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MEMORIAS
DE LA
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“Antonio Alzate.”
Publiés sous la direction de
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN,
Secrétaire perpétuel.
1901.
MEXICO
IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL
19201
MEMORIAS
DE LA
IEDAD CIENTIFICA
“Antonlo Alzate.”
]
Publicadas bajo la dirección de
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN,
Secretario perpetuo.
1901.
MÉXICO
IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL EN EL EX-ARZOBISPADO
(Avenida Oriente 2, Núm. 726.) y
1901
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”
MEXICO.
FONDÉE EN OCTOBRE 1884.
Membres fondateurs.
MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo B. y Puga, Ma-
nuel Marroquín y Rivera et Ricardo E. Cicero.
Vice - Président honoraire perpétuel.
M. Ramón Manterola. O)
ñ Secrétaire général perpétuel. A E
M. Rafael Aguilar y Santillán. + ||
a vw
Conseil directif. —1901.
PrÉsIDENT.—Prof. Alfonso L. Herrera.
ViCE-PRÉSIDENT.—Dr. Ricardo E. Cicero.
SECRÉTAIRE.—Ing. Francisco M. Rodríguez.
VICE-SECRÉTAIRE.—Prof. Luis G. León.
TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal.
La Bibliothéque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte
au public tous les jours non fériés de 4 h.a 7 h. du soir.
Les “Mémoires” etla “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82
de 64 pags. tous les mois.
La corespondance, mémoires et publications destinés á la Société, doi-
vent étre adressés au Secrétaire général á
Palma 13.—MÉXICO (Mexique).
Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrita.
Les membres de la Société sont désignés avec M. $. A.
BREVES APUNTACIONES PARA UN ESTUDIO
DE LA
METEOROLOGÍA AGRÍCOLA
DISTRITO DE LEÓN
POR
JOSÉ M. GARCÍA MUÑOZ, M. $. A.
Algo sobre cultivos de trigo, garbanzo, cebada y lenteja.
Se cultivan estas plantas de riego ó en terreno húmedo;
de riego, aprovechando para regarlas aguas pluviales que se
depositan en los “bordos” y “presas;” y en húmedo, sembran-
do la superficie de tierra que queda desocupada en los depó-
sitos después de dichos riegos. Las cosechas abundantes casi
son seguras cuando los depósitos de agua se han llenado.
También se siembra la cebada en Agosto y Septiembre en
tierra humedecida por las lluvias, y produce cosechas abun-
dantes cuando las lluvias de estos meses y las de Octubre la
favorecen.
6 Memorias de la Sociedad Científica
Si de Mayo á Octubre las lluvias alcanzan una altura de
0.500 mm. puede asegurarse que se llenan todos los “bordos”
y “presas,” y por consiguiente, se obtiene una buena cosecha
de las gramíneas y leguminosas mencionadas. Hay que ad-
vertir que con una altura de lluvias inferior á 0,500 mm. se
llenan algunas presas y bordos, ya por su corta extensión, ya
porque están bien situados con relación á las corrientes de
agua que reciben.
Aunque el trigo haya prosperado en tierra húmeda ó re-
gada, si se presentan nublados sin mediana ó abundante
precipitación de lluvias, aparece el “chahuiztle” (Uredo linea-
ris, Pers) eriptógama microscópica que se desarrolla en la plan-
ta del trigo, bajo la acción de cierta humedad, calor y luz
difusa (?). El “chahuiztle” ocasiona una diminución en la
cosecha y á veces una pérdida absoluta.
El granizo perjudica al trigo mecánicamente cuando la
planta está en florescencia ó en fruto; pero como el granizo
se precipita en fajas ó limitadas zonas, poco influyen los per-
juicios que causa, en la producción general.
Las heladas extemporáneas que suele haber en Marzo
ó Abril, hielan el grano de trigo que encuentran tierno.
Las lluvias en Abril y Mayo, cuando son muy abundan-
tes (lo cual es raro) obrando físicamente reblandecen el tallo
y humedeciendo el grano, perjudican la calidad y á veces la
cuantía de la cosecha.
En cuanto á la garbanza (importante leguminosa que se
exporta para el extranjero) y el garbanzo, es casi segura la
cosecha lo mismo que la del trigo, si se: llenan los depósitos
de agua. También perjudican á esta planta las heladas tardías
y el granizo.
Las siembras de lenteja son muy limitadas y están suje-
tas á las mismas condiciones meteorológicas favorables ó per-
judiciales, que el garbanzo.
Por lo expuesto se ve que el principal medio para estos
AA AAA
AAA
“Antonio Alzate.” 7
cultivos es el agua que se deposita en las presas y bordos,
procedente de las lluvias; así pues relacionando éstas con las
cosechas resulta lo siguiente:
E LLUVIAS LLUVIAS
ANOS. MESES. OBSERVAT. DE OBSERVAT. DE COSECHAS,
TRINIDAD (1) LEON. A
1893 De Mayo á Octubre. 617,44 — Abundante.
A z4 419.mm63 485. 31 Menos abundante.
1805 2, » 381. 64 439. 16 Mediana.
E os, » 341. 80 275. 25 Escasa.
No me es posible indicar en números aproximados el mon-
to de cosechas de cada año por falta de datos completos, pero
sí puedo asegurar que son ciertas las apreciaciones de “abun-
dante,” “menos abundante,” ete.
Las cosechas de garbanza y garbanzo pueden calificarse
en “abundantes” etc., lo mismo que las de trigo, agregando
que el año de 1896, una helada hizo más escasa la cosecha de
garbanzos.
No solo los fenómenos meteorológicos señalados influyen
marcadamente en la vegetación y cosecha del trigo: acción
muy importante ejerce la luz” y seguramente, si se aprove-
chara mejor, sembrando el trigo y el garbanzo en bandas ó
melgas alternadas, las cosechas serían muy superiores á las
que hasta hoy se han obtenido.
Cambiando la locación de la siembra cada año, esto es,
donde en una banda se sembrara la leguminosa, en el si-
guiente año se sembrara la gramínea y así se continuara
alternando, también se conseguiría aumentar la fertilidad de
la tierra y el aumento de las cosechas, por acción de los mi-
(1) En las páginas siguientes se ve la situación geográfica de este rancho que per-
tenece al Distrito de León. :
(2) En otro lugar cito un párrafo de la Meteorología Agrícola escrita por M. Marié
Davy sobre la influencia de la luz.
4
8 Memorias de la Sociedad Científica
croorganismos asimiladores del ázoe libre del aire que pros-
peran en las raíces de las leguminosas, según las investigacio-
nes científicas modernas de distinguidos agrónomos de varios
países.
Nada puedo decir de los productos que hubiera obtenido
aplicando dicho sistema de cultivo, porque solo me he dedi-
cado á cultivos experimentales de maíz, que es en nuestro
país, esencialmente, el artículo de primera necesidad, porque
forma la base de la alimentación de la enorme mayoría del
pueblo mexicano.
CULTIVO DEL MAIZ.
Acción de las lluvias.
En el sistema rutinario de cultivo, según observaciones
que he hecho desde hace algunos años, parece que para ob-
tener una cosecha regular se necesitan por regla general, en
las tierras “francas” y en las areno-arcillosas una altura me-
dia de lluvias, por día, de 0.003mm. á 0.004mm. ó sean de 3
á 4 litros de agua por metro cuadrado y en las tierras arcillo-
arenosas de 4mm. á 5mm. durante la vegetación del maíz."
En mi cultivo perfeccionado experimental, cuando las llu-
vias han dado una altura media entre 4mm. y 5mm. por día,
he logrado en tierra areno—arcillosa “notable aumento de eo-
secha” comparada con la del euftivo ordinario; y en tierra are-
no-arcillosa con solo una altura de 3mm. “mediana cosecha,”
cuando las procedentes de cultivo rutinario “se perdieron ó
fueron ínfimas.”
(1) El período de vegetación del maíz comienza desde el principio de la germinación
de la semilla hasta que el fruto llega á su madurez. Llegada á este punto, las heladas no
perjudican á la mazorca, ni recibe beneficio de las lluvias. El período de vegetación de
la mayor parte de las variedades de maíz que se cultivan en el Distrito de León, puede
estimarse en un promedio de 107 días.
No debe confundirse el período de vegetación con el de la cosecha, pues éste todavía
se prolonga hasta que el ““cariopside” ó grano de maíz ha eyaporado ya cierto exceso de
humedad que conserva, y que lo averiaría si en tal estado se amontonara en el granero,
“Antonio Alzate.” ' 9
Ya sea en una ú otra clase de cultivo no siempre está en
relación constante ni directa la altura' de las lluvias con la
abundancia de las cosechas, porque es preciso que las prime-
ras sean oportunas; por ejemplo y especialmente, si durante
la fecundación del maíz hay sequía ó excesiva precipitación
de lluvias, disminuye y aun se pierde totalmente la cosecha.
El año 1895 no le llovió durante dicho período á mi semen-
tera de experimentación y la cosecha fué baja, y más baja en
la sementera cultivada como de ordinario.
Acción del aire.
La planta se alimenta en el aire por sus hojas como en el
suelo por sus raíces. Toma en la atmósfera el carbono del
ácido carbónico y el ázoe del amoníaco y de los ácidos azóti-
eco y azotoso. Ahora bien, estos productos son muy poco
abundantes en el aire y serían agotados en un aire en calma.
“Al renovarse el aire se renueva también la provisión de ázoe
asimilable que contiene...”
Según lo expuesto por el sábio meteorólogo francés, el
aire en movimiento ó sea el viento al estar renovándose, está
dando mayor suma de alimento á la planta y por consiguien-
te mientras más se renueva el aire que rodea á una planta,
mayor será la abundancia de ésta; 6 por mejor decir, no resen-
tirá la falta de alimentos que el aire pueda darle.
También los vientos dañan la producción: cuando suele
haberlos que soplen con suma violencia durante la fecunda-
ción del maiz (por fortuna rarísimos en este período del año)
arrebatando el polen, no se fecundan todos los óvulos que se
encuentran en la placenta (jilote tierno) y la cosecha es mala.
Acción del calor. sí
El Prof. Sachs ha determinado que para germinar el maíz,
cuando menos, necesita un calor de 90 4e. y para los fenóme-
(1) Meteorología y Física Agrícolas por M. Marié Davy.
Memorias, —[1901].—T. XVI. 2.
10 Memorias de la Sociedad Científica
nos de asimilación 15%. Según el mismo sabio el erecimien-
to de las radículas y de la plúmula, á partir de 90 4e. se ace-
lera con relación á la temperatura hasta los 349, pasando de
ésta el crecimiento es menos rápido.
Estos límites, dice el M. Marié Davy, están pobablemen-
te ligados al grado de humedad del aire y del suelo, á la na-
turaleza de éste último, á la abundancia de las materias asi-
milables que encuentra la planta y la intensidad de la luz que
recibe.
En París, donde de ordinario madura mal el maíz, dice
también Marié Davy, que una siembra de dicha semilla hecha
á principios de Mayo de 1836 maduró el 1? de Noviembre, ha-
biendo observado durante ese tiempo 2.9 84 e de temperatu-
ra media (termómetro á la sombra) —La suma de calor dá un
promedio por día, próximamente de 169, suficiente para ma-
durar el maíz.
Cuando la baja de calor produce heladas estando el fruto
demasiado tierno, ocasiona fuertes pérdidas.
Acción de la luz,
“Una planta verde no aumenta en peso útil si no es con la
condición de fijar carbón, hidrógeno y ázoe, tomados al ácido
carbónico, á el agua y á los principios azoados. Este trabajo
se efectúa solamente bajo la influencia de la luz favorecida
por una temperatura conveniente. La planta puede crecer, sin
embargo, y aumentar de volumen á pesar de la insuficiencia
de la luz y aun en una obscuridad completa; pero crece utili-
ando la suma de materia orgánica elaborada bajo la acción
de la luz, puesta en reserva en sus tejidos. Una vez la reser-
va empleada, la planta se detiene y muere....*%
En otro lugar de la Meteorología Agrícola del mismo au-
tor presenta un cuadro de asombrosos rendimientos de trigo,
(1) Marié Davy, Meteorología y Física Agrícolas.
“Antonio Alzate.” a lo
como resultado de siembras en unas cajas de experimentación
y se lee lo siguiente: “Los rendimientos tan elevados que tu-
vimos en nuestras cajas, cuya superficie es de un metro cua-
drado en cada una, se explica naturalmente por el hecho de
que las plantas no dan sombra las unas á las otras, como suce-
de en el campo, y sí recibe más luz que en los cultivos ordina-
rios.”
Numerosos y delicados experimentos de lós Profesores
Boussingault Sachs, Macagno, Giraud y varios fisiologistas,
han demostrado que sembrados de granos de maíz y de trigo,
puestos en la obscuridad ó á una luz difusa, producen plantas
“anémicas, amarillentas.”
En este rancho (Molino de la Trinidad) el año de 1895 des-
de el día 1* hasta el 9 de Julio hubo lluvias y estuvo nublado
desde la primera fecha hasta el día 15. Interceptados los ra-
yos del sol, se amarillaron las milpas y reverdecieron después
que las bañó la luz directa de los rayos solares.
CONDICIONES CLIMATÉRICAS
Del Distrito de Léón.
El clima del Distrito de León es el que requiere el maíz.
Las investigaciones científicas del Prof. Harsberger'” le han
conducido á señalar este Distrito como uno de los lugares ori-
ginarios de dicha gramínea.”
Lluvias.
Según experiencias de laboratorio en campo con “drenes,”
y en sus cultivos comunes. El Prof. M. E. Risler citado por Ma-
rié Davy, ha calculado que el maíz necesita durante su vege-
(1) “El maíz. Estudio botánico y económico.” ]
(2) Por lo que se refiere á otros lugares del Estado de Guanajuato, el Dr. A. Dugés,
M.S. A., encontró en Moroleón el Maíz de Coyote (Zea cannia). Esta planta según Hars-
berger más bien representa la forma primitiva silvestre que la forma revertida de alguna
variedad cultivada,
12 Memorias de la Sociedad Científica
TAR
tación una cantidad total de agua que dé una altura media por
día de 2.8 44 mm, En otro lugar digo que como resultado
de observaciones que vengo naciendo desde hace algunos
años, creo que en este clima requiere el maíz para vegetar
bien, de 3 mm. á5 mm. de altura de lluvia, promedio diario. La
mayor evaporación de agua que se observa en este Distrito,
comparada con la de la parte meridional de Francia, donde
parece que htzo sus experimentos el Prof. Risler, dá una pre-
sunción de que mi cálculo para este lugar se aproxima á la
verdad. | >
Es indudable que nuestro régimen de lluvias es muy ade-
cuado para la abundante producción de maíz, como adelante
se verá.
Habiéndome servido de los “Datos Meteorológicos del
Observatorio de León” que publica su Director el Sr. Prof.
Don Mariano Leal, M. $. A., desde el año de 1878 hasta el de
1896, he sumado la altura de las lluvias de los meses de Junio,
Julio, Agosto y Septiembre, dentro de los que se siembra el
maíz y termina su vegetación; advirtiendo que de los años de
1882, 1883 y 1893 hice la suma de lluvias de Mayo á Agosto,
y de los años de 1892 y 1894 de Julio á Octubre porque en el.
primer caso por haber sido las lluvias tempranas, se comenza-
ron las siembras en Mayo; y en el segundo de Julio porque
hasta este mes hubo lluvias suficientes para humedecer las
- tierras. He encontrado la siguiente altura de lluvias como pro-
medio diario en cada año, durante los días que suman dichos
cuatro meses.
ALTURA DE LLUVIAS... NUM. DE AÑOS, AÑOS.
Más de 6 mm. 1 1880
A 5 1879, 1883, 1886, 1888, 1890.
Pa 6 1878, 1882, 1884, 1885, 1887,
1893.
De 4 mm. 1 1894
“¿Antonio Alzate.” 13
Más de3mm. 3 1881, 1892, 1895*
Do2mm.58 1 1891**
94 1 1896 ***
»”
CALOR.
En el párrafo correspondiente hemos visto que según el
Prof. Sachs, para germinar el maíz necesita una temperatura de
90 4 e. y que las radículas y plúmula van acelerando su cre-
cimiento en relación con la temperatura hasta llegar á los 340
y que pasando de éstos, el crecimiento es menos rápido.
En 18 años (1878-1896) la temperatura á la sombra, '? más
baja de las mínimas que se registran en los “Datos Meteorológi-
cos del Observatorio de León” correspondiente á los meses de
Junio, fué 99 7 e. el año de 1896 y la más alta de las mínimas
alcanzó á 160 5 e. el año de 1878. Como los años de 1882,
1883 y 1893 se hicieron las siembras de maíz en los meses de
Mayo y las de 1892 y 1894 en los de Julio, ví en los mismos
datos que las temperaturas mínimas fueron respectivamente
120, 110 4, 120 2, 130 y 120 6 ce.
La temperatura máxima más baja en los meses de Junio
en los mismos 18 años, fué de 290 4 e. el año de 1879; la más
elevada de 349 5 c. el año de 1892; y las de los meses de Ma-
yo de 1882, 1883 y 1893 y las de Julio de 1892 y 1894, fueron
respectivamente 330 9, 349, 330 1, 309 7 y 319 3 c.
A las 8 h, a. m. del día 5 de Julio de 1895, sembré varios
granos de maíz en tierra humedecida por las lluvias á una pro-
fundidad de 7 cm. y á la misma profundidad junto al maíz co-
loqué un termómetro centígrado.
* Cosecha baja y alza de precio del maíz el año de 1896.
** Pérdida de cosecha y fuerte carestía del maíz el año de 1892.
*** Muy mala cosecha; carestía de maíz el año de 1897.
(1) He creído conveniente anotar esta temperatura, á falta de datos sobre la tempe-
ratura de la tierra á la profundidad de siete á ocho centímetros en que yo siembro el
maíz.
14 Memorias de la Sociedad Científica
OLLAS III IIA ALIS ILLIA LIL LA LILIA LS LISIS II IIIS IICA
OBSERVACIONES.
Temperatura en un Temperatura en el
termómetro á la Geotermómetro á 7 cm.
Fechas, sombra. de profundidad, LLUVIAS.
1895. 7h.am 2b.p.m. 9h. p.m. 7b.a.m. 2h, p.m. 9h. p.m.
AL, EAN — — — uz _— mm.
Julioi4 17922409 1890: 22220950. 21010VNacho 020 is dd 11.84
» 5 165 21,5 16.0 18.0 290 20.0De6h.á49h.30m.p.m... 5.00
” 6 168 23.0 18.2 19.3 248 21.0 ,,8h.30m. p.m. y noche. 8.00
“ T 17 6 25.2 17.0 19.0 29.0 23.0 ,8h.5m.p.m.ynoche. 7.40
A las 8 de la mañana del día 7, esto es, á las 48 horas, la
radícula de cada semilla de maíz (ya todas germinadas) me-
día próximamente de longitud 1 em. 5 y la plúmula 5 mm.
También dice el Prof. Sachs que para los fonómenos de
asimilación necesita el maíz de un calor de 159 c. y Marié Da-
vy refiere que una siembra de maíz para madurar en París re-
quirió una temperatura media por día de 169 c. (termómetro
á la sombra).
Si se examinan los datos del Observatorio de León se ve-
rá que la temperatura media á la sombra, de los cuatro meses
Junio, Julio, Agosto y Septiembre dentro de los que ordina-
riamente vegeta el maíz, durante 18 años de observaciones,
siempre ha excedido de 200 e, y el año de 1896 llegó 4 220
En los 18 años de observaciones en León, sólo se registra
una helada (escarcha), en Septiembre de 1892 que poco per-
judicó á las sementeras de maíz.
En los mismos 18 años, ha habido en 11 años heladas en
los meses de Octubre sin haber perjudicado las milpas.
LUZ.
La luz obra en concurso con el calor. La falta de datos
actinométricos en los 18 años, me impiden anotar observacio-
nes de este género. Por otra parte, en los pocos libros que
ñ “Antonio Alzate.” 15
tengo á mi alcance, no he encontrado qué cantidad media de
grados actinométricos exige el maíz para su buena vegetación,
según observaciones de otros países.
Por no dejar enteramente un hueco sobre este importantí-
simo asunto, haré la siguiente cita: “Las condiciones más fa-
vorables al desarrollo del maíz son: “veranos largos con cielo
despejado, días y noches calientes, y las lluvias suficientes pa-
ra el rápido crecimiento de la planta.” “”
Puede decirse que el sol brilla próximamente tres quintos
de la suma de sus horas en nuestro cielo durante la vegetación
del maíz; hay algunos días completamente despejados; los ve-
ranos frecuentes duran varios días y los días y noches caluro-
sos cuando no los refrezcan las lluvias.
COSECHAS DE MAIZ EN EL DISTRITO Dá LEON.
Cualquier agrónomo que conozca el clima de León se sor-
prenderá mucho si sabe que la cosecha media de maíz calcu-
lada según datos recogidos eu 16 años, se puede estimar en un
promedio de 5 á 6 hectólitros por hectara, cuando en otros paí-
ses se obtiene de 3 á 5 veces más altas.
¿A qué debe atribuirse cosecha tan baja en un elima tan .
favorable? Sin vacilar respondo, que al mal cultivo que gene-
ralmente acostumbramos.
y Una planta casi abandonada á sí misma, por favorables que
le sean las condiciones climatéricas de su “habitación,” no pue-
de rendir tan abundantes frutos como cuando el hombre la au-
xilia con un “cultivo racional.”
No es mi intento recomendar el “cultivo intensivo” porque
aun no llega en nuestro país la época en que pudiera genera-
lizarse; me referiré al “extensivo” que tenemos en uso sin más
que procurando “el mejor aprovechamiento de las lluvias, del
aire, del calor y de la luz que nos brinda nuestro clima.
(1) El Maíz. Harsberger.
16 Memorias de la Sociedad Científica >
¿Cómo aprovechar mejor las lluvias?
No sólo en los bordos y presas se puede depositar el agua
de las lluvias, también en el suelo á cierta profundidad se
puede tener cierta reserva.
No me es fácil precisar la profundidad de los barbechos
que ordinariamente se dan á la tierra para la siembra del maíz,
porque varía según el estado de humedad en que se encuentra-
la tierra, la naturaleza de ésta y el trabajo que se desarrolla;
pero sí puedo afirmar que en general son poco profundos. Se-
gún medidas que he tomado en varios ranchos y en distintos
años, pocos barbechos he visto que pasen de 20 cm. de profun-
didad. :
En mis siembras de experimentación, permitiéndolo el sub-
suelo, hago seguir á un arado provisto de “orejera” y por la
misma raya otro arado sin “orejera,” ahondando más el barbe-
cho y procurando siempre llegar á una profundidad total de
39 cm. El “cruzamiento” lo hago en la misma forma debiendo
ponerse las rayas enteramente juntas.
Una capa de tierra arada, removida, suelta, de 20 em. de
grueso, contiene menos cantidad de agua cuando se moja, que
una de 35 em. porque ésta tiene una capacidad de 75 por cien-
to sobre la primera,
En los veranos intermedios que se observan en la estación
de las lluvias durante la vegetación del maíz, se forma en la
tierra una costra superficial que hace lenta la evaporación del
agua que contiene la misma tierra: es claro que en menos tiem-
po se evaporará directamente y por intermedio de la planta,
el agua contenida en una capa dé tierra removida á 20 em. de
profundidad que en otra igualmente removida 435 cm.
El año de 1896 excepcionalmente escaso de lluvias, noté
que cuando las milpas desarrolladas en tierras barbechadas su-
perficialmente, como se acostumbra, estaban torcidas y secán-
dose, las de mi experimentación en barbechos profundos esta-
“¿Antonio Alzate. ” 17
ban verdes y lozanas, Para más confirmar la causa, cavé la tie-
rra en uno y otro plantío y encontré que la primera estaba seca
y la segunda todavía bastante húmeda. -
Esta reserva de agua demuestra que mediante un barbe-
cho profundo se aprovechan mejor las lluvias y que varios
años que se reputan como escasos de lluvias, con excepción
del año de 1896, que en efecto lo fué para la buena vegeta-
ción del maíz, en realidad no lo son.
¿Cómo aprovechar mejor el aire, el calor y la luz?
En otro lugar vimos que según Marié Davy, al renovarse
el aire en un plantío también se renueva la alimentación que
éste dá á la planta.
Sentado como principio físico que el aire caliente tiene la
propiedad de elevarse, si se ponen las plantas de maíz distan-
tes entre sí, de manera que entre ellas quede nn espacio de
tierra con “la menos sombra posible,” los rayos solares “ca-
lentarán” esa superficie y el aire que esté en contacto con esa
tierra se “calentará,” se elevará é inmediatamente será reem-
plazado por otro volumen de aire menos caliente, pues no po-
dría quedar el vacío.
El aire se renovará con más frecuencia en un plantío de
maíz cuyas matas estén retiradas unas de otras en distintos
sentidos, por ejemplo 1m. 20em., que en los plantíos ordina-
rios en líneas distantes entre sí 80 ú 84 cm. y sembrados los
granos de maíz en cada línea á distancias variables de 30, 40
50 cm., porque en este caso las plantas sombrean más la tie-
rra disminuyendo así la acción “del aire, del calor y de la
lnz.”,,4.
En mis cultivos de experimentación he rayado los surcos,
por ejemplo de N.áS. y luego de E. á W. cortando las prime-
(1) Me permito invitar al lector á que vuelva á leer los párrafos titulados “*Acción
del aire, Acción del calor y Acción de la loz.”
Memorias.—1901. —T. XVI.-8.
19 ' Memorias de la Sociedad Científica
OTI
ras rayas en ángulos rectos; la distancia entre raya y raya ha
sido por regla general, de 1m.20 em., quedando pues, rayada
la tierra en cuadros de 1m. 20 cm. X<1 m. 20 em.
En cada lugar donde se cruzaban las rayas he sembrado
oportunamente 6 granos de maíz. A continuación he pasado
sobre el terreno una rastra pesada de ramas para desagregar
los terrones que quedan, aumentar la fertilidad de la tierra y
dejar en lo posible una superficie unida, tapando, por decirlo
así, los delgadísimos conductos que abre la evaporación del
agua que ha absorbido la tierra.
Por el procedimiento de sembrar 6 granos en cada cruz,
cabe un poco más de maíz en cada hectárea que por el proce-
dimiento ordinario.
Formando cada 6 cañas un haz, sombrean menos la tierra
que si las 6 cañas estuvieran en una línea seguida.
Estando agrupadas las 6 cañas, se favorece la fecundación,
porque teniendo cada “individuo” sus flores masculinas en la
panoja, al desprenderse los granos de polen y al ser esparci-
dos por el aire, sin perjuicio de la fecundación de sus propias
flores femeninas que se encuentran en la espiga, llamada vul-
garmente jilote, también se fecundan fácilmente entre sí las
diversas plantas de cada grupo, y según investigaciones de sa-
bios fisiologistas, el cruzamiento entre plantas monoicas, co-
mo es el maíz, mejora los productos.
Si el beneficio que llamamos “escarda” lo he hecho de N.
á S., el llamado “sobreescarda,” lo hago de E. á W. Fácilmen-
te se comprende que el cambio de dirección en dichos benefi-
cios, remueve la tierra y disloca sus moléculas menos imper-
fectamente, que según el sistema ordinario en que se hacen
todos los beneficios en una sola dirección. Mientras mejor re-
movida está una tierra y dislocadas sus moléculas, más fácil-
mente es penetrada por las lluvias, y en los veranos, cuando
se va evaporando el agua, es más sensible á la circulación del
alre tan necesario para la acción de las bacterias nutrificantes.
“Antonio Alzate.” - 19
Resultado delos cultivos de experimentación comparado
con el de los ordinarios.
He hecho dichos cultivos en el rancho llamado La Concep-
ción ó Molino de la Trinidad. Su altura sobre el nivel del mar
es próximamente 1832 m. Se encuentra situado al E. S. E. de
la ciudad de León, á 14 kilómetros de distancia. El Observa-
torio Meteorológico de León, según el Señor Prof. Don Maria-
no Leal, está situado: Lat. N. 219 07” 23” 80. Long. W. de Ta-
cubaya 0 h. 9 m. 56s. 2. liong. W. de Greenwich 6 h. 46 m,
42 s. 6. Altitud 1798 m. 6.
AÑO DE 18983.
CULTIVO DE EXPERIMENTACIÓN. CULTIVO ORDINARIO.
El 22 de Mayo, siembra4 7 El 22 de Mayo, siembra á 7
cm. de profundidad de 32:5 em. de profundidad de 24' 4
de maíz en 24 hectáreas de de maíz en 24 hectáreas de
tierra arcillo-arenosa. tierra arcillo-arenosa.
Cosecha total-72* 39' Cosecha total-41* 88!
Corresponde por Corresponde por
hectárea.......... 28 94... hectárOA. amrnoa oa 16-248
COMPARACIÓN.
Cultivo de experimentación, por hectárea-28" 94!
Id. ordinario 1d. 16 75
Diferencia á favor del primero..-...... 12 19
El año de 1893 no hice en este lugar observaciones pluvio-
métricas y las siguientes son tomadas del Boletín Mensual del
Observatorio Meteorológico de León.
20 Memorias de la Sociedad Científica
Lluvias de Julio á Octubre, de 1894 á 1896.
1894. León. La Trinidad. 1895. León. La Trinidad. 1896, León. La Trinidad.
Julio 183.95 108.56 Junio 65.71 55.98 Julio 47.21 63.60
Agos. 125.25 139.85 Julio 166.77 199.48 Agos. 46.05 58.60
Sep. 131.94 131.74 Agos. 84.33 67.25 Sep. 113.14 81.60
Oct. 4,82 2.88 Sep. 57.50 58.82 Oct. 31.85 97.
445.86 383.03 374.31 321.46 238.38 299.80
Lluvias en León en 1893.
MESES Núm. de días de lluvias, Altura de lluvias.
Maroma 15 80 32
Aaa AO: 18 186.62
Leds AN apra dep Te + SA Z1 143.66
Agosto..... do A de A 25 98.03
79 508.63
Al concluir el mes de Agosto las plantas de una y otra se-
mentera habían terminado su período de vegetación. Tomo en
consideración los 80mm.32 que suman las lluvias del mes de
Mayo, porque aunque la siembra se hizo el día 22 del mismo
mes, las lluvias que antecedieron sirvieron para humedecer la
tierra que recibió la semilla. Dividiendo los 508mm,63 por
102 días á partir del 22, resulta para
Promedio POR di 0 Doo DS 4mm.93
El año de 1893 fué fértil en todo el Distrito. El producto
que obtuve de la tierra cultivada ordinariamente, se conside-
ra como el máximo rendimiento que pueden dar tierras de es-
ta clase, según julcio de experimentados labradores de estos
contornos.
* La tierra en que hice la experimentación se había sembra-
“Antonio Alzate.” 21
mo
do el año anterior también de maíz, mientras que la otra es-
taba descansada y un poco abonada porque había recibido al-
gún limo arrastrado por las corrientes de agua. Procurando
poner una y otra tierra en igualdad de condiciones de fertili-
dad, emplée como abono en la de experimentación una peque-
ña cantidad de estiércol.
AÑO DE 1894.
CULTIVO DE EXPERIMENTACIÓN.
Siembra el 6 de Julio en 14
ha. de tierra en su mayor par-
te areno—arcillo-—ferruginosa.
Se sembraron en las 14 ha.
1 hl. 821. de maíz á una pro-
fundidad de 7 cm.
CULTIVO ORDINARIO.
Se hizo la siembra el 6 de Ju-
lio en 8 ha., procurando que
en lo posible, según la locali-
dad lo permite, fueran próxi-
mamente homogéneas álas del
cultivo de experimentación.
Se sembraron 76 1. 4 7 cm.
de profundidad.
Cosecha total.... 197 hl. 62 Cosecha total.... 45 hl.
Corresponde por Corresponde por
hectárea. ........ 14 h1.12 hectárea........... 5hl. 62
COMPARACIÓN.
Cultivo de experimentación, DOF hectárea... 14 hl. 12
Idenwondina ra... «¿DL NI 5 62
Diferencia á favor del primero. .......... 8 hl: 50
Las lluvias y calor (suma mensual de la temperatura dia-
ria media) observadas en este rancho, durante la vegetación
del maíz, fueron las siguientes:
22 ,
A PEI a A
Memorias de la Sociedad Científica
IIS
LLUVIAS.
— CALOR, TERM. A LA SOMBRA,
MESES. Núm. dedías Altura de K- A —
— con lluvías. — lluvias.
Tam.
Julio del día 6 en adelante. C. 5240 2
Julio 20 108.56
PS O A 631 0
Sep.* .23 131.14 Septiembre... ...oi6.bueso 592 9
O 2.28 Octubre hasta el día 20.... 367 1
71 L.S: C. 2115. 2
Las lluvias que hubo del 1? al 6 de Julio, fueron aprove-
chadas por el maíz, puesto que humedecieron las tierras para
sembrar.
Habiendo observado que este año duró la vegetación del
maíz 105 días por término medio, resulta el siguiente prome-
dio diario de lluvias y calor.
La tierra de experimentación recibió como abono corta can-
tidad de estiércol seco, en una proporción como de 100 gramos
para cada planta de maíz.
AÑO DE 1895.
CULTIVO DE EXPERIMENTACIÓN. CULTIVO ORDINARIO.
Día promedio de siembra el
17 de Junio. En 18 ha., sien-
do 12 de tierra areno-arcillosa
y 6 de tierra arcillo- arenosa,
Día promedio de siembra el
17 de Junio. En 18 ha. de tie-
rra siendo de la misma natu-
raleza que las del cultivo de
* El día último de Septiembre, habían terminado ya las plantas su período de fecun-
dación; por consiguiente casi nada las dañaron las pocas lluvias de Octubre.
“Antonio Alzate.” 23
DAODAILILLIIDIIDI/IIOIOLILIILA
CULTIVO DE EXPERIMENTACIÓN. . CULTIVO ORDINARIO.
sesembraron 2 h1. 341. de maíz experimentación, se sembró
á 7 cm. de profundidad. 1 hl. 711 de maíz á 7 cm de
profundidad.
Cosecha total.... 174h1,50 Cosecha total.... 106 hl.
Corresponde por Corresponde por
hectárea.....-.--- YOR TS hectarea.-..... 5 hl. 88
COMPARACIÓN.
Cultivo de experimentación, por hectárea.. 9hl. 13
A A A 5 88
Diferencia á favor del primero............ 3 hl. 25
Lluvias y grados de calor observados en este lugar. Los
grados de calor es la suma mensual de la temperatura media
diaria.
LLUVIAS.
CALOR, TERM. A LA SOMBRA.
MESES. Núm. de días Altura de —_—_————
— con lluvias. Muvias.
Junio 17 55.98 “Junio, del 17 en adelante... U; 30207
E: > LIA A 632 8
Agos. 15 67.25 Agosto...... bo 641 6
Sept. 14 58.82 Septiembre .....-........ 607 8
71 32146 | C. 21840 9
Calculado un término medio de 106 días que duró la vege-
tación del maíz, resulta por día el promedio siguiente (ya se
ha dicho que las lluvias del primer mes, que anteceden á la
siembra, aprovechan al maíz porque humedecen la tierra pa-
ra que germine la semilla cuando se siembre.)
24 Memorias de la Sociedad Científica
La baja de cosecha de este año consistió en que las lluvias
fueron escasas en el primero y segundo tercios de Agosto, y
en el último tercio del mismo mes en que las milpas atravesa-
ron su “período crítico de la fecundación,” no llovió. ;
Es indudable que á pesar de las pocas lluvias que hubo en
el primero y segundo tercios de Agosto, mejor aprovechadas
en el cultivo de experimentación, conservando la tierra cierta
reserva de agua, impidió que la cosecha bajara tanto como la
de cultivo ordinario.
AÑO DE 1896.
CULTIVO DE EXPERIMERTACIÓN. CULTIVO ORDINARIO.
Día promedio de las siembras Días de siembra, del 7 al 9
el 7 de Julio. de Julio.
En 54 hectáreas 97 aras, sem- En 6 hectáreas, siembra 57
bré 7 hectolitros 14 litros de litros de maíz.
maíz.
N? 1-11 ha. 41 a.-129 bl. 54 6ha............ 20 hl. 40
mo Zios,. eb =80: 00 2 ida
Paz -1299 53
o A E AO RS
A AOL TA
E E A A KA
54 ha. 97 a.-550 hl. 501.
Producto medio Producto medio
por hectárea.... 10 hl. por hectárea..... 3 hl. 401
COMPARACIÓN,
Cultivo de experimentación, por hectárea.. 10 hl.
Idem ordinario dem LA A 5 40
Diferencia á favor del primero...........- 6 hl. 601
“Antonio Alzate.” * 25
La tierra núm. 1 del cultivo de experimentación, es are-
no-arcillo-ferruginosa y no recibió abono: en la núm. 2 la mi-
tad aunque areno-arcillosa, tiene arcilla en más proporción
que otras; no se abonó: las números 3, 4 y 5 más ó menos are-
no-arcillosas, siendo algo ferruginosa la núm. 3, recibieron co-
mo abono estiércol seco, en la pequeña proporción de 600 gra-
mos para cada 6 matas.
Las 6 hectáreas de cultivo ordinario no recibieron abono.
Las lluvias observadas en estos lugares son las siguientes;
y en cuanto ála temperatura, como no hice observaciones, to-
mé nota de las registradas en León, según el Boletín de aquel
Observatorio.
LLUVIAS.
MESES. Núm, de días Altura de CALOR, TERM. Á LA SOMBRA. $
_— con lluvias. lluvias. A
Julio 12 . 6262 Julio desde el día 7..... C. 5470 9
Agos. 11 an IS ASA 657 9
Sep. 16 81.60 Septiembre............ . 603
e Y: 81.90 Octubre, hasta el 26..... 477 1
52 284.72 C. 22850 9
El período de vegetación del maíz duró este año por tér-
mino medio 111 días. Sufrió retardo en su desarrollo y creció
poco la caña por la escasez de agua; sin embargo, “en el perío-
do de fecundación de la planta fué favorecida por las lluvias.”
5 E A C. 2006
Este año (1896) excepcionalmente escaso de lluvias, que
según opinión de antiguos labradores no han visto uno tan es-
téril después del de 1863, es muy á propósito para inferir por
medio de una operación de números, que mediante un culti-
Memorias.—[1901].—T. XVI-4.
26 Memorias de la Sociedad Científica
vo perfeccionado, “el maíz aprovecha mejor las lluvias” que
en el ordinario.
EN LEÓN EN LA TRINIDAD.
Janis ¿sti C.67204 Junio...:...... C. 67202
A 639.;:5.1 Julio cua iprnidóe 632 8
Agosto ....2. -. 645 2 Agosto... .... 641 6
Septiembre...... 614 3 Septiembre..... 607 8
Octubre. ....... 544 9 Octubre. ....... 549 1
C. 311603 C. 310305
La altura de lluvias alcanzó en este lugar, durante la ve-
getación del maíz 284 mm. 72 de altura, ó lo que es lo mismo
284 litros 72 centílitros por metro cuadrado de superficie de
tierra. Teniendo una hectárea 10,000 metros cuadrados de su-
perficie, recibirá 28,472 hectolitros de agua; si dividimos esta
cantidad respectivamente por los 10 hectólitros de maíz produ-
cidos por hectárea en mi cultivo de experimentación y por los
3 hectolitros 40 litros de mi enltivo ordinario, encontraremos
que en el primer caso la cosecha de cada hectólitro de maíz,
exigió un gasto de agua de 2,847 hectolitros y en el segundo
de 8,361 hectólitros.
CONCLUSION.
De la lectura de estos apuntes se puede concluir, que sl
entre los cultivos extensivos no puede llamarse el más perfec-
to, según las investigaciones de la ciencia moderna'” el que
he ensayado, es muy superior al rutinario que seguimos.
No he empleado en mis cultivos de experimentación ni en
(1) Hace poco tiempo han recomendado sabios agrónomos como hemos visto en otro
lugar, el cultivo alternativo de una gramínea con nna leguminosa. Convendría en este
Distrito alternar la siembra de maíz con la de frijol, en cierta clase de tierras que deja-
mos descansar un año sí y otro no.
“¿Antonio Alzate.” 27
los rutinarios que han servido de testigo, instrumentos moder-
nos que habrían desagregado y revuelto la tierra con menos
imperfección: me he servido del antiquísimo arado de origen
egipcio que todavía usa la mayoría de nuestros labradores y
de una humilde rastra de rama en lugar de una pulverizadora
hecha de acero. Al proceder así consideré que si resaltaban
las ventajas del mejor aprovechamiento de algunos meteoros
en el sistema que iba á ensayar, nada importaba que los me-
dios de labranza fueran imperfectos, cuando en cambio el me-
joramiento en el cultivo, estaría al alcance aun de los labra-
dores más pobres, quienes no tendrían que hacer gastos en
" comprar instrumentos modernos. Los productos mayores, que
obtendrían con mi sistema, les darían más tarde facilidades
para comprar instrumentos perfeccionados.
Los siguientes cuadros dan el resumen de los resultados
que he obtenido.
Cultivo de experimentación.
SUPERFICIE DE TIERRA
AÑOS. SEMBRADA. SEMILLA EMPLEADA. COSECHA.
A A ERE NE 72 hl. 39
1894 14 1 8 197 62
1895 18 2 34 1 do
1896 54 97 7 1 550 50
89 ha. 47 11hL6215 985hl01
El producto medio de cada hectárea fué de 11hl. 12.
El producto medio con relación á la semilla empleada, fué
de 83 por 1.
28 Memorias de la Sociedad Científica
Cultivo rutinario ó común.
SUPERFICIE DE TIERRA
AÑOS. SEMBRADA. SEMILLA EMPLEADA. COSECHA.
1893 -2Zha:5 0h 2414: 4Lhl88
1894 “8 0 760 45 00
1895 18 el 106.00
1896 6 0 57 20 40
34ha.5 3.2814 213h.28
El producto medio de cada hectara fué de 6hl. 181.
Ei producto medio con relación á la semilla empleada, fué
de 61 por 1.
COMPARACIÓN.
bid 2 La ppal
Cultivo de experimentación..... 11 hl. 12 83
Culivd co mua A 6 78 61
Diferencia á favor del cultivo de
experimentación. ......-.... 4hl,94 22
La diferencia anterior equivale á un aumento de cosecha,
con relación á la semilla de 36 pS.
Y con relación á la superficie de tierra al 79.93 pS.
La primera cifra demuestra que en mi cultivo experimen-
tal la fecundación de la planta es mejor que en el cultivo ordi-
nario; y por lo que toca al muy notable aumento de un 79.93 pS.
con relación á la superficie de tierra sembrada, prueba eviden-
temente que no debemos atribuir á nuestro régimen de “llu-
vias y demás condiciones climatéricas,” las cosechas malas de
maíz, y que tengamos que importar de los Estados Unidos
“¿Antonio Alzate.” 29
de América tan importante grano de primera necesidad, al-
gunos años en que no alcanza á cubrir el consumo nuestras
ruines cosechas, sino al pésimo cultivo que generalmente se
acostumbra.
Molino de la Trinidad, 28 de Julio de 1897.—José M. Gar-
cía Muñoz.
El año de 1897 tuve necesidad de ausentarme del lugar
donde estuve haciendo mis experimentaciones, pero no por
esto abandoné mi sistema de cultivo, sino antes bien, hice que
se aumentara hasta 250 hectáreas; el Sr. Jacinto García, exi el
Distrito de Silao, en su hacienda de “ Puerta” ha seguido el
mismo sistema en una superficie mayor de tierra. Unas y otras
sementeras, año por año se han distinguido de las demás de
los alrededores por su lozanía durante la vegetación y en la
cosecha por su rendimiento. El año próximo pasado de 1900
que fué de malísima cosecha de maíz, como lo manifiesta la
alza de precio que desde Enero ha tenido dicha semilla, el Sr.
Jacinto García y yo la obtuvimos más que mediana.
León, 28 de Mayo de 1901.
J. M. G. M.
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"Ye Pu Ad A e
, y * po ó 5 e
A ” y 15 o ' Pos
dl
y 4 pa ] WA
y bb'=Ya
PAS 2, cc! =Yz
Si además designamos por a,,'%, y alos ángulos PSa!, PSP!
y PSc”, tendremos puesto que SP=f es normal á la línea de
horizonte 00”
a=ftga
x.=ftga, y --.-(1)
1 =ftga,
De las anteriores ecuaciones se deduce
LA 0= (tata) 3) co2)
2 f (tgartga) =/522 (05%). (3)
C0Sa, COSA
Es necesario conocer en cada placa la dirección de la ver-
tical, para lo cual es indispensable obtener la fotografía de
una plomada ó arista de un edificio perfectamente vertical.
Normalmente á esta dirección se medirán las distancias entre
los puntos a, b y c; siendo evidente que las cantidades obte-
nidas son los valores de los primeros miembros de las ecua-
ciones (2) y (3).
“* Antonio Alzate.” 37
—_——_———
Además, es claro que
os Co 0 o (4)
aa = PLE 2. (0)
por consiguiente, dividiendo entre sí las ecuaciones (2) y (3)
tendremos
LX sen £,¡g Cos 43
%-%, Sen ei cosa)”
Cos a;
ecuación que nos dá á conocer la relación - osa, Ue supon-
1
dremos igual á tg y; y como
te (45041)=, HE?
, substituyendo, tendremos:
—tg Y
COS 43
tg (4504 y)=__08%M_ cos a+ cosas
; COS % C0S4—CO0S 4
eos a;
—cotg 3 (a, +0) cotg 2 (2,—as);
de donde, tg 4 (a, +as)=—cot (4594y) cot 4 (a,—az)...... (7)
De las ecuaciones (4) y (5) se deduce a,—a¿=,—g3=8s;
y como por la (7) se conoce a, +4,=s;, tendremos,
a=3 (85 +<1)
£4)
a3=
4 además, la (4) y la (5) dan
A) E a+. = Ag —£»;
" por consiguiente podemos calcular 7,, £,, 23, por las ecuacio-
nes (1).
38 Memorias de la Sociedad Científica
Como se han medido los ángulos verticales aSa”, b8Y y
£Se', que hemos llamado f,, B,, 33, tendremos:
y, =S0' tg BP, = E + 8 p,
y=8V tg= z teb,
Se 2
=8C' tg ar a 8 Ba
(Nora.—El método anteriormente desarrollado es debido
al Dr, Jordan, )
Si pues por a, b y c, se tiran paralelas á la dirección de la
vertical fotografiada en la placa y se llevan á partir de los res-
pectivos puntos las distancias calculadas y,, Y», Y, se tendrán
tres puntos a”, b”, e”, que marcarán la línea de horizonte, que
debe resultar perpendicular á la: dirección de la vertical.
Si sobre esta línea y á partir de a, Db”, c”, se miden las dis-
tancias en el sentido conveniente, 2,, 2», 23, se tendrá el pun-
to P, origen de coordenadas, y levantando por él una normal
á la línea de horizonte, se tendrá la línea principal.
La distancia focal se deduce de las ecuaciones (2) y (3).
Con los ángulos medidos directamente y con las medidas
hechas en la placa, la fórmula
Cos COS az EAT sen 8
S 137, COS a; M2 sen £;
nos permite conocer el ángulo auxiliar y; pero como tanto en
las medidas angulares como en las lineales existen errores,
veamos su influencia en la determinación de y.
sen £
Hagamos tgw = , y como (24) y (%:—x2) son las p
“¿Antonio Alzate. ” 39
distancias entre los puntos medidos en la placa, designémos-
les por s y s', con lo que la fórmula anterior quedará
te => tgw
Si llamamos ds el error absoluto de la medida lineal, ten-
dremos, diferenciando:
de donde
E sen 2y
dl 5) E
d y=103132 sen 2 yds Jr Sw" du
fórmula que nos indica inmediatamente la importancia del
error en la medida lineal.
Desde luego se ve la conveniencia de que sen2 y ó y sean
lo más pequeño posible; pero como dl para conse-
guir lo anterior es necesario que «, sea muy pequeño, al mis-
mo tiempo que az tenga el mayor valor posible.
Estos dos ángulos teniendo por origen la línea de distan-
cia, 4, puede hacerse tan pequeño como se quiera, en tanto
que a, está subordinado al tamaño de la placa.
Refiriéndonos al aparato con que trabajamos, sería muy fá-
cil hacer que a, fuese de 12 ó menor, pero az no podría ser su-
perior á 220, por lo que el menor valor para tg y sería cos 220,
circunstancia que hace que y sea poco diferente de 450 y por
lo mismo sen 2y muy próximo á la unidad.
El valor de 45% para y se realiza cuando los ángulos a, y
az son poco diferentes entre sí; pero como el factor entre pa-
réntesis de ds es tanto menor cuanto mayor sean s y s', esin-
40 Memorias de la Sociedad Científica
dudable que la mejor elección de los puntos extremos, se ten-
drá cuando éstos oeupen los extremos de la E
Para que d w sea pao, debemos tener sen 2 =10'w=
en
450; pero como tg w=*
sen €;
gulos e, y s,, lo cual exige que el segundo punto se elija en la
medianía de los dos primeros. :
2, se requiere la igualdad de los án-
sen e
Puesto que tenemos tg AER 2, el error en «w provinien-
sen s
te de los errores en e, y €,, será d w == 4 sen 2 wd: (cot s,—cot s,);
pero puesto que e, y e, deben diferir poco, y en tales condicio-
nes sen 2 w se acercará mucho á la unidad, el error d w es muy
inferior al error angular con que se midan los ángulos en el
campo.
Despreciando, pues, este término, tendremos:
dy =103132 ds (5 7)
En el caso más desfavorable, el mayor valor del factor en-
tre paréntesis es ?, por lo que el error máximo del ángulo au-
xiliar será
dr=206265 4.
Elegidos los puntos como anteriormente se dijo, s puede
suponerse de 100 milímetros; por lo que, para qued y sea igual -
460”, la aproximación de la medida lineal debeserhechaigualá
_ 6000 —_ 1 —_de milímetro.
206265. 34
ds =
Acabamos de yer que podemos obtener y con un error
máximo de 60 “; investiguemos su influencia en la fórmul (7),
que es
tg 4 (a, + a) = —cot (45947) cot 4 (a, —a;)
“Antonio Alzate.” 41
Diferenciando tendremos:
3d(a,+a;) PRE dy +
cos*F(a, + a3)tg3(a, +23) sen*(45+y)cos (4547)
LES 1d E rara) AOL
sen*3 (a,— ay) cot $ (a, —as)
de donde
d (a,+a;) =sen (+00) | 2 dy dy d (a,—ay,)
cos 2y - sen (a¡—az)
Como a,—a¿= PP d (a, — 23) =d «y 2 llamando de el error
angular, que podemos suponer igual á 60; por lo que la an-
terior fórmula quedará
(a, +a,)=sem(2,+ as) 60 2.4 y2 Ea
cos 2y * sen (a¡—a;)
Operando como anterivrmente dijimos, y diferirá de 450
cantidad poco diferente de (a, +43), y (4:—a;) se acercará mu-
cho á 459, por lo mismo tendremos aceptando 20 como máxi-
ma diferencia, cosa que siempre es posible hacer:
d(a,+a)=60 (24 12.0,0351/2)=60 (24+ 0,035);
es decir, el error será próximamente doble del error angular.
Como tenemos:
a=A(e5+ 4); a3=h (05 —£4),
resulta diferenciando
da, =+4 (des +de4) daj=) (des —de 4);
pero hemos encontrado d:¿=2X 60 y d:,=1/2.60, luego
da, =4(2%60+ 1/2.60); das=3 (2 < 60—1/2.60);
ó da,== (601 +42"); da¿=(60—42)
Memorias.—[1901].—T. XVI-—6.
49 Memorias de la Sociedad Científica
Con poca diferencia, el error medio de du, y da, será próxi-
mamente de 2 minutos.
Investiguemos pues el error de la distancia focal, en el su-
puesto de ser el crror angular de un minuto, los errores de
da, y da, de dos minutos, y el error de la medida lineal de q;
de milímetro.
La fórmula (2) nos da
_ $ 0084,C08 As
j=_—_— Li de donde
seng£;
TE ada —tg, 0d a,—cotge, de,
Consideremos el error medio para evitar la influencia de
los signos
S 2 2
(5) = (5) 60? sen” 1'' (£tga +4tgta.+cot?s,)
Según lo anteriormente sentado, e, diferirá poco de 179,
a, de 220 y a, solo valdrá unos cuantos grados.
Para ver la poca influencia del segundo término del valor
de o hagamos el cálculo suponiendo a, =)50
4tg?220= 0,653
4tg?50 = 0,031
cot*e, =10,700
4tg?22+4tg"5+cot*.,=11,384
60?sen? 1 x 11, 384=0,00000 1025
El valor del segundo término es poco superior á 0,000001;
por lo que a. error sensible podemos suponer
O 80 de donde =df; a =0:08 próximamente co-
mo error máximo.
“¿Antonio Alzate.” 43
Busquemos el error de los ángulos deducidos de las medi-
das en la placa.
La fórmula es tga =“,; por lo que
2 Ey , E 206265.
senda 2 I+Lf
£ ds _d,
En el caso más favorable, podemos suponer "=> A :
y en el más desfavorable, que es cuando x sea muy pequeño,
Sos despreciable dado el valor que adquiere Le. :
Estudiemos los dos casos, empezando con el primero.
La fórmula es
da=103132 8/2 sen 2a; pero sen2aes poco infe-
rior 4 4 /2, luego da=103132 4100132 — 341, 6 sen
medio minuto próximamente. 7
En el segundo caso la fórmula es
da=103132 son2a 2206265 22 de
Al ser x muy pequeño, a lo es igualmente, y por lo mismo
cos a= 1; con lo que, la anterior se convierte en
da=20005 a = 0 etambión e
dio minuto.
Por consiguiente operando como lo hemos indicado, ob-
tendremos con seguridad el minuto en los levantamientos fo-
totopográficos.
Invyestiguemos por último la influencia de la falta de ver:
ticalidad en la placa. En la figura 2, M N es la placa inclina»
"44 Memorias de la Sociedad Científica
da un ángulo y, 00” y HH” gus intersecciones con dos planos
pasando por la estación S, el 1? normal á la placa y el: 2? pa-
ralelo al horizonte, y (a) la fotografía de un punto A del te-
rreno; por consiguiente, si suponemos 4m=x y P.m=y, coor-
denadas medidas sobre la placa, tendremos las ecuaciones si-
guientes, que fácilmente se deducen de la figura.
En una placa perfectamente vertical, el ángulo está dado
por tg 5 pero si está inclinado el ángulo y, a está dado por
tg a! = 220 Gu duro
F cos yr +y sen y
El error producido por la inclinación, estará dado pues por
la siguiente:
a ed a
tga—
Pero, tg (a/—a)="8% 82 bed E 2, puesto que no suponiendo una
inclinación muy grande a' y a deben diferir poco, por consi-
guiente, tg a“—tg a=(a'—a) sen 1” sec? a,
Substituyendo, tendremos:
af—ef cos y—x y sen y
a'—a) sen 1” sec? a=
( ) S f” eos y +f y sen y
Siendo y pequeño, podemos suponer cos y=1 y
sen y=y sen 1”, con lo que
d> xyysen1”"
A e y aa
de donde
(a“—a) sec* e
de donde
,_ sen2ayy _sen2a.yy
2$+2 y yr sen 1” TT
“Antonio Alzate.” 45
.
. puesto que el término multiplicado por sen 1” és muy pequeño.
Siendo f constante el máximo del primer miembro, que
llamaremos E, corresponde á los valores máximos de sen 2aé y.
Con placas de 18X<24 centímetros y longitud focal de 240
milímetros, tendremos:
Por consiguiente, si queremos que £ no pase de 60”, de-
bemos tener y=8 E; es decir, que la verticalidad de la placa
debe quedar con un error máximo de 8 minutos.
Sean UN y M'N' (Fig. 3) dos fotografías sacadas de las
estaciones S y S”; A un punto del terreno cuyas fotografías
son 4 y 4.
Como se conocen los azimutes de las líneas SS”, SP y SP',
son conocidos los ángulos 1S,S,' y 1,” S/'Sp, y como deben me-
dirse las distancias Pa, =x; P'4',=x”, tenemos
e .
tga=%; ter ==
- J , g Ta
Si al ángulo 1” S, S,' se añade el ángulo a, se conocerá el
ángulo A” S,S,”, por consiguiente en el triángulo 4” S,' S, ten-
dremos conocidos los ángulos en S, y S”,, pues el ángulo
combinado con el ángulo 7”, Sy S, nos dará el ángulo en £,”
Resolviendo el triángulo, tendremos:
O : sen A'S/ So :
A S= So So sen(4'5,5/+.4'8y Sp)
1s=8,57— ¿en 488
48/=8.8, sen(A'S,S/ +4” 8, S,):
Conocidas las anteriores distancias, como los azimutes son
conocidos, se calculan las coordenadas de la manera común,
46 Memorias de la Sociedad Científica
Como en la placa se han medido las ordenadas a4' y aa,
los ángulos verticales se calculan por la siguiente
tela Sa) e VER? ; y como la distancia horizon-
tal 4'S, es conocida, la altura del punto A con relación al ho-
rizonte de S será H S,A'tg (asa).
Tomo XVI. Lam. H
Tomo XVI. Lám.
Mem. Soc. Alzate. México.
Sr;
4
L
1
1
1
1
1
,
1
1
1
1
VIDA Y OBRAS
DE
DON JOSE FERNANDO RAMÍREZ
POR
LUIS GONZÁLEZ OBREGÓN, M. $. A.
La vida y escritos del ilustre mexigano D. José Fernando
Ramírez merecen un estudio extenso. Hasta hoy nadie ha
consagrado su pluma á labor tan interesante cuanto patriótica,
sin duda por falta de datos, pues mientras que de muchos que
poco ó nada valen se encuentran con facilidad, escasean los
de personas eminentes como el Sr, Ramírez.
Más afortunado que otros, publico á continuación los que
he compilado acerca de su vida y obras, no sin'abrigar la es-
peranza de que más tarde estos ligeros apuntamientos infor-
men un libro.
BIOGRAFIA.
I
Don José Fernando Ramírez nació el día 5 de Mayo de
1804, en la Villa del Parral, hoy ciudad Hidalgo del Parral del
Estado de Chihuahua, y entonces perteneciente á la Intenden-
cia de Nueva Vizcaya, una de las más extensas provincias in-
DALIA
48 Memorias de la Sociedad Científica
ternas del Occidente. Tal circunstancia, unida á que D. Jo-
sé Fernando Ramírez se educó en Durango, vivió y desempe-
ñó allí muchos cargos públicos, y representó al Estado del
mismo nombre cuando fué electo Diputado y Senador al Con-
greso dela Unión, contribuyeron á que todos lo reputaran na-
cido en Durango, y á que él mismo reconociera esta ciudad co-
mo su “patria particular.”
Fué su padre D. José María Ramírez, Coronel de las fuer-
zas independientes, hombre rico que se había consagrado á la
minería, de no escasa inteligencia y autor de algunas compo-
siciones poéticas que merecieron sinceros elogios de D. José
Joaquín Pesado. |
La madre de D. José Fernando, Doña Josefa Alvarez, fué
también persona recomendable por sus virtudes, y á ella de-
bió su hijo la instrueción primaria, que recibió en la ciudad
de Durango, Capital en aquellos tiempos de la dicha intenden-
cia de Nueva Vizcaya.
La instrueción superior hasta obtener el título de Aboga-
do, la cursó el Sr. Ramírez, parte en el Colegio de Durango y
parte en el de San Luis Gonzaga de Zacatecas, siendo sus
maestros, en latinidad y retórica D. Juan José Orellana, en
Filosofía, que comenzó á cursar el 19 de Octubre de 1819, D.
José Miguel Alva, y en jurisprudencia, Don Ignacio Sariñana.
Según parece, en 1823 estuvo el Sr. Ramírez un poco de
tiempo en Guadalajara y después en México, estudiando aquí
en el más antiguo Colegio de San Ildefonso, pues vino á esta
Capital bajo el cuidado de su tío D. Miguel Ramírez, que ha-
bía sido Diputado á Cortes y entonces lo era al primer Con-
greso mexicano; pero habiendo muerto su padre en el mineral
de los Dolores, (Chihuahua), por el mes de Abril del citado
año de 1823, tuvo el joven Ramírez que regresar á Durango
para atender y hacerse cargo de la familia; pero sin abando-
(1) Estos y otros muchos datos los debo á la bondad del Sr. Lic. D. José Hipólito
Ramírez, quien me comunicó los papeles que posee del señor su padre.
“ Antonio 'Alzate.”- 49.
As
nar deltodo los estudios, pues en 1827, fundó. en Chihuahua,
con el nombre de “Escuela Festiva,” una sociedad de precep-
tores para propagar la instrucción entre el pueblo.
En 1828 concluyó su pasantía, se casó con Doña Ursula
Palacio y fué nombrado Fiscal del Tribunal del Estado de Chi-
huahua, en razón de que el reglamento de este Cuerpo no exi-
gía para desempeñar aquel empleo el título de Abogado.
Firme el Sr. Ramírez en el propósito de continuar la ca-
rrera de las leyes, sin faltar á las atenciones que su cargo re-
quería, y á las privadas del hogar, concluyó los cursos de Ju-
risprudencia. En 18 de Abril de 1831 solicitó de la Legislatu-
ra del Estado de Zacatecas, la dispensa del grado de Bachiller,
que le fué concedida en atención á la pericia que había demos-
trado como Fiscal del Tribunal de Chihuahua y á los estudios
que había hecho. En 3 de Julio de 1832 presentó examen pro-
fesional en Zacatecas, siendo sus sinodales, entre otros, los
Lies. D. Luis de la Rosa y D. José María Bocanegra. En 2 de
Agosto del mismo año se le expidió el título, y en 9 de Mayo
de 1883 se matriculó en el Colegio de Abogados de la Capital
de la República.
Puede decirse que desde entonces comenzó á figurar D.
José Fernando Ramírez en el foro, en la tribuna, en el magis-
terio y en la política. Difícil sería seguirlo paso á paso en es-
te largo período de su vida, ya como Abogado postulante pro-
duciendo informes luminosos, ya como representante del pue-
blo desempeñando comisiones laboriosas, ya como Magistrado
pronunciando sentencias juiciosísimas, ya como historiador,
arqueólogo, literato, ó como bibliófilo incansable, escribiendo
disertaciones y disquisiciones, que hoy día son luz brillantísi-
ma para iluminar las densas tinieblas que envuelven el pasa-
do de la patria historia.
Sólo Labrá que enumerar los cargos que desempeñó hasta
su muerte,“ sin hacer comentarios di'íciles de suyo, porque
(1) Los materisles que heten*do presentes, son los documentos que me comunicó su
hijo, el Sr. Lic. D. José Hipólito ¡kamírez, y una relación de los cargos que desempeñó en
Durango, mandada formar para mí, por el Sr. Ingeniero D. Leandro Fernández, cuando
fué Gobernador del Estado. L
> Memorias.—(1901).—T. XVI.—7.
50 Memorias de la Sociedad Científica
es tarea escabrosa hablar de sucesos políticos, cuyo fuego vi-
vísimo, aun mantienen las pasiones.
El 16 de Agosto de 1832 había sido nombrado Vocal de la
Junta que se reunió en Lagos En 14 de Enero de 1333 miem-
bro del Consejo del Gobierno. Por voto popular de sus con-
ciudadanos vino como representante del Estado de Durango
al 5 Congreso Constitucional, y tocóle fungir como Secreta-
rio en la causa que se les formó á los ministros de D. Anasta-
cio Bustamante, con motivo de la muerte del General D. Vi-
cente Guerrero, y de otros delitos políticos públicos de que se
les acusaba. Disuelto el Congreso por orden de Santa Anna,
volvió el Sr. Ramírez á Durango donde desempeñó en 1835 el
.cargo de Secretario de Gobierno.
En 1833 fué nombrado Ministro Fiscal del Tribunal de
Durango, cargo que renunció repetidas veces, para dedicarse
al ejercicio de su profesión, y por enfermedad adquirida á con-
secuencia del demasiado estudio. Empero, en 1839 aceptó la
suplencia del Juzgado de Distrito y en seguida fué Juéz de
lo Criminal, sin recibir sueldo y sólo por prestar sus servicios
al Estado, cuya Capital atravesaba entonces por una verdade-
ra erisis en el ramo de justicia. En 1837 fué electo Rector del
Colegio de Abogados de Durango, y en 1839 desempeñó de
nuevo el mismo cargo. En 1841 fungió como Presidente del
Tribunal Mercantil del Estado.
En 1842, vino nuevamente á México al Congreso, y en
unión de los Sres. diputados Díaz, Gruevara y Pedro Ramírez,
miembros de la mayoría de los comisionados para presentar el
Proyecto de la Constitución, redactó el texto respectivo, así como
la parte expositiva, Este Congreso llamado Constituyente, fué
disuelto por D. Nicolás Bravo el día 19 de Diciembre del mis-
mo año, y entonces el Sr. Ramírez regresó á Durango.
En 8 de Marzo había recibido el nombramiento de Presi-
dente de la Junta de Educación Pública. Nombrado el 19 de
Diciembre Miembro de la Junta Legislativa, renunció el 24;
“Antonio Alzate.” 51
SSLLIL III LIILI SI IDLIILIIDILIILIDIIIL III LIDIA
pero no le fué admitida la renuncia y sólo se le concedió una
licencia por dos meses.
En 1843, con el carácter de Vocal, de la citada Junta Le-
gislativa, llamada de Notables, formó las Bases Orgánicas, en
cuya redacción cooperó mucho hasta dejar concluido el pro-
yecto, que no firmó por estar en desacuerdo con sus colegas,
al grado que tuvo que hacer dimisión de su encargo. En el
mismo año, una vez más fué electo Diputado; pero no quiso
ocupar su curul, ni tampoco ser Presidente de la Suprema
Corte de la Nación, por juzgar incompatibles estos cargos, y
su propósito de retirarse á la vida privada.
En el siguiente de 1844 fué redactor del “Periódico Ofi-
cial” de Durango, como en 1831 lo había sido de “El Imperio
de la Ley,” y Presidente de la Junta Sub—Directiva de Estu-
dios de aquella ciudad, nombramiento que le confirió la Junta
General de México. En el propio año de 1844, las tribus del
Norte invadieron el territorio del Estado, y como fuera precl-
so para combatirlas que se ausentara de la capital la guarni-
ción militar de la misma, se convocó á una junta numerosa de
vecinos, para organizar dos compañías de patriotas de policía,
. y de la primera fué nombrado Capitán D. José Fernando Ra-
mírez. En Mayo 22 fué electo Presidente de la Junta de In-
dustria y en 9 de Diciembre Alcalde 1?
En 1845 fué electo Senador para sustituir al Sr. D. Sebas-
tián Camacho, en 9 de Enero se le nombró Comandante Mili-
tar de Durango y en 5 de Mayo Presidente de Fomento.
En 1846, estando de nuevo en la Capital, fué designado pa-
ra Consejero de Estado y miembro de la comisión encargada
de redactar los Códigos Generales de la República, comisión
que no aceptó desconfiando de la estabilidad del Gobierno.
En el mismo año fué asesor en una de las Salas del Tribunal
Mercantil, por enfermedad del Lic. D. Bernardo Couto, yá
fines de Diciembre ocupó por primera vez la Secretaría de Re-
laciones Exteriores, bajo la Vicepresidencia de la República
52 Memorias de la Sociedad Científica
de D. Valentín Gómez Farías; pero no transcurrió un mes sin
que renunciara la cartera en Enero de-1847, por la oposición
que se le hizo en el Congreso hasta acusarlo. Durante su bre-
ve Ministerio trabajó empeñosamente para que se admitiese
la mediación de Inglaterra en el conflicto de México con los
Estados Unidos, siendo este entre otros el motivo por el cual
no llegó á tener mayoría que lo apoyase en el Congreso, En
el propio año fué representante al Congreso Constituyente de
Durango.
La relación de los hechos que se consignan en seguida, la
voy á copiar casi literalmente de unos apuntes inéditos de los
servicios que prestó por entonces á su país el,Sr. Ramírez.”
Durante la breve mansión del General Santa Anna en la
capital de la República, después de la acción de la Angostura,
el Sr, Ramírez fué nombrado Ministro Plenipotenciario en In-
glaterra; pero la Cámara no dió la aprobación del nombramien-
to oportunamente, y los sucesos posteriores desvirtuaron el
intento principal de la misión que llevaba, y era la interven-
ción amistosa de S. M. B. en la cuestión entre México y Nor-
te América.
Concurrió el Sr. Ramírez á la famosa conferencia de Ayo-
tla, en unión de los Sres. D. Manuel Baranda y D. Ignacio
Trigueros, y él fué quien principalmente determinó al General
Santa Anna á renunciar la Presidencia de la República, el
mando en jefe del ejército y á pedir:su pasaporte para salir
fuera de ella. También redactó este documento; excepto el úl-
timo párrafo que añadió el Sr. Baranda de orden del Presiden-
te. No es del caso investigar los motivos por qué el citado do-
cumento, que salvaba á la capital y á su mismo jefe, apenas
fué leído; mas sí debe añadirse, que por los mismos influjos
volvió á presentarse la ocasión el 28 de Mayo en la renuncia
que dirigió el Presidente al Congreso, y.que corrió la misma
(1) Manuscrito que me prestó el Sr. Canónigo de la Colegiata Lic. D. Vicente de P.
Andrade. Es una autobiografía, pero incompleta. '
“Antonio Alzate.” 53
suerte que la anterior. Por dimisión del Sr. Baranda, el Sr.
Ramírez, fué llamado de nuevo á la Secretaría de Relaciones;
pero no estando conforme con la política del Presidente rehu-
só la Cartera.
Durante el Ministerio del mencionado Sr. Baranda, ayudó
eficazmente en todas las comunicaciones y trabajos que se em-
prendieron para impedir la marcha del enemigo extranjero y
su entrada enla Capital. Cuaudo vió que el peligro era inevi-
table, obtuvo el Sr. Ramírez las órdenes necesarias para sal-
yar el archivo de la Secretaría de Relaciones y los objetos del
Museo Nacional, así como los manuscritos del Archivo de la
Nación. Los papeles de Relaciones los entregó al Sr. Parra,
Oficial de dicha Secretaría, los monumentos del Museo los
ocultó en las casas de varios amigos, y los tesoros del Archi-
vo, en treinta ó treinta y un cajones, fueron encerrados en las
bodegas de la librería de D. José María Andrade.
Cuando el toque de generala resonó en la Ciudad de Mé-
xico, anunciando la próxima llegada del invasor, el Sr. Ramí-
rez se presentó inmediatamente al Gral. Lombardini ofrecién-
dole sus servicios, y comprometiéndose á pagar de su peculio
tres soldados durante el conflicto.
Ocupada la Capital por los Norte-Americanos, el Sr. Ra-
mírez, no contento con los servicios ya prestados, dió abrigo
en su casa á dos oficiales de nuestro ejército, obligados á ocul-
tarse por la persecución de que eran víctimas los que no se
presentaban al Jefe invasor. Además, participó de las terri-
bles dificultades que hubo entre los miembros del Ayuntamien-
to y los invasores, asesorando al Presidente de la Corpora-
ción, D. Manuel Reyes Veramendi, en los negocios que tuvo
á bien consultarle, siendo uno de ellos el tan comprometido
que promovió el Sr. Dean Irrisarri, Vicario Capitular del Ar-
zobispado, sobre la libertad de nuestros PO en el cual
se le pidió y dió dictamen por escrito. :
En las elecciones de aquel año fué nombrado el Sr. Ramí-
rez tercera vez Senador por el Estado de Durangv.
54 Memorias de la Sociedad Científica
AAA
En 1848 obtuvo el sufragio del Colegio de Abogados de
Durango para redactar el Código Penal del Estado, y fué nom-
brado por tercera vez Ministro del Tribunal de Justicia, pro-
puesto en terna por el Gobierno, y por unanimidad de votos
del Congreso.
Coneurrió, con el carácter de Senador á la Ciudad de Que-
rétaro, donde se reunió el Congreso; perteneció á la comisión
encargada de consultar sobre la aprobación del Tratado de
Paz con los Estados Unidos, redactó el dictamen respectivo,
y designado para formar parte del consejo del Gobierno, du-
rante el receso de las Cámaras, renunció el cargo, y para que
se le admitiera la renuncia, fué preciso que el Gobernador de
Durango interpusiese su influencia manifestando que había
confiado al Sr. Ramírez la comisión de formar el Código Pe-
nal, obra que coucluyó en el resto del año. Obtuvo de este Con-
greso la concesión de 100,000 pesos para auxiliar á los Esta-
dos del Norte que habían sido invadidos por los bárbaros. En
fin, electo tercera vez Rector del Colegio de Abogados de su
Estado en 1849, y ejerciendo la magistratura, permaneció en
Durango hasta 1851. El 15 de Mayo del citado año de 1849,
fué nombrado por el Ayuntamiento Secretario de la Junta de
Caridad.
II
Hasta aquí se ha hecho referencia más á los sucesos polí-
ticos de la vida del Sr. Ramírez que á su carrera de abogado
y escritor. Recibido muy joven, compartió siempre las ocupa-
ciones profesionales con el cultivo de las letras. Desde 1828
á 1832 publicó diversos opúsculos que es difícil adquirir aho-
ra. En 1833 fué redactor de El Fénix y colaborador de La Opi-
nión de Durango. Escribió muchos artículos en los periódicos
políticos y literarios de la época, entre otros en El Museo Me-
xicano. En la reorganización del Ateneo el año de 1843, fué
+
“(Antonio Alzate.” 59
nombrado socio de número en las secciones de Legislación é
Historia, y el mismo honor le dispensó en 1846 la Sociedad de
Geografía y Estadística. En 1833 había compilado de orden
del Congreso los documentos que forman la causa instruida á
los Ministros de Bustamante; en 1838 redactó el Diario de las
operaciones militares del Gral. D. José Urrea en la campaña de Te-
zas, en vista de los datos oficiales que se le suministraron; en
en 1846 había eserito las importantísimas rectificaciones á la
Historia de la Conquista de México por Prescott, y durante la in-
vasión norte—americana, había trabajado en las Votas y Noti-
cias á los procesos de Pedro de Alvarado y Nuño de Guzmán.
El resto de los ocios que tuvo en aquella época agitada, los
empleó—dice él mismo—“eu copiar los más interesantes MSS.
históricos del Archivo General y del Museo, haciendo al mis-
mo tiempo su colación con los otros ejemplares que pudo con-
seguir, procurando expurgar sus copias de las innumerables
erratas que presentan los originales por descuido de los co-
piantes; en fin, coligió numerosas noticias y extractos sacados
de las mismas fuentes, de las Actas antiguas y papeles del
Ayuntamiento y de particulares, hasta formar una colección
de 16 gruesos volúmenes en folio con algunos más de menor
dimensión.”
Con este precioso acopio de documentos había regresado
Ramírez á Durango en Diciembre de 1847, donde alejado de
los asuntos políticos, dividía su tiempo entre las investigacio-
nes históricas y el ejercicio de la Magistratura, y ya entonces,
á fuerza de constantes economías y activas diligencias, había
logrado reunir una selecta biblioteca de más de siete mil yo-
lúmenes. dl
El 4 de Febrero de 1850, escribía á su excelente amigo, co-
rresponsal y distinguido bibliófilo mexicano, D. José María
Andrade: | :
“Confieso que soy culpable para con vd.; más no carezco
de disculpa. Hacía muchos días que estaba ocupado exclusi-
56 Memorias de la Sociedad Científica
vamente en la colocación de mis libros, que creí empresa fá-
cil y se tornó en bien difícil. Obrando á guisa de presupuesto
derribé paredes en la nueva casa que adquirí para preparar
habitación á mis presentes y futuros libros, imaginándome bas-
taría un salón de 29 varas con estantes de seis andanas. Pues
bien, la mayor parte tienen siete; en mi estudio que mide 10 va-
ras los hay hasta de nueve y me sobran libros ...... ¡hé aquí
mis apuros y también mi espanto, pues no creía que mi manía
hubiera subido tan alto! ¡Y todavía me vienen otros de Euro-
pa, y lo que es peor, no me siento curado! Espero poder en-
viar á vd. una vista de mi Biblioteca, que no ha quedado de
lo peor.”
Copié de propósito este párrafo. para que se viera el amor
que á los libros profesaba el Sr. Ramírez, pero todavía me voy
á permitir trasladar otros párrafos, de la carta que escribió al
mismo Sr. Andrade con fecha 31 de Marzo de 1851, porque
en ellos está de cuerpo entero retratado el bibliófilo, y contie-
nen un proyecto que aprobado, habría tal vez impedido que la
riquísima biblioteca del Sr. Ramírez, se hubiera vendido y dis-
persado en el extranjero.
“Verdaderamente afligido de mi Biblioteca—dice—que
me ha costado tanto dinero y años de fatiga para formarla,
acariciaba y abandonaba mil planes sobre los medios de evitar
su dispersión después de mi muerte, que ha sido siempre el fin
de mis combinaciones, cuando el último correo me puso en las
manos el número del Siglo XIX, en que se excita al Gobierno
á la formación de la desgraciada Biblioteca Nacional proyee-
tada desde el año de 1833. — Yo, por otra de mis manías, no
veo nunca una mera caspalidad ó capricho en los acontecimien-
tos; creo que siempre hay avisos y designios; así es que luego
me ocurrió laidea de intentar radicar en México aquella mi pre-
dilecta mitad, “? sin detenerme lo atrevido del proyecto, pues
que para mí envolvía todo un porvenir y la tranquilidad del
(1) Su Biblioteca.
“Antonio Alzate.” 57
resto de mi vida. Los medios de ejecución son los siguientes,
- en que he procurado remover la suprema dificultad que pre-
senta la falta de dinero.
“Yo poseo aquí (Durango), una casa que es de las mejores
de la ciudad en cuanto á construcción, y la mejor en cuanto á
conservación y compostura.... La finca es susceptible de re-
cibir altos como lo manifiestan sus paredes, y su avalúo legíti-
mo, no á ojo de buen cubero, es de 16,000 pesos, ofrecidos en
moneda hace diez ó doce años, antes de las mejoras que yo le
he hecho.... Actualmente estoy formando el catálogo de mis
libros, y aunque nosé á punto fijo lo que me cuestan, calculo
que no bajará su valor de 20,000 pesos. Tenemos, pues, como
total 36,000 pesos, más bien menos que más.
“Por el insinuado artículo del Siglo XIX veo que la idea
de su autor es que la proyectada Biblioteca se establezca en
el edificio de la Aduana. Yo no conozco las localidades, pero
recordando que ocupa una grande área, y que uno de sus la-
dos da vuelta á la calle de la Encarnación, me ocurre que sl
en éste se puede y quiere separar un departamento suficiente
para formar una casa, independiente del resto del edificio, pe-
ro contiguo al local en que se coloque la Biblioteca, el nego-
cio está concluido, siendo sus condiciones las siguientes:
1? Yo cedo al Gobierno mi casa por su valor de $16,000
y mis libros por el que les resulte, que como digo no bajará de
$ 20,000.
“22 El Gobierno me paga esta suma con una habitación
desmembrada de la Aduana, estimada con la equidad y lega-
lidad que corresponde en un contrato de buena fé. Siel valor
de ésta excede al que doy, reconoceré la diferencia al rédito
legal, con libertad para redimirlo voluntariamente; y si fuere
menor me pagará la diferencia en abonos anuales tan módicos
como vd. quiera convenirlos. |
¿3% La conducción de los libros será por cuenta del Go-
bierno y por la mía la de su empaque, encargándome también
Memorias.—(1901). T. XVI.—28.
58 Memorias de la Sociedad Científica
COILILIAIIIS
de ponerlos en camino. Si la venta causare alcabala la paga-
rá el Gobierno.
+4 El Gobierno me conferirá el empleo de Bibliotecario
con la calidad de perpetuo, y con el goce del sueldo señalado
á la plaza, teniendo la facultad de poner un sustituto bajo mi
responsabilidad. También ejerceré la de nombrar un depen-
diente.
“5% Cuando vacare la plaza de Conservador del Museo se
incorporará con su dotación á la de Bibliotecario.
“6* Durante los tres primeros años cederé las dos terceras
partes del sueldo señalado á la plaza de Bibliotecario para com-
pra de libros, con tal que el Gobierno contribuya para el mis-
mo intento con el duplo de la cantidad que yo ponga. Las com-
pras se harán exclusivamente por mi conducto y dirección,
llevando y dando cuenta de todo.
“72 Los sueldos de la Biblioteca se harán por alguna ofi-
cina y fondo que dieren garantías, asegurando la puntualidad
de su pago.
“8% Yo me encargaré gratis de la inspección de los traba-
jos que se emprendan para arreglar el local de la Biblioteca,
y cuanto más fuere necesario hasta ponerla en corriente. El
Gobierno contribuirá también á las obras necesarias para ha-
bilitar el local destinado á mi habitación, siendo de mi cuenta
el costo de materiales y por supuesto las obras de ornato.—
- He aquí en globo mi plan que vd. puede modificar según las
circunstancias si tuviere acceso.”
Proponía en seguida el Sr. Ramírez que su casa se desti-
nara para Oficina de Correos ó Administración de Tabacos, y
después de manifestar las proposiciones que le había hecho el
Gobierno del Estado, para adquirir su habitación y Bibliote-
ca, terminaba diciendo relativamente á sus libros:
“Juzgando que no estará por demás dar á vd. una idoa de
sus materias, pongo á continuación su cálculo aproximado, que
sólo variará en las especies, más no en el total de los libros,
“Antonio Alzate.” 59
SIIILLLILLDIDILILIIAIILL LILLE LILLE LILIA
La nota expresa solamente las cinco clases genéricas adopta-
das por los bibliógrafos.
I. Religión y materias teolÓgicaS ..oooommoom-omo..-..- 410
Derecho Público, Legislación, Economía, etc ...... 800
H / Derecho Romano, Civil y Canónico ..oooooosos=o= 1,498 2,298
TT” Ciencias y Artes, PlloSOÍA..cocoradoso=aneonoor o. 361
VANESA MELIA A A E an es 1,405
Historia, Cronología, Geografía y Viajes ..-....---- 1,554
Y Enstoria Eclesiastica-.
E Ss Aa Lo
$ de
mE AAA
“Antonio Alzate.” s9
OLEO L ODIOS Ann APLICADO CILA IIIN
instrucción pública. Tuvo á su cargo comisiones delicadas y
difíciles cuando fué representante del pueblo en las Cámaras.
Profesor en la ciencia del derecho, desempeñó con acierto las
cátedras que se le confiaron, y fué Presidente de sabias cor-
poraciones literarias. Vivió el Sr. Ramírez en época de lucha,
cuando las vías de comunicación eran peligrosas y penosos los
viajes: no poco tiempo gastó en ellos, al venir de Durango á
México para ocupar su curul en el Congreso, para hacerse
cargo de las Secretarías de Estado que se le confiaron, y sin
embargo de tantas ocupaciones, de tantas comisiones, de tan-
tos negocios que patrocinó como abogado, aun tuvo alientos
y hurtó el descanso á sus ocios, para dedicarse á la arqueolo-
gía y á la historia. Aun hizo más. Compiló infinidad de docu-
mentos, los cotejó con sus originales, los ilustró con lumino-
sas disquisiciones, y no contento de su laboriosidad, “no hubo
libro de su biblioteca, dice el Sr. Chavero, que no anotase.”
Después del fallecimiento del Sr. Ramírez en Bonn, Ale-
mania, sus libros fueron traídos á México y vendidos en su
mayor parte á D. Alfredo Chavero, quien los vendió á su vez
al Sr. D. Manuel Fernández del Castillo, bajo la condición ex-
presa de que no los había de llevar al extranjero, si en alguna
ocasión pensaba ponerlos de nuevo á la venta. El Sr. Cas-
tillo, instigado por el P. Pischer, los vendió empero en Lon-
dres el año de 1880. Algunos libros que conservan los here-
deros del Sr. Castillo, y los que He podido ver en poder de
otras personas, todos tienen huellas de haber sido leídos, re-
gistrados y anotados por el Sr. Ramírez.
El estudio fué la mejor tregua que pudo dar á sus traba-
jos de jurisconsulto y de político. Registró uno á uno los li-
bros de las bibliotecas públicas, de los conventos de México,
y de los archivos y bibliotecas de Europa. En sus investiga-
ciones, olvidaba comer, dormir, y hubo vez en que siendo Mi-
nistro le llevaron un documento para que lo firmase, y no re-
cordando su nombre, tuvo que pedir un expediente, en que
Memorias.—([1901.]-—T. XVI.—12,
90 Mernorias de la Sociedad Científica
O ERA
e.
constaba, para que el empleado no lo tuviese por víctima de
una enajenación mental.
Como arqueólogo el Sr. Ramírez estableció los fundamen-
tos de la interpretación jeroglífica de nuestros códices. Sin
ideas preconcebidas, sin dejarse arrebatar por la fantasía, de-
mostró su saber en la ciencia de la interpretación juiciosa, tan-
to en las explicaciones de algunos monumentos del Museo co-
mo en las de los eódices de la peregrinación azteca.
Como historiador, dejó la trillada senda de los que le ha-
bían preeedido, que econ excepción de Clavijero, fueron ero-
nistas y eompiladores, más ó menos laboriosos, más Ó menos
imparciales. Pero el Sr. Ramírez, sin fanatismo de ninguna
clase, puso los cimientos de la crítica histórica nacional, rec-
tificando consejas y tradiciones sostenidas por orgullo caste-
llano; defendiendo personalidades ilustres como el Sr. Las Ca-
sas atacado por el eelo religioso de alguno de los misioneros,
y juzgando á hombres como Nuño de Guzmán, desde un pun-
to de vista original y con eriterio especial. En resumen, €eo-
mo dijo el Sr. Chavero, “sin haber escrito una historia de Mé-
xico el Sr. Ramírez, es, sin embargo, el primero de nuestros
historiadores.”
Comunicó francamente noticias y libros á sus amigos y
colegas. Nuestro sabio y laborioso Orozco y Berra, aprovechó
ideas é investigaciones del Sr. Ramírez, gozó de la rica biblio-
teca de éste, y produjo la mejor historia antigua de nuestro
país. No hay bibliógrafo é historiador que no cite al Sr. Ra-
mírez, como lo citan García leazbalceta y Chavero, y no hay
quien se ocupe de nuestras antigúedades en el extranjero que
no mencione su nombre, que pasará á la inmortalidad entre
los de aquellos que merecen ser llamados beneméritos de las
ciencias y de las letras.
A A
LA ADULTERACIÓN DE LAS HARINAS DE TRIGO
CON MARIMAS DE OTROS. CEREALES Y LEGUMINOSAS
POR EL PROFRROR
M. LOZANO Y CASTRO, M.S, A.,
Químico del Instituto Médico Nacional y del Consejo Superior de Salubridad.
El deber imprescindible que todo ciudadano tiene de ayu-
dar á la sociedad en que vive, para protegerla del fraude y de
la especulación de mala fe; más tratándose de uno de los prin-
cipales elementos de la vida, como es la alimentacion, me
ha decidido á poner al tanto á esta H. Sociedad de un hecho
que aun está en tela de jucio, para.prevenirla y para que se-
pa que pueden cometerse abusos de gran tamaño con menos-
cabo de la nutrición de los individuos. Se trata de la adulte-
ración, en grande escala, de uno de los más necesarios produc-
tos alimenticios, de la harina de trigo, que sirve para la fabri-
cación del pan tan indispensable á la nutrición de la humani-
dad entera, y vengo á presentaros el dictamen pericial que
rendí ante el Juzgado 2? de Distrito con autorización del Juez
respetivo.
Según la notificación que del nombramiento de perito se
me hizo con fecha 5 de Abril del presente año, dos puntos te-
nían que ser resueltos:
92 Memorias de la Sociedad Científica
1” Examinar las harinas y por consiguiente resolver si eran
puras ó estaban adulteradas.
2% Previo el examen anterior, informar si son de tomarse
en cuenta y de considerarse inatacables científicamente, los
dictámenes de los peritos Sres, J. D. Morales y F. Luna y
Drusina.
PRIMER PUNTO.
EXAMEN DE LAS HARINAS.
Para estudiar una harina y seguir un método analítico ri-
gurosamente científico, es necesario, como en toda investiga-
ción química, tener en cuenta los elementos constitutivos que
forman esta harina, y además, el fin que se propone uno al em-
prender un estudio de esta naturaleza; así pues, veamos en pri-
mer lugar cuáles son estos elementos, penetrémonos bien de
los puntos que hay que dilucidar y entonces podremos deducir
con acierto el método que se ha de seguir en su investigación
y recorrer de esta manera un camino recto y seguro en el es-
clarecimiento de la verdad."
Todos los autores sin excepción, están de acuerdo en que
los principios inmediatos que constituyen una harina y que no
son otros que los que forman los granos de donde se derivan,
ya sea de cereales ó de leguminosas son los siguientes:
Agua.
Gluten.
Albúmina.
Fibrina.
Caseina.
Legúmina.
Almidón.
Dextrina.
Glucosa.
Celulosa.
Materias grasas.
Aceite esencial y
“Antonio Alzate.” 93
Sustancias minerales, cuyos elementos principales son fos-
fatos de calcio y de magnesio, sales de potasio y sodio y áci-
do silícico.
Todos estos principios existen en proporciones variables
según la naturaleza del grano de donde provienen y según las
alteraciones que hayan sufrido, ya sea bajo la influencia de los
agentes naturales, atmosféricos, ete., ya sea por la adición de
sustancias extrañas que se les ha agregado fraudulentamente.
En las mismas harinas de trigo se encuentran estos prin-
cipios tambien en proporciones variables según la clase de gra-
no de donde proviene y serún también las alteraciones que ha
sufrido.
Las diversas especies de trigo que sin duda provienen de
un mismo tipo original, han producido entre las manos del
hombre un gran número de variedades (1700 según Lagasca)
que difieren entre sí por caracteres muy frecuentemente difí-
ciles de demostrar; pero consideradas todas estas variedades
bajo el punto de vista de las propiedades económicas y ali-
menticias de su fruto, han podido dividirse en tres grupos:
Trigos duros; Trigos semiduros y Trigos tiernos. :
Los trigos duros, son como su nombre lo indica, duros, cór-
neos, semitranslúcidos, y muy pesados. Dan una harina ama-
rilla grísea más rica en gluten que los otros grupos.
Los trigos semiduros, son opacos, blancos y harinosos, en el
centro; córneos y translúcidos en la periferia. Por la tritura-
ción se separa la parte central que da una harina blanca y el
residuo constituido por la capa externa del grano, da una ha-
rina gris, rica en gluten.
Los trigos tiernos ó blancos, se quiebran fácilmente bajo la
presión de los dientes, presentan una quebradura blanca y ha-
rinosa, son más ligeros que los de los grupos precedentes, y
dan una harina blanca amarillenta y suave al tacto.
Estos diversos trigos, siendo sometidos á la acción de los
molinos, producen un polvo que la tamización separa en dos
94 Memorias de la Sociedad Científica
0
partes: el salvado, que es easi exclusivamente constituído por
las cubiertas más ó menos divididas por la muela y la harina
que comprende todas las otras partes del grano y que se com-
ponen principalmente de dos principios esenciales: el almidón
y el gluten 6 porción alimenticia azoada de la harina.
Vemos, según esto, cuáles son los componentes de una ha-
rina, por otra parte, hemos podido ver también la variabilidad
que hay en su composición, fácil será comprender, qué sin nú-
mero de métodos analíticos tendrá que haber para llegar á de-
terminado fin y que no puede haber un método general para
esta clase de investigacianes.
Bajo el punto de vista de la determinación del valor ali-
menticio de una harina, habría que seguir un método cuantita-
tivo, dosificando el agua, la grasa, el azúcar, el almidón, la ce-
lulosa bruta, la celulosa sacarificable, las materias azoadas y
las sustancias minerales; en suma determinar la cantidad y na-
turaleza de los principios nutritivos.
: Bajo el punto de vista industrial, hay que fijarse principal-
mente en los principios que van á utilizarse en la industria á
que va á ser destinada la harina.
" Y así sucesivamente hay que seguir el método más apro-
piado para resolver debidamente los problemas que se le pre-
sentan á uno al entregarle las muestras de harina por analizar.
En el presente caso, el punto es bien concreto: se trata de
ver si las muestras de harina, provienen de harinas puras, ó
harinas alteradas ya sea por los agentes naturales, ó por la
adición de sustancias extrañas á su composición natural, es
decir, que estén adulteradas de una manera fraudulenta.
Bien es cierto, que para llegar á este fin, los medios em-
pleados son bastante difíciles y que hay que valerse de pro-
cedimientos muy delicados y perfectamente comprobados por
la ciencia; pero también lo es, queen la actualidad, se poseen
estos procedimientos tanto físicos como químicos para normar
su conducta y para resolver el caso de una manera satisfac-
toria, evidente, cierta y sin vacilación.
“ Antonio Alzate.” 95
”o
El método que he creído más conveniente emplear en el
presente caso y que es el que en investigaciones de esta na-
turaleza me ha dado resultados perfectamente comprobados,
es el que seguí en el examen de las 16 muestras y puede enu-
merarse así:
1? Determinación de sus propiedades físicas y organolép-
ticas, comparándolas con las que posee úna harina pura.
"92 La incineración que permite determinar el peso de las
materias 'anorgánicas, su naturaleza y la relación de sus com-
ponentes entre sí;
3 La dosificación del gluten y la apreciación de sus cua-
lidades y :
4% La determinación de la naturaleza del almidón,
CARACTERES FÍSICOS Y ORGANOLÉPTICOS.
Para poder establecer una comparación entre los caracte-
res generales de las 16 muestras de harina y una harina pura,
se eligió como tipo una procedente del Valle de México y de
trigo tierno ó blanco, que es á la clase á la que pueden perte-
necer las diversas muestras, pues ninguna presenta los carae-
teres de una harina de trigo duro ó semiduro.
Esta comparación dió los resultados siguientes:
HARINA PURA DE TRIGO TIERNO. HARINAS ANALIZADAS.
