisó nunca ningún mortal, ni habitó humano viviente ?

7 Yo os introduje después en un pais fertiiísimo *, para que comieseis sus frutos, y gozaseis de sus deli- cias ; y vosotros así que hubisteis entrado, profanas- teis mi tierra ^ ; é hicisteis de mi heredad ün objeto de abominación.

1 ñJich. VI V. 3.

2 O insensatos , como los mismüs simulacros que ado- raron ? P.s. CXIJI V. 8.

3 jMilasrosamente.

4 O también : En una tierra que toda ella era tai Car- melo. Véase Carmelo.

5 Con vuestías idolatrías.

15 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

8 Los sacerdotes ' no dijeron tampoco : ¿ En dónde está el Señor ? Los depositarios de la Ley me descono- cieron,, y prevaricaron contra mis preceptos los mís-- mos pastores ó cabezas ele mi pueblo ; y los profetas profetizaron invocando el nombre de Baal ' , y se fueron en pos de los ídolos.

9 Por tanto yo entraré en juicio contra vosotros, dice el Señor, y sostendré la justicia de mi causa con- tra vuestros hijos.

10 Navegad á las islas de Cethim * , é informaos: enviad á Cedar ^ y examinad con toda atención lo que allí pasa, y notad si ha sucedido cosa semejante.

1 1 Ved si alguna de aquellas naciones cambió sus dioses : aunque verdaderamente ellos no son dioses ^ : pero mi pueblo ha trocado la gloria suya ^ por un ídolo infame.

12 Pasmaos, cielos, á vista de esto ; y vosotras, oh puertas celestiales, horrorizaos en extrem.o sobre este hecho, dice el Sañor.

13 Porque dos maldades ha cometido mi pueblo : me han abandonado á mí, que soy fuente de agua viva,

1 Olvidándose de su ministerio, callaron. '2 Tenia el ídolo Baal gran número de falsos profetas. Véase Baal. III. Reg. XFIII. v.^'l.—IV.Reg. XXI v.3.

3 O regiones de ultramar.

4 O países de Oriente.

5 Esto es, los simulacros que adoran.

6 Que era el Seíior. Véase Ezr.ch. <:. V. v. 7 . Rom. c. Jl. r. 1!, 14,

TAPÍTULO n. 13

y han ido á fabricarse aljibes , aljibes rotos que no pueden retener las aguas.

14 ¿ Es acaso Israel algún esclavo, ó hijo de es- clava ? ¿ Pues por qué ha sido entregado en presa de los encmiyos ?

15 Rugieron contra él los leones, y dieron brami- dos : su pais le redujeron á un páramo : quemadas han sido sus ciudades, y no hay una sola persona que habite en ellas.

16 Los hijos de iMémphis y de Táphnis te han cubierto de oprobio é infamia hasta la coronilla de tu cabeza.

17 ¿ y por ventura no te ha acaecido todo esto, porque abandonaste al Señor Dios tuyo , al tiempo que te guiaba en tu peregrinación ?

18 Y ahora ¿ qué es lo que pretendes con an- dar acia Egypto , y con ir á beber el agua turbia del Nilo ' ? ¿ O qué tienes que ver con el camino de Asyria , ni para qué ir á beber el agua de su rio Evphrales?

19 Tu malicia, oh pueblo ingrato, te condenará, y gritará contra tu apostasia. Reconoce pues y ad- vierte ahora cuan mala v amarga cosa es el haber

1 Muchas veces los hebreos , cuando permitía Dios que fuesen afligidos por los egypcios, eu lugar de pedir perdón á Dios, imploraban el auxilio de los asyrios; y cuando es- tos eran sus opresores, acudían á pedir socorro á los egyp- cios : de lo cual se quejaba Dios muy frecuentemente por los I'rofetas. h. XXX. v. 2.

2

14 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.

'í¿)andonado al Señor Dios tuyo , y el no haberme te- mido á mí, dice el Señor Dios de los ejércitos.

20 Ya desde tiempo antiguo quebraste mi yugo, rompiste mis coyundas , y dijiste: No quiero servir al Señor. En efecto, en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso te has prostituido cual muger disoluta '.

21 Yo en verdad te planté cual viña escogida, de sarmientos de buena calidad ^, ¿pues cómo has dege- nerado , convirtiéndote en viña bastarda ?

22 Por mas que te laves con nitro, y hagas con- tinuo uso de la yerba borith ', á mis ojos quedarás siempre sórdida por causa de tu iniquidad , dice el Señor Dios.

23 ¿ Y con qué cara dices tú: Yo no estoy conta- minada ; no he ido en pos de los Baales ó ídolos ? Mira tu conducta allá en aquel valle ^ ; reconoce lo que has hecho , dromedaria desatinada ^ que vas gi- rando por los caminos:

24 cual asna silvestre , acostumbrada al desierto ,

1 Adorando á los dioses de las naciones. Después rap. III. V. 6.

2 h. V. V. l. Malih. XXI. V. 33.

3 Yerba jabonera . qne no solamente servia para lim- piar las manchas de la ropa , sino qne la usaban las niu- geres de aquel pais para lavarse y dar lustre á la piel. Algunos creen qne es la sosa ó harrxUit.

4 De Ennon , donde est i el ídolo Moloch.

'^5 Compara la nación judaica, prostituida al culto ae lo ídolos y Ueua de vicios , á los animales cuando están como furiosos.

CAPITULO 11. 15

que en el ardor de su apetito va buscando con su ol- fato aquello que desea', nadie podrá detenerla; to- dos los que andan buscándola , no tienen que cansarse: la encontrarán con las señales de su inmundicia *.

25 Guarda tu pié de la desnudez, y tu garganta de la sed '. ]Mas has dicho: Desespeíada estoy; por ningún caso lo haré; porque amé los dioses extraños, y tras ellos andaré.

26 Como queda confuso un ladrón cuando es co- gido en el hurto, así quedarán confusos los hijos de Israel , ellos , y sus reyes , los príncipes y sacerdotes, y sus profetas:

27 los cuales dicen á un leño: eres mi padre ; y á una piedra: me has dado el ser. Volviéronme las espaldas, y no el rostro: y al tiempo de su an- gustia , entonces dirán: Ven luego, Stflor , y sál- vanos '*.

28 ¿ Dónde están , les responderé yo, aquellos dioses tuyos que te hiciste? acudan ellos y lí- brente en el tiempo de tu aflicción : ya que eran tantos tus dioses , oh Judá , como tus ciudades ^.

29 ¿ Para qué queréis entrar conmigo en juicio,

1 O va en pos del huelgo del ohjeio que ama,

2 En sus meses de preñado, cuando ande pesada , y pueda andar poco,

3 No te abandones, corriendo tras de las abominaciones de los ídolos. Véase la significación de agua, EccL XXVI. V. 15.

4 Cap. XXXII. t. as.

5 Cap. XI. V. 13.

16 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

ájin de excusaros ? Todos vosotros me habéis aban- donado , dice el Señor.

30 En vano castigué á vuestros hijos ' ; ellos no hicieron caso de la corrección ; antes bien vuestra espada acabó con vuestros Profetas: como león des- trozador,

31 así es vuestra raza perversa. Mirad lo que dice el Señor : ¿ Por ventura he sido yo para Israel algún desierto , ó tierra sombría que tarda en fructificar ? ¿Pues por qué motivo me ha dicho mi pueblo : Nos- otros nos retiramos "" ; no volveremos jamás á ?

32 i Podrá acaso una doncella olvidarse de sus ata- víos , ó una novia de la faja que adorna su pecho ? Pues ello es que el pueblo mió se ha olvidado de innumerables días.

33 ¿ Cómo intentas demostrar ' ser recto tu proceder para ganarte mi amistad , cuando aun" has enseñado á otros tus malos pasos ,

34 y en las faldas de tu vestido '^ se ha hallado todavía la sangre de los probrecitos é inocentes ^ ? No los hallé muertos dentro de escondrijos, sino en todos los lugares y parages que acabo de decir.

35 Sin embargo dijiste eon descaro : Sin culpa estoy yo é inocente : y por tanto alójese de tu

1 O de vuestro pueblo.

2 Abandonados ya de tí.

3 O también : Cómo te empeñas en hacer ver que, etc.

4 En tus mismas manos. Así traducen los Setenta.

5 Que has sacrificado ?

CAPITULO III. 17

indignación. Pues mira, yo he de entrar contigo en juicio, porque has dicho : No he pecado.

36 ¡ Oh, y cómo te has envilecido hasta lo sumo volviendo á tus malos pasos ! serás burlada del Egypto ' , como lo fuiste ya de Ássur.

37 , volverás también de Egypto avergonzada, con tus manos sobre la cabeza ^ ; por cuanto el Señor ha frustrado enteramente la confianza tuya , y no tendrás allá prosperidad ninguna '.

CAPÍTULO III.

El Señor con suma bondad llama oirá vez á á su pueblo. Gloría de Jerusalem con la reunión de los dos reinos de Judá y de Israel, y la agregación de todas las naciones.

1 Comunmente se dice : Si un marido repudia á su muger, y ella separada de este toma otro marido, ¿acaso volverá jamás á recibirla '*? ¿No quedará la tal muger inmunda y contaminada ? Tú, es cierto, que has pecado con muchos amantes : esto no obstante vuélvete á , dice el Señor, que yo te recibiré.

2 Alza tus ojos á los collados, y mira si hay lugar donde no te hayas prostituido : te sentabas en medio de los caminos , aguardando á los pasageros para

1 Cayo auxilio imploras. Te sucederá los mismo que cuando imploraste el auxilio de los asyrios. IV. Reg. XV J. V. 7. —II. Par. XXFIII v. 16.

2 IF. Reg. XXIIl V. 29.

3 Nada te saldrá allí prósperamente.

4 Deut. XXIV. V. 4.

18 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

entregarte á ellos, como para robar se pone el la- drón en sitio solitario : y contaminaste la tierra con tus fornicaciones y tus maldades.

3 Por cuya causa cesaron las lluvias abundantes , y faltó la lluvia de primavera '. empero, en vez de arrepenUrte , presentas el semblante^ de una mu- ger prostituta, ó descarada : no has querido tener ru- bor ninguno.

4 Pues á lo menos desde ahora arrepiéntete y díme : eres mi padre, el que velabas sobre mi vir- ginidad ':

5 ¿acaso has de estar siempre enojado, ó manten- drás hasta el fin tu indignación? Pero '^ aquí que has hablado así, y has ejecutado toda suerte de crímenes , hasta no poder mas.

6 Dijome también el Señor en tiempo del rey Josías : ¿ No has visto las cosas que ha hecho ja rebelde [sraél * ? Fuese á adorar sobre todo monte alto , y debajo de todo árbol frondoso, y allí se ha prostituido.

7 Y después que hizo ella todas estas cosas , le dije yo : Vuélvele á mí, y no quiso volverse. Y su her- mana Judá la prevaricadora vio

1 La del otoño suele llamarse en latín temporánea , en castellano temprana,

2 La farlm ó el deacarn.

3 Guia ó custodio de la virginidad , es una perífrasis , que equivale á esposo. Prov. II. v. 17.

4 Mas á pesar de decir esto.

5 O el reino de las diez tribus ?

CAPÍTULO 111. 19

8 que por haber sido adúltera la rebelde Israel, yo la había desechado , y dado libelo de repudio : y no por eso se amedrentó su hermana la prevaricadora Judá , sino que se fue é idolatró también ella.

9 Y con la frecuencia de sus adulterios ó ídolatriis contaminó toda la tierra , idolatrando con las piedras y con los leños '.

10 Y después de todas estas cosas no se convirtió á mí, dice el Señor, su hermana la prevaricadora Judá con todo su corazón , sino fingidamente.

11 Y así díjome el Señor : La rebelde Israel viene á ser una santa, en comparación de Judá la prevari- cadora.

12 Anda y repite en alta voz estas palabras ^ acia el Septentrión , y di : Conviértete, oh rebelde Israel, dice el Señor ; que no torceré yo mi rostro para no mirarte ; pues yo soy ?,anlo i/ benigno^ ^ dice el Señor, y no conservaré siempre mi enojo.

13 Reconoce empero tu infidelidad ; pues has pre- yaricado contra el Señor Dios tuyo, y te prostituíste á los d/'oses extraños ^ debajo de todo árbol frondoso, y no escuchaste mi voz , dice el Señor.

14 Convertios á , oh hijos rebeldes, dice el

1 Que veneraba como dioses.

2 A las diez fribiis que están allí cautivas.

3 Según el texto hebreo, y los Setenta puede tradu- cirse berJgno ó misericordioso.

4 Según los Setenta puede traducirse : dirigiste tus pa- sos á buscar [ or acá y acullá dioses extraños para adorar- los, fizer/t. XT/ r. 25.

20 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

Señor : porque yo soy vuestro esposo , y escogeré de vosotros uno de cada ciudad, y dos de cada familia ', y os introduciré en Sion.

15 Y os daré pastores según mi corazón, que os apacentarán con la ciencia y con la doctrina ^.

16 Y cuando os habréis multiplicado y crecido sobre la tierra, en aquellos dias, dice el Señor, no se hablará ya de la Arca del Testamento del Señor ; ni se pensará en ella , ni habrá de ella memoria , ni será vi- sitada , ni se hará ya nada de esto '.

1 7 En aquel tiempo Jerusalem será llamada Trono del Señor : y se agregarán á ella las naciones todas , en el nombre del Señor , en Jerusalem , y no seguirán la perversidad de su pésimo corazón.

r 1 8 En aquel tiempo la familia 6 reino de Judá se reunirá con la familia de Israel , y vendrán juntas de la tierra del Septentrión '* á la tierra que di á vues- tros padres.

1 Esto es, á algunos, no á todos los del pueblo de Israel. Puede aludir á los judios que abrazaron luego el Evangelio.

2 No solamente deben ser virtuosos loa ministros de la Religión , sino también sabios ó instruidos en la palabra divina, como dice el Apóstol , ad Til. cap. J. v. 9.

3 Porque el nuevo pueblo tendrá á Jesu-Christo, que residirá personalmente en medio de su Iglesia; y cesarán las figuras y ceremonias de la antigua Ley, que le repre- sentaban.

4 El Norte ó Septentrión , como región mas apartada de la luz, suele significar en la Escritura una cosa mala , ú origen de males ; al contrario del Oriente. Véase S. Geró- nimo.

CAPÍTULO III. 21

19 Entonces dije 'yo: j Oh cuántos hijos te daré á ! Yo te daré la tierra deliciosa ; una herencia escla- recida de ejércitos de gentes. Y añadí : me llama- rás padre , y no cesarás de caminar en pos de mí.

20 Pero como una muger que desprecia al que la ama, así me ha desdeñado á la familia de Israel , di- ce el Señor.

•21 Clamores se han oido en los caminos , llantos, alaridos de. los hijos de Israel , por haber procedido in- fielmente , olividados del Señor su Dios.

22 Convertios á , hijos rebeldes , que yo os perdonaré vuestras apostasías. aquí, oh Scñ'tr, que ya volvemos á : porque eres el Señor Dios nuestro.

23 Verdaderamente no eran mas que embuste io- dos los Ídolos de los collados y de tantos montes : verdaderamente que en el Señor Dios nuestro está la salud de Israel.

24 Aquel culto afrentoso consumía desde nues- tra mocedad los sudores de nuestros padres, sus rebaños , y sus vacadas , sus hijos y sus hijas.

25 Moriremos en nuestra afrenta, y quedaremos cubiertos de nuestra ignominia : porque contra nues- tro Dios hemos pecado nosotros y nuestros padres , desde nuestra mocedad hasta el dia de hoy : y no hemos escuchado la voz del Señor Dios nuestro.

¿2 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

CAPÍTULO IV.

Exhorta Dios por Jeremías á los judíos á la verdadera penitencia ; y íes anuncia, si no la hacen, la irrupción de los cháldeos.

1 Oh Israel, si te has de convertir de tus extravias, conviértete á de coraron / dice el Señor '. Si quitas tus escándalos ó ídolos de mi presencia , no serás removido de tu tierra.

S Y sea tu juramento (hecho con verdad , en juicio , y con justicia) : Viva el Señor ^ : y bendeci- rán y alabarán al Señor las naciones todas.

3 Porque esto dice el Señor á los varones de Judá y de Jerusalem : reparad vuestro barbecho '. y no sembréis sobre espinas *.

4 Circuncidaos por amor del Señor , y separad de vuestro corazón las inmundicias ^ , oh vosotros varones de Judá , y moradores de Jerusalem : no sea que se manifieste cual fuego abrasador mi enojo,

1 Puede traducirse : Oh Israel, si te convirtieres de tus extraiíus , volverás á mi gracia.

2 Es pues lícito el juramento, cuando se hace con las condiciones necesarias. Otros traducen: con juicio, ó coa discreción. Véase Juramento en el índice alfahe'lico.

3 Osece X V. 12.

4 No hagáis que vuestra religión ó culto sea solo apa- rente é inútil,

5 Rom. 11. V. 28.

CAPITULO IV. 23

y suceda un incendio , y no haya quien pueda apa- garle por causa de la malicia de vuestros designios.

5 Anunciad pues á Judá todo esto, é intimadlo á Jerusalem : echad la voz, y tocad la trompeta por todo el pais ; gritad fuerte y decid : Juntaos y encerré- monos en las ciudades fortificadas :

6 alzad en Sion el estandarte ' : fortificaos, y no os detengáis; porque yo hago venir del vSeplentrion el azote, y una gran desolación.

7 Ha salido el león de su guarida, y se ha alzado el destrozador ó conquistador ^ de las gentes : se ha puesto en camino para asolar tu tierra : arruinadas serán tus ciudades, sin que quede un solo morador.

8 Por tanto vestios de cilicio, prorumpid en llan- to y en alaridos ; pues que la tremenda indignación del Señor no se ha apartado de nosotros.

9 En aquel dia, dice el Señor, desfallecerá el co- razón del rey, y el corazón de los principes ; estarán atónitos los sacerdotes, y consternados los profetas.

10 Y yo dije al oir eso : ¡ Ay, ay, Señor Dios raio ! •^ay! ¿y es posible que hayas permitido quelosfahos profetas alucinasen á este pueblo tvt/o, -y á Jerusalem, diciendo : Paz tendréis vosotros ; cuando aquí que la espada del enemigo ha penetrado hasta el corazón ?

11 En aquel tiempo se dirá á este pueblo y á Je- rusalem : Un viento abrasador sopla de la parte del Desierto, en el camino que viene de Balnjlonia á la

1 Para que acudan todos á defenderla.

2 Esto es , Nabucliódonosor.

24 L\ PROFECÍA DE JEREMÍAS.

bija de mi pueblo ' , y no es viento para aventar y lim- piar et grano ^,

12 Un viento mas impetuoso me vendrá de aquel lado ', y entonces yo les haré conocer la severidad de mis juicios.

13 aquí que el ejército enemigo vendrá como una espesa nube, y sus carros de guerra como un tor- bellino : mas veloces que águilas son sus caballos. ¡ Ay desdichados de nosotros ! dirán entonces : somos per- didos.

14 Lava pues, oh Jerusalem, tu corazón de toda malicia, si quieres salvarte. ¿ Hasta cuándo tendrán acogida en los pensamientos nocivos, ó perversos?

15 Mira que ya se oye la voz de uno que llega de Dan, y anuncia y hace saber que el ídolo * está vi- niendo por el monte de Ephraim.

16 Decid pues á las gentes : Sabed que se ha oido en Jerusalem que vienen las milicias ó tropas enemi- gas de lejanas tierras, y han alzado ya el grito contra las ciudades de Judá.

1 7 Se estarán dia y noche al rededor de ella, co-

1 O á Jerusalem.

2 Sino para abrasar y consumir las plantas.

3 Para ser instrumento de mi justicia : ij entonces , etc. Aquí el nunc de la Vulgata equivale á tnnc\ porque se considera el castigo ya presente, y realmente lo era para el que hablaba, que es Dios. Pero para quitar toda ambi- güedad, he traducido entonces , como hace Martini y otros.

4 El ídolo del P'uego , á quien llevaban al frente de sus escuadrones los cháldeos -, ó bien el estandarte de Baal.

CAPITULO IV. 25

mo los guardas. en las heredades ; porque me Ili pro- ;Yocado á ira, dice el Señor.

18 Tus procederes y tus pensamientos te han oca- sionado, oh Jenisalem, estas cosas ' : esa malicia luya es la causa de la amargura que ha traspasado tu co- razón.

19 ¡Ah! mis entrañas, las entrañas mias se han conmovido de dolor j/ congoja : todos los interiores afectos de mi corazón están en desorden : no puedo callar, cuando ha oido t/a mi alma el sonido de la trompeia, el grito de la batalla.

20 Ha venido desastre sobre desastre, y ha que- dado asolada toda la tierra: de repente, en un mo- mento fueron derribadas mis tiendas y pabellones.

2 1 ¿ Hasta cuándo he de ver fugitivos á los de mi pueblo, y he deoir el sonido déla trompeta enemiga?

22 El necio pueblo mió, dice el Señor, no me co-' noció : hijos insensatos son y mentecatos : para hacer el mal son sabios ; mas el bien no saben hacerle.

2'A Eché una mirada á la tierra, y la vi vacía y sin nada ; y á los cielos, y no habia luz en ellos :

24 miré los montes, y reparé que temblaban, y -que todos los collados se estremecían.

25 Estuve observando la Judea, y no se y eia un hombre sijuiera: y se habían retirado del pais todas las aves del cielo.

26 IMiré y vi convertidas en un desierto sus férti-

1 Sap, I. V. 3, 5.

26 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

les campiñas : todas sus ciudades han quedado des- truidas á la presencia del Señor , á la presencia de su tremenda indignación.

27 Pero héaquí lo que dice el Señor : Toda la tierra de Judci quedará desierta : mas no acabaré de arrui- narla del todo.

28 Llorará la tierra, y se enlutarán arrriba los cie- los , por razón de lo que decreté ; resolvílo y no me arrepentí, ni ahora mudo de parecer.

í 29 Al ruido de la caballería y de los flecheros echó á huir toda la ciudad : corrieron á esconderse entre los riscos, subéronse á los peñascos : fueron desampara- das todas las ciudades, sin que quedase en ellas un solo habitante.

30 ¿ Y qué harás ahora, oh desolada hija de Sion ? ¿ qué harás ? Por mas que te vistas de grana, aunque le adornes con joyeles de oro, y pintes con antimonio tus ojos ', en vano te engalanarás : tus amantes te han desdeñado, quieren acabar contigo.

31 Porque he oido gritos como de muger que está de parto , ansias y congojas como de primeriza "^ ; la voz de la hija de Sion moribunda que extiende sus manos , y dice ; ¡ Ay de ! que me abandona mi al- ma al ver la mortandad de mis hijos.

1 IV. Reg. IX. V. 30. En lugar de im ojos puede enten- derse iu roiíro , suponiendo aquí la figura sinécdoque en que se toma la parte por el todo.

2 La voz hebrea HTID-O ir.ahqvira , y la griega Tt^a- roroytoJffng significa la niiiger que pare por primera vez, cuyo parto es mas difícil y doloroso.

27

CAPITULO V,

El Señor, en vista de haber llegado á lo sumo las maldades de su pueblo , te anuncia que va á castigarle por medio de un pueblo extrangero.

1 Recorred las calles de Jerusalem , ved, y obser- vad ; y buscad en sus plazas si encontráis un hombre que obre lo que es justo, y que procure ser fiel ' ; y si le halláis, yo usaré con ella de misericordia.

2 Pues aun cuando ^ dicen todavía : Vive el Señor, Dios verdadero ; aun entonces juran con mentira.

3 Señor, tus ojos están mirando siempre la fideli- dad ó verdad: azotaste á estos perversos, y no les do- lió : molístelos á golpes , y no han hecho caso de la corrección : endurecieron sus frentes mas que un pe- ñasco, y no han querido convertirse á ti.

4 Entonces dije yo : Tal vez estos son los pobres é idiotas , que ignoran el camino del Señor, los juicio s de su Dios.

5 Iré pues á los principales del pueblo y hablaré á ellos : que sin duda esos saben el camino del Señor , los juicios de su Dios. Pero hallé que estos aun mas que los otros , todos á una quebrantaron el yugo del Señor, rompieron sus coyundas.

í O que quiera seguir la verdad. Ks una hipérbole para significar cnán pocos eran los j'is'os en Jernsalem. 2 Para asegurar, ó dar de alguna cosa.

28 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

6 Pero el león del bosque ' los ha desgarrado : el lobo al anochecer los ha exterminado : el leopardo es- tá acechando en torno de sus ciudades : todos cuantos salgan de ellas , caerán en sus garras : porque se han multiplicado sus prevaricaciones, y se han obstinado en sus apostasías.

7 ¿ Por qué título "^ podré yo inclinarme á serte propicio á , oh pueblo rebelde "^ Tus hijos me han abandonado, y juran por el nombre de aquellos que río son dioses : yo los colmé de bienes, y ellos se han entregado al adulterio, y han desahogíido su lujuria en casa de la muger prostituta.

8 Han llegado á ser como caballos padres des^n - frenados, y en estado de calor : con tanto ardor persi- gue cada cual la muger de su prójimo ^

9 Pues qué, ¿no he de castigar yo estas cosas, dice el Señor, y no se vengará mi alma de' una tal gente ?

10 Escalad, oh pueblos de Clá'dea , sus mm'os , V derribadlos : mas no acabéis del todo con ella : quitadle los sarmientos '*, porque no son del Señor :

11 puesto que la casa de Israel y la casa de Judá han pecado enormemente contra mí, dice el Señor.

1 Nabuchódonosor es llamado león por su poder, lobo por su voracidad y avaricia, y leopardo por la celeridad en sus empresas.

2 O con qué motivo.

3 Ezedi. XXII.v.n.

4 Llevaos cautivos sus hijos.

CAPÍTULO V. 29

1*2 Ellas renegaron del Señor, y dijeron : No es él el Dios verdadero : no nos sobrevendrá ningún de- sastre : no veremos la espada ni la hambre ' .

13 Sus profetas hablaban al aire ; y no tuvieron jamás respuesta de Dios. Tales cosas pues á ellos les sobrevendrán , 7io á nosoiros.

14 Esto me dice el Señor Dios de los ejércitos : Porque habéis proferido vosotros tales palabras , aquí, oh Jeremiis , que yo desde ahora pongo en tu boca mis palabras cual fuego devorador , y le doy ese pueblo por leña , para que sea de él consumido.

15 Yo voy á traer sobre vosotros , oh familia de Israel, dice el Señor , una nación lejana , nación ro- busta , nación antigua ^ , nación cuya lengua no sabrás, ni entenderás lo que habla.

16 Su aljaba es como un sepulcro abierto ^ ; todos ellos son valerosos soldados.

17 Esta nación conquistadora se comerá tus co- sechas y tu pan : se tragará tus hijos y tus hijas * : co- merá tus rebaños y tus vacadas ; acabará con tus vi- ñas y tus higuerales : y asolará con la espada tus fuer- tes ciudades, en que tienes puesta la confianza.

1 Como han vaticinado los Profetas.

2 Los chdldeos traian su origen de Nemrod, fundador del imperio de Babylonia. Gen. X. v. 10— Deut. XXVIÍI. V. 4Q. BaruchIF. v. 16.

3 Cuantas saetas salen de ella, otras tantas muertes cansan.

4 Ea castellano suele decirse para ponderar el terror que causa alguno : se come viva la gente.

*

30 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

18 Con todo eso, en aquellos dias no acabaré del todo con vosotros, dice el Señor.

19 Que si dijereis : ¿ Por qué ha hecho el Señor Dios nuestro contra nosotros todas estas cosas ' ? les responderás : Así como vosotros me habéis aban- donado á mí, dice el Seíior, y habéis servido á los dioses extraños en vuestra tierra, así les serviréis ahora en tierra extrangera.

20 Anunciad esto á la casa de Jacob, y pregonadlo en Judá, diciendo :

2 1 Escucha, oh pueblo insensato, y sin cordura; voso- tros que teniendo ojos no veis, y teniendo orejas no oís.

22 ¿ Conque á no me temeréis, dice el Señor, ni os arrepentiréis delante de ? Yo soy el que al mar le puse por término la arena, ley perdurable que no quebrantará : levantarse han sus olas, y no tras- pasarán sus límites; y se encresparán, pero no pasarán mas adelante.

23 Pero este pueblo se ha formado un corazón in- crédulo y rebelde : se han retirado de mí, y se han ido en pos de los ¿dolos ;

24 en vez de decir en su corazón : Temamos al Señor Dios nuestro, ^'que nos da á su tiempo la lluvia temprana y la tardía, y que nos da todos los años una abundante cosecha.

25 Vuestras maldades han hecho desaparecer estas cosas ; y vuestros pecados han retraído de vosotros el bien estar:

1 Cap, XVI. V. 10.

CAPÍTULO VL 31

t6 por cuanto se hallan impíos en mi pueblo, ace- chando como cazadores, p-oniendo lazos y pihuelas para cazar hombres.

27 Como jaula ó red de cazadores llena de aves, así están sus casas llenas de fraudes; con ellos se han engrandecido y se han hecho ricos.

28 Engrosáronse y engordaron; y han violado pésimamente mis preceptos. No han ' administrado justicia á la viuda, ni han defendido la causa del huér- fano, y no hicieron justicia al pobre ' .

29 ¿ Cómo no he de castigar yo estas cosas, dice el Señor ? ¿ ó cómo puede mi alma dejar de tomar ven- ganza de una tal gente ?

30 Cosa asombrosa, cosa muy extraña es la que ha sucedido en esta tierra :

31 los profetas profetizaban mentiras, y los sacer- dotes los aplaudían con palmoteo : y mi pueblo gustó de tales cosas : ¿ qué será pues de él al llegar su íin ?

CAPITULO VI.

Viendo el Señor que á pesar de la predicación de Jeremías el pueblo no se convierte, pronuncia contra este la senten- cia final, y confirma á Jeremías en su ministerio.

1 Esforzaos , oh hijos de Benjamín , en medio de Jerusalem , y tocad el clarín de guerra en Thecua' ,

1 O no patrocinaron su causa. Is. I. r. 23. Zach.VII . t). 10.

2 Roboam había hecho en Thecua un arsenal. II. Paral. XI. V. Q, llj 12 El profeta habla aquí irónicameute.

32 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

y alzad una bandera ' sobre Bethacarem : porque acia él Septentrión se deja ver un azote y una calamidad grande.

2 Yo he comparado la íiija de Sioh á una hermosa y delicada doncella ^.

3 A ella sitiarla) acudirán los pastores, ó capi- tanes, con sus rebaños : plantarán al rededor sus pa- bellones : cada uno cuidará de los que están bajo sus órdenes.

4 Declaradle solemnemente la guerra ^ Vamos * y escalémosla en medio del dia. Mas ¡ ayde nosotros! el dia va ya declinando ; se han extendido mucho las sombras de la tarde.

5 Ea pues, asaltémosla de noche, y arruinemos sus casas.

6 Pues esto dice el Señor de los ejércitos : Cortad sus árboles, abrid trincheras en torno de Jerusalem. Esta es la ciudad que voy á castigar : en ella se abriga toda especie de calumnia e injusticia.

7 Como la cisterna conserva fresca su agua , así

i El hebreo : nXí^'^ maset , una hoguera. □"^^nDD Belhacarem era un pueblo entre Jerusalem y Thecua. En liebreo significa casa de ¡a viña, por la abundancia y ex- celencia de los viñedos que allí habia,

2 Asi se mostrará pusilárriine , asustada y poseída de miedo j como si ñiera una doncella delicada y criada con mucho regalo.

3 O también, Preparaos á hacerle una guerra santa. Martiüi : dedicaos á hacerle guerra. Véase Santo.

4 Demos el asalto sin perder momento.

CAPÍTULO VI. S3

conserva" Jerusalem fresca y reciente la malicia suya. No se oye hablar en ella sino de desafueros y robos : yo veo siempre gente afligida y maltratada.

8 Enmiéndate, oh Jerusalem ; á fin de que no se aleje de mi alma : no sea que te reduzca á un de- sierto inhabitable.

9 Esto dice el Señor de los ejércitos : Los restos delpueblo de Israel serán cogidos como un pequeño racimo en una viña ya vendimiada * : vuelve , oh chá'- deo, tu mano, como el vendimiador para meter en el cuébano el rebusco.

10 Mas ¿á quién dirigiré yo la palabra? ¿Y á quién conjuraré para que me escuche? después que tienen tacadas ' sus orejas , y no pueden oir. Lo peor es que la palabra del Señor les sirve de escarnio, y no la recibirán.

11 Por lo cual estoy lleno del furor del Señor ; cánseme de sufrir ^. Derrámale fuera ^, me dijo á m mismo, sobre los niños, y también en las reuniones de los jóvenes : porque preso será el marido con la muger, el anciano con el decrépito.

12 Y sus casas pasarán á ser de otros , y también las heredades y las mugeres : porque yo extenderé mi mano contra los moradores del pais , dice el Señor.

1 Nabuchódonosor sitió varias veces á Jerusalem. IV. Reg. XXIV. r. 1. -//. i. 11.- XXV. v. 1.

2 Véase Circiinciaion . Lev. XXVI. v. 41. Act. VII. V. 51.

3 No puedo contener mi ira.

4 Esto es, intima la cólera del Señor, etc.

34 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

13 Ya que desde el mas pequeño hasta el mas grande se han dado todos á la avaricia , y todos urden engaños desde el profeta ó cantor al sacerdote ' .

14 Y curan las llagas de la hija de mi pueblo, con burlarse de ella, diciendo : Paz, paz; y tal paz no existe.

15 ¿Se han avergonzado acaso por las cosas abo- minables que han hecho ^ ? antes bien no han tenido ni pizca de confusión , ni sabido siquiera qué cosa es tener vergüenza. Por cuyo motivo caerán entre los que perecen y serán precipitados , dice el Señor , cuando llegue el tiempo de tomarles residencia.

16 Esto decia también el Señor : Paraos en los caminos, ved y preguntad cuáles son las sendas anti- guas ; cuál es el buen camino , y seguidle ' : y halla-

1 Is. LVI. V. 11. Despiifs cap. VIII. v. \0.

2 S. Gerónimo y otros Padres tradujeron estas palabras con interrogación. I

3 Maíth. XI. V. 29. Preguntad el camino que siguieron lo.s Patriarcas , y seguid sus pasos. Admirable documento para que le mediten los cristianos de cualquier grado ó condición. Para arreglar su conducta^ estudien, ó pre- gunten lo que hacian los Apóstoles y primeros cristianos; los cuales miraban cerca de la norma de nuestra y costumbres, que es Jesu-Christo : y téngase siempre pre- sente que Jesu-Christo y su Evangelio no se mudaron con la succesion de los siglos. Ayer y hoy, y para siempre se- rán lo mismo , como dice el Apóstol. Y no son las opi- niones de los hombres las que nos han de salvar, sino la verdad, como ya dijo el Redentor. Todas las heregías y males de la Iglesia han venido de apartarse algunos de los

CAPÍTULO VI. 35

réis refrigerio para vuestras almas. Mas ellos dijeron: No le seguiremos.

17 Yo destiné para vosotros centinelas, les dijo au7i: estad atentos al sonido de su trompeta ; y respondieron: No le queremos oir.

18 Por tanto escuchad, oh naciones, gentes todas, entended cuan terribles castigos les enviaré.

19 Oye, oh tierra, mira, yo acarrearé sobre ese pueblo desastres, fruto de sus depravados designios ; puesto que no escucharon mis palabras, y desecharon mi Ley.

20 ¿ Para qué me ofrecéis vosotros el incienso de Sabá, y la caña olorosa de lejanas tierras ? Vuestros holocaustos no me son agradables, ni me placen vues- tras victimas '.

21 Por tanto así dice el Señor : aquí que yo lloveré desgracias sobre ese pueblo : caerán á una los padres con los hijos, y el vecino perecerá juntamente con su vecino.

22 Esto dice el Señor : IMirad que viene un pueblo del Septentrión, y una nación grande saldrá délos extremos de la tierra.

23 Echará mano de las saetas y del escudo . es rruel y no se apiadará de nadie : el ruido de sus tro- pas es como el ruido del mar, y montarán sobre ca -

caminos antiguos que nos mo-.traron los Apóstoles y sus succesores , y que confirmaron ellos con su doctrina y con su ejeuiplo, y sc-l!aron con su sangre. 1 Is. I. V. i i.

36 LA PílOFECÍA DE JEREMÍAS.

ballos, dispuestos á combatir como valientes contra tí, oh hija de Sion.

24 Oído hemos su fama, dicen los judíos, y se nos han caido los brazos : nos ha sorprendido la tribula- ción, y dolores como de muger que está departo.

25 ¡ Ah ! no salgáis por los campos , ni andéis por los caminos : pues la espada del enemigo, y su terror os cercan por todos lados.

26 Oh Jerusalemh\']a del pueblo mío, vístete de cilicio, cúbrete de ceniza ; llora con amargo llanto, como se llora en la muerte de un hijo único ; porque el exterminador caerá súbitamente sobre nosotros.

27 A tí, Jeremías, te he constituido cual robusto ensayador en medio de mi pueblo ; y examinarás, y harás prueba de sus procederes '.

28 Todos esos magnates del pueblo andan descar- riados, proceden fraudulentamente ; no son mas que cobre y hierro ; toda es gente corrompida.

29 Faltó el fuelle ^, el plomo se ha consumido en el fuego, inútilmente derritió los metales en el crisol el fundidor : pues que no han sido separadas ó consu- midas las maldades de aquellos.

30 Llamadlos plata espúrea ; porque el Señor 3/rt los ha reprobado.

1 Se flice varias 'veces que los Profetas hacen aquello qíie preiiicfn que hará Dios, ó que debe suceder. Véase Ht'brai.smnx.

2 Acabóse la predicación de Jeremías.

37

CAPÍTULO VII.

Sermón que Jeremías hace , por orden del Señor, al pueblo incorregible y obstinado.

1 Palabras que habló el Señor á Jeremías, di- riendo :

2 Ponte á la puerta del Templo del Señ.»r, y pre- dica allí este sermón, hablando en lc¿ téi minos si- guientes : Oid la palabra del Señor todos vosotros, oh hijos de Judá, que entráis por estas puertas para adorar al Señor.

3 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios do Israel : Enmendad vuestra conducta, y vuestras aficiones , y yo habitaré con vosotros en este lugar ' .

4 JNo pongáis vuestra confianza en aquellas vanas i/ falaces expresiones, diciendo : Este es el Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor ^.

5 Porque si enderezareis al bien vuestras acciones ^ y vuestros deseos, si administrareis justicia entre hombre y hombre,

1 Cap. XXVI. V. 13. Véase aquí denotado el libre al- bedrin del hombre.

2 Es y será siempre miestra salvaguardia. No escogió Dios al pueblo por el Templo, sino al Templo por amor del pueblo. II. Maih. V. v. 19. Hechas las oraciones sin devoción, nada sirve qne se hagan aqnl ó acullá. Pero al contrario son mas eficaces hechas en la Casa del Señor, cuando se puede ?.cnd r á orar en ella, sin faltar á la obli? gacion. Véase III fíeg. VIH. - II. Paral. VI.

To:m. X. 4

38 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

fi si no hiciereis agravio al forastero, y al huérfano, y á la viuda, ni derramareis la sangre inocente en este lugar, y no anduviereis en pos de dioses ágenos para vuestra misma ruina ;

7 yo habitaré con vosotros en este lugar, en esla tierra que di á vuestros padres, por siglos y siglos.

8 Pero vosotros estáis rmiy confiados en palabras mentirosas ó vanas, que de nada os aprovecharán :

9 vosotros hurtáis, matáis, cometéis adulterios : vosotros juráis en falso, hacéis libaciones á Baal , y os vais en pos de dioses ágenos que no conocíais.

10 Y después de esto venis m/n, y os presentáis delante de mi en este Templo en que es invocado mi nombre *, y decís vanamente confiados : Ya estamos á cubierto de todos los males, aunque hayamos co- metido todas esas abominaciones.

11 Pues qué ¿ este Templo mió en que se invoca mi nombre, ha venido á ser para vosotros una guarida de ladrones ^? Yo, yo soy, yo mismo sor; el que he visto vuestras abominaciones^ dice el Señor.

12 Y sino id á Silo', lugar de mi morada, donde al principio estuvo la gloria de mi nombre '*, y con- siderad lo que hice con él, por causa de la malicia de mi pueblo de Israel.

1 Después c. XLIV. v. 18. /. Mach. I. v. 12.

2 Maith. XXL V. IS. Maro. XI. v. \7.-Luc. XIX r.46.

3 /. Reg. II. v. 22— Ps. LXXVII. v. 60. Véase Arca.

4 O estaldecí el Tabernáculo.

CAPÍTULO VII. 39

13 Ahora bien, por cuanto habéis hecho todas estas fechorías, dice el Señor ; y en vista de que yo os he predicado, y os he avisado con tiempo y exhortado, y vosotros no me habéis escuchado ', y que os he lla- mado, y no me habéis respondido :

14 yo haré con esta Casa, en que se ha invocado mi nombre, y en la cual vosotros tenéis vuestra con- fianza, y con este lugar que os señalé á vosotros y á vuestros padres, haré, digo, lo mismo que hice con

Silo ^

15 Y os arrojaré de mi presencia, como arrojé á todos vuesíros hermanos de las diez ii-ibus, á toda la raza de Ephraim.

16 Así pues no tienes tú, Jeremiis, que interceder por este pueblo : ni te empeñes por ellos en cantar mis alabanzas, y rogarme : ni te me opongas , porque no he de escucharte ^

1 7 ¿ Por ventura no estás viendo mismo lo que hacen esos hombres en las ciudades de Judá, y en las plazas públicas de Jerusalem ?

18 Los hijos recogen la leña, encienden el fuego

1 Prov. I V. '24 -Is. LXV. v. 12.

2 /. Reg. IV. v. % 10.

3 Modo figurado de hablar, que indica que el Señor so- lamente , per decirlo así , castiga cuando ya no puede sufrir mas. Ex. XXX. v. 10. Ezech. XXII. v. 30. Je- remías aquí y después, c. XI. v. 14. XIV. v. 11. XV. V. 1. muestra que á veces llega la obstinación del pueblo á tal estado que Dios no quiere oir ya intercesores. Véase Ezech. XIV. V. 14. y siguientes —i. Joann. V. v. 16.

40 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

los padres, y las mugeres amasan la pasta con man- teca, para hacer tortas, 1/ presentarlas á la que ado- ran por reina del cielo ', y ofrecer libaciones á los dioses ágenos, y provocarme á ira.

19 ¿ Pero es acaso á mí, dice el Señor á quien ir- ritan ellos, y perjudican? No es mas bien á mismos á quien hacen daño, cubriéndose así de ignominia ?

20 Por tanto, esto dice el Señor Dios : Ya mi fu- ror y mi indignación está para descargar contra ese lugar que han profanado, contra los hombres y las bestias, contra los árboles de la campiña, y contra los frutos de la tierra, y todo arderá, y no se apagará.

21 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Añadid cuanto queráis vuestros holocaustos á vuestras víctimas, y comed sus carnes ^;

22 puesto que cuando yo saqué de la tierra de Egypío á vuestros padres, no les hablé ni mandé cosa alguna en materia de holocaustos y de vícti- mas ^

1 A la luna , ó sea Astárfe , ó Diana , ó Venus. Véase Astros, y después cap, XLIV. v. 18 ;, 25.

2 Creyendo santificaros : coroed aun la parte que según la Ley debe quemarse toda en honor niio : de nada os servirá eso.

3 Lo que hice , fue darles el Decálogo. Y si después les ordené sacrificios, fue para apartarlos luego de la perversa inclinación que mostraron á la idolatría cuando adoraron al becerro, y de imitar los sacrificios que ofrecían los egyp- cios. Véase Sacrificio , Lajes ceremoniales, etc. Is. I. v. 13. Amos V.

CAPÍTULO MI. 4 i

23 Ved aquí el mandamiento que entonces les di : Escuchad mi voz les dije, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis el pueblo mió ; y seguid constante- mente el camino que os he señalado , á fin de que seáis felices.

•24 Empero ellos no me escucharon, ni hicieron caso de eso ; sino que se abandonaron á sus apetitos, y á la depravación de su maleado corazón ; y en lu- gar de ir acia adelante, fueron acia atrás,

25 desde el dia mismo en que salieron sus padres de la tierra de Egypto, hasta el dia de hoy. Y yo os envié á vosotros todos mis siervos los Profetas : cada dia rae daba prisa á enviarlos :

26 mai los hijos de mi pueblo no me escucharon, sino que se hicieron sordos y endurecieron su cerviz, y se portaren peor que sus padres ' .

27 Tú, pues , les dirás todas estas palabras, mas no te escucharán : los llamarás, mas no te responde- rán.

28 Y asi les dirás : Esta es aquella nación que no ha escuchado la voz del Señor Dios suyo, ni ha admi- tido sus instrucciones. Muerta está su fé, ó fidelidad ; desterrada está de su boca.

29 Corta tu cabello ^ , y arrójale, y ponte á plañir en alta voz : porque el Señor ha desechado y abando- nado esta generación, digna de su cólera.

I Cap. XVI. V. 12.

•2 En señal de luto. Lev. XIX r. 2/.—L. VIL v. 2. -Jer. XVI. V. ñ.—Deut. XIV. v. 1.

42 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

30 Pues los hijos de Judá han obrado el mal ante mis ojos, dice el Señor : pusieron sus escándalos ' ú Ídolos en el Templo en que se invoca mi nombre, á fin de contaminarle ;

31 y edificaron altares 6 lugares altos en To- pheth ^, situada en el valle del hijo de Ennom , para consumir en el fuego á sus hijos é hijas : cosa que yo no mandé, ni me pasó por el pensamiento.

32 Por tanto, ya viene el tiempo, dice el Señor, y no se llamará mas Topheth, ni Valle del hijo de En- nom, sino el Valle de la mortandad : y enterrarán eh Topheth, por falta de otro sitio.

33 Y los cadáveres de este pueblo serán pasto de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra ; ni ha- brá nadie que las ahuyente.

34 Y haré que no se oiga en las ciudades de Judá, ni en las plazas de Jerusalem voz de regocijo ', y de alegría, voz de esposo y de esposa : porque toda la tierra quedará desolada.

CAPÍTULO VIII.

Extrema desolación de Jerusalem , en la cual serán todos castigados , reyes , sacerdotes, profetas, y el pueblo todo, porque todos se han obstinado en sus maldades.

1 En aquel tiempo, dice el Señor, arrojarán los

1 Ezech. XXI V. 3.

2 Deut. XFlIl. V. 10— JV. Reg. XXIII. v. 10. Véase Infierno, Altar.

3 Despue? c. XVI. v. 9.~Ezech. XXVI i\ 13.

CAPÍTULO Mil. 43

cha' déos fuera de los sepulcros los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los que habitaron en Jerusalem ' ;

2 y los dejarán expuestos al sol, y á la luna, y á toda la milicia ó estrellas del cielo ; que son las cosas que ellos han amado, y á las cuales han servido, y tras de las cuales han ido, y á las que han consultado, y han adorado como á dioses. Los huesos de los ca- dáveres no habrá quien los recoja ni entierre : queda- rán como el estiércol sobre la superficie de la tierra.

3 Y todos aquellos que restaren de esta perversa raza, en todos los lugares ó sitios abandonados á donde yo los arrojé, dice el Señor de los ejércitos, preferi- rán mas el morir que el vivir en tantos trabajos.

4 empero ¡es dirás : Esto dice el Señor : ¿ Aca- so aquel que cae, no cuida de levantarse luego ? ¿ Y no procura volver á la senda el que se ha descarriado de ella ?

5 ¿Pues por qué este pueblo de Jerusalem se ha rebelado con tan pertinaz obstinación? Ellos han abrazado la mentira, y no han querido convertirse.

6 Yo estuve atento, y los escuché : nadie habla cosa buena ; ninguno hay que haga penitencia de su pecado, diciendo : ¡ Ay ! ¿qué es lo que yo he hecho? Al contrario , todos han vuelto á tomar la impetuosa

1 Después de robadas las riquezas que buscaban en los sepulcros de los reyes , etc. dejarán esparcidos fuera los hnesos. Bartich II. v. 24. Josepho, Hb. XIII. Anliq. c. Xf

41 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

carrera íZe sus vicios, como caballo que á rienda suelta corre á la batalla.

7 El milano conoce por la variación de la at- mósfera su tiempo ' : la tórtola , y la golondrina , y la cigüeña saben discernir constantemente la estación ú tiempo de su trasmigración : pero mi pueblo no ha conocido el tiempo f/e¿ juicio del Señor.

8 ¿ Cómo decis : Nosotros somos sabios , y somos los depositarios de la Ley del Señor ? Os engañáis : la pluma ^ de los doctores de la Ley ' , verdade- ramente es pluma de error, y no ha escrito sino mentiras.

9 Confundidos están vuestros sabios, aterrados y presos : porque desecharon la palabra del Señor, y ni rastro hay ya en ellos de sabiduría.

10 Por cuyo motivo yo entregaré sus mugeres á los extraños , sus tierras á otros herederos ; porque desde el mas pequeño hasta el mas grande todos se dejan llevar de la avaricia, desde el profeta ó cantor hasta el sacerdote, todos se ocupan en la mentira *.

11 V curan las llagas de la hij^i del pueblo mío

1 O el de mudar de región.

2 Antiguamente se llamaba stylus , estilo : era entonces la pluma de escribir un hierrecitOj a manera de pnnzou , con el cual formaban los caracteres en tablas enceradas.

3 Que existen en ese pueblo, y os prometen la paz y felicidad solo con que observéis las ceremonias exteriores de la Ley ; no haciendo caso de la santidad de ella , ni de la pureza de corazón que exige,

4 Antes c. Fl, v. 13. /v. LFI. v. 11.

CAPÍTULO VIII. 45

ton burlarse de ella , diciendo : Paz , paz ; siendo así que no hay tal paz.

12 ¿ Y están acaso corridos de haber hecho cosas abominables? INi aun ligeramente han llegado á aver- gonzarse , ni saben qué cosa es tener vergüenza : por tanto serán envueltos en la ruina de los demás, y precipitados en el tiempo de la venganza, dice el Señor.

13 Pues yo los reuniré todos juntos para perder- los, dice el Señor : las viñas están sin uvas , y sin higos las higueras , hasta las hojas han caido ; y las cosas que yo les diera , se les han escapado de las manos.

1 4 ¿ Por qué nos estamos aquí quietos ? diráj ellos ' : juntémonos, y entremos en la ciudad fuerte y estémonos allí callando ^; puesto que el Señor Dio! nuestro nos ha condenado al silencio , y nos ha dado < beber agua de hiél ^ por haber pecado contra ú Señor.

15 Aguardando estamos la paz, y este bien m> viene : que llegue el tiempo de nuestro remedio '', J solo vemos terror r/ espanto ^ .

16 Desde Dan se ha oido el relinchar de los ca-

1 Dirán los judíos de los pueblos.

2 Esto es, wuramos. Este sentido tiene el callar , según se lee también en el c. XXV. v. ¿7.— XLTX. v. 26 , etc. S. Gerónimo lo entiende como una expresión de ánimo ya desesperado del auxilio de Dios.

3 Después cap. IX. v. 15.

4 Vaticinado ó prometido por los Profetas.

5 Después c. XIV. v. 19.

46 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

ballos del enemigo ; y al estrepitoso ruido de sus com- batientes se ha conmovido toda la tierra : han He - gado y han consumido el pais, y todas sus riquezas ; las ciudades y sus moradores.

1 7 Porque aquí que yo enviaré contra vosotros á los chdldeos , como serpientes y basiliscos , contra ios cuales no sirve ningún encantamiento ' ; y os morderán, dice el Señor.

18 Mi dolor ^ es sobrq todo dolor : lleno de angus- tias está mi corazón.

19 Oigo la voz de Jerusalem , de la hija de mi pueblo que clama desde tierras remotas ^: ¿ Pues qué no está ya el Señor en Sion ? ¿ ó no está dentro de ella su rey? Mas, ¿y por qué sus morar/ores , responde el Señor , me provocaron á ira con sus simulacros y con sus vanas deidades extrangeras?

I 20 Pasóse la siega, dicen ellos : el verano se acabó; y nosotros no somos libertados.

2 1 Traspasado estoy de dolor y lleno de tristeza por la aflicción de la hija de mi pueblo : el espanto se ha apoderado de mí.

22 ¿ Por ventura no hay resina ó bálsamo en Ga- laad* ? ¿ ó no hay allí ningún médico ? ¿ Por qué pues no se ha cerrado la herida de la hija del pueblo mió ?

J Véase Psalm. LVII, v. 5. en la nota.

