ISSN 1405-0471 Madera y Bosques PRIMAVERA 2 0 11 Xalapa, Ver. 17 ( 1 ) V MADERA y BOSQUES Vol. 17 Núm. 1 Primavera de 2011 Madera y Bosques, es una publicación del Instituto de Ecología, A.C., que edita la Red de Ambiente y Sustenta- biiidad. Los trabajos que publica tratan los temas de tecnología de productos forestales y del campo forestal en general, con énfasis en ecología forestal y manejo forestal. Se aceptan trabajos en español, inglés y ocasional- mente en otros idiomas. Su objetivo principal es constituirse en un medio de difusión de la investigación científica. Asimismo, publica contribuciones técnicas y estados del arte que incidan en el medio nacional e internacional. Es una publicación trimestral que aparece en primavera, en verano, en otoño y en invierno. Ocasionalmente se ofre- cerá un número especial. COMITÉ EDITORIAL Editor, Raymundo Dávalos Sotelo Dr. Patrick J. Pellicane Dr. Martín A. Mendoza Briseño Dr. Ariel Lugo M.C. Freddy Rojas Rodríguez Dr, Alejandro Velázquez Martínez Dr. Juan José Jiménez Zacarías Producción Editorial: Aída Pozos Villanueva Reyna Paula Zarate Morales CONSEJO EDITORIAL Dr. Óscar Aguírre Calderón - Universidad Autónoma de Nuevo León. México. M. I. Miguel Cerón Cardeña - Universidad Autónoma de Yucatán. México. M.C. Mario Fuentes Salinas - Universidad Autónoma de Chapingo. México. Dr. Rubén F. González Laredo - Instituto Tecno- lógico de Durango. México. Dr. Raymond P. Guríes - University of Wisconsin. EUA. Dr. Lázaro R. Sánchez Velázquez - Universidad Veracruzana, México. Dr. Amador Honorato Salazar - Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrí- colas y Pecuarias. México. Dr. Ezequiel Montes Ruelas - Universidad de Guadalajara. México. Dr. José Návar Cháidez - Universidad Autónoma de Nuevo León. México. Dra. Carmen de la Paz Pérez Olvera - Univer- sidad Autónoma Metropolitana - Iztapalapa. México. Dr. Hugo Ramírez Maldonado - Universidad Autónoma de Chapingo. México. Dra. María de los Ángeles Rechy de Von Roth - Universidad Autónoma de Nuevo León. México. Dr. Víctor L. Barradas Miranda - Instituto de Ecología, UNAM. México. Madera y Bosques, Vol. 17 Núm. 1 de 2011. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2005-062018152600-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 12906. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10479. Domicilio de publicación: Carretera Antigua a Coatepec No. 351. El Haya. 91070 Xalapa, Ver., México. Imprenta: Editorial Cromocolor S.A. de C.V., Miravalles 703. Col. Portales 03300 México, D.F. La suscripción anual para 2011 es de $450. 00+$1 50.00 gastos de envío al interior de la República y $45.00 USD al extranjero. Precio por ejemplares sueltos $160.00 y $15.00 USD, respectivamente. Incluye costos de envío por correo aéreo. Suscripciones en México en International Magazine Subscriptions, Tenochtitlan No. 26 LIO M7, Ampl. Tlacuitlapa, 01650 México, D.F. 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MADERA Y BOSQUES Vol.17 Núm. 1 Primavera de 2011 CONTENIDO Editorial 3 Artículos de investigación Durabilidad de la madera de Prosopis laevigata y efecto de sus extractos en hongos que degradan la madera Artemio Carrillo-Parra, Frantlsek Hapla, Carsten Mal y Fortunato Garza-Ocañas 7 Características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalplnla gaumerl Greenm en Dzan, Yucatán V.M Interián-Ku, M.A. Borja de la Rosa, J.l. Valdez-Flernández, E. García-Moya, A. Romero-Manzanares y H. Vaquera-Fluerta 23 Strength properties and natural durability of Avocado (Persea americana Mili.) branch wood F. J. Fuentes-Talavera, J.A. Sllva-Guzmán, R. Rodríguez-Anda, M. G. Lomelí-Ramírez, R. Sanjuán-Dueñas y H. G. Rlchter 37 Regeneración natural de Plnus elllottll en claros silvícolas: dinámica poblacional durante siete años Silvia L. Rebottaro y Daniel A. Cabrelll 49 Germinación y supervivencia de seis especies nativas de un bosque tropical de Tabasco, México Isidro Pérez-Flernández, Susana Ochoa-Gaona, Georgina Vargas-Simón, Manuel Mendoza-Carranza y Noel Antonio González-Valdivia 71 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa en la Sierra Madre Oriental Mario A. García Aranda, A. Eduardo Estrada-Castillón, Enrique Jurado-Ybarra y Di no U. González-Uribe 93 Guía de autores Nuestra portada: Árboles podados en plantaciones de aguacate. Autor: Francisco Javier Fuentes Talavera. Departamento de Madera, Celulosa y Papel “Ing. Karl Augustin Grellmann", CUCEI Universidad de Guadalajara, México. MADERA Y BOSQUES Vol.17 Num. 1 Spring 2011 TABLE OF CONTENTS Editorial 3 Research papers Durability of wood of Prosopis laevigata and the effect of its extractives on wood-decaying fungus Artemio Carrillo-Parra, Frantisek Hapla, Carsten Mai y Fortunato Garza-Ocañas 7 Anatomical characteristics and physical properties of wood of Caesalplnla gaumeri Greenm in Dzan, Yucatán V.M Interlán-Ku, M.A. Borja de la Rosa, J.l. Valdez-Flernández, E. García-Moya, A. Romero-Manzanares y H. Vaquera-Fluerta 23 Propiedades de resistencia y durabilidad natural de la madera de ramas de aguacate ( Persea americana Mili.) F. J. Fuentes-Talavera, J.A. Sllva-Guzmán, R. Rodríguez-Anda, M. G. Lomelí-Ramírez, R. Sanjuán-Dueñas y H. G. Richter 37 Plnus elllottll natural regeneration in forest gaps: seven years population dynamics Silvia L. Rebottaro y Daniel A. Cabrelll 49 Germination and survival of six native species in a tropical forest ofTabasco, México Isidro Pérez-Hernández, Susana Ochoa-Gaona, Georglna Vargas-Simón, Manuel Mendoza-Carranza y Noel Antonio González-Valdivia 71 Analysis of eleven natural populations of Taxus globosa in the Sierra Madre Oriental Mario A. García Aranda, A. Eduardo Estrada-Castillón, Enrique Jurado-Ybarra y Dino U. González-Uribe 93 Author's guide Our cover: Trees pruned in Avocado plantations. Author: Francisco Javier Fuentes Talavera. Department of Wood, Cellulose and Paper “Ing. KarlAugustin Grellmann”, CUCEI University of Guadalajara, México. EDITORIAL En esta época, el interés del público en temas ambientales parece haberse incrementado sensiblemente. En parte, esto se debe a la amplia difusión que estos temas reciben en los medios de comunicación masiva. También es justo reconocer que los sistemas educa- tivos de muchas de las naciones del mundo han ido incorporando esta temática en sus curricula de una manera cada vez más profunda. Como una consecuencia benéfica de esta atención a temas del ambiente, las personas cada vez tratan de generar el menor daño ambiental posible, particularmente las responsables de grandes obras de inge- niería, para las que los requisitos ambientales se vuelven más estrictos con el paso del tiempo. Una actividad importante en ese sentido es la declaratoria de la Organización de la Naciones Unidas de considerar el año 2011 como “Año Internacional de los Bosques”, actitud que ha sido secundada de manera firme y decidida por el Gobierno Federal Mexi- cano, que de manera simultánea con la declaratoria de la onu, anunció una serie de medidas para promocionar esta posición. Por supuesto que aún queda mucho por hacer antes de asegurar que la conciencia ambiental es parte integral de la cultura humana. Una necesidad importante es contar con información sólida y útil acerca de los bosques y los bienes que se extraen de ellos. Los medios de difusión para el público en general y los orientados a la diseminación de la actividad científica tienen una gran responsabilidad en este ámbito. Con el afán de contribuir en alguna medida a esta importantísima tarea, los editores de esta revista estamos haciendo un esfuerzo por mantener vigente y actua- lizada la información presentada en Madera y Bosques. Para ello, contamos con el deci- dido apoyo de autores, revisores y en no menor medida, de los responsables de la forma- ción editorial e impresión. Esperamos que este esfuerzo sea positivo para los lectores de la revista. En este número contamos con tres trabajos sobre temas tecnológicos y tres más sobre asuntos del área forestal, es decir, se trata de un conjunto balanceado de trabajos de investigación. El primero trata de la durabilidad natural de la madera de Prosopis laevi- gata de cuatro sitios del Noreste de México. La durabilidad natural fue cuantificada como pérdida de masa y pérdida de módulo de elasticidad dinámico. Los resultados indican que P. laevigata es altamente resistente y puede ser clasificada según la Norma Europea 350-1 como clase 1 (muy durable). Un segundo artículo describe las características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalpinia gaumeri Greenm de Dzan, Yucatán. Esta madera es una especie muy apreciada en la construcción de casas y postes para cercas en la región maya de Yucatán. En el presente trabajo se concluye que por las características anatómicas y las propiedades físicas de la madera, C. gaumeri se puede utilizar en la elaboración de durmientes, postes, duelas y artesanías; sin embargo, su aprovechamiento para carpintería y trabajos finos está limitado por defectos como el grano entrecruzado y presencia de cristales. El tercer manuscrito contiene información sobre las propiedades de resistencia y durabilidad natural de la madera de ramas de aguacate ( Persea americana Mili.). Se concluye que los árboles de aguacate producen una madera de rama de baja a mediana densidad con valores medios a bajos de flexión estática, compresión y tensión paralela a la fibra y valores medios de resistencia al cortante longitudinal, impacto y dureza. La madera se considera como no resistente al ataque de organismos y por lo tanto no es apta para aplicaciones en el exterior a menos que esté tratada. Teniendo en cuenta su perfil de propiedades y las pequeñas 4 dimensiones disponibles, la madera de aguacate se recomienda para carpintería general, muebles, decoración interior, placas encoladas para armarios y madera laminada para interiores. En temas de índole forestal un artículo presenta información sobre la regeneración natural de Pinus elliottii (Engelm.) en claros silvícolas generados mediante una cosecha en fajas. Se probó el efecto de dos orientaciones, se cuantificó la densidad, el recluta- miento, la mortalidad y el crecimiento en diámetro y altura. La densidad fue suficiente para iniciar un ciclo productivo. El reclutamiento se concentró durante invierno-primavera, mientras que la mortalidad fue más frecuente en primavera-verano. Nueve años después de la apertura de los claros, el análisis de las plantas más grandes de cada población permitió establecer las diferencias entre los tratamientos de apertura. La dinámica pobla- cional mostró que la regeneración natural creciendo en claros, representa un recurso productivo alternativo para la zona de estudio. El siguiente artículo se refiere a la germinación y supervivencia de seis especies nativas de un bosque tropical de Tabasco, México. Los resultados indicaron que los dife- rentes tipos de cobertura vegetal no mostraron diferencias significativas en las tasas de germinación y de crecimiento; sin embargo, sí influyeron en la capacidad de germinación y en las tasas de depredación de algunas especies. En el acahual joven se presentó la mayor depredación de semillas. En el vivero no se encontró diferencia en la proporción de semillas germinadas, ni en las tasas de germinación y de crecimiento. Las condiciones ambientales de las diferentes clases de cobertura vegetal mantienen condiciones adecuadas para el proceso de germinación, crecimiento y establecimiento de plántulas de las espe- cies estudiadas, lo cual permite sugerir su utilización en la rehabilitación de áreas degra- dadas del bosque original sembrando de manera directa, siempre y cuando se realice de manera inmediata después de la recolecta. El último trabajo publicado trata del análisis de poblaciones naturales de Taxus globosa en la Sierra Madre Oriental, en los estados de Nuevo León y Tamaulipas, México. La prueba de x 2 indica que todas las poblaciones tienen una distribución normal. La cobertura y el diámetro mostraron valores altos de correlación. La tendencia de las curvas poblacionales indica que las poblaciones más aisladas de los centros de población o en sitios inaccesibles son las que poseen una proporción de individuos juveniles mayor que el resto de las poblaciones del noreste. En los seis trabajos, se trata, como puede convencerse por sí mismo el lector, de información relevante y valiosa para manejar el recurso forestal de las regiones y espe- cies estudiadas que, en este caso, abarcan dos importantes países de América Latina, que son Argentina y México. Raymundo Dávalos Sotelo Editor EDITORIAL In the present time, the public interest in environmental issues seems to have increased significantly. This is due in part, to the wide dissemination of these issues in the mass media. It is also fair to say that the educational Systems of many nations of the world have been incorporating this theme into their curricula in an ever deeper fashion. As a benefi- cial consequence of this attention to environmental issues, people are increasingly trying to generate the least possible environmental damage, particularly those responsible for major engineering works, for which environmental requirements become more stringent over time. An important activity in this regard is the declaration of the Organizaron of the United Nations to consider the year 201 1 as “International Year of Forests”, an attitude that has been seconded in a firm and decided way by the Mexican Federal Government, which simultaneousiy with the declaration of the un, announced a series of measures to promote this position. Of course there is still a long way to go before ensuring that environmental awareness is an integral part of human culture. A major need is to have solid and useful information about forests and the goods that are extracted from them. The media for the general public and those aimed at the dissemination of scientific activity have a great responsibility in this area. In an effort to contribute in some measure to this important task, the editors of this magazine are making an effort to maintain current and updated the infor- mation in ‘Madera y Bosques*. To do this, we have the strong support of authors, reviewers, and not least, the managers of the editorial formation and printing aspects. We hope this effort will be positive for readers of the Journal. In this issue, we have three papers on technology issues and three issues of the forest area, i.e., it is a balanced set of research papers. The first is the natural durability of wood from Prosopis laevigata in four sites in northeastern México. The natural durability was quantified as mass loss and loss of dynamic modulus. The results indícate that P. laevigata is highly resistant and can be classified according to EN 350-1 as a class 1 wood (very durable). A second article describes the anatomical and physical properties of the wood of Caesalpinia gaumeri Greenm from Dzan, Yucatán. This wood species is very popular in home building and fence construction in the Maya región of Yucatán. This paper concludes that because of the anatomical and physical properties of its wood, C. gaumeri can be used in the production of cross-ties, poles, staves and crafts, but its use for carpentry and fine work is limited by defects such as cross-linked grain and the presence of crystals. The third manuscript contains information about the properties of strength and durability of the wood of branches of avocado ( Persea americana Mili). It was concluded that the avocado trees produce wood branch with low to médium density, low to médium valúes of static bending, compression and tensión parallel to the fiber and average valúes of longitudinal shear, impact and hardness. The wood is considered not resistant to attack by organisms and therefore not suitable for outdoor applications, unless treated. Consid- ering its property profile and small size available, avocado wood is recommended for general carpentry, furniture, interior decoration, glue boards and plywood cabinet for indoor use. On issues of forestry, an article presents information on the natural regeneration of Pinus elliottii (Engelm.) in silvicultural gaps generated by clear-cutting. They tested the effect of two orientations, the density was quantified, as well as recruitment, mortality and 6 growth in diameter and height. The density was sufficient to start a production cycle. Recruitment is concentrated during winter and spring, while mortality was more frequent in spring and summer. Nine years after the opening of the canopy, the analysis of the largest plants of each population allowed the authors to establish the differences between the treatments of openness. The population dynamics showed that natural regeneration growing in canopy openings represents an alternative productive use forthe study area. The following articie refers to the germination and survival of six native species from a tropical forest of Tabasco, México. The results indicated that different types of vegeta- ron showed no significant differences in rates of germination and growth, but they had an effect on the capacity of germination and predation rates of some species. The young fallows had the highest seed depredation. In the tree nursery there was no difference in the proportion of germinated seeds and germination rates and growth. The environmental conditions of different types of vegetation proved to be suitable conditions to maintain the process of germination, seedling growth and establishment of the species studied, which allows the authors to suggest its use in rehabilitaron of degraded areas of the original forest planting directly, as long as it is done immediately after harvest. The final published work is the analysis of natural populations of Taxus globosa in the Sierra Madre Oriental in the States of Nuevo León and Tamaulipas, México. The x 2 test indicates that all populations have a normal distribution. The coverage and the diameter showed high correlation valúes. The population trend of the curves indicates that more isolated populations or those in inaccessible places are the ones with a greater propor- tion of juveniles than other populations in the Northeast. In the six studies, it is shown, as the reader can convince him/herself, relevant and valuable information for managing the forest resources of regions and species studied, which in this case involve two major countries in Latin America which are Argentina and México. Raymundo D aval os Sotelo Editor Madera y Bosques 17(1), 2011:7-21 7 IARTICULO DE INVESTIGACION! Durabilidad de la madera de Prosopis laevigata y efecto de sus extractos en hongos que degradan la madera Durability of wood of Prosopis laevigata and the effect of its extractives on wood-decaying fungus Artemio Carrillo-Parra 1 , Frantisek Hapla 2 * 4 , Carsten Mai 2 y Fortunato Garza-Ocañas 1 RESUMEN Se determinó la durabilidad natural de la madera de Prosopis laevigata de cuatro sitios del Noreste de México mediante a) microcosmos terrestres (Pre-norma Europea 807) en un suelo tipo vertisol durante 32 semanas y b) en condiciones de laboratorio (Norma Europea 113 modificada) al exponer la madera a los hongos Comophora putearía, Irpex lacteus, Pleurotus ostreatus y Trametes versicolor durante 16 semanas. La durabilidad natural fue cuantificada como pérdida de masa y pérdida de módulo de elasticidad dinámico (MOE djn ). Adicionalmente, se determinó el efecto en el crecimiento de los hongos C. putearía y T. versicolor producido por los extractos de la madera de P laevigata obtenidos por agua caliente, etanol y acetona en concentraciones de 1 00 partes por millón (ppm), 1 000 ppm, 5 000 ppm y 10 000 ppm. Los resultados indican que P laevigata es altamente resistente en el microcosmos terrestre, con pérdidas en masa de (9 ± 2)% a (17 ± 5)% y MOE din de (20 ± 4)% a (39 ± 11)%, En el segundo método, la pérdida en masa producida por los cuatro hongos fue de (0,7 ± 0,5)% a (2,6 ± 3,2)% y clasificada según la Norma Europea 350-1 como clase 1 (muy durable). La pérdida del MOE din fue de (3,8 ± 4,2)% a (19,9 ± 5,6)%. Los extractos de P. laevigata obte- nidos con agua caliente en concentración de 10 000 ppm mostraron el mayor porcentaje de inhibición al reducir el crecimiento de C. putearía (83 ± 8)% y (93 ± 6)% para T. versicolor. PALABRAS CLAVE: Durabilidad natural, extractos, Prosopis laevigata, pudrición. ABSTRACT The natural durability of mezquite wood (Prosopis laevigata) from four locaiities in Northeast México was determined using two test, a) terrestrial microcosm (European pre-norm 807) during 32 weeks on a non sterilized vertisol soil and, b) laboratory conditions according to the modify European Norm 113, the wood was exposed by 16 weeks to Basidiomycetes Trametes versicolor. Coniophora putearía, Irpex lacteus and Pleurotus ostreatus. The natural durability oftwo methods were determined by mass loss and by the dynamic modulus of elasticity loss (MOE dyn ). Additionally the inhibition effect of wood extracts obtained from wood sawdust in either hot water, ethanol or acetone at 100 parts per million (ppm), 1 000 ppm, 5 000 ppm and 10 000 ppm on growth of C. putearía and T. versicolor was also determined. The results showed that P. laevigata wood from the four sites is similar and very resis- tant to soil contad; the mass lost was ranging from (9 ± 2)% to (17 ± 5)%. The MOE din lost of P. 1 Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma de Nuevo León, Carr. Nal. Km. 145 C.P. 67700. Linares, Nuevo León, México. C.e.: arte_carr@hotmail.com Wood Biology and Wood Products Section, Burckhardt Institute of the Georg-August-University. Büsgenweg 4 D-37077 Goettingen, Germany. 