MIA SA hi el (5 ) MN 1 Ni AS MA] q VAL 1) y Ú] A he ANS ¡DATO | eS $4 e s (h e OR Digitized by the Internet Archive in 2009 with funding from University of Toronto http://www.archive.org/details/memorias25acad A A e MEMORIAS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA “ANTONIO ALZATE.” “ANTONIO ALZATE” E 9 Publiés sous la direotion ENS de Ae z ¿e RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN Secrétaire perpétuel. TOME 25 1807 MEXICO IMPRIMERIE DU MINISTERE DE FOMENTO, BETLEMITAS NUMÉRO $. 190% SOCIEDAD CIENTÍFICA ESPN TONTOS ALZATE> Publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN, Secretario perpetno» TOMO 25 1907 81 q0 as MÉXICO IMPRENTA Y FOTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO Callejón de Betlemitas núm. 8. 1907 ¿ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACIÓN DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES EN UNA ESTACIÓN Por el Ing. Pedro C. Sánchez, M.S. A. Sea 0 una estación en la cual se ha instalado un altazimut. Supongamos que al empezar á medir los ángulos el cero del círcu- lo horizontal pase por la línea 0 0”, que hace con la visual dirigida al punto (1) el ángulo z,, y que al visar los puntos (1), (2), (3), .... (5) se lean en el círculo las lecturas LE as 1 Es cómodo y conveniente tomar una de las visuales por punto de partida; así es que, dejando para (1) 0*, 00, 00”, quitaremos á las lec- turas de los demás puntos la que corresponde al punto (1), y tomare- mos por incógnitas independientes los ángulos 2”, 2”, ...... a”, que la visual dirigida al punto (1) hace con las dirigidas á los demás puntos; pero es claro que podrían también tomarse como incógnitas indepen- dientes los ángulos que hacen las visuales (1) y (2), (Q) y (3) ... (s-1) y (s), obteniéndose el mismo resultado. Los ángulos se miden de la manera siguiente: Se coloca el índice en el cero del circulo horizontal, visando después con el círculo vertical á la izquierda (por ejemplo), los puntos (1), (2) ...... (s); se invierte el anteojo, y con el círculo vertical á la derecha se visan los puntos (s), CA (1), es decir, retrocediendo. Se cambia luego el círculo ho- rizontal un ángulo (4), y con el circulo vertical, de nuevo á la izquier- da, se visan todos los puntos, empezando por el (1) y terminando en el (s); se invierte el anteojo y se vuelven á visar todos los puntos re- as el a AE ¿ 6 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION 2 a = == — E, A - A trocediendo, y así sucesivamente, tomando por lecturas l/, 1,1%... k el promedio de las dos posiciones del aparato. Si llamamos p/ pr”, pi” ...... los pesos, y v/”, U1”, 01 ....- las correc- ciones que corresponden á cada dirección, como el círculo horizontal se va cambiando cada vez el ángulo u, hasta tener Er G posicio- YA nes, tendremos las siguientes notaciones: * PE 2=-> EA A ZA A EN INEETICA IAS ETE ez || ss || 2 => || > = e" - D TA A a Pesos correspondientes 33 | AS | a Lecturas del círculo á cada dirección Corrección de las direcciones Z $ 911 3 2.8|| z ¿sE | A < | o rr e e | — | 0 IT s lesl bl | l, E Ó 21 IA EE Pé 2 || Ml 3 la la l, . E Za | | 1 lcd | de E ¡Gil | | la G 26 | AO | Siempre se suponen los pesos iguales á uno; pero es cómodo con- servarlos, pues no siendo siempre posible visar todos los puntos, para suprimir la visual, basta hacer su peso correspondiente igual á cero. En la práctica es más conveniente reunir las observaciones en gru- pos que contengan los puntos que se han visado el mismo número de veces, pues esto simplifica las fórmulas, como veremos adelante. Según las notaciones anteriores, tendremos para una dirección cual- quiera la siguiente ecuación: des + OS == 2, =t- q” Ó y" = 2, + q" ml [Ps y para cada posición las siguientes: Posición 1. Posición 2. Posición 3. Ya =2—l Po =z2—l, vw =m—l; : y" =23+ 0 —U | 9 =2 +2 —d" | =83 +2 —d" 1 (1) v/” = 21 + qe para EZ vo = Za + qe NE l, mm | vw" "=z2+ q ás pe ad A DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES. 7 su forma general, siendo V=da+b2 + CA ..... + ax” + b2" ++... +1, deduciéndose cada una de las parciales muy fácilmente, conforme al siguiente esquema: ] | Número de puntos visados Posición ó se- rie Puntos visa- Número = 8 Número =....... 2 2 | | | | | Ñ Número =....... Número = KR. = total de observa: CiONe8 -....... | Número — 6 Número = 8 — 1 (p) =R La suma de los cuadrados de los errores de observación, llevando en cuenta los pesos para mayor generalidad, es: HA =by+pl la — LY Sp a O AY cs + pz (2, — lo y + ps (22 +0 —l y +p:" (22 Eg EY q cccs. + Pp la—=b Y +p les +2 — EY Ep es EMMY tecno y como debe ser un minimo, igualando separadamente á cero los coe- ficientes diferenciales de esta suma relativos á 2;,, Za, 2:...... AAA ES , se tendrán las siguientes ecuaciones: 8 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION [CI SL E ES E TA PE E A ee" e (pl Y + pl Ll" + PL IM EE ) 0 ( pl AL pr ce pl” Ni TE pr a+ pl” q e o is Eo: Eos 184 + p.” e + p,” Le Hhoroo..) = 0 (mt p+po + Japo + ps 0 + codnas ie Par Cps le + ps qa + py” id He...) pea 0 0) 7 E pi + po: a A Cp + pz + ps AA vá (p' de + Pa 14% - Ps de — oo... ) = pr qe py” 2, sE py” Za + 2 +4 ( pr + Dr" sde ps” HZ de q" e ERAS un" Jo dE ps ls + Da” ga + PE ) qa Según la notación de Gauss, las anteriores ecuaciones podemos es- cribirlas como sigue: o a Pbry DE LAS DIRECCIONES AZIMUTAJ.ES. 9 [pja+p"2+p xo +.. sde can | [p.] 2 +p."x PAra —[p,1,]=0 > O E (2) [p] 2 +p3 0" +p. 0 -+... ——[p,l.]=0 OS O A O OO ISO OO OOO OOOO SOON IO pa +pt Hp tas he + IAEA [p" 1 lo 1 AAA pa Ep a+ path... +l[p"]2"—[p” 1] = =0f' A O O A OS E AO RO O OT OO GAN SODA ARAS Sacando de las ecuaciones (2) los valores de 21, 22, 23 -**»*» Y susti- tuyéndolos en las (3), tendremos: qe po eS TÍA q Eo] [pr] pe a Pa a Ed pr p y q AN NAPO 1 0 EE 1 as [—- Lat pr ars Pe? e Ve +... = "y a o) =[p""]—= Á7 -[p.4] — ra ¿[pa ]= +... E TA Paz: mI Ps ”m 1 le ad rs a Ia PO E anat AN ds =E (tr ] au o e dl > EE =[pr0"]- al e e E RAS Aro rro ono... oo nono nopoponorosn.ooenoo..oo.oo o... oo .oo ++... oo oonoornasprrs.os... Si, pues, por comodidad representamos por simbolos los anteriores coeficientes, tendremos las siguientes ecuaciones normales: [aa] + [40] 07 + [uefa do [4] [05] a+ [05] 274 [0c] ad. [80] 64) [ac] e” e [0 c] q” ES [e e] qa AE LA) Es Ea CAOS Memorias. T. XXV, 1906-1907.—2 10 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION los valores de los símbolos siendo: " pl " po 7) po de OO => ) a =-— O CI dl «Pa, [ aj L/ ] [p, ] Pi [o / e [ps] 1 A E Dr. er des Das, AUN Po Ara Ls A E pi po v Da Maltes a dl ps MON Pa pee] LP Al? .......n ooo. ...nsors.... ..o.o....orrs.n.. o... ...... sr... [= 652] l MAP mo Pe m1 PA AT IN Pp ; 9 € vdd 0 pd ber a == TV p” 1 Pp", Av -1Y [ec] Da Lp ] Tien PA [p» ] LR [ps] A pm y pz y : y =— HEAR .Pr E SÓ e y le 3 CA A NN OOOO O OOO DO SD ODO CO OO e LIE [a /]= [p” 1 a q Er l,] — ñ a be [b 1 I= 194001 E a 3 td 2 Cost]. dl (a A Par, 144 po dad pos e xd [e 1]= PS [p:] [y 4] qa La [p,312:4) 0... OOOO OD OO OOOO O O OO O OD OO A fin de obtener comprobaciones, busquemos los valores de las su- mas de los símbolos, O IA ARO LS E [*d] AS Ade Pda El ¡dq al td) Ale CUNA SE OS O e Í dh id E [*d] “¡A EA Ez e “¿d) AN AUD RAE Ps k n= ['d] e OS ica mb e aid) ala > ES Ea] =l [ as ++ l00]+ +00] 4+[99]+ [0] al 12 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION La ecuación anterior podemos escribirla como sigue: Suma de símbolos =3í[p'] + [p"] +[p”].....- + pe ¡Meana Ll ml ¿21 MEDIDA Y 200 Ji cl € DUO e E 2 [pr] Ma o el MN A A 2 [p.] po dp: E poo ++ 7 (ps Y ps PA a 2 E [po] Reduciendo, tendremos: Suma símbolos == 3 / [p1+[09 +90 + ...... - E 24 [p. ] Cp, ] E E Pero pi =p? =p =1, y [01+[P07+1[p"1>+...... = número total observaciones =R, - a [ gs 7 Pa + es sE > a = número de arcos = (, 1 2 3 luego Suma símbolos — 3 (KR — () Busquemos ahora la suma de los símbolos que corresponden á los segundos miembros de las ecuaciones normales. [a] + [91] + [e] +... =l9"']1+[p9"07+[p"4J4+... —- Le [p,] —p! | A ple $ cer — [p] —ps p- .. al É 7, DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES. 13 Reduciendo, se tiene, representando la suma de los símbolos por [rol], pr Pa Ps w|= +5 [pd o ANACO: [rl] [p1] [p14]+ (o: [p. 1] + [p»] [ps ls] + puesto que 01+[p" 074 ......— [ph] [pot]... =[p 7]=0 El error medio cuadrático de una observación será igual á Lp] [p.] - _ == 24-=— NO total observaciones—N* incógnitas R—(G+s—1) Hemos dicho que en la práctica es más conveniente reunir por gru- pos conteniendo los puntos que se han visado el mismo número de veces; y en tal caso tendremos para el primer grupo formado DD == eo... 7 (por ejemplo) PR pil aaa Ta y por consiguiente [p1] == [p.]) == ON n, siendo el número de señales visadas en el grupo. Si pues representamos por Ny y May eooooo.. . el número de arcos de los distintos grupos formados, los símbolos tomarán los siguientes va- lores: , ” m DARIO ¿De . Na + N [a aj= A UA gp Ts —. — [p ] Ns n 2 Ns 5 , ” ” n YN Nn [a b]= a al e fa 7 — ip TE — E N, Ns Ns , ” ”m Na Na , Da ” | [a e] = == AA — AA 7 A ZA 5 » n RA A ca) , ” o LAA ”m Na "mr Na m Ra ” = => T AO == mr 3 TAS dl osa ns no” 3 s 5 , !” ”m [b c]= sI LN 1 q NE LPR a da A e a — y” n 7 “1 4 1 n ” U 2 de n ” 3 AS ... 2 4 s AA Y pa , e A 14 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION [al] = [p" 1] — lA] a an 0 To | encon 0 A El [vd= + Ur, +, El error medio cuadrático será igual á [p 1] n= 20 Si desde la estación se han visto todos los puntos, tendremos: [p] = [p1 = [p] = 6, [p] =[».] = [o] = s por lo que, los símbolos tomarán los siguientes valores: [aj 6 o ; [ab] = o ; [a.c]= , sr pd (21 =p 1; pat, p9=€ ome y las ecuaciones normales se convertirán en Sumando estas ecuaciones, tendremos: .. CRA A don ol q % + E + a a = [1] — (s DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES. 15 y si se quita á cada una de las anteriores, resultará: Ga =[17; 60 =[0]; Ga" =[0; es decir, que en este caso los valores más probables se obtienen sim- plemente tomando un promedio de todas las lecturas. El error medio cuadrático será: ES 1 EAS A 62 BESA A EE TINA A NA AAN E Tacubaya, Mayo de 1906, A Ud EA dO A A! ANO ex, E MEÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. L'ÉVOLUTION DE LA MATIBRE ET LA PLASMOGÉNIE Par M. Georges Renaudet, M.S. A. Ce v'est pas seulement le plus grand probleme de la Biologie géné- rale, c'est aussi un haut probleme de philosophie naturelle que les étu- des modernes tendent á résoudre—celui de lorigine possible de la vie et la création de la substance dite «vivante:» une science encore toute nouvelle, la Plasmogénie, vaut done qu'on s'y arréte un instant. Quoiqu'en disent les détracteurs systématiques de toutes les nova- tions, en particulier de celles qui génent les théories ou ¡ls se complai- sent jusqu' a l'inertie, on peut affirmer cependant qu'aucune limite ne saurait étre assignée au pouvoir créateur de l'intelligence humaine el qu'aucune découverte n'aurait lieu si l'on n'essayait point, par de mé- thodiques recherches, de secouer la poussiére du passé. Errare huma- num est... Les «plasmogénistes» convient actuellernent le moude scien- tifique á s'altarder un peu a leurs travaux et en envisager P'avenir. Le temps n'est pas loin oú l'on souriait du réve des alchimistes et de ''hypothése de la génération spontanée, l'esprit humain restant vo- lontiers, par une inexplicable paresse, figé dans la formule étroite des dogmes et des théories reques. Mais bientót, avec l'idée de Punité de la matiere, Pancienne chimere de la transmutabilité des métaux vient se concrétiser sous une forme qui n'est plus de paradoxe. «On ne peut nier, dit le Professeur M. Paterno, que les atomes puis- sent évoluer ultérieurement;» si lente que soit celle évolution de la ma- tiére primordiale, elle a été et doit se poursuivre encore et au lieu de Memorias. T. XXV. 1986-1907.—3 18 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE Péternel cimetiére des atomes—le Nirvána final de M. Gustave Le Bon —il faut tendre plutót á voir dans lP'éther le laboratoire perpétuel de la nature... L'Éther est une forme de la matiére, forme originale et finale á la fois; dans l'indéfinie circulation des mondes rien n'est en repos, rien ne nous apparaít immuable, tout se transforme, tout évolue; tout, sauf la masse qui demeure, et l'énergie qui ne s'éteint pas. (A. Lai- sant. Sur Uévolution de la matiere in L'Ens. Mathématique, 15 Jan- vier 1906, pages 30-31.) La question qui parait s'éclaircir chaque jour davantage dans le do- maine chimique méritait d'étre étudiée et largement étendue dans les sciences biologigues. Pourrons-nous, en essayant de poser les lois de la Plasmogénie, la résoudre ainsi que de multiples expériences l'ont essayé dans les laboratoires? Avec les chercheurs nous répondrons en- core que rien ne saurait étre considéré comme impossible dans le temps infini, dans Univers incréé, dans lVéternelle mutabilité des choses. La transformation de la matiére brute en substance vivante n'a ja- mais été scientifiquement observée, dira-t-on. Comme nous l'avons dit ailleurs (A. L, Herrera, trad. G. Renaudet. Notions yénérales de Biologie et de Plasmogénie compartes, p. 58), il faut bien admettre ce- pendant la génération spontanée comme hypothése cosmogonique, pour expliquer Porigine de la vie á la surface de la terre. Cette génération s'est-elle produite seulement a une époque calculée et limitée? S'est- elle continuée et dure-t-elle encore? Etant donnée la continuité d'ac- tion des forces naturelles, l'esprit est porté á admettre cette derniére hypothése. Depuis Needham jusqu' á nos jours, en passant par Haec- kel et Traube, la question, troublante en soi, conserve le méme degré d'acuité, mais elle devient particuliérement intéressante si l'on songe aux expériences d”Yves Delage et J. Loeb sur la fécondation artificielle; aux mystérieuses propriétés du radium et enfin et surtuut aux figures organoides remarquables obtenues par les plasmogénistes modernes. Suivant le savant maítre allemand, Benedikt, la contrainte á la fone- tion dans un milieu donné, a pu étre Porigine de la vie (M. Benedikt. Sur les études de Plasmogénie, in Biomécanisme et Néovitalisme en Mé- decine el en Biologie, trad. espagnole. Mexico, 1904, p. 78). La mor- JE Y e ” ' 0 A TN E o ET LA PLASMOGÉNIE. 1 phogénese biologique ne peut done se réclamer du «vitalisme» classi- que qui a fait commettre tant d'erreurs graves (a Pasteur lui-méme) et menace de les perpétuer a exclusion des données physico-chimi- ques, qui semblent en étre, au contraire, la cause logique et prévalente. La Plasmogénie a soigneusement étudié jusqu' a ce jour les phases d'évolution des substances minérales. depuis les cristaux définis (et susceptibles d'accroissement) et les cristaux mous, jusqu' aux colloides, auxquels se rattachent les matiéres organiques vivantes naturelles et dont il nous faut attendre l'explication rationelle de l'origine vitale. Les vésicules écumeuses de Quincke avaient déjá pu préparer l'esprit scientifique á concevoir la réalisation d'une hypothése hardie en soi, mais parfaitement vraisemblable; les productions biotiques obtenues par le Prof. A. L. Herrera, de Mexico, avec les silicates colloides, con- fondent les plus incrédules et nous n'avons pas hésité á poursuivre nous-méme ces recherches d'un grand intérét. Est-il besoin déja de rappeler le róle prédominant des matiéres mi- nérales dans les phénomeénes biologiques. Une trop longue bibliogra- phie et d'amples matériaux sur ce sujet sont présents á la mémoire de tous pour qu'il soit nécessaire d'y revenir en détail. (cf. A. L. Herre- ra. Le róle prépondérant des substances minérales dans les phénomenes biologiques. Mém. Soc. Alz,, t. xn, pp. 399-348, 1903.—Revue Scien- tifique. Paris, 13 Juin 1903. Bull. Société Mycologique de France. xix, 3” fase. 1908). Quand on envisage les inéluctables relations de Vétre vivant avec le milieu qui le supporte et le nourrit, on arrive á conclure que la vie est le résultat d'un échange incessant de particules minérales (eau, air, sels) sans lesquelles elle est nécessairement an- nihilée ou suspendue. L'organisme lui-méme est une combinaison extrémement complexe de corps organiques et inorganiques, ces derniers étant dans la plus forte proportion. On oublie trop facilement que l' homme, les animaux, les végétaux, ne sont en définitive que des dissolutions de ces mémes corps dans l'eau (Quinton). Le corps d'un homme pesant 65 kilos ren- ferme environ 50 kilos d'eau, et les quinze kilos de matiéres organi- ques (albuminoides, graisses, tissu conjonctif, muscles, os, substances 20 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE nerveuses, elec.) el ¡norganiques, sont elles-mé mes composées d'eau tenant en dissolution les métalloides et les métaux—ce qui a fait dire au Prof. Dr. Jules Félix que rien n'est plus inorganique que les ma- tiéres organiques. (Dr. J. Félix. Les cures d'eau et d'aúr et les sources artésiennes et médicinales d' Ostende, in Le Médecin, 6 Mai, 1906, nu- méro 18.) Au surplus, ne sait-on pas—force nous étant de choisir parmi tant darguments—que certaines substances minérales, ainsi que l'eau sont eónéralement nécessaires á la vie—le calcium, le magnésium, le sili- cium, le fer, le manganése. Aussi les retrouve-t-on dans la composi- tion du protoplasma, diversement associés au C, H, O, Az, Ph, S, Fl, Cl, Na, K, ce qui justifie le nom de «chaos vital» que Claude Bernard donnait á la base physique de la vie. C'est enfin une notion fonda- mentale, vulgarisée par Le Dantec, que toutes les fois que la compo- sition chimique de la substance qui constitue un étre vivant varie, la forme de cet étre se modifie. (G. Bohn. Variation et évolution, in Revue des Idées, t. 1, n. 7, p. 509.) Le probleme se complique bien plus encore lorsqu'il s'agit d'analyser le mécanisme de certains phéno- ménes, tels que la fermentation, oú l'on considere alors le ferment comme une cellule vivante. Or, il paraít tres probable que cette der- niére ne peut provoquer une réaction chimique que gráce a la présen- ce de diastases ou ferments ¿norganiques (Dr. Aug. H. Perret. Dias- tases et ferments inorganisés, in Revue Seientifique, n. 19, t. vi, 1906), lesquelles diastases, comme dans la transformation type du sucre en alcoo!, provoquent le phénoméne «sans l'intervention d'aucune vie,» ainsi que lavait laissé prévoir Búchner. Le róle primordial des éléments minéraux a été reconnu et recher- ché qualitativement dans quelques ferments. C'est pourquoi on a aus- sitót rapproché VPaction des diastases de celle des métaux á l'«état col- loidal:» le platine ainsi divisé a Pextréme suivant le procédé original de Bredig agit comme une véritable oxydase, á tel point qu'il se com- porte d'une maniére analogue vis-á-vis de poisons tels que l'acide cyan- hydrique, GS,, HS. Le bichlorure de mercure lui-méme est un poison pour le platine colloidal. Les substances minérales jouent done un róle ET LA PLASMOGÉNTE. 21 fondamental dans les substances diastasiques. Apreés les recherches de Dastre, on a remarqué qu'un organisme vivant ne donne pas naissance directement á une diastase; un élément initial, le proferment (zymo- géne, ou pro-enzyme) devient indispensable pour l'évolution ultérieure de la diastase et on a pu ainsi prévoir l'existence de pro-présure, de proplasmase, de pro-amylase... C'est á Paction de ce pro-enzyme pré- existant (?) dans l'albumen de la graine que Diana Bruschi attribue Pauto-digestion de l'albumen des Graminées. (Diana Bruschi. Recher- ches sur la vitalité et la digestion de 'albumen des Graminées. Acad. dei Lyncei. Rome, 16 Sept. 1906.) Enfin, et pour montrer combien le róle des agents minéraux est con- sidérable, rappelons que la chaux est non seulement un agent excita- tenr de la fonction zymogéne, mais qu'elle est une condition de milieu indispensable aux phénoménes diastasiques. (Perret, loc. cit.) Si nous avons tant insisté sur l'évolution de la diastase, c'est que la nature en est organique et colloidale et qu'on a voulu affirmer que ce qu'il y a de plus essentiel dans la vie se raméne en dernier ressort á une action diastasique (?). (Pierre Girard. Le mécanisme diastasique de la vie.) Nous retiendrons de ces suggestives recherches que les ac- tions chimiques, comme les actions diastasiques, sont des actions CATA- LYTIQUES. Sont-elles analogues, ainsi que l'assurent O'Sullivan et Thomp- son, different-elles suivant l'opinion de Duclaux? Les physico-chimistes tels que Brown, Glendinning, Herzog, Bodenstein et prés de nous Vic- tor Henri, ont posé la question du mécanisme des diastases; on ne sau- rait dire qu'ils l'ont résolue. Quel que soit le point de vue d'oú on envisage le métabolisme vital, nous tenons dés á présent a souligner ce fait, qu'il n'est qu'une des- truction et une reconstitution de la matiére vivante qui procede avant tout de la matitre inorganique, sans l'intervention de causes mystérieu- ses ou étrangéres á léchange proprement dit des substances minérales en perpétuel mouvement. A tout bien considérer, les organismes et les organes des étres vivants ne sont que des sortes de cristallisations, au sens de Benedikt, des arrangements cellulaires dans un liquide plus ou. moins aqueux, le protoplasme, milieu que nous considérons comme nu Y l 22 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE une solution d'éléments minéraux dans l'eau et dans laquelle se for- ment les matiéres organiques par des actions moléculaires physico-chi- miques. Ainsi comprise, la Plasmogénie s'identifie avec la Biologie; elle est une science nouvelie, non pas parce que les objets dont elle s'occupe sont nouveaux, mais parce qu'elle les considére sous un point de vue original et plus étendu. (Herrera.) A vrai dire, ce n'est pas d'hier qu'on a cherché á imiter les structu- res organiques vivantes au moyen des seuls réactifs chimiques. 1l faut remonter en 1824, avec Dutrochet, et ses globules d'albumine coagu- lée, qui ne sont qu'une ébauche imparfaite; les procédés plasmogéné- tiques sont mieux réalisés déja avec la technique de Traube (1862— un simple marchand de vins de Breslau—dont les cellules de tannate de gélatine et de ferrocyanure de cuivre agissent comme des appareils osmotiques. Avec Harting (1872), on assiste á de curieuses obtentions de structures concentriques et radiées (voyez la critique que nous don- nerons plus loin). Mais c'est surtout Quincke et Bitschli, avec ses vé- sicules écumeuses, Schaumblasen, vers 1884, dont les expériences avec des réactifs divers, savons en formation, le xylol et le savon, l'eau et P'huile, la gélatine, les gelées siliciques, aboutissent a des résultats trés importants: mouvements amiboides, structures alvéolaires, courants osmotiques, vacuoles. ls sont les précurseurs de la Plasmogénése et nous devons les mentionner avant les contemporains que le probleme, toujours actuel, pouvait intéresser et séduire. Bútschli et Quincke ont étudié la structure fine des gelées siliciques et démontré leur nature alvéolaire, ce qui a un grand intérét d'actualité, pour les recherches de Herrera. ¿En 1901 le Dr. S. Leduc inaugure des expériences á l'aide du ferro- eyanure de potassium et le sulfate de cuivre ou la gélatine; il obtient des cellules complétes, avec noyau et nucléole, cytoplasma et membrane. Malheuresement ces figures, dues selon Herrera á des silicates acci- dentels, que nous avons sous les yeux, sont trés artificielles et obtenues avec des liquides... organiques; elles sont, pour ainsi dire, trop macros- copiques et ne peuvent rien expliquer par elles-mémes. Elles vérifient peut-étre des lois physiques, mettent en relief la loi de ET LA PLASMOGÉNTLE. 23 . e — - _—_——— E A - le: A la diffasion, á tel point que Benedikt lui substitue le nom de loi de Le- duc, gráce á la notion nouvelle introduite par cet auteur de la résistance du milieu a la diffusion, qui compléte la loi de vitesse de propagation. 11 faudrait citer encore Ascherson (1840), Rainey (1868), Monniez et Vogt (1882) dont la contribution a été un essai sans continuité. Dés 1889 le Prof. A. L. Herrera, de Mexico, frappé de la présence quasi universelle de l'acide silicique dans les réactifs, entreprend une vaste série de recherches avec des réactifs divers, organiques ou non. 1l-ob- tient ainsi des figures trés originales de cellules, spermatozoides, pro- tozoaires; des centaines de formes, structures, mouvements, évolutions fort semblables á celles du protoplasma naturel (mouvements vibrati- les, cellules nuclées et filaments intérieurs, 4c.). La Plasmogénie a trouvé enfin, sinon son Créateur, du moins son Maítre. Et jusqu'a nos jours, l'expérimentation se poursuit, donnant avec les silicates colloides en particulier, des résultats merveilleux, on peut le dire. Les biologis- tes, trop imbus de mélaphysique, n'ont pas ménagé, tout d'abord, leur ironie au jeune savant, dont la hardiesse n'avait d'égale que la science, et le serupule. On reproche aux structures artificielles de ne pas mon- trer les phénoménes de division cellulaire; a-t-on oublié déja les imi- tations obtenues par Gallardo, Rhumbler, Bútschli, et plus prés de nous, par Leduc? On insinue ensuite quelques critiques auxquelles on sou- haite peut-étre ne pas voir répondre... Puis, des esprits sérieux, tels que Benedikt et Van Bemmelen s'y intéressent et trouvent dans les recherches nouvelles un appui a leurs propres théories; il y a donc ici plus qu "une hypothése. Et, de rechef, nous suivons Herrera dans la patiente et laborieuse continuité de ses travaux, entourés par une bi- bliographie considérable, passant au crible les moindres faits á la double épreuve de la technique et des notions acquises. Il semble acquis que, dans la morphogénéese biologique, l'interven- tion des colloides soit nécessaire et inéluctable. Les: ¡mitations obte- nues du protoplasma deviennent chaque jour plus semblables' au mo- dele naturel, et celles que Pon prépare avec les silicates colloides sont presque égales á la matiére vivante, sous le rapport de la structure et du pouvoir d'absorption. 24 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE Ne savons-nous pas déja qu'aucun caractére spécial ne peut servir á séparer absolument les corps organisés des corps inorganiques? Et si dans des conditions analogues, ¡ls donnent les mémes réactions (J, Ch, Boze, Ch. Bastian), il est á présumer que leur origine doit étre com- mune. C'est á la recherche de ce troublant probleme que se consacre la Plasmologie, science qui ne se limite guére á produire des formes artificielles des cellules, mais qui embrasse toutes les études, expérien- ces, théories relatives a l'explication physico-chimique de la vie, indé- pendamment de toute intervention extérieure á ce systeme. Depuis longtemps déja le Prof. Van Bemmelen a émis l'opinion que Pétat colloidal est intermédiaire entre l'état anorganique et l'état orga- nisé. Les plasmogénistes vont plus loin, ¡ls inclinent á croire et cher- chent a prouver que les silicates colloides pourraient bien étre comme le protoplasma du régne minéral et peut-étre aussi la base inorganique du protoplasma vivant. (G. Renaudet. Plasmologie, état actuel, son róle en Biologie générale et son aventr, in Mém. Soc. Alzate. México, t. 21, 1904, pp. 90-96.) Les combinaisons formées par les corps colloides ne sont pas d'ordre chimique ni soumises aux lois stoechiométriques el Van Bemmelen les a nommées combinaisons d'absorption, expression adoptée récemment par des chimistes tels que Bredig, Pauli, Biltz, Zsigmondy, Zaccharías, dec., ec. C'est ce que vérifie 'expérience. La silice préparée par le pro- cédé de Graham (lettre de Herrera, du 20 Mars 1906) posséde juste- ment la faculté d'absorber et de retenir énergiquement toute espéce de substances, l'aniline, vert de méthyle, rouge Congo, permanganate de potassium, vapeur d'iode, solution iodo-ioduré, sont avidement et définitivement absorbés. Les flocons ainsi obtenus, ayant la consistance de la gélatine, pren- nent ces corps, se colorent parfaitement et restent colorés dans un excés d'eau, aprés 12 heures et plus. Les réactions internes sont plus inté- ressantes encore: les flocons, macérés avec solutions de sulfate ferreux, lavés sur filtre, soigneusement, jusqu'a non précipitation par le ferro- eyanure ou le sulfocyanure, donnent avec le ferrocyanure de potassium, une coloration de Bleu de Prusse—avec le chlorure de baryum un pré- ET LA PLASMOGÉNIE. 25 cipité de sulfate de baryum. Les flocons ayant une trace d'acide chlor- hydrique, coloriés avec le vert de méthyle (colorant du noyau cellu- laire) prennent le MnO,, qui se réduit sur les bords des flocons, le centre restant vert ou bleu. Les mémes flocons absorbent aussi KCl et aprés lavages, précipitent, se troublent profondément avec la solution de ni- trate d'argent; peut étre méme montrent-ils une espéce de croissance dans ce cas particulier. Les flocons ainsi obtenus, comme dans les expériences de plasmo- génese en général, sont encore trop consistants, ce qui indique un per- fectionnement a donner a la technique, mais n'implique en aucune fagon Pimpossibilité de voir un jour évoluer les figures organoides obtenues. Il a été prouvé que le pouvoir absorbant, que rapproche d'une maniére si curieuse la matiére inorganique de la substance vivante, dépend non seulement de la nature (composition chimique) du colloide, mais aussi et davantage, de sa structure. Des milliers de structures de silicates ont été obtenus par Herrera et on ne saurait dire qu'elles soient Peffet d'un pur hasard ou du chimiotactisme qu'invoqueraient bien vite les plumes agiles de la critique; de l'étude des formes a celle de la fone- tion, il ny a qu'un pas et—laissant plus volontiers de cóté l'aspect sé- duisant des figures plasmogénétiques obtenues—nous envisageons la fonction, en essayant de la réaliser expérimentalement. Dans notre hypothese, les silicates colloidaux nous paraissent sus- ceptibles de former une base structurale de l'appareil osmotique, qui a de grandes analogies avec un appareil protoplasmique et qui peut imi- ter les propriétés physiques et biotiques du protoplasma ( formation de noyauzx, nucléoles, dec.) «Dés que les cellules inorganiques deviennent colloidales, éerit Be- nedikt (Les origines des formes el de la vie. Revue Scientifique. 5me. sér., t. 11, n. 14) se trouvent créées toutes les conditions d' espace, d'¿ner- gie, de substance, pour entrer en réaction avec le milieu ambiant. Plus n'est besoin d'une mise en mouvement.» (está ce mode d'énergie pro- pre á la cellule inorganique que nous avons consacré le nom de syn- these osmoplasmique. La «contrainte» á la fonction est le résultat immé- diat de la réalisation d'un milieu favorable et c'est lá Porigine delavie. Memorias. T. XX V. 1906-1907.—4 26 - L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE Dans un ordre de faits assez analogue, procédant de P'idée de milieu matériel (constitué par eau, divers sels el gaz, air plus ou moins pur, ou plus ou moins raréfié, en présence de vibrations, £c.) ne savons-nous pas quels résultats intéressants ont été obtenus par Quinton, Johnson et Holl, Schamkevitch, Giard et Boas, Houssay, Pictet, £c. La «physio- génese» de Le Dantec (ou moléculaire action de Cope) améne une mo- dification chimique de la masse totale de Pétre vivant, la kinétogénese (ou molar action) agit sur une partie seulement plus ou moins Actora de sete de l'organisme. L'étude de ces analogies ou conformités n'est qu'á son aurore enco- re, pleine de promesses, mais des biologistes autorisés n'hésitent pas á croire á la continuité des cellules organiques et inorganiques. Nous pouvons alors définir le protoplasma comme un polygel (poly- hydrogel ou hydrosol) dá a la coagulation d'un monohydrosol inorgant- que (silicique?) s'imprégnant pas absorption de divers corps élaborés ou non. L'idée d'un polygel organique biogénétique serait incompréhen- sible. ) L'imprécision relative des résultats obtenus tient á la dificulté de la - technique dans l'emploi des silicates colloides. Nous ne pouvons la ré- sumer ici, préférant y consacrer un nouvel article, en énumérant les nombreuses figures obtenues et dont nous avons toutes les micropho- tographies, dont le Dr. Félix vient d'extraire un album trés instructif, aptés avoir fait lui-méme une série de conférences et d'articles sur la question. C'est cette technique qui, malgré les progrés accomplis, devra étre perfectionnée encore, méritant peut-ótre la création d'un Institut: de Plasmogénie dont la tendance etla haute portée philosophique vaut bien d'étre prise en considération. De récentes critiques ont voulu dire que les plasmologistes se gri- sent, au cours de leurs travaux, de séduisantes analogies. La science nouvelle qui est la Plasmogénie nous permettrait seulement de nous rendre compte du mécanisme qui régit certaines formes, aspects ou constitutions des étres. Ainsi comprise elle ne serait “qu'une physio- logie génétique de P'anatomie la plus élémentaire.” Mais d'autre part, on nous accorde que, parmi les formes obtenues, dl se peut qu'il yen at ET LA PLASMOGÉNIE, : 2 dont les facteurs soient les mémes que pour les formes vivantes analo- gues; ce timide aveu nous permet d'espérer l'élargissement de nos vues sur le sujet. On raisonne avec des faits et non avec des arguments qu'il serait puéril de reproduire ici. : En attendant la fameuse synthése des albuminoides, il ne faut pas -nier Jes résultats positifs obtenus par Herrera et mis en relief par des esprits qui n'ont pas craint de révéler ce qu'ils croient étre aussi un acheminement á la vérité: le Dr. Dubois donue á Lyon et á Paris des conférences ot la Plasmogénie a sa place marquée; le Dr. Bordas, le Dr. Félix (Bruxelles) et autres professeurs estimés convient leurs élé- ves á discuter la théorie nouvelle que nous présentons de bonue foi aux lecteurs des “Mémoires de la Société Alzate.” La biologie contemporaine ne tend-elle pas á poser le postulat que les phénoménes vitaux se raménent, en derniére analyse, aux phéno- ménes physico-chimiques? Nos recherches n'ont pas. d'autre but que d'amener á prouver qne la vie est le résultat de ces phénoménes, pre- nant pour base un appareil structural osmotique dont les silicates et la silice colloide fournissent actuellement l'idée la plus vraisemblable. Jusqu'ici on a accepté comme un dogme immuable, le róle indispen- sable attribué aux albuminoides..... qui Vailleurs sont tres imparfaite- ment connus. Cette conception ne résiste pas al'examen, pas plus que P'hypothése des aldéhydes de Loew et Bokorny, des biogénes de Ver- worn, de la “molécule géante” de Pflúger (imprudemment acceptée par Haeckel dans son ouvrage “The Wonders of Lafe”), de la molécule protoplasmique de l'Ecole frangaise moderne—autant de théories ingé- - nieuses sans doute, mais tout á fait insuffisantes A vouloir expliquer la vie d'une maniére générale, á la fois statique et surtout cinémati- que et dynamique. | : “De la structure des peptones, écrit Fischer, on ne peut rien dire “ actuellement avec certitude, et pratiquement rien de celle de Pal- ““bumine, car les plus fructueuses investigations la concernant d'apres “des méthodes entiérement nouvelles, n'ont rien découvert. Supposez qu'un protéide vrai puisse étre immédiatement synthétisé, en quel- '“ que sorte d'une facon simple et brutale-—-comme l'échauffement ” 28 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE “Fun amino acide en présence Yun agent deshydratant, que gagne- ““ rait-on? La réponse est pratiquement rien pour la biologie et pres- ““ que rien aussi pour la chimie.” (J. Bishop Tingle, Johns Hopkins University, Science. N. S. Vol. XXUIL, n. 593, p. 754. Laissant de cóté le dogme inexplicable des albuminoides dont il faudrait avant tout fixer Porigine, la Plasinogénie teud á lui substituer lintervention des forces catalytico-osmotiques dans un milieu colloi- dal déterminé. Les arguments suivants plaident en faveur de la eyto- génése minérale pour laquelle nous devons noter la priorité en date de Herrera et ses collaborateurs; les différents critéres donnés de l'étre vivant sont applicables aux cellules artificielles de pectoides inorga- niques. Les cellules artificielles possédent le double courant d'endosmose et d'exosmose, que l'on considere comme caractéristique du mouvement de nutrition cellulaire; ce travail est régi probablement suivant la loi osmotique de Van't' Hoff (1885) et la loi de Leduc, ce dernier auteur faisant intervenir, d'aprés les recherches de W. Pauli, la théorie de la dissociation électrolytique de S. Arrhénius; les cellules artificielles sont sensibles á toutes les actions extérieures et réagissent par un polymorphisme trés marqué; dans les tissus de cellules artificielles des- séchées, les phénoménes d'osmose, de diffusion et dissociation s'arré- tent, pour reprendre dés qu'on rend a la préparation l'humidité néces- saire; les formes plasmogénétiques sont comparables a celles des végétaux et des animaux inférieurs ou aux cellules constituant les di- vers éléments anatomiques. On y trouve tous les genres de structures vacuolaires, lamellaires, striées que l'on rencontre chez les étres vi- vants et que P'on attribue aux différents protoplasmes; les cellules ar- tificielles peuvent croítre par intussusception, bourgeonnement, «ec. L'eau est Parchitecte des organismes et ceux-ci sont les formes ca- davériques des solutions (Herrera). Les tissus des étres vivants sont formés par la solidification de solutions de colloides et de cristalloi- des. “La cosmologie nous apprend que les mondes subissent une évo- ' Iution progressive de l'état gazeux a l'état solide, en passant par “VPétat liquide; la diffusion et les actions moléculaires doivent done IA ñ ET LA PLASMOGÉNIE. 29 ““jouer un róle prépondérant dans la formation et Pévolution des mon- ““ des.” (Leduc.) Entre les cristaux susceptibles de s'aceroítre et produire des formes particuliéres (Benedikt, Von Sehroen, Gariel, R. Dubois, Burke) el ” constitue le les étres vivants, la cellule artificielle “plasmogénétique, chainon qui rétablit Vunité harmonique de la nature. Parmi les pectoides naturels inorganiques, une étude tres suivie a été faite par Herrera des silicates, des phosphates et des carbonates. Les carbonates (corpuscules de Harting) ont présenté jusqu'ici une structure non seulement pectoide, mais aussi une structure cellulaive parfaitement nette, et ¡ls donnent des figures que Henneguy, Harting, Laveran, «ec., ont considérées comme presque équivalentes aux figures naturelles. Si remarquables que soient ces reproductions il est á crain- dre qu'elles procédent des réactifs employés et renfermant des traces de matiére organique, albuminoide ou grasse (A. L. Herrera. La Re- naissance du probleme de la génération spontanée. Rev. Seientifique. T. V,n.7, p. 208.) Herrera incline á croire, sans l'assurer, que ces globoides sont dús á la coagulation de la silice colloide des graisses et albumines par le carbonate de chaux. En effet, Phuile, lPacide oléi- que—dans des recherches á peine initiées—ont produit des cendres si- liciques, par incinération ménagée dans des capsules métalliques ou dans des verres de montre. Les graisses seraient des composés silico- organiques, de méme que les albumines naturelles seraient des com- posés azotés silico-organiques (7 p. 100 de silice). ' Les phosphates donnent plutót des précipités gélatineux. Par con- tre, les silicates donnent une richesse inouie de figures organoides et de précipités poreux qui leissent quelque espoir d'une évolution pos- sible. En ce qui concerne les radiobes de J. Butler Burke (1905) ils pa- raissent étre des cristaux de carbonates accidentels, de Baryum ou de Calcium, se gonflant dans les liquides et milieux organiques riches en 1 Herrera a méme proposé 1hypothése que le carbone et le silicium-—étant donnée leur analogie chimique, comparable á celle de l'hydrogéene et du chlore-- peuvent se substituer dans les flocons vivants. A A E e t ee z : í] Sr A Aa AS Es 30 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE _—Ñ _=— e z = A: AA silice (R. Dubois. Cultures minérales sur bouillons gélatineuz. Lyon. > 1904). Peut-étre il y a aussi des cristaux radiféres. Les éobes ou spores minérales du Prof. KR. Dubois, nom auquel il a substitué récemment ce- lui de “microbivides,”” semblent étre aussi de matiére silico-graisseu- se; la preuve en est la croix observée avec la lumiére polarisée, chose que Pon: reltrouve dans les cristaux plastiques d'oléate d'amoniaque- (Vorlánder) et non dans les cellules (Herrera). Nous devons borner lá ce simple apergu de la Plasmogénie envisa- gée depuis son origine jusqu'á nos jours. 1 pourra montrer peut-étre la portée d'une science encore récente et qui ne demande qu'á progres- ser. Il vérifiera enfin celte réflexion d'un critique de la théorie de Nor- man Lockyer: : “La chimie de toutes les parties de l'espace est la méme. Le mon-: de matériel est constitué par la méme matiére soumise aux mémes lois. Nous avons le droit de raisonner sur 1'Univers entier; nous pou- vons entrevoir que lPévolution de la vie á la surface de notre planéte n'est qu'un sorte d'appendice, de prolongement de l'évolution inorga- nique; conception grandiose dans sa multiplicité, car elle donne la vie - compléte aux mondes qui brillent au-dessus de nos tétes.” Et nous ajouterons aussi avec M. G. Bohn: “Pouvons-nous élre súrs - que sur la planéte Mars, par exemple, il n'y a pas de formes vivantes ressemblant aux nótres, faites de la méme facon? qu'y aurait-il d'é- tonnant qu'avec la méme matiére cosmique et en présence des mémes: facteurs chimiques et physiques il se soit créée en divers points de la surface de la terre et de la surface de Mars une matiére vivante iden- tique á elle-méme et capable de s'organiser de la méme fagon?” (E. . Bohn. Variation et Evolution. in Rev. des Idées. T. IL, n. 8, p. 531).- Norr.—Selon Herrera les microbioides plus petits de Dubois sont de vulgaires monadiens ou micrococcas, des bouillons gélatineux in- complétement stérilisés ou contaminés par des sels inorganiques ajou- ES ET LA PLASMOGÉNIE. 31 E Y ZAS E £ E = E o tés, la poussitre, etc. Carpenter, des 1881 (“The Microscope” p. 503) avail signalé: les travaux de Dallinger et Drysdale (1874) sur les mo- nadiens résistant á 150%C., excessivement petits, et pouvant étre con- -—sidérés, par une observation superficielle, comme des générations spon- tantes. Herrera a vu ces microorganismes se mouvant et poussant les corpuscules de Harting dans lés bouillons anciens. A e Aga a dy Mila no PERS a LN qe pa 0 e O E 1 da PESE M ia a Mataióo) ey uti Cy poetas Eu CE RA Pe cookinad Sid Y A 3 / CIAT 4 y e A Vas ps á 7 A A a % o A ni 6 > Ay h Y 4 ¡ í ó pu / Le 5 + E A IS A st e Y k Eolo? DRAE > ” + . A y Í É A A ' . Y AE 's 7 mi? . AE b » P: ns O A! E Ñ 4 - k IRALA ed ss UA , A A » A % Sra MN X 4 s ' S l : í , » dE ; y 1 PS Y ' Pg t le:% X y » AE STA z MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ESTUDIOS SOBRE EL PENDULO, Por el Ing. Pedro C. Sánchez, M. $. A. Según C. S. Peirce, quien primero notó la influencia de la flexión del soporte de un péndulo sobre la duración de su oscilación, fué el Dr. Thomas Young, en un artículo sobre “Las mareas” publicado en la Enciclopedia Británica, habiendo dado un correcto análisis mate- mático del problema. Kater se valió del péndulo de Hardy ó péndulo testigo para asegurarse de la estabilidad del soporte del péndulo re- versible. Grandes dudas había sobre este asunto en esa época, pues el Dr. A. Hirsch se expresaba así: “Que el trípode que sirve de suspensión á un péndulo, oscile con él, me parece un hecho infundado, á menos que no sea demostrado experimentalmente.” El Dr. T. von Oppolzer par- ticipaba de la opinión del Dr. Hirsch. Nada había hecho sospechar á los experimentadores tal influencia, á pesar de haberse vulgarizado mucho los trabajos de esta clase; pues por el contrario, la vulgarización coincidió con el abandono completo de los escritos de los antiguos autores que de tal asunto se habían ocu- pado, siendo la tendencia general la de considerar á priori el soporte suficientemente estable. Por fortuna la discordancia de los trabajos hechos en Berlin por el ilustre Bessel y por el Dr. Albrecht llamaron la atención, y como era natural se procuró averiguar la causa de la discordancia, tanto más, cuanto que era de importancia. En 25 de Septiembre de 1875, Peirce, Ingeniero del Coast Survey, comunicó al Congreso Geodésico sus experiencias hechas en Génova, Memorias. T. XX V, 1906-1907.—5 31 ESTUDIOS y que ponlan en evidencia que la causa de la discordancia entre los resultados de Bessel y Albrecht era la no estabilidad del soporte. En un escrito dirigido á Plantamour para ser presentado al Con- greso Geodésico, Peirce hace un estudio matemático del problema y relata sus experienclas, que ponen fuera de duda la cuestión. Posterior á este trabajo, Hirsch y Plantamour se ocuparon de esta cuestión en un trabajo intitulado “Estudio experimental sobre el mo- vimiento simultáneo de un péndulo y su soporte;”” pero sus resultados difieren un poco de los obtenidos por Peirce. En el “Report” de 1881, publica Peirce su trabajo presentado al Congreso Geodésico, y hace la crítica del trabajo de Hirsch y Plantamour, explicando la cau- sa de su discordancia. En su notable trabajo, Peirce llega á las conclusiones siguientes: 1% La flexión del soporte de un péndulo tiene un efecto importante sobre el tiempo de oscilación, y debe ser medida. 2" Tal flexión hace girar la cuchilla de suspensión del péndulo al- rededor de un eje, que dista algunas veces hasta 060, siendo esta la causa de por qué la medida de la flexión es errónea si no es hecha en el medio de la cuchilla, pudiendo evidentemente ser medida en cual- quier punto, con tal que sea reducida al punto medio. 3” En un soporte bien construído, la diferencia entre la flexión es- tática y la dinámica no debe ser sensible. La flexión dinámica es poco menor que la estática, por el tiempo que tarda en transmitirse el esfuer- zo. La verdadera corrección es intermedia entre la calculada para la flexión estática y la dinámica, pero permanece más cerca de esta última. 4" Un soporte como el trípode de Repsuld se vuelve más flexible con el tiempo, siendo probablemente la causa de esto el desgaste. 5% Cualquiera substancia, como cemento ú otra cubierta elástica puesta en los pies del soporte, aumenta fuertemente la flexión, y hace marcada la diferencia entre las dos clases de flexión. 6% Si la flexión es considerable, varía sensiblemente día á día, y aun durante el curso de la experimentación. 7% La extensión de las partes puede ó no aumentar grandemente la flexión. 1 SOBRE EL PENDULO. 35 8" La carga del soporte no tiene efecto sensible. 9% Experiencias hechas con pesos y poleas dan para la flexión va- lores mayores que los obtenidos por la oscilación del péndulo, De varias maneras puede medirse el efecto de la flexión del soporte sobre el período de oscilación del péndulo; pero, sin duda, uno de los más simples es el ideado por Borrass, sugerido quizá por el uso del péndulo de Hardy ya empleado para averiguar la estabilidad del so- porte. Consiste este método en colocar dos péndulos sensiblemente igua- les en tamaño y en peso sobre el mismo soporte, de manera que al oscilar lo hagan en planos paralelos; se dejan los dos péndulos ente- ramente libres, se da un movimiento á uno de ellos, procurando que sea de grande amplitud, y se observa la desviación de ambos en el aparato de coincidencias 10 ó 15 minutos después de haber dado el im- pulso á uno de los péndulos, tiempo ya bastante para que el péndulo que se dejó inmóvil, se haya puesto en movimiento por la acción del primero: el tiempo trascurrido y los arcos medidos son los datos sufi- cientes, como vamos á verlo, para encontrar la corrección del período de oscilación debido á la flexión del soporte. En el trabajo analítico de Peirce, antes citado, demuestra que el efecto de la flexión equivale á aumentar virtualmente la longitud del péndulo, una cantidad dada por la expresión h MS 7, l siendo la longitud del péndulo, M su masa, h la distancia del centro de gravedad de la masa á la cuchilla y S la constante del balance, 6 sea la magnitud del desvío ocasionado por un esfuerzo equivalente á la unidad de peso. Este resultado, evidentemente muy notable, demostrado por la pri- mera vez por Peirce, y consideraciones muy sencillas de la teoría ge- neral del péndulo, me sirvieron para investigar la fórmula de correc- ción, que en el método de Borrass, nos da la influencia de la flexión ' TA 36 ESTUDIOS ' del soporte sobre el período de oscilación del péndulo, como paso á ') demostrarlo. O bes un péndulo que oscila de M á4 M'; la fuerza motriz es la pe- santez, á cuya acción se opone la resistencia del aire. En un punto a cualquiera de su curso, la pesantez obra según a c, siendo la compo- nente a d la que produce el movimiento; por consiguiente, según un teorema de mecánica bien conocido, tenemos ñ dy ma sen +0 M—=. = Ss 3 at 9 m, siendo la masa; g, la intensidad de la pesantez; v, la velocidad, y t, el tiempo. Si l es la longitud del péndulo, Ma= s, aM=s=3 1 (a — 0), luego d?0 —.% — =i 0. a 29 35 SOBRE EL PENDULO. 73 Llamando R la resistencia del aire, y atendiendo que para peque- ñas velocidades, puede ponerse o E O a tendremos d%0 Ar ó sea sustituyendo y reduciendo ade in + 70=0; mas debiendo llevar en cuenta la vibración del soporte, debemos au- mentar la longitud lá la cantidad y si para comodidad del cálculo hacemos == tendremos, finalmente, qe Fla tri Sacando 0 simbólicamente, como factor común, d d Y 1 : e A a act luego la ecuación característica será + 2ax+ Ha=0 que resuelta da 38 ESTUDIOS siendo, por consiguiente, la integral de la ecuación anterior: =0 “(A sen [La ¿14 B eos af Li -——a .t). Para t= 0, 0=0,, luego B= a,; sustituyendo y diferenciando ten- dremos: do el gus - at JA NARE PIN, 2 RUE +e AE E E can ER 2 0 A E z 0) pero para / do == o 0, luego A=-— 2 — OE , con lo que Y 0 e IGN sen y Il a.t dt o A I+4A +A luego : E LIS CALA. En O TUNES si llamamos, pues, s el tiempo de una oscilación A is: SOBRE EL PÉNDULO. 39 grralnen sb de ME k a teniendo las ecuaciones siguientes: 0= Ao (e sen - e =+ Cos 5) esa (1) T 8 dó Le als ret e (1+ 5) sen £ alo (2) e E (+20) se 5 (1 +) cos E dd (8) Para obtener la ecuación diferencial del segundo péndulo que osci- la en un plano paralelo al primero, basta observar que el movimiento del primer péndulo pone en movimiento al segundo, y que siendo 4 el aumento virtual de su longitud, la componente de la pesantez se en- cuentra incrementada en la cantidad d 0 dt A por consiguiente, siendo /' la longitud de este segundo péndulo, la ecua- ción diferencial del movimiento será, llamando q su elongación al tiempo t CEE El RUE Na dt aceptando la misma constante para la resistencia del aire, pues es cla- ro que son iguales ó muy poco diferentes, dadas las condiciones de ex- perimentación. Integrando esta ecuación como la anterior, tendremos p=.e""" (A sen ye .t+ B' cos yy, — a .t+ MA 2 GORRO + Csen a [L, 2.84 D cos aL, at) 40 ESTUDIOS Si llamamos s' su tiempo de oscilación, tendremos 9 e DE l e: gn luego g=e > (7 sen El + B Ey een 4D eos 7 ES) Determinando las constantes como anteriormente, se tiene p=0e(—0l sen 7 —D eN 4 2 sen Y + | 8 $ El tiempo de oscilación del primer péndulo está dado por la ecua- ción SOBRE EL PÉNDULO. 41 Si llamamos S el tiempo de oscilación del péndulo suponiendo fijo el soporte, tendremos: luego restando ES 2 (s—S)s= + Da (14 52), T de donde haciendo ¿—S= >, alteración del tiempo de oscilación de- bido á la flexión del soporte ¿ ZO a 7 aia 208 (1 5) => (1+ +=): E pero sensiblememente s = 7 y , luego a (7) g E (ice) El segundo péndulo nos da 2 ed, yg” gr l NS 1 a? E ) q luego mi q 3 FP 2 (3 pa (3) Atendiendo á la (3) tendremos ll at Yi == y a lo 5 42 ESTUDIOS luego, sustituyendo 7 AS : ed ñ t Tar arm E dr E eos E) (8) S Si sustitulmos estos valores en la ecuación diferencial del segundo péndulo, obtendremos para € y D los valores as A 2034 EA SN - 8" — ¿8 | 8 —eé —2as A —p-at - o ES ant, 2084 rt E Ñ 7 A A sen di ”2 - rre sl 8 —8 8 8 s —8 8 2as E al o ni 268903 rt E 72 2 an a » Ml 38 —s8 8 8 Ss SA ó reduciendo 2o0sga as mt El. . 8 mt at p= == — e | —— sen + + Cos + — sen — — Cos — 8 —g T 8 $ T Haciendo , as as == Y y y 5 = tg», y atendiendo á que Y y » difieren muy poco AO Sl 2 E A p= 2 e poe even (e 7 8)t sen (E +arco tg “5; g? —g A 2 , S xr 7 ISS y como 0 puede ponerse 2 ¿2 an at MM ed 5) 0=a0, € Qi ni sen (5 + arco tg ; SOBRE EL PENDULO. 43 luego Tacubaya, Octubre de 1906, + MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. SUR LE CLIMAT DE L'ÉPOQUE JURASSIQUE Par le Dr. Carlos Burckhardt, M.S. A. Pendant la Session du Xe Congrés Géologique International, on a discuté les conditions du climat aux époques géologiques. J'ai profité de cette occasion pour exposer en quelques mots les conclusions sur le climat de l'époque jurassique, auxquelles je suis arrivé par suite de mes études sur les faunes jurassiques du Mexique et de 1'Amérique du Sud. Qu'il me soit permis de reproduire ici cette communication un peu augmentée, tout en renvoyant le lecteur au Compte—rendu de la Xe Session du Congrés Géologique International. Neumayr dans son travail célébre sur les zones de climat des temps jurassiques, ' avait cru pouvoir établir existence de zones de climat pendant cette période. Il se basait, comme on sait, sur la répartition des fossiles jurassiques surtout des Ammonites; car il croyait pouvoir «constater que certaines formes étaient limitées aux régions septentrio- «nales, d'autres aux régions tempérées et d'autres enfin aux régions mé- ridionales. Il distinguait ainsi trois provinces marines jurassiques, qui devaient selon lui leur origine á des différences du climat: une boréa- “le, dont le type était le Jura russe, une tempérée, dont le type était le “Jura centraleuropéen, et qui devait se répéter sur 1'hémisphére sud; enfin une équatoriale, dont le type était le Jura alpin et méditerranéen. Par suite du travail de Neumayr, on s'est accoutumé d'admettre Pexistence de zones de climat pour 1'époque Jurassique, surtout pour 1 Neumayr M. Ueber klimatische Zonen wáhrend der Jura und Kreidezeit. Denkschriften der math. naturw. Classe der K. K. Akademie der Wissenschaf- ten. Wien 1883. Bd, XLVII. 46 BUR LE CLIMAT le Jurassique supérieur, et il n'y a que peu d'auteurs (Vikitin, Ort- mann, Behrendsen, J. Q. Smith et d'autres), qui ont soulevé des doutes á propos des conclusions de ce savant. Ainsi, nous lisons encore tout récemment dans l'introduction de la “Lathaea mesozoica,” écrite par Frech, la phrase suivante: “In klimatischer Hinsicht ist gleichfórmige Wárme zur Zeit der Trias und eines lángern Abschnittes des Jura si- cher erweisbar, wáhrend die Ausbildung klimatischer Zonen in der obern Jura und der Kreide—periode gesichert erscheint.” Des idées semblables se trouvent encore aujourd'hui dans beaucoup de Traités de Géologie. ? Par lPétude der faunes jurassiques de la Cordillére sud-américaine et du Mexique, je suis arrivé á des résultats, qui sont en pleine con- tradiction avec les idées de Neumayr. Selon ce savant, le Mexique appartenait aux temps suprajurassiques á la zone équatoriale et les faunes jurassiques mexicaines doivent présenter un caractére méditer- ranéen, tandis que la région argentino—chilienne faissait partie de la zone tempérée australe et doit, selon Neumayr offrir des faunes de ca- ractére centraleuropéen. Cependant plusieurs auteurs, notamment Moricke, Behrendsen, Steuer et Pauteur de ces lignes, ont démontré, que des formes central- européennes se trouvent dans les couches jurassiques de la Cordillé- re sud-américaine associées á d'autres tres voisines d'espéces médi- terranéennes.? J'ai eu le plaisir d'y recueillir en outre des espéces 1 Frech F. Lethaea geognostica, 2 Theil Mesozoicunm, 1, p. [, 1905, 2 Voir par exemple Credner. Elemente d. Geologie, 9 Aufl. 1902, p. 609; Kayser. Formationskunde, 2 Aufl. 1902, p, 338, de Lapparent. Traité 5e ed. 1906, p. 1193-1194. Les deux premiers auteurs présentent la théorie de Neumayr sous certaines ré- serves, 3 Je me permet d'attirer de nouveau (voir Burckhardt, Beitráge 1, e. p. 120) V'at- tention sur le fait, qu'il serait faux d'admettre avec plusieurs auteurs, que les fossiles jurassiques de la Cordillére argéntine présentent un caractére méditer- ranéen tandis que ceux du Chili se rapprochent de formes centraleuropéennes. On trouve des fossiles centraleuropéens et méditerranéens tout aussi bien au Chili qu'en Argentine mais ils y sont répartis inégalement suivant les niveauzx les fossiles de caractére méditerranéen abondant surtout dans le Jurassique supé- rieur, qui est—au moins selon nos connaissances actuelles— bien développé et fos- silifóre surtout en Argentine (comp. Credner, Elemente l. c. p. 610, 618; Koken: Vor- welt und ihre Entwieklungsgeschichte 1893. p. 329, 330). DE L'EPOQUE JURASSIQUE. 47 voisines de formes de la “zone boréale” de Neumayr, surtout des Vir- gatites et aussi quelques Hoplites. Nous observons donc dans les cou- ches suprajurassiques de la Cordillére un mélange d'éléments trés différents: des représentants de toutes les zones de climat, supposées par Neumayr, y son présents. * : Par Pétude de la faune suprajurassique du Mexique je suis arrivé récemment aux mémes conclusions.?