»®aa.i 4M DE CIENCIAS lAfUEALS '•"' •'■"'..í Y DE NACIONAL Y EXTRANJERA; REDACTADO POR nx. DE alvino Y N. de PISROLA- w AL PUEBLO PERUANO. NUM. IT «SETIEMBRE DE 1828 —TOMO III. L/Wt A : IMPRENTA DE LA 'INSTRUCCIÓN PRIMARIA, PQR PEDR* CASAI» . ■ WK^F SI DE LAS PUINCIPAT ES VOCES TÉCNICAS DE LA MINE PERUANA. Coráinuacion del numeio an'er'or. Jugueras. Los ladrones del metal, que esta en la veta, quie» tres con herramientas aproposito lo sacan del frontón, o aisas, siu tOinper las cajas que lo contienen. L. - Lama. Lo mas sutil de la harina metálica, que sobrenada en las lavas. En las minas se llaman asi ciertas gredas cenicientas 'o Verdosas. Lameros. Sitios en donde se depositan los relaves y en los que se lavan para separar el metal que se queda con la lama y arena. Laques. Depósitos de ag-uas en una veta y los ahugeros que 'contienen metales cristalizados. Lavadero. Lua-ar en donde se separan las tierras de la pella j .consiste en un canal angosto y de distancia en distancia tiene pozos •en donde se recoje la pella. Ley. La mas o menos porción de plata pura que contienen Jos minerales. Liga. Se denominan los metales de plomo que se mezclan •on los de plata, cuando se funden. Lis. Es aquella apariencia que manifiesta en la puruña [veasg «sta voz] el azogue amalgamado con la sustancia metálica: tomán- dose, del color que presenta, figuras que toma, y modo de correr en ella, las indicaciones para reconocer la calidad del metal, y estado -del beneficio. Los prácticos las ' distinguen en lis de azogue, lis de beneficio, lis de plata, y llaman deslizarse o disparar el punjo ,en que eí azogue reducido a minutísimas partes, (lo que suceda o ror no tener plata de que imbuirse o por que no se han reni p* vido lo* obstáculos) corre por toda la puruña, la ciencia de el be. .jn-íjíiador o metalurgista; consiste en estos conocimientos y sus re. piedios, que se estienden a mucho mas de lo que este articulo permite exponer. Lumbrera. Es un pozo que desde la superficie se abre perpen- dicular a las labores profundas de uaa ínina; sirve paia dar ayjo ¿j¡ exii&ai los jaauíeá. 42 ( tíama. Especie de animales de earga oriimcTos del Pera. • Llamiero. L/a persona que tiene a su cargo un cierto numet» de llamas. Llampos. Metales que se hallan en las minas en polvo y son generalmente, mi y ricos. Llaucar. Es la operación de introducir una barilla de hierro de tres varas de largo, en las vetas angostas para sacar todo el metal. Llimpi. Todo metal colorado; pero se conoce mas con este nom« bre el cinabrio. - Lliptu . Metales de plata color de ceniza que acompañan la ve» ta de estaño. M. Machacado. Metal de plata pura penetrado de ella, en formf} Visible, ya en hilos, ya en puntas cumo clavos, ya en granos, hojue- las Sfc. &e. Macurque. Es una incomodidad corporal que se siente al dia inmediato de haber entrado a una mina profunda y de muchas labo* tes, queda este dolor por cuatro o cinco dias impidiendo aun el pandar. Maestro. Se llama el pozo primero del lavadero en que sa fecoje Ja pella de todos los demás. Magistral. Metal cobrizo calcinado en punto muy alto hasta tome un color que se acerca al de lanrillo; ios beneficiadores lo usan para calentar los cuerpos. Manga. Embudo de lienzo muy fuerte y tupido en forma de cono truncado, que armado sobre un aro de hierro y colgado so- bre un recipiente, recibe el resultado de la lava, quedando la pella seca en el, y el azogue pasa al travez. Manta o quepiña . Es una lona o jerga de dos varas cuadra- das en que se sacan los metales de las minas o se llevan a los trapiches; se llama también montada la porción de metales que daa a los que visitan las minas. Manto. La capa de metales paralela al horizonte, inclinación a el. Maquilas. Véase señoranza. Maquipura. Operario, a quien se paga sobre la trabajo. Masacote. Metal de plata plomizo y también una rada y jabonosa. Media barreta. Es una bajada inclinada. Metal. Se dice aquella clase de piedras que contienen en sna poros, mezcla o combinación de oro , plata, u otra especie de metal y que conocemos con el nombre de mi 'erales. . ' Minas. Son las pertenencias que tiene cada individuo en una veta. Den obladas las que no se han tf'ba do o suspendido su la- bor en el tiempo preíijauo por la («8«aaüM! en oerrieme las quft o con corta marcha su greda coló* HHHMMHMHHH1 «sruen su trabado, de donde se extraen los metales de un moda Útil. Mineros los dueños de ellas, y minerales los lugares en que- hay vetas metálicas. Mineralizada la plata. Cuando esta mezclada de un modo que no aparece a la vista. Milu. Es el tiempo que el operario emplea en completar la tarea o trabajo de su jornal. Mojón- Señales que ponen en los linderos de las minas, para saber lo que cada uno tiene. Molinete. Se llama una maquina que, dando vueltas sobre un gorrón lleva cuatro espátulas inclinadas para remover el metal en ua fundo cuando se beneficia por cocimiento. Morir un cuerpo. Cuando este no contiene mas plata o el azo» gue no puede extraerla y se halla en estado de rendirlo. Motriz. Pieza principal de una maquina que hace por su fuer- za jugar las demás de que se compone. Moyar el barreno. Se dice cuando se da vuelta a esta pieza en el ahugero que se taladra a cada golpe del mazo para que su jboca o parte afilada corte las diferentes partes de su superficie in- terna. Mo ar el metal Es la operación de revolverlo en el horno, pa« ja que se calcine por igual. Muchacho. Candelero portátil en que va la luz para andar en las minas, con uno o dos ganchos para colgarlo a la