NS > PAS a sl pm” A ea G e 20% e Ea Y AS de 27 Sl ms de Sa E: : y AR A REAGAN: So EN? LS af ] NA TY PRESOS A EA iS. o 28% te: OS y vd eds Í E >" e gal da Se pe Sn $ de EOS ES ES a de e pde a S CN ca e ) ae A Ne AS . «Y >; LR eo (0% la 2 a) JAS AT A ER a te A HELA a . É a E 4 EAT 3 >. a JE le ar 7 LS . ES IA CÍA 1 Su. , ll O le Poli AA MT A A ly ld DA | A O ONO y ANA > Er 247 o MEMORIAS voeredad Gientilica “Antonio Alzalo, MEMOIRES DE LA SOCIETE SOIENTIAOUÍ “Antonio Alzate” Publiés sous la direction de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN Secrétaire perpétuel. TOME VIII . 1894-95. MEXICO IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉ£DÉRALE. 1894 MEMORIAS DE LA 4 SOCIEDAD GUIADA pS e, SN —.: md Y a “Antonio Alzate” Publicadas bajo la direcolón de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN Secretario perpetuo. TOMO VIILL 1894-95, MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL EN EL EX -— ARZOBISPADO (Ayenida Oriente 2, núm. 726). 1894 SOCIEDAD CIENTÍFICA “ANTONIO ALZATE.” Presidente Honorario perpetuo. Profesor D. Alfonso Herrera. Vicepresidente Honorario perpetuo. Lic. D. Ramón Manterola. Secretario general perpetuo. D. Rafael Aguilar y Santillán. Junta Directiva para 1894. PRESIDENTE, Ingeniero D. Guillermo B. y Puga. VICEPRESIDENTE, D. Isidoro Epstein. SECRETARIO, D. Jesús Galindo y Villa. TESORERO, Profesor D. Alfonso L. Herrera. El local de la Sociedad se halla en la CALLE DE LA CERBA- TANA NÚM. 1, en donde tiene su Biblioteca. Las MEMORIAS y REVISTA de la Sociedad se publican cada dos meses, por cuadernos de 80 páginas. La correspondencia, memorias y publicaciones para la So- ciedad deben dirigirse á la Secretaría: MÉXICO, CALLE DE LA PALMA NÚM. 13. Local de la Société: CALLE DE LA CERBATANA NÚM. 1. Les MÉMOIRES et la REVUE de la Société paraissent par ca- hiers in 8 de 80 pags. tous les deux mois. La correspondance, mémoires et publications, destinés á la Société, doivent étre adressés au Secrétariat, á : Mexico, PALMA 13. Les autenrs sont seuls responsables de leurs écrits, BIBLIOGRAFÍA METEOROLÓGICA MEXICANA CORRESPONDIENTE AL AÑO DE 1803 FORMADA POR RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN Socio fundador y de número, Miembro del Observatorio Meteorológico Central. Aguilar y Santillán Rafael. 1 Bibliografía Meteorológica Mexicana. Año 1892.—Mem. poe “ALZATE.” VII, 4-15. y Bárcena Mariano. 2 El clima de la ciudad de México. Breve reseña. México (Ofi- cina tipográfica de la Secretaría de Fomento), 1893, 8? 22 págs.— Boletín de Agricultura, Minería é Industria publi- cado por la Secretaría de Fomento, etc. Páginas 317 á 338 (Año III, núm. 13, Julio-1893). a! 6 Memorias de la Sociedad Científica Barroeta. Véase Martínez. Baturoni Gerónimo. 3 Observaciones Meteorológicas practicadas en el Observatorio del Instituto Literario y Mercantil de Veracruz. — Anua- rio del Observatorio de Tacubaya, Año XIV, 1894, páginas 371 á 404, Comprenden de Diciembre de 1891 á Noviembre de 1892, Cappelletti Enrique M., $. J. 4 Resumen de las Observaciones Meteorológicas practicadas en el Colegio de San Juan Nepomuceno en 1892. Saltillo, Im- prenta del Colegio de San Juan. 12* 26 págs. y 2 cuadros. Felix J. € Lenk H. 5 Beitráge zur Geologie und Paliiontologie der Republik Me: xiko. Contiene un extenso catálogo de alturas. Gobierno del Estado de Jalisco.—Secretaría de Gobierno. Sección 4” 6 Cuadro que manifiesta la mortalidad habida en el Municipio de Guadalajara, comparada con los datos del Observatorio Meteorológico del Estado. 1892, Noviembre y Diciembre. 1893, Enero á Noviembre. Leal Mariano. 7 La tempestad del 2 de Junio de 1893.— “La Prensa.” Pe- riódico de Ciencias y Literatura. León, Tomo III, número 10 (Junio 15 de 1893). 8 La Rueda Salomónica y la previsión del tiempo.— MEm, Soc. «A LzATE? VI, págs. 243-250, con una lámina. 9 Proyecto para el establecimiento de una red meteorológica en el Estado de Guanajuato. —Boletín de Agricultura, Mi- '! Antonio Alzate. 1 7 COOOIOLIIOOLO III III LLL ISI IIA nería é Industria publicado por el Ministerio de Fomento. Págs..158 á 163. Año III, núm. 2, Agosto 1893. Leal Mariano y Arellano Emilio. 10 Resumen general de las observaciones meteorológicas prac- ticadas en la Escuela de Instrucción Secundaria del Es- tado en León, Estado de Guanajuato (México), durante todo el año de 1892. 1 cuadro. Vicente Gómez, impresor. Martínez Calleja Dr. Francisco. 11 Notas sobre Climatología é Higiene del Estado de Tamau- lipas, presentadas al Primer Congreso Médico Mexicano. Victoria (Imprenta del Gobierno del Estado), 1893. 120, 25 páginas. Martínez Emilio A. 2 12 Observaciones meteorológicas. Resumen general de las practicadas en el Instituto de San Luis Potosí durante el año de 1890, por.... bajo la dirección del Dr. Gregorio Barroeta.— REV. Soc, “ALZATE” 1892-93, pág. 94. Moreno y Anda Manuel. 13 Observaciones meteorológicas. Resumen general de las practicadas en el Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya.— REV. Soc. “ALZATE.” 1893-94. Año de 1891, pág. 32. Año de 1892, pág. 46. 14 Observaciones meteorológicas hechas en el Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya durante el año de 1891 á 1892,— Anuario del Observatorio, ete. Año XIV, 1894, págs. 309 á 336. 15 Temperaturas del suelo observadas en el Observatorio As. tronómico Nacional de Tacubaya durante el año de 1892. —Men. Soc. “ALzaTeE” VI, 171 4 175, con una lámina» — Boletín de dicho Observatorio, 1. 8 Memorias de la Sociedad Científica Mottl Carlos. 16 Observaciones séismicas. Orizaba. 1892, Mayo, Junio, Ju- lio y Agosto.— REV. Soc. “ ALZATE.” 1892-93, págs. 95, 96, 119 y 120. 1893-94, págs. 30, 31, 47 y 48. Observaciones Meteorológicas. En Guadalajara véase núm. 6. y León As SP Y LO ¡y México E a 21d y 18 sy Oaxaca pe 520; sy Puebla 5 yl 22% ,, Saltillo % AE E 1 S. Luis Potosí ,, EA O » Tacubaya z y Ly do 1”) Veracruz 7 ds as » ,, Zacatecas O Rs e Observatorio Meteorológico Central. 17 Observaciones meteorológicas. Resumen general de las practicadas en el.... durante el año de 1892.— Rev. Soc. “ALZATE.” 1892- 93, pág. 18. 18 Resumen del año de 1892. México, Oficina tipográión de la Secretaría de Fomento. 1893, 8%, 19 págs. Observatorio Meteorológico del Colegio Seminario de - San Luis Potosí. 19 Resumen de las observaciones efectuadas durante el año de 1892. San Luis Potosí, imprenta de Dávalos. 1893, 122, 6 páginas y un cuadro. Observatorio Meteorológico del Instituto de Ciencias del Estado de Vaxaca. 20 Resumen general de las observaciones practicadas durante el año de 1892. Un cuadro. u Antonio Alzate. . 9 PILILLILIL PLALLLIISIIIIIÍ Observatorio Meteorológico del Instituto de Ciencias, Zacatecas. 21 Registro de observaciones. Diciembre de 1892, 1893, Ene- ro á Septiembre. Observatorio del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús. Puebla. 22 Observaciones meteorológicas. Año de 1893. Imprenta del Colegio Pío de Artes y Oficios. 1893, 12 páginas folio y un cuadro. Vallot J. £ Jaubert J. 23 La densité de la neige et de la glace.— REV. SOC. “ALZA- TE.” 1893-94, pág. 29. Memorias [1894-95], T. VII, 2 10 Memorias de la Sociedad Científica III ILILIIIIA SILLAS III III III, AAMLIIAIS PILI ABREVIATURAS EMPLEADAS, Mem. Soc. “ALZATE.” Memorias de la Sociedad Científica “Antonio Alzate.” Rev. Soc. “ALzaTE.” Revista de la Sociedad Científica “An- tonio Alzate.” HSTUO DIG DE LOS ALCALOIDES VEGETALES POR EL DOOTOR | EDUARDO ARMENDARIS Socio de número, Miembro del Instituto Médico Nacional. A A Aa -AA Los alcaloides vegetales son compuestos orgánicos de natu- raleza azoada, que ejercen en su mayor parte una influencia enérgica en el organismo humano, y poseen la propiedad de unirse integralmente á los ácidos, de una manera semejante al amoníaco ó la piridina, para formar sales más Ó menos bien definidas y cristalizables.. (Gr. Guérin, 241). Los alcaloides naturales son líquidos y ordinariamente vO- látiles ó sólidos y generalmente fijos. Á los alcaloides líquidos pertenecen la cicutina, la nicotina, la peletierina, la pilocarpina y la esparteina. La sarracenina, amida volátil del sarracenia pur- púrea y la lobelina, presentan las reacciones generales de los al- caloides. 12 Memorias de la Sociedad Científica PIDAL MILI IA (OPLLIIIIAA ms Los alcaloides líquidos, lo mismo que los artificiales, no con- tienen generalmente oxígeno á excepción de la peletierina que es oxigenada. Así es que sus elementos son el carbono, el hidró- geno y el ázoe. Los alcaloides sólidos son fijos, á excepción de la cinconina, volátil á una temperatura poco elevada, y la pseu- do-peletierina, volátil á la temperatura ordinaria. Los elemen tos de que se componen estos cuerpos son: carbono, hidrógeno, ázoe y Oxígeno. Los alcaloides encierran ázoe amoniacal, al cual deben ellos su carácter básico. La mayor parte son aminas terciarias, á semejanza de la piridina y la quinoleina, y se combinan por adición al yoduro de etilo. La cafeina y la teobromina perte- necen á la serie úrica. La conina, la nicotina, y la piperina se relacionan con la piridina; la mayor parte de otros alcaloides se derivan de la quinoleina y dan derivados quinólicos cuando se les destila con bases. Para algunos de ellos es poco clara su constitución. Pero de todos modos, la resolución moderna de la química orgánica tiende á hacer desaparecer el grupo de alca- loides, supuesto que un cierto número de estas substancias se relacionan á compuestos cíclicos y que se les puede desde luego dividir en tres categorías: 1* alcaloides que se relacionan á la serie grasa; 2* á la serie pirídica; 3* á la serie úrica. Es bien sabido que por lo general los alcaloides se encuen- tran en los vegetales 'én pequeña proporción, exceptuando la raíz de ipecacuana y la corteza de la boconia, que contienen canti- dades relativamente grandes, y que además son acompañadas de grandes cantidades de materias orgánicas que modifican y ocultan sus reacciones. De la misma manera debemos tener presente que la luz, el calor y muy especialmente la fermen- tación tienen gran influencia sobre estos cuerpos. Por último, el descubrimiento de las ptomainas y leuco- mainas, que se producen en la putrefacción de cadáveres, ó. resultan de fermentaciones bacteriales normales ó anormales, ha venido á complicar más la imvestigación de los alcaloides y á: '" Antonio Alzate. 1: : 13 SII 0” LIDIA obligar al analizador á no pronunciar la presencia de un al- caloide en la planta que analiza, hasta estar seguro de que no se trata de alguno de estos nuevos productos. Sentados estos precedentes voy á tratar de dar un método práctico para la investigación de la presencia de un alcaloide en una planta cualquiera. Pero hay otros cuerpos Ó principios inmediatos que sin ser alcaloides presentan tanta importancia como éstos y que no se deben pasar desapercibidos; me refiero á principios inmediatos no azoados que se pueden encontrar en las substancias orgánicas. Este método se funda: 1* en la solubilidad en el agua y en el alcohol de sales ácidas formadas por los alcaloides con el ácido sulfúrico ó clorhídrico; 22 en la descomposición de estas sales ácidas en solución, por los álcalis cáusticos, por el bicaribonato de sosa Ó de potasa y el abandono en libertad de los alcaloides en el seno del licor; 32 sobre la propiedad que poseen ciertos lí- quidos empleados en suficiente cantidad de apoderarse de los alcaloides puestos así en libertad. Como se ve el fundamento de este método no encierra no- vedad, pues es el mismo que Stas y Dragendorff usan en sus investigaciones de toxicología; únicamente sufrirá las modifica- ciones necesarias para la aplicación que en este caso le voy á dar y tendrá de nuevo alguna reacción de alcaloides que no se conocían. Aplicaciones del método.—Se pulveriza muy bien la substancia que va á analizarse y se introduce en un globo de vidrio. Se mezcla alcohol 4 950 acidulado con ácido sulfúrico diluído y se pone en baño de María á una temperatura de 400 Se esprime y se vuelve á poner más alcohol y así sucesivamente hasta agotar la substancia. Se reunen y se filtran estos extractos. La sola- nina, la tebaina, la colchicina y la digitalina pueden descom- ponerse por el alcohol acidulado y así es que después de esta operación se hará otra en frío para buscar estos alcaloides, y 14 Memorias de la Sociedad Científica ALICIA we Pe principios volátiles así como ciertas substancias que podrían ser descompuestas por el alcohol acidulado de ácido sulfúrico. Reunidos los líquidos de extracción con el alcohol á 959 y á la temperatura de 400 que ya dijimos, se separan por el enfria- miento ciertas substancias, principalmente grasas, por cuyo motivo es necesario volver á filtrar los licores. Este líquido ya filtrado se introduce en una retorta de vidrio y se destila hasta una concentración conveniente, teniendo cuidado de no elevar mucho la temperatura. El residuo acuoso de la retorta se vierte en un frasco á propósito, es decir una especie de probeta con tapón esmerilado, se le agrega éter de petróleo y se deja digerir en un lugar caliente por algunas horas. Se separa el éter de petróleo y se vuelve á poner más, hasta qne se nota que este di- solvente no arrastra consigo ninguna substancia. Agotado por el éter de petróleo, se juntan estos tratamientos, y se evaporan en una cápsula de cristal, Esta evaporación deja un residuo que puede ser: A.— Sólido cristalizado, incoloro, muy oloroso, volátil...........-.. Alcanfor y cuerpos análogos. La solución sulfúrica es amari- lla, después parda, luego parda EN FA deta Piperina, 3 Se le trata por ácido | La solución sulfúrica es ariel Amarillo. . sulfúricg-concen-+ persistente. Se le satura por la trado... === 222282 potasa, se añade cianuro de po- tasio y se calienta: se produce l una coloración roja.. Acido pícrico. Se produce una coloración viole- Es incolora y (Se trata su solución : mb rr 2 ta obscuro. --.--- Acido salicílico. aces acuosa por perclo-2 Se forma un precipitado amari- ' te volátil. . ruro de fierr0.... Esa Acido bonds B.— Sólido amorfo. . - (Se produce una coloración amarilla, des- Se trata por ácido gulfári- pués violeta y luego parda.. eli Se acOl . o produce una coloración violeta que vi- 3 ra al verde azulado. Principios del eléboro. Antonio Alzate. 15 LILLO ID IILIIIILIIIIILILIL PALILLOS C.— Blando ó líquido. (Produce una acción rubefaciente sobre la epi- AE SN dermis. La solución acuosa tratada por el per. cloruro de fierro diluído no se colora... Capsicina, Se colora en azul ..... OS e OO Fenol. Es oleaginoso, ama- $ Su acción rubefaciente puede ir hasta la vexi- rillo é inodoro... 1 cación. ...... ae IE A Cardol, Pueden obtenerse en gran número de cuerpos grasos, aceites esenciales, clorofilas, resinas y algunas veces alcaloides que se disuelven lo mismo que las resinas á favor de los cuerpos gra- sos. También puede el residuo estar constituído por cauchouc. Por esto interesa hacer un análisis minucioso del residuo que deja el éter de petróleo. Pero de todos modos serían tan peque- ñas estas cantidades que muchas de ellas no tienen importancia. Lia pilocarpina no tiene reacciones coloridas propias si no es la coloración verde que toma su mezcla econ el bicromato de po- tasa y ácido sulfúrico. Nos queda el recurso de su acción fisio- lógica que bien marcada es por cierto. Estamos tratando un licor ácido como se recordará, así es que los tratamientos siguientes se entenderán hechos en licor ácido. - Tratamiento por la benzina (punto de ebullición 802). Se- parado el éter de petróleo del líquido primitivo tal como lo di- jimos (por un embudo de llave), se trata el licor primitivo por la benzina del mismo modo que se hizo con el éter de petróleo. Las diversas porciones de benzina, decantadas y reunidas son lavadas por agitación con agua y destiladas en un balón de vidrio. Cuando está ya concentrada la solución se vierte en vi- drios de relox y se deja evaporar espontáneamente. El residuo que deja esta evaporación puede contener los cuerpos siguientes: cafeina, delfina, colchiceina, cubebina, di- gitalina, colocintina, cascarillina, cantaridina, geisospermina, populina, elaterina, cariofilina, santonina, absintina y trazas de berberina, veratrina y eserina. 16 Memorias de la Sociedad Científica O OA PILLADO El residuo puede ser: A,—Cristalizado, incoloro. [ La substancia se presenta en agujas sedosas. Si | se trata por agua clorada, después de la eva- poración de ésta, por amoníaco, y se produce Incoloro ....- A A O ta Cafeina. | La substancia se disuelve en la sosa, se disuel- ve también en aceite, el cual posee propieda- L- des vexicantes para la epidermis.... Cantaridina. Incolora, después 20ja luz. Tratada por una solución alcohólica de sosa y calentada, da una solucion roja. Santonina. ) La substancia amarillea cuando se le expone á la Naranjada, la solu- $ La substancia tratada por ácido azótico da una ción esincompleta ¿ coloración violeta fugaz....-...----- Cariofilina. Pr A --- Se pone roja; la solución es incompleta.. Cubebina, B.— Este residuo es cristalino incoloro. (a). Si se trata por el ácido sulfúrico, se colora en rojo, después en pardo. Si se añade entonces una gota de bromo, llega á ser ro- jo. En fin, si en este momento se diluye la masa en agua, la solución es verde. (b). Si se trata por ácido clorhídrico, sé colora en verde. La substan- cia retarda los movimientos del corazón de la rana, el conejo, eitriad: EN A E NA ---- Digitalina. C.— Esté residuo es cristalizado, amarillo. (a). Tratado por ácido sulfúrico se colora en verde olivo. (6). El reactivo de Fróhde da una solución verde parduzco, que pasa al violeta y al pardo obscuro. (c). La solución de vanadato de amoníaco en el ácido sulfúrico mono ó bihidratado (1: 200) da una coloración violeta, violeta azul, después violeta rojo y pardo rojizo. (d). Tratada en solución alcohólica por el yoduro yodado de potasio, da un precipitado verde, que examinado al microscopio, está formado por una mezcla de cristales rojo pardos irisados en violeta y de cristales incoloros; los primeros polarizan la A A "Antonio Alzate." 17 PLLLILILIOLDILLLI LILLO PVILILIEII D.— El residuo es amorfo, incoloro ó amarillo pálido. í ( (a). Tratado por una disolución de áci- do molíbdico en ácido sulfúri- | | co, se colora en verde, después Amarillo Y pasa al pardo. luego rojo. | (b). Tratado por ácido vanádico se co- : lora azul. (c). El ácido fosfo -molíbdico precipita su solución en amarillo.. Elaterina. (a). Tratado por el reactivo de Próhde, se colora en rojo violeta. . El ácido tánico no precipita sus so- Inciones e ES Populina. a). Tratado por el reactivo de Fróhde, se colora en rojo cereza. . El tanino precipita sus soluciones L en blanco amarillento... Colcintina. El ácido sul- fúrico lez colora en: El ácido sulfúrico da una solución incolora, después roja. El tanino no precipita sus soluciones. ...-..---- A Principios del pimiento. El ácido sulfúrico colora en pardo; el reactivo de Fróhde en azul. El ácido nítrico da una solución rojo púrpura y en seguida naranja- AN A 2 ds. LA ls E AE TS Las Geissospermina. E.— Este residuo es amorfo, amarillo. ; (a). El ácido sulfúrico concentrado le disuelve dando una solución amarilla, la cual tratada por el ácido nítrico se pone verde, des- pués azul y luego violeta. (0). El percloruro de fierro coloca sus soluciones en verde obscu- E Ap e E e RS Colchiceina, (a). El ácido sulfúrico concentrado le disuelve dando una solución que deposita un polvo violeta, (5). Tratado por la sosa cáustica se colora en rojo. (c). Tratado por el sulfuro de amonio, se colora en violeta, y, cuando se calienta, la coloración viene á ser azul. ...... Acido crisámico. F.— Este residuo es amorfo, verde. ; (a). El ácido sulfúrico concentrado le disuelve en pardo. (b). El reactivo de Fróhde le colora en pardo, después en verde, lue- go en violeta. El sabor es muy amargo.... Principios del ajenjo. Tratamiento del licor ácido por el cloroformo. —La solución acuosa primitiva, después de haber sufrido, como queda dicho, Memorias [1894-95], T. VII, 3 18 Memorias de la Sociedad Científica CIO III ISO IL III III III IALI AI III III LIILIISLILISILILIIIIALILILIIILIIILIS los tratamientos por el éter de petróleo y por la benzina, es so- metida, según el mismo procedimiento, á la acción del cloro- formo. El residuo dejado por el cloroformo puede contener los prin- cipios siguientes: cinconina, hidrastina, jervina, narceina, teo- bromina, papaverina, solanidina, queledonina y otros cuerpos no alcalóidicos como la picrotoxina, siringina, digitaleina, elebo- rina, convalamarina, saponina, seneguina, colocintina, esmila- cina, liaconitina, myoctonina, aspidospermina, esculina, ácido gelsémico, colchicina, peretrina, sanguinarina y la quebrachina. El cloroformo disuelve además ciertas cantidades de subs- tancias que la benzina no disuelve completamente y trazas de otras que son poco solubles en el cloroformo y son la benzina, la narcotina, la eserina, la veratrina, y la delfina. 4.— El residuo es más ó menos cristalino. Su solución en el ácido sul- fúrico diluído, tratada por el yoduro yodado de potasio da un precipitado que indica su naturaleza alcalóidica. (la cual llega al rojo eosina en frío cuando se añade un poco de seleniato de sosa, y ro- jo aurora cuando se adiciona de un poco de vanadato de amonÍaco....oo.oooo.. Hidrastina. la cual adicionada de un poco de selenia- | to de sosa y calentada toma una coloración rojiza pálida, llegando al rojo vivo por el en- friamiento. Y una coloración roja grosella, ['incolora. < si se calienta después de haberle añadido el doble de su volumen de alcohol absolu- A Solanidina. (¡una solución incolora la cual tratada por | ó un precipitado blan- Con el ácido O, | el agua de cloro y ely co...-..-.----- Cinconina. dobis. amoníaco da: una coloración dic PEA Ce E Lja.-.-.----- Teobromina. | llega á ser violeta si se la calienta. Papuverina., gris pardo llegando á ser rojo sangre en 24 horas. agua yodada se colora en | lución : | azul: impurezas iaa a Papaverina. o A Narceina, ca residuo tratado por el 11 Antonio Alzate. 19 mn B.— El residuo es más ó menos cristalino; su solución en el ácido sul- fúrico diluído tratado por el yoduro yodado de potasio no da precipitado. No es de naturaleza alcalóidica. ((a). El residuo reduce el licor de Fehling. (b). Si se mezcla con un poco de ES 1 : : y ) nitrato de potasa, y después l API e ) se toca con ácido sulfúrico | y en seguida con sosa, bo- | mua una coloración rojo la- drillo.....--.---. Picrotoxina. El ácido sulfú- rico concen- a e SL rojo VIVO. . .-=. El residuo retarda la actividad car- on je díaca de una rana. ..--.-. Eleborina. : verde azul, des- ( El ácido sulfovanádico colora el re- pués pardo vio- siduo en verde esmeralda, des- Lletaisa ise pués en azul .......... Quelidonina. La solución en agua alcalina presenta una fluorescencia azul; el agua de cloro disuelve con una coloración roja. Esculina y ácido gelsémico. C.— El residuo es amorfo. Su solución en el ácido sulfúrico diluído no precipita por el yoduro yodado de potasio; su naturaleza no-es alcalóidica. Influye sobre la actividad cardíaca. (a). Tratado por el ácido sulfúrico concentrado da una solución roja parda, que, adicionada de bromo, toma una coloración púrpura. (b). El ácido clorhídrico da una coloración verde pardosa. Detiene la actividad cardíaca .ocooom.o...... e A Digitalina. Tratado por el ácido clorhídrico y calentado se pone rojo. Convalamarina. (parda, llegando al violeta cuando atrae la hu- medad atmosférica, y queda aún coloreada en violeta aun cuando se le añada el doble de su. volumen do agua co ás Saponina. ; | amarilla y presentando poco más ó menos los Con el ácido sulfúrico | caracteres del anterior. El residuo se asienta concentrado se ob-2 de su disolución clorofórmica con un color tiene una solución | amarillo --....-.2..2o--..--. 2... --.. Seneguina, parda, que llega á ser roja por la adición de agua; este principio es poco activo -... Smilacina. á | roja. El residuo se disuelve en el ácido clor- hídrico en rojo obscuro. Retarda los movi- [mientos cardíacos. .-...-.- ===. ==.. --== Eleporina. 20 Memorias de la Sociedad Científica (¡Es soluble en el éter absoluto.. .... .- Liaconitina. Es insoluble en el éter absoluto ..... . Mioctonina. (a). Calentado con ácido sulfúrico diluído (1:8) y trazas de clorato de potasa, se colora en rojo. | (0). El cloruro de platino precipita la solución en agua acidulada, y la mezcla se colo- | ra en violeta obseuro cuando se ca- AE AA Aspidospermina. Es alcalóidico y obra El cloruro de platino precipita la solución como el curare re- en agua acidulada; el precipitado se tardo de los movi-J one solamente pardo cuando se le ca- mientos de la respi- ienta, mientras que calentado con el ración. | eloruro de oro produce una coloración. A Pereirina. | (a). El reactivo de Fróhde le disuelve en ro- Sl jo ó en azul, el ácido sulfovanádico en violeta azul, después en azul muy obs- | curo ó pardo. (b). El ácido sulfúrico y el bicromato de po- | tasa no le coloran enazul.. Sanguinarina. El ácido sulfúrico y el bicromato coloran L en azul, después en violeta... Quebrachina, D.—El residuo es amorfo. Su solución en el ácido sulfúrico diluído no precipita por el yoduro yodado de potasio. Su naturaleza no es alcalóidica. No influye sobre la actividad cardíaca. (a). Tratado por el ácido nítrico, toma una coloración rojo cereza. (b). Tratado por el ácido clorhídrico, toma una coloración amari- lla. 3 OLSILO LEVE EPA CIA Siringina. Tratado por el ácido sulfúrico, da una solución amarilla que poco á poco cambia al rojo .--.- CRUE EL AAA Colocintina. E.—El residuo es amorfo y amarillo. Se disuelva en el ácido sulfú- rico concentrado con un color amarillo intenso; adicionado de un poco de nitrato de potasa pulverizado, la solución se pone azul, después verde y por último parda.......-...-.-. Colchicina. Licor alcalino.—Se priva la solución ácida de la benzina y el cloroformo que puede aún contener, agitando con eter de pe- tróleo; se satura luego por el amoníaco hasta reacción alcalina, y este líquido acuoso alcalino se somete á la acción disolvente del éter de petróleo en las mismas condiciones en que lo hicimos con el licor ácido. : «Por decantación y agotamiento tendremos el éter de petróleo ¡Antonio Alzate. 21 cargado de los principios que en estas condiciones puedo disol- ver los cuáles son: Alcaloides sólidos Ó fijos: estrienina, quinina, sebadillina, aconitina, nepalina, kairina, gelsemina, oxicantina, thalina, con- hidrina, brueina, veratrina, emetina y cocaina. Alcaloides líquidos: conicina, metileonocina, sarracenina, lobelina, nicotina, esparteina. trimetilamina, quinolina, anilcina y los prineipios alcalóidicos del pimeinto y del cápsicum. Generalmente cuando el éter de petróleo ha disuelto alcaloi- des líquidos se obtienen después de la eyaporación del vehículo bajo la forma de un líquido más ó menos obseuro, fluido y ordi- nariamente oloroso; por la adición de algunas gotas de ácido elorhídrico diluído, ese líquido da por evaporación espontanea un residuo sólido de clorhidrato del alcaloide. Siguiendo el plan adoptado antes diremos que el éter de pe- tróleo de este tratamiento abandona un residuo que puede ser: 4.— Sólido, cristalizado.— Calentado con precaución se observa: Yelatilización fácil -cooostesion+ acaso A E Conhidrina. [ amarilla, que se colora en rojo obscuro. Sebadillina. incolora; la adición de bicromato de potasa produce una coloración azul violeta, después FOJAS UICUINA. incolora ; el residuo tratado por agua clorada y amoníaco da una solución verde. Tratada por agua de cloro, el ferrocianuro de potasio y el amoníaco, da un licor rojo... .----- Quinina. incolora; si se calienta la solución sulfúrica, se desprenden*abuudantes vapores acres y Volatilización difícil; | blancos. Por el enfriamiento se depositan eris- se trata por el ácido | tales de ácido benzoico sobre las paredes del sulfúricoconeentra- 4 tubo. La solución de alcaloide en ácido elor- do y se obtiene una | hídrico diluido precipita en violeta insoluble solución : la solución de permanganato de potasa al 1:330. La substancia provoca la anestesia local. Inyectada en el saco dorsal de las ranas, pro- duce la parálisis de los nervios motores que arreglan la respiración. ..--=--....-.----- Cocaina. incolora. La solución muy diluída del alealoi- de disuelto en ácido acético, da con el yodu- | ro de potasio, un precipitado cristalino (eris- —_— tales tabulares). El ácido nítrico humeante, sólo ó adicionado de una solución alcohólica Lde potasa no da ninguna coloración.... Aeconitina. 22 Memorias de la Sociedad Científica incolora. La solución muy diluída del alcaloide en el ácido acético da también, con el yoduro de potasio, un precipitado cristalino (agujas); pero después de la evaporación de una solu- ción en el ácido azótico humeante con potasa alcohólica, bella coloración rojo violeta. Nepalina, Volatilización difícil; incolora. El clorhidrato del alcaloide es colo- se trata por el áci do ) reado por la solución del percloruro de fierro sulfúrico concentra. ] € Pardo obscuro y la mezcla llega á ser rojo do y se obtiene una | PÚ"PULA si se añade una gota de ácido sulfú- ocn! rico concentrado. Con la solución de cloruro de cal, se colora en rojo, después en pardo. El reactivo de Fróhde se colora en violeta pálido, después en violeta sucio, en verde so- L bre los bordes y en azul claro después... Kairina. B.— Sólido amiunfo. Se trata por el ácido sulfúrico concentrado y se obtiene : (1). Una solución incolora, que llega á ser roja, después anaranjada si se le agrega una gota de ácido DÍÉTICO .oooooomoo-.---- Brucina. (2). Una solución amarilla, amarillo rojiza después, luego rojo sangre y por último rojo carmín. El residuo mezclado con el doble de su peso de sacarosa y tratado por ácido sulfúrico llega á ser verde obscuro... ........ Veratrina. (3). Una solución verde pardo. El residuo es soluble en la acetona; el reactivo de Fróhde le colo- ra en rojo, después en verde. Posee propiedades marcadamen- VOPEMBICIA OSI o > 2 00220 Emetina. (4). El ácido sulfúrico concentrado disuelve en rojo amarillo; calen- tando el color llpga á ser púrpura. El ácido sulfúrico trihi- dratado y el peróxido de plomo coloran en verde de yerba, el ácido sulfúrico y el bieromato de potasa en azul ó violeta az lr lu did ete ae ¿a Gelsemina. (5). El ácido sulfúrico disuelve en amarillo, en seguida en rojo vino- so; el reactivo de Fróhde disuelve en violeta obscuro. Oxiacantina. (6). El percloruro de fierro colora en verde esmeralda obscuro; el hi- posulfito de sosa vuelve la mezcla violeta y rojo vinosa.. Thalina., C.— Fluido oloroso. Precipita en solución clorhídrica el cloruro de pla - tino. El residuo disuelto en el ácido clorhídrico eterado y sometido á la evaporación lenta da cristales. como»... -....-.. SALTACCnina. Antonio Alzate. 23 El residuo disuelto en el ácido clorhídrico y sometido á la evapo- ración lenta deja un residuo amorfo. Se le trata por el reactivo de Fróbde y se produce: (a). Una coloración violeta obscura que disminuye poco á poco. Lobelina. (0). Una coloración rojo pálida que no aparece sino después de vein- ticuatro horas. El alcaloide libre así como sus sales exhalan un olor de nicoti- a AS A lo de jodo Nicotina. (c). Ninguna coloración. La sal es inodora, y el alcaloide libre exha- la un ligero olor de anilina.-2......o...-.---.--- Esparteina. (d). La solución acuosa del alcaloide precipita en amarillo con el áci- do pícrico; el precipitado es soluble en el alcohol y en la solu- ción de potasa, en esta última con una coloración roja. (Quinolina. El cloruro de platino no precipita la solución clorhídrica del al- caloide. Esta solución clorhídrica sometida á la evaporación lenta, abandona : 7 En agujas que obran sobre la luz polariza- Una masa eristalizada : da inbdro da e Conicina y methylconicina. En cubos ó tetraedi0B .cooooomoo ooo. Capsisina. Ni [ Cristales (láminas triangulares) que tie- nen un olor de pescado..-. Trimetilamina, (La solución acuosa del alcaloide ó de sus sales se colora en violeta | azulado por algunas gotas de clo- ' Turo de cal, y en azul obscuro por el ácido crómico. ¿ El alcaloide exhala un olor parti- cular... o AMA, Un residuo amorfo.— Se le disuelve en el éter de pe- ¡ tróleo y se añade á una pequeña porción de áci- | do pícrico y se ve que no< ha producido precipita- do. Se evapora el resto | de esta solución en el éter | de petróleo y se obtiene: puma. | La solución acuosa no se colora ba- Jo la reacción de los reactivos precedentes. El alcaloide tiene | un olor de trimetilamina. ....-. L Principio volátil de pimiento. Cristales en forma de es- La solución acuosa amoniacal es en seguida tratada por la benzina. | Este líquido deja un residuo líquido acuoso amoniacal y da una solución á la benzina, pudiendo contener los alcaloides si- guientes: : Estricnina, metil y etilestricnina, brucina, emetina, quinina, quinidina, cinconina, abtropina, hyociamina, eserina, antipirina, 24 Memorias de la Sociedad Científica nepalina, geisospermina, lyaconitina, myoctonina, aconelina, delfinoidina, sanguinarina, taxina, veratrina, sabatrina, sebadi- llina, codeina, tebaina, narcotina y pilocarpina. La evaporación de la benzina deja un residuo que puede ser: A.— Cristalizado 6. cristalino. Una parte tratada por el ácido sulfúrico, en frío puede dar: Una mezcla incolora, la cual después de algún tiempo queda incolo- ra, aun después de agregarle ácido azótico E El percloruro de fierro colora en rojo obscuro el residuo, una adición de ácido sulfúrico lo decoloT2 .ceonoococonemn cano co2222 022. Antipirina. ¡ Un precipitado.... Hiociamina. qe Nada de precipita- Su solución en | A ( el ácido elor- cr ene ps hídrico dilaí- ienta con ácido da E sulfúrico concen- pila. 52208 EAS | trado se percibe á. yq latino Aa: 1502 una colora-:* p , ción parda y un | olor de carame- o da: e Atropina. | l : : (El tétanos.... El residuo disuelto en | Estricala? ( el agua acidulada, | : ó ) inyectada en el saco coa 2 | ea dorsal de la rana ' > Ll provoca. ..oooo--.- Ethyl y moya riChina. El residuo tratado por agua clo- rada y amoníaco toma una co- 4 loración verde. La solución es (Una dilatación | de dicha pu- Y Una colora- Una parte del | residuo in- troducido en la pupi- ladelos ga- tos produ- ce: sulfúrico y el ción azul El residuo tra- bicromato de potasa toma: 2 fiuorescente. Quinina y Quinidina. No hay co- j El residuo no se colora con el loración. agua de cloro y el amoníaco. La solución en el ácido sulfúri- | l residuo se disuelve difícilmen- tado por el ácido | | | | | No hay dilatación. codiluído noes fluorescente. El te en el petróleo....... Cinconina. 22 Una solución primero incolora, pero se pone rosa ó violeta azula- da después de algún tiempo; el ácido azótico le hace pasar al rojo de sangre ó al pardo. (a). La disolución en el ácido sulfúrico poco concentrado se colora en rojo de sangre obscuro cuando se calienta; el ácido nítrico la colora en violeta cuando se ha enfriado. El agua de cloro colo- ra en verde amarillento el residuo disuelto en los ácidos diluí- "Antonio Alzate. 1 25 COLL WIWPLILIIIIIILIIIILILDILIDILL LILIA dos. Mezclado al doble de su peso de sacarosa, este residuo tra- tado por el ácido sulfúrico se colora en pardo caoba persisten- te, El amoníaco precipita la solución sulfúrica acuosa. Narcotina. (0). La solución en el ácido sulfúrico diluído azulea cuando se calien- ta. Con el ácido sulfúrico concentrado adicionado de un poco de ácido nítrico, se obtiene una solución de un azul muy fran- co. Con el reactivo de Fróhde se obtiene una coloración verde, seguida de otra azul obscuro, pasando esta última al amarillo - después de pocos minutos. Mezclada con el doble de su peso de sacarosa y tratada por algunas gotas de ácido sulfúrico, to ma una coloración rojo cereza intensa que pasa al violeta. El amoníaco en exceso no precipita las soluciones acuosas diluí- e O Codeina. 32 Una solución sulfúrica amarilla. (Mii as alto Jo antensor a aaa a Sebadillina. (6). La solución en el ácido sulfúrico concentrado llega á ser roja. Los cloruros de oro, de platino y de mercurio no producen pre- cipitado wz ei a O AR TE - Taxina. (c). Solución sulfúrica rojo pardo Obscura. .......o. a . Tebaina. (d). Solución sulfúrica azul: impureza de la. ..oooooo.o---- Papaverina. (5B).— Casi siempre amorfo. La solución en el ácido sulfúrico es incolora, ligeramente rosa ó amarillenta. (a), El ácido nítrico la colora rápidamente en rojo, después naranja- do. El ácido azótico disuelve este residuo en un líquido rojo vivo que vira al rojo amarillento y al amarillo cuando se ca- lienta. Llegado á este último término, tratado este licor por el cloruro estañoso vira al rojo violeta intenso. El agua clora- da lo colora en rojo pálido, el color pasa al pardo amarillo por eRamontaco.? ARO a A Brucina., (5). Esta solución sulfúrica pardea lentamente; la substancia llega á ponerse roja con el hipoclorito de cal y contrae la pupila. Eserina. (c). La solución sulfúrica es amarilla, pero después de algunos minu- tos llega á ser amarillo rojiza, después rojo sangre y por últi- mo carmín. La solución en el ácido muriático es de un color rojo grosella cuando se calienta. El residuo mezclado con el doble de su pe- so de sacarosa y tratado por el ácido sulfúrico se pone verde Memorias [1894-95], T. VIII, 4 26 Mernorias de la Sociedad Científica nar PWLAILIALLILIII0DLILIILILILIIL III LILIA PALIN obscuro. Determina vómitos en las ranas y provoca á fuertes dósis el tétanos. ....- 0 A Veratrina. (d). El residuo no tiene acción sobre las ranas. ..... SA Sabatrina. (e). La solución clorhídrica no enrojese en caliente .... --.. Delfinoidina. (f). La solución sulfúrica, de una coloración más obscura, se pone roja y después violeta. El residuo disuelto en los ácidos diluí- dos é inyectado á una rana produce poca acción: El ácido fos fomolíbdico le precipita en gris y el amoníaco hace pasar rá pidamente al azul, No dilata la pupila y es muy soluble en el | A A o A Aconelina. (9). La solución sulfúrica es incolora. El residuo es difícilmente so luble ó nada soluble en el éter, no dilata la pupila ni produce efecto alguno cuando se inyecta á UNA TADA... ---- NXapelina. (2). La disolución sulfúrica es gris obscura, después rojo sangre. Tra- tada por el ácido azótico humeante y la potasa alcohólica, re- siduo pardo TOJO. .2mooooooo===»----- Mioctorina 6 Licaconitina, Tratamiento del licor acuoso amoniacal por el cloroformo.— Es- te disolvente acarrea el resto de la cinconina, papaverina, cinco- nidina, narceina, berberina y pequeñas cantidades de morfina, boconina. Se disuelve en el ácido sulfúrico concentrado el residuo de la evaporación del cloroformo. (a). La solución sulfúrica es incolora en frío; se colora ligeramente cuando se calienta. Cuando se ha enfriado, si se añade una gota de ácido nítrico, se colora en azul violeta. El residuo se colora en azul por el eloruro férrico y en violeta por el reacti vo de Fróbde ..... .o.=. a de a eadeios sol OMS (d). El ácido nítrico no colora la solución sulfúrica. El cloruro férri- co y el reactivo de Fróhde no coloran tampoco el residuo. El oxalato de potasa no da precipitado con la solución acuosa. .. Cinconina. (c). Los caracteriores; pero dando precipitado el oxalato de potasa... Cinconidina. (d). La solución sulfúrica se colora en azul violeta cuando se calien- acabes vale a AAA Papaverina. (e). La solución sulfúrica es de un gris obscuro; después de cierto tiempo se vuelve rojo sangre. El residuo disuelto tratado por "Antonio Alzate. 1 27 PELIS el yoduro doble de zinc y de potasio y una gota de agua yoda- AA ANA e o La Narceina. ($). La disolución sulfúrica es amarilla, después verde olivo.. Berberina. (9). La disolución sulfúrica es amarillo naranjada. El polvo excita fuertemente el estornudo. El reactivo de Fróhde produce una coloración violada ligera que vuelve á tomar el color amarillo después de dos minutos! ..20o.oooocooo.. Alcaloides del Boconia. Tratamiento del licor acuoso amoniacal por el alcohol amylico, — El licor acuoso amoniacal es por último tratado por el alcohol amylico. é Este disolvente trae además de la morfina y la solanina así como la salicina, el resto de la convalamarina, la saponina, la sineguina y la narcelna. Se evapora el alcohol amylico;? (a). El residuo que resulta de esta evaporación disuelto en el ácido sulfúrico es incoloro y se pone rojo cuando se le agrega una gota de ácido azótico. Este residuo se colora en azul por el per- cloruro de fierro, y en violeta por el reactivo de Fróde.-. Morfina. (0). La solución sulfúrica es amarillo claro rojiza, pasa al pardo; el ácido sulfovanádico disuelve el residuo en naranjado, en rojo Coroza yen olas o as ST Solanina, (c). Solución sulfúrica de color gris pardo, que llega á ser roja de san- gre después de cierto tiempo. El residuo disuelto tratado por el yoduro doble de potasio y de zinc y una gota de agua yoda- dasisercolora en azulada: a ICO do Narceina. (d). La solución sulfúrica es amarilla, después rojo parda y pasa al violeta por absorción de agua. El ácido clorhídrico da una so- lución roja en caliente; el corazón queda paralizado en la sís- tol ee ss dE Convalamarina. (e). La solución sulfúrica es parda; llega á ser violeta cuando atrae la humedad atmosférica, y queda aún colorada en violeta aun cuando se le añade el doble de su peso de agua. El ácido clor- hídrico no da generalmente coloración; el corazón queda para- lizadoren la! sistolos 0 as e A Ad - Saponina. 1 Bocconia frutescens. 2 Esta evaporación es muy molesta por el olor desagradable del alcohol. 28 Memorias de la Sociedad Científica Pe DIILLILLILILLIILIIL LILIA III (f). Se guía como el cuerpo precedente pero con más debilidad. Su solución clorofórmica le deja depositar con color amarillo. . .. Seneguina, (9). La solución sulfúrica es rojo obscura; calentada con bicromato oo... Valicina. La curarina y un alcaloide de la bocconia resisten 4 todos estos de potasa, toma un olor de aldehida salicílica.. - tratamientos y quedan por lo mismo en el licor acuoso. Se les extrae de él evaporando en líquido mezclado con vidrio en pol- vo en B. de M. y el residuo se trata por el cloroformo. Este disolvente abandona por la evaporación la curarina y trasas del wlcaloide de la bocconina.! El residuo que deja el cloroformo de las primeras partes de la solución retarda ó suspende la res- piración de la rana; el de los siguientes tratamientos toma un tinte azul que pasa al rojo persistente, cuando se trata por el ácido sulfúrico y el bicromato de potasa. .. 222922 OMEMOS La parte no disuelta por el cloroformo, tratada por agua des- tilada caliente y evaporada á sequedad en baño de María, deja un residuo que toma una coloración violeta hermosa con el re- activo de Fróhde, segundo alcaloide indeterminado de la corte- za de boconia frutescens. Aunque este método que podemos llamar mixto porque es tomado de las obras de Stass Dragendorff, Otto y Hugounenq, y ordenado según las tablas de Guérin parece contener todos los alcaloides conocidos hasta hoy, aun los de la boconia, que hace unos cuantos meses tengo en estudio, no es sin embargo abso- luto y por tanto exclusivo, pueden variarse los disolventes á ne- cesid:w1 Ó simplemente invertir el orden en los casos en que se tienen datos sobre la naturaleza del principio inmediato que se busca. Es necesario también evitar las fermentaciones de los lí. quidos porque la putrefacción da lugar á la producción de cier- tos alcaloides llamados por primera vez Ptomainas y Leucomai- nas y caracterizados por varios químicos entre los cuales figuran 1 Este alcaloide es distinto del que se mencionó en el tratamiento por el cloroformo del licor acuoso alcalino y tampoco se conoce bien su naturaleza. 1 Antonio Alzate. 29. A VIII con especialidad A. Gautier et Salmi Pauchet, Brieger, Marin Zuco y Nencki. La separación del disolvente del licor acuoso ácido ó alcalino presenta las más veces serias dificultades porque se forman emulsiones muy difíciles de separar. Es preferible en estos casos separar la emulsión y vertirla en un filtro, que agregar alcohol ú otros líquidos que algunos autores aconsejan. Yo he tenido buenos resultados siguiendo este método. Separo el vehículo que uso como disolvente, con una pipe- ta, lo vierto en un filtro y pongo esto á una temperatura como de cuarenta grados. Después quedan en el frasco el producto de la filtración, los dos líquidos que se separan con facilidad con la pipeta. También debe procurarse que no contengan agua porque esto embaraza las operaciones. México, Septiembre de 1893. ) . 5 h A q Ñ Me / 0% A A y Us ROA a MITRA A A pan ey Li qt AS AO: DA der eat pudo held . + 4 , q. aa ci uzor dl: A E E 9 s e 4 A ene , ll Sabino 18 $06! [kh ción srl nd, hd q 8 O 13 0 o LEDS US pen MOr Sy an 0 no 2olwí 10 ARA qa sb) A Pp ate peon dá an edil o A pe E ipods de : ARA ars e OÍ ii OS: Es baii Lan Ma De amo ol tsrdivy 6, MAA 6 STA AN Pe AE e elas sous tdo c MA OO 00 co are Cd A pe a ps ¡ E cub A ' * xl E d eb AOLAN by tá ER / Eto A ba UBA | A o OA aos ini os 0 y 0D PIS E eS pu NE A 1 E. bntod ? gs UT Ms O 00 80p ASIA ei amd 14 | 7! El E 5 , Ñ pl y y , E y bgnoicasiogo art Ya » 5 330 y 20 ai 53% SiUTGL: sd EN do E A MN y ú MU re 5 NOTAS Acerca de los VENTISQUEROS DEL IXTACCIHUATE POR EL INGEYIZTRO EZEQUIEL ORDOÑES Socio de número, Miembro de la Comisión Geológica Mexicana. En la región central de México, cuatro son las montañas cuyas cimas se presentan en nuestras latitudes en la región propiamente dicha de las nieves persistentes; es decir, más allá de los 4,400 metros sobre el nivel del mar. Estas son el Pico de Orizaba ó Citlaltepetl, la más alta montaña de la América del Norte, los grandes volcanes del Popocatepeti y nevado de Tolu- ca y el espinazo inmediato al Popocatepetl, cuya forma alar- gada y caprichosa ha sido comparada desde nuestros primeros indios, al de una mujer, cubierta de un manto blanquísimo. Es- ta es la significación de la palabra Ixtaccihuatl (Mujer blanca). Cimas comprendidas entre los 3,000 y 4,000 metros, son más numerosas en el país, pudiendo citarse el Cofre de Perote, Ajus- 3132 Memorias de la Sociedad Científica OLLA LLL LILIA AA LIL LIL LALALA LLL LALA LAA LALALA .: co, Pico de Tangítaro, Malinche, Zempoaltepetl, el volcán de Colima, ete., ete. Las últimastobservaciones para determinar la parte más ele- vada del Ixtaccihuatl, han sido consignadas en los “ Proceedings of the Academy 0f Natural Sciences of Philadelphia,” recogidas por el Sr. Angelo Heilprim en la expedición científica organiza- da por dicha Academia en los primeros meses de 1890 y que tuvo por objeto el estadio de los principales colosos de México. Habiendo intentado el Sr. Heilprim su ascensión al Ixtacci- huatl por la parte $S. O. de la montaña, tropezó, ya cerca de la cima con dos grandes grietas que le impidieron alcanzar la parte culminante, estimando la diferencia de altura del obstáculo á la cima tan sólo en 75 yardas. Después de una cuidadosa discusión de sus observaciones, que juzga dignas de fe, Heilprim asigna al Ixtaccihuatl una altura de 16,960 pies sobre el nivel del mar, cifras no muy comparables con algunas de las calculadas ante- riormente por otros observadores. La montaña nevada Ó destruído volcán del Ixtaccihuatl, presenta tres partes salientes principales: la del Norte, Cabeza del Muerto ó Cabeza de la Mujer, como se le llama, totalmente inaccesible á causa de la fuerte pendiente de más de 45 grados en algunas partes de su talud del Norte y una media cintura de rocas escarpadas que la liga por el Sur al “Pico” ó la “Panza” del medio. El Pico-del Sur ó “los Pies” es fácilmente accesible, más bajo que los otros dos. La mayor longitud ocupada por las nieves puede estimarse en siete kilómetros próximamente, y no sin razón se ha llamado á esta montaña el “Coloso de México,” dada esa extensión de las nieves y la repetición de sus cimas. Una tal extensión cubierta de un manto constante de nie- ves, con accidentes topográficos variados; talwegs importantes, suaves y abruptas pendientes; no es fácil sospechar movimien- tos y transformaciones de estas nieves abajo de su límite ordi- nario, verdaderos ríos de hielo conocidos con el nombre de ventisqueros ? "Antonio Alzate. n 38 we Al ya citado Mr. Heilprim toca el mérito de haber indicado por primera vez y de una manera cierta su existencia; y sin dar absolutamente idea alguna de dichos ventisqueros, sólo dice, en su nota, por lo menos en la que ha llegado á nuestras manos, haber atravesado uno.en su ascensión de 1890. Dos ascensiones hemos hecho nosotros al Ixtaccihuatl; una por el lado de Ameca el 26 de Abril de este año, habiendo llegado muy cerca de “los Pies” y que un aire fuerte y helado nos obli- gó á descender rápidamente. En esta ascensión visitamos tam- bién el más interesante ventisquero; la otra subida tuvo lugar por el lado de Tlalmanalco el día 29 de Octubre del mismo año, llegando tan sólo un poco más arriba del límite de nieve por el lado N. O. de la montaña, visitando los canchales de un antiguo ventisquero poco distante del que visitamos en Abril. Si la producción constante de nieve en un lugar determina- do originada por una atmósfera húmeda y una temperatura de cerca de 0,0 es superior al consumo que determina el efecto ca- lorífico de los rayos solares, la irradiación del suelo, etc., se pro- duce un aumento progresivo en el espesor de la nieve ejerciendo una presión más ó menos grande en el límite del manto nevado. Esta presión se traduce en un movimiento de descenso cuando la accidentación del terreno es favorable, suponiendo además que las nieves gozan de cierta plasticidad como lo han compro- bado las experiencias hechas por algunos sabios europeos. La accidentación del terreno puede favorecer en determina- dos puntos como en el principio de una depresión ó talweg, una acumulación de nieve de la misma manera que se reunen en un sólo cauce los pequeños arroyos que concurren á uno principal. En estas condiciones, la masa acumulada aumenta'poco á poco su densidad, disminuyendo los intersticios entre las partículas de nieve soldando las unas á las otras para formar entonces lo Memorias [1894-95], T. VIII, 5 34 Memorias ae la Sociedad Científica CLIO II que es designado comunmente bajo el nombre de “nevera” (neve).' El movimiento lento pero constante de esta masa hacia la parte inferior, acaba por pasar más allá del límite de la zona de las nieves perpetuas sufriendo poco á poco una nueva transfor- mación, tomando el aspecto vítreo del hielo y un débil color azu- lado característico. Se dice entonces que la nieve es regelada y es esta porción de hielo en movimiento la que propiamenta recibe el nombre de un ventisquero, con fenómenos de orden mecánico importantes por las modificaciones que en su movi- miento origina en las montañas en que se producen, cambiando en partes su topografía. Las tres cimas principales del Ixtaccihuatl, la cabeza, el me- dio y los pies, definen uno con otro en sus flancos del Oeste, dos grandes depresiones, dos talwegs importantes que recojen el exceso de nieves producidas en la parte superior. Siendo estos lugares abundantemente alimentados, habrán de constituir en su base un ventisquero, toda vez que lo estrecho del talweg exponga la menor superficie á la fusión que determinan los ra- yos solares y que los muros laterales por su posición hagan la irradiación lo menos activa; en último término que la “* Abla- ción” como se llama el consumo ó fusión de las nieves sea me- nor que la alimentación. Estas condiciones las vemos realizadas en el talweg ó depre- ción que se forma entre el medio y los pies del Ixtaccihuatl, el único ventisquero “actual” que se observa en los flancos ocei- dentales de la “mujer Blanca” Muy pequeño por cierto para poder ser comparado con aque- llos ventisqueros del Monte Blanco y del Rhin, pero suficiente- mente característico para poder estudiar la serie curiosa é inte- resante de fenómenos que su formación da lugar. Los autores convienen en establecer dos clases diferentes 1 Reclus.— La Terre. 5" Antonio Alzate. 1 35 PADIIIIIIIISININ de ventisqueros, dependiendo solamente de los accidentes topo- gráficos ó del carácter del hecho en el cual los hielos se ven obli- gados á circular. Aquellos en los cuales la pequeña pendiente y la gran superficie de alimentación lleva á la masa regelada á una gran distancia: de su origen como sucede en muchos de los ventisqueros de los Alpes, ó bien la fuerte pendiente como la de un talweg y la alimentación provenida de una sola cresta los hace de pequeña longitud, en cuyo caso reciben el nombre de ““ventisqueros suspendidos” que es el tipo por lo que acaba- mos de indicar, al que debe referirse el ventisquero del Ixtacci- huatl de que hablamos. Los más bajos lugares donde se presentan nieves en el Ix- taceihuatl son indudablemente las extremidades inferiores de sus ventisqueros, puesto que descienden abajo del límite de las nieves perpetuas. En efecto, algunos hombres de los pueblos de Ameca y Tlalmanalco viven del transporte de la nieve qua hacen diariamente por temporadas y que es acarreada á lomo de mula. El lugar de donde se toma la nieve se llama “corte,” habien- do en los faneos occidentales de la montaña de que hablamos dos cortes principales; el corte de Ayolocotl ó corte de Ameca y el corte de Tlalmanalco, siendo verdaderamente curioso que ambos lugares son precisamente las extremidades de los carac: terizados ventisqueros del Iztaccihuatl en estos flancos, aun- que de ellos el que queda formado por la depresión limitada por “la cabeza” y el “medio” no presenta ahora más que sus can- chales, pues las nieves han sufrido una notable retirada, Al practicar su ascensión el Sr. Heilprim, como dice en su nota en los “* Proceedings,” hecha por el lado de Ameca, es indú- dable que el ventisquero que asienta haber atravesado es el primero de los que acabamos de indicar y que convendría re- servarle el nombre con que los campesinos designan la extremi- dad y que es la palabra india “ Ayolocotl” ó Ayoloco, teniendo la ventaja de que al conservar dicha palabra al ventisquero, po- drá ser cualquiera fácilmente conducido al lugar, por la gente que hace el transporte de la nieve. 36 Memorias de la Sociedad Científica IDIOMAS PLIADADI IA PADILLA III Hemos dicho que la alimentación de esta masa congelada en movimiento se obtiene por los flancos de los “pies” y del “medio” que se reunen en una sola depresión, la cual dirigién- dose en un principio de E. 4 O, sufre una ligera inflexión hacia el 5. O. La masa de hielo con la misma dirección aparece como una alargada lengúeta que se amolda claramente á las paredes de la depresión, siendo ésta limitada en su principio por algu- nos escarpados que la nieve no cubre. En la parte superior la nieve granuda (Espermilla ) incohe- rente, poco á poco va aumentando de tenacidad hasta que ya en la extremidad alcanza la compacidad del hielo. Es esta regela- ción la que aprovechan convenientemente los neveros, pues es de mayor duración y densidad que la nieve propiamente dicha (Espermilla ). Las desigualdades que en el movimiento de este pequeño río de hielo tienen lugar provenidas por irregularidad del fondo, producen á la vez un desequilibrio que se traduce por dos se- ries de grietas que se presentan cerca de los bordes laterales y que son designadas bajo el nombre de grietas laterales. ] Estas grietas son en número y longitud variable en todo el ventisquero y la abertura varía desde algunos centímetros has- ta 1.50, En los bordes de la corriente son transportadas gran núme- ro de piedras de tódas dimensiones cuya marcha sobre el hielo las pule y estría en diversas direcciones. Las masas de ventisqueros originadas como se sabe por la preservación que las rocas desprendidas de la parte superior ofrecen á la acción calorífica de los rayos solares sobre la nie- ve que soporta á dichos fragmentos de rocas, se presentan cer- ca del medio del ventisquero en número y dimensiones varia- bles. La longitud total del ventisquero de Ayoloco contada desde un poco antes de donde comienzan á presentarse las grietas y punto de concurso de la superficie de alimentación, puede esti- "Antonio Alzate. 37 ” ADIDAS III IL marse en 350 4 450 metros. La anchura de este origen pasará de 100 metros en tanto que la extremidad no llega á tener dos decenas de metros. La superficie del hielo como en general sucede es convexa según la sección transversal, indicando la ablación mayor de las márgenes por la irradiación de las vecinas rocas. El agua que proviene de la fusión por el calor directo del sol sobre toda la superficie, cireula sobre muy pequeños surcos que practica en Ja nieve y que bruscamente se precipitan por las grietas la- terales para circular ya más ó menos reunidas por el fondo ó le- cho del ventisquero hasta venir á aparecer en la extremidad en el fondo de una pequeña gruta que estas mismas aguas se en- cargan de practicar. Esta pequeña gruta solamente de un me- tro y medio de altura tapizada en su interior de columnas y estalactitas de hielo, ofrece la característica compacidad del hielo; en cuanto al eolor azul verdoso del hielo es el lugar más á propósito para observarlo. El espesor de la. masa del ventisquero en su extremidad es únicamente de dos metros poco más Ó menos aumentando pro- gresivamente de espesor, ascendiendo como puede verse por las grietas y el medio profundo del agua que se percibe por ellos y que desliza en el fondo. Lo más interesante y digno de ser mencionado es sin duda el fenómeno de transporte de los hielos. Grandes y pequeños fragmentos de las rocas desprendidas de los acantilados son acumulados en poderosos canchales laterales cuyas dimensio- nes y altura sobrepasan en mucho á la superficie actual del ven- tisquero, y las dimensiones de los grandes blocs existentes en las crestas de los canchales, son mucho mayores que los que son transportados en la actualidad.' Es notable la: disposición de los canchales laterales cuyo número de un solo lado puede precisarse hasta de dos y un pe- queño en vía de formación, demostrando la constante retirada de los hielos y el decrecimiento sucesivo del ventisquero, no 38 Memorias de la Sociedad Científica sólo en sus dimensiones en longitud sino igualmente en su po- tencia. Es muy notable en Ayoloco la disposición del material en las dos series de canchales laterales. El cuerpo todo ó la masa general está constituída de esquirlas ó fragmentos pequeños de las rocas, en tanto que en la cima ó cresta la ocupan grandes fragmentos de rocas de varios metros cúbicos de volumen, en partes angulosos y en partes arredondados, algunos con entalla - duras como ya digimos producidas en su transporte en el hielo del ventisquero. Posteriormente, derrumbes ocasionados por erosión han producido la caída de estos grandes blocs los cuales se amontonan tanto en la base del talud exterior como en el in- terior. Las dos series de canchales escalonados colocadas de uno y otro lado de las márgenes del ventisquero siguen cerca del límite, con poca diferencia, la forma de estas márgenes, siendo aquella la de una verdadera elipse cuyo vértice ligeramente cortado está ocupado por un pequeño y poco elevado canchal terminado el cual se halla distante unos cinco ó seis metros del límite actual del ventisquero. Estos dos canchales laterales no tienen el mismo desarrollo de uno y otro lado, siendo más alto y grueso el del lado Norte, es decir, de la parte de más grande curvatura del ventisquero. Lo mismo acontece en los antiguos canchales del ventisquero de Tlalmanalco. Ya dijimos que entre la cabeza y el medio del Ixtaccihuatl otra gran depresión existe, y en la que hemos tenido oportuni- dad de observar los restos de un poderoso ventisguero recono- cido por la elevación y extensión de sus dos grandes canchales laterales que interrumpen Ó modifican profundamente la topo- grafía de los flancos de aquella parte de la montaña, dando el aspecto su superficie exterior cuando se observaá alguna distan- cia de una gran superficie cónica. Las nieves en este gran talweg no descienden actualmente Antonio Alzate. 1 39 VWOIIIIIIOIILIIDIIDIOEILDIELIL más abajo del límite de las nieves persistentes como lo prueba fácilmente el aspecto de la nieve, que es granuda Ó mejor eris- talizada ó se vé absolutamente nieve que demuestre la regela- ción propia de las nieves de los ventisqueros actuales. La pendiente, fuerte en un principio, del monte de nieve de las cimas se interrumpe bruscamente en una pequeña depresión y desciende de nuevo, bañando un gran montículo de material de desagregación, adelgazándose constantemente el espesor de la nieve, hasta la base del montículo donde termina en una sim- ple película por decirlo así. La distancia de este límite actual de las nieves al pequeño montón de escombros del canchal frontal es próximamente de ochenta metros y casi al mismo nivel, cifra por la que se ve una retirada verdaderamente notable. Además la altura de los can- chales laterales del piso detrítico del ya extinguido ventisquero es en algunos lugares de cuarenta y aun de cincuenta metros, presentando otra parte saliente más abajo que indica otro punto de retenida en el movimiento de retroceso de los hielos. La altura total de la base de la rampa exterior del canchal Norte, el más importante y característico hasta su parte supe- rior, puede estimarse en 150 metros, cifra verdaderamente enor- me en esta clase de formaciones y puede tomarse como la me- dida de la importancia de este segundo ventisquero: La distribución del material de los canchales es todo análo- ga á la que acabamos de indicar para los de Ayolocotl, solamen- te que los grandes blocs diseminados en la cresta han perdido ya por la erosión demasiado fácil en estas rocas, las estrías y en- talladuras producidas en su trayecto sobre la superficie del hielo. Es importante notar la semejante orientación é inflexiones de estos dos ventisqueros que parecen estar en condiciones to- pográficas iguales, restándonos tan sólo dar algunas ideas sobre las diferencias en tiempo que entre los dos son manifiestas. El estudio de los ventisqueros europeos desde hace ya algu- nos años ha venido á demostrar que la alimentación y la abla- 40 Memorias de la Sociedad Científica Y 2 ción de un ventisquero, es decir su “régimen,” es extraordina- riamente variable, sin que se pueda en lo general explicarse satisfactoriamente la causa de esta variabilidad. La tendencia general en la actualidad de los ventisqueros es la conquista de los valles, descendiendo á medida que aumen- ta su caudal, ¿Este dominio de los hielos — dice Reclus —debe ser atribuído á una causa que obra generalmente sobre toda la superficie del planeta? Si es un hecho probado el crecimiento constante de los ven- tisqueros, no es menos verdad que sufren movimientos de retro- ceso, es decir decrecimiento, y estos dos hechos algunas veces se realizan alternativamente en un mismo ventisquero. De nuestros dos ventisqueros del Ixtaccihuatl, el ventisque- ro de Ameca ó Ayolocotl demuestra por la distancia del hielo á su canchal frontal y por la diferencia de altura de las nieves á los canchales laterales, un constante decrecimiento con suce- sivos movimientos de reposo, de retenidas Ó de impulsos pro-. greslvos, siempre menores que su decrecimiento y que han da- do á los canchales laterales el aspecto escalonado. El ventisquero de Tlalmanaleo alojado entre la cabeza y el medio, no nos ha dejado más que los vestigios de su poderosa acción mecánica y las nieves han retrocedido hasta el límite de las perpetuas. Ahora bien, la stbuación de estos dos ventisqueros es nota- blemente semejante; hemos visto que se hallan en condiciones topográficas iguales, ambos están situados del mismo lado de la montaña y sujetos iududablemente á las mismas condiciones elimatéricas. ¿A qué es debida la existencia actual del uno, y el régimen pasado del otro? ¿Qué circunstancias han obligado á producir la retirada costante de las nieves en estos dos ven- tisqueros? Desgraciadamente hasta ahora no se han hecho observa- ciones que tiendan á probar movimientos alternativos en los hielos de nuestros ventisqueros del Ixtaccihuatl ó si hay un mo- 1" Antonio Abate: " 41 VODOSLILILLDLLIIOSSINDIDNSSIDIDDO0LLIIDIDIOIDAIIILSINISDINSADIDIDADILDI AAA vimiento progresivo después de los crudos inviernos; nada en fin, que demuestre en qué medida obran las condiciones meteo- rológicas anulares. Lias causas que determinan un aumento en la producción del hielo del ventisquero, son desde luego un aumento en la hume- dad de la atmósfera que determina abundantes proyecciones y la persistencia de un largo período de temperatura vecina de 09 que determina en Jas altas cimas una producción casi constan» te de nevadas. Si estos son los factores indispensables en el progreso de los ventisqueros, es necesario, pues, establecer una diminución en la humedad atmosférica en el Ixtaccihuatl que obligue, como en último análisis se observa, á la retirada de las nieves. Por otra parte, años abundantes en nevadas, originan en los ventisqueros de las montañas un avance notable que viene á ser sensible aun después de un gran número de años para co- menzar entonces su movimiento de retroceso hasta una nueva cruda. ! Pero en uno de nuestros ventisqueros del Ixtaccibuatl estos movimientos sucesivos, esta marcha alternativa que indudable- mente debe producirse es á no dudarlo demasiado pequeña dada la dimensión en general del río de hielo y no alcanzará la altu- ra de su principal canchal, de modo que en último término la retirada de los hielos es constante. Es muy difícil explicar una diminución en la humedad at- mosférica en el Ixtaccihuatl, de no suponerla en una parte de Puebla, pues las corrientes de aire de este valle recorren los flan- cos orientales de la montaña, se humedecen y originan la preci- pitación de las nieves á su paso y á las vertientes occidentales de la misma montaña. Esta misma razón podía preveer la no existencia de ventisqueros actuales en los flancos del ixtacci- huatl del lado de Puebla, pues la ablación en el límite de las nie- ves tiene que ser muy activa dada la marcha ascendiente del aire caliente del valle. Memorias [1894-95], T. VIII.—6 42 Memorias de la Sociedad Científica AAADADADADAADIDADNI PADIDIDMD III 2 Lo que es aun más difícil de explicar satisfactoriamente es la existencia del ventisquero de Ameca cuando el de Tlalma- nalco ha dejado de existir, estando en condiciones semejantes. Se ha reconocido en los Alpes por ejemplo el avance en uno y la retirada en otro de dos ventisqueros vecinos. Reclus cita casos en el que ventisqueros en los mismos flan- cos de una montaña, y vecinos, se presentan en un momento dado en diferentes condiciones de régimen, lo cual puede expli- carse y sería el caso aplicable al Ixtaccihuatl, bien por un cam- bio en las condiciones topográficas, por efecto de los continuos derrumbes de grandes mesas de rocas, ó bien un cambio en la dirección dominante de los vientos que modificaría la cifra de alimentación de tal manera de hacer progresiva la ablación en el ventisquero de Tlalmanalco. ¿Cuáles son á su vez las causas que pueden influir directa- mente en un lugar determinado para producir un cambio en la dirección general de los vientos Ó una diminución sensible en la humedad atmosférica? Estas arduas cuestiones subsisten aún en parte como pro- blemas. Ojalá que estos ligeros apuntes sirvan de base para una des- eripción detallada y á un estudio detenido de los curiosos é in- teresantes ventisqueros del Ixtaccihuatl, y que sea una recom- pensa á las fatigas y dificultades que reclama el tiempo nece- sario á estos estudios en aquellas altas regiones. México, Octubre de 1893. LA EVOLUCIÓN DE LA CULTURA HELÉNICA. ENSAYO MONOGRÁFICO MANUEL TORRES TOKRIJA Ingeniero arquitecto, Socio de número de la Sociedad Científica “Antonio Alzate.” I e Cuando una teoría para constituirse obra á posteriori y sólo después de buscar las relaciones de los hechos, de verificar las concordancias de los fenómenos, de establecer el grado de ve- racidad de las coincidencias, de encadenar los resultados reales, positivos y constantes, refiere en lógico razonamiento los efec- tosá las causas y formula sus leyes, hay que atribuirle posibi- lidad; mas si á mayor abundamiento los hechos subsecuentes verifican los primordiales, las realidades substituyen á las fan- tasías y en una palabra, al irse estrechando el círculo, al irse restringiendo el campo de acción, las leyes formuladas perma- necen inmutables, la teoría no sólo es posible sino que llega á ser cierta. Con estos títulos, organizado el mesanismo complexo de sus axiomas ó de sus prologquios, depurados los vicios de su método, pasa á la investigación práctica de sus postulados y á las aplica- ciones de sus principios y esta prueba en rigor decisiva porque 44 Memorias de la Sociedad Científica AAA PAPAL PIDIO DDD de las abstracciones hay que hacer referencia á los casos con- cretos, decide la autoridad práctica, utilitaria Ó meramente es- peculativa que se le debe conceder. Si es necesario, para no estraviarse en sendas falsas y em- barrancar en terreno inseguro, obrar con criterio recto y ánimo sereno; es necesario para no perderse en inútiles mistificacio- nes y lo que es peor, pecar por inconsecuencia Ó injusticia, no pedir á la teoría más de lo que puede dar en el estado de adelanto en que se halle, ni gastar fuerzas estériles en obligarla á traspa- sar el lógico lindero que le atañe, vi extorsionarla con maquia- vélico escolasticismo, abusando de las condiciones temporales porque atraviese; tanto equivaldría á la insensatez del que sin moverse de un punto se ufanase con irrisoria locura en ver más de lo que le permitiera el naturar confín del horizonte. Ahora bien, al grito de que la vida es un combate lanzado en Inglaterra, la paciente investigación de cerebros privilegiados pugna por descubrir las condiciones inevitables de esa lucha pe- renne. En incesante tarea estudian y analizan las causas de la supervivencia de unas especies y la desaparición de otras; las condiciones en que se lleyan á eabo sus antagorismos, los con- trastes que presentan ya en su fuerza física, ya en su vigor pa- ra resistir los efectos del clima, ya el diverso grado de fecundi- dad que favorece su desenvolvimiento Ó su ruina, ya en fin, esa multitud de maravillosos. sineronismos que poco á poco al em- bate de la tenaz meditación fueron perdiendo su misterio. Del conjunto de los hechos observados y de la comprobación respectiva de las leyes descubiertas, brotó al fin de la revela- ción la profecía y de ésta la exposición audaz de una teoría-am- plia, maravillosa y fecunda, zaherida por unos hasta la saña y divinizada por otros hasta el apoteósis: la teoría de la Evolución. Aplicada como antes dije á la Historia Natural, dió resul- tados verdaderamente admirables; los naturalistas hallaron en ella la clave para la explicación de sus incontables problemas; por la selección natural se dieron cuenta de tantos hechos inopi- "Antonio Alzate. 1 45 nados: la divergencia de caracteres, la unidad de plan, la extin- ción delas especies, los fenómenos de la descendencia, la acción patente del heredismo, todo lo que de índole semejante hay que estudiar en la naturaleza. Debido á errores de método y á falta de criterio la teoría apa- rentó revestir en ocasiones aspecto fantástico y aun llegó á aparecer á veces con monstruosidades; pero no á ella sino á esos alocados intérpretes hay que achacar esos desfiguros teratoló- gicos; la verdad como ha sido, como es y como siempre será una y pura, no puede alterar su inmutable esencia con tales desva- ríos; “la ciencia libre y sana es imperecedera,” dijo Huxley; ““la verdad es lo que es,” dijo Bossuet con admirable laconismo. Pero no es esto todo, el campo de aplicación de la teoría era inmenso, su esfera de acción desmesurada; parece que confor- me ampliaba su alcance nuevos horizontes surjían, nuevas apli- caciones se presentaban y los filósofos al dirigir la vista á los conocimientos humanos hallaban inagotable semillero de reve- laciones y de ideas. Un pensador insigne, uno de los más infatigables y de los más eximios obreros del taller de la ciencia abstracta, un filó- sofo inglés de los más eminentes de este fecundo siglo XIX se dedicó con incansable devoción á la tarea; provisto de una in- creíble amplitud de visión y de una admirable energía de espí- ritu, después de larga y concienzuda labor lanzó al mundo cien- tífico sus ideas; la teoría de la Evolución estaba aplicada á esos hondos problemas de las ciencias sociológicas, morales y polí- ticas en las que tantas veces se ha estrellado el espíritu huma- no. El nombre del pensador casi es inútil que brote de mis la- bios su autoridad y el renombre universal que ha conquistado lo delatan: es Herbert Spencer, el fundador y apóstol de lo que algunos llaman positivismo crítico. Si tan acertadas fueran las aplicaciones de la teoría de la Evolución á las ciencias naturales, como á las sociológicas, mo- rales y políticas, ¿qué habrá que decir de las filológicas que en 46 Memorias de la Sociedad Científica LILA LIL LLL el sentir de un escritor' parecen como ser el germen mismo de la teoría por la íntima conexión que guardan con ella? conexión de tal manera palpable que los eruditos llevan á gran honra el resultado feliz de sus tareas en este sentido, que para no citar sino dos casos han venido á esclarecer las causas de variación introducidas en el idioma en Alemania del poema heroico de los Niebelungos á nuestros días y en Italia de la época de la literatu- ra pre-dantesca, al desarrollo y exhuberante floración en el apo- geo del vate florentino. Sir Carlos Lyell expresa con rigurosa exactitud los varios fenómenos que presentan las lenguas: palabras que se pierden ó surgen al impulso de la costumbre, otras que al influjo de un lógico atavismo renacen, otras que tan sólo se modifican ó se unen con nuevas Ó únicamente se restringen. Si á las ciencias y conocimientos enumerados se aplica la teoría de la evolución, es inconcuso que caben en sus aprecia- ciones y se sujetan á sus fórmulas, los hechos, los fenómenos y los resultados todos de las ciencias históricas y para decirlo de una vez de la estética. Se ha aplicado á la estética, sorprendiéndola en todas sus ya- riantes, en todos sus aspectos, en todos sus manifestaciones y en todos sus ramos; lo mismo á la poesía que se desgrana en el sonoro palpitar de sus estrofas, que 4 la música que se deshace en melódico canto que conmueve ó en el armonioso pensamien- to sinfónico que sublima, lo mismo á los hondos análisis de la novela que al palpitante realismo del drama, á la irónica carca- jada del sainete como á la olímpica grandeza del arte plástico. ¡Cuán benéfica ha sido esta aplicación que puede decirse que estriba en el análisis del desenvolvimiento de la cultura á tra- vés de los tiempos y de las influencias que las edades, los paí- ses y las razas han ejercido en el alma humana! El arte y al decir esta palabra congrego en ella todas las ma- 1 E. Ferriére.— Le Darwinisme. $" Antonio Alzate. 1 47 PHANADADILLLIIIDISILIIIIA — o ——— _ _— > q¿_K> 5XA>X-zP —_—- _—_ E nn _ nifestaciones que en este sentir ha producido la humanidad, manifiesta con indiscutible exactitud el estado de progreso y adelanto que aleanza un pueblo, traduce con elocuente persua- sión el genio y el carácter de las naciones, porque sujeto á las condiciones de progreso ó decadencia que en él influyen y fru- to del estado que dichas condiciones originan, las patentiza y las revela con absoluta claridad puesto que las externa. Él es el que en íntimo consorcio con la Historia cuando ya el olvido coaligado con el tiempo ha ido depositando su polvo sobre las generaciones y en apariencia ha borrado los recuer- dos, llega y al acento solemne de su voz soberana, al milagroso conjuro de sus evocaciones brillantes, reales, palpitando de verdad y de vida, tiñe de nueva luz á los matices descoloridos, presta vigor á las esconas pasadas, ilumina los claros, retoca las sombras, despierta de nuevo los colores y ordena de nuevo los contrastes; él es el que hace que al revivir el pasado desfi- len á nuestros ojos en fantástico caleidoscopio las imágenes de los que fueron: el rey asirio ciñendo su tiara sobre la ensorti- jada meseta de sus cabellos; el sacerdote egipcio trazando los caracteres hieráticos de sus obeliscos y de sus speos, analizan- do la rigurosa forma geométrica de sus pirámides, el enigmá.- tico misterio de su esfinge ó la contraída mueca de sus ídolos de basalto; el clásico heleno absorto en la contemplación de su Atenea, desarrollando en el gimnasio su perfecta y vigorosa mus- culación, eseuchando en el pórtico la arenga del tribuno ó la profunda frase del filósofo; al autoritario romano llevado en su litera por esclavos, que altivo y arrogante parece abarcar el ho- rizounte eon su vista: arcos de triunfo, columnas conmemorati- vas, termas, tumbas, sarcófagos, y allá á lo lejos la soberana mole del anfiteatro Flavio regada por la sangre de fieras y de mártires. A la evocación profética aparecen los dorados bizan- tinos de Santa Sofía, de San Vital y de San Marcos, la mani- festación audaz de la bóveda y el apogeo exhuberante de los mosaicos. Surgen los trovadores con sus baladas, la poesía he- 48 Memorias de la Sociedad Cientifica NN, O ASAS SAS SAS SAA AAA roico—popular con sus romances, la urrogante epopeya lírica de la época dantesca, la plenitud del instinto caba'leresco en el hombre y el virginal y púdico recato en la doncella, el arco gó- tico que testifica los anhelos místicos del espíritu creyente, las luchas memorables de Abelardo con el austero abad de Clara- val, la aparición apocalíptica de Tomás de Aquino, de Alberto Magno, del novelesco Lúlio y del vidente Bacon. Como si extraña vitalidad le diera animación, abre sus pági- nas el Renacimiento: aparecen Tasso caballeresco á medias y á medias iluminado ó decadente, Lope de Vega tan fecundo y pen- sador cuanto incorrecto, el mexicano Ruiz de Alarcón neto pre- cursor de Moliére en el sello realista que imprime á la literatura dramática, el vate ciego en su “Paraíso Perdido,” y el sublime Shakespeare con sus creaciones inmortales; descuellan Moliére y Corneille en la comedia, Bossuet y Fenelón en el púlpito, La Fontaine, Lesage, la Sevigné y Balzac, el insigne Balzac en la novela. Toda la época del Renacimiento seimpregna de recuer- dos y por su espléndido cielo cruzan comio astros luminosos los Reni, los Carraci, los Rubens, los Van—Dyck, los Rembrandt, los Velázquez y los Murillo, época del egregio templo del ca- tolicismo en cuyas amplias naves y soberbia cúpula aún se me- ce el gigantesco espíritu de Miguel Angel. Para qué seguir la enumeración de los recuerdos que sur- gen al conjuro, sería preciso ir revisando hoja por hoja en la historia de los pueblos, para testificar que siempre y en cual- quier tiempo el arte patentiza el adelanto y señala y externa la cultura. Esta condición me ha llevado á escribir este somero estudio en que voy á exponer la evolución de la cultura helénica, y el arte que ha sido fruto de tal cultura. Como se va, trato de aplicar las ideas generales que la nueva teoría formula, al análisis del desarrollo de la cultura en un pueblo y elijo el griego porque escel más digno de atención, porque ha sido el pueblo más artis- ta de la humanidad y sus divinos tipos ni deben ni pueden re- legarse al olvido. “Antenio Alzate. 