2 Aquí habla el Profeta.

3 Puede también tener este sentido : Me parece qne ya oigo los lamentos de mi pueblo que , al ver venir los ejér- citos enemigos^ exclama , etc.

4 La resina de Galaad era famosa desde los mas anti-

47

CAPITULO IX.

Jeremías llora inconsolable los 7nales espirituales', y corpo- rales de su pueblo : le convida en nombre de Dios al arre- pentimiento; y habla del castigo del Señor contra todos los pecadores.

1 ¿ Quién dará agua á mi cabeza , y hará de mis ojos dos fuentes de lágrimas para llorar dia y noche la muerte que se ha dado á tantos moradores de la hija de mi pueblo, ó de Jerusalem ' ?

2 ¿ Quién me dará en la soledad una triste choza de pasageros, para abandonar á los de mi pueblo, y apartarme de ellos ? Pues todos son adúlteros ó após- tatas de Dios, una gavilla de prevaricadores.

3 Sírvense de su lengua, como de un arco, para disparar mentiras, y no verdades : se han hecho po- derosos en la tierra con pasar de un crimen á otro crimen ; y á me han desconocido, y despreciado, dice el Señor.

4 Guárdese cada uno, entre ellos, de su prójimo, y nadie se fie de sus hermanos : porque todo hermano hará el oficio de traidor, y todo amigo procederá con fraudulencia.

guos tiempos, por su gran virtud salutífera. Geji. XXXVII. V. 25. La resina del alma, en sentido espiritual , (que es el literal de este texto) es la oración, el ayuno, la penitencia y los sacramentos. 1 Véase Hija,

48 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

5 Y cada cual se burlará de su propio hermano ; ni hablarán jamás verdad, porque tienen avezada su lengua á la mentira : se afanaron en hacer mal.

6 Tú, oh Jeremías, vives rodeado de engañadores: porque aman el dolo, rehusan el conocerme á mí, dice el Señor.

7 Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos : Sábete que yo los fundiré, y ensayaré al fuego. Por- que, ¿ qué otra cosa puedo hacer para convertir á los de la hija de mi pueblo ?

8 Su lengua es como una penetrante flecha : hablan siempre para engañar : con los labios anuncian la paz á su amigo, y en secreto le arman asechanzas '.

9 Pues qué, ¿no he de tomarles yo residencia sobre estas cosas, dice el Señor ? ¿ O dejaré de tomar ven- ganza de un pueblo como ese ?

10 La tomar (i el Seíior; y yo me pondré á llorar y á lamentar á vista de los montes ^, y gemiré al ver hechas un páramo las amenas campiñas : porque todo ha sido abrasado , de manera que no transita por allí nadie, ni se oye ya la voz de sus dueños ' : desde las aves del cíelo hasta las bestias todo se ha ido de allí, y se ha retirado.

1 1 En fin,, yo reduciré á Jerusalem, dice el Se/ior, á un montón de escombros, y á ser guarida de dra-

1 Psahn.XXFII.v.S. '2 Antes tan frondosos. 3 El hebreo : HipC micneh , del ganado.

CAPÍTULO IX. 49

gones, y á las ciudades de Judá las convertiré en despoblados, sin que en ellas quede un solo morador.

12 ¿ Cuál es el varón sabio que entienda esto, y á quien el Señor comunique de su boca la palabra, á fin de que declare d los otros el por qué ha sido aso- lada esta tierra, y está seca y quemada como un árido desierto, sin haber persona que transite por ella ?

13 La causa es, dice el Señor, porque abando- naron mi Ley que yo les habia dado, y no han escu- chado mi voz, ni la han seguido ;

14 sino que se han dejado llevar de su depravado corazón, y han ido en pos de los ídolos , como lo aprendieron de sus padres ' .

15 Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : aquí que yo á este pueblo le daré para comida ajenjos ' , y para bebida agua de liiel.

16 Y los desparramaré por entre naciones, que no conocieron ellos ni sus padres ; y enviaré tras de ellos la espada, hasta tanto que sean consumidos.

17 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Td en busca de plañideras ^ , y llamadlas que

1 De donde se infiere que nada vale la autoridad de los padres ó mayores, para que hayamos de abrazar nn error, ó para apoyarle. La tradición de los Padres de la Iglesia jiunca es contra el dogma ó doctrina ; sino qne es siempre conforme á las santas Escrituras, y por eso la veneramos tanto los católicos. Eph. IV. v. 11. 14.

2 Cap. XXHI. V. 15

3 Véase Sejmlro.

5

50 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

vengan luego, y enviad á buscar ú las que son mas diestras en hacer el duelo, y decidles que se den prisa,

18 y comienzen luego los lamentos sobre nosotros: derramen lágrimas nuestros ojos , y desháganse en agua nuestros párpados;

19 porque ya se oye una voz lamentable desde Sion, que dice: ¡Oh! ¡ y á qué desolación hemos sido reducidos ! \ y en qué extrema confusión nos vemos ! Abandonamos nuestra tierra nativa, porque nuestras habitaciones han sido arruinadas.

20 Escuchad pues, oh mugeres de mi país, la pa- labra del Señor, y perciban bien vuestros oídos lo que os anuncian sus labios ; y enseñad á vuestras hijas, y cada cual á su vecina endechas, y canciones lúgubres:

21 pues la muerte ha subido por nuestras venta- nas ' , se ha entrado en nuestras casas, y ha hecho tal estrago , que ya no se verán niños ni jóvenes por las calles y plazas.

22 Díle pues tú, Jeremías : Así habla el Señor : los cadáveres humanos quedarán tendidos por el suelo , como el estiércol sobre un campo, y como el heno que lira detras de el segador, sin que haya quien le re- coja.

1 Alude á los cháldeos cuando escalaron los muros, y después las casas de Jeriisalem , saqueando y llevándolo todo á sangre y fuego. En sentido moral se entiende la muerte del alma , que entra por los sentidos , etc. Orig. senn. IIT. in Cántica.

CAPÍTULO IX. 51

23 Esto dice el Señor : No se gloríe el sabio en su saber ; ni se gloríe el valeroso en su valentía ; ni el rico se gloríe en sus riquezas ' :

24 mas el que quiera gloriarse, gloríese en cono- cerme y saber que yo soy el Señor , el autor de la misericordia, y del juicio, y de la justicia en la tierra; pues estas son las cosas que me son gratas , dice el Señor ^.

25 aquí que vienen días, dice el Señor, en que yo residenciaré á todos los que están circuncidados, y á los que no lo están ;

26 al Egypto , á Judá, á la Idumea, y a los hijos de Aramon, y á los de Moab', y á todos aquellos que llevan cortado el cabello, habitantes del Desierto ^: que si todas las naciones son incircuncisas según la carne , los hijos de Israel son incircuncisos en el co- razón \

1 /. Cor. 1. V. 31. //. Cor. X v. 17. - h. XXIX v. 14.

2 La pues , y el conociraiento de Dios han de ir acompañados de las obras que le agradan , eomo de la misericordia , etc. Sin ellas la es como muerta.

3 S. Gerónimo y otros expositores , explicando este texto , opinan que en las naciones vecinas y oriundas de Abraham , como los idumeos, etc., habia también machos que se circuncidaban, aunque no por razón de la Ley de Moystís. Ni esto era general , como se ve en Achíor. Judilh. XIV. V. 6. Véase Circuncisión.

4 A modo de cerquillo, esto es, á los árabes. Lev. XIX. V. 27. Véase Cabello.

5 Rom. II. V. 2o.

52 LA PROFECÍA DE JEKEMlAS.

CAPITULO X.

Vanidad del culto de los astros y de los ídolos. Solo Dios es criador y gobernador del universo : él castigará los peca- dores ; por estos ruega á Dios el Profeta.

1 Oid los de la casa de Israel las palabras que ha hablado el Señor acerca de vosotros.

2 Esto dice el Señor : No imitéis las malas cos- tumbres de las naciones ; ni temáis ' las señales del cielo, que temen los gentiles :

3 porque las leyes de los pueblos vanas son t/ er- róneas ; visto que un escultor corta con la se^ur un árbol del bosque, y le labra con su mano :

4 le adorna con plata y oro : le acopla y aGanza con clavos, á golpe de martillo, para que no se des- una :

5 esta estáíiia ha salido recta é inmoble, como el tronco de una palmera ; pero no habla : y la toman y la llevan donde quieren; porque ella de por si no puede moverse. No temáis pues tales cosas ó Ídolos, pues que no pueden hacer ni mal ni bien.

6 ¡ Oh Señor, no hay nadie semejante á ti ! Grande eres , y grande es el poder de tu nombre ^.

1 No temáis, etc. O también : no adoréis. Véase Adorar. Se condenan aquí tácitamente los errores y delirios de los genethiiaco.s, y otros, que por los astros quieren pronosti- car si las acciones humanas serán buenas ó malas, etc. Sap. XIII. V. 11. XIF. V. S. h. XLI v. 7,24.

2 Mtch. VIL V. 18.

CAPÍTULO X. 5S

7 ¿ Quién no te temerá á , oh rey de las na- ciones ? porque tuya es la gloria : entre todos los sa- bios de las naciones, y en todos los reinos no hay nin- guno semejante á ',

8 De necios é insensatos quedarán convencidos todos ellos : el leño, que adoran, es la prueba de su vanidad ó insensatez.

9 Tráese de Thársis la plata en planchas arrolla- das , y el oro de Ophaz ^ : le trabaja la mano del ar- tífice y del platero : es vestida luego la estatua de ja- cinto y de púrpura : obra de artífice es todo eso.

10 Mas el Señor es el Dios verdadero : él es el Dios vivo y el rey sempiterno. A su indignación se estremecerá la tierra , y no podrán las naciones sopor- tar su ceño.

11 Así , pues ', les hablaréis : Los dioses que no han hecho los cielos y la tierra , perezcan de sobre la faz de la tierra , y del número de las cosas que es- tán debajo del cielo.

12 El Sr^lor es el que con su poder hizo la tierra ; con su sabiduría ordenó el mundo , y extendió los cie- los con su inteligencia ^.

1 Apoc. XV. V. 4.

2 Esto es. de Opliir. Según Calmet y otros expositores ■es el mismo oro del rio Tiunon. Gen. II. v. 11. II. Par. VIH v.lS—IX. r. 21.

3 Esto diréis á los cháldeos , que os inciten á adorar «ii'- ídolos.

4 Cap. LI. V. 15.

54 LA PROFECÍA DK JEREMÍAS.

13 Con una sula voz reúne en el cielo una yran copia de aguas , y levanta de la extremidad de la tierra las nubes ' ; resuelve en lluvia los rayos y relám- pagos , y saca el viento de los repuestos suyos ^.

14 Necio se hizo ' lodo hombre con su ciencia de los Ídolos ; la misma estatua del ídolo es la confusión de todo artífice , pues no es mas que falsedad lo que ha formado , un cuerpo sin alma :

15 cosas ilusorias son, y obras dignas de risa : todas ellas perecerán al tiempo de la visita ^.

16 No, no es como estas estatuas aquel Seíior, que es la suerte que cupo á Jacob ; pues él es el autor de todo lo criado , y es Israel la porción de su herencia : su nombre es Señor de los ejércitos.

17 Oh tú, Jerusalem, que te hallarás Zweí/o sitiada, bien puedes ya reunir de toda la tierra tus ídolos, el oprobio ^ tuyo :

18 pues mira lo que dice el Señor : Sábete que yo esta vez arrojaré lejos los moradores de esta tierra , y los atribularé de tal manera que nadie escapará.

19 Entonces exclamarás : ¡ Ay de infeliz en mi quebranto ! atrocísima es la llaga ó calamidad mia.

1 Cap. V. 16. Ps. CXXXIF. v. 7. "2 Job. XXXVIII. V. 22.

3 Según el htbreo : (lió muestras de ser un bruto ó irra- cional.

4 O castigo que hará Dios en Babylonia.

5 Oprobio, conjusiotí, ignominia, abominación , son to- dos sinónimos de ídolo. Véase Abominación.

CAPÍTULO X. 55

Pero esla desdicha , me digo luego á mi misma , yo me la he procurado , y justo es que la padezca.

20 Asolado ha sido mi pabellón ; rolas todas las cuerdas que le afianzaban : mis hijos , hechos cauti- vos , se han separado de , y desaparecieron : no queda ya nadie para levantar otra vez mi pabellón , y que alze mis tiendas.

21 Porque todos los pastores ' se han portado como insensatos , y no han ido en pos del Señor : por eso les faltó inteligencia ó tino, y ha sido , ó va á, ser, dis- persada toda su grey ;

22 porque aquí que ya se percibe una voz , y un grande alboroto que viene de la parte del Septentrión , para convertir en desiertos y en manida de dragones las ciudades de Judá.

23 Conozco bien , oh Señor , que no está en el solo querer del hombre el dirigir su camino "* ; ni es del hombre el andar, ni el enderezar sus pasos.

24 Castígame, oh Señor, pero sea según tu be- nigno juicio ; y no según el motivo de tu furor , á fin de que no me reduzcas á la nada ^

25 Derrama mas bien tu indignación sobre las na- ciónos que te desconocen ^ , y sobre las provincias que ii ) invocan tu santo nombre ; ya que ellas se han

1 Que debiau guiarme. Esto es, los príncipes y sacer- dotes.

2 Véase Gracia.

3 Ps. VI. V.].— XXXV II. V. 1. ■I P.. LXXriíI V. G . 7.

Dti LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

encarnizado contra Jacob , y le han devorado , y haa acabado con él , y disipado toda su gloria.

CAPITULO XI.

Recuerda Jeremías al pueblo la alianza con el Señor, y las maldiciones contra sus irusrjresores ; á quienes in/imá. I-isla sit dureza , los irrevocables castigos de Dios. Jere- mías , 'perseguido de muerte , es imagen de Jesu- Clirislo.

1 Palabras que dirigió el Señor á Jeremías ' , di- ciendo :

2 Oid las palabras de este pacto ^, y referidlas á los varones de Judá y á los habitantes de Jerusalem ;

3 y , oh Jercn.ias , les dirás : Esto dice el Se- ñor Dios de Israel : Maldito será el hombre que no escuchare ' las palabras de este pacto ;

4 pacto que yo establecí con vuestros padres, cuan- do los saqué de la tierra de Egypfo , de aquel horno de hierro encendido ^, y les dije : Escuchad mi voz y haced todo lo que os mando , y asi vosotros seréis el pueblo mió , y yo seré Yuestro Dios ;

1 Y demás Profetas , entre los cuales seria Jeremías por su virtud corno el principal , y el que ¡levarla la pala- bra.

2 Que hice con vuestro pueblo, el cual le ha violado y roto con haber adorado á los ídolos , y que ahora quiero renovar, compadecido de sus miserias.

3 Que no obedeciere. Véase Escuchar,

4 Esto es^ de aquella durísima esclavitud.

CAPÍTULO XI. 57

5 á fin de renovar y cmnpUr el juramento que hice á vuestros padres de darles una tierra que manase le- che y miel , como se ve cumplido hoy dia. A lo cual respondí yo Jeremías , y dije : ¡ Asi sea , oh Señor ' !

6 Entonces me dijo el Señor : Predica en alta voz todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalem , diciendo : Oid las palabras de este pacto , y observadlas ^ ;

7 porque yo he estado conjurando fuertemente á vuestros padres desde el dia en que los saqué de Egypto hasta el presente *, amonestándolos y dicién- doles continuamente : Escuchad mi voz.

8 Pero no la escucharon , ni prestaron oidos á mi palabra : sino que cada uno siguió los depravados apetitos de su maligno corazón : y descargué sobre ellos todo el castigo que estaba escrito en aquel pació que les mandé guardar *, y no guardaron.

9 Dijo me en seguida el Señor : En los varones de Judá y en los habitantes de Jerusalem se ha descu- bierto una conjuración ^.

10 Ellos han vuelto á las antiguas maldades de sus

1 La i-alabra hebrea )t2X tiene también este sentido : Adi se lo diré, ó a^^ lo ejecutare , oh Señor.

2 Mejor qne vuestros padres.

3 Deut. ir. V. '26.—XXXIJ. V. 1.— Josué VIII. v.S'2.

4 Deut. XXVIII.

5 Estoes, un abandono de la Ley del Señor, premedi- tado; no efecto de fragilidad, sino de aversión voluntar'-^ de Dios.

58 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

padres ; los cuales no quisieron obedecer mis palabras ; también estos han ido como aquellos en pos de los dioses ágenos para adorarlos ; y la casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi alianza , la alianza que contraje yo con sus padres.

1 1 Por lo cual esto dice el Señor : aquí que yo descargaré sobre ellos calamidades , de que no po- drán librarse ; y clamarán á , mas yo ik) los escu- charé.

'■ 12 Con eso las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalem irán y clamarán entonces á los dioses á quienes ofrecen libaciones , y estos no los salvarán en el tiempo de la aflicción.

13 Porque sabido es que tus dioses, oh Judá, eran tantos como tus ciudades ' , y que , oh Jerusalem , erigiste en todas tus calles altares de ignominia ^, al- tares para ofrecer sacrificios á los ídolos.

14 Ahora pues no tienes que rogar por este pue- blo , ni te empeñes en dirigirme oraciones y súplicas á favor de ellos : porque yo no he de escucharlos cuan- do clamen á en el trance de su aflicción ^.

15 ¿Cómo es que ese pueblo , que era mi pueblo querido , ha cometido tantas maldades ó sacrilegios en mi misma Casa ? ¿ Acaso las carnes sacrificadas de las i ínfimas , oh pueblo insensato, te han de purificar de tus maldades, de las cuales has hecho alarde ?

1 Antes cap, II. v. 28.

2 Antes cap. III. v. 24. cap. X. v. 17.

3 Antes cap. Vil v. 16.— XIF. v. II.

CAPÍTULO Xí. 59

16 El Señor te dio el nombre de olivo fértil , bello, fructífero , ameno ; 7nas después á la voz de una pa- labra suya prendió en el olivo un gran fuego , y que- daron abrasadas todas sus ramas.

17 y el Señor de los ejércitos que te plantó, de- cretó calamidades contra tí, á causa de las maldades que la casa de Israel y la casa de Judá , ó Jacob^ co- metieron para irritarme, sacrificando á los ídolos.

18 Mas tú, oh Señor, me lo hiciste ver, y lo conocí : me mostraste entonces sus depravados designios,

19 Y yo era como un manso cordero, que es llevado al sacrificio ' ; y no había advertido que ellos habian maquinado contra mí, diciendo : Ea, démosle el leño en lugar de pan ^, y exterminémosle de la

1 Los Padres de la Iglesia han creído siempre que Je- remías, asemejado a un manso, ó inocente cordero, como traducen los Setenta, era figura del Cordero de Dios: de aquel Cordero inmaculado, representado por el Cordero Pascual, y por el que se ofrecia mañana y tarde en el Tem- plo. Sigamos la regla, dice S. Gerónimo, de que todos los Profetas, en la mayor parte de las cosas que hadan, eran

figura de Jesu- Chriato . Is. Lili. v. 7.

2 Quizá esta expresión está tomada del uso antiguo de llevar un pan grande el que peregrinaba. Solían hacer en medio un agujero y pasar un bastón por él, para llevarle así en el hombro : ceremonia que se hacia al desterrar á al- guno. Otros traducen : Echémosle el leño del veneno en su pan. O, démosle el leño, esto es, el patíbulo^ en lugar de pan. La frase hebrea l.^H?!} Í5> (10^112^3 naschjitha jets be- lajemo, puede traducirse : démosle en comida, ó á comeo

60 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

tierra de los \ ¡vi entes ; y no quede ya mas memoria de su nombre.

20 Pero , oh Señor de ios ejércitos, que juzgas con justicia, y escudriñas los corazones y los afectos, harás que yo te vea tomar venganza de ellos ; puesto que en tus manos puse mi causa.

21 Portante así habla el Señor á los habitantes de Anathoth, que atentan contra tu vida, y te dicen : No profetizes en el nombre del Señor, si no quieres morir á nuestras manos.

22 aquí, pues, lo que dice el Señor de los ejércitos : Sábete que yo los castigaré : al filo de la espada morirán sus jóvenes, y sus hijos é hijas pere- cerán de hambre ;

23 sin que quede reliquia alguna de ellos : porque yo descargaré desdichas sobre los habitantes de Ana- thoth, cuando llegue el tiempo de que sean residen- ciados.

CAPÍTULO XIÍ.

!se lamenta Jeremías, viendo que prosperaban los impíos y los hipócritas : le manifiesta el Señor el desgraciado fin que tendrán, como también las aflicciones que le esperan á él y á Jerusalem : el restablecimiento de esta ciudad, y la ruina total de otros pueblos.

1 Verdaderamente, Señor, conozco que ere!5

el leño de la corrupción, ó de la muerte ; ó el leño que cor- rompe, ó mata. Los Setenta al traducir í'yaCa'\»A«ív (milla- mus), leyeron quizá, nasrhicha.

CAPÍTULO XII. 61

justo, aunque yo ose pedirle la razón de algunas co- sas'. A pesar de eso yo le diré una queja mía al pa- recer justa ^. ¿ Por qué motivo á los impíos todo les sale prósperamente, y lo pasan bien todos los que prevarican y obran mal '!

2 los plantaste en el mundo, y ellos echaron hondas raices : van medrando y fructifican. Te tienen muclio en sus labios, pero muy lejos de su corazón ^

3 En cuanto á , oh Señor, rae conoces bien, me has visto, y has experimentado qué tal es mi co- razón para contigo. Retínelos como rebaño para el sacrificio, y destínalos á parle para el dia de la mor- tandad.

4 ¿ Hasta cuándo ha de llorar la tierra, y secarse la yerba en toda la región por la malicia de sus habi- tantes * ? Han perecido para ellos las bestias y las aves % porque dijeron : No verá el Señor nuestro fin.

5 Si tú, responde el Señor, corriendo con gente de á pié, te fatigaste, ¿ cómo podrás apostarlas con los que van á caballo ? Y si no has estado sin miedo

1 O proponerte mis dificultades.

2 Semejante modo de pedir á Dios la inteligencia de algunas cosas, se ve en David y en otros Profetas. Ps. LXXII. V. 3.— Job XXI. V. 7.—Habac. 1. v. 13.

3 Matíh. XV. V. 8.

4 De esta esterilidad y hambre se habla en el cap. FUI. v.lS.yXIV.v.i.

5 Ahmento de los hombres.

6

62 LA PROFECÍA DE JEREMlAS.

en una tierra de paz, ¿ qué harás en medio de ia so- berbia de los moradores del Jordán ' ?

6 Y pues tus mismos hermanos y la casa de tu padre te han hecho guerra, y gritado altamente contra tí, no te fies de ellos, aun cuando te hablen con amor.

7 Para castigarlos, dice el Señor, he desamparado mi Casa ó Templo , he abandonado mi heredad : he entregado la que era las delicias de mi alma, en manos de sus enemigos.

8 Mi heredad , mi pueblo escogido, se ha vuelto para como un león entre breñas : ha levantado la voz blasfemando contra : por eso la he aborrecido.

9 ¿ Es acaso para la heredad mia alguna cosa exquisita como ave de varios colores ? ¿ es ella como el ave toda matizada de colores "" ? Ea, venid, bestias todas de la tierra , corred á devorarla.

1 Frases para denotar que el que no puede hacer lo uiénos, no puede lo mas. No da el Señor respuesta á las razones que habia alegado Jeremías; sino que, considerándolas por de ninguna importancia, viene á decirle : "Si ya no puedes " sobrellevar los agravios é insultos de tus conciudadanos " de Anatoth, ¿cómo harás frente á los reyes y príncipes " de Jernsalem, que se levantarán contra por causa de " tus profeí ías ? " Tal es el sentido que dan á este texto casi todos los expositores.

2 Quizá alude 1 1 pavo real, ú á otras aves lie/mosas, que entre varias cosas preciosas habian traído de Ophír ó Thársís á Jndea las naves enviadas por Salomón. T[. Par. /X. i 11.

CAPÍTULO XII. 63

10 Muchos pastores han talado mi viña, han ho- llado mi heredad , han convertido mi deliciosa pose- sión en un puro desierto.

11 Asoláronla, y ella vuelve acia sus llorosos ojos : está horrorosamente desolada toda la tierra de Judá ; porque no hay nadie que reflexione en su co- razón.

12 Por todos los caminos del desierto han venido los salteadores : porque la espada del Señor ha dt atravesar destrozando de un cabo á otro de la tierra : no habrá paz para ningún viviente.

13 Sembraron trigo, y segaron espinas : han adqui- rido una heredad , mas no les traerá provecho alguno : cunfundidos quedaréis, frustrada la esperanza de vues- tros frutos por la tremenda ira del Señor.

14 Mas esto dice el Señor contra todos mis pési- mos vecinos ó naciones enemigas que se entremeten ¡/ usurpan la heredad que yo distribuí á mi pueblo de Israel : Sabed que yo los arrancaré á ellos de su tierra, y sacaré de en medio de ellos la casa de .luda '.

15 Mas después que los habré extirpado, me apla- caré y tendré misericordia de ellos, y los restableceré á cada cual en su heredad , á cada uno en su tierra '.

1 Los ammonitas, moabitas y los ¡dümeos , pocos años después de la ruina de Jerusalem, fueron \encidos por Na- buchólonosor, y llevados cautivos á la otra parte del Eu- phrates. Véase c. XXV 11. v. 3. al %.—XLIX. v. 6.

2 También se anuncia aqin la vocación ó reunión de lo» gentiles en la Iglesia de Jesu Christo.

64 LA PROFECÍA. DE JEREMÍAS.

16 Y si ellos, escarmentados, aprendieren la Ley del pueblo mió, de manera que sus juramentos los ha- gan en mi nombre, diciendo : Vive el Señor ; asi como enseñaron ellos á mi pueblo á jurar por Baal : en- tonces yo los estableceré en medio de mi pueblo.

17 Pero si fueren indóciles , arrancaré de raíz aquella gente, y la exterminaré, dice el Señor.

CAPÍTULO XIIL

El cingido ó faja de Jeremías es una figura con que el Se- ñor representa á Jerusalem abandonada de Dios : la ex- horta á la penitencia, y la amenaza con la total ruina.

1 Kl Señor me habló de esta manera : y cóm- prate una faja de lino, y cíñete con ella, y no dejes que toque el agua ' .

2 Compré pues la faja , según la orden del Señor, y me la ceñí al cuerpo por la cintura.

3 Y hablóme de nuevo el Señor, diciendo :

4 Quítate la faja que compraste y tienes ceñida so-

1 Propiamente no era faja ó ceñidor, siuo como una es- pecie de faldetas ó faldillas : que por eso dice S, Gerónimo fin Osece proém.J que era vestido miigeril, el cual se cenia en la cintura. En esta ropa de poco precio figuró el Profe- ta al pueblo de Israel. Véase Profeta. Los Setenta tradu- cen 7rtfii'(^a)/j.ci. El lienzo habla de ser sin blanquear ó la- var, esto es crudo, rústico y grosero; como figura del pue- blo de Israel, cuando el Señor le escogió para pueblo pre- dilecto.

CAPÍTULO XIII. 65

bre los lomos, y marcha, y ve al Euphrales, y escón- dela allí en el agujero de una peña.

5 Marché pues, y la escondí junto al Euphrales, como el Señor me lo habla ordenado.

6 Pasados muchos dias , dijome el Señor : Anda y al Euphrales, y toma la faja que yo le mandé que escondieras allí.

7 Fui pues al Euphrales, y abrí el agujero, y saqué la faja del lugar en que la había escondido, y hallé que estaba ya podrida , de suerte que no era útil para uso alguno.

8 Entonces me habló el Señor, diciendo :

9 Esto dice el Señor : Así haré yo que se pudra la soberbia de Judá, y el grande orgullo de Jerusalem.

10 Esta pésima gente, que no quiere oír mis pala- bras, y prosigue con su depravado corazón, y se ha ¡do en pos de los dioses ágenos para servirles y ado- rarlos, vendrá á ser como esa faja, que para nada es buena.

1 1 Y eso que al modo que una faja se aprieta á la cintura del hombre , así había yo unido estrechamente conmigo, dice el Señor, á toda la casa de Israel y á toda la casa de Judá, para que fuesen el pueblo mió, y para ser yo allí conocido, y alabado, y glorificado; y ellos, ít pesar de eso, no quisieron escucharme.

12 Por tanto les dirás estas palabras : Esto dice el Señor Dios de Israel : Todas las vasijas serán llenadas de vino. Y ellos te responderán : ¿ Acaso no sabemos que en afi'>s abiindayitcs se llenan de vino todos los

66 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

13 Y entonces les dirás : Así habla el Señor : Pues mirad, yo llenaré de embriaguez ' á todos los habitantes de esta tierra, y á los reyes de la estirpe de David, que están sentados sobre su solio, y á los sa- cerdotes y profetas, y á todos los moradores de Jeru- salem ;

14 y los desparramaré entre las naciones , dice el Señor , separando el hermano de su hermano , y los padres de sus hijos : no perdonaré ni me aplacaré, ni me moveré á compasión para dejar de destruirlos.

15 Oíd, pues, y escuchad con atención : no queráis ensoberbeceros conjiando en vuestras fuerzas, por- que el Señor es quien ha hablado.

IQ Al contrario dad gloria al Señor Dios vuestro , arrepentios antes que vengan las tinieblas de la tribu- lación, y antes que tropiezen vuestros pies en montes cubiertos de espesas nieblas ^; entonces esperaréis la luz, y la trocará el Señor en sombra de muerte, y en oscuridad.

17 Que si no obedeciereis en esto, llorará mi alma en secreto, al ver vuestra soberbia : llorará amarga- mente, y mis ojos derramarán arroyos de lágrimas, por haber sido cautivada la grey del Señor ^

18 Di al rey y á la reina ^ : Humillaos, sentaos en

1 Con el vino de mi cólera. Is. XIX. v. 14. Véase Em- briagar.

2 los montes nebulosos y sombríos de la Cháldea.

3 Thren. I. v. 2.

/r. Reg. XXIV. v. 8. 15.

CAPITULO XIII.

el suelo, poneos de luto : porque se os cae ya de la ca- beza la corona de vuestra gloria.

19 Las ciudades del Mediodía están cerradas, sin que haya un habitante que las abra : toda la tribu de Judá ha sido conducida fuera de su tierra y ha sido general la trasmigración '.

20 Levantad los ojos y mirad, oh vosotros que ve- nís del lado del Septentrión ^ : ¿En dónde está, di- réis d Jemsalem, aquella grey que se te encomendó, aquel tu esclarecido rebano ?

21 ¿Qué dirás cuando Dios te llamará á ser resi- denciada ? puesto que amaestraste contra á los enemigos, y los instruíste para tu perdición. ¡ Cómo no te han de asaltar dolores, semejantes á los de una muger que está de parto !

22 Que si dijeres en tu corazón : ¿ Por qué me han acontecido á tales cosas ? Sábete que por la muchedumbre de tus vicios han quedado descubiertas tus vergüenzas, y manchadas tus plantas.

23 Si el negro ethíope puede mudar su piel, ó el leopardo sus varias manchas, podréis también vosotros obrar bien, después de avezados al mal ^

1 Al país de la Cháldea.

2 Muchos traducen, apoyados en S. Gerónimo : Mirad á los que tienen del Mediodía, esto es. á los cháldeos. Pero puede también entenderse de los judíos que habitaban acia el Mediodía. El hebreo : ved los que vienen.

3 Se necesita entonces un milagro de la gracia de Dioa. Porque la costumbre de pecar se hace ya como una natura- leza. De la voluntad perversa viene la inclinación, de la

68 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

' 24 Y por eso, dice el Scñjr : Yo los desparrama- ré ' , como paja menuda que el viento arrebata al De- sierto.

25 Tal es la suerte que te espera, oh Jerusalem, y la porción ó paga que de recibirás, dice el Se- ñor, por haberte olvidado de mí, y apoyádote en la mentira :

26 por lo cual yo mismo manifesté tus deshonesti- dades delante de tu cara ' ; y se hizo patente tu igno- minia,

27 tus adulterios, y tu furiosa concupiscencia, en fin, la impía fornicación ó idolatría tuya. En el campo y sobre las colinas, vi yo tus abominaciones ^. ¡ Desdichada Jerusalem ! ¿ Y aun no querrás puri- ficarte siguiéndome á invariablemente /* ¿ Hasta cuándo aguardas á hacerlo ?

inclinación la cosltcmbre, y de la costumbre, no reprimida, viene la necesidad. S. Augtist. Cunfes. VIII. cap. 5. Véase lo que dijo Jesu-Christo Malih. XIX. v. 26.

1 Esto es, á los de mi pueblo.

2 Dejándote desnuda, cual vil esclava. Téngase presente que los repetidos pecados de idolatría en que caia el pue- blo, se significan en la Escritura con los nombres óe forni cacion, adulterio, estupro, amor torpe, etc. Ezech. XVI, etc. Véase Fornicación.

3 O altares de los ídolos.

69

CAPÍTULO XIV.

Jeremías predice al pueblo una gran sequedad y carestía : no escucha el Señor los ruegos del Profeta, ni los sacrificios del pueblo. Con todo eso, Jeremías no cesa de implorar la divina misericordia.

1 Palabras que habló el Señor á Jeremías sobre el suceso de la sequedad ' .

2 La Judea está cubierta de luto ; y sus puertas destruidas y derribadas por el suelo ^, y Jerusalem alza el grito hasta el cielo.

3 Los amos envían á sus criados por agua : van estos á sacarla, y no la encuentran, y se vuelven con sus vasijas vacías, confusos y afligidos, y cubiertas sus cabezas e?i señal de dolor.

4 A causa de la esterilidad de la tierra por haberle faltado la lluvia, los labradores , abatidos, cubren sus cabezas :

5 pues hasta la cierva, después de haber parido en el campo ^ abandona la cria por falta de yerba,

6 y los asnos bravios se ponen encima de los riscos,

1 Creen algunos qae esta sequía sucedió en tiempo de Sedecías : otros opiuan que fue en tiempo del sitio de Je- rusalem.

2 Esto es, los tribunales ó asambleas. Según el hebreo : se de.^poblaron. Los Setenta tradujeron : sxsvaí«iraiv, que- daron vacias.

3 A pesar del mucho amor á sus hijos.

70 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

atraen á la frescura del aire ' , como hacen los dra- gones : y ha desfallecido la luz de sus ojos ', por no haber yerba con que alimentarse.

7 Aunque nuestras maldades dan testimonio contra nosotros, tú, oh Señor, míranos con piedad por amor de tu santo nombre : pues nuestras rebeldías son mu- chas, y hemos pecado grarísimamente contra

8 Oh esperanza de Israel,*^ j/ Salvador suyo en tiempo de tribulación, ¿ por qué has de estar en esta tierra tuya como un extrangero, y como un caminante que solo se detiene para pasar la noche ?

9 ¿ Por qué has de ser para tu pueblo como un hombre que va divagando, ó como un campeón sin fuerzas para salvar? Ello es, oh Señor, que habi- tas entre nosotros •, y nosotros llevamos el nombr*^ de pueblo tuyo : no nos abandones pues.

10 Esto dice el Señor á ese pueblo que tanto gusta tener síetnpre en moviento los pies '^, y no sosiega, y ha desagradado á Dios : Ahora se acordará el Stñsr de sus maldades, y tomará residencia de sus pe^ . dos.

1 Abriendo y ensanchando sus nances, para templar la sed.

2 Efecto de la hambre y de la sed. /. Reg. XIV. v. 27. El asno moQtés tiene la vista muy vigorosa.

3 Palabras son estas que la Iglesia aplica con mucha propiedad á la presencia de Jesu-Christo en nuestros tem- plos.

4 Para ir de un ídolo á otro.

CAPÍTULO XIV. 71

1 1 Y díjome e! Señor : No tienes que rogar que haga bien á ese pueblo ' .

12 Cuando ayunaren, no atenderé á sus oraciones, y si ofrecieren holocaustos y victimas, no los aceptaré; sino que los he de consumir con la espada, con la hambre, y con la peste.

13 Entonces dije yo: ¡Ah! ¡ah! Señor Dios 77110 : ¡ ah ^ I que los profetas les dicen : No temáis ; no veréis vosotros la espada enemiga ; ni habrá ham- bre entre vosotros : antes bien os concederá el Señor una paz verdadera en este lugar.

14 Y dijome el Señor : Falsamente vaticinan en mi nombre esos profetas ' : yo no los he enviado, ni dado orden alguna, ni les he hablado : os venden por profecías visiones falsas, y adivinaciones, é impostu- ras, y las ilusiones de su corazón.

15 Por tanto , esto dice el Señor : En orden á los profetas que profetizan en mi nombre , sin ser en- viados por diciendo : No vendrá espada ni ham- bre sobre esta tierra : al filo de la espada y por hambre perecerán los tales profetas.

1 Autes cap. VII. v. \Q —XI. v. 14. El Apóstol S. Juan dice : Hay un pecado de muerte: no hablo yo de tal peca- dor, cuando ahora digo que inlercedais. I. Joann. V. v. 16. Este pecado, dice S. Gerónimo, es la impenitencia final. Es una necedad creer que permaneciendo en nuestros pecados, podamos redimirnos con rotos, ó sacrificios : si pencamos así, hacemos á Dios injusto.

2 ¡ Ah! ellos están alucinados.

3 Cap. V. V. l2-XXin.v U.-XXÍX v. 9.

72 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

16 Y los moradores de los pueblos , á los cuales estos profetizaban , serán arrojados por las calles de Jerusalem , muertos de hambre , y al filo de la espa- da ellos y sus mugeres , y sus hijos é hijas , sin que haya nadie que les sepultura : y sobre ellos derra- maré el castigo de su maldad.

17 Y tules dirás entretanto estas palabras : Der- ramen mis ojos sin cesar lágrimas noche y dia ' : porque Jerusalem , la virgen hija del pueblo mió, se halla quebrantada de una extrema aflicción , con una llaga sumamente maligna.

18 Si salgo al campo, yo no veo sino cadáveres de gente pasada á cuchillo : entro en la ciudad, aquí la población transida de hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes son conducidos cautivos á un pais desconocido.

' 19 ¿Por ventura, Se/ior, has desechado del todo áJudá? ¿O es Sion abominada de tu alma ? ¿Por qué pues nos has azotado con tanto rigor , que no nos queda parte sana ? Esperamos la paz ó felicidad, y no tenemos ningún bien ; y el tiempo de restable- cernos , y aquí que estamos todos llenos de confu- sión ^.

20 Oh Señor , reconocemos nuestras impiedades, y las maldades de nuestros padres : pecado hemos contra tí.

2 1 No nos dejes caer en el oprobio , oh Señor,

1 Thren. I. v, 16.—//. v. 18.

2 Cap. Fin. V. 15.

CAPÍTULO XV. 73

por amor de tu nombre : ni nos castigues ^on ver ultrajado el Templo , solio de lu gloria : acuérdale ütí mantener tu antigua alianza con nosotros.

22 Pues aué ;hav por veriínra entre los simulacros ó Ídolos de las gentes quien la lluvia? ¿O pueden ellos desde los cielos envlan^os agua ? ¿ No eres el que la envias , Señor Dios nuestro, en quien nosotros esperamos ? S¿ : porque íú eres el que has hecho todas estas cosas.

CAPÍTULO XV.

Confirma el Serwr la sentencia dada contra su pueblo, en vista de su obstinación. Jeremías representa al Señor lus disgustos y contradicciones que sufre en su ministerio , y es confortado por Dios.

1 Entonces me dijo el Señor •. Aun cuando ?.íoysés y Samuel se me pusiesen delante , no se doblaría mi alma á favor de este pueblo : arrójalos de mi presen - cia , y vayan fuera ' .

2 Que si te dicen ; ¿ A dónde iremos? les respon- derás : Esto dice el Señor : El que está destinado á morir de peste, vaya á morir ' ; el que á perecer al filo de la espada, á la espada; el que de hambre , muera de hambre ; el que esti destinado, á ser esclavo, vaya al cautiverio.

1 Expresiones que denotan la gravedad de los pecados de los israelitas, obstinados é impenitentes.

2 Zach. XI '•. 9.

TüM. X. 7

74 LA PROFECÍA. DE JEREMÍAS.

3 Y emplearé contra ellos cuatro especies de casti- go ' , dice el Señor : el cuchillo que los mate, los perros que los despedazen , y las aves del cielo ., y las bestias 4e la tierra que los devoren y consuman.

4 Y haré que sean cruelmente perseguidos ^ en todos los reinos de la tierra ; por causa de ¡Manassés , hijo de Ezechías, rey de Judá, por todas las cosas que hizo en Jerusalem '.

5 Porque ¿ quién se apiadará de , oh Jerusalem ? ¿ O quién se contristará por tu amor ? ¿ O quién irá á rogar por tu paz ó felicidad ?

6 me abandonaste , dice el Señor , y me vol- viste las espaldas : y yo extenderé mi mano sobre y te exterminaré : cansado estoy de rogarte *.

7 Y así á tus hijos , oh Jerusalem , yo los des- parramaré ^ con el bieldo hasta las puertas ó extre- midades de la tierra : hice muertes y estragos en rai puebla ; y ni aun con todo eso han retrocedido de sus malos caminos.

8 Yo he hecho mas viudas entre ellos que arenas

1 Ezech. XIV. V. 21.

2 La palabra hebrea n^J')] zauenjah, que la Vnlíiata traáy\ce fervor ein , significa conutocivn , íeinn-, enardeci- miento de terror, comiíocion de simio, de espanlo, etc.

3 IF. Reg. XXI. v. 7, 12.

4 Según el original hebreo uü^n^T ^H^N'^'j nühelhi hinajem, puede traducirse ; cansado e.stoy de arrrpeutiruie, 6 de dar largas al castigo, esperando que te conviertas.

^ 5 Como á las pajas, ó tarao de la era.

CAPÍTULO XV. 73

tiene el mar ' : he enviado contra ellos quien en el mismo medio dia les mate á las madres sus hijos : he esparcido sobre las ciudades un repentino terror.

9 Debilitóse la madre que habia parido siete 6 mu- chísimos hijos ^ ; desmayó su alma : escondiósele el sol cuando aun era de dia : quedó confusa y llena de rubor; y á los hijos que quedaren de ella, yo los en- tregaré á ser pasados á cuchillo á vista ó por medio de sus enemigos , dice el Señor.

10 ¡ Ay madre mia , cuan infeliz soy yo ! ¿ Por qué me diste á luz para ser, como soy , un hombre de contradicción , un hombre de discordia en toda esta tierra ? Vo no he dado dinero á interés , ni nadie me lo ha dado á mí, y no obstante todos me maldicen.

1 1 Entonces el Señor me respondió : Yo juro que serás feliz el resto de tu vida : que yo le sostendré al tiempo de la aíliccion , y en tiempo de tribulación te defenderé contra tus enemigos ^

12 ¿ Por ventura el hierro co??i?m hará liga con el hierro del Norte .' ¿ y el bronce comim con aquel bronce ^ ?

13 ¡Oh Jerusalem ! yo entregaré , y de balde, al saqueo tus riquezas y tus tesoros , por causa de todos

1 Expresión hiperbólica.

2 Esto es, la populosa Jerusalem perdió sn fecundidad. Véase Siele En el libro 1. de los Reyes cap. II. v. 5, donde el hebreo dice parió siete hijos , en la Vulgata se traduce : parió un gran número de hijos.

3 Cap. XXXIX. y XL.

4 Esto es, los judíos con ios cháldeos ?

76 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

los pecados que has hecho, y de todos los ídolos que tienes en tus téi niinos ' .

14 Y traeré tus enemigos de una tierra que te es desconocida ; porque se ha encendido el fuego de mi indignación, que os abrasará con sus llamas. 15 , oh Señor, que sabes mi inocencia, acuérda- te de , y ampárame, y defiéndeme de los que me persiguen; no difieras el socorrerme, por razón de tu paciencia con los enemigos : bien sabes que por amor tuyo he sufrido mil oprobios.

16 Yo hallé tu divina palabra , y aliménteme con ella ; y en tu palabra hallé el gozo mió, y la alegría de mi corazón : porque yo llevo el nombre de Profeta tuyo , oh Señor Dios de los ejércitos.

17 No me he sentado en los conciliábulos de los es- carnecedores ó impíos ; ni me engreí de lo que obró el poder de tu mano : solo me estaba , y retirado ^, pues me llenaste de vaticinios ó palabras amenaza- doras ^

18 ¿ Por qué se ha hecho continuo dolor, y no admite remedio mi llaga desahuciada ? Ella se ha he- cho para como unas aguas engañosas, en cuyo vado no hay que fiarse.

1 9 Por esto , así habla el Señor : Si te vuelves á "^j yo te mudaré ; y estarás ^rme y animoso ante

1 Cap. XI. V. 13.

2 Pí. I.v.l. XXV.v. 4.

3 De amenazas contra mi pueblo.

4 Si te conviertes á , y dejas esa desconfianza en que estás.

CAPÍTULO XVI. 7T

mi presencia ; y si sabes separar lo precioso de lo vil ' , serás entonces como otra boca mía '. Entonces ellos se volverán acia con ruegos , y »iO íe volverás áeia ellos ^

•20 Antes bien liaré yo que seas con respecto á ese pueblo un muro de bronce inexpugnable : ellos com- batirán contra , y no podrán prevalecer ; porque yo estoy contigo para salvarte y librarte , dice el Señor.

21 Yo te libraré pues de las manos de los malvados , y te salvaré del poder de los fuertes.

CAPITULO XVI.

Culamidades que enviará Dios sobre el pucolo de Israel : después de las cuales le enviará predicadores que le con- viertan al buen camino, y hará brillar en e'i su ivfinita tnisericordia.

1 Hablóme después el Señor diciéndorae :

2 No tomarás mugcr, y no tendrás hijos ni hijas en este lugar ó país de Juclea ^.

3 Porque esto dice el Señor acerca de los hijos é hijas que nacerán en este lugar, y acerca de las madres

1 Esto es , mis promesas de las amenazas y desprecios de los hombres.

2 Por la firmeza con qae hablarás.

3 Para condescender con sus antojos.

4 S. Gerónimo no dada que Jeremías se conservó virgen hasta la muerte. -S". Hier. cap. XXIII. Véase la Adver- tencia.

78 LA Profecía de jeremías.

que los parirán , y acerca de los padres que los engen- drarán en este pais :

4 Morirán de varias enfermedades, y no serán pla- ñidos ni enterrados , yacerán como estiércol sobre la superficie de la tierra , y serán consumidos con la es- pada y la hambre, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.

5 Porque esto dice el Señor : no entrarás en la casa del convite morluorio , ni vayas á dar el pésame, ni á consolar ; porque yo, dice el Señor, he desterrado de este pueblo mi paz, mi misericordia y wzs pieda- des.

6 Y morirán los grandes y los chicos en este pais , y no serán enterrados ni plañidos : ni habrá quien en señal de luto se haga sajaduras en su cuerpo ' , ni se corle á raiz el cabello:

7 ni entre ellos habrá nadie que parta el pan, para consolar al que está llorando por su difunto '^ ; ni á los que lloran la pérdida de su padre y de su madre , les darán alguna bebida para su consuelo.

8 Tampoco entrarás en casa en que hay banquete ', para sentarte con ellos á comer y beber ;

9 porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Sábete que yo á vuestros ojos , y en vues- tros dias, desterraré de este lugar la voz del gozo y la

1 Lev. XIX. V. 27,2S. Deul. XIF. v. 1.

2 y animarle á comer.

3 Con motivo de boda, etc.

CAPÍTULO XVI. TO

Toz de alegría , la voz del esposo y la voz ó cantares de la esposa ' .

10 Y cuando hayas anunciado á ese pueblo todas estas cosas, y ellos te digan : ¿ Por qué ha pronun- ciado el Señor contra nosotros todos estos grandes ma- les ó calamidades ^? ¿cuál es nuestra maldad? ¿y qué pecado es el que nosotros hemos cometido contra el Señor Dios nuestro ?

1 1 les responderás : Porque vuestros padres me abandonaron , dice el Señor, y se fueron en pos de los dioses extraños , y les sirvieron y los adoraron , y me abandonaron á , y no guardaron mi Ley.

12 Y todavía vosotros lo habéis hecho peor que vuestros padres ; pues está visto que cada uno sigue la corrupción de su corazón depravado, por no obedecer- me á mí.

13 Y asi yo os arrojaré de esta tierra á otra des- conocida de vosotros y de vuestros padres ; donde día y noche serviréis á dioses ágenos, que nunca os dejarán en reposo '.

^14 aquí que vendrá tiempo , dice el Señor, en que no se dirá mas ^ : Vive el Señor, que sacó á los hijos de Israel de la tierra de Egypto ;

1 Estoes, los cantares de alegría, como eran ios epi- thalamios y los hyraeneos entre los gentiles. Cap. XXF. V. 10. " ^ Cap. V.vA9.

3 Mas finalmente yo os volveré á esta tierra.

4 Como se acostumbra ahora.

a& LA PROFECÍA DE JEREMÍAíñ.

15 sino : \ÍYc e! Señor, que sacó á los hijos de Israel de la tierra del Septentrión, y de todos los paises por donde los había esparcido. Y yo los volveré á traer á esta su tierra , que di á sns padres.

IG aquí que yo enviaré á muchos pescadores, dice el Señor ' , los cuales los pescarán ; y enviaré des--' pues muchos cazadores que los cazarán por todos los montes , y por todos los collados , y por las cuevas de los peñascos,

17 Porque mis ojos están observando todos sus pasos : no se oculta ninguno á mis miradas ; como no hubo maldad saya oculta á mi vista.

1 8 Pero primeramente les pagaré al doble lo que merecen sus iniquidades y pecados ; porque han con- taminado mi tierra con las carnes mortecinas sacrifica- das á sus ídolos, y llenado mi heredad de sus abomi- naciones ^.

19 0 Señor, fortaleza mía, y el sosten mió, y mi refugio en el tiempo do la tribulación : á vendrán /as gentes desde las extremidades de la tierra % y di- rán : Verdaderamente que nuestros padres * poseyeron

1 Mfctafóricíí mente llama jjtxcadores k Zorobabel, Es- dras, Nehemías , etc. liermosa alusión á los doce Após- toles. Véase lo que decía Jesii Christo á san Pedro y san Andrés : Yo haré que vengáis á ser pescadores de hombres. Mure. I. V. 17.

2 Después de eso loss volveré á esta su tierra.

3 El Profeta vaticina, lleno de gozo, la conversión de las naciones á la Iglesia.

4 Venerando por dioses á los astros.

CAPÍTULO XVII. 81

la mentira y la vanidad, la cual para nada les aprove- chó.

20 ¿ Acaso un hombre podrá hacerse sus dioses ? No : esos no son dioses.

21 Por lo cual aquí que yo de esta vez los he de convencer : les mostraré mi poder y mi fortaleza , y conocerán que mi nombre es el Señor *.

CAPÍTULO XVII.

Obstinación de los judíos, causa de su castigo. Debemos poner la confianza en Dios , no en los hombres. Jeremías ruega á Dios que le de' fuerzas para resistir á sus enemi- gos. Santificación del sábado.

El pecado de Judá está escrito con punzón de hierro , y grabado con punta de diamante sobre la tabla de su corazón , y en los lados de sus sacrilegos altares '.

2 Ya que sus hijos se han acordado de sus altares dedicados d los ¿ lelos , y de sus bosques , y de los árboles frondosos que hay en los altos montes ,

3 y ofrecen sacrificios en los campos ; yo entregaré al saqueo tu hacienda , y todos tus tesoros y tus luga- res excelsos en que adoras á los ¿dolos , por causa de

1 O que yo soy Jehovah , ó El que es. Véase Jehovak.

2 P's grande su obstinación. Véase Act. XVIII. v. 12. En los lados ó cornijales del altar solían grabar los gentiles algun símbolo ó la imagen del ídolo á quien ofrecían sacri- ficios.

82 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

los pecados cometidos por , oh Judá . en todas tus tierras.

4 Y quedarás despojada de la herencia que te habia yo dado ; y te haré esclava de tus enemigos en una tierra desconocida de : porque has encendido el fuego de mi indignación , que arderá eternamente.

5 Esto dice el Señor : Maldito sea el hombre que confía en otro hombre , y 720 en Dios , y se apoya en un brazo de carne miserable , y aparta del Señor su co- razón '.

6 Porque será semejante á los tamariscos ó relama del (trido desierto ''; y no se aprovechará del bien ', cuando venga , sino que permanecerá en la sequedad del desierto, en un terreno salobre é inhabitable.

7 Al contrario bienaventurado el varón que tiene puesta en el Señor su conüanza , y cuya esperanza es el Señor .

8 Porque será como el árbol trasplantado junto á las corrientes de las aguas * , el cual extiende acia

1 Aliiflen estas palabras al rey Sederías y á los prín- cipes do los judíos, que imploraban el auxilio de los egyp- cios en ^ez de acudir al de iJios. Ya Isaías les decía : El Egyptn es hombre, y no D'tox. Después cap. XLVIIl. v.