Pesada, seca, suave al tacto; co-
lor blanco amarillo; olor sui géneris;
sabor agradable; se adhiere en parte
á los dedos y forma una masa com-
pacta cuando se le comprime en la
mano. Comprimida entre dos hojas
de papel, presenta una superficie
Más ligera, seca, áspera al tacto;
color más blanco apenas amarillento;
olor sui géneris distinto; sabor muy
parecido; se adhiere en parte á los
dedos y no forma una masa tan com-
pacta cuando se le comprime en la ma-
no. Comprimida entre dos hojas de
unida brillante de color uniforme sin
puntos rojos ó grises.
papel; presenta una superficie unida
opaca, de color uniforme casi blanco
sin puntos rojos ó grises.
96 Memorias de la Sociedad Científica
PLISADAS OOO
Mezclada y amasada con el tercio Mezclada y amasada con el ter-
de su peso de agua forma una pasta | cio de su peso dea gua se forma difí-
homogénea, elástica, no pegajosa, co- | cilmente una pasta que se desagrega,
rriosa y fácilmente extensible en ca- | pegajosa, no corriosa, sin poderse ex-
pas delgadas ó en cintas sin desga- | tender en capas delgadas ó en cintas.
rTarse.
Se ve por la comparación de los caracteres generales, la
diferencia tan notable que existe entre la harina tipo y las di-
versas muestras analizadas.
Estas diferencias hacen ver que las harinas en cuestión ó
no contienen la cantidad normal de gluten para darles la plas-
ticidad requerida ó este principio ha sufrido alguna alteración
natural ó han cambiado sus propiedades debido á la mezcla
de principios extraños á los que contiene naturalmente el tri-
go. La alteración natural es esvidente, puesto que han per-
manecido mucho tiempo en lugares saturados de humedad al
hacer largas travesías en el mar y siendo el gluten un prinei-
pio azoado muy inestable en presencia del agua, es claro que
se ha transformado en gran parte en productos derivados de él.
La diferencia de color, la falta de cohesión y demás propie-
dades hacen suponer que las harinas, además de estar altera-
das han sido adulteradas.
Estos datos suministrados por los caracteres generales no
son más que indicios, que si bien tienen poco valor por no ser
concluyentes, prestan una ayuda grande á las demás investi-
gaciones.
DETERMINACIÓN DE LAS MATERIAS MINERALES.
Las harinas sometidas á la incineración dieron una canti-
dad media de cenizas de 0,98 por ciento.
Estas cenizas eran delicuescentes; presentaban una reac-
“ción alcalina muy marcada.
Aciduladas por el ácido nítrico, secadas y llevadas al ro-
jo, para hacer enteramente insoluble el ácido silícico, y ago-
“Antonio Alzate.” 97
tadas por el agua, la solución acuosa, dió con el nitrato de pla-
ta un precipitado amarillo, soluble en el ácido nítrico, ponien-:
do de manifiesto la existencia del ácido fosfórico tribásico.
Dosificado el ácido silícico que quedó insoluble en la ope-
ración anterior, se encontró que estas cenizas contienen por
término medio 26 por ciento de este ácido.
Comparados estos datos con los obtenidos con la harina
pura que ha servido de harina tipo, encontramos:
HARINA PURA DE TRIGO TIERNO.
%
Cantidad de cenizas........ 0,65
Estas cenizas no son delicuescen-
tes, presentan una reacción muy li-
geramente alcalina, casi neutra.
Aciduladas por el ácido nítrico,
secadas y llevadas al rojo para hacer
insoluble el ácido silícico y agotadas
porel agua, lasolución acuosa da con
el nitrato de plata un precipitado
blanco soluble en el ácido nítrico.
Ausencia de ácido fosfórico tribá-
sico. ra:
100 de cenizas contienen 1,2 de
ácido silícico.
HARINAS EXAMINADAS.
%
Cantidad media de cenizas.. 0.98
Estas cenizas son delicuescentes,
presentan una reacción alcalina muy
marcada.
Aciduladas por el ácido nítrico,
secadas y llevadas al rojo para hacer
insoluble el ácido silícico y agotadas
por el agua, la solución acuosa, da
con el nitrato de plata un precipita-
do amarillo soluble en el ácido nítri-
co. Presencia de ácido fosfórico tri-
básico.
100 de cenizas contienen 26 de
ácido silícico.
Estos datos revelan que hay un aumento en la proporción de
sustancias minerales, que son delicuescentes, que tienen reac-
ción alcalina muy marcada y que existe el ácido fosfórico tri-
básico. Esto pone de manifiesto de una manera perfectamen-
te comprobada, que las harinas analizadas contienen harina
de leguminosas, pues las reacciones mencionadas son caracte-
rísticas de esta última clase de harinas.
Por otra parte, vemos que la cantidad de ácido silícico es-
tá exageradamente aumentada, y este aumento no puede ser
debido más que á la presencia de harina de cebada, según se
puede ver en la tabla escrita por Grace—Calvert que es á quien
Memorias.—(1901). T. XVI —13.
98 Memorias de la Sociedad Científica
se debe haber encontrado diferencias considerables en la can-
tidad de ácido silícico en las cenizas de los diversos cereales.
NOMBRE DE LOS CEREALES. ACIDO SILÍCICO 0/9 DE CENIZAS.
Trigo. 1,2.
Cebada. 29,3.
Avena. 27.
Centeno. 0.4.
DOSIFICACIÓN DEL GLUTEN Y APRECIACIÓN DE
SUS CUALIDADES.
Con veinte gramos de cada una de las harinas y la mi-
tad de su peso de agua, se formaron unas pastas que se pu-
sieron debajo de una campana durante dos horas; después se
envolvieron en un lienzo de tejido fino y se amasaron bajo la
acción prolongada de un chorro delgado de agua. En esta
operación pudo observarse que el gluten se reunía con difi-
cultad, se desagregaba y atravesaba el lienzo; al fin pudo reu-
nirse y se obtuvo como término medio 18 por ciento de glu-
“ten húmedo, de color gris ligeramente verdoso y formado co-
mo de filamentos vermiculados torcidos' sobre sí mismos.
El gluten seco pesó 5%,64 y presentaba un color café ver-
doso; fácil de pulverizar y de aspecto esponjoso y opaco.
Estableciendo la comparación de este gluten con el que
contiene la harina tipo se encuentra:
HARINA PURA DE TRIGO TIERNO. HARINAS ANALIZADAS.
Gluten seco 5.64 por ciento. Gluten seco 9 por ciento.
El gluten húmedo es de color El gluten húmedo es de color gris
blanco gris, aperlado, blando, te- | verdoso y formado como de filamentos
naz y muy elástico; seco es amari- | vermiculados, blando, tenaz y elásti-
llento de textura hojosa, duro, cór- | co; seco es de color cafe verdoso, fá-
neo, quebradizo, de quebradura bri- | cil de pulverizar, de aspecto esponjo-
lante, translúcido en capas delga- | so y opaco en capas delgadas.
das.
“Antonio Alzate.” 99
Como se ve, también el gluten presenta sus diferencias
muy notables y aunque no debe dársele ningun valor á la
cantidad obtenida 70%; pues como ya dije antes, la altera-
ción natural tiene que hacer variar esta cantidad; sílo tienen
los diferentes caracteres que presenta, pues el color verdoso
es debido casi siempre á la harina de las leguminosas, y el as-
pecto vermiculado es especial al gluten de la cebada.
DETERMINACIÓN DE LA NATURALEZA DEL ALMIDÓN.
Las aguas de lavado que sirvieron para obtener el gluten
y que arrastraron consigo el almidón, fueron vivamente agita-
das parg poner en suspensión todos los granos amiláceos y
se puso el líquido en un embudo tapando el vertice del cono
con algodón y la extremidad del tubo con un tapón. Por el re-
poso fueron depositándose todos los elementos que existían
en suspensión en el agua; después de 12 horas de reposo se
decantó el agua, quedando en el vértice del embudo, un cono
invertido de materia amilácea, el que desecado un poco se hi-
zo salir del embudo por un golpe brusco y pudo observarse
que este cono presentaba exteriormente dos capas bién dis-
tintas, una blanca formando la mayor parte de amarillo, y otra
verdosa delgada en la base del cono. Haciendo en el eje del co-
no un corte longitudinal, se pudieron observar muy distinta-
mente tres capas: una blanca ocupando el vértice, otra gris ocu-
pando la parte media y la otra amarilla verdosa en la base del
cono.
Colocando los principios de estas tres capas en el campo
del microscopio se observaron con toda claridad: en la del vér-
tice, granos de almidón de trigo, de cebada y garbanzo perfec-
tamente aislados de todo otro elemento, y caracterizados los
primeros portener una forma lenticular, netamente circulares,
de superficie no jibosa y de forma elíptica vistos de perfil y con
100 Memorias de la Sociedad. Científica
* WIIIILLIII SOI III
el aspecto de una lente biconvexa viéndose el borde adel-
gazado bajo forma de una línea muy fina figurando un eje
interpuesto entre las extremidades de la lente; con dificultad
podía verse en su parte media un pequeño punto arredondado.
Los granos de almidón de cebuda fueron caracterizados por
su contorno irregular, su superficie gibosa, y su diámetro me-
nor que el de los anteriores; y los granos de almidón de gar
banzo presentaban una forma oval arredondada y algunos re-
niformes, marcados con un hilo lineal perfectamente visible;
sus dimensiones eran menores que las de los anteriores.
En la capa media, del cono amiláceo dominaban los gra-
nos de almidón de leguminosas, y además se encontraron los
otros elementos histológicos característicos de los diversos
granos mencionados; como celdillas, vasos, pelos, ete,, los que
pudieron observarse perfectamente, tiñendo los diversos teji-
dos con agua de yodo.
Y por último en la capa que formaba la base del cono se
encontraron los mismos elementos ya dichos de dimensiones
muy pequeñas.
Inútil me parece decir que los caracteres micrográficos de
los almidones, tienen un valor tan grande, que bastarían ellos
solos para decidir de una manera evidente y cierta si una hari-
na estaba adulterada ó nó.
A mi juicio, creo que basta con lo expuesto para quedar
convencido de que las harinas no son puras, y fundado en el
conjunto de datos mencionados formulo las conclusiones si-
guientes:
1* Las 16 muestras de harina que se me dieron para su
examen están averiadas.
2* Las mismas harinas están adulteradas.
3* La adulteración consiste en que contienen además de
la harina de trigo, harinas de cebada y de garbanzo.
-
“
“Antonio Alzate.” 101
SEGUNDO PUNTO. dl
¿Son de tomarse en cuenta y de considerarse inatacables
científicamente los dictámenes unidos de los peritos D. J. D.
Morales y D. Fernando Luna y Drusma?
Sobre este punto sólo diré: que he examinado detenida-
mente dicho dictamen, y está conforme en todo con las re-
glas y procedimientos científicos.
El método que siguieron los Sres. Morales y Luna es rigu-
rosamente científico, está expuesto de una manera conocida y
clara y todos los datos asentados en el dictamen son exactos;
por tal motivo dichos dictámenes unidos, deben tomarse en
cuenta y deben considerarse inatacables científicamente.
México, Octubre 4 de 1900.
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) ANO
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Mem. Soc. “Alzate,” Tomo XVI, lám. II,
Huavi de frente y de perfil.
Idolos huavi encontrados en el Monopostiac; los de la izquier-
da y la derecha existen en el Museo Nacional, el del centro en el
Museo Oaxaqueño.
¿Cer sl GU io M1 a lo
Estudio etno-antropológico por el Doctor
NICOLÁS LEÓN, M. $8. A.,
Asistente naturalista, encargado de la sección de Antropología
y Etnografía del Museo Nacional
(Láminas Il y 1V.) qye E nas
Entre el Anáhuac Ayotlán y el Anáhuac Xicalanco, en la
costa Sur del territorio de nuestra República que baña con sus
aguas el mar Pacífico, y en tierras comprendidas en el vasto
territorio del Estado de Oaxaca, se encuentra avecindada
desde los tiempos precolombianos, la nación ó tribu llamada
por los tzapotecas, HUAVI,
El nombre gentilicio que ellos hayan tenido en su idioma,
ó por el que en el lugar de su orígen se les llamara, nos es
completamente desconocido.
La palabra huavi, perteneciente á la lengua Tzapoteca, pa-
rece ser un dictado humillante ó de menosprecio con que
aquellos les señalaron, pues equivale en nuestra lengua caste-
llana á “ podrido por la humedad ”
Un moderno escritor asigna á ella otra interpretación, afir-
mando que significa “mucha gente” y la deriva de hua, abun-
dancia y be, apócope de benne, gente ( Martinez Gracida, 1888).
En escritores contemporáneos que de esta tribu se han ocu-
104 Memorias de la Sociedad Científica
pado, se lee ortografiado tal nombre de todas estas maneras:
Huaves, Wabi, Huabes, Guavi, Huabi y Juaves; siendo el ge-
nuino aquel que nosotros les aplicamos, ( Vocab. Anón. 1893 );
Un escritor del siglo XVI les llama Huazontecas.
El lugar de su residencia son las lagunas australes del ist-
mo de Tehuantepec, distantes de este lugar 14 millas, rumbo
al S. E. Confinan al O. con los tzapotecas; al N.*con los mis-
mos y los zoques; al E. con Xoconochco y al $. con el Pacífico.
Aunque en los primitivos tiempos de su ilegada ála tierra
mexicana ocuparon gran extensión del istmo, más tarde fue-
ron reducidos á las lagunas Superior é Inferior que ellos llaman
en su lengua Diuk-guialoni (Mar superior) y Diuk-guialiat (Mar
inferior, ) agrupándose en 5 pueblos conocidos, más tarde, con
los nombres de San Mateo del mar, Santa María del mar, San
Francisco del mar, San Dionisio del mar é Ixhuatlán.
Los nombres que en nahuatl y huavi tuvieron estos lugares
han persistido hastahoy día y, asi es queSan Francisco sellama-
ba Itetaltepec y en huavi Tuan—-Umbah; San Mateo se denomina-
ba Huatzontlán, San Dionisio, Tepehuatzontlán, en huavi Uma-
lalang. El canal por donde comunican las dos lagunas (canal
de Santa Teresa), recibe en huavi el nombre de Tiac-Macz=
Mual. (Entre montes donde pasa la canoa). El mar ó laguna
inferior la sub-dividen ellos en dos partes que llaman; Duic=
Namulet (Mar de Occidente). y Duic-Nahuanot ( Mar de Orien-
te). La laguna Superior esta sembrada de varios islotes cu-
yos nombres son éstos: Mi-tiac-ish (Sobre el monte de la Igma-
na, ) Natar-tiac (Cerro prieto ), Mi-tiac-Shocuen. (Sobre el mon-
te del Venado), Mitiac-esh. (Monte del Tlacualzin), Man=de
hi 6 Viah-tiac (Monte de arena). Arrian—gui- Ambah, (Cin-
dad vieja), y otros, siendo el más importante, como veremos
adelante, el Mono—pox—tiac ó Cerro encantado.
Bordan el litoral de ambas lagunas, algunos cerrillos lla-
mados: Malna—hiraz=tiac (Monte de la virgen ), Malum—biém—
Laif (Sobre la casa del Tigre), Al-tiac, (Monte de pozos),
“¿Antonio Alzate.” 105
Huachi-laif, ó Huachichilaif, (Monte contra el Tigre), Hians-
Tamuc (donde canta el Tecolote), Mi-tiac— Uiniac-shial (So-
bre el monte del ojo del bosque ó madera), Uñuc-ang, mon-
tón de piedras), Mi-tiac—huashtoco, (Sobre el monte del em-
barcadero), Ushin—duic (punta del mar), Manguish-tiac (Monte *
del comal), Tuniac-tiac—-Shilans (Monte de las maravillas) y
otros que sería largo enumerar. Junto á la desembocadura del
río de Ostuta, en la laguna inferior, se encuentra el Shapoch-
pongo (Estero de los caimanes ó lagartos). (Brasseur, 1861)
De los pueblos mencionados, solamente cuatro subsisten,
pues Ixhuatlan ha muchos años se encuentra abandonado.
San Mateo, Santa María y San Francisco están ubicados en
las penínsulas de la Laguna inferior, y San Dionisio en la már-
gen Sur de la Laguna superior. (Starr, 1900)
Los historiadores primitivos nada nos dicen de los Hua-
vi, y solamente entre las Relaciones de las Alcaidías mayores
y corregimientos, remitidas á Felipe II, de 1579 á 1581, se en-
cuentra la de Tehuantepec, hecha en 1580, por su alcalde ma-
yor Juan de Torres, y referente á ellos dice: “Como cuatro
“leguas de esta Villa de Tehuantepec, comienzan dos lagunas
“de agua salada que proceden de la mar del Sur, porque tiene
“barra, que entra y sale el agua de la mar en las dichas lagu-
“nas, y estas dos lagunas se vienen á hacer una con otra que
“viene á la vía del Este, y se junta á la barra con las otras y
“estas dos principales corren leste á hueste; tendrán las di-
“chas lagunas de largo ocho leguas, y le ancho tendrá tres
“leguas, y en medio de estas lagunas, entre la una y la mar del
“Sur, hace una isla que terna cuatro leguas de largo, y una le-
“sua y media en partes de ancho, y en esta isla están los pue-
“blos de Guazontlán y Ocelotlán, y entre las dos lagunas ha-
“¿ce otra isla ó manga de tierra firme hasta el pueblo de Tepe-
“huazontlan, y junto á este pueblo está la canal destas lagu-
“nas, por donde salieron los navíos que el Marqués del Valle
“mandó para las Californias y especiería; y en todas estas la-
Memorias.—[1901].—T. XVI.— 14.
106 Memorias de la Sociedad Científica
OPEL
“(gunas hay mucha cantidad de géneros de pescado y cama-
“ron, de que los naturales son muy aprovechados, porque vi-
“ven y tratan de ello, corriendo hacia leste, corre otra isla
“entre la mar y la dicha laguna, que corre al este, que tiene
“más de doce leguas de largo y de ancho en algunas partes
“4 dos leguas, y á legua y media, y á legua, y en esta isla hay
“dos pueblos el uno que se dice Camotlan y el otro Iztaltepec
“de la mar junto á un cerro, y más adelante, corriendo la vía
“(del este, están otros dos cerros en una isla anegadiza, en que
“los naturales de la dicha isla tenían el principal sacrificio; es
“tierra llana y en muchas partes anegadiza, y de manglares,
“y al presente está esta isla poblada de estancias de ganado
“mayor, y lo mismo la isla dicha de Guazontlan está poblada
“¿de ganados mayores.” (Torres, MS).
Puntualiza este escritor que los habitantes de esas islas
hablan la lengua guazonteca. ( huazonteca, ) razón por la cual al-
gún etnógrafo les ha llamado Huazontecos. Según Burgoa, co-
mo veremos adelante, este nombre no se aplica al idioma si-
no á el artefacto ó mantas que ellos tejen,
A fines del Siglo XVII un historiador religioso dió á luz
una sucinta noticia tocante á los huavi, y es la que sigue: ( Bur-
goa, 1674)
CAPÍTULO LXXIL
De la Provincia de Tehuantepeque, de su Minifterio
y Doctrina.
O fué este Payz en su antigúedad poblado de una na:
ción llamada Huabe venida de la parte de Medio día, ó Sur, y
de sus historias, y caracteres se supo, que por guerras que tu-
vieron entre si, ó con otros vezinos vencidos, y perseguidos,
se embarcaron, en canoas, ó barcos de su usanza, y vinieron
costeando á vistas de tierras, por la Mar del Sur, y aunque
“¿Antonio Alzate. ” 107
probaron á tomar puerto en diversas partes, hallaron grandes
dificultades, ó ya por resistencia de sus moradores, ó ya por
la fragosidad de los puestos infructíferos, y nocivos ó ya, por-
que el Demonio á quién servían los guíaba como á los Mexi-
canos, á las tierras más fértiles, y abundantes, como han sido
slempre estas, y llegando á esta Costa de Tehuantepeque, ha-
llaron las comodidades para su propagación, y sustento, al-
gunos dicen, que los que habitaban esta tierra eran Mijes, na-
ción toda inclinada á vivir en Cerranías, y montañas, y como
estos son llanos dilatadisísimos de tierra llana, y tan caliente,
nunca estuvieron bien hallados, y así fué poca la resistencia,
que hicieron á los Huabes, y parece, esto tiene fundamento,
por que por parte de el Norte de Tehuantepeque, antes y des-
pués, están hasta hoy pobladas las montañas de Mijes, empe-
zando desde la Villa alta de S. Ildefonso hasta los Soques de
la Provincia de Chiapa, que corren más de cien leguas conti-
nuas de la nación mije, con alguna diferencia en su lengua, y
da ocasion su multitud, y fuerzas á persuadirnos á que dexarian
con pequeña diligencia esta tierra á los Huabes, que la fueron
ocupando con su propagación, hasta la Comarca de Xalapa,
y se averiguó su venida de muy lexos, en estos tiempos, por un
Religioso de Ntro. Seraphico Padre San Francisco, q. venía
de la Provincia de Nicarahua, y oyendo en el Convento de Te-
huantepeque á un Religioso nuestro Ministro de los Huabes
hablar con su muchacho reparó en las voces, y términos de la
lengua entendiendo lo que decian aunque con alguna diferen-
cia, y dixo que era el mesmo hidioma de unos Pueblos de Ni-
caragua, y de alla devieron salir de estos, pasando las costas
de Sonsonote, Guatemala, Suchitepeques, y Soconusco, hasta
parar en esta de Tehuantepeque tan deliciosa, y dilatada que
el Emperador Mexicano Montezuma passando sus exercitos
por ella al Reyno de Guatemala, conquistando y reduciendo
á su obediencia esta Provincia, no quiso que la talasen, por-
que sugetándosele estos Huabes, y dexando bastante presidio
108 Memorias de la Sociedad Científica
III CL II LIL LILIA COLE OLEOOILAOAO A AI
en sus fronteras dispuso aquí el descanso, y sustento de sus
soldados....”
Más adelante, refiriéndose especialmente á la tierra que
entonces y hoy habitan, dice:
CAPÍTULO LXXV.
De la Doctrina, y Vicaría de San Francisco de la Mar.
Esta Doctrina se nombra assí, por el eitio adonde se reti-
raron los Indios Huabes, huyendo de la braveza del Rey Za-
poteco q dichoso on la guerra, y poderoso en las armas, los
apretó de suerte en el Valle de Xalapa, de donde se avian apo-
sessionado, poblando sus.amenas praderías, con tanta abun-
dancia, que podían ser de envidia para populosos Reynos.
Eran los hubes, gente forastera, y advenedisa, .. -- y se dijo
ya antes, que la nación destos Indios huabes avian venido de ,
tierras muy lexanas, de alla de la costa del Sur, más cerca
de la Eclyptica vezindad del Perú, y segun las circunstancias
de su lengua y trato, de la Provincia ó Reyno de Nicarahua,
ó por infortunios de guerras, ó por estragos de enfermedad ó
hambres, como á los Tepanecas.....
Los huabes lo fueron (huespedes y peregrinos), recien ve-
nidos á esta tierra, segun lo mas probable, por la mar en bar-
cos, ó balzas, siempre á vista de tierra, y no descubrieron otra
mas desembarazada, ó parecida á la suya, que esta, probaron
su dicha en registrar el Payz, y aungue se colige de sus pin-
turas, q hallaron algunos Mijes de aquella numerosa nación,
no fué muy dificultoso convenirse con ellos, porque todos ge-
neralmente se crian entre espesuras de montes, y asperezas
de nieve, y estas campiñas descombradas, y regiones de In-
dios, no fueron muy de su afecto, y con la correspondencia de
los recien venidos, tuvieron bastantes conveniencias, y unos,
y otros sin poderse resistir 4 Montezuma le franquearon el
“¿Antonio Alzate.” 109
DALIA
passo á sus exercitos, para proseguir con sus conquistas á
otros Reynos, fortuna que despertó á la del Zapoteco, como
ofendido en su Corte de los asaltos, rezeloso del poder de sus
fuerzas, y nada seguro de verle victorioso, como quien le po-
día detener por la retaguardia, salió a vendimiarle los despo-
jos, sino de totalmente vencidos, recapitulados á treguas de
reconocimiento por las Provincias por do passaban, y bastaua
la multitud de sus exercitos, para dexar á los naturales ó haui-
tadores muy estragadas las fuerzas, para salir con otros á ba-
talla que no fue lo menos, ni mas mal pensado del Zapoteco,
como manifestaron sus victorias, y aunque estos huaves de
Xalapa, y de Tehuantepeque, tenian comodidades para reti-
rarse, no lo hizieron hasta que escarmentados de sus ruynas,
admitieron á partido lo que podía ser alivio suyo, y convenien-
cia de esotros, no hauian perdido las noticias de la marineria
de sus antepasados, y recogiendose á la parte por donde ha-
ulan desembarcado muy á la orilla del mar arriba, diez y seis
leguas de Tehuantepeque, entre vnas lagunas erandissimas,
pasando por un estrecho de tierra, en que pudieran hazer al-
guna resisstencia silos quisieran seguir, pero moderó su rigor
con ellos el Zapoteco, teniendolos alli reclusos, y ocupandose
en atajar á Montezuma, en aquel sitio se quedaron los huaves,
bastantes familias para hazer una Población, aunque muy fal-
tos del sustento principal de mayz, y obligoles la necessidad
á buscarle en las lagunas, que son abundantisimas de pescado,
la una es tan grande que tiene mas de seis leguas de agua de
la mar, que le entran por vna barra de media legua de ancho,
y con las crecientes y menguantes, sube, y baxa poderosamen-
te, en esta laguna á vn lado está vn cerrillo aislado muy ame-
no, y poblado de arboleda, y animales, y aquí está vna profun-
da, y dilatada cueua donde el zapoteco tenia un Idolo de su
mayor veneracion, la llamaban el Alma, y corazon del Reyno,
......€n esta gran laguna hizo el Marques los dos verganti-
nes, y al sacarlos por la barra, sin poder resistir á la furia del
110 Memorias de la Sociedad Científica
A
CLA
Norte, choco con ellos con tanto impetu, que le echo el vno á
pique... . Vn Religioso viujó en este destierro marítimo, mas
de treinta años, . . . .llamabase Fr. loan de Vargas, hijo de es-
ta Ciudad y conuento de Antequera.
En la playa que corresponde al Pueblo de Sta. María des-
ta Doctrina, como dos leguas abaxo de la cabezera, apareció
el año de 1648. vn espantoso peje..o.ooooooooocnnnno ooo...
.... tienen estos Huabes, otra cosa estremo digna de admira-
cion, por lo ingenioso de su trasa, y disposición en la pesca
del camaron, que en el pueblo de San. Francisco Patron de la
cabezera, se haze todos los años, como un tiro de escopeta,
de la Casa de los Religiosos, y de la Iglesia, á do llegan las
aguas de otra laguna, que corre para el Oriente, y de esta
especie de pejecillos se crian con tanta abundancia ..... su
cuando en el rigor del Otoño, que se alzan las aguas y empie-
zam los frios, con los Nortes, y con ellos crecen como de aue-
nida las corrientes de esta laguna, hasta subir muy cerca de
las casas del Pueblo, y aquí arman en los arenales su pesca,
de estas sauandijas aquatiles: labran vna muchedunbre de va-
rillas, muy derechas, de carriso, de vna vara de largo, con que
forman vnos grandes cercos, clauandolas en el suelo, dexanle
puerta sufisciente por donde puedan entrar los cardumenes
como langosta, que escurecen el agua, y en pasando poco tre-
cho de la entrada, se la dividen en muchas calles, todos con
variedad de bueltas, como vn caracol, con tanto genio y arte,
que confiesso me suspendio grande rato, para entender la tra-
moya dellas, haciendo en medio algunos cenos anchos y capa-
ces: al entrar por la puerta, los camarones, como vienen con
la corriente, se entran por aquellos arcaduces, nadando, mien-
tras dura el agua, pero al baxar y revolver esta por entre las
varillas escurre, y desagua, y dexa á los pejecillos en la are-
na presos, sin poder bolver, por los circulos y rodeos por don-
de entraron, esto les sucede de noche, y en saliendo el Sol, á
“Antonio Alzate.” 111
vna hora que los calienta, los mata, dura esta pesca, vn mes
por el de Noviembre ......... VU speed pro a
tienen tambien trato de texer ynas mantas de tres piernas, y
teñirlas de roxo con brasil ó caracolillos de purpura, y las lla-
man huazontecas; para faldas Ó sobre Mesas... <..o <<... ..
Aseveran algunos escritores que los huavi aportaron á las
costas de Tehuantepec en el siglo XIT y á causa de graves
trastornos políticos acaecidos en centro América.
Los religiosos del convento de Santo Domingo de Oaxaca
fueron los evangelizadores de estos indios, y para este objeto
vivió entre ellos muchos años Fr. Juan de Vargas, identifi-
cándose de tal modo con sus ovejas “que comia de lo mismo
“¿que los Indios, su vestido era el de ellos, conservando sola-
“mente como reliquias de hábito algunos de sus pedazos. Con
“la barba sumamente crecida y el pelo como el de un salvaje,
“renegrido de color, se presento á un provincial que llegó á
“visita hasta aquel punto, quedando espantado de su figura y
“admirado del amor que á aquella gente tenia, de su despren-
“dimiento y heróicos sacrificios: Fr. Juan Vargas habia sobre-
“Salido en el convento cuando joven por su buen canto y her-
“£mosa voz, tanto que aun ya viejo cuando regresó á él sus-
““pendía la atención de todos oyéndole cantar.” (Carriedo. Bur-
goa. 1847. 1674.) h
Por muchos años fué cabezera de todos estos pueblos
huavi, San Francisco de la Mar, que en calidad de doctrina ad-
ministraron los religiosos de Santo Domingo de la provincia
de Oaxaca, desde el convento ó priorato de Tehuantepec.
Secularizada la doctrina á principios del siglo XVIII pasó
á poder del Obispo de Oaxaca, que la mandó poner en manos
de sus clérigos, en la que subsistió hasta los años 1794 ó 96,
en que la permutaron los dominicos por la parroquia de Tla-
colula y fueron sus administradores hasta el año 1864 en que
volvió á poder del Obispo de Antequera. En la división hecha
por el actual Obispo de Tehuantepec, á cuya jurisdición per-
112 Memorias de la Sociedad Científica
tenecen los pueblos huavi, San Mateo del Mar es cabecera de
la parroquia de su nombre y visita de ella es Santa María del
mar; San Dionisio y San Francisco del mar son visitas de la
parroquia de Niltepec. Todos ellos son municipios del Distrito
de Tehuantepec.
La actitud de los huavi ante los conquistadores fué ente-
ramente pacífica, sin que tuvieran que sufrir de éstos grandes
vejaciones, debido á las circunstancias topográficas de su do-
micilio. Aunque en Tehuantepec acrecieron en los años 1660
y 1662 dos serias insurrecciones contra las autoridades his-
panas, estos indios las dejaron desarrollar y corren sin tomar
participación alguna en ellas. (Manso de Contreras, 1661 y
Anónimo, 1662.) |
De sus antiguos mitos nada se sabe con certeza, así como
tampoco de sus costumbres religiosas, sociales y domésticas;
y solo sí parece que todo ello fué grandemente influenciado
por la civilización Zapoteca.
De su más importante adoratorio, situado en una de las
islas que ellos llaman Monopostiac ( Monte encantado) se han
sacado, en tiempos contemporáneos, algunos ídolos y utensi-
lios sagrados, siendo uno de ellos la notable figura de barro
que actualmente se conserva en el Museo Oaxaqueño, sin que
se pueda asegurar sea una divinidad huavi. Sabemos por otra
parte que en una de las grutas de esa isleta se tributaba un
culto muy especial á Pezelao (Corazón del Reyno) que perte-*
necía al panteón mítico zapoteca.
La expedición científica que inspeccionó el Istmo de Te-
huantepec en los años de 1842 y 1843 comenzó sus operacio-
nes geodésicas en el territorio huavi, y precisándole colocar en
la parte más alta del Monopostiac una señal, ocasionó esto á
los nativos verdadera indignación y alarma, negándose Á pres-
tarles su ayuda á los ingenieros encargados de tal operación.
Estos tuvieron oportunidad de registrar las cuevas de ese
montículo sacando de ellas dos ídolos de barro y un zahuma-
dor de la misma materia.
“Antonio Alzate.” 113
ILL LILIILILLIIIILILIILIIL
Una segunda visita y exploración al mismo sitio dió por
resultado encontrar en uno de los descansos que tiene el cerro,
dos figuras con adornos en la cabeza en figura de mitras, dos
vasos de barro con dos figuras humanas en actitud de sostener-
los, sentados con las piernas cruzadas, y otras varias piezas,
entre las que se hallaban dos jarros pequeños de la loza vidria-
da de Oaxaca con una planta marchita: á un lado de estos ha-
bía también un pedazo de vela de cera.
Según él que tal noticia ha consignado, las estatuas con mi-
tra no tenían semejanza ninguna con los zapotecas y las repu-
_ ta como genuinamente huavi. (de Garay y Garay, 1844 1?)
Actualmente y bastante deterioradas se conservan ellas
en nuestro Museo Nacional, habiéndose publicado dos graba-
dos que las representan en su primitivo estado, el año 1844,
y son los que reproducimos aquí, (Museo, 1844) Comparando
el estilo y material empleado en la fabricación de estos y el
del Museo de Oaxaca, se ve que son idénticos, lo que puede
ser dato para su filiación artística.
En el viaje que acabo de efectuar al Estado de Oaxaca, he
tenido la oportunidad de ver algunas estatuitas mixtecas, de
exacto parecido con las figuaas del Museo Nacional, encon-
tradas en el citado cerro huavi.
Un autor reñícola describe así las ceremonias religiosas
de los huavi, en su culto idolátrico: (Carriedo, 1847). “El sa-
erificio de los huaves se hacía por sus sacerdotes revestidos
de túnicas blancas, con mitras sobre las cabezas y un risco por
altar; á su alrededor se quemaban en muchos braserillos co-
pal y otras gomas olorosas; los hombres y mujeres estaban al
rededor sentados en cuclillas y con ademanes llorosos. Sor-
prendidos estos indios el año 1652 en San Francisco del mar,
sacrificando, resultó ser cierta la ceremonia del sacrificio que
de sus antepasados se sabía: fueron encontrados sobre el pe-
ñasco-altar varias plumas de colores y salpicadas de sangre,
que se sacaban de la lengua y tras de las orejas, muchos bra-
Memorias.—[1901.] —T. XVI.—15.
114 Memorias de la Sociedad Científica
—
seros y zahumerios, hallándose en medio del lugar el ídolo de
piedra á quien sacrificaban. Para dar principio á este acto,
confesaban sus culpas con el sacerdote, de este modo: tegían
de ásperas yerbas una fuente ó plato grande, que tomaba el
sacerdote con sus manos, y en la que iba depositando cada pe-
nitente un hilo ó tirita de totomostle del maíz, con tantos nu-
dos cuantos pecados se confesaban; al depositar estos hilos,
el sacerdote picaba las venas de la mano del penitente, y eu-
ya sangre ofrecía entonces al ídolo con muestras de súplica
para alcanzar el perdón de las culpas del confesado.”
Esta ceremonia dudamos sea propia de los huavi por más
que ellos la hayan practicado en tiempos de la conquista y nos
inclinamos á ver en ello la práctica zapoteca; el mismo es-
critor asigna como deidad principal de los mismos á Pino-
piaa, “que presidía como amparo en todas las necesidades, ”
en lo que hay error evidente, pues esta diosa no fué más que
la hija de Cosijoeza, nacida en 1504 y muerta en la flor de su
juventud y á la que divinizaron los tzapotecas (Burgoa. 2* Pte.
1% 1674) erigiéndole un templo en un cerro cercano á Jalapa.
Con respecto al idioma huavi se han expuesto no pocas y
contradictorias opiniones.
Mal entendido el texto de Burgoa han afirmado algunos
historiadores el orígen incaico de los huavi, y aun pretenden
que ellos celebran todavía, el 21 de Junio, la fiesta del solst1-
cio á la manera de los peruanos; (Moro. 1844. 1?) mas como
observa Brasseur, “ellos hablan de esto de una manera tan
vaga que es imposible formular ninguna conjetura plausible
respecto á esta relación.” (Brassenr, 1861.-5?)
“Su lengua (escribió en otro tiempo Brasseur de Bour-
bonrg-1865,) al decir de algunos autores, tendría más de un
punto de contacto con el tarasco de Michoacán y el mangue ó
nagrandán de Nicaragua”
Tal sospecha no tuvo fundamento sólido, pues vemos que
el mismo relator de ella la desechó, así que les estudió y visitó
personalmente.
Y,
“Antonio Alzate.” 115
Investigando el ilustre Brinton este punto tan importan-
te, después de minuciosa y extensa comparación gramatical y
léxica del idioma huavi con todas las lenguas de México, Cen-
tro América y Perú, haciéndolo especialmente con las de Ni-
caragua, llega á esta conclusión: “Los huaves, dice, de quienes
se afirma emigraron del sur, no revelan en suidioma relación algu-
na con los del tronco meridional.” (Brinton, 1891.)
Creyó Pimentel haber comparado el huavi con el nagran-
dán y se equivocó, haciéndolo con el mangue, (Pimentel, 1875),
lo que demuestra Brinton en uno de sus escritos (Brinton,
1885).
En estudio filológico sobre el huavi, de muy reciente data,
se afirma la semejanza de esta lengua con las del grupo Maya
—Quiché, (opinión que ya antes había expuesto el Sr. Orozco
y Berra) puesto que “muchas raíces se conservan con ligeras
modificaciones en huavi, y en otras se hallan conmutados los
sonidos afines sufriendo profundas alteraciones, al través de
las cuales, no obstante, se reconoce la unidad de origen. Por
la estructura de esta lengua debe clasificársela en el grupo de
las aglutinantes” y en este caso no podrá ser tipo ó tronco de
familia como lo expongo en mi eserito “Familias lingúísticas
de México” sino un dialecto de la familia MAYANA, (Belmar,
1901.) (León, 1901.)
Los huaves se distinguen fácilmente por su aspecto, que
difiere totalmente del de los demás moradores del istmo. Ge-
neralmente son robustos y bien formados, de pequeña estatura
y de un color más cobrizo que los zapotecas sus vecinos; mani-
fiestan ellos una inteligencia extraordinaria; pero los más son
tan brutalmente ignorantes, que se diferencian poco de un
pueblo salvaje. '
Razones de interés local mantiene á los cuatro pueblos ó
repúblicas, como los llaman, en un estado de contínua discor-
dia, y hasta el idioma se ha corrompido al grado que apenas
pueden los de un pueblo entender á los de otro. Los huayes
116 Memorias de la Sociedad Científica
ILL III
de ambos sexos van habitualmente poco menos que desnudos.
Su industria casi exclusivamente se reduce á la pesca que solo
saben ejecutar por medio de atarrayas, y de euyos productos
hacen un comercio bastante extenso, á pesar de que no pose-
yendo embarcaciones apropiadas para arriesgarse en aguas de
algun fondo, y desconociendo hasta el uso de los remos, no
frecuentan más que los puntos que por su poca profundidad
no ofrecen gran peligro, como son los esteros, y las márge-
nes de las lagunas y del mar, Es bastante singular que sien-
do los huaves un pueblo de pescadores, muy pocos entre ellos
saben nadar, (Moro, 1844).
En las costas de su territorio y en los bajos rocallosos
que se extienden hacia el Sur, se encuentra el molusco, espe- .
cie de pulpo, que suministra á estos indios el líquido purpu-
ríneo con el que tiñen sus telas de lana y seda. Con el agua
hasta media pierna lo buscan bajo las rocas, las mujeres que
lo necesitan. Asi que lo encuentran, lo toman con suavidad
entre sus dos dedos y oprimiéndolo ligeramente con ellos le ha-
cen arrojar un líquido moreno y allí mojan sus tejidos, vol-
viéndolo después cuidadosamente al sitio de donde lo toma-
ron, para no destruirlo. (Brasseur, 1875)
En las lagunas que ellos habitan hay muchos caimanes y
cocodrilos; se diferencian unos de otros en el color con pintas
verdosas y grises; á estos rara vez se les molesta, pues se les
considera como naguales ó tonas. Piensan los huavis que ellos tie-
nen alma extrechamente unida con la existencia del alma huma-
na y creen que si á uno de aquellos se le mata, la persona unida
á él se morirá luego. El maestro de escuela dice que estos cal-
manes raguales son realmente cristianos (personas) y lo prue-
ba con el hecho de que una vez mataron á un caimán y se le
encontró un anillo de oro en uno de los dedos de las patas, y
la mismo noche del suceso murió una vieja.
(1) Pasa casi lo mismo con los tarascos que viyen en las islas y márgen del lago de
Pátzcuaro.
“Antonio Alzate.” 117
rr
DIS A
A todo caimán tratan bien los pescadores huavi que cuan-
do hacen una buena pesca, arrojan algunos peces al fondo del
lago, como un obsequio para estos reptiles. Una vez un hom-
bre cayó fuera de la canoa y se ahogó, encontrándosele más
tarde corrompido y flotando en el lago; y con el vértice de la
cabeza devorada por los caimanes. Es creencia general que
esto le aconteció como un castigo por olvidar muchas veces
darles su pescado. (Starr, 1900.)
Otra prueba de su poca cultura, debida principalmente á
el aislamiento en que viven, nos la relata Shufeldt así: “En el
“tiempo en que la flota francesa que acompañaba á Maximi-
“liano se esperaba que desembarcara en México, el Presi-
“dente de la República envió á cada pueblo una solicitud pi-
“diendo dinero, y al mismo tiempo ordenaba que todos los
“pueblos ayudasen á rechazar al invasor. Los Huaves, en
“contestación, mandaron 30 pesos, añadiendo que si la espe-
“rada flota se avistaba en sus costas saldrían inmediatamen-
“te en sus canoas y la atacarían.” (Shufeldt, 1872)
En una estadística inédita del año 1882 consta que:
San Francisco del mar tenía ........ 195 habitantes;
San Mateo del mar........... a e DOE
Nan Dionisio del Mate. ooco.o.o2.. a
Santa María del mar. ..... AR AGA 1
Total........ 2,/97, habitantes
de la raza huavi (Estadística inédita, 1832.)
El censo de 1895 da 3,381 huavi, repartidos así:
o O A O A
Mujeres. ..... A PR
118 Memorias de la Sociedad Científica
Ed
k *
Brasseur, Starr y Belmar han publicado pequeños voca-
bularios de la lengua huavi; siendo ésta poco conocida los in-
sertamos á continuación.
VOCABULARIO DE BRASSEUR.
Eg ao As A Anop.
AU LN De BOAL E' poém.
Sitio arribo Erofpotf.
ERA e AUDI A Apúkif.
e ESO A AULA O Akukief.
A RAS Andif á4 Anaief.
SN EN AA Ayayef ó Ayayef.
BR DD O AA Opakef.
De. IATA AA AZ O GI Ohkeye.
TOA ASIS A ES Agafpoéf,
era bel sfadal so eegiba Agafpanok.
A AM E TA Agafpiep.
VE rs dd Agafp—arofp.
1 A e AO Agafp-apek.
Y NA AMO . Agafp-akaék.
Vs o o rada Agafy-anaik.
AA A AO Agafp-oyé.
ds PEA > Agafp-oipak.
ES AA Agafp-oikié.
MO di Niumiev.
ld de Niumiew-apanop, dec.
DÍ e rn rro ce ia INIA
OA A A Agopmiew.
EA dio a on Tat
MASA AA A Meú
“(Antonio Alzate.” "TY
Hombroriracotan o... Ashewy.
Majercontla aii e Nahta.
Salio ln Noet.
A E Ae ..--. Cahaú.
Ristróllare 9 ULA. 2. 000 Ocass,
rn - EIA Ombessacatz.
Terra Ah PÍOOTA. ¿os Yek.
E AU Diec.
Ii AMI JE RIA Cawesh.
MPAA ia o Fiét.
Miarroba IU a es Piémb ó Biéemb.
Montaña: Y JUL co Tiac.
Mata: 1 2 ro Oss
A RA Sosh.
Conejo lun. deis Coy.
Ghaicall JD USIA «ad Coyoat,
PURA Ish.
YE Laf.
Malnakirax—tiac ' Monte de la Vírgen.
Malum-—biém—-Laif Sobre la casa del tigre.
Al-tiac (Bax mumbah?) Monte de pozos.
Wachilaif ó Wachichilaif Monte contra el Tigre.
Duic--guialoi Mar superior.
Duic-Nahuanot Mar de Oriente.
Duic-guialiat Mar inferior.
Duic-Namulet Mar de Occidente.
Nadam-Duic Mar grande.
Tiac-Macx-Mual Entre montes donde pasa la
canoa.
Hians-Tanuc Donde entra el tecolote.
Mi-tiac-uiniac-shial Sobre el monte del ojo del bos-
que Ó madera. :
Zapoch-pongo Lugar de caimanes.
Uñuc-ang El montón de piedras.
120 Memorias de la Sociedad Científica
Natar—tiac Monte prieto.
Mi-tiac-ish Sobre el monte de la iguana.
Mi-tiac-shocuen Sobre el monte del ciervo.
Ushin-Duic Punta del mar.
Mi-tiac-Washtoco Sobre el monte del embarca-
dero.
. Wiah-tiac Monte de arena.
Manguish-tiac Monte del comal.
Mi-tiac-Esh Monte del Tlacuatzin.
Tuniac (Tumac?) tiac
Shilaus Monte de las maravillas.
Arriangui-Ambah Ciudad vieja.
TAE. Norte.
Dieter Andas Sud.
EE PA Oriente (De donde sale el sol.)
Namibia. iu... Poniente (Donde baja el sol.)
AMAR.
Yo amo ó te amo...... Shic sen diem.
TAS E lc sen diem.
LAMA AO a Akeen sen diem.
Oti d io a dela cool e AU Icohulz sen diem.
PE A e ir Ahgahueyay sen diem.
o re Ahgayen sen diem.
¿Qué amas ó quieres?... Qua in diem?
La u debe pronunciarse como 0u francesa, excepto en los
casos en que tenga circunflejo ú que se pronunciará como u
francesa. El diptongo «* se pronunciará como en francés ceufs
(huevos); la doble ss es dura y acentuada; la sh es pronuncia-
ción de ch francesa. La h antes ó después de una vocal, es
fuertemente aspirada y gutural, como la j española,
“Antonio Alzate.” 121
ARA ARA RRA I TP DIRA RADA END AZ IIDAO NDS ORDOD ODA ISI EN
VOCABULARIO DE STARR.
A TAS A náshui
MAS ed te E nitá.
AAN A A .. ketehtehnimd).
AA A A E kutchtchnush,
Ln IE A A shutut. -
Madre 2. Lua is NS A shumum.
MO DA as e shunó.
A shuntá.
A shukwalnund).
PA iCat ss a NS a shulkwalnush.
Hermano mávoD <<< 3 Eaor shukonushus.
Plermano: Menor. da shutchúk nushus.
Hermana mayor
México, 1944. Se hizo un sobretiro que corre en cuaderno es-
pecial.
MUHLENPFORDT E.—Versuch einer getruen schilderung
der Republik Méjico, besondes in Beziehung auf Geographie
und Statistik. Hannover, 1844. 2 vols.
MURGUÍA Y GALARDIJ. M., — Apuntamientos estadísticos
de la Provincia de Oaxaca en esta Nueva España, que compren-
den dos partes, la primera sobre sus antigúedades, y la segun-
da sobre su actual estado. Año de 1816. Oaxaca, 1861.
Se imprimió por vez primera en el vol VIT. 1* Epoca del
“Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadís-
tica.” México. 1859.
EL Museo MEXICANO ó Miscelánea pintoresca de amenli-
dades curiosas é instructivas. México, 1843-44.
OROZCO y BERRA M.—Geografía de las lenguas y carta
etnográfica de México...... México, 1864.
Ipem.—Historia antigua y de la conquista de México, Mé-
xico. 1880. 4 vols. y un Atlas.
PEÑAFIEL A.—Censo general de la República Mexicana
del año 1895. México, 1899.
128 Memorias de la Sociedad Científica
IIOIIL LILIA III SISI ISI LILIA
II
ur
PiLLING J. C.—Proof-Sheets of a Bibliography of the
languages of the north americanan indians. (Distributed only
to collaborators). Washington. 1885.
PIMENTEL F.—Cuadro descriptivo y comparativo de las
lenguas indígenas de México. 2* edición. México, 1875.
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REVUE Orientale et Américaine. Véase: Brasseur.
SAPPER DR. C.—Das Nórdliche Mittel-Amerika nebst
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studien aus den Jahren 1888—1895. Braunschweig, 1897.
SHUFELDT R. W.—Report of exploration and surveys, to
ascertain the practicability of á Ship-Canal between the A-
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STARR F.—Notes upon the etnography of Southern Me-
xico. En “Procedings of Davenport Academy of Natural Sci-
ences.” Devenport. 1900:
IDEM.—Indians of southern México, an ethnographic al-
bum. Chicago. MDCCCXCIX. Las láminas CX 4CXXIV están
ocupadas con lo siguiente:
Vista de un pueblo huavi; Escena en San Mateo; Grupo de
huavis, San Mateo; Grupo de huavis en la laguna; Id. Id.;
Huavis pescadores de regreso de la laguna; Muchacho pesca-
dor regresando de la laguna; 1d. Id.; Mujer huavi yendo por
agua; Mujer huavi vendiendo pescado seco y camarones; Indio
huavi adulto, de San Mateo; Id. 1d,; Id. Id.; Id. Id.; Mucha-
cho huavi, de San Mateo; Mujer adulta huavi de San Mateo.
STEVENS H.— Historical and Geographical notes on the
Tehuantepec railway. New York, 1869.
“Antonio Alzate. ” 129
y
TORRES CASTILLO J. — Relación de lo sucedido en las pro-
vincias de Nexapa, Iztepeji y la Villa Alta. México, año de
1662.
TORRES J. de— Descripción de Tehuantepec, hecha por
su alcalde mayor ..... 20 de Septiembre de 1850. Original é
inédito en la biblioteca Grarcía Icazbalceta.
VILLASEÑOR y SÁNCHEZ A. — Theatro Americano. Des-
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paña, y sus Jurisdicciones. México, 174648. 2 vols.
VIÑaza, Conde de la — Bibliografía española de lenguas
indígenas de América. Madrid, 1892.
VOCABULARIO Castellano-Zapoteco, publicado por la Jun-
ta Colombina de México. México, 1893.
WiLLIAMs J. J. — Istmo de Tehuantepec. Resultado del
reconocimiento ejecutado bajo la dirección del Sr. J. G. Bar-
nard. Traducido al castellano de orden del Supremo Gobierno
de la República Mexicana. Por D. Francisco de Arrangoiz. *
México, 1852.
México, Museo Nacional, Junio 1901.
Memorias.—[1901]. —T. XVI.—17.
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INFORME RELATIVO
, a la posibilidad de hacer navegable el
RIO DE MEZCALA O DE LAS BALSAS
POR EL INGENIERO DE MINAS
TEODORO LUIS LAGUHERENNE.
j O A ¿Ae?
(Lámina V). Leur Al al ir
A A
Este río es conocido con diversos nombres; en el Estado
de Tlaxcala, que es en donde nace, se conoce por río Atoyac,
en el Estado de Puebla se llama Poblano, en el de Guerrero
Mezcala, y en el de Michoacán se designa con el nombre de
río de las Balsas. Recorre una extensión de 756 kilómetros, su
ancho es sumamente variable; en lugares en donde está en-
cajonado por elevadas montañas como sucede en el Paso del
Limón, su anchura se reduce á cuarenta metros, entre San Cris-
tóbal y Ajuchitlán cerca del lugar en donde desemboca el río
de Las Truchas, su anchura es de más de cuatrocientos me-
tros, pero en la estación de las secas el agua en este paraje
solo ocupa unos ciento cincuenta metros.
Al pie del cerro del Limón, en el Estado de Guerrero, el
río se encuentra encajonado hasta cerca del Paso de Las Gar-
Y DUArre
132 Memorias de la Sociedad Científica
zas por las montañas que lo limitan en ambas márgenes; en el
primer tramo se presenta una rápida y en la segunda hasta el
paraje nombrado Tomistlahuacán se encuentran seis; llamo rá-
pidas, los lugares que en el lecho del río presentan una fuerte
diferencia de nivel en tramos longitudinales relativamente cor-
tos, por cuya causa la corriente en estos parajes es muy im-
petuosa.
En la estación de las lluvias el volumen de las aguas en es-
te río aumenta de una manera extraordinaria, por cuya causa
en esta época del año se forma una sola rápida desde el Paso
del Limón hasta cerca de Tomistlahuacán; y como el agua se
precipita entonces con gran fuerza en estos lugares, y como
á la vez choca contra las paredes de rocas entre las cuales es-
tá encajonado el río, se comprende que no hay ninguna em-
barcación que pueda aventurarse en este paso tan peligroso,
pues si lo hiciese bien pronto quedaría convertida en astillas.
El puente del ferrocarril “Gran Pacífico” está construído
sobre el río Mezcala al Oriente del lugar en donde desemboca
en dicho río el río de Cocula; el trazo del ferrocarril sigue la
orilla oriental de este último río; del puente á Tomistlahua-
cán puede haber una distancia de cuatro kilómetros, y desde
este lugar hasta la bahía de Zacatula siguiendo las sinuosi-
dades del río, hay una distancia de 450 kilómetros.
De Tomistlahuacán á Acatlán existen dos fuertes rápidas,
debido á que las arenas obstruyen el brazo principal del río.
De Acatlán á Tetela del Río, el río se estrecha entre los
cerros escarpados que limitan sus márgenes; á causa de este
estrechamiento la corriente en estos lugares es bastante fuerte.
De Tetela 4 Santo Tomás el río sigue encajonado, exis-
tiendo en este tramo varias rápidas que son peligrosas.
De Santo Tomás á la Hacienda del Cubo se encuentran
bastante rápidas, pero la mayor dificultad se encuentra en la
acumulación de arenas en el cauce principal del río, que for-
man represas que han forzado á las aguas á buscar una sali-
““ Antonio Alzate.” 133
no
da entre los intersticios de las peñas situadas en ambas ori-
llas, formando cada año nuevas islas que cambian de forma ó
de lugar según los obstáculos que las corrientes encuentran
á su paso.
De la Hacienda del Cubo á San Miguel Totolapan no se
presentan grandes dificultades.
Desde San Miguel Totolapan hasta el Pueblo de Ajuchi-
tlán existen tres rápidas. En este tramo la uniformidad de los
aluviones está interrumpida á veces por cerros de roca graní-
tica y de conglomerados, de las cuales se desprenden grandes
peñascos por efecto natural de la desagregación, que vienen
á obstruir el curso del río.
De Ajuchitlán á Tlapehuala el río al llegar cerca de este
último lugar forma bruscamente una quiebra hacia el Norte,
siguiendo su curso antes de llegar á esta quiebra entre peñas;
esta disposición acompañada de un desnivel de tres metros
sobre una extensión de ciento cincuenta longitudinales, es la
causa de la formación de una rápida muy difícil para la subi-
da y peligrosa para la bajada.
De Tlapebuala á Coyuca no hay serias dificultades para
la navegación,
De Coyuca á la Hacienda de las Balsas, se encuentran en
algunos tramos grandes peñas que obstruyendo el río lo hacen
peligroso.
De la hacienda de las Balsas hasta Pauda no se presen-
tan grandes dificultades para la navegación.
A la salida de Pauda existe una corriente fuerte, pasada
- la cual y hasta la desembocadura del río en la bahía de Zaca-
tula no hay dificultades serias que vencer.
Al terminar la deseripción del eurso de este río creo con-
veniente recordar lo siguiente: 1? Un río para ser navegable
por medio de embarcaciones, debe de llevar de treinta á cua-
renta metros de agua, los cuales se caleulan midiendo el an-
cho medio de la parte del río bañado por las aguas, y multi-
»
plicando esta anchura por la altura media de dichas aguas.
134 Memorias de la Sociedad Científica
2? Un río se considera de débil velocidad, cuando su co-
rriente recorre cincuenta centímetros por segundo; es de velo-
cidad media cuando recorre de sesenta centímetros á un me-
tro; cuando pasa de este último límite se considera de gran
velocidad.
Hechas estas observaciones debo hacer presente que en
la estación de las secas, el río de Mezcala aun cuando bas-
tante profundo en algunos lugares en otras lleva muy poca
agua, lo cual quedó comprobado por la siguiente experiencia
que se hizo en el año 1886, y que consistió en construir una pe-
queña embarcación de dos y media toneladas, que sin carga
calaba veinte centímetros y con carga treinta, la cual á pesar
de su poco calado tenía que ser arrastrada á fuerza de brazos
en algunos tramos del río. En esta misma época del año, la
velocidad de la corriente en algunos lugares, es de ochenta
centímetros á un metro, es decir; que lo podemos considerar
como un río de gran velocidad; en la estación de las lluvias
como todos sus afluentes se llenan de agua y como son de pen-
diente rápida, el volúmen de las aguas en el río Mezcala aumen-
ta de una menera notable y su corriente llega á tener en esa
época del año velocidad muy superior á tres metros por se-
gundo.
Las rápidas que he indicado que existen en diversos tra-
mos, son indudablemente dificultades sérias para la navega-
ción por medio de embarcaciones.
Empleando balsas ligeras del porte de dos y media á tres
toneladas, podía emprenderse la navegación de bajada en al-
gunos tramos de este río durante siete ú ocho meses del año, -
pues no debe olvidarse que existen tramos en donde el agua
solo tiene treinta centímetros de profundidad, y como por otra
parte las maderas con que pueden construírse estas balsas son
sumamente pesadas quedarían casi del todo sumergidas, y pa-
ra que pudiesen soportar además el peso de la carga sin hun-
dirse, sería necesario ponerles por debajo cajas ó barriles lle-
“Antonio Alzate.” 135
nos de aire y que estuvieren herméticamente cerrados para
que sirviesen de flotadores; arregladas las balsas de esta ma-
nera no podrían pasar en algunos lugares, como sucedería cer-
ca de Santo Tomás.
Desde Tlapehuala, en el Estado de Michoacán, hasta la bo-
ca izquierda del río, puede emprenderse aun cuando con algu-
nas dificultades la navegación por medio de balsas, en el río de
Las Balsas, ó sea en una extensión de cosa de 320 kilómetros,
siempre que se ejecuten en dicho tramo algunas óbras indis-
pensables para la limpia del cauce del río.
Es cierto que el río puede limpiarse, destruyendo las rocas
que en algunos parajes interceptan su curso, quitando en otros
bancos de arena para regularizar su corriente, y aun profun-
dizarlo por medio de dragas en los lugares en donde la capa
de agua es de muy poca profundidad; pero esta operación que
es costosa tendría que repetirse todos los años pasada la esta-
ción de las lluvias, pues en la época de crecientes que es de
Junio á Septiembre inclusive, el río arrastra cantidades in-
mensas de sedimentos, que lo volverían á azolvar.
México, Febrero de 1901.
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CONSIDERACIONES SOBRE LA DISTRIBUCION GENERAL DE LAS LLUVIAS
y en particular
EN LA REPUBLICA MEXICANA
Estudio presentado á la Academia de Ciencias Físicas y Naturales
correspondiente de la Real de Madrid
y á la Sociedad “ Antonio Alzate,” por el Ingeniero
q GUILLERMO B. Y PUGA, M. $. A.
(Lámina Wheel al rd e.
Ft Nemura — houctle Hare
Como principio fundamental en climatología se sabe que el
enfriamiento adiabático en las corrientes ascendentes de la at-
mósfera es la causa principal y determinante de las lluvias.
En efecto, la capacidad del aire para contener vapor de agua
en más ó menos cantidad, depende de la presión baromé-
trica y de su temperatura, siendo menor esa capacidad á me-
dida que disminuyen dichos elementos. Se comprende desde
luego que en las corrientes de aire ascendentes, al enfriarse por
causa de la dilatación que sufre, disminuye su eapacidad obli-
gando á pasar del estado gaseoso al líquido á todo el vapor
que no pueden contener. Un kilogramo de aire saturado á
la temperatura de 159 y á la presión de 500 milímetros pue-
de contener 16 gramos de vapor de agua, pero si suponemos
Memorias.—[1901.] —T. XVI.—18.
y
LA
138 Memorias de la Sociedad Científica
que esta masa de aire sube hasta una altura en la cual su tem-
peratura sea de O grados, solo podrá contener 6 gramos, tenien-
do en consecuencia, que pasar 10 gramos del estado de vapor
al estado líquido en forma de nube ó de lluvia. Varias son
las causas que producen enfriamiento en el aire además de su
elevación, pero ninguna de ellas en la cantidad necesaria para
provocar la condensación del vapor de agua en tal cantidad
que origine lluvias.
El aire caliente y húmedo en contacto directo con una su-
perficie fría, ya sea ésta un vaso lleno de hielo ó las superficies
cubiertas de nieve de una montaña, pierde una pequeña parte
de su calor para calentar dicha superficie, lo cual origina la
formación de un pequeño rocío en las paredes exteriores del
vaso ó sobre la superficie de las rocas de la montaña; pero no
lluvias abundantes.
Al mezclarse partes iguales de aire caliente y de aire frío,
estando ambos saturados de humedad se forma una nube li-
gera originada porque el aire caliente saturado contiene ma-.
yor cantidad de humedad que la que puede contener la mez-
cla á la temperatura que resulta, que necesariamente es infe-
rior á la del aire más caliente: pero esa nube ligera es la úni-
ca manifestación de condensación que puede resultar de este
medio de enfriamiento.
Cuando en las horas cálidas del día el aire está próximo á
su saturación puede enfriarse durante la noche hasta su pun-
to de rocío, esto ocasiona la formación de un manto de bruma
sobre la superficie del suelo ó algunos stratus más ó menos
extensos que pueden estará solo unos cuantos metros de la
superficie del suelo Ó á mayores alturas. Estos stratus reci-
ben por su parte inferior, calor de la superlicie de la tierra y
por su parte superior pierden calor por radiación. Durante las
noches muy largas este enfriamiento origina alto-stratus bas-
tante gruesos en cuya superficie superior puede formarse llo-
vizna menuda que cae al suelo en pequeñísimas gotitas.”
(1) Monthly Weather Reyiew.—February 1901.
“Antonio Alzate.” 139
'
COLLOLII OI DIIL L LIILI
Pero la verdadera causa de las lluvias es como digo antes,
el enfriamiento adiabático que sufren las corrientes atmosfé-
ricas al elevarse. Ahora bien, las causas principales que ori-
ginan los movimientos ascencionales de la atmósfera son:
La afluencia de los alisios á las regiones ecuatoriales.
La convergencia de los vientos en las depresiones baromé-
tricas y
La interposición de las montañas en las corrientes de aire.
I. Los alisios formados por la mayor concentración del
calor solar en las regiones ecuatoriales y modificada su direc-
ción por la rotación de la tierra soplan de N. E. á S. W. en el
, hemisferio boreal y de 5. E. á N. W. en el hemisferio austral
llevando consigo todo el vapor de agua que recogen en su paso
por las superficie de los mares y cerca del Ecuador se reunen,
originando la región de las calmas, en la cual levantados los
vapores á alturas más ó menos considerables se condensan,
formando las copiosas y frecuentes lluvias que caracterizan á
esa región.
La latitud media de la región de las calmas es de cinco á
seis grados al Norte del Ecuador y los alisios en uno y otro
* hemisferio se dejan sentir hasta los 30 grados Norte y 20 ó 25
grados Sur; pero debido á las variaciones del Sol en su decli-
nación, la región de las calmas experimenta también cambios
oscilando entre uno y diez grados de latitud Norte. Durante
los meses de Diciembre á Enero su declinación es menor y en
los meses de Julio y Agosto alcanza sus mayores declina-
ciones.
Siendo abundantes y frecuentes las lluvias en la región
de las calmas se deduce desde luego, como condición para que
el régimen pluviométrico de una localidad sea abundante, el
que se encuentre en dicha región ó dentro de los límites de
sus oscilaciones.
Pero la frecuencia de las lluvias en la región de las cal-
mas, en parte es modificada por la tercera de las causas que
LILIA LALALA
140 Memorias de la Sociedad Científica
he señalado para la formación de las corrientes ascendentes,
esto es, la interposición de las montañas. En efecto, las cade-
nas de montañas que atraviesan á los continentes sensiblemen-
te de Norte á Sur, en las regiones Ecuatoriales se interponen
al paso de los alisios, obligándolos á subir 4 grandes alturas,
aun mucho antes de haber llegado propiamente á la región de
las calmas. Este ascenso de los vientos origina la condensa-
sión del vapor de agua que llevan en suspensión, el cual cae
en forma de lluvia más ó menos copiosa en las laderas de las
montañas vueltas hacia el viento, prosiguiendo después el ali-
sio por arriba de la montaña desprovisto ya de humedad, y en
consecuencia, en condiciones desfavorables para producir llu-
vias.
Puede decirse en general que las costas orientales de los
continentes que son las que reciben directamente á los alisios,
inmediatamente después de haber estos pasado por los mares,
tienen mucha mayor cantidad de lluvia que en los lugares co-
locados en la costa occidental, á los cuales no llegan los ali-
sios, sino después de haber atravesado el continente, y aun
puede decirse también que las costas orientales que reciben
más lluvias son aquellas que tienen frente de sí mayor exten-
sión libre del océano en la dirección de los alisios, así como
las costas occidentales más secas son aquellas que tengan an:
te de sí mayor extensión de continente, también en la diree-
ción de los alisios.
Algunos ejemplos de localidades que están en las condi-
ciones dichas creo que no estarán por demás y servirán, no
solo para comprobar lo dicho, sino también para dar idea de
la proporción que existe entre las lluvias que caen en las cos-
tas orientales y las que caen en las occidentales de los conti-
nentes. Í
En América del Sur: |
Pernanbuco, Costa E. del Brasil. Recibe anualmente. 2925"
Lima, cerca de la costa Oeste del Perú. Recibe. .... 221
Diferencia. . 2704
**Antonio Alzate.” 141
En Africa:
Zanzíbar, Costa Oriente. Recibe anualmente ....... 1400="-
San Pablo de Loango, Costa Occidental. Recibe.... 525
Diferencia -......... 875
En Asia:
Hong-Kong, Costa Oriental de China. Recibe anual.
OO EDITO A A A 2100"
_ Aden, Costa occidental de Arabia. Recibo iso E hrdol Ao 15
Diforaacials amdirmiós 2025
Australia:
Sidney, e Oriental. Recibe anualmente...-..... 1250w"»:
Northan, Costa Occidental, Recibe. ........-.....:- 200
Diferenela aces 1050
México:
Tlacotalpan, Costa Oriental. Recibo anualmente :. .. 1824”,
Manzanillo, Costa Occidental. Recibe.............. 600 :
IILOTONCIA. 2 emi 1224
Las masas de aire y los vapores que se elevan en la atmós-
fera en la región ecuatorial se distribuyen á uno y otro lado
del Ecuador, formando las corrientes superiores atmosféricas
llamadas contra- alisios, las que, como se sabe, soplan en las
altas regiones de la atmósfera de S. W. á N. E. en el hemisfe-
rio boreal y de N. W. á 5. E. en el hemisferio austral. Estas
corrientes de aire disminuyen de elevación á medida que se'
alejan del Ecuador y terminan por llegará '4 la superficie del
suelo para formar con los alisios una circulación compléta.
142 Memorias de la Sociedad Científica .
nm
PALA II, PWALILI
Los contra—alisios al descender penetran en zonas de la at-
mósfera más y más calientes y por consecuencia, su grado de
humedad se aleja del punto de saturación á medida que dis-
minuye su altura. Por eso es que están caracterizados los con-
tra-alisios como vientos secos y poco favorables para la for-
mación de lluvia, con excepción de los casos en los que la in-
terposición de elevadas montañas los obligan á volver á subir
originando entonces lluvias. De estas lluvias originadas por
los contra-alisios me he ocupado ya en alguna otra ocasión,
al publicar hace algunos años un folleto titulado “Las Tem-
pestades del fin del Invierno.”
Las zonas de la tierra en las cuales tiene lugar el descen-
so de los contra-alisios tienen bastante amplitud, siendo muy
variables en su posición y dimensiones, según el hemisferio ó
continente á que corresponden. En el hemisferio Norte di.
cha zona se extiende desde muy cerca del Trópico de Cáncer
hasta los 35 grados de latitud, alcanzando sus mayores latitu-
des en el continente asiático. En el hemisferio austral alcan-
zan menores, aunque casi iguales latitudes que en el hemisfe-
rio boreal.
A estas zonas se les ha llamado zonas ó regiones de las
calmas tropicales y están caracterizadas por su escasez de llu-
vias, pues en ellas es en donde se encuentran las localidades
de menor régimen pluviométrico. La falta de lluvia en estas
zonas, así como los vientos impetuosos que reinan en ellas
cuando predomina el descenso de los contra-alisios, las hace
poco favorables para el desarrollo de vegetación, y en conse-
cuencia, sus tierras son áridas y arenosas, sus montañas des-
nudas y abruptas y en una palabra, su aspecto general es el
de los desiertos.
De estos desiertos tropicales no solo existe como ejemplo
el Desierto de Sahara en Africa, sino que en todos los conti-
nente de uno y otro hemisferio existen regiones desiertas que
aunque menos extensas que el Sahara, tienen todos los carae-
“Antonio Alzate.” 143
teres de éste aun los de las tempestades de arena ocasiona-
das por el desalojamiento de las capas inferiores de la atmós-
fera en el descenso de los contra-alisios.
En Asia existen los desiertos de Arabia, de Persia, del Be-
luchistan y el gran desierto de Gobi.
En Africa el Desierto de Sahara ya citado, correspondien-
do con las calmas tropicales del Norte y el Desierto de Cala-
harí y el de las Beguanas, correspondiendo con las del Sur.
En Australia el desierto Australiano, que cubre una gran
parte del centro y occidente de la isla,
En la América del Sur existen las Pampas argentinas que
si bien no tienen todos los caracteres de los otros desiertos no
por eso dejan de ser regiones en las que son muy escasas las
lluvias. Los caracteres de los desiertos están modificados en
las Pampas por razón de lo estrecho del eontinente y la proxi-
midad de los dos oceanos, así como por la existencia y Orien-
tación de los Andes Chilenos que las limitan en su parte oe-
cidental.
En América del Norte existe también una extensa re-
gión desierta comprendida entre la República de los Estados
Unidos y México y forma los desiertos conocidos con los nom-
bres de Desiertos de California, de Arizona, de Texas, de So-
nora y de Chihuahua.
Sería muy largo el dar aquí una descripción de esos desier-
tos aunque todos ellos tienen caracteres comunes, como son la
aridez de su suelo, lo elevado de sus temperaturas, los vientos
impetuosos cargados de arena, dc., condiciones todas que pro-
vienen de la falta de lluvia, pues en efecto, como dijimos an-
tes, en estas zonas de las calmas tropicales, las condiciones
atmosféricas no son favorables para la lluvia. Pongo en segui-
da algunos datos pluviométricos recogidos en poblaciones si-
tuadas en los desiertos citados ó muy próximas á ellos, datos
tomados del profesor Loomis.
DAILIY
144 Memorias de la Sociedad Científica .
INICIO IA
América del Norte:
Indio. Desierto de California Lluvia anual AS O
Yuma. Desierto de California. Lluvia amual.. .....- 77
América del Sur:
Mendoza. República Argentina. Lluvia anual ...... 200",
San Juan. República Argentina. Lluvia anual...... 75
Africa:
Murzuk. En el Fezzan, Desierto de Sahara. Lluvia. 0”
Suez, Egipto, Africa del Norte. Lluvia anual .....- 25
Cairo, Egipto, Africa del Norte. Lluvia anual ...... 32
Pella, Africa del Sur, Al $. del río Orange. .--.. -- 50
Asia:
Bagdad, al N. del Desierto de Arabia. Lluvia anual. 15C""
Yarkand, próximo al desierto de Gobi. Lluvia anual. 12
Australia:
Strangways, Desierto del Centro.......---.=..--=-- 125
De Y uma, punto situado en el desierto de California, he po-
POLI LIIIIIIIIIAA
dido obtener por las publicaciones del “Weather Bureau” los
promedios mensuales deducidos de 28 años de observaciones
y son los siguientes:
EMO oo
Febrero..... bad
LES IA
a e
MANDO, de pa
MUILO: >. 2 LM. Se a
A da Arlt alo E SEAS
dr SU ASOBLO > de cara Dale 16.5
--3.5 Septiembre......-. 14.5
- 0.2 OCHaDre re ct 2.2
ass, Noviembre ....-.... 75
--0.0 Diciembre ......... 1.2
Totale 1 Lian dde ds 1120
“Antonio Alzate. ? 145
DOLO s
En resumen, las zonas determinadas por los alisios son
cinco:
% Zona delas calmas ecuatoriales, caracterizadas por la reu-
nión en ella de los vientos alisios, el movimiento ascencional de
la atmósfera y como consecuencia de esto lluvias abundantes.
Dos zonas de calmas tropicales, caracterizadas por el des-
censo de los contra—alisios y la escasez de lluvias y
Dos zonas intermedias en las que dominan los vientos del
N. E. para el hemisferio boreal y del S. E. en el hemisferio
austral y en las cuales el régimen pluviométrico de las loca
lidades depende en parte de su colocación más ó menos favo-
rable para recibir directamente los alisios, así como de la exis-
tencia de cadenas de montañas que por su orientación deter-
minen la elevación de los alisios.
Estas cinco zonas serían equidistantes del Ecuador y ten-
drían amplitudes uniformes en toda la redondez del globo te-
rrestre, si no estuvieran modificadas por la configuración de los
continentes y de los mares. Así como también las zonas de
lluvia ó de sequía son modificadas por el paso más ó menos
frecuentes de los ciclones. Por ejemplo, los desiertos de Ari-
zona y Texas deberían extenderse hasta la Louisiana y la Flo-
rida; pero no sucede así porque estos dos Estados quedan pre-
cisamente sobre las trayectorias más frecuentes de los ciclo-
nes de las Antillas. Las costas orientales de China serían igual-
mente áridas, si no estuviesen sobre las trayectorias de los ci-
clones de Filipinas.
II. La segunda de las causas que he señalado como deter-
minantes de corrientes ascendentes son las depresiones baro-
métricas. En efecto, inmediatamente que en cualquier lugar de
la Tierra disminuye la presión barométrica, se inician al rede-
dor de ese punto corrientes de aire convergentes hacia el cen-
tro de la depresión, las cuales modificadas en su dirección por
el movimiento de la Tierra al rededor de su eje, forman enor-
mes espirales que se dirigen de.derecha á izquierda en el he-
Memorias.—(1901) —T. XVI 19.
146 Memorias de la Sociedad Científica
IIA III
w
SII
III
misferio boreal y en sentido contrario en el hemisferio aus-
tral. Se forman, en consecuencia, al rededor de las depresiones
barométricas, grandes torbellinos, que cuando tienen lugar ed
los mares ó en sus cercanías, concentran enormes cantidades
de vapor de agua, que transportadas por las espiras del viento
á las regiones altas de la atmósfera, se condensan originando
densas nublazones y copiosas lluvias. Estos meteoros girato-
rios, conocidos generalmente con el nombre de ciclones, son
los llamados también huracanes en las Antillas y Tifones en los
mares de China y Filipinas.
Los ciclones, ó sean las depresiones barométricas que los
originan, nacen generalmente cerca de la región de las calmas
ecuatoriales y después de su formación, obedeciendo á los mo-
vimientos generales dé la atmósfera, avanzan con más ó me-
nos rapidez del Ecuador hacia los Polos, siguiendo trayectorias
sensiblemente parabólicas, cuya concavidad siempre está vuel-
ta hacia el Oriente. Durante el movimiento de estos meteoros
aumenta su diámetro y las nublazones, fuertes lluvias y vien-
tos impetuosos que les acompañan, pasan sucesivamente por
todos los lugares de la Tierra que quedan en su trayectoria.
Las regiones más propensas para la formación de los ci-
clones son las costas orientales de los continentes en la zona
ecuatorial, resultando de esto que son cuatro las regiones en
las que generalmente nacen estos meteoros:
El mar de las Antillas, en donde tienen su orígen los hu-
racanes del mismo nombre y los ciclones de las costas de Mé-
xico y de los Estados Unidos.
Las Islas Filipinas en las que generalmente tienen su ori-
gen los Tifones que recorren el mar de China.
El Océano Indico en la Isla de Java que es en donde na-
cen los ciclones que dirigiéndose al Sur del Ecuador pasan
por las costas orientales de Africa y de la Isla de Madagascar.
Y la región del Océano Pacífico al Oriente de la Nueva
Zelanda, que es donde nacen los ciclones que azotan las costas
orientales de Australia y de la primera isla citada.
““ Antonio Alzate. ” y 147
FRECUENCIA DE LOS CICLONES DURANTE EL AÑO.
Enero. Feb. Mar. Abr. Mayo. Jun. Jul. Agto. Sep. Oct. Nov. Dic.
Antillas .....- RIA HABS 2 > 19 6 3
Filipinas -....- dB a 0 a e
Océano Indico. 24 25 18 12. 4 1 20.0 200.1 5 10
y, Pacífico. 29 19 28 A EAN APNEA 1 y ld: AA le
Coneretándonos á los ciclones del mar de las Antillas que
son los que modifican el régimen pluviométrico de las costas
de México y sin detenernos á estudiarlos en detalle, pues no
son estos meteoros el fin principal de estos apuntes, doy en se-
guida la descripción que en pocas líneas de ellos hizo el enten-
dido meteorologista Padre Benito Viñes, de la Habana, en su
obra sobre los huracanes de las Antillas y después consignó
algunos otros datos de las autoridades que cito. El Padre Vi-
ñes dice:
“Sabido es que el huracán de las regionas tropicales es un
vasto remolino atmosférico progresivo. Tal cual se observa en
la superficie terrestre ofrece los siguientes fenómenos: Giran
en él los vientos y las nubes bajas co desusada velocidad al
rededor de un espacio central denominado vórtice, en este es-
pacio reina ó la más completa calma ó vientos relativamente
muy débiles, despejan los nimbus y aclara la región superior
nasta el punto de dejarse ver algunas veces el Sol y las estre-
llas al través del velo cirroso y aun hasta el mismo fondo azul
de la bóveda celeste. La rotación del viento es siempre del
mismo sentido para un mismo hemisferio; en el boreal gira de
E. 4 W. pasando por el Norte y en el Austral de W. 4 E.
pasando por el Sur: es decir, en sentido contrario á las mane-
cillas de un relox. La presión atmosférica disminuye considera-
blemente y á veces con extraordinaria rapidez desde el borde
del disco giratorio hasta la región Central, en donde alcanza
148 Memorias de la Sociedad Científica
rd
IIILLAIL LALA AAA
un fuerte mínimum. La fuerza del viento en diversos huraca-
nes y en un mismo huracán á distintas distancias del vórtice,
guarda cierta proporción con la mayor ó menor pendiente ba-
rométrica. Por otra parte, la marcha del barómetro en estas
regiones es de suma regularidad y periodicidad, de suerte que
una fuerte depresión barométrica supone siempre la presen-
cia de un temporal giratorio y va siempre acompañada de fuer
tes vientos arrafagados, racheados Óó huracanados, nimbus,
chubascos y en el mar fuerte marejada y crecida de las aguas
á la aproximación del vórtice. Estas y otras verdades relati-
vas á la constitución y marcha de los ciclones son de eviden-
cia física,”
Respecto á la frecueneia de estos fenómenos y á las épocas
del año en que se presentan doy en seguida los datos publica-
dos por la Oficina Hidrográfica de Washington deducidos de
15 años de observaciones.
MESES. 1865, 1966. 165, 1998. 1889. 1090, ISOl. 1992. 1893, 1894. 19%, 1896. 1897. 1898. 1899. Toll
mon 0 2 0041 0 190,50, 0.0
Wii LOS 050. TZ OOO O OS
Api BAD A IE ADA O 01 0 dd
Septiembre, 1 1336 2 21 0 21 3 1 3 231
MANCO ALETA ERES AA ads LD. ON
Noviembre. 0.0 2,2 2 20.1 1,0. 0 0. 0-0 0.10
La tabla anterior dá idea de la distribución que en los me-
ses del año tienen los ciclones y como se vé por ella, .estos
meteoros son más frecuentes en los meses de Agosto, Septiem-
bre y Octubre; por eso es que estos meses siempre han sido
considerados por los marinos como los que tienen mayores
peligros para la navegación en el mar de las Antillas y en las
aguas del Golfo de México. :
He dicho ya que las lluvias que provocan los ciclones son
muy abundantes. Como ejemplo á este respecto citaré las 1lu>
“¿Antonio Alzate.” 149
vias provocadas por el ciclón del 8 de Septiembre de 1900, que
como se recordará, fué notable por haber sido el que ocasionó
la destrucción de la Ciudad de Galveston y de otros muchos
poblados de sus cercanías en el litoral de Texas. Dicho ciclón
nació en las Antillas menores el día 30 de Agosto de 1900 y
después sucesivamente pasó por los puntos y en las fechas
que siguen:
Septiembre 2.—Pasó por Kingston.
+ 4.—Pasó por Cienfuegos.
Z 5.—Pasó al Oriente de Key West.
» 6.—Pasó por la Florida al Sur de Tampa,
7.—Pasó al Sur de New Orleans.
Es 8.—Pasó por Galveston, originando la des-
trucción de ese puerto.
Septiembre 9.—Pasó por Fort-W orth.
10.—Pasó por Oklohama.
Sue. Se. be.
»”
Las lluvias que cayeron en estos puntos durante los días
citados fueron excepcionales por su abundancia, siendo las más
notables las del día 5 en Santiago de Cuba, en donde se re-
cogieron 440 milímetros en 24 horas (La lluvia total anual de
Santiago es por término medio 850 mm). En Cienfuegos ca-
yeron 72 mm, de agua el día 5. En Tampa el día 7 se reco-
gieron 32 milímetros de lluvia. En New Orleans el día 8 ca-
yeron 33 mm. y en Avilema se recogieron 16 mm. durante las
24 horas del día 10.
Datos semejantes á éstos podría citar de otros muchos
ciclones; pero lo creo por demás, pues es bien sabido que esos
meteoros están caracterizados, como he dicho antes, por la
abundancia de las lluvias que provocan.
Se comprende desde luego que en las localidades por don-
de pasan con más frecuencia los ciclones se modifica nota-
150 Memorias de la Sociedad Científica
OI AA LIO AE IO SOLO IO LAO AA IO AAA AA LAI LOLI LOLA LIL LIA IA
blemente el régimen pluviométrico anual de esos Ingares á cau-
sa de las lluvias anormales cielónicas.
Estas modificaciones del régimen pluviométrico por los
ciclones, no sólo se dejan sentir en la cantidad de lluvia anual,
sino también adelantado ó retardando los máximos de la dis-
tribución mensual de las lluvias. Por ejemplo: Tampa, en la
costa occidental de Florida se encuentra sensiblemente en la
misma latitud de los desiertos de Arizona y por su posición
en una costa occidental, su régimen pluviométrico debería ser
escaso y su máximum anual debería caer en el mes de Julio.
Ahora bién, véamos lo que dicen los datos recogidos en ese
punto el año de 1894, que son los que tengo á la vista:
¡ari AR A a O EY
Debrero Mu sI UGAZ EEN 68
MAA A IN 42
y E y A a ii e Ps 34
MEJO. 5-20 IA 173
TEMAS 7 Roba meo: Ye BE 228
VEO RSE GIDlA 1) APIO 289
O a o Eto SO O 179
Septiembre. ¿20.040 432
Octubre. 1 10400) har 20% 121
Noviembre (20 EL 0 54
Diciembre 2 IU PI al KE
Total: 20 Sure, 1670""
Estas cifras dicen desde luego que las lluvias en Tampa
son abundantes y como se vé, su distribución mensual presen-
ta dos máximum: el primero, correspondiendo al mes de Ju-
lio, que propiamente es el que podríamos considerar como el
máximum normal tropical que corresponde á la latitud de Tam-
pa, y el segundo, que es máximum maximorum, correspondien-
«Antonio Alzate” 151
SSI ID ID I DIA DIIIIODDID DIODOS DIODOS
te al mes de Septiembre, ocasionado por las lluvias anormales
ciclónicas.
TI. La interposición de las montañas á las corrientes de
aire es la tercera causa que he considerado como orígen de los
movimientos ascendentes capaces de provocar lluvias. En efec-
to, cuando una corriente de aire sopla hacia una montaña, la
dirección más ó menos inclinada que toma el viento debe con-
siderarse como la resultante de dos componentes: Una horizon-
tal y otra vertical, cuyas magnitudes y relación son función
de la velocidad del viento y de la pendiente del terreno. Ade-
más, la cantidad de precipitación que resulta, depende del
grado de humedad de la corriente de aire que se considere.
Todas estas relaciones, que por decirlo así, son fundametales
en el estudio de la formación de las lluvias, se hallan estable-
cidas por riguroso 'análisis matemático en el estudio que so-
bre esto ha publicado recientemente el Profesor Pockels del
Colegio Tecnológico de Dresden (Véase el número del Monthly
Weather Review correspondiente al mes de Abril de 1901).
La índole de estos apuntes sólo me permite citar algunas
de las conclusiones que se deducen del estudio del Profesor
Pockels:
Las lluvias son más abundantes en las laderas de las mon-
tañas vueltas hacia el viento, correspondiendo el máximo de
precipitación á la altura en donde tienen su mayor valor la
componente vertical del viento.
La curva de la precipitación que recibe una montaña en
sus diversas alturas es función matemática de la pendiente
de sus laderas.
Son escasas las lluvias sobre las mesetas que siguen á las
elevaciones rápidas del terreno.
Tiene mayor influencia en la provisión abundante de
lluvia una pendiente prolongada que una elevación brusca del
terreno y
En las condiciones normales de la atmósfera no dan origen
152 Memorias de la Sociedad Científica
á ninguna condensación las alturas menores de 500 metros.
En el verano las montañas de 600 á 800 metros de elevación
dan origen á la formación de cúmulus, cuya altura queda com-
prendida entre 1000 y 3000 metros; pero sin que estas nubes
queden tocando la elevación de donde resultan; se necesitan
elevaciones mayores de 600 metros para que en las condicio-
nes medias de la atmósfera, durante el verano, rusulten ceú-
mulus que se formen tocando la cima de la montaña.
Por otra parte, desde mucho antes á los estudios actuales
que han permitido establecer la verdadera influencia de las
montañas en la formación de las nubes, era ya conocida por
los observadores, y sobre todo, por los marinos, la aparente
predilección de las nubes á formarse sobre las altas cimas de
los montes. Bien sabido es que los cúmulus, que general-
mente coronan á las islas diseminadas en el Océano, permite
á los marinos conocer que se acercan á tierra aun mucho an-
tes de que esta esté visible.
Por la exposición hecha de las tres causas determinantes
de las lluvias se desprenden algunas consideraciones, no solo
sobre la distribución de estas, sino también sobre su clasifi-
cación:
1*. Las lluvias determinadas por el sistema de circulación
en los vientos alisios y demás corrientes generales de la at-
mósfera, que se derivan del cambio en la declinación del Sol,
están ligadas á la revolución trópica de la Tierra al rededor
de ese astro y por esto pueden denominarse lluvias trópicas
ó normales.
2*. Las llnvias originadas por el paso de los ciclones, que
aunque ligados estos meteoros á las corrientes generales de la
atmósfera, no tienen ni su constancia ni su periodicidad, pue-
den denominarse lluvias anormales ó ciclónicas.
3*, La configuración del terreno en cada localidad, así eo-
mo su distancia, al Océano, más ó menos grande, determinan
modificaciones en los movimientos generales y aun parciales
E 17M
“¿Antonio Alzate. ” 153
de la atmósfera, algunas de las cuales son origen de lluvias
que propiamente podrían llamarse lluvias esporádicas ó lo-
cales.
Ahora bien, hemos visto ya, aunque someramente, cómo
se encuentran distribuidas en el Globo Terrestre las zonas de
la mayor ó menor abundancia en las lluvias, así como también
las zonas de sequía y la influencia de las alturas del terreno
en las lluvias locales. Podemos por lo tanto, para el territo-
rio de México, dar de una manera teórica la distribución de
las lluvias, comprobando después dicha distribución con los
datos pluviométricos recojidos en ftiversas localidades.
Encontrándose el territorio de México entre las latitudes
14 y 320 Norte, una parte se halla al Sur del Trópico de Cán-
cer y la otra al Norte de este círculo, que como es bien sabido
tienen una latitud de 23 4 grados, Puede, en consecuencia,
decirse para la República Mexicana, que recibirá mayores
cantidades de lluvia en la parte Sur que en la Norte, por ra-
zón de que la primera se encuentra más cerca de la zona de las
calmas ecuatoriales y aun queda dentro de las oscilaciones de
de esta zona en declinación, en tanto que la segunda se halla
al otro lado del trópico, en la zona seca de las calmas tropi-
cales.
Las costas del Golfo de México deben de recibir, según lo
dicho antes, mayor cantidad de lluvia que las costas occiden-
tales, porque las primeras reciben directamente los vientos
alisios después de haber pasado por el Golfo de México, en
donde recojen grandes cantidades de vapor de agua, resultan-
te de la fuerte evaporación en dicho Golfo por las altas tem-
peraturas que reinan en él.
El régimen pluviométrico de las costas orientales se au-
menta aun más por el paso frecuente de los ciclones que na-
cen en las Antillas, pues muchas de las trayectorias de estos
meteoros penetran en el Golfo de México, pasando sobre los
estados de Veracruz y Tamaulipas.
Memorias.—[1901]. T. XVI.—20.
154 Memorias de la Sociedad Científica
AID ILDIIIIIIIII8IIALIIIII III III
Por último, la Mesa Central, en todos aquellos puñtos que
se encuentren desprovistos de grandes elevaciones y cuya al-
tura media sea menor de 1200 metros deberá ser escasa en su
régimen pluviométrico, pues dadas las condiciones medias de
temperatura, humedad y presión barométrica de las costas del
Golfo, la altura media en que comienza la formación de los
cúmulus (nubes de lluvia) es 1400 metros. Por tanto dichas
nubes sólo originan lluvias cuando se encuentran intercepta-
das en su paso por eminencias cuya altura sobre el nivel del
mar sea mayor.
He podido reunir datos pluviométricos recojidos en diver-
sos años y durante distintos períodos en 84 localidades, de las
cuales la mayor parte pertenecen á México y unas pocas á po-
blaciones fronterizas, tanto pertenecientes á los Estados Uni-
dos, cuanto á Belice y Guatemala.
Con dichos datos he formado la Carta adjunta, en la que,
como se ve, he dividido las lluvias en cinco grupos:
Lluvias anuales menores de 250"
Lluvias anuales comprendidas entre 250 y 500””:
Lluvias anuales comprendidas entre 500 y 1000”"
Lluvias anuales comprendidas entre 1000 y 2000”"-
Lluvias anuales mayores de 2000”"-
Las lluvias del primer grupo corresponden á una gran fa-
ja de terreno en los Desiertos de Sonora, California y Chihua-
hua, prolongándose hacia el Sur hasta una latitud de 24 gra-
dos en la parte correspondiente á la Mesa Central.
«Las lluvias del segundo grupo comprenden parte de los
Estados de Sonora, Chihuahua, Durango, Aguascalientes y
San Suis Potosí.
Las lluvias del tercer grupo cubren las costas, tanto del
Pacífico cuanto del Golfo de México y la parte más alta de la
Mesa Central prolongándose hacia el Sur hasta el Estado de
Oaxaca. Este grupo corresponde también á la parte Occiden-
tal de la Península de Yucatán.
“Antonio Alzate.” 155
El cuarto grupo corresponde á las costas Sur del Golfo de
México y del Océano Pacífico y á las costas orientales de la
Península de Yucatán y
Por último, las zonas del quinto grupo ó sean las más abun-
dantes, corresponden á pequeñas porciones de las costas de
Veracruz y Tabasco en el Golfo de México y á las costas del
Estado de Chiapas en el Océano Pacífico.
Para formarse una idea, aun cuando sea poco aproximada
del total de lluvias que recibe la República Mexicana anual-
mente puede medirse en el plano adjunto la superficie corres-
pondiente á cada una de las zonas y estimar la cantidad total
de aguas que por lluvias cae anualmente sobre ellas, recordan-
do que un milímetro de lluvia sobre la superficie de un metro
cuadrado corresponde á un litro y sobre una hectarea ó sea
2000 metros cuadrados corresponde á diez metros cúbicos.
Las superficies aproximadas de las zonas correspondien-
tes á cada uno de los cinco grupos de lluvias consideradas es
como sigue:
1* Zona. 296,000 kilómetros cuadrados.
2* Zona. 339,000 kilómetros cuadrados.
3* Zona. 848,000 kilómetros cuadrados.
4* Zona. 424,000 kilómetros cuadrados.
5* Zona. 43,000 kilómetros cuadrados.
Suma... 1.948,000 kilómetros cuadrados, superficie total
de la República.
Suponiendo que en la primera zona solo caen anualmente ,
2007" y en las demás el mínimum de los límites que se han
considerado, las cantidades de lluvia que anualmente reciben
cada una de estas zonas es como sigue:
Zona núm. 1. 59,200 millones de metros cúbicos.
Zona núm. 2. 84,750 millones de metros cúbicos.
Zona núm. 3. 424,000 millones de metros cúbicos.
Zona núm. 4. 424,000 millones de metros cúbicos.
Cona núm. 5. 86,000 millones de metros cúbicos.
Suma. -..- 1.077,950 millones de metros cúbicos.
156 Memorias de la Sociedad Científica
Son muchas las consideraciones á que se prestan estos nú-
meros, tanto física, como bajo el punto de vista agrícola, en
cuyo ramo tienen su aplicación práctica principal.
Pero sería muy largo desarrollar aquí esas consideraciones,
por lo que ellas serán motivo de algunos otros estudios que
tendré la honra de enviar á esta H. Sociedad para contribuir
con mi pequeño grano de arena á los estudios que con tanto
éxito se prosiguen por sus miembros.
Sigue la lista de las localidades de las cuales he podido re-
coger datos pluviométricos, con los que he formado la carta
de la República con la distribución de las lluvias.
México, Octubre Y de 1901.
>
Antonio Alzate. ”
DATOS pluviométricos de algunas localidades de la República Mexicana
y de algunos puntos de los Estados Unidos cercanos á la frontera de
pad
bo
pa pa pl pl
OD NM Pp 0
17;
pal
RD 00-D090%+0N-
ambos países.