mano o al ca~ bello cuando se camina, o a una peña mientras se trabaja a pie firme* Mulato. Metal que participa del paco y negiillo» Nativa. Es la plata u otro metal que se encuentran sin nin» cuna mezcla. Negrillo. Metal negrusco en el que hay siempre metal de cobre. Ocuparse el azogue. Es mezclarse de p rticulasde plata, per* ¿iendo su fluidez. Qyapirca. Es el lindero interior da las minas para distinguir las pertenencias. La ordenanza los llama. Mojones: y en Mejic© Guarddrayas. P. Tallaquil. Lo mismo que bolichero. r Pallar. Se dice la operación de escojer el metal bueno de lar hiedra que no lo tiene. Paíleo. Metal que pe permite sacar al fin de la .semana. Palliri. El operario deauuado a encoger el meial ya extraiof de la lüina. to ¡ I ■ T»l» . ^«¿gW»»->. lAinta HBwnsMOKha IWto. Se Ifeaia tocTa roen en hojas como el- espito ?rcfc tfaa» y tamwen se le da este «^a! pórfido deJom^u! Partición. ASI se llama el trabajo de los operario» sin otnT e2 Jpenoio que h dmsion eventual y respectiva al convenio con el dueño de lo que saliere de la mina teídSlfki* ¿a™°' PlCZa dB herramie^-q^ debe tener do9 Pasqueo del frontón. Se dice de Ia disposición que da a su superficie el operario, para que el barreno que pasean el! u4í buen efecto. * ^ ' uUit* Pardeo Trabajo que se hace en las minas a solo cuña y coa* ba, sin necesidad de tiro depolvara, Y - Pavonado. Cobre gris. Pella. Plata amasada con cinco tantos de su peso de azc^ie- PeMgeros. Gentes de toda clase que, o del metal ,ue^S mismos roban, o del que compran a otros también roba de hacía Pe^cacw» Es Ja operación de reducir a pella cualquier ^e al' Peorc. Es el eje de un grande y robusto madero ^¿euué levuetve ía rueda de los trapiches 4 P^te ;Jfl ora. Se llama ei grano de este meta], oue baje de forma eafenca, a oto, se saca de\su criadero, y oue no? su tamaS Bo puede llamarse ch cío. A L íamano ^Perdida de azogue. Es el gasto de este, orinado ñor la im. pericia o mala fe del beneficiador. 0-"<*uo por la ira* Remfaroa Son los que o por gracia o por-contrata con el dueña ?£S> SSTiSJ ««^ -Les por un ESSX T *£*?»££" %U?aS ^^ dá P»°* d-y-co ma,o?a"met^r:zaLlRman **' ^ de &** de *■#* ** el tr^rfr los ^^Tse^T^f^%^ef^ e» #scW, en lengua q nec/ua sigfi^ £J™ &^°S d* las — ' Pma. Se dice la plata ya depurada del mineral > déla?,,™* con que se saco de el, bajo de forma solida T g ? P¿'« r«. Es el molde en forma de riím^™ „ -> ,* «e pone la pella para acabarle dí extrae, , q«eso en donde fugarla. extraer el. azogue y después re* Piques. La mayor profundidad de las minas. Cemento!8' coluCaci™ de unas piedras sobre otras sin ningún P¿ri Peliifieacion del plomo, cobre o estaño de eme asan toa fc fiebres, para remediar las enfermedades "Se l£%££. ¡J Üi¿í?í2í -,ES "" b"rren° COrío perfil >e ue un color rojo, precursores para encontrar las vetas. Tarnj brea llevan -el GOíñoré de reventazones. Quepiña. Lo mismo que. manta. Qujos. Son unas piedras 'Cuarzosas, pardas algunas, pero las mas comunes blancas que, interpuestas con las sustancias metálicas *e e;-ciieuua en ellas"», oro y demás metales. (¿uinio. Lugar en ei interior de tes minas adonde se deposita» 4q& aagtalQsy) es io ipisuio que acomodana. Rascar en beneficio. Se dice' el estado de un cuerpo, cuyo azo» fue que apárete eñ ia lis. de ia puiuna trae plata censúo, la efá. sentada en k orilla de la puiuña, bajo forma de la arenilla^ con s lo el movimiento de ía cjecantacion. y que restregada contra el k'iido forma un menucio afrecho. kascra. Máquina hytírauiíc.d, L¡ue consiste en una rueda horízcm» tal movida poi ei agua, coma ia délos moimos, ^.uyo e ¡e da vuelta sobre fin gorrón; y pasando a la parte superior de la Lvtd¿ v d$ la .uieru. arrastra sobre ella por medio de su cruceta, flus pttus, qu. en sus vueltas estrujan y remuelen, ei metal interpuesto entre e ;las j a soltíra. , „ ^H'jél'des, Se Laman ios íaetáíes tarüios en su quema, y dé ftiaui iicubíiuu. 46 Relejes. Paredes altificiales de piedras, seca y desnudamente ajustada sin moitero, que se forman a un lado y otro de las minas, para recibir ios embovedados que aqui llaman empolrados. En Mé- jico se conocen aquellos cou la voz de Ademes. Rendir los cuerpos. Es la ultima operación que se hace sobre ellos, después que han dado toda su ley, añidiendo azogue deso- cupado, para que por su afinidad se junte al ocupado, lo re un a y se precipite fácilmente al fondo de la tina, en que se ha de lavar. Repasar los cuerpos. Se dice de la acción de refregar el azo- gue, incorporado contra las partículas del metal, lo que se efectúa o bien con el pie del operario., o bien por medio de caballos, o maquinas. Repasiri. Operario que con un batimiento de los pies revuel- ve los metales incorporado? (que previamente al repaso los coloca con su azadón en pirámides) haciendo una delg-ada exfoliación de la masa en cada pisada o sacudida del pie de alto a abajo. Rescatiris o rescatadores. Se llaman a los mercaderes que com- pran ai contado y las mas vecss por avio anticipado, el oro y la plata a les mineros dueños; o a los que habilitan a los pellejeros y juqueros. Como aquellos tan útiles al estado y al gremio, estos oíros son unos de las causas ocasionales de la ruina de la minería. Rodadiilo . Pieza de hierro de media vara, ajustada a un cabo con que se moyan los metales calcinados en el horno. Rosicler. Plata antimonial sulfúrea, presentando una masa colq¡» tada, que contiene tres cuartas partes de su peso de plata. f ; S. Seguidor. Segunda pieza de la punta del barreno grueso corno el