49 OIL RIIIE El plan de este estudio es, pues, fácil de comprender: ex- pongo las condiciones favorables ó desfavorables que influyen en el despertar de la cultura griega, analizo las modificaciones que le hace sufrir el medio mixto en que gravita y del desen- volvimiento que se origina sólo atiendo hasta la época en que el fraccionamiento del imperio de Alejandro y la conquista ro- mana efectuaron la difusión del espíritu griego por el orbe co- nocido; con estos elementos, á su vez me ocupo del carácter, fin y desarrollo del arte que originan las influencias citadas y las cualidades ó defectos que lega á la posteridad. Así pues las condiciones que influyen en la cultura debo di- vidirlas en dos clases: condiciones del medio físico y condiciones del medio intelectual. En las primeras quedan comprendidas eli- ma, topografía, producciones ó en una palabra, la naturaleza del país; en las segundas van consideradas las instituciones que de algún modo ejercen influencia en las ideas de la colectividad ó en las tendencias del individuo: religión, ciencia, política, filo- sofía, costumbres, educación, ete. Si pues partiendo de estas condiciones eficientes vemos pa- tentizada la razón del carácter que reviste el arte griego rela- cionado íntimamente con ellas, habremos dado cima á este rá- pido análisis que si no colma mis deseos á lo menos no ha sido por falta de empeño en suplir en lo posible mi insuficiencia. Expuesto el plan que me propongo seguir veamos cómo ha sido que los griegos fueron los más ilustres, los más eximios, los más verfectos artistas de la humanidad y qué causas obra- ron para hacerlos los más sublimes espíritus que han compren- dido la belleza. TI De la Turquía europea arranca una dobie península cuyas dos fracciones une el Istmo de Corinto, á su alderredor en ca- Nemorias [1894-05], T. VI1L.—7 50 Memorias ae la Sociedad Científica ILLLILILIAIAAIALLA IIILILIALA prichosos grupos y como formando lucido cotejo, numerosos amontonamientos de islas canalizan y constelan el sereno zafir del mar Egeo. Si á la península y las multiplicadas islas se añade la costa occidental del Asia Menor el agrupamiento constituye una uni- dad geográfica: la Grecia. Sus costas delinean la irregular silueta de un litoral acci- dentado: radas, franjas, resaltes, cortaduras, anfractuosidades, rocas que avanzan al mar originando cabos, islas que se aproxi- man á la playa formando archipiélagos; tras un girón de conti- nente que se adelanta, el desquiciado surco de una ensenada que se contrae. Estas condiciones coadyuvan desde luego al desarrollo de la vida marítima; las naves parten al rayar la aurora de la penín- sula oriental del Ática á las Cícladas más meridionales ó bien á las Esporadas frente á frente del Asia ó en tiempo propicio en un día de camino al Helesponto. Cada griego es un marino! y llevado por este instinto que su naturaleza le impone anda á caza de aventuras, de explora. ciones Ó sencillamente de piraterías. Marcan por doquiera la huella de sus pasos: en Etruría ori- ginan la fundación de doce ciudades que fueron muy prósperas; las persecuciones de Deucalión los lleva á las Islas de Lesbos, la ramificación dória que engendra su raza ocurre á la de Rodas, la expedición de los Argonantas los establece en el Ponto Eu- ximo y la tempestad que bate sus bajeles á la vuelta de la gue- rra de Troya los dispersa: va Agamenón y funda en Creta la ciudad de Micenas, Pérgamo y Tegeo; Idomeneo funda en 1ta- lia la de Salento; Diomedes, Benevente y Argos; Nestor, Meto- ponte; lloctetes, Peticlia; en una palabra, la Magna Grecia” que- da constituida. 1 About.— La Grece contemporaine. 2 Drioux.— Compendio de la Historia Antigua. "Antonio Alzate." 51 PHANNDILLDIDILIIIIIA PADILLA A AADILIDLI IL En Asia Menor los Eolios arrojados de Beocia por los He- ráclidas fundan Esmirna y Magnesia tan renombrada por su co- mercio, emigran los Jonios 4 Samos y á Chio y los Dorios á Tiro y Efeso en donde Eróstrato quemó el célebre templo de Diana; las flotas de los Focios llegan á Gades, á Córcega, á Es- paña y fundan Marsella en las costas de Galia; fundan Tarento los Partos de Esparta; Cortona los Aqueos; Silares los Aqueos y los Tresenios; Agrigente los Rodios; la histórica Siracusa los Corintios; en resumen el aliciente de la vida marítima los hace aventureros, piratas ó corsarios, y cuando alguna barca torna al puerto natal ó lleva la noticia de un nuevo punto descubier- to ó de otra tribu subyugada Ó tan sólo cargada de opíparo bo- tín desembarca: oro, plata, marfil y esclavos. Es oportuno, pues, notar que un régimen de tal especie es causa decisiva del fecundo hervidero de las ideas en el cerebro griego y del refinamiento extraordinario de la inteligencia. En el albor mismo de la civilización descuella la interesan- te personalidad de Ulises previsor, astuto, mañoso, intrigador incansable de planes y zurcidor incorregible de mentiras, de espíritu tan ingenioso y tan diestro que “*Pallas misma á quien se empeña en ensartale sus cuentos sin conocerla lo admira y lo alaba: ¡Oh trapacero, mentiroso, perspicaz é incorregible en astucias, quien sino tan sólo un dios podría sobrepasarte en destreza !”* Desde ahora dejo apuntadas estas ideas porque en cualquier époea á que nos refiramos de la historia de Grecia, veremos pa- tentizada ésa cualidad general de los helenos que los hace apare- cer de una penetración y perspicacia de inteligencia incompa- rables, causas de los instintos tendeneiosos que los llevan á ser dialécticos, sofistas, peripatéticos, argumentadores, críticos y filósofos. | Causas también de que al desmembrarse el imperio de Ale- jandro y al efectuarse la difusión del espíritu griego dan margen 1 Taine. — Philosophie de 1'.4rt. 32 Memorias de la Sociedad Científica ODIA ID LIDIA DIS LIN III IS ILD IIS LISIS LLO OIL LLO LOLA al característico tipo del GFreculus de la dominación romana neto precursor de los Mascarilles según la ingeniosa frase del emi- nente crítico francés Taine al que antes ha robado una idea. Pero si la vida marítima les brinda sus encantos ¿que habrá que decir de la naturaleza interna del país que les obsequia con los halagos de la existencia montañesa? Grecia está dividida naturalmente en dos regiones separa- das como antes dije por el Istmo de Corinto: la Helada y el Peloponeso. Del Hemos (Balkán) se desprende una cordillera hacia el S. que separa la lliria de la Macedonia y más adelante el Epiro de la Tesalia en la que remata una ramificación domina- da por la pirámide de cristal del Olimpo en donde Zeus reposaba en su gloria.' Esta es la mayor eminencia del país consagrada por este motivo como morada de los dioses, pues en Corinto, en el Ática, en Beocia, en el Peloponeso las alturas contadas veces llegan á 1,5006 2,000 metros. Si pues el mar unía, la montaña separaba á los griegos aislándolos en cerradas comarcas: al N. el Epiro cuna de los oráculos de Dodona y la Tesalia en que el Peneo arrastraba sus ondas y el Pindo erguía sus elevaciones; al centro la Helada, la Beocia montañesa y feraz, la Fócide en que el Parnaso ocultaba al “sacrosanto Delfos,” la Lócride cu- na de Ayax y teatro del heroico episodio de las Termópilas; la Acarnania, la Meránida, la oriental península del Ática mar- mórea, pedregosa, memorable, en donde Atenas erigió su Acró- polis y la belleza parece que tejió su nido; al S. Corinto la de los juegos ístimos en honor de Neptuno, Siciona la de las dinas- tías tiránicas, Acaya la invencible, Élida la de los juegos olím- picos, Arcadia la de los muros pelásgicos, Laconia en la que mo- vía sus línfas el Kurotas y en donde Esparta echó sus cinfientos á la vez que su rivalidad irreconciliable con Atenas. Dada la pequeñez de Grecia, sus faccionamientos naturales debían resultar exiguos, y si pudieron permanecer independien- 1 J. Sierra.— Historia General. "Antonio Alzate. 1 53 RASIIIILS tes entre sí y resistieron á la conquista, mucha parte tuvo en ello la ruda accidentación del terreno, el escarpado relieve de la superficie y el incontable número de desfiladeros, cañadas y gargantas muchas veces easi Iinfranqueables. El desarrollo orográfico resulta pues enérgico y abundante; el Pindo su arista central se distribuye en intrincadas compli- caciones: hacia el S. por el Otrys, el Eta, el Parnaso, el Helicón y los contrafuertes originados que desarrollándose á su vez van á distribuirse por el O. á Etolia, á Boecia por el E., por Corinto al Peloponeso, hasta perderse como últimos escalonamientos en los quebrados linderos de la playa que continúan crestas deis- las que se alinean ó picachos que surgen de las olas. Faltan los amplios llanos y las dilatadas mesetas, por doquie- ra rocas peladas, erizados perfiles, desiguales siluetas y desque- brajados contornos; en Tesalia se inician los bosques de árboles en eterno verdor, en Phtiotide hay olivos y algodoneros y se siembra el arroz, en Eubea y en el Ática se observan los pal- meros, el olivo, la vid, la cebada y el trigo; en resumen la natu- raleza es sobria en produceiones y á causa de esto el tempera- mento del griego subordinado á la relativa exigúidad lo hace sobrio y poco antojadizo, no exagera los placeres del estómago puesto que debe amoldarse á las condiciones del medio ambien- to que lo rodea y por el contrario contentándose con lo estricta: mente necesario para la subsistencia, sólo atiende al pulimento esmerado de su espíritu. El clima inclemente al N., se dulcifica en el centro alcanzan- do un medio tan justo, que ni brinda tibieza muelle ni difunde inclemente temperatura; para hablar con Eurípides ni el frío de invierno exagera su rigor ni lastiman los rayos de Febo, tan sólo una brisa con que saludan las montañas al mar y contesta éste á las montañas y que amengua el leve calor del estío. ¡Qué espléndidos se desarrollan los paisajes! la atmósfera es serena y luminosa, el cielo muy azul, el aire muy transparen- te, en el hueco de los talwegs y en las jibas de los lomeríos se 54 Memorias de la Sociedad Científica “An” engarzan como piedras preciosas los naranjos y los olivos, los limoneros y los cipreses. Las escasas brumas más bien parecen cendales vaporosos, las raras lluvias cristalinas gotas de aljofar, la estela de los po- eos riachuelos surco de la planta de un dios; hasta el mar al balancearse á la orilla de las sacrosantas costas helénicas cam- bia sus bramidos en halagos, sus tumbos en blandos cabeceos, susecos en arrullos y manso y acariciador lame la playa con sus turgentes ondas azules. Jl griego, pues, no tiene que resguar- darse de lainclemencia del tiempo; se agita, vive y se desarrolla al airo libre, en medio de su naturaleza singularmente hermosa y dotada de tan olímpica belleza. No tiene sino volver los ojos de un lado á otro para sentirse impresionado; la atmósfera se ilamina de luces siderales que parecen tamizarse al atravesarla en dislocados cambiantes, en infinitos matices, en incontable variedad de luces y colores; el cielo fulgura sereno y luminoso cobijando á un lado las monta- ñosas serranías que parecen manchadas con lila y amaranto, al otro el mar que se une con el confín del horizonte en una línea de escarlata; el contraste del topacio de los reflejos con la es- meralda de las penumbras, de las fulguraciones de la luz y el leve titilar de las sombras, de la oposición de las masas y la nitidez de las líneas. Un pueblo en estas condiciones es natu- ral y lógico que selesarrolle más pronta y armoniosamente que ninguno otro, ni el calor lo abruma, ni lo entumece el frío, ni lo incita el aliciente de la sensualidad desenfrenada ó de la iner- cia estéril, ni necesita para equilibrar su constitución el cons- tante ejercicio; la naturaleza física ambiente le regala el necesa- rio reposo, y la tranquila calma lleva su espíritu á la meditación y al concienzudo análisis, No vendrá á turbar el justo equili- brio de sus ideas el extático misticismo — llevado á la exagera- ción —del monje medioeval, ni la lúbrica pesadilla del corrom- pido gentilhombre, ni las mortales ansiedades, ni las angustias, ni el insaciable anhelo desenfrenado de ésta nuestra generación ¡Antonio Alzate. 55 excóptica hasta el histerismo que consume su vitalidad en bus- car á todo el cómo, el cuándo y el por qué. Si, pues, recogemos las ideas y de lo anterior sacamos la consecuencia lógica, vemos explicada por la naturaleza ambien- te que circundó al pueblo griego una de las causas de la supo- rioridad que tuvieron sobre los demás pueblos y la firme per- suasión de que su cultura los había de delatar como los más excelsos, los más puros y los más perfectos artistas de la hu- manidad. 111 Las tradiciones y los autores griegos nombran sin cesar á un pueblo muy antiguo que habitó sus comarcas: los Pelasgos y mencionan á veces otro: los Lelegios; si hay presunción de creer que los segundos eran Tracios que juntamente con los Ilirios ocuparon el suelo de Grecia antes que los Helenos)' ¿ qué son en definitiva los primeros? “¿La opinión más verosímil es la que considera el nombre de Pelasgos como una expresión general que designa la pobla-' ción anterior á los Helenos en Grecia, comprendiendo: Tracios, Tlirios é indígenas pertenecientes á la raza prehistórica doli- cocéfala, llamada acertadamente mediterránea y euyo tipo an- tropológico se ha encontrado en ciertos cráneos del Pelopone- so,”* pueden, pues, considerarse los Pelasgos como proto—h.e- lenos á ejemplo de algunos autores. Según las leyendas obscurecidas incesantemente de mitos, los Griegos descienden de la familia de Heleno que tuvo por hijos Eolo padre de los Eolios, Dorio padre de los Dorios y Xu- to que á su vez tuvo por hijos lon y Aqueo fundadores de los Jonios y los Áqueos. Cuatro tribus, pues, aparecen ser las primordiales que sub- 1 Girard de Rialle.— Les peuples de 1'.Asie el de l* Europe. 2 Girard de Rialle.— Les peuples de l' Asie et de 1 Europe. 56 Memorias de la Sociedad Cientifica VOD III LIL LIL ILL LLL LL LLL ILL ILLIA dividiéndose y ramificándose han originado la formación de pueblos y tribus subordinadas que fueron encerrándose según queda dicho en comarcas: independientes en su régimen parti- cular, pero ligadas entre sí por el espíritu de defensa de la pa- tria común. La civilización asiática influyó en los albores del pueblo grie- go y se conservan los nombres de Cadmo y Pelops, así como los de Cecrops y Danao que le llevaron los conocimientos de la cultura egipcia; pero es evidente que si estas influencias ex- tranjeras tomaron gran parte en el desenvolvimiento de las ideas, sufrieron tales cambios al contacto del medio griego, que este pueblo tuvo la gloria de marcarlo con un decisivo sello de originalidad. “¿La ardiente imaginación, la concepción vivaz, la certeza del juicio, la finura del raciocinio, el gusto por la medida, el sentimiento del arte, fueron dones naturales que supieron ha- cer fruetificar.”? Ahora bien, en todos los ramos que denotan su cultura in- fluye su religión como es común en los pueblos antiguos; hay, pues, que definir el carácter que reviste en el pueblo griego en sus partes esenciales, para asentar esas consideraciones como bases fundamentales de este estudio. La ardiente y viva imaginación de los griegos encubrió la verdad con el ropaje de la fábula, y de cada observación como de cada hecho hizo un mito; pero en vez de divinizar el univer- so á semejanza de la tendencia panteista, divinizó los seres, los hechos, las acciones, los fenómenos, dándole á su creencia el as- pecto politeista elevado á su mayor desarrollo; la naturaleza es una risueña mansión de divinidades y de héroes, el cielo está preñado de ficciones fabulosas que se originan de las miserias de la vida humana y con incomprensible sincronismo “los hé- roes suben al cielo y los dioses bajan á la tierra.”” 1 Ducoudray.— Histoire Sommaire de la Civilisation. 2 Picatoste.— El Universo en la Ciencia Antigua. ¡1 Antonio Alzate, 57 VAINILLA DIODOS LADILLA AIDA IPIIIAA Desaparece la unidad tenebrosa de la creencia india y en la abusiva multiplicación de divinidades, “cada astro tiene su his- toria terrena, cada dios sus aventuras humanas, cada constela- ción su origen mundano, la vía láctea es una gota de leche de los pechos de Juno, los signos del Zodiaco son divinidades que por sus culpas han sido convertidas en constelaciones, las Ho- ras rápidas y fugitivas diosas que dirigen el earro del Sol, el viento y la lluvia, el trueno y el rayo, el eco de los bosques y el silencio de la noche, los ríos y los volcanes, son otras tantas divinidades cuya embrollada historia forma esa mitología inter- minable,” que como se ve lleva el sello de neto meridionalismo del pueblo griego. En su afán de humanizarlo todo con inagotable empeño de antropomorfismo, lá reunión de los dioses era una ciudad ima- gen de la sociedad helénica y el Olimpo era su acrópolis. Zeus (el éter luminoso) era el rey, y desde Helios (el Sol) hasta las ninfas de las fuentes, las bulliciosas náyades, una apiñada mul- titud de sagrados númenes formaba el pueblo divino ¡poética ficción que no sólo había de inspirar las obras maestras que entonces produjo el arte, sino que aun hoy sobrevive y la gra- ciosa fantasía de sus mitos que á todos sonríe festiva sin con- vencer, es no pocas veces acertado recurso de la literatura que evoca á las musas, anhelante de resucitar el perdido Olimpo á caza de faunos que huyen ó de ninfas que se recatan! Al prin- cipio densas nieblas invaden sin embargo ese cortejo mitológi- co; Hesisdo trata de esclarecer esas siluetas borrosas y nos ha- bla del Caos, de la Tierra, del Tártaro, de Urano (el Cielo), de Satumo y.en una palabra, de esas divinidades que constituyen los comienzos de la creencia griega, en los que hay que incluir el episodio horriblemente trágico de Prometeo y el no menos dramático de Pandora. Pero la evolución refinando los tipos y perfeccionando las ideas hizo llegar á manos de Homero tan admirables extravíos; el gran artífice aprovechaudo los elementos con que contaba, Memorias ! 1894-95), T. VII.—8 58 Memorias de la Sociedad Cientifica O a a a a a a A OS juntando á su singular cualidad de narrador, su talento de con- cienzudo lapidario: moldea, fija, matiza, comunica su espíritu titánico de poeta á sus relatos maravillosos y sus poemas la “Tlliada” y la ** Odisea,” que no son sino las tradiciones embe- llecidas de su tiempo, aun á través de tantos siglos la humani- dad las siente y las admira porque en ellas habla, canta y rela- ta por boca del excelso ciego toda la Grecia en los albores de su historia, en los comienzos de su evolución, cuando la imagi- nación caprichosa de sus hijos empieza á refinarse imprimiendo sello de grandeza á sus halagieñas pesadillas. Para dar idea del sentido expresivo que tienen las palabras de Homero, al hablar de las Oraciones dice: que “son hijas del gran Júpiter, cojuel»s, rugosas, de velado mirar; lentamente se avecinan en pos de la injuria para reparar los perjuicios que causa á los hombres. El que respeta á las hijas de Júpiter cuan- do se le acercan las hallará, buenas, compasivas y atentas á sus votos; pero para el que las rechaza con corazon inflexible, im- petran de Júpiter que la injuria lo hiera y lo castigue.” Además de los dioses anunció que veneraban á los héroes que eran los hombres superiores cuyos servicios les habían con- quistado la inmortalidad, “su culto era universal en Grecia, abrazó todas las épocas, doquiera y siempre multiplicó los la- zos que unían el presente al pasado y el mundo visible al invi- sible.”' > y Las formas externas del culto y las operaciones ceremonia- les estribaban en los misterios Órficos, las ofrendas públicas y privadas, las procesiones y las fiestas en honor de los númenes protectores, la adivinación en todos sus aspectos y los juegos públicos. Desde luego se comprende claramente el influjo que ejer- cieron en el desarrollo de la cultura las ofrendas, especialmen- te en su forma pública. 1 Girard.— Lo sentiment religieuz en Gréce. Antonio Alzate. n 59 ONDADODADDEL ODIOSO DADO DIODOS PAIS Ante todo era preciso llevar la ofrenda á un sitio amplio y magnífico que á la vez que impresionara á la muchedumbre que llevaba el tributo, fuese digno de la soberana excelsitud del dios. Fué, pues, preciso un templo, una estatua del dios y altares propios para el depósito de las ofrendas Ó para la celebración de los sacrificios; la creencia, pues, bajo este aspecto coadyuvó extraordinaria, forzosa y progresivamente al desarrollo del ar- te. Las más delicadas atenciones y los esfuerzos más decididos se consagraron á la erección del templo; los arquitectos más ce- lebrados se empeñaron en dar á esta mansión sacrosanta el ca- rácter de severidad, nobleza y soberanía propias de la mansión de un dios; los escultores más distinguidos eran llamados con ahinco para la creación de la imagen del dios que fuese digna de él, y toda esta tarea despertó una enérgica concurrencia en la cual todos querían salir vencedores por la perfección de sus creaciones y lo acertado y bello de sus trabajos; se ve, pues, originarse una selección rigurosa cuyos frutos lógicos fueron las producciones artísticas que más adelante tendré lugar de señalar. : En cuanto á las procesiones que animaban por lo general las fiestas, su utilidad como motivos de decoración es indudable; - en la procesión de las Panateneas en honor de Minerva, diosa protectora de la ciudad, el pueblo entero tomaba parte; había pe- regrinaciones oficiales ya á Delos ya á Delfos y el programa era seductor; los que entonaban las plegarias ceñían su cabeza con coronas y su cuello con guirnaldas y empuñando, ramas toca- ban con ellas la rodilla de la deidad favorecedora ; en el sober- bio friso del Partenón, supremo monumento de Atenas y de su Acrópolis estaba representada la procesión de las Panateneas; las jóvenes doncellas llevando las páteras* y los sagrados va- sos, las víctimas destinadas al sacrificio, los cantores y los eje- cutantes, el cortejo de ancianos empuñando ramos de oliyo, los Páteras. — Vaso que usaban los antiguos para los sacrificios, 60 Memorias de la Sociedad Cientifica LLLL LILLO LIL LDL LLL ” ys BLLLLLI III LLL IOI LILIA carros y los ginetes jóvenes y hermosos apiñados en numero- s0s grupos. No era menor la importancia de los juegos en las fiestas públicas, á los que también originó el carácter de la religión y que sirvieron extraordinariamente al progreso y cabal adelanto del arte. Los juegos principales eran los olímpicos consagrados á Jú- piter que dieron motivo á los griegos para contar el tiempo por olimpiadas; los Pytianos en honor de Apolo en Delfos, los Ne- meanos efectuados en Nemea en honor de Júpiter, á quien cuen- ta la fábula que los dedicó Hércules después de vencer al león de Nemea y los Istímicos gue tenían verificativo en Coriuto para honrar á Neptuno. Los premios otorgados á los vencedores que demostraban habilidad suprema en la lucha, en la carrera y en los ejercicios efectuados, eran modestas coronas de olivo, guirnaldas de laurel, festones de frondas de pino ó en general recompensas de esca- so valor intrínseco que excitaba el amor á la gloria sin desper- tar la afición á la codicia. El vencedor al volver á su tierra natal era recibido en triun- fo, llegaba sobre un carro tirado por cuatro caballos, vestido de púrpura y anegado en las alabanzas y el frenético entusiasmo de sus compatriotas. “Estas victorias que abandonamos hoy á los hércules de fe- ria, eran entonces las supremas. Los poetas más eximios las celebraban; Píndaro el lírico más ilustre de la antigúedad no ha hecho sino cantar las carreras de carros. Se cuenta de un tal Diágoras que habiendo visto coronar á sus dos¿hijos el mis- mo día fué llevado en triunfo por ellos ante el público, y el pueblo juzgando que una gloria tan grande era excesiva para un mortal, le gritó: “Muere Diágoras, porque al fin no puedes ser dios.” Diágoras ahogado por la emoción murió en brazos de sus hijos. A sus ojos, álos ojos de los griegos, ver que sus hijos eran los puños más robustos y las piernas más ágiles de Grecia, era el colmo de la felicidad terrestre” (Taine). 1" Antonio Alzate," 61 PIC LL LIL ISI LILIA OASIS III LL IL LLL LI ILL Vemos, pues, iniciado un punto que adelante juzgaremos con detenimiento; la fuerza, la perfección de formas, la armó- nica constitución del atleta eran elementos que debían originar como originaron una escultura como fué la escultura griega de perfecta y de admirable, Llevados los griegos por su espíritu especial también hicie- ron estribar las formas externas de su culto en las adivinaciones de toda clase: interpretaban los sueños durante los cuales creían gue el alma entraba en comunicación con los dioses, apelaban á la necromancia, á la quiromancia, á la astrología para dedu- cir presagios; se valían de la observación del vuelo de las aves, de las entrañas de los animales sacrificados Ó de los fenómenos naturales, para asentar augurios, y en fin, los anuncios de las si- bilas ó la voz profética de los oráculos, eran para ellos expresión de la voluntad divina. Los sacerdotes interpretaban el rumor de las encinas movi- das por el viento, el eco de las fuentes sagradas que condenó á Safto ó en fin la voz de la pitía que mascando hojas de laurel y colocada en el trípode presa de una alucinación extraña, empe- zaba á proferir frases incomprensibles para los no iniciados, mientras el gas asfixiante que exhalaba el antro en que tenía lugar la ceremonia, provocaba convulsiones horribles á la sacer- dotisa, cuyas palabras al ser descifradas por los sacerdotes for- maban en lo general hermosos versos hexámetros. Como era preciso para esta forma de culto contar con san- tuarios como se erigieron en Dodona (Hpiro) y en Delfos (al pie del Parnaso), una nueva causa se añadió á las otras que coadyuvaban para el desarrollo del arte, y fruto inmediato de estas ideas fué la creación del Consejo anfictiónico que para proteger el santuario de Delfos y vigilar las riquezas en él ence- rradas formaron doce pueblos de la Grecia septentrional. * 1 En Delos, en Calauria y en Oncheste había Consejos anfictiónicos aná- logos al mencionado. 62 Memorias de la Sociedad Científica ALISON LD IO LILIA LLD AIDA DALIA ALLA AAA De los trozos que mejor revelan la augusta majestad con que veían á esos santuarios sacrosantos, conviene mencionar la su- blime evocación de Eurípides: “Ya el carro fulgurante del Sol brilla sobre la tierra y abisman sus rayos á los astros en el seno de la noche divina; se iluminan las inaccesibles rocas del Par- naso y anuncian el astro del día á los mortales. El humo del in- cienso se remonta al cielo..... ¡ Delfianos, servidores de Febo, encaminaos á las argentadas ondas de Castalia y purificados por su linfa pura, dirigid al templo vuestros pasos ......”” Por todo lo anterior se deduce que subordinados á la creen- cia todos los hechos y sucesos de la vida, ella infuyó como era lógico que influyera en los espíritus helénicos con una hegemo- nia suprema sobre cualquiera otra idea; ahora bien, haciendo á sus dioses semejantes á los mortales con su sistema de antro- pomorfismo, divinizando á sus héroes y desplegando la magni- ficencia que les era dable en sus sagradas fiestas, efectuaron una doble selección grandemente propicia para lo sucesivo: al erigirlos templos y los santuarios originaron la concurrencia de los artistas que por lo mismo tuvieron que pulir y refinar sus facultades creadoras y además puesto que por una parte dioses y humanos eran de igual forma y por otra el que vencía en los juegos celebrados en honor de sus dioses era el atleta más ro- busto, más perfecto y más bello, despertaron el afán de llevar hasta la más absoluta corrección la belleza y la forma corpora- les y presentaron admirables modelos á la escultura que tuvo que surgir augusta, soberana y grandiosa. La educación intelectual y el perfeccionamiento físico eran, pues, igualmente estimulados, igualmente encaminados á su apogeo; ¿qué podía, pues; esperarse de un pueblo de este carác- ter tan singular que con igual anhelo atendía á estas dos edu- caciones, que por desgracia al avanzar los tiempos han apare- cido á veces como antagonistas? ¿qué podía esperarse de una 1 Foucart.— Mémoire sur les ruines et 1? histoire de Delphes. '' Antonio Alzate." 63 OLILLLIILI LILIA n TILL III LIL LILIA III INDI III III III raza que tanto por su naturaleza ambiente, como por $us mó- viles intelectuales aplicaba el famoso mens sana in corpore sano en todas sus partes? La Grecia debía ser como fué la ¡ustitu- triz de la humanidad. IV Si ahora pasamos á definir los caracteres de las costumbres, de la política, en general de las instituciones sociales de los griegos, para entresacar los elementos que influyeron en el des- arrollo de la cultura y en el desarrollo del arte, necesitaremos después de ligeras observaciones preliminares atender separa- damente á las dos naciones que caracterizan esas instituciones con notoria importancia y que llenan con sus episodios la his- toria griega en un gran período: Atenas y Esparta. En Oriente no había ciudades sino poblaciones; el elemen- to ciudad (Polis) lo instituyeron los griegos en la historia; del informe sistema Ó más bien del abusivo mecanismo que otor- gaba poder omnímodo al déspota, la evolución condujo al orga- nismo metódico de las ciudades griegas que “supone un pacto entre sus miembros” (Sierra); de la aglomeración irregular se pasa á la institución armónica, lógica y ordenada. Sucesivamen- te se van originando la familia, el patriarcado que aquella ori- gina, los grupos asociados que se derivan del doméstico profe- sando culto al antepasado común ó genos, y la unión de genos ó la fratria. La asociación de los fratrias constituye la file Ko tribu por lo común autónoma aun en tiempos históricos y la asociación de tribus que participan de la misma creencia reli- giosa forma la ciudad. Así como primero el padre era el jefe del culto doméstico de los antepasados, el basileo Ó rey es aho- ra el jefe del culto público de la ciudad, como aquel era dueño de la esposa, de los hijos y del lar representación de la familia, éste es el caudillo de la guerra, el ¿rbitro en las discusiones, el 64 Memorias de la Sociedad Científica Da AA AI IIOIOLOLLILIIL LILIA LAIA dispensador de los derechos, el que hace de su casa Ó pritaneo el hogar de la ciudad y delibera en el foro (agora ) con los je- fes de las familias que han conservado incólumes sus cultos particulares, constituyendo el senado (gerusia ó bulé) á dife- rencia de las asambleas electorales (eklesias) formadas por los demás ciudadanos libres. La ciudad griega era egoista excluyendo al extranjero que no podía ser iniciado en el culto, envidiosa con la ciudad veci- na cuyo culto era diverso, devota hasta el fanatismo de sus di- vinidades protectoras y respetuosa con sus fundadores hasta la adoración. Con tales condiciones la idea de la patria local estaba gra- bada invulnerablemente en el espíritu; ¡ay de los que abando- naban su aduar, el sacrosanto terruño en que estaban las tum- bas de los antepasados, los templos de los dioses y los recuerdos de los héroes! ya no podían en comarca extranjera celebrar sus ritos funerales, ni ofrecer el sacrificio doméstico, ni dedicar la ofrenda nacional; “el desterrado —dice Xenofonte — pierde su hogar, su libertad, patria, mujeres é hijos; ” “equivalía tal emi- gración á la pena capital, era la muerte civil y religiosa” (Du- coudray). Además, ¡cuánto se agravaban las cireunstancias atendiendo á que la religión de la ciudad tenía ingerencia en todos los actos en los tiempos de paz y en los de guerra! “al- ma y cuerpo, vida privada y vida pública, comidas y fiestas, tri- bunales y asambleas y combates, todo estaba bajo la suprema- cía de la religión de la ciudad. ”” Tenemos, pues, explicada desde luego la causa del decidido patriotismo de los griegos y del arrojo y valentía que les era peculiar. Era lógico; cuando se presentaba la hueste enemiga sabía el griego que de ser vencido todo lo perdía y derrochan- do bravura en el combate efectuaba la defensa de su patria; es decir, de la tumba de los antepasados, de los altares de los nú- 1 Fuste! de Coulanges.— La Cité Antiques 1! Antonio Alzate. 65 PLLLLLLILDIILL LL ILILILLI LLL IILIDIILIL LI LDIILILLIIL LISIS LL ILL ILL ILDIDI IL ILLIA LILIA menes sacrosantos, de los sitios preñados de añejos recuerdos, de sus montañas santificadas por los dioses, de las aras de los santuarios y de la seguridad de los hogares; sabía que de per- der en la contienda si tenía que emigrar, le era preciso para cons- tituir una nueva patria, cargar con las imágenes de sus dioses y alumbrar otro hogar con el fuego del hogar primitivo; sabía para decirlo de una vez, todas las amarguras que antes expresé por boca de Xenofonte. Tal conciencia de su situación explica por qué aunque abru- mado por el número lleva á cabo con estoica fiereza el episodio de las Termópilas y por qué vence y acorrala y deshace al co- rrompido persa que intenta robarle sus libertades; tal régimen explica por qué brotan los patriotas á granel y porqué el des- arrollo de la fuerza física y del crecimiento robusto son condi- ciones necesarias de educación. Todas las circunstancias enumeradas se concertan, pues, pa-- ra llegar al mismo fin: desarrollo de fuerza y refinamiento de cultura. V Como decisiva señal de un nuevo orden de cosas y como ra- zón histórica de los sucesos definidos que van á comenzar en Grecia, hay que recordar la pujante invasión llevada á cabo por los montañeses. ? Dorios y Heráclidas bajan de sus abruptas serranías arro- ando con el estrépito de la avalancha cuanto intenta oponerse. -á su paso; éstos á fundar la Tesalia y aquellos á precipitarse sobre los comarcanos del Peloponeso, obligando á Jonios y Ko- lios á refugiarse en el Ática. Habían pasado los tiempos heroicos y quedaban como re- cuerdos: los trabajos de Hércules y de Teseo, las guerras de Tebas y de Troya, la confusa trama de mitos y leyendas, los Memorias [1894-05], T. VIMT.—9 66 Memorias de la Sociedad Científica PLANA IrILIr srta eedas entonando sus cantares épicos, las peripecias de la vuelta de Ulises á su patria, los relatos de los rapsodas, tolo ese teji- do brumoso de reminiscencias del pasado; con la invasión dó- rica quedaban claramente constituídas dos entidades absoluta- mente distintas: la Doria y la Jonia; aquella en el Peloponeso, ésta en el Ática. Aquel trastorno formidable había, pues, fijado por decirlo así la esfera de acción y el campo de dominio de cada una de las ciudades componentes de Grecia y en especial de los dos pueblos típicos que con sus nombres y sus hechos llenaron casi en absoluto esta época de su historia; pueblos cuya rivalidad alboreaba desde la erección de la famosa columna elevada en el Istmo de Corinto, cuya cara dirigida al Ática tenía la inserip- ción “Aquí están los Dorios,” por oposición á la dirigida al Pe- loponeso que decía “Allá está Jonia,” pueblos, en fin, cuyos nombres memorables hacen al punto apiñar los recuerdos: Ate- nas y Esparta. La contraposición de los caracteres de ambas razas explica la causa del apogeo á que llegaron los conocimientos; enérgi- cos, firmes y severos templaban los Dorios con tales virtudes la benevolencia y dulzura de los Jonios, y éstos por su parte equi- libraban con estas cualidades lo que podía haber de excesiva asperidad y rudeza en sus antagonistas. “En una palabra, Dorios y Jonios con sus cualidades par- ticulares y con sus defectos constituyeron un pueblo doble y uno, dividido y fuerte, á un tiempo mercader y guerrero, duro y bondadoso, amable y severo, intrépido y elegante, tan ligero cuanto juicioso, un pueblo que traficaba y combatía y que fué personificado por las dos eternas rivales Esparta y Atenas, re- presentantes cada una de los principales caracteres del espíritu griego y aun podremos decir del espíritu humano.”' Si, pues, estos dos pueblos revelan por su adelanto y pro- 1 Ducoudray.— Histoire Sommatre de la Civilisation. Antonio Alzate. 67 LIDIDILLILILSIILIIILIIIILIIDIIIAIN mr PI greso, el adelanto y el progreso de la cultura griega y ellos cons- tituyen las principales entidades en que debe estudiarse la evo- Jución, vamos á marcar los caracteres esenciales que presentan y el paralelo que puede establecerse entre sus instituciones res- pectivas. vI Esparta, aniquilada por anárquicas disensiones casi desde el comienzo de su desarrollo, halló en Licurgo su salvación; la obra de este legislador semi — histórico se refiere esencialmente á las instituciones sociales y políticas, y como dice Heeren trató “de asegurar á Esparta una existencia debida sólo á sus fuerzas propias, formando y conservando una raza de hombres vigoro- sos é incapaces de dejarse corromper,” por cuya causa “sus le- yes se dirigen más á la vida privada y á la educación física que á la constitución del Estado en la que hizo pocas alteraciones,” quedando permanente la división de los habitantes en tres cla- ses: espartanos que constituían la raza privilegiada y dominan- te, periecos que contaban con menos prerrogativas y estaban su- jetos á la férula de los anteriores y por último, los ilotas que formaban la clase esclava é ínfima, tratados á golpes, ultraja- dos, escarnecidos y a como fieras cuando se multiplica- ban en extremo. La educación rigurosa en todos los períodos de la os se acentuaba desde la infancia; el niño recién nacido era llevado * ante un consejo, que de hallarlo endeble, raquítico ó deforme, ordenaba su muerte precipitándolo de la montaña Ó ahogándo- lo en el Taigeta; así se conseguía ir efectuando una selección dura é inhumana, pero útil para el perfeccionamiento físico de la raza que era el que preocupaba sobre todo á los espartanos. Si el niño nacía fuerte y bien formado, á los siete años se le 68 Memorias de la Sociedad Cientifica III ” rro. IIS . AN E PILLS PILI LILIA LIL ILLIA ILL LL LL IO LLL LLL ASIA LILLE arrancaba del gineceo y desde entonces era un servidor de la patria y un guardián de sus intereses. El régimen á que debía sujetarse el adolescente era riguroso en demasía: “se le acostumbraba á andar descalzo, á poseer la misma túnica en todas las estaciones, á reposar en duros haces de rosales, á bañarse en las heladas aguas del Eurotas, á comer poco, pronto y mal.”' Le inculcaban el gusto por los rudos azares del guerrero, la sobriedad y la discreción, el laconismo y la templanza, el con- vencimiento de que antes que nada era hijo de la patria, la per- suasión de que debía abstenerse del lujo, amar la lucha, resig- narse á la aventurada vida del combatiente. A tal extremo llega este sistema de disciplina que lo obli- gan á efectuar simulacros de palpitante realidad en que demues- tre la robustez de sus puños; para probar el temple de su alma, lo flagelan con látigos y para despertar el instinto de la astucia de la habilidad, lo obligan á robar á veces el alimento que re- quiere su subsistencia, azotándolo cuando fracasan sus intentos. Las jóvenes participando también del carácter que les im- primen las instituciones de su patria, también se ocupan con esmero en desarrollar su robustez y su fuerza; en los gimna- sios corren, saltan, lanzan el disco y luchan por perfeccionar su fuerza física; causa de esta educación es el temperamento fie- ro y heroico de la mujer espartana: ella es la primera en exci- tar á los hombres al combate; ella es la que tiñendo su rostro con el carmín purpúreo de la ira, alienta á las huestes con sus palabras de valor; ella la que mata al hijo cobarde que deserta y la que subordina el amor á sus allegados al amor á su patria, Tal régimen hace de la música con que en tal época podía contarse, una música propiamente guerrera á cuyos sones bé- licos partían los espartanos al combate ó bien acompañaba los movimientos de la pírrica que los bailarines hacían consistir en un mero simulacro. 1 Seinobos.— Histoire de la Civilisation. "Antonio Alzate. 69 El sistema político consistía en la existencia de tres elemen- tos característicos: los dos reyes que hablando rigurosamente ejercían autoridad más bien honorífica, el senado compuesto de veintiocho ancianos jefes de las familias más principales y más antiguas y los cinco éforos (inspectores) que eran los verdade- ros dueños de la situación y hacían del régimen político de Es- parta una verdadera oligarquía aristocrática. Si, pues, en tales circunstancias era preciso que el espartano juntara la agilidad con la robustez y la buena conformación con la fuerza; la institución del gimnasio debía ser necesaria y gene- ral; tal institución al par que dió soldados para el combate y atletas y luchadores, originó modelos de belleza corporal y de forma admirable. En resumen, si las instituciones de los espartanos adolecen de graves defectos como son: los rigorismos de la educación, la torpeza de hacer militares átodos los ciudadanos sin el previo es- tudio de sus aficiones particulares, el inhumano sacrificio hecho en víctimas inocentes que nacían deformes, la supresión de todo afecto que no fuese el de la patria, la supremacía que le con- cedían á la milicia sobre los demás conocimientos y la reglamen- tación hasta de actos tan nimios como el comer, el vestir y el hablar, no puede menos de verse patente que tales institucio- nes tenían en cambio grandes ventajas que Plutarco, Platón y Diógenes han encomiado entre otros y que el papel que los espartanos llenaban en la historia fué el de los primeros guerre- ros y el de los primeros luchadores que había en Grecia. ¿Esta preeminencia acaso es baladí y sus ventajas son trl- viales? no, porque cuando el persa ambieionó en sus anhelos de conquista ahogar la libertad helénica y sentar reales sobre un país privilegiado; al patriotismo, al valor y á la indómita fiere- za se debió que la conquista facasara y permaneciera incólume la libertad de Grecia. | ¿ Y qué significa esta victoria, si no la salvación de un pue- blo que iba en sus adelantos á vigorizar los progresos de la cul- 70 Memorias ae la Sociedad Científica OLLA ILLLILALLLAAAAA tura, haciendo germinar la filosofía y asentando las verdaderas bases del arte? ¿Qué significa esta victoria, si no el fruto de una evolución que dió la preeminencia en la lucha á los seres me- nos numerosos pero mejor dotados ? V1I Como en Esparta, hay que considerar tres clases en Ate- nas: los esclavos, los extranjeros y los ciudadanos. El gobierno es en rigor una democracia aristocrática, pues el hecho de que sólo los ciudadanos son dueños de la situación explica la aparente antinomia del anterior aserto; la asamblea, los tribunales de justicia, de los que podía formar parte cual- quier ciudadano de treinta años de edad, y el consejo de magis- trados, son los elementos esenciales de la organización política; todo ciudadano tiene voz y voto en las deliberaciones, y la li- bertad del pensamiento y de la palabra es un hecho. ' Ahora bien, ¿cómo se efectuó la definitiva organización en Atenas? Breve es la explicación. Después que por la muerte de Codro y de la dignidad real recibió su hijo Medón el título de arconte perpetuo ó vitalicio, la revolución efectuada por los Eupátridas (patricios - nobleza) cambió el arcontado perpetuo en decenal y más tarde en anual ejercido en este caso por nueve arcontes; pero viendo los pe- queños que era abusiva la opresión que ejercían los grandes, iniciaron la lucha dela democracia contra la oligarquía, y como resultado de tal orden de cosas lanza Dracón sus sangrientas leyes que pretendieron calmar la efervescencia de los espíritus con el fiero rigor de sus castigos. Poco fruto se obtuvo con tal legislación, y cuando á la re- tirada de Epeménides, cretense misterioso hijo de una ninfa,' 1 Seignobos.— Histoire narrative el descriptive de la Gréce Ancienne. ¡Antonio Alzate. 1 71 w WALLIS DAI AI III o, Atenas iba á hundirse en la anarquía, apareció un hombre de genio que la salvó como á Esparta Licurgo: este hombre fué Solón. Solón, á la vez que profundo legislador y elocuente tribuno, era gran guerrero, hábil administrador y magistrado íntegro, inspirado poeta y distinguido filósofo; á su talento natural y á las meditaciones de su propia cosecha, había añadido una vas- ta ilustración, fruto de sus viajes innumerables y del contacto que había tenido con los sacerdotes de Egipto y en general con los pensadores del mundo antiguo. Por sus facultades extraordinarias logró formar parte del lucido concurso de los famosos sabios de Grecia, y su nombre ha sido venerado por la posteridad no obstante ciertas costum- bres reprochables que en opinión de algunos mancharon su vi- da privada. Solón dividió la ciudad en cuatro categorías según el mon- to de la contribución que cada una pagaba, conservó el areópa- go que decidía sobre las deliberaciones de los nueve arcontes anuales y convino en que la asamblea del pueblo se formaría con ex-arcontes. Tanto de sus leyes politicas y civiles, como de las milita- res y judiciales se deduce que el sistema educativo de la juven- tud tendía á establecer: el orden y la moral, el respeto á la constitución y el pulimento de la inteligencia; á la inversa de Licurgo, en lugar de someter las costumbres á las leyes, amol- dó las leyes á las costumbres. Si pues bajo este aspecto, queremos establecer un paralelo entre Esparta y Atenas, concluiremos: que mientras la disci- plina militar debía hacer escasas en Esparta las discusiones, el régimen seguido en Atenas las había de fomentar continuamen- te; que en caso de derrota Esparta debía abatirse viéndose ven- cida en su aptitud favorita, mientras que Atenas en tal caso se revestiría de abnegado estoicismo; que en una palabra: “Es- parta aristocrática es la imagen de los gobiernos al estilo de los 72 Memorias de la Sociedad Científica LS LILLLLILILI LILIA LDIIILIL LILLE LLL DIIIS LILIA LL AIIAAINS del Asia, fundados en la fe, en la sagrada inmovilidad de los usos hereditarios y en el amor y en el respeto de lo antiguo;” mien- tras que “ Atenas popular marcha adelante por la senda de la libre discusión, tiene la vista fija en el porvenir y funda la li- bertad.”* Si el paralelo se particulariza analizando las semejanzas y los contrastes que presenta la comparación de un espartano con un ateniense, mayor relieve alcanzan las conclusiones asen- tadas. El espartano sujeto á su régimen oligárquico no podía apa- sionarse por los debates y los derechos políticos; la disciplina á que se acostumbraba desde su infancia le inculca la obe- diencia y la sujeción, la vida de la cacería lo aleja de las dul- zuras del hogar y de los regocijos que brinda la familia; caza, embate y pelea, su ambición es la lucha, su orgullo la victoria. El ateniense estimulado por sus instituciones democráticas, tiene voz y voto, discute y arguye, defiende sus derechos y cela por sus intereses subordinándolos en todo caso á los intereses nacionales, comercia y filosofa, se enciende de entusiasmo si sabe que va á salvar á su patria y derrocha elocuencia cuando toma la palabra, su anhelo es el bien de todos, su ídolo sobera- no la libertad. Mientras el espartano sublimiza el valor, el ateniense subli- miza todas las facultades que pueden nobilizar al hombre, mien- tras aquel sueña con morir dignamente para honrar á su patria, éste en todas las épocas y en todas las circunstancias de la vi- da quiere serle útil, De Esparta saldrán los guerreros, de Atenas los sabios y los artistas, Esparta semejará un campamento siempre sobre las ar- mas, mientras que Atenas será el centro de la cultura y la cu- na del progreso. En tales circunstancias es tiempo de que Atenas con más 1 Cantú.— Historia Universal. 1! Antovio Alzate. n 18 DADAS OLSILLILISIIDLIDIII LDL ID IDIIDILDIDLIIII LID L LIL LIDIA ó menos peripecias llegue á su desarrollo y en el memorable si- glo de Pericles se convierta en fecundo semillero de hombres insignes. Las bases están fijadas y los elementos primordiales analizados, la evolución ha ido refinando la raza física y moral- mente, el dominio de los más aptos para la concurrenccia ha ¿pasado á ser hegemonia, ha llegado el momento oportuno en que aparezca la primavera más florida que ha tenido el arte; la lite- ratura yla filososofía van á llegar á su apogeo, la escultura va á producir sus obras inmortales y en la cumbre sacrosanta del acrópolis se va á erguir el soberano Partenón, obra maestra del arte, como esperando el culto de los contemporáneos y de sus pósteros. Para metodizar, pues, el estudio de la cuestiones citadas que como se ve son el objeto final de este análisis, habrá que con. siderar tres grupos: literatura, ciencia y filosofía, y artes plás- ticas, concretando extremadamente la exposición del carácter de los dos primeros que en rigor sólo van á servir para hacer menos largo y difuso el análisis del tercero. yobd Como en todas las instituciones, la religión y la mitología ejercen decisiva influencia en el arte griego y tan decisiva, que ella explica y manifiesta la tendencia, el carácter y el modo de ser de todas las manifestaciones de dicho arte. Refiriéndonos á la poesía que fué de las primeras manifesta- ciones del sentimiento que emplearon los griegos, vemos en las mismos albores de su historia que sus cantos son himnos y sus cantores, sacerdotes. Faltos de escritura, mientras no llegaron á su país los pa- pirus egipcios. el dulce ritmo del verso fija en la memoria los episodios y en virtud de un heredismo tradicional se suceden las generaciones arrulladas por la mágiea seducción de los mis- Memorias [1894-95], T. VIIT.— 10 74 Memorias de la Sociedad Científica AMADA II VLPIDAIDILIIIOL DILO LILLO L LILLO IS mos cantos: el Linus que traduce la tristeza, el Himeneo que sirve de epitalamio, el Threno que funge de lamento funeral y el Pean que conmemora la victoria. Los sedas acompañados de su cítara Ó de su lira entonan sus poemas heroicos originando la epopeya, los rapsodas recitan de pueblo en pueblo los relatos que han aprendido y al llegar Ho- mero á la escena del mundo modela los tipos más divinos de las creaciones épicas, inpregna á dioses y á héroes con un sello de olímpica grendeza y llevado en alas de su potente inspira- ción con las fulgentes brillanteces del cielo ilumina las sombras de la tierra. Crea un tipo inmortal: el de Helena y Helena es el símbolo del arte clásico; en el fervoroso culto que le tributan los can- tores se advierte la fervorosa admiración que tributan á la belle- za; ella es tal vez una ficción pero una ficción soberana; ella es la que va á despertar la exhuberancia de obras maestras; ella la que constituye el rayo más luminoso que va á brillar con es- plendores de sol en el cielo del arte helénico. “Cuando Helena aparece sobre los muros de Troya, los an- cianos mismos no tienen valor para maldecir á la que causa la ruina de su patria. No nos indignemos que por tal mujer con invencible constancia sufran males terribles griegos y troyanos. Su rostro y su añdar la asemejan á las diosas inmortales. Sin embargo, sea cual fuere su belleza, regrese en buena hora en los bajeles griegos para no causar nuestra pérdida y la de nues- tros hijos” * En esa literatura primitiva revestida de olímpica grandeza impregnada del gusto innato del griego, “hay— dice Castelar?— siempre fija una estrella que se llama Helena; víctima del amor, mártir del destino. Teseo la adora, Páris la arrebata en alas da los vientos y en brazos de los mares, Proteo la detiene en Egip- 1 Bayet.— Historia del Arte. 2 Castelar.— Ensayos Literarios. "Antonio Alzate. 1 75 SINADANADIOLILL LI IILIILILDIN to, Priamo no duda en ofrecerla á Troya como holocausto de su hermosura, el héroe de Homero abandona los Elíseos Campos para reclinarse en sus brazos, y como si el martirio á que la condenó el destino no hubiera jamás de acabarse, Goethe la eyo- ca en el siglo XIX para libar en sus labios la idea de la anti- gua Grecia.” Dice Pausanias, que rodios y lacedonios alzaron templos para honrar su memoria y que el poeta Sthesichoro quedó ciego por desconocer la grandeza de aquella soberana musa; Herodoto, que las vírgenes deformes se transfiguraban en su templo reci- biendo purísimos resplandores de belleza é Isócrates que Cástor y Pólux ascendieron por ruegos de su hermana al trono de los astros; porque al arte, que es una oración infinita exhalada en nubes de aroma y en torrentes de armonía, le es dable ceñir la frente de sus sacerdotes con la inmortal diadema de la gloria. ¿Qué podía esperarse de un pueblo en cuyos albores había tan mágicos matices y en cuyo cielo fameaban tan excelsos fulgores? ¿Qué podría esperarse de una raza que desde sus co- mienzos tuyo poetas como los homéridas para ensalzar sus glo- rias, divinizar sus mitos y alfombrar con tan valiosa pedrería el conmovedor relato de sus tradiciones? Y si seguimos la evolución veremos surgir con eliodo la poesía didáctica, con Calino de Efeso y con Tirteo la poesía ele- giaca que suscitaba el frenesí guerrero, con Arquiloco el ¿am- bo metro de la ira y de la sátira, con Solon y con Theógnis la poesía gnómica ó sentenciosa y con Hipponax la poesía cómico-— : heroica ó la parodia. Mas la inspiración está ebria de desplegar por completo las alas, le enfadan los obstáculos y le seducen los encantos de la variedad, brota la oda acompañada por la lira heptacorde de Terpandro de Lesbos y queda constituída rigu- rosamente la poesía lírica. Safto, “coronada de rosas, casta y sonriente,” entona sus himnos nupciales, Alceo esparce sus odas políticas, modula Anacreonte sus delicadas voluptuosidades, lanza Simónides sus 76 Memorias ae la Sociedad Científica PILLS ISI III ILLIA PILA AI PILI cantares políticos y Píndaro, el excelso lírico de las “odas triun fales” arroja sus acentos divinos como guirnalda de victoria á los pies de los atletas vencedores. De tales elementos y cuando Atenas fué. el centro intelec- tual de Grecia, brotó otra forma de poesía que unía la serenidad de la epopeya con el seductor encanto de las creaciones líricas: el drama. Dionisos (Baco) era un dios celebrado pomposamente por los griegos y cuyas fiestas originaron el teatro griego;' un narrador puesto sobre un tablado relataba la vida del dios alternando con coros que entonaban las alabanzas; el carácter de la fiesta era, pues, religioso y el invento de tal institución se debía á Thespis; poco después Esquilo aumentó el número de personajes, con- virtió los relatos en diálogos, forjó argumentos históricos ó fabu- losos imprimiéndoles interés y patriotismo, dió 4 los actores máscaras imitativas de las personalidades que representaban, se ocupó con afán en lo relativo 4 maquinaria y decoraciones y en resumen consagró sus esfuerzos al desarrollo del teatro con tal esmero que con justa razón se le nombra “padre de la trage- dia,” y el crítico alemán Schlegel ha llegado á decir que “la tragedia brotó armada de punta en blanco del cerebro de Esqui- lo como Minerva de la cabeza de Júpiter.” Además, del primitivo tablado en que hacía sus relatos el narrador, se había pasado al verdadero teatro; un inmenso he- miciclo apoyado en el Acrópolis estaba cubierto por graderías de mármol en que tomaban sitio los espectadores; seguía la or- questa en que entonaban sus himnos los coros y finalmente la es- cena era el lugar en que los actores desenlazaban la tragedia. La decoración era siempre la misma, un templo ó el pórtico de un palacio, y el marco que encuadraba tal espectáculo era el azul firmamento griego, tranquilo y luminoso; las montañas 1 Para detalles sobre la disposición del teatro griego en que no puede entrar este estudio, puede consultarse el Traité d' Architecture de L. Rey- naud. 1 Antonio Alzate. 1: 17 “Y vecinas manchadas de lila, el panorama monumental de la ciu- dad y el mar que á lo lejos matizaba sus ondas con las caricias de los rayos del Sol. Se comenzaba la representación con el albor de la aurora, se desempeñaban tres tragedias de seguido, es decir, una trilogía, y para finalizar le tocaba su turno al drama satírico que se aca- baba comunmente á favor de la luz de las antorchas; en el intervalo de cada pieza se levantaba un telón de la parte baja del teatro. Como estas representaciones daban lugar á concursos li- terarios en que al principio el pueblo y después un tribunal de cinco jueces juzgaban del mérito de las tetralogías (la trilogía y el drama satírico ), presentadas por los autores, el espíritu de la concurrencia se desarrolló, y en esto, como en todo, vemos patente la causa de por qué en cualquiera tarea que emprendían los griegos llevaban desde el comienzo probabilidades de éxito; el natural afán de obtener la calificación suprema estimulaba á los compositores dramáticos y la progresiva perfección de sus creaciones debía influir en lo sucesivo en virtud de un fenóme- no de heredismo. Otros dos nombres honraron en alto grado á la tragedia grie- ga: Sófocles y Eurípides; el infatigable Esquilo había bebido su inspiración en los personajes soberanos de un mundo ideal, sus creaciones revestían un carácter elevado y pomposo, sus obras brotaban impregnadas de un sabor legendario y heroico que contrastó notablemente con las producciones de sus sucesores. El más inmediato Sófocles, vencedor en veinte concursos, crea- dor de más de cien piezas y verdadero poeta del apogeo de' Pericles y de consiguiente del de Atenas, emprendió la tarea de abandonar el plan de Esquilo, humanizando por decirlo así sus tragedias y haciendo propiamente hablar al hombre; si no sacu- dió en absoluto—lo que era imposible—la influencia de las ideas religiosas y mitológicas que como á todo griego debían impresionarle, sí logró imprimir realidad en sus obras dándoles o 78 Memorias de la Sociedad Científica POLI DO IDLILIIIDIA carta de naturaleza humana, al analizar atentamente los carac- teres y dar ála reponsabilidad de un acto la debida importancia. Eurípides que aun más que Sófocles se alejó de las ideas de Esquilo, investigó con elocuente realidad las pasiones todas del alma y los hondos misterios del corazón humano; sus creacio- nes dejan de estar impregnadas del purísimo culto á la verdade- ra belleza y en todas se descubre como característica cualidad la emoción, sus obras conmueven y no contento con tañer esa cuerda de la lira aun se permite á veces desflorar en sus trozos ya severo filosofismo, ya sentencias morales. Durante el siglo de Pericles surgieron pues los tres creado- res del drama: “Esquilo que excitaba el terror, Sófocles la ad- miración y Eurípides la piedad ” (Ducoudray). Los tres insignes trágicos simbolizan tres períodos del des- arrollo del drama: el primero imprime á su estilo un sello de seyeridad y de nobleza, llega el segundo y establece un exacto equilibrio entre la perfección y un realismo armonioso, el últi” mo subordina la correcta belleza á la gracia y encanta y con- mueve. Marcan, pues: el primero “la infancia, el segundo la plenitud del vigor y el tercero el principio de la decadencia, pe- ríodos naturales en la vida de todo el arte,”* Ó para decirlo en lenguaje más apropiado: Esquilo expresa el período en que el drama tendiendo á desarrollarse más bien atiende á su conser- vación; Sófocles el período en que sojuzgadas las condiciones desfavorables de la concurrencia, el arte evoluciona llegando á su perfección; Eurípides, por último, el período en que amen- guado el incitante hervor de la lucha y por consiguiente extin- guiéndose las energías viriles se inicia necesariamente la deca- dencia. Son, sin embargo, tan eximios estos tres graudes trágicos, que muchos siglos después otros colosos de la literatura dra- mática no han titubeado en inspirarse en esas fuentes fecun- 1 Campillo y Correa,— Literatura Preceptita. 1 Antonio Alzate. 1 79 OOLILLLILIIL III PILI PIDIO LDILIIAIII das y para no citar sino tres ejemplos basta recordar á Racine en su “Andrómaca,” su “Fedro” y su “Ifigenia” á Voltaire en su “Electra” y á Voltaire y Corneille en el “Rey Edipo,” ¿qué pueblo puede equipararse al griego que en toda suerte de co- nocimientos dejó tipos incomparables á la posteridad? ¿qué pue- blo participa de la gloria suprema de que sus libros sean leídos con igual amor por los eruditos de todos los tiempos, mientras aún sirven sus modelos á los alumnos de las Academias y los restos de su arte plástico ocupan como reliquias el lugar prefe- rente en los Museos? Pues bien, en aquel afortunado tiempo la producción huma- na parecía inagotable: surgió la comedia al impulso de Aristó- fanes, la historia 4 los esfuerzos de Herodoto y la elocuencia tu- yo por representante característico á Pericles. Aristófanes, cuya irónica carcajada repitió más tarde Molie- re, el insigne autor del “Tartufo,” conquistó una gloria inmen- sa; enemigo implacable del régimen democrático, flageló con las aguzadas saetas de su verba mordaz, con los candentes cau- terios de sus bufonadas y con el sarcástico humorismo de su sátira aquel orden de eosas que profundamente le disgustaba, y digo que su gloria fué inmensa porque los atenienses subyuga- dos por el hondo gracejo de Aristófanes, aplaudían con frenesí la acerba parodia que hacía de las instituciones sin corregirse y sin pensar que tales lecciones los fustigaban á ellos mismos y que tal donaire llevaba veneno como el áspid. ¡Quién había de decir á aquel sublime satírico que más tar- de un novelista; el egregio Balzac, el inmortal autor de la “Co- media Humana,” había de emplear análogo sistema con la socie- dad parisiense, y á mayor abundamiento cómo hubiera imagina- do que el príncipe de la novela, el insigne mutilado de Lepanto, el gran Cervantes, esgrimiendo por armas, regocijadas sonrisas enidadosamente saturadas de hiel, había de operar con tal sis- tema toda una revolución en los espíritus haciendo huir á los caballerescos noveladores con sólo salpicar unas gotas de tinta! 80 Memorias de la Sociedad Científica ñWVAUALIDIDILIIDLILL LL ILLES DILE LIL LLL LIL LIL LILIA LIDIA Dije que con Herodoto surgió la historia y en un encadena- miento riguroso: el “padre de la historia,” fantaseador, crédu- lo, tan erudito cuanto candoroso, suscitó á Tucídides que im- pregnó sus narraciones de sabor guerrero y llegó á veces, ana- lizando las causas eficientes de los hechos históricos, á servirse de su pluma como bísturi para efectuar la disección impertur- bable de las pasiones del corazón humano; empresa que á un tiempo delataba su paciente investigación de anatómico y su severa rigidez de filósofo. Viene al fin Xenofonte, el fiuído y correcto prosista, el autor de la “Retirada de los Diez Mil” que aunque vivió en Esparta por la simpatía que le inspiraba la institución aristocrática, im- primió en sus obras el delicado sabor ático de su patria natal, testificando que tal dialecto era el “verdadero idioma culto de la Grecia” (Sierra). Con este personaje queda terminada la enumeración de los pensadores que se distinguieron y caracterizaron el adelanto de las letras griegas antes de la difusión de la cultura originada por el desmembramiento del Imperio de Alejandro. Vemos, pues, que como siempre, los griegos por el sistema con que organizaban todas sus instituciones, cada paso que da- ban era un progreso y cada idea era un adelanto. Vemos que en plena satisfacción de las necesidades que iban creciendo, el arte dramático como todo arte no es producto que aparece al acaso, ni fruto meramente espontáneo, ni resultado de una energía inconsciente y fatal; el arte dramático griego — para ceñirnos al presente caso —como toda entidad, apareció cuando era lógico que apareciera, cuando las necesidades lo pi- dieron, cuando el desenvolvimiento de las ideas hizo que en un encadenamiento progresivo, del tablado en que el relator enco- miaba á Dionisos, fuese preciso dar más interés al campo de ac- ción hasta llegar por sucesivas amplificaciones de escena al ver- dadero teatro griego; sujeto á causas primordiales, eficientes y finales, su evolución tuvo que efectuarse necesaria y forzosa, de 1 Antonio Alzate. '! 81 IILDIIIILILIII ILL e OLSIIIIDIILILIILIIIILLIILIIAN eN la “homogeneidad indefinida é incoherente pasó á la heteroge- neidad definida y coherente,”' y como esta evolución se efectuó armónica y metódicamente el arte griego no pudo menos que ser perfecto. Para finalizar este párrafo y atendiendo á la anterior consi- deración, trasladaré un pensamiento de Menéndez Pelayo:* “El arte —dice el egregio erudito español —como toda obra huma- na digna de este nombre, es obra reflexiva, sólo que la reflexión del poeta es cosa muy distinta de la reflexión del crítico y del filósofo,” y agrego yo ¿qué espíritu ha habido más reflexivo, más pensador, más refinado y más especulativo que el espíritu griego? El párrafo que sigue consagrado al análisis concreto del ca- rácter de la filosofía y de la ciencia helénicas, va á realzar más méritos poniendo de relieve la exactitud de la anterior afirma- ción. IX Poco debieron las ciencias experimentales á los griegos cier- tamente; el peculiar modo de ser de su espíritu no les permitía en lo general, metodizar la experiencia continuada, rigurosa y científica que tanto vuelo ha alcanzado en nuestros días; en Grecia el sabio en su prurito de especulación, es curioso, inves- tigador de la razón abstracta, ciego partidario de las sutilezas de la dialéctica; halla placer en efectuar operaciones de análi- sis y de síntesis con las ideas, gusta de saborear todas las va- riantes que es susceptibie de sufrir un pensamiento, se compla- ce en tejer escrupulosas tramas de axiomas y teoremas, y si alguna vez interroga á la naturaleza por “mera fórmula,”* co- 1 Spencer H.— Les Premieres Principes. 2 Menéndez y Pelayo M.— Historia de las Ideas Estéticas en España. 3 Echeagaray.— Teorías Modernas de la Física. Memorias | 1894-95], T.VMI—11 82 Memorias de la Sociedad Cientifica SIOLILILLIIIIAIDIOL III PWPLLLIILLILIIIILIILLDL III ILILDILII mo más le agrada “inventar que descubrir”' y el semillero de su cerebro es inagotable, á la vez que su potencia creadora es inexhausta, en Grecia tienen germen todas las ideas, todas las hipótesis, todas las teorías, todas las posibilidades, todas las opi- niones y todas las escuelas filosóficas; no hay proloquio— de los fundamentales se entiende —que no haya tenido en Grecia su defensor, no hay sistema que no se haya planteado en sus es- cuelas y no hay doctrina que no haya tenido su apóstol. Es, pues, lógico, que en tamaño conflicto de opiniones encontradas hubiera errores y verdades, absurdos y certezas; pero bien dis- eulpados están los griegos de haber dado margen en ocasiones á irreconciliables contradicciones si en medio de ese caos bru- moso hay una luz resplandeciente que no ha apagado el trans- curso de los siglos, sino por el contrario cada vez la abrillanta "más: las matemáticas, cuya inmutable afirmación, cual brotó de los labios de Pitágoras, de Platón, de Arquímedes, de Apolo- nio, han repetido y repiten los alumnos de nuestros colegios; las matemáticas que eternamente inquebrantables en su exac- titud contundente, han visto pasar como dice Echeagaray: “si- glos y siglos, gentes y pueblos, instituciones y leyes, glorias hu- manas y tremendas catástrofes, sin que esta ebullición de cien razas, ni este pavoroso oleaje haya logrado conmover un teore- ma ni quebrantar el más humilde corolario geométrico.” En este sentido ¡cuántas ideas contemporáneas, cuántos sis- temas filosóficos, cuántas doctrinas aún se conservan ya idén- ticas, ya con leves cambios, ya por último, con otros nombres ó tan sólo vestidas á la usanza moderna y que son netamente de origen griego! ¿No acaso aún hoy la Geometría de Euclides es libro escolar en Inglaterra? ¿uo acaso aún en los cursos de lógica se enseña el silogismo de Aristóteles y priva en algunos centros de cultura la moral estoica, y algunos resucitan los arquetipos de Platón, los 1 Echeagaray.— Teorías Modernas de la Física. '" Antonio Alzate." 83 DHADILI WELL LILIA LILIA átomos de Epicuro, el escepticismo de Pirrón y el sensualismo que más tarde han revivido Locke y Condillac? Todo sistema filosófico tiene germen en otro correspondiente de las escuelas griegas: idealistas, racionalistas, pantelstas, to- das las subdivisiones que puedan enumerarse, tienen su apóstol que más Ó menos análogas las ha expuesto á,sus prosélitos, y en cuanto á las ciencias exactas ¿no acaso forma parte de la primera escuela de Alejandría el gran geómetra de la antigie- dad: Arquimedes, que por sus trabajos matemáticos se le ha con- siderado, entre otros de sus muchos méritos, como el fundador del método de los límites ( método de exhausión) y de las prime- ras ideas de cálculo integral?" ¿No acaso los nombres de Hiparco, de Ptolomeo, de Aristar- co, están consagrados por la astronomía? Es fuerza convenir que la base de toda especulación abstrac- ta tiene en Grecia su origen y que para hablar eon propiedad . desperdiciaron sagacid ad y sutileza de espíritu á manos llenas; con ver el feliz resulta do de su investigación encadenado á la idea primordial por una serie de deducciones armoniosas y por decirlo así simétricas, estaban satisfechos; tal era el vicio nacio- nal que á la vez mani fiesta como dice Taine el talento nacional. Sujeto á tal régimen su espíritu y siendo cada cerebro griego una especie de deidad creadora capaz como Proteo de adopt: r todas las formas, era lógico que el abuso de la argumentación y de la dialéctica produjera el efecto del vino más exquisito en una cabeza fuerte, al cabo llegó la embriaguez bajo la forma del ergotismo, de la doctrina de los sofistas Ó de la de los peripa- téticos; algunas escuelas como la de Carneade calificaron de su- prema gloria defender indiferentemente el pro y el contra, y es- te peligroso proceder condujo á otras á dudar de todo saturadas 1 Montucla.— Histoire des Mathématiqaes. Torres Torija Manu el.— Nociones de Algebra Superior. Hoefer.— Histoire des Mathématiques. Carnot.— Reflexions sur la métaphysique du calcul infinitesimal, eto. 24 Memorias de la Sociedad Científica como estaban del más envenenado escepticismo; y la de Eneride- ma llego á decir que no había más certeza en una proposición que en la contraria. La común elasificación bajo la cual se agrupan las escuelas filosóficas griegas en rigor hace destacar dos características: la jónica ilustrada con los nombres de Thales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia, y sus discípulos Anaximandro y Anaxi- meno, y la que puede llamarse itálica ó establecida en la magna Grecia, ilustrada esencialmente con dos nombres: Pitágoras, fundador de la escuela dórica, á la que corresponde también Fi.- lolao, y Xenófanes, fundador de la eleática, á la que se refieren también generalmente Zenón, Parménides y á veces Empédo- cles. Cobra nuevos bríos la escuela jónica con las afirmaciones de Heráclito, y como si algún genio extraño hallara complacencia en suscitar nuevas doctrinas, aparecen; Anaxágoras que sacrifica bienes y riquezas por dedicarse á la filosofía, Demócrito lanzando su teoría atomística, Pitágoras y Gorgias encabezando la es- cuela de los sofistas, y Sócrates que con su ejemplo y su doctri- na al fin rasgó algunas nieblas que obscurecían el horizonte in- telectual, haciendo la apoteósis de la virtud y suscitando otros dos colosos inmortales: Platón y Aristóteles. “¿Todo es interesante en Sócrates: aparencia personal, fiso- nomía moral, situación, objeto, método, vida y muerte;”* no obs- tante su desaliño y su fealdad, es tan virtuoso, tan ejemplar, tan irreprochable en sus deberes públicos y privados, hay tal majes- tad en su frente serena y tan apacible benevolencia en los plie- gues de su rostro, que seduce sólo al contemplar su helénico busto; el oráculo délfico lo proclamó el más sabio de los hom- bres, mientras él leyendo en el santuario la máxima “conócete á tí mismo,” adoptó como lema: “sólo sé que nada sé.” Como no es absolutamente mi objeto la exposición de ninguno de los 1 Lerves G. H.— History of Philosophy. "Antonio Alzate. 1 85 IS IL RR RR AR A A A DIPDIICOIIILIIDIDIN sistemas filosóficos y tan sólo he necesitado entrar en los deta- lles necesarios para marcar los caracteres esenciales que pre- sentó la filosofía, ramo predilecto de los griegos, bastará decir que Sócrates constituído en apóstol de la virtud y de la moral, enseñó con denodado empeño Sus doctrinas y que su muerte que revela la estoica entereza de una alma grande y noble fué digno epílogo de su vida. El sucesor de Sócrates merece ciertamente justísimos enco- mios, la doctrina que expuso Platón desarrolla, amplía y poeti- za las concepciones de su maestro; artista y matemático, poeta y filósofo, de sus conceptos brotan teorías sobre el amor, sobre ' la belleza, sobre la virtud y sobre el alma. Su escuela llamada académica porque enseña sus doctrinas en el jardín de Acade- mus, tiene miras vastísimas. Como en sentir de Platón nada satisface á la ambición de verdad y de bien que hay en el alma, la tendencia que en ella existe á lo perfecto y á lo divino prue- ba que en ella existen impresiones é ideas de un mundo supe- rior; continuando en este sentido establece la naturaleza y modo * de ser de sus arquetipos y dice: “que siendo lo corporal defec- to, la vida debe consagrarse 4 una purificación perpetua hasta realizar en la tierra la virtud que es la libertad y la felicidad,” _ exclamando lleno de dulce emoción que “el hombre que sabe servirse de esas reminiscencias, está incesantemente iniciado en los misterios de la perfección infinita y él sólo se perfecciona verdaderamente á sí mismo.” ' Sus ideas expuestas en forma de diálogos son prodigios de armonía y de belleza, y á tal grado llega su afán por las miras especulativas Ó por la ciencia exacta, que no contento con co- locar en su puerta la famosa inscripción “no entre aquí el que ignore la geometría,” fantaseó en extremo sobre el problema matemático del alma, la teoría de los triángulos elementos, la formación de los sólidos poliédricos y otras tantas cuestiones 1 Platón.— Diálogos Socráticos ( Fedro ó de la Belleza). 86 Memorias de la Sociedad Científica Srs! LLIALLALI mitad matemáticas, mitad metafísicas, en las que á pesar de to- do se descubre el infinito alcance de su privilegiado cerebro. No satisfecho aún con estas cuestiones en su “Tratado de la República,” por ejemplo, como testificando la variedad de sus conocimientos, da á indicar cierto régimen que quizá encubre tendencias socialistas,' y por consiguiente manifiesta que aun en esta clase de asuntos madrugaron los griegos. Aristóteles, que como antes hice observar aún ilustra á nues- tra actual generación en muchos puntos, substituyó “un rea- lismo individualista al formalismo platoniano. Lo que existe primero que nada para Platón es lo general y para Aristóteles el individuo,”” establece la diferencia entre potencia y acto, clasi- fica las causas que hacen pasar á las cosas de la potencia al ac- to, fija como ley inquebrantable la de la continuidad gue traduce el concepto de la evolución de que todo ya de lo inferior á lo su- perior, es decir, de lo incoherente á lo coherente; el saber inci- clopédico de Aristóteles, que en opinión de Melchor Cano “no es posible ni conveniente desarraigar de las escuelas;”* le per- mitió abarcar todos los conocimientos humanos, desde las ma» temáticas que como siempre seguían privando, hasta las cien- cias naturales que empezadas á formar por Hipócrates aún no tenían el desarrollo de los demás ramos del saber. Aplicó, aunque imperfectamento, la inducción, pasando de lo particular á lo general, de lo contingente á lo necesario; pero el principal mérito de su doctrina estriba á no dudarlo en haber formulado las leyes del raciocinio que en rigor constituyen la lógica. El insigne jefe de los peripatéticos —que tal nombre re- cibieron sus discípulos porque enseñaban paseando en un lugar llamado Liceo— ejerció, pues, decisivo influjo en las ideas de su tiempo, en toda la Edad Media, en las turbulencias univer- 1 Beauregard.— Précis d' Économie Politique. 2 Fonsegrivo, G. L.— Blements de Philosophie. 3 Menendez y Pelayo. — Ensayos de Crítica filosófica. Melchor Cano. — Lugares Teológicos. Antonio Alzate. 87 enn sitarias del siglo pasado y hasta este mismo siglo XIX que no ha ofuscado con sus luces la que á pesar de sus errores brota pura y fulgurante de las ideas del insigne discípulo de Platón. Del movimiento intelectual provocado por Sócrates, además de las escuelas de Platón y de Aristóteles, se originaron otras: la Cínica fandada por Antís tenes, la Cisenaria por Arístipo, la Elíaca por Fedón, la Erética por Menedemo, la Megárica por Eu- clides homónimo del gran geómetra, la Piriónica por Pirión, la de los epicureos por Epicuro y la de los estoicos por Zenón de Ci- tiún que discutía en el pórtico Ó Stoa, y por esto ha hecho bau- tizar con tal nombre su doctrina. ; Ahora bien, las tres lumbreras de la filosofía griega habían agotado el material que era dable, teniendo en cuenta el adelan- to que alcanzaba la cultura: Sócrates había formulado con rigor la ezxcelsitud de la moral; Platón amplió cuanto era posible la idea del bien y de la belleza; Aristóteles se afanó guiado en su empresa por su enciclopedismo en asentar las condiciones de la verdad, estableciendo las leyes del raciocinio; había, pues, pa- sado la filosofía del estado de conservación, al de evolución; es- torsionar sin mesura al pensamiento era provocar la decadencia y la decadencia llegó en el centro netamente griego; los filóso- fos que siguieron á Aristóteles falsearon la: bondad, la verdad y la belleza; el progreso cobraba apogeo en otra parte; ¡tal es la ley suprema de las compensaciones! y el nuevo centro tam- bién rayó á gran altura. Alejandría honró las páginas de su his- toria con sus dos memorables escuelas típicas: la primera que inscribió en su libro los nombres de Euclides, de Arquímedes, de Apolonio de Perga, de Eratóstenes, de Herón, de Nicome- des, de Diocles, de Hiparco y de Aristarco; la segunda que con- gregó á los neo—pitagóricos y á los neo-platónicos, se honró con los nombres de Ptolomeo, Menelao, Anatolio, Plotino, Jám- blico, Porfirio, Pappus y Diofantes; mas como estas escuelas fueron fruto de la difusión de la cultura griega, sólo nos toca mencionar los hechos sin entrar en detalles agenos al Án de es- te análisis. , 88 Memorias de la Sociedad Cientifica PLLLI ILL LIL III LILIA mr LILIILLLIIIILLILIIIL LAA Vemos, pues, que en resumen en el aspecto que revistieron ciencia y filosofía en el medio griego, se ve traducido con no- toriedad palmaria el carácter del espíritu helénico y se corro- bora la afirmación antes asentada de que dicho espíritu era so- bre todo: reflezivo, refinado, pensador y especulativo, de que poseía el íntimo sentimiento de matizar maravillosamente la hi- pótésis más extraña, de infundir gracia en el aserto más audaz, de infiltrar una deliciosa ironía en el razonamiento más severo y de derrochar en la más nimia opinión, elegancia, belleza y ar- monía. Los griegos, pues, seducidos por los encantos de las argu- cias intelectuales, maestros en el discurso, en las sutilezas de la argumentación y en los recursos del ergotista, hasta á los ra- mos más severos del saber humano supieron encubrirlos con veladuras de belleza. Si, pues, recapacitando sobre lo que va escrito juzgamos que la suprema soberanía que domina en todas las producciones de los griegos, es un resultado lógico de las condiciones físicas é intelectuales que en ellos influyeron, ¿qué hay que esperar res- pecto á las producciones del arte plástico de que vamos inme- diatamente á ocuparnos y que constituye el objeto final de este rápido estudio ? Ya podemos de antemano sentirnos conmovidos con su gran- deza y su olímpica majestad, si el pueblo que hace tales mara- villas halla en la plástica el auxiliar más poderoso para revelar y externar sus ideales; ya de antemano debemos sentir que nos sublima más que nunca el soberano soplo de su genio; ha lle- gado el momento en que trémulos de veneranda admiración sa- ludemos desde lejos á Pallas, cuya imagen se yergue en la cum- bre del Acrópolis, 4las incomparables esculturas de Fidias que van á conmovernos con su hermosura, al Partenón ante cuyo augusto pórtico vamos á doblar la frente cual tributo de mudo respeto, mientras de cerca nos aletea la belleza y se infiltra en nuestra alma la incomparable mágia del sentimiento griego. ' Antonio Alzate. 