* Aux environs de Mazapil s'ob- servent des couches suprajurassiques, qui contiennent un mélange d'éléments faunistiques trés variés, car entre les fossiles s'y observent des formes méditerranéennes á cóté de formes russes et centraleuro- péennes et associées á des formes asiatiques (Spiti) et andines. Je ne citerai ici, qu'un seul exemple: le mélange d'éléments différents dans le bane calcaire peu puissant environ 1 métre á Haploceras Fialar (Kimeridgien Supérieur). A cóté de fossiles á affinités méditerranéen- nes, comme Phylloceras aff. consanguineum Gemm. nous y constatons des formes centraleuropéenes telles que Haploceras Fialar Oppel, Oppelia aff. Strombecki Oppel et enfin le Craspedites mazapilensis, qui est trés voisin du Craspedites okensis de l'étage Volgien supérieur de la Russie. Un pareil mélange d'éléments n'est certes pas en faveur de 1'hypo- these de Veumayr; au contraire, puisque beaucoup d'espéces jurassi- ques américaines sont trés voisines, méme quelquefois identiques avec celles de régions si éloignées et si différentes, il faut admettre que les migrations des animaux marines suprajurassiques aient pu avoir lieu dans toutes les directions et a travers des latitudes tres distinctes. Or, pour que de pareilles migrations aient pu s'effectuer, il fallait bien que le climat fút á peu pres uniforme sur toute la surface du globe. On pourrait peut-étre faire l'objection que ces considérations se ba- sent en grande partie sur la répartition des Ammonites, animaux éteints, dont les conditions de vie ne nous sont pas connues. Une pa- 1 Burckharat C, Beitráge zur Kenntniss der Jura und Kreideformation der Cor- dillere. Palaeontographica L., 1903. 2 Burckhard C. La Faune jurassique de Mazapil. Boletín del Instituto Geoló- gico de México, Núm, 23. México, 1906, (1907). 48 SUR LE CLIMAT Esporocarpios racimosos: 1.—Salvinia, Micheli (Dedicado al Profesor italiano Antonio Salvi- ni). Salv-salvinia (C. H.). Plantas flotantes y ramosas, con frondas celulares, enteras, sesiles é imbricadas en la parte superior. Una de estas frondas suele descomponerse en numerosos filamentos que pare- cen raíces, y entre ellos, insertos sobre ramitas sin hojas en la parte más baja de los tallos, se encuentran de 4 á 8 esporocarpios globulo- sos, irregularmente dehiscentes, uni-loculares y de dos especies: unos masculinos, con microsporangios numerosos, esféricos, diminutos, pe- dicelados, fijos sobre un receptáculo central y llenos de microsporas, otros femeninos con macrosporangios cortamente pedicelados y tam- bién fijos en un receptáculo central, con una sola macrospora en cada uno (Figura ID). 74 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES S. auriculata, Aubl., de Tampico, es la única especie que se ha en- contrado en México hasta hoy. *>k Esporocarpios geminados: Figura II. 1. Salvinia natans. , Corte transversal de un esporocarpio para mostrar sus costillas tubulosas. 3. Corte longitudinal de dos esporocarpios, uno masculino a con sus micros- porangios, el otro femenino b con sus macrosporangios y columnilla. (5) 2.—Azolla, Lám. (Nombre de origen para nosotros desconocido. También se llama Carpanthus, Rafin, y Rhizosperma, Mey.) Salv- azolla (CU. H.). Son plantas flotantes y ramosas, con frondas celulares, muy pequeñas, bifidas é imbricadas. De la superficie más baja del ta- llc en la base de las frondas nacen las ramitas que llevan los esporo- carpios geminados, uni-loculares y de dos especies: uno masculino, con microsporangios ovalado—oblongos, dehiscentes en el sentido trans- versal, ocupados por varias microsporas anguloso-redondeadas, fijas so- bre una columna erguida y central; el otro femenino, irregularmente DE MÉXICO. 75 dehiscente, con macrosporangios esféricos y pedicelados, que encierran macrosporas globulosas y peludas. En México hay 2 especies: A. Caroliniana, Willd.—Toluca, Orizaba, México. A. Mexicana, Schl.—Sin localidad especificada. FAMILIA 166%—-ISOETÁCEAS. Se compone esta familia de un solo género, fsoetes, representado en México con tres especies. Son plantas graminiformes, acuático-sumer- gidas, de rizoma sumamente grueso y corto, tubuloso y suculento, de cuya parte inferior y asurcada, se desprenden gruesas raíces dicotómi- cas, y de la superior, largas y numerosas hojas radicales. Son éstas li- neales ó alesnadas en la parte superior, ensanchadas por la base en una vaina semi-abrazadora, convexa al exterior y algo cóncava por dentro. Esta superficie interna está provista de una cavidad oblonga, cuyos bordes están generalmente ensanchados en una membrana que puede cubrir enteramente la cavidad, pero que con más frecuencia es rudimentaria ó incompleta. Encima de esta cavidad se encuentra una lengúeta corta y cordiforme, dirigida hacia la extremidad libre de la hoja ó fronda. En el interior de dicha cavidad se alojan los órganos reproductores, separados entre sí por delicados filamentos que van de adelante hacia atrás. Dichos órganos son uni-loculares y de dos espe- cies: macrosporangios en las hojas externas, cada uno de los cuales contiene de 40 á 200 macrosporas, divididas por una arista circular en dos hemisferios, uno regular y el otro alargado y provisto de tres cos- tillas por las cuales se efectúa la dehiscencia; microsporangios en las hojas internas, con más de 1.000,000 de microsporas en cada uno, al principio blancas y más tarde obscuras, oblongas, convexas por un la- do y surcadas por el otro. Al germinar la microspora se divide en dos células desiguales: la más pequeña, estéril, constituye el protalo mas- culino, mientras que la más grande se convierte en anteridio, en el cual se hallan los anterozoides espiralados, con un pincel de cilios en cada extremo. Como ya se dijo, la macrospora es globuloso—tetraédri- Memorias. T. XXV, 1906-1907.—8 76 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES ca; algunas semanas después de puesta en libertad, se forma en ella por germinación, un tejido que es el protalo femenino: la exospora ó mem- brana superficial se abre entonces en estrella por sus tres costillas; más tarde la endospora es reabsorbida, y el protalo sale un poco al exterior. En este punto saliente es donde se forma el primer arquegonio, proce- dente de una célula superficial, cuyo embrión, previa fecundación, se divide en 8 partes para constituir el nuevo individuo, 2 de ellas pro- ducen el pie, 2 la primera raíz, 2 el tallo y las dos restantes la primera hoja. Se diferencia esta familia de las anteriores por la naturaleza de sus órganos reproductores, y de las Selaginelas, por sus órganos vegeta- tivos. Sus especies se hallan esparcidas por todo el mundo, pero ninguna de ellas, según parece, ha sido utilizada hasta hoy. GÉNERO ÚNICO. Isoetes, L. (Parece derivarse de isos, igual, y étos, año. Calamaria, Dill.) Zs-isoetea (C. H.) Tiene los caracteres de la familia (Figura II). I. Mexicana, Underwood.—Sin localidad especificada. I. Montezumae, A. Eaton.—Flor de María. I. Pringlei, Underwood.—Guadalajara. CLASE V?-—-SELAGINELAS. FAMILIA 167*—-SELAGINELÁCEAS. Son plantas muscoideas y terrestres, de tallo herbáceo y hojoso, á menudo trepador y dicotómicamente ramificado en el sentido lateral, de modo que todas las ramas se hallan en el mismo plano. Tienen raíces dicotómicas, cuyo eje se halla ocupado por algunos haces para- lelos, generalmente rodeados por una zona compuesta de lagunas lle- nas de aire, y hojas sencillas, verdes, por lo común liguladas y de dos especies, dispuestas en cuatro series: unas laterales, dísticas y más gran- des; otras intermediarias que parecen aplicadas al tallo y más peque- DE MÉXICO. “7 Figura III. 1. Planta entera del [soetes setacea, L. ? 2. Base interna de una hoja del 7. lacustris para ver en a el esporangio; en b la lígula; en c las cuatro lagunas del limbo, vistas en un corte trans- versal. 3. Corte longitudinal de la figura anterior. 78 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES ñas. Dichas hojas se modifican en la extremidad de las ramificaciones fructíferas, donde forman una espiga cuadrangular, y llevan en su axi- la los órganos reproductores, que son de dos especies, En la parte in- ferior de la espiga se encuentran los macrosporangios, en el resto los microsporangios: los primeros consisten en una especie de cajas obs- curamente tetrágonas, que se abren en dos valvas tri-lobadas y contie- nen 4 macrosporas muy grandes, de superficie erizada, y los segun- dos, mucho más numerosos, ovoides ó reniformes, encierran un gran número de microsporas tetraédricas. En el interior de las microsporas, cuando germinan, se forman dos células: una estéril y pequeña, cons- tituye el rudimento del protalo masculino, y la otra, mucho más gran- de y fértil, se subdivide luego en varias células para formar el anteridio, del que salen formados, al llegar á la madurez, numerosos anterozoi- des, los que consisten en una especie de filamentos cortos, algo arquea- dos, gruesos hacia atrás, y provistos en la parte anterior de dos largos cilios vibrátiles. El protalo femenino comienza ya á formarse en el in- terior de la macrospora, cuyo protoplasma se organiza en una masa parenquimatosa que sale al exterior por la ruptura de la exospora. So- bre este protalo aparecen luego los orificios de varios arquegonios, en cada uno'*de los cuales penetrará en seguida un anterozoide para de- terminar la fecundación y la formación del embrión. El desenvolvi- miento de éste en tallo, hojitas, raíz y pie, lo determinan los materiales acumulados en el interior de la macrospora. Sólo comprende el género Selaginella, del cual se conocen unas 200 especies esparcidas por todo el mundo. En México hay apenas unas 25, propias en su mayor parte de los lugares húmedos y cálidos. No tienen más aplicaciones que las de embellecer los camellones de los jardines. Esta Clase se distingue bien de la anterior por su hábito y esporan- gios en espigas terminales, mientras que de la siguiente—con la que tiene las más grandes analogías—se diferencia principalmente por sus esporangios de dos especies. DE MÉXICO. 79 GÉNERO ÚNICO. Selaginella, Beauv. (Diminutivo latino de Selago, voz derivada á su vez del griego “selageo'”” que significa “brillante.” Stachygynandrium, Diplostachyum, y Gymnogynum, Beauv.—Mirmau, Adans.—Acopo- dium, Neck.) Sel-selaginella (C. H.). Tiene los caracteres de la fami- lia (Figura IV). Figura IV. 1. Ramo fructífero de Selaginella denticulata, ? 2. Un macrosporangio con sus 4 macrosporas. 80 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Sus especies, que el lenguaje vulgar llama Doradillas, se reparten en 2 secciones: (a) Stachygynandrium, Beauv.—Hojas de uno sola clase dispuestas en varias series, (b) Diplostachyum, Beauv.—Hojas de dos clases, dispuestas en 4 > series. TIPO V?—ISOSPOREAS. CLASE VI?—LICOPODINEAS. FAMILIA 168% —LICOPODIÁCEAS. Esta familia comprende plantas terrestres, de ordinario vivaces, con raices filiformes, sencillas al principio, pero luego dicotómicas. Tienen el tallo herbáceo, hojoso y rastrero, erguido ó recostado, sencillo ó ra- moso, y en este último caso con ramificaciones que crecen en sentido indeterminado, pero producidas por dicotomía. Su eje consta de 1,46 más haces fibro-vasculares, compuestos de vasos escalariformes y an- chos, con algunas tráqueas y vasos anulares mucho más pequeños. Se encuentran reunidos en un cilindro central, rodeado de una vaina fibrosa, recubierta al exterior de una zona cortical espesa, atravesada por los haces foliares y las raices. En el Psilotum triquetrum el tallo encierra un solo haz fibro-vascular, provisto de una médula central. Las hojas son sencillas, sesiles y uni-nervadas, verdes ó rojizas, esca- mosas, muy pequeñas ó rudimentarias, y siempre desprovistas de bo- tones axilares. Los esporangios, siempre de una sola especie, se hallan situados tan pronto en la base de las hojas ordinarias, á lo largo de las ramificaciones, como en la base de las hojas ó brácteas terminales, dis- puestas en espigas; son sesiles y solitarios, uni-tri-loculares y bi-tri- valvares, y están llenos de pequeñas esporas homogéneas. Las esporas germinan produciendo un protalo tuberculoso, blanco-amariliento y subterráneo, que lleva al mismo tiempo anterídios y arquegonios. Los primeros están constituidos por cavidades ovoides. excavadas en el pro- A DE MÉXICO 81 talo y recubiertas de una capa epidérmica; encierran numerosos ante- rozoides que no han sido aún examinados. Los segundos, mediante su fecundación, dan nacimiento á nuevos individuos. Esta clase difiere de la anterior, con la que tiene estrechas afinida-. des, por la naturaleza monoica del protalo y por sus esporas de una sola especie. Algunas esporas son medicinales; de otras como del Lycopodium clavatum (Licopodio), se utilizan las esporas por sus propiedades se- cantes ó inflamables. La familia se compone de 4 géneros, pero sólo dos de ellos se en- cuentran dentro de nuestros límites. GÉNEROS REPRESENTADOS EN MÉXICO. + Esporangios uni-loculares. 1. Lycopodium, L. (Su traducción equivale á “pie de lobo.” Selago, Dill; Huperzia, Bernhardi; Didyelis, Lepidotis y Plamanthus, Beauv; Chamaeclinis, Martius.; Diphasium, Presl.) Eycolicopodia (C. 1.). Son plantas terrestres y epifíticas, de tallos hojosos, sencillos ó ramosos, erguidos ó colgantes, con hojas uniformes y dispuestas en varias series. Los esporangios ocupan á veces las axilas de las hojas superiores, y otros las de las brácteas terminales ó laterales, que forman espigas có- nicas ó cilíndricas, sesiles ó pedunculadas. Esporangios bi-valvares y reniformes, sesiles y solitarios en las axilas de las brácteas ó de las ho- jas, dehiscentes por una hendedura vertical, y llenos de esporas nume- rosas y pequeñas, tetraédrico-globulosas (Figura V). En México hay 10 especies que se reparten en 2 secciones: (a.) Selago, Dill. —Esporangios esparcidos en las axilas de las hojas: L. reflexum, Lam., Huatusco, Orizaba; L. serratum, Thunb., Oaxaca; L. dichotomun, Jacq., Jalapa; L. verticillatum, L., Orizaba, Oaxaca, México; L. linifolvum. L., Orizaba, Ja- lapa. (b.) Lepidotis, Beauv.—Esporangios reunidos en espigas en las axi- las de las brácteas: L. clavatum, L., Orizaba, Oaxaca, etc.; 82 LAS CKIPTÓGAMAS VASCULARES a ELA Ñ AGA Ñ óN WE TES ; Mis? ES F A A E yaa Figura V. -.o Lyceopodium serratum, L. Trozo aumentado de tallo para mostrar que las hojas son alternas y dis- puestas en espiral; 2. Corte horizontal del mismo; 3. Otro trozo sobre el cual se observa una rama rudimentaria; 4. Rudimento aislado de una rama: 5. Trozo de tallo con esporangios en las axilas de las hojas; 6. Esporas; 7. Las mismas aumentadas; 8. Esporangio y Espora de un Lycopodium. DE MÉXICO. 83 L. cernuum, L., Córdoba, Orizaba; L. complanatum, L, Chiapas, Oaxaca, Veracruz; L. inundatum, L., Clavelli- nas; ? L. tamifolium, Spring., Córdoba, Orizaba. *>k Esporangios tri-loculares. 2. Psilotum, Sw. (Parece que procede de una voz griega que signi- fica desnudo ó lampiño. Bernhardia y Hoffmannia, Willd.; Ipphia, No- ronha; Garsaultia y Bonehosia, Comm.; Tristeca, Beauv.). Eyco-psilota (C. 1). Las plantas de este género tienen tallos comprimidos ó angu- losos, dicotómicamente bifurcados, con hojas reducidas á diminutas escamas bracteiformes y alesnadas ó sin ellas, en las axilas de las cua- les se hallan los esporangios esparcidos. Son éstos coriáceos, sesiles y tri-valvares, con esporas ovaladas, provistas de una sola estría. En México hay 2 especies: P. complanatum, Sw.—Chihuahua, Huatusco. P. triquetrum, L.— Guadalajara, Orizaba (Figura VI.) CLASE VII*"—FILICINEAS, FAMILIA 169% — OFIOGLOSÁCEAS. Las plantas de esta familia tienen un rizoma carnoso y corto, del que proceden las frondas herbáceas ó subcarnosas, diferenciadas en fér- tiles y estériles, pero en ningún caso circinadas. Sus esporangios care- cen de anillo y están dispuestos tan pronto en una especie de espiga dística, como en una panoja compuesta de numerosas espiguillas. Las esporas que contienen son lisas y triangulares: al germinar producen un protalo subterráneo y sin clorofila, ovoide y pardusco, cubierto de pelos absorbentes, que lleva anteridios y arquegonios. La naturaleza del protalo acerca esta familia á las Licopodiáceas. mientras que la estructura del tallo, aparato radicular, etc., son carac- teres que la aproximan á otros grupos de Oriptógamas Vasculares. Po- sible es que sea uno de esos grupos colectivos que parecen el punto de partida de otros varios. 1. » E 6. IE A, ARE Psilotum triquetrum, ¡A Le 3. El mismo con un espor p ' ES 1 p Ñ el 1 ' eee A | ses | p / e. , y ] y J Figura VI. Pedazo del tallo con una hoja rudimentaria; El mismo visto por debaj gio en plena dehiscencia; angio tri-valvar; 4. Esporangio separado; 5. 0; 6. Corte horizontal del mismo; 7. Esporan- 8. Esporas al natural y aumentadas. ed ias- DE MÉXICO. 85 En México se halla representada con 2 géneros y 7 especies, las cua- les—que nosotros sepamos—no han tenido hasta hoy ninguna apli- cación. GÉNEROS MEXICANOS. ++ Esporangios en una panoja ramosa: 1. Botrichum, Sw. (De una voz griega que significa racimito. Os” munda, Bernh.; Botrypus, Michx.). Oph-botrichia (C. 1.). Sus espe- cies tienen un rizoma corto, erguido, carnoso, y frondas herbáceas ó sub—carnosas, pinadas, pinatifidas ó ternadas, con dos ramificaciones distintas, una fértil y otra estéril. La primera lleva la fructificación apa- nojada, compuesta de numerosas espiguillas que á su vez están forma- das de esporangios erguidos, sesiles, libres, bi-seriados, globulosos y co- riáceo—-carnosos, dehiscentes verticalmente en dos valvas hemisféricas. La segunda tiene venas abanicado-dicotómicas ó dicotómico-bi-furca- das, procedentes de una costilla central, y venitas libres (Figura VII): En nuestra flora hay dos especies. B. ternatum, Sw.—Huatusco, Orizaba, Sierra de Ajusco. B. Virginianum, Sw.---Oaxaca, Chiapas, Guernavaca, etc. E Esporangios en una espiga dística: 2. Ophioglessum, L. (Su traducción equivale á “lengua de serpiente.” Ophioderma, Endl.; Cheirogloss y Rhizoglossum, Presl.; Cassiopteris, Karsten). Oph-ophioglossa (C. 1.). Las especies de este género tienen un rizoma carnoso, sub-globuloso ó cortamente cilindrico-ovalado, y frondas sub-carnosas, á veces sencillas, con sus ramificaciones fértil y estéril, distintas y desemejantes; otras veces las frondas son bi-pluri- ramosas, con la ramificación fértil sencilla, y la estéril dicotómicamente partida ó palmado-lobulada, provista de venas uniformemente reticu- ladas en areolas exagonales ó redondeadas, procedentes de una costilla indistinta: las últimas areolas pueden incluir venitas libres ó carecer de ellas. Las fructificaciones forman espigas disticas, llevadas tan pron- to sobre frondas diferentes, como en la extremidad de una rama dis- tinta de la misma fronda. Se componen de esporangios horizontales, 86 Figura VII. EA A, Botriychium lunaria, Sw.; a, b, e, frondas rudimentarias; d, fronda esté- ril desarrollada ; e, fronda fértil; 1. Hojuela estéril aislada; 2, Espigui- lla con los esporangios vistos por delante; 3. La misma vista por el dorso; 4, Esporangios aislados en poras. el acto de la dehiscencia; 5. Es- DE MÉXICO. e7 elobulosos y uni-seriados á lo largo de cada margen de la fronda com- primida, con la que se sueldan; la dehiscencia de éstos se verifica por dos valvas hemisféricas é iguales. Nuestra Flora cuenta con 5 especies que pueden repartirse en dos secciones. (a.) Euophioglossum, Moore.—Espigas fértiles solitarias. (b) Cheiroalossum, Moore.—Espigas fértiles procedentes de la base marginal de la fronda estéril. O. Crotalophoroides, Walt.—Nevado de Toluca. qe nudicaule, Linn. f.—Baja California, Chihuahua, México. O. palmatum, L.—La Chinantla (Figura VIII). O. reticulatum, L.—Oaxaca, Orizaba. O. vulgatum, L.—Chihuahua, Guadalajara. (Figura VII) FAMILIA 170% —MARATIÁCEAS. Las plantas de esta familia tienen un rizoma más ó menos leñoso y erande, erguido ó recostado. De él se elevan las frondas circinadas, se- mejantes á las de los verdaderos “Helechos,” que llevan en el envés los esporangios sin anillo, agrupados en soros sin indusio, pero más ó menos involucrados. Las esporas producen por germinación un prota- lo aéreo, verde y en general cordiforme que lleva anteridios en ambas caras y arquegonios sólo en la inferior. La fecundación de estos últi- mos da lugar á la formación de nuevos individuos. Constituye la transición entre las Ofioglosáceas y las Polipodiáceas. De las primeras difiere principalmente por su protalo aéreo y frondas circinadas, y de las últimas por sus esporangios sin anillo. De esta familia figuran en la Flora mexicana 2 géneros y 4 especies que carecen de aplicaciones, á no ser que como tales se consideren las de adorno. 88 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES GÉNEROS REPRESENTADOS EN MÉXICO. o ¿4 Soros oblongos y distintos, longitudinalmente bi-valvares: 1. Marattia, Smith. (Probablemente derivado del apellido “Maratti.” Myriotheca, Comm.; Celanthera, Thouin; Discostegia, Presl.) Mar-ma- rattia (C. 1.). Plantas de rizoma grande, globuloso ó alargado, com- puesto de las bases espesas y escamiformes de las frondas. Son éstas amplias y bi-tri-pinadas, con sus venas sencillas ó bifurcadas, proce- Figura VIII. Ophiog!lossum vulgatum, L. Una espiga desprendida del O. palmatum, L. Porción dehiscente de la misma. Esporas muy aumentadas. Porción de espiga fructífera del O. vulgatum. DT DE MÉXICO. 89 dentes de una costilla central, y venitas paralelas, libres, dorsalmente soriferas en los márgenes ó cerca de ellos. Soros sesiles, involucra- dos, oblongos, duros, opacos y longitudinalmente divididos en dos valvas opuestas, constituidas por dos series opuestas de 3 á 11 esporan- gios soldados entre sí. Dichas valvas son convexas al exterior y planas por dentro, con sus esporangios respectivos dehiscentes hacia la cara interna de las valvas por una hendedura vertical. Los receptáculos so- bre que descansan los soros están situados en medio de las venitas, y son globulosos ó lineales. Cada soro se halla sentado sobre un involu- cro escarioso, franjeado y persistente elíptico-líneal ú ovalado—orbicu- lar (Figura IX). Comprende 2 especies mexicanas: M. alata, Smith.—Chiapas, Oaxaca, La Chinantla (Figura IX). M. laxa, Kunze.—Cercanías de la capital, Córdoba, etc. 2% Soros soldados sobre toda la superficie de las frondas fértiles: 2. Danaea, Smith. (Dedicado al distinguido geólogo americano J. D. Dana. Arthrodanaea, Holodanaea y Heterodanaea, Presl.) Mar- danaea (C. 1.). Plantas con rizoma leñoso, erguido ó recostado, y fron- das pinadas, en raro caso sencillas, coriáceo-carnosas, á veces con- traídas en su parte fértil y con sus pinas generalmente articuladas: tienen venas bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas paralelas, de ápices arqueadamente confluentes con el margen. Soros dorsales y lineales, situados sobre toda la longitud de las venas para- lelas, de modo que cubren casi siempre toda la superficie de las frondas fértiles. Cada soro consta de dos series lineales de esporangios carnosos, erguidos y numerosos, oblicuamente ovalados, poricidas y lateralmen- te unidos entre sí, lo mismo que por sus caras internas: están sumer- gidos en una masa confluente, carnosa, elevada y persistente, que re- presenta el invólucro, y en la madurez se abren en el ápice mediante una pequeña abertura circular. Los receptáculos sobre que descansan son delgados (Figura X). En México existen los siguientes representantes: D. alata, Sm., var. Moritziana, M.—México. ? 90 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES H Esporangios con estrías no unidas en el ápice, de modo que éste se halla ocupado por un espacio orbicular vacío; plantas herbáceas y muy pequeñas: + Fructificaciones apanojadas en apéndices especiales, contraídos en forma de pinas: 5. Schizaea, Smith. (De una voz griega que significa “hendedura.” Lophidium, Rich.; Ripidium, Bernh.; Belvisia, Mirb., y Actinostachys, Wall.) Pol=schizaea (C. 1.). Este curioso género comprende helechos de rizoma rastrero y frondas tan pronto sencillas, que cuando son fér- tiles llevan una cresta en forma de peine ó digitada, con pinas ter- minales y apiñadas, como abanicadas ó dicotómicamente partidas, con las crestas fértiles en el ápice de los segmentos, tienen las venas aba- nicado-dicótomas ó reducidas á la costilla central, y las venitas pro- longadas en los dientes apicales. Sus fructificaciones son apanojadas» con los esporangios llevados en la superficie interna de las crestas 6 apéndices fértiles y contraídos, que son digitado-pinados, ó pinados á la manera de un peine y más ó menos conniventes. Dichos esporangios son ovalados, sesiles y dispuestos en una ó dos series sobre cada lado de la costilla de los segmentos de los apéndices, con un anillo polar multi-radiado. La única especie mexicana, £. elegans, Sw. de Oaxaca, pertenece á la sección Lophidium y tiene los esporangios biseriados en una pano- ja pinada á la manera de un peine, sobre frondas abanicadas y más ó menos dicotómicas (Figura XIII). t Fructificaciones apanojadas sobre frondas distintas ó ramificaciones laterales: x Venas libres: ' 6. Anemia, Sw. (De una palabra griega “aneimon,” que significa “desnudo.” Ornithopteris, Bernh.; Anemirhiza, J. Sm.; Coptophyllum, Gardn.; Spathepteris, Presl.; Aneímia, Sw., y otros). Pol-anemia (C. DE MÉXICO. 99 A. Schizaea elegans, Sw. (% gífera; 2. Pínula aum ma vista por detrás; Figura XIII. del tamaño natural); entada de la misma, vi yi!- « y añ xy EN ADA pl PA 1. Pina terminal esporan- sta por delante; 3. La mis- 4. Esporangio; 5, Esporas de tamaño natural; 6. Las mismas aumentadas. 100 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES [.). Los helechos de este género tienen el rizoma á veces corlo y ergui- do, y otras rastrero. Es característico por las ramificaciones distintas de sus frondas que respectivamente simulan el follaje y la inflorescen- cia de una planta fanerógama. Estas frondas son pinadas ó bi-tri-pi- nadas, y tan pronto de una sola forma como dimorfas, en cuyo primer caso sus ramificaciones son siempre en número de tres, dos laterales erguidas, distintas y estipitadas, y la terminal estéril, extendida, con venas abanicadamente dicótomas, procedentes de una costilla central á veces indistinta, y venitas libres. Las ramas laterales de la fronda con- traída, raquiformes y recompuestas, llevan la fructificación apanojada en sus segmentos, que son esporangiferos unilateralmente. Esporan- glos sesiles, ovalados ó sub-globulosos, bi-seriados en los últimos seg- mentos, con un anillo polar multi-radiado. | A nuestra flora pertenecen 8 especies y 1 variedad: A. adiantifolia, Sw.—San Luis, Orizaba, Tabasco, Chispas (Figu- ra XIV). A. affinis. Bac.—Región del Norte. A. breuteliana, Presl.—Orizaba. A. hirsuta, Sw.—Oaxaca, Orizaba, Guadalajara. A. Mexicana, Klotz.-—Tampico, Monterrey, San Luis Potosí. A. oblongifolia, Sw.—Oaxaca. A. phyllitidis, Sw.—Córdoba, Jalapa, Cuernavaca. A. tomentosa, Sw.—Guadalajara, var.—fulva Hook y Bak.—El For- tín, Oaxaca. ww Venas reticuladas: 7. Anemidictyon, J. Sm. (Derivado de “aneimon,” desnudo, y “dik- tyon,” 1.). El único carácter que le distingue del género anterior consiste en red, Aneimidictyum y Phyllitides, Presl.) Pol-anemidictya (C: su venación reticulada. En éste las venas son bifurcadas y paralelas, procedentes de una costilla central, y las venitas irregularmente anas- tomosadas en areolas angostas, oblicuas y alargadas. A. Phyllitides, J. Sm., es el único representante de nuestra Flora. Se le encuentra en el Cantón de Córdoba, Ver. DE MÉXICO 101 Figura XIV. A. Anemia adiantifolia, Sw. (% del tamaño nat.). 1. Tallo subterráneo ho- rizontal; 2. Fronda estéril soldada con otras dos fértiles laterales; 3. Porción de panoja aumentada; 4. Espiguilla vista de frente; 5. La mis- ma vista por detrás; 6. Esporangio desprendido; 7. El mismo abierto; 8 y 9. Esporas en estado natural y aumentadas. 10. Anemia tomento- sa, Sw. var. fulva, H, y B. 102 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES TRIBU 5111.—TRICOMANINEAS. X Involucros tubulosos ó en forma de una urna: 8. Trichomanes, L. (Del griego “trichos” cabellos, y “máina,” ma- nía. Sus especies son velludas, Tiene hasta 23 sinónimos: Didymoglos- sum, Desv.; Bergera, Schaff.; Lecanium, Cardiomanes, Cephaloma- nes, Ragatelus, Pachychaetum, Chilodium, Crepidium, Meringium, Hemiplebium, Microgonium, Abrodictyum, Neurophyllum, Macrogle- na, Taschnesia, Leucomanes, Pleuromanes, Pseudachomanes, Amphipte- rum, Orepidomanes, Odontomanes y Homoetes, Presl.) Pol-trichomanea (C. 1.). Este hermoso y extenso género de helechos semitransparentes tiene los rizomas á veces filiformes, rastreros ó cespitosos, y las fron- das sencillas, pinadas ó recortadas, translúcido -membranosas, con me- nos frecuencia coriáceas: tienen venas sencillas, bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central Ó abanicado-ditcotómica, y venitas libres, á veces prolongadas en los dientes marginales. Soros involucra- dos, sesiles en una especie de vejigas, extrorso-marginales, sumergil- das en los márgenes de las frondas: del centro de cada una se levanta la continuación filiforme y saliente de las venas, á la manera de una columnilla libre que lleva en su base los esporangios sesiles y lenticu- lares. Involucros campanulados ó infundibuliformes, bi-labiados, ó truncados y enteros en el borde (Figura XV). Sus especies, de las cuales hay una docena dentro de nuestros lími- tes, se distribuyen en 2 secciones: (a) Eutrichomanes, Moore.—Involucros truncados. (b) Didymoglossum, Desv.— Involucros bi-labiados. XX Involucros bi-valvados: 9. Hymenophyllum, Smith. (Su traducción equivale á frondas trans- lúcido-membranosas, del griego “hymen,” membrana, y “phyllon,” hoja. Tiene hasta 11 sinónimos: Ptychomanes, Hedw.; Hymenoglossum, Sm.; Leptociontum, Sphoerodium, Myrmecostylum, Oycloglossum, Cras- pedophyllum, Ptychophyllum, Sphaerocionium, Mecodium y Dermato- phlebúum, Presl.) Pol-hymenophylla (C. 1.). Comprende helechos de DE MÉXICO. 103 (24) ; GA 0 75 c Figura XV. Trichomanes crispum, Plum.; 1. Planta entera, tamaño reducido; 2. Pínula muy aumentada; 3. Columnilla muy aumentada; 4. Esporangio de un Trichomanes. 4 104 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES rizoma rastrero, generalmente filiforme, y frondas sencillas ó diversa- mente recortadas, con sus venitas libres y venas dicotómicamente ra- mosas, sencillas y semejantes á una costilla en los últimos segmentos, ó sencillas y paralelas, procedentes de una costilla central, en las fron- das indivisas. Soros involucrados, esto es, sentados en el interior de un involucro bi-valvar, estrorso-marginal y oblongo ú orbicular: de su centro se levanta un receptáculo cilíndrico ó globuloso en el ápice, que lleva los esporangios sesiles ó subsesiles, turbinados ó lenticulares. (Figura XVI). SN “Y AN AS o SD e SS LN a V Figura XVI. 1. Hymenophyllum fucoides, Sw.; 2. Hymenophyllum Tunbridgense, Sm.; 3. Un involucro del mismo. DE MÉXICO. 105 Esparcidas por diversas regiones, de este género hay en México 17 especies. TRIBU IV.-—GLEIQUENINEAS. 10. Gleichenia, Smith. (Dedicado al botánico ¡alemán Federico Gui- llermo Gleichen; Mertensia, Willd.; Dicranopteris, Bernh.; Calymel- la, Sticherus, Hicriopteris y Gleichenastrum, Presl.) Pol-gleichenia C. I.). Helechos de rizoma rastrero y frondas rígidas, opacas, á veces pinatifidas, pero más á menudo una ó más veces dicotómicamente di- vididas: tienen los segmentos pequeños, ovalados ú orbiculares, y en ocasiones revueltos, ó más grandes y planos, oblongos ó lineales. Po- seen venas sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres. Soros redondos y sin indusio, superficiales ó sumergi- dos, compuestos de 2 4 12 esporangios sesiles, deciduos, globuloso— piriformes, á veces escondidos bajo los márgenes revueltos. Los recep- táculos pueden hallarse al principio, á la mitad ó al fin de las venitas (Figura XVII). Las 10 especies de nuestra Flora se reparten en 2 secciones: (a.) Calimella, Presl.—Soros terminales, compuestos de 2 á 4 espo- rangilos. (b.) Mertensia, Willd.—Soros al principio 6 á la mitad de las ve- nitas, compuestos de 3 á 12 esporangios. TRIBU V. — CIATEINEAS. (O) Soros desnudos ó espuriamente involucrados: 11. Alsophila, R. Br. (Traducido al español significa “amigo de las selvas.” Tiene hasta 10 sinónimos: Dicranophlebia, Mart.; Chnoopho- ra, Kaulf.; Fymnosphaera, Blume.; Haplophlebia, Mart.: Hymenoste- gía, J. Smith.; Trichostegia, J. Smith.; Trichosorus, Liebm.; Trichop- teris, Lophosoria y Dichorexia, Presl.) Pol-alsophila (C. L). Los helechos de este género tienen un estípite erguido y espeso, á veces ramificado y 4 menudo arborescente. Sus frondas son grandes, her- 106 . LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES X= NS SAL ES ENE de ANS e AAN g 8 SS 7 NAS Q— EFE AN TEE ELENA IES Figura XVII. 1. Porción de fronda de Glechenia furcata, Sw.; 2. Dos pínulas de la misma para mostrar la venación y los soros; 3. Esporangio de una Gleiche- mia; 4. Esporangio de la misma; 5. Sus esporas. báceas ó sub—coriáceas, bi-pinadas ó recompuestas, con venas senci- llas, bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central, y veni- tas libres, uni-soríferas. Soros desnudos ó espuriamente involucrados, con los receptáculos globulosos ó columnares, situados al principio de las venitas ó en su medianía. Involucro poco manifiesto ó representa- DE MÉXICO. 107 do por una escama masuda, ó por una serie de pelos unidos entre sí (Figura X VIID. Figura XVIII. 1. Pina de Alsophila phegopteroides, Hook.; 2. Una escama del raquis au- mentada; 3. Esporangio de la misma; 4. Sus esporas. Sus especies, de las que hay 5 en México, se reparten en dos sec- ciones: (a.) Chnoophora, Kaul.—Soros situados en las axilas de las venas. Memorias. T. XX V. 1906-197.—10 108 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES (b.) Gymnosphaera, Blume.—Soros situados en la medianía de las venas. - A. armata, Presl.—Monterrey, Oaxaca, Córdoba, Mirador. A. blechnoides, Hook.—Frontera Meridional (?) A. compta, Marten.—Tabasco. A. pruinata, Kaulf.—Huatusco, Orizaba, Oaxaca. A. Sehiedeana, Presl.—Veracruz, Chiapas, Córdoba. OO Soros claramente involucrados: + Inmvolucro completo, en forma de una taza: 12. Cyathea, Smith. (De una palabra griega que significa “taza” ó “copa.” —Sphaeropteris, Bernh.; Schizocaena, J. Smith.; Disphenia y Notocarpia, Presl.) Pol-cyathea (C. 1.). Los helechos de este género tienen el estípite arborescente y las frondas grandes, herbáceas, sen- cillas, pinadas, bi-pinadas ó recompuestas, con venas sencillas, bi- furcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central, y venitas li- bres. Soros involucrados, globulosos, con los receptáculos globulosos ó columnares, situados en las axilas de las venas ó en su medianía. Involucros membranáceos, en forma de taza; al principio globulosos y enteros, pero más tarde dehiscentes cerca del ápice; su copa permane- ce tan pronto entera como se abre desigualmente ó en el sentido ver- tical, por medio de 4 ó 6 divisiones casi iguales (Figura XIX). En México tiene 8 representantes, pertenecientes á las 2 secciones las siguientes: (a.) Sphaeropteris, Bernh.—Soros situados en las bifurcaciones de venas. (b.) Notocarpia; Presl.—Soros situados en la medianía de las ve- nas ó venitas. + + Involucro en forma de media taza: 13. Hemitelia, R. Br. (De una palabra griega que significa “imper- fecto,”” por alusión al involucro. Eleutheria, Kunze; Cnemidaria, He- mistegia, Microstegnus y Actinophlebia, Presl.). Pol-hemitelia, (G. L.). Sus especies son helechos de estípite arhorescente y frondas grandes, DE MÉXICO. 109 herbáceo—coriáceas, pinadas, bi-pinadas ó recompuestas, con sus ve- nas bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central: las venas ó venitas próximas al raquis de la fronda se anastomosan arqueada- mente, formando á lo largo de la costilla arcos prolongados, de cuyo Figura XIX. 1. Fragmento de Cyathea medullaris, Sw.; (t. n.); 2. Un segmento aumenta- do; 3. Soro aislado, mostrando el involucro; 4. Esporangio; 5. Espo- ras; 6. Escama del raquis. lado exterior se desprenden venitas libres. Soros involucrados, globu- losos, con los receptáculos igualmente globulosos, situados en el naci- miento de las venitas ó en su parte media. Involucro semi-calici- forme, con el lado anterior deficiente y finalmente vuelto hacia abajo (Figura XX). En México se halla representado con 3 especies: H. apiculata, Hook.—Oaxaca. 110 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES H. decurrens, Liebm.—La Chinantla, Oaxaca, etc. H. Mexicana, Liebm.—La Chinantla. Figura XX. 1. Segmento de Hemitelia horrida, R. Br. (t.n.); 2. Fragmento de la misma aumentado, mostrando los soros, el involucro y el receptáculo; 2%. Pi- na de H. grandifolia, Spreng.; 3. Esporangio; 4. Esporas. TRIBU VI.—POLIPODINEAS. Por su gran extensión esta tribu es susceptible de subdividirse en 12 sub-tribus bastante bien caracterizadas. Polipodineas: - DE MÉXICO 111 Receptáculos locales, circunscritos, ó sea limitados 4 determinadas Receptáculcs universales, ó sea esparcidos sobre el dis- co entero de las frondas, de modo que ocupan venas YI Eo cordob un toidocoybosodr baca as ... 12, Acrostigueas. partes de la: venas y definidos en cuanto á su forma. SUB—TRIBUS. / Soros involucrados, ósea con el indusio inferior (Indusio redondeado ú (“Soros pun- oblongo BECOOLÓNOr mn ....so ... tiformes. | Indusio peltado ó reni- lp LOTE Lantana JAS Soros paralelos á las venas, oblongos, li- neales ó alargados....... OO CO dOS TROn Indusio dehiscente á lo lar- go de su margen exterior y adherido por el interior. dusio superior. Soros trans-| [ndusio dehis- (Soros mar- : versales) cente á lo| ginales.. á las ve-| largo de su Soros indusiados, esto es con el in- Nas. margen in- terior y ad-|Soros in- herido por el tramar- exterior. ginales, Soros espuriamente indusiados........ cda í Soros transversales £ las venas.. Soros desnu- Soros paralelos á las venas, oblon- gos, lineales ó alargados........ dos ó sin indusio. | Ñ Soros puntiformes.......... dosis SUB—TRIBU 1.—-DICSONIEAS. 1. Dicsonieas. 2. Davalieas. 3. Aspideas. 4. Asplenieas. 5. Lindseas. 6. Pterideas. 7. Blecneas. 8. Platilomeas. 9. Vitarieas. 10. Eimnogrameas, 11, Polipodieas. ”m« Involucro distintamente intra-marginal, en forma de copa franjeada y dorsal que contiene los soros: 14. Woodsia, R. Br. (Dedicado al botánico americano “Alberto F. Woods.” Physematium, Kaulf,;; Hymenolaena, C. A. Mey.; Hymenocys 112 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES A AAA tis, C. A. Mey,; Perrinia, Hook.) Pol—woodsia (C. 1.). Son helechos de rizoma erguido ó recostado, y frondas pequeñas, herbáceo-membra- náceas, pinadas, pinado—pinatifidas ó bi-pinadas con sus venas sencl- llas, bifurcadas ó pinadas, y venitas libres. Soros globulosos é involu- crados, terminales ó situados en la medianía de las venitas. Involucro blando y membranáceo, ya súb-globuloso, con una abertura contraída, ya caliciforme, con el margen lobulado, ya en fin en forma de una ta- za franjeada. Se distingue de sus congéneres por la naturaleza involu- criforme de su indusio, soros sesiles y venación libre. Sus especies se - distribuyen en 3 secciones basadas en la forma del involucro (Figu- ra XXI). De ellas hay 3 en nuestra Flora: W. Mexicana, Fee.—Sin localidad especificada. W. molis, J. Sm.—San Luis Potosí, Oaxaca, etc. (Figura XXI). W. Oregana, Eaton.—San Pedro Mártir, Baja California. e Involucro bi-valvar y marginal, con los soros sentados en él: S Involucro con sus valvas coriáceas, la exterior más grande y abovedada, la interior operculiforme: 15. Cibotium, Kaulf. (Su traducción corresponde á la palabra espa- ñola “cofre.” Pinonia, Gaud.; Hiatea, Menz.) Pol-cibotia (C. 1.). Es- tos helechos tienen el rizoma espeso y corto, erguido ó recostado, con frondas grandes y recompuestas, provistas de venas bifurcadas ó pina- das, procedentes de una costilla central y venitas libres. Soros involu- cradamente indusiados, sub-globulosos, marginales y vueltos hacia abajo, con receptáculos terminales, ligeramente elevados. Involucro coriáceo y bi-valvar, de substancia distinta á la de la fronda (Figu- ra XXID. La única especie mexicana se llama C. Sehiedie, Sch)., ó por otro nombre €. horridum, Liebm. S$S Involucro con su valya exterior casi herbácea redondeado-abovedada, constituída por un lóbulo foliar: 16. Diesonia, L'Herit. (Dedicado al botánico escocés “Alejandro Dickson,” Tiene los siguientes sinónimos: Balantium, Kaulf; Cysto- DE MÉXICO. 113 Figura XXI. 1. Fronda de Woodsia alpina, Gray. (t. n.); 2. Pina aumentada de la misma; 3. Un soro con su involucro inferior franjeado; 4. Esporangio; 5. Espo- ras; 6. Pínula de W. obtusa, Torr. (t. n.); 7. Segmento aumentado de la misma; 8. Un soro con su involucro caliciforme; Y. Segmento de Wood- sia mollis, J. Sm.; 10. Un soro incluso en el involucro sub-globuloso. 111 LAS CRIPTÓGAMAS V3SCULARES dium, J. Sm.; Oulcita y Leptopleuria, Presl.). Pol-dicksonia (C. 1.). Son hermosos helechos de rizoma espeso, corto, erguido ó arborescen- te, y frondas coriáceas, de ordinario grandes y recompuestas, á veces pinadas, con las porciones fértiles en ocasiones contraídas: tienen ve- nas sencillas, bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla cen- tral, y venitas libres. Soros involucradamente indusiados, oblongos ó Figura XXII. 1. Porción de fronda de Ciboitum Barometz, J. Sm.; 2. Fragmento aumenta- do de la misma, con dos indusios bi-valvares; 3. Corte longitudinal de un soro; 4. Esporangio; 5. Esporas. globulosos, marginales y más ó menos vueltos hacia abajo, sobre re- ceptáculos terminales, oblongos ó globulosos. Involucro coriáceo y bi- valvar, con su valva externa ó accesoria constituida por un lóbulo más ó menos atenuado de la fronda, abovedada y á veces igual en tamaño á la interior, pero con más frecuencia mayor: por lo demás, en el caso de que la interior sea más chica, es entonces menos convexa que su compañera exterior. DE MÉXICO. 115 Esparcidas por diferentes regiones hay en México 8 especies de este género (Figura XXIII). Figura XXIII. 1, Segmento de Dicksonia arborescens, L”Herit.; 2. Porción aumentada del mismo, mostrando los soros y los indusios bi-valvares; 3. Diente sorífe- ro visto por debajo; 4. Esporangio; 5. Esporas; 6. Esporangios abor- tados; 7. Pínula basilar de Dicksonia rubiginosa, Kaulf.; 8. Porción de un segmento aumentado de la misma. 2% Involucro en forma de taza marginal: 17. Dennstaedtia, Bernh. (Derivado del apellido “Dennstaedt.” Dick- sonia, Kaulf.; Sitobolium, Desv.; Patania, Presl., Sitobolvum, J. Sm.; Adectum, Linck.) Pol-dennstaedtia (C. 1.). Comprende helechos de rizoma rastrero y frondas herbáceas, bi-pinadas ó recompuestas, con sus venas pinadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres, sencillas, bifurcadas. Soros involucradamente indusiados, globulosos, marginales é inclinados, sobre receptáculos pequeños, puntiformes y terminales. Involucro cupuliforme ó en forma de taza, sub-membra- 116 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES náceo, compuesto de valvas accesorias, iguales y soldadas en una copa inclinada. En México hay 5 especies: D. adiantoides, M.; D. anthriscifolia, M.; D. distenta, M.; D. rubiginosa, Moore (Figura XXIV), y D. cicu- taria, M. Figura XXIV. 1. Pínula de Dennstaedtia rubiginosa, Moore. (t. n.); 2. Segmento aumenta- do de la misma para mostrar las venas y los soros; 3. Un fragmento del anterior para mostrar los soros encorvados y los involucros en forma de - tazas; 4. Esporangio; 5. Esporas. SUB—TRIRU 2.—-DAVALIEAS. 7, Indusio adherido por su base y por sus orillas, dehiscente por el frente ó sea exteriormente: 18. Davalia, Smith. (Desconocemos su procedencia. Wibelia, Bernh.; Stenoloma y Seyphularia, Fee.; Stenolobus, Colposoria, Odontosoria y Parestia, Presl.) Pol-davalia (C. 1.). Estos helechos tienen el rizoma DE MÉXICO. 117 rastrero y las frondas coriáceas ó herbáceas, pinadas ó pinadamente re- compuestas, con sus venas bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres. Soros indusiados, oblongo—redondea- dos ú oblongo—alargados, marginales ó sub—marginales, sobre recep- táculos terminales. Indusio membranáceo, en forma de copa ó tubuloso, fijo por su base y por sus lados, de modo que forma una copa tubulo- sa, semi—cilíndrica, oblonga y vertical, truncada y deshiscente por su parte superior, esto es, hacia el lado marginal (Figura XXV). Figura XXV. 1. Segmento de Davallia tenuifolia, Sw.; 2. Segmento aumentado de la mis- ma; 3. Una porción del anterior para mostrar los soros y los indusios en forma de copa; 4. Esporangio; 5. Esporas; 6. Fragmento de Davallia ornata, Wall., mostrando los soros y los indusios tubulosos; 7. Extre- midad de una pina de Davallia inaequalis, Kunze.; 8. Una pínula de la misma; 9. Segmento de una pínula de Davallia procera, Sw. Sus especies se distribuyen en estas dos secciones: (a). Stenoloma, Fee.—Indusio en forma de taza. (b). Seyphularia, Fee.—Indusio tubuloso. 118 , LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES En México hay 3 representantes: D. inaequalis, Kunze.-—Chiapas, Misantla (Figura XXV). D. Sehlechtendali, Presl.—Oaxaca, Tlapacoyan (Figura XXV). D. thesifera, H. B. K.—Orizaba. 7,7, Indusio adherido transversalmente á la vena por su base, pero libre en las orillas: 19. Cystopteris, Bernh. (Su traducción es equivalente de “helecho con vejiga,” por alusión á la forma del indusio. Oystea, Smith.; Oyelop- teris, Gray.) Pol-eystopteria (C. 1). Helechos de rizoma contraído y recostado, ó rastrero y alargado. Frondas bi-tri-pinadas, herbáceo— membranáceas, con sus venas sencillas, bifurcadas ó pinadas, proce- dentes de una costilla central, y venitas libres. Soros indusiados y re- dondos, sobre receptáculos situados en la medianía de las venitas. Indusio ovalado—redondeado, sub—-hemisférico ó aboyedado, fijo por su base y provisto de un ápice desgarrado ó puntiagudo. C. fragilis, Bernh., de México, Citlaltepetl, Cerro de San Felipe, etc., con la var. traslucens, M., de México, son los únicos representan- tes de nuestra Flora (Figura XXVI) SUB-TRIBU 3.—ASPIDIEAS. 0-0 Indusio orbicalar y peltado: o-o Frondas herbáceas: 20. Aspidium, Sw. (Del latin “aspis”, derivado á su vez del griego “spao,” que se arrastra, Bathimvium, Link.; Proferea, Presl ; Podopel- tis, Fee.) Pol-aspidia (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, y frondas herbáceas, sencillas, pinadas ó bi-pina- das, con venas pinadas, prominentes y procedentes de una costilla cen- tral, y venitas anastomosadas varias veces para formar areolas irregu- lares ó de lados casi iguales que á veces incluyen venitas libres. Soros indusiados y redondos, ya terminales, ya situados en la medianía de DE MÉXICO. Figura XXVI. 1. Pira de Cystopteris fragilis, Bernh. 2. Pínula aumentada del mismo; 3. Pe- queña porción de la anterior para mostrar un soro con su indusio; 4. Es- porangio; 5. Esporas. las venitas, ya en los puntos de unión de varias venas: su indusio es peltado y orbicular (Figura XXVII. Esparcidas por diversas localidades, de este género hay, 12 especies dentro de nuestros límites. oo Frondas coriáceas: 21. Cyrtomium, Presl. (Probablemente derivado del griego “kyrtos,” cunvexo ó encorvado. Phanerophlebia y Amblia, Presl.). Pol-cyrtomia (C. 1). Son helechos de rizoma corto, espeso y erguido, con frondas coriáceas, fuertes y pinadas, provistas de venas pinado—bifurcadas, pro- cedentes de una costilla central, sus venitas más bajas son libres, mien- tras que las demás se hallan anastomosadas de una manera irregular 120 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES para formar areolas sub-exagonales y desiguales, en cuyo interior hay de 1 á 3 venitas escurrentes, otras veces sólo las venitas superiores se anastomosan entre sí. Soros indusiados, globulosos, en varias series Figura XXVII. 1. Fragmento de Aspidiun trifoliatum, Sw.; 2. Una porción del anterior para mostrar un soro con su indusio; 3. Esporangio: 4. Esporas; 5. Esporan- gio de la misma; 6. Esporas. paralelas á las costillas, á veces terminales cerca del margen, pero con más frecuencia sobre receptáculos situados en la medianía de las veni- tas. Indusio peltado y orbicular (Figura XXVIII). Dentro de nuestros límites hay 2 especies: C. juglandifolium, M., y C. Novile, Moore (Figura XXVIII). 13 Indusio reniforme, fijo por su seno: ++ Venas anastomosadas por connivencia: 22. Nephrodium, Rich. (El nombre alude á la forma arriñonada del indusio. Aspidium, Sw.; Oyclosorus, Link.; Abacopteris y Plectochlae- DE MÉXICO. 121 na, Fee.; Pronephrium, Presl.; Arsenopteris, Webb. y Berth.) Pol- nephrodia (C. 1.). Las especies de este género son helechos de rizoma £ corto, erguido ó algo rastrero, y frondas herbáceas ó sub-coriáceas, Figura XXVIII. 1, Fragmento de Cyrtomium falcatum, Presl.; 2. Porción aumentada del mis- mo, mostrando un soro con su indusio; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Fragmento de Cirtomium nobile, Moore. 122 LAS CRIPTOÓGAMAS VASCULARES sencillas, pinatífidas, pinadas ó pinado—pinatífidas, con sus venas pina- das, prominentes y procedentes de una costilla central, y venitas sen- cillas, con el par ó los pares más bajos, á veces todos, anastomosado- conniventes, de cuyo ángulo nace una venita libre en las pinas profun- damente pinatífidas, ó unida á los de los ángulos inmediatos en las pinas menos divididas. Soros indusiados, globulosos, en receptáculos situados en la medianía de las venitas: sus esporangios contienen á ve- ces esporas erizadas. Indusio reniforme, fijo por su seno (Figura XXIX) Figura XXIX. 1. Una pina apical de Nephrodium molle, R. Br.; 2. Segmento de la misma; 3. Porción aumentada del anterior, mostrando un soro con suindusio; 4. Esporangio; 5. Esporas; 6. Fragmento de Nephrodium glandulosum, J. Sm., mostrando sus venitas anastomosadas por connivencia; 7. Pina es- téril del Nephrodium Mexricanum, Presl. A México corresponden unas 25 especies repartibles en 2 secciones. (a). Tectaria, Moore?—Angulos anastomosados poco numerosos, ó sea venitas basilares unidas por connivencia. AA A a DE MÉXICO. 123 (b). Abacopteris, Fee.—Angulos anastomosados numerosos, ó sea todas las más de las venitas unidas por connivencia. a ¡ . E Venas libres: A Venitas anteriores y más bajas soríferas en el ápice: 23. Nephrolepis, Schott. (Significa “riñón escamoso,” por alusión á la forma y naturaleza del indusio. Nephrodium, Link,; Lepidoneu- ron, Fee.) Pol-nephrolepida (C. 1.). Son helechos de rizoma á veces tuberoso, muy largo y rastrero, ó corto y erguido, en cuyo último caso produce largos y delgados estolones que llevan coronas fasciculadas de trecho en trecho. Frondas largas y pinadas, herbáceas ó sub—coriáceas, con las pinas articuladas, venas pinado—bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres, rectas, algo masudas en los ápices. So- ros indusiados, redondos, sobre receptáculos terminales en las extremi- dades de las venitas más bajas anteriores. Indusio redondeado—renifor- me, fijo por su seno, ó reniforme, fijo transversalmente por su margen arqueado—posterior: las especies comprendidas en el primer caso perte- necen á la sección Cardiostegia, Moore ?, y las comprendidas en el segundo á la Hunephrolepis (Figura XXX). En México hay 8 representantes: N. acuta, Presl.—Región Meridional, N. cordifolia, Presl.—Oaxaca, Córdoba, Orizaba, Chiapas. N. exaltata, Schott.—Hacienda de la Laguna. MA Venitas soríferas en su medianía: 24. Lastrea, Bory. (Dedicado al sagaz botánico francés “Lastre de Chátelleraut.” Tiene hasta 18 sinónimos: Dryopteris, Adans.; Gleiche- nia, Neck.; Aspidium, Sw.; Nephrodium, Rich.; Arthrobotrys, Wall., Thelipteris, Schott.; Hypodematium, Kunze; Amauropelta, Kunze.; Dichasium, A. Br.; Lastreastrum, Presl.; Arsenopteris, Webb. y Ber.; Gymnothalamium, Zenk.; Hemesteum, Newm.; Lophodium, Newm.; Camptodium, Fee.; Oochalamys, Fee.; Pachyderris, J, Sm., Pyenopte- ris, Moore.) Pol-lastrea (C. 1.). Los helechos de este género tienen el rizoma ya corto y espeso, erguido ó recostado, ya rastrero y alarga- Memorias. T. XXV, 1906-1907.—11 121 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES do. Sus frondas son herbáceas y coriáceas, pinadas ó bi-tri-pinadas, con venas sencillas, bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres, las anteriores generalmente fértiles. Soros in- Figura XXX. 1. Pina de Nephrolepis sfiendens, Presl.; 2 Fragmento aumentado de la misma para mostrar las venas y los soros; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Frag- mento de Nephrolepis tuberosa, Presl.; con soros arriñonados; 6. Su es- porangio; 7. Esporas de la misma, dusiados, globulosos, de ordinario sobre receptáculos situados en la medianía de las venitas. Indusio redondeado—reniforme, plano ó abo- vedado, fugaz ó persistente, fijo por su seno (Figura XXXD). Las especies que ponemos á continuación son consideradas por al- gunos como pertenecientes al género Nephrodiwm: L. Filiz-mas, Presl.—San Luis Potosí, Oaxaca, Puebla, Chiapas; (Figura XXXI). L. patens, Presl.—Todo México. L. Sprengeli, Presl.—Tabasco. DE MÉXICO. 125 Figura XXXI. 1, Pínulas de Lastrea Filix-mas, Presl.; 2. Pínula aumentada para mostrar la yenación bi-furcada; 3. Porción de la anterior con un soro y su indusio; 4, Esporangio; 5. Esporas; 6. Segmento de Lastrea crinita, Moore., con venas sencillas; 7. Fragmento de L. Sieboldii, Moore, con venas pi- nadas. 126 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES SUB-TRIBU 4. ASPLENIEAS. «x Soros situados sobre el dorso de las venitas, llevados por receptáculos oblongos y terminales: 25. Didymochlaena, Desv. (El nombre significa “doble cubierta” en atención á la forma del indusio. Tegularia y Ceramium, Reinw.; Mo- nochlaena € Hippodium, Gaud.; Hysterocarpus, Langsd.). Pol-didy- mochlaena (C. 1.) Hermosos helechos de rizoma arborescente y fron- das coriáceas, bi-pinadas, con sus pínulas casi ó del todo dimidiadas, obtusas, sin costilla y articuladas: tienen venas abanicadamente bifur- cadas, con las venitas libres y rectas, unas soriferas en su extremidad y otras estériles, algo masudas en el ápice. Soros indusiados, elíptico= oblongos, sobre receptáculos oblongos y dorsales, situados en el ápice de las venitas. Indusio de la misma forma, obtuso en ambos extremos, adherido longitudinalmente á lo largo de su parte media á una eleva- ción crestada del receptáculo, pero libre en ambas orillas. La única especie de nuestra flora, propia de Misantla, se llama D. lunulata, Desv. (Figura XXXII). K 5 Soros laterales ó sub-laterales con respecto á las venas: 2 Indusios sencillos y distintos: h Soros oblicuos, oblongos ó lineales: 26. Asplenium, L. (Compuesto griego que significa “sin bazo,” pero no sabemos á qué se refiera. Tiene los siguientes sinónimos: Caenop- teris, Berg.; Daraea, Juss.; Onopteris, Neck,; Phyllitis, Moench.; Ho- maloneuron, Kl.; Tarachia, Presl.; Brachysorus, Presl.; Hypochlamys y Daraeastrum, Fee.) Pol-asplenia (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, á veces estolonifero, y frondas co- riáceas, herbáceas ó membranáceas, en raro caso raquiformes, senci- llas, lobuladas, pinadas ó diversamente recortadas; á menudo lo mis- mo el raquis que las venas son prolíiferos. Estas últimas son sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla central, ó bifurcadas desde la base de los segmentos, en cuyo caso desaparece la costilla central ó es DE MÉXICO. 127 poco aparente: sus venitas son paralelas, libres y derechas. Soros indu- siados, oblicuos y lineales, cortos ó alargados, sobre receptáculos late- rales, situados generalmente en el lado anterior de las venitas, pero Figura XXXII. 1. Pínula de Didymochlaena lunulata, Desv.; 2. Pínula aumentada de la mis- ma; 3. Fragmento de la anterior, para mostrar un soro aumentado; 4. Esporangio; 5. Esporas. también invertidos en las orejuelas basilares. indusio lineal y mem- branáceo, plano ó abovedado. A. blepharodes, Eaton, sp. n. Baja Ca- lifornia (Figura XXXIII). Sus numerosos representantes, de los que hay unos 80 dentro de nuestros límites, se distribuyen en las siguientes secciones: A. Indusio abovedado: (a.). Allantodia, R. Br.—Soros cortos, oblongos y á menudo basi- lares; frondas bi-tri-pinadas. 128 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Pe, mE » $ ; / Y IQ 1 > LE Figura XXXITI. 1. Asplenium Blepharodes, Eaton, sp. n.; 2. Una pínula del mismo; 3. In- dusio; 4. Esporangio; 5. Espora. ESA DATOS DE MÉXICO. 129 B. Indusio plano: (b.). Daraea, Juss.—Soros oblongos. (c.) Acropteris, Link.—Soros lineales. hh Soros en forma de herradura ó media luna: ” nombre usado por los 27. Atyrium, Roth. (Del griego “athyrion,' antiguos para designar un helecho indeterminado, Solenopteris, Zenk.). Pol-athyria (C. 1.). Las plantas que lo integran son helechos de rizo- ma corto, erguido ó rastrero, y frondas herbáceas, bi-tri-pinadas, con venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, y venitas libres, á veces pinadas. Soros indusiados, más ó menos arqueados, á veces en forma de herradura. Indusio de la misma forma, á menudo desga- rrado. Las especies siguientes, únicas existentes en México, se consideran hoy como pertenecientes al género anterior. A. arcuatum, Liebm.