LOCALIDADES. Altitudes.
. Acapulco, Grue........... +
. Alburquerque, Tex....... 1530
Aguascalientes . -...... 1861
Bolkicb, Bel -:002: 2804-20
Bénzón, Az 53... 2061. 1090
¿Brorivillog Tec... :08.. 14
- Buenávista, DIG. ..17. cion
: Campeche. .--2000..... ES 8
.Cedas, Fla... HA 7
. Ciudad Lerdo, Dur. ..... 1141
. Ciudad Porfirio Díaz, Coah. 220
. Ciudad Victoria, Tam.... 300
. Chihuahua. ..... GIIA 1414
Moliia E. MARIE 507
. Concho, Pex ult. mL... 534
Córdoba, Ver Tos... HL 838
Cuernavaca, Mo ......-.. 1556
. Oullacán, Sin 122 i 84
.Foenix, Te. 23l.. eLo E 341
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W. B.
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TY:
Schott.
(0 MsC:
Aguilar.
A guilar.
Glassfordt.
A guilar.
Mayer.*
W. B.
Aguilar.
Moreno.
(1) Tables and results of the precipitation in rain and snow, in the U.S. and at so-
me stations in adjacent parts of the North America, and in Central and South America.
—SMITH. CONTR. TO KNOW. 222. 1873.
IL, p. 97-112.
ép, IV, p. 90-103.
(3) Citado en Loomis, Contributions to Meteorology.
(5) El Clima de la República Mexicana. Años 1 y IL.
(2) Ligeros apuntes para el estudio de las lluyias en México.—MEM. SOC. ALZATE.
(4) Estudio meteorológico sobre la ciudad de Cuernavaca. — BOL. Soc. GEOGR. 3*
160 Memorias de la Sociedad Científica
NIDOS IS SICIS 2 SOIL ISI ISS IIS IC IOIOS EI LS MILL
Significado de las abreviaturas:
O. M. C. Observatorio Meteorológico Central de México.
W. T. Weather Bureau, de Washington.
O. A. Observatorio Astronómico de Tacubaya.
TF. Telégrafos Fedefales de México.
LA ELECTRO —SINU=CAUSTICA
Ósea
EAPTOTROGTA TG NEA
por medio de las corrientes de Alta Tensión y Alta Frecuencia
POR EL
Dr. ROBERTO JOFRE, M. $. A.
Deseoso de contribuir con mi grano de arena, si no á for-
talecer, siquiera á no desprestigiar el crédito de laboriosa que
ha logrado conquistarse esta honorable agrupación, á la que
me honro en pertenecer desde ahora, por la benevolencia de
sus distinguidos miembros, no he querido presentarme por la
primera vez ante vosotros con las manos vacías y he preferi-
do traeros este corto é incompleto trabajo á ser tildado por
vosotros de indolente, aunque no haya contado con el tiempo
necesario para preparar el estudio clínico y fisiológico del mé-
todo que os presento con el nombre provisional de “Electro—
sinu-cáustica” ó sea, la Cirugía Ígnea por medio de las Co-
rrientes Sinusoidales de Alta Tensión y Alta Frecuencia.
Desde el año de 1895 en que me tocó ser en la República el
primero en repetir los experimentos de Tesla y de d'Arsonval
tuve la idea de servirme de las corrientes de alta tensión ya
expresadas, en substitución del termo—cauterio y de la galva-
Memorias.—[1901.]-—T. XVI.-—21.
162 Memorias de la Sociedad Científica sí
nrnmos
SIHAAADIDA DIA DD IDIIIILILIIIIAII OOO III
no-cáustica térmica, para operar por medio del fuego, en los
mismos casos en que aquellos procedimientos están indica-
dos; pero urgido, como me he visto desde entonces á resolver
problemas para mí más imperiosos, nunca he tenido oportu-
nidad de ensayar las referidas corrientes con el objeto indica-
do. Los móviles que me inducen, pues, á escoger este asunto
para inaugurar mis trabajos ante esta culta Sociedad, ya que
uno de ellos no puede ser el presentaros un trabajo acabado,
son á lo ménos, 1?: el llamar la atención de vosotros hacia es-
te nuevo recurso que surge en la arena de la investigación, á
cuyo efecto invito gustoso á aquellos de vosotros que deseen
ensayarlo y 2*: al solicitar de vuestra bondad se le de entrada
en el Archivo de esta Sociedad, conservar en él una constancia
de que la primacía de este pensamiento corresponde á un
mismo miembro suyo, por si acaso le estuviere reservado ser-
vir de algo en bien de la humanidad.
Al describiros el nuevo procedimiento de Cirugía Ígnea
que propongo á vuestro estudio, no me parece conveniente.
cansar vuestra benévola atención describiéndoos pormenoriza-
damente los aparatos que sirven para producir las corrientes
de alta tensión y alta frecuencia, ni mucho ménos os haré la
historia, por interesante que sea, de uno de los más notables
descubrimientos del siglo próximo pasado. Vosotros conoceis
mejor que yo este asunto y aun suponiendo que hubiere al-
guien que lo ignorare, estoy seguro de que preferirá estudiar
lo en buenos libros. Por tales motivos, procederé lacónicamen-
te á explicaros lo mejor que pueda mis ideas.
Es cosa bien sabida que las corrientes de alta tensión y
alta frecuencia (denominadas así por Tesla), son corrientes
que, susceptibles de ser engendradas por cualquiera de los ma-
nantiales de electricidad conocidos, si el flujo original es de
baja tensión, es transformado en flujo de alta tensión y si es
y
;
“Antonio Alzate.” 163
de alta tensión, así es utilizado, haciéndolas oscilar á un ritmo
crecidísimo de períodos, por medio del artificio cuyas propie-
dades fueron primeramente descubiertas por Helmholtz, estu-
diadas matemáticamente por Lord Kelvin y después experi-
mentalmente por Feddersen y que consiste en descargar con-
densadores sobre resistencias inductivas. Por un lado en los
Estados Unidos, Tesla, y por otro en París el Dr. “Arsonval,
descubrieron que estas corrientes son inofensivas para el cuer-
po humano y Tesla ha llevado sus experimentos á extremos
de potenciales é intensidades considerables, sin encontrar el
límite de su inocuidad. Como estas corrientes no sólo no cau-
san mal alguno, sino que calculadas convenientemente las in-
ductancias y las capacidades que rigen sus períodos se pue-
den producir en condiciones de no causar sensación de ningún
género, por más que circulen cantidades enormes á tensiones
eléctricas considerables, por el cuerpo humano, es posible va-
lerse de estas corrientes para encender lámparas incandescen-
tes en las manos, hazer entrar en combustión diversas subs-
tancias, iluminar tubos de Geissler, de Crookes y de Roentgen
en las manos sin sensación de ningún género.
Como es natural, ante el descubrimiento de la notabilísi-
ma propiedad fisiológica de su inocuidad, á Tesla y á d'Arson-
val les intrigó su explicación y en tanto el primero propuso
una de orden puramente eléctrico, el otro, médico y fisiólogo
consumado á la vez que físico, aclaró con grandísimo acierto
la verdadera causa de ese extraordinario fenómeno.
Contando, pues, yo, con que las corrientes de alta tensión
de que vengo hablando, son inocentes, que no causan sensa-
ción alguna á su paso por el organismo, en tanto no sea uno
tocado por algún cuerpo ya sea de gran capacidad electrostá-
tica ó en comunicación con tierra, especialmente si es buen
conductor de la electricidad y contando con las propiedades
caloríficas de estas corrientes, creo que si se conecta un pun-
to cualquiera del cuerpo del paciente por operar, una mano
164 Memorias de la Sociedad Científica '
Ars
PAPI PLIIII
por ejemplo, empuñando como se acostumbra, un mango grue-
so metálico, en relación con la corriente, ó si se quiere conec-
tar el pie, valiéndose de una bandeja llena de agua dentro de
la cual se sumerge una placa metálica conectada á su vez con la
corriente, si el cirujano toma en una mano un instrumento me-
tálico cualquiera y lo acerca al punto del cuerpo que necesita
la intervención, se producirá una escara tan extensa y tan pro-
funda como se quiera. Será cosa de estudiar el ó los instru-
mentos más adecuados para practicar tales ó cuales operacio-
nes y estos detalles los aconsejará la experiencia Creo inútil
advertir que la acción característica de estas corrientes debe
ser ilimitada. Tal vez no exagere al esperar que lo mismo se-
rá posible cireunseribir su acción á un punto tan reducido co-
mo la punta de una aguja, como inflamar por entero y en ins-
tantes el cuerpo de un hombre. Los aparatos que yo uso pa-
ra las aplicaciones que hago del tratamiento de d'Arsonval, en
mi Instituto de Electroterapia, producen corrientes de más de
dos kilowatts, que integras pasan, entre mano y mano de mis
pacientes, por todo su cuerpo, cuando los coloco sobre un ban-
quillo aislador. Dos kilowatts, corresponden, á razon de 736
watts por caballo, á 2,71 caballos, es decir, cerca de tres. La
cantidad de calor en calorías-gramo-grado desprendida por
esos 2000 watts, es de 480 calorías aproximadamente, que se
concentrarán en el punto del cuerpo que se trata de cauteri-
zar. Si la superficie de acción del instrumento se reduce á la
de la forma quese da generalmente á los instrumentos galva-
no-cáusticos ó al termo-cauterio, es de creer que afluirán al
punto de acción en virtud de las leyes de la repartición del po-
tencial eléctrico en estas corrientes, las 480 calorías, capaces
de elevar la temperatura de un gramo de agua á 480 grados y
si se tiene en consideración que esta cantidad de calor se en-
tiende que es por segundo, al cabo de unos instantes, com-
prendereis que puedan quedar esos tejidos carbonizados, si se
concreta toda esta suma de corriente en ese punto.
“Antonio Alzate.” 165
IILLILIL
Quédame discutir con vosotros qué nombre es el más apro-
piado para designar este procedimiento. Como las tres cuali-
dades que lo caracterizan son la alta tensión, la alta frecuen-
cia y la alta intensidad, no he podido encontrar un término
que las sintetice en una sola palabra y he recurrido á las par-
tículas “electro” y “sinu,” la segunda de la palabra sinus: seno,
que puede servir para distinguir las de las galvano—cáusti-
cas que se dividen en térmica y química y del termo-cauterio
de Pequelin.
México, Noviembre de 1901.
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APUNTES RELATIVOS
AL
MINERAL DE TAXCO DE ALARCÓN.
(ESTADO DE GUERRERO).
Por el Ingeniero de Minas
LEOPOLDO SALAZAR, M. S.A.
+»
A mi respetable y distinguido maestro el Señor Ingeniero
Don Leandro Fernández.
(Lámina VII). brurd ¿Ernst y PA Mo
Ie
Pto >+o-1090 Nirmasr e?
Hay en la historia de los centros mineros de México, da-
tos importantes recogidos durante las épocas que se ha ejecu-
tado algún trabajo en sus minas; pero rara vez se encuentran
tales datos consignados ordenadamente y apoyados por auto-
ridades fidedignas. Lo más común, es que las opiniones de los
que conocen más ó menos los antecedentes de un Mineral,
trasmitiéndose de boca en boca, lleguen á constituir su historia
que, por tales procedimientos, pronto degenera en conseja.
De aquí que, tratándose de un Mineral abandonado duran-
te un lapso de tiempo bastante grande, no se encuentren sino
opiniones empíricas y á menudo absurdas. Si acaso, los datos
consignados por los ingenieros de minas, se encuentran tan
diseminados— si se han llegado á publicar—que poco ó nada
168 Memorias de la Sociedad Científica
PIS
pueden servir de base cuando alguna empresa trate de restau-
rar las viejas minas de la localidad.
Algo semejante ha pasado en el antiguo Mineral de Tax-
co y ya que el ejercicio de mi profesión me ha llevado á reco-
ger datos respecto de este distrito minero, creo que no carece-
rá de interés para la Sociedad «Alzate» conocer lo que he
logrado observar y que voy á procurar exponer, relacionán-
dolo con trabajos anteriores ejecutados por otros ingenieros
de minas. '
Desde los remotos tiempos en que el Marqués del Valle
estableció los primeros trabajos sobre las vetas de este Distri-
to, empezó á extenderse el rumor de que se había descubierto
un campo minero cuyas riquezas excedían á toda ponderación.
Lo que por entonces hubo de cierto, fué que los conquistado-
res se procuraron en las cercanías de Taxco, algún cobre y
estaño que utilizaron para construír cañones.
Desde esa época (1549) hasta mediados del siglo XVII,
nada notable se hizo en el Mineral, debido sin duda alguna á
la falta de espíritu de empresa por parte de los pobladores es-
pañoles; los que eran en su mayoría, antiguos encomenderos
veeinos de México, á los que el primer virrey de Nueva Es-
paña hizo cambiar sus encomiendas por otras en Taxco, don-
de se les dijo existían riquísimas minas. Los descendientes de
estos encomenderos, protestaron ante el Rey, llamándose á
engaño, lo que prueba, que hubo desde un principio mucho de
exageración en lo que se refería á la riqueza del Mineral y
que los colonizadores, faltos de iniciativa y de espíritu de em-
presa, no emprendieron exploraciones sobre los terrenos cer-
canos al en que vivían. La prueba de esto es que, dos siglos
después—á mediados del XVIII—el minero francés La Bor-
de, explotó varias minas de Tehuilotepec, Taxco y Pregones,
alcanzando grandes bonanzas, de las que quedan como mudo
testimonio gran número de fundiciones en ruinas y el magní-
fico templo de Taxco que todavía en nuestros días se yergue
soberbio sobre las modestas construcciones de la población.
*“Antonio Alzate.” 169
No intento hacer la historia de Taxco; de suerte que sólo
á grandes rasgos menciono los puntos culminantes para hacer
constar, que desde su fundación, cayó este Mineral en manos
de gente poco afecta á la minería y después pasó á ser el tea-
tro de un hombre activo y afortunado, pero que imbuido en
las ideas dominantes de su época, más cuidó de construir igle-
slas que estudiar y discutir ó siquiera consignar los numero-
sos datos que tuvo oportunidad de conocer, Con esto basta
para comprender que ninguno de los datos que la tradición
consigna, respecto de obras ejecutadas en aquellos remotos
tiempos, puede aceptarse sin reservas, á no ser aquellas cuya
evidencia es indiscutible.
La época bonancible de La Borde, parece que terminó por
el año de 1763 y desde entonces, entiendo que ninguna empre-
sa de magnitud se ha establecido en Taxco. Los trabajos en
las minas más productivas, han sido siempre irregulares: ja-
más han obedecido á un plan científico y ninguno de los datos
recogidos se ha consignado en los anales de su historia. De
aquí que hoy al intentarse la inversión de capitales, se haya
tropezado con grandes dificultades, encaminando las investi-
gaciones casl al azar y como si el Mineral estuviera recién des-
descubierto. ¡Tanta es la ignorancia que hay respecto de las
leyes que presiden á la distribución de los minerales á profun-
didad!
Los trabajos ejecutados desde fines del siglo XVITI hasta
el segundo tercio del XIX, no pueden ni deben reputarse sino
como trabajos de gambusinos; pues las tentativas en que han
tomado parte los Ingenieros de Minas, no han sido sino pasa-
jeras y porlo tanto, no solo se carece de datos respecto de la
naturaleza de los yacimientos sino que los trabajos ejecutados ' *
aunque han originado una producción sostenida, ésta ha sido
escasa y poco económica.
Han existido indicios y datos vagos, sobre los cuales han
fijado su atención los Ingenieros de Minas que han estudiado
Memorias. —(1901).— T. XVI, 22.
170 Memorias de la Sociedad Científica
el mineral y que les han permitido augurarle un buen por-
venir.
El Sr. Don Santiago Ramírez, entre ellos, dice: “que no
faltan “metales suficientes para reembolsar los costos, dejan-
do utilidades” y que la empresa de profundizar las catas exis-
tente, “con capital, economía é inteligencia, ofrece fundadas
probabilidades de éxito.”
Otro Ingeniero, el Sr. D. Teodoro L. Lagueremne, dice, que
con raras excepciones, las minas no han llegado á 100 metros
de profundidad y que el Mineral “tiene que dar aún muchísi-
mo, tal vez más de lo que ha dado en su primera época bo-
nancible.”
Estas opiniones, emitidas antes de 1884, parece que no
fueron analizadas como deben serlo los dictámenes técnicos;
sino que apoderándose de ellas, personas incapaces de eom-
prenderlas y darles su verdadero valor, emprendieron obras
que no se diferencian de las ejecutadas por los buseones á gam-
businos, ni en cuanto á sus precedentes, ni en cuanto á sus re-
sultados. Así, vemos en los datos publicados por la Secreta-
ría de Fomento en 1892 y en 1898 que las minas trabajadas,
aunque en regular número, ofrecen extracciones insignifican-
tes y en ninguna de ellas se siguió un plan científico en las
operaciones. Por el contrario, la falta más absoluta de buen
criterio presidió álos proyectos que intentaron realizarse y de
ahí que los capitalistas, después de haber invertido algunas
veces cantidades de consideración, han quedado con sus mi-
nas azolvadas y llenas de agua, sin contar con aparatos de ex-
tracción y desagiie competentes y, lo que es peor, sin haber
logrado en todo el tiempo que trabajaron un solo dato, un in-
dicio aunque vago, para basar y guiar las futuras investiga-
ciones. Quedan aquí y allí, como mudos testimonios de lo que
puede la ignorancia, grandes instalaciones metalúrgicas que en
suma no han servido sino para absorber los capitales de los
que creen aún que todo en la minería es eyentual y aleatorio.
y
“Antonio Alzate.” YA
LSISLLLLDIILLIIIILILIIIIILIIIDIILISIIIIDLIE III DOI LI III III
Desde que, como Director de la Negociación Minera “La
Restanradora,” he estado trabajando en Taxco, todos amis
esfuerzos han tendido á establecer las bases para un trabajo
futuro, ya que mi ambición no me inclinó á esperar un resul-
tado inmediato. Al efecto, he realizado una serie de trabajos
de exploración que iniciados con el levantamiento completo de
los planos exteriores é interiores, han avanzado paulatinamen-
te y me han proporcionado no solo el resultado inmediato de
demostrar y explotar clavos de metal; sino el mediato y en mi
concepto más importante, de haber reconocido bajo condicio-
nes especiales, la roca en que arman las vetas; reconocimiento
que será una base firme para los proyectos ulteriores.
La región que he estudiado, es la situada al S. E. de la
ciudad de Taxco, donde está ubicada una mina conocida con
el nombre de “El Cristo.” Esta región se caracteriza por su
poca altura respecto del resto del Mineral. Entiendo que es la
parte más baja de todo él y que la diferencia de nivel entre
ella y la ciudad no será menor de 250 metros.
En la región alta están ubicadas las minas más antiguas
del Distrito, y por lo tanto, á ellas se refieren los datos publi-
cados hasta ahora relativos á las rocas que las vetas atravie-
san, habiéndose observado cierta correlación entre la natura-
leza de la roca encajonante y la del relleno. '
Escudriñando lo que, en el terreno científico se ha dicho
respecto desvan importante punto, no podía menos de encon-
trar, encabezando todas las opiniones, la formulada por el emi-
nente explorador Barón de Humboldt quien observó que la ca-
pa caliza del terreno albergaba la zona de mayor riqueza y que
esta disminuía al pasar á la pizarra arcillosa. Investigaciones
posteriores, han demostrado que el empobrecimiento de las ve-
tas se acentúa al abandonar la pizarra arcillosa y entrá en la
talcosa, que sirve de base á la primera, Y como ninguno de
los trabajos ejecutados ha atravesado la última formación,
prevalece la creencia de que se ha llegado al límite inferior de
172 - Memorias de la Sociedad Científica
PLLILIIILIIIAASILIDA
e 5 ——
la mineralización y tal creencia pesa como un anatema sobre
Taxco; sin que los estudios posteriores que se han hecho ha-
yan bastado para fijar la importancia real que esa opinión pue-
da tener, por la sencilla razón de que tales estudios han teni-
do un carácter vago ó demasiado general y no se han discutido
convenientemente.
El Sr. Ingeniero Laguerenne, apoyaba su buen pronóstico
respecto del Mineral de Taxco, con las palabras siguientes:
“cito la ley de la continuación de los metales á profundidad,
“¿que ha sido confirmada en muchos distritos mineros de Ale-
“mania, Estados Unidos y México y puede decirse que, en
“el mismo Taxco se ha confirmado, en la mina de San Ignacio,
“cerca de Tehuilotepec, que dió una gran bonanza á profun-
“didad. En la mina de la Estaca, en Juliantla, comienzan otra
“vez á encontrarse metales ricos en lo más profundo de su la-
“borío ”
ElSr. Ingeniero D, Alberto Hoppenstedt, fijándose más que
el anterior en la importancia de la roca encajonante, ha cita-
do la presencia de rocas eruptivas desgarrando las capas cali-
za y pizarreña, en los minerales de Pregones y Nostepec, ve-
cinos de Taxco y pertenecientes á la misma formación geoló-
gica; en cuyos minerales, asegura el citado ingeniero que se
verifican las leyes de Moissenet. Relaciona todos los yacimien-
tos metalíferos á dicha roca eruptiva que clasifica como una
transición entre las andesitas de piroxena y las lábradoritas.
El Sr. Ing. D. Luis Servín, ha reconocido también la pre-
sencia de esta roca eruptiva en el Mineral de Pregones. La
clasifica con el nombre vulgar de “ pórfido metalífero,” que
es la designación que años atrás se dió álas rocas andesíticas
características de los principales minerales de México.
En Waxco, he encontrado la roca eruptiva en la Mina del
Cristo, á una profundidad de 22 metros. La roca tallada en
láminas delgadas en el Instituto Geológico de México, ha sido
clasificada por el petrógrafo D. Ezequiel Ordóñez como por-
““ Antonio Alzate. ” 173
Is
firita andesítica de hornblenda. Este primer ejemplar encon-
trado no está en contacto con las vetas; sino que dista algu-
nos metros del respaldo bajo de ellas; pero á medida que los
trabajos avanzaron á profundidad, se fueron notando, en la
arenisca verde, que aquí aparece abajo de la caliza, signos ine-
quívocos de metamorfismo y aun se han observado en masa de
la arenisca alterada, cristales abundantes y bien definidos de
piroxena y fragmentos de roca eruptiva andesítica. A la pro-
fundidad de 36 metros aparece ya la roca andesítica, en con-
tacto.con las vetas y tanto al bajo como al alto; aunque de
este último lado no se define tan claramente como en el pri-
mero.
No es pues aventurado suponer que las vetas empiezan á
entrar en una formación eruptiva desconocida en Taxco, que
vendrá á constituir una zona distinta de las señaladas por
Humboldt y sus sucesores; y que su influencia sobre los yaci-
mientos minerales debe esperarse que sea favorable.
Creo que en esta región, las rocas eruptivas andesíticas
han sido las que, al emerger, produjeron los agrietamientos
que después se llenaron por la acción hidrotermal; de suer-
te que aquí, como en nuestros principales minerales ya bien
explotados, nos encontramos en presencia de una roca enca-
jonante que no difiere de la de aquellos, sino por la situación
que las convulsiones geológicas le asignaron. En cuanto á la
emisión de riolitas que en nuestros principales minerales ha
sucedido á la de andesitas, no cabe duda que en Taxco tuvo
lugar, pues se ven esas rocas con abundancia, coronando las
cimas de las altas montañas.
Las rocas andesíticas, por la magnitud de su emisión, por
la influencia que tuvieron sobre el relieve determinante de
nuestro territorio y finalmente, por encerrar en su masa los
grandes yacimientos minerales que caracterizan á México y
constituyen el objeto de la natural industria de sus habitantes,
son de todas las rocas ígneas, las que mayor interés presentan
para los ingenieros de minas.
174 Memorias de la Sociedad Científica
SSPD IL IIIIO0IDIOCIONOCOOLIDWII0CIEIRRA
El Director del Instituto Geológico de México, ha dicho
al hablar de estas rocas: “..*. ...son estas erupciones las que
“han traído á nuestro suelo la riqueza mineral fabulosa que lo
“distingue, ya acarreándola en sus propias rocas, ya permi-
“tiendo en rocas más antiguas, comunicaciones fáciles para su
“salida, ó ya finalmente, á favor de las manifestaciones consi-
“guientes á su eyección, han facilitado el relleno de grietas
“Contemporáneas ó preexistentes á su erupción, con elementos
“que de estas mismas rocas ó de otras existentes tomaban
““en disolución las aguas termales que en su masa ó en sus
“inmediaciones circulaban con facilidad, ejerciendo sus accio-
“nes físicas y químicas con energía de los más diversos gra-
4 dos, »
Cuál haya sido la energía con que esta erupción se mos-
tró en Taxco, lo hace sospechar el voluminoso cerro del Huis-
teco, que parece haber sido el producto de un vasto levanta-
miento, cuyos efectos se extendieron hasta los Minerales de
Zalcualpan y Sultepec del vecino Estado de México, después
de haber manifestado la magnitud de su eyección en los Mi-
nerales de Noxtepec y Pregones en los que, según las obser-
vaciones del Ingeniero Hoppenstedt, ya citadas, hay vetas
que arman francamente en la roca andesítica.
Hay carencia de datos respecto de la naturaleza de la ro-
ea encontrada en las varias minas que existen entre Taxco y
Tehuilotepec; pero por la naturaleza de sus terrenos parece
que los labrados más profundos de dichas minas aun no alcan-
zan la formación eruptiva. En la mina de la Estaca, situada
en Juliantla, pasa lo mismo. He examinado los terrenos y no
encuentro en ellos sino matrices y rocas calizas. Hay, pues, que
admitir, á reserva de reunir más datos, que la emisión de roca
andesítica tuyo su mayor energía del Huisteco hacia el N. y
N. W.; dejando hacia S. E. entre dicho cerro y el de la La-
guna Cuata una vasta depresión interumpida solamente por
un pequeño levantamiento que ha puesto á descubierto la roca
«Antonio Alzate.” 175
eruptiva en la mina de El Cristo. Dicha depresión probable-
mente se extiende hacia el Sur y S. W. de Taxco, quedando
en toda su extensión cubierta por la formación caliza y pi-
zarreña conocida.
En la mina de El Cristo las vetas no han experimentado
nigún cambio desfavorable al entrar en la nueva formación y
en cuanto á su llenamiento, parece ser por ahora, una conti-
nuación de la 4* zona señalada por Humboldt. Hay que espe-
rar un cambio favorable tan luego como las vetas entren de
lleno en la roca eruptiva. Por ahora, no puedo hacer otra co-
sa mas que dar á conocer mis observaciones á la Sociedad á
que me honro en pertenecer, confiando en que la continua-
ción de los trabajos á profundidad, me permitirá, dentro
de poco tiempo, presentar una nota complementaria á este
trabajo.
Pero hay un punto sobre el cual no puedo dejar de insis-
tir, desde el momento en que la consecuencia que debe deri-
varse de estudios de la naturaleza del mío, es la aplicación
práctica.
Una vez comprobada la existencia de la roca andesítica
en cierta parte del Mineral de Taxco y afectando, probable-
mente, la erupción la forma señalada en el croquis, se presen-
ta ante el hombre de negocios una nueva faz de este viejo Mi-
neral. La erupción podrá diferir de la forma que hipotética-
mente le asigno, la mineralización de las vetas podrá variar,
quizá hasta que se encuentre una zona de borrasca que haya
que pasar; pero en todo caso, el hecho constituirá por sí solo,
el mejor apoyo para un vasto proyecto de exploraciones, en el
que las probabilidades de éxito son numerosas.
Los Ingenieros de Minas debemos llamar la atención de
los capitalistas respecto de ciertos puntos, para atraer la co-
rriente de los negocios mineros—si aun es posible—á su cua-
ce natural. Y al referirme á los capitalistas, no hago alusión
solamente á los hombres adinerados en cuyas manos quedan
176 Memorias de la Sociedad Científica
por lo regular en México todos los negocios; sino que incluyo
á los de más modesta fortuna, que á ménudo invierten sus aho-
rros en el fomento de empresas mineras.
Cada día se acentúa más en nuestro país la tendencia á
hacer de los negocios mineros, juegos de azar en vez de em-
presas industriales en las que interviene la previsión. A ello
contribuye un poco la manía de imitación que nos caracteriza
y que nos ha llevado hasta el deplorable extremo de dejar la
propiedad minera en manos de bolsistas — “coyotes”—ó de
prospectors norteamericanos y unos y otros, amparados por los
preceptos legislativos que rigen, van hundiendo á la minería
en el abatimiento más completo.
Entre otros vicios, hay la tendencia á ensalzar en térmi-
nos retumbantes, las riquezas de regiones inexploradas y le-
janas de los centros de población, sin dejar tiempo de pensar
á los, que invierten sus fondos en tales negocios, que el país
aun no está explorado sino en puntos muy reducidos y seña-
lados del territorio y que aun no ha llegado el momento de
que tengamos que remontarnos á las lejanas é inaccesibles
fragosidades de la Sierra para alcanzar lo que más cuerda-
mente podremos en Minerales que casi están á las puertas de
México y en los que se encuentran con algunos datos que
pueden justificar la inversión de capitales. En tal caso se en-
cuentra Taxco; á unas cuantas horas de la capital, con regu-
lares vías de comunicación, con buen clima, con antecedentes
históricos halagadores como Mineral y finalmente, con buena
espectativa para el porvenir.
¿Quiere decir esto que todas las minas de Taxco puedan
constituír negocios de importancia? Muy lejos estoy de supo-
nerlo. Muy por el contrario, la idea que tengo de la profun-
(1) Me refiero á los **coyotes” en grande escala; es decir á los que acaparan accio-
nes para apoderarse de la dirección de los negocios y al tratar delos **prospectors” ame-
ricanos, no hago alusión á los hombres emprendedores que vengan á fomentar nuestra
industria minera; sino á los que sin ser mineros ni capitalistas ¡quieren pasar por una y
otra cosa.
““ Antonio Alzate. ” 177
didad variable de la roca eruptiva, me inclina á creer que la re-
gión central del Mineral, es decir, aquella en la que se asienta
la cuidad y toda la parte al Sur de ella, necesitarán tal vez gran-
des profundidades para alcanzar la zona bonancible; siendo
por lo tanto, la región S. E. desde los alrededores de Tehui-
lotepec hasta Juliantla y Acamixtla, la que en mi concepto,
deberá explorarse de preferencia. También hacia el S. W. de
Taxco, rumbo al pueblo de Cacalotenango entiendo que po-
drían emprenderse reconocimientos fructuosos.
Limitar los trabajos á esas regiones, sería indudablemen-
te lo más acertado, por el momento; pues á falta de mayor
acopio de datos, el minero debe proceder con toda reserva y
ateniéndose á los pocos que se conocen. Me refiero al minero
industrial y no al minero cateador ó gambusino, cuyos fines
son distintos á los del primero. Este, no debe considerar res-
tringido su campo de acción; pues por mucho que lo esté siem-
pre será amplio. Debe recordar que las minas en que se ob-
tienen resultados inmediatos son rarísimas y el mejor ejem-
plo que puede presentársele es del hasta hace poco opulento
Mineral de Pachuca, en el que, agotada la zona de mineraliza-
ción superficial, hubo necesidad de invertir algunos millones
de pesos para alcanzar la zona profunda que hasta la fecha
se disfruta y que ha compensado con creces, los gastos eroga-
dos. Otro tanto puede suceder en Taxco, si las investigacio-
nes se prosiguen con constancia, pues para llegar á tal fin, no
faltan ni vetas de buena potencia, ni elementos para trabajar-
las, tales como brazos, maderas, combustible, ete. Solo se ne-
cesita que el capital sea manejado con actividad, honradez é
inteligencia.
México, Agosto de 1901.
Memorias.—[1901]. T. XVI.—23.
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DESCRIPCION
DEL
BENEFICIO ELECTRO-QUIMICO
para toda clase de minerales de oro y plata, aun los antimoniosos, por medio de los
cloruros dobles de Mitscherlich, descubierto por el Ingeniero de Minas
TEODORO LUIS LAGUERENNE.
La batería en que se porfiriza el mineral, tiene en su in-
terior dos placas de cobre de $; de pulgada de espesor, la una
colocada del lado por donde se descarga el mineral ya molido,
y la otra en el lado opuesto, es decir, por donde se introduce
el mineral que se tiene que moler; alfrente de la batería y en el
exterior está colocada una placa de cobre de + de pulgada
de grueso, y que tiene el mismo ancho que el mortero, siendo
su longitud de 10 á 12 pies, esta placa se coloca generalmen-
te bajo una inclinación de 13 á 2 pulgadas por pie.
La molienda se hace con agua, las telas que se usan para
descargar el mineral molido son del núm. 40 ó 60, es decir que
en el primer caso, en una pulgada lineal existen cuarenta aber-
turas y en el segundo sesenta, prefiero las telas de alambre á
las láminas de fierro perforadas.
Las placas de cobre pueden estar sin platear ó pueden:
estar plateadas.
La superficie de la placa debe de estar siempre lisa y bri-
llante y no debe presentar abolladuras.
180 Memorias de la Sociedad Científica
LILIA y
0
Las placas de cobre sin platear se preparan de la manera
siguiente: la placa se limpia perfectamente con una mezcla de
ceniza y de jales muy finos y tamizados, restregando esta mez-
cla por medio de un lienzo grueso, esta operación se continúa
hasta que toda la superficie de la placa esté bién limpia y bri-
llante, en lugar de cenizas es preferible emplear sosa cáustica,
sobre todo cuando ha caído algo de grasa ó aceite sobre la pla-
ca; en seguida se lava con agua limpia, y se le da un baño de
cianuro de potasio por medio de uma brocha suave, la solu-
ción de cianuro de potasio se prepara disolviendo media on-
za de cianuro en medio litro de agua.
Para amalgamar la placa, se hace una mezcla de partes
iguales de jales muy linos y tamizados y sal amoníaco reduci-
da á polvo fino, á esta mezcla se agrega un poco de mercurio.
Por medio de un cepillo ó lienzo grueso se refriega esta
mezcla sobre la placa hasta que se amalgame, esta operación
puede repetirse cuatro veces agregando de cuando en cuando
un poco de mercurio y agua de manera que la mezcla tenga
la consistencia de un lodo espeso, al fin de la cuarta operación
se deja este lodo sobre la placa durante una hora, en seguida se
lava con agua limpia y después se aplica por medio de una
brocha suave la solución de cianuro preparada como ya se
ha indicado, por último, se le da un baño de mercurio con amal-
gama de sodio.
Esta amalgama de sodium, es una simple mezcla de sc-
dium y de mercurio en la proporción de 3 partes de sodium y
97 de mercurio; si no se encuentra preparada en el comercio
puede prepararse de la manera siguiente: colóquese un frasco
de hierro de los que se usan para trasportar el mercurio, en
un baño de arena que lo recubra todo dejando únicamente fue-
ra del baño la boca del frasco, caliéntese este baño de arena
y manténgase á la temperatura más alta que sea posible, in-
trodúzcase el mercurio ya pesado al interior del frasco, y en
seguida se deja caer á su interior un pedazo de sodium del ta-
“Antonio Alzate.” 181
DIS nm
maño de un guisante, valiéndose de unas tenazas y teniendo
la precaución de cubrirse la mano con un lienzo. Cada vez
que se echa un fragmento de sodium dentro del frasco, se
oye una detonación y se presenta una llama brillante en la
boca del frasco, de esta manera se continúa la operación has-
ta que se haya aygregado todo el sodium, esta operación se
hace paulatinamente, pues no debe introducirse un nuevo frag-
mento de sodium hasta que no se haya verificado la explosión
del anterior y haya desaparecido la llama.
Cuando se haya acabado de agregar todo el sodium y la
amalgama está aún líquida, se vacía en un receptáculo ó plato
poco profundo, al enfriarse forma una masa compacta que
parece estar formada de una infinidad de agujas entrelazadas
entre sí, se quiebra en fragmentos pequeños y se guarda en
un frasco con tapón esmerilado.
Sobre la placa de cobre acabada de lavar con la solución
de cianuro, se aplica la amalgama de sodium en polvo fino,
es decir, que se rocía la placa con esta amalgama, y en segui-
da se frota la superficie de dicha placa con un poco de mercu-
rio por medio de un lienzo; puede también prepararse, disol-
viendo el amalgama de sodium en caliente en cien veces su
peso del mercurio, se le agita fuertemente á fin de hacer la
mezcla tan perfecta y homogénea como sea posible, y se encie-
rra herméticamente en frascos de los que sirven para transpor-
tar el mercurio. Diariamente se toma la cantidad necesaria pa-
ra preparar las placas, las cuales quedan de esta manera bri-
llantes y como plateadas y listas para amalgamar el oro nativo.
Cuando se emplean placas de cobre plateadas, éstas están
plateadas del lado en que se verifica la amalgamación, con una
onza de plata por pie cuadrado, en caso de que por cualquie-
ra evento quede el cobre á descubierto en algunas partes de la
placa, la amalgama de plata se prepara de la manera siguiente:
disuélvase un pedazo de plata en la menor cantidad posible
de ácido nítrico diluído, evapórase la disolución y hágase
182 Memorias de la Sociedad Científica
cristalizar el nitrato de plata, disuélvanse estos cristales en
agua limpia y échese bastante mercurio para reducir y amal-
gamar la plata, lávese en seguida esta amalgama con agua y
exprímase en un lienzo para quitar el exceso de mercurio,
y con la amalgama que queda en el lienzo, frótense por medio
de un lienzo grueso los lugares de la placa que tengan que
platearse de nuevo.
Para preparar la placa, se limpia su superficie como ya
hemos indicado, con una mezcla de sosa cáustica y sal amo-
níaco, en seguida se lava con agua, y se le aplica con una bro-
cha suave la solución de cianuro de potasio, refregándola en
seguida con mercurio que contenga amalgama de sodium.
En la batería, para recoger una onza de oro, se necesita de
una onza de mercurio, pero si el oro es sumamente fino es
conveniente el empleo de un poco más de mercurio; cuando
las partículas de amalgama que pasan al través de la tela es-
tán muy resecas, se necesita agregar un poco más de mercu-
rio; si sucede lo contrario, se disminuye la cantidad; á las pla-
cas se les dá el baño de mercurio cada seis ó doce horas, te-
niendo cuidado de observar el aspecto de la amalgama, para
que no esté ni muy reseca ni muy líquida.
Unicamente el oro nativo es el que se amalgama sobre las
placas, pues el que está en combinación con las piritas y demás
sulfuros, pasa sobre las placas junto con las lamas.
Cuando el oro es grueso y que las placas han estado bien
preparadas, puede recogerse hasta el 60 por ciento del oro:
cuando se encuentra en partículas muy delgadas y mezcladas
con sulfuros y minerales de plata, se recoge solamente el 40
por ciento.
Cuando se ve que las placas han recogido bastante oro, se
raspan con cepillos gruesos para recoger el amalgama de oro,
y si ésta está muy adherida se echan chorros de vapor paa
ablandarla.
Se levantan los mazos, se secan los dados de la batería, se
eS
“(Antonio Alazte. ” 183
limpian, y se recoge el amalgama que se encuentra sobre las
placas en el interior del mortero; recogida toda la amalgama
de las diferentes partes del aparato, se lava perfectamente,
se exprime para quitarle el exceso de mercurio y en seguida se
quema en la capellina.
Las lamas después de pasar por las placas se reciben en
tanques, para que se asienten antes de pasar á los arrastres ó
tahonas; para una batería de cinco mazos son suficientes dos
tanques, que tengan cada uno diez pies de largo por cinco de
ancho y cuatro de altura, estos tanques tienen sus compuertas
de madera, las cuales tienen aberturas circulares á diversas
alturas, tapadas con clavijas de madera, por las cuales, desta-
pándolas, se hace salir el exceso de agua cuando se ha asen-
tado la lama.
* De estos tanques pasan las lamas á unos arrastres, los
cuales están empellados eon pella de plata, la cantidad de pe-
lla que se pone en cada arrastre es de cosa de cinco libras, la
lama al principio de la molienda no debe estar muy líquida, pues
si en este primer período de la molienda se pone agua en exce-
so, las partículas de oro sumamente pequeñas y delgadas, se
escaparían á la superficie del agua y quedarían enteramente
perdidas, pues no sería posible hacerlas atravesar las capas
que las separan del fondo en que se encuentra la pella y el mer-
curio; si por el contrario se deja la lama muy espesa, el mine-
neral no podría colocarse debajo de la piedra voladora, que
nada más lo empujaría y que por consiguiente no lo remo-
lería; á medida que avanza la molienda se aumenta la canti-
dad de agua, sobre todo al final de la operación, para que pue-
da asentar la lama.
Los arrastres tienen tres metros de diámetro, y se cargan
generalmente con 1,500 á 2,000 libras de mineral molido, al ca-
bo de cuatro horas se descargan en tanques.
A medida que la pella de plata se va endureciendo se ce-
ba un poco de mercurio con amalgama de sodium, la arrastra
184 Memorias de la Sociedad Científica
PILI
se raspa cada cuatro ó seis meses para recoger la amalgama
de oro.
En la arrastra puede recogerse del 60 al 75 por ciento del
oro contenido en las lamas.
Cuando los minerales contienen plata y éstos contienen
antimonio, al comenzar la molienda en los arrastres, se echa
en cada una de ellos cosa de 3 libras de hojas de jarilla, la ja-
rilla impide que el antimonio descomponga al mercurio con-
virtiéndolo en liz, la cual sería arrastrada por el agua ocasio-
nando una gran pérdida de mercurio.
Para una batería de cinco mazos, cuando el mineral es
blando: dos arrastres son suficientes, cuando el mineral es du-
ro son necesarios tres.
Se necesitan para récibir las lamas de los arrastres de dos
tanques, teniendo cada uno diez pies de largo por diez de an-
cho y cuatro de altura; prefiero cuatro tanques, cada uno de
diez pies de largo por cinco de ancho y cuatro de altura, por
secarse en los tanques pequeños las lamas mucho más pronto
para así poder entrar en seguida á los toneles.
Si los toneles tienen nuove pies de largo por cinco de diá-
metro, debe cargarse cada tonel con tres toneladas de mine-
ral molido, si está humedo se determina por un ensaye la can-
tidad de humedad, para así saber la cantidad de lama que tie-
ne que agregarse para completar la carga.
El tonel tiene en su interior cuatro costillas ó piezas de
madera colocadas en el sentido le su longitud, para así facili-
tar la mezcla íntima de las lamas y substancias químicas.
La cantidad de agua que debe agregarse al mineral, supo-
niéndolo bien seco, es de un 20 425 por ciento de su peso, cuan-
do la matriz es cuarzosa, y de un 30 á 36 por ciento cuando
es arcillosa; el objeto es obtener una pasta que no sea ni de-:
masiado pastosa ni demasiado fluída; en seguida se agrega una
disolución de agua salada bien caliente, se tapa el tonel y se
le hace girar con una velocidad de doce ó más vueltas por mi-
“¿Antonio Alzate.” 185
ALIS
nuto durante media hora, introduciendo de cuando en cuando
al interior del tonel un poco de vapor de agua, con cuyo obje-
to los ejes del. tonel son huecos.
La disolución se prepara disolviendo 75 libras de sal en 200
libras de agua hirviendo.
Al cabo de media hora, tiempo durante el cual obra la di-
solución de sal, se para el tonel para introducir en él la canti-
dad conveniente de cloruro doble de Mitscherlich; este reac-
tivo se prepara y aplica en caliente, en seguida se hace girar
el tonel con una velocidad de doce ó más vueltas por minuto
durante una hora, con objeto de reducir los sulfuros, introdu-
ciendo en el tonel de cuando en cuando un poco de vapor de
agua, para así mantener siempre en su interior una tempera-
tura elevada.
El cloruro de Mitscherlich se prepara de la manera siguien-
te: se disuelve sulfato de cobre en agua salada perfectamente
bien concentrada, el líquido que resulta se pone en una tina
de madera, en donde se coloca una cantidad de cobre precipi-
tado igual á la cantidad de cobre contenida en el sulfato de
cobre; sobre la tina se coloca una tabla y se hace pasar por
ella un tubo que llegue casi al fondo, por el cual se introduce
una corriente de vapor de agua hasta que todo el líquido en-
tre en ebullición. El producto obtenido es una disolución de
cloruro doble de sodio y de cobre en un exceso.de sal, ó sea
el cloruro doble de Mitscherlich, cuya fórmula es Na Cl Cu*Cl.
Supondremos que necesitamos 60 libras de sulfato de co-
bre las cuales disolveremos con 75 libras de sal en 300 de
agua, poniendo en seguida 15 libras de cobre precipitado, pues
sabemos que el sulfato de cobre contiene el veinticinco por
ciento de su peso de cobre metálico.
Cuando los minerales son antimoniosos se prepara el clo-
ruro doble de sodio y de cobre, con un cocimiento fuerte de
agua de jarilla en lugar de agua simple.
La jarilla es el “Senecio Vernus” de la familia de las Com-
Memorias.—[1901.]—T. XVI.—24.
186 Memorias de la Sociedad Científica
PALILLOS
puestas; sospecho, puesto que no he hecho el análisis de esta
planta, que contiene ácido tártrico, y de esta manera me expli-
co cómo obra en mi beneficio, pues es bien sabido que el Tar-
trato neutro de antimonio es una sal blanca granuda é inso-
luble en el agua, mientras que el Tartrato de plata, aun cuando
es una sal poco soluble, se ennegrece cuando sele calienta,
desprendiéndose ácido carbónico y ácido pirotártrico, y dejan-
do un residuo de plata metálica, la eval se combina entonces
fácilmente eou el cloruro doble de Mitscherlich.
Debo hacer observar, que el empleo de la jarilla en el be-
neficio por patio fué deseubierto por Pedro González y por el
capitán Pedro de Mendoza en el año de 1643, y Don Luis
Berrio de Montalvo escribió un informe acerca de este bene-
ficio, en Tasco, el 11 de Noviembre de 1643, por orden del Vi-
rrey Conde de Salvatierra, cuyo informe fué impreso en México
en la Imprenta del Secreto del Santo Oficio (Comentarios á
las Ordenanzas de Minas, por Don Francisco Javier de Gram-
boa, páginas 267, 268 y 269). Con empeño he buscado dicho in-
forme, pero hasta la fecha no he podido conseguirlo.
Después de que ha obrado el cloruro doble durante una
hora, se introduce en el interior del tonel amalgama de zine di-
suelta en todo el mereurio necesario para el beneficio, haciendo
andar'al barril con una velocidad de doce revoluciones por mi-
nuto hasta que esté completamente acabada la amalgamación,
lo cual sucede en cuatro ó cinco horas, pudiéndose cerciorar de
esto por medio de una tentadura ó de un ensaye de lama. Aca-
bada la amalgamación se llena el tonel de agua fría, y se le
hace girar durante dos horas con una velocidad de seis reyo-
luciones por minuto, con el objeto de reunir el mercurio repar-
tido; se vacía el tonel y se separa el mercurio y amalgama co
mo es costumbre.
La amalgama de zinc se prepara empleando agua acidulada
con ácido sulfúrico ó clorhídrico, en caliente. Se emplea en el
beneficio el 30 por ciento del peso de la plata contenida: en el
“Antonio Alzate.” 187
O AAA
mineral de mercurio; se emplean seis libras por marco de
plata.
Para cada cinco mazos es conveniente usar dos toneles de
las dimensiones ya indicadas.
Los mejores lavaderos son los americanos de ocho pies de
diámetro con duelas de madera; el fondo es de fierro, de figu-
ra ligeramente cónica y tiene una canal circular en donde se
va depositando la amalgama, la cual por su propio peso se va-
cía en un receptáculo colocado en.el exterior y que se tiene
cerrado con llave. )
Se emplean dos lavaderos comunicados entre sí por medio
de una abertura cuadrada de ocho pulgadas por lado, y abier-
ta á una altura de diez pulgadas del fondo.
Siguiendo este procedimiento se obtiene del 80 al 90 por
ciento del contenido de plata.
Los jales ó residuos, que contienen á veces piritas con ley
de oro, se concentran en aparatos adecuados para tratarlas por
procedimientos especiales.
A continuación indico las reacciones que se a rSoRn en
este beneficio
Primera. Entre el sulfato de cobre y el cloruro de sodio,
Cu O. So* + Na Cl= Na O. So? + Cu Cl
Segunda. Entre el deuto-cloruro de cobre, el cobre metálico
y la sal en caliente
Cu C14+ Cu+Na Cl = Na Cl. Cu*Cl
formándose el eloruro doble de sodium y de cobre descubierto
por Mitscherlica, cuya fórmula es Na Cl. Cu*Cl: debemos adver-
tir que este cloruro doble; cuando se deja enfriar, se descompo-
ne, y se precipita en seguida proto-—cloruro de cobre Cu*Cl,
bajo la forma de un polvo blanco insoluble, por cuya causa ya
no obra este reactivo en el beneficio. :
Tercera. Entre el cloruro doble de sodium y de cobre y el
mineral, que supondremos ser sulfuro de plata (Na Cl. Cu* Cl)
188 Memorias de la Sociedad Científica
OS
OPALAAA AAA AAA APLI III III IIA III ILLIA
+2 AgS=2 0u 8 +(Na Cl. Ag” Cl) formándose bisulluro de
cobre y un cloruro doble de sodium y de plata.
Cuarta y última. Entre el cloruro doble de sodium y de pla-
ta disuelto en un exceso de sal y el mercurio (Na Cl. Ag* Cl)
+2 H g=Na Cl + Hg”. Cl +2 Ag formándose proto-eloruro
de mercurio y plata metálica. l
Expliquemos el por qué de estas roacciones:
El cloruro doble de sodium y de cobre en caliente obra so-
bre los sulfuros minerales descomponiéndolos, lo cual se de-
muestra por las siguientes experiencias: si á una disolución
de cloruro doble de sodium y de cobre le añadimos más sal
para imitar lo que sucede en el beneficio, y le agregamos en
seguida polvo de rosicler, que es un sulfuro doble de plata y
de antimonio, la plata se clorura, pero no toda; sino solamente
aquella que la sal excedente puede ir disolviendo.
Que existe la plata es un hecho, pues introduciendo alam-
bres de cobre limpio en la disolución, éstos se platean.
El residuo que deja el rosicler ya no es rojo sino violado;
lavándolo bien con agua y tratándolo en seguida con el amo-
níaco, se disuelve el sulfuro de cobre formado por doble des-
composición entre el rosicler y el cloruro doble de sodium y
de cobre,
Este licor azul contiene plata, pues expulsado el amonia-
co por el calor, se precipita ésta en el estado de cloruro, de
color violado, que acaba de enegrecerse al sol. '
El amoníaco no disuelve todo el residuo, queda siempre
mucha parte sin disolver, de color negro; sujetando este resi-
duo negro á los mismos tratamientos, da un nuevo cloruro de
plata que se disuelve en el exceso de sal, de donde por adición
de agua es precipitado, y otra porción de cloruro se encuentra
mezclada con el mineral no atacado.
El color violado del cloruro de plata nos demuestra que se
forma sub-cloruro de plata.
Las reacciones que acabamos de indicar que se presentan
“Antonio Alzate.” 189
SXNDILLDIDILLISDIDIIIIDIIIIIA
con el rosicler, que es un sulfuro doble de plata y de antimo-
nio Sb?*S?3 AgS, se comprende que se verificarán más facil-
mente con el sulfuro de plata AgsS.
El mercurio al descomponer el subcloruro de plata, no se
convierte en bicloruro de mercurio, enya fórmula es Hg Cl
compuesto excesivamente corrosivo y venenoso, y que es co-
nocido con el nombre de sublimado corrosivo, pues está de-
mostrado por la experiencia, que los hombres que tienen los
ples en maceración en las tortas durante el repase de ellas, no
resienten acción perviciosa alguna ni los caballos que lamen
las lamas se envenenan; además este bieloruro no puede exis-
tir, pues mezclado y triturado con un exceso de mercurio co-
mo sucede en el beneficio, el bieloruro de mercurio se cambia
en protocloruro Hg*Cl conocido con el nombre de calomel, el
cual se emplea en medicina como vermífugo y purgante.
Si la disolución del cloruro doble de sodium y de cobre
se enfría, entonces, como ya lo hemos manifestado, se descom-
pone, y se precipita en seguida proto-eloruro de cobre bajo la
forma de un polvo blaneo insoluble, y como ya no puede ejer-
cer acción clorurante, el beneficio se paraliza en parte ó se
enfría como vulgarmente se dice, y para activarlo se agrega
sulfato de cobre, en cuyo caso se verifican las siguientes reac-
giones.
Na C1+ Cu O. So?=Na O. So*+ Cu Cl
Cu Ul4Ag8 —C08+Ag Cl
Ag C14+ 2 Hg=Ag+ Hg* Cl
Por las cuales queda demostrado, que se pierden dos equi-
valentes de mercurio para obtener uno de plata, es decir; que
para obtener ocho onzas ó un marco de plata se pierden ca-
torce onzas y ocho décimos de onza de mercurio.
Examinando detenidamente la última reacción que se ve-
rifica en mi nuevo prócedimiento, empleando el cloruro doble
190 Memorias de la Sociedad Científica
LILIA IIA ALA
de sodium y de cobre en caliente, se ve que se pierden dos
equivalentes de mercurio y se ganan dos de plata, es decir;
que para obtener ocho onzas de plata ó un marco, deben per-
derse químicamente siete onzas y cuatro décimos de onza de
mercurio, y lo que pase de esta cantidad es pérdida mecánica
y no consumido.
Para obtener este resultado, el beneficio debe de ser en
caliente y emplear la cantidad conveniente de cloruro doble
de sodium y de cobre, teniéndose además la grandísima ven-
taja de poder beneficiar los minerales en erudo, evitándose por
lo tanto la reverberación, que es dilatada y costosa.
Recordando la propiedad que tiene el zine de precipitar de
sus disoluciones un gran número de metales, la aprovechamos
para aislar estos mismos metales y dejar la plata libre, empleo
el zinc bajo la forma de amalgama recordando las propiedades
eléctricas que tienen todas las amalgamas, pues esta acción
eléctrica favorece y violenta las reacciones.
Si los minerales que se tengan que beneficiar solo contie-
nen cloruros, bromvuros y yoduros de plata, empleo amalgama
de plomo, pues como no hay metales extraños que se tengan
que precipitar, deseamos únicamente conservar la acción elée-
trica para violentar las reacciones.
México, Octubre de 1901. s
LOS LABORATORIOS ZIMOTECNICOS.
Estudio leído en la Sociedad Científica “Antonio Alzate ”
POR EL DOCTOR
ANTONIO A. CARBAJAL, M. $S. A,
S'efforcer de ce convainere soi méme
de la vérité qu'on a entrevue est le
premier pas vers le progrés; persua-
«der les autres est le second. —PAs-
TEUR.
(Etude sur la biere.)
En la primera Memoria que tuve el honor de leer y dedi-
car á esta sabia Corporación, con el título de “Estudio sobre
el pulque, considerado principalmente desde el punto de vis-
ta zimotécnico,” tracé un bosquejo de la nueva ciencia de las
fermentaciones, llamada Zimotecnia, resumiendo los princi-
pios fundamentales en que se apoya, descubiertos por los ge-
nios de Pasteur y Hansen, corroborados por la numerosa
falange de sabios que han seguido sus huellas; y que ha can-
sado una verdadera revolución en los procedimientos indus-
triales, que por dilatada serie de siglos han dominado en el
arte de las fermentaciones.
Fué este resumen introducción obligada á mi referida Me-
moria, por tratarse de una ciencia ayer nacida, generalmente
ignorada entre nosotros; necesario para la mejor inteligencia,
no sólo de las doctrinas que he aplicado en el estudio científi-
192 Memorias de la Sociedad Científica
PLLLILIIIDIIIDIII DIES DIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIS
co del pulque, sino del plan que hube de seguir en la serie do
mis investigaciones, que si larga y laboriosa fué por su propia
índole, no menos dilatada y rodeada á cada paso de dificulta-
des se hizo, por la carencia de un buen laboratorio apropiado
á este género de trabajos.
Abrigo la esperanza de que (sea cual fuere el resultado
final de mis aspiraciones, que se resumen en la idea esencial-
mente práctica do crear la industria científica de la elabora-
ción del pulque), esta Asociación recibirá con interés el pre-
sente escrito, fruto del entusiasmo que en mi ánimo han des-
pertado el estudio de la nueva ciencia y la pasmosa fecundi-
dad que en sus aplicaciones á la práctica ha surgido.
Examinado, pues, el asunto de una manera general, me
propongo referiros brevemente la historia de los Laboratorios
llamados Zimotécnicos desde su origen hasta la fecha; el ca-
rácter especial de sus trabajos; los resultados obtenidos, prin-
cipalmente en lo que se refiere á la higiene alimenticia; la ne-
cesidad absoluta que en la época actual se tiene de su concur-
so, y por último, el brillante porvenir que en nuestra patria
les está reservado.
A fines del año de 1857 se estableció Pasteur en Paris.
Recibió la dirección de los estudios científicos en la Escuela
Normal. “Como no tenía cátedra, carecía de laboratorio y aun
de fondos para los gastos de las experiencias, dice uno de sus
biógrafos', J. F. Boutet, tuvo que instalarse por su cuenta, y
lo mejor que pudo, en un granero de la casa; pero su celo no
se entibió y la Academia de Ciencias recibió de él Memoria
sobre Memoria. Fermentación láctica butírica, acetificación,
putrefacción; todas las fermentaciones fueron estudiadas en
sus Memorias y en todas ellas pululaba un ser viviente, un mi-
erobio.” Fué este el origen de estos Laboratorios, el primero,
(1) J. F. Boutet. Pasteur y sus discípulos. —Paris, 1899, pág. XI.
“Antonio Alzate. ” 193
na.
por la fecha, y seguramente el más humilde y menos bien pro-
visto de material de trabajo.
AMí en la casa de Ulm un medallón de bronce, rodeado
por una bella corona de roble y de laurel en mármol rosa, de-
bajo dl cual se ve una placa de mármol negro con inscripción
en letras de oro, el Ayuntamiento de París ha conmemorado
el primer laboratorio Zimotéenico de Pasteur, recordando á la
posteridad las fechas siguientes: 1857 Fermentaciones. 1860
Generaciones expontáneas. 1865 Enfermedades de los vinos
y de las cervezas. 1868 Enfermedades de los gusanos de se-
da. 1881 Virus y vacunas. 1885 Profilaxis de la rabia.
Al venir la guerra franco-prusiana Pasteur emigró á Cler-
.mond Ferrand y emprendió el estudio ddfa cerveza. en 1871,
en la cervecería del Dr. Kuhn situada en Chamaliéres; y á su
regreso á la capital agregó á su laboratorio un gabinete de es-
tudio y vastos sótanos, en donde acomodó sus cubas de fer-
mentación.
Los parisienses estaban acostumbrados á la cerveza ale-
mana; se consumían, en total, sólo en París, cuatro millones
de hectólitros al año; Pasteur, que había vencido á la ciencia
alemana en sus doctrinas sobre la fermentación, como lo re-
cuerdan las célebres discusiones con Liebig, quería que la cer-
veza francesa rivalizara con la alemana. El móvil noble y ge-
neroso de sus grandes esfuerzos y descubrimientos en la fer-
mentación de la cerveza fué el amor á la ciencia y á la patria.
Notables fueron ciertamente sus investigaciones, como
que de ellas arrancan los cimientos de nuestro saber actual;
pero Alemania, nación de profundos pensadores y que suele
sustituir el esplendor del genio con una infatigable laboriosi-
dad, aprovechó admirablemente la nueva senda brillantemente
iluminada por el sabio francés, y en un grande y prestigiado
establecimiento de cervecería, E. Cristian Hansen instaló el
segundo Laboratorio llamado de antiguo Carlsberg, en Copen-
hague. Allí se confirmaron y completaron con descubrimien-
Memorias.-—(1901).—-T. XVL-—25.
194 Memorias de la Sociedad Científica
CTOCOCAL III
tos muy originales, principalmente sobre las levaduras, las
ideas de Pasteur. De allí partió el impulso vigoroso y riguro-
samente científico, que adunando las exigencias de la práctica
con la precisión de los principios teóricos, ha promovido la
transformación asombrosa de las industrias de que hace un
momento os hablaba.
Después del de Carlsberg rápidamente se propagaron por
Alemania los laboratorios; y hoy se encuentran en Berlín, Mu-
nich, Nurenberg, Halle y otras muchas ciudades. Francia ha
reorganizado el Laboratorio que sucedió al de la calle de Ulm
y que es dependencia del Instituto Pasteur, con una soberbia
instalación en la rue Dutot. En el resto de Europa y los Es-
tados Unidos se há creado tal número de establecimientos
que el Profesor Jórgensen “” ha podido escribir con justicia
las siguientes palabras:
“¿Una consecuencia de los célebres descubrimientos de
Hansen ha sido la instalación de laboratorios especiales, que
tienen por objeto preparar levaduras absolutamente puras; pa-
ra la práctica, ejecutar los análisis necesarios para vigilar las
fabricaciones industriales é iniciar las nuevas generaciones,
en la inteligencia exacta de estas innovaciones y enseñar su
aplicación racional. Existen hoy en casi todos los países ins-
tituciones de este género, ya subvencionadas por el Estado, ó
de carácter privado, de donde salen numerosos profesores,
analizadores, ó prácticos que trabajan con energía é inteligen-
cia, á fin de propagar en el sentido científico y práctico las
ideas del sabio dinamarqués.”
Esto es exacto, y muy cerca de nosotros, en Nueva York,
existe el gran Laboratorio del Prof. F. Wiatst *, quien dice:
“Muy á menudo he asentado, pero permítaseme que insista una
vez más en ello, que la teoría de la cervecería moderna está
fundada en un estudio completo de la naturaleza de todos los
(1) Jórgensen. Les Mieroorganismes de la Fermentation. 1899, pág. 354.
'(2) Dr. Francis Wiatt. Modern Brewing Economy. Págs. 143.
“Antonio Alzate.” 195
reateriales que entran en la composición de los mostos y de
los diversos hongos microscópicos que determinan las fermen-
taciones.” Y más adelante agrega: “El cervecero moderno, le
debe conceder más atención á la ciencia. No de otra manera
podrá comprender y llevar á la práctica los nuevos métodos
de preparación de mosto y de fermentación. ”
Aparte de esta clase de trabajos, hay otros correlativos á
la misma ciencia que estos Laboratorios cultivan; me refiero
á los fermentos solubles llamados enzimas ó diastasas, ete.,
ete., que es lo que constituye el origen:ó causa química de cier-
tas fermentaciones, y esto ha promovido la especialización;
algunos zimotécnicos como el Prof. Effront, de Bruselas, se
dedican en sus Laboratorios á esta rama especial de investi-
gaciones.
En cuanto á la índole espeéial de estos estudios, tomada
en un sentido más lato, es de una importancia considerable
para numerosas industrias, que, establecidas primero según
métodos empíricos más ó menos rudos é imperfectos, no pu-
dieron nunca progresar por carecer de bases científicas. En
consecuencia, estos Laboratorios están dedicados á la investi-
gación científica de las fermentaciones, lo cual no puede ha-
cerse sin recurrir al método experimental más riguroso, y á la
aplicación, es decir á la enseñanza práctica de los principios
establecidos. Sirven, pues, para la enseñanza profesional de
esta nueva carrera que se llama de zimotécnicos, los cuales 4
su cargo tienen las ramas ya bien especializadas de las indus-
trias siguientes: lechería y sus derivados, fábrica de quesos y
mantequillas; panadería y fábricas de levadura prensada; vi-
nicultura, elaboración de vinos de todas clases; ídem de alcoho-
les; ídem de cerveza; fábricas de levaduras especiales ó fer-
mentos; ídem de vinagre; es decir, en suma, las industrias de
un grupo considerable de las substancias natura:es ó elabora-
das que sirven á la alimentación.
196 Memorias de la Sociedad Científica
AAA
El carácter especial de sus trabajos es la tendencia á in-
troducir en la práctica los conocimientos científicos, y á su vez
de explicar los hechos adquiridos por la experiencia, median-
te las investigaciones prolijas, delicadas y preeisas del Labo-.
ratorio. Formar, en consecuencia, prácticos científicos y hom-
bres de ciencia prácticos. Para conseguir este objeto proce-*
den de muy variados modos á la vulgarización y al conoci-
miento de las imponderables ventajas que suministran á la
ciencia y á la industria. El Laboratorio del Prof. Wiatt, de
New York, además de dar cursos especiales teóricos práeti-
cos, como es general en todos los de su clase, tiene abierta al
público una Sección de consultas y de análisis zimotécnicos,
cuya lectura es muy instructiva para todos; pues las da á eo-
nocer mensualmente el gran periódico “The Brewer's Journal.”
La Sección especial del gran Laboratorio de bacteriología
agrícola de San Petersburgo está haciendo en la actualidad un
estudio de levaduras puras selecciones para vino, y reparte
muestras de levadura—madre para su cultivo en las regiones
vinícolas de Rusia. Casi todos los Laboratorios de Alemania
están al servicio del público bajo una ú otra forma, pero hay
algunos (como el del Prof. Hansen, de Carlsberg) anexos á
las cervecerías y que son grandes centros científicos, de donde:
salen periódicamente estudios fundamentales, y tienen bajo su»
dirección establecimientos especiales, Ó bien, como el del Prof...
Effront, de Bruselas, que tiene un carácter más didáctico y.
destinado á la enseñanza, pues forma parte de la Universidad -
Nueva, con el nombre de Instituto de Fermentación. Uno de
los más-célebres es el Prof, A. Jórgensen, de Copenhague, que
fué el primero en introducir la enseñanza de Hansen. Es uno:
de los mejor montados desde el punto de vista bacteriológico; :
pues cuenta con más de ochocientos tipos de microorganismos, '
y el que ha adoptado un plan didáctico más perfecto. El mé-.:
todo de este Profesor es el que he procurado seguir en mi es-:
tudio del pulque. Este instituto es particular...
Y “Antonio Alzate. 197
DPALIIIL
Pe
IDIILIIIDIIIIDIILIIIIIIN
Se han realizado exactamente, pues, las palabras del gran
maestro, quien previendo el éxito futuro de sus descubrimien-
tos escribió en 1876: “Le temps est le meilleur appréciateur
des travaux scientifiques, et je Wignore pas qu'une découverte
industrielle porte rarement tous ses fruits entre les mains du
premier inventeur.””
En efecto, así ha ocurrido, y era inevitable que sucediese,
sobre todo porque el mismo sabio dirigió después sus investi-
gaciones en otro sentido, en el de la patología y la higiene, tra-
tando de aplicar sus doctrinas á la explicación de la naturale-
za de las enfermedades infecto—contagiosas, entretanto que
en Alemania muy pronto se especializó en sus diversas ramas
la microbiología.
“Además, Alemania estaba preparada de años atrás para
poder dar un gran impulso á los trabajos de Laboratorio, lo
cual hacía exclamar melancólicamente á Pasteur en 1871, al
explicar las desgracias de su país con motivo de la guerra:
“Mientras Alemania multiplicaba sus Universidades esta-
bleciendo entre ellas la más saludable emulación; mientras ro-
deaba á doctores y maestros de honores y condecoraciones;
mientras fundaba laboratorios magníficos, dotados de los me-
jores instrumentos, nuestra Francia enervada por las revolu-
ciones sólo prestaba una atención distraída á sus estableci-
mientos de estudios superiores.” No es de extrañar, en conse-
cuencia, que á los dos años de haber aparecido los Estudios
sobre la cerveza, de Pasteur, el sabio dinamarqués E. C. Han-
sen en 1878 escribiera su primera obra, en la que se esforzaba
en demostrar que en asuntos de fermentación era imposible
separar la práctica de la teoría, obra que, sin cesar perfeccio-
nada en nuevas ediciones, lleva hoy por título “Investigacio-
nes sobre la práctica de las industrias de la fermentación.”
“Bien conocida es en Francia esta hermosa organización cien-
(1) Pasteur. Etudes sur la Biére. Préface, página VIII.
(2) E. C. Hansen. Untersuchungen u, der Praxis ú Gabrungsindustrie, 1895:
189 Memorias de la Sociedad Científica
SILICIO ILLA AAA LLANA
tífica de la nación vecina, como la califica Boutet, que ha sa-
bido aprovechar y perfeccionar los métodos Pastorianos, ha
reorganizado en el Instituto Pasteur la Sección zimotécnica,
de acuerdo con las mayores exigencias modernas, como antes
he dicho,
Viniendo ahora á los resultados concretos que os demos-
trarán la influencia extraordinaria que han tenido estos cen-
tros de trabajo, en donde se elabora la ciencia, os mencionaré
siquiera algunos de los más notables, ya que sería fatigosa
una larga y detallada enumeración.
En la industria de la leche se ha perfeccionado notablemen-
tesu conservación, por procedimientos físicos, ya generalmente
conocidos con el nombre de Pasteurización: la elaboración de
quesos y de mantequillas ha aleanzado un adelanto notable.
En cuanto á los primeros oíd lo que dice un práctico distin-
guido, el Sr. D. M. Ibarrola, hablando del extracto concentrado
de cuajo. “El rendimiento en queso es mayor (que con el
cuajo ordinario preparado en las haciendas), y la diferencia
que se obtiene en la elaboración, tanto en calidad como en can-
tidad paga su valor; pues, para once y medio kilos (una arroba)
de queso hecho, se emplea una porción de cuajo cuyo costo no
asciende á des centavos.” Este cuajo es el de Hansen que
preparan en Copenhague, ó sea el fermento láctico.
La preparación de fermentos especiales y un buen proce-
dimiento de esterilización permiten hoy trasportar la leche del
lugar de su producción á las fábricas situadas en localidades
más convenientes, y elaborar quesos de diferentes clases se-
gún el deseo del industrial.
La historia del progreso comercial de la mantequilla de
Dinamarca es muy instructiva. En un folleto publicado por
“The Sterilizing Syndicate limited” de Londres, se lee lo si-
(1), M. Ibarrola.. La industria de la leche. 1901, página 124,
“¿Antonio Alarte.” 199
guiente: “El Gobierno de Dinamarca reconociendo la gran
importancia que tiene para la higiene la fabricación de la man
tequilla, desde hace varios años insiste en la necesidad do es-
terilizar previamente la leche, y uno de los químicos oficiales
ha descubierto un reactivo que permite descubrir inmediata-
mente si la temperatura necesaria para el objeto no ha sido
elevado al grado indispensable. “”
Los resultados comerciales han sido de tal magnitud, que
la mantequilla que de ese país se importa á Londres goza de
un precio mucho más elevado que cualquiera otra. Inglaterra
importa de Dinamarca más cantidad de este producto que de
todos los otros países juntos; y pozo más ó menos, el doble de lo
que le viene de las colonias británicas.
A México llega esta afamada mantequilla, y yo he tenido,
la ocasión de gustarla hace algunos años en Pachuca.
Si de la leche y sus derivados pasamos á la fabricación de
las bebidas fermentadas, en particular de la cerveza, los ser-
vicios que han prestado estos laboratorios, debemos recono-
cerlo, han sido de una magnitud colosal. Alemania y Estados
Unidos exportan la bebida á distancias considerables y en
cantidades enormes, lo mismo que Inglaterra. Las 19,281 cer-
vecerías alemanas produjeron el año de 1900 la cantidad de
69.291,719 hectolitros; las de los Estados Unidos en núme-
ro de 2,000,55.377,835 hectolitros, y las 6,739 de la Gran Bre-
taña é Irlanda, 59,953,087 hectolitros. *
Para obtener tan brillantes resultados de producción era
indispensable la facilidad de exportar y por lo mismo de con-
servar el producto por largo tiempo. Este ha sido el fruto de
los descubrimientos de Laboratorio y de su aplicación correc-
ta. Pero hay más, las cualidades de la bebida, en cuanto al
aspecto y al sabor se han aquilatado, á tal punto, que una ela-
baración mediana ó irregular es causa de descrédito, y aun de
(1) The Kukn Sterilizing Process. pág. 32.
(2) The Brewer's Journal.-4ug. 1.—1901, pág. 473.
200 Memorias de la'Sotiedad Científica
Pm”
la ruina de una cervecería. Por esto ha dicho hace algunos
años el Dr. Reinke, Jefe de Laboratorio en la Asco ol Agrí-
cola Superior de Berlin. '
“Sin el estudio exacto de los trabajos fundamentales de
Hansen y sin saber hacer su aplicación nadie puede soportar
á la larga la competencia en las cervecerías. ”"
Es esta una verdad comprobada universalmente. Sin llegar
á un extremo tal la competencia, algo de semejante ha pasa-
do en México. Las cervecerías mexicanas sucumbieron ó es-
tán á punto de desaparecer desde que aparecieron las sober-
bias instalaciones de tres grandes cervecerías dirigidas por
alemanes, y yo conozco una que atraviesa por una crisis deses-
perada, no obstante el grueso capital que representa. Todas
las buenas fábricas de cerveza importan su levadura de Ale-
mania ó Estados Unidos; y es bastante perceptible el adelan-
to que esta industria ha tenido entre nosotros, tanto por la cali-
dad como por la cantidad de sus productos, de lo cual habla-
ré más adelante.
En la industria de la panadería se ha revelado recientemen-
te el éxito prodigioso que han aleanzado las doctrinas pasto-
rianas. Verdad es que hace mucho tiempo que existen en Eu-
ropa fábricas de levadura prensada, cuyos procedimientos de
elaboración á su vez se han perfeccionado con los datos nue-
vos que tenemos sobre los caracteres biológicos de las levadu-
ras; pero no bastaba usar un buen fermento, que sólo resolvía
una parte del problema de la panificación, si se conservaba el
método secular empírico y nada pulero del amasijo á mano y
la cocción empírica. El sistema Schweitzer implantado en
Francia recientemente ha resuelto el problema de la manera
más satisfactoria. Sin entrar en pormenores científicos, que
reservo para otra ocasión, os referiré cuáles son las ventajas
del nuevo sistema.
El pan fabricado posee todas las cualidades que se deben
exigir:
(1) Jorgensen, obra citada. pág. Mdrvao oo am
“¿Antonio Alzate.” 201
Es limpio, porque se amasa mecánicamente y se cuece en
hornos especiales, bien cerrados, donde no penetran ni los ga-
ses, ni las cenizas de la combustión.
Sano, porque no contiene ningún principio morboso, ya
que el amasamiento no se hace á brazo sino mecánicamente
y el agua que se emplea ha sido previamente filtrada.
Nutritivo, puesto que contiene todos los principios nutriti-
vos del grano de trigo y especialmente los fosfatos, que por
los demás procedimientos de molienda quedan eliminados de
la harina
Digestivo, porque encierra las diastasas contenidas en el
grano de trigo. !
Por añadidura, en el sentido económico están conciliados
los intereses del consumidor y del industrial, porque: á igual-
dad de precios se puede suministrar un pan mejor, ganando más
que con el procedimiento ordinario; ó bien, obtener iguales
utilidades dando un pan mejor con rebaja de precio.
Todos estos datos son el resumen y las conclusiones de
análisis hechos por peritos competentes, entre otros el Prof.
Miintz, químico francés bien conocido.
Anexo á la panadería que se estableció en París, rue d'Alle-
mague, que fabrica 50,000 kilos de pan diarios y actualmente
está montando una segunda instalación, para otros 50,000, se
encuentra un laboratorio zimotécnico, como era de rigor para
asegurar el éxito del negocio. Inútil es decir que este sistema
exige el uso de una levadura pura preparada especialmente.
No quiero fatigar más vuestra atención pasando en revis-
ta todas las demás industrias, que están subordinadas en su
éxito á la misión especial de los laboratorios de fermentación,
como la elaboración de vinos, de aguardientes, de tabaco, ete.,
ete, porque bastan, á mi juicio, las pruebas y testimonios que
he aducido de los resultados ya expuestos. Réstame, para ter-
minar, dar una ojeada sobre el estado actual, entre nosotros,
de las industrias que vengo examinando.
Memorias.—[1901]. T. XVI.—26.
202 Memorias de la Sociedad Científica
no”
e
La industria lechera algo ha mejorado desde la introduc-
ción de los aparatos y utensilios modernos; pero aun dista
mucho de lo que debe de ser, según nos lo atestigua un prác-
tico inteligente, el Sr. D. M. Ibarrola, cuya obra he citado, y
á este propósito asienta lo siguiente (pág. 7):
“Desgraciadamente las industrias agrícolas están muy atra-
sadas, por la falta de Escuelas prácticas en que se enseñen,
como se hace en Suecia, Dinamarca, Francia y otros países en
los que los resultados obtenidos en ellas han correspondido de
la manera más satisfactoria á las esperanzas de sus fundado-
res. En dichas Escuelas, en un tiempo relativamente corto, se
forman industriales que, á la vez que adquieren los conoci-
mientos científicos que deben servir de guía al dirigir úna em-
presa, por el trabajo material que diariamente ejecutan, ad-
quieren una gran práctica en las manipulaciones, elemento
tan necesario, y sin el cual los estudios aislados les servirían
de poca cosa.”
La introducción al mercado de leche esterilizada y á pre-
cio cómodo resolverá el gran problema de la alimentación sa-
na de los enfermos y de los niños de pecho, disminuyendo en
estos últimos la enorme mortalidad que produce una nutrición
defectuosa. La leche es, con el pan, la base de una buena ali-
mentación: son artículos de primera necesidad.
La República Argentina nos ha dejado muy atrás en este
ramo; pues ha exhibido en la Exposición de Bútfalo, leche per-
fectamente esterilizada y mantequillas conservadas, (éstas úl-
timas por dos ó tres años.) En quesos y mantequillas exporta
por valor de $300,000. Hay lechería en Buenos Aires que tie-
ne un capital de $5.000,000. (E7 País, 28 de Octubre de 1901.)
El pan se fabrica entre nosotros de una manera muy im-
perfecta. Las quejas continuadas del público son justificadas,
y el número tan considerable de enfermedades gastro—intestis
nales, que en toda estación y en todas las clases sociales se-
advierten, tienen por causa, aparte de otros factores que no
“¿Antonio Alzate.” 203
desconozco (como el alcoholismo ), el uso de un pan muy poco
higiénico: unas veces falto de cocimiento, otras agrio, algunas
en putrefacción; ni las harinas y grasa que se emplean, ni las
levaduras, ni el método de elaboración pueden permitir obte-
ner un producto bueno, sano y uniforme. Felizmente no trans-
currirá mucho tiempo sin que podamos anunciar que esta ca-
lamidad comienza á remediarse, pues se ha formado una gran
Compañia para la explotación de la patente del sistema Sch-
weitzer á que he hecho referencia, y esto promoverá la trans-
formación radical de esta industria.
En cervecería podemos ya decir que hemos dado pasos
firmes y avanzados en materia de progreso. Es, á mi juicio, la
única de las industrias zimotécnicas que camina en buena di-
rección. He visitado varias fábricas y tengo datos de produe-
ción de una que no conozco y es la de Monterrey. Los métodos
de elaboración, á juzgar por los detalles de las “plantas,” son
los más modernos. La de Cuautemoc produce diariamente 260
hectolitros, y está acabando un edificio de siete pisos, para po-
der aumentar su elaboración á 700. Sus máquinas de hielo tie-
nen capacidad para rendir 200 toneladas. En cuanto á la cali-
dad de sus diversas marcas podemos decir que son excelentes.
El director técnico es un cervecero de la Escuela de Munich.
Ocupa veinte empleados americanos y alemanes, y ochocien-
tos trabajadores mexicanos. La oficina está á cargo, en su par-
te comercial, de un jefe y veinte dependientes, todos mexi-
canos.
Los ingenios de azúcar de caña, como se sabe, representan
un ramo muy importante de la riqueza agrícola. La bactério-
logía aplicada tiene algo muy importante que estudiar bajo este
respecto: es la pérdida de consideración que se sufre por la
inversión de una parte no despreciable de la sacarosa conteni-
da en el jugo de la caña ó guarapo: teniendo los jugos hasta
10 por ciento de azúcar, las utilidades reales son, á lo más, de
7 por ciento; lo cual, sobre una producción de 80,000 toneladas,
204 Memorias de la Sociedad Científica
PILI IIA
PIS
como hubo el año de próximo pasado, da una pérdida de....
30,000.
Las fábricas de tabaco conservan sus métodos anticuados
de fermentación; y sin embargo, es susceptible esta industria
de rivalizar con la de la Habana, lo cual no se conseguirá sin
un estudio profundo y experimental de laboratorio.
Inútil me parece examinar el resto de nuestras industrias,
como la elaboración de vinos, de tequila, de aguardiente de
caña, ete., etc., y desde el momento en que sabemos que no hay
escuela teórico-práctica para su enseñanza, nada extraño es
el lamentable estado que guardan. Una de las más importan-
tes, como sabeis, la del pulque, se conserva en el mismo esta-
do primitiyo en que nació; salvo el aumento de producción, y
los más repetidos y vehementes clamores del público, y sobre
todo de los médicos, que demandan un perfeccionamiento del
producto, es decir, una buena y correcto elaboración,
Dados estos antecedentes ¿cuál es el porvenir que podemos
augurar al establecimiento entre nosotros de un Instituto Zi-
motécnico? A nuestro entender, no puede ser más halagador
bajo todos conceptos, esforzándonos en obtener las siguientes
ventajas:
Todas las industrias correlativas se perfeccionarán. En el
sentido higiénico, los productos alimenticios serán mejor ela-
borados, llenando las cualidades de buen sabor, aroma, lim-
pieza, digestibilidad y propiedades nutritivas: obteniendo me-
jor y más larga conservación. En consecuencia, se procurará
diminución de las enfermedades.
Comercialmente hablando, un ensanche notable en el cam-
po de explotación, es decir: aumento de consumo por el trans-
porte á distancias considerables, de productos que se conser-
van más largo tiempo. Mejores precios de venta, como corres-
ponde justamente á los artículos de buena calidad. Aumento
en la riqueza pública, particular de los industriales y del fisco,
como efecto de la mayor producción.
“¿Antonio Alzate.” 205
En el sentido científico y social, abrir nuevos derroteros á
la actividad de los hombres trabajadores; pues se crearán una
profesión que abarca diversas especialidades, en las que ten-
drán ocupación honrosa y útil numerosos jóvenes.
No deja de ser extravagante y aun absurda nuestra orga
nización social, considerada desde este punto de vista: hay mu-
chos químicos inteligentes, farmacéuticos, médicos é ingenie-
ros; todos saben los principios fundamentales de la ciencia,
no ignoran las cualidades que deben tener los productos des-
tinados á la alimentación, y sin embargo, la fabricación de
ellos está entregada á manos ignorantes, que nada pueden ha-
cer por sí mismas, si no es conservar las rutinas en que fueron
educadas. Esto es un efecto natural del divorcio de la ciencia
y de la práctica. La enseñanza moderna tiende á combatir es-
te absurdo y ha triunfado, después de una trabajosa lucha,
pues como ha dicho Pasteur: “El progreso, en el orden mate-
rial, se asemeja al crecimiento de la hoja y de la flor, que no
aparecen á las miradas atónitas sino después de una “elabora-
ción lenta y obscura de todas sus partes, aun las más delica-
das.”
Aprovechémonos, pues, de las lecciones experimentales
que nos dan los pueblos más avanzados en la utilización práe-
tica de la ciencias. Dejemos de estudiar exclusivamente en
los libros, que sólo deben servirnos de guía para nuestras in-
vestigaciones personales, pero que no pueden suplir á la ob-
servación ni á la experimentación, únicos caminos para obte-
ner el conocimiento exacto de la realidad. Así podremos aban-
donar el triste papel de comentadores de la ciencia europea,
y lanzarnos valerosamente al papel de productores; á cuyo fin
nos será imposible aspirar sin la creación de laboratorios zi-
motécnicos.
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MER HABRA. Pia UA rt
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LA PLAGA DE MOSQUITOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
EN EL AÑO DE 1901.
Por el Profesor
ALFONSO L; HERRERA, M. S. A.
Destrucción de las larvas por medio del petróleo.
Siguiendo las indicaciones del Dr. L. O. Howard, se regó
petróleo refinado en la mayor parte de las acequias y canales
de la Ciudad de México, organizándose el as de la mane-
ra siguiente:
Dos peones con sus respectivos operarios -ecorrían los lu-
gares invadidos, durante la mayor parte del día, distribuyendo
el petróleo, mezclado con una parte de agua.
Cantidad de petróleo que se regaba en cada acequia.
Como es imposible en la práctica medir la extensión su-
perficial de los canales invadidos por larvas del Inscules pun-
gens (1. D. N.) y pesar ó medir luego la dosis de petróleo que
corresponda, y es, según los americanos, de 30 gramos para
cada 5 metros cuadrados, se regaba el insecticida sin hacer
exactamente esos cálculos, y los operarios llegaron á adquirir
-la experiencia suficiente. Como los manchones negruzcos for-
mados por las aglomeraciones de larvas se extendían más ó
208 Memorias de la Sociedad Científica
menos, era variable la cantidad de petróleo usada, procurán-
dose que no pasase de la dosis de 60 gramos ó sea 2 onzas
por cada 6 ó 7 metros, pues estando mezclado con su volumen
de agua serían insuficientes los 30 gramos que corresponden á
esa superficie, según los autores americanos.
Manera de hacer el riego.
Después de varios ensayos, observamos que no se debía
aplicar el petróleo por medio de un trapo que se ata á la pun-
ta de una pértiga, porque se impregna bien pronto de agua y
no recibe ya la proporción indispensable del insecticida. Se
necesita exprimirlo 4 menudo, y esta operación resulta dila-
tada y aun peligrosa para:el operario, por.ser casi siempre in-
fecta el agua en que viven las larvas del mosco. (La agitación
del líquido, como medio de destruirlas es, por lo mismo, aun
más peligrosa.)
Si se vierte el petróleo con ayuda de una jarra, no se ex-
tiende con la uniformidad necesaria, sobre todo en los canales
que tienen corriente.
En cambio la irrigación por medio de jeringas es muy rá-
pida y eficaz. Empleamos jeringas de jardinero, pequeñas y
con la pichancha provista de agujeritos, para regar las charcas
y zanjas de poca anchura, y para las muy amplias, una jeringa
de jardinero, grande, que produce un solo chorro y lo arroja
con fuerza. De esta manera se consigue hacer el tratamiento
aun desde las azoteas, en sitios en que la acequia está encajo-
nada entre las paredes de las casas.
En los lugares en que las zanjas quedan cubiertas con una
vegetación flotante de chichicastle (Lemna, Lemnaceas ), es ne-
cesaria mayor proporción de petróleo y la limpia de los luga-
res cireunseritos en que se hace el riego. Si dominan los tules
y espadañas, no constituyen un obstáculo tan grande para la
distribución del petróleo, como la bien conocida planta llama-
da Oreja de liebre [ Eichornia crassipes. Pontederiaceas | que ha
a
“Antonio Alzate.” d 209
LLLIIOOPLOLIIILIIA
sido importada recientemente, para los viveros, y.en dos ó tres
años ha invadido casi por completo las acequias del Valle de
México, suplantando á todos los vegetales acuáticos aborígenes.
Esta planta tiene un carácter muy fácil de apreciar: la ba-
se de los peciolos ó toda la extensión de ellos se dilata exce-
sivamente, formando una especie de flotador muy desarrollado.
Parece que las hojas, el limbo de ellas, está sostenido pór un
mango largo y dilatado, que no se ve en los individuos de es-
ta especie cultivados en tierra.
En las acequias del Chopo, abunda de tal manera la Ei.
chornia que fué necesario arrancar 10 ó 20 matas de ella, cada
5 metros, para depositar el petróleo en la superficie de líquido
así descubierta, Al principiar nuestros trabajos, creímos que
las larvas del mosco no podrían vivir en las acequias invadi-
das por las hojas flotantes. Desgraciadamente no es así, y este
es uno de los obstáculos más grandes con que tropezamos,
pues en tales condiciones, ni se ven fácilmente las colonias de
larvas, ni es tan eficaz el riego, aunque se duplique la propor-
ción del culicida. :
Para averiguar si había ó no larvas, los operarios se va-
lían de un procedimiento muy sencillo: sacaban una poca de
agua, por medio de un vaso atado á unos cordones, y lo deja-
ban caer casi hasta el fondo, sacándole depués rápidamente,
á fin de que algunas larvas saliesen á la vez que el líquido.
En los cañaverales formados por el carrizo (Phragmites.
Gramineas), la destrucción de las larvas por medio del petró-
leo es realmente difícil, á menos de que se corten ó arranquen
las plantas, como se hizo en alguna de las calles de la Came-
lia, Ó se gaste una cantidad muy grande de culicida, arroján-
dole con gran fuerza, de manera que el chorro pase sobre los
carrizos y vaya á caer en los puntos inaccesibles, 4 donde el
operario no puede llegar ni á pie ni en canoa.
En la Colonia de Guerrero fué necesario algunas veces ha-
cer el riego desde las ventanas de las casas, á cuya espaida
- Memorias.—(1901).—T. XVI. 27.
210 Memorias de-la Sociedad Científica
pasa la acequia, ó desde las azoteas, lo que tiene no pocos in-
convenientes, siendo el mayor de ellos que desde esa altura
no se distinguen fácilmente las colonias de larvas.
Como éstas se aglomeran en las orillas de las acequias,
formando manchones negruzcos más ó menos alargados, á ellos
se dirigían de preferencia los chorros de petróleo, sin desperdi-
ciarle en otras partes ó en las aguas que no estaban invadidas.
juando la lluvia es abundante debe repetirse el riego eon mu-
cha frecuencia, y lo mismo en los canales que tienen corrien-
te muy fuerte.
El sistema de los americanos. que consiste en introducir
barricas llenas de petróleo en las aguas infectadas por el insee-
to, de manera que el veneno salga poco ápoeo por pequeños con-
ductos, es absolutamente impracticable en el Valle de México,
por ser muy eostoso y por la circunstancia de que en ciertos
rumbos poco vigilados por la policia, robarian los depósitos
de petróleo abandonados en el centro de las acequias.
Gastos hechos por la Comisión de Parasitología Agrícola,
para la destrucción de las laryas de mosco.
PETRÓLEO.
1901. Mayo 4 O mÍtrOS-. 2.20 $ 3.30
NE A, AA 3,30
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RESUMEN.
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Vigilaties. e. ¡Cálido A 72.00
Envibós 222. 0 2.93
$ 485.93
Tratóse de introducir alguna economía en estos gastos,
empleando el petróleo sin refinar, pero no se extiende en el
agua, por su gran viscosidad.
Detalle de los riegos practicados en la Ciudad de México.
Para evitar los abusos de los dos operarios, se les sometió
á la vigilancia de unos sobrestantes, y en los últimos meses
se les exigía que recogiesen certificado de los gendarmes ó de
los vecinos. Consta en seguida el resumen de las principales
+ calles en donde las acequias fueron regadas con petróleo:
212 Memorias de la Sociedad Científica
Calles. Fechas. Gendarmes ó vecinos.
Abraham Olvera...... .....- Septiembre 3.... 409. L. Ordoñez.
Ii AMA 4 17. 1350. C. Rodríguez.
IT A TS E 1404. J. Estrada.
Aude Algatoscniadnos E 1430. A. Barragán.
qe Dr Aid a A A A 1441. M. M. Madrid.
se Pr AN UL IA, PP PR 1476.
32 de las ArteS..ooi.o.ooo..-- Septiembre 13... 1571. P. de la Torre.
Avenida Poniente 4. ........ . 3.... 1600. R. Olvera.
AAA Junio: 28... LLbo.. 1419. O. García.
E PE oso eres Agosto 31... .... 1664, A. Lazcano.
de AS Septiembre 12... ,, >
O Ms ado . 13... 1585. N. Zepeda.
Belem (Calzada de) .......... Agosto 27. .--... 1618 y 1639.
NEL APA Septiembre 4.... J. Perez.
A, AAA Sy 5.... L. Jaime.
1? á 10? de la Camelia........ Julio 12...... +.. L. Salvatierra.
82 OS Agosto 27 ....... E. Salvatierra.
ga A A Septiembre 6.... Rita C. de Laroche.
112 > e A M. Díaz.
Campo Florido (Calzada del) . ......-- EIA 1224. G. Castillo. -
jó A Septiembre 10... L. Sánchez.
AA A A a EA 1480. EF, Carrillo.
Conan IS. Junio 2 ......-. 1209. H. Gutiérrez.
BAN AO 2 E A DE 1203. J. Alvarado.
A A A JO TI e * 1339. J. Martínez.
Gr del Ciprés... JAU.COd De... SJamio 19 1 1357. A. Morales.
0 a y » »
Ciprés y Naranjo........-..-. Julio 112. its 1262. N. Zárate.
Ciudadela.... ....- e O e 1295. J. P. de León.
IR e Agosto 30.-.....
RI o » 30.......-S. Hernández.
Colonia de la Indianilla ...... Septiembre 10... P, Sánchez.
»» ¿kdelos BoeroS.... .... Agosto 31....... 1664.
CoyUJNlcooooocaocarna oo NC
O A IA 1080. C. Padilla.
Estación del Ferrocarril Na-
cional Mexicano -........-- Agosto 31....... ' 1616. L. García.
Estación del Ferrocarril Cen-
Septiembre 13... 1523. D. Gutiérrez.
yq E RA A E E A
"* Antonio Alzate.” 213
Calles. Fechas. Gendarmes ó vecinos.
Estacag Lx NE TIE FA LED Agosto 9 ....... 33. E. González.
Estampa de la Palma --...-.. O TAE ie
Escobedo middle a e M. Blanco.
¿do la MAS: A LL on 1010. A. Ramos.
92 de las Flores: .-.... ¿--... Jam dos 1236. G. Mata.
MO CC rr rr o. ” A ” ”
108 ==.y a par A ” ”
a > AMIA VI IO AA 1377. V. Ledesma.
3% dolBliresnosii cut e Junio 21.....--. 1236. G. Mata.
e REO - 19 AAA RÍO 1209. H. Gutiérrez.
ERA. LE DIE << AO Ds 1419. J. C. Valdés.
(2 do GMEtterO IT LIDO a ro AS M. Hidalgo.
Sy IATA Sd ll Septiembre'6.... 1110. V. Aguilar.
AR TA A 13... 1064.
SS y Humboldt... e 17... 1009.