empezador y largo de media vara. Señoranza. La cuota, qua se paga al dueño del trapiche po» moler un cajón de metal. Soltarse el azogue. Se dice de cierta enfermedad que acomete al cuerpo en beneficio, por la cual el azogue desocupado se des- liza, y no quiere juntarse con el ocupado. • Soroche, veta o bochorno. Se llama a la falta de respiración por lo delgado del ayre. Los mineros dicen que proviene de los an- timonios de las vetas que cruzan la cordillera. Soroches. Metales de plomo semi-critalizado con plata. Sudor del metal. Se llama cierta tela blanquecina, que se forma €n la superficie del metal caldeado en el horno. Sutil. Maquina hydraulica, para moler metales por la via hú- meda, o por la seca. Esta maquina se compone de una rueda hori- zontal movida por el agua, cuyo eje lleva sobre la solera otra de piedra de diez cuartas de diámetro, y dos de grueso, que con sus continua^ sueltas muele el metal interpuesto. Para moler en seco, debe preci* feamente estar colocada la rueda motril debajo dé la bóveda, como la de i» rastra; pero sí por ia via húmeda, puede colocarse la aaüUi» 47 -per encima de te solera que llaman de taWadülo, para qne eet» reciba y despida el agua movedora, y no deje pasar a la solera mal Cantidad que la necesaria para la molienda. Sutil. Se dice de un injemo que muele los metales con agua dejando la harina muy fina. T. 'tacana. Metales ricos de plata compactos y negros por lo común, aunque también los hay pardos; mas siempre compactos por ser lo que" les distingue. Taco. Es un hierro del grueso del barreno redondo por ¡os dos es- treñios y sirve para atacar la carga que se pone en el taladro. Tapas. Pedernales muy duros que impiden el descubrimiento o continuación de una veta. En Méjico llaman puertas. Taquia Escremento délas llamas, y délas ovejas que sirve de combustible. Tarea. Es aquella usual y proporcionada cantidad de tiros, via- jes &sc que entrega un operario para ganar su jornal. En Méjico diw ten tequio. Texo de oro. Se llama este metal fundido en piezas paralelo, gramicas. . Tina. Llaman el lugar donde se lavan los metales ya beneficia» dos; y tinador al que ejecuta esta operación. Tinajas. Basijas de barro de diferentes dimensiones a proposito para guardar azogue, pella y la chicha que toman los mineros. Tincas. Pedazos de madera de dos varas de largo para ademar. Tinteros. Deposito que se labran en el interior de las minas para recojer las aguas y extraerlas a mano en valdes o con bombas o por socabon. En Méjico los denominan piletas. Tocockimbos. Son lo mismo que muflas. Tolda. Deposito de harinas metálicas que poco a poco caen al cedazo, para cernirlas. Topear. Se dice la operación de medir las harinas ya cer- nidas y también las quemadas, para sujetarlas a la medida del cajón. Topo. Medida con figura de paralelogramo, hueco por donde se regulan los metales con respecto a su cantidad, ya en grano ya en harinas. Torna-puntas. Maderos que sirven para sostener las cintas. Toro. Se llama en las veías un banco, que se atraviesa e$ ellas, de la misma clase que sns cajas. Tramo. Espacio que media entre dos puntos conocidos. Trapiche de rastra. Es un injenio para moler metales, compues- to de una rueda horizontal ae madera en que hiere el ag-ua que la ©ue.e pus medio de «us ciadfcwsa¡¡j y un peua que pasa pos la boo j0t&**m**&k**étí&4Éftto ftaflh 38 Veda. En circuito de este se e?t;jb; y es lo que el mismo Barba da a conocer por el nombre de tintín, que igualmente sirve cuancio la plata se halla en aquel es- tado. Trilla, Es el er,gauLÍi¿ ú& tuatiü o mas caballos üe huera, par* que audta juiuya. HRMHHI 4» V Venero. Llaman la faja o capa que contiene el oro, y répost fcobre la que llaman loza, siendo esta un esquito micáceo. Vetas. Son los depósitos metálicos que cruzan las rocas: llaman Paradas las perpendiculares que se apartan muy poco del perpen- dículo. Inclinadas o recostadas, lasque llevan una dirección oblicua. Manteadas, las que la tienen muy manifiesta. Mantos, las puramente horizontales. Cuando dos vetas se cortan en ángulos oblicuos, llaman Aspa el punto de su intersección y Crucero aquel en que secortarj en ángulo recto. Si las vetas en cualquiera dirección tienen mucha extensión de caja a caja y con todos los aspectos de buenos cria- deros, y hecho el ensayo no tienen ley o apenas descubre humos da plata, se llaman viciosas. Veta real. Es aquella que por su anchura, extensión y riqueza da muchos miles; y vetillas o venillas las muy angostas sin cajas y de varia dirección y rumbo. Vetas encapadas. Son las que están muy cubiertas de tierra y euyo descubrimiento es bien difícil. Vilques. Vasos cocidos de arcilla de una tercia de profundidad y una cuarta de diámetro, los que sirven para medida de azogue, pella &c: también los hay tres tantos de mayor cavidad para de- posito del azogue, donde no tienen tina labrada de una sola piedra. Virgen. Se dice de la plata nativa o de ua terreno ea el qu© Ho ha habido trabajo de minas. Yapar. Es la operación de añadir azogue cuando los cuerpo© «n beneficio tienen este metal ea estado de afrechera, z Zincel o plata en barra. Se dice por aquella que fundida en •1 labotorio subterráneo de la naturaleza, se presenta bajo la figura y en^cantidad equivalente a las barras que se forman de la plata en pina cuando se hacen artificialmente, o cuando en bastante can- tidad se encuentra la plata que se pueda coitajc coa ua iaírumeato n\j¡¡& (attaa zincel. ^ É IfltaMfe ■■*■ \ MEMORIA SOBRE EL. MINERAL DE HUALGAYOC, fOR D^N JOSÉ MODESTO