—Veracruz. A. asplenoides, Desv. var. angustum, M.—México. A. Filiz-faemina, Roth.—Norogachi (Figura XXXIV). A. sphaerocarpum, Fée.—México. YY Indusios aparesdos cara con cara: 28. Seolopendritim, Smith. (Este vocablo corresponde al vulgar cas- tellano de “ciento pies,” por tener alguna de sus especies las hojas pa- recidas al animal en cuestión Phyllitis, Newm.) Pol-scolopendria (C- [.). Son helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, y frondas her- báceas, gruesas, sencillas ó pinadas, á menudo onduladas, multifidas ó lobuladas, con venas bifurcadas desde la costilla central, y venitas derechas, libres y paralelas, terminadas en un ápice masudo. Soros in- dusiados, lineales y con frecuencia alargados, aproximados por pares paralelos y opuestos sobre receptáculos situados á derecha é izquierda de las venitas, correspondientes á fasciculos adyacentes de las venas. Indusios geminados, lineales, planos, membranosos, adheridos entre sí á uno y otro margen de cada soro, dehiscentes por una hendedura común, central y longitudinal. 130 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Figura XXXIV. 1. Pínula de Athyrium Filix-foemina, Roth.; 2. Fragmento aumentado de la misma para mostrar los soros encorvados; 3. Esporangio; 4. Esporas. En México hay dos especies: 5. nigripes, Hook.—Chiapas, Córdoba, Orizaba, San Luis Potosí. 5. vulgare, J. Sm.—Chiapas (Figura XXXV). Esta última especie es una de las más prolíficas en variedades y formas monstruosas entre todos los helechos conocidos. 14 Y Indusios apareados dorso con dorso: 29. Diplazium, Sw. El nombre alude á la "naturaleza “doble” de cada “indusio.” Lotzea, Klotl y Karst.) Pol—diplazia (C. 1.). Compren- de helechos de rizoma corto, erguido, rara vez sub-arborescente, y fron- das herbáceas ó coriáceas, sencillas, pinadas ó diversamente compues- tas, con venas sencillas desde la costilla central, y venitas libres y derechas. Soros indusiados, lineales, todos dobles ó sólo los más bajos, DE MÉXICO. MT esto es, situados sobre receptáculos que ocupan ambos lados de las ve- nas. Indusio angosto, membranáceo, plano ó abovedado: en los soros sencillos el indusio se abre del mismo modo que en el género Asple- A Figura XXXV. 1. Scolopendrium vulgare, Sm.; 2. Fragmento de fronda del mismo; 3. Espo- rangio; 4. Esporas. num, mientras que en los dobles se sueldan dos indusios por su dor- so á lo largo de la misma venita para abrirse á su derecha é izquierda (Figura XXXVI). Sus especies, de las que hay una docena en nuestra Flora, se distri- buyen en 2 secciones: (a.) Eudiplazium, Moore?—Soros lineales, indusio plano. (b.) Didymochlamys, Moore?—Soros cortos; indusio abovedado. 132 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES SUB—TRIBU ).—LINDSEAS. 30. Lindsaea, Dryander (Dedicado á “Lindsay,” botánico inglés, Isoloma, J. Smith.; Lansaynium, Fée.; Lindsaya, Kaulf.) Pol-linsaea (C. 1.)) Son helechos de rizoma trepador y frondas herbáceas ó sub— coriáceas, sencillas, pinadas ó bi-tripinadas, con sus pinas ó pinulas á veces articuladas é inequiláteras, fértiles en ambos márgenes ó sólo en Figura XXXVI. 1. Fragmento de pina de Diplazium grandifolium, Sw.; 2. Esporangio; 3. Es- poras. el superior: tienen venas abanicadamente bifurcadas, sin costilla, ó bi- furcadas desde una costilla central, con sus venitas derechas, á veces libres y otras combinadas en las extremidades á causa de los recep- táculos. Soros indusiados, oblongos ó lineales, continuos ó interrum- pidos, en receptáculos casi marginales. Indusio membranáceo, igual ó más corto que el margen de la fronda, dehiscente por el lado exterior (Figura XXXVID. Comprende 2 secciones: (a.) Isoloma, J. Smith.—Frondas con divisiones isómeras á ambos lados de la costilla central. DE MÉXICO, 133 (b.) Eulindsaea, Moore.—Frondas sin costilla, con sus divisiones abanicadas ó dimidiadas. A México pertenecen las 4 especies siguientes: 8) ES ESPE ESA Sz=% 2) Figura XXXVII. 1. Porción de fronda de Lindsaea trapeziformis, Dryand; 2. Pina Lindsaea horizontalis, Hook. L. imbricata, Liebm —Región Meridional; L. Portoricensis, Desy., Oaxaca; L. stricta, Dryand., Oaxaca, Sierra San Pedro Nolasco; L. tra- peziformis, Dryand., Talea, Oaxaca (Lámina XXXVII). 134 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES SUB-TRIBU 6. —PTERIDEAS. 4 Receptáculos invertidos, con los esporangios fijos en la superficie inferior del indusio: 31. Adiantum, L. (3u traducción corresponde á “siempre seco” á causa de sus frondas lisas y como barnizadas, que no obstante vivir de ordinario en lugares húmedos y obscuros no conservan humedad, Adiantellum, Presl.; Apotomia, Fée.; Sinechia, Fée.; Mesopleuria, Moore.). Pol-adianta (C. 1.). Es un genero perfectamente natural que comprende helechos de rizoma masudo, ó corto y rastrero, con las frondas coriáceas ó herbáceas, sencillas ó diversamente recortadas: sus pinas son á menndo articuladas y por lo común dimidiadas y sin cos- tilla. El raquis y el peciolo son negros y lustrosos. Tienen venas aba- nicadamente bifurcadas, ó bifurcadas desde una costilla central, con sus divisiones ó venilas repetidas, paralelas, libres y continuas en las partes fértiles con el indusio, el cual es venosito, formado por un ló- bulo marginal, membranáceo é invertido y esporangífero por debajo, de modo que los receptáculos resultan invertidos. Soros marginales y transversales, oblongos, reniformes ó lineales, continuos ó interrum- pidos, en receptáculos situados en la cara inferior del indusio, proce- dentes de las extremidades de 2 ó más venitas convergentes. Las 26 especies de nuestra Flora se distribuyen en las 3 secciones siguientes (Figura XXXVIID). (a.) Mesopleuwria, Moore —Costilla central presente; soros lineales, continuos y alargados. (b.) Synechia, Fée. (c.) Adiantellum, Presl. Costilla ausente; soros oblongos ó redon- Costilla ausente; soros continuos y alargados. deados. 2% Receptáculos normales, ó sea con los esporangios «dheridos á la superficie de la fronda: *k Receptáculos lineales y transversales: 32. Pteris, L. (De una palabra griega que siguifica “helecho.” Tie- ne hasta 13 sinónimos: Thelypteris, Adam.; Cincinalis, Gledilch.; DE MÉXICO. 135 Figura XXXVIIL. A. Adiantum tenerum, Sw. (+ tamaño natural); 1. Pina aislada; 2. Porción de la precedente para mostrar la estructura del indusio, el cual en a se halla levantado; 3. Esporangio; 4. El mismo en el acto de la dehiscen- cia, con las esporas que salen de él. 136 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Oetosis, Neck.; Monogonia, Presl.; Eupteris, Agardh.; Ornithoopteris Agardh.; Pteridopsis, Link.; Eupteris, Newm ; Lytoneuron, Kl.; Nym, phopteris, Webb. y Berth.; Macropteris, Webb. y Berth.; Pyenodoria, Presl.; Lonchitidium, Fée.). Pol-pterida (C. ly). Los helechos de este género tienen el rizoma rastrero, á veces muy largo, ó corto y erguido con sus frondas variables, de ordinario grandes, herbáceas ó corláceas, provistas de venas libres ó bifurcadas desde la costilla central, y veni- tas libres. Soros indusiados, marginales y lineales, continuos ó inte- rrumpidos, en receptáculos lineales y transversales Indusio membra- náceo y de la misma forma (Figura XXXIX) Los 19 representantes que hay en México se distribuyen en 2 sec- ciones: (a.) Eupteris, Agardh.—Prefoliación terminal (Figura XXXIX). (b.) Ornithopteris, Agardh.—Prefoliación lateral. Con la P. candata, L., Maxon establece un nuevo género, Pteridvum candatum, de la Isla Cozumel, y que en lengua maya se llama z-ual- kanal. *>k Receptáculos puntiformes: X_ Rizoma rastrero y muy largo; soros en la axila de los segmentos; frondas grandes y herbáceas: 383. Hipolepsis, Bernh. (Su traducción corresponde á “escama in- ferior”” por alusión á la adherencia del indusio). Pol-hypolepida (CG, I.). Helechos de rizoma largamente rastrero y frondas por lo común grandes, herbáceas, bi-tri-cuadri-pinadas, con sus venas sencillas ó bi- furcadas desde una costilla central, y venitas libres. Soros transversales, - marginales, distintos y sub-orbiculares, sobre receptáculos puntiformes, situados en las extremidades de las venas, correspondientes por regla general á las axilas de los lóbulos. Indusio sub=orbicular y oblicuo- más ó menos membranáceo (Figura XL). En México hay dos especies: H. Californica, Hook.—Sonora y Baja California. H. repens, Presl.—Orizaba, Oaxaca, y Chiapas (Figura XL). a DE MÉXICO. 137 Figura XXXIX. A, Pteris aquilina, L. (2 del tamaño natural); 1. Rizoma rastrero; 2. Pínula vista por el lado de la fructificación; 3. Fragmento de la anterior para mostrar en a los soros y en b el indusio; 4. Esporangio; 5. El mismo abierto; 6. Esporas; 7. Trozo de tallo, en cuya sección creyó ver Linneo las armas del imperio alemán, de donde procede el nombre específico. 138 Figura XXXIX. 1. Pina de Pteris longifolia, L.; 2. Fragmento aumentado de la misma; 3. Es- porangio; 4. Esporas; 5. Fragmento de Pteris aquilina, L., con indusio abierto; 6. Sección del mismo, para mostrar la posición natural deljin- dusio; 7. Anterozoide de P. Serrulata. DE MÉXICO. 139 XX Rizoma corto, soros esparcidos á lo largo de las orillas de los segmentos, frondas por lo común pequeñas y membranácens: O Indusios orbiculares y distintos: 34. Adiantopsis, Fée. ("Aspecto de Adiantum.” Actinopteris, J. Sm.s Aspidotis, Nutt.) Pol-adiantopsida (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto, masudo ó rastrero, y frondas herbáceas, pinadas ó bi- Figura XL. 1. Pínula fértil de Hypolepis hostilis, Presl.; 2. Pínula fértil de Hypolepis re- pens, Presl; 3. Su esporangio; 4. Esporas. Memorias. T. XXV, 1906-1907,—12 140 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES tri-pinadas, á veces pentagonales ó radiadas, con sus pínulas ó pinas continuas ó articuladas; el raquis, lo mismo que el peciolo, son negros y lustrosos. Venas sencillas ó bifurcadas desde una costilla central fle- xuosa y á veces indistinta ó poco aparente, y venitas libres. Soros in- dusiados. transversales, marginales y sub-orbiculares, con pocos espo- rangios situados sobre receptáculos puntiformes en las extremidades de las venas. Indusio redondeado, membranáceo y delgado. A. radiata, Fée., es la única especie existente en México. OO Indusios redondeados ó por confluencia más ó menos alargados: 35. Cheilantes, Sw. (Literalmente traducido significa “flor labia- da.” Gymnia, Hamilt.; Othonoloma, Link.; Physapteris, Presl.; Myriop- teris, Aleuritopteris, Cheiloplecton y Synochlamys, Fée.) Pol-cheilan- thea (C. 1). Este género comprende helechos de rizoma masudo ó cortamente rastrero, raquis y peciolos por lo general negros y lustrosos, y frondas generalmente pequeñas, pinadas, pinatifidas ó bi-tri-pinadas, membranáceas ó subcoriáceas, á veces pulverulentas y otras densamen- te peludas ó escamosas en el envés: tienen venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, y venitas libres. Soros indusiados, margina- les y transversales, de ordinario llevados por un lóbulo ó diente rever- sado, en general sub—orbiculares, pequeños y distintos, pero á veces contiguos y alargados por confluencia lateral sobre receptáculos punti- formes situados en las extremidades de las venas. Indusio membraná- ceo ó formado de porciones ligeramente alteradas y revueltas del mar- gen: en todo caso tiene la misma forma que el soro al cual recubre (Figura XLI). : Las 25 especies de nuestra Flora se distribuyen en dos secciones: (a.) Eucheilanthes, Moore.—Segmentos no en forma de bolsa, con indusios distintos ó á veces confluentes. (b.) Physapteris, Presl.—Segmentos pequeños, redondeados en for- ma de bolsas, con el indusio entero y comunmente cerrado por su dorso. DE MÉXICO. 141 SUB—TRIBU /.—-—BLECNEAS. / (9 Receptáculos cortos, transversales y arqueados, sub—paralelos con el margen: 36. Woodwardia, Smith. (Dedicado al botánico inglés Juan Wood- ward. Doodia, R. Br.; Lorinseria y Anchistea, Presl.) Pol-woodwar- día (C. 1). Son helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, ó ras- Figura XLI. 1. Pínulaide Cheilanthes radiata, R. Br.; 2. Esporangio de la misma; 3. Sus esporas; ,4.. Fronda de Cheilanthes farinosa, Kaulf. Sus esporangios y esporas son muy semejantes á la especie anterior. trer> y alargado. Frondas pinatifidas, pinadas ó pinado—pinatifidas, con sus venas uniformes: de ellas, las más bajas se anastomosan arquea- damente para formar una ó más series de areolas alargadas á lo largo 142 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES de la costilla, mientras que las venitas marginales son libres. Soros indusiados, oblongo—lineales ó más cortos y casi semi-lunares por el lado de la costilla, en receptáculos sentados sobre las venas anastomo- sadas y transversales. Indusio plano y convexo (Figura XLII). Figura XLIT. 1. Fragmento de Woodwardia rudicans, Sm.; 2. Fragmento de Woodwardía aspera, Fée.; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Extremidad de una fronda de Woodwardía radicans vista por el dorso; 6. Esporangio de la misma; 7. Sus esporas. Sus especies se reparten en dos secciones: (a). Enwoodwardia.—Soros sumergidos; indusios planos y Casi rec- tos. A esta sección pertenece la única especie de la Flora me- xicana, W. radicans, Smith., de San Luis Potosí, Huatusco, Cerro de San Felipe, Chiapas, Popocatepetl, etc. (Figura XLID. DE MÉXICO 143 (b). Doodía, R. Br.—Soros superficiales; indusios convexos y casi semi-lunares. 00 Receptáculos alargados, oblongos ó lineales, aproximados á la costilla central ó sobre ella, rara yez al mismo tiempo marginales por la contracción de las frondas: + Soros marginales por la contracción de las frondas: 37. Lomaria, Willd. (De una voz griega que significa “ancho.” Tie- ne los siguientes sinónimos: Onoclea, L.; Stegania, Brown., Pasalo- maria, Fée.; Lomaridium, Poligramma y Parablechnum; Presl.) Pol- lomaria (C. 1.). Los helechos de este género tienen el rizoma corto, erueso, erguido ó recostado, muy rara vez rastrero ó arborescente. Frondas sencillas, pinatifidas, pinadas ó bi-pinatifidas: las fértiles se hallan contraídas, con su venación poco aparente, mientras que las es- tériles tienen venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, así como las venitas rectas y libres. Soros indusiados, lineales, contínuos, sobre un receptáculo ancho y lineal que ocupa aproximadamente toda la superficie inferior de las frondas fértiles contraídas. Indusio lineal, continuo y escarioso, adherido al margen y dehiscente á lo largo de su lado interno (Figura XLIID). Esparcidas por diversas localidades hay en México 7 especies de es- te género: L. atenuata, Willd.—Chiapas, Oaxaca. L. blechnordes, Bory. —Orizaba. L. ensiformis, Liebm.—Oaxaca. L. Ghiesbreghtii, Bak.— Chiapas. L. onocleoides, Spreng.— Huatusco. L. procera, Spreng.— Orizaba, Oaxaca. L. semicordata, Bak.—Orizaba, Oaxaca, Chiapas. + + Soros distintamente intra-marginales: 38. Blechnum, l.. (Nombre inexplicado. Tiene hasta 7 sinónimos: Orthogramma, Spicanta, Blechnopsis, Diafnia, Mesothema, Dislaxia, Parablechnum, Presl.) Pol-blechna (CG. 1.) Helechos de rizoma corto 144 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES y erguido, ó provisto de largos estolones rastreros. Frondas sencillas, pinatífidas ó pinadas: las fértiles á veces más ó menos contraídas, con su venación combinada en la base con el receptáculo, mientras que las estériles tienen venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, y Figura XLITI. 1, Segmento de fronda fértil de Lomaria elongata, Bl.; 2. Fragmento aumen- tado de la misma; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Esporangio de Loma- ría procera; 6. Esporas. venitas derechas, libres y algo masudas en el ápice. Soros indusiados, lineales, continuos ó con menos frecuencia interrumpidos, sobre un receptáculo transversal, aproximado á la costilla y central ó sub=mar- ginal por la contracción de las frondas. Indusio lineal, dehiscente á lo largo de su lado interior (Figura XLIV). Sus especies, de las que hay unas 10 en nuestra Flora, se distribu-* yen en 2 secciones: (a). Eublechnum, Moore.—Soros dorsales ó sub—dorsales. (b). Parablechnum, Presl.—Soros sub-marginales por la contrac- ción de las frondas. DE MÉXICO. 145 SUB-TRIBU 9.—-PLATILOMEAS. co Divisiones fértiles planas, semejantes á las estériles: 39. Platyloma, J. Smith. (Su traducción corresponde á “margen an- cho.” Pallaea, Link.; Cripteris, Nutt.) Pol-platyloma (C. 1.) Sus es- pecies son helechos de rizoma corto, recostado ó rastrero, y frondas pinadas ó bi-pinadas, coriáceas ó sub-coriáceas, á menudo azuladas> Y, LIZ YI TRZIR AOS eS Figura XLIV. 1. Fronda fértil de Blechnum longifolium, H. B. K.; 2. Pina para mostrar la venación bajo los soros; 3. Porción de pina fértil del Blechnum orienta- le, L.; 4. Fragmento aumentado de la misma; 5. Esporangio; 6. Espo- ras; 7. Fragmento de fronda fértil del Blechnum spicant, Sm. 146 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES con las pinas á veces articuladas, y los peciolos con frecuencia negros y lustrosos: tienen venas sencillas ó bifurcadas desde una costilla cen- tral, y venitas paralelas y libres. Soros espuriamente indusiados, oblon- gos y marginales, sobre receptáculos oblongos y contiguos en las ex- tremidades de las venas: los esporangios confluyen lateralmente para formar una faja ancha y marginal. Indusio espurio, constituído por una porción angosta, atenuada, continua y reversada del margen (Figura XLV). Figura XLV. 1. Pina de Platyloma rotundifolium, J. Sm.; 2. Fragmento aumentado de la misma para mostrar las líneas contiguas de los esporangios; 3. Esporan- sio; 4. Esporas; 5. Tres pínulas de Pellaea [ Platyloma] sagittata, Link., en una de las cuales se han removido los esporangios para mostrar el in- dusio; 6. Esporangio de la misma; 7. Sus esporas. Los nombres Platyloma y Pellaea, sinónimos respectivamente el uno del otro, han sido propuestos por sus autores, el año de 1841, siendo por tanto difícil decidir cuál de los dos merece la prioridad. Lo cierto es que los botánicos americanos prefieren el nombre Pellaea al de A DE MÉXICO. 147 Platyloma, siendo en número de 24 las especies mexicanas que le per- tenecen. S Divisiones fértiles silicuiformes: 40. Llavea, Lagasca, non Liebm. (Dedicado al canónigo Don Pablo de la Llave, botánico mexicano. Ceratodactylis, J. Smith.; Botryogram- ma, Fée.) Pol-llavea (C. 1.). Es un género monotípico mexicano, es- tablecido para un helecho de rizoma corto, con frondas fasciculadas, tri-pinadas, sub—coriáceas, azuladas, las fértiles contraídas, de pínulas revueltas y silicuiformes en la parte superior, mientras que las estéri- les son aserraditas con los ápices de las venitas salientes más allá del margen espeso: dichas venitas son libres, y las venas, sencillas ó bifur- cadas, proceden de una costilla central; en cuanto á los peciolos son pálidos y flexuosos. Soros espuriamente indusiados, lineales, sencillos ó bifurcados, en receptáculos sub—confluentes que aproximadamente ocupan la entera longitud de las venas: los márgenes de las pinulas son revueltos y membranáceos, de modo que afectan la forma de un verdadero indusio. La especie aludida, de San Luis Potosí, Orizaba, Oaxaca, etc., se llama Ll. cordifolia (Figura XLVD. SUB—TRIBU Y. — VITARIEAS. ++ Receptáculos situados entre las venas primarias sobre las venitas transversales paralelas y encorvadas: 41. Meniscium Schreber. (Del griego “meniskos,”” convexo ó encor- vado, á causa de los soros en forma de medias lunas). Pol=-meniscia (C. 1.). Helechos de rizoma rastrero y frondas herbáceas ó sub=co- riáceas, sencillas Ó pinadas, con sus venas prominentes y pinadas procedentes de una costilla central, y venitas arqueadas ó angularmen- te anastomosadas entre las venas, provistas de una venita escurrente, libre y estéril, derivadas del ápice del ángulo ó arco. Soros sin indu- sio, oblongo—lineales, encorvados y á menudo confluentes. En México hay dos especies. M. reticulatum, Sw.—La Chinantla, Oaxaca (Figura XLVID. 148 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Figura XLVI. 1. Fragmento de fronda estéril de Llavea cordifolia, Lag.; 2. Pínulas de una fronda fértil de la misma; 3. Porción de una pínula fértil, aumentada y abierta para mostrar la inserción de los esporangios; 4. Esporangio; 5. Esporas. 6 M. serratum, Cav.—Sierra de San Pedro Nolasco. EH Receptáculos situados en surcos marginales: 42. Vittaria, Smith. (Del latín “vitta,” venda ó faja, en atención á la forma de las frondas. Runcinaria, Múll.; Aristaria, Múll.; Paren- chymaria, Múll.) Pol-vittaria (C. 1.). Helechos de rizoma corto, ras- trero ó masudo, y frondas sencillas coriáceas, angostas, alargadas y graminiformes, con su venación poco aparente. Soros sin indusio, con- tinuos y lineales, en receptáculos situados en estrías marginales que se abren hacia afuera en el borde extremo de la fronda (Figura XLVIII). Dentro de nuestros límites hay dos especies: AURA DE MÉXICO. 149 Figura XLVII. 1. Porción de fronda estéril de Meniscium reticulatum, Schreb; 2. Porción de fronda fértil del mismo para mostrar los soros sobre las venitas transver- sales; 3. Esporangio; 4. Esporas. Fígura XLVIII. 1. Vittaria lineata, Sw.; 2. Una fronda vista por el dorso; 3. Fronda con sus dos hileras de soros continuos; 4. Fronda con sus dos surcos sin espo- rangios; 5. Esporangio; 6. Esporas. 150 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES V. lineata, Sw.—Mirador, Orizaba, La Chinantla, Chiapas, etc., y V. scabrida, Klotz. Región Meridional. 1Hf Receptáculos dorsales, formados por una porción de la costilla: ) 43. Monogramma, Schkuhr. (Del griego “monos,” única, y “gram- ma,” letra, debido sin duda al aspecto de la fructificación lineal. Cochli- dium, Kaulf.; Vaginularia, Fée.) Pol-monogramma (C. 1.). Son hele- chos muy pequeños, de organización muy sencilla. Tienen el rizoma rastrero, las frondas graminiformes ó raquiformes, sencillas ó bifurca- das, con su venación reducida á una costilla única. Soros semi-sumer- gidos, sin indusio, lineales y alargados en las extremidades de las fron- das (Figura XLIX). Figura XLIX. 1. Plantita entera de Monogramma graminea, Schk.; 2. Parte superior au- mentada de una fronda; 3. Fragmento más aumentado de la misma con sus esporangios; 4. Esporangios abortados; 5. Esporas. La única especie mexicana se llama M. myrtillifolia, Hook. DE MÉXICO. 151 SUB-TRIBU 10.——GIMNOGRAMEAS. j Receptáculos lineales ú oblongos, sencillos ó bifurcados: 44. Gymnogramma, Desv. (Del griego “gymnos,” desnudo, y “gram- ma,” letra, en atención á los soros sin indusio. Tiene hasta 15 si- nónimos: GFymnopteris, Bernh,; Stenogramma, Kl.; Neurogramma, Cetarach y Calomelanos, Presl.; Anogramma y Ceropteris, Link.; He- cistopteris, J, Sm.; Dieranodium, Newm.; Orysodia, Argyria, Trisme- ria, Coniogramma, Pleurosorus y Eriosorus, Fée.) Pol-gymnogramma (C. L). Los helechos de este género tienen el rizoma corto, erguido, á veces anual, y las frondas lobuladas, pinadas ó bi-pinadas, herbá- ceas Ó sub-membranáceas, á veces harinosas y otras lanudas en el en- vés, con venas sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla cen- tral que á veces es poco aparente, y venitas libres. Soros sin indusio, lineales y á veces alargados, sencillos ó bi partidos, oblicuos y con fre- cuencia confluentes al fin, en receptáculos alargados en la parte supe- rior ó continuos en las bifurcaciones de las venas (Figura L). Sus especies, de las cuales hay en México 17 con dos variedades, se reparten en 4 secciones: A. Soros alargado—lineales: (a) Neurogramma, Presl.—Soros paralelos aproximados. Frondas lampiñas ó peludas. B. Soros cortos, menos regulares ó amontonados: (b). Pleurosorus, Fée.—Frondas lampiñas ó peludas. (c). Ceropteris, Link.—Frondas harinosas en el envés. (d). Eriosorus, Fée.—Frondas lanudas en el envés. tf Receptáculos lineales, diversamente reticulado-anastomosados: A Soros parcialmente reticulados, de ordinario sumergidos: 45. Antrophium, Kaulf. (Su etimología nos es desconocida. Sole- nopteris, Wall.). Pol-antrophia (C. 1.). Son helechos de rizoma ma- sudo y erguido, con frondas sencillas, coriáceas ó membranáceas, pro- 152 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES vistas de venas uniformemente reticuladas, procedentes de una costilla que puede faltar, y arregladas en areolas sub-exagonales y alarga- das. Soros sin indusio, generalmente sumergidos, pero á veces super- Figura L. 1. Pínula de Gymnogramma leptophylla, Desv.; 2. Otra pínula aumentada pa- ra mostrar los soros bi-partidos; 3. Fragmento de G. rufa, Desv., con los soros bi-partidos; 4. Pina de la anterior; 5. Esporangio; 6. Esporas. DE MÉXICO. 153 ficiales, lineales, situados en las venas anastomosadas que forman los lados de las areolas, y de ordinario unidos entre sí (Figura LI). Figura Ll. 1. Fragmento de fronda de Antrophium Cayennense, Kaulf.; 2. Porcion au- mentada del mismo para mostrar los soros sumergidos; 3. Esporangio; 4, Esporas; 5. Fronda de Antrophium ensiforme, Hook; 6. Esporangio del mismo; 7. Sus esporas; 8. Esporangios tiernos; 9. Fronda fértil de la especia anterior. De este género hay en México 4 especies: A. ensiforme, Hook. —Veracruz, Chiapas. A. Galeottii, Fée.-—México. - A. lanceolatum, Kaulf.—Veracruz, Orizaba, México. A. lineatum, Kaulf.—México, El Mirador, etc. AA Soros superficiales, universalmente reticulados: 46. Hemiomitis, L. (¿Planta parecida á la lengua de ciervo?) Pol- hemionitida (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto y erguido ó rastrero, y frondas proliíferas, aflechadas, cordiformes, palmadas ó pi- nadas, herbáceas ó coriáceas, siendo las fértiles más altas, con venas uniformes procedentes de «una costilla, donde quiera anastomosadas, y arregladas en areolas desigualmente exagonales y más ó menos alar- gadas. Soros sin indusio, superficiales, angostos ó lineales, á menudo 154 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES confluentes entre sí, y dispuestos sobre todas las venas anastomosadas, en receptáculos por esto mismo reticulados. A México pertenecen las 3 especies siguientes: H. hederaefolía, J. Sm. México. H. elegans, Davenp.—Guadalajara, Tequila. H. palmata, L.—Córdoba, Orizaba, Chiapas (Figura LID). SUB—TRIBU 11.— POLIPODIEAS. + Venas libres: *x Soros oligocarpos, confluentes en una faja marginal: 47. Notochlaena, R. Br. (Del griego “nothos,” espuria, y “klaina,” vestidura exterior. Cincinalis, Gled., Desv.; Argyrochosma, Erochosma y Lepichosma, J. Sm.) Fol—notochlaena, (C. 1.). Helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, y frondas pinadas ó bi-tri-pinadas, cuyos márgenes á veces ofrecen cierta tendencia á doblarse: tienen venas sen- cillas ó bifurcadas desde una costilla central, y venitas libres. Soros sin indusio, pequeños, redondeados, oligocarpos, contiguos y lateralmente confluentes en un ribete angosto, sobre receptáculos terminales (Figu- ra LID. : En México hay 18 variedades con 5 especies, pertenecientes á estas 2 secciones: (a.) Oíncinalis, Desv.—Frondas lisas ó harinosas en el envés. (b.) Alloesthes, Moore.—Frondas peludas, escamosas ó lanudas en el envés. K x Soros globulosos y distintos: 48. Polypodium, L. (Literalmente traducido significa “muchos pies,” por ser en general numerosas las frondas que proceden de un mismo rizoma. Tiene hasta 26 sinónimos: Psidopodium, Neck.; Ade- nophorus, Gaud.; Marginaria y Lastrea, Bory; Amphoradentum, Desv.; Ctenopteris y Dicranopteris, Bl.; Pegopteris y Glaphyropteris, Presl.; Lepicystis, Arthropteris, Anopodium, Catopodium, Cystidium, Dryop- —— DE MÉXICO. 155 Figura LIT. Hemionitis palmata, L. (% tamaño natural). A. Hojas inferiores estériles;;B. Hojas superiores fértiles. 1. Porción aumentada de una hoja superior pa- ra mostrar la disposición de los esporangios; 2. Esporangio. 3. El mismo en estado dehiscente; 4. Pelos aumentados pluri-celulares. Memorias. T. XX V, 1906-1907,—13 156 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES teris y Desmopodium, 3. Sm.; Cryptosorus, Fée.; Monachosorum y Thy- lacopteris, Kunze.; Pseudathyrium, Gymnocarpúum y Ctenopteris, Newm.; Gymnodium y Coelopteris, A. Br.; Catenularia y Leptostegia, Zipp.). Pol-polypodia (C. 1.). Los helechos de este género tienen el rizoma rastrero y á veces prolongado, ó corto y erguido, ó recostado, Figura LITI. 1. Pina de Nothochlaena trichomanoides, R. Br.; 2. Segmento aumentado de la misma para mostrar los soros oligocarpos marginales; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Escama estrellada de la superficie de la fronda; 6. Fron- da de N. sinuata, Kaulf. Frondas coriáceas, herbáceas ó membranáceas, sencillas, pinatifidas. pinadas ó bi-tri-pinadas, continuas ó articuladas con el raquis: sus venas son sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres. Soros sin indusio, ovoides ó globulosos, superficiales DE MÉXICO. 157 ó sumergidos, con sus receptáculos terminales ó situados en la media- nía de las venas libres (Figura LIV). Figura LIV. 1. Planta reducida de Polipodium vulgare, L.; 2. Segmento de la misma; 3. Fragmento del anterior, aumentado, para mostrar los soros terminales de la sección Ctenopteris, Bl.; 4. Esporangio; 5. Esporas; 6. Segmen- to de P. Phegopteris, L., con los soros en la medianía de las venas: sec- ción Phegopteris, Presl.; 7. Fragmento de P. tenuwisectum, Bl., con los soros basilares de la sección Themelium, Moore; 8. Porción aumentada del anterior; 9. Pina de P. sororium, H. B. K.; 10. Porción de fronda entre 2 venas del P. lasvigatum, Cav. ; Las numerosas especies de este género, de las que hay 90 dentro de nuestros límites, se reparten en las siguientes secciones: A. Soros basilares y solitarios: (a). Themelium, Moore?—Frondas adherentes. 158 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES B. Soros intermediarios: (b). Phegopteris, Presl.—Frondas continuas ó adherentes. C. Soros terminales, en receptáculos puntiformes: (c). Prosechium, Moore?—Frondas adherentes. D. Soros terminales, en receptáculos ensanchados: (d). Adenophorus, Gaud.—Frondas adherentes ó continuas con el rizoma. E. Soros terminales: (e). Arthropteris, J. Sm.—Frondas y pinas articuladas. (1). Ctenopteris, Blume.—Frondas articuladas con el rizoma. t Venas reticuladas, sin venitas inclusas: 49. Dictyopteris, Presl. (Libremente interpretado significa “hele- cho reticulado.” Dictymia, J. Sm.). Pol-dityopterida (C. 1.). Helechos de rizoma en general rastrero y frondas coriáceas, sencillas ó bi- pina- das, con venas uniformemente reticuladas, procedentes de una costilla central, las que forman areolas oblicuas y alargadas, sin venitas libres inclusas. Soros sin indusio, oblongos ó globulosos, á veces seriados en el margen, pero más á menudo situados en la mediania de las venas ó sobre receptáculos que se hallan en el punto de unión de varias ve- nitas (Figura LV). La única especie mexicana se llama D. ¿rregularis, Presi. ho S : ; ' + Venas reticuladas, con venitas libres inclusas en las areolas: 50. Goniophlebium, Blume. (Del griego “gonia,” ángulo, y “phle- bos,” vena, esto es, venas angulosas. Marginaria, Sinammia, Pleuro- gonium y Cripsinus, Presl,; Orasperadia, Link.; Mecosorus, Kl.; Lo pholepis, Lepicystis y Schellolepis, J. Sm.). Pol-goniophlebia (C. 1.) Las especies de este género son helechos de rizoma rastrero y frondas articuladas, sencillas, pinatifidas ó pinadas, coriáceas ó herbáceas, á veces escamosas, y las fértiles, á menudo mucho más angostas: tienen venas bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central, con las venitas anteriores más bajas generalmente libres y fértiles, mientras que s DE MÉXICO. 159 £ las demás se anastomosan angular ó arqueadamente en una ó varias series, de cuyos ángulos parten venitas libres y escurrentes, con fre- cuencia fértiles: las venitas marginales son libres. Soros sin indusio, Figura LV, 1. Fragmento de Dictyopteris attenuata, Presl.; 2. Esporangio; 3. Esporas. w globulosos ó más raramente oblongos, á veces escamiferos y dispues- tos en una, dos 6 tres series transversales, sobre receptáculos puntifor- mes, rara vez oblongos, situados en las extremidades de las venitas anteriores más bajas, ó en las venitas libres y escurrentes de los án- gulos, inclusos individualmente en el interior de las areolas (Figura LVD. Sus especies, de las cuales hay 16 dentro de nuestros límites, se re- parten en dos secciones: (a). Marginaria, Presl.—Frondas monomorfas. (b). Crypsinus, Presl.—Frondas dimorfas. 160 Figura LVI. 1. Fragmento de Goniophlebium verrucosum, J. Sm., para mostrar los soros en las areolas costales; 2. Esporangio; 3. Esporas; 4. Esporangios abor- tados; 5. Fronda fértil de Goniophlebium piloselloides, J. Sm.; 6. Por- ción aumentada de la misma. DE MÉXICO. SUB—TRIBU 12.—-ACROSTIQUEAS. ++ Frondas fértiles solamente en las pinas superiores: 51. Acrostichum, L, (Del griego ““akros,” extremidad, y “stichos,' linea, Crysodium, Fée.) Pol-acrosticha (C. 1.). Comprende helechos de rizoma espeso, sub-globuloso y recostado. Frondas pinadas, grue- sas, coriáceas, con las pinas superiores fértiles generalmente algo más angostas: tienen venas uniformemente reticuladas en pequeñias mallas exagonales y regulares, sin venitas inclusas. Soros superficiales, sin indusio, en receptáculos que ocupan la superficie inferior de las pinas superiores (Figura LVID). Figura LVII. 1. Pina fértil de Acrostichum latifolium, Sw.; 2. Fragmento de fronda estéril de A. aureum; 3. Fragmento de fronda fértil del mismo; 4. Esporan- gio, acompañado de otros dos abortados; 5. Esporas; 6. Esporangio del A. latifolium; 7. Sus esporas. 162 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES Esparcidas por diferentes localidades hay en México 24 especies. ++ Frondas totalmente fértiles: O Venas libres: 52. Elaphoglossum, Schott. (Del griego “elaphos,” ciervo, y “glo- + sa,” lengua, algo así como “lengua de venado.” Acrosthichum, Fée.; Phyllitis, Neck.) Pol-elaphoglossa (C. 1.). Son helechos de rizoma largamente rastrero ó corto y recostado, en raro caso ramoso. Fron- das enteras y sencillas, las fértiles con frecuencia algo más angostas, desnudas ó escamosas, con venas sencillas ó bifurcadas y paralelas, procedentes de una costilla central: sus venitas son libres, masudas en el ápice, el cual termina precisamente en el margen. Soros superficia- les, sin indusio, en receptáculos que ocupan la superficie inferior de las frondas fértiles apenas contraídas. Comprende 44 especies mexica- nas, muchas de ellas consideradas como Acrostichum. Atendiendo á la naturaleza de sus frondas se pueden repartir en dos secciones (Fi- gura LVII): Figura LVII. 1, Fragmento de fronda estéril de Elaphoglossum conforme, Schott.; 2. Frag- mento de fronda fértil del mismo, con los esporangios parcialmente re- movidos; 3. Esporangio; 4. Esporas. DE MÉXICO. 163 , (a). Oligolepidum, Moore. —Frondas desnudas ó poco escamosas. (b). Polylepidum, Moore.—Frondas muy escamosas. 00 Venas reticuladas: 53. Anapausia, Presl. (Nombre de origen para nosotros descono- cido. Gymnopteris, Fte.; Cheiropleuria y Euryostichum, Presi.) Pol- anapausia (C. 1.). Helechos de rizoma rastrero ó trepador, y frondas sencillas, lobuladas, pinatifidas ó pinadas y de dos clases: las fértiles más angostas y á veces libres, herbáceas ó coriáceas. Tienen venas prominentes, pinadas desde una costilla central, con venitas tan pron- to anastomosadas, formando areolas primarias paralelográmicas, y areo- las secundarias exagonales é irregulares, como palmado-bifurcadas, con areolas primarias en cuadros irregulares, y areolas secundarias sub-exagonales: ambas formas encierran venitas libres, sencillas, gan- chudas ó divergentes, con ápices espesos. Soros superficiales, sin in- dusio, en receptáculos que ocupan la superficie inferior de las frondas fértiles contraídas (Figura LIX). Es un género establecido á expensas de Acrostichum, y del cual en México hay una sola especie con una sola variedad: 4. aliena, Presi. (Acrostichum alienum, Sw.), de Oaxaca, Chiapas y Veracruz, var. cla- dorrhizans, Moore?, sin localidad especificada. CLASE VIMNP—EQUISETINEAS. FAMILIA 172% —EQUISETÁCEAS. Esta familia, última de las Criptógamas Vasculares, sólo comprende el género Equisetum, conocido en castellano con el nombre vulgar de “Cola de Caballo,” el cual se compone de plantas vivaces, acuáti- cas ó terrestres, de rizoma rastrero y á menudo ramoso. De él se des- prenden tallos rectos, compuestos de artículos cilíndricos, estriados y huecos. Cada artículo está provisto en su extremidad superior de una vaina foliácea y dentada, con divisiones más ó menos profundas, pro- cedentes de un diafragma que limita la cavidad central, y consta de dos 164 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES tubos ó cilindros concéntricos, uno cortical, fibroso celular, con gran- des lagunas longitudinales situadas enfrente de los surcos exterio- Fes, y otro interno, compuesto de vasos anulares ó espiralados, con pequeñas lagunas alternadas con las precedentes. Las ramas y las ra- mitas, regularmente verticiladas, nacen en la base interna de las vai- nas que necesitan atravesar para salir al exterior. Su organización Figura LIX. 1. Fragmento de fronda estéril de Anapausia aliena, Presl.; 2. Pina fértil de la misma; 3. Fragmento de la anterior con los esporangios removidos; 4. Esporangio; 5. Esporas. es idéntica á la del tallo, por más que las lagunas corticales y la cavidad central pueden faltar en algunas especies. Los órganos repro- ductores se hallan dispuestos en conos ó espigas que ocupan tan pron- to la extremidad del tallo como la de ramas especiales proceden- tes del rizoma. Dichas fructificaciones constan de varius verticilos de piecitos horizontales y peltados que se llaman “Clipeolos,” los que DE MÉXICO. 165 á su vez llevan en su cara interna una serie circular de 6 á 9 espo- rocarpios ovoidales y deshiscentes por una hendedura que mira ha- cia el pie del clipeolo. Los esporocarpios contienen esporas esféricas, rodeadas de tres membranas, de las cuales la exterior, en la época de la madurez, se divide en 4 lacinas ó “eláteres” adheridos á la espora por un solo punto común, muy elásticos é higroscópicos, constituyendo así los agentes activos de la diseminación. Al germinar así las esporas producen un protalo irregularmente lobulado, monoico ó dioico, que lleva en sus extremidades los anteridios y hacia la base los arquego- nios. Los primeros consisten en una cavidad ovoide, rodeada de una pared compuesta de una sola capa de células, y deshiscente por su ex- tremidad en una especie de corona, por cuya abertura se escapan los anterozoides. Estos se componen de dos partes, una anterior espirala- da, con un gran número de cilios vibrátiles, y otra posterior en forma de hoz. También los arquegonios constan de dos partes principales: una inferior redondeada, sumergida en el protalo y provista de una celula central, otra superior tubulosa saliente al exterior y constituida de cuatro hileras con cuatro células en cada una. En el momento de la fecundación la célula central se transforma en una oospora por la intervención de un anterozoide que ha recorrido el canal del arque- gonio, quedando con esto asegurada la existencia de un nuevo indi- viduo. Las Equisetáceas sólo tienen afinidades con los “Helechos” en vir- tud de su aparato reproductor y manera de germinar. Sus especies se emplean donde quiera para pulir los metales y las maderas duras, á causa de la gran cantidad de sílice que contienen las células epidérmicas. GÉNERO ÚNICO. Equisetum, L. (“Crin,” y por extensión “Gola de caballo.” Eq-equi- seta (C. [.). Tiene exactamente los caracteres de la familia. Es un gé- nero universal, compuesto en la actualidad de numerosas especies que en su mayor parte viven en la orilla del agua ó en lugares húmedos y sombrios (Figura LX). Figura LX, 1. Equisetum ramosissimum, Desf.; 2. Protalo masculino del E. limosum, pa- ra mostrar en a, tres anteridios cerrados; en b, un anteridio del que se escapan los anterozoides, y en ce, un anteridio vacío; 3. Trozo del tallo desarrollado y aumentado; 4. Espora madura del E. limosum, envuelto por sus 4 eláteres; 5 y 6. Anterozoides en movimiento; 7. Un cliopeolo DE MÉXICO. 167 La Flora mexicana sólo cuenta con 5 representantes que pueden re- partirse en dos grupos naturales: (a). Colas de caballo estivales. —Fructificación en las extremidades del tallo. (b). Colas de caballo vernales. —Fructificación en las extremidades de ramas especiales, procedentes del rizoma. Hé aquí los nombres de las especies mexicanas: E. giganteum, L.—Las Canoas, Orizaba, San Luis Potosí. E. Schafíneri, Milde.—E. giganteum, L. E. Mexicanum, Milde.—El Mirador, Orizaba. E. myriochaetum, Cham. y Schl. —Córdoba, Misantla. E. ramosissimum. Desf.—Jicaltepec, Orizaba, Jalapa. E. robustum, A. Brawn.—Orizaba, Valle de México. CLAVE DE LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES MEXICANAS, 1 $ Esporas de dos especies. ...oooocoooo..o. Tipo IV?... " UL Esporas de una sola especie......... Tipo V.... [ Esporangios radicales ó peciolares. Plantas acuáticas ó paludosas... Clase IV?.. Tipos. ... Heterospóreas.... 2 ..» ÍSOSpÓTCAS....oo.. 5 Clases. ... Hidropterideas... 4 27 Esporangios en espigas terminales. Plantas muscoideas terrestres... Clase V?...... Selaginelas ........ 4 [ Ramificación dicotómica con hojas A Clase VI?..... Licopodíneas...... 5 y Ramificación lateral con hojas bien | desenvueltas commcnonicrrnionccnrnnnss Clase VII?... Filicíneas....vmoos AO | Ramificación verticilada, con hojas LU rudimentarias ó sin ellas......... . Clase VITI?.. Equisetineas ...... 5 Familias. [ Esporangios multiloculares......... Familia 164% Marsileáceas...... 18 ¡ Esporangios uni-loculares, los fe- meninos con una sola espora..... Familia 165% Salviniáceas....... 19 4.| Esporangios uni-loculares, los fe- meninos con muchas esporas..... Familia 166% Isoeláceas.......... 20 Esporangios uni-loculares, los fe- | meninos con 4 esporas, rara vez LU MÁS Ó MENOS. ocavonononansonesacanaos Fami'ia 167% Selagineláceas..... 21 ' ; De DE MÉXICO. 169 ( Protalo SUDtLOTTÁDEO cuanoroveitos ema É 1 PTOLAlO ABRO a. naoodnancos A [ Esporangios solitarios y axilares... B. J Esporangios agrupados en espigas ! L a Capa l Esporangio sin anillo. Hojas circi- rro ross rr rr rr ro repro. pro oros .rasrrsnssrrnrso.oo.»» Familia 168% Licopodiáceas. .. Familia 169% OflogláceaS........ | E Familia 170% Maratiáceas ..... 7 ] Esporangios con un anillo. Hojas ; IEC An a e is IO e aL Familia 171% Polipodiáceas.... | Esporangio sin anillo. Hojas nulas ( OM QIMen taras a veda sour seat oe oe Familia 172% Esquisetáteas..... Tribus. ( Anillo rudimentario ó incompleto, | giboso Ó MUY ANChOcoccoccncicono. Tribu I...... Osmundineas...... 8. Anillo polar; completo ..........--... Tribu IM... Esquiceineas ...... | e AA O MANI lor vettical CASTICO MO PIOLO tesatalobiós conlleve oboe co pdraedons a Soros extrorso-marginales............ Tribu 111... Tricomanineas.... " | Soros dorsales ......... O EPA Tribu IV... Gleiquenineas ..... 10 Esporangios sesiles ó sub-sesiles... Tribu V..... Ciateimeas .....o... "| Esporangios gibosos ó pedicelados. Tribu VI... Polipodineas...... [ Receptáculos universales, ó sea es- | parcidos sobre el disco entero de ¡ las frondas, de modo que ocupan 11 | venas y Parenquima ....oco.momo... WN Receptáculos locales, cireunscritos, ó sea limitados á determinadas partes de las venas y definidos en Sub-tribus. Sub-tribu 12... Acrostiqueas... | CUADO MEM O UL ao aua io dea 24 60 32 11 58 Lar pe PUN A 170 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Y Loa Sub-tribus. [ Soros espuriamente indusíados...... Sub-tribu8...... Plotilomeas.... 51 | Soros involucrados ó sea con el in- 19 ] dusio inferior........ elo e Sub-tribul...... Diecsonieas..... 34 ; | Soros indusiados, esto es, con el in- | o A A O 13 [Soros desnudos ó sin indúsio..-.oicmono conca soon so coo ponen ON 17 [ Soros paralelos á las venas, oblon- E A j gos, lineales ó alargados............ Sub-tribu 4 ..... Aspleniens.... 41 ; ¡ Soros puntiformes......... A A 14 | Soros transversales á las Venas....o.ooooomooccooo. AA an ia dE 15 7 Indusio redondeado ú oblongo...... Sub-tribu 2...... Davalieas...... 36 * | Indusio peltado ó reniforme......... Sub-tribu B...... Aspidieas....... 37 ( Indusio dehiscente á lo largo de su | margen exterior y adherido por a 16 e ARIES CRIA Sub-tribu 5...... Lindseas....... 44 3 1 Indusio dehiscente á lo largo de su | margen interior y adherido por LU. el exteriol .ooomicncononononncoonoanecano E De aaa AA 16 16 Soros marginales........o.omcoosononoso . Sub-tribu 6... Plerideas.......... 45 " | Soros intra-marginales.............. Sub-tribu 7... Blecneas..........: 49 [ Soros transversales á las venas...... Sub-tribu 9... VitaritaS...oo.o.ooo. 52 ; 17 | Soros paralelos á las venas, oblon- F ñ | gos ó lineales comoooooccconncanonnn nos Sub-tribu 10... Gymnogrameas, 53 | A L Soros puntiforMes. ...ooocmeccorronorno. Sub-tribu 11... Polipodieas...... 55 ] E Eno: 4 Géneros. H 18. Frondas circinadas al principi0,....oooocennonceronrcnarno cos «.=» Marsilea. ) s Esporocarpios TaCiMOSOS..cooocinecnecenensonenannoconanonianonnos Salvinia. " | Esporocarpios geminadoS...omcoocenenennneccorencccnnconemacanens Azolla. 20. Microsporangios con más de 1.000,000 de microsporas... /soetes. 21. Organos reproductores de dos especies ..ccoocomconomionson.. Selaginella. DE MÉXICO. 171 Géneros. 99 Esporangios uni-loculares.....oooocccoorcacononoronconaroonooconos Lycopodium, 1 Esporangios tri-loCulareS...coomiocococnocacnosno ios pebcereonconoos Psilotum. [ Esporangios en una panoja TAMOSA ..cononcnccccnnen conocio Botrychium. 23. ] Esporangios en una espiga dÍSticA .....oomooo conca ooroonoroos Ophioglos- L sum. [Soros ablongos y distintos, longitudinalmente bivalvares Marattia. 24. ¿ Suros soldados sobre toda la superficie de las frondas fér- l A a E A e TIO Danaea Esporangios bi-valvares......... Se NOU AN Osmunda. a HSpOraneios no VALV ados. .cuvobsscoaoranioreasas cebo aragon dddano Ceratopteris. [ Esporangios con estrías en el ápice, sin dejar ningún | espacio vacío; plantas trepadoras .oocoommnoncoconnconencccconencnaricinos 27 26. , Esporangios con estrías no unidas en el ápice, de modo | que éste se halla ocupado por un espacio orbicular va- l cío; plantas herbáceas y MUy pequeñaS........... AA PSA 28 97 WManasa DTO acto cos der dei inde Lygodium. Mitin are tico la das dable dodo. do aio «ap peda 76 Schizaea...... AO 98 ScolopendriUM. ..conoooocornorconons 129 Sinopsis de las (O. Va8 ...omo.oooc.. 65 ' Trichomanes ....... ARAARIO OR 102 TriCOMANDINCAS AS 102 'VItarieas cs AS Y Y Vittariaq....c.;.0. 003 oea on e 148 W'OOdBlAa ..scnitoonsts Ene cO EN 111 Wioodwardla....sonncasc esoo dean 141 b $ 4 E! Y 4 MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS Y ELECCIONES DE VERTICES EN LAS TRIANGULACIONES TOPOGRAFICAS Y GEODESIOAS. Por el Ing. Luis Urquijo, M.S. A. I. Las triangulaciones tienen varios objetos, como son: encontrar la distancia entre dos puntos, determinar la superficie de un terreno de considerable extensión, encontrar la posición geográfica de un punto re- ferida á otro previamente fijado, etc., y en mayor escala, el levanta- miento geográfico y preciso de una nación y las medidas de grandes arcos de meridianos y de paralelos en las que la mayor parte de los pueblos cultos se ocupan ahora con el fin de precisar, lo más que sea posible, la forma y dimensiones de la Tierra. Se comprende desde lue- go la importancia de una triangulación y la necesidad de hacerla con los mejores elementos y en las mejores condiciones posibles, á fin de llenar debidamente el objeto que se persigue. Entre estas condiciones, la primera y una de las más importantes es, sin duda alguna, la nece- sidad de una previa y buena elección de vértices, á fin de que dada la naturaleza del terreno, los triángulos resulten conformados convenien- temente, evitando asi figuras defectuosas, que acumulándose en núme- ro considerable producirían en el resultado final errores que alterarían su precisión. Si la superficie de la Tierra fuera sensiblemente uniforme en su con- figuración, la elección de vértices no ofrecería dificultad alguna y las figuras de una cadena ó red de triángulos resultarían formadas conve- nientemente, reuniendo todas las condiciones para producir el mayor grado de precisión en el resultado; pero la corteza de nuestro globo ha sufrido, desde su formación, grandes cambios debidos á la acción de 178 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS causas internas, las cuales han producido elevaciones en algunas par- tes y depresiones en otras, siendo además modificados estos acciden- tes por la acción de causas exteriores, tales como los agentes atmosféri- cos y las aguas. Fácil es comprender, por lo tanto, las dificultades con que tropieza el topógrafo encargado de hacer un proyecto de triangu- lación, puesto que muchas veces, ó mejor dicho, en la mayoría de los casos, sucede que en los lugares donde sería conveniente escoger vér- tices, se encuentran depresiones en lugar de puntos elevados, ó bien se interponen serranías ó montañas que impiden la visibilidad de algunos de los vértices ya elegidos: resultando de esto que á veces sea indis- pensable elegir puntos que no satisfagan debidamente las condiciones de una buena triangulación; pero siempre podrán encontrarse, entre es- tos puntos, aquellos que ofrezcan condiciones menos desventajosas. Á este fin contribuye la experiencia del topógrafo y la observancia de cier- tos principios cuya aplicación hará que por medio deun examen ana- lítico € interpretativo, logre por decirlo así, ver de relieve las formas de los accidentes del terreno que tiene á la vista. II. Según lo expresado anteriormente, las triangulaciones pueden considerarse divididas en dos grandes grupos, que son: 192 Las trian- gulaciones en pequeña escala ó triangulaciones topográficas, y 2? Las triangulaciones en grande escala ó triangulaciones geodésicas. Esta di- visión en dos grupos no sólo tiene por base el objeto á que se destina una triangulación, sino también la longitud dada á los lados de los triángulos, la precisión de los instrumentos empleados, así como los mé- todos que se usan en las observaciones y los medios de que se vale el observador para conseguir la visibilidad de los vértices á grandes dis- tancias. En el cuadro siguiente pongo la clasificación completa de las trian- gulaciones, la cual es conveniente tenerla en cuenta al hacer un pro- yecto de esta especie, porque el método empleado en los reconocimien- tos, varía según la longitud de los lados de los triángulos y según el objeto que éstos deban llenar. De este modo, dado el objeto de una ca- dena ó red de triángulos, fácil será seguir el método de reconocimien- to que sea más adecuado al caso que se presente. Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 1 1 eo CLASIFICACIÓN DE LAS TRIANGULACIONES. Triangulaciones to- pográficas.—(Su objeto es la determinación de erandes distancias, el le- vantamiento de planos de terrenos de conside- rable extensión, la deter- minación de superficies, etc. El método empleado en las observaciones, es el de “repeticiones”). Triangulaciones geo- désicas.—(Su objeto es la medición de grandes ar- cos terrestres, el levan- tamiento geográfico y preciso de una nación, ete. Las observaciones se hacen generalmente por el método de “direccio- nes”). AA A KA a e a 1 yq _————— Primarias ——(La longitud de los lados no excede de 15 kilómetros. En las medidas angulares se emplean teodolitos de preci- sión y para puntos de mira se usan table- ros perfectamente fijos y centrados en los vértices que se observan). Secundarias.—(La longitud de los lados no debe exceder de 5 kilómetros. En las medidas angulares es suficiente emplear teodolitos de 1? de aproximación y para puntos de mira se usan banderas bien cen- tradas y colocadas verticalmente). Terciarias.—(En las que las observacio- nes se hacen en las mismas condiciones que las secundarias pero exceptuando la medida de un ángulo. Estas triangulacio- nes, apoyándose sobre un lado de las pri- marias ó secundarias, sirven para fijar los detalles del terreno). A Y De primer orden.—(En las que la lon- gitud de los lados excede de 30 kilóme- tros. Empléanse en las medidas angulares, aparatos de la mayor precisión y alcance visual y para la visibilidad de los vértices se emplean heliotropos). De segundo orden. — (Los lados no exceden generalmente de 30 kilómetros. Empleanse igualmente aparatos de la ma- yor precisión y para la visibilidad de los vértices es suficiente emplear tableros como puntos de mira). 180 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS lI.—Lo primero que debe hacerse al comenzar un proyecto de trián- gulación, es buscar un terreno suficientemente extenso y sensiblemen- te plano y horizontal á fin de que ofrezca las mejores condiciones posi- bles para la medida de la base que debe servir de lado de partida para la formación de los triángulos de la cadena ó red en proyecto. La longitud de dicho lado depende de la naturaleza misma del terreno, así como de la clase de triangulación que se tenga que proyectar; pe- ro por regla general puede establecerse que la longitud de una base geodésica no debe ser menor de 8 kilómetros, porque siendo las di- mensiones de los lados de los triángulos bastante considerable, sería necesario al establecer la liga de los vértices de la triangulación, elegir mayor número de vértices intermedios, lo cual complicaría la figura y disminuiría la precisión de los resultados. Para las triangulaciones topográficas puede establecerse que la lon- gitud de la base esté comprendida entre tres y cinco kilómetros para las primarias y entre uno y tres para las secundarias. Además de las condiciones de horizontalidad y extensión, debe pro- curarse que el terreno no sea pantanoso, porque este inconveniente no sólo dificultaría la medida, sino que las estacas empleadas en esta operación no ofrecerían la fijeza y estabilidad necesarias para produ- cir el grado de precisión deseado. Debe procurarse además que no haya árboles corpulentos, ni casas en el trayecto de la línea proyectada y siempre que sea posible, debe- rá localizarse ésta á lo largo de un camino carretero ó de un ferroca- rril, lo cual evitará la pérdida de tiempo empleado en la preparación del terreno para proceder á la medida de la base. Elegido el terreno y fijados los dos extremos de la mencionada lí- nea, debe cerciorarse el observador de la visibilidad reciproca de di- chos vértices, para lo cual es enteramente indispensable verificar esta condición estacionando en ambos extremos, porque muchas veces el perfil del terreno es tal que el observador colocado en uno de los vér- tices puede observar muy bien una señal colocada en el otro, pero al trasladarse á este punto, la señal colocada en el extremo anterior, no puede verse á causa de que con frecuencia, la parte más alta del per- MAT SM A Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 181 fil del terreno se encuentra muy próxima á uno de los vértices y por consiguiente la visual del observador colocada en el vértice próximo á la parte más alta del perfil, viene á pasar muy por encima del ver- tice lejano, según se ve en la figura adjunta. Es necesario además, que la inclinación del terreno en la dirección de la línea que se va á medir no exceda de unos cuatro grados y de que en ambos extremos se observe un horizonte extenso, á fin de que puedan elegirse convenientemente los puntos que deban servir para establecer la liga de la base con los vértices primordiales de la trian- gulación. Para la medición aproximada de la linea en proyecto es suficiente emplear las indicaciones de un telémetro, tomando al mismo tiempo las acotaciones del terreno, así como los detalles principales que se encuentren en él. Sucede con frecuencia que éste se encuentra obstrui_ do por maleza ó por sembraduras y entonces, al hacer el proyecto, es necesario seguir un alineamiento á rumbo y distancia, que partiendo de uno de los extremos termine en el otro, lo cual es muy ventajoso porque se puede detallar muy bien el terreno por medio de secciones transversales. IV.