Guadalupe (Calzada de)...... mm 182
82 de Humboldt. -20ooocooooo onnono- ln 1080. C. Padilla.
9 OA EE SRL adria 1009.
9% de Humboldt y Estrella... ...ooooo..----.-- J. C. Sánchez.
EA A Jato do 977 y 986.
O E Septiembre 11... 1067. J. Salinas.
Jeciambern 0.0. Agosto 28......-
mbatozost E td jo MEA AO J. Ceballos.
NI ETE Y ME LE A Septiembre 5.... P. Rodríguez.
Marte...... SAITO 34 7.... 1010, R. Ramos:
O LS Agosto 26....... 1489. M. Gallegos.
Eo Odo oa cis Septiembre 17... 1350. C. Rodríguez.
LI A A AP AA 1418. J. Lozada.
1 IM A AA TN IA 1350. C. Rodríguez.
Ocampo (Callejón de)..¿-..-. (asidanricoso--=-- 636. C. Pérez.
Puente de las Guerras. -...... coocooooo...-... y. €. Cárdenas.
= ó A Septiembre 6.... 42. J. Guerrero.
Puente de Garavito.... . ads 5 4.... L. Salazar.
Es iS AI 5 4.... P. Cervantes.
Puente del Molino....-...--- 6 6.... 42. J. Guerrero.
32 de Peralvillo =............ Agosto 30....... B. Moreno.
Plazuela de la Concepción... y ZMO......- 951. P. Galván.
Piedad (Calzada de la)....... E TELLA 1643 y 1044.
Penitenciaría -.......------. Septiembre 18...
P. Espinosa.
214 Memorias, de la Sociedad Científica
NS
Calles. Fechas Gendarmes ó vecinos
Rancho deJhk Palomas: ¿o..oo- .2io ¿iros 1286. M. M. Madrid.
da AUTO O TAO e ON 1237. P. Garibay.
FO AA A y AS AN rs
OA E AO da do 1376. N. Gamera.
Te E de: AO A IS E SL 7 RE -- 1395. M. González.
Io Cn ze e om Septiembre 10... P. Rodríguez.
PA a UR A A 459. R.: Alvarez.
Riva Palacio (Callejón de) - -- Septiembre 14...
Sabino y 4%:de'la Colodlá....-. ooopicoigida ss 1431. L. Hernández.
19 Sabima piro ¿LED AgoBlo 23. amos
ii
O o E Te os Agosto 3L...o.-.-
Saneamiento y Coyuyá. ...... AOSAIAS
3" de'Bor Juana. ...Hió .... IAS
DD. Ls A ci Julio129: 224208
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SUSO. - ULINEOL lDIO +2 AIDA 13
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San Antonio Tomatlán....... $ 10...
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Idem, ídem y San Juanico.... 3 Ao
Canta BMrbaratl 16 LERd ocre DO ELO da
NAUBIIAOTE dl ¿do Septiembre 5....
San Salvadolus.ooi oodo coo y átn
San LAZO di ¿e Agosto30.......
Santo Tomás (Plazuela de). -. Septiembre 2...
San Geronimito -...ooo.oooo.. Agosto 31........
Tlazpaña sa DAI rr
7 (Colegio)--........ DA
Tola ca MC a de oro a Septiembre 2...
Duda Zarco TI o ra Junio 18.......--
10? y 11? de idem... cmo... Julio 18.........
92 de don LIE oe có A UA
102 y 11? de Ídem ¿do coo. O to a a
112 de dem AMI IU
1444,
1286. M. M. Madrid.
1518. F. Ceballos.
266. E. Arteaga.
1441.
J. Muñoz.
María E. de Bacmeister.
1441. M. Ceja.
1636. B. Flores.
P. Rodríguez.
M. Contreras.
136. S. Sánchez.
1664.
1438. P. Hernández.
J. M. Aguirre.
20. F. Hernández.
252 y 360.
J. Rojas.
. A. Fournier.
1309.
1029 y 1041.
964 y 965.
X « "Antonio Alzate.” 215
Callea. Fechas. Gendarmes ó recinos.
91 y 10% de idenv .-- ¿02 ¿2.2 i Joa DO. 974. E. Capetillo.
9% y 10% de ide -oooooooo=-- e a. 947. S. Ortega,
117 de ídem: -...--.--=------ Agosto 28....... 1083. P. Leyva.
9: Y "10% de Hem. ..-—-==<22-> Septiembre 2.... V. Alcántara.
10% 4 13? de ídem. ...-.....-- SO 19: 1D 8005 964 y 965. A. Montes.
119 4 19% de domi ii ETA CET hs 19,4
92 y 102 de ádeM .-.-.o.o.... DN.» FED 1083. P. Leyva.
10? á 122 de ídem. -....----- Septiembre 7.... 1041 y 1069.
Verónica (Calzada de la)- ----, ----oooooo=====- 1609. D. Rivera.
. a ---- - Septiembre 10... S. Ureña.
> ls Se 20 SE 1655. H. Mendoza.
Utras calles en donde se rezgó frecuentemente el petróleo.
Valles. Gendarmes ó veeinos.
Abraham Olvera --....0o00oc. 2: .-. D. Almeida.
Avenida Vidal Alcocer...... .-----.-.
Concepeión (Plaza de la) -............
Ciprián (Callejón de San) ----.-...-.-- J. Martínez.
Obebimosa: 1399932 ARDIVIAN DINO P. Pardiños.
Escobillería...... EPIA AMO VU VIGO
A A E O OD RA
ado Junto oosi0- 8l ¿LAU TS ia T RE
2? de González Cosío..-----.0000.....
3% de Peralvillo ........- Jqisb siobusi B. Moreno.
Peralvillo (Garita de). .... do RD
Piteros (Plazuela de)...--- ¿03 Az
Pradera (Callejón de la). -........-...
Santa Bárbara... oudLoisul os ssl
San Miguel Nonoaleo -----.--.-.----
VIDOFIVASS 0 OLI, VITA E
Mimsora aclos tag IR cestos: J. Hernández.
Resultados.
Según nuestra propia experiencia y los certificados de mu-
chas personas, este año la plaga de moscos comenzó tarde y
216 Memorias de la Sociedad Científica
OLLAS DIPIIIILIILIIIIIIIIDILIIIIIILIIIII
A A A A > AAA —— o _—— _ _ _—_— ——— _—_ — JJ Joooo3gao———__—_—o _—oo———_———K—K—<—<+—
fué disminuyendo á medida que se aumentaba el riego de pe-
tróleo, para aumentar después del 20,de Septiembre en que se
suspendió dicho riego.
El resultado hubiera sido completo si el público nos hubie-
ra ayudado, como sucede en la Isla de Cuba, donde los parti-
culares riegan continuamente el petróleo en sus acequias, se-
gún informes que dió el Sr. Antonio Basilio, al Agente de la
Comisión, Sr. de la Barreda.
Pero en México, desgraciadamente, nadie nos ha ayudado
y no sabemos de una sola persona que haya querido gastar en
petróleo para el fin dicho,
El Sr. D. Manuel Téllez, de la Hacienda de Acozac, Chal-
co, E. de México, sí aplicó el insecticida, obteniendo la extin-
ción completa de la plaga, en aquella Hacienda.
Convencidos de que la Comisión sólo tiene el deber de in-
dicar los remedios para las plagas, sin ocuparse en la tarea
mecánica de aplicarlos en grande escala, tarea imposible, por
la multitud de parásitos de diversa especie y procedencia que
continuamente perjudican al hombre, y obedeciendo á las ins-
trucciones de la superioridad, dimos por terminada la enseñan-
zá práctica y objetiva referente á la manera de destruir las
larvas del mosco, é hicimos un resumen de nuestras observa
ciones, acompañándole del plano de la Ciudad, en que estaban
señaladas las acequias pobladas de larvas, para que siguiese
los trámites oficiales y se entregase á las autoridades respec-
tivas.
Esa enseñanza no pudo haber sido más general, pues se
repartieron miles de impresos, con el grabado que representa
la metamorfosis del mosco, y, por otra parte, en todos los rum-
bos de la Ciudad se hacía el riego del petróleo en presencia de
los curiosos y transeuntes, recogiendo certificados de los gen-
darmes. Es seguro que una parte de la población conoce el
tratamiento y la prensa diaria lo ha divulgado mucho. Pero
sentimos confesarlo, las personas poco ilustradas dudan de to-
.
“¿Antonio Alzate.” 217
VIGIL
do lo que no han querido experimentar por sí mismas y jamás
se convencen del origen larvario del zancudo, ó prefieren el pa-
liativo de las pastillas de crisantema y el polvo de estiércol,
que tan sólo aletargan á los moscos. No hemos sabido que se
hayan fabricado muchas redes para colectarlos, siquiera en el
interior de los cuartos, donde no hay inconvenientes para la
aplicación de tan cómodos utensilios, y donde los moscos se
acumulan de una manera indescriptible.
Centros de propagación del mosco.
Como puede verse en el plano de la Ciudad de México que
acompaña á esta nota, los rumbos en donde se acumulan las
larvas del zancudo son Guerrero y la Viga, pero abundan en
mayor proporción en aquél que en éste.
Al comenzar nuestros trabajos creímos lo que después se
confirmó en la práctica, que los elementos dedicados á comba-
tir la plaga, sólo alcanzaban para atacarla en un rumbo de la
Ciudad. Así se hizo, en el de San Cosme, por ser el que más fá-
cilmente podíamos someter á nuestra asidua vigilancia, Duran-
te varios meses un solo operario trabajó en San Cosme, y no
encontrando larvas, sino en muy poca cantidad, procedimos
á perseguir la plaga desarollada en las acequias de Guerrero,
donde creemos que está el principal foco é criadero, tanto por
el gran número de acequias cuanto por las condiciones de sus
aguas, riquísimas en materias orgánicas, pues reciben toda
clase de desechos de las pobres gentes que viven en descul-
dadas y sucias vecindades. Es tan grande la proporción de
desechos, que en las partes de la acequia más anchas flota una
costra negruzca de grasas y detritus, en donde se asfixian las
larvas. Estas pululan alrededor de los cadáveres de cerdos y
perros en completa putrefacción, en los recodos donde se va-
cían los mingitorios, entre los exerementos humanos y de ani-
males, los petates y las tablas viejas que forman una confusa
aglomeración de objetos flotantes, no siempre fáciles de defi-
nir por el estado de descomposición en que se encuentran.
Memorias.—[1901.]=T:. XVI.—28.
218 Memorias de la Sociedad Científica
ILLALSIAIAISA
Se comprende sin esfuerzo que en tales sitios abunden las
plantas y animales microscópicos de que se alimentan las lar-
vas y, por otra parte, un medio tan corrompido no puede ali-
mentar muchos enemigos del mosco. Han recomendado que
se procure la repoblación de las aguas dulees con diversos pes-
cados, que devoran larvas de insectos. Pero las observaciones
del Dr. Peñafiel y las que nosotros hemos podido hacer última-
mente, demuestran la imposibilidad absoluta de que los peces
puedan vivir en aguas corrompidas, en acequias que se dese-
can luego que cesan las lluvias ó que reciben productos cáus-
ticos ó dañosos para los animales vertebrados.
Las autoridades, on el caso de que juzguen acertadas nues-
tras medidas, pueden preocuparse más especialmente de estos
depósitos en donde alcanza su mayor desarrollo la plaga de zan-
cudos, pues una vez que desaparezcan las aguas más infectas
disminuirá mucho el molesto parásito.
En el rumbo de San Cosme, las acequias de aguas limpias,
corrientes, ó que reciben el agua con jabón, nunca llegan á
alimentar colonias de larvas.
Hay, en fin, la cireunstancia de que las zanjas de la colonia
de Guerrero, están contiguas á las Estaciones de los Ferroca-
rriles, en cuyos carros creemos que viajan los moscos adultos,
pues ya hemos dicho que, según todas las probabilidades, nos
vienen estos insectos de la parte Sur de los Estados Unidos.
Teoría de la propagación de la plaga en el Valle de México.
Los estudios practicos emprendidos hasta hoy nos permi-
ten formular las siguientes presunciones, á reserva de modi-
ficarlas más tarde:
Los moscos adultos ( Inscules pungens, L. D. N. ) son trans-
portados al Valle de México por los trenes que arriban del
Norte, opinión tanto más plausible cuanto que esta especie se
estableció en la Ciudad cuando comenzaron á explotarse los
Ferrocarriles Nacional y Centrai. Se ha dicho que el enemigo
“¿Antonio Alzate.” 219
ALLI
vino de Veracruz, en un cargamento de plátano, afirmación
inexacta, por muchos motivos, sobre todo porque la especie
de Veracruz (Inscules fasciatus, 1. D. N. ), es muy distinta de
la que nos ha invadido, según el Dr. Howard.
Una vez que se abren los furgones ó las ventanillas de
los carros, sobre todo al fin de la tarde, salen moscos adultos,
preñados ó no, que se dispersan en todas direcciones, encon-
trando en las acequias inmediatas de la Camelia las condicio-
nes más favorables para desovar ó establecerse, diseminándose
después por toda la Ciudad y Valle de México.
Si algunas hembras invernan ayudan á la propagación, pero
en resumen, considerando la parte práctica del asunto, puede
asegurarse que las acequias de aguas corrompidas de Gruerre-
ro y la Viga son los sitios más favorables para el desarrollo de
la plaga, ya sea á partir de individuos inmigrantes ó de los
que invernan.
La verdad es que muchas personas han notado, lo mismo
que nosotros, que el zancudo no se extingue de una manera
absoluta ni en los meses más fríos, encontrándose todo el año
en ciertos rumbos, en mayor ó menor número.
Distribución de avisos.
A fin de que.el vecindario de los rumbos invadidos cono-
ciese el orígen de la plaga y la manera de perseguirla, se dis-
tribuyeron gratuitamente más de 10,000 avisos, como el que
sigue, acompañados del grabado que representa el desarrollo
y metamorfosis del insecto:
Contra los moscos.
“Los gusanos Ó larvas de estos insectos viven en el agua
y fácilmente se les extermina por medio del petróleo, empleán-
dole en la proporción de 30 gramos (una onza) para cada cin-
co metros cuadrados de superlicie líquida, una vez por semana.
Las larvas y crisálidas recogen una pequeñísima cantidad de
220 Memorias de la Sociedad Científica
nr
III
WILLIS IL IL
petróleo al acercar sus órganos respiratorios á la superficie del
agua, y mueren poco tiempo después. Este procedimiento ha
sido adoptado en los Estados Unidos y otros países donde
abundan los moscos.
La Comisión de Parasitología lo está ensayando, lo reco-
mienda á los particulares, y aconseja que se ponga en práctica
en las piletas, charcos, zanjas, estanques abandonados donde
el agua no tiene corriente. Si se observa que este gusano del
mosco se desarrolla en los tinacos, fuentes y otros depósitos
de agua potable, deberán vaciarse completamente una vez á
la semana, no usando en este caso el petróleo.”
Asombrosa abundancia del insecto en la Colonia de Guerrero.
Nos decían á menudo los vecinos que antes de aplicar el
petróleo, la multitud de moseos era superior á toda pondera-
ción, semejando una lluvia, al fin de la tarde, ó un enjambre
que parecía multiplicarse sin cesar.
En la calle de la Camelia, en una casa á cuya espalda co-
rre la acequia, recogimos tres mil y tantos moscos, en un rato,
por medio de las redes impregnadas de petróleo.
Hemos sabido que en ciertas vecindades de cuartos, habi-
tadas por gente pobre, los niños sufren terriblemente y llegan
á enfermarse de la piel, por el gran número de piquetes de
moscos, que reciben todas las noches, por espacio de 465
meses.
El insecto, según las investigaciones de la Comisión, pu-
lula en las aguas corrompidas, y esta es otra de las razones
poderosas que aducimos al aconsejar medidas redicales de de-
fensa. Es imposible prever las infecciones que produzcan tan
asquerosos animalillos, cuyo origen es de lo más inmundo. El
Dr. Orvañanos cree que pueden transmitir el tifo.
Parásitos de las larvas.
En los individuos que se dejan abandonados en una copa
con agua, suelen fijarse multitud de Infusorios del género Vor-
18u]
Lo
pa
““ Antonio Alzate.”
ticella, que tienen un pie contráctil. No matan á las larvas y
quedan adheridos á la piel que ellas abandonan á cada muda.
En varias acequias encontramos otro parásito muy impor-
tante y quizá nuevo. Es un hongo que aparece sobre la larva
con el aspecto de granitos esféricos, que se desarrollan rápida-
mente y la matan en pocos días, haciendo que tome una colo-
ración blanquizca. Algunos se fijan á la crisálida.
Desgraciadamente los experimentos de infección que em-
prendimos nos enseñaron que esta enfermedad se transmite,
en grande y en pequeña escala, en los acuarios y en las ace-
quias, pero sólo mata á un 50 ó 60 por 100 de las larvas, de-
jando vivir las suficientes para que no se observe diminución
sensible en la plaga. Hemos visto salir infinidad de moscos
adultos de los acuarios en donde este hongo se había desarro-
llado muy bien Por este motivo no creemos que el parásito
proporcione un medio eficaz para combatir dicha plaga, á me-
nos de que por el cultivo se le haga más mortífero.
Noteniendo laboratorio bacteriológico, enviamos las mues-
tras de las larvas á la distinguida micologista Miss Flora W.
Patterson, del Departamento de Agricultura de Washington,
quien informa que hay en ellas un micelio y unos cuerpecillos
indeterminados.
Pudiera ser que esos parásitos fuesen Esporozoarios ó Coc-
cidias, de los que viven generalmente en el intestino de los
animales y salen con los excrementos. Así se explicaría que
en las acequias infestadas con ellos abunden las larvas enfer-
mas ó muertas. Facil es concebir la importancia de los expe-
rimentos que se hiciesen cultivando el insecto en maceracio-
nes de diversos excrementos, de vertebrados ó invertebrados,
buscando un Esporozoario que atacase á todas las larvas y que
tal vez se podría diseminar en las costas y tierras calientes, á
fin de destruir el mosco de la malaria y el de la fiebre amarilla.
En los huevecillos del mosco, en las larvas y en los adul-
tos, existen millares de pequeñísimos infusorios semejantes á
222 Memorias de la Sociedad Científica
LILLO II III
0%
WILLIS
los que encontramos en las palomillas de San Juan. Abundan
entre el protoplasma de los huevecillos y pueden obtenerse
fácilmente exprimiendo la trompa de un mosco hembra en una
pequeña gota de agua, No se sabe si alguna vez, introducidos
bajo la piel, al picar el insecto, originen en nuestra especie al-
gún daño ó infección. Son comensales del mosco más bien que
parásitos. No le matan.
Destrucción de las larvas por medio de la cal.
Este procedimiento se ha aplicado y recomendado en to-
das partes por su gran eficacia y por su acción mucho más du-
radera que la del petróleo; pero en el Valle de México es im-
practicable, por el inmenso desarrollo de las acequias, por las
distancias considerables que deben recorrer los operarios, por
la imposibilidad de que los carros cargados con cal transiten
por ciertos lugares pantanosos, por el costo excesivo de la cal
($18 tonelada), y el peligro de que los mismos trabajadores la
malgasten cuando no se les pueda vigilar cuidadosamente.
Por otra parte, no es lo mismo desinfectar con el petróleo
las superficies líquidas, que los volúmenes, con la cal, aun en el
caso de que solamente se aplique en la proporción del 1 por
ciento.
Es difícil hacer el cálculo, en el terreno, con la rapidez in-
dispensable, y en todo caso se gastarían miles de pesos para
alcalinizar una acequia caudalosa.
Acción del frío.
Se ha visto que nuestros visitantes nocturnos disminuyen
notablemente en el invierno.
Hicimos algunos experimentos.
Los moscos adultos colocados en un recipiente enfriado se
entumen con dificultad y aun se les ve andar sobre los frag-
mentos de hielo. Llegan á aletargarse y poco después recupe-
ran sus actividades, si la temperatura se eleva.
“Antonio Alzate. ” j 223
Como están abrigados en el interior de las habitaciones,
es natural que resistan á los rigores del invierno. ¿Por qué dis-
minuyen? La explicación es fácil. El adulto resiste al frío, la
larva por el contrario, á una temperatura de 3 ó 4 grados so-
bre cero, según nuestros experimentos, se paraliza y cae al
fondo del agua y en esas condiciones, no pudiendo respirar,
absorber el aire libre por su gran tráquea, perece asfixiada y
helada, si el frío se prolonga algunas horas.
Creemos que no se había hecho hasta hoy este curioso ex-
perimento.
Todos saben que el agua de las acequias se enfría mucho
en el invierno y aun llega á congelarse un poco, en la superfi-
cie, en el Valle de México: así se explica la diminución lenta
y progresiva de los mosecos en los meses de Diciembre á Fe-
brero. Después van aumentando, muy paulatinamente, para
adquirir su pleno desarrollo en Agosto á Noviembre. Duda-
mos de que las lluvias les sean tan favorables como se supo-
ne, en el Valle de México, puesto que las acequias de Guerrero
y la Viga siempre están llenas. Más probable nos parece que
las lluvias les favorezcan en el Norte. Sin embargo, esta dis-
cusión descansa sobre bases todavía muy inciertas. El Dr.
Howard dice que estas larvas pueden aletargarse en el hielo
y luego revivir, es decir, que el frío es suficientemente enér-
gico y provoca la invernación.
Errores populares acerca del origen del Culex.
Se cree generalmente que estos Dípteros se forman y mul-
tiplican en los Chopos, cuyas hojas están á menudo dilatadas
en la base, por causa de una agalla ó producción monstruosa, de-
bida á un insecto ( Pemphigus populi-truncata, 1. He. Ho.), que
desde luego se distingue del mosco, porque no pica, por su ta-
maño muy pequeño, por tener cuatro alas y no dos, y por otra
multitud de caracteres bien fáciles de apreciar. También se
supone que los albañales, pantanos y charcos, son focos de
224 Memorias de la Sociedad Científica
CLIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISL IIS IIS ILL ILL L IL LSIOLS ELIO LILIA
dispersión del zancudo, pero ya hemos dicho dónde se le en-
cuentra y es por lo tanto inútil regar petróleo donde se supone
que existen las larvas y no se les ha visto formando colonias,
manchones negruzcos en que se agitan como hormigas en una
taza de miel.
Es muy necesario tener presente, que de los focos situa-
dos en Guerrero y otras partes, irradian moscos, al fin de la
tarde, y que después de arremolinarse á una altura de 15 ó 20
metros, se desbandan y dispersan en todas direcciones, sien-
do arrastrados por el viento. :
Casi toda la Ciudad es invadida de esta suerte y nadie de-
be preocuparse de tener cerca de su casa una sola acequia en
donde corre el agua ó de que en esos días pasen por allí las
obras del drenaje. Es conveniente, sin embargo, evitar el des-
arrollo de las larvas en las piletas ó depósitos, grandes ó pe
queños, barricas ó cubas, que se abandonan algunas veces en
los patios y azoteas.
Pero debemos repetirlo, los esfuerzos del vecindario se-
rían muy fructuosos si convergiesen al exterminio de la plaga
en los focos en donde se desarrolla. De nada sirvió el trata-
miento de las pocas acequias del rumbo de San Cosme, colo-
nia inmediata á la de Guerrero, de la cual irradian los moscos,
llegando primero á las calles más próximas del Chopo y ex-
tendiéndose luego hasta San Fernando, el Naranjo y otras ca-
lles muy distantes del centro de propagación.
Drenaje.
El único medio radical que en nuestro concepto puede y
debe aplicarse, para conseguir la extinción absoluta de la pla-
ga de moscos, ideal irrealizable si sólo se atiende á otros me-
dios insecticidas costosos y de aplicación general difícil.
En las calles de Zarco hemos podido ver que la plaga dis-
minuye en las partes donde desaparecen las acequias, con mo-
tivo de las obras del drenaje. Cualquier otro procedimiento
exige gastos muy considerables y una constancia á toda prueba.
“Antonio Alazte. ” 225
LLL
Por desgracia, el drenaje del Valle de México es suma-
mente difícil, por el sinnúmero de zanjas, acequias y canales
que se extienden y ramifican por todas partes. Se recordará
que la Ciudad de México fué establecida en el centro de una
región lacustre y todavía conserva parte de su primitivo ca-
rácter.
Aunque se llegue á realizar el drenaje de la Ciudad de Mé-
xico quedarán siempre cerca de ella algunos pequeños focos,
en que se desarrolle el zancudo, y por este motivo creemos
muy necesaria la desecación definitiva de las zanjas, aunque
no todas, según consta en otra parte de esta reseña, son igual-
mente propicias para el prolífico insecto que venimos conside-
rando.
La experiencia nos enseña que la aplicación del petróleo
en los dos focos principales de la Ciudad de México, hace dis-
minuir mucho la plaga, pero sin extinguirla, porque aun que-
dan otros depósitos de agua en muy diversas regiones.
Destrucción de los moscos adultos.
Hemos seguido ensayando una multitud de procedimien-
tos, humos, vapores, etc., para matar los moscos en el interior
de las habitaciones, y todo sin resultado. Los investigadores
extranjeros han sufrido igual decepción.
Ya sea porque los moseos cierran sus estigmas y no ab-
sorben los vapores ó porque de pronto se entorpecen, pero des-
pués reviven gracias á una rapidez asombrosa de desasimila-
ción, el hecho es que resisten á los venenos más terribles.
Según el Dr. Howard la famosa anilina ó laricita que reco-
miendan los autores italianos, no puede generalizarse, para
quemarla en las recámaras, por ser los humos sumamente ve-
nenosos. ' :
Además de los insecticidas de que hablamos en el artículo
precedente, hemos ensayado, sin éxito favorable, los humos de
las siguientes plantas y substancias:
| " Memorias.—(1901).—T. XVI.—29
2926 Memorias de la Sociedad Científica
LILIA LIA
Hierba de la Puebla. Senecio canicida. Compuestas.
Tlaxcapán. Ipomea stans. Convolvuláceas.
Sanacoche. Microsechium Helleri. Convolvuláceas.
Toloache. Datura stramonium. Solanáceas.
Belladona. Atropa belladona. Solanáceas.
Estrofanto. Strophantus hispidus. Apocináceas.
Colorín. Erythrina coralloides. Leguminosas. Mata al mos-
co, pero origina trastornos al hombre, sobre todo dolor de ca-
beza.
Cebolleja. Zygadenus mexicanas. Liliáceas. »
Mata-gallina. Zuphorbia schlechtendali. Enforbiáceas.
Bromuro de alcanfor, clorhidrato de amoníaco, solarina,
petróleo volatilizado, fenato de sodio, bromuros de potasio y
alcanfor, esencia de cayeput, agua destilada de Crisantema
y de Haplofiton.
Algunas de estas substancias dan humos que solamente
aletargan al mosco ó le matan cuando se hace el experimento
en una campana de pequeña capacidad, pero no pudiéndose
saturar las habitaciones, el resultado en ellas es negativo.
Redes.
Nos dieron muy buen resultado. Se construyen fácilmen-
te, con un alambre grueso, que se dobla en forma de círculo,
se fija por las dos puntas á una caña y sostiene una bolsa de
gasa. El costo no excede de 25 á 50 centavos, según el tama-
ño de las redes, que deben ser de 30 á 60 centímetros de diá-
metro y de una profundidad doble, Se les impregna bien de pe-
tróleo, para evitar que se escapen los moscos uma vez que están apri-
sionados. Este requisito es muy necesario, '
Se esgrimen las redes al fin de la tarde, á la hora en que
los moseos revolotean dentro de lás habitaciones y forman en-
jambres sobre las azoteas. Cada golpe de red da un resultado
efectivo y pronto se notan en los ángulos posteriores de la bol-
sa de gasa unas masas negruzcas, formadas por las aglomera-
A TR Mia ODIA M LE
“¿Antonio Alzate. 297
£
Ñ
ciones de insectos muertos y humedecidos con el petróleo, el
cual debe aplicarse diariamente y obra con mucha rapidez ha-
ciendo caer de cabeza al fondo de la red á. todo insecto que
entra en ella.
(Debe aplicarse, por tanto, en general, á los aparatos re-
colectores de los parásitos, del Meón de la Caña y del Picudo
del Algodón.)
El tamaño de la red debe ser proporcionado al de las pie-
zas, lo mismo la longitud de la caña.
Este procedimiento es aplicable sobre todo en los cuartos
de la gente pobre, donde no hay lámparas suspendidas ni es-
pejos, tapices ú objetos delicados que pudieran derribarse ó
que se mancharían con el petróleo, aunque éste sólo se aplica
á la gasa en la cantidad indispensable para que no escurra.
Tiene el inconveniente este sistema de ser muy laborioso
y cansado. Pocas personas se entregan'á semejante ejercicio
todos los días. Además, sólo se destruye así una gran parte de
los moscos y por este motivo debe emplearse donde sean muy
numerosos.
Sin embargo, prácticamente hemos observado que presta
útiles servicios, para matar los alados visitantes que por des-
cuido ó accidente han penetrado á las recámaras, cuyas puer-
tas se cierran casi todas las tardes para evitar la invasión.
Los operarios dedicados al riego del petróleo, trabajaron,
con cuatro redes, al fin de las tardes, recogiendo y entregán-
donos una masa enorme de moscos, que deben ser más de...
130,000 á juzgar por el cáleulo que se hizo, pesando primero
1,000 (contados cuidadosamente) y después todo lo cosechado.
9 Conclusiones.
1* La plaga de moscos! en la Ciudad de México puede ex-
tinguirse completamente el día en que desaparezcan todas las
(1) Moscos es la palabra consagrada por el uso, en la Ciudad de México. Mosquito
es la denominación propia.
..
228 Memorias de la Sociedad Científica
acequias de las Colonias de Guerrero, y en general del Valle
de México.
2* Se obtendrá igual resultado haciendo uso del petróleo,
todos los años, desde el mes de Mayo, aplicándolo principal-
mente un la Colonia de Guerrero, y en la parte S. E. de la Ciu-
dad, y erogando un gasto de algunos miles de pesos.
Comisión de Parasitología del Ministerio de Fomento. México, Di-
ciembre 30 de 1901.
LA METEOROLOGIA
Y LAS PREDICCIONES.
DEL CALENDARIO DE GALVAN
POR
M. MORENO Y ANDA, M. $. A.
Prever el tiempo á fin de librarse ó aprovecharse de sus
efectos desfavorables ó benéficos, es asunto que ha preocupa-
do al hombre de todos los pueblos y de todas las edades.
Viviendo casi desnudo y expuesto al rigor de las estacio-
nes, el habitante primitivo de la tierra, tuvo por fuerza que
fijarse en las variaciones del tiempo y procurar de algun mo-
do sustraerse á ellas.
La vida de cazador fué sustituida por la del pastor y esta
por la agrícola, en la que la influencia de los elementos se ha-
cía sentir ya no sólo sobre el hombre sino también sobre los
frutos confiados á la tierra para su alimentación. En este pe-
ríodo fué, pues, obligado á estudiar con mayor atención los
cambios del tiempo para regir por ellos los trabajos en el cam-
po, así como las indicaciones ó signos precursores de ciertos
meteoros, para prevenirse y salvar las sementeras.
“El interés por las variaciones del tiempo aumenta toda-
vía más al advenimiento de la época industrial. Los pueblos
230 Memorias de la Sociedad Científica
experimentan la necesidad de ponerse en contacto para cam-
biar sus productos; pronto dejan de ser suficientes las carava.-
nas para las transacciones comerciales; el hombre, dando uno
de los ejemplos más admirables de su audacia, se lanza al pié-
lago: créase la marina: el fenicio se traslada desde el Golfo
Pérsico al Mediterráneo; desde el Mediterráneo al Océano;
desde las costas de Gades á las del mar del Norte y á las del
Africa Occidental; ¡quién sabe si hasta las riberas orientales
de América! mientras el chino explora las inmensidades del
Pacífico y nuella con su planta las llanuras que se extienden
al oeste de los Andes. Pero ¿cuál es la condición esencial de
esas navegaciones, lo mismo la de cabotaje que la de altura?
El conocimiento de los astros, primero, y en seguida el estu-
dio de la atmósfera para conocer el régimen de los vientos y
apreciar cuáles son los signos precursores de la tempestad.”
Un obstáculo invencible, dice Dallet, se opuso desde el
principio al estudio de la meteorología; los antiguos, en su 1g-
norancia, atribuían á las divinidades una influencia sobre to-
dos los fenómenos que no comprendían; como se sentían dé-
biles impetraban el favor de los dioses, por medio de ofrendas
y de sacrificios.
Estas ideas no permitían estudiar los principios mismos de
los fenómenos, retardando así la época de las verdaderas ob-
servaciones, pero en cambio dejaban el campo libre á los in-
dicios que anunciaban la oposición de los cambios atmosféri-
cos. Así, el interés de los primeros hombres, de acuerdo con
su curiosidad, los condujo bien pronto al conocimiento de los
signos precursores de ciertas variaciones. Por eso no existe
ciencia que como la meteorología haya dado origen á refranes,
máximas y proverbios tan numerosos y tan propagados, cuyo
recuerdo se haya perpetuado desde la antigúedad hasta nues-
tros días.*>
(1) La Meteorología y sus aplicaciones á la predicción del tiempo, por el Dr. EF. $.
y Gómez.—Barcelona. Párrafo inspirado por ideas de G. Dallet.
(2) G. Dallet.—La prévision du temps. 1887,
“Antonio Alzate.” 231
A A A A A AAA A A A A —_
Virgilio en sus admirables poemas nos da cuenta de las
supersticiones reinantes hasta su tiempo y resume el sinnú-
mero de presagios de que se valían los pueblos antiguos para
predecir el tiempo.
A título de curiosidad y para dar una idea del estado de
los conocimientos en la época en que escribió el poeta man-
« tuano, citaremos algunos pasajes tomados de sus Geórgicas:
¿El daño temes? En el cielo estudia
Las sazones del tiempo y sus señales:
Ten cuenta á dó se esconde
Frígido el astro de Saturno, y mira
A las celestes órbitas por donde
Fúlgido el astro de Cilene gira.
Y á fin que por señales no dudosas
Los calores, las lluvias y los vientos
. Que fríos acarrean
Simple labriego adivinar pudiese,
El Padre mismo de los Dioses quiso
Establecer lo que la luna enseña
Mudanudo sus semblantes; en qué punto
Aquiétanse los austros,
Y qué es lo que, sentido, á los pastores
Cerca de los establos aconseja
El ganadilio retener medrosos.
. Mas si acaso en relámpagos la parte
Del aterido Bóreas arde, y truenan
Del Céfiro y el Euro las regiones,
El agua cauces colma y campos cubre,
Y cogen en el mar todos los nautas
La húmeda vela. De sorpresa nunca
232
IIS
Memorias de la Sociedad Científica
2
w
La lluvia sobreviene; que ó se alzaron
Del fondo de los valles
Huyendo de ellas las aerias grullas,
O ya el cielo mirando la becerra
Con abierta nariz sorbió los vientos,
O á vuelo la piante golondrina
Triscó en torno del lago, Ó en el limo
A su antiguo llorar volvió la rana,
Más á menudo aún, nunciando lluvia,
Sus huevos de sotierra
En cobro pone la viajera hormiga,
Trillando angosta senda, y aguas bebe
El arco que domina el firmamento,
Y volviendo del pasto
En ejército inmenso las cornejas
El aire oprimen con crujientes alas
Y las aves acuáticas que pueblan
En mil especies las salobres ondas,
Y las que á salto y vuelo
Las dulces aguas del Caistro pican
En los asianos paludosos prados,
Nuevas señas te dan cuando á porfía
Cubran sus hombros de deshechas perlas,
Hienden, zabullen, giran y se lavan
Sin saciarse jamás. Huraño el grajo
Se espacia á solas en la seca arena,
Y ahuecando la voz, la lluvia llama,
Aun los zagales el llover predicen
De noche en el hogar, cuando á porfía
Hilando repartida la tarea
Ven que el aceite en el candil chispea
Y esponjosa humedad la mecha cría,
...... ...<...... <<... 000005090%<.-.<«... «<<... .«.-«..ho ro...
** Antonio Alzate.”
Ni te faltan pronósticos por donde,
Enjugándose el agua, vaticines
Soles serenos y apacibles días;
Que entonces ni sus fuegos las estrellas
Marchitos paran, ni humillada á Febo
La Luna encoge sus tendidos rayos,
Ni de lana cardados vellocinos
Se llevan por los aires; ni en la orilla
Los amados de Tétis alcedones
Anchas al tibio sol tienden las alas;
Ni á sacudir y destrozar manojos
Locos embisten los inmundos cerdos:
Entonces á los valles
Bajan las nieblas, y los valles cubren;
Y á la puesta del sol atento el buho
En elevada cumbre,
Ejerce en balde su agorero canto.
e a as o a a o a ds o a ta es
cn. brn.....n20ÁbkXDO -20..- 2... COSO. no. n.n2..n.0..”._ ¿e uo
Que si al Sol raudo y á la móvil Luna
En sus varios semblantes atendieres,
A fe que ni otro día
Faltará á tus avisos, ni en el lazo
Caerás que tienden las serenas noches.
Luna que, apenas cobra
Los fuegos renacientes, triste abraza
Con negros cuernos tenebroso espacio,
Lluvia á colonos y 4 marinos trae:
Luna teñida en virginal vergienza
Vientos dice: que siempre con los vientos
_Enrojeció su rostro la aura Febe:
Y si ella al cuarto día
(Presagio es infalible) pura avanza,
No embotadas las puntas, por el cielo,
Memorias. —[1901].
..o..
...-
T. XVI.—30.
La
234 Memorias de la Sociedad Científica
III III
Todo ese día y de los que de él nacieren
No habrá, hasta el fin del mes, lluvias ni vientos,
Y á Glauco, á Melicartes el de Yuo,
Y á Vauopea, en las amigas playas
Salvo sus votos cumplirá el marino
Sol que á sombras matizó su oriente,
Que en nubes se rebosa,
Y hurta y deprime de su disco el centro,
Lluvias indica:
Si despuntando el luminar del día
Quiebra y esparce de su ardor los rayos
Entre allegados nublos, Ó si el lecho
Arrebolado de Titon dejando,
Con amarilla faz se alza la Aurora,
Ay! mal podrán los pámpanos, las uvas,
Las tiernas uvas defender; coploso
Estallará en los techos el granizo.
Qué traiga en fin el Véspero tardío,
Cuándo y de dónde las que arrastra el viento
Nubes, malignas no serán, qué anuncia
Húmido el Austro, conocer deseas?
Respuestas pide al Sol, que el Sol no engaña;
Y aun traiciones y gritos populares
A menudo ha anunciado, y el solemne
Momento de estallar las grandes guerras. "
(1)Geórgicas, libro 1.—Traducción de D. Miguel Antonio Caro. Madrid, 1880.
. e '
“Antonio Alzate.” 235
*
E Y
No es extraño que en aquellos remotos tiempos de atraso
y de ignorancia en las ciencias físicas, el hombre atribuyera
á las divinidades, que según sus creencias regían al universo
entero, la facultad de dominio sobre los elementos atmosféri-
cos: tales supersticiones parece fueron el patrimonio de todos
los pueblos primitivos, pues se encuentran hasta entre nuestros
mismo aborígenes. Es bien sabido que los habitantes de Te-
nochtitlán creían en la existencia de un Dios que residía en
el Cerro de Tlaloc, que forma parte de la Sierra Nevada, el que
de allí mandaba á los tlaloques para que derramaran el agua
fecundante y refrescadora sobre la Ciudad. Tampoco es de
extrañar la influencia que atribuían á las constelaciones y pla-
netas en los asuntos meteorológicos de la tierra, pues Prion,
pronosticaba la lluvia y las Pléyadas de la tempestad. Pero
lo que sí llama la atención es que tales prejuicios hayan pasa-
do incólumes á través de la civilización y del progreso y se
encuentren aún en el seno de las Sociedades en apariencia
más cultas.
La explicación, sin embargo, es bien sencilla. “Durante la
Edad Media la meteorología quedó englobada en la astrología,
con lo cual queda dicho que en vez de adelantar, retrocedió. Re-
cordaremos como particularidad curiosa, la formación de una
rama de la adivinación que recibió el nombre de meteoroneman-
cia, subdividida en aeromancia, hidromancia, etc., mediante la
cual se predecía el porvenir, consultados los rayos, los truenos
ó los meteoros, si bien hay que decir que ya estaban en uso
semejantes augurios en tiempo de los griegos y los romanos.”
Más exclusivo carácter medioeval ofrece la creencia de ser
debidos los meteoros á obra del demonio: no reconoce otro ori-
gen la costumbre de echar á vuelo las campanas para alejar
la tempestad ó de deshacer las trombas haciendo la señal de
236 Memorias de la Sociedad Científica
la eruz. Creíase, además, en la existencia de unos brazos lla-
mados tempestarii que tenían el poder de enviar la tempestad
y producir á su antojo la lluvia; subsistiendo esta superstición
en toda su fuerza, hasta ya muy entrado el siglo XVI.
“Los conocimientos prácticos adquiridos por los antiguos
entraron en una nuevafase con el desenbrimiento de los moder-
nos instrumentos de la física: el barómetro, el termómetro, el hi-
grómetro, ete.; pero no por eso dejaron de quedar como nocio-
nes útiles, precisas para el labrador y el marino ciertas obser-
vaciones recogidas en el transeurso de los antiguos tiempos,
y que, en fuerza de su eonstante exactitud, se han perpetuado
hasta nosotros.”
Estos conocimientos mezclados con pretendidas indicacio-
nes astrológicas, fueron el fundamento de los calendarios 6
pronósticos, en los cuales no solamente se anunciaban con pro-
digiosa antelación los cambios atmosféricos, sino también los
sucesos políticos. Famosas son en Francia las predicciones
del libro titulado: Las centurias de Miguel Nostradamus, médico
de Catalina de Médicis y de su hijo Carlos IX, y no menos
las de Mateo Laensberg, prototipos ambos de esos facedores
de calendarios perpetuados hasta nuestros días y seguros siem-
pre de encontrar creyentes entre el vulgo.”
Así, pues, á la astrología, primero, y después á los calen-
darios, que por su carácter y por estar al alcance de todos eran
los llamados á llevar la ilustración á las masas, se debe que
todavía al principiar el siglo XX, el espíritu popular crea en
las predicciones del que sabe el estado del tiempo para deter-
minados días de cada mes, y se hacen con más de un año de an-
ticipación.
Afortunadamente están lejos ya los tiempos en que los
autores de calendarios no se conformaban solo con predecir
el tiempo sino también los días que eran propicios para eje-
(1)—La met. aplicada á la previsión del tiempo.
Mc
“Antonio Alzate.” 237
III
cutarlas operaciones más diversas. Como ejemplo ó ilustración,
citaremos el
ALMANAQUE FIEL
PARA EL AÑO DE GRACIA DE 1781.
EN EL QUE SK ENCONTRARÁN CADA DÍA LOS DIVERSOS CAMBIOS DEL AIRE,
QUE LOS ASTROS PRODUCEN SOBRE NUESTRO HORIZONTE, CON MUCHAS GENTILEZAS PROPIAS PARA
REGOCIJAR Y DISTRAER LOS ESPÍRITUS NERVIOSOS Y MELANCÓLICOS
Por los cuidarnos del
SEÑOR MARIBAS,
Gran Astrólogo y Matemático, (1)
Este calendario se publicaba en Francia y trae para cada
día un pronóstico sobre el estado del tiempo é indica cuáles
son á propósito para ejecutar tal ó cual operación.
Así, por ejemplo, en el mes de Marzo dice que el día 1 y 2
son buenos para aplicarse sangrías, el 4 para tomar píldoras,
el 5 para ponerse ventosas, el 10 y 11 para cortarse los cabe-
llos, el 12 y 13 para cortarse las uñas, el 19 para curarse los
ojos, y otras tonterías y patrañas por el estilo.
En las fases de la luna, hace los siguientes pronósticos:
Día 1?—Ultimo cuarto.—La luna en cuadratura con Mar-
te nos promete aún algunos chaparrones.
Día 10.—Luna nueva.—El tiempo será bastante tranquilo
y los vientos muy incómodos.
Día 18. — Primer cuarto. — Tendremos algunas heladas
blancas seguidas de lluvias.
Día 26 —Luna llena.—Tiempo inconstante.
En tiempo de Tolomeo la luna figura ya entre los cuer-
pos celestes que obran sobre la atmósfera, solo que las ideas
á este respecto eran muy estrambóticas, pues decía aquel filó
(1) En la obra “Previsión del tiempo y las predicciones meteorológicas” de Dallet,
viene reimpresa la carátula, una página con explicaciones y otra con los datos del mes
de Murzo. .
238 Memorias de la Sociedad Científica
sofo: la luna, por estar cercana á la tierra, de la que salen exha-
laciones húmedas, es por lo mismo húmeda en sus efectos, con-
virtiendo en mojados y pútridos los cuerpos sujetos á ella.
Algunos siglos después Virgilio, según hemos visto, apun-
ta la idea de la influencia de las fases lunares, cuyo prejuicio,
entre otros, es de los que decíamos más arriba, que han pasa-
do incólumes á través de la civilización y del progreso y se en-
cuentra perfectamente arraigado en las clases ignorantes de
nuestra sociedad, dando muestras de ello con la fe ciega que
tienen en que la poda de las plantas, los ingertos, la postura
de los huevos á la gallina clueca, el corte del cabello, deben ha-
-cerse en tal ó cual fase de la luna.
*
* *
Vemos, pues, que el problema de la previsión del tiempo,
planteado desde los primeros tiempos de la habitabilidad del
globo, permanecía insoluble todavía al expirar el siglo XVII,
no obstante los esfuerzos intentados por Berda, Lavoisier y la
Sociedad palatino alemana.
Que el genio de Lavoisier concibió, el primero, el camino
que debería seguirse para llegar á la previsión racional y cientí-
fica del tiempo, por la correlación entre la fuerza, la dirección
del viento y las variaciones del barómetro encontrada al dis-
cutir las observaciones practicadas á las mismas horas en mu-
chos lugares, se demuestra con las siguientes frases de aquel
profundo pensador:
La predicción de los cambios en el tiempo es un arte que
tiene sus principios y sus reglas, que exige una gran experien-
cia y la atención de un físico muy ejercitado. Los datos nece-
sarios para ese arte son: la observación habitual y diaria de las
variacion es de la altura del mercurio en el barómetro, la fuer-
za y la dirección de los vientos á diferentes alturas, el estado
higrométrico del aire...
“¿Antonio Alzate.” 239
-. -.Con todos estos datos es casi siempre posible preveer
con uno ó dos días de anticipación, y con una muy grande pro-
babilidad, el estado del tiempo; creo no será imposible publi-
car todas las mañanas un diario de predicciones que será de
grande utilidad para la sociedad.
El siglo XIX, el siglo de las grandes conquistas en el te-
rreno de las ciencias vió por fin despejarse algunas de las in-
cógnitas de aquel trascendental problema, al aplicarse el telé-
grafo eléctrico á la meteorología. Pudieron formarse enton-
ces las cartas sinópticas del tiempo con datos recogidos en el
mismo instante, en una gran región y transmitidos rápidamen-
te á un centro. Pudo seguirse paso á paso el avance y derro-
tero de los grandes movimientos de la atmósfera y deducir
consecuencias de importancia capital en lo relativo á la previ-
sión del tiempo. Este género de previsión, basado como se en-
cuentra en el estudio de la atmósfera en un instante dado, gana
cada día en exactitud y precisión y es el que se aplica en los
anuncios del tiempo á corto plazo.
En cuanto á las demás previsiones, 0igamos como se ex-
presa Dallet.
La predicción local basada en las indicaciones de los ins-
trumentos, menos exacta que la de corto plazo, es, sin embar-
go, suficiente en gran número de casos.
Las predicciones á largo período, establecidas sobre el
principio de las mareas atmosféricas, ó sobre la influencia de
los astros, no dan ninguna indicación y no descansan sobre
base científica aceptable.
Pasemos ya á ocuparnos del Calendario de Galván, que se
publica en la Ciudad de México desde el año de 1825 del siglo
pasado y cirenla por todos los ámbitos de la República,
Con mejor sentido que el Almanaque fiel del Sr. Maribas,
240 Memorias de ía Sociedad Científica
no hace predicciones para todos los días del año, sólo sigue su
ejemplo anunciando eon año y medio de anticipación, por lo
menos, el estado del tiempo que reinará en las fechas en que
tendrán lugar las fases de la luna; y digo que con año y medio
de anticipación, por lo menos, porque á fines de cada año co-
mienza á ponerse á la venta el Calendario correspondiente al
año próximo; los pronósticos deben pues ir á la imprenta al-
gunos meses antes, sólo que ya tengan preparadas sus previ-
siones para muchos años, que bien puede suceder, dada la po-
-ea importancia científica que al asunto se le dá, entonces nues-
tra suposición peca de corta.
Para proceder con orden, y solo para llevar el convenci-
miento á los espíritus que prestan una fe ciega á las prediccio-
nes del mencionado Calendario, de que éstas son infundadas
y no merecen el erédito que se les da, vamos á comparar al-
gunos de los pronósticos hechos para el año de 1895 con lo que
nos dicen los resultados de las observaciones practicadas en
el Observatorio meteorológico central en el mismo año y pues-
to que las referidas predicciones no se cireunscriben á una re-
gión ó localidad dada del país, sino que la manera vaga con que
se hacen indica que son generales: nos hemos fijado desde lue-
zo en la Ciudad de México tanto por ser el lugar en que se con-
fecciona el calendario y por consiguiente los pronósticos, como
por existir en ella un centro científico en el que la observación
horaria permite formarse un juicio exacto acerca del estado del
tiempo en el día, que se quiera.
En las páginas que siguen figura la comparación y análi-
sis de los primeros meses del año en cuestión.
1895. Enero. Anuncios del Calendario.
4 Cuarto ereciente........ ..... . Heladas.
11 Llena..... eo AA ed .- Frío.
17 Cuarto menguante..... ..-...-- Templado.
25 Conjunción..... dera noni ag calor:
¿2
Pa
“Antonio Alzate.” : 24]
AAA II IILILILIIL LISIS
me.
Consultando los registros del Observatorio Meteorológico
Central y refiriéndonos únicamente al Valle de México, en-
contramos que hubo heladas desde el día 1 hasta el 29, fenó-
meno ordinario en todos los Eneros de todos los años; así, pues,
el calendario pudo haber anunciado heladas no solo en el día
4 sino en cualquiera de ellos sin temor de equivocarse y con ma-
yorrazón cuando no localiza el fenómeno á determinada región.
Para el día 11 pronostica frío, y efectivamente la tempe-
ratura media de ese día difiere 205, en menos de la media del
mes. El día 17 dice que era templado, y en el registro aparece co-
mo indicación diurna de la temperatura el valor 13.3 que apenas
sobrepasa á la media mensual. Para el 25 anuncia algun calor y
el dato recogido por el termómetro es 1394, Es decir que las
indicaciones correspondientes á los días 17 y 25, que segun el
calendario. quedan clasificadas en una graduación ascendente
no son sino perfectamente iguales, templadas ó algo calientes, con
forme al punto de referencia que el anunciador haya tomado
como orígen.
Anuncios del Calendario. Febrero.
Día 2 Cuarto creciente ....-.- Aire frio molesto.
E AI Caliente la temperatura.
16 Cuarto menguante. .... Prío.
24 Conjunción..... ..... Caliente.
Está demostrado que en el hemisferio Norte los vientos
australes, al contrario de los boreales, elevan la temperatura,
regla que en el Valle de México no falla y en el mes de Febre-
ro se confirmó como puede verse en la correlación de los ele-
mentos principales. Esto sentado y si resulta que el día 2 la
dirección media del viento, así como la dominante, fué del S
S W y del $, el augurio de aire frío molesto queda sin realiza-
ción. Para el 9 se anuncia que la temperatura será caliente, y
el registro nos dice que allá está comprendida dentro de los
límites en que varía la temperatura normal de estos primeros
Memorias.—[1901.]—T. XVI.—31.
242 Memorias de la Sociedad Científica
o A A
meses del año. El día 16 debió ser frío según el Calendario, y
aunque al siguiente día se observó una temperatura mínima
muy baja, á cielo descubierto, en el día en cuestión la media
no puede calificarse de frío y hasta en la misma fecha tuvo lu-
gar la mayor máxima del mes igualmente á cielo descubierto.
Para el 24 se anuncia calor, y la observación nos indica con
el núm. 14.90 que la temperatura es casi igual á la media del
mes.
Anuncios del Calendario. Marzo.
Día 4 Conjunción ....... Frío.
10 Llena ..... --.. Templado.
17 Cuarto menguante.. Nebuloso.
26 Conjunción...-...-. Templada fresca y agradable.
El frío anunciado para el día 4 se quedó probablemente en
las regiones superiores de la atmósfera; porque lo que es en
la superficie del Valle y en particular de la ciudad de México, la
temperatura media de ese día, 15.2, no puede reputarse como
fría, puesto que difiere poco de la media del mes y de la normal
anual. El 10, nos dice el anunciador, que será templado: pasa-
mos por la denominación en virtud de que la cantidad 17.9, que
representa la temperatura media de ese día, ocupa el punto
“medio entre las indicaciones del termómetro que corresponden
á las temperaturas fría y caliente; pero no pasamos el califi-
cativo de nebuloso que se aplica al día 17, porque en esa fecha,
según el registro de observaciones, la nebulosidad fué 0. 1, es
decir limpio; y mucho menos el de temperatura fresca y agrada-
ble que se anuncia para el día 26, cuando precisamente en esa
fecha y la siguiente se registraron las medias termométricas
más bajas del mes,
Abril. Anuncios del calendario.
Día 2 Cuarto creciente.. Caluroso.
9 Llena...... . --. Temperatura fresca y agradable.
16 Cuarto menguante. Calor.
24 Conjunción. ...... Calor bochorno.
“Antonio Alzate. ” k 243
III
5
La temperatura media del día 2, comparada con la media
normal del mes, resulta un poco inferior; sin embargo, está muy
lejos de considerarse como caliente, y más bien le conviene el
estado que se anuncia para el día 9, en el que se dice que la
temperatura será fresca y agradable.
Para el día 16 se anuncia calor y por una coincidencia el
pronóstico se realiza, pues esa fecha acusa el máximo de una
alza que se inició el 14; pero el que falla por completo es el
que se hace para el día 24, pues el calor y bochorno anunciado
es sustituido simplemente por una temperatura del mismo va-
lor que la marcada el día 9 con el calificativo de fresea y agra-
dable.
Mayo. Anuncios del calendario.
Día 1% Cuarto creciente ..-...-.. Nebuloso.
8 Llena..... A e E ATON:
16 Cuarto menguante.....---- Templado.
2 CONJUNCIÓN 2 7 eo Húmedo.
31 Cuarto creciente..... Sa de Lluvia.
La nebulosidad anunciada para el día 1? no tuvo verifica-
tivo, pues la cantidad media de nubes, en la escala 0. 10, solo
resulta con 2. 7, es decir con poco menos de la 3* parte de un
cielo enteramente cubierto. Igual fracaso sufrió el pronósti-
eo para el día 8, atenta la temperatura media que fué de 1792,
igual á la de la fecha anterior y un poco menos que la de la
posterior, las que en verdad no pueden considerarse como ca-
lientes. Pero aun suponiéndolas así, la del día 16 que se anun-
cia como templado, debería haber sido menor y encontramos
que es de 1703; es decir igual á la caliente del 8.
El 24 dice que será húmedo y un vistazo á la humedad re-
lativa media diurna, consignada en el registro correspondiente
al mes en cuestión, nos convence de que en aquella fecha el
estado higrométrico del aire pasa apenas de la semi-—satura-
ción.
244 Memorias de la Sociedad Científica
LAIA LEAL LIA ALA
En euanto á la lluvia con que se despediría el mes, sí se
observó, en efecto, con carácter de inapreciable. Aplicamos á
este easo lo que decíamos de las heladas del mes de Enero.
Junio.
E O a e id AS Lluvia.
15 Cuarto mengnuante...... - - - Sigue la lluvia.
22 Conjunción -....--.- -. --. Aparatos de lluvia.
29 Cuarto creciente..... .-.... Fresco.
En las 3 primeras fases de la Luna, el calendario se ocu-
pa de predicciones concernientes solo á la lluvia, asunto
de importancia para la vida orgánica animal y vegetal; pe-
ro en el estado actual de la ciencia es hasta irrisoria la preten-
sión de tales predicciones, á largo plazo y para determinados
días, las que consultadas econ afán por el pobre agricultor igno-
rante muchas veces subordina á ellas sus trabajos en el campo.
Comparemos los pronósticos con los datos de la observa-
gión.
El día 7 nos anuncia lluvia, y efectivamente la hubo, como
el 6 y el día 5, solo que fue inapreciable en los dos días. El 15
dice, sigue la lluvia; pero ¡oh fracaso! empeñadas las nubes en
demostrar que se les dá un bledo la intervención tan direeta
que en los asuntos meteorológicos se eoncede á elertas posicio-
nes de nuestro inocente planeta, levaron anelas no sin presen-
tar aparatoso aspecto y amenazas de lluvias en el Valle.
El 22 anuneia aparatos de lluvia, y el registro del Observa-
torio diee que en el Valle de México hubo lluvias al E. SE,
NE, 5, SW, W y otros varios puntos del horizonte; en la Cin-
dad lloviznas ligeras.
Aquí ponemos punto final á este análisis, con el que espe-
ramos haber demostrado que los tales anuncios no son más
que palabras, que nada de cierto indican, pues de continuar con
los demás meses no haríamos otra cosa que perder lastimosa-
mente el tiempo.
PR O ODA
“¿Antonio Alzate.” : 245
va
Del examen comparativo que acabamos de hacer entre las
predicciones del Calendario de Galván, para los días corres-
pondientes á las fases de la Luna, y el estado real del tiempo
para las mismas fechas, en el Valle de México, según los da
tos recogidos por el Observatorio Meteorológico Central, se
deduce que algunas de aquellas se realizaron, pero en propor-
ción tan menguada respecto á las fallidas que no permite con-
ceder fe alguna á los tales pronósticos del tiempo.
Y natural es que así suceda teniendo en cuenta por una
parte el largo plazo de la predicción y por otra el abuso de
ciertas reglas que algunos han querido deducir de la observa-
ción.
No conocemos el método de que se vale el confeccionador
de estos pronósticos, pero debe estar tomado de uno que se
atribuye á Herschel, el que sirve para predecir el estado meteoro-
lógico del tiempo en todas las lunaciones de todos los años y que se
asegura es el resultado de muchos años de observaciones práe-
ticas. A título de curiosidad vamos á extractar una parte de
dicho método.
Si la luna nueva, el cuarto creciente, el menguante, ó la
llena ocurren entre media noche y las 2 de la mañana, en ve-
rano habrá buen tiempo, y en invierno helada si no sopla vien-
to del Sur.
Entre 2 y 4 de la mañana, en verano, frío y chubascos, y
en invierno nieve y tempestuoso.
Entre 4 y 6 de la mañana, en verano, lluvia y en invierno
lluvia.
Entre 6 y 8 de la mañana, en verano, viento y lluvia y en
invierno tempestuoso.
Entre 8 y 10 de la mañana, en verano, variable, en invier-
no, frío ó lluvia, si el viento es del W; nieve si del E.
246 Memorias de la Sociedad Científica
Entre 10 y 12 de la mañana, en verano, aguaceros frecuen-
tes; en invierno, frío y viento fuerte.
En la otra mitad del día sigue tomando como base de las
predicciones los mismos períodos de 2 en 2 horas.
Agrega luego las siguientes advertencias, entre las que al-
gunos conceptos deben tomarse en consideración:
Mientras más cerca de la media noche ocurra el cambio
de una lunación á otra, más hermoso será el tiempo durante
los 7 días siguientes.
Mientras más cerca del medio día ocurra el cambio de fa-
se de la luna, más tempestuoso ó lluvioso será el tiempo que
debe esperarse durante los siete días que se siguen.
Estas advertencias se refieren principalmente al verano,
aunque también afectan á la primavera y el otoño, casi en la
misma proporción.
Cuando la faz de la luna tiene lugar durante 6 horas de
la tarde, es decir, de las 4 á las 10 de la noche, puede seguirse
un buen tiempo; pero esto dependerá las más veces del viento.
Aunque el tiempo, por una variedad de causas irregulares
es más incierto á fines del otoño durante todo el invierno y á
principios de la primavera, sin embargo, estas advertencias se
aplicarán generalmente también á tales períodos de tiempo.
Para pronosticar con exactitud, particularmente en aque-
los casos en que influye el viento, debe el observador tener
á la vista una buena veleta, con los 4 puntos cardinales exac-
tamente marcados.
Ahora bién, en el supuesto de que estas reglas sean efec-
tivamente del sabio inglés que se cita, y como resultado de mu-
chos años de observaciones, debe notarse que fueron dadas
para climas distintos de los nuestros y más aún, que se refieren
solo á períodos de 7 días, lo que en verdad difiere notablemen-
te del modo de proceder de nuestro calendario, pues modesta-
mente hace sus vaticinios por lo menos con unos 6 meses de
anticipación para una fecha dada, prodigio que hasta hoy no
“Antonio Alzate.” 247
nr.
e
ha logrado realizar la meteorología moderna, no obstante sus
progresos en la parte que se refiere á la dinámica de la atmós-
fera.
Aquí me proponía poner la conclusión de este mal redac-
tado trabajo, pero antes he querido llamar la atención de mis
consocios acerca de otro error que el Calendario de Gályan in-
siste igualmente en propagar, error que como el de sus famo-
sas predicciones meteorológicas no tiene cabida ya en los tiem-
pos en que vivimos, y solo merece citarse entre las superche-
rías que en atrasadas épocas de ignorancia formaban la base
de los conocimientos científicos. Nos referimos á la pretendi-
da influencia que la canícula ejerce en el estado calorífico de
la atmósfera.
Este asunto ha sido tratado entre nosotros por doctas plu-
mas, sin conseguir sin embargo que se suprima semejante ab-
surdo, puesto que el Calendario de Galván para este año de
1901 trae todavía sus legendarias frases de “Hoy comienzan los
efectos de la canícula, hoy entra la canícuta y hoy sale la canícula.”
A este propósito con gusto cedemos la palabra al distinguido
Ingeniero Don Angel Anguiano, Director actualmente de la
Comisión geodésica.
“Nuestros calendarios, decía en el Anuario del Observato-
rio Astronómico Nacional para 1885, fijan cada año los días
de entrada y de salida de la canícula, y es muy vulgar consi-
- derar ese período como el más escaso de agua, el más enfer-
mo y el más caluroso. En la manera como lo hacen los calen-
darios se nota algo del tono magistral astrológico. Hoy comien-
zan á sentirse los efectos de la canícula, dicen el día 15 de Julio
nuestros almanaques; hoy entra la canícula, se dice en ellos el
día 22 del mismo mes, y hoy sale la canícula, se lee el día 22 de
Agosto. Cualquiera cree ver en esas predicciones á cierto sér
misterioso que se aproxima, entra y sale después de habernos
hecho sentir su terrible mano, raras veces benéfica, pero las
más asoladora, alejándonos la lluvia, sofocándonos con el ca-
248 Memorias de la Sociedad Científica
LILIA rr
lor, originando enfermedades, dejando en su paso la huella
bien marcada de una época característica en el curso de cada
año, Por más que los hechos testifiquen contra tal preocupa-
ción, ésta, como todas las preocupaciones, se encuentra de tal
manera arraigada en nuestro pueblo, sobre todo en nuestra
gente de campo, que yo desearía ver en los calendarios que,
sin duda forman parte de los pocos libros de nuestro pueblo;
dieran esas noticias en términos menos enfáticos y con algu-
nas explicaciones que instruyeran á nuestra clase vulgar, del
origen y significación verdadera de la época canicular. Pero
bay que perder toda esperanza cuando no han dejado ni deja-
rán seguramente por muchos años de hacer las ridículas pre-
dieciones de las lluvias, tempestades, calor, etc., que deben te-
ner lugar en días perfectamente fijados: mas me engaño tal
vez, pues un calendario de la capital que lleva pocos años de
publicarse con el nombre de Almanaque católico é hispano, decla-
ra solemnemente haber suprimido los pronósticos sobre cam-
bios de tiempo y variaciones de temperatura, por considerar-
los, como los considera la ciencia, como un abuso ridículo que
se hace de la ignorancia del vulgo. Hay por lo mismo que es-
perar que los demás calendarios imitarán tan saludable y jui-
cioso ejemplo.
“El orígen del nombre de Can que lleva la constelación en
que se encuentra Sirio, continúa el Sr. Anguiano, lo mismo
que el nombre de esta brillante estrella se encuentra en el
Egipto. El desbordamiento del Nilo y las inundaciones pro-
ducidas por el caudaloso río ha sido en todos tiempos un acon-
tecimiento anual de la más alta importancia para los habitantes
de aquellas comarcas, escasas de aguas pluviales. En espera
del acontecimiento deseado se llegó á observar que él tenía
lugar pocos días después que en el Oriente 4 los primeros des-
tellos de la aurora comenzaba á distinguirse la salida de una
brillante estrella que, tanto por esta cireunstancia como por
«su notable lucidez, llamó fuertemente la atencion de los Egip-
““Antonio Alzate.” 249
cios. La imaginación naturalmente poética de los que contem-
plaban el cielo eon la sencillez propia de la infancia de la astro-
nomía, buscó un nombre que fuera adecuado á aquel astro
brillante y precursor de tan deseado suceso y encontró estas dos
palabras, la de Sothis que significa brillante y la de Perro, que
es el animal que ordinariamente anuncia en el hogar de la fa-
milia la llegada de una persona propia ó extraña. Sothis, se
aplica á la estrella que se llamó también Sirio, cuya etimolo
gía envuelve á la vez la idea de brillar, y el Perro se conser-
vó con el nombre latino Canis, aplicado á un asterismo.
“La salida heliaca de Sirio coincidía no solamente con el
desbordamiento del Nilo; sino además con la época más caln-
rosa del año, y por esta razón, de la palabra Canis, perro, se
derivó la palabra canícula, con la que se designó la época de
los fuertes calores, la que se suponía comenzar en aquel tiem-
po, el día 21 de Junio; ahora se ha retardado un mes esa fecha
y vamos á dar la explicación de ello,
“En virtud de la preseción de los equinoxios los signos del
zodiaco que marcan las estaciones, no corresponden á las cons-
telaciones que llevan los mismos nombres. Hace 2150 años
que existía esa concordancia, siempre que supongamos que ac-
tualmente el signo Aries, corresponde exactamente á la cons-
telación de los Peces; ó de otra manera, hace 2150 que las
constelaciones se encontraban 300 más avanzadas en el senti-
do de las estaciones, es decir, con 302 menos de longitud. De
aquí resulta que si en aquella fecha, la salida heliaca de Sirio,
tenía lugar el 21 de Junio, ahora deberá tenerlo un mes des-
pués; y en efecto, en la actualidad la mencionada salida helia-
ca, es decir la primera aparición de Sirio sobre el horizonte,
para latitudes que poco se separen de la nuestra, en cireuns-
tancias de que la claridad matinal permita el que sea visible
el astro por vez primera en su salida poco anterior á la del sol,
tiene lugar próximamente el 22 de Julio, época que coincide
además con el tiempo en que por consideraciones puramente
Memorias.—(1901).—T. XVI.—32.
250 Memorias de la Sociedad Científica
IL
PILLIDIIIL
PILI
astronómicas debe haber mayor calor en la parte de la tierra que
corresponde al hemisferio boreal.
“Tres circunstancias, que debemos tener presentes, expli-
can nuestra idea. Primero, desde el 21 de Marzo, día en que
acaba de pasar el sol del hemisferio austral al boreal, comien-
zam en nuestro hemisferio á ser los días mayores que las no-
ches, y á haber por consiguiente un exceso en la cantidad de
calor que recibe la tierra sobre la que irradia en la ausencia
de aquel astro en un lugar determinado. Segundo, el 21 de Ju-
nio el sol llega al solsticio de verano y con el á su máximo la
duración del día, para comenzar á decrecer hasta la llegada del
sol al equinoxio de otoño, en que los días son iguales á las no-
ches. Pero de la misma manera que la máxima de la tempe-
ratura del día en un lugar determinado, no corresponde á la
hora en que el sol pasa por el meridiano sino á cierto tiempo
después, lo que se explica por la consideración de que la can-
tidad de calor que sigue sintiendo el lugar de que se trata si-
gue siendo mayor á la que irradia, aunque en menor propor-
ción, hasta llegar á equilibrarse, para venir después á ser ma-
yor la segunda que la primera; por razones análogas se supo-
ne que el hemisferio boreal no llegue á su máximo de calenta-
miento sino un mes después de haber pasado el sol por el sols-
ticio de cáncer, y que la temperatura desde entonces perma-
nece como estacionaria y en su máximo, en un período que
astronómicamente y conforme á la significación dada á la pa-
labra, se llama período canicular.
“Mas aunque este período influya inconcusamente en los
movimientos generales y aun locales de nuestra atmósfera, in-
concuso también debe ser que dicha influencia se encuentre
profundamente modificada por mil circunstancias ya genera-
les, ya principalmente locales. Las corrientes,atmosféricas, las
distintas latitudes, la altura sobre el nivel del mar entre las
primeras; y entre las segundas, los vientos reinantes ó acci-
dentales, la posición topográfica y orográfica, la calidad del te-.
“¿Antonio Alazte. ” 251
LAA
LLL DLL
rreno, su vegetación, etc., etc., son otras tantas causas que mo-
dificar deben profundamente, algunas veces, el estado clima-
térico de un lugar. La canícula, por lo mismo, con su signifi-
cación astronómica, está muy lejos de significar lo que vulgar-
mente se cree, y más de representar una época tan fija y tan
precisa cuyos efectos fuesen notablemente sensibles y bien
conocidos como procedentes de una sola causa. La canícula,
por tanto, en virtud de la significación que se pretende darle,
merece ser colocada en la misma categoría de las predicciones
de las lluvias, tempestades, etc., etc., que hacen nuestros au-
tores de calendarios.”
Como dato ilustrativo de lo expuesto porel Sr. Anguiano
en el párrafo anterior, agregaremos que en nuestros climas
mexicanos, por lo menos en la mayoría de ellos, las tempera-
turas más altas se registran en los meses de Abril ó Mayo, de-
bido á la influencia refrescante de las lluvias, cuyo período se
establece en el 2? de dichos meses, ó bien en Junio.
Así, pues, el principio de los efectos del período canicular
que año por año' anuncia el Calendario de Galván para nues-
tros climas, no es principio ni es nada, porque no hay tales
efectos ni causa que los produzca; es simplemente la porfía de
lleyar una conseja más á las que no han podido desterrarse
de las clases incultas de la sociedad.
Agregaré igualmente que el Calendario para la ciudad de
Puebla, que hace años viene publicando nuestro estimado con-
socio el Sr. José de Mendizábal, no se ocupa en la vulgaridad
de poner pronósticos á largo plazo, como lo hace el Calenda-
rio de Galván.
- Doy fin haciendo un voto porque los Sres. editores de ca--
lendarios, en lugar de predicciones que no reposan sobre base
científica alguna, publiquen artículos de vulgarización meteo-
rológica, con lo que ilustrarán al pueblo y ganará la ciencia del
tiempo.
Tacubaya, Agosto de 1901,
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CASSICULUS MELANICTERUS, BP.
POR El. DOCTOR
ALFREDO DUGES, M.S. A.
(Lámina VIID.
Esta ave de tierra caliente lleva varios nombres: se le lla-
ma Pámpano, Pájaro carnero, Linamarquesa y hasta Galan-
tinloro, aunque este último nombre se aplique á un páser de
pico grueso que no se le parece en nada.
El pámpano tiene de largo 32 á 33 centímetros; el ala mi-
de 0.16; la cola, 0.13; el pico, cuya comisura es de 0,035,
tiene de alto en la base 0,013 y de ancho 0”, 01, presentando
un aspecto cónico agudo casi sin curvatura y ligeramente apla-
nado en la mera extremidad. El tarso tiene 0”,033 de largo,
el dedo medio con su uña 0”,027, y el pulgar 0”,02, llegando
la extremidad de los dedos laterales á la mitad del de enme-
dio. Las segunda, tercera y cuarta remeras son iguales y un
poco más largas que la primera, con su extremidad redondea-
da. La cola consta de doce rectrices disminuyendo gradual-
mente desde la media, de manera que las externas quedan de
un centímetro y medio más cortas. Las patas, robustas, con
uñas fuertes y curvas, están cubiertas por delante de escamas.
El pico forma por la base de su borde superior un ángulo ob-
tuso que escota las plumas de la frente. El aspecto general de
la ave sin ser elegante, no es tosca, y le dan gracia algunas
plumas que forman un copete que el ave endereza cuando tie-
ne miedo ó se encoleriza. El pico es blanquecino, las patas aplo-
mado negruzco y el ojo pardinegro. Todo el cuerpo es de un
negro de lustre de raso; sobre este color general se destacan
las partes amarillo vivo que son: una faja curva al través
de las coberteras medias, toda la región supra caudal y mitad
posterior del dorso, las coberteras inferiores de la cola y las
plumas anales, en fin, las rectrices son todas amarillas menos
las dos medias y las laterales; las medias son negras, y las ex-
ternas son amarillas interiormente y negras afuera.
No parece haber diferencia en los sexos, pero los jóvenes
son de un color negruzco apizarrado con algo de amarillo en
la frente y un poco de pardo en la extremidad externa de las
rectrices medias. '
La actitud del pájaro carnívoro, cuando está en una rama,
es oblícua, pero los tarsos tienen una dirección horizontal: lo he
visto con frecuencia sentado sobre sus tarsos en el piso de su
jaula á manera de varias aves zancudas.
Memorias de la Sociedad Científica
S
ns
No puedo hablar de él sino por observaciones en indivi-
duos cautivos, pero como los que he estudiado no tenían mu-
cho tiempo de jaula, es de suponer que al estado libre, sus
costumbres sean por lo menos análogas.
En tiempo de calores los casicos melanícteros despiden un
fuerte olor difícil de caracterizar, como de pantano y de chivo:
pero esto no dura mucho, y es tal vez una particularidad de-
bida al estado de brama.
Sus movimientos no son ágiles, más bien pesados aunque
salte con facilidad de un palo á otro de una jaula algo grande.
El pámpano no es muy arizco: no tarda en amansarse al
grado de venir á tomar su alimento de los dedos de las perso-
nas que lo cuidan. Se le mantiene de costumbre con frutas
(plátanos, guayabas, jitomates, tunas, mangos) mezcladas
con maíz quebrado mezclado con masa y chile. Lo que prefie-
re son los insectos grandes: cuando estos son coleópteros du-
ros, es muy curioso ver el pájaro, sujetándolos con la patas
(esto lo hace con todo lo que come) darles fuertes picotazos
en dirección vertical, como si su cabeza fuera un martillo y
su pico un clavo. Pero lo que lo vuelve loco de gusto es la car-
ne: cuando yo presentaba al mío un pedazo de carne cualquie-
ra y sobre todo un ratón, podía yo hacerle describir cuantas
piruetas y saltos quería yo con cambiar de lugar la presa ape-
tecida: á los ratones, bien afianzados entre sus dedos, el pája-
ro desgarraba el vientre para sacar primero las entrañas, pero
á lo último engullía todo hasta los huesos y la piel. Una vez
le dí una fruta cuya piel no le gustaba: entonces hizo con su
pico un agujero profundo y después, introduciéndolo cerrado
como una cuña apartaba las dos ramas de él para agrandar
el orificio al través del cual sacaba el interior de la fruta. Ra-
ras veces el pámpano usa los bordes filosos de su pico, pero
cuando la carne es algo dura, intenta mascarla ladeando la ca-
beza á manera de los perros.
En resumen, es una ave divertida y agradable en cautivi-
dad, y sería de desear que las personas que puedan observar-
lo en el país nos dieran noticias sobre su género de vida. Es
claro que debe dañar mucho á las huertas, pero en cambio es
seguro que presta buenos servicios por su avidez en atrapar
los insectos y perseguir los pequeños roedores. :
Guanajuato. Diciembre 1901.
Fiin del tomo XVI de Memorias.
Fin du tome X VI des Mémoires.
Indice del Tomo XVI de las Memorias.
Table des matiéres du Tome XVI des Mémoires,
, Páginas.
Carbajal (Dr. Antonio J.).
Los Laboratorios Zimotécnicos. ( Les Laboratoires Zimotechni-
CUBRA a lea o A 191
“Duges (Dr. Alfredo).
Sobre un Amblystoma Altamirani. (Lám. D). .ooooocommooo..-- 31
——— Cassiculus melanicterus, Bp. ( Cassiculus melanicterus, Rp.). 253
bad am
nl
E Lalo
García Muñioz (José M.).
Breves apuntaciones para un estudio de la Meteorología agrí-
cola del Distrito de León. (Étude sur la Météorologie agrico-
le du District de León)....... A a e 5
González Obregón (Luis).
Vida y obras de Don José Fernando Ramírez (Con retrato). (Vie
et euvres de M. José Fernando Ramírez). (Avec portrait). -... 47
Herrera (Alfonso J_.).
La plaga de mosquitos en la ciudad de México en el año de 1901.
(Dinzvasion des monstiques dans la ville de Mexico) ..ooo.-... 207
Jofre (Dr. Roberto).
La Electro-sinu—cáustica ó sea la Cirugía ígnea por niedio de las
corrientes de alta tensión y alta frecuencia. (1' Electro—sinu—
caustique ou Chiruigie ignéC)..oooooooananocoón.... aa 161
Laguerenne (Teodoro Luis).
Informe relativo á la posibilidad de hacer navegable el Río de
256
Páginas.
Mezcala ó de las Balsas. (Lám. V). (Sur la posibilité de faire
navigable la riviere de Mezcala ou de las Balsas). (Pl. V).. -.
Descripción del Beneficio electro-químico para toda clase de
minerales de oro y plata, aun los antimoniosos, por medio de
los cloruros dobles de Mitscherlich. (Description du éléctro—
chimique powr les minéraux Por et Vargent)..oomoo oooooo.-.
León (Dr. Nicolás).
Los Huavi. Estudio etno-antropológico. (Láms. III. y IV). Les
Huavi. Etude etno-anthropologique (Pl. UIT $. IV)..coooo..-
Lozano y Castro (Mariano).
La adulteración de las harinas de trigo con harinas de otros ce-
reales y leguminosas. (L' adultération des farines de blé avec
des farines d'autres céréales et léqumineuses)...ooooommooomoo..
Moreno y Anda (Manuel).
La Meteorología y las predicciones del Calendario de Galván.
(La Météorologie et tes prévisions du Calendrier de Galvan). ..
Puga (Guillermo B.).
Consideraciones sobre la distribución general de las lluvias y en
particular en la República Mexicana. (Lám. VI.) Sur la dis-
tribution générale des pluies et en particuliére dans la Républi-
pue Méxicaine. (Pl. VI)..... A O A O AO —
Salazar (Leopoldo).
Apuntes relativos al Mineral de Taxco de Alarcón (Guerrero ).
(Lámina vI). (Le Minéral de Taxco de Alarcón, Guerrero).
E Y A A A PI
Sánchez (Pedro C.).
Memoria acerca del método de levantamiento topofotográfico.
(Lám. Il). Mémoire sur la méthode de levées topofotographiques
Fin del Indice del Tomo XVI de las Memorias.
Fin de la Table des matieres du Tome XVI des Mémoires.
131
229
+
Société Scientifique “Antonio Alzate.”
REVUE
SOENTIFUE El DIBLIOGRAPIIQUE
PUBLIÉE SOUS LA DIRECTION DE
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN
Secrétaire perpétuel.
1901
MEXICO
IMPRIMERIE DU MINISTERE DE FOMENTO
Rue San Andrés, 15
1901
OGRÁFICA
r
- REVISTA CIENTIFICA Y BIBLI
Sociedad Científica “Antonio Alzate.”
REVISTA
CIENTIRÍCA Y BIBLIOGRÁFICA
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN
Secretario perpetuo.
BOL
MÉXICO
OFICINA TIP. DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO
a Calle de San Andrés número 15.
1901
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE””
MEXICO.
FONDÉE EN OCTOBRE 1884.
Membres fondateurs.
MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo B. y Puga, Manuel
Marroquín y Rivera et Ricardo E. Cicero.
Vice-Président honoraire perpétuel.
M. Ramón Manterola.
Secrétaire général perpétuel.
M. Rafael Aguilar y Santillán.
Conseil directif.—1901.
PrésiDeNT.—Prof. Alfonso L. Herrera.
Vice-PrEsIDENT.—Dr. Ricardo E. Cicero.
SECcRETAIRE.—Ing. Francisco M. Rodríguez.
VicE-SECRETAIRE.—Prof. Luis G. León.
'TréEsORIER.—M. José de Mendizábal.
La Bibliotheque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au
public tous les jours non fériés de 4 h. a 7 h. du soir.
Les ““Memoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cachiers in 8?
de 64 pags. tous les mois.
La correspondance, mémoires et publications destinés á la Société doivent
étres adressés au
Secrétaire général a
Palma 13-—MÉXICO (Mexique).
Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrits. p
Les membres do la Société sont désignés evec M. $, A.
)
Soctedad Cientiica “Antonio Alzate.
MEXICO.
Revista Científica y Bibliográfica.
Núm. 1. 1901.
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
Junio 3 DE 1900.
Presidencia del Sr. Ingeniero Ezequiel Ordóñez.
TrapaJos.—L. González Obregón. Vida y obras de D. José Fernan-
do Ramírez. (Conclusión).
Dr. N. León. Detalles sobre la muerte del ilustre michoacano Don
Melchor Ocampo. (Revista, 1900-1901, p. 22).
Prof. A. L. Herrera. On the imitation of protoplasm. (Memorias,
XV, p. 23).
CorRESPONDENCIA.—El Secretario general anunció á la Sociedad que
el Encargado del departamento de Zoología del Museo de Bruselas ha
comunicado sus deseos de arreglar su sección conforme al plan pro-
puesto por el Prof. A. L. Herrera en sus Museos del Porvenir.
FeLicrración.—La Sociedad acordó hacerla 4 dicho socio por la hon-
ra referida, así como al socio Dr. M. Uribe Troncoso por haber sido
invitado expresamente por la Sección de Oftalmología del Congreso
de la Asociación Médica Americana.
INICIATIVA PARA UN Con6reso MereoroLÓGICO NacionaL.—Los socios
M. Moreno y Anda, R. Aguilar y Santillán, E. E. Schulz y L. G. León
presentaron una proposición para la reunión de un Congreso Meteo-
rológico Nacional. Puesta á discusión, fué unánimemente aceptada la
6
idea y quedaron nombrados los mismos socios para formular las ba-
ses relativas y organizar lo concerniente á dicha reunión.
El Prosecretario,
Enrique E. ScHuLz.
JuLio 1% pe 1900.
Presidencia del Sr. Profesor A. L. Herrera.
Trabajos. —Profesor M. Lozano y Castro. Algunos datos químicos
acerca de la psoralina. Determinación de su fórmula elemental. (Me-
morias, XIV, p. 467).
M. Moreno y Anda. Correcciones que deben aplicarse á la media
diurna de la temperatura deducida de pocas observaciones. (Memo-
rias, XV, p. 5).
Dr. F. F. Villaseñor. La saponina y el ácido fitolácico en el ñamole.
(Memorias, XV, p. 13).
Coxereso MereoroLóGICO.—El Secretario Aguilar dió lectura á las
bases relativas formuladas por la Comisión de organización, las cuales
quedaron aprobadas.
NoMBRAMIENTOS.—Socio honorario:
Pror. Dr. J. H. van'r Horr. Berlin.
Socios correspondientes:
Epwin SwirT Baca, F. R. G. S. Filadelfia.
Dr. Luis pe Hoyos Y Sans. Toledo.
Pror. CarLos E. PorTER. Santiago de Chile.
El Secretario anual,
M. Moreno Y ÁNDA.
AcosTo 5 DE 1900.
Presidencia del Sr. Ingeniero Ezequiel Ordóñez.
Trapasos.—Ing. J. Galindo y Villa. La clasificación de los conocr-
mientos humanos y la Bibliografía. (Memorias, XV, p. 117.)
Aniceto Moreno. Observaciones acerca de las costumbres de las hor-
migas. (Revista, 1899-1900, p. 60). (Nota comunicada por el socio
Dr. A. Dugés).
Ing. E. Ordóñez. Las rocas del Valle de Santiago.
Secques € Quinton. Notes sur la Réforme de la Nomenclature de
M. Herrera. (Revista, 1900-1901, p. 21). (Nota remitida por el so-
cio X. Raspail).
Conereso MereoroLóGICO.—El Secretario Aguilar informó que había
hecho ya distribuir las circulares de invitación.
A fin de completar la Comisión respectiva la Sociedad nombró Pre-
sidente honorario del Congreso al Sr. Ing. D. Manuel Fernández Leal,
M. S. A., Ministro de Fomento, y Vicepresidentes á los Señores Direc-
tores de los Observatorios de Tacubaya y México y. de los Telégrafos
Federales. ¿
III Concurso Cienrírico.—La Sociedad nombró su representante pa-
ra dicho certamen al Sr. Ing. J. Galindo y Villa, quien tratará de la
educación de la mujer mexicana al través del siglo XIX.
Dowxaciones.—Entre las publicaciones recibidas el Secretario llamó
la atención de las obras de Huygens, obsequiadas por la Sociedad Ho-
landesa de Ciencias, y las publicaciones de la Comisión Polar Norue-
ga, regaladas por la Biblioteca de la Universidad de Cristianía.
NomMBRAMIENTOS. —Socios honorarios:
Lorp Lister, Presidente de la Sociedad Real de Londres.
CarLos €. Harrisox, Presidente de la Universidad de Penn-
sylvania. Filadelfia. j
Dr. H. V. Wonnemany, Presidente de la Sección de Oftalmolo-
gía de la Asociación Médica Americana. Milwaukee, Wis.
Socio correspondiente:
Morris Jasrrow, Bibliotecario de la Universidad de Pennsy]l-
vania. Filadelfia. (Dr. M. Uribe Troncoso, Joaquín de Mendizábal
y R. Aguilar).
PostuLación.—Para socio de número: Ing. Ricardo López Guerrero.
(£. Ordóñez, (G. M. Oropesa, F. M. Rodríguez, E. Montiel Estrada
y R. Aguilar).
El Prosecretario,
Enrique E. ScHuLz.
SEPTIEMBRE 2 pe 1900,
Presidencia del Sr. Ingeniero Ezequiel Ordóñez.
Traaos.— Dr. M. Uribe Troncoso. Informe acerca de los trabajos
de oftalmología del Congreso de la Asociación Médica Americana, ve-
rificado en Atlanta.
R. Aguilar Santillán. Bibliografía Geológica Mexicana. 1899.
Ing. J. Galindo y Villa. Introducción á la historia de los descubri-
mientos geográficos.
—El proyecto del Palacio Legislativo de Buenos Áíres y compara-
ción con los proyectos Dondé y Rivas Mercado para el de México.
Prof. A. L. Herrera. Notas de Parasitología.
M. Moreno y Anda. Una expedición al cerro de Tláloc. (Memo-
rias, XV, p. 97).
NomBRAMIENTOS.—Socio de número:
Ricarbo López GUERRERO. Ingeniero Civil.
Socios honorarios:
Pror. Dr. H. Mon, Director del Instituto Meteorológico de No-
ruega. Cristianía.
Pror. J. BoscHa, Secretario general de la Sociedad Holande-
sa de Ciencias. Harlem.
Donación. —El Secretario general presenta diez y seis tomos de las
o
obras de Agustín Cauchy, remitidas por la Academia de Ciencias de
Paris, á iniciativa del distinguido matemático Carlos Hermite, socio
honorario, $, A.
OCTUBRE 7 DE 1900.
16? Aniversario de la fundación de la Sociedad.
Presidencia del Sr. Prof. D. Alfonso Herrera, Presidente Honorario perpetuo.
El Secretario general presentó un informe de los progresos de la
Sociedad y de su estado actual.
Trabasos.—Prof. A. L. Herrera. La Hierba de la Cucaracha (Ha-
plophyton cimicidum).
Ing. M. Marroquín y Rivera. Aplicación de ¡los pozos indios á la
cimentación de la Presa del Cuaje, en el Río Nazas.
Prof. L. G. León. El campo eléctrico.
M. Moreno y Anda. El decrecimiento de la temperatura con la alti-
tud.
Ing. E. Ordóñez. Historia de la producción de la plata en México.
Lic. C. A. Robelo. Culiacán, Culhuacán, Colhuacán. Estudio eríti-
co-etimológico. (Revista, 1900-1901, p. 49.)
Dr. M. Uribe Troncoso. La Oftalmología en los Estados Unidos.
Dres. D. Vergara Lope y F. Villaseñor. Informe acerca de los pape-
les mata-moscos. (Boletín de la Comisión de Parasitología Agrícola,
núm. 2, p. 66).
DONACIONES Y NUEVAS PUBLICACIONES.—El Secretario presentó las im-
portantes obras del Sr. Dr. Peñafiel, el primer número del Boletín de
la Comisión de Parasitología Agrícola y el Tratado de Geometría
Analítica, por el Ing. Joaquín de Mendizábal.
Conereso MereoroLóGIco.—Anunció que tendrá lugar los días 1 á
3 de Noviembre. y
Concurrieron á la sesión los socios Aguilar, Cicero, Herrera (p.),
Herrera (h.), L. G. León, Lozano y Castro, Marroquín, Mendizábal
Revista [1901].—2
10
(Joaquín), Mendizábal (José), Ordóñez, Oropesa, Peñafiel, Peimbert,
Rivas Mercado, Rodriguez, Schulz, Uribe Troncoso, Vergara Lope, Vi-
llaseñor y el subscrito
Secretario anual,
M. MoreN0 Y ÁNDA.
NOVIEMBRE 11 DE 1900.
Presidencia de los Sres. Ings. Joaquín de Mendizábal y J. Galindo y Villa.
TraaJos.—Dr. F. Altamirano. Algunas obsrevaciones fisiológicas
sobre los efectos de la ponzoña del alacrán de Jojutla. (Memorias, XIV,
p. 327.)
R. Aguilar. Breve informe de las sesiones del Primer Congreso Me-
teorológico Nacional verificadas los días 1, 2y 3 de Noviembre. (Véa-
se las Actas y Memorias de dicho Congreso, publicadas en tomo espe-
cial por la Imprenta de la Secretaría de Fomento).
Ing. Joaquín de Mendizábal. Errores encontrados en las Tables de
logarithmes á 8 décimales du Service Géographique de l' Armée, Paris,
1891. (Revista, 1900-1901, p. 21).
Prof. A. L. Herrera. El Protos y el Cosmos.
Ings. M. Marroquín y P. C. Sánchez. Mémotre sur la chaíne des mon-
tagnes de l' Ajusco et le captage de ses eauz souterraines. (Memorias,
XV, p. 167).
Ing. M. Moncada. Ligeros apuntes sobre conservación de bosques.
(Nota presentada por el socio M. Moreno y Anda).
NomBRAMIENTOS.—Socio honorario:
Paro. Acustín Hunr y Cortés.
Socios correspondientes:
Pro. Severo Díaz. Observatorio del Seminario de Zapotlán.
Pror. MaxueL R. Gutiérrez. Observatorio del Estado, Jalapa.
Pror. Juan F. Romaní. Observatorio del Estado, Chihuahua.
Dr. José Joaquíx Urrutia. Observatorio del Colegio del Esta-
do. Puebla.
1
DiciemBRE 9 DE 1900.
Presidencia del Sr. Ing. E. Ordóñez.
Traasos.—Prof. A. L. Herrera. El Protos y el Cosmos.
M. Moreno y Anda. Datos para contribuir al estudio climatológico
del Valle de México. La variabilidad interdiurna media de la tempe-
ratura en Tacubaya. (Memorias, XV, p. 189).
Ing. B. Romo. * Estudio sobre construcción de presas.
NomBRAMIENTOS.—Socios honorarios:
Dr. E. Licéaca. México.
Dr. Samuel D. Ristey. Filadelfia.
PosruLacioNes.—Para socios de número:
Ings. Manuel de Anda, Federico Atristain y Basiliso Romo y
Felipe Sierra.
El Secretario anual,
M. Moreno Y ÁnDA.
BIBLIOGRAFIA.
Les Carbures d'Hydrogene, 1851-1901, Recherches ex-
périmentales por M, Berthelot, Sénateur, Secrétaire perpétuel
de l'Académie des Sciences, Professeur au College de France.
Paris, Gauthier—Villars. 1901.
La Dirección de la Enseñanza Superior del Ministerio de Instruc-
ción Pública y Bellas Artes de la República Francesa, acaba de hon-
rar á la Sociedad Alzate con esta magnífica obra del eminente quími-
co MarceLino BerTHELOT, socio honorario de nuestra Corporación.
12
M. Berthelot.
Hacer una bibliografía digna de este monumento que representa me-
dio siglo de notables y famosos trabajos, sería empresa superior á nues-
tras fuerzas, y creemos dar á conocer perfectamente la obra trascribien-
do en seguida las palabras del autor, cuando la presentó ante la Aca-
demia de Ciencias de París en la sesión del 8 de Julio, así como la
contestación del sabio geólogo M. Fouqué, Presidente de dicha Aca-
demia.
“Le nouvel Ouvrage, en 3 volumes gr. in-8?, que je présente aujour-
d'hui a l'Académie a pour titre: «Les Carbures d'hydrogéne, 1851-
1901.» Il contient la réunion des expériences et des recherches que
j'ai exécutées sur les carbures d'hydrogéne, et principalemente sur leur
- synthése depuis les éléments, synthése qui est le pivot de toutes les
autres en Chimie organique. La formation de l'acétyléne, de 1'éthylé-
ne, du forméne et de la benzine, les quatre carbures fondamentaux,
celle des carbures pyrogénés, les méthodes générales propres á hydro-
13
géner les carbures et les autres composés organiques, la synthése des
alcools, etc., n'ont cessé de me préoccuper depuis un demi-siécle. Mes
premiers travaux á cet égard datent de l'année 1851, et les derniers
de année 1901. Leur exposition était dispersée dans une multitude
de Mémoires, consignés dans des Recueils multiples, variété de publi”
cations od il est á peu prés impossible de retrouver l'ensemble de mes
recherches, ou d'en apercevoir l'enchainement méthodique et les idées
directrices. C'est ce qui m'a engagé á les reproduire en un tout coor-
donné, comprenant d'ailleurs uniquement la reproduction de mes pro-
pres Mémoires, sous la forme méme oú ¡ls ont été publiés.