1 89 X “El arte griego — dice Bayet—.es el más progresivo: de una á otra generación cambia, se desenvuelve, siempre por una se- rie de transformaciones, cuyos lazos se perciben sin dificultad; su historia es parecida á la del ser humano, que nace, crece, lle- ga al pleno desarrollo de su fuerza y de su belleza, con arreglo á las leyes mismas de la naturaleza;”* pero hay que añadir ¡cuán espléndido es ese desarrollo y qué mastría campea en todas las producciones que origina! Ahora bien, las producciones plásticas habría que estudiar- las en sus tres formas típicas: arquitectura, escultura y pintu- ra, pero teniendo en cuenta que excepción hecha de “algunos vasos, algunos mosaicos y las pequeñas decoraciones murales de Herculano y Pompeya, los monumentos de la pintura antigua han desaparecido; sin poderse hablar de ellos con precisión, * más bien vamos á ceñirnos á la breve exposición de los carac- teres que la arquitectura y la escultura presentaron en Grecia. Desde luego es ocioso insistir en que penetrados de ese ex- quisito gusto de la medida; de ese sentimiento innato de la pro- porción, de esa cualidad de comprender la armonía, de tantos “soberanos dones de que con justicia podían envanecerse; al pre- tender esternar por las artes plásticas sus ideales, la produe- ción tuvo que brotar franca, natural, sin ambajes; su cerebro era una potencia creadora inextinguible, su imaginación era un semillero inexhausto y fructífero, sus aptitudes eran supremas y á mayor abundamiento: su naturaleza, su religión, la raza cul- ta y perfectamente formada constituían alicientes, objetos y mo- delos incomparables que necesariamente debían conducirlos á un éxito jamás igualado. 1 Bayet.— Historia del Arte (edición española). 2 Taine.— Philosophe de 1' Art. Memorias [1894-95], Ti VILL.— 12 90 Memorias de la Sociedad Científica Los griegos, pues, que en los demás ramos humanos, no eon- tentos con sobresalir en su tiempo, parece que como ptueba irre- fragable de esa indiscutible supremacía, se habían querido cons- tituir en eternos mentores de la posteridad legándole: tipos, doctrinas y pensamientos inmortales, era racional y necesario que llevaudo el mismo plan en las artes plásticas, se esforzaran en distinguirse con igual esmero. Pues bien, repitiendo una idea antes expuesta, aun en nues- tros días sirven los modelos helénicos en las Academias y ocu- pan lugar preferente en los Museos. Pero no es esto todo, señal quizá de tradicional respeto Ó de falta de sentimiento artístico, pero es el caso que en ocasiones en algunos planteles de enseñanza llegan á copiarse ciega y ri- gurosamente los perfiles, los ornatos, hasta las mismas propor- ciones arquitectónicas de los griegos; tal es la influencia deci- siva que aún ejercen en los espíritus modernos que acuden á beber á fuentes que no ha logrado secar el transcurso de los siglos; contraste extraordinario, ¡el hombre actual, progresista, industrial científico y financiero, por inferioridad ó por rutina rinde fervoroso culto á la sublime raza desaparecida que en cada idea le dejó un cánon inviolable ó cuando menos, si falso, impreg- nado de una bellísima armonía! Si pues tanto por, el razonamiento hasta aquí continuado como por la comprobación del no interrumpido respeto que los. siglos han tributado á la cultura griega, comprendemos y pal- pamos las razones de su superioridad, refiriéndonos al arte plás- tico, pues que de él vamos á ocuparnos, ¿qué influencia decisiva le imprimió el carácter que lo singulariza? ó para concretar más la exposición pues que hemos convenido en fraccionarla en dos partes, ¿qué institución, qué idea, qué motivo, qué causa influ- yó en la arquitectura griega para formarla tal cual fué? La respuesta tiene que ser y es inmediata y decisiva: la re- ligión, la mitología; sin religión ó sin mitología ¿podrá compren- derse el arte griego? creo que aun puede ampliarse la pregunta Antonio Alzate. 1 91 PLLLILLIOOIOLD IL AAMAAIIN 2 sin acercarse mucho á los tiempos modernos: ¿podrá compren- derse el arte en general? Pues qué ¿no es la influencia de la re- ligión y su carácter el que establece la diferencia específica en- tre la pagoda y la mezquita, la sinagoga y los tings, entre los teocallis y los speos, frutos de civilizaciones definidas? ¿No acaso por el carácter de la religión se sigue la cronología del arte á través de los siglos y cada modalidad es la revelación tí- pica de una época? ¿No se continúan en un seguido encadena- miento; el templo griego, el romano, el latino, el bizantino, el románico y el lombardo, el gótico y el del Renacimiento? De la severa perfección helénica; motivada por el propio carácter del pueblo conquistador por excelencia, surge la opulencia romana con su predilección por el arte corintio; mas cimentada la nue- va religión de Jesucristo y fruto de necesidades apremiantes, los nuevos creyentes erigen sus basílicas latinas en termas abandonadas ó en provias basílicas romanas; el movimiento intelectual concentrado en Bizancio origina con Santa Sofía un nuevo estilo que imitan San Marcos de Venecia y San Vital de Ravena; á poco más, fruto de un nuevo curso en las ideas y de la aparición de los normandos en la escena europea, yerguen sus campanarios y sus naves templos románicos y lombardos y al avanzar los tiempos y caminar la Edad Media á su apogeo iluminada por el persistente fulgor de la creencia cristiana, el místico deliquio y la extática contemplación avanzan á la par, las naves de los templos parecen bajas y mezquinas para el espí- ritu que anhela volar al cielo y mecerse en el purísimo éter de la bienaventuranza; la gestación es dolorosa, pero fructífera; la ca- tedral gótica lanza al infinito sus agujas de labor inverosímil, los arcos se peraltan formando ojivas, los ajimeces parecen sos- tenerse en virtud de equilibrio incomprensible, los botareles se lanzan atrevidos y las naves amplias, altas, soberanas, revelan la ambición de beatífica excelsitud del espíritu creyente. Llega al fin la gran revolución que sacudiendo el letargo de los creadores, les habla de pompa, de gala, de exhuberancia, 92 Memorias de la Sociedad Científica ADLAIINI LDILLIDILIIIILLILIIIDIIIIDIAs PIDA de fecundidad, de Renacimiento y á granel brotan los artistas encabezados por un nombre que hace recordar evocando admi- Pación y recogimiento, grandeza y respeto: la catedral de San Pedro de Roma y el soberano “Moisés” pensativo, las tumbas de los Médicis y la bóveda de la Capilla Sixtina. Siempre y en todas partes la religión es no sólo inagotable venero, sino poderosa causa eficiente de la variante que expe- rimenta un estilo ó del carácter neto del arte de una época; ¿no acaso refiriéndonos por un instante á las otras artes plásticas, la escultura y la pintura que al principio se refirieron á la repre- sentación de héroes, de mitos y de divinidades paganas, en la Edad Media originaron la prolífera floración de esa multitud in- contable de santos que constelaron los claustros y los conventos y en el Renacimiento motivaron las obras maestras que decora- ron los altares, las ábsides, las naves y las bóvedas de las basí- licas ? Los griegos de consiguiente, que como oportunamente hice observar, ni habían debilitado sus facultades en contempla- ciones puramente mistificadoras, ni sentían tampoco la enfer- medad intelectual de este siglo de los Werther, y aun en sus mismos escepticismos y tendencias pesimistas infiltraban no sé quéseductor encanto, por estas razones y por el carácter fielmen- te religioso que les era propio, al externar sus ideales valiéndose de las artes plásticas, antes que nada se acordaron de sus dioses, y por razón obvia de las mansiones que como relicarios debían guarecer sus venerandas imágenes; es decir, su edificio supremo fué el templo y su predilecta escultura la estatua representati- va del dios. Para erigir el templo era preciso atender á varias circunstan- cias: su situación, su magnitud, su disposición, los materiales con que había de construirse y el arreglo armónico y bello del monumento; ¿cómo dieron cumplimiento á estas circunstan- cias? Desde luego había que elegir el sitio para el templo y el sitio '" Antonio Alzate. 1 ] 93 q ILLIA elegido fué el apropiado, el lógico, el que mejor revelaba la suprema importancia del monumento. El templo, al contrario de lo que hicieron los Egipcios que lo cireundaban de varios recintos como ocultándolo, convinieron en erigirlo en una eminencia formada, ya de amontonamientos de rocas como en Siracusa, ya en una elevación montañosa que dominaba la ciudad, como el Acrópolis de Atenas, ¿y podían haber elegido mejor sitio? El templo erguido en la eminencia traducía un hermoso simbolismo, expresaba que el dios hecho guardián de la ciudad estaba pronto á brindarle su protección y á defenderla de los enemigos, expresaba que el más alto deber del ciudadano era el religioso y que sus obligaciones de creyen- te eran las primeras á que debía atender. Los barcos al acer- carse á la playa era lo primero que saludaban entusiasmados, de cualquier rumbo de la ciudad se observaba la sacrosanta mole bendita; como además, ni estaba aprisionado entre edificios de carácter extraño que ofuscaran su gallarda altiveza: sereno, noble, augusto y majestuoso, recortaba con su sentida silueta el azul del cielo; las líneas puras, los contornos armónicos, el as- pecto total perfecto, soberano, incomparablemente bello. Al atender á su magnitud, no apelaron á los gigantescos pisos como los Asirios, ni á las proporciones desmesuradas de los monumentos Egipcios é Hindues; para su sentimiento ar tístico el laberinto de avenidas, de recintos, de colosos, de obe- liscos, no hubiera conducido sino al vértigo y al atolondramien- to, y ellos que hasta á sus dioses los habían antropomorfizado necesitaban también humanizar sus templos, por decirlo así; las proporciones de consiguiente tuvieron un justo medio que sin ofuscar impresionaba. Además, el templo no tenía por destino recibir á la multitud de creyentes que hoy invade los nuestros; en Grecia la muchedumbre quedaba afuera, el objeto del tem- plo era único, servir de mansión al dios, Ó como antes dije, ser el relicario de su imagen; su disposición interior si requería grandeza y soberanía, no demandaba las naves colosales que más tarde empezaron á privar. 94 Memorias de la Sociedad Científica Su disposición era sencillísima y contrapuesta por completo á las que el arte originó más tarde en plena Edad Media, por ejemplo; un rectángulo cireuído de columnas con leves varian- tes que han hecho á los eruditos establecer clasificaciones se- gún la disposición del plano ó según el número de columnas; distinguiendo bajo el primer aspecto: los templos in antis como los de la Victoria en Atenas y el de Baco y Myus en Jonia, los próstilos,' anfipróstilos como el erigido en Atenas cerca del Illi- sus, perípteros como el Partenón, el templo de Teseo en Ate- nas y el de Júpiter en Nemea, pseudo—perípteros, como el de Apolo Didymeano cerca de Mileto y pseudo -díptero, como el de Diana en Magnesia; quese diferencían porque respectivamen- te: el primero tiene ante Ó sean pilastras en los ángulos de los muros de frente, dos columnas bajo el frontón y carece de pór- tico, el segundo pórtico en su fachada principal, el tercero dos pórticos en dos caras opuestas, el cuarto pórticos en todas sus caras, el quinto pórtico que lo cireuye formado de columnas me- dio embutidas, el sexto doble pórtico que lo cireuye, y el últi- mo una hilera de columnas que lo circuye pero dejando sitio en el interior para una segunda hilera. Bajo el segundo aspecto, según que hay 4, 6, 8, 106 12 co- lumnas en la fachada que corona el frontón, han designado el templo como tetrástilo, hexástilo, octástilo, decástilo 6 dodecástilo, y aun llevados de espíritu clasificador han diferenciado el templo picnóstilo en que los intercolumnios tienen por valor diámetro y medio de la columna en su base, de los templos sístilos, eústi- los, diástilos y areóstilos en que los intercolumnios valen 2, 21, 3 diámetros ó una dimensión arbitraria mayor. El templo hipetro era períptero, pero había en la cella, en el centro y en cada lado una hilera de columnas, de consiguiente la cella estaba dividida en tres naves de las cuales la central es- taba descubierta. 1 No se ha conservado ningún ejemplo de esta especie. Ramée.— His- toire de Y Architecture. '! Antonio Alzate. 1 95 Finalmente, las partes características en lo general de los templos eran cinco: la primera comprendía el basamento y la escalinata; la segunda el templo, rigurosamente hablando, que á su vez constaba del sacrosanto recinto del dios, de la sala hí- petra descubierta y los pórticos anexos; la tercera constituía el pronaos ó la anticella, y las dos últimas eran: el opistidomos ó te- soro y la columnata exterior, comprendiendo el pórtico de la fa- chada principal. Por lo común el material empleado fué el mármol, se trata- ba del dios y era racional que su mansión revistiera la magni- ficencia debida; además, la combinación del tono del material de construcción con las decoraciones policrómicas que emplea - ron con tan acertado tino, rompía lo que pudiera haber de mo- nótono en la entonación general, y el brillante efecto de las ma, tizaciones grises junto á los eolores vivos del bermellón, los mortecinos del azul, los velados del ocre, y los sordos del ver- de agrupados en un contraste admirablemente dispuesto, des- pertaban como aun puede observarse en Pompeya, un sentimien- to dulcísimo de espontáneo y genial meridionalismo. Ahora bien, si tal es en conjunto el carácter del templo grie- go, ¿qué habrá que decir del análisis detallado que en él puede hacerse? Dónde hallar como en él la soberana armonía de los elementos de composición que sin amba¿es ni rodeos se moti- van y se externan, claros, definidos y racionales. Las columnas estriadas cobran admirable gentileza que no riñe con su esencial severidad en virtud de la sentida diminu- ción de diámetro que sufren á los % de la altura; el capitel des- plega con expresiva delicadeza sus molduras y señaladamente el cuarto bosel griego cuya original arrogancia es inimitable, las líneas horizontales están convadas y las verticales dirigidas a] centro como testimonio de que el artista griego en vista de lo- grar un conjunto armonioso trató de evitar la pobreza emocio- nal de la rigurosa línea geométrica atendiendo á la vez á las ilusiones de la perspectiva. 96 Memorias de la Sociedad Científica El friso á la vez que elemento arquitectónico, les sirve co- mo campo apropiado para la decoración; en el dórico el contras- te interrumpido de los tríglifos y las métopas les hace decorar éstas con bajo—relieves exquisitos que en el Partenón, por ejem- plo, representan como dije la procesión religiosa de las Panate- neas. En otros casos apelan á decoraciones de escudos, trofeos, simbolismos, ete.; pero siempre apropiadas al carácter general del monumento. , Como coronamiento se yergue el frontón proporcionado, li- geramente bajo y distinto por este motivo á los frontones usa- dos por los romanos; el tímpano amplio y apropiado indica su objeto con evidente claridad. Allí van bajo—relieves, estatuas, episodios de alguna tradición mitológica; en el Partenón, por ejemplo, está representado en el frontón principal el nacimiento de Minerva y en el opuesto la disputa de Neptuno y Atenea por la posesión del territorio. Finalmente, como remates: acróteras de oro, cabezas de león, palmetas y esmaltes que armonizándose á su vez con el resto del monumento lo hacen único é inimitable. Tres órdenes emplearon los griegos para sus creaciones ar- quitectónicas: el dórico sencillo, severo y varonil, el jónico más rico, más elegante, más femenino, por decirlo así, y el corintio que siguió después, intentando combinar las volutas jónicas con las hojas de acanto graciosas y flexibles, más rico aún de con- siguiente y más ataviado que los anteriores. El notable arqueólogo Miller, apoyándose en gran acopio de razones que inducen á creer que las construcciones de ma- dera dieron margen á las formas posteriores ejecutadas con pie- dra Ó con mármol, dice refiriéndose al orden dórico, que en él: “todo es útil y todas las partes se corresponden concurriendo al objeto para el que se han hecho y que por esta razón el dó- rico es noble y grande, pero que la construcción con piedra se ha inspirado en varias formas de la construcción con madera 1 Antonio Alzate. 97 IIS que le antecedió y que dichas formas se han perpetuado largo tiempo en el entablamento.”* Los tríglifos se ven como repre- sentaciones de los extremos de las vigas y las métopas como el espacio separativo. El orden jónico que es casi seguro que tuvo por cuna las provincias griegas del Asia Menor, brotó revestido del espíritu más amable, más elegante y menos austero que caracterizaba á las razas de estas comarcas, y al ser introducido en la Grecia Europea, aunque no pudo rivalizar con el dórico que era el que prevalecía, sin embargo á él recurrieron los arquitectos al erigir los templos de la Victoria Aptera y del Erecteo y en los Propi- leos lo usaron en el interior en combinación con el dórico que fué elegido para el exterior de los soberbios vestíbulos. Kn cuan- to al corintio de cuyo origen da Vitrubio una narración tan poé- tica cuanto inverosímil, empezó á emplearse preferentemente cuando el amor al lujo y el ambicioso afán de la opulencia co- menzó á infiltrarse en el sentimiento artístico; entre los prime- ros ejemplares de este orden se cita una columna aislada é inte- rior en el templo de Apolo en Basae, cerca de Figalia (Arcadia), hecho por Ietinio, y como monumento curioso en que se ostenta dicho orden, también se hace recuerdo del monumento corár- gico de Lisícrates. Llevando la escrupulosidad hasta el detalle más nimio y has- ta el elemento más imperceptible, en las molduras, en los perfi- les, en los contornos, en las siluetas, aunque siguiendo el natu- ral carácter que el orden elegido les imponía, siempre denotaban en el arreglo dispuesto la maestría con que sabían manejar las formas que casi por lo general eran rudimentales elementos geo- métricos; pero elementos geométricos arreglados con tal arte, que el conjunto á la vez vario y uno, era armónico por excelen- cia, racional, lógico y verdadero. Igual arte gue para combinar los detalles los llevaba á combinar las masas, y dotados de tan 1 Miller K. O.— Handbuch der Archeologie der Kunst. Memorias [1894-95], T.VIIL.— 13 98 Memorias de la Sociedad Científica OLLLAI/IOIOILI LIDIA LALO III singulares cualidades, al agrupar sus templos lo hicieron siem- pre con éxito feliz, efectuando contrastes afortunados entre los órdenes y los estilos. Al lado de la arquitectura dórica, la arquitectura jónica pro- digaba sobre el Acrópolis la variedad exquisita de sus líneas, la elegante disposición de sus molduras y la riqueza de su de- coración; el Acrópolis de Atenas era de consiguiente el supre- mo Museo de Grecia, por decirlo así, desde los Propíleos, obra de Muesicles, que eran sus espléndidos vestíbulos, hasta los mo- numentos que coronaban la meseta, cada detalle era una obra maestra. El Partenón construído con mármol del Pentélico, er- guía su pórtico soberano, su frontón lleno con figuras colosales en relieve, sus frisos tachonados con admirables bajo—relieves: las Panateneas, los Centauros y los Lafitos, Hércules y Teseo, que delataban el genio de Fidias, y para más importancia servía de augusto tabernáculo á la imagen crisoelefantina de la virgen Atenea que también hacía adivinar el cincel del egregio escul- tor. Como modelos de orden jónico se hallaba el templo de la Victoria Aptera al borde de una estrecha terraza á la derecha de los Propileos, y el templo del Erecteo, vecino al Partenón, en que podían verse el olivo que Atenea había hecho surgir del suelo, la señal que había dejado en la roca el tridente de Nep- tuno y la magnífica tribuna de Cariátides que lo singularizaba extraordinariamente. En la pendiente del Acrópolis se erguía el templo de Baco y aun se ha creído hallar vestigios del famo- so odeón de Pericles.” Todos estos monumentos y los que han desaparecido ofre- cían un contraste maravilloso, la oposición de órdenes y del es- tilo que llevaban impreso los hacía valer recíprocamente, ha- ciendo resaltar unos la belleza de los otros y todos la grandiosa majestad del conjunto; pero los griegos imbuídos de ese senti- miento innato de la armonía que no se aprende, no se confor- 1 Stuart. —Antiquities of Athens. ¡Antonio Alzate. 99 nn. PILLLLILIIILLILILILIIILL maron con eso: ““la fría y monótona simetría que es tan alabada en nombre de la antigiedad y la disciplina estrecha y mezqui- na que ahoga el arte con pretexto de regularizarlo mejor,” no ofrece su pesada uniformidad en el Acrópolis. Los griegos ale- jándose de ese espíritu de ciega simetría mecánica, hacen des- iguales las alas de los Propileos, colocan á diverso nivel los dos santuarios del Erecteo, dejan la irregular superficie de la coli- na que ostente sus quebrados perfiles para que den realce á las sentidas formas geométricas y á la regularidad de las líneas ar- quitectónicas; mas logran combinar de tal suerte las masas y ordenar con tal armonía las agrupaciones, que logran patentl- zar que sienten y comprenden el arte verdadero, racional y ex- pontáneo. S1 pues, finalmente, tratamos de asentar los caracteres de la escultura, la empresa tiene que ser breve, tanto por las cau- sas acumuladas que nos obligan á esperarla llena también de perfección y de belleza, como por las ideas generales que sobre el arte hemos expuesto y que son necesariamente aplicables á esta manifestación plástica particular. - Hemos observado la selección ordenada por medio de la cual los griegos refinaban la belleza corporal de su raza; pues bien, el fruto de tales ideas fué la imprescindible institución de la orquéstrica, la pírrica, la gimnástica y otras instituciones aná- logas. La orquéstrica tenía por objeto la enseñanza de los movimien- tos y las actitudes bellas en las danzas sagradas; pero como para el combate se requerían hombres ágiles, robustos, cada sol- dado debía ser un luchador y la institución del gimnasio, neta- mente espartana, necesitó brotar como fruto de tales necesida- des y con objeto de satisfacerlas cumplidamente; en el gimnasio, que era un gran cuadrado circuído de pórticos ó de avenidas, provisto de baños y de salas de ejercicios, los jóvenes aprendían á luchar, á correr, á saltar, á lanzar el disco; es decir, á desa- rrollar fuerza y agilidad y aun con objeto de endurecer los múscu- 100 Memorias de la Sociedad Científica III los se bañaban en agua fría; tal educación dió origen á los atletas que eran por lo común los mejores soldados, y ya antes cité un ejemplo de que un tal Diágoras murió de la emoción al ver que sus dos hijos habían salido vencedores el mismo día, ejemplo que demuestra que pues en tan suprema opinión tenían los griegos la fuerza y era gran gloria vencer en los juegos, lo lógico fué que este estímulo provocativo contribuyera por su parte á mejorar la raza en este sentido. En cuanto á la pírrica también hice observar que era un me- ro simulacro de lucha bajo el pretexto de servir de baile y en el cual los bailarines efectuaban todos los movimientos de comba- te haciendo el intento de atacar, de detener el golpe, de lanzar el venablo. : De consiguiente, pues que en virtud de todas estas causas lo- graron refinar exquisitamente la perfección de la forma á la vez que el desarrollo de la fuerza física, y además con su mitología antropomórfica divinizaban el cuerpo humano, la estatuaria sur- gló racional y lógicamente, el atleta coronado una vez se hacía acreedor á una estatua, y si era coronado tres ocasiones la es- tatua era icónica; el dios era también representado por una estatua, pues que su efigie era en todo análoga á la efigie hu- mana. La conclusión de consiguiente es inmediata: siendo la reli- gión el supremo deber, siendo el templo el monumento de ma- yor importancia y siendo las procesiones y los juegos frutos ló- gicos de esa religión, natural fué que la producción escultórica resultara fecunda y perfecta: ya dedicada á la erección de esta- tuas honoríficas, ya á la representación de las efigies de los dioses, ya utilizada en los grupos mitológicos que desoraban los frontones ó los bajo—relieves de los frisos. Ahora bien, al dignificar los griegos el cuerpo humano y se- llarle una serenidad propia y perfecta, por el contrario de los actuales artistas que se preocupan por “la amplitud de la fren- te pensativa, por el fruncimiento del entrecejo irritado, por el 1! Antonio Alzate." 101 pliegue del labio burlón,”* ellos se interesan por “un pecho que respire bien, un tronco sólidamente asentado en las caderas, una red nerviosa que lance ágilmente al cuerpo,”? es decir, no subor- dinan como los modernos el cuerpo á la cabeza, y aun como una prueba más de la dignificación del cuerpo á que antes aludí: los ojos carecen de pupila, la expresión del rostro es calmada, la ac- ción que efectúa el personaje es por lo común insignificante y aun el color uniforme de la estatua parece testificar el culto á la forma pura, abstracta, divinizada y augusta. No podía menos que ser soberbia la externación de ese culto: el joven aparte de sus tareas intelectuales llevadas á cabo en el - liceo, en la casa del sabio ó en el patio en que predicaba sus doe- trinas el filósofo, corría á la palestra á ostentar su divino cuer- po de atleta, musculoso pero perfecto; armónicamente modela- do por la energía acumulada de las generaciones desaparecidas, que en virtud de una selección rigurosa habían llegado á em- bellecer incomparablemente la forma, á dar al cuerpo huma- no esa admirable corrección de perfiles, esa soberana variedad armónica de contornos, esa belleza olímpica de líneas inimi- tables. Siendo tales los modelos, tan adecuados los modeladores, se originó una escultura en que el ideal de la forma perfecta no reñía con la realidad palpitante de la vila, una escultura que supo revelar el latir del arrogante pecho, la contracción expre- siva del músculo, el vigor autoritario del nervio y las suculen- cias todas de la carne. El desnudo ¡qué maravillosa y apropiadamente lo eompren- dían y lo supieron interpretar los griegos! como para ellos la forma era lo supremo, lo selecto: refinaron, pulieron, armoniza- ron, imprimieron en el desnudo todos los sentimientos de belle- za que los embargaban y como almas verdaderamente sublimes, 1 Taine. — Philosopñhie de 1 Art. 2 Taine.— Phalosophie de 1 Art. 102 Memorias de la Sociedad Científica siendo para ellos el ideal el cuerpo desnudo, hermoso, activo, proporcionado y exquisito, no denigraban esa sublimidad, ni ese ideal con torpes pensamientos; la virgen espartana al efec- buar sus ejercicios no temía que las miradas la mancillaran al contemplarla, muy por el contrario, aquellas miradas que res- balaban por su cuerpo divino eran tributos á la forma, no alha- gos á la mujer. Los juegos olímpicos, píticos, nemeanos, eran el apoteósis y el triunfo del desnudo; de los rincones de Grecia llegaban los modelos esculturales y vivientes á ostentar su belle- za ante un pueblo que trémulo y emocionado los envidiaba, los deificaba. Llegaban: la lucha, la carrera, los ejercicios de lanzar el venablo ó el disco; el atleta vencedor era proclamado y su nombre caracterizaba la Olimpiada, los poetas más excelsos le brindaban sus ritmos, su país natal lo recibía en triunfo, era el ser más feliz porque los dioses lo habían hecho robusto, ágil, vigoroso y bello; tales cualidades eran el colmo de la dicha y la plenitud de la ventura. Tales consideraciones explican, pues, las causas y expresan el carácter de la escultura griega; desde el fabuloso Dédalo que hacía estatuas de madera, con más Ó menos peripecias, el enér- gico refinamiento de la raza originó el decidido adelanto de la plástica en el aspecto á que nos vamos refiriendo. En Samos y en Chío, en Argos y en Sicione más tarde, y en la Isla de Egina, se originaron escuelas de escultura: imbuídas del admirable gusto jónico las primeras, con impresión de se- veridad dórica las segundas que le dieron escuelas á Esparta desdeñosa en lo general por las artes, y mezclando ambos esti- los la de la Isla de Egina, que de rival pasó á ser víctima de Atenas. Pero la escuela ática sobrepujando á lo que antes se había hecho y á lo que despues se produjo, se honró con el nombre del gran asociado de Pericles en todas sus empresas artísti- cas, del gran modelador de Atenea, del gran escultor de los mo- numentos del Acrópolis; para decirlo de una vez, del gran Fi- dias. 1 Antonio Alzate." 103 Dórico y jónico á la vez, imprime en sus creaciones, en vir- tud de esta feliz mezcla de tendencias, las cualidades selectas del genio griego: sencillez y virilidad, elegancia y perfección, movimiento y gracia, cualidades que sólo el griego lograba reu- nir sin que unas expulsaran á las otras; cualidades que en Fi- dias están testificadas en sus obras maestras: la Minerva cri- soelefantina (de oro y marfil) del Partenón, la Minerva guerrera que domina el Acrópolis enyo penacho se distinguía desde el mar, y el Júpiter de Olimpia que tuvo tal majestad que los grie- gos al estar frente á frente de la estatua, creían estar frente á frente del verdadero dios, y juzgaban que morir sin haber visto aquella maravilla era la mayor desdicha. “La influencia de Fidias se descubre en las cariátides del Erecteo, jóvenes á la vez que fuertes, elegantes y que agrega- do á la gracia delicada de los pliegues de sus túnicas y á lo ati- nado de las formas, la leve inclinación de las piernas les infun- de vida y movimiento. Es debido asociar al nombre de Fidias, los de Alcamenes, Mirón, á quien se atribuye el Discóbolo que está en el Louvre, y Polignoto, de quien decían los antiguos que nadie le igualaba en la finura del detalle; que escribió un cánon de las proporcio- nes del cuerpo humano y es autor del Doriforo (portalanza) y el Diadiomeno (atleta que se corona con una cinta). En esta época afortunada la escultura prodigó sus primores aun en las estelas que por lo general se colocaban sobre las tum- bas con la efigie del muerto ó con representaciones simbólicas: la última despedida, la celebración del banquete funeral 6 asun- tos análogos. Más tarde aparecen como característicos tres personajes: Scopas de Paros, Praxíteles y Lisipo: el primero, á pesar dé'que modela Ateneas y Artemisas, siente las “pasiones vivas y embria- gadoras” y prefiere para infundirle alma al mármol las divini- dades algo más sensuales como Dyonisos, Afrodita y tros ; Pra- xíteles, aun más sensual y más provocativo, modela la Venus de 104 Memorias de la Sociedad Científica PILI Cnido ( Louvre) y el Apolo Sauróctono de menos mérito, pero se- llado con la delicadeza y el hechizo que eran propios de sus obras; Lisipo, apasionado por la vigorosa virilidad y la arrogan- cia del atleta, produce entre sus más notables creaciones; el Apoxyomenos (Atleta Vaticano), el Hércules Farnesio (Nápo- les), Sócrates, la Ocasión; á esta época deben referirse las en- cantadoras figurillas de barro cocido que en número tan gran- de se han hallado en las necrópolis de Tanagra; señaladamente: rapaces picarescos, mujeres llenas de deliciosa coquetería, tipos familiares y por ende festivos y graciosamente originales; fi- nalmente, los bronces, los dijes, los artículos de numismática, las estatuas que como el supuesto Narciso (Nápoles) revelan imitación del estilo de Praxíteles. A los productos de esta época ¿habrá que agrupar la divina Venus mutilada, la Venus de Milo ( Louvre), que al decir de un autor “es la más bella imagen de mujer que un artista haya so- ñado.”* La decadencia al fin se anunció con la tendencia al efectis- mo; ¡era lógico tal resultado, puesto que los griegos al perder su espíritu libre y estar sujetos á la férula de los satélites coro- nados de Alejandro, no podían ya producir lo que antes, en el apogeo de su libertad y de su grandeza habían producido! sin embargo, aun se deben citar: el Galo moribundo ( Capitolio ), que se atribuye á la escuela de Pérgamo, cuyo artista característico fué Isigonos; el grupo patético de Laocoonte (Vaticano ), que á pesar de carecer de espontaneidad de inspiración aún revela be- lleza, y el Zoro Farnesio (Nápoles), en que Antiope está en el paroxismo de la cólera; los griegos habían de inspirar más tar- de, aun decadentes como eran, respecto á su época clásica el Toreo de Belvedere (Vaticano ), la Venus de Médicis (Florencia ), y el Germánicus (Louvre). Y sin embargo, ¡cuántos primores se han perdido, ya por el 1 Sierra.— Historia General. 1 Antonio Alzate. 1 105 OIL IWIODEOLIOL III ILLIIIAA transcurso demoledor de los siglos, ya por la fuerza de los su- cesos, ya por la torpeza de los incautos! El bombardeo de Atenas ocupada-por los Turcos en 1681, hizo que una bomba incendiando unos barriles de pólvora frac- cionase en dos partes el Partenón; Morosini para embellecer Venecia quizo desprender las estatuas del frontón y las que- bró; Lord Elgin, embajador inglés en Atenas, á comienzos de este siglo llevó al Museo Británico bajo—=relieves del frontón y del friso, mutilando aun más el edificio; pero para qué llegar tan lejos del tiempo en que ostentaron su belleza tales escul- turas: Roma, hecha dueña de Grecia, la despojó de sus obras “la enorme ciudad tuvo su pueblo de estatuas casl maestras, y igual á su número de habitantes” (Taine). Jamás ha habido igual fecundidad y prolífera exhuberancia de producciones escultóricas; pero ya las razones tanto repetl- das explican demasiado el hecho; instituciones, costumbres, ideales, todo coadyuvaba á esa espléndida é incomparable flora- ción; los griegos que en todo habían descollado con relevante superioridad, en las artes plásticas llegaron á envidiable altura, su genio susceptibie de penetrar en todos los arcanos y de apro- plarse todos los ramos de la cultura, de cada afán hacía brotar un-pensamiento luminoso y de cada tarea un prodigio; los grie- gos eran pues únicos, sus facultades inagotables y refinadas, eran incomparables y supremas. Si pues con la imaginación añadimos al rápido bosquejo del Acrópolis las estatuas de mármol, de marfil y de oro que á la vez que el triunfo de la belleza, patentizaban el triunfo de la fuerza viril, de la perfección de la forma humana, de la expresión no- ble y serena y de la augusta majestad; si efectuando una com- posición de lugar congregamos en un conjunto ordenado todas aquellas maravillas que cobija un cielo luminoso, que circunda una naturaleza admirable y que enciende de luces fulgurantes un brillante sol; si á la sensación que tal espectáculo despierta en nuestro ser, añadimos el panorama lejano que se desarrolla Memorias [1894-95], T. VIII.—l14 106 Memorias de la Sociedad Científica LALALA á nuestra vista tachonado de tintes tornasolados y de matizacio- nes feéricas; si por un instante mientras el ambiente purísimo llena nuestros pulmones y orea nuestra frente con aromas, diri- gimos la vista al mar que á nuestras plantas modela sus halagos; si á la emoción que nos embarga más y más unimos el recuerdo del tribuno que nos arengó poco antes en el pórtico, del filósofo que nos brindó sus máximas, del sabio que nos expuso sus teo- remas, del trágico que la víspera desgranó sus sonoros versos en nuestros oídos, mientras los coros en los intervalos entonaban sus himnos y los últimos ecos de la tragedia huían con el sol que trasponía las últimas montañas, tiñendo de escarlata el horizonte; si juntamos todas esas reminiscencias trasportándo- nos á la patria helénica y suponiéndonos en su soberbio Acró- polis, ¿no es cierto que sentimos en nuestra frente un aletazo del genio que nos engolfa en admiración y seducidos y sub- yugados envidiamos esos tiempos tan felices en que las vír- genes espartanas desarrollaban su fuerza en la palestra, en que la solemne procesión se encaminaba al templo empavesada con guirnaldas de olivo y frondas de cipreses, en que al anuncio de los juegos nacionales, brotaban los atletas de los rincones de Grecia, y el vencedor era coronado y visto como semi—dios por un pueblo fogoso y viril que en el colmo de su entusiasmo se sentía enardecido por el sublime culto del fondo y de la forma, y semillero de sabios, de patriotas, de artistas, soberano y fecun- do, ála vez que inteligencias, modelaba estatuas palpitantes de vida? Las conclusiones finales deben pues, ser muy breves y muy concisas. — La naturaleza ambiente obra desde luego favoreciendo el equilibrio del espíritu griego y desarrollando sus facultades mentales y su predilección por la belleza. — La religión, ya en sus mitos, ya en sus ceremonias Ó ya en sus tradiciones le ofrece campo dilatado de inspiración artística y de cultura intelectual; el modo de ser de dicha religión que es '' Antonio Alzate. 1 107 la institución suprema, caracteriza la tragedia, el templo y las creaciones escultóricas. —La contraposición del espíritu jonio con el dorio en resu- men da margen al verdadero genio griego; aquel refina la cul- tura, éste la forma; aquel hace una selección de almas, éste de cuerpos. —En la tragedia, en la filosofía, etc., del período de conser- vación se inicia el de evolución metódicamente y cuando llega. la decadencia como resultado lógico de la faz que revisten las cosas, ya las obras maestras están constituídas. —En medio de las contradiciones á que da lugar el abuso de la facultad razonadora, hay una luz que no extingue su brillo sino que cada vez lo encandece más: las matemáticas. —Finalmente, pues que tanto las condiciones del medio fí- sico como las del medio intelectual fueron favorables al progreso de la cultura, los griegos que á estas ventajas para la concurren- cia añadían la selección ordenada de forma y de inteligencia, así que se juzgaron dueños de sí mismos, atacaron con brío y con éxito los ramos todos del saber humano y llegando á la per- fécción, han dejado sus producciones como modelos inaprecia- bles á la posteridad; el paso de la incoherencia á la coherencia, de la inferioridad á-la superioridad, de lo indefinido á lo definido, de lo homogéneo á lo heterogéneo, se efectúa metódica, recta y ordenadamente; la especie —para hablar en términos natura- les —compuesta de individuos admirablemente dotados, obtuvo el triunfo en la concurrencia, y cuando el periódo de disolución llegó, es decir, cuando enfriado el vigor, la lucha empezó á des. igualarse, ya las obras maestras estaban constituídas y la pos- teridad debería declarar “inmortal el alma de Grecia.” Los testigos del apogeo helénico quedaban en pie para desafiar á los siglos y ser las revelaciones de la cultura conquistada; esos testigos marmóreos y casi indestructibles perpetuarían, si es que el olvido intentaba borrar los recuerdos, la memoria de una raza culta, viril y artista, que con las cualidades que sólo brinda el 108 Memorias de la Sociedad Científica PLLLLLLILILILILLIILIILOLILIILELLALIAAAAAAILIAA genio, había sellado la soberana excelsitud de su espíritu en ca da trozo de mármol de sus templos y en cada fragmento de sus estatuas. Así pues, es necesario rendir el homenaje más completo á ese pueblo singular, sublime y extraordinario que con igual talento supo cantar en la lira heptacorde todos los divinos sentimientos del alma humana; supo esculpir sus héroes y sus dioses y del ritmo y el drama hizo venero inagotable de inspiración. A ese pueblo que edificó sus templos nobles y majestuosos, que idólatra enamorado de la forma perfecta, no contento con refinar la raza, halló en la palestra y en los juegos ocasiones de divinizar su olímpica desnudez; á ese pueblo cultísimo que en su afán insaciable de creación agotó en sus escuelas todas las hipótesis y metodizó las fórmulas imperecederas de la ciencia exacta, que supo combinar en armónica relación; la gravedad y la gracia, la austeridad y el pulimento, la calma y la variedad coherente; á ese pueblo que con igual talento ha sabido reir y llorar, lanzar el argumento Ó esgrimir la sátira, desflorar los encantos selectos del relato ó entretejer los axiomas contunden- tes de la doctrina; á ese pueblo incomparable que ha manifes- tado la belleza bajo todas las formas, tanto para el halago de los sentidos, como para la satisfacción infinita del alma. Grecia es la institutriz de la humanidad; le ha revelado la soberana excelsitud de las concepciones del espíritu, ha reca- mado de fulgores de belleza los sueños audaces de la imagina- ción, le ha dejado un fondo de ideas inagotable y fecundo en sus dramas y en su poesía, y marcándole las eternas leyes de la belleza, le ha legado como rica herencia los modelos inimitables de sus obras maestras. Grecia, depurando los vicios de los pueblos antiguos, ha re- flejado luz inmortal en las ideas y ha ennoblecido la augusta supremacía de las formas; en sus escuelas todo se ha discutido y todo se ha iniciado; en sus creaciones hay un sello tal de su- perioridad, que los siglos las han proclamado inmortales. Antonio Alzate. . 109 ¡Homenaje eterno á ese pueblo privilegiado y sin par que conocedor certero del adelanto y del progreso, dió vida 4 las más abstractas ideas de la filosofía y 4 las más excelsas concepcio- nes del arte; homenaje á ese pueblo que ha perpetuado inma- culada su memoria en la esfera de la perfección y de la belle- za, testificando que es inmortal el brillo con que alumbró el ho- rizoute de la civilización la antorcha fulgurante de la cultura helénica! México, Octubre de 1894. pd M Te. a se y Planta, Tra A da An A qn. , ets y 0 da A 95p TSU-M A 1.ODS ida allow DE: 2.8 Y 3 51 E e o y hb 254) an! BAT EY Pe me ¿ud ANDA 100) dE 1 ARI eb KN dozotó -Qlaqp* mproldornq nao doin 5 “BUT OI ¡7 «21100 $ or Ca rra d dd sd PAM 2% E ht feas As : ds y TA y ¿rs IL TP mi * E A E l y + w La A UE" 0 Ñ twla dedo air ts YY 2 X Ñ La E na de GO G£5U0 aro y de qe Lied 39 ME * ñ Mid Ea a , AJA ESTUDIOS Acerca de las Aplicaciones terapéuticas del aire enrarecido POR EL Prof. Alfonso L, Herrera y el Dr. Daniel Vergara Lope ROCIOS DE NÚMERO. Nuestras investigaciones relativas á la biología de las alti- tudes, nos han conducido al examen de una cuestión de máxi- ma importancia: el tratamiento de la tuberculosis por el aire enrarecido. Se sabe que en los lugares elevados la tuberculosis es rela- tivamente rara y aun puede curarse en ciertos casos por la per- manencia en localidades situadas á cierta altura sobre el nivel del mar. Dos caminos seguimos para el esclarecimiento de la verdad: 1” Testimonios de los autores mexicanos y extranjeros. — Estadística comparada de la mortalidad por tuberculosis en lu- gares altos y bajos. 2% Experimentos en las campanas neumáticas. 112 Memorias de la Sociedad Científica Hemos reunido, con bastante trabajo, un número que nos parece suficiente, de testimonios de médicos.! La opinión ge- reral es que los climas de altitud son útiles para procurar el alivio de los tísicos: en cuanto á las explicaciones de este efecto y de la inmunidad de los habitantes de las alturas, nin- guna satisface; ninguna se aplica á todas las localidades. Ya sea desde el punto de vista de las particularidades climatológi- cas ó sociales, es imposible descubrir alguna que sea aplicable á la vez á las mesetas de Palmira y á las mesetas mexicanas, á las alturas de Suiza y al elevado sanatorio de Jauja, en la Cor- dillera de los Andes. Sólo encontramos un carácter común: la diminución de la presión atmosférica; sólo una consecuencia inevitable: el enrarecimiento del oxígeno y la sequedad de la atmósfera. Al parecer*partimos de una base sólida: el testimonio de más de 80 médicos; la evidencia deducida de varias estadísticas de mortalidad; 25 de localidades bajas, 16 de localidades eleva- das. La Sociedad puede examinar estos documentos. Si un número considerable de médicos mienten ó se equivo- can; si las estadísticas no valen ni el papel en que las escribi- mos; si testimonios que hemos recopilado y forman ya un cuer- po de doctrina, son notoriamente insuficientes nuestros traba jos, en el terreno de los experimentos no tendrán objeto, ni con- secuencias. El segundo medio de que nos hemos valido, la experimenta- ción directa, abarca los siguientes problemas: ¿El aire enrarecido es perjudicial para los animales sanos? ¿El aire enrarecido es perjudicial para el hombre sano? ¿El aire enrarecido es perjudicial para los animales tubercu- losos ? 1 Desde Agosto 1893 hemos principiado el trabajo de recopilación, ha- biendo establecido correspondencia con varios médicos, Puga Borne (de Chi- le), Dugés, Denison, Carrasquilla (de Bogotá), etc. 1 Antonio Alzate." 113 LA Lun ¿El aire enrarecido es perjudicial para el hombre tubercu- loso? ¿Cómo obra sobre el animal sano? ¿Cómo obra sobre el hombre sano? ¿Cómo obra sobre el animal tuberculoso? ¿Cómo obra sobre el hombre tuberculoso? ¿Los baños más Ó menos prolongados de aire enrarecido y seco pueden ser medio profiláctico cuando hay predisposi- ción? ¿Impiden la evolución de la enfermedad en animales inocu- lados con virus tuberculoso? ¿Pueden ser medio terapéutico? ¿Sl así es, en que período deben aplicarse? ¿Cuál es el mecanismo de su acción? ¿Cuál es el mejor medio de aplicarlos? ( Aparatos neumá- ticos. — Respiradores.— Climas de altitud, ete.). " Entre los experimentos que prueban de una manera eviden- te la inexactitud de la primera suposición, citaremos el que sigue: - Una hembra preñada (de Cuyo) fué sometida al tratamien- to neumático y permaneció bajo su influencia durante la ges- tación. Tuvo dos hijos que nacieron como es normal en la espe- cie: perfectamente constituídos, vigorosos, con los ojos abiertos, aptos para correr, con un apetito insaciable. Actualmente uno de ellos vive muchas horas en una atmósfera enrarecida: en un principio pesaba menos que la otra cría, utilizada como tes- tigo; hoy pesa lo mismo. La hembra se conserva con el vigor habitual; del mismo modo que uno de sus hijos, se ha sujetado á una decompresión de 10, 20 y aun 30 centímetros de mer- curio. Suponed simplemente, para juzgar del enrarecimento del aire en que respiraron estos animales, que se les ha transpor- tado periódicamente á un lugar más alto que el cráter del Popo- catepetl, á las altitudes del Himalaya adonde viven el Yack y el Caballo Tarpan, ó bien á las sierras de Sur— América, á 6,000 Memorias [ 1894-95], T.VIIL.—165 114 Memorias de la Sociedad Científica PLLILL LISIS IA metros sobre el Océano, en las alturas en que se cierne el Condor, la creatura que más se aleja de la superficie de la Tierra. Es imposible que este resultado compense á las fatigas de los experimentadores, si los animales respiran en una atmósfera confinada: el aparato aspirador funciona regularmente y á la vez que acarrea el enrarecimiento del aire produce una venti lación regular en el interior de nuestras campanas. Con el fin de conseguir un éxito más seguro en los experl- mentos acerca de la tuberculosis, elejimos la especie que más pronto adquiere la enfermedad: el Cuyo (Cochon d'Inde), y sólo por la benévola ayuda del Lic. Marcos Ross, pudimos pro- curarnos el número suficiente de animales, que fué preciso traer de San Luis Potosí, de un lugar situado á 455 kilómetros de México. El Sr. Prof. Aragón nos ha prestado verdaderos servicios facilitándonos la materia tuberculosa de toro que nos sirvió para algunas inoculaciones, aunque también hemos hecho uso de esputos de personas tísicas. l En los talleres del Sr. Bégovich nos han construído un apa- rato, una caja de fierro, cilíndrica, de 55 centímetros de diá- metro, con tapa de fundición que cierra apoyándose sobre un disco de hule: tiene las condiciones necesarias para que los ani- males disfruten comodidad y se puedan aplicar las reglas higié- nicas indispensables. En fin, el Sr. Dr. Fernando Altamirano ha permitido que podamos utilizar el aparato Legay: gracias á su bondadosa ayu- da dispondremos de esta cámara neumática, en la cual es posi- ble ensayar los efectos del aire enrarecido sobre las personas tuberculosas. Desde Agosto de 1893 comenzamos estos trabajos, quizá en Diciembre de 1894 no habremos concluído. Hay cierto género de verdades que no se aleanzan pronto, su incubación se hace al calor del tiempo y nada en el mundo, ningún poder, ninguna "Antonio Alzate." 115 fuerza podrán acelerar el paso tardío de lo que está bajo el im- perio de una ley inquebrantable. Cualquiera que sea el plazo, la Sociedad ** Alzate” puede con- tar con nuestros trabajos, y si alguno de nuestros consocios se interesa en ellos, tendremos verdadero placer en mostrale cuan- to deseare. Esperamos que la Sociedad nos ilustre con sus consejos y acepte esta pequeña nota con benévola indulgencia. México, Marzo 31 de 1894. ACEITE ES PARA LA Dosificación del tanino en los vegetales EDUARDO ARMENDARIS Socio de número. A mi querido y distinguido compañero el Sr. Dr. Fernando Altamirano Testimonio de gratitud. ARTICULO PRIMERO. Es tan trillado el punto de que me voy á ocupar que parece estar agotada la materia; pero si traemos á la memoria los di- ferentes trabajos publicados hasta ahora sobre el particular, en- contraremos en todos ellos más ó menos dificultades é inexac- titudes para valorizar químicamente las cantidades de tanino que contienen las plantas. Voy á ocuparme, no de todos, sino de los métodos mas usa- dos y se verá cuán cierta es mi aseveración. 12 Método de Pribam.— Se prepara una solución acuosa que contenga todo el tanino de la planta que se va á valorizar y se 118 Memorias de la Sociedad Científica toma una cantidad determinada de este licor para precipitarla por el'acetato de plomo, teniendo cuidado de no agregar un ex” ceso de reactivo. Se recoje el precipitado sobre un filtro lavado, se lava con pequeñas cantidades de agua, se seca y se pesa. Después se calcina el precipitado con el filtro y un poco de ni- trato de amoníaco y la diferencia de peso entre las dos pesadas nos dará la cantidad de tanino, suponiendo que el licor no con- tenga otros ácidos vegetales ni materias pécticas. He aquí un método sencillo y de fácil ejecución, pero que adolece de grandes defectos. En primer lugar, este autor, como la mayoría, recomiendan tratar la planta por agua para extraer el ácido tánico y este mo- do de operar presenta grandes inconvenientes porque las solu- ciones acuosas contienen por lo general muchas substancias precipitables por el acetato de plomo, además de los taninos, substancias que es preciso eliminar y para lo cual hay que re- currir á operaciones químicas que las más veses alteran pro- fundamente la naturaleza de los taninos del vegetal. Sucede también que un lavado prolongado con el agua del precipitado plómbico lo descompone con facilidad dando lugar á la redisolución de este precipitado. Y por último, que ciertos taninos no precipitan completa- mente por el acetato de plomo porque sus tanatos son en parte solubles. Los taninos que se escapan á la precipitación completa son; el de la nuez de agallas, del catecú, del quino y del café. Los del dividivi, mirobalanos, tormentila, sumaque, erameria, cor- teza de encino y sauz sí precipitan completamente por el aceta- to de plomo. j 2 Método de Sackur. — Este consiste en precipitar la solu- ción del tanino, también acuoso, por el acetato de cobre en * lugar de hacerlo por el de plomo. Tiene este método la ventaja sobre el anterior de no pre- ' Antonio Alzate. 119 CDIIIIL cipitar el ácido gálico ni los principios amargos; pero como el de Pribam tiene grandes inconvenientes. El precipitado que el acetato de cobre produce en las solu- ciones tánicas no tiene siempre una composición constante; pe- ro algunos autores aprovechan la propiedad de que goza el ace- tato de cobre de no precipitar los ácidos orgánicos que no sean de naturaleza del tánico, así como tampoco el ácido gálico para dosificar el tanino y ácido gálico de la manera siguiente: Dos volúmenes iguales de la solución tánica son precipita- dos separadamente por los acetatos de plomo y de cobre. Los precipitados se tratan como anteriormente se ha dicho. Sl se restan las cantidades obtenidas de ambos precipitados ya calciuados, etc., se tendrá la cantidad de ácidos orgánicos y principalmente del ácido gálico. 3% Métodos de Riesler Beunat.— En este método se úsa co- mo precipitante el cloruro de estaño simple ó amoniacal, y aun- que es bien sabido que estas sales producen siempre con los ta- ninos, precipitados de composición constante, la precipitación es menos completa que con los reactivos anteriores y además “el precipitado se forma con tanta lentitud que es difícil apreciar justamente el momento en que ya 1o hay formación de precipi- tado. 42 Método de Grerland.— El emético es la substancia que este autor usa para valorizar el tanino; pero desde luego hay que tener en cuenta que algunos taninos como el del ruibarbo, por ejemplo, no precipitan por el tártaro emético y otros compues- tos tánicos, aunque precipitan por el referido reactivo, lo hacen de una manera tan poco visible que es difícil poder apreciar la precipitación completa. 5 Ferreil Carpené y Barbieri emplean una solución amo- niacal de acetato de zinc. Precipitan el tanino en una solución caliente por un exceso de reactivo, concentrando el licor por evaporación y lo dejan enfriar; recojen en seguida el precipi- 120 Memorias de la Sociedad Científica ALLI IIS LALALA tado sobre un filtro, lo disuelven en ácido sulfúrico diluido y ti- tulan el tanino con el hipermanganato de potasa. Para que este método diera resultados exactos sería nece- sario que el licor titulado de permanganato de potasa represen- tara exactamente cantidades exactas de todos los taninos; pero esto no sucede desde el momento en que este licor es reducido de distinta manera, según sea la naturaleza del tanino de que se trata y más cuando para preparar dicho licor titulado se ha usado del tanino ordinario, es decir, del tanino de la nuez de agallas que es el más conocido. Además, si se usa puramente del permanganato sin el carmín de índigo como indicador, es muy difícil apreciar el momento en que termina la operación. Como sucede á menudo que el lí- quido toma un color rosa al agregar unas gotas de reactivo (sig- no de la reducción completa), parece que allí debe detenerse la operación; pero pasados unos cuantos segundos, el licor vuel- ve á decolorarse, se agregan entonces nuevas cantidades de li- cor titulado, se vuelve á producir la coloración rosa, vuelve á desaparecer al cabo de algunos segundos y así sucesivamente hasta que pasan algunos minutos sin que se decolore ya el licor tánico. Pregunto entonces ¿hasta qué tiempo debe esperarse la persistencia del eolor rosa? 6” Nengebauer ha determinado la riqueza de tanino en la corteza de encino, aprovechando la propiedad del carbón ani- mal de absorber ese ácido en soluciones acuosas. Con ese objeto divide el extracto acuoso en dos partes igua- les, titula una de ellas por el camaleón y la otra la trata prime- ro por carbón animal y la titula después por el camaleón. La diferencia entre las dos operaciones representa la cantidad de tanino. Además de los inconvenientes que señalé ya en el método de Carpené, tiene el de Nengebauer la desventaja de que el car- bón animal puede dejar pasar substancias que por sí solas de- coloren también el permanganato. " Antonio Alzate. 1 121 AL APLLLLIIIIILIDILODIDIDLIIONIOILI III IIA 7% M. Jean propone utilizar la propiedad que posee el tani- no en presencia del carbonato de sosa, de decolorar las solucio- nes de yodo. La experiencia demuestra que una parte de tani- no de nuez de agallas decolora cuatro partes de yodo. 8% Otros métodos más ó menos complicados se han puesto en práctica para dosificar los taninos, utilizando la propiedad que ellos tienen de ser absorbidos totalmente por la piel. De éstos merece mención especial el descrito por M. M. Múntz y Ramspacher en su ( Memoria sobre valorización de ta- nino). Mucho tiempo hace que se ha propuesto para valorizar el tanino contenido en una solución, introducir un pedazo de piel preparada en dicha solución. Se pesa la piel antes de ponerla en el líquido, y se vuelve á pesar cuando ha absorbido el tani- no: la diferencia de peso da la cantidad de tanino. Este método que tanto seduce por su sencillez, no da resul- tados exactos como lo ha comprobado uno de los autores de la mencionada Memoria y yo le he confirmado con numerosas ex- periencias sobre la materia. Los resultados que yo obtuve pue- do decir que siempre señalaban mucho menos tanino que el que contenían las soluciones, llegando algunas veces á alcanzar un quinee por ciento estas diferencias. Sin embargo, los autores citados han modificado el método, de manera que puede considerarse como el más aceptable en la industria. Consiste la reforma en hacer pasar las soluciones tánicas por una piel preparada y bajo presión, para lo cual emplean apa- ratos especiales muy fáciles de construir. Omito la descripción de estos aparatos que se pueden considerar puramente como industriales y podrán verse en el tomo 6? pág. 142 (de Bous- singault Chimie Agricole). 9% Nebauer introdujo una modificación al método anterior, que también es muy recomendable por su sencillez. Si se mide el peso específico de una solución de tanino ob- Memorias [1894-95], T. VII.—16 122 Memorias de la Sociedad Científica OALLLI/IIOPILLIIIISI III III LIO LIL ILL III IL III IO II DIAL III II II III III tenida con la planta que se va 4 ensayar y después se quita puramente el tanino sin diluir el licor y sin modificar sus pro piedades y se vuelve á tomar el peso específico de la misma so- lución privada de tanino por la piel ó por el núcleo de cuernos preparado, la diminución del peso específico de este último lí- quido será proporcional á la cantidad de tanino que se le sus- trajo. Como antes el autor ha construído unas tablas que indi- can la relación entre las densidades de disoluciones de ácido tánico á diferentes grados de concentración y en peso, podrá fácilmente determinarse en los líquidos que se ensayan las can- tidades de tanino por la siguiente lectura de la tabla adjunta. Método operatorio.— La substancia que se va á analizar se di- vide en pequeños pedazos, se pone á hervir con agua destilada y se les agota en un aparato de lexiviación. Si se trata de extrac tos ya preparados, se disuelven en agua destilada triturándolos en un mortero, se filtran al través de un lienzo, lavando bien el residuo. De este modo se tiene la solución en cantidad bien me- dida de líquido para efectuar la experiencia. Es preciso que es- ta solución sea transparente y no muy diluída y que además no contenga substancias pépticas. Con el líquido que resulta de la lexiviación que serán poco más Ó menos 200 ó 300 e, e., se pone un aereómetro pesa—tani- nos y se anota la densidad á 15.2 Después este mismo líqui- do se trata por un pedazo de piel sin pelo y se abandona hasta que ésta ha absorbido todo el tanino; entonces se vuelve á to- mar la densidad y la diferencia entre ésta y la primera nos re- presenta la cantidad de tanino. Suponiendo que no tenemos el pesa-tanino, entonces usa- remos un densímetro ordinario Ó un pignómetro; pero á la di- ferencia que nos resulte entre las dos densidades le agregare- mos 1.000 y la tabla nos indicará la cantidad de tanino. Ejemplo del cálculo.— Con 40 gramos de corteza de encino, por ejemplo, hacemos una disolución según lo indicamos antes, u Antonio Alzate. 123 DOI: PILA obteniendo 500 c.c. A la temperatura de 150 el aereómetro marca 1.7 por 100 de riqueza aparente de tanino, sean 3.4 se- gún la tabla. Se toman 13.16 de piel ó sean 4 veces el peso del tanino aparente que marca el densímetro y se ponen en la solu- ción. Después de algunas horas de contacto, se filtra el licor y el aereómetro marca á 150 una riqueza aparente en tanino de 0.8 ó una densidad de 1.0032. La diferencia de las dos valorizacio- nes, es decir, entre 1.7 y 0.8 es 0.9, luego la solución encierra 0.9 por 100. Pero como la experiencia se ejecutó en 100 gramos de licor tánico, haremos la proporción siguiente: Si en 100 e.c. de solución hay 0.9 de tanino en 500 c.e., cuánto de tanino habrá=4.50. Esta cantidad proviene de 40 gramos de corteza, luego por otra proporción semejante tendre- mos 11.25 de ácido tanino en 100 gramos de corteza. Vamos á ver ahora, haciendo uso de la tabla y del densíme- bro ordinario, si llegamos al mismo resultado: La densidad del licor primitivo á 150.. .-- 1.0068 La densidad del mismo privado de tanino. 1.0032 Diferencia entre las dos densidades.-.... 0.0036 Añadiendo á esta diferencia. -...-...... 1.0000 Resulta una densidad definitiva de...... 0.0036 que según la tabla corresponde á una riqueza en tanino de 0.9 por 100, Algunos autores consideran este método como el más exac- to aun para las valorizaciones científicas del tanino; pero como hasta ahora nos venimos relacionando al tanino ordinario y es este el tipo que se tomó para la construcción de las tablas, creo que no obtendremos resultados exactos, ni aun aproximados, cuando se trate de taninos distintos. Para generalizar este método sería preciso construir tablas para cada especie de tanino que fuérase encontrando en las plan- tas, tales como la que en seguida se ve: 124 Memorias de la Sociedad Científica Tabla que indica la cantidad de tanino según la densidad. A a O 0.0 1.0000 yr 1.0068 3.4 1.0136 0.1 1.0004 18 1.0072 3.0 1.0140 0.2 1.0008 siAS, 1.0076 3.6 1.0144 0.3 1.0012 2.0 1.0080 3.1 1.0148 0.4 1.0016 2.1 1.0084 3.8 1.0152 0.5 1.0020 2.2, | 1.0088 3.9 1.0156 0.6 1.0024 23 1.0092 4.0 1.0160 0.7 1.0028 2.4 1.0096 4.1 1.0164 0.8 1.0032 2.5 1.0100 4.2 1.0168 0.9 1.0036 A) 1.0104 4.3 1.0172 1.0 1.0040 : 2.1 1.0108 4.4 1.0176 1,1 1.0044 2.8 1.0112 45 1.0180 1.2 1.0048 2.9 1.0116 4.6 1.0184 13 1.0052 3.0 1.0120 47 1.0188 1.4 1.0056 3.1 1.0124 4.8 1.0192 1.5 1.0060 3.2 1.0128 4.9 1.0196 1.6 1.0064 3.3 1,0132 5.0 1.0200 1! Antonio Alzate. 1 125 10. Método de Hammer.—Se evapora una cantidad conocida del líquido que se trata de analizar, en una cápsula de platino tarada; se seca el residuo á 1000 hasta peso constante; se anota el peso y seincinera. Se resta el peso de las cenizas del residuo y se tendrá la cantidad de substancias orgánicas que contiene el licor. Después en un nuevo volumen de líquido exactamente igual al primero, se introduce una cantidad suficiente de piel ú oseina y se dejan en contacto por 24 horas. Pasado este tiempo se filtra, se evapora el líquido, se seca el extracto á 1000 hasta peso constante y se incinera lo mismo que en la anterior opera- ción. De este modo se tiene el peso delas substancias orgánicas sin tanino. Restando este último peso del anterior, tendremos la canti- dad de tanino por diferencia. 11. Otro método muy recomendado para la valorización de tanino, es el del empleo de soluciones tituladas de gelatina. Mé- todo abandonado ya por los inconvenientes que los químicos habían encontrado y que consistían: en que los precipitados ob- tenidos por la gelatina no son enteramente insolubles por una parte, y por otra, en que las soluciones de grenetina tal como se preparaban no podían conservarse. Ahora ya se han remediado estos inconvenientes y por lo mismo creo que es de recomen- darse dicho método. Método operativo.—Ñe empieza por preparar el reactivo si- guiente: ; Gelatina Has: adas de E 2.00 Agua destilada caliente.........----- - 1000.00 Disuélvase, y cuando la solución se ha efectuado y el líquido está frío, se le agrega: Agua de laurel cerezo.........----- - 150 c:c: Agua destilada q. b. para hacer con el licor total: .. + 2oduntrec o. ab aca 00900. 126 Memorias de la Sociedad Científica Titulación del reactivo anterior.—Se toman 100 c.e. de una solución de tanino al 1 por 100, habiendo secado antes el tani- no á 1000 hasta peso constante. Se mezclan al líquido 2 gramos de sulfato de barita y se hace caer gota á gota la solución de ge latina sobre la de tanino por medio de una bureta, dividida en décimos de centímetro cúbico. Al principio el licor de tanino permanece turbio; pero á medida que aumenta el líquido con que se precipita, la formación de copas aparece, el precipitado se deposita rápidamente y el licor queda tan claro que es inú- til las más veces, filtrarlo para conocer si hay exceso de tanino ó de gelatina. Con este bbjeto se toma una cantidad pequeña del líquido que sobrenada y se reparte en dos copas de expe- riencia: á la primera se le agrega solución de grenetina y á la segunda solución de tanino; si ni uno ni otro de estos líquidos sé enturbian, es señal de que la operación ha terminado. Se anota entonces el número de centímetros cúbicos que se gas- taron para precipitar todo el tanino y se tendrá un licor titulado con relación al tanino de la nuez de agallas. La adición del sulfato de barita tiene por objeto impedir la aglomeración del precipitado, así es que en su lugar puede usar- se de arena fina Ó vidrio muy bien lavados. El agua de laurel cerezo se agrega para conservar el líquido inalterable, pues es el mejor antiséptico que puede usarse en este caso. El químico Mr. Rougues dice que este reactivo se con- serva por muchos meses; yo feché el que preparé según sus in- dicaciones y se conserva aún en perfecto estado desde el día 4 de Febrero del presente hasta la fecha. Este es el método que más he usado en mis trabajos sin más modificaciones que agregar al licor tánico el clorhidrato de amo- níaco para impedir la redisolución parcial del e gela- tino—tánico. No por esto se crea que lo admito como superior 4 los demás y como exacto químicamente. No, es un método bueno pero con los inconvenientes de otros muchos. . Antonio Alzate. 1 127 AS PILAS 12. Con motivo de la aplicación frecuente del método ante- rior, se me ocurrió buscar el límite de la precipitación del tanino de la nuez de agallas por el reativo de grenetina, y encontré que una solución conteniendo 0,0125 de tanino por 100 de agua da este límite y me aproveché de esta particularidad para tantear aproximadamente el tanto por ciento de tanino que contenga una solución cualquiera. Procedí como sigue: Hice una solución de tanino seco en la proporción de 1 gra- mo por 200 c. e. de agua destilada; tomé de este licor un centí- metro cúbico y lo puse en una copa de experiencia, le fuí agre- gando cantidades de agua hasta que no precipitó ya por la gelatina. La cantidad de agua que agregué para obtener este re- sultado fueron 4 c. e. Entonces en otra copa puse un c. e. del li- cor que trataba de dosificar é hice la misma operación que con el anterior, y resultó que no gasté más que la cuarta parte de agua para llegar al límite. Luego el licor que sujeté á la valori- zación contenía cuatro veces menos de ácido tánico que el ante- rior, y como en éste la cantidad de tanino estaba representada por 0.50 x 100, resulta que el licor último debía contener. .... 0.50=4=0.125 por 100. - 18. Por último, voy á dar fin á esta larga serie de métodos con uno de los más antiguamente conocidos y cuyas observa- ciones datan del año de 1864. Procedimiento de Wildenstein.—Para practicar la operación se impregna con igualdad un papel de Suecia, en una solución de una sal férrica. Después se corta en pequeñas tiras, del mis- mo tamaño todas ellas, terminándose por un lado en punta y por el otro con una perforación, cuyo objeto es el de poderlas cojer fácilmente con un ganchito de cristal para introducirlas en el líquido y luego colgarlas á secar. En cuanto á la punta, sirve para que escurran mejor el ex- ceso de humedad. Para preparar la solución férrica se pesan 12 gramos 50 centígramos de citrato de fierro y se disuelven en 128 Memorias de la Sociedad Científica medio litro de agua destilada; viértase la solución en un vaso cilíndrico llenándolo hasta una marca determinada de centíme- bros cúbicos, y por medio del ganchito, se sumergen por espa- cio de dos minutos las tiras de papel, que luego se retiran y se dejan secar á una temperatura moderada. Para apreciar por la coloración más ó menos pronunciada de las bandas sumergidas la proporción del ácido tánico del líqui- do que se quiere ensayar, se preparan con agua 25 soluciones de ácido tánico, conteniendo la primera 0.030 de ácido, la se- gunda 0.080, la tercera 0.120, la cuarta 0.240 y así sucesivamente las demás. La cantidad de agua para cada una de estas prepa- raciones es de 250 centímetros cúbicos; y siguiendo la progre- sión establecida, la última contendrá un gramo justo de tanino. En cada una de ellas se mojará una tira de papel, usando las precauciones indicadas ya, y la coloración más ó menos obscu- ra que se obtenga, formará una escala que determinará la can- tidad de ácido empleada en la reacción. Ahora bien, cuando se trate de saber el valor curtiente de una substancia cualquiera, se toman 250 e.e. de su propia diso-. lución y el color que se logre sumergiendo una banda de papel reactivo igual á las mencionadas ya, señalará la fuerza ó valor curtiente. Para esto, una vez seco el papel, se va colocando entre cada dos de los que forman la escala, y cuando se haya encon- trado el más idéntico en grado de coloración, no hay más que saber el número que ocupa en la escala ascendente para cono-. cer el valor verdadero de la substancia ensayada. Este método es muy ventajoso para el curtidor porque así podrá con bastante certeza conocer el tanto por ciento de toda preparación tánica que necesite emplear. Es tanto más fácil cuanto que no nece- sita más que procurarse las tiras de papel, si no quiere prepa- rarlas él mismo. Para conservar las bandas de papel preparado con el citrato de fierro, hay que guardarlas de manera de pre- servarlas de la luz y de la humedad. No me hubiera ocupado de este método que es el que menos '" Antonio Alzate. 129 AI exactitud encierra, si no fuera por las grandes ventajas que el curtidor puede obtener. Y es este gran obrero de la industria el que más interesado puede estar en la cuestión de dosificar el tanino de las plantas. ARTICULO SEGUNDO. Acabais de oir cuán numerosos son los métodos que existen para valorizar el tanino en las plantas, y á pesar de esto se 0cu- rre preguntar: ¿Cuál es el mejor procedimiento para dosificar ó cuantear el tanino de las plantas? Pregunta es esta que ha preocupado y seguirá preocupando á los químicos y que hasta ahora no puede resolverse estable- ciendo un método general aplicable á las numerosas especies de taninos con que la naturaleza ha enriquecido á ciertas plantas. Existen, efectivamente, en el reino vegetal muchas clases de taninos y la mayor parte de ellos con propiedades distintas á las del ácido galotánico que se usa para titular los licores que sirven más tarde de reactivos en las operaciones químicas cuan- titativas de que me vengo ocupando. Sus pesos equivalentes distan mucho de ser idénticos, sus afinidades químicas no son iguales, por lo mismo hay que establecer diferencias para cla- sificar y valorizar las diversas clases de taninos. Cuando este- mos en presencia de un tanino desconocido procuraremos en primer lugar clasificarlo, luego emprender su preparación y pu- rificación y por último su dosificación, pues ya entonces habre- mos titulado un licor con el mismo tanino que estamos estu- diando, Los autores dividen los taninos en dos grandes grupos. Com- prende el primero los taninos de función glucosida, los que produ- cen bajo la influencia de los ácidos débiles glucosa y compues- tos cristalizados. Al primer grupo pertenecen el ácido galotánico, gálico, ela- Memorias [1894-95], T. VIIL.—17 130 Memorias de la Sociedad Científica LIDILLILIIL LIL LI LIDIA III III III gotánico y el ácido elágico. Ácidos que se encuentran en los frutos de Libidibi, mirobolanos y bablá. En el té se encuentran igualmente los ácidos gálico y galo- tánico asociados con la quercitrina. El zumaque contiene tam- bién estos ácidos. El café contiene el ácido cafetánico que también correspon- de á este grupo. Todos los taninos de este grupo pueden valorizarse por el acetato de plomo ó por el permanganato de potasa. Sirva de norma para el cálculo el dato siguiente: El preci- pitado plómbico que da el ácido galotánico contiene 50 por cien- to de Óxido de plomo. El ácido elagotánico en soluciones alcohólicas da por el ace- tato de plomo un precipitado amarillo que contiene 63 por cien- to de óxido de plomo. El segundo grupo contiene los taninos que dan por descom- posición productos análogos á las flobafenas. Representa el tipo de este grupo el ácido quercitánico cu- yo precipitado plómbico contiene 56.50 por ciento de Óxido de plomo. Se encuentran en este grupo los ácidos tánicos de los pinos, algunas variedades de acacias, el ácido filicitánico, quinovatá- nico, ipecacuanofánico, mucitánico, matenatánico y celastrus- tánico. Dos puntos importantes pueden pues considerarse para la valorización de un tanino. Primero. Considerada la planta de que se trata, bajo su as- pecto científico- químico, y Segundo. Bajo el punto de vista industrial. Puesta la pregunta bajo estas dos fases, la cuestión de la va. lorización del tanino cambia enteramente. En el primer caso tendremos que atenernos á lo dicho antes, es decir, al estudio previo del tanino especial, ásu preparación y purificación, y una vez obtenido este producto, tasaremos por él todos los de su es- ¡Antonio Alzate. 131 LLIILIILIOLIILIIIIA e pecie, y nos serviremos de él para titular el licor de permanga- nato ó de gelatina. Determinaremos las proporciones de Óxido que contienen los precipitados plómbicos y cúpricos, y podremos usar enton- ces cualquiera de estos dos métodos para su valorización. Es pues muy difícil la valorización de un tanino desconoci- do, y los métodos hasta ahora conocidos dejan mucho que de- sear. En cuanto á la cuestión química industrial, puede decirse que no es tan difícil su resolución, porque al curtidor sólo le importa saber la cantidad de materia curtiente que contiene un vegetal. Y esta materia curtiente está relacionada al tanino or- dinario. Como todos los métodos que se han estudiado son relacio- nados al tanino de la nuez de agallas, que es el ordinario, cual- quiera de ellos podrá ser usado por el industrial. Mucho importa también al curtidor el saber conservar las materias curtientes, pues muchas de ellas, como la cáscara de encino por ejemplo, pierden poco á poco su tanino cuando no -son conservadas en condiciones especiales. Para terminar estos apuntes, doy en seguida una lista que contiene un gran número de plantas que en tenería son aproye- chables por su tanino. Algunas han sido bien estudiadas y se ve cómo se han do- sificado el ácido tanino y el ácido gálico. Otras se usan como coadyuvantes de las más ricas. Entre todas debo llamar espe- cialmente la atención de la uva ursi y de la raíz de Canagria. La primera, porque no hay que destruir la planta para utilizar sus hojas como curtiente; y la segunda, porque puede cosechar- se á voluntad, es decir, que pueden hacerse plantaciones á me- dida de las necesidades. 132 Memorias de la Sociedad Científica qÓAÁA=. 30.00), Corteza de moral | ,, | pe in Hua. O $ imac q e umaque de 1?......... á erba del burro. . | Ídem íden de 2?........ 13.00 > Pie de gato... ¿% | Corteza de granado....- 5:30. | ROBA..-.- 20 aa Quebracho -.....'P2MiÓ 12.00 ,, | Hojas de Tilo.... | Raíz de ruibarbo. -....- 9.00 ,, |Vinca pervinca (h) Tormentilas- ci 03 ae 17.00 ,, |Zurrón de nuez... Álamo corteza. ...----- 312 A Romero hojas... Fresno o A 3.32 OPUpasS”.2 o Sabino > 19.97 AR YA 4.00 a o RA SE is OA 2129; 54 4 Bistorta pio ¿his 48 Ciruelo espinoso ....... 