2 8 laevigata was ranging from (20 ± 4)% to (39 ± 11)%, the control species showed valúes of (91 ± 13)% and (62 ± 15)% respectively. The second method (modify european norm 113) showed mass loss of P. laevigata for the four localities and the four fungí ranging from (0,7 ± 0,5)% to (2,6 ± 3,2)%, placed this species as a class 1 (i.e. very durable) according to the European Norm 350-1. The MOE dyn losses was from (3,8 ± 4,2)% to (19,9 ± 5,6)%. The hot water extracts at 1 0000 ppm concentration inhibited growth of C. puteana and T. versicolor by (83 ± 8)% and (93 ± 6)% respectively. KEY WORDS: Natural durability, extractives, Prosopis laevigata , decay. INTRODUCCIÓN El género Prosopis comprende alrededor de 44 especies y se encuentra amplia- mente distribuido en zonas áridas y semiáridas del mundo en condiciones de suelo pobre (Burkart, 1976; Alden, 1995; Juárez et al., 2002). Se localizan en África, Asia y América (Pasiecznik et al., 2001). En Norteamérica existe el complejo denominado México-Texano donde se desarrollan diez especies en forma natural; Sudamérica, principal- mente en Argentina y en los países vecinos, se considera el centro de disper- sión del continente Americano del género Prosopis (Burkart, 1976; INE, 1994). La madera de Prosopis se utiliza prin- cipalmente para la producción de carbón, por su alta densidad y la forma irregular en que se desarrollan los fustes. En menor escala se utiliza para la producción de muebles, mangos para herramientas y duelas (Pasiecznik et al., 2001). En estudios de durabilidad natural, se ha clasificado la madera de algunas especies de Prosopis como durables (Wolf y Perales, 1985). Durabilidad natural de la madera es entendida como la resistencia que presentan algunas Durabilidad de la madera de Prosopis laevigata especies contra el deterioro ambiental que se puede manifestar como pudrición (Balaban et al., 2003). La durabilidad, el color, el olor, la permeabilidad y la reduc- ción en contracción e hinchamiento de cada especie maderera, se atribuye a la presencia de los extractos (Hillis, 1968; Hillis, 1987; Reyes-Chilpa et al., 1998; Aloui et al., 2004; Gutiérrez et al., 2006). Los extractos son compuestos químicos que constituyen de 2% a 10% del peso seco en especies de clima templado y hasta 20% en maderas de clima tropical (Fengel y Wegener, 1989; Mantanis et al., 1995) y pueden inducir la durabilidad en la madera. La madera de especies como Tectona grandis, Chamaecyparis nootkatensis, Thuja plicata , presentan una alta resistencia al deterioro causado por insectos y hongos; debido a la presencia de compuestos químicos como las tectoquinonas y quinonas (Haupt et al., 2003; Taylor et al., 2006; Thulasidas y Bhat, 2007). El uso de P. laevigata se puede ampliar si se analiza detalladamente su durabilidad natural, característica que ha sido poco estudiada (Donoso et al., 1984; Rodríguez y Maldonado, 1996; Ríos et al., 2001; Géardin et al , 2004). Esto posi- bilitaría su uso en condiciones a la intem- perie como recubrimientos de pisos, ventanas y muebles de jardín donde se requiere alta durabilidad (Folliott y Thames, 1983; INE, 1994; Meraz et al., 1998; Giménez et al., 2000). Por lo tanto, determinar la durabi- lidad natural de la madera de P. laevigata, la eficiencia de sus extractos en inhibir el crecimiento de hongos degradadores de la madera, identificar y finalmente utilizar los compuestos químicos que producen esta resistencia en maderas con baja resistencia, son líneas de investigación que incrementarían la utilización de esta especie. Madera y Bosques 17(1), 2011:7-21 9 OBJETIVOS Los objetivos de esta investigación son: 1) determinar y clasificar la durabilidad natural de la madera de P. laevigata proveniente de cuatro sitios al ser expuesta a microcosmos terrestres y en laboratorio a los hongos C. putearía, I. lacteus, P. ostreatus y T. versicolor, 2) establecer, en condiciones de labora- torio, el efecto de los extractos de la madera de R laevigata en el crecimiento de los hongos C. putearía y T. versicolor, degradadores de la madera. METODOLOGÍA La durabilidad natural de la madera de P. laevigata fue determinada con probetas provenientes de 12 árboles extraídos en el estado de Nuevo León, de los sitios Rancho Saltilleros municipio de China, Rancho San Lorenzo, municipio de General Terán, Ejido La Reforma, muni- cipio de Linares y Ejido Santa Gertrudis, municipio de Dr. Arroyo. De cada sitio se obtuvo información relacionada con las condiciones ambientales, incluyendo temperatura, precipitación y localización geográfica (Tabla 1). En forma adicional y para cumplir con los requisitos de las normas empleadas, se usaron probetas testigo de la madera de albura de Pinus sylvestris y Fagus sylvatica. Durabilidad natural de la madera en microcosmos terrestre (Pre-norma Europea 807) La durabilidad en microcosmos terrestre se determinó siguiendo la Pre-norma Europea 807 (ENV 807, 2001). El proce- dimiento consistió en seleccionar de cada sitio 20 probetas con dimensiones de 1 00 mm x 1 0 mm x 5 mm en dirección longitu- dinal, radial y tangencial, respectivamente, de madera de P laevigata ; además, se utilizaron 20 probetas de madera de P. sylvestris y 20 de F. sylvatica las cuales sirvieron como especies testigo. Las 120 probetas fueron colocadas al azar en dos recipientes de plástico (32 cm x 40 cm x 22 cm) conteniendo microcosmos terrestre. Cada probeta se colocó a 2 cm de distancia y se enterraron 8 cm. El suelo se mantuvo a un contenido de humedad en un rango de 20% a 60% de su máxima capacidad de campo Tabla 1. Localización geográfica, temperatura y precipitación de los sitios donde se extrajeron los árboles para la elaboración de las probetas de madera de P laevigata. Descripción China General Terán Linares Dr. Arroyo Localidad Rancho Rancho Ejido Ejido Santa Saltilleros San Lorenzo La Reforma Gertrudis Latitud 25° 24'23" 25° 20'18" 24° 42'05" 23° 54'48" Longitud 99°10'22"’ 99°31'00” 99°32’05” 100°10’14” Temperatura °C * 22-24 22-24 20-22 16-20 Precipitación (mm)* 512 631 759 300 - 600 Fuente: INEGI (2000) 10 Durabilidad de la madera de Prosopis laevigata durante 32 semanas. La durabilidad natural se cuantificó como el grado de deterioro de la madera mediante la pérdida de masa y la pérdida del módulo de elasticidad dinámico MOE djn , los proce- dimientos se detallan a continuación: Pérdida de masa Este procedimiento consistió en deter- minar la reducción de masa de las probetas de madera expuestas a micro- cosmos terrestres, al obtener la dife- rencia en porciento de la masa de madera en condición seca al inicio del experimento y la masa encontrada después de 32 semanas. La pérdida de masa fue determinada mediante la siguiente fórmula: El MOE din se calculó en probetas a punto de saturación de la fibra, mediante la inducción de vibraciones producidas por el golpe de un pequeño martillo en el punto medio de la probeta. La señal se registró con un transductor colocado a un extremo de la probeta a una distancia de 0,224 veces su longitud, el cual captura las frecuencias y las envía hacia el equipo GrindoSonic (Lemmers, Belgium) que muestra los valores de frecuencia en kHz. Los valores fueron registrados al inicio del ensayo, y posteriormente en las semanas 8, 16, 24 y 32. La información obtenida fue utilizada en las siguientes fórmulas para determinar el MOE d¡n : MOE din = 4 • jt* / HdPiA.I u mí • I l 2 * A •K, M; Donde: P.M = Pérdida de masa (%) = masa anhidra de la probeta al inicio del ensayo (g) M f = masa anhidra de la probeta al final del ensayo (g) Pérdida de MOE djn Este procedimiento fue establecido por Machek et al. (2001), tiene la ventaja de no ser destructivo y no requiere de instalar algún equipo (Hearmon, 1966; Machek et al., 1998; Machek et al., 2001). Se utiliza para cuantificar la pudrición en probetas de madera, debido a que la pérdida del MOE din es mucho más sensible que otras pruebas y presenta valores altamente significa- tivos, incluso en etapas iniciales de deterioro cuando la pérdida de masa es aún baja. b* 03 C 40 R y se clasi- ficó de acuerdo con Ordóñez et al. (1990). RESULTADOS Descripción macroscópica La madera tiene un olor perceptible, sabor astringente, no se observa una transición clara entre madera temprana y tardía (Figura la). El duramen es de color café oscuro amarillento (HUE 10YR 3/6) y la albura castaño muy pálido (FIUE 10YR 7/3), con veteado pronunciado, brillo medio (Figura Ib), hilo entrecruzado y textura media (Figura 1c). Figura 1 . Color, veteado, hilo y textura en cortes típicos de Caesalpinia gaumeri Greenm: a) transversal; b) tangencial y c) radial. 28 Características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalpinia Descripción microscópica En el corte transversal se observa poro- sidad difusa; los poros son en su mayoría solitarios y en algunos casos múltiples radiales (2-4), con gomas; también se distinguen líneas de parénquima concén- trico en bandas finas (de una célula), así como parénquima paratraqueal aliforme y aliforme confluente (Figura 2a y b). Los poros, por su abundancia, se clasifican como moderadamente pocos y, por su diámetro radial y tangencial, como muy pequeños (Tabla 1). En el plano radial, los vasos presentan una placa de perforación simple (Figura 2c) y los rayos son homo- celulares con células procumbentes (Figura 2c y d). En el plano tangencial, el parénquima axial está formado por fila- mentos de dos células fusiformes (Figura 2e). Los rayos son uniseriados y bise- riados (Figura 2e y f), por su altura se clasifican como extremadamente bajos, por su diámetro como extremadamente finos y por su abundancia como extrema- damente abundantes (Tabla 1). Tabla 1. Características microscópicas de Caesalpinia gaumeri Greenm. Variable N Media Coeficiente Desviación Máxima Mínima Clasificación pm de variación estándar pm pm Fibra 516 Longitud 1 048,8 10,8 113,7 1 387,7 566,9 Mediana (900-1 600 pm) i Diámetro de lumen 5,1 55,8 2,8 18,3 1,1 Mediano (5-10 pm) 2 Diámetro total 16,5 16,7 2,8 29,2 7,8 Fino (<25 pm)i Grosor de pared celular 11,4 23,3 2,6 19,8 4,2 Extremadamente gruesa (>7 pm) 2 Vasos Longitud 240 218,2 14,1 30,7 330,9 94,9 Extremadamente cortos (<300 pm) 2 Diámetro radial (poros) 1 309 83,3 23,4 19,5 128,4 20,3 Muy pequeño (<100 pm)3 Diámetro tangencial (poros) 1 309 65,9 19,2 12,6 101,1 23,5 Muy pequeño (<100 pm)3 Poros por mm 2 220* 10 0,3 2,8 18 6 Moderadamente pocos (6-16 mm 2 ) 2 Diámetro de punteaduras 240 4,8 0,2 0,9 5,8 3,8 Pequeño (4-7 pm)4 Rayos 3 342 Altura 116,5 17,5 20,3 191,4 36,4 Extremadamente bajos (<500 pm)5 Diámetro 13,2 32,8 4,3 35,3 5,3 Extremadamente finos (<15 pm)6 Rayos por mm 2 88* 42 0,2 7,6 62 28 Extremadamente abundantes (>9 mm 2 ) 2 N = Número de estructuras medidas; * = número de imágenes medidas; iTortorelli (1956); 2Terrazas (1984); 3Jane (1970); ^lAWA (1989); sChattaway (1932); 6|AWA (1939). Madera y Bosques 17(1), 2011:23-36 29 Figura 2. Cortes transversal (a y b), radial (c y d) y tangencial (e y f) en Caesalpinia gaumeri Greenm. PS = Poro solitario, PG = Poro con goma, LP = Líneas de parénquima, A= Parénquima paratraqueal aliforme y confluente, PPS = Placa de perforación simple, GP = Goma en parénquima, RP = Rayos procumbentes, PF = Parénquima fusiforme, RU = Radio uniseriado, RB = Radio biseriado, CR = Cristal romboidal. 30 Características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalpinia En el material disociado, las fibras por su longitud y diámetro del lumen son medianas, por el diámetro total son finas y por el grosor de la pared celular son extremadamente gruesas (Tabla 1 , Figura 3a y b). Los elementos de vaso por su longitud se clasifican como extremada- mente cortos (Tabla 1, Figura 4b y c), en algunos casos presentan cola (Figura 4a). Las punteaduras en la pared de los elementos vasculares son areoladas alternas (Figura 4d, e y f), con un diámetro promedio de 4.8 pm que se clasifica como pequeño (Tabla 1). 4 37jun_ Figura 3. Fibras en Caesalpinia gaumerí Greenm. a) Lumen y pared, b) Longitud. Tabla 2. Propiedades físicas de Caesalpinia gaumerí Greenm. Propiedad física Media Clasificación Db (g cm-3) 0,86 Pesada (0,75-0,95 g cm-3) 1 DO (g cm-3) 0,96 Muy pesada (>0,95 g cm-3) 1 %CH 52,04 Verde (>PSF)2 %|3Vt 11,90 Media (10-15 %p %(3T 9,27 Mediana (8-11 %) 4 %|3 A 0,33 %f>R 4,65 Mediana (8-11 %) 4 PSF (%) 16,49 Bajo (<25 %) 5 V (%) 0,78 Muy alto (>0,63 %) 6 A 1,99 Estable (1 ,5-2, 0) 7 1 = Vignote y Jiménez (1996), 2 = Díaz (1960), 3 = Echenique etal. (1975), 4 = Negrete (1970), 5 = Novelo (1964), 6 = Fuentes-Salinas (1998), 7 = Ordoñez et al. (1990). Madera y Bosques 17(1), 2011:23-36 Contenidos celulares: las gomas están presentes en los elementos de vaso (Figura 2b) y en el parénquima radial (Figura 2d), también existen cristales de tipo romboidal en el parénquima axial (Figura 4f). Propiedades físicas Las propiedades físicas de la madera de Caesalpinia gaumeri Greenm., consig- nadas en este estudio, se clasificaron con diferentes tipificaciones, con el propósito de utilizar la fuente recomendada para 31 cada propiedad. En la tabla 2 se puede observar que, en relación con sus propie- dades físicas, la madera de Caesalpinia gaumeri Greenm. es pesada con contrac- ciones volumétricas y lineales medianas y estable. DISCUSIÓN Las características macroscópicas: dife- rencia de color entre albura y duramen, veteado pronunciado, brillo medio, hilo entrecruzado y textura media, así como las microscópicas: porosidad difusa y Figura 4. Elementos de vasos en Caesalpinia gaumeri Greenm. a) Cola (A); d, e y f) Punteaduras areoladas alternas. 32 Características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalpinia parénquima aliforme, son semejantes a las encontradas en un estudio realizado para esta misma especie en una selva mediana subperennifolia de Quintana Roo (Rebollar et al., 1996-1997). No obstante, el olor, sabor y color del duramen fueron distintos. En un estudio realizado por Barajas- Morales (1985), para comparar las carac- terísticas anatómicas de la madera de especies que crecen en selva alta pere- nnifolia y selva baja caducifolia se encontró que en el primer tipo de vegeta- ción los colores de la madera son más pálidos, no hay transición entre el duramen y la albura y la dureza va de mediana a baja; mientras que en el segundo, el duramen de la madera es más oscuro (negruzco, verdoso o rojizo), la dureza es alta y hay una transición abrupta entre el duramen y la albura, además de que se presentan cristales y resinas. Lo anterior coincide con lo encontrado para Caesalpinia gaumerl en una selva baja caducifolia en Yucatán. Varias de las características micros- cópicas registradas en este trabajo, coin- ciden con las referidas por Rebollar et al. (1996-1997); sin embargo, hay diferen- cias en el grosor de la pared de las fibras (extremadamente gruesas en los indivi- duos de Yucatán y muy gruesas en los de Quintana Roo), en los rayos (extremada- mente finos en los individuos de Yucatán y moderadamente finos en los de Quin- tana Roo) y en que algunos elementos de vaso presentan cola en las muestras de Yucatán; mientras que en las de Quintana Roo no está presente. Estas diferencias pueden estar rela- cionadas con las condiciones ecológicas de crecimiento propias de los lugares de estudio, que para el caso de Yucatán son: selva baja caducifolia, con una altura promedio del dosel de 10 m, una precipi- tación anual de 1 200 mm y una tempera- tura media anual de 21,1 °C, suelos someros (2,7 cm): luvisoles (k’ankab; plano, de color rojo) y leptosoles (tzek’el, bo’ox lu’um; con afloramiento rocoso = 37 %) (García, 2004; White y Hood, 2004; García et al., 2005), mientras que para Quintana Roo son: selva media subpe- rennifolia, con una altura promedio del dosel de 20 m, una precipitación de 1 290 mm al año y una temperatura promedio de 26 °C, con suelos más profundos (6,9 cm) y menos rocosos (16%): leptosoles (tzek’el), luvisoles (k’ankab) y gleysoles (ak’alché) (Wrigth, 1967; SEGOB, 1987; García, 2004; White y Hood, 2004). Los gleysoles se caracterizan por retener mayor humedad, cuentan con mayor profundidad y no se encuentran en la zona de estudio (Yucatán), por lo que podría ser un factor determinante en la disponibilidad de humedad para el desarrollo de esta especie, de tal manera que sus estructuras celulares anatómicas tiendan a ser de menores dimensiones (por estar sometidas a estrés hídrico) en comparación con los árboles que crecen en el estado de Quintana Roo, Desde el punto de vista tecnológico, el conocimiento de la anatomía de la madera nos permite hacer inferencias sobre sus propiedades físico-mecánicas, técnicas de procesamiento y utilización (León y Espinoza, 2001). De este modo, se ha visto que las maderas que tienen el hilo entrecruzado como Caesalpinia gaumeri, presentan resistencia mecánica (Rebollar y Quintanar, 2000), pero también pueden ser susceptibles de presentar arqueaduras y torceduras durante el secado (Kollmann y Coté, 1968), así como superficies de grano arrancado durante el taladrado y lijado (Ninin, 1985). Tecnológicamente, la característica de hilo entrecruzado permite que la madera mantenga la esta- bilidad del tronco en términos funcionales y, de acuerdo con Rebollar y Quintanar (2000), que sea adecuada para pisos, Madera y Bosques 17(1), 2011:23-36 construcción pesada, construcción de yates y decoración. Las maderas que presentan parénquima aliforme y confluente como Caesalpinia gaumeri, tienen mayor incidencia de grano arran- cado al momento del cepillado o canteado (Lluncor, 1977), detalle que reduce su calidad para carpintería. Las maderas de densidades altas (pesadas), tienen fibras con paredes gruesas a muy gruesas, presentan mayor resistencia al corte y se requieren herramientas de aserrado con dientes más fuertes o robustos (Ninin, 1985); sin embargo, son de alta durabilidad natural, ya que cuentan con menos espacios vacíos, lo que minimiza el acceso del agua; además, el grosor de las paredes les confieren el peso y la dureza necesarias para su uso en construcción pesada. La presencia de gomas en las células de la especie en estudio, robustece las cuali- dades de dureza y durabilidad de la madera, que la hace resistente al dete- rioro (Rebollar y Quintanar, 2000), al ser estos extractivos tóxicos a los hongos que causan la pudrición (JUNAC, 1988). Los rayos numerosos, extremada- mente bajos y finos observados en Caesalpinia gaumeri , favorecen la resis- tencia al impacto y a la estabilidad dimen- sional. Rebollar y Quintanar (2000) sugieren que las maderas con esas cuali- dades, sean usadas para la elaboración de durmientes, para pisos, parquet, adoquín, lambrín, para manufactura de muebles, puertas, marcos para ventanas, artículos torneados y decoración de inte- riores. De manera general se sabe que las maderas susceptibles de ser aprove- chadas en la carpintería deben ser de color atractivo, rayos finos a medianos, grano recto, que presenten anillos de crecimiento, que tengan buenas caracte- rísticas de cepillado, lijado, torneado y taladrado. Las maderas de densidad 33 y durabilidad altas, son recomendables para ser utilizadas como durmientes, postes de cercas y pisos (León y Espi- noza, 2001). Por lo antes mencionado, en el caso de la madera de Caesalpinia gaumeri, se deben utilizar herramientas de corte más fuertes y el proceso de secado debe ser muy lento para evitar deformaciones. Esta especie no reúne las características deseables de la madera para carpintería, no obstante, por su resistencia, dureza y durabilidad ante agentes de deterioro debido al contenido de extractivos en la madera, se puede utilizar en la elabora- ción de durmientes, pisos, artesanías, marcos para ventanas y puertas, además del uso generalizado entre la población maya para la construcción de viviendas rurales y postes. CONCLUSIONES La madera de Kitimché, por sus caracte- rísticas anatómicas (rayos numerosos, extremadamente bajos y finos e hilo entrecruzado) y propiedades físicas (densidad básica pesada), puede ser usada para la elaboración de durmientes, pisos, parquet, adoquín, lambrín, para manufactura de muebles, puertas, marcos para ventanas, artículos tornea- dos y decoración de interiores; pero es susceptible de presentar arqueaduras y torceduras durante el secado, superficies de grano arrancado durante el taladrado, lijado, cepillado o canteado por su hilo entrecruzado y parénquima aliforme y confluente, lo que reduce la calidad de la madera para carpintería. Las fibras con paredes gruesas a muy gruesas y la presencia de gomas en las células de la madera de Caesalpinia gaumeri, le confieren características tales como alta durabilidad natural, resistencia mecánica, resistencia al deterioro o 34 Características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalpinia ataque de hongos que causan la pudri- ción, mismas que ya eran conocidas y aprovechadas por los habitantes mayas, para la construcción de viviendas rurales y postes. Las diferencias y semejanzas básicas de las características anató- micas, en el caso de este estudio, reflejan que la madera es un material muy hetero- géneo, aunque sea la misma especie no siempre va a presentar iguales caracterís- ticas y propiedades. AGRADECIMIENTOS Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecno- logía (Conacyt) por la beca otorgada (169577) para realizar estudios de docto- rado y al Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt) por la beca tesis (07BTD397) para concluir este docu- mento. 