7\—Is. XXX V. 2 —XXXI V. 1, 3.

2 Siempre infructuosos. Se habla de una planta que nace en tierra arenisca ; y asi sus raices no sienten el beneficio de las lluvias; y por eso vive poco, y no produce ningún fruto.

3 O de los beneficios que Dios concederá á sus siervos.

4 Ps.I. V.3

CAPÍTULO XVII. 83

la humedad sus raices , y ad no temerá la sequedad cuando venga el estío. Y estarán siempre verdes sus hojas , ni le hará mella la sequía , ni jamás dejará de producir fruto.

9 Pero ¡ ah ! perverso y falaz es el corazón de todos los hombres , é impenetrable : ¿ quién podrá conocerle?

10 Yo el Señor soy el que escudriño los cora- zones , y el que examino los afectos de ellos , y doy á cada uno la paga según su proceder, y conforme al mérito de sus obras '.

1 1 Como la perdiz que empolla los huevos que ella no puso ^ ; así es el que junta riquezas por medios injustos : á la mitad de sus dias tendrá que dejarlas, y al fin de ellos se verá su insensatez.

12 ¡ Oh trono de gloria del Altísimo desde el principio \ lugar de nuestra santificación !

13 ¡Oh Señor, esperanza de Israel! todos los que te abandonan, quedarán confundidos: los quede se alejan , en el polco de la tierra serán escritos ^ :

1 /. Rey. XVI. V. 7. Ps. VIL V. 10.— Jpoc. //. V. 23.

2 l^ero al modo que después los pollitos uo la reconocen por madre y la abandonan ; asi las riquezas mal adquiridas parece que huyen, y no reconocen por dueño á su injusto posesor.

3 Así llama al cielo, de donde nos viene toda santidad.

4 Para denotar que una promesa era vana , los latinos solían decir . está escrita en el agua.

«4 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.

porque han abandonado al Señor, vena de aguas vivas.

14 Sáname, Señor, y quedaré sano ; sálvame y se- ré salvo ; pues que toda mi gloria eres tú.

15 aquí que ellos me están diciendo : ¿ Dónde esiá la palabra del Señor ? Qn? se cumpla '.

16 Mas yo i\o por eso me he turbado siguiendo tus huellas , oh pastor mió ; pues nunca apetecí dia ó favor de hombre alguno: tn lo sabes. Lo que anuncié ' con mis labios, fue siempre recto en tu presencia.

17 No seas pues para motivo de temor, , oh Señor, esperanza mia en el tiempo de aflicción.

18 Confundido» queden los que ene persiguen, no quede confundido yo : teman ellos, y no tema yo : en- vía sobre ellos el dia de la aflicción, y castígalos con doble azote.

19 Esto me dice el Señor : Vé, y ponte á la puerta mas concurrida de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá ^ ; y en todas las puertas de Jerusalem ,

20 y les dirás á todos : Oid la palabra del Señor, oh reyes de Judá ; y pueblo todo de Judá , y todos vosotros ciudadanos de Jerusalem que entráis por es- tas puertas ,

2 1 mirad lo que dice el Señor : Cuidad de vuestras

1 Nada la tememos.

2 VA hebreo: presente tienes cuanto pronunciaron, etc.

3 Puede entenderse la puerta occidental del Templo > por la cual entraban en él desde palacio el rey y tuda su comitiva.

CAPÍTULO XVII. 85

almas ; y no llevéis cargas en dia de sábado, ni las hagáis entrar por las puertas de Jerusalem.

22 Ni hagáis en dia de sábado sacar cargas de vues- tras casas , ni hagáis labor alguna ; santificad dicho dia, como lo mandé á vuestros padres.

23 Mas ellos no quisieron escuchar ni prestar oidos a mis palabras : al contrario endurecieron su cerviz por no oirme, ni recibir mis documentos.

24 Con todo, si vosotros me escuchareis, dice el Se- ñor, de suerte que no introduzcáis cargas por las puer- tas de esta ciudad en dia de sábado, y santificareis el dia de sábado, no haciendo en él labor ninguna :

25 seguirán entrando por las puertas de esta ciudad los reyes y príncipes, sentándose en el trono de David, y montando en carrozas y caballos , así ellos como sus príncipes ó cortesanos, los varones de Judá y los ciu- dadanos de Jerusalem , y estará esta ciudad para siem- pre poblada.

26 Y vendrán de las otras ciudades de Judá , y de la comarca de Jerusalem, y de tierra de Benjamín , y de las campiñas, y de las montañas, y de acia el Me- diodía á traer holocaustos , y víctimas , y sacrificios , é incienso, y lo ofrecerán en el Templo del Señor.

27 Pero si no me obedeciereis en santificar el dia del sábado, y en no acarrear cargas, ni meterlas por las puertas de Jerusalem en dia de sábado, yo pegaré fuego á estas puertas ' , fuego que devorará las casas de Jerusalem , y que nadie apagará.

1 Valiéndome de los chdldecs.

86 LA PROFFXÍA DE JEREMÍAS.

CAPITULO XVIll.

Con la semejanza del barro y del alfarero demuestra el Señar que está en su mano el hacer beneficios , ó enviar castigos al pueblo de Israel. Manda al Profeta que le exhorte á penitencia. Conjuración del pueblo contra Jere- mías : figura de la que formaron después contra Jesús.

1 Orden dada á Jeremías por el Señor, diciendo :

2 Anda y baja á casa de un alfarero, y allí oirás mis palabras.

3 Bajé, pues, á casa de un alfarero, y iiallé que estaba trabajando sobre la rueda.

4 Y la vasija de barro que estaba haciendo, se des- hizo entre sus manos ; al instante volvió á formar del mismo barro otra vasija de la forma que le plugo.

5 Entonces me habló el Sefior, y dijo :

6 ¿ Por ventura no podré hacer yo con vosotros, oh casa de Israel , como ha hecho este alfarero con su barro, dice el Señor * ? Sabed que lo que es barro en manos del alfarero, eso sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.

7 Yo pronunciaré de repente mi sentencia contra una nación , y contra un reino , para arrancarle, des- truirle y aniquilarle.

8 Pero si la tal nación hiciere penitencia de sus

I Jeremías no habla aquí de la bondad ó malicia de las acciones hinnanas , sino de que Dio» envia á los hombres bienes ó males, segiin SH iníinita sabiduría. />. XLV. v. 9. Rom. IX. 1.20.

CAPÍTULO XVIII. 87

pecados, por los cuales pronuncié el decreto contra ella, me arrepentiré yo también del mal que pensé ha- cer conlra ella '.

9 Asimismo trataré yo de repente de fundar y es- tablecer una nación, y un reino.

10 Pero si este obrare mal ante mis ojos, de suerte que no atienda á mi voz, yo me arrepentiré del bien que dije que le baria.

11 Tú, pues, ahora di á los varones de Judá, y á los habitantes de Jerusalera : Esto dice el Señor : IMirad que yo estoy amasando estragos contra voso- tros, y trazando designios en daño vuestro : conviér- tase cada uno de vosotros de su mala vida, y enmen- dad vuestras costumbres é inclinaciones ^.

12 A esto dijeron ellos : Ya no hay remedio ; hemos desesperado : y así seguiremos nuestras ideas, y cada cual hará lo que le sugiera la perversidad de su maleado corazón.

13 Por tanto, esto dice el Señor : Preguntad á las demás naciones : ¿ Quién ha jamás oido tales y tan

1 Habla Dios según el modo de explicarse los hombres. Véase /)/«•¥. Aunque del hombre que hace psnitencia, suele decirse q\e desarma ó contiene la indignación de Dios; no 6e sigue de aquí que pueda convertirse á Dios, ó hacer pe- nitencia sin ei socorro de la gracia. La reconciliación ó jus- tificacion del hombre, no tanto es obra de este, conio de la gracia do Dios ; perotóes de modo que , salvada la li- bertad del hombre, que también obra, la principal parte se atribuya á la gracia de Dios. S. Gerónimo. Véase Gracia.

2 Si queréis evitarlos. Cap. XXV. v. 5. XXXV. v. Vo.-IV, Reg. XVII. V. \Z.-JoniB III v. 9.

88 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS,

horrendas cosas, como las que no se hartaba de hacer la virgen de Israel ' ?

14 ¿ Acaso puede faltar nieve en los peñascos de las espaciosas sierras del Líbano ? ¿ O pueden agotarse los manantiales , cuyas frescas aguas corren sobre la tierra ?

. 13 Pues he aquí que mi pueblo se ha olvidado de , ofreciendo sacrificios á la vanidad de los ídolos^ y tropezando de continuo en sus caminos, en los anti- guos caminos ^, por seguir un carril no trillado ^:

1 6 reduciendo así su tierra á desolación '* , y á ser para siempre objeto de mofa y de asombro para todo pasa- gero, que al verla, admirándose^ meneará su cabeza.

17 Porque como viento abrasador los dispersaré delante de sus enemigos : les volveré las espaldas, y no mi benigno rostro, en el día de su perdición.

18 Mas ellos dijeron entonces : Venid y tratemos seriamente de obrar contra Jeremías : porque á pe- sar de lo que él predice, no nos faltará la explicación de la Ley de boca del sacerdote , ni el consejo del sabio, ni la palabra del profeta. Venid pues, atrave-

1 Al pueblo judaico, á quien llamó en el ver. 6. casa de Ivaél, aquí le llama víi-yen de Lraéí. Véase Hebraísmos. Quizá indica la gravedad de los pecados de la nación, que de virgen esposa de Dios , se habia hecho una prostituta con el culto de los ídolos.

2 Eq los de sus idólatras y rebeldes padres.

3 Por mis fieles servidores.

4 Cap. L. V. 13.

5 O mofándose. Véase Cabeza.

CAPÍTULO XVIII. 89

sérnosle con los dardos de nuestra lengua ', y no ha- gamos caso de ninguna de sus palabras.

19 Oh Señor, mira por mí, y para tu atención en lo que dicen mis adversarios.

20 ¿Conque así se vuelve mal por bien? ¿y así ellos que tanto me deben, han cavado una hoya para hacerme perder la vida? Acuérdate, oh Se/lovj de cuando me presentaba yo en tu acatamiento, para hablarte á su favor, y para desviar de ellos tu enojo.

21 Por tanto ^, abandona sus hijos á la hambre, y entrégalos al filo de la espada : viudas y sin hijos queden sus mugeres, y mueran de una muerte infeliz sus maridos, y véanse en el combate sus jóvenes atra- vesados con ia espada.

22 Oíganse alaridos en sus casas. Porque has de conducir contra ellos súbitamente al salteador \ contra ellos que cavaron la hoya para cogerme, y tendieron lazos ocultos para mis pies.

23 Mas tú, oh Señor, conoces bien todos sus de- signios de muerte contra mí. No les perdones su maldad ; ni se borre de tu presencia su pecado : derribados sean delante de : acaba * con ellos en el tiempo de tu furor ^.

1 Esto es. con la calumnia,

2 Ya que tu justicia lo exige. Véase Profeta.

3 ANabucliódonosor, ladren que se apodera de la nacioDes.

4 Esla es la significación de la voz abuíeie, que usa la Vulgata, en cuyo sentido la usan varios autores latinos. Af'uli es lo mismo que consumere, coiisiimir. Así se ve en Catón, Plauto, Terencio y otros, que cita Alapide.

5 llágase así Sf-iior, ya que asi lo (¡ene decretado tu

90 LA PROFECÍA. DE JEREMÍAS.

CAPITULO XIX.

Jeremías, quebrando delante de todos una vasija de barro^ anuncia de orden de Dios, con esta figura, la total ruina de Jerusalem.

1 Me dijo también el Señor : Anda y lleva contigo una vasija de barro , obra de alfarero , y algunos de los Ancianos ' del pueblo y de los Ancianos de los sa- cerdotes ;

2 y vete al valle del hijo de Ennom ^, que está al Oriente cerca de la entrada de la alfarería ; y allí pu - blicarás las palabras que voy á decirte.

3 Escuchad , les dirás , la palabra del Señor, oh reyes de Judá, y ciudadanos de Jerusalem : esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Sabed que yo descargaré sobre este lugar tales castigos , que á cualquiera que los oyere contar, le retiñirán las orejas.

4 Y por cuanto ellos me han abandonado , y han profanado este lugar, y sacrificado en él á dioses age- nos , que ni ellos conocen , ni han conocido sus pa-

justicia eu vista de la obstinación de ese pueblo ingrato. Véase Profela. Hebraismos. Parece que se habla del dei- cidio cometido por los juidíos en la muerte de Jesús.

1 Este es el sentido de las expresiones hebreas : "^Jp^Ql ¡ZD^^rOn ^lpíO^ Dyn q"e la Vulgata traduce et á se- nioribus. Véase v. 10. y sigg.

2 Cap. FU. V. 31. Véase Infierno.

CAPÍTULO XIX. 91

dres , ni los reyes de Judá , llenando este sitio de san- gre de inocentes ' ,

5 y han erigido altares á Baal , para abrasar en el fuego á sus hijos ,' en holocausto al mismo Baal ; co- sas que ni mandé , ni dije , ni me pasaron por el pen- samiento ^ :

6 por tanto , aquí , dice el Señor, que llega el tiempo en que ya no se ha de llamar mas este sitio Valle de Topheth ', ni Valle del hijo de Ennom, sino el Valle de la mortandad.

7 Y en este sillo disiparé yo los designios de los ha- hitantes de Judá y de Jerusalem ; y exterminaré á es- tos con la espada , á la vista de su? enemigos , y por mano de aquellos que buscan su perdición , y daré sus cadáveres en pasto á las aves del cielo y á las bestias de la tierra.

8 Y á esta ciudad la haré objeto de pasmo y de es- carnio : todos los que pasaren por ella, quedarán ató- nitos, y la insultarán por razón de todas sus desdi- chas ♦.

ü Y les daré á comer á los padres las carnes de sus

1 Sacrificados á Moloch.

2 Es un modo de hablar figurado. Quitando la figura lip- tote, diriamoa : cosa que jamás me j'a^ó por el entendí- ment'j el mandarla; antes bien la tengo desde el principio prohi'iida expresamente.

3 nrn~ Tophelh significa también ameno ó delicioso, y quizi el Profeta alude á esta significación.

4 Antes cap. XVIII. v. J6. Después cap. XLIX V. 13. -L r. 13.

92 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

hijos , y al amigo la carne de su amigo , durante el asedio y apuros á que los reducirán sus enemigos , que quieren acabar con ellos.

10 Y después ' romperás la vasija á vista de los varones que te haLiis; acompañado.

11 Y les dirás entonces : Esto dice el Señor de los ejércitos : Así haré yo pedazos á este pueblo y á esta ciudad , como se hace añicos una vasija de barro co- cido, la cual ya no puede restaurarse : y serán se- pultados en el inmundo valle de Topheth, porque no habrá otro sitio para enterrarlos ^.

12 De esta manera trataré yo á esta población y á sus habitantes , dice el Señor, y haré que esta ciu- dad sea un lugar de abominación , asi como Topheth.

13 Y las casas de Jerusalem y las casas de los reyes de Judá quedarán inmundas como el sitio de Topheth. Todas estas casas , digo, en cuyos terrados se ofre- cían sacriflcios á toda !a milicia ó estrellas del cielo, y libaciones á los dioses ágenos.

14 En seguida volvió Jeremías de Topheth, á donde le habia enviado el Señor á profetizar ', y pa- róse en el atrio del Templo del Señor, y dijo á todo el pueblo :

15 Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Mirad , yo voy á traer sobre esta ciudad y so- bre todas las ciudades que dependen de ella, todos los

1 De decirles todo esto.

2 Tan grande será el núraero de los muertos.

3 Delante de los principales de Jada.

CAPÍTULO XX. 93

males con que yo la he amenazado ; ya que han en- durecido su cerviz para no atender á mis palabras.

CAPITULO XX.

Jeremías, maltratado y encarcelado por Phassur, profetiza contra este y cunlra toda la Judea. Se lamenta á Dios de que permita que padezca por anunciar su pahbra. Y pone en él su confianza. .

1 Y Phassur, hijo ó descendiente del sacerdote Em- mer ' , y que era uno de los «^rerectos de la Casa del Señor, oyó á Jeremías que profetizaba tales cosas.

'-2 É irritado Phassur hirió al profeta Jeremías, y le puso en el cepo ^, que estaba en la puerta superior de Benjamin ^ en la Casa del Señor.

3 Al amanecer del siguiente dia, sacó Phassur del cepo á Jeremías ; el cual le dijo : El Señor no te llama ya Phassur *, sino el Espantado por todas parles ^.

4 Porque esto dice el Señor : Sábete que yo te lie - naré de espanto á y á todos tus amigos : los cuales perecerán al filo de la espada de sus enemigos, y es co-

1 Cap. XXI. V. I.—/. Paral. IX. v. Í2—XX1 V. v. 14. Véase c. XXIX. v. 25.

2 O calabozo. Así la traducción de Ferrara.

3 Puerta de la ciudad contigua al Temjlo. Cap. XXXVII. V. 12.

4 Esto es~)^ní¿^D ^^ <1^^ espanta con su visia.

5 Te llama 2"'2ÜÜ^')aÜ ^^^^g^r-missabíb; que S. Geró- nimo traduce : El que está lleno de un espanto universal.

94 LA profecía, de jeremías.

sa que la verás con tus ojos ; y entregaré á todo Judá en poder del rey de Babylonia , quien trasladará sus habitantes á Babylonia, y á muchos los pasará á cu- cbillo.

5 Y todas las riquezas de esta ciudad, y todas sus labores, y cuanto haya de precioso, y los tesoros todos de los reyes de Judá los entregaré en manos de sus enemigos ; los cuales los robarán, y cargarán con ellos, y los conducirán á Babylonia.

O Mas tú, oh Phassur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos ; y irás á Babylonia, y allí morirás, y allí serás enterrado y todos tus amigos, á quienes profelizasíe mentiras.

7 ] Oh Señor ' ! me deslumhraste, al encardar- me este penoso ministerio; y yo quedé deslumhrado : yo ya me resistia ; pero fuiste mas fuerte que yo, y te saliste con la tuya : yo soy todo el dia objeto de irrisión, todos hacen mofa de mí;

8 porque ya tiempo hace que estoy clamando con- tra la iniquidad, y anunciando á voz en grito la de- vastación : y la palabra del Seiíor no me acarrea mas que continuos oprobios y escarnios ^.

1 Así exclamó Jeremías á impulsos de la debilidad de su naturaleza. Job. X. II. Cor. I. v. 8. Dios habia pro- metido á Jeremías que sus enemigos no le vencerían, cap. I. V 19^ ó que no le harian desistir de su ministerio ó predicación ; pero no le prometió que no tendría que sufrir de ellos.

5> Para los que amana Dios , es gran pena tener que ver

CAPÍTULO XX. 95

9 Y así dije para conmi(,o -. No volveré mas á ha- cer mención de ella, y no hablaré mas en nombre del Señor. Pero luego sentí en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado dentro de mis huesos, y desfalle- cí no teniendo fuerzas para aguantarle.

10 El hecho es que las maldiciones de muchos, y el terror se apoderó de mi por todos lados : Perse- guidle , y persigámosle , oi que decían todos aquellos mismos que vivían en paz conmigo , y estaban á mi lado : observemos si comete alguna falta ; que en tal caso prevaleceremos contra él , y tomaremos de él ven- ganza.

1 1 Pero el Señor , cual esforzado campeón , está conmigo ; por eso caerán y quedarán sin fuerzas aque- llos que me persiguen ; quedarán sumamente avergon- zados por no haber logrado su intento, con un oprobio sempiterno, que jamás se borrará.

12 Y tú, oh Señor de los ejércitos, que haces prue- ba del justo, que disciernes los afectos interiores del corazón, haz que yo te vea tomar de ellos wndi justa

ó saber la mala vida de los pecadores: y si esta no les causa pena, es señal de muy poca ó ninguna caridad. Por- que cuanto mas se aleja el justo del pecado, tanto mayor tormento le cansa el dtl prójimo: y cnanto mas procura ad- quirir ia virtud ó piedad, y seguir el Evangelio, tanto mayor será la persecución que le moverán los mundanos, especial- mente los que apHrentan zelo de la religión, como hacian los phari-eos con Jesu-Christo ; ó aquellos de quienes de- cía este Señor, que mirarían como un obsequio á Dios el matar á sus Apóstoles. Joann. XVI. v. 2.

96 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

venganza * ; porque á tengo encomendada mi causa.

13 Cantad himnos al Señor, alabad al Señor : por- que él es el que ha librado el alma del pobre de las garras de los malvados; del pobre, que, como fuera de si dccia :

14 Maldito el dia en que nací ' : nc cea bendito el dia en que mi madre me parió.

15 Maldito aquel hombre que dio !?. nueva á mi padre, diciéndole : Te ha nacido un hijo varón ; como quien pensó colmarle de gozo.

16 Sea el tal hombre como están las ciudades que asoló el Señor sin tener de ellas compasión : oiga gritos por la mañúija y aullidos al medio dia.

17 ; Que no me hiciera morir Dios en el seno ma- terno % de modo que la madre mia fuese mi sepulcro, y fuese eterna su preñez !

1 8 ¿ Para qué salí del seno materno á padecer tra- bajos y dolores, y á que se consumicstn mis días en continua afrenta ?

1 Antes cap. XI. v. 20.— XVII. v. 10. Véase Profeta.

2 Job III. V. 3.

3 El quide la Vulgata está en lnt>ar de quia, y así tra- ducen los Setenta. Véase Job X. v. 18 Todo este discurso del Profeta es una hipérbole para expresar la grandeza de su dolor.

9T

CAPÍTULO XXL

Respuesta de Jeremías ú la pregunta de Sedevias sobre la suerte de Jerusakm sitiada. Solamente se salvarán a¡ueUos que se sujeten á los enemigos.

1 aqui lo que respondió el Señor á Jeremías cuando el rey Sedéelas ' le envió á decir por Phassur hijo de Rlelchias, y por el sacerdote Sophonías, hijo de Maasías, lo siguiente :

. 2 Consulta por nosotros al Señor ""•, pues rsabuchó- donosor rey de Babylonia nos ataca con su ejército : y sepas si el Señor por ventura está en obrar á fa- vor nuestro alguno de sus muchos prodigios, que obli- gue á aquel á retirarse de nosotros.

3 Y Jeremías^ les respondió : Así diréis á Sedéelas:

4 Esto dice el Señor, el Dios de Israel : Sabed que yo haré volver en daño vuestro las armas que tenéis en vuestras manos, y con que peleáis contra el rey de Ba- bylonia y los cháldeos que os tienen sitiados rodeando

1 Al juntaren un volumen estas profecías, no parece que se siguió siempre el orden chronológico. Lo que se refiere en este capítulo, pertenece al segundo año del sitio de Je- rusalem, reinando Sedecías; y así su propio lugar es des- pués del capítulo XXXV^IL Sophonías tenia el segundo lugar entre los sacerdotes después del pontífice. IF. Reg. XX F. V. 18.

2 Antes cap. XV. v. 19. En este lance se vio cumplido lo que el Señor habia prometido á Jeremías, esto es, que la necesidad les obligaría á pedir é implorar su favor.

3 Después de haber consultado al Señor.

9

98 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

vuestros muros, y las amontonaré todas en medio de la ciudad.

5 Y yo mismo pelearé contra vosotros y os derro- taré extendiendo mi mano, y el fuerte brazo mió, con furor é ir?d:"-:jr:on y uicjo grande \

6 Porque descargaré el azote sobre los vecinos de esta ciudad : hombres y bestias morirán de horrible pestilencia.

7 y tras esto, dice el Señor, yo entregaré á Sede- cías, rey de Judá, y á sus servidores, y á su pueblo, y á los que habrán quedado en la ciudad salvos de la peste, y de la espada, y de la ham-bre, los entregaré, digo, en poder del rey de Babylonia Nabuchódonosor, y en poder de sus enemigos, y en poder de los que buscan cómo matarlos, y serán pasados á cuchillo ; y no se aplacará, ni perdonará, ni tendrá compasión.

8 También dirás á ese pueblo : Esto dice el Señor : aquí que yo os pongo delante el camino de la vida, y el camino de la muerte.

9 El que se quede en esta ciudad , perecerá al filo

1 No es resistir á la volnutad divina, el usar de todos los medios lícitos para precavernos de las calamidades que Dios envía, y con las cuales, al paso que purifica mas á los justos, castiga nuestros pecados. Pero si nos constase ser voluntad de Dios., y decreto suyo el que nos entregáramos en manos de los enemigos, como aquí io declaró Jeremías al rey, seria temeridad el resistir. Así nuestro divino maes- tro Jesu-Christose entregó en manos de los suyos, sabiendo que esta era la voluntad de su eterno Padre. S. AUmaúo íu la Apología de su huida.

CAPÍTULO XXI. 99

de la espada, ó de hambre, ó de peste ' ; mas aquel que salga y se entregue á los cháldeos, que os tienen sitiados, salvará la vida , y reputará esto por una ganancia.

10 Por cuanto yo tengo fijados los ojos sobre esta ciudad , dice el Seuor, no para hacerle bien, sino mal: yo la entregaré en poder del rey de Babylonia , el cual la entregará á las llamas.

11 Dirás también á la casa del rey de Judá : Oid la palabra del Señor ,

12 oh vosotros de la casa de David ^ ; esto dice el Señor : Administrad presto la justicia , y á los oprimi- dos por la prepotencia libradlos del poder del opresor : no sea que prenda en vosotros como fuego mi enojo, y encendido que sea , no haya quien pueda apagarle , por causa de la malignidad de vuestras inclinaciones ó mala conducía vuestra.

13 Heme aquí , oh Jermalem : contra vengo, oh habitadora del valle fortalecido y campestre ^, dice el Señor: contra vosotros que decís : ¿Quién será capaz de asaltarnos y de apoderarse de nuestras casas?

14 lo os castigaré por el fruto que han dado vues- tras perversas inclinaciones , dice el Señor : y yo pe-

1 Después cap. XXXVIII. v. 2.

2 Después cap. XXII. v. 3,

3 Jeriisalem estaba situada en un monte , dividido en varias colinas ; y por eso la ciudad se hallaba en una posi- ción muy buena para defenderse. Véase Jemsakm.

loo LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

garé fuego á sus profanos bosques ' , el cual devorará todos sus alrededores.

CAPITULO XXII.

Terrible ¡rrofecía de Jeremías contra el rey de Judá y su familia.

1 Esto dice el Señor : Anda , ve á la casa del rey de Judá , y le hablarás allí en estos términos :

2 y dirás : Escucha , oh rey de Judá , la palabra del Señor, que te sientas sobre el trono de David ^ y los de tu servidumbre, y tu pueblo que entráis por estas puertas.

3 Esto dice el Señor : Juzgad con rectitud y jus- ticia ^, y librad de las manos del calumniador á los oprimidos por la violencia , y no aflijáis ni oprimáis inicuamente al forastero, ni al huérfano, ni á la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.

4 Porque si realmente os portareis así como os digo, seguirán ocupando el solio de David los reyes sus des- cendientes, y montados en carrozas y caballos, entra- rán y saldrán por las puertas de esta casa con su& servidores ó cortesanos, y su pueblo.

5 Pero si vosotros desobedeciereis estas palabras , juro por mismo, dice el Señor, que esta casa ó pa- lacio quedará reducido á una soledad.

1 Tal vez alude á las casas de Jerusalem , muchas de Jas cuales eran de madera del Líbano. , ^ Antes cap. XXXI. v. 12.

capítulo XXII. 101

6 Porque aquí lo que dice el Señor contra la casa del rey de Judá : Oh casa ilustre y rica, como Galaad ', que eres para como la cumbre del Líbano ^, júrete que te reduciré á una soledad, como las ciudades inijabitabies de Pentitpolis;

7 y destinaré ' contra al matador de hombres * , y á sus armas ó tropas : y cortarán tus cedros escogi- dos, y los arrojarán al fuego.

8 Y atravesará mucha gente por esta ciudad, y dirá cada uno á su compañero * : ¿ Por qué motivo trató así el Señor á esta gran ciudad ?

9 Y se le responderá : Porque .abandonaron la alian- za del Señor Dios suyo, y adoraron y sirvieron á los dioses ágenos.

10 ¡Ah! no lloréis al difunto rey Josias, ni hagáis por él duelo ; llorad por el que se va , por Joavházj

1 Según S. Gerónimo, quiere decir : Oh casa real de Judá, que por tu grandeza y situanion elevada eres la ca- beza de Jernsalem , como Galaad es lo mas delicioso y grande del monte Líbano. El pais de Galaad era muy abundante y fértil , y el Líbano á veces se pone para sig- nificar por antonomasia un pais delicioso 3' fértil. Gen. XXXVII. r.25.— P.y. LXXI. v. 16.—Cantic. IV. v. 14.

2 O la que descuella sobre todo.

3 Esta es la significación de santificar aquí y en otros parages de la Escritura. Véase Sanio. Nabu':hddunosor y su ejercito se llaman santos , porque ejecutan la sentencia de Díjs j dice san Gerónimo.

4 Esto es, á Nabucliódonosor.

5 Deuí XXIX. V. 24.— III. Reg. IX v. 8.

lOt LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

que no volverá ya del cautiverio ^ ni verá mas la tierra de su nacimiento ' :

1 1 por lo cual esto dice el Señor acerca de Sellum Joacház) hijo de Josías, rey de Judá , que succedió en el reino á su padre Josías, y salió de este lugar : No ha de volver mas acá ,

12 sino que morirá en el lugar á donde le tras.'adé, ni verá ya mas esta tierra.

13 I Ay de aquel que fabrica su casa sobre la in- justicia , y sus salones sobre la iniquidad , forzando á su prójimo á que trabaje de balde ^ , y no le paga su jornal]

14 Aquel que va diciendo : Yo me edificaré un suntuoso palacio, y espaciosos salones : que ensancha sus ventanas y hace artesonados de cedro, pintándolos de bermellón.

15 ¿ Piensas tú, oh rey Joakim^ que reinarás mu- cho íiempo, pues q^c ¿^ cüiwpuiáa toii ei cedro i ¿ Por ventura tu padre , el piadoso Josías, no comi6 y be- bió, y fue feliz gobernando con rectitud y justicia?

16 Defendía la causa del pobre y del desvalido , j/ afi trabajaba para su propio bien , ¿ y la razón de esto no fue porque siempre me reconoció á , dice el Señor ?

17 Pero tus ojos y tu corazón no buscan sino la avaricia y el derrarn-r sangre inocente , y el calum- niar y correr tras de la maldad.

1 IV. Reg. XXIII V. 33, 34. /. Paral. III. v. 16.

2 Lev. XIX. V. 13.

capítulo xxir. 103

18- Por tanto c5ío dice el Señor de Joakini hijo de Josías y rey de Judá : íSo le endecharán los de su casa con aquellos lamentos : ¡ Ay hermano mió ! ; ay hermana mía! ni los extraños gritarán : ¡ x\h Señor ! I ah ínclito rey!

19 Sepultado será como lo es el asno, esío es ^ será arrojado fuera de lüs puertas de Jerusalem para (iue allí se pudra '.

20 Ya puedes suhir tú, obstinado pueblo ^, sube al Líbano y da gritos, y desde el monte Basan levanta tu voz , y clama por socorro á los ^ue pasen : porque lodos ius amigos han sido anonadados.

21 Yo te predique en medio de tu prosperidad, y dijiste : ¡No quiero escuchar : esta es tu conducta desde tu mocedad , el hacerte sordo ¿ mis palabras.

•22 Del viento ^ se alimentarán todos tus pastores '^, y cautivos serán llevados todos tus amigos ó favorece- dores. Cuiifu^ü qj^Jarái, ^.iiüiiCLa , pueblo orgu- lloso , y mismo te avergonzarás de lodos tus vi- cios.

1 Véase cap. XXX¡ 1. v.'SÚ. Aunque Ndbuchódonoscr le mandó II, ' '^'- cr.rrido de cadenas á Babylooia ( //. Pa- ral. XXXVI. V. 6 ) ; pero después le mandó matar, por- que Joakira faltó á lo que había jurado, y su cadáver fue arrojado al campo.

2 Por el verbo hiorco que aquí tieue la terminación femenina, se ve claramente que habla á Jerusalem, ó á la nación judaica, con una especie de i ron, u ó sarcasmo.

3 O de vanas esperanzas.

4 Esto es, tus príncipes y sacerdotes.

104 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

23 Oh que ' pones tu asiento sobre el Líbano , i anidas en sus altos cedros : ¡ cuáles serán tus ayes cuando te acometan dolores semejantes á los de mugar que está de parlo !

24 Juro yo, dice el Señor, que aunque Jechó- nías, hijo de Joakim, rey de Judá, fuese tan iniere- sanie para como el sello ó anillo de mi mano dere- cha , me le arrancaría del dedo ^.

25 Yo te entregaré, oh principe impío, en poder de los que buscan cómo matarte , y de aquellos cuyo rostro te hace temblar ; en poder de Nabuchódonosor rey de Babylonia, y en poder de los cháldeos.

26 Y á y á tu madre que te parió ^ os enviaré á un país extraño , en que -no nacisteis , y allí moriréis.

27 Y Ala Judea, esta tierra á la cual su alma an- hela volver , no volverán jamás.

28 / Oh Señor! ¿ es quizá ese hombre Jechónías alguna vasija de barro quebrada? ¿ Es algún mueble inülil que nadie lo quiere? ¿ Por qué motivo han sido abatidos él y su linage , y arrojados á un país desco- nocido de ellos "^ ?

29 ¡ Tierra , tierra ! oye , oh tierra , la palabra deí Señor , y escarmienta.

30 aquí lo que me dice el Señor : Escribe que

1 Cual águila que se remonta.

2 Por cansa de su impiedad. Véase Anillo.

3 Llamábase Nohesta. IV. Reg. XXTF. v. 8 , 15.

4 ¡ Ah ! su impiedad ha sido la causa de su ruina.

CAPÍTULO XXIII. 105

,uc hombre ' será estéril en sus cosas ' ; que nada le saldrá bien de lo que emprenda durante su vida : pues que no quedará de su linage varón alguno que se siente sobre el trono de David . y que tenga jamás en ade- lante poder ninguno en Judá.

CAPÍTULO XXUl.

f redice Jeremías que en lugar de los tnalns pastores fiel pueblo (le Israel, enriará el Seiior al Blen Pastor, quien coa sus mayorales formará an nuevo y (h'h ioio rebaño; y anuncia la ignominia cierna con que icrán cas- tigados los falsos profetas.

1 ¡ Ay de los pastores que arruinan y despedazan el rebaño de mi dehesa ! dice el Señor.

2 Por tanto aquí lo que dice el Señor Dios de Israel á los pastores que apacientan mi pueblo ' :Vos-

1 Ese impío Jechónlas.

2 Jechónías tuvo \ arios hijos; y de él descendía Sala- thiel, padre de Zorobabe]. I. Paral. III v. \7. Mallh. I. V. 12. ; pero ninguno fue rey, ó se sentó en el trono de David. Los Setenta en lugar de estéril, A'icow que no cre- ció: y Teodocion . que fue un hombre desechado de Dios.

íí Parece que habla aquí el Profeta de los sacerdotes. Destruyen el rebaño de Christo los pastures que le enseñan el error y el vicio : le despedazan los que siembran en él la división ó el cisma: le ahuyentan los que injustamente le separan de la iglesia; y no le visitan los que, por atender á los negocios del siglo, se descuidan de apacentarle con la doctr.na y el buen ejemplo. Ch ysóslomo .

J06 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

otros habéis desparramado mi grey , y la habéis arro- jado fuera , y no la habéis visitado : pues aquí que yo vendré á castigaros á vosotros por causa de la ma- lignidad de vuestras inclinaciones , dice el Señor.

3 Y yo reuniré las ovejas, que quedaron de mi re- baño, de todas las tierras á donde las hubiere echado, y las volveré á sus propias tierras ; y crecerán, y se multiplicarán.

4 Y crearé para ellas unos pas Lores que las apacen- tarán con pastos saludables : no tendrán ya miedo ni pavor alguno^ y no faltará ninguna de ellas en el redil, dice el Señor '.

5 Mirad que viene el tiempo, dice el Señor, en que yo haré nacer de David un vastago , un descendiente justo , el cual reinará como rey ^, y será sabio, y go- bernará la tierra con rectitud y justicia.

6 En aquellos dias suyos Judá será salvo, é Israel vivirá tranquilamente; y el nombre con que será lla- mado aquel rey, es el de Justo Señor ó Dios nuestro '.

7 Por eso vendrá tiempo, dice el Señor, en que ya

1 Hermosa profiecía de Jesu-Christo, supremo pastor de las almas, y de los Apóstoles y sus succesores. Véase Joann. XVHI v. 9.

2 Después cap. XXXIII. v. \5—Js. IV. v. 2. XL. V. U- XLV. V. 8. Ezech. XXXIV. v. 23. Dan. XXIV. V. U.-Joann. I. v. 45.

3 O también : El Señor es nuestro Justo, ó jus.tificador. Israel virirá en suma paz bajo el dominio de este rey que se llamará el Principe de la paz. Is. IX. v. 6. Las palabras Dominus juslus nosler, que Martini y otros traducen justo

CAPÍTULO XXIII. 107

no dirán : Vive el Señor, que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egypto ' ;

8 sino : Vive el Señor que ha sacado y Iraido el linage de la casa de Israel del pais del Norte, y de todas las rcgioües u Juud;. iuj Liaijiu ju arrojado; y iiabita- rán en su propia tierra '.

9 En orden á \os falsos profetas , mi corazón , di- jo Jeremías , se despedaza en medio de mi pecho : desencajados tengo todos mis huesos ; me hallo como un ebrio , como un hombre tomado del vino , al con- siderar el enojo del Señor, y á vista de sus santas palabras '.

10 Porque la tierra está llena de adúllcros ^, y lio - rando á causa de las blasfemias ; secáronse las campi- ñas del desierto : su carrera de ellos se dirige siempre al mal , y su valentía es para cometer injusticias :

1 1 porque así proiela como el sacciiioíc se han hecho inmundos^, y dentro de lai Casa ó Templo, alli he encontrado su malicia '\ dice el Señor.

12 Por eso el camino de ellos será como un conli- nuo resbaladero ealre tinieblas : en él serán rempuja-

Dios nuestro, pueden traoticirse justo Señor ó Dios nuestro, pues en el hebreo se lee le palabra P^IH' Jehová.

1 Deuí. XXXUT. V. 28

2 Antes cap. XVI. i». 14, 15.

3 Tan despreciadas de su pueblo.

4 O idólatras. Véase Fornicación.

5 E hypócritas. En hebreo ^n^n jo.iiaphu, hypbcrilas.

6 Cap. VII. r.30 X/. v. 15— /r. Reg. XXIII v. 4. y sig.

ios LA profecía de jeremías,

dos, y caerán ; pues yo descargaré desastres sobre ellos en el tiempo en que sean residenciados, dice el Señor.

13 Así como en los profetas de Samarla vi la insen- satez de que profetizaban en nombre de Baal , y em- baucaban á mi pueblo de Israel ;

14 así á los profetas de Jerusalem los vi imitará los adúlteros ', é ir en pos de la mentira, y que in- fundían orgullo á la turba de los malvados , para que cada uno de ellos dejase de convertirse de su maldad : todos han venido á ser abominables á mis ojos como Sodoma; como los de Gomorrha, tales son sus habi- tantes.

15 Por tanto esto dice el Señor de los ejércitos á los profetas : aquí que yo les daré á comer ajenjos, y hiél para beber - : ya que de los profetas de ,'eru- salem se ha difundido la corrupción é hipocresía por toda la tierra.

16 Moradores de Jerusalem , aquí lo que os dice el Señor de los ejércitos : No queráis escuchar las palabras de los profetas que os profetizan cosas lison- jeras, y os embaucan ^ : ellos os cuentan las visiones

ó sueños de su corazón , no lo que ha dicho el Señor.

17 Dicen á aquellos que blasfeman de : El Señor lo ha dicho : Tendréis paz. Y á todos los que

1 O idólatras de Samarla.

2 Cap. ¡X V. 15.

3 Anunciándoos felicidades en medio de vuestros vicios. Cap. XXV 11 i\ %.—XXIX. V. 8.

( APÍTULO XXllI. 109

siguen la perversidad de su corazón , les han dicho : No vendrá sobre vosotros ningún desastre

18 Pero ¿quién de ellos asistió al consejo dyl Se- ñor, y vio y oyó lo que dijo ó decretó? ¿quién penetró su resolución y la comprendió ?

19 aqui que se levantará el torbellino déla indignación divina , y la tempestad , rompiendo la nube , descargará sobre la cabeza de los impíos.

20 No cesará la saña del Señor , hasta tanto que se haya ejecutado y cumplido el decreto de su volun- tad : en los últimos días es cuando conoceréis su de- signio sobre vosotros.

21 Yo no enviaba esos profetas falsos; ellos de suyo corrían por todas partes: no hablaba yo con ellos ; sino que ellos profetizaban lo que querían.

22 Si hubiesen asistido á mi consejo , y anunciado mis palabras al pueblo raio, yo ciertamente los hu- biera desviado de su mala vida , y de sus pésimas incli- naciones.

23 ¿ Acaso piensas , dice el Señor , que yo soy Dios solo de cerca , y no soy Dios desde lejos ' ?

24 ¿Si se ocultará acaso un hombre en algún escondrijo sin que yo le vea, dice el Señor? ¿Por ventura no lleno yo, dice el Señor, el cielo y la tierra ?

25 He oido lo que andan diciendo aquellos pro-

1 o que solo cundo de las cosas que están cerca de jrt, ó en el cielo; y no de las que están léjot , ú os parecen tales á voso'ros? Otros tradacen : ¿ Piensas que de poco tiempo acá soy Dios , y iw lo soy mucho , ó ab etí rno? ToM. X. 10

lio LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

fetas que en mi nombre profetizan la menlira : He soñado, dicen, he tenido un sueño prqf ético.

26 ¿Y hasta cuándo ha de durar esta imagina- ción en el corazón de los profetas que vaticinan la falsedad , y anuncian las ilusiones de su corazón?

27 Los cuales quieren hacer que el pueblo mió se olvide de mi nombre, por los sueños que cada uno cuenta á su vecino , al modo que de mi nombre se olvidaron sus padres por amor de Baal.

28 Que cuente su sueño aquel profeta que asi sueña ; y predique mi palabra con toda verdad aquel que recibe mi palabra , y se verá la diferencia. ¿ Qué tiene que ver la paja con el trigo , dice el Señor?

29 ¿ No es así que mis palabras son como fuego, di- ce el Señor, y como martillo que quebranta las peñas?

^ 30 Por tanto, vedme aquí dice el Señor, contra aquellos profetas que roban mis palabras , cada cual á su mas cercano profeta.

31 Vedme aquí, dice el Señor, contra aquellos profetas , que toman en sus lenguas estas palabras : Dice el Señor ' .

32 Vedme aquí contra aquellos profetas ó visio- narios que sueñan mentiras, dice el Señor, y las cuentan , y traen embaucado á mi pueblo con sus falsedades y prestigios ' , siendo así que yo no los he

1 No habiéndoles el Señor hablado nada.

2 Nótanse tres especies de falsos profetas : 1°. aquellos que tomando en boca algunas palabras ó sentencias de un verdadero Profeta, las adulteran , mezclándolas con sus falsas interpretaciones : 2^. los que de suyo forjan palabras

CAPÍTULO XXIII. 1

enviado, ni dado comisión alguna á tales hombres, que ningún bien han hecho á este pueblo , dice el Señor.

38 Si te preguntare pues este pueblo , ó un profeta , ó un sacerdote , burlándose de , y te dijere : Vaya, ¿ cuál es la carga 6 duro vaticinio que nos anuncias de parte del Señor? les responderás : La carga sois vos- otros : y yo , dice el Señor , os arrojaré lejos de mi.

34 Que si el profeta, ó el sacerdote, ó alguno del pueblo dice : ¿ Cuál es la carga del Señor? yo casti- garé severamente al tal hombre y á su casa.

35 Lo que habéis de decir cada uno á su vecino y á su hermano ' es : ¿ Qué ha respondido el Señor? ó ¿ Qué es lo que el Señor ha hablado ?

36 Y no se ha de nombrar mas por irrisión la carga del Señor , que de lo contrario la carga de cada uno será su modo de hablar , ya que habéis pervertido las palabras del Dios vivo , del Señor de los ejércitos, nuestro Dios.

37 Le preguntarás pues al profeta : ¿ Qué te ha respondido el Señor? ó ¿ Qué es lo que el Señor ha dicho?

38 Mas si todavía dijereis, mof ándaos : La carga del Señor ¿cuál es? en tal caso, esto dice el Señor : Porque dijisteis esa expresión irrisoria, La carga del

ó sentencias , y se atreven á proponerlas como dichas por Dios : y 3^. aquellos otros que engañan al pueblo ignorante con supuestos sueños y visiones , y con falsos milagros. 1 Cuando queráis saber la voluntad del Señor.

112 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

Señor ; siendo así que yo os envié á decir : No pro- nunciéis mas por mofa esa expresión , La carga del Señor :

o 9 por tanto, tened entendido que yo os tomaré, y os trasportaré y os abandonaré ' , desechándoos de mi presencia á vosotros, y á la ciudad que os di á voso- tros y á vuestros padres.

40 Y haré de vosotros un padrón de oprobio sem- piterno, y de ignominia perdurable, cuya memoria ja- más se borrará.

CAPÍTULO XXIV.

Con la figura de dos canastillos de higos declara el Smor la piedad con que tralará á los judíos que se convirtieren en Babylonia , y el rigor con que ir alará á los que se queda- ren en el país.

1 Mostróme el Señor una visión , y vi dos canas- tillos llenos de higos puestos en el atrio delante del Templo del Señor ^; después que Nabuchódonosor rey de Babylonia habia trasportado de Jerusalem á Babylonia á Jechónías , hijo de Joakim , rey de Judá , y á sus cortesanos, y á los artífices, y á los joyeros •.

1 Como una carga pesada. - 2 Ea el atrio se vendían varias cosas para hacer ofren- das al Señor.

3 Tal es en este verso la significación de la voz inclu- sorem , según S. Gerónimo. Otros traducen la palabra "l^D^M haímasagar, maquinista, ingeniero, cerrage- xo, etc. •■ tal es su significación.

CAPÍTULO XXIV. 113

2 El un canastillo tenia higos muy buenos, corno suelen ser los higos de la primera estación ; y el otro canastillo tenia higos muy malos, que no se podian comer de puro malos.

3 Y dijome el Señor : ¿Qué es lo que ves. Jere- mías ? Yo respondí : higos, higos buenos, y tan buenos que no pueden ser mejores ; y otros malos , muy malos que no se pueden comer de puro malos.

4 Entonces hablóme el Señor diciendo :

5 Esto dice el Señor Dios de Israel : Así como esos higos son buenos, así haré yo bien á los desterrados de Judá, que yo he echado de este lugar á la región de los cháldeos ;

6 y yo volveré acia ellos mis ojos propicios, y los restituiré á esta tierra, y lejos de exterminarlos, los es- tableceré sólidamente, y los plantaré, y no los extirparé.

7 Y les daré un corazón dócü, para que reconoz- can que yo soy el Señor su Dios ' , y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios -; pues que se convertirán á de todo corazón.

1 Cap. VIL V. 23.

2 ¿ Cómo se concilla esta profecía con el estado actual del pueblo judaico? Las palabras que siguen, lo dan á en- tender; pues el Profeta anuncia que los jadíos se conver- tirán á Dios de todo corazón : lo que en parte se verificó en la nueva Iglesia de Jerusalem ; y acabará de cumplirse en la conversión de todos los judíos á la de Christo. Pero aun estando al rigoroso sentido literal , puede enten- derse de cuando los jadíos, volviendo de la cautividad de Babylouia á Jerusalem, no vohieron mas]á dejar de vivir en dicha ciudad hasta que fue destruida.

114 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

8 Y así como los otros higos son tan malos que no se pueden comer de puro malos ; asi yo, dice el Señor, trataré á Sedecías rey de Judá, y á sus Grandes , y á todos los demás que quedaren en esta ciudad de Jeru- salem , y á los que habitan en tierra de Egypto.

9 Y haré que sean vejados y maltratados en todos los reinos de la tierra , y vendrán á ser el oprobio , la fábula, el escarmiento, y la execración de todos los pueblos á donde los habré arrojado.

10 Y los perseguiré con la espada, con la hambre, y con la peste ; hasta que sean exterminados de la tierra que yo les di á ellos, y á sus padres.

CAPÍTULO XXV.

Mostrándose los judíos rebeldes á las amonestaciones de Je- remías y demás Profetas , les intima este la destrucción de Jerusalem por los chdldeos^ y que serán llevados cau- tivos ; hasta que pasados setenta años beban sus enemigos el cáliz de la indignación del Señor.

1 Profecía que se reveló á Jeremías ' , acerca de todo el pueblo de Judá , en el año cuarto de Joakim , hijo de Josías, rey de Judá; que es el año primero de Nabuchódonosor, rey de Babylonia ^ :

1 Año DEL MUNDO 3398.

2 Este año primero de Nabuchódonosor es aquel en que este rey fue asociado al imperio de su padre Nabopolas- sar, que era el año cuarto de Joakim , rey de Judá. En este año tomó Nabuchódonosor á Jerusalem , y se llevó gran número de cautivos , entre ellos muchos de las princi-

CAPÍTULO XXV. 11&

2 la cual predicó Jeremías Profeta á todo el pue- blo de Judá y á todos los habitantes de Jerusalem , diciendo :

3 Desde el año decimotercio de Josias , hijo de Ammon, rey de Judá, hasta el dia de hoy, en que han pasado veinte y tres años , el Señor me ha hecho oir su palabra , y yo os la he estado anunciando, levan- tándome antes de amanecer para predicaros , y vos- otros no me habéis escuchado.

4 Asimismo el Señor os ha enviado muy á tiempo todos sus siervos los Profetas ' ; sin que vosotros, mientras los iba enviando, los escuchaseis, ni aplica- seis vuestros oidos para atender

5 cuando él os decia : Convertios cada uno de vos- otros de vuestra malvada conducta y de vuestras pési- mas inclinaciones , y con eso moraréis por todos los siglos en la tierra que el Señor os dio á vosotros y á vuestros padres ^ ;

6 y no queráis ir en pos de dioses ágenos para ado- rarlos y servirlos ; ni me provoquéis á ira con las obras de vuestras manos , y t/o no os enviaré aflicciones.

cipales familias , y aun de la casa real ; de los cuales fue- ron Daniel, Ananías , Misaely Azartas. El vencedor dejó en el trono á Joakim, pero con condiciones muy duras. Y" al principio del reinado de Nabuchódonosor fue cuando recibió Jeremías orden de Dios para anunciar los males que dicho rey había de causar á Jerusalem,

1 A Joel, Habacuc , Sophonías, Holda y otros,

2 Antes XVIII. v. 11. Después XXXF. v. 15 —IV, Reg. XVIL v. 13.

i ir» LA PROFEi ÍA \Hi JEP.EMÍAS.

I Feío vosotros , dice el Señor, no me habéis es- cuchado ; antes me habéis irritado con vuestras fecho- rías para vuestro propio daño.

8 Por lo cual esto dice el Señor de los ejércitos : Por cuanto no habéis atendido á mis palabras ,

9 sabed que yo reuniré , y enviaré , dice el Señor, todas las familias ó pueblos del Norte con Nabucho- donosor, rey de Babylonia, ministro ó instrumento mió, y los conduciré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones circunvecinas , y daré cabo de ellos , y los reduciré á ser el pasmo y el escarnio de todos , y á una soledad perdurable todas ?us ciudades.

10 Y desterraré de entre ellos las voces de gozo , y las voces de alegría , la voz ó cantares del esposo y de la esposa ', el ruido de la tahona ^, y las luces que alumbran las casas.

I I Y toda esta tierra quedará hecha una soledad espantosa ; y todas estas gentes servirán al rey de Ba- bylonia por espacio de setenta años.

13 Y cumplidos que sean los setenta años, yo to-

1 Antes cap. VIL v. 34. X^í. v. 9.

2 De suerte que faltará pan^ ó la harina. Martini tra- duce : k canzoni intonio alie macine. Véase Mall/i. XXIF. r. 41. Se hacia la harina coa molinos que movían los es- clavos, y especialmente era la ocupación de las esclavas que solian distraer su aflicción , cantando como hacen los jornaleros, los presos, etc. En esto se funda esta última versión; pero me parece mas natural la primera por io que después se sigue.