“Le présent Ouvrage comprend 1442 pages, distribuées en 3 volu-
mes gr. in—8”, et imprimés avec la perfection ordinaire qui caractérise
les publications de M. Gauthier—Villars.
“Tome 1.—L'acétylene: Synthese totale des carbures d'hydrogene.
“Tome 11.—Les carbures pyrogénés, Séries diverses: propylique, al-
lylique, camphénique.
“Tome U1.—Combinaison des carbures d'hydrogéne avec 'hydroge-
ne, Poxygéne, les ¿léments dé P'eau.
“Peut-étre me sera-t-il permis de rappeler que la découverte de la
synthése des carbures d'hydrogéne et des alcools, que j'ai réalisée á
partir de année 1854, jointe á la découverte des alcools polyatomi-
ques, glycérine, mannite et matiéres sucrées, et á la synthése des corps
gras neutres, réalisées par mes expériences en 1854 et 1855, ont fon-
dé Punité définitive de la Chimie organique. Les liens compréhensifs
établis par ces découvertes entre les diverses classes de principes cat-
bonés, renfermés au sein des végétaux et des animaux, ont concouru
á constituer les cadres généraux de cette science, jusque-lá dissémi-
née, á la facon d'une histoire naturelle, dans l'étude de groupes divers
entre lesquels n'existaient aucunes relations autres que celles de leur
origine commune au sein des étres organisés. C'a été le point de dé-
part des travaux accumulés des nouvelles générations de chimistes,
qui ont réussi depuis lors á décupler l'étendue de la Chimie organi-
que.
“A cet égard, j'espére que la présente publication, qui résume toute
une vie scientifique, présentera quelque intérét, a la fois pour les spé-
14
cialistes d'aujourd'hui el pour les personnes curieuses de connattre la
marche générale de lPesprit humain dans la recherche de la vérité.”
El Presidente de la Academia contestó:
“L'Ouvrage dont M. Berthelot fait hommage á 1'Académie, et dont
nous le remercions, est un trésor dans lequel sont méthodiquement
rangées des richesses scientifiques d'une valeur incomparable.
“Toutes les découvertes de notre illustre Confrére ne sont pas, ce-
pendant, consignées dans ces Volumes: il a abordé d'autres genres d'é-
tudes dans lesquels il s'est montré non moins génial; mais c'est dans
ses synthéses organiques qu'il a rivalisé le plus victorieusement avec
la nature, multipliant ses procédés créateurs, et atteignant avec une
rare perfection le but de ses plus mystérieuses opérations.
“M. Berthelot est l'une de nos gloires les plus incontestées; sa re-
nommée est universelle.
““Aussi, votre Président pour l'année 1901, qui fut jadis son condis-
ciple sur les banes du College Henri IV, est-il heureux d'avoir a célé-
brer la grandeur de 1'oeuvre qu'il a accomplie.”
Los trabajos geográficos de la Casa de Contratación
por D, Manuel de la Puente y Olea. Obra premiada por
la Real Academia de la Historia. Edición ilustrada y con va-
liosos documentos.—Sevilla, Escuela Tipográfica Salesiana.
J901. fol. 451 págs.
Esta obra, obsequiada á la Sociedad por su autor, nuestro ilustrado
consocio, es un luminoso y abundante acopio de documentos relativos
á la Historia científica del descubrimiento y colonización del Nuevo
Mundo por España.
Por la breve enumeración que damos en seguida de las materias
que contiene, puede formarse cabal idea de su importancia.
La Casa de Contratación ó Casa de Indias de Sevilla. Datos histó-
ricos.
Parte Primera.—Las expediciones á descubrir. Expedición de Juan
de la Cosa á la costa de Venezuela en 1504. Expedición á la Especie-
ría por Occidente, proyectada en 1505.
15
Viaje de Yáñez Pinzón y de Solís en 1508 para descubrir un paso
ó canal navegable por el Oeste á través de las tierras continentales.
Expedición de Nicuesa á la América Central y de Hojeda con Cosa
á Darién en 1509.—Muerte de Juan de la Cosa en 1510.—Fundación
de la Antigua de Darién.—La Geografía de Enciso.
Descubrimiento del Pacífico en 1515.
Armada de Pedro Arias á Darién en 1514.—Envío de caballos, ye-
guas y otros animales.—Plantas vivas, semillas y herramientas para el
Continente.—Embarcaciones enviadas en piezas desde Sevilla para la
pesca y para la navegación costera.
Expedición para el Pacífico por el extremo meridional de América.
—Descubrimiento del río de la Plata y muerte de Solís en 1516.—
Muere Fernando el Católico. —Expedición enviada al mando de Ma-
gallanes para continuar las exploraciones interrumpidas por la muer-
te de Solís y pasar por Occidente á las Molucas en 1519.—La primera
nave de Veracruz.—Ultimos trabajos del Dr. Matienzo y su muerte.
Parte Seeunna.—Los estudios geográficos. Se examina en primer
término la formación de las primeras Cartas del Nuevo Mundo, co-
menzando por la debida á Juan de la Cosa, que se conserva en
Madrid, admirable croquis ó punto de partida para llegar á obtener la
primera representación de las nuevas tierras “cuyas formas irían apa-
reciendo para la ciencia geográfica, merced á los trabajos de los nave-
gantes y de los cartógrafos de la Casa, como en la antigua mitología
aparece y surge Venus de entre la espuma del mar.”
Y se exponen en seguida los sucesivos trabajos de Américo, Andrés
Morales, Díaz de Solís, Nuño García, Diego Rivero y después Alonso
de Chávez, dándose también noticias de otras cartas sevillanas y pro-
cedentes de la Casa, como la de Nuño de García (1522), las de Caste-
llón y de Salviati, existentes en Mantua y en Florencia y procedentes
de Sevilla en 1526, y la del cosmógrafo sevillano y honorario de la
Casa, Pedro de Medina (1548), autor famoso del Arte de navegar.
Pero además de los trabajos cartográficos, completan esta segunda
parte otros estudios científicos, debidos á algunos de los ilustres hom-
“bres que á la Casa de Contratación pertenecieron, cuyo conjunto ofre-
cía la mayor importancia para la formación de la ciencia geográfica y
16
para el primer conocimiento físico del globo que habitamos, y de los
cuales citaremos aquí: Las Cartas esféricas y el Islario general del mun-
do por el cosmógrafo Alonso de Santa Cruz. Las observaciones astro-
nómicas del piloto Andrés de San Martín. El Torrente del mar (la co-
rriente del Golfo), por el piloto Andrés de Morales. Los primeros es-
tudios y conocimientos acerca del magnetismo terrestre. Las juntas de
cosmógrafos para la determinación de la longitud. El libro de las lon-
gitúdines por Alonso de Santa Cruz. La determinación de la longitud
por los eclipses. La misma por medio de relojes precisos y concorda-
dos. El método de las distancias lunares.
Termina esta parte con algunas noticias acerca de la Universidad de
los mareantes (navegantes), corporación marítima de Sevilla, y de su
titular Ntra. Sra. del Buen Aire, que dió su primer nombre á la her-
mosa ciudad de Buenos Aires, en la América Española.
Parte Tercera.—£El enriquecimiento de la fauna y de la flora ame-
ricanas por los españoles. 'Tras una breve exposición del estado y re-
cursos de las tierras recientemente descubiertas, compréndese en esta
parte el primer enriquecimiento de su fauna y de su flora, llevado á
efecto por los españoles con la cooperación por cierto muy eficaz de la
Casa de Contratación, agente en Sevilla del Estado español.
Consígnase y se aducen acerca de ello los documentos relativos al
primer envío de numerosas especies vegetales de las más útiles y ne-
cesarias para el hombre, y entre ellas, determinada y sucesivamente:
El trigo.—El arroz.—Legumbres y hortalizas.—Los naranjos y li-
moneros.—El olivo.—La vid.—Los frutales españoles. —Flores euro-
peas.—Otros vegetales exóticos. —Plantas aromáticas ó medicinales.
—Y por último la caña dulce, y la creación documentada de la indus-
tria azucarera en las Antillas.
Estúdiase á seguida, y documentado también, el simultáneo enri-
quecimiento de aquella fauna por el envío y primera propagación de
especies tan necesarias para el hombre, como son los grandes produc-
tores de carne ó de leche, la vaca, la cabra, la oveja y el cerdo domés-
tico, y además el caballo y las otras bestias destinadas á la carga 0á
la labor de los campos, y también varias importantes especies de aves.
Soetedad Cientlica. “Antonio Alzate.
MEXICO.
Revista Científica y Bibliográfica.
Núm. 2. 1901.
NOTE SUR UNE ROCHE BASALTIQUE DE LA SIERRA VERDE
[MEXIQU E).
PAR M. K. DE KRrousTcHOFF.
(Extrait du Bull. de la Soc. Min. de France, 1885, p. 385).
Cette roche a été recueillie dans un cañon de la Sierra Verde, a 25
milles au nord de Santa Rosa, non loin de Chihuahua. Elle paraít
former un dyke de 2 4 3 métres dans une espéce de marne décompo-
sée jurassique, ou triasique, mais il ne m'a pas été possible d'en dé-
terminer l'áge véritable avec une certitude :absolue.
Examen macroscopique.—L'aspect général de la roche est celui d'un
basalte doléritique, tres foncé, finement grenu et porphyrique. A 1'ceil
nu on apercoit, dans une páte micro-cristalline noire verdátre, les mi-
néraux sulvants:
1. Cristaux (de 0%”,5) d'un feldspath trés frais, limpide et en partie
strié;
2. Cristaux corrodés de pyroxéene (jusqu'a 1%”) d'une couleur
beaucoup plus claire qu'a l'ordinaire; :
3. Cristaux á contours nets et debris (jusqu'a 0,5% d'une horn-
blende noire;
4. Particules opaques de fer magnétique;
5. La páte verdátre foncée, d'une apparence franchement micro-
cristalline englobe tous ces éléments porphyriques.
Revista [1901].—3
18
Examen microscopique.—La coupe mince présente sous le micros-
cope, dans un tissu microlithique serré, de grands cristaux et débris
porphyriques, appartenant aux minéraux suivants: plagioclase, sanidi-
ne, pyroxéne, amphibole, apatite, fer magnétique avec trés peu de fer
titané; les éléments de la páte sont: plagioclase, sanidine, augite, ma-
gnétite, substance verte chloritique et trés peu de résidu vitreux.
Eléments accessoires: zircon, leucoxéne, rutile.
Structure minéralogique:
1. Cristaux et débris macroporphyriques: feldspath, hornblende,
augite.
2. Cristaux et débris microporphyriques: feldspath, augite, apatite,
magnétite.
3. Minéraux accessoires: zircon, leucoxene, rutile.
4. Páte: feldspath, augite, magnétite, substance chloritique et verre
incolore.
Constitution pétrographique:
( Plagioclase, sanidine.
| Augite.
( essentiels. < Amphibole.
| | Apatite.
Minéraux primitifs < | Magnétite.
| Zircon.
Laccessoires. < Fer titané (trés peu.)
Verre incolore.
Substance chloritique.-
Minéreaux secondaires.. < Leucoxéne.
Rutile.
Plagioclase.—Le feldspath triclinique, en cristaux ou en débris lim-
pides, montre ordinairement d'assez larges bandes (toujours) suivant
la loi de l'albite; deux séries de lamelles hémitropes sont souvent réu-
nies d'aprés la loi de Carlsbad.
Il paraít que c'est une roche á deux plagioclases, car j'ai obtenu
deux séries différentes d'extinctions; la moyenne de la premiére s'é-
léye au maximum 359, tandis que la seconde ne surpasse jamais 16”.
19
Selon ¡es calculs de M. Michel-Lévy, ces, deux plagioclases pourraient
étre rapportés a l'anorthite et au labradorite. Les cristaux sont sou-
vent doués d'une magnifique structure zonaire; dans leur partie cen-
trale ou suivant les zones d'accroissement“s'accumulent des particules
scoriacées, presque opaques, et certains individus en sont littéralement
criblés. Ils ne renferment en outre qu'assez peu d'autres interpositions:
pores gazeux et hyalins incolores, imitant la forme du cristal, inclu-
sions liquides á bulles mobiles ne disparaissant point, méme quand
la préparation était portée á une température de 100%c.;—aiguilles ar-
rondies d'apatite, tantót incolores et limpides, tantót eriblées de peti-
tes productions trichitiques et brunátres:—rares grains ovoides de zir-
con. Les micrólithes feldspathiques de la páte s'entrelacent si diver-
sement et forment un tissu si dense, que leur extinction ne peut pas
étre appréciée avec une certitude suffisante.
Orthose-sanidine.—Le feldspath clinorhombique posséde en géné-
ral le méme aspect et les mémes interpositions que le plagioclase et
peut étre considéré comme une sanidine typique; les macles, suivant
la loi de Carlsbad ne sont pas rares. 1l paraít qu'il y en a une certai-
ne quantité dans le tissu microlithique méme, car beaucoup de lamel-
les ne sont point maclées et s'éteignent sous un angle trés petit,
Amphibole. — La hornblende, en cristaux á contours trés nets ou
fréquemment aussi en débris irréguliers, est douée d'une structure trés
caractéristique: elle est toujours bordée d'un cadre complétement opa-
que plus ou moins épais, dont les contours intérieurs et extérieurs
tantót tranchent nettement et tantót se montrent 'estompés. Souvent,
on n'apercoit plus au milieu du cristal opaque qu'un petit morceau de
substance amphibolique brune transparente. J'ai en outre remarqué
une association intime, quoique irréguliére, d'amphibole avec le py-
roxéne: l'espace intérieur du cadre opaque est alors occupé par ces
deux ou méme par plusieurs corps: hornblende, augite, feldspath, ma-
gnétite et apatite, qui seul forme aussi des inclusions dans la zone noi-
re. Cette amphibole, parfois d'une apparence fibreuse, est excessive-
ment dichroique: suivant l'axe prismatique £ brun jaunátre et raugeá
tre (stil de grain), suivant Paxe * brun—bistre trés fonncé (presque
20
noir); Pextinction maximum est de 14%, On y recontre encore de ra-
res pores gazeux et hyalins;-—de magnifiques inclusions liquides á
bulles douées d'un mouvement trés vif et expansibles;—des cristaux
déformés d”apatite. >
La hornblende et Paugite sont ici des éléments d'une consolida-
tion simultanée, parce qu'ils s'associent et s'enveloppent réciproque-
ment. ll me semble que l'ézorce noire de l'amphibole est principale-
ment due á Paction d'un réchauffement survenu aprés sa consolidation
d'autant plus que, c'est un fait bien connu, traité par un magma fon-
du, ce minéral s'entoure d'une zone plus ou moins épaisse (selon la
durée de l'expérience) complétement opaque, dont lPopacité doit étre
attribuée, á une abondante sécrétion de fer magnétique et d'une pous-
siére noire.! Ses cristaux ont parfaitement conservé leurs contours
purs, le pyroxéne, au contraire, a été corrodé, probablement á cause
de sa fusibilité plus facile. Quoique la plupart des augites micropor-
phyriques soient trés bien cristallisés, on en trouve aussi qui sont en-
tourés d'une espéce d'enduit floconneux opaque (accumulation d'une
poussiére noire), de sorte que leurs formes disparaissent; or, je n'ai
pu décider si cette matiére opaque devrait étre considérée en ce cas
comme simple enduit ou comme zone intégrante du cristal méme.
Pyroxéne.—Le bisilicate clinorhombique est représenté par les trois
modifications suivantes:
[. Grands cristaux mal déterminés et débris macroporphyriques
d'un jaune clair et passablement dichroiques: suivant e jaune—clair
suivant x= jaune—rougeátre; les clivages mm y sont indiqués par des fis-
sures grossiéres et presque irréguliéres, de maniére qu'au premier
coup d'oeil il ressemble á l'olivine. On y trouve fréquemment de
grand fragments d'amphibole. L'extinction gur g* fait un angle de 399
avec la trace des clivages mm. Ce pyroxéne renferme une quantité
considérable d'interpositions: cristaux courts d'apatite;—granules et
cristaux cubiques de magnétite;—de rares zircons;—canaux vides ou
gazeux;—pores liquides á bulles immobiles et non expansibles;—un
1 Doelter et Hussak, Ueber die Einwirk. geschm,. Magmen, etc. N. J. 1881, p. 2.
. Becker, Ueber die schwarze Umrandung, etc. V. J. 1883, tome LI, 1.
21
gran nombre d'inclusions vitreuses incolores; la plupart de celles—ci
atteignent des dimensions considérables et imitent souvent avec une
précision parfaite la forme lPaugite: 53. h*- m. g*; elles contiennent,
outre les vacuoles, diverses petites cristallisations en paillettes;—plu-
sieurs fois j'ai rencontré des inclusions liquides á bulles mobiles au
milieu du pore vitreux; ce liquide, qui, á cause de sa non—expansibi-
lité á une température supérieure de 1009C. ne peut étre que de l'eau,
a donc coexisté avec la matiére hyaline fondue.
II. Les augites microporphyriques, au contraire, tres nettement cris-
tallisés, d'une couleur jaune plus claire et beaucoup moins, quoique
encore sensiblement dichroiques, possédent des clivages trés marqués
et s'éteignent a 37”. On y observe beaucoup moins d'inclusions: pores
vitreux et grains de magnétite. Certains individus sont entourés com-
me il a été déja dit plus haut, d'une couche opaque floconneuse.
III. Les grains et microlithes difformes d'un troisíéme pyroxéne vert-
elair sans trace de dichroisme composent avec le plagioclase la partie
dominante de la páte; cependant on y rencontre cá et lá des pelotes
de microlithes d'augite sans plagioclase, qui jouent alors le méme róle
que les autres sécrétions porphyriques. L'extinction rapportée a la lon-
gueur des microlithes est de 37%. Dans les individus plus grands j'ai
apercu des inclusions gazeuses, vitreuses, liquides, bien visibles et des
particules de fer oxydulé. |
Apatite.—L'apatite n'est pas un élément accessoire, mais essentiel,
parce qu'elle abonde partout et régulicrement dans cette roche. Ses
grands cristaux a 0”,002, tantót parfaitement déterminés tantól arron-
dis et corrodés sont que!quefois dichroiques; sa substance incolore á
Pordinaire est souvent tellement criblée de petites productions bruná-
tres, qu'elle prend une teinte violacée et alors devient sensiblement
dichroique; parfois un méme cristal est 4 moitié incolore, á moitié im-
prégné de ces interpositions, qui apparaissent, méme aux plus forts
grossissements, en forme de longs poils brunátres dans les sections
suivant l'axe du prisme et comme des points ou des virgules dans cel-
les suivant la base. :
Magnétite.—Le fer oxydulé abonde partout, ce qui explique la pe-
22
santeur de la roche; un trés petit nombre seulement de particules opa-
ques insolubles dans les acides peuvent étre considérés comme du fer
titané, 'autant plus que plusieurs d'elles sont entourés d'une subs-
tance blanchátre ressemblant au leucoxéne.
Des lambeaux d'une matiére chloritique fibreuse entrent dans la
composition du tissu microlithique de la páte ou forment des inclusions
dans les éléments porphyriques. 1l paraít qu'aussi une partie du rési-
du vitreux se transforme par décomposition en substanees vertes ana-
logues.
Zircon.—-L'élément accessoire le plus intéressant est sans contre-
dit le zircon. Quoique j'eusse dú sacrifier pour l'extraire, d'aprés la
méthode de Thurach* et ensuite la mienne” tout ce qui me restait
encore de mon échantillon, je fus amplement récompensé de l'avoir
fait. Ce zircon est déjá interessant á cause de son occurrence dans une
roche basaltique; de plus, il y a une différence remarquable entre son
apparence cristalline et celle qui est si répandue dans les roches érup-
tives anciennes. Ses cristaux, plutót tabulaires que prismatiques of-
frent toujours la méme combinaison 53 (111) et m (110). Une paire
de plans du prisme et de la pyramide se développe également et pré-
domine, de sorte que le cristal prend l'aspect d'une mince tablette
presque carrée avec de trés petits troncatures aux angles. D'une cou-
leur ordinairement blanc grisátre, il devient quelquefois aussi jau-
nátre.
On trouve dans cette variété de zircon, comme de eoutume, d'assez
nombreuses interpositions:
12 En premiére ligne doivent étre mentionnés les pores vitreux in-
colores d'une grandeur souvent considérable, avec une ou plusieurs
vacuoles; ceux-lá ne montrent jamais la forme cristalline de l'hóte
(110, 111), comme il arrive si souvent.
2% Cavités apparemment vides.
30 Petites inclusions liquides á bulles, qui, immobiles á l'ordinaire,
changent de place quand on chauffe la préparation á 100*C.
1 Thurach, Ueber das Vorkommen microsc. Zircone, etc. Soc. phys. med. Wúrz-
bourg, 1884, t. XVIII.
2 Le résidu d'apres Thurach traité par HFl.
23
4” Des aiguilles incolores, que l'on pourrait peut-étre rapporter á
l'apatite surtout, puisqu'elles renferment qa et lá les mémes trichites
que l'apatite porphyrique. L'apatiteserait donc un élément d'une
consolidation antérieure méme au zircon.
J'ai employé une petite quantité de zircon isolé pour l'analyse spec-
trale d'aprés ma méthode*' et les résultats ont été trés satisfaisants: le
spectre lumineux du zirconium était bien caractérisé et il n'y avait pas
moyen de s'y méprendre. A mon grand étonnement j'ai pu revoir
aussi en ce cas ces raies singuliéres qui n'ont rien de commun ni avec
celles du titane, ni de l'étain ni d'un autre corps que j'aie déja rencontré
depuis que je me livre a l'analyse spectrale. Dans ce but j'ai étudié
une quantité considérable de differentes occurrences de zircon et j'es-
pére que bientót je parviendrai a décider á quel corps doivent étre at-
tribuées ces lignes problématiques. Avec les raies du zirconium ap-
paraissent conjointement celles du titane et je rapporte en conséquen-
ce au rutile certains petits grains et éclats brunátres, qui s'attachent
en petite quantité au zircon isolé; il est probable que ce rutile se for-
me par décomposition et aux dépens du fer titané. *
Dans la páte presque entigrement cristalline ne se cache que trés
peu de matiére hyaline incolore et homogéne, qui forme de fines
membranes, des lambeaux entre les éléments microlithiques et des
inclusions dans les grands cristaux.
Examen chimique.—La roche pulvérisée et séchée a 200%C. a cette
composition:
Densité, 3.045 (a 14”C.)
Analyse.
Is RDA ero 48.52 = 25.877 Oxygéne 26.237
Acide titanique.........o.... 0,90- 0 1 =50:360005, ces
AE descarto nemiacas 12.21 = 569 ,, 8.480
Oxyde ferrique............. j 9.30 IDO ss :
1 Bull. Soc. min., t. VII, p. 212, '
2 Cathrein, Zeitschr, f. Krystallogr., t. VI, 3.
Lasaulx, Zeitschr. f. Krystallogr., t. VILI, 1.
24
Oxyde ferreux et manga-
ne A as 7.14 = ON ¿
Magiúési.. dond, 2d ds 6.15 =11:2:46004 E
CAI lio mein 10.21 = y? 8.105
ri ao eo a ns IRA 3.01 E as
Pon Aida 2.12 = 0.363 ,,
Acide phosphorique...... .. 1.02 1 ED y
AA A 0.06 (6)
Part au rouge. ...o..o-.....: 0.34
SOME iio 100.98
Discussion de U'analyse I.
Oxygéne de la silice et de lacide titanique....oooommooomecooo > 26.237
> A A A A A A 8.480
e A E A 8.105
8.480 X 8.101
= 26.237 : 8.480 : 8.101 = 26.237 = 2.237
quotient de l'oxygéne.
Éléments. Quotients.
TAS AE O 22.643 = 0.8087
NASAL AU TO. 6.520 = 0.2230
ae 0.3492
ri O A A o E 6.510 = 0.1162
PM dedos das das coe sacan 5.554 = 0.0991
e 3.690 = 0.1537 > 0.4351
A A 7.295 = 0.1823
A A 2.233 = 0.0970
AA NA Al 17 00400) qn
AT RE AMADA 0.540 = 0.0112
IAS DALIA AN ON 0.445 = 0.0143
O ERUATTA ML. ines .. 42.821 = 2.6763
2 pibes 1.7605 somme des quotients __ -
1.7605 : 2.6763 = TOR dla ro 0897 quotient.
Le pyroxéne ' macroporphyrique, extrait, par triage, tres soigneu-
Py porphyriq Pp g 8
1 J'ai pris seulement les fragments plus purs et transparents.
25
sement á la loupe et séché a 200% C. m'a fourni les proportions sui-
vantes:
Densité 3.879 (á 18%C.)
Analyse IT.
a AN RARAS 45.33 = 24.176 e
A TS 1.20 = 0.480 ' o
LLOSA AA 6.94 = 323 .,,
Oxyde ferrique....o.ooooccoocoooo.m... AS PRA ! na
Oxyde ferreux (et manganeux). 3.11= 0.691 ,, ]
ESTE ones arman dos «bino alra jt 15.62= 6.248 $
A o coienal omncinoss 19.88: =7 25600... 6 » 13.183
ES AS E A AD |
ci dsc occ dl AS PESA ES
A ES 99.28
Discussion de l'analyse LI.
Oxygéne de la silice et de Placide titanique.....oooooooonono....o 24.656
a AS II 4.676
NS OO NdES atenta sncaldoss is data lima Dorso nisidena 13.183
w.. : A ys ABI A 8.18 0
= 24.656 :13.183:4.676 = E TOS 2.501
guotient de l'oxygene.
Éléments. Quotients.
A A 21.154 = 0.7555
"id e ple o E 0.720 = 0.0150 j 9-7705
e e IO 1 er 1 3.706 = 0.1350
da 0.1951
a cocaina dni 131685 M060T
MM. <=. 000 0=cuo rodeada 2.420 = 0.0432
a IR ensam 9:372:= 0.3905 + 0.7807
MA di 13.980 = 0.3470
Nes. ni 1.565 = 0.0680 )
A e o OS 0.481 = 0.0123 | iaa
is de 42.515 = 2.6200
Revista [1901].—4
26
Somme des quotients 1.8266 : 2.6200 quotient de l'oxygéne
ss Al = 0.697 quotient.
L'absence absolue du péridot et la quantité tout a fait insignifian-
te du fer titané dans cette roche ne lui impriment point un caractére
franchement doléritique, dont elle se rapproche cependant de prés par
sa constitution chimique. D'un autre cóté Pabondance de l'apatite et
de la hornblende, éléments essentiels en ce cas, lui donnent un type
particulier et spécifique. Par conséquent, il faut considérer cette roche,
doléritique d'aprés Papparence chimique et physique, mais dont la
constitution pétrographique conserve son propre caractére, comme
une modification particuliére du basalte. Il serait peut-étre permis
de la ranger dans la catégorie des basaltes á plagioclase et á amphibo-
le et a Pappeler spécielment d'aprés sa richesse en apatite Basalte do-
léritique a apatite.*
Breslau, Octobre 1885.
BIBLIOGRAFIA.
Action des médicaments. Lecons de Phamacologie et de
Thérapeutique professées a 1'Hópital St. Bartholomew par Sir
Lauder Brunton, Docteur en médecine, en sciences et en
droit de l'Université d'Edimbourg, Docteur en droit de ”Uni-
versité d'Aberdeen, Membre de la Société Royale de Londres,
Médecin de l'Hópital St. Bartholomew de Londres. Traduit de
Vanglais par E. Bouqué et J. F. Heymans, Professeurs a 1'Uni-
versité de Gand.—Paris, (E. Carré et C. Naud. 1901. 8? gr.
596 pages, 146 figs. 18 fr.
1 Doleritischer apatitreicher Plagioklasbasalt mit viel Hornblende.
27
Hé aquí una obra que es á la vez útil y agradable, en la que el au-
tor ha vaciado los datos que ha adquirido en su larga práctica.
Comprende treinta y cinco lecciones en las que se letalla el trata-
miento de las enfermedades, teniendo á la vista sus relaciones con la
fisiología y la patología.
En las seis primeras lecciones sucesivamente se estudian en gene-
ral el proceso vital, la acción de los medicamentos, condiciones que
modifican esa acción, absorción, eliminación, vías para administrar
los medicamentos, excreción, acumulación, acción según la dosis, do-
sis según la edad, secreción interna, venenos y contravenenos, toxinas
y antitoxinas, microbios, antizimasas, antisepsia, vías de entrada de los
microbios, fagocitosis, acción de los medicamentos sobre la sangre, in-
flamación, dolor, etc.
Ocúpase en las lecciones restantes de la acción de los medicamen-
tos sobre determinadas regiones del cuerpo ó en ciertas afecciones, y
así trata de su acción sobre los nervios, la médula espinal, el cerebro,
la conjuntiva, el corazón, los dientes, intestinos, órganos genitales y el
tratamiento de la fiebre, enfermedades cardiacas, asfixia, diarrea, etc.,
etc., terminando con el estudio especial de la acción de las diversas
clases de medicamentos.
Lecons de Géométrie élémentaire. Géométrie dans P'es-
pace par Jacques Hadamard, Professeur adjoint á la Facul-
té des Sciences de Paris, Professeur suppléant au College de
France. Paris, A. Colin. 1901. 8%, 582 pages, 661 figs., 10 fr.
El autor publica su libro con notables modificaciones en los méto-
dos que hasta ahora se han seguido en el estudio de tan importante
rama de la Matemática. Además de sus ideas y práctica especial en la
materia ha seguido las indicaciones del notable geómetra M. Darboux.
La obra, que es por cierto de las más completas, está llena de notas
que amplían y aclaran notablemente muchos puntos importantes y va
acompañada de numerosos ejercicios que dan á conocer nuevas solu-
ciones y la aplicación de todos los métodos expuestos ó que propor-
cionan complementos á las teorías tratadas.
”
28
Traité Médico-chirurgical des maladies du pharynx.
—Naso-pharynx. Oro-pharynx. Laryngo-pharynx. Par E.
Escat, Préface du Dr. Lubet-Barbon.—Paris. G. Carré et C.
Naud, Éditeurs. 1901. 8? gr. 576 pages, 150 figs. 16 fr. relié.
El autor, ventajosamente conocido por los especialistas, ha formado
su libro con el fruto de su enseñanza teórica y práctica de más de seis
años en la Facultad de Medicina de Tolosa.
Principia el autor por estudiar, con detalles de mucho interés la
anatomía y la fisiología clínicas especiales de la faringe y todo lo re-
lativo 4 su exploración. Viene en seguida el estudio de las diferentes
afecciones, como sigue:
ÁNGINAS AGUDAS: Anginas catarrales, vesiculares, pseudo-membra-
nosas y flegmonosas. Flegmón difuso perifaringiano. Gangrena de la
faringe.
Esranos CRÓNICOS DE LA FARINGE. Faringitis catarrales. Adenoiditis
crónicas hipertróficas.
AFECCIONES ESPECÍFICAS. Amigdalitis ulcero-membranosa. Sífilis. Tu-
berculosis. Lepra, etc.
Tumores, Tumores de la naso-faringe, del velo, de la amígdala pa-
latina, de la amígdala lingual y de la base de la lengua. Estrechamien-
tos. Varices.
Nevrorarias. Parálisis de la faringe. Espasmos: Anestesia. Nevro-
patías sensitivas.
HEMORRAGIAS Y HEMOSTASIA. Quemaduras. Cuerpos extraños. Vicios
de conformación.
SCIENTIA.
Paris. G. Carré et C. Naud. Editeurs. Uhaque volume: 2 fr.
Série Biologique n* 11.—L'évolution du pigment par le
Dr. G. Bohn, Agrégé des sciences naturelles, Préparateur á
la Sorbonne.—Février 1901.—96 pages.
Librito de especial atractivo, en el cual ha reunido el autor todos los
hechos conocidos en pro y en contra acerca de la recientísima hipóte-
2)
sis de los gránulos pigmentarios. Estos eran considerados antes como
simples precipitados químicos en el seno del protoplasma ó de la mem-
brana celular; en el día se supone que esos gránulos están constituí-
dos por una pequeña masa viviente, susceptible de producir en ciertas
condiciones la materia colorante del pigmento, es decir, constituyendo
un gránulo viviente eromógeno ó bacteria cromógena.
Trata las siguientes materias: Generalidades relativas á la vida y
evolución de la celdilla ó plastido. Constitución de los pigmentos con-
siderados como substancias químicas producidas por los gránulos pig-
mentarios. Los gránulos pigmentarios como productores de los pig-
mentos. Estudio biológico de las bacterias cromógenas, de los cloro-
leucitos y de los gránulos pigmentarios de los animales. Aparición de
los gránulos pigmentarios en los organismos animales. Migraciones,
infecciones y contagios pigmentarios. Modificaciones del pigmento en
los organismos. Virages, atenuaciones y exaltaciones pigmentarias.
Evolución del pigmento en los diversos grupos del reino animal. Ar-
monías pigmentarias. Conclusiones.
Série Physico-mathématique. N* 11.—Production et em-
ploi des courants alternatifs par L. Barbillion, Docteur
es Sciences.—Mai 1901.—103 pages, 42 figs.
En seis capítulos el autor desarrolla sucesivamente las materias si-
guientes: Repaso de algunas nociones teóricas relativas á la inducción
electro-magnética y á las máquinas de corriente continua.—Estudio
de una corriente alternativa.—Clasificación de las máquinas de induc-
ción. —Expresión del trabajo electro-magnético desarrollado en una
máquina de inducción.—Máquinas generadoras de corrientes alterna-
tivas.—Motores de corrientes alternativas. —Transformaciones de la
corriente.
Série Physico-mathématique. N* 12.—La Série de Taylor
et son prolongement analytique par Jacques Hada-
mard.—Mai 1901.—VIII-102 pages.
Principia el autor por insertar una bibliografía bastante completa
80
acerca de tan importante materia, y trata en seguida de los puntos que
expresamos: Propiedades fundamentales de las funciones analíticas.—
Naturaleza y dificultades del problema.—Métodos directos.—Series que
admiten el círculo de convergencia como línea singular.—Estudio de
las singularidades de naturaleza determinada.—Métodos de extensión.
—Las series de polinomios y el problema de M. Mittag-Leffler.—Mé:-
todos de transformación.— Aplicaciones de los prineipios generales del
cálculo funcional.—Generalizaciones diversas.—Aplicaciones.
ENCYCLOPÉDIE SCIENTIFIQUE DES AIDE-MEMOIRE.
Paris. Gauthier—Villars. Chaque volume: 2 fr. 50.
Moteurs synchrones 4 courants alternatifs par A,
Blondel, Ingénieur des Ponts et Chaussées, Professeur d'E-
lectricité A PÉcole nationale des Ponts et Chaussées.—1901,
194 pages, 71 fig. |
La materia está tratada en esta obrita de una manera completa, eo-
mo no se encuentra en ningún tratado ó memoria. El autor hace una
exposición á la vez histórica, teórica y práctica, examinando minucio-
samente en seis capítulos: las propiedades generales de los motores
sincronos, la teoría detallada de sus condiciones de funcionamiento,
los complementos de la teoría para los que deseen profundizarla aún
más, los procedimientos para la producción espontánea de oscilacio-
nes, loz métodos de ensayes, y en fin, los principios de los motores
sincronos sin exitación.
La teoría tratada por los métodos gráficos es enteramente original y
accesible á todos. Termina el tomito con una interesante reseña his-
tórica y una bibliografía detallada.
Galvanoplastie et galvanostégie par Ad. Minet, Ingé-
nieur-Chimiste, Directeur du Journal / Électro-Chimie.—1901.
—185 pages.
La obra está dividida en dos partes: la primera está consagrada á la
Galvanostegia ó depósito galvánico de un metal sobre otro, y á la Gal-
31
vanotipía ó depósito galvánico de un metal sobre un cuerpo aislador
transformado en buen conductor de la electricidad. La segunda parte
comprende la Galvanoplastia ó sea la reproducción de un objeto por
medio de un depósito metálico electrolítico, comprendiendo la Electro-
tipía ó reproducción de las formas tipográficas y de los grabados.
Nótase en este libro, como en todos los del autor, precisión, claridad
y numerosos documentos prácticos.
NECROLOGIA.
EL PROFESOR JOSÉ LE CONTE.
José Le Conte, Profesor de Geología é Historia Natural en la Uni-
versidad de California, murió el día 6 de Julio del corriente año á los
ochenta años de edad, en el Valle de Yosemite, California.
El Profesor Le Conte era un tipo de hombre distinguido por sus
vastos conocimientos en todos los ramos del saber humano, así como
por la claridad de su percepción que le permitía apreciar con detalle
muchos de esos ramos como verdadero especialista. '
Sus pensamientos originales y sus poderosas investigaciones están
perfectamente expresadas en la serie de publicaciones hechas en 1880
bajo el título de “Luz y exposición de las visiones monocular y bino-
cular;” en esta obra desarrolló sorprendentes teorías físicas y fisiológi-
cas que han permitido resolver importantes problemas en estas dos
ramas de las ciencias.
Sus elementos de Geología publicados en 1878 han proporcionado
á toda una generación de estudiantes, conocimientos expuestos con cla-
ridad y concisión. En sus obras “Religión y Ciencia,” se hizo notable
por haber desarrollado muchas de las verdades científicas que hasta
entonces habian quedado, si no ignoradas, por lo menos olvidadas.
El Profesor Le Conte era un hombre no sólo estimado por su agra-
dable personalidad, sino querido por todos aquellos que tuvieron opor-
tunidad de tratarlo personalmente. Nació el 26 de Febrero de 1823;
32
El Prof. José Le Conte.
estudió con Agassiz en la Universidad de Harvard, adquiriendo el gra-
do de Bachiller en Ciencias el año de 1851. En 1869 fué nombrado
profesor de Historia Natural en la Universidad de California, puesto
que ocupó hasta su muerte. La Universidad de Georgia le eonfirió el
grado de Doctor en Leyes el año de 1879.
Fué miembro de la Academia Nacional de Ciencias, de la Sociedad
Filosófica Americana y de otras muchas sociedades cientificas de su
país y del extranjero. La Sociedad Científica “Antonio Alzate,” de
México, lo nombró miembro honorario el día 6 de Junio de 1897.
elo : y
Y] É É
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e]
Soredad. Crentiica “Antonio Alzate.
MEXICO.
Revista Científica y Bibliográfica.
Núm. 3. 1901.
NOTE ON THE RELATIONSHIP
or
o
ROMEROLAGUS NELSONIÍ, MERRIAM.
[From a letter to Profesor A. L, Herrera].
Washington D. C., U. S. A.
Jan. 2, 1901.
I see in vol. XIV, nos. 9 £ 10, page 380 (1899-1900), of the Memo-
rias y Revista de la Sociedad Antonio Alzate, that you consider the
genus described by Dr. Merriam as Romerolagus to be nothing more
than a Lagomys. This statement has also 1 believe been made in seve-
ral other publications. In order to show that this view is incorrect and
that in reality Romerolagus is more closely related to Lepus than to
Lagomys 1 enclose photographs showing upper and under views of
the skulls of the three genera named.
Nos 1 and 2 ¡is the skull of Lepus floridanus mallurus, Thomas.
Bs» rs. . » Lagomys schistaceps, Merriam.
vv 913 » 5.» Romerolagus nelsoni, Merriam.
By a careful comparison you will notice that the supra orbital pro-
cesses, the palatal bridge and the incisive foramen are quite similar in
Revista [1901].—5
34
Lepus and Romerolagus and differ very considerable in these charac-
ters from Lagomys. The skeleton also furnishes characters which se-
parates Romerolagus from the Lepus and Lagomys.
E. W. NeELson.
Nora.—Pueden consultarse los fundamentos de mi humilde opinión
en el artículo especial titulado Notas críticas acerca del Romeralagus
Nelsoni, en La NaruraLeza; Serie 2”, t. III, p. 34. (A. L. H).
íl———
-
NOTE SUR LA CHRYSOCOLE DE LA CALIFORNIRE,
Par M. Eb. JANNETTAZ.
(Extrait du Bull. de la Soc. Fr. de Min. 1886 )
Notre collégue, M. Mirabaud, a donné au Muséum d'histoire natu-
relle des échantillons de minerais de cuivre, provenant de la mine de
Boleo, Basse Californie.
J'en ai commencé lP'étude sur la demande de M. Des Cloizeaux.
Le principal de ces minerais consiste en hydrosilicate de cuivre. Il
est accompagné d'un sulfure du méme métal mélé d'oxyde de manga-
nése, qui donne lieu á un dégagement intense de chlore, lorsqu'on le
traite par Vacide chlorhydrique. Je m'occuperai aujourd*hui du silica-
te, qui se présente sous la forme de chrysocole intimement mélangée
en proportions variables, tantót á de l'opale et tantót a du quartz.
19 Opale sans minerai. Dans certaines parties, l'opale est pure, sans
action sur la lumiére polarisée; elle contient 13 pour 100 d'eau;
2” Opale avec chrysocole. Sitót que l'opale est mélée de minerai, la
teneur en eau est beaucoup plus considérable. Une partie riche a four-
ni a analyse les résultats suivants:
A A 49.1
A AAA 30.4
A A NA 18.0
Sesquioxyde de fer -..:..comcoossacno»» PA 1.2
Gitorare delmuixreo dis alada 0.9
AAA A IS A 0.5
100.1
Si la chrysocole doit avoir pour formule CuO, SiO? + 2H?0, on
arrive a : 34.23 de silice, 45.23 d'oxyde de cuivre et 20.54 d'eau, soit
0.6 d'eau pour 1 de silice. L'oxyde de.cuivre de l'analyse ci-dessus
exige 23.01 de silice, ce qui laisse 26.09 de la méme matiére a lPétat
d'opale; et celle—ci doit contenir 26.09 X 0.13 = 3.39 en eau. La chry-
socole retiendrait donc 18.5 — 3.39 = 15.11 en eau, ou 0.58 d'eau pour
1 de silice. e
Cette matiére d'un beau bleu de turquoise a l'aspect un peu céroide,
la cassure inégale; elle se casse facilement, elle a une dureté d'envi-
ron 5, supérieure á celle du calcaire; mais elle est rayée par l'acier; la
densité en est de 2.272; au chalumeau, elle colore la flamme d'une
lueur bleue fugitive, puis en vert et devient rouge brique au feu réduc-
teur; infusible en masse, elle se hérisse néanmoins, gá et lá de globu.
les noirs á une température qui n'est pas tres élevée.
Elle est décolorée par une longue digestion dans le carbonate d'am-
moniaque qui se colore en bleu céleste; elle abandonne á 1*acide
chlorhydrique et á l'eau régale toutes ses bases.
Au microscope, en lumiére polarisée, paralléle, on distingue facile-
ment l'opale qui reste complétement inactive de la chrysocole qui ap-
paraít avec une structure franchement sphérolithique, en fibres, irisées
de vives couleurs, divergeant du centre vers la surface de couches em.-
boitées les unes dans les autres.
Ces fibrilles, quand on peut les observer isolément, surtout avec la
lentille á immersion, s'éteignent paralléelement á leur longueur. En
étudiant la maniére dont un mica + d'onde fait monter le ton des cou-
leurs sur les bords dans le spectre,de premier ordre, on voit que les
36
fibres doivent étre optiquement négatives. Enfin au milieu de Popale
apparaissent quelques croix noires qui proviennent probablement de
cette matiére.
Les chrysocoles du Chili et de Sibérie, comme je m'en suis assuré,
offrent les mémes caractéres optiques. Ce serait aussi ceux de la diop-
tase regardée perpendiculairment a son axe.
La seconde gangue de la chrysocole de Californie est un quartzite,
qui ne contient guére plus de 14 4 15 pour 100 de mineral.
J'ai obtenu 87.6 de silice insoluble dans les acides et dans la lessive
bouillante de potasse et de carbonate de soude: 3.4 de silice soluble
dans les lessives alcalines, 4.5 d'oxyde de cuivre et 4 d'eau avec tra-
ces d'oxyde de fer.
Cette roche d'un vert clair est assez tenace; elle a une cassure un
peu conchoidale et esquilleuse; elle a pour densité 2.75; elle est com-
pletement infusible au chalumeau, oú elle devient rougeátre.
Au microscope, la vive action du quartz empéche d'apercevoir net-
tement celle de la chrysocole; mais ce qu'on en voit suffit pour con-
vaincre que celle-ci est bien réellement le méme minerai que celui
qui a Popale pour gangue. Quant au quartz lui-méme, il se comporte
comme le cristal de roche ordinaire; on y discerne cependant une trés
petite quantité d'opale.
NECROLOGIA.
EL DR. CARLOS ANTONIO SCHOTT.
Con la muerte de Carlos Antonio Schott, Asistente del Coast and
Geodetic Survey, de Washington, acaecida el 11 de Julio del año ac-
tual, se ha perdido una vida útil y un hombre notable.
Nació el Profesor Schott en Mannhein, Baden, Alemania, el día 7
de Agosto de 1826 y comenzó sus estudios siendo muy niño, habien-
do aprendido á leer antes de cumplir cuatro años y desde esa edad, se
puede decir, que comenzó á trabajar. Fué graduado en la Escuela Po-
El Dr. Carlos Antonio Schott.
litécnica de Carlsruhe el año de 1847 y el año de 1848 pasó á los Es-
tados Unidos, entrando desde luego al servicio del Coast and (Geode-
tic Survey, comenzando entonces su vida de trabajo entusiasta y de
progreso en las ciencias. Al ingresar el Profesor Schott al Coast and
Geodetic Survey fué inmediatamente agregado á la División de Com-
paraciones, en la cual permaneció hasta Octubre de 1849 que fué de-
signado como dibujante hidrográfico en las exploraciones del vapor
“Walker.” En Julio de 1850 volvió al Departamento de Comparacio-
38
nes y en Julio 12 de 1852 fué nombrado Comparador de dicho depar-
tamento, en el cual, de tiempo en tiempo, sustituyó al jefe en sus au-
sencias temporales, hasta que definitivamente fué nombrado jefe, en
1855, de dicho departamento, que es el de mayor importancia en el
Coast Survey. En 1856 fué ascendido á Asistente, que es el más alto
puesto después del de Superintendente.
En el departamento de comparaciones son discutidos y confrontados
los datos originales tomados en el campo, y una vez que en esa sec-
sión se arreglan se dan para su publicación y para servir de funda-
mento á los demás trabajos del Coast Survey; se presentaba, pues, al
Profesor Schott una brillante oportunidad para aplicar su laboriosidad
é inteligencia, y supo aprovecharla en toda su extensión, pues desde
entonces la mayor parte de las memorias publicadas por el Coast Sur-
vey contienen trabajos útiles y notables de Schott.
De tiempo en tiempo fueron interrumpidas las labores del Profesor
Schott para desempeñar comisiones especiales que siempre llenó con
eficacia. En 1855 se le encomendaron los trabajos magnéticos en los
cuales tanto sobresalió después. En 1863, durante la época de peligro
nacional, fué agregado á los trabajos de reconocimientos para las obras
de defensa de Washignton. En 1869 fué comisionado para observar
en Illinois el eclipse total de Sol de ese año, y en 1870 fué á Sicilia
para observar otro eclipse de Sol.
El Profesor Schott continuó desempeñando el cargo de Asistente en
el Departamento de Comparaciones hasta Diciembre de 1899, y en
1900 fué designado para hacer la discusión de las medidas del arco
geodésico que resulta en los Estados Unidos de las triangulaciones he-
chas por el Coast and Geodetic Survey.
Sería impracticable hacer un resumen de los trabajos del Profesor
Schott.
En 1898 el Profesor Schott asistió á la Conferencia Internacional
sobre magnetismo que tuvo lugar en Bristol, Inglaterra. Allí tomó
parte muy activa en las discusiones, y por su iniciativa se estableció
en las Islas Hawaii un Observatorio permanente para efectuar series de
observaciones magnéticas.
39
Más tarde la Academia de Ciencias de Paris le otorgó el Premio
Wilde, establecido por Henry Wilde, científico inglés que dió á esa
Academia una cantidad con la cual anualmente se debe premiar, sin
distinción de nacionalidades, á la persona que, en el concepto de la
misma, hubiere hecho los descubrimientos ó publicaciones de mayor
importancia en Astronomía, Física, Química, Mineralogía, Geología ó
Mecánica experimental.
De acuerdo con la voluntad del donante al conceder por primera
vez el premio Wilde, se dió al Profesor Schott en 1898. Hé aquí el
extracto de la acta de la Academia en la. cual se concedió el premio:
“En la sesión del 12 de Julio de 1897 fué presentado por M. H.
Wilde á la Academia de Ciencias, bajo el nombre de Magnetarium,
un aparato notable que actualmente se exhibe en el Conservatorio de
Artes y Oficios, y el cual permite la reproducción, sobre la superficie
de una esfera, de los elementos del magnetismo terrestre y de sus va-
riaciones seculares.
La Comisión ha decidido que para rendir homenaje al inventor de
esa gran obra sería de desearse que por primera vez se conceda el pre-
mio Wilde á las investigaciones de magnetismo terrestre.
Desde 1869 los Informes anuales del Coast and (Geodetic Survey
contienen casi cada año memorias de grande interés por el Profesor
Schott acerca de la determinación de los elementos del magnetismo
terrestre en los observatorios fijos de los Estados Unidos y en un gran
número de estaciones temporales. La extensa obra llevada á cabo por
el Profesor Schott no puede reasumirse en pocas palabras. Se encuen-
tran en esas memorias una explicación de los métodos empleados en
los observatorios y durante los viajes; una relación de los resultados
obtenidos desde las primeras observaciones hechas en el Continente
Americano, y de un gran número de estaciones foráneas; una discu-
sión completa de las lecturas de las variaciones en ciertos observato-
rios con el estudio de los cambios diurnos en los distintos meses del
año, la influencia lunar y perturbaciones, y finalmente, un gran núme-
ro de observaciones en estaciones aisladas; este trabajo permite el es-
tablecimiento de la distribución magnética en Norte América. El total
40
de este trabajo proporciona una de las más importantes contribuciones
de la historia del magnetismo terrestre, y la Comisión está unánime en
conceder el premio de Henry Wilde al Sr. Dr. Carlos A. Schott.” (Co-
misión: MM. Sarrau, Bertrand, Berthelot, Michel-Lévy y Mascart.)'
De “El Public Press” (Febrero 4 de 1899) tomamos lo siguiente:
“Un episodio interesante tuvo lugar en la Casa Blanca hoy en la -
tarde á las 4, cuando en presencia del Secretario de la Tesorería, del
Superintendente del Coast and Geodetic Survey y veinticinco colegas
de Mr. Schott, el Presidente entregó á Mr. Charles A. Schott el pre-
mio que recientemente le fué concedido por la Academia de Ciencias
de Paris. Después de que los miembros del Coast Survey fueron in-
troducidos á la presencia del Presidente, éste entregó á Mr. Schott el
premio concedido, consistente en un diploma y 4,000 francos. Al di-
rigirse el Presidente á Mr. Schott, entre otras cosas le dijo:
“Felicito á vd., á la ciencia americana y al Coast Survey, de donde
es vd. miembro, por haber sido elegido entre todo el mundo para re-
cibir este gran honor.”
El Profesor Schott fué estimado en todas partes y fué miembro de
las principales sociedades cientificas del globo; entre otras recordamos
las siguientes: Fundador de la Sociedad Filosófica de Washington
(1871). Academia Nacional de Ciencias (1872). Asociación Ameri-
cana para el adelanto de las ciencias (1874). Sociedad Científica “An-
tonio Alzate” (Marzo 1” de 1896), Academia de Ciencias de Wash-
ington (1898). Además fué miembro de otras muchas asociaciones
científicas. ,
La gran lista de las publicaciones del Profesor Schott es uno de los
testimonios de la dedicación que lo honran como uno de los más de-
dicados al servicio de los adelantos de los conocimientos humanos.
1 C,R.deJ'Ac. des Sc. t. 127, 1898, p, 1097,
41
El Dr. José Agustín Domínguez.— Febrero 4 de 1901.
Nació en Oaxaca el 5 de Mayo de 1836, siendo hijo de D. José Ma-
riano Domínguez, pariente cercano del Sr. Corregidor de Querétaro
Lic. D. Miguel Domínguez, héroe de la Independencia nacional. Hizo
sus primeros estudios en el Colegio Seminario de esa ciudad y luego
en el Instituto del Estado. En ambos establecimientos tuvo varios ac-
tos públicos de filosofía y ciencias médicas; y varios años antes de re-
cibirse estuvo al frente del Hospital de Belem como jefe interino y
practicante mayor, siendo director el Sr. Dr. D. Antonio Salinas; igual-
mente, y siendo aún estudiante, desempeñó la cátedra de francés del
Instituto. Se recibió de profesor en Medicina y Cirugía el mes de Ma-
yo de 1862, cuyo titulo fué expedido el 31 de dicho mes por el Sr.
Lic. Ramón Cajiga, entonces Gobernador Constitucional del Estado.
Fué en seguida el fundador del actual Hospital General situado en el
ex—convento de San Francisco y ya como director ó como subdirector
Revista [1901).—6
42
de él, estuvo á su frente hasta por el año de 76 6 78. Durante este
periodo fué varias veces catedrático de Clínica en dicho hospital y de
Física en el Instituto, así como también varias veces diputado á la Le-
gislatura del Estado. Durante la guerra de Reforma y la Intervención
prestó sus servicios médico-militares, ya como jefe del hospital ya co-
mo comisionado del Gobierno fuera de la capital, aunque sin salir del
Estado. En el año de 1882 obtuvo por oposición la cátedra de Física
en el Instituto del Estado y fué con el Sr. General D. Porfirio Díaz,
entonces Gobernador del Estado, fundador del Observatorio Meteoro-
lógico, cuya dirección, así como el profesorado de Física, sirvió hasta
verse imposibilitado por agravación de su enfermedad en los primeros
días de Enero del presente año. En los años de 1892 á 1896 fué dipu-
tado al Congreso Federal, siéndolo desde 1897 hasta su muerte al Con-
greso del Estado. Desde muy joven se dedicó al estudio de las cien-
cias físicas y exactas, así como á diversos ramos de ingeniería, tenien-
do en ésta conocimientos suficientes para que, no obstante carecer del
título de ingeniero, el Gobierno y la Dirección General de Instrucción
Pública le nombraran sinodal en los exámenes tanto periciales como
profesionales de algunos ingenieros. Fué, además, miembro corres-
ponsal de la Sociedad de Historia Natural y de la Sociedad “Alzate,”
así como de varias Sociedades Médicas, ya de esta ciudad ya de otras
localidades. Poco afecto á escribir, sólo dejó una “Memoria sobre diez
años de observaciones meteorológicas en Oaxaca” y los diversos artí-
culos publicados en el Boletín del Observatorio y en otros periódicos
científicos. Dejó inéditos, aunque sin concluir: “Un tratado elemental
de Mecánica,” “Un tratado de Meteorología,” “Una serie de lecciones
experimentales de Física,” y “Un tratado de problemas y estudios as-
tronómicos,” cuya resolución está adaptada á la comprensión de per-
sonas poco instruídas en matemáticas y que no tengan medios para
usar de los aparatos científicos.
43
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
Exero 6 DE 1901.
Presidencia de los Sres. Ings. Ezequiel Ordóñez y Joaquín de Mendizábal y
Tamborrel.
El Sr. Ordóñez, Presidente saliente, da las gracias por el cargo que
la Sociedad le confirió durante el año, felicitándola por sus incesantes
progresos y principalmente por el éxito alcanzado por el primer Con-
greso Meteorológico, verificado por su iniciativa el mes de Noviembre
del año próximo pasado, haciendo resaltar la laboriosidad y eficacia
de los Secretarios. A continuación invita al Sr. Mendizábal y Tambo-
rrel, quien debe ocupar la presidencia de la primera sesión de cada
año conforme á un acuerdo de la Sociedad.
Se procedió en seguida al escrutinio de los votos para las eleccio-
nes de la Junta Directiva, y resultaron electos los siguientes:
PresipeNTE:—Prof. A. L. Herrera.
VicEPRESIDENTE.—Dr. Ricardo E. Cicero.
SECRETARIO ANUAL. —El subscrito.
ProsecreTaRIO.—Prof. Luis G. León.
Trarajos.—Prof. A. L. Herrera. Las imitaciones del protoplasma
(continuación).
Dr. N. León. Ensayo de clasificación de las familias lingiísticas de
México. (Memorias, XV, p. 275).
Prof. L. G. León. Los elementos meteorológicos en el año de 1900.
(Memorias, XV, p. 229).
Prof. M. Lozano y Castro. La adulteración de las harinas de trigo
con harinas de otros cereales y leguminosas. (Memorias, XVI, p. 91).
M. Moreno y Anda. Observaciones geo-termométricas en Tacubaya.
Dr. M. Uribe Troncoso. La higiene de la vista en las escuelas y la
corrección óptica. (Memorias, XV, p. 159).
44
NomBRAMIENTOS.—Socios de número:
InG. MANUEL DE ÁNDA.
Inc. FenegrICO ATRISTAIN.
Ina. BasiLiso Romo.
Pror. FeLiPE SIERRA.
Socios correspondientes:
Dr. Manuei Vercara, Puebla.
Francisco DE P. Tenorio, Puebla.
PostuLación.—Para socio de número: Ing. Leopoldo Salazar.
FEBRERO 27 DE 1901.
Sesión en honor del Sr. Prof. D. Alfonso Herrera, Presidente honorario perpetuo de la
Sociedad, fallecido en Cuautla el 27 de Enero.
(Véase Memorias, tomo XV, págs. 334 á 360.
Marzo 10 pe 1901.
Presidencia del Sr. Prof. D. Alfonso L. Herrera.
NecroLoaía.—El Secretario perpetuo dió cuenta con el fallecimien-
to del Sr. Dr. D. José Agustin Dominguez, socio correspondiente en
Oaxaca, acaecido el 4 de Febrero próximo pasado; del Dr. D. Valen-
tin Balbín, socio honorario en Buenos Aires, muerto el 18 de Enero
del propio año, y del eminente matemático Carlos Hermite, socio ho-
norario en Paris, fallecido el 14 del mismo mes.
Trabasos.—J. M. de la Fuente. El Monolito de Huitzuco (Iguala,
Guerrero). (Memorias, XV, p. 225).
Prof. A. L. Herrera. Las imitaciones del protoplasma. (Continua-
ción).
45
Prof. M. Leal. Un péndulo seismográfico adaptado á las decisiones
del Congreso Meteorológico.
Prof. L. G. León. Varios experimentos de neumática.
El Sr. socio Felipe Sierra hizo una exposición de sus trabajos rela-
tivos á la fotografía de los colores y presentó varias pruebas de los re-
sultados que hasta ahora ha obtenido.
NomBraMIENTOS.—Socio de número:
LeopPoLDO SaLazar, Ingeniero de Minas.
Socios correspondientes:
Pror. Ramón Roprícuez, Querétaro.
TENIENTE CORONEL DE INGENIEROS, JuaN DURÁN Lorica, Toledo
(España).
Caprrán DE ÍxcenIEROS, RoDoLFO GUIMARAES, Lisboa (Portugal).
El Secretario anual,
Francisco M. RoDRÍGUEZ.
BIBLIOGRAFIA.
Compendio de la Historia General de México, desde
los tiempos prehistóricos hasta el año de 1900, escrito por el
Dr. Nicolás León, Conservador de la Sección de Antropolo-
gía y Etnografía del Museo Nacional.—México, Herrero her-
manos, editores.—1901, 82, 576 págs.
Este interesante libro reune las noticias más bien depuradas acerca
de la Historia mexicana, sin preocupaciones de ninguna especie. Com-
prende las cuatro partes siguientes:
1% Prehistórica: todo lo que se sabe tocante a la formación y evolu-
ción del suelo de México; aparición del hombre en él y su origen.
2 Protohistórica, Tradicional y Precolombiana: desarrolla en ca-
torce capítulos lo referente á la raza primitiva ó aborígena y las tradi-
cjones de los Mayas, Nahuas, Tarascos, Zapotecas, Huaxtecas, Mijes,
Dr. N. León.
Matlalzincas y demás tribus que poblaron el territorio mexicano antes
del descubrimiento.
3" Histórica y Post-Cortesiana: expone en veinticinco capítulos la
historia del descubrimiento de América, la Conquista de México, Go-
bierno Colonial, Insurrección € Independencia.
4% Moderna y Contemporánea: relata en diez y seis capítulos la his-
toria de México independiente, sus revueltas políticas y establecimien-
to de la paz.
Cada una de estas partes tiene una corta bibliografía donde se citan
los más importantes documentos consultados. Muchas de las ilustra-
ciones están tomadas de códices inéditos de gran valor histórico.
Creemos que la obra de nuestro ilustrado consocio no sólo podrá
servir de texto, sino también de ayuda-memoria á los viajeros y afi-
cionados.
Cours de Physique Mathématique de la Faculté des
Sciences. —THkortE ANALYTIQUE DE LA CHALEUR mise en har-
47
M. J. Boussinesq.
monie avec la Thermodynamique et avec la Théorie Mécani-
que de la lumiere, par J, Boussinesq, Membre de ''Institut,
Professeur á la Faculté des Sciences de l'Universilé de Paris.
Tome I, Problemes généraux.—Paris, Gauthier— Villars. 1901.
82 gr. xXxv—338 pages. 10 fr.
Esta obra está escrita después de una larga práctica de enseñanza
en la Sorbona y es sin duda la primera en su género.
Las veinte lecciones que forman el primer tomo publicado desarro-
llan de una manera concreta, á la vez geométrica y física, las cuestio-
nes siguientes:
48
[. Objeto de la teoría analítica del calor; necesidad de basarla en el
hecho de que el calor es energía y no materia.—Il. Aplicación del
principio de la energía á un sólido que se calienta ó se enfría: defini-
ción dinámica de los calores sensible, potencial, total y de los flujos
de calor.—III. Del calor considerado en el estado de movimiento on-
dulatorio continuo, en ei éter de los espacios interplanetarios.—IV. Pro-
pagación de las ondulaciones caloríficas en el interior de cuerpos dia-
térmanos.-—V. De la agitación calorífica, tal como nace en los cuerpos
atérmanos, del acortamiento casi infinito de las ondas del éter.—VI.
Grado de la agitación calorífica valuada por las dilataciones que pro-
duce. Noción de temperatura.—VII. Estudio de los flujos de calor; su
reducción para todos los elementos planos de una partícula, á una co-
rriente única que la atraviesa.—VIII. Los flujos de calor, funciones de
la rapidez de las caídas de temperatura entre puntos cercanos.—IX.
Potencial de los flujos en una partícula simétrica y construcción de
las corrientes de calor en una partícula cualquiera.—X. Otras cons-
trucciones relativasá la conductibilidad y aplicaciones á las barras, á las
placas y á los cuerpos cristalizados.—XI. Ecuaciones que rigen las va-
riaciones que experimenta de un instante á otro la temperatura en los
diversos puntos de un cuerpo ó de un sistema de cuerpos. —X1I. De-
terminación completa de las temperaturas sucesivas por las ecuacio-
nes ó condiciones precedentes; casos simples del enfriamiento y de las
temperaturas estacionarias; propiedades del elipsoide principal en un
medio homogéneo.—XIIL Reducción del problema general del calen-
tamiento á las dos cuestiones del enfriamiento simple y de las tempe-
raturas estacionarias; caso particular de un calentamiento periódico.
—XIV. Aplicación de la teoría anterior al suelo terrestre.—XV. Pro-
blema general del enfriamiento; estudio del caso en que hay un po-
tencial de los flujos de calor.—XVI Método de eliminación de Fou-
rier; estado penúltimo del enfriamiento.—XVII. Aplicación á la armi-
lla: temperaturas estacionarias y enfriamiento de este cuerpo. —XVIIL
Enfriamientos comparados de la esfera y del cubo.—XIX. Estudio
más completo de la esfera: problema del enfriamiento del cilindro circu-
lar.—XX. Ojeada sobre el problema del enfriamiento de los cuerpos
de contextura no simétrica; aplicaciones y analogías diversas.
oeredad Cientilica “Antonio Alzate
MEXICO.
Revista Científica y Bibliográfica.
Núm. 4. 1901.
LA FUNDACIÓN EN MÉXICO
DE UNA
ESCUELA NORMAL SUPERIOR Y DE PERFECCIONAMIENTO.
Gracias al prestigio alcanzado por la Sociedad “Alzate” y á las ges-
tiones de su actual Junta Directiva, el Sr. Lic. D. Justo Sierra, Subse-
cretario de Instrucción Pública se sirvió dar privadamente á nuestra
Sociedad la comisión de estudiar las bases generales para el estable-
cimiento en México de una Escuela Normal Superior y de perfeccio-
namiento.
A fin de dar el debido cumplimiento á esta honrosa encomienda se
han celebrado juntas especiales para ocuparse del asunto, recopilán-
dose los reglamentos, informes, presupuestos, etc., de las instituciones
análogas del extranjero. NO
Comenzamos á publicar el resumen de los trabajos que hasta la fe-
cha se han hecho y que han sido entregados al Señor Subsecretario de
“Instrucción Pública, así como una colección de obras de las principa-
les Universidades é Institutos superiores de los Estados Unidos que la
Sociedad obtuvo por intermedio de los Dres. Howard y Halsted.
Revista [1901].—7
50
Proyecto de creación de la Escuela Normal Superior de Mé-
xico, presentado al Señor Subsecretario de Instrucción Pú-
blica.
OBJETO DE LA ESCUELA.
1. Formar profesores de Instrucción secundaria y superior y culti-
var las ciencias y las humanidades.
2. Dar nombre y gloria al país y al Gobierno.
3. Proporcionar á los diversos Ministerios y autoridades adminis-
trativas de los Estados los especialistas necesarios y los profesores pa-
ra la enseñanza secundaria y superior.
4. Proteger á los sabios, inventores y hombres de estudio en gene-
ral, facilitándoles laboratorios, bibliotecas, imprenta, etc., recompen-
sándoles debidamente y asegurándoles en ciertos casos su porvenir y
el de sus familias.
5. Pensionar en el extranjero á las personas que lo merezcan.
6. Proporcionar al Gobierno los representantes necesarios para los
Congresos científicos extranjeros.
ORGANIZACIÓN GENERAL.
1. Se dividirá en cuatro secciones ó departamentos:
Ciencias matemáticas.
Ciencias físicas y químicas.
Ciencias naturales.
Humanidades y Ciencias sociales.
2. El Rector nato de la Escuela será el Subsecretario de Instrucción
Pública, teniendo cada una de las secciones un director, dependencias
y recursos especiales. r
3. Los trabajos de las cuatro secciones se sujetarán á un plan gene-
ral de dirección, de unidad y de coordinación.
4. Los medios principales de que se ha de valer la Escuela serán:
a) Cursos especiales y de perfeccionamiento y conferencias públi-
cas por profesores nacionales ó extranjeros.
51
b) Publicaciones.
c) Congresos.
d) Protección de las investigaciones originales.
e) Laboratorios, museos y exposiciones especiales.
f) Concursos y premios.
y) Bibliotecas, bibliografía.
h) Pensiones á ciertos profesores y alumnos en el país ó en el ex-
tranjero.
1) Clases de biografía é historia de las ciencias y humanidades, de-
dicándose particularmente los profesores á despertar en los
alumnos la emulación y el amor vehemente á las investigacio-
nes y los progresos intelectuales.
5. Para asegurar el cumplimiento de los deberes del personal de la
Escuela, los nombramientos serán de interinos para los plazos de 3 y
5 años sucesivamente, al fin de los cuales se ratificará ó no el nom-
bramiento, según los méritos adquiridos.
México, Septiembre 12 de 1901.
CIRCULAR DIRIGIDA Á LOS SOCIOS.
Sociedad Científica “Antonio Alzate.”—México.—Gracias al presti-
gio que esta Sociedad ha adquirido ante el Gobierno y á las gestiones
de la Junta Directiva, el C. Subsecretario de Instrucción Pública se ha
servido confiarle privadamente la comisión de estudiar todo lo relati-
vo á la organización, dirección, presupuestos, etc., de una Escuela Nor-
mal Superior, á fin de que el año próximo se procure llevar á la prác-
tica el proyecto de establecer en México un Instituto destinado á la
formación de profesores de instrucción secundaria y superior, y en ge-
neral á la protección de los especialistas € investigadores. Lo que me
honro en participar á vd., no dudando que se dignará cooperar con su
valiosa ayuda en los diversos ramos que este proyecto comprende, en
52
la inteligencia de que con el objeto indicado se verificarán juntas espe-
ciales en el local de la Sociedad el segundo y último miércoles de cada
mes á las 5 p.m., 4 las cuales le suplico se sirva concurrir, ó remitir
las notas y datos que juzgue referentes al importante asunto mencio-
nado.—Reitero á vd. mi particular consideración.—México, Octubre 16
de 1901.—El Secretario perpetuo, R. Aguilar y Santillán.
ESCUELA NORMAL SUPERIOR.
DivisióN GENERAL DE LOS ESTUDIOS.
Primera sección. —Ciencias matemáticas.
Segunda ,, cds físicas y químicas.
Tercera a. » naturales. .
Cuarta > a económicas y sociales y Humanidades.
PRIMERA SECCIÓN. CIENCIAS MATEMÁTICAS.
E XOICHDICA: Preparadores.
a). Matemáticas pUTAS.....oooconocnoncccnnonanancnonnos a!
b). Astronomía y Geodesia...oocoroooccocnococinno ro: 2 !
Cc). Mecánica racional y aplicada. .........o.o.o=oo.... "2 1
SEGUNDA SECCIÓN. CIENCIAS FÍSICAS Y QUÍMICAS.
PA A rn 1 ht
b). Química inorgánica y OrgániCA...oococonocommm.. Z 1
c). Meteorología y fisica del globo.........o.oooooo. 1 1
TERCERA SECCIÓN. CIENCIAS NATURALES.
a). Mineralogía y Geologla....oocooccoonococomonoc... 2 1
a A A 11 6
Profesores. — Preparadores
A A A A 11 6
b). Biología (Zoología, Botánica, Fisiología, Ana-
tomía, Microbiología general y Zimotec-
AN EA A A 5 1
AA E Di 1 1
CUARTA SECCIÓN. CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
y HUMANIDADES.
aj Pedagogía, superior»... decidida sao dl a. 1
b). Geografía universal y de MéÉXiCO....o.ocoonoooco.. 2
dflstoria y Biografía... is E: 2
d). Economía política y EstadístiCa........o.o.om.o.. 1
e). Literatura y LingúlístiCa......ooooomoommomconos*.mios 2
ERE A 1
9) Historia de las cienciaS....o.:coooocodaanionaness 1
TOVAR ALE AAQIDAA 27 11
PROYECTO DE PRESUPUESTO.
3 Directores de secciones que se elegirán entre los profe-
sores respectivos (Sobresueldo anual: $ 1,200)........$ 3,600
3 Secretarios de secciones elegidos entre los preparadores
Sobresueldo anual $ 800 cada UNO....occoccrcccoronooo.. 2,400
1 Tesorero (preparador), Sobresueldo anual................ 1,000
1 Bibliotecario (preparador), Sobresueldo anual........... 600
1 Ayudante (alumno), Sobresueldo anual.......oomooomo... 300
4 Escribientes (alumnos), Sobresueldo anual $ EC E 1,200
A Consergerprelecto Isaias 6 dy a 600
AA VUCÍI m.os senvantos ONO ea daona aos 9,700
Deldameétalisis indio)
10 Mozos á $ 360 anuales Cada UNO... .ocooononnorncnncnnnonos
15 Profesores (Astronomía, Geodesia, Mecánica, Física,
Química, Meteorología, Física del globo, Mineralogía,
Geología, Zoología, Botánica, Fisiología, Anatomía,
Microbiología y Zimotecnia) á $ 4,000 cada uno......
12 Profesores (Matemáticas puras, Antropología, Pedago-
gía, Geografía, Historia “y Biografía, Economía polí-
tica y Estadistica, Literatura, Lingúística, Filosofía é
Historia de las ciencias), á $ 3,000 cada UNO......o.o..
11 Preparadores á $ 3,000 cada UNO....ooooroonoconioconcncnss
10 Especialistas á $ 4,000 cada UNO....ooocoroco ooonoororenns
75 Alumnos 4 $ 1,200 cadafuno:..ó ui dd
Gastos generales para las clases, biblioteca, escritorio, ex-
cursiones, alumbrado, laboratorios, €lC.......mooccccoo..
9,700
3,600
60,000
36,000
33,000
40,000
90,000
30,000
$ 302,300
Notas. —Los Directores serán electos entre los profesores de las tres
primeras secciones y se relevarán cada cierto número de años. Los
demás empleados serán permanentes.
México, Noviembre de 1901.
A. L. HERRERA. A. J. CARBAJAL.
G. Torres QUINTERO. J. Duque DE EsTRAD?.
R. AquiLarR Y SANTILLÁN,
Secretario.
55
BIBLIOGRAFIA.
—_—_—
Recherches sur l'emploi des explosifs en présence du
grisou dans les principaux pays miniers de Europe par H,
Schmerber, Ingénieur des Arts eti¡Manufactures. Préface de
M. E. Sarrau, Inspecteur général des Poudres et Salpétres,
Membre de l'Institut. Extrait du Génie Civil. Paris, Ch. Bé-
ranger. 1900. 8%, 192 pages, 83 figs. 7 fr. 50.
Presenta el autor en su libro el conjunto de las investigaciones que
se han hecho, principalmente en Francia, Alemania, Inglaterra y Bél-
gita, para obtener la seguridad del empleo de explosivos en las minas,
sobre todo en las que se produce el grisou.
De unos treinta años á la fecha, el estudio de los explosivos ha ad-
quirido una importancia considerable, y los progresos realizados gracias
á trabajos teóricos y prácticos, han constituído ya una nueva ciencia en
la que intervienen á la vez la Mecánica, la Física y la Química. De las
dos grandes aplicaciones que se han hecho de los explosivos, las rela-
tivas al Arte de la Guerra y las concernientes á las Minas, son de un
interés más general estas últimas.
Después de una noticia histórica, relata el autor los estudios y tra-
bajos acerca de los explosivos y el grisou hechos en Francia, Alema-
nia, Inglaterra, Austria y Bélgica; en seguida da el resumen del estado
actual de la cuestión en los diversos países mineros, el análisis de los
últimos trabajos y bibliografía.
Matiére médicale zoologique. Histoire des drogues d'ori-
gine animale par H. Beauregard, Professeur a l'École supé-
rieure de Pharmacie de Paris, Aucien Assistant de la Chaire
d'Anatomie comparée au Muséum d Histoire Naturelle, Mem-
56
bre de la Société de Biologie. Revisé par M. Coutiére, Pro-
fesseur agrégé chargé de Cours á École de Pharmacie. Avec
Préface de M. D'Arsonval, Professeur au Collége de France,
Membre de l'Institut.—Paris, C. Naud, Éditeur. 1901. 80 gr.
XXxI-396 pages, 145 figs. et 5 pl. en couleur. 12 fr.
El distinguido Profesor Dr. Beaure-
gard no tuvo la satisfacción de ver entre
las manos de sus discípulos su libro,
pues las últimas pruebas las corrigió en
el lecho de muerte: falleció en Abril de
1900, á la edad de 49 años.
Reunió en su importante obra todos
los trabajos originales á que enterameñ-
te se habla consagrado, principalmente
sobre los insectos vesicantes, los cetá-
ceos y sus productos (blanco de ballena
y ámbar gris), las glándulas y los ór-
ganos genito-urinarios de los mamiífe-
Dr. Beauregard. ros, etc.
Todo el libro está escrito con perfecta
claridad, con gran acopio de material de suma importancia, y sobre to-
do con esa asiduidad y desinterés que caracterizaron á su autor, con
su “temperamento de apóstol,”” como dijo un sabio amigo suyo.
Para cada clase de animales da todas las explicaciones de orden ana-
tómico y fisiológico, que harán apreciar mejor la utilidad de sus pro-
ductos aprovechables y la manera con que son elaborados. Después
de los caracteres anatómicos relativos á cada clase, trata de su clasifi-
cación, ocupándose en el estudio detallado de los animales cuyos pro- :
ductos en algún modo pueden tener aplicación en la terapéutica, y asj
se verán preciosas indicaciones acerca de los productos siguientes: vi-
verreum, castoreum, hyraceum, almizcle, cuerno de ciervo, keratina,
pepsina, lanolina, hiel de toro, pancreatina, peptona medicinal, gela-
tina, manteca, blanco de ballena, ámbar gris, aceite de hígado de raya
51
y de bacalao, cola de pescado, cera, miel de abejas, cantaridina, goma
laca, cochinilla, axe, agallas, etc.
Termina el tomo con el estudio de las sanguijuelas y las esponjas,
y sus usos medicinales.
Éléments d'Anatomie Gynécologique Clinique et
Opératoire par Paul Petit, Lauréat de l'Académie de Méde-
cine de Paris, Membre correspondant de la Société Anatomi-
que. Préface par Pierre Sébileau, Professeur agrégé d'Anato-
mie a la Faculté de Médecine de Paris, Chirurgien des Hópitaux.
Paris, C. Naud, Éditeur. 1901. 8? gr. 212 pages et 32 planches
originales. 16 fr. relié.
Esta obra atestigua la resolución, paciencia y tenacidad con que su
autor se ha consagrado á la anatomía pelviana y ha producido una
obra en que se observa desde luego método, plan de trabajo bien ma-
durado, descripciones claras y el estilo preciso y aun elegante. Expo-
ne los nociones anatómicas más precisas é indispensables para que las
intervenciones ginecológicas sean bien ejecutadas y perfeccionadas.
Se consagró durante tres años á estudios en el cadáver, y los asuntos
más interesantes los da en las 32 figuras originales que tiene su obra.
Las materias tratadas están distribuidas en el orden siguiente:
Primera parte. Región perineal: Región perineal anterior ó vulvar
(configuración exterior, estudio analítico, reseña sintética, datos clí-
nicos y operatorios), región perineal media y región perineal posterior
ó fosa para-anal.
Segunda parte. Región pelviana: excavación pelviana; estudios ana-
lítico y sintético de la región; consideraciones clínicas y operatorias.
Tercera parte. Pared abdominal antero-lateral: estudios analítico
y sintético.
Cuarta parte. Fosa ilíaca.
Revista [1901].—S8
1
58
Pathologie générale et expérimentale. Les processus gé-
néraux. 1. Histoire naturelle de la maladie. Hérédité. Atro-
phies. Dégénérescences. Concrétions. Gangrénes. Par MM.
A. Chantemesse, Professeur de Pathologie expérimentale
et comparée á la Faculté de médecine de Université de Pa-
ris, Médecin des Hópitaux et W. W. Podwyssotsky, Doeny
de la Faculté Impériale de médecine d'Odessa, Professeur de
Pathologie générale a la méme Faculté. Avec 162 figures en
noir et en couleurs.—Paris, C. Naud, Éditeur. 1901. 82 gr.
442 pages. 22 fr.
El plan seguido en esta obra es diferente del que han adoptado en
general los libros de su clase; se distingue sobre todo por el desarrollo
que da á las descripciones de la citología patológica y por la importan-
cia que los autores conceden á los resultados adquiridos por la patolo-
gía experimental y por la patología comparada.
El tomo primero que ha aparecido recientemente, principia por la
historia natural de la enfermedad, ó más bien del enfermo; expone en
seguida la etiología general de las enfermedades, y en particular el pa-
pel de la herencia considerada desde el punto de vista citológico, fisio-
lógico y patológico. Se halla después la descripción de los desórdenes
atróficos de la nutrición celular, que comprende las diversas degene-
rescencias (parenquimatosa, hialina, amiloide, córnea, vesiculosa, mu-
cosa, coloide, glicogénica, grasosa, pigmentaria). Los capítulos respec-
tivos consideran el estudio de las causas, del modo de formación, de
la evolución de las alteraciones celulares y, como corolario de las mo-
dificaciones morfológicas señaladas en algunos, hacen'una revista y
someten á la crítica las doctrinas patogénicas de la obesidad, de la dia_
betes, de la enfermedad de Adisson, etc. En el estudio de las pertur-
baciones atróficas de la nutrición celular se comprenden el de las in-
erustaciones calcáreas, las concreciones uráticas, los cálculos biliares,
urinarios, intestinales, bronquíticos, los depósitos exógenos provocados
por el uso de ciertos medicamentos ó por la inhalación de diversos
polvos, etc. Concluye el tomo con la exposición de las mortificaciones
celulares y la descripción de las gangrenas diversas.
59
El segundo y último tomo de esta obra interesante aparecerá en 1902
y tratará con igual método de las hipertrofias, tumores, regeneraciones
de órganos, la patología de la circulación, la de la sangre y de la linfa»
la inflamación, la fiebre, etc.
La Médecine des Accidents et les Hópitaux des Corpo-
rations industrielles en Allemagne par le Dr. Lucien Ro-
ques, Ancien interne des hópitaux de Paris. —Paris, C. Vaud,
1901. 12? 117 pages. 2 fr.
Se han fundado en Alemania establecimientos especiales para el tra-
tamiento de los obreros heridos, cuyo objeto es asegurar un tratamien-
to intensivo de los traumatismos, y disminuir cuanto más sea posible
la incapacidad para el trabajo. El autor, en su viaje en esa nación los
visitó y da detalles en su librito dignos de imitar por los gobiernos
cultos.
En la introducción se ocupa de la legislación de los accidentes del
trabajo y la medicina; la atenuación de los accidentes. Los capítulos
subsecuentes tratan de los puntos siguientes: Ojeada sobre la medicina
de los accidentes en Alemania; las corporaciones; tratamiento intensi-
vo; Cirugía y mecanoterapia; el “médico para accidentes.” —Los hospi-
tales corporativos, su origen. Los hospitales “Bergmannstrost,” de
New-Rahnsdorf y “Bergmannsheil;”” organización general de los soco-
rros en un distrito minero.—Bases de la apreciación del grado de in-
capacidad para el trabajo, consecuencia de la herida. La parte del he-
rido en la relación de la herida á la incapacidad. Tratamiento de los
accidentes del trabajo. La mecanoterapia en Alemania; sus exagera-
ciones y límites, —Conclusiones. Bibliografía,
60
Prof. S. P. Langley.
Annals ofthe Astrophysical Observatory of the Smith-
sonian Institution. Volume 1. By S. P. Langley, Director,
Aided by C. G. Abbot — Washington, Government Printing.
Office, 1900. 4? 266 pages « 38 plates.
El presente tomo está consagrado casi por completo á las investiga-
ciones originales ejecutadas con el bolómetro, aparato inventado por el
Prof. Langley en 1881, y cuyo objeto principal es la construcción de
cartas que dan la distribución de la energía del espectro solar calorífi-
co, ó región del “espectro inferior infra—rojo.”
En la Introducción se halla la reseña de la fundación del Observa-
torio Astrofísico y sus primeros trabajos en Allegheny. La parte pri-
61
mera que se ocupa de las líneas de absorción del espectro solar infra-
rojo, contiene una ojeada histórica de las primeras investigaciones de
esa naturaleza; los trabajos actuales, los progresos en el Observatorio
Astrofísico desde Julio de 1892 hasta Junio de 1897; la descripción
del Observatorio, los aparatos empleados y su estudio; los procedi-
mientos para comparar los bológrafos, la investigación de los errores
y sus causas; las líneas de absorción en el espectro solar infra—rojo,
sus variaciones; la disperción por la sal gema y la fluorita; construc-
ción de un galvanómetro sensible. Como apéndice se halla la deter-
minación de las longitudes de onda en el espectro infra—rojo de la sal
gema.
EL FMINENTE MATEMÁTICO CARLOS HERMITE.
La ciencia perdió el 14 de Enero del presente año al ilustre mate-
mático francés Carlos Hermite, que falleció en Paris á la edad de 78
años.
Después de Pasteur, Hermite era el sabio más apreciado y respeta-
do en Francia, por su carácter tan modesto y su profunda ilustración.
Pocos sabios extranjeros habrá que al ir á Paris no quisieran tener la
honra de estrecharle la mano y presentarle sus respetos; los alemanes
lo consideraban y lo llamaban uno de los más grandes matemáticos del
Siglo. El gran matemático alemán Jacobi leía con gran interés la co-
rrespondencia que le dirigía Hermite siendo todavía estudiante y ma-
nifestaba que no hacía más que aprender cuando leía sus cartas.
Era el decano de-la sección de Geometría de la Academia de Cien-
cias de Paris, para la cual fué electo, desde 1856, en sustitución de
Binet. En 1848 quedó nombrado repetidor de Análisis y examinador
en la Escuela Politécnica, de donde llegó á ser Profesor de Algebra en
1869 en lugar de Duhamel. :
En 1892 se celebró en la Sorbona con toda solemnidad el 70” ani-
versario de tan ilustre matemático, presidiendo la fiesta M. Carlos Du-
62
TN Pe TR A ARE NRO da A er La
» EA . .
As
pus
l
puis, Ministro entonces de Instrucción Pública. En esa ocasión otro
matemático distinguido, H. Poincaré, al entregar á Hermite una me-
dalla con su efigie, relató en un erudito discurso la obra del gran maes-
tro, recordando que hacía cincuenta años no había cesado de cultivar
las partes más elevadas de la Matemática.
Casi todas las Academias y Sociedades Científicas del Mundo se
honraron inscribiéndolo entre sus socios. Nuestra Sociedad “Alzate”
63
también tuvo la honra de contarlo en su seno como socio honorario,
y repetidas ocasiones recibió muestras de simpatía por parte de él, co-
mo lo prueba el hecho de haberse empeñado en que la Academia de
Ciencias de Paris regalara á la Sociedad en 1890 la colección comple-
ta de sus obras (Actas y Memorias), y en 1900 las del sabio matemáti-
co Cauchy.
Entre las principales Academias y Sociedades á que perteneció, re-
cordamos las siguientes: Academias de Ciencias de Paris, Berlin, San
Petersburgo, Munich, Praga, Dublín, Boston, Roma, Turín, Nápoles,
Bolonia, Palermo, Estocolmo, Copenhague, Bruselas, Amsterdam,
etc.; Sociedades Reales de Londres, Edimburgo, Upsal, Helsingfors,
Harlem; Sociedades Matemáticas de Londres y Paris, etc.
Fué Gran Oficial de la Legión de Honor, Caballero de la Orden del
Mérito Civil de Prusia, Gran Cruz de la Orden de la Estrella Polar de
Suecia, Gran Oficial de la Orden de San Mauricio y San Lázaro, Co-
mendador de la Orden del Salvador de Grecia, etc.
La muerte de este profundo y notable matemático ha sido sentida
hondamente por todos los que lo trataron y conocieron sus trabajos.
J. De MENDIZÁBAL Y TAMBORREL, M. S. A.
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
ABRIL 14 pe 1901.
Presidencia del Sr. Prof. D. Alfonso L. Herrera.
PubLicacioses.—La Sociedad recibió la importante colección de las
de la Universidad de Pennsylvania obsequiada por su Rector el Dr.
Ch. C. Harrison, M. hon. S. A.
TraaJos.—Dr. J. Duque de Estrada. Contribución al estudio de las
deformaciones pélvicas en México.
64
Ing. J. Galindo y Villa. La Plaza de Armas ó de la Constitución y
edificios públicos anexos.
Ing. F. M. Rodríguez. La epigrafía entr Os mexicanos
(continuación).
Prof. R. Rodríguez. Análisis químico por eca.
Ing. P. C. Sánchez. Memoria acerca del método de levantamiento fo-
to-topográfico. (Memorias, XVI, p. 35).
ASsOor1AcióN DE SocieDADES CienTir.cas.—Los socios M. Moreno y An-
da y G. Torres Quintero quedaron nombrados delegados de la Socie-
dad Alzate ante dicho cuerpo.
NomBRAMIENTO,—Socio correspondiente:
Dr. Acustín M. DomÍnGUEZ, Director del Observatorio de Oaxaca.
AcuerDo.—Fué aprobado por unanimidad el siguiente:
“La Sociedad celebrará el 70% aniversario del ilustrado Rrotesor D.
Joaquín VARELA SALCEDA, M. hon. S. A., en la sesión del 12 de Mayo
próximo, presidiéndola dicho ameritado socio.”
El Secretario anual,
F. M. RobríGuEz.
veredad Cientílica “Antonio Alzate.”
MEXICO.
Revista Científica y Bibliográfica.
Núms. 5 y 6. 1901.
El Sr. Profesor D. Joaquín Varela Saleeda.
Revista (1901].—9
66
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
El 70% Aniversario del Sr. Profesor D, Joaquín Varela Salceda.
Mayo 12 pe 1901.
La Sociedad celebró esta interesante sesión bajo la presidencia del
Sr. D. Joaquín Varela Salceda, socio honorario, con motivo de haber
cumplido 70 años de edad tan ameritado profesor, y 45 de estar con-
sagrado á la enseñanza científica.
El Secretario perpetuo Profesor R. Aguilar y Santillán leyó un elo-
gio del Sr. Varela y además los socios presentaron los siguientes tra-
bajos.
Método para calcular secciones de terracería por el Ingeniero Ma-
nuel de Anda.
Observaciones acerca del empleo del licor de Fehling por el Dr.
Eduardo Armendaris.
Microfotografías de las imitaciones del protoplasma por el Profesor
Alfonso L. Herrera.
Notas relativas á las imitaciones del protoplasma por los Profesores
F, Houssay y P. Busquet.
Concurrieron á la sesión los Sres.: Ingeniero José €. Segura, Direc-
tor de la Escuela Nacional de Agricultura, Lics. Eduardo E. Zárate y
Fernando Vega, representantes de la Sociedad Mexicana de Geografía
y Estadística, y los socios R. Aguilar y Santillán, M. de Anda, E. Ar-
mendaris, F. Atristain, L. González Obregón, A. L. Herrera, José de
Mendizábal, G. M. Oropesa, G. B. Puga, F. M. Rodríguez, F. Sierra,
G. Torres Quintero y D. Vergara Lope.
Antes de concluir la sesión el Sr. Varela se expresó así:
“Hará unos once años que tuve ocasión de conocer y apreciar los
trabajos de esta Sociedad por informes del Sr. D. Isidoro Epstein y en-
67
íonces, decepcionado y escéptico respecto á la vitalidad de las socieda-
.des científicas entre nosotros, porque había visto nacer y desaparecer
muchas después de vacilante efímera existencia, no vacilé en predecir
igual porvenir á la nueva asociación, no sin lamentarlo bastante, pues
“ya en esa época se revelaban el entusiasmo, la ilustración y patriotismo
.«de sus miembros. Por ventura me equivoqué y nunca me congratula-
,ré por éllo bastante, pues habiendo seguido paso á paso su marcha fir-
me y perseverante, la he visto conquistar con ilustrado celo é infati-
gable constancia el envidiable y brillante lugar que hoy ocupa en el
mundo científico, especialmente en el europeo.
No ha bastado esto á satisfacer las nobles aspiraciones de la Socie-
dad “Antonio Alzate:” ha recordado la existencia de algunas personas
que, habiendo consagrado su vida y desinteresados afanes al estudio
y transmisión de sus conocimientos á la humanidad, sólo han alcanzado
la ingratitud y olvido, aun de algunos de aquellos á cuyos sacrificios
deben su posición actual, para derramar en las heridas de sus apena-
«dos corazones el más suave y dulce bálsamo. Yo, el menos ameritado
de entre ellos, he sido sin embargo el más favorecido, pues es esta la
segunda sesión que me dedica, otorgándome además la elevada honra
de presidirlas.
¿Qué podría yo hacer á fin de patentizaros lo profundo y cordial de
mi agradecimiento, además de elevar fervientes votos al Sér Supremo,
como los elevo, por la prosperidad y conservación de esta Sociedad y
por la ventura de todos y cada uno de sus miembros?
Pudiera dedicar á tal fin algunos trabajos que, como los de los otros
socios, enriquecen las Memorias de la Asociación; pero, por una par-
te, ¿qué puedo yo enseñará aquellos de quienes sí puedo mucho apren-
der? y por otra, el estado de mi salud y el efecto de crueles y repetidos
pesares ha abatido mi espíritu, hasta hacerme casi imposible la conti-
nuación del estudio para no quedarme atrás en la marcha incesante-
mente progresiva de las ciencias.
Sin embargo, hasta donde lo permita la brevedad del tiempo sin de-
masiado abuso de la benévla atención que me dispensáis, voy á trans-
mitiros algunas de las ideas y observaciones, que deseo no vayan á
perderse conmigo en la nada de la tumba, sino que estudiadas y ana-
68
lizadas y puesta en evidencia la verdad científica, si la tuviere, sea
aprovechada por mis pósteros.”
Coro... nnr.oro.o nar .n...»..r..oosorsssssons.$<.on.o... ..o noo... .errsr.$ .< .snssnnx.n9...ooo.o....
El Sr. Varela continuó ocupándose brevemente de sus procedimien-
tos para la conservación del pulque por medio del ácido carbónico, de
la fabricación de jabones y de la consolidación de las rocas por los car-
bonatos alcalinos, así como de la teoría de la formación del tequezqui-
te, ofreciendo entregar por escrito estos estudios, y cediendo á la So-
ciedad, individual y colectivamente, las patentes de privilegio que tiene
concedidas por las dos primeras industrias.
y
Insertamos en seguida la biografía que en elogio del Sr. Varela leyó
el Secretario Aguilar.
“Desde el año de 1897 la Sociedad “Alzate” inició y ha llevado á
cabo en varias ocasiones, débiles recompensas morales y homenajes
á nuestros investigadores modestos y olvidados, que no tienen puestos
públicos prominentes. Consagró sesiones especiales á Herrera, á Vi-
llada, á Dugés, antes de que bajasen á la tumba, y hoy por segunda vez
se honra en ofrecerle la presidencia de esta sesión al Sr. D. Joaquín
Varela Salceda, con motivo del 70” aniversario de su nacimiento.
Altamente honrado me considero en esta ocasión, por varios con-
ceptos, leyendo una corta reseña biográfica del Sr. Varela.
Nació en Toluca el 23 de Abril de 1831, siendo sus padres el Sr, D.