—En las triangulaciones topográficas, como la longitud de los lados es relativamente corta, la elección de vértices no ofrece general- mente serias dificultades y los triángulos en la mayoría de los casos resultan conformados convenientemente y satisfacen las condiciones de una buena triangulación. Estas condiciones son esencialmente dos: 1% Los triángulos deberán ser tan grandes como sea posible á fin de que su número sea el menor entre las diferentes cadenas que pudie- ran proyectarse. Para esto hay que tener en cuenta naturalmente el alcance del aparato empleado en las observaciones, así como la con- figuración misma del terreno, la cual hace que muchas veces no se 182 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS pueda disponer de lados de tamaño bastante adecuado. La segunda con- dición es, qué los triángulos se acerquen tanto como sea posible á la forma equilátera: porque, como es bien sabido, el error que resalta en un lado de un triángulo es tanto menor, cuanto menor sea la diferen- cia entre sus tres ángulos. Esto se puede demostrar de la siguiente manera. Siendo A, B, Cy a, b, e respectivamente los ángulos y los lados de un triángulo en el que supondremos el lado a libre de error, los lados b c se obtendrán por las fórmulas: sen B sen E CO - sen Á sen A N=au Tomemos ahora la expresión X=f(x), en la que un error dz co- metido en x« producirá el error de en X, y un error r cometido en 2, producirá en X, el error e En general, si X es una función de va- rias cantidades observadas x, y, z....cuyos errores probables son 7,, T'z, Ty, +... y Si las observaciones están hechas con precisión de modo que los errores probables sean muy pequeños, se tendrá: Esta fórmula dará el error probable de X y si suponemos en las fórmulas primeras que cada ángulo tenga un error probable r: con- forme á la expresión (A), los errores de bh y e serán: ry=br /cot?A +: cut? B r.=0r /cot*A + cot*C Se ve claramente que si alguno de los ángulos es muy pequeño, la cotangente será muy grande; y por lo tanto los errores 7, y 7, también lo serán y el valor más pequeño de r, se obtendrá cuando A = B. Igualmente el valor más pequeño de 7, se obtendrá cuando A = C, lo cual quiere decir que el caso más favorable ocurrrirá cuando A = =B=0C. En la práctica no es posible encontrar puntos formando ángulos de o A E Y ELECCIONES DE VÉRTICES 183 60%, pero siempre que sea posible deberán evitarse los ángulos meno- res de 30%, En un terreno, tal como una llanura de gran extensión, la cadena de triángulos se acercaría mucho á su forma teórica, que sería una se- rie de triángulos equiláteros y en el menor número posible, que par- tiendo de la base llegara al punto terminal. Para este caso, la longitud de dicha línea sería igual á la de los lados; pero muchas veces no se puede encontrar un terreno de suficiente extensión para la medida de la base y entonces se escogerán los extremos, tan distantes como sea posible y se elegirán los vértices de los primeros triángulos, de modo que éstos, sin quedar muy deformados, tengan á partir de la base un incremento gradual, hasta que los lados de los siguientes triángulos lleguen á tener la longitud deseada. Este incremento, teóricamente de- be hacerse por medio de triángulos isóceles, según la fórmula: A. o AN E AA 2cos A 8 UE 2% cos" A V.—Lo dicho anteriormente se refiere al caso más sencillo de trian- gulación, pero en otros casos, como por ejemplo, cuando se trata de determinar la superficie de un terreno de extensión considerable, ó de la medición de un arco terrestre, es conveniente no formar una sim- ple cadena de triángulos, sino que deben elegirse los vértices de tal modo que en ellos concurran varios lados de la triangulación, á fin de que puedan compensarse las figuras formadas, obteniendo así mayor grado de precisión en el resultado. Para obtener esto, hay dos proce- dimientos, el primero consiste en formar una cadena de cuadriláteros con sus dos diagonales observadas (lo cual equivale á considerar ob- servados los cuatro triángulos de cada cuadrilátero). En la evaluación de superficies, la cadena así formada deberá acercarse lo más que se pueda al perímetro del terreno y terminar en el mismo lado ó base donde comenzó la triangulación. No siempre es posible encontrar cua- driláteros con sus diagonales observables, pero se obvia esta dificultad, escogiendo para cada uno de ellos un punto desde el cual se observen los cuatro vértices. El segundo procedimiento consiste en cubrir la su- 184 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS perficie del terreno con una red de triángulos unidos de cuantas ma- neras sea posible y aproximándose, tanto como se pueda, á la forma equilátera. Así cada vértice interior será el vértice común de seis trián- gulos, y quedará fijado por seis visuales; lo cual equivale á que en lu- gar de cuadriláteros como anteriormente, quedarán formados exágo- nos unidos y enlazados entre sí. V!.—Para la identificación de los vértices en una triangulación to- pográfica, no hay dificultad alguna, siendo solamente necesario emplear las indicaciones de una brújula que dé los azimutes con 1 grado ó 2 grado de aproximación. Elegida la base y fijados convenientemente sus dos extremos, se procede á la elección de vértices de la cadena, para lo cual debe comenzarse por hacer estación en los extremos de dicha línea y se anotarán con su azimut correspondiente los puntos visados, los cuales serán aquellos que conforme al objeto de la trian- gulación y siguiendo las indicaciones anteriores, se presten mejor para vértices. Se formará un croquis que contenga la base y á partir de ella, se irán fijando por intersecciones los puntos visados desde los extremos. En seguida se trasladará el observador á cada uno de ellos, observando primeramente, los azimutes inversos de las líneas que se observaron en dichos extremos, con el fin de rectificar la posición de los puntos ele- gidos y comprobar además la visibilidad recíproca de los vértices. Des- pués se anotarán los azimutes de los nuevos puntos que ofrezcan mejores condiciones y fijados en el croquis, se trasladará el observador á cada uno de ellos, continuando el reconocimiento según lo indicado, hasta llegar al punto terminal de la triangulación. Ponga en seguida algunos datos tomados de! reconocimiento y elec- ción de vértices que practiqué para la triangulación de la Hacienda de la Venta (Estado de Hidalgo, Distrito de Atotonilco el Grande). Y ELECCIONES DE VÉRTICES, 185 3 DD” D Estación en el vértice A, Estación en el vértice B. Az. A— B=7%* N.E. Az. B—A =75* S.W., Az. A—-( = 40% 5S.E. Az. BC = 25% S.W. Az. A—D= 430 S.W.' Az. A—D'= 75" S.W. Estación en el vértice C, 2 Az. C—B= 21? N.E. Az. C— A= 40% N.W, Az. C— D== 76S.W. Az. C—D'=72* N.W. Según lo expresado anteriormente, el procedimiento empleado en la elección de vértices, fué el que sigue. Partiendo del lado AB, cuya lon- gitud es de 1,511 metros, se hizo estación en sus dos extremos sucesi- vamente. Se anotó primero el azimut del lado conocido, en seguida se anotó el del punto C, que era el que se prestaba mejor para tercer vér- tice del triángulo A BC. Como el mismo punto A debería ser vértice de otro triángulo para prolongar la cadena, anoté en seguida los azi- 1 El vértice D queda en los linderos con la Hacienda de Velasco, 2 El vértice € es el Cerro del Gallo. 186 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS mules de D y D', cuyos puntos fueron en seguida observados también desde €. Como se ve por la figura, el triángulo B CD”, es defectuoso, mientras que el A € D queda bastante bien conformado, razón por la cual el punto D fué el elegido definitivamente. VII.—Las trisngulaciones geodésicas, á causa de la gran longitud de los lados presentan á veces serias dificultades para los reconocimien- tos y elecciones de vértices y sobre todo para la identificación de éstos: porque el empleo de heliotropos, aunque á primera vista parece tan sen- cillo, es, sin embargo, el que origina más pérdida de tiempo y el que origina más gastos, puesto que requiere un personal de empleados diestros en el manejo del heliotropo y, por otra parte, es enteramente indispensable que haga muy buen tiempo para que pueda ser visible la luz de los mencionados aparatos, lo cual origina la pérdida de mu- chos días, durante los cuales el ingeniero encargado de hacer el pro- yecto de triangulación, se ve obligado á permanecer forzosamente inac- tivo en espera de un momento favorable para distinguir las luces que deberán identificar á Jos vértices, y aun así sucede con frecuencia que si los heliotropistas no son muy celosos en el cumplimiento de sus deberes, llegado el momento oportuno, las luces no se distinguen por- que los encargados de enviarlas no estuvieron en sus puestos respec- tivos. Todos estos graves inconvenientes pueden evitarse, restringien- do el empleo de heliotropos y haciendo uso de otros medios que casi siempre puede tener el observador á su alcance para lograr el objeto deseado. VIII.—En el supuesto de que se tengan ya fijados dos ó más vérti- ces desde los cuales se debe proseguir la triangulación, buscando nue- vos puntos que, ligados con aquellos, formen figuras adecuadas: es muy conveniente fijar dichos puntos en un mapa del Estado ó de la locali- dad donde se practique el reconocimiento, para lo cual es suficiente ejecutar una triangulación topográfica que ligue el vértice con la pobla- ción más inmediata que se encuentre fijada en el mapa. Así se podrán anotar aproximadamente los vértices que servirán de punto de partida para elegir los siguientes. Además, el estudio detenido y minucioso del mapa de la localidad y sobre todo en lo referente á la parte hidrográ- + y | p Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 187 fica, dará mucha luz respecto á la posición que deban tener los nuevos vértices que se buscan; por eso se ha dicho y con justicia, que el cono- cimiento hidrográfico de una comarca conduce al conocimiento oro- gráfico de la misma, puesto que no sólo se adquiere el conocimiento de la posición que tienen las partes más bajas de la comarca, sino tam- bién el de las partes más altas señaladas por la línea de separación de las aguas. En apoyo de este principio voy á citar un caso de identifica- ción de un vértice, en el que el estudio de la hidrografía de la comar- ca me sirvió mucho para lograr mi propósito. De los datos que el señor Ingeniero M. de Anda tomó en el vértice trigonométrico fijado en el cerro “Yucuyacua” (E. de Oaxaca), se deducía que en el citado cerro, entre los 19 y 48 grados 5S.E., existfa una amplia zona de visibilidad, en la que se descubrian sierras á una distancia que no difería mucho de 100 kilómetros; por consiguiente, era indudable que dirigiéndose á cualquiera de los cerros más elevados comprendidos en dicha zona y siempre que en ellos se observara un extenso horizonte en la dirección aproximada del “Yucuyacua,” éste tendría que ser forzosamente visible. Además, en los mencionados datos y en las vistas de cerros relativas, estaba anotado uno á los 48 grados S.E , de forma cónica y completa- mente aislado de los demás y al Sur del cual se notaba perfectamente la depresión del terreno producida por la cuenca del Atoyac ó Río Ver- de. Anotada en el mapa que llevaba yo la dirección observada, así co- mo la distancia aproximada (100 kilómetros), me convencí de que el vértice que buscaba debería encontrarse en las cercanías de Sola ó Ju- chatengo, y efectivamente, al llegar á la segunda de las mencionadas poblaciones, la cual se encuentra sobre la margen izquierda del citado Río, ví hacia el N.E. un cerro que, por su forma, posición y altura, era indudablemente el que buscaba. Después, al hacer estación en di- cho vértice, pude comprobar la visibilidad del “Yucuyacua,” el cual fué encontrado á los 48 grados N.W. El vértice á que me refiero es el cerro de “El Palmar,” cuya distancia al “Yucuyuaca” resultó ser de 109 ki- lómetros. IX. En cada uno de los puntos que deban servir para formar un proyecto de triangulación geodésica es necesario formar un eroqnis, Memorias. T, XXV, 1906-1907.—15 188 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS tan aproximado como se pueda de la serranía en que se encuentre el vértice que se piensa elegir, para lo cual es muy conveniente, hacien- do uso de un telémetro, medir una pequeña base sobre la cima mis- ma del cerro ó bien entre dos picachos que se encuentren á una dis- tancia adecuada, y desde los extremos de dicha línea se deberán situar por intersecciones todos los picachos y lomas principales, tomando al mismo tiempo sus distancias zenitales, así como las direcciones de los talwegs. Construyendo el croquis sobre el terreno mismo, se obtendrán con mucha aproximación las distancias que separan á unos cerros de otros, así como su diferencia de alturas. En caso de no poderse medir una línea sobre la cima de la serranía, debe uno conformarse con ha- cer una vuelta de horizonte, observando los azimutes y las distancias zenitales de los puntos más notables del terreno y calculando á ojo las distancias aproximadas, para lo cual es necesario ejercitarse previamen- te en esta operación, que creo de importancia capital «para las eleccio- nes de vértices. Un observador práctico en esto, puede calcular distan- cias por grandes que sean, con un error que no excederá de la décima parte de la distancia verdadera: solamente hay que tener presente la necesidad indispensable de observar con muy buen tiempo, pues las brumas originan falsas apreciaciones. Cuando se tenga la seguridad de que el vértice se proyecta sobre el cielo al ser observado desde deter- minado punto, es muy conveniente también hacer secciones transver- sales del cerro en donde se encuentre el vértice, siguiendo alineamien- tos que deberán ser perpendiculares á las direcciones en las que se crea conveniente elegir los nuevos vértices. Todos estos detalles son de suma importancia para la identificación de los cerros, porque de esta manera puede saberse aproximadamen- te la forma con que aparecerán al ser observados desde otros puntos: se sabrá igualmente la posición relativa del vértice respecto á los ce- rros ó lomas que lo rodean y las diferencias de las distancias zenitales aproximadas de los cerros anotados en el croquis, darán por cálculos sencillos, las diferencias relativas de las alturas aparentes con que se verán los diferentes picachos de una serranía, al observarlos desde un punto lejano. á A Y ' A Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 189 Hay otros medios de identificación que dan muy buenos resultados. Uno de ellos consiste en abrir, cuando la cima está cubierta de mon- te, amplias brechas en las direcciones en las que convenga elegir los nuevos vértices. La amplitud de éstas dependerá naturalmente de la distancia á la cual tengan que ser observadas; así, para una distancia de 80 ó 100 kilómetros, es conveniente que la amplitud de la brecha no sea menor de 15 ó 20 metros para que pueda distinguirse fácil- mente, abarcando entonces un espacio angular de unos 30”. Si por el contrario, en la cima sólo hay algunos árboles, deben de- rribarse éstos, dejando solamente tres de los más corpulentos y que formen un amplio triángulo cuyos lados deben medirse, así como los azimutes y ángulos correspondientes. Con estos datos y la distancia á que tenga que ser observado el vértice desde otros cerros, podrán ob- tenerse muy bien las' distancias angulares con que deben ser observa- dos los árboles que forman el triángulo. -.-->.oo.». - UNA rl De este artificio me valí para identificar el cerro denominado “El Gavilán” (E. de Oaxaca, Distrito de Jamiltepec), desde el vértice “La- nuyú,” situado sobre la costa del Pacífico á una distancia de 56 kiló- metro del citado cerro de “El Gavilán.” Los datos del triángulo forma- do por tres árboles situados en una loma á un costado del vértice, fueron los siguientes: 190 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS Az. AB= 30% — 30' N.E. Az. BC = 72% — 00' S.E. a= 78 metros. e= 35 metros. Los tres árboles vistos desde el “Lanuyú” deberían aparecer proyec- tados sobre un plano tal como A'C/, en que las distancias aparentes B'C! y A'C! deberían estar en la relación de 7:9 próximamente. Ade- más, el espacio angular comprendido entre A y G á la distancia de 56 kilómetros, obtenido por el cálculo, es de 6/, y el de BC, resultó ser de 430”: ambos valores resultaron perfectamente acordes con los ob- servados desde el “Lanuyú,” lo cual comprobaba enteramente la posi- ción de “El Gavilán.” Escusado es decir que es indispensable que lós tres árboles se pro- yecten en el cielo y que los lados del triángulo formado tengan una lon- gitud en relación con la distancia á que tienen que ser observados y con la aproximación angular del instrumento, la cual es generalmen- te de 1 6 Y” en los teodolitos comunes que se usan en los reconoci- mientos. X. El conocido problema de los “tres vértices” suele tener en los reconocimientos, tanto topográficos como geodésicos, algunas aplica- ciones y principalmente en el caso de que el punto que se desea ligar e a! Y ELECCIONES DE VÉRTICES 191 con los tres conocidos, no haya sido observado desde éstos, bien por omisión ó porque no se haya pensado elegirlo anteriormente: por lo tanto y por vía de ejercicio, pongo aquí otra resolución de dicho pro- blema por medio de una fórmula que me parece más sencilla que las conocidas. Sean los tres puntos A, B, €, formando un triángulo en el que se co- nocen los tres elementos B, e, a: y sea P el punto que se quiere situar y desde el cual se han observado los ángulos APB=M y BPCG=N. Si de los triángulos de la figura deducimos el valor del lado BP, igua- lando estos valores, tendremos: — cisen'A asen... esen-N sen C senM senN asenM sen A El cuadrilátero formado, da el valor de A + €, que es el siguiente: MA OM ON BS. De donde se obtiene: (=S — A, valor que sustituido en la fórmu- la anterior, dará: csenN senScos A—sen A cosS asenM — sen Á y = sen S cot A—cos S y despejando á cot A, tendremos: cesen N AN asen MsenS O + e sen N) asen M cos S cot A=cot S + Introduciendo un ángulo auxiliar, tal que se tenga: cesen N ARO MC La Ue Sai a (1) resultará: cot A= cot S (1 + tang? U) =cot.S sec” U 192 ESTUDIO ACERCA DE LOs RECONOCIMIENTOS El problema quedará reducido á buscar primeramente el valor de tang. U, para obtener en seguida el de cos. U, el cual sustituido en la fórmula (2), dará el valor del ángulo A, que es el tercer elemento co- nocido del triángulo A B C. Aplicando las fórmulas á uno de los ejemplos que trae la Topogra- fía del Sr. Díaz Covarrubias y cuyos datos constan al lado, tendremos: B== DAS A ON M=1435"305.30% N>== 119930 log. a = 3.60203 log. c= 3.63546 De los datus se deduce: S:=39* 148%:00% La fórmula (1), de log. c = 3.63546 log. a = 3.60203 log. sen. N =9.93771 log. sen. M =9.77430 3.51317 log. cos. S = 9.88552 3.26185 log.gtang.? U = 0.31132 log. tang. U=0U.15566 log. cos. U= 9.75799 Aplicando la fórmula (2), tendremos: a 4 0 vw: Y ELECCIONES DE VÉRTICES, 193 log. cot. S = 0.07927 log. cos.? U = 9.51598 log. cot, A = 0.56329 B.==56* 212 300 Aplicando ahora las fórmulas triángulos: log. c= 3.63546 log. sen. M= 9.77430 3.86116 log. sen. A = 9.42106 log. PB = 3.28222 PB = 1915.*2 ad JO M=143 30' 30" ang. PBA 21% 1% 13” 44 00” NS 31 47” =ang. PBC comunes para la resolución de los 3.86116 9.55833 = ABP 3.41949 = log. AP AP = 2627.*2 log. a = 3.60203 log. sen. N = 9.93771 3.56432 log. sen. PBC, 9.76426 log. PC, 3.42858 PC = 2682."7 Que son, con la diferencia de 0.*1, los mismos que obtiene el señor Díaz Covarrubias. La solución gráfica puede ser, generalmente, bastante exacta para fijar aproximadamente un vértice desde el cual se han observado los ángulos que forman entre sí tres puntos de la triangulación, y consis- 194 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS teen dividir en dos partes iguales por medio de perpendiculares, los dos lados AB y CB; construyendo en seguida los ángulos OBA = M; RBC=N y levantando perpendiculares á OB y RB, éstas, por su intersección con las primeras, determinarán los centros de dos cir- cunferencias de radios Br y Bo respectivamente, cuyas intersecciones fijarán los dos puntos que sutisfacen el problema. XI.—Puede encontrarse en la práctica otro problema de utilidad y es el siguiente: Disponiendo solamente de un lado AB de la triangulación se quie- ren fijar dos puntos M y N desde los cuales se han observado los án- gulos a, fB, y y 9 HA Q€E A ——_ a MS Para resolverlo hay que considerar como conocido el lado MN, asignándole una longitud cualquiera: calculando en seguida los lados MB y MA con los triángulos MBN, y MAN, se tendrán dos lados y un ángulo del triágulo AMB, el cual dará un valor de AB diferente del in- dicado; pero como la figura que resulta es semejante á la verdadera, los errores resultarán proporcionales á las longitudes de los lados y tendremos la siguiente ecuación: MN (longitud verdadera) = MN (ongitud supuesta) X AB (longitud verdadera) AB (long. obtenida por el cálculo) Y £LECCIONES DE VÉRTICES. 195 Así se obtendrá el valor real de MN y aplicada á cada uno de los la- dosuna corrección análoga, se obtendrán los verdaderos valores de éstos. En el caso de que sólo se disponga de dos puntos, A y B para fijar un tercero M, hay que conformarse con los azimutes de dichos dos puntos, para lo cual es suficiente construir gráficamente la figura por medip de intersecciones con los azimutes inversos, ó bien se redu- ce el problema al anterior, escogiendo un punto auxiliar N y midien- do los ánguios x, $, y y 9 de la figura. X11.—Para terminar este estudio me parece útil poner aquí uno de los párrafos de las instrucciones dadas por el señor Ingeniero Don An- gel Anguiano, sobre los reconocimientos para la formación de la Red Geodésica Mexicana y cuyo párrafo dice asi: “El ingeniero encargado de hacer un proyecto de triangulación, tomará no solamente los da- tos científicos, sino á la vez todos aquellos que importe conocer, tan- to para la buena instelación de los instrumentos, bondad de las obser- vaciones, construcción de los monumentos, colocación de las miras, como lo relativo á comestibles y demás elementos de vida. Tomará informes sobre el costo de los materiales que deban emplearse en la construcción de las obras que deben conservar los vértices, los jorna- les de operarios, facilidades ó dificultades de transporte, distancias á que se encuentran las distintas cosas que se necesitan, etc. Se fijará en la clase de trabajos que requiere la perfecta visibilidad de las seña” les ó miras y la instalación de los instrumentos, tomará nota de los nombres de los cerros ó lugares en que deban quedar situados los vér- tices, tomando además, los datos de referencia necesarios para identi- ficar aquellos puntos al ser observados. El estado del cielo por los ac- cidentes atmosféricos más comunes, según las estaciones del año, será también objeto de sus investigaciones en lo que se refiere á las horas y Épocas más á propósito para la observación. Téngase presente que toda esta suma de datos y cuanto se juzgue útil, por insignificante que parezca, allanará la mitad del camino que tiene que seguir el geo- desta al hacer el trabajo definitivo.” Tacubaya, Julio de 1907. Memorias. T. XXV. 1906-1907.—16 LA MÉMOIRES DE LA SOCIETÉ «ALZATE.» TOME XXV. EL CALENDARIO MEXICANO ENSAYO DE SINTESIS Y DE COORDINACION POR M. Edouard de Jonghe Doctor en Filosofía y Letras. —Miembro de la Sociedad de Americanistas AL SR. DUQUE DE LOUBAT Basado sobre serias observaciones astronómicas, el calendario me- xicano era estudiado principalmente por la casta de los sacerdotes que lo enseñaban en sus escuelas. Fundándose en él, se regularizaban los presagios, los actos mágicos, las fiestas rituales, lo mismo que la ma- yor parte de los actos de la vida privada y pública.* Examinaremos su- cesivamente los puntos siguientes: 1” Relaciones entre el Tonalamatl y el año solar. 2 Sucesión de las fiestas rituales. 37 Sincronología. 1 Las principales obras recientes sobre el calendario mexicano, son: D. Brin- ton, The native calendar of Central America and Mexico. Philadelfia. 1893.—Nuttall (Zelia). Vote on the ancient Mexican Calendar-system, communicated to the Xth. Intern, Congress of Americanists, stockolm, 1894; y “The periodical adjustments of the ancien Mexican Calendar” en la American Anthropologist, a. S., vol. Vl, núm, 4, 1904, p. p. 486-500— seler [Ed.] Gesammelte Abhandlungen zur Amerikanis- chen Sprachfunden Alterthumskunde 1. Berlin, 1902, p. p. 173-183-417-503-507-554; 1d. *“Die Korrekturen der Jahreslange und der Venusperiode in den mexikanischen Bilderschriften” | Zeitschrift fir Ethnologie, 1903. Heft 1-27-49]/. Por último, con el título de “Mexican and Central American antiquities, calendar-systems and his- tory,” la “Smithsonian Institution,” Washington, 1904, acaba de publicar la tra- ducción inglesa de cierto número de trabajos de M. M. Seler, Forstemann, Schel- lhas, Sapper y Dieseldorí. Memorias. T. XXV, 1906-1907, —17 198 EL CALENDARIO I El cómputo de los antiguos mexicanos descansa á la vez sobre un período de 260 días, que sesubdividen en 20 trecenas, y sobre un pe- ríodo de 365 días que se descompone en 18 veintenas más 5 días lla- mados nemontemi. El primer periodo se llama Tonalamatl (libro de los días); poseemos hermosos ejemplares de ellos en el Codex Borbo- micus, el Tonalamatl Aubin, el Codex Tellerrano-Remencis, y el Va- ticanus Á por una parte y en el Codex Borgia, el Vaticanus B, y el Codice di Bologna por otra. El segundo período se llama Tonalpo- ualli* y está representado generalmente bajo la forma de una rueda. Estas representaciones como las de Valadés, de Durán, de J. de la Ser- na, etc., son de fecha más reciente. Para dar una idea más clara de estos dos períodos los expresaremos aquí, por cifras: * Tonalamatl = 260 días: (13 X 20) 65(4 x 13) Tonalpoualli = 365 días (18 x 20 +5) ó (28 x 13+1) La cuestión del origen del Tonalamatl sería de la más grande im- portancia para iluminarnos sobre las relaciones que existian entre estos dos períodos. Desgraciadamente su solución se estrella contra dificalta- des insuperables hasta el día. Los autores antiguos han pensado, en general, que el período de 260 días había sido inventado por las ne- cesidades de la magia. Las pictografías, que en muy pequeño número conservamos y que nos presentan el Tonalamatl ante todo como un libro de horóscopos, estaban hechas muy á propósito para mantener- los en esta idea. Sin embargo, es poco probable que el Tonalamatl hubiese tenido desde sus principios, los caracteres mágicos que le en- 1 Tonalpoualli, cuenta de los días. IT > ERA MEXICANO. 199 contramos en la época de la conquista. Mas bien es de creerse que en su origen haya servido para contar el tiempo de una manera aproxi- mativa. Algunos autores, como Orozco y Berra, ' que siguió á León y Gama, han pensado que esta cuenta está basada sobre los movimien- tos de la luna. El número 13 habría nacido entonces de !a observa- ción de la luna en creciente (Lxtocolizili: = desvelo), y de la luna en menguante (Cochiliztli = sueño). Si rehusamos, como Brinton,*acep- tar esta explicación del número 13, en cambio estamos dispuestos á admitir, como Mme. Zelia Nuttall, * que el período de 260 días repre- sente una manera de contar el tiempo bastante primitiva, la que se calcula sobre la duración aproximada de una gestación. En esta hi- pótesis, el número 9 habría representado cierto papel; cada una de las 9 lunaciones habría sido colocada bajo el patronato especial de una divinidad y más tarde, cuando á este cómputo primitivo se hubo sus- tituído una cuenta más exacta, basada sobre el movimiento aparente del sol, esta cuenta habría tomado del cómputo primitivo los elemen- tos 13 y 20 como también las 9 divinidades. Estas son las que cono- cemos con el nombre de “señores de la noche,” y que fueron sobre todo, para no decir exclusivamente, utilizadas para las necesidades de la magia. En cuanto al número 13, habría nacido sencillamente de la división del período en veintenas, lo que es muy natural, puesto que los pueblos de la América media poseían el sistema vigesimal desde una muy remota antigúedad. Cualesquiera que sean las hipótesis sobre el origen del Tonalamatl, hay á nuestro juicio una cosa cierta, y es que el Tonalamatl data de tiempos muy lejanos. El hecho de encon- trarla con su subdivisión en veintenas, entre todas las tribus del gru- po Nahua, como del Maya, nos permite deducir que era posesión co- mún de todos estos pobladores, antes de la época de su dispersión. 1 Historia antigua de México, 11, p,11, A. L. Gama, Descripción histórica y crono- Lógica de las dos piedras...... México, 1792, p, 27. 2 The native calendar of Central America and Mezico. Philadelphia, 1893. p. 9. 3 No creemos, sin embargo, como Mme. Nuttall lo piensa, apoyándose en una aserción de J. de la Serna, que los mexicanos hayan perfeccionado el Tonala- matl por medio de una intercalación de 5 días. Véase la obra The periodical adjust- ments of the ancient Mexican Calendar ........... p. 495 y 500 C, F, Brinton. The native calendar... Le 200 EL CALENDARIO Según esto, el Tonalpoualli se presenta como un desarrollo del To- nalamatl, del cual tomó las veintenas, las trecenas y además las nove- nas. Al lado de los movimientos aparentes del sol, los antiguos mexi- canos observaban también las revoluciones sinódicas del planeta Venus, y.en eso se encuentra precisamente que el período de 260 dias estaba admirablemente escogido para contar al mismo tiempo el cur- so de estos dos cuerpos celestes. Esto se desprende de las igualdades siguientes: 584 = 2 (20 Xx 13) + (4 x 13) + 12 365 = (20 X 13) + (8 Xx 13) + 1 5 X 584 = 8 x 365 de donde 13 (5 X 584) = 13 (8 X 365) = 146 x 260 = 104 años es decir, el gran eyclo mexicano Ueuetiliztli (la ancianidad), al cabo del cual los tres períodos vuelven á su punto de partida. El eyclo pe- queño de 52 años (Xippoualli, la cuenta de los años) está calculado únicamente sobre la concordancia del Tonalamatl y el Tonalpoualli (52 x 365=73 x 260). Todo esto nos enseña que el Tonalamatl del tiempo de la conquista no era un calendario para uso de los mágicos sino más bien una especie de medida del año solar y ¡una especie de medida común para el año solar y los períodos Venusianos. Insisti- mos sobre este hecho porque aclara de una manera notoria la cues- tión de la intercalación y también la de saber por cuál día del Tonala- matl comienza el año solar. Antes de pasar al examen de esta cuestión, creo útil el presentar aquí la serie de los años que componen el Xi- ppoualli y la serie de los periodos Venusianos que componen el Ue- uetiliztls. QA hor ( a 4 bl Ñ % i 3 A > 4 t A E y MEXICANO. 201 Los 52 Años DEL XIPPOUALLI 12 tlalpilli. 20 tlalpilli. 30 tlalpilli. 40 tlalpilli, 1 Acatl XITI. ! Tecpatl XVIII. — Calli III. Tochtli VIII. 2 Tecpatl XVIII. Calli TIT. Tochtli VIII. —Acatl XIII. 3 Calli ITI. Tochtli VITI, Acatl XITI. Tecpatl XV III 4 Tochtli VI1I. Acatl XITI. Tecpatl XVIII. Calli III. 5 Acatl XIII. Tecpatl XVII. —Calli 111. Tochtli VIII. 6 Tecpatl XVIII. Cali TI. Tochtli VIII. —Acatl XIII. 7 Calli III. Tochtli VIII. Acatl XITI. Tecpatl X V1II. 8 Tochtli VITI. Acatl XIII. Tecpatl XVI1I. Calli III. 9 Acatl XITI. Tecpatl XVIII. —Calli III. Tochtli VIII. 10 Tecpatl XVITI. Calli III. Tochtll VIII. —Acatl XITI. 11 Cali 111. Tochtli VITI. Acatl XIII. Tecpatl XV (II. 12 Tochtli VIII. Acatl XITI. Tecpatl XVIII. Calli MI. 13 Acatl XIII. Tecpatl XVIII. —Calli. 111 Tochtli VIII. Los 65 Períoos VENUSIANOS DEL UEUETILIZTLI 1> trecena. 22 trecena 3% trecena. 42 trecena. 5% trecena. 1 Cipactli 1? Acatl XIII. Couatl Y. Olin XVIII. *? Atl 1X. 13 Couatl V. —Olin XVII. —AtlIX. Cipactli 1. Acatl XITI. 12 Atl 1X. Cipactli 1. Acatl XIII. Couatl V. Olin XVII. 1 Los números romanos indican el lugar de los signos en la serie de 20 días. Estos signos son: 1 Cipactli. 6 Miquiztli. 11 Ocomatli. 16 Cozcaquauhtli. 2 Eecatl. 7 Macatl. 12 Malinalli. 17 Olin. 3-Calli. 8 Tochtli. 13 Acatl. 18 Tecpatl. 4 Cuetzpalin. 9 Atl. 14 Ocelotl. 19 Quiauitl. 5 Couatl. 10 Itzcuintli. 15 Quaubhatli. '20 Xochitl, La igualdad [18 MEXICANO. 231 la formal promesa de volver. Nos encontraríamos pues muy dispues- tos en admitir que el autor del documento en cuestión, ha querido ex- presar, menos el día exacto de la llegada de los Españoles á las pla- yas mexicanas, que hacer una alusión á las creencias mitológicas que representaron tan gran papel en la conquista del país. [Traducido del Journal de la Société des Americanistes de Paris, t. 11, n. 2 [1906] por F, Fernández del Castillo]. A E Y CENA 1] 19 y y ne DIAN 20 Y A ! ey £ Mi ' y ' de va Ñ ; ' E ] E as 1 Ñ $ DY AO ¿0 MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. NUEVA ESPECIE DE UN HONGO DEL GENERO MICROSPHAERA Por el Prof. Guillermo Gándara, M. S.A. LÁMINAS 1 Y 11 > En las hojas de un arbolillo de sombra, de la familia de las Legu- minosas, del género Sophora, cuya especie no he podido determinar por no estar la planta en floración, y que crece en el jardín de la Es- cuela N. de Agricultura, San Jacinto, D. F., encontré un hongo pará- sito del orden de los Pirenomicetos, según el sistema italiano de cla- sificación, * de la familia de las Erisifeas y del género Microsphaera de Léveillé, Como Pirenomiceto de tal familia, está comprendido en el número de hongos vulgarmente conocidos con el nombre de “blancos,” por- que las hojas atacadas por ellos, aparecen como si se les hubiese espol- voreado ceniza, no siendo ese polvillo blanco, más que el conjunto de micelios que, forman una red en la superficie de aquellas y donde pri- mero aparecen los conidióforos con sus respectivas conidias y des- pués unos puntitos negros, que son las peritecas. Estas son indehis- centes y en los hongos del género de que trato, tienen de 2 á 16 ascas y cada asca, de 2438 esporas y además, deben estar provistas de apen- diículos ó fulcras, terminados por tufas ramificadas dicotómicamente. Los caracteres específicos de los hongos de tal género, deben bus- carse: 1% En la disposición de los apendículos. 2% En el color y longitud de éstos. 1 Según el sistema francés de clasificación, figuraría en el grupo de las Peris- poriáceas, 234 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO 32 En el detalle de las tufas¿divididas dicotómicamente y en el nú- mero y desarrollo de éstas. 47 En el diámetro de la periteca y en el número y forma de sus as- cas, esporas y esporidias. Los caracteres específicos del nuevo hongo, son los siguientes: Peritecas.—Estas son esféricas, reticuladas, amarillas cuando están tiernas, negras cuando están maduras y de 100 á 130 de diámetro. Contienen de 2 á 6 ascas. Ascas.—Estas son ovoides, de color gris amarillento, pediciladas, contienen de 3 á 5 esporas y son de 50 á 60 de longitud por 30 ó 39 y de latitud. Esporas.—Estas son elípticas, de color gris amarillento, granulosas, de 15 á 25 y de longitud por 14 y de latitud. Esporidias.—Estas son casi hialinas, nucleadas, en número indefi- nido, elipsoidales y de 2 por 13 y de longitud y ancho respectivamente. Apendiculos.—Estos son rectos, horizontales, delgados, hialinos, de- siguales en longitud, en número de 9 á 15 y de 12 á 2 veces la longi- tud del diámetro de la periteca. Tufas.—Véase el dibujo correspondiente. —Están dicotómicamente divididas de 3 á 6 veces, siendo muy precisas las divisiones 3* y 4* y vagas la 5” y 6”; ésta aparece raras veces. Las extremidades son turgentes y están como si se les hubiese cortado con tijeras. Además es de notarse un punto en el vértice del ángulo agudo formado por las dos ramas de las últimas extremidades, cuando éstas comienzan á se- pararse en la 5% y 6” división. RESUMEN DE LA DESCRIPCIÓN Mycelio, epiphyllo, arachnoideo, effuso, persistente. Peritheciis, nigris, globulosis, superficialibus, sparsis, reticulatis, 100-180 y diam. Ascis, 3-6 ovoideis, pedicillatis, 50-60 u, 3-5 sporis. Sporis, ellipticis, granulosis, 15-20 X 8-14 p. Sporidis, fere hyalinis, nucleatis, ellipsoideis, 2 X 12 , numerosis. DEL GENERO MICROSPHAERA. 235 Appendiculis, 9-15, hyalinis, horizontalis, incequalis, perithecio fere duplo longioribus, 3-6 vicibus dichotome ramosis, ramulis ultimis turgidis, divaricatis apice acuminatis. Hab. in foliis vivis Sophorae. Muestro en seguida los caracteres de todas las especies de hongos del género Microsphaera que hasta hoy se conocen y cuyos datos he tenido que entresacar de diversas obras de autores americanos, ingle- ses, franceses, italianos y alemanes, á fin de que comparando la espe- cie del hongo de que me ocupo, pueda demostrarse que ésta es real- mente nueva y para la cual propongo se la denomine Microsphaera sophorae. 1.—M. alni ó penicillata: Ascas, de 2á 5. Esporas, de 4 á 8. Apendículos 6 y de la longitud del diámetro de la pe- riteca. (Véase el dibujo). Ataca: Almus glutinosa.—(Especie de Olmo). Betula albae.—(Especie de Abedul). Rhamnus catharticus.—(Especie de Capulincillo). Viburnum opulus.—(Especie de Viburno). Corylus rostrata. — (Especie de Avellano). Quercus migra. —(Especie de Encino). Lonicera sempervirens.—(Madreselva). 2.—M. astragali ú holosericea: Ascas, no se han determinado. Esporas, no se han determinado. Apendículos, de 10 á 16, partiendo del ecuador de la periteca y de color amarillo obscuro pálido. Ataca: Astragalus.—(Género de Garhancillos). 236 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO 3.— M. abbreviata : Ascas, de 3 á 4. Esporas, de 3 á 5. Esporidias elipsoidales y de 25 á 32, Apendículos, de 6 á 15, hialinos, desiguales, muy pre didos dicotómicamante y con las extremidades en- corvadas. En el detalle de las tufas, puede confundirse con la M. Hedwigí. La diferencia consiste en que las de la M. abbreviata, son más cortas y escabrosas. Ataca: Quercus bicoloris.—( Especie de Encino). 4.—M. Berberidis: Ascas, de 6 á 10. Esporas, de 6 á 8. Apendículos, cortos, de 5á 10, divididos 4 6 5 veces, ' con ramas prolongadas y las últimas abiertas en án- gulo obtuso. Ataca: Berberis vulgaris.—(Agracejo). 5.—M. betae : Anunciada desde 1903 por Vañha, en Alemania. Nose conoce su descripción. Ataca: Beta vulgaris. —(Remolacha). 6.—M. Bresadolae: Ascas, muchas y subglobulosas. Esporas, 8. Esporidias, de 15 á 20, ovaladas y de color gris. Peritecas, muy pequeñas, rojizas y ampliamente reticu- ladas. Apendículos, de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca, dicotómicamente divididos y con extremida- des túrgidas. DRL GENERO MICROSPHAERA. 2 Ataca: Arrhema auriscalpu.— (Arrhenatherum? Graminea?). 7T.—M. densissima ó calocladophora : Ascas, de 4 á 8. . Esporas, de 6 á 8. Esporidias, de 21 á 25, ovaladas, granulosas y nuclea- das. Peritecas, deprimidas. Apendiculos, de 6 á 10, subhialinos, 2 veces dividido dicotómicamente y con extremidades encorvadas. Ataca: Quercus laurifolia.— (Especie de Encino). 8.—M. diffusa : Generalmente epifila. Ascas, de 4 á 6 ovoides. Esporas, de 4 á 6. Apendiculos, de 18 á 25, de 2 veces el diámetro de la periteca, hialinos, vagamente divididos y con extre- midades nodulosas. Átaca: Desmodiíuwm canadense.—(Desmodio: Leguminosa). 9.—M. divaricata : Hipofila. Ascas, 4 ovoideo — rostradas. Esporas, 4. Apendículos, enormes, 5 veces más largos que el diá- metro de la periteca y en número de 9 á 16. Se parece á la M. Guarinom. Aparece en Verano y en Otoño. Ataca: Rhamnus franguli.—(Frángulo). 10.—M. Ehrenbergúi: Epifila. Ascas, 4 ovoideo-— rostradas. 5 A X A ? e 238 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO Esporas, 8. Apendículos como 20, delgados, casi de la longitud del diámetro de la periteca y divididos 2ó 3 veces con ra- mas uncinadas. - Ataca: Lomicera tartarica.—(Especie de Madreselva). 11.—M. elevata ó addita: Epifila. Ascas, 4 ovoideo—rostradas claramente. Esporas, de 6 á 8. Peritecas, de 1%” de diámetro. Apendículos, 12, teñidos en su base y divididos inme- diatamente después en 2 6 4 veces, dicotómicamente con ramas muy largas. Ataca: Catalpa.—(Catalpa, árbol de sombra y de ornato). 12.—M. Erineophila: Ascas, de 34 5. Esporas, 8. Esporidias con 1 ó 2 núcleos y de 20 á 30, Apendículos, de 6 á 12, casi de la longitud del diáme- tro de la periteca, teñidos y con 2 divisiones 3 veces divididas dicotómicamente. Extremidades, pálidas. Peritecas, de 75 á 100 ys de diámetro y en forma de copa. Ataca: Erinus invasis.—( Especie de Erina, Rhinantácea). 15.—M. Euphorbiae: Ascas, 4 ovobadas. Esporidias, hialinas y en número variable. Apendiculos, larguísimos, 2 veces divididos y con extre- midades irregularmente nodulosas. Ataca: Euphorbiae.—(Euforbiáceas). y » Ñ A y A AER DEL GENERO MICROSPHAERA. 239 14.—M. evonymi ó comalta: Ascas, 8 ovoideo—rostradas. Esporas, 4. Apendiículos, enormes, de 6 á 12 veces la longitud del diámetro de la periteca. Se parece á la M. Guarinona». Ataca: Evonymus europeus.— (Bonetero). (Ludwig dice de esta especie: “Ascas, de 4 á 8. Esporas, de 4 4 6”). 15.—M. extensa: Epifila. Ascas, 4, subglobulosas. Esporas, de 4 4 6. Apendículos, de 8 á 12, hialinos y de 3 a 4 veces la longitud del diámetro de la periteca. Ataca: Quercus rubrae. (Especie de Encino). Se parece á la M. Vaccinia, de la cual difiere en la for- ma de las ascas. 16.—M. Friesi: Ascas, 4 óvalo—rostradas. Esporas, 6. Apendículos, de 8 á 10, casi de la longitud del diáme- tro de la periteca. Ataca: Betula albae.— (Especie de Abedul). Betula verrucoza.— (Especie de Abedul). Ramnus cathartica.— (Especie de Capulincillo). 17.—M. FPulvofulera: Ascas, no se han descrito. Apendículos, de 8 á 12, hialinos en las extremidades y obscuros en la base, 2 6 3 veces divididos dicotómi- 240 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO camente y de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca. Ataca: Spiraea.— (Género de Rosa). 18.—M. grossulariae: Ascas, de 4 á 8 ovoides, brevemente pediciladas. Esporas, de 4 á 5. Apendiculos, de 10 á 15, de la longitud del diámetro de la periteca, con extremidades vagamente dicotómicas y terminando en dos salientes casi paralelas. (Véase el dibujo correspondiente). Ataca: Ribes grossulariae.— (Grosellero). 19.—M, GCuarinonit: Ascas, de 8 á 10. Esporas, $. Apendículos, 10 larguísimos y aéreos. (Véase el dibujo correspondiente). Afine á la M. divaricata y á la M. evonyma, de las cua- les se diferencia en el número de esporas que con- tiene cada asca. Ataca: Crtisus laburmum.— (Falso ébano). 20.—M. Hedwigit: Hipofila. Ascas, 4. Esporas, 4. Apendículos, escasos y casi de la longitud del diámetro de la periteca. Ataca: Viburnum lantana.— (Especie de Viburno). Viburnum lentaginum.— (Especie de Viburno). DEL GENERO MICROSPHAERA. 241 21.—M. lonicerae ó Dubyi: Ascas, 4 óvalo-subrostradas. Esporas, 4. Apendiculos, de 7 á 10 y como de la longitud de 14 diámetro de la periteca. Extremidades, bicornes. (Véase el dibujo correspondiente). Ataca: Lomieera caprifolia.— (Especie de Madreselva). Lonicera parviflora.— (Especie de Madreselva). 22.—M. Lycú 6 Mougeotit: Ascas, de 12 á 16. Esporas, 2. Apendículos, de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca, copiosos, hialinos y divididos 4 veces (raras ve- ces 3). Extremidades, obtusas. Peritecas, pequeñas. globulosas y deprimidas. Ataca: (Lycium: género de plantas del Asia Lyeium ruthenicum. Y Menor). Eycium barbarum. Lycium ewropeum. ) 23.—M. memspermi: Ascas, de 54 6. Esporidias, de 3 a 6. Peritecas, pequeñas y globulosas. Apendiculos, de 10 á 20, casi de la longitud del diáme- de la periteca. Ataca: Menispermis canadensis.— (Menispermo). 24.—M. nemopanthas: Ascas, 4. Esporas, de 6 á 8. Apendículos, de 5 á 12, de la longitud del diámetro de la periteca, divididos 4 ó 5 veces dicotómicamente, 242 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO teñidos, con las últimas ramas encorvadas y dividi- dos en la base. Se parece á la M. Berberidis, de la cual difiere en el número de ascas y en el color de los apendículos. Ataca: Nemopanthes canadensis.— (Micínea). 25.—M. platant: Ascas, de 4 á 5. Esporidias, de 4 á 5. Peritecas, pequeñas y globulosas. Apendículos, de 10 á 18, de la longitud del diámetro de la periteca y con extremidades completamente encor- vadas. Ataca: Platanus.—(Género de plátano: árbol de sombra y de or- nato, distinto del plátano que produce el fruto de ese mismo nombre y que pertenece al género Musa). 26.—M. pulchra: Ascas, de 4 á 5, globulosas y de 40 á 50 Y de diámetro. Esporidias, de 4 á 20. : Apendículos, de 8 á 10, hialinos, casi de la longitud del diámetro de la periteca, con extremidades muy divi- didas dicotómicamente y terminadas por dos salien- tes obtusas. Ataca: Cornus alternifolia.—(Cornácea). 27.—M. Ravenelit: Ascas, de 4 4 5. Esporidias, generalmente de 8 á 10, Apendículos, numerosos, irregularmente divididos y de la longitud de 6 diámetros de la periteca. Ataca:, Gleditschice.—(Leguminosa). 0 pa DEL GENERO MICROSPHAERA. 243 28.—M. Russellit: Ascas, de 448 y de 46 á 48 y de diámetro. Esporidias elipsoidales y de 4 á 20, Apendículos, de 8 á 18, larguísimos, de la longitud de 6 diámetros de la periteca, flexuosos, teñidos y clara- e mente divididos en 2 ó 3 veces. Extremidades rectas. Ataca: Oxalis stricta.—(Geraniácea). 29.—M. semitonsa: ' Esporidias, 4. Apendículos, de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca, dirigidos hacia abajo, obscuros y trifurcados en sus extremidades. Ataca: Cephalanthus.—(Género de Bejuquillo). 30.—M. symphoricarpt: Ascas, de 4 á 6. Esporidias, de 3 á 5. Apendículos, de 8 á 16, de la longitud de 2 á 4 diáme- tros de la periteca, de 3 ¿4 5 veces divididos dicotómi.- camente, con ramas abiertas y á veces truncadas. Ataca: Symphoricarpus racemose.—(Caprifoliácea). 31.—M. Umbilict: Ataca: Umbilicus.—(Ombligo de Venus). (Crasulácea). Parece que no está aún descrita. 32.—M. Vaccini: Ascas, de 6 á 8, ovoides. Esporas, de 6 á 8, Esporidias, de 14 á4 50, 13ALudwig puso semitosta (¿)a 244 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO Apendículos, de 10 á 20, hialinos y de la longitud de un poco más de 2 diámetros de la periteca. Farlow in- dica que los apendículos son de la longitud de 5 ve- ces el diámetro de la periteca. Peritecas, pequeñas y globulosas. Parece no estar bien estudiada. . Ataca: Vaccinium vacillans.—(Vacciniácea). 33.—M. Van Bruntiana: ÁAscas, no se han determinado. Esporas, de 4 á 8, Apendículos de 12 á 15, casi de la longitud del diáme- tro de la periteca, generalmente divididos y con extre- midades obtusas. Ataca: Sambucus canadense.—( Especie de Sauco). 34.—M. Viburni ó sparsa: Ascas, de 6 á 10. Esporidias, más de 6. Apendículos, menos de 20, de la longitud del diámetro de la periteca, dicotómicamente divididos y con ex- tremidades ligeramente encorvadas. Ataca: Viburnum lentaginis.—( Especie de Viburno, Caprifoliá-- cea). México, Agosto 5 de 1908. Mem. Soc. Alzate. 1 limo 1 Fig. 1.—Microsphaera sophorae (nuev. esp.) 1, Periteca en general.—2, Asca.—3, Espora.—4, Apendículo con su tuía Mem. Soc. Alzate. 25, 18m EL. NE 00% ZE, pS v C A a, b,e, 1?, 2? y 3? fase del desarrollo de una tufa de la Microsphaera sopho- rae (nuev. esp.). (Muy aumentadas y tomadas con cámara clara).— 1, Apendículo de la M. Guarinonii.—2, Id. de la M. alni ó penicillata. —3, ld. de la M. lonicerae.—4, Id. de la M. grossulariae. pil y ot Ñ MA » w Y. nf y in ) A k 'Ñ " í ' [ Y APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES DE QAMPO MORADO EN EL DISTRITO DE ALDAMA, ESTADO DE GUERRERO Por el Ingeniero de Minas Luis Híjar y Haro, M. S. A. De vez en cuando, la tradicional riqueza minera del Estado de Gue- rrero, se ve justificada por sus rendimientos extraordinarios. Solamente que hasta ahora son muy contados los ejemplos que puedan compro- bar esa tradicional riqueza, velada por las mil dificultades ocasionadas por las condiciones naturales, de falta de población, y muy principal- mente por lo rudimentario de las vías de comunicación. No siendo por el valor intrínseco de los minerales, sino por la abundancia de ellos, la causa del desarrollo de lus centros mineros del país, el Estado de Guerrero se encuentra imposibilitado — según lo que llevamos dicho— para poder explorarse, á igualdad de capital, con la facilidad relativa que ofrecen los otros Estados mineros que cuentan con mejores ele- mentos naturales de población y mejores comunicaciones. Después de más de un siglo transcurrido desde las notables explotaciones de Tax- co y Tehuilotepec, tal vez no se registra en la historia minera del Es- tado, una explotación tan interesante por su génesis mineralógica cuan- to por sus rendimientos, como la que se lleva actualmente en la región de Campo Morado. Por tratarse de una región relativamente nueva, tan poco conocida y tan interesante, he formado los apuntes siguien- tes que podrán servir más tarde como ayuda para un estudio más pro- fundo y menos general de lá región. En la serranía de Campo Morado, se hallan las minas de la “Re- forma Mining «€ Milling Co.” y las de la “Compañía Exploradora.” Memorias, T. XXV, 1506-1907.—-20 246 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES Los llenamientos minerales que en toda ella se exploran y explotan, son muy semejantes entre sí, siendo sólo en la actualidad los de la mi- na “La Reforma” los que han adquirido el mayor desarrollo, razón por la que nos ocuparemos preferentemente de ella. La “Reforma Mining € Milling Co.” está situada á unos 60 kilóme- tros al S.W. de Teloloapan, Cabecera del Distrito de Aldama, y al S.E. de Arcelia, Cabecera de la Municipalidad del mismo nombre, en el Es- tado de Guerrero. Esta región está comprendida en las últimas estri- baciones del Sur de la Sierra Nevada, que por el Norte limita hacia la línea de las nieves eternas, á la inmensa cuenca del Balsas. La “Re- forma M. $ M. Co.” tiene una posición geográfica aproximada de 10220" latitud Norte, y 1915' longitud Oeste del Meridiano de Méxi- co. Las vías de comunicación son de esta ciudad á Balsas por El Ferrocarril Cuernavaca y Pacífico. 12 horas....... .- 293 km. Balsas á Pesoapa, por el río Balsas.. 9 ,, ......... AS Pesoapa á Reforma M. € M. Co..... E SU sea un total.de. eses 25 horas Vas 200 METE En derrotero anterior puede estimarse como inmejorable, teniendo presentes las condiciones de situación de las minas en región tan mon- tañosa; pues, como se ve, solamente son 4 horas de cabalgadura en todo el recorrido, pudiéndose aún reducir en la época que no sea de lluvias á 13 horas de mal camino, y el resto de carretera bastante bue- na, hasta la planta eléctrica. Esa carretera es solamente practicable, como llevo dicho, en la época de secas; pues se tiene la necesidad de vadear el río de Zayulapa más de 80 ocasiones. La travesía por el río Balsas á Pesoapa no ofrece grandes peligros, aun cuando se tienen que vencer más de 50 rápidas; pues estos son de pequeños desniveles y son dominadas perfectamente por la habilidad de los barqueros, que tien- den á evitar el choque del barco entre los peñascos de lás rápidas. Es- tos riesgos son aún menores en el período de lluvias por el aumento de volumen del río, que permite mayor calado y mejor velocidad de la corriente; así es que en vez de las 9 horas indispensables pueden ha- cerse solamente 6. BA A DE CAMPO MORADO. 247 Por desgracia, el regreso no puede hacerse con igual comodidad; pues la remontada por el Río resulta de 4 días, dado lo rudimentario del remolque, que es por medio de cuerdas que tiran los barqueros desde las riberas del río. En la época de lluvias, —tal vez—resultaría ventajoso el empleo de un remolcador de vapor si éste pudiera avenir- se á un calado medio de un metro. El estudie completo del Río en la parte á que vengo refiriéndome en este itinerario, arroja un costo de dos millones de pesos para la formación de exclusas que vinieran á fa- cilitar el tráfico. La ruta de regreso, como llevo dicho, tiene que ser por tierra á tra- vés de las cuencas del Zayulapa, Apastla, Chilapilla, Cocula, etc., sea, ascendiendo y descendiendo á través de las sierra sin poder forzar el paso de la cabalgadura, resultando, en consecuencia, una marcha len- ta y un recorrido pequeño después de muchas horas de trabajo. Este itinerario lo formé en una de mis excursiones, así: Reforma (Casa habitación).......... %a.m. Altura absoluta... 1,480 m. Pinsan (Arroyo de Zayulapa),5km.... 10% ,, ,, o ASS DONE CE A USAR LA AS yA pe od 200/37 Arroye.de Coacoyula................- As 5% aa 000% delas Juntas, 10 m0 econ Le > ate DADA Camino sobre arroyoS................ LA Sa e Cu Td Cuesta del Cuahuilote............ .... 12% p.m. 5 7 id 300% Cumbre del Cuahuilote................ DN e, a A RATO: (Para comer 13 á 2). Ocotal de la: Cruz Grande... 0. .... LIT > y SAD Pueblo de Tlanipatlán, 22 km......... de ds 5 RSS ON, Cumbre dellEncin alocada AA 5 E 27156005 Casero dellEncinal as e br E de o AS O Arroyo (Valle de Ostotitlán)......... A de 5% OO Pueblo de Apastla, 34 km... .......... (NEAR NES pe En LS LOs O sea de Reforma á Apastla: 34 km. y 82 horas, más 2 para comer: 9 horas. 248 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES Al siguiente día: AMAS td E 5 a.m. Ranchería de Tlasala 10 km.......... 7% a.m. Altura absoluta... 1,270 m. Para buscar comida: 71% 48a.m. 'ArTroyoderOalapilla e o > 0 CMD Cumbre de Chilapilla:. 1 PODIA 5 A UD Divisadero para Balsas......o.m. om. IA ad 120 a Caserío de Limontitlán........... o AS E rr TEL Balsas. Estación del Ferrocarril,20km. 1 p.m. ps A O sea de Apastla á Balsas........ 7 hs. más 1h. para comer........ 30 km. Que sumados con Reforma-Apas- A A A ROBADA o 8% ” 3 ” »”» 34 ” Hacen en junto unas 17 horas para sólo un recorrido de.............. 64 km. ' A lo lento del camino hay que agregar una temperatura media de 309 e. para poder estimar lo molesto del camino. El costo de ferrocarril que ligara á Balsas con Pesoapa siguiendo las márgenes del río, no sería menor de tres millones de pesos; y en cuanto al camino por la sierra, sólo se podría mejorar arriesgando el fuerte costo de la construcción de un cable de unos 45 kilómetros pa- ra violentar los fletes, aunque no se disminuyera su costo actual por las atenciones necesarias á una instalación tan dispendiosa. Me he detenido un poco en lo relativo 4 comunicaciones, porque como hemos dicho antes, son éstas uno de los más serios obstáculos para el desarrollo de las minas en escalas mayores. La parte de serranía que he anotado en la reseña anterior, está cons- tituída por las rocas sedimentarias del Arqueano, ó tal vez del Paleo- zoico, y por las rocas del Cretáceo. Las capas que las forman están orientadas más ó menos de Norte á Sur con un fuerte echado al Po- niente. La serie estratificada de estos esquistos varía de colores y tex- turas:Junos son negros, carbonosos, con venillas de cuarzo y calcita, de laminación fina y poco coherente: otros de colores pardo, verdoso ó gris ceniciento, cerisíticas, esquistosas, resistentes é imitando una tex- tura porfiroide. Además, se notan en las crestas de la sierra algunos DE CAMPO MORADO. 249 diques de origen eruptivo que deben estar en relación con las partes mineralizadas de la región. ' El yacimiento de Reforma está alojado cerca de una de las eminen- cias más altas de la sierra y en relación con el dique diorítico que for- ma su cresta. , Este yacimiento está constituído por un enorme prisma de piritas alojado entre las pizarras y un conglomerado diorítico. Gerca del pris- ma, los estratos de la pizarra les son concordantes y forman el bajo del llenamiento, pero ya á cierta distancia, se nota la tendencia de es- tos estratos á volver á su posición primitiva. El conglomerado, que forma el alto, parece ser diorítico y lleva intercaladas en su masa al- gunas aristas de la pizarra negra. Tal vez fuera de la zona de profun- da alteración de estas brechas del alto, se encuentren las dioritas an- desíticas sanas. cuyas particularidades no son aún bien definidas por la falta de exploración, Hasta ahora no se puede precisar si se trata de un yacimiento lenticular aislado, ó si deba estimarse como una gran fractura de profundidad indefinida entre dos rocas distintas. El llenamiento es tal vez posterior al conglomerado y podría verse como de concentración secundaria. La lente tiene un rumbo medio de N.W.-65%-S.E. y un echado de 45% al W. Las exploraciones llegan á más de 250 metros de profundidad des- de el vértice del prisma, y esto ha sido bien definido con las explora- ciones en seis cañones labrados en el anticlinal del Este y de cinco labrados en el anticlinal del Oeste de la montaña. La posición del prisma, con relación á las barrancas de Zayulapa y del Naranjo, ha facilitado las exploraciones y explotaciones por me- dio de cañones ó túneles en las faldas del cerro. Estas obras princi- pian con el número 1 sobre el vértice del prisma, labrado en la zona de gran oxidación y entre los escombros de la cresta primitiva, caída posteriormente sobre el lugar ocupado por los esquistos destruidos á su vez por erosión. Desde el túnel número 2, se define bien el cuerpo piritoso, pudiéndose ahora asegurar su continuación á la profundidad hasta unos 200 metros, Interin se continúan las exploraciones entre 250 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES los niveles 6 y 7, éste 4 unos 340 metros abajo del número 2, y sin que haya alcanzado al prisma en el lugar de su traza teórica á tal ni- vel. Los cañones intermedios han registrado el cuerpo piritoso á la dis- tancia y en su anchura con varios cruceros. No ha sido el principal objeto el de preparar la explotación del prisma ó de la gran lente, por medio de macizos regulares, y solamente se siguen los labrados sobre la pirita con el fin de investigar y explotar la zona de minerales oxi- dados plomo-auro—argentiferos que revisten á la lente y solamente en el sentido de su eje mayor, semejante á una llanta. ¿Por qué las caras longitudinales del prisma ó lente no se hallan revestidas por estos mi- nerales ricos oxidados plomo-auro-argentiferos? No atino con una solución satisfactoria para explicar este hecho y solamente podría in- vocarse como argumento la resistencia primitiva de la caja al paso lateral de los agentes de oxidación, que sólo operaron en el sentido lon- gitudinal, y hasta cierta profundidad, y sobre la potencia del yacimien- to, únicamente. El túnel número 2 ha perforado la montaña y ha cortado al prisma transversalmente á sus planos mayores Hacia este nivel tiende á reu- nirse con la lente de Reforma una más chica sin zona oxidada, que se llama “El Mamey,” que ha sido poco explorada. En la envolvente oxidada, no son las leyes uniformes en todo el lle- namiento. Este afecta la apariencia de cierta estratificación concor- dante á las pizarras del bajo, siendo hacia este lugar en donde se han alcanzado los estratos con las mejores leyes en cintas ricas. La com- posición media de la faja ó zona oxidada es como sigue: A A iodo e 30 % (Fe.03) SUM o IR 32 ,, Blood 20410 .,, (PbCOz3) y (PbSO:4) Calas E AO Las Banda. tn o NE es 09 AECA 2 Y en cuanto á plata y oro, se admite en general, un valor igual en plata para ambos metales, ó un poco superior al valor del segundo. La zona oxidada debe haber representado un volumen de unos 30,000 metros cúbicos aproximadamente. El croquis núm. 1 adjunto, corresponde á la proyección normal al eje mayor del prisma piritoso en cuya cara se adapta la zona oxidada. y el núm 2 da la proyección longitudinal del repetido prisma (N. W .; -459 S, E), notándose la zona de oxidados que se le adapta como la llanta á que nos hemos referido, y dejando en contacto directo al pris- ma con las paredes de la caja en su mayor longitud. Las dimensio- nes del prisma pueden estimarse por los croquis adjuntos. 