DE LA VEGA» Continuación del numero anterior. POBLACIONES, La principal población se llama Micuypam* pa [1] situada al pie de los farallones de Hualga* yoc, y por cuyo motivo solo se usa denominarlo con el nombre de este cerro; pasa por medio la quebrada de la Represa, bien escasa de caudal eft tiempo de verano; causa por que no muelen los ingenios, que están bajo de su corriente, sino en invierno. Tiene como 400 casas techadas, con una paja menuda, para que no pase el agua; estas-son estrechas, e incomodas por la desigualdad del ter* reno, que no permite fabricas espaciosas. Parte de ellas, esta en tierras de Apan, y otra en la de Llaucan, por ser la quebrada la linea divisoria de estas dos haciendas. Tiene como 2.000 habi- tantes, casi toda gente blanca, algunos mestizos^ y los peruanos, que son por lo regular los opera- rios de las minas. Su terreno nada produce, pero tampoco nada le falta para su mantención y re» galo; porque a porfía le entran de las hacienda (1) Equivale a pampa de comida. «1 UjpueVtos dr Verano el cielo despejado causa un hielo de con- gelación por las noches, y en invierno las nubes cubren y abrigan la atmosfera del hielo, y del ayre. Hay en Micuy pampa muchas tiendas de comes-* tibies, y la costumbre de sacar a la puerta a colo- car las especies vendibles. Hay varias tiendas de íopa de Europa y del pais. A distancia de séiá cuadras, quebrada abajo, esta la población del PURGATORIO de la misma construcción que la de Micuypampa, tiene como 200 casas, y I00Ó habitantes; es un poco mas abrigada por su situad cion mas baja. A poco mas de una legua a lá corriente de la misma quebrada hay otra pobla?» (*) Una baca vale de 12 a 15 pesos, un carnero 8 rea- les, una gallina 2 reales, un cerdo gordo 8. o 10 pesos; JLa carga de arina de 10 arrobasr de 6 a 8 pesos; 6 hue- vos por medio real; la carga de papas por 12 reales; la ■KSftbíL de azúcar oor 20 reales, y por este jestüo* todJeslleS ektuxdí» renglones de subsistencia y reguío. ■ftMMM flfc cion nombrada TUMBACUCHO, donde hay al- gunos ingenios, y como 60 casas, y 400 habi- tantes. Sigue ARASCORGÜE, de agradable tem- peramanto, a media íegua de Tumbacucho, como con 20 casas y 100 habitantes, A la íegua esta la hacienda de LLAUCAN templada con 14 grados en el Termómetro, con un rio que pasa por una ribera hermosa: es propia del Consulado de Lima, eon dos ingenios de moler metales: sus capitales trece mil cabezas de ganado lanar, y poco menos de mil de vacuno: esta arrendada en dos mil pesos A las dos leguas esta situado el pueblo nuebo de BAMBAMARCA en uea llanura; tiene coma 100 casas, y 1,000 habitantes. A la banda del Sur, y a distancia de seis leguas de Micuypampa, esta el pueblo de Chugur de 200 casas, y 500 habitantes; y finalmente a cuatro leguas de dicho Micuypanpa, esta la hacienda de YANACAN- CHA Y CHANTA, de donde sigue el camino hasta Cajamarca. A la derecha de Hualgayoc, wtTT üna y medÍa Ie»Ua esta e3 Puebio ¿él I1JNGO, a la ribera de la quebrada de este nom* bre, y al pie de Fueníestiana, como con 80 ca- sas, y 500 habitantes: es mas frió que Huaica- yoc dos grados de Reaumur. Estos son los mi- nerales y poblaciones, que contienen solo las dos Provincias de Hualgayoc y Cajamarca, sin incluir ios de Huamachuco, Pataz, [t] y toda la gran (*) Pataz y tajrabamba, dos doctriüas del departaaet* 5S ribera del caudaloso Marañon, que se debe con» tai* por un inagotable mineral de oro; pues pre- senta sus auríferas arenas a todo el que quiere 'legar a lavarlas. Estos son los tesoros tan solo de oro y plata que presenta el departamento de la Libertad, sin que deje de abundar en producciones del resto de otros metales. Posee minas de azogue en la provincia de Chachapoyas, plomo en todos los minerales, fierro, estaño, carbón de piedra, y otras muchas preciosidades del reino fósil, vegetal y animal, que necesiíaria de un largo volumen, para- Su descripción. [í] Los demás departamentos de to de la Libertad, están enriquecidas con mas de 150 veías de oro, constantes en producirlo hasta el dia: en años anterio- res hizo una remesa don N. Linch de la de Pataz de 19 arrobas de oro, esíraidas en un año: hoy tiene el- mismo metal, [1] En el pueblo de Tacabamba, en un asiento a do» leguas de distancia se encuentran en Barranco Húmedo unas papas de una masa blanda j blanca, que recogidas y pues- tas a secar a la sombra, se vuelven azules como el añil d©> Prusia. (*) En las inmediaciones del pueblo de Leymebamba acia el Marañon, hay una mina inagotable de dicho azul muy fino y pulverizado, que presta un color briliante y hermoso* capaz de competir con el mejor azul. En la cuesta de Quintasol al paso de un cerro llamado C aírate de la hacienda de Chanta, que es propiedad ds D. Mariano Egusquiza, a la bajada de la Magdalena, hay otra veta de una tierra blanca, que es del mismo color de la pe* Jfa, y de una semejanza tan idéntica, que se equivoca mu» cho con ella; su muestra que llevo, indica su rareza; y que 8i se enluciera con ella una casa, quedaría brillante, como 8i tuviese mezcla de plata, (f) El Este mineral es sin duda el sulfato de hierro o cobre anhydcr. RR. (t) Probablemente es la Mica pulverizada que los españoles llaman r/aia «e Gato» R.