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Silva-Guzmán, R. Rodríguez-Anda, M.G. Lomelí-Ramírez, R. Sanjuán-Dueñas y H.G. Richter ABSTRACT This paper reports on mechanical properties and natural durability of avocado branch wood ( Persea americana Mili.) with the objectives of providing a reliadle property profile and to promote the rational use of this abundant yet largely neglected natural resource. The mechanical properties (static bending, compression, shear, impact bendmg) and hardness were determined in accordance with European standards (CEN) Natural durability was assessed according to the European standard EN 350-1 (agar block test) using the white rot fungi Trametes versicolor and Phanerochaete chrysospo- rium, and the brown rot fungus Postia placenta. Avocado trees yield a low to médium density (0,44-0,54-0,64 g/ctrP at 12% me) branch wood with below average strength under static bending, compression and tensión parallel to the grain and average valúes for longitudinal shear, impact bending and hardness. The wood is rated non-resistant (class 5 according to EN 350-1) and thus is not suitable for extenor applications unless treated. Considering its property profile and the small dimensions available, avocado wood is recommended for general carpentry, furniture, interior pane- ling, glue-boards for closets and cabinets, and glue-lams for indoor framework. KEY WORDS: Persea americana, Trametes versicolor, Phanerochaete chrysosporlum , Postia placenta, branch wood, density, strength properties, natural durability, uses. RESUMEN Este artículo presenta información sobre las propiedades mecánicas y la durabilidad natural de madera de las ramas de aguacate ( Persea americana Mili.) con los objetivos de proporcionar un perfil de propiedades confiable y promover el uso racional de este recurso natural abundante pero en gran parte abandonado. Las propiedades mecánicas (flexión estática, compresión, cortante, resistencia al impacto) y dureza se determinan de conformidad con las normas europeas (CEN). La durabilidad natural se evaluó de acuerdo con la norma europea EN 350-1 (prueba de bloque de agar) utilizando los hongos de pudrición blanca Trametes versicolor y de hongo de pudrición parda Phanerochaete chrysosporium. Árboles de aguacate producen una madera de rama de baja a mediana densidad (0,44-0,54-0,64 g/cm3 en 12% me) con valores medios a bajos de flexión estática, compresión y tensión paralela a la fibra y valores medios de resistencia al cortante longitudinal, impacto y dureza. La madera se considera como no resistente (clase 5 según EN 350-1) y por lo tanto no es apta para aplicaciones en el exterior a menos que esté tratada. Teniendo en cuenta su perfil de propiedades y las pequeñas dimensiones disponibles, la madera de aguacate se recomienda para carpintería 1 Corresponding author: F.J. Fuentes Talavera (ffuentes@dmcyp.cucei.udg.mx) Departamento de Madera, Celulosa y Papel. CUCEI. Universidad de Guadalajara. Apdo. Postal 52-93. C.P. 45020 Zapopan, Jalisco, México, http://dmcyp.cucei.udg.mx. 38 Strenght properties and natural durability of Avocado general, muebles, decoración Interior, placas encoladas para armarios y archi- vadores y madera laminada para usos interiores. KEY WORDS: Persea americana , Trametes versicolor, Phanerochaete chrysosporium , Postia placenta, branch wood, density, strength properties, natural durability, uses. INTRODUCTION In México, approximately 101 882 ha are planted with avocado trees for fruit production. About 89% pertain to the commercially most important variety “Hass”, the remaining 11% to other varie- ties, including the wild or “criollo” form (SIACON, 2006). Thanks to this large and growing plantation area, México has become the major avocado producer worldwide with slightly over one million metric tons of fruit in 2003 (FAO, 2006) of which about 75% are consumed in the country and 25% (slightly over US$ 400 million) exported, mainly to the United States of America (Del Castillo, 2008). The largest area, 86 538 ha or 84% of the total area of avocado orchards planted in México and responsible for 25% of worldwide fruit production (Del Castillo, 2008), is located in the State of Michoacan, mainly of the Hass variety (95%), with a great diversity as regards age, productivity and phytosanitary condi- tions. These plantations are frequently subject to thinning, coppicing, felling and replanting operations, which yield a consi- derable volume of wood that is largely moved to the plantation boundaries and burned or left to rot. There are no statistical data that would allow a reliable calculation of the wood volume per hectare/year available from such coppicing and clearing opera- tions in avocado plantations. However, taking an avocado orchard in Jujucato, Michoacán, as a fairly typical example for size (4 ha) and number of trees (125/ha) as well as tree age (from 14 to 30 years) and sound coppicing practices, the potentially available volume of wood can be estimated by extrapolaron as follows: Assuming that coppicing of a tree yields 12 (Silva, 2009, personal communication) small logs of 1m in length and 20 to 25 cm in diameter (0,38 to 0,59 m 3 per tree) and 10% of the trees/ha are subject to coppicing each year, the yield is 4,75 to 7,36 m 3 /ha/year. Further assuming that about 50% (slightly over 50 000 ha) of the productive avocado plantations in México are subjected to such cleaning operations, the total wood volume expected per year could amount to between 237 500 to 368 000 m 3 . The rational utilization of this bypro- duct of avocado fruit production could be greatly enhanced by providing reliable scientific information about the timber’s biological and technological properties as well as appropriate end uses. Avocado wood is easy to work in all machining operations and finishes smoothly (Martínez y Martínez, 1996). Fuzzy grain may occur due to the presence of tensión wood often present in branch wood. Based on its tangential and radial shrinkage valúes the wood is rated moderately stable and movement in Service is expected to be low with little risk of deformation of manufactured goods within the relative humidity tange (35% to 85% RH) to which wood is usually exposed in Service (Fuentes et al., 2002). Avocado wood is also considered a suitable raw material for pulping and papermaking. Paper produced from this material has physical and mechanical properties similar to that made with eucalypt ( Eucalyptus grandis ) fibers (Vargas et al., 2006). As regards strength properties of avocado wood, there is very little informa- Madera y Bosques 17(1), 2011:37-47 tion available from literature. Echenique y Plumptre (1990) and also the Prospect (1997) database report on strength properties in a very general way without giving numerical valúes for means and variation. The same authors classify Persea americana heartwood as not durable or class IV according to EN 350-2 (CEN, 1994). The objective of this study is to provide the potential users of this raw material with reliable numerical data on its elastic and strength properties in order to facilítate decisions as to where and in what form avocado wood from coppicing operations can be put to appropriate use. Further, the question whether this material consists entirely of sapwood (generally rated perishable = class V) or contains appreciable portions of heartwood (class IV) was analyzed by means of macro and microscopic observation (presence vs. absence of tyloses) and a bioassay to evalúate its resistance against decay producing white and brown rot fungí. 39 MATERIAL AND METHODS Logs, approximately 100 cm in length and 20 to 25 cm in diameter, were cut from a main branch of each of 10 trees coppiced during a clearing operation at an avocado orchard in Jujucato, Michoacán. Branch wood constitutes the only raw material commonly available from this operation whereas the coppiced stump is usually left in place for resprouting from stem buds. The trees were between 14 and 17 years oíd and had reached a total height of about 12 m. A two-inch thick disk was cut from each log for observations of wood structure and natural durability bioassays. The remainder was sawn into 50 mm thick radial boards, which were stacked and air-dried to equilibrium mois- ture content of approximately 10 %. From the dry boards test specimens were prepared in the dimensions required by the standards (table 1) employed for static bending, compression parallel to the grain, tensión parallel to the grain, longitu- dinal shear, impact bending and hard- Table 1 Standards employed for determining physical and mechanical wood properties (DIN, 1979). DIN 52 182 Density DIN 52 185 Compression parallel to the grain DIN 52 186 Static bending DIN 52 187 Shear parallel to the grain DIN 52 188 Tensión parallel to the grain DIN 52 189 Impact bending DIN C 3011 Hardness BRINELL (mathematical conversión to JANKA hardness according to the equation hardnessj AN KA = (hardness B RiNELL-7-3) / 3.1 (Schwab, 1990) 40 Strenght properties and natural durability of Avocado ness. Since the test specimens could not be conditioned in standard climate (20 °C, 65 % RH) prior to testing, the test results for MOR and MOE in bending, compres- sion and tensión as well as density were adjusted to 12 % me in accordance with ASTM D-2915-94 (1998) and ISO 3131 (1975) standards, respectively. The natural decay resistance of P americana to decay fungí was evaluated with disks cut from five of the ten harvested logs according to the proce- dures described in the European standard EN 350-1 (CEN 1994). Specimen size was reduced to 2,5 x 2,5 x 1,0 cm 3 to accommodate more specimens per disk than would have been possible with the larger dimensions (2,5 x 1,5 x 5,0 cm 3 ) suggested in the standard. All specimens were oven-dried at 102 °C to determine the initial dry weight (W1). The dry speci- mens were subsequently reconditioned the moisture saturated condition and steam-sterilized (15 min/121 °C). The test fungí used were Postia placenta (Fríes) M. Larsen & Lombard (brown rot); Phane- rochaete chrysosporium Burdsall and Trametes versicolor (L. Fríes) Pilát (white rot). The fungí were grown on malt extract agar (MEA, 3,6 %) before inoculation. Ten replicates per fungus were conducted. Glass jars (225 mi) with 40 mi of malt extract agar (MEA, 3,6 %) were sterilized (30 min/121 °C) and the fungal inoculum deposited on the MEAsurface. The glass jars were incubated (27 °C/70 % RH) until the myeelium completely covered the agar surface. The test specimens were then placed in the jars on two small capi- llary tubes (diameter 1 ,5 mm) to sepárate the agar from the wood surface. Ten non- inoculated specimens served as Controls in both test series. Specimens of the non- durable wood of Mexican aile ( Alnus acuminata) were used as reference to verify the respective white and brown rot fungi’s capacity of degrading wood. The jars with the test specimens were incubated in a decay chamber at 27 °C and 70 % RH for 1 2 to 1 6 weeks. At the end of that period the specimens were taken out of the jars, cleaned carefully, weighed and subsequently oven-dried to determine the final dry weight (W2). Weight loss (WL) was calculated as follows: Statistical data analyses were conducted with the software package Statgraphics 5.0, making use of the simple (ANOVA) analysis of variance offered by the package. RESULTS AND DISCUSSION Density The histogram presented in figure 1 depiets the density frequeney distribution of all test specimens (N = 144). Normal density (adjusted to 12 % me) shows a normal distribution (USDA Forest Service, 1999) within a range from 0,45 to 0,63 g/cm 3 , an overall mean of 0,54 g/cm 3 and a coefficient of variation of 6,6 %. Density at 12% me [g/cm 3 ] Figure 1 Density distribution of Persea americana branch wood Madera y Bosques 17(1), 2011:37-47 41 Table 2. Selected elastic and strength properties and density adjusted to 12% me of Persea americana branch wood featuring the number of specimens per test (N); mean, mínimum and máximum valúes; coefficient of variation (CV). Static bending (N = 33) Mean Min Max CV [%] MOR [N/mm 2 ] 73 60 92 11 MOE [N/mm 2 ] 5937 4328 8235 17 Density at 12% me [g/cm 3 ] 0,54 0,47 0,60 6 Compression parallel to the grain (N = 25) Mean Min Max CV [%] MOR [N/mm 2 ] 35 23 47 15 MOE [N/mm 2 ] 5548 3367 7611 20 Density at 12% me [g/cm 3 ] 0,45 0,44 0,51 8 Tensión parallel to the grain (N = 23) Mean Min Max CV [%] MOR [N/mm 2 ] 63 33 83 15 MOE [N/mm 2 ] 6679 4163 11056 20 Shear parallel to the grain (N = 13) Mean Min Max CV [%] Shear strength [N/mm 2 ] 9 7 13 21 Density at 12% me [g/cm 3 ] 0,58 0,55 0,65 4,5 Impact bending (N = 25) Mean Min Max CV [%] Impact bending strength [kJ/m 2 ] 42 25 63 23 Density at 12% me [g/cm 3 ] 0,54 0,49 0,62 6 Hardness BRINELL/JANKA1 (N = 25) Mean Min Max CV [%] Transverse [N/mm 2 ] 39/10,2 31/7,6 53/14,7 14 Side [N/mm 2 ] 20/4,2 14/2,2 27/6,4 23 Density at 12% me [g/cm 3 ] 0,51 0,48 0,57 11 1 BRINELL valúes / mathematically converted to JANKA hardness (Schwab, 1990) 42 Strenght properties and natural durability of Avocado «5 e ü E o 00 CNI CN 03 O) c T3 £ ” = £ I £ 1 Lavers (1983); 2 Bravo y Fuentes (1993); 3 v. Roth and Rechy (1986); 4 Sell (1989); 5 Rivero M. (2004); 6 Wood Explorer (2009); 7 USDA Forest Service (2009); n.d. = no data available Madera y Bosques 17(1), 2011:37-47 Compared to some of the more common structural timbers in México such as pino colorado ( Pinus durangensis) (v. Roth & Rechy, 1986), habillo ( Hura polyandra) (Bravo & Fuentes, 1993), caoba (Swie- ten¡a macrophylla) (Richter & Oelker, 2002; Sell, 1989) and other Persea species (Wood Explorer, 2009; USDA Forest Service, 2009) in the same density range, avocado branch wood is below average in bending, compression and tensión. Flowever, the valúes obtained compare favorably with lighter weight nonstructural timbers such as melina (Gmelina arbórea) (Obregón, 2009; Rojas et al., 2004; Fujiwara et al., 1996), cedro ( Cedrela odorata ) (Escobar et al., 1993; CIRAD-Forét, 2009) and parota ( Enterólo - bium cyclocarpum) (Bravo & Fuentes, 1993) (Table 3). As for impact bending, shear and hardness, avocado branch wood possesses properties commensurate with its density comparable to those of the structural timbers listed in table 3. The dispersión of the valúes encountered and reflected in the coefficients of variation (CV; table 2), is of an acceptable magni- tude and somewhat below the levels reported by the USDA Forest Service (1999) for some mechanical properties of clear wood. Taking into account that the studied material is branch wood, a higher variability of elastic and strength proper- ties would have to be expected according to Bowyer et al. (2003). Wood structure and natural durability General macroscopic and microscopic features of Persea americana wood were reported earlier (Silva et al., 1999). In the context of the present study, observations focused on the presence or absence of tyloses in the investigated material. The results, obtained from radial strips exten- ding from pith to bark, were negative 43 throughout, i.e. no tyloses were detected. Since the formation of tyloses in heart- wood is a mandatory character of all taxa pertaining to the family of Lauraceae (Richter, 1981), the lack of this feature indicates that the material obtained from coppicing operations in avocado orchards is essentially all sapwood. This observation was confirmed by the accompanying bioassay in which the wood under study was tested under expo- sure to decay-producing fungí according to the European standard EN 350-1 (CEN, 1994). The mass losses recorded for the white rot fungi Trametes versicolor and Phanerochaete chrysosporium was 61% and 46%, respectively, that for the brown rot fungus Postia placenta 32% (Table 4). These mass losses are of the same magnitude as those recorded for the aile ( Alnus acuminata) reference wood considered highly susceptible to fungal decay (Lomelí & Fuentes, 1997; Sachsse & Schulte, 1991). Accordingly, since mass losses are largerthan 30% for all three fungi, the studied material is rated perishable (class V according to DIN-EN 350-1; CEN, 1994) and is expected to have a short Service life under exterior and other decay-producing conditions unless preservative treated. Analysis of possible end uses In light of its fairly high hygroscopicity (Fuentes et al., 2002) and susceptibility to wood staining and decaying fungi, avocado branch wood generated from coppicing operations is unsuitable for exterior use unless properly protected. Traditional uses of avocado wood inelude, for instance, sawn timber, fire- wood, turned articles, structural parts of guitar bodies (Rogel, 1982), light cons- truction, flooring, furniture, general carpentry works and rotary veneer for 44 Strenght properties and natural durability of Avocado plywood (Chudnoff, 1984). Forthe State of Michoacán, Guridi (1980) mentions wooden elements used in the manufac- ture of violins and guitars, whereas Pennington & Sarukhán (1998) refer to light construction and turned objects, Some of these traditional uses can be confirmed, such as structural non- resonance elements for string Instru- ments, turnery and furniture parts. On the other hand, to use avocado branch wood for structural members cannot be recom- mended for two reasons: a) its elastic and strength properties in bending, compres- sion and tensión are low and its load bearing capacity very limited; b) the dimensions (length, diameter) of the ge- nerally available material do not allow the manufacture of larger elements like beams, trusses and posts. Similarly, the low side hardness of avocado branch wood does not make it a commendable choice for flooring (parquet, solid wood and upper layer of prefab composites) as the wood surface is likely to deteriórate rapidly under the abrasive and compres- sive forces to which even light traffic floors are commonly subjected. Low grade avocado branch wood can be converted into packaging materials (boxes, crates, etc.) or chipped for use in pulp and paper making (Vargas et al., 2006) and manufacture of wood compo- sites (MDF, partióle board). Given its good machining properties (Echenique & Plumtre, 1990; Martínez & Martínez, 1996), its modérate movement in Service (Fuentes et ai, 2002; USDA Forest Service, 1999) and ease of gluing (Wood Explorer, 2009), good quality avocado branch wood has considerable utilization potential. It would be a natural choice to be adopted by the Mexican furniture industry as a substitute for costly imports from South and North America for the produc- tion of home furnishing items, chairs, small radio-stereo-TV cabinets, kitchen cabi- nets, etc. The manufacture of solid wood composites such as glue boards and glue- laminated scantlings would greatly increase the profitable utilization of the available raw material for value-added producís such as fronts and sides of closets, larger cabinets, shelves, partitio- ning walls, interior paneling, door frames, etc. The required technology for primary conversión of small logs, drying, jointing Table 4. Weight losses of Persea americana branch wood and Alnus acuminata (reference species) after a 12 to 16 week exposure to white rot ( Trametes versicolor, Phanerochaete chrysosporium) and brown rot ( Postia placenta) decay fungí. Weight loss [%] T. versicolor 1 R chrysosporium P placenta Controls Persea americana Mean 60.45 45.22 32.53 0.43 Min 58.74 44.04 31.80 0.40 Max 61.39 46.41 33.51 0.45 CV 1.82 1.96 1.71 5.2 Alnus acuminata Mean 60.91 45.57 36.10 — (reference) Min 58.49 43.91 35.40 — Max 63.19 46.97 37.46 — CV 1.99 2.50 2.06 — 1 1 2 week exposure time; for the other fungi and Controls the exposure time was 16 weeks Madera y Bosques 17(1), 2011:37-47 and gluing is available in the market and the ensuing investments will no doubt pay off in the long run as has been proven with other wood byproducts from agricultura! crops such as the sustainable, eco-friendly rubber wood ( Hevea brasiliensis) emana- ting from látex producing plantations in Southeast Asia (Hong, 1996). CONCLUSIONS Persea americana (avocado) branch wood possesses strength properties in the low to médium range which largely limits its utilization to non-structural appli- cations. It is also highly susceptible to biological degradation by decay fungi and should therefore be employed only under conditions protected from drastic moisture changes in order to guarantee a reaso- nable in-service performance. By means of an adequate conver- sión technology, i.e. reduction and reconstitution to larger dimensions by appropriate jointing and gluing techni- ques, the raw material has considerable potential for general carpentry and, parti- cularly, the Mexican furniture industry as a reasonable alternative for exotic timbers imported at high cost from other regions of the globe. ACKNOWLEDGEMENTS The authors are grateful to Ms Olaya Guzmán, owner of the avocado orchard at the village of Jujucato, for donating the raw material used in this study and provi- ding the necessary infrastructure for its acquisition. REFERENCES ASTM D 2915-94. 1998. Standard practice for Evaluating Allowable Properties for 45 Grades of Structural Lumber. Annual Book of ASTM Standards. Section 4. Construction. Volume 04.10 Wood:397-408. Bowyer J.L., R. Shmulsky y J.G. Haygreen. 2003. Forest Products and Wood Science, lowa State Press, 4^ edition. lowa, U.S.A. 554 p. Bravo G., L.R. y F.J. Fuentes T. 1993. Composición química y propiedades de algunas maderas mexicanas. Memorias del I Congreso Mexicano sobre Recursos Forestales. UAAN. Saltillo, Coahuila, p. 89. Chudnoff, M. 1984. Tropical Timbers of the World. USDA Forest Service, Agriculture Handbook #607. Forest Products Laboratory, Madison, Wl. 464 p. CEN - European Committee for Standardi- zaron. 1994. Standard EN 350-1/2. 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Las poblaciones fueron evaluadas a partir del segundo año de apertura del dosel durante siete años. Se cuantiftcó la densidad, el reclutamiento, la mortalidad y el crecimiento en diámetro y altura. Para caracterizar el ambiente lumínico dentro de los claros se utilizó fotografía hemisférica del dosel, cuantificando la radiación relativa directa (Rd), indirecta (R¡) y total (Rt). En general, la densidad fue suficiente para indar un dclo productivo (2,7 a 8,1 brinzales m- 2 ). La única condídón limitante se encontró en el claro 0,5 con orientadón NS (con radiación inferior al 55%), donde la densidad fue 0, 2-0,3 plantas nv 2 . Los claros 0,8 y 1,1 presentaron buen establecimiento independiente- mente de su orientación, y presentaron un ingreso de radiación relativa superior al 65% El redutamiento se concentró durante invierno-primavera, mientras que la mortalidad fue más frecuente en primavera-verano. La condidón más favorable para el credmiento se presentó en el claro 1 ,1 con orientadón E-O, en el que se registró una Rt=73%. Nueve años después de la apertura de los claros, el análisis de las plantas más grandes de cada pobladón permitió establecer claramente las diferencias entre los tratamientos de apertura. PALABRAS CLAVE: Claros, crecimiento, mortalidad, Pinus elliottii, radiación solar, reclutamiento. ABSTRACT We evaluated the dynamics of Pinus elliottii (Engelm.) natural regeneration in silvicultural gaps after strip clearcutting. Two orientations: EW and NS, and three size of gaps: ratio strip width/hight tree of 0,5; 0,8 y 1,1 were analyzed. Density, recruitment, mortality, diameter and height of plants were monitored during seven years. The light environment was characterized using hemispherical photo- graphs, and calculating relative radiation direct (Rd), indirect (Ri) and total (Rt). In general, plants density was enough to begin a productive cycle (2,7-8, 1 plants nv 2 ). The only critical condition was generated in strip 0,5 with NS orientation (radiatión < 55%), where density was 0,2-0, 3 plants nrr 2 . Whatever of the orientation, the strips 0,8 y 1,1 have good plants estabhshment, and relative higher than 65%. The recruitment was registered mainly during winter and spring. The mortality had more impact during spring-summer. More favorable condition for the growth was found in 1 ,1 strip wíth EW orientation, where Rt was 73%. Nine years after openning canopy, the analysis of tallest plants demon- strated differences between gaps. KEY WORDS: Gaps, growth, mortality, Pinus elliottii, solar radiation, recruitment. 