2 DPI ERAS Y, al € z 2 PIPRAANARIIIOPAD: ACDURIS E EÑVS EABPAPAAPE AA A A DADA EA ALEA IISIAS ESA TENIS AS E ARTETA ARIAS ES 11441. IESAIER ETA CIL IN 252 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES Es muy importante la solución del problema en un futuro inme- diato, de la explotación industrial del cuerpo piritoso tan enorme; así como la del “Mamey,” que como se ha dicho, también es importante por su volumen. La composición media probable del prisma podrá ser: 1 A A A A RE > 38 % AZUERO ro NA 45», SUIZA NENE E PLOMO: at ER to UR [O A A, O AE O Pi LE A E A a ty. 0.250 9 MO A de IO de 0.005 ,, En grandes tramos de la exploración; las leyes medias del cobre po- drán ser aún mejores que el promedio anotado. El problema de la fundición económica de las piritas compactas que forman el prisma, tiene que resolverse únicamente en hornos de gran capacidad y aprovechando, como en Tasmania y en algunos pan- tos de Estados Unidos, el calor desarrollado por la combustión del fie- rro y del azufre, que ahorran el gasto, casi en absoluto, de otros com- bustibles; condición económica indispensable para el caso de un yacimiento como el que nos ocupa, relativamente pobre, y en condi- ciones difíciles de explotación. Z Los llenamientos de “Reforma Mining « Milling Co.” en la serra- nía de Campo Morado, tiene grandes puntos de semejanza con los de Mont Lyell, en Tasmania; con los de Río Tinto en Huelva, y con los de Iron Mountain de California. México, Septiembre 7 de 1908. NOTAS ACERCA DEL EMPLEO DEL PLANIMETRO, POR EL Ingeniero Jorge Méndez, M.S. A. I Sucede á menudo que las necesidades de la práctica obligan á cons- truir los perfiles de nivelación exagerando la escala vertical para acu- sar mejor el relieve del suelo, y en otros casos á dibujar diagramas en los que son desiguales las escalas de reducción para las abscisas y las ordenadas. Si en casos tales, fuere necesario determinar el área natural de di- chos perfiles ó diagramas, sirviéndose del planímetro, las siguientes consideraciones serán de utilidad. Sean: A = área natural comprendida dentro de un perímetro dado. X, Y = las coordenadas naturales correspondientes, relativas á un sistema de ejes rectangulares. zx, y = las coordenadas gráficas del diagrama correspondiente. a = área gráfica representativa de A. V =Aá la relación constante 7% ó denominador de la escala de or- denadas. H = á la relación constante — 6 denominador de la escala de z abscisas. Se tiene: Memorias. T, XX V, 1996-1907.—20* 254 NOTAS ACERCA Y sustituyendo por Y su valor V y y por X su valor H x, se obtendrá: A=/ HV y do =H.V. f y da; pero luego: Esto es; que se obtendrá el área natural, midiendo la gráfica, y mul- tiplicando ésta por el producto de los denominadores de las escalas de construcción. Tómese, por ejemplo, la ecuación del círculo referida á un sistema de ejes rectangulares y á su centro como origen, PA e DEIS rc (3) Si en esta ecuación (3) sustituimos por X, Hz, y por Y, Vy; se transformará en: VS O E O E E (4) que es la ecuación de una elipse cuyos semiejes son: A y >. Esta elip- se sería el diagrama correspondiente al círculo (3) construido á la es- cala de = para las abscisas y de > para las ordenadas, y elárea de (4) es: se tiene de donde . FDA DEL EMPLEO DEL PLANIMETRO 255 Mg Como es sabido, las áreas obtenidas por medio del planímetro son dadas en función del número de divisiones de la roleta contadora y de la longitud del brazo graduado. Las divisiones de la roleta son constantes; pero la longitud del bra- zo graduado puede variar según la escala de reducción del diagrama. Esta variación introduce cambios en la equivalencia superficial natu- ral correspondiente á una división de la roleta, de acuerdo con los re- sultados tabulados que acompañan á los planímetros, ó que van gra- bados en ellos por el constructor. Pero á.veces es cómodo no variar la longitud del brazo graduado según las indicaciones de la tabla anexa al instrumento, ó, dicho de otro modo, convendrá en algunos casos emplear la graduación del bra- zo correspondiente á una escala distinta de la escala en que está dibu- jado el diagrama. Atendiendo á esta última circunstancia y á las consideraciones de la primera nota expuestas, puede establecerse la fórmula general que se va á desarrollar en seguida. Sean los siguientes datos tabulados en el planímetro de que se hace uso, y para una longitud determinada del brazo graduado: P = denominador de la escala para la que M = número de metros cuadrados correspondientes á una divi- sión de la roleta. y sea N = número de divisiones recorridas por la roleta al engendrar la punta trazante el contorno cerrado que se trata de cuadrar y 4 =el área natural que se obtendría con estos datos, esto es: correspondiendo á la superficie gráfica a. 256 NOTAS ACERCA Se puede escribir: ==> 54008) Y como también (2) Lidl EIA se tendrá: A = Ed: E A (9) p? Fórmula general que permitirá determinar con facilidad el área na- tural correspondiente á un diagrama dibujado con dos escalas distin- tas para las abscisas y las ordenadas, y aceptando para graduar el bra- zo del planímetro la escala y equivalencia que convenga entre los que figuran tabulados en el planímetro. En el caso particular de tener HA = V, la fórmula (9) se transfor- maría en que es aplicable á los dibujos de una sola escala. Por último, si :P.= H, entonces; A == M. Nanita a1) México, Octubre de 1908. 7 AS MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS EN LEON, GTO. Por el Profesor Mariano Leal, M.S. A. (Cuadros 1á XXVI). La importancia, que en todas circunstancias, tiene la determinación del viento reinante no sólo en el estudio de los fenómenos atmosféri- cos sino para las determinaciones higiénicas, me han hecho empren- der el estudio que hoy, en cumplimiento de un deber reglamentario, traigo á la consideración de mis ilustrados consocios: faltan algunos puntos que considerar para que las conclusiones sean completas; pero lo laborioso y largo de la compilación de los datos, y el poco tiempo de que relativamente he podido disponer para ello, por querer referir- me á datos de toda confianza tomados por mí mismo y que sean re- cientes, comprendiendo doce meses, hacen que no estén completos los datos y no se encuentren los resultados estacionales de un mismo año meteorológico y por lo mismo quedo deudor de ese resultado para Di- ciembre ó Febrero próximo en que se cumpla ese año; por hoy todo es referente á los doce meses comprendidos de Agosto de 1907 á Julio de 1908, . La reunión y estudio de estos datos nos da mucha luz sobre va- rios puntos que estaban obscuros, enseñándonos también el verdade- ro valor de algunos elementos que habíamos dado y que hoy resulta no ser lo que se había dicho, puntos que en su oportunidad iremos marcando, no siendo solamente nosotros sino la mayor parte ó la ge- Memorias. T. XX V, 1906-1907,—21 258 ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO neralidad de los observatorios nacionales y muchos extranjeros los que hemos dado esos errores. Para nuestro intento nos han servido nuestro anemoscopio registra- dor, descrito en otra vez y el anemómetro de presión de Dines, tam- bién registrador: de sus diagramas bemos tomado las direcciones y ve- locidades, de cuarto en cuarto de hora, y con estos elementos hemos calculado las velocidades medias, obteniendo directamente las máxi- mas; después, mensualmente hemos hecho nuestros resúmenes y, con sus datos, construído sus rosas, reuniendo todos los elementos de los doce meses, que acompañamos, se formaron los cuadros, rosas y cur- vas finales. Del análisis de todos ellos resulta muy bien comprobado experimen- talmente que la rotación en nuestras latitudes es la inversa y que es muy sensible la influencia del calor solar en la velocidad, cosa muy natural. . Resulta dominante el viento del S. y siempre, aquí, hablamos re- putado como tal al N.N.W., debido á que se tomaba como dominante al resultante del que soplaba en las tres horas reglamentarias de ob- servación, las 7 a.m. y las 2 y 9 p.m.; y, como se ve en el cuadro que va en seguida, en esas horas es más frecuente ese viento pero no lo es en todo el día: ese viento S. resulta dominante contando el núme- ro total de horas que sopla, y si contamos el número de días que reina nos resulta el S.S.W.; pero esto, como se ve, no presenta utilidad apreciable para los usos á que se destina su determinación. VIENTO QUE MAS Y MENOS VECES SOPLÓ EN CADA HORA DEL DIA Boras Menos Más EA N.E. N.N.W. TS A W.S.W. N.N.W. bd E NRO N.N.E S. O e ISO AE N.W. S A e aa NN WE Ss ASIA O la SO N.N.E. S a A A N.N.E. y N.N.W. S.E dt rs ra Narea N. 8. AA GANE e DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. 259 Boras Menos Más e A E N.N.E. S.wW, O A A N.N.E. S.S.W. a AS E IAE N.N.E. S.W E A A N.N.E S.W CU MO is N.N.E W A o de N.N.E WY A O A N.N.E E IO E O E ER N.N.W S.E A a A oo o N.N.E S.E A E O N.N.E. S.S.W A A N.E. y E.N.E S.y N.N.W y A a NO A A: N.E. N.N.W PS AS AE e E.N.E. N.N.W A a REO OS E.N.E. N.N.W. A a RALES AA EN Ri N.N.E. y N.E N.N.W OE REUS OR Pd Els 70 DN N.E. N.N.W El cuadro número l nos enseña que el S. domina de Agosto á Ma- yo, alternando su inclinación ya al E. ya al W.; y de Junio á Julio do- mina el oriental: así que, según las curvas (Lámina ID), la frecuen- cia, en horas, partiendo del N., disminuye en el N.N.E. y de allí va aumentando hasta el S., de donde vuelve á descender hasta el W.N.W.,; y la velocidad máxima viene disminuyendo hasta el E.N.E., desde donde vuelve á levantarse hasta el W., para caer rápida á su mínima que tiene lugar en el W.N.W.: si ahora estudiamos la curva de velo- cidades medias, nos encontramos con que aumenta del N. al E.N.E. para caer hasta el $S., pie de las dos ondas que se notan; de allí: se le- vanta, aunque á menos altura que en el E.N.E, en el W. y W.N.W., descendiendo franca y rápida hasta el N.N.W. Los cuadros números II á XII! nos dan todos los elementos del viento para cada mes, quedando ilustrados con las rosas que también se acompañan. (Figuras 1 á 11.) Los cuadros números XIV á XXVI nos dan la frecuencia horaria de cada rumbo y de las calmas, ofreciendo datos preciosos respecto de la influencia calorífica del sol sobre el elemento: allí vemos que las cal- mas tienen su mínimo á las 2 p. m. y va creciendo su número, sin in- terrupción, hasta las 7 p. m. de donde vuelve la diminución progresiva. 260 ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO En cuanto á vientos, tenemos: El N, empieza á la 1 p. m. y con ligeras variantes crece su número hasta las 11, desde donde declina con menos rapidez que las calmas, hasta su punto de partida. El N.N.E. se adelanta más y se empieza á registrar á las 7 a. m. de- clinando desde las 10, El N.E. no llega á dominar de 6 á 7 y comienza como el N. á la 1, decreciendo á 8 p. m. El E.N.E. da principio á las 6 a. m. y decrece desde las 5 p. m. El E. crece y decrece de 6 a. m. á 6p. m. El E.S.E. comienza á las 7 a. m., culmina á 1, disminuye hasta las 6, aumenta hasta las 9 p. m. para volver el descenso. El S.E. crece hasta las 11, baja hasta las 7, y así continúa hasta su principio. El S.S.E. empieza á las 5 a. m., toca su máximo al medio día, de- crece hasta las 7, aumenta hasta las 10 para volver á descender. El S. va en aumento de las 2 á las 10 a. m. y decrece hasta las 9 p. m. para aumentar en seguida. El S.S.W. aumenta de 4 a. m. á medio día. El S.W. desde las 6 a. m. con máximo á 5 p. m. El W.S.W. de las 8 a. m. con máximo á las 3 p. m. El W. de 6 a.m. á7 p.m. El W.N.W. de 7 a. m. álas 3 p. m. El N.W. de 9 a. m. 410 p.m. El N.N, . corre de la 1 p. m. hasta las 6 a. m. con inclinaciones de máxima y mínima á las 6 y 7 p.m. Resumiendo, podremos decir, que de media noche á 8 a. m. sopla sin excepción, el N.N.W.; hasta la 1 p. m. del S.; hasta las 8 p. m. del W. y del E. hasta media noche, siendo demasiado frecuentes las calmas en las horas del principio y fin del día. Todo esto se marca con igual claridad en los cuadros mensuales para las diversas estaciones. No queremos ser más difusos y terminaremos diciendo que los vien- tos dominantes en cada mes, así como sus velocidades lo mismo que DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. 261 para el año, se encuentran en la última rosa construída para tener en conjunto el resultado final. Bien comprendemos que el período estudiado es demasiado corto para poder sacar conclusiones definitivas y sólo sentamos las bases pa- ra hacer, con el tiempo, algo que dé reglas fijas sobre la materia. "Que nuestra benemérita Sociedad acoja este ensayo con su benevo- lencia de costumbre, alentándonos así á proseguir con más y más empeño. León, Septiembre de 1908. AG AÑ 0 o pnl o Ai ua Do, AAA ES A PEE E ATA RAR UDS IN A A '0u8 Á sou Jod suloy op oJomnu [9 Sétu[wo se] Uy 'QUIIOP AND SHIP SP OJAUNU [9 UP SRIJLO SEL “SOQUINA SO UA—"SVLON | 2 E o E 8" 9683 | 98 | 1 | 9 08 | PL | PE |9P|P9|0Z7|98 | 0112813119 T MEN AS 2 | —-— A NA NE o A lo [A | [LP [A ES G' 11 a Z ... 6 YA G VA | b VA a € G I E .. ... e a os A ol 051 op on 2 v' 9%1 e BECA OA EC EOS b A 1 G Z 9 G 1 A A A ei ; pa [S] p' 891 ... rá ... e Pp 9 a 9 8 % ... I ... ... ... Z ....s z < 7 061 1 [1 L Z 9 e p 2 1 Pa A ap o JE | 1 CosaR : z E | e 10% P ECO 1 G 8 e Z Z la mol1 A A (A s0x**="*206 | OP OZIBIA 3 E e 261 P 1 L 1 Z 8 Z 0 E EN E “sl reoanesansnrser oa s9 0067 Op:0191Q9 Y E 9 SE% L E G p 1 I I E Z € PO a ... ... ... 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T. XX V, 1906-1907, —22 ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO "8061 SP 038503 y 'uYaT '09139]010979]N OLLOJRAJIS () *"SOUTLODP P SBLOU ZE7 "Buey | > (0'87€ ¡$689 (0'T89 0" varas 1001,/0'9€8 0'91€ [e'e88 |2*T9F [€ 103 [0"801 | S 08 [3 jp pene ¡81 [tz £08/ 93 93 ¡97 ¡ez |9 A io eg lorir joze lo'6T l0'93 (018 [93 ¡0té6T + [0"FT lor jogr [0% [081 [0091 [09r orzr pocitos coso" Bix gu peprooI9A ET. loa [so le9 JE8 |6'.,|P9 Le tee le Ira lors lez lee lez lee pco dd cor lor lez laz leg loro [rez lersg [e9r |33e ler lrer leo les ee ger [out c9ldos enb se0g ap 019 uIUN ¡Ne ' O e (E E 9 o E [ [ Mozdla o A "gUyuop enb seJp ap OJSUUN aldea al Er E End SOIMAY | 2061 9P 9.IQUIATAON IP SH | “A OJSUINON l- DEL REGIMEN DE LOs VIENTOS. "8061 9p 09503 y 'UQarÍ :o0130/0109]9]N O1.L0PRA1930 () SOUL1909P £ SBIOU 16% Yun) LES [0"199 | ¡Ss! 61 03 (YI 9p [88 L3T |s 83 0 I a la 1039 S"G62T GT LPI <'08 - 6 G08S (0'829 (0805 eL lar la 008 os p lo'er os 18 (8% cier (e07 (818 A. 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T. XX V. 1906-1907,—23 over loser loser lor8r [s6r lo'ez (ov08 [0"Z3 [003 [083 ¡00% [0'68 0 $ le'03 001 (0076 e lua les ep [er [es us [PP (89 [82 (89 68 (79t 9 6P (8? (6047 A 5 O o === AA | | a ninas OO esronsoro==" SO LYOUL -Q[1 U9 BOY 10d BIPIVI PUPIoOT9A ez leo [ros ler9r leoz je69 lo'0S 9er [93 [0'8L [8ila [ero [888 6% A A E | Ae AA | e e IO E | s...""QUTUIOP IND SBJP 9P OI9UIYN | | 38 62% | eses OTCOS anb SBIOU 9P OJ9UINN DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. o a z ES A m so E yO e E z Z E 3 3 - 4 , 2 En 7 > 3 E 3 5 pa z E SOIWAYA a Meira PT A pos: B => SO6T 9p OJUN£ 9p SOM ? . » IX OJOUIAN ón P i ES E ii cd. 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DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. de Agosto de 1907 Frecuencia horaria de los vientos en el mes A So E SAA: A M. A.M. e E AN ¿ANNA : so o o A SS boo SS A 7-8|8-9| 9-10 | 10-11 [11-12] 121 | 1- NS E E E Els e o | _ _— LE EA E o : ¡DO OS pr 00 : | o : : : > + : : : E > 10 ¡N ¿ANS ¿N ANNA A A A 3 Ñ : " | EA _ | ¿Q ¡MOMO MS ¡NA AN Da | Se AUN A 1 : ' AS Ele ia NS Ss Ss om Ss em RDA : ns PO .. a co ES pj ja < co | DEE IUAAN A NA a a] A : q ES] N ¿NH ONO e ¿00/00 A 0 ra e QQ 5 a ol lec o a pS : : : 5 a : o 3 : EN JS - — : 1: ollo o : : : : : | Do AAA RARA ¿NINO mE ¿00.00 NON : ¿q : | 00 : ¿AN : o a! OS E | 6-7 |7- a 8-9 | 9-10 | 10-11 | 11-12 6-7 2 A A A RA IA A Y A A A OS Mo O LORO, AO RO A OACI O O RUMBOS a. E: So. Sul. SW. 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CAMAMAON 10 A im e o a do A ¿ANAYA ; = : : Sube fast 1-2/2-8|3-4|4-5/|5- 11-12/12-1/1-2/2-3|3-4/4 Frecuencia horaria de los vientos en el mes A O A = [a la daa aaa ue: des ¡Ó) dde an a So: [a] z 3 ps E 3 z ES Z > a [==] El S> > == AA A AAA En D - AUNAR ANNAN ¡SN :; LEO ¿NO (NN — a = OA de hs: NOE BaN es : ñ A e RE > : E z eo = S : : ; | a IO a : Z = EAS - ; ; = z [5] —) e = D o AS E =] OR O AA A ANO AA a pl PRES : pa] . z de = pa > Él 1 A Y F : : ..s E , >; AS Ss >| AE FEA : = => nl E a == ; ES A DS - o A Si o Eo! : a < 1 E e GI > SA a ' : e A 8 00 me = : e 00 [a] (2) Ma) 2 ¡NO 00 CS SS A o A o on en! ' SS : : Ú : > R : O ER : : AIN LEO O EP A o SOCIO A o O ' A a a NA m, O A IS o León, Septiembre de 1908. A E RS ld | O DGA DG pro A z , A A dd ci cn - 10 PINOS TEN > « - dea ano rd 2 a E E a | pele o A E 0 . . e : z ! 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RUMBOS o E A ds a a a ra | ; = GS LO 10 | MA A IRANSNIONAS , : : S + | , —* ¿9 ADO NN LO 0 re 1 . . nr) Le) IS SS o E o o É o : a a] : a LL IAN NARRAN e ' e E . , - Jl rá — A A AA e E o a : ; E E a] Si] SS tdo dos Y) . Es — J . . . = o o o o CI Y eS a : : [>] AS 13 . = des 3 Aa AAA 1 A rl A IS ' EE ARS ES E O a DUO 0 1 => A | 00 Oo ca | 2 AA AA AO A ' a RE E SA ss E A as e E SET AE A E O co E A aa aa a E a A oo A O O ARO a; co E EA E E, 0 AO O 1 RA A os Ne] O RE AS O MARS o] o , e a ON A 00 Pos A AA OS S O - A e ¿AA - SS . , SN E o s e A ro o Do < lr) DIO A ANA Yo) E ' TA A: 2 5] A g Do S] CI E] me S ñ nm A a 1=t; == AR ap > Do 49] rm Al a a e RE a A e O S A as EAS N=) 2 SS] al QA ” ” Sá DIN im - S A | e 0 Y ¿QS SS A) . 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RUMBOS 7 | 8-9|9-10 | 10-11/11-12[12-1/1-2|2-3/|3-4¡4-5|5-6 | (CALMA... 18 1 DO E RS A AO [IE O se o MS IAE e, AN O A o lr e 0 O E E coda Va IN (ES, Y RA A RT O A A A a A lodo [occ A A ERAN BOS e A A A 1 1 2 1 1 1 Sl al llo dl 2 1 1 iS 1 A ACA OU 3 9 4 1 2 3 2 2 3 AA Dl ARS Y IDA le [ERA 5 8 6 9| 1 2 A E MEAN 4 16 2 4 5 3 3 2 3 1 SOS Weoo. 3 2 6 9 4 7 7 7 10 6 VE | a UNOS LN PESA | O O IO 1 4 3 2 2 4 ll NA O PEA o 7 NEC 1 2 3 4 2 1 aa lesaas izasano lesa AS 1 2 4 4 4 6 9 W.N.W..... 1| Ml. 1 1 2 2 El E 1 rr IO AA LA AE AS el A A ST (AA ED 1 2 N.N.Wo...... 1 | o A o gi O Ya | dable P, M. A. M. RUMBOS | í A 6-7|7-8/8-9|9-10| 10-11 |11-12/12-1|1-2|2-3|3-4|4-5|5-6 10 11 13 15 14 14 16 4 3 1 León, Septiembre de 1908. Memorias. T. XX V. 1906-1907, —24 o LAME FEO Pm Or ' ma : : 10 E 10 | A AO ¡AR ADN RA ” . . . . . ED A AS Mo E e A TR CANT — as s : : Al A A a O E 00 «$ Las de ds o 2 > 5 a == CTS o ci e li Ii CIN po Ú a a ES o MA a a e g A sl sS |. ES a S —. 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Ú , en : =Ñ : A A a SS > % de CA =] : Ss en a ea IS A SS o A ; ds EE : SS] o] A > IPS A A A ' ES A DER : + O Eu E PA A REA E E E SB RA Y A o oc SE A | la] : : A : = a : LS a E E E ERRE TA SA E II SI A A en) De RO 0 EBRO | EAT EEN (283 7 NA INNDNNRO A IS a | Lan! (>) AA O li = Aroa a eN .. REIS Ss | o E TS A | Ez | A OS A IN mn — =- 1 A a | 0 a [oo E a — $ | ' A E IA ¡TS IS | e SAA O II | ' e! TASAS O LS OS RT ES EA . RUMBOS e 4 A e O a] O O 1 MT O a ' OS A «$ ODA Ds ra = UN OA le 0 1 =l A E em e e] O LAA A E 0) ' La! m (5) los] ER o a] A ¡NA ¡NOOO ' rn . . pa pl | MASA A ir ¡NOA O Lema . . . . . [5 : SAO na a! : RE TE — e Q MARADONA AAN = pe X : z 0 : pu] | ON A 1: ¡OQ — rr 000 ON Al = PAS So =— o SS A A E co A mn . . El o CE o a! N —— 00 10H ON 4 : 00 00 e y l- | U o León, Septiembre de 1908. ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 284 Número XXIII. Frecuencia horaria de los vientos en el mes de Mayo de 1908 4-5/|5-8 A o dos a . . : ¿ANAND :: pl “OQ ¡AH , ¡OWN mo; i : Sy : s on e A 00 mA OA OOOO: ' o F 1 q a SN Lo AAA AAN DD A N IA ' AN A E | - E A o Q ¡Mm os ¡OMONN NON : bn re : — pal A! A ¡NANI o? mn : ; Lal 2 A 1 CONAN AN A ¿ > A : A «4 ES DOTA ANNAN AA 1 : : co 20 A A ls am OA ' y A Ls R O NERO : e a — a! mm — 10 Y ' a: : pa F RUMBOS AI A ei O AAA AA Y PASO RO aaa a O A E EIA E q 20 ia ¡gs A SARA E AS AA 1-2| 2-3/|3-4|4-5|5-8 | SAS AS o o A, A QQ o o > IS Mos A A a SS! A A o o o A 11 NANO AA o: ANOAN ¡AN ANMNAN ; LA ¡ONIANANANANANAAN AS A ASAS OS A SAS AA SLIDE EZ León, Septiembre de 1908. pd 285 DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. Número XXIV. tos en el mes s vien Frecuencia horaria de lo de Junio de 1908 M. e 5-6 10M ¿Mim 2000: a A a o o o JS py "0 ¡ONO ss: a A AS ASS O o A 10-11 |11-12/12-1| 1-2 2-38 E AS A RUMBOS 6-7|7-8|8-9|9-10 ARE A TE AG A A A e DE IA E O A A A: la NTE o] se : . . p A AAA A IA ASS e RA : A O IS OS e AS o E SO SS a SOS) A Sa 0111 ¡ANNAN ¡Mm 0 ¡MAS 1 DONA -10'10011 brrczo 12-1/1-2|2-3/3-4 4-5|5-6 | 0%7| -8|8-9|/9 RUMBOS A o OCA POR ERA A JO E AS A a as A rs dad e a a Us a AO e AO A A E ER RO aa za Ja ICAO A AO León, Septiembre de 1908. [¿ E—_—_—_——----—_——_—_——__— A A a di o | PA OA A A NU KA se | Di AN A A | AS y é 10 A e sm | "DIE AAS NL PL A EI] - AE A EL, E A 1 E o | A UNIR ¿A 10 | DEAN NA NN Z | : - R ' o E eE [es] | e + m So | A A > A AAA o o E x Y E PIDA 29 Ad ds d DE [= A A daa oo dl E | 0) = = o AR: A A A a) 9 E Do A co PE NARA ml NN dá mn 5 m0 mA a] : E o z = Pa A 7] U : S he : S | D E a | pa ES o otto SS CA TO IS TS TS S Es $ ' Hato - I ' RR - sn a S pa = E ES] 3 S 2 A pi AS | | - A > Es E a E a REA : ES D 1 mu ¡E A HA M S g D 2 A O A ra | 2 AN A MIO 0 0 5 E a 1 PO E : 7 < | Pm = ce: .: = ps o a A fi == — == o S- .2 0 SL | | os qookarmmanan ¡a ¡aa S a > a | 3 | E cebo E . | == —. e ES S a) 2 IN 2 ONDA AA a ¡MN = == o E . ds . 1 IN a E a S A TS A A = 3 g E : , ==> A = o : 0% [0] e > a == LA > | : 3 2 | o o A NN MN SS] 2 o Die ¡AMARO A SS] po] U Bb] | e - = | = ES E ES NI b> A 001 =00 :0 A : ' : MO | 0 A e a ly) | O | a] A AO A E ee | ORO AA BORO ES 2 A A Sl [sa] ; “o 5 SSI EE = E = = 3,482 ida eZ AA 2 E E E AA | A SATA A z ATA ATATA ADA | E Y á - DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. 287 Número XXVI. Sumas de frecuencia horaria en los 12 meses de Agosto de 1907 á Julio de 1908 Er _ Q-)] Mm 159) bo -1 Ko So — -J [5 =J ...m.n.... am onon...... 167] pa N NA Y 00 O IN 00 He UY hi O 13] [Yu] -i Ya) e [==] — [1] len 15 |N.W 2 21 13| 32 | 52 A AA E TO NT 133 | 156 an 204 | 205 | 217 hu N-J pu bm . [SS] .s — 5 O Sh OO 010 O pa 00 00 NIE 00 no . 0019 =“1 00 NINA CO o 0 00 =1 =D) pr : DIA Da ll ANS A uh 00 a Rh pl pl —= m= . o: [5] La 21 27 22 18 22 Ko 00 159] E= us O mn - mM pm. Oi. | 1-12/12-1|1-2|2-3|3-4|4-5|5-6 A, M. P. M. ia 6-7|7-8|8-9|9-10|10-11/1112|12-1|1-2/2-3|3-4|4-5|5-6 >" Te RO MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ELEMENTOS DEL COMETA MOREHOUSE, Por José M. Chacón El que subscribe tiene el honor de dedicar el presente trabajo'al señor Ingeniero D. Felipe Valle, Director del Observatorio Astro- nómico Nacional de Tacubaya. Logré observar el mencionado cometa los días 23, 25 y 26 de Sep- tiembre, y 1?, 2, 3, 6 y 10 de Octubre del presente año, en su paso por el meridiano del Observatorio de Tacubaya. La descripción del círculo meridiano de que me serví para mis ob- servaciones, se encuentra en el tomo Í del Boletín del Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya, página 13 y siguientes, la que fué hecha por el Sr. Ingeniero D. Guillermo B. y Puga, siendo, entonces, Directúr del Observatorio el señor Ingeniero D. Angel Anguiano. Por lo que sólo diré que el citado instrumento consta esencialmente de un anteojo de dos metros cincuenta centímetros de distancia focal, con un objetivo de ocho pulgadas inglesas de diámetro libre y con dos círculos de tres pies ingleses de diámetro, graduados de cinco en cin- co minutos. Sin embargo, hago notar que las chumaceras en que gi- ra el anteojo, se modificaron últimamente, según conferencias que sobre el particular tuvo el Sr. Valle con los señores Director y Subdirector del Observatorio de Greenwich, Director del Observatorio de Oxford y Troughton, constructor que fué del instrumento, procurando al mismo tiempo que en la modificación se tuviera la mayor economía posible. La modificación consistió en dar á las chumaceras superficies esfé- ricas en la parte que reciben á los muñones del anteojo, en vez de las superficies cilíndricas que antes tenían y que presentaban gran snper- ficie de contacto á los muñones, en tanto que ahora sólo son, teórica- Memorias. T. XXV. 1906-1907, —25 290 ELEMENTOS mente, dos puntos de cada mufñión los que descansan en cada chuma- cera. Además, se cambió el sistema que sopesaba al anteojo á fin de disminuir su peso sobre las chumaceras, por dos pequeños dinamó- metros, colocados uno en cada extremo del eje del anteojo. De las coordenadas ecuatoriales del cometa Morehouse, obtenidas con mis citadas observaciones, tomé las correspondientes á los días 25 de Septiembre, 2 y 10 de Octubre, pues son tres las posiciones de un cometa, observadas desde la tierra, las que se necesitan para'deter- minar la órbita de dicha astro según el método de Olbers, que es del que me serví en el presente caso. Las ascensiones rectas aparentes fueron calculadas por el señor In- geniero D. Luis B. Ulloa, Astrónomo del Observatorio, que es la per- sona á quien el señor Director tiene encargado el cálculo de las as- censiones rectas de las estrellas de las zonas de Argelander que estamos observando, para que sirvan de estrellas de referencia para la reduc- ción de las placas que se toman en el mismo Observatorio, para la formación del Catálogo Astro-fotográfico. Así como yo tengo á mi car- go el cálculo de las declinaciones de las referidas estrellas de zona. Las posiciones aparentes del Cometa, correspondientes á los mo- mentos de observación, las referí al equinoccio medio de 1908, 0 y, por determinación de distancias del cometa á la Tierra, en dichos mo- mentos, corregí sus declinaciones por paralaje, obteniendo de esta manera los resultados siguientes: EQUINOCCIO MEDIO DE 1908. 0 Tiempo medio de Tacubaya Posiciones referidas al centro de la Tierra Septiembre. 254407709 a=22'53"3*.16 0=75%55'21".85 Octubre..... 2,8399473 + a'=20 55 7:.17"-0=70 1112598 sm ¿veis 10, 2716135 a” =19 48: 0..72:0=58 2956129 Luego transformé estas coordenadas ecuatoriales en sus correspon- dientes eclípticas, con las que apliqué el método de Olbers. En la determinación de órbitas, pueden considerarse dos partes: la primera consiste en hallar las distancias acortadas del cometa á la Tie- rra, pertenecientes á la primera y tercera observaciones, y la segunda dC is DEL COMETA MOREHOUSE. 291 parte tiene por objeto construir la parábola, porque en el método de Olbers se suponen, por aproximación, parabólicas las órbitas de los cometas. Determinadas Jas distancias acortadas referidas, se hallan por su - medio los radios vectores ó distancias del cometa al Sol, correspon- dientes á las citadas primera y tercera observaciones, así como la cuerda que une los extremos de dichos radios vectores. Llamando p, p” las distancias acortadas del cometa á la Tierra, r, r” los radios vectores y k la cuerda referida, encontré para los valo- res de estas cantidades: Log p =9.6894298 » p" =9.4239244 yr 2302479592 y 1” 0.2003740 1») kk = 9,4449790 Todos estos valores dependen del que se atribuya á p; pero para comprobar la bondad de éste, se tiene la ecuación Ps Be => E) E (ES) 2] En la que 7 es el intervalo de tiempo comprendido entre la prime- ra y tercera observación, y ( es una constante cuyo logaritmo es 1.4378116. Aplicando los valores numéricos de 7, 7” yík á la ecuación citada, se tienelpara su segundo miem» O nando cocoa caodecids de qeda da sn... 14,8308421 Y siendo el intervalo de tiempo entre la 1* y 3* ob- EL ARIOM cocue coteo sion! sede vendria dee das rabade dao pa es 14.8308426 Se tiene la pequeña diferencia....... 0.0000005, lo que prueba que el valor que se"puso para p es el que debe de ser. Asegurado”del valor de p, del que, como digo, dependen los de p”, r yr”, calculé los 292 ELEMENTOS DEL COMETA MOREHOUSE Elementos del Cometa Morehouse 2 = 103% 1467.35 w= 171-2317 :40 ¿+= 140,10 2.95 q = 0.9469924 = Diciembre 25 á 12*36"44* de Tacubaya, ó Dbre. 25.80105 de Greenwich. Expresiones en que se representa por 2 la longitud del nodo as- cendente, por w el argumento del perihelio, por ¿ la inclinación de la órbita del cometa respecto á la eclíptica, por q la distancia perihelia y por T, el tiempo del paso del cometa por su perihelio, ó sea el mo- mento,de su mayor aproximación al Sol. Además calculé las Constantes para el Ecuador 1908. 0 "y =r (9.8928309) sen (154937 0.51 +0) y =r (9.9537256) sen (267 3126 .26 + v) 2 =1 (9.8822273) sen (201 57 8.48 + v) Los números estelares independientes, así como las longitudes del Sol y los radios vectores de la Tierra, de que hice uso en los lugares que el cálculo lo exige, los tomé de “The American Ephemeris an Nautical Almanac for 1908.” Tacubaya, Octubre 28 de 1908. mM $ MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. Nota. acerca de las enfermedades fungosas del maguey Por el Profe=or Guillermo Gándara, M.$S. A, Los hongos bien conocidos que atacan al maguey (Agave america- na), son los siguientes: Colletotrichum agaves Cav. Comiothyrium concentricum Sac. Plowrightia agaves Maub. Colletotrichum agaves CAv. Este hongo, del orden de los Pirenomicetos, suborden de los Me- lanconidios, del grupo de las Esferiáceas y de la familia de las Jalos- póreas, fué estudiado por Cavara, quien Jo encontró atacando al ma- guey (Agave americana). Más tarde, en 1904, Mr. George Grant Hedegcock, del Jardín Botánico de Missouri, E. U. A., lo encontró en el Agave Utahensis, causando mucho perjuicio á los individuos jóvenes de esta planta. (Sixteenth Report, p. 153.) El hongo en mención ataca también al Agave atrovirens, A. horri- da, A. marmorata, A. potatorum y yo lo he encontrado en el A. ame- ricana del Valle de México, y en el A. rigida var. Sisalana ó henequén de Yucatán, causando muy serios perjuicios en este último. Grant Hedgcock, cree que los ejemplares de pencas de maguey co- lectados en 1901 por el Dr. Trelease en la Barca, Jal., y conservados en el Jardín Botánico mencionado, no se hallan plagados por el hongo Gloeosporvum macropus de Saccardo, sino probablemente por el Colle” totrichum agaves. A TN 2 IR a 294 NOTA ACERCA Caracteres exteriores de la enfermedad.— Primero aparece en la su- perficie de la penca una manchita circular simulando el comienzo de una gangrenosis. La mancha crece y toma la figura de un círculo más Fig. 1,-—Acérvulo del Colletotrichum agaves ó menos regular, de color gris, llega á tener hasta un decimetro' de diámetro, y se nota como deprimida en la parte turgente de la hoja. Aparecen después en el área de la mancha unos puntos negros bien visibles, formando círculos concéntricos, y que no son sino.los acérvu- los del hongo. Cuando la mancha ha invadido gran parte de la penca, ésta se seca dejando á aquélla como realzada. e: Descripción del hongo.— Acérvulos esféricos ú oblongos que al ma- durar rompen la cutícula y sus conidias aparecen en gran número formando una masa de color rosado y constituyendo así verdaderas pústulas. Conidióforos erguidos, hialinos, de 6-7 y de diámetro y muy variables de longitud en los diferentes acórvulos en que se desarrollan. Conidias oblongocilíndricas, hialinas, con uno ó dos núcleos y de 16-31 1 x 5-46 p. : "e APRA PE ¿3 o 1 IAS ; Y SSA le pa er AS - SMA es , A , DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 295 Fig. 3.—Conidias del Colletotrichum agaves CR AAN 296 NOTA ACERCA Coniothyrium concentricum Sac. Este hongo se parece en sus caracteres exteriores al anteriormente descrito, pues también produce manchas grises, aunque menos regu- lares, más reducidas, con puntos negros más pequeños y no dispues- tos en círculos concéntricos, sino esparcidos irregularmente en el área de la mancha. Estos puntos negros no son sino los conceptáculos del hongo, encerrando una gran cantidad de esporas. La mancha apare- ce generalmente en las orillas de la penca y va extendiéndose más ó menos del mucrón á la base de ésta, hasta secarla completamente. Esta enfermedad se halla más extendida en nuestras magueyeras de pulque que la producida por el Colletotrichum agaves. El Coniothyrium concentricum ha sido encontrado por los Señores Briosi y Cavara, del Laboratorio Criptogámico de la Universidad de Pavía, Italia, en la Yuca (Yueca gloriosa), y en donde sí se disponen los conceptáculos formando líneas concéntricas. Según dichos señores, el hongo ataca también á la Yucca filamentosa, á la Y. aloifolía y á la FPurcroya gigantea (Amarilídea). Yo lo he encontrado en la Yueca filamentosa del jardín de la Escuela Nacional de Agricultura, D. RS: y en el Agave americana del Valle de México. Descripción.— Peritecas ovoides, completamente encajadas en el pa- renquima de la hoja, y casi siempre colocadas debajo de un estoma en contacto con el ostiolo de aquéllas, que difícilmente se ve. Esporas de un color gris obscuro, globulosas ó poliédricas, de membrana lisa y de contenido homogéneo; tienen 3X 5 y. Observación. — Ultimamente he visto en las manchas de pencas de maguey producidas por el Coniothyrium concentricum y entre los con- ceptáculos de este hongo, unos puntos más desarrollados, y que exa- minados microscópicamente en cortes microtómicos transversales y longitudinales, se ve que se hallan llenos de ascas (?) elípticas muy alar- gadas, en gran número y divididas transversalmente por 3-5 tabiques. Cada segmento contiene una masa protoplásmica, granulosa y gris, y las ascas son de 40-50 Xx 8-10 p. Es td DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 297 No he podido comprobar hasta ahora, si se trata de la forma ascó- fora del Coniothyrium concentricum, ó si es otro hongo distinto de és- te. Los estudios que acerca de esta cuestión nuevamente he empren- dido, aclararán este punto; pero de todas maneras estoy en la mejor disposición de obsequiar ejemplares de este hongo á los maestros de Micología del mundo, á fin de oir su autorizada opinión acerca de es- te caso. | al pa Fig. 4.—a, fragmento de hoja de yuca atacada por el Coniothyrium concentricum. b, corte transversal de la hoja, mostrando un conceptáculo ' y Mmicelios del hongo. c, esporas del (. €. Ascas aisladas del t.. e. Las dimensiones, disposición y color de las células del conceptácu- lo peridional, son muy parecidas, si no iguales á las del bien conoci- do Comiothyrium, y aun he llegado á ver esporas de éste en los con- ceptáculos ascóforos referidos; por esto más bien, por ahora, creo que 298 NOTA ACERCA se trata de una simple forma del hongo mencionado. Quizá con estos detalles pueda haber suficientes razones para hacer del Coniothyrium del maguey una especie distinta de la Concentricum, aun cuando ya Cavara y Briosi han hecho de ésta una variedad llamada Agaves. Plowrightia agaves MAUB. Este hongo fué estudiado en América, en 1906, por el infatigable y malogrado micologista W. A. Kellerman, sabio Profesor de Botánica de la Universidad de Ohio, en Columbus, E. U. A., habiendo tomado los ejemplares del hongo de unas hojas de maguey colectadas por él en Guatemala en 1905. Fig. 5,—Corte vertical de un estroma de Plowrightia agavis con las peritecas Kellerman clasificó el parásito como del género Plowrightia y de la especie Williamsontana, que consideró como nueva, según el “Jour- nal of Mycology”” de Septiembre de 1906. (Vol. 12. Núm. 85, p. 185.) Pero en el presente año apareció una nota en el **Botanisches Central- blatt” (Núm. 19. Enero de 1908. p. 490), indicando que Maublac, distinguido colaborador y compañero de los sabios micologistas Pril- lieux y el nunca bien sentido Delacroix, hace constar en un artículo que se publicó en la página 141 del Boletin de la Sociedad Micológica de Francia (XX11-1907), denominado “* Sur quelques champignons in- ferieurs nouveaux ou peu connus,” que el hongo de referencia ya lo había clasificado como Hypocrea agaves, adaptando, sin embargo, pa- DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY, 299 ra el parásito, el género Plowrightia indicado por Kellerman, y deján- dole la especie Agaves por derecho de prioridad. Fig. 6.--Peritecas en el estroma, muy aumentadas. [Corte vertical | Caracteres exteriores del hongo.—El hongo se manifiesta por el haz y envés de las pencas, por medio de una variolosis, elegantemente dis- puesta en circulos coneéntricos de uno á cinco centímetros de diá- metro. Fig. .7 Ascas del hongo. P. a. [muy aumentadas] AN EN ie AN 300 NOTA ACERCA Las viruelas son de color leonado, están constituldas por una masa de estroma, de un milímetro de diámetro aproximadamente y donde se forman 30-40-50 peritecas. - Fig. 8. -Esporas del hongo. P, a. Descripción.—Las peritecas son de 110-125x 90-120 z. Ascas numerosas, oblongas ó subóvalo—oblongas, más angostas de su base que en su extremidad y de 60-90x 12-20 y. Contienen 8 esporas. Estas son óvalo—oblongas, hialinas, á veces de contenido gra- nuloso, de 20-25x 5-7 y y divididas hacia la mitad por un tabique transversal. Este hongo lo encontré con todos sus detalles en un ejemplar de penca de maguey (Agave americana) que colectó en Tecamachalco, Estado de Puebla, un Agente de la Excomisión de Parasitología Agrí- cola. Homostegia Parryi Farlow En la página 37 del folleto “Mexican Fungi” por Holway, se señala el hongo Homostegia Parryi como parásito del maguey de Guadala- jara (probablemente del de Tequila) sin indicar su descripción. Este hongo debe parecerse más ó menos, tanto en sus caracteres ex- teriores como en sus botánicos, al hongo Plowrightia agaves ya men- cionado, por ser ambos de la familia de las Dothideáceas. DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 301 NUEVOS HONGOS PARASITOS DEL MAGUEY Los hongos del maguey (Agave) no conocidos hasta ahora, son los siguientes: “El negro” ó6 “Fumagina.” “El Algodoncillo.” “El Clavillo.” “La oblea rosada.” Un Basidiomiceto Agaricáceo. “EL NEGRO” Ó “FUMAGINA” Este hongo se manifiesta como sigue: Aparecen sobre el haz y más especialmente sobre el envés de las pencas, unas manchas muy negras, más ó menos circulares, de con- torno desvanecido, de uno ó dos centímetros de diámetro y como si estuvieran hechas con tizne. El polvillo negro de que parecen estar for- madas, puede quitarse con el filo de una navaja, dejando aparentemen- te limpia la cutícula y sin que aparezca lesión alguna interna, cuando la mancha tiene poco tiempo de haberse formado; en el caso contrario se nota en la cutícula una manchita interna amarillenta. Las manchas crecen y á veces se unen ennegreciendo casi por completo á toda la penca. Entonces comienza ésta á marchitarse á medida que va ponién- dose amarilla; á arrugarse también y por fin llega á un estado de ne- erosis tal, que las pencas así enfermas parece que han sido achicha- rradas. Es, pues, un hongo parásito que se ha extendido mucho en casi toda la zona magueyera de la República, sobre todo en el Valle de Méxi- co, causando muy serios perjuicios á los hacendados que cultivan el maguey. Caracteres microscópicos del hongo.—Puesto en el microscopio el polvillo negro, se ve que está formado de cuerpecillos esféricos más 6 menos, con pedículos aracnoides delgados, amarillo-obscuros, frágiles 302 NOTA ACERCA y tabicados. Dichos cuerpecillos, que son verdaderas peritecas sin os- tiolo, están formados por células globulosas que comprimiéndose na- turalmente, hacen al conjunto de consistencia terrosa, muy negra y na- da transparente. Las peritecas tienen 100 ó más de diámetro, y si se comprimen sobre el cubre—objeto, se desgarran y arrojan de 3 á 6 tecas ovoídeo— rostradas ó en forma de acocote, de doble pared, sentadas por la parte más ensanchada y conteniendo 8 esporas. Las esporas son casi cilíndricas y con una esferita en uno de sus ex- tremos; de 12-15x 3-5 y y de contenido granuloso gris. Después se les forma uno ó varios núcleos, la masa protoplásmica se concreta á dar resistencia á la pared celular que se vuelve doble, consistente y de color amarillo gris, y creciendo un poco más, se funde la esferita en el cuerpo cilíndrico de la espora, tomando ésta la forma de clavo cu- neiforme. No las he visto germinar, ni he notado en el hongo conidió- foros de endoconidias. Clasificación.—Por los datos hasta ahora observados, parece que se trata de un hongo del orden de los Ascomicetos, de la familia de las Carpoáceas, del grupo de las Perisporieas, muy cercano al género Thielavia de Zopf. y probablemente de una especie nueva. Esto ya lo consulté con los Sres. Briosi y Cavara, del Laboratorio Criptogámico de la Universidad de Pavía, y en cuanto emitan su opinión acerca del caso, me será grato comunicarla. “EL ALGODONCILLO.” Trichothecium roseum Hoff. Los magueyeros del Estado de Hidalgo llaman “Algodoncillo” del maguey á una enfermedad de esta planta que se manifiesta de la ma- nera siguiente: Primero se nota en cualquier parte de la penca una manchita obs- cura, circular y gangrenosa, que poco á poco crece irregularmente. Más tarde, sobre la mancha comienzan á verse filamentos blancos, que no son sino las hifas de un hongo, y que formando un tejido espeso, bien se justifica el nombre de “Algodoncillo”” con que se le ha desig- MO Ae Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25. Fig. 9.—Conidias del Trichothecium roseum del maguey. [500 diam.] DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 303 nado. Después, dicho algodoncillo se vuelve de un color rosado y precisamente esto sucede cuando el hongo comienza á producir sus conidias. Los micelios no sólo los he encontrado en la zona de la man- cha, sino también muy adentro de los tejidos aparentemente sanos y más ó menos alejados de la parte enferma. Diches micelios, general- mente gruesos, hialinos y tabicados, rastrean entre célula y célula, y es probable que introduzcan en éstas chupadores. Estudiado el parásito, resultó ser el hongo Trichothecium roseum de Hoffman, el mismo que en Silao, Estado de Guanajuato, ha causado y está aún causando grandes pérdidas en el nardo, que en grande es- cala se cultiva allí. Dadas las condiciones biológicas del hongo en mención, no parece ser un parásito obligado del maguey, porque la delicadez de sus micelios no es compatible con la resistencia natural de la cutícula de esta plan- ta. Más bien creo que dichos micelios ó conidias aprovechan las le- siones de los insectos para introducirse en las pencas y desarrollarse como parásitos que producen la gangrenosis, dejando á éstas como si fuesen bolsas llenas de un líquido amarillento y tejidos enteramente descompuestos donde pululan miriadas de diversos microbios, entre los cuales se notan abundantemente los de una fermentación. Hay duda acerca de que el Trichothecium roseum de Hoff. sea el Cephalothecium roseum de Corda (?), cuyas diferencias se han creído indicadas tan sólo por la disposición de las conidias en los conidiófo- ros; pero según Constantin (Les Mucedinées simples. 1888.—p. 94), pa- rece que el primero de los hongos mencionados se ha confundido con el segundo. En cuanto á mis observaciones manifestaré, que efectivamente, no he encontrado diferencias esenciales en los hongos referidos y que los que he visto como Trichothecium roseum, me parece que no son sino una simple fase del desarrollo de los que he conocido como Cephalo- thecium roseum. Descripción.— Mucedínea de filamentos estériles, tabicados y rami- ficados y de filamentos fértiles, erguidos, simples, tabicados, incoloros y terminados -por una, tres ó varias esporas bastante grandes, pirifor- 304 NOTA ACERCA mes, insertadas por la parte aguda, casi siempre incoloras y con un ta- bique transversal. “Ex cLaviLLo.”— Phytophthora agaves Una enfermedad semejante á la anterior ha sido observada en las Haciendas de Ometusco y San Javier del Estado de Hidalgo, primero por el Sr. Dr. D. Manuel M. Villada, y después por el Sr. Prof. D, Al- fonso L. Herrera. Ambos señores encontraron como causa del mal, á un hongo del género Phytophthora, que fué especificado por el señor Villada, como Agaves. Los remitentes de los magueyes así atacados, aseguraron ser “El Clavillo” el nombre de la enfermedad. “LA OBLEA ROSADA” En el maguey de Tequila (Agave sp.) que se cultiva en la Hda. de “La Plaza,” Distrito de Zamora, Mich., he encontrado últimamente un hongo parásito, Basidiomiceto de la familia de las Teleforáceas (?), causando graves perjuicios, pues aparece en la base de las pencas co- mo si fuese una oblea de color de rosa que va extendiéndose á lo lar- go de éstas, originando primero una gomosis y después la muerte de la planta por resequedad de sus tejidos. Una persona de esta Ciudad, me ha informado que ha visto perder- se completamente una magueyera de dos mil plantas á causa de este parásito. Ya mando ejemplares de dicho hongo al reputado micólogo euro- peo, Sr. Ch. Bambeke, especialista en hongos superiores, para su exac- ta clasificación. . “PANUS SP.” Este hongo superior, de la familia de las Agaricáceas, lo he encon- trado creciendo en la base de las pencas del maguey (Agave america- na) penetrando sus micelios en el mezontete de la planta, en Puebla, Estado de Puebla y en Tacuba, D.F. DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 305 El hongo es de consistencia coriácea, se extiende en forma de aba- nico, su peridio es de un color blanco amarillento, rebordeado hacia abajo en sus orillas y el himenio es amarillo leonado, con laminillas convergentes al estipe, el cual, confundido en estroma, penetra al cuer- po de la planta como queda indicado. Los ejemplares miden 15 cen- tímetros de longitud más ó menos y fueron clasificados por el referido Sr. Bambeke, en 1907. Raras veces se ha encontrado este hongo, por lo cual no parece cons- tituir, hasta ahora, una plaga de importancia. Remedios.—Para combatir la plaga de estos hongos debe practicar- se principalmente lo siguiente: 12 El aseo de los magueyes, limpiandolos de las pencas secas que casi siempre mantienen en su base. 2” La poda de las pencas más atacadas, destruyéndolas inmediata- mente con fuego. 3? La extirpación de las manchas gangrenosas de las pencas cuan- do se inicien, por medio de la cuchilla, ó bien la raspadura de las par- tes atacadas, si éstas aparecen en el mezontete. 40 La pulverización de caldo bordelés, dos ó tres veces en el invier- no, con el intervalo de 20 á 30 días y hecho á la dosis siguiente: Sulfato de cobre........ ande Ian dean sandra cedco ds 2 kilogramos. Melaza ó miel de ratas.......ce ....cooomoomom». « 37 EAS A AO 2 se AREA Y EL A POT 300 litros. Ya se sabe que para hacer esta preparación, primero se disuelve el sulfato en el agua, después se agrega la miel y en seguida la cal en le- chada, previamente compuesta con agua limpia tomada de los 300 li- tros mencionados. La preparación debe hacerse en un gran tinaco de madera. Zamora, Enero 6 de 1909. Memorias. T. XX V, 1906-1907.—26 ld MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. EL FERROCARRIL NACIONAL DE TEHUANTEPEC Y LOS PUERTOS DB COATZACOALCOS Y SALINA CRUZ Por el Ingeniero Civil Gabriel M. Oropesa, M.$S. A. Bondadosamente invitado por nuestro muy digno Secretario perpe- tuo para hacer una breve descripción de las obras del Ferrocarril Na- cional de Tehuantepec y de los puertos de Coatzacoalcos y de Salina Cruz que acabo de visitar; no he podido rehusar esa invitación porque procede de un buen amigo, de un estimado consocio, que con un ejem- plo de laboriosidad y de constancia que ciertamente no tienen prece- dente alguno en los anales de ninguna Sociedad Científica del país, nos pone de relieve constantemente todo lo que podemos hacer en bien del progreso y buen nombre de nuestra simpática Sociedad, todos vos- otros con las luces de vuestro talento, yo, el único indigno de vuestros consocios, con mi gran deseo de estudiar y tratando de suplir con buena voluntad y empeño todo lo deficiente de mis aptitudes. Acepto, pues, la invitación del Sr. Aguilar; pero antes de entrar en materia os pido vuestra indulgencia. La excursión á través del Istmo ha sido muy rápida, he recorrido el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec sólo una vez en viaje redondo, pasando algún tramo durante la noche, per- maneciendo en cada uno de los puertos sólo unas cuantas horas; esto sería motivo para que un hombre de talento no pudiese formarse jui- cio completo de esas grandiosas obras; con menos razón yo que carez- co de las dotes necesarias; mas por fortuna iba yo en compañía de más de 70 miembros de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos y la conversación de algunos de ellos que ya conocían esas obras, me sirvió de mucho para darme cuenta de lo que son en sí y de las ven- 308 EL FERROCARRIL NACIONAL tajas inmensas que prestan como vía internacional de comunica- ción. El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec desarrolla su trazo á través del Istmo en una extensión de 304 kilómetros, con dirección general de Norte á Sur. Comienza en el puerto de Coatzacoalcos, atraviesa los terrenos bajos y pantanosos de la margen izquierda del río del mismo nombre; en estos terrenos bajos la consolidación de la vía ha sido muy difícil, lográndose sólo á fuerza de grava que hundiéndose en el fondo de los pantanos muy lentamente, ha llegado por fin á dar un asiento permanente para la vía. El tramo comprendido hasta el kiló- metro 127 es la región pantanosa, pero todavía se ven terrenos inun- dables hasta el kilómetro 147; la vía corre unas veces á través de los pantanos y otras sobre las lomas cubiertas de una rica vegetación, eruza casi todos los afluentes de la margen izquierda del río de Coat- zacoalcos, entre los cuales se cuentan como más importantes los de Jaltepec, Jumuapa, Sarabia y Malatengo; en todo este largo trayecto la vía va ascendiendo muy lentamente aunque por la configuración es- pecial de las lomas que separan los diversos ríos, tiene contrapen- dientes completamente inevitables. La vía entra al cañón de Malatengo y aprovechando el ascenso de este río salva las vertientes del Atlán- tico para llegar á las llanuras de Xochiapa. En este trayecto se encuen- tra la más importante de las estaciones intermedias de la via, Rincón Antonio, residencia de todos los principales empleados de la casa Pearson, en donde se han establecido magníficos talleres dotados de maquinaria moderna para toda clase de reparaciones. Para dar una idea de la importancia de esta estación, citaré sola- mente los edificios que han sido ya construídos: Casa de fuerza mo- triz, Casa de calderas, Taller de reparación de locomotoras, Taller de reparación de coches, Taller de herrería, Taller de carpintería, Fun- dición, Almacenes, Casa redonda para locomotoras, Estación y Oficina general del Ferrocarril, Casa para el Gerente General, Casa para ins- pectores del Gobierno, Casa para conductores y maquinistas, más de 40 casas para empleados, más de 60 casas para mecánicos, más de 50 casas para peones y Cuartel para la escolta. ao 1 TO SOIITVOIVZLVOI HA OLYNHAdA ONV”"Id "TIA “upr “ez OuoJ *9)BZ[Y PEpo1008S B] Sp SBTIOUAJA O ON +, DE TEHUANTEPEC. 309 La vía sigue su derrotero hacia el Sur por las planicies interme- dias entre Rincón Antonio y la Sierra de Chivela, teniendo su punto más elevado en el kilómetro 214, en el lugar llamado Niza Conejo, á 261 metros sobre el nivel del mar. A partir de Chivela desciende por la vertiente del Pacífico hasta San Jerónimo; al pasar por el kilóme- metro 242 fué preciso hacer un pequeño túnel de 70 metros de largo, que tiene su bóveda revestida con mampostería de ladrillo. En la Sierra de Chivela es muy notable el contraste que se nota en la vegetación de las dos vertientes; la del Norte hacia el Atlántico, de un hermoso verde esmeralda, vegetación llena de vigor porque está bañada por los vientos del Norte cargados de humedad; hacia el Sur la vertiente del Pacífico, sólo en el fondo de las cañadas se ve una vegetación verde olivo, los cerros se encuentran desprovistos de vege- tación por la resequedad constante del aire; es muy notable este con- traste, porque desde el mismo Ferrocarril se ven las cumbres de Chi- vela en las que se marca la diferencia de ambas vegetaciones, como si con un cuchillo enorme se hubiera cortado de un solo golpe toda la vegetación de la vertiente del Pacífico. Desde San Jerónimo hasta Salina Cruz el Ferrocarril recorre los últimos kilómetros con largas tangentes ó alineamientos rectos; pa- sando por la plaza misma de la ciudad de Tehuantepec y casi inme- diatamente por el magnífico puente sobre el río del mismo nombre en el kilómetro 291; este es el puente más importante de la vía y como está entre las dos poblaciones de Tehuantepec y de Santa María, que puede decirse es un barrio de la primera, tiene el puente un pasillo para peatones que presta muy buenos servicios á los habitantes de di- chas poblaciones. En todo su trayecto el Ferrocarril usa solamente durmientes de madera. El balastre es de grava en un 79 por ciento de la longitud total de la vía, en el resto se ha usado piedra y sólo en un 3 por ciento arena. En el cañón del río Malatengo se encontró una grava cuarzosa que se usó para terraplenar el patio de vías de la estación terminal de Coat- e: AN 0 EN / , 310 EL FERROCARRIL NACIONAL zacoalcos; esta grava ha sido también usada como balastre pero en vir- tud de que el cuarzo viene mezclado con diversas cantidades de arci- lla y arena, cuando esta arcilla pasa de cierto límite es deslavada por las lluvias y resulta que la grava de cuarzo no puede usarse como buen balastre permanente; hay la tendencia á sustituirla con piedra que- brada, para lo cual se han instalado quebradoras en las canteras de Medias Aguas y Paso de Buques. Hay otras dos canteras de buen ba- lastre en Niza Conejo y en Santa María cerca de Tehuantepec. Los rieles de acero son de peso de 39,685 gramos por metro en toda la parte norte y central de la vía, en una extensión de 241 kilóme- tros; el resto tiene rieles de 29,764 gramos por metro en la parte de la vía que tiene largos alineamientos rectos. Las planchuelas de unión son de ángulo y llevan seis pernos. El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec conecta con los siguientes ferrocarriles: En la Estación del Carmen, con el Ferrocarril de Mina- titlán, construído por los Sres. Pearson para el servicio de la Refine- ría de Petróleo que tienen establecida en ese lugar. En la Estación de Juil con el Ferrocarril á San Juan Evangelista. En la Estación de San- ta Lucrecia con el Ferrocarril de Veracruz al Pacífico, que viene hasta Córdoba y Veracruz. En la Estación de San Jerónimo con el Ferro- carril Pan-Americano que siguiendo una línea casi paralela á la cos- ta del Pacífico, se dirige hacia Guatemala. Los puentes más notables de la vía son los de: Chacalapa, en el ki- lómetro 14, con trabes de alma llena, de sección de doble T, soporta- das por pares de cilindros metálicos rellenos de concreto. El puente de Santa Lucrecia sobre el río Jaltepec, en el kilómetro 126; el puen- te sobre el río Jumuapa, en el kilómetro 158; el puente sobre el río Tolosa, en el kilómetro 159; el puente sobre el río Sarabia, en el ki- lómetro 176; el puente sobre el río Malatengo, en el kilómetro 190 y el más importante de todos, el del río de Tehuantepce, en el kilómetro 291, son todos metálicos, del sistema Prat. El puente de San Jeró- nimo, en el kilómetro 256, es de trabes de alma llena. Existen otros puentes de menor importancia, siendo el resumen general de estas obras de arte como sigue: Alcantarillas con claro menor de Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25, lám. VIII. Coatzacoalcos.