&. • ■54 la república del Perú, no siendo nienos abundante en iguales riquezas, la constituyen en grado tan eminente, que a la sombra de unas leyes justas y sabias, sera elevada al nivel de las mas poderosas naciones. Finalmente los minerales de Chota son inagotables, pues en toda la estencion de cerros que hemos descripto, esta la naturaleza en virgen: pasaran de CUATRO MIL las bocaminas abier- tas en la circunferencia de los minerales de Hualgayoc; mas este numero es lo mismo que cuatro mil, con respecto a diez millones de varas cuadradas que se calcula tener el terreno metá- lico de Huajlgayoc, sin incluir el de Huabo situa- do 15 leguas distante de aquel. En cincuenta y En Carabamba hay buenos marmoles blancos y jaspea- dos, f En los terrenos del pueblo de Huaman, inmensa can- tidad de sal de nitro, y de sal catártica. En el Marañon J pueblo de Taciraba, una mina de dicha sal de nitro nativa, y formada por si. En Chachapoyas otra de talcos traspa- rentes: alumbre en mil partes, alcaparrosa infinita, azufré inagotable, brea en el pueblo de Santa y Payta; y en lo veo-etal se halla toda especie de tintes y cochinilla, casca- rilla, arboles aromáticos, como el del clavo, vaynilla, esto- raque, canela, nuez moscada, maderas preciosas, arbolea ínonstruosos, flores, animales, aves, e innumerables precio- sidades, que aun no conocen los mismos peruanos. f El Dr. D. Pedro Jlladalengoytia Cura de este puebla presento al Congresa del Perú, muestras de hermosos marmoh$t que habia hecho sacar de uno de sus cerros : y habiendo meiecidó su aprobación, decreto se premiase el celo de e¿te Párroco, qut ■fldemas construyo un vaso-de pedernal trasparente, del í¿»w«/tO en gwe abunda dicho pueblo y todos los demás. i 99 teatro a~os de descubriaiiento que tiene eí cerro de Hualgayoc, por Rodrigo cíe Ocaíia, el ano cíe de 1771, y cuatro después del de Fuentestiana por el mismo, no se ha hecho mas que tocar Iai superficie. La esperiencia enseña, que no es tan rica la naturaleza en la faz de la tierra, como en el interior, donare parece que toma su sazón y madurez este precioso meta!, que causa tantas fatigas a la codicia del hombre: con todo esta demostrado, que desde el año de 1774, en que empezaron a trabajar los primeros D. Juan Jes© Casanova, y D. Juan Maños (que aun vive) hasta 1802, se quintaron en las Cajas de Trujiilo once mil setecientas noventa y una barras, con 2,180,470 marcos: calcúlese lo que se estraeria por con- trabando, el metal rico que por falta de cono* cimientos se botaba, como inútil por los desmon* tes, poniendo las piedras de el por cimientos de las casas, los que hasta el dia están recogiendo, y no menos que hasta el año de 14 y 5} produ* jeron cincuenta mil marcos. Estoy muy impuesto que en el corriente an$ üe 25, han salido cincuenta mil marcos, de loa cuales no se han quintado ni cuatro mil, [1] sin [1] Es horroroso el contrabando de pina, e incapaz áe remediarse, por gravísimas penas que se impongan a los contrabandistas. ¿Quien podra averiguar la que beneficiar!, los mineros y payaquiles en innumerables sitios, quebrada*» y rincones? Por otra parte no teniendo fondos con que «eguir su trabajo, ee vea obligad©* a veaderla al priaieff 56 embargo de que los, mineros de! país no tienen fondos para emprenHr un trabajo serio, que mu- cho? aunque tienen metal rico, no tienen cien pesos para sacarlo, y que por falta de conoci- mientos, de maquinas, y de buenas herramientas, desperdician la mitad de su valor. Una sola ve- ta de metal da campo para que lo aprovechen muchos interesados, porque sigue todas las direc* ciones con una producción tan constante, que pare- ce se propone cortar todo el globo de la tierra en dos mitades. Si en el curso de la veta muda de calidad, se arranca el metal, o se embroza, a poco que se le siga, aparece con mas ley. , No hay duda que todo el terreno es una masa interpolada de metal de plata: se ven infinita* yetas por la superficie, que no tienen muy venta* josa ley; pero que siendo invariables en su giro, ©frecen riquezas al profundarlas: concluiré con un razgo del sabio Barón de Humboldt, que se hallo en este mineral el año de 1802: "Se cree y con razón que bajo de un gobierno no mas ilustrado, el cerro de Hualgayoc seria un segundo Potosí; porque en efecto sus minerales son mas ricos, que los del Potosi mismo, mas constan- tes en su producto, qne los de Guantajaya, y mas fácil su laboreo, que el de los de Yauricocha. [1] comprador qne se presenta. Solo un banco de rescate en» tablado en cada uno de los minerales, para pagar la pina al precio mas ventajoso, que sea posible, evitara este incon- tenie^te que quita la mejor entrada que tieae el territorio «el Perú. ¿1] Pag. 266. Lib. 4. Cap. 11. S9 COSTO DE ÜN CAJÓN DE METAL REGULADO A VEINTE Y CUATRO MARCOS. 151 sacar el cajón de la mina a la cancha considerando el metal de calidad, ni muy duro ni muy blando, ,,.,,,,,,,, Por conducirlo ai ingenio, ,,,,,,,, Por las maquilas de ingenio a dos rs. carga. Por el- cernido , id. ,,,,,,,,,,, , Por el moledor del ingenio ,,,,,, r , Por el alquiler de los cedazos a medio real -carga, ,,,,,,,,,,,,,,,, Por cuatro- reales velas para las cuatro no- ches, y cuatro dias que dura el cernido , Por las maquilas de los hornos a dos rea* Por la leña de seis hornadas que da al 1 cajón, poniendo cuatro cargas por cada hornada, a real y medio carga , , , , , Por el jornal de dos horneros en dos dias y dos noches a tres reales ,,,,,,, JPor veinte y cuatro arrobas de sal a seis- reales ,,,,,,,,,,,,,,,,,,, Por los jornales del beneficio del patio en * *el hormiguillo, repasos de azogue y yapar hasta ponerlo en estado de ir al lavadero. Por el alquiler del buitrón ,,,,,,,, Por cuatro peones para lavar dicho ca- jón ,,,,,,,,,,, «,, ,, ,,?, Por el alquiler de los lameros, 5 , , , , Por el alquiler de la