Luis Varela y la Sia. D" Dolores Salceda. Su educación primaria la
dirigió el acreditado profesor D. Miguel Sánchez, y á principios de 1843
ingresó al Colegio de San Gregorio en donde estudió la filosofía y la
gramática bajo la dirección del Lic. D. José M” Iglesias. En el referido
colegió permaneció haciendo todos sus estudios de una manera sobre-
saliente, hasta fines de 1847, sin más interrupción que la de un mes,
durante el cual, incorporado á la compañía de voluntarios estudiantes
de Medicina, estuvo en la campaña contra los norteamericanos, no
obstante que sólo tenía 16 años de edad.
En 1848 se inscribió en la Escuela de Medicina, cursando e Física
69
con el Dr. D. Ladislao de la Pascua, la Química con el profesor D.
Leopoldo Río de la Loza, y dos años de Farmacia, habientlo hecho la
práctica de estas ciencias con el mismo Sr. Río de la Loza en su labo-
ratorio y botica.
A la vez que hizo con notable aprovechamiento dichos estudios, si-
guió en la-Escuela de Minería los correspondientes á la carrera de in-
geniero de minas (Botánica, Zoología, Mineralogía, Geología, y Laboreo
de minas), siendo sus maestros los Sres. D. Pío Bustamante y Rocha,
D. Joaquín Velázquez de León y D. Antonio del Castillo, sustentando
actos públicos y obteniendo los primeros premios. En el Apartado Na-
cional hizo los estudios prácticos del ensaye y apartado de minerales
bajo la dirección de los Sres. D. Cayetano Butrón y D. Sebastián Ca-
macho, y en los Minerales de"Pachuca, Real del Monte y el Chico la
práctica de Minas.
En 1850, cuando no había cumplido 19 años, y siendo aún alumno
de Minería, fué nombrado profesor interino de botánica, encargado del
Museo Nacional y de los jardines del Palacio y de Chapultepec, á pro-
puesta de la Junta facultativa del colegio; siendo de notar que, por lo
corto de su edad, el Ministro al pronto se negó á su nombramiento no
obstante que ocupaba el primer lugar de la terna propuesta, y cuando
accedió á los deseos de la Junta fué bajo la condición de que para el
desempeño de su encargo se asesorara de los profesores D. Manuel
Herrera y D. Antonio del Castillo. Por tan honroso nombramiento se
vió á la vez profesor y alumno de la Escuela de Minería.
Al siguiente año, los Sres. D. Urbano Fonseca, D. Joaquín Velázquez
de León y D. Leopoldo Río de la Loza, que se esforzaban por dotar á
México de una Escuela de Agricultura, le invitaron á cooperar en sus
laudables miras, encargándose de la clase de primer año de Matemá-
ticas, tomando también á su cargo más tarde las de Física y Mecáni-
ca, la preparación de Química y la secretaría del naciente plantel, por
sólo la remuneración de $ 25 mensuales.
Habiéndose hecho cargo el Sr. D. Joaquín Velázquez de León del
Ministerio Fomento, obtuvo la expedición del decreto que estableció la
Escuela de Agricultura con los fondos del extinguido Colegio de San
Gregorio, y á principios de 1853 fué comisionado el Sr. Varela para
70
trasladar al ex-Hospicio de San Jacinto lo poco que poseía el estable-
cimento aggícola privado y recibir lo que se le adjudicó. El mismo Sr.
Velázquez de León, que ya había obtenido que el Sr. Varela lo susti-
tuyera como profesor de primer año de Matemáticas en la Escuela Na-
cional de Bellas Artes, el 22 de Febrero del mismo año le expidió el
nombramiento de profesor de Fisica de la nueva escuela agrícola con
la dotación de $ 800 anuales, cuyo cargo siguió desempeñando con los
de Secretario y preparador de Química sin sueldos.
Llegó para la Escuela en los años de 1858 y 59 una época muy di-
fícil, y el Sr. Río de la Loza convocó á junta de profesores, en la cual
varios profesores determinaron continuar dando sus clases sin sueldo;
de entre ellos el Sr. Varela siguió desempeñando las clases de Física,
de Mecánica, etc. .
En 18683, el Gobierno, antes de abandonar la capital, ordenó la clau-
sura del establecimiento, y siendo el Sr. Varela depositario de ella á
fines de ese año, recibió orden de entregarla á un jefe del Ejército fran-
cés, para que allí se estableciese una escuela de artillería é ingenieros'
dando muerte así á un importante plantel que tantos esfuerzos y sacri-
ficios había costado y que protegido por el Gobierno Mexicano, parecía
ya firmemente establecido. Esta última consideración influyó en el Sr.
Varela para que, haciendo el sacrificio de sus convicciones políticas, de
sus conveniencias personales y aun del bienestar y porvenir de su fa-
milia, tomara la resolución de salvarla y propuso á la Secretaría de
Fomento que lo autorizara para mantenerla como un establecimiento
particular y á sus expensas y auxiliado por algunos de los fundadores
y antiguos profesores de la escuela. Después de acaloradas y serias dis-
cusiones, obtuvo por fin aún más de lo que pedía, pues se ordenó la
reapertura de las clases, que tuvo efecto en Enero de 1864, quedando
el Sr. Varela al frente del establecimiento como su director, de acuerdo
con la Junta de profesores, y como catedrático de Física y Química.
Añadiremos que en este tiempo el Sr. Varela se negó á darle á la Es-
cuela el titulo de Escuela Imperial, que el Ministerio le imponía y le
conservó el de Escuela Nacional. A principios de 1867 un nuevo in-
cidente vino á poner en peligro la existencia de la Escuela de Agricul-
ura y el porvenir de los jóvenes que en ella se educaban, y aun el de
71
aquellos que ya habian conquistado un título profesional: el sitio de la
la capital hacía imposible la continuación de las clases y aun la per-
manencia de los alumnos en San Jacinto, y el Gobierno citado iba á
resolver la clausura del plantel, pero solicitó y obtuvo la traslación de
los educandos á esta capital á un edificio particular, que fué primero
la casa llamada de los Mascarones y después otra en el Puente de Al-
varado, con entera regularidad, hasta que, faltándole los auxilios pecu-
niarios del Gobierno, y agotados los recursos personales de que pudo
disponer el Sr. Varela, le fué preciso y entregó la dirección y la depo-
sitaría al secretario. El Sr. Varela se encontró entonces sin la pequeña
fortuna que por amor á la escuela fué invirtiendo sucesivamente, y
abandgnado por todos. El actual director de la escuela, Ingeniero D.
José €. Segura, el ex-director Ingeniero D. Rafael Barba é Ingeniero
D. Sebastián Reyes, alumnos fundadores existentes, pueden acreditar
lo que hemos referido.
Además de los servicios prestados á la enseñanza en los puestos que -
hemos mencionado ó en sus lecciones particulares ó conferencias pú-
blicas, el Sr. Varela ha sido Contador de glosa, Oficial de correspon,
dencia y Visitador en la Administración General de Correos, y en el
Estado de Michoacán, Jefe superior de Hacienda y Administrador de
rentas en los importantes Distritos de Pátzcuaro y Zamora, cargos que
desempeñó siempre con su acostumbrada rectitud y honradez y á en-
tera satisfacción de sus Jefes, cuya estimación y amistad logró con-
quistar.
De esa época acá el Sr. Varela ha vivido pobre, olvidado, amargado
por las decepciones continuas y por la ingratitud general, y desde 1884
ocupa el modesto puesto de profesor de Historia Natural en el Colegio
Militar, el cual desempeña con notable éxito y singular eficacia, lleno
siempre de entusiasmo por el progreso de las ciencias, estudiando las
nuevas teorías, los nuevos métodos y clasificaciones y comunicando to-
do á sus discípulos.
Rindámosle hoy nuestros homenajes por su celo, su. patriotismo y
su honradez, ya que la Sociedad “Alzate” desea compensar ingrati-
tudes.”
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METODO FACIL Y RAPIDO PARA RECONOCIMIENTO DE SALES
POR
JOAQUIN VARELA SALCEDA, M. S. A.,
Profesor de Historia Natural en el Colegio Militar,
INTRODUCCION.
Cediendo á benévolas indicaciones de mi estimable compañero y
buen amigo, el Sr. Profesor Rafael Aguilar y Santillán, voy á escribir
en breves líneas la manera fácil y rápida de reconocer las sales, á re-
serva de ocuparme mas tarde y detenidamente del análisis químico en
general y de los instrumentos, útiles, aparatos y reactivos que en ella
se emplean, así como de algunas doctrinas relativas, que supongo ya
conocidas de los alumnos del Colegio Militar y de la Escuela Normal
para Profesores, á quienes más particularmente dedico este humilde
trabajo.
La parte de la química práctica denominada análisis químico, nos
enseña á determinar la naturaleza química de una substancia cual-
quiera, especificando los diferentes caracteres de sus componentes y
aun á precisar la proporción en que éstos se encuentran. La análisis
se llama cualitativa en el primer caso y cuantitativa en el segundo
mineral cuando la substancia procede de la materia bruta y orgánica
si es de origen animal ó vegetal.
En cuanto á la manera de practicar un análisis se distinguen la vía
seca y la vía húmeda, ó sea cuando se emplea el fuego y la substancia
se reconoce al estado sólido y cuando la reconocemos disuelta en el
agua ó en algún otro vehículo.
73
PRIMERA PARTE.
ANÁLISIS MINERAL DE UNA SAL QUE SÓLO CONTIENE UN METAL.
Para esta clase de reconocimiento como para toda análisis química,
se hace uso de diversas substancias, denominadas reactivos, y de proce-
dimientos varios cuyo detalle sólo puede dar á conocer la práctica de
laboratorio.
Investigación de la base.
Aunque al comenzar á reconocer una sal otros lo hacen por la in-
vestigación de un ácido, yo hago lo contrario: busco primero la base,
porque la experiencia me ha enseñado que así abrevio y facilito la
análisis, como ampliamente lo demostraré más adelante.
La primera operación para el reconocimiento de una sal debe ser la
disolución de ésta en el agua destilada y filtrar la solución. Si esta no
puede efectuarse en el agua, seusará el ácido clorhídrico y cuando éste
tampoco la disuelve se empleará el agua regia. Las sales insolubles en
los tres líquidos mencionados se funden con una mezcla de carbonato
y azotato de sodio, para transformarlas en una substancia soluble, por
doble descomposición.
Las substancias únicas de que voy á ocuparme, por ser las que con
mayor frecuencia ocurren á nuestra investigación, son aluminio, amo-
nio, antimonio, arsénico, bario, bismuto, cadmio, calcio, cobalto, cobre,
cromo, estaño, estroncio, fierro, magnesio, manganeso, mercurio, níquel,
oro, plata, platino, potasio, sodio y zinc, con las que formo cinco gru-
pos siguientes, por la acción que sobre ellos tienen los cuatro reacti-
vos generales siguientes: (1) Acido hidroclórico, (2) Acido sulfúrico,
(3) Sulfidrato de amonio y (4) carbonato de amonio.
1*- grupo.—Elementos cuyos cloruros son insolubles: Ag, Hg, al
mínimun y Pb, en soluciones no muy diluídas.
22 grupo.—Elementos cuyos cloruros son solubles, pero insolubles
los sulfuros, aun en el ácido hidroclórico: As, Sb, Sn, Pt, Au, Cu,
Hy, y Bi.
; Revista [1901].—10
74
3"- grupo.—Elementos cuyos cloruros son solubles é insolubles lós.
sulfuros, pero nu en el ácido clorhídrico: Zn, Fe, Cr, Mn, Ni y Co.
4” grupo.—Elementos cuyos cloruros y sulfuros son solubles, pero
los carbonatos insolubles: Ca, Ba, Sr y My.
52 grupo.—Elementos cuyos cloruros, sulfuros y earbonatos son so-
lubles: K, Na y amonio A2H'
Para buscar el elemento que se encuentra en una sal se añade á su
solución:
19 HO!l, lo que producirá un precipitado blanco con los elementos
del 1% grupo, que será de plata si se disuelve por el 42H”, de Hy al
mínimun, si al contacto del álcali se pone negro y de Pb cuando el
reactivo amoniacal no lo altera.
2” HS si no hubo precipitado con el HCl, en cuyo caso lo produ-
cirá con los elementos del 2? grupo y será amarillo, moreno ó negro,
y algunas veces parte del Zn.
El precipitado amarillo calentado en un tubo abierto producirá un
sublimado blanco con el arsénico y el antimonio, sólo soluble en HCl
este último y si el precipitado es fijo será producido por una sal está-
nica, correspondiendo el moreno á sales estañosas.
El precipitado negro será de sulfuro de oro cuando en la solución
primitiva, que debe ser amarilla, produce un precipitado moreno el
sulfato ferroso y de sulfuro de platino si en la solución primitiva, tam-
bién amarilla, el cloruro de potasio produce un precipitado amarillo y
eristalino de clorhidrato doble de potasio y platino.
Los sulfuros de Bi, Ou y Hg al máximun se distinguen de los otros
sulfuros negros por su insolubilidad en el monosulfuro de amonio
(sulfidrato de amoníaco,) y entre sí, tratándolos al calor por 420",
que no alterará el sulfuro de Hy y las soluciones de los otros dos tra-
tados por A2H* darán lugar á una coloración azul con el Cu y á un
precipitado blanco con el Ba.
3” Cuando la adición de HC1 y H*S no han determinado precipita-
do alguno, se neutraliza la solución por el AzH” y luego se la añade
sulfidrato de amonio que precipitará los metales del 3” grupo y ade-
más el Al en la forma de alúmina. El precipitado será blanco con las
75
sales de Al y de Zn; color de carne con las de Mn; verde gris con las
cromosas y negro con las crómicas, las de Fe, Ni y Co.
El precipitado blanco será de Zn si la solución primitiva tratada por
un carbonato alcalino produce un precipitado blanco, inalterable y de
Al cuando el precipitado, también blanco, desprende burbujas de an-
hidrido carbónico.
Si en la solución primitiva la potasa ó la sosa determinan un preci-
pitado verde ó violeta soluble en un exceso de reactivo, el precipitado
negro corresponderá á una sal crómica, á una sal de cobalto cuando
la solución primitiva es de color rojizo, grosella ó rosa, á una sal de
fierro si es soluble en los ácidos acético y clorhídrico, y en fin sien la
solución primitiva de color verde ninguna de las reacciones indicadas
para el cromo y el fierro, se producen las sales de níquel.
40 El precipitado que produce la adición del carbonato de amonio
corresponde á una sal de calcio, cuando la solución primitiva no se al-
tera con una solución de sulfato de calcio, reactivo que precipita ¿n-
mediatamente una sal de Ba y pasado algún tiempo las de Sr. El Mg
no es precipitado por el carbonato de amonio, sino cuando se añade á
la solución primitiva fosfato de sodio.
La potasa ó la sosa determinan un desprendimiento de 42H* por
su adición á una solución de sales amoniacales; en las de potasio, con-
centradas, los ácidos tártrico y pícrico producen precipitados cristali-
linos y el meta-antimoniato de potasio en las de sodio.
Investigación del ácido.
Ya he indicado que comenzando el reconocimiento de las sales por
la investigación del metal se facilita y abrevia su análisis. Esto voy á
aclararlo y demostrarlo con algunos ejemplos derivados de lo antes
expuesto.
1” Al adicionar el HCI á la solución primitiva á la vez que puedo
descubrir Ag, Hg y Pb y por la presencia de este último metal, por
ejemplo, que sólo podré hallar en la misma solución el 42 0* porque
los demás á cidos minerales forman sales insolubles con el Pb, se me
76
revelará la presencia de diversos ácidos: la del carbónico por el des-
prendimiento con efervescencia y su acción sobre el agua de cal, que
enjendra la del sulf hídrico por su olor tan característico; el fluorhídrico
porque sus vapores atacan y empañan el tubo de ensaye; el silícico
por un precipitado gelatinoso ó pulverulento y el bórico, en soluciones
concentradas por un precipitado cristalino, que colora en verde la fla-
ma del alcohol.
2” Buscando el metal por la acción del H*S podemos encontrar el
Sb y el As y para saber si este se encuentra al estado de ácido arse-
nioso ó arsénico, bastará verter una gota de azotato de plata adiciona-
da A2H” en la solución primitiva, con lo que se obtiene un precipita-
do amarillo con los arsenitos y rojo ladrillo con los arseniatos.
30 Si el tratamiento por el (A2H*S nos revela la presencia del Cr
se conocerá si el metal se halla al estado de oxido por el color verde
ó violeta de la solución primitiva; pero si es roja amarilla y por el
azotato de plata da un precipitado rojo el Cr se encontrará al estado
de ácido crómico.
4” El hallazgo de Au, Pt y Ba, por ejemplo, al investigar la base,
nos indicará que en los dos primeros casos no hemos de buscar otro
ácido mineral que el HCI, y en el último el HC! y el A20*, por ser
insolubles las sales que el Ba forma con otros ácidos.
Se distinguirán los demás ácidos minerales por las reacciones si-
guientes, que determina et tratamiento de la sal sólida por el SO*H*:
SO* desprendimiento de un gas sin color y de olor picante, igual al
de azufre quemado.
¡S?0* desprendimiento igual al anterior y depósito de azufre.
A20*H desprendimiento de un gas amarillo ó rojizo, humeante á la
aproximación del 42H”, siendo de advertir que para que esta reacción
se produzca con los azotatos alcalinos se les debe añadir limadura de
cobre. Se produce sin este requisito con todos los azotitos.
C10*H desprendimiento de un gas amarillo con detonación cuando
se acerca al fuego la probeta. Los cloratos como los azotatos deflagran
cuando se les arroja sobre carbones ardientes.
Mn0'H detonación con luz en el interior de la probeta y despren-
dimiento de humos negruzcos,
77
Si se acidula con 4205 la solución primitiva y se añade nitrato
de plata, se formará un precipitado blanco con los cianuros, cloruros,
bromuros y yoduros, soluble en A2H* con los tres primeros y si se
trata la sal sólida por SO*H* se descubren los hidrácidos respectivos
por las reacciones siguientes: (
CAZzH desprendimiento de un gas sin color oliendo á almendras
amargas.
HC! desprendimiento de un gas de olor picante, sin color y hu-
meando mucho á la aproximación de Az H”.
HBr desprendimiento de vapores muy abundantes de olor caracte-
rístico.
HIT desprendimiento de vapores violados.
Tratando la solución primitiva por el cloruro de bario se revela la
presencia de los ácidos sulfúrico y fosfórico, por la formación de un
precipitado blanco, insoluble en los sulfatos y soluble en los fosfatos.
Para practicar todas estas reacciones se hace uso de pequeñas pro-
betas ó tubos de ensaye y de copitas de vidrio ó cristal; pero yo prefie-
ro emplear vidrios de reloj para las soluciones y pequeños tubos afila-
dos y bien limpios para los reactivos, éstos por razón de limpieza y
economía.
A mi juicio, lo expuesto es suficiente para el reconocimiento de las
sales, especialmente si, como lo recomiendo mucho á los alumnos,
préviamente á él se ha fijapo la atención en los caracteres exteriores
de color, cristalización, peso, solubilidad, etc., etc., de la substancia
que se va á analizar, pues de esta manera obtendremos indicios bas-
tante seguros para facilitar y abreviar nuestra investigación, que en al-
gunos casos se reducirá á una simple rectificación y en otros á buscar
las bases entre un número de ellas mas ó menos reducido y siempre
menor al de todas las que pueden formar sales.
En la segunda y tercera partes me ocuparé del reconocimiento por
ambas vías seca y húmeda y con el empleo de la mayor parte de los
reactivos de que puede hacerse uso.
México, 1901.
78
EA O E ML
Relativo á los trabajos y progresos de la Sociedad “Alzate”
en el año de 1901, por su Presidente activo, el Profesor A.
L. Herrera, M. $. A.
Tengo el honor de informar á vdes. acerca de los trabajos y pro-
gresos de la Sociedad en el año próximo pasado.
Una circunstancia harto dolorosa para mí, la sentida muerte de mi
padre, hizo decaer las modestas energías que siempre he consagrado
á esta corporación, y espero que se me dispense si no pude cumplir
más empeñosamente con mi deber.
Por fortuna nuestra organización es muy sólida y todo marcha re-
gularmente, gracias á la laboriosidad de mis consocios, á quienes fe-
licito por sus trabajos y constancia.
A la vez que informo en las siguientes líneas de los resultados al-
canzados en este año, me permito hacer algunas consideraciones y
presentar una iniciativa que someto al ilustrado criterio de ustedes.
Lema de la Sociedad.—Es muy sencillo: NVMERVS, FACTVS;
números, hechos. Estas dos palabras abarcan todo el programa de la
Sociedad y muestran su desconfianza por las especulaciones que no
se basen en las matemáticas ó'en las experimentos y observacion.
Dos antorchas ardiendo en el Universo simbolizan este lema, pues to-
do se reduce en las ciencias á la comparación y estudio de la canti-
dad, por medio de la observación de los hechos. La fuerza y la mate-
ria son únicas y sus diferencias superficiales dependen del quantum
de vibración y de condensación.
Y lo interesante de nuestro lema es que no puede envejecer, y se
adaptaría á todo lo que existe en el Universo visible, puesto que el
progreso de las ciencias avanza hacia la verdad matemática y hacia la
explotación de los hechos.
Organización general y progresos alcanzados.—Es realmente ex-
trañio que el avance de los conocimientos no haya coincidido exacta-
79
mente en México con el de la organización de las sociedades científi-
cas, pues puede observarse que varias siguen todavía el mismo siste-
ma y modo de tramitación de hace 20 años. No es de desear cambio
constante en ello, pero tampoco una especie de estancamiento. El mé-
todo debe penetrar en las corporaciones sabias.
Notamos que era muy necesario cambiar los días y horas de las se-:
siones, que desde la fundación de este centro se verificaban los domin-
gos á las 10 a.m, cuando los socios eran todos solteros, algunos estu-
diantes, y sin el exceso de trabajos particulares que ahora tenemos;
de esta suerte el día del descanso debíamos venir á fatigar nuestra in-
teligencia. Las juntas no siempre estaban muy concurridas, en tanto
que hoy se celebran, después de un experimento previo, el primer lú-
nes de cada mes, á las 7 de la noche y son muy animadas. Este deta-
lle ha sido y será de gran trascendencia, pues lo mismo en las socie-
dades que en todo lo humano, no deben desdeñarse los al parecer hu-
mildes coeficientes, y que sin embargo, como el ligero hundimiento
del terreno que decidió de la batalla de Waterloo, son de una impor-
tancia que podría calificarse de traidora.
Otra reforma se ha implantado desde hace algunos años, por un
acuerdo especial que propuse cuando por primera vez tuve el honor
de ser vuestro presidente: consagrar las sesiones al estudio, abando-
nando los asuntos económicos al cuidado de las Juntas Directivas, y los
proyectos y cosas estupendas, á las juntas extraordinarias, que hasta
ahora sólo una vez ha sido necesario celebrar. Nada es más descon-
solador que una Sociedad científica consagrada á las pequeñeces admi-
nistrativas y reglamentarias. Por ejemplo, supongamos una asocia-
ción de matemáticos organizada, si así puede decirse, á la manera an-
tigua.
Sesión semanaria del 4 de Noviembre. Se citó á las 7 de la noche
y se abrió la sesión á las 8 y 45. El Presidente no asistió, ni el Vice-
presidente, ni el Secretario. El socio A obliga al socio Bá que pre-
sida, el socio (hace de secretario y el socio A es el único que no es-
tá en la junta directiva y toma asiento entre una sillería lujosa inter-
minable y desierta. Se lee el acta de la sesión anterior, se discute.
El socio A hace observar que hay una inexactitud, pues él dijo que
80
se dirigiese una atenta súplica á la Junta Directiva y en el acta se sus-
tituye la palabra atenta por respetuosa. El Presidente cree que es lo
mismo; el Secretario propone que se cambie por “encarecida;” el so-
cio A insiste; se propone que los taquígrafos recojan las frases de cada
persona, en las próximas sesiones, pero el Presidente objeta que ya
se intentó así y que los oradores no devolvían las pruebas ó notas ta-
quigráficas. Ya son las 9 y 15 de la noche. La discusión continúa y
por fin se vota, pero hay empate, se consulta el reglamento y queda
todo aplazado. Las publicaciones recibidas están aún en el correo;
sólo hay una carta del conserje pidiendo una licencia, que no se sabe *
si se le concederá ó no, por no haber persona que lo sustituya hasta
no hablar al Presidente. En lo que toca á trabajos de matemáticas no
se cuenta con uno solo. Se proponen diversas medidas para adquirir
memorias originales y no se dice que la falta de ellas tiene por causa
la crítica reglamentaria y no reglamentaria, la dilación para publicar-
las y otros inconvenientes, habiéndose dado el caso de que se hiciesen
severas censuras á un estudio original, sin leerlo ni quitarle siquiera
la fajilla que traía del correo.
El socio A propone que se dediquen las sesiones á discutir un te-
ma científico; el socio B propone que se calcule una tabla de logarit-
mos del 1 al trillón, en todos los idiomas, para que sea mejor conoci-
da, y que se pida al Gobierno la impresión de 485,672 ejemplares,
siendo para la Sociedad 485,600 y para el Gobierno 72.
Ya son las 9 y 45 de la noche. El socio (” responde que este pro-
yecto es poco práctico. Ya son las 10 de la noche. El Presidente de-
clara que por ser avanzada la hora de la noche se levanta la sesión.
Nótese que ni eso podía hacerse, puesto que no merece tal nombre
de seria una junta malgastada en tramitaciones llenas de tedio, en dis-
cusiones y proyectos que incitan al sueño y al desaliento. La Sociedad
de Matemáticos sería una ruina estorbosa, y la ciencia no avanzaria en
ella; los hombres de verdadero valer se apartarían poco á poco de aquel
centro de displicencia, los reporters no volverían á él y se caería len-
tamente en el silencio y el desprestigio, no sin dar fatales ejemplos á
otras corporaciones y matar en su germen las actividades de los inves-
tigadores nacientes, que se horrorizan al palpar semejantes corrupte-
81
las y se hunden en su misantropía, enmudeciendo de una manera de-
finitiva. |
Cuántas veces hemos oído las amargas lamentaciones de los que só-
lo han recogido en los areópagos profundo desencanto, que asistían
en busca de luz, llenos de entusiasmo, y encontraban la intriga, el ce-
lo, la guerra, la ignorancia que rechaza á su eterna enemiga y aun el
odio, que asalta la fortaleza del saber y domina la suave serenidad del
investigador. Todos esos decepcionados, que parecen amantes sin es-
peranza son víctimas ignorados de los ateneos perezosos ó corrompidos
y ho podría calcularse lo que de esta manera se pierde y ha perdido
en entusiasmo, en descubrimientos, en difusión de las luces, en honra
y gloria para la patria.
Aquí hemos meditado, como Volney, sobre las sombrías ruinas. La
discusión será fuente de luz, pero la rechazamos; la censura acerba,
guardián de la verdad, la rechazamos; la reglamentación profunda, ni-
mia, tiránica, origen del orden; la rechazamos. Nuestras sesiones con-
sisten en leer el acta, mostrar los centenares de folletos ó libros reci-
bidos, leer y escuchar ávidamente cuatro ó seis disertaciones, habiendo
siempre para cada autor una frase de interés ó de recompensa. Se con-
cluye pidiéndoles un nuevo trabajo para la sesión siguiente. Ha suce-
dido, y este es un hecho muy raro entre nosotros, que algunas perso-
nas sin pertenecer á la Sociedad han penetrado á este recinto á leer
sus estudios ó mostrar sus experimentos ó aparatos. En otras corpo-
raciones puede suceder que se niegue esta acción á los que no llevan
el diploma de consocios, como hace un protoplasma que rechaza ma-
terias coloridas, exóticas y peligrosas. Pues bien, sabiendo que el Dr.
Carbajal había dedicado algunos años al estudio bacteriológico del pul-
que, le llamamos y comprometimos á que presentase aquí sus estudios,
sus cultivos y microfotografías.
No se crea que nos aislamos de nuestras sociedades nacionales, bien
al contrario, hemos cedido algunos manuscritos, como humilde home-
naje de confraternidad ó respeto, ó bien para que, previo el consenti-
Revista [1901].—11
82
miento de los autores, sus memorias tuviesen más pronta publicidad.
Citaré las dos disertaciones del Dr. Carbajal, sobre el pulque, cedidas
á la Sociedad Agrícola y la del Sr. Téllez Pizarro, sobre valor de terre.
nos en la Ciudad de México, cedidos al Boletín Municipal. Otra de las
graves conclusiones á que llegamos, siempre meditando sobre sombrías
ruinas, fué la siguiente: la reelección de las juntas directivas, en las
sociedades científicas, es poco fructuosa, porque estos trabajos intelec-
tuales fatigan pronto y la mejor recompensa que puede dársele á un
buen Presidente de la Sociedad “Alzate,” consiste en permitirle ó aun
suplicarle que descanse y ceda su yunque á un vigoroso sucesor.
Otra idea aún ha germinado, y florecido, honrar en vida á nuestros
maestros y sabios, llamándolos á presidir una sesión, como lo hizo el
venerable Sr. Varela Salceda, ó bien honrándoles en vida y después
de la.muerte, como se hizo con mi padre, Presidente honorario perpe-
tuo de la Sociedad, á quien se le consagró un apoteosis cuando vivía
y otro después de su muerte, habiéndosele llevado coronas hasta su
lejano sepulcro.
Trabajos presentados.
Moreno y Anda, 5. Rodríguez R., 1.
León L. G., 3. Sánchez, 1.
Uribe, 1. Anda, 1.
León N., 3. Armendaris, 1.
Lozano, 1. Garcia Muñoz, 1.
Torres Torija, 1. Torres Quintero, 2.
Herrera, 8. Téllez Pizarro Mariano, 1.
J. M. de la Fuente, 1. Vergara Lope, 1.
Leal, 1. > Ordóñez, 1.
Sierra F., 1. Ramírez S., 1.
Téllez Pizarro Manuel, 1. Téllez Pizarro A., 1.
Duque Estrada, 2. Carbajal, 3.
M. Gallegos, 1. Dugés, 1.
Galindo, 1. Puga, 2.
Rodríguez F., 1. Salazar, 2.
83
Laguerenne, 2. Villaseñor, 1.
Aguilar, 1. Jofre, 1.
Junta Directiva, 1. Howard, 1.
Rangel A. F., 1. Varela, 1.
Sierra, 1. Total, 61.
Trabajos muy notables.
No puedo citar todos los de éste género, por falta de tiempo; men-
cionaré los siguientes:
Uribe. Higiene de la vista en las escuelas.
Téllez Pizarro. Tarifas de terrenos.
Carbajal. Estudio del pulque.
Laguerenne. Navegación en el Mezcala.
Moreno. Las predicciones del Calendario de Galván.
Puga. Las lluvias en México.
Obras presentadas.
J. Mendizábal Tamborrel. Algebra.
A. L, Herrera. Las plagas de la Agricultura (inédita).
PUBLICACIONES.
Se ha impreso el tomo XV de las Memorias y parte del XVI y del
XIII que contiene los trabajos leídos en la sesión celebrada en el cen-
tenario de Alzate.
La distribución de nuestro periódico se ha hecho regularmente,
aumentando sin cesar el número de corresponsales.
84
Sesiones. Asistencia.
A + AA 14 Socios.
ay AA 8 , (extraordinaria.).
Marcio «aso >< + 1] A 110
ADA caes EI JN, E
crias «a e A 13 —,, dedicada al Sr. Varela.
Junio......... y do: ds
JU o i A CN y
Agosto........ 5 2 sas
Septiembre... Be........... 13,15
Octubre ...... A VA Hs
Noviembre... 4....... pan 3 toa
DiCTembre +" 12e ne sordos Jl o
180
Término medio, para cada sesión, 15 socios.
Proyectos en estudio.
Alcoholismo, manera de combatirlo.
Indice de las “Memorias.”
Juntas corresponsales.
El primero se encomendó á una Comisión que no ha podido rendir
su informe; el segundo se ha llevado á efecto y el Sr. Aguilar tiene ya
casi concluído el indice de nuestros quince tomos publicados; el terce-
ro se ha aplazado, por creerse que es aún prematuro.
Llama la atención que en una Sociedad tan numerosa, en doce se-
siones, sólo se hallan presentado tres proyectos no realizados todavía y
otros, muy importantes, que sí se llevaron á feliz término.
85
Biblioteca.
Ha estado abierta al público, todo el año, de 54 7 p. m., asistiendo
algunas personas, que realmente aprovecharon su tiempo, puesto que
no tenemos aquí obras recreativas, que son las más buscadas en otras
bibliotecas. |
Se adquirieron más de 6,000 cuadernos y libros, muchos de ellos
valiosísimos, como el Atlas de las fotografías de la Luna, las Memo-
rias de la Academia de Madrid, las obras de Cauchy, y otras.
Nuevos socios.
Sres. Anda, Atristain, Romo, F. Sierra, M. Vergara, F. P. Tenorio,
R. Rodríguez, J. Durán Loriga/R. Guimaraés, L. Salazar S., Mariano
y Adrián Téllez Pizarro, G. Eiffel, A. J. Carbajal, R. Jofre, Urrutia»
E. Ulrich, J. Sierra, Pastrana, A. Silva, J. Guzmán.
Socios fallecidos.
Dr. A. Domínguez, Director del Observatorio de Oaxaca.
Profesor A. Herrera, Presidente Honorario Perpetuo de la Sociedad:
Profesor V. Fernández.
Ch. Hermite, el eminente matemático francés.
Dr. Ch. A. Schott.
Dr. V. Balbín.
Diversos asuntos.
Se tomó parte en el apoteosis de Berthelot, contribuyendo con al-
gún dinero, y la Sociedad “Alzate” fué la única que tuvo este honor en
México. Ya dije que, poco tiempo después de la muerte de mi padre:
se le consagró una sesión de apoteosis presidida por el Sr. Lic. Ignacio
Mariscal, Ministro de Relaciones. En ella se leyeron sentidos discur-
sos y la emoción del auditorio fué profunda y fructuosa, al recordar el
86
saber y las virtudes del Maestro á quien la Sociedad “Alzate” consa-
gra inmarcesible gratitud y veneración, pues le dió el glorioso ejem-
plo de la práctica del bien en el seno de la ciencia y del ejercicio del
amor en los torneos de las inteligencias.
Otro hecho importante fué la celebración del II Congreso Meteoro-
lógico, organizado por la Sociedad “Alzate” y que tuvo grandioso éxito*
Habiéndose decidido en este Congreso la creación de una Sociedad de
Meteorologistas, le ofrecimos los recursos de la nuestra, con lealtad
y entusiasmo. La sesión inaugural fué presidida por el Sr. Ingenie-
ro Leandro Fernández, Ministro de Fomento, y la de clausura, por
el Sr. Ingeniero Gilberto Montiel, Subsecretario. En fin, como corona-
miento de nuestros esfuerzos, de nuestros 17 años de luchas, vigilias
y miserias, se nos ha honrado de una manera casi abrumadora. La
subsecretaría de Instrucción Pública nos dió la comisión privada de que
estudiásemos las bases de una Escuela Normal Superior y de perfec-
cionamiento, especie de Colegio de Francia que, si somos acertados
en nuestras iniciativas, se establecerá conforme á las bases generales
de la Sociedad “Alzate,” es decir, sobre el trípode del amor á la cien-
cia, el desinterés y el orden.
Y en efecto, varios socios han contribuido con sus ideas y por fin se
envió al Ministerio el plan de la nueva Escuela y una colección de
obras de consulta que obtuvimos en los Estados Unidos. Otra distin-
ción singular: el Sr. A. Silva, Arzobispo de Michoacán, donó cien pesos
á esta Sociedad, que por lo visto está ya cosechando los frutos de su
acrisolada honradez y su silencio en las cuestiones religiosas ó filosó-
ficas.
*
o *
Así como se dice el siglo de Pericles ó de Newton, podría decirse de
nuestra Sociedad, el año de 1900 ó del Primer Congreso Meteorológi-
co, el de 1901 ó de la Escuela Superior y de Perfeccionamiento.
Desearía pues, que cada etapa de nuestra evolución, cada año social,
se señalase por algún hecho sobresaliente y que los trabajos de los so-
cios se dirigiesen á un fin, las ideas se encausaran hacia un ideal lu-
87
minoso. Por ejemplo, este año dedicarse á la vulgarización, á las con-
ferencias públicas; en 1903, á la bibliografía mexicana, en 1904, á la
reorganización de las academias nacionales y del espíritu científico.
que sufre sus epidemias y gangrenas.
*x
k, +
Antes de concluir debo dar á vdes. las gracias por el honor con que
me favorecieron nombrándome Presidente de una Sociedad que aspi-
ra á ser la primera en la República. En esta situación envidiable, pre-
sidiendo vuestras sesiones, explorando vuestras inteligencias, certifi-
cando vuestra abnegación y generosidad, he creído en ciertos momen-
tos, que vivía en un país nuevo, de paz y fraternidad, sintiendo con
vosotros inmenso amor por el género humano y un respeto profundo
por todo lo que piensa y se consagra al descubrimiento de la verdad.
En este recinto, en paz, apartados de la batalla inacabable de la vida,
habéis contribuido al progreso de los conocimientos, mereciendo un
aplauso de vuestros conciudadanos. Os contemplan los siglos de gloria
de nuestra patria, os aguardan las coronas de la inmortalidad, ya que
la gran especie humana se va engrandeciendo sobre el pedestal de la
ciencia, la única fuerza social cuyas obras son imperecederas.
Os deseo un año nuevo de paz, satisfacciones y descubrimientos.
A. L. HERRERA.
Enero 6 de 1902.
88
Muséum Américain d'Histoire Naturelle, New York, E. U. A.
OONGRES INTERNATIONAL DES AMERICANISTES,
TREIZIEME SESSION,
ETATS-UNIS D'AMÉRIQUE,
du 20 au 25 Octobre 1902.
New Yorx, 30 Novembre, 1901.
MonsSIEUR:
Nous avons l'honneur de vous faire savoir que conformément au
- vote de la derniére session du Congrés tenue á Paris en 1900, la Tre1-
zIEME Session Du ConGRESs INTERNATIONAL DES ÁMÉRICANISTES se tiendra
dans les salles du Muséum AmérIcaIN D'HisTOIRE NATURELLE, en la ville
de New York du Lundi 20 au Samedi 25 Octobre 1902.
Le but du Congrés est de réunir les Ethnologistes et les Archéolo-
gues, qui s'intéressent a Pétude de Pantiquité préhistorique des deux
Amériques, et d'étendre la connaissance de ce sujet par la lecture de
mémoires et par la discussion de sujets divers.
Vous étes respectueusement invité á vous joindre au Congrés, á lui
présenter des mémoires et, s'il est possible, á étre présent a la session
et á y prende une part active.
Espérant que vous voudrez bien nos aider de votre précieux concours
et de votre coopération aux travaux importants du Congrés.
Nous vous prions, Monsieur, d'agréer Passurance de notre considé-
ration la plus distingée.
Le Président de la Commission d' Organisation,
MORRIS K. JESUP.
M. H. SavILLE,
Secrétaire Général,
Commission d' Organisation.
89
NOTICE ET PROGRAMME GENERAL.
Toute personne qui s'intéresse á l'étude de 1'Archéologie de 1'Eth-
nologie, de l'Histoire de 1'antiquité la plus reculée des deux Amériques,
peut devenir membre du Congrés International des Américanistes en
exprimant le désir au Secrétaire Général de la Commission d'Organi-
sation; Monsieur M. H. Saville, Muséum Américain d'Histoire Natu-
relle, New-York, Etats-Unis d'Amérique; et en envoyant au Trésorier,
soit directement, soit par l'entremise du Secrétaire Général, la somme
de trois dollars en monnaie américaine. Le regu du Trésorier donnera
droit au porteur á une carte de membre etá toutes les publications
officielles émanant de la Treiziéme Session du Congrés.
L'argent peut étre envoyé sous forme de mandat poste, ou par chéque
négociable sur la place de New-York, payable á l'ordre de Harlan 1.
Smith, Trésorier, Muséum Américain d'Histoire Naturelle, New-Yorkt
Etats-Unis.
Les communications pourront étre ou orales ou écrites, et pourron,
étre faites en francais, en allemand, en espagnol, en italien, ou en
anglais.
Le conseil décidera du temps attribué á chaque mémoire. Les dé-
bats devront étre brefs et rester dans les limites fixées par le président
de la séance. La lecture d'aucune communication ne devra durer plus
d'une demi,heure. Tous les mémoires présentés au Congrés seront,
aprés approbation du bureau, publiés dans les comptes rendus du Con-
grés.
Tous les membres sont tenus d'envoyer au Secrétaire Général, avant
la convocation du Congrés, les titres et, autant 2% possible, les résumés
de leurs mémoires.
Les séances du Congrés auront lieu au Muséum Américain d'His-
toire Naturelle, et toutes les facilités possibles pour le confort des mem-
bres et l'accomplissement des travaux du Congrés seront données par
les Directeurs et les Curateurs du Muséum. La salle des conférences
est pourvue d'appareils électriques permettant d'illustrer les mémoires
au moyen de prejections.
Revista [1901].—12
90
Les sujets que le Congrés aura á discuter auront rapport:
I. Aux races indigénes de l'Amérique; á leur origine, leur distribu-
tion, leur histoire, leurs caractéristiques physiques, leurs langues, leurs
inventions, leurs coutumes et leurs religions.
II. A P'histoire du premier contact de l'ancien monde et du nouveau.
BIBLIOGRAFIA.
La Convention du Métre et le Bureau International
des Poids et Mesures par Ch.-Éd. Guillaume, Directeur—
adjoint du Bureau International des Poids et Mesures.—Ex-
trait du Bulletin de la Société d'Encouragement pour l'Indus-
trie Nationale, T.CI.—Paris, Gauthier— Villars. 1902. 4%, 238
pages, 87 figs. 7 fr. 50c.
M. €. E. Guillaume, M. S. A.
Excelente obra que resume los es-
tudios y trabajos publicados en dife-
rentes ocasiones y en tomos diversos
relativos al metro y las instalaciones
y métodos de la Oficina Internacio-
nal en Sevres, y que sin duda será
útilmente consultada por los físicos,
metrologistas, profesores y por todas
aquellas personas que del sistema co-
mercial quieran pasar á las nociones
metrológicas superiores. Su autor
es bien conocido del mundo científi-
co por sus notables trabajos de física,
lo cual es ya una buena recomenda-
ción del libro.
91
A continuación de un prefacio y la introducción, se tratan las mate-
rias siguientes: Creación y progresos del Sistema métrico.—La Con-
vención del Metro.—Los Laboratorios de la Oficina Internacional de
Pesas y Medidas (Pabellón de Breteuil, Sevres, Francia).—Estudios
termométricos.—Medidas de longitud. —Resultados de las medidas de
longitud.—Determinación de masas.—Resultados generales.—Traba-
jos particulares. —Decisiones del Comité Internacional y de la Confe-
rencia general de Pesas y Medidas.—Anezxos: Proposiciones y discu-
siones relativas al Sistema métrico internacional.-—Resolusiones de
la Comisión del Metro.—Publicaciones cientificas de la Oficina Inter-
nacional. —Resumen de algunas legislaciones relativas á Pesas y Me-
didas.—Nota sobre valores de algunas longitudes de onda y sobre las
medidas por los procedimientos interferenciales.—Nota sobre los tra-
bajos de la 3” Conferencia general reunida en Paris en Octubre de
1901.
Nouvelles Lecons sur la Théorie des Fonctions.—Lecons
sur les Séries á termes positifs professées au College de
France par Émile Borel. Recueillies et rédigées par Rubert
d'Adhémar.—Paris, Gauthier— Villars. 1902. 8%, 92 pages et
figs. 3fr. 50c.
El autor, después de haber publicado varias cuestiones en que in-
terviene el crecimiento, da en este libro un ensayo de la teoría gene-
ral relativa. El estudio de las series de términos positivos está ínti-
mamente ligado á esa teoría, y se liga, por consiguiente, á muchos
problemas de grande importancia en Análisis, principalmente en la
Teoría de las funciones.
Los seis capítulos que encierra este tomo se ocupan de la conver-
gencia de las series de términos positivos, de la covergencia de las in-
tegrales; bosquejo de una teoría del crecimiento; series é integrales
múltiples; series de potencias de una variable; series de varias varia-
bles.
El autor desarrolló en veinte lecciones las materias citadas, en el
92
Colegio de Francia, de 1900 á 1901, gracias al Curso instituído por la
fundación Claudio Antonio Peccot.
—-_—
Quelques Réflexions sur la Mécanique, suivies d'une
Premiére Lecon de Dynamique, par Émile Picard, Membre
de l'Institut.—Paris, GFauthier—- Villars. 1902. 8%, 56 pages.
Este tomito es un extracto de la Memoria general sobre las Cien-
cias á propósito de la Exposición Universal de 1900, escrita por el au-
tor desde los puntos de vista general y filosófico.
Trata de los principios de la Mecánica, de la explicación mecánica
de los fenómenos naturales, de la Ciencia de la Energía, y termina
con una lección elemental de Dinámica que se aparta de la rutina de
las exposiciones tradicionales.
The Fundamental Principles of Old and New World
Civilizations: A Comparative Research Based on a Study of
the Ancient Mexican Religions, Sociological and Calendrical
Systems. By Zelia Nuttall, Honorary Special Assistant of the
Peabody Museum, etc., etc.—Cambridge, Mass. (Archaeologi-
cal and Ethnological Papers of the Peabody Museum.—Har-
vard University. Vol. II). March, 1901. 8%, 602 pp. 7 pl. 73
figs. $3.00.
La interesante obra de nuestra ilustrada consocia ha sido escrita
después de largas y prolijas investigaciones durante trece años. Prin-
cipia tratando de las civilizaciones americanas y después de la asiáti-
ca (China, Japón, India, Mesopotamia, Arabia, Persia, Babilonia, Ási-
ria, Canán), la egipcia, la europea (Roma antigua, Irlanda antigua,
Bretaña, Gales, Escandinavia), y las civilizaciones en general. La Sra.
Nuttall en sus estudios ha coleccionado buen material á fin de hacer
comparaciones entre el calendario, la religión y la cosmogonía de los
antiguos mexicanos, llegando á obtener notables relaciones con las
93
Mrs. Zeliz Nuttall. M.S. A.
primitivas civilizaciones del antiguo continente. Atribuye la “Swasti-
ka” ó cruz encorvada, en México, á un origen astronómico, y usado,
lo mismo que en otras comarcas, como simbolo sagrado, denotando
cierto grado de cultura de los pueblos, y atestiguando que reconocían
las leyes de la naturaleza como expresión de la idea del reino celes-
tial, organizado en una armonía numérica por las revoluciones apa-
rentes de las constelaciones circumpolares.
El Apéndice I es una tabla comparativa de algunas palabras de los
idiomas Quechua, Nahuatl y Maya; el Il trata de la oración del ado-
rador de la estrella, y el HI lista comparativa de palabras del Antiguo
y Nuevo Continente.
94
Bibliotheque Technologique. Instruments et Méthodes
de Mesures Électriques Industrielles par H. Armagnat,
Chef du Bureau des Mesures électriques des Ateliers Carpen-
tier. 2me édition, revue et complétée.—Paris, C. Naud, Édi-
teur. 1902. 82 614 pages, 228 figs.
En la primera parte de esta obra se hallan las indicaciones sobre
los aparatos generales de medidas, dando á conocer lo que es útil pa-
ra comprender bien su funcionamiento y su empleo. En la segunda
parte se encuentra agrupado con el nombre de aparatos industriales,
todo lo relativo á los instrumentos de uso diario que están destinados
á ponerse en manos de todos. En la tercera, en fin, se hallará, ade-
más de los métodos de medida que emplean combinaciones más ó
menos complexas de los instrumentos descritos en las dos partes an-
teriores, los principales aparatos especiales creados para sustituir esos
métodos.
Véase en seguida el orden de las materias.
PRIMERA PARTE. —Instrumentos de medida.—Nociones elementales
sobre los sistemas oscilantes. Observación de los aparatos de medidas
eléctricas. Galvanómetros. Galvanómetros para corrientes alternati-
vas. Electrómetros. Resistencias. Patrones de intensidad. Patrones
de fuerza electromotriz. Condensadores. Instalación de los instrumen-
tos; accesorios.
SEGUNDA PARTE.—Áparatos industriales.—Aparatos para corriente
continua. Aparatos para corrientes alternativas. Registradores y con-
tadores.
TERCERA PARTE.— Métodos de medidas.—Medida de las resistencias.
Medida de las fuerzas electro-motrices. Medida de las intensidades.
Medida de las capacidades. Coeficientes de inducción. Medida de los
campos magnéticos y estudio de las propiedades del fierro. Medida de
la potencia y de la energía. Medidas especiales de las corrientes alter-
nativas. Tabla analítica.
95
La Léprose par le Dr. Dom Sauton. Avec planches hors
texte et 60 figures en noir et en couleurs.—Paris, C. Naud.
1901. 82 496 pages.
Consagrado el autor durante diez años á su obra no sólo científica
sino también de caridad, ha visitado los principales centros de lepro-
sos de todo el mundo, y su libro es el resultado de sus interesantes
estudios é investigaciones. ;
El Prefacio que antecede su libro da mejor que otra cosa muy bue-
na idea de él y lo insertamos en seguida:
“Durante largos siglos se han agrupado con el nombre de lepra las
numerosas dermatosis, la sarna, las enfermedades venéreas y en par-
ticular la sífilis, y se han atribuído á la lepra los estragos y la conta-
giosidad de esas enfermedades con las cuales se confundía.
“Tendremos, pues, que corregir grandes errores, que destruir preo-
cupaciones acumuladas desde hace siglos y arraigadas profundamente
en la opinión pública.
“Atendiendo á esas razones, hemos sustituido al nombre de lepra
el de leprosis, que representa una entidad morbosa perfectamente defi-
nida; no se trata de ese tipo de los más repugnantes de las enfermeda-
des de la piel, sino de una infección general, como la tuberculosis y la
sífilis.
“Después de haber investigado el origen de esta enfermedad, segui-
do sus diversos estados en su marcha invasora, estudiado las epide-
mias de la Edad Media, bosquejado el cuadro de la suerte reservada
á sus víctimas, utilizaremos nuestra vuelta al mundo en busca de le-
prosos, formando una estadística, tan exacta como sea posible, de esos
infortunados enfermos, y así se verán las condiciones que les son im-
puestas en todos los lugares lJel globo.
“Las graves cuestiones de la herencia y del contagio, estudiadas sin
preocupación, serán el objeto de largos desarrollos; dos leyes genera-
les reasumirán las conclusiones: :
12 El contagio propaga las enfermedades microbianas.
22% La herencia transmite las diátesis y las degenerescencias orgá-
nicas.
96
“En los capítulos siguientes, la bacteriología, la anatomía patológi-
ca, la patogenia y la clínica nos permiten establecer la unidad nosoló-
gica de la leprosis, bajo un polimorfismo variado hasta el infinito. Es-
tas manifestaciones tan diversas ¿autorizan al médico á admitir espe-
cies diferentes de leprosis? ¿No están sometidas á leyes de sucesión en
su evolución? Se verá, en efecto, que el tipo clásico y completo de es- -
ta entidad morbosa comprende cuatro períodos: 19, la incubación; 22,
la infección ó accidentes primarios; 39, los accidentes secundarios; 42,
los accidentes terciarios.
“No basta conocer una enfermedad y su propagación; es necesario
además buscar el medio de curarla; en el capítulo de la terapéutica, á
la luz de los descubrimientos modernos, nos esforzamos por cimentar
las bases de un tratamiento racional y científico, de esa terapéutica que
consiste en “saber la que se hace y por qué se hace.”
“Después de una amplia bibliografía de la leprosis, ponemos, en fin,
á la vista del lector, los planos y descripción del sanatorio que propo-
nemos para nuestros leprosos, y que estaría ya en vía de realización si
no hubiéramos tenido que contar con una verdadera insurrección de
los habitantes de la región.”
FIN DE LA REVISTA.
INDICE DE LA REVISTA.
1901.
Tables des matieres de la Reyne.
Páginas
Actas de las sesiones (Comptes-rendus des séances ) Junio 4 Diciembre
O mero A Maya 19D daran on acecasca ni soda and Sou 5, 43, 63 y
Congrés International des Américanistes XIII? Session. New York.
Fundación (La) en México de una Escuela Normal Superior y de Per-
OOOO odas aadiler asen das sne=es Gaal d ai soap Eee iia dicas
Herrera (A. L.) Informe relativo á los trabajos y progresos de la Socie- ,
ANNA ZALO toos iaa ocoaoptossrctoo toni cinocciies agar Ulo cs ccs
Jannettaz (E.) Note sur la chrysocole de la Californit.......oocoorommmmm.».
Kroustchoff (K. de) Note sur une roche basaltique de Sierra Verde
¡CRIADA MoXiquo)/. o onoaleso =docasa arto san oo dass oo cana o Eae oda ban arcos a
Necrología.
A A E A A A A A
A A A A O elo sie
MIO MO PIO... o. mocnotrtens retener ose den asocandcosasas pa UE Eno: coi
Varela Salceda (Prof. D. Joaquín.) Su 70? aniversario....ooooommmmmmmm.m.o.
—— Método fácil y rápido para reconocimiento de saleS .ooooononccnnocann ns
66
88
49
78
34
17
31
41
61
36
98
Bibliografía.
BLTBITGERAT EN
Páginas
Armagnat. Instruments et méthodes de mesures électriques.....ooocmomomm.... 94
Barbillion. Production et emploi des courants alternatifs. (Scientia)....... 29
Beauregard. Matiére médicale zool0giqu6......coomcooorcocosoconcoccnnronsccnacones 55
Berthelot. Les Carbures d'Hydrogéne. 1851-1901...oconccononociconannaciononos 11
Blondel. Moteurs synchrones á courants alternatifs. (Encyclopédie des Ai-
de-MEMOIE Nooado o hacdocdn rre de le de dond racco EN 360
Bohn. L'évolution du pigment. (Scientia)...mómooo ceonvosonosososacocanconcancnns 28
Borel. Legons sur les séries á termes positif3.....ccomomoononnncorarennnnons eoomaaso 91
Boussinesq. Théorie Analytique de la Chaleur.....ooococoocooccncarencoonoarecnoso 46
Brunton. Action des médicamenta....ocmovcccooonsacanonansnrhascacnsnancs caso onnoas 26
Chantemesse €: Podwyssotsky. Les processus généTaUX .occooccocononnoncnocnns 58
Escat. Traité Médico-chirurgical des maladies du pharynX ...omcoomonmommooo 28
Guillaume. La Convention du Métre et le Bureau International des
Poids 6b MegureB..oomoocoosooconaccoresnesaconacoss casarnos casonnocnm asapama ados . 90
Hadamard. Lecons de Géométrie élémentaire....ooocomonenonennecnooconeconrennos 27
La Série de Taylor et son prolongement smalytique (Scientia)........ 29
Langley $ Abbot. Annals of the Astrophysical Observatory of the
Smithsonian InstitutioN......oooocoocoresccccnnoos eononoroncnscononeninacinanaso 60
León. Compendio de la Historia General de MéxXiCO...coomco comoorsomeooommso. 45
Minet. Galvanoplastie et Galvanostégie. (Encycl. des Arde-Mém.) ...omcoo. 30
Nuttall (Zelia.) The Fundamental Principles of the Old and New World
CIVINIZAtIONS os. ocosonanoosaron ccoo ca ino alerce ee ioemar od EN 92
Petit. Eléments d'Anatomie Gynécologique Clinique et Opératoire........ 57
Picard. Quelques réflexions sur la Mécanique suivies d'une premiere le-
con de Dynamique .cccomcconcaoroccnnccnnnnnnnonconnnnanonconncnnnccanncnononanennns 92
Puente y Olea. Los trabajos geográficos de la Casa de Contratación........ 14
Roques. La Médecine des accidentS....oooooonoonnoons enoronennnnnnanannancnncnacanos 59
Sauton. La LépTOSC....ooooccoooncononccononaconacannonocconncncnnntorenenonnenmonsonononos 95
Schmerber. Recherches sur 1'emploi des explosifs en présence du grisou.. 565
;
NL a
pe
NOUVELLE
NOMENCIATURE DES ETRES ORGANISÓS
ET DES MINÉRAUX
A. L. HERRERA, M.S. A.,
Chef de la Commision de Parasitologie, Professeur de Zoologie et Botanique
á Ecole Normale, Président de la Société.
EDITION DE LA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE
“ANTONIO ALZATHE..”
MEXICO
IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL.
18901.
E de eS
AVERTISSEMENT.
1? Tous les genres des animaux sont terminés en us ou s
(masculin).
2% Tous les genres des plantes sont terminés en a (féni-
nin).
32 Tous les noms des minéraux sont terminés en um ou
m (néutre).
4 Les genres des animaux et des plantes sont précédés
de Pabréviaton de la classe ou de Pordre, et terminés par les
initiales de lVembranchement, subordre ou famille.
5 Les genres de plus de quatorze lettres ont été abreviés
ou supprimés.
EXEMPLE.—Repacansaurus (V. S. C.), c'est un animal par
la terminaison en us, un vértébré por linitiale Y, un reptil
par Vabréviation Rep. Maintenant on trouvera Vexplication des
initiales V. S. C. dans la liste des abreviations, c'est á dire:
VERTEBRATA, SAURIA, CRASSILINGUIA.
a.
' A qe . e "m0
“l
- Y nm a ho al
y -
. Pp
.
,
e l pay lc. de had E
.
.
.
* U a
' Rd s
A + a
j
Ya
>
y" 0
t
a pi
y > a A AA
U
e » so. y adañara dstog astaala au peo ao! mE
E
A 10 ebrios duos xido sh aos tal pu
A > d A 0 E 4 pe pan,
, en Po A ma A mE ,
0 08h 00d lala sb da; auñinias sob pci sal.
, sel 40] Vaina de bo aby 0 osealo pl eb cqlaivón
3% ollicami no asbrodija ¿nomedomerdas'Í ob al
adivordnd dao bout yx co4B eb qu ob ld sl
a ión, su da0'o HO 2 Y paro om Vat
no us M.olsitiail 20q didblióy su am 19 soaionito
pe pra asesor $10 ¿ntpotrie We mn noitaiva
PREMIERE PARTIHE.
ABREVIATIONS.
Ac. Acanthaceae.
Alga. Algae.
Alis. Alismaceae.
Ama. Amaryllidaceae.
Amar. Amarantaceae.
Ana. Anacardiaceae.
Ano. Anonaceae.
Apo. Apocynaceae.
Ar. Aristolochiaceae.
" Ara. Araliaceae.
Arac. Arachnoidea.
Aro. Aroidaceae.
Asc. Asclepiadaceae.
Ave. Aves.
Bal. Balanophoraceae.
Bals. Balsamineae.
Bat. Batrachia.
Beg. Begoniaceae.
Ber. Berberideae.
Big. Bigoniaceae.
Bix, Bixaceae,
Brom. Bromeliaceae.
Brun. Brunoniaceae.
Bur. Burseraceae.
C. T. Cryptogamia Thallophy-
ta.
C. C. M. Cryptogamia Cormo-
phyta Muscineae.
G. G. V. Cryptogamia Cormo-
phyta Vascularia.
Cab. Cabombaceae.
Cac. Cactaceae.
Cal. Calycanthaceae.
Cam. Camelliaceae.
Camp. Campanulaceae.
Cap. Capparidaceae.
Capr. Caprifoliacea,
Car. Caryophyllaceae.
Cedr. Cedreleae.
Cel. Celastraceae.
Cer. Ceratophyllaceae.
Cis. Cisticaceae.
Cni. Cnidaria.
Comb. Combretaceae.
Comm. Commelynaceae.
Comp. Compositae,
Con. Connaraceae.
Con. Coniferae.
Conv. Convolvulaceae.
Cor. Coriarieae.
Corn. Cornaceae.
Cras. Crassulaceae.
Cru. Cruciferae.
Crus. Crustacea.
Cuc. Cucurbitaceae.
Cup. Cupuliferae.
Cyc. Uycadaceae.
Cyp. CUyperaceae.
Cyt. Cytinaceae.
Chen. Cnenopodiaceae.
Chlor. Chloranthaceae.
D. G. D. Dicotyledones Ga-
mopetalae Dicarpiae.
D. G. L Dicotyledones Gramo-
petalae Inferae.
D. G. 5. Dicotyledones Gramo-
petalae Superae.
D. M. A. Dicotyledones Mo-
nochlamydeae Achlamy-
dosporeae.
D. M. C. Dicotyledones Mo-
nochlamydeae Curvem-
bryeae.
D, M. D. Dicotyledones Mono-
chlamydeae Daphnales.
D. M. M. Dicotyledones Mo-
nochlamydeae Micrem-
bryeae.
D. M. Ma. Dicotyledones Mo-
nochlamydeae Multioyu-
late Aquaticae.
D. M. Mt. Dicot yledones Mo-
nochlamydeae terrestris.
D M. Oa. Dicotyledones Mo-
nochlamydeae Ordines
anomali.
D. M. U. Dicotyledones Mono-
chlamydeae- Unisexuales.
- D. P.C. Dicotyledones Poly-
petalae Calyciflore.
D. P. D. Dicotyledones Poly-
petalae Disciflorae.
D. P. T. Dicotyledones Poly-
petalae Thallamiflore.
Dat. Datiscaceae.
Dil. Dilleniaceae.
Dios. Dioscoreaceae.
Dip. Dipteraceae.
Dips. Dipsaceae.
Dros. Droseraceae.
Ebe. Ebenaceae.
Echi. Echinodermata.
Ele. Elaeagnaceae.
Equi. Equisetales.
Eri. Ericaceae.
Erio. Eriocaulaceae.
Ery. Erythoxylaceae.
Euph. Euphorbiaceae.
Fic. Ficoideae.
Fil. Filices.
Fum. Fumariaceae.
Fung. Fungi.
G. Gymnospermia.
Gen, Gentianaceas.
Ger. Geraniaceae.
Gne. Gnetaceae.
Good. Goodemiaceae.
Gram. Graminaceae.
Gut. Guttiferae.
Hal Haloragaceae.
Ham. Hamamelidaceae.
Hep. Hepaticae.
Hydr. Hydrophyllaceae.
Hydr. Hydrocharidaceae.
Hyp. Hypericaceae.
I. A. A. Invertebrata Antho-
zoa Aleyonaria. (Oni.)
I. A. Ch. Invertebrata Anne-
lides Chaetopoda (Ver.)
I. A. H. Invertebrata Anneli-
des Hirudinei (Ver.)
I. A. O. Invertebrata Asteroi-
dea Ophiuridea. (Echi.)
I. A.S. Invertebrata Asteroi-
dea Stelleridea (Echi.)
I, A.Z. Invertebrata Antho-
zoa Zoantharia (Cni.)
I. Ac. Invertebrata Acarina
(Arac.)
I. Ar. Invertebrata Araneida
(Arac.)
I. Br. Ec. Invertebrata Bryo-
zoa Ectoprocta (Mol.)
I. Br. En. Invertebrata Bryo-
zoa Entoprocta (Mol)
I. Br. 1. Invertebrata Brachio-
poda Inarticulata (Mol.)
I. Br. P. Invertebrata Bryozoa
Pterobranchia (Mol.)
I. Br. T. Invertebrata Bryozoa
Testicardines (Mol.)
I. C. Invertebrata Crionidea :
(Eechi.)
I, C. Invertebrata Calcispon-
gia
I. C. A. Invertebrata Crinoi-
dea Articulata (Echi.)
I. C, Cp. Invertebrata Coleop-
tera Cryptopentamera
(Ins.)
I. C. Ct. Invertebrata Coleop-
tera Cryptotetramera
(Ins.)
I. C, D. Invertebrata Cepha-
lopoda Dibranchiata (Mol)
I. C. E. Invertebrata Cteno-
phorae Eurystomae (Cni.)
I. C. H. Invertebrata Coleop-
tera Heteromera (Ins.)
I. C. L. Invertebrata Cteno-
phorae Lobatae (Oni.)
I. C. P. Invertebrata Coleop-
tera Pentamera (Ins.)
I. C. S. Invertebrata Cteno-
phorae Saccatae (Cni.)
I. C. T, Invertebrata Crinoi-
dea Tesselata (Echi.)
I C. T. Invertebrata Cteno-
phorae Taeniatae (Cni.)
I. C. T. Invertebrata Cepha-
lophoda Tetrabranchiata
(Mol.)
I. Chp. Invertebrata Chilopo-
da (Myr.) :
I. Chg. Invertebrata Chilog-
natha (Myr.)
I. D. A. Invertebrata Diptera
Aphaniptera (Ins.)
IL D. B. Invertebrata Diptera
Brachycera (Ins.)
L D. N. Invertebrata Diptera
Nemocera (Ins.)
I. E. Invertebrata Enterop-
neusta (Echi.)
I. E. C. Invertebrata Echinoi-
dea Clypeastroideae (Echi)
I. E. Ci, Invertebrata Ento-
mostracea Cirripedia
(Crus.)
I. E, Co. Invertebrata Ento-
mostracea Copepoda .
(Crus.)
I. E. O. Invertebrata Ento-
mostracea Ostracoda
(Crus.) á
I. E. Ph. Invertebrata Ento-
mostracea Phyllopoda
(Crus.)
I. E. R. Invertebrata Echinoi-
dea Regularia (Echi.)
I. E. S. Invertebrata Echinoi-
dea Spatangoideae (Echi.)
I. F. Invertebrata Fibrospon-
giae (Por.)
I. F: Invertebrata Foramini-
fera (Prot.)
I. G. Invertebrata Gregarina
I. G. A. Invertebrata Grephy-
rei Achaeta (Ver.)
I. G. Ch. Invertebrata Gephy-
rel Chaetifera (Ver.)
L
G. H. Invertebrata Gastro-
poda Heteropoda (Mol.)
. G. M. Invertebrata Gigan-
tostraca Merostomata
(Crus.)
. G. O. Invertebrata Grastro-
poda Opisthobranchia
(Mol.)
. G. Pr. Invertebrata Grastro-
poda Prosobranchia (Mol)
. G. Pu. Invertebrata Gastro-
poda Pulmonata (Mol.)
I. G. T. Invertebrata Gigan-
I
tostraca (?) Trilobites
(Crus.)
. G. X. Invertebrata Gigan-
tostraca Xiphosura (Crus)
. H. Invertebrata Heliozoa
(For.)
. H. A. Invertebrata Holothu-
rioidea Apoda (Echi.)
. H. A. Invertebrata Hydro-
medusae Acalephae (Cni.)
. H. H. Invertebrata Hydro-
medusae Hydroidea (Cni.)
. H. P. Invertebrata Holo-
thurioidea Pedata (Echi.)
. H. S. Invertebrata Hydro-
medusae Siphonophorae
(Cni.)
. He. Invertebrata Heterotri-
cha (Inf.)
. Ho. Invertebrata Holotri-
cha (Inf.)
*
I. Hy. Invertebrata Hypotri-
cha (Inf.)
I. Hy. A. Invertebrata Hyme-
noptera Aculeata (Ins.)
I. Hy. T. Invertebrata Hyme-
noptera Terebrantia (Ins.)
I, L. A. Invertebrata Lamelli-
branchiata Asiphoniata
(Mol.)
I. L. B. Invertebrata Lepidop-
tera Bombycina (Ins.)
I. L. G. Invertebrata Lepidop-
tera Geometrina (Ins.)
IL, M. Invertebrata Lepidop-
tera Microlepidoptera
(Ins.)
I. L. N. Invertebrata Lepidop-
tera Noctuina (Ins.)
I. L. P. Invertebrata Lingua-
tulida Pentastomidae
(Arac.)
I. L. R. Invertebrata Lepidop-
tera Rhopalocera (Ins.)
I. L. S. Invertebrata Lamelli-
branchiata Siphoniata
(Mol.)
I. L. S. Invertebrata Lepidop-
tera Sphingina (Ins.)
I. M. A, Invertebrata Malacos-
tracea Arthostraca
(Crus.)
I. M. 1. Invertebrata Malacos-
-—— tracea Isopoda (Crus.)
I. M.L. Invertebrata Malacos-
tracea Leptostraca (Crus.)
a
I. N. A. Invertebrata Nema-
thelminthes Acanthoce-
phali (Ver.)
I. N. Ch. Invertebrata Nema-
thelminthes Chaetosomi-
dae (Ver.)
I, N. D. Invertebrata Nema-
thelminthes Desmoscole-
cidae (Ver.)
I. N. N. Invertebrata Nema-
thelminthes Nematodes
(Ver.)
I, N, P. Invertebrata Nevrop-
tera Planipennia (Ins.)
I. N. S. Invertebrata Nevrop-
tera Strepsiptera (Ins.)
I. N. T. Invertebrata Nevrop-
tera Trichoptera (Ins.)
I. O. G. Invertebrata Orthop-
tera Genuina (Ins.)
I. O. P. Invertebrata Orthop-
tera Pseudo-Nevroptera
(Ins.)
T. O. T. Invertebrata Orthop-
tera Thysanura (Ins.)
I. P. Invertebrata Peripatidae
(Ony,)
I. P. Invertebrata Peritricha
(Inf.)
I. P. Invertebrata Pygnogoni-
des (Arac )
I. P. C. Invertebrata Plathel-
minthes Cestodes (Ver.)
I, P. G. Invertebrata Pteropo-_
da Grymnosomata (Mol.)
Herrera. Nomenclature. —2.
10
I. P. N. Invertebrata Plathel- 1. Sc. Invertebrata Scorpioni-
minthes Nemertini (Ver.) dea (Arac.)
I. P. T. Invertebrata Pteropo- 1. So, Invertebrata Solifugae
da Thecosomata (Mol.) (Arac.)
I. P. Tr. Invertebrata Plathel- 1. T. B. Invertebrata Thora-
minthes Trematodes costraca Brachyura
(Ver.) (Crus.)
I. P.Tu. Invertebrata Plathel- 1. T. C. Invertebrata Thoracos-
minthes Turbellaria (V er.) traca Cumacea (Crus.)
I. Pe. Invertebrata Pedipalpi 1. T. M. Invertebrata Thora-
(Arac.) costraca Macrura (Crus.)
I. Ph, Invertebrata Phalangi- 1. T. P. Invertebrata Thoracos-
da (Arac.) traca Podophthalmata
1. Ps. Invertebrata Pseudos- (Crus.)
corpionidae (Arac.) I. T. S. Invertebrata Thoracos-
I. R. Invertebrata Rotatoria traca Stomatopoda (Crus,)
(Ver.) I. Ta. Invertebrata Tardigra-
I. R. Invertebrata Radiolaria da (Arac.)
(For.) I. Te. Invertebrata Tethyodea
I. R. A. Invertebrata Rhyncho- (Tun.)
ta Aptera (Ins.) I. Th. Invertebrata Thaliacea
I. R. C. Invertebrata Rhyncho- (Tun.)
ta Cicadaria (Ins.) Nic. llicaceae
I, R. E. Invertebrata Rotato- 1Il. Illecebraceae.
ria Echinoderae (Ver.) Inf. Infusoria,
I. R. G. Invertebrata Rotato- Ins. Insecta.
ria Gastrotrichae (Ver. Iri. Iridaceae.
I. R. H. Invertebrata Rhyn- Iso. Isoétaceae.
chota Hemiptera (Ins.) Jug. Juglandaceae,
I. R. P. Invertebrata Rhyn- Jun. Juncaceae,
chota Phytophthires (Ins.) Lab. Labiatae.
I. S. Invertebrata Suectoria Lar. Lardizabalaceae.
(Inf.) Lau. Lauraceae.
1.S.S. Invertebrata Scaphopo- Leg. Leguminosae.
da Solenoconchae (Mol.) Lem. Lemnoaceae.
Lil. Liliaceae.
Lim. Limnantheae.
Lin. Linaceae:
Loa, Loasaceae.
Log. Loganiaceae.
Lor. Loranthaceae.
Lyc. Lycopodiales,
Lyt. Lythrarieae.
M. A. Monocotyledones Apo
carpae.
M, Ca. Monocotyledones Caly-
cinae,
M. Co. Monocotyledones Co-
ronarleae.
M. E, Monocotyledones Epigy-
nae.
M. G. Monocotyledones Glu-
maceae.
M. M. Monocotyledones Mi
crospermae.
M. N. Monocotyledones Nudi-
florae.
Mag. Magnoliaceae.
Malp, Malpighiaceae.
Malv. Malvaceae.
Mam. Mammalia.
Mar. Marsiliaceae.
May. Mayacaceae.
Mel. Melastomaceae.
Meli. Meliaceae.
Men. Menispermaceae,
Mol. Mollusca et Molluscoidea.
Mon. Monimiaceae.
Mori. Moringaceae.
Mus. Muscineae.
Myr. Myriapoda.
Myr. Myristicaceae,.
Myri. Myricaceae.
Myrs. Myrsinaceae.
Myrt. Myrtaceae.
Nai. Naiadaceae.
Nel. Nelumbiaceae.
Nyc. Nyctaginaceae.
Nym. Nymphaeaceae.
Ole. Oleaceae.
Ona. Onagrarieae.
Ony. Onyehophora.
Orch. Orchidaceae.
Oxa. Oxalideae.
Pal, Palmaceae.
Pan. Pandanaceae.
Pan. Pangiaceae.
Pap. Papaveraceae.
Pap. Papayaceae.
Pas. Passifloraceae,
Ped. Pedaliaceae.
Per. Personales.
Phil. Philesiaceae.
Phyt, Phytolaccaceae.
Pip. Piperaceae.
Pis. Pisces,
Pit. Pittosporaceae.
Plan. Plantaginaceae.
Plat. Platanaceae.
Plum. Plumbaginaceae.
Podos. Podostemaceae.
Pol. Polemoniaceae.
Poly. Polygonaceae.
Pont. Pontederiaceae.
Por. Porifera.
Por. Portulacaceae.
Prim. Primulaceae.
Prot. Protophyta.
Prot. Protozoa.
Ran. Ranunculaceae.
Rep. Reptilia.
Res. Resedaceae.
Rham. Rhamnaceae.
Rhiz. Rhizophoraceae.
Rhiz. Rhizopoda.
Rosa. Rosaceae.
Rox. Roxburghiaceae.
Rub. Rubiaceae.
Rut, Rutaceae.
Sal, Salviniaceae.
Sali. Salicaceae.
Sam. Samydaceae.
San. Santalaceae.
Sap. Sapindaceae.
Sapo. Sapotaceae.
Sar. Sarraceniaceae.
Sax. Saxifragaceae.
Schi. Schizandraceae.
Sel, Selaginaceae.
Sima. Simarubaceae.
Sol. Solanaceae.
Ster. Sterculiaceae.
Styr. Styraceae.
Tam. Tamaricaceae.
Thym. Thymelaeaceae.
Til. Tiliaceae.
Tre. Tremandaceae.
Tro. Tropaeolaceae.
Tun. Tunicata.
Tur. Turneraceae.
12
Typh. Typhaceae.
Umb. Umbelliferae.
Urt. Urticaceae.
V. A. A. Vertebrata Artiodac-
tyla (Mam )
V. A. Ca. Vertebrata Artio-
dactyla Cavicornia(Mam.)
V. A, Ce. Vertebrata Artio-
dactyla Cervidae (Mam.)
V. A.D. Vertebrata Artiodac-
tyla Devexa (Mam.)
V.A. M. Vertebrata Artiodac-
tyla Moschidae (Mam.)
V. A. O. Vertebrata Artiodac-
tyla Obesa.
V. A. Ty. Vertebrata Artio-
dactyla Tylopoda (Mam.)
V. A.S. Vertebrata Artiodac-
tyla Suidae (Mam,)
V. An. A. Vertebrata Anura
Aglossa (Bat.)
V. An. D. Vertebrata Anura
Discodactylia (Bat.)
V. An. O. Vertebrata Anura
Oxydactylia (Bat.)
V. Ap. Vertebrata Apoda
(Bat.)
V. Ca. OC. Vertebrata Carnivo-
ra Canidae (Mam.)
V. Ca. F. Vertebrata Carnivo-
ra Felidae (Mam.)
V. Ca. H. Vertebrata Carnivo-
ra Hyaenidae (Mam.)
V. Ca. M. Vertebrata Carnivo-
ra Mustelidae (Mam .)
V. Ca. U. Vertebrata Carnivo-
ra Ursidae (Mam.)
V, Ca. V. Vertebrata Carnivo-
ra Viverridae (Mam.)
V, Ce. Vertebrata Cetacea
(Mam.)
V. Co. Vertebrata Columbinae
(Ave.)
V. Cr. A. Vertebrata Crocodi-
lia Alligatoridae (Rep.)
V. Cr. Cr, Vertebrata Crocodi-
lia Crocodilidae (Rep.)
V. Cr. G. Vertebrata Urocodi-
lia Gavialidae (Rep.)
. Cu. Vertebrata Cursores
(Ave.)
. Cy. Vertebrata Cyclostomi
(Pis.)
. Ch. Vertebrata Chelonia
(Rep.)
Ch. F. Vertebrata Chirop-
tera Frugivora (Mam.)
. Ch. H. Vertebrata Chon-
dropterygii Holocephali
(Pis.)
V. Ch, I. Vertebrata Chiropte-
ra Insectivora (Mam.)
V. Ch. P. Vertebrata Chon-
dropterygil Plagiostomi
(Pis.)
. D. D. Vertebrata Dipnoi
Dipneumona (Pis.)
V. D. M. Vertebrata Dipnoi
Monopneumona (Pis.)
334 3-4_3
<
V. E, Vertebrata Edentata
(Mam.)
V. E. I. Vertebrata Enaliosau-
ria Ichthyosaurii (Rep.)
V. E. N. Vertebrata Enalio-
sauria Nothosaurii (Rep.)
V.E.P. Vertebrata Enaliosau-
ria Plesiosaurii (Rep.)
V.G. Ac. Vertebrata Ganoi-
dei Acanthodides (Pis.)
V. G. Am. Vertebrata Ganoi-
dei Amiades (Pis.)
V. G. Cr. Vertebrata Ganoidei
Crossopterygli (Pis).
V. G Ch. Vertebrata Ganoi-
dei Chondrostei (Pis.)
V. G. Eu. Vertebrata Granoi-
dei Euganoidei (Pis.)
V. G. Pl. Vertebrata Ganoi-
dei Placodermata (Pis.)
V. G, Py. Vertebrata Ganoi-
dei Pyenodontides (Pis.)
V. Ga. Vertebrata Gallinacei
(Ave.)
V. Gr. Vertebrata Grallatores
(Aye.)
V. I. E. Vertebrata Insectivo-
ra Erinaceidae.
V. IS. Vertebrata Insectivo-
ra Soricidae (Mam.)
V. 1. T. Vertebrata Insectivo-
ra Talpidae (Mam.)
V. L. Vertebrata Leptocardii
(Pis.)
V. L. Vertebrata Labyrintho-
dontes (Bat.)
V. Ma. Vertebrata Marsupialia
(Mam.)
V. Mo. Vertebrata Monotre-
mata (Mam.)
V. N. Vertebrata Natatores
(Ave.)
V. O. C, Vertebrata Ophidia
Colubriformia (Rep.)
V.O. O. Vertebrata Ophidia
Opoterodonta (Rep.)
V.O. P. Vertebrata Ophidia
Proteroglypha (Rep.)
V.O. S. Vertebrata Ophidia
Solenoglypha (Rep.)
V. P. C. Vertebrata Passeres
Conirostres (Ave.)
V. P. D. Vertebrata Passeres
Dentirostres (Ave.)
V. P. F. Vertebrata Passeres
Fissirostres (Ave.)
V.P. L. Vertebrata Passeres
Levirostres (Ave.)
V. P.Ph. Vertebrata Pinnipe-
dia Phocidae (Mam.)
V. P. T. Vertebrata Pinnipe-
dia Trichechidae (Mam.)
V. P. T. Vertebrata Passeres
Tenuirostres (Ave)
V. Pi. C. Vertebrata Pitheci
Catarrhini (Mam.)
V. Pi. H. Vertebrata Pitheci
Hapalidae (Mam.)
14
V. Pi. P, Vertebrata Pitheci
Platyrrhini (Mam.)
V. Pr. Vertebrata Proboscidea
. (Mam.)
V. Pr. Ch. Vertebrata Prosi-
miae Chiromysidae
(Mam.)
V. Pr. E. Vertebrata Probos-
cidea Elephantidae
(Mam.)
V. Pr. G. Vertebrata Prosi-
miae Galeopithecidae
V. Pr. L. Vertebrata Prosi-
miae Lemuridae (Mam.)
V, Pr. L. Vertebrata Probos-
cidea Lamnugia (Mam.)
V. Pr. T, Vertebrata Prosi-
miae Tarsidae (Mam.)
V. Pt. Vertebrata Pterosauria
(Rep.)
V. R. A. Vertebrata Raptato-
res Accipitridae (Ave.)
V. R. Ar. Vertebrata 'Roden-
tia Arvicolidae (Mam.)
V. R, Ca. Vertebrata Roden-
tia Castoridae (Mam.)
V. R. Di. Vertebrata Roden-
tia Dipodidae (Mam.)
V. KR. Ge. Vertebrata Roden-
tia Georychidae (Mam.)
V. R. Hy. Vertebrata Roden-
tia Hystricidae (Mam.)
V. R. La. Vertebrata Roden-
tia Lagostomidae (Mam.)
a E CA
v
V
R. Le. Vertebrata Roden-
tia Leporidae (Mam.)
R. Mu. Vertebrata Roden-
tia Muridae (Mam )
R. Oc. Vertebrata Roden-
tia Octodontidae (Mam.)
R. S. Vertebrata Raptato-
res Strigidae (Ave.)
. R. S. Vertebrata Rodentia
Sciuridae (Mam.)
. R.Sa. Vertebrata Roden-
tia Saccomyidae (Mam.)
. R. Su. Vertebrata Roden-
tia Subungulata (Mam.)
V.R. V. Vertebrata Raptato-
V
y
y
e
y
y
res Vulturidae (Ave.)
. S. Vertebrata Scansores
(Ave.)
.S. A. Vertebrata Sauria An-
nulata (Rep.)
. S. B. Vertebrata Sauria
Brevilinguia (Rep.)
S. C. Vertebrata Sauria
Crassilinguia (Rep.)
. S. F. Vertebrata Sauria
Fissilinguia (Rep.)
. S. V. Vertebrata Sauria
Vermelinguia (Rep.)
15
V. T, Ac. Vertebrata Teleos-
tei Acanthopteri (Pis.)
V. T. An. Vertebrata Teleos-
y tei Anacanthini (Pis.)
V. T. L. Vertebrata Teleostel
Lophobranchii (Pis.)
V. T. Ph. Vertebrata Teleos”
tei Physostomi (Pis.)
V. T.Pl. Vertebrata Teleostei
Plectognathi (Pis.)
V. U. E. Vertebrata Ungulata
Equidae (Mam.)
V. U. IL Vertebrata Urodela
Ichthyoidea (Bat.)
V.U. R. Vertebrata Ungulata
Rhinoceridae (Mam.)
V. U.S. Vertebrata Urodela
Salamandrina (Bat.)
V. U. Ta. Vertebrata Ungula-
ta Tapiridae (Mam.)
Vac. Vacciniaceae.
Val. Valerianaceae,
Ver. Verbenaceae.
Ver. Vermes.
Viol. Violaceae.
Vit. Vitaceae.
Xyr. Xyridaceae.
Zin. Zingiberaceae.
Zyg. Zygophyllaceae.
oran my Ya
ps: Has h. o
eS AAA: yd eo MÍ: A
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b ho + ocn 9 dd
cid Y ado
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17
DEUXIEME PARTIE.
Liste des principaux genres des animaux et des plantes.
Con abiesa (G.)
Rep ablabes (V. O. C.)
Ins abraeus (I. C. P.)
Pis abramis (V. T. Ph.)
Ins abras (I. Hy. T.)
Ins abraxas (1. L. G.)
Leg abrusa (D. P. G.)
Cni abylas (1. H. $.)
Leg acacia (P. D. €.)
Rep acalyptus (V. O. P.)
Ver acanbothris (1.
Crus acancercus (1.
Ins acancerus (1. €.
Cni acaneyatus (1. A.
P. C.)
E. Ph.)
P,
)
Z.
==
Rep acandactys (V. $. F.)
Ver acandellas (1. A. H.)
Ver acandrilus (1. A. Ch,)
Rep acansaurus (V. $. C.)
Ac acantha (D. G. D.)
Echi acanthastes (I. A.
Cni acanthastraeas (1.
Por acanthellas (1. F.)
Ins acanthias (1. R. H.)
Pis acanthias (V. Ch. P.)
Mam acanthios (V. R. Hy.)
Rhiz acanthochias (1. R.)
Rhiz acanthocys (1. H.)
5.)
AZ.)
Pis acanthodes (V. G. Ac.)
Rhiz acanthodesmias (1. R.)
Ins acanthomes (1. D. B.)
Rhiz acanthomes (1. R.)
Rep acanthophis (V. O. P.)
Pis acanthurus (V. T. Ac.)
Crus acastas (1, E. Ci.)
Ave accentorus (V. P. D.)
Mol aceras (1. G. O.)
Pis acerinas (V. T. Ac.)
Rhiz acervulinas (1. F.)
Echi acestes (I. E. $.)
Alga acetabula (6. y )
Crus acetes (1. T. M.)
Crus achaeus (1. pe B.)
Mol achatinas (I, E )
Arac achelias (1.
Ins acherontias a E S.)
Ins achetas (I. O. G.)
Comp achillea (D. G. 1.)
Fun achlya (C. T.)
Sapo achrasa (D. G. $.)
Bat achris (V. An. D.)
Ins achroias (1. L. M.)
Crus achtheres (I. E. Co.)
Mol aciculas (TL G. Pr.)
Ins acidalias (1, L. G.)
Herrera. Nomenclature. -3.
Crus acidostos (1. M. A.)
Ins acilius (IT. O, P.)
Inf acinetas (L. $.)
Pis accipenses (V. G. Ch.)
Mol acmaeas (LI. G, Pr.)
Ver acmostomus (I. P. Tu.)
Ver acoetes (I. A. Ch.)
Mam acomys (V. R. Mu.)
Ran aconita (D. P. T.)
Rep acontias (V. $. B.)
Crus acoperus (1 E Ph.)
Aro acora (M. N.)
Ins acridius (TI, O. E.)
Ins acridopes (T. O. G.)
Ave acridothes (V. P. D.)
Mam acrobates (V. Ma.)
Ins acroceras (1. D. B.)
Rep acrochordus (V. O. 6.)
Echi acrocida (I. E. R.)
Ins acrocinus (1. C. Op
.)
Ver acrocirrus (I. A. Ch.)
Echi acrocla lias (1. E. R.)
Pis acrodus (V. Ch. P.)
Ins acronyctas (L. L. N.)
Echi acrosales (T. E. R.)
Ran actaea (D. P. T.)
Crus actaeas (I. T. B.)
Crus actaeodes (1. T. B.)
Mol actaeonias (TI. G. O.)
Mol actaeonus (I. G. O.)
Cni actidendros (I. A. $.)
Cni actinerias (I. A. $.)
Cni actinias (T. A. $.)
Dil actinidia (B. P. T.)
Inf actinobos (T. Ho.)
18
Prot- actinocephas (IT. G.)
Echi actinometras (1. C. A.)
Rhiz actinophrys (1. H.)
Ver actinutus (1. R.)
Rhiz actisphaerias (1. H.)
Aye actodromas (V. Gr.)
Malv adansonia (D. P. T.)
Ara adaxa (D. P..C.)
Ins adelas (IL. L. M.)
Ins adelceras (1. C. P.)
Ins adelops (1. C. P.)
Ran adonisa (D. P.
Dil adrastea (D. P.
Ins aedes (I. D. Ny
Crus aegas (1. M. 1)
Ave aegialites (V. Gr.)
Cni aeginas (I-H. H.)
Crus aeginas (L. M. A.)
Cni aeginetas (1.
Cni aeginopsis (L.
Ave aegithalus (V. P.
Rut aeglea (D. P. D.)
Crus a«egleas (1. T. M.)
Ver aelosomas (IT. A. Ch.)
Mol aeolidias (I Go.)
Ins aeolothrips (T. O. P.)
Ave aepyornis (V. Cu.)
Rep aepysurus (V. O. P.)
Cni aequoreas (TI. H. H)
Ins aesalus (TI. C. P.)
1. H,)
D.)*
- Ins aesehnas (1. O. P.)
Sap aesculusa (D. P. D)
Pis aesopias (V. T. An.)
Mol aeteas (TI. Br. Ec.)
Fung aethalia (0. T.)
Arac agalenas (1. An.)
Cni agalmas (I. H. 5).
Cni agalmopsis (1. H. $.)
Rep agamas (V. $. C.)
Lau agaphylla (D. M. D.)
" Fung agaricua (C. T.)
Echi agassizias (L E. $.)
Ins agathidis (1. C. P.)
Ama- agavea (M. E.)
- Ins agelasticas (1. C.
Ins agilias (1. L. B.)
Ins aglaopes (1. L. B.)
Cni aglaophenias (1. H. H.)
Cni aglauras (1. H. H.)
Pis agnus. (V. T. Ac.)
Pis agonus (V. T. Ac.)
Ins agrilus (1. C. P.)
Ins agrionus (1. O. P.)
Ins agriotes (1. C. P.)
Car agrostemma (D, P. T.)
Ins agrotis (1. L. N.)
Ins agrypnos (1. C. P.)
Ins agrypnias (1. N. T.
Rep ahoectullas (V. O,
Sima aillanthusa (D. P.
Ave ajajas (V. Gr.)
Ave alaudas (V. P. C.)
Ver alaurinas (IL. P. Tu)
Pis alausas (V. T. Ph.)
Ver albertias (I, R.)
Crus albhippas (I. T, M.)
Crus albuneas (1. T. M.)
Pis alburnus (V. T. Ph.)
Ave alcas (V. N.)
Aye alcedos (V. P. L,)
Cp.)
)
O.)
D.)
19
Mam alces (V. A, Ce.)
Cni alcinoes (1. C. L.)
Ver alciopas (1. a Ch.)
Crus alcippes (I. E. Ci.)
Ave aleyones (V. P. L.)
Mol aleyonellas (1. Br. Ec.)
Mol aleyonides (1. Br. Ec.)
Cni aleyonius (1 .A. A.)
Dros aldroyanda (D. P. €.)
Echi alectos (1. C. A.)
Ins aleocharas (1. €. P.)
Crus alepas (1. E. Ci.)
Pis alepcephas (V. T. Ph.)
Euph aleurita (D. M. U.)
Ins aleurodes (LI, R. P
Leg alhagia (D. P. G.)
Apo allamanda (D.
Rep alligatorus (V
Lil alliuma (M. Co.)
Cni alloporas (1. H. H.)
Crus allorches (1. M. A.)
Ver allostomas (L P. Tu.)
Cup alnusa (D. M, U.)
Lil aloesa (M. Co).
Leg aloexyla (D. P. G.)
Pis alopias (V. Ch. P.)
Ver aloysia (D. G. D.)
Crus alpheus (1. T. M.)
Zin alpinia (M. E.)
Rep alponotus (V. $, C.)
Viol alsodeia (D. P. T.)
Bat alsodes (V.:An. O.)
Apo alstonia (D. G. D.)
Ama alstroemeria (M. E.)
Malv althaea (D, P. T.)
.)
D,)
G.
. Cr. A.)
Insa lucitas (IL. L. M.)
Rhiz alveolinas (1. F..)
Cni alveoporas (1. A. $.)
Ins alydus (1. R. H.)
Bat alytes (V. An. O.)
Cni amaltheas (1. H. H.)
Amar amaranta (D. M. C.)
Tun amaroecius (1. Te.)
Mol amathias (1. Br. Ec.)
Arac amaurobius (I. Ar.)
Pis amblyopsis (V. T. Ph.)
Rep amblycephas (V. O. 6.)
Crus amblyopsis (IL. T. P.)
Pis amblyopus (V. T. Ac.)
Rep amblyrhynchus(V.S.C.)
Bat amblystomas (V. U. $.)
Rep ameivas (V. $. Y.)
Pis amias (V. G. Am.)
Pis amiopsis (V. G. Am.)
Lyt ammannia (D. P. 6.)
Ins ammobuis (1. C. H.)
Ver ammochares (1. A. Ch.)
Pis ammodytes (V. T. An.)
Ins ammoecius (1. C. P.)
Mol ammonites (1. C. T.)
Ins ammophilas (I. Hy. A.)
Pis ammopleus (V, T. An.)
Cni ammotheas (Í. A. A.)
20
Mam ammotragus (V. A. Ca.)
Ver ammotrypas (1. A. Ch.)
Rhiz amoebas (1. F..)
Prot amoebidius (1. G-.)
Lin amomua (M. E.)
Aro amorphallua (M. N.)
Ins ampedus (1. C, P.)
Aye ampelis (V. P.
Crus ampeliscas (1.
Vit ampelopsia (
Ver ampharetes
Mol amphibolas
Ver amphicteis (L. A. €
Ins amphidasis (1. L. G
Echi amphidetus (I. E. $.)
Ins amphientos (I. O. P.)
Ver ampbhiglenas (L. A. Ch.)
Rep amphiglossus (V. 5. B.)
Cni amphihelias (L A. SS
D.
M.
D.
(L
(L.
A
P.
A.
G.
A 0h)
L. G.)
Echi amphilepis (L. A. pa
Inf amphileptus (I. Ho.
Ver amphilinas (1. P. € :
Ver amphinomes (L A. Ch.)
Pis amphioxus (V. L,)
Echi amphipholis (1. A
Pis amphipnous (V. T. Ph.)
Ver amphiporus (1. P. N. )
Pis amphiprios (V. T. Ac.)
Ins amphipyras (1. L. N.)
Rep amphisbaenas (V. $. A.)
Cni amphisbetias (I H. H.)
Rhiz amphistegis (1. F.)
Crus amphithoes (1. M. A.
Crus amphithyrus (1. M. A.)
Rhiz amphitremas (LI. F.)
Ver amphitritas (1. A, Ch.)
Cni amphitrochas (1. H. H,)
Bat amphiumas (V. U. 1.)
Echi amphiuras (IL. A. O.)
Rhiz amphiznellas (1. F.)
Crus amphorides (1. M. 1.)
Por amphorinas (1. F..)
Mol ampullarias (1. G. Pr.)