1 Cátedra de Dasonomía, Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires. Av. San Martín 4453, (CP 1417), Buenos Aires. Argentina. C.e.: rebottar@agro.uba.ar 50 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas INTRODUCCIÓN En el continente americano, el género Pinus tiene un área de dispersión natural en América del norte y parte de Centroa- mérica. Por lo tanto, los pinos no forman parte de las comunidades naturales en Argentina. Sin embargo, dos especies de este género ocupan la mitad de la super- ficie cultivada con especies forestales en el país: Pinus elliottii var. elliotttii Engelm. y Pinus taeda Lin. (SAGyP, 1999). Ambas son originarias del sudeste de Estados Unidos, y han tenido un excelente comportamiento en diferentes regiones del mundo, presentando una producti- vidad elevada. Estas especies, principal- mente P. elliotti, presentan un elevado potencial para regenerarse naturalmente en determinados ambientes. En Argen- tina, varios autores han reportado la exis- tencia de rodales regenerados natural- mente con diferente grado de desarrollo (Lombardi, 1982; De Bellis, 1986; Cozzo et al., 1988; Torres et al., 1994). La rege- neración es el puente entre la cosecha del rodal anterior y el establecimiento del nuevo. Pero, para transformarse en un recurso comercialmente aprovechable es necesario conocer diferentes aspectos de su comportamiento ecofisiológico. La mayor información sobre regene- ración natural de estos pinos proviene principalmente del área de origen (McCu- lley, 1950; Brewer y Linnartz, 1974; Langdon, 1981; Backer y Murphy, 1982; Edwards, 1987; Cain, 1987, 1988, 1991; Wheeler et al., 1988; Cain y Barnett, 1994; Lloyd et al., 1995). Los estudios preliminares llevados a cabo en Argentina a partir de los años de 1990, permitieron establecer algunas bases para el manejo de ese recurso. En primer término, uno de los factores que condicionan el éxito de la regeneración lo constituye la cantidad de semilla disponible. P elliottii produce abundante semilla a partir de los 10 a 15 años de edad, presentando un patrón de producción cíclico (Daniel et al., 1982; Lohrey y Kossuth, 1990). Este patrón ha sido detectado en Argentina (Rezzano et al., 1997), donde además se registró que la mayor dispersión de semillas se concentra durante los meses de abril y mayo (otoño del hemisferio sur). Pocos meses después de su diseminación, la semilla viable en el suelo representa sólo 3% del total (Méndez, 1996). Otro estudio realizado en la misma zona (Cordeiro, 2004), mostró la poca importancia que tiene la semilla viable en el suelo pocos meses después de su dispersión. Por lo tanto, si se pretende favorecer el estable- cimiento de la regeneración natural es importante definir el momento en que se realizará la cosecha de los árboles semi- lleros. El proceso sucesional de bosques nativos básicamente presenta tres fases: la perturbación, la invasión o regenera- ción y la madurez. Estos procesos también son definidos, en los términos de Whitmore (1989), como apertura, creci- miento y cierre del dosel. La perturbación genera claros de diferente forma y tamaño, y las primeras especies que ocupan esos claros, en general, son las heliófitas. Estas especies se caracterizan por su baja tolerancia a la sombra, pero poseen un alto potencial fotosintético frente a elevados niveles de radiación solar. A este grupo ecológico pertenece P. elliottii, cuya regeneración natural bajo dosel cerrado no logra superar el estado de plántula (Cabrelli et al., 1997; Cordeiro, 2004; Cabrelli et al., 2008). Por ello, todas las prácticas de manejo diri- gidas a favorecer el crecimiento de la regeneración deben basarse en la remo- ción parcial o total del dosel. Los métodos más comunes de corta de regeneración son: de selección, cortas sucesivas, árboles semilleros y mata- rrasa, ordenados de menor a mayor nivel de remoción del dosel (Brewer y Linnartz, Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 1974; Langdon, 1981; Edwards, 1987). El sistema de remoción total (o matarrasa) requiere contar con una cantidad mínima de semillas en el suelo en el momento de la corta, para poder alcanzar una densidad adecuada de plantas después de la cosecha. Cuando las características de la especie o del sitio determinan que la producción de semillas sea errática o las condiciones de sequía son frecuentes, es necesario mantener una fuente de semilla para asegurar el establecimiento (Edwards, 1987). Los métodos de remo- ción parcial presentan la ventaja de dejar árboles en pie, los cuales constituyen una fuente permanente de semilla, además del beneficio ambiental de ese tipo de intervención. Esto implica un arreglo espacial del área basal residual para regular las características de los claros, generando diferentes patrones de ingreso de radiación (Battaglia et al., 2002). La competencia por luz y las diferencias entre especies respecto a su tolerancia son consideradas la llave que determina la estructura y dinámica de los rodales (Zavala et al., 2007). De este modo, es posible manejar las condiciones microam- bientales para regular la emergencia, la sobrevivencia y el crecimiento de las dife- rentes especies. En este sentido, Cabrelli et al. (2002) encontraron que la sobrevi- vencia de plántulas de P elliottii estuvo condicionada por la interacción entre la disponibilidad de agua y los niveles de radiación. La intensidad de radiación solar puede ser controlada variando la densidad de los árboles o las caracterís- ticas de los claros. De este modo, el tamaño y la forma de las aperturas tendrán efecto sobre la dinámica de la vegetación que se establece dentro de las mismas (Canham 1989; Chazdon y Fetcher, 1984). Así, la geometría de los claros representa una herramienta en el manejo silvícola (Diaci, 2002). Aunque los silvicultores reconocen la ventaja ambiental de las cortas 51 parciales, prefieren efectuar la cosecha en una sola etapa debido a su menor costo. En este sentido, el costo de la cosecha podría reducirse si la misma se realiza mediante un diseño en fajas, ya que dicho diseño combina la aplicación de aperturas parciales con una alta eficiencia operativa en el campo. Los dos parámetros básicos del diseño de la cosecha parcial en fajas son la orienta- ción y el ancho de las mismas, permi- tiendo regular el ingreso de radiación, y por lo tanto el microambiente condicio- nante de la dinámica de las poblaciones que crecen en ellas. OBJETIVOS El presente trabajo fue planteado sobre la base de principios que regulan la diná- mica sucesional de especies leñosas en comunidades naturales, para aplicarlos a la silvicultura sostenible de una especie heliófita muy cultivada en Argentina. El objetivo general del estudio fue evaluar el efecto del claro sobre la dinámica pobla- cional de la regeneración natural de P. elliottii. Los objetivos específicos fueron evaluar el efecto de dos orientaciones y tres tamaños de claro sobre: 1) la estruc- tura poblacional, 2) la densidad de plantas, 3) el reclutamiento, 4) la morta- lidad, y 5) el crecimiento en diámetro y altura de las plantas durante siete años. METODOLOGÍA Sitio de estudio El trabajo de campo se llevó a cabo en la Estación Experimental Agropecuaria Yuquerí, del Instituto Nacional de Tecno- logía Agropecuaria (inta), ubicada en Concordia (31°22’ S, 58°07’ O, 47 msnm), provincia de Entre Ríos, Argentina. La región posee un clima templado a subtro- pical húmedo de llanura, con una tempe- 52 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas ratura media anual de 18,5 °C y una precipitación media anual de 1 274 mm distribuida durante todo el año, pero con algo de deficiencia hídrica durante parte de la primavera y del verano (smn, 1992). La temperatura media del mes más frío (julio) es de 12 °C, y la del mes más cálido (enero) es de 25 °C. Los suelos son arenosos pardos, del grupo Hapludol fluvéntico (inta, 1993), con textura super- ficial franco arenosa que puede variar hacia areno franca, con baja capacidad de retención hídrica. Son suelos de baja fertilidad química y bajo contenido de materia orgánica (Rebottaro et al., 2004). La vegetación natural es un pastizal (Cabrera, 1976), pero se encuentra alte- rado por la actividad agrícola, ganadera, frutícola y forestal. Tratamientos de apertura del dosel La dinámica de la regeneración natural fue evaluada en claros silviculturales mediante un diseño espacial de cosecha en fajas, que consiste en cortar un grupo de hileras de árboles alternando con grupos de hileras sin cortar. Los claros fueron reali- zados en dos plantaciones de P. elliottii 1 8 años de edad, separadas entre sí por una calle cortafuego de 8 m. Las plantaciones habían sido establecidas a 3 rn x 3 m, y fueron aclareadas a los 13 años. Al momento de aplicar los tratamientos de apertura del dosel las plantaciones tenían un promedio de 600 árboles por hectárea, dap de 28 cm y 22 m de altura. Mediante un experimento factorial con cinco repeti- ciones se probaron 6 tratamientos, resul- tantes de la combinación de dos orienta- ciones (Este-Oeste y Norte-Sur), y tres tamaños de fajas (12 m, 18 m y 24 m de ancho). El largo de las fajas fue de aproxi- madamente 80 m. El tamaño relativo de las fajas puede ser expresado mediante la razón entre el ancho de faja y la altura de árboles vecinos (Af/Aa), como fuera suge- rido por Gray y Spies (1996). Los valores promedio de esa razón resultaron de 0,5; 0,8 y 1,1 para los respectivos tamaños probados. La cosecha de las fajas se efectuó entre abril-junio de 1996. En marzo de 1998 se instaló una parcela perma- nente en cada repetición. Debido a que el presente trabajo tuvo un objetivo de análisis poblacional, se eligió una parcela de forma rectangular (6 m x 2 m), con el fin de cubrir la posible variación a lo ancho de la faja. Se instalaron en total 30 parcelas (6 tratamientos x 5 repeticiones), y se midieron aproximadamente un total de 2 000 plantas a lo largo del estudio. Ambiente lumínico en las aperturas Para caracterizar el ambiente lumínico generado por la apertura parcial del dosel fue usada la técnica de la fotografía hemisférica (Anderson, 1964). Esta meto- dología permite tener una descripción de los claros y del ingreso de radiación solar mediante una fotografía del dosel. Un claro representa una apertura en el dosel extendido hasta 1 (Myers et al., 2000) a 2 m sobre el nivel del suelo (Gray y Spies, 1996). Para el presente estudio, durante el primer y tercer año (1998 y 2000), se tomaron 3 fotografías por parcela, a una altura de 1,3 m sobre el nivel del suelo. Para el anásilis de los resultados se tomó el valor promedio de los dos años. El material de campo consistió en una lente hemisférica “Fisheye” Nikkor 8 mm F/2.8, una cámara Nikon FM2, un Data Back Nikon MF-16, películas de 35 mm blanco y negro de 400 ASA. Cada fotografía fue digitalizada usando un escáner Coolscan Nikon LS-1000 y analizada mediante el programa HemiView 2.1 (1999). Las variables del programa utilizadas para la caracterización del dosel fueron: “direct, indirect y global site factor", definido por Anderson (1964). Estas son medidas de radiación relativa directa (Rd), indirecta (Ri) y total (Rt) bajo dosel, con respecto a la radiación sobre el dosel. Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 53 Mediciones en las plantas El presente experimento forma parte de un proyecto mayor sobre regeneración natural de la especie. Para fines del presente estudio se evaluó la categoría de planta mayor a 25 cm de altura. En otros trabajos del proyecto fueron estu- diados otros procesos como la dinámica de semillas, germinación, emergencia y sobrevivencia de plantas más pequeñas. El límite de 25 cm fue tomado principal- mente por dos motivos. En primer lugar porque a partir de dicho límite se ha supe- rado el estado de plántula y el individuo puede definirse como un brinzal estable- cido con al menos un año de edad. En segundo término, porque corresponde al tamaño más utilizado cuando se efectúa una plantación con coniferas en la zona del estudio. Bajo estas pautas, dentro de cada parcela toda planta que superaba el límite mencionado se identificó con una etiqueta de aluminio numerada. Dado que en NS-0,5 había baja densidad, y con el fin de contar con suficientes plantas, en esta faja también fue marcado un grupo de plantas ubicadas afuera de las parcelas para su seguimiento. El tallo de las plantas fue marcado con pintura a 5 cm del nivel del suelo y se midió el diámetro a la base (Db) y de altura total (A) en junio de cada año desde 1998 hasta el 2002. A partir de este año se marcó y midió el diámetro a 1,3 m del suelo (dap), y se continuaron las medi- ciones de altura, hasta el 2005. Para los diámetros se usó un calibrador digital “Mitutoyo” (resolución 0,01 mm). Las alturas fueron medidas con regla graduada y, luego de 1,5 m, con vara telescópica (resolución 0,1 cm). Toda planta nueva que al momento de cada medición superaba la categoría de 25 cm de altura era identificada, marcada, medida y monitoreada. En cada momento de medición también se registraban las plantas muertas. El reclutamiento y la muerte de plantas fueron registrados en forma trimestral (coincidiendo con la esta- ción calendario), durante los tres primeros años del estudio. Las tasas de recluta- miento (Re) y de mortalidad (Mo) fueron calculadas utilizando las siguientes ecua- ciones: r[(« + l) - n] *100 N m[(n + l) - n] • 100 N donde: ( 1 ) ( 2 ) Re = porcentaje de plantas reclutadas durante el periodo [(n+1)-n] Mo = porcentaje de plantas muertas durante el periodo [(n+1)-n] m [(n+1)-nj = número de plantas muertas durante el periodo [(n+1)-n] r[(n+1)-n] = número de plantas reclu- tadas durante el periodo [(n+1)-n] N = número de plantas existentes en el momento n Análisis de los datos Para fines de la descripción de los resul- tados, primero serán presentados los datos que caracterizan al ambiente lumí- nico, comparando los valores de radia- ción relativa entre fajas. Las poblaciones de plantas al inicio del estudio fueron caracterizadas en diámetro y altura, usando la media, la mediana, los coefi- cientes de variación y de asimetría, y la distribución de frecuencia por clases de tamaño. Debido a la asimetría en la distri- bución de tamaño, las pruebas entre poblaciones fueron realizadas mediante métodos no paramétricos (Kruskal- Wallis), haciendo comparaciones de a pares. Se evaluó la evolución de la densidad de plantas y los patrones esta- cionales de reclutamiento y mortandad. 54 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas Las variables porcentuales fueron anali- zadas utilizando la transformada (y = arcsen Óp), y sometidas a análisis de varianza, y prueba de Tukey. Se calculó la correlación entre el crecimiento en un periodo y el tamaño de las plantas al inicio del mismo. La variable crecimiento en diámetro y altura fue sometida a un análisis de covarianza (covariable tamaño inicial). Todos los análisis estadísticos fueron realizados mediante el programa Statistical Analysis System (SAS, 2002). RESULTADOS Ambiente lumínico en los claros Los valores promedios de Rt, Rd y Ri fueron algo superiores en la orientación EO (Tabla 1), pero las diferencias entre orientaciones no resultaron significativas. En cambio, los valores de radiación aumentaron a medida que crecía el tamaño de la faja (Anva, P > F = 0,0001). En la tabla 2 se presentan los valores promedio y las comparaciones entre los diferentes tamaños. La Ri sólo dependió del tamaño de la apertura, mientras que Tabla 1. Valor promedio (%) y desviación para radiación relativa directa (Rd), indirecta (Ri) y total (Rt) según orientación. E-0 N-S Rd 67,57 63,03 (7,46) (9,41) Ri 64,99 63,31 (8,49) (9,32) Rt 66,69 63,13 (8,02) (9,53) para la Rd se detectó efecto de interac- ción entre factores (Anva, P > F = 0,0108). De modo que, en EO la Rd resultó ser significativamente inferior en la faja más angosta, mientras que en NS los valores fueron crecientes con el aumento en el tamaño del claro. La Rt presentó un patrón similar al encontrado en la Rd. Un análisis visual de la fotografía hemisférica (Figura 1), muestra que existe un patrón diferente entre orienta- ciones, con respecto a la manera en que la radiación directa ingresa en el claro durante el año (observar las trayectorias solares). En fajas EO, la radiación directa ingresa principalmente durante prima- vera-verano (etapa de activo creci- miento), y en ese periodo el ingreso ocurre durante casi todo el día. Mientras que en las fajas NS, el ingreso se produce durante todo el año, pero la contribución diaria ocurre solamente alrededor de las horas del mediodía. Estos patrones son importantes para comprender el compor- tamiento de las plantas, como veremos en los siguientes resultados. Tabla 2. Valor promedio (%) de radiación relativa directa (Rd), indirecta (Ri) y total (Rt). Dentro de cada orientación, letras distintas indican diferencias (Tukey, P<0,05) Claro Rd Ri Rt EO-0,5 59,18 a 55,46 a 57,60 a EO-0,8 70,04 b 67,74 b 69,70 b EO-1,1 73,48 b 71,76 c 72,76 b NS-0,5 52,20 a 53,12 a 52,58 a NS-0,8 65,88 b 65,42 b 65,70 b NS-1,1 71,00 c 71,40 c 71,12 c Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 55 Figura 1. Foto hemisférica en los claros 0,8 para la orientación EO (arriba) y NS (abajo), donde se observan las trayectorias solares a través del año, para la localidad donde se hizo el estudio (31°22’ Lat.S., 58°07’ Long.O.). Estructura inicial de las poblaciones En la tabla 3 se presenta la caracteriza- ción poblacional al inicio del estudio para las variables diámetro y altura, en las dife- rentes poblaciones. Se observa que el diámetro en todos los casos presentó mayor variabilidad que la altura. Los valores del coeficiente de asimetría mostraron que las poblaciones en general tenían cierta asimetría positiva, lo cual indica una alta proporción de plantas pequeñas y pocas plantas grandes. Adicionalmente se observó que dentro de cada población, la asimetría siempre resultó más pronunciada para el diámetro que para la altura. Dos años después de efectuadas las aperturas, momento en que se inició el estudio, aún no se detectó una tendencia respecto al tamaño de las plantas en función del tipo de claro. La única faja que presentó plantas con menor diámetro y altura fue EO-0,5. En NS-0,8 las plantas tuvieron un diámetro significativamente menor, siendo esta población la de mayor densidad inicial, como veremos posterior- mente. 56 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas Tabla 3. Diámetro en la base (Db, mm) y altura (A, cm) de plantas al inicio del estudio. Letras distintas indican diferencias entre tratamientos al nivel de P < 0,05, según prueba de Kruskal-Wallis. Claro Db A M Me CV Ca Me CV Ca EO-0,5 11,80 a 10,75 51 1,08 71,7 a 71,0 34 0,62 EO-0,8 14,27 b 13,38 52 1,02 87,9 b 83,0 39 1,37 EO-1,1 15,20 b 13,04 54 0,77 89,2 b 81,0 37 0,87 NS-0,5 13,37 b 12,36 28 1,37 82,7 b 78,0 23 1,16 NS-0,8 11,78 a 9,21 73 1,77 87,3 b 74,0 45 1,36 NS-1,1 13,77 b 11,43 70 1,99 92,2 b 84,5 46 1,57 M = media; Me = mediana; CV = coef. de variación; Ca = coef. de asimetría Al describir las poblaciones mediante la distribución de frecuencia del diámetro (Figura 2), se observa la asimetría mencionada y la existencia en los claros grandes de tamaños de plantas que no están presentes en los claros pequeños. La figura 3 permite visualizar la menor asimetría en la distribución para la variable altura. Densidad, reclutamiento y mortalidad de plantas La figura 4 muestra la evolución de la densidad durante los siete años de estudio. Las fajas intermedias fueron las que alcanzaron la mayor densidad. Pero, en general las densidades fueron simi- lares, no habiéndose registrado diferen- cias significativas. El único comporta- miento distinto se registró en la situación NS-0,5, que presentó una densidad signi- ficativamente inferior a las demás (P < 0,05), manteniendo ese comporta- miento a través del tiempo. Cabe aclarar que aunque en esa faja se observó la presencia de muchas plantas pequeñas, en distintos momentos de nuestro estudio, esas plantas no superaron el límite de 25 cm de altura. La figura 4 también permite observar que hay un pico de densidad dentro del primer año del estudio, asociado al reclutamiento de plantas y que la muerte de plantas comenzó a producirse en mayor medida en el segundo y tercer año del estudio. En las figuras 5 y 6, se muestran los dos procesos que condicionan la diná- mica del número de plantas, o sea el reclutamiento y la mortalidad en función de la estación del año. Los valores promedio de los tres primeros años de estudio indicaron que el reclutamiento se produjo principalmente durante el invierno y la primavera, mientras que la muerte de plantas fue más frecuente en primavera y verano. El reclutamiento no fue diferente entre orientaciones. En cambio, la morta- lidad en NS fue mayor (Anva, P > F = 0,03). Frequenda (%) Frequenda (%) Frequenda(%) Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 57 Clase de diámetro (mnV Clase de diámetro (mm Clase de diámetro (mm Figura 2. Distribución de frecuencia de plantas (%) por clases de diámetro, al inicio del estudio (dos años después de la apertura del dosel). Clase de altura (cm) Clase de altura (cm) Clase de altura (cm) Figura 3. Distribución de frecuencia de plantas (%) por clases de altura, al inicio del estudio (dos años después de la apertura del dosel). Mortalidad (%) Reclutamiento (%) 58 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas ■4 EO-0,5 • EO-0,8 » EO-1,1 O NS-0,5 X NS-0,8 □ NS-1 ,1 Figura 4. Evolución de la densidad (plantas m-2) en las diferentes aperturas. 20 -r □ EO Inv Pri Ver Estación I Inv Pri Ver Oto Estación Figura 5. Valores estacionales de las tasas de reclutamiento y mortalidad de plantas (%), discriminado por orientación. Los datos corresponden al promedio de tres años de medición. Figura 6. Valores estacionales de las tasas de reclutamiento y mortalidad de plantas (%), discriminado por tamaño de claros. Los datos corresponden al promedio de tres años de medición. Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 Tabla 4. Sobrevivencia (%) de plantas presentes al inicio del estudio (Pi), y reclutadas en años posteriores (Pr). Se acompaña el valor de densidad inicial (Di, plantas nr 2 ). Claro Di Pi Pr EO-0,5 2,9 82,1 a 5,9 a EO-0,8 4,5 93,1 a 40,0 b EO-1,1 2,7 97,7 a 50,9 b NS-0,5 0,3 100,0 a 25,0 a NS-0,8 8,1 29,3 b 0,5 b NS-1,1 5,1 63,9 c 37,5 a Dentro de cada orientación, y para cada variable las letras distintas indican diferencias (Tukey, P<0,05). Un análisis individual, donde se identificó la pertenencia de cada planta a una cohorte en particular, permitió detectar que la mayoría de las plantas muertas correspondieron a plantas reclutadas después de comenzado el estudio, o sea cohortes más jóvenes y, por lo tanto, plantas más pequeñas. Estas plantas registraron un valor promedio de 49,5 cm 59 de altura, antes de considerarse planta muerta. En cambio, las plantas que se encontraban establecidas al inicio del estudio, alcanzaron un valor promedio de 138 cm de altura antes de morir. En la tabla 4 se refleja el comportamiento dife- rente según tipo de planta, a través de los valores de sobrevivencia al final del estudio. Se observa que la faja con mayor densidad inicial (NS-0,8) presentó valores más bajos de sobrevivencia de plantas. Crecimiento de las plantas En todas las poblaciones el crecimiento anual, tanto en diámetro como en altura, estuvo correlacionado con el tamaño de la planta al inicio de cada periodo de análisis (Tabla 5, Figura 7), y en todos los casos fue significativa (P = 0,0001). El análisis del crecimiento de las plantas se realizó considerando dos escenarios. En un caso se analizó el incremento medio (Db y altura) de todas las plantas durante el periodo 1998-2002. Para un segundo análisis, se comparó el crecimiento en dap y altura de aproximadamente 25% de las plantas considerando las más grandes, es decir, aquellas mejor posicionadas competitivamente. Tabla 5. Coeficiente de correlación de Pearson entre el incremento corriente anual (ica) y el tamaño (Db y A), para los dos primeros años de estudio (1 y 2). ICA * Db! ICA * Db 2 ICA * A-i ICA * A 2 EO-0,5 0,85 0,87 0,81 0,81 EO-0,8 0,77 0,77 0,65 0,93 EO-1,1 0,86 0,84 0,76 0,63 NS-0,5 0,80 0,60 0,83 0,73 NS-0,8 0,83 0,69 0,85 0,78 NS-1,1 0,79 0,86 0,73 0,77 60 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas 0 10 20 30 40 50 60 Db (mu) 70 80 Figura 7. Relación entre el crecimiento y el diámetro de la plantas para el cuarto año de estudio, discriminado por orientación. La evaluación de la población completa, no mostró diferencias significativas para el crecimiento en diámetro (Tabla 6). El comportamiento de la altura fue algo distinto, y se detectó que las fajas más angostas presentaron menor creci- miento. Tabla 6. Incremento Medio Anual (ima) del diámetro a la base (Db, mm) y de la altura (A, cm), en el periodo 1998-2002. Letras distintas indican diferencias entre tratamientos (Tukey, P<0,05). IMA-Db IMA-A EO-0,5 7,78 a 66,6 a EO-0,8 7,38 a 78,9 b EO-1,1 8,79 a 87,3 b NS-0,5 7,52 a 65,3 a NS-0,8 7,69 a 79,1 b NS-1,1 8,11 a 82,5 b El análisis de las plantas grandes permitió detectar claramente las diferen- cias entre las poblaciones de los dife- rentes claros (Tabla 7). Estas plantas son importantes ya que representan una población residual potencial luego de un control de la densidad y, por lo tanto, la Tabla 7. Incremento Medio Anual (ima) del diámetro a altura del pecho (dap, mm) y altura (A, cm), del periodo 2002-2005, para las plantas más grandes de cada población. Letras distintas indican diferencias entre tratamientos (Tukey, P<0,05). MA-dap IMA-A EO-0,5 15,91 a 95,4 a EO-0,8 19,34 b 109,0 ad EO-1,1 25,01 c 126,1 b NS-0,5 11,37 d 79,7 c NS-0,8 16,64 a 108,6 ad NS-1,1 20,74 b 112,5 d Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 61 futura cosecha. Con el fin de visualizar estas poblaciones, en la figura 8 se presenta la distribución de frecuencia por clases de dap para el último año de estudio, tomando como base las 2 000 plantas por hectárea más grandes de cada población. La figura 8 permite observar el desplazamiento hacia la derecha de la distribución al aumentar el tamaño del claro y una diferenciación de la faja EO-1,1 respecto a las demás. DISCUSIÓN Estructura de la población inicial En las primeras etapas, luego de la aper- tura del dosel, el tamaño de las plantas establecidas no fue significativamente diferente y no se detectó un patrón o tendencia en función del tipo de claro. Sin embargo, la distribución de frecuencia permitió visualizar que en las fajas angostas no se encontraron clases de tamaño que estaban presentes en las fajas más grandes (figuras 2 y 3). Esto se puede atribuir en parte a los diferentes niveles de radiación directa que condicio- naron el crecimiento de las plantas esta- blecidas. Algunas de las plantas grandes corresponden a individuos categorizados como regeneración anticipada (es decir, establecidos antes de efectuarse la aper- tura), y que por lo tanto estarían en igual cantidad antes de los tratamientos. Debido al carácter heliófito de la especie, esas plantas no tendrían más de dos años cuando se produjo la apertura. Pero el ingreso diferencial de radiación entre fajas impactó en forma distinta sobre el crecimiento inicial de dichas plantas. La distribución de frecuencia por clases de tamaño también es afectada por el nivel de competencia. Las pobla- ciones tuvieron una distribución asimé- trica positiva coincidiendo con lo descrito por Mohler et al. (1 978), para los primeros estadios en poblaciones de alta densidad inicial. La gran variablidad de tamaño puede atribuirse a que las plantas provienen de regeneración natural, lo que genera poblaciones más heterogéneas comparadas con las poblaciones jóvenes de regeneración artificial (Liu y Burkhart, 1993). Esto se explica en parte por el mayor periodo de germinación y Dap (cm) Dap (cm) Dap (cm) Figura 8. Distribución de frecuencia por clases de dap en el último año de medición (nueve años después de la apertura del dosel), considerando en cada población el equivalente a los 2 000 árboles más grandes por hectárea. 62 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas emergencia a campo, comparado con la etapa más corta en condiciones contro- ladas del vivero, y por el efecto de la competencia temprana debido a la densidad inicial elevada. El comportamiento diferencial de acuerdo con la variable considerada coin- cide con otros trabajos que muestran una mayor variación para el diámetro que para la altura (Liu y Burkhart, 1993; Torres etal., 1994; Cabrelli et al., 1997). Esta mayor variabilidad del diámetro pudiera expli- carse en términos de una mayor plasti- cidad fenotípica para dicha variable, para plantas creciendo en competencia. En cambio, la altura de la planta condiciona el estrato del perfil vertical que ocupa dentro de una población y define la cantidad y variabilidad de radiación que llega sobre un individuo (Pukkala et al., 1991). Densidad, reclutamiento y mortandad de plantas La densidad de plantas representa uno de los indicadores del potencial de utiliza- ción de la regeneración. Es posible inferir esa potencialidad para la zona de estudio, comparándola con datos del área de origen de la especie. Para los pinos del sudeste de eeuu se considera acep- table que tres años después de la cosecha de la plantación madre, la rege- neración natural presente al menos unas 2 000 plantas por hectárea (Cain y Shelton, 2001b). En la zona donde se llevó a cabo el presente estudio, el valor máximo de densidad reportado fue de 16 brinzales por metro cuadrado (Torres et al., 1994), tratándose de un situación de apertura total del dosel o matarrasa. Considerando los antecedentes sobre el tema, puede decirse que, en términos generales, en el presente trabajo la densidad inicial de plantas fue alta. La única condición que puede consi- derarse más comprometida se generó en la faja NS más angosta. Aquí hubo una baja densidad inicial, que se mantuvo a través del tiempo, indicando que en esas condiciones las plantas tuvieron una baja probabilidad de sobrevivencia. Conside- rando que todos los claros poseían árboles linderos con características simi- lares, la faja más angosta debería tener mayor número de semillas por unidad de superficie de suelo. Se estima que 200 mil semillas por hectárea es una buena densidad para que la regeneración natural tenga posibilidades de ser exitosa (Cain y Shelton, 2001b). En las planta- ciones donde se llevó a cabo el presente experimento, se registraron entre 500 y 800 mil semillas en el suelo por hectárea, dependiendo del año y la estación (Rezzano et ai, 1997; Cordeiro, 2004; Rezzano, 2004). Por lo tanto, la cantidad de semillas no fue un factor limitante, como tampoco las condiciones para la germinación y emergencia de plantas (Cordeiro, 2004; Rezzano, 2004). Entonces, es posible inferir que las restricciones aparecieron en las etapas más avanzadas de los brinzales y que existieron factores microambientales que condicionaron la baja probabilidad de alcanzar una altura mayor a 25 cm. Considerando que se trata de una especie heliófita, toma fuerza la hipótesis sobre la importancia de la radiación solar dentro del claro, como recurso y como generador de condiciones. En un estudio llevado a cabo en la misma zona, la mortalidad anual de plantas de P elliiottii bajo dosel fue de 88% y los valores de radiación relativa de 30% (Cabrelli et al., 1997). En los claros evaluados en este estudio, los niveles de radiación fueron superiores y la variabilidad menor. Sin embargo, el valor de alrededor de 50% de radiación relativa en la faja NS-0,5, puede considerarse condicionante para el esta- blecimiento de plantas mayores a 25 cm de altura. El carácter heliófito de la especie, también se manifiesta en la limi- Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 tación para el reclutamiento en pobla- ciones muy densas (NS-0,8), cuando el sombramiento de las plantas ya estable- cidas impide el desarrrollo de plantas emergidas más tardíamente. La mayor densidad alcanzada en las fajas 0,8, sería la consecuencia de una combinación de alta cantidad de semillas por unidad de superficie, y condiciones microambientales favorables para el esta- blecimiento. Sin embargo, la alta densidad inicial determinó un proceso de competencia intraespecífica más temprana, con la consecuente muerte de individuos y un bajo reclutamiento. El comportamiento estacional del reclutamiento se puede asociaren parte a la marcada estacionalidad del momento de caída de las semillas (Rezzano et al., 1997; Rezzano, 2004) y a la estaciona- lidad del crecimiento en altura (variable usada para el reclutamiento). Este patrón estacional fue reportado por Kramer (1943), y también se registró en la zona de estudio donde el crecimiento en altura se inicia a fines del invierno, ya que éste es relativamente benigno y se sostiene hasta principios del verano (Cabrelli et al., 1997; Rebottaro et al., 1997; Amoroso, 2000; Giuliani, 2001; Piva, 2002). En cambio, la mayor mortalidad ocurrrida durante primavera-verano está asociada a la existencia de un periodo de defi- ciencia hídrica. Si bien en la zona de estudio las precipitaciones ocurren durante todo el año, el ascenso de la temperatura condiciona el estado hídrico del suelo durante los meses de primavera y verano. Según Langdon (1981) para lograr un establecimiento exitoso de la regeneración natural se requiere no sólo una buena diseminación de semillas, sino también condiciones adecuadas de humedad, principalmente durante las etapas inciales. La menor probabilidad de sobrevivir encontrada en las plantas reclutadas más tarde, y por lo tanto de 63 menor tamaño, es coincidente con otros estudios (Verwer et al., 2008). Los resultados obtenidos en este estudio guardan gran similitud con los obtenidos para Pinus thunberghii, cuando se evaluó la densidad de la regeneración en claros circulares de tamaño relativo 0,5; 1,0 y 1,5 y donde la radiación también fue evaluada mediante fotografía hemisférica (Zhu et al., 2003). En dicho estudio, el establecimiento de plantas fue pobre en claros pequeños y bajo dosel y no se encontraron diferencias de densidad entre claros. Pero, los claros grandes tuvieron mayor proporción de plantas de mayor edad y, a medida que disminuía el tamaño del claro, la partici- pación de cohortes nuevas era mayor, hasta llegar a la ausencia de plantas de más de dos años en la condición bajo dosel. Para claros con dimensiones simi- lares, se encontraron valores de radiación mayores que los reportados por Zhu et al. (2003), pero dicho estudio se llevó a cabo a mayor latitud (37°52’ N) que la de este trabajo (31°22’ S). Crecimiento de las plantas En este estudio existieron dos factores que tuvieron efecto sobre el tamaño de las plantas de cada población en cada momento: uno fue el ingreso de radiación y otro la densidad. Por ejemplo, en las fajas intermedias, la elevada densidad inicial actuó negativamente y el creci- miento en diámetro fue menor. Sin embargo, la densidad no afectó de la misma manera el crecimiento en altura. Esto puede explicarse, como ya se ha mencionado anteriormente, en términos de la menor plasticidad de la altura respecto al diámetro. Cuando la regene- ración natural presenta en los primeros años más de 12 500 árboles por hectárea, se recomienda realizar un aclareo precomercial (Mann y Lohrey, 64 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas 1974). De lo contrario, las plantas restrin- girán fuertemente el crecimiento (Cain, 1988; Duryea, 1987; Rebottaro y Cabrelli, 2007) . La evaluación de las plantas más grandes permitió expresar las diferencias, ya que además el potencial de creci- miento de la regeneración no se vio enmascarado por el comportamiento de plantas muy pequeñas. Este resultado es coincidente con el estudio con regenera- ción de Pinus echinata Mili, y P. taeda, donde el análisis del crecimiento de las plantas más grandes permitió detectar diferencias entre tratamientos (Cain, 1991). En nuestro caso, las plantas grandes de las fajas EO tuvieron mayor crecimiento que sus pares NS y en general el crecimiento fue mayor a medida que la apertura era más grande. Dos situaciones se presentaron como claramente opuestas: fajas EO-1,1 y NS- 0,5. En la faja EO-1,1 se combinaron características de orientación y tamaño que generaron un microambiente más favorable. Esto no sólo se debe al mayor ingreso de radiación, sino también proba- blemente a un mayor nivel de agua y nutrientes (Canham 1989; Chazdon y Fetcher, 1984). Los valores absolutos de creci- miento en las fajas 1,1 resultaron simi- lares a los encontrados para las plantas más grandes de una población joven sin raleo de P. elliottii regenerada natural- mente (Rebottaro y Cabrelli, 2007). La alta correlación entre el creci- miento y el tamaño de la planta es común para plantas creciendo en competencia y también fue encontrado en otros estudios con diferentes espe- cies (Cain, 1991; Nutto et al., 2006; Coomes y Alien, 2007; Verwer et al., 2008) . Dicha correlación es un dato útil al momento de aplicar raleos precomer- ciales. La aplicación de raleos selectivos por lo bajo agregaría un componente adicional al crecimiento debido a la reducción de la competencia. En la zona de estudio, Rebottaro y Cabrelli (2007) encontraron una respuesta significativa al aclareo tremprano en poblaciones de regeneración natural con alta densidad inicial. En este sentido, e independiente- mente de los resultados estadísticos, desde el punto de vista práctico otro componente desfavorable de la faja NS- 0,5 es que, en términos de densidad, presenta una base muy estrecha para la selección de plantas al efectuar un raleo precomercial. Finalmente, se considera que al analizar la dinámica de la regeneración bajo diferentes condiciones de apertura, el efecto de la radiación sobre las plantas debe ser vista desde diferentes perspectivas. En las primeras etapas, la cantidad de radiación solar dependerá sólo de las características del claro. Esto determinará la cantidad potencial de radiación que recibirán las plantas que crecen dentro del mismo y su probabi- lidad de establecerse con éxito. En etapas más avanzadas (después de los 3 o 4 años de la apertura), se agrega un componente en la limitación por luz, vinculado con la competencia entre plantas que ocupan diferentes posi- ciones dentro del perfil vertical. En este estudio la dinámica poblacional estuvo definida por ambos efectos. Por un lado, el ingreso diferencial de radiación entre distintas aperturas influyó sobre la cantidad de radiación que llegaba a la parte superior de las plantas. Pero, además, las plantas de poblaciones más densas reciben menor cantidad de radia- ción por efecto de la presencia de las vecinas, siendo el efecto más pronun- ciado en plantas suprimidas. Madera y Bosques 17(1), 2011:49-70 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES El estudio durante siete años de la rege- neración natural de P. elliottii creciendo en claros, permitió llegar a las siguientes conclusiones: Dos años después a la apertura del dosel, la distribución de tamaño de las plantas presentó cierta asimetría positiva. Tanto la asimetría de la distribución como la variabilidad de tamaños, siempre fue mayor para el diámetro que para la altura. En general, la densidad de plantas fue más que suficiente para iniciar un ciclo productivo. Pero, en la faja con orientación NS y tamaño relativo 0,5 las plantas presentaron menor probabilidad de establecerse exitosamente y la densidad puede considerarse baja. Esto se produjo en condiciones de ingreso relativo de radiación menor al 55%. Las fajas con una tamaño relativo 0,8 y 1,1 no presentaron problemas para el establecimiento de las plantas, inde- pendientemente de la orientación. Esto coincidió con un ingreso de radiación relativa superior al 65%. El reclutamiento de plantas fue más frecuente en invierno y primavera. Mien- tras que la mortalidad fue más alta en primavera-verano. Las plantas reclutadas más tarde presentaron mayor probabi- lidad de morir que las plantas estable- cidas en las primeras etapas de las aper- turas. En todas las poblaciones el creci- miento anual, tanto en diámetro como en altura, estuvo correlacionado con el tamaño de la planta al inicio de cada periodo de análisis. La evaluación de las plantas más grandes permitió expresar las diferencias entre fajas. En general, el crecimiento de estas plantas aumentó a 65 medida que la apertura era más grande. Dos situaciones se presentaron como claramente opuestas: la faja EO-1,1 con mayor crecimiento y Rt = 73 %, y NS-0,5 con menor crecimiento. En situaciones con alta densidad, como en este estudio, se recomienda un raleo precomercial por lo bajo, a fin de liberar las plantas y mejorar el creci- miento. La dinámica de poblaciones jóvenes de regeneración natural de P. elliottii en el área de estudio, demuestra que las mismas representan un recurso produc- tivo alternativo a la regeneración artificial. A escala local, se recomienda evaluar principalmente dos aspectos: el efecto del raleo precomercial sobre el crecimiento de plantas establecidas en claros y el efecto del sistema de cosecha parcial sobre el suelo, sobre todo en aquellos de baja fertilidad química como en este estudio. Finalmente, considerando que estas prácticas permiten combinar un sistema de establecimiento económicamente atractivo (por su bajo costo), con activi- dades de menor impacto negativo sobre el ambiente, se recomienda repetir este tipo de ensayos en otros sitios de la región donde la especie es cultivada Se sugiere además, explorar la dinámica en claros para otras especies del género Pinus en otras regiones. En este último caso, debe tenerse en cuenta el impacto diferencial que tendrá el tamaño del claro sobre el ingreso de la radiación solar, principalmente en función de la latitud. RECONOCIMIENTOS Los autores agradecen a los ingenieros Martín Marcó, Diana Díaz, Martín Sánchez Acosta, Graciela Rembado, Federico Larocca y a todo el personal del 66 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas Instituto Nacional de Tecnología Agrope- cuaria (inta). También agradecemos a Carlos Rezzano, Alberto Torres, Roberto Benítez y Roberto Giménez. El estudio se llevó a cabo en el marco de los proyectos ubacyt G-06 y AG017, financiados por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires, y los Proyectos de Investigación Aplicada pía 14/96 y PIA 34/98, del Proyecto Forestal de Desarrollo de la Secretaría de Agricul- tura, Ganadería y Pesca de la República Argentina, con financiamiento del Banco Mundial. REFERENCIAS Amoroso, M. 2000. Regeneración natural de Pinus elliottii-. análisis del crecimiento en el segundo año de instalación de fajas silviculturales con orientación este-oeste. Tesis de Grado, Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires, Argentina. 28 p. Anderson, M.C. 1964. Studies of the woodland light climate. The photogra- phic computation of light conditions. Journal of Ecology 52:27-41 . Backer, J., P. Muphy. 1982. Growth and yield following four reproduction cutting methods in loblolly-shortleaf pine. A case study. Southern Journal of Applied Forestry 6(2):66-74. Battaglia, M., P. Mou, B. 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Germinación y supervivencia de seis especies nativas de un bosque tropical de Tabasco, México Germination and survival of six native species in a tropical forest of Tabasco, México Isidro Pérez-Hernández 1 , Susana Ochoa-Gaona 1 , Georgina Vargas-Simón 2 , Manuel Mendoza-Carranza 1 y Noel Antonio González-Valdivia 1 RESUMEN Se evaluó la germinación y supervivencia in situ y ex situ de plántulas de Aspidosperma mega- locarpon, Eugenia sp., Lonchocarpus castilloi, Manilkara zapota, Ormosia macrocalyx y Rollinia mucosa. En campo se sembraron 2 160 semillas en nueve bloques de 5 m x 20 m distribuidos en bosque tropical, acahual maduro y acahual joven. El experimento se replicó en condiciones de vivero bajo sombra de 40, 60 y 80%. Los tipos de cobertura vegetal no mostraron diferencias significativas en las tasas de germinación y de crecimiento, sin embargo, estos si influyeron en la capacidad de germinación de A. megalocarpon y O. macrocalyx , y en las tasas de depredación de M zapota y L. castilloi. En el acahual joven se presentó la mayor depredación de semillas, sin embargo, las plán- tulas remanentes presentaron mayor supervivencia que en las otras coberturas vegetales. En el vivero no se encontró diferencia en la proporción de semillas germinadas, ni en las tasas de germinación y de crecimiento. R. mucosa, fue la única especie que presentó menor supervivencia (42%). Las condi- ciones ambientales de las diferentes clases de cobertura vegetal en el área de estudio mantienen condiciones adecuadas para el proceso de germinación, crecimiento y establecimiento de plántulas de las especies estudiadas, lo cual permite sugerir su utilización en la rehabilitación de áreas degra- dadas del bosque original sembrando de manera directa, siempre y cuando se realice de manera inmediata después de la recolecta. Es necesario continuar con estos estudios para promover el uso de especies nativas en la rehabilitación y restauración de bosques tropicales. PALABRAS CLAVE: Condiciones ambientales, depredación, establecimiento, semillas de árboles, tasa de crecimiento, tasas de germinación. ABSTRACT We evaluated the germination and survival in situ and ex situ of seedlings of Aspidosperma megalocarpon, Eugenia sp., Lonchocarpus castilloi, Manilkara zapota, Ormosia macrocalyx and Rollinia mucosa. We established nine blocks of 5 m x 20 m in the field, in which 360 seeds of each species were established in three successional conditions with three repetitions: mature tropical forest, advanced fallows and young fallows. The experiment was replied in a tree nursery using 40, 60 and 1 Área de Sistemas de Producción Alternativos. El Colegio de la Frontera Sur. Apdo. Postal 1042, Admón. de Correos de Tabasco 2000, 86031 Villahermosa, Tabasco, México. Tel/Fax +52 (993) 3136110. C.e.: sochoa@ecosur.mx. División de Ciencias Biológicas. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Carretera Villahermosa- Cárdenas Km. 0.5 s/n. 86150 Villahermosa, Tabasco, México. Tel +52 (993) 3391264. 