caperuza para el relegue, ,,,,,,, 5 ,,,,,,, ? Por tres carcas de carbón a cuatro rea- Íes > j j > j ? j > ? ; j ; > ; > ; j j * ps. rs. 50 4 i 6 6 3 1 4 0 | 6 4 4 3 18 0 4 4 1 4 0 2 2 * i 4 j*mmm*mmm ú m i rfc 7 «#MP irtn?iii 60 f*or el peón que cuida el fuego de la ca- peruza ,,,,,,9999,,99999 por el consumo de doce libras de azo- gue {que es una regla infalible la per- . dida de tantas libras de azogue, cuantas se sacan de pina] a 6 reales libra , 9 9 Por una libra mas de azogue que suele t disiparse en humo, de las 75 que se echan a un cajón de 24 marcos, , 9 9 Por ocho libras que se pierden en el lava» dero a seis reales, ,,,,,,,,,,, Por el refogue de la pina en la herrería, Por dos arrobas de magistral a cuatro rea- »Por arroba y media de cal para la ultima operación antes de lavar a cuatro reales, 03 0 6 6 0 3 1 0 6 Suma ,. Valor de 24 marcos a 7 pesos. 135 0 168 Q Utilidad. 33 0 , NOTA. — El que tiene ingenio propio, ceday Jfcos, horno, y compra por mayor los azogues, laa gales, la leña y demás materiales, tiene de mayoí Utilidad cuanto ahorra en estos ramos* l ei PARV LA MEJORA DE LA MINERL% y AUMENTO DE LAS RENTAS NACIONALES DIRECCIÓN JENERAL DE MINERÍA. Lima Marzo 14 de 1829, Al Sr. Ministro de Hacienda. ¡ Tenemos el honor de elevar a la consideración fie U. S. el adjunto proyecto, relativo a que se re* pajen los actuales derechos sobre las pastas de plata. El ha ocupado muchos dias nuestra medita» «ion, con las conferencias que hemos tenido coa Varias personas instruidas, a quienes les ha pareci- do conveniente someterlo a la deliberación del Gobierno. Lo hacemos, pues, instigados por el tristQ estado a que se halla reducido nuestro país, con la confianza de que llamara la atención dé S. E. y se dignara hacerlo examinar con sujetos imparciales y que tengan intelijencia en la materia Su resultado puede no ser el que esperamos; mas al fin nos quedara el consuelo de que ofrecemos a nuestra patria este servicio, en un proyecto con- cebido en la aflicción, y presentado con la ultima sinceridad y confianza. Dios guarde a U. S. -Mariano E. de Rivera** picolas de Fkrola, ■■ < in ■lifíffiflntoii «i. *2 PROYECTO. ¥*n varios rnimeros de los periódicos de esta capi- tal se han insertado artículos de un interés vital sobre la cuestión importante de rebajar los dere- chos en la pina, con el doble objeto de que pue- dan beneficiarse un sin numero de cajones de me- tales pobres que se hallan en la superficie y a corta profundidad de las minas, y de algún modo embarazar el escandaloso contrabando que se hace con perjuicio de las rentas nacionales. La dirección jeneral de minería, juntas su» t>alternas y varios individuos de conocimientos, Secididos por la prosperidad de nuestra república han dado a luz en el Telégrafo y Mercurio Pe- ruano varios comunicados , apoyados en datos y cálculos tan positivos que ilustran la cuestión de un modo sumamente palpable, y que seria cansa- do el repetirlos. Mas tenemos que volver a tomar la materia de que se trata para desvanecer algunos yerros en que se fundan los enemigos de las inno- vaciones útiles o mas bien necesarias, para no llevar adelante la única medida que puede sacar- nos inmediatamente de mil apuros, proporcionan* denos recursos para subvenir a los gastos de la guerra y dar impulso a nuestra principal indus- tria que esta ligada con la agricultura, comercio, y manufacturas. Respetamos las luces y conocimientos de los que se oponen a la diinfciucion de los derecho? m en la pina; pero nunca nos conformaremos co% las razones que exponen pues la experiencia de, muchos años y lo que últimamente ha enseñado, la Inglaterra a todas las naciones con la reb $ ¿e impuestos sobre las sedas, vinos, &c.&c prueba basta la evidencia lo que los economistas haca mucho tiempo nos dijeron que el aumento de las entradas del Erario esta en razón inversa efe lo subido de los impuestos. Si consultamos la historia de nuestra minería y los autores que han escrito sobre la materia, Veremos que la misma España en tiempo de su despotimo rebajo los derechos succesivament* hasta el once y medio por ciento, y las cortee de Madrid, del año 20 al 3, por convencimiento propio; pues la multitud de minas que poseia no costeaban su explotación, a causa de los derechos excesivos que se exijian, y en medio de su tiránica obstinación observo que cualquiera que empren» dia una explotación era para hacer una bancarrota, haciendo por consiguiente que los habiSitadores se retrajesen de prestar fondos a los mineros o si lo efectuaban consideraban esta empresa como una pura lotería. En igual y aun peor caso se hallan hoy día nuestros mineros, no tanto por la des» moralización que se les imputa, cuanto por la falta de capitales y metales que les costee; viéndose rodeados y hasta embarazados por miles de cajo» jaes de ciaco a eeis marcos, sja poderlos toca* > —I -lllllfcfc JU.'