CAPÍTULO XXV. 117

maré residencia al reydeBabylonia y á aquella nación, dice el Señor, castigando sus iniquidades , y á iodo el pais de los cháldeos, reduciéndole á un eterno páramo.

13 Yo veriflcaré sobre aquella tierra todas las pa- labras , que be pronunciado contra ella ; todo lo que está escrito en esle libro , todas cuantas cosas ha pro- fetizado Jeremías contra todas las naciones ' :

14 pues que á ellos ^ sirvieron , sin embargo de ser naciones numerosas, y reyes poderosos : y yo les daré el pago merecido, y según las fechorías que han cometido.

15 Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Toma de mi mano esa copa del vino de mi furor ^, y darás á beber de él á todas las gentes á quienes yo te envío ;

16 y beberán de él , y se turbarán y perderán el jui- cio , á vista de la espada que yo desenvainaré contra ellas.

17 Tomé pues la copa de la mano del Señor, y ^ di á beber de ella á todas las naciones , á que el Señor me envió :

18 áJerusalem, y á las ciudades de Judá, y á sus reyes , y á sus príncipes , para convertir su tierra en una espantosa soledad , y en objeto de escarnio y de execración , como ya lo estamos viendo *:

1 Coligadas con los chálueos.

2 A los cháldeos.

3 Véase Cáliz.

4 Continuando la misma visión.

5 ly. Rcg. XXIY. V. [-11 Paral. XXXFI. v. 5.

118 L\ PROFECÍA DE JEREMÍAS.

19 á Pharaoii rey de Egyplo ', y á sus ministros, y á sus Grandes y á todo su pueblo ;

20 y generalmente á todos ■^; á todos los reyes de la tierra de Hus, y á todos los reyes del país de los philistheos, y á Ascalon, y á Gaza, y á Accaron, y á los pocos que han quedado en Azoto',

21 y á la Iduniea, y á Moab, y á los hijos de Ammon,

22 y á todos los reyes de Tyro, y á todos los reyes de Sidon : y á los reyes de las islas que están al otro lado del mar Medilerráneo,

23 y á las provincias de Dedan y de Thcma y de Buz, y á todos aquellos ^ que llevan cortado el cabello á modo de corona ^ ;

24 y á todos los reyes de la Arabia, y á todos los reyes del Occidente, que habitan en el Desierto ;

25 y á todos los reyes de Zambrí, y á todos los reyes de Elam, y á todos los reyes de los medos;

26 y asimismo á todos los reyes del Norte, los de cerca y los de lejos. A cada uno de estos pueblos le di á beber del cáliz de la ira, para irritarle contra su

1 Ezech. XXIX. V. 12. "^

2 Estas palabras pueden mirarse como unidas al verso anterior, y denotar que las amenazas se dirigen también á los hebreos que , contra la voluntad de Dios, fueron á re- fugiarse en Egypto. Cap. XXIV. v, 8.

3 Is XX. V. l.—IV. Reg. XXIII. v. 29.

4 De lejanos paises.

5 Antes c. IX. v. 26. —Lev. XIX. v. 27.

CAPÍTULO XXV. 119

hermano, y á todos cuantos reinos hay en la superíicie de la tierra; y el rey de Sesach, ó Bahylonia ', le be- berá después de ellos.

27 Y tú, oh Jeremías, les dirás : Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Bebed y embriagaos hasta vomitar, y echaos por el suelo, y no os levantéis á la vista de la espada que yo voy á enviar contra vosotros.

28 Y cuando no quisieren recibir de tu mano la copa de mi ira para beber de ella, les dirás : Ved lo que dice el Señor de los ejércitos : La beberéis sin recurso.

29 ¿Es bueno que yo he de comenzar el castigo por Jerusalem, la ciudad en que ha sido invocado mi nombre; y vosotros, como si fueseis inocentes, habláis de quedar impunes ^?No quedaréis, no, exentos de castigo ; pues yo desenvaino mi espada contra todos

1 S. Gerónimo y los antiguos Rabinos afirman que el nombre de Babel está aquí ocultado por el Profeta, bajo de una especie de cifra que usó prudentemente para no exasperar á los cháldeos, los cuales eran entonces dueños de Jerusalem. Esta cifra consiste en mudar con orden retró- grado las primeras letras del alfabeto por las últimas : así el '2 (BethJ b, segunda letra del abecedario^ está mudada eo'jy fScinJ se, que es la penúltima, ó segunda, comen- zando el abecedario por la última letra f) Thau, la le- tra 7 ÍLamechJ /, en que acaba Ba¿e/,lamudóen 3 ÍCaphJ co, por ser esta la undécima letra comenzando por el fl Thau, como lo es aquella comenzando por el X Aleph, etc, 2 /. Pet. IV. V. 17.

120 L\ PROFECÍA DE JEREMÍAS.

los moradores de la tierra, dice el Señor de los ejér- citos.

30 Todas estas cosas les profetizarás, y les dirás : El Señor rugirá como león desde lo alto , y desde su santa morada hará resonar su voz ' : rugirá fuerte- mente contra Jerusalem lugar de su gloria : se oirá un grito de triunfo contra todos los habitantes de esta tierra, una algazara semejante á la de aquellos que pisan la vendimia '.

3 1 Hasta el cabo del mundo llegó el estrépito de las armas de los chdldeos : porque el Señor entra en juicio con las naciones, y disputa su causa contra to- dos los mortales '. Yo he entregado los impíos, dice el Señor, al filo de la espada.

32 Esto dice también el Señor de los ejércitos : Sabed que la tribulación pasará de un pueblo á otro pueblo, y de la extremidad de la tierra se alzará una espantosa tempestad.

33 Y aquellos á quienes el Señor habrá entregado

1 Jod III. V. 16 . /I ,'«0,9 /. f. 2.

2 Es frecuente en la Escritura el hablar de la venganza ó castigos de Dios con la metáfora de la vendimia. Ps. LXXIX.v. 13.— Apoc. XIV. v. 18. El grito ó algazara de los cháldecs cuando recogen el botin , se compara al canto de los que pisan la vendimia , alegres por tener ya en casa el vino de la cosecha. El canto llamado Celeuma, en griego ¥i.(Xsvfffj(.ct, es propiamente aquel con que los marineros se esfuerzan á remar. Véase Vendimiar.

3 /.. /. V. 18 XLIIL V. 26. Véase Dios,

CAPITULO XXV. 121

á la muerte en este día, quedarán tendidos por el suelo desde un cabo de la tierra basta el otro : no se- rán plañidos, nadie los recogerá, ni les dará sepul- tura : yacerán sobre la tierra como estiércol.

34 Prorumpid en alaridos vosotros, oh pastores, y alzad el grito, y cubrios de ceniza, ob mayorales de la grey ' , porque se han acabado vuestros dias, y vais á ser despedazados, y siendo vasos preciosos caeréis por tierra y os haréis pedazos.

35 Y no podrán escapar los pastores, ni ponerse en salvo los mayorales de ia grey.

36 Oiránse las voces y la gritería de los pastores, y los alaridos de los mayorales de la grey : porque el Señor ha talado sus pastos,

37 y en las amenas campiñas reinará un triste si- encio ^ , á la vista de la tremenda ira del Señor.

38 El cual, como león * , ha abandonada el lugar santo donde moraba, y /iíí^o ha quedado reducida toda la tierra de ellos á un páramo por la ira de la Paloma *, y por la terrible indignación del Señor,

1 Habla á los príncipes y sacerdotes , y á todos los que tenían mando, y les anuncia su fin.

2 Las campiñas de .íerusalem , antes tan pobladas de cultivadores, quedarán hechas un páramo.

3 Que defendía su guarida.

4 Cree S. Gerónimo que por Paloma se entiende aquí el mismo Nabuchódonosor ; ya sea porque fuese la insignia militar de sus ejércitos, como lo era el águila entre los per- sas y romanos; ó ya sea por otra razón. La voz hebrea njV Hiüuach, que la Vulgata traduce fo//o«¿>3, significa también oppresio, depopu latió.

122 LA PROFECÍA. DE JEREMÍAS.

CAPITULO XXVI.

Jeremías preso y en peligro de perder la vida , por haber predicado lo que Dios le mandaba.

1 En el principio del reinado de Joakim, hijo de Josías, rey de Judá, me habló el Señor en estos tér- minos :

2 Esto dice el Señor : Ponte en el atrio de la Casa del Señor ; y á todas las ciudades de Judá, cuyos mo- radores vienen á adorar en el Templo del Señor, les anunciarás todo aquello que te he mandado decirles : no omitas ni una sola palabra :

3 á ver si acaso te escuchan, y se convierten de su mala vida ; por lo cual me arrepienta yo ó desista del castigo que medito enviarles por la malicia de sus pro- cederes '.

4 pues les dirás : Esto dice el Señor : Si voso- tros no me escuchareis, si no siguiereis la Ley mia que yo os di ,

5 y no creyereis en las palabras de mis siervos los Profetas que yo con tanta solicitud os envié, y dirigí á vosotros, y á quienes no habéis dado crédito :

6 yo haré con esta Casa ó Templo^ lo que hice con Silo, y á esta ciudad la haré la execración de todas las naciones de la tierra ^.

1 Habla Dios á la manera de los hombres. Véase Dios, Dios muda las obras; no muda sus designios, dice S, Agus- tín.

2 I. Reg. IV. v. 2., 10. Antes cap. VIL v. 12.

CAPÍTULO xxvr. 123

7 Oyeron los sacerdotes y los profetas, y el pueblo lodo, como Jeremías anunciaba tales cosas en la Casa del Señor.

8 Y así que hubo concluido Jeremías de bablar cuanto le habia mandado el Señor que hiciese saber á todo el pueblo, prendiéronle los sacerdotes y \oi falsos profetas, y el pueblo todo, diciendo : Muera sin re medio '.

9 ¿Cómo ha osado profetizar en el nombre del Señor, diciendo : Este Templo será destruido como Silo, y esta ciudad quedará de tal manera asolada que no habrá quien la habite ^ ? Y todo el pueblo se amo- tinó contra Jeremías en la Casa del Señor.

10 Llegó esto á noticia de los príncipes de Judá, y pasaron desde el palacio del rey á la Casa del Señor, y sentáronse en el iríbimal que está á la entrada de la puerta nueva de la Casa del Señor.

1 1 Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron á los príncipes y á toda la gente, diciendo : Este hom- bre es reo de muerte; porque ha profetizado contra esta ciudad, conforme vosotros mismos habéis oído.

12 Pero Jeremías habló en estos términos á todos los príncipes y al pueblo todo : El Señor me ha envia- do ^ para que profetizara contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oido.

1 Asi gritaron los sacerdotes y el pueblo contra Jesu- Christo.

2 Como si Dios pudiese abandonar su herencia. ' 3 Antes cajr,. XX F. v. 13.

124 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

13 Ahora pues enmendad vuestra vida, y purificad vuestras inclinaciones, y escuchad la voz del Señor Dios vuestro, y no dudéis que el Señor se arrepentirá ó desistirii del castigo con que os ha amenazado ' .

14 En cuanto á mí, en vuestras manos estoy: ha- ced de lo que mejor os parezca y sea de vuestro agrado.

15 Sabed no obstante y tened por cierto, que si me quitáis la vida, derramaréis la sangre inocente, y la haréis recaer sobre vosotros mismos ^ sobre esta ciu- dad y sobre sus habitantes, porque verdaderamente es el Señor el que me ha enviado á intimar á vues- tros oídos todas las dichas palabras.

16 Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron á los sacerdotes y á los profetas : No es este hombre reo de muerte ; puesto que él nos ha predicado en nombre del Señor Dios nuestro.

17 Levantáronse luego algunos de los Ancianos del país, y hablaron al pueblo de esta manera :

18 Míchéas, natural de Morasthi , fue profeta en tiempo de Ezechias , rey de Judá , y predicó á todo el pueblo, diciendo : Esto dice el Señor de los ejérci- tos-: Sien será arada como un barbecho, y Jerusalem parará en un montón de piedras, y el monte Moria, en que eslá situado el Templo , será un espeso bos- que -.

1 Cap. FU. V. 3. Casi del mismo modo hablaron los Apóstoles cuando fueron llevados al synedrio ó tribunal. Act. IV. Véase Dios.

3 Mú7i. ///. V. 12.

CAPÍTULO xxvr. 125

19 ¿Fue por veiituara Michéas condenado á muerte por Ezechías rey de Judá, y todo su pueblo? Al con- trario ¿ no temieron ellos al Señor é imploraron su clemencia, y el Señor se arrepintió ú desistió de en- viarles el castigo con que les habia amenazado? Luego nosotros cometeríamos un gran pecado en daño de nuestras almas.

20 Hubo también un varón llamado Urias, hijo de Semeí, natural de Cariathiarim , que profetizaba en el nombre del Señor, y profetizó contra esta ciu- dad y contra este pais todo lo que ha dicho Jeremías ' .

21 Y habiendo oido el rey Joakim, y todos sus mag- nates y cortesanos lo que profetizaba , intentó el rey qnitarle la vida. Súpolo Urías, y temió, y se escapó, y refugióse en Egypto.

22 Y el rey Joakim envió á Egypto, para prender- le, á Elnathan hijo de Achóbor, acompañado de otros hombres,

23 quienes sacaron á Urías de Egypto, y le condu- jeron al rey Joakim ; el cual le mandó degollar, y ar- rojar el cadáver en la sepultura de la ínfima plebe ^.

24 El auxilio pues de Ahicam *, hijo de Saphan *,

1 Parece que esto que sigue, lo refiere el que reunió ea nn volumen sus profecías ^ como un ejemplo que alegaban ios enemigos de Jeremías.

2 Pero vosotros sabéis las calamidades que sobrevi- nieron.

3 Después XXXIX. v. U. - XL. v. Q.—IF. Reg. XXV. V. 22.

4 Que arengó del modo dicho al pueblo.

126 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

protegió á Jeremías para que no fuese entregado en manos del pueblo y le matasen.

CAPITULO XXVII.

Manda el Señor á Jeremías que con derla señal declare la próxima sujeción de la Jadea y provincias vecinas á los cháldeos : exhorta á todos á que se sometan espontánea- mente , sin hacer caso de los vanos pronósticos de los falsos profetas.

1 Al principio del reinado de Joakim, hijo de Jo- slas, rey de Judá, el Señor habló á ^Jeremías de esta manera :

2 Esto me dice el Señor : Hazte unas ataduras ¿ modo de coyundas , y unas cadenas como colleras, y póntelas al cuello.

3 Y las enviarás ' al rey de Edom , y al rey de

1 Cuando yole lo diré. Al principio del reinado de Joa- kim mandó Dios á Jeremías que se proveyese de unas ataduras y cadenas ; de las cuales usase para llamar mas la atención del pueblo. Véase Profeta. Pero la orden de enviarlas á los reyes vecinos de Edom, Moab, etc.^ se la dio después reinando Sedéelas , cuando se hallaban en Je- rusalem los embajadores de aquellos reyes para tratar de la defensa contra el común enemigo Nabuchódouosor. Las ataduras son las cuerdas con que se ataba el yugo á la cerviz de jos bueyes : las cadenas que sernan como'de ar- gollas y esposas , eran de la hechura de un horcajo ú hor- cate, ó de la figura de una \ consonante, vuelta al reves^ cuya base se cerraba con una cuerda ó cadena,', ó con un palo, de suerte que formaba un triángulo : le metian en el

CAPÍTULO XXVII. 127

Moab, y al rey de los hijos de Animon, y al rey de Tyro, y al rey de Sldon, por medio de los embajadores que han venido á Jerusalem, á tratar con Sedecías, rey de Judá ;

4 á los cuales encargarás que digan á sus amos : Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel , y esto diréis á nuestros amos :

^ 5 Yo crié la tierra, y los hombres, 'y las bestias que están sobre la tierra, con mi gran poder y mi excelso brazo, y he dado su dominio á quien me plugo.

6 Al presente, pues, he puesto todos estos paises enpoderdeNabuchódonosor, rey deBabylonia, minis- tro mió ; y le he dado también las bestias del campo ' para que le sirvan.

7 Y todos estos pueblos serán esclavos suyos, y de su hijo, y del hijo de su hijo ; hasta que llegue el plazo de la ruina de él mismo y de su tierra, ó reino : entre tanto le servirán muchas naciones y grandes reyes.

8 Blas á la nación y al reino que no quiera some- terse á Nabuchódonosor rey de Babylonia, y á cual- quiera que no doblare su cerviz al yugo del rey de Ba- bylonia, yo los castigaré, dice el Señor, con la espada, con hambre, y con peste, hasta que por medio de Nabuchódonosor acabe con ellos.

cuello de los esclavos , atando después sus manos en los dos ángulos de la base del triángulo. De este modo profe- tizaba Jeremías que Nabuchódono.sor haria esclavos á los judíos y naciones vecinas.

1 S. Gerónimo cree que por bestias del campo se en- tienden las naciones mas bárbaras.

128 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

9 Vosotros, pues, no escuchéis á vuestros profetas, y adivinos % ni á los intérpretes de sueños, ni á los agoreros, ni á los hechiceros, los cuales os dicen : No seréis vosotros sojuzgados' por el rey de Babylonia.

10 Porque lo que os profetizan, son mentiras, para acarrearos el que seáis arrojados por los eh aldeas lejos de vueslra tierra, y desterrados, y destruidos.

11 Al contrario, la nación que doblare su cerviz al yugo del rey de Babylonia y le sirviere, yo la dejaré en su tierra, dice el Señor, y seguirá cultivándola, y habitando en ella.

12 También le annuncié á Sedccías, rey de Judá, todas estas mismas cosas , diciendo : Doblad vuestra cerviz al yugo del rey de Babylonia, y servidle á él y á su pueblo, y asi salvaréis la vida.

13 ¿ Para qué queréis morir y el pueblo luyo á cuchillo, y de hambre, y de peste, como tiene Dios predicho á la nación que no quisiere someterse al rey de Babylonia ?

14 No deis oidos á las palabras de aquellos profetas que os dicen : No seréis vosotros siervos del rey de Babylonia. Porque los tales os hablan mentira :

1 5 pues no son ellos enviados mios , dice el Señor, sino que profetizan falsamente en mi nombre, para acarrearos el que seáis desterrados y perezcáis^, tanto vosotros como los profetas que falsamente os anuncian lo futuro.

1 Cap. XXIII. V. 16. XXIX. r. 8,

2 Q,p. XI F. V. 14. - XXIII V. 21.- XXIX. v. 9.

CAPÍTULO XXVII. 129

16 y á los sacerdotes y á este pueblo les dije asi- mismo lo siguiente : Esto dice el Señor : No hagáis caso de las palabras de vuestros profetas, que os anun- cian lo futuro, diciendo : Sabed que los vasos sagrados del Templo del Señor serán muy luego restituidos acá desde Babylonia ' ; pues lo que os profetizan es una mentira.

1 7 No queráis pues escucharlos ; antes bien suje- taos al rey de Babylonia, si queréis salvar vuestra vida. ¿ Por qué se ha de ver esta ciudad reducida /jar culpa vuestra á un desierto ?

18 Que si los tales son verdaderamente profetas, y está en ellos la palabra del Señor, intercedan con el Señor de los ejércitos para que los vasos que han quedado en el Templo del Señor, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalem, no vayan también á Babylonia.

19 Porque esto dice el Señor de los ejércitos acerca de las columnas, y del mar ó concha de bronce, y de las basas, y de los otros vasos ó muebles que han que- dado en esta ciudad " ;

20 los cuales no se llevó Nabuchódonosor rey de Babylonia, cuando trasportó á esta ciudad desde la de Jerusalem á Jechónias hijo de Joakim, rey de Judá, y á todos los magnates de Judá y de Jerusalem.

'21 Dice pues asi el Señor de los ejércitos, el Dios

1 A donde fueron trasportados con el rey Joakim. IV- Reg. XXIV. r. 13.

2 IV. Reg. XXV. i. 13.

130 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

de Israel, acerca de los vasos que quedaron en el Templo del Señor, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalem :

22 A Babylonia serán trasladados , y allí estarán has- la el día en que esta será YÍsitada ó castigada por , dice el Señor ; que yo entonces los haré traer y resti- tuir á este lugar '.

CAPÍTULO XXVIII.

Hananias profeta falso es redargüido por Jeremías; quien confirma nuevamente lo que habia profetizado, y vaticina lajJróxima muerte de Hananías. i

1 En aquel mismo año , al principio del reinado de Sedéelas rey de Judá, en el quinto mes del año cuarto ^, Hananías , hijo de Azur , profeta/aZso de Ga- baon , me dijo en el Templo del Señor en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo :

2 Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Yo he roto el yugo del rey de Babylonia ^.

3 Dentro de dos años cumplidos yo haré restituir á este lugar todos los vasos del Templo del Señor, que quitó de acá Nabuchódonosor , rey de Babylo- nia , á cuya ciudad los trasportó.

1 Sirviéndose de Cyroyde Darío. /. Esd. FI. v. 5. ^

2 De haber pasado el año sabático, año que coincide con el primero del reinado de Sedéelas. Véase Año, Sá- bado.

3 He decretado vuestra libertad.

CAPÍTULO XXVIII. 131

4 Y yo haré volver á este lugar á Jechónías hijo de Joakim rey de Judá , y á todos los de Judá que han si- do llevados cautivos á Babylonia , dice el Señor ; por- que yo quebrantaré el yugo y todo el poder del rey de Babylonia.

5 En seguida el Profeta Jeremías respondió a\ falso profeta Hananías , en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo que se hallaba en la Casa del Señor ;

6 y díjole : Amen ; ojalá que asi lo haga el Señor ; ojalá que se verifiquen esas palabras con que has profetizado, de suerte que se restituyan los vasos sagra- dos desde Babylonia á la Casa del Señor , y que todos los judíos que fueron llevados cautivos á Babylonia , vuelvan á este lugar ' .

7 Pero con todo , escucha esto que voy yo á decir , para que lo oigas y el pueblo todo.

8 Los Profetas del Señor que ha habido desde el principio , anteriores á mi y á , profetizaron tam- bién ellos á muchos países y á grandes reinos guer- ras , tribulaciones , y hambre.

9 El profeta que predice aAorct la paz ó felicidad, verificado que se haya su profecía , entonces se sabrá que es profeta verdaderamente enviado del Señor.

10 Entonces é[ falso profeta Hananías ^ quitó dei cuello del profeta Jeremías la cadena ó atadura , y la hizo pedazos.

11 Y hecho esto, dijo Hananías delante de todo el

1 Como lo has asegurado.

2 Para ratificar su vaticinio.

132 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

pueblo : Esto dice el Señor : Así romperé yo de aquí á dos años el yugo que Nabuchódonosor , rey de Babylo i nia , ha echado sobre la cerviz de todas las naciones.

12 Y fuese Jeremías Profeta por su camino. Y el Señor, después que íiananías profeta hubo roto la ata- dura ó cadena , que llevaba al cuello el Profeta Jere- mías , habló á este diciendo :

13 y di á Hananías : Esto dice el Señor : quebraste las ataduras ó coyundas de madera ; y yo digo á Jeremias : en lugar de ellas hazle otras de hierro.

14 Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Yo voy á poner un yugo de hierro so- bre el cuello de todas estas naciones , para que sirvan á Nabuchódonosor , rey de Babylonia , y en efecto á él estarán sujetas : hasta las bestias de la tierra he pues- to á su disposición.

15 Y añadió Jeremías Profeta al /aÍA'o profeta Ha- nanías : Oyes , Hananías : A el Señor no te ha en- viado, y sin embargo, tomando su nombre ^ has hecho que este pueblo confiase en la mentira.

16 Por tanto esto dice el Señor : Sábete que yo te arrancaré de este mundo : morirás en este mismo año , ya que has hablado contra el Señor.

17 En efecto, murió ú falso profeta Hananías a- quel año , en el séptimo mes ' .

1 O á los dos meses de esta predicción. Es una señal de ser falso profeta el halagar las pasiones y deseos del pueblo, ó el seguir su corriente, pronosticándole folices su-

:i3

CAPITULO XXIX.

Carla de Jeremías á los caulfvos de Babylonia, exhorUindo- los á la paciencia. Les anuncia la libertad 2Jara después de los setenta arios prefijados por el SeTior : confirma la total ruina de ¡os que quedarán en la Judea, y amenaza á los falsos projetas Acháb y Sedecias, y á Semeias.

1 Estas son las palabras de la carta que el Profe- ta Jeremías envió desde Jerusalem á los Ancianos que quedaban entre los cautivos trasportados á Baby- lonia , y á los sacerdotes , y á los profetas ' , y á todo el pueblo trasportado por Nabuchódonosor desde Je- rusalem á Babylonia.

2 Después que salieron de Jerusalem el rey Jechó- nias y la reina madre , y los eunuchós ó cortesanos ^y los principes de Judá y de Jerusalem, y los artífices y los joyeros ;

3 Jeremíis envió esta carta por mano de Elasa hijo de Saphan , y de Gamarias hijo de Elcías , despa- chados á Babylonia por Sedecias , rey de Judá , á Na- buchódonosor, rey de Babylonia. El contenido de la carta era :

cesos, en lugar de llamarle á la penitencia, reprender sus vicios, etc. Algunas veces permite el Señor que se verifique alguno de los sucesos felices que anuncian los hypócritas, ó falsos profetas, para probar si su pueblo le ama de ve- ras. Deut. XIII. V. 3.

1 Daniel , Ezechiel y otros que habían sido llevados á Babylonia.

2 Véase Eunuchó.

12

l'{4 LA PROFECÍA DE JEROIÍAS.

4 Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel, á todos los que yo he enviado cautivos desde Jerusalem á Babylonia :

5 Edificad casas , y habitadlas , y plantad huertos , y comed de sus frutos *.

6 Contraed matrimonios , y procread hijos é hijas , casad á vuestros hijos , y dad maridos á vuestras hijas, con lo cual nazcan hijos é hijas ; y multiplicaos ahí , y no quedéis reducidos á corto número.

7 Y procurad la paz de I?, ciudad á donde os tras- ladé ; y rogad por ella al Señor : porque en la paz de ella tendréis vosotros paz ^,

8 Porque esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : No os engañen vuestros falsos profe- tas que están en medio de vosotros, ni vuestros adi- vinos ; y no hagáis caso de vuestros sueños ;

9 porque falsamente os profetizan aquellos en mi nombre '; y yo no les envié, dice el Señor.

10 Lo que dice el Señor, es esto : Cuando estén para cumplirse los setenta años de vuestra estancia en Babylonia , yo os visitaré , y daré cumplimiento á agradable promesa de restituiros á este lugar ^.

11 Porque yo los designios que tengo sobre vos- otros , dice el Señor, designios de paz, y no de aflic-

1 Pues habéis de estar ahí muchos anos.

2 O está comprendida \ uestra paz.

3 Antes XIF. V. U —XXIII. v. W—XXFIL v. 15.

4 Cap. XXr. V. 12.— i/. Paral. XXXVI. v. 21.— í. Esd. I. V. 1 —Dan. IX. v. 2.

CAPÍTULO XXIX. 135

cion , para daros la libertad^ que es el objeto de vues- tra espectacion.

12 Entonces me invocaréis , y partiréis á vues- ira patria : me suplicaréis, y yo os escucharé benig- namente.

13 Me buscaréis, y me hallaréis, cuando me bus- careis de todo vuestro corazón.

14 Entonces seré yo hallado de vosotros, dice el Señor : y yo os haré volver de la esclavitud , y os con- gregaré de todas las regiones , y de todos los lugares á donde os habia desterrado, dice el Señor, y os haré volver del lugar , al cual os habia hecho trasmigrar.

15 Pero vosotros habéis dicho : El Señor nos ha enviado profetas aquí en Babylonia '.

16 Pues aquí lo que dice el Señor acerca del rey Sedéelas que está sentado en el solio de David , y de todo el pueblo que habita esta ciudad , esto es, do vuestros hermanos jque no han trasmigrado con vos- otros :

17 esto es lo que dice el Señor de los ejércitos : Sa- bed que yo enviaré contra ellos la espada , la hambre, y la peste, y los trataré como á higos malos ^, que se arrojan, porque no se pueden comer de puro malos.

18 Los perseguiré á cuchillo , y con hambre , y con peste , y los entregaré á la tiranía de todos los reinos

1 Que nos hacen esperar lo contrario. Y por eso envi- diamos la suerte de nuestros hermanos que se han quedado en Jerusalem con el rey Sedéelas.

2 AnteaXX/F.f. 1,8,9 10.

136 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

(le la tierra : y serán la maldición , el pasmo , la mo- fa, y el oprobio de todas las naciones á donde los hu- biere arrojado :

19 por cuanto, dice el Señor, no quisieron dar oidos á mis palabras , que les he hecho anunciar por la boca de mis siervos los Profetas , enviándoselos oportunamente , y con anticipación. Mas vosotros no quisisteis obedecer , dice el Señor.

20 Entretanto, vosotros todos, á quienes hice yo pasar desde Jerusalem á Babylonia , oid la palabra del Señor.

21 Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel , acerca de Acháb hijo de Colias , y de Sedéelas hijo de Maasias , que falsamente os profeti- zan en mi nombre : Sabed que yo los entregaré en manos de Nabuchódonosor , rey de Babylonia, que los hará morir delante de vuestros ojos,

22 De suerte que todos los que han sido trasladados de Judá á Babylonia los tomarán por frase de maldi- cion , diciendo : Póngate el Señor como á Sedéelas y á Acháb : ¡á quienes asó 6 frió á fuego lento ' el rey de Babylonia :

23 por haber hecho ellos necedades abominables en Israel , y cometido adulterios con las mugeres de sus amigos , y hablado mentirosamente en nombre mió ,

1 Este suplicio coBsiatia en meter poco á poco el cuerpo del paciente en una caldera de aceite hirviendo. Tal fue el martirio de los santos hermanos Machábeos , y después el de san Juan Evangelista", etc.

CAPÍTULO XXIX. 137

sin haberles yo dado ninguna comisión : yo mismo soy el juez y el testigo de todo eso , dice el Señor.

24 Asimismo dirás áSemeías, nehelamita, ó so- ñador ' :

25 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Por cuanto enviaste cartas en tu nombre ^ á todo el pueblo que se halla en Jerusalem , y á Sopho- nías hijo de Maasías, sacerdote, y á todos los sacer- dotes , diciendo á Sophonias :

26 el Señor te ha constituido Sumo sacerdote en lugar del sacerdote Joiada , á fin de que tengas autoridad en la Casa del Señor , para reprimir á todo fanático que se finge profeta , y meterle en el cepo y en la cárcel :

27 ¿ cómo es pues que no has castigado á Jeremías natural de Anathoth que hace del profeta entre vos- otros ?

28 siendo así que ademas de eso nos ha enviado á decir acá en Babylonia : No volveréis en mucho tiem- po : edifícaos casas y morad en¡ ellas; haced plantíos en las huertas y comed sus frutos.

29 Leyó pues el sacerdote Sophonias esta carta de Semeías delante del Profeta Jeremías.

30 Y el Señor habló entonces á Jeremías en estos términos :

1 Nehelam en hebreo Q'^^fl^ signi^*^^ soñador : viene de la raíz CD^n halam.

2 O por tu propio capricho. El sentido de esto se ve en el verso 32. Véase Libro.

138 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

31 Envía á decir lo siguiente á todos los que han sido trasladados cautivos li Bahylonia : Esto dice el Señor acerca de Semeías , nehelamita : Por cuanto Semeías se ha metido á profetizaros lo futuro, sin tener ninguna misión mia , y os ha hecho conñar en la mentira ;

32 por tanto , esto dice el Señor : aquí que yo castigaré á Semeías , nehelamita , y á su raza ; no tendrá jamás un descendiente que se siente ó viva en medio de este pueblo ; ni rerá el bien ó la libertad que yo he de conceder al pueblo mió , dice el Señor : porque ha hablado como prevaricador contra los orá- culos del Señor.

CAPÍTULO XXX.

Predice Jeremías el fin de la cautividad de Babijhmia ; y que en seguida las dos casus de Judá é Israel servirán al Señor reunidas bajo un rey del linage de David.

1 Habló el Señor-á Jeremías , diciendo :

2 Esto manda el Señor Dios de Israel : Escribe en un libro todas las palabras que yo te he hablado '.

3 Porque aquí que llegará tiempo , dice el Se- ñor , en que yo haré volver los cautivos de mi pueblo de Israel y de Judá, y harélos regresar, dice el Se- ñor, á la tierra que di á sus padres, y la poseerán '*.

I

1 Esto ea, Publica y has que lodos sepan la siguiente profecía; porque es de grande importancia. Créese que fue 7 hecha reinando Sedecías,

2 Pero antes castigaré sus delitos. El Profeta paraca

CAJ'ÍTULO XXX. 130

4 aquí las palabras que dirigió el Señor á Is- rael y á Judú :

5 Así habla el Señor : Algún dia diréis : Oido he- mos voces de terror y espanto , y no de paz.

6 Preguntad y sabed si son por ventura los varones los que han de parir. Porque ¿ cómo es que estoy viendo en ansiedad á todos los hombres y con las manos sobre sus lomos , como la muger que está de parto , y cubiertos sus rostros de amarillez ' ?

7 ¡ Ay ! que aquel dia es grande y terrible , ni hay otro que se le parezca; tiempo de tribulación para Jacob, de la cual será aljin librado ^.

8 Y sucederá en aquel dia, dice el Señor de los ejércitos , que yo haré pedazos el yugo que Nabuchó- donosor puso sobre tu cuello, y romperé sus ataduras , Y no te dominarán mas los extrangeros :

9 sino que las hijos de Israel servirán al Señor su

qne habla principalmente de la libertad completa en que será puesto el puebio de IsraéL cuando todo entero recono- cerá al Mesías, y entrará en su iglesia por la : porque tan sola una pequeña parte de la nación fue la que se con- virtió en tiempo del Mesías. Tal vez por esto se añade en el V. 24 que las cosas que aquí se. dicen , serán entendidas rtíj?« de ¡os tiempos. Es de notarse con san Gerónimo, que profetizaban las mismas cosas Jeremías en Jerusalem,y Ezechiel en Babylonia. Véase Ezech. XXXVII. v. 24.

1 Enérgica figura con que explica la acerbidad del do- lor. La amarillez es el color de les que padecen la ictericia. ó el color de oro, como trasladan los Setenta.

2 Joel II. V. 11. Amos V. v. 18. -SV*- /• i'- 15.— Apoc. c, XIII.

140 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

Dios , y á e¿ hijo de David su rey , que yo suscitaré para ellos '.

10 No temas pues tú, oh siervo mió Jacob, dice el Señor , ni tengas miedo , oh Israel : que yo te sacaré de ese pais resnoto en que estás , y á tus descendientes de la región en que se hallan cautivos : y Jacob vol- verá ' , y vivirá en reposo , y en abundancia de bienes, sin que tenga que temer á nadie :

1 1 pues que estoy yo contigo , dice el Señor , para salvarte. Porque yo exterminaré todas las naciones, entre las cuales te dispersé : á empero no te destruiré del todo sino que te castigaré según mis juicios , á fin de que no te tengas por inocente *.

12 Así pues esto dice el Señor : Incurable es tu fractura ; es muy maligna tu llaga.

13 No hay quien forme un cabal juicio de tu mal para curarle : no hay remedios que te aprovechen '*.

1 Is. XLIII. V. \.—XLlV. V. 2.—LUC. I. v. 70— Aquí el Mesías es llamado David, como también en Ezech. cap. XXXVn. V. 25.; por ser descendiente de David, según la carne. Así lo entendieron también los antiguos Rabinos, y aun muchos de los modernos, y lo denota el texto chál- deo. Al convertirse toda la nación judaica á la fé, entonces se verificará la reunión de todas las tribus en el reino de Jesu-Christo. Véanse las Reglas para la inteligencia de la Escritura,

2 A la tierra que yo le di.

3 Y sirvas de testimonio á mis palabras.

? 4 Estoes, la ceguedad y dureza del pueblo judaico en no querer reconocer al Mesías, es de suyo incurable : se

CAPÍTULO XXX. 141

14 Olvidado se han de todos tus amadores , y no se curarán ya de para ser amigos tuyos : en vista de que te he hecho una llaga como de mano hostil , y con un terrible azote ' ; porque estás endurecida en tus pecados , á causa de Ja abundancia de tu iniquidad.

15 ¿ Por qué alzas el grito en tus penas? Tu dolor es incurable : por la muchedumbre de tus maldades , y por la obstinación en tus pecados hice contigo esas cosas.

16 Mas todos aquellos que te muerden, serán devo- rados , y todos tus enemigos serán llevados cautivos , y aquellos que te asuelan serán asolados , y entregados al saqueo tus saqueadores.

17 Porque yo cicatrizaré tu llaga, y curaré tus he- ridas , dice el Señor. Ellos , oh Sion , te han llamado la Repudiada : Esta es , dicen , la que no tiene quien la busque ó pretenda.

18 Pero esto dice el Señor : Yo haré que vuelvan los cautivos que habitan en las tiendas ó tabernáculos de Jacob ', y tendré piedad de sus casas, y será reedi- ficada la ciudad en su altura , y fundado el Templo según su anterior estado.

19 Y saldrán de sus labios alabanzas y voces de júbilo : y yo los multiplicaré , y no se disminuirá su

necesita un milagro de la gracia j el cual obrará Dios á su tiempo. Rom. II.

1 Cap. XXIII. V. 19.

2 Aquellos que están en la Cháldea,

142 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

número : los llenaré de gloria , y no volverán á ser en- vilecidos.

20 Y serán sus hi]osJieles como al principio, y su congregación permanecerá estable en mi presencia : y castigaré á todos los que la atribulan.

21 Y de él , esto es, de Jacob , nacerá su caudillo ó Mesías , y de en medio de él saldrá á luz el príncipe : al cual me le allegaré á , y él se estrechará conmi- go ' . Porque ¿ quién es ^ aquel que de tal modo se acer- que á con su corazón , dice el Señor?

22 Vosotros seréis entonces mi pueh\o fiel , y yo seré vuestro Dios siempre benigno.

23 Pero aquí que el torbellino del Señor, el furor que está respirando' , la inminente tempestad, todo descargará sobre la cabeza de los impíos.

24 No apaciguará el Señor el furor de su indigna- ción , hasta tanto que haya ejecutado y cumplido los designios de su corazón : al fin de los tiempos enten- deréis estas cosas.

1 Todos los expositores antiguos y modernos ven aqui lina clara profecía de Chrislo. h. XLVl. v. 11.

2 EsiC que se me arrime sin arrimarle xjo ? Tal parece á varios intérpretes el sentido de la Vulgata applicabo eitm en la segunda parte de la antítesis. La expresión de la pri- mera parte de la antítesis se entiende del pueblo de Jacob, no del príncipe.

3 Scio : El furor impetuoso.

143

CAPITULO XXXI.

Jeremías profetiza la libertad del pueblo de Israel; el cual, reunido todo , servirá al Señor y será colmado de bienes. Naciinienio del Mesías, y formación de la nueva Ley.

1 En aquel tiempo , dice el Señor , yo seré el Dios (le todas las tribus de Israel , y ellas serán rai pueblo.

2 Eslo dice el Señor : En el Desierto el resto del pueblo , que quedó libre del castigo , halló gracia de- lante de rri: también Israel llegará á la tierra de su descanso,

3 Es verdad que me visitó el Señor , responde Is- rael, mas hace ya mucho tiempo. Te engañas, diceDios, porque yo le he amado con perpetuo y no interrum- pido amor : por eso misericordioso te atraje á mí.

4 Y otra vez te renovaré y te daré nuevo ser , oh virgen ' de Israel : todavia saldrás acompañada del sonido de tus panderos , y caminarás rodeada de coros de música :

5 todavía plantarás viñas en los montes de Sama- ría : y aquellos que las plantarán , no recogerán su fruto hasta el tiempo prescrito '.

6 Porque tiempo vendrá en que las centinelas ó gefes de mi pueblo clamarán sobre el monte de

1 Esto esj oh pueblo de Israel. Véase Virgen.

2 Ler. X/X. tv 25.

144 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

Ephraim : Vamos todos, y subamos á Sion , al Tem- plo del Señor dios nuestro ' .

7 Porque esto dice el Señor : Regocijaos y haced fiestas por amor de Jacob , y prorumpid en gritos de júbilo al frente de las naciones : resuenen vuestros cánticos , y decid : Salve , Señor , al pueblo tuyo, salva las reliquias de Israel.

8 Sabed, dice el Señor, que yo los conduciré a todos de las tierras del Norte , y los recogeré de los extremos de la tierra : entre ellos vendrán juntamente el ciego y el cojo, la preñada y la parida, grande será la muchedumbre de los que volverán acá.

9 Vendrán llorando de gozo , y yo compadecido de ellos los conduciré á la vuelta por en medio de arroyos de frescas aguas , via recta y sin ningún tro- piezo ^ : porque padre soy yo de Israel , y Ephraim es mi primogénito '.

10 Escuchad, oh naciones, la palabra del Señor, y anunciadla á las islas mas remotas , y decid : Aquel mismo que dispersó á Israel , le reunirá , y le guar- dará como guarda el pastor á su rebaño.

1 1 Pues el Señor ha redimido á Jacob , y le ha librado de las manos del prepotente,

12 Y asi vendrán, y cantarán himnos á Dios en el monte Sion, y correrán en tropa á gozar de los bie-

1 Is.Il.v,S. Mich. IV. V. 2.

2 is. XXXV, V. 7. XLl. V. 18. XLIX, v. 10.

3 Alude á la preferencia que le dio Jacob. Gen. XL VIH. V. 13» y sig. Ephraim denota las diez tribus.

CAPÍTULO XXXI. 145

Bes del Señor , del trigo , del Tino , del aceite , y de las crias de ovejas y de vacas ; y estará su alma cual hertnoso jardin abundante de aguas , y no padecerán ya mas necesidades.

13 Entonces se regocijarán las vírgenes ' al sonido de músicos instrumentos , y iambien los jóvenes á una con los ancianos. Yo cambiaré su llanto en gozo , y los consolaré , y los llenaré de alegría en cambio de su pasado dolor.

14 Y saciaré el alma de los sacerdotes con otras pingüísimas carnes ^ y el pueblo mió será colmado de mis bienes, dice el Señor '.

15 Porque esto dice el Señor : Se han oido allá en lo alto ^ voces de lamentos, de luto y de gemidos, y son de Rachél, que llora sus Lijos, ni quiere admitir consuelo en orden á la muerte de ellos, visto que ya no existen *.

16 El Señor dice así : Cesen tus labios de proruin^ pir en voces de llanto, y tus ojos de derramar lágri- mas; pues por tu pena recibirás galardón, dice el Se- ñor : y ellos volverán de la tierra enemiga ^.

17 Y" para tus últimos días te queda la segura esperanza, dice el Señor, de que tus hijos volverán á sus hogares.

1 Apoc. XIV. V. 4.

2 De victimas mas preciosas. Act. II. v 13.

3 Pero antes sufrirá la peua de sus delitos.

4 En Rama, pequeña ciudad de la tierra de Benjamín

5 Matth. II. V. 18.

6 En que están cautivos.

ToM. X. 13

146 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

18 He escuchado con atención á Ephraim ' que en su cautiverio dice: me has castigado, oh SeTior,' yo cual indómito novillo he sido corregido. Conviérteme á ^, y yo me convertiré; pues que tú, oh Señor, eres mi Dios.

19 Vorqne estol/ viendo ahora gwe después que me convertiste, yo he hecho penitencia : después que me iluminaste, he herido mi muslo ' ; y he quedado confuso y avergonzado, porque he sufrido el oprobio de mi mocedad.

20 ¿No es Ephraim para el hijo querido, el ni- ño que yo he criado con ternura ? Desde que yo le he hablado *, le traigo siempre en la memoria : por eso se han conmovido por amor suyo mis entrañas. Y tendré para con él entrañas de misericordia, dice el Señor.

21 Seas pues, oh Ephraim, á tnanera de un cen- tinela ^ : entrégate á las amarguras de la penitencia : convierte tu corazón acia el recto camino, por donde anduviste : vuelve , oh virgen de Israel , vuelve , oh pueblo mió, vuelve á tus ciudades.

22 ¿Hasta cuándo estarás estragándote en medio

1 O al pueblo mió.

2 Esto es , aumenta en siempre mas y mas el conoci- miento y el dolor de mis pecados , á fin de que sea mas grande también y mas fervorosa y sólida mi conversión , que ha principiado á obrar la luz de tu gracia. Véase Gracia.

3 En señal de mi dolor.

4 Desde que he movido su corazón, y se ha convertido á mí.

5 Vela sobre tí.

capítulo xxxj. 147

de los deleites, oh hija perdida? Pues mira, el Señor ha hecho una cosa nueva, ó milagrosa, sobre la tier- ra: UNA MUGER virgen encerrara dentro de al

HOMBRE Dios '.

23 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Todavía se oirán estas palabras en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo hubiere redimido sus cautivos : Bendígate el Señor, oh mansión hermo- sa de la justicia, oh monte santo de Sion.

24 y habitará allí Judá, y juntamente todas sus ciudades; así aquellos que labran la tierra, como los que apacientan los ganados ;

2 5 porque yo embriagaré en Sion á toda alma se- dienta, y hartaré á todo hambriento ^.

26 Por esto desperté yo como de un sueño, y abrí los ojos, y- me saboreé con mi iueño prof ético.

27 aquí que viene el tiempo, dice el Señor, en que yo sembraré la casa de Israel, y la casa de Judá de simiente de hombres, y de símente de jumentos.

28 y al modo que puse mi atención en extirparlos, y abatirlos, y disiparlos, y desparramarlos, y afligirlos ele mil maneras^ así no perderé tiempo ahora para restaurarlos, y plantarlos, dice el Señor.

29 En aquellos días no se oirá mas aquel dicho :

1 Concebirá ea su seno por obra del Espíritu santo al varón fuerte , ai Señor ó Caudillo. Todo eso significa 1p vok ")D)i Gabber , que la Vulgata traduce virum.

2 Matth. r. r. 6.

148 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

Los padres comieron uvas agraces, y los hijos pade- cieron la dentera ' :

30 sino que cada uno morirá por su propio pecado : el hombre que comiere la uva agraz, ese sufrirá la dentera.

31 aquí que viene el tiempo, dice el Señor, en que yo haré una nueva alianza con la casa de Israel, y con la casa de Judá ' :

32 alianza, no como aquella que contraje con sus padres el día que los cogí por la mano para sacarlos de la tierra de Egypto ; alianza que ellos invalidaron ', y por tanto ejercí sobre ellos mi soberano dominio, dice el Señor.

33 Mas esta será la nueva alianza que yo haré, dice el Señor, con la casa de Israel , después que llegue aquel tiempo : imprimiré mi Ley en sus entrañas, y la grabaré en sus corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán el pueblo mió '*.

34 Y no tendrá ya el hombre que hacer de maestro de su prójimo, ni el hermano de su hermano, diciendo:

1 Ezech. XI III. V. 2. Los judíos solían siempre atribuir á los pecados de sus padres, mas que i los suyos, los casti- gos que el Señor les enviaba, Pero mas humildes los nuevos fieles ó servidores del Señor no lo dirán así, sino que pedi- rán perdón á Dios.

2 Heh\ VIH. V. 8.

3 Con sus rebeldías. '

4 Hebr. X. r. 16. En la Ley de gracia los preceptos de Dios quedan intimamente grabados en el corazón del hombre por la caridad que el Espíritu santo derrama en él.

CAPÍTULO XXXI. 149

Conoce al Señor '. Pues todos me conocerán, desde el mas pequeño hasta el mas grande, dice el Señor : por- que yo perdonaré su iniquidad, y no me acordaré mas de su pecado '.

35 Esto dice el Señor, aquel Se flor que envía el sol para dar luz al dia, y ordena el curso de la luna y de los astros para esclarecer la noche ; el que alborota el mar, y al instante braman sus olas ; el que se llama Señor de los ejércitos.

36 Cuando estas leyes, dice el Señor, establecidas por mi providencia vinieren á faltar, entonces podrá faltar también el linage de Israel , y dejar de ser na- ción perdurable á mi presencia.

37 Esto dice todavía el Señor : Cuando alguno pudiere medir allá arriba los cielos, y escudriñar allá bajo los cimientos de la tierra, entonces podré yo re- probar á todo el linage de Israel por sus fechorías, dice el Señor.

38 Sabed que llega el tiempo, añade el Señor, en que será edificada por el Señor la ciudad desde la torre de Hananeel hasta la puerta llamada del Rincón.

39 Y la línea de la demarcación se tirará mas ade- lante en frente de esa puerta sobre el collado de Gareb, y seguirá dando vuelta por el de Goatha ',

1 Abusan de este lugar los que creen que cada uno pue- de por medio de su espíritu privado entender la sagrada Escritura : error que S. Pedro condenó expresamente. //. Pet. I.V.20.

2 Act. X. V. 43.

3 O Góigotha.

150 LA PROFKCÍA DE JEREMÍAS.

40 y por todo el Valle de los cadáveres y de la ce- niza ' , y por todo el sitio de los ajusticiados , hasta el torrente de Cedrón, y basta la esquina de la puerta de los Caballos, que está al Oriente. El Santuario del Señor ' nunca jamás será arrancado, ni destruido.

CAPÍTULO XXXII.

Jeremías , durante el sitio de Jerusalem por Nabuchodono- sor, comjjra jyor orden del Señor un campo, y hace escri- tura de compra., no obstante que aquel pais iba á ser asolado, y cautivado el pueblo, para manifestar con esa señal que los judias volverian libres á su antiguo pais , donde el Señor haría con ellos una nueva alianza. ]

1 Palabras que el Señor habló á Jeremías el año décimo de Sedéelas rey de Judá, que corresponde al año décimo octavo de Nabuchódonosor.

2 (A la sazón el ejército del rey de Babylonia tenia sitiada á Jerusalem ; y el Profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que habia en el palacio del rey de Judá.

3 Porque Sedecías, rey de Judá, le habia hecho poner preso, diciendo :¿ Cómo es que andas vatici- nando y diciendo : Esto dice el Señor : Sabed que yo entregaré esta ciudad en poder del rey de Babylonia , el cual se apoderará de ella ;

1 El valle de Ennon. Véase Infierno.

2 Después de la nueva Ley ó alianza.

3 IV.Reg. XXV. v.\.

CAPÍTULO XXXII. 151

4 Y Sedecias , rey de Judá , no escapará de las ma- nos de los cháldeos , sino que caerá en poder del rey de Babylonia , y hablará con él boca á boca , y le verá con sus mismos ojos ;

5 Y será conducido por él á Babylonia , donde es - tara hasta tanto que yo le visite, dice el Señor? Que si peleareis contra los cháldeos , añades , no tendréis buen suceso).

. 6 Jeremías pues , estando preso , dijo : El Señor me ha hablado , diciendo :

7 Mira que tu primo hermano por parte de padre , Hanameel , hijo de Sellum , ha de venir á decirte que le compres un campo que tiene en Anathoth'; pues que á te compete la compra ' por ser el pariente mas cercano.

8 En efecto , según la palabra del Señor , Hana- meel 5 hijo de mi tío paterno , vino á encontrarme en el patio de la cárcel , y me dijo : Cómprame el cam- po que tengo en Anathoth , tierra de Benjamín; pues que á te toca por derecho de herencia el poseerle, por ser el pariente mas cercano. Conocí que aque- llo venia del Señor;

9 y compré á Hanameel , hijo de mi tío paterno.

1 Los sacerdotes y levitas podiau poseer tierras ó cam- pos en el espacio de rail pasos de sus ciudades levíticas, para huertos , viñas , ó pastos de ganados ; y no los po- dían vender ó euagenar sino á los parientes de la misma tribu.

152 LA profecía de jeremías.

aquel campo situado en Anathoth , y le pesé la canti- dad de dinero de diez y siete sidos de plata ' :

10 é hice una escritura de contrato, y la sellé ó Jirmé en presencia de testigos , y pesé la plata en la balanza.

1 1 Y tomé la escritura de compra firmada con sus estipulaciones y ratificaciones , y con los sellos por de- fuera.

12 Y di esta escritura de compra áBaruch , hijo de Neri, hijo de Maasías , en presencia de Hanameelmi primo hermano , delante de los testigos citados en la escritura de compra , y á vista de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

13 Y en presencia de ellos di orden á Baruch ,y le dije :

14 Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Toma estas escrituras, esta escritura de com- pra sellada , y esta otra escritura abierta ' , y méte- las en una vasija de barro para que puedan conser- varse mucho tiempo.

1 5 Porque esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Todavía se han de poseer en esta tier- ra casas , y campos , y viñas.