3.30 ,, OM $. Ing. D. Leandro Fernández. Mieuy estimado macotto Y amigo: O La Sociedad “Alzate,” me dispensa el inmerecido favor de tomar interés en que vea la luz pública el mo- desto trabajo que sobre triangulaciones topográficas hice hace algunos años y que desde su comienzo dediqué 4 vd., impulsado por el sincero y respetuoso cariño que le pro- Jeso como maestro y como amigo. Por indicación de vd. hice uso de él, presentándolo- como parte de una tesis en mi examen profesional de Tn- genero geógrafo. ; Al publicarse hoy en las Memorias de la Sociedad “Alzate,” me es muy satisfactorio hacer á vd. presente, gue como ensayo y aun más en asunto tan delicado, debe adolecer de graves defectos y errores; pero que si en la parte científica de mi trabajo me he equivocado, sí estoy seguro y satisfecho de que vd. haciendo punto omiso de ella habrá visto en él una pálida muestra del cariño y alta estima á que vd. es acreedor. México, Mayo 31 de 1894. Ezequiel Tírez. É €' » ' E 5 > ss b ¿ A e € e. y y (ál AÑ L yy A rn rr + a — Po 8 CURAR í md ye Y X - ' e 4 c E . de FE . > UN: AA 25ÓN MA 55 Ne td da GINO DS z cn ; e A] wo lin 0 A ; : le e der Ás mansa 9ss TN OA 0 Dai ye, ga REI EIA a 8 A Poio O IS O AA y Neo NS DA SS Y GTUSIMOA $2 SD SO Y ZO LAS AS y k qn ES A 0% 5 y 10M VA Mi EN ae «08 ADDA ANO GS NR sue ds Ps: A Na db or sand Jos o RA e | - -KY Erotic ds Meses 5% ayy Ei e -1058 ola 4 SAY a AS3, OXATM Sia: E $ aio yl ws (od os US e de NO Qás a $ y y «ez od uNa MD EA 6 y m9 cord fa la NÁJe yd ENSAYO SOBRE LA DETERMINACIÓN DE LOS ERRORES Con que se pueden obtener un lado de una triangulación topográfica y la superficie abrazada por la misma, teniendo únicamente como datos la perfección del instrumento angular de que se disponga y la precisión con que se haya medido la base, por el Ingeniero geógrafo HZEQUIED PERHZ - Socio de número, Jefe del Departamento de Pesos y Medidas del Ministerio de Fomento. DILIZIIS Este imperfecto estudio tiene por origen el haber sido el asunto de que se ocupa, una de las cuéstiones que se propusie- ron á un aspirante al título de topógrafo hace algunos años. El interés que se liga naturalmente á la solución de este asunto, no es posible desconocerlo, pues tiene una relación muy directa con las tolerancias que deben asignarse á las operaciones topográ- ficas. Sin tener conciencia de la pequeñez de mis fuerzas para tratar una cuestión realmente difícil, comencé su examen; y por tal motivo espero que este trabajo será visto con la mayor indulgencia. Tomo como punto de partida algunas teorías des- arrolladas ya en el texto de topografía de D, Francisco Díaz Co- varrubias, ya en otros libros de texto. > 136 Memorias do la Sociedad Científica ILLLA LILIA Como la base es el punto de partida de toda triangulación, he creído conveniente tratar de ella por separado; pues su buena determinación presenta tal interés para las operaciones subse- cuentes, que puede compararse á la importancia que tiene cuan- do se ejecuta una medida lineal, el saber la justicia ó grado de exactitud que tiene la unidad ó patrón elegido para efectuarla. Desembarazado de lo que atañe á la base, he pasado á la triangulación propiamente dicha, y por último he considerado la superficie. Estudio de la Base. Atendiendo á la importancia que tiene el que se generalice el sistema de considerar dos bases, una medida y otra calculada por medio de cuadriláteros, considero la base en esas condicio- nes. Los triángulos que sirven para deducir la base calculada, adecuada á la magnitud que adquieran las triangulaciones, su- pongo que estén bien configurados; pues si esta condición es difícil de llenar para todos los triángulos cuando las redes tri gonométricas son muy extensas, no parece lo mismo tratándose de unos cuantos triángulos cuando hay libertad para medir la base eligiendo un punto de partida conveniente para las opera- ciones. > Supongo que todos los ángulos de los diversos triángulos que sirven para pasar de la base medida á la calculada, han sido observados. Sea AB=I, la base medida Ab error cometido en la medida de la base %o error medio por observación de ángulo que da el instrumento angular cuya determinación se hace midiendo un ángulo cualquiera varias veces. La magnitud de yy depen- de de la perfección del instrumento. Refiriéndonos á la figura núm. 1, tenemos que la línea 14, Antonio Alzate.!"! 137 en — calculada por los triángulos 1, 2, 3...... 7 y 8, tendrá por ex- presión: sen A, sen B, sen B, sen C, sen E, sen F, sen H, sen Gy sen C, sen D, sen E, sen F, sen (+, sen H, sen LI, sen Ji == 0 Diferenciemos esta expresión sucesivamente con relación á b, A,, Ba, Deacon Ga; C,, Do, E,, n....n. Ja y obtendremos: ga Sen Ay sen Sen a la sen Gj_ 9 AND sen Esen. Tse tr iaa aos SISSI sen, b d. gu __bcos A, sen B. sen D, sen C, sen E, sen F, sen H, sen Gr __ d,. A,” sen C, sen D, sen E, sen F, sen Gr, sen E, sen I, sen J¿ _ bsenA senB.senD,senC,senE,senF senH,senG, = cot. A,=9% Cot, A senC, sen.D, senK, senF, sent; senH, senl, senda 198 ' d. 9 UE: = Ja Cot, B, E e, a 000 Gra d. Ys _ , cos C; sen As senBIsen De e La sen Gg_ dCi sen, C, sen D, sen Eysen Fa io de sen Sa sen A, sen B, sen DE a sen Ga el sem Cien Da sen Eo ade sen Ja Da AO OS d. Y Dist Da Memorias [1894-95], T. VII.—18 138 Memorias de la Sociedad Científica .e..oo........ <<... Designemos por AA,, AB ma ..... AHo, xl Ad, los errores medios de que están afectados los ángulos A,, Ba, n=. ... Ha, Í,, Je; y Eq, el error que resulta en el lado 9, por causa de estos errores an- gulares y del error Ab cometido en la medida de la base. Como los errores AA, AB, ..r.... AHo, AL, AJ, y Ab se pueden considerar como verdaderas diferenciales al lado de las magnitudes observadas, tendremos que £ 9 será una función 8 de la forma: d, dl RE 1d 4 Yo AJ, 2 4.9 d. 9 el ii Abz+ AA+ q +, Ab d. A, y reemplazando en lugar de d.% "dG: de K_—___—— Ab ? d. A, ? d. B, e 1 Antonio Alzate. 1 139 PAPAS sus valores y elevando al cuadrado tendremos: O =>. a =% E, =31=(FYAb+go(cot?A, AA, +cot?*B,AB,-+...cot? GA G+ 8 == —2 + cot.? C, A C, ........ 2... <. cot.-J¿A Ja) * fórmula que nos da el cuadrado del error medio del lado gs, en función de los elementos que sirven para caleular dicho lado y de los errores respectivos de los mismos elementos. Si consideramos un triángulo medido con el instrumento an- gular que da el error medio 7, por ángulo, tendremos que sus ángulos no darán la suma teórica 1800=A+B+C y el error respecto de 1809, designándolo por 7,, será: +y¡=¿AAZABEAC y elevando al cuadrado ¡ — —2 —2 n=MA FABS AC Como los errores angulares son independientes de la am- plitud de los ángulos y sólo varían para un mismo instrumento con el número de repeticiones, y con las condiciones físicas en que se practican las medidas, podemos suponer AA, AB, AC, iguales y substituir en su lugar el error medio y. Tendremos entonces: 7/=3% de donde did 7) =+9V3 siendo y, el error medio que debe haber en cada triángulo com- parando la suma de sus ángulos con 1800, 140 Memorias de la Sociedad Científica LLL será la corrección de cada ángulo para reducir á 1800. La repartición del error de la suma de los ángulos de un triángulo, para satisfacer la condición de que sumen 1800, se puede hacer de una infinidad de maneras puesto que el proble- ma es indeterminado y la práctica de hacer la corrección por partes iguales deducida de la teoría de los mínimos cuadrados, es, de esa infinidad de maneras aquella que para satisfacer la ecuación de condición altera menos los valores observados. Sin embargo, como aun cuando se supongan los errores reales de la misma magnitud por ser independientes de la amplitud delos - ángulos, nada conocemos respecto del signo de que están afec- tados, y bien puede suceder que después de hecha la corrección por partes iguales los ángulos queden más incorrectos; consi- deraremos los errores finales que pudieran quedar después de hecha tal corrección. Llamando z, y, 2, los errores reales de los ángulos y a, É, y, los errores finales, se presentan como se sabe los tres casos si- guientes: dr? co 30 1% HY +18 =1, 1% +1Y +2 =1, +2 +Y +2 =9), e Estos diferentes casos dan lugar á los errores finales si- guientes: 10 20 30 a=+1(20—(24+y)) a=+4(2x—(y—2)) a=+F(20—(2—y)) r=1H2%2—(Yy+2)) r=34(%+(04Y)) r=4(28-(8—y)) Antonio Alzate." 141 y admitiendo la igualdad numérica de los errores reales: Jo Pob ee a=0 a=+%x a=+3x f=0 B=%x B=+3t y=0 y=+32 y =+8x% Como x en el segundo y tercer caso es igual al residuo res- pecto de 1800, se podrá poner en lugar de E 73 que es tam- bién el 1 del residuo, calculado, considerándolo como un error de la función 1800 = A+ B+-C; y tendremos: 1> 90 30 a=0 a=27% a=-+2 75 f=0 B==275 B=+t 7 10 y = +47 y==27% Tenemos, pues, los errores finales a, $, y, expresados en fun- ción de 7), error medio que da el instrumento por observación de ángulo. Con el objeto de simplificar la fórmula que nos da el error medio E del lado g,, y no teniendo ninguna luz respecto de cuál delos tres casos relativos á los errores finales se presenta, adop- taremos un error final atendiendo á todos ellos, capaz de ser atri- buído á cualquier ángulo de un triángulo, y por consiguiente 142 Memorias de la Sociedad Científica cuyo valor sea el término medio de los diferentes valores que pueden adquirir los errores finales. Para esto, como al calcular un nuevo lado no se necesita más que el lado conocido y dos de los ángulos del triángulo, el opuesto y un adyacente, y las com- binaciones que se pueden hacer con tres elementos tomados dos á dos, son tres; veamos cuál es el valor medio que adquiere el cuadrado del error angular en cada caso, atendiendo á esas tres combinaciones para deducir en seguida un valor medio ge- neral que pueda introducirse en la fórmula citada: 1 ida 30 Ey 8 dapio a y 8 dan 4% a y E dan 10% f y y dan O a y y dan 10% a y y dan 42 a y y dan O 8 y y dan 107% 8 y y dam 10% De aquí se deduce para valor medio del cuadrado de los erro- res finales , 000 9.03 =5.334- =1.787 Se ha tomado el valor medio del cuadrado porque en la fór- mula que da E, entran los errores angulares elevados al cuá- 8 drado. ——2 Poniendo, pues, 1.787, en lugar de los 44, la fórmula que da E y quedará bajo la siguiente forma: 8 Antonio Alzate. n 143 PLLLILA PALLLLIIILL III E, = YX 18 ar Ys y AD+ 1. 78nég? (cot?A,+cot.*B.+cot*D,...cot."C, E de cot 2H ¿+ cot2L,+4-cot.?J;) Atendiendo á que en la fórmula anterior entran ocho ángulos de 609, cuatro de 300 y cuatro de 1200, ó cuyos valores se aproxi- man bastante á esos límites puesto que los triángulos 1, 3, 5, y 7, se han configurado bien, podremos substituir en ella las co- tangentes cuadradas de esos ángulos límites. Las cotangentes cuadradas de 609 y de 1200 son iguales á $; y la cotangente cuadrada de 300 es igual á 3. Tendremos en- tonces: Er uE EA 18:x 169570" y expresando á 7. en segundos. En > EN 1.78x 16 sen21"g2n;? Para más generalidad expresemos á E? en función del nú- mero n de triángulos que se necesitan, partiendo de la base me- " dida para Jlegar al lado 1 que será la base calculada y que de- signaremos por B,,. Tendremos entonces: E? p= Eyar +1.784+ B, 290 sen..1""x9nx4+1.78B, 90 sen 1" x x= x4+1.78B,0m0sen 31" x 3 X 3 144 Memorias de la Sociedad Científica y reduciendo — E? p= os yYAd+1.78B,yysen*1" x 2n Ó también AD E” IBA T8B sen 1x2. ..... (1) 2 5l Esta fórmula (1), nos dará el error de la base calculada en función de la base medida, de su error, de la base calculada, del error medio que da el instrumento por ángulo y del número de triángulos. Su aplicación será segura cuando se llenen las con- diciones que hemos supuesto para deducirla ó mejor dicho, cuan- do las condiciones se acerquen á las que hemos supuesto. Si examinamos la constitución de la fórmula que da el valor de una base calculada por este sistema, veremos que en el nume- rador de la fórmula siempre hay como factores un número par de senos; y que de estos senos la mitad son senos de ángulos próxi- mamente de 609 y la otra mitad son senos de ángulos próxima- mente de 1200, En el denominador el número de senos también es par; pero alternan los senos de ángulos de 609 con los senos de ángulos de 309. Así tendremos que una base calculada por un número » de triángulos, teniendo presente que % siempre es par, tendrá aproximadamente por expresión: B, =b cot? 309 y como la cotangente de 300 es igual á v3=1.73205 eoyesbodo, vgroemnbuer,, eun us sesoJJe so, ep ubioeuw19,9q ZINIA Y ¿0 BT Tu 8f BF aNA Vie] "00/XB SP. ILWVE TV, POP8/908 8/ SP S814013 y RS a LE QA COLL 4 PU vh a” he PN A IAN ii rd E Pi AAA Pdo 17) ; h » A A 4 A f ; ' j is PE ; $ ; | j , ) el Vil nd AT ESAS Pr Pr! yor Ad Lal ni 5 4 ¿rob de uba” A nad ¡a AAA A gls ' úl e] A a "Antonio Alzate. 145 tendremos próximamente: .=0(1.73205) expresión que nos da la relación en que crece la base calculada respecto de la medida. | : Substituyendo el anterior valor de B,, en la fórmula (1), ten- dremos el error con que se obtiene una base calculada cuya magnitud sea 1.73205, (1.73205P, (1.73205 ) de la base medi- da; pues la base calculada cuyo error se busca, debe tener una magnitud aproximadamente subordinada á la ley de ihcremen- tación peculiar á este sistema. Si la fórmula (1) se pone bajo la forma, E? mt YH LT8 msn 21 x 20 podemos sacar las conclusiones siguientes: 1.— Que sólo en el caso de que se nulifique el error angu- lar 7,, puede obtenerse una base calculada con una precisión ea á la que se obtiene en la medida directa. 1) .— Que para un mismo valor de y, y de=5— 2 , €l error de una base e aumenta con el número de ec que sirven para obtenerla. 3.—Que dado 7. y se podrá deducir con , qué precisión se debe obtener la base medida pr tener en la calculada cierta incertidumbre. 4,.— Que como yo varía en razón inversa dE la raíz cuadrada del número de repeticiones de los ángulos, se puede para una base medida con cierta precisión, disminuir hasta cierto límite el error de la base calculada. Memorias, [1894] 95-T, VIIT.—19 146 Memorias de la Sociedad Científica Como se puede admitir que es mayor la precisión con que se obtiene una base pequeña, que una grande, por la medida di- recta, si se supone que la magnitud de la base medida sea por lo menos de un kilómetro, con cuatro cuadriláteros se conse- guirá obtener una calculada de 8,000 ó 9,000 metros que es una magnitud propia para los lados de las triangulaciones topográ- ficas. Además, se puede disminuir el número de cuadriláteros y aumentar en cambio la longitud de la base medida. Agregaremos para terminar lo relativo á la base, que la liga que existe entro los elementos de cada cuadrilátero y de los cuadriláteros entre sí, hacen que este método de aumentar gra. dualmente las bases, sea uno de los mejores, prestándose ade- más á los métodos de cálculo más perfectos. Estudio dela triangulación propiamente dicha. Como se sabe, en las operaciones topográficas se considera la porción de terreno en que se opera como plana, en lo cual se comete un error, que una vez fijada convenientemente la exten- sión que debe darse á dichas operaciones, es del mismo. orden de magnitud que los errores inherentes á las operaciones mis. mas. Se sabe que se les puede dar, y así lo supondremos, una ex- tensión de 12 leguas de radio. Busquemos, pues, el error que debe esperarse en un lado de una triangulación topográfica que diste dela base próximamen- te 12 leguas. Llamemos db, la base calculada; A, 4A...... A,, los ángulos adyacentes á los lados sucesivamente conocidos; B, B,......B,, los ángulos opuestos á los mismos lados. La fórmula que da un lado del orden » en una triangula- ción, 68: Antonio Alzate. 5 147 O PEPA sen. Á, ENTE > IT TE SAT O sen. B,, y según lo que se ha dicho al tratar de la base, el error del lado 4, estará dado por la fórmula BOI a, Ena ES, =28'2=(F-)2b4a,(2cotA A+ Xcot?B AB) que puede todavía llevarse á la forma E (E DD4LTB0 nismo Beot2 A+ ZcOt2B). mo... (2) La forma delos triángulos debe tender á ser equilátera; pero la prescripción de darles esa forma, es bastante difícil satisfa- cerla tratándose de una triangulación, que extendiéndose en to- “ dos sentidos abraza una serie numerosa de triángulos. Es, pues» muchas veces indispensable aceptar formas que bastante se se” paran de ella, y por tanto saber el error que debe esperarse en tales casos. Para ello, se puede dejar una amplitud bastante adoptando como límite inferior de un ángulo 300 y 1200 como límite superior. Comencemos por determinar la forma que adquiere el valor de £,, en el caso de una triangulación ideal de ángulos de 600, para deducir en seguida el valor E' , Correspondiente á una triangulación cualquiera, en función de la anterior, Como para llegar al lado a, se necesitan » triángulos y en el valor de = entran dos ángulos de cada triángulo, tendremos: * 19 > E, = (EJ Lb+ 1.784, 7sen 21" x 2n cot.2600 148 Memorias áe la Sociedad Científica E, = (yb 1.7809 480021 XDR O (3) Designando de una manera general por M un ángulo cual- quiera, si ponemos se tendrá cot* M=jc y si se construye una tabla de los valores que adquiere c para di- versos valores de M, introduciendo los correspondientes á los ángulos observados en la fórmula general que da £ “y > 50 ten- n drá para una triangulación cualquiera: 2 a Y as n Era b EAT )A0+1.780, 290 sen21"(40 + 404 .-- $0 Hilo ..... ) 2 2 E LaS (EJSAB+1.780,2n4sen?1" a A ds ld A) en que C,, C,,-.-. sin acento se refieren á los ángulos adyacen- is ON e OA á log opuestos á los lados que se van cono- ciendo sucesivamente. 1 Antonio Alzate. 149 Tomando un valor medio de las c que entran en el último factor del segundo término y designándolo por C, obtendremos: ES (Si D0+41780 énésen 1 xEX2nC n y transformando con ayuda de la fórmula (3) E =( PIDE — Ab) O y por último pe O, A 2 0 E AMO) AE Oenncnncccnnanncnanecacinso (4) n En esta fórmula como se ha dicho, E, se refiere á una trian- A gulación ideal de ángulos de 600 y E”, > á una triangulación cualquiera; pero que sin embargo está as á tenerigual número de triángulos que la ideal. Tratándose de triangulaciones ya ejecutadas, podemos apli- car la fórmula (4) recurriendo á una tabla de valores de c para obtener el verdadero valor de C correspondiente al caso que se tenga á la vista. Mas con el objeto de hacer una apreciación a priori de la exactitud que deba esperarse, teniendo como datos la perfección del instrumento angular de que se dispone, la pre- cisión con que se ha obtenido la base y la magnitud del lado cuyo error se busca, trataremos de obtener un valor medio de las c que satisfaga hasta donde sea posible á diferentes trian- gulaciones. Tomemos para ello como base estos principios: 1? A medida que más se separan los ángulos, de 60%, son 150 Memorias de la Sociedad Científica menos frecuentes; esto es, la frecuencia de un ángulo varía en razón inversa de la separación de su valor respecto de 609. 2% A un ángulo nulo se le asigna una frecuencia nula. 3% Los ángulos de 600 tienen una frecuencia igual á 1. 4% A un triángulo que tenga dos ángulos de 300 se le puede asignar una frecuencia nula, toda vez que debiendo tender siem - pre á la forma equilátera, admitir semejantes triángulos, equi- valdría á admitir la tendencia á configurarlos mal. La fórmula que mejor sintetiza los anteriores principios y se ha adoptado para determinar el grado de frecuencia con que se pueden presentar los ángulos de cierta amplitud, es la si- guiente: JN ENT UE V cos. —H( Gp) en la cual s representa la separación de los ángulos respecto de 600 y f es la frecuencia que les corresponde. Un lijero examen de ella, hace ver que satisface las condiciones impuestas, acor- dando marcada preferencia al primer principio. Hagamos en efecto una construcción gráfica, para lo cual he calculado los valores de f que van á continuación, haciendo variar á s de 109 en 109 Paras= 09 se tiene f = 1 1 =100 1” y =0.32845 » "»=200 , ,=0.18806 1” 1 =3800 »” n= 0.12295 mis 409 ” o.” 0.08194 mm =500. 5 ¡y=0.04942 1» 5 =600 ” . =0.00000 1 Antonio Alzate. 151 AAA PAPI A RAPID IIII LI III EII LILA ILIIIIOIIIIIII III Tomemos dos ejes de coordenadas; contemos sobre el eje de las X á partir del origen, magnitudes proporcionales á s y sobre el eje de las Y contemos la fen una escala diez veces más gran- de para tener la forma de la curva. (Fig. núm. 2). He calculado también la siguiente tabla de los valores de ¡TIO OLA DE == cot.2 600 haciendo variar 4 M de 100 en 100, partiendo del valor M =300 para terminar con el valor M = 1200. Para M = 309 ó sea una separación S = — 300 e = 9.00000 == 1409 y , = — 200 ,, =4.26083 ”m y = 500 A ) = —100,, =2.12227 ”m 1 = 609 > ) == 00,,=1.00000 ”n y = 709 AIRE A e 7 ”» 9" = 800 y a E E 209, ="0.09327 1 y = %09 e ,» =-+309,, =0.00000 m3 = 1000 y ” =+400,, = 0,09327 » 1" =1109 di » =-+509,, =0.39741 a 12000 5 » =-+ 600, =1.00000 La frecuencia de los ángulos que se separan igual número de grados arriba ó abajo de 609, será la misma. Así, pues, estos ámgulos 500 y 709, 400 y 809, 309 y 909, tendrán igual frecuen- cia. Quedarán diferentes, quiero decir exclusivas, las frecuen- cias que corresponden á los ángulos de 1009, 1100 y 1200, sien- do la de este último nula. Si atendiendo á la frecuencia con que : se pueden presentar los ángulos cuyas amplitudes consideramos, deducimos el valor medio de las e, dicho valor: medio será aplicable 4 diferentes triangulaciones y su valor será de la forma 152 Memorias de la Sociedad Científica e are e = 1.56698 Introduciendo el anterior valor en lugar de C en la fórmula (4), quedará bajo la siguiente forma: El =P) (1—094 EY 0 Y (5) ó Ñ 2 22 E! =(?-)AD (1—1.56698)+-1.56698 ÓN Ó también reduciendo 2 a 22 El = —(0.56698 ( > ) Ab+1.56698 a n De lafórmula (5) se deduce la que corresponde á una triangu- lación cuyos ángúlos difieren poco de 609, suponiendo á C”=1; de modo que este coeficiente C” puede servir tratándose de triangulaciones ya efectuadas, para estimar aproximativamen- te del mérito de la configuración de sus triángulos. La adopción de este valor medio C”, se justifica por el ob- jeto á que tiende este estudio; pues tratándose de apreciar a - priori el error que debe esperarse en la determinación de una línea, por medio de una triangulación, es indispensable asignar á los elementos variables, valores que se acerquen á condicio- nes medias que el operador pueda fácilmente realizar. Como en una triangulación topográfica que abraza 12 leguas de radio, para llegar á una de las líneas extremas, partiendo de Ú 1 Ambonio Alzate... | 153 PU we la base calculada, con triángulos equiláteros de ocho kilómetros de lado y caminando en línea recta, se necesitarían doce brián- gulos; no realizándose jamás esa condición, supongamos are se necesitan 18; y entonces la fórmula final sería: pr e ¡ANI 0)+E men q 18 El examen de la fórmula (5) conduce 4 ':análogas á las dedu- cidas de la fórmula que da el error de una base calculada. Estudio de la superficie, , Supongamos como antes que b sea la base calculada y Ab el error de que está afectada. ¿La doble superficie de: un triángulo en función de un lado y de los tres ángulos es: si : ! r er ,. sen, A,sem. C' ' 29=5 sen. B 6192 DISHIS4na $ a mero Te a 3111 ; Diferenciando sucesivamente con relación á b, A, B y C, ten- dremos: MTY ee LR (e) Él AAN ( E ) ES ds » sen. A sen. C 2s AO E a O Os 16d esop. rarmornsaróbieros 2818 0busí! uds cos: A: semi Oi; iio 000. e teta dde, Cisirj 48 e a $ c0 o A, osea Bo io 11:58 ASen. B y Memorias, [1894] 95-T. VI1IL.—20 154 Memorias de la Sociedad Científica a | =scot,C_. ds qa Sen, A sen. C cos. B acti a Ne La expresión que da el error de la superficie de un triángulo, será entonces de la forma 2 9s _—. ' —— o — 2 E,= E FAD+S (cot.AMLA +cot.BAB+cot? CAC) y suponiendo la igualdad numérica de los errores é introducien- do á 7, error medio con que da el instrumento los ángulos, Em 5 a yAD+ 1.787ysen.*1" s*(cot.*A +cot.*B+cot.*C) Para un triángulo bien configurado, quiero decir, cuyos án- gulos se aproximan bastante á 609, puesto que 7 cot? A =cot.B= cot*C=4, el error de la superficie será 11 10% 953000565 O E.= (5 Ab+ 1 18 Sy sen*11 Atendiendo á las consideraciones que se han hecho al ha- blar de la triangulación, para deducir uu valor medio, de C*que pudiera s servir para varias triangulaciones y teniendo presente 1 Antonio Alzate. 1 155 AWODIIIII II OL III LIL OOO IIA AA que todas son aquí igualmente aplicables, podremos expresar el error de la superficie de un triángulo cualquiera en función de C”. Entonces tendremos para un triángulo cualquiera ES (EDO. Tes nisn2WIx 40 Llamemos triángulo número 1 al que se apoya en la base, 2, 3....1 á los que se apoyan en los lados que se van sucesiva- mente conociendo, s,, S», sz, las superficies que les corresponden. El error de la superficie del triángulo 1, será 2 ——2, E. m (E 1.7859 2sen21"x4C" y] ) Or ADsoa* 200 2 oo 2111 E A =(S> 25, +1.785 29 ésen*1"x4C" 1 Notemos que siendo e la relación que hay entre el error de la base y le: magnitud misma. de la base, en los triángulos 2,3, .-..-.1, la cantidad análoga mA se presentará bajo la ficio dé un E Gian que AAaS el ión n ia dado Ló la fórmula general E! 2 —2 El = EE "1328, -+1.785,299'5en.21" x 40" 7 n . "nm A, e l 156 Memorias de la Sociedad Científica ns. PAI ss PILLS III ó poniendo en lugar de E! Onm—1 ( On —1 ) su valor que es yl Ab EY GIL nésen 11 x42(n1)C" m—1 O tendremos (a 18 2sen11/x42(0—1)0") 25, + 41.788, 99 sen 11 X FC" ) que reduciendo se convierte en JS . l + ti Los 178% 28 mesen Lx HU =D) HPO". 00. (6) "Esta fórmula dará el error de la superficie de los triángulos 1, 2,.- 1 haciendo en, ella sucesivamente. =1152,.. «+65, Si designamos por s, la superficie total abrazada por una ca: dena de triángulos, el error total de esa superficie estará dado por , ' Antonio Alzate." 157 Ó por A Ven consagarnacanconcas accio oo (7) En todas las expresiones parciales hay una parte común que permite expresar el error hi de la superficie. en la siguiente forma: El AD => PR Lom 2111 = (5) 25,4 1.18x 25,x 0'sem?L" ( 8 ed No S; Poniendo en lugar de C” el valor encontrado antes, C' =1.56698, se tiene: E! = pa LD 125+1.78 xx 1.56698 sen.21/ 25, ( ds 1+8m, A ES, =2: Y (GP +(10) x21858 249%, ny Suponiendo que el instrumento angular dé los ángulos con un error medio de 10” y que Ab elec 1 4 Sea igual á 5500 158 Memorias de la Sociedad Científica PLL LL IL LILLO IO EOL AO AAA y que el número de triángulos sea de 18, se tiene E 95 e O) 79217 a e | pp io E", =2. v (10) x25+(10) x79217 t Er. =(10) x571728s, LAS LLUVIAS EN TACUBAYA MANUEL MORENO Y ANDA Socio de número, Encargado del Servicio Meteorológico en el Observatorio Nacional. (Dedicado respetuosamente al Sr. Ing. D. Angel Anguiano, Director del Observatorio Astronómico Nacional). Con motivo de la sequía anormal que sufría la Francia en el estío de 1893, “L” Astronomie,” periódico que publica el co- nocido astrónomo Camilo Flammarion, propuso las dos cuestio- nes siguientes á los observadores de todo el mundo, en el nú- mero correspondiente. al mes de Julio de aquel año: 1* ¿Cuál es la cantidad de agua que ha;caído en esa. pen del 1? de Enero al 30 de Junio de 1893? 2* ¿Cuál es la media normal de la: lluvia: de los seis prime: ros meses del año? Por aquellos días me ocupaba ya en la formación de un re- sumen general de diez años de observaciones meteorológicas que en Noviembre" de 1893 se completaban, así es que muy fá.- 1 Nosotros, separándonos de lo. acostumbrado en las estaciones imeteo- rológicas de la "República, consideramos el año Evian de Diciembre Peor í de un año á Noviembre, inclusive, del siguiente. - +. --..«...0l 160 á Memorias de la Sociedad Científica LIIIOLILIEOLDZIL IL LOL DILO OIL LILIA cil me fué contestar á las preguntas arriba citadas, escribiendo al efecto una parte del artículo que hoy tengo el honor de pre- sentar á la Sociedad. Terminado mi trabajo y en los momentos de mandarlo á aquel periódico, llegó 4 nuestro poder el cuader- no correspondiente al mes de Agosto en el cual encontré la for- ma en que debían ser remitidos los datos, forma muy distinta á la que yo les había dado: inmediatamente y conforme á ella, envié los recogidos en este Observatorio juntamente con los de las principales estaciones meteorológicas del país que atenta- mente obsequiaron el pedido que de antemano había hecho, y guardé lo escrito con el fin de ampliarlo al completarse el pe- ríodo decenal á que antes me refiero. No pretendo haber hecho un perfecto análisis de la impor- tante cuestión de las lluvias; presento datos que en mano de persona entendida serán de alguna utilidad en el estudio clima- tológico de nuestro hermoso valle. Hé aquí el artículo: 1 El Observatorio de Tacubaya tiene el gusto de contestar por conducto del suscripto á las dos cuestiones propuestas en el nú- mero 7 de “L”Astronomie” relativas á la lluvia. ñ 1% ¡Cuál es la.cantidad de-agua que ha caído desde el 1? de Enero? | El siguiente cuadro nos lo indica: . Número de días Altura en milf y loss e dali polos y ¡e metros. +; | LI EMSFO 700.7 IQ 90 Pp, PQUA_ 391 3h 1 0.0 Febrero... ....-- A PEAJE 3.6 y o E A 16.3 ¡Albribioriaa ei «cin > Buoircolón O AN 4.2 Magos o. ic: 0loue te ot rro ie a micióio=i BOL ¡il Antonio Alzate, 161 PILI 48 días de lluvia con una precipitación total de:287=" 3, corres- Aa al primer semestre de 1893. 2% ¿Cuál es la media normal de la lluvia de los seis primo: ros meses del año? El resumen general de diez años de observaciones pluvio- métricas nos da los siguientes resultados correspondientes á á la primera mitad de los años de 1884— 93: en.ooo.; e. a... ..oo.. o. no... .< an .oso a... ¿0.0 dto Aa a A ae A A 143.3 a era 143.6 Le o a e O 169.9 RR E EA A 355,2 A A. 199.5 Sl bic 236.7 alada pad AT AR dd idad al 287.3 Su aso eb: aer adas 160.6 O ¿287.3 a AA 228.06 De estos valores deducimos la media normal para cada uno - de los meses del semestre, quedando expresada así: Sr... n...eos can. n.... a. a a d sd ns LE O E real. 2.28 er RO died 5.25 dan a o Ol RR poo . 21.18 óseo LaS? . 48.48 150 ertoririopesroop 189,96 UD cronos Memorias [1894-95], T. VITI.— 21 162 Memorias de la Sociedad Científica La media normal del semestre, queda representada por 35% y por 228””06 de lluvia. 1 Comparando estos valores medios con los parciales del se- mestre de 1893, resultan las siguientes diferencias; d. mm. LADTO Dead. o e 213 AA a RO +2.3 Febrero ........ A UL a y +1.6 MAZO 7.......: —D.O" IA e —1.4 AL rota na A DN des bt de +17.0 MIA Lo oo A 30 os —31.9 Ec oi O O As —46.8 Diferencias muy notables en favor de 1893, pues aunque los valores correspondientes á Enero, Febrero y Abril están bajo la normal, sin embargo-bien podemos despreciarlos, sobre todo los dos primeros, tanto por su pequeñez como por estar compren- didos enla parte más seca del año. En cambio nos quedan Mar- z0, Mayo y Junio con un exceso que en conjunto resulta ser casi igual á 3 de la media del semestre. 11 gundo semestre: .........--- UE) ..iooh> AO 204-9083 LITO 1 Antonio Alzate. ú 168 or A amar 1 nn, ro a ARI N 349.3 IO e ro BOT 535.4 LAO O e lo e OMG R AA 413.0 LO O e reos 491,3 eros Ml OA 3 A o de 432.7 0 Ss e pad all Cd e e A A 476.5 7 CO TS e 495.3 ralla A A ON 495.7 JS DO dultátro da A E A 325.2 Ur duo el Dorada tas ta dl 439,7 Mera ao ele al 455.40 De cuyos valores deducimos la media normal para cada uno de los meses de Julio 4 Diciembre. al ai A A a 107.46 AgostO....... AS DA A e 0 PE Septiembre: ano atado pia ds Sa ol iO tubr a maaE nan bs brota e a a E E O ac Pe 24 39. ¡7 ., Diciembre . ARA AO 1.9 A Ep eneq- 4.59 Si comparamos ahora. el pins tipo con las Muvias men» suales del de 1893, encontraremos las siguientes diferencias: 1684 Memorias de la Sociedad Científica N bss dE o uo: milf- CA AS AO Ao mota +16.5 Agosto-........ A A cose —48.9 Septiembre ..... A A o ia + 6.0 Octubre .......-. o A AAA A +34.7 Noviembre...... O Y IA + 3,0 Diciembre ...... E O A + 44 Aquí desaparece la regularidad que encontramos en el pri- mer semestre, pues las lluvias de Julio, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre están bajo la media, pero viene Agosto con un excedente que alcanza á cubrir el déficit de los otros meses resultando para todo el año 43""5 de más sobre o media normal. : TIT Con la frecuencia de las lluvias, Ó lo que es lo mismo, el mayor Óó menor número de días lluviosos, es ló que hace que el año se califique de húmedo ó seco, más bien que el número total de milímetros que acusa el pluviómotro; necesitamos ahora estudiar el de 1893 bajo este aspecto para poder formarnos una idea más completa de su distribución y régimen pluviométrico. Examinemos el siguiente cuadro en el cual encontraremos en la primera columna, los valores mensuales del año tipo, en la segunda gis corréspondientes $ á 1893 ye en 15 tercera sus ES ferencias: AAUIZia a. loba 11 Antonio Alzate. 165 Afío normal. 1893, e Diferencia. En E cal Enero...... DE AO AO o +0.4 Febrero .. MN tas E A A —2.1 Marzo...... A caros ua DO —5.0 MAL Es LAR SANA 0 1 AA +3.0 MSYO.: 2232 co INEA y E HO —5.3 JUBIO. ¿2232 A A a ARO —3.5 a O Des —4.5 “Agosto...-. DO AO IO) APREROS 2.1 Septiembre. 17.2 .....- TOO A IA as ad > o e Ls di Aa +3.8 Noviembre.. 32 '-..... PORRO Dicrembre > LPRA PA - +0.2 Sumando ambos valores, resulta para el año tipo 1047 y para el de 1893, 123*0; cuya diferencia 18*3 repartida por or- den de estaciones queda representada así; | E mviemo 21 5d o a LIS TMNULE E —6.7 Primavera E UTE 49, - L9AeIE 5 OMPLIOR —5.8 PENES 95 000.011609 SIORIOL AREBOSILA HUBIE ¡20204 Otoño a ATI ON A —0.2 | AS Diferencias que, como se ve, van decreciendo de una manera, regular durante los tres primeros trimestres y cambiando de signo, pero en cantidad insignificante en el último. La 1 a corresponde al primer trimestre, cuyas lluvias menudas apro- vechan tanto á la tierra, pues la preparan pará las siembras que tienen lugar en el trimestre siguiente. De todo lo expuesto resulta que el año de 1893 debe colo- carse en cuanto á sus lluvias en el número de los regulares. En 166 Memorias de la Sociedad Científica NAIODIILLLIILILIIIIIIILDIDIILIIDIIILIILI0IIILIIIIIOIIILIDIII ALIVIO III III AAA ___—— _ _ _ _ _ _ QS nuestra serie de diez años de observaciones ocupa el 4* lugar siendo el 1? el de 1887, IV La A adjunta (lám. 11), en la que gráficamente está re- presentada la lluvia media deducida de diez años de observacio- nes, la del año tan escaso de 1892 y la correspondiente á 1893, nos pone de manifiesto la marcha que en el curso del año sigue el elemento que venimos considerando. . Refiriéndonos en primer lugar al año pluviométrico medio, encontramos que se distingue por los caracteres siguientes: la lluvia mínima tiene lugar en Enero, aumenta progresivamente hasta Junio, en cuyo mes alcanza un primer máximum, baja en Julio y.vuelve á subir en Agosto: de Septiembre á Diciembre el descenso es muy rápido. Llama desde luego la atención el mínimum relativo tan pro- nunciado de Julio, tanto más notable cuanto que se verifica en plena estación de aguas; cuando la lluvia total de los meses an- teriores, en aumento á partir desde Enero, hacía suponer para la del mes en cuestión un aumento sobre la de Junio: Lo anterior se refiere, como ya dije antes, á la lluvia media : las otras dos curvas, correspondientes á 1892 y 1893, presentan el conocido mínimum de Abril y bastante bien pronunciado, el de Julio de que acabo de hacer mención. - En los diez años de observaciones, encontramos seis con dicho mínimum como se ve en el siguiente cuadro: 1" Antonio Alzate. 1: ! 167 Lluvia * Lluvia Lluvia de Junio. de Julio, de Agosto. de 0 AN OSO eras 121.4. MIO oa PO as MAIS ee 154.1 1888 i....... BELO: nivel a << Tin nin. > 146.0 1 o a O 108.0 meeraiaja o 276.0 Lo E OA e O la 78.9 MT SR IO a MESO:U «Resultando en promedio la lluvia de Junio y Agosto mayor que la de Julio en-47"*9 y 83”"8 respectivamente. Si al presentar la anomalía en cuestión, nos abuviéramos sólo á los resultados de Tacubaya, podría temerse que fuera el efecto, no de una causa física como parece ser, sino más bien de negligencia por-parte del observador. Sin 'embargo, nada - más lejos de esto:-las observaciones diarias se practican con toda regularidad á las horas reglamentarias; y 'en cuanto á las de'lluvia, sucederá queno anotemos la duración aproximada de ella, principalmente en-la noche, pero nunca que deje de me- dirse et agua á las Ta. m. del día e como está ao cido. Gs 7] 5d E > ho LEA A z ' Buscando, pues, la” manera de averiguar si dicha aoiealín era exclusiva de Tacubaya'ó “Característica de nuestros elimas de lá elevada Mesa Central, ocurrí 4 lo publicado por algunos observatorios; queriendo mi“buena fortuna que la'encontrase perfectamente comprobada en las observaciones pluviométricas de México, Lé6n, Puebla y Oaxaca; cuyos valores normales para cada mes han sido deducidos de series que abrazan perío- dos de 16, 14, 6 y 10 años respectivamente. Pongo á continuación los promedios mensuales correspon- 168 Memorias de la Sociedad Científica nrros dientes á cada localidad y la variación sucesiva que entre ellos resulta: acompañándolos para mayor ilustración de una figura en la que está representado el valor de dicha variación. (Lámi- na IL.) Ñ e AS Ener0...... ET. AOS ¡El A 6.1 pri 97 +6.3 Febrero .... 64. Hs E 12.4 | +6.4 +0.9 —3,5 Marzo...... A AE a 8.9 +3,4 LO +8.3 PY ATA PA E ¡VEN +35.6 +22.4 +66.0 May0....... UB isis 83.2 +53.5 e: 111, +103.0 Junio ..... O ti PA 186.2 | +0.6 +4.8 —39,2 Tao A 147.0 | 1 28,9 +18.7 +67.8 IPP Y AA 15O echos 214.8 | aos: MEA —23:4 47.3 Septiembre . 107.9 ...... ¡EPA 167.5 Ea | —61.4 pe A Octubre... 465 eo.o.. E 70.8 9 i | —34.0 —35.9 —36.9 Noriembires! dl Bird obras 33.9 essiviórmoles o +14 —22.9 Diciembremmo!: Abro sono 1D nea 1110 ¿014 OU , DIS; Í 54 ¡0 HDD / ¿ lomo VII. Lám.. AS] E 460 to 120 100 60 Ro zo Memorias de 1: 100 MJJASOND E F Tomo VII.-Lám.$f. EFMAMIJASOND Bo + 160 60 + |160 fo + |140 Zo + |120 o 20 to — 60 — go — 100 — Memorias de la Sociedad “ALZATE de México. EF MAMJ J ASONDEFMAMJJASO0OND MORENO Y ANDA. las lluvias de Tacubaya. " Antonio Alzate. 1 169 ds pk dra añ. a do aa id: 2.3 | | +8.3 +29 ax 5 Ls a do E A 1d A il Vd cdo ll tao 5.2 +3.9 +9.7 MATO. os Pd e Y A 14.9 —0.6 * +6.3 A E MALO) IIA 21:2 , +85.5 +27.3 O a CC LOS 48.5 +118.9 +87.5 DUO IT UNA AS 136.0 —114.8 —28.5 EA O MP o AAN 107.5 + 3.8 + 32.6 A A 140.1 +42.5 —11.8 Septiembre ...-......... ¡II A AN 128.3 —66.7 —65.8 IA TO ARO AENA 62.5 —63.8 —b0.1 INOVIOnIDTO:: cues. O dd paa 12.4 —8.8 —7.8 Ie EabrEe. soitakid y e: REO AN 4.6 En México y León hay ascenso en Julio pero muy pequeño; y examinando los resultados mensuales del primer punto, en- cuentro mayor número de veces en que la ley se verifica, lo que hace que en el promedio vengan casi á compensarse las dife- rencias. Esto que digo respecto de México (cuyos valores men, suales de 16 años tengo á la vista) nos hace ep que en León debe pasar otro tanto. Memorias [1894-95], T. VIIL.—22 170 Memorias de la Sociedad Científica En las otras tres localidades está perfectamente marcado el mínimum en cuestión, distinguiéndose Oaxaca con el mayor. A falta de datos de otros observatorios de nuestra Mesa Central, encuentro en cambio otra comprobación en las obser- vaciones pluviométricas de San José de Costa Rica, observa- torio comprendido como se sabe en nuestra zona intertropical y 41,135 metros sobre el nivel del mar. Véase el promedio co- rrespondiente á los meses de Junio, Julio y Agosto, deducido de cuatro años de observaciones (1888-89-90 y 91.) Junio..... A e NN 1 AY Ad 239.5 —15.8 TUMOR is enel bai 2231 + 13.2 Agosto... 5». -Ldteo PAS 236.9 Si tenemos presente que en la formación de la lluvia no sólo concurren como factores importantes los vientos y la tempera- tura, sino también el que se refiere á la naturaleza, forma y con- diciones topográficas del suelo, capaz por sí sólo de modificar á log primeros y que caracteriza, digámoslo así, la fisonomía es- pecial del clima de cada lugar; y si esto sentado, encontramos un efecto que parece ser general, lógico es suponer que la cau- sa que lo produce sea única, Nos proponemos seguir ocupándonos de esta cuestión reu- niendo al efecto el mayor número posible de datos, tanto de la zona intertropical de nuestro hemisferio, como de la del Sur, para poder fundar mejor las ideas que sobre el particular nos ocurren. Para concluir agregaré que al nivel del mar las cosas pasan de distinta manera. He aquí los promedios que para los me- ses de Junio, Julio y Agosto nos dan dos años de observaciones de lluvia en Veracruz y de 13 en Mazatlán : $" Antonio Alzate. n 171 Veracruz, Mazatlán. JU iia IBM IA A 43.3 O o O E e E 158.1 OSLO. no is PA 243 Por este cuadrito vemos que en Veracruz el mes más llu- vioso es precisamente Julio; pero, del ezamen de los valores mensuales desde Julio de 1891 al mismo mes del año actual, que por bondad del Sr. D. Gerónimo Baturoni tengo ála vistas resulta: que en los tres primeros años, es decir, 1891-92 y 93 el mínimun que acá en la Mesa Central cae en Julio, en nuestro Puerto del Golfo tiene lugar en Agosto, siguiéndole luego un máximum secundario en Septiembre. Del presente año sólo tengo datos hasta Julio, encontrándose el máximum en Junio, En Mazatlán la curva de la lluvia sigue una marcha regular como puede juzgarse por el siguiente cuadro: a E E A E E A 37.5 A A A A E 6.0 Marzo ao. ando Li AO 5.8 id e A Os Al e 0.7 MAJO A E ES > 6.5 O A A e A 43.3 ER A A 158.1 ¡APOstO a or a a es daa o ao 243.9 Senhanibro 0. qeda densas ais A 208.8 Uichabre' 4. East a sar do Sd IET 75.0 Noyignabre 210 o o a a e 15.7 172 Menorias de la Sociedad Científica me. En los valores medios anuales de ambos puertos encuentro además, un dato curioso; y es que la lluvia en nuestra costa del Golfo es mayor que en la del Pacífico, pues mientras en ésta la lluvia media es de 822"”, en la primera llega á 1,936," Tacubaya, Septiembre de 1894. LA GEOMETRIA ANALÍTICA Y su diferencia con la APLICACION DEL ALGEBRA A LA GEOMETRIA POB EL INGENIERO GEÓGRAFO AGUSTIN ARAGON AOCIO DE NÚMERO. A ral querido amigo y compañero Felipo Valle. Uno de los más notables frutos del espíritu kumano y que ha hecho época, no sólo en los anales de la Matemática sino tam- bién en los de la Filosofía, es sin duda alguna la admirable crea- ción que inmortalizó á Descartes y que se conoce con el nombre de Geometría Analítica Ó Geometría General. Dos siglos y medio han trascurrido desde que el ilustre me- tafísico dió á luz su elevada concepción y en tan considerable lapso de tiempo, aún no ha sido comprendida por la generalidad de los matemáticos. Parecería increíble lo anterior, si la expe- riencia diaria no nos mostrase cuán grandes son los errores á, que frecuentemente conducen los abusos de un especialismo exagerado. En efecto, la mayoría de los que cultivan las ciencias exac- tas, desdeñan el estudio de las obras ramas del saber, y aun sus 174 Memorias de la Sociedad Científica estudios favoritos no los hacen como los haría toda persona ani- mada de un espíritu filosófico, es decir, fijando la atención más que en las doctrinas, en los métodos. No han sabido apreciar los matemáticos los grandes méritos de la obra de Descartes, ni mucho menos, dar á conocer el ver- dadero espíritu de la Geometría Analítica. Reducido es el nú- mero de autores que enseñan á los principiantes el pensamiento capital del filósofo, que consistió, como se sabe, en reducir á cuestiones de magnitud las de forma y posición, reducido, re- petimos, pues que la gran mayoría, sin consideraciones preli- minares de ninguna especie, sin otro antecedente que una mala definición de la parte de la Matemática sobre la que han escri- to, comienzan á exponer los diversos sistemas de coordenadas imaginados para fijar la posición de un punto en un plano. El verdadero espíritu anti-filosófico de la generalidad de los autores de Geometría Analítica, se muestra, con particulari- dad, en la pésima definición que dan de dicha parte de la Ma- temática; pues se contentan con decir, violando todos los pre- ceptos de una buena definición, qué es la aplicación del Algebra á la Geometría. : A demostrar lo mezquino y absurdo de tan incorrecta defi- nición va encaminado el presente trabajo. Triste idea de la gran concepción de Descartes, se formarán los que juzguen de ella por la definición que dan los autores que censuro y que no merecen otro nombre que el de detractores, por querer rebajar los méritos del que fué grande por su cien- cia y por sus métodos, y llevó la Matemática á una altura por nadie siquiera soñada en el siglo XVII. No muy vasto sería el campo de la Geometría General, si se limitase únicamente á la aplicación de los principios que el Al- gebra suministra, para la resolución de las cuestiones geomé- tricas. Sólo una falta completa del conocimiento de los artificios lógicos, que se ponen en juego en cada parte de la Matemática, para la investigación de la verdad, puede justificar la idea mez- " Antonio Alzate. 175 me quina que de la Geometría Cartesiana tienen los autores que critico. Como procuraré demostrarlo, el principal valor de la Geome- tría Analítica, tanto lógico como científico, es la generalidad de sus procedimientos de investigación. Supongamos por resolver el problema elemental de trazar una tangente á una curva y veamos cómo procede la Geometría Elemental y cómo la General. En la primera hay que buscar, para cada caso particular, un procedimiento especial, el mismo problema debe resolverse de nuevo para cada curva, mientras que, la Geometría Cartesiana da métodos aplicables á toda clase de curvas en general. Uno delos grandes méritos de Descartes, es precisamente el de haber introducido las generalizaciones en el terreno de la Geometría, antes de él, no se aprovechaba para nada la resolu- ción de un problema para resolver otro semejante y él nos dejó como admirable legado, el método para resolver por medio de un sólo razonamiento clases enteras de problemas. Nada más que una cadena de razonamientos se necesita para encontrar las propiedades comunes á toda una familia de curvas Ó de superficies, y este simple hecho, que constituye una lección práctica de generalización, pone de manifiesto la ningu- na semejanza que existe entre esa operación, otras muchas pa- recidas y las aplicaciones del Algebra á la Geometría. ¿Dónde está la aplicación del Algebra á la Geometría, en la operación por medio de la cual el geómetra clasifica las curvas y las superficies en familias, determinando los puntos de seme- janza y diferencia, base de toda clasificación? En ninguna par- te contestarán todos, porque no hay allí ninguna aplicación de principio alguno algebráico; pero eso no obstante siguen lla- mándole “aplicación del Algebra á la Greometría,” á lo que con toda propiedad debe llamársele Geometría Analítica ó Greome- tría General. | ' ) La parte de la Matemática, que propiamente debe llamarse 176 Memorias de la Sociedad Científica “ aplicación del Algebra á la Geometría,” tiene una esfera redu- cida, y en ella se estudian, entre otras, las siguientes cuestiones * la posibilidad de representar algebraicamente las diversas mag- nitudes geométricas, la homogeneidad de las expresiones, los medios que pueden emplearse para poner en ecuación un pro- blema de Geometría y la construcción de expresiones homogé- neas de primer grado. La resolución de las cuestiones enunciadas y de otras se- mejantes, ha dado origen á otro error no menos grande que el de definir mal la concepción cartesiana, en algunos autores de Geometría Analítica, y que consiste, en asegurar que, antes de Descartes dicha parte de la Matemática ya existía, puesto que el Algebra ya se aplicaba á la resolución de algunas cuestio- nes geométricas. Este segundo error es una consecuencia del primero, porque si hubiesen sabido establecer la distinción entre la Geometría Analítica y la aplicación del Algebra á la Geome- tría, no habrían atribuído á los antecesores de Descartes, lo que fué exclusivamente obra del mencionado matemático. Tiene la “aplicación del Algebra á la Geometría,” con rela- ción á la Geometría Analítica en cuanto á sus procedimientos, la misma relación que ésta respecto de la Geometría Especial. En efecto, las construcciones geométricas á que da lugar la apli- cación aludida, se hacen según leyes especiales en cada caso par- ticular, sin que se puedan someter á procedimientos generales, mientras que la (+eometría de Descartes se distingue, como an- tes dijimos, por la generalidad de sus procedimientos. Aclara- remos la cuestión con un ejemplo, sea el de construir las raíces de una ecuación de segundo grado, sin resolverla; cuatro casos pueden presentarse por las diferentes combinaciones de los sig- nos, y esos casos son los siguientes: a a A a es ode, A A IN e ano o a a a A e A A o A O a dl RR IS | » Antonio Alzate, * 177 Pues bien, todos sabemos que cada easo se resuelve de di- ferente manera y que es preciso hacer un estudio especial para resolverlo. No sucede lo mismo en los problemas propios de la Geometría Analítica, en los que las resoluciones tienen siempre un carácter completo de generalidad. Todo el que haya estu- diado esos problemas sabe muy bien que, una teoría general constituye el estudio de los centros y los diámetros, las tangen- tes y normales y las asíntotas de las curvas. Si la construcción de las raíces de una ecuación de segundo grado y de diversas expresiones homogéneas de primer grado así como la de superficies y volúmenes, reclama para cada caso un procedimiento especial y el carácter distintivo, la fisonomía propia de los procedimientos de la Geometría cartesiana es la generalidad de los mismos, no vemos la razón de que se consi- dere como parte de la H+eometría Analítica aquello que no tiene las cualidades para serlo. Los que aseguran que antes de Descartes ya existía la Geo- metría General, padecen un lamentable equívoco originado por la confusión que han hecho entre la construcción de fórmulas y la de ecuaciones. Esta última es mucho más difícil y más im- portante y del resorte de la Greometría Analítica, mientras que la primera puede considerarse realmente como la aplicación de la Geometría á la resolución de algunas cuestiones algebraicas, puesto que una simple determinación aritmética la substituimos por una geométrica. Si tenemos, por ejemplo, la fórmula x = de el valor de x que lo obtendríamos multiplicando a por b y dividiendo el pro- ducto por c, si conociésemos los valores numéricos de a, bd y c, lo obtenemos geométricamente por medio de una cuarta pro- porcional. Vemos claramente que una multiplicación y una di- visión, operaciones aritméticas, las hemos substituído por una operación geométrica. Antes de que Descartes hiciese dar á la Matemática el paso que dió con su inestimable creación, ya se aplicaba la Geome- Memorias, [189495-] T. VIII.—23 173 Memorias de la Sociedad Cientifica APIS III II III NI tría á la resolución de problemas de Algebra; pero esa aplica- ción no es álo que debe llamarse Geometría Analítica; se cons- truían fórmulas y la construcción de una fórmula consiste en reemplazar las operaciones numéricas que indica, para la eva- luación de la incógnita correspondiente, por un sistema equiva- lente de operaciones gráficas. Estas construcciones sí son la verdadera aplicación del Al- gebra á la Goometría, cada fórmula se construye por un proce- dimiento particular y ninguna semejanza hay entre esos proce- dimientos y los generales creados por el gran filósofo francés. No creemos necesario insistir más para probar la tesis que - hemos venido sosteniendo, á saber: que la Geometría Analíti- ca no es la aplicación del Algebra á la Geometría y si algo más grandioso, musho más que una simple aplicación, la parte de la Matemática que “esencialmente está destinada, como decía el in- mortal Augusto Comte, á generalizar lo más posible las diversas teorías geométricas, según su íntima subordinación á las concepcio- nes analíticas, sometiendo las diferentes cuestiones á tantos métodos uniformes, necesariamente aplicables á todas las figuras conveniente- mente definidas ; sea que se limite uno á la Geometría plana, sea que se consideren superficies cualesquiera.” Como pudiera creerse que hago extensiva mi censura á to- dos los profesores de Geometría Analítica y autores de esa ma- teria, con gusto consigno que mis queridos y respetables maes- tros el Ingeniero D. Manuel Ramírez y el sabio Dr. D. Porfirio Parra, en los muchos años que tuvieron á su cargo la enseñanza de la Geometría Analítica, respectivamente en las Escuelas Preparatoria y de Agricultura, siempre consideraron como ra- ma independiente de la Geomtría de Descartes, la aplicación del Algebra á la Geometría. El Sr. Ramírez ha escrito además un excelente tratado que no merece sino elogios y que fué conce- bido teniendo en cuenta el espíritu que presidió á la creación de la Escuela N. Preparatoria. México, Septiembre de 1894. A O ¡€x__ € ___ €>PEErÓ— í 4 Para encontrar el valor de la precesión en ascen- sión recta y declinación , Por el Ingeniero Geógrafo GUILLERMO B. Y PUGA Socio fundador y de número, Astrónomo en el Observatorio Nacional de Tacubaya. rs (IDLLAMINA LLL.) Es muy frecuente en los Observatorios Astronómicos la ne- cesidad de reducir de una época para otra las posiciones me- dias de los astros y demás cuerpos celestes, y cuando dicha reducción se hace con sólo el objeto de tener la situación de un astro á fin de poderlo hallar con los instrumentos de observa- ción, basta una corta aproximación en la aplicación de las fór- mulas de la preseción que son las que permiten encontrar los valores correspondientes á un año de Azy A. Las fórmulas que se usan son: Aa=m-+ mn sen a tg ó XÓ0 =NMC0S a en las que m = 3.0723 log n = 1.30220, 180 Memorias de la Sociedad Cientifica valores que corresponden para 1880 pero cuya variación es tan pequeña que no influye en mucho tiempo de una manera nota- ble en los valores de A a y A 0. Con el fin de facilitar el uso de estas fórmulas que como di- je antes son de uso frecuente, he construído el cuadro adjunto en el que está representada gráficamente la primera fórmula para todos los valores de a de 10 en 10 minutos y cada grado de deelinación de O 4 60 grados; y una tabla con los valores de la segunda fórmula para cada 10 minutos. Aunque con sólo mirar el cuadro creo que se comprenderá, supongo que no está demás que haga una descripción y ponga un ejemplo de sus aplicaciones. Para la construcción de las diversas curvas he tomado como abcisas los valores de la declinación y como ordenadas loz va- lores de /1 a; cada curva corresponde á cada uno de los valores de a, y así el cuadro queda dividido: en 60 columnas vertica- les de un decímetro que corresponde cada una de ellas al grado de declinación con que están encabezadas y en las que cada mi.- límetro corresponde á 6 minutos; y 4 una serie de líneas hori- zontales en las que cada milímetro corresponde á un centésimo de segundo; el encabezado de estas líneas se halla en la prime- ra columna de la izquierda; y por último, la a correspondiente á cada curva se halla en las dos últimas columnas de la dere- cha de las cuales una corresponde á las declinaciones negativas y la otra á las positivas Con el ejemplo siguiente se comprenderá mejor la distribu- ción indicada y el uso de las curvas. Supongamos se desea encontrar los valores de Aa y Ad que corresponden á una estrella cuya posición aproximada es : a =6* 53” d = 24025 En la columna de la derecha que corresponde á las declina- ciones positivas está abajo 7” siguiendo la curva correspon- Y Antonio Alzate." 131 ARIS NN AAA diente hasta encontrar la columna vertical que corresponde á 24025", y calculando aproximadamente el punto que correspon- de á 6*53”, se encontrará que se halla situado en la línea ho- rizontal que corresponde á 3*66 que es el valor de A a. Si en lugar de ser positiva la declinación fuera negativa, en- tonces habría que buscar 7* en la columna de las declinacio- nes negativas, y siguiendo la curva que le corresponde se ha- llará de la misma manera para el valor de A a 2*48. No me detengo á explicar el uso del cuadro numérico que da la precesión en 9, por depender de simples interpolaciones muy fáciles de hacer y sólo debe tenerse cuidado de tomar el signo que le corresponde. A pesar de ser el autor de este trabajo, me permite enca- reeer gu utilidad por lo que creo que la Sociedad prestará un servicio á los astrónomos si logra su publicación. Taeubaya, Mayo de 1894. A pÚ Sapald Hembras? y Hai. 0 ay Y * at an tere m7 ibi A e OS al E LA po y Al 4 ió 19 GRAnOO ene: Aus do ojos e Sl cabras. q 0% onñ eri al no obeui ae ds ap cad Vio saver Para. $ a ob mu bka le apa der dba tics a LArae 7) Aridrges gen? orador rio rr ecc A A E AN ed oz Obroqeoriva 1 SpA ANTOO sh idas as 4 ao e | PLE bir lo rre a ÓN ep osrrúmaa orbaso da b ou lo aged eyarrtob su y REA $ ob AgRamiOs., a e ¡dia ola leo dcir id y spnoloslogipinl aslaraia 1h 0D Ugo: 2035-05 adinJoo ad A e lo amod sb chechu barra! adas tio vo momen co 00 AY qt E NÓ ye de e indles vo pl ap AA | s3no: adreos Bra UA A E y de dales buboisols | 6! any 091) ar yl 104 Drbiichn ma eeey,: sd y MS ] E ¿divao id (6058 58. Er fo odian motá > ora NR : q : > PU! el od LIA DERF TREPA IIA PACTA FEDORA RES DET AD ATTE Y TRACI 0 UU CI PG A A NS A ll RIA. OBSERVACIONES Relativar £ dos VOLCANES DE MEXICO FOR UL INGENIERO EZEQUIEL ORDOÑEZ e Socio de número, Miembro de la Comisión Geológica Mexicana. Llegó á nuestro conocimiento allá por el año de 1889, que se encontraban en la ciudad de México dos sabios viajeros ale- manes, con el objeto exclusivo, se decía, de hacer algunos es- tudios sobre la Geología en general y Paleontología del país; entonces, como ahora, muy poco conocido en el extranjero todo lo que se refiere á estas importantes ramas de la ciencia. Desde los hermosos trabajos de Humboldt á principios de nuestro si- glo, tenemos multitud de observaciones aisladas é informes de alguna que otra Comisión científica, ya de ingenieros mexica- nos Ó extranjeros, y desgraciadamente en muchos de dichos in- formes, la poca extensión ó campo de investigaciones y el espí- rita muy común de generalización, ha hecho que subsistan aún en la actualidad errores de alguna trascendencia y que se esta- 184 Memorias do la Sociedad Cientifica mu. WIIILILLILLIIILLIIIIIOILS Ls blezcan principios 6 leyes que están muy lejos de tener comple- ta verificación. Por fortuna comienzan á ser conocidos en Europa, los tra- bajos de la naciente Comisión Geológica de México. De aquellos sabios Doctores, los Sres. Felix y Lenk, de Bonn, llegaron poco tiempo después importantes memorias que resumen el resultado de sus viajes y estudios en México. Debe- mos á la gran laboriosidad de nuestro finado amigo 6 inolvida- ble consocio el Sr. Epstein una buena traducción al castellano de la primera obra publicada por aquellos hábiles doctores. La Sociedad de Geografía y Estadística, convencida de la impor- tancia de este trabajo, cuanto que resume y se ocupa de la Geo- logía de nuestro país, ha ordenado Á sus expensas la publica- ción. Me propongo en el curso de estas notas poner de realce el mérito de los autores y su extrema laboriosidad, tanto en sus importantes viajes realizados en diversas y distantes regiones del país, como en la recopilación de obras y artículos que en an- tiguas y diferentes publicaciones se hallan diseminados y que se ocupan ya de la Fisiografía de México, como de su Geología, y la de haber elegido aquellos que por la honorabilidad de sus autores, son dignos de absoluta veracidad y de valor científico, Pero al mismo tiempo voy á permitirme hacer algunas obser- vaciones sobre algunos puntos asentados por los Sres. Felix y Lenk, que no he visto confirmados en mis viajes en el país ó sobre algunas conclusiones que tampoco he visto enteramente realizadas, cuanto que tienden á ciertas leyes demasiado gene- rales para que tengan una absoluta verificación, en el sistema complicado y difícil de la Geología de México. El principio ó introducción del cuaderno I de la obra citada se ocupa esencialmente de dar algunas ideas sobre la fisiogra fía general del territorio mexicano, entrando en consideracio- nes sobre los distintos sistemas de montañas. Debe notarse desde luego que no tiene gran fundamento y “Antonio Alzate. 1... 185 PRI IS m0 O A mn ao presta á falsa interpretación, la designación que se da á mues- tra Sierra: Madre del Pacífico, al tratar de la división de los ele- mentos que constituyen nuestro territorio. Se le asigna el nom- bre de “ Cordillera arcaica del Pucífico.” Las rocas arcaicas de este macizo, abarcan una extensión bastante limitada, compa- zada con su conjunto para poderle aplicar la denominación. Aquel grupo de rocas primitivas, ya descubiertas por eroción, ya dejadas á descubierto desde un principio, determinaron, es cierto, ó facilitaron el camino para la emisión por variados me- dios de rocas eruptivas, emisiones acaecidas desde el tiempo mezózoico y en mayor extensión en el terciario, y por conse- cuencia que no debemos de considerar bajo el propio sentido de aquella palabra. « En los Estados de Guerrero y Maldad como lo asienta. la obra citada, se presentan las rocas arcaicas lo mismo que en pe- queñas porciones de la sierra en Michoacán y.Jalisco; pero. se ocultan'ó se pierden en una larga extensión de Tepic y Sinaloa, para verlas reaparecer allá en Sonora y continuar con estas in- terrupciones hacia el interior de los Estados Unidos. Puede decirse que aparecen en la superficie las rocas arcal- eas ocupando una extensión apenas de un décimo de toda la ex- tensión de nuestra Sierra Madre, lo que no justifica, pues, aque- lla denominación. + Después de ocuparse los Sres. Lenk y Felix de la disposición de las mesetas de México y de las depresiones del Sur como las cuencas del Balzas y de la Fisiografía de la Baja California, ete., etc., entran en detalles sobre la zona de los grandes vol- canes que corta al Anáhuac y cuyas primeras ideas se deben al eminente explorador Humboldt. Se encuentra en la memoria de que hablamos un párrafo que dice: “¿El examen de una buena carta hace ver que los della cidl importantes del México Central, no forma de ninguna manera wna línea recta á pesar de que pertenecen geológico genéticamente ó una sola grieta.” La expresión de que tales volcanes pertenez- Memorias [ 1894-95], T.VIIT.— 24 186 Memorias'de la Sociedad Científica SAIDDIIIIDDDIDZIIIDIDIIOL LL DADINDODIALDIAISIO III ADIDAS IO DIN IO SALINA IA IAIA can geológico genéticamente á una sola y mismá grieta, debe entenderse, á nuestro modo de ver, como que tanto en tiempo de aparición como las causas que dieron origen á aquellos vol: canes, han sido las mismas para todos, y vamos á ver, si se nos es permitido, cómo la primera condición no está satisfecha, es decir, que hay diferencias en tiempo y de carácter suficiente- mente grandes para considerarlas geológicamente como perte- neciendo á una sola grieta de la costra terrestre en esta región, En la subdivisión que establecen los autores agrupando los volcanes, enumeran aquellos que pertenecen á la grieta princi- pal: Popocatépetl, Cerro de Ajusco, Nevado de Toluca, Volca- nes de Pátzcuaro, El Patambán y la Bufa de Mascota. Desde luego no debemos considerar bajo el mismo título al Popocatépetl, de erupciones cuaternarias (quizá sus más tem.- pranas del Plioceno), emitiendo corrientes de lavas basaltoides esencialmente hipersténicas á la montaña del Ajusco que ha perdido ya, si la tuvo, toda forma cratérica; el Ajusco repre» senta el núcleo de la Sierra de las Cruces y está constituído de andesjtas hornbléndicas esencialmente, las que marcan una ete pa perfectamente bien definida y anterior á las andesitas de hi- perstena y olivino, las que casi elausuran la serie de erupciones cuaternarias en el país. ' No sabemos qué relación pueda existir geológico —genética entre el Popocatépetl, por ejemplo, ó enalquiera otro de los vol.- canes que enumeran como colocados en la grieta principal, con la Bufa de Mascota, cuya constitución geológica demuestra hasta la evidencia su origen terciario no propiamente volcánico y su anterioridad, ya no al Popocatépetl, sino al cerro de Ajus- eco que decimos ser muy anterior á este volcán. Creo no haber equivocado Ó confundido la montaña á que los sabios doctores se:refieren y ser la misma quese designa con el nombre de “Bufa del Real Alto,” viniendo ese nombre de un antiguo y rico mineral 4 doscientos metros abajo dela cima de la Bufa, sistema cuyas vetas robustas y paradas forman $" Antonio Alzate n ' ' 187 DILDIAILIDINIS SE IO ISI IA la parte meridional del campo metalífero tan importante á que pertenecen los minerales de Los Reyes y San Sebastián, cuya riqueza de otro tiempo es de muchos conocida, Parece no existir razón de contemporaneidad y quizá tam- poco ninguna comunidad genética, como veremos, entre las montañas formadas de andesitas piroxénicas basaltoides, de volcanes que aún ofrecen hoy día atenuada actividad como el Popocatépetl, ó conservan todavía el aparato crateriforme de la chimenea volcánica como el Nevado de Toluca, con los ma- cizos de andesitas hornbléndicas metalíferas que forman la ba- se de la Bufa y que son los primeros representantes de la serie andesítica del terciario y con las rhyolitas y brechas rhyolíticas de que se compone la Bufa propiamente dicha, de emisión in: mediatamente posterior á las andesitas de su base y que se cree hán tenido influencia en el relleno metalífero de las fracturas, que fenómenos de plegamiento han producido en aquellas an- desitas. Más adelante establecen los Sres. Felix y Lenk en su distribu- ción de los volcanes por las grietas á que pertenecen, la división de “Volcanes que están sobre grietas secundarias que corren hacia el Norte.” Citan en primera línea El Pico de Orizaba y el Cofre de Perote, y después en otro ramal al Norte, en grieta se- cundaria, partiendo de la principal que ya citamos, al Txtaccí- huatl y los cerros del Telapín y Tlamacas, citados como el ramal o al Popocatépetl. No es fácil comprender cómo lo que es eronolosicaioatd anterior, tratándose de grietas, pueda considerarse como secun: dario de una grieta posterior. En el lado Sur del Ixtaccíhuatl se puede observar la sobreposición de las corrientes lávicas de los volcanes dependientes dei Popocatépetl, secundarios efectiva- mente y sobre grieta N. y secundaria de ese volcán, pero nunca consideraremos al Ixtaccíhuatl del mismo modo por varias eir- cunstancias. Desde luego las andesitas hornbléndicas de este volcán son 138 Memorias áe la Sociedad Cientifica Y ISI ISI IAS MAIS IIA PARADAS II DIS SISI SISI SO PIS IL ILL LID INS IRIS IONES muy anteriores como todas; de la misma especie, á las andesl- tas piroxónicas, como ya dijimos. La prueba de ello es que aquellas andesitas, como las del Ixtaccíhuatl, en ninguna parte donde se presentan en el país conservan en la actualidad el apa- rato crateriforme por donde han tenido lugar las erupciones do productos triturados. Esta demolición del cráter tan clara co- mo se ve en el Ixtaccíhuatl y que dichos autores han observado también, puede explicarse fácilmente atendiendo á su grande elevación y al rápido desgaste de las nieves; pero hemos encon- trado otras montañas del mismo tipo, más bajas cuyo cráter apenas puede identificarse. La grieta á que pertenece el Ixtac- cíhuatl es, pues, anterior á la del Popocatépetl y no puede ser secundaria de la de éste. Entre los volcanes que están situados en grietas secunda, rias que corren de N. á 5., se menciona como caso probable el que el Ceboruco está situado en una grieta secundaria que par; te de la Bufa de Mascota sin que halla, dicen, cordón de rocas que los conexe. Ya dijimos que geológicamente no existe rela- ción entre aquella elevada montaña y los volcanes que podemos llamar modernos; y esto demuestra cuánto de artificial encie- rrala agrupación de. muestros volcanes en grietas de dirección de- terminada. Tampoco nos parece exista ningana relación entre el Ceboruco y el gorro de Tequila, diailiaiito El volcán Ceboruco pertenece á una ancha y bien definida zona de volcanes que se extiende desde cerca del borde O. de Plan de Barrancas hasta las costas de San Blas, pues hemos visto las corrientes de lavas hiporsténicas avanzar, por decirlo i, dentro del mar. Que esta vasta zona de donde podemos contar más de 25 cráteres yconos de todas dimensiones, per- tenezca á la gricta principal 6 que-sea secundaria, es cosa que no se puede aún demostrar, mucho menos como un ramal diri- gido al N. de la principal grieta que pasa por la Bufa. Debe de- cirso también que no hay en mi concepto niguna relación geo- lógica al parecer entre esta zona y la del valle de Mascota, » Antonio Alzate... 0” 389 PALILLOS A ATOMIC PLD donde existen voleanes de corta elevación eon lo que sin duda han confundido la Bufa del mismo nombre. Se ha hablado con alguna insistencia desde los primeros ex- ploradores en México, de la existencia de una faja ó zona de volcanes en la región central de México, faja reconocida por De Sausure, como discontinua, y por los Sres. Felix y Lenk (ob. cit), como unida y sin soluciones de continuidad, y según estos autores aquel ilustre viajero no tomó en cuenta más que los gran- des volcanes que á la vista inmediatamente saltaban y que ob- servando también los pequeños volcanes resultaría la línea sin interrupción. Parece más exacta la opinión de De Sausure, pues que existen largas soluciones ó espacios entre aquellas grandes montañas, desprovistas enteramente de volcanes. Estos inter- medios resultan evidentemente de que la faja ó zona y las grie- tas distribuídas en este espacio, no han sido formadas de una sola vez, y esta es la ocasión para entrar en algunas considera- ciones con respecto á la decantada zona volcánica de México Central. La teoría de José je Conte sobre los movimientos orogé- nieos en la América, especialmente para la del Norte, es sin disputa la que más se adapta á la formación de nuestros siste- mas montañosos, y tiene en México la más brillante aplicación Ja teoría del sabio geólogo de California. La formación de una parte de nuestras dos principales ca- denas de montañas ha obedecido según esa teoría á esfuerzos po- derosos de plegamiento originados por la presión causada por el gran espesor de sedimentos tanto antiguos como mezozoicos y al efecto de contracción de la costra terrestre por irradiación calorífica. Este gran fenómeno y acontecimiento principal du- rante la aurora del terciario, es por decirlo así la base de nues- tro relieve actual, pues que á su influjo más tarde es realizado todo movimiento orogénico, todo fenómeno de carácter volcá- nico que de aquel entonces acá ha venido ofreciéndose á través de los tiempos ya pliocenos, ya también hasta los cuaternarios. 190 Momorias de la: Sociodad Científica MAIL Decimos que aquel movimiento colosal de plegamiento dió origen al solevamiento de los grandes y poderosos depósitos cretáceos de la sierra oriental y á una parte del espinazo erup- tivo de la cadena occidontal: es la base de todo movimiento pos- terior, porque no siendo aquel fenómeno de acción igual en to- da la extensión continental de México, justa debe ser toda suposición que tienda á demostrar que determinadas porcio- nes de la región sometida al esfuerzo, hayan sufrido por des- equilibrio, un género de ruptura ajeno al resto de la masa le- vantada, y siendo naturalmente la fractura, el efecto de un defecto de elasticidad, Los dos espinazos oriental y occidental presentan una mar- cada tendencia á unirse y de hecho son dos grandes ramas que se unen al Sur de la mesa del Anáhuac. Queda, pues, dado el carácter sedimentario de la cordillera oriental, definido su levantamiento por el fenómeno de plega- miento y adaptado su conjunto al sistema de la teoría de Le Conte, pues en muchos lugares de la sierra podremos observar series más Ó menos extensas de pliegues anti y sinclinales, ete. Esta acción la vemos repetirse no sólo en los sistemas de- pendientes de la cordillera principal ó de la sierra; sino en ele- mentos muy secundarios en importancia á aquel é independien- tes orográfica y diferentemento esparcidos en el interior de la Mesa Central: la sierra de Parras, la sierra de Mazapil, la mis- ma sierra de Catorce, son notables ejemplos. Para lo que concierne á la mayor parte de la Sierra Madre occidental, el principal de nuestros espinazos montañosos, hay que recurrir á otros medios para tener idea completa de su gé- nesis y lo más acertado quizá sería atenerse á la misma teoría por la que se explican los geólogos araericanos la formación de la Sierra Nevada y el valle longitudinal de California. Puede haber algo, como lo asientan los Sres. Felix y Lenk, algo de similitud entre la disposición de nuestras dos cordille- ras madres á la forma y orientación de dicho valle longitudinal, '' Antonio Alzate. :: 191 AIN en que la gran cuenca definida sería así como nuestra Mesa Central. En la formación del sistema orográfico occidental habremos de reconocer cierta eomunidad de origen para aquellos sistemas de N. América eruptivos y en los cuales se supone primera- mente la apertura de una grieta, el hundimiento de una parte de la corteza terrestre, rejuntura y afallamiento, dando por resul- tado la formación de cadenas paralelas, definiendo entre sí alar- gados y más ó menos angostos valles ó cañones limitados por grandes escarpados de un lado, por suaves taludes del otro y así, con varias modificaciones, imitar en un corto transversal de un parecido conjunto, los dientes de una sierra. Quizá en ninguna parte de la Sierra Madre del Pacífico sea tan sensible este carácter fisiográfico como en la porción de di- cha Sierra en el territorio de Tepic en el extremo $. del llama- do Nayarit. Allí se observa desde el borde de la Mesa Central, á la altura del paralelo 22, hasta los flancos de la costa del Pa- cífico sobre la misma latitud, una gran regularidad ya de orden físico, ya geológico, en el primero por la sucesión de valles alar- gados paralelos con dirección de N. O. á S. E., con pendientes ya tendidas, ya escarpadas, y esta disposición tomada en cuenta es realizada en macizos montañosos hasta de cerca de 3,000 me- tros sobre el mar, que no en todo su trayecto nos ofrece la cor- dillera andina de México. , Pero no es nuestro ánimo por el momento entrar en grandes detalles sobre esta complicada cuestión, tan sólo hemos enun- ciado aquel medio por el cual podemos explicarnos la formación orográfica mexicana y esto no más para darnos cuenta del ob- jeto que nos proponemos, que es el de explicar cuál es la razón de la existencia de la zona de modernos volcanes en la región central del país, y también demostrar la imposibilidad en el es- tado actual de nuestros datos sobre dichos volcanes, de poder- los reducir Ó agrupar en series según las grietas á que pertene- .cen, como lo han pretendido algunos de los autores aludidos. 192 Memorias de la Sociedad Cientifica nr Ahora bien, los muchos elementos parciales dependientes ó no de aquel sistema principal, aunque todos dependiendo en su origen de fenómeno orogénico igual al del cuerpo madre, ofre- cen casi siempre la misma serie de fenómenos posteriores «al levantamiento inicial, cual es la tendencia á modificar aquel re- lieve primitivo; y en muchas de nuestras sierras del interior se puede probar su contemporaneidad de formación. Las grandes dislocaciones, los poderosos afallamientos pro- ducidos, aceptando por principal efecto la contracción y la pre- sión, haciendo abatir, digamos así, una parte para determinar inmediata elevación, tuvo como consecuencia un desequilibrio permanente en el espesor de la costra así movida, y he ahí lí- neas Ó puntos de menor resistencia que habían de servir más tarde para permitir con mayor facilidad que en otra parte, la emisión de nuevas rocas que en erupciones volcánicas se pro- longan hasta nuestros días. De esto viene que ya en el espinazo madre, ya en las sierras secundarias interiores isogénicas encontramos en cada una to- da una serie de tipos petrográficamente distintos y de diferen- te edad, desde las rocas muy cuarcíferas, desde rocas vasi de estructura granítica hasta las rocas enteramente básicas de las corrientes volcánicas contemporáneas ó recientes, estas últimas tendiendo siempre á modificar el relieye primordial, Los ejemplos se pueden multiplicar: la sierra de Pachuca, la de Guanajuato, la de Zacatecas etc., etc. Pero no en todas las partes del levantamiento ó de su proxi- midad se conservaban las líneas de menor rosistencia, las grie- tas secundarias causadas por aquella dislocación; hay puntos preferentes en relación con las fuerzas mismas en acción; no se- rán á la verdad estas líneas permanentes de ruptura, paralelas á la dirección general del levantamiento, tendrán que ser for- zosamente en sus extremos, y vamos á ver cómo así se presen- tan en la mayor parte de los casos. Estableceremos dos hechos principales, si no generales, por lo menos aplicables á una gran mayoría, de casos, á saber: "Antonio Alzate. n 193 LILIA OLLLIS LILIA 1. En la porción NO. y en la región central del N. del territo- rio, la: Siérra Madre y las sierras eruptivas del interior de la Mesa Central, corren paralelas. Las dos grandes cordilleras de México covergen hacia el Sur del país. 2. AMlí donde se presenta un cambio brusco de dirección en las sierras, hay lugar en muchos rasos á formación de un or cán. : El origen de la cordillera principal! como dijimos, ha dado lugar 4 la formación de sierras paralelas, definiendo largos ca- ñones; esta es la configuración general de la sierra en Tepic, So- nora y Sinaloa, bastante característica por su regularidad. Las sierras interiores de la Mesa Central ofrecen análoga disposi- ción; muchas de ellas corren de NO. á SE., dirección de la Sie- rra Madre, paralelas en un principio entre sí, parecen conver- ger. al Sur, y el estrechamiento que la faja continental de Méxi- co ofrece desde su región Central para:el Sur, permite prever la convergencia de que hablamos para aquellas sierras que'son de bastante longitud. Las sierras que limitan los grandes va- lles de Puebla, México y Toluca, son notables ejemplos. Los ríos y arroyos que nacen en el medio de los cañones de la cordillera occidental en Zacatecas y Tepic van á desaguar al río grande de Tololotlán que interrumpe más Ó meños trans- versalmente estas sierras, pues su dirección general desde un poco después de su salida de la laguna de Chapala, es casi de E. 4 0. hasta su desembocadura en el mar. Es de notar desde luego que durante este curso del río, recibe multitud de afluen- tes por su margen derecha, es decir del N., por donde mueren Ó más bien se truncan las sierras. De la margen Sur tiene muy pocos, porque las series de montañas cambian:de dirección y desaguan en el mar por otras vías. De este lado Sur del río, en frente de la sierra y 4 poca dis- ¿ancia del río, se levanta el volcán del Céboruco y todo un sé- quito de volcanes que forman una región independiente de to- dos los demás de México y cuya zona avanza hasta el mar como Memorias [1894-95], T. VIM.—25 194 Memorias de la Sociedad Científica _—_—_— lo dicen las corrientes de lavas y conos volcánicos cerca de San Blas, el Sanguangiúey de Tepic y otros muchos. He aquí, pues, un caso de verificación de las reglas que antes dejamos enun- ciadas. La serie de temblores acaecidos en el pueblo de San Cris- tóbal sobre el mismo río de Santiago ó de Tololotlán y en el punto en que cambian de dirección los escalones primeros de la sierra y que pusieron en sobresalto á todo el E. de Jalisco, es una prueba de la acción volcánica de aquella truncadura de la sierra; acción que hace veinte años se manifestaba casi contem- poránea de la erupción del Ceboruco, el que no se halla muy distante de San Cristóbal. ¿Y qué relación tuvo esta conmo- ción séismica con la Bufa de Mascota? Ninguna, cuando los temblores se sintieron allí menos que en ninguno otro punto lejano. El río de Tololotlán, al practicar su lecho á través de la sie- rra para lanzarse hacia el mar, lo hizo buscando el menor obs- táculo posible y donde la configuración favorecía, donde los ele- mentos orográficos se abaten, donde cambia bruscamente de dirección la cordillera. y La sierra que limita por el O. el valle de Toluca, se viene á deprimir y modifica notablemente su dirección cerca del volcán Nevado de Toluca; la sierra de Monte Alto y la sierra de las Cruces, cuyo núcleo es el cerro de Ajusco, se halla inmediata á un gran número de cráteres basálticos que la rodean por diver- sos lados. El ramal del Ajusco para el Sur es muy pequeño y puede tomarse dicha cima como el extremo de la sierra de las Cruces: otra verificación de la regla y ahí está la extensa cade- na de volcanes que llegan hasta Cuernavaca y más allá. Este conjunto de volcanes basálticos es otro sistema independiente de todos los demás. ras. j El Popocatépetl ogupa la extremidad Sur de la llamada Sie- rra Nevada, cuya cima principal es la del Iztaccíhuatl, que ofre- ce los restos de haber sido un antiguo cono volcánico con su. Antonio Alzate. 