^ -*s**i *»tf**l C'4 Como cosa sin precio, y al mismo tiempo Henofr de miseria y endrogados, en medio de tanta rique- za, reducidos a arrendar sus trapiches por una corta suma para poder subsistir escasamente y ali- mentados solo con la esperanza de que mejoraran de suerte, en el momento que se rebajen los1 derechos o el precio del azogue. Esta esperanza lisonjera que cada- dia parece alejarse mas ha ala- gado y «un alaga a estos hombres industriosos ya los que se desviven por la felicidad de su pa- tria, sobre todo desde que el grito de la indepen- dencia resonó en los profundos valles como en las cúspides mas elevadas de nuestra cordillera. No es sin duda necesario inculcar aquí 'en el principio tan sabido que la plata es lo mismo que cualquiera otra mercancia, con esta diferencia que lejos de subir de precio con los impuestos disrnW nuye su valor en proporción de estos, y que por si sola no tiene valor directo para una persona, pues nadie la puede emplear en sus primeras nece- sidades y únicamente se busca con el objeto de cambiarla con otros efectos. Ademas, su valor difiere según la mas o menos abundancia que hay^ de ella, pero nunca pasa de un precio proporcio- nado a su estimación y no es como el trigo, carne, &,. &,. que son de primera necesidad para la subsistencia del hombre. Es un error en que se apoyan muchos que siendo este articulo exclu- sivamente un producto- del país, sin el que ajad*' «5 fe puede hacer y que gravándolo con derecho» aumenta su valor y se prohibe la extracción. La plata convertida en numerario es la medida de todos ¡os valores y ella es medida por los valores con los cuales se cambia. Un ejemplo hará mas sensible la verdad y exactitud de este principio abstracto. E:i tiempo de los españosls, ciai [o el coer- ció era prohibido con los extranjeros, una vara de paño valia de \2 a 20 pesos, en el dia cuesta de 6 a 7, luego en aquella época tenia la plata monos valor que en la presente. Ni se diga que esta diferencia de valor proviene únicamente de la acumulación de mercancías; en igual caso se ha- llan las propiedades raices, las lanas, cueros &.&* De consiguiente es de la mayor evidencia que coa el libre comercio nuestra plata, como también las demás producciones del pais han aumentí valor. Pretender que recargando con derechos la £a tome esta mas valor, puedan beneficiarse ios metales pobres, y disminuirse el contrabando, es uno de los errores que combatieron sámente los mas medianos economistas. -La plata para que pueda exportarse a Europa y costear su extracción a los especuladores, es preciso que no Y>ase su valor de nueve pesos, pues subiendo este a 10 u 11, ofrece perdida y nadie querrá hacer lin-t comercio tan ruinoso, que si se realizase re- cargaran ios efectos- en proporción al valor d§ ■■«■ -OSÉ- «i f Tata para ponerla en igual preció a la que sé halla fen otros países. Por ejemplo, si el marco de plata cuesta en el Callao 12 pesos, cuando en Europa solamente vale diez, los especuladores nos darían entonces la vara de paño o el azogue en lugar de 6 y 50 pesos a 10 y 80 pesos, bajo eí calculo de indemnizarse del déficit que le va a causar el precio subido a que paga la plata. Esté es también el caso en que se halla hoy nuestra moneda de oro, cuyo valor es de diez y siete pe* Sos por onza cuando en otras partes vale diez y seiss £or cuya razón no quieren exportarla los extan- jeros, a causa de la perdida que sufrirían y por el contrario nos la introducen ganando un seis pof ciento, que refluye en perjuicio de la nación; por que aunque pagaen un premio de dos o cuatro f>or ciento sobre la plata, siempre les queda lin beneficio. Carece de igual fundamento la suposición gra- tuita de que el valor de la plata estimulara sa extracción. En una memoria publicada sobre esta materia por orden del supremo gobierno se probo que en el beneficio de un cajón de metal de seis marcos salia perdiendo el minero 4 pesos 2 rea- les. De consiguiente si se recarga la pina con mas impuestos y escacea el numerario, el operario au- mentara en proporción su jornal y subirán todos los artículos de primera necesidad. Este es un axio- ma que no hay la menor duda se encuentran en sus planes; pero es de advertir que la extracción de estos no ^ puede ejecutarse con la facilidad que se t fceténde, a menos ane loe actuales empresarios dei) m fc? rebaje que solicitan los mineras, 'fines ' efe té contrario todo es ilusorio. Vamos a esplicarnos* En el caso que no se rebajen las lumbreras fmsta las 40 varas de profundidad, en que casi se "hallan las labores de las minas ricas de Yauricr* "cha, las maquinas no harán sino sacar las minas pobres de Santa Rosa hasta el razgo, en cuyo es* ■pació no se encuentran metales que pasen de oche tnarcos. Del razgo, los mineros como lo han heche tms de mano y entonces proporcionaran entradas al Estado; mas las actuales circunstancias en que *e hallan de suma pobreza, la falta de capitales eti los habilitadores a quienes deben, y los exorb-itart* les gastos que necesariamente tienen que impender, Bon otros tantos obstáculos insuperables y los prin- cipales para que no accedan los mineros a la pro- posición de los actuales directores de la compañía unida de desagüe, ni se logre tan pronto como se desea el benefició de las maquinas. Por otra parte las urjencias del Estado no dan espera; la conduc» cion de estas, su colocación, la desopilacion de ías minas, limpias, reparos de las labores y beneficio) de metales, no se hace en ocho ni diez meses, cuan- do la medida de rebajar los derechos lo concilla todo, pudiendo contar em dos o tres meses con un producto, con el- cual, ademas de remediar nuestras necesidades, da cajf&sM a los mineros ¡¡mía «m^re»» 6 ■ . * — . . _■ la ■16 áer estas obras -y pagar las erecnlas sumas que adeudan al Es>ado por el ramo de azogue. Cuarta objeción — El Ejecutivo no tiene facilita» des para rebajar los derechos fya-. Solo un empe- llo tenaz de oponerse a una medirla, que en nues- tro concepto, producirá indefectiblemente los in- mensos beneficios que bemos apuntado, podría su- jerir una semejante objeción. La Constitución que es nuestra regla fundamental no lo prohibe; o sino «que se indique ¿en que articulo esta semejante .prohibición? Hase sin duda querido interpretarla .sentando por principio que solo el que puede au- mentar puede disminuir, y que declarado explí- citamente a la cámara de Diputados el aumento de Jos impuestos, a ella solo pertenece disminuirlos. Nosotros ademas de hacer presente otra regla de . derechos mas justa y equitativa henifica sunt am~ .jílianda et odiosa restringenda, podemos discurrir con mas acierto, sacando las razones de la naturale- ^za misma del derecho orgánico. Las constituciones . no son dadas en jeneral sino para poner trabas a los „abu£s\os del poder. 