—Bodegas, grúas y muelles del puerto. Río de Tehuantepec. JA En 2 A E. MY 0 Ne % A Y ds Pe ll Ñ JS PE h pe pa y Ñ Ñ Ms y q po ¿A A Ya y dl o AS "A .. a E DE TEHUANTEPEC, 311 AN IA EAN ARO ES: APTO IDEA Y 5 metros-754. Puentes con claro mayor de 5 metros y menor de 30-76. Puentes mayores de 30,metros-16. El material rodante está en muy buen estado. Las locomotoras, en número de más de 40, son de diversos tipos, de dos, tres y cuatro ejes motores, con pesos desde 18 hasta 61 toneladas. Las locomotoras del tipo «Consolidation» son en mayor número, tienen cuatro ejes con diá- metro de ruedas de 1”26 y 1”41. El combustible que principalmente se emplea es el petróleo crudo que ha resultado ser el más barato; con este motivo ha sido preciso proveer á varias estaciones de grandes tinacos para petróleo, así como en casi todas ellas hay tinacos para agua. El patio de vías de la estación de Coatzacoalcos es una amplia cuchi- lla de terreno artificial, pues antes constituía un pantano que se relle- nó con arena, protegida contra la erosión de la superficie por medio de una capa de 15 centímetros de espesor, formada con grava de cuarzo traída por el ferrocarril. Como este patio ha sido construido artificial- mente, se arregló su pendiente de manera que la formación de los tre- nes se pueda hacer por gravedad, para lo cual se han construido las vías en forma de cuatro rombos ó “peines,” en el centro de los cuales está la báscula. El patio de vías en la estación de Salina Cruz está al Norte y al Este del puerto; tanto este patio como el de Coatzacoalcos tienen amplitud muy suficiente para un gran movimiento de trenes. En general, tanto el ferrocarril como los puertos, están establecidos para servir á un gran tráfico que apenas empieza á iniciarse; la principal carga que transita por el ferrocarril es azúcar, que procedente de las Antillas va para San Francisco y para la India. En el extremo Norte de la vía interoceánica era indispensable bus- car un lugar que prestase abrigo á las embarcaciones, para facilitarles la carga y descarga, es decir, era necesario construir un buen puerto; para esto nada más á propósito se encontró que aprovechar la desem- bocadura del río de Coatzacoalcos que tiene una profundidad máxima de 12 metros y una anchura que varía desde 800 metros contados frente á la casa de las oficinas, hasta 300 metros que se miden en- 312 EL FERROCARRIL NACIONAL tre el muelle N? 4 y la punta de Picho en la pequeña península de Cocal. La desembocadura del río está dirigida casi hacia el Norte, que es el rumbo del cual soplan los vientos más peligrosos en esta parte del Golfo de México. Los aiuviones acarreados por el río formaban una barra que impe- día el fácil acceso de las embarcaciones y que fué necesario tratar de destcuir, para lo cual se pensó que bastaría dragar un canal en direc- ción del eje del río, canal que debería tener 200 metros de ancho por 10 de profundidad; se comenzó este trabajo de canalización, llegándo- se á alcanzar una profundidad de 8.”50; pero durante los meses de Agosto á Diciembre de 1898 el río trajo tal cantidad de azolves, que la profundidad se redujo en Enero de 1899, á sólo 4."90, á pesar de que el trabajo de dragado se proseguía con actividad, usándose en la ope- ración tres poderosas dragas. Esto hizo creer que nunca sería posible por este sistema obtener una profundidad permanente de 10 metros, indispensable para el paso de los buques mercantes. El autor del pro- yecto objetó que la obra no estando aún terminada, no podía juzgarse de sus buenos resultados; que era indispensable llegar á la profundi- dad de diez metros y arreglar los taludes convenientemente, y que en esas condiciones se aprovecharía la velocidad misma del río y la de las aguas del mar en su movimiento de flujo y reflujo, para impedir los azolves y conservar, en consecuencia, la profundidad requerida. Otros ingenieros fueron de opinión que para mejorar las condicio- nes de la desembocadura del río, debían construirse dos escolleras adelantando en el mar hasta más de un kilómetro de la costa, acer- cándose cada vez más la una á la otra, á fin de angostar el cauce del río, y, por consecuencia, darle mayor velocidad; aceptada estz idea, pro- cedióse á formar las escolleras con enrocamientos de piedra natural traída por el Ferrocarril del Istmo desde una distancia de 166 kiló- metros; las piedras arrojadas con este fin tienen pesos variables, des- de 25 hasta 5,000 kilogramos; se protegieron los taludes de' las esco- lleras con bloques de cemento de 20,000 kilogramos de peso. Las es- colleras, como he dicho, son convergentes; pero en su extremo Norte, a Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25, lám. IX, Puente sobre el río de Tehuantepec DE TEHUANTEPEC. 313 cuando ya distan una de otra sólo 200 metros, se convierten en para- lelas para facilitar más la desembocadura del río de Coatzacoalcos, así como también para facilitar la entrada de los buques. La forma con- vergente de las escolleras ofrece, además, la ventaja de que las gran- des olas del mar que entren al puerto irán encontrando cada vez más amplio el cauce del río, y, por consecuencia, irán perdiendo fuerza y altura, de manera que al llegar al puerto no serán en manera alguna peligrosas para las maniobras. Dentro del puerto las obras consisten en nueve muelles y otras tan- tas bodegas; los muelles están construídos sobre pilotes de acero ma- cizo de 15 centímetros de diámetro, con excepción del muelle núme- ro 1 que está sobre pilotes de madera; los otros ocho muelles están trazados sobre el mismo alineamiento en la margen izquierda del río; sobre los muelles, que tienen piso de madera, hay una vía férrea, por la cual se pueden transportar las grúas y hay, además, otras vías para movimiento de trenes. Hay una bodega para el servicio de cada mue- lle, cada bodega tiene una superficie de cuatro mil metros cuadrados, cubiertos con una doble crujía, con techo de dos aguas; las bodegas son enteramente metálicas, con excepción de los pisos que son de ma- dera. Las grúas para la carga y descarga de las embarcaciones, están movidas por electricidad que se produce en un edificio especial, cons- truído cerca de la bodega número 3. Las máquinas para producir es- ta electricidad, son de la conocida casa Westinghouse y tienen un to- tal de cerca de dos mil caballos de fuerza. Están construídos en la actualidad seis muelles y seis bodegas; pero deberán ser nueve muelles con otras tantas bodegas, lo que ocupará una longitud total de poco más de dos mil metros, de los cuales algo más de mil serán para el atraque directo de las embarcaciones. El alumbrado del puerto está constituído por un faro de recalada y otro de luz blanca, colocados sobre la loma de la margen izquierda del río, y de manera que al verse desde alta mar sobrepuestos el uno al otro, marcan la entrada del puerto; derrotero que deberán seguir las embarcaciones hasta quedar al centro de los dos extremos de ambas escolleras, en los que más tarde se pondrán luces de situación; desde 314 EL FERROCARRIL NACIONAL este lugar se distinguirán claramente dos faros de luz roja colocados en la margen derecha del río, frente á la bodega y muelle fiscales, los que marcarán la dirección del canal de entrada en el eje del río. El litoral del Pacífico, en las inmediaciones de la región Ístmica de Tehuantepec, no ofrece lugar alguno que pudiera servir de refugio á las embarcaciones; está formado por una serie de bahías muy abier- tas, totalmente desabrigadas contra los vientos del Sur que son los más temibles; por esto fué preciso dotar artificialmente á Salina Cruz de un buen puerto; éste se formó por medio de dos grandes depósi- tos, el antepuerto y la dársena. El antepuerto afecta la forma que se asemeja:á la de un triángulo equilátero con lados de un kilómetro aproximadamente. El Jado oriental de este triángulo es el rompeolas ó dique del Este, se construyó con enrocamientos de piedra natural y bloques de concreto, no tiene muelles al interior, sino que Jos enro- camientos forman un talud de 1.25 por 1, tanto al interior del ante- puerto como para afuera al Océano Pacífico. Las piedras para estos enrocamientos fueron traídas por el ferrocarril y arrojadas al mar por medio de una poderosa grúa que todavía puede verse en el extremo del dique. El peso de las piedras fué variable; pude ver una de gran- des dimensiones que tiene anotado su peso, sesenta y siete mil ocho- cientos kilogramos, acaso ésta fué la mayor de todas las piedras usadas y por eso se tuvo la curiosidad de anotarle su peso; los enrocamientos se subieron hasta una altura de tres cincuenta sobre la marea baja y so- bre ellos se construyó con bloques de concreto una plataforma de diez metros de anchura por dos de altura; esta plataforma sirve de asiento al parapeto del rompeolas que tiene seis metros de corona por dos de altura y que se construyó de concreto La construcción del rompeolas del Oeste es enteramente semejante, y los extremos de ambos diques, provistos ya de luces de situación, dejan un canal de cerca de doscientos metros de anchura con profun- didades variables, pero todas superiores á diez metros; esta bocana constituye la entrada del puerto. El fondo ó lado Norte del antepuerto es una magna obra de inge- niería, sin duda la más importante que se ha construído en los puertos Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25, lám. X. Salina Cruz.—Enrocamientos, parapeto y faro del dique del Oeste. a y dz r LN, ri AREA Salina Cruz.— Malecón, bodegas y puente levadizo DE TEHUANTEPEC. 315 de la República; por lo que me decido á abusar de vuestra bondad de- teniéndome un poco á reseñar su construcción. La obra á que me re- fiero es un malecón de un kilómetro de longitud por setenta metros de anchura, cortado en su centro por el canal de entrada al puerto, ca- nal que tiene treinta metros de anchura; tanto los costados de este canal como el frente Norte del malecón, tienen sus paramentos com- pletamente verticales, supuesto que el malecón deberá servir para el atraque directo de las embarcaciones; el frente Sur del malecón da ha- cia el antepuerto y no debe utilizarse como muelle, los enrocamientos que protegen todo el costado Sur del malecón tienen taludes de 2 por 1 y tres metros cincuenta arriba de la marea baja, tienen una corona de cinco metros de anchura. El malecón propiamente dicho se cons- truyó por el sistema llamado de Pozos Indios, esto es, disponiéndose un gran block de concreto sobre el terreno natural de la playa y hun- diéndose en seguida progresivamente, valiéndose del propio peso del block y por la socavación del terreno por debajo de él, para lo cual el block de 13 metros de longitud por 6 de anchura, tenía tres perfo- raciones casi cuadradas de 2.50 por 2.75 á través de las cuales se ex- trala la arena del fondo y por las cuales también se sacaba el agua por mediv de bombas; á medida que el block se iba hundiendo, se le cons- truía de concreto otro tramo en la parte superior hasta llegar á alcan- zar una altura total del block de 15 metros, ó sean 13 metros abajo de la más baja marea y 2 de coronamiento en la parte superior; una vez llegado cada block á su posición definitiva, se llenaban sus huecos cen- trales por medio de una capa de concreto en la base, arena en el inter- medio y otra capa de concreto para cerrar la parte superior y enrasarla con la corona del malecón. La separación de dos bloques consecutivos era de 1.12 y este espacio se rellenó de concreto, poniendo previamen- te en seco el lugar pcr medio de ataguías metálicas apoyadas en los paramentos de los grandes bloques y expulsando el agua con ayuda de poderosas bombas. Para proteger el paramento del muro, en una al- tura de 2 metros, que es mayor que la oscilación de la marea (1.62), se revistió el malecón por medio de mampostería de piedra labrada; sobre este muro se construyó todavía otro de 2 metros de altura con 316 EL FERROCARRIL NACIONAL paramentos de piedra labrada, siendo la última tapa de grandes trozos de granito de Noruega excesivamente duro. El espacio comprendido entre este malecón ó muro de paramentos verticales y el enrocamien- to del lado del antepuerto, se rellenó con arena para constituir una plataforma de 70 metros de anchura, sobre la cual se han levantado grandes bodegas para almacenar las mercancías; bodegas en un todo semejantes á las del puerto de Coatzacoalcos, con la sola diferencia de que el techo no es metálico, sino de tejas de barro de Marsella, con tragaluces hechos con tejas de cristal de la misma forma y tamaño que las de barro para no alterar la superficie de escurrimiento del agua de lluvia. A los lados de las bodegas están las vías férreas para facilitar la car- ga y descarga de los trenes, y precisamente encima del malecón hay una ancha vía por donde pueden desalojarse las grúas eléctricas de que se dispone para el movimiento del puerto. Como el malecón está cortado en su centro por el canal de entrada. fué preciso construir, para salvar éste, dos puentes levadizos por los que deberán pasar las vías de comunicación á ambos lados de los al- macenes; estos puentes fueron proyectados y construídos por una casa de Chicago; calculados para el paso de las locomotoras del tipo “Con- solidation” y con claro de 30 metros, que es el ancho de la entrada del puerto. Estos puentes se mueven por medio de la electricidad. Uno de ellos ya está enteramente concluido y el otro está en vías de cons- trucción. Toda la parte de playa que existía al Norte del malecón se dragó á una profundidad de 10 metros para constituir la dársena ó puerto pro- piamente dicho; haciéndose aquí lo contrario que en Veracruz; en es- te último se construyó el malecón y el espacio comprendido entre éste y la playa se rellenó con arena para ampliar la ciudad á costa de la bahía; en Salina Cruz el mar avanzó sobre la playa para dejar el ma- lecón en el centro y el puerto artificial al interior, completamente al abrigo de los fuertes vientos. La dársena no está todavía concluída,'falta profundizar y regularizar los fondos de las partes Norte y Oeste. El malecón tampoco está con- 73 AS ola » 5 Es A 00 bn $21 - RO > O O VHVA BYEvo a al ao lll . o M1 = 4 amara mm y y a e 2 RN E VION 000 1 TIA OLYANA 14A SVUAO ZNAD VNIIVS "IX "UR[ “gg omo], "9 BZ[Y PRpol90g e] 9p SELIOUIO]A DE TEHUANTEPEC. E cluído, tiene una brecha abierta en la parte que deberá corresponder á los almacenes núms. 4 y 5. Las obras de este puerto se completan con un dique seco para ca- renar las embarcaciones, que está ya terminado; se eligió para este di- que un sitio rodeado de cerros y por consecuencia al abrigo de los vientos, en la parte Noroeste de la dársena; tiene este dique una lon- gitud de cerca de 200 metros y una anchura de 30; sus paredes son de concreto escalonadas hasta el fondo para conseguir la estabilidad; la parte superior está cubierta con granito de Noruega, del mismo que hay en el malecón. La entrada del dique puede cerrarse por medio de una compuerta de cajones de acero, lastrada en su base para que con- serve su posición vertical y provista de bombas para introducir ó ex- pulsar el agua y por consiguiente para mover la compuerta á fin de que cierre ó abra la entrada del dique aplicando sus bordes provistos de madera dura sobre Jas paredes del dique. Sobre la cubierta de esta compuerta hay una vía férrea, así es que la compuerta es al mismo tiempo un puente levadizo para permitir el paso de los trenes de uno á otro lado del dique seco. Cerca de este diqne está la casa de fuerza; las máquinas son en un todo semejantes á las del puerto de Coatzacoalcos, teniendo también cerca de 2000 caballos de fuerza efectiva. El alumbrado del puerto es muy sencillo, un faro de recalada sobre uno de los cerros que rodean á la población y luces de posición que sirven para indicar la entrada del puerto. La vieja población de Salina Cruz, formada de casitas humildes con techo de zacate casi todas ellas, está en las faldas de los montes del Norte del puerto, y la ciudad nueva, con calles amplias, provistas de atarjeas, de entubaciones de agua potable y de alumbrado eléctrico, está situada en la parte oriental; existen ya muchas casas de agradable aspecto, casi todas rodeadas de jardines particulares; pero aún queda mucho por hacer, sobre todo en pavimentación, para comodidad y bienestar de los habitantes de aquella ciudad. Tales son, descritas á grandes rasgos, las importantes obras lleva- das á cabo en el Istmo de Tehuantepec; obras que honran á nuestro 318 EL FERROCARRIL DE TEHUANTEPEC. país, que le ponen en posición de una ruta internacional de comercio, única que nuestro Gobierno podrá dirigir; y que constituye una fuente de riqueza, porque la vía de Tehuantepec, siendo el camino más di- recto para ligar el comercio de ambos océanos, tendrá que ser la vía preferida y por consecuencia dará fuertes entradas al Gobierno de Mé- xico, único dueño de esa importante vía de comunicación. México, Diciembre de 1908, MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. LIGEROS APUNTES > SOBRE EOTOTOPOGRAFIA Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO Por el Ing. Gustavo Durán, M. S. A. Las artes y las ciencias alcanzan actualmente un sensible y rápido desarrollo. Entre las artes que más han progresado, merece especial mención la fotografía, por los innumerables beneficios que ha traído desde su descubrimiento, y más aún, desde que se ha logrado obtener de ella ventajosas aplicaciones en favor de la ciencias. En las condiciones actuales de progreso en que nos encontramos, no se puede negar á la fotografía su gran importancia, la trascendencia que su descubrimiento ha tenido, lo que significa para todas las cien- cias, los servicios que*presta á la instrucción, á las profesiones y en general á todos, puesto que vemos diariamente su aplicación inmedia- ta y útil, desde el asunto más trivial y sencillo hasta en el científico más complicado. El tiempo y con él el progreso, han hecho que la fotografía haya llegado á un grado tal de adelanto, que las operaciones para su ejecu- ción, primero penosas y dilatadas, hoy sean sumamente sencillas y rá- pidas. Importantes estudios llevados á cabo con el fin de alcanzar la repre- sentación fotográfica de los objetos con su colorido natural, ha permi- do, recientemente, obtener positivas sobre cristal que presentan las imágenes con sus colores naturales perfectamente claros y precisos, no estando lejana la fecha en que sepamos se ha logrado el perfeccio- 320 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA namiento en el arte fotográfico, al grado de obtener esa ventaja en las impresiones sobre el papel. El desarrollo de ese arte es, pues, notable y alcanza un perfecciona- miento superior, puesto que tiende á la representación fiel y exacta de los objetos, con la cualidad insuperable del colorido. e La metrofotografía que entraña un adelanto más, hace ventajosa- mente útil ese arte, ligándolo directamente á las ciencias y permitien- do relafiones de Índole geométrica que la colocan en situación de pres- tar beneficiosos servicios. De las ciencias, la del Ingeniero es de aquellas que evolucionan con- tinuamente siguiendo el impulso natural del progreso. A ella le está reservada la solución de muchos y muy delicados pro- blemas, y entre éstos, los que afectan de una manera directa la vida, desarrollo y verdadero progreso de los pueblos. La Ingeniería abarca muchas ramas y todos ellas juegan un papel muy importante en lo que llamamos “el adelanto de una nación ” y justo es decirlo, que de ella tiene mucho y debe de esperarse, tanto más, cuanto que le está reservada la solución de grandes cuestiones que tienen que producir una verdadera revolución en el mundo cien- tífico y social. En México tenemos ejemplos muy patentes del papel importante que juega la Ingeniería y de lo mucho que á ella se tiene encomendado en provecho del mejoramiento material del país, siendo inútil y fuera del objeto de este trabajo entrar en detalles respecto de este punto. La Topografía, rama importante de la Ingeniería, no podía, quedar- se atrás en el movimiento progresista de las ciencias en que se funda, y deallí que haya tendido á alcanzar el nivel científico de estos últimos siglos de grandes aplicaciones y descubrimientos. Me voy á ocupar de lo más reciente que se ha hecho en favor de la Topografía, que es la aplicación á ella de la fotografía. Estimo de importancia y de gran utilidad para la Ingeniería y en especialidad para la rama de ella que acabo de mencionar, la aplica- ción de la fotografía, porque en este caso especial y como se verá más adelante, se obtienen buenos resultados, con las ventajas de alcanzar DN it AS "gije13odoJ0304 'UBINA Pp) £ RINSTA 2 RINSIH *G7 OULOL, "9 BZ|Y PYpor008S 8] Sp SBTLOULIA Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 321 economías en el trabajo y en el tiempo, y con éstas, en los gastos que demandan esa clase de operaciones. Como acabo de indicar, la ventaja mayor en la aplicación de la fo- tografía á la Topografía, se impone ante la idea de la notable reducción del “factor tiempo,” que en todos los actos de nuestra vida es el que más nos preocupa y para el que siempre procuramos obtener el menor valor posible. Si con el empleo de la fotografía, se ha llegado á comprobar el aho- rro de ese factor en la serie de operaciones que es preciso efectuar, y en especialidad en las de campo, es indiscutible que el método foto- topográfico se impone, y que, si á la brevedad se une la precisión, tan luego como el ingeniero se haya familiarizado, habrá muchos casos en los que tiene que preferirlo á cualquiera otro. La labor del topógrafo, en el campo es penosa puesto que un sin nú- mero de elementos influyen de una manera directa para ponerlo en condiciones que hacen su misión difícil, cansada y ardua. Si por medio de la fotografía se ha logrado la reducción de las operaciones de cam- po, á que éstas sean la mitad, la tercera y en muchos casos la quinta y décima parte de las empleadas en los procedimientos comunes, no de- bemos de vacilar en asegurar el predominio del método, mi negar la importancia que tiene el procurar su familiarización. Poca ó ninguna importancia se ha dado hasta ahora en nuestro país al estudio de la aplicación de la fotografía á la Ingeniería y en especia- lidad á la Topografía, y eso no es de extrañar, desde el momento en que de una manera práctica no se conocen los procedimientos, quizá por ser éstos relativamente nuevos. De ahí que personas de alguna ilustración, aun entre los mismos ingenieros, duden de la importan- cia del método fototopográfico; de las ventajas que acarrea, de la pre- cisión de sus resultados y de la utilidad que pueden traer su estudio y aplicaciones. En muchos casos, la mala ó inoportuna aplicación de un método trae consigo el que éste no sea considerado como bueno. El criterio del individuo, su ilustración y el estudio previo del asunto, son facto- res que de una manera muy directa influyen para poder resolver so- Memorias. T. XX V, 1906-1907.—27 [9] 19 19 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA bre la bondad de un procedimiento. Si éste es aplicado en condiciones opuestas con el resultado que se busca, con la precisión que se desea, y con las condiciones especiales del medio, es seguro que se llegará á la conclusión de que el método es de escasa ó ninguna bondad. En la Topografía como en todas las ramas de la Ingeniería, se ne- cesita de un sano criterio para llegar á hacer una aplicación adecua- da de los métodos. Es preciso posesionarse de lo que se pretende y desea alcanzar para que en vista de las condiciones naturales del lu- gar y de los resultados que se persiguen, se llegue á la determinación del método yue debe emplearse. El fototeodolito no debe ni conviene emplearse en todos los casos. Podemos decir que las ventajas materiales y económicas del método fo- totopográfico, están en razón inversa de la escala y en razón directa de lo escabroso é inclinado del terreno, es decir, que en los casos en que se trabaje á escalas pequeñas, 1:25000; 1:50000 ó 1:60000, por ejem- plo, ó en los que la región por levantar es muy montañosa ó con cambios marcados de nivel, debe de preferencia á cualquiera otro pro- cedimiento, emplearse la fototopografía, con la seguridad de que los re- sultados serán muy superiores desde los dos puntos de vista anun- ciados. El geólogo, el militar y el explorador, son los que pueden sacar más partido: de la nueva aplicación de la fotografía á que vengo refi- riéndome. El geólogo ha necesitado de la fotografía para ilustrar sus estudios y como un medio práctico para mostrar muchos de los elementos cons- titutivos de la región que ha explorado. Ya desde 1858, Civiale en sus importantes y útiles trabajos, enca- minados, por una parte, á obtener la naturaleza geológica de las rocas y por la otra la orientación y situación precisa, sobre el plano, de las vistas panorámicas por él tomadas, nos da una muestra de la tendencia muy marcada á sacar de la fotografía un partido superior al que se le señalaba como de simple auxiliar. En todas las exploraciones hechas, en”esa época, ya aplicaba la fotografía en el estudio de la constitución física y geológica de las montañas, tomando un buen número de da- Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MÉXICO. dE) tos, tales como posición y orientación del eje óptico del aparato, el án- gulo dentro del cual se comprendía el panorama y los ángulos vertica- les de los diferentes puntos de estación, auxiliándose de un goniómetro y un barómetro. Ahora que ya puede utilizarse la fotografía como elemento para la formación de planos, es decir, ahora que de las fotografías pueden sa- carse planos, la importancia que para el geólogo tiene el descubrimien- to de la maravillosa combinación de la cámara y el teodolito, es tan grande y está tan clara, que por sí sola se recomienda. A la vez que se obtienen los datos suficientes para la formación de un informe ó estudio, se tienen los elementos para la construcción de los planos de la región explorada! En lo queal militar se refiere, tiene tan poderosa influencia la foto- grafía como elemento primordial en el arte moderno de la guerra y en otros diferentes casos que se le presentan, que por lo poco que he ex- puesto, puede ya creerse en su especial importancia en la aplicación de que me ocupo. Qué cosa más factible que el lograr reconocimientos secretos con el simple auxilio de una brújula y una pequeña cámara fotográfica! Si ésta es manejada por un hombre entendido, de un mediano cri- terio y que posea los conocimientos elementales en su aplicación á la Topografía, puede garantizarse la formación de un croquis del que fácilmente puede deducirse un itinerario tan bien definido, que supe- raría al obtenido por los otros métodos comunmente conocidos para los reconocimientos militares, con la ventaja sobre éstos de que á gran precisión se une mayor rapidez y poco aparato en las operaciones de campo. Para este caso especial que menciono, sería poco lo que pudiera de- cir en abono de la importancia que para el militar científico tiene el conocimiento de la aplicación directa de la fotografía, en la inteligen- cia de que con los resultados que obtenga puede asegurar el éxito, y para mayor abundamiento aprovecharse, como el geólogo, de un buen número de datos, que sin necesitarlos para el caso material de sacar el croquis, ó más aún, el plano de la zona recorrida, le sirvan para ilus- h Y / A a AE RS ra AO o LA F 324 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA trar su informe y le permitan darse cuenta completa de un buen nú- mero de detalles que son de gran utilidad para él. Los Gobiernos europeos en su afán de mejorar el servicio militar y alcanzar el perfeccionamiento de sus métodos, se han preocupado mu- cho por la enseñanza entre sus oficiales, de la especial aplicación del fototeodolito en los reconocimientos y levantamientos topográficos mi- litares, de preferencia á la Topografía general. Es así como el Capitán Javary ha hecho experimentos encaminados á obtener datos para conocer las circunstancias en las cuales convie- ne operar empleando la fotografía, llegando á conclusiones muy im portantes que dejaré consiguadas en otra ocasión. ¿Qué más podría agregar para recomendar el empleo combinado de la cámara y el teodolito? Para el explorador que debe ir formando croquis precisos á paso y medida que toma los datos, ejemplares y demás elementos para llenar su misión; para el topógrafo que está íntimamente ligado con el geó- logo, al grado de que podemos considerar á la Geología y á la Topo- grafía como inseparables; para el Ingeniero Civil en sus reconocimien- tos, trazos de camino, ferrocarriles, etc., etc., y para algunos otros más, tiene tal valor el conocer tan señalada como útil aplicación, que sería largo entrar en consideraciones, con el fin de abonar las ventajas del empleo de la metrofotografía. El deseo que tengo de formar una familiarización del método fototo- pográfico, en los levantamientos de planos, me ha decidido á tratar este punto, aunque sea superficialmente, tanto más, cuanto que contamos ya con aplicaciones en forma, hechas en México, que pueden servirnos de ejemplo y guía para formar criterio. Mi mira es, pues, la de llamar la atención de aquellos para quienes el uso del fototeodolito está indicado, á fin de que haciendo á un la- do ciertas preocupaciones, se lancen á la prueba, seguros de que una vez vistos los resultados y las ventajas que se obtienen, pondrán todos los medios para penetrarse bien del problema, en sí tan sencillo, y lo- grar su aplicación en los muchos casos que se presentan y en que es- tá indicado su empleo. ' Y o A $ l Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 325 "xk La Geometría descriptiva que, como se sabe ya, llena entre otros fines, el de dar los elementos ó medios necesarios para la representa- ción en el papel, que sólo tiene dos dimensiones, de todos los cuerpos y superficies geométricas, ocupa el primer lugar en el método del le- vantamiento fototopográfico, puesto que en ella se funda para su eje- cución. Para alcanzar el objeto de la descriptiva, se hace necesario buscar el medio de obtener la representación en el dibujo, de la posición de un punto del espacio, é inversamente conocida la posición de éste en el dibujo, obtener la que le corresponde en el espacio. Para lograrlo, nos servimos de las proyecciones. Sabemos también que éstas son de diferentes especies, siendo necesa- rio para nuestro caso especial, el recordar la proyección central ó po- lar, por comprenderse en ella la perspectiva, verdadera base del le- vantamiento fototopográfico. En el sistema de proyección central, las proyectantes pasan por un mismo punto fijo, llamado centro de proyección ó polo. Las diversas proyectantes pueden considerarse como las generatri- ces de una superficie cónica que tiene por centro el de proyección. Supuesto el ojo del observador, en el centro de proyección, las ge- neratrices serán los diferentes rayos visuales dirigidos á los puntos del espacio, designándose entonces la proyección con el nombre de pers- pectiva. Ahora supongamos transparente la fotografía ó la vista obtenida de un lugar ó paisaje cualquiera é interpuesta á una distancia convenien- te, entre el ojo del observador y el paisaje mismo. Todos los rayos luminosos que parten de los diferentes puntos del paisaje y que vienen á terminarse en el ojo del observador, irán coin- cidiendo con los correspondientes de la vista que hemos supuesto transparente. Conservemos la vista ó fotografía, así como el ojo, en la misma po- 326 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA sición relativa que le hemos supuesto, y sólo cambiemos de lugar para no ver más aquel de donde se obtuvo la vista. El observador seguirá entonces con la imaginación la trayectoria de los rayos luminosos y reconstruirá el paisaje ó lugar mismo. Cambiemos de punto de vista al observador y considerémoslo trans- portado á otro, del que conoceremos, con relación al primero, su dis- tancia y su diferencia de nivel. Si desde cada uno de los puntos de mira ó más propiamente, desde cada una de las estaciones, suponemos que el ojo del observador sigue un accidente topográfico notable cualquiera, un camino, por ejemplo, la línea del accidente podrá ser considerada como la intersección de dos superficies cónicas, que tienen sus vértices en los dos puntos de vis- ta, siendo sus generatrices los rayos visuales indefinidamente prolon- gados. Proyectemos estas superficies sobre un plano horizontal. Las intersecciones dos á dos, de las proyecciones de los rayos vi- suales que se terminan en los mismos puntos del terreno, serán las proyecciones de estos puntos, que unidos convenientemente nos da- rán la proyección horizontal, es decir, el plano del accidente su- puesto. Si de todos los puntos notables de la perspectiva de esta estación, se bajan perpendiculares sobre la línea de horizonte y se unen los pies de estas perpendiculares con el punto de vista, tendremos las proyeccio- nes de los rayos visuales de cada estación. Transportemos estas operaciones á un plano conservando únicamen- te las relaciones de posición de los dos puntos de vista y de un tercer punto del terreno, cosa fácil de lograr con sólo las indicaciones angu- lares que suministran los mismos aparatos, refiriendo así la dirección de la base á uno de los rayos visuales de la perspectiva. No queda ya por hacer, sino buscar las intersecciones de la proyección de los rayos visuales que se terminan en los mismos puntos. Si generalizamos más y suponemos, no dos, sino tres ó más puntos de estación, convenientemente escogidos, y procedemos en la forma que acabo de indicar, se llegará á abarcar una gran extensión de te- E A Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 327 rreno, presentándose á menudo el caso de que un mismo punto quede identificado en más de dos fotografías, lo que dará una comprobación y seguridad más en la identificación y determinación de los puntos so- bre el plano. Con una buena elección para los puntos de estación, se llega á al- canzar, con el menor número posible de pruebas fotográficas, la mayor extensión de terreno y la mayor suma de detalle. Ya hecha la construcción del plano como he indicado, fácilmente pueden obtenerse las cotas de nivel correspondientes á los puntos di- bujados, bastando para ello, resolver el cuarto término de una sencilla Figura 1 proporción, en la que nos son conocidos (fig. 1): D distancia medida sobre el plano del punto A, de estación, al C, fijado por las intersec- ciones A C, y BC, de las proyecciones de los rayos visuales que se ter- 328 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA minan en el mismo punto C del terreno (ver vista tomada desde A, fig. 1); d, distancia medida (sobre el plano), desde el mismo punto A de estación, á la proyección C, de la perspectiva del mismo punto € del terreno, sobre la línea de horizonte, y por último, la altura aparen- te h, positiva ó negativa, es decir, arriba ó abajo de ia línea de hori- zonte, medida sobre la prueba fotográfica. Algebraicamente podemos representar esta relación con el objeto de obtener, con una simple sustitución, las diferentes cotas para cada uno de los puntos identificados, quedando en esta forma: La simple inspeccion del croquis contenido en la lámina I, da idea de cómo, con la sola comparación de dos triángulos semejantes, se lle- ga á la relación (1). Con la exposición rápida que acabo de hacer del eos de la trans- formación de las perspectivas en planos, se está ya en posibilidad de formarse una idea clara de la teoría general del método enppleado pa- ra lograr de una vista fotográfica, los elementos necesarios para la re- presentación en el dibujo, de los detalles y diversos accidentes que en ella figuran. No tengo noticia de que se haya hecho en nuestro país A al- guno, ni aplicación en forma, del método fototopográfico, fuera del em- prendido por una de las oficinas técnicas más importantes de la Repú- blica: la de la Dirección General del Catastro. En esta Oficina se ha hecho bajo la hábil dirección de su ilustrado Subdirector, el señor Ingeniero D. Francisco Garibay, con todo em- peño y con la atención que el caso lo requiere, un estudio concienzu- do de la aplicación del Fototeodolito, en los trabajos de configuración llevados á cabo en la parte de la Sierra de Guadalupe, que por el Nor- te limita nuestro extenso y hermoso Valle. El estudio hecho no se limitó á la aplicación exclusiva del método, sino que empleando otro procedimiento, el de Secciones transversales, se hizo la configuración de la misma región, con el objeto de tener los Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 329 elementos necesarios para emprender un estudio comparativo, y así, de una manera segura, darse cuenta de la precisión obtenida y de las ventajas que podían sacarse. El Catastro, para sus operaciones, cuenta con una red poligonomé- trica apoyada en una triangulación sometida á estrictas instrucciones. Para la triangulación del Distrito Federal, perfectamente estudiada, se ha hecho la medida de cuatro bases convenientemente distribuidas. Para los levantamientos, se han trazado polígonos y alineamientos clasificados según la categoría de sus puntos inicial y final. Siendo en sí delicados los trabajos catastrales, pues como se sabe tienden á obtener las superficies de todos y cada uno de los predios ubicados en el Distrito, para llegar á su clasificación y avalúo, se com- prenderá que las tolerancias para los trazos, medidas, cálculos y cons- trucciones, tanto de las líneas generales de la red, como de los detalles de cada predio, están muy restringidas, y por lo mismo se obtiene un levantamiento de los más precisos y completos que pueden haberse eje- cutado en México. Contando, pues, con puntos suficientemente seguros y bien defini- dos, de una red poligonométrica completa, fácil ha sido la aplicación del Fototeodolito en aquellas operaciones en que su empieo es venta- joso y conveniente. Para las operaciones catastrales en sí, no es de recomendarse la Fo- totopografía, pues á la vez que se requiere extrema precisión y acopio de detalles, dada la índole misma de las operaciones, se hace preciso trabajar á escalas grandes: 1:500, 1: 1000; así es que su empleo se reduce á aquellos casos como el que he citado ya, de obtener las cur- vas de nivel de la región montañosa del Valle, en los que práctica y económicamente hablando, es ventajosa y conveniente su aplicación, Por vía de estudio de aplicación, se hizo la configuración del peque- ño cerro del Peñón, y voy á indicar paso á paso la serie de operacio- nes ejecutadas, con el fin de que, con un ejemplo, se palpe lo práctico y fácil del procedimiento, anotando á la vez, y á medida que sea opor- tuno, algunas reflexiones y observaciones hechas. El Catastro cuenta con un Fototeodolito Ney, construído por Unger 330 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRARIA “e Hoffman, de Dresden y Berlin; de anteojo sustituible, es decir, en que montado primero como teodolito común (fig. 2) se sustituye después por la cámara fotográfica, el anteojo y accesorios directamente ligados ¿el (fig. 3). El círculo horizontal da una aproximación de medio minuto, y el vertical de un minuto. Por la inspección del dibujo de la fig. 2, se ve que se trata de un teodolilo común, no deteniéndome, por lo tanto, en su descripción, ni en las rectificaciones que antes de operar con él se hace preciso eje- cutar, como con todo aparato de esa índole. Sólo diré que conviene convencerse de la verticalidad del eje de rotación del aparato; rectifi- car el eje óptico del anteojo y hacer que éste sea horizontal; determi- nar el error de colimación, y en general, estas rectificaciones y otras más muy conocidas que deben de satisfacer estos aparatos desde que salen de manos del constructor. y Sí conviene me detenga un poco, al considerar el aparato montado como cámara fotográfica, por requerir la demarcación de las líneas principal y de horizonte, que son tan indispensables, y que están indi- cadas por las agujas cuyas imágenes aparecen en las fotografías obte- nidas con el Fototeodolito. Se hace preciso sea exactamente fijada la posición de las cuatro agu- jas que señalan las dos líneas principal y de horizonte, que sirven de referencia, estando encargado de esa operación el constructor mismo, valiéndose de que, correcto el aparato, si se le hace girar alrededor de su eje vertical, el plano descrito por el eje óptico del anteojo, es preci- samente el plano del horizonte. El señor Ingeniero Pedro €. Sánchez llegó á la doler por medio de consideraciones analíticas de las líneas de horizonte y prin- cipal (fig. 4). Sean A. B. €. tres puntos del terreno que se encuentran dibujados en los puntos a, b y c del cuadro M. N. de la placa fotográfica. Vamos á ver que para poder trazar con toda precisión las líneas o—o' y (—1 son suficientes: El azimut de la línea S. A., por la medida de los ángulos que for- Os A AR E AA Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 331 man las tres visuales de S. á cada uno de los puntos A. B. y C.; y los ángulos verticales de estas mismas visuales. En efecto, designemos: por Y, p, py respectivamente, el azimut de SA, SB, y SC; por 4, el ángulo a'SP; a, el ángulo PSD0” y a, PSc; por 2, 2, y x;, respectivamente, las distancias contadas sobre o— 0”, línea de horizonte, de P 4 cada uno de los puntos «a, d', e”, por ya, Ya É Ys, las distancias de cada uno de los puntos a, b y cá la línea de ho- rizonte o—o”, paralelas á la línea principal ¿—/”; por H, la altura de la estación S, con relación al nivel del suelo y por H,, H, y Hs la al- tura de cada punto A, B y U con relación al mismo plano de compa- ración al que se refiere la estación S, y por último, designemos por f la distancia focal S P. Tendremos, para x,, x, y v, los valores siguien- tes en función de las tangentes, sacados de cada uno de los triángulos que se ven claramente formados en la figura 4. (Mt tane. apa = tan: 00 Ya]. (Ang. ds Figura 4 a LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA de donde obtenemos: sen (4, — a,) (Dii.iz 2, — 2, =f (tang. a, —tang. 41) =f e (3) o... Ta E La = sen (4 — % Fang, 0 tng. 0) =1 EA Dividiendo estas dos últimas ecuaciones resulta: s—m_ sen(a—m) _ cosas (4) e. oconoon.o..... Ls EN La 7 sen (a == a,) X Cos a; en esta ecuación tenemos por incógnita solamente la relación: COS Uy cos 0, ? puesto que 2, — 2, y 2 — 2, se pueden medir sobre la placa fotográfi- ca, bastando conocer la dirección de la vertical, lo que se logra fácil- o mente colocando una plomada en lugar conveniente para que ésta apa- rezca en la fotografía. Conocido su valor, pongamos: E AO 1+tang.] a e A a O A =tang. (45% + y), tendremos COS My t ap 1 COS 4 . COS A, |- (08 Mg Ane DA COS A COS A|-—C0S Ag Cos a, = Cot. 3 (a, + a) cot. 4 (a, — ay) de donde, tang. 3 (a, + a) =cot. (45% + y) cot. 4 (2, —8y)..ooooooo(4) Busquemos el valor que corresponde á a, — y. Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 333 Es claro que A E A a luego AS y como O = €,, [deducido de (4)] (es in £4) 3 = kh (e, A €s); y de las ecuaciones en e, y €, dy = €, + 4, = 4 — €, De las ecuaciones (2) y (3), se deduce (2, — 21) cos a, cos a, (2 —%,) COS A COS A, sen €, sen £, ñ Las ecuaciones (1) nos dan los valores correspondientes para 2,, 2, y %s, y por lo mismo el punto P, fijada la posición de la línea o —o”. Como se han medido los ángulos verticales ASA' = f,; BS B'=8, y CSC'=fB;, tendremos: S Ep U AAA ñ Y =5Sa' tang. f, = Osa X tang. f de Dedo | AS a X tang. fs pen PROA RS JU NETO X tang. $3 Conocida, pues, la dirección de la vertical, basta llevar paralelamen- te á ella, y á partir de los puntos a, b y e, los valores y,, y, é ys, tales puntos, que deben estar en línea recta, dan la línea o — 0”, que además debe de ser normal á la dirección de la vertical. Midiendo sobre esta línea los valores correspondientes á 2,, 2, y Y á partir de a”, D' y e”, se tendrá con entera precisión el punto principal P, 334 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA y levantando por él una perpendicular á o —o”, setendrá la línea prin- cipal 1—/. Siguiendo este método se hizo en el Catastro la demarcación de las líneas o—o' y 1—1, obteniéndose éstas con toda perfección. xx El constructor ha hecho ya que las correderas colocadas atrás de la cámara fotográfica, estén de tal manera, que el plano de la prueba que- de vertical, y por lo tanto perpendicular al eje óptico. Si suponemos colocado el vidrio despulido en las correderas de la cámara, las imágenes que aparecen dibujadas en él vienen á represen- tar perspectivas geométricas del terreno, siendo propiamente perspec- tivas cónicas sobre cuadros verticales. El vértice del cono de estas perspectivas queda sobre el eje óptico del objetivo y corresponde á su centro óptico. La distancia á que está el cuadro sobre el que aparecen las imáge- nes, con relación al centro del objetivo, que es el punto de vista de la perspectiva, podemos considerarla constante, suposición que está den- tro de lo justo, puesto que operando sobre paisajes compuestos de ob- jetos muy lejanos, sus imágenes vienen á formarse en un mismo pla- no ó plano focal principal. De aquí, que la determinación de la distancia del punto de vista del objetivo al cuadro, se designe muy á menudo con el nombre de “de- terminación de la constante del aparato,” siendo la operación de de- terminarla, de las primeras en ejecutarse antes de emplear el fototeo- dolito. La constante del aparato arregla la longitud de las líneas de vista y con ellas Ja de las líneas de construcción, siendo, por lo tanto, muy im- portante el obtener su valor. En la vista 1 de la lámina V, se ven las tres plomadas A, B y C, sus- pendidas de la balaustrada de uno de los corredores del edificio de la Escuela N. de Ingenieros. El fototeodolito fué colocado á una distancia que llamaremos D, de la Pd ua Gan pera dr A ABADIA A it 7 te 1 "e1ye130d030304 'UBINA Py *G "SIA o a A | MAZA a ES PR o DE ARDE od | PEE "7 OO JJ, "93 82] Y PYpatd0S *] SP SBLIOWIJA Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 335 plomada colocada al centro. Se midieron también las distancias A B y BC de plomada á plomada, y se hizo la exposición para obtener la vista fotográfica correspondiente. Se comprende con facilidad, que conocidas las distancias D (figu- ra 5) y las d de plomada á plomada, y medidas estas últimas también sobre la prueba fotográfica d”, la comparación de los triángulos seme- jantes que se forman, dan el valor para x=, constante del aparato, ó sea distancia del centro de vista de la perspectiva al cuadro. Vionsta 4 Figura 5 Ya correcto el aparato y determinada su constante, viene la aplica- ción inmediata del método para el levantamiento del plano, ó en nues- tro caso, para la determinación de las curvas de nivel del pequeño ce- rro del Peñón, para lograr su configuración. Hemos visto, que en tesis general el método fotográfico se reduce á la aplicación del método de intersecciones. Supongamos MN y M'N' (figura 6) las dos pruebas fotográficas obtenidas desde los puntos S y S' para fijar, entre otros, el punto A, que se ha identificado en a y en a, en cada una de las pruebas fotográ- ficas. De la simple medida sobre las placas fotográficas, hecha con rela- A y > h > ; hdd O AN cba 5 Í Mo AS JE E PA" ja 336 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA ción á las líneas de horizonte y principal, podemos deducir los ele- mentos necesarios para la situación, en el plano de proyección, de los puntos del terreno que se han identificado como comunes en las pla- cas M N y MN. Al hacer las observaciones angulares que he indicado ya para el tra- zo de las líneas principal y de horizonte, es fácil visar respectivamente de S y S' para S' y S, puntos de estación que suponemos fijos, para ob- tener así los ángulos PS s' y P' S' s para lo que será suficiente cono- cer los ángulos ANSP — USINA Sobre la prueba fotográfica pueden medirse: Pa —= 2. aaa Pa. =: 0 y 00) 0 Designando por f = S P = S' P' la distancia focal, tendremos: N tang. y = A 7 OA le | Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 337 Por otra parte, para los ángulos de elevación a S a y a, S' a que designaremos respectivamente por f y f”, tendremos: , tang. fB = => A Sar 0 Sustituyendo en estas dos últimas ecuaciones los valores corres- pondientes á S a” y S' ay, sacados con relación á la hipotenusa y ca- teto de los triángulos a” S P y ay S' P”, quedará: Y E pre ea tang. B A V y E qe re (3) tang. E va E q (4) ecuaciones que nos dan los valores para f y 4”, ángulos de elevación, con relación á la distancia focal conocida en todos los casos, y á x é y, referidas á los ejes horizontal y principal y que se miden sobre la prueba fotográfica ó placa. Conocida, como nos es, la distancia S, Sy, puesto que nos lo es la de estación á estación, el triángulo Sy A, Sy, mos da los medios para conocer Sy Aj. Llamando B la base S, Sy, tendremos, en efecto: A B sen Sy AB SES 00% sen [180—-(S, + Sy) ] sen (S, + Sy) SA B sen S, B sen S, sen [180—(S, +S')] — sen (S. + Sy) Si designamos por H, y H, las diferencias de nivel entre A y cada uno de los puntos S y S', llegaremos á las ecuaciones siguientes que dan los valores para el punto considerado y de la misma manera para cualquiera otro H, = S, A, tang. f E H=:S0 Alan aa: Por todo lo expuesto, se ve, pues, que para poder representar en el plano un punto del terreno, se hace indispensable que aparezca, cuan- do menos, en dos vistas y ser identificado en ellas. Memorias. T. XX V, 1906-1907 —28 338 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA La identificación, sobre las placas ó pruebas fotográficas de los pun- tos del terreno, es una de las operaciones que hacen sea menos rápido el método fototopográfico, pues se requiere un buen ojoltopográfico y una gran práctica para lograr una rápida identificación de puntos. Con el empleo de los estereolevantadores se ha logrado obviar ese inconveniente, siendo lo relativo á tan útiles é ingeniosos aparatos, la última palabra pronunciada en lo que se refiere al adelanto en la apli- cación de la fotografía á los levantamientos de planos. La aplicación combinada del teodolito con el estereoscopio, que per- mite ver en relievelos detalles y accidentes topográficos del terreno, ha llegado á perfeccionarse al grado de que se logra, no solamente la fa- cilidad y rapidez en la identificación de los puntos, sino que con el es- tereolevantador se alcanza aún más todavía: obtener mecánicamente la identificación de los puntos además de las indicaciones correspon- dientes á distancia y cota, por medio de unas reglas graduadas que forman parte integrante del aparato. Los oculares de los anteojos del estereoscopio, están provistos de unos pequeños Índices cónicos, que mecánicamente se ponen en coin- cidencia con el punto por identificar, viéndose el índice en relieve, cuando se ha logrado la coincidencia de los mismos puntos de las dos vistas colocadas en el aparato y entre las cuales se pretende la identi- ficación. En el Catastro, para facilitar la identificacion de puntos, el señor Ingeniero D. Vicente Ortega y Espinosa ideó una ingeniosa combina- ción que, en teoría, corresponde á la que ha servido para los estereo- levantadores. Considero meritoria la labor del Sr. Ortega, porque en la fecha en que imaginó su aparato, no conocíamos en México lo último realiza- do en favor de la fototopografía ó sea en lo referente á estereofoto- grafía. Ya tendré oportunidad de ocuparme detenidamente del aparato ideado por el Sr. Ortega, en ocasión propicia, al tratar sobre estereo- fotografía, cosa que lograré al presentar á esta Sociedad algunos apun- tes sobre este punto. Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 339 Sólo indicaré aquí que en tesis general el principio del método es- tereoscópico consiste en tomar, en el mismo plano vertical, fotografías por pares y á una distancia que se mide viendo estas fotografías ó me- jor aún, las positivas transparentes de estas fotografías, en un este- reoscopio de forma especial. Las vistas estereoscópicas comunes se toman con una cámara en la que los lentes tienen entre sí una separación equivalente á la distan- cia interpupilar normal, y, por lo tanto, los objetos situados á algunos cientos de metros ya no se ven en relieve. En el levantamiento fotográfico, en que se hace preciso situar pun- tos á muchos metros, se necesita para ellos mayor efecto de relieve, lo que se obtiene tomando dos vistas desde puntos separados; por ejemplo, á 100 metros, lo que haría el efecto de una persona que tu- viera separados los ojos 100 metros. A la distancia entre los dos pun- tos se le designa con el nombre de base estereoscópica. En la lámina VII se ve el esquema que indica Jos vértices de los poligonales de la red del Catastro que fueron utilizados como puntos de estación, para obtener la configuración del Peñón. Estos puntos fueron escogidos de manera de poder abarcar desde ellos la mayor suma de detalles, á la vez que éste se presentase en las mejores condiciones posibles para lograr una mayor sencillez en la identificación de los puntos sobre las pruebas fotográficas. De la buena elección de los puntos de estación, depende en mucho, tanto el éxito de los resultados, como el ahorro de placas fotográficas y por lo mismo del costo de las operaciones. Como se ve, del esquema de la lámina VII, ya citada, sólo fueron necesarias seis pruebas fotográficas, tomadas desde otros tantos puntos de la red poligonométrica. Al hacer estación, con el aparato montado como teodolito, en el punto que designo A, se visó hacia el vértice denominado Peñón y ha- cia el punto B, vértice de una poligonal de primer orden. En registros 340 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA especiales se hicieron las anotaciones correspondientes á las lecturas hechas en los círculos horizontal y vertical del aparato, para lograr la dirección angular, con relación 4 A—B, base conocida, de A—Peñón, según la cual se hizo la exposición para sacar la vista de esa primera porción del cerro. Al hacer la estación en A, se visó también hacia dos balizas colo- cadas á distancias conocidas entre sí y al punto de estación, para ob- tener, por el procedimiento que ya he indicado, la rectificación de la constante del aparato. se Terminada esta operación, se hizo la sustitución por la cámara, del anteojo y accesorios ligados á él directamente, haciendo la exposición A-—Peñón. Transportado el aparato al punto B, se procedió de la misma ma- nera queen A, visando en este caso á A, á Peñón y á CG, haciendo las anotaciones correspondientes á las lecturas en los círculos horizontal y vertical; y en seguida la sustitución del anteojo por la cámara para tener, según B-Peñón, la prueba fotográfica que da otra porción del Cerro y una fracción de la parte tomada de A, con puntos comunes. En cada uno de los puntos de estación C, D, E y F se procedió en la misma forma que para A y B, visando, para obtener la orientación de las vistas con relación á cada una de las bases formadas, hacia atrás y hacia adelante, así como para el vértice Peñón, que para este caso especial era fácilmente visible desde cada punto de estación. Suponiendo unos veinte minutos por estación, se ve que las opera- ciones de campo se redujeron á 3 horas de tiempo, más unos 30 mi- nutos para la determinación de la constante, resulta un total de 3 h. 30 minutos. Terminadas las operaciones de campo, se procedió á la identifica- ción de puntos en las positivas sacadas de las pruebas obtenidas en cada estación. Como ya he indicado, esta operación es la más penosa, sobre todo, para aquellos que carecen de la práctica necesaria, pero una vez ad- quirida ésta se facilita y hace rápidamente la operación. Cada punto identificado fué señalado con el mismo número de or- 3 y a RES El, AT = E OA SEN AAA Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 341 den, en cada prueba fotográfica en que aparecía, como se notará con sólo la inspección de las vistas contenidas en la lámina VII. Señialadas las líneas de horizonte y principal en cada vista, según las cuatro imágenes de las agujas que contiene la cámara fotográfica para definirlas, se trazaron materialmente dichas líneas en cada foto- grafía y se bajaron perpendiculares á la línea 0 de horizonte, desde cada punto identificado ó numerado ya en la prueba fotográfica. A partir del punto P, principal ó de intersección de las líneas de horizonte y principal, se tomaron las distancias, á cada pie de perpen- dicular con el auxilio de una tira de papel, en la que se fueron tra- zando cada punto, con su anotación del número de orden, que en la identificación le correspondió, (Ver figura a.) Fig. a. En la hoja de papel en que debe dibujarse el plano, se pusieron pre- viamente cada uno de los puntos de estación marcados con las letras A, B,C, D, E y E, cuyas coordenadas son conocidas por corresponder á vértices de poligomales de la red del Catastro, así como el monumento de primer orden denominado Peñón. Desde cada punto de estación y según las direcciones angulares da- das por el aparato, se trazaron las líneas que señalan la dirección á Peñón, que fué en la que se obtuvo la prueba fotográfica. A partir del punto de estación y sobre cada una de las líneas que acabo de citar, se tomó la magnitud equivalente á la constante, y en el punto que resultó se trazó una perpendicular P—H, la que prolonga- da á uno y otro lado, nos da la línea H—H, que viene á representar la traza de la línea de horizonte, que tomada por charnela, se hace, según ella, el abatimiento de la vista respectiva. Llevando, pues, sobre esta línea la tira de papel que he representa- do en la fig. a y sobre la cual se han marcado, tomando de la vista fo- tográfica, las proyecciones sobre la línea de horizonte, de cada punto 312 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA identificado, y señalando sobre esa línea los puntos, con su numera- ción respectiva, tendremos ya sobre el plano, y según su posición re- lativa sobre la línea proyección de la de horizonte, todos los puntos del terreno que se han identificado. Hecha esta operación, para cada punto de estación, lograremos los elementos necesarios para tener representado en el papel, cada punto del terreno. En efecto: suponiendo los puntos marcados 54, por ejemplo, en las líneas H—H de las estaciones hechas en B y C, que corresponden á los identificados y marcados con ese mismo número, en las vistas ob- tenidas en B y €, bastará, con el auxilio de dos hilos fijados por me- dio de una aguja en cada punto de estación, hacer pasar una línea, que en nuestro caso queda definida por el hilo, por el punto 54 seña- lado sobre la línea H—H de la estación B, hasta encontrar el otro hilo que se ha hecho pasar por el punto marcado con el mismo número 54 de la línea H—H de la estación C. ; Marcado sobre el plano el punto de encuentro ó intersección de los dos hilos, se tendrá fijado en el plano el punto 54 del terreno, y que con ese núniero quedó identificado en las vistas tomadas desde B y desde €. De esta misma manera se procedió para cada uno de los diferentes puntos que figuran en las vistas, siendo preciso para llegar á las cur- vas de nivel que deben de representarnos el Cerro del Peñón, deter- minar las cotas de cada punto, para así unir todos aquellos que tienen una misma. Haciendo uso de la relación que he dejado consignada antes y que representé por la ecuación se obtuvieron con toda facilidad las cotas todas de los diferentes pun- tos. Al dorso de cada vista se arregló un rayado en la forma que señalo en la figura b, que por sí solo va indicando la manera de llegar á la Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 343 cota del punto, referida al plano general de comparación, teniendo la ventaja con esa anotación de tener en cada prueba fotográfica todos los elementos y datos para la formación del plano. Uniendo por medio de curvas de nivel todos aquellos puntos que tienen una misma cota, se logró la configuración del Peñón, tal y co- mo queda indicada en la lámina adjunta. Algunas de las construcciones situadas á la falda del cerro y que fue- ron identificadas en dos vistas ó más, quedan construídas en el plano, resultando de la comparación hecha con los mismos detalles conteni- dos en los planos formados con los levantamientos comunes, que el método fototopográfico da una precisión completamente aceptable, puesto que los detalles coincidieron en uno y otro levantamiento. En la parte de la Sierra de Guadalupe Hidalgo, se hizo la configu- ración con el auxilio de fototeodolito, siguiendo pocu más ó menos la misma secuela que acabo de indicar para el Peñón, siendo, como se comprenderá, en mayor escala y de mucha más importancia las ope- raciones, puesto que se trataba de una verdadera región montañosa y accidentada, en la que sí es muy ventajoso el empleo de la fototopo- grafía. Al hacer estos trabajos se experimentó, al principio de las operacio- nes, el poner señales numeradas en el terreno para facilitar la identi- ficación de los puntos en las vistas, abandonándose más tarde, á causa de que esa operación demanda algún tiempo en lo relativo á los traba- jos de campo, no compensando ese tiempo empleado con la economía que resultaba en lo referente á identificación en las fotografías, que en vista de la práctica adquirida, se podía hacer más violentamente, sin necesidad de las señales en el terreno. Para un principiante en el empleo de la'fototopografía, sí creo ven- tajosamente útil la señalada, cuando menos de algunos puntos en el terreno, para que se facilite la identificación sobre las fotografías, que como he indicado, es dilatada y penosa, para los que carecen de práctica. 