2 72 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical 80% shade. We found no significant differences in the rates of germination and neither in growth due to variation ¡n the natural cover. However, the rates of germination of A. megalocarpon and O. macrocalyx , and the rates of depredaron of M. zapota and L castilloi were affected by the coverage. Seeds sown in young fallows showed higher depreda- ron. whereas seedling survival was higher here than in the other succes- sional stages. In the tree nursery, no significant difference was found in the proportion of germinated seeds, the rates of germination and in growth. However, R. mucosa showed low survival (42%) . The environmental condi- tions of the forests in Tabasco are under various stages of degradation and it is appropriate to start a rehabilitaron program by introducing native species. This study indicates that this could be done by sowing the seeds directly in the forests without first producing seedlmgs in nurseries, which in turn would reduce the costs. It is recommend continuing research on the seed and seedling performance of other species that could be used to rehabilítate and restore the tropical forest. KEY WORDS: Environmental conditions, depredaron, establishment, seeds of trees, rate of growth, rate of germination. INTRODUCCIÓN El éxito de la germinación y estableci- miento de plántulas en el medio natural está determinado por factores bióticos como la densidad, depredadores y pató- genos (especialmente hongos), y por factores abióticos como la disponibilidad de luz, agua, temperatura y nutrientes del suelo (Willan, 1991; Camacho-Cruz et al., 2000; Harms y Paine, 2003). Sólo cuando las condiciones abióticas son adecuadas, se inicia el proceso de germinación como parte de sus estrategias adaptativas (Vázquez-Yanes y Orozco-Segovia, 1992; Figueroa, 2000). Actualmente estos factores se han visto gravemente afec- tados debido a la transformación de los bosques nativos en áreas ganaderas, agrícolas y urbanas, lo que ha contribuido en la simplificación, degradación y desaparición del bosque y del ecosistema en su conjunto (Vázquez-Yanes y Orozco-Segovia, 1992; Lanly, 2003). Debido a esto, se hace necesaria la propagación de especies nativas para el enriquecimiento, la reforestación y la restauración de las áreas afectadas. Sin embargo, los planes de reforestación implementados en los trópicos ameri- canos aún son limitados en el uso de especies nativas, y con mayor frecuencia usan especies exóticas como eucaliptos, teca o melina, promoviendo la creación de bosques monoespecíficos de rápido crecimiento para la producción de madera y celulosa. Estos bosques manejados desplazan a las plantas y animales nativos y a menudo son pobres en biodi- versidad (Vázquez-Yanes y Orozco- Segovia, 1992; Arriaga et al., 1994). La siembra directa de semillas es una opción para diversificar las áreas forestales ya que puede dar buenos resultados en la propagación de especies nativas. Además, en comunidades con escasos recursos económicos, este método permite evitar las dificultades técnicas y los gastos inherentes a otras formas de propagación de plántulas más elaboradas (Vázquez-Yanes et al., 1997). OBJETIVO Analizar la germinación, depredación de semillas, crecimiento y supervivencia de plántulas de seis especies forestales sembradas en vegetación natural y en condiciones de vivero. MÉTODOS Área de estudio El estudio se realizó en el sureste de México, en el área de protección de flora y fauna conocida como Cañón del Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 73 Usumacinta, en el ejido Niños Héroes de Chapultepec, localizado en la sierra del municipio de Tenosique a 17°16'27" N y 91°24'02" O, a 450 m de altitud (inegi, 2006; Figura 1). Los suelos son de tipo litosol, con poca profundidad, limitados por estratos duros y coherentes dentro de los primeros diez centímetros. El clima es cálido-húmedo con lluvias todo el año (Af), las cuales decrecen ligeramente en invierno. La temperatura media anual oscila entre 25,4 °C y 26,9 °C. El régimen de precipitación alcanza 3 286 mm anuales, con un promedio máximo mensual de 400 mm en el mes de septiembre y un mínimo mensual de 50 mm en el mes de abril (Enciclopedia de los Municipios de México, 2005). Esta zona montañosa, está cubierta por frag- mentos de bosque tropical lluvioso inmersos en un mosaico de vegetación secundaria de diferente edad derivada de la actividad agrícola y pastizales indu- cidos para la ganadería, localizados en las partes planas u onduladas (Ochoa- Gaona et al., 2008). Selección de especies y obtención de semillas Para el área de estudio se reportan 34 especies arbóreas que fructifican entre enero y mayo (Ochoa-Gaona et al., 2008), de éstas, se seleccionaron seis con base en su importancia local y estado sucesional (Tabla 1). Figura 1 . Ubicación geográfica del área de estudio. A: México; B: Estado de Tabasco y C: Ejido Niños Héroes de Chapultepec en el municipio de Tenosique, Tabasco. 74 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical Tabla 1 . Características de las especies usadas en el experimento de germinación y depredación de semillas, supervivencia y establecimiento inicial de plántulas. Nombre común y científico* Familia Estado sucesional** Usos locales*** Bayo (Aspidosperma ) Apocynaceae Bosque maduro Tablas, vigas y tijeras para megalocarpon Müll. Arg. casas Escobillo (Eugenia sp.) Myrtaceae Pionero tardío Vigas y tijeras para casas Machiche (Lonchocarpus castilloi Standl.) Fabaceae Pionero tardío Postes, sombra para ganado y leña Chicozapote, chicle (Manilkara zapota Sapotaceae Bosque maduro Construcciones pesadas, fruto (L.) P. Royen) comestible Caracolillo ( Ormosia macrocalyx Ducke) Fabaceae Pionero tardío Postes, vigas para casas y sombra para ganado Anona de montaña (Rollinia mucosa (Jacq.) Baill.) Annonaceae Bosque maduro Fruto comestible y árbol ornamental * http://www.tropicos.org/ ** Ibarra-Manríquez et al., 2001; Pennington y Sarukhán, 2005. *** Entrevistas a pobladores Para la obtención de las semillas se reco- lectaron frutos directamente del árbol y en menor cantidad del suelo. La reco- lecta se realizó entre el 25 de febrero y el 11 de marzo de 2008 en remanentes de bosque de la zona de estudio, para lo cual se siguieron las recomendaciones de la fao-danina (Willan, 1991). Las semillas vanas o que presentaban daño visible se desecharon, además se aplicó una prueba de flotación para aumentar la posibilidad de usar semillas viables (Mulawarman et al., 2003). Las semillas fueron almacenadas a temperatura ambiente de uno a siete días, mientras se colectaba la cantidad necesaria para iniciar el experimento. A las semillas no se les aplicó ningún pretratamiento germinativo. Diseño experimental en campo y vivero Se seleccionaron sitios con tres repeti- ciones en remanentes de bosque tropical Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 75 (Bt), en acahual maduro (25 años, Am) y en acahual joven (8 años, Aj). En cada sitio se delimitó un rectángulo de 5 m x 20 m, donde se establecieron geométrica- mente 120 puntos de siembra (separa- ción de 1 m entre puntos); de cada especie se establecieron 20 puntos de siembra (dos semillas por punto). La especie sembrada en cada punto se seleccionó al azar, por lo que no hubo una distribución determinada. En cada punto de siembra se colocó un popote de plás- tico donde se anotó la especie y la fecha de siembra. En total se sembraron 2 160 semillas de las seis especies en los tres tipos de cobertura vegetal; las semillas fueron cubiertas aproximadamente por un centímetro de suelo. Para evitar el efecto de borde (Harper et al., 2005) en el Bt los sitios se ubicaron al centro de la vegeta- ción (Newmark, 2001) y para el Aj yAm a 184 m del límite de la vegetación adya- cente (Didham y Lawton, 1999). El vivero se estableció cerca del poblado (ejido Niños Héroes de Chapul- tepec) en un área comunal destinada para el cultivo de plantas, donde se armaron tres estructuras de metal las cuales se cubrieron totalmente con malla sombra de 40% (S-40), 60% (S-60) y 80% (S-80). Se sembró la misma cantidad de semillas que en el experimento en campo, las semillas se distribuyeron equi- tativamente en las tres clases de sombra. Se usaron charolas de germinación copper block 60/220 mi (60 cavidades de 220 mi cada uno) y sustrato comercial creciroot. Dado que la lluvia fue sufi- ciente para mantener húmedas las semi- llas, sólo en mayo que fue el periodo más seco, estas se regaron manualmente cada dos días. Variables evaluadas Con base en Arriaga et al., 1994 y Martínez-Sánchez, 2004, para cada especie en cada tipo de cobertura vegetal y tipo de sombra se evaluaron las siguientes variables: a) tiempo de inicio de germinación (número de días transcu- rridos a partir de la siembra hasta el registro de la primera semilla germinada); b) capacidad de germinación, la cual se define como el número de semillas que germinan bajo algún tratamiento o en condiciones definidas, se expresó en porcentaje (%) (Arriaga et al., 1994), c) tasa media de germinación (sg sem- 1 semillas germinadas por semana), se consideró una semilla germinada cuando se observó la emergencia de la plúmula (Vázquez-Yanes et al., 1997), d) porcen- taje de supervivencia de plántulas, e) tasa media de crecimiento de plántulas (cm sem- 1 , centímetros por semana). Sólo en el experimento en campo se registró la depredación de semillas (porcentaje de semillas depredadas y la tasa media depredación (sd sem- 1 , semillas depre- dadas por semana), se consideró una semilla depredada cuando se observó daño total o parcial en la testa, endos- permo o cotiledones por hongos o fauna (Guariguata y Ostertag, 2002) o cuando la semilla ya no se localizaba. En el vivero la depredación no fue un factor evaluado, ya que por el sustrato utilizado no favo- reció el desarrollo de hongos y se evitó el efecto de la fauna depredadora de semi- llas; sin embargo hubo un ataque de hormigas en una noche sólo para A. megalocarpon. El experimento se evaluó por seis meses (marzo-agosto de 2008). Después de la siembra de cada especie se registraron datos diariamente durante los primeros veinte días; posteriormente, cada ocho días y los últimos cuatro registros se realizaron cada quince días. Semanalmente se midió al centro de cada bloque de muestreo la humedad del suelo, utilizando un tensiómetro marca “quick draw Soilmosture probe” modelo 2900 Fl (valor de 0 a 10 centi- 76 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical bares indica un suelo saturado de agua, de 10 a 30 es óptimo para las plantas; 30 a 60 margen normal para iniciar el riego excepto en los suelos muy arcillosos; 60 a 80 margen normal para iniciar el riego en los suelos muy arcillosos, > 80 entra en estrés hídrico; Myers y Harrison, 1975; Soilmoisture, 1998). La tempera- tura y humedad ambiental, se midieron con un hobo (Onset, Computer Corpora- tion), el cual se programó (software boxcar 3.6) para que registrara datos cada hora después de iniciado el experi- mento. Para calcular la radiación total bajo el dosel se tomaron tres fotografías hemisféricas en cada tipo de cobertura vegetal (Roxburgh y Kelly, 1995) a 1 m de altura sobre el nivel del suelo con una cámara digital marca Nikon COOL PIX 8400 con 8,0 Mega pixel, con conver- tidor de ojo de pescado (Fisheye) FCE9 0,2X. Las fotografías obtenidas se procesaron y analizaron con el software Hemiview Canopy Versión 2.1 SR1 (HemiView, 1999). Análisis estadístico Una vez probada la normalidad y homo- geneidad de varianza de los datos, se aplicó andeva unifactorial a las variables medidas para comparar la respuesta entre especies en cada cobertura vegetal y clases de sombra. Se aplicó la prueba de Ji-cuadrada para evaluar el comporta- miento individual de las especies en los tipos de cobertura vegetal y clases de sombra. Para comparar el comporta- miento de las especies en campo y vivero se utilizó andeva unifactorial. A los datos en porcentaje que no fueron normales se les aplicó arcoseno para normalizarlos y a las tasas se les aplicó logaritmo natural (Zar, 1999). RESULTADOS Diferencias microclimáticas La humedad del suelo y la temperatura ambiental no presentaron diferencias significativas entre las tres coberturas de vegetación (F = 0,214; p = 0,807; F = 0,008; p = 0,991; Figuras 2a y 2b). La humedad ambiental fue diferente en las tres coberturas vegetales (F = 19,03; p = 0,001). Se presentó mayor humedad ambiental promedio en el Bt durante todo el estudio (> 80 %), mientras que el Aj mostró los valores más bajos (<62 %; Figura 2c). La radiación solar fue diferente para cada cobertura vegetal (F = 10,91; p < 0,01). En el Aj se presentó el mayor valor y en Bt el menor valor (Figura 2d). Germinación Tiempo de inicio de la germinación En el campo, las clases de cobertura vegetal no influyeron en el tiempo de inicio de germinación de las semillas evaluadas. En vivero, la diferencia de sombra sólo ejerció influencia en Eugenia sp.; ésta mostró menor tiempo en S-80 (X 2 = 4,78; p = < 0,028) y mayor tiempo en S-40 y S-60. Al comparar la respuesta entre campo y vivero, se encontró que Eugenia sp., L. castilloi, M. zapota y O. macrocalyx mostraron similar tiempo de inicio de germinación, mientras que A. megalocarpon y R. mucosa, fueron diferentes (F = 36,57; p < 0,0037 y F = 10,61; p < 0,031; respectivamente). Los menores tiempos lo presentaron L. castilloi (3 días en campo y 5 días en vivero) y O. macrocalyx (10 días en ambos experimentos); M. zapota mostró tiempos intermedios (33 días en campo y 24 en vivero), mientras que Eugenia sp. requirió el mayor tiempo para iniciar la germinación (131 días en campo y 123 días en vivero; Figura 3). Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 77 20 15 10 5 0 Figura 2. Comparación de las condiciones ambientales en el experimento en campo: a = humedad del suelo (valor de 0 a 10 centibares indica un suelo saturado de agua, de 10 a 30 es óptimo para las plantas; Myers y Harrison 1975); b = temperatura ambiental; c = humedad ambiental y d = radiación solar. (Aj: Acahual joven, Am: acahual maduro y Bt: bosque). — ^ A. megalocarpon Eugenia sp. '"A"' L. castillo i •■••X— M. zapota » O. m acrocalyx 9 R. mucosa Figura 3. Tiempo de inicio de la germinación para las especies en el experimento en campo: Aj = acahual joven, Am = acahual maduro y Bt = bosque, y en vivero: S-40 = sombra 40%, S-60 = sombra 60%, S-80 = sombra 80%. 78 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical Capacidad de germinación En campo, el tipo de cobertura vegetal influyó en la capacidad de germinación de A. megalocarpon y O. macrocalyx. En Bt A. megalocarpon presentó el mayor valor (65%), cantidad que fue diferente al de Am (32%, X2= 11,29; p< 0,001) y al deAj (20%, X2 = 23,59; p < 0,001), no se encontraron diferencias entre los valores del Am y Aj. O. macrocalyx mostró mayor capacidad de germinación en Am (82%) siendo diferente al valor del Aj (X 2 = 4,2; p < 0,04). No se encontró diferencia entre los valores del Bt y el Aj (Figura 4a). La mayor capacidad de germinación promedio en campo fue de 82% (O. macrocalyx) y el menor valor fue de 8% ( Eugenia sp.). En el vivero no se encontró dife- rencia en la proporción de semillas germi- nadas para cada especie en las tres clases de sombra. Cinco especies mostraron capacidad de germinación 3 76%; R. mucosa presentó el mayor valor (98%) y Eugenia sp. mostró el valor más bajo (11%; Figura 4b). La capacidad de germinación de las seis especies fue mayor en vivero compa- rado con el campo (Tabla 2). A. megalo- a ■ □ □ carpon y R. mucosa alcanzaron poco más del doble de germinación en vivero. O. macrocalyx y L. castilloi mostraron los valores más altos en los dos experi- mentos. Eugenia sp. presentó menor germinación en ambos experimentos. Tasa de germinación Los tipos de cobertura vegetal y las clases de sombra no mostraron diferen- cias significativas en las tasas de germi- nación de todas las especies. Los valores de las seis especies fueron más altos en el vivero. Para cinco especies, las dife- rencias en las tasas de germinación fueron significativas entre el campo y el vivero: A. megalocarpon (F = 91,12; p < 0,001), L. castilloi (F = 26,86; p < 0,006), M. zapota (F = 102,3; p < 0,001), O. macrocalyx (F = 17,64; p < 0,013) y R. mucosa (F = 29,18; p < 0,001). En campo y vivero los patrones de las tasas de germinación mostrados por las especies fueron similares. L. castilloi mostró las mayores tasas de germinación promedio (campo: 13,2 sg sem- 1 , vivero: 41,7 sg sem- 1 ), mientras que las menores tasas las presentó Eugenia sp. (campo: 2,8 sg sem- 1 , vivero: 3,4 sg sem- 1 ; Figura 5). b ■ □ □ - acahual Figura 4. Capacidad de germinación (a) en campo: en Aj = acahual joven, Am maduro y Bt = bosque; y (b) en vivero en S-40 = sombra de 40%, S-60 = sombra de 60% y S-80 = sombra de 80%. Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 79 Tabla 2. ANDEVAde un factor para evaluar las diferencias de la capacidad de germinación del experimento en campo y vivero para las seis especies evaluadas. Especie F P N Aspidosperma megalocarpon 9,41 <0,037 6 Eugenia sp. 20,78 <0,01 6 Lonchocarpus castilloi 11,44 <0,027 6 Manilkara zapota 25,02 <0,007 6 Ormosia macrocalyx 8,62 <0,042 6 Rollinia mucosa 58,94 <0,001 6 Figura 5. Tasa de germinación de las especies. En campo: Aj = acahual joven, Am = acahual maduro y Bt = bosque; y en vivero: S-40 = sombra 40%, S-60 = sombra 60% y S-80 = sombra 80%. Depredación de semillas La cantidad de semillas depredadas para las seis especies estuvo influenciada por al menos una de las clases de cobertura vegetal. L. castilloi presentó diferente cantidad de semillas depredadas en los tres tipos de cobertura vegetal, R. mucosa fue depredada en igual propor- ción en Aj y Bt y presentó diferencias significativas con el valor del Am. A. megalocarpon. Eugenia sp., M. zapota y O. macrocalyx presentaron diferentes valores en el Aj y Am; la depredación de semillas en el Bt fue similar a los de Aj y Am (Tabla 3). La cantidad promedio de semillas depredadas entre las especies no mostró diferencias significativas (F = 2,26; p < 0,114). En el Aj se registró la mayor depredación para A. megalocarpon 80 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical (30%), L. castilloi (42%), M. zapota (54%) y O. macrocalyx (36%). La menor depre- dación para L. castilloi y M. zapota se presentó en Bt (22% y 33%, respectiva- mente). A. megalocarpon y O. macrocalyx fueron menos depredados en Am (13% y 17%, respectivamente); sólo Eugenia sp. mostró menor depredación en Aj (8%; Figura 6a). Tasa de depredación de semillas Las tasas de depredación de A. megalo- carpon , Eugenia sp., O. macrocalyx y R. mucosa no mostraron diferencias en los tres tipos de cobertura vegetal. Para L. castilloi y M. zapota las tasas no mostraron diferencias significativas entre el Am y el Bt; sin embargo, los valores del Aj fueron mayores a los del Am y del Bt (L. castilloi : X 2 = 5,18; p < 0,02; X2= 7,12; p < 0,007 y M, zapota : X 2 = 11,67; p < 0,001 y X 2 = 10,7; p < 0,001 respectiva- mente). La tasa de depredación de semillas fue diferente para cada especie (F = 3,12; p < 0,04); la más baja fue de 0,15 sd sern 1 ( Eugenia sp. en Aj) y la más alta fue de 15,2 sd sem- 1 ( M . zapota, en Aj). Cuatro especies mostraron mayor tasa de depre- dación en Aj (A. megalocarpon , L. castilloi, M. zapota y O. macrocalyx) y dos especies en Am ( R . mucosa y Eugenia sp.). Para A. megalocarpon y L. castilloi las más bajas se presentaron en Bt, y para M. zapota y O. macrocalyx en Am (Figura 6b). Supervivencia de plántulas El número total de plántulas supervivientes por cobertura vegetal fue significativa- mente diferente (F = 5,04; p < 0,021). En el Aj se presentó mayor supervivencia en cinco de las seis especies evaluadas. Por especie, la cantidad de plántulas supervi- vientes de A. megalocarpon, Eugenia sp., M. zapota y R. mucosa estuvo influenciada por al menos uno de los tipos de cobertura Tabla 3. Ji-cuadrada que compara la depredación total de semillas en el experimento en campo para seis especies en las tres clases de cobertura vegetal (Aj=acahual joven, Am=acahual maduro y Bt= bosque tropical). Especie Aj-Am X 2 p* Bt-Aj X 2 p* Am-Bt X2 p* Aspidosperma megalocarpon 7,24 <0,007 2,0 <0,15 1,73 <0,18 Eugenia sp. 4,26 <0,038 2,77 <0,09 0,17 <0,67 Lonchocarpus castilloi 19,4 <0,001 6,31 <0,01 4,29 <0,03 Manilkara zapota 4,61 <0,031 2,16 <0,14 0,46 <0,49 Ormosia macrocalyx 6,53 <0,013 3,13 <0,07 0,65 <0,41 Rollinia mucosa 5,82 <0,015 0,00 <1,00 5,82 <0,015 Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 81 = 20 - tO 10 □ □ llh & v** 0 ' b — A. megalocarpon — H— Eugenia sp. •••A*" L. castillo i ...94... m. zapota W O. macrocalyx > R. mucosa Figura 6. Depredación de semillas, a) Porcentaje total de semillas depredadas y b) tasa de depredación (número de semillas depredadas por semana) en Aj = acahual joven, Am = acahual maduro y Bt = bosque. vegetal. A. megalocarpon mostró dife- rentes porcentajes de plántulas supervi- vientes en las tres clases de cobertura vegetal (Aj-Am: X 2 = 26,96; p < 0,001; Aj-Bt: (X 2 = 7,94; p < 0,001; Am-Bt: X 2 = 6,42; p < 0,01), siendo mayor en Aj (70,9%) y menor en Am (20,9%). Eugenia sp. y R. mucosa presentaron similar super- vivencia de plántulas en Am y Bt (50% y 47%; 26% y 25%, respectivamente), la mayor supervivencia de estas dos espe- cies se presentó en Aj ( Eugenia sp.: 71%, y R. mucosa : 52%); estos valores fueron significativamente diferentes a los del Am (X 2 = 3,78; p = 0,049; X 2 = 8,56; p = 0,003; respectivamente) y Bt (X 2 = 5,19; p < 0,022; X 2 = 9,51 ; p < 0,003). M. zapota no mostró diferencia entre el Aj y el Am (50% y 40%), ambas coberturas fueron significa- tivamente diferentes a las valores del bosque (22%; X 2 = 10,68; p < 0,001; X 2 = 5,21; p < 0,02, respectivamente). L. casti- lloi y O. macrocalyx no mostraron diferen- cias significativas entre las coberturas de vegetación (Figura 7a). Figura 7. Porcentaje de supervivencia de plántulas, a) en campo: Aj = acahual joven, Am = acahual maduro y Bt = bosque, y b) en vivero: S-40% = sombra de 40%, S-60% = sombra de 60% y S-80 = sombra de 80%. 82 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical En el vivero, las diferencias de sombra no ejercieron influencia en la proporción de plántulas supervivientes de A. mega- locarpon, Eugenia sp., L. castilloi, M. zapota y O. macrocalyx. La única especie que se vio influenciada por las clases de sombra fue R. mucosa, la cual presentó menor supervivencia en S40% (42%), diferente a los valores de la S- 60% (91,5%; X2= 18,6; p < 0,001) y S- 80% (87%; X2 = 16; p < 0,001). La cantidad de plántulas supervivientes en el vivero fue diferente para cada especie (F = 5,88; p < 0,005). A. megalocarpon mostró la menor supervivencia de plán- tulas (promedio: 36%), mientras que las demás especies mostraron mejor super- vivencia con promedios entre 74%-89% (Figura 7b). En el vivero se encontraron valores de supervivencia más altos para todas las especies en relación al campo, sin embargo sólo tres especies mostraron diferencias significativas: Eugenia sp. (F = 18,59; p < 0,01); L. castilloi (F = 60,6; p < 0,002) y O. macrocalyx (F = 5,01; p < 0,67). Tasa de crecimiento de plántulas En campo los tres tipos de cobertura vegetal no influyeron significativamente en las tasas de crecimiento de las espe- cies, el mismo resultado se obtuvo al evaluar el efecto de sombra. La tasa de crecimiento fue significativamente dife- rente entre las especies, tanto en campo (F = 197,9; p < 0,001), como en el vivero (F = 9,89; p < 0,001). La mayor tasa de crecimiento promedio en campo y vivero lo presentó Eugenia sp. (2,5 y 1,6 cm sem- 1 , respectivamente). En campo L. castilloi y A. megalocarpon mostraron la menor tasa de crecimiento (0,31 y 0,36 cm sem- 1 , respectivamente) y en el vivero los menores valores lo mostraron A. megalocarpon (0,55 cm sem- 1 ) y M. zapota (0,69 cm sem- 1 ; Figura 8). Al contrastar el promedio de creci- miento entre vivero y campo, se encontró que Eugenia sp., M. zapota, O. macrocalyx y R. mucosa no mostraron diferencias. A. megalocarpon y L. castilloi presentaron mayor tasa de crecimiento en vivero que en campo (F = 17,34; p < 0,01 y F= 78,1; p < 0,001, respectivamente). — ^ A. megalocarpon --S — Eugenia sp. ¿ castilloi •>■)(••• M. zapota M O. macrocalyx O R. mucosa Figura 8. Tasa de crecimiento (centímetros por semana). En campo: Aj=acahual joven, Am=acahual maduro y Bt= bosque; y en vivero: S-40=sombra 40%, S-60=sombra 60% y S-80=sombra 80%. Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 83 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Las condiciones de temperatura, luz y humedad en el suelo, tanto en campo como en vivero, fueron suficientes para que las semillas iniciaran el proceso de germinación y establecimiento, esto coin- cide con lo señalado por Sánchez et al. (2003), Romo (2005), Myers y Harrison (1975) y Holl (1999) para cada variable, respectivamente. El no haber encontrado diferencias en la humedad del suelo y temperatura ambiental en las tres clases de cobertura vegetal y en vivero puede explicarse porque en la zona no se presenta una estación seca marcada y porque el año en que se efectuó el estudio correspondió a un año lluvioso, lo que se reflejó a nivel de parcelas en el experimento a nivel de microclima (Conagua, 2008). En particular, durante el tiempo del experimento se registraron lluvias intensas al menos cada tercer día, excepto en el mes de mayo, que se presentó un periodo seco de 16 días. Por otra parte, los bosques en la zona de estudio están sujetos al aprovecha- miento, por lo que la extracción selectiva abre el dosel a niveles similares a los encontrados en los acahuales maduro y joven, lo que puede explicar, en parte, porqué en la mayoría de los parámetros evaluados no se encontraron diferencias de respuesta de las especies entre los tres tipos de cobertura. Los tiempos de inicio de la germinación obtenidos en este estudio, están dentro de los intervalos reportados por otros autores que experimentaron con semillas recién colectadas y tiempos en la siembra de semi- llas, similares a los realizados en este estudio (sin pretratamiento y sin almacena- miento); Sautu et al. (2006), registraron en condiciones de vivero para Aspidosperma cruenta -una especie muy cercana a A. megalocarpon- el inicio de la germinación a los 13 días, tiempo que es próximo a los 17 días encontrados en este estudio, mientras que para O. macrocalyx determinaron un periodo similar a lo encontrado en este estudio (10 días). Para O. macrocalyx Foster y Delay (1998) encontraron que, en condi- ciones de vivero, el inicio de la germinación fue a los nueve días después de la siembra sin tratamiento pregerminativo y, además, mencionan que el número de días dismi- nuyó a cinco al aplicarle escarificación mecánica. Parraguirre (1992), encontró para M. zapota un tiempo de inicio de germina- ción de 16 días en vivero, mientras que Cordero y Boshier (2003) mencionan que la germinación inicia entre la segunda y quinta semana después de la siembra (ambos sin tratamiento pregerminativo), lo cual coincide con los resultados obtenidos en este estudio (24 días). Para L. castillo! el tiempo de inicio de la germinación encontrado en este estudio (tres días) es menor a lo registrado por Cordero y Boshier (2003) que mencionan que inicia a germinar después de 16 días con tratamiento pregerminativo. Para Eugenia uniflora, Franceschini (2000) determinó un tiempo de inicio de germina- ción de 24 días, dato que es menor a lo encontrado en este estudio para Eugenia sp. (119 días promedio). Capacidad de germinación en campo y vivero La capacidad de germinación obtenida en el vivero para A. megalocarpon, L. casti- lloi, M. zapota, O. macrocalyx y R. mucosa es alta (>=76%) de acuerdo con el criterio de Arriaga et al. (1994) que consideran que bajo criterios comer- ciales, en condiciones de vivero se debe de obtener al menos 60% de semillas germinadas para considerar como acep- table la producción de plántulas; Eugenia sp. quedó fuera de este límite. Aunque se utilizó el mismo lote de semillas, en el caso del campo las espe- cies mostraron menor porcentaje de germinación con relación al vivero, esto 84 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical se debe básicamente a que una conside- rable proporción de las semillas fueron depredadas por la fauna silvestre o atacadas por hongos, disminuyendo así la cantidad final de semillas. En este sentido, Whelan et al. (1991), Martínez- Ramos (1994) y Jordano et al. (2002) argumentan que la depredación es la causa principal de la disminución del número final de semillas que germinan en condiciones naturales, por lo que reco- miendan que las semillas se oculten para disminuir la probabilidad de depredación. Cabe mencionar que las semillas fueron cubiertas con tierra completamente para minimizar la depredación, a pesar de ello, la fauna desenterró y consumió una proporción considerable de semillas, como sucedió con M. zapota (54% en Aj) y R. mucosa (45% en Am). A pesar de este fenómeno, los porcentajes de germi- nación obtenidos en el campo son altos (47% promedio general) en relación con otros estudios similares que registran entre 5% (Martínez-Sánchez, 2004) y 15% de germinación (Pereyra y Frede- ricksen, 2002) en experimentos similares realizados en vegetación natural. Aunque este porcentaje no alcanza los niveles recomendados por Arriaga et al. (1994), estos resultados pueden considerarse adecuados, porque evitan el proceso de transporte, trasplante y mortalidad de las plántulas (Valtierra et al., 2008), además de que resulta más económico. La alta capacidad de germinación lograda en campo y en vivero se atribuye a que se usaron semillas maduras y también a que fueron sembradas casi inmediatamente después de colectadas, sin afectar el proceso de germinación para especies que pierden la viabilidad rápidamente (Arriaga et al., 1994; Vázquez- Yanes et al., 1997; Longman, 2003). A. megalocarpon que pertenece a la familia Apocynaceae, se caracteriza por presentar semillas que pierden la viabilidad rápidamente (Alzugaray et al., 2006); por otro lado, la siembra inmediata bajo condiciones ambientales adecuadas, evitó la entrada de latencia obligada (sensu Arriaga et al., 1994) para las semi- llas de M. zapota, O. macrocalyx. L. casti- llo i y R. mucosa las cuales se consideran ortodoxas (Cordero y Boshier, 2003; Isabeth et al., 2003; Lopes et al., 2006). Además, las semillas fueron enterradas completamente, lo que evitó la deseca- ción y hubo humedad suficiente para asegurar la germinación (Arriaga et al., 1994). Capacidad de germinación por especie Foster y Delay (1998), mencionan que O. macrocalyx obtuvo un porcentaje de germinación <1% para semillas disper- sadas de forma natural bajo los árboles padres en bosque tropical (después de 65 días de observación). En este estudio, también bajo condiciones de campo y en un bosque natural, la proporción de semi- llas germinadas para esta especie fue de 75%; esto se puede atribuir a que las semillas fueron sembradas y cubiertas completamente con tierra, manteniendo mayor humedad. Estos mismos autores, colectaron y sin almacenar sembraron las semillas de esta especie, obteniendo en laboratorio 100% de germinación con semillas escarificadas y 48% de germina- ción con semillas sin escarificar; mientras que en este trabajo en el vivero se obtuvo una germinación >90%, a pesar de no haber escarificado. En este estudio, no se escarificaron las semillas debido a que se quería reproducir la germinación como ocurre de manera natural. Las diferencias encontradas pueden deberse a que las semillas fueron colectadas del árbol, garantizando la cosecha reciente. Sautu et al. (2006) registran para L. castlllol una capacidad de germinación de 54% en condiciones de laboratorio, Cordero Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 85 y Boshier (2003) mencionan una germina- ción de 70%, en este estudio, la germina- ción de semillas alcanzada fue un poco mayor a los trabajos revisados (80%). Parraguirre (1992), menciona que M. zapota en condiciones de vivero germina entre el 92 al 100%, en este trabajo la diferencia (80%) se puede deber a que las intensas lluvias que se presentaron propiciaron en algunos casos que las semillas se fueron más abajo dentro del sustrato, dificultando la emergencia de la plúmula al momento de germinar, ya que éstas presentaban la radícula y la plúmula pero sin alcanzar a emerger; estas semillas se consideraron como no germinadas. Por otro lado, Sautu et al. (2006) determinaron 20% de germinación para Aspidosperma cruenta en condiciones de laboratorio, dato inferior a lo encontrado en condiciones de vivero para A. megalo- carpon (81%), lo cual puede deberse a la siembra cercana al periodo de cosecha. Dado que no se logró identificar la especie de Eugenia y que existe poca literatura sobre la misma, no es posible comparar el dato con Eugenia uniflora de la cual Franceschini (2000) menciona una capacidad de germinación de 24% en condiciones de laboratorio, resultado que es similar a lo encontrado en el estudio en el vivero. Depredación de semillas La poca influencia de las clases de cober- tura vegetal en la cantidad de semillas depredadas tal vez se deba a que en el área de estudio los acahuales jóvenes y maduros son parches relativamente pequeños (1-3 ha) que se encuentran inmersos en remanentes de vegetación madura, lo que puede estar provocando que la fauna sea similar o hasta compar- tida. Esto coincide con lo reportado por Martínez-Sánchez (2004), que encontró igual depredación de semillas en frag- mentos de bosque y bosque continuo en Los Tuxtlas. Contrario a esto, Pereyra y Fredericksen (2002) mencionan mayor depredación de semillas en áreas pertur- badas que en zonas conservadas de bosque tropical. La fauna depredadora fue la misma en las tres coberturas vege- tales, los organismos causantes de la depredación de las semillas de M. zapota y R. mucosa básicamente fueron mamí- feros como tepescuintle ( Cuniculus paca) y zereque ( Dasyprocta punctata ); L. casti- lloi , O. macrocalyx y A. megalocarpon fueron atacadas por una especie de hormiga pequeña que consumió los coti- ledones de las semillas al momento en que estos se encontraban hinchados por la absorción de agua. O. macrocalyx fue bastante atacada por hongos blancos que en ocasiones llegaron a cubrir completa- mente algunas semillas, para Eugenia sp. no se identificó al depredador. A pesar de que el porcentaje de depredación fue <54%, esta se considera baja, ya que en este sentido Martínez-Sánchez (2004), registró tasas de depredación entre 74 y 97%, lo cual se puede atribuir a que las semillas se enterraron. Influencia del hábitat en la supervivencia de plántulas en campo La mayor supervivencia de plántulas encontrada en Aj, se pudo deber princi- palmente a dos factores: a) las plántulas no sufrieron daños por caída de ramas, frutos y hojas secas que es la primera causa de mortalidad de plántulas en los bosques tropicales (Clark y Clark, 1984; Vázquez- Yanes y Orozco-Segovia, 1992; Martínez-Ramos, 1994; Martínez-Ramos y Álvarez-Buylla, 1995), y b) este hábitat es un sitio más abierto que combina tanto luz directa como diferentes niveles de sombra que parecen ser más adecuados 86 Germinación y supervivencia de seis especies nativas en un bosque tropical para ser asimilados por las plántulas, condición que probablemente les confirió mayor tasa fotosintética y, por conse- cuencia, mayor probabilidad de supervi- vencia (Martínez-Ramos y Álvarez- Buylla, 1995; Marañón et al., 2004a). Los datos obtenidos en este estudio, concuerdan con los de Kumbongmayum et al. (2005) que señalan mayor supervi- vencia en parches de vegetación secun- daria que bajo sombra de vegetación conservada. En contraparte Paul et al. (2004), registran igual supervivencia de plántulas en parches y bajo bosque para cuatro especies tropicales en Uganda. Por otro lado, Rickera et al. (2000), mencionan que las especies varían en sus requerimientos de luz, lo que para algunas puede ser excesivo para otras puede ser la cantidad necesaria. Tal vez por eso, L. castilloi y O. macrocalyx, especies que son demandantes de luz en su etapa de plántulas (Cordero y Boshier, 2003), mostraron menor vigor en el bosque y probablemente ésta pueda ser la causa de su muerte en un tiempo posterior. Supervivencia en vivero Las plántulas del vivero presentaron alto porcentaje de supervivencia (Arriaga et al., 1994; Pereyra y Fredericksen, 2002) el cual fue mayor con relación al del campo. Esto puede deberse a que las plántulas no estuvieron tan expuestas a la depredación, con excepción de A. mega- locarpon cuyas plántulas fueron atacadas en una sola noche por hormigas arrieras. Esto ha sido mencionado como uno de los principales problemas de pérdida de plántulas en vivero (Vázquez- Yanes et al., 1997). Por otra parte, en el corto periodo de sequía, se aplicó riego previniendo el posible estrés hídrico a las plántulas (Marañón et al., 2004a). Las especies no mostraron diferencias significativas en la mortalidad como respuesta a la cantidad de sombra suministrada. Sin embargo, R. mucosa y M. zapota, que son especies esciófitas típicas de bosques primarios (Ibarra-Manríquez et al., 2001; Pe- nnington y Sarukhán, 2005) presentaron mayor mortalidad en donde hubo mayor exposición solar (sombra 40%). Crecimiento de plántulas en campo y vivero Mientras que diversos autores con- cuerdan que en el bosque conservado se observa menor crecimiento de plántulas y el mayor crecimiento ocurre en sitios donde existe más incidencia de luz, como en parches de vegetación secundaria (Paul et al., 2004; Khumbongmayum et al., 2005), bordes de claros (Pereyra y Fredericksen, 2002) y zonas abiertas completamente (Marañón et al., 2004b), en este estudio no se observó influencia por el tipo de cobertura vegetal. La posible explicación a esta diferencia es porque en el área de estudio los niveles de luz registrados en el sotobosque (51,4%), superan por mucho los niveles de luz de las áreas conservadas de los estudios revisados, lo cual se debe a la intensidad de uso de este recurso. El mayor crecimiento en vivero para A. megalocarpon, L. castilloi, M. zapota y O. macrocalyx se puede deber a que las plántulas no estuvieron expuestas tan abiertamente a defoliación y a pató- genos (Martínez-Ramos, 1994) y porque el sustrato comercial usado tiene la cualidad de contener nutrientes que se van liberando gradualmente (Arriaga et al., 1994, Vázquez- Yanes et al., 1997). Los niveles de luz usados en el vivero no resultaron estresantes para las plántulas de las diferentes especies, al menos en las primeras etapas evaluadas. En rela- ción con esto, Martínez-Ramos (1994), Plana (2000), Rickera et al. (2000) Madera y Bosques 17(1), 2011:71-91 87 mencionan que muchas especies tienen intervalos amplios de tolerancia de luz y nutrientes y que ésto puede variar entre las especies y entre el estado de plán- tula y juvenil. De las especies utilizadas en este estudio M zapota y R. mucosa son propias de las selvas maduras (Pennington y Sarukhán, 2005), mien- tras que O. macrocalyx, A. megalo- carpon, L. castilloi y Eugenia sp. pueden formar parte de la selva o presentarse en fases avanzadas de la sucesión. En este caso, las primeras pudieran corres- ponder a lo que Spurr y Barnes (1982) llaman especies de fase vacía, las cuales germinan y se establecen bajo el dosel y son lo suficientemente tolerantes a la sombra ya que las plántulas sobre- viven en un número pequeño y esperan algún evento que les permita completar su desarrollo. A modo de conclusión se puede decir que las condiciones ambientales del área de estudio en las tres clases de cobertura vegetal son las adecuadas para la germinación, crecimiento y esta- blecimiento de plántula de las especies estudiadas. Que la siembra directa en campo con semillas recién colectadas puede ser una opción viable como estra- tegia para la restauración de áreas degradadas, aunque se recomienda que la siembra de semillas en campo se realice durante la época de lluvias. Que las tasas de germinación de semillas y supervivencia de plántulas en el vivero son aceptables en términos comerciales para la producción de plántulas. Que las clases de sombra usadas no ejercen influencia en la germinación, supervi- vencia y crecimiento de las especies evaluadas. Que la siembra de semillas disminuye la probabilidad de ser depre- dadas. La información generada nos permite sugerir la utilización de las espe- cies estudiadas en la rehabilitación de áreas degradadas del bosque original. REFERENCIAS Alzugaray C M N.J. Carnevale, A.R. Salinas y R. Pioli. 2006. Calidad de semillas de Aspidosperma quebracho-blanco Schlecht. Quebracho. Revista de cien- cias forestales 13:26-25. Arriaga, M.V., V.G. Cervantes y A. 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Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa en la Sierra Madre Oriental Analysis of eleven natural populations of Taxus globosa in the Sierra Madre Oriental Mario A. García-Aranda 1 , A. Eduardo Estrada-Castillón 1 , Enrique Jurado-Ybarra 1 y Dino U. González-Uribe 2 RESUMEN Se ubicaron y estudiaron once poblaciones de Taxus globosa a lo largo de la Sierra Madre Oriental en los estados de Nuevo León y Tamaulipas, México. A través de muestreo total se contabi- lizaron todos los individuos en las poblaciones, registrando además altura, cobertura aérea, diámetro y densidad de esta especie. Las poblaciones se organizaron en bases de datos en intervalos de clase, en seis categorías para altura, siete categorías para cobertura y siete categorías para diámetro. La prueba de y} indica que todas las poblaciones tienen una distribución normal. La cobertura y el diámetro mostraron valores altos de correlación (r= 0.9). La tendencia de las curvas poblacionales indica que las poblaciones más aisladas de centros de población o de sitios inaccesibles como Las Tinajas, Julilo y La Camotera son las que poseen una proporción de individuos juveniles mayor que el resto de las poblaciones del noreste. PALABRAS CLAVE: Cuantificación, distribución, noreste de México, Taxus globosa. ABSTRACT Eleven populations of Taxus globosa were located and evaluated along of the Sierra Madre Oriental in the States of Nuevo León and Tamaulipas, México. A complete inventory of the individuáis in all Taxus globosa populations was recorded; data of height, diameter, canopy cover and density were also evaluated. The population data were organized in databases on rank dasses into six height categories, seven canopies cover categories and seven diameter categories. A y? test indicates that all the populations showed a normal distribution. The canopy cover and diameter variables showed higher valúes ¡n correlation analysis [r= 0.9). The population curve tendency on height canopy cover and diameter shows that isolated or inaccessible populations of Taxus globosa Las Tinajas, Julilo and La Camotera are the populations with more young individuáis than the rest of the northeastern popu- lations. KEYWORDS: Quantification, distribution, northeastern México, Taxus globosa. 1 Facultad de Ciencias Forestales. Universidad Autónoma de Nuevo León, magarcia_silvae@hotmail.com. aeduardoestradac@prodigy.net. mx; ejurado@fcf.uanl.mx. Depto. de Estadística y Cálculo de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, digon_mx@yahoo.com 2 94 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa INTRODUCCIÓN El género Taxus se compone de 24 espe- cies y 55 variedades, de éstas, Taxus globosa var. globosa es la única que se distribuye en México (Spjut, 2007). Las poblaciones de T. globosa en la región noreste de México se caracterizan por ocurrir de manera escasa en los doseles de bosques mixtos, localizados general- mente en cañadas o laderas, con exposi- ción húmeda y en altitudes que oscilan entre los 1800 y los 2300 msnm (Estrada et al., 2006). Es una especie de lento crecimiento, tolerante a la sombra, asociado a bosques de condición clímax (Dovciak, 2002). El conocimiento de su distribución tiene importancia económica debido a que de esta especie se extraen fitoquímicos útiles en tratamientos contra el cáncer (Shemluck et al., 2003; Soto et al., 2005). La presencia de taxol en T. globosa es comparable con los niveles encontrados en especies europeas (Soto et al., 2005). A pesar de lo anterior, aun existen pocos estudios sobre la especie en territorio mexicano y específicamente en la región noreste, lo que justifica el estudio en un intento por aportar informa- ción sobre su ecología y dinámica pobla- cional que contribuya a un manejo sustentable de la especie. Taxus globosa tiene una distribución discontinua y restringida a micro-hábitats muy particu- lares y es considerada como rara en las categorías oficiales de conservación de especies en México (García y Castillo, 1999; Alanís et al., 2004), Debido a que en el noreste de México nunca se habían realizado conteos de individuos de la especie, no se conocían registros de cuántas poblaciones existen, además la información bibliográfica sobre ecología de Taxus es aún escasa, especialmente sobre la especie mexicana y su distribu- ción en el noreste de México. Se ha loca- lizado en una zona montañosa del muni- cipio de Rioverde, San Luis Potosí (García, 1999); Zamudio (1992) consi- dera que esta especie tiene una distribu- ción aparentemente disyunta; se ha loca- lizado en el estado de Chiapas, específi- camente en laderas húmedas con bosque de Pinus y bosque de Abies (Contreras y Luna, 2001). En el estado de Hidalgo, Zavala et al. (2001), establecieron pers- pectivas para su posible uso e hicieron un estudio demográfico en el Parque Nacional El Chico (Zavala-Chávez, 2002). De acuerdo con observaciones directas hechas en sitio, en Tamaulipas se le ha ubicado en el bosque nublado de la Reserva El Cielo y en Nuevo León, se encuentra en el dosel bajo de comuni- dades boscosas de Quercus-Pinus y Picea- Abies (obs. pers.). OBJETIVO Ubicar e inventariar las poblaciones de Taxus globosa en el Noreste de México y determinar la distribución por clases de altura, diámetro y cobertura aérea de los individuos, con la finalidad de conocer su cantidad y distribución. METODOLOGÍA El área de estudio está ubicada en una porción de la Sierra Madre Oriental, entre 23°02’31” y 25°19’56” Latitud Norte; y 98°57’39,5” y 100°14’58” Longitud Oeste (Figura 1). Las poblaciones de Taxus globosa registradas en éste se presentan en la tabla 1 . Al ubicar las poblaciones en un sistema de información geográfica, se determinó que algunas poblaciones consideradas en un principio indepen- dientes, estaban relacionadas espacial- mente en pequeños complejos, por lo que se decidió agruparlas y manejarlas como una sola, como el caso de Potrero Redondo, al que se le sumaron los conteos de La Guayamenosa, La Mesa Larga y Arroyo de la Pila; de igual forma, también fueron reagrupados en una sola Madera y Bosques 17(1), 2011:93-104 población cuatro conteos realizados en Las Tinajas, Zaragoza. En los conteos de las poblaciones El Diente, en la Sierra de San Carlos y San José, localizada en la reserva de la bios- fera El Cielo, municipio de Gómez Farías, sólo se registró la presencia de uno y dos árboles de Taxus globosa respectiva- mente, por lo que fueron descartados de los análisis posteriores debido a la escasez de información. En total, al final se tuvieron once poblaciones. En cada población de Taxus globosa se cuantificaron todos los individuos observables, para cada individuo locali- zado se midió su altura total (en metros, con cinta métrica), cobertura de copa (en metros cuadrados, con cinta métrica en largo y ancho, calculada multiplicando largo x ancho) y usando una forcípula se 95 registró el diámetro normal (basal para individuos de baja talla o de fuste no recto, en centímetros). Estas variables fueron analizadas primero mediante la prueba de x 2 de Pearson (x = Z 7 2 +...