16 Así que hube entregado á Baruch , hijo de Ne- ri , la escritura de venta , púseme luego en oración, T dije :

1 Véase Sido. Es estilo hebreo anteponer el número pe- queño.

2 O simple traslado.

CAPITULO XXXIl, 153

17 ¡ Ah ¡ ¡ ah Señor Dios mió , ¡ ah ! bien veo que criaste el cielo y la tierra con tu gran poder , y con tu brazo fuerte : ninguna cosa sevíi jamás difícil para ti :

1 8 eres el que usas de misericordia en la serie de mil generaciones, y la iniquidad de los padres la casti- gas después de ellos en sus hijos ' : eres el fortisi- mo,el grande, el poderoso : Señor de los ejércitos es tu nombre.

19 Grandioso eres en tus consejos, é incompre- hensible en tus designios : contemplando están tus ojos todas las acciones de los hijos de Adán , para re- tribuir á cada uno según sus obras y según el mérito de su conducta.

20 obraste milagros y prodigios celebrados has- ta hoy dia en la tierra de Egypto, y en Israel , y en- tre todos los hombres , é hiciste tan grande tu nombre, como se ve que es en el dia de hoy :

21 sacaste á tu pueblo de Israel de la tierra de Egypto por medio de milagros y portentos , con mano poderosa , y brazo fuerte, y grande espanto :

22 y les diste esta tierra, conforme lo hablas pro- metido con juramento á sus padres , tierra que mana leche y miel.

23 Entraron en efecto en ella , y la han poseido : mas no obedecieron tu voz, ni siguieron tu san/a Ley, nada hicieron de cuanto les mandaste, y por eso les han sobrevenido todos estos desastres.

Exod. XX V. b. Deui. V. v. 9. 10.

154 Lk PROFECÍA. DE JEREMÍAS.

24 aquí ya levantadas las máquinas de guerra contra la ciudad pava batirla ; y como está para caer en poder de los cháldeos , que la combaten á fuerza de armas, y de la hambre, y de la peste; y cuantas cosas hablaste , oh Dios mió , todas se han cumplido, como mismo lo estás viendo.

25 ;Y tú, oh Señor Dios, no obstante me dices á : Compra un campo á dinero contante , en presen- cia de testigos ; siendo así que la ciudad va á ser en- tregada en poder de los cháldeos !

26 Entonces respondió el Señor á Jeremías , di- ciendo :

27 Mira , yo soy el Señor Dios de todos los morta- les: ¿habrá por ventura cosa ninguna difícil para mí?

28 Por tanto, esto dice el Señor : Sábete que yo voy á entregar esta ciudad en manos de los cháldeos, y en poder del rey de Babylonia , y la i'endirán :

29 y entrarán los cháldeos con espada en mano en esta ciudad , y la pegarán fuego , y la quemarán junto con las casas en cuyos terrados se ofrecían sacrificios á Baal , y libaciones á dioses ágenos para irritarme :

30 porque ya desde su mocedad los hijos de Israel, y los hijos de Judá están continuamente obrando mal delante de mis ojos : los hijos de Israel , digo, que has- ta el presente no hacen sino exasperarme con las obras de sus manos, dice el Señor.

31 De suerte que esta ciudad se ha hecho para objeto de furor, y de la indignación mía, desde el día

ciPÍTULo xxxir. 155

en que fue edificada ', hasta el día presente, en que será borrada de delante de mis ojos ,

32 por la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, cometida cuando me provocaron á ira ellos, y sus reyes, y sus príncipes, y sus sacerdotes, y sus profetas, los varones de Judá y los habitantes de Je- rusalem.

33 Y volvieron acia sus espaldas y no su cara, cuando yo desde la mañana los instruía y los avisaba ; no queriendo ellos escuchar ni recibir la corrección.

34 Y anles bien colocaron sus ídolos en la Casa en que se invoca mi santo nombre ^, á fin de profanarla ;

35 y erigieron altares á Baal en el valle del hijo de Ennom para consagrar ó sacrificar sus hijos y sus hijas á el Ídolo IMoloch : cosa que yo jamás les mandé para mi ', ni me pasó por el pensamiento que ellos hicieran tal abominación, é indujesen á Judá á tan abominable pecado.

36 Ahora bien en medio de estas cosas, así habla el Señor, el Dios de Israel á esta ciudad , de la cual de- cís vosotros que caerá en poder del rey de Babylonia , á fuerza de armas, de hambre, y de peste :

37 Sabed que yo después los reuniré de todas las regiones, por donde los habré desparramado en la efu- sión de mi furor, de mi cólera, y de mi grande indig-

1 O encandecida y adornada por Salomón y otros reyes. Véase Edificar.

2 IV. Reg. XXL r 4.

3 Véase cap. Vll.v. 31 X/X. v. 5

156 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

nación , y" los restituiré á este lugar, donde los haré morar tranquilamente.

38 Y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. ^

39 Y les daré un mismo corazón y un solo culto ; para que me teman todos los dias de su vida, y sean felices ellos, y después de ellos sus hijos.

40 Y sentaré con ellos una eterna alianza, ni cesaré jamás de hacerles bien ; é infundiré mi temor en su corazón , para que no se aparten de mí.

41 Y mi gozo será el hacerles beneficios , y los es- tableceré en esta tierra, de veras, y con todo mi cora- zón , y con toda mi alma.

42 Porque esto dice el Señor : Así como he descar- gado yo sobre este pueblo todos estos grandes males ; del mismo modo los colmaré á ellos de todos los bienes que les prometo.

43 Y de nuevo serán poseídos por sus dueños los campos en esta tierra ; de la cual decís vosotros que está desierta, por no haber quedado en ella ni hombre ni bestia ; porque fue abandonada al poder de los chál- deos.

44 Compraránse por su dinero los campos, forma- ránse escrituras de contrata, se imprimirá en ellas el sello, y asistirán los testigos, en la tierra de Benjamín, y en el territorio de Jerusalem, y en las ciudades de Judá, y en las ciudades de las montañas, y en las ciu- dades de las llanuras, y en las ciudades que están ál Mediodía; puesto que yo pondré fin á su cautiverio, dice el Señor.

57

CAPITULO XXXIll.

El Señor promete nuevamente el feliz restablecimiento de Jerus'dein : anuncia ulra vtz la venida del Mesías y su reino elerno. Incredulidad de lus judíos.

1 Segunda vez el Señor habló á Jeremías , estando este todavía preso en el patio de la cárcel , y le dijo :

2 Esto dice el Señor, el cual hará y efectuará y dis- pondrá de antemano aquello que dice : aquel cuyo nombre es Jehoiah ó el señor.

3 Invócame, y yo le oiré benigno, y te declararé cosas grandes y ciertas que ignoras.

4 Porque esto dice el Señor, el Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad , y acerca de las del rey de Judá, que han sido destruidas ', y en orden á las fortificaciones, y á las espadas

5 de aquellos que van á pelear contra los cháldeos , y que llenarán sus casas de cadáveres de hombres ', á los cuales yo herí en mi furor é indignación , habiendo apartado mi rostro de esa ciudad por causa de todas sus maldades.

6 aquí , que yo cerraré sus llagas , y les volve- ré la salud , y remediaré sus males , y les haré gozar de la paz , y de la verdad de mis promesas , conforme ellos han pedido.

1 Para hacer varias obras de defensa.

2 De nada aprovecharán los preparativos de defensa. Cap. XXV lí.

14

158 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

7 Y haré que vuelvan los cautivos de Judá y los cautivos de Jerusalem , y los restituiré á su primitivo estado.

8 Y los purificaré de todas las iniquidades con que pecaron contra ; y les perdonaré todos los pecados con que me ofendieron y despreciaron.

9 Lo cual hará que las naciones todas de la tierra , á cuya noticia lleguen todos los beneficios que les ha- bré hecho, celebrarán con gozo mi santo nombre, y me alabarán con voces de júbilo : y quedarán llenas de asombro , y de un saludable temor , á vista de tantos bienes y de la suma paz que yo les concederé.

10 Esto dice el Señor : En este lugar (que vosotros llamáis un desierto , porque no hay en él hombre ni bestia) en las ciudades de Judá, y en los contornos de Jerusalem, que están asolados y sin hombre alguno, sin habitantes , ni ganados , se han de oir todavía

1 1 voces de gozo y de alegría , voces ó cantares de esposo y de esposa , voces de gentes que dirán ' : Tri- butad alabanzas al Señor de los ejércitos , por ser tan bueno el Señor, porque hace brillar eternamente su misericordia ; y voces también de aquellos que vendrán á presentar sus ofrendas en la Casa del Señor. Porque yo he de restituir á su primer estado , dice el Señor , á los que fueron llevados de esta tierra cautivos á Ba^ bylonia.

12 Dice asimismo el Señor de los ejércitos : En este lugar despoblado , donde no se ve hombre ni bes-

1 1. Esd. III. V. n.—Ps. CXVII. y ex XXV.

CAPÍTULO XXXIII. 159

lia, y en lodas sus ciudades, aun se verán otra vex cabanas de pastores que recegerán los rebaños en sus apriscos.

13 En las ciudades de las montañas, y en las ciu- dades de las llanuras, y en las ciudades meridionales, y en la tierra de Benjamín , y en los contornos de Je- rusalem ,. y en las ciudades de Judá todavía se verán pasar las reses, dice el Señor, debajo de la mano de su pastor que las irá contando '.

14 Vienen ya los días, dice el Señor, en que yo llevaré á efecto la palabra ó promesa buena , que di á la casa de Israel , y á la casa de Judá ^.

15 En aquellos días, y en aquel tiempo yo haré brotar de la estirpe de David un pimpollo de justicia, el Mesías, el cual gobernará con rectitud, y establece- rá la justicia en la tierra.

16 En aquellos días Judá conseguirá su salvación % y vivirá Jerusalem en plena paz : y el nombre con que le llamarán será este : El Señor nuestro Justo ^.

n Porque esto dice el Señor : No faltará jamás un varón de la estirpe de David , que se asiente sobre el trono de la casa de Israel ^.

1 S Y no faltará de la estirpe de los sacerdotes y le- vitas un varón que me ofrezca holocaustos , y encienda

1 Así que entren en el redil.

2 Cap. XXIII. i). 5.

3 Por este hijo de David.

4 Cap. XXIII V. 6.— /.v. IX v. 6

5 Gen. XLIX v. 10.

160 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

el fuego para el sacrificio , é inmole víctimas en todos

tiempos.

19 Habló el Señor todavía á Jeremías , diciendo :

20 Esto dice el Señor : Si puede faltar el orden que tengo establecido para el día, y el orden que tengo establecido para la noche , de modo que no venga el día ni la noche á su debido tiempo ;

21 podrá también ser nula la alianza mía con Da- vid , mi siervo , de suerte que no nazca de él un hijo que reine en su trono , y no haya levitas y sacerdotes ministros míos.

22 Así como no pueden contarse las estrellas del cielo, ni numerarse las arenas del mar; así yo multi- plicaré sin cuento los descendientes de mi siervo Da- vid , y los levitas mis ministros.

23 Habló el Señor aun á Jeremías, diciendo :

24 ¿No has hecho alto en lo que habla este pue- blo, que dice : Las dos familias que el Señor había escogido , están desechadas ' ? De tal manera despre- cian ellos á mi pueblo, que á sus ojos ya no es nación.

25 Esto dice el Señor : yo no establecí ese orden invariable entre el dia y la noche, ni di leyes al cielo y á la tierra ;

26 podrá en tal caso suceder que yo deseche el linage de Jacob y de David , siervo mío, de modo que

1 Así se quejaban los judíos incrédulos cuando veían que iba á ser desolada la Judea y destruida Jerusalem. La fa- milia de Judá pierde la corona, la de Leví el Templo. Otro» poneu dichas palabra» en boca de los cháldeos.

CAPITULO XXXIV. 161

yo deje de elegir de su descendencia principes de la estirpe de Abraham , de Isaac, y de Jacob. Mas yo ' haré volver los que fueron llevados cautivos, y tendré de ellos misericordia.

CAPÍTULO XXXIV.

El Señor entregará al rey Sedeñas y áJerusalem en poder del rey de Babylonia. Reprende á los judíos por no haber cumplido la promesa de dar libertad á los esclavos he- breos.

1 Palabra dichas por el Señor á Jeremías, cuando Nabuchódonosor rey de Babylonia , y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra y pueblos que estaban bajo su dominio, hacian guerra contra Jerusalem y contra todas sus ciudades.

2 Esto dice el Señor, el Dios de Israel : y habla á Sedecías rey de Judá , y le dirás : Estas cosas dice el Señor : Mira que yo entregaré esta ciudad en poder del rey de Babylonia , el cual la abrasará.

3 Y no escaparás de sus manos, sino que infali- blemente serás cogido y entregado en ellas, y tus ojos verán los ojos del rey de Babylonia , y hablarás con él cara á cara , y entrarás en Babylonia.

4 Esto no obstante, escucha lo que dice el Señor, oh Sedéelas rey de Judá : Esto dice el Señor : no morirás á cuchillo,

5 sino que morirás de muerte natural ; y al modo

1 Yo cumpliré sin falta mis promesas.

162 LA PROFECÍA UE JEREMÍAS.

que fueron quemados los restos de tus padres los reyes pasados , tus predecesores ' , así quemarán tu cadáver, y te plañirán , exclamando : \ Ay Señor ! ¡ay! Porque así lo he decretado yo, dice el Señor.

6 Todas estas cosas dijo el Profeta Jeremías en Jerusalem á Sedecías rey de Judá.

7 Entretanto el ejército del rey de Babylonia estre- chaba á Jerusalem , y á todas las ciudades de Judá , que hablan quedado for conquistar , á Láchís , y á Azechá ; pues que de las ciudades fortificadas de Judá estas dos solas no se habían aun rendido.

8 Palabras que dijo el Señor á Jeremías, después que el rey Sedecías hizo un pacto con todo el pueblo en Jerusalem , publicando

9 que todos debían dar libertad á sus esclavos he- breos y á sus esclavas hebreas , y que nadie tuviese dominio sobre ellos, siendo como eran judíos y her- manos suyos.

10 Con efecto, todos los príncipes, y el pueblo todo que hablan hecho el pacto de dar libertad cada uno á su esclavo, y á su esclava , y de no tratarlos mas como á esclavos, obedecieron , y los dieron por libres.

1 1 Pero arrepintiéronse después , y se llevaron por fuerza los esclavos y esclavas que hablan dejado en li- bertad , los sujetaron otra vez al yugo de la servi- dumbre.

12 Entonces habló el Señor á Jeremías, diciendo :

13 Esto dice el Señor, el Dios de Israel : Yo hice

1 /, Rrg. XXXI, V. 12.-// Paral. X^l. v. 14

CAPITULO XXXIV. 168

un pacto con vuestros padres el dia que los saqué de tierra de Egypto, de la casa de la esclavitud , y dije :

14 Cuando se cumiilieren siete años, cada uno libertad á su hermano hebreo , que le fue vendido ' ; él te servirá por espacio de seis años , y después le dejarás ir libre. Mas vuestros padres no me escu- charon , ni fueron dóciles á mis palabras.

1 5 Pero hoy dia vosotros os habéis convertido á mi, y habéis hecho aquello que es agradable á mis ojos, publicando que cada uno la libertad á su prójimo, y confirmasteis esta resolución en mi presencia , en la Casa donde es invocado mi nombre.

16 Mas después os habéis vuelto atrás, y habéis hecho un insulto á mi nombre, y vuelto ¿recobrar cada uno su esclavo y su esclava, que habláis dejado ir para que fuesen libres y dueños de : y les habéis puesto otra vez el yugo, haciéndolos nuevamente escla- vos y esclavas vuestras.

1 7 Por lo cual esto dice el Señor : Vosotros no me habéis querido escuchar, asegurando cada uno la li- bertad á su hermano y á su prójimo : pues aquí que yo promulgo para vosotros la libertad , dice el Señor, para separaros de , y quedar á merced de la es- pada , de la peste, y de la hambre, y os enviaré des- parramados por todos los reinos de la tierra.

1 Eiod. XXI. V. 2.—Deut. XV. v. 12. Esto es, cuan- do se comenzaran á cumplir,, ó al principiar el año séptimo. Modismo hebreo, igual al que se usa en otros lugares. Luc. IL i\ 21 etc.

Ifi4 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

18 Y entregaré á los que han violado mi alianza, y no han guardado las palabras del pacto que acordaron en mi presencia , degollando y dividiendo en dos par- tes el becerro, y pasando después por medio de ellas '

19 los príncipes de Judá, y de Jerusalem , y los eunuchós , ó palaciegos ^ , y los sacerdotes , y todo el pueblo del pais , los cuales pasaron por en medio de los trozos del becerro :

20 los entregaré , digo, en poder de sus enemigos, y en manos de los que ansian quitarles la vida ; y sus cadáveres servirán de pasto á las aves del cielo, y á las bestias de la tierra.

•21 Y á Sedecías rey de Judá, y á sus príncipes 6 cortesanos los pondré en manos de sus enemigos, en manos de los que maquinan su muerte, y en manos de los ejércitos del rey de Babylonia que se han retirado de vosotros '.

22 Pues aquí que yo voy á dar mis órdenes, dice el Señor, y los volveré á traer contra esta ciudad, y la batirán, y se apoderarán de ella, y la incendiarán : y á las ciudades de Judá convertirlas he en un desierto, de tal suerte que no quede en ellas ningún habitante.

1 Gen. XV. v. 10.— Exod. XXIV. v. 6. Véase Alianza,

2 Véase Eunuchó. IV. Reg. XXV. v. 19.

3 Por nn poco de tiempo. Véase el c. XXXVII. v. 4, \

165

CAPÍTULO XXXV.

Obediencia de los rechábitas á las reglas de sus mayores ¡ y desobediencia de los judíos : intima á estos el castigo, y promete la bendición á aquellos.

1 Palabras que el Señor dirigió á Jeremías en tiempo de Joakim, hijo de Josías rey de Judá, dicien- dole :

2 Anda , á la familia de los rechábitas *, y habla con ellos, y condúcelos á la Casa ó Templo del Señor, á uno de los aposentos de los tesoros ó repuestos ^, y preséntales vino para que beban.

3 Llevé pues conmigo á Jezonias, hijo de Jeremías, hijo de Habsanías y á sus hermanos, y á todos sus hijos, y á la familia toda de los rechábitas ;

4 y los introduje en la Casa del Señor, en el apo- sento llamado de los tesoros , donde estaban los hijos de Hanan, hijo de Jegedelias, varón de Dios; aposento que estaba junto al tesoro de los príncipes, sobre la tesorería de lAIaasías , hijo de Sellum , el cual era el guarda del atrio del Templo.

5 Y presenté á los hijos de la casa de los rechábitas lazas y copas llenas de vino, y díjeles : Bebed vino.

6 Mas ellos respondieron: No le beberemos; por- que nuestro padre Jonadab , hijo de Recháh, nos dejó

1 /. Paral II. tv 55

2 //. Esd. XI ÍI. v.b. La voz hebrea 'Tl^'llh Hcsefsig- nifica aposento, cámara, almacén, tesoro, etc.

166 LA PROFECÍA DE JEREMÍASÍ.

este precepto : Nunca jamás beberéis vino, ni vos- otros, ni vuestros hijos.

7 No edificaréis casa, ni sembraréis granos, ni plantaréis viñas, ni las poseeréis : sino que habitaréis en tiendas todos los dias de vuestra vida , á fin de que viváis mucho tiempo sobre la tierra de Israel , en la cual soisjosotros peregrinos '.

8 Hemos pues obedecido á la voz de nuestro padre Jonadab , hijo de Recháb , en todo cuanto nos dejó mandado , y por eso no bebemos vino en toda nuestra vida nosotros , ni nuestras mugeres , ni los hijos , ni las hijas ;

9 ni fabricamos casas para nuestra habitación , ni tenemos viñas , ni campos , ni sementeras ;

10 sino que habitamos en tiendas de campaña, y hemos sido obedientes á todos los preceptos que nos dejó Jonadab nuestro padre.

1 1 Pero habiendo entrado Nabuchódonosor rey de Babylonia en nuestra tierra ^, hemos dicho : Vamo- nos y retirémonos á Jerusalem , para huir del ejército

1 Admirable ducíimento de perfección evangélica, y de la viva persuasión en que estaban de que, á imitación de los santos Patriarcas, debian vivir como peregrinos en el mundo. Hab. XI. i\ 9. Recháb fue un varón célebre, del linage de Jethro, suegro de Moysés. Exod. XV III. Los rechábüas ó cincos fueron muy estimados entre los judíos por su piedad y austeridad de vida. /. Judie. I. v. 16. /. Paral. II. v. 55,

2 O en el distrito en que vivimos.

CAPITULO XXXV. 167

de los cháldeos y del ejército de la Syria ; y por eso nos estamos en Jerusalem.

12 Entonces el Señor habló á Jeremías, diciendo :

13 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : anda y di al pueblo de Judá , y á los habitantes de Jerusalem : ¿ Es posible que no habéis de tomar ejemplo para obedecer á mis palabras, dice el Señor?

14 Las palabras con que Jonadab hijo de Recháb intimó á sus hijos que no bebieran vino , han sido tan fielmente observadas que no le han bebido hasta el dia de hoy , obedeciendo el precepto de su padre : mas yo os he hablado á vosotros de contíHuo y á todas horas , y no me habéis obedecido.

15 Pues os he enviado todos mis siervos los Pro- fetas , de antemano , y con mucha solicitud ; y os envié á decir por su boca : Conviértase cada uno de vosotros de su pésima vida , y rectificad vuestros afectos , y no andéis tras los dioses ágenos , ni les deis culto ; y asi habitaréis en la tierra que yo os di á vosotros y á vues- tros padres ' ; pero vosotros no habéis querido obede- cerme, ni escucharme.

16 Así pues los hijos de Jonadab , hijo de Recháb , han observado constantemente el precepto que les dejó su padre ; mas ese pueblo no me ha obedecido á mí.

17 Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Yo voy á descargar sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalem todas las tri- bulaciones con que les he amenazado ; puesto que yo

1 Cap. XVIII. r 11. XX F. V 5.

168 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

les he hablado , y no han querido escucharme , los he llamado , y no han querido responderme.

18 Pero á la familia de los rechábitas dijole Jere- mías : Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Por cuanto vosotros habéis obedecido el man- damiento de vuestro padre Jonadab , y habéis obser- vado todas sus órdenes , y cumplido todo cuanto os prescribió ;

19 por tanto , esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : No faltará varón de la estirpe de Jo- nadab , hijo de Recháb , que asista en mi presencia todos los días '.

CAPITULO XXXVI.

Jeremías hace leer á todo el pueblo por medio de Baruch el volúmem de sus profecías, ó amenazas de DioS; pero el rey Joakim quema el libro, y da arden de prender á Jere- mías y á Baruch : el Señor tos salva, y manda á Jeremías que dicte otro volumen á Baruch, é intime á Joakim su ruina y la de Jerusalem.

1 Corriendo el año cuarto de Joakim , hijo de Jo- sías , rey de Judá , el Señor habló á Jeremías , y le dijo :

2 Toma un cuaderno ^, y escribirás en él todas las palabras que yo te he hablado contra Israel y contra

1 Véase /. Paral. Il.v.bb.y la nota.

2 O nn rollo de pergamino. Véase Libro.

CAPITULO xxxvr. 1G9

Judá, y contra todos los pueblos, desde el tiempo del reinado de Josías , en que yo te hablé , hasta el dia de hoy :

3 por si tal vez los hijos de la casa de Judá, oyendo todos los males que yo pienso enviarles, se convierte cada uno de su pésimo proceder, de suerte que pueda yo perdonarles sus maldades y pecados.

4 Llamó pues Jeremías á Baruch hijo de Nerías, y dictándole Jeremías, escribió Baruch en aquel volu- men todas las palabras que el Seiior le dijo :

5 y dióle Jeremías á Baruch esta orden, diciendo : Yo estoy encerrado, y no puedo ir á la Casa del Señor.

6 pues , y lee las palabras del Señor que yo te he dictado, y has escrito en ese libro, de modo que las oiga el pueblo, en la Casa del Señor, el dia del ayuno ' ; y asimismo las leerás de manera que las oi- gan todos los de Judá que vienen de sus ciudades :

7 por si tal vez se humillan orando en el acata- miento del Señor, y se convierte cada uno de su per- verso proceder. Porque es mvi/ grande el furor y la indignación que ha manifestado el Señor contra este pueblo.

8 Ejecutó Baruch , hijo de Nerías, puntualmente todo cuanto le ordenó Jeremías Profeta, y puesto en la Casa del Señor leyó en el libro las palabras del Se- ñor.

9 Pues es de saber que el año quinto del reinado de Joakim , hijo de Josías, rey de Judá, en el nono

1 El día del ayuno univeral. Después v. 9.

15

170 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

mes, fue intimado un ayuno en la presencia del Señor á todo el pueblo de Jerusalem , y á todo el gentío que habia concurrido á Jerusalem de las ciudades de Judá.

10 Y entonces leyó Baruch por el libro las pala- bras de Jeremías en la Casa del Señor, desde el gazo- phylacio, que está á cargo de Gamarías hijo de Sa- phan , doctor de la Ley, sobre el atrio de arriba , á la entrada de la puerta nueva del Templo del Señor, oyéndolo todo el pueblo.

11 Y Michéas, hijo de Gamarías, hijo de Saphan , óido que hubo todas las palabras del Señor, leidas en el dicho libro,

12 pasó al palacio del rey, al despacho del secreta- riOj donde se hallaban sentados todos los príncipes ó magnates , ú saber : Elisama , secretario, y Dalaías hijo de Semeías, y Elnathan hijo de Achóbor, y Ga- marías hijo de Saphan , y Sedéelas hijo de Hananías, y en suma todos los príncipes ó gefes.

- 13 Y les refirió Michéas todo aquello que habia oido leer á Baruch en el libro, y que habia escuchado el pueblo.

1 4 Con esto todos aquellos señores enviaron á de- cir á Baruch , por medio de Judí hijo de Nathanías, hijo de Selemías, hijo de Chúsi : Toma en tu mano ese libro que has leido delante del pueblo, y vente acá. Tomó pues Baruch , hijo de Nerías, en su mano el libro, y fue á donde ellos estaban.

1 5 Los cuales le dijeron : Siéntate y léenos esas cosas para que las oigamos. Y leyólas Baruch en su preso ¡5 {'i a.

CAPÍTULO XXXVl. 171

16 Asi que oyeron todas aquellas palabras, queda- ron atónitos, mirándose unos á otros ; y dijeron á Ba- ruch : Es preciso que demos parte al rey de todo esto.

1 7 Y le interrogaron , diciendo : Cuéntanos cómo recogiste de su boca todas estas cosas.

18 Y respondióles Baruch : Dictábame él todas es- tas palabras, como si fuera leyéndolas en un libro; y yo las iba escribiendo con tinta en este volumen.

19 Entonces los príncipes dijeron á Baruch.- y escóndete y Jeremías, y nadie sepa en dónde es- tais.

20 Y ellos fueron á encontrar al rey en el atrio; pero el libro le depositaron en el gazophylacio ó apo- sento de Elisama, secretario ó canciller^ y dieron parte al rey en su audiencia de todo lo ocurrido.

21 Envió luego el rey á Judí para que trajese aquel libro ; el cual sacándole del gazophylacio ó gabinete del secretario Elisama , le leyó á presencia del rey y de todos los príncipes que estaban al rededor del rey.,

22 Estaba el rey en la habitación de invierno , siendo el nono mes ó el noviembre ; y habia delante de él un brasero lleno de ascuas muy encendidas.

23 Y asi que Judí hubo leido tres ó cuatro pági- nas , el rey hizo pedazos el libro con el cortaplumas del secretario , y arrojóle en el fuego del brasero, en el cual le hizo consumir todo.

24 Y asi ni el rey, ni ninguno de sus cortesanos que oyeron todas estas palabras ó amenazas , no te- mieron por esto , ni rasgaron sus vestidos en señal de dolor.

172 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

25 Si bien Elnalhan , yDalaías, y Garaarías , no aprobaron la voluntad del rey en quemar el libro : mas el rey no hizo caso de ellos.

26 Antes bien mandó á Jeremiel hijo de Amelech, y á Saraías hijo de Ezriel, y á Selemías hijo de Abdcel, que prendiesen á Baruch , el amanuense 6 secretario, y al Profeta Jeremías : pero el Señor los ocultó.

27 Después que el rey quemó el libro, y las pala- bras que dictando Jeremías había escrito Baruch, habló el Señor á Jeremías Profeta , diciéndole :

28 Toma de nuevo otro cuaderno , y escribe en él todas las palabras que había ya en el primer volu- men , quemado por Joakira , rey de Judá.

29 Y le dirás á Joakim rey de Judá : Esto dice el Señor : has quemado aquel cuaderno , diciendo á Jeremías : ¿ Por qué has puesto por escrito en él ese vaticinio , amenazando con decir que vendrá con presteza el rey de Babylonia , y asolará esta tierra sin dejar en ella hombre ni bestia ?

80 Por tanto , esto dice el Señor contra Joakim , rey de Judá : No se verá ningún descendiente suyo que se siente en el solio de David , y su cadáver será arroja- do, y expuesto al calor del día, y al hielo de la noche '.

31 Y vendré á tomar residencia de sus maldades , y de las de su linage , y de las de sus servidores ; y descargaré sobre ellos , y sobre los habitantes de Jeru-

1 Véase c. XXII. v. 19. IV. Reg. XXIV. v. 8. Je- chónías , hijo de Joakim, solo tuvo por tres meses una som- bra de trono.

capítulo xxxvir. 173

saleni , y sobre el pueblo de Judá todos los males que les tengo anunciados , ya que no han querido escu- charme.

32 Tomó, pues , Jeremías otro cuaderno, ydiósele á Baruch , hijo de INerías , su secretario ; el cual , dic- tándole Jeremías, escribió en él todas las palabras del libro quemado por Joakim, rey de Judá, y aun fueron añadidas muchas mas cosas sobre las que antes habla.

CAPÍTULO XXXVII.

El mievo rey Sedeñas se encomienda á las oraciones del Profeta. Retirase Nabuchúdonosor, y Jeremías predice que volverá, y que la ciudad será entregada á las llamas. Preso Jeremías , vaticina á Sedecías su cautiverio ; y no obstante manda el rey que le trasladen al patio de la cár- cel, y que le den de comer.

1 Entró á reinar Sedecías hijo de Josías en lugar de Jechónías hijo de Joakim", habiendo sido establecido rey de Judá por Naburhódonosor, rey de Babylonia.

2 Y ni él , ni sus servidores , ni la gente de la tier- ra obedecieron á las palabras que el Señor dijo por boca del Profeta Jeremías.

3 Y envió el rey Sedecías á Juchál hijo de Sele- mías, y á Sophonias hijo de Maasías sacerdote, á de- cir al Profeta Jeremías : Ruega por nosotros al Señor Dios nuestro.

1 Cap LII v.\ -Jl Rrg. XX If v.\7-H Paral. XXXri V. 10

174 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

4 Andaba entonces Jeremías libremente por entre el pueblo , pues no le habían aun puesto en la cárcel. Entre tanto el ejército de Pharaon salió de Egypto : oido lo cual por los cháldeos , que tenían cercada á Je- rusalem , levantaron el sitio.

5 Entonces el Señor habló al Profeta Jeremías del modo siguiente :

6 Esto dice el Señor Dios de Israel : Diréis al rey de Judá , que os ha enviado á consultarme : Mira que el ejército de Pharaon que venia á socorreros , se vol- verá á su tierra , á Egypto ' ;

7 y volverán los cháldeos , y combatirán contra esta ciudad , y se apoderarán de ella, y la entregarán á las llamas.

8 Esto dice el Señor : No queráis engañaros á vosotros mismos, diciendo : Iránse los cháldeos para no volver, y nos dejarán en paz : porque entended que no se irán.

9 Pero aun cuando vosotros derrotareis todo el ejército de los cháldeos , que os hace la guerra , y so- lamente quedaren de él algunos pocos heridos, sal- drían estos solos de sus tiendas , y entregarían esta ciudad á las llamas.

10 Habiéndose pues retirado de Jerusalem el ejér- cito de los cháldeos por causa del ejército de Pharaon,

11 partió Jeremías de Jerusalem para irse á la tierra de Benjamín , y para repartir allí cierta posesión en presencia de aquellos ciudadanos.

1 Cap. XLVl.v. \b. Ezecli. XVII. v. \b.-XXX. V. 31.

CAPÍTULO XXXVII. 175

12 Y así que llegó á la puerta llamada de Benja- mín, el que estaba por turno haciendo la guardia de la puerta , el cual se llamaba Jerias , hijo de Selemías , hijo de Hananías ' , asió al Profeta Jeremías, diciendo : te huyes á los cháldeos.

13 Es falso, respondió Jeremías : yo no me huyo á los cháldeos. Pero Jerias no le escuchó; sino que prendió á Jeremías , y le presentó á los príncipes.

14 Irritados con eso los príncipes contra Jeremías, después de haberle hecho azotar, le metieron en la cárcel que habla en la casa de Jonathan secretario ó escriba , por tener este á su cargo la cárcel.

15 Entró pues Jeremías en un hondo calabozo, y en una mazmorra ', donde permaneció muchos dias.

16 Después el rey Sedéelas envió á sacarle de allí , y le interrogó secretamente, en su palacio, diciéndole : ¿ Crees que hay efectivamente alguna revelación de parte del Señor? la hay, respondió Jeremías; y añadió : serás entregado en manos del rey de Ba- bylonia.

17 ¿Y en qué he pecado contra tí, añadió Jeremías al rey Sedéelas, ni contra tus servidores, ni contra tu pueblo para que me hayas mandado poner en la cárcel ?

18 ¿ Dónde están aquellos profetas vuestros que os

1 XXV 111. V. 16.

2 La voz ergaslulum , que usa la Vulgata , parece que propiamente significa el lugar en que encerraban de noche á los esclavos , atados con una cadena.

176 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

profetizaban , y decían : No vendrá contra vosotros , ni contra esta tierra , el rey de Babylonia ?

19 Ahora, pues, escúchame, te ruego, oh rey mi Señor : recibe favorablemente la súplica que te hago, y no me vuelvas otra vez á la casa ó cárcel de Jona- than, secretario, para que no me muera yo allí.

20 Mandó pues el rey Sedéelas que pusiesen á Je- remías en el patio de la cárcel , y que cada dia le diesen una torta de pan, ademas de la vianda, mientras hubiese pan en la ciudad : con eso se mantuvo Jere- mías en el patio de la cárcel.

CAPITULO XXXVIIÍ.

Jeremías es entregado por el rey en manos de hs príncipes , quienes le encierran en un calabozo lleno de cieno : de allí

\ le saca Abdemelech por orden del rey, al cual exhorta el Profeta á que se rinda á los chdldeos. El rey manda á Je- remías que no diga a nadie lo que ha hablado con él.

1 Pero Saphatías hijo de Mathan , y Gedelías hijo de Phassur , y Juchál hijo de Selemías , y Phassur hijo de Melchías, habían oido las palabras que Jere- mías predicaba á todo el pueblo , diciendo :

2 Así habla el Señor ' : Cualquiera que se quedare en esta ciudad , morirá á cuchillo , ó de hambre , ó

f Cap. XXI. V. 9, Jeremías en el patio de la cárcel coii- üriuaba auuuciíindo con santa libertad á los que iban á verle las mismas ro,sa.s rjnc antes predicaba por orden de Dios.

CAPÍTULO XXXVIII. 177

de peste; pero el que se refugiare á los cháldeos, yí- virá , y pondrá en salvo su vida.

3 Esto dice el Señor : Sin falta será entregada esta ciudad en poder del ejército del rey de Babylonia , el cual se apoderará de ella.

4 Entonces dijeran los príncipes al rey : Pedírnoste que sea condenado á muerte ese hombre : porque él procura de intento que desmayen los brazos de los va- lientes , y el esfuerzo de los guerreros que han quedado en esta ciudad], y de todo el pueblo , con aquellas pa- labras que dice. Pues está visto que ese hombre no procura el bien sino el mal de este pueblo.

5 A lo que contestó el rey Sedéelas : Ahí le tenéis á vuestra disposición ; que no es posible que el rey os niegue cosa alguna.

G Cogieron pues á Jeremías , y le metieron en la cisterna de Melchias hijo de Amelech , situada en el atrio de la cárcel ; y por medio de sogas descolgaron á Jeremías en la cisterna , donde no había agua , sino lodo : así pues Jeremías quedó hundido en el cieno.

7 Y Abdemelech , eunuchó ' , ethíope , que estaba en el palacio del rey , supo que habían echado á Jere- mías en la cisterna. Hallábase el rey á la sazón sen- tado en la puerta de Benjamín.

8 Salió pues Abdemelech de palacio , y fue á hablar al rey , diciendo :

9 Oh rey y Señor mío , muy mal han obrado estos

Véase Eunuchó.

178 LA PROFECÍA. ÜE JEREMÍAS.

hombres en todo lo que han atentado contra el Profeta Jeremías , echándole en la cisterna para que allí mue- ra de hambre ' , pues ya no hay pan en la ciudad '.

10 Entonces el rey le dio esta orden á Abdeme- lech, ethíope : Llévate de aquí contigo treinta hom- bres , y saca de la cisterna al Profeta Jeremías antes que muera.

11 Tomando pues consigo Abdemelech los hom- bres , entró en el palacio del rey en una pieza subter- ránea que estaba debajo de la tesorería , y cogió de allí unas ropas viejas y trozos de paño medio consumidos , y |los echó á Jeremías en la cisterna por medio de cordeles.

12 Y dijo el ethíope Abdemelech á Jeremías : Pon esos trapos viejos y retazos medio consumidos debajo de lus sobacos, y sobre ó al rededor de las cuerdas. Hízolo así Jeremías ;

13 y ' tiraron de él con las cuerdas, y sacáronle de la cisterna ; y quedó Jeremías en el atrio de la cárcel ^.

14 Envió después el rey Sedecías á buscar al Pro- feta Jeremías , y se le hizo traer á la tercera puerta del Templo del Señor ; y dijo el rey á Jeremías : Una cosa te voy á preguntar : no me ocultes nada.

1 Como sucederá infaliblemente.

2 Segnn el hebreo puede traducirse : Igual hubiera sido matarle de hambre.

3 Preparado de esta manera para que no se lastimase con los cordeles,

4 Pero con cadenas en las manos. Cap. XL. v, 4.

CAPÍTULO XXXVIII. 179

15 Y Jeremías contestó á Sedecías: Si yo te la declaro , ¿ no es así que me quitarás la vida ? y si yo te diere un conseju , no me has de escuchar.

16 Entonces el rey Sedecías juró secretamente á Jeremías, diciendo: Juróte por el Señor que ha criado en nosotros esta alma , que no te quitaré la vida , ni te entregaré en manos de esos hombres que desean matarte.

1 7 Dijo pues Jeremías á Sedecías : Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Si te sales de Jerusalem , y te pones en manos de los príncipes ó generales del rey de Babylonia , salvarás tu vida , y esta ciudad no será entregada á las llamas, y te pondrás en salvo y tu familia.

18 Pero si no vas á encontrar á los príncipes del rey de Babylonia , será entregada la ciudad en poder de los cháldeos , los cuales la abrasarán , y no escaparás de sus manos.

19 Y dijo el rey Sedecías á Jeremías: Temóme de aquellos judíos VyXt se han desertado á los cháldeos ; no sea que estos me entreguen en sus manos , y me insulten y maltraten.

20 Pero Jeremías le respondió : No te abandona- rán en sus manos. Ruégote que escuches las palabras del Señor, que yo te hablo, y te irá bien, y salvarás tu vida.

21 Que si no quisieres salir, aquí lo que me ha revelado el Señor :

22 Sábete que todas las mugeres que han quedado en el palacio del rey de Judá, serán conducidas para

180 L\ PPOFECÍA DE JEREMÍAS.

¡OS príncipes del rey de Babylonia ; y estas mismas te dirán entonces: \ Oh, cómo te han engañado, y pre- valecido para daño tuyo los que te lisonjeaban con la paz ! dirigieron tus pasos á un resbaladero, y te han metido en un atolladero, y en seguida te han aban- donado.

!¿3 Y todas tus mugeres y tus hijos serán llevados á los cháldeos , y no escaparás de sus manos , sino que caerás prisionero del rey de Babylonia , el cual incendiará esta ciudad.

24 Sedecías dijo entonces á Jeremías : Nadie sepa estas cosas , y de este modo no morirás.

25 Y si los príncipes supieren que yo he hablado contigo, y fueren á tí, y te dijeren : Manifiéstanos lo que has dicho al rey, y qué es lo que el rey ha ha-r bl|ado cantigo, no nos lo encubras, y no te matare- mos;

26 les has de responder : Postrado á los pies del rey, le supliqué que no me hiciese conducir otra vez á la casa ó cárcel de Jonalhan , para no morirme yo allí.

27 En efecto vinieron luego todos los príncipes á Jeremías , y se lo preguntaron , y él les respondió pa- labra por palabra todo lo que le habia prevenido el rey ; y no le molestaron mas , pues nada se habia tras- lucido.

28 Y Jeremías permaneció en el zaguán de la cár- cel hasta el dia en que fue tomada Jerusalem : por- que al fin Jerusalem fue rendida.

181

CAPITULO XXXIX.

Conquista de Jemsalem : Sedecias es hecho prisionero : ma- tan á sus hijos delante de él, y después le sacan los ojos. Incendio de la ciudad y del Templo. El resto del pueblo es llevado cautivo á Babylonia junto con Sedecias. Jere- mías es puesto en libertad.

1 En el año nono de Sedecias, rey de Judá^ en el décimo mes, vino Nabuchódonosor, rey de Babylo- nia , con todo su ejército á Jerusalem , y le puso sitio '.

2 Y el año undécimo de Sedecias , en el dia cinco * del cuarto mes , fue asaltada por la brecha la ciudad.

3 Y entraron todos los príncipes del rey de Baby- lonia, é hicieron alto en la puerta del medio ^ : INe- regel , Sereser, Semegarnabu , Sarsachim , Rabsa- res, Neregel, Sereser, Rebmag "*, y todos los demás príncipes ó capitanes , del rey de Babylonia.

1 Cap. LIL V. i.-IF, Reg. XXV. v. 1.

2 En el hebreo y en los Setenta se lee el dia nueve ; y novem tienen varios códices manuscritos de la Viilgata aquí y después c. LII. v. 6. y en el c. XXV. v. 3. del lib. IV. de los Reyes. Algunos opinan que, sin necesidad de supo- ner aquí errata de número, puede ser que el dia 5 se abrió la brecha, y el 9 se tomó la ciudad.

3 O en la segunda puerta. Soph. I. v. 10.

4 Algunos opinan que Rebmag y Sereser son nombres de oñcio ó empleo. No se sabe por qué están puestos dos ve- ces. Neregel era nombre de un dios de los asyrios. IV. Reg. XVII. V. 30. Las voces rab y ser significan cabeza ó ge- fe, etc.

ToM. X. 16

182 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

4 Así que los vieron Sedecías , rey de Judá , y to- dos sus guerreros , echaron á huir ; y salieron de no- che de la ciudad, por el camino del jardín del rey, y por la puerta que está entre las dos murallas , y tomaron el camino del Desierto '.

5 Pero fueles á los alcances el ejército de los chál- deos , y prendieron á Sedecías en el campo desierto de Jericbó, y le llevaron preso á INabuchódonosor, rey de Babylonía , que estaba en Reblatha , situada en el territorio de Emath , donde le juzgó.

6 E hizo matar el rey de Babylonía , en Reblatha , á los hijos de Sedecías , delante de los ojos de este : á todos los nobles de Judá los hizo morir el rey de Ba- byloDÍa.

7 Ademas hizo sacar los ojos á Sedecías ^^ y le aprisionó con grillos , para que fuese conducido á Ba- bylonía.

8 Entretanto los cháldeos , que estaban en Jerusa- lem, abrasaron el palacio del rey, y la casa ó las ha- bitaciones del pueblo, y derribaron las murallas de Jerusalem.

9 Y á los restos del vecindario que habían quedado en la ciudad , y á los desertores que se habían refu- giado á el , y á lo restante de la plebe, los condujo á Babylonía Nabuzardan , general del ejército.

10 Mas á la turba de los pobres, que no tenían

1 IV. Reg. XXV. v. 4.

2 Ezech. XII. V. 13.

I

CAPÍTULO XXXIX. i 83

absolutamente nada , Nabuzardan , general del ejér- cito, los dejó libres en la tierra de Judá, y dióles entonces viñas y tierras, con depósitos de agua para regar.

11 Es de saber que Nabuchódonosor, rey de Baby- lonia , habia dado sus órdenes á Nabuzardan , coman- dante de sus ejércitos , acerca de Jeremías , diciendo :

12 Encárgate de ese hombre, trátale con distin- ción, y no le hagas ningún daño, antes bien concédele cuanto quiera.

13 Por cuyo motivo Nabuzardan , general del ejér- cito, y Nabusezban, y Rabsares, y Neregel, y Sereser, y Rebmag , y todos los magnates del rey'de Babylonia,

14 enviaron á sacar del zaguán de la cárcel á Jere- mías , y le recomendaron á Godolías hijo de Ahicam , hijo de Saphan ' , para que le volviese á su casa , y vi- viese con libertad en medio del pueblo.

15 Habia el Señor prevenido de antemano á Jere- mías , estando aun encerrado en el atrio de la cárcel , diciéndole ^ :

16 Anda, y di á Abdemelech ethíope : Esto dice el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : Mira , yo voy á ejecutar todo lo que he anunciado para daño ó castigo , no para bien de esa ciudad ; y verás en aquel día el cumplimiento de esto.

17 En cuyo día yo te libraré, dice el Señor : y no se-

1 Nombrado grobernador de los judíos. Ciip. XL. v. 4, 5.-/r. Reg. XXF. v. 22.

2 Cap. XXXVIIl. V. 7.

184 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

ras eiiiregado en poder de los hombres , de quienes tiemblas tanto ,

1 8 sino que te libraré de todo trance ; ni morirás á cuchillo, antes bien conservarás segura tu vida, porque tuviste confianza en , dice el Señor.

CAPITULO XL.

Jeremías, puesto en plena libertad, va á verse con Godolias prefecto de Judea. No cree este á Johanan que le avisa una traición que se urdía.

1 Palabra ó profecía que el Señor manifestó á Jere- mías , después que Nabuzardan general del ejercito le envió libre desde Rama , cuando le llevaba atado á la cadena, confundido en medio de los demás que tras- migraban de Jerusalem y de Judá , y eran conducidos cautivos á Babylonia.

2 Es de advertir que ' el general del ejército, to- mando á Jeremías , luego que le conoció , le dijo : El Señor Dios tuyo había predícho estas calamidades sobre este país ;

3 y el Señor las ha puesto en ejecución , y ha cum- plido lo que habia dicho : porque vosotros pecasteis contra el Señor , y no escuchasteis su voz ; por lo cual os ha sucedido eso.

4 Ahora bien, yo te he quitado hoy las cadenas

1 Esto qne sigue es como un paréntesis para referir la manera con que Jeremías fue puesto en libertad.

CAPÍTULO XL. 185

que tenias en tus manos : si te place venir conmigo á Babylonia , vente ; que yo miraré por ti : mas si no quieres venirte conmigo á Babylonia, quédate aqui ; ahí tienes á tu vista todo el pais ; á donde esco- gieres , y mas te agradare , allí puedes irte.

5 No vengas pues conmigo , si no quieres : qué- date en compañía de Godolías , hijo de Ahicam , hijo de Saphan , á quien el rey de Babylonia ha puesto por go- bernador de las ciudades de Judá : habita pues con él en medio de tu pueblo, ó vete donde mejor te pa- rezca. Dióle también el general del ejército comestibles y algunos regalitos, y le despidió.

6 En consecuencia Jeremías se fue á casa de Go- dolías , hijo de Ahicam en Masphath , y habitó con él en medio del pueblo que habia quedado en el pais.

7 Y habiendo sabido todos los capitanes del ejército de los judíos (desparramados por varias partes ellos, y sus camaradas) que el rey de Babylonia habia nombra- do gobernador del pais á Godolías , hijo de Ahicam , y que le habia recomendado los hombres y las mugeres , y los niños , y los pobres del pais , que no hablan sido trasportados á Babylonia ;

8 fueron á encontrar á Godolías en Masphath , es á saber : Ismahel , hijo de Nathanías , y Johanan y Jo- nathan , hijos de Caree , y Saréas , hijo de Thanehu- meth , y los hijos de Ophi , naturales de Netophati , y Jezonías hijo de Maacháthi, ellos y sus gentes.

9 Y Godolías , hijo de Ahicam , hijo de Saphan , les aseguró con juramento á ellos y á sus compañeros , diciendo : No temáis obedecer á los cháldeos : habitad

186 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.

en el país , y servid al rey de Babylonia, y lo pasaréis bien '.

10 Ya veis, yo habito en Masphath para ejecutar las órdenes que nos vienen délos cháldeos. Y así vos- otros recoged la vendimia, las mieses y el aceite, y metedle en vuestras tinajas, y permaneced en las ciu- dades vuestras que habéis ocupado.

11 Asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Ammon , y en la Idumea , y en los demás países, que oyeron que el rey de Babylonia ha- bía dejado alguna parte del pueblo en la Judea , 'y nombrado gobernador del país á Godolías, hijo de Ahicam , hijo de Saphan ;

12 todos aquellos judíos, digo, regresaron de los países donde se habían refugiado, y vinieron á la tierra de Judá á encontrar á Godolías en Masphath, y re- cogieron la vendimia, y una cosecha grandísima de otros frutos.

13 Por este tiempo Johanan, hijo de Caree, y to- dos los capitanes del ejército que habían estado espar- cidos en varias tierras, fueron á encontrar á Godolías en Masphath,

14 y le dijeron: Has de saber que Baalis, rey de los ammonitas, ha despachado á Ismahel, hijo de Na- thanías, para que te quite la vida. Mas Godolías, hijo de Ahicam , no les dio crédito.

1 5 Entonces Johanan , hijo de Caree, hablando á

A

l IV.Reg. XXV. i>.24.

CAPÍTULO XLI. 187

parte á Godolías, en Masphat, le dijo : Yo iré y ma- taré á Ismahel , hijo de Nathanías, sin que nadie lo sepa, para que no te mate á ti , y no sean desparrama- dos todos los judíos que se han acogido á , y venga á perecer el resto del pueblo de Judá.

16 Pero Godolías, hijo de Ahicam, contestó á Jo- hanan , hijo de Caree : No hagas tal cosa ; porque lo que dices de Ismahel, es una falsedad.

CAPITULO XLI.

Bárbara crueldad con que Ismahel mata á Godolías y ásus soldados. Persigue Johanan á Ismahel, el cual huye con ocho personas. El resto de la gente determina huir d Egypto.

1 Mas sucedió, que al séptimo mes vino Ismahel , hijo de Nathanías, hijo de Elisama , que era de estirpe real , y los Grandes del rey, con diez hombres atrevi-^ dos y valientes, á encontrar á Godolías hijo de Ahicam en Masphath , y comieron allí con él.

2 Y levantóse Ismahel , hijo de Nathanías, y los diez hombres que le acompañaban, y asesinaron á Godolías, hijo de Ahicam, hijo de Saphan, quitando la vida al que el rey de Babylonia habla puesto por go- bernador del país.

3 Mató también Ismahel á todos ' los judíos que

I A todos, esto es, á muchos ; pues en el verso 16. se ve que quedaron vivos algunos.

188 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

estaban en Masphath con Godolías, y á los cháldeos que allí se hallaban , y á todos los guerreros.

4 Y al dia siguiente después que mató á Godolías, y antes de saberse el suceso,

5 llegaron de Sichém, y de Silo, y de Samaría, ochenta hombres, raída la barba, y rasgados los ves- tidos, y desaliñados, ó desfigurados^ trayendo consigo incienso y dones para ofrecerlos en la Casa del Se- ñor '.

6 Jsmahel , pues , hijo de Nathanías , saliendo de Masphath al encuentro de esta gente , caminaba des- pacio y llorando ^ ; y así que los encontró, les dijo : Venid á Godolías, hijo de Ahicam.

7 Pero así que llegaron al medio de la ciudad, Ismahel, hijo de Nathanías, los mató á todos con la ayuda de aquellos hombres que tenia consigo, y los echó en medio de la cisterna ó foso.

8 Mas entre los dichos se hallaron diez hombres que dijeron á Ismahel: No nos mates; porque tene- mos en el campo repuestos ó silos de trigos, y de ce- bada, de aceite y de miel. Contúvose con esto, y no les quitó la vida como á los otros compañeros suyos.

9 La cisterna ó foso en que Ismahel arrojó todos los cadáveres de aquella gente que asesinó por causa ó envidia de Godolías , es aquella misma que hizo el rey

1 /. Reg. VIL v. 5, 6— X. v. 17.— Judie. XX. v. 1 I. Mach. III V. 46.