344 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA Entrar en más detalles acerca de la teoría, aplicaciones y resultados obtenidos en lo que se refiere á la fototopografía y en general á la me- trofotografía, sería, además de alargar demasiado estos ligeros apuntes, asunto propio únicamente de un tratado completo, que ni es adecuado ni pertinente presentar aquí y que estoy muy lejos de poder abordar, pues sólo la simpatía que me inspira el método y el convencimiento que he llegado á alcanzar, de su bondad y ventajas, junto con el deseo vehemente que tengo para que sea estudiado, discutido y aplicado en México, es, como ya he indicado antes, lo que ha hecho me atreva á tratar esta cuestión, procurando dar una idea general del método, con su fundamento y algo de sus aplicaciones en nuestro país. En todas las naciones del mundo que la civilización ha llegado á co- locar entre las que siempre están al tanto de los últimos descubrimien- tos, para ponerse al nivel cientifico de toda mación culta, se ha dado la importancia que merece á los estudios emprendidos con relación á la combinación de la cámara fotográfica y el teodolito. Aun cuando desde mediados del siglo pasado se tenían ideas enca- minadas á obtener, muy al principio, de los” dibujos ó perspectivas á mano libre, otras aplicaciones distintas de las que se le señalaban co- mo de simples auxiliares, y más tarde con el descubrimiento de Da- guerre, á sacar de la fotografía un gran partido, ha sido, según parece, á Beautemps-Beaupré, á quien se debe las primeras aplicaciones de la fotografía á la construcción de planos, no obstante que algunos his- toriadores de la fotogrametría en Alemania é Italia, han tratado de descubrir en autores antiguos, ideas que pongan de relieve la restitu- ción de las vistas en los planos. Sí debo hacer notar que la idea de la transformación de la perspec- tiva panorámica en una superficie horizontal, data de 1827, época en que Puissant ideó, para realizarla, un aparato especial. El Coronel A. Laussedat, uno de los miembros honorarios más dis- tinguidos de esta Sociedad, y que falleció recientemente, ha sido el que Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 345 de una manera profunda, emprendió un estudio altamente merito- rio, de una cuestión que ha prestado y está llamada á prestar todavía, grandes beneficios á la Topografía. Las experiencias primero y más tarde las aplicaciones en forma, he- chas por Laussedat, han venido á presentar al método fototopográfico como un adelanto ventajosamente útil en las operaciones de Topogra- fía, y muy especialmente en lo relativo á reconocimientos y levanta- mientos militares. En su interesante obra intitulada «Instruments, Méthodes et Dessins Topographiques» da á conocer los procedimientos, que según la larga y fructífera práctica por él adquirida, son los más adecuados para la aplicación del método, haciendo de su trahajo una obra eminentemen- te útil é importante. Uno de los colaboradores más eficaces y entendidos del Coronel Laus- sedat, ha sido el Capitán Javary, quien de una manera preferente y de- bido á comisión especial conferida por su gobierno, ha hecho estudios con el fin de llegar á los casos en que es más conveniente y ventajoso el empleo del fototeodolito en los usos militares. En general. los trabajos experimentales y aun muchos de los deci- sivos, kan sido hechos preferentemente en las aplicaciones militares, llegando á resultados notablemente precisos, teniendo la ventaja, sobre los métodos comunes, de que á la precisión unen la mayor rapidez en las operaciones. Es seguro que nuestro ejército, en donde se ha iniciado una era de verdadero desarrollo y progreso científico, pronto dará la importancia que merece al estudio y aplicaciones del fototeodolito, dando así un paso más en el camino que se ha trazado, para colocarse al nivel de los ejércitos más ilustrados y que están más al tanto de los progresos de la ciencia. México, Octubre de 1908. MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. NOMBRES DE LOS REYES DE MEXICO (ESTUDIO ETIMOLOGICO) Por el Lic. Cecilio A. Robelo, M.S. A. «OBSERVACIONES SOBRE LA HISTORIA ANTIGUA DE MÉxico;» tal es el tí- tulo de un libro, asaz raro, que escribió el ilustrado pedagogo D. Cle- mente A. Neve. De este libro arrancó algunas páginas que publicó en varios periódicos de la ciudad de México. Forma el asunto de esas pá- ginas la etimología ó verdadefa significación de los nombres de los re- yes de Anáhuac. Si grande fué la ansiedad con que dimos principio á la lectura de! estudio etimológico, mayor fué el desencanto que expe- rimentamos al recorrer sus líneas, pues sólo pudimos descubrir seu- dologías en cada uno de los nombres de los diversos reyes del Aná- huac. Juzgamos de tan alta estima todo lo concerniente á nuestra historia antigua, y particularmente lo que atañe á la filología nahoa, por ser muy trascendental para la crítica de esa historia, que nos hemos im- puesto la obligación de señalar á la juventud estudiosa todos los sen- deros extraviados, por más que el viajero que los persiga vaya guiado por la Fama, con tal de que podamos señalar el conocido atajo, aun- que no la amplia y segura senda que sólo puede marcar la sabiduría. Obedeciendo á ese propósito y persiguiendo las huellas de ilustres mexicanistas, vamos á hacer un estudio etimológico que no compren- derá los nombres de todos los reyes del Anáhuac, sino solamente los de los once tecutli ó emperadores de México. 348 NOMBRES DE LOS REYES 1. Acamapicrii.—£Él ¡jeroglífico de este nombre consiste en una ma- no en acción de agarrar ó asir fuertemente un haz de juncos ó cañas. En la escritura fonética, este símbolo da las palabras acatl (caña ó ca- rrizo), y mapietli ( puñado de alguna cosa). Herrera y Clavijero inter- pretan este nombre por cañas en el puño; pero su significación recta es la de puñado de cañas ú carrizos. «El nombre de Acamapichtli significa puñado de cañas, y en efecto, su jeroglífico representa una mano empuñándolas.» (Alf. Chav.) Son variantes de Acamapictli, Acamapichtli y Acamapitztli, y pier- den la sílaba tli para tomar el sufijo reverencial tzin, formando Aca- mapitzin, etc. El empírico Sr. Neve dice que Acamaptietli significa niño de la boca del río. Aun cuando no indica los elementos constitutivos de la pala- bra de donde saca tan extravagante significación, nosotros, que ya va- mos adivinando sus métodos de interpretación, nos figuramos la estruc- tura que le da al vocablo. El nombre del rey, según el Sr. Neve, ha de ser Acamaptlli, compuesto de atl, agua, camatl, boca, pilli, niño: «niño de la boca del agua,» pero como el agua no tiene boca sino en los ríos, le pareció más propio decir boca del río, y hé aquí que del primer rey Tenochca nos hizo el Sr. Neve una especie de Moisés en las bocas del Nilo. DE MEXICO. 349 2. HurrzimurrL.—El jeroglífico de este nombre consiste en la cabe- za de un chupa-mirto ó colibrí con un penacho de plumas. En la es- critura fonética da las palabras, Huitzilin (colibrí), é ¿hwitl (pluma). Por esto dice el Sr. Chavero: «Huitzilihuitl significa pluma de colibrí.» Herrera, que lo llama Vitzilocutli, dice que significa pluma rica. Sigúenza y Góngora lo traduce: Pájaro de riquísima y estimable plu- mería. . Veytia entiende la versión de Sigúenza como metafórica, y significa, según él, Joven de alto talento. Tomando el nombre el sufijo reverencial tzin, se convierte en Hua- tailihuitan. Huitzilihuitl, según el Sr. Neve, significa «pajarito de la yerba ó año nuevo.» Aquí sí ni vislumbramos siquiera la interpretación del ilustre pedagogo; porque pajarito de la yerba se dice en mexicano: xiuhtoto- tontli ó xiuhtototepito, y año nuevo se dice: yancutc aihurtl 6 avuhyan- cure; y no encontramos la menor semejanza entre estas palabras y el nombre del yerno del señor de Cuauhnahuac. 350 NOMBRES DE LOS REYES 3. CHIMALPOPOCA.—Un escudo ó rodela (chimalli),¿acompañado;del simbolo del humo, que fonéticamente corresponde al verbo popoca (echar humo), forman el jeroglífico del nombre de este rey. Por esto, el intérprete del Códice Telleriano le da la significación de Rodelajhu- mosa. 4. IrzcomuatL ó IrzcoarL.—El jeroglífico de este rgy se compone de una culebra (cohuatl ó coatl), y de unos harpones de que está circuí- da, que representan los dardos de obsidiana (12tztli) ó pedernal con AN DE MEXICO. 351 que los mexicanos armaban sus flechas. De estos dos símbolos se for- ma la palabra compuesta ltz-cohuatl ó Itzcoatl, que Clavijero traduce: Serpiente de itztli, ó armada con lancetas 6 navajas de la piedra itatli. En uno de los Códices que pertenecieron á Boturini, aparece escrito el nombre de Jltzcoatl con el siguiente jeroglífico: una olla con agua y debajo una flecha de obsidiana. Esto, en concepto del Sr. A. Chavero, no es una escritura figurativa ni ideográfica, sino más bien un REBUS fonético de los que comenzaron á emplear los tenochea al progresar en su escritura, según iban progresando en civilización. Dice á este propósito el Sr. Chavero: C......... fueron (los tenochca) alejándose más y más de los símbo- los figurativos y aun de los ideográficos, para preferir, siempre que era posible, los fonéticos: primeramente siguieron la misma combinación gramatical de las palabras compuestas, y tomaban el sonido completo de los objetos representados, únicamente con la supresión de las desi- nencias y el aumento de las preposiciones que la gramática establecía para el lenguaje hablado: ya esto les dió dos vocales y muchas sílabas simples; pero más adelante, y acercándose ya al abecedario, comenza- ban á tomar el sonido que daba cada figura tan sólo la primera silaba, y así llegaron á tener en su escritura las cinco vocales é innumerables sllabas simples.» De esto infiere el Sr. Chavero, siguiendo la opinión del Sr. Orozco y Berra, que así como no puede traducirse ltzcoatl «flecha de la olla de agua,» sería también impropio interpretarlo por «culebra de obsi- diana.» La consecuencia que deducen los dos ilustrados historiadores no nos parece exacta; porque podría aplicarseá una multitud de nombres que tienen dos ó más jeroglíficos, y en último análisis, se ignoraría el sig- nificado de muchos vocablos. Nosotros creemos que de dos ó más jeroglíficos de un objeto ó de una persona, el más antiguo es el figura- tivo, simbólico ó6 ideológico, y los últimos son los fonéticos. La escri- tura y la prolación de muchos nombres geográficos ofrecen ejemplos de nuestra aseveración. . El Sr. Neve, sin hacer caso del jeroglífico de la CULEBRA rodeada de [dy Ot Y NOMBRES DE LOS REYES dardos, ni del de la olla de agua con una flecha debajo, dice que debe escribirse Lxcohuatl y no Itzcohuatl, y que el vocablo significa: cara de culebra. Ningún jeroglífico, ni figurativo ni fonético, autoriza la inter- pretación del Sr. Neve. Tampoco tiene fundamento en la gramática, porque en el idioma nahuatl, las palabras compuestas de nombre y nombre siempre tienen al fin el nombre que rige, sin excepción. Se- gún esta regla, siendo el cohuatl la palabra que rige, por ser la última» é ixtli la regida, debería traducirse culebra de cara. Cara de culebra se dice en nahuatl Coatlixtli. Con el reverencial tzin el nombre se convierte en Jtzcoatzin ó Itz- cohuatzin. 5. Morecumzoma ÍLmuicamiNa.—Como hubo dos emperadores del mismo nombre, al primero lo distinguieron los mexicanos con el so- bre-nombre de ILguicamina, y también con el calificativo huehue, vie- jo, que equivale al latino sentor. El jeroglífico de este emperador se refiere á su sobre-nombre, de suerte que ha faltado á los intérpretes el auxilio del símbolo ó de las figuras para determinar la verdadera significación del nombre Mote- cuhzoma. Agréguese á esto, que como los tenochca no pudieron en- contrar combinaciones jeroglíficas para escribir el nombre fonética- DE MEXICO. 353 miente, no se pudo conservar en toda su pureza, y lo pronunciaron de diferentes maneras. La llegada de los españoles cuando reinaba un emperador del nombre de Motecuhzoma vino á aumentar la confusión, pues ya se sabe que de todas las palabras que pasaban por sus labios, hacían los conquistadores un barbarismo. Ha sido, pues, necesario examinar escrupulosamente las diversas opiniones sobre la escritura de la palabra, para adoptar la mejor. Clavijero, interpretando el nombre de Motecuhzoma, refiriéndose al último de este nombre dice: «quiere decir señor indignado; mas no entierido la figura.» El sabio D. Fernando Ramirez empezó á escribir un artículo etimo- lográfico de Motecuhzoma II, pero no llegó á publicarse. Los Sres. Orozco y Chavero han adoptado la escritura Motecuhzo- ma, como la más propia y la que más se acomoda á su jeroglífico figu- rativo ó ideográfico, y dicen que se compone la palabra de mo, vues- tro, de tecuhtli, señor, y zomale, sañudo, lleno de coraje: Motecuh— 2oma, el Señor ó vuestro Señor sañudo ó lleno de coraje. También es admisible la escritura Moteuiezoma, porque es muy frecuente la metátesis en el idioma nahuatl; así se dice necutli ó neuc- tli, tecuhtla ó teuctli. Es poco usado este nombre con el reverencial tzin, pero cuando sele une como sufijo, toma la forma Motecuhzoma- tain. ILHUICAMINA signifiea El que tira flechas hacia el cielo. (Torquem. Clav.) Se compone la palabra de ¿lhurcatl, cielo, firmamento, y de mina, verbo que significa flechar, asaetar. El jeroglífico de este rey se compone de un cuadrilongo, dentro de cuya área se ven figuradas simbólicamente las estrellas, el curso del sol y el sol mismo, cuyo conjunto da la ¿dea de firmamento (Mhuicatl); y de una espada ó flecha (Mitl), que está en la parte inferior del cua- drilongo, que representa la acción de flechear ó asaetar. El Sr. Neve, sin discutir siquiera lo que enseñan los mexicanistas que hemos citado, asienta que el sobrenombre llhuicamina es una adulteración, que debe escribirse llhuimitl, é interpretando simultá- neamente el agnomen y el cognomen, dice con suficiencia olímpica que Memorias. T. XXV, 1906-1907.—29 354 NOMBRES DE LOS REYES Motecuhzoma llhuimitl significa: «Tu señor, flechea seriamente en la caza ó en la fiesta.» Yo creo que quien flechea seriamente los jeroglí- ficos y la gramática es el Sr. Neve. En el vocablo ¿huimitl no hay ningún elemento verbal que pudiera significar flechar ó flechear, como dice el Sr. Neve. 1/huimitl, día de fiesta, un día de la semana, y de mitl, flecha; de suerte que significaría «flecha del día de fiesta, ó de un día de la semana.» ¿Tiene esto algún sentido preferible al del cogno- men llhuicamina? lá 1] al INSI ST. SEE 6. AxayacatL.—El jeroglífico de este nombre consiste en el símbo- lo del agua, corriendo á lo largo de un rostro humano, como si se hu- biera vertido en la parte superior de la frente. D. Fernando Ramírez, interpretando este jeroglífico, dice que la reunión de los dos simbolos dan el fonético axayacatl, ó sea, atl, agua, xayacatl, cara, rostro, cará- tula órmáscara. No dice más el sabio intérprete; ni se atreve siquiera á formar un nombre castellano con los dos elementos que dan fonéti- camente los símbolos del jeroglífico. El erudito Clavijero dice que axayacatl es el nombre de una mosca del lago, y que significa rostro de agua; por lo cual el jeroglífico repre- senta un rostro humano, sobre el cual se ve el dibujo ó símbolo del agua. No obstante esta explícita interpretación del jesuíta veracruzano, el Sr. Ramírez, como lo hemos hecho observar, se abstiene de formar Se ALA De Q DE MEXICO. 355 el nombre castellano del rey; y esta circunstancia nos acabó de deci- dir á exponer una nueva opinión sobre la etimología del nombre del tecutli mexicano. Nuestro gran historiador Orozco y Berra reproduce lo expuesto por Clavijero y Ramírez, y agrega, que como los nahoas ponían á los niños el nombre del primer objeto que á la vista se pre- sentaba, acaso el nombre del rey se derive de axaxayacatl ó axayacatl, «cierta sabandija de agua como mosca,» ó sea «la mosca propia de los lagos mexicanos,» esto es, el mosco que produce el ahuauhtli. Nosotros creemos que axayacatl significa, no cara de agua, sino ca- ra del agua. En el primer caso agua es un ablativo de materia, y en el segundo es genitivo. El mosco que produce el ahuauhtli se posa en la superficie de los lagos, en espacios de grande extensión, y por eso los mexicanos llamaban á esos moscos cara del agua, como en gene- ral llamamos cara de alguna cosa lo que forma su superficie ó está in- mediatamente sobre ella. Confirma esta opinión la reduplicación de la sílaba za en Zaxayacatl, pues en el idioma nahuatl se emplea la re- petición de la sílaba inicial de una palabra para significar la plurali- dad. En el caso de los moscos de los lagos, bien puede expresar la palabra «axaxayacatl,» Ó la gran cantidad de moscos que cubre el agua, Ó las muchas partes del lago que están cubiertas con los mos- cos ó sus huevecillos que forman el ahuauhtlr. Fundados en esta exposición, nos aventuramos á afirmar que el je- roglífico no es privativo del rey mexicano, sino que se refiere á los moscos del lago que forman la cara del agua; y al niño Axayacatl, se le dió este nombre como se daban otros más extravagantes á los per- sonajes más encumbrados, siguiendo la costumbre que menciona el Sr. Orozco y Berra, de dar á los infantes el nombre del objeto prime- ro que se les presentaba á la vista. El Sr. Neve, sin fundamento ninguno, rechaza la ortografía del nom- bre del rey y expone un neologismo tan arbitrario como estólido. Di- ce que el nombre del sexto rey tenochca fué Axalacatl, y que significa: «Carrizal en arena con agua» ó «Carrizal en agua junto al arenal.» No comprendemos cómo pueda cohonestar el Sr. Neve esta significación con los signos del jeroglífico. Además, la gramática repugna la signi- 356 NOMBRES DE LOS REYES ficación del vocablo inventado por el mexicanista Neve. Si admitiéra- mos su existencia, tendría que traducirse «Carrizo de arena de agua.» ¿Rissum tentatis, amici? Para concluir diremos, que el sufijo reverencial tzún le da al voca blo la forma Axayacatzin. 7. Tizoc.—Este nombre ha dado lugar á muchas interpretaciones. El jeroglífico representa una pierna sembrada de puntos negros. Á veces esta pierna tiene junto á sí ó hincada en ella una espina ó pun- zón que representa el instrumento con que se hicieron los agujeros ó puntos de que aparece sembrada. Otras veces el jeroglífico consiste en un cuerpo humano pintado todo con puntos negros. Unos autores, entre ellos Clavijero, considerando esos puntos negros como agujeros, aseguran que Tizoc significa agujereado. Otros, como D. Fernando Ramírez, fijindose nada más en el aspecto negruzco de la pierna ó del cuerpo, por los puntos negros de que están cubiertos, dicen que el símbolo equivale á la palabra tiznado. Ninguna de estas dos interpretaciones nos parece acomodada á la escritura fonética de la palabra. Si, como dice el jesuíta veracruzano, significara el vocablo agujereado, se hubieran empleado las voces co- DE MEXICO. 357 yonalli 6 xapotlalli, derivados de coyonía, xapotla, agujerear. La acción de tiznar se expresa con el verbo contlilhuía, y la cosa tiznada con el participio tla—contlilhuilli derivado de contlilli, compuesto de comitl, olla, y de t/illi, negro, negrura; «lo negro de la olla,» esto es, el tizne ú hollín. Se ve, por lo expuesto, que entre el nombre Tizoc y los vo- cablos mexicanos que expresan la idea ó la acción de agujerear y de tiznar, no hay ninguna relación. El Sr. Neve, seducido por la homofonía de la palabra nahoa tizoc y la castellana tizón, y apoyado acaso en la interpretación del Sr. Ramí- rez, afirma que Tizoc significa tizón. Esto nos recuerda la etimología que dió un médico, de uretrostenia,' «tenía (solitaria) en la uretra.» El Sr. Orozco y Berra, observando que en uno de los jeroglíficos se pinta una espina picando la pierna, interpreta que el signo hurtztlz, espina, pasa de nombre á verbo y suena zo, sangrar, y 2020, ensartar, con las ideas análogas de picar, punzar, atravesar; y conjeturando que la pierna del jeroglífico se toma en el sentido de persona, infiere que Ti- 20 significa el sangrado, aludiendo á la práctica religiosa de los nahoas de sacarse sangre con una espina de alguna parte del cuerpo. En los Códices Telleriano Remense y Vaticano hay otro jeroglífico de Tizoc, que consiste en una piedra (tetl) traspasada por una espina (hurtztli). El mismo historiador Orozco y Berra, interpretando esta variante, dice que tetl en la escritura jeroglífica toma el significado de persona, porque la radical te es un pronombre personal, y que la pin- tura de los Códices arroja silábicamente Te-zoc, persona sangrada ó sacrificada. Agrega el ilustre sabio que como Tezoc 6 Tezoní significa sangrador, el compuesto quedaría anfibológico porque la idea que se pretende expresar es la pasiva, y que para evitar la anfibología, se sus- tituye el pronombre te por el de igual clase ti, y se obtiene la forma genuina Tizoc, el sangrado, el sacrificado. ; Grande admiración le causa al Sr. Orozco la estructura de esta pa- labra, y, arrebatado por su entusiasmo, cree hallar en ella una página de la historia de la escritura jeroglífica de los mexicanos. Protestando 1 Estrechez en la uretra. 358 NOMBRES DE LOS REYES nuestros respetos á la memoria del sabio mexicanista, nos tomamos la libertad de diferir de sus opiniones, y para no merecer por este de- sacato los golpes de la censura, dilucidaremos la etimología hasta don- de lo permitan la obscuridad de la materia y la deficiencia de nuestras fuerzas. En el vocablo Tizoc, por más que haya denotado la persona de un rey, no vemos nosotros el camino que seguían los signos jeroglíficos desde el simbolismo y la ideografía hasta el fonetismo. Todos los je- roglíficos de Zizoc son, en nuestro concepto, puramente ideográficos ó simbólicos, y no les atribuimos ningún carácter fonético. Según el Sr. Orozco y Berra, el fonetismo llegó entre los mexicanos hasta po- der escribir un jeroglífico como los escolares escriben ¡á la bandera, soldados! pintando un ala, una bandera, un sol y dos dados. No, los nahoas no llegaron al rebus. Su fonetismo se redujo á tomar las ini- ciales, sílabas ó letras, de las palabras, como un.medio mnemónico, y sólo empleaban toda la palabra cuando era monosilábica. Así vemos en el jeroglífico fonético de ftzcoatl que, para significar coatl, pintan una olla, comitl y el signo simbólico del agua, atl. Del comitl sólo to- man la sílaba co que unido á atl, forma la palabra coatl, culebra. Esto equivale á que nosotros representáramos la palabra culebra, pintando una cuna, un lebrillo y un brazo, para tomar después, cu le bra. Se ve, pues, que el fonetismo de los mexicanos en su escritura jeroglífica era muy imperfecto y que estaba muy lejos del rebus moderno. Si los te- nochea hubieran empleado dos objetos, cuyos nombres empezaran, el primero con la sílaba ti y el segundo con la sílaba zo ó zoc; podrían haber pintado una bola de pintura blanca tízatl y una codorniz, zolin. Ni la pierna, ni los puntos negros de que está sembrada, ni la piedra, ni la espina, ninguno de estos objetos que están en los jeroglíficos nos dan fonéticamente tizoc. El Sr. Orozco extrae la sílaba ti de te, inicial de tetl, piedra, y dice que te y ti son pronombres equivalentes y que denotan personalidad. El primero sí la significa, y por eso se incor- pora con los verbos transitivos cuya acción recae en una persona, a diferencia de tla que se une á los verbos cuya acción recae sobre cosas ú objetos inanimados; así se dice tla—cuanz, el que come (alguna co- DE MEXICO. 359 sa), te-cuani, el que se come (á otro, 4 una persona), esto es, la fiera, el animal carnicero. La fuerza de esta observación hace confesar al Sr. Orozco que Te zoc sería anfibológico, porque significa el sangrador, y sustituye el pronombre te con ti que, según él, expresa la idea pasi- va, esto es, el sangrado. Esto último no es exacto. Ti es pronombre personal de la segunda persona del singular y de la primera de plural de los verbos; verbigracia, ti nemai, tú vives ó nosotros vivimos. Te es un pronombre personal relativo é indefinido, que equivale á «cualquie- ra,» «alguno,» «otro;» por ejemplo, ni-te—tlazotla, yo amo á alguno; ti- te-tlazotla, tú amas á otro. Decir, pues, que te y ti en el nahuatl son equivalentes y que uno expresa la idea activa y el otro la pasiva, es lo mismo que hacer en castellano idénticas afirmaciones de los pronom- bres tú y cualquiera, otro, alguno. Si pues, ti difiere tanto de te, no puede sustituirlo convirtiendo tezoc en tizoc, como pretende el Sr. Oroz- co y Berra, y en consecuencia, falta la base del edificio que se quería construir. Examinemos el segundo elemento fonético formado por el Sr. Oroz- co. Dice que zo, sangrar, sacrificarse picándose una parte del cuerpo, procede de huitztli, espina, cuya radical huitz se convierte en el verbo 20, y se torna de ideológico en fonético. Confesamos que no compren- demos el procedimiento de nuestro sabio historiador al convertir el sustantivo huitztli (espina) en el verbo zo (sangrar). Empero, como es una ley filológica universal, que las transformaciones de las palabras se hagan conservando siempre las letras radicales, y en la transforma- ción de que se trata se ha infringido esta ley, podemos asegurar que, cualquiera que sea el método empleado por el Sr. Orozco y Berra, es arbitrario, y que sólo obedece al deseo de convertir los signos ideográ- ficos y simbólicos en meramente fonéticos. Si, porque la cadena es simbolo de esclavitud, deriváramos el verbo esclavizar del sustantivo cadena ¿podíamos decir que cadena era un signo fonético de esclavi- tud? La espina ó púa de maguey era entre los nahoas un símbolo del sacrificio por la sangría, pero ese símbolo nunca pasó á ser fonético. Los jeroglíficos de Tizoc son todos, en nuestro humilde concepto ideológicos ó simbólicos, y significan el sangrado, pero sin ningún ele- 360 NOMBRES DE LOS REYES mento fonético. La palabra está compuesta de z0c, sangrado, participio de 20, sangrarse, y del prefijo ti que hace las funciones de partícula expletiva yuxtaponiéndose á los nombres, á los adjetivos y á los par- ticipios que hacen las veces de los segundos. Tizoc en la forma reverencial se dice Tizocizin y Tizocatzin. 8. AHurrzotL.—El jeroglífico representa un cuadrúpedo rodeado del simbolo del agua. Este símbolo da fonéticamente el vocablo atl, que incorporado en la palabra da el prefijo a y significa agua. El nombre del animal es huitzotl, que no sabemos lo que significa, ni mucho me- nos su etimología, porque en ningún autor, desde Torquemada hasta Hernández, PA encuentra el nombre en su estructura de simple, ni 6 conoce en la fauna mexicana algún animal que se llame huitzotl. Si pues el jeroglífico no da el nombre de hustzotl, es emdente que los es- pañoles lo oyeron de viva voz de los indios, y sólo así pudieron saber lo que significaba el primer elemento del jeroglífico. Así como los indios decían Amiztli (at/-miztli), león del agua, axo- lotl (atl-xolot!), muñeco del agua, para distinguir o estos acuáticos de otros animales que sólo eran terrestres; de la misma manera, pera distinguir al huitzotl terrestre (animal que no conocemos) del anfibio, designaron á este último con el nombre de ahurtzotl. pl OR DAS e EG DE MEXICO. 361 Pero si no conocemos al hvuitzotl, en cambio el ahuitzotl nos es muy conocido. Molina dice que es «cierto animalejo de agua como perrillo.» Sigúenza lo compara con la nutria y dice que es animal palustre. Cla- vijero lo describe diciendo, que es un cuadrúpedo anfibio, que vive por lo mismo en los ríos de los países calientes, que mide un pie de lar- go, tiene el hocico largo y agudo, la cola grande y la piel manchada de negro y pardo. En algunos ríos del Estado de Morelos hay unos cuadrúpedos anfi- bios que los moradores de las riberas llaman perros de agua. En las rápidas del río Verde, en Tlaltizapán, después de su confluencia con el río de Yautepec suelen verse estos animales. A juzgar por las descrip- ciones de los autores citados, el perro de agua que tiene su morada en nuestros ríos es el ahuttzotl. Aunque entre los indios contemporáneos el perro de agua está re- putado como un animal feroz y extravagante, pues es fama entre ellos que sólo salen á la superficie del agua cuando el sol pasa por el meri- diano y se adelanta furioso hasta la margen de río para acometer al que desgraciadamente tropieza con sus miradas, sin embargo, nada es tan aterrador ni tan fantástico como lo que dice el P. Sahagún sobre el ahurtzotl. « Hay un animal en esta tierra—dice el franciscano historiador— «que vive en el agua, y nunca se ha oído, el cual se llama Avitzotl, es «de tamaño como un perrillo; tiene el pelo muy lezne y pequeño; tie- «ne las orejitas pequeñas y puntiagudas, así como el cuerpo negro muy «lizc, la cola larga, y al cabo de ella una como mano de persona; tie- «ne pies y manos, y son como de mona: habita este animal en los pro- «fundos manantiales de las aguas, y si alguna persona llega á la orilla «de donde él habita, luego la arrebata con la mano de la cola, y le me- «te debajo del agua y le lleva al profundo, luego turba á ésta y la ha- «ce vertir y levantar olas, parece que es tempestad de agua, y las olas «quiebran en las orillas, y hacen espuma; y luego salen muchos peces «y ranas de lo profundo, andan sobre la haz de la agua, y hacen gran- «de alboroto en ella, y el que fué metido debajo, allí muere, y de allí «á pocos días, el agua arroja fuera de su seno el cuerpo del que fué 362 NOMBRES DE LOS REYES «ahogado, y sale sin ojos, sin dientes y sin uñas, que todo se lo quitó el Avitzotl: el cuerpo ninguna llaga trae, sino todo lleno de cardena- «les.» El Sr. Orozco y Berra, de quien tomamos en parte la cita que he- mos hecho de Sahagún, dice á propósito de ella: «Cuadró tan bien su nombre al mexicano rey, mostróse tan dañino y calamitoso para pro- pios y extraños, que su apellido se hizo sinónimo de vejación y de mo- lestia. Hoy todavía, como herencia de los tiempos antiguos, cuando una persona nos molesta atosigándonos de una manera insoportable, acostumbramos decir, fulano es mi ahuizote.» Uno de los periódicos de oposición más vehemente á la administra- ción de D. Sebastián Lerdo de Tejada, sintetizó todas sus iras y sus aceradas burlas, tomando el nombre de El Ahuizote. El Sr. Neve, que camina unas veces por la amplia vía de las gene- ralidades, y otras, por la estrecha senda de lo concreto, afirma que ahwitzotl significa «cocodrilo»'ó «animal de agua.» Ambas aseveraciones del agua es atlan nemíni. Convendrá con nos- otros el estudioso pedagogo en que los elementos del jeroglífico serían muy diversos para dar fonéticamente ya sea el nombre concreto de «co- codrilo,» ya el genérico de «animal del agua.» El nombre propio Ahuatzotl, como el de todos los reyes, toma el su- fijo reverencial tzin, y entonces ofrece la forma de Ahuitzotzin. DE MEXICO. 363 9. Mocrezuma.—Después de muchas investigaciones etimográficas han convenido los mexicanistas en que el nombre de este rey es Mo- tecuzoma, y por metátesis Moteuczoma. Al estudiar la etimología del nombre del 5” rey, que también se lla- mó Motecuzoma, hicimos la exposición de las opiniones de Clavijero, y de los Sres. Orozco y Chavero, y nos abstuvimos de discutirlas, con la reserva de que esa discusión nos diera materia para este artículo. Además, como el jeroglífico del 5” rey se refiere al cognomen Jlhuica- mina, y no al agnomen Motecuzoma, creímos que sería más oportuno hacer la disquisición de la etimología cuando se tuviera á la vista el jeroglífico correspondiente. Este consiste en un copilli ó sea la especie de mitra con que se co- ronaba á los reyes mexicanos. En algunas pinturas (como la que te- nemos al frente de este artículo), hay además del copilli una figurilla cuya significación se ha escapado á la perspicacia de los intérpretes. El Sr. D. Fernando Ramirez, al escribir su erudito artículo sobre Moc- tecuzoma Ilhuicamina, publicado en el Diccionario Universal de His- toria y de Geografía, ofreció escribir otro sobre el segundo Motecuzo- ma; pero los editores de la obra citada hicieron saber por medio de una 364 NOMBRES DE LOS REYES nota, que la salida repentina de la ciudad de México le había impedi- do al Sr. Ramírez concluir el artículo, que ya tenía muy adelantado; y aunque ofrecieron publicarlo en el suplemento de la obra, no se en- cuentra en ella. Sin el auxilio de ese faro y sin más guía que nuestro propio estrecho criterio, procuraremos dilucidar tan dudosa etimo- logía. El ¡lustre jesuíta Clavijero dijo que Motecuzoma «quería decir señor indignado, pero que no entendía la figura,» esto es, el jeroglífico del copills. Los Sres. Orozco y Berra y Chavero adoptan esa significación, y, ex- plicándola, agregan que la palabra se compone de mo, vuestro, de te- cutla, señor, y de zomale, sañíudo, lleno de coraje. El primer elemento componente del nombre es el vocablo mo, que gramaticalmente tiene los caracteres de adjetivo posesivo, de pronom- . bre reflexivo ó6 de adverbio. Como adverbio sólo se usa en sentido in- terrogativo, significando «¿no es verdad? ¿no es así? ¿mo tiquitaz? ¿no es que lo has de ver? Como pronombre reflexivo se antepone al verbo yuxtaponiéndose en la tercera persona del singular y del plural, y sig- nifica «el se ó ellos se,» momahuizpoloa, él ó ellos se deshonran. Ade- más, cuando el complemento del verbo no está expresado, precede á los pronombres indefinidos te, alguno, tla, algo, v. g.: motecuitlahuia, él cuida á alguno, motlacuitlahuia, €l cuida algo, alguna cosa. Como adjetivo posesivo significa, «tu, tus,» se une á los sustantivos y á las posposiciones, yuxtaponiéndose, v. g.: mopil, tu hijo, motlahuan, tus tíos, motloc, contigo. El segundo elemento de la palabra es tecuili, que, por estar en com- posición, pierde la sílaba final, y se convierte en tecu ó teuc, por la me- tátesis. Tecutli significa «noble, gentilhombre, señor, personaje eleva- do, primer magistrado.» El tercer elemento del nombre es zuma ó zoma, verbo que significa «enojarse, indignarse, fruncir el ceño.» Hecho el análisis de la palabra, pasemos á sintetizarla. No podemos tomar el elemento mo con el carácter de adverbio, por- que sólo se usa en sentido interrogativo, como hemos visto ya, y ade- DE MEXICO. 365 más, no entra en composición sino en la forma ¿monel? y con la sig- nificación que queda señalada. Excluída esta forma del primer elemento, examinaremos las otras dos. Como adjetivo, en composición con el sustantivo tecutli, forma la palabra motecu, tu señor, y no «vuestro señor» como traducen los sefño- res Orozco y Chavero, pues «vuestro» se dice en mexicano amo. Uni- da la palabra compuesta al tercer elemento zoma, que se halla en ter- cera persona del singular del presente de indicativo, se completa la significación diciendo: tu señor se enoja ó tu señor frunce el ceño. Co- mo esta locución ó frase aparece impropia para formar un nombre propio de persona, le han dado otra forma los intérpretes que cuadre más con la ideología, y han dicho: tu señor enojado, ó simplificando más: señor sañudo. Pero si tal fuera la verdadera significación del nom- bre, el vocablo mexicano sería Motecuzomale, ó simplemente Tecuzo- male, porque «sañudo, enojado» no es 2oma sino zomale. Hemos dicho que como pronombre reflexivo la palabra mo se ante- pone al verbo yuxtaponiéndose en la tercera persona del singular y del plural, y que equivale á la partícula castellana se, motlahuelpoloa, se desespera, motzoncui, se venga. De tal manera se liga la partícula mo con los verbos, que permanece unida con ellos en sus derivados, ya sean éstos participios de presente ó ya adjetivos sustantivados; así de los dos verbos que hemos puesto como ejemplo, se forman motlahuel- poloani, que se desespera, desesperado; motzoncuini, vengativo, que se venga. No siendo verbo sino sustantivo tecutli, el segundo elemento de la palabra que se discute, es claro, que el elemento mo no puede: tener la significación del pronombre reflexivo se. Sería necesario que tecutli fuera derivado de un verbo y que éste admitiera la forma de re- flexivo para que pudiéramos suponer que los dos elementos eran un derivado que conservara la misma forma. Pero no es así; tecutli no se deriva de un verbo reflexivo sino de un transitivo te—cui, cuidar á :.!- guno, y para que no revistiera la forma de reflexivo habría que supri- mir el pronombre personal te, «otro,» «alguno,» pues las dos formas de reflexivo y de transitivo se excluyen una á la otra. Sube de punto la 366 NOMBRES DE LOS REYES dificultad cuando se advierte que tecutli está yuxtapuesto á zoma, ver- bo, ó á zomale, adjetivo. Habría que formar un verbo reflexivo de los dos elementos ó un derivado de dicho verbo, para que unido á la par- tícula mo formara un sustantivo ó participio activo; pero tal cual se ha convenido en escribir la palabra Mo-te-cu—zoma, no hay en el idioma nahuatl un verbo de donde se derivara tecuzoma. Es verdad que mo se une también á los verbos sin que tenga la significación de se, sino simplemente como signo de tercera persona, y entonces no repugna yuxtaponerse á los pronombres tla y te de los verbos transitivos; y si suponemos que tecutli está derivado de te-cuz, cuidar á alguno, podre- mos decir motecuz, cuida á alguno; pero esta hipótesis de nada nos aprovecha en la discusión, porque adulteraríamos la significación de la palabra tecutli, señor, cambiándola en cuidador, guardador, y no estaríamos de acuerdo con el jeroglífico, donde el copilli es signo re- presentativo de señorlo, majestad, dominio, y no de cuidado ó vigilan- cia. Sería necesario abrir nuevas sendas á la disquisición para inqui- rir si es exacta la escritura de la palabra Motecuzoma, ó lo que es lo mismo, discutir de nuevo la etimografía, ó como dicen algunos filólo- gos, la etimolografía. Empero, ese estudio, lo confesamos, es superior á nuestras endebles fuerzas. El jeroglífico que trae el P. Clavijero tiene en la frente del rey un animalejo como insecto, y á esta figurilla se refiere cuando dice que no la entiende. Nosotros después de muchas meditaciones, creemos que hemos lle- gado á alcanzar la significación de la figurilla. Esta, como hemos di- cho, representa un insecto, Cuando sentimos que se nos posa ó anda en la frente algún animalillo, arrugamos ó fruncimos instintivamente el ceño; y como esto mismo hacemos cuando experimentamos enojo, coraje ó displicencia, los tracuilos ó pintores mexicanos adoptaron en su jeroglífico la representación del insecto posado en la frente para sig- nificar la connotación del verbo mo-zuma, «se enoja,» «tiene ceño,» ete., etc. Aceptada esta interpretación se puede asegurar que los dos ele- mentos del jeroglífico son ideográficos. La palabra Motecuhzoma ó Moteuczuma ofrece la particularidad de DE MEXICO. 367 que el sustantivo tecutli se encuentra entre la partícula reflexiva «Mo» y el verbo zoma ó zuma; pero esto es muy común en el idioma na- huatl, como se observa en la palabra mo—cihua-z00. La mujer se san- gra ó sangrada, «mo-xiuh—cahua, el año se pasa ó se deja.» Hemos dicho que para distinguir al rey Moteuczama primero del segundo le dieron á éste el nombre de xocoyotl ó reverencialmente Xocoyotzin. Esta palabra, de la que se ha formado en el idioma cas- tellano el aztequismo Socoyote, significa «el hijo menor.» Para expli- car el origen y la etimología de la palabra mexicana hemos escrito en el Diccionario de Aztequismos lo siguiente: XocoyorL. El último, el más joven de los hijos. Sirve también para designar un personaje que es el último del nombre, como Moteuczu- ma Xocoyotl, 6 reverencialmente, Xocoyotzin, Moteuczuma el joven, el último, ó Moctezuma II. A este propósito dice Clavijero: «Los Mexica- «nos llamaron al primer Moteuczuma Huehue (Viejo), y al segundo « Xocoyotzin; nombres equivalentes al senior y jumior de los latinos.» Xocoyotl se compone de xocotl, fruto ácido, agrio, y de yotl, desinencia con que se forman nombres abstractos que significan el sér de la co- sa ó lo que pertenece ó es anexo á ella; así de teotl, dios; de la misma manera, de xocotl, se forma xocoyotl, fructificación. De un matrimonio que ha tenido prole, se dice en mexicano que es xocoyo, esto es, que ha sido fructuoso, y el último de los hijos es el complemento de la fruc- tuación, y de aquí vienen las ideas de último hijo, el más joven. 368 NOMBRES DE LOS REYES 10. CurrLanua.— Clavijero no trae la significación del nombre de es- te rey ni describe su jeroglífico. El Sr. Orozco y Berra, fundándose en una lámina del Códice de Mendoza, participa de la opinión delos que aseguran que este rey to- mó su nombre del pueblo de Cuitlahuac, situado entre los lagos de Chalco y de Xochimilco, llamado hoy Tlahuac. Si porque fué dueño ó mandarín de ese lago, ó porque nació en él, tomó el desventurado príncipe, víctima de las viruelas, el nombre geo- eráfico como nombre patronímico, entonces, la cuestión queda redu- cida á fijar una etimología geográfica. Pero el Sr. Orozco y Berra, al dar la etimología, se refiere al nombre de la persona y no al del lu- gar. Así, vemos que dice: «La etimología arrojada por los signos grá- ficos, viene de cuttlahuac, excremento; la sección del canal en que el signo está contenido suena apan y huac, de donde el compuesto cut- tla huae. Hua es partícula que indica posesión, de manera que se podría interpretar, poseedores de excremento, tomado en el sentido de que disponían (¿quiénes?) del producto del lago llamado tecuitlatl. El Sr. Orozco y Berra cree más segura la etimología de curtlatl— huacqut, excremento seco ó enjuto. Como la figurita del jeroglífico es, en efecto, un mojoncillo de ex- cremento, es probable que tal sea la significación. Pero la estructura de la palabra no está adecuada á la indole del idioma nahuatl; porque DE MEXICO. 369 cuando la palabra se compone de sustantivo y adjetivo, éste va común- mente antepuesto, así es que se dice, 2ztacihuatl, mujer blanca, huey- mapil, dedo grande (el pulgar). Si admitiéramos como exacta, en to- da su generalidad, la regla que asienta el malogrado filólogo Macario Torres, cuando dice que el adjetivo va siempre antepuesto al sustanti- _vo en los vocablos compuestos, tendríamos fundamento para desechar la última etimología, porque, ajustándose á esa regla, la palabra debe- ría presentar esta forma huaccuitla, para significar, «caca seca;» pero esa regla no es general; hay muchos vocablos compuestos en que el adjetivo va pospuesto, tales son entre otros muchos, atliztac, aguas blan- cas, tepechichilco, cerro colorado. El Sr. Neve ha venido á poner término á las dudas que existieran sobre el significado de la palabra, pero desgraciadamenle no ha hecho lo mismo respecto de la etimología. Con la misma serenidad que las pitonisas abrían los labios para pro- ferir los oráculos ante el mundo pagano, el Sr. Neve Je ha dicho al mundo de los sabios: Cuitlahua ó Ouitlacuatzin significa tigrecillo del monte. Con esta aseveración ha hecho otro descubrimiento el Sr. Ne- ve, hus ha dado á conocer que en la escritura jeroglífica azteca, el ex- eremento es simbolo ó signo representativo de los tigres del monte. El Sr. Neve se ha dejado seducir, tal vez, por la final tzin, y ha crel- do que el elemento capital del vocablo era tlacuatzin (tlacuachi) y con- virtió á este humilde marsupial en tigrecillo del monte. Pero el error salta á los ojos, la final tzín no es más que la partícula reverencial que sirve de sufijo á los nombres de todos los reyes, significando grandeza ó majestad. Memorias. T. XX V, 1906-1907.—30 370 NOMBRES DE LOS REYES DE MEXICO 11. Cuauuremoc.—Todos los historiadores, desde el P. Durán basta el Sr. A. Chavero, y todos los amantes de la filología nahuatl, desde Boturini hasta Neve, están de acuerdo en que el nombre de este rey ó tlacatecutli azteca significa águila que cayó. Esta significación se ha tomado del jeroglífico, cuyos elementos pictográficos son, ó un águila con la cabeza hacia abajo en señal de descender, ó sólo la cabeza (co- mo el dibujo de este artículo) acompañada de la huella del pie huma- no, con, la marca de los dedos hacia la parte inferior. Estos elementos reducidos al lenguaje fonético han dado las palabras cuauhtli, águila, y temoc bajó. El verbo temo, bajar, está indicado en el jeroglífico con la actitud del águila que se abate, ó con la planta del pie que, cuando se pinta con los dedos hacia abajo, expresa el verbo ni-temo, yo bajo, á diferencia del caso en que los dedos se pintan ha- cia arriba, que se traduce niteco, yo subo. El nombre de este rey fué verdaderamente profético, y por esto ha- ce observar el Sr. Chavero la rara coincidencia de que el valeroso mo- narca que debía caer y perderse en su pueblo, se llamase El águila que cayó. Cuernavaca, Febrero 1909. INDICE DEL TOMO XXV DE MEMORIAS TABLE DES MATIERES DU TOME XXV DES MÉMOIRES Páginas BURCKHARDT (C.)—Sur le climat de l?*Époque Jurassique............. 45- 49 CHAcóN (J. M.)—Elementos del Cometa Moreh0use......o.ooooooooo... 289-292 CONZATTI (C.)—Las Criptógamas vasculares de México. (Les Cryp- togames vasculaires du Mexique.) ...oooomooococonccrcrcr ro. 59-176 DurAN (G.) Ligeros apuntes sobre Fototopogratía y aplicaciones del Fototeodolito en México. (Notes sur la Phototopographie et application du photothéodolite au Mexique.) .......o.oo.o.... 319-345 GANDARA (G.)—Nueva especie de un hongo del género Microsphaera. Lams. I y ll. (Une nouvelle espece de champignon du genre REO SNE rra als latas 233-244 — Nota acerca de las enfermedades fungosas del maguey......... 293-305 HÍJAR Y Haro (L.)—Apuntes sobre los yacimientos minerales de Cam- po Morado, Estado de Guerrero. (Les gisements métallife- esa CANIPO MONA taa elena 245-252 JONGHE (E. DE )—El Calendario Mexicano. Ensayo de síntesis y de COUTO ACI E UD O ario ette ce larva e 197-231 LEAL (M.)—Algunos datos para el estudio del régimen de los vientos enviiconuan s IMEI e os a iaa as 257-287 MegnNDEZ (J.)—Notas acerca del empleo del planímetro. (Votes sur IREnTpLo du plan IMEI A Dai: 253-256 NAVARRO (D. V.)—El cobalto en el Estado de Jalisco. (Le cobalt dans VETA era IISCco ne Ra Ne DT ola NS paro ado lo Noe 51- 57 OROPESA (G. M.)—El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec y 0 puer- tos de Coatzacoalcos y Salina Cruz.. (Láms. VIMEXT)........ 307-318 RENAUDET (G.) —L'évolution de la matiere et la Plasmogénie........ 17- 31 ROBELO (C. A.) —Nombres de los reyes de México. Estudio etimológi- co (Noms des ros ¡du Mexiquense. 347-370 SANCHEZ (P. C.) —Estudio sobre la compensación de las direcciones azimutales en una estación. (£tude sur la compensation des directions azimutales dans une stati0N.).......oooommoooo.... 5- 15 372 INDICE. E Páginas SANCHEZ (P. C.) —Estudios sobre el péndulo. (Etudes sur la pendule.) 33-43 UrgquiJo (L.) —Estudio acerca de los reconocimientos y elecciones de los vértices en las triangulaciones topográficas y geodésicas. (Sur les reconnaissances et élections dessommets dans les triangulations topographiques et géodésiques.)............. 177-195 FIN DEL TOMO XXV DE MEMORIAS. Sociedad Cientifica “2 Anmnses fiscales 23 3 222.2 > 3 2 322 aD'a S SS -= 2332322 3 2 3 22 2 El t no = a 20 <= No uv A o 5 Sa a 5 A a o o o o Depuis 1903, l'exportation du métal cuivre a légérement baissée; mais, par contre, l'exportation des minerais de cuivre a notablement augmentée et, si l'on tient compte que ces minerais, pour supporter les frais divers (frets, droits d'entrée, etc.) jusqu'a leur arrivée aux fonderies étrangéres, doivent nécessairement étre riches, on peut con- clure que la production du cuivre venant du sous-sol mexicain est en progression constante. 11 Nous notons ici que la production de l'année courante 1907-1908 présentera certainement un déficit par rapport aux années précédentes, non seulement á cause de la baisse de ce métal, mais surtout par suite de l'arrét, en novembre 1907, des mines de la Cananea (État de So- nora); ces mines, dont l'exploitation ne date que de quelques années, produisirent, en 1904-1905 : 28 650 t de cuivre raffiné et furent le facteur le plus important de l'ascension de la courbe de production du cuivre au Mexique; d'aprés des rumeurs que nous signalons sans avoir pu les contróler, l'arrét de l"exploitation a suivi immédiatement le pas- sage, dans les mains de 1'Amalgameted, du contróle de la Société ex- ploitant ces mines. Fig. 2. — ÉTATS DU MEXIQUE Le cuivre était connu et utilisé au Mexique par les Aztéques avant la conquéte espagnole; un document qui fait partie du Musée Natio- nal, a Mexico, indique, en effet, que certains villages, comme contri- 12 butions aux empereurs mexicains, avaient a leur remettre, en outre, des haches et des sonnettes de cuivre. En 1804, Alexandre de Humboldt, dans son remarquable ouvrage Essar politique sur la Nouvelle Espagne, indique qu'avant la conquéte; les armes, les haches, les ciseaux, tous les outils étaient faits en cuivre, ce cuivre était allié a de l'étain qui le rendait plus dur. A Tasco, les indigénes se servaient pour leurs échanges de monnaies de cuivre et d'étain, c'est d'ailleurs á cause de cette particularité que le conquis- tador Cortez, qui cherchait ces métaux pour fondre des canons, fut amené á faire exécuter á Tasco, Etat de Guerrero, les premiers travaux miniers espagnols, Humboldt cite comme contenant du cuivre des endroits situés dans PÉtat actuel de Michoacán et dans le Nouveau Mexique (actuellement aux États-Unis). Santiago Ramirez, dans son ouvrage actuellement introuvable La Riqueza Minera de México, 1884, indique que, sur les vingt-sept États, seize possedent des gisements de cuivre. Le cuivre au Mexique est actuellement extrait principalement des États suivants (par ordre d'importance) (fig. 2): Sonora (La Cananea, Moctezuma, Nacozarl), Basse—Californie (Compagnie francaise du Boleo), Puebla, Zacatecas, Guerrero, Chihuahua, Aguascalientes, Jalisco. 111.