1 195 Pe chimenea y su cráter. Juzgando por estas ideas el Popocaté- petl, pertenecería á la grieta que dió nacimiento al Ixtaccíhuatl, siendo este anterior á aquel y no en grieta secundaria, y la grandio- sidad del Popocatépetl, su prodigiosa altura que indica una gran intensidad y prolongada actividad, concuerda en importancia con la de la Mujer Blanca, cuya altura es no menos admirable aun después de su notable diminución por la continua acción denudatriz. Se hace muy sensible en el Popocatépetl los muy pocos cráteres secundarios y parásitos, toda una gran parte de sus muchas erupciones han tenido lugar por la misma chime- nea, á lo que se debe en parte la gran profundidad, dimencio- nes y altura de su crater. Debe haber una causa común que origine la constante con- dición que al Sur de estas grandes alturas: Popocatépetl, Ajus- co, Nevado de Toluca, ete., existan muy fuertes y profundas depresiones; el valle de Morelos, el de Bravos, etc., luego hay una interrupción brusca de aquellas sierras paralelas de que hablamos antes, y esta es la razón por qué estas alturas cons- tituyen el borde de la Mesa Central. Ahora, el cambio brus- eo de dirección, por una parte, de las sierras del Sur y el hecho de morir las sierras paralelas del centro sobre semejantes lati- tudes, como siendo éstos los lugares de máxima dislocación de la costra terrestre de este apéndice continental de la América del Norte, explica fácilmente la idea dominante de considerar nuestros volcanes como distribuídos en grietas de Oriente á Occidente. : : Esta palpable independencia, ya de origen, ya petrográfica de nuestros centros voleánicos, permite también descubrir la imposibilidad que existe de determinar con cierta exactitud el centro ó el punto donde nacen nuestras frecuentes conmocio- nes séismicas, dado el caso, como debe ser, que estos movi- mientos tengan por origen la propia acción volcánica, puesto que en su vecindad se sienten y producen con mayor frecuen- cia. Como la elasticidad y transmisión del movimiento es desi- 196 Memorias de la Sociedad Científica gual por la naturaleza y relieye del suelo, podrá suceder ser más intenso en un lugar distante que en la proximidad del epicentro, ó bien por los muchos lugares abajo de los cuales puede tener lugar el principio de una conmoción. México, Agosto de 1894. UNA ORUGA EXTRAORDINARIA POR EL PROFESOR ALFONSO 'L. HERRERA Socio de número, Ayudante Naturalista en el Museo Nacional. En el Bosque de Chapultepec abunda cierta especie de hier- ba, vulgarmente llamada Tlatlancuaya (según el Dr: Villada es una Lresine: en efecto, lleva el nombre de fresine canescens H. - B. Amarantaceas). No. puede confundirse con ninguna otra planta por.un carácter muy particular: en la mayor parte de las hojas hay manchas blancas ó amarillentas, translúcidas, que provienen de la falta de mesofila en ciertos puntos, habiendo solamente las dos epidermis pero no la parte verde y carnosa, Unicamente en el Arbol de las Manitas he visto manchas seme- jantes: son debidas á una oruga que vive y sufre su metamor- fosis abrigada entre las. dos epidermis de la hoja; es.la bien conocida Tischeria heliopsisella Chambers. Del cuerpo de ¡esta oruga nada se ve en el exterior y sólo esorinando las hojas por transparencia puede distinguirse., No presumía que este insecto habitara á la yez en el Chei- rostemon platanoides y en la Tlatlancuaya; quise cerciorarme de 198 : Memorias de la Sociedad Científica ello y examiné varias hojas, descubriendo lo que estoy muy ha- bituado á encontrar por todas partes, es decir, nada; ningun rastro de la Tischeria, ni de otro exápodo capaz de causar tan notable destrucción. Había multitud de detritus vegetales di- seminados, no siendo raro hallar en el tallo de la Tlatlancuaya ó en el enves de las hojas algo así como el cáliz de una Labiada, de una Alhucema, por ejemplo, que caía de plantas inmediatas ó era arrastrado por el viento y accidentalmente quedaba sus- pendido como por un hilo invisible. Sólo estos restos de cálices pude encontrar después del examen minucioso de muchas ma- tas, y al fin no supe qué especie de insecto causaba destrozo tan considerable. Llegué á suponer que era alguna larva nocturna, oculta durante el día lejos de la planta nodriza; después me preguntaba si la oruga desvastadora había concluído su meta- morfosis y hasta el año siguiente volvería á aparecer. El lector comprende que todo esto no tiene ninguna importancia y que realmente no es muy necesario el esclarecimiento de estos he chos, que sin embargo, desde luego me parecieron dignos de se- ñalarse á la atención de los investigadores. Distraidamente tomé un cáliz de los que estaban suspendi- dos en las hojas y parecían cosa muerta y sin importancia: ha- biéndole examinado distraidamente noté que se asemejaba á . los capullos de ciertas mariposas: contenía una oruga de las que pertenecen al grupo numeroso de las Psyche y que cons- truyen un capullo de seda más Ó menos grande, fijando en la superficie exterior de su abrigo algunas basuritas que le disfra- cen. La oruga se sujeta al capullo con las patas posteriores, que están muy atrofiadas, y sólo saca la cabeza y los tres Ó cua- tro primeros anillos, que son más resistentes que los posterio- res y llevan las patas verdaderas: éstas sirven para la marcha yla oruga camina lentamente arrastrando siempre su capullo, como el caracol su concha. He aquí el primer medio de defen- sa: la larva que posee esta envoltura difícilmente será presa de los Mniotiltidos, Sceloporus, etec-; porque desde luego, el aspecto Ú" Antonio Alzate. " 199 2 mo del capullo no despierta la idea de que en él se encierre un ser vivo; además, porque tiene una consistencia cartácea y resis- tente y es difícil de atacar por los jugos digestivos: no hay ra- zón para suponer que alguna ave estúpida vaya abriendo estos capullos para extraer las orugas: sería la tarea dilatada é impro- ductiva de Penélope. | y - Otras muchas larvas de Psyche disfrutan de tan grandes ven. tajas, pero están expuestas 4 sucumbir cuando se ocupan en devorar las hojas y tienen fuera del capullo una gran parte del cuerpo. Es decir, que les amenazan peligros inminentes tres Ó cuatro horas al día cuando menos. La oruga que estudiamos es más afortunada, si se juzga por engañosas apariencias; he aquí cuáles: Colecté un número regular de capullos y de hojas de Tla- tlancuaya, observando que en éstas había, en el centro de cada mancha blanca, un orificio circular exactamente del diámetro interior de la boca del capullo, la cual está un poco oblícua y es perfectamente circular. No sabía la causa que daba origen á semejantes perforaciones hasta que sorprendí á una larva en a momento en que estaba alimentándose. Comienza por fijarse perpendicularmente á á la superficie de la hoja por medio de unas cuantas hebras que parten de la bo- ca del capullo y adhieren á la epidermis, es decir, que dicha boca está tapada herméticamente por el limbo de la hoja. Entonces, sin que la pueda ver ni siquiera sospeche su existencia ningún enemigo, la oruga roe la epidermis del enves, recortando y co- miéndose un disco del diámetro de su capullo: este es el origen de las perforaciones circulares que hay en cada mancha. En- seguida, la larva. roe la parte verde y carnosa. y con habilidad sorprendente va penetrando, como una cuña, entre las dos epidermis, ocupada en devorar. la mesofila, respetando siempre la epider- mis superior y la inferior. Se vé, en el microscopio, con un dé- bil aumento, cómo las mandíbulas de la larva se abren y cie- rran con pasmosa rapidez, arrancando fragmentos de mesofila, sin descansar un momento, como movidas por una máquina. hr 200 Memorias de la Sociedad Científica PILLS LI IIIAIASS ISLE AA I IEA La cabeza del insecto va penetrando más y más, ya hacia lá izquierda, ó la derecha, hacia atrás unas veces, otras hacia adelante. Pero llega un momento en que no puede alcanzar las partes verdes de la hoja, sin salir de su capullo; entonces se re- tira en su tubo de seda: rompe las hebras que le fijan al limbo, camina un poco y vuelve á la misma tarea algunos centímetros más adelante. : (El Sr. Dr. Manuel M. Villada y nuestro secretario el Sr. Jesús Galindo y Villa, han visto estos manejos de la larva y cer- tifican nuestra observación ). He aquí pues un medio útil para defenderse, para que la oruga páse inadvertida á toda hora, en todo momento, al co- mer, al dormir, durante la marcha, etc.' Pero nuestra filosofía es triste y desoladora: como decíamos, no se trata sino de apariencias engañosas. Si la oruga de la Tlatlancuaya está á cubierto, por tan ingeniosos procedimien- tos, de cualquier sorpresa, de cualquier asesino vertebrado, no logra defenderse de su peor enemigo: una especie de avispa pequeña, del grupo de los Ieneumónidos, que penetra á través del opérculo, la última obra y la última precaución que toma la oruga; del opérculo decimos, que cierra herméticamente la bo- ca del capullo, cuando la larva duerme el sueño confiado de las erisálidas. la hembra del lcneumónido deposita sus huevos dentro del capullo y á poco nacen dos ó tres larvas voraces que se comen á la mariposa en formación. De cien capullos, noyen- ta y ocho son:invadidos por gl parásito: ni una sola de nuestras crisálidas, que eran muy numerosas, escapó á tan funesto destino, y por consecuencia no conocemos la mariposa, el insecto perfec- to. Esta es una contrariedad grave. Hubiéramos querido sor- prender ciertos secretos del amor: porque en otras especies del 1 En un o pa Tresine canescens colectado en San Luis Potosí por el Sr, Pringle y que existe en el Instituto Médico Nacional, también hay las manchas pro- ducidas por la oruga de Psyche. Abe ML PE AN 4 ñ , A 1 ES y de ¡NA ee y í VIIYYTH "eIJeUIpJOB 4x9 EÉNJO PUN “001X8M SP... IWZIN,, PEPO/00S 8] SP SO110L13 y A) WE] 1/14 OO] ' Antonio Alzate. . 201 ne: DILDIILIISSILDILI SILLA e género este sentimiento está degradado de una manera inaudita 4 la hembra permanece siempre dentro del capullo, con el abdo- men hacia arriba; por casualidad llega volando el macho y une su abdomen con aquel otro abdomen, sin ver siquiera de qué color son los ojos de su prometida. Repetimos que el esmerado eapullo, el opérculo que le cie- rra durante la transmutación, hasta el escondite entre las epi- dermis de las hojas, todo en fin, es supérfluo, inútil, vano, este- ril. El parásito se burla de las apariencias y la carnicería es inevitable. He aquí la moraleja de nuestra fábula. Por lo demás, no conozco la especie de esta larva, ni tengo ningún interés en averiguar un nombre greco—latino avinagra- do. Menos interés aun cuando sé que de cien erisálidas dos sólo se transforman en mariposa: el nombre genérico es Psyche; vie- ne del griego, significa el alma. México, Noviembre de 1894. EXPLICACION DE LAS FIGURAS, (LAMINA IV). 1 Hoja de Tlatlancuaya atacada por la oruga. 2 Capullo de las orugas. 3 Oruga extraida de su capullo. 4 Fragmento de hoja vista en el microscopio: se ve la cabeza de una oruga ocupada en devorar la mesofila, 5 Impresiones circulares vistas en el microscopio. 6 Larva del parásito. 7 Parásito al estado perfecto. Memorias [ 1894-95], T. VIM.— 26 Y able Jr ++ coiaciguen e qeda 65) 1669197 árdes aa Fdo (ras 000 sexi? se Bio sob o Lon pa o, nal: * IN dios" 50 Ge yA. Ol z0to nn 194 40 EN J >, PI) Pio CUÁL ES EL MEJOR PROCEDIMIENTO PARA EL TRATAMIENTO OUIRURGICO DE LA PIMOSIS POR JESÚS ZEDILLO (Trabajo presentado por el socio de número Agustín Aragón). Se da el nombre de fimosis á una afección del prepucio que consiste en la estrechez de su abertura y que se caracteriza por impedir que aquel pueda llevarse atrás de la corona del glande sin causar molestia de ninguna especie, ó más breve- mente, á la estrechez de la abertura del prepucio, que impide descubrir el glande sin dolor. En dos grandes categorías se divide la fimosis: á la primera pertenece la congénita ó innata y á la segunda la accidental ó adquirida. E A fin de proceder con método estudiaremos sucesivamente c e dos clases de fimosis exponiendo al mismo tiempo la con- ducta que para su tratamiento debe seguir el cirujano; mas an- tes de comenzar permítasenos el manifestar que, en nuestro 204 Memorias de la Sociedad Científica COLLIILEOCIOSIIIL IILIIIA WIIOIODIIL concepto, para poder apreciar las ventajas y desventajas de tal ó cual procedimiento aplicado al tratamiento de tal ó cual afec- ción, es preciso tener en cuenta los diversos casos clínicos que se pueden presentar y las distintas circunstancias en que el práctico está llamado á intervenir. Fimosis Congénita.—Al nacer, casi todos los niños traen cier- to grado de fimosis que puede persistir hasta la pubertad ó des- aparecer debido á las frecuentes tracciones ejercidas sobre el prepucio. El vicio de conformación existe siempre que el glan- de se halle enteramente cubierto por el prepucio y que sea im- posible descubrirlo sin provocar la parafimosis. ¿Se debe inter- venir quirúrgicamente en este caso? Creemos que sí y que no se debe esperar á que el niño llege á la pubertad y ya joven ¡solicite la intervención, obligado por las molestias que produce el vicio de conformación que nos ocupa, durante el coito, que en muchos casos origina desgarraduras y otros accidentes. Son bien conocidas las perniciosas consecuencias de la excesiva longitud del prepucio, las cuales bastan por sí solas para jus- tificar la conveniencia de la intervención del cirujano durante la niñez. Desde luego, estrecha la abertura prepucial y debiendo funcionar las glándulas de Tyson, el esmegma se colecta bajo el prepucio, no siendo fácil su salida y esto es causa de balanitis y de balano—postitis, y no sólo esa afección local produce la co- lección del esmegma, pues que con frecuencia es origen del asqueroso y degradante vicio de la masturbación y por consi- guiente de sus terribles y desastrosas consecuencias. Conse- cuencias también de la fimosis es la atrofia del glande y la ma- yor facilidad para contraer las enfermedades venéreo—sifilíticas. Los autores señalan otras perturbaciones que reconocen la mis- ma causa, tales como incontinencia de orina y frecuentes deseos de orinar, tenesmos vesical, dolores en la extremidad de la ure- tra y por último, según Fleury, fenómenos de nevropatía gene- ral semejantes á los que experimentan las mujeres que padecen ' Antonio Alzate. 205 AMALIA PIP IIL PHOPIDADII ciertas afecciones uterinas. Por lo expuesto, creemos que es deber del cirujano no abandonar al enfermo que tenga fimosis y tratarlo convenienteménte. El tratamiento es esencialmente quirúrgico y se puede re- ducir á cuatro métodos generales: la dilatación, la incisión, la excisión y la circuncisión. La dilatación, según Lefort, sólo en el niño presenta numerosas ventajas; por este método ha trata- do ese autor cinco ó seis enfermos y la timosis ha desaparecido. - En el adulto no da ningún resultado porque la dilatación obra produciendo desgarraduras, las cuales cicatrizándose y vinien- do la retracción de la cicatriz, reproducen y aumentan la defor- midad. Así, pues, creemos que las indicaciones del anterior pro- cedimiento son muy limitadas. Respecto de la incisión y la excisión, Juzgamos que jamás se deben emplear por ser métodos sumamente defectuosos y que, como dice Malgaine, pertenecen á la historia del arte. El 4? método, la circuncisión, abarca numerosos procedi- mientos más Ó menos complicados, entre los cuales figuran al ado de los de notables maestros europeos, el de nuestro inolvi- dable y distinguido cirujano D. Francisco Montes de Oca. No haremos una descripción de cada procedimiento porque sería muy cansado y sólo nos limitaremos á señalar los puntos prin- cipales de aquellos que más comunmente se encuentran en los libros que llegan á nuestras manos. Procedimiento Muyerne.—Este autor lleva hacia atrás la piel del prepucio y hacia adelante la mucosa; hecho esto se colocan adelante del glande pinzas de anillos y con un golpe seco se corta todo lo que queda adelante de las pinzas. Procedimiento Lisfranc.— Este cirujano tomaba el borde li- bre del prepucio por medio de varias pinzas para llevar hacia adelante tanto la piel como la mucosa, después colocaba trans- versalmente la pinza de anillo y operaba de un golpe la sección con tijeras. 206 Memorias de la Sociedad Científica PILILIDICICIIISILIILIIIIIISLICIIIIIILIIIAIO INICIE III El procedimiento de Mayerne nos parece defectuoso: 1?, porque es difícil llevar hacia atrás la piel y hacia adelante la mucosa, precisamente por impedirlo la estrechez prepucial; 22, porque es un procedimiento ciego, es decir, que el cirujano no conoce con seguridad el lugar donde debe practicar la sección, pues siendo la piel de esa región bastante elástica, cede á la trac- ción con gran facilidad y puede suceder que la sección se ejecute demasiado hacia atrás exponiéndose á dejar el pene descubierto. Durante el cloroformo el pene está sumamente la- xo y esta cireunstancia ayuda á que acontezca lo anterior. Res- pecto de la mucosa, está uno expuesto á dejarla demasiado larga y hay necesidad de recortarla en un segundo tiempo. Esto su- cede también aplicando el procedimiento de Lisfrane y en los dos queda intacto el frenillo que debe seccionarse. Ricord ha modificado ventajosamente los procedimientos anteriores. Divide la operación en tres tiempos: en el 1? se lle- va el prepucio hacia adelante, se señala con tinta Ó nitrato de plata la lívea sobre la cual se hará la incisión, se suelta el pre- pucio y se ve si queda dicha línea muy atrás ó muy adelante de la corona del glande, si se verifica alguno de esos dos casos, por tanteos se traza la línea en el lugar conveniente; en el 22 tiempo se lleva el prepucio hacia adelante, se colocan inmedia- tamente y detrás «le la línea trazada, pinzas de anillos y se cor- ta adelante de ellas todo lo que sobresale; y, finalmente, en el 37, se quita el exceso de la mucosa cortada, cogiendo el borde esta membrana en medio de su parte superior, se le divide con tijeras hasta el nivel de la piel, se secciona de cada lado y se desprende el frenillo. Este procedimiento presenta ventajas sobre los anteriores, porque de antemano se señala el lugar donde debe practicarse la sección de la piel; pero es dilatado porque hay un tiempo de- dicado únicamente á la sección de la mucosa; además, el ciruja- no debe poseer una pinza de Ricord que él usaba para esta ope” ración. “Antonio Alzate 207 wee Procedimiento de L, Lefort.— Leon Lefort practica la ope- ración del modo siguiente: llevando ligeramente hacia atrás la piel del pene, una de las ramas de una pinza de garras se intro- duce por la abertura prepucial, bastante lejos y hacia atrás para coger al mismo tiempo la piel y la mucosa. Hecho esto, coloca atrás de la pinza y adelante del glande que se lleva hacia atrás, una pinza formada por dos ramas paralelas. Dichas ramas pre- sentan una ranura longitudinal bastante amplia para dejar pa- sar la hoja del bísturi. Las dos ramas cuyos bordes constituyen esta ranura no tienen igual espesor, la que corresponde al glan- de es lisa y menos gruesa que la otra, con el objeto de que la parte del prepucio que no debe quitarse no se comprima de- masiado entre las garras del instrumento, y de que la presión se haga principalmente sobre aquella parte que se va á quitar. La pinza de Lefort tiene una disposición especial dibujada en la obra de Medicina Operatoria que se estudia en la Escuela de Medicina de esta Capital. Una vez que se ha llevado el prepu- eio hacia adelante por medio de las pinzas de garras, se coloca la pinza adelante del glande, se aprieta y en seguida se pasan entre el glande y la pinza, y al través de todo el prepucio, dos Ó tres hilos de plata á los cuales se les deja bastante longitud. Después se introduce el bísturi en la ranura ya señalada de la pinza, se corta el prepucio, se quita la pinza, se lleva hacia atrás el prepucio y se tienen adelante del glande dos ó tres hilos que basta separar en su parte media al nivel del glande para tener _seis puntos de sutura con tres puntadas dadas al prepucio. -Que- da siempre una pequeña corona de mucosa prepucial sin cortar; si es estrecha se la puede dividir con las tijeras, de adelante ha- cia atrás, hasta la corona, y abatirla; pero más comunmente, co- mo el anillo constrictor está en la extremidad libre del prepucio, basta algunas veces bajar ese colgajo de prepucio, el cual repro- duce una especie de prepucio corto normal, y la aplicación de la mucosa á la piel se hace por lo regular tan perfecta que en la mayor parte de los casos los puntos de sutura son inútiles. 208 Memorias de la Sociedad Científica Este procedimiento nos parece ventajoso porque al quitar la pinza ya están colocadas las suturas; pero creemes que la ma- yor parte de las veces hay que recortar la mucosa en cuya maniobra hay que emplear otro tiempo añadido á la operación. Algunas veces la mucosa prepucial puede quedar grande y aba- tida, y suturada á la piel, puede, como dice Lefort, formar un pequeño prepucio, pero otras veces sucede que la mucosa está de tal manera aplicada al glande, que es indispensable recortar- la hasta una pequeña distancia de la corona de aquel. Inútil nos parece agregar, que para efectuar la operación como Lefort la hace, es indispensable tener la pinza de su nombre. En todos los procedimientos descritos hay que llevar hacia adelante el prepucio y hacer su corte cuidando de no atacar al glande. Nos parece que algunas veces no es posible cumplir con la última recomendación y que deben darse casos en que junto con el prepucio se corte una parte del glande. El ilustre Tillaux refiere haber visto en compañía del Dr. Blanchard un individuo á quien desgraciadamente le quitaron la extremidad del glande al mismo tiempo que el prepucio. Hay lugar á creer que ese accidente puede tener lugar con frecuencia, pero sobre todo en el niño, á causa de ser el glande muy pequeño y las paredes de su prepucio gruesas. En el adulto, si hay inflamación ó edema de la mencionada cubierta, es difícil darse cuenta exacta del lu- gar donde se halla la extremidad del glande. En nuestro humil- de parecer, el procedimiento del Sr. Dr. D. Francisco Montes de Oca no tiene ninguna de las desventajas que nos hemos per- mitido señalar á los procedimientos europeos citados y sí la inmensa ventaja de ser su ejecución de admirable sencillez. Los instrumentos necesarios para la aplicación del procedi- miento que en este momento nos ocupa y al cual con orgullo llamamos mexicano, son tan sólo; bisturi, tijeras, sonda acana- lada y lo necesario para las suturas. La descripción que en se- 1 Antonio Alzate. 1 209 LILLLTILILAIICIILDIDISIIISEILIILIIADLIEIDIAL LI LIIIADILIIILO LID IIS AO IIA guida ponemos está tomada del opúsculo publicado en Paris el año de 1891 por el Dr. Daniel M. Vélez, y que contiene las mo- dificaciones hechas á varios procedimientos operatorios por el eminente cirujano Sr. Montes de Oca. OPERACIÓN DE LA FIMOSIS. “El enfermo, previa anestesia, se coloca cerca del borde de la mesa de operaciones Ó en su defecto sobre una mesa común, las piernas, sostenidas por ayudantes, deben separarse una de otra con el objeto de que la pelvis descanse sobre el borde de la mesa. En seguida, con una sonda acanalada Ó con un estilete se busca la altura á la cual se encuentra el fondo de saco for- mado por la mucosa y se explora para saber si hay ó no adheren- cias entre el prepucio y el glande. Al hacer este reconocimien- bo que sirve para fijar el lugar en donde debe hacerse la incisión, se puede, para mayor seguridad, marcar dicho lugar con tinta ó nitrato de plata, como Ricord lo aconseja en su procedimiento. Un ayudante sostiene el pene de manera que al comenzar la in- cisión la piel se encuentre en su situación más natural, es decir, sin hacerla deslizar por la fuerza ya hacia arriba Ó ya hacia abajo. “¿La operación se comienza haciendo con un bísturi recto una incisión que siga sobre la piel la dirección exacta de la co- rona del glande, es decir, que tome una forma elíptica detenién- dose hasta la altura del frenillo y avanzando, en caso de ser ne- cesario, más bien hacia la extremidad inferior del pene que hacia arriba. (La incisión no es, pues, circular.) “En esta incisión se corta toda la piel y se la divide hasta, que se hayan destruído todas las briditas que forman el tejido ce- lular. Se introduce en seguida la sonda acanalada y se cortan sobre ella, con tijeras rectas, los tegumentos de las partes me- dia y dorsal, hasta el fondo del prepucio; luego se toma uno de Memorias, [1894-95] T. VIIL.—27 210 Memorias de la Sociedad Científica los labios de este corte longitudinal y con las mismas tijeras se sigue cortando la mucosa á dos milímetros de distancia de la corona del glande, deteniéndose en el frenillo, se toma después el otro labio de la incisión dorsal hecha con las tijeras y se ha- ce lo mismo que con el del lado opuesto. Cuando el operado conserva el frenillo, un último corte con tijeras lo desprende del prepucio: no queda ya para concluir la operación más que ligar uno ó dos pequeños vasos (la dorsal del pene y la arteria del frenillo). Se une, por último, la piel á la mucosa por dos Ó varios puntos de sutura, uno en el lugar del frenillo con el ob- jeto de evitar que la especie de ángulo formado en este lugar por la piel se retraiga, y el otro en la región dorsal. Cuando es- tos dos puntos de sutura no bastan para afrontar los labios se pueden poner más. En general, no se necesitan sino dos más do los puestos, uno sobre cada lado del glande. “Los puntos de sutura deben quitarse desde que se cambie la primera curación. Este procedimiento, practicado diaria- mente en el Hospital Militar y que cuenta con algunos centena- res de operados, no ha dado lugar á ningún accidente cuando se ha observado la indicación de quitar los puntos de sutura al ter- cer día.” Por lo anterior se ve que el procedimiento puede dividirse en tres tiempos después de haber trazado sobre la piel, como lo indica su autor, el lugar donde se debe hacer la sección. 1” tiempo, incisión paralela á la corona del glande; 2%, sec- ción dorsal longitudival del prepucio y 3”, corte de la mucosa. La simple descripción del procedimiento á falta de otras consi- deraciones, basta para mostrar su bondad, por otra parte confir- mada por numerosas estadísticas. En México es el procedimiento que hemos visto emplear á muchos cirujanos y todos ellos se felicitan del éxito que siem- pre alcanzan con él. Nos vamos á permitir el estudiar separadamente cada uno de los tiempos diferentes de esta operación con el objeto de ex- 31 Antonio Alzate. 1 211 poner las ideas que nos ha sugerido el verla practicar y el ha- berla practicado alguna vez. 1 ¡Cuál es el lugar en donde debe hacerse la sección de la piel? El Dr. Montes de Oca trazaba su incisión á dos milí- metros próximamente, adelante de la corona del glande. En nuestro sentir, para resolver esta cuestión basta penetrarse del objeto de la circuncisión. El objeto de ella, como es sabido, no es otro que descubrir el glande movilizando el prepucio; pero “como lo que impide llevar el prepucio hacia atrás, es la estre- chez de su abertura, parece lógico pensar que, quitando esa, especie de anillo terminal que es la causa, se conseguirá el ob- jeto final. Creemos, pues, que no es necesario trazar la incisión á dos milímetros de la corona, porque el cirujano puede llenar la indicación conservando un pequeño prepucio. Podría obje- társenos: ¿con qué fin se deja ese resto de prepucio y qué papel desempeña? A la objeción contestamos con lo siguiente: mu- chos enfermos operados á quienes se les ha extirpado el prepu- cio por completo, han vuelto al cirujano quejándose de que á consecuencia de la operación han perdido parte de su sensibili- dad genital, es decir, que durante el coito no experimentan ya aquella agradable sensación que experimentaban antes de ser operados, pues parece que se ha embotado. Esta creencia, muy generalizada, contribuye á que algunos enfermos á quienes se les propone la operación se rehusen á aceptarla alegando por causa, que se pierde la sensibilidad. La experiencia demuestra el hecho de que la sensibilidad se embota y fácil nos parece ex-* plicarlo. La naturaleza ha dotado al hombre de prepucio y es natural suponer que debe llenar alguna función, ¿cuál es esa función? No creemos que sea cubrir completamente al glande, porque de ese modo más bien perjudica y las funciones norma- les de nuestros órganos son benéficas y no maléficas, y sí que, la naturaleza ha dado el prepucio para colocar en él eorpúseulos de sensibilidad especial la cual se aprovecha para la reproduc- ción. Así, pues, si quitamos el prepucio en su totalidad quita- 212 Memorias de la Sociedad Científica OVILLO A IIA, ILILLILIDLIIIA OOLLIILILILIPIIILILIA mos también una sensibilidad necesarísima. Comprendemos la deficiencia de nuestra explicación y desearíamos escuchar el parecer de algunas personas. Fundados en lo anterior, creemos que el cirujano debe variar el lugar de la incisión, según los ca- sos, teniendo siempre presente la conveniencia de conservar el mayor prepucio posible y compatible con la indicación de des- cubrir el glande. 2” tiempo. Al hacer la incisión se nota desde luego, que se van separando los labios de la herida, merced al tejido celular flojo interpuesto entre la piel y la mucosa, y á medida que se profundiza la incisión cortando el tejido celular más se van separando los labios. Dividiendo las briditas de ese tejido se llega por último á ver las venas diseminadas en el mismo, de dirección longitudinal sobre todo, habiendo una que otra colo- cada transversalmente. Ureemos que la aparición de esas venas deben indicarle al cirujano que ya es hora de pasar al 3” tiem- po, porque si se dividen, además de que no tiene objeto, viene una hemorragia, aunque pequeña, pero que siempre debe evi- tarse. 3" tiempo. Al hacer la sección longitudinal del prepucio so- bre la sonda acanalada, el Dr. Montes de Oca cortaba la parte media y dorsal hasta el fondo del prepucio. Opinamos porque la sección se llevé solamente hasta el labio inferior de la harida hecha en el primer tiempo y no dividir la parte de mucosa que como puente queda entre los dos labios de la incisión. Hemos tenido ocasión de ver, que seccionando ese puente de mucosa, al hacer las suturas queda un pequeño angulito que correspon- de á la separación de los labios de la sección de ese pequeño puente. En nuestro concepto, lo mejor es llevar la sección con tije- ras hasta el labio inferior de la herida del primer tiempo, coger con una pinza de Pean cada labio de esta herida longitudinal y continuar cortando con tijeras la mucosa al nivel del labio in- ferior de la incisión hecha en el primer tiempo. “Y » Aleta 213 PILLS IDIILIA LII LOOLLLIOILLLIIIOLI III LILLO IIS En seguida se hace la hemostasia ligando las arterias que se presenten, sobre todo la dorsal y la del frenillo. Se lava per- fectamente la herida y se ponen las suturas llevando hacia atrás la mucosa prepucial. ¿Cuántos puntos de sutura deben ponerse ? Como después de hecha la sección de la mucosa se tiene una herida y en esta operación como en todas se persigue el ideal de la reunión por primera intención, para conseguirlo se deberán aplicar las reglas generales que para bal objeto nos ha dado en la clase de Operaciones nuestro maestro el Sr. Licéaga. Por consiguiente, después de la hemostasia y aseo debidos se afron- tarán los labios convenientemente y cada caso particular, te- niendo presentes dichas reglas, indicará el número de puntos de sutura. Hl Sr. Montes de Oca aconseja que al tercer día de la operación y al cambiar la curación se deben quitar los pun- tos de sutura y refiere que, en un caso, por faltar á esta indi- cación, dichos puntos se ulceraron así como toda la cicatriz, lo cual retardó el término de la curación. A nuestro modo de ver, para saber á los cuantos días se de- ben quitar los puntos, se tendrá presente la 3? regla del Sr. Li- céaga, que dice así: mantener afrontados los labios de la herida el tiempo necesario para su cicatrización. Así es que á los tres ó cuatro días que se haga la primera curación se verá el estado de la herida y de la cicatrización, y según el caso se quitarán los puntos que ya no tengan objeto, ya sea porque esté cicatri” zado el lugar donde se hayan colocado Ó ya porque se hayan ex- trangulado, conservando aquellos en donde la cicatrización no haya tenido lugar, pues sucede que en algunos individuos cica- trizan las heridas á los tres días, en otros á los cinco, seis, siete ú ocho según el estado del enfermo y condiciones de la opera - ción. Recordamos de un enfermo que ocupaba la cama- número 12 de la 1? sala de sífilis en el Hospital de San Andrés y al cual se operó, pues bien, por obedecer á la regla de quitar las sutu- ras al tercer día, se le quitaron y á la siguiente curación los la- 214 Memorias de la Sociedad Científica bios estaban completamente separados, habiendo tardado en ci- catrizar aquella herida cerca de mes y medio. Observando estas reglas se consigue con frecuencia la reunión por primera inten- ción: Fimosis accidental, —Al hablar de fimosis congénita nos hemos ocupado del procedimiento operatorio aplicado con el objato de remediar un vicio en la disposición del prepucio, pero suponien- do que el prepucio y el glande se encuentren perfectamente sa nos; ahora vamos á ocuparnos de la manera de intervenir cuan- do habiendo fimosis congénita viene una afección inflamatoria ó específica á complicar aquel estado ó sin existir la fimosis con- génita aparece accidentalmente por las mismas causas. Ya hemos dicho que los individuos que tienen fimosis están expuestos tanto á la balanitis ó balano—postitis inflamatorias simplemente ó no específicas, como á la balanitis y balano—pos- titis específicas. ¿Cuál es el tratamiento adecuado en cada caso? . En el primero bastan solamente las aplicaciones antiflogísticas, inyecciones antisépticas para modificar ese estado inflamatorio. En el segundo caso la conducta es diversa. Los tópicos, inyee- ciones antisépticas Ó modificadoras no dan ningún resultado, pues la supuración que escurre por el pequeño orificio del pre- pucio al principio del tratamiento, continúa escurriendo y los dolores tan intensos de que se quejan los enfermos no se calman. ¿Hay indicación de operar habiendo chancros, sean blandos ó sean duros? Todos los autores están contestes en abstenerse y tratan la afección como acabamos de indicar, porque temen que la operación dé lugar á la inoculación de toda la herida operatoria y al desarrollo de una vasta ulceración chanerosa. Tillaux dice, que se infecta la herida aun cuando con el prepu- cio se quite el chancro. La explicación de este hecho según este autor, es la siguiente: cree que la ulceración resulta de que los linfáticos se hallan llenos de virus el cual se vierte en la super- ficie de la herida. ' Antonio Alzate." 215 LPIDILIOAIOIIOLIPIOOIILIIDIIIIIIILIIIAI III nm Desde luego las inyecciones intraprepuciales son verdade- ramente teóricas porque es imposible practicarlas, pues está la región tan inflamada que el más ligero contacto causa un dolor agudísimo, y en caso de que permitan los enfermos poner la in- yección, ésta no llega al chancro y es imposible agotar la supu- ración. Somos de parecer que la presencia de chaneros no es contra—indicación, pues debe hacerse la operación para modi- ficar convenientemente aquellas superficies ulceradas y en se- gundo lugar, que el temor de que se infecte la herida no es fun- dado. Al Hospital de San Andrés llegan diariamente enfermos con fimosis accidental sostenida por chancros ya sean blandos ó duros. Llegan en un estado verdaderamente lamentable, con el prepucio inflamado y engrosado y abundante supuración que escurre por el pequeño orificio. Hemos visto como veinte en- fermos operados al día siguiente de su entrada, teniendo la pre- caución de cauterizar la superficie chanerosa, previa raspa si es necesaria, con nitrato ácido de mercurio y jamás hemos visto que se infecte la herida, evolucionando, al contrario, favorable- mente. Diez ó doce días después de operados han salido esos enfermos siguiendo esa conducta. Algunos presentan signos de que su padecimiento es antiguo, pues al ser operados se en- cuentra la esclerosis del prepucio, la atrofia del glande y á con- - secuencia del chanero gran parte del glande destruído, ahora bien, en estos casos, repetimos jamás haber visto la inoculación de que hablan nuestros libros de texto. Tuvimos ocasión de ver un enfermo operado por el Sr. Dr. Altamira y que presen- taba un enorme chancro á pesar del cual se obtuvo la reunión por primera intención. Una vez resuelta la operación ¿qué procedimiento debe se- guirse? En estos casos es materialmente imposible aplicar los procedimientos europeos, porque estando el prepucio alterado en su estructura es imposible bajarlo separándolo del glande y colocar las pinzas, sean las ordinarias de Ricord ó las de Lefort. Solamente el procedimiento del Dr. Montes de Oca es apli- 216 Memorias de la Sociedad Científica AAA Pm. LAPLISIIILIIIIOIAOA cable y aquí es donde se ve la inmensa superioridad del proce- dimiento mexicano sobre los extranjeros, puesto que es el úni- co aplicable y el único que da los medios de salir garante de esta situación. Juzgamos que en estos casos el mencionado procedimiento debe sufrir ligeras modificaciones. En el prepucio normal el re- borde de la corona del glande, apreciándose fácilmente á tra- vés del prepucio, puede tomarse como punto de referencia y puede uno guiarse por su dirección para trazar la incisión elíp- tica del primer tiempo. Encontrándose el prepucio alterado, esta alteración impide palpar el reborde y es indispensable, por medio de una sonda, darse cuenta exacta del fondo de saco prepucial, porque suele suceder que el cirujano haga la incisión atrás, lo cual es malo como se sabe. Como son frecuentes las adherencias en estos casos y éstas impiden sentir ese fondo, nos parece que aquí se debe comenzar por hacer una incisión dorsal longitudinal del prepucio, darse cuenta de las alteraciones, hacer la incisión elíptica del primer tiempo y recortar después la mucosa. Hemos observado también que en estos casos no se afrontan bien los labios de la piel y de la mucosa y con ese objeto nos parece que la piel debe cortarse en bisel. Este corte es pecesario porque con la inflamación crónica el tejido celular del prepucio se engruesa, se retráe por ser cica- tricial y hay tendencia del labio superior de la herida á invér- tirse, lo cual retarda ó impide la cicatrización. Al hacer la curación debe ponerse un poco apretada porque la compresión favorece la cicatrización. En resumen, el procedimiento nacional del célebre Dr. Mon- tes de Oca, es el mejor procedimiento de cuantos hoy en día se conocen para el tratamiento quirúrgico de la fimosis, México, Agosto de 1893. ——A A AAA ALCALOIDES DE ORIGEN ANIMAL POR EL DOCTOR EDUARDO ARMENDARIS Socio de número Miembro del Instituto Médico Nacional. I Tomainas ó alcaloides bacterianos. El descubrimiento de las tomainas data del año de 1872. Antes de esta época, diferentes autores habían entrevisto la formación de venenos pútridos; pero ninguno de ellos pudo comprender y generalizar la importancia de este descubrimien- ¿o envuelto en las tinieblas y señalado en la cierfcia como un hecho aislado y mal definido. Justinus Kerner, en 1817, publicó una Memoria relativa á ciertos alimentos que se volvían tóxicos por la putrefacción. Atribuían la toxicidad á la combinación del ácido sebácico que él creía venenoso y de una base volátil. En 1822, Graspard y Stick demostraron que los extractos cadavéricos inyectados bajo la piel de un animal eran extrema- damente tóxicos. - Memonias [1894-95], T. VIMI.—28 218 Memorias de la Sociedad Científica PALIN AIN, PVALLLIOLLIOOIIIIAs III En 1827, Hunnefeld, después de analizar algunos quesos venenosos, concluyó como Kerner, en la toxicidad de los ácidos caseico y sebácico que creen contenidos en estos productos ali- menticios. | Más tarde, en 1856, el fisiologista Panum aisló de las mate rias pútridas un extracto venenoso extremadamente activo, á tal grado, que cinco ó seis centígramos bastaban para matar un pequeño perro. Este veneno, dice él, no es ni volátil ni destructrible por el calor; es soluble en el agua y en el alcohol, y compuesto de mu- chas materias venenosas. No es de naturaleza albuminoide ni alcaloídica. Después de los trabajos de Panum, las universidades de Marburg y de Munich, pusieron en concurso el estudio de la causa de la infección pútrida, y se publicaron de 1856 á 1869, una serie de memorias debidas á Hemmer, Schoreninger, Mú- ller, Sehmitz, ete., ete., que no hicieron más que confirmar las teorías de Panum. Sin embargo, algunos de estos autores, creían que el veneno de la putrefacción era un producto de naturaleza albuminoide'en vía de la composición, capaz de transmitir á los tejidos vivos el movimiento de destrucción de que él está dota- do. Esta interpretación estaba conforme con las teorías de Lié- big sobre las fermentaciones, entonces reinantes en Alemania. Las propiedades virulentas del veneno pútrido habían llamado la atención de los fisiologistas; no habían entrevisto sino los fer- mentos venenosos solubles, y pasaron desapercibidos todos los alcaloides tóxicos formados paralelamente á expensas de las ma- terias animales, por la transformación de su albúmina, bajo la influencia de la actividad bacteriana. En 1868 J. Oser, estudiando los productos de la fermen- tación del azúcar bajo la influencia de la levadura de cerveza, observó que se producía un alcaloide que no existía antes en la levadura y que por consiguiente lo atribuía á la acción del fer- mento. Según este autor, el clorhidrato de este alcaloide secado 5“ Antonio Alzate. 219 en el vacío se presentaba bajo la forma de una masa hojosa, blanca, hygroscópica, que pardea al aire, de un sabor quemante, después muy amargo. Corresponde á- la fórmula: C* H” Az!. El mismo año Bergmann, primero, llegó á extraer del pus un veneno azoado, cristalino, que denominó sepsina ; después en colaboración con Schmiedeberg, obtuvo el mismo compuesto de la levadura de cerveza putrificada. Por la misma época Dupré y Jones Bence anunciaron ha- ber observado la presencia de una substancia alealoídica en to- das las partes del cuerpo del hombre y de los animales. Esta substancia, que obtenían agitando con éter el licor sulfúrico proveniente del tratamiento de los tejidos por este ácido diluído, el cual neutralizaban en seguida antes de ser.sometido á la ac- ción del disolvente, daba en solución ligeramente ácida, preci- pitados con la mayor parte de los reactivos generales de alcaloi- des, y además, la adición de ácido sulfúrico en la solución, hace aparecer una florescencia azul semejante á la producida por el sulfato de quinina. Este fenómeno le hizo dar, por analogía, al pretendido alcaloide, que no pudieron aislar, el nombre de guinoidina animal. En 1869 Zuelger y Sonneschein declaraban también que ha- bían sacado de la carne podrida un alcaloide que no era la sep- cina de Bergmann, muy venenoso y con la propiedad de dilatar la pupila, lo que les hizo compararlo á la atropina. En fin, en 1871, Kórsch y Fassbender, durante una investi- gación químico-legal, extrajeron del hígado, del brazo y de los riñones una substancia amorfa que no pudieron definir y que la asemejaban á la digitalina, porque daba, como ésta, con el ácido fosfomolíbdico, un precipitado que se cólorea en gríseo por el color y toma una coloración azul intensa por la adición de amoníaco. En el mismo año, Schwaviert, siguiendo el método de Otto-— Stas para tratar las vísceras de un niño muerto repentinamen- te, encontró una substancia líquida, volátil, de un olor especial, 220 Memorias de la Sociedad Científica A A —Í—ÁÍÁOOEO35OoIIIxIIIIOAQ2— ___-_—K—— recordando el de la propilamina, y dando con el cloruro de oro un precipitado amorfo de color amarillo claro y formando con el cloruro de platino un precipitado blanco cristalino. A pesar de todas las observaciones que anteceden y que de- bían haber puesto á los químicos y fisiologistas de acuerdo so- bre la existencia de las bases animales, no había pasado tal cosa, hasta que apareció el trabajo del sabio químico Arm. Grau- tier en su Tratado de química aplicada á la fisiología (tomo Í, pá- gina 253), anunciando que la putrefacción de las materias pro- teicas daba nacimiento además de los numerosos productos ya conocidos, á una pequeña cantidad de alcaloides nuevos de naturareza compleja, alterables, fijos ó volátiles. El profesor Selmi, de Bolonia, encargado de una investiga- ción en 1870, y otra en el año siguiente, extrajo por el método de Stas, de las vísceras humanas, un compuesto que precipita- ba los reactivos generales de alcaloides, pero cuyas reacciones se separaban por completo de los alcaloides que se conocían. El químico italiano comunicó á la Academia de Ciencias de Bolonia el resultado de sus investigaciones, concluyendo, pero sin dar la prueba, que estos alcaloides habían nacido de la pu- trefacción. El 6 de Diciembre de 1877, presentó otra Memoria £ la misma Academia, en la que refiere haber obtenido dos al- caloides, uno fijo, y : el otro volátil, sometiendo á la putrefacción albúmina pura conservada al abrigo del aire. Las experiencias de Selmi tuvieron una resonancia enorme, y llegaron á ser desde entonces el punto de partida de una serie de trabajos toxicológicos que confirmaron los estudios del cé- lebre profesor por un sin número de experiencias. Entre estos trabajos citaré solamente los de Liebermann, van Gelder, Spicu y Gianetti y Corona. Selmi designa con el nombre de tomainas, las substancias que nacen de la descomposición espontánea. de la materia cadavéri- ca que poseen los caracteres generales de los alcaloides. No los ha ob- tenido en cantidad suficiente para dar una idea de su individua- 4 Antonio Alzate. u 221 PAONAL na ”u lidad química, dice Selmi, pero he determinado muchas de sus propiedades, las cuales me han permitido comparar las tomai- nas á las bases ya conocidas. Los primeros estudios verdaderamente científicos sobre las tomainas, con objeto de determinar su constitución química, son debidos á Nencki y 4 los entendidos químicos Gautier y Etard, en 1882 y 1883. Poco tiempo después hemos tenido los trabajos de Guareschi y Mosso. He aquí señores la historia de las tomainas, y antes de des- eribir las que en la actualidad se conocen, voy á ocuparme, en resumen, de las propiedades que Gautier y Etard han encon- trado después de laboriosas experiencias. 1* Se pueden extraer de las materias animales más ó menos putrefactas, algunas substancias que tienen los caracteres de los alcaloides. 2% Entre estas substancias, las que se forman en mayor can- tidad y constituyen el producto alcalino de las bacterias que sobreviven á todas las otras, pertenecientes unas á la serie pi- rídica y otras á la serie hydropirídica. 3% Las tomainas se presentan generalmente bajo la forma de líquidos aceitosos (algunas sólidas), incoloros, muy alcali- nos, saturando exactamente los ácidos fuertes, algunas absor- ben el ácido carbónico del aire. 4% Las tomainas son oxigenadas Ó no oxigenadas. Las no oxigenadas son líquidas y volátiles; las que contienen oxígeno son sólidas, fijas, eristalizadas ó no. Al estado libre, desprenden ya un olor orinoso y cadavérico, como, cuando no son oxigena- das, un olor viroso, análogo al de la conina ó de la piridina; Ó bien esparcen olores tenaces, pero agradables, recordando el azahar de naranjo, el de la rosa, la canela ó'el almizcle. 5% La mayor parte de ellas poseen un sabor picante que en- gruesa la lengua, sensación de extrangulación cuando son pro- badas en gran cantidad. Algunas son amargas. 6% Solubles en el alcohol, en el éter, en el cloroformo y en el alcohol amílico también se disuelven. 222 Memorias de la Sociedad Científica III II 7% Uniéndose á los ácidos, las tomainas dan sales cristaliza. bles, muy alterables en presencia de un ácido mineral que las colora en rosa y en rojo. Todas parecen muy oxidables y muy inestables. ; 8% Los reactivos generales de los alcaloides, el de Mayer, de Nessler, el ácido yodhídrico yodado, el ácido fosfomolíbdico, el yoduro de bismuto y de potasio, ete., preeipitan las tomainas, El cloruro mercúrico unas veces da precipitado y otras no, según la naturaleza y concentración de sus sales; pero forma generalmente con ellas un cloruro doble cristalizable en el agua hirviendo. El cloruro de platino precipita la mayor parte de ellas en amarillo pálido, en rosa ó color de carne. Forman generalmente eloroplatinatos eristalinos ya solubles Ó ya muy poco solubles. El eloruro de oro da frecuentemente un precipitado amarillo soluble en el agua caliente, Ó bien un cloroaurato muy soluble y que se reduce rápidamente. El ácido tánico da tanatos insclubles ó muy poco solubles. El ácido pícrico forma picratos poco solubles de color ama- rillo claro. 92 El ácido sulfúrico las colora en rojo violado. El ácido clorhídrico solo, ó mejor mezclado de ácido sulfú- rico, da con ellas un color rojo violado, que se desarrolla por el calor. als El ácido azótico calentado con ellas por algún tiempo, des- pués saturando por potasa, produce una bella coloración amari- llo de oro. 10% Las tomainas tienen una poderosa aceión reductora. Reducen en frío ó en caliente el ácido yódico, el erómico, el eloruro de oro, el nitrato de plata, el cloruro férrico, el cual se vuelve apto para producir el azul de Prusia con el ferricianuro de potasio. 11% Las tomainas son generalmente tóxicas. Libres son más venenosas que combinadas y especialmente las bases que son solubles en el éter, $“ Antonio Alzate. 223 IPHIDIIIVIISISIIISISILISIO LILLO Sobre las ranas, los principales fenómenos que se observan son los siguientes : ; I. Dilatación de la pupila seguida de estrechamiento. IT. Convulsiones tetánicas y flaxidez muscular después. III Retardo de los latidos cardíacos, muy raramente au- mento. IV. Pérdida absoluta de la sensibilidad cutánea. V. Pérdida de la contracción muscular. Sobre los perros los fenómenos son los siguientes: I. Pupila irregular, que acaba por retraerse. IT. Inyección notable de los vasos de la cuenca de la oreja por parálisis de los vaso—motores. II. Respiración muy lenta. IV. Soñolencia á la cual suceden convulsiones y la muerte. V. Pérdida de la contracción muscular. Propiedades y naturaleza de las tomainas conocidas en la actualidad. Tomainas no oxigenadas. 12 Colidina. C? H" Az.—Constituye la primera tomaina que se ha aislado al estado de pureza Ha sido extraída por Nencki en 1876 de los productos de la digestión de la gelatina por el tejido del panereas. Es una base aceitosa cuyo análisis corresponde al de la colidina. Es amarillenta, muy movible, de olor viroso, muy poco soluble en el agua, de una densidad de..... 0.9865 4 0,9 soluble en los alcoholes metylico y etylico, en el éter y en la acetona. La síntesis ha sido hecha por Baeyer y Ador, calentando á 1200 el aldeidato de amoníaco al contacto de la urea. 22 Parvolina. C* H* A2.—Ha sido descubierta en 1881 por MM.,A Gautier et Etard, en los productos de la putrefacción de la carne de caballo. Esta base es una substancia aceitosa, de 224 Mernorias de la Sociedad Científica ¡IIILELIILIIIEIIIL color ambarino, de un olor de flor de (berenjena), hierve un poco arriba de 20009, ligeramente soluble en el agua, muy solu- ble en el alcohol, en el éter y en el eloroformo, pardea y se re- sinitica al contacto del aire. Su cloroaurato es muy soluble; eristaliza en cristales microscópicos de color de carne, ponién- dose rápidamente rosa al contacto del aire. Se puede verificar la síntesis como lo ha hecho Waage, ca- lentando á 2000 en tubos cerrados el producto obscuro de la reacción del amoníaco sobre la aldehida propiónica. 32 Hidrocolidina. C?* H” Az.—Descubierta igualmente en 1881 por MM. Gautier y Etard, como la parvolina en la putre- facción de la carne de caballo y de buey. Es la base más abun- dante de las que se forman por la descomposición de estas carnes. Se presenta bajo la forma de un líquido ligeramente aceitoso, Casi incoloro, de un olor penetrante y tenaz de jerin- guilla. Su densidad es de 1.0296 á 09 y su punto de ebullición de 2100. Pardea poco á poco al aire atrayendo el ácido carbó- nico, y se pone poco á poco viscoso polimerisándose. Su elor- hidrato es muy soluble en el agua y en el alcohol. Cristaliza en finas agujas. Es neutro y de un sabor amargo. Un exceso de ácido lo enrojese y risinifica. Su cloroaurato es muy soluble. Su cloroplatinato es amarillo pálido ligeramente encarnado, cris- talizado, poco sofuble, se redisuelve en caliente y vuelve á cristalizar en agujas curvas por el enfriamento. Este alcaloide es extremadamente tóxico, aun á debil dosis; 7 milígramos bastan para matar un pájaro. A la muerte, prece- den convulsiones nerviosas, violentas y contracturas tetánicas. En la autopsia se encuentra el corazón lleno de sangre. 4 Base C"" H*% Az,*—MM. Gautier y Etard descubrieron esta base en las aguas madres de la cristalización del eloroplati- nato de la hidrocolidina. Su eloroplatinato es soluble y cristali- za en agujas amarillas ligeramente color de carne, descomponi- bles á 1009, dando el olor de la anterior. $1 Antonio Alzate. n 225 AMA 5? Base C' H*” Az.—Extraída de la fibrina de buey putre- facta, por MM. Guareschi y Mosso en 1883. Es un líquido acei- toso muy alcalino, de ligero olor de piridina, poco soluble en el agua, muy fácilmente resinificable, aun en el vacío. Su clorhi- drato cristaliza en láminas finas, incoloras, un poco delicuescen- tes. El cloruro mercúrico, el tanino, el ácido píerico, el cloruro de oro, el cloruro de platino, los ácidos fosfotúgstico y fosfomo- líbdico la precipitan; el ferricianuro de potasio da un precipita- do azuloso, que por la adición de cloruro férrico, aparece el azul de Prusia. En 1886 M. Oechner, de Coninek, la extrajo de os productos básicos de la putrefacción de la carne de pulpos marinos. Este mismo químico ha encontrado la base C? H" Ag de Nencki, en los productos menos avanzados de la putrefacción. 6* Neuridina. C? H* Az."—La neuridina, descubierta en 1884 por Brieger, en los productos de la putrefacción de la car- ne de los mamíferos, de los pescados, de la gelatina, el queso y uno de los productos más constantes de la descomposición bac- teriana de las substancias protéicas. Se encuentra igualmente en los cerebros humanos frescos. (Químicamente pura esta ba- se, no es tóxica. Algunos químicos creen que es la pentametilenediamina, Cuando se calienta el clorhidrato de neuridina se sublima y parece sufrir parcialmente, durante esta operación, una des- composición profunda, Las soluciones de esta sal dan con el ácido fosfo—túgstico, un precipitado blanco, amorfo, soluble en un exceso de reac- tivo; con el ácido fosfo—molíbdico, un precipitado blanco eris- talino; con el ácido fosfo-antimónico, un precipitado blanco, cuajado; con el ácido pícrico, un precipitado que se forma len- tamente y se transforma rápidamente en bellas agujas amari- llas; con yoduro doble de bismuto y de potasio, un precipitado rojo amorfo; con el cloruro de oro, un precipitado cristalino. Con los otros reactivos de alcaloides ni aun con el ferriacia- nuro, da cambio. Memorias [ 1894-95], T.VIM.—29 226 Memorias de la Sociedad Cientifica 12 Cadaverina. C* H'" A22?—La cadaverina y su isómera la saprina han sido extraídas por Brieger de cadáveres humanos sometidos á una putrefacción prolongada. Constituye un lí- quido espeso, transparente, de un color de conina, absorbiendo con avidez el ácido carbónico del aire. Da con los ácidos clorhí drico y sulfúrico hermosos cristales insolubles en el éter y en el alcohol absoluto, solubles en el agua, alcohol ordinario y éter alcoholizado. El clorhidrato de cadaverina precipita los reacti- vos generales de alcaloides, el cloruro de platino forma con él un cloroplatinato eristalizado. El cloruro de oro un eloroaurato eristalizado tanto en agujas largas y brillantes, como en cubos delicuescentes muy solubles. La mezcla de cloruro férrico y fe rricianuro de potasio se colora ligeramente en azul con las so- luciones de clorhidrato de cadaverina. La cadaverina calentada con cloroformo y una solución al- cohólica de potasa no da la reacción olorosa debida á la putre- facción de carbilamina, lo que prueba que no es una base pri- maria. La cadaverina no es tóxica; según Brieger, aparece en las masas en putrefacción hacia el tercer día y aumenta poco á poco en los días siguientes. La saprina, lo mismo que la cadaverina, no es venenosa; posee la misma fórmula que ésta y presenta casi los mismos caracteres químicos. Se distingue de la cadaverina: por una ap- titud mayor para producir el azul de Prusia con la mezcla de cloruro férrico y ferricianuro; por su cloroplatinato, que es más soluble que el de la cadaverina; además, el de la cadaveriná cristaliza en rombos, el de la saprina en agujas aplastadas inal- terables al aire, mientras que el de la cadaverina es muy deli- cuescente. ' En fin, la cadáverina no' da ninguna combinación con el cloruro de oro. 82 Putrescina. C* H” Ag? — Descubierta también por Brie- " Antonio Alzate 227 ger entre los productos de la putrefacción de órganos humanos. No es tóxica y acompaña frecuentemente á la cadaverina. Se presenta bajo la forma de un líquido claro como agua, muy mo- vible, de un olor que recuerda el de las bases pirídicas. Arde sin alteración á 1359; el vapor de agua no la arrastra sino difí- cilmente. Es una base poderosa que fija el ácido earbónico del aire para dar un carbonato cristalizado que posee el mismo olor que: la base. Precipita leon todos los reactivos generales de alcaloides. Su clorhidrato cristaliza en largas agujas incoloras, transparentes,. no higroscópicas, muy solubles en el agua, insolubles en el al- cohol absoluto é inalterables al aire. El cloruro de platina y el cloruro de oro dan eloroplatinatos y cloroauratos cristalizados; el primero en pajitas exagonales superpuestas en capas, muy poco solubles en el agua; el segun do igualmente en pequeñas pajitas, muy poco solubles en el agua. Calentándolo con una solución concentrada de nitrato de potasa, se forma un derivado nitrosado que hace considerar la putrescina como una etilena dimetildiamina. 92 Midaleina.— Brieger ha extraído de las aguas madres, de donde las bases precedentes han sido aisladas, una tomaina no determinada aún, á la cual lo ha dado el nombre de midaleima, La midaleina es muy tóxica y posee sobre la economía una ac- ción interesantísima. AA Inyectada bajo la piel de un conejo ó cuy, provoca una hi- persecreción de la mucosa nasal de las glándulas salivares y lacrimales. las pupilas se dilatan, los vasos de la oreja se in- yectan, la temperatura se eleva á uno ó dos grados y los latidos del corazón, primero acelerados, se retardan. Hay además una tendencia marcada al sueño y los movimientos peristálticos del intestino se exageran. Inyectada á dosis más elevada (medio centígramo ) en los cuys, esta substancia provoca perturbacio- 228 Memorias ae la Sociedad Científica nes violentas seguidas siempre de la muerte. Por la autopsía, se encuentra el corazón detenido en diastole, el intestino y la vejiga contraídos. Nada anormal, en apariencia, en los otros Órganos. Brieger, para separar unas de otras las cuatro bases de que hemos hablado, las precipita al estado de cloromercuriatos, y recurre en seguida á la diferente solubilidad de estas sales. El cloromercuriato de midaleina es muy soluble en el agua y no es insoluble más que en alcohol absoluto. Los cloroauratos presentan igualmente diferencias en la so- lubilidad. El cloroaurato de putrescina es muy poco soluble en el agua. El cloroaurato de cadaverina es muy soluble, lo mismo que el de midaleina. El clorhidrato de putrescina cristaliza muy fácilmente en agujas en aleohol á 900. Lo mismo sucede con el de cadaveri- na. El de midaleina, que es el más soluble de todos, queda en las aguas madres alcohólicas. Tomainas oxigenadas. Las tomainas oxigenadas son sólidas y fijas; se les encuen- tra en todos los tejidos normales, lo mismo que en los tejidos en putrefacción. , Es necesario excluir de este carácter la gadinina que á pe- sar de ser oxigenada no se sabe su consistencia, puesto que no la conocemos al estado libre. Los tres primeros de los alcaloides que siguen son deriva- dos de la trimetilamina. Nevrina. C? H” Az(OH).—Este alcaloide está constituído por la trimetilamina y el alcohol vinico, y puede ser conside- rado como el hidrato de trimetilvinilamonium. Es un veneno vio- lento, pero de una energía variable según las especies. Así el gato es envenenado por una dosis de neyrina que no influye en “ Antonio Alzate. 229 el cuy. Administrado á un perro, produce contracción de la pupila, abolición de la excitación motriz seguida de diminución de frecuencia y de intensidad de los movimientos respiratorios. El número de pulsaciones cardíacas aumenta, después disminu- ye irregularmente. El intestino sufre movimientos peristálticos acompañados de diarrea profusa y excreción involuntaria de orina y esperma. Su acción sobre el organismo parece ser igual á la de la cu- rarina y la muscarina, y la inversa de la atropina. Pero mien- tras que la inyección subcutánea de una pequeña cantidad de atropina, hace desaparecer completamente los fenómenos de in- toxicación, la nevrina no modifica en nada la acción producida por la atropina sobre la economía animal. Colina. C? H* Az 0”.—Esta base, que se encuentra en el organismo vivo y que Strecxer ha aislado de la bilis de puerco» se encuentra de una manera constante en las materias en pu- trefacción; es á la vez tomaina y leucomaina. Acompaña siem- pre á la neuridina en los primeros días de la putrefacción y desaparece después dando nacimiento á la trimetilamina y al glicol. Brieger la ha separado de las aguas madres de la nen- ridina por el ácido pícrico, que forma con ella un pierato inso- luble en el agua fría, soluble en caliente. La colina sintética ha sido obtenida por Wurtz haciendo obrar la monocloridina del glicol sobre la trimetilamina. Es un líquido siruposo, de reacción fuerlemente alcalina, muy soluble en el agua, dando con los ácidos sales bien erista- lizadas. Constituye, como se sabe, el hidrato de trimetilhidrome- tilena amonium. La colina es vecina, pero no idéntica de la nevrina, de la que se diferencía por una molécula de agua; es tóxica, lo mismo que la nevrina, pero un poco menos. Brieger y según él Glau- se y Luchsinger, han hecho observar que el clorhidrato de co- lina precipita abundantemente por el ácido fosfotúgstico, cosa 230 Memorias de la Sociedad Científica A D OOO A A . que no sucede con el clorhidrato de neurina; por otra parte, el clorhidrato de nevrina es precipitado por el tanino; el de la co- lina no lo es. Ningura de estas dos bases dan el azul de Prusia con la mezcla del cloruro férrico y ferricianuro de potasio. Muscarina animal. C* H'% Az 0? + H? 0.—Esta base ha si- do aislada por Begier, al mismo tiempo que la etilenidiamina, de la carne de pescado poárido; en las aguas madres en que el cloruro de platino ha precipitado la etilenadiamina se eneuen- tra la muscarina. Se presenta, euando es pura, bajo la forma de eristales irre- gulares, muy delicuescentes; su reacción es fuertemente alca- lina y atrae el gas carbónico del aire. Soluble en todas propor- ciones en el agua y en el aleohol, es poco soluble en el clo- roformo é insoluble en el éter. El clorhidrato de muscarina es incoloro, cristalizable, brillante y muy delicuescente; forma con el cloruro de platino un eloroplatinato amarillo, cristalizado en octaedros bien definidos, poco solubles en el agua. La muscarina animal es como la del agaricus muscarius, un yeneno violento cuyo antagonista es la atropina. Su aeción tó- xica se aproxima á la de la nevrina; flujo de saliva, de lágrimas, parálisis del corazón en diastole; emisión de orina y de esper- ma, diarrea y estrechamiento de la pupila. Precipita por los reactivos generales de alcaloides, y reduce la mezcla de ferricia- nuro de potasio y cloruro férrico. Gadinina.—Esta base descubierta por Brieger en los produc- tos de putrefacción del pequeño bacalao (gadus callarias ), no se conoce al estado libre. Su descubridor le asigna la fórmula C” H" Az O?. La ha extraido de las aguas madres del cloro- platinato de muscarina, bajo la foma de eloroplatinato eristali- zado en pajitas amarillas poco solubles en el agua. Separado el platino por el hidrógeno sulfurado, este cloroplatinato da un Antonio Alzate. 931 WIODILLLIILILIILLILIIDISIISLL clorhidrato incoloro que cristaliza en gruesas agujas, muy so- Jubles en el agua, insolubles en el alcohol. Este clorhidrato no se combina con el eloruro de oro y no es tóxico. M. G. Pouchet ha demostrado, en 1880, la presencia de mu- chos alcaloides oxigenados en las aguas residuales del trata- miento industrial, por el ácido sulfúrico diluído, de los despojos de huesos, de carnes, y residuos de toda especie, cuyo objeto ha sido separar las materias grasas. Ha podido extraer de este medio, por los métodos de Stas y Dragendorff, dos tomainas oxi- genadas cuyos cloroplatinatos solubles pueden ser separados uno de otro por adición de alcohol ó éter. Uno de los cloroplatinatos, insolubles en el alcohol fuerte, cristaliza imperfectamente en agujas prismáticas; el otro muy soluble en el mismo disolvente, puede ser separado por adición de éter. La base C7 H* Az? O * se presenta en gruesos prismas cortos, fácilmente alterables, y la que tiene por fórmula C?* H” Az”? 0%, es formada de agujas agolpadas en pincel, que se alteran con menos facilidad. Estas dos tomainas precipitan por los reactivos generales de los alcaloides. Si se añade á su solución fosfomolibdato de sosa, el precipitado que se forma, tratado por amoníaco, toma un tin- te azul, absolutamente como la aconitina en las mismas condi- ciones. Estas bases son muy venenosas, paralizan los movi- mientos reflejos. | Según M. A. Gautier, se aproximan mucho á las oxibetainas. Tomainas de las excreciones y secreciones normales y patológicas. Las tómainas se forman en el organismo de los animales no sólo en el curso de las enfermedades, sino también en las con- diciones normales de la vida. En el año de 1869, Liebreich ob- servaba que la betaina C* H" Az O? parecía encontrarse en las orinas normales. Este descubrimiento había quedado en el ol- 232 Memorias de la Sociedad Científica ms PALOS III vido hasta 1880 en que M. G. Pouchet anunció que había en- contrado en las materias extractivas de la orina humana, junto con la carnina, base ya conocida, un alcaloide sólido, en crista- es fusiformes delicuescentes, de reacción débilmente alcalina, que se une á los ácidos para formar sales eristalizables, que precipita por los reactivos generales de alcaloides. Señaló tam- bién en la orina la presencia de otras bases hidropirídicas aná- logas á las que Gautier y Etard han obtenido por la putrefae- ción del pescado. Estas experimentaciones fueron seguidas después por un gran número de químicos y M. Bauchard, en una Memoria pre sentada á Ja Sociedad de Biología el 5 de Agosto de 1882, con- firmó los trabajos de sus antecesores, que hay alcaloides en pe: queña proporción en las orinas humanas normales, y añade este hecho importante: que estos dos alcaloides aumentan muy no- tablemente en el curso de ciertas enfermedades infecciosas, co- mo la fiebre tifoidea, por ejemplo. Más recientemente Griffiths, de Edimburgo, ha llegado á ais- lar de las orinas, en muchas enfermedades infecciosas, algunas tomainas que vamos á describir y que no se encuentran en las orinas normales; son por lo tanto formadas en la economía bajo la influencia de los microbios propios de dichas enfermedades: L OrEJoNES.—La tomaina que se ha extraído de las orinas de los enfermos atacados de orejones, cristaliza en agujas blan- cas prismáticas y corresponde á la fórmula C* H* Az? O. Por la oxidación, se transforma en metilglicocianina (erea- tina). Representa la propilglicocianina. Esta tomaina es muy venenosa. Administrada á un gato. le produce excitación nerviosa, detención de la secreción sali- var, el coma y la muerte. IL. EscarLaTINa.—El alcaloide que se encuentra en la ori- '' Antonio Alzate. 233 na de escarlatinosos, es también una substancia blanca, crista- lina, soluble en el agua, de reacción débilmente alcalina. Forma clorhidrato y cloroaurato cristalinos; da un precipitado blanco amarillento con el ácido fosfomolíbdico, blanco con el ácido fos- fotúgstico, amarillo con el ácido pícrico. Le dan por fórmula C* H” Az O*. TIT. DirTERIA.— La tomaina sacada de las orinas de dip- téricos, es, como las anteriores, blanca y cristalina, y da un clor- hidrato y un cloroaurato. Es precipitada en amarillo por el ácido tánico, en blanco por el ácido fosfomolíbdico, en amarillo por el ácido pícrico, en pardo por el reactivo de Nessler. Estas tres tomainas se encuentran igualmente en los caldos de cultura de microbios de estas enfermedades infecciosas. IV. SARAMPIÓN.— La tomaina extraída de las orinas de en- fermos de sarampión, cristaliza en pequeñas láminas incoloras solubles en el agua, de reacción alcalina. Su cloroplatinato eris- taliza en agujas microscópicas. El bicloruro de mercurio da una sal doble, casi insoluble, que cristaliza en agujas prismáti- cas. Es también precipitada por los ácidos pícrico, fosfomolíb- dico y fosfotúngstico. Es muy tóxica. -——V. Tos FERINA.—De las orinas de los enfermos de tos fe- rina se extrae una tomaina que cristaliza, soluble en el agua, que tiene la fórmula C* H' Az O?. Forma clorhidrato y elo- roaurato; precipita en blanco por el ácido fosfomolíbdico, en amarillo con el ácido pícrico, en amarillo obseuro con el tanino: El bacilo de Afanassieff encontrado en 1887, en los esputos de la tos ferina, produce esta misma tomaina en sus culturas. Las materias fecales, la saliva, el veneno de los ofídeos con- tienen también, al estado normal y al estado patológico, peque- ñas cantidades de tomainas. | En 1852, ya Cloez había señalado en el veneno del sapo y de la salamandra la existencia de un alcaloide al cual Zaliski, | Memorias, [2894-95] T. VIIL.—30 234 Memorias de la Sociedad Científica 0”. ILILIILLIIIIIIISILIL en 1886, le dió la fórmula C* H“ Az? 0? y el nombre de salaman-? drina. En 1881, M. A. Gautier demostró la presencia de alcaloi- des en el veneno de los reptiles y observó un hecho no menos importante, que la substancia más activa del veneno no es la más alcaloídica. Este mismo sabio ha encontrado también en la saliva humana normal muchos alcaloides que tienen una to- xicidad variable según el momento en que ha sido exeretada por las glándulas salivares. M. G. Pouchet, en 1885, extrajo de las deyecciones coléri- cas diversas tomainas que tienen el olor característico de las bases pirídicas y las propiedades generales de éstas. Por últi- mo, las exhalaciones pulmonares del hombre y de los animales, contienen aun al estado normal, pequeñas cantidades de un prin- cipio volátil tóxico, cuya naturaleza alcaloídica ha sido puesta fuera de duda por los trabajos de Wurtz y otros químicos. La toxicidad del aire exhalado puede llegar á ser muy gran- de bajo el imperio de ciertas enfermedades, y no debe atribuir- se á la absorción por las vías respiratorias de tomainas volátiles exhaladas, la céfalea particular de que son atacadas las perso- nas que rodean á los enfermos de tifo. Nadie ignora en la actualidad, que las dos materias coloran- tes del pus azul, una azul y otra amarilla, descubiertas por Fordos en 1859, “que les dió los nombres de piocianina y pio- xantosa, y señaladas por Conté, Sedillot, Braconott, Petrequin, Delore, ete., son tomainas engendradas por un microbio aero- bio, que ha sido aislado en 1882 por M. Gessard y puede ser cultivado, sea en el pus, sea en la saliva y aun en la orina. Se considera, por otra parte, en nuestros días la formación de las tomainas, como el corolario característico de la vida de las bacterias; es necesario, sin embargo, recordar que las bac- terias secretan también diastasas (Ó fermentos solubles) de na- turaleza proteica, sobre cuya toxicidad y propiedades se cono- ee poco todavía, pero que podrían constituir por sí solas la causa de envenenamientos por septicemia y de los accidentes conoci- Antonio Alzate. 235 OLLILLILIIIIILIILIDILIIDILILIIIALIIIAIILL OILILLLILILILICSILISILIIDIIAIS dos con los nombres de botulismo, gadinismo y de ictiocismo. Es, pues, racional designar bajo el nombre de toxinas, como se ha hecho, al conjunto de principios tóxicos (tomainas y toxialbú - minas ) secretados por las bacterias. Las mismas especies de bacterias engendran productos di- ferentes, según los medios en donde ellas se desarrollan, y el lugar de estos venenos químicos parece llegar á ser preponde- rante en los fenómenos morbosos que se desarrollan en el cur- so de las enfermedades infecciosas. Ya conocemos los proce- dimientos para crear la inmunidad, por medio de la vacuna, para algunas de estas enfermedades. TI Importancia de las tomainas desde el punto de vista de la toxicología y de la patología en general. Apenas se dejaron conocer los descubrimientos de Selmi, Brieger Gautier y Etard, cuando se procuró por diversos la- dos extender su aplicación más allá del punto de vista dema- siado estrecho en que se había colocado el sabio italiano. El descubrimiento de los alcaloides cadavéricos ha vuelto ahora muy delicada la investigación de los alcaloides vegetales introducidos en el organismo vivo con un objeto criminal. Está fuera de duda que aplicando con cuidado los diferentes méto- dos de investigaciones químicas á distintas vísceras que hayan sufrido una putrefacción más Ó menos avanzada, se obtendrán siempre productos alcaloídicos mal definidos, mezclas de ami- nas y amidas, en una palabra, tomainas cuya acción vendrá acrecer las dificultades que de por sí presenta la o de los venenos orgánicos. Basta citar hechos para ver la importancia que las tomainas presentan bajo el punto de vista médico legal. 236 Memorias do la Sociedad Científica OLLIID IDOL III S III IIIIILIILIDLIDIDIIILILIIIOIL III III LILIIIDIAIDIDII III Ante el tribunal de Brescia se presentó un caso de envene- namiento por la morfina y resultó ser debido á una tomaina. En Roma, que lo que se suponía un envenenamiento por la conina, no era sino la formación de un alcaloide cadavérico vo- látil. En Verona, refutó victoriosamente Selmi la existencia de la 'estricnina como causa de un envenenamiento. Y por último, en el caso del General Gibonne, demostró Sel- mi por las reacciones químicas y por los diversos modos de ac- ción fisiológica, que la substancia recriminada, la delfina, era una tomaina. | La cuestión tiene tanta más importancia, cuanto que las to- mainas son más numerosas, y recuerdan por sus acciones quí- micas y fisiológicas los alcaloides más diversos, desde la estric- nina y la morfina, hasta la veratrina y la conicina. : Las tomainas pueden encubrir ó desfigurar la presencia de los alcaloides vegetales. Este punto no queda ya en duda y se ha demostrado indirectamente del modo siguiente: En los primeros días del mes de Julio de 1876 fué acusado un veterinario de Stranbing (Baviera) de haber envenenado á su mujer con la estricnina. Se exhumó el cadáver cuatro meses después de la muerte; se preguntó desde luego, si al cabo de ha- ber pasado tanto tiempo, era aún posible encontrar la estrieni- na. Los principales químicos alemanes respondieron afirmati- vamente; el proceso terminó por la absolución; mas habiéndose despertado la atención en este punto, se envenenó á diez y siete perros con un decígramo de estricnina; se enterró á los cadáve- res de estos animales, y permanecieron debajo de tierra 100-330 días. Una vez exhumados, se encomendaron las vísceras á Jos Sres. Buchner, Gomp-Besaner y Wilslicenius, para que prac- ticasen el examen químico. He aquí, entre los resultados obtenidos por estos químicos, los que nos interesan más especialmente. Ninguno de ellos pudo demostrar con seguridad por medio ' Antonio Alzate." 237 ELIELL LLL LILIA de la química la existencia de la estrienina, aunque el sabor amargo del extracto hiciese muy probable la existencia de este alcaloide. Por el contrario, los experimentos sobre las ranas pusieron en evidencia las propiedades tetanizantes del extracto. Aquí, en efecto, se comprobó la acción de cuerpos narcóticos, que detenía y perturbaba la acción de la estrienina. Esta acción parece de- be atribuirse á extractos pútridos, y debe admitirse que ellos no existían en el intestino. Esta observación parece extremadamente tópica. Necesario es recordar que los químicos en cuestión trabajaban con un fin determinado, sin opinión preconcebida, y mucho antes que se hubiesen apreciado en su justo valor los trabajos de Selmi. Brouardel y E. Boutmy, refieren el caso siguiente: Después de haber quitado las vísceras y una porción de músculos del cadáver de un individuo muerto por asfixia (aho- gado), hemos sacado de estas materias por el método de Stas, una substancia sólida, fuertemente alcalina y presentando todas las propiedades químicas y fisiológicas más culminantes de la veratrina; coloración roja con el ácido sulfúrico y el ácido elor- hídrico, ete.; acción mortal sobre todos los animales, con todos los efectos musculares atribuidos á la veratrina. Pero la substan- cia extraída del cadáver reducía fuertemente el cianoferruro de potasio, mientras que la veratrina no tiene acción alguna sobre este reactivo. Hste carácter y el hecho bien probado de que el sujeto no había perecido por intoxicación (puesto que se había ahogado pescando en el Sena), demuestran, pues, que la substancia ha” llada en el cadáver no es veratrina, sino una fomaina. Además de lo dicho, los alcaloides de que tanto hemos ha- blado no se forman solamente durante la putrefacción; en los * tejidos normales durante la vida, sobre el cadáver fresco in- mediatamente después de la muerte, Gautier encuentra princi- pios básicos, verdaderos alcaloides que designa bajo el nombre de leucomainas. 238 Memorias de la Sociedad Científica AAA OLIILILL DILO IOILLIIILIIIIIIDIILILSLILIIIIPLIILPLILALILIAM IL IAIILILIIIIIIS Pouchet extrajo de la orina una base que caracteriza la fun- ción alcaloídica por los métodos usuales. En la sangre, cerebro, bígado, corazón, pulmón, bazo, intestino, saliva, se han descu- bierto principios análogos. De estos hechos se puede concluir: 1% Que los cadáveres de individuos que hayan sucumbido á una muerte natural, los métodos clásicos de Stas y Dragendorff demuestran la presencia de compuestos alcalinos tóxicos cuyas propiedades generales son las de los alcaloides vegetales. 2 Que la cantidad de estos alcaloides es tanto más grande cuanto que el cadáver está en un estado más avanzado de pu- trefacción. 3? Que aun en los tejidos normales se encuentran principios alcaloídicos. 