^2 Lamentando, como toda la gente,, la calamidad deja patria.

CAPÍTULO XLI. 189

Asá con motivo de Baasa , rey de Israel ; la cual llenó Ismahel , hijo de Psathanías , de los cuerpos de aque- llos que habia muerto '.

10 Y se llevó Ismahel cautivos todos los restos del pueblo que habia en Masphath , con las hijas del rey, y todos cuantos se hallaron en Masphath , los cuales Nabuzardan , general del ejército , habia dejado en- cargados á Godolias hijo de Ahicam. Y cogiéndolos Ismahel , hijo de Nathanías , se fue para pasarse á los ammonitas.

1 1 Entre tanto Johanan hijo de Caree , y todos los gefes de la milicia que estaban con él , recibieron avi- so de todo el estrago hecho por Ismahel hijo de Na- thanías.

12 Y reunida toda su gente, partieron para com- batir contra Ismahel , hijo de Nathanías , y alcanzá- ronle cerca de la grande piscina ó estanque de Ga- baon ^.

13 Y cuando todo el pueblo , que iba con Ismahel, vio á Johanan , hijo de Caree , y á todos los capitanes del ejército que le acompañaban , se llenó de alegría.

14 Con esto toda aquella gente que Ismahel habia hecho prisionera , regresó á Masphath , y se fue con Johanan hijo de Caree.

1 5 Ismahel , empero , hijo de Nathanías , huyó de Johanan con ocho hombres , y se pasó á los ammo- nitas.

1 ///. Reg. XV. v. 20.

2 //. Reg. II V. 13

190 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

16 Johanan, pues, hijo de Caree, con toáoslos oficiales de guerra que tenia consigo , se encargó en Masphath de todos los residuos de la plebe que habia el recobrado de Ismahel , hijo de Nathanías , después que este asesinó á Godolias , hijo de Ahicam : y cogió todos los hombres aptos para la guerra , y las mugeres , y los niños , y los eunuchós , que habia hecho volver de Gabaon ;

17 y fuéronse , y estuvieron como peregrinos en Chámaam , qué está cerca de Bethlehem , para pasar después adelante y entrar en Egypto ,

18 huyendo délos cháldeos : porque los temían á causa de haber Ismahel , hijo de Nathanías , muerto á Godolias hijo de Ahicam , al cual el rey de Babylonia habia dejado por gobernador de la tierra de Judá.

CAPÍTULO XLII.

Jeremías , despuex de haber rogado ij consultado al Señor, responde que los judias vivirán seguros si se quedan en Jadea; pero que si pasan á Egypto, perecerán al filo de la espada, de hambre y de peste.

1 Y vinieron todos los oficiales de la milicia , y Johanan , hijo de Caree , y Jezonías , hijo de Osaías, y el resto del pueblo , chicos y grandes ,

2 y dijeron al Profeta Jeremías -. Condesciende á nuestra súplica , y haz oración al Señor tu Dios por nosotros , y por todos estos restos del pueblo , pues pocos hemos quedado de muchos que éramos , confor- me estás viendo con tus ojos ,

CAPÍTULO XLII. 192

3 y háganos conocer el Señor Dios luyo el camino que debemos seguir , y aquello que hemos de hacer.

4 Respondióles el Profeta Jeremías : Bien está, aquí que voy á hacer oración al Señor Dios vues- tro, conforme me lo habéis pedido : cualquiera cosa que me responda el Señor , yo os la manifestaré sin ocultaros nada.

5 Y dijeron ellos á Jeremías : Sea el Señor entre nosotros testigo de la verdad , y sinceridad nuestra , y castigúenos , si no cumpliéremos fielmente todo cuanto nos mandare decir por tu boca el Señor Dios tuyo.

6 Ya sea cosa favorable , ya sea adversa , obede- ceremos á la voz del Señor Dios nuestro , á quien te enviamos ; para que , obedeciendo á la voz del Señor Dios nuestro , nos vaya prósperamente.

7 Pasados pues diez días habló el Señor á Jeremías ;

8 el cual llamó á Johanan , hijo de Caree , y á todos los oficiales de guerra que con él estaban , y á todo el pueblo, chicos y grandes,

9 y les dijo : Esto dice el Señor Dios de Israel á quien me habéis enviado, para que expusiese humil- demente vuestros ruegos ante su acatamiento :

10 Si permaneciereis quietos en esta tierra, yo os restauraré , y no os destruiré : os plantaré , y no os arrancaré ; porque yo estoy aplacado con el castigo que os he enviado.

1 1 No temáis al rey de Babylonia , del cual tenéis tanto miedo ; no le temáis , dice el Señor, porque yo soy con vosotros para salvaros, y libraros de sus ma- nos.

192 hk Profecía de jeremías.

12 Y usaré con vosotros de misericordia, y me apiadaré de vosotros, y haré que habitéis en vuestra tierra.

13 Mas si vosotros dijereis : No queremos perma- necer en esta tierra , ni escuchar lo que dice el Señor Dios nuestro ;

14 y continuáis diciendo : No, no; sino que nos vamos á la tierra de Egypto , en donde no veremos guerra , ni oiremos sonido de trompetas, ni padece- remos hambre : y allí permaneceremos :

1 5 en este caso oid ahora , oh restos de Judá , lo que dice el Señor : Esto dice el Señor de los ejérci- tos , el Dios de Israel : Si vosotros os obstináis en querer ir á Egypto, y fuereis á habitar allí ,

16 allí en la tierra de Egypto os alcanzará la espada que vosotros teméis ; y la hambre de que receláis vos- otros, allí en Egypto se os echará encima , y allí ha- llaréis la muerte.

17 Y todos cuantos se habrán obstinado en querer ir á Egypto para habitar allí , perecerán al filo de la espada , y de hambre, y de peste : no quedará ninguno de ellos con vida , ni escapará del castigo que yo des- cargaré sobre ellos.

18 Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Al modo que se encendió mi furor y mi indignación contra los moradores de Jerusalem ; del mismo modo se encenderá contra vosotros la in- dignación mia, cuando habréis entrado en Egypto : y seréis objfílo de execración, y de pasmo, y de maldi-

CAPÍTULO XLIII. 19;í

cion , y de oprobio, y nunca jamás volveréis á ver esle lugar.

19 Oh restos de Judá, el Señor es el que os dice : No vayáis á Egypto : tened bien presente que yo os he protestado en este dia

20 que os habéis engañado á vosotros mismos, pues rae habéis enviado á hablar al Señor Dios nues- tro, diciendo : Ruega por nosotros al Señor Dios nues- tro ; y todo aquello que te dirá el Señor Dios nuestro, anuncíanoslo del mismo modo, y lo practicaremos.

21 Y hoyos lo he referido, y vosotros no habéis querido obedecer lo que dice el Señor Dios vuestro, acerca de todas aquellas cosas sobre las cuales me ha mandado hablaros.

22 Ahora bien , tened entendido de cierto que mo- riréis al filo de la espada, y de hambre, y de peste, allí donde habéis querido ir á habilar.

CAPITULO XLIII.

Azarías, Johanan , y el resto de los judíos inobedientes al precepto del Seiior se van a Eg¡/plo , llevándose consigo á Jeremías y á Baruch. Allí predice Jeronías la ruina de Egypto y de sus ídolos por Nabuchódonosor .

1 Y así que Jeremías hubo concluido de hablar al pueblo todas las palabras del Señor Dios de ellos, pa- labras todas que el Señor Dios suyo le habia enviado á decirles ,

2 respondieron Azarias hijo de Osaías, y Johanan hijo de Caree, y lodos aquellos liombres soberbios, y

17

194 L\ PROFECÍA DE JEREMÍAS.

dijeron á Jeremías : Mientes en lo que dices. No le ha enviado el Señor Dios nuestro á decirnos : No va- yáis á habitar en Egypto.

3 Sino que Baruch hijo de Nerias te instiga contra nosotros, para entregarnos en manos de los cháldeos, y hacernos morir, y llevarnos á los demás á Babylo- nia.

4 No obedecieron pues Johanan hijo de Caree , y lodos los oficiales de guerra , y todo el pueblo á la voz del Señor de permanecer en la tierra de Judá;

5 sino que Johanan , hijo de Caree , y todos los oficiales de guerra, cogieron todos los restos de Judá que hablan vuelto á habitar en la tierra de Judá , de todas las regiones por las cuales hablan antes sido dis- persos ;

6 á hombres, mugeres, y niños, á las hijas del rey, y á todas las personas que habla dejado Nabuzardan general del ejército con Godolías hijo de Ahicam , hijo de Saphan , y al Profeta Jeremías , y á Baruch hijo de Nerias ,

7 y entraron en tierra de Egypto ; pues no obede- cieron á la voz del Señor : y llegaron hasta Táphnis su capital.

8 Y habló el Señor á Jeremías en Táphnis, di- ciendo :

9 Toma en tu mano unas piedras grandes, y es- cóndelas en la bóveda que hay debajo de la pared de ladrillos á la puerta del palacio de Pharaon , ea Táph- nis, á presencia de algunos judíos.

10 Y les dirás á estos : Así habla el Señor de los

CAPÍTULO XLIV. 195

ejércitos, el Dios de Israel : aquí que enviaré á llamar á Nabuchódonosor rey de Babylonia, mi sier- vo, y colocaré su trono sobre estas piedras que he es- condido, y asentará su solio sobre ellas.

1 1 Y vendrá y azotará la tierra de Egypto : aque- llos que he destinado á la muerte, morirán : irán al cautiverio aquellos que al cautiverio son destinados ; y los que lo son á morir al filo de la espada , al filo de la espada morirán.

12 Y pegará fuego á los templos de los dioses de Egypto, y los abrasará, y se llevará cautivos sus ídolos; y se vestirá de los despojos de Egypto, como el pastor se cubre con su capa, y se irá de allí en paz.

13 Y hará pedazos las estatuas de la casa ó templo del Sol , que hay en tierra de Egypto, é incendiará los templos de los dioses de Egypto.

CAPÍTULO XLIV.

Los judíos en Egypto , reprendidos por Jeremías a causa de sus idolatrías , responden descaradamente, hombres y mii- geres , que continuarán haciendo lo que hacen. Les predice su ruina, dándoles por señal cierta de ella la derrota y muerte de Pharaon.

1 Palabra de Dios anunciada á todos los judíos que habitaban en tierra de Egypto, en Mágdalo, y en Táphnis , y Mémphis , y en la tierra de Phatures , por boca del Profeta Jeremías , el cual decía :

2 Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Vosotros habéis visto todos los castigos que yo

196 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

he enviado sobre Jerusalera , y sobre todas las ciudades de Judá ; y aquí que ellas están en el dia de hoy desiertas y despobladas ,

3 por causa de la maldad que ellos cometieron para provocar mi indignación, yéndose á ofrecer sacrifi- cios y á adorar á dioses ágenos, desconocidos de ellos , de vosotros, y de vuestros padres.

4 Yo muy solicito os envié mis siervos los Profetas; ios envié para deciros : No hagáis cosas tan abomina- bles , y que tanto aborrece mi alma.

5 Mas no quisieron escuchar, ni dar oidos á eso para convertirse de sus maldades, y abstenerse de ofrecer sacrificios a los dioses extraños.

6 Y encendióse mi indignación , y el furor mió, y estalló en las ciudades de Judá , y en las plazas de Jerusalem , y quedaron convertidas en un desierto, y desolación , como se ve hoy dia.

7 Ahora, pues, esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : ¿ Por qué motivo hacéis tan grande mal contra vosotros mismos , acarreando la muerte á hombres, y á mugeres, y á los párvulos, y á los niños de pecho que hay en Judá , de tal suerte que no que- de nadie de vosotros ;

8 provocándome con los ídolos, obra de vuestras manos, sacrificando á los dioses ágenos en tierra de Egypto, á donde habéis venido á habitar, para perecer infelizmente, y ser la maldición , y el oprobio de to- das las gentes en la tierra * ?

1 De nada hace ya caso el impío, (dice Salomou) cuando

CAPÍTULO XLIV. 197

9 ¿ Acaso os habéis ya olvidado de los pecados de vuestros padres, y de los pecados de los reyes de Judá, y de los pecados de sus mugeres, y de los pecados Vuestros, y de los de vuestras mugeres, cometidos en tierra de Judá, y en los barrios de Jerusalem ?

10 Hasta ahora no se han limpiado todavía de ellos, ni han tenido respeto ninguno, ni han observado la Ley del Señor, ni los mandamientos que os intimé á vosotros y á vuestros padres.

11 Por tanto esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: aquí que os miraré con rostro ai- rado, y destruiré á toda Judá.

12 Y me dirigiré después contra los restos de Judá, que se obstinaron en meterse en tierra de Egypto para morar allí ; y allí en tierra de Egypto serán consumi- dos, pereciendo al filo de la espada, y de hambre : y desde el mas chico hasta el mas grande serán consu- midos, muriendo pasados á cuchillo, ó de hambre, y serán objeto de execración, de terror, de maldición y de oprobio.

13 Y castigaré á los judias que habitan en Egypto, como he castigado á los de Jerusalem, con la espada, con la hambre, y con la peste :

14 no habrá nadie que se escape : y del resto de Jos judíos que viven peregrinando en la tierra de Egyp- to, no habrá ninguno que vuelva á la tierra de Judá ,

ha caido en el abismo de los pecados ; pero se cubre de igno minia y oprobio, Prov. XV III. v. 3.

198 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

á la cual tanto suspiran ellos volver para habitarla : no volverán á ella sino aquellos que huirán de Egypto.

15 Entonces respondieron á Jeremías todos los hombres (los cuales sabían que sus mugeres ofrecían sacrificios á los dioses extraños), y todas las mugeres,' de que había allí gran muchedumbre, y todo el pue- blo de Israel que habitaba en tierra de Egypto en Phatures, y le dijeron :

16 Acerca de lo que nos has hablado en nombre del Señor, no queremos obedecerte ;

17 sino que absolutamente haremos todo cuanto nos pareciere bien ; y ofreceremos sacrificios y libacio- nes á Diana la reina del cielo, conforme lo hemos practicado nosotros, y nuestros padres, y nuestros re- yes, y nuestros príncipes en las ciudades de Judá , y en las plazas de Jerusalem : con lo cual tuvimos abun- dancia de pan , y fuimos felices, y no vimos ninguna aflicción.

18 Desde aquel tiempo, empero, en que dejamos de ofrecer sacrificios y libaciones á la reina del cielo, estamos faltos de todo, y nos vemos consumidos por la espada y por la hambre.

19 Que si nosotras ' ofrecemos sacrificios y libacio- nes á la reina del cielo, ;,por ventura le hemos hecho ofrenda de las tortas ^ , para tributarla culto, y ofre-

1 Aquí hablao las mugeres.

2 De la voz hebrea se deduce que estas tortas tenían impresa la figura de la Luna. Véase c. VJI. v. 18, Véase Astros,

CAPÍTULO XLIV. 199

cerla libaciones, sin consentimiento de nuestros mari- dos?

20 Entonces Jeremías habló á todo el pueblo contra los hombres, y contra las mugeres, y contra la plebe toda , que tal respuesta le habían dado , y les dijo:

21 ¿Acaso el Señor no tuvo presentes, y no se irritó su corazón con aquellos sacrificios infames que ofrecíais en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalem vosotros y vuestros padres, vuestros reyes , y vuestros príncipes, y el pueblo de aquella tierra?

22 Ya el Señor no podía soportaros mas, por causa de vuestras perversas inclinaciones, y por las abomi- naciones que cometisteis ; y así ha sido asolado vues- tro país, y hecho un objeto de espanto y de maldición, y sin habitante ninguno como se halla en el día.

23 Porque sacrificasteis á los ídolos, y pecasteis contra el Señor : porque no quisisteis escuchar la voz del Señor, ni observar su Ley, ni sus mandamientos, é instrucciones; por eso os han sobrevenido estas des- gracias que se ven hoy día.

24 Y dijo Jeremías á todo el pueblo, y á las mu- geres todas : Escuchad la palabra del Señor, vosotros todos los del pueblo de Judá que estáis en tierra de Egypto.

25 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : Vosotros y vuestras mugeres habéis pro - nunciado con vuestra boca , y habéis ejecutado con vuestras manos aquello que decíais : Cumplamos los votos que hicimos de ofrecer sacrificios y libaciones á

200 hk PROFECÍA DE JEREMÍAS.

la reina del cielo. En efecto vosotros cumplisteis vues- tros votos , y los pusisteis por obra.

26 Por tanto, oid la palabra del Señor todos los de Judá que vivís en tierra de Egypto : aquí que yo he jurado por mi grande nombre, dice el Señor, que de ningún modo será pronunciado mas en toda la tierra de Egypto el nombre mió, por la boca de judío alguno, diciendo : Vive el Señor Dios '.

27 Mirad : yo estaré velando sobre ellos para su daño, y no para su bien ; y todos cuantos hombres de Judá se hallan en Egypto, perecerán al filo de la es- pada , y de hambre, hasta que del todo sean extermi- nados.

28 Mas aquellos pocos que se librarán de la espada saliendo de Egypto, estos volverán á la tierra de Judá; y todos los residuos del pueblo de Judá que han en- trado en Egypto para vivir allí , conocerán si se veri- ficará mi palabra ó la de ellos.

29 Y ved aquí una señal , dice el Señor, de que yo he de castigaros en este lugar ; para que conozcáis que verdaderamente se cumplirán mis palabras contra vosotros para vuestro castigo.

30 Esto dice el Señor : aquí que yo entregaré á Pharaon Ephree, ó Vaphres ^, rey de Egypto, en po-

1 Pues acabaré con todos ellos. Se ve que estos impíos judíos querían continuar en reconocer al Señor por su Dios, y seguir adorando al mismo tiempo los ídolos. \2 Vaphres le llamaron los Setenta. Fue el último de los Pharaones.

CAPÍTULO XLV. 201

der de sus enemigos , en manos de aquellos que bus- can su perdición ; así como entregué á Sedecías , rey de Judá, en manos de Nabuchódonosor, rey de Baby- lonia, enemigo suyo, que buscaba cómo perderle ',

CAPÍTULO XLV.

Dios por medio de Jeremías reprende á Baruch, el cual se lamentaba de no tener reposo alguno ; y después le con- suela.

1 Palabras que dijo el Profeta Jeremías á Baruch, hijo de Nerías , cuando este escribió en el libro aquellas cosas que le dictó Jeremías , en el año cuarto de Joakim hijo de Josías rey de Judá ^. Dijo Jere- mías :

2 Esto te dice á , oh Baruch , el Señor, el Dios de Israel :

3 has exclamado : ¡ Ay infeliz de ! porque el Señor ha añadido dolor á mi dolor : cansado estoy de gemir, y no he hallado reposo alguno.

1 Esta guerra la describe Ezechiel muy patéticamente cap. XXIX, XXX, XXXI Y XXX 11. Véase Josepho, lib. 1. contr. App. y Antiq, X. cap. 11.

2 Véase cap. XXXVI. Después qns \ió Baruch cómo el rey Joakim había rasgado y quemado el primer escrito ó profecía de Jeremías, se llenó de temor y receló que le ma- tarían ó encarcelarían por causa de haber escrito esta otra profecía de Jeremías , aim mas fuerte y dura contra los ju- díos que la anterior.

202 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

4 Esto dice el Señor : le dirás : aquí que yo destruyo aquellos que había ensalzado, y arranco los que habia plantado, y á toda esta tierra ó nación entera j

5 ¿ y pides para ti portentos ó cosas grandes ? No tienes que pedirlas ; porque aquí que yo en- viaré desastres sobre todos los hombres, dice el Se- ñor ; pero á te salvaré la vida en cualquier lugar á donde vayas.

CAPITULO XLVI.

Jeremías profetiza la derrota de Pharaon Necháo, y la de- solación de Egypto por Nabuchódonosor : vaticina á los judíos su libertad, y su vuelta á Jerusalem.

1 Palabra que dijo el Señor á Jeremías Profeta, contra las naciones '.

2 Contra el Egypto, contra el ejército de Pharaon Necháo, rey de Egypto, que estaba junto al rio Eu- phrates, en Chárcámis, y que fue desbaratado por Nabuchódonosor, rey de Babylonia , el año cuarto de Joakim , hijo de .Tosías , rey de Judá, dijo :

3 Preparad en hora buena los escudos y las rodelas, y salid al combate.

4 Uncid los caballos á los carros de guerra : sol- dados de á caballo , montad , poneos los morriones, acicalad las lanzas , revestios de las corazas.

1 En este y los cinco capítulos siguientes profetiza Jere- mías contra las naciones extranjeras. Véase cap. 1. v. 5.

CAPITULO XLVI. 203

5 ¿ Pero qué sucederá ? Los vi despavoridos , y que volviau las espaldas, muertos sus valientes -. huían azo- rados sin volverse á mirar atrás : el terror se esparce por todas partes , dice el Señor.

6 No hay que pensar en que pueda escaparse el li- gero, ni salvarse el valiente : á la parte del Norte, junto al rio Euphrates , han sido derrotados y postra- dos por el suelo.

7 ¿ Quién es ese ejército que se hincha á manera de una riada , y cuyos remolinos se encrespan como les de los rios?

8 El Egypto , que se hincha cual torrente , cuyas olas se conmueven como rios , y ha dicho : Yo me a- vanzaré , inundaré la tierra : destruiré la ciudad y sus habitantes.

9 Montad á caballo , y corred locamente en los car- ros y avanzen los valientes de la Ethiopia , y los de la Lybia con el escudo en la mano ' , y los lydios echan- do mano de las saetas y arrojándolas.

10 Mas aquel dia será el dia del Señor Dios de los ejércitos , dia de venganza en que hará pagar la pena á sus enemigos : la espada devorará , y se hartará de matar , y se embriagará con la sangre de ellos ; por- que hé aquí que la víctima del Señor Dios de los ejér- citos estará en la tierra septentrional de junto al rio Euphrates.

1 1 Sube á Galaad y toma bálsamo , oh virgen hija

1 Scio: armados de escudos.

204 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.

de Egypto : en vano multipUcas las medicinas ; no hay ya remedio para tí.

12 Divulgado se ha entre las gentes tu afrenta , y llena está la tierra de tus alaridos : porque el valiente chocó con el valiente , y juntos cayeron en tierra. 13 Palabra que habló el Señor á Jeremías Profeta, sobre el futuro arribo de Nabuchódonosor , rey de Ba- bilonia , á devastar la tierra de Egypto.

14 Llevad esta nueva á Egypto, anunciadla en Mág- dalo, y haced que resuene en Mémphis y en Táphnis, y decid : Ponte en pié y prevente : porque la espada devorará todo cuanto hay en tus comarcas.

15 ¿Cómo ha caidoy se pudre en el suelo tu cam- peón ' ? No se ha mantenido firme , porque el Señor le ha derribado.

16 Derribado ha un grande número de ellos : han caido unos sobre otros , y han dicho : Levantémonos, volvámonos á nuestro pueblo, y al país donde naci- mos , sustrayéndonos á la espada de la Paloma ^,

17 A Pharaon rey de Egypto ponedle este nombre : Tumulto ; pues él ha hecho venir el tiempo del tras- torno.

1 I.<os Setenta tradujeron : ¿ Cómo ha huido de ti Apis , y no se ha mantenido firme tu escogido becerro ? Adoraban los egypcíos un becerro vivo con el nombre de Apis, y cuando nioria, escogian otro con grande esmero, y mucha solemnidad. Y así Jeremías dice con ironía al Egypto: ¿ A dónde ha ¡do aquel Dios tuyo tan fuerte ? f 2 Insignia de los babylonios. Cap. XXF. v. 38. Véastí

fXPÍTULO XLVÍ. -205

18 Juro yo por vida mia , dice aquel Key que lio- ne por nombre Señor de los ejércitos , que así como el Thabor descuella entre los montes , y el Carmelo sobre el mar , así vendrá él.

19 Prepárate lo necesario para trasmigrar á otro pais, oh hija y moradora delEgypto : porque Mém- phis será convertida en una soledad , será desampara- da , sin que quede un habitante.

20 Becerra lozana y hermosa es él Egypto : del Norte vendrá quien la dome.

2 1 También sus soldados mercenarios , que vivían en medio de ella como becerros cebados , volvieron las espaldas y echaron á huir : y no pudieron hacer frente al enemigo , porque llegó para ellos el dia de su ruina, el dia de su castigo.

22 Resonarán como bronce sus clamores : porque los chdldeos avanzarán rápidamente con el ejército, y vendrán contra Egypto armados de segures , como quien va á cortar leña.

23 Talarán , dice el Señor, sus bosques ó pobla- ción , cuyos árboles son sin cuento : multiplicáronse mas que langostas : son innumerables.

24 Abatida está la hija de Egypto, y entregada en poder del pueblo del Norte.

25 El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel ha dicho : aquí que yo castigaré la multitud tumul- tuosa de Alejandría ' , y á Pharaon , y al Egypto , y á

1 La voz hebrea {^^0 jIQN ammon-No, que significa la turba j el pueblo, ó la muchedumbre de No, la traduce

18

206 PROFECÍA DE JEREMÍAS.

SUS dioses , y á sus reyes , á Pharaon , y á los que en él confían.

26 Y los entregaré en manos de los que buscan cómo exterminarlos, esto es, en poder deNabuchó- donosof rey deBabylonia, y de sus siervos; y después de todo esto volverá el Egypto á ser poblado como en lo antiguo , dice el Señor ' .

-27 Mas tú, siervo mió Jacob, no temas, no te asustes , oh Israel ; porque yo te libraré en aquellos remotos países , y sacaré tus descendientes de la tierra donde están cautivos , y se volverá Jacob , y descan- sará , y será feliz , sin que haya nadie que le atemo- rize.

28 No temas, pues, oh Jacob siervo mió, dice el Señor, porque contigo estoy; pues yo consumiré to- das las gentes entre las cuales te he dispersado : mas á no te consumiré , sino que te castigaré con me- dida; pero no te dejaré impune, porque no te creas inocente.

S. Gerónimo , tumultum Alexandria, para dar la ¡dea de una región muy poblada ; y porque, segnn él cree, fue des- pués fundada en el sitio de Amnon-No la populosa ciudad de Alejandría, que antes seria una pequeña población. Comunmente se cree que la ciudad de ammon-No era la que los griegos llamaba At¿<J7ro\is Dióspolis, ó ciudad de Júpiter, sobre cuyas ruinas edificó Alejandro la ciudad á que dio su nombre, r* 1 Véase Ezech. XXIX. v. 14.

20T

CAPÍTULO XLVIl.

Jeremías profetiza la destrucción de los philistkeos, de Tyro, de Sion, de Gaza y de Ascalon.

1 Palabra que el Señor dijo á Jeremías Profeta contra los philisteos , antes que Pharaon se apoderase de Gaza.

2 Esto dice el Señor Dios : aquí que vienen aguas ó tropas ' del Norte , á manera de un torrente que todo lo inunda , y cubrirán la tierra , y cuanto hay en ella , la ciudad y los habitantes : los hombres darán gritos , y aullarán todos los moradores de la tierra ,

3 al oir el estruendo pomposo de las armas , y de los combatientes , y del movimiento de sus carros ar- mados , y de la multitud de sus carruages : los padres , perdido todo el aliento , no cuidaban ya de mirar por sus hijos.

4 Porque ha llegado el dia en que serán extermi- nados todos los philisteos , y serán arruinadas Tyro y Sidon , con todos sus auxiliares que le quedaban ; pues el Señor ha entregado al saqueo los philisteos, restos de la isla ó provincia marítima de Cappado- cia \

5 Gaza lleva rapada su cabeza ', Ascalon no se

1 Véase Aguas.

2 Deut. 11. V. 23. Véase Phihsfeos.

3 En señal de gran calamidad. Después cap. XLVIU V, 37.

208 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

atreve á desplegar sus labios , y lo mismo el resto de sus valles. ¿ Hasta cuándo te sajarás ó rasgarás tus canmes ' ?

6 Oh espada del Señor , ¿ no descansarás nun- ca ? Éntrate otra vez en tu vaina , mitiga ese ardor , y estáte queda.

7 Mas ¿ cómo estará ella quieta, cuando el Señor le ha dado sus órdenes contra Ascalon , y contra sus regiones marítimas , y le ha mandado que obre con- tra ellos?

CAPÍTULO XLVllI.

Profetiza Jeremías la ruina del reino y nación de los moa- bitas por su soberbia, por haber perseguido al pueblo de Dios, y por sus idolatrías ; pero después les promete que finalmente saldrán del cautiverio.

1 Esto dice contra Moab el Señor de los ejércitos , el Dios de Israel : ¡ desdichada Nabo ! devastada ha sido y abatida. Tomada ha sido Cariathaim : la ciu- dad fuerte avergonzada está y temblando.

2 No hay ya alegría en Moab : han formado ma^ lignos proyectos contra Hesebon : venid , exterminé- mosla de en medio de la nación. Y tú, oh Madmen, ciudad silenciosa, no chistarás; y la espada te irá si- guiendo ^.

1 Cap. XLI. V. 5. Lev. XIX. v. ^. Deut. XIV. V. l. III. Reg. XVIIL v. 28.

2 En el texto cháldeo y en varias traducciones 'mo-

CAPÍTULO XLVllI. 209

3 Estruendo y gritos de Oronaim : devastación , y estrago grande.

4 Moab ha sido abatida : anunciad á sus parvulitos que tendrán mucho que clamar.

5 Ella subirá el collado de Luith llorando sin ce- sar : ya han oido los enemigos los alaridos de los mise- rables en la bajada de Oronaim :

6 Huid , salvad vuestras vidas ; sed como tamaris- cos en el Desierto.

7 Porque por haber puesto , oh Moab , la con- fianza en tus fortalezas, y en tus tesoros, por lo mismo serás también presa ; é irán cautivos á otro pais el dios Chámos ' , y sus sacerdotes y príncipes junta- mente.

8 Y el ladrón "Nabuchódonosor se echará sobre to- das las ciudades de Moab , sin que ninguna se libre ; y serán asolados los valles , y taladas las campiñas : porque el Señor lo ha dicho.

9 Coronad de flores á Moab ; pero aunque corona- da , saldrá /ja?'íi el cautiverio, y quedarán desiertas é inhabitables sus ciudades.

demás se toma como nombre de ciudad la palabra hebrea J0";Q madmen, que enla Vulgatase traduce sileni;. Casi con las mismas palabras profetizó Isaías la ruina de. IMoab en los capítulos XV y XVI; ruina que también anunciaron Ezechiel en el cap. XXV. v. 8., y Sophonías cap. II. V. 8.

1 Num. XXI V. 9.— Judie. XI v. 24. 7^. Reg. XI V.7.

^10 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

10 Maldito aquel que ejecuta de mala l'é y con negligencia la obra que el Señor le manda; y maldito' el que por lo mismo veda á su espada el verter san- gre'.

1 1 Fértil viña fue Moab desde su mocedad ; y c o - mo un vino que permaneció en sus heces , ni fue tra- segado de una tinaja á otra , ni mudado á otro pais ; por eso ha conservado el mismo sabor suyo , ni se ha mudado ó m.ejorado su olor.

12 Pero aquí que llega el tiempo , dice el Señor, en que yo le enviaré hombres prácticos en disponer las tinajas y en trasegar el vino , y harán el trasiego ; y vaciarán después las tinajas, y las harán pedazos '^.

13 Y Moab se verá avergonzada por causa de Chámos ; al modo que fue afrentada la casa de Israel por causa de los ídolos de Bethel , en que tenia puesta su confianza.

14 ¿Cómo decís vosotros: Esforzados somos y ro- bustos para pelear?

1 5 Devastado ha sido el pais de Moab , y taladas sus ciudades, ha sido degollada toda su escogida ju- ventud , dice aquel Rey, cuyo nombre es Señor de los ejércitos.

16 La ruina de Moab es inminente ; y van á co- menzar muy presto sus desastres.

1 Cuando el Señor Dios la manda verter.

2 Así el pueblo de Moab será trasportado á la Cháldea, y todos sus pueblos y ciudades figurados por las cubas ó tinajas. Véase III. Reg. XII v. 29.

CAPÍTULO XLVIII. 211

17 Tenedla compasión todos los que estáis á su rededor; y vosotros, cuantos habéis oido hablar de su nombradla , decid : ¿ Cómo ha sido hecho pedazos el fuerte cetro de Moab , el bastón de gloria que empu- ñaba?

18 Desciende de la gloria, y siéntate en un árido lugar, oh hija moradora de Dibon '; porque Nabuchó- donosor^ el exterminador de Moab , viene contra , y destruirá tus fortalezas.

19 Estáte en medio del camino, y mira á lo lejos, oh habitadora de Aroer ; pregunta á los que huyen y á los que se han escapado, y díles : ¿Qué es lo que ha acontecido?

20 Confundido queda Moab , responderán^ porque ha sido vencido : dad alaridos, alzad el grito, anunciad por todo el país de Arnon que Moab ha sido devastada.

21 y el castigo ha venido sobre la tierra llana; sobre Helon , y sobre Jasa , y sobre Mephaath ,

22 y sobre Dibon , y sobre Nabo , y sobre la casa de Deblathaim ,

23 y sobre Cariathaim , y sobre Bethgamul , y sobre Bethmaon,

24 y sobre Carioth , y sobre Bosra^, y sobre las ciudades todas del pais de Moab , asi las que están lejos como las que están cerca.

1 La ciudad de Dibon era célebre por la abundancia y buena calidad de sus aguas. Is. XV. v. 9.

2 Se habla aquí de Bosra como de una ciudad portene- ciente á los rnoabitas; y en /*. LXITl. v. 1. como que es de la Idamea. Véase Calmet en su Diccionario.

212 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

25 Aniquilado ha sido el poderío de Moab , y que- brantado su brazo , dice el Señor.

26 Embriagadla con el cáliz de la ira de Dios, oh chdldeos ; pues que se levantó contra el Señor: y vo- mite ella, y bata sus manos como desesperada, y sea también objeto de mofa.

27 Porque tú, oh Moab, insultaste á Israel, eomo si le hubieses sorprendido en compañía de ladrones : por las palabras pues que contra él has dicho, serás llevada cautiva.

28 Desamparad las ciudades, oh habitantes de Moab, idos á vivir entre las breñas, é imitad á la paloma que hace su nido en la hendidura mas alta de la peña.

29 Hemos oido hablar de la soberbia de Moab, soberbia qu* es muy grande ; de su orgullo, y de su arrogancia , y de su hinchazón , y de la altivez de su corazón '.

30 Yo conozco, dice el Señor, su jactancia, á la cual no corresponde su valor, y que sus tentativas no tenían proporción con sus fuerzas.

31 Por tanto, yo prorumpiré en endechas sobre Moab, y á toda Moab haré sentir mis voces, á los hombres de la ciudad del Muro de ladrillos ', los cua- les están lamentándose.

1 Is. XFI. V. 6.

2 La ciudad de Ar. Véase IF. Reg. III. v. 25 h. XVI. V. 7. Llámase. I¿/")n"np Kír-Jéresh por tener sus muros de ladrillo, y estar situada en pais de ninclia

CAPÍTULO XLVIII. 213

32 Del modo que lloré por Jazer, así lloraré por tí, oh viña de Sabama : tus sarmientos pasaron á la otra parte del mar, llegaron hasta el mar de Jazer : el ladrón, el exterminador, se arrojó sobre tu mies, y sobre tu vendimia.

33 kXpais fértil y delicioso como el Carmelo, y á la tierra de Moab se les ha quitado la alegría y el regocijo : se acabó el vino para sus lagares, no can- tará sus canciones acostumbradas el pisador de la uva.

34 Desde Hesebon hasta Eleale y Jasa se oirán los clamores de los moabitas : desde Segor, que es como una novilla de tres años, hasta Oronaim ' : aun las aguas mismas de Nemrim serán malísimas ^.

35 Y yo exterminaré de Moab, dice el Señor, al que presenta ofrendas en las alturas, y sacrifica á los dioses de ellas.

36 Por todo esto, mi corazón se desahogará por amor de Moab en voces tristes, como de flauta en los entierros; é imitando el triste sonido de flauta, se esplayará por amor de aquellos que habitan en la ciudad de el Muro de ladrillos : los cuales perecieron por haber emprendido mas de lo que podían.

piedra. Los Setenta conservaron el nombre de Keiraras . como propio de la ciudad. El autor de la Vulgata tradujo la significación material de la voz. Véase Vulgata.

1 Is. XV. r. 4, 5.

2 Porque arruinada la población, ya no habrá cisternas, y habrán de beber de las aguas qne tienen comunicación con el Mar muerto.

214 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

37 Porque toda cabeza quedará rapada, y raída será toda barba en señal de tristeza, atadas ó sajadas se verán todas las manos ' , y toda espalda se cubrirá de saco ó cilicio.

38 En todos los terrados y plazas de Moab se oirán plañidos : porque yo hice pedazos de Moab como de un vaso inútil , dice el Señor.

39 ¡ Cómo ha sido ella derrotada, y ha levantado el grito ! ¡ Cómo ha bajado Moab su altiva cerviz, y ha quedado avergonzada ! De escarnio servirá Moab, y de escarmiento á todos los de su comarca.

40 Esto dice el Señor : aquí que el chaldeo como águila extenderá sus alas para venir volando sobre Moab.

41 Carioth ha sido tomada, y ganadas sus fortifi- caciones ; y el corazón de los valientes de Moab será en aquella ocasión como corazón de muger que está de parto.

42 Y Moab dejará de ser una nación , por haberse ensoberbecido contra el Señor.

43 El espanto, la fosa, y el lazo se emplearán contra , oh habitador de Moab, dice el Señor.

44 El que huyere del espanto, caerá en la fosa, y quien saliere de la fosa, quedará preso en el lazo por- que yo haré que llegue sobre Moab el tiempo de su castigo, dice el Señor.

46 A la sombra de Hesebon hicieron alto aquellos

1 Véase Cabello, Cabeza, Cilicio.

CAPÍTULO XLIX. 215

que escaparon del lazo : pero salió fuego de Hesebon ; llamas salieron de en medio de Sehon *, las cuales devorarán una parte de Moab y los principales de los hijos del tumulto ^.

46 j Ay de ti, oh Moab! ; perecido has, oh pueblo del dios Chámos! porque al cautiverio han sido lleva- dos tus hijos y tus hijas.

47 Mas yo, dice el Señor, haré que vuelvan del cautiverio en los últimos diaslos hijos de Moab. Hasta aquí los juicios del Señor, contra Moab.

CAPÍTULO XLIX.

Jeremías profetiza la ruina (lelos ammoniias, de los idu- meos, de los de Damasco y de Cedar, y de los reinos de Asor y de Elam.

1 Profecía contra los hijos de Ammon. Esto dice el Señor : Pues qué ¿ no tiene hijos Israel, ó está acaso sin heredero? ¿ Por qué pues Melchóm ^ se ha hecho dueño de Gad, su pueblo, y está habitando en las ciudades de esta tribu?

•2 Por tanto aquí que viene el tiempo, dice el Señor, en que yo haré oir en Rabbath de los hijos de

1 Sehon es lo mismo que Hesebon. El Profeta cita nn adagio ó dicho antiguo que se cantaba, y de que se habla Num. XXI. v.2?,2S.

2 O la soberbia de los turbulentos moabitas. Por los principales hijos del tumulto se significa la soberbia,

3 Véase Moloch

216 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

Ammon el estruendo de la guerra ; y quedará reducida á un montón de ruinas, y sus hijas, ó pueblos, serán abrasadas, é Israel se hará Señor de aquellos que lo hablan sido de él.

3 Oh Hesebon, prorumpe en alaridos, al ver que ha sido asolada Hai tu vecina : alzad el grito, oh hijos de Rabbath, ceñios de cilicios, plañid, y dad vueltas por los vallados :porque Melchóm será llevado cautivo á otro pais, y juntamente con él sus sacerdotes y sus príncipes.

4 ¿ Por qué te glorías de tus amenos valles, oh hija criada entre delicias, que, confiada en tus tesoros, decías; ¿Quién vendrá contra ?

5 aquí que yo, dice el Señor de los ejércitos, haré que te llenen de terror todos los pueblos comar- canos tuyos, y quedaréis dispersos el uno lejos del otro, sin que haya nadie que reúna á los fugitivos.

6 Y después de esto, haré que regresen á su pais los hijos de Ammon, dice el Señor.

7 Contra la Idumea '. Esto dice el Señor de los ejércitos : Pues qué, ¿ no hay mas sabiduría que esa en Theraan ^ ? No ; ya no hay consejo en sus hijos : de nada sirve su sabiduría.

1 El Profeta Abdías describe la crueldad y odio extre- mado de los iduraeos contra los israebtas. Abd. v. 5.

2 Se llamaba así un nieto de Esaú que seria su fundador. Gen. XXXVII. v. 2. Era como la Academia ó pueblo mas instruido de la Idumea, en el cual residían los hombres mas instruidos, y á donde irían muchos jóvenes para instruirse. La expresión en boca de Dios es una especie de sarcasmo.

CAPÍTULO XLIX. 21 T

8 Huid, no os volváis á mirar atrás : bajaos á las mas profundas simas, oh habitantes deDedan ; porque yo he enviado sobre Esaú su ruina, el tiempo de su castigo.

9 Si hubiesen venido á ti vendimiadores, no hu- bieran dejado racimos, pero algún rebusco : si hu- biesen venido ladrones, habrían robado cuanto les bas- tase, sin destruir lo demás.

10 Mas yo he descubierto á Esaú ' , he manifestado aquello que él habia escondido, y no podrá ya ocul- tarlo : queda destruido su linage, y sus hermanos y vecinos ; y él no existirá mas.

1 1 Deja no obstante tus huérfanos : yo los haré vi- vir ; y en pondrán su esperanza tus viudas.

12 Porque esto dice el Señor : aquí que aquellos que no estaban sentenciados á beber el cáliz de la ira del Seíior, también le beberán sin falta ; j y querrás ser dejada á parte como inocente ! No, no serás tratada como inocente ; y le beberás sin remedio.

13 Pues por mi mismo he jurado, dice el Señor, que Bosra será devastada, y llenada de oprobio, y objeto de maldición : y una eterna soledad es lo que vendrán á ser todas sus ciudades.

14 Estas cosas yo del Señor; y luego Nabuchó- donosor ha enviado raensageros á las gentes suyas, di- ciendo: Reunios, y venid contra Bosra, y vamos á combatirla ;

1 He dejado desnudo á Edom, ó á los idumeos.

To3i. X. la

218 LA profecía de JEREMÍXSo

15 porque pequeño haré yo queseas, oh ídumeo, entre las naciones, y despreciable entre los hombres '.

16 La arrogancia tuya y la soberbia de tu corazón te engañaron : que habitas en las cavernas de las peñas, y te esfuerzas á levantarte hasta la cima del monte ; aunque hicieses tu nido mas alto que el águila, de allí te arrojaré, dice el Señor.

17 Y la Idumea quedará desierta : todo el que pasare por ella , se pasmará , y hará mofa de sus des- gracias.

18 Asi como fueron arrasadas Sodoma y Gomor- rha , y sus vecinas , dice el Señor ; también ella que- dará sin hombre que la habite : no morará allí ni una persona.

19 aquí que Nabuchódonosor, como león, ven- drá desde el hinchado Jordán á caer sobre la bella y robusta Idumea : porque yo le haré correr súbitamente acia ella , ; y quién sino Nabuchódonosor será el va- ron escogido, al cual yo encargue que se apodere de ella? Porque ¿ quien hay semejante á ? quién habrá que se me oponga ^ ? ¿ ni cuál es el pastor ó capitán que se pondrá delante de ?

20 Oid pues el designio que ha formado el Señor acerca de Edom : y lo que ha resuelto sobre los mora- dores de Theman : Juro yo, dice, que los pequeñuelos

1 En castisfo de tu soberbia. 3 Job. XLL V. 1.

CAPÍTULO XLIX. !ei9

del rebaño * derribarán por tierra , y destruirán á los iduraeos y á sus habitaciones ó ciudades.

21 Al rumor de su ruina se conmovió la tierra : hasta el Mar rojo llegaron sus voces y clamores.

22 aquí que vendrá, y extendidas sus alas, le- vantará el vuelo como águila , y se echará sobre Bosra ; y el corazón de los valientes de la Idumea será en aquel día como corazón de muger que está de parto. 23 Contra Damasco. Confundidas han sido Emath y Arphad : porque han oido una malísima nueva , se han turbado los de las islas del mar : su inquietud no la deja sosegar.

24 Damasco está azorada : ha echado á huir: ella está temblando toda : oprimida se halla de congojas y dolores , como la muger que está de parto.

25 ¡ Cómo han abandonado ellos la ciudad famosa, la ciudad de delicias !

26 Serán degollados sus jóvenes por las calles ; y quedarán exánimes en aquel dia todos sus guerreros, dice el Señor de los ejércitos.

27 Y aplicaré fuego al muro de Damasco, el cual consumirá las murallas de el rey Benadad.

28 Contra Cedar ^, y contra los reinos 6 posesiones

1 O los mas débiles soldados de Nabuchódonosor.

2 Cedar denota los cedarenos, descendientes del hijo de Ismael llamado Cedar {Gen. XXV. v. 13 ) : era un pue- blo de la Arabia desierta sito al oriente de la Judea. Los reinos de Asor no son, según Teodoreto, sino las diferentes ciudades ó poblaciones de esta nación, ó como unas tribus errantes que van mudando de local, según lo exige el

220 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.

de Asor, destruidos por Nabiichódonosor rey de Ba- bylonia. Esto dice el Señor : Levantaos, marchad contra Cedar, y exterminad los hijos de Oriente.

29 Se apoderarán de sus tiendas y de sus ganados : robarán sus pieles , y todos sus muebles , y sus ca- mellos ; y acarrearán de todas partes el terror sobre ellos.

30 Huid , escapad lejos áloda priesa, dice el Se- ñor ; reposad en las cavernas , vosotros que habitáis en Asor ; porque contra vosotros ha formado designios, y ha maquinado males el rey de Babylonia Nabuchó- donosor.

31 Levantaos, dice el Señor á los chdldeos, mar- chad á invadir una nación tranquila, que vive sin temor alguno : no tienen puertas ni cerrojos : habitan solitarios.

32 Vosotros les arrebataréis sus camellos , y serán presa vuestra sus muchísimos jumentos. Yo disper- sare á todos vientos á estos que se cortan sus cabellos en forma de corona ' ; y de todos sus confines haré venir contra ellos la muerte, dice el Señor.

33 Y Asor parará en ser guarida de dragones, y eternamente desierta : no quedará allí hombre alguno, ni la habitará persona humana.

pasto para sus ganados. Pero el Profeta habla de Asor como de una ciudad murada, que seria á manera de metró- poli de aqqel vasto desierto. S. Gerónimo sobre el cap. XXI de Isaías. Gen. XXF. v. 13. Jud. IV. v. 2 1 Cap. IX. V. 2^ —XXF. V. 23. Véase Cabello.

CAPÍTULO XLIX. 2-il

34 Palabras que el Señor dijo á Jeremías Profeta, contra Elam ', al principio del reinado de Sedecías rey de Judá.

35 Esto dice el Señor de los ejércitos : aquí que yo haré pedazos el arco de Elam =*, que es el ci- miento de su pujanza.

36 Y soltaré contra Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo , y dispersaré á sus moradores acia lodos estos \ientos ; sin que haya nación alguna á donde no lleguen fugitivos de Elam.

37 Y haré que tiemble Elam delante de sus ene- migos , y á la vista de aquellos que intentan su ruina. Enviaré calamidades sobre ellos, la furibunda indig- nación mía , dice el Señor ; y enviaré tras de ellos la espada que los persiga hasta acabarlos.

38 Y pondré mi trono en Elam, y arrojaré de allí á los reyes y á los principes , dice el Señor.

39 Mas en los últimos dias yo haré que vuelvan á su patríalos cautivos de Elam ', dice el Señor.

1 Provincia de Persia, cuya capital era Susa. Se llamaba Elam el primogénito de Sem.

2 Is. XXIl. V. 6, 7.

3 Se verificó en tiempo de Cyro, y mas perfectamente pu tiempo de Christo. Véase Ad. II. v. 7, 8, 9.

2á2 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.

capítulo l.

Profecía de la ruina de Bahylonia por los medos y persas : y de la libertad que logrará el pueblo de Dios ; al cual exhorta que se aproveche de tan gran beneficio del Señor.

1 Palabra que habló el Señor acerca de Bahylonia , y del país de los cháldeos , por boca del Profeta Jere- mías.

2 Llevad la noticia á las naciones , y haced que corra la voz : alzad señales en las alturas ' , publi- cadlo , y no lo encubráis : decid : Tomada ha sido Bahylonia, corrido ha quedado Bel, y abatido Mero- dach ; cubiertos quedan de ignominia sus simulacros, aterrados han sido sus ídolos.

3 Porque vendrá contra ella del Norte ' una na- ción, la cual asolará su pais , sin que quede quien le habite : desde el hombre hasta la bestia , todos se pu- sieron en movimiento y se marcharon.

4 En aquellos días , y en aquel tiempo se reunirán, dice el Señor, los hijos de Israel , y juntamente con ellos los hijos de Judá para volver á Jerusalem: y llorando de alegría se darán priesa, y buscarán al Señor su Dios.

5 Preguntarán cuál es el camino que va á Sion : á ella dirigirán sus ojos. Volverán del cautiverio , y

1 Is. Y. V. 26 —XI. V. 12. etc. Isaías habla de esta ruina de Bahylonia cap, XLF, XLVI y XLVIl

2 Is. XLl. V. 25. —XLVI. v. IL

CAPÍTULO L. 2t'¿

se unirán al Señor con una alianza eterna', cuya memoria no se borrará jamás.

6 Rebaño perdido fue el pueblo mió : sus pastores le extraviaron, y le hicieron ir vagando por las mon- tañas : anduvo por montes y collados , y se olvidó del lugar de su reposo.

7 Todos cuantos encontraban á los de mi pueblo, los devoraban : y sus enemigos decian : En esto no hacemos nada malo ; porque estos han pecado contra el Señor , esplendor de justicia ó santidad; contra el Señor, esperanza de sus padres.

8 Huid de en medio de Babylonia , y salid del pais de los cháldeos ; y sed como los moruecos delante del rebaño ^.

9 Porque aquí que yo pondré en movimiento , y traeré reunidos contra Babylonia los ejércitos de na- ciones grandes de la tierra del INorte , los cuales se dis- pondrán para asaltarla , y en seguida será tomada : sus saetas, como de fuertes y mortíferos guerreros , no serán disparadas en vano.

10 Y ia Cháldea será entregada al saqueo : queda- rán atestados de riquezas todos sus saqueadores , dice el Señor.

11 Ya que saltáis de contento, y habláis con arro- gancia por haber devastado la heredad mia ; ya que

1 //. E.^d. Xr. V. 18. A'/. i\ 2. Aq.ii se habla tam- bién (le la aliauza entre Dios y todos los hombres lujos de Abrahamj segiin la , de que fue mediador Jesu-Cliristo

2 Is. X. c. 13.-\7F. V. 9.

♦¿•¿4' LA FKúFtCÍA UE JEREMÍAS.

retozáis como noyiHos sobre la yerba , y mugís como loros :

12 Babilonia vuestra madre ha quedado profun- damente abatida ; y asolada ha sido la que os engen- dró : aquí que será la mas despreciable entre las naciones, desierta quedará, intransitable y árida.

13 La indignación del Señor la dejará inhabitada, y reducida á una soledad : todo el que pasare por Babylonia , quedará lleno de pasmo , y hará rechifla de todas las (Jesgracias de ella,

14 Oh vosotros, todos cuantos estáis diestros en manejar el arco , apercibios de todas partes contra Babylonia , embestidla , no escaseéis las saetas ; por- (lue ha pecado contra el Señor.

15 Levantad contra ella el grito; ya tiende sus manos por todos lados , dándose por vencida : con- muévense sus fundamentos , destruidos quedan sus muros ; porque es el tiempo de la venganza del Se- ñor : tomad venganza de ella^ tratadla como ella trató á los demás.

IG Acabad en Babylonia fow todo viviente; ni per- donéis á aquel que siembra , ni al que maneja la hoz en tiempo de la siega : al relumbrar la espada de la Paloma ' volverán todos á sus pueblos, y cada cual hui- rá al propio pais.

17 Israel es una grey descarriada : los leones^ la dispersaron. El primero á devorarla fue el rey de As-

1 Véase antes ca/). XXV. v. 38. y XLVl. v. 16.

2 Los reyes aísyiios.

CAPÍTULO L. 225

sur el úUimohasido INabuchódonosor rey de Babylo- nia , que ha acabado hasta con sus huesos '.