— Le cuivre dans PEtat de Michoacán. L'État de Michoacán (Voir planche ci-jointe) figure pour une quanti- té insignifiante dans la production du métal qui nous occupe; n'en est-il pas pour cela moins intéressant? Humboldt, dans le Mexique limité a ses frontiéres actuelles, n'indi- que en gisements de cuivre que « les mines d'Inguarán, un peu au sud 13 du volcan de Jorullo, et celles de San Juan Guetamo, dans l'intendan- ce de Valladolid », le tout dans l'État de Michoacan. Une carte, dressée en 1865 par un abbé, D. José Guadalupe Romero, indique autour du village de Churumuco des gisements de cuivre et á Pest du village d'Inguarán de riches gisements du méme métal. Vignotti, dans sa communication a l'Académie de Metz, en 1868, signale, á propos des départements de Michoacán, de Tancítaro et de Coalcomán (ancienne province de Michoacán): «Le cuivre, qui y est trés abondant, est habituellement mélangé aussi d'argent et Por. » Santiago Ramírez, dans son notable ouvrage déja signalé, dit : « Par- mi les gisements de cuivre du Mexique, les plus dignes d'étre men- tionnés sont ceux qui se rencontrent dans l'État de Michoacán et qui fournissent les fonderies de Santa Clara ... Ces gisements se trouvent en trois points principaux : Inguarán, Oropeo et Churumuco et, quoi- qu'il n'y ait pas d'autres indications, la présence de minerais cuprifé- res parmi des échantillons recueillis en localités différentes fait suppo- ser que ceux-lá ne sont pas uniques, sinon qu'au contraire il en existe d'autres dans lesquels il se peut que l'on puisse faire avantageusement des travaux d'exploration. » A ces renseignements historiques, si 1'on ajoute : Que les importants travaux d'exploration exécutés a Inguarán font penser que la voie ferrée parcourera bientót des régions actuellement isolées ; Que la présence d'un gran fleuve, Las Balsas, donne un attrait spé- cial á la situation économique générale de la partie sud de cet État ; Que des renseignements particuliers, recueillis au cours de quelques années passées au Mexique, semblaient confirmer l'existence d'une ré- gion riche en cuivre, on comprendra que nous ayons pu nous intéres- ser á des recherches dans le dit État. Non pas dans l'ensemble de l'État, car plusieurs années seraient nécessaires pour reconnaítre les 58 694 km” le composant, de relief tres accidenté, sans voies de com- munications, sans cartes exactes, mais la partie spécialement indiquée dans les renseignements précités. C'est ainsi que l'itinéraire général de recherches a eu pour point de départ Huetamo (le San Juan Guetamo indiqué par Humboldt) (Planche), a suivi la rive droite du rio de las 14 Balsas jusqu'a Churumuco pour remonter ensuite par Inguarán et San- ta Clara. La carte géologique du Mexique indique pour la presque totalité de VÉtat de Michoacán, comme pour la plus grande partie de tout le Me- xique, la présence de roches tertiaires indicatrices de bons gisements métalliféres. IV—Régions de Huetamo et de Churumuco. Suivant l'ordre méme de notre voyage, á environ 15 km au sud de Huetamo, nous arrivons au village de Turicio (fig. 3); les collines si- tuées au sud-est de ce village (en I) contiennent une multiplicité remar- quable d'indices de cuivre. Ces collines sont constituées de tuf volcani- que andésitique fin, de couleur soit brun rougeátre, soit violacée, soit gris bleuátre, cette derniére étant la prédominante. Dans ce tuf se trou- ve une grande quantité de minces filons quartzeux contenant sans doute un peu de métaux précieux et de nombreux affleurements de chapeaux de fer avec minerais de cuivre; ces affleurements son réduits de di- mensions, leur largeur varie de quelques centimétres jusqu'a 4 m, leur longueur dépasse rarement quelques métres; les chapeaux ferreux se composent principalement de fer oligiste dans du quartz, avec de l'hé- matite, de la pyrite brúlée, parfois un peu de limonite et parfois de Vépidote; á ces produits sont mélés des oxydes, carbonates et silica- tes de cuivre et méme quelques traces de chalcopyrite. * Dans l'un des échantillons rapportés, il a été constaté la présence de traces d'allanite : silicate contenant alumine, fer, chaux et les métaux du groupe du cérium et de l'ytrium. Avis aux amateurs de terres rares. Les nombreux affleurements observés sont irréguliérement disper- sés, nous avons cherché en vain une direction moyenne, elle n'existe pas; si quelquefois a peu de distance les uns des autres on rencontre de 1 L'examen minéralogique des échantillons rappurtés a été fait avec la col laboration de M. Adolphe Richard, répétiteur du cours de géologie et minéralo- gie a Ecole Centrale et préparateur au Laboratoire de minéralogie de PÉcole Nationale supérieure des mines. “bT "d “8061 “9JBZ]Y *908 'A9Y UNIDAS | BwnNy Drualney]: yVONVHIZ STITA SP] Sp asugY azuo/h-) nt. 920 pa AN ne as LAIA 4! png som zo? ONVLINH N V IV OH 9 | WN Sa eluR]apues) ILAX 113 dy9tueny E IAXo | uez10g e pl MAX” | 0JM10] Seu0uy ser de enby >p olo NO 141 0) = a/ug) : a[18yog NVyYVADNI-OINANYTNHO - ON VLIANH NOIDAU — “€ “Ba VO Je putzu y a 15 ces affleurements paraissant paralléles, il n'y a pas la une loi généra- le et les diverses directions prises vont du nord-sud á Pouest-est en passant par le nord-ouest-sud-est. De plus, c'est en vain que nous avons cherché deux affleurements paraissant en prolongement 1'un de Pautre. Ces divers affleurements ne donnent aucune indication précise quant a la formation possible d'un gite cuprifére en cet endroit. Des travaux d'explorations, seuls, permettraient de s'en rendre compte; s'il y a un amas métallique que l'ont peut présumer étre riche en cuivre, ce doit étre un gíte incorporé a la roche et il doit étre resté en relation directe avec certains des affleurements signalés. Vu lPétendue assez grande (environ 4X3 km) intéressée par ces ta- ches métallisées, les travaux á faire pour s'assurer de la présence ou non d'un gisement seraient assez importants et seraient sans doute ré- duits au minimum de coút par l'exécution de sondages préalables. Dune maniére générale, les affleurements des collines de Turicio ont été légerement travaillés par les indigenes; á un endroit, il a été fait, paraít-il, il y a quelques cinquante ans, une galerie de 2.50 m de largeur sur environ 40 m de longueur; l'entrée de cette galerie est ac- tuellement éboulée, mais le tas de parties peu riches se trouvant prés de cet endroit indique qu'il y a certainement eu lá une petite exploi- tation avec cassage et triage des minerais á la main; si l'éboulement n'intéresse que l'entrée de la galerie, une simple reprise pourrait don- ner lieu á des indications importantes. A cette époque, les habitants de Zicuirán produisaient du cuivre métallique par le traitement dans de petits fours creusés en terre et chauffés au charbon de bois; cette industrie a complétement disparu, mais tous les témoignages concor- dent pour affirmer la véracité de ce fait. La légende veut que les mé- mes collines, qui sont tres mouvementées et difficiles d'accés, contien- nent des minerais d'or et d'argent; la présence de nombreux petits filons de quartz ne rend pas cette légende invraisemblable. A environ 30 km de chemin de cette partie de si belle apparence nous trouvons, au bord méme du rio de Las Balsas, a l'ouest du « Ran- cho de Upácuaro » (en ID), les affleurements de quatre filons paralle- les direction nord-ouest-sud-est; ces affleurements sont des chapeaux 16 de fer émergeant nettement, gráce á des érosions, d'un tuf volcanique andésitique compact gris verdátre; á des oxydes de fer, de la pyrite brálée, de l'épidote, se trouve mélé du carbonate de cuivre qui indique qu'en profondeur il peut y avoir quelque chose d'intéresant; ces affleu- rements sont tres nets, l'un d'eux est visible sur environ 700 m de lon- gueur et sa puissance va parfois jusqu'a 8 m. Nous n'avons relevé aucune trace, si légére soit-elle, de travaux. L'un des affleurements présente de trés légéres indications de chalcosine, sulfure de cuivre. Nous dirons ici quelques mots d'une mine, non visitée par nous, mais sur laquelle nous avons recueilli des renseignements dignes de foi; c'est la mine « Batzan » (en ID). Depuis sept ans que cette mine est en exploitatior, un peu primitive, il a été exporté plus d'un mil- lier de tonnes de minerais contenant au minimum 20% de cuivre; il a été rigoureusement reconnu l'existence de 35 000 t de minerai avec teneur générale de 11% et une premiére évaluation du filon princi- pal, de 0,80 m de puissance, estime le tonnage á plus de 200 000 t. Il nous a été remis de cette mine un trés bel échantillon de phillipsi- te de composition théorique de ce sulfure double de cuivre et de fer et un échantillon de chalcophyrite dans du quartz, avec quelques oxy- des de fer, mais sans pyrite de fer. ¡ En IV, il nous a été signalé un filon de 0,50 m de puissance, riche en carbonate de cuivre. Au sud du «Rancho de los Pinzanes », a 3 0u 4 km du fleuve, en V, se trouve un affleurement intéressant, de direction nord-ouest-sud- est; cet affleurement ne peut se suivre sur toute sa longeur mais il est visible sur des parcours notables a des points situés respectivement a environ 300 et 600 m les uns des autres, en des endroits formant som- mets ou arétes ou les érosions ont pu dégager la formation filonienne; sa largeur varie de 1 á 4 m; il émerge d'une andésite siliceuse. A cha- que coup de marteau détachant un morceau du chapeau de fer appa- raít de la malachite (carbonate de cuivre) et á la partie principale de Vaffleurement il y a, outre de la malachite, de la chalcosine; un échan- tilion moyen sur la largeur de cet affleurement a donné une teneur en cuivre de 3,83%; á un certain endroit un puits de 54 6 m creusé il y a longtemps par un vieil indien, montre que la présence de la mala- 37 chite subsiste a cette profondeur et que le filon s'incline vers l'est dans la roche. Quelques puits seraient nécessaires pour se rendre compte si les es- pérances, qu/á juste titre ces indices peuvent faire concevoir, sont jus- tifiées. Prés de Cuiripan, en VI, dans des roches quartzeuses, de grés dur, nous avons observé un filon de 0,70 m de puissance, de formation guartzeuse avec impregnations de chalcopyrite et rarement de chal- cosine. Nous arrivont maintenant aux environs immédials de Churumuco, qui méritent de fixer plus longtemps l'attention. En VII, á environ 24 3 km du village, un présumé filon de direc- tion est-ouest est décelé par la présence d'un chapeau de fer de 244m de largeur, visible sur pres de 200 m de longeur; ce chapeau con- tient des traces de cuivre, de la chalcosine et, pres d'un petit puits, un échantillon moyen sur la largeur a indiqué 2,52% de cuivre; la for- mation est siliceuse, les roches environnantes sont andésitiques. Plus pres encore du village, 4 moins de 1 km, en VIII, se trouve un affleurement pas tres bien marqué, non completement découvert et dont la largeur atteint 15420 m sur une longueur apparente de 80 m; la formation est siliceuse avec des oxydes de fer, de fer oligiste et des traces de cuivre; un petit puits commencé montre nettement un petit filon de 0,20 m de formation siliceuse avec de la chrysocolle (silicate de cuivre) et des chlorites (silicates hydratés d'alumine, de magnésie et de fer). En IX, dans les collines dites de Mayapito nous trouverons plus d'intérét, il s'agit d'ailleurs la d'une mine ayant donné des résultats notables au cours d'une exploitation irrationnelle et sans précautions et qui se termina par des éboulements suivis de l'abandon de le mine; depuis personne n'a songé a reprendre les travaux. Santiago Ramírez dans un ouvrage déja signalé dit que l'extraction dans cette mine don- nait des concentrés avec une loi moyenne de 65% de cuivre. Des collines sont formées de porphyres dioritiques contenant beau- coup de cristaux de hornblende. Nous avons relevé la trace de neuf anciens travaux et plusieurs affleurements, l'ensemble montrant qu'il 18 existe lá quatre filons paralléles de 14 3 m de puissance, de direc- tion nord-est-sud-ouest et s'enfongant légérement vers l'est dans le sol. Le filon situé a l'est, le plus pres du Rio de las Balsas, est de quartz imprégné de chrysocolle, malachite et chalcosine; sur ce filon existe une tranchée éboulée mais laissant voir les multiples indices de cuivre et une autre tranchée suivant exactement le filon sur le versant d'une colline; cette derniére tranchée de 1 m de large et une dizaine de métres de longueur se termine par un front de 10 m environ de hauteur; un échantillonnage de ce front a donné une teneur de 22,52% de cuivre. Le filon voisin, á environ 25 m du précédent, dans un grés rouge á grain fin présente une venue quartzifére de 1 m de largeur, impré- gnée de chrysocolle; deux puits sont visibles, leur accés en est dange- reux; de l'un deux un indien osé en tirait encore il y a peu de mois des minerais qui, aprés triage á la main, contenaient de 50 á 70% de cuivre contenant, par conséquent, des sulfures; des minerais abandon- nés par le dit indien et ramassés par nous contiennent 12,70% de cui- vre. C'est sur ce méme filon qu'un éboulement visible cache, d'aprés les dires des gens du pays, la «boca-mina » c'est-á-dire l'entrée prin- cipale de la mine lors de son exploitation. Un troisieme filon situé á environ 100 m du précédent ne présente que des travaux de peu d'im- portance, quelques coups de pioche amorgant de petits puits et de pe- tites galeries; il n'ent parait pas moins intéressant car l'affleurement qui parfois a 3 m de largeur est formé d'une breche andésitique avec veinules de calcite, colorée par des oxydes de fer et montrant, au moin- dre coup de marteau, de la chalcosine. Le quatriéme filon d'environ 1m de puissance est de formation quartzeuse imprégnée de carbonate et surtout de sulfure de cuivre; un échantillonnage pris a J'endroit oú une petite tranchée a été ouverte a donné á lPanalyse 18,85% de cuivre (ainsi que 170 gr d'argentá la ton- ne et des traces d'or), un autre échantillonnage sur un petit puits a donné 8,31% de cuivre. Sur ce filon se trouvent les traces de travaux assez importants, éboulés; aux abords de ceux-ci on rencontre le «te- rrero » (ce qui était négligé dans l'exploitation) et quantités de pierres avec la couleur verte caractéristique des sels de cuivre formés par 1'ac- a AZ 19 tion des agents atmosphériques, pierres qui brisées montrent la chal- cosine qu'elles contiennent. Cet ensemble de Mayapito est incontestablement, en dehors des gi- sements exploités, le plus intéressant de ceux rencontrés au cours de nos pérégrinations; les travaux antérieurs ont été conduits sans aucu- ne idée directrice et sans les précautions que nécessitaient la présence de chaque cóté des filons de couches d'argile de contact que les mi- neurs mexicains dans leur langage appellent « jaboncillos » du mot «jabon »: savon; ces couches de contact exigent naturellement ¡'em- ploi de boisages dont l'absence a provoqué les éboulements que nous avons déja signalés. Une reprise de travaux ne pourrait se faire d'apres les anciennes fouilles; le plus simple, vu que ces filons sont paralléles et situés dans ces collines, serait évidemment de faire un travers-banc dont!l'emplace- ment serait déterminé par la prévision de son affectation future—au cas de rencontres intéressantes—á l'exploitation; toutes les probabili- tés indiquent que les filons seraient coupés, et des galeries en direc- tion poussées dans chacun' de ces filons permettraient de se rendre compte de leurs diverses importances. A Pouest de ce groupe, á environ 2 km, en X, se trouve la mine con- nue sous le nom de « El Puerto » (qui signifie: le col, dans le sens géo- graphique); cette mine trés ancienne avait été abandonnée pour cause de manque de ventilation, elle fut reprise, en 1882, par un Mexi- cain qui apres l'avoir travaillée pendant quatorze ans en perdit la pro- priété légale; les propriétaires nouveaux ne s'entendirent pas et depuis pres de cinq ans la mine est paralysée par suite de proces; un gardien aux ordres de la justice en défend lentrée. Cette mine comprend deux filons orientés ouest-est trés fortement inclinés dans le sol vers le nord. Un filon, dit «Santiago» se trouve dans une lave andésitique violette foncée avec veines de calcite; ce fi- lon formé de calcaire mélangé de quartz avec chalcosine et traces de malachite, est nettement séparé du mur, alors que sa démarcation avec le toit n'est pas tres nette; il présente un puits de 8 m de profondeur lá oú sa largeur est de 1,25 m et une galerie d'une vingtaine de meé- tres la oú sa largeur est de 2 m; sur ce filon se trouve unean cienne a A E A a FU AI e Le ¿ r AS 3 SA < 4,4 20 tranchée complétement éboulée. Le filon en exploitation lors de l'ar- rét des travaux est un peu au nord de celui-lá: deux entrées, á 10m de distance, donnent accés dans deux galeries inclinées dont le sol est taillé en escalier, et de 80 m environ de longeur; elles sont réunies a leurs extrémités par une galerie ouest-est qui s'étend de chaque có- té en plein dans le filon riche; sa puissance varie de 0,50 á 1 m; sa formation est analogue á celle du premier filon. L'usine de concentration adjointe á 1'exploitation comporte quelques petites hangars sous lesquels le minerai était cassé en petit morceaux a la main, les outils étant des cailloux, un triage s'ensuivait, puis une concentration dans un bac en bois; l'appareil mécanique consistait en une pelle mue par un homme; ces procédés primitifs, rencontrés d'ail- leurs en d'autres endroits, donnaient des concentrés titrant de 50 a 70% de cuivre. A Pouest, en XI, dans la colline dite de la Nieva, un puits fait sur un affleurement légérement ferreux montre la présence dans une lave andésitique d'un petit filon de calcaire et carbonate de cuivre de direc- tion nord-sud, incliné vers l'est de 26 degrés, incelinaison qui augmen- te etá 1 m de profondeur est de 40 degrés pendant que la puissance de 0,50 m á Vaffleurement décroit et n'est que de 0,10 má 6 m de profondeur; le puits montre de nombreuses petites veinules de mala- chite. Sur la méme colline nous avons observé un léger affleurement de direction nord-sud avec un peu de fer et des traces de sels de cui- vre et quelques veinules quartzeuses avec traces de carbonate de cuivre. En XII, dans la colline dite « de la Salud », sur le versant nord- ouest et dans la direction sud-ouest + O se trouve un affleurement d'un filon paraissant incliné vers le nord et visible sur une quaran- taine de métres; sa largeur variable atteint jusqu'a 4 m; Vaffleurement est composé de roches siliceuses avec des oxydes de fer et de trés lé- géres traces de cuivre. Les indications de ces deux derniers endroits ne paraissent pas, dans l'état actuel de la région, tres intéréssantes, nous ne les avons sigenalés qu'a titre documentaire au point de vue de la minéralisation génerale des environs de Churumuco. 21 En XIII, sur le versant est de la colline de «Las Tranquillas » se trouvent des indices de minéralisation fort distincts; la ni chapeaux de fer, ni affleurements, ni aucun indice de la présence de filons, mais, en plusieur endroits répartis sur un demi kilométre carré et prin- cipalement en une petite éminence, toutes les roches (lave andési- tique décomposée) sont imprégnées de chrysocolle; il n'y a pas la de pierres venues des parties hautes mais une imprégnation réelle de la masse et l'hypothése de la présence d'un gisement de cuivre peut, nous semble-t-1l, étre raisonablement émise. Le sel oxygéné de cuivre ne constitue certainement pas un gise- ment, il a été amené lá presque certalinement par des eaux parcourant plus bas des amas cuivreux et amenées a la surface par des crevasses. Ces amas sont-ils des filons situés dans des porphyres recouverts par landésite? sont-ils, au contraire, des gisements? Question intéressante siP'on considere que les fameuses mines du Boleo (qui, quoique éloi- gnées de pres de 1 500 km, ne sont pas moins situées dans la méme zone géologique que la région décrite) exploitent des couches cupri- feres interstratifiées entre des bancs de conglomérats et des tufs volca- niques andésitiques et que les manifestations de surface sont formées si nous sommes bien informés, de sels oxygénés de cuivre amenés au jour par des crevasses dans le tuf andésitique. Un seul puits ou mieux des sondages pourraient donner rapidement des indications sur la va- leur de cette hypothese. Nous notons qu'un échantillonnage moyen ra- massé sur une assez grande étendue a donné une teneur de 4,15% de cuivre. Cest a la formation filonienne que nous raméne l'examen du ver- sant est d'une éminence dite «Loma de Canipio » (en XIV). Dans un tuf andésitique décomposé, gris foncé, un affleurement, chapeau de fer, d'une puissance qui va jusqu'a 5 m est visible sur une centaine de metres; cet affleurement est du quartz coloré par des oxydes de fer, avec du fer oligiste micacé, quelques trés légéres traces de sels verts de cujivre et, par endroits, de la chalcosine. Un puits de quelques me- tres indique que les manifestations cuivreuses augmentent en profon- deur; un échantillonnage de la partie rejetée aprés triage par les indi- génes qui ont fait ce puits contient 4,79% de cuivre. Sur plusieurs 22 métres de chaque cóté du filon le tuf est imprégné de carbonates et oxydes de cuivre et présente quelques traces de chalcosine. Sur la colline de «La Cococha » (en XV) on rencontre de curieux indices de cuivre natif, mais qui ne permettent aucune hypothése quant a la présence de ce métal en grande quantité. D'un trachyte décom- posé émerge une veine d'aplite, granit a grain fin, qui, sur une longeur de 2a 3 m, présente de petites lames de cuivre natif oxydé á la sur- face (cuprite) inserrées dans la roche. Un petit puits creusé, il a longtemps, permet de constater que les indices de cuivre n'existent qu'a la surface. En XVI nous avons constaté la présence, dans la vallée d'un petit ruisseau, d'une formation de tuf volcanique imprégné de malachite, sur 1 m de largeur; á quelques métres, sur une petite hauteur, la mé- me formation était découverte; aucune autre trace n'a pu étre rencon- trée méme dans un autre petit thalweg qui, dans la direction nord-est du présumé filon, n'était qu'a une trentaine de metres du premier. En XVII, autre filon signalé par un puits fait il y a nombre d'années sur un petit affleurement légérement ferreux visible; c'est une roche noire, qui a tous les caractéres d'une chlorite, imprégnée de mala- chite. Cette observation a été faite sur le versant nord d'un contrefort sud—ouest de la colline de Cicuindio qui présente, paraít-il, de nom- breux indices de minéralisation cuprifére, aucuns travaux, soit d'ex- ploitation, soit d'exploration n'étaient en cours lors de notre passage. Dans les environs de El Platanar (en XVIII) on rencontre égale- ment de multiples traces de minéralisation avec indices de cuivre; il convient de citer un filon récemment mis a découvert sur le versant nord-est de la colline de Pastoria, c'est une venue de malachite et d'azurite dans du grés; la largeur est de 1,50 m de direction nord— ouest-sud—est, incliné de 13 degrés sur la verticale vers le nord-est; nous n'avons pu trouver d'autres affleurements de ce filon. A l'ouest de ce point intéressant se rencontrent plusieurs petits filons de méme direction, de quartz avec grés á grain fin presentant de la malachite, de la phillipsite, parfois des traces de galéne ou de quartz avec mouches de chalcopyrite, et une venue de carbonate de cuivre dans un calcaire marneux. A SEA. yy a Sad k y 23 En Tumbiriche (XIX) se trouve un filon particuliérement curieux d'une venue de chalcosine absolument pure, dans du quartz. Nous transportant maintenant vers l'ouest jusqu'au plateau Mesa de Reyes (XX) nous jetons un coup d'ceil sur les travaux qu'en aoút 1907 exécutait la Ario Copper C*. Dans une sorte de diorite avec quartz et chlorite s'observe cinq filons paraileles de direction approximative est- ouest recoupés par quatre autres filons faisant avec les premiers, un angle d'environ 20 degrés vers le nord-est; la minéralisation de ces filons est composée en majeure partie de pyrite de fer, mais de nom- breux indices de cuivre, parfois tres importants par leur teneur en chalcosine ou en chalcopyrite, font de cet endroit un champ d'inves- tigation oú l'espoir est permis; au moment de notre passage, la Com- pagnie américaine exploratrice, abandonnant les travaux primitifts faits dans les niveaux supérieurs, exécutait plusieurs travers—bancs destinés á rencontrer les filons signalés et dirigés vers les croisements des deux systémes de filons. Les minerais provenant des travaux su- périeurs étaient envoyés á Ojo de Agua ou existait une petite usine de concentration mécanique, aujourd*hui abandonnée. La colline dite de China (en XXI) est signalée par Santiago Ramí- rez, comme contenant une multitude d'affleurements abondants en chry- socolle et carbonates de cuivre. Cette colline formée d'andésites por- phyroides présente plusieurs filons paralléles minéralisés et contenant le cuivre sous diverses combinaisons. L'un de ces filons est actuelle- ment exploité par les antiques méthodes qui, des progres modernes, n'ont adopté que l'emploi des barres á mines en acier et la dynamite; une galerje principale unique au niveau supérieur de l'exploitation, de pres de 300 m de longueur, donne accés a un puits descendant duquel partent huit autres galeries superposées et suivant le filon; les minerais montés á dos d'hommes sur des échelles simp!ement consti- tuées par un trone d'arbre de 20 a 25 cm de diamétre, entaillé, sont cassés au jour au moyen de cailloux, triés á la main et concentrés de la maviére déja indiquée a propos de la mine El Puerto. La partie de ce filon ainsi exploité consiste en un calcaire teint en rouge par des oxydes de fer et contenant de la chalcopyrite, de la phillipsite, de la chalcosine et méme du cuivre natif. Le mineral concentré a une teneur 24 qui varie de 20 á 60% avec une moyenne de pres de 40% de cuivre. Cette petite exploitation, qui n'emploie guére qu'une vingtaine d'ou- vriers, donne de beaux bénéfices nets a ces propriétaires; par l'emploi de procédés modernes elle serait certainement susceptible de donner de fort beaux résultats, surtout que plusieurs filons analogues voisins ne sont pas exploités et ne portent que les traces d'antiques travaux su- perficiels faits il y a fort longtemps. Dans cette région, dite d'Oropeo, existent d'autres filons fort dia en sulfures de cuivre, principalement celui de la mine San Cristóbal dont on extrayait, en 1881, d'apres Santiago Ramírez, des minerais qui concentrés donnaient 50% de cuivre. V —Région d*Inguarán. Nous arrivons maintenant á la célebre région d'Inguarán, oú l'ex- ploitation des gisements de cuivre fut faite pendant.des siécles par les indigénes (probablement par les Tarasques, cités comme les plus in- telligents parmi les trois peuples d'origine différentes: Tarasques, Oto- mites et Chichiméques qui habitaient l'ancienne province de Valladolid aujurd'hui Michoacán) quí alimentaient les fonderies de Santa Clara, puis par les Espagnols, et qui sera un jour le siége d'une exploitation importante moderne, si l'on considére les travaux d'exploration et d'études considérables effectués par un puissant groupe financier fran- cals, le méme qui contróle la Compagnie du Boleo. La région en question a été le théátre d'intenses phénoménes cos- miques, mais dont la distribution dans la partie minéralisée n'a pas été affectée par l'apparition soudaine dans la nuit du 28 au 29 septem- bre 1759 du volcan de Jorullo, qui se trouve á quelques kilométres au nord et est aujourd'hui éteint. Les amas métaliferes, désignés dans le pays sous le nom de «gúedales » sont contenus principalement dans une venue de microgranulite qui, en formant un véritable filon de contact, a rempli une zone de fracture entre un granit dioritique, base de la formation premiére, et une andésite venue postérieurement. Sur la con- cession actuelle de la Compagnie d'Inguarán (fig. 4) comprenant pres de 6,000 ha, il y a bien, d'apres les gens du pays, cing cents mines, » 25 c'est-á-dire cinq cents endroits travaillés peu ou beaucoup par les anciens; certaines sont connues, mais d'autres non, car, dans le but de réserver l'avenir et, comme cela s'est fait en nombre d'endroits au Mexique, les Espagnols, en quittant le pays, en 1821, dissimulérent Fig. 4 LES GRANDES CONCESSIONS DE LA RÉGION D'INGUARAN Echele El 200.000 Y Conression de la Compagnie d'Inguaran; 6.000 á 6.000 Hectares JT Concession de lo Compagmie les Balsas, 3.300 Hectares XI Concession Porfirio Diaz, 1500 Hectares. leurs anciens travaux ainsi que, plus récemment, des Mexicains, lors- que la législation miniére vint mettre un frein á la liberté de 1'exploi- tation. La plus importante des vieilles mines est celle dite «El Barreno»; Rev. Soc, Alzate.—3 26 les anciens ont travaillé cette mine de bas en haut excavant lá od ils rencontraient du minerai riche, créant ainsi de vastes cavernes jusqu'á arriver á la partie supérieure de la colline; travail fait sans précaution, guidé par la seule présence du cuivre, sans réserves de piliers et dont la visite produit une étrange impression; non loin de cette mine en existe une autre disparue (La Botija, croyons-nous) et qui depuis deux siécles, sert de tombeau á une centaine d'Espagnols et de Mexicains surpris par un effondrement gigantesque; depuis cette époque les nom- breux chercheurs «gambusinos » se sont soigneusement tenus á l'écart de ce lieu qu'ils considérent comme maudit. Le minerai de El Barreno est une sorte de conglomérat formé de petites masses de porphyre feldspathique agglomérées par un ciment calcaire contenant de la chalcopyrite; quelques cristaux de calcite et de quartz sont contenus dans ce ciment; chose á noter, il n'y a pas du tout de pyrite de fer. Cest d'ailleurs lá la formation générale des gúedales d'Inguarán; néanmoins, en certains endroits isolés, le cuivre se rencontre sous forme de sulfures plus riches: bornite et chalco- sine. La mine Santa Teresa présente également la chalcopyrite dans Vagglomérant des porphyres; pour l'écoulement des eaux de cette mine, en aoút 1907, la Compagnie exécutait une galerie, dite de « San Bartolo,» dans une partie minéralisée analogue; nous y avons remar- qué quelques lamelles de gypse au contact de carbonate de cuivre et de beaux échantillons de chalcopyrite cristallisée pure. Dans la mine San Luis le ciment comprenant la chalcopyrite est un calcaire blanc, avec du kaolin et de cristaux de quartz. Dans la colline de San Luis ou, á la créte, une dépression connue sous le nom de «tajo del padre Anaya» indique les efforts faits par le curé Anaya, á l'époque coloniale, pour arriver au mineral en partant du point haut, se trouve: un gran nombre de vieilles mines, un tunnel de 400 m de longueur fait dans le stérile par les Espagnols, un tun- nel (dit n* 3) fait par la Compagnie actuelle; dans cette méme colline un sondage a, paraít-il, été fait par cette derniére Compagnie sur plus de 100 m de longueur sans quitter la partie minéralisée. La mine El Guindure présente de beaux morceaux de chalcopyrite 27 non cristallisée et de phillipsite et quelques parties ou l'agglomérant n'est formé que de quartz.et de chalcopyrite. Nombreuses sont les autres mines anciennes ayant donné lieu á des exploitations d'une certaine importance, nous n'avons signalé que celles que nous avons visitées. La Compagnie d'Inguarán a procédé a d'importants travaux d'ex- plorations dont nous dirons quelques mots basés sur nos observations personnelles et sur les rapports du Conseil d'administration aux Ássem- blées générales de la Compagnie, rapports que nous devons a Pobli- geance de cette Seciété. A Fig. 5 NIVEAU 100 DES TRAVAUX D'EXPLORATION DE LA COMPACNIE D'INGUARAN (Croquis fet de mémoire ) Ancterme Mine San Francisco” Ces travaux ont été dirigés principalement dans le massif situé au- dessous de la mine El Barreno; á 39 m au-dessous du point bas de cette vieille mine a été creusé une galerie (dite tunnel n* 1) (fig. 5) de 200 m de direction environ nord-est-sud—ouest, en roche presque stérile; une galerie transversale B, de 900 m de longueur et débouchant a l'air libre est également en stérile; la galerie A rencontre de suite une partie minéralisée; vers le nord-ouest ont été faites cinq petites transversales et quatre autres petites transversales á partir de la fase 28 sud de la galerie A et toutes ces petites transversales sont, sauf de ra- res endroits, complétement minéralisées et de formation absolument identique á celle de El Barreno; Plextrémité de la galerie A a été com- muniquée par une galerie courbe et á pente trés raide avec une an- cienne mine dite de «San Francisco;» deux communications ont éga- lement été créées entre le niveau de cette galerie et la mine El Barreno. Du niveau de ces divers travaux ont été creusés les puits dits n? 1 et n? 2; ces puits sont actuellement inaccessibles, les treuils qui constituaient leur seul moyen d'accés ayant été enlevés. Jls ont une profondeur de 100 m, sont reliés par des galeries situées á 25, 50 et 100 m au- dessous du niveau de leurs orifices; plusieurs galeries rayonnant de ces puits ont permis de localiser un amas d'environ 3 millions de ton- nes de minerai avec une teneur moyenne de 3% de cuivre. Au niveau du bas des puits il a été percé un tunnel principal (dit de San Manuel, á cause d'une ancienne mine de ce nom existant a peu de distance vers Pest) de direction presque ouest=est et aboutissant pres du puits n? 1; il est tres légerement minéralisé en quelques points, de 700 m environ de longueur; á partir de lPentrée sa section peut admettre deux voies, á l'autre extrémité la section est, paraít-il, réduite; des terres ont provoqué, en dehors de l'entrée une sorte de barrage, de plus de 1 m de hauteur, qui a retenu les eaux á l'intérieur du tun- nel et interdit l'accés de celui=ci. En un mot, la masse minéralisée reconnue est actuellement inaccessible, tant par en haut que par en bas. Ce tunnel principal ne constitue pas un travail d'exploration, mais seulement un moyen d'accés dans le centre du massif d'Inguarán, soit pour en sortir les minerais déja reconnus, soit pour y procéder á de nouvelles reconnaissances á niveau ou en profondeur, Ces explorations ont donc été faites sur une partie fort réduite de la concession qui, nous le répétons, comprend plus de 5000 ha; il est permis de croire que, vu le grand nombre d'anciens travaux, il existe d'autres amas minéralisés d'importance en dehors de celui reconnu. C'est Vailleurs ce qui semble résulter d'autres explorations moins im- portantes faites par la Compagnie aux endroits dénommés: Camacho (sur un filon ); Concepción (sur un amas); 29 Tachinola (sur un filon); Dorada (filon de 1,25 m dont la moitié est minéralisée avec une teneur de 8a 12%); Los Atitos (filon de 0,90 m avec teneur de 52 a 112% mais sur une longueur réduite); - Santa Rosa (filon de 0,90 m a 1,30 m avec teneur moyenne supé- rieure a 5% ); San José (amas dont 45 000 t de minerai ¿3% ont'été reconnus);, San Luis, San Juan, Pasacuareta. L'ensemble des travaux d'explorations, outre les deux puits signalés comprend pres de 6000 m de galeries dont pres de 5000 m dans le seul massif d'Inguarán; ces travaux d'avancement et exceptionnelle- ment d'abatage ont donné environ 1200 t de concentrés a 3% de cuivre. Les travaux, commencés en 1898, ont été suspendus fin mai 1905; a cette époque la Compagnie d'Inguarán avait dépensé, tant en achat de concessions, terrains, études, travaux, etc., prés de 6 millions et demi de frances. - Un terrain de 450 ha, dit Las Burras (pres El Organal) bordant le Rio de Tepalcatepec sur une longueur d'environ 4,5 km a été acheté par la Compagnie en vue de l'établissement de l'usine de concentration et de traitement des minerais. Une exploitation importante exige des moyens de communication dont Inguarán est completement dépourvu; le chemin de fer qui relie- rait ce point a la ligne la plus proche vers Pátzcuaro a 110 km pré- sente d'énorme difficultés, car Inguarán est á quelques centaines de métres au—-dessous d'une plaine qui est a environ 1 600 m au—dessous du plateau oú se trouve la ligne en question. Le chemin vers Paran- guitiro et Uruapan présente également des obstacles pratiquement in- surmontables. Les difficultés ont paru telles que la Compagnie préférerait rejoindre le Pacifique, en suivant la vallée du Rio de San Pedro, puis celle du Rio de Tepalcatepec, une partie de la vallée du Rio de las Balsas, pé- nétrer dans l'État de Guerrero et, passant par La Union, rejoindre le port naturel de Zihuatanejo (Planche). Ce chemin de fer aurait 194 km de 30 longueur; le prix prévu est,lá voie normale, de 85 000 f le kilométre, matériel roulant compris, soit environ 17 millions. Tout en se rendant compte de la valeur incontestable du gite, la Compagnie estime que cette valeur ne va pas jusqu'a ce que l'exploita- tion puise étre, en toute sécurité, chargée d'un capital tres élevé, comme ce serait le cas si, au capital qu'elle exige directement devaient s'ajou- ter les millions nécessaires á la construction du chemin de fer de Zi- huatanejo. La Compagnie jugeant que ces explorations et travaux préparatoires sont suffisants pour entrer rapidement en exploitation, lorsque ses transports seront assurés a donc décidé de simplement conserver ses propriétés et droits, de mantenir son matériel en bon état et tirer de ses propriétés de surface le meilleur parti possible, et d'attendre, pour la mise en exploitation, que soit construite par d'autres la ligne qui, suivant la vallée du Rio de las Balsas doit relier la capitale et le plateau central mexicain au Pacifique, oú le terminus naturel est le port de Zihuatanejo: cette ligne faite, la Compagnie n'aurait plus qu'un embranchement d'environ 50 km á construire pour son compte. La Compagnie pour mantenir un certain noyau d'ouvriers autour de ses gisements, passe des contrats avec des tácherons; ceux—ci tra- vaillent comme ils veulent mais exclusivement dans ¡es anciennes mines; la Compagnie leur fornit la dynamite, les détonateurs, les mé- ches et les outils; ils paient leurs hommes á la táche; ceux qui forent les trous de mine gagnent de 1 a 1,25 piastres par jour; ceux qui sor- tent le minerai au jour, ceux qui le brisent avec des pierres et le trient gagnent de 0,50 a 0,62 piastre et ceux qui concentrent á la main dans des tables dormantes en bois comme il a été indiqué á propos d'autres mines gagnent 1 piastre par jour. Ces minerais de chalcopyrite avec gangue porphyrique ce concen- trent admirablement et les procédés employés, tout primitifs qu'ils soient, n'en donnent pas moins des concentrés titrant de 304 31% de cuivre, chiffre remarquable puisque la teneur théorique en cuivre de la chalcopyrite (CuFeS”) est de 34,57%. La Compagnie paie aux táche- rons 10 piastres par «carga de 12 arrobas » soit par 138 kg de concen- trés á la entrée de la mine; elle recueille en moyenne 40 cargas par 31 semaine, ce qui représente le travail de 80 a 100 hommes. En 1906, la Compagnie a réalisé de ce fait un bénéfice de 110 000 f, Telles sont les quelques notes recueillies sur un endroit qui sera peut-étre un jour fameux parmi les centres producteurs de cuivre. La minéralisation des environs d'Inguarán ne se borne pas á la concession de la Compagnie dont nous venons de parler; ayant eu Poccasion de parcourir rapidement quelques kilométres á est de la dite concession, nous consignons les observations faites au cours de cette visite. Le filon de contact de granulite dans lequel se trouve les amas mi- néralisés de «El Barreno» est visible sur une dizaine de kilométres á Pest de cette ancienne mine; á environ 3 km un amas «La Esmeral- da» a été lPobjet d'une exploitation qui a méme justifié l'instalation au lieu dit «Las Trancas,» d'une petite usine de concentration méca- nique aujourd'hui arrétée. La venue métallifére est différente, car la chalcopyrite se trouve mélangée á de la pyrite de fer qui est dominan- te; la partie minéralisée large de 12m a été attaquée sur toute sa largeur et une grande trouée haute de plus de 6 m, profonde d'une vingtaine de métres, creusée a flanc de cóte, avec quelques petits puits et galeries secondaires est des plus pittoresques, la lumiére se joue sur les innombrables cristaux de pyrite de fer, de chalcopyrite, de quartz, de sidérose, et les trainées wertes de sels oxydés et carbonatés de cuivre produits par action des eaux et de l'atmosphére contribuent a donner a l'ensemble un aspect qui, avant de fixer l'attention—disons minéralogique—oblige les yeux á la muette admiration artistique etá Pévocation de ces cavernes mystérieuses des profondeurs du sol, ou Jules Verne a promené nos imaginations enfantines. L*affleurement filonien suit, mais ce n'est qu'á 4 etá 6 km de cet endroit que l'on trouve quelques indices fort légers de minéralisation; quelques traces de chalcopyrite la oú lPaffleurement quartzeux est ex- tremement dur, quelques cristaux de blende et de galene sont égale- ment visibles. En dehors de ce filon dont le seul nom «Gran Veta de Inguarán » évoque pour les mineurs et prospecteurs de la région des visions de richesses fabuleuses, l'existence d'un grand nombre d'autres filons 32 prouve la minéralisation complete de cette contrée. Nombreux sont également les travaux plus ou moins anciens, indices de petites ex- ploitations ou de recherches. Parmi eux, nous signalerons la mine dite «Corpus» ou «Las Cua- tas» oú deux galeries d'une trentaine de métres en prolongement et séparées par un petit thalweg, accusent un filon de 1,50 m á 2 m de large qui, dans une gangue quartzeuse contient de la pyrite de fer et de la chalcantite, sulfate de cuivre hydraté; au bout d'une de ces ga- leries existe un puits que nous avons trouvé inondé et qui au fond présente, paraít-il, du minerai riche. La mine « Aguacate» paraít étre sur le méme filon que la mine pré- cédente, un ensemble de trois galeries superposées communiquant par des puits, se termine par un puits également inondé et dans lequel se trouve, nous a—t-on dit, des sulfures gris de cuivre. Sur un autre filon, sont ouvertes les mines «La Cruz» et «El To- ro.» La mine «La Cruz» qui fut anciennement assez travaillée est actuellement inaccesible par suite d'éboulements et d'inondations; elle donnait de la chalcopyrite et des cuivres gris avec une teneur moyen- ne de 9% de cuivre. La mine «El Toro» également presque inacces- sible pour les mémes raisons donnait de 104 11% de cuivre; des minerais laissés á lextérieur présentent dans du quartz et de la chlo- rite, du fer oligiste micasé, de la chalcopyrite et de la malachite. L*opinion génerale des indigénes est que ces deux derniéres mines constituent le point le plus intéressant de la région oú nous sommes. Plus a Pest, il n'y a pas de traces d'anciens travaux; sur le filon «Cisne» de 2 m de large nous avons constaté au milieu de granit dio- ritique une venue quartzeuse colorée par des oxydes de fer avec quel- ques indices de chalcopyrite et de carbonate de cuivre. Le filon «Plateado» est une venue quartzeuse avec de la galéne, des traces de blende et pas de traces de cuivre. E «Mendez » est un filon de faible puissance, de formation quarzeuse, ferreux avec des indices de carbonate de cuivre et de chalcosine. La veine «Josefina» présente des mouches de chalcopyrite. Le filon «Guayabo» au point dit «Obra de la Aurora» est bien des- siné et dans de la diorite montre une venue quartzeuse avec de la —> 33 chalcopyrite et du carbonate de cuivre, c'est un endroit intéressant. Le filon «Fénix,» de formation analogue, contient surtout de la blen- de et des traces de chalcopyrite et de galéne. «El Olvido» est un filon quartzeux avec oxydes de fer et sans tra- ces de cuivre. Les filons «Cuerapa,» «El Salitre,» «La Estrella» ont, paraít-il des indices de cuivre. La région visitée, dans l'état actuel, présente un intérét moindre que la concession d'Inguarán; il convient néanmoins de signaler que toute cette contrée incontestablement minéralisée peut avoir une gran- de valeur que seules des explorations pourraient indiquer. 1l est pro- bable que lorsque les gisements d'Inguarán seront mis en exploitation, des chercheurs au moyen de travaux méthodiques viendront nous -.renseigner sur cette valeur exacte; jusque-la cette zone intéressante n'est valable que spéculativement. VI.—Santa Clara del Cobre. Nos pérégrinations sont terminées dans 1'État de Michoacán; sur notre chemin de retour, nous passons par «Santa Clara del Cobre,» qui mérite quelques instants d'arrét. Santa Clara a été longtemps la seule ville du Mexique traitant les minerais de cuivre pour en extraire le métal et manufacturer celui-ci. Les foires de Santa Clara étaient autrefois célébres, et l'on y venait de fort loin pour acheter des «ca- sos,» sortes de marmites faites de cuivre martelé et dont la durée et la résistance étonneraient singuliérement les produits laminés et em- boutis de la fabrication moderne. Le minerai venant des environs de Churumuco, Oropeo, Inguarán, concentrés a la main, étaient grillés, puis fondus dans des fours creu- sés dans la terre, le métal était affiné, puis travaillé exclusivement au marteau. Gette industrie a actuellement presque complétement dispa- ru; le chemin de fer arrivant A Pátzcuaro á environ 15 km au nord de Santa Clara, a mis cette ville en communication avec les fonderies de l'intérieur et actuellement- la Fonderie d'Aguascalientes absorbe tous les minerais de cuivre extraits en Michoacán. 34 A titre documentaire, nous signalons quelles sont les conditions d'achat des minerais de cuivre de Michoacán par la dite Fonderie (de la maison Guggenheim): elle paie 90% du cuivre suivant cotisation publiée par The Engineering and Mining Journal, de New-York, moins 4,41 cents or par kilogramme de cuivre; elle paie tout lor; elle paie 902% de Vargent; elle bonifie pour le fer, la silice, le soufre et charge pour l'arsenic, plomb, etc. Elle charge pour fret et accessoires de Pátzcuaro a la Fonderie, par tonne 12 piastres pour les minerais contenant jusqu'a 10% de cuivre (le tarif de chemin de fer indique comme fret 6 piastres de Pátzcuaro á Aguascalientes, pour les mine- rais de culvre par wagon complet); si la teneur en cuivre augmente, le prix chargé par la Fonderie diminue et, pour une teneur de 40 a 45% elle ne charge rien; pour une teneur de 45 a 50%, la Fonderie alloue une bonification de 1 piastre par tonne et, pour une teneur su- périeure á 50%, la bonification est de 2 piastres par tonne de mi- neral. . VIL—Coup d*eil d*ensemble. 1 Embrassant maintenant d'un coup d'ceil l'ensemble de nos investi- gations, nous signalerons le fait prédominant que presque toutes les manifestations cupriféres constatées sont liées á des venues andésiti- ques; c'est une particularité digne de remarque, car la géogénie con- nue des gisemens de cuivre place ceux—ci, d'une maniére générale, au contact de roches basiques lourdes magnésiennes et ferrugineuses: dio- rites, diabases, etc.; le caractére dioritique n'a été remarqué que dans les gisements d'Inguarán, de Mayapito et de la Ario Copper Company; notons en passant que les deux premiers paraissent les plus riches en cuivre et que, d'ailleurs, l'andésite existe á Inguarán et que Mayapito présente des breches andésitiques. On peut done dire que le «carac- tére andésitique» des roches accompagnant les minerais de cuivre est bien la caractéristique dominante de la région parcourue. Sauf au Boleo, oú la présence de tuf volcanique andésitique a déja été signalée, les grands gisements cuivreux connus en Amérique ne sont nullement liés á ce caractére. 35 Aux Etats Unis, la région du Lac Supérieur contient le cuivre dans des couches alternatives de diabases, ¿de grés et de conglomérants. Dans la région des États du Sud, les filons cupriféres sont dans des schistes gneissiques ou métamorphiques, ou cristallins talqueux et micacés. Dans 1'État de Montana, les filons sont encaissés dans un granit dio- ritique. Dans le Colorado, le cuivre existe das une formation géologique oú les granits, les diorites et quartzites dominent. Dans l'Idaho, les filons coupent des schistes métamorphiques repo- sant sur des quartzites reposant eux-mémes sur des granits. Dans lArizona, c'est dans le calcaire carbonifére que sont encaissés les filons cupriféres qui, parfois, se trouvent également au contact de roches éruptives: granit, porphyre. En Californie, les minerais de cuivre sont situés dans des roches feldspathiques. Au Chili, les principaux gisements de cuivre sont situés dans des diorites ou dans des terrains secondaires stratifiés en relation avec des porphyres á augites. li est done permis de croire qu'un nouveau chapitre pourra s'ajouter a la géogénie du cuivre, lorsque des exploitations s'installeront au sud de "État de Michoacán. Notre voyage, comme touts ceux du méme genre, ne peut avoir la prétention de pouvoir signaler tout te qui existe d'intéressant dans la région visitée, au point de vue oú nous nous sommes placés; les re- cherches dépendent, en effet, de pas mal de facteurs qui ne peuvent con- courir constamment tous á la réussite du but poursuivi. Plusieurs de nos déplacements ont obéi á la recherche de gisements rendus facili- ment fabuleux par la non moins facile imagination d'indigenes qui, comme preuves de leurs découvertes, nous montraient de magnifiques échantillons de ce qu'en leur langage imagé ¡ls appelaient «metal ver- de ó6 azul» (mineral vert ou bleu), ou «metal aplomoso» (mineral au reflet métallique de plomb: sulfures gris de cuivre), ou «metal dora- do» (minerai doré: chalcopyrite). Les filons signalés ne contenaient, hélas! que de la serpentine verte, de l'épidote, ou du fer oligiste ou 36 de la pyrite de fer; les £chantillons, eux, provenaient de bonnes mi- nes oú les indicateurs, ouvriers mineurs en général, travaillaient de temps en temps. Ils étaient de bonne foi en croyant á l'existence du cuivre dans les endroits qu'ils avaient découverts, car leurs connais- sances minéralogiques étaient moins que succinctes; mais leur psy- chologie pour simple qu'elle fút, n'en était que plus pratique, puisqu'elle se traduisait par la présentation d'échantillons d'apparence générale identique á la formation de leurs prétendues découvertes. Malgré tout, nous croyons qu'au point de vue pratique nous pouvons conclure par l'affirmation de la présence du cuivre dans la partie sud de l'État de Michoacán. V1II.—Voies de commanication. Aucune exploitation formelle n'y existe; la raison exclusive en est dans le manque de voies de communication; examinons á ce point de vue l'avenir de l'État de Michoacán. La loi du 29 avril 1899 sur les chemins de fer désigne, en seconde ligne comme voie d'intérét général la plus utile au Mexique, la ligne de Mexico á un port de l'Etat de Guerrero; cette ligne n'est encore que dessinée par un trongon prolongeant la ligne de Mexicoá Cuernavaca et qui, passant par Iguala, est actuellement arrétée au Rio de las Balsas au lieu dit Las Balsas (Planche). Deux chemins s'offrent pour le pro- longement de cette ligne: l'un par Chilpancingo, capitale de 1'État de Guerrero, pour aboutir a Acapulco, c'est celui qui s'impose d'aprés Pexamen d'une carte, mais il présenterait d'énormes dificultés, car 11 devrait traverser toute la Sierra Madre; Pautre consiste á suivre la voie naturelle formée par la vallée du Rio de las Balsas et á venir déboucher a Zihuatanejo; c'est certainement cette ligne qui se fe- ra la premiére Vautant plus qu'une autre ligne projetée emprunte une grande partie de ce parcours; cette autre ligne est celle qui relierait Toluca a Pungarabato, et suivrait ensuite la vallée de las Balsas pour arriver á Zihuatanejo. Il est probable qu'un avenir pro- chain verra l'exécution de l'une de ces lignes si intéressantes pour la partie sud de l'État de Michoacán. Nous avons déjá signalé que l'une 37 de ces lignes entraínerait la construction de l'embranchement d'In- guarán. Ces lignes projetées, dont la construction serait la revélation des ri- cheses des contrées parcourues, pourraient étre mues électriquement, car les chutes d'eau abondent sur leurs parcours. En dehors de ces lignes d'intérét primordial pour notre sujet, si- gnalons que l'Etat de Michoacán a accordé des concessions pour un chemin de fer de Irapuato á Morelia, Tacámbaro et Ario et un autre de Tinguindin á Zitácuaro en passant par Uruapan, Ario et Tacám- baro. Nous ne pouvons enfin oublier de penser au Rio de las Balsas; ac- tuellement, pendant la saison des pluies, de juillet á octobre, des pé- niches chargeant 4 t font le service entre Zirándaro et «Las Balsas » (la station termivus du Central). La navigabilité de ce fleuve a été étudiée en 1873, pour le compte du Gouvernement mexicain, par 1'In- génieur americain R. B. Gorsuch; celui-ci observa, entre l'embouchu- re et Coyuca, une chute et 191 rapides distincts et parfaitement mar- qués, el de Coyuca á la limite de 'État de Michoacán, 35 autres rapi- des. Le rapport concluait qu'en vertu de ces rapides et de la pente tres forte (de Coyuca á l'embouchure la pente moyenne est de 0,70 m par kilométre) le Rio de las Balsas n'était nullement navigable, ce que Pon croyait communément avant cette époque et que la navigabilité ne pouvait étre obtenue artificiellement. Quoique ce qui paraissait im- possible il y a une trentaine d'années pourrait rentrer aujourd'hui, grá- ce aux progrés de l'art de l'Ingénieur, dans le domaine de la possibilité nous croyons préférable de ne pas faire état d'une navigabilité possible et nous laisserons le fleuve suivre son cours majestueux sans le silloner de remorqueurs et de péniches. Pourtant, nous pourrons en pensée l'utiliser, comme tous les cours d'eau de la région, a la production de force électrique (le Rio de las Bal- sas en temps sec a un débit qui ne baisse jamais dans la région visi- tée, a 100 m* par seconde, soit, par métre de chute, une puissance théo- rique de plus de 1 300 ch). Cette électricité sera apliquée, comme il a été dejá dit á la traction des chemins de fer; son usage a l'exploita- tion mécanique des mines est tout indiqué et enfin elle pourra donner 38 lieu á de grandes applications d'électrométallurgie cuprifere. Cette électrométallurgie est depuis cing ans industriellement réalisée (voir la comunication de M. Ch. Vattier du 19 juin 1903)' et la région oú nous avons promené le lecteur présente toutes les conditions nécessai- res pour la réalisation d'une industrie de ce genre. IX .—Situation Economique générale du Mexique. Nous terminerons cet exposé par quelques mots sur la situation éco- nomique générale du Mexique; cette situation, dont nous avons parlé par ailleurs plus en détail (Votes Economiques sur le Mexique, publiées dans les Bulletins technologiques de la Société des Ancien Éleves des Éco- les Nationales d' Arts et Métiers, janvier et février 1907), se résume simplement par: progrés sur toutes les branches de ¡'activité contri- buant au développement de la puissance d'un peuple. Le Mexique, pays essentiellement minier qui produit environ 2 mil- lions de kilogrammes d'argent annuellement, a vu la valeur de ses exportations miniéres passer de 63 milltons de piastres en 1894-1895 a 160 millions en 1906-1907 (nous oublions volontairement le maxi- mum 193 millions en 1905-1906, parce qu'il était dú á la grande ex- portation d'argent monnayé mexicain, conséquence de la hausse du métal argent aprés la réforme monétaire). La legislation miniére est des plus simples: le sous-sol est indépen- dant de la propriété de la superficie; quiconque, Mexicain ou étranger, moyennant le droit de 5 piastres par hectare, peut obtenir -- aprés sim- ple déclaration, publication de quatre mois destinée á la production n'ayant droits antérieurs, et exécution d'un plan par un ingénieur- géometre—des titres miniers garantissant sa propriété; aucune limite n'est fixée aux propriétés que l'on peut acquérir de cette facon, au- cune enquéte relative á la présence ou non de gítes métalliféres n'est faite, aucune obligation d'exploitation n'est imposée; le titre minier n'est valable que pour un an, '"nais sa propriété se prolonge, au gré du détenteur, par le simple versement d'un droit annuel de 6 pias- 1 Mém.Soc, Ing. Civ. de Franee. 39 tres par hectare pour les fonds miniers d'une superficie n'excédant pas 25 ha et, pour ceux dépassant 25 ha d'un seul tenant, d'un droit de 6 piastres par hectare pour les 25 premiers et de 3 piastres par hec- tare pour le surplus. C'est gráce á la libéralité et á la simplicité de cette loi que nombre de chercheurs parcourent le Mexique et que celui-ci voit chaque jour se développer les travaux destinés á arracher les richesses de sont sol aujourd'hui á peine égratigné. Ce sous-sol minéralisé ne constitue pas la seule réserve de ce beau pays; l'Agriculture y posséde un avenir magnifique qui se développe- ra surtout lorsque l'on sera arrivé á utiliser l'irrigation d'une fagon rationnelle; ce moment n'est pas encore arrivé, mais les exportations tant en produits animaux que végétaux n'en représentent pas moins, maintenant une valeur de 83 millions de piastres, alors qu'elles n'é- taient que de 35 millions il y a dix ans. Le mouvement commercial (importations et exportations) représen- té, il y a dix ans, par 200 millions de piastres, a été en 1906-1907 de 481 millions. Les chemins de fer, les travaux publics, les industries ont fait de prodigieux bonds en avant au Mexique, oú ils étaient presque totale- ment inconnus il y a trente ans; leur apparition a coincidé avec le com- mencement de l'ére de prospérité qui a fait du Mexique turbulent de jadis le Mexique d'aujourd'hui. Ce Mexique d'aujourd'hui est d'une vitalité remarquable; il le prou- ve par la maniére dont il a traversé la crise financiére qui vient de se- couer le monde entier, crise qui, quoique atténuée, n'est pas encore complétement terminée. Voisin du grand peuple qui, fidéle a son systeme de faire toujours plus grand, vient de provoquer la plus grande crise financiére qu'il ait jamais connue, on aurait pu croire que le Mexique allait subir un contre-coup terrible. Il n'ent fut rien; certes la contraction monétaire résultant du mauvais état des marchés étrangers, P'a géné, Pa obligé, par exemple, á reculer la consolidation générale des Chemins de fer, mais ne 1'a pas paralysé; si les Banques obligées de resserrer leurs crédits pour mieux garder leurs réserves métalliques ont dú restrein- 40 dre un peu leur champ d'opérations, le Trésor public, dans l'exercice finissant le 30 juin 1907, accusait un excédent des recettes norma- les sur les déspenses normales de 34,33% des déspenses (recettes: $114 286 122,05, dépenses: $85 076 640,51), et, malgré un gros chif- fre de dépenses extraordinaires afíectées exclusivement á des travaux publics, le bénéfice net du Trésor a été supérieur a 13 millions de pias- tres. Or cet exercice avait débuté comme mesures fiscales nouvelles par: 19 Une diminution d'impóts (réduction de 25 4 20% de la contribu- tion fédérale); 22 Une augmentation d'appointements, salaires et soldes (de 10.4 20%) pour certaines classes de fonctionaires. Commenter de telles mesures amenant un tel résultat serait en d'é- truire leffet; eux seuls suffisent a témoigner de l'état économique re- marquable du Mexique malgré la géne du présent. Nous finirons done sur ces mots sans, comme des moralistes sévéres, souligner qu'il y a peut-etre lá un exemple pour bien. des vieux pays. INDICE DE LA REVISTA LSO TSOS (TOMO XXV) TABLE DES MATIERES DE LA REVUE Páginas Bicor R.—Prospection pour cuivre dans le Sud de 1*Etat de Michoacán (ines me tlplanchel ade as alta A 9-40 El X Congreso Geológico Internacional. Mécico! LIO e A 1-4 Mise au coneours pour la construction d'un sismoMdtre................. BIBLIOGRAFIA, — BIBLIOGRAPHIE. Boletín del Instituto Geológico de MÉXiCO.........oooooooccooror.... Le 6 MeERrLoT.—Principes de la construction des machines-outils............ Parergones del Instituto Geológico de MÉXICO... ...o0oooooromomerro.- Rev. Soc. Alzate, —3* 15 ' dl á U a ' 1 dl y ] ÓN VA 4 = ' y Y - y eS o 1 > Ú Q Academia Nacional de Ciencias 23 Antonio Alzate, Mexico A6 Memorias t.25 ¿"hysical Xx Applied Sol, Serialg - PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET E UNIVERSITY OF TORONTO LIBRARY PEPINO MIERDA A