Ins amydetes (1. C. P.)
Ros amygdala (D. P. C.)
Rut amyrisa (D. P. D.)
Pis anabas (V. T. Ac.
Ave anabates (V. P. T)
Pis anableps (V. T. Ph.)
Pis anacanthus (V. T. Pl.)
Ver anachaetas (1. A. Ch.)
Comp anacyela (D. G. 1.)
Leg anagyria (D. P. C.)
Men anamirta (D. P. T.)
Pis anampses (V. T, Ac.)
Echi ananchytes (I. E. $.)
Comp anandria (D. G. L)
Ins anaperas (1. D. B.)
Echi anaptas (1, H. A.)
Ave anas (V. N.)
Ins anaspis (1. C. H.)
Aye anastomus (V. Gr.)
Mol anatinas (1. L. $.)
Mol anatomus (1. Gr. Pr.)
Ins anaxus (1. O. P.)
Crus anceus (1. M. 1.)
Crus anchialus (I. T. P.)
Crus anchistias (I, T. M.)
Ins anchomenus (1. €. P.)
Crus anchorellas (1. E. Co.)
Bor anchusa (D. G. D.)
Crus anchymeras (1. M. A.)
Mol ancillarias (1. Gr. Pr.)
Crus ancinus (L. M. 1.)
Mam ancitherius (V. U. E.)
Por ancorinas (1. F.)
Verancylostomus (1. N. N.)
Mo] aneylotus (1. G. Pr.)
Mol aneylus (1. G. Pu.)
Leg andira (D. P. C.)
Ins andrenas (1. Hy. A.)
Ins andricus (1. Hy. T.)
Arac androctos (1. Se.)
Eri andromeda (D. G. $.)
Gram andropoga (M. G.)
Prim androsacea (D. G. $.)
Crus anelasmas (l. E Ci.)
Ran anemonea (D. P.
Umb anethuma (D. P.
Ver angiostomas (1. N.
Orch angraeca (M. M.)
Pis anguillas (V. T. Ph.)
Veranguillulas (1. N. N.)
Rep anguis (V. $. B.)
Crus anilocras (1. M. 1.)
Ins anillus (1. C. P.)
Prot anisonemas (1, F.)
Ins anisoplias (I. C, P.)
Ins anisosces (1. R. H.)
Ins anisotamias (I. D. B.
Ins anisops (1. R. H.)
Ins anispterys (1. L. G..)
Ins anobius (1. C. P.)
Echi anochanus (1. E. $.)
Mol anodontas (1. L, A.)
Rep anolius (V. $. C.)
Ins anomalas (1. C. P.)
Mol anomias (1. L. A.)
Crus anonyxus (1. M. A.)
Ins anopheles (I. D. N.)
Ins anophthalmus (1. C, P.)
Rep anops (V. $, A.)
1.
T.)
C.
N.,)
)
Ins anostostos (I.
Ins anotermes (1.
Ave anous (V. N.)
Insanoxias (1. C. P.
G.)
Pp
O.
O. P.)
Mam ee mau (V, A. A.)
N.)
Ave anserus (V
Ins ansotomas Mi C. P.)
Echi antedos (1. C. A.
Cni antennularias (L
Veranteus (I. A. Ch.)
Ins anthaxias (1. C. P.)
Cni antheas (IL. A. $.)
Cnianthelias (1. A. A.)
Comp anthemia (D. G. 1.)
Cnianthemodes (1. H. $.)
Echi antheneas (LI A. $.)
Ins anthidius (L. Hy. A.)
Gram anthisdia (M. G.)
Ins anthobius (1. C. P.)
Ver anthobothris (1. P. ne
Veranthocephas (LI. P. €
Sol anthocercia (D, G. D '
Ins anthocomus (1. C. P.)
Ins anthomyias (I. D. B.)
Ins anthonomus (1. C. Cp.
Ins anthopagus (1. C. P.)
Cnianthophisas (I. H. $.)
Ins anthophoras (1. Hy. A.)
Ins anthras (1. D. B.)
Ins anthrenus (1. C. P.)
Ins anthribus (1. C. Cp.)
Umb anthrisca (D, P. C.)
Aveanthropoides (V. Gr.)
Aroanthuria (M. N.)
Ayeanthus (V, P. D.)
)
)
H. BH)
- Ins aphrophoras (I.
Ins anthypnas (1. C. P.)
Urt antiarisa (D. M. U.)
Ins anticus (1. €. H.)
Mam antilopes (V. A. Ca.)
Cni antipathes (1. A. $.)
Per antirrhina (D. G. D.)
Ins anuras (L O. T.)
Ver anureas (I. R.)
Tun anurellas (I. Te.)
Veraonis (1, A. Ch,)
Ins apaturas (I. L, R.)
Til apeiba (D. P. T.)
Crus apeltes (1 E. Ci.)
Fung aphomycea (€. T.)
Ver aphelenchus (1. N. N.)
Ins aphidius (L Hy. T.)
Ins apais (1. R. P.)
Ins aphlaras (L R, P.)
Ins aphodius (1. C. P.)
Cni aphrastraeas (I. A. 5.)
Por aphrocallistes (I. F.)
Ver aphrodites (IL. A. Ch.)
Ver aphrogenias (L. A. Ch.)
R. C.)
Echi apiocrinus (1. C, A.)
Ins apionus (1. C. Cp.)
Leg apiosa (D. P. C.)
Ins apis (1. Hy. A.)
Umb apiuma (D. P. C.)
Orch aplectra (M. M.)
Tun aplidius (1. Te.)
Ver aplonodius (L, P. Tu.)
Mol aplysias (L Go.)
Por aplysillas (1, F.)
Por aplysinas (1. F.)
Apo apocyna (D. G. D.) Ver archigetes (1. P. C.)
Ins apoderus (I. C. Op.) Comp arctia (D. G. 1.)
Pis apogenus (V. T. Ac.) Ins arcticas (1. L. B.)
Cni apolemias (I. H. $.) Arac aretiscos (1. Ta.)
Mol aporrais (TL. G. Pr.) Mam arctocyonus (V. Ca, C.)
Orch apostasia (M. M.) Mam arctomys (V. R. Se.)
Pis aprionus (V. T. Ac.) Eri arctostaphya (D. G. $5.)
Crus apsendes (TI. M. 1.) Crus arcturus (1. M. 1.)
Ver apsilus (L R.) ha arctus (L. T. M.)
Ave aptenodys (V. N.) Fung areyria (C. T.)
Ave apternus (V. $.) Ave ardeas (V. Gr.)
Ave apterornis (V. Gr.) Aveardettas (V. Gr.)
Aveapterys (V. Cu.) Pal areca (M. Ca.)
Crus apus (I. E Ph.) Ver arenicolas (LI. A. Ch.)
Ver asteropes (I. A. Ch.) - Sapo argania (D. G, $.)
Ave aquilas (V. R. A.) Arac argas (1, Ac)
Ran aquilegia (D. P. T.) Pap argemona (D. P. T.)
Ver arabellas (1. A. Ch.) Pis argentinas (V. T. Ph.)
Leg arachisa (D. P. C.) Crus arges (1. G. T.)
- Cniarachnactis (1. H. H,) Pis arges (V. T. Ph.)
Echi arachnoides (I. C. E.) Arac argiopes (IT. Br. T.)
Cniarachnopathes (I. A. Z.) Molargiopes (Í. Ar.)
Rhiz arachphaeras (1. R.) Crus argis (1, T. M.)
Ara aralia (D. P. C.) Mol argonanutas (1. C. D.)
Aye aramides (V. Gr.) Crus argulus (I. E. Co.)
Ave aramus (V. Gr.) - Arac argus (I. Ar.)
Con araucaria (G.) Ave argus (V. Ga.)
Echi arbacias (I. E. R.) Ins argynnis (I. L. R.)
Moi arcas (Í. L. A.) Arac argyronetas (I. Ar.)
Rhiz arcellas (1. F.) Ver aricias (1, A. Ch.)
Rhiz arcellinas (1. F.) Mol arionus (1. E. Pu.)
Umb archangelica (D. P. C.) Veraristenias (Í: A. Ch.)
Echi archastes (T. A. $.) Ar aristolochia (D. M. Mt.)
Bat archesaurus (V. L.) Pis avius (V, T. Ph.)
Verarchidices (1. A. Ch.) Crus armadillos (1. M. 1.)
Plum armeria (D. G. $.)
Cru armoracia (D. P T.)
Comp arnica (D. 6, 1)
Pis lean (V, T, An.)
Ins aromias (1. C. Cp.)
Umb arrachaca (D. P.
Arac arrenurus (I. Ac.
Ins arrhenodes (I. €.
Gutarrudea (D. P. T.
Pip artanthea (D. M.
Mol artemis (1. L. $.
Crus artemias (1. E.
Comp artemisia (D.
Urt artocarpa (D.
Crus artotrogus (1.
Crus artystones (L.
Gram arunda (M.
Mam arvicolas (V. R. Ar.)
Ins arytainas (1. R. P.)
Lil asagraea (M.
Crus asaphus (1. -T.
Arasaruma (D. M. Mt.)
Ins ascalaphus (IL. N. P.)
Por ascaltis (1. €.)
Porascandras (1. C.)
Verascaris (I. N. N.)
- Palascarya (M. Ca.)
Por ascettas (1. C.)
Tun ascidias (1. Te.)
Crus ascidicolas (I. E. Co.)
Por ascillas (1. C.)
Ascasclepia (D. G. D.)
Fung ascobuia (C. T.)
Ver ascomorphos (1. R.)
Crus ascomyzos (1. E. Co,)
Por ascortis (1. C.)
Por asculmis (1. C.)
Por aseyssas (1. C.)
Crus asellus (I, M. IL.)
Ins asilus (1. D. B.)
Mam asinus (V, U. E.)
Ins asopias (1. L, M.)
Lil asparaga (M. Co.)
Fung aspergilla (C, T.)
Mol aspergillus (1. L. $.)
; Ver aspicotyles (1. P. Tr.)
Ins aspidiotus (I. R. P.)
Ins aspidiphos (1. C. P.)
Inf aspidiscas (1. Hy.)
Echi aspidochis (1. H, P.
Ver aspidogastes (1. P. T
Ver aspisiphos (1. G,
Apo aspisperma (D. G.
Verasplanchnas (LR
Fil asplenia (G. G. V.)
Pis aspredos (V. T. Ph.)
Pis aspros (V. T. Ac.)
Crus astacoides (1. T
Crus astacus (I. T. M.)
Mol astartes (1. L. $.)
Prot astasias (1. F.)
Myrt asterantha (D. P.
Echi asterias (1. A. $.)
Echi asterinas (I. A, $.
Echi asteriscus (I. A.
Orus asteroches (1. E. C .)
Echi asterodis (1. A. ñ
Crus asteropes (1. E.
Echi asteropectes (1.
Cni astraeas (1. A. $. y
“Antonio Alzate. 25
arm
Cniastraeoporas (1. A. $.)
Leg astragalas (D. P. C)
Cni astrangias (L A. Z.)
Pis astrapes (V. Ch. P.)
Ros astrocarpua (D. P. T.)
Echi astroclypeus (I. E. C.)
Rhiz astrodisculus (1. H )
Echi astrogonis (1. A. Z.)
Cni astrohelias (L. A. Z.)
Cni astroides (I. A. S,)
Rhiz astrolithius (1. R.)
Pis astrones (V. T. Ph.)
Echi astronys (1. A. O.)
Echi astrophytos (I. A. O.)
Echi astroporpas (I. A. O.)
Echi astropygas (1. E. R.)
Rep astrotias (V. O. P.)
Echi astrotomas (1. A. O.)
Ave asturus (V. R. A.)
Inf astylzoonus (L. P.)
Arac ataxus (L Ac.)
Cru atelanthera (D. P. T.)
Mam ateles (V. Pi. P.)
Bat atelopus (V. An. O.)
Ins ateuchus (1. €. P.)
Crus athanas (IL. T. M.)
Pis atherinas (V. T. Ac.)
Mam atheruras (V. R. Hy.)
Cni athorybias (I. H. S.)
Mol atlantas (IL. G. H.)
Rep atractas (V. O. $.)
Chen atriplexa (D. M. C.)
Sol atropa (D. G. D.)
Ins atropos (L. O. P.)
POLLS
Ins attacus (IL. L. B.)
Ins attagenus (1 €. P.)
Pal attalea (M. Ca.)
Ins attalus (1. C. P.)
Ins attas (1. Hy. A.)
Ins attelabus (1. C. Cp.)
Crus atyas (1. T. M.)
Crus atylus (L M. A.)
Arac atypus (Í, Ar.)
Pis auchenaspis (V. T. Ph.)
Mam auchenias (V. A Ty.)
Comp aucklandia (D. G. L)
Corn aucuba (D, P. C.)
Ins aulacus (1. Hy. T)
Ver aulastomus (1. A. H.)
Rhiz aulcanthas (1. R.)
Pis aulopus (V. T. Ph.)
Pis aulopyges (V. T. Ph.)
Rhiz aulosphaeras (I. R.)
Pis aulostomas (V. T. Ac.)
Cni aurelias (L BH. A.)
Mol auriculas (1 G. Pu.)
Crus autnemes (UT, T. M.)
Pis auxis (V. T. Ac.)
Gram «vena (M. G.)
Oxa averrhoa (D. P. D.)
Ver avicennia (D. G. D.)
Mol aviculas (IL. L. A.)
Poraxinellas (1. F.)
Ver axines (I, P. Tr.)
Ver axionices (L A. Ch.)
Mol axinus (L L. A.)
Eri azalea (D. G. S.)
Sal azolla (C. C. V.)
Herrera. Nomenclature. - 4.
26 Memorias de la Sociedad Científica
Ins bacillus (TI. O. ds
Prot bacillusa (C. T.)
Prot bacteria (0. T.)
Ins bacterias (L O. G
Mol baculites (1. C. T.
Ins baetis (1. O. P.)
Pis bagroides (V. T. P
Pis bagrus (V. T. Ph.)
Ave balaeniceps (V. G
Mam balaenoptes (V. Ce.)
Ins balaninus (1. C. Cp.)
Echi balanoglossus (1. E.)
Inf balantidius (1. He.)
Crus balanus (1. E. Ci.)
Ver balatros (IL. R.)
Ave balearicas (V. Gr.)
Pis balistes (V. T. Pl.)
Leg baphia (D. P. G.)
Leg baptisia (D. P. C.)
Ins darbitis (L. O, G.)
Pis barbus (V. T. Ph.)
Nym barclaya (D. P. T.)
Ins baridius (1. €. Cp.)
Rut barosma (D. P. D.)
Myrt barringtonia (D. P. C.)
Loa bartonia (D. P. €.)
Ins barypenthus (1. N. 'P.)
Crus basanites (I. E. Co.)
Rep basiliscus (V. S. C.) *
Sapo bassia (D. G. 8.)
Mam bassaris (V. Ca. V.)
Rhiz batellinas (1. F.)
Echi dathyerinus (1. C. A.)
Cni dathyciathus (1. A. Z.)
III L LI LILLO LILIA AAA
IWAL LIADO DIAS
Mam bathyergus (V. R. Ge.)
Crus bathypores (1. M. A.)
Bat batrachos (V. U. $.)
Pis batrachus (V. T. Ac.)
Fung battarea (C. T.)
Leg baubinia (D. P. €.)
Arac bdellas (1. Ac.)
Ver bdellas (1. A. H.)
Pis bdellostomus (V. Oy.)
Mol beanias (1. Br. Ec.)
Beg begonia (D. P. C.)
Beg begoniella (D. P. C.)
Crus bellias (L. T. B.)
Pis belones (V. T. An.)
Mol belemnites (I. C. D.)
- Crus delinurus (IL G. X.)
Mol belosepias (1. C. D.)
Ins belostomas (1. R. H.)
Mol bdellerophos (1, G. H.)
Mam belugas (V. Ce.)
Ins bembecias (1. L. $.)
Ins bembes (1. Hy. A.)
Ins bembidius (L C. P.)
Mam benedenias (V. Ce.)
Lau benzoina (D. M. D.)
Ber berberisa (D. P. T.)
Ave bernielas (V. N.)
Cni beroes (1. C. E.)
Myrt bertholletia (D. P. €.)
Ins beris (LD. B.)
Pis beryxus (V. T. Ac.)
Chen beta (D. M. C.)
Cup betula (D, M. U.)
Ins dibios (1. D, N.)
“Antonio Alzate. ” 27
Mol bicellarias (L Br. Ec.)
Rhiz biloculinas (1. F.)
Pit dillardiera (D. P. T')
Cni bimerias (Il. H. H)
Ins biorhizas (1. Hy. T.)
Ver bipalius (LI P. Tu.)
Crus birgus (L T. M.)
Mam bisonus (V. A. Ca.)
Fung bistulina (C. T.)
Mol bithynias (1. G. Pr.)
Ins bittacus (IL. N. P.)
Bix bixa (D. P. T.)
Ins blaberas (L O. G.)
Myr blanjulus (1, Chg.)
Rep blanus (V. $. A.) ,
Ins blaps (IL. C. H.)
Cni blastotrochus (Í. A. Z.)
Ins blattas (I. O. G.)
Ins bledius (1. C. P.)
Pis blennius (V. T. Ac.)
Ver blenobdellas (1, A H.)
Ins blepharismas (1. He.)
Pis blepsias (V. T. Ac.)
Pis bliecas (V. T. Ph.)
Ins boarmias (1. L. G.)
Rep boas (V. O. C.)
Ano bocagea (D. P. T.)
Pap boceonia (D. P. T.)
Crus bodotrias (1. T. €.)
Urtboehmeria (D. M. U.)
Ins bolboceras (E. C. P.)
Orch bolbophylla (M. M.)
Mon boldoa (D. M. M.)
Ins boletobius (L. C. P.)
Fung boletua (C. T.)
Cni bolinas (1. C. L.)
Cni bolinopsis (1. C. L.
Ins bolithophagus (1. C. H.)
Ins bolitophis (I. D. N.)
Tun boltenias (IL. Te.)
Malv bombaxa (D. P. T.)
Bat bombinatos (V. An. O.)
Ins bombus (I, Hy. A.)
Ave bombyeillas (V. P. D.)
Ins bombylius (L D. B.)
Ins bombyxus (LI. L. B.)
Crus bomolochus (1. E. Co.)
Ave bonasas (V. Ga.)
Ver bonellias (1, Gr. Ch.)
Rut bonplandia (D. P. D.)
Rep boodos (V. O. C.)
Pis boops (V. T. Ac.)
Crus bopyrus (L M. 1,)
Pal borassa (M. Ca.)
Ins borborus (1. D. B.)
Crus boreomys (1. T. P.)
Ins boreus (1. N. P.)
Rep boridias (V. $. B.)
Ver borlasias (L P. N.)
Rut boronia (D. P. D.)
Ins boros (1. C. H.)
Mam bos (V. A. Ca.)
Malv boschia (D. P. T.)
Ins bostrichus (1. C. Cp.)
Bur boswellia (D. P, D.)
Ave botauros (V. Gr.)
Ver bothriocephas (I. P. €.)
Arac bothriurus (1. Se.)
28 Memorias de la Sociedad Científica
III II IO III III OS LIL LIL LS LLL ISIS IL LO LI LIL SII LOLA
Rep bothrops (V. O. E )
Ins botrissus (1. €,
Fil botrochia (C. €. V,
Alga botrydia (C. T.
Tun botrylloides (1.
Tun dotryllus (1. Te.
Fung botrytia (C. T.
Ins dotys (L L. M.)
Nye bougainvillea (D. M. €)
Cni bouganvilles (1. H. H.)
Crus brachiellas (1. E. Co.)
Ins brachinus (1. €. P.)
Ver brachiobdellas (1. A. H.)
Ver brachionus (1. R,)
Ster brachychitoa (D. P. T.)
Ave brachygalbas (V. $5.)
Rep brachylophus (V. $. €.)
- Rep brachymeles (V. $. B.)
Bat brachymes (V. An. D.)
Cni brachyphyllias (I. A. Z.)
Rep brachysomas (V. O. P.)
Asc brachystelma (D a D.)
Ins brachystomas (L D. B.)
Ins brachytarsus (1. E Cp y
Ins brachytrys (I. O. G.)
Ins braconus (1. Hy. T,)
Ver bradas (1. A. Ch.) .
Bat bradybates (V. U. 5.)
Crus bradycinetus (1. E. O.)
Mam bradypus (V. E.)
Pis bramas (V. T. Ac.)
Ver branchelios (L. A. H.)
Ver branchibellas (I. A. Ch.)
Crus branchipus (1. E. Ph.)
)
Te.) '
)
)
Cab brasenia (D. P. T.)
Cru brassica (D. P. T.)
Ins brenthus (1. C. Cp.)
Mol drettias (IL. Br. Ec.)
Bat breviceps (V. An. O.)
Echi breynias (1. E. $.)
Echi brisingas (L A. $.)
Echi brissopsis (IL. E. $.)
Echi brissus (1. E. $.)
Cni driarius (I. A. A.)
Brom bromelia (M. E.)
Rep bronchoces (V. $. C.)
Crus brontes (L G. T.)
Ins brontes (1. €. P.)
Pis brontes (V. T, Ph.)
Urt brosimua (D. M. U.)
Pis brosmius (V. T. An.)
Pis brotulas (V. T. An.)
Sima brucea (D. P. D.)
Ins bruchus (1. C. Cp.)
Comb brucida (D. P. C.)
Brun brunonia (D. G. 1.)
Ins bryaxis (1. C. P.)
Cuc bryonia (D. P. €.)
Ins bryophilas (IL. L. N.)
Crus bryophylla (D. P. C.)
Mam bubalus (V, A. Ca.)
Ave bubos (V. R. 5
Mol buccinus (IL. G. Pr.)
Ave buecos (V. $.)
Cni bucephalos (L C. L.)
Rep ducephalus (V. O. €.)
Ave buceros (V. P. L.,
Ave bucorvus (V, P. L.)
““ Antonio Alzate.”
Bat bufos (V. An. O.)
Mol bugulas (1. Br. Ec.)
Rhiz buliminas (1. F.)
Mol bulimus (1. 6. Pu.)
Mol bullas (1. G. O.)
Mol bullinas (I. €. O.)
Rep bungarus (V. O. P.)
Umb bunia (D. P. C.)
Cni bunodes (1. A. Z.)
Ave buphagas (V. P. D.)
Ama buphanea (M. E.)
Ins buprestis (1. C. P.)
Inf bursarias (IL. He.)
Bur bursera (D. P. D.)
Ave buteos (V. R. A.)
Arac buthus (1. Sc.)
Crus bythocythes (1. E. O.)
Crus bythotrephes (I. E. Ph.)
Ins dyrrhus (1. C. P.)
Mol cabereas (I. Br. Ec.)
Cab cabomba (D. P. T.)
Por cacochlinas (I. F.)
Por cacospongias (I. F.)
Cap cadaba (D. P, T.)
Ins caenis (L O. P.)
Leg caesalpinia (D. P. C.)
Pis caesios (V. T. Ac.)
Rep caimanus (V. Cr. A.)
Leg cajanusa (D. P. C.)
Aro caladia (M. N.)
Gram calagrostia (M, G.)
Rep calamarias (V. O. C.)
Ave calamoherpes (V. P. D.)
Pal calamua (M. Ca.)
Ins calandras (1. C.
Crus calanus (1. E.
Crus calappas (TI. T. B
Zin calathea (M. E.)
Rhiz calcarinas (1. e
Per calceolaria (D.
Comp calendula (D.
Ins calicnemis (1. C. P.)
Ver calicotyles (1. P. Tr.)
Ave calidris (V. Gr.)
Crus caligerias (1. E. Co.)
Crus caligus (1. E. Co.)
Aro calla (M, N.)
Crus callianassas (1. T. M.)
Crus callianides (L T. M.)
Cni callianiras (1. C. $.)
Crus calliaxis (L. T. M.)
Ins callichromas (1. C. Cp.)
Pis callichthys (V. T. Ph.)
Ver callidinas (I, R.)
Ins callidius (1. C. Cp.)
Ins callimenus (I, O. €.)
Ins callimorphas (I L. B.)
Ver calliobdellas (1. A. H.)
Ver calliobothris (1. P. C.)
Pis callionymus (V. T. Ae.)
Crus calliopes (1. M. A.)
Rep callisaurus (V. $.)
Crus callisomas (1. M, A.)
Comp callistemma (D. G. L)
Myrt callistemoa (D. P. C.)
Mam callithris (V. Pi, P.)
Con callitria (G.)
Ins callomyias (1. L. B.)
2d
30 Memorias de la Sociedad Científica
Rep callophis (V. O. P.)
Rep callopistes (V. $. F.)
Pis callorhynchus (V. Ch. H.
Pis calmoichthys (V. G. Cr.)
Ave caloenas (V. Co.)
Mam calomys (V. R. Mu.)
Ins calopterys (1. O. P.)
Ins calosomas (1. C. P.)
Ins calotermes (1. O. P.)
Rep calotes (V. $. C.)
Asc calotropia (D. G.
Ran caltha (D. P. T.
Men calumba (D P.
Ave calurus (V. $.)
Echi calverias (1. E. R.)
Cni calvodosias (1. H. A.)
Calo calycantha (D. P. T.)
Cni calycellas (I. H. H.)
Crus calymenes (1. G. T.)
Cni calymnas (1. C. L.)
Echi calymnes (I. E. S.)
Ins calymnias (I. L. N.)
Mol calyptraeas (L G. Pr.)
Ave calypturas (V. P. D.)
Conv calystegia (D. G, D.)
Lil camassia (M. Co.)
Cam camellia (D. P. T.)
Mam camellus (V. A. Ty.)
D.,)
)
T.)
Mam camepardalis (V. A. D.)
Apo cameraria (D. (. D.)
Por caminus (1. F..)
Camp campanula (D. G. 1)
Cni campanularias (IL. H. H.)
Crus campcercus (1. E. Ph.)
Cni campelavas (1. H. H.)
Crus campcopeas (I. M. 1.)
Lau camphora (D. M. D,)
Ins camponotus (1. Hy. A.)
Myri camptonia (D. M. U.)
Inf campylopus (I. Hy.)
Ave campyloptes (V. P. T.)
Bur canariuma (D. P. D.)
Crus cancamptus (1. E. Co.)
Mol cancellarias (L G. Pr.)
Crus cancerus (I. T. B.)
Ave cancromas (V. Gr.)
Crus candaces (I. E. Co.)
Mol candas (1. Br. Ec.)
Dil candollea (D. P, T.)
Crus candonas (I. E. O.)
Zinn canna (M. E.)
Urt cannabia (D. M. O.)
Fung cantharella (C. T.)
Ins cantharis (1. C. H.) ,
Pis cantharus (V. T. Ac.)
Dil capellia (D. P. T.)
Bat capisaurus (V. L.)
Ver capitellas (I. A. Ch.)
Ins capodeas (L. O. T.)
Cap capparisa (D. P. T.)
Mam capras (V. A. Ca.)
Crus caprellas (TI. M, A.)
Ave caprimulgus (V. P. F.)
Mam capromys (V. R. Oc.)
Pis capros (V. T. Ac.)
Rub eaprosma (D. G. 1.)
Sol capsicua (D. G. D.)
Mol capsulas (L L. $.)
““Antonio Alzate.” 31
Ins capsus (1. R. H.)
Mol capulus (1. G. Pr.)
Ins carabus (L C. P.)
Pis carans (V. T. Ac.)
Meli carapa (D. P. D.)
Pis carassius (V. T. Ph.)
Echi caratomus (I. E. $.)
Pis carcharias (V. Ch. P.)
Pis carcharodos (V. Ck:P)
Inf carchesius (I. P.)
Crus carcinus (1. T. B.)
Echi cardiastes (I. E. $.)
Ave cardinalis (V. P. C.)
Moi cardiopodas (1. G. H.)
Crus cardisomas (1. T. B.)
Mol carditas (LI. L. $.)
Mol cardiumus (1. L. $.)
Comp cardua (D. G. 1.)
Cyp carexa (M. G.) i
Pap carica (D. P. C.)
Crus caridinas (1. T. M.)
Mol carinarias (1. G. H.)
Ver carinellas (I. P. N.)
Apo carissa (D. G. D.)
Comp carlina (D. G. 1.)
Cni carmarinas (I. H. H.)
Mol carolias (1. L. A.)
Rhiz carpenterias (1. F..)
Crus carpilius (I. T. B.)
Cup carpinua (D. M. U.)
Ins carpocapsas (1. L. M.)
Ave carpophas (V. Co.)
Rep carpophis (V, O. C.)
Comp carthama (D. G. 1.)
Umb caruma (D. £. C.)
Jug carya (D. M. U.)
Mol carychius (1, G. Pu.)
Cam caryocara (D. P. T.)
Echi caryocrinus (1. C.)
Myrt caryophylla (D. P, C.)
Ver caryophylles (I. P. C.)
Cni caryophyllis (I, A. Z.)
Pal caryota (M. Ca.)
Sam casearia (D. P. G.)
Leg cassia (D. P. G.)
Ave cassicus (V, P. D.)
Mol cassidarias (1. G. Pr,)
Ins cassidas (1. C. Cp.)
Crus cassidinas (1.M. 1.)
Mol cassidulas (1. G. Pu.)
Rhiz cassidulinas (I. F.)
Cni cassiopeas (L H. A.)
Mol cassis (L. G. Pr.)
Ver castalias (1. A. Ch.)
Cup castanea (D. M. U.)
Urt castilloa (D. M. U.)
Mam castoroides (V. R. Ca.)
Mam castorus (V. R, Ca.)
Ave casuarius (V. Cu.)
Big catalpa (D. G. D.)
Orch cataseta (M. M.)
Ver catasthias (I. P.
Ver catenulas (1. P.
Ins catephias (T. L.
Ave cathartes (V
Ave catheturus
Mam catoblepas
Ins catocalas (1.
cs
32 Memorias de la Sociedad Científica
Mam catodos (V. Ce.)
Pis catostomus (V. T. Ph.)
Echi caudinas (I. H. A.)
Alga caulerpa (C. T.)
Ave caulodromus (V. P. T.)
Mam cavias (V. R. Su.)
Rham ceanothua (D. P. D.)
Ins cebrios (1. C. P.)
Mam cebus (V. Pi. P.)
Ins cecidomyias (1. D. N.)
Urt cecropia (D. M. U.)
Crus cecrops (1. E. Co,)
Ced cedrela (D. P. D.)
Con cedrusa (G.)
Cel celastrusa (D. P. D.)
Mol cellarias (1. Br. Ec.)
Mol celleporas (1. Br. Ec)
Mol cellularias (1. Br. Ec.)
Ins celonites (1. Hy. A.)
Amar celosia (D. M. C.)
Urt celtisa (D. M, U.)
Comp centaurea (D. G. L)
Mam centetes (V. I. E.)
Val centrantha (D. G. 1.)
Pis centrinas (V. Ch. P.)
Pis centriscus (V. T. Ac.)
Pis centronotus (V. T. Ac.)
Pis centrophos (V. Ch. P.)
Pis centrophus (V. T. Ae.)
Ave centropus (V. $.)
Ver centropygus (L A. H.)
Ins centrotus (L. R. GC.)
Arac centrurus (l. Sc.)
Rub cephaelia (D. G. 1.)
Pis cephalaspis (V. G. Pl.)
Rep cephalepis (V. O, O.)
Ver cephalidius (L R. G.)
Ver cephaloleptas (LP. Tu.)
Ver cephaloctus (1 N. N.)
Ins cephalomyias (1. D. B.)
Ave cephaloptes (V. P, D.)
Pis cephaloptes (V. Ch. P.)
Ver cephalothris (L, P. N.)
Rep cephapeltis (V. S. A.)
Cni cepheas (1. H. A.)
Arac cepheus (I. Ac.)
Ins gephus (L Hy. T.)
Pis cepolas (V. T. Ac.)
Cni ceractis (I, A. Z.)
Ins cerambys (1. C. Cp,)
Ins ceramius (1. Hy. A.)
Ins cerapogos (1. D. N.)
Crus cerapus (L. M. A.)
Ros cerasa (D. P. G.)
Rep cerastes (V. O. $.)
Ins cerastis (L L. N.)
Crus cerathoas (L M. 1)
Mol ceratitis (1. C. T.)
Prot ceratius (L. F.)
Pis ceratodus (V. D. M.)
Leg ceratonia (D. P. €.)
Bat ceratophrys (V. An. 0.)
Pis cephalaspis (V. G, Pl.)
Rep cephalepis (V. O. O.)
Ver cephalidius (1. R. G.)
Ver cephaloleptas (IL. P. Tu.)
Ver cephaloctus (L N. N.)
Ins cephalomyias (L D. B.)
_—_— _—_——_ YA
S act
0 EXPLICACIÓN
Lluvra < 250
ZONA N'/
ss de 250 a 500
Ea E »» de 500 , 1000
Cata foumada you A Big. Geogualo
Suileumo D. y Jugo.
1901
sy de loco. 2000
0) >2000
"L R.OENOA. dibujo.
ALT o
]
“Antonio Alzate.” d9
Cer ceratophylla (D. M. Oa.)
Ins ceratopius (1. C. P.)
Apo cerbera (D. G. D.)
Ver cercarias (1. P. Tr.)
Crus cerceis (L. M. 1.)
Ins cerceris (1. H y. A.)
Mam cercolabes (V. R. Hy.)
Mam cercoleptes (V. Ca, U.)
Prot cercomonas (1. F.)
Mam cercomys (V. KR. Oc.)
Ins cercopis (1. R. €.)
Mam cercopithes (V. Pi. CO.)
Crus cercops (IL. M. A.)
Ins ceroynus (1. €. P.)
Cac cerea (D. P. €.)
Ver cerebratulus (I. P. N.)
Cni cereus (1. A. Z.)
Cni cerianthuas (L A. Z.)
Crus ceridaphnias (I. E. Ph.)
Pis ceriolas (V. T. Ac.)
Mol cerithius (1. G. Pr.)
Myr cermatias (1. Chp.)
Ins cerocomas (I. O, H.)
Mol ceromyas (L. L. $.)
Pal ceroxyla (M. Ca)
Rep cersauras (V. $. B.)
Ins ceruchus (1. C. P.)
Ver cereyras (1. P. Tu.)
Aye certhias (V. P. T.)
Mam cervulus (V. A. Ce.)
Mam cervus (V. A. Ce.)
Aye ceryles (V. P. L.)
Sol cestrua (D. G. D.)
Cni cestus (1. C. T.)
SIODILOLILIILLLIIIIIIIIIA
Crus cetochilus (1. E. Co.)
Ins cetonias (LI. C. P.)
Fung cetraria (0. T.)
Ins ceurhynehus (1 €. Cp.)
Echi chaetastes (IL. A. $.)
Pis chaetodos ( V. T. Ac.)
. Ver chaetogastes (1. A. Ch.)
Mam chaetomys (V, R Hy.)
Alga chaetophora (C. T.)
Ver chaetosomas (1. N. Ch.)
Pis chaetostos (V. T. Ph,)
Ver chaeturas (1. R. G.)
Ave chaetusias (V. Gr.)
Crus chalaraspis (I. T. P.)
Ins chalcis (1. Hy T.)
Rep chalcis (V. $. B.)
Ave chalcomitras (V. P. T.)
Por chalinas (1. F.)
Por chalinopsis (L F".)
Por chalinulas (IL. F.)
Ave chalphaps (V. Co.)
Rep chamaeleos (V. S. V.)
Ave chamaepelias (V. Co.)
Pal chamaeroa (M. Ca.)
Crus chamaesiphos (I. E, Ci.)
Mol chamas (1. L. $.)
Comp chamomilla (D. G. I.)
Hep chara (C. C. M.)
Ins charaeas (1. L. N.)
Ave charadrius (V. Gr.)
Pis charas (V. T. Ac.)
Crus charopinus (1. E. Co.)
Cni charybdeas (IL. H. A.)
Avechasmarhynchus (V. P.D.)
Herrera. Nomenclatura.—5,
34 Memorias de la Sociedad Científica
III IL III II III II LOIS ALIAS
A
Ins chauliodes (1. N. P.)
Pis chauliodus (V, e Ph.)
Aye chaunas (V. Gr. ,
Pis chaunas (V. T. Ac.)
Pip chavica (D. M. M,
Pis cheilios (V. T. A
Ins cheimatobias (1.
Cru cheiranthua (D.
Ster cheirostema (D. p
Pap chelidonia (D. P. T.
Ave chelidonus (V. P. F.
Ara chelifes (I. Ps.)
Pis chelmonus (V. T. Ac.)
Rep chelonias (V. Ch.)
Rep cheloninas (V. Chi.)
Crus chelonobias (I. E. Ci.)
Crus cheluras (1. M. A.)
Rep chelydras (V. Ch.)
Jun chelyosmas (1. Te,)
Rep chelys (V. Ch.)
Ave chenlopes (V. N.
Chen chenopodia (D.
Crus cheraps (L. T. M.
Ins chermes (1. R. P)
Rep chersinas (V. Ch.)
Rep chersydrus (V. O. €.)
Tun cheureulius (1. Te.)
Arac cheyletus (1. Ac.)
Cni chiajas (1. C. L.)
Ins chiasognathus (1. O. P,)
Mol chilinas (TI. Gr. Pu.)
Ins chilocorus (I. €. Ct.)
Pis chilodactys (V. T. Ac.)
Inf chilodonus (IL. Hy.)
),
)
M. €.)
)
Pis chilomyctes (V. T. Pl.)
Mam chilonycteris (V. Ch. 1.)
Pis chimaeras (V. Ch. H.)
Eri chimaphila (D. G. 5.)
Cal chimonantha (D. P. T.)
Ole chionantha (D. G. D.)
Ins chioneas (1. D. N.)
Pis chiracanthus (V. Gr. Ac.)
Pis chiracentrus (V. T. Ph.)
Rep chirocolus (V. $5. B.)
Echi chirodotas (I. H. A.)
Mam chirogales (V. Pr. L.)
Bat chiroleptes (V. An. O.)
Mam chiromys (V. Pr. Ch.)
Ins chiromyzas (I. D. B.)
Mam chironectes (V. M. A.)
Pis chironectes (V. T. Ac.)
Ins chironomus (1. D. N.)
Ins chironus (1. C. P.
Rep chirotes (V. S. A.
Mol chitonellus (IL. G.
Mol chitonus (I. G. Pr.
Bat chirotherius (V. L
Ins chlaenius (1. C. p.)
Alga chlammonas (C. T.)
Ave chlamyderas (V. P, D.)
Inf chlamydodos (1. Hy.)
Prot chlamymonas (1 F.)
Rep chlamysaurus (V. $. C.)
Ver chloeias (1, A. Ch.)
Ins chloeopsis (I. O. P.)
Gen chlora (D. G. D.)
Chlor chlorantha (D. M. M.)
Crus chlorodius (1. T, B.)
e, |
)
Bz.)
“Antonio Alzate.” 35
Ins chloroperlas (IT. O. P.)
Ins chlorops (1. D. B.)
Ced chloroxyla ¡D. P. D.)
Mam choeropus (V. Ma.)
Mam choerotherius (V. A. $.)
Mam choloepus (V. E.)
Men chondodendra (D. P. T.)
Alga chondra (C. T.)
Crus chondranthus (Í. O. Co.)
Por chondrillas (1. F..)
Mol chondropomas (1. G. Pr.)
Por chondrosias (1. F.)-
Pis chondrosteus (V. G. Ch.)
Pis chondrostos (V. T. Ph.)
Ver chones (I. A. Ch.)
Ver chonostomus (1. P. Tu.)
Ins choristas (1. N. P.)
Ver chromadoras (I. N. N.)
Pis chromis (V. T. Ac.)
Prot chromulinas (1. F.)
Alga chroolepa (C. T.)
Cni chrysaoras (1.
Pis chrysichthys (
Ins chrysis (I. Hy. A
Ave chrysococeys (V.
Ins chrysochus (1. C.
Ins chrysomelas (1. C. €
Ins chrysomias (I. D. B.)
Ins chrysopas (1. N. P.)
Rep chrysopeles V. O. C.)
Ver chrysopetalus (1. A. Ch.)
T.
H. A.)
V. T. Ph.)
.)
5.)
Cp
.)
,)
Pis chrysophrys (V. T. Ac.)
Sapo chrysophya (D. G. $.)
Ins chrysops (1. D. B.)
Mam chrysothris (V. Pi. P.)
Crus chthamalus (I. E. Ci.)
Arac chthonius (I. P. $.)
Mam chthonoergus (V. R.(Ge.)
Crus chyderus (I. E. Ph.) ,
Ins cicadas (I. R. C.)
Leg cicera (D. P. G.)
Pis cichlas (V. T. Ac.)
Comp cichoria (D. G. 1.)
Ins cicindelas (1. C. P.)
Ave ciconias (V. Gr.)
ais cidaris (1. E. R.)
Ver cidonellas (1. P. Tr.)
Ins cimbes (I. Hy. T.)
Ins cimexus (I. R. H.)
Ran cimicifuga (P. P. T.)
Rub cinghona (D. G. 1.)
Ave cincinnurus (V. P. D.)
Ave cinelus (V. P. D.)
Inf cinetochilus (1. Ho.)
Rep cinixys (V. Ch.)
Lau cinnamomna (D. M. D.)
Rep cinosternos (V. Ch.)
Ins cionus (LI. C. Cp.)
Ave circaetus (V. R. A.)
Mol circes (1. L. $.)
Tun circinalis (1. Te.)
Cni cireophyllias (I. A. $.)
Ave circus (V. R. A.)
Umob circuta (D. P, C.)
Ver cirratulus (1. A. Ch.)
Cni cirrhipathes (LI. A. Z.)
Pis cirrhites (V. T. Ac)
Mol cirroteuthis (1. C. D.)
36 Memorias de la Sociedad Científica
Ins cis (1 C. P.)
Men cissampela (D. P. T.)
Ins cistelas (IL. C, H.)
Ver cistenides (I. A. Ch.)
Ave cisticolas (V. P, D.)
Rep cistudos (V. Ch.)
Cis cistusa (D. de T:)
Cue citrulla (D. dm
.)
E
Rut citrusa (D
Ins cixcius (L. 5 o. )
Echi clactylas (TI. H. P.)
Mam cladobates (V. I. $.)
Cni cladocaras (L A. Z.)
Cni cladonemas (1. H. H.)
Fung cladonia (C. T.)
Ins cladoxes (1. O. G.)
Pis clarias (V. T. Ph.)
Fung clathra (0. T.)
Riz clathralinas (1. H.)
Por clathrias (1. F.)
Mol clausilias (LG. Pu.)
Mol clavagellas (IL. L. $.)
Cni clavas (1. H. H.)
Tun clavellinas (1 Te.)
T.)
P.)
L
Fung clavicea (C.
Ins claviges (L €.
Cni clavularias (
A.A;)
Cni clavulas (1. H. H.)
Por claytonia (D. P.
Ran clematisa (D. P.
Mol cleodoras (1. P. To)
Cap cleamea (D. P. T.)
Ins cleonus (T. C. Cp.)
Ins cleophanas (I. L. N.)
“PPP
Prot clepsidrinas (1. G.)
Ver clepsines (L A. H.)
Ins cleptes (L. Hy. A.)
Ins clerus (IL. C. P.)
Crus clibanarius (L. T. M.)
Ins cliolias (IL. L. N.)
Inf clinastocomus (1. He,)
Mo, cliones (I. P. G.)
Ins clisiocampas (1. L. B.)
Crus clistosacous (T. E. Ci.)
Ins cliurnas (1. €. E
Alga closteria (O. T.)
Ins clothillas (L. O. E.) ¿
Rep clothos (V. O. 5.)
Arac clubionas (L. Ar.)
Pis clupeas (V. T. Ph.) -
Pis-clupeichthys (V. T. Ph.)
Pis clupeoides (V. T. Ph.)
Gut clusia (D. P. T.)
Ver clymenes (LI. A. Ch.)
Mol clymenias (1. C..T,)
Echi clypeastes (IL. E. C.)
Ins clythras (1. C. Cp.)
Ins clytus (1. C. Cp.)
Pole cobaea (D. G. D.)
Pis cobites (V. T. Ph.)
Port coccidius (L. G.
Ins coccinellas (L. €.
Ave coceygus (V. $.
Poly coccoloba (D. M.
Pis coccosteus (V. Gr. PL
Ins coccus (1. R. P.)
Ave coceystes (V. $.)
Cru cochlearia (D. P. T.)
*'Antonio Alzate. 37
Rhiz cochliopodins (1. F. A.)
Ins cochlophaneas (I. L. B.)
Pal cocoa (M. Ca.)
Leg codaria (D. P. C.)
Echi codonastes (I. C.)
Inf codonellas (1. P.)
Prot codosigas (I. F.)
Bat coelcanthus (V. Ap.)
Pis coeleanthus (V. (+. Cr.)
Ins coelioxys (LI. Hy. A.)
Mam coelodos (V. E.)
Mam coeloyemis (V. R. Su.)
Rep coelopeltis (V. O. GC.)
Ver coeloplanas ([. P. Tu.)
Echi coelopleurus (I. E. R.)
Cni coelorias (L A. Z.)
Cni coelosmilias (I, A. Z.)
Crus coenobitas (1. T. M.)
Cni coenoeyathus (1. A. Z.)
Ins colnonymphas (I. L. R.)
Ver coenurus (I. P. €.)
Tun coesiras (I. Te.)
Rub coffea (D. G. 1.)
Pis coilias (V. T. Ph.)
Gram goixa (M. G.)
Ster cola (D. P. T.)
Ave colaptes (V. $.)
Aro colcasia (M. N.)
Lil colehica (M. Co.)
Ins coleophoras (IL. L. M.)
Inf coleps (I. Ho.)
Ins colias (IL. L. R.)
Aye colius (V. S:)
Ave collocalias (V. P. F.)
+ Inf condylostomas.(I. H
PILLS LILIA LL LALALA
Pole collomia (D. G. D.)
Apo collophora (D. (+. D.)
Rhiz collosphaeras (I. R.)
Rhiz collozoumus (1. R.)
Cni collyrites (1. E. $.)
Mam colobus (V. Pi. C.)
Echi colochirus (1. H. P.)
Inf colpidius (1. Ho.)
Inf colpodas (I. Ho.)
Prot colpodellas (1. F..)
Rep coluberus (V. O. GC.)
Ave columbas (V. Co.)
Mol columbellas (I, G. Pr.)
Ver colurus (L R.)
Leg colutea (D. P. C.)
Ins colymbetes (1. C. P.)
Ave colymbus (V. N.)
Ins colydius (I. €. P.)
Cni comactis (L A. Z,)
Echi comatulas (1. C. A.)
Comb combretua (D. P. C.)
Ver comesomas (1. N. N.)
Comm commelina (M. Co.)
Bur commiphora (D. P. D.)
Pis conchias (V. T. An.)
Crus conchodermas (1. E. Ci.)
Crus conchoecias (I. E. O.)
Inf conchophtirus (1. Ho.)
Ins conehylis (1. L. M.)
Ver conconias (1, A. Ch.)
Rab condaminea (D. G. 1.)
e.)
Mam condyluras (V., LT.)
Pis congerus (V. T. Ph.)
38 Memorias de la Sociedad Científica
Umb conia (D. P. C.)
Crus conilceras (LI. M. 1.)
Ins coniopterys (IL. N. P.)
Cni conis (I. H. H)
Mol conocardius (I. L. $.)
Comb conocarpa (D. P. C.)
Ver conochilus (IL. R.)
Pis conodos (V. T. Ac.)
Ins conopalpus (1. C. H.)
- Ins conops (Í. D. B.)
Rep conopsis (V. O. GC.)
Mol conularias (1. P. T.)
Aye conurus (V. $.)
Ins conurus (I. C. P.)
Mol conus (1. . Pr.)
Lil convallaria (M, Co.)
Ver convolutas (L. P. Tu.)
Conv convolvula (D. (z. D.)
Rut cookia (D. P. D.)
Leg copaifera (D. P. C.)
Pol copernia (M. Ca.)
Crus copilias (1. E. Co.)
Ins copsis (L C. P.)
Ave coracias (V. P. L.)
Ave coracinas (V. P. D.)
Alga:corallina (C. T.)
Por corallistes (1. F.)
Cni corallius (L. A. A.)
Orch corallrhiza (M. M.)
Mol corbiculas (I. L. $.)
Mol corbis (1. L. $,)
Mol corbulas (I. L. $.)
Fil corchorua (D. P. T.)
Bor cordia (D, G. D.)
Ins cordulias (IT. O, P.)
Cni cordylophoras (1. H. H.)
Rep cordylus (V. S. B.)
Pis coregonus (V. T. Ph)
Ave coreopsis (V. N.)
Ins corethras (IL D. N.)
Ins coreus (1. R. H.)
Umob coriandra (D. P. C.)
Cor coriaria (D. P. D.)
Echi coriastes (I. A. 8.)
Pis coris (V. T. Ac.)
Ins corixas (L. R. H.)
Myr cormocephas (1. Chp.)
Cor cornua (D. P. C.)
-Cni cormularias (1. A. A.)
Rhiz cornuspiras (1. F.)
Rep coeonellas (V. O, €.)
Leg coronilla (D. P. C.)
Crus coronis (L. T. $.)
Mol coromporas (I. Br. Ec.)
Crus coromulas (I. E. Ci.)
Crus corophius (I. M. A.)
Rut correa (D. P. D.)
Por corticius (I. F.)
Ins corticus (I, C. P.)
Ins cortizus (1. C. P.)
Pis corvigas (V. T. Ac.)
Ave corvus (V. P. D.)
Crus coryeaens (L. E. Co.)
Fum corydalisa (D. P. T.)
Ins corydalis (LN. P.)
Cup coryla (D. M. U.)
Ins corylophus (1. C. Cf.)
Ins corymbites (1. C. P.)
“(Antonio Alzate. ” 39
”o.
Br. Ec.)
Cni corymorphas (L. H
Mol corymbporas (1.
Ins corynetes (I > >
Cni corynitis (I.
Cni corynopsis (L is
Pis coryphaenas (V.
Pis coryphaenos (V.
Rep coryphodos (V. O.
Crus corystes (1. T. B.)
Crus corystoides (1. T.
Rep corythaelos (V.
Ave corythais (V. $.
Ins corytias (I. L. B,
Alga cosmaria (C. T.
Arac cosmetus (I. Ph,
Ins cossus (1. L. B.)
Inf cothurnas (I. P.)
Ave cotingas (V. P. D.)
Pis cottus (V. T. Ac.)
Ave coturnis (V. Ga.)
Crus cotyledoa (D. P. C.)
Ave cotyles (V. P. F.)
Myrt couroupita (D. P. C.)
Rub contarea (D. G. 1.)
Cni conthouyias (I. H. A.)
Ins crabros (I. Hy. A.)
Cru crambea (D. P. T.)
Cni crambessas (I. H. A.)
Ins crambus (I. L. M.)
Mol cranias (1. Br. 1.)
Mol cranchias (1. C. D.)
Crus crangonus (1. T. M.)
Myr craspedosos (1, Chg.)
Mol crassatellas (1. L. 5.)
LILIA
Ros crataega (D. P. €.)
Cap crataeva (D. P. T.)
Ave craxus (V. Ga.)
Mol crenatulas (TI. L. A.)
Pis crenidens (V. T. Ac.)
Pis crenlabrus (V. T. a )
Mol crepidulas (L. G. Pr.)
Big crescontia (D. G. D.)
Mol creseis (I. P. T. )
Crus creusias (1. E. Ci.)
Ave crepus (V. Gr.)
Echi cribrellas (1. A.-S.)
Por cribrochalinas (1. F.)
Mam cricetus (V. R. Mu.)
Ins crioceris (IL, €. Cp.)
Ver criodrilus (I. A. Ch.)
Mol crisias (1. Br Ec.)
Mol cristatellas (IL. Br. Ec.)
Imb crithma (D. P. O.)
Ins crocisas (L. Hy. A.)
Rep crocodilus (V. Cr. Cr.)
Iri crocusa (M. E.)
Rep crodilusas (V. $. F.)
Mam crossarchus (V. Ca. V.)
Bat crossodactys (V. Am. D.)
Pis crossorhinus (V..Ch. P.)
Dil crossosoma (D. P. T.)
Rep crossurus (V, $. C.)
Leg crotalaria (1, P. C.)
Rep crotalophorus (V. O. $.)
Rep crotalus (V, O. $.)
Euph crotona (D. M. U.)
Ave crotophagas (V. S,)
Euph erozophora (D. M. U.)
A AAA
40 Memorias de la Sociedad Científica
Crus cryphiops (1. T. M.)
Cni cryptangias (LA. Z.)
Cni cryptobacias (T. A. Z.)
Ins cryptocephas (L. C. Cp.)
Ins cryptocerus (LI. Hy A.)
Mol cryptodos (1. L. 5.)
Con cryptomeria ((+.) *
Crus cryptonis (LI. M. 1.)
Ins cryptophas (L €. P.)
Crus cryptophias (1. E. Ci.)
Myr cryptops (L. Chp.)
Rep cryptopus (V. Ch.)
Ara cryptostes (1. Ph.)
Ins cryptus (L Hy. T.)
Ave crypturas (V. (ra.)
Echi ctenodis (L. A. $.)
Pis ctengranlis (V. T. Ph.)
Ver ctenodrilus (I. A. Ch.)
Pis ctenodus (Y. G. pe
Mam ctenomys (V. KR. Oc.)
Ins ctenophoras (I. D. N.)
Kep ctensauras (V. S. O.)
Ins cucuyus (1. C. P.)
Ver cucullanus (I. N. N.)
Mol cuetellus (I. L. $S,)
Bat cultripes (V. An. O.)
Echi cumarias (1. H, P.)
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Crus cumellas C.,)
Cni cuninopsis (1. H. H.)
Con cupressa (G.)
Ave cursorius (V. Gr.)
Mol cuvierias (L. P. T.)
Crus cyamus (1. M. A.)
Cni cyaneas (1. H. A.)
Ave cyanocoras (V. P. D.)
Cni cyathinas (L A Z.)
Echi cyathoerinus (I. €. T.)
Cni cyathohelias (L A. Z.)
Ins cybistes (I. C. P.)
Oye cyea (G.)
Ins cychrus (I. O. P.)
Mol cyclas (L. L. $.)
Cni cyelias (1. A. Z.)
Inf cyelidius (L Ho.)
Cni eyelocyathus (I. A. Z.)
Inf cyelodines (1, P.)
Rep cyelodus (V. 5. B.)
Rep cyelophis (V. O C.)
Ins cyelopides (I. L. R,)
Crus cyelopinas
Crus cyelops (1. E, Co.
Cni cyeloseris (L A. Z.
Mol cyelostomas (1. (+. Pr.)
Rep cycluras (V. S, 0.)
Orch cyenocha (M. M.)
Ins cydnus (1. R. H.)
Ave cygnus (V. N,)
Crus cygnus (1. E, Co)
Mol cylichnas (1. G. O.)
Rep cylindrophis (V. O. 0.)
Crus cyllopus (I. M, A.)
Mol eymbius (1. G. Pr.)
Mol cymbiclas (1. P. 'T.)
Crus cymodoces (L. M. 1.)
Mol cymodoces (I. P. G.)
Crus cymothoas (1. M. 1.)
Mam cynictis (V. Ca. V.)
Ins cynips (1. Hy. T,)
Tomo XVI. Lám. IV.
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“Antonio Alzate.” 41
Rep cyniseas (V. S. A.)
Mam cynocephas (V. Pi. C.)
Mam cynocodos (V. Ca. C.)
Gram cynodoa (M. G.)
Mam cynogales (V. Ca. V.)
Mam cynomis (V, R. Se.)
Rep cynophis (V, O. €.)
Mam cynopterus (V. Ca. F.)
Gram cynosura (M. G.)
Tun cynthias (1. Te.)
Cyp cypera (M. G.)
Cni cyphastraeas (L A. Z.)
Rhiz cyphoderias (1. F.)
Mol cypraeas (IL G. Pr.)
Crus cyprideis (L. E. O.)
E. 0.)
E. 0.)
Crus cypridinas (I,
Crus eypridopsis (1.
Mol cyprinas (1. L. $.)
Pis cyprinodos (V. T. Ph.)
Ave cypselus (V. P. F')
Mol cyrenas (I. L. $.)
Crus cyrhychus (I. T. M.)
Ave cyrtonyxus (V. (a.)
Crus cyrtophius (I. M. A.)
Inf eyrtostomus (I. Ho.)
Ins cyrtusas (1. C. P.)
Crus cysmopolias (I. T. B,)
Ver cysticereus (1. P. C.)
Ver cystobranchus (1. A. H.)
Mam as Pe P. Ph.)
Ver cystopsis (I N.)
Crus Pas ps M. A.)
Mol cythereas (1. L. $.)
Crus cytherellas (I. E. O.)
Crus cytheres (I. E. O.)
Rep daboias (V. O. $.)
Con dacrydia ((.)
Fung dacrymycea (C. T.)
Crus dactyceras (LI. M. A.)
Ver dactygyrus (IL. P. Tr.)
Bat dactylethras (V. An. A.)
Por dactylocalys (I. F.)
Cni dactylometras (I. H. A.)
Pis dactyloptes (V. T. Ac.)
Rhiz datylosphaerius (I. F')
Comp dahlia (D. G. 1.)
Leg dalbergia (D. P. C.)
Mam damas (V. A. Ce.)
Con dammara (G.)
Ins danais (I. L. R.)
Ins danis (I. L. R.)
Ver danymenes (1. A. Ch.)
Pis dapedius (V. G. En.)
Thym daphnea (D. M. D.)
Crus daphnellas (IL. E. Ph.)
Crus daphnias (I. E, Ph.)
Sar darlingtonia (D. P. T.)
Por darwinellas (L. F.)
Myrt darwinia (D. P. €.)
Ins dascillus (TL C. P.)
Pis daseyllus (V. T. Ac.)
Ver dasybranchus (I. A. Ch.)
Ins dasychiras (L. est B,)
Ver cion ja A. Ch.)
Ver dasydites (IL. R. G.)
Ins dasyllis (L D. B.)
Rep dasypeltis (V. O. €.)
Cni dasyphyllias (1. A. Z.)
Herrera. Nomenclatura, - 6.
42 Memorias de la Sociedad Científica
Ins dasypodas (1. Hy. A.) Rep dendrophis (V. O. GC.)
Ins dasypogos (IL. D. B.) Cni dendrophyllias, (L A. S.) ,
Mam dasyproctas (V. R. Su.) Arae dendroptus (I. Ac.)
Mam dasypus (V. E.) Cni dendrosmilias (I. A. $.)
Ins dasytes (IL. C. P.) Inf dendrosomas (1. $.)
Mam dasyurus (V. Ma.) Por dendrospongias (L. EF.)
Dat datisca (D. P. €.) Ver dendrostomus (1. +. A.)
Sol datura (D. (. D.) Rhiz dentalinus (1. F.)
Umb dauca (D. P. €.) Mol dentalius (1. $. $.)
Dil davilla (D. P. T.) Pis dentes (V. T. Ac.)
Ins dectieus (L. O. G.) Sax dentzia (D. P. G.)
Mol defrancias (I. Br. Ec.) Crus depanothris (1. E. Ph.)
Ins degeerias (I. O. T.) Cni depastrus (L H. A.)
Ster delabechea (D. P. T.) Ins depresserias (I. L. M.)
Ins delphaxus (I. R. €.) Arae derleichus (1. Ac.)
Ran delphinia (D. P. T.) Ins dermatobias (L D. B.)
Mol delphinmulas (1. G. Pr.) Arac dermatodes (I. Ac.)
Mam delphinus (V. Ce.) Arac dermanysus (I. Ac.)
Arac demodes (1. Ac.) Ins dermestes (1. €. P.
Rep dendraspis (V. O. P.) Ver deros (I. A. Ch.)
Echi dendrastes (IL. E. C.) Ver derostomus (1. P. Tu.)
Bat dendrerpes (V. L.) Arac derphagos (1. Ac.)
Bat dendrobas (V. An. D.) Bat desgnathus (V. U. $.)
Ver dendrocoelus (1. P. Tu) Por desmacellas (1. F.)
Inf dendrocometes (1. $.) Por desmacidos (I. F.)
Pis dendrodus (V. G. Cr.) Ins desmocerus (1. €. Ch.)
Cni dendrogyras (1. A. $.) Leg desmodia (D. P. C.)
Mam dendrolagus (V. Ma,) Cui desmophyllus (1. A. Z.)
Ave dendrolaptes (V. P. T.) Ver desmoscoles (LI. N. D.)
)
Pap dendromecoa (D. P. T.) Ins dexias (1. D. B.
Mam dendromys (V. R. Mu.) Ins dictyophoras (1. R. C.)
Ver dendronereis (1 A. Ch.) Mol diacrias (1. P. F.)
Ins dendrophas (1. C. P.) Crus diademas (I. E. Ci.)
Cis dendromeca (D. P. T.) Ins desorias (1. O. T.
)
«Antonio Alzate.”
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Echi diademas (I. E. R.)
Leg dialiuma (D. P. €.)
Pis dianas (V. T. Ac.)
Ins dianous (1. C. P.)
Car dianthua (D. P. T.)
Ins diaperis (IL. C. H.)
Crus diaptomus (I. E. Co.)
Mol diastoporas (1. Br. Ec.)
Crus diastylis (I. T. C.)
Fun diazonas (1. Te.)
Ver dicelis (1. P. Tu.)
Fum dicentra (D. P. T.)
Mol diceras (1. L. $.)
Ins dicercas (1 C. P.)
Crus dichelas (1. E. Ci.)
Crus dichelestius (1. E. Co.)
Mam dichobunes (V. A. A.)
Cni dichocaenias (1. A. Z.)
Mam dichodos (V. A. A.)
Ave dicholopus (V. Gr.)
Ins dichonias (1. L. N.)
Sapo dichopsia (D. G. S.)
Ver diclibothris (L P. Tr.)
Cni dicorynes (1, H. H.)
Mam dicotyles (V, A. $.
Rep dicrodonus (V. $. F.)
. Rut dictamnua (D. P. D.)
Inf dictyocystas (L P.)
Por dictyonellas (1. F.)
Ins dictyopterus (1. C. P.)
Ins dictyopterys (1. O. P.)
Ins dicyrtomas (1. O. T.)
Mam didelphys (V, Ma.)
Tun didemnus (1. Te.)
Inf didinins (1. P.)
Ave didunculus (V. Co.)
Ave didus (V. Co.)
Aro dieffemba (M. N.)
Fum dielytra (D. P. T.)
Rhiz diflugias (1. F.)
Ver digasterus (1. A. Ch.)
Per digitalia (D. G. D.)
Ver diglenas (L. R.)
Inf dileptus (1. Ho.)
Dil dillenia (D. P. T.)
Ins dilobas (I. L. N.)
Ins dilophus (1. D. N.)
Rhiz dimorphinas (1. F..)
Ins dinardas (1. C. P.)
Cni dinemas (L. H. H.)
Ins dinetus (IL. Hy. A.)
Ver dinocharis (L. KR.)
Ver dinophylus (IL. P. Tu.)
Ave dinornis (V. Cu.)
Mam dinotherius (V. Pr.)
Ins dioctrias (1. D. B.)
Pis diodonus (V. T. Pl.)
Crus diosenes (L T. M,)
Cyc diona (G.)
Ave diomedeas (V. N.)
Dros dionaea (D. P. C.)
Ver dioncus (I, P. Tu.)
Ver diopatras (1. A. Ch.)
Ins diopsis (1. D. B.)
Dios dioscorea (M. a. )
Rut diosma (D. P. D.)
Ebe diospyroa (D. G. $.)
Ins diphtheras (L L. N.)
+4 Memorias de la Sociedad Científica
Cni diphyes (IT. H. $.)
Ins diphyllus (I, C. P.)
Pis diplacanthus (V. G+ Ac.)
Apo dipladenia (D. G. D.)
Echi diplocidarias (I, E. R.)
Rep diplodactys (V. $. C.)
Mol diplodontas (L L. $.)
Arac diplodontus (T. Ac.)
Crus diploexos (I. M, ss
Ver diplogastes (I. N. N.)
Ver diplonchus (L To
Ins diplonyeus (L. R. H.
Til diplophractua (D. P.
Pis diplopteras (V. G.
Cni diplorias (L A. Z.)
Ver diplostomus (L P. Tr.)
Ver diplozoonus (1. P. Tr.)
Cni dipluras (L. H. H.)
Beg dipoclinia (D. P. C.)
Mam diprotodos (V. Ma.)
Dips dipsaca (D. G. 1.)
Rep dipsas (V. O. €.)
Dip dipterocarpa (D. P. 1.)
Pis dipterus (V. G. Cr.)
Leg dipteryxa (D. P. C.)
Man. dipus (V. R. Di.)
Pis dirhizodos (V. Ch. P.)
Asc dischidia (D. G. D.)
Mol discinas (IL. Br. 1.)
Bat discoglossus (V. An. O.)
Cni discomedusas (1. H. A.)
Mol dicoporas (LI. Br. Ec.)
Mol discopores (1. Br. Ec.)
Arac discosos (1. Ph.)
Rhiz discospiras (L. R.)
Cui disphagias (L. H. H.)
Rep disteiras (V. O. P.)
Ver distemmas (1. R.)
Ver distemmas (LI. R.)
Chi distichas (I. H.-H.)
Cni distichoporas (L. H. H.)
Tun distomus (I. Te.)
Ver distomus (I, P. Pr.)
Pis ditremas (V. T. Ac.)
Ver dochmius (I. N. N.)
Mol dolabellas (IL. Gro.)
Ins doleras (1. Hy. T.)
Leg dolichoa (D. P. C.)
Ins dolichodes (1. Hy. A.)
Ver dolichplanas (1. P. Tu.)
Ins dolichopus (IL. D. B.)
Ins doligastes (L D. B.)
Dil doliocarpa (D, P. T.)
- Tun doliolus (1. Th.)
Rep dolisauras (V. $.)
Mol dolius (IL. G. Pr.)
Arac dolmedes (LI. Ar.)
Ins donacias (L C. Cp.)
Mol donas (1. L. $.)
Pis doras (V. T. Ph.)
Rhiz dorataspis (L. R.) '
Ins dorcus (1. C. P.)
Umb dorema (D. P. €.)
Crus doridicolas (IL. E. Co.)
Mol doridius (L G. 0.)
Mol doris (L Go.)
Ins doritis (L L. R.)
Comp doronica (D. G. 1.)
/
““ Antonio Alzate. ” 45
LIL IDILILLI
III DOLIDO LS LLO ILLIA
Crus doropygus (1. E. Co.)
Urt dorstenia (D. M. U.)
Ins dorthesias (IL. R. P.)
Pis doryichthys (V. T. L.)
Ins doryphoras (1. €. Cp.)
Mol dosidicus (LI. C. D.)
Mol dotos (1. Go.)
Lil dracaena (M. Co.)
Aro dracontia (M. N.)
Rep draconus (V. $. C.)
Rep dracuneus (V. $. C.)
Orch drakea (M. M.)
Arac drassus (l. Ar.)
Mol dreissenas (IL. L. A.)
di
Pis drepanes (V. T. Ac.)
Ins drepanicus (TI, N. P.)
Ins drepapteris (L. N. P.)
Mag drinuysa (D. P. T.)
Ave dromaeus (V. Cu.)
Crus dromias (I. T. B.)
Rep dromicus (V. O. €.)
Ave drontes (V. Co.)
Dros drosera (D. P. CG.)
Ins drylus (1 C. P.)
Dip dryobalana (D. P, T.)
Ave dryocopus (V, $.)
Mam dryomys (V. R.
Rep dryophis (V. O. C.)
Mam dryopithes (V, Pi. C.)
Sol duboisia (D. G. D.)
Prot dufourias (LI. G.)
Ano duguetia (D. P. T.)
Pis dules (V. T. Ac.)
Malv durioa (D. P. T.)
Mu.)
Apo dyera (D. G. D.)
Cni dynamenas (L. H. H.)
Ins dynastes (L. €. P.)
Crus dynomes (I. T, B,)
Echi dysastes (1. E. $.)
Arac dysderus (1. Ar.)
. Crus dyspontius (1. E. Co.)
Ins dytiscus (1. C, P.)
Crus ebalias (1. T. B.)
Cuc ecbalia (D. P. C.)
Pis echeneis (V. T. Ac.)
Ver echibothris (I. P. €.)
Orus echiderus (L. T, B
Echi echiumis (1, H. P,
Mam echidnas (V. Mo.)
Mam echigales (V. I. E.)
Echi echinastes (IL. A. $.)
Ver echinellas (L. P. Tr.)
Arac echinis (1. Ta.)
Echi echinobrissus (I. E. $.)
Prot echinocephalus (L. G.)
Ver echinococus (1. P. C.)
Ver echinoderus (LI. R. E.)
y]
Cni echinogorgias (I. A. A.)
Echi echinolampas (I. E. $.)
Echi echinometras (I, E. R.)
Echi echinoneus (1. E. $.)
Pis echinorhis (V. Ch. P.)
Echi echinothris (I. E. R.)
Echi echimus (1. E. R.)
Ins echipterys (I. L. B.)
Ver echirhynchus (I. N. A.)
Rep echis (V. O. $.)
Echi echsomas (I. H. Ai.)
46 Memorias de la Sociedad Científica
OLLA IA AL ASI LILIA LLL LILIA ALLI
Echi echisphaeris (1. C.)
Apo echitesa (D. G. D.)
Bor echiuma (D. G. D.)
Ver echiurus (1. G, Ch.)
Ins ecitonus (1. Hy. A.)
Ave eclectus (V. S,)
Rep ephymotes (V. $. C.)
Crus ectisomas (1. E. Co.)
Ave ectopistes (V. Co.)
Cni ectopleuras (I. H. H.)
Orch egertonia (M. M.)
Pont eichornia (M. Co.)
Cni eirenes (IL. H. ee
Ins elaphoces (1.
Ele elaeagnua e
P.)
M. D.)
Fil elaeocarpa (D. P. T.)
)
y
Echi elaeocrinus (1. C.
Cel elaeodendroa (
Pal elaisa (M. Ca.)
Rep elaphis (V. O. C.)
Bur elaphria (D. E D.)
Ins elaphrus (1. C. P.)
Pis elaps (V. T. Ph.)
Rep elaps (V. O. E.)
Ver elasmodes (1. P. Tu.)
Ins elaterus (L C, P.)
Mol eledones (1. C. D.)
Ins elenchus (1. N. $S,)
Mam elephas (V. Pr. E.)
Zin elettaria (M. E.)
Gram eleusia (M. €.)
Echi eleutherinus (1. €.)
Cni eleutherias (1. H. H,)
Crus ellipcephas (1. +. T.)
D. P.D.)
e
”
Crus elminins (IL. E. Ci.)
Ins elmis (IL. C. P.)
Hydr elodea (M. M.)
Gram elymua (M. G.)
Mol elysias (1. 6. O.)
Crus elythrophoras (1. E, Co.)
Mol emarginulas (1. G. Pr.)
Ave emberizas (V. P. C,)
Ins embias (IL. O. P;)
Ins emesas (I. R. H.)
Dil empedoclea (D. P, T.)
Ins emphytus (L. Hy. T.)
Ins empis (L D. B,)
Ins empusas (1. O. G.)
Fung empuza (C, T.)
Rep emys (V. Ch.)
Cyc encephalarta (G.)
Ver enchelidius (L N. N.)
Pis enchelios (V. T. An.)
Inf enchelyodos (1. Ho.)
Inf enchelys (1. Ho.)
Ver enchytraeus (I. A. Ch.)
Echi encopes (1. E. C.)
Echi encrinus (1. C. A.)
Ins endomychus (L C. Ct.)
Cni endospsammias (1. A. $.)
Ins endromis (1. L. B.)
Pis engraulis (V. T. Ph.)
Bat engystomas (V. An. O.)
Mam enhydris (V. C. M.)
Ins enhydrus (1. C. P.)
Rep enneodos (V. Cr. Cr.)
Ins enoplopus (1. C. H.)
Mol enoplothes (1. C. D.)
«Antonio Alzate.” 47
rn
Ver enoplus (I. N. N.)
Leg entada (D. P. €.)
Alga entermorpha (0. T.)
Ver enterostomus (1. P, Tu.)
Mol entoconchas (1. G. Pr.)
Echi entochonchas (1. H. A.)
Inf entodinius (I. P.)
Crus entolithus (I. G. T.)
Crus entonis (1. M. L)
Rep enygrus (V. O. GC.)
Arac epeiras (1. Ar.)
Ins epeolus (1. Hy. A.)
Leg eperua (D. P. C.)
Gme ephedra (G.)
Ins ephemerellas (1, O. P.)
Ave ephialtes (V. R, 5.)
Ins ephippiges (I. O. G.)
Pis ephippus (V. T. Ac.)
Ver epibdellas (1. P. Tr.)
Inf epiclintes (1. Hy.)
Rep epicrates (V. O. C.)
Ins epilachnas (1. C. Ct.)
Ins epilampras (1. O. G.)
Ona epilobia (D. P. €.)
Ber epimedia (D. P. T.)
Ins epinephes (I. L. R.)
Cae epiphylla (D. P. GC.)
Orch epipogoa (M. M.)
Ins epipones (I. Hy. A.)
Ins episemas (IL. L. N.)
Inf epistylis (IL. P.)
Pis eques (V. T. Ac,)
Equi equiseta (C. €, V.)
Pis equulas (V. T. Ac.)
Mam equus (V. U. E.)
Ran eranthisa (D. P. T.)
Ins erebias (1. L. R.)
Ins eremiaphis (I. O. G.)
Rep eremias (V. $. F.)
Ara eresus (L. Ar.)
Mam erethyros (V. R. Hy.)
Crus ergasilus (L. E. Co.)
Crus erichsonias (L. M. L)
Mam erinaceus (V. L E.)
Mam eriomys (V. R. La.)
Oyp eriophora (M. G.)
Rut eriostemoa (D. P. D.)
Crus eriphias (1 T. B.)
Ave erismaturas (V. N.)
Ins eristalis (L D. B.)
Erio erocaula (M. G.)
Ger erodia (D. P. D.)
Ver erpocotyles (L. P. Tr.)
Inf ervilias (1. Hy.)
Leg ervuma (D. P. C.)
Umb eryngia (D.-P. GC.)
Crus eryonus (1. T. M.)
Crus erysima (D. P, T.
Gen erythraea (D. G.
A
Arac erythraeus (I, Ac.)
Leg erythrina (PD. P. C.)
Pis erythrinus (V. T. Ph.)
Lil erythronia (M. Co.) +»
Leg erythrophlaea (D. P. C.)
Crus erythrops (I. T. P.)
D.)
Ery erythroxyla (D. P.
Rep eryxus (V. O. C.)
Sax escallonia (D. P. C.)
»
48 Memorias de la Sociedad Científica
PILLE LILIA LIDILI ILL LL II LO LSSI LL ILL LO ILL LI III
Mol escharellas (I. Br. Ee.)
Mol erchariporas (I. Br. Ec.)
Mol escharoides (I. Br. Ec.)
Pap eschscholtzia (D. P. T.)
Cni eschscholtzias (L. €. $.)
Rut esenbeckia (D. P. D.)
Pis esoxus (V. T. Ph.)
Por esperias (I. F.)
Crus estherias (1. E. Ph.)
Pis esunculus (V. T. Ph.)
Ver eubostrichus (1. N, N.)
Echi eucalyerinas (1. C. T.)
Myrt cucalypta (D. P. C.)
Crus eucanthus (1, E. Co.)
Ins euceras (1. Hy. A.)
Cni eucharis (1. C. L.)
Ins euchirus (1. C. P.)
Gram euchlaena (M. G..)
Ver euchlamis (I. R.)
Ver euchones (1. A. Ch.)
Ins euchromas (1. €. P.)
Ins euclidiamis (1. L. N.)
Ins eucnemis (1. C. P.)
Fun eucoelius (1. Te.)
Cni eucopes (I. H. H.)
Myr eucorybus (1. Chp.)
Mol eucrateas (1. Br. Ec.)
Echi eucrinus (1. C. T.)
Rhiz eucyrtidius (1. R.)
Crus eudactylis (1. E. Co.)
Cni eudendris (1, H. H.)
Rep eudipsas (V. O. C.)
Crus eudoras (1. T. C.)
Prot eudorinas (1. F.)
Ver eudrilus (1. A. Ch.)
Ave eudyptes (V. N.)
Myrt eugenia (D. P. C.)
Prot euglenas (1. F.)
Rhiz euglyphas (1. F. E.)
Ver eulalias (1. A. Ch.)
Mol eulimas (1. G. Pr.)
Por eumastias (1. F.)
Ins eumenes (1. Hy. A.)
Ver eumenias sa A. Ch.)
Cni euniceas De
Cel euonyma (D.
Echi enpatangus
Comp eupatoria (
Crus eupeltes (L
Ave eupetomes (V.
Ins euphanias (L.
Crus euphausia
Sp:
LES EREtE
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(02)
4
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Ave euphonias (
Euph euphorbia (D. 3
Ver euphrosynes eS
Ins eupithecias (L
Por euplectellas (1.
> E
DE
e al
Ave eupiocamus (V.
Inf euplotes (1. a
Ave eupodotis (V. Gr.)
Ano eupomatia (D. P. T.)
Ver eupompes (1, Á. Ch.)
Ins euprepias (I. L. B.)
Crus eupronoes (I. M. A,)
Cni eupsammias (I. A. Z.)
Echi eupyrgus (L H. A.)
Cni euramphaes (1. C. L.)
E
—
Memorias de la Sociedad Científica 50
Por euretes (I. F.)
Ave eurogalbas (V. $.)
Fung eurotia (C. T.)
Nym euryalea (D. P.
Umb euryangia (D. P.
Crus euryceercus (1. E,
Ave euryceros (V. P.
Myr eurydesmus (1. Che.)
Ver euryleptas (I. P. Tu.)
Crus eurynos (L. T. B.)
Crus euryphorus ((I. E. Co.)
Crus eurypodios (1. T. B.)
Crus eurypterus (LI. G. X.)
Ave eurypygas (V. Gr.)
Ave eurystomus (V. P. L.)
Crus eurytenes (1. M. A.
Ver eurythoes (I. A, Ch.
Ins eurytomas (TI. Hy. T.
Arac eusarchus (1. Ph.)
Crus euscelos (L.
Cni eusmilias (1. A. z. )
Por euspongias (1. F..)
Ver eustrogys (L N. N.)
Ins eutermes (1. O. P.)
Pal euterpa (M. Ca.)
Crus euterpes (1. E. Co.)
Hydr eutoca (D. G. D.)
Crus eutyphis (I. M. A.)
Ver eteones (I. A. Ch.)
Rhiz etmosphaeras (1.
Crus ethusas (I. T. B.)
Ins evanias (1. Hy. T.)
Crus evadnes (I. E. Ph.)
Eupn excoecaria (D. M. U.)
R.)
Pis exocoetus (V. T. An.)
Ver exogones (1. A. Ch.)
Conv exogonia (D. G. D.)
Mol exogyras (1. L. A.)
Rub exostemma (D. G. 1.)
Arac eylais (l, Ac.)
Cni eyphyllias (1. A. Z.)
Leg faba (D. P. C.)
Ver fabricias (1. A. Ch.)
Mol facellinas (T. Go.)
Poly fagopyra (D. M. €.)
Cup fagusa (D. M. U.)
Ins falagrias (1. C. P.)
Ave falcinellus (V. Gr.)
Ave faleos (V. R. A.)
Mol farrellas (I. Br. Ec.)
Mol fasciolarias (I. Gr. Pr.)
Ver fasciolas (IL. P. N.)
Cni favias (L A. Z.)
Val fedia (D. G. 1.)
Mam felis (V. Ca. F.)
Echi ferdinas (I. A. $.)
Ins feronias (1, C. P.) .
Iri ferraria (M. E.)
Umb ferula (D. P. C,)
Gram festuca (M. G.)
Cni feuillaea (D. P* C.)
Mam fiberus (V. R. Ar.)
Echi fibularias (1. E. €.)
Mol ficulas (IL G. Pr.)
Urt ficusa (D. M. U.)
Ins fidonias (1. L. G.)
Pis fierasfes (V. T. An.)
Ins figites (IL. Hy. T.)
Herrera. Nomenclatura. —7.
51 “¿Antonio Alzate. ”
were
Ver filarias (I. N. N.)
Ver Jilaroides (LN. N.)
Por filiferas (1 F.)
Ver Jiligranas (L
Mol sirolas (TI. G.
Mol firoloides (L.
Mol fissurellas (L.
- Pis fistularias (V.
Cni flabellus (L A.
Bix flacourtia (D.
Ins flatas (I. R. C.
Cedr flindersia (D. P. D.)
Lim floerkia (D.-P. D.)
Ver floscularias (IL. R.)
Mol flustras (IL. Br. Ec.)
Umb foenicula (D. P. €.)
Ins foenus (1. Hy. T.)
Por foliolinas (1. F.)
Ins fordas (I. R. P.)
Ins forficulas (TL O. G.)
Ins formicas (1. Hy. A.)
Ave formicivoras (V. P. D.)
Cni forskalias (1. H. $.)
Gen frasera (D. G. D.
Ole fraxinusa (D. G.
Inf freias (L He.)
Cam frezia (D. P. T.)
Ave friegillas (V. P. C.)
Lil fritillas (M. Co.)
Tun fritillarias (1. Te.)
Echi fromias (IL. A. $.)
Rhiz:frondicularias (I. F.)
Mol frondiporas (I. Br. Ec.)
Mol flustrellas (I. Br. Ec.)
A. Ch.)
H,)
G. H
)
D.)
Alga fucua (C. T.)
Ins fulgoras (I. R. €.)
Ave fulicas (V. Gr.)
Ave fuligulas (V. N.)
Fum famaria (D. P. T.)
Ins fumeas (I. L. B.)
Mus funaria (C. C. N.)
Pis fundulus (V. T. Ph.)
Cni funieulinas (L A. A.)
Ver fuzcularias (I. R.)
Moi fusus (1. G. Pr.)
Pis gadieulus (V. T. An.)
Pis gadopsis (V. T. An.)
Pis gadus (V. T. An.)
Mam galagos (V. Pr. L.)
Ama galantha (M. E.)
Crus galatheas (1. T. M.)
Cni galaxeas (TI. A.
Pis galaxias (V. T.
Ave galbulas (V. $.
Pis galcerdos (V. Ch. P.)
Arac galeodes (I. So.)
Mam galeopithecus (V. Pr.G.)
Ins galerucas (L. C. Cp.)
Pis galeus (V. Ch. P.)
Ins galgulus (I. R. H.)
Rut galipea (D. P. D.)
Rub galiuma (D. G, 1.)
Ins gallerias (1. L. M.)
Ave gallinagos (V. Gr.)
Ave gallinulas (V. Gr.)
Ave gallus (V. Ga.)
Arac gamasus (LI. Ac.)
Crus gameantbus (IL. M. A.)
Memorias de la Sociedad Científica 59
Crus gammarellas (I. M. A.)
Crus gammarus (1. M. A.)
Prot gamocystis (1.
Fil glyphaea (D. P.
Gut garcinia (D. P.”'
Rub gardenia (D. G. L
Ave garrulus (V. P. D.)
Cni garveias (1. H. H.)
Arac gastacanthas (Í. Ar.)
Pis gasterosteus (V. T. Ac.)
Ver gasterostos (I. P. Tr.)
Mol yastranas (IL. L. $. ;
Mo] gastrochaes (I. L. $.)
Ver gastrolepis (1. A. Ch,
Ins gastropachas (L. L. B.)
Mol gastropteros (L €. O.)
Inf gastrostylas (L. Hy.)
Ins gastrus (L. D,
Eri gaultheria (D.
Crus gearciuus (1.
Crus gebias (L. T.
Aye gecinus (V. $.
Crus gelasimus (1.
Log gelsemia (D. G. D.)
Mol gemellarias (1. Br. Ec.)
Cni gemmarias (1. H. H.)
Cni gegembauris (IL. C. $.)
Rub genipa (D, G. 1.)
Leg genista (D. P. €.)
Gen gentiana (D. G. D.)
Cru geococeua (D. P. T.)
Ver geodesmus (1. P. Tu.)
Por geodias (I. F.)
Leg geoffroya (D. P. O.)
II
PILLS LILLO EL LIL LI IA LL
Fung geoglossa (C. T.)
Ins geometras (I. L. G.)
Mam geomys (V. R. Sa.)
Ver geonemertes (1. P. N.)
Ave geopelias (V. Co.)
Myr geophilus (L. Chp.)
Ver geoplanas (1. P. Tu.)
Mam georychus (V. R. Gre.)
Ins georysus (LI. C. P.)
Ave geosittas (V. P. T.)
Pis geotrias (Y. Uy.)
Ins geotrupes (1. C. P.)
Cni gerardias (1. A. Z.)
Ave geronticus (V. Gr.)
Pis gerres (V, T. Ac.)
Rep gerrhonotus (V. S. B,)
Rep gerrhosaurus (V. $S. B.)
Mol gervilias (1. L. A.)
Cni geryonias (I. H. H.)
Arac gibocellus (1. Ph.)
Phyt giesekia (D. M. C.)
Pis ginglymos (V. Ch. P.)
Ins glaphyrus (L. C. P.)
Ave glareolas (V. Gra)
Ins glaresis (1. C. P.)
Pap glaucia (D. P. T.)
Inf glaucomas (L. Ho.)
Ins glaucopis (I. L. B.)
Mol glaucus (IL. G. O.)
Mol glaudinas (LG . Pus)
Prim glauxa (D. G. 5.)
Cni glebas (I. H. $.)
Leg gleditschia (D, P. O.)
Rhiz globigerinas (1. F.)
53 “Antonio Alzate.”
aa
Mam globioccphas (V. Ce.)
Sel globularia (D. G. D.)
Cni glossocodos (I. H. H.)
Ver glyoeras (1. A. Ch.)
Leg alyeyrrhiza (D. P. C.)
Rep glyphodos (V P.)
Pis glyptolepis (V Cr.)
Mam glyptodos (V. E.)
Arac glyzphagus (1. Ac.)
Comp gnaphalia (D. G. 1.)
Mol gnathodos (I. L. $.)
Crus gnathophaus (I, T, P.)
Crus gnatophys (IL. T.)
O.
. G.
Ins gnorimus (I. €. P.)
Pis gobiesos (V. T. Ac.)
Pis gobiodos (V. T. Ac.)
Pis gobios (V. T. Ph.)
h.
Pis gobiosomas (V. T. Ac.)
Pis gobius (V, T. Ac.)
Asc gomphocarpa (D. G. D.)
Ins gomphceereus (1. O. 6.)
Mol gomphoceras (IL. C. T.)
Amar gompghrena (D. M. C.)
"U
==
Ins gomphus (1. O. P
Rep gongylus (V. $. B.)
Ver goniadas (1. A. Ch.)
Ins gonias (IL. D. B,)
Echi goniastes (I. A. $.)
Cni goniastraeas (LI. A. Z.)
Mol goniatites (1. C. T.)
Echi goniocidaris (I. E. R.)
Cni goniocoras “I. A. Z.)
Ins goniodes (IL. R. A.)
Echi goniodiscus (I. A. S.)
Echi goniophorus (I. E. R.)
Aras goniosmas (1. Ph.)
Prot goniumus (1. F.)
Crus gonodactys (I. T. S.)'
Crus gonoplas (IL. T. B.)
Ins gonopterys (1. L. R.)
Prot gonosporos (1. G..)
Cni gonothyraeas (1. H. H.)
Arac gonyleptus (1. Ph.)
Rep gonyosomas (V. O. C,)
Ver gordius (1. N. N.)
Cam gordonia (D. P. T.)
Cni gorgonellas (IL. A. A.)
Cni gorgonias (IL, A. A.)
Mam gorillas (V. Pi. C.)
Malv gossypia (D. P. T.)
Ave gouras (V. Co.)
Ave graculas (V. P. D.)
Ave graculus (V. N.)
Rep grammatophos (V. $. C.)
Por grantias (1. CG.)
Mam graphiurus (V. R. My,)
Ins grapholithas (L L. M.)
Ins graphoras (LI. L. N.)
Crus grapsus (1. T. B.)
Per gratiola (D.
Rep grayias (V. Oo.
Prot gregarinas (1.
Til grewia (D. P.
Lyt grislea (D. P. 0 .)
Rhiz gromias (1. F.)
Loa gronovia (D. P. C.)
Ave grus (V. Gr.)
Ins gryllotalpas (1. O. G.)
GE
Memorias de la Sociedad Científica 54
Ins gryllus (LO. G.)
Mol yryphaeas (IL. L. A.)
D.)
Di
T.)
G. L)
B40G;)
Zyg guaiaca (D. P.
Meli guarea (D. P.
Fung guepinia (€.
Rub guettarda (D
Leg guilandina (D.
Mam gulos (V. Ca. M.)
Ver gundas (1. P. Tu.)
Ara gunnera (D. P. €.)
Myrt gustavia (D. P. C.)
Crus gyges (L. M. I,)
Pis gymnarchus (V. T. Ph.)
5.
)
<=
Echi gymnasteris (I,
Asc yymnema (D. G,
Ave gymnocephas (V.
Rep gymnodactys (V. $. GC.)
Ave gymnorhinas (V. P. D.)
Pis gymnotus (V. T. Ph.)
Mam gymnuras (V. I. $.)
Cap gynandropsia (D. P. T.)
Gram gyneria (M. G.)
Ave gypaetus (V. R. V.)
Ave gyphohieras (V. R. V.)
Ave gypogeras (V. R. A.)
Car gypsophila (D. P. T.)
Ins yyretes (L. C.
HP;
A.
D.
P. D.)
P.)
Ins gyrinus (1. O. P»)
Inf gyrocoris (1. P.)
Ver gyrodactys (IL. P. Tr.)
Pis gyrodus (V. G. Py.)
Crus gyropeltis (L. E. L.)
Ins gyropus (1. R.)
Cni gyrosmilias (1. A. Z.)
Ins hadenas (L. L. N.)
Ama haemantha (M. E.)
Ins haematopinus (L.
Ins haematopos (L. D
Ave haematopus (V. G
Leg haematoxyla (D. P.
Ver haementarias (L. A
Ver haemopis (I. A. H.)
Pis haemulonus (V. T. Ac.) *
Ins haeterinas (I. O. P.)
Ver hagas (IL P. Tu.)
Cni haimeas (L.
Ave haleyonus (
Cni halecius (L
Styr halesia (D S
Ave haliaetus (V. R.
Ave haliaeus (V. N.)
Mam halichoerus (V. P.
Por halichondrias (1. F.)
Cni haliclystus ([. H. A.)
Mam halicores (V. Ce.)
Ver halicryptus (LI. G.
Ins halictophagus (L.
Ins halictus (1. Hy.
Alga halidrya (0. T.
Rhiz haliommatidius (1. R.)
Mol haliotis (L G. Pr.) -
Ins haliplus (L €. P.)
Por halisarcas (1. F.
Rhiz haliommas (1.
Cni halistemmas (1.
Mam halitherius ('
Ver hallas (L. A. Ch $)
Mam halmaturus (V. Ma.)
A. A.)
V. P. L.)
H. H.)
. G. 8.)
A.)
Ph.)
A.)
N. $.)
A.)
)
)
KR.)
H. $.)
V. Ce.)
e
55 “Antonio Alzate.”
VIGILIA
III
Ins halobates (1. R. H.)
Crus halocyprias (1. E. O.)
Cni halomitras (1. A. Z.)
Hal haloragia (D. P. C.)
Pis halosauvus (V. T. Ph.)
Inf halterias (1. P.)
Ins halticas (1. C. Cp.)
Ham hamamelia (D. P,
Mol hamineas (1. G. O.)
Mol hamites (L. C. T.)
Apo haneornia (D. G. D.)
Aye hapaldermas (V. $.)
Mam hapales (V. Pi. H.)
Mam hapalotis (V. R. Mu.)
Mam haplocerus (V. A. Ca.)
Pis haplochilus (V. T. Ph.)
Pis haplodactys (V, T. Ac,)
Crus haplosps (1. M, A.)
Cni haplosmilias (L. A. Z.)
Ave harpactes (V. S.)
Crus harpacticus (1. E. Co.)
Ins harpactos (L R. H.)
Ins harpalus (1, C. P.)
Mol harpas (1. G. Pr.)
Crus harpes (IL. G. T.)
Crus harpilius (LT. M.)
Pis harpodos (V. T. Ph.)
Ins harpygias (I. L. B.)
Mam harpyias (V. Ch, F.)
Cni harteas (IL. A. A.)
Rep hatterias (V. S. C.)
Ins hebrus (I. R. H.)
Leb hedeoma (D. G. D.)
Ara hedera (D. P. C.)
0.)
Rhiz hedriocystis (IL. H.)
Ver hedruris (I, N. N.)
Bur hedwigia (D. P. D.)
Zin hedychia (M. E.)
Ins hedychrus (1. Hy. A.)
Sar heliamphora (D. P. T.)
Comp heliantha (D. G. 1.)
Cis helianthema (D. P. T.)
Pis heliastes (V, T. Ac.)
Echi heliastes (1. A. $.)
Cni heliastraeas (1. A. Z.)
Mol helicinas (IL. G. Pr.)
Ins heliconius (I. L. Sra
Ster helicterea (D. P. T.)
Cni heliolites (LA A.)
Cni helioporas (L. Aid A.)
Rhiz heliosphaeras (1. R.)
Ins heliothrips (L po 5)
Ave heliothris (V T.)
Bor heliotropia (D. pe D.)
Ins helipsyches (L. N. T.)
Mol helixus (I, G. Pu.)
Ran hellebora (D. P. T.)
Ver helluos (1. A. H.)
Rep helmintophisíV. O. €.)
Rep helodermas (V. $. F.)
Ver helodoras (1. A. Ch.)
Ver helodrilus (L. A. Ch.)
Pis helotes (V, T. Ac.)
Fung helvella (C. T.)
Ara helwingia (UV. P, 6.)
Ins hemedromias (1. D. B.)
Ins hemerobius (I. N. P.)
Pis hemgaleus (V. Ch. P.)
Memorias de la Sociedad Científica
BARI
Crus hemiaspis (LG. M.)
Echi h-miastes (L E. S.
Ver hemibdellas (1.
Mol hemicardins (
Echi hemicidaris
Rep hemicordys
Echi hemierepis
Rep hemidactys
Bat hemidactys (v.