18 Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : aquí que yo castigaré al rey de Babylonia y á su pais , al modo que castigué al rey de Assur '^.

19 Y conduciré otra vez á Israel á su antigua morada , y gozará de los pastos del Carmelo : y en Basan , y en los collados de Ephraim y de Galaad se saciarán sus deseos.

20 En aquellos días , dice el Señor, y en aquel tiempo se andará en busca de la iniquidad ó idolatría de Israel, mas esta no existirá ya: y del pecado de Judá, y tampoco se hallará : porque yo seré propicio á los restos de dicho pueblo que me habré reservado.

21 Oh Cyro, marcha contra la Ch aldea, tierra de los dominadores , y castiga á sus habitantes, de- vasta , y mata á aquellos que se siguen detrás; á todos, dice el Señor : y obra según las órdenes que te tengo dadas '.

1 IV. Reg. XXV. V. 9, etc.

2 Ezech. XXX. V. 1.

3 Admirable documento que nos enseña que todo cuanto sucede en las revoluciones de los imperios, todo viene dispuesto por la sabia y altísima providencia de Dios; el cual ordena, ó permite, y da los medios, y prospera las acciones ó empresas de aquellos que él elige para que sean instrumentos de su justa indignación, ó de su misericordia. Cyro fue instrumento de Dios para castigar á los cháldeos, y para dar libertad á Israel. Véase lo que dice el Sr. Eos-

226 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

22 Estruendo de batalla se oye sobre la tierra, y de grande exterminio.

23 ¿Cómo ha sido hecho pedazos y desmenuzado el rey de Babylonia , el que era el martillo de toda la tierra ? ¿ cómo está Babylonia hecha un desierto entre las gentes ?

24 Yo te cogí en el lazo, y sin pensarlo te has visto presa , oh Babylonia : has sido hallada y cogida , por- que hiciste guerra al Señor.

25 Abrió el Señor su tesoro, y ha sacado de ellos instrumentos de su indignación ; pues va á ejecutar el Señor Dios de los ejércitos su obra contra la tierra de los cháldeos ' ,

2G Venid contra ella desde las mas remotas regio- nes , dad lugar para que salgan los que la han de ho- llar : quitad las piedras del camino , y ponedlas en montones : haced en ella una carnicería , hasta que no quede viviente alguno.

27 Exterminad á todos sus guerreros , sean con- ducidos al matadero : ¡ ay de ellos ! porque ha llegado ya su dia , el dia de su castigo.

28 Voz de los fugitivos , y de aquellos que esca- paron de la tierra de Babylonia , para llevar á Sion la noticia de la venganza del Señor Dios nuestro , de la venganza de su santo Templo '.

suet en su admirable obra ; Discursos sobre la Hisloria universal.

1 Véase Job. XXXVIIl. v. 22.

2 Cuando Cyro eotró en Babylonia, algunos de los ju

CAPÍTULO L. 227

29 A toda la muUilud de los que en Babylonia en- tesan el arco, decidles: Asentad los reales contra ella por todo el alrededor, á fin de que ninguno escape: dadle el pago de sus fechorías : portaos con ella con- forme ella se lia portado ; pues se levantó contra el Señor, contra el Santo de Israel.

30 Por tanto caerán muertos en sus plazas sus venes , y quedarán sin aliento en aquel dia todos sus guerreros, dice el Señor.

31 Aquí estoy yo contra ti , oh soberbio Balthasar, dice el Señor Dios de los ejércitos ; porque ha llegado tu dia , el dia de tu castigo.

32 Y caerá el soberbio , y dará en tierra , sin que haya quien le levante; y pegaré fuego á sus ciudades, el cual devorará todos sus alrededores.

33 Esto dice el Señor de los ejércitos : Los hijos de Israel, juntamente con los de Judá, se ven opri- midos ; todos aquellos que los cautivaron, los retie- nen , no quieren soltarlos.

34 Pero el fuerte redentor suyo, aquel que tiene por nombre Señor de los ejércitos , defenderá en jui- cio la causa de ellos , y llenará de espanto la tierra , y hará que se estremezcan los habitantes de Baby- lonia.

dios que estaban allí, acordándose de las predicciones de Isaías y Jeremías sobre Cyro, se escaparon , en medio de de la confusión de aquellos días, y se fueron á Jernsalem , y dieron esta gran nueva á los que todavía permanecían ó se habían quedado en aquella ciudad.

228 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

35 Espada ó guerra contra los cháldeos, dice el Señor , y contra los habitantes de Babylonia , y contra sus príncipes , y contra sus sabios.

36 Espada contra sus adivinos , y quedarán enton- tecidos ; espada contra sus yalientes , y quedarán lle- nos de terror.

37 Espada contra sus caballos, y contra sus carros de guerra , y contra todo el gentío que ella contiene , y serán tímidos cornos mugeres : espada contra los tesoros, los cuales serán saqueados.

38 Se secarán, y agotarán sus aguas : porque tierra es esa de vanos simulacros , y que se gloría en sus monstruos.

39 Por tanto vendrá á ser guarida de los dragones y de los faunos ' que se alimentan de higos silvestres , y morada de avestruces; quedando inhabitada para siempre, sin que nunca jamás vuelva á ser reedifi- cada.

40 Vendrá á ser ella , dice el Señor , como las ciudades de Sodoma y Gomorrha y sus vecinas , que el Señor destruyó : no quedará hombre alguno que la habite, ni persona humana que allí more ^.

41 aquí que viene del Norte un pueblo y una nación grande ; y se levantarán muchos reyes de los extremos de la tierra ^.

1 Is. cap. XXXIV. V. 14. en la nota.

2 La Babylonia de qne hablan los viageros modernos, no está donde la antigua ; ni puede llamarse la misma.

3 Estos reyes .son Cyro y Darío. Xenophonte , Hb. V.

CAPÍTULO L. 229

42 Asirán del arco y del escudo : son crueles y sin misericordia: sus voces serán como un mar que bra- ma , y montarán sobre sus caballos, como un guer- rero apercibido para combatir contra , oh hija de Babylonia.

43 Oyó el rey de Babylonia la fama de ellos, y quedó sin aliento , y oprimido de angustia y de dolor como muger que está de paito.

44 aquí que un rey vendrá como un león , des- de el hinchado Jordán á caer sobre la bella y fuerte Babylonia ; porque yo le haré correr súbitamente acia ella: ¿y quién sino Cyro, será el escogido, á quien yo le encargue que se apodere de ella? ¿pues quién hay semejante á mí? ¿quién babrá que se me oponga? ¿ ni cuál es el pastor ó capitán que pueda ponérseme delante ' ?

45 Por tanto , oid el designio que tiene formado allá en su mente el Señor contra Babylonia ; y sus decretos en orden al pais de los cháldeos : Jiiro, dice el Señor, que los zagales pequeñuelos del rebaño, ó los mas débiles soldados, darán en tierra con ellos : juro que serán destruidos ellos, y las ciudades en que ha- bitan.

Cyrop. refiere también los nombres de muchos príncipes que eran tributarios de Cyro, y le acompañaban en la ex- pedición á Babylonia.

1 Se sirve hablando de Cyro de la misma semejanza que usó hablando de Nabuchódonosor cap. XLIX. v. 19.

•20

230 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

4G A la noticia de la conquista de Babylonia se ha estremecido la tierra, y sus gritos se han oido entre las naciones.

CAPITULO LI.

Continúa Jeremías describiendo h'^ruina de Babylonia: á cuya ciudad envía estas profecías para que sean leídas , y confirmadas con una señal visible.

1 Esto dice el Señor : aquí que yo levantaré un viento pestífero ó destructor contra Babylonia y sus moradores , los cuales se han levantado contra mí.

2 Y enviaré contra Babylonia aventadores, que la aventarán, y asolarán su pais; porque en el día de su tributación acudirán de todas partes contra ella.

3 El que entesa el arco, poco importa que no le en- tese, ni que vaya sin coraza ; porque la victoria es se- gura. No tenéis que perdonar á sus jóvenes : matad á todos sus soldados.

4 Y muertos caerán en tierra de los cháldeos, y he- ridos serán en sus regiones.

5 Porque no han quedado Israel y Judá abandona» dos de su Dios, el Señor de los ejércitos ; y porque la tierra de los cháleteos está llena de pecados contra el Santo de Israel.

6 Huid, oh judias, de en medio de Babylonia, y ponga cada cual en salvo su propia vida : no seáis in- dolentes en orden á su iniquidad ; porque llegado ha

CAPÍTULO LI. -¿31

el tiempo de la venganza del Señor, el cual le dará su merecido.

7 Babylonia ha sido hasla ahora en la mano del Señor, como un cáliz de oro para embriagar ó hacer beber su ira á toda la tierra. Todas las naciones be - bieron de su vino, y quedaron como fuera de si.

8 Babylonia ha caldo repentinamente, y se ha he- cho pedazos : prorumpid en alaridos sobre ella : tomad triaca para sus heridas, por si tal vez puede curarse.

9 Hemos medicinado á Babylonia, y no ha curado, dicen sus amigos : abandonémosla pues, y volvámonos cada cual á su tierra ; pues sus delitos subieron mas allá de las nubes, llegaron hasta el cielo.

10 El Señor ha hecho aparecer nuestra justicia: venid, y publiquemos en Sion la obra del Señor Dios nuestro.

11 Aguzad, ohbabylonios, vuestras saetas ' , llenad de ellas vuestras aljabas. El Señor ha suscitado el espí- ritu de los reyes de la Media, y ha tomado ya su re- solución de arruinar á Babylonia; porque el Señor debe ser vengado, debe ser vengado su Templo.

12 Levantad en /iom buena \d.?> banderas sobre los muros de Babylonia, aumentad la guarnición, poned centinelas, disponed emboscadas: pero el Señor ha decretado, y ejecutará todo cuanto predijo contra los habitantes de Babylonia.

13 Oh que tienes tu asiento entre abundancia

1 Habla el Profeta irónicamente.

232 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

de aguas, colmada de riquezas, tu fin ha llegado, ha llegado el punto fijo de tu destrucción '.

14 El Señor de los ejércitos ha jurado por mis- mo, diciendo : Yo te inundaré de una turba de hom- bres asoladores como langostas ; y se cantará contra la canción de la vendimia ó del castigo ^.

15 IlI es el que con su poderío hizo la tierra, y el que con su sabiduría dispuso el mundo, y extendió los cielos con su inteligencia.

16 A una voz suya se congregan las aguas en el cielo : él hace venir del cabo del mundo las nubes : des- hace en lluvia los relámpagos, y saca de sus tesoros el viento.

17 En necio paró todo hombre con su saber. La estatua misma del idolo es la confusión de todo artí- fice : porque cosa mentirosa es la obra que él ha hecho ; no hay en ella espíritu de vida.

18 Obras vanas son esas y dignas de risa ó rfes- precio í tWdii perecerán en el tiempo del castigo.

19 No es como las tales obras aquel que es la porción ó la herencia de Jacob ; pues él es quien ha formado todas las cosas , é Israel es su reino heredita- rio. Señor de los ejércitos es el nombre suyo.

20 , oh Babilonia , has sido para el martillo con que he destrozado las gentes belicosas ' ; y por medio de yo arruinaré naciones , y asolaré reinos ;

1 El hebreo : el fin de lus ganancias.

2 Véase Vendimia.

3 Véase cap. L. v. 23.

CAPITULO Ll. 2S3

21 y por tu medio acabaré con los caballos y ca- balleros, y con los carros armados y los que los mon- tan :

22 por medio de acabaré con hombres y muge- res : por medio de ti acabaré con viejos y niños ; y acabaré por tu medio con los jóvenes y doncellas.

23 Por tu medio acabaré con el pastor y con su grey, y por tu medio acabaré con el labrador y con sus yuntas, y acabaré por tu medio con los caudillos y los magistrados.

24 Y después, ante vuestros ojos, yo pagaré á Ba- bylonia , y á todos los moradores de la Cháldea todo el mal que hicieron contra Sion , dice el Señor.

25 Aquí estoy yo contra dice el Señor, oh monte pestífero ' que inficionas toda la tierra; y extenderé contra mi mano, y te precipitaré de entre tus pe- ñas, y te haré semejante á un monte consumido por las llamas.

26 No se sacará de ni piedra útil para una es- quina , ni piedra para cimientos ; sino que quedarás destruido para siempre, dice el Señor.

27 Alzad bandera en la tierra, haced resonar la trompeta entre las naciones; preparad los pueblos á una guerra sagrada contra Babylonia : llamad contra ella á los reyes de Ararat , de Menni , y de Ascenez :

1 Llama montea. Babylonia por razón de su soberbia y orgulloj ó tal vez por la grao elevación de sus murallas y torres.

234 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

alistad contra ella los soldados de Taphsar : poned en campaña caballos como un ejército de langostas ar- madas de aguijones.

28 Preparad á la guerra sagrada contra ella á los pueblos, y á los reyes de la Media , y á sus capitanes, y á todos sus magnates, y á todas las provincias que le están sujetas.

29 En seguida será conmovida y conturbada la tierra, porque pronto se cumplirá el decreto del Se- ñor, por el cual el pais de Babylonia quedará desierto é inhabitable.

30 Han abandonado el combate los valientes de Babylonia, se han metido en las fortalezas, se acabó su valor, son ya como mugeres : incendiadas han sido sus casas, y hechos pedazos los cerrojos de sus puertas.

3 1 Un correo alcanzará á otro correo, un mensagero á otro mensagero : van á noticiar al rey de Babylonia que su ciudad ha sido tomada desde un cabo al otro ;

32 y que están tomados los vados del rio , y que han incendiado los cañaverales de junto á las lagunas, y que están llenos de turbación todos los guerreros.

33 Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel : La hija de Babylonia será hollada como la mies en la era : ha llegado el tiempo de ser trillada ; dentro de poco comenzará la siega.

34 Nabuchódonosor rey de Babylonia me ha con- sumido , me ha devorado : me ha dejado como una vasija vacía de todo: cual dragón me ha tragado : ha llenado su vientre de todo lo que tenia yo mas precio- so, y me ha echado fuera y dispersado.

CAPÍTULO LI. 235

35 Las injusticias cometidas contra mi, dice la hija de Sien, y la carnicería que ha hecho en mis hijos, está clamando contra Babylonia; y la sangre mia , dice Jerusalem , grita contra los habitantes de la Cháldea.

36 Por tanto esto dice el Señor : aquí que yo tomaré por mi cuenta tu causa, y el vengarte de los agravios ; yo dejaré sin agua á su mar ' , y secaré sus manantiales.

37 Y quedará Babylonia reducida .)á un montón de escombros, guarida de dragones, objeto de pasmo y de escarnio; pues permanece inhabitada.

38 Rugirán los cháldeos todos á una como leones : sacudirán sus melenas como vigorosos leoncitos.

39 Los dejaré que se calienten en sus banquetes, y que se embriaguen ; para que, aletargados, duerman un sueño perdurable , del cual no despierten ya , dice el Señor.

40 Los conduciré como corderos al matadero, y como carneros y cabritos.

41 ¡ Cómo ha sido tomada Sesach ^, y vencida la mas esclarecida entre las ciudades de la tierra ! ¡có- mo ha venido á ser aquella gran Babylonia el asom- bro de todos los pueblos !

1 O el caudaloso Euphrates, O tal v ez por mar entiende la inmensa población de Babylonia.

2 Algunos opinan que Sesach era una diosa de Babylo nia, la luna , ó sea Diana. Cap. XXV. v. 26.

236 L\ PROFECÍA DE JEREMÍAS,

42 Un mar ha inundado á Babylonia ', y la mu- chedumbre de sus olas la ha ahogado.

43 Sus ciudades se han hecho un objeto de terror, un terreno inhabitable y desierto, en el cual no viva nadie, ni transite por él persona humana.

44 Y castigaré á Bel en Babylonia ^, y le harévo» mitar lo que ha engullido : y de allí en adelante no con- currirán á él las naciones ; pues hasta los muros de Babylonia serán arrasados.

45 Salte de ella , oh pueblo mió; salve cada cual su vida de la terrible ira del Señor.

46 Y procurad que no desmaye vuestro corazón , y no os amedrenten las nuevas que correrán por el pais : un año vendrá una noticia , y después de este año otra noticia, y se verá la maldad ú opresión en la tierra, y á un dominador seguirse otro dominador.

47 Pues entonces llegará el tiempo en que yo des- truiré los ídolos de Babylonia , y quedará llena de confusión toda su tierra , en medio de la cual caerán muertos todos sus ciudadanos.

48 Los cielos y la tierra, y cuanto hay en ellos, can - taran alabanzas al Señor por lo sucedido á Babylo- nia : porque del Norte le vendrán sus destructores, dice el Señor.

49 y al modo que Babylonia hizo morir á tantos

1 Js. VJIL V. 8.

2 Dan. y. v. 30, XIV. v. 3.

CAPÍTULO LI. 237

en Israel ; así los de Babylonia se verán caer muer- tos por todo el país.

50 Vosotros que huísteis de la espada , venid , no os paréis : desde lejos acordaos del Señor, y ocupe otra vez Jerusalem todo vuestro corazcn.

51 Avergonzados estamos, oh Se':or, de los opro- bios que hemos oido : cubriéronse de confusión nues- tros rostros : porque los extrangeros entraron en el Santuario del Templo del Señor.

52 Por eso, dice el Señor, aquí que llega el tiempo en que yo destruiré sus simulacros , y en todo su territorio se oirán los aullidos de sus heridos.

53 Aun cuando Babylonia se levantare hasta el cielo, y afianzare en lo alto su fuerza , yo enviaré, dice el Señor, gentes que la destruirán.

54 Grandes gritos se oirán de Babylonia : y un grande estruendo de tierra de los cháldeos ;

55 porque ha asolado el Señor á Babylonia , y ha hecho cesar su orgulloso tono : y será el ruido de sus oleadas , semejante al de una grande mole de aguas ; tal será el sonido de sus gritos.

56 Porque ha venido el ladrón sobre ella, esto es, sobre Babylonia , y han sido cogidos sus valientes , cuyo arco se quedó sin fuerza ; porque vengador po- deroso es el Señor, el cual les dará la paga me- recida,

57 Y embriagaré con el cáliz de mi ij-a á sus prín-- cipes , y á sus sabios , y á sus capitanes , y á sus ma- gistrados , y á sus campeones ; y haré que duerman un sueño perdurable , del cual jamás despertarán ,

238 LA PROFRCÍA DE JEREMÍAS.

dice el Señor, cuyo nombre es Señor de los ejér- citos.

58 Esto dice el Señor de los ejércitos : Aquel an- chísimo muro de Babylonia * será arruinado de arriba abajo, y serán abrasadas sus altísimas puertas , y re- ducido á la nada el trabajo de los pueblos , y á ser pasto de las llamas la faena de las naciones. 59 Orden que dio Jeremías Profeta á Saraías hijo de Nerías , hijo de Maasías , cuando iba con el rey ' Sedecías á Babylonia , en el cuarto año de su reinado. Saraías era el gefe de la embajada '.

60 Escribió Jeremías en un volumen todas las ca- lamidades que habían de venir contra Babylonia , es á saber, todo esto que queda escrito contra ella.

61 Y díjolc Jeremías á Saraías : Cuando habrás llegado á Babylonia, y habrás visto y leido todas estas palabras,

62 dirás : Oh Señor, has dicho que destruirás este lugar de modo que no quede quien le habite, ni hombre ni bestia, y sea una eterna soledad.

63 Y así que habrás concluido la lectura de este

1 Ya se sabe que comunmente se cuentan las murallas de Babylonia por una de las maravillas del mundo. ^ éause sus dimensiones en Herodoto, Plinio , Estrabon, etc.

2 Según los Setenta y el cháldeo debe traducirse departe del rey. Jeremías vaticinaba la destrucción de Babylonia seis años antes que los babilonios arruinasen á Jerusalem.

ii Véase Profeta.

CAPÍTULO LII. SSl)

libro, alarás á el una piedra, y le arrojarás en medio del Euphrates ;

64 y dirás : De esta manera será sumergida Baby- lonia, y no se recobrará del completo estrago que voy á descargar contra ella, y quedará para siempre des- truida. Hasta aqui las palabras de Jeremías ' .

CAPnULO LII.

Nabiichddonosor se apodera de Jerusalem : incendio de la ciudad, y del Templo : hace sacar lus ojos al rey Sedé- elas; y se le lleva cautivo á Babylonia con el resto del pueblo. Exaltación de Joakim después de treinta y siete años de estar preso.

1 Veinte y un años tenia Sedecías cuando comenzó á reinar, y reinó once años en Jerusalem. Su madre se llamaba Amital, bija de Jeremías de Lobna ^.

2 Y pecó Sedecías en la presencia del Señor, obrando en todo y por todo como había obrado Joa- kim.

3 Estaba el Señor tan altamente irritado contra Jerusalem, y contra Judá, que llegó á arrojarlos de

1 Téngase presente que al ordenar Esdras, ú otro, estas profecías de Jeremías en nn volumen, no siempre siguió el orden chronológico.

2 IV. Reg, XXIV, v. 1. y sig. II. PAral. nli. Opinan algunos que lo que aquí re refiere, lo añadióBaruch, tomán- dolo del libro IV. de los Reyes.

240 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

delante de : y Sedecías se rebeló contra el rey de Babylonia.

4 Y en el año nono de su reinado, el día diez del mes décimo , vino ESabuchódonosor, rey de Babylonia, él mismo con todo su ejército, contra Jerusalem; pu- siéronla sitio, y levantaron baterías al rededor de ella.

5 Y estuvo la ciudad sitiada hasta el año undécimo del rey Sedecías.

6 Mas en el mes cuarto, á nueve del mes, se apo- deró el hambre de la ciudad , y la gente del pueblo no tenia con que alimentarse.

7 Y se abrió brecha en la ciudad , y huyeron todos sus guerreros , saliéndose de noche por la puerta que hay entre los dos muros, y va á la huerta del rey, (mientras que los cháldeos tenían cercada la ciudad) y tomaron el camino que conduce al desierto.

8 Pero el ejército de los cháldeos fue en persecu- ción de Sedecías , y se apoderó de él en el desierto que está cerca de Jerichó, y le abandonó toda su co- raitiva.

9 Y luego que le cogieron , le condujeron ante el rey de Babylonia , á Reblatha , sita en el pais de Emath ; el cual pronunció sentencia contra él.

10 Y el rey de Babylonia hizo degollar á los hijos de Sedecías en presencia de este : é hizo matar tam- bién en Reblatha á todos los príncipes de Judá.

11 A Sedecías le hizo sacar los ojos, y púsole grillos ; y el rey de Babylonia se le llevó á esta ciu- dad , y le condenó á prisión perpetua.

12 En el mes quinto, á los diez del mes, esto es,

CAPÍTULO Mí. 241

el año decimonono del reinado de Nabuchódonosoi\ rey de Babylonia , llegó á Jerusalem Nabuzardan , ge- neral del ejército, y uno de \os primeros palaciegos del rey de Babylonia ,

13 y abrasó el Templo del Señor, y el palacio del rey, y todas las/asas de Jerusalem , y todos los gran- des edificios quedaron incendiados.

14 Y todo el ejército de los cháldeos, que estaba allí con su general , arrasó todo el muro que circuia á Jerusalem.

15 y á los pobres del pueblo, y á los restos de la plebe que habia quedado en la ciudad , y á los fugiti- vos que se hablan pasado al rey de Babylonia , y al resto de la multitud, los trasportó Nabuzardan, ge- neral del ejército, á Babylonia.

16 Dejó empero Nabuzardan , general del ejército, algunos pobres del pais para cultivar las viñas , y para las demás labores de la tierra.

17 Los cháldeos hicieron también pedazos las co- lumnas de bronce que estaban en el Templo del Señor, y los pedestales , y el mar ó concha de bronce que ha- bia en el Templo del Señor : y se llevaron á Babylo- nia todo su cobre.

18 Y se llevaron las calderas, y los garfios, y los salterios , y las tenazas , y los morterillos , y todos los muebles de cobre del uso del Templo ;

19 y los cántaros , y los braserillos de los perfumes , y los jarros , y las bacías , y los candeleros , y los mor- teros , y las copas , y todo cuanto habia de oro y de plata se lo llevó el general del ejército :

21

242 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.

20 y las (los columnas, y c\mar de bronce, y los doce becerros de bronce que estaban debajo de las basas, que habla mandado hacer Salomón en el Templo del Señor. Inmenso era e! peso del metal de todos estos muebles.

21 En cuanto á las columnas, cada una de ellas tenia diez y ocho codos de alto ', y se necesitaba una cuerda de doce codos para medir su circunferencia : y tenia cuatro dedos de grueso, siendo hueca por dentro.

22 Y eran de bronce los capiteles de una y otra co- lumna : cada capitel tenia cinco codos de alto ; y las redes, y las granadas que habia por encima al rededor, eran todas de bronce. Lo mismo la otra columna y sus granadas.

23 Y las granadas que estaban pendientes i/ se veían oran noventa y seis ; pero el total de las granadas eran ciento, rodeadas de redes.

24 Y el general del ejército se llevó también á Sa- raias , que era el primer sacerdote, y á Sophonías que era el segundo, y á tres guardas del atrio.

25 Y ademas se llevó de la ciudad un eunuchó, que era el comandante de las tropas , y á siete personas de las principales de la corte del rey, que fueron halladas en la ciudad ; y al secretario , gefe ó inspector de la milicia (el cual instruía á los soldados bisónos), y á sesenta hombres del vulgo del pais , que se hallaron en la ciudad.

26 Cogiólos pues Nabuzardan , general de ejército, y los condujo á Reblatha al rey de Babylonia.

1 Véase //. Paral Til r. 15.

CAPÍTULO LII. 243

27 Y el rey de Babylonia los hizo matar á lodos en Reblatha , pais de Emath. Y el resto de Judá fue con- ducido fuera de su tierra á la Cháldea.

28 Este es el pueblo que trasladó Nabuchódonosor : En el año séptimo, tres mil veinte y tres judios :

29 en el año décimo octavo se llevó Nabuchódono- sor, de Jerusalem , ochocientas treinta y dos almas :

30 en el año vigésimo tercero de Nabuchódonosor, trasportó Nabuzardan , general del ejército, setecien- tos y cuarenta y cinco judios : con esto fueron en todos ' cuatro mil y seiscientas personas.

31 En el año trigésimo séptimo de haber sido tras- portado Joachín rey de Judá , el mes duodécimo, á veinte y cinco del raes , Evilmerodach rey de Babylo- nia , el primer año de su reinado, hizo levantar cabeza á Joachin rey de Judá , y le sacó del encierro.

32 Y le consoló con palabras amistosas ; y le puso en asiento superior á los demás reyes vencidos , que tenia en su corte de Babylonia.

33 Y' le hizo quitar los vestidos que llevaba en la cárcel , y le admitió á comer en su mesa todo el tiempo que vivió :

34 y le señaló un tanto diario para su manutención perpetuamente por todos los dias de su vida.

1 Sin contar los de otras tribus. Véase 1 V. Reg, XXIV vA2y aig.

FIN DE LA profecía DE JEREMÍAS.

THRENOS

Ó

LAMENTACIONES

DE JEREMÍAS PROFETA'.

CAPITULO PRIMERO.

Jeremías llora amargamente la ruina de Jerusalempor los chdldeos : recuerda la pasada prosperidad y grandeza ; y últimamente insinúa el castigo que dará el Señor á los enemigos de la ciudad santa.

Después que Israel fue llevado cautivo, y quedó Jerusa- lem desierta, se estaba sentado el Profeta Jeremías llo- rando, y endechó sobre Jerusalem con la siguiente lamen- tación, y suspirando con amargura de ánimo, y dando ala- ridos, dijo 2 :

Aleph. 1 j Cómo ha quedado solitaria ' la ciudad antes tan populosa ! La señora de las naciones ha

1 Véase la Advertencia.

2 Este pequeño prólogo no se halla en el hebreo sino en los Setenta; menos las últimas palabras y suspirando, etc., que las añade la Vulgata.

3 O caida por el suelo y desamparada de todos.

CAPÍTULO I. 245

quedado como viuda desamparada ' : la soberana de las provincias es ahora tributaria.

Beth. 2 Inconsolable llora ella toda la noche, é hilo á hilo corren las lágrimas por sus mejillas : entre to- dos sus amantes no hay quien la consuele : todos sus amigos la han despreciado, y se han vuelto enemigos suyos.

Ghi3Iel. 3 Emigró y dispersóse Judá, por verse oprimida con muchas maneras de esclavitud : fijó su habitación entre las naciones ; mas no halló reposo : estrecháronla por todas partes todos sus persegui- dores.

Daleth. 4 Enlutados están los caminos de Sion ^ ; porque ya no hay quien vaya á sus solemnidades ^ : destruidas están todas sus puertas, gimiendo sus sa- cerdotes, llenas de tristeza las vírgenes, y ella opri- mida de amargura.

He. 5 Sus enemigos se han enseñoreado de ella : los que la odiaban se han enriquecido con sus despo- jos; porque el Señor falló contra ella á causa de la muchedumbre de sus maldades : sus pequeñuelos lle- vados han sido al cautiverio , arreándolos el opresor.

1 Sin rey , sin Templo , sin pontífice, sin magistrados , y sufriendo el yugo de los cháldeos. O también : ha quedado sin Dios, que es el verdadero esposo del alma, dice Sao Agustín in Ps. LV.

2 Se dice que están tristes ó de luto los caminos, cuando no hay quien tiansite por ellos , pues entonces les falta su principal adorno que es la multitud de caminantes.

8 Véase Fiesta.

246 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

Vau. 6 Perdido ha la hija de Sion toda su hermo- sura : sus príncipes han venido á ser como carneros descarriados que no hallan pastos, y han marchado desfallecidos delante del perseguidor que los conduce.

Zain. 7 Jerusalem trae á su memoria aquellos dias de su aflicción, y sus prevaricaciones, y todos aquellos bienes ' de que gozó desde los antiguos tiem- pos : acordóse de todo eso al tiempo que caia ó perecía su pueblo por mano enemiga, sin que acudiese nadie á socorrerle : viéronla sus enemigos, y mofáronse de sus solemnidades.

Heth. 8 Enorme pecado fue el de Jerusalem '^: por eso ha quedado ella divagando sin estabilidad : todos aquellos que la elogiaban , la han despreciado, por haber visto sus inmundicias : y ella misma , sollo- zando , volvió su rostro acia atrás llena de ver- güenza.

Teth. 9 Hasta sus pies llegan sus inmundicias : ella no se acordó de su fin : está profundamente aba- tida , sin haber quien la consuele. Mira, Señor, mira mi aflicción ; porque el enemigo se ha engreído.

JoD. 10 El enemigo echó su mano á todas las co- sas que Jerusalem tenia mas apreciables ; y ella ha

1 El genitivo desiderabilium de la Vulgata se refiere ó es regido del pretérito recordala est, y no de pr¿evañcationis , y parece que falta una coma ó imet antes de desiderabilium. Asi lo cree también Martini.

¿2 En sentido piofético ó espiritual se habla del pecado máximo y horrendo de lii muerte que dieron los judíos al Hijo de Dios.

CAPÍTULO I. •24T

visto entrar en su Santuario ios gentiles, de los cuales habias mandado que no entrasen en iglesia '.

Caph. 11 Todo su pueblo está gimiendo, y anda en busca de pan : todo cuanto tenian de precioso, lo han dado para adquirir un bocado, con que conser- var su vida. IMíralo, Señor, y considera cómo estoy envilecida ^.

Lamed. 12 Oh vosotros cuantos pasáis por este camino , atended , y considerad si hay dolor como el dolor mió; porque el Señor, según él lo predijo, me ha vendimiado, ó despojado de todo, ea el dia de su furibunda ira.

Mem. 13 Desde lo alto metió fuego dentro de mis huesos ' , y me ha escarmentado : tendió una red á mis pies, me volcó acia atrás. Me ha dejado desolada , todo el dia consumida de tristeza.

INuN. 14 El yugo ó castigo de mis maldades se dio priesa á venir sobre : el mismo Señor con sus manos las arrolló como un fardo ^ y las puso sobre mi

1 Esto es, que no se incorporasen en el pueblo de Dios ; ó'no entrasen en el censo ó empadronamiento de él. Véase Iglesia.

2 Soy como una vil esclava, de la cual abusan todos pa- ra la liviandad. Así lo explica la versión arábiga.

3 Por huesos pueden entenderse las torres, el Templo, etc. en que consistía el vigor y fuerza de la ciudad. Dice que quedó escarmentada; y en efecto no se lee que des- pués del cautiverio de Babylonia recayesen los judíos tn la idolatría.

248 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

cuello : faltáronme las fuerzas : el Señor me ha en- tregado en manos de que no podré librarme.

Samech. 15 Arrebatado ha el Señor de en medio de mi todos mis príncipes, y campeones: ha aplazado contra el tiempo de la ruina , en el cual destruyese á mis jóvenes escogidos. El Señor mismo los ha pi - sado como en un lagar, para castigar á la virgen , hija de Judá.

AiN. 16 Por eso estoy yo llorando, y son mis ojos fuentes de agua; porque está lejos de el consola- dor, que haga revivir el alma mía. Perecido han mis hijos, pues el enemigo ha triunfado.

Phe. 17 Sion extiende sus manos; pero no hay quien la consuele. El Señor ha convocado los ene- migos de Jacob, para que le circunvalasen : cual muger manchada en sus períodos ó impureza legal * , así es Jerusalem en medio de ellos.

Sade. 18 Justo es el Señor; pues que yo, rebelde contra sus órdenes, le irrité. Pueblos todos , oid os ruego, y considerad mi dolor : mis doncellas y mis jóvenes han sido llevados al cautiverio.

CoPH. 19 Recurrí á los amigos míos ' , y me en- gañaron. Mis sacerdotes y mis Ancianos han perecido dentro de la ciudad ; habiendo buscado en vano ali- mento para sustentar su vida.

Res. 20 Mira, oh Señor, cómo estoy atribulada:

1 Levit. XV. V. 19.

2 Esto es, á los egypcios, con los cuales estaban aliados los judíos, contra la orden de Dios. Jerem 11. v. 18.

CAPÍTULO II. 219

lüiiniovidas están mis entrañas : se ha trastornado todo mi corazón : llena estoy de amargura. Por afuera da la muerte la espada , y dentro de casa está la ham- bre, que es otro género de muerte.

Sin 21 Han oído mis gemidos ; y no hay nadie que rae consuele : todos mis enemigos han sabido mis desastres , y se han regocijado de que los hayas cau- sado. Tú me enviarás el dia de la consolación y en- tonces ellos se hallarán en el estado que yo me hallo ' .

Thau. 22 Pon á tu vista toda su malicia , y trá- talos como me has tratado á por todas mis malda- des : porque continuos son mis gemidos, y mi corazón desfallece-

CAPITULO II.

El Profeta sigue con sus lamentos por la desolación de la ciudad, del Templo, y de todo el pais : y exhorta á Sion á llorar.

Aleph. 1 ¡ Cómo cubrió el Señor de oscuridad en medio de su cólera á la hija de Sion ! El ha arrojado del cielo á la tierra á la ínclita Israel ; ni se ha acor- dado de la peana de sus pies , ó de sit Santuario , en el dia de su furor.

I Así sucedió al cabo de setenta añts, cuando los chál- deos fueron destruidos por los percas y medos, habiendo asesinado á Balthasar, último rey de Babylonia, en la mis- ma noche de su espléndido banquete. Dan. V. v, 30.

250 LAS LAMEiSTAClONES DE JEREMÍAS.

Beth. 2 El Señor ha destruido, sin excepción, todo cuanto habia de hermoso en Jacob : ha desman- telado en medio de su furor los baluartes de la virgen de Judá , y los ha arrasado : ha tratado el reino y á sus príncipes ' como cosa profana ó inmunda.

Ghimel. 3 En medio del ardor de su ira ha redu- cido á polvo todo el poderío de Israel : retiró atrás su derecha auxiliadora así que vino el enemigo ; y encen- dió en Jacob un fuego, que con su llama devora cuanto hay en contorno.

Daleth. 4 Entesó su arco como hace un enemi- go, y cual adversario afirmó su mano derecha para disparar; y mató todo cuanto habia de bello aspecto en el pabellón de la hija de Sion ^ : lanzó cual fuego la indignación suya.

He. 5 El Señor se ha hecho como enemigo de Je- rusídem : ha precipitado á Israel : ha destruido todos sus muros , arrasó sus baluartes , y ha llenado de aba- timiento á hombres y mugeres de la hija de Judá.

Vau, 6 y ha destruido su pabellón como la choza de un huerto : ha demolido su Tabernáculo : el Se- ñor fea entregado al olvido en Sion las solemnidades y los sábados ; y ha abandonado al oprobio y á la in- dignación de su furor al rey y al sacerdote^.

1 A Joakim, Jechónías y Sedéelas.

2 A los gallardos y robustos jóvenes, á las tiernas don- cellas, á los sacerdotes, etc.

.3 IV. Reg. XXV. V. 21. Jerem. LII. v. 10.

CAPÍTULO 11. 251

Zain. 7 El Señor ha desechado su altar, ha raal- decido á su Santuario : ha entregado sus murallas y torres en poder de los enemigos ; los cuales han dado Yoces de júbilo , como en una solemne fiesta.

Heth. 8 Determinó el Señor destruir los muros de la hija de Sion , tiró su cordel ', y no retiró su mano hasta que la demolió : se resintió el antemu- ral , y quedó luego arrasada la muralla.

Teth. 9 Sepultadas quedan sus puertas entre las ruinas ; el Señor destruyó ó hizo pedazos sus cerrojos : desterró á su rey y á sus magnates entre las naciones : ya no hay Ley ; y sus profetas ya no tienen visiones del Señor.

JoD. 10 Sentados están en tierra , y en profundo silencio los Ancianos de la hija de Sion : tienen cu- biertas de ceniza sus cabezas , vistiéronse de cilicio, abatida hasta la tierra tienen su cabeza las vírgenes de Jerusalem.

Caph. 1 1 Cegáronse mis ojos de tanto llorar : es- tremeciéronse mis entrañas, derramóse en tierra mi corazón ^ al ver el quebranto de la hija del pueblo mió, cuando los pequeñuelos y niños de teta desfalle- cían de hambre en las plazas de la ciudad.

Lamed. 12 Ellos decian á sus madres : ¿ Dónde

1 Como hacen los arqnltectos cuando quieren allanar la superficie de un sitio, ó ponerla á nivel. Véase 7F. Reg. XXI V. 14.

2 Es tina hypérbojp para denotar la suma grandeza del dolor.

252 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

está el pan ' y vino ? cuando, á manera de heridos, iban muriéndose por las calles de la ciudad , cuando exhalaban su alma en el regazo de sus madres.

Mem. 13 ¿Con quién te compararé, ó á qué cosa te asemejaré, oh hija de Jerusalem ? ¿ A quién te igualaré, á fin de consolarte, oh virgen hija de Sion ? Porque grande es como el mar tu tribulación. ¿ Quién podrá remediarte ?

NuN. 14 Tus profetas te vaticinaron cosas falsas y necias : y no te manifestaban tus maldades para mo- verte á penitencia; sino que te profetizaban falsa- mente sucesos ^ contra tus enemigos, y su expulsión *.

Samech. 15 Todos cuantos pasaban por el camino, te insultaban dando palmadas ; te silbaban, y meneaban su cabeza contra la hija de Jerusalem , diciendo : ¿Es esta la ciudad de extremada belleza , el gozo de todo el mundo ?

Phe. 16 Abrieron contra su boca todos tus ene- migos : daban silbidos, y rechinaban sus dientes, y decían : Nosotros nos la tragaremos : ya llegó el día

1 Los Setenta usan de las voz (Titos, la cual no solo significa trigo ó pan, sino también alimento en general : al modo que, en castellano, tener pan denota muchas veces tener que comer.

2 Contra tus enemigos los cliáldeos. La voz assumptio , de que usa la Vulgata, significa lo mismo ( dice S. Geró- nimo) que la palabra 07ius, esto es , profecía pesada ó ter- rible, anuncio duro, ete. En el hebreo se lee ¡TlINt^íC massoth, que quiere decir cargas.

3 O que los arrojarías de tu tierra.

CAPÍTULO II. 253

que estábamos aguardando; ya viuo, ya le tenemos delante.

Ai.N '.17 El Señor ha hecho lo que tenia resuelto: cumplió lo que había anunciado desde los tiempos an- tiguos * : te ha destruido sin remisión , y te ha hecho un objeto de gozo para tus enemigos ; y ha ensalzado la pujanza de los que te odiaban.

Sade. 18 El corazón de los sitiados levantó el grito al Señor desde sobre las murallas de la hija de Sion : derrama, oh Jerusalern , día y noche haz correr, á manera de torrente, las lágrimas ; no reposes, ni cesen de llorar tus ojos '.

CoPH. 19 Levántate, clama de noche alSeíior, desde el principio de las vigilias '^ : derrama como agua tu corazón ante su presencia : levanta acia él tus manos , haciéndole presente la vida de tus parvulitos que se están muriendo de hambre en todas las esqui- nas y encrucijadas de las calles.

Res. 20 Oh Señor, mira y considera á quién has desolado de esta manera. ¿ Y será verdad que las mugeres se coman sus propios hijos , niños del tamaño

1 La letra Ain está en el abecedario hebreo antes de la Phe. No| se sabe la causa de esta inversión qne aquí se observa. La letra P^e significa boca; y tal vez por eso puso dicha letra, como en continuación de lo que se decia en el verso anterior. Lo mismo se nota en el cap. III. V. 48, 49.

2 Deuf. XXV III. V. 15. Lev. XXVI. v. 16.

3 Jerem. XIV. r. 16.

4 Véase Vigilia.

ToM. X. -22

254 LAS LAMTENTACIONES DE JEREMÍAS.

de la palma de la mano ' ? ¿ Y será asesinado dentro del Santuario del Señor el sacerdote y el profeta ?

Sin. 2 1 Muertos yacen por fuera el mozo y el an- ciano ; mis vírgenes y mis jóvenes han sido pasados á cuchillo : los has hecho perecer en el dia de tu furor ; los has herido de muerte sin compasión ninguna.

Thau. 22 Salovj has convidado como á una gran fiesta á esa nación enemiga , para que me ater- rase por todos lados : y en aquel tíia de tu furor no hubo nadie que pudiese escapar y salvarse : á aquellos que yo crié y alimenté "", los hizo perecer el enemigo mió.

CAPITULO Ilí.

Prosigue Jeremías lamentándose , primero de sus j^ropios irabttjos¡ y después de los comunes á toda la ciudad. Ale- góricamente habla en la mayor parte del capitulo de los tra- bajos de mtestro Señor Jesu- Christo en su pasión , del cual fue Jeremías un bosquejo en muchos sucesos de su vida.

Aleph. 1 Hombre soy yo que estoy viendo la mi- seria mia ó ajliccion en la vara de la indignación de el Señor.

1 El hebreo ÜD^fJ^Í^ llúpijim , palmares ,\i\liios iÁer- nos y pequeñuelos: puede traducirse niños que criaba yo.

2 En el hebreo se Ite ''nn3íO"nii'K''*ÍP«0'* á quienes

CAPITULO III. 255

Aleph. 2 Entre tinieblas ó aflicciones me ha he- cho andar, y no en el resplandor de la luz.

Aleph. 3 No ha cesado dia y noche de descargar sobre su mano.

Beth. 4 Ha hecho envejecer mi piel y mi carne, y ha quebrantado mis huesos ' .

Beth. 5 Ha levantado una pared al rededor mió '; y me ha cercado de amarguras y de congojas.

Beth. 6 Colocado me ha en lugar tenebroso, como á aquellos que ya han muerto para siempre.

Ghdiel. 7 Ble circunvaló por todos lados para que no escapase : púsome pesados grillos.

Ghimel. 8 Y aunque yo clame y ruegue , no hace caso de mis plegarias ^

Ghdiel. 9 Cerró mis caminos como con piedras de sillería : desbarató todos mis senderos 6 designios.

Daleth. 10 Ha venido á ser para como un oso en acecho , como un león en lugar oculto.

Daleth. 11 Él ha trastornado mis senderos , y me ha destrozado ; abandonado me ha á la desolación ^.

Daleth. 12 Entesó su arco , y me puso por blan^ co de sus saetas.

1 A fuerza de tantos golpes.

2 Para hacer una cárcel, acomodándola á rai cuerpo

3 O las desechará. Ve'ase Jerem, XIV. v. 11. VII. V. 16.— IX. r. 14.

4 Aunque en la Vulgata se nse el femenino desolalam , en el hebreo se lee el masculino. Y así en la Vulgata se debe suplir para el buen sentido aniínam meam.

956 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

He. 13 Ha clavado en mis lomos las flechas de su

aljaba '.

He. 14 He venido á ser el escarnio de todo mi pueblo, y su cantinela diaria.

He. 15 Llenado me ha de amargura , me ha em- briagado de ajenjo.

Vau. 16 Ha quebrado todos mis dientes, dándo- me/jan lleno de arena ^ : ceniza me ha dado á co- mer.

Vau. 17 Desterrada está de mi alma la paz, ó abundancia ; no ya lo que es felicidad.

Vau. 18 y dije yo : Ha desaparecido para todo término de mis males, y toda la esperanza que tenia en el Señor ^

Zain. 19 Acuérdate , Señor, de mi miseria y per- secución *, y del ajenjo y de la hiél que me hacen be- ber.

Zaiñ. 20 De continuo tengo en la memoria estas cosas , y se repudre dentro de mi el alma mia.

Zain. 21 Ton todo, considerando estas cosas dcn-

1 has flechas se llaman en estilo oriental hijas de la al- jaba, porque salen de ella , donde están encerradas como en el vientre de su madre. Véase Hijo.

2 O de cliinitas, ó granitos de arena. Prov. XX. r. 17. Ps. Cl. r. 10. Véase Ceniza.

3 Estas expresiones son hyperbólicas , y solo se dicen para denotar el exceso de dolor. Véase Job cap. XXX. V. 14.

4 Pobreza significa también desgracia, tribulación , etc. Véase Pobre.

CAPITULO llí. 257

tro de mi corazón , hallaré mi esperanza en el Señor.

Heth. 22 Es una misericordia del Señor el que nosotros no hayamos sido consumidos det todo, porque jamás han faltado sus piedades.

Heth. 23 Cada dia las hay nuevas ' desde muy de mañana : grande es, oh Sefior , tu fidelidad.

Heth. 24 Mi herencia , dice el alma m¡a,es el Se- ñor : por tanto pondré en él mi confianza.

Teth. 25 Bueno es el Señor, para los que esperan en él, para las almas que le buscan.

Teth. 26 Bueno es aguardar en silencio la salud que viene de Dios.

Teth. 27 Bueno es para el hombre el haber lleva- do el yugo ya desde su mocedad ^

JoD. 28 Se estará quieto y callado : porque ha lo- mado sobre el yugo ^.

JoD. 29 Su boca la pegará al suelo, para ver si orando consigue lo que espera.

1 La palabra novi de la Vulgata no es verbo, sino adje- tivo masculino, correspondiente al del texto hebreo. Pero en latin el substantivo miserationes . á quien se refiere , es femenino, y así la terminación del adjetivo debió ser 7W- vee , como se lee en algunos códices de la Yulgata. Lo mismo sucedió en el Psalm. XXVI. v. 4. al traducir wn<r»i ■pelii, etc. en vez de unum , y en algunos otros lugares. Véase Vulgata.

2 No solamente el yugo de la Ley del Señor, sino tam- bién el de los trabajos y aflicciones que le envía Dios para su bien, y con que le corrige y castiga como padre.

3 Y en este suave yugo del Señor ha hallado él su re poso y consuelo. Matth. XI. v. 29. ^

258 LAS LAMEISTAClOiNES DE JEREMÍAS.

JoD. 30 Presentará su mejilla al que le hiere : le hartarán de oprobios.

Caph. 31 Pero no para siempre le desechará de el Señor '.

Caph. 32 Pues si él nos ha desechado, aun se apia- dará de nosotros , según la abundancia de sus miseri- cordias.

Caph. 33 Puesto que no de buena gana abate él, ni desecha á los hijos de los hombres ,

Lamed. 34 ni huella debajo de sus pies , como un tirano , todos los cautivos de la tierra ,

Lamed. 35 ni pesa con infiel balanza , ante su pre- sencia , la causa del hombre ,

Lamed. 36 ni daña con injusta sentencia á hombre ninguno : eso no sabe el Señor hacerlo.

Mem. 37 ¿Quién es aquel que ha dicho, que se ha- ce alguna cosa sin que el Señor lo ordene ?

Mem. 3S ¿No vienen acaso de orden del Señor los males y los bienes ?

Mem. 39 Pues ¿por qué se ha de quejar nun- ca hombre viviente del castigo de sus pecados ° ?

NuN. 40 Examinemos , y escudriñemos nuestros pasos, y convirtámonos al Señor,

iXuN. 41 Levantemos al cielo , acia el Señor, jun- to con las manos , nuestros corazones.

1 Ps. LXXII. V. 10. -Deut. XXXII. v. 39.

2 Dios siempre nos castiga en esta vida menos de lo que merecemos por nuestros pecados ; mas en el infierno ejercerá su justicia rigorosa. Véase Pecado,

CAPÍTULO III. 259

NuN. 42 Nosotros empero nos portamos inicua- mente , y provocamos , oh Señor , tu enojo : por eso te muestras inexorable.

Samech. 43 Te cubriste de furor ' y nos castigas- te : mataste sin perdonar á nadie.

Sa:\iech. 44 Pusiste una nube delante de , para que no pudiesen llegar á tu presencia nuestras plega- rias '.

Samech. 45 nos bas arrancado de cuajo, y ar- rojado como basura en medio de los pueblos.

Phe. 46 Han abierto todos los enemigos su boca contra nosotros.

Phe. 47 Convirtióse la profecía en terror nuestro, y en lazo, y en ruina nuestra '.

Phe. 48 Ríos de agua salen de mis ojos en vista del quebranto de la hija del pueblo mió.

AiN. 49 Deshácense mis ojos en continuo llanto * : porque no hay reposo alguno ,

AiN. 50 hasta tanto que el Señor vuelva desde el cielo su vista, y se ponga á mirar.

AiN. 51 Las muchas lágrimas que he derramado por los desastres de todas las hijas ó pueblos de mi

1 Se representa aquí á Dios, como á un amo irritado y lleno de cólera, que sale hecho un león contra todos, sean domésticos ó extraños : lo cual denota la gravedad de los pecados, y la pena ó castigo que dará á los obstinados pe- cadores.

2 Is. LIX. V. 2.

3 Los oráculos de los Profetas.

4 Parece que se me saltan los ojos de tanto llorar.

260 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

patria ', han consumido en todo el jugo ó espíritu vital.

Sade. 52 Como de ave en el cazadero, se apodera- ron de mi mis enemigos sin que yo les diese motivo. Sade. 53 Cayó en el lago ó fosa ^ el alma mia : han puesto la losa sobre mi'.

Sade. 54 Las aguas de la iribulacion descargaron como un diluvio sobre mi cabeza. Yo dije entonces : Perdido estoy.

CoPH. 55 Invoqué, oh Señor, tu santo nombre desde lo mas profundo de la fosa,

CoPH, 56 y escuchaste mi voz : no cierres, pues, tus oidos á mis sollozos y clamores.

CoPH. 57 Te me acercaste en el dia que te invo- qué ; y me dijiste : No temas.

Res. 58 fallaste á favor del alma mia, oh Se- ñor, oh Redentor de mi vida ^

Res. 59 Viste, oh Señor, las iniquidades de ellos contra mí: hazme justicia.

Res. 60 Viste todo su furor, todas sus maquina- ciones contra mí.

1 Dependientes de Jerusaiem, que es la metrópoli, ó madre de todos.

2 El pozo ó cárcel llena de cieno, en que metieron á .Jeremías los malvados de Jerusalem. Jerem. XXXVIII. V. 6. En sentido alegórico significa el sepulcro de Jesu- Christo, y la losa con que le taparon.

.3 Alude á que el Señor le libró de la prisión , y le salivó la vida por medio de Abdemelech. Jerem. XXXVIII. V. 13

CAPÍTULO IV. 2fll

Sin. G1 Tu oisle, oh Señor, sus oprobios, y lodos sus proyectos contra mí,

Sin. 62 y las palabras malignas de los que me ha- cen la guerra, y todo cuanto traman continuamente contra mí.

Sin. 63 Repara, Señor, todas sus idas y vueltas : yo soy siempre el objeto de sus canciones burlescas.

Thau. 64 les darás, oh Señor, lo que merecen las obras de sus manos.

Thau. 65 Pondrás sobre su corazón, en vez de es- cudo, las aflicciones que les enviarás *.