4% Que estos álcalis animales se rigen, lo mismo que los ve- getales, con los reactivos siguientes: tanino, yoduro de potasio yodurado, yoduro doble de potasio y de mercurio, los cloruros de oro y de platino, ácido pícrico, reactivos de Schulze y de Son- neschein. El ácido sulfúrico adicionado ó no de ácido molíbdi- co, nítrico ó vanádico, da con algunas tomainas coloraciones que se asemejan á las que producen en las mismas condiciones, los álcalis vegetales. Por último, que gran número de envenenamientos por ma- terias alimenticias reconocen por causa las tomainas. Citaremos á este respecto los siguientes: 1? Kober cita un caso observado en Heiligenstadt, por el que se observó la muerte de muchos niños; en la autopsia se encontraron los síntomas más manifiestos de las lesiones tíficas. 2% Envenenamiento por pescados alterados; todos conocen la acción de algunos pescados de conchas, almejas y otros; pe- ro se registran hechos más graves, tal como el de Colin, en el que la ingestión de un sollo salado determinó, además de la in- tolerancia de las vías digestivas, una parálisis persistente de la acomodación. Otro, como el de la familia Montes de Oca, de ' Antonio Alzate." 239 SINIDLLIIILLIIIIIIIIIIIIA PILLO DOLIDO IILLII/IOIILILDIILIDII ILLIA AI Guanajuato, que después de ingerir una lata de pescado, fueron atacados los miembros de dicha familia de síntomas de envene- namiento y que gracias á la inmediata asistencia médica no su- cumbió ninguno de ellos, Un caso referido en la estadística del ejército alemán, en que siete personas cayeron enfermas después de haber comido la carne de una cabra muerta hacía once días; se presentaron fenómenos coléricos y colapsus. En la misma clase pueden co- locarse todas las observaciones publicadas bajo el nombre de botulismo. Las enfermedades infecciosas, por la misma razón, tienen mas puntos de contacto con los envenenamientos. Reasumiendo diremos: 1? Que la importancia de las tomainas para el químico-le- gista es evidente, y que es de todo punto necesario estudiar y manejar bien la investigación de los alcaloides en medicina legal. 3? Que la mayor parte de las intoxicaciones alimenticias (quesos, pescados y carnes averiadas ) se deben á estas mismas tomainas. 3? Que en las enfermedades infecciosas (aun la septice- mia y el tétanos) el papel que desempeñan es dudoso y en todo caso secundario. 111 Hasta ahora hemos visto la semejanza de los alcaloides ani- males con los vegetales, tanto en sus reacciones químicas, como en sus efectos fisiológicos y parece, á primera vista, que el des- cubrimiento de este hecho ha desarmado por completo á los quí- micos, pero afortunadamente no sucede esto, puesto que hay caracteres químicos que pueden distinguir los alcaloides vege- * 240 Memorias de la Sociedad Científica tales de los animales. La primera reacción y más importante es la de Brouardel y Boutmy. El ferricianuro de potasio en presencia de una sal de per- óxido de fiero y una base orgánica pura, de origen vegetal, to. mada del laboratorio ó extraída de un cadáver después de un envenenamiento, no sufre alteración. Da por el contrario ins- tantáneamente azul de Prusia en presencia de las tomainas. Dicen estos químicos que habiendo extraído por el método de Stas 6 Dragendorff una substancia con los caracteres de al- caloide vegetal, si esta substancia no tiene acción sobre el reac- tivo ya indicado, se podrá concluir que la substancia encontrada pertenece al grupo de los alcaloides vejetales y por lo mismo que hubo envenenamiento. Si, por el contrario, el ferricianuro de potasio se reduce al * mismo tiempo que la base presenta caracteres de alcaloides, se puede concluir la presencia de las tomainas. En fin, según que el precipitado obtenido, tanto con el yodo- mercuriato de potasio como con el ferricianuro, sea en cantidad considerable ó débil, se concluirá que existe una tomaina abun. dante y no mezclada, ó una mezcla de una tomaina con un al- caloide vegetal. Para ejecutar la reacción con el ferricianuro, se convierte en sulfato la base extraída del cadáver; se ponen algunas gotas de la solución de esta sal sobre un vidrio de reloj que contenga de antemano una pequeña cantidad de solución de ferricianuro de potasio. Una gota de cloruro férrico neutro, vertida sobre esta mezcla, determina la formación de azul de Prusia, si la base en cuestión es una tomaina. En las mismas condiciones, los alcaloides vegetales no dan azul de Prusia. Desgraciadamente esta reacción no tiene el carácter gene- ral que MM. Brouardel y Boutmy le habían atribuído, y prueba de ello es la morfina que produce el azul de Prusia en las mis” mas condiciones que los alcaloides cadavéricos. Y desgracia” damente también muchas tomainas, según se ha probado úl. timamente, no reducen tampoco el reactivo cianoférrico. " Antonio Alzate. 1 241 LILLILILLIIIS PAINT. LILIA III IL no IIA A. Gautier ha demostrado que si entre las bases vegetales, muchas no reducen el ferricianuro de potasio, otras por el con- trario, tales como la veratrina, la igasurina, la colchicina, la ni- cotina, la emetina, la hiosiamina, la apomorfina, la reducen lenta y débilmente; otras, como la piridina, la isopiridina, la colidina, la dialilenadiamina, la naptilamina, la toluidina, la morfina, la atropina, los álcalis acetónicos y aldeídicos lo reducen abundan- temente. MM. Bettink y Dissel propusieron la reacción siguiente: Se disuelve un milígramo de una tomaina cualquiera en una gota de una solución al centésimo de ácido clorhídrico y se aña- de una gota de otra solución preparada con 2 gramos de perclo- ruro de fierro cristalizado en 2 centígramos de la solución al centésimo de ácido clorhídrico. Esta mezcla se diluye hasta 100 ec. y se adiciona de 50 centígramos de ácido crómico. Si se hace obrar sobre ella el ferricianuro de potasio, toma la colora- ción azul de Prusia... Según estos autores, ningún alcaloide vegetal, excepto la morfina, presenta esta reacción. Brieger hace notar que los autores antes citados no dicen sobre qué tomainas operaron, y añade Brieger que el mayor número de tomainas puras que él ha preparado no dan la colo- ración azul. Todos los autores que se han ocupado de la materia dan gran importancia al reactivo de ferricianuro de potasio para dis, tinguir los alcaloides cadavéricos de los vegetales; pero ya he- mos visto que este reactivo no es específico y que por lo mismo debemos darle su verdadera significación y no pronunciar nun- ca un fallo definitivo sin tener en cuenta las consideraciones siguientes : 1? Distinguir si lo que se ha extraído por el método de Stas, es un alcaloide vegetal Ó una tomaina. 2? Sise trata de una mezcla de tomainas y bases vegetales, Para esto deberá tenerse presente que; Memorias [1894-95], T. VI1.—$81 2492 Memorias de la Sociedad Científica API PWILLIILIIAIIIIIALAAL 1% Entre los reactivos generales de alcaloides, especialmen- te el ácido fosfomolíbdico precipita todas las tomainas, sea en amarillo, sea en blanco, y que no sucede lo mismo con los alca- loides vegetales, el amoníaco y los amoníacos compuestos; no se puede entonces sacar de esta propiedad niuguna consecuen cia práctica general rigurosa. 2% La cantidad de bases inofensivas que se encuentran en los cadáveres humanos es siempre relativamente grande con relación al pequeño número de tomainas que se extraen por los métodos químicos generales. 32 La purificación de los alcaloides cadavéricos está llena de dificultades. Estas bases son muy alterables y, por consi- guiente, muy inestables. Pardean generalmente al aire, son muy frecuentemente líquidas, de reacción francamente alcali- na, y convierten lo más generalmente en azul el papel tornasol enrojecido. Sus sales son generalmente delicuescentes, y olo- rosas como la base; el olor es tanto cadavérico como aromático, y recuerda el de las aminas metílicas, amílicas y propilicas. 4% Las tomainas tratadas por ácido sulfúrico, después por bicarbonato de sosa, desarrollan frecuentemente olor de flores. 5% La investigación especial de alcaloides vegetales da ca” racteres negativos. 6% Los ácidos nítrico, clorhídrico, sulfúrico, empleados solos 6 mezclados no producen, eon las tomainas, ninguna coloración en frío, sino es un tinte amarillo. En caliente pueden producir algunas veces, así como con el reactivo de Fróhde, un tinte ro- jo ó rojo violado. En fin, el ensaye fisiológico de una mezcla de tomainas y de alcaloide vegetal, practicada con suficiente cuidado para que la destrucción fácil de las tomainas no sea producida al contacto del aire, dará generalmente resultados atribuíbles al alcaloide vegetal solo. Si el ensaye fisiológico es practicado rápidamente después de la extracción, y si se producen fenómenos tóxicos, los efectos observados sobre la economía son generalmente com- Antonio Alzate. 243 NADADIILIILIDI III IID IAS ILIDIIDIIA parables á los ejercidos por las bases pirídicas é hidropirídicas, efectos que se manifiestan por algunos caracteres generales, ta- les como: dilatación rápida de la pupila, retrayéndose enérgica- mente después; debilitamiento que llega algunas veces hasta la abolición de la excitabilidad de los centros nerviosos motores; pérdida de la contracción muscular y de la sensibilidad cutá- nea, precedida de un corto período de convulsiones tetánicas; retardo de los movimientos cardíacos; soñolencia y estupor se- guidos frecuentemente de la muerte. Tenemos además otros recursos para la diferenciación de los alcaloides vegetales y cadavéricos, y son los que los mismos di- solventes nos proporcionan, siguiendo en todo los métodos de Stas ó Dragendorff. Un gran número de tomainas y leucomainas son insolubles en los disolventes neutros, como el éter de petróleo, la benzina y el cloroformo. Groebener ha hecho la experiencia siguiente: Ha sometido á la putrefacción al aire libre ó al abrigo del aire y en condiciones variadas, diversos productos; después ha aplicado el procedimiento de Dragendorff para extraer de ellos las tomainas. Concluye diciendo que el éter de petróleo, el clo- roformo y la benzina disuelven menos tomainas que el éter sul- fúrico, y que cuando un alcaloide da reacciones precisas, se le puede determinar á pesar de la presencia de uno Ó muchos al- caloides de la putrefacción. Por último, las tomainas presentarán todas las reacciones generales de los alcaloides, pero no las particulares y caracte- rísticas á cada una de ellos. Sería imperdonable al tratar de los alcaloides animales ha- blar únicamente de las tomainas, sin traer á relación también las leucomainas; pero de estas últimas me voy á ocupar en un artículo por separado. 244 Memorias de la Sociedad Científica OLI LL OL IIS OL LAA LS AOL CLA LIA AAA IA ILLA LAA ILLIA III AAA AAA IV Loucomainas ó alcaloides fisiológicos. El Profesor A. Gautier define así las leucomainas: una se- rie de bases alcalinas que se forman normalmente en el orga- nismo vivo á expensas de substancias proteicas, bajo la influen- cia de la actividad celular propia á los tejidos y fuera de todo desarrollo de bacterias. Se les puede considerar como los pro- ductos de desasimilación. En 1849, Liebig primero y después Pettenkofer, habían des- cubierto en las orinas del hombre y del perro uno de los álcalis orgánicos más enérgicos de esta clase, la creatinina, que Soko- loff y Tremy encontraron en la orina de buey y en los músculos delos crustáceos. Después, cuando las investigaciones sobre las leucomainas se generalizaron, Guareschi y Mosso probaron su existencia en el cerebro fresco, en la carne de vaca, en el cora- zÓn y el pulmón. En la misma época, 1882, Spica y Paterno comunicaron á la Academia de' Lincei una Memoria sobre la presencia de los al- caloides en la sangre de buey, analizada á la salida de la vena, en la albúmina alterada, en el pan fresco, etc. Recientemente dos nuevas leucomainas han sido descubier- tas y analizadas; la primera extraída de la orina de los epilép- ticos por Griffiths; la segunda por M. Poehl, de la esperma y de algunas glándulas particulares. Las leucomainas poseen las propiedades generales de las to- mainas. Como ellas, son oxigenadas ó no, líquidas ó cristali- zadas, solubles en el agua, su reacción es netamente alcalina, se combinan con los ácidos para formar sales, precipitan por los reactivos generales de alcaloides, principalmente por el fosfo- molíbdico y reducen la mayor parte el reacctivo de Brouardel y "Antonio Alzate. n 245 AAPP ADAN AAA AMAS Boutmy. Tienen una acción más ó menos poderosa sobre los centros nerviosos; producen soñolencia, fatiga, algunos vómitos y diarreas, pero casi todas son menos activas que las tomainas. Lo que se ha dicho de las tomainas á propósito de la medicina legal, se aplica enteramente á las leucomainas. Propiedades y naturaleza de las lencomainas conocidas actualmente. Betaina. C5 HU Az 0?,—Esta baso se encuentra simultánea- mente en el organismo animal y en los tejidos vegetales. Lie- brich la ha aislado de la orina en 1869. Scheibler la descubrió en 1866, en la remolacha (Beta vulgaris). Se presenta en cristales delicuescentes. Bajo la influencia de los ácidos, da sales perfectamente definidas, formando tam- bién combinaciones con el cloruro de oro, cloruro de zine y elo- ruro de platino; con este último, forma un cloroplatinato amari- llo eristalizado. La betaina se considera como un anhidrido del ácido trime- tilglicolámico. No tiene propiedades tóxicas. Leucomainas del grupo úrico. Carnina. C” H* Az* 0*.—Weidel ha extraído esta base del extracto de carne americana que la contiene en la proporción de 1 por 100. M. Schutzenberger la ha encontrado en el agua de levadura. Es muy poco soluble en el agua fría; insoluble en el éser, Se obtiene en cristales microscópicos, blancos, de sabor amargo y reacción neutra. Da con las sales solubles de plomo y de plata, compuestos metálicos; con el ácido clorhídrico una sal con la que el cloruro de platino se combina para formar un eloroplatinato cristalino. El cloro, el bromo y el ácido azótico la transforman fácil- mente en hipoxantina 246 Memorias de la Sociedad Científica mue III Adenina. C? H” Az”.—Rossel, en 1886, dió á conocer esta base extrayéndola del pancreas de buey, Sea presenta en crista” les incoloros voluminosos, conteniendo tres moléculas de agua de eristalización, poco solubles en el agua fría, muy solubles en el agua hirviendo y neutros al tornasol. El alcohol, el éter y el cloroformo no los disuelven; son por el contrario, muy solubles en los ácidos y en las bases, principalmente eu el amoníaco. Cuando se calienta la adenina, amarillea, se sublima á 2780 y exhala un olor de ácido cianhídrico. Se combina con los ácidos para formar sales que eristalizan con facilidad. Igualmente se combina con el eloruro de platino, dando un cloroplatinato ama- rillo cristalino; con el nitrato de plata, da un derivado argéntico. Guanina. C* H* Az” 0, —Existe á la vez en los tejidos ani- males y en los vegetales. Se la encuentra en la carne de los ma- míferos y cierto número de productos de origen animal: ex- crementos de pájaros, insectos, etc.; en fin, se ha encontrado también en vegetales como el plátano y la parra. La guanina se presenta en polvo amorfo, amarillo, insoluble en el agua, en el alcohol y en el éter. Se combina con los ácidos enérgicos para formar sales, pero éstas son poco estables. El agua las descompone, y cuando el ácido es volátil, el color basta para destruir la combinación; los álcalis disuelven la gua” nina mejor aún que los ácidos. El ácido pícrico, el cloruro mer- cúrico y el cloruro de platino se combinan con ella. Xantina, C? H* Az* 0”,—Esta leucomaina es muy repartida en el organismo animal, y su presencia es constante en la orina del hombre y de los animales. La xantina sintética se obtiene, según Gautier, calentando el ácido cianhídrico en tubos cerrados con agua y una cantidad de ácido acético suficiente para saturar el amoníaco que se forma. ' La xantina difiere del ácido úrico por un átomo de oxígeno. menos. “Antonio Alzate 247 Es una base débil que se presenta bajo la forma de un polvo blanco amorfo, muy poco soluble en el agua, fácilmente soluble en los álcalis cáusticos y en el amoníaco. La solución amoníacal es precipitada en caliente por el acetato de cobre. El ácido carbónico separa la xantina de su solución en la potasa; evaporada con ácido azótico, deja un producto nitrado color amarillo, que se colora en púrpura por el amoníaco y que la, potasa hace virar al violeta azul. El calor destruye la xantina con formación de cianuro de amonio, el hidrógeno naciente la reduce al estado de hipoxan- tina. Seudoxantina. C* H*Az 0?.—Esta base ha sido extraída por A. Gautier del tejido muscular fresco del buey. Se presenta ba- jo la forma de un polvo amarillo de azufre claro, formado de pequeñas esferas microscópicas, cristalinas, compuestas. Poco soluble en el agua en frío, es soluble en los álcalis y en el ácido clorhídrico; con este último ácido da un clorhidrato formado de prismas de caras curvas y agrupados en rosetas, recuerda los cristales en piedra de amolar del ácido úrico. La seudoxantina no precipita por el acetato de plomo. Da reacción de murexida como la xantina. Hipoxantina. C? H* A2*0.—La hipoxantina existe como la guanina en el organismo de animales y vegetales. La hipoxantina se diferencía del ácido úrico por dos átomos de oxígeno. Se presenta en polvo de color blanco, muy poco SolubÍó e en el agua fría, más soluble en la caliente. La hipoxantina da un precipitado verde coposo cuando se calienta con el acetato de cobre. Precipita igualmente por el nitrato de plata. El precipi- tado es soluble en el ácido nítrico hirviente y se deposita pos el enfriamiento en cristales microscópicos. Esta base se disuelve en el amoníaco y combina con los áci- dos minerales dando sales cristalizadas. En solución clorhídrica 248 Memorias de la Sociedad Científica III wm” PILI precipita por el cloruro de platino; en presencia del ácido azó- tico, por el ácido fosfomolíbdico. No da la reacción de la mu- rexida, y no precipita por el acetato de plomo amoníacal. Leucomainas creatínicas. Creatina. C" H*Az* 0%, —La creatina se encuentra formada en el cerebro, en la sangre y en el líquido muscular de los ver. tebrados. Se presenta en cristales brillantes, de un sabor amar- go. Es poco soluble en el agua fría, mucho más en el agua h:r- viendo, insoluble en el alcohol y en el éter. La solución acuosa no tiene acción sobre los reactivos coloridos. La creatina se combina con el ácido clorhídrico, dando un clorhidrato muy soluble, difícilmente cristalizable y que la ebu- llición descompone en presencia de un exceso de ácido con eli- minación de agua y producción de creatinina. El cloruro de cad- mio forma con el clorhidrato de creatina combinaciones erista- lizadas muy poco solubles. El cloruro de cobre y el nitrato de bióxido de mercurio dan también precipitados. Las soluciones diluídas no son precipitadas por los diversos reactivos antes citados. Creatinina. C* 11” Az* 0.—La creatinina no existe formada en el jugo muscular, pero se encuentra en la orina del hombre y de los animales. Fué descubierta por Liébig estudiando la ac- ción del ácido clorhídrico sobre la creatina. Como la creatinina se deriva de la creatina por pérdida de una molécula de agua; su constitución química es la misma que la de la base de donde se deriva. Se presenta bajo la forma de prismas incoloros, clinorómbi- cos, solubles en el agua, poco solubles en el alcohol y casi in- solubles en el éter. Sus soluciones acuosas tienen una acción fuertemente alcalina y un sabor cáustico como el amoníaco di- luído. Antonio Alzate. 249 Forma sales con los ácidos, ocupando el lugar de base pode- rosa; desaloja al amoníaco de sus combinaciones, precipita por el nitrato de plata, el cloruro mercúrico. Da con el cloruro de cadmio y el de zinc combinaciones cristalinas muy poco solu- bles en el agua. La creatinina puede fijar agua y transformarse en creatina. Por la oxidación con el permanganato de potasa, la creati- nina da metilguanidina y gas carbónico. Xantocreatinina. C” H" Az* 0.—Esta leucomaina es la más abundante de las que habla A. Gautier, y que ha obtenido, tra- tando por agua cargada de ácido oxálico, los músculos frescos de buey ó el extracto de carue de América, tratando después el digesto reducido por evaporación en el vacío, sucesivamente por el alcohol y el éter. A. Gautier ha extraído seis leucomainas: seudoxantina, la erusocreatinina, la anficreatina y otras dos bases inominadas. La xantocreatinina es sólida, cristaliza en pajas delgadas, amarillo de azufre, grasas al tacto, parecidas á las de la coles- terina. De un sabor amargo, exhalando en frío un olor ligero cadavérico; calentada sola da un olor de carne azada. Se disuel- ve en agua fría y en alcohol á 900 hirviente, Enrojese ligera- mente el papel azul de tornasol y azulea el rojo. Da con el ácido clorhídrico una sal cristalizable. Forma con el eloruro de plati- no un cloroplatinato muy soluble, cristalizado en agujas largas; con el eloruro de oro, un cloroaurato difícilmente eristalizable. Ni el ácido oxálico ni el nítrico la precipitan; sucede lo mismo con el acetato de cobre, carácter que separa esta loucomaina de la xantina y de la hipoxantina. Entre los reactivos generales de alcaloides, el cloruro mercú.- rico, el tanino y el fosfomolibdato de sosa la precipitan en blan- co amarillento. El yoduro de potasio iodado y el yoduro doble de mercurio y de potasio no la precipitan. La xantocreatinina es tóxica, aun á débil dosis : produce aba- timiento, soñolencia, fatiga, defecación y vómitos repetidos. 4 Memorias [ 1894-95], 'T.VIIL.—32 250 Memorias de la Sociedad Científica A war ” La analogía que tiene con la creatinina y el color amarillo de sus cristales, dieron origen á que A. Gautier la llamara xan- tocreatinina. Crusocreatinina. C* H* A2* 0.—Esta leucomaina ha sido lla. mada así por el color naranjado y su semejanza con la creati- nina. Se presenta en cristales de color amarillo naranjado. En solución acuosa, tiene un sabor ligeramente amargo y una reac- ción débilmente alcalina. El ácido clorhídrico forma un elorhi- drato soluble no delicuescente, eristalizable, el cual forma con el cloruro de platino un cloroplatinato soluble. El ácido oxálico, el ácido nítrico y el acetato de cobre no la precipitan. Precipita en frío la alúmina de las soluciones de alumbre. El eloruro mercúrigo la precipita en blanco; el fosfomolib- dato de sosa en amarillo. Anficreatina. C* H" Az" 0% —Las propiedades generales de esta base la asemejan á la creatina; su fórmula corresponde á dos moléculas de creatina, más el agrupamiento cianhídrico H C Az. Se presenta en prismas oblicuos, brillantes, de caras ligera- mente curvas, de color blanco amarillento. Er El cloruro metcúrico y el acetato de cobre no la precipitan. Base C* H” Az" 0*,—8e extrae de las aguas madres de la xantocreatinina. Es sólida, cristalizable en tablas delgadas, rec- tangulares, insípidas, ligeramente amarillas, de reacción anfó- tera. Su cloroplatinato es scluble y cristalizable. Calentada á 1800-2000 en tubos cerrados da ácido carbónico, amoníaco y . . . $ una base nueva cristalizable no estudiada aún, Base 0” H” Az" 0*,—Esta leucomaina se extrae de las aguas madres de la crusocreatinina, cristaliza en tablas rectangulares, na Antonio Alzate. 251 LLLLLOLIOIILLIIIDIOLILIIIIIEIILOIIIUIS EA AAA A A frágiles, sedosas, con las princ:vales reacciones de la base pre- cedente, de la que no difiere más que por el agrupamiento... - H C Az de más, Da sales bien cristalizadas, Leucomainas sin serie. Bases urinarias. M. W. Tudichum ha deserito cierto número de alcaloides urinarios que son: 1? Urocromo.— Materia colorante normal de la orina, alcaloi- de amorfo. 22 Omicolina, C* H* Az 0*.—Materia colorante roja, de as- pecto resinoso, soluble en el alcohol y en el éter, insoluble en el amoníaco. La solución presenta una fluorescencia verde, y al espectroscopio una banda de absorción entre las rayas D. y E» 38? Uropitina.—No ha sido aislada al estado de pureza; es so- -luble en el alcohol y muy alterable. Su solución, que es roja, pre- senta al espectroscopio una raya de absorción sobre la raya F". 4? Uromelanina. C* H*% Az" 0*.—Cuerpo estable suscep- tible de combinarse á los metales; insoluble en el alcohol y en el éter, soluble en los álcalis, precipitable por los ácidos. La orina de 24 horas da en el adulto de 0 á 0.50. 5% Uroteobromina.— Alcaloide cristalizado, isómero de la teo- bromina C” H* A2* 0”, de la que ella no difiere más que por sus propiedades. - Se combina al óxido de cobre contenido en el acetato, des- alojando el ácido acético cuando la mezcla se lleva á la ebulli- ción, esta reacción la distingue de la teobromina. 252 Memorias de la Sociedad Científica ” PILLILILIIILIA PILLS ys 6? La reducina. C* H" Az* 0*,—Esta base reduce en solu- ción ácida Ó neutra las cúpricas, mercúricas y féórricas, que transforma en sales cobrosas, mercuriosas y ferrosas, Reduce también las sales de plata al estado metálico. 7% Parareducina.—Base obtenida al estado de combinación con el óxido de zinc. 8? La aromina, que no ha sido aislada al estado de pureza. Cuando arde desprende un olor semejante al que da la tiro- sina en las mismas condiciones. Estos diversos alcaloides precipitan la mayor parte de los reactivos generales de alcaloides, y principalmente el ácido fos- fomolíbdico, el fosfotúngstico; pero algunos autores tienen aún la duda de si estos alcaloides no serán productos de transfor- mación de la urobilina. Leucomainas de la sangre normal, Plasmaina. C* H* Az*.—Esta leucomaina ha sido aislada por M. B. Wurtz, de la sangre de buey junta con otras que no han sido aún analizadas. Es una base sólida, no tóxica, de reacción muy alcalina. Se combina con el ácido clorhídrico, formando un clorhidrato que eristaliza en agujas, el cual á su vez se combina al cloruro de platino y al cloruro de oro para formar con el primero un cloro- platinato soluble en el agua fría. El cloruro mercúrico da con la plasmaina, un precipitado cristalino. Leucomaina de orinas de epilépticos. C” H'" Az” 07.—Esta leucomaina fué aislada por Griffiths, cristaliza en prismas inco- loros oblicuos, solubles en el agua, de reacción débilmente al- calina. Forma un clorhidrato y un cloroaurato critalizables; el Antonio Alzate..1 253 cloruro mercúrico da con ella un precipitado blanco verdoso; el nitrato de plata, un precipitado amarillento. Da:un precipitado blanco con el ácido fosfotúngstico, blanco parduzco con el áci- do fosfomolíbdico, amarillo con el tanino. Es venenosa, produce temblores, evacuaciones intestinales y urinarias, dilatación de la pupila, convulsiones y la muerte. Espermina.— Esta base cuyo nombre indica su origen, ha si- do obtenida y analizada por M. A. Poehl, de San Petersburgo. Es una substancia blanca, cristalina, que da sales muy bien cris- talizadas y corresponde á la fórmula C? H* Ag”. El estudio fisiológico del clorhidrato de espermina hecho por Tarchanoff, Maximowitch, Schichareff, Victorof£, etc., ha de- mostrado que dicha substancia posee una acción tóxica y dina- mógena, semejante en todo á la del líquido testicular de Brown Sequard. Bajo la influencia de la espermina, las oxidaciones se activan; los productos excrementicios de las celdillas, las substancias incompletamente oxidadas desaparecen de las ori- nas, y el sistema nervioso, desembarazado de los productos ex- tractivos y azoados, adquiere toda su actividad y todo su vigor. No hay que confundir la espermina con la piperazina, como se hace algunas veces en Alemania. Esto es, señores, lo que hasta ahora se sabe de la naturaleza y caracteres químicos y fisiológicos de los alcaloides animales llamados tomainas y leucomainas. Al hacer yo una recopilación de los datos recogidos sobre' esta materia, no ha sido otro mi objeto, que el de consultar muy fácilmente, en caso de investigación jurídica de un envenena- miento, las propiedades químicas, fisiológicas y biológicas de es- bos cuerpos que presentan tanta semejanza con los alcaloides vegetales tóxicos. Por todo lo que acabáis de oir comprenderéis la dificultad que al presente se tiene para descubrir un veneno de origen ve- getal introducido en el organismo, ya con un objeto criminal, 254 Memorias de la Sociedad Científica ya como accidente, ó bien con cualquier otro objeto. Y es por demás que yo repita lo que debe recomendarse á los químicos legistas en esta clase de investigaciones, es decir, que no se contenten con determinar la presencia de tal ó cual alcaloide, sin repetir cada una de las reacciones gue caractericen este cuerpo, único medio de poder distinguir un alcaloide vegetal de otro animal. México, Febrero de 1895. EVOLUCION TOPOGRAFICA DE RODADO DE TURDIEA POR JOSE DE MENDIZABAL Socio de número (LAMINAS V A XI). 1 1531 á 1585. En el primer tercio del siglo XVI existía á 28 leguas al Sud- este de la ciudad de México, recién conquistada por los españo- les, un valle llamado Cuetlaxcoapan, regado por un río y dos riachuelos. Al Noreste de él destacaba majestuosa la montaña Matlalcuéyatl y al Oeste el famoso volcán Popocatépetl y el nevado Ixtaccíhuatl; á lo lejos hacia el Este descubría su pico el temible volcán Citlaltépetl. Varias poblaciones de importan - cia habitadas por indígenas se encontraban en dicho valle ó cer- canas á él: Tlaxcala al Norte, Tepeaca al Este, Cholula hacia el Oeste y Huexotzinco al Noroeste. 256 Memorias de la Sociedad Científica LILIL 2 Mas los españoles deseaban fundar una colonia ó población habitada especialmente por ellos, euyo objeto era que les sirvie- ra de descanso á sus paisanos, que venían en gran número de Europa y se les hacía muy larga la travesía entre Veracruz y México. Uno de los que tomaron notable empeño en el asunto, fué el domínico Fr. Julián Garcés, primer Obispo de Tlaxcala, quien en unión de otros varios individuos, especialmente de Fr. Toribio Benavente, religioso franciscano, eligieron para fun- dar la nueva población la parte de este valle comprendida en- tre los cerros Amacueyatepes, hoy Guadalupe, y Centepetl, hoy San Juan. Aceptada la idea de la fundación por la Real Audiencia de México, se procedió á ella en 1531, habiendo celebrado la pri- mera misa el referido franciscano Fr. Toribio Benavente en el sitio donde hoy.se encuentra el portal de Borja, según unos, y según otros, en el lugar en que hoy existe la iglesia de San Ramón. Hay quien diga que la primera misa se celebró en el hoy cerro de Guadalupe y en el lugar que después estuvo la er- mita de Aranzazu. Es tradición que se comenzaron á edificar las casas por el barrio de San Sebastián y que después se les dió á los de Tlaxcala el barrio de Santa Ana, á los de Tlaltiluleo ó mexicanos el barrio de San Pablo el Antiguo, á los de Texcoco el de San Pablo el Nuevo ó de naturales y á los de Cholula el de Santiago. La primera iglesia se hizo de adobe y techada con zacate hacia el medio del portal de Borja, siendo adminis- trada por un clérigo, pues los franciscanos, los cuales so esta- . blecieron desde que se fundó la población, ejercían jurisdicción en la parte. oriental del río, pues fijaron su residencia hacia el lugar donde hoy está la parroquia de la Cruz.* 1 Algunos autores afirman que los franciscanos estuvieron primero en lo que fué ermita de la Santa Veracruz, que es la actual Concordia; más PS ciertos documentos se ve que .no puede ser.. ' Antonio Alzate." 257 ILILDILIIILLIIIIIA 11 1535 á 1550. En el período comprendido en estos quince años se inauguró el primer hospital, que fué el de San Juan de Letran, en el sitio en que hoy está la iglesia de este santo, conocida aún con el nombre del Hospitalito, datando su fundación desde Junio de 1531. En el mismo tiempo se hizo lo siguiente: Con motivo de que por Cédula Real tenía que trasladarse la Silla Episcopal de Tlaxcala 4 la ya entonces ciudad de Puebla, se construyó y es- trenó la primera Catedral, la cual era de tres naves y estuvo si- tuada donde hoy se halla el Sagrario, en dirección á la capilla del Espíritu Santo, teniendo la puerta principal con vista á la Plaza; uno de los costados daba á la calle del Ochavo y el otro estaba contiguo al que fué primer Palacio Episcopal en el que falleció el Obispo ya mencionado Fr. Julián Garcés. Los franciscanos se trasladaron al lugar en que hoy están. Se construyó un pe- queño hospital con su ermita, titulada la Santa Veracruz, men- cionada ya antes. El Cabildo eclesiástico fundó el hospital de San Pedro y se hicieron la ermita de San Antonio Abad, donde hoy está San Marcos, la de Santa Ana en un lugar intermedio. entre los actuales templos de San Francisco y la Cruz y la de Santa Agueda, donde hoy está San Sebastián, la cual por hallar- se deteriorada en 1545, se reedificó con el nombre de este santo mártir. También se hizo el molino de San Francisco. Memorias, [1894-95] T. VIIT.—=33 258 Memorias de la Sociedad Científica TIT 1550 á 1590. Los cambios siguientes tuvo la ciudad en estos cuarenta años: En primer lugar el principio de la Catedral actual cuya obra duró sin las torres casi un siglo. Se pensó y llevó á cabo hacer ésta porque la anterior hecha por los indios de Calpan estaba en mal estado. Como el Palacio Episcopal estaba en par- te del terreno en que se iba á construir este suntuoso templo, se trasladó á la calle de la Obligación y allí estuvo muchos años. En este intervalo sirvió dos veces de Catedral la iglesia de la Santa Veracruz mientras se componía la nave mayor de la an- tigua. Como además se estaba edificando la nueva, se cerró por bastante tiempo la calle del Ochavo por necesitarse terreno pa- ra colocar los materiales. Respecto de plazas sólo había dos: la actual de la Constitu- ción en la cual se hicieron los portales en 1556 y se puso la fuente el año anterior, y la de San Hipólito, que después se llamó de San Agustín; en ambas se establecieron mercados, En 1588 se hizo la plazuela de la Compañía. Las órdenes religiosas que había en México comenzaron á venir á Puebla para fundar conventos; de éstos, los domínicos vinieron primero á fundar el suyo, después los franciscanos, en seguida los agustinos, más tarde los jesuitas y después los car- melitas. Los domínicos además del de Santo Domingo fundaron el de San Pablo y el colegio de San Luis, Rey de Francia; tenían á su cargo los barrios de San Pablo y Santa Ana. Los agustinos estuvieron primero á orillas de la ciudad rumbo al Sudoeste y después se pasaron al lugar en que hoy están, sirviéndoles de primera iglesia la que después fué capilla de Santa Rita; admi- Antonio Alzate.!! 259 LAILLIOLLIIIIIIO III III MIA nistraban los barrios de San Sebastián y Santiago. Los jesui- tas establecieron el colegio del Espíritu Santo y el de San Je- rónimo y tenían una capilla de San Gregorio, después conocida con el nombre de San Miguel, la cual estaba destinada para la administración de los indios, pues dichos religiosos de la Com- pañía de Jesús se encargaban de la parte de la ciudad compren- dida entre los referidos colegios y el Carmen. En este tiempo se demolió la ermita de Santa Ana de la cual se habló arriba y se edificaron las iglesias de Santiago y de San Ramón y las er- mitas de San Cosme y San Damián, Santa Bárbara y los Reme- dios; esta última por los años de 1550, pero en 1586 se les cedió á los carmelitas, quienes administraron unos años la parte en que se halla el barrio del Carmen. Por lo que toca á conventos de religiosas, sólo se fundó en esta época el de Santa Catalina de Sena, siendo las fundadoras dos religiosas del convento del mismo nombre de México. Por un acuerdo de 1556 se dispuso que se hiciera la parro- quia de San José, como principal de la ciudad, es decir sujeta al ordinario y no á los religiosos, que tenían las doctrinas de los indios. IV 1590 á 1620. A fines del siglo XVI vinieron los religiosos dieguinos de México á fundar su convento de esta ciudad, célebre por haber vivido en él San Felipe de Jesús. Se les dió la ermita de Santa Bárbara y después edificaron su iglesia, quedando dicha ermi- ta en la parte que hoy es sacristía. Los mercedarios y los hipó- litos también vinieron en este tiempo, dándoseles á los prime- ros la ermita de San Cosme y San Damián; los segundos fundaron el hospital para dementes conocido con el nombre de 260 Memorias de la Sociedad Científica OVILLO ITILLLLLAIIAIIIIII San Roque. Se fundó el Colegio Seminario, el barrio de San Baltasar y el convento de monjas de la Concepción con tres religiosas de su convento de México y una del monasterio de Santa Catalina de Puebla. En 1591 se dió la licencia para hacer el portal en la plazuela del Alto ó del Carbón, dos años después para hacer el portal de San Francisco. En el primer quinquenio del siglo XVII se establecieron cuatro conventos de monjas: el de la Santísima Trinidad por religiosas del mencionado convento de la Concepción; el de San Jerónimo; el de Santa Clara para el cual vinieron á fundarlo dos religiosas de San Juan de la Penitencia y dos de Santa Cla- ra de México, entrando también otra mujer piadosa, y el de Santa Teresa de Jesús fundado por cuatro mujeres piadosas que vinieron de Veracruz, donde hacían vida religiosa; á estas se les dió la parte contigua á la ermita de San Antonio Abad yá las nuevas religiosas trinitarias, parte de la manzana en que hoy se ve el templo de la Santísima incluyendo el Palacio Episcopal, que entonces estaba ubicado en dicha manzana. Por este mo- tivo se edificó el referido Palacio en el sitio en que hoy existe, habiendo estado á pringipios de este siglo un poco de tiempo en la plazuela de San Francisco, trasladado de la callo de la Obli- gación % En esta época estrenaron sus iglesias los agustinos y los je- suitas. Se hizo también la Casa para niños expósitos de San Cristóbal, el establecimiento de baños sulfurosos conocido por Ojo de San Pablo, una Alameda que algunos dicen estuvo situa- da donde hoy es la plaza de Antuñano; cierto es que se dieron dos acuerdos: uno para que se plantara entre el Carmen y San- tiago y otro para que se plantara entre la Merced y San José. El barrio de Xonaca se comenzó á furmar, edificándose después la iglesia con el título de Nuestra Señora de la Candelaria; se dió el terreno para hacer las últimas capillas del Calvario; se reedificó la ermita de las Animas, dándole nuevamente por tí- u Antonio Alzate. 261 PIDAL IIII0OIIL tulo el Santo Angel, en el lugar en que hoy está la parroquia del mismo y se hicieron una ermita en el cerro entonces de Be- lén, antes Amacueyatepec y hoy de Guadalupe, y otra en el ce- rro de Centepetl (hoy de San Juan ), dedicada á Santa María de Gracia y 4 San Juan Bautista. y 1620 á 1680, Entre los años de 1620 4 1680 se fundó en Puebla el Oratorio de San Felipe Neri, cuya iglesiase conoce también por la Concor- dia, el convento de monjas domínicas de Santa Inés de Monte Pulciano con ocho religiosas que salieron del de Sta. Catalina de Sena y el hospital de juaninos de San Bernardo é iglesia de San Juan de Dios, para lo cual les dieron á estos religiosos la ermita de San Bernardo, que se dice estuvo donde hoy existe el tem- plo de San Juan de Dios.' En esta época se concluyó la Cate- dral en tiempo del Obispo D. Juan de Palafox y Mendoza, la cual obra estuvo suspendida 22 años, desde 1618 hasta 1640. Se de- molió el Sagrario que aun no estaba concluído y se conocía im- propiamente por la Catedral vieja; estaba situado en el actual atrio de Catedral en dirección de la esquina Oeste de la Plaza al Palacio Episcopal, teniendo hacia éste la puerta principal y ha- cia aquella el altar mayor. Fué derribado porque le quitaba la vista á la fachada principal de la Catedral. Se estrenaron las iglesias de Santa Inés, el Calvario y sus capillas, San Jerónimo, la Merced, la Santísima, San Marcos y Santa Teresa; las monjas de esta iglesia se trasladaron de su primer convento situado donde se dijo arriba desde algunos años antes. La iglesia de Santiago se agrandó otro tanto de como estaba anteriormento. 1 Veytia afirma que no hubo tal ermita. 262 Memorias de la Sociedad Científica ALILILSISIIAILILA AI VALLS SL ILILLILIILIIDISIILIILAIIAIAA rom _ A -> > El Obispo D. Alfonso de la Mota y Escobar fundó un hos- pital, llamado de San Ildefonso, para indios, y tres años después mudó de parecer y lo convirtió en colegio de jesuitas con el tí- tulo del mismo santo. El referido Sr. Palafox y Mendoza esta- bleció los colegios de San Pedro y de San Pablo. vi 1680 á 1740. En la época que comprenden estos sesenta años se hizo lo que se expresa á continuación: El colegio de Santa Mónica fun- dado por el Obispo D. Manuel Fernández de Santa Cruz en la Casa de las Recogidas, cuyas colegialas pasaron ocho años des- pués en número de veinte á ser monjas agustinas, pues siguen las reglas de las agustinas de Granada. El colegio de niños In- fantes del coro de la Catedral, el de niñas de Jesús María ad- ministrado siempre por una religiosa de San Jerónimo y el co- legio de jesuitas de San Ignacio. Los templos de San Cristóbal, San Juan de Dios, capilla del Rosario de Santo Domingo, Mix- tecos, la antigua Soledad, capilla de Jesús, los Dolores (llamada antes capilla del Nicho), Santa Rosa, Santa Mónica y el Puente (ésta también con el título de los Dolores). El Beaterio de San- ta Rosa fundado por el mismo Obispo y elevado después á con- vento de religiosas domínicas. El convento de Capuchinas y su iglesia dedicada á Santa Ana; sus fundadoras que fueron seis religiosas y una lega, vinieron de su convento de Capuchinas de México. Se concluyó la torre de Catedral que tiene campanas y se comenzó á hacer la otra. Los religiosos belemitas se establecieron y fundaron un hos- pital y la iglesia de Belén. | Antonio Alzate. 1 263 AIN IIIIISISL II LI III LL III LI IIS IIIILIIIIIIIILLILIIOLILDAL PILI Además se hizo á fin del siglo XVII la ermita de Nuestra Señora de Loreto en el cerro conocido hoy con este nombre (la iglesia que actualmente existe aunque sin culto se edificó en el lugar en que estaba dicha ermita en el primer tercio del siguien- te siglo). VII 1740 á 1800. Desdo el año de 1740 hasta terminar el siglo diez y siete hu- bo en Puebla las siguientes modificaciones en su parte material: Primeramente los jesuitas fundáron un gran colegio para la enseñanza de los indios con su iglesia dedicada á San Fran- cisco Javier, la cual fué por su extensión y arquitectura de las mejores de la ciudad; mas como después (si bien en este perío- do de años, tuvo lugar la expulsión de dichos religiosos) no sólo quedó suprimido este colegio, sino también los de San Jeróni- mo y San Ignacio que estaban á su cargo, y aunque también el principal del Espíritu Santo lo estaba, se encargó de él el Go- bierno eclesiástico. Se concluyó el Teatro principal, la torre de la Catedral que no tiene campanas, la de San Francisco y lo que se ve hasta ahora de la de Santo Domingo, el pórtico de la Compañía y el cementerio Ó campo santo de Xanenetla con su : capilla, Ds el entierro de los pobres. Respecto de templos, se hicieron el de Nuestra Señora del Refugio en el barrio de San Antonio, el de Balvanera en el ba- rrio del Alto, el de Nuestra Señora de la Luz en el barrio del Santo Angel y el de Xanenetla, dedicado 4 Santa Inés de Mon- te Pulciano, en la falda del cerro de Loreto. Además se fundó el convento de monjas de la Soledad con su hermosa iglesia por cuatro religiosas carmelitas que salieron del de Santa Teresa. 264 Memorias de la Sociedad Científica LEOLILLLILISIIIILIISIILIIILIIIILIIDLIL IL IIIILIIL LILIA LISA LL LILLE LL LLILLILIIALILAAL AAA VIII 1800 á 1850. Pocas transformaciones tuvo la ciudad de Puebla en el pri- mer cuarto del siglo diez y nueve, pues la guerra de la Indepen- dencia acaecida en este tiempo hizo que sus habitantes se ocu- paran en cosa más importante. Sin embargo, en los años que transcurrieron antes de dicha guerra, se edificó el Parián en la Plazuela de San Roque, el cual es tradición que estuvo antes en la Plaza principal y se planteó el Jardín Botánico en casi toda la manzana contigua y al Norte de la del convento de Santa Rosa. Más tarde se suprimió el convento de Belén por decreto del Gobierno español; aun todavía dominaba éste cuando se abrió al culto el templo de tres naves dedicado á la Virgen de Gua- dalupe en el cerro conocido hoy con este nombre. Pasada la guerra de la Independencia y en el segundo cuarto del mencionado siglo se abrió el Hospicio para pobres en el an- tiguo colegio de jesuitas de San Ildefonso; se destinó para Ala- meda la plazuela de San Javier; se estrenó la pequeña iglesia de San Juan Nepomuceno; se construyeron dos Plazas de Toros; una la de la nueva Alameda y la otra llamada de San Jerónimo casi frente á la plazuela de los Sapos; se establecieron cuatro cementerios' contiguos al Carmen, San Francisco, San Antonio y la Merced. Por último, en los alrededores de la ciudad se inauguró una nueva industria para la República mexicana, consistente en el establecimiento de fábricas de hilados y tejidos de algodón, siendo la de la Constancia la primera que hubo en el país. - 1 En Puebla y otras poblaciones se les da impropiamente el nombre de Memorias de la Sociedad “ALZATE “de México. TomoVll! lám Y Ak 1531 A 1535 S PESOS CAN S NN TA Lim pe N TT A, TAS ON DATE , ISS al] S NS ROSS 1 Lugar que primero se pobló 2 Primera Iglesia que hubo en Puebla a 3 Primera residencia de los Franciscanos MENDIZABAL— Evolución fopográfica de Puebla. y AT +12. +10. S SNA ACLEGACAAN FE y NN SESQOS5SyEQA A SERA 11111117//7 SS IS ES 3 0/17 MS ZA HIS SCA S GAS » LEE CAIPIP POS y 1 1 % TÍA 7 ZA A E NS AN 77) 1 pl l Y ¿E l— 1) UE E AR E 7; db NATA TI. E , GEN > > o SS == / / ES A A Ue 4 Hospital de San Juan de Letrán. | ===> 5 Primera Catedral. k /lN SS X=: + 6 Palacio Episcopal. e Mi IS ; el AIN OS 7 Iglesia y residencia delos Franciscanos. Hospital y ermita de la Sta. Veracruz. 9 Hospital de S, Pedro. 10 Ermita de S. Antonio Abad, 11 Ermita de Santa Ana. 12 Ermita de $. Sebastián. 13 Molino de San Francisco, as AN ME NDIZÁBA ya Evolución topográfica de Puebla. Memorias de la Sociedad “ALZATE "de México. Tomo VII! Lám. Y 2 1939. A:199.0: k | | Memorias de la Sociedad “ALZATE "de México. Tomo WI! Lam VI. _— —— A a - - EEEoPoEoESOQcxc— EAN 1550 A 1590 S ASS AC Ñ E W 103 Corazón de María. . Y), 104 Ferrocarril Mexicano. NA 105 Teatro de Guerrero. RSde matón SAS 106 Cárcel pública. A 107 Jardín Central. 108 Hospital de mujeres dementes. 109 Hospital de hombres dementes. 110 Iglesia de Loreto. 111 Colegio Pío de Artes y Oficios. 112 Biblioteca del Estado de Puebla. =, MENDIZÁBAL— Evolución lopográfica de Puebla Memorias de la Sociedad “ALZATE "de México. Tomo VI. Lám X2% 1873 A 1881 OS NS , CL ON NES INS SS N WN a) a dy WIP ANA SENS NN Ó Mr Je li, 7, 113 Panteoues clausurados. 114 Ferrocarril á Cholula. 115. Panteón municipal. 116 Puente de 5. Roque. 117 Estación del nuevo ferrocarril Inter- * oceánico. 118 Hospital para niños 119 Asilo de mendigos, 120 S. Diego. MENDIZABAL— Evolución topográfica de Puebla. - E US ARA NE TS ica ADAN ad eo peo 2 AN, p y EW AUR 4 de Mr E AA A Memorias de la Sociedad “ALZATE "de México. Tómo YH! Lám.X! REO LUN Wal A AS SONS NE NW ON AN SNXXS < ; ARA Uf EA, 121 Casa de Maternidad. 122 Biblioteca Lafragua. 123 Escuela de Artes y Oficios. 124 Casa de matanza, 125 Oratorio del Parral. 126 Ferrocarril á Amozoc. 127 Idem á S. Martín Texmelúcan. TN MENDIZÁBAL— Evolución fopográfica de Puebla ASS PON bea iO A > f o rt . Memorias de la Sociedad “ALZATE “de México. Tomo VIH Lám X12/5 1889 A 1894 128 Ferrocarril Interoceánico á México. 129 Idem ídem á Veracruz, 130 Idem ídem á Chietla. 131 Idem del Sur á Oaxaca. 132 Idem Industrial á Cholula. 133 Idem ídem á las Fábricas, % > N 134 Idem urbano á Rancho Colorado, S. es /) dl Ñ Felipe y S. Ceróuimo. de Ce ! 135 Penitenciaría. e 136 Colegio de las Teresianas. 137 Idem de las Ursulinas. 138 Idem de los Salesianos. 139 Templo metodista. 140 Capilla de Nuestra Sra. de Ocotlán. 141 Cementerio 6 panteón de la Piedad. ¿a MENDIZÁBAL— Evolución topográfica de Puebla e AÉQXYX¿U > "y > yde Pen pa e n "Antonio Alzate. 1 265 COLLICIIILIEILIILIIIILIIII III we LILLILIIIEEIIII III 1% 1850 a 1862. Las guerras civiles, que desde la caída del Gobierno español asolaron á la nación mexicana, hicieron más fuertes estragos en Puebla y por lo mismo buvo que contenerse el adelanto de la ciudad. Las leyes de reforma dadas por la Constitución de 1857 ocasionaron la supresión de los conventos de ambos sexos, y esto produjo un cambio en el aspecto de la población, pues poco á poco se transformaron en casas los edificios ocupados antes por religiosos y religiosas, los cuales comprendían manzanas enteras, afeando la ciudad porque sus linderos que daban á las calles eran paredones Ó muros en los que á cierta distancia se veían ventanas con rejas ó sin ellas, sin ninguna simetría, pre- sentando el conjunto un aspecto lúgubre y sombrío parecido á una prisión. Aunque en otras poblaciones había conventos, como Mé- xico, Guadalajara, Querétaro, etc., sin embargo, tal vez se no- taba más dicho aspecto lúgubre en Puebla, atendiendo á que en lo corto de su superficie se encontraban trece conventos de religiosas y otros tantos de religiosos, contando con los colegios de éstos. El convento de Santo Domingo fué el primero que se trans- formó gran parte de él, convirtiéndolo en Plaza de Mercado. Bien que puede decirse que desde antes los cementerios (pan- teones) mencionados arriba los hicieron en parte de los con- ventos. En tiempos tan calamitosos se fundó el convento de merce- darias del Corazón de Jesús, estrenándose el templo seis meses y días antes de que en Puebla se dieran las referidas leyes de Reforma. Memorias [1894-95], T. VIIT.—Y4 266 Memorias de la Sociedad Científica LLL LIILIISIS e LLOLLIILILIIILILLILILIIIOIILIIIIIIALL X 1862 y 1863. La guerra de los franceses que dió por resultado el estable- cimiento del segundo Imperio mexicano, ocasionó la destrue- ción de parte de la ciudad de Puebla, sobre todo en el lado Po- niente en el cual manzanas enteras se arruinaron por completo. Sus fortificaciones, que jamás se habían visto en ningún punto del país, permanecieron algún tiempo después del sitio que su- frió la ciudad en 1863, bien que algunas quedaron destruídas. Lia Alameda nueva se convirtió en un terreno lleno de trinche- ras y fosos y sus hermosos árboles fueron arrancados. Se de- molió el templo del cerro de Guadalupe, construyéndose en su lugar y contornos el fuerte de este nombre. Además se demo- lieron San Sebastián y otros varios templos y capillas. XI 1863 á 1872, En los años que dominó el segundo Imperio mexicano, Pue- bla no hizo otra cosa que reponerse un poco de los males can- sados por la guerra dicha. Después que los franceses evacuaron la ciudad y se estable- ció de nuevo el sistema republicano en el país,se unió esta po- blación con la ciudad de México por medio del ferrocarril de vapor, construyóndose una estación al frente de la Plazuela del "Antonio Alzate 267 LILILLIL 0 Señor de los Trabajos; se puso un Teatro bien decorado, que siempre se ha considerado único regular en Puebla, en el lugar en que estaba la Cárcel pública, que era en el centro de la ciudad, estando de pormedio los Palacios Ejecutivo y Legisla- tivo. La Plaza principal se transformó en jardín y el hospital de dementes para ambos sexos, que ocupaba antes un edificio, se dividió en dos, dejando á las mujeres en ese local y destinan” do para los hombres el ex-convento de Santa Rosa. También en este tiempo se dedicó la pequeña iglesia de Loreto, los jesui- tas fundaron el Colegio Pío de Artes y Oficios y se abrió al pú- blico la Biblioteca Palafoxiana, que cuenta con unos 40,000 vo- lúmenes. XII 1813 á 1881. El período de estos nueve años se señaló en Puebla con la introducción del ferrocarril urbano, inaugurándose varias líneas. Además se unió esta ciudad con la de Cholula por medio de un ferrocarril de tracción animal. Se clausuraron los cementerios de San Francisco, el Carmen, San Antonio y Xanenetla y el Gobierno compró los terrenos llamados del Agua Azul, desti- nándolos para Cementerio Municipal. La calle de San Roque se puso en comunicación con la de la Torrecilla en el barrio de * la Luz por medio de un puente de mampostería. La iglesia de San Pablo de los frailes domínicos se clausuró y tanto ésta como el ex-convento se destinaron para estación del ferrocarril Interoceánico. Por último, la ciudad contó con un hospital para niños, con dos Escuelas Normales; una para Profesores y otra para Profesoras y con un Asilo de mendigos. En este tiempo se hizo la capilla de San Diego. 268 Memorias de la Sociedad Científica LOLIIILIOLIOL LIC POAWLIILIL ALLA APILILIIIIIS XIII 1882 á 1888, Durante estos siete años dejó de existir la antigua plazuela - de San Agustín y en su lugar se construyó uno de los edificios que más embellecen la ciudad, que es la Casa de Maternidad: Se abrió al público la Biblioteca Lafragua, que posee sobre 40,000 volúmenes, entre ellos 22,000 clasificados. El Gobierno fundó la Escuela de Artes y Oficios, destinando para ella el ex- convento de la Merced (últimamente se ha trasladado á otro lo- cal). Se construyó una nueva Casa de Matanza en el sitio que antes era Plaza de Foros de San Jerónimo y se abrió al culto el Oratorio del Parral. El Ferrocarril Interoceánico inauguró la línea entre Puebla y Amozoc y además quedó unida la prime- ra con la villa de San Martín Texmelucan por la vía férrea, de tracción animal. Hacia el Sudoeste de la ciudad se practicaron los trabajos para la instalación de la luz eléctrica de arco, sir- viéndose del agua del Río Atoyac. XIV 1889 á 1894, De siete años á esta fecha quedó unida Puebla á México por dos vías ferrocarrileras: la antigua del Mexicano y la nueva del Interoceánico, aquella de vía ancha y ésta de angosta. También quedó unida con Veracruz por los ferrecarriles mencionados. Quedó unida con Tehuacán y Oaxaca por el nue- Antonio Alzate. n 269 vo Ferrocarril del Sur, que hizo su estación contigua á la del Ferrocarril de Veracruz. Quedó unida á Atlixco, Matamoros y Chietla por otra línea del Ferrocarril Interoceánico. Quedó uni- da á varias fábricas de hilados y tejidos que están situadas en sus alrededores, lo mismo que á las ciudades de Cholula y Hue- jotzingo por un ferrocarril de tracción animal, llamado indus- trial. Finalmente, quedó unida por el ferrocarril urbano á los pue- blos de San Felipe y San Jerónimo y al establecimiento de los conocidos baños medicinales de Rancho Colorado. En este tiempo se estrenó el notable edificio de la Peniten- ciaría (aunque no concluído ). El antiguo colegio de San Luis, de domínicos, se convirtió en un gran colegio para señoritas, dirigido por las monjas Te- resianas venidas de España con este objeto. Las monjas Ursu- linas se establecieron en San Juan de Letrán en el edificio que por algún tiempo sirvió de Seminario y que hoy existe en Belén. La noble institución Salesiana fundada en Turín por Dom Bos- co, encontró muy buena acogida en Puebla y estableció su co- legio en el barrio del Alto. Los metodistas edificaron su templo junto al colegio que tienen en parte del exconvento de las Catalinas. En la antes llamada Garita del Pulque se construyó una ca- pilla dedicada á Nuestra Señora de Ocotlán y se destinaron para Cementerio Católico varios terrenos cercanos á Santiago. -Úl. timamente en el atrio de San Francisco se hizo un jardín pú- blico. AS it, A a A En . A A e e lob ala 8 aráitaos odiostea va os id org ' naa. lab ira 10 y acrommdrd ooxibA a ¡abi ' ici sarao Y ¿e dl Joy dh) .onimissorodal limo? ride partí [artoo y alta a E 0 esbendla nider op zo E anal ob a ciudad Ca A su q sllodO sb sobebuis ab £ 90p ome ola t0bal j / poe obres ddrinal nó 1 e dd 2007161 0 109 Ga ; | A $ en y prat corr dto isigoorrod las co bb p 101194 Ñ JS ol el altinisald dede y mir de 287 que de Ara ¿Joti odo sdbuolsmivibion rom dí > IA - 1164 sio akob vivitibe oldiddn lo onárido sa oxacrsid el 2 hz | bra E obiuisaor 90 an palcti Mero ' Mivirido dr roviclinmob bat aa. ab armados pa : ¿Vaart estaba ob ib: ¡¡eedprol oa sus oluelas ds 0 0 Bo Er lo codo rdo ota. dos are Bebo Soup: cinitibe Í la nidad eb case tr a morai9s deta is eat gr6r edaiza voden py 0 mimat ob 6 Divaia oqroid: «20€l: ao ioroy ar Dino fit yl araidolaR ndióntismini a 00 98 “Divoldides: aldo io Shigoos nord our db pe ; o 0 Aid entonar al Burgest ad A lab diviad for A ] dc sup 19 galo. q vedada pea HAD A zadeibodon e De ¡10 di de aprilia Diésel ib. otasvaoozo lab 0d18q 19 HOMO! ye " 10N enplud (sh, ediant) ebarmnll:e ' y al a Y bos y nálipoO e abs oñ: e ¿teo Mid aha 1 10A919 el 07 ovild48D y e , a 12 ob, hdi lo. ue ENSAYO SOBRE LA Reforma Metrofónica del idioma castellano POR RAFAEL MALLEN Socio de número Mayor de P. M, F. de Ingenieros. Al Sr. General de División D. Ignacio M. Escudero MI GENERAL: La independencia política de nuestra patria la habéis consu- mado vosotros con vuestra espada y con vuestra sangre; á vues- tro ejemplo, nosotros, soldados de la nueva era, queremos hacer su independencia científica é intelectual. Con tal motivo, dígne- se vd. recibir este pequeño trabajo, que pone bajo su protección su respetuoso subordinado y amigo. México, Febrero de 1895. Rafael Mallén. , ALHVEDA 1 si onslleteso emoibi leh soindtor19M emiotafi l he 00 N ¡De y MO > ' ] 0 dE y” Se , A 42 ; ; AA y | AMILAM JIM ETAH ) ¿EA ¡ onda e de “E y p- mada O ay rr 1d 1 , «A 1] - Y Í rod ds ' viobhona AM oloqul Al sdisivitt ab loo AA lAs - e” A Ap ae e EN nano 1M "iS A v o" geo uo 5l ais songs 1 aio ancoieal Ml | de soni at de PRÓLOGO Por el lenguaje se juzga mejor que por cualquier otro me- dio, la cultura de un hombre ó de un pueblo. Sin la palabra de Demóstenes, difícil sería juzgar en los modernos tiempos á la docta Grecia; como sin la palabra de Cicerón juzgar también sería difícil la cultura de la Señora del Mundo; la Roma de los Césares. Como el progreso es luz, porque es hijo de la Ciencia, y tomo cada conquista de la Ciencia se hace á expensas de las obscurida- des del pensamiento, para hacer de las leyes de la Naturaleza la verdad útil para el hombre, se necesita «del elaro y preciso con- cepto de la idea encarnado, digamos así, en la palabra que la re- presente. En tal virtud, es condición de todo lenguaje ser refor- mado periódicamente para llenar las exigencias del progreso, - pero procurando al perfeccionar, simplificar, que es en lo que debe constituir toda reforma filosófica, para que en todo len- guaje donde esté la lógica allí pueda estar también la sabiduría. Dos condiciones piden ya la reforma de nuestra hermosa len- gua: una, que está en el lenguaje mismo, y ésta es la propuesta por el autor de este Opúsculo, Sr. Rafael Mallén; otra, que esté en el método hasta hoy ca en las Escuelas para la enseñan- za de los idiomas. Memorias [ 1894-95], T. VIIT.-—35 9 Cl 274 Memorias de la Sociedad Científica m PI Ocupémonos de la primera. Si comparamos con el lenguaje musical el lenguaje verbal, hallaremos: que la música tiene en su alfabeto, que es su gama, los elementos para formar sus sílabas, sus palabras, sus frases y sus discursos. La melodía es su ley fonética. A su lenguaje escrito corresponde fielmente su representación melódica; y la justa, precisa correspondencia de la palabra escrita con la palabra tocada ó cantada, hace de la música el lenguaje por excelencia, armonioso y emocional más perfecto. ¿Quién pudiera poner en duda todo esto? El len- guaje articulado del hombre tiene en su alfabeto, que es su ga- ma, los elementos para formar sus sílabas, sus palabras, sus frases y sus discursos. La eufonía es su ley fonética. Pero, he aquí ura diferencia: á su lenguaje escrito, no corresponde su representación eufónica, y por no tener esa precisa, justa corres- pondencia la palabra escrita (porque su ortografía es imperfec- tísima) con la palabra articulada, hace de nuestro lenguaje un. lenguaje difícil de escribir; de pronunciar también difícil, y de una cadencia algunas veces imposible también para adaptarse á la melodía. Todo el mundo conoce este hecho: que el italia- no, es el idioma más eufónico, siendo á la vez el más melodioso en su representación musical. Hacer que desaparezcan las dificultades gráficas de las con- sonantes dobles; “de aquellas consonantes cuyo uso implique duda por-ser equívoco su uso por su pronunciación; quitar, por esto, esas estorbosas letras de nuestro alfabeto, bien importando para el uso apropiado las de extranjeras lenguas, Ó bien inven- tando nuevas, para que la eufonía que es la ley, rija y gobierne nuestro idioma, cuestión es ésta sobre verla fácil, á nuestro juicio, á la vez tan fácil, como tan útil; porque encierra en sí una exigencia de justicia, la de la ley acústica que debe regir ese conjunto de sonidos articulados que forman las lenguas todas de la tierra, La reforma metrofónica del Sr. Mallén llena este objeto, . ¿por qué? porque el oído es el sentido de adquisición para el LON "Antonio Alzate. 275 DILLILOILL IO LIL LILLO lenguaje; pero como todo lenguaje está formado de sonidos, un medio acústico apropiado será el que nos enseñe la justa y ver- dadera eufonía del lenguaje. ¿Quién no sabe que el Fonógrafo corresponde llenando esta indicación? El revelará que las con- sonantes dobles no tienen representación fonográfica; que las vocales dobles tienen una representación cacofónica, ete., etc.; es decir, él revelará que la eufonía es en nuestro lenguaje, lo que la melodía es en el lenguaje musical: la ley acústica á gue deberá sujetarse todo perfeccionamiento del lenguaje articu- lado. Con el fonógrafo tendremos el medio fónico de prueba para la palabra hablada. ¿Cual sería el medio gráfico de prueba para lograr la justa equivalencia de nuestro lenguaje articulado con nuestro lenguaje escrito? El Sr. Mallén allana esta dificultad y de una manera ya por todos también conocida. Con la máqui- na de escribir. Esto evidencía la utilidad del Metrófono del Sr. Mallén. Aquí el genio al ingenio unido, hace del fonógrafo y de la máquina de escribir, un simple implemento y útil á la vez. Une con eléctrica conexión ambos instrumentos; al hablar en el receptor del fonógrafo, la palabra hablada, hace de poten- cla mecánica escribente; labra su huella sobre la hoja de papel de estañu del fonógrafo; inmediatamente sigue en virtud de la conexión eléctrica, actuando como potencia motora sobre el te- clado de la máquina de escribir; y así, el sonido articulado, se hará gráfico, quedará eserito en la hoja de papel de la máquina, hallándose de este modo la justa equivalencia de la palabra es- . erita con la palabra hablada. El Metrófono del Sr. Mallén será en el porvenir la imper- sonal, perpetua autoridad para cambiar, reformar, depurar todo lenguaje.' Afuer de caballeros lo aseguramos: con este sencillo, po- 1 Nosotros le llarmaríamas al precioso invento Metrofonógrafo, porque al medir los sonidos los escribe; y no Metrófono, que sólo indica medidas de sonidos. 276 - Memorias de la Sociedad Científica deroso medio, el lenguaje será el perfecto instrumento en la ló- gica; la lógica, será el perfecto medio para adquirir la sabiduría; y á su vez, la sabiduría lo será del progreso; sublime finalidad á que anhelante marcha el espíritu del hombre, que busca en todo para todos, la armoniosa unión en la ciencia y en la humanidad. Dr. José Martínez Ancira. A LA HONORABLE SOCIEDAD “ANTONIO ALZATE” mm rictes ÉS V 1. Honrado con vuestro voto de admisión al seno de esta ¡ilus- tre Sociedad, al daros las más sinceras gracias, correspondo á la distinción que se me hace, tomando asiento en ella con todo el peso de mi ignorancia, es cierto; pero también con toda mi energía á su servicio, para ayudarla en su lucha por los progre- sos de la patria. Falto de dotes literarios, mi saludo tan cordial como respe- tuoso, no puede tener sino la dura retórica de un asunto cientí- fico; y así, y puesto que el movimiento es la vida, permitidme que desde luego someta á vuestra consideración un estudio: el de la reforma de nuestro idioma, por las razones y medios que paso á exponer, y bien entendido que esta reforma no es un re- proche á la Academia Española, ni menos aún á nuestros ante- pasados, pues siendo ciertas las doctrinas de Darwin, resulta que en los procesos de la naturaleza para llevar al hombre á la per- fección, no existen las creaciones espontáneas, y que en con- secuencia sólo por etapas podemos progresar, 278 Memorias de la Sociedad Científica 11 2. Es axiomático que el idioma es la base de la civilización, y lo es también que la simplificación es la base de la ciencia; siendo pues infinitos los campos de ésta, así como los de la in- teligencia, puesto que tiene embrionario todo saber, como lo demuestran nuestras facultades intuitivas en virtud de las cua- les descubrimos por inspiración lo desconocido, pero siendo en cambio limitada nuestra vida, necesitamos simplificarlo todo, desde luego que las facilidades de las justas adquisiciones son las fuentes verdaderas del progreso y felicidad humanas. Dicho esto, pongo por testigos á los que como yo tengan hijos, de las dificultades que tenemos al empezar nuestros primeros estudios del idioma; ya son la b y la v, ó bien la s y la 2, ú otras letras cuyas pronunciaciones nos dicen ser diferentes y oímos iguales, aun al mismo maestro fuera del instante preciso de la lección; ya es la h muda, pero impertinente; ya son las irregu- laridades de los verbos; y en fin otras mil barbaridades, las que torturan nuestro”juicio y la memoria. Ahora bien, el resultado de tal desorden es doblemente fu- nesto: cansa la inteligencia, y le inculca lo arbitrario y lo servil; pues no pudiéndose hacer comprender el maestro por la corta edad de sus discípulos, y sobre todo por falta de razones, se im= pone despóticamente, y esto no sucede una vez, ni en un sólo día, sino mil y mil veces y durante algunos años; y lo que es peor, en la edad más propia para atrofiar el criterio y quebran- tar la energía, en la infancia. 3. Paso, pues, á exponer las reformas que deseo en el idioma, y las cuales son tan lógicas, que naturalmente las desarrollarían' nuestros pequeñuelos y los extranjeros, si los dejásemos hablar "dd "Antonio Alzate." 279 CTILIDIIIIS DIODOS IIA y escribir como ellos quisieran, una vez que han adquirido los primeros rudimentos de la enseñanza. Estas reformas son: 1* Dar un sonido á cada letra. 2* Desechar la h muda. 31 Sujetar á todos los verbos á las cuatro formas de conju- gación regular que tenemos, tomando, si fuere necesario, ver- bos extranjeros equivalentes á los irregulares españoles, pero de fácil arreglo á la conjugación regular; y 4" Como en inglés, formar verbos de todas las palabras que puedan significar acción, haciéndolas nosotros terminar en ar, er, ir, ú or, con lo cual aumentaremos fácilmente la potencia del idioma. Por ejemplo, de tambor, se puede hacer tamborear. Por lo demás, algunas de estas reformas, ya fueron inicia- das, aunque sin fundamento científico ni orden lógico, á media- dos de nuestro siglo; pues en los libros de aquella época se escribía general con j; exigir, con j y sin x, pues en su lugar usaban la c y la s; y así obras varias voces, eran mejor represen- tadas que hoy. En tal virtud y para dar cumplimiento á las dos primeras leyes, sometería á vuestra competente aprobación el siguiente alfabeto: a, b, ch, d, 9, t, j, k, l, M, N, Ñ, 0, P, Y, d, Sy Í, U, Y. En este alfabeto, la y tendrá siempre el sonido suave del alemán, que hoy sólo toma en español delante de a, o, y 4; de- jaremos la r alemana para el sonido suave de ere, y laz inglesa: para el fuerte de erre; conservaremos á la y griega, para sus funciones, y de la l, y en las conjunciones, haremos uso de la ¿latina; y finalmente, la x se escribirá con h y s, como en “ek- sijir.” 4. Con estas reformas, muy de la competencia de una socie- dad científica, puesto que ya demostré que el idioma es la base de la ciencia, por lo cual su progreso depende de la perfección del lenguaje, no sólo haremos un positivo servicio á la infancia, 280 Memorias de la Sociedad Científica 2 nos no sólo mataremos la vanidad del vulgo, de conservar ciertas letras por causa de un origen que ignora y no respeta, y que de más á más no hace falta alguna, puesto que no es el determi- nante del significado de las palabras, desde luego que no lo fija el sonido sino de un modo muy secundario por ser vicioso, sino principalmente el sentido de la oración, como se demuestra al hablar y no hacer diferencia alguna entre la s y la 4 por ejem- plo; y finalmente, no sólo haremos que sea el español superior á todos los idiomas por su lógica y sencillez, y le daremos ma- yor potencia, sino que lo prepararemos á un futuro descubri- miento científico: al del fonógrafo impresor. 5. Señores: cuando se habla con lealtad, la verdadera. mo- destia no consiste, bien lo sabéis, en el egoista y cobarde silen- cio de los parásitos, sino precisamente en exponerse á los peli- gros en aras del progreso; y además, siendo ésta una sociedad científica, ¿por qué no anunciarle que entre mis proyectos tengo el de un fonógrafo impresor? ; Ahora comprenderéis el por qué del estudio que vengo ha. ciendo, pues mal podrá obedecer á nuestra absurda ortografía un organismo mecánico, regido por las inflexibles leyes de la ciencia; porque siendo el motor de la máquina anunciada las on- das del aire agitado al hablar delante de ella, para que automáti- "camente se impriman sobre un papel y en caracteres de impren- talas palabras emitidas, mal podrá lograrse por letras diferentes con sonidos iguales, ó recíprocamente, toda vez que cada sonido tiene su especial valor musical y matemático en vibraciones, Ó sea en fuerza, cuya medida nos da la Física. 6. Sobre este punto, realizado el fonógrafo, se van á ver más claros los barbarismos de los idiomas. Por ejemplo, los ingleses y los franceses, van á ver reducidas todas sus vocales á cinco; puesto que por más vueltas que se den al asunto, no hay más que cinco en nuestro aparato vocal. Pasa en esto algo semejan- te á lo que en las notas simples de la música, que son siete y no más, aunque se pueden cantar en varias llaves. u Antonio Alzate. 1 281 PILI e LIDIA Este instrumento va á demostrarnos también por qué á la m antes de 5 y p, la pronunciamos como 2, si no ponemos especial atención para evitarlo, separando con calma las sílabas; lo cual se explica si se reflexiona que la parte final de la letra m es la- bial, así como lo es también la primera parte de b ó p, lo cual hace que en el contacto se liguen al menor descuido, y la m aparezca como 2, cual en “combate,” que en realidad pronun- ciamos “conbate.” Se explicarán, pues, y aun se disculparán, las tendencias po- pulares á ciertos vicios; porque en el fondo hay algo de razón en ellos, que toca á la ciencia conceder y explotar al conocer - su origen. 111 7. Expuesto lo anterior se comprenderá fácilmente la nece- sidad de otras cinco reformas, que antes no expuse por no ser confuso, si no se tenía conocimiento del fonógrafo impresor, pero que es oportuno consignar para completar la teoría; pues cuando en el mundo aparece una idea lógica, concluye por rea- lizarse; y en consecuencia sará lo siguiente, camino ganado en el estudio propuesto, bien sea por mí ó por cualquiera otro, que antes logre realizar el problema anunciado, y con quien gusto- so partiré mis derechos si emplea los principios que luego ex- pondré y que á su tiempo patentaré. Las reformas finales serán: 1* Dar á las consonantes sonidos producidos por emisiones simples de la voz, y terminando todas en el mismo sonido sim- ple, siendo el más propio el de la e; por lo cual propongo los si- guientes nombres para las letras del nuevo alfabeto. a, be, che, de, fe, ge, i, je, ke, le, me, ne, ñe, 0, pe, re, ve, se, te, u, ye, En efecto, destinadas estas letras á ser escritas por el fonó:- - Memorias, [1894-95] T, VIML.—36 282 Memorias de la Sociedad Científica SALI ILIILIGIILILIIIIOLLSILIIIIOILIIDIII PILA VALLA grafo automáticamente, y por la simple emisión de la voz, si no se acepta lo anterior vendrán las confusiones, pues al decir por ejemplo, “elemento” delante del fonógrafo, la parte “ele,” te- niendo dos sonidos e y le, producirá la misma impresión que al nombrar sólo la letra 1, si le conservamos su nombre actual, “ele.” Por lo demás, es cierto que no podrán escribirse solas las consonantes, Ó sea sin su € final, cuando ésta no deba sonar, pero ella será un pequeño obstáculo sin consecuencias; pues serán necesarias tan pocas veces, así solas, que entonces no im- portará escribirlas á mano, ó mediaute un mecanismo especial, como tocando un botón de la máquina cuando se quiera la con- sonante aislada, para una literal matemática, por ejemplo. 22 Esta reforma será la de suprimir ciertas letras de al- gunas sílabas, por ejemplo, la letra t de la sílaba “atz,” emplea- da en las palabras Atzcapotzalco, Mexicaltzingo, y varias otras; pues ésta es una sílaba viciosa porque no se debe á una sóla emisión de la voz por causa de la t, que produce una solución de continuidad en el sonido; lo cual hará que en el fonógrafo, en el cual los sonidos deben definirse y separarse perfectamen- te, sea imposible de representarse. Y nótese que tan ésta es una sílaba defectuosa, que sobre ser antieufónica, es de difícil pronunciación pára nosotros mismos, razón por lo cual todos suprimimos la referida í y decimos en el lenguaje familiar, As- caposalco, etc. 3 Con estas reformas se suprimirán las letras dobles; pues la verdad es que fuera de lo escrito, ellas no existen en el es- pañol, ni al hablar ni en los discursos mentales; y en consecuen- cia, mal podrá imprimirlas el fonógrafo. En este caso están detall y otras palabras. 4* Esta reforma será el cambio de la z en j antes de vocal, y en s antes de consonante; para dar más fluidez á las palabras y facilitar su escritura en el fonógrafo, como: Xala por Jala y estenso por extenso. Y ¡Antonio Alzate. 1 283 VIHPIIIORIIIILIIAEAO DIO III 5* Esta reforma será la de suprimir el acento escrito, pues como lo demuestra su ausencia en el inglés, él no es indispen- sable. Por lo tanto, bien pueden sentarse, por ejemplo, las tres re- glas generales siguientes, ú otras semejantes, para nuestra acentuación : I. La acentuación se cargará: sobre la primera vocal, si las palabras de tres Ó menos sílabas, acaban en vocal; Ó sobre la última, si en consonante. Por ejemplo: casa, polo, córdova, co- mida, estarán en el primer caso; y tizón, convidar y coronel, en el segundo. IT. En las palabras de más de tres sílabas, la acentuación se cargará: en la penúltima vocal, si la palabra acaba en vocal; y en la última, si en consonante. Por ejemplo, cuadratura, Gua- dalajara, espontáneamente y gastronomía, serán del primer gru- po; y constitución, rectangular y contabilidad, del segundo. TIT. Estas reglas se referirán al singular; y así, en los plu- rales no cambiará de vocal la acentuación. De tizón, se hará tizones; de rectangular, rectangulares, ebc., etc. Algo alterarán nuestra eufonía las reglas anteriores, pues por ejemplo: la palabra citada en la segunda regla “ gastrono- mía” será “gastronómia;” pero sobre que las hemos elegido de acuerdo con la índole general del español, para reducir á un mí- nimun la disonancia con lo actual, todo será cuestión de una poca de costumbre, para que el oído se adapte á la música del idioma, el cual llegará así á una extrema facilidad. Por otra parte, y para que no se erea que esto es una nimiedad y se persuadan los enemigos del sistema que, vale la pena tratar el punto y aceptar reglas simples, basta observar lo que pasa aún en per- sonas cultas con la voz “telegrama,” que á pesar del diccionario de la Academia, acentúan ya en la segunda vocal Ó ya en la pe- núltima, que es lo más aceptado; alegando unos el origen de la palabra, 6 bien otros su composición, y olvidándose todos que si á origen y composición vamos, debe tener dos acentos y es- 284 Memorias de la Sociedad Científica OLILLLIIIL OIL IDA AS PILLS cribirse y pronunciarse, “telégráma;” con lo que resultaría una voz antieufónica que no hallaría lugar en idioma alguno, y con lo cual se demuestra á la vez, el poco valor del origen de las voces cuando las lenguas están formadas y sólo se trata de per- feccionarlas; pues así como un sujeto acaba por olvidar su pa- tria al naturalizarse en otro país, una palabra extranjera que entra á un idioma, concluye por perder su origen, pues nótese que es imposible asignar el de todas nuestras voces, aunque es evidente que lo tienen. Por lo demás, aunque pudiera alegarse que en el español el acento determinará con frecuencia los tiempos é inflexiones del verbo, nótese que también lo hacen los artículos, los pronom- bres, las preposiciones, las terminaciones y aun la puntuación. En efecto, supongamos esta frase: “fulano cambió su sombrero por éste,” y que suprimimos el acento; entonces resultará: “fulano cambio su sombrero por este,” y aquí vemos que á pesar de la disonancia en el verbo, por falta de costumbre, sólo hay un sentido único y perfectamente definido por los pronom- bres “su” y “este,” y además que basta una coma después del sujeto, diciendo “fulano, cambio su sombrero por este,” para dar otro sentido á la oración, pues si bien se comparan ambas expresiones, fácilmente se verá que la primera anuncia un par- ticipio de tercera persona, y la segunda una acción de presente y de primera persona. A la verdad que toco un punto en el cual de buena ó mala fe, el sofisma y la argucia pueden campear en todo su explen- dor, pero desde hoy tengo el honor de manifestar á los que no estén de acuerdo conmigo, que no aceptaré discusión alguna, así como les quedaré profundamente reconocido y oiré sus ob- servaciones, si con indulgencia y lealtad vienen en mi ayuda para perfeccionar el sistema; porque el mejor argumento para defenderme será realizar el invento anunciado, y por lo tanto no debo distraerme. Y entónces se verá que el fonógrafo sólo es posible con las reformas propuestas, y que por lo tanto y '' Antonio Alzate. 1: 285 ILLILLIILIILILIISELIIIIIIIS III siendo una producción científica, será necesario aceptarla tal cual sea y doblegarse á sus exigencias, porque en ello consisti- rá el verdadero talento. 