. Asc hemidesma (D.
Echi hemidiademas (l.
Ver hemilepis (L A.
Pis hemiodus (V. T.
Echi hemipedinas (L
Echi hemipholis (L A.
Echi hemipneustes (1.
Dil hemistemma (D. P. 7. ,
Ver hemistomus (I. P. Tr.)
Ins hemiteles (1. Hy. T.)
Crus hemityphis (1. M. A.)
Pis hemrhamphus (V. T. An.)
Myr henicops (1. Chp.)
Ave henicurus (V P. D.)
Pis heniochus (V. T. Ac.)
Ins henops (1. D. B.)
Crus hepatus (I. T. B.)
Ins hepialus (IL. L. B.)
Pis heptanchus (V. Ch. P.)
Crus herbstias (l. T. B.)
Ver hermadios (I. A. Ch.)
Ver hermiones (1. A. Ch.)
Ver hermodices (1. A. Ch.)
Ave herodias (V. Gr.)
Mam herpestes (V. Ca. V.)
56
PILLS
Rep herpetodryas (V. O. C.)
Cni herpetolithas (1. A. Z.)
Crus hersilias (TI. E. Co.)
Ver hesiones (1. A. Ch.)
Ins hesperias (L. L. R.)
Ver hetenereis (1. A. Ch.)
Ver heterakis (L N. N.)
Pis heterbranchus (V. T. Ph.)
Ins hetergamias (L. O. G.)
Ins heterocerus (I. C. P.
AS
A.)
Ch.)
Co.)
I.
Cni heterocenias (I, A.
Ver heterocirrus (I. A.
Crus heterocopus (I. E.
Ver heteroderas (IL. N. N.)
Rep heterodos (V. O. GC.)
Mol heterofus (LI. P. T.)
Arac heteromes (1. Sc.)
Myr heterostos (L. Chp.)
Ins heterotos (I. R. H.)
Ins heterotus (LI. R. GC.)
Ver heterphenas ds A. Ch.)
Sax heuchera (D. P. C.)
Euph hevea (D. M. U)
Pis hexanchus (V. Ch. P.)
Dil hibbertia (D. P. T.),
Ins hibernias (L, L. G.)
Malv hibisca (D. P. T.)
Ave hieratus (V. R. A.)
Gram hierochla (M. G.)
Ins hilaras (1. D. B.)
Beg hillebrandia (D. P. €.)
Myr himantarius (1. Chp.)
Ave himantopus (V. Gr.)
Cni hincksias (1. H. H.)
57
““Antonio Alzate.”
ILILISIIILIILLSIIIIIIIDIS
Mol hinnites (L L. A.)
Ins hipparchias (L L. R.)
Mam hipparios (V. U. E.)
Crus hippas (L T. M.)
Echi hippasteris (L.
Ins hippoboseas (L
5.)
Be
D. B.)
Pis hippocampus (V. T. L.)
Pis hippoglossus (V. T. An.)
Crus hippolytes (L T. M.)
Euph hippomanea (D. M. U.)
Echi hipponoés (1. E. R.)
Ver hipponoés (L. A. Ch.)
Mol hippopus (1. L. se
Mam hippotigris (V. U. E.)
Mam hioppotragus (v . A, Ca.
Mol hippurites (1. L. $.)
Hal hipuria (D. P. €.)
Por hircinias (1. F.)
Ver hirudos (1. A. H.)
Ave hirundos (V. P. F.)
Ins hispas (1. C. Cp.)
Ins histerus (1. C. P»)
Ver histriobdellas (1. A. H.)
Echi holastes (LI E. $.)
Lar holboellia (D. P. T.)
Pis holeanthus (V. T. Ac.)
Pis holocentrus (V. T. Ac.)
Inf holophryas (1. Ho.)
Pis holoptychius (V. G. Cr.)
Echi holopus (1. C. A.)
Ver holostomus (L P. Tr.)
Echi holothurias (1. H. P.)
Por holtenias (L F.)
Rep holurophos (V. O. C.)
o
Ver holycirrus (1. A. Ch.)
Rep homaleranios V. O. C.)
Rep homalopsis (V. O. C,)
Ins homalotas (1. C, P.)
Rep homalsomas (V. O. €.)
Crus homarus (I. T. M.)
Echi homolampas (TI. E. $.)
Crus homolas (1 T. B.)
Cni homopneusis (L. H. A.)
Arac homopus (I. Ac.)
Rep homopus (V. Ch.)
Mam homos (V. Pi.)
Til hkonckenya (D. P. T.)
Ins hoplias (L C. P.)
Rep hoplocephas (V. O. P.)
Arac hoplophoras (1. Ac.)
Ins hoplophoras (1. R. C.)
Ave hoplopterus (V. Gr.)
Gram hordea (M. (..)
Ins hormeticas (1. O. G.,)
Cni hormiphoras (IL. C. $.)
Mol horneras (1. Br. Ec.)
Prim hottonia (D. G. 5.)
Rham hovenia (D. P. D.)
Asc hoya (D. G. D.)
Urt humulua (D. M. U.)
Euph hura (D. M. U.)
Inf huxlejas (1 Hy.)
Lil hyacintha (M. Co.)
Mam hyaemoschus (V. A. M,)
Mam hyaenas (V. Ca. H.)
Mol hyaleas (IL. P. T.)
Rhiz hyalodiscus (1. F.)
Rhiz hyalolampes (1 H.)
““ Antonio Alzate.”
PLILILILLIICOILIIIILIIIILIILIDIIS III DIE LISIS SILOS IS IO
Por hyalonemas (T. F')
Cni hvalopath+s (I. A. Z.)
Por hyalothaumas (1. F.)
Ave hyas (V. Gr)
Crus hyas (1. T. B)
Ins hylbalus (LC. P.)
Cni hybocodos (I. H. H.)
Ins hybos (1. D. B.)
Ins hybosorus (I. C. P.)
Ins hy daticus (1. C. P.)
Ver hydatinas (TL R.)
Pan hydnocarpa (D. P. T.)
Cyt hydnora (D. M. Mt,)
Fung hydnua (C. T.)
Arac hydrachnas (I. Ac.)
Cni hydractinias (1. H. H.)
Sax hydrangea (D. P. C.)
Cni hydras (1. H) ,
Ver hydrias (1. R)
Mol hydrobias (I. G. Pr.)
Ins hydrobins (1. C. P.)
Hydr hydrocharia (M. M.)
Mam hydrochoerus (V. R. Su.)
Arac hydrochoreus (T. Ac.)
Ins hydrochus (1 C. P.)
Umb hydrocotyla (D. P. C.)
Ins hydroleonus (T. D. B.)
Ins hydrometras (I. R. H.)
Mam hydromys (V. R. Mu.)
Fum hypecouma (D. P. T.)
Cab hydropeltia (D, P. T.)
Ins hydrophilus (T. C. P.)
Rep hydrophis (V. O. P.)
Ins hydroporus (1. C. P.)
57
Ave hydropsalis (V. P. F.)
Ins hydropsyches (LN. T.)
Ins hydroptilas (L N. T.)
Rep hydrosaurus (V. $. F.)
Ins hydrous (1. C. P.)
Bat hylas (V. An. D.)
Ins hylastes (L. €. Cp.)
Ins hylesinus (1. C. Cp.)
Arac hyllus (I. Ar.)
Mam hylobates (V. Pi. C.)
Ins hylobius (1. C. Cp.)
Ave hylocharis (V. P. T)
Bat hylodactys (V, An. D.)
Bat hylodes (V. An. D.)
Mam hylomys (V. 1. $.)
Ins hylotomas (1. Hy. T.)
Ins hylurgus (1. € Cp.)
Fung hymegastea (C. T.)
Leg hymenaea (D. P. C.)
Rhiz hymeniastrus (I. R.)
Cni hymenogorgias (1. A. A.)
Ins hymenorus (1. C. H.)
Crus hymesomas (1. T. B.)
Ver hynchorellas (1. A. Ch.)
Eechi hyoerinus (1. C. T.)
Ver hyopogaeos (I. A. Ch,)
Pis hyoprorus (V. T. Ph.)
Sol hyoseyama (D. G. D,)
Ins hypenas (I. L. N.)
Hyp hyperia (D. P. T.)
Crus hyperias (L M. A.)
Mam hyperodos (V. Ce.)
Pis hyperopis (V. T. Ph.)
Rep hyperpedos (V. $. R.)
Herrera. Nomenclatura. -8.
58 Memorias de la Sociedad Científica
SA A
III
Pal hyphaena (M. Ca,)
Ins yphydrus (I. C. P.)
Fun /ypobythius (1. Te.)
Ins hypodermas (1. D. B.)
a,
Mam /ypodermas (V. Ch. F')
Echi /¿ypodiademas (I. E. R.)
Ver hypogeos (I, A. Ch.)
Pis hypomesus (V, T. Ph.)
Echi hyponones (1. C.)
Arac hypopus (1. Ac.)
Pis hypostomus (V. T. Ph.
Mam hippopotas (V. A. O.
Mam hypsiprymnus (V. Ma.)
Rep hypsirhinas (V. O. C,)
Arac hyptiotes (L. Ar.)
Mam hypudaeus (V. R. Ar.)
Mam hyras (V. Pr. L.)
Pis hyscarpus (V. T. A
Ver hystrichis (1. N. N.
Mam hystris (V. R. Hy.
Crus ¿bacus (1. T. M.)
Ins ¿balias (1. Hy. T.)
Ave ¿bis (V. Gr.)
Crus ¿blas (1. E. Ci.)
Ins ¿carias (1. Hy. A.)
Ver ¿chthydius (1. R. G.)
Pis ¿chthyomyzos (V. Cy.)
Ver ¿ichthyonemas (L N. N.)
Rep ¿iehthyosaurus (V. E. 1.)
Bur ¿cica (D. P. D.)
Ave icterus (V. P. D.)
Mol ¿dalias (I. G. O.)
Cni ¿diopsis (1. C. E)
Mol idmoneas (1, Br. Ec.)
Cc.)
)
)
Crus ¿dioteas (I. M. 1.)
Cni ¿dyas (T, C. E.)
Rep iguanas (V. $. CG.)
Tlic ¿lexa (D. P. D.)
Crus ilias (L T. B.)
Crus iliocryptus (TI. E. Ph.)
Mag illiciuma (D. P, T.)
Crus ¿lyobates (I. E. O.)
Ver ¿imogines (I. P. Tu.)
Bals impatiensa (D. P. D.)
Crus ¿nachus (1. T. B.)
Ave indicatorus (V. $.)
Leg indigofera (D. P. CG.) -
Echi ¿nfulastes (I. E. $.)
Leg inga (D. P. GC.)
Thym ¿nocarpua (D. M. D.)
Mol inoceras (I. L. A.)
Ins ¿nos (1. L. B.)
Comp inula (D. G. 1.)
Mam ¿nuus (V. Pi. C.)
Viol ¿onidia (D. P. T.)
Crus ¿phimedis (1. M. A.)
Ver iphiones (I A. Ch,)
Conv ¿pomaea (D. G. D.)
Ins ¿ps (1. C. P,)
Crus ¿renaeus (LI, E. Co.)
Alga iridaea (C. T.)
Iri ¿risa (M. E.)
Ave irrisorus (V. P. T.)
Cru ¿satia (D. P., T.)
Ins ¿schnorastes (L Hy. A.)
Cni ¿sis (L A. A.)
Myr isobates (1. Chg.)
Mol ¿socardias(1. L. $.)
““Antonio Alzate.” 59
PSLILLOLIS II III III DILE LILIA
Ins ¿socerus (1. C. H.)
Orch isochila (M. M.)
Bat ¿isodactys (V. U. $.)
Iso isoeta (U. €. V.)
Arac ¿sometrus (I. Se.)
Cni ¿sophyllias (IL. A. Z.)
Ran ¿sopyra (D. P. T.)
Camp isotoma (D. G. 1.)
Inf ¿sotrichas (L. Ho.)
Ins ¿ssus (1, R. O.)
Crus iteas (1. M, 1.)
Bat ixalus (V. An. D.)
Crus ixas (1. T. B.)
Arac ixodes (1. Ac.)
Rub ixora (D. G. 1.)
Ave jacamerops (V. $.)
Mam jaculus (V. R. Di.)
Crus jaeras (L. M. 1.)
Mol janellas (1. G. Pu.)
Cni janiras (1. C. S.)
Por janthellas (I. F..)
Mol jantbinas (1. G. Pr.)
Ins japys (1. O. T.)
Ole jasmina (D. G. D.)
Ins jassus (I. R. C-)
Men jateorrhiza (D. P. T.)
Euph jatropha (D. M. U.)
Crus jones (IL. M. 1.)
Pal jubaea (M. Ca.)
Jug juglansa (D, M. U.)
Pis julis (V. T. Ac.)
Myr julus (1. Chg.)
Cni juncellas (I. A. A.)
Jun juncua (M. Ca.)
Con juniperua (G.)
Ave jynxus (V. $.)
Eri kalmea (D. G. $.)
Bat kalophrys (V. An. O.)
Ins kermes (I. R. P.)
Inf keronas (1. Hy.)
Cel kippistia (D. P. D.)
Echi kleinias (I. E. $.)
Crus kochlorines (I. E. Ci.)
Cni kophobelemnos (Í. A. A.)
Fun kowalewskias (1. Te.)
Pol krameria (D. P. T.)
Mol kraussinas (1. Br. T.)
Crus kroyeris (1. E. Co.)
Echi labidemas (1. H. P.)
Ins labiduras (I. O. G.)
Ver labrandas (I. A. Ch.)
Pis labras (V. T. Ac.)
Pis labrus (V. T. Ac,)
Prot labyrinthulas (1. L.)
Ver lacazias (IL. G. A.)
Rep lacertas (V. S, F.)
Ins lachesis (IL. O. P.)
Rap lachesis (V. O. $.)
Ins lachnus (1. R. P.)
Podos lacia (D. M. Ma.)
Ver lacinularias (I. R.)
Ins laconus (1. C. P.)
Inf lacrymarias (I. Ho.)
Crus laemargus (1. E. Co.)
Pis laemargus (V. Ch. P.)
Ins laemophloes (I. C. P.)
Ins laenas (1. C. H.)
Cni lafoeas (1. H. H.)
60 Memorias de la Sociedad Científica
Echi laganus (1. E. C.) +
Cuc lagenaria (D. P. C.)
Rhiz lagenas (1. F.)
Inf lagenophrys (1. P.)
Thym lagetta (D. M. D.)
Mam lagidius (V. R. La.)
Ver lagis (1. A. Ch.)
Mam lagomys (V. R. Le.)
Ave lagopus (V. Ga.)
Mam lagostomus (V. R. La.)
Mam lagothris (V. Pi. P.)
Mam lagotis (V. R. La.)
Ins lagrias (IL. C. H.)
Lab lallemantia (D. (z. D.)
Crus lambrus (I. T. B.)
Mol lamellarias (L. G. Pr.)
Ins Zlamias (I, €. Cp.)
Alga laminaria (C. T.)
Pis lamnas (V. Ch. P.)
Ave lamporais (V. P. T.)
DM
Crus lamproglenas (L E. Co.)
Rep lamprophis (Y. O. C.)
Crus lamprops (L T. C.)
Ins lamprosomas (1. €. Cp.)
Ins lampyris (L. C. P.)
Myr lamyctes (I. Chp.)
Viol lanchietia (D. P. T.)
Apo landolphia (D. G. D.)
Rep langahas (V. O. C.)
Ave laniarius (V. P. D.)
Ave lanius (V P. D.)
Meli lansiuma (D. P. D.)
Ver lantana (D. G. D.)
Cni laodiceas (I. H. H.)
Cui laomedeas (1. H H.)
Crus laomedias (1. T. M.)
Phil lapageria (M. Co.)
Ins laphrias (L D. B.)
Crus laphystius (L. M. A.)
Ins larentias (Il L. G.,)
Pis larimus (V. T. Ac.)
Con larixa (G.)
Zyg larrea (D. P. D.)
Ave larus (V. N.)
Ins lasias (L. D. B.)
Ins lasias (L. C. Ct.)
Ins lasiocampas (L. L. B.)
Ins lasius (I. Hy A.)
Pis lates (V. T. Ac.)
Ins lathricius (LC. P.)
Ins lathrobius (L. C. P.)
Leg lathrusa (D. P. C.)
Crus latonas (I, E. Ph.)
Crus latreillias (L T. B.)
Pis latris (V. T. Ac.)
Arac latrodectus (L Ar.)
Alga laurencia (C. T.)
Lau laurua (D. M. D.)
Lab lavandula (D. G. D.) -
Lyt lawsonia (D. P. C.)
Crus leachias (I. M. 1.)
Ins lebias (LC. P.)
Ins lecanius (LR. P.)
Fung lreanora (0. T.)
Cis lechea (D P. T.)
Myrt lecythia (D. P. C.)
Rhiz lecythius (1. F.)
Mol ledas (IL. L. A.)
PI
Ins ledras (I. R. C.)
Ios leiestes (1. C. Ct.)
Ver leimacops (1. P. Tu.)
Ver leiocephalus (L. A. Ch.)
Por leiodermas (I. F.)
Rep leiolepis (V. S. 6.)
Cui leiopathes (L. A. Z.)
(V. 5. C.)
Arac leiosomas (Í. Ac.)
Ins leistus (L, C. P.)
Inf lembadios (T. Ho.)
Lem lemna (M. N.)
Mam lemurus (V. Pr. L.)
Echi leodias (I. E. C.)
Comp leontoda (D, G. 1.)
Pal leopoldia (M. Ca.)
Ver lepadellas (IL. R.)
Pis lepadogas (V. T. Ac.)
Crus lepas (LI. E, Ci.)
Mol lepetas (LG. Pr.)
Ins lepicyrtus (L. O. T.)
Cru lepidia (D. P. T.)
Pis lepidoprus (V. T. An.)
Pis lepidopus (V.“T. Ac.)
Rep lepidostes (V. S. A.)
Pis lepidosteus (V. G. Eu.)
Pis lepidotus (V. G. Eu.)
Ver lepidotus (L. A. Ch.)
Ver lepipleurus (IL. A. Ch.)
Pis lepisires (V. v. D.)
Ins lepismas (L O. T.)
Mol lepralias (IL. Br, Ec.)
Arac lepreus (I. Sc.)
Oni leptastraeas (Í, A. Z.)
Rep leiosaurus
“Antonio Alzate. ” 61
Crus leptchelias (T, M. 1.)
Ins leptis (IL. D. B.)
Fun leptoclinas (I. Te.)
Mol leptoconchus (I. G. Pr.)
Rep leptodeis.(V. O. C.)
Ver leptoderas (L. N. N.)
Ins leptodes (L. C, P.)
Prot leptodiscus (L N.
Crus leptodoras (IL. E. Ph.
Ins leptogastes (I. D. B.)
Rep leptugnas (V. O. C.)
Cni leptogorgias (L. A. A.)
Crus leptomys (I. T. P.)
Mam leptonys (V. P. Ph.)
Rhiz leptophrys (1. F..)
Cni leptophyllias (L A. Z.)
Ave leptopilas (V. Gr.)
Ver leptoplanas (L. P. Tu.)
Crus leptopodis (I. T. B.)
Ins leptopus (1. R. H.)
Cni leptorias (L A. Z.)
Rep leptorynchus (V. Cr. G.)
Myr leptosperma (D. P. C.)
Crus leptostylis (L. T. €.)
Mol leptoteuthis (LC, D.)
Prot leptothria (C. T.)
Ins lepturas (L C. Cp»)
Mam lepas (V. R. Le.
Res lepyrodia (M. G.)
Crus lernaeas (1, E. Co.)
Crus lernaeoceras (l. E. Co.)
Crus lernaeodiscus (IL. E. Ci,)
Ave lestris (Y. N.)
Cni lesueuris (1. C. L.)
62 Memorias de la Sociedad Científica
Pis lethrinus (V. T. Ac.)
Ins lethrus (I. C. P.)
Por leucaltis (I. C.)
Por leucantras (1.
Pis leucaspins (V
Por leucettas (1. C
Por leucillas (1. C.)
Pis leuciseus (V. T. Ph.)
Cni leuckartias (1. H. H.)
Crus leuconus (1. T. C.)
Inf leucophrys (I. Ho .)
Por leucortis (1. C.)
Por leucosetinias (1. O.)
Crus leucosias (I. T. B.)
Ins leucospis (1. Hy. T.
Cni leucotheas (IL. C. L.
Crus leucothoes (L. M.
)
)
C.)
. T.Ph,)
.)
)
)
A.)
Por leuculmis (1. C,
Por leueyssas (1. C.
Por lewisia (D. P. T.)
Rep liasis (V. O. €.)
Ins libellulas (I. O. P.)
Crus libinias (1. T. B.)
Ins libytheas (I. L. R.)
Mam lichanotus (V. Pr. L.)
Ins lichenellas (1. L. M.)
Pis lichias (V, T. Ac.)
Crus lichomolgus (1. E. Co.)
Rhiz lieberkiúbhnias (1. F.)
Crus ligias (1. M. 1.)
Crus ligidius (1. M. 1.)
Ves ligulas (1. P. C.)
Ole ligustra (D. G. D.)
Mol limacinas (I, P. T.)
Ins limacodes (1. L. B.)
Mol limas (1. L. A.)
Mol limaxus (1. G. Pu.)
Ins limenitis (LI. L, R.)
Ave limicolas (V. Gr.)
Crus limnadellas (1. E. Ph.)
Crus limnadias (I. E. Ph.)
Mol limnaeas (IL. G. Pu.)
Mol limnaeus (1. G. Pu.)
Gen limnanthea (D. G. D.)
Lim limnanthea (D. P. D.)
Ver limnatis (1. A. H.)
Arac limnesias (I, Ac.)
Crus limnetis (I. E. Ph.)
Ver limnichus (1. R.)
Ins limnichus (1. C. P.)
Ins limnobates (I. R. H.)
Ins limnobias (LI. D. N.)
Arac limnochares (1. Ac.)
Ver limnodrilus (1. A. Ch.)
Ins limnophilus (IL. N. T.)
Crus limnorias (1. M. 1.)
Crus limnosidas (1. E. Ph.)
Ins limonius (1. C. P.)
Ave limosas (V. Gr.)
Crus limulus (L G. X.)
Per linaria (D, G. D.)
Ins linas (IL. €. Cp.)
Echi linekias (1. A. $.)
Ver lindias (IL. R.)
Ver lineus (I. P. N.)
Mol lingulas (1. Br. 1.)
Rhiz lingulinas (1. F.)
Arac linopodes (1. Ac.)
“Antonio Alzate.” 63
Lin linuma (D. P. D.)
Arac linyphias (I. Ar.)
Ins liodes (I. €. P.)
Rep liophis (V. O. €.)
Echi liosomas (1. H. A.)
Ins liotheus (IL. R. A.)
Ins liparis (LL. B.)
Pis liparis (V. T. Ac.)
Ins lipoptenas (I. D. B.)
Ins lipuras (1. O. T.)
Ham liquidamba (D. P.
Mag liriodendra (D. P.
Cni liriopes (I. H. H.)
Crus lissas (IL. T. B)
Ins lissodemas (LI. C. H.)
Arac listrophus (I. Ac.)
Ins listrosces (I. O. G.)
Rhiz litharachnius (L R.)
Myr lithobius (1. Chp.)
Rhiz lithocampes (1. R.)
Rhiz lithocircus (IL. R.)
-Rhiz hithoeyclias (1. R.)
Crus lithodes (1. T. B.)
Mol lithodomus (I. L. A.)
Rhiz litholophus (1. R.)
Ins lithophilus (1. C. Cp.)
Cni hithophyllias (I. A. Z.)
Ins lithosias (1. L. B.)
Crus lithotryas (I. E. Ci.)
Ins litocharis (1. C. P.)
Bat litorias (V. An. D.)
Mo! littorinas (1. G. Pr.)
Cni lituarias (I. A. A.)
Mol lituites (L. C. T.)
C.)
T,)
we
Rhiz lituolas (I. F.)
Ins hivias (L. R. P.)
Ins livillas (1. R. P.)
Crus livenecas (I. M. 1.)
Ins lixus (1. C. Cp.)
Cni lizzias (L H. H.)
Loa loasa (D. P. C.)
Camp lobelia (D. G. 1.)
Echi lobophoras (1. E. C.)
Ins locustas (1. O. G.)
Rhiz loftusias (LI. F.)
Gram lolia (M. G.)
Mol loligopsis (LC. D.)
Mol loligos (1. C. D.)
Mol loliolus (1. C. D.)
Ins lomatias (1. D. B.)
Ins lomechusas (IL. €, P.)
Crus lomis (I. T. B.)
Mam loncheres (V. R. Oc.)
Crus longipedias (1. E. Co.)
Capr lonicera (D. G. L.)
Ver loparhynehus (1, A. Ch.)
Ona lopezia (D. P. C.)
Crus loplegastes (1. T. P.)
Dip lophira (D. P. T.)
Rep lophiuras (V. $. €.)
Pis lophius (V. T. Ac.)
Cni lophogorgias (LI. A. A.)
Cni lophohelias (1. A. Z.)
Ver lophonotas (I. A. Ch.)
Ave lophophorus (V. Ga.)
Mol lophopus (I. Br. Ec.)
Ave lophornis (V. P. T.)
Cni lophoseris (1, A, Z.)
64 Memorias de la Sociedad Científica
Pis lophotes (V. T.
Ios lophyrus (TI. Hy.
Pis loricarias (V. T. Ph.)
Crus loriculas (1, E. Ci.)
Ave loriculus (V. $.)
Ave lorius (V. $.)
Pis lotas (V. T, An)
Pis lotellas (V. T. An.)
Mol lottias (1. G. Pr.)
Hal loudonia (D. P. C.)
Echi lovenias (I. E. 5.)
Ave loxias (V. P. C.)
Ins luxoceras (1. D. B.)
Crus loxoconchas (1. E. 0.)
Inf loxodes (1. Ho.)
Inf loxophyllus (I. Ho.)
Mol loxosomas (I. Br. En.)
Ins lucanus (1. C. P.)
Cni lucernarias (1. H. A.)
Pis lucifugas (V. T. An.)
Mol lucinas (1. L. $.)
Mol lucinops (1. L. $.)
Pis luciopercas (V. T. Ac.)
Ver ludmilas (1. P. Tu.)
Cue luffa (D. P. C.)
Fil lubea (D. P. T.)
Ech hiuidias (I. A. $.)
Ver lumbriculus (I. A. Ch.)
Ver lumbricus (1. A. Ch.)
Ver lumbrinerus (1. A. Ch.)
Hep lunularia (€. C. M.)
Crus lupas (IL. T. B.)
Ave luscinias (V. P. D.)
Cni lophosmilias (T. A, Z.)
Ac.)
T.)
Pis lutodeiras (V. T Ph.)
Mol lutrarias (1. L. 5.)
Mam lutras (V. Ca. M.)
Pis luvarus (V. T. Ac.)
Crus lycaeas (I. M. A.)
Ins lycas (L. €. P.)
Ver lycastis (TI. A. Ch.)
Car lychnia (D. P. T)
Rep lyeodonus (V. O. C.)
Fung lyeoperda (C. T.)
Ins lycoperdis (IT. C. Ct.)
Sol lyeopersica (D. de D.)
Rep lycophidios (V. O. €.)
Lye lyeopodia (€. nes y
Arac lycosas (L Ar.)
Ins lyetus (L C. P.)
Ins lydas (I. Hy. T.)
Por lydiumus (IL. F.)
Ins lydus (T. C. H.)
Ins lygaeus (LI. R. H.)
Gram lygea (M. G.)
Fil lygodia (O. C. V.)
Ins lymexylos (I. C. P.)
Crus lyncens (1. E. Ph.)
Mam lynxus (V. Ca .F.)
Mol lyriodos (I. L. A.)
Ave lyrurus (V. Ga.)
Ver lysaretes (1. A. Ch.)
Crus lysianassas (L M, A.)
Ver lysidices (1. A. Ch.)
Leg lysiloma (D. P. C.)
Myr lysiopetas (I. Chg.)
Ver lysippes (1. A. Ch.)
Crus lysisquillas (1. T. $.)
“Antonio Alzate.”
Crus lysmatas (1. T. M.)
Ins lystras (1. R. C.)
Lyt lythrua (D. P. C.)
Ins lyttas (1. C. H.)
Ebe maba (D. G. 5.)
Mam macacus (V. Pi. C.)
Leg machaeria (D. P. €.)
Mam machairodus (V. Ca. P.)
Ave machetes (V. Gr.)
Urt maclura (D. M. U.)
Arac macrobios (I.)
Ins macroceras (TI. D. N.)
Ins macroceras (1. Hy. A.)
Alga macrocystia (0. T.)
Ins macrodontias (1. C. Cp.)
Pis macrodos (V. T. Ph.)
Ins macroglossas (1. L. $:)
Mam macroglossus (V. Uh. F.
Pis macrones (V. T. Ph.)
Mam macrophyllus (V. Ch. 1.)
Pip macropipera (D. M. M.)
Ins macropis (I. Hy. A.)
Pis macropodus (V. T. Ac.)
Mam macropus (V. Ma.)
Mam maeroscelis (V. I. $.)
Ver maecrostomus (1. P. Tu.)
Crus macrothris (1. E. Ph.)
Mam macrotus (V. Ch. 1.)
Mel mactras (I. L. $.)
Comp madia (D. G. 1)
Cni madracis (IL. A. Z.)
Cni madreporas (L. A. Z.)
Pis maenas (V. T. Ac.)
Cni maeandrinas (1. A. Z.)
_—
Cap maerua (D. P. T.)
Ver magelonas (1. A. Ch.)
Mol magilus (1. G. Pr.)
Mag magnolia (D. P. T.)
Prot magosphaeras (1. G.)
Ber mahonia ((D. P. T.)
Crus majas (L. T. B.)
Ins malachius (TL. C. P.)
Ave malacoptilas (V. 5.)
Pis malapterus (V. T. Ph.)
Ver maldanes (I. A. Ch.)
Mol malleus (1. L. A.)
Euph mallotua (D. M. U.)
Pis mallotus (V. T. Ph.)
Ver malobdellas (I. P. N.)
Malo malopea (D. P. T.)
Malp pa E e D.)
Pis malthes ( Ac.)
Ins malthinus e Adás .)
Ave malurus (V. P. D.)
Malo maloa (D. P. T
Ins mamestras (I. L. No)
Gut mammea (D. P. T:;)
Cni mananias (LI. H. A.)
Mam manatus (V. Ce.)
Sol mandragora (D. GE. D.)
Ana mangifera (D. P. D.)
Mam manis (V. E.)
Rep manourias (V. Ch.)
Ins manticoras (I. C. P.)
Ins machilis (10. T.)
Ins mantis (L. O. G.)
Ins mantispas (IN. P.)
Zin marantha (M. E.)
Herrera. Nomenclatura. -9.
=
66 Memorias de la Sociedad Científica
Mus marchantia (€. G. M.)
Echi maretias (I. E. $.)
Mol margaritanas (I. L. A.)
Mol marginellas (1. G. Pr.)
Arac marpessas (I. Ar.)
Ver marphysas (L A. Ch.)
Lab marrubia (D. G. D.)
Asc marsdenia (D. G. D.)
Mar marsilea (C. C. V.)
Echi marsucrinus (1. C. T.)
D.)
1.)
Ped martynia (D. G,
Comp maruta (D. G.
Ins masaris (1 Hy. A.)
Pis mastacembes (V. T. Ac.)
Ver masticercas (1. R.)
Cni mastigias (1. H. A.)
Ins mastiguas (LI, C. P.)
Mam mastodos (V. Pr. E.)
Bat mastosaurus (V. L.)
Comp matricaria (D.
Bu
L.
G;L.)
L,
Cru matthiola (D. )
rus matutas (1. T. B.)
Per maurandya (D. G. D.)
Pal mauritia (M. Ca.)
May mayaca (M. Co.)
Rep mecistops (V. Cr. Cr.)
Ver meckelias (I. P, N.)
Pap meconella (D. P. T.)
Ins meconemas (Í. O. G.)
Pap mororostadd, EL)
Lil medeola (M. Co.)
Ins medeterus A DB.)
Leg medicaga (D. P. C.)
Cni medusas (1. H. A.)
III OL ALA
Ave megacephas (V. Ga.)
Ins megacephas (I. C. P.)
Mam megaceros (V. A. 6.)
Ins megachiles (I. Hy. A.)
Orch megaclinia (M. M.)
Mam megadermas (V, Ch. 1.)
Ave megalaemas (V. he
Pis megalichthys (V
Mam megalonys (V. E,
Bat megalophrys (V. An. O.)
Pis megalops (V. T. Ph.)
Mam megalotis (V. Ca. C.)
Arac megamerus (I. Ac.)
Ave megapodius (V. Ga.)
Mam megapteras (V. Ce.)
Ins megasomas (1. €. P.)
Mam megatherius (V. E,)
Ver megatrochas (I. R.)
Mol megerlias (1. Br. T.)
Myrt melaleuca (D. P. C.)
Ins melaleucas (L. O. G Ñ
Mol melampus (1
G. Cr.)
=—
Oni melanaste
A
s (L
Ins melandryas (L
Mol melanias (1. G.
Rep melanophis (V
Mol melanopsis (L
O.
G. P
H. A
C. H
ye
e
C.)
ae Pr r.)..
Ana melanorrhea (D. P. D.)
Leg melanoxyla (D, P. C.) ,
Ins melanthrips (L. O. P.)
Insmmelasis (I. C. P.)
Mel melastoma (D. P. C.)
Mol meleagrinas (1. L. A.)
Ave meleagris (V. ra.)
“¿Antonio Alazte, ” 67
Ins melectas (1. Hy. A.) Echi meomas (L. E. $.)
Mam meles (V. Ca. M.) Mam mephitis (V. Cr. M.)
Meli melia (D. P. D.) Euph mercuriala (D. M. Y.)
Zyg melianthua (D. P. D.) Ave mergulus (V. N.)
Ver melicertas (I. R.) Ave mergus (V. N.)
Cni melicertus (I. H. H.) Mam meriones (V. R. Mu.)
Sap melicocea (P. D. P.) Pis merlangus (V. T. An.)
Ave melieras (V. R. A.) Pis merlucius (V. T. An.)
Ins meligthes (1. C, P.) Ver mermis (1, N. N.)
Leg melilota (D. P. G.) Ave merops (V. P. L.)
Ave meliphagas (V. P. T.) Fil mertensia (C. C. V.)
Ins meliponas (1. Hy. A.) Cni mertensias (I. G, $.)
Lab melissa (D. G. D.) Fic mesbryanthema (D. P. G.)
Ins melitaes (L L. R.) Alga mesocarpa (C. T.)
Crus melitas (IL. M. A.) Inf mesodinius (I. P.)
'Cni melithaeas (L A. A.) Pis mesodos (V. G. Py.)
Mam melivoras (V. Ca. M.) Ver mesopharyns (1. P. Tu..)
Echi mellitas (TI. E. C.) Mam mesopithes (V. Pi. C.»
Alga melobesia (C. T.) Pis mesoprionus (V. T. Ac.)
Echi melocrinus (L, C. T.) Ver mesostomus (1, P. Pu.)
Ins meloecus e C. H.) Ros mespila (D. P. C.)
Ins meloes (L C, H.) Echi mespilias (1. E. R.)
Ins melolonthas (1. €. Echi metalias (1. E. $.)
P.)
Ins melophagus (1. D. B.) Arac metas (I. Ar.)
Ave melopsittacus (V. $.) Cni metastraeas (1. A. Z.)
Ins membracis (I. R. €.) Ins methocas (I. Hy. A.)
Bat membranchus (V. U.I.) Crus metoecus (I. M. A.)
Ins menephilus (1. C. H.) Ver metopidias (I. R.)
Mol menipeas (L Br. Ec.) Inf metopus (Í. He.)
Bat menopomas (V. U. 1.) Myrt metrosidera (D. PC.)
Lab mentha (D. G. D.) Pal metroxyla (M. Ca.)
Loa mentzelia (D. P. C.) Beg mezieria (D. P. C.)
Ave menuras (V. P. D.) Ins miastorus (1. D. N.)
Gen menyantha (D. G. D.) Alga micrasteria (C. T.)
68 Memorias de la Sociedad Científica
Mag michelia (D. P. T.)
Mani/microcebus (V. Pr. L.)
Con microcharya (G.)
Prot mierococca (C. T.)
Ver microcóodos (TI. R.)
Echimierocyphus (T. E. R.)
Ins microgastes (L. Hy. T.)
Ave microglossus (V. 5.)
Arac micrommas (Í. Ar.)
Pis microptes (V. T. Ac.)
Pis microstomas (V. T. Ph.)
Ver miérostomus (1. P. Tu.)
Ver microtyles (I. P. Tr.)
Ver mierurias (1. P. N.)
Arac micryphans (Í. Ar.)
Mam midas (V. Pi. H.)
Rep midas (V. Ch.)
Rhiz miliolas (1. F.)
Ave milvus (V. R. A.)
Echi millecrinus (1. C. A.)
Cni milleporas (I. H. H.)
Per mimula (D. G. D.)
Ave mimus (V. P. D.)
Sapo mimusoa (D. G- 5.)
Mam miniopteris (V, Ch. 1.)
Cni minyas (I. A.S)
Nye mirabilia (D. M. C.)
Ins miris (L. R. H.)
Crus mithras (LI. T. B.)
Arac mitobatas (1. Ph.)
Mol mitras (L. G. Pr.)
Cni mitrocomas (1. H. H.)
Cni mnemias (L. €. L.)
Ave moas (V. Cn.)
G.
.Crus moinas (I. E. Ph.
E.
Mol modiolas (IL. L.
Mol modulus (L.
Echi moiras (L. E. S )
Bat molges (V. U, $.)
Tun molgnlas (I. Te.)
Gram molinia (M. G.)
Ins molobrus (TI. D. N )
Rep molochus (V. $. 6.)
Ins molorchus (1. O. Cp.)
Mam molossus (V. Ch. IL
Echi molpadias (I. H. A.
Pis molvas (V. T. An.)
Orch monacantha (M. M.)
Pis monacanthus (V, T. Pl.)
Lab monarda (D. G. D.)
Prot monas (I, F.)
Ver monigastes (1. A. Ch.)
Ver monocelis (L P. Tu.)
Ne
- Pis monocentris (V. T. Ac.)
Ver monocercas (I. R.)
Prot monocystis (I. G.)
Mol monodontas (1. (3. Pr.)
Cni monophyes (I. H. $.)
Ave momotus (V, P. L.)
Prot monasa (C. T.)
Crus monculodes (TI. M. A.)
Ver monhysteras (LN. N.)
Rep monitorus (V. $. PF.)
Cni monocaulus (1, H7
Ver monocercas (I. R.
Mam monodes (V. Ce.
Áno monodora (D. P.
Ver monolabis (L.
7,
-)
“Antonio Alzate.” 69
Ins monophles (1. R. P.) Echi miillerias (I. H. P.)
Pis monopterus (V. T. Ph.) Pis mulloides (V. T. Ac.)
Crus monospilus (T. E. Ph.) Pis mullus (V. T. Ac.)
Ver monostomns (LI P. Tr.) Pol mundtia (D. P. T.)
Ver monostylas (IL. R,) Crus mumnas (I. M. 1.)
Ins monoys (L R. H.) Crus munnopsis (LM. 1.)
Cni montiporas (LA. Z.) Pis muraenas (V. T. Ph.)
Ver monuras (1. R.) Mol mures (I. G. Pr.)
Oni mopseas (1 A. A.) Cni muriceas (L. A. A.)
Pis moras (V. T. An.) Crus murstias (1. T. B,) .
Fung morchella (C. T.) Mam mus (V. R. Mu)
Pis mordacias (V. Cy.) Zin inusa (M. E.)
Ins mordellas (1. C. H.) Ins muscas (I. D. B.)
Rep morelias (V. O. C.) Ave muscicapas (V. P. D.)
Rub morinda (D. G. 1) Ave muscipetas (V. P. D.)
Mori moringa (1. P. D.) Ave musophagas (V.S.)
Cru morisia (D, P. T.) Cni mussas (E A. Z.)
Ins mormolyces (LC. P.) Mam mustelas (V. Ca. M.)
Ave mormonus (V. N.) Pis mustelus (V. Ch. P.)
Mam mormops (V. Ch. 1.) Ins mutillas (1. Hy. A.)
Pis mormyrops (V. T. Ph.) Orch myauthua (M. M.)
Pis mormyrus (V. T. Ph)
Gut moronobaea (D. P. T.)
Echi mortonia (l. E. (.)
Urt morusa (D. M. U.)
Rep mosasaurus (V. $.)
Mam moschus (V. A. M.)
Ave motacillas (V. P. D.
Pis motellas (V. T. An.)
Mel mouriria (D. P. a )
Pol moutabea (D. P. T.)
Fung mucora (0, T.)
Leg mucuna (D. P, C.)
. T. Ac.)
)
Pis mugilas (V
Mol myas (I. L. $.)
Bat mybatrachus (V. An. A.)
Ins mycechares (1, C. H.)
Mam mycetes (V. Pi. P
Tus mycetobias (I.
Ins mycetomas (1 bar E
Ins mycetophas 's C. P.)
Ins mycetophis (IL. D. N.)
Ins mycetopus (I, C. P.)
Prot mycoderma (€, T.)
Ave mycterias (V. Gr.
v.
Ins myeterus (Í. C.
Crus myetiris (1. T.
70 Memorias de la Sociedad Científica
PILLO OOO IEA AAA
Mam mydaeus (V. Ca. M.) Ins myrmicas (1. Hy. A.)
Ins mydas (I. D. B.) Pis myrophis (V. T. Ph.)
Ave myiarchus (V. P. D.) Myrs myrsina (D. G. $.)
Ins mylabris (1. C. H.) Ins miselias (1. L. N.)
Pis mylesinus (V. T. Ph.) Crus mysideis (L T. P.)
Pis myletes (V. T. Ph.) Crus mysidops (1. T. P.)
Pis myliobates (V. Ch. P.) Crus mysis (1. T. $.)
Mam mylodos (V. E.) Mam mystacinas (V. Ch. L)
Arac myocoptes (l. Ac.) Ins mystacis (L. N. T.)
Mam myodes (V. R. Ac.) Mol mytilus (1. L. A.)
Mam myogales (V. 1. 5.) Prot myxastrumas (1, F.)
Ins myopas (IL. D. B.) Por myxillas (L F.)
Mol myophorias (L. L. A.) Pis myxines (V, Cy.)
Mam myopotamus (V. R. Ge.) Rhiz myxobrachias (IL R.)
Ins myorchus (L. C. P.) Prot myxodictyos (L. F.)
Bor myosotia (D. G, D.) Rhiz myxodictyos (1. F..)
Mam myospalas (V. R. C.) Ver myzobdellas (IL. A. H.)
Ran myosura (D. P. T.) Ver myzostomas (1. A. Ch.)
Mam myoxus (V. R. My.) Ins nabis (LR. H,)
Mam myreophas (V. E.) Mol nacellas (1. G. Pr.)
Ver myrianidas (1. A. Ch.) Ver nadinas (IL. P. Tu.)
Myri myrica (D. M.V.) Vermnais (1. A. Ch.)
Tam myricaria (D. P. T.) Rep rajas (V. O. P.)
Ins myrinas (IL. L. R.) Cni nanomias (1. H. $.)
Hal myriophylla (D. P. C.) Myrt napoleona (D. P.
C.)
Mol myriozous (1. Br. Ec.) Ran naranelia (D. P. T.)
Pis myripristis (V. T. Ac.) Pis narcines (V. Ch. P.)
Myr myristica (D. M. M.) Ama narcissa (M. E.)
Arac myrmecias (1. Ar.) Umb narthexa (D. P. C.)
Mam myrmecobius (V. Ma.) Pis naseus (V. T. Ac.)
Ins myrmecolas (I. N. $.) Ave nasiternas (V. $.)
Ins myrmecophis (IL. O. G.) Mol nassas (1. G. Pr.)
Ins myrmedonias (1. C. P.) Inf nassulas (1. Ho.)
Ins myrmeleos (I. N. P.) Cru nasturtia (D. P. T.)
“Antonio Alzate.” . e
WALL
Mam nasuas (V. Ca. V.)
Mol naticas (1. + Pr.)
Ins raucoris (I. R. H.)
Pis naucrates (V. T, Ac.)
Ver rauphanthas (1. A. Ch.)
Cni nausithoés (I. H. A.)
¿Cni nautactis (L A. $.)
Mol nrautilus (L. C. T.)
Mol navicellas (1. G. P
Crus nebalias (L. M. L.
Ins nebrias (1. O. P.)
Ins recrophilus (LC. P.)
Ins recrophorus (1. €.
Lau nectandra (D, M.
Ave nectarinias (V. P. 7.)
Myr neioportias (1. Chp.)
Nel nelumbia (D. D. T.)
Pis nemadactys (V. T. Ac.)
Ver nematoxys (I. N. N.)
r.)
)
Ins nematus (I. Hy. T.)
Ins rnemeobius (I. L. R.)
Ver nemertes (1. P. N.)
Ins remestrinas (I. D, B.)
Pis nemichthys (V. T. Ph.)
Hydr remophila (D. G. D.)
Cni nemopsis (I. H. H.)
Ins nemopteras (LI. N. P.)
Ins nemotelus (I. D. B.)
Ins nemuras (I. O. P.)
Ave neophros (V. R. V.)
Orch neottia (M. M.)
Ins nepas (I. R. H.)
Lab nepeta (D. G. D.)
Sap nephelia (D. P. D.)
s (
-Pis nerophis (V.
Ver nephelis (L. A. H.)
Crus nephrops (L. T. M.)
Cni nephthyas (LI, A. A.)
Ver nephthys (L Ar Ch.)
Ins neptis (L. L. R.)
Crus nereicolas (L. E. Co.)
Ver nereilepas (L. A.
Ver nereis (LI. A. Ch.
Ver nerines (L A. O
Mol neritas (1. G. Pr.)
Mol neritopsis (L
Apo neriuma (D. G.
M.
Crus nerocilas (Í.
E;
Arac nesaeas (L. Ac.
Crus nesaeas (1. M.
Ave nestorus (V. $. DN
Ins reuronias (L. N. T.)
Ver nicidios (IL. A. Ch.)
Ver nicoleas (1. A, Ch.)
Ins nicoletias (I. O. T.)
Crus nicothoes (IL. E. Co.)
Sol nicotiana (D. +. D.)
Fung nidularia (0. T.)
- Ran nigella (D. P. T.)
Pan nipa (M. N.)
Crus niphargus (1. M. A.)
Ver nistas (L. A. Ch.)
Ave nisus (V. R. A.)
-Hep nitella (C. C. M.)
Ins ritidulas (I. C. P.)
Malp nitraria (D. P. D.)
Ver nitzschias (1. P. Tr.)
Mam noctilios (V. Ch. 1.)
72 Memorias de la Sociedad Científica
TILL
ne
Prot noctilucas (L N.)
Rhiz nodosarias (I. F.)
Ins nomadas (1. Hy. A.)
Pis nomeus (V. T. Ae.)
Ins rosodendros (1. C. P.)
Prot nostoca (6. T.)
Pis notacanthus (V. T. Ac.)
Pis notaeus (V. +. Am.)
Ver noteus (1. R.)
Rep nrothosaurus (V. E. N.)
Arac nothrus (LI. Ac.)
Ver notocotyles (L. P. Tr.)
Bat notodelphys (V. An. D.)
Crus nrotodelphys (L. E. Co.)
Ins nrotodontas (IL. L. B.)
Ver notomastus (1. A. Ch.)
Ver notommastus (1. R.)
Ins notonectas (1. R. H.)
Mam notopteris (V. Ch. F.)
Pis notopterus (V. T. Ph.)
Ver notopygos (1. A. Ch.)
Ave notornis (V. Gr.)
Bat nototremas (V. An. D.)
Pis noturus (V. T, Ph.)
Ins rovius (1, C. Ct.)
Rhiz nubecularias (1. F.>
Ave nucifragas (V. P. D.)
Prot nuclearias ((1L. F.)
Echi nucleolites (I. E. 5.)
Mol nuculas (1. L. A.)
Ave namemus (V. Gr.)
Ave numidas (V. Ga.)
Rhiz nammulinas (1. F.)
Nym nuphara (D. P. T.)
PILI
WII
Inf »ycotherus (1. He.)
Mam nyepithecias (V. Pi. P.)
Ave nyctales (V. R. S.)
Ole nayctanthea (D. G. D.)
Ave nycteas (V. R. S
Ins nycteribias (L. D.
Mam nycteras (V. Ch.
Mam nyeticebus (V. P.
Mam nycticejus (V. Ch.
Ave nyeticoras (V. Gr.)
Ave nyetidromus (V. P. F.)
Ave nyetiornis (V. P. L.)
Mam nayetophilus (V. Ch. 1.)
)
B.)
. Nym nymphaea (D. P. T.)
Ave nymphicus (V. $.)
Arac nymphonus (1. P.)
Cni obelias (L, H. H.)
Arac obisius (I. P. $.)
Pis oblatas (V. T. Ac.)
Cni oceanactis (I. A, $.)
Cni oceanias (1. H. H.)
Ins ochthebius (1. C. P.)
Lab ocimua (D. (. D.)
Ver venedrilus (L, A. Ch.)
Echi ocnus (IL. H. P.)
Fun octacnemus (1. Te.)
Mam octodos (V. R. Oc.)
Crus octomerias (L. E. Ci.)
Mam octonyetes (V. Ch. 1.)
Mol octopus (1. C. D.)
Cni octorchis (1. H. H.)
Ver octostomas (I. P. Tr.)
Cni oculinas (I. A. Z.)
Ave oecydromus (V. Gr.)
'' Antonio Alzate.” 73
Grna oeypodas (I. T. B.)
Ins ocypus (1. C. P.)
Cni oeyroes (I. C. L.)
Crus odius (1. A. M.)
Ver odonsyllis (L. A. Ch.)
Ins odontaeus (1. C. P.)
Pis odontaspis (V. Ch. P.)
Ver odontobius (1. Ni N.)
Rep odontomus (V. O. 6.)
Ins odontomyas (I. D. B.)
Ver odontophoras (1. N. N.)
Ins ecanthus (L O. G.)
Ver ecistis (I, R.)
Ins edemeras (1. C..
Crus ediceros (L. M.
Ave edienemus (V. 6.)
Ins edipodas (1. O. G.)
Crus edipus (1. T.
Alga edogonia (6.
Umb enantha (D.
Ver eones (1. A. Ch ,
Ins estrus (1. D. B.)
Ave videmias (V. N.)
Fun vikopleuras (1. Te.)
Crus vithonas (I. E. Co.)
Rub oldenlandia (D. G. 1.)
Euph oldfieldia (D. M. U.)
Ole olea (D. G. D.)
Crus olencivas (1. M. 1.)
Crus olenus (I. G. T.)
Ver oligocelis (1. P. Tu.)
Rep oligodos (V. O. C.)
Res oligomeria (D. P. T.)
Mol olivas (1. G. Pr.)
ATA
"Leg onobrychia (D.
Ver olullanus (1. N. N.)
Echi olygotrochus (1. H. A.)
Ins olynthas (1. O. P.)
Ins omalius (1. C. P.)
Mal ommastrephes (1. C. D.)
Ins omophros (1. C. P.)
Ins omorgus (I. €. P.)
Con omphalobia (D. P. G-.)
Crus oncaeas (1. E. Co.)
Mol onehidoris (1. (G. O.).
Ver onchobothris (I. P. C.)
Ver onchocotyles (L. P. Tr.)
Ver oncholaimus (1. N. N.)
Mol oncidius (I. G. Pu.)
Bix oncoba (D. P. T.)
Ins oncodes (L. D.
Mol oniscias (1. G. Pr.)
L.M.
Crus oniscus (LL.
Pp.
Comp onoporda (D. G. 1.)
Bor onosma (D. G. D.)
Ins onthophagus (1. C. P.)
Ins onthophilus (1. C. P.)
Ver onuphis (1. A. Ch.)
Inf opalinas (1. Ho.)
Ins opatrus (1. C. H.)
Inf opercularias (1. P.)
Rhiz operculinas (1. F.)
Ver ophelias (I. A. Ch.)
Echi ophiactis (1. A. O.)
Echi ophiarachnas (1. A, O.)
Echi ophiarthrus (L- A. 0.)
Ver ophibdellas (I A. H.)
Pis ophichthys (V. T. Ph.)
Herrera. Nomenclatura. -10.
74 Memorias de la Sociedad Científica
Echi ophidiastes (I. A.
Pis ophidius (V. T. A.)
Echi ophioblennas (L A. O.)
Echi ophiocanthas (I. A. O.)
Echi ophiocnemis (I. A. O.)
Echi ophiocomas (Í. A. O.)
Echi ophioctes (I. A. O.)
Rep ophiodes (V. S, R.)
Ver ophiodromus (I, A. Ch.)
-Echi phioglyphas (I. A. O.)
Echi ophiogymmnas (I. A. O.)
Echi ophiolepis (I. A. O.)
Echi ophiomastis (1. A. O.)
Echi ophiomyxas (I. A. O.)
Echi ophioneris (I. A. O.)
Ins ophionus (IL. Hy. T.)
O.)
Echi ophiopezas (I. A.
Echi ophiopholis (1. A. O
Echi ophioplas (I A. O.)
Echi ophioplocus (1. A. O
Rep ophiops (V. $. F.)
Echi ophiopsilas (1.
Echi ophiopus (I. A.
Echi ophioscoles (I, )
Echi ophiostigmas (1. A. O.)
Echi ophiothris (1. A. O.)
Rep ophisaurus (V. S. B.)
Echi ophiuras (I. A. O.)
Inf oprhydius (I. P.)
Rep ophryoessas (V. $. €.)
Inf ophryoglenas (T. Ho.)
Inf ophryoscole (1. P.)
Arac opilios (1. Ph.)
Crus opis (1. M. A.)
Ave opisthocomus (V. Ga.)
Ver opisthomus (1. P. Tu.)
Inf opisthodonus (1. Hy.)
Cac opuntia (D. P. G.)
Mol orbiculas (IL. Br. IL.)
Rhiz orbiculinas (1. F.)
Rhiz orbitolites (I. F.)
Rhiz orbulinas (1. F.)
Mam orcas (V. Ce,)
Ins orchesellas (L O. T.)
Ins orchesias (1. O. H.)
Crus orchestias (1. M. A.) -
Orch orchisa (M. M.)
Echi orculas (1. H. P.)
Ver orcus (1. P. Tu.)
Mam oreas (V. A. Ca.)
Ins orectochis (L. C. P.)
Ave oreophasis (V. Ga.)
Pis orestias (V. T. Ph.)
Ins orgyas (L. L B.)
Ver orias (1. A. Ch.)
Arac oribates (IL A. G.)
Lab origamea (D. G. D.)
Ave oriolus (V. P. D.)
Crus orithyias (L T. B.)
Mam ornirhynchus (V. M. Mo.)
Ins ornithobias (IL. D. B.)
Ins ornithomyias (IL D. B,)
Ole ornusa (D. G. D.)
Crus orozenktes (1. M. 1.)
Ins orphilus (1. C, P.)
Ver orseis (1. A. Ch.)
Pis orthagoris (V. T. Pl.)
Asc orthanthera (D. G. D.)
“¿Antonio Alzate.” 75
Ins orthezia (IL. R. P.)
Mol orthoceras (1. C. T.)
Ins orthophias (1. R. G..)
Cni orthopyxis (1. H. H.)
Rep orthosaurus (V. Cr. Ur,)
Ins orthosias (L L. N.)
Ver orthostomus (L. P. Tu.)
Ave orthotomus (V. P. D.)
Ave ortygometras (V. Gr.)
Ave ortyxus (V. Ga.)
Mam orycteros (V. E.)
Ins oryctes (L. €. P.)
Ins oryssus (1. Hy. T.)
Gram oryza (M. G..)
Ave oryzobos (V. P. C.)
Por osculinas (Í. F.)
Pis osmerus (V. T. Ph.)
Ins osmias (1. Hy. A.)
Ins osmodermas (1. €. P.)
Fil osmunda (C. €, V.)
Ins osmylus (L N. P.)
Pis osphromes (V. T. Ac.)
Rep osteolaemus (V. Cr. Cr.)
¿Pis osteolepis (V. (+. Cr.)
Arac ostracidius (L. Ph.)
Pis ostracionus (V. T. Pl.)
Mol ostreas (1. L. A.)
Cup ostrya (D. M. U.)
Ins othius (1. C. P.)
Aye otidiphas (V. Co.)
- Bat otilophus (V. An. O.)
Ins otiorhynchus (1. €, Cp.)
Ave otis (V, Gr.)
Mam otocyonus (V. Ca. 0)
Mam otolienus (V. Pr. L.)
Pis otolithus (V. T. Ac.)
Ins otostomis (IL. N. T.)
Ave otus (V. R, $.)
Rhiz oveolites (1. F.)
Mam ovibos (V. A. Ca.)
Mam ovis (V. A. Ca,)
Mol ovulas (1. G. Pr.)
Oxa oxalisa (D. P. D.)
Cedr oxleya (D. P. D.)
Ins oxthyreas (1. C. P.)
Ins oxybeles (1. Hy. A.)
Rep oybelis (V. O. G.)
Crus oxycephas (1. M. A.)
Ins oxyceras (L D. B.)
Vac oxycocca (D. G. $.)
Pis oxydoras (V. T. Ph.)
Batr oxyglossus (V. An. O.)
Mol oxygyrus (I, G. H.)
Ins oxypodas (1. C. P.)
Ins oxyporus (I. C. P.)
Ver oxyptychus (I, A. H.)
Rep oxyrhopus (V. O. C.)
Pis oxyrrhinas (V. Ch. P.)
Ver oxysomas (IL. N. N.)
Ins oxytelus (1. C. P.)
Inf oxytrichas (1. Hy.)
Leg oxytropia (D. P. C.)
Ver oxyuris (IL. N. N.)
Cni owenias (I. G. $.)
Ver ozobranchus (1. A. H.)
Por pachastrellas (1, F.)
Ins pachybrachys (1. C. C.)
Por pachychalinas (1. F.)
76 Memorias de la Sociedad Científica
es
Ins pachycoris (1. R. H,)
Ver pachydrilus (1. A. Ch.)
Ins pachygastes (I. D. B.)
Cni pachygyras (I. A. Z.)
Crus pachylasmas (I. E. Ci)
Ins pachylis (1. R. H.)
Dil pachynema (D. P. T.)
Ver pachyplanas (1. P: Tu.)-.
Ins pachypus (1. €. P.)
Cni pachyseris (1. A. Z.)
Ins paederus (1. GC. P.)
Ran paeonia (D. P. T.)
Pis pagellus (V. T. Ac.)
Pis pagrus (V. T. Ac.)
Crus paguris (1. T. M.)
Crus palaemonus (1. T. M.)
Pis palaeoniseus (V. +. Eu.)
Ave palaeornis (V. $.)
Echi palaeostomas (L. E. 2
Echi palaeotropus (1. E. $.)
Ave palamedeas (V. Gr.)
Ave palapterys (V. Cu.
Ins palingenias (1. O. P.)
Crus palinurus (1. T. M.)
Crus pallasias (1. M. A.)
Prot palmella (C. T.)
Echi palmipes (1. A. $.)
Crus palmonellas (1. T. M.)
Ver palmyras (I. A. Uh.)
Mol paludinas (L. G. Pr.)
Ave palumbus (V. Co.)
Cni palythoas (1. A. 2.)
Ama pancratia (M. E.)
Ara panaxa (D. P, G.)
_—
AAA
Lil pancratia (M. Co.)
Crus pandalus (1. T. M.)
Crus pandarus (I. E. Co.)
Ave pandiomus (V. R. A.)
Cni pandoras (1. C. E.)
Mol pandoras (I. L. $.)
Alga pandorina (C. T.)
Pan panguima (D. P. T.)
Gram panicua (M. (+)
Mol panopaeas (1, L. $.)
Inf panophrys (1. Ho.)
Ins panorpas (I. N. P.
pa
Crus panulirus (1. T. M.)
Pap papavera (D. P. T.) :
. Ins papilios (I. L. R.)
Por papillinas (IL F.)
Ins papirius (1. O. T.)
Sap pappea (D. P. D.)
Cyp papyra (M. 6.)
Ins paracletus (I. R. P.)
Cni paracyathus (L A. Z.)
Crus paradoxis (1. G. T.)
Mam paradoxus (V. Ca. V.)
Cni paragorgias (Í. A. A.)
Cni paraleyonius (1. A. A.)
Ave paraleyonus (V. P. L.)
Ave paradiseas (V. P. D.)
Pis paralepis (V. T. Ph.)
Inf paramaecius (1. Ho.)
Ins parandras (1. C. Cp.)
Ins pararges (1. L. R.)
Crus parastomas (L. E. O.)
Crus parcrangos (I. T. M.)
Rep pareas (V. O. C.)
ILLIA
Lil parisa (M. Co.)
Rhiz parkerias (1. F.)
Crus parlycaeas (IL. M. A.)
Fun parmelia (0. T.)
Big parmentiera (D. G. 1.)
Viol parnassia (D. P. T.)
Crus parnebalias (I. M. L.)
Crus parnephrops (Ll. T. M.)
Ins parnopes (I. Hy. A.)
Ins parnus (1. C. P.)
MI paronyehia (D. M. C.)
Pis parophrys (V. T. An.)
Pas paropsia (D. P. G.)
Crus parphithoes (I. M. A)
Crus parpronoes (I. M. A.)
Ave parras (V. Gr.)
Crus partanais (IL. M. IL.)
Crus parthenopes (I. E. Ci.)
Crus parthenops (1. T. B.)
Crus parthuras (1, M. 1.)
Crus pasiphaeas (I. T. M.)
Crus pasitheas (1. E. Ph.)
Arac pasithoes (1. P.)
Gram paspalua (M. G.)
Ins passalus (1. (. P.)
Ave passérculus (V. P. G.)-
Rep passeritas (V. O, C.)
Ave passerus (V. P. C.)
Ave passerus (V. P. 6.)
Pas passiflora (D. P. G.)
Umb pastinaca (D. P. €.)
Ave pastorus (V. P. D.)
Mol patellas (IL. G. Pr.)
Rhiz patellinas (IL. F.)
“Antonio Alzate.” 77
Sap paullinia (D. P. D.)
Ins paussus (1. C. P.)
Ave pavos (V. Ga.)
Mol pectenus (L L A.)
Ver pectinarias (I. A. Ch.)
Mol pectinellas (T. Br. Ec.)
Cni pectinias (L A, Z)
Echi pectinuras (I. A. O.)
Mol pectuncus (I. L. A.)
Ver pedalios (1. R.) A
Mam pedetes (V. R. Di.)
Echi pedicellastes (l. A. $.)
Mol pedicellinas m Br. En.)
Per pedienlaria (D. G. D.)
Mol pedicularias (IL. G. Pr.)
Ins pediculus (L. R. A.)
Ins pedinus (1. €. H.)
Mol pedumus (Í,
Pis pegasus (V
Zyg peganua (D. P. D.)
Cni pelagias (1. H. A.)
Pis pelamys (V. T. Ac.)
Ger pelargonia (D. Es D.)
Ave pelargopsis (V L.)
Gram pelea (M. E)
Ave pelecanus (V. N.)
Ins pelecotomas (IL, C. H.)
Pis pelecus (V, T. Ph.)
Rep pelias (V. O. $.)
Ave pelidnas (V. Gr.)
Por pellinas (IL. F.)
Pis pellonas (V. T.-Ph.)
Rep pelmedusas (V, Ch.)
Bat pelobates (V. An. 0.)
78 Memorias de la Sociedad Científica
IWLILIOLIIIIIILIAIL LIA
Rhiz pelobius (1. F.) Crus peophthalmus (I. T. P.)
Ver peloderas (1. N. N.) Mam peramelos (V. Ma,)
Bat pelodryas (V. An. D.) Pis percarinas (V. T. Ac.)
Bat pelodytes (V. An. O.) Pis percas (V. T. Ac.)
Ver pelogenias (IL. A, Ch.) Pis percis (V. T. Ac.)
Ins pelogonus (TI. R, H.) Pis percopsis (V. T, Ph.)
Ins pelopolus (T. Hy. A.) Ave perdixus (V. Ga.)
Arac pelops (I. Ae.) Cae pereskia (D. P. (G.)
Ver peloryetes (I. A. Ch.) Ver periboeas (I. A. Ch.)
Echi fhtastes (I. E. R.) Ver perichaetas (L A. Ch.)
Ins peltis (1. C. P.) Prot peridinius (I. F.)
Rep peltocephas (V. Ch) Inf peridromus (1. Hy.)
Crus peltogastes (L. E. Ci.) Ins perientos (I. O. P.)
Ins pemphigus (L. R. P.) Cni perigonimus (I. H, H.)
Crus penaeas (I, T. M.) Ins perigopias (I. L. $.)
Gram pencillaria (M. G.) Ins perilampus (I. Hy. T.)
Crus penellas (I. E. Co.) Crus perimelas (LI. T. B.)
Ave penelopes (V. Ga.) Pis periophthas (V. T. Ac.)
Rhiz peneroplis (I. F.) Ony peripatus (1. P.)
Fung penicillia (C. T.) Ins periplanetas (IL. O. G.)
Cni pennarias (1. H. H.) Asc periploca (D. G. D.)
Cni pemnatulas (I. A. A.) Inf perispiras (1. Ho.)
Echi pentaceros (L A. $.) Pis peristedios (V. T. Ac.)
Echi pentacrinus (IL. C. A.) Ins perlas (1. O, P.)
Gut pentadesma (D. P. T.) Mol pernas (1. L. A.)
Echi pentagonastes (I. A. S.) Ave pernis (V. R. A.) +
Mol pentamerus (Í. Br. T.) Mam perognathus (V. R. Sa.)
Pis pentanemus (V. T. Ac.) Mol peronias (I, G. Pu.)
Pis pentaprios (V. T. Ac.) Fun perophoras (1. Te.)
I.L.P.) Fung perospora (G. T.)
Ins pentatomas (I. R. H.) Lau persea (D. M. D.)
Ins pentodos (1. C. P.) Mol personas (I. G. Pr.)
Echi pentremites (1. €.) Ins persphaerias (1. O. G.)
Per pentstemoa (D. G. D.) Rhiz petalopus (1. F.)
Arac pentastomus (
4
“Antonio Alzate. ” 79
III
Crus petalopus (1. T. C.)
- Ver petastomas (I. G. A.)
Mam petaurus (V. Ma.)
Mo] petricolas (IL. L. L.)
Mam petromys (V. R. Oc.)
Pis petromyzos (V. Cy.)
Umb petroselina (D. P. G)
Ver pettas (I. A. Ch.)
Mon peumua (D. M. M.)
Fung peziza (0. T.)
Ave pezoporus (V. $.)
Mam phacochoerus (V. A.S)
Crus phacops (I. G. T.)
Ave phaethornis (V. P. T.)
Ave phaetonus (V. N.)
Ins phalacrus (1. C. P.)
Mol phalangellas (1. Br. Ec.)
Mam phalangistas (V. Ma.)
Arac phalangins (1. Ph.)
Arac phalangodus (1. Ph.)
Prot phalansterius (1. F.)
Gram phalaria (M. G.)
Ave phalaropus (V. Gr.)
Ins phalerias (1. Ch.)
Ave phaleris (V. N.)
Fung phallua (C. T.)
Fun phallusias (I. Te.)
Ins phaneroptes (I. O. G-)
Echi phanogenias (I. C. A.)
Pis phanpleuros (V. G. Cr.)
Ave phaps (V. Co.)
Cono pharbitia (D. G. D.)
Mam phascogales (V. Ma.)
Mam phascolarctus (V. Ma.)
Ver phascolios. (I. G. A.)
Inf phascolodos (IL. Hy.)
Mam phascolomys (V. Ma.)
Ver phascosomas (LG. A.)
Mus phascua (C. C. M.)
Leg phaseola (D. P. G.)
Leg phascolusa (D. P. G.)
Mol phasianellas (L. G. Pr.)
Ave phasianus (V. Ga.)
Ins phasias (1. D. B.)
Ins phasmas (I. O. G.)
Arac phassus (1. Se.)
Inf phialinas (I. Ho.) ó
Arae phidippus (IL. Ar.)
Sax philadelpha (D. P. GC.)
Arac philaeus (1. Ar.)
Mam philandes (V. Ma.)
Aro phildendra (M. N.)
Phil philesia (M. Co.)
Mo! philines (IL. G, O.)
Ole phillyrea (D. G. D.)
Ver philodinas (L R.)
Arac philodros (L Ar.)
Rep philodryas (V. O. C.)
Ave philolimnus (V. Gr.)
Crus philomeles (I. E. O.)
Mol philonexis (L. C. D.)
Ins philonthus (I. C. P.)
Ins philopterus (1, R. A.)
Ins philotamus (I. N. T.)
Crus philyras (1. T. B.)
Ins phloeas (IL. R. H.)
Ins phloeothrips (1. O. P.)
Mam phocaenas (V. Ce.)
80 Memorias de la Sociedad Científica
COOL
Mam phocas (V. P. Ph.) Ins phyllis (L L. R.)
Ave phoenicoptes (V. N.) Ins phyllius (L O. G.,)
Pal phoenixa (M. Ca.) Bat phyllobates (V. An. D.)
Mol pholadomys (I. L. $.) Ins phyllobius (LC. Cp.)
Mol pholas (LL. $.) Cac phyllocacta (D. P. €.)
Arac pholeus (1. Ar.) e Ins phyllocerus (1. €. P.)
Ver pholoes (1. A. Ch.) Rep phyllodactys (V. S. C.)
Ins phoras (I, D. B.) Ver phyllodoces (L. A. Ch.)
Lil phormia (M. Co.) Chi phyllogorgias (I. A. A.)
Echi phormosomas (I. E. R.) Ver phyllonellas (1. P. Tr.)
Ver phoronis (I. G. A.) Echi phyllophos (L. H. P.)
Ins phosphaenus (L €. P.) Ave phyllopneus (V. P. D.)
Pis phoxinus (V. T. Ph.) Pis phyllopterys (V. T. L.)
Crus phoxus (1. M. A.) Mam phyllorhinas (V, Ch. 1.)
Gram phragmita (M. G..) Cni phyllorhizas (L. H. A.)
Ver phreatothris (L. A. Ch.) Mam phyllostomas (V. Ch. 1.)
Ver phreoryctes (1. A, Ch.) Ver phyllotopterus (1. A. Ch.)
Crus phronimes (1. M. A.) Ins phylloxeras (1. R. P.)
Crus phronimops (1. M. A.) Ins phyllpertbas (1. C. P.)
Crus phronis (L M. A,) Cni phymanthnas (I. A. Z.)
Ins phryganeas (IL. N. T.) Echi phymosomas (I. E. R.)
Rep phrynocephas (V. S. C.) Ins phyrrhocoris ([. R. H.)
Rep phrynosomas (V. S. C.) Sol physalia (D. G. D.)
Arac phrynus (LI. Pe.) Cni physalias (I. H. $.)
Crus phryxus (1. M. IL) Ver physaloptes (1. N, N.)
Ins phthirius (L. R. A.) Mam physalus (V. Ce.)
Ver phybranchus (1. A. H.) Mol physas (1. G. Pu.)
Pis phycis (V. T. An.) Rhiz physematius (I. R.)
Cni phycogorgias (1. A. A.) Mam physetes (V. Ce.)
Echi phyllacanthus (1. E. R.) Cni physophoras (I. H. $.)
Cni phyllactis (L. A. 5.) Cap physostemoa (D. P. T.)
Chi phyllangias (LA. Z.) Leg physostigma (D. P. €.)
Mol phyllidias (1. 6.0.) . Pal phytepha (M.:Ca.)
Mol phyllirhoes I. G. O.) Phyt phytolacea (D. M. C.)
II
“¿Antonio Alzate.” 81
Fung phytophthora (€. T.)
Arac phytoptus (1. Ac.)
Aye picas (V. P. D.)
Con picea (G,)
Sim picraena (D. P. D.)
Sim picrasma (D. P. D.)
Ave picus (V. $.)
Ave piculus (V. $.)
Aye picumnus (V. $,)
Ins pielus (1. L. B.)
Ins pieris (I. L. R,)
Prot pileocephalus (1. G.)
Ver pileolarias (I. A. Ch.)
Mol pileolus (1. G. Pr.)
Mol pileopsis (1. G. Pr.)
Rut pilocarpa (D. P. D.)
Mar pilularia (C. €. V.)
Crus pilumnus (TI. T. B.)
Thym pimelea (D. M. D.)
Pis pimelodes (V. T. Ph.)
Pis pimelepterus (V. T. Ac
Umb pimpinella (D. P. C.)
Ins pimplas (L Hy. T.)
Ver pinabdellas (1. A. H.)
Rhiz pinacocystis (1. H.)
Rub pinckneya D. G. 1.)
Mol pinnas (I. L. A.)
Crus pinnotheres (1. T. B.)
Con pinua (G.)
Ins piophilas (1. D. B.)
Bat pipas (V. An. A.)
Pip pipera (D. M. M.)
Ave pipras (V. P. D.)
Ins pipunculus (1. D. B.)
.)
Ins pirates (I. R. H.)
Crus pisas (1. T. B,)
Ver piscicolas (I. A. H.)
Leg piscidia (D. P. C.)
Mol pisellas (I. G. Pr.)
Crus pisoides (1. T. B.)
Ana pistacia (D. P. D.)
Lem pistia (M. N.)
Leg pisuma (D. P. C.)
Mam pithecias (V. Pi. P.)
Leg pithecolobia (D. P. C.)
Ave pittas (V. P. C.)
Mol placentas (I. L. A.)
Rhiz placiacanthas (1. R.)
Cni plaeotrochus (1. A. Z,)
Com plactuca (D. G. 1.)
Mol placunas (I. L. A.)
Mol placunopss (1.
Ver plagiopeltis (1.
Rhiz plogiophrys (1.
Inf plagiopogos (1 H
Inf plagiopylas (I. H. O.)
Inf plagiotomas EN =
Crus plagusias (1
Pis plagusias (V,
Ver planarias (1.
L, A.)
PP. De.)
F.)
bn
Ver planeolis (1.
Mol planorbis (1.
Rhiz pala ds
Plan plantaga (D. G. D.)
Fung plasdiopha (C. T.)
Ave piataleas (V. Gr.)
Mam platanistas (V. Ce.)
Plat platanua (D. M. O.)
Herrera. Nomenclatura. —11.
Bd
82 Memorias de la Sociedad Científica
Rep platemys (V. Ch.)
Rep platuras (V. O. P.)
Echi platybrisus (I, E. S.)
Ave platycereus (V. $.)
Ins platycerus (1. O. P.)
Ins platyenemis (1 O. P.)
Echi platyerinus (1. C. T.)
Rep platydactys (V. $. C.)
Myr platydesmus (IT. C. Hg.)
Ins platygastes (I. Hy. T.)
Crus platylepas (I. E. Ci.)
Crus platymeras (L. T.
Crus platyonis (I. T. B
Ins platypezas (TI. D. B
Ins platypus (L C. Cp
Pis platyrhinas (V
Ins platyscolis 10
Crus platyscelus
Pis platysomus (
Pap platystema (
Tre platytheca (D.
Cni platytrochus (I. A. Z.)
Ins pleas (1. R. H.)
Mam plecotus (V, Ch, 1)
Pis plectropos (V. T, Ac.)
Rep plectrurus (V. O, C.)
Ver plectus (1. N. N.)
Ins plegaderus (1. C. P.)
Cni plerogyras (I. A. Z.)
Cni plesiastraeas (I. A. Z.)
Rep plesiosaurus (V. E, P.)
Bat plethodos (V. U. $.)
Dil pleurandra (D. P. T.)
Cni pleurobrachias (1. C. $.)
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Ch. P.)
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A.)
y-)
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(L M.
v.G
DD: P:
2:
Cni pleurocoras (T. A. Z.)
Bat pleurodelas (V. U, $.)
Bat plenrodemas (V. An. O.)
Pis pleurolepis (V. G. Py.)
Pis pleuronectes (V. T. An.)
Inf pleuronemas (1. Ho.)
Rhiz pleurophrys (1. F. P.)
Mol pleuropus (1. P. T.)
Mol pleurotomas (IL. G. Pr.)
Inf pleurotrichas (I, Hy.)
Ver pleurotrochas (I. R.)
Cni plexauras (I. A. A.) -
Cni plexaurellas (L. A. A.)
Ave plictophus (V. $.)
Mam pliopithes (V. Pi. C.)
Alga plocaria (C. T.)
Ave ploceus (V. P. C.)
Ins ploiarias (1. R. H.)
Cni plotactis (I, A. Z.)
Ave plotus (V. N.)
Mol plumatellas (L Br. Ec.)
Plum plumbago (D. G. $.)
Apo plumiera (D. G. D.)
Cni plumularias (1. H. H.)
Ins plusias (L. L. N.)
Ver plutellus (I. A. Ch.)
Ave pluvianes (V. Gr.)
Mol pneumodermos (I. P.)
Ins pneumoras (1. O. G.)
Gram poa (M. G-)
Ave podoas (V. Gr.)
Con podocarpa (G.)
Rep podocnemis (V. Ch.)
Cni podocorynes (1. H. H.)
“Antonio Alzate. ”
Rep podophis (V. $. B.)
Inf podophsyas (I. $.)
Ber podophylla D. P. T.)
Rhiz podostomas (1. F..)
Ins poduras (1. O. T.)
Crus poecilas (L. E. €.)
Pis poecilias (V. T. Ph.)
Ver pudarkes (L. A. Ch.)
Ave podiceps (V. N.)
Crus podlirius (L. M. A.)
Crus podocerus (I. M. A.)
Echi podocidaris (IL. E. R.)
Crus podenus (I. E. Ph.)
Echi podophoras (I. E. KR.)
Ins poecilonotas (1. €. P.)
Ins poeciloptes (1. R. €.)
Mam poephagus (V. A. Ca.)
Pis pogonias (V. T. Ac.)
Ave pogonias (V. 5.)
Lab pogostema (D. G. D.)
Cap polanisia (D. P. T.)
Ver poldontes (1. A. Ch.)
Pol polemonia (D. G. D.)
Lil poliantha (M. Co.)
Ver polias (IL. P. N.)
Ins polistes (IL. Hy. A.)
Crus pollicipes (1. E, Ci.)
Ver pollicitas (1. A. Ch.)
Gram pollinia (M. G.)
Aye polplectros (V. Ga.)
Pis polyacanthus (V. T. Ac.)
Ver polyarthras (L R.)
Ins polybias (1. Hy. A.)
Crus polybius (1. T, B.)
Ver polycelis (I. P. Tu.)
Mol polyceras (1. Go.)
Crus polycheles (1. T. M.)
Rep polychrus (V. $. C.)
Ver polyeladus (I. P. Tu.)
Fun polyclinus (1. Te.)
Cni polyclonias (1. H. A.)
Rhiz polyeystinas (I. R.)
Myr polydesmus (LI. Ch.)
Ver polydoras (1 A, Ch.)
Pol polygala (D. P. T.)
Poly polygona (D. M. C.)
Ver polymastus (Í. A. Ch.)
Rhiz polymorphinas (1. F..)
Pis polynemus (V. T. Ac.)
Ver polynoes (1. A. Ch.)
Ins polyommatus (1. L. R.)
Cni polyorchis (1. H. H.)
Bat polypedas (V. An. D.)
Crus polyphemus (I. E. Ph.)
Ins polyphyllas (I. C. P.)
Cni polyphyllias (L A. Z.)
Fil polypodia (C. a V.)
Fung polypora (C. T.)
Pis polypterus (V. GH. Cr.)
Ins polysterias (IL. O. 6.)
Rhiz polystomellas (IL. F.)
Ver polystomus (1. P, Tr.)
Ins polytarcys (1 O. P.)
Ave polytmus (V. P. T.)
Cni polytremacis (L. A. A.)
Mus polytria (C. C. M.)
Cni polyxenias (1. H. H.)
Myr polyxenus (1. Chg,)
Myr polyzonius (1. Chg.)
Pis pomacanthus (V. T. Ac.)
Pis pomacentrus (V. T. Ac.)
Ver pomaceros (TI. A. Ch.)
Ver pomastegus (I. A. Ch.)
Ins pompilus (IL. Hy. A.)
Anas pondiasa (D. P. D.)
Ins poneras (I. Hy. A.)
Ins poneras (1. Hy. A.)
Leg pongamia (D. P. 6.)
Crus ponporeias (L. M. A.)
Crus pontonias (1. T. M.)
Pont pontederia (M. Co.)
Crus pontellas (I. E. Co.)
Ver pontobdellas (LI. A. H,)
Crus pontocypris (1. E. O.)
Ver pontodrilus (I. A. Ch.)
Mol pontolimas (Í. Go.)
Ver pontoscoles (1. A. Ch.)
Sali popula (D, M. Oa.)
Echi poranias (I. A. $.)
Crus porcellanas (I. T. B,)
Crus porcellidis (1. E. Co.)
Crus porcellios (1. M. I.)
Mam poreus (V. A. $.)
Mol porellas (I. Br. Ec.)
Ver porhynehus (LI. P. N.)
Pis porichthys (V. T. Ac.)
Chi poritesas (I. A. Z.)
Zyg porliera (D. P. D.)
Echi porocidarias (I. E. R.)
Prot porosporas (1. G.)
Alga porphyra (C. T.)
Ave porphyrios (V. Gr.)
Memorias de la Sociedad Científica
re
Ins porphyrops (1. D B.)
Ins porphyros (IL. R. P.)
Cni porpitas (1. H. $.)
Ver portelias (I. A. Ch.) :
Por portulaca (D. P: T.)
Crus portumnus (I. T. B.)
Crus portunus (I, T. B.)
Mam potachoerus (V. A. $.)
Log potalia (D. G. D.)
Ins potamanthus (L O. P.)
Mol potamides (I. G. Pr.)
Ver potamillas (L. A. Ch.)
Echi potererinus (L. C. T.)
Echi pourtalesias (IL. E. $.)
Ver praxillas (I. A. Ch.)
Cni prayas (1. H. $.)
Pis priacanthus (V. T. Ac.)
Ver priapulus (IT. G. A)
Cni primnoas (1. A, A.)
Crus primnos (1. M. A.)
Prim primulas (D. G. $.)
Comp printzia (D. G. L)
Cni prionastraeas (1. A. Z.)
Ave prionites (V. P. L.)
Ver prionospios (1. A. Ch.)'
Pis prionurus (V. T. Ac.)
Ins prionus (1. C. Cp.)
Ave prionus (V N.)
Ins prionychus (1. Ch.)
Ver prionyxus (1. A. Ch.)
Ave priotelus (V.S.) 4
Pis pristiophos (V. Ch. P.)
Pis pristes (V. Ch. P.)
Pis pristiurus (V. Ch. P).
“Antonio Alzate.” 85
Aye procellarias (V. N.)
Ver proceraeas (1. A. Ch.)
Ver procerodes (1. P. Tu.)
Ver proceros (I, P. Tu.)
Ins procrustes (1. C. P.)
Mo] proctonotus (1. Go.)
Ins proctophysus (1. €. Cp.)
Mam proeyonus (V. Ca. V.)
Crus prolepas (I. E. Ci.)
Ver promenias (1. A, Ch.)
Crus promysis (I. T. P.)
Crus pronoes (I. M. A.)
Mam propithecus (V. Pi. P.)
Inf prorodonus (1. H. O.)
Ins proscopias (1. O. G.)
Mol proserpinas (1. G. Pr.)
Leg prosopia (D. P.)
Ins prosopis (I. Hy. A.)
Ins prostomis (1. C. P.)
Ver prostomus (1. P. Tu.)
Rhiz protamoebas (1. F.)
Ins proteimus (1. C. P.)
Crus protellas (1. M. A.)
Bat proteus (V. U. 1.)
Rhiz protogenes (1. F.)
Uni protohydras (I. H. H.)
Prot protomonas (I. F.)
Prot protomyXas (LI. F.)
Pis protopterus (V. D. D.)
Crus protos (I. M. A.)
Ver protulas (L. A. Ch.)
Ros prunusa (D. P. C,)
Mol psammobias (I. L. $.)
Ver psammolyces (1. A. Ch.)
Rep psammophis (V. O. C.)
Ver psammoryctes (1. A. Ch.)
Cni psammoseris (1. A. Z.)
Ins pselaphus (I. C. P.)
Por pseudochalinas (I. F.)
Rhiz pseudochlamys (1. F..)
Rep pseudocordys (V. $. B.)
Crus pseucorystes (L. T, B.)
Bat pseudacris (V. An. D.)
Ver pseudalius (I. N. N.)
Bat pseudis (V. An. O.)
Crus pseudocus (I. T. €.)
Crus pseudommas (1. T. P.)
Mam pseudomys (V. R. Mu.)
Rep pseudopus (V. $, B.)
Prot pseudosporas (1. F.)
Ver pseudostomas (1. P. Tu.)
Crus pseusquillas (IL. T. $.)
Myrt psidia (D. P. C.)
Mol psidius (1. L. S,)
Ave psilorhinus (V. P. D.)
Inf psilotrichas (1. Hy.)
Ave psittaculas (V. $5.)
Ave psittacus (V. $.)
Echi psolus (IL. H. P.)
Ave psophias (V. Gr.)
Prot psorospermias (I. G.)
Ins psy ches (1. L. B.)
Ins psychodas (1. D. N.)
Rub psychotria (D. G, 1)
Ins psyllas (LR. P.)
Rut ptelea (D. P. D.)
Ins ptenidius (1. C. P.)
Pis pteraspis (V. G. Pl.)
86 Memorias de la Sociedad Científica
Echi pterastes (1. A. $.)
Ins pterochilus (L. Hy. A.)
Ave pterocles (V. (a.)
Pis pteraclis (V. T. Ac.)
Pis pterichthys (V. G. Pl.)
Fil pterisa (C. C. V.)
Leg pterocarpa (D. P. G
Mol pteroceras (1. G, Pr.)
Rep pterodactys (V. Pt.)
Ver pterodinas (1. R.)
Ave pteroglossus (V. 5.)
Ins pterogonus (1. L. $.)
Cni pterogorgias (L. A. A.)
Cni pteroides (I A. A.)
Pis pterois (V. T. Ac,)
Ins pteromalus (1. Hy. T.)
Mam pteromys (V. R. Sc.)
Ins pteronareys (1, O. P.)
Ver pteronellas (I. P. Tr.)
Ins pterophorus (LL. M.)
Pis pteroplates (V. Ch. P.)
Arac pteroptus (1. Ac.)
Mom pteropus (V. Ch. F.)
Ver pterosyllis (1, A. Ch.)
Ins pterotarsus (1. C. P.)
Mol pterothecas (1. P. T.)
Crus pterygotus (L. +. X.)
Ave ptilinopus (V. Co.)
Ins ptilinus (1. €. P.)
Ins ptiliphorus (1. C. H.)
Ins ptilius (1. C. P.)
Ins ptinus (1. C. P.)
Pis ptychodus (V. Ch. P.)
Ins ptychopodas (1. L. G.)
Ins ptychopteras (L. D. N.)
Inf ptychostomns (1. Ho.)
Umb ptychotia (D.. P. C.)
Rep ptychozoos (V. S. €.)
Rep ptyodactys (V. $S. C.)
Fung puccinia (C. T.)
Leg pueraria (D. P. C,)
Ave puffinus (V. N.)
Ins pulexus (1, D. A.)
Rhiz pullenias (1. F.)
Myrt punica (D. P. 6.)
Mol pupas (1. G. Pu.)
Mol purpuras (1. G. Pr.)
Mam putorius (V. Ca. M,)
Pis pyenodus (V. G. Py.)
Echi pyenopodis (1. A. $.)
Ins pygolampis (L R. H.)
Ver pygospios (IL. A. Ch.)
Ins pyralis (L L. M.)
Mol pyramidellas (1. G. Pr.)
Ave pyrangas (V. P. C.)
Comp pyrethra (D. G. 1)
I
Crus pyrgomas (IL. E. Ci.)
Ins pyrochroas (1. C. H.)
Ins pyrophorus (1. C. P.)
Tun pyrosómas (L. Te.)
Ave pyrrhocoras (V. P. D.)
Ave pyrrhulas (V. P. C.)
Mol pyrulas (I. G. Pr.)
Ros pyrusa (D. P. C.)
Fung pythia (C, T.)
Rep pythonus (V. O. C.)
Rep pyxis (V. Ch.)
Por pyxitis (1. F.)
“Antonio Alzate.” 87
Sima quassia (D. P
Ins qguedius (1. C. P.
Cup quercusa (
Por radiellas (7
Mol radiolites (
Mus radala (€. C, M.
Cyt rafflesia (D. M. Mt.)
Pis rajas (V. Ch. P.)
- Ave rallus (V. Gr.)
Fung ramalina (C. T.)
Bat ranas (V. An, O.)
Ins ranatras (I. R. H.)
Res randonia (D. P. T.)
Mol ranellas (L G. Pr.)
Cni rangiaentas (IL. C. E.)
Mam rangiferus (V. A. Ce.)
Crus ranilias (I. T.
Crus raninas (I. T.
Crus ranoides (1. T. B,
Ran ranuncula (D. P.
Cru raphanua (D. P. T. )
Ins raphidias (1. N. P.)
Rhiz raphididphrys (1. H.)
Aro raphidoa (M. N.)
Ins raphius (I. D. B.)
Por raspaigellas (I. F.)
Por raspailias (I. F.)
Ver raltulus (I. R.)
Ins raymondias (I. D. B.)
Zin ravenala (M. E.)
Mol recluzias (IL. G. Pr.)
Ave recurvirostras (V. Gr.)
Ins reduvius (I. R. H.)
Pis regalecus (V. T. Ac.)
Ave regulus (V. P. D.)
Crus regulus (I. T. M.)
Rub remija (D. G. E
Crus remipes (ERE
Por renieras (1. F.)
Cni renillas (TI. A. A.)
Res reseda (D. P. T.
Mol reteporas (L Br. Eoc.)
Ver rhabditis (TI. N. N.)
Ver rhabdogastes (I. N. Ch.)
Mol rhabdopleuras (1. Br. P.)
Crus rhabdosomas (I. M. A.)
Rep rhabdosomas (V. O. GC.)
Ins rhadophoras (I. O. G.)
Ins rhagius (1. C. Ch.)
Rham rhamnua (D. P. D)
Ins rhamnusius (1. C. Ch. )
Pis rhamphichthys (V. T. Ph.)
Rep rhamphystomas (V. Cr.)
Ave rhamphastos (V. $.)
Ave rhamphodos (V. P. T.)
Ins rhaphyglossus (TI. Hy. A.)
Arac rhaphenathus (I. Ac.)
Pal rhapisa (M. Ca.)
Ave rheas (V. Cu.)
Mam rhesus (V. Pi C.)
Poly rheuma (D. M. €.)
Per rhinantha (D. G. D.)
Bat rhinatremas (V. Ap.)
Rep rhinechis (V. C. C.)
Ins rhingias (1. D. B.)
Pis rhinobatus (V. Ch. P.)
Rep rhinobothrys (V. O. C.)
Mam rhinoceras (V. U. R-)
88 Memorias de la Sociedad Científica
Ins rhinacolas (1. R. P.)
Bat r—hinodermas (V, An. 0.)
Ver rhinodrilus (1. A. Ch.)
Pis rhinoglanis (V. T. Ph.)
Mam rhinolophus (V. Ch. IL.)
Rep rhinophis (V. O. C.)
Mam rhinophyllas (V. Ch. 1.)
Mam rhinopomas (V. Ch. 1.)
Pis rhinoptes (V. Ch. P.)
Rep rhinosimus (V. O. OC.)
Ins rhinosinus (L. C. H.)
Rep rhinostomas (V. O. C,)
Ins rhinotermes (IL. O. P.)
Rep rhinotyphlops (V. O. O.)
Ins rhipiceras (L C. P.)
Ins rhipidins (IL. C. H.)
Cni rhipidopathes (I. A.
Cni rhipigorgias (I. A. A.
Cac rhipsalia (D. P. G.)
Cni rhizangias (IL, A. Z.)
Ins rhizobius (1. R. P.)
Por rhizochalinas (1. F.)
Echi rhizoerinus (1. €. A.)
Arac rhizglyphus (1. Ac.)
Fung rhizopa (C. T.)
S.)
)
Ins rhizophagus (1. €. P.)
Cni rhizophysas (1. H. $.)
Rhiz rhizophora (D. P. € '
Cni rhizostomas (1. H. A
Cni rhizotrochus (I. A. E
Ins rhizotrogus (1. C. P.)
Cni rhizoxenias (I. A, A.)
Cni rhodactis (L A. $.)
Pis rhodeus (y E a Y
a A
Ins rhodites (I. Hy. T.)
Eri rhododendra (D. G. $.)
Rep rhodonas (V. $, B.)
Mol rhodopes (IL G. H.)
Alga rhodymenia (€. T.)
Pis rhombosoles (V. T. An.)
Pis rhombus (V. T. An.)
Cni rhopalonemas (I. H. H.)
Ver rhopaphorus (L P. Tr.)
Echi rhopias (T. A. $.)
Ana rhusa (D. P. D.)
Ins rhyacophilas (L N. T.)
Ave rhyuchaeas (V. Gr.)
Ver rhynchelmys (1. A. Ch.)
Ins rhynchites (1. C. Ch.)
Pis rhyuchobdellas (V. T. Ac.)
Ver rhynchobulus (I. A. Ch.)
Crus rhynchous (1. T. M.)
Ver rhynchodes (I. P. Tu.)
Mol rhynchonellas (1. Br. T.)
Arac rhynchophus (1. Ac.)
Arac rhynchoprios (1. Ac.)
Ins rhynchoprios (1. D. A.)
Ves rhynchoprobus (1. P. Tu.)
Ave rhynchops (V. N.)
Echi rhynchopygus (I. E. $.)
Rep rhynchosus (V. Cr, G.)
Ave rhynchotus (V. Ga.)
Rep rhynsaurus (V. $. R.)
Mam rhytinas (V. Ce.)
Mam rhyraenas (V. Ca. V.)
Poly ribesa (D. M. C.)
Sax ribesa (D. P, C,)
Hep riccia (C. C. M.)
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