Thau. 66 Oh Señor, los perseguirás con saña, y los exterminarás debajo de los cielos.

CAPITULO IV'.

El Profeta sigue llorando las miserias que padeció su pue- blo en el sitio de Jerusalem por los chdldeos, en castigo de los pecados de los falsos profetas y malos sacerdotes. Profetiza á los idumeos las mismas calamidades ; y anun- cia á Jerusalem elfin de las suyas.

Aleph. 1 ¡ Cómo se ha oscurecido el oro del Tem-

plo, y mudado su color bellísimo ' ! ¡ Dispersas / ayl

1 Eo la versión de Ferrara se traduce : Les darás á ellos ansias, ó congoias de corazón ; tu maldición á ellos : ó impre- cación tuya para ellos, como traduce Arias Montano.

2 11. Paral. III. Con el incendio del Templo quedaron ahumadas y denegridas todas las paredes, que antes pare-

262 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

dispersas están las piedras del Santuario por los án- gulos de todas las plazas !

Beth. 2 j Los ínclitos hijos de Sion, que vestían de tiíú de oro ' finísimo^ cómo son ya mirados cual si fuesen vasos de barro, obra de manos de alfarero !

GniMEL. 3 Aun las mismas lamias ^ descubren su* pechos, y dan de mamar á sus cachorrillos : pero cruel la hija de mi pueblo imita al avestruz del Desierto \ 1/ los abandona.

Daleth. 4 Al niño de pecho se le pegaba la len- gua al paladar, por causa de la sed : pedían pan los parvulitos, y no había quien se le repartiese.

He. 5 Aquellos que comían con mas regalo, han perecido de hambre en medio de las calles : cubiertos se ven de basura ó andrajos aquellos que se criaban entre púrpura y rojeas preciosas.

Vau. 6 Y ha sido mayor el castigo de las malda- des * de la hija de mi pueblo, que el del pecado de So- doma; la cual fue destruida en un momento, sin que tuviese parte mano de hombre.

Zain. 7 Sus Nazareos ^ eran mas blancos que la

clan nna ascua de oro, de cnyo metal estaban cubiertas, y el cual se llevarían los cháldeos.

1 En el hebreo : estimados como finísimo oro.

2 O bestias feroces. Véase Is. XXXIV. v. 22. en la nota. Aquí parece que denota el perro marino, pez suma- mente voraz y carnívoro.

3 Job XXXIX. V. 14.

4 Véase Pecado.

5 Véase Núm. VL v. \&. Jud. XIII. v. 5.

CAPITULO IV. 263

nieve, mas lustrosos que la leche, mas rubicundos que el raarGl antiguo ', mas bellos que clzaüro.

Keth. 8 Pero ahora mas denegrido C'ue el carbón está su rostro, ni son conocidos por las calles : pegada tienen su piel á los huesos, árida y seca como un palo.

Teth. 9 Menos mala fue la suerte de los que pe- recieron al fllo de la espada , que la de aquellos que murieron de hambre : pues estos se fueron aniquilan- do, consumidos por la carestía de la tierra.

Jou. 10 Las mugeres, de suyo compasivas, pu- sieron á cocer con sus manos á sus propios hijos : estos fueron su vianda en tiempo de la calamidad de la hija del pueblo mió.

Caph. 11 El Señor ha desahogado su furor, ha der- ramado la ira de su indignación , ha encendido en Sion un fuego que ha consumido hasta sus cimientos.

Lamed. 12 No creían los reyes de la tierra, ni los habitantes lodos del mundo que el enemigo y adver- sario entrase por las puertas de Jerusalem :

IMem. 13 pero entró por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaron la sangre de los justos.

Nux. 14 Andaban errantes como ciegos por las calles, amancillándose con la sangre; y no podían evitarlo, aunque se alzaban la extremidad de sus ves- tidos para no mancharse.

Samech. 15 Apartaos, inmundos, decían gritando

1 Teñido de color de púrpara. Así solían usarle los an- tiguos. Hom. Iliad. IF. Vig. Eneicl. XII.

•^64 LAS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

á los otros; retiraos, marchad fuera , no nos toquéis : porque de resultas de eso tuvieron pendencias entre ; y los que fueron dispersos entre las naciones, dije- ron ' : No volverá el Seíwr ya á habitar entre ellos :

Phe. 16 el rostro airado del Señor los ha disper- sado : ya no volverá él á mirarlos : no han respetado la persona de los sacerdotes , ni se han compadecido de los ancianos.

AiN. 17 Cuando aun subsistíamos, desfallecían nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro ', po- niendo nuestra atención en una nación que no habia de salvarnos.

Sade. 18 Al andar por nuestras calles hallaban tropiezos nuestros pies : acercóse nuestro fin : com- pletáronse nuestros dias, pues ha llegado nuestro tér- mino.

CoPH. 19 Mas veloces que las águilas del cielo han sido nuestros enemigos : nos han perseguido por los montes, nos han armado emboscadas en el desierto*.

Res. 20 El Christo* del Señor, resuello de nuestra

1 Jerem. XXX v. 17.

2 Acia el Egypto, el cual fue asolado por los cháldeos.

3 Alude al rey Sedecías cuando huia perseguido de los cháldeos. IF. Reg. XXV. v. 4. Jerem. XXXIX. v. 5, LII.V.8.

4 La expresión de la Vulgata Christus Dominus parece que no se puede entender sino de Jesu-Christo. Algunos la entienden literalmente del rey Sedecías. Por el resuello se entiende la respiración, el aliento ó la vida^ la cual pende de él.

CAPITULO IV. 205

boca , ha sido preso por causa de nuestros pecados ; aquel á quien habíamos dicho : A tu sombra viviremos entre las naciones ' .

Sin. 2 1 Gózale y regocíjate, oh hija Edom * que habitas en la tierra de Hus : también te llegará á el cáliz de la tribulación j embriagada serás y despojada de todos los bienes.

Thau. 22 Oh hija de Sion , tiene su término el castigo de tu maldad : el Señor nunca mas te hará pa- sar á otro país ^. Mas él castigará , oh hija de Edom , tu iniquidad, él descubrirá tus maldades.

1 Según S. Agiistiu se indica aquí que la verdadera Iglesia se establecerá entre los gentiles convertidos á la fó, entre los cuales serán comprendidos los judíos que crean en Christo.

2 Es una ironía contra los idumeos, aliados entonces de los cháldeos contra Jerusalera ; 'pero destruidos por estos , pasados unos cinco año^.

3 En efecto nunca mas fueron llevados cautivos á otro país. Porque en la última ruina de Jerusalem^ en tiempo de los romanos, ellos mismos se dispersaron por toda la tierra, como lo están hoy dia.

23

ORACIÓN

DE JEREMÍAS PROFETA.

CAPITULO V.

Recopila el Profeta lo que ha dicho en los capilidos aniecc' (lentes. No se conoce el lugar y tiempo en que compuso esta oración.

1 Acuérdate, oh Señor, de lo que nos ha sucedido : mira y considera nuestra ignominia.

2 Nuestra heredad ha pasado á manos de extran- geros, en poder de extraños se hallan nuestras casas.

3 Nos hemos quedado como huérfanos, privados de su padre : están como viudas nuestras madres.

4 A precio de dinero bebemos nuestra agua, y con dinero compramos nuestra leña.

5 Atados del cuello nos conducen como á bestias, no se da descanso á los fatigados.

6 Alargamos nuestras manos á los egypcios y á los asyrios, para saciarnos de pan.

7 Pecaron nuestros padres, y ya no existen; y el castigo de sus iniquidades le llevamos nosotros '.

1 No somos nosotros inocentes ( vers. 16 ); pero mas cul-

CAPÍTULO V. 267

8 Nuestros esclavos se han enseñoreado de noso- tros ' ; no hubo quien nos libertase de sus manos.

9 Con peligro de nuestras vidas varaos á lugares desiertos en busca de pan, temiendo siempre la espada.

1 0 Quemada y denegrida como un horno ha puesto nuestra piel la hambre atroz.

11 Deshonraban á las mugeres en Sion, violaban á las vírgenes en las ciudades de Judá.

12 Colgados de la mano en un madero han sido los príncipes ^ ; no han tenido respeto alguno á las personas de los ancianos.

13 Abusaron deshonestamente de los jóvenes ; y los muchachos caían al peso de la leña '.

14 Faltan í/a en las puertas los Ancianos, ni se ven los jóvenes en el coro de los músicos que tañen.

15 Extinguióse la alegría en nuestro corazón : con- vertido se han en luto nuestras danzas.

16 Han caído de nuestras cabezas las coronas 6 guirnaldas ^ : ; ay de nosotros que hemos pecado !

pables son nuestros padres : fueron ellos los autores de lo3 desórdenes del dia , y murieron sin experimentar estos males.

1 Eran los cháldeos descendientes de Chám , el cnal fae condenado por su padre Noé á servir á Sem. Gen. IX. V. 27.

2 Solían cortar la cabeza á los reos de muerte, y colgar- los después de una mano en un madero.

3 Otros traducen : muñeron en el patíbulo. Otros : apa- leados.

4 Véase Corona.

268 ^AS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.

17 Por cslo ha quedado melancólico nuestro cora- zón : por eslo perdieron la luz nuestros ojos.

18 Porque desolado está el monte santo de Sion : las raposas y demás fieras se pasean por él.

19 Empero tú, oh Señor, permanecerás eterna- mente : tu solio subsistirá en todas las generaciones venideras.

20 ¿ Por qué para siempre te has de olvidar de nosotros ? ¿ Nos has de tener abandonados por largos años ?

21 Conviértenos, oh Señor, á ti, y nos converti- remos ' : renueva nuestros dias felices, como desde el principio.

22 Mas tú. Señor, nos has desechado como para siempre : te has irritado terriblemente contra nosotros.

1 Sin tí, ó sin tu gracia, no podemos nosotros conver- tirnos á tí. Véase Gracia.

FIN DE LAS LAMENTACIONES DE JEREMIAS,

ADVERTENCIA

SOBRE LA PROFECÍA DE BARUCH,

Ve Bartjch se hace mención muchas veces en el libro de Jeremías.^ de cuyo Profeta fue amantisimo discípulo ^ y compañero insepa- rable. Nació de una familia muy principal entre los judíos; y vemos que á su hermano Saraias se le llama principe '. Dictando Jere- mías, escribió Baruch en un libro todas las profecías de dicho Profeta , las cuales leyó después delante del pueblo, y del misino rey. Siguió á Jeremías su maestro d Egypto; y después pasó d Babylonia para manifestar d sus hermanos cautivos las profecías de Jere- mías.

El libro de Baruch 9io se halla ya en he- breo ; pero la versión griega es antiquísima , y conserva aun todas las señales de que el

1 Jrrem. cap. LT. v 61.

270 ADVERTENCIA.

original es hebreo. Fue siempre respetado co- mo libro canónico ; y si algunos Padres no hicieron expresa mención de él en el cátalo- go de los Libros sagrados , es porque muchas veces se ha contado como parte de las profe- cías de Jeremías , bajo cuyo nombre solian citarse antiguamente los textos de Barüch , como observó ya S, ^gustin '. Pudo contri- buir á que se confundiese con el libro de Je- remías su maestro el haber sido amanuense de este Profeta^ y el que teniendo solamente seis capititlos , el sexto es una carta de Je- remías, Finalmente en el concilio de Flo- rencia 5 y por último en el de Trento , fue conservado el libro de Baruch en el canon de las Escrituras divinas^ contra lo que te- merariamente pretendian algunos hereges,

1 De CivÜ. Dei, Ub, XVIII. cap. 33.

LA PROFECÍA DE BARÜCH,

CAPITULO PRIMERO.

Los judíos de Babylonia envían á los de Jerusalem el libro de Baruch , juntamenle con algún dinero recogido para que ofreciesen holocaustos y rogasen á Dios por ellos , por Ncibuchúdonosor y por su hijo Ballhasar; y hacen una so lemme confesión de sus pecados,

1 Y estas son las palabras del libro que escribió Baruch hijo de Nerías, hijo de Bíaasías, hijo de Sede- cías, hijo de Sedei, hijo de Helcías, en Babylonia,

2 el año quinto, á siete del mes, desde que los chai- déos se apoderaron de Jerusalem y la incendiaron.

3- Y leyó Barach las palabras de este libro en pre- sencia de Jechonías, hijo de Joakim , rey de Judá^ y delante de todo el pueblo que acudia á oirías,

4 y delante de todos los magnates de la estirpe real , y delante de los ancianos, y delante del pueblo desde el mas pequeño hasta el mas grande de todos cuantos habitan en Babylonia, junto al rio Sodi * ;

5 los cuales lloraban oyendo á Baruch;-^ ayuna- ban en la presencia del Señor.

1 Sodi en hebreo significa soberbia. Se cree que Baruch llamó así al rio Euphrates ; al cual Ezechíel dio el nombre de Sübar, esto es, Gran rio. Cap. I. v. 1.

272 LA PROFECÍA DE BARUCH.

6 E hicieron una colecta de dinero, coníorme la posibilidad de cada uno ;

7 y le remilieron á Jerusalem, á Joakim hijo de Helcías, hijo de Salom sacerdote , y á U)s sacerdotes, y á todo el pueblo que se hallaba con él en Jeru- salem :

8 después que Baruch hubo recibido los vasos del Templo del Señor, que hablan sido robados del Tem- plo, para volverlos otra vez á tierra de Judá, á diez del mes de Sivan ; vasos de plata que habia hecho Se- déelas, hijo de Josías, rey de Judá ,

9 asi que Nabuchódonosor , rey de Babylonia , hu- bo aprisionado á Jechónías , y á los principes , á to- dos los magnates , y al pueblo de la tierra , y llevado - selos presos desde Jerusalem á Babylonia.

10 Y dijéronles en una caria lo que sigue: aquí que os enviamos dinero, con el cual comparéis ricli- mas para los holocaustos , é incienso , y haced ofren- das * , é inmolad victimas por el pecado en el altar del Señor Dios nuestro ^.

1 1 Y rogaréis por la vida de Nabuchódonosor , rey de Babylonia , y por la vida de Balthasar su hijo , á

1 La expresión facite manna , que eu el griego dice Tíoiviíetrí [xítnA, denota las ofrendas de pan, de harina y de vino. Los Setenta usan de la voz manna en vez de la

hebrea HnjD minjah que significa ofrenda, libación , etc. Lev. 11 V. 1. Jerem. XVIL v. 26. >

2 La ara que los pocos judíos que quedaron, erigieron en Jerusalem, después que se retiraron los cháldeos.

capítulo i. 273

fin de que los dias de ellos sobre la tierra sean como los del cielo ' ;

12 y para que el Señor nos conceda á nosotros for- taleza , y nos haga ver la luz de la prosperidad - , pa- ra vivir felizmente bajo el amparo de Nabuchódono- sor , rey de Babylonia , y bajo el amparo de su^ hijo Balthasar , y les sirvamos á ellos ^ por largo tiempo, y seamos gratos á sus ojos.

13 Rogad también por nosotros mismos al Señor Dios nuestro : porque hemos pecado contra el Señor Dios nuestro , y no se ha apartado su ira de sobre nos- otros hasta el dia presente.

14 Y leed este libro ó escrito, el cual os hemos enviado para que se haga la lectura de él en donde estaba el Templo del Señor , en dia solemne y tiem- po oportuno.

15 Diréis , pues : Del Señor Dios nuestro es la jus- ticia ó san//</aí/; mas de nosotros la confusión de nues- tros rostros : como está sucediendo en este dia á todo Judá, y á los moradores todos de Jerusalem ,

16 á nuestros reyes , y á nuestros principes , y á nuestros sacerdotes , y á nuestros Profetas , y á nues- tros padres.

17 Pecado hemos contra el Señor Dios nuestro, y no le creímos , faltos de confianza en él ;

18 y no le estuvimos sumisos, ni quisimos escuchar

1 Psatm. LXXXVIII. v. .30.

2 Véase Luz.

3 Mas bien que á otros amos.

274 LA PROFECÍA DE BARüCH.

la VOZ del Señor Dios nuestro para proceder con- forme á los mandamientos que él nos habia dado.

19 Desde aquel dia en que sacó de tierra deEgypto á nuestros padres hasta el presente, hemos sido rebel- des al Señor Dios nuestro ; y disipados 6 entregados á nuestros vicios, nos apartamos de él por no oir su voz.

20 Por lo cual se nos han apegado muchos desas- tres , y las maldiciones intimadas por el Señor á su siervo Moysés ' ; por el Señor que sacó de la tierra de Egypto á nuestros padres para darnos una tierra que mana leche y miel; maldiciones que estamos experi- mentando en el dia de hoy.

21 Nosotros empero no quisimos escuchar la voz del Señor Dios nuestro , según lo que decian los Pro- fetas , que él nos tenia enviados ;

22 y cada uno de nosotros nos fuimos tras las in- clinaciones de nuestro perverso corazón , á servir co- mo esclavos á dioses ágenos , obrando la maldad de- lante de los ojos del Señor Dios nuestro.

CAPITULO II.

Los judíos de Bahyhnia confiesan sus -pecados ,' y gne jus- tamente los castiga el Señor. Imploran la misericordia que tiene prometida á los que se arrepienten.

1 Por cuyo motivo el Señor Dios nuestro cumplió su palabra , que nos habia ya intimado á nosotros , y á nuestros Jueces gobernadores de Israel, y á nuestros

I Lev. XXVL Deut. XXVU yXXVlIL

CAPÍTULO II. 275

reyes, y á nuestros príncipes, y á lodo Israel y Judú,

2 de que traería el Señor sobre nosotros grandes males , tales que jamás se habían visto debajo del cielo como los que han sucedido en Jerusalem , conforme á lo que se halla escrito en la Ley deI\Ioysés ;

3 y que el hombre comería la carne de su propio hijo ' , y ía carne de su hija.

4 Y entrególos el Señor en poder de todos los reyes comarcanos nuestros , para escarnio y ejemplar de de- solación en todas las naciones , por entre las cuales nos dispersó el Señor.

5 Esclavos hemos venido á ser , y no amos ; por haber pecado contra el Señor Dios nuestro , no obede- ciendo á su voz.

6 Del Señor Dios nuestro es la justicia : de nos- otros empero , y de nuestros padres la confusión de nuestros rostros , como se está viendo hoy día.

7 Porque el Señor, todos estos castigos que pade- cemos, nos los había ya amenazado :

8 mas nosotros ni por eso acudimos al Señor Dios nuestro para rogarle, y para convertirnos cada cual de su depraviida vida.

9 Con esto echó luego el Señor mano del castigo, y le descargó sobre nosotros : porque justo es el Señor en todas sus obras , y en cuanto nos ha mandado :

10 y con todo, nosotros no quisimos obedecer á su voz para que caminásemos según los preceptos que el Señor nos había puesto delante de los ojos.

I Dent. XXriIl. v. bS.^Thren. 11. v. 20.

276 LA PROFECÍA DE BARUCH.

11 Ahora pues, oh Señor Dios de Israel, que sa- caste á tu pueblo de tierra de Egypto con mano fuerte y por medio de portentos y prodigios , y con tu gran poderío y robusto brazo ^ y te adquiriste la nombradla que hoy tienes :

. 12 hemos pecado , Señor , hemos obrado impía- mente : inicuamente nos hemos portado , oh Señor Dios nuestro , contra todos tus mandamientos.

13 Aléjese de nosotros la indignación tuya : por- que somos pocos los que quedamos ya entre las nacio- nes en que nos dispersaste.

14 Escucha, Señor, nuestros ruegos, y nuestras oraciones , y líbranos por amor de mismo , y haz que hallemos gracia á los ojos de aquellos que nos han sacado de nuestra patria :

15 á fin de que con eso conozca todo el mundo que eres el Señor Dios nuestro , y que Israel y toda su estirpe lleva tu nombre.

16 Vuelve , oh Señor , tus ojos acia nosotros desde tu santa Casa , é inclina tus oidos y escúchanos.

17 Abre tus ojos y míranos ' , porque no son los muertos que están en el sepulcro , cuyo espíritu se se- paró de sus entrañas , los que tributarán honra á la iusticia del Señor ^ ;

18 sino el a!ma que está afligida por causa de la grandeza de los maics que ha cometido , y anda en-

1 Is. XXXVII. V. U.-LXIF. V. 9.

2 P.sal. (JXllL V. 17. Is. XXXVlII. v. 18.

CAPITULO II. 277

corvada y macilenta , y con los ojos caldos ; el alma hambrienta ó morüjicada , esa es la que te tributa gloria , oh Señor , á y á tu justicia.

19 Puesto que, no apoyados en la justicia ' de nuestros padres derramamos nuestras plegarias , é im- ploramos misericordia ante tu acatamiento , oh Señor Dios nuestro ;

20 sino porque has descargado tu indignación y tu furor sobre nosotros , según anunciaste por medio de tus siervos los Profetas , diciendo :

21 Esto dice el Señor : Inclinad vuestro hombro y vuestra cerviz , y servid al rey de Babylonia ^ , y así viviréis tranquilos , y no seréis echados de la tierra que yo di á vuestros padres :

22 mas si no obedeciereis la orden del Señor Dios vuestro de servir al rey de Babylonia , yo haré que seáis arrojados de las ciudades de Judá , y echados de Jerusalem ;

23 y quitaré de entre vosotros las voces de alegría, y de gozo , y los alegres cantares de los esposos y de las esposas ^ , y quedará todo el país sin vestigio de persona que le habite.

24 Ellos empero no quisieron obedecer la orden tu- ya de servir al rey de Babylonia ; y cumpliste tus palabras que anunciaron tus siervos los Profetas , cuan- do dijeron que serian trasladados de su lugar por los

1 Véase Justicia.

2 Jer. c. XXVIl. v. 12.

3 Jer. Vil. V. 3á.-Ezech. XXVI. v. 13.

24

278 LA PROFECÍA DE BARUCH.

encmUjos los huesos de nuestros reyes , y los huesos de nuestros padres ' :

25 y aquí que han sido arrojados al calor del sol, y á la escarcha de la noche ; y murieron entre crueles dolores , causados por el hambre , por la espada , y por un penoso destierro '.

26 Y el Templo en que se invocaba tu sanio nom- bre , le redujiste al estado en que se halla hoy dia , por causa de las maldades de la casa de Israel , y de la casa de Judá.

27 Y te has portado con nosotros , oh Señor Dios nuestro , con toda tu bondad , y con toda aquella tu grande misericordia :

28 conforme lo habías predicho porMoysés , siervo tuyo , en el dia que le mandaste escribir tu Ley á vista de los hijos de Israel ,

29 diciendo : Si vosotros no obedeciereis á mi voz, esta grande muchedumbre de gente será reducida á un pequeño número en las naciones, entre las cuales la dispersaré ;

30 porque yo que el pueblo ese no me escucha- rá , pues es un pueblo de dura cerviz : pero él volverá en , cuando esté en la tierra de su esclavitud ;

3 1 y conocerán que yo soy el Dios suyo. Y les da-

1 Jer. VULvA.

2 Maríini traduce peí/e. Véase Jer. XXXII. v.dQ.^a el texto griego de los Setenta se usa la voz «ttoctoX» que la Vulgata traduce literalmente ewmíone. Véase Jer. Thren. cav. II. V. 14.

CAPÍTULO III. "i 71»

un nueuo corazón , y enlenderán ; y oídos , y oirán ;

32 y me tributarán alabanza en la tierra de su cau- tiverio , y se acordarán de mi santo nombre,

33 Y dejarán la dureza de su cerviz, y la malig- nidad suya ; pues se acordarán de lo que sucedió á sus padres por haber pecado contra mí.

34 Y los conduciré otra vez á la tierra que promelí con juramento á sus padres Abraham , Isaac , y Jacob ; y serán señores de ella , y los multiplicaré , y no irán en diminución.

35 Y asentaré con ellos otra alianza , que será sem- piterna , por la cual yo sea su Dios , asi como ellos sean el pueblo mío ; y no removeré jamás á mi pueblo , á los hijos de Israel , de la tierra que les di.

CAPITULO 111.

Continúa el Profeta implorando la misericordia del Señor. Israe'l abandonó la senda de la sabiduría, y por eso fue llevado cautivo ; esta senda, desconocida de los soberbios, la mostró el Señor á su pueblo. Profecía de la encarnación del Hijo de Dios.

1 Y ahora , oh Señor todopoderoso , Dios de Israel, á dirige sus clamores el alma mia angustiada , y mi espíritu acongojado.

2 Atiende , oh Señor , y ten piedad , pues eres un Dios de misericordia , y apiádate de nosotros , por- que hemos pecado en tu presencia.

280 LA PROFECÍA DE BARUCH.

3 Pues oh Señor , permaneces eternamente ; y nosotros tus hijos ¿ habremos de perecer para siem- pre ' ?

4 Oh Señor todopoderoso , Dios de Israel , escucha ahora la oración de los muertos de Israel ^ , de los is- raeUlas atribulados , y de los hijos de aquellos ; los cuales pecaron delante de , y no quisieron escuchar la voz del Señor Dios suyo , por cuyo motivo se han apegado á nosotros iodos los males.

5 No quieras acordarte de las maldades de nuestros padres ; acuérdate , , en esta ocasión de tu poder y de tu sanio nombre :

6 porque eres el Señor Dios nuestro ; y nosotros, oh Señor , te tributaremos la alabanza :

_ 7 pues por eso has llenado de temor nuestros co- razones , á fin de que invoquemos tu sanio nombre, y te alabemos en nuestra cautividad ; puesto que de- testamos 1/a la iniquidad de nuestros padres que pe- caron en tu presencia.

8 Y aquí que permanecemos nosotros en nues- tro cautiverio , en donde nos tienes dispersos , para gue seamos el escarnio , la maldición y la hez de los pecadores , en pena de todas las maldades de nuestros padres, .los cuales se alejaron de tí, oh Señor Dios nuestro.

1 De un modo semejante movían al Seíior á que se apia- dase de ellos Job, cap XIII. v. 2b.— XIV. v. 1. y David Psal.CILv.^,\Z.

2 Vers. 11,

CAPÍTULO 111. 2 SI

9 Escucha, oh Israel, los mandamientos de vida : aplica tus oidos para aprender la prudencia.

10 ¿Cuál es el motivo , oh Israel , de que estés en tierra de enemigos ?

11 ¿y de que hayas envejecido en pais extranjero, te hayas contaminado entre los muertos , y de que ya se te cuente en el número de los que descienden al se- pulcro ?

12 ; Ah ! es por haber abandonado ba fuente de la sabiduría :

13 porque si hubieses andado por la senda de Dios, hubieras vivido ciertamente en una paz ó felicidad perdurable ' .

14 Aprende pues dónde está la sabiduría, dónde está la fortaleza , dónde está la inteligencia, para que sepas así también donde está la longura de la vida , y el sustento, y dónde eslá la luz de los ojos del alma^ y la paz ó felicidad verdadera.

1 5 ¿ Quién halló el lugar en que ella habita ? ¿ iS'i quién penetró en sus tesoros ?

16 ¿ Dónde están los príncipes de las naciones , y aquellos que dominaban sobre las bestias de la tierra ?

1 7 ¿ aquellos que jugaban ó se enseñoreaban de las aves del cielo ;

18 aquellos que atesoraban plata y oro , en que po- nen los hombres su confianza , y en cuya adquisición jamás acaban de saciarse ; aquellos que hacían labrar

1 Sap. cap. VI.

282 LA PROFECÍA DE BARUCH.

muebles de plata , y andaban afanados , sin poner tér- mino á sus empresas ?

19 Exterminados fueron y descendieron á los in- fiernos ; y su puesto le ocuparon otros.

20 Estos jóvenes vieron la luz, y habitaron sobre la tierra como sus padres ^ pero desconocieron también el camino de la sabiduría ;

21 ni comprendieron sus veredas, ni sus hijos la abrazaron : se alejó de la presencia de ellos.

22 No se oyó palabra de ella en la tierra de Chá- naan , ni fue vista en Theman '.

23 Asimismo los hijos de Agar , que van en busca de la prudencia ó sabiduría que procede de la tierra, y los negociantes de Merrha y de Theman ^ y los au- tores de fábulas instructivas , y los investigadores de la sabiduría é inteligencia , desconocieron igualmente el camino de la verdadera sabiduría , ni hicieron men- ción de sus veredas.

24 ¡ Oh Israel , cuan grande es la Casa de Dios , y cuan espacioso el lugar de su dominio !

1 En la tierra de Chánaan habitaban los phenicios, pue- blo astuto y célebre por la invención de las letras , ó del arte de escribir, etc. Los themanitas eran reputados por un pueblo sabio ó mas instruido que los otros. Véase /ej-em, XLIX. V. 20.

2 Se cree que esta es la ciudad de Maura de los sido- nios f Josué XIII. v. 4.J, los cuales eran muy entendidos, como generalmente todos los phenicios. Theman en la Idu- mea era un pueblo diferente del otro de la Arabia, pais de los ismaelitas; y unos y otros habitantes tenian fama de instruidos. Jcrem. XLIX. v. 7.

CAPÍTULO III. 2h'o

•25 Grandísimo es y no tiene término , excelso es é inmenso.

26 Allí vivieron aquellos famosos gigantes, que hu- bo al principio del mundo de grande estatura , diestros en la guerra.

27 No fueron estos escogidos por el Señor , no ha- llaron estos la senda de la doctrina : por lo tanto pere- cieron ,

28 porque no tuvieron sabiduría : perecieron pot su necedad.

29 ¿ Quién subió al cielo, y la tomó, y la trajo de encima de las nubes ?

30 ¿ Quién atravesó los mares y pudo hallarla , y la trajo con preferencia al oro purísimo ' ?

31 No hay nadie que pueda conocer los cansinos de ella , ni investigar las veredas por donde anda.

32 Mas aquel Señar que sabe todas las cosas , la conoce , y la manifiesta con su prudencia ; aquel que fundó la tierra para que subsista eternamente , y la llenó de ganados y de cuadrúpedos ;

33 aquel que despide la luz, y ella marcha al ins- tante; y la llama, y ella obedece luec/o, temblando de respeto ^.

34 Las estrellas difundieron su luz en sus estacio- nes ', y se llenaron de alegría :

35 fueron llamadas , y al instante respondieron :

1 Job XXVIII. V. 15.

2 Jos. X. V. 12.— ir. Reg. XX. v. 9.

3 Is. XXIV. V. 2l.—Jud. V. V. 20.

284 LA PROFECÍA DE BARUCH.

Aquí estamos; y resplandecieron , gozosas de servir al Señor que las crió.

36 Este es nuestro Dios, y ningún otro será re- putado por tal en su presencia.

37 Este fue el que dispuso todos los caminos de la doctrina ó sabiduría, y el que la dio á su siervo Jacob, y á Israel su amado.

38 Después de tales cosas, él se ha dejado ver so- bre la tierra, y ha conversado con los hombres '.

CAPITULO IV.

Preregativus del pueblo de Israel. El Señor castigó sus pe- cados con un largo cautiverio ; pero le dará la libertad, y castigará á sus enemigos.

1 La Sabiduría, este es el Libro de los manda- mientos de Dios, y la Ley que subsiste eternamente : todos los que la abrazan, llegarán á la vida verdade- ra; mas aquellos que la abandonan , van á parar en la muérete.

2 Conviértete, oh Jacob, y tenia asida : anda á la luz de ella por el camino que te señala con su res- plandor.

1 Véase una magnífica profecía de la encarnación del Hijo de Dios. Todos los santos padres lo exponen del mis- mo modo, refiriéndose á lo que se lee en el cap. I. del Evangelio de S. Juan , y en la Epist. I ad Timolh, cap . III V. 16.

CAPÍTULO IV. 285

3 No des tu gloria á otro pueblo , ni tu dignidad á una nación extraña.

4 Dichosos somos nosotros, oh Israel ; porque sa- bemos las cosas que son del agrado de Dios '.

5 Ten buen ánimo , oh pueblo de Dios , que conservas el nombre de Israel.

6 Vendidos habéis sido vosotros á las naciones, pero no para que seáis aniquilados ; sino que por ha- ber provocado la indignación de Dios, por eso fuis- teis entregados á los enemigos.

7 Pues exasperasteis á aquel Señor que os crió, al Dios eterno, ofreciendo sacrificios á los demonios en lugar de Dios.

8 Porque echasteis en olvido al Dios que os crió, y llenasteis de aflicción á Jerusalera vuestra nodriza.

9 Porque ella vio venir sobre vosotros la ira de Dios, y dijo : Escuchad, oh ciudades vecinas de Sion ; Dios me ha enviado una aflicción grande :

10 pues yo he visto la esclavitud dd pueblo mío, de mis hijos á hijas , á la cual el Eterno los ha con- ducido :

1 1 porque yo los crié con gozo ; pero con llanto y con dolor los he dejado.

12 Ninguno se alegre al verme viuda y desolada : desamparada he sido de muchos, por causa de los pe- cados de mis hijos ; los cuales se desviaron de la ley de Dios ,

13 y desconocieron sus preceptos, y no anduvie-

1 Ps. CXLVII. V. \9.-Deut. IV. v. 8.

280 , LA PROFECÍA DE BARUCH.

ron por el camino de los mandamientos de Dios, ni con la justicia siguieron por las sendas de su verdad.

14 Vengan las ciudades vecinas de Sion , y con- sideren y lamenten conmigo la esclavitud á que el Eterno ha reducido á mis hijos é hijas;

15 porque el Señor hizo venir contra ellos una nación remota, nación perversa, y de lengua desco- nocida :

16 la cual no ha respetado al anciano, ni ha te- nido piedad de los niños, y le ha arrancado á la viuda sus queridos hijos, dejándola sin ellos desolada.

17 Y ahora ¿en qué puedo yo ayudaros?

18 Pero aquel Señor que envió sobre vosotros los males , él mismo os librará de las manos de vuestros enemigos.

19 Andad, oh hijos mios , id al cautiverio; y yo me quedo solitaria.

20 Me desnudé del manto ó vestido de paz y re- gocijo, y me vestí del saco de rogativa , y clamaré al Altísimo todos los dias de mi vida.

21 Tened buen ánimo, oh hijos m.ios^ clamad al Señor , y él os libertará del poder de los príncipes enemigos.

22 Porque yo be puesto la esperanza mía en el Eterno, que es nuestra salud ; y el Santo me ha con- solado con la promesa de la misericordia que tendrá de vosotros el Eterno, nuestro Salvador.

23 Pues con lágrimas y sollozos os dejé ir ; mas el Señor os volverá otra vez á con gozo y ale- gría duradera.

capítulo IV. '¿87

24 Y al inodü que las ciudadea vecinas de Sion vieron que venia de Dios vuestra esclavitud ; así ve- rán muy presto que os vendrá de Dios la salud con grande honra y resplandor eterno.

25 Hijos, soportad con paciencia el castigo que ha descargado sobre vosotros. Porque, oh Israel, tu ene- migo te ha perseguido ; pero en breve verás la per- dición suya , y pondrás tu pié sobre su cuello ' .

26 Mis delicados hijos han andado por caminos ásperos ; porque han sido llevados como un rebaño robado por enemigos.

27 Hijos, tened buen ánimo, y clamad al Señor; pues aquel mismo que os ha transportado ah¿ , se acordará de vosotros.

28 Porque si vuestra voluntad os movió á descar- riaros de Dios, también le buscaréis con una voluntad diez veces mayor, luego que os hayáis convertido.

29 Porque aquel que os envió estos males, el mismo traerá un gozo sempiterno con la salud que os dará.

30 Buen ánimo, oh Jerusalem, pues te consuela aquel Dios que te dio el nombre de ciudad suya.

31 Los malos que te destrozaron, perecerán, y castigados serán aquellos qne se alegraron en la ruina tuya.

I En parte se verificó esto cuando Esther y Mardochéo en Susa, y Daniel en Babylonia tuvieron tan gran poder en el imperio de los cháldeos. Pero su principal curapliniiento liie cuando des[)ucs se sujetaron las naciones á !a Iglesia.

288 LA PROFECÍA DE BARUCH.

S2 Las ciudades á las cuales han servido tus hijos, serán castigadas ; y será castigada aquella que se apo- deró de ellos.

33 Asi como se gozó ella en tu ruina , y se alegró de tu caida, así se verá angustiada en su desolación.

34 Y cesará la alegre algazara de su muchedum- bre, y su regocijo se convertirá en llanto.

35 Porque el Eterno enviará fuego ' sobre ella por largos dias, y será habitada de demonios durante mu- cho tiempo ^.

36 Mira , oh Jerusalem , acia el Oriente, y repara la alegría que Dios te envía ;

3 7 porque aquí que vuelven tus hijos que tu en- viaste dispersos : ellos vienen congregados desde Oriente á Occidente , según la promesa del Santo , alabando á Dios con alegría.

CAPÍTULO V.

Convida á Jerusalem á que deponga sus vestidos de luto ; porque sus hijos llevados con ignominia al cautiverio, vol- verán de él llenos de gozo y de honra.

1 Desnúdate, oh Jerusalem, del vestido de luto, correspondiente á tu aflicción , y vístete del esplendor y de la magnificencia de aquella gloria perdurable que te viene de Dios.

1 Esto es, el fuego de la divina venganza por medio de los persas. Is. XIII. v. 19.- Jer. L. v. 29.

2 Is. XXXIV. V. U.-Jer. L. v. 39.

CAPÍTULO V. 289

2 Te revestirá el Señor de un doble manto de jus- ticia ó santidad, y pondrá sobre tu cabeza una dia- dema de honra sempiterna '.

3 Pues en dará á conocer Dios su magnificencia á todos los hombres que existen debajo del cielo.

4 Porque tu nombre , el nombre que te impondrá Dios para siempre, será este : La paz ó felicidad áe la justicia y la gloria de la piedad =*.

5 Levántate , oh Jerusalem , y ponte en la altura , y dirige tu vista acia Oriente, y mira cómo se congre- gan tus hijos desde el Oriente basta el Occidente en virtud de la palabra del Santo, gozándose en la me- moria de su Dios ;

6 porque se partieron de á pié llevados por los enemigos : el Señor empero , te los volverá á traer conducidos con el decoro ó magnificencia de hijos ó príncipes del reino '.

7 Porque Dios ha decretado abatir todo monte em- pinado, y todo peñasco eterno, y terraplenar los valles al igual de la tierra ; para que Israel camine sin de- mora para gloria de Dios.

8 Aun las selvas y todos los árboles aromáticos ha- rán sombra á Israel , por mandamiento de Dios.

1 Por la voz griega íi'rrXétS'A diphide se entiende un vestido ó manto para muger, forrado pieles preciosas ; y por mitra ó diadema el adorno de la cabeza. Era el ves- tido de gala, opuesto al de luto, que se llamaba saco ó ci- licio. Véase Mitra.

2 Véase Nombre, Vulgata.

3 Josepho lib. XI. Antiq. c. 4,

ToM. X. 25

290 LA PROFECÍA DE BARUCH.

9 Porque Dios guiará alegremente á Israel con el esplendor de su magestad , mediante la misericordia y la justicia que de él vienen.

CAPÍTULO VI.

Caria de Jeremías á los cautivos de Babylonia , en que les predice que lograrán la libertad pasadas siete generado' nes , y los exhorta á huir de la idolatría.

Copia de la carta que envió Jeremías á los judíos cuando habían de salir para Babylonia , á donde ios hacia condu- cir cautivos el rey de los babylonios , en que les hace saber lo que Dios le habia maudado. . . r.. j

1 Por los pecados que habéis cometido en la pre- sencia de Dios, seréis llevados cautivos á Babylonia por Nabuchódonosor rey de los babylonios.

2 Llegados pues á Babylonia , estaréis allí muchí- simos años, y por muy largo tiempo, hasta siete gene- raciones ' ; después de lo cual os sacaré de allí en paz.

3 Ahora bien , vosotros veréis en Babylonia dioses de oro, y de plata, y de piedra , y de madera , lleva- dos en hombros, que causan un temor respetuoso á las gentes ^.

4 Guardaos, pues, vosotros de imitar lo que hacen los extrangeros, de modo que vengáis á temerlos ó res- petarlos, y á concebir temor de tales dioses.

1 Cuenta el Profeta diez anos porcada generación.

2 IsXLir.v. 10.

CAPÍTULO VI. 291

5 Cuando veáis , pues, detrás y delante de ellos la turba que los adora , decid allá en vuestro corazón : Oh Señor, solo á ti se debe adorar.

6 Porque mi ángel ' con vosotros está ; y yo mismo tendré cuidado de vuestras almas.

7 Puesto que la lengua de los ídolos limada fue por el artífice, i/ muda se queda; y aunque están ellos dorados y plateados, son un mero engaño, é in- capaces de poder hablar.

8 Y al modo que se hace con una doncella amiga de engalanarse , así echando mano del oro, les ador- nan con esmero.

9 A la verdad los dioses de ellos tienen puestas so- bre la cabeza coronas de oro ; oro que después junta- mente con la plata les quitan los sacerdotes , á fin de gastarle ellos para mismos.

10 Y aun le hacen servir para engalanar á las bar- raganas , y á las rameras ; y á veces recobrándole de ellas, adornan con él á sus dioses.

1 1 Sin embargo que estos dioses no saben librarse del orín ni de la polilla.

12 Y después que los han revestido de púrpura . les limpian el rostro, con motivo del muchísimo polvo que hay en sus templos.

13 Tiene también el ídolo un cetro en su mano, como le tiene aquel que es juez ó gobernador de un pais ; mas él no puede quitar la vida , ni dañar al que le ofende.

I Dan. X.v.i3,2l.— XII. v.h

292 LA PROFECÍA DE BARUCH.

1 4 Tiene igualmente en su mano la espada , y la segur; mas no se puede librar á mismo de la guerra, ni de los ladrones : por todo lo cual podéis echar de ver que no son dioses.

15 Y así no tenéis que temerlos : porque los tales dioses son como una vasija hecha pedazos , que para nada sirve.

16 Colocados que se hallan en una casa 6 templo, sus ojos se cubren luego del polvo que levantan los pies de los que entran.

1 7 Y al modo que al que ofendió al rey, se le en- cierra dentro de muchas puertas , y como se practica con un muerto que se lleva al sepulcro ; así aseguran los sacerdotes las puertas con cerraduras y cerrojos , para que los ladrones no despojen á los dioses.

18 Enciéndenles también delante muchas lámpa- ras ; mas no pueden ver ninguna de ellas : son los tales dioses como las vigas de una casa.

19 Dicen que unas sierpes ' , que salen de la tierra, les lamen el interior ^, cuando se les comen á ellos y á sus vestiduras sin que ellos lo perciban.

20 Negras se vuelven sus caras del humo que hay en su casa.

21 Sobre su cuerpo y sobre su cabeza vuelan las

1 Por sierpes se entiende aquí toda suerte de gusanos. Los ídolos eran regularmente de madera , aunque adorna- dos con plata , oro y vestidos preciosos etc. Todo lo con- sumía la polilla. *

2 Como para laalagarlos ú obsequiarlos.

I

CAPÍTULO VI. 293

lechuzas, y las golondrinas, y otras aves, y también los gatos andan sobre ellos.

22 Por donde podéis conocer que los tales no son dioses ; y por lo mismo no los temáis.

23 Ademas de esto el oro que tienen, es para bien parecer ' : si alguno no los limpia del orin, ya no re- lucirán. Ni aun cuando los estaban fundiendo en el cri- sol , sintieron nada.

24 Y á pesar de que no tiay en ellos espíritu algu- no , fueron comprados á sumo precio.

25 Llevados son en hombros, como que no tienen pies ; demostrando así á los hombres su vergonzosa impotencia. Avergonzados sean también aquellos que los adoran.

26 Por eso si caen en tierra , no se levantan por mismos ; ni por mismos se mantendrán , si algu- no los pone en pié : y les han de poner delante las ofrendas , como á los muertos ^.

27 Estas ofrendas las venden y malgastan sus sa- cerdotes, y también sus mugeres roban para : no dan nada de ello al enfermo ni al mendigo.

28 Tocan los sacrificios de ellos las mugeres pari- das y las menstruosas'. Conociendo pues por todas es-

1 Martini traduce : e per mostra ; y los sacerdotes se lo quitan cuando quieren.

2 En varias ediciones de la Vulgata se lee humeri en vez de muñera : y así Martini traduce : si veggeranno su gli nmeri, etc. V^éase Dan. XIV.

3 Lev. XII. V, \.-XV. v. 19.

294 LA PROFECÍA DE BARUCH.

tas cosas que los tales no son dioses , no tenéis que te- merlos.

29 Mas ¿ como es que los llaman dioses ? Es por- que las mugeres ' presentan dones á estos dioses de plata , y de oro , y de madera ;

30 y los sacerdotes se están en las casas ó templos de ellos , llevando rasgadas sus túnicas , y raido el ca- bello y la barba , y con la cabeza descubierta ^.

31 Y rugen dando gritos en la presencia de sus dioses , como se practica en la cena ó convite de un muerto.

32 Los sacerdotes les quitan á los ídolos sus vesti- dos , y los hacen servir para vestir á sus mugeres y á sus hijos.

33 Y aunque á los ídolos se les hiciere algún mal ó algún bien, no pueden volver la paga correspon- diente. Ni pueden poner un rey, ni pueden quitarle :

34 y asimismo ni pueden dar riquezas , ni tomar venganza de nadie. Si alguno les hace un voto , y no le cumple , ni de esto se quejan.

35 No pueden librar á un hombre de la muerte , ni amparar al débil contra el poderoso.

1 Ignorantes que son muchas de ellas y supersticiosas , y los hombres débiles y supersticiosos , presentan , etc.

2 Parece que alude esto al culto que daban los gentiles á Adonis cuando lamentaban su muerte. De este luto ó duelo habla Luciano : De dea Si/ria. Este aparato luctuoso estaba prohibido á los sacerdotes hebreos. Levil. X. v. 6. XXI. V. 5, 10.

CAPÍTULO VI. 295

36 No restituyen la vista á ningún ciego , ni saca- rán de la miseria á nadie.

37 No se compadecerán de la viuda, ni serán bien- hechores de los huérfanos.

38 Semejantes son á las piedras del monte esos sus dioses de madera , de piedra , de oro , de plata. Con- fundidos serán sus adoradores.

39 ¿ Cómo pues puede juzgarse ni decirse que los tales son dioses ,

40 cuando aun los mismos cháldeos los despre- cian? Así que oyen que uno no puede hablar porque es raudo, le presentan á Bel , rogándole que le haga hablar :

41 como si tuviesen sentido aquellos que no tienen movimiento alguno ; y ellos mismos , cuando lleguen á desengañarse , los abandonarán : pues ningún sen- tido tienen sus dioses.

42 Las mugeres empero ' , ceñidas de cordones ', se sientan en los caminos, quemando el terrón ó el de- secho de la aceituna '.

1 Para honrar á Venus,

2 Los Setenta usaron de la voz p(,otví* que significa Juniculi é junco plexi. Alude esto á la infame superstición que movia á las mngeres, aun de clase distinguida , á prostituirse á lo menos una vez en la vida en honor de Mylitta, que es Venus. Cada una de ellas llevaba al rede- dor de sn cabeza un cordón ó cinta ^ el cual rompía hombre en señal de que escogia aquella rauger.

3 Era una necia y supersticiosa opinión del vulgo , el cual creía que aquel humo era apto para atraerse el amor de otro. Véase .S^ Augnst. lib. IV.de Cuit. Uei.cap. 10*—

296 p^ PROFECÍA DE BARÜCH.

43 Y asi que alguna de ellas , atraída por algún pasagero, ha dormido con él , zahiere á su compañera de que no ha sido escogida como ella, y no ha sido ro- to su cordón ó cinta.

44 Y todas cuantas cosas se hacen en honor de los ídolos, están llenas de engaño é infamia. ¿ Cómo pues podrá nunca juzgarse ó decirse que los tales sean dioses ?

45 Han sido fabricados por carpinteros, y por plateros. No serán otra cosa que aquello que quieran los sacerdotes.

46 Los artífices mismos de los ídolos duran poco tiempo. ¿Podrán pues ser dioses aquellas cosas que ellos mismos fabrican ?

47 Mentira y oprobio es lo que dejan á los que han de nacer.

48 Porque si sobreviene alguna guerra ó desastre, los sacerdotes andan discurriendo dónde guarecerse con aquellos sus dioses.

49 ¿Cómo pues pueden merecer jamás el concepto de dioses, aquellos que ni pueden librarse de la guer- ra, ni sustraerse de las calamidades?

50 Porque siendo como son cosa de madera, dora- dos y plateados , conocerán después al fin todas las naciones y reyes que son un engaño , viendo clara- mente como no son dioses , sino obras de las manos de

S.Athm. Or. contra iduL La voz griega ^'tw/j* .significa ¡■al vado.

capítulo vi. 297

ios hombres , y que nada hacen ellos en prueba de ser dioses.

51 Pero ¿y de dónde se conoce que no son ellos dioses , sino obras de las manos de los hombres , y que nada hacen en prueba de que son dioses ?

52 En que ellos no ponen rey en ningún pais , ni pueden dar la lluvia á los hombres.

53 No decidirán ciertamente las contiendas, ni librarán de la opresión á las provincias ; porque nada pueden: son como las cornejetas ', las cuales ni vienen á ser aves del cielo , ni animales de la tierra.

54 Porque si se prendiere fuego en el templo de los dioses esos de madera , de plata y de oro , á buen se- guro que echarán á huir sus sacerdotes , y se pondrán en salvo : pero ellos se abrasarán dentro , lo mismo que las vigas.

55 Ni harán resistencia á un rey en tiempo de guerra. ¿ Cómo pues puede creerse , ni admitirse que sean ellos dioses?

56 No se librarán de ladrones , ni de salteadores unos dioses que son de madera y de piedra , dorados y plateados ; porque aquellos pueden mas que ellos ;

57 y les quitarán el oro y la plata , y el vestido de

1 Es el volátil menos volador, y se alza muy poco del suelo ; de suerte que casi no pertenece ni á los volátiles , nj á los terrestres. Así el ídolo no es cosa del cielo, como cree el que le adora ; y según él , no es cosa de la tierra. Realmente ni es cosa del cielo , ni de la tierra : el ídolo es nada. Véase Ídolo.

298 LA PROFECÍA DE BARUCH.

que están cubiertos , y se marcharán ; sin que los ído- los puedan valerse á mismos. ^ 58 Por manera que vale mas un rey que muestra su poder, ó cualquiera mueble útil en una casa , del cual se precia el dueño ; ó la puerta de la casa , que guarda lo que hay dentro de ella , que no los falsos dioses.

59 El sol ciertamente , y la luna y las estrellas , que están puestas para alumbrarnos y sernos prove- chosas , obedecen puntualmente al Criador.

60 Asimismo el relámpago se hace percibir cuando aparece , y el viento sopla por todas las regiones.

61 Igualmente las nubes , cuando Dios les manda recorrer todo el mundo, ejecutan lo que se les ha man- dado.

62 El fuego también enviado de arriba para abra- sar los montes y los bosques , cumple lo que se le ha ordenado. Mas estos ídolos , ni en la belleza , ni en la virtud se parecen á ninguna de esas cosas.

63 Y así no debe pensarse, ni decirse que los tales sean dioses , cuando no pueden ni hacer justicia , ni servir en cosa alguna á los hombres.

""loA Sabiendo pues que ellos no son dioses, no tenéis que temerlos :

65 pues ni enviarán maldición, ni bendición á los reyes ;

66 ni muestran tampoco á los pueblos las estacio- nes de los tiempos , ni lucen como el sol , ni alum- bran como la luna.

67 Mas que ellos valen las bestias , las cuales

CAPÍTULO VI. 299

pueden huir á refugiarse bajo cubierto, y valerse á mismas.

68 De ninguna manera son dioses, como es evi- dente ; por tanto pues no tenéis que temerlos.

69 Porque así como no es buen guarda en el me- lonar un espantajo , así son sus dioses de madera, de plata y de oro.

70 Son como la espina blanca en un huerto, sobre la cual vienen á posar toda suerte de pájaros. Ase- méjanse también estos dioses suyos de madera , do- rados y plateados , á un muerto que yace entre las tinieblas del sepulcro.

71 Por la púrpura y escarlata, las cuales veis que se apolillan sobre ellos, conoceréis claramente que no son dioses : ellos mismos son al fin pasto de la po - lilla, y servirán de oprobio al país.

72 Mejor que todo es el varón justo, el cual no conoce los ídolos : porque estará bien lejos de la ignominia ' .

1 De la ignominia que acarrea el adorar como á dioses á los leños y piedras en forma de ídolos. De este y demás versículos del capitulo se infiere claramente contra C«i vino , que los gentiles no adoraban sus ídolos como imáge- nes del Dios verdadero , como hacemos los cristianos , sino que realmente creían que residía en ellos la divinidad.

FIN DE LA PROFECÍA DE BARUCH.

wm.