6* Con esta reforma haremos que las letras suprimidas, no sólo dejen su lugar á sus sustitutas, sino que también acepten sus leyes; por ejemplo, de maíz, no sólo haremos mais, sino que el plural no será maíces como procedente de la 2, sino maises. Sin embargo, como excepción á esta regla, antes de b ó p, siempre se pondrá »n, por la razón expuesta al fin del párrafo 6. La 7* y última reforma consistirá, una vez realizado el fo- nógrafo, en aceptar ciertas sílabas desusadas pero de muy claro y marcado sonido, para que correspondan á la separación de las palabras y á los signos de puntuación, pesos, medidas, ete., ete.; por ejemplo, si para escribir la coma usamos la sílaba “op,” ésta será la que pronunciemos después de una oración en que deba ir una coma. 8. Tal vez se alegue que si se da cabida á estas reformas, después vendrán nuevas exigencias, y que así acabaremos por alterar totalmente el idioma; pero sobre que ello no sería una razón, será imposible que tal suceda, porque si el fonógrafo lle- ga á ser un hecho él será el regulador científico de las nuevas - reformas y él será también el que muy pronto marque un límite á las innovaciones, las que por otro lado, serán menores en el castellano que en los demás idiomas, pues parece ser el llamado á realizar más fácilmente el problema anunciado, tanto por la fluidez y claridad de sus sonidos, cuanto por la riqueza de sus elementos y construcciones. Sobre este punto como parece que el progreso es indefinido en todo y en todos sentidos, pues que al menos así lo entiende la generalidad y aun lo creía el suscrito, permítaseme una obser- vación, y es la de que esto es un error, si se concreta la cues- tión á nuestra especie; pues la verdad es que poco á poco, pero el hombre va alcanzando la perfección en todos los ramos del saber permitido á la naturaleza de su existencia, como nos lo 286 Memorias de la Sociedad Científica » nes y prueban los hechos históricos de que á pesar de tantas y tantas generaciones como han pasado, aún no ha sido posible superar á ciertos hombres, que han tenido la fortuna de acumular de sus antepasados el máximum del saber en ciertos ramos; tales son por ejemplo: Homero, Fidias, Rafael de Urbina, Miguel An- gel, Sócrates, Cicerón, Cervantes y Temístocles; que respecti- vamente, en la poesía, en la escultura, en la arquitectura, en la pintura, en la filosofía, en la elocuencia, en la guerra, en la ex- presión y en la política, llegaron á la superior altura á que es po- sible llegar. y á la que en varios ramos científicos, llegarán algu- nos de nuestros contemporáneos. El desconocimiento de este fenómeno da lugar, por otra parte, á las más tristes aberraciones, pues en la Exposición de Chicago hemos visto á un artista notable descender por su em- peño en superar á los modelos griegos respecto á la forma hu- mana, porque fanático por el arte, creía que éste debe anticipar- se ála Naturaleza y perfeccionar sus obras, cuyo absurdo le hizo echar por tierra su reputación; pues si bien es cierto la posibilidad de cambios futuros en nuestra anatomía y aun en la ciencia, si cambian las condiciones cósmicas de la tierra, por sus cambios siderales en el espacio, no lo es menos que el arte debe limitarse á lo que es, pues traspasar esa línea es usurpar el dominio de la ciencia. Ésta por lo demás parece indicarnos que nuestra radical evolución física se concluyó en el nombre prehistórico, y que hallándose á la fecha en pleno desarrollo intelectual, se empieza á iniciar en nosotros el moral; para que coincidiendo la perfec- ción del hombre con su extinción, el saber y la virtud hagan posible y «agradable la vida en el exhausto planeta, hasta sus últimos momentos; pues no habría lógica en la naturaleza si el hombre final no pudiera asistir, sereno y grandioso, á los regios funerales de su especie. Según esto tenemos derecho á creer que todo irá cayendo en su máxima perfección, para nosotros, y en progresión cre- 4 " Antonio Alzate. 281 III WILLIS me ciente, bajo nuestro absoluto dominio, hasta que venga en cada ramo artistico y científico la inmutabilidad de sus leyes duran- te un cierto período, que será el de descanso para la humanidad, cuando la especie alcance su perfección; después de lo cual se extinga gloriosa al coneluir su misión en el mundo. En consecuencia no es de temerse el desorden por las refor- mas propuestas, que por otra parte, se hacen ya indispensables para no distraernos más con nimios y arbitrarios cambios de ortografía. 9. Queda, pues, demostrada filosófica y científicamente, la necesidad imperiosa de reformar el idioma en el sentido indi- cado, y permitidme anunciaros que de aceptarse ella y de lo- grarse el fonógrafo impresor, se logrará un paso colosal para el humano progreso; pues sucederá que los idiomas extranjeros se verán compelidos á seguir la reforma, por lo que no habrá en las lenguas más diferencias que las de prosodia y sintáxis, que pronto se reducirán á un mínimum con el tráfico internacional. Sucederá entónces que pronto se romperá ese pequeño nudo y surgirá el idioma universal por su propia virtud, pues consistirá en la aceptación mutua en todos los idiomas, de las voces ex- tranjeras; es decir, se aumentará la sinonimia y nada más. Sin embargo, es necesario no olvidar que la sinonimia es un vicio en los idiomas, pues no' hay lógica en dar varios nombres á un sujeto; y como en la naturaleza todo es definido, de esa falta de lógica resultan vaguedades, porque no puede haber si- nonimias completas. posa De aquí se deduce que la riqueza de sinonimia á que dará lugar el fonógrafo impresor, sólo será transitoria; ó sea, será la crisis de esa enfermedad del idioma. En efecto, el buen sentido común acabará por hallar diferen- cias en todas esas voces y una palabra concreta, única y per- fectamente satisfactoria para cada cosa; y ello sólo podrá lo- grarse por el concurso universal de todos los idiomas para que mutuamente completen sus deficiencias. Por ejemplo, en es- 288 Memorias de la Sociedad Científica pañol se llama “estreno” á la aparición en sus funciones de una cosa por primera vez, y en francés, “debut,” al mismo fenó- meno, pero si se trata del hombre; por lo cual si bien podemos decir, si se habla v. g., de un actor que por primera vez se pre- senta al público, “hoy es el estreno de fulano,” se ha reconocido más propio el verbo francés, y decimos “hoy es el debut de £u- lano.” Así, pues, en rigor “estreno” y “debut” acabarán por no ser sinónimos, porque en el idioma universal cada una de esas voces tendrá al fin un empleo único, sucediendo igual cosa con todas. Aun podrá alegarse que la sinonimia es un auxiliar para im- pedir la repetición de iguales voces en el discurso; pero quien discuta con lealtad, encontrará en que tal repetición es una prueba de ignorancia, si llega á ser monótona; pues aun debien- do insistir sobre un mismo punto en algún tratado, como no debe exponerse varias veces bajo la misma faz, porque ello se- ría inútil, cambiando la faz deberán cambiar también los argu- mentos, y desde luego las partes de la oración, Ó sea las pala- bras, de tal modo que sean las más propias al nuevo examen. Tan lo expuesto será, pues, el resultado, que todas las aspira- ciones nacionales quedarán satisfechas con ese futuro V olpaúk, puesto que sobre.-ser lo más fácil de aprender por todos, en él quedarán incluídos todos los idiomas, y su propagación será tan fácil como rápida por ser lo más lógico y fácil. Se admitirá ahora que para hacer más fácil la adopción del sistema, el fo- nógrafo deberá poder representar todos los sonidos, por lo eual aun propongo dar á nuestro alfabeto la letra sh, que llamaremos she, para las voces sherif', revolution y otras del inglés, por ejem- plo, y demás idiomas extranjeros. ' Antonio Alzate. 1 289 IV 10. Pasando á otro orden de ideas, bien que del mismo tema, no creo deber terminar sin dar siquiera sea una ligera reseña de los elementos que se pueden emplear para realizar el fonó- grafo; pues para ello tengo dos razones: es necesario que us- tedes vean su posibilidad, para que puedan conceder su aten. ción á la materia, puesto que solo no puedo realizarla; y ade- más, no pudiendo yo emprender desde luego la ejecución del fonógrafo, por falta de recursos, ni teniendo probabilidad de hacerlo sino tal vez pasados varios años, prefiero dar á luz mis ideas sobre él, para que alguien con mi anuencia legal y más ele- mentos las realice, ya que afiliado á una sociedad científica, mi egoísmo debe ser más Jimitado que fuera de ella. 11. Todos conocemos el fonógrafo de Edison y la máquina de escribir de Remington; pues bien, señores, su simple con- junción nos dará el fonógrafo impresor. En efecto, como el cilindro que lleva el papel en el fonógrafo pudiera girar con su eje en cualquier sentido, y sin embargo, el resultado sería el mismo, se deduce lógica y necesariamente que al vibrar el estilete, lo hace para los sonidos simples é igua- les, siempre ea igual sentido, con relación á la dirección de las ondas del aire que lo agitan, puesto que si cambiara la dirección del eje del cilindro, respecto á la boca de quien hable, se con- cibe de un modo axiomático el cambio del trazo del estilete. De aquí se deduce que si se permitiera vibrar libremente al estilete, hoy sujeto dentro de la hélice del cilindro, tendría por campo de acción un círculo y se movería según un radio deter- minado para cada sonido; si, pues, quitado el cilindro, en la cir- eunferencia de ese círeulo que pueda ser alcanzado por el esti- lote, se pone un teclado, correspondiente cada tecla á una sí- Ñ Memorias [1894-95], ]) T.VIM.—287 290 Memorias de la Sociedad Científica LLILIIIA laba del idioma, al hablar delante del fonógrafo, su estilete por fuerza se pondrá en contacto con las teclas. Ahora, si logrando esto, ponemos en la máquina de escribir de Remington, por ejemplo, no letras aisladas como hoy tiene, sino sílabas, y ha- cemos que al ser tocadas por el estilete las teclas del fonógrafo, al hablar delante de él, y cuyas teclas que llamaremos motrices, se conecten y pongan en acción á las de la máquina, el proble- ma quedará resuelto. Surge aquí la dificultad del movimiento de las teclas de la máquina de escribir, á causa de la débil fuerza del estilete; pero recordemos que la electricidad puede ayudarnos maravillosa- mente, pues bastará ese débil é insignificante contacto para es- tablecer una corriente tan poderosa como se quiera, y que será la fuerza motriz de la máquina de escribir, como la voz será la del estilete, el cual para el caso que nos ocupa se hará más gran- de que en el fonógrafo común. Respecto al número de sílabas, y por lo tanto de teclas, no es tan grande como parece al principio, pues salvo error mío, el número de las usuales en nuestro idioma y hechas las refor- mas propuestas, sólo será de 287; por lo cual, suponiendo medio milímetro para cada tecla motriz, resultará con éstas un círcu- lo de unos cinco centímetros de diámetro. Por lo demás, si el estilete no lo alcañza fácilmente agitado por la voz, se pueden distribuir las teclas sobre varios círculos paralelos sobre un eje común, y al estilete proveerlo con varias estrellas de radios co- rrespondientes á esos círculos menores. Descrito lo anterior, aún se concibe á priori una última difi- eultad, y es la de que el timbre de la voz es variable con el in- dividuo, y aun á voluntad de éste, según los estudios da Helm- holtz, con su resonador, por lo cual el estilete vibrará en direc- ciones diferentes para la misma sílaba según el tono en que se lance; pero esta dificultad quedará subsanada con resonadores intermediarios entre la voz y el fonógra£o, lo cual se compren- derá bien por los que consulten esa parte de la física, y cuyos Antonio Alzate. n 291 resonadores serán los complementarios de los varios timbres de las diferentes voces, respecto al timbre á que se arregle el fonó- grafo. Para usar del instrumento, bastará, pues, conocer cada uno el timbre de su voz. 12, Ahora se comprenderá la existencia de una ley musical para el idioma; como no deben aceptarse en él los ruidos sino los sonidos, por lo cual no debe tener palabras que no pueda es- cribir el fonógrafo impresor, que será el metrófono del lengua- je; y finalmente, como sóio haciéndolo científico, podrá llegarse al idioma universal; pues realizado el fonógrafo impresor, será adoptado por los hombres de negocio, que son los motores" del progreso, y á su ejemplo y fuerza seguirán las multitudes. 13. Concluído el estudio anterior, y dado á conocer á mi buen amigo y compañero el Sr. mayor médico cirujano D. José Martínez Ancira, tuvo la bondad de remitirme un boletín en el cual constan los trabajos encaminados al mismo fin que me pro- pongo, publicados en una sociedad científica también, y cuyo extracto os voy á dar, para que se vea lo que dije en el párrafo 7, sobre que cuando en el mundo aparece una idea lógica con- cluye por realizarse; porque siendo el hombre un producto de la naturaleza como otro cualquiera, llegado á su madurez pro- duce siempre iguales frutos, Por todo esto se comprenderá que ya se acerca el tiempo de un cambio radical en el idioma. Paso al referido extracto, desde su título, y mis notas á él se conocerán por el empleo de la ortografía propuesta, pues por el estudio que voy á citaros, y cuya existencia ignoraba, veo: que ya es mucho hablar sobre la materia, y que ha llegado el tiempo de obrar. REFORMAS ORTOGRÁFICAS “14, Desde que las sociedades, modificando las lenguas rudimentarias que de sus primeros fundadores recibieron, co- 292 Memorias de la Sociedad Científica MAIL CLILIIL menzaron á establecer los idiomas modernos inventando los caracteres de la escritura para dar forma permanente á sus peusamientos, de las asociaciones literarias brotaron las acade- mias, y de éstas las reglas y bases fijas que debían cimentar la construcción de las diversas lenguas existentes hoy, dando como clave y autoridad para cada una de ellas la gramática que según su definición más sencilla y clara, “es el arte de hablar y escribir correctamente y con propiedad.” ““Materialmente hace gracia la gramática castellana impues;, ta como texto en las escuelas de primeras letras, cuando dice en su parte ortográfica: Deben escribirse con b todas las voces que la traigan de su origen, y algunas otras pocas en que ha prevalecido el uso de escribirlas con b sin embargo de escribirse con v en el origen,” De manera que por la regla, de ballanus debe derivarse bellota, y por la excepción de vultur debe derivarse buitre. ... e... 4560000. 0. 0.*%oP900o%50.<0.02.0.o 0... Loc. tan... ..--. “Los niños que no conocen ni el origen ni el uso, sienten perderse su comprensión en el caos de estas definiciones y des- pués de atormentar inútilmente su cerebro, vienen á sacar en claro que para ser correctos en el español, deben aprender con anterioridad el latín, como quien dice conocer á sus bisabuelos para educar á sus nietos; practicar su idioma luengos años para llegar á entenderlo, y permanecer por el resto de la vida pen- dientes de las órdenes que vaya teniendo á bien decretar la Real Academia Española. ¡Y luego se dirá que no es gran cosa poseer á fondo la bella habla de Cervantes y Calderón! Lo mis- mo sucede con las de Molióre, Milton y Klopstok; pero éstas co- mo antes he dicho, no me afectan, por lo poco que las conozco.” - “En materia de concesiones progresistas, entre las socieda- des literarias de la América Latina, la que se ha mostrado hasta hoy más adelante, ha sido la Universidad de Chile, que ha de- "Antonio Alzate » 293 A eretado la supresión de la h, en todos los casos que no suena, conservándola, sin embargo, en las interjecciones para represen- tar la prolongación del sonido exclamado, lo cual me parece comple- tamente inútil, pues para dar esta entonación, bastan los signos admirativos; la supresión de la w en las que y qui, conserván- dola, no obstante, en las sílabas gue y gui, que se hallan en el mismo caso; la supresión de la y griega empleada como vocal, y la admisión del uso general de la j en las sílabas je y Ji. Por último, ha decretado que la r, y la rr, son dos caracte- res distintos en el alfabeto y que representan también dos dis- tintos sonidos.” “A pesar de estas disposiciones que redundan en beneficio de la claridad y sencillez del idioma español —americano que se habla en estos países nuevos, quedan aún subsistentes las con- fusiones de la b con la v; de la c con la s y la 2; de la x con la doble c y con la j al fin de dicción, y de la y griega con la Y, de cuyas letras bien podía la gramática abolir la mitad, sometión- dose á las imposiciones del uso, que de hecho las ha abolido en el sonido no haciendo diferencia alguna entre la pronunciación de unas y otras.” “Quedan además las irregularidades de los verbos, que tan- to dificultan la conjugación, y que repugnan hasta á la simple armonía del oído natural, lo cual se observa frecuentemente en los niños que, al comenzar á hablar dicen, por ejemplo, yo cabo en vez de yo quepo. ” “Y no se nos diga que sería absurdo cambiar así la manera de decir las palabras para allanar las dificultades inconducen- tes de la lengua; pues si se ha podido causar un nuevo embro- llo diciendo que complexo se pronuncie complejo y anexo anejo, decisión que nos obliga á decir conejo en vez de conexo, con ma- yor razón y motivo podría autorizarse que se dijese escribido en vez de escrito.” - “La Academia en estas cosas, sosteniendo unas veces el origen y admitiendo otras el uso, que ella misma ha declarado 294 Memorias de la Sociedad Científica Juez árbitro del lenguaje, nos hace el efecto de un rey absoluto que empujado por el progreso, apremiado por las exigencias po- líticas, quiere avenirse al sistema constitucional, y adelanta y retrocede, otorga y niega, y no sale por fin del punto de parti- da, sino es arrojado por las oleadas de la revolución.” “Ojalá que esta revolución contra el antiguo régimen orto- gráfico iniciada en Chile, fuese llevada á cabo y radicalmente en México; pues siento en el alma que se desperdicien el tiem- po y la inteligencia de la humanidad, de los cuales soy avara! en aprender las reglas y los modismos de un idioma anticuado y muerto que nos hemos empeñado en conservar por apego á la tradición, y que en estos tiempos resalta en nuestro estilo litera- rio como resaltarían en nuestros trajes la toga romana ó las go- lillas de nuestros virreyes, si nos hubiéramos empeñado en con- servarlas.” En la primera época del progreso de la lengua española (del siglo X al XIIT) se decía: “¿De los sus vios tan fuerte mientre lorando, Tomaba la cabeza é estábalos cantando. ” En la época segunda del siglo XIII al XV: “¿Quiero gn mi vegez magúer so ya cansado, De esta sancta Virgen romazar su dictado.” En la época tercera, del siglo XV al XVI: “Este caballero avia su mujer la mas fermosa Dueña que entonces habia en Francia.” En la época cuarta, de principios del siglo XVI á mediados del mismo: “Deben los hombres conocerse asimismos, e medir y sis- temar sus fuerzas é la cualidad.” 1 Habla la Sra. Wright de Kleinhans autora del proyecto. 05d nA ntonio Alzate." 295 En la época quinta, del último tercio del siglo XVI hasta los años de 1620: “¿Los antes bien hadados. Y los agora tristes y afligidos...... En la epoca sexta desde el segundo tercio del siglo XVII hasta más de la mitad del siglo XVIII: “Sosegados aquellos rumores que llegaron á ocupar todo el cuidado.” “¿En la séptima epoca, que abraza desde aquella era hasta nuestros días, fué cuando se formaron la gramática y dicciona- rio españoles.” “¿En vista de estos cambios inconducentes que ha venido sufriendo de época en época nuestra lengua, ¿qué tendría de extraño que desechando antigiedades inútiles y difusas, sufrie- se en la actualidad uno razonado que le diese la regularidad matemática de las ciencias exactas?! ¿Qué tendría de extraño que, si en el siglo XVI se escribía agora, en el siglo.XIX se - esceribiese aora?” “Si la verdadera aceptación dl progreso consiste en de- rribar lo errado é inútil, para dejar el campo libre á lo prove- choso y útil, creemos que el latinismo desaparecerá pronto de la construcción de nuestro idioma, llevándose consigo lo que podíamos llamar la tiranía de las letras.” 296-092 oc 020202 <0%00 0... o... 00.00.00. 2)... .00. <<. ..0 00.00%... .. 4 Pues bien, México, : sin que pueda yo explicarme el por- qué, no posee una Academia propia é independiente, sino una correspondiente de la Española, habiendo tenido que sostener hasta ahora el vasallaje arraigado por la rutina del origen la- tino; pero esto no impide que tenga el derecho de independerse 1 Esto sólo podrá lograrse con el fonógrafo impresor. 296 Memorias de la Sociedad Cientifica y de dictar las leyes que juzgue convenientes para el facilita- miento de nuestro idioma, al que bien podemos llamar español— americano por lo mucho que se ha desnaturalizado del espa- ñol castizo, ya por su pronunciación, ya por los modismos pe- culiares á cada país, ya por el uso que la misma Academia se ha visto precisada á aclamar comoley ineludible. Por lo que no me parece ni insensato ni imposible, que en estos momentos en que se hacen á cada paso grandes y radicales cambios en los reglamentos, sistemas y textos de instrucción pública, estudie- mos y elevemos á manera de petición la reforma que nos ocupa, ya á esta misma Academia, ya á nuestro q.”. é ilus.'. h.*. Sr. Baranda, Ministro de Instrucción pública, en caso de que ella sea de vuestra aprobación.” VIIILLEOLIIIIILIIOIIIILS PROYECTO DE REFORMA ÁLA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA USADA EN MÉXICO “15. Considerando que entre las 27 letras de que consta el alfabeto español hay una completamente inútil que es la h muda; cuatro cuya diferencia en pronunciación habiendo sido abolida por el uso en dos de ellas se emplean indistintamente para expresar el mismo sonido, que son la d y la o, la ll y la y griega Ó consonante; dos duplicadas también en un sólo sonido, aunque conservaudo cada una su pronunciación natural, que son la c y la q, y seis triplicadas para producir solamente dos sonidos, que son la c, la s y la 2, y la 9, la j, y la 2.” “Considerando además que existen acentos inútiles y varios modismos anticuados inconducentes de todo punto y perjudi- ciales á la claridad y sencillez del idioma, que son las irregula- h '' Antonio Alzato. 1 297 PIDE ridades de los verbos, los números romanos, y las abreviaturas de términos que en esta época ni siquiera se conocen, como es la que derivada de Vuestra merced ha venido á originar que se abrevie usted poniendo Ud.” “Considerando que las anomalías antes dichas suscitan la grave dificultad de convertir en dos artes casi diferentes el arte de hablar y el de escribir, que deben y tienen que ser uno solo.” “Considerando que México, como todos los países que po- seen idiomas derivados de otros extranjeros, se ha formado con el trascurso del tiempo un idioma peculiar y propio, el cual tiene derecho de reglamentar y normalizar según juzgue conveniente, hemos creído oportuno proponer la siguiente reforma:” PAIR LE EN La Ortografía - “16. Art. 1? Quedará suprimida la c porque el uso ha aboli- do en la lengua hispano -mexicana su pronunciación suave Cas- tellana, substituyéndola con la de la s ante las vocales e, 2, y la fuerte que produce ante las vocales a, 0, 4, quedará perfecta- mente reemplazada por la de la q, que conservará su sonido fuerte ante todas las vocales, sin necesidad de añadir la w que hoy se emplea en las sílabas que y qui.” Son no .o.n.o. 00.0... ..0.....0.0.x0.... 0.0. Rao. on... .o.o. .o. 0... . nanooo 2200.00... %.09 O 1" NOTA.— Estoi de akuerdo, menos en el enpleo dela q, pues el uso de la k es mas lojiko i desde luego mas fasil, por ke no vekuerda la 4 ke oy sige á la 9, 1 kuyo tekuerdo sera una kau- sa permanente de perturbasion al eskribir. 5 posaron eaoeacsacoo non. p$.. 0... .£. 220000... 000000. 2002. ..0090%80 ñ á o 20O007. .LO0DSAA 20 2.£ %“2Conenanoonocn nn. na nccono?rdn 2 pon. 0.2000.) 0.0.0.2 Memorias [a894-951, T.VIIL.—Y8 298 Memorias de la Sociedad Científica III ““ Art. 2 La y sin interposición de la u, tendrá con todas las vocales el sonido suave que tiene con a, la o y la u, dejando ex- clusivamente á la j el fuerte que de derecho le corresponde.” ““ Art. 32 La h no se usará en ningún caso como letra muda, sino con el sonido natural que indica su nombre, quedando en tal caso suprimida la ch, porque ya no habrá necesidad de an- teponerle una c para hacerla sonar.” .e.o e... . .< ...... <<... .<.... $... ..... 0... .<. 2...) 0... ......o. 22 NOTA.—Asepto ke no suene la h, pero no ke kon eya se ¿epresente el sonido che, puesto ke por tal che es konosido es- te signo y sonido ch; el ke por otra parte no traera konfusion a los niños, puesto ke se suprimiran las letras c y h separada- mente, y por lo tanto, usandolas reunidas siempre, formaran un signo uniko. “Art, 4% Queda suprimida la ll, porque no usándose pronun- ciarla con el sonido castellano de dos 1 1 separadas, la letra que da el sonido usual es la y consonante, á la que se dará el em- pleo de ¿vocal que impropiamente desempeña en algunas voces.” “ Art. 5? Queda suprimida la v, substituyéndola en todos casos la b por ser su pronunciación la que ha establecido el uso en nuestro idioma.” ; “Art. 6% La x recobrará su sonido natural en todas las pa- labras en que se hace figurar como J, y ocupará su puesto en todas aquellas en que se la suple con la doble c.” . o. .............. .......r.oo..o.c.o 31 NOTA.—No asepto lo ultimo, porke ya bimos en el pavafo 3 ke la x se puede ¿epresentar mas fasilmente kon la k y la s, “Art. 72 La 2 quedará suprimida por la razón que hemos '-N] Antonio Alzate. 299 Anno IIA. aducido al tratarse de la c; es decir, por carecer de pronuncia- ción en nuestra lengua.” PARTE SEGUNDA La Prosodia “17. Art. 1% Se suprimirá el acento en las vocales a, €, 2, 0, Y, cuando por ser conjunciones forman dicción por sí solas, pues no hay lugar á equívoco alguno en su pronunciación.” “Art. 22 Siendo las voces que componen el idioma castella- no graves en su generalidad, además de las esdrújulas y las que llevan acento por el lugar que ocupan en la oración, se acen- túan todas aquellas en que cargue la pronunciación en la última sílaba, ya termine en vocal Ó en consonante, y todas aquellas terminadas en diptongo en que cargue la pronunciación en la penúltima letra.” LL... 9.0.2... 0000000050... 0 4* NOTA.—Siendo el asento una kosa del todo konbensional, pero teniendo una influensia desisiba en la poesia, yo kise en mis ¿eformas aceptar las ¿eglas ke menos alteren este punto de la gramatika aktual; i para esto no ai ke buskar pruebas, sino vekordar la asentuasion de muchas palabras i ber a ke Zeglas jenerales pudieran obedeser mas fasilmente perdiendo lo menos de su eufonia presente. Memorias de la Sociedad Científica PARTE. TERCERA La Etimología “18. Art. 12 Los verbos irregulares, quedarán regularizados sometiéndolos á la derivación natural del infinito que rige á los verbos regulares.” : “Art, 22 Los nombres pertenecientes al género común de dos, quedarán sujetos á la declinación general para reducirlos á los géneros masculino y femenino.” PARTE CUARDA La Sintáxis “19. Artícule único. Quedarán suprimidas las abreviaturas, locuciones anticuadas y toda clase de arcaismos, á no ser que se usen como citas en el discurso.” “Adición. Quedará abolido el estudio obligatorio de la len- gua latina y cualquiera otra extranjera, y por consecuencia los textos latinos y franceses en las carreras profesionales, tradu- ciéndose estos textos al español.” _Kontra lo anterior se dijo: “20. Remover en ún momento dado, desde sus cimientos, una construcción tanto más sólida cuanto mayor es el número de ¡Antonio Alzate," 301 siglos que ha pasado por ella, es obra de titanes; así es que, á su ejecución debe preceder una certi umbre absoluta de que es necesaria y sobre todo, de que es practicable; puntos de dis- cusión que no se desprenden del espíritu mismo del proyecto, y creo que sobre ellos debe girar exclusivamente el debate.” LS. ... .% . .<.... >». %<20%. p. . 0. <0.n. 00.00. ...0:%0.0...0....«..<. o... . 5% NOTA.—En mis estudios demostre ke es nesesario i prak- tikable; i mas aun, ke es indispensable para ke pueda ser posible el fonografo inpresor, kuya benefika influensia para el progreso umano esta fuera de diskusion. 2.2%... ....<. 0: ...%9..<...<0:<% 2.00 %2>520<00.<09090..2%.. 2. “Si bien es cierto que el uso obliga á pronunciar la c como 3 ante las vocales e, 2, también lo es que para suprimirla en la es- eribura no basta esa razón, puesto que no destruye las que pu- dieron oponerse á ello. Si el arte de hablar y escribir se con- fundieran en uno solo, la supresión de una letra, cuyo sonido es idéntico al de otra no sería tan inconveniente, como lo es, siendo artes distintas que sólo se confunden en las lenguas monosilábicas y excepcionalmente en algunas polisilábicas,” 6* NOTA.—Desir ke el arte de ablar i eskribir debe dibidirse en dos, es afirmar ke en el aljebra por ejemplo, debe dibidirse el estudio en dos partes: en el de la filosofia propia de la siensia, i en el arte de interpretarla kon su eskribtura propia. Permitid- me manifestaros ke kien tal diga, ignora ke los simbolos o li- lerales pueden ser arbitrarios, pero su ordenamiento i empleo jamas; pues ayado el fenomeno del kubo, por ejemplo, i kon- benidos en ¿epresentarlo kon un tres aliba i a la derecha de la literal, siempre ke asi se eskriba indikara un kubo, i nada mas ke un kubo. 3802 Memorias de la Sociedad Cientifica Las matematikas ban a la banguardia de todas las siensias presisamente porke en eyas kada prinsipio no tiene sino una interpretasion unika, i asi se esplica komo una ekuasion ma- tematika ensieva todo un diskurso de unidad konpleta porke no puede dibidirse en parte sientifika, por las berdades ke anunsia, i parte artistika, en su eskritura; pues anbas kosas son una, porke lo segundo esta subordinado a lo primero. Ased ke en matematikas kada signo pueda ¿epresentar ideas diferen - tes, i las destruireis por su base, kon lo kual se ve ke en el idio- ma kada letra debe tener un sonido uniko si lo emos de aser sientifiko. Sobre estoi la sinonimia, aun al ke señalarl un inconbenien- te mui grabe; ies, la inkoerensia del idioma, si emos de atener- nos al diksionario. En efekto, si en esto buskamos, por ejemplo, el signifikado de la voz “cejar,” encontramos: cejar.. DOS troseder; i si bamos a ber ke kiere desir retroseder, nos dise: Retroseder.....- sejar. El bisio de tales disparates esta en la banidad de no kerer admitir nuestra inpotensia para definir siertas kosas, komo tiempo, la lus, el color, el calor, y otras; los kuales deberiamos poner a la kabesa de los diksionarios, komo las materias primas de su konstruksion, 1 dejar que la praktika de la bida sosial les de su berdadero balor a los onbres. Es sier- to ke kon el tienpo kanbia el signifikado de las boses, pero esto solo nos dise ke abria la nesesidad de ¿eformar al diksionario periodikamente, lo kual no es un obstakulo desde luego ke eso y no otra kosa se ase oi mismo, y se a echo siempre. Kontinuando el kontra, se dise: “La regularización de los verbos sería muy útil, pero es im- practicable. El lenguaje será todo más filosófico cuanto menos irregularidades tenga en su conjugación; pero he dicho que es impracticable, fundándome en que si existen, es precisamente por haber «algún motivo que impida la conjugación regular; así por ejemplo: el verbo ir por ser monosílabo y centro de un gru- po de palabras que de él se derivan es la raíz pura, y como ésta "1 Antonio Alzate . 308 ILLIA A debe tomarse toda para la conjugación regular, resultaría que el imperfecto de indicativo iría, ¿rías, iría, sería idéntico al mis- mo tiempo de subjuntivo lo cual es absurdo á todas luces, te- niendo que suceder esto á todos los verbos monosilábicos. Los “«obros no presentan este inconveniente; pero en cambio, otro casi tan poderoso, cual es la difícil pronunciación de algunas de sus inflexiones, sino de todas; y como el castellano tiene un gran número de estos verbos, resultan una infinidad de pala- bras duras y cacofónicas, que bastaría por si sola, para destruir la pronunciación llena y sonora de nuestra lengua.” 7% NOTA.—Es sierto ke kasi seria inposible aser ¿egular la konjugasion de todos los berbos kasteyanos, si no se kisiera sa- lir del idioma; pero si komo lo dije en el patafo 3 se adoptan boses de lenguas estranjeras, unas a otras se konpletaran fa- silmente, para produsir un idioma universal, yano, lojiko i ar- monioso. crono... ... .. c(1.<0020000.2.%. 2... 0.0. %0.0..0. 090 .3292.2000000000. Sige el kontra: “¿De todas las razones anteriores se deduce que la mayor parte de la innovación es inútil é impracticable, tanto mas cuanto que si llegara á efectuarse tendriamos la necesidad de volver á aprender el idioma, y como no todos querrian hacerlo . ni habria autoridad que á ello los obligase, resultaría la con- fusión, el caos, porque unos hablarían y escribirian de un modo y otros de otro. Ademas las generaciones venideras tendrian que hacer estudios especiales para comprender el significado justo de las palabras de ahora y aprovecharse de los libros es- critos hasta hoy día; de lo contrario, quedarian perdidas las ideas que ellos encierran.” 269.200... .05.0.000.%nx.0.n.0.00.0Á0b.bbw6e/. 2£2.£.0%..%....0.0.0.0.n0.00.0...0.0 4.0. 00002n000 £<. 000... 2%. 000000 0a00%0090.<0n00900420.000<090n00n049049..o.0.x.n00:440 304 Memorias de la Sociedad Científica EPILLIIAILIIIA III LIO LILIA 82 NoTA.—$Si la eskritura se avegla de tal modo ke los soni- dos sean klaros, i uno para kada letra, i se toman komo jueses al sonido de las palabras i al sentido de la orasion, no abra kon- fusion alguna; pues mas la abria oi ke no sabemos lepresentar los sonidos i tienen barios unas mismas letras. Y no bengan los amigos de la puresa del idioma protestan- do contra la adopsion de boses estranjeras, pues si an tolerado en el español la palabra plaid pronunsiandose ple, komo en franses, i asiendo inposible la representasion del sonido español ke tendria “plaid,” ¿kon ke derecho pueden Zepeler absurdos menores, suponiendo ke lo sean, los ke los toleran mayores, ko- mo el ke aki señalamos? ¿Pretenderan por bentura dar a esta palabra “plaid” dos sonidos: uno de ple cuando signifiks un abrigo; y otro de...... ? no se komo representar el otro sonido, pues ke si eskribo plaid, ple se pronunciara. Respecto a ke falta una autoridad para obligar a segir el sistema, ya pronto la tendremos kon el fonografo inpresor. co no.e...00..0....0%.0. 0. 0.02. 0.04.-.:£.:.£E LS4LL£0000 000000000 coo 00 ens. nn... o. Por el pro se dijo: “21. Llego á esta tribuna con verdadero placer, porque siempre es satisfactorio contribuir en algo á demoler los restos caducos de un pasado de sombras que todavia nos obstruye el camino y limita nuestra esfera de acción; pues es preciso com- prenderlo; en el fondo aparentemente en calma de la cuestión que está al debate, se agita sorda, pero viva la eterna lucha de la vejez que siendo natural apego á las tradiciones y que se aferra á ellas con la tenacidad de la impotencia y de la juven- tud que quiere más aire, más espacio, más vida, y que rompe las ligaduras que la oprimen, abriendo nuevos y anchurosos ho- rizontes á la investigación y al progreso.” “Este proyecto es trasceudentalmente importado, porque se ocupa de lo que ha de ser cuando ya no seamos; porque ras- ga las nieblas en que se envuelve lo futuro y prepara poderosa- w ' Antonio Alzate 5 805 PIALIA e mente el desenvolvimiento humano que jamás se detiene, por- que obedece á esa gran ley que en la naturaleza como en la so- ciedad, en lo que vive como en lo que vegeta, marcha de trans- formación en transformación y de etapa en etapa, á veces quiza de un modo imperceptible por lo lento, pero ascendiendo siem- pre.” “¿Cómo pues se concibe que espíritus pletónicos de activa vida, que jóvenes entusiastas y trabajadores, que nobles obre- ros de la santa causa, sientan miedo ante los envejecidos fan- tasmas de lo que fué y opongan las armas de su inteligencia al santo impulso del adelanto y mejora?” “Confieso, señores, que esta doctrina es enteramente curio- sa: según el'a, si cefalagia, que actualmente se escribe con C y 9, la escribimos eon $ y con j, por ese sólo hecho ó se disuelve en sus elementos, esto es, por misteriosa prestidigitación se con- vierte en kefale algos, ó cefalgía no quiere decir cefalgia: es una reunión de letras simplemente. ¿A qué dichosa casualidad de- beremos que al pasar, por ejemplo, el facer del romance al hacer que decimos ahora, no se halla convertido en el facio, facies, facere de donde nació, ó no quedara un vocablo muerto sin tras- cendencia de idea. El Sr. Fernández lo ha dicho: debemos la fortuna de entendernos, á que para conservar la significación de una palabra, es preciso estudiar su construcción, el origen de los elementos que la forman y las modificaciones que haya su- frido al fundirse; esto es la etimología, porque la etimología no se pierde porque cambien las letras; vive mientras vive la raíz que es el alma de la palabra. Ahí tiene la demostración más elocuente y más irrefutable de esa verdad en la existencia del italiano, del español y del francés, que tienen el mismo origen, que están formados de las mismas raíces y son, siu embargo, radicalmente distintos. Honewr onore y honyr tienen la misma Memorias [1894-95], T.VILL—¿9 306 Memorias de la Sociedad Científica OPEL III III LIL II III IIS ASILO LAOS IA A IO IO IO III AO ISI IO III AO ION raíz, significan lo mismo, y sin embargo, son tres palabras di- versas por su pronunciación y escritura. Onore en italiano se escribe sin h, y no obstante, ni ha perdido su significado, ni ha perdido su origen, ni ofrece dificultad al filólogo. Lo mismo con casi todas las demás palabras italianas que han perdido la ortografía latina, lo que no impide que el italiano sea uno de los idiomas más dulces, armoniosos y perfectos que se hablan so- bre la tierra.” e... Sc... ....<.< 6%... <. o .o.o on, . .. ... <. ..... 9* NOTA.—Por eso se be, i perdoneseme ke yame mucho la atension sobre eyo, ke el orijen estriba mas en el sonido ke en el signo; ike en konsekuensia, la buena ortografia no debe kon- sistir en konserbar este o akel signo, sino en 2epresentar bien akel o este sonido. Sobre este punto, es tal la inkoerensia del idioma, ke eksistiendo en el el sonido de la ere, no se enkuentra en su alfabeto; ¿porke pues se atreberan a oponer Zesistensia a su 2eforma, los enemigos de eya? porke distraidos en otros asuntos, tienen solo un bago konosimiento de sus defisiensias, pero no la konsiensia %eal de eyas. Seamos por lo tanto indul- jentes kon sus tenases adbersiones a su perfeksionamiento, i prosigamos nuestro kamino seguros ke dia bendra en ke nos agan justisia. Ke se fijen, por ejenplo, ke al enseñar el alfabe- to, dan á la r la pronunsiasion de erre, i al pasar á las palabras el de cre; i luego sin desir nada, para yegar a la erre duplican la r, poniendo 77; i mas aun, despues de »n dan a la » el sonido fuerte otra ves; puede aber algo mas arbitrario i difisil para los niños, ke este infernal envedo? Sigue el pro: “Ese ejemplo preciosísimo, esos tres idiomas que llenan la literatura del mundo y que son el reflejo de tres razones po- derosas que han ido, ó van á la vanguardia de la civilización, ¿E A] '' Antonio Alzate. 1 307 vienen á hechar por tierra, con el poder terrible de los hechos, toda la argumentación del Si? Fernández. Yo no me atrevo á sostener que cheval y caballo, por ejemplo, no tienen la misma etimología; si, pues, no sólo puede cambiarse una letra sino cambiarse la pronunciación de una palabra sin que se altere su origen, es á todas luces injusto el cargo que se hace al proyecto, como son á todas luces quiméricos los temores que atormentan al Sr. Fernández.” “Seinvoca otra razón para sostener la inconveniencia de las reformas: se dice que la diferente escritura de algunas palabras es lo único que nos permite distinguir sus diversas significacio- nes: como cima y sima, asta y hasta (con h ); pero esto es de menos peso todavía, porque toda vez que el uso ha confundido su pronunciación, lo único que nos permite distinguirlas y lo único con que las distinguimos de hecho, es con el diverso sen- tido de la frase. Es imposible que cuando decimos: “la sima era profunda,” alguien que tenga sus facultades naturales en un estado normal, pueda creer que nos referimos á la cúspide de una montaña. Si tal no fuera, con reforma ó sin ella, nos sería preciso traer en el bolsillo muchos hastas, muchas cimas, ete., ete., para hacer que al auditorio le entrara la palabra por el oído y por los ojos.” “El Sr. Fernández admite la reforma respecto de la ¿ latina en lugar de la y consonante, de ésta en vez de la ll y de la j en vez de la x; respecto de las otras creo haber tenido la fortuna de destruir los argumentos expuestos en contra de su admisión; - quedan, pues, de pie las razones aducidas por la ilustre Sra. Caliope en la magnífica parte expositiva del proyecto.” “Pasemos á la prosodia. En esta parte mi ilustrado adver- sario da una razón, que no es razón; le parece fácil la acentua- ción adoptada por la Academia Española y cree inútil variarla. Pero el que una cosa sea buena es motivo para desechar otra mejor? Los conservadores dicen que si; nosotros tenemos obli- gación de decir que no.” 308 Memorias de la Sociedad Científica IIIISLILIIISLIID “La regla que da el proyecto respecto á los polisilabos es más fundada, más clara, más rational y más fácil que la arbi- traria adoptada últimamente, por la docena de vejestorios que limpian, fijan y dan explendór á nuestro robusto idioma. ¿Por qué se acentúa corazón y no se acentúa girasol? Porque la Academia lo quiere y hay quien se someta á sus chocheces. Leo. ... ,..... . <.. ... 5. <<<... ..-...%.%X o... <<... 00%17..«00.-.. >. .... 10* NoTA.—Deploro ke la Akademia Española kon su gran- de inersia, presipite a los pueblos a ke le pierdan el Zespeto; pe- ro desearia ke estos en bes de insultarla, sinplemente desobe- desieran sus leyes i komo berdaderos %epublicanos enplearan kon independensia la ortokrafíia ke mas les kuadre; pues las grandes ¿ebolusiones no se deben jamas a los parlamentos, sino' a la inisiatiba indibidual y a los partidos que se forman. Aseptemos, pues, la ¿eforma kon balor sus berdaderos par- tidarios i usemosla en nuestros eskritos i eyo nos yebara al triun- fo, el kual no ¿eclama palabras sin echos. .S.o.oo.. e. un... 0.010 +... Rneoe eos». . ........b.0.......00 2... <.o-*....... Sigue el pro: “* Ahora bien, dado que la actividad humana se ha extendido en todas direcciones, dado que la existencia es pequeñísima ante la inmensidad de la ciencia, dado que en la lucha por la vida, el más activo y más apto, ocupa el lugar del perezoso y del inútil; la tendencia perfectamente marcada que sigue el espíritu moderno es substituir la especialidad á la enciclopedia, es ahorrar tiempo y economizar trabajo, porque el hambre y la miseria gritan incesantemente en la vida de la muchedumbre, y el carro de la humanidad camina sin detenerse jamás, aplas- tando bajo sus ruedas á los remisos y á los débiles.” A “ Antonio Alzate, n 309 “* Además, debemos ver las cosas un poco más profunda- mente de lo que á primera vista se presentan; la paz fecunda de que disfruta el país, el inmenso número de escuelas difun- diendo por toda su superficie la influencia del trabajo que des- | pierta la actividad dormida y engendra nuevos anhelos, los abusos de los poco felices sobre los muchos que sufren son ele- mentos importantísimos que trabajan en silencio, pero que pue- den dar de un momento á otro resultados admirables, ” 11? NOTA.— $1 oi enpiesa la sibilisasion de nuestras masas, ninguna epoka mas propisia ke la presente para ke la Eskuela Ofisial yebe á su seno la nueba semiya; tanto mas de aseptarse, kuanto ke sera de mas fasil kultibo ke la bieja. Sigue el pro: “Tratándose del origen, diré que separándose de él es como han adelantado todas las ciencias y las artes, y que de no ser así, el progreso atado al poste primitivo de su nacimiento, no ha- bría dado un sólo paso.” ““* Aunque graves perjuicios se siguiesen al recuerdo venéra- ble del latín, á la etimología y á todos los legendarios vestigios del pasado, no sería este motivo suficiente para inmolar lo que existe y tiene que sobrevivir en aras de lo que ha quedado se: pultado en el ayer de los tiempos.” “La muerte como nulidad, no tiene derecho para servir de rémora á la vida; y si las naciones que fueron hijas legí- timas de los latinos, cuando así les convino, tuvieron el atrevi- miento de substituir su idioma por el italanio, y todavía burlaron en éste todas las irregularidades del latín, menor será el sacri- legio cometido contra él por nosotros, descendientes de tribus americanas, que si en conservar modismos legendarios nos 310 Memorias de la Sociedad Científica POP IIS IIIILIIIIIISEIIIIS III ISIAIS III empeñamos, seriamos más disculpables siguiendo algunas de las lenguas mexicanas, chichimecas ú otomíes, que fueron las de nuestros padres. Sin embargo, de estas lenguas primitivas de nuestro suelo, apenas si poseemos algunas voces, y esto tenien- do buen cuidado de sujetarlas al ritmo y carácter del idioma es- pañol que hemos adoptado.” “Respecto al trastorno que la reforma propuesta pudiera ' producir, no abrigo el temor que abriga el Sr. Fernández, de que esto “entrañe una conmoción profunda en nuestra lengua;” creo, por el contrario, y las repetidas transformaciones que ha sufrilo lo prueban así, que habiendo perdido en sus derivacio- nes casi totalmente las construcciones latinas y griegas, quitar- le las pocas y muy desvirtuadas que le quedan sería apenas la última imperceptible vibración del gran cataclismo soportado por ésta y por todas las lenguas de origen extranjero, al mez- clarse con otras primero y al formar después cada una de por sí un idioma separado. Los choques bruscos, y que no obstante por ser el asunto tan benigno de suyo, no produjeron desastre alguno en el mundo, fueron los sufridos cuando el español, cambiando á un tiempo de pronunciación y de escritura, fué pasando de un estilo á otro, y casi constituyéndose de nuevo. Si tales temores nos embargan al presente que sólo se trata de reglamentar algunas irregularidades que, como olvidadas por la reforma general han quedado, ¿qué diríamos si hubiésemos alcanzado las épocas por ejemplo de D. Sancho el Bravo, en que la bella literatura se expresaba así: “Calledes, Don Arzobispo, ¿quién vos mete? dijo el Cid.” “Fuérades rico infanzón, — magúer fuérades vasallo, — todo lo al 4 ricos — homes se os cediera por fidalgo.” O la de Don Juan TI, en que se decía: “Cobdicia es pecado de grande maldam; — por él homecillos, traiciones por él: —al home templado le face ser crel — é troca en soberbia la santa homildad. — Quien non hay josticia non habrá piedad — ni cosa que calme su fam- bre dañina, — compañanle en torno quebranto é ruina é amor non conoce, ni siente amistad.” "Antonio Alzate." $11 Qué diríamos repito, si de este español hubiésemos pasado á la época de los Reyes Católicos en que el idioma, atravesando por una rápida transición, era ya casi el mismo de hoy, como lo prueba el romance siguiente: “¿Quién de vosotros, señores, — irá á la sierra mañana —á poner mi real pendón — encima de la Alpujara?” — A todos los caballeros, — á todos tiembla la barba, — exceptuando á Don Alonso — que de Aguilar se lla- maba. — “ Aquesa empresa, señor, — para mí estaba guardada, — que mi señora la reina, — ya me la tenía guardada.” — “Ale- gróse mucho el rey — con el cargo que le daba, — y no era aún amanecido — Don Alonso cabalgaba.” Por lo anterior fácilmente puede comprenderse que grandes trastornos literarios se produjeron con motivo de estos cambios y sin embargo, por la sencilla necesidad de pulir y reglamentar el idioma, eilos se llevarán á cabo, y Cervántes con su sublime “genio vino á darle el último retoque á aquella revolución.” En cuanto á la confusión de significación que, según la Se- ñora Aurora y el Sr. Fernández resultaría entre ciertas pala- bras si llegasen á escribirse con la misma letra, aunque ya los Sres. Garza, Aldape, y Eutepe, los han convencido de que no pue- de haber confusión, porque las palabras se comprenden por el objeto que designan en la oración y no por las letras con que se escriben; y les han probado con sus propios ejemplos, que por el asunto de que se trate nadie puede confundir cima altura con sima profundidad, ni cabo de mar con cabo de regimiento; quiero citar á la ligera algunos otros ejemplos que acabarán de con-' vencer á estos queridos señores de que el cambio de una letra en palabras de distintos sentidos no influye para nada en su sig- nificación, y que por unas cuantas voces que se diferencían en la manera de escribirlas hay una gran cantidad que se escriben iguales y que tienen variadísimas acepciones. Si por las letras se distinguieran las palabras ¿cómo distiguiríamos, ni al hablar ni al leer, pesar de peso y pesar de pena, costas de proceso y cos - tas de playa, y sobre todo bajos de casa y bajos cantantes, bajos 312 Memorias de la Sociedad Científica instrumentos de orquesta, bajos de largo y estatura, ete., etc., siendo así que esta palabra se escribe en todos casos con los mismos caracteres, lo cual acontece no sólo con ella sino con otras muchas?” “Vemos, pues, que no hay equivocación posible, y que de- jando una sola letra para cada sonido que se quiera expresar, y siendo tan reducido el número de las que deben suprimirse, ni “retrogradará el idioma á su estado embrionario, ni scrá imposi- ble entendernos, mi mucho menos perderá su sencillez y cultura,” como dice el Sr. Fernández; antes bien, llevará á la perfección estas dos cualidades, acabando de borrar de su gramática las irregularidades que conserva y entrando en un período de ma- temática reglamentación.” “Por último, al pesar las dificultades que hallaremos para * llevar á la práctica nuestra idea, no encuentro más que una: que llegaso 4 faltarnos la yoluntad”:22 + .pigo or ropie sn AAN o. 12? soTa.— Esa falta de boluntad se debe al temor al vidiku- lo, pero es nesesario ¿ekordar ke este eksiste no porke se nos lanse, sino porke lo mereskamos; mui tonto es por lo tanto un onbre onorable ke se mortifika porke un nesio le be de soslayo ¡ le enseña el búrlon kolmiyo; i lo ke debe aser al notar seme- jante tipo, es despresiarlo si va okupado, pero si no, detenerse a estudiar a ese kurioso ejenplar de la ¿ehersion de un onbre al mono; pues komo la berguensa solo puede eksistir entre seres superiores, la bestia podra darle una kos, pero umiyarlo ¡jamas! pues entonses no eksistiria la moral. Perdonadme ke os ¿epita, señores, ke es telible el envedo del idioma en sus detayes, de tal modo ke se nesesita aberlo aprendido en la edad adulta para konprenderlo i tener el balor de konfesarlo; urje por lo tanto sinplifikarlo á la mayor brebe- dad, pues si ase treinta años era el lema de la enseñansa ke “el saber no okupa lugar,” a la fecha ke nadie se atrebe á soste- 1 Antonio Alzate, 313 nerlo, ¿esulta la konsekuensia lojika de destruirlo, para ke nuestros ijos en la infansia den mejor okupasion a su inteli- gencia aprendiendo kosas mas ntiles, oi ke la siensia, antes 1g- norada, tanto ¿eklama su atension, kasi desde la kuna; i veflek- sionemos, ke si en birtud de nuestros bisios de edukasion, por los kuales no konosemos las difikultades de la bida, sino asta la muerte de nuestros padres, nosotros emos tenido tienpo para gastar nuestra infansia en kosas futiles, pronto mui pronto, el kresiente kontakto kon las bigorosas lasas del norte nos aran kanbiar de abitos i entonces sera el triunfo de la asa kuyos pro- sedimientos sean los mas lojikos, i desde luego los mas espe- ditibos; por lo kual esta es kuestion asta de patriotismo, si por fin emos de dar kredito a la biril y sibilisadora teoria de Daruin, sobre la lueha por la bida. De todo lo anterior vesulta la nesesidad de pasar ya a la eje- kusion del proyekto por el esfuerso indibidual; i en konsekuen- sia i por lo ke ase al suskrito, en lo futuro enpleara en sus es- kritos el sistema propuesto, salbo en su kolespondensia kon el Gobierno; pues aseptado tasitamente komo idioma ofisial el es- pañol, debe sujetarse a el en sus Zelasiones oficiales, bien que se firmara kon y 1 sin asento. Para fasilitar la propagasion del sistema seria konbeniente enplear un papel yebando al marjen el nuebo alfabeto; ke sera lo ke en lo susesibo ara el ke abla. Mui bueno seria tanbien ke en la prensa, los periodikos- ke asepten la ¿eforma dieran segun eya, aunke fuera un pavafo de' gasetiya diariamente, para irla infiltrando poko a poko en el pueblo. á Respekto al tinbre para el marjen del papel de ke e ablado kreo ke para ke sea brebe i de una idea klara i pronta del objeto bien puede redaktarse asi: Memorias, [1894-95] T. VIIT.—40.. 314 Memorias de la Sociedad Científica Alfabeto metrofoniko del Bolapiuk. Mayaskulas, 4, B, CH, D, E, F, G, (siempre suabe). 1, J, E, L, M, N, Ñ, 0, P, R, (siempre suabe). X%, (siempre fuerte) S, T, U, Y, SH, Minnuskulas. a, db, ch, d, e, f, 9, (siempre suabe). 1, j, k, l, m, n, A, o, p, r, (siempre suabe). 2, (siempre fuerte) s, 1, u, y, sh. El sonido i el sentido fijan las palabras; i se suprime el asento eskrito. + Finalmente, los signos de la erre, ke oi no ai en las inpren- tas, para los trabajos de ese ramo, mientras se introduse el sis- tema pueden usarse esas letras sienpre duplicadas ya séa al medio ó principio de palabra. EL CULTIVO DE LA MATEMATICA FORMA DEDUCTIVA DE LA INFERENCIA EZEQUIEL PEREZ Socio de número, Jefe del Departamento de Pesos y Medidas del Ministerio de Fomento. La modesta labor que tengo el gusto de dar 4 conocer á la Sociedad, no tiene por origen la predilección que en nuestras profesiones adquiere tan naturalmente el estudio de la matemá- tica y de sus aplicaciones, sino el interés de buscar el por qué del rigor de las conclusiones silogísticas, cuando éstas son vá- lidas. Ocupándome de este asunto, me ha parecido notar singula- res semejanzas entre los procedimientos matemáticos y los pro- cedimientos lógicos que han intervenido en la formación de las ciencias. Mencionaré las más notables de esas semejanzas. 316 Memorias de la Sociedad Científica Examinando los nombres generales, encuentro que la ope- ración intelectual que les da origen, es perfectamente asimila- ble á Jo que llama sacar un factor común en varios términos al- gebraicos, y que esta última operación, que reviste diversos grados de complexidad, considerada en sus aspectos más com- plicados, cuando no se trata ya de un simple factor sino de ya- rios, no vienen á ser sino la expresión genuina de lo que en las ciencias experimentales acostumbramos llamar una clasificación natural, capaz de inmortalizar los nombres de los Jousié. En mi concepto la teoría de los nombres generales y de las clasifi- caciones naturales, se reasume en tan sencilla operación alge- braica. : Examinando las proposiciones, no se puede menos que re- conocer en ellas, la traducción al lenguaje de la operación men- tal que consiste en comparar los objetos bajo el punto de vista del signo (presencia Ó ausencia de un atributo) y de la can- tidad. La matemática establece las comparaciones por medio de ecuaciones y de símbolos que simplifican y ponen de mani- fiesto con más claridad las relaciones. Como son bien adecuados los medios de que la matemática dispone para investigar la relación de los objetos que se com- paran bajo el punto de vista de la cantidad, natural parece esperar que sus,resultados constituyan siempre una valiosa adquisición para la inteligencia, en las formas sencillas y espe- ciales en que resultan expresados; natural es qua la Lógica no siempre pueda por medio de su fraseología propia, expresar la- cónicamente la generación de tales resultados; pues es tarea bien difícil expresar con el lenguaje la larga serie de operacio- nes que suelen mediar entre los datos y la resolución de los pro- blemas. ' La sencilla noción de la magnitud se presta mejor á la es- peculación, por medio de las ecuaciones y símbolos algebraicos que por los recursos naturales de un idioma. Tratándose de los nombres contrarios, es notable ver-cómo ed Y "Antonio Alzate. 1 317 IWCIIII0S la Lógica utiliza su teoría, la ley de la relatividad; pero se puede aprovechar el contraste dándole una forma más fecunda para la investigación. El sentido más general de los nombres contrarios expresado por las paladras blunco y no blanco, se presta muy bien para per- mitir una expresión cuantificada que ligue los dos términos, poniendo: mo blanco ; n blanco = y esta expresión cuantificada se adapta bien á las especulacio- nes. La deducción, que permite llegar á un resultado por medio de verdades ya establecidas y que tienen entre sí ciertas rela- ciones, es un método común á todas las ciencias abstractas. La inducción rigurosamente aplicada la traduce por medio de una fórmula el cálculo de las probabilidades, Considerando una expresión algebraica, en que una literal esté sacada como factor común y en el supuesto de que dicha literal sea el único factor que realmente se pueda sacar como tal factor común, si dicha literal se anula, desaparecerá el tér- mino, y por tanto tal expresión algebraica podrá representar los cánones del método de concordancia y del método de diferencia, juzgando á la literal como parte indispensable del término con- siderado, como causa Ó efecto de su existencia. Si por un medio cualquiera se llega á determinar la suma de varios términos y conocemos el valor de algunos de ellos, de x y £, por ejemplo; y acontece que S es mayor que v+y-+2z, la desigualdad indicará la falta de alguno ó algunos sumandos, y se tendrá como una expresión del método de residuos. Si una magnitud varía en proporción más ó menos complexa con relación á otra ú otras magnitudes, la fórmula matemática que exprese tal variación, podrá muy bien representar el cánon del método de variaciones concomitantes. 318 Memorias de la Sociedad Científica El cálculo de las probabilidades, toma á su cargo puntos im- portantes relativos á la indagación de las causas. Tan importantes puntos de contacto entre la Lógica y las Matemáticas, para ser bien precisados, exigen mayores luces y dotes intelectuales que no poseo; y por tanto espero que mis ilustrados consocios disimularán los vicios de que adolece el trabajo que hoy traigo al seno de la Asociación. La Lógica es considerada como el arte científico de la valua- ción de la prueba basada en la inferencia. La inferencia, como se sabe, afecta dos formas; la inducti- va y la deductiva. La más fundamental, la forma inductiva, es la que ha per- mitido establecer los principios ó leyes generales de las cien- cias: es la base inamovible en que reposa su verdad. La 1orma deductiva, es una forma derivada de la inductiva que sometiendo á su especulación las leyes naturales estable- cidas inductivamente, secunda á la primera poniendo de mani- fiesto sus consecuencias más Ó menos mediatas. Derivándose todos nuestros conocimientos de la experien- cia, es natural encontrar en las ciencias estas dos formas de la inferencia; y en efecto, se encuentran ambas; pero se observa» que la forma deductiva, escasamente representada en algunos conjuntos de conocimientos (ciencias experimentales ), ensancha su intervención á medida que las ciencias se perfeccionan, y es, como el indicador que marca sus progresos; en tal grado, que mientras más deductiva es una ciencia, es más perfecta. 1 Nociones de Lógica arregladas por el Profesor Luis E. Ruiz. 1882, pá- gina 293. Antonio Alzate. 319 Entre las ciencias abstractas, todas están conformes en co- locar en primer término á la Matemática, considerándola como eminentemente deductiva, esto es, como la ciencia que hace de la forma deductiva de la inferencia, su procedimiento especial y favorito. Un arte científico no prescribe las reglas necesarias para hacer correctamente las aplicaciones de los principales cientí- ficos que toma como base. Tal es, en nuestro concepto, la con- notación de “arte científico;” y sería tanto mejor, cuanto más apto sea por la seguridad de sus reglas para guiar nuestra con- ducta en las constantes aplicaciones que la vida práctica recla- ma. Un arte científico, tiene por tanto que estar subordinado á la ciencia. La Lógica es el arte científico de valuar la prueba que se basa en la inferencia; pero exige para hacer esa apreciación de la prueba, el conocimiento de las leyes ó principios establecidos por las ciencias, razón por la que, su estudio es más fructuoso después del estudio de éstas; exige también, como arte, el ejer- cicio, la constante práctica para que la valuación que se propo- ne se expedite y para que sus métodos se nos vuelvan fami- liares. El cultivo de las ciencias naturales, es un ejercicio constan- te de la forma inductiva de la inferencia, y el de la ciencia ma- temática, puede considerarse útil, en sumo grado, para adiestrar la inteligencia en la inferencia deductiva. ¿Dónde aplicar con más profusión, donde adquirir la prác- tica indispensable en las dos formas de la inferencia, si no en las ciencias que presenten esas fases, como su forma de prueba más general y dominante? ¿Dónde sacar el mayor provecho po- sible de tan interesante ejercicio si no recorriendo la elabora- ción de los priucipios establecidos por inferencia inductiva, ejercitando los procedimientos de la Mutemática, más bien que haciendo simulacros de inferencia de tan escasa importancia, que ni cautivan la inteligencia ni la recompensan lo bastante de la atención que reclama? 320 Memorias de la Sociedad Científica II Si la ciencia Matemática presenta en sus valiosos métodos la aplicación más frecuente de la forma deductiva de la inferen- cia, parece natural buscar en ella, no sólo la práctica para ejer- citar la inteligencia en esa forma de la prueba, sino también los símbolos de que dicha ciencia se vale para dar á la forma dedue- tiva, esa concisión elegante y esa garantía de su buena ejecu- ción. Tal es el punto objetivo de este trabajo, que no tiende á sa- tisfacer una mera curiosidad, sino á patentizar que el cultivo de la Matemática, es importante al que quiera sacar el mayor fruto en el estudio de la forma deductiva de la inferencia. Procuraremos hasta donde nos sea posible, traducir el len- guaje matemático, aquellas consideraciones indispensables para formarse idea clara de los elementos de las proporciones y de su significado, para entrar con su ayuda á tratar del Silogismo esto es, de la forma clásica que se da á la inferencia deductiva. Considerando-los nombres bajo el punto de vista de la con- notación, se dividen en nombres generales Ó connotativos y en singulares Ó no connotativos. Bajo el punto de vista matemático, el nombre general, el que no se refiere á niugún objeto en particular, podrá denotar- se por un literal, procediendo como el Algebra procede para representar la cantidad; pues es sabido que la literal en dicha ciencia no designa ninguna cantidad Ó magnitud particular y es susceptible de representar á todas. Supongamos, por ejemplo, que se trate de las palabras Hom- bre, Estrella, Montaña. Cada una de esas palabras se aplica á los individuos de una numerosa colectividad, que poseen ciertos "Antonio Alzate. 1 321 atributos comunes y esenciales, siendo esos atributos la conno- tación de dichos nombres. Algebraicamente dichos nombres podrán ser denotados por los símbolos H, E, M, susceptibles de representar el conjunto de atributos que connotan los nombres generales citados, no olvi- dando que los símbolos 4H, E, M, estarán siempre presentes, asociados á los conjuntos de atributos que individualicen los seres á que el nombre general es aplicable, por más grande que sea su diversidad. Los nombres particulares, que convienen á individuos ú ob- jetos determinados, podrán denotarse por símbolos compues- tos. Así, por ejemplo, los individuos denotados por los nombres rey de Bélgica, Sirius, Montaña de las cruces, podrían simbolizarse de este modo: H. r. b=actual monarca de la Bélgica. E. m. c=Ñirjus. M. c. v. 0. h= Montaña de las cruces. si convenimos en denotar con las literales minúsculas conjun- tos de atributos de diferentes grados de generalidad. Así, si r, nos connota los atributos de los reyes y b los atributos de nación determinada, es claro que el símbolo compuesto H, r. b, no con- vendría más que al hombre rey de Bélgica. Si m, connota pri- mera magnitud y C la constelación del Can mayor, E. m. c, re- presentará la estrella Sirius. Para que la notación anterior sea conveniente, decimos que las diferentes literales que entran en ella designen conjuntos de atributos con diferentes grados de generalidad. Esto no pre- senta inconveniente; pues se pueden ordenar las literales con arreglo al grado de generalidad que tengan los conjuntos de atributos que con ellas se representen. Así, H, tratándose del hombre, será el conjunto de atributos de máxima generalidad, como conjunto, y ésta irá decreciendo de izquierda á derecha : Memorias [1894-95], T-VIII.—41 322 Memorias de la Sociedad Científica hasta llegar al conjunto de atributos b que permita distinguir ó definir una individualidad. Ensayemos representar simbólicamente el conjunto de so- beranos del globo, designando las naciones por las iniciales minúsculas de sus respectivos nombres. Sea r el conjunto de atributos que caracteriza á los reyes, e y p los conjuntos que caracterizan á los emperadores y presidentes, etc. Obten- dremos: H,.r.(db+h+s+n+d...... % para designar los reyes de Bélgica, Holanda, Suecia, etc. H.e.(Ch+j+....... J), para designar los emperadores de China, Japón, etc. H.p.(arte+m...... yA para designar los presidentes de Argentina, Colombia, Méxi- co, etc. y, para símbolo general de los Soberanos, el siguiente: HE [r (DEh+s+ENR+H.....) +e (ChEJH +...) 4D (AFC AMA 0 0.00) E a20.2], símbolo en que fácilmente se nota la modificación que resulta- rá, si por ejemplo, la Suecia dejase de existir como nación, ó si cambiase la constitución política de los pueblos, produciendo la abolición del reinado en todas partes. En el primer caso, des- aparecerá únicamente el rey de Suecia; y en el segundo, no habrá ya soberanos de esa especie. - Antes de pasar adelante haremos las siguientes observacio- nes: Antonio Alzate. 1 323 PODEIS III III IIED IIED IIA 1: Que el conjunto de atributos H. a, se obtiene por abstrac- ción de conjuntos tales, como H. a. g, H. a. c, H. a.ch.... etc., que representarán á hombres guatemaltecos, colombianos, chi- lenos....., etc., y en que H. a representa el conjunto indispen- sable de atributos que concurren á caracterizar los individuos del nuevo continente. 22 Que si nos limitamos á la colectividad formada por estos últimos individuos, H. a, será el símbolo de la generalización más avanzada á que podemos !legar; pero que si consideramos los hombres de los demás continentes, podremos llevar más lejos la generalización, abstrayendo el conjunto 4 de atributos esen- ciales del hombre, de conjuntos tales como H. a, H.e, Ha,, H.0z...... etc., que determinarían al hombre americano, europeo, asiático, afri- CAnO/.----. etc. 3= Que en este último caso, H, será el último término de la generalización, y no nos será posible llegar á una generaliza- ción más comprensiva, más que tomando en consideración agru- paciones de seres vivos diferentes del hombre. 4* Que los conjuntos sucesivamente abstraídos, han ido co- rrespondiendo á grupos de hombres que existen. 52 Que si la colectividad hombre, se representa por la expre- sión Hombie 2H (AFe+0,+07......), en que las literales indican, americano (4 ), europeo (e), asiáti- co fa,), africano (42)....- +, el factor del paréntesis fa+ea+07...-..), 324 Memorias de la Sociedad Científica que traduce las diferentes agrupaciones que se pueden hacer con los individuos de la colectividad atendiendo á las grandes divisiones del globo, no puede ser nulo, porque entonces no ha- bría tal colectividad; que algunos de los términos que lo for- man, podrán desaparecer, pero que por lo menos debe quedar ' uno, caso que corresponderá á a=t=0,=d4=. also dea y que en este último caso, la colectividad estará formada única- mente por individuos cuyo conjunto total de atributos será H. a, indicando esto que la clasificación habrá sido viciosa, pues ha- bía considerado como diferentes los conjuntos idénticos y que las divisiones geográficas del globo, no introducen dife- rencia ninguna entre los individuos de la colectividad; pues el conjunto de atributos a idéntico á los demás e, 4,, %,, tendrá la misma generalidad que los connotados por H y formará parte de los atributos de más constancia ó generalidad. Juzgamos importantes estas observaciones, porque siguien- do la escala ascendente de la generalización, podremos llegar al último conjunto de atributos generales, que comprenda todos los seres del universo, llegado al cual, no tendremos ya medio de abstraer conjuntos de atributos, porque habremos llegado á la colectividad más numerosa que todo lo comprende. También podrá suceder, que intencionalmente no deseemos pasar de cierto orden de fenómenos, tales como los que caracterizan á los seres vivos, por ser estos el único punto objetivo de nues- tras indagaciones, en cuyo caso el trabajo de generalización también tendrá un término, conducióndonos á un conjunto úl- timo de atributos, después del cual, no podrá llegarse á una 1 Antonio Alzate. n 825 generalización mayor; pues los seres vivos constituirán enton- ces, la colectividad máxima que se puede considerar. ITI En cuanto á los nombres abstractos que como se sabe no se presentan cosas, sino atributos, cualidades de las cosas, su mo- do de generación podrá fijarse atendiendo á esta consideración. Si consideramos la colectividad designada por la palabra hom- bre, de la cual hemos podido abstraer, como conjunto, los atri- butos esenciales H, la existencia de tal conjunto de atributos es condición necesaria para que haya los individuos que la co- lectividad hombre comprende, y de tal manera asociados esos atributos, que con uno solo que falte ó se anule, su falta ó anu- lación será bastante para hacer desaparecer dicha colectividad, haciendo imposible la existencia de sus individuos. Si conside- ramos el conjunto de atributos esenciales del hombre, desig- nado por H, conformado de esta manera: H=e 080 nos podremos en este conjunto fijar nuestra atención en el atributo inseparable a, marcando nuestra preferencia actual de este modo: expresión ea que hacemos resaltar el atributo a para tenerle más presente. Como tal operación no tiene inconveniente ni presenta ninguna dificultad, la generación de un nombre abs- 326 Memorias de la Sociedad Científica tracto, quedará traducida al lenguaje del Algebra, por la nota- ción a hielo , a corresponde. Para caracterizar mejor el nombre abstracto, hagamos una comparación de él con el nombre general, tomando la expresión de la colectividad hombre formulada en el párrafo precedente: en que a será el atributo á que el nombre abstracto Hombre=H (a+ea ar+...... se en que a denota americano, e, europeo, a,, asiático, ebc....... Tratándose de esta expresión dijimos que el factor del parén- tesis no puede ser nulo, porque entonces la colectividad no existiría. Esta circunstancia hace que el conjunto de atributos H, solo, ó la asociación H. a, en el caso de haberse reconocido la generalidad del conjunto a, caso examinado en el párrafo dicho, corresponda á una colectividad que existe. No pasa lo mismo con los nombres abstractos cuyo modo de generación hemos representado por una expresión de la forma « Cad pues si por ejemplo a designa el atributo mortal, siendo el con- junto H, el último grado de generalización á que se puede llegar tratándose de la"colectividad hombre, resulta: que este atributo a, no puede tener representación objetiva sino en sus estados de asociación indisoluble con los otros atributos f. 0. y, ó con otros grupos de atributos más Ó menos semejantes á f. y .0, cuando se trata de otra colectividad de animales; pero nunca considerando aisladamente: que la operación mental (abstrac- ción) que nos ha conducido á la generación de los nombres abstractos, permitiendo acordar preferente atención al atributo a, no implica de ninguna manera la nulificación de los demás atributos que de igual grado de generalidad, le pueden estar asociados, porque tal nulificación haría desaparecer la colecti- vidad, dando por resultado que el trabajo de generalización, se 1 Antonio Alzate." 327 habría efectuado sobre una colectividad ficticia engendrada por nuestra imaginación, y, por último: que la abstracción del atri- buto a, del conjunto HA, no viene á ser más que una de las fases bajo las cuales tal conjunto puede ser considerado. Se nos dispensará si insistimos demasiado sobre la significa- ción de los nombres abstractos, pero lo trascendental del punto así lo reclama. En efecto, sabido es que el abuso Ó mejor dicho una incompleta idea de lo que significan tales nombres, ha pro- ducido entre los lógicos una profunda división, Cree una de esas divisiones, que algunas nociones no se de- rivan de nuestro conocimiento del mundo exterior, esto es de la experiencia; tales como las nociones de espacio, tiempo, causa y substancia, cometiendo el grave error de considerar dichas no- ciones, como derivadas de otra fuente y pretendiendo que cuan- do tenemos una palabra, forzosamente debe haber una cosa á que corresponda. Tal manera de ver esas nociones, implica la ignorancia de lo que es la abstracción de un atributo, implica la ignorancia de los diferentes modos de asociación de atributos que la Natura- leza emplea en la formación de los seres. Mientras que para esta secta de lógicos, las nociones citadas deben corresponder á alguna cosa, para la secta contraria, dichas nociones no co- rresponden más que á una de las fases que pueden presentar conjuntos indisolubles de atributos. A este último modo de ver (H) a corresponde la notación a que acabamos de proponer para explicar la generación del nombre abstracto. El conjunto de atributos está ligado, como por multiplicación, y, desde el mo- mento en que material ó virtualmente se nulifiquen los restan- tes atributos diferentes de-a, esto es, de aquel que considera- mos, desde ese momento, no hay ya conjunto, no hay ya cosa á que referir el atributo. Para justificar nuestra aserción relativa á la forma de aso- ciación que afectan los atributos esenciales y para dejar con 328 Memorias de la Sociedad Científica vencidos á los partidarios del realismo, nos parece conveniente terminar este punto, citando la Geometría, cuyas doctrinas nos ofrecen un ejemplo muy tangible, que caracteriza nuestra ma- nera de juzgar sobre el asunto. Un volumen asocia tres dimensiones lineales, de una mane- ra indisoluble, y tal enlace íntimo, lo traduce el Algebra esta- bleciendo que un volumen, siempre es el producto de tres di- mensiones, siendo su expresión V=a.0.cR Mas, en general, el término común que presentan las premi- sas, n0 siempre es el término medio definido por los caracteres anteriores, sino que tal término suele ser, sin que lo revele, la forma del Silogismo, el término mayor Ó el menor. También sucede á veces que los dos términos diferentes del mayor, en lugar de contener el uno al otro, se excluyen totalmente. Para patentizar que el término común á las premisas que se elimina para llegar 4 la conclusión, es algunas veces, sin que lo revele la forma del Silogismo, el término mayor, y otras el término menor, examinemos el Silogismo que se obtendría, tomando como premisas la menor y la conclusión del Silogismo anterior. Tendremos: Memorias [1894-95], T. VII. —43 338 Memorias de la Sociedad Científica “Todos los reyes son hombres. Todos los reyes son mortales. Algunos mortales son hombres.” “Algunos mortales son hombres.” El término común eliminado, ha sido en el presente caso el término reyes, esto es, el verdadero término menor ; término que por la forma del Silogismo, aparece como término medio. Tomemos ahora la mayor y la conclusión para formar el siguiente : “Todos los hombres son mortales. Todos los reyes son mortales. Algunos reyes son hombres.” P n= n q Y nH =09n'R Al AS y “Algunos reyes son hombres.” En este último Silogismo, el término común eliminado, es el verdadero término mayor mortales, que la forma del Silogismo hace aparecer como término medio. '" Antonio Alzate. 339 WVILLLILLILIIILIIEIILDIIIA WILLIS IISLLIIIIIIII La igualdad que resulta de la eliminación del término co- mún á las dos ignaldades que representan las premisas, es sus- ceptible á veces de traducción en la forma especial hablada que la Lógica usa para las conclusiones; pero otras veces no es posible, sin faltar á la verdad, obtener una traducción hablada de dicha igualdad, que afecte la referida forma. Desde luego indicare- mos que cuando las dos premisas son particulares Ó negativas, la conclusión no puede traducirse en la forma mencionada. Matemáticamente, siempre se llega por la eliminación á una conclusión, cualquiera que sea el término común eliminado, aun cuando las dos premisas sean particulares ó negativas; y tal conclusión, que es legítima si las premisas son verdaderas, es susceptible de una interpretación tan clara, como cuando la conclusión puede afectar la forma hablada válida que es confor- me al Silogismo. Hemos dicho que á veces los dos términos diferentes del' mayor, en lugar de contener el uno al otro, se excluyen total- mente; y como es de interés examinar ese caso, supondremos las siguientes premisas: (1) ““ Algunos peces son tiburones. ” “Todos los guauchinangos son peces.” Pobla ze la P aya ¿Cuál es el término común en las anteriores premisas? Es evidente que el término mayor; puesto que la palabra peces comprende á las especies tiburones y guauchinangos. 340 Memorias de la Sociedad Científica mm PAPI ILLIA mo ¿Cuál es el término medio y menor? No hay términos me- dio ni menor propiamente dichos; pues ni los tiburones forman parte de los guauchinangos ni los guauchinangos de los tiburo- nes; ambas especies corresponden á un género que la Zoología designa, y que vendría á ser el término medio entre ellas y el mayor peces. Bajo el punto de vista lógico, se ha alterado la constitución, el mecanismo del isntrumento llamado Silogismo, de un modo esencial, aunque no aparente, y la combinación de las premisas, producirá una conclusión de especie diferente de las que la Lógica considera; que no será susceptible de ser traducida á sus formas habladas especiales. Matemáticamente se llega á la siguiente: nT n! yn Esta conclusión no admite otra traducción al lenguaje común que la siguiente: “¿El número de guauchinangos, es al número de tiburones, como 2, es con n'2”, Cualquiera otra interpretación hablada de la igualdad nT n n! sería viciosa, y la Lógica lo patentiza haciendo ver que la con- clusión hablada “Algunos guauchinangos son tiburones,” es falsa; pues lo que aparentemente parece como término medio, no está distribuido en las premisas.” Así pues para que por medio del silogismo, se llegue á una conclusión válida, traducida al lenguaje común en la forma que - la Lógica acostumbra, se necesita que las premisas sólo conten- gan tres términos, que no sean particulares Ó negativas á la vez 1 Antonio Alzate. 341 PLLILLIII00II ¡€_ERE o y, que el término común á ambas, aun cuando no sea el medio, guar- de con los otros dos las relaciones convenientes ya asignadas. Mas no hay que olvidar, que la Matemática, si las premisas son ciertas, siempre obtiene conclusiones válidas y aceptables en su len- guaje propio; que siempre utiliza las verdades en ellas conteni- das, deduciendo sus consecuencias obligadas. vI Habiendo establecido en el párrafo anterior que la operación gue el Silogismo ejecuta sobre las premisas para llegar á la con- clusión, se reduce á eliminar el término que es común á ambas y señalados los caracteres que deben tener para que dicha con- elusión pueda traducirse al lenguaje común en la forma que la Lógica acostumbra, vamos ahora á presentar bajo la forma ma- temática las variadas formas que suele presentar el Silogismo. En realidad, para el fin que nos hemos propuesto, bastaría ejemplificar únicamente los silogismos de la primera figura, por ser reductibles á ellos todos los modos de las tres figuras res- tantes. Optamos sin embargo por examinar sucesivamente cada figura en sus diferentes modos, esperando que con mayor nú- mero de ejemplos quedará más comprobado, que los métodos de la Lógica para llegar á una inferencia deductiva son suscep- tibles de una traducción al lenguaje de la Matemática, y que tal traducción, por medio de sencillas operaciones que esta úl. tima ciencia autoriza, conduce siempre á las necesarias conse- cuencias que de las premisas se derivan. De cada silogismo hablado haremos pues la traducción ma- temática correspondiente, haciendo notar que de los símbolos M. P. y G. que van á emplearse, alguno debe satisfacer á la do- ble condición de que se habla en otro lugar. 