151 principal es el aumento de con- tribuciones, con las que se invaden iodos los demás derechos; y ¿se puede temer u-üal resoltado alivian, „<3o ius cargas de las contribuyentes, procurando, como con el presente proyecto, dar recursos para que el país convalezca d© la enfermedad letal de • que adolece? Nuestra Consüiudcn r.o impide q#e »se haga el bien posible» sqío se epuna a (¿ce se ha- 7? í»a mal. Por otra parte, cuando el "Ejecutivo se>- ha visto precisado a levantar un empréstito forzoso, a descontar un tanto por ciento del sueldo de los empleados, verdaderas contribuciones ¿no estara facultado a quitar trabas que nos están empobre- ciendo, conduciéndolos a pasos jigantescos a la mi-! seria y a la ruina completa? En nuestro concepto" el Ejecutivo tiene amplia facultad y la mas apeteci- ble a su corazón, para verter en las venas del estado el fluido precioso de esta riqueza, por me- dio de la rebaja de derechos. Si las luminosas ideas esparcidas ya en varios articulas que se han impreso; si las que hemos tratado de explicar en el presente proyecto no fue- sen bastantes para persuadir la utilidad, la extrema: Crjencia que se adopte cuanto antes la medida de rebajar los derechos sobre las pastas, vamos a pre- sentar una garantía, la cual asegura a la vez el mismo ingreso al erario que en el año que ha sido mayor, y desvanece los temores del déficit que sini fundamentó se supone en las rentas nacionales por el transito de los actuales derechos á su diminu- ción. Los 'niñeros de Pasco en varias conversacio- nes particulares nos han ofrecido del modo mas serio cubrir el desfalco que resulte con la rebaja de derechos sobre las pastas, estableciendo por tanto o monto el rendimiento de 216,842 pesos,' que produjo el año 1827, que ha sido el mayor desde la época de nuestra emancipación. Fara ella MMMMMI ©frecen eblígfiff los» mismos metales- extraídos ya^ que existen sobre la superficie de la tierra, y que-. ol gobierno puede beneficiar por su cuenta hasta* que cubra el déficit;, mas si resulta con la adop- ción de la medida de rebajar los derechos al $ por ciento, algún aumento sobre la cantidad qua se ha prefijado, como termino de comparación, babra de aplicarse a un banco de rescate, cuya fialta tanto les perjudica pues su defecto hace qua ios mineros malbaraten sus pinas se vean dere* pente parados en sus labores, por no tener numera- rio, y se aumente el contrabando hasta un extremo escandaloso. Este, con el ensayo que se ha pro» puesto, no puede dejar de recibir un golpe mortal: «1 interés de los mineros estimulado por la ganan* cia segura que van a reportar de pronto a consecuen* cia de la rebaja de derechos, y que les asegura un^ porvidencia igual para lo succesivo, les hará llevar 8us pastas a la callana, y tener la mayor vijilancia porque todos hagan lo mismo; y es sabido cual •era el resultado de semejantes esfuerzos.-aumento de ingresos al Estado. El ensayo de que se trata puede desde luego hacerse en el Cerro de Pasco, fn el espacio de un año, por ¡as cricunstancias favorables que ofrece este mineral, a causa de tener allí las minas mas aproximadas y bajo un golpe de tásta, y los mineros estar en la proporción ds auxiliarse reciprocamente; bien que para lo succesi* •• daba e&ieaUerse el mismo btüAciiúo u los vv\vvvvv\vv\ hí W *»• t* M ©3 tO *■ - r ut vvww«í*vívw\vwvwtwvv%vy\wvvv% t t"1 r '-' ' é S ' o > > O M M - M «> to 5 ? J 2 $ y-Jy « » - - -i í. © i s S £ í e¡< f» r *• w s r •* i o < $ 5 ^■/v*-v\/vw-'**wwv*'W'*vw wvwfcvwvwvv\ S 5 paj- eo ot o t© ai. fÍlfí" • f (T) í O t W^W**Wvv\VVVW%VV*W\vv\'VV\ > - ' 3 •* ^ .» ■ >~'j- * f* o r¿> to en w W — ¿5 tu os '1 *»■ Oí ti- ,l¿. Cl .;$ 9 i * i g ? o C?l en I ■ j l g i £ Ü! $ 02 ? Nv *»■ O W ^ »t* £ MAVV\VVVv»A'tV\vv\V\AVV\\VV',,rt^vvV\V *» - O i^/ O ei> .'- w rn- c,t t x p ? {'I |?$ s a- g.. s * i*> S .,.» H *• 3 2. £& 55 § 8 *, í 8.» p S" *• - < 2 o s k2 §ÍWta a í O O ►Q a a "0 - C5 II 1 1 I ll ü I! \\ 13 fp JHnwdc. (14.2 - ^íS? éM Hl I© 3S ííf ííli tí í ;;>ft £??.?>; t; K" : ,'•" 'v: . J $,fe'í iHw * ^Ey^£iáásife^iii^Ei^¿^M_; , , , Pag.£&^ ^^liffSOsccionario de las principales voces técnicas de h Mineralogía ^lIlP^O Peruana* [Ceníí'nM«c¿o»] ,,. . ... . . 41 i^ífpi -MINERÍA. .^%^^^j!VíeQioria eobre el mineral de Hualgayoc, por don José Mo- m¿s^*d . 50 mim ^^m^^ CÍest0 de ia ^eSa- {Continuación). *Ka^fe^^royeCto para Iame.Íora de la «ninerja y aumento de las rentas 2¿*.^íÍ5p**sÍ2 nacionales. ..,.,.....„... 61 *' - s ■ , «Numero de barra* dé pjata fundidas en la tesorería de Arequipa en los apw «te 1827 y 2*28, . ■'. ♦ . .... . . . $g ¿¡ l AVISO Esto periódico se compone de cinco a seis pliegos,6 , se vende <>n esta, capital en la tienda del señor DoradoJ ^calle de Judíos. Los que quieran subscribirse podran hacerlo^ Sen las secretarias de las prefecturas, o administraciones de cor-' Éreos. £1 precio de ia subscripción es de nueve pesos al año.