+ Z k 2 ; donde Z, son variables aleatorias normales independientes de media cero y varianza uno) para determinar si existía normalidad en la distribución de los datos registrados. Con el propósito de analizar y observar variantes entre poblaciones, se realizaron estimaciones del promedio (2x,/N) y error típico de la media de las tres variables, considerando la totalidad de individuos en cada población. Para conocer la relación propor- cional existente entre altura, cobertura aérea y diámetro en las poblaciones, se establecieron pruebas en Excel® del Figura 1. Mapa de ubicación de 11 poblaciones de Taxus globosa en el Noreste de México. 1. El Tejocote, 2. Potrero Redondo, 3. El Arroyo de las Cuevas, 4. Curva de la Raíz, 5. El Rancho, 6 Ej. La Camotera, 7. La Trinidad, 8. Agua Fría, 9. Brecha de Zaragoza, 10. Las Tinajas y 11. Julilo. Tabla 1 . Poblaciones de Taxus globosa registradas en este estudio. 96 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa o ’-l— * co T 3 O -4—» 03 c o oo M" 03 CM a> M" co CD M" h- LO LO OO un co LO CM LO M" m M" 03 03 03 CD O) 03 O T— CM ¡N- T— o O o o o O T— T— T— O O o o o o o o O O O o O o O o o O O O O O O o O O o o o O O O O O T — T— T — T— T— T — T— T— T— K LO co M- o o> en o CM 00 o 03 03 en CNI S- m- o 03 03 cq K OO CO CD 00 C\l T_ T— CM co - h- K CO h- M" M" o M" o o o o 03 03 03 CD CD CD 03 03 03 CD lo 03 CD h- LO o 00 03 CD T— O OO Ñ- CO CM t— CM T— CO CO 00 h~ CD M" "O LO CM CM T— r— O CM LO o O o CM CM CM CM CM O _ - CM • 03 M- M- M- M- LO M- h- 03 co CM LO CO -> CO CO T — CO 1 T— O T— O T— O T— O T — O o o O T— O v- o T— O O o LO O LO O CO LO LO O LO O O LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO LO M" CO co o co co co CM CM CM CM CM CM CM CM CM CM CM CM CM CM CO CM CM CM CM 03 M- T — CM CO M" CM t — O CO o o co M" CM CM O ■0 0 0 LU t /3 03 Q. o 03 E ,03 O o O o o 0 O 03 i— O C /3 O 03 O o o o Q_ 03 03 03 03 E E 03 03 03 *o 0 ce ce ce 03 03 0 0 ce -4— ' 'p "■4 — • -» — ' H — • ■4— ' "■4— • C C c C c c c C C c 3 ce co ce ce o o CO CO ce 2 CO co co CO co co CO C /3 C /3 O ce 03 C /3 o i_ O L. ce 03 co LL O en E (D N Q > N ce ce c co 03 -4— ' O o -Q E ce L_ 03 ce i— ce ce E o ce 03 E 'O O c co CO 2 < N “3 O CO ■a 03 ■g ’c =3 E o O o ■a c o ■a 0 a: 0 1 o CL C /3 03 > 0 =3 ce O N "ce en 0 CL ce P 0 ül 0 o c C /3 0 0 L. 0 • 4 — ' 0 03 T 3 co _J co C /3 0 03 ■o 03 E ce >N ce o ■o o >< 0 0 ■o o se o O E 0 O o >* o i» ■_ 03 ce o > o o O ce 0 l— 1 < o £ o c 0 en 0 _i < _j < LU O LÜ llT 03 N O 03 03 03 N C /3 ■a 0 0 0 0 ■o V "O ’0 ’c LL 0 c 1 - 0 O se o 0 i- 0 o 0 03 i_ 0 3 _i < CO _J 3 Cl) •4—» C 0 Q o -a o o O t _ 03 LU O c •o 'o 03 S 2 O Q_ t- CM oo LO CO OO 03 Madera y Bosques 17(1), 2011:93-104 coeficiente correlación de Pearson (r= oXYloX * ctY; donde oXY es la cova- rianza de (X.YJ y oX y oY las desvia- ciones típicas de las distribuciones margi- nales), entre las combinaciones, altura- cobertura, altura-diámetro y cobertura- diámetro. Una vez determinada la normalidad en los datos, posteriormente éstos fueron organizados en tallas de intervalos de acuerdo con el criterio de estructura de sitios (Mueller-Dumbois y Ellenberg, 1974). Para altura se consideraron seis intervalos de clase, para cobertura se consideraron siete y para diámetro también siete; estos intervalos de clase se detallan en la tabla 2. Individuos con altura de 2 m o menores, cobertura de 1 ,0 m 2 y diámetro de 6,0 cm o menores se consideraron como jóvenes, dentro del intervalo I (donde quedaron incluidas también las plántulas). La tendencia en la distribución de las clases de altura, diámetro y cobertura (Método de sitio cuantitativo, Mueller- Dumbois y Ellenberg, 1974) fue interpre- tada a partir de gráficos de valores 97 porcentuales de las frecuencias de clase, en cada una de las tres variables para determinar el estatus poblacional a través de porcentajes de individuos en cada clase, dentro de los intervalos de clase ya establecidos, considerando una pobla- ción normal aquella que muestra una típica curva de tipo descendente. Para hacer la estimación de densidad de Taxus globosa se calculó de manera directa, a través de un Sistema de Posicionamiento Global (gps), la superficie total muestreada (ha) en cada una de las poblaciones y mediante el uso del software Arcview gis se crearon los polígonos de cada sitio, los cuales, se proyectaron en unidades de mapa utm zona 14 con el datum de Norteamé- rica de 1927. Posteriormente, se observó la relación en cociente del número de individuos en la superficie muestreada de cada población para obtener un valor de densidad expresado en individuos de Taxus globosa por hectárea (Densidad = N/Área, donde N representa el número de individuos en la población). Tabla 2. Intervalos de clase considerados para altura, cobertura y diámetro. Intervalo de clase Altura (m) Cobertura (m 2 ) Diámetro (cm) 1 0,1 - 2,0 0,1 1,0 0,1 - 6,0 II 2,1 -4,0 1,1 - 10,0 6,1 - 10,0 III 4,1 -6,0 10,1 - 20,0 10,1 - 14,0 IV 6,1 - 8,0 20,1 - 30,0 14,1 -20,0 V 8,1 - 10 30,1 - 50,0 20,1 - 25 VI > 10 50,1 - 100 25,1 - 30 Vil — > 100 > 30 98 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa RESULTADOS Las pruebas de x 2 realizadas a las series de datos de las tres variables medidas en once poblaciones de Taxus globosa mostraron que estas se distribuyen de manera normal teniendo valores de x 2 significativos con probabilidad <0,001, considerando que los valores de x 2 obte- nidos para las tres variables fueron muy diferentes entre las poblaciones (Tabla 3). La correlación entre las variables altura-cobertura muestra valores de correlación significativos en cinco pobla- ciones: Las poblaciones de El Arroyo de las Cuevas, Potrero Redondo, Ej. La Camotera, La Trinidad y El Rancho tienen un valor de r > 0,75. La relación de varia- bles altura-diámetro muestra cuatro poblaciones con valores de correlación significativos ( r > 0,77): Julilo, El Arroyo de las Cuevas, Potrero Redondo y Ej. La Camotera. La relación de variables cober- tura-diámetro mostró cuatro poblaciones con valores de correlación significativos (r > 0,77): El Arroyo de las Cuevas, Ej. La Camotera, Julilo y El Rancho (Tabla 4). Tabla 3. Valores de y2 y probabilidades en las once poblaciones de Taxus globosa estudiadas. Población x2 X2 X2 Altura P Diámetro P Cobertura P El Tejocote, Santiago N. L. 7,330 <0,001 2,267 <0,001 16,033 <0,001 Potrero Redondo Santiago, N. L. 47,976 <0,001 377,870 <0,001 1537,300 <0,001 El Arroyo de las Cuevas, Santiago N. L. 38,936 <0,001 57,272 <0,001 1264,000 <0,001 Curva de la Raíz, Santiago, N . L. 404,310 <0,001 86,328 <0,001 236,620 <0,001 El Rancho, Santiago N. L. 2,492 <0,001 5,475 <0,001 2,763 <0,001 Ej. La Camotera, Santiago N. L. 16,251 <0,001 102,790 <0,001 258,500 <0,001 La Trinidad, Montemorelos, N. L. 2,343 <0,001 3,714 <0,001 5,771 <0,001 Agua Fría, Aramberri N. L. 142,430 <0,001 11,117 <0,001 27,527 <0,001 Brecha de Zaragoza, N. L. 5,838 <0,001 9,351 <0,001 131,410 <0,001 Las Tinajas, Zaragoza, N. L. 3316,900 <0,001 6912,900 <0,001 4057,200 <0,001 Julilo, Jaumave, Tamaulipas 2,492 <0,001 5,475 <0,001 2,763 <0,001 Madera y Bosques 17(1), 2011:93-104 99 Tabla 4. Coeficientes de correlación (r) entre variables altura, cobertura y diámetro. Población N Alt-Cob Alt-Diam Cob-Diam El Tejocote, Santiago N. L. 91 0,618 0,721 0,624 Potrero Redondo Santiago, N. L. 3460 0,765 0,691 0,682 El Arroyo de las Cuevas, Santiago N. L. 540 0,804 0,807 0,900 Curva de la Raíz, Santiago, N. L. 1000 0,634 0,585 0,673 El Rancho, Santiago N. L. 59 0,736 0,660 0,770 Ej. La Camotera, Santiago N. L. 203 0,764 0,786 0,827 La Trinidad, Montemorelos, N. L. 70 0,747 0,610 0,570 Agua Fría, Aramberri N. L. 273 0,150 -0,118 0,603 Brecha de Zaragoza, N. L. 148 0,604 0,697 0,642 Las Tinajas, Zaragoza, N. L. 3035 0,221 0,067 0,003 Julilo, Jaumave, Tamaulipas 237 0,695 0,870 0,785 Altura Camotera. 2. Donde los valores porce n- tuales de la clase I son menores a la clase En la tabla 5 se muestran los valores de media y error típico de la media de la variable altura, donde Agua Fría es la población con mayor altura promedio mientras que el Ej. La Camotera presenta la altura menor entre las 11 poblaciones de Taxus globosa. La tendencia en distribución en los valores porcentuales de altura mostró cuatro tipos de curva: 1. Una curva de tipo descendente, donde predominan porcen- tajes de las clases iniciales I y II; los valores porcentuales van disminuyendo hacia clases medias y finales IV hasta VI, como el caso de Las Tinajas (Figura 2) y Ej. La II y posteriormente los valores porcentuales van disminuyendo de manera gradual hacia las clases II a la VI como en las poblaciones de La Trinidad (Figura 2), Brecha de Zaragoza, El Tejocote, Potrero Redondo, El Arroyo de las Cuevas, Curva de la Raíz y El Rancho. 3. Donde la curva tiene pocos individuos en la clase I y tiene los valores porcentuales más altos en la clase intermedia II, como en Agua Fría (Figura 2), y 4. Donde la curva tiene una forma de tipo campana invertida debido a que los valores porcentuales de las clases I y VI son más altos que los porcentajes de las clases intermedias (II a V) como en la población de Julilo (Figura 2). 100 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa | a La Trinidad — ♦ — LasTinajas ■ Julilo — x — AguaFría| Figura 2. Comportamiento tipo de curvas por clases de altura de Taxus globosa. Cobertura aérea La población con mayor cobertura aérea promedio por individuo de Taxus globosa es El Arroyo de Las Cuevas, mientras que la menor cobertura aérea promedio se presentó en el Ej. La Camotera (Tabla 5). En los valores porcentuales de cober- tura se observó una tendencia expresada en tres tipos de curva: 1. Donde la curva es de tipo descendente, pues predominan los porcentajes de las clases iniciales I a II y los valores porcentuales van disminu- yendo hacia clases medias y finales III a VI, como el caso de Las Tinajas (Figura 3). 2. Donde los valores porcentuales de la clase I son menores a la clase II, posterior- mente, los valores porcentuales van dismi- nuyendo de manera gradual hacia las clases III a VI como en las poblaciones de Brecha de Zaragoza, El Tejocote, Potrero Redondo (Figura 3), El Arroyo de las Cuevas, Curva de la Raíz, Agua Fría y El Rancho, y 3. Donde la curva es de tipo bimodal pues presenta pocos individuos en la clase I y tiene los valores porcen- tuales más bajos en la intermedia clase IV menores a los de la clase V y termina disminuyendo de manera gradual hacia las clases VI - Vil en la población de La Trinidad (Figura 3). ■ La Trinidad ■ Potrero Redondo —♦—LasTinajas Figura 3. Comportamiento tipo de curvas por clases de cobertura de Taxus globosa. Diámetro La población que presenta el diámetro promedio mayor es La Trinidad, mientras que en la población de Las Tinajas se presenta el diámetro promedio menor entre las once poblaciones de Taxus globosa del Noreste (Tabla 5). La tendencia observada en la variable diámetro mostró tres tipos de curva: 1. Una curva descendente gradual, donde predominan los porcentajes de las clases iniciales I y los valores porcen- tuales van disminuyendo hacia clases medias y finales II hasta VI, como el caso de El Tejocote, Potrero Redondo, El Arroyo de Las Cuevas, Curva de La Raíz (Figura 4) y Agua Fría. 2. Con una curva descendente, donde los valores porcen- tuales de la clase I son altos en compara- ción con los valores porcentuales en las clases II hasta Vil donde disminuyen fuer- temente como en las poblaciones de Brecha de Zaragoza, Las Tinajas, El Rancho, Ej. La Camotera (Figura 4) y Julilo, y 3. Donde la clase I tiene un menor porcentaje de individuos que la clase II, posteriormente los valores porcentuales van disminuyendo gradualmente de las clases III hasta Vil como en la población de La Trinidad (Figura 4). Madera y Bosques 17(1), 2011:93-104 101 Tabla 5. Cálculos de Media (p), Error Típico de la Media (etm) de las variables altura, diámetro y cobertura aérea en individuos de 11 poblaciones de Taxus globosa del Noreste de México. Población N p Altura (m) ETM (m) p Diámetro (cm) ETM (cm) p Cobertura (m2) ETM (m2) El Tejocote, Santiago, N.L. 91 3,42 0,14 5,63 0,36 14,13 1,36 Potrero Redondo, Santiago, N.L. 3460 2,95 0,03 5,65 0,12 14,46 0,35 El Arroyo de las Cuevas, Santiago, N.L. 540 3,50 0,05 10,93 0,23 30,34 3,73 Curva de la Raíz, Santiago, N.L. 1000 3,57 0,10 9,93 0,26 25,08 0,88 El Rancho, Santiago, N.L. 59 3,11 0,18 5,26 0,34 11,43 0,97 Ej. La Camotera, Santiago, N.L. 203 2,01 0,12 3,60 0,35 6,01 0,77 La Trinidad, Montemorelos, N.L. 70 4,85 0,23 12,94 1,01 30,02 2,93 Agua Fría, Aramberri, N.L. 273 6,83 0,29 11,81 0,46 20,06 1,13 Brecha de Zaragoza, Nuevo León 148 3,31 0,11 4,18 0,24 7,84 0,85 Las Tinajas, Zaragoza, N.L. 3035 2,31 0,09 2,93 0,40 14,06 3,88 Julilo, Jaumave, Tamaulipas 237 5,45 0,31 9,33 0,72 14,15 1,30 * La Trinidad — *— Curva de la Raiz ■ Ej. La Camotera Figura 4. Comportamiento tipos de curvas por clases de diámetro de Taxus globosa. 102 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa Tabla 6. Densidad de Taxus globosa en 11 poblaciones del Noreste de México. Población Núm. de individuos Superficie Densidad por población (ha) (Ind/ha) El Tejocote, Santiago N. L. 91 4,11 22,13 Potrero Redondo Santiago, N. L. 3 460 96,72 35,77 El Arroyo de las Cuevas, Santiago N. L. 1 000 57,16 17,49 Curva de la Raíz, Santiago, N. L. 1 000 43,14 23,18 El Rancho, Santiago N. L. 59 10,86 5,43 Ej. La Camotera, Santiago N. L. 203 17,89 11,35 La Trinidad, Montemorelos, N. L. 70 12,48 5,61 Agua Fría, Arramberi N. L. 273 20,71 13,18 Brecha de Zaragoza, N. L. 148 9,07 16,32 Las Tinajas, Zaragoza, N. L. 3 035 76,24 39,81 Julilo, Jaumave, Tamaulipas 237 16,14 14,68 TOTAL 9 576 364,52 26,27 Densidad La tabla 6 presenta los valores de super- ficie muestreada, número total de indivi- duos y densidad de individuos en las 11 poblaciones de Taxus globosa del Noreste de México. Las poblaciones más extensas en superficie y con mayor densidad fueron Potrero Redondo con 96,72 hectáreas y 35,77 individuos por hectárea y Las Tinajas con 76,24 hectá- reas y 39,81 individuos por hectárea. Mientras que las poblaciones menores en superficie y densidad fueron El Rancho con una superficie de 10,86 ha y densidad de 5,43 individuos por hectárea y La Trinidad con una superficie de 12,48 ha y densidad de 5,61 individuos por hectárea. El Tejocote fue la población más pequeña en superficie con 4,11 ha pero que tiene una densidad cercana al promedio con 22,13 individuos por hectárea. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Como parte del sotobosque, las pobla- ciones de Taxus globosa presentan coberturas homogéneas en el gradiente altitudinal y latitudinal estudiado. En términos de densidad de individuos, aquellas áreas más aisladas, alejadas de asentamientos humanos (Potrero Redondo y Las Tinajas) y con menor impacto antropogénico directo (tala furtiva) o indirecta (manejo de ganado vacuno y caprino) ostentan una mayor densidad de individuos. Las áreas Julilo y La Camotera, aunque no poseen una gran densidad como las dos anteriores poblaciones de Taxus, presentan una proporción mayor de individuos juveniles que de adultos, Julilo se encuentra cercada, lo cual impide el acceso de ganado, lo que ha evitado que los indivi- duos jóvenes sean consumidos o piso- teados; mientras que La Camotera posee Madera y Bosques 17(1), 2011:93-104 un relieve escarpado, con pendientes pronunciadas, suelos pedregosos, lo que también impide el acceso de ganado a esta área. Una alta concentración por hectárea de plántulas es indicativo de estabilidad y durabilidad de la población de la especie (Boratynski et al., 2001; Iszculo et al., 2005). Las poblaciones de Taxus en El Rancho y La Trinidad son las más pequeñas en extensión y poseen en promedio una menor densidad de Taxus globosa, ambas áreas presentan un alto impacto antropogénico, lo cual puede interpretarse como un indicador del disturbio en relación con la densidad promedio registrada para esta especie. De acuerdo con la Sedesol (1994), Taxus globosa está catalogada en México como especie “rara” dado que sus pobla- ciones son viables biológicamente, aunque se presenta en escasas cantidades en su medio natural con áreas de distribución restringida y en hábitat particulares. Con base en esto, se confirma el estatus de este taxón para el estado de Nuevo León, con escasas localidades donde ocurre, áreas relativamente aisladas y especialmente en condiciones particulares de relieve, suelo y climatología. Desde el punto de vista médico, varias especies de Taxus han sido estudiadas respecto a sus compuestos químicos para el tratamiento de diversas enfermedades de cáncer (Wheeler y Henhen, 1993; Shemluck et al., 2003), esto ha permitido una explotación comercial de varias especies en América, especialmente en Canadá y Estados Unidos, donde la venta del pseudoalcaloide (taxol) extraído de esta planta alcanza los $3 000 millones de dólares en Estados Unidos (Shemluck etal., 2003). Taxus globosa presenta mayores concentraciones de taxol que todas las especies americanas (Shemluck et al., 2003), sin embargo, es la especie con distri- bución más restringida y la que menor superficie ocupa. Esta panorámica del tejo mexicano puede ser considerada para llevar a cabo más investigación en el aspecto de 103 sus compuestos químicos como un medio para cura de ciertas enfermedades cance- rosas, sin afectar las poblaciones actuales, pues la extracción del taxol implica corta de hojas, ramas, ramillas y corteza del árbol, lo que resulta en su muerte; lo recomendable sería realizar pruebas preliminares con podas o reproducción vegetativa en inverna- dero para observar su desarrollo y cuanti- ficar si hay variantes en la producción y concentración de los compuestos químicos que se pretenden aislar. Por su dureza y durabilidad, la madera de Taxus globosa se utiliza regio- nalmente como leña, en postes para cerca y especialmente para columnas para sostener paredes de casas rurales; en el aspecto religioso, en semana santa se confeccionan ramos de muertos con hojas y ramas de esta planta; estos usos no han tenido un impacto dramático en las poblaciones de Taxus del noreste de México, pues muchos de ellos conocen la especie y saben que está protegida, con lo cual su permanencia, al menos por el momento, se puede garantizar. REFERENCIAS Alanís G., C.G. Velazco, R. Forough- bakhch, V. Valdez y M. A. Alvarado. 2004. Diversidad florística de Nuevo León: especies en categoría de riesgo. Ciencia UANL. (7)2:209-218. Boratynski A., Y. Didukh y M. Lucak. 2001 . The yew ( Taxus baccata L.) popula- ron in Knyazhdvir Nature Reserve in the Carpathians (Ukraine). Dendro- biology (46):3-8. Contreras M.R. e I. Luna. 2001. Presencia de Taxus globosa Schlecht. (taxaceae) en el estado de Chiapas, México. Polibotánica (1 2):51 -55. 104 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa Dovciak M. 2002. Population dynamics of the endangered English yew ( Taxus baccata L.) and its management implications for biosphere reserves of the Western Carpathians. MAB Secretaria. División of Ecological Sciences, unesco. 22 p. Estrada, E., C.G. Salazar, J.A. Villarreal, J.P. García y M.A. González. 2006. Cuantificación de Taxus globosa en el Noreste de México. The South- western Naturalist. 53rd. Annual meeting abstracts. Colima, Colima, México, pp. 136-137. García S., F. y P. Castillo. 1999. Aspectos ecológicos de Taxus globosa Schlecht. en las Mesas de San Isidro, municipio de Ríoverde, San Luis Potosí, biotam. (11)3:11-18. Iszkulo, G., A. Boratyiísky, Y. Didukh, K. Romaschenko, y N. Pryazhko. 2005. Changes of population structure of Taxus baccata I. during 25 years in protected area (Carpathians, Western Ukraine). 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Madera y Bosques 1 7(1 ):93-1 04. MADERA Y BOSQUES Vol. 17 Núm. 1 Se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2011 en los talleres de Editorial Cromocolor S.A. de C.V, Miravalle 703 Col. Portales C.P. 03570, México, D.F. La edición consta de 300 ejemplares más sobrantes para reposición. Madera y Bosques 17(1), 2011 CONTENIDO 3 Editorial Artículos de investigación 7 Durabilidad de la madera de Prosopis laevigata y efecto de sus extractos en hongos que degradan la madera Artemio Carrillo-Parra, Frantisek Hapla, Carsten Mai y Fortunato Garza-Ocañas 23 Características anatómicas y propiedades físicas de la madera de Caesalpinia gaumeri Greenm en Dzan, Yucatán V.M Interián-Ku, M.A. Borja de la Rosa, J.l. Valdez-Hernández, E. García-Moya, A. Romero-Manzanares y H. Vaquera-Huerta 37 Strength properties and natural durability of Avocado (Persea americana Mili.) branch wood F. J. Fuentes-Talavera, J.A. Silva-Guzmán, R. Rodríguez-Anda, M.G. Lomelí-Ramírez, R. Sanjuán-Dueñas y H.G. Richter 49 Regeneración natural de Pinus elliottii en claros silvícolas: dinámica poblacional durante siete años Silvia L. Rebottaro y Daniel A. Cabrelli 71 Germinación y supervivencia de seis especies nativas de un bosque tropical de Tabasco, México Isidro Pérez-Hernández, Susana Ochoa-Gaona, Georgina Vargas-Simón, Manuel Mendoza-Carranza y Noel Antonio González-Valdivia 93 Análisis de once poblaciones naturales de Taxus globosa en la Sierra Madre Oriental Mario A. García Aranda, A. Eduardo Estrada-Castillón, Enrique Jurado-Ybarra y Di no U. González-Uribe Guía de autores