342 Memorias de la Sociedad Científica SIDLIILIDILIOIIOSILD ICI III ” LILILISLILIIOLIIIIILLALALIIIILIIII A Primera figura. Toda M es G y Toda P es M Toda P es G Toda P es G Ninguna M es G Toda P es M Ninguna P es G Forma positiva del anterior Toda M es (no (+) Toda P es M Ninguna P es G y (0) n Toda P es (no G-) Ninguna P es G 343 !! Antonio Alzate. AAA A e EGLIDINIIDIINIIIIIIIIIIL MS Toda M es G Alguna P es M Alguna P es G Alguna P es G A Ninguna M es G Alguna P es M Alguna P no es Q Forma positiva del anterior Toda M es (no 7) Alguna P es M Alguna P es (no G-) (no G) u n P M n= qn P (no GQ) ni np" Alguna P es (no G.) Alguna P no es G 344 Memorias de la Sociedad Científica VIDEOTIDA IIILLLILIILICIVOIILILIIIILOIILIIIIA Segunda figura. Merrenjas Ninguna G es M Toda P es M Ninguna P es G mM (M.€) n M TR p- (MM G) nn? Toda P es (no (7) Ninguna P es G e Toda G es M Ninguna P es M Ninguna P es G AA 37d no P u=t 7 (MM =2G _ (no P) 5 Om mn! Toda G es (no P) Ninguna G es P Ninguna P es G VINNIE Antonio Alzate. n . 345 PLILIINIIOILLII0ODIIIOIIDIIIDEILII0OLILIILIAI ALIAS DA. Ninguna Ges M Algun P es M Alguna P no es G M= (no (+) n 12 M a 7 po PP (mOLG) n! PE nn! Alguna P es (no G*) Alguna P no es G ERICA Toda G es M Alguna P no es M Alguna P no es (* Forma equivalente á la anterior. Ninguna G es (no M) Alguna P es (no M) Alguna P no es G P (no M) nm E nu Po (m0) ASE TA Alguna P es (no G) Alguna P no es G Memorias [1894-95], T-VIIL.—44 346 Memorias de la Sociedad Científica An ILLIA Tercera figura. IES Toda M es G Toda M es P Alguna P es G uz E n vel n PE TIN Alguna P es G Ma Alguna M es G Toda M es P Alguna P es G Je TS Es FPÉERERE P a y P n G AAA Lars 0 an y! Alguna P es G a Loda Mies GQ Alguna M es P Alguna P es G M=* ca n "Antonio Alzate." 347 IDDIILLIIIIIILIOLIIIIILILIALIIILILDIIIIOIIIL DILIIII IYD ILL IDIILELIILILILL LILIA o 5 ME A tm! — pa ms LE] DO E n" — yn Alguna P es G A Ninguna M es G Toda M es P Alguna P no es E y — (ro G) AOS xi ÓN (ONG) BARA Alguna P es (no Q.) Alguna P no es G as Alguna M no es G Toda M es P Alguna P no es G ar —(ro G) A = 7 O (MONGE) AR Alguna P es (no 7) ' Alguna P no es G 348 Memorias de la Sociedad Científica LLILLCOLLLLISLILLISLICIIICICILILLLIILIIIILLIIILISA LLL ILLIA LALALA e 5 5 E Ninguna M es G Alguna M es P Alguna P no es G y - 0 G) AE M P n= pr P (no +) n' mn" Alguna P es (no (7) Alguna P no es G Cuarta figura. ¡AA Toda G es M Toda M es P Alguna P es G Toda G es P Alguna P es G . 1! Antonio Alzate. 349 INN DIPIIDLIOIIILIILIILILDLIIIIODIIILILIIIIIS HRS Toda G es M Ninguna M es P Ninguna P es G ¿e u=0M) pro a o Toda G es (no P) Ninguna G es P Ninguna P es G Opos: Alguna G es M Toda M es P Alguna P es G E O P M = 7) P_..vea ni — P G nai Alguna P es G 350 Memorias de la Sociedad Científica LPI LD LL ILLLIIILDIIIIIILIIIIILI IIS LILIA IIILILDIILI IIS LIO III AA. Ninguna G es M Toda M es P Ninguna P no es G M-— (no G) 7% M= ip AA PEA MORE) ML Alguna P es (no (+) Alguna P no es G REA Ninguna G es M Alguna M es P Ninguna P no es G mE (no Gr) PESE S M E) Pp n! =P n" E (no 7) na == nn' Alguna P es (no +) Alguna P no es G Para terminar este punto, vamos á determinar matemática- mente las conclusiones que se derivan de algunas premisas, que pueden conducir á conclusiones falsas, por falta de meditación. "Antonio Alzate." 351 WDLILLILILIEIIIILILIIIIIILOLLILIIIILIL we wee ns Tomaremos dichas premisas de los ejemplos de sofismas que en sus tratados de Lógica, pone el Sr. Dr. Luis Ruiz.* Dejamos la conclusión en blanco, para que en vista del resultado mate- mático, sea formulada después. “Todos los hombres son mortales. Ningún molusco es hombre. =.. <<... o... 9» =-. 9. .:.010 0.0.2. .<.%.020.00 Matemáticamente, la mayor puede afectar estas formas, ri- gurosamento exactas: M _ (no H)—(no M) A q n n—1 n—1 (no H)—(no M) + MM ) =(no M)J+4+H (n—1), > esto es, cuatro formas. La menor puede afectar dos formas que son: molusco = (mo En 7) no molusco 1 (e sacluse) La combinación de unas formas con otras, da lugar á cuatro silogismos (matemáticos ). 1 Nociones de Lógica arregladas por el Profesor Luis E. Ruiz.—Ejem- plos de sofismas, página 114, 2 Véase la página o 3 Véase la página : 352 Memorias de la Sociedad Científica LLLIILLLILIILDL LILIA (no molusco) TO H (no molusco)_ M E “Algunos no moluscos son mortales.” (2) n—1 7) (no H)=(n0 M)J4+M( ) (no H)=w (molnsco ) n! (molusco) =(no Mm (27) no M4 M (27) “molusco = - 7) “Los moluscos forman parte de un conjunto en que hay (mo mortales) y mortales.” (3) q-(M H)-—(no M) n—1 H= (no EJOÑesca ) n "Antonio Alzate 353 PHLLILILIILI II III DIAL LIIIIIIIIDIDIIIDIDLIIIIIEDIIL DNIODIDIIIIOLILILIILLIIOALI OL (no molusco) _ (no H)—(no M) ni n= n—1 “Si de todos los seres del universo, quitamos los hombres; y, de la diferencia que resulte, quitamos todavía los mortales, queda un conjunto en que habrá (no moluscos. )” (4) (no H)=(no M)+H (n—1) (no H)=w"w" (no molusco ) (no M)J4H (n—1) ni (no molusco) = La última igualdad es una relación, que fuera de la can- tidad, nada significa; pues no puede traducirse al lenguaje co- mún, más que como una proporción. Notemos, que las conclu- siones (1), (2), (3) y (4), todas son legítimas, y que sólo la (1) fuese susceptible de revestir la forma hablada especial que usa la Lógica. Examinemos otras premisas: “Todos los hombres son mortales. Algunos animales no son hombres *L6S.Ra..<.<...o Loo non. . 250025025. 0600:5»0:0000 O Matemáticamente la mayor puede afectar estas formas : M _(no H)—(no M) HZ n > n—1 _ Memorias [1894-95], T. VIIL.—45 354 Memorias de la Sociedad Científica S-IILDIDIIILSILIIIIIIDILIILLSD LIADO ODIA AAA (no H)=(no 14m? -)=(no0 M)J4H (n—1 La menor puede afectar esta forma: a _(noH) A E Estas formas dan lugar á dos silogismos (matemáticos): (Es) (no H)=(no M)4+ M(?) _ (no H) ar = yn _ (no (nO: ME) M("7) y = n pr “Algunos animales que no son hombres, forman parte de un conjunto, en que á la vez, hay moluscos y no mortales, fijando sn relación matemática, la fórmula anterior.” (2) (no H) = (no M)+ (H(n—1) a _(noH) US UN AR 1 (0) Ar = ni! ni '! Antonio Alzate. n 355 PLLLILGILIILIILIILDIDILIIDILEDIIZIDLIILOIDILIZILECLEIIIIIIDIILIDILIIAILODIDLELLIIDIIL “Algunos animales que no son hombres, satisfacen á la re- lación matemática anterior.” Sean ahora las siguientes premisas: “¿Ningún hombre es alado. Todos los ingleses son hombres. e... 2.2.0.0 .0.1..0..0b0.000x.0.....-.. »oo...0.05 Matemáticamente la mayor puede afectar estas formas: Ep Pa (no H (no—alado )= Aa y la menor puede afectar las siguientes: H _ (no I)—(no H) | 1= n n—1 n—1 (no I(=(no H)+H ( ñ )=(no H)+1(n—1) La combinación de las formas anteriores la lugar á los silo- gismos (matemáticos siguientes ): (1) 2 00=aldo) n y pista n 356 Memorias de la Sociedad Científica LILLE LIDIA IWIIICOIIO LISO IL LIL LLO LLL LO LILIA LIAIL —_ (no—alac no—alado) EPR “¿Los ingleses forman parte de lo que queda, después de restar de todos los seres del universo, los seres alados.” (2) (no H) (no—alado)= == OT (no H)=(mno I)—1I (n—1) (no I)—I (n—1) n'! (no—alado)= —_ (no 1)—"" (no—alado) n—1 “Los ingleses satisfacen á la relación matemática anterior.” . (3) (no—alado )= a aL n—1 (no I)=(no E —alado )= 1 SA (no A “Los (no—alados ), satisfacen á la relación matemática an- terior.” "Antonio Alzate. n 357 WDILLILIDIDIILIIDILIIIILLDII IILILIIIDEOLSIDIIIIIIDIIDAALIIIS (4) (no—alado) = 22,42 (no I)=(no H)+1(n—1) (no T)="" (no—alado) +1 (n—1) “Los (no-ingleses) satisfacen á la relación matemática an- terior.” Podríamos seguir enumerando ejemplos en que la Matemá.- tica, poniendo en juego únicamente la eliminación del término común á las premisas, llega á varias conclusiones todas legí- timas; pero los presentados bastan para hacer ver la precaución que debe tenerse al interpretar dichas conclusiones, que lo he- mos repetido ya, suelen no prestarse á la forma que la Lógica acostumbra darles. Después de haber hecho patente la operación que el silogis- mo realiza sobre las premisas, explicándola en la forma mate- mática; después de haber tratado matemáticamente los varios - modos que las cuatro figuras comprenden, y por último, de haber puesto de manifiesto, que la Matemática, con tal de que las premisas sean ciertas, siempre deduce alguna consecuencia cierta también, creemos que nos será permitido afirmar que los procedimientos de la ciencia matemática, por la gran utilidad que presentan, constituyen un provechoso ejercicio para todos los que cultivan la forma deductiva de la prueba. Tal es nues- tro sentir. Más por si lo anterior no fuere bastante para acre- ditar nuestra opinión, vamos á consignar en el siguiente párrafo lo que sobre este asunto dice el eminente pensador Bougaev, profesor de Matemáticas de la Universidad de Moscou. 358 Memorias de la Sociedad Científica DASDODAODLIDIOOODDIDIOOSIOIINANIAIIOIIDADNIWILIIIDIIAADAIIAWIILSIOIINIALLSLDIDIIIPILIDIIAA VI En un discurso pronunciado por M. Bougaev en la Univer- sidad imperial de Moscou el 12 de Enero de 1869, cuya tradue- ción debemos al Sr. Presidente de esta honorable Sociedad Ingeniero D. Manuel Fernández Leal, encontramos algunas apreciaciones notables, sobre el valor de las Matemáticas con- sideradas como instrumento científico y pedagógico. Como el asunto de este trabajo se liga bastante con ambos puntos, pues- to que consideramos el cultivo de las matemáticas como útil en sumo grado para el que quiera sacar el mayor fruto en el estudio de la forma deductiva de la inferencia, vamos á trans- cribir dichas apreciaciones. Hablando M. Bougaev do la influencia de las Matemáticas sobre todas las fases del pensamiento y de la vida contem- poránea, se expresa así: “A la concepción exacta de este asunto, se refiere la solu- ción de un gran número de problemas científicos, pedagógicos, intelectuales y sociales. “No es difícil observar que la diversidad infinita de los fe- nómenos del mundo moral y material, está determinada por la diferencia de magnitud, de forma y fuerza. Lia magnitud, la can- tidad, son ideas fandamentales de nuestro juicio. Esencialman- te sencillas y generales se asocian á todas las representaciones, á todas las combinaciones de nuestro espíritu. La cantidad, decía Képler, es más antigua que los cielos; los números, decía Pitágoras, son los principios de las cosas.” Refiriéndose á que las ciencias matemáticas, son ciencias de especulación que descubren las verdades más sencillas y generales, encuentra en este hecho, la razón de su mayor des- u Antonio Alzate. 1 359 arrollo relativo y de por qué ias verdades de las otras ciencias, se hallan en una situación dependiente de las verdades mate- máticas y hasta cierto punto determinadas por ellas, y añade: ““ Esta situación de las matemáticas merece ser especialmen- te examinada. Permite á muchos pensadores considerarlas como la base de la filosofía natural, y nos explica por qué la cuestión de las relaciones de las matemáticas con las otras ciencias, ha sido considerada como la cuestión fundamental de toda filosofía profunda; por qué el estudio de las matemáticas ha servido me- jor que cualquiera otra cosa para medir el desarrollo de la cul- bura de un pueblo; por qué su influencia ha sido siempre esti- mada, bajo el punto de vista de la enseñanza y de la educación.” Haciendo alusión á las aplicaciones, dice: “Con el desarrollo de la civilización se han extendido las aplicaciones científicas de las ciencias matemáticas.” “La buena saeón de las cuestiones prácticas, no es posi. ble sino por el estudio profundo y general de los métodos teó- ricos de la ciencia matemática.” “¿En la organización más reciente de los establecimientos de instrucción, la ciencia matemática desempeña el papel de mediador; posee la misma importancia en las escuelas especia- les y en las facultades científicas.” “Por una parte da un carácter científico, filosófico, á a cuestiones que suscita la vida práctica, suministrando los me- dios de resolverlas más fácilmente; por otra, no deja de conser- var su carácter abstracto, presentando la manera real de inves- tigar la verdad, independientemente del objeto práctico que persigue. Responde igualmente á las exigencias del idealismo científico y del utilitarismo más rigoruso.” “El poder que las ciencias explicadas adquieren por su so- lidaridad con las matemáticas, no constituye sino uno de los 360 Memorias de la Sociedad Científica motivos de la importancia que tienen en el sistema general de los conocimientos.” “El amplio desarrollo de los instrumentos de la civilización contemporánea, todo ese brillo que influye tan poderosamente en el progreso intelectual de la humanidad, todo esto, no es más que la consecuencia de esa fuerza interior que guardan en sí las ciencias matemáticas.” “La importancia de las ciencias matemáticas, resulta de su influencia general en el conjunto de los hechos científicos so- metidos á nuestros estudios.” Refiriéndose á la Astronomía, emite esta idea: “Sin la geometría y el análisis de los infinitamente peque- ños, ningún poder de la inteligencia, ninguna hipótesis nos hu- biera elevado sobre las concepciones erróneas acerca de la or- ganización del universo.” Considerando las relaciones de las matemáticas con todos nuestros conocimientos del mundo exterior, dice M. Bougaev: “¿Se puede con toda verosimilitud afirmar que la perfección de las ciencias físicas, queda determinada por la extensión del dominio del análisis matemático.” 0/0...» 0/30 Ds :atpjajao.0l.. 4: ela *..-00..0.0%:00-. 6.0 56... <-— 25000000. . . ...o..o “La pureza del pensamiento lógico, no se ve alterada de modo alguno en las matemáticas por las perturbaciones acci- dentales de nuestro espíritu. Así, la ciencia matemática, es la ciencia que generaliza los hechos del mundo exterior, que les da unidad orgánica, y es al mismo tiempo el primer grado de ) las ciencias filosóficas del mundo moral.” En la opinión de este pensador “las matemáticas forman el eslabón que liga las cien- cias del mundo interior á las del mundo exterior.” Juzga que, “la civilización moderna está caracterizada por el desarrollo simultáneo de las aplicaciones de los métodos ma- temáticos á la explicación de las leyes del mundo exterior.” 5" Antonio Alzate. 361 PEOLIIIIN Examinando qué ciencias son más adecuadas para desarro- llar lógicamente nuestro espíritu, dice: “* El procedimiento lógico rigoroso, por medio del cual se levanta el grandioso edificio de las matemáticas, es el mejor me- dio de desarrollar la facultad lógica del entendimiento, el juicio. Arago llama á las matemáticas la lógica en acción, En efecto, en ninguna parte se descubren las consecuencias con más rigor, en ninguna parte el sofisma y la inexactitud del silogismo se desarrolla con una evidencia semejante. Bajo este punto de vista las matemáticas tienen grandes ventajas sobre las otras ciencias. En las ciencias morales, el rigor del procedimiento lógico queda singularmente alterado por las otras fuerzas de nuestro espíritu.... El silogismo toma un carácter dramático; se alteran su serenidad, su imparcialidad. ..ooooooom....- so “Las ciencias físicas, ofrecen mejores medios para desarro- llar la facultad lógica del entendimiento porque son más obje- tivas que las ciencias morales. Demandan sin embargo para la construcción del silogismo, importantes observaciones y deben dar mucho tiempo á la descripción. El procedimiento dedue- tivo no desempeña pues, en ellas el papel principal. No hay por lo tanto otras ciencias sino las matemáticas, que por su evi- dencia y su sencillez, sean susceptibles de desarrollar en toda su fuerza las cualidades del pensamiento rigoroso lógico.”..... ooo no ponoonnoona ree. r.bonasocan on nono. ano “Ninguna ciencia puede presentar un encadenamiento tan extenso de silogismos que se sostienen uno á otro. Cada uno de los silogismos intermediarios, hace en este encadenamiento el papel de eslabón, que si llega á faltar, dejaría rota la cadena. La necesidad que hay á cada paso que se da, do tener á la vista todas las verdades, todas las ideas precedentes, enseña al juicio á tener atención, concentración, flexibilidad y desembarazo en la combinación de las ideas y las verdades. Todo el mundo re- conocerá que bajo la influencia de estas condiciones, el juicio se desarrolla, ” Memorias [1894-95], T. VIIL.—46 362 Memorias de la Sociedad Científica ”. LLL Refiriéndose á las condiciones que se necesitan para que la enseñanza matemática pueda desarrollar toda su acción, dice: Ia “hay que tener constantemente á la vista la teoría, el mecanismo del cálculo y la aplicación de la teoría á la solución de los problemas prácticos.”......“La teoría influye de una manera fecunda en el pensamiento, permitiendo conjeturar bajo una forma sistemática lo que ha descubierto la humanidad, des- pués de una larga serie de esfuerzos.”... .. “El mecanismo del cálculo es el lenguaje por medio del cual el matemático expone sus ideas, establece y resuelve las cuestiones.”....... A “La aplicación de los principios teóricos y del mecanismo adquirido, á la solución de los problemas, constituye el tercer punto importante de la influencia pedagógica de la Matemática en el desarrollo de las facultades intelectuales.” “En la Edad Media la influencia de las matemáticas, en la civilización, disminuyó y su desarrollo se detuvo; pero cuando las ciencias tomaron de nuevo su vuelo, el estudio de las mate- máticas se extendió más y más cada vez. Su método riguroso, sus brillantes descubrimientos, sus grandes aplicaciones á las leyes del universo, las colocaron en primer término en la mar- cha de la educación. Para el mundo nuevo, no solamente sus métodos, sino sus resultados y su objeto adquirieron grande im- portancia. Bajo la influencia de sus métodos y de sus resulta- dos la Astronomía extendió los límites de los conocimientos cósmicos, y estableció esos conocimientos sobre la base sólida de la observación. Todo esto influyó singularmente en el espí- ritu humano, que se habituó á creer más bien en la investiga- ción exacta, en la ciencia, que en la autoridad de la Edad Media. El pensamiento, fortificado, entró atrevidamente en la vida de las investigaciones, y el período siguiente se distinguió por bri- llantes resultados científicos. Una larga serie de grandes des- cubrimientos científicos, fué la recompensa de esta fe en la in- teligencia.”...... “A las matemáticas se dirigían todos para ratificar tal Ó cual proposición relativa á los fenómenos nabura- A ' Antonio Alzate. 1 363 ne we III les; con el auxilio de los grandes geómetras se resolvían los errores y las dudas. Los físicos no consideraban sus doctrinas, como plenamente científicas, sino cuando podían ser el objeto de una teuría matemática, capaz de explicar todas las fases de un fenómeno en todos sus detalles, y predecir los resultados de la experimentación. Una clase entera de sabios se dedicó únicamente á elaborar métodos matemáticos.” ...oooooomo.o Doy término á las citas del discurso de M. Bougaev, citas que he presentado sin la fuerza y vigor que les dan las partes suprimidas de dicho discurso, por no ser posible hacerlo de otra manera; pues por mi parte, para quedar satisfecho, tendría que copiar íntegro, trabajo tan interesante. Mas, lo dicho, creo que basta para justificar, por una parte, el interés que para el cultivo de la inferencia deductiva, tienen las matemáticas; y por otra, para que el ilustrado auditorio que me escucha, me excuse de haber intentado formular el Silogismo hasta donde mis escasas luces lo permiten, bajo la forma matemática; de haber acudido á los principios de esta ciencia, si no para justil- ficar las conclusiones silogísticas, sí al menos para mostrar, qué relaciones tienen con tan importante ciencia. Réstame sólo, para concluir, desear que esta honorable So- ciedad, lo mismo que cualquiera otra que encamine sus tenden- cias por el sendero augusto de la ciencia, someta al criterio ma- temático, todas sus especulaciones, siguiendo el ejemplo de los físicos de la época del Renacimiento. México Febrero de 1895. e HEHSTUDIO SOBRE EL MAGNETISMO TERRESTRE EN MEXICO POR MANUEL MORENO Y ANDA Socio de número, Encargado del Servicio Meteorológico en el Observatorio Na nal, A mi querido amigo el Sr. Ingeniero D. Camilo A, González. El impulso y desarrollo que la Meteorol gía ha recibido en nuestro país desde el último quinto del siglo actual, no se ha extendido por desgracia á otros ramos que aunque pertenecien- tes Ó en orden de fenómenos enteramente distinto, parecen, sin embargo, estar en íntima relación con la ciencia del tiempo. Uno de esos ramos, al que debiera concedérsele tanta aten- ción como á la Meteorología, es el Magnetismo terrestre, cuyos elementos son enteramente desconocidos en gran parte de nues- tro suelo. Bien es verdad que varias circunstancias se han opuesto á la implantación de tal género de estudios; una de ellas y aca- so la principal consiste en lo dispendioso de los aparatos pro- 366 Memorias de la Sociedad Científica pios, así como en la dificultad de llenar las condiciones de ais- lamiento que su instalación requiere. Esta última consideración es de tanta importancia cuando se trata del establecimiento de un Observatorio Magnético, que ella sola ha hecho que los trabajos iniciados y proseguidos ba- jo tan hábiles direcciones en el Observatorio Meteorológico Central desde el año de 1879, se interrumpieran poco tiempo después con gran desengaño para la ciencia, cuando por sus condiciones de latitud, altura absoluta %...... el único Obser- vatorio Magnético existente entonces en el Continente Ameri- cano, fuera de los de los E. U., estaba llamado á prestar im- portantes servicios. No es este el lugar de referir la efímera historia del depar- tamento magnético del Observatorio Central, pues ella es de- masiado conocida. Sólo sí haremos constar que instalado en las azoteas del Palacio Nacional, los trabajos se suspendieron precisamente porque le faltó el aislamiento necesario. ¡Masas de fierro y conductores eléctricos cercanos decretaron su des- aparición! Y mientras en Europa, Africa, Oceanía y en nuestra vecina Nación del Norte funcionan de largo tiempo atrás Observato- rios Magnéticos de primer orden, aquí en México sólo tenemos datos aislados recogidos en diferentes épocas y qon diversos instrumentos; inútiles por consiguiente por la falta de concor- dancia, no digo ya para trazar una carta magnética, ni siquiera para darnos una idea precisa de la variación secular.' : 1 La variación secular del magnetismo terrestre consiste en la diferen- cia de valores que acusan de un año á otro los elementos magnéticos. Para obtener el valor de un elemento magnético correspondiente 4 un año, se saca, cuando se puedé, el promedio de todos los valores horarios, ó bien del mayor número posible, procurando tomar aquellos que menos se diferencíen del pro- medio diario. No hay duda que la variación secular depende del giro lento y progresivo de los polos magnéticos alrededor de los geográficos de E. 4. 0., caleulado según el P. Perry, de 560 años, y según Mascart y otros, de 800. El magnetismo terrestre en Filipinas, Manila, 1893, pág. 105. ¡Antonio Alzate. 367 AJA DNI DOIIODLIDIDILIDILILIIIIIIII Para que se juzgue de la verdad de lo que asiento, inserto á continuación los datos más antiguos que sobre uno de los elementos del magnetismo en México, la declinación, he podido tener á la mano, tomándolos de las importantes publicaciones del Coast and. Geodetic Survey. VERACRUZ (Castillo de San Juan de Ulúa). p=19011'.9, 4='96908/.8. - Arias *'Decl. oriental... y' IA a 1721 2015 Joseph Harris. Phil. Trans. Ro- yal S. (Abridged) 1824-34. ys l a Miro 1 AS Encyc. Brit. seventh edition. 3 1776 , 71.30 Ulloa. Encyc. Brit. seventh edi- tion. dd | 4 1815 10.37 Malon y Eneyc. Brit, seventh | edition. 5 1819 Abril 27 9.16 Wisse. Eneyc. Brit, seventh E TNNO edition. * -6 18389 8.22 Behard: g=190 12 1=960 09. Phil. Trans. Royal S. E. Sa- “bine's Contr. to Terr. Mag. núm. XIV, vol. 165, 1875. 7 1856 Agosto 7y8 8.17 August Sonntag, in y=190 12 ¿2=96%09/ at the villa La Gua- ca, 200 yards south of the Ci- ty; Smith. Contr. to Know, Wash. 1860; also Coast. Sur- vey Report of 1856, p. 214. 8 1861 8.20 English Admiralty Chart, núm. 1523, corrected to 1861, 368 Memorias de la Sociedad Científica A A A __ ___n>— Año y fecha. Decl. oriental. 9 1880Feb.10,11y12 7.26.3 Lieut. S. M. Ackley. U. $. N., assistant U.S. Coast and Greo- detic Survey; Norteast bas tion of Costle S. Juan d'Ulua g=190 12 2 2=960 08' 5. CIUDAD DE MÉXICO. p =19025/.0: 4= 990060. Año y fecha. Decl. oriental. 1769 Junio 5020" Alzate. Hansteen's Magnetis- 1 mus der Erde, 1819. 1769 Dic. 5.35. Alzate. Hansteen's Magnetis- mus der Erde, 1819. 2 1775 6,42 Velázquez de León. Memoria del Observatorio Meteoroló- gico Central, por V. Reyes. México, 1880. 3 1803 ñ 8.08 Humboldt. Hansteen's Magne- tismus der Erde, 1819. 4 1849 8.30.2 Gómez de la Cortina. Memoria | del Observatorio Meteoroló- gico Central, etc., etc., etc. 1850 8.35.2 Velázquez y Terán. F. Díaz Co- varrubias. Tratado de Topo- grafía y Geodesia. México, 1869, tomo l, pág. 221. 6 1856 Dic.10y 17 8.46 AugustSonntag. Observations on Terr. Mag. in Mexico. Smith. Contr. to Know.Wash. (ds "Antonio Alzate. ; 369 PPD VODIDIODODOSLLI III VLOSLSOLISrr Año y fecha. Decl. oriental. 1860, also Coast Survey. Re- port of 1856, p. 214. 7 1858 8.22.3 Almazán. F. D. Covarrubias. Obra ya citada. 8 1860 8.30 Salazar llarregui. Obra ya ci- tada. 9 1862 8.20.5 D. Covarrubias. Obra ya citada. 1862 j 8.54.8 Iglesias. Memoria del Observa- torio Meteorológico Central, etc., etc., etc. 10 1866 8.08.5 | Ponce de León.—D. Cova- 1867 8.09.3 rrubias. Obra citada. 11 1868 £.10.0 Fernández y D. Covarrubias. Obra ya citada. ACAPULCO (al Sur del Fuerte de San Diego). y =16050.5. 4 = 990523. Año y fecha. Decl, oriental. 1 1744 300 Anson. Hansteen's Magnetis- : mus der Erde, 1819. : 2 1791 Abril29 . 7.44 Malaspina. Observed on land; A Berliner Astr. Jahr. vol. 53, for 1828. ! 3 1822 8.40 Hall in y = 160 50' 2 = 990 51' Becquerel. Traité du Mag. có Paris, 1846. 4 1828 9.07 Beechey. Becquerel. Traite du Mag. Paris, 1846, Memorias [1894-95], T. VILL «47 370 Memorias de la Sociedad Científica SLLILICOILISLI LILIA LILIA VIII IILLILILILILIALIALAAL A LL LIA Año y fecha. Decl. oriental (1837 8.23 Belcher. San Diego Fort, in | ¿=160 50.9 2=99052,2 Ad- miralty Chart of Acapulco. 5% 1838 8.13 Belcher. Phil. Trans. Royal $. 1843. 11838 8.17 Du Petit Thouarst. Voyage de la Fregate Venus. 6 1541 8.17 Duflot de Mofras” Exploration of Oregon. Paris, 1844. (Pro- bably du Petit Thonars? va- lue; not used). 7 1866 Marzo 30 8.22 Prof. W. Harkness. U.S. N. in ¿=16050'.1, ¿=99Y052.3. Ob- servations on Terr. Mag. Smith. Contr. to Know, núm. 239, 1873, p. 61. 8 1874 Marzo 17 8.38.7 Commander G. Dewey, U. $. Steamer Narragansett; Lieut's Z.. L. Tanner and E. J, Young, observers,ing=160505 4=990 59/44, SAN BLAS. p =21032,6, 2= 1050 15.7, Año y fecha. Decl oriental, 1 1791 Abril 12 7028” Malaspina, observed on shore; E Berliner Astr. Jahrbuch, vol. 53 for 1828; also Encyc. Brit. 7% edition, 1842, "Antonio Alzate." 371 IYDILL LILLO III ILLIA IDAIDIADIIILIIILIILILIIIIILIIIIIIN Año y fecha. Decl. oriental. 1821-22 8.40 Hall. Encyc. Brit. 7'* edition, 2 1842. 1828 11.06 Beechey. Voyage au Pacife, 1825-28.—Beecquerel. Traité du Mag. Paris, 1846. (Not. used). Ol 8.31 Belcher,inp=21032/2=105016' 3 Phil. Trans. Royal $., 1845. l 1837 9.09 Voyage de la Venus. Paris, 1841.—Sabine's Contr. to Terr. Mag. Phil. Trans. Roy. S., núm. XIV, vol. 165, pt. 1, 1875. Position y =21032 1=105016". 4 1838 8.47 Belcher in the Sulphur. Obra citada. 5 1839 9.00 Belcher in the Sulphur. Obra citada. | 6 1841 9.12 Duflot de Mofras. Exploration : of Oregon. Paris, 1844. - 7 1874Feb.23,24y26 9.08.2 Commander G. Dewey. U. $. Steamer Narragansett; Lieuts. Z. L. Tanner and E. J. Young, observers, in..... y=21032, 2=105018".7, 372 Memorias de la Sociedad Científica , DLILOLLIIIILIIIIAL III IIS LLIILIIILEELISILILEL IAEA BAHIA DE LA MAGDALENA (Baja California). v =24038'4 2=112008".9, Año y fecha. Dec!. eriental. (8015: Du Petit Tohuars. Voyage de 1 1837 - la Fregate Venus. 8.17 Fregate Ve- (Cor. Sabine in 2 1839 9.15 nus. E. Bel- | Phil. Trans. cher in.... Roy. 5S., vol. y =24038'3 165,pt.1,1875 1=112007/ | Contr. to Terr. Ll Magn. XIV. 1841 8.15 Duflot de Mofras. Exploration of Oregon. Paris, 1844 in... y=240 36", 1=1120 03" (Not. used). 3 1866 Junio 9 * 10.40.5Prof. W. Harkness, U. S. N.; cruise of the Monadnock, 1865-66. Smith. Contr. to Know, núm. 739. Wash. 1893; y =24040" 1=112007/. 4 1871 Marzo á Junio 11.00 G. Bradford, assistant Coast Survey; near village, on Man of War Cove; in yg=24937/.5 ¿=112013'.3. Chart in Coast Survey archives. 5" Antonio Alzate . 373 PAPA AAA PND PIDAL AD ILLIA LIAAIIIILIIOI Año y fecha. Deecl. oriental. (1873 Marzo 5, 6 y 7 10.36.16 W. Eimbeck, assistant Coast Survey; near village, on Man of War Cove; in p=24038/,4 1¿=112008/.9. (Near Belcher's 9% and Bradford's Stations) Re- | cord in Coast Survey Archi- ves. (1873 Junio 23 10.30.8 Commander G. Dewey, U. $. Steamer Narragansett; Lieuts. Z. L. Tanner and E. J. Young, observers. Oigamos cómo se expresa el ilustrado Ingeniero D. Vicente Reyes, de feliz recordación, el primero que se encargó de los trabajos magnéticos en el Observatorio Meteorológico Central, al ocuparse de las observaciones de declinación verificadas en México desde 1804, hasta 1862.' “Examinados atentamente los valores que se han apuntado para la declinación, no se descubre entre ellos una relación de- terminada para la variación secular; pues aunque la diminu- ción ó aumento gradual de la desviación de la aguja magnética no tiene lugar de una manera constante en determinado sen- tido, porque la oscilación secular general se halla subdividida en ciclos menores de diez á doce años, probablemente relacio- nados con el ciclo de las variaciones de las manchas solares; empero el movimiento general en los dos primeros tercios del siglo no acusa una tendencia á un decremento ó un incremento de la declinación. Así, comparados los resultados que obtuvo Humboldt en 1804, con los del Conde de la Cortina en 1849, aparece que en ese lapso de tiempo la declinación experimentó 1 Memoria sobre el Departamento magnético del Observatorio Meteo- rológico Central, por V. Reyes. México, 1884, pág. 15. 374 Memorias de la Sociedad Científica CELL OL LL LILLE IL OL OLI COL III III IIS IIIDIIIA — un incremento de 29“ 6 al año; de 1849 á 1857 la variación anual está representada por + 1' 59; de 1857 á 1858 hay la fuerte diferencia de 23 47” que corresponde á un excesivo de- cremento, tornándose éste después en incremento de 3 b1” por año, de 1858 á 1860; y de 2 25 de 1860 á 1862.” “Estas discrepancias, en extremo sensibles, reconocen, en- tre otras causas, por origen: 1* El no haberse hecho uso de los mismos instrumentos, Ó por lo menos la falta de comparación de los nuevos con los an” tiguos, para llevar en cuenta sus diferencias, refiriendo á los más perfectos las declinaciones obtenidas en diversas épocas. 2” El no huberse practicado tal vez las observaciones en una misma época de los años, para eliminar la influencia de las variaciones anuales, pues puede muy bien haber acontecido que los datos de un observador se refieran á la época de la máxima y los de otro á la de la mínima. 3" El haber acaso coincidido el tiempo en que se hacía una observación con la ocurrencia de alguna perturbación magné- tica notable en virtud de la cual las indicaciones de la aguja debieron apartarse mucho de su valor normal. 4* El no haberse ejecutado las observaciones en el mismo punto para que fueran constantes los errores motivados por las influencias locales, 4 las que no es fácil sustraerse completa- mente cuando el observador se encuentra en el centro de las grandes ciudades.” Tan justas apreciaciones del hábil cuanto entendido. obser- vador Sr. Reyes, respecto á las diferencias de la declinación en México, pueden aplicarse igualmente á cualquiera de los luga- res que figuran en la lista anterior. En Veracruz, por ejemplo, sirviéndonos de los datos en el lugar correspondiente expuestos, resultan para variación anual las cifras que damos á continua- ción, afectándolas con el signo — las que indican un incremen- to y con el signo + las que un decremento. ' Antonio Alzate. 375 PLL OSL LIL LI LDIIILIILILIIIII Años De 1726 4,1769"). (48) eb — 62 O O FU LA dl DIO SO (9) col E 5.0- AO le CARO do a PUE. +20.2 A de DA E 0) OA A NDA LL NAAA EIA EIN AS do F17%.6 So O ISO (05) ua tods dl —36.0 A NE AL Queda, pues, perfectamente demostrado que las observacio- nes antiguas de la declinación magnética en México, aunque verificadas por personas de cuya honorabilidad y saber no es posible dudar; por las causas que tan juiciosamente indica el Sr. Reyes, no pueden darnos más que nociones aproximadas de las variaciones que elemento tan importante del magnetismo terrestre ha sufrido en nuestro país en un período de siglo y medio. Nos revelan asimismo que el movimiento de la aguja en ese período de tiempo ha sido del Norte al Este, es decir, que la declinación ha sido Oriental; no siendo aventurado suponer, por los valores tan bajos que las primeras observaciones nos presentan, que en épocas anteriores ella fué Occidental, pues bien sabido es que la aguja magnética se desaloja lentamente * de año en año hasta llegar á un cierto límite no determinado aun por la experiencia, debido ¿las pocas observaciones con que relativamente se cuenta, del que retrograda siguiendo el cami- no inverso. De aquí que en un mismo lugar se tengan en épo- cas cuya duración no es conocida, declinación Oriental ú Ocei- dental. : A : Paris y Londres nos presentan un ejemplo de fenómeno tan curioso. 376 Memorias de la Sociedad Científica LLLLLIIIIEIOLLIILIIICLII III III LILIA En Paris la declinación era: A A A 110 30 E AL E DA RS 8 00 »» 1663 la aguja se dirigía seta al polo, permaneciendo dos años en esta posición. En seguida comenzó á alejarse continua- mente dirigiéndose al Oeste. Según las observaciones hechas por los académicos el 21 de Junio de 1667, en el lugar donde debía ser construído el Obser- vatorio, la declinación era ya de 09 15 O, Desde 1678 la declinación fué en aumento, siempre del Oes- te, hasta 1805. Sigue después otro periodo de observaciones practicadas en su mayor parte por el ilustre Arago y que abraza los años co- rridos desde 1806 hasta 1852, en el que la aguja imantada al- canza su máxima desviación hacia el Occidente en 1814, retro- gradando después de esta época hacia el Oriente, al principio con una gran lentitud.' Las observaciones de Londres presentan análogos resulta- dos, como puede verse en el siguiente cuadro; En 15801 (OEA: ARS 110 15 E PO IR Os 6.00 E 4.6 A 0.0 ye a ed De da ar 1.22 Oeste, AA 2.30 Pe 1 > EA e UA. css 04 A A delos 14.17 E AAA AA 17.40 PON AAN A 21,9 A od SEO + a aa 23.19 o A 0 23.57 a Ia o a O e 0 e 20 A 24.6 CON Lo RDA, cb PRADA 24.8 1 Arago.—Notices Scientifiques. Tomo IV, pág. 469, Antonio Alzate. 1 377 2 e TILA Tampoco nos legaron los observadores antiguos dato alguno sobre la variación diaria de la aguja, fenómeno curiosísimo des- cubierto por el P. Guy Tachard, misionero francés en el reino de Siam, apesar de lo cual suele atribuirse la invención á Graham (en 1722) quien muchos años después se dedicó 4 estudiarla y de- terminó su período, ' y originado, según la opinión generalmente admitida, por los cambios de temperatura que el Sol, sin ser por sí mismo un cuerpo magnético, produce sobre el magnetismo terrestre? opinión que ha sido combatida por los que creen que en la atmósfera y en la tierra misma existen fuentes que expli- can suficientemente todos los fenómenos del magnetismo terres- tre. Pero no para aquí la tendencia del espíritu humano inclina. do siempre á explicarse hasta en sus menores detalles el por qué de todo cuanto lo rodea. Pedro Barlow, ideando la manera de atenuar la acción que ejerce el globo terrestre sobre la aguja imantada, con el fin de aumentar la amplitud de la variación diurna, y cuyo procedimiento consistía en presentar al polo de una aguja el del mismo nombre de una barra y el opuesto de otra barra al segundo polo de la aguja; procedimiento con el que llegó á obtener amplitudes que al principio habían sido sólo de algunos minutos, de 32 40 y de 79, encontró ciertas anomolías que lo indujeron á pensar, después de repetidas y delicadas ex- periencias dentro de una cámara obscura, que los rayos lumi- 1 El magnetismo terrestre en Filipinas. 2 El P. Secchi, al ocuparse de esta cuestión, se expresa así: “La in- fuencia del Sol sobre la aguja imantada puede ser directa ó indirecta; es di- y recta, si por una acción magnética que le es propia ó por corrientes eléctricas que en él se producen, el Sol ejerce por sí mismo una acción sobre la brújula ó sobre el imán terrestre; es indirecta, si produce en el estado del globo cam- bios físicos capaces de modificar el magnetismo terrestre ó las corrientes te- lúricas. Admitía también este sabio, partiendo probablemente de las observacio- nes que durante 12 años (de 1839-51) hizo en el Observatorio de Praga Car- los Kreil, sobre las influencias presumibles del Sol y de la Luna, que esta última también ejerce influencia débil, es verdad pero incontestable, sobre la aguja magnética. Memorias [ 1894/-95), T. VIIL.—48 40% * Memorias de la Sociedad Científica LILILIIDA LILLILILSIIIAIIEAIIIII III ILLIA nosos del Sol y no los OS eran los que producían la va- riación diurna de la aguja.” Mas cualquiera que sea la causa que la produce; cualquiera que sea el lugar donde se elaboran los elementos que dan origen á tan misterioso como notable fenómeno, el hecho es que la aguja magnética, fuera del movimiento general que la trasporta lentamente al Este ó al Oeste, del anual que parece obedecer á las posiciones del Sol en las épocas de los equinoccios y de los solsticios, y de los accidentales llamados perturbaciones, expe- rimenta otro en el trascurso del día que en nuestro hemisferio, de una manera general y por lo que respecta á la aguja de de- elinación, puede expresarse así: El polo Norte de la aguja alcanza su máxima desviación al Este á las 8 a. m.; desde esta hora comienza á marchar con ra- pidez en sentido opuesto y entre la 1 y 2 p. m. llega á su máxi- ma desviación al Oeste; de nuevo se dirige al Este hasta cerca de las doce de la noche; vuelve por segunda vez al Oeste hasta las 3 a. m. y desde esta hora comienza á retroceder hacia el Es te, alcanzando á las 8 a. m. el máximum ya indicado. En el he- misferio Sur la oscilación es de sentido contrario, si la referimos según costumbre al mismo polo Norte. Los países próximos al ecuador tienen la oscilación correspondiente al hemisferio Nor- te, mientras el Sel está en el hemisferio Boreal, y la que corres" pondo al hemisferio Sur, cuando el Sol pasa al hemisferio Aus- tral. ? Nuestras propias observaciones, que muy pocas veces he- mos podido extender á varias horas seguidas en el día, vienen á confirmar el movimiento arriba citado, á lo menos en la parte que se refiere al que tiene lugar mientras el Sol está sobre el horizonte. He aquí los resultados medios deducidos de las observacio- nes que durante los meses de Junio, Julio y Agosto de 1890 1 Arago.— Notices Scientifiques. Tomo IV, pág. 493. 2 El magnetismo terrestre en Filipinas, pág, 122. Antonio Alzate." 379 SLDS DIIILIIILIIIIIDIAILI0NIILI0 III LIDIA PNALIILLILIAAILILILIIIIIS pudimos hacer desde las 8 a. m. hasta las 6 p. m. con el fin de estudiar el valor de la declinación en el curso del día: Horas. Decl. oriental E AA E AA o 719 53/ 531 Di MIDI Va a IO 52.20 A A 50.26 ROO AA IAS 49.34 e A AA AOL 49.06 PA Ie AR AA 48.38 Ardo Due LOS 49.05 A A 50.01 AS AU EVA SDARIA Aa A 50.33 O: A 50.13 Ma A Te 51.17 Media. 200 as 7.50.28 Valores, cuya representación gráfica pongo á continuación para dar mejor idea de la marcha que sigue la aguja, que nos demuestran la existencia en nuestra latitud del máximum y mí- nimum principales del día que con toda regularidad tuvieron lu- gar á las horas para el movimiento general indicadas. Variación divírna de la declinación magnética en Tacubaya. 380 Memorias de la Sociedad Científica ILLIA IIS La variación diurna de la aguja ha dado origen á una de las cuestiones que con más asiduidad estudian todos los observa» dores del magnetismo terrestre. Esto es, la relación entre el mayor y menor número de manchas que en determinados perío- dos' aparecen en el disco Solar y la amplitud mayor y menor que en épocas correspondientes experimenta la aguja magnéti- ca. Bien sabido es que Lamont, director del Observatorio de Munich, en Baviera, discutiendo las observaciones de dicho Ob- servatorio y las de Gotinga, fué quien descubrió tan notable ley; y bien sabido también que todos los trabajos emprendidos y encaminados á averiguar si existe tal relación son tan con-. cordantes entre sí, que no cabe dudar respecto de la influencia que nuestro astro central ejerce en sus épocas de máxima y mí- nima agitación sobres los aparatos magnéticos, como lo comprue- ban hoy día las importantes investigaciones del General Sabine, de Gautier, de Rudolf Wolf, Schiaparelli y de tantos otros sa- bios que con celo y constancia se han dedicado á estudiar los tres elementos bajo los cuales se define el magnetismo terrestre. La variación anual de la aguja aunque sospechada primera mente por el P. Aselepi, quien demostró con claridad en 1762 el período diurnos y descubrió las perturbaciones magnéticas, * fué determinada por J. D. Cassini. “Según este sabio, en el intervalo comprendido de Enero á Abril, la aguja imantada se aleja del polo Norte, de manera que la declinación occidental aumenta. “A partir del mes de Abril y hasta el principio de Julio, es decir, durante todo el tiempo corrido entre el equinoccio de 1 El período undecenal de las manchas del Sol fué plenamente demos- trado por los trabajos de Schwabe, quien durante 26 años, de 1826 á 1851, observó con admirable constancia el disco Solar. Ningún astrónomo vivien- te, dice el sabio Barón de Humboldt, ha podido consagrar á este objeto aten- ción tan perseverante. * 2 El magnetismo terrestre en Filipinas, pág. V. Antonio Alzate. 381 na AA PWIPLLIILILIIILDIIIA o MDL primavera y el solsticio de estío, la declinación disminuye, ó en otros términos, la extremidad Norte de la aguja se aproxima al polo. “Desde el solsticio de estío y hasta el equinoccio de prima- vera siguiente, la aguja vuelve á tomar su camino hacia el Oes- to; de manera que en Octubre se encuentra próximamente en la misma dirección que en Mayo; entre Octubre y Marzo el mo- vimiento occidental es más pequeño que en los tres meses pre- cedentes. “¿Se ve en resumen, que durante los tres meses comprendi- dos entre el equinoccio de primavera y el solsticio de estío, la aguja retrocede hacia el Este, y que en los nueve meses siguien- tes, su marcha general, se dirige por el contrario, hacia el Oeste.”* La discusión de las observaciones de Paris y Londres, las del Coronel Beaufoy y de Salem (E. U.) que nos presenta el ilustre Arago, y encaminada á dilucidar la periodicidad de se- mejante ley, no resuelve la cuestión satisfactoriamente; pues mientras las observaciones de Paris y Londres acusan un máxi- mum de declinación hacia el equinoccio de primavera y un mí- nimum en el solsticio de estío, las de Beaufoy y de Salem no ofrecen ninguna señal del mencionado período de Cassini. Posteriormente el Profesor Garibaldi discutiendo las obser- vaciones hechas en Grénova en un período de 17 años, de 1873 á 1889, al ocuparse del máximum declinométrico de Abril, dice lo siguiente: “Es sabido que generalmente el máximum decli- nométrico mensual se encuentra en Abril de los diversos años, ó mejor dicho en la segunda década del mismo mes, lo cual es confirmado por los valores normales deducidos del período de 17 años; pero si se discuten los mismos medios mensuales de cada año se ve que no siempre el referido máximum tiene lugar en Abril, sino que se retarda á veces hasta Agosto como sucedió en los años de 1879. y 1888. 1 Arago.— Notices Scientifiques. Tomo IV, pág. 479. 332 Memorias de la Sociedad Científica ILLIA POOL PLA “Sila causa del retardo de este máximum del magnetismo te- rrestre es aun un misterio, es, sin embargo, importante y opor” tuno señalar el siguiente hecho el cual se presenta bajo tales condiciones que hace racionalmente suponer cuál sea aquella causa. ““ En el año correspondiente al máximum de manchas solares y en el que de cerca le precede ó sigue es Abril el mes que presenta el máxi- mum declinométrico; y en el año de mínima actividad solar, y en el que le precede ó sigue, el máximum mensual se retarda hasta Agosto.”' Vemos pues que ya al terminar el siglo XIX, el siglo du- rante el cual han tenido lugar acontecimientos científicos de reconocida y universal importancia que lo harán figurar en la historia moderna como uno de los más fecundos; en algunas de las cuestiones que el estudio de los fenómenos del magne- tismo terrestre suscita, nada decisivo se pronuncia, no obstante haber entrado en la lucha con la verdad talentos verdaderamen- te superiores. Toca á otras generaciones, aprovechando el material que nuestro siglo les legue y el nuevo que ellas se proporcionarán; y haciendo uso de métodos é instrumentos más perfeccionados, llegar á la resolución de los que hoy para nosotros son arduos y difíciles problemas. ye Departamento Magnético del Observatorio Astronómico Nacional. Desde el año de 1882 posee el Observatorio los instrumen- tos magnéticos de que hacemos uso; fueron comprados por el Sr. Director del Establecimiento Ingeniero D. Angel Anguiano 1 L'attivitá Solore e il magnetismo terrestre in Genova per Vanno 1889 e per il periodo 1873-89. Nota del Prof. P. M. Garibaldi. Roma, 1890, pá- gina 68. 38 "Antonio Alzate. 1 . 383 WII en Inglaterra, durante el viaje que en comisión astronómica hizo á Europa en aquel año, y son: un magnetómetro unifilar de Elliott marcado con el número 123 y una brújula de inclina- ción Dover que lleva el número 65. Las constantes y correccio- nes del magnetómetro unifilar fueron determinadas en el Ob- servatorio de Kew, establecimiento en el que se han comparado casi todos los instrumentos magnéticos de observación directa y registradores de que se sirve actualmente la ciencia. El personal tan reducido con que por aquella época contaba el Observatorio, hizo que los mencionados aparatos permane- cieran guardados hasta el año de 1889 en que á moción del que esto escribe fueron montados — provisionalmente, pues más tar- de el departamento magnético tendrá que construirse con todas las comodidades y condiciones que recomienda la ciencia—en dos pequeñas piezas de dos metros de lado por dos cincuenta de altura, formadas por tabiques de madera y ladrillo y con te- chos á dos aguas de madera y zinc. Los postes, aislados entera- mente del piso y á una profundidad suficiente, son también de ladrillo con plataforma de cantera. En la pieza del Este se co- locó el inclinómetro y en la del Oeste, distante de aquella 6 metros, el magnetómetro unifilar. Instalados así los instrumentos, ¿qué influencias ejercen so- bre ellos las masas de fierro y acero de que están formados los ecuatoriales y sus cúpulas, de la sala meridiana y del nuevo edificio del Observatorio en construcción, que al SW, SE y N NE. los rodean? - “La influencia de la vecindad de los objetos de hierro, decía el Sr. Ingeniero D. Vicente Reyes, tiene un límite, más alla del cual es inapreciable para el grado de aproximación que dan los instrumentos, y sería ocioso llevar la nimiedad hasta el grado de querer valuar los errores producidos por aquella influencia y to- marlos en consideración en los cálculos, si en realidad no se pueden evitar errores más fuertes provenidos del dicta E E de la imperfección de los aparatos. ” 384 Memorias de la Sociedad Científica Cita después este señor una experiencia hecha con el fin de dar idea de la desviación que sobre la aguja magnética produce la aproximación de un objeto de acero, y que consistió en ir acer- cando una de las fuertes barras imantadas con que se invierten los polos de la aguja de inclinación en la dirección en que ejerce su mayor influencia, esto es, sobre una línea perpendicular á la aguja del declinómetro, y solamente cuando la barra estuvo á 4 metros 60 de distancia de la aguja, ésta experimentó la desvia- ción de 1”, ““ Ahora bien, continúa el mismo autor, como más adelante se verá, los senos de los ángulos de desviación que produce un imán sobre el otro, están en razón inversa de los cubos de las distancias ; luego se comprende sin dificultad, que tomando la precaución - de colocar la gran barra á 650 del magnetómetro, como en efec- to se hace durante las observaciones, no son afectados de una manera apreciable los resultados de la declinación, pues es de advertir que en la escala del imán colimador no pueden estimar- se con exactitud fracciones de arco inferiores á 30". Este ejem- plo bastará para hacer comprender cómo por algunos se tiene una idea exagerada de la influencia de ciertos objetos lejanos de fierro; y 4 mayor abundamiento, bueno es recordar que el fierro, ni tiene ni llega á adquirir de una manera permanente el mismo grado de imantación que puede conservar el acero.” ¿Hasta qué punto son aplicables los razonamientos del Sr: Reyes en el caso de nuestro departamento magnético? Repetida por nosotros la experiencia de la barra imantada, encontramos un resultado enteramente análogo. Y un hecho muy reciente y que viene al caso referir, nos confirma en la idea de que aunque rodeados nuestros aparatos de masas de fierro, éstas se encuentran á suficiente distancia para no ejercer sino una acción mínima y constante, inapreciable para el grado de aproximación que dan aquellos. El ferrocarril México, Cuernavaca y Pacífico tiene estable- cida su vía 4 1 kilómetro próximamente al Este del magnetó- '" Antonio Alzate. 385 metro. Dela vía principal parte un ramal que pasa al Sur del Ob- servatorio y á una distancia de 60 metros de dicho instrumento. Cuando comenzó á herrarse el citado ramal temí por nuestros aparatos magnéticos, y para cerciorarme si la tan cercana nueva vía ejercía ó no influencia apreciable sobre ellos, el día que el tendido de rieles se aproximaba á las puertas del Observatorio (3 de Mayo de 1894), sin separarme un momento del aparato observé con toda atención el imán de declinación. A las 11.30 a m. fijaban los rieles precisamente en la perpendicular que cor- taba la dirección de la aguja, sin que se llegara á advertir la más mínima desviación. Pero aún cuento con otro dato que corrobora lo que acabo de apuntar. El 20 de Noviembre del mismo año (1894), al estar haciendo la observación de declinación á las 2 p m., una de las poderosas máquinas del mismo ferrocarril empujaba un pesado tren de carga con destino al Molino de Valdez, donde termina el ramal. Inmediatamente puse en reposo el imán esperando que semejante mole de acero sí causaría perturbación sensible. Sin embargo, no fué así; pasó el tren y la aguja permaneció insensible. He creído conveniente entrar en todos estos pormenores pa- ra que el lector juzgue sobre el grado de confianza que debe concederse á los resultados que más adelante presento y que han sido obtenidos bajo las condiciones de instalación ya descritas. No haciendo lo mismo respecto á la descripción de los aparatos porque siendo éstos enteramente iguales á todos los de la misma procedencia, ella corre impresa en las publicaciones y tratados que se ocupan especialmente del magnetismo terrestre. * 1 Véase Observacoes meteorologicas e magneticas de Coimbra. 1879. El magnetismo terrestre en Filipinas. Manila, 1893. Gordon. Electricité et magnétisme. Y refiriéndonos únicamente á publicaciones nacionales, pueden consul- tarse las siguientes : Memoria sobre el departamento magnético del Observatorio Meteoroló- gico Central de México, por Vicente Reyes. México, 1884, Apuntes sobre el magnetismo terrestre, por los Ingenieros Adolfo Díaz Rugama y Francisco Garibay. México. Memorias [1894-95], T. VIIT:=49 386 Memorias de la Sociedad Científica mm Decía más antes, que hasta el año de 1889 fueron instalados los aparatos magnéticos, dando principio en Abril á una serie de observaciones con el maguetómetro, serie que se interrumpió poco tiempo después, debido á la separación del Observatorio del Sr. Ingeniero D. José A, Brambila, quien en compañía del que esto escribe tomó á su cargo el departamento magnético. Antes creo de mi deber advertir lo siguiente: al iniciarse nuestros trabajos ya no existía el Observatorio Magnético del Meteorológico Central de México, donde al lado del hábil cuanto entendido observador Sr. D. Miguel Pérez habríamos podido ad- quirir la práctica en el manejo de unos instrumentos que nos eran enteramente desconocidos; y aunque en todo nos guiába- mos por las excelentes instrucciones consignadas por el Sr, Re- yes en la Memoria tantas veces citada, sin embargo, es bien sabido que nunca en un libro es posible encontrar la suma de . pequeños detalles que en la secuela de una observación se pre- sentan y que por minuciosos no constan en él, En consecuencia, nuestros primeros trabajos para determi- nar la componente horizontal de la tierra, deben mirarse como meros ensayos; faltos de la práctica indispensable, teníamos que adquirir ésta por nosotros mismos, sin más guía que la lectura de obras que se ocupan especialmente de la materia; y con- vencidos íntimamente de que sólo “echando á perder podría- mos aprender,” seguimos, después de la separación del Sr. Brambila, ejercitándonos tanto en la manera de observar como en las laboriosas combinaciones numéricas que el cálculo de la fuerza horizontal geomagnética demanda, obedeciendo en esto al constante deseo de poder presentar algún día datos que mere- cieran toda confianza. Deseo que creemos se ha realizado, pues la concordancia entre los que hoy damos á luz, obtenidos por observaciones hechas, ajustándonos en todo á los procedimien- tos modernos y los publicados por el Observatorio Meteorológico Central hace los consideremos como perfectamente admisibles. Me es grato, además, consiguar que á las luces y consejos "Antonio Alzate. ; 387 OLIOPLLLLIILIIDILIIIIDDIIIIIILIIIDIILII0DIDIIIIDDIIL IDOLOS de mis amigos y compañeros en el Observatorio, los Sres, In- genieros D. Valentín Gama, D. Guillermo B. y Puga, D. Agus- tín Aragón y D. Francisco Rodríguez Rey, debo la aclaración de no pocas dudas que en la práctica y principalmente en el cálculo de las observaciones se me presentaban, por lo que me honro en hacerles público mi reconocimiento. Métodos de observación y de cálculo. Declinación. — El método que generalmente hemos seguido para determinar este elemento consiste en hacer dos observa- * ciones: una con la escala del imán directa y otra con la escala invertida. El promedio de las cuatro lecturas del círculo azimu- tal, deducido el que corresponde á la mira y el azimut astronó- mico de ésta, nos da la dirección media de la aguja ó sea el valor de la declinación. La mira es simplemente una señal marcada en la pared que limita al Observatorio por el Sur y á 41 metros del centro del magnetómetro. Su azimut astronómico fué determinado en dos distintas ocasiones por los astrónomos D. Felipe Valle y D. Guillermo B. y Puga con observaciones de la Polar y sirvión- dose de un teodolito de Troungton € Simms, instalado en el mismo poste del aparato, encontrando en las dos declinaciones un resultado igual á 50 39/ 02 del Sur al Este. Valor que sólo nos ha servido para referirlo á otra mira convenientemente ele- gida en la Capital á una distancia de 8 kilómetros próxima- mente. Las horas de observación no han sido siempre las mismas: al principio (1890) y durante muy poco tiempo pudo hacerse una serie horaria desde las 8 am. hasta las 6 p m.; después sólo hacía dos observaciones, una á las 9 am. y otra á la 1 pm. Desde á 388 ; Memorias de la Sociedad Científica PDILIOLISLLIL e LLILILL fines del año de 1892 he procurado hacerlas con toda regulari- dad á las 8 am. y á las 2 pm., horas en que próximamente tiene lugar la máxima y la mínima principales del día. Fuerza horizontal.—Este elemento se determina por medio de dos observaciones enteramente distintas; las de oscilación y las de desviación (método de Gauss). De las dos primeras se de- duce el producto m X por las siguientes fórmulas: 42 s A H Xo bo D=T, di 00 16 =P 14 Ay en las que T, la duración observada de una oscilación del imán. T', la duración de la oscilación corregida por la marcha del ero- nómetro y el arco de oscilación. T” la duración de una oscilación corregida por la marcha del ero- nómetro, el arco de oscilación, la temperatura, la fuerza de torsión del hilo de suspensión y la inducción, s la marcha del cronómetro, + cuando adelanta, — cuando atrasa. aa! los semiarcos de oscilación al principio y al fin de la ob- servación expresados en partes de radio. H ., ., . o .. 2 Am la relación de la fuerza de torsión del hilo de suspensión á la fuerza directiva magnética. Se obtiene por la fórmula mn 9 FT 90—4u? en la que u representa el ángulo de desviación del imán cuando el hilo experimenta una torsión de 9009, ” q '" Antonio Alzate. 1 389 OISILIIIOLLIIIIOLIIIIOLILIIIIOOPL DIA la corrección por el decremento del momento magnético del imán producido por el aumento de 10 c en la tem- peratura. (Esta corrección varía con la temperatura y queda más exactamente expresada por la fórmula si- guiente: corrección á t,=9 (t,—t)+q'(t.—t Y, siendo £, la temperatura observada y tla temperatura normal adop- tada para las correcciones. K el momento de inercia del imán, incluyendo el estribo de T p suspensión y sus dos apéndices. (Es constante para el mismo imán y el mismo sistema de suspensión, pero va” ría ligeramente con la temperatura á causa de la dilata- ción del metal). Dicha cantidad K se obtiene observando alternativa- mente la duración de una oscilación del imán, con su montadura acostumbrada y con su momento de inercia aumentado por la adición de un cilindro de bronce de pe- so y dimensiones conocidas. El valor de K es dado por la expresión en la que W representa el peso del cilindro en gramos, l y d su longitud y diámetro expresados en centímetros; t' y tlas duraciones de una oscilación del imán (o gidas por la torsión, la temperatura, etc.; con y sin el pe- so del cilindro adicional). la relación de la circunferencia al diámetro de un círculo = 3.1415927. el incremento del momento magnético del imán, producido por la acción inductiva de una fuerza magnética igual á la unidad del sistema métrico de medidas absolutas. 390 Memorias de la Sociedad Científica De las observaciones de desviación se obtiene el co- . mM q . 0 , ciente 7 por medio de las siguientes fórmulas : PE a e MS 2p ej m e =$" sen Us 7 =x A +01 ¡EA = xr 1= 52) 0 en las que r, la distancia aparente entre los centros del imán suspendido y la barra desviadora en las observaciones de desviación. r la distancia real corregida por el error de graduación de la regla y la temperatura r =7, (1-+0.000018 xt”) +co- rrección por error de la regla. 4y el ángulo de desviación. P una constante que depende de la distribución del magnetis- mo en las barras suspendida y desviante. Se determina en cada observación de desviación por la fórmula en la que r, y r, son las dos distancias á que se observa la desviación, siendo las más convenientes 30 y 40 cen- tímetros, y É W,. ó , los valores respectivos de xr ó dichas distancias. "Antonio Alzate." 391 P'... media de los valores de P deducidos de todas las experien- cias de desviación. Con este valor medio se calcula el ; m : Sido y cociente -—, no pudiendo por consiguiente concluirse los cálculos sino hasta el fin de cada año ó serie. mel momento magnético del imán desviador ó de oscilación. X la componente horizontal de la fuerza magnética terrestre. Mo : ; m =— el primer valor aproximado de 7 0 m! o m XT el segundo valor aproximado de -3-, antes de hacer la corrección por el factor 0-2) Yo Expliquemos ahora separadamente la manera de hacer cada observación. , Oscilaciones. —Nivelado el aparato y anulada la torsión del hilo, se procede á contar las oscilaciones de la siguiente manera: Se lleva el imán al estado de reposo, lo que se consigue rá- pidamente por medio de un mecanismo especial que tiene la ca- ja de madera dentro de la cual queda suspendido aquel. En se- - guida se hace coincidir el hilo vertical de la retícula del anteojo con la división central de la escala grabada en el imán. Una vez conseguido esto se acerca por un instante un objeto de hierro con el fin de excitar las oscilaciones. Cuando en su movimiento aparente de izquierda á derecha coincide la división central de la escala con el hilo vertical de la de la rectícula, el observador pendiente del imán da un op, el que vído por el auxiliar que está listo con un cronómetro anota la hora; oscilación y hora que corresponden á 0, Sigue el ob- servador contando mentalmente las oscilaciones 1, 2, 3, y cuan- 392 Memorias de la Sociedad Científica XLIII do tiene lugar la cuarta, da la voz de atención y en la próxima inmediata, que debe corresponder al movimiento aparente de derecha á izquierda, da otro op que de nuevo es anotado por el auxiliar. De esta manera se siguen anotando las horas que co- rresponden á oscilaciones pares é impares hasta obtener 50 de las primeras y 55 de las segundas. Aun cuando la amplitud de las oscilaciones va naturalmente disminuyendo conforme aumenta el número de ellas, mas te- niendo en cuenta su isocronismo, puede el observador retirarse del aparato y por medio de una operación muy sencilla calcular el tiempo en que tendrá lugar la oscilación 100. Al acercarse la hora calculada vuelve el observador á su puesto; entonces el auxiliar que cuenta el cronómetro da la voz de atención 10 se- gundos antes, y al verificarse el paso inmediato de izquierda á derecha el observador da el 0p y se anota la hora, la que debe coincidir con la calculada ó diferir muy poco de ella. Se sigue anotando la hora, como antes se explicó, de 5 en 5 oscilaciones hasta llegar á la 150 y 155. Al principio y tin de la experiencia se anota la temperatura que marca un termómetro que va fijo á la caja de madera. Restando la hora de las oscilaciones 0, 10, 20, 30, etc., de la correspondiente á 100, 110, 120, 130, etc.; y la de las oscilaciones 5, 15, 25, ete., de la correspondiente á 105, 115, 125, etc., las diferencias serán el tiempo ó duración de 100 oscilaciones. El promedio de estos valores dividido por 100 nos dará por consiguiente la duración de una oscilación en segun- dos, llevando la aproximación hasta diez milésimos. Luego se procede á determinar la fuerza de torsión del hilo de suspensión, de la manera siguiente: Puesto en reposo el imán se observa la división (aprecian- do hasta décimos ) a de la escala que coincida con el hilo ver- tical de la retícula. Se hace girar el casquillo graduado en que remata el tubo de cristal + 900 y se anota la división R de la escala. Vuelto á su posición primitiva el remate superior, se anota la división a'. Se hace girar — 900 y se lee la nueva in- "Antonio Alzate 393 a LLLLDIOLIIIIN dicación C de la escala; por último, se vuelve á la primera po- sición el remate superior y se anota la división a”. Se tiene entonces La media aritmética de estas dos cantidades multiplicada por el valor en arco de una división de la escala del imán, dará el efecto de una torsión de 900. Desviaciones.— Desmontada la caja de madera y su tubo de suspensión, éste es substituído por otro más corto que se ator- nilla sobre la caja rectangular de cobre, y el anteojo corto por otro más largo que lleva una escala grabada en marfil, y una . vez que se ha anulado la torsión del hilo se suspende el imán que tiene el espejito. En seguida se coloca el de que antes nos servimos en las experiencias de oscilación en el estribo de la corredera que con frotamiento suave desliza sobre la regla metálica, con su polo N. dirigido al Este y á 30 centímetros de distancia del centro del aparato. Así las cosas, bien se comprende que el imán móvil en pre- sencia de las dos fuerzas que lo solicitan, la de la componente horizontal que tiende á colocarlo en dirección del meridiano magnético, y la del imán fijo que lo aleja de ella, tomará una posición de equilibrio Ó sea la resultante entre dichas dos fuerzas. Entonces se mueve el instrumento azimutalmente hasta que la retícula del anteojo coincida con la división central de la es- cala de marfil, cuya imagen es reflejada por el espejito del imán; ó bien, para no esperar que éste quede en reposo, por medio de Memorias [1894-95], T. VILI.— 50 394 Memorias de la Sociedad Científica PAPLPILILIILIILILIIIILIIIILDIASIIIOO IIA un mecanismo igual al que tiene la caja de madera, se amorti- guan las oscilaciones, procurando que sean lo más pequeñas po- sible y de amplitud igual á uno y otro lado de la división media. Conseguido esto se anotan las lecturas del círculo, la tempera- tura de la pieza y la hora del cronómetro. Se invierte el imán en su estribo, esto es, el extremo N. se vuelve al Oeste, anotando las indicaciones del círculo y la tem- peratura. Luego se lleva el imán con su corredera á 40 centímetros de distancia y con el polo N. vuelto primeramente de Este y des- pués al Oeste ejecutando las mismas operaciones. Finalmente se pasa el imán con su corredera al lado opuesto y primero á 30 centímetros y en seguida á 40 centímetros, te- niendo cuidado con las inversiones del polo N. se repite lo antes dicho, tomando nota de la hora del fin para calcular la hora me- dia de la observación. Se efectúan por segunda vez todas las operaciones indica- das con el fin de obtener dos valores separados del ángulo de desviación, y de comprobar si la observación estuvo bien hecha, pues en éste caso los resultados de las dos series no deben di- ferir más de 30.“ Llamando entonces a, y 4,los ángulos que resultan cuando el polo Norte del imán dirigido al Este, se colo- ca al Oriente y 1 Poniente del imán suspendido; y 43, 4,4 los que resulten cuando dicho polo mira al Oeste en las citadas po- siciones, se tendrá: Angulo de desviacion á 30” u=| e Angulo de desviación á 40" u=| 9 Como ilustración á las anteriores explicaciones, pongo en se- “guida unos ejemplos de observación y de cálculo, tomándolos Antonio Alzate. n 395 de nuestros registros originales, y también para dar idea de los cuadros impresos Ó esqueletos que usamos; empleo que resulta ventajosísimo tratándose de observaciones cuyo cálculo es muy - complexo y laborioso, en virtud de las numerosas correcciones que tienen que aplicarse. Para calcular la intensidad de la componente vertical Y y de la resultante R, se tienen las siguientes fórmulas ; Y =X tang. I EOS COS La intensidad magnética se mide por tres sistemas de uni- dades: - Unidades O GS. ies ya Centímetro, gramo y segundo : de tiempo. Unidades magnéticas ó de Grauss Milímetro, miligramo y segun- do de tiempo. : Unidades inglesas............ Pie inglés, grano y segundo de - tlempo. | E = 10 unidades de Gauss. 1 unidad CG8..... ; ¿ = 21.688 unidades inglesas. Para convertir, pues, una unidad C (+8 en unidades de Gauss ó inglesas, bastará multiplicarla por 10 y por 21.688 respectiva- mente. pd El factor de reducción para las inglesas, es y/ qa que are- presenta la relación sobre el pie y el centímetro, y £ la del gra- no al gramo. 396 Memorias de la Sociedad Científica Constantes y correcciones del magnetómetro unifilar nú- mero 122, determinadas en el Observatorio de Kew. Corrección por el error de graduación de la regla de desviación. A 15" del metro patrón ....... da. ==14.999> e OEA ANO e 0 A dy Lc e OU A —99, a o a oa có dra IO =49.995 Valor angular de una división de la escala que lleva el an- teojo que se emplea en las observaciones de desviación =60“ 2, Cuando la lectura de la escala es inferior á la división me- dia, la corrección de la lectura del círculo es aditiva; y cuando aquella es superior la corrección es sustractiva. Valor angular de una división de la escala del imán de os- cilación = 1/ 85. Valor angular de una división del imán de declinación=1' 87. Para el imán de oscilación : Corrección 4 Q2C=0.000604 x f +0,000003 x £* 0.000604= : 0.000003=9" Coeficiente de inducción -=4.81 log. 0.68214 ria DOC log. 3.24506. Dimensiones del cilindro de inercia. Dongitad to 5 EA MA DStrO. ro al ARS le ds =0. 949 on oe ION =55.1390 gramos. "Antonio Alzate. 397 PAPLLILIIODAIIN mn El imán de declinación tiene la marca 123 A In OS EIlación A 128 ” 32 ph) espejo ) Y) 7) 123 C Tablas para facilitar los cálculos de las observacione», cal- culadas también en el Observatorio de Kew. TABLA 1 Valores de — EI para las diferentes marchas del cronómetro usado, + cuando adelanta, — cuanda atraza, Marcha diaria Adelanto 0.99994 1.00006 99988 00012 99983 00017 99977 00023 99971 00029 99965 00035 99959 00041 99954 00046 99948 00052 99942 00058 99936 00064 398 aa! . z NA y Valores de 46 para los diferentes semiarcos iniciales y terminales Memorias de la Sociedad Científica NPLLILLLIIDILLIIIIIIIILILILIIIIILILIILIIIIIILIALI IDO TABLA II de la oscilación. Semiarcos al principio Semiarcos al fin de la observación 80' 70' 100 [|0.00004 |0.00004 90 [| 00004 | 00003 80 || 00003 | 00003 70 00003 60 50 Valores del + z para los diferentes valores de la duración producida Ñ 60 EN 50' 0.00003 |0.00003 00003 | 00002 00003 | 00002 00002 | 00002 00002 | 00002 00001 TABLA III 40/ 0.00002 00002 00002 00001 00001 00001 0.00002 00001 00001 00001 00001 00001 en el imán por una torsión de 900 en el hilo de suspensión. Efecto de 909 H de torsión kz 1.00019 00037 Efecto de 909 H de torsión 00056 - 00074 00093 | 1 1,00111 00130 00148 00167 10 | 00185 Efecto de 909 de torsión 1.00204 00223 00241 00260 00278 30' "w Antonio Alzate." 899 TABLA IV Valores de 1 + E. para diferentes distancias. 2 Distancia. 1 il NE 25 | 1.00062 30 00036 39 00022 40 00015 45 00011 TABLA V Corrección de temperatura del imán (123 B ).: il Temperatura Corrección Temperatura Corrección Temperatura Corrección ! ó 4000 to 409 to 4000 | | — 5 |—0.00295 10 + 0.00634 25 |+0.01698 ¿4 286 11 702 26 1775 3 177 Ani 770 ca 1852 2 118 -13 837 28 ALGAS a a Bo |. 29]: 203 0 0.00000 15 (+.0.00973 30 1 0.02082 || 1 + 062 16 1044 er TG 52 E Ie 30 O 1115 92. 2249 || 3 185 18 1186 33 2321 4 247 19 1257 34 2401 -5"140.00309 |: :20 [|++0.01328 | 35. |+0:02481 6 al: .,21 1402 36 | 2564 soto A o Si e 8 504 | 23 1550 | 38 -2780 9 569 qe 1624 39 2813 10 |+.0.00634 25 |+.0.01698 40 [+ 0.02896 400 Memorias de la Sociedad Científica ILILLILIILILI III III III LIL ILL ISI II III IIA Para mayor simplificación en el cálculo, la anterior tabla, gue sirve, como su título lo indica, para corregir por la tempe- ratura el imán (123 B) ó sea el de oscilación y desviante á la vez, la hemos empleado, interpolando sus valores para los déci- mos de grado desde 00 hasta 300, TABLA VI Valores del log. z? K y log. 1 r? para diferentes temperaturas. E 2 K 95 cm. 30 cm, 35 cm. 40 cm. 45 cm, emperatura T 0 |3.24506 |4.89248 |[4.12998 |4.33080 |4.50182 [4.65813 24511 ¡| 89259 | 13010 | 33092 | 50494 | 65855 24517 | 89271 | 13022 | 33104 | 50506 | 65867 24522 | 89283 | 13034 | 33116 | 50517 | 65879 24528 | “89295 | 13045 ¡ 33127 | 50529 | 65890 24533 | 89306 | 18057 | 33139 | 50541 | 65902 24539 | 89318 | 13069 | 33150 | 50552 | 65914 24544 | 89330 | 13080 | 33162 | 50564 | 65925 3.24550 |4.89341 |4.13092 |4.33164 |4.50576 |4.65937 ] El log. de 7? K y el de 31? 4 las distancias de 30" y 40%, que son á las que hemos observado siempre, las hemos interpo- lado de grado en grado, como se ve en la tabla siguiente: 4 Antonio Alzate. 1 401 DADA DD API PDA DAI IDDDDDO0OIIO0DIDIDID0IIIDIIDIDADO SII | oe ego Yo T | Log. ? K —_—_—————— 1 Loy. * KE ———_—__—_—_—_—_— | | 30 cnn. | 40 cm. | 30 cm. 40 cm. 13.24506 4.12998 4.50482 1153.24522 4.18034 |4.50517 24506 13000 | 50485 116 21523 13036 | 50520 24507 | 13003 50487 17, 24524 | 18038 | 50522 0 1 2 3 24508 18005 50489 18 24525 18040 | 50525 4 | 24509 13007 | 50492 19 24527 | 13042 | 50527 5 | 94511 | 13010 50494 '20| 21528 | 18045 | 50529 Í | ¡ _ __ __ € >-_———_—=—=—- A o — ——— 24512 | 13018 | 50496 21. 24529 3047 | 50531 24513 | 13016 50499 22 24530 | 13049 | 50584 8 | 24515 | 13018 | 50501 23 24531 | 13052 | 50536 9 24516 | 13020 : 50504 24 24532 | 13054 | 50539 — 24517 | 13022 | 50506 25) 24533 | 13057 | 50541 A 7 —— o 24518 | 18025 | 50508 26 24585 | 18060 | 50543 12 24919 | 13027 | 50510 27 24586 13062 | 50545 13 24520 | 13030 |. 50513 28 24537 | 13064 | 50548" 14 24521 | 13032 | 50515 29 24538 | 18067 | 50550. 10 24522 |. 18034 50517 30 24539 |. 18069 | 50502 Memorias [ 1894-95], T. VilT.«- 51 402 Memorias de la Sociedad Científica PINILIIILILIIDIILIIILIIIIDIINDIIIIDIDIIIIIIIDALILIILIDILLIILIDIILILI III PILLS TABLA VII (Calculada por el suscrito ). Log. r?, corrección por temperatura y error de dimensión de la regla ) b metálica. cm. cm. | cm. cm. r =30(1+4+0.000018.4)4-0.005 | r =40(1-+0.000018. t)+6.005 Temp. C Log 1? Temp. C Log r* Ms ys des pd A A 3.20412 IN 7 LN E E A 20421 RR 40-10 20430 LOA ENS E e 95446 A 20439 E O 95456 A O A 20448 | 2 A 95464 ZA da Le 20457 RU ple A OI IO ¿e ade 20466 Hasta aquí todo lo as se refiere al magnetismo. Inclinación. — De los bros métodos conocidos para determi- nar este elemento y que son: el directo, que consiste en obser- var la aguja en el plano del meridiano magnético; el que da la inclinación aparente, observando la aguja en dos azimutes rec- tangulares, obteniéndose la inclinación verdadera por medio de la fórmula Cot? T= Cot? I' + Cot?" en la que 1' é 1” son las dos inclinaciones aparentes; y el que da la inclinación aparente en un determinado 'azimut a, dedu- ciendo la inclinación verdadera por medio de la fórmula 4 Antonio Alzate. n 408 Siempre hemos hecho uso del primero, ajustándonos en to- do á las preseripciones modernas, con el fin de atenuar los erro- res propios del instrumento. Doy fin á este trabajo, no sin dar un voto de gracias al dig- no Director del Observatorio D. Angel Anguiano, por haberme proporcionado la manera de estudiar y aprender algo en ramo tan importante de la física del globo, con los resultados obte- nidos en los meses de Diciembre de 1893, Enero, Febrero, Abril y Mayo de 1891, y haciendo constar que en todas las observa- ciones he sido eficazmente auxiliado por mi querido compañe- ro el Sr. D. Antonio Gómez, telegrafista del Observatorio. Acompaño á las observaciones de Tacubaya un cuadro que contiene datos importantes sobre la inclinación y fuerza hori- zontal tomados por distintos observadores en el pasado y pre- sente siglos, referentes todos á varios puntos de nuestro suelo y que he tomado de las publicaciones del Coast and (reodetic Survey -— Report, 1885, pág. 248. Tacubaya, Marzo 1895. Pa 2 m Ep e a dd 0 tuotal Pio ' m . d yd -ad 18 a000bañtan ia 0 toro lob ven dilosd ooo. , OPIO ao! 1BDNOÍA E butter espuobón agan aio pe odas, tab 201q01 » . pe , “e . Ñ A pai 0 “iD la BRIOBTO 5! odov au reb (td Dit. OLAC “easdas 100 máis log - Po ve ] . 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OOIMONOYISV OLIOLVA ESO 1H NT SYAVILIVEd SVOLLENIVI SANOLOVAdASdO "IT otUg “v681 “Te (4 “q 4 ol PI "$681 "BUDA Memorias [1894-95.] T. VIT. 11 | "sana a orpowozd 10 uo ¡o an ou 0 010UA ap Cr 19p uDpovA1Osqo el P S9JU91pUOdSI1.10D SA.LOJBA SOT sx Pear TDIa ES l UAT 5 | 9e18t e OL 08 al 0p 6:16) crarror | ezoop'o | +pro"2 zepzero [roca 6ppesto | error |6zoozz aus e vor dede rlodo rd o 88L9P 0 [OELO'L EL978'0 [623 "L| 12PE8"0 SVIAR A | A | | | 9€161'€ VA sezopro Lorzo"1 ozoze'o |ecez1 12peero | 8s'gLp | 2p007'3 |eope€ 9074 E 13 68 z 8 G 8 % 164 LPIGLE ZO 08 Z| 0P e ESTE e p' vá 8 G E ¡9981 OI — PSZTOT | 0024970 [0990"2| 9L6Z8 0 [1293 "2| 19PES'O | SO"PLP | 190033 |GLPS LEISTE 198 90 OLFIOL | 192070 |9620'1 zvoze'0 |91oz 1 asres'o| 09"pLe | 9rioz'3 [eerete 2614 | Taro re do OS FELIOL | S069r'0 |061L'z Faszer0 [eo9a' voceso [sviaa ya | | OPZOTUg | > ps so9ror | zesop'o Jegor'z egzze o |ecoz'2 00sse'o | 12:92 | erzor'z (9038 8 v'6 l nea pea SEDA on | | 9%6 87 vá ; overor6c69ro erez o68zero |eLoz'z soseg'o| L0'9.+ 18307 2 69eR 89614 O Lo POPLOL | PSLOPO | LE80'L| ZIYPEO | LEP98L | 96PES'0 1 SVIAA 0091-01 | 9F89P'0 |OSOT'L| 09LZ€ O [9397 L| L8PEE'0 | ES'9LF pr] gto mm Í | | | : «dls. 18791 8 (80 18 3 | 0P (821 12038 8088 LN éPZOT'e 8h 60 2 | 08 891 : emorl 923918 119 08 Z|0P (981 6G1 OL | OLLOF O [68901 01076 0 [6193 'L| ISPEE"O | 86 £LP [072077 (7EES E S6ZCTE EP 62 0818 IZ9LOL | 928010 9reeE'O cotozz eses e er (| ASUS 0-08 3 1 0R (3:82) 1 50p | =0% 00 | 5 2 : 5 O “uo |. e? m | 'P681 *suso130] | '8'D'0 "SUSO FOT| S'D 0) “Seso] Su] "S'D'D HO JON |JOSO 0 “0 . ES 7 X z ES a u9jonrasop [u1o0ny pu *(800] VIP 0) "SOPupina "SOPRprIU "SOPRpIUn U9JOR poso 77 amg |-vaodury apomniay | -s1q H10d oz -QU BIOH Á Y 9P uyup [op "YUI “IVLOL "uo no A *[8JUOZ 110 H 0011903 vu e AA =— A E AC El ESE TE FAA AA APRO "SOMO JO VLASO (Y ¡CAIVAITSNALNI "8 "9 *) SHAVOINA NA IVINOZIMOH VZMADA VI HU NOJOVNINUA LAA — n= — e — ———— A A mm - - TIT | OBSERVACIONES DE DECLINACION. E .....o... MEDIAS.. 7 42.53 7 89.27 dina de 1893. 8h a.m. A Ñ—. 7942/5 43.5 nono... 2h p.m, 7940/2 49.9 41.5 41.6 35.9) 38.1 ...oouoo.a 39.5 7 41.10 Oscilación 2/25// 2.35 2.50 2.40 10.25 3.10 3.26 Enero de 1894, sh a.m. 7944/2 48.6 51.0 Unos.» .....no.o rones. 2h p.m, 7946/2 : 46.6 49.6 roo...» coro... ........ Oscilación —2/001/ 2.00 .....o ranoso ...r.o 47.2 39.0 | 2:10 744.15 74114 | 3.01 7 49.44 Iv MEDIAS.. | OBSERVACIONES DE DECLINACION. e... ..”. nooo... 7 44.97 ' 7 42.47 .ooo.... ....o... ........ ........ 7 4107 ........ ........ .......” ........ ........ ..on.... ....... .ooo.... ........ ..n..... Pebrero de 1894, Abril de 1894, - | 8h a.m. 2h p.m. ¡Oscilación| Sha.m. 25 p.m. ¡Oscilación! 7940/9 7939/3 1/40// | 7200/0 7200/0 0/00// ...... ...... ...... ...... ...... V OBSERVACIONES DE DECLINACION. r..oonoa.. ..no..o.o. MEDIAS.. NS de 1894, Sh a.m. 2h p.m. ¡Oscilación; 72425 | 7940/0 273017 46.0 39.4 6 40 45.0 40.1 4.50 44.9 38.6 6.20 46.6 39.1 7.50 45.9 41.5 4.20 44.4 41.8 2.37 44.4 43.0 1.20 E SS ES 45.0 II PISLE SES 47.0 40.5 65.30 47.2 42.1 5.05 48.8 EEE pee 45.5 41.2 | 4.05 47.9 39.8 8.05 47.7 40.3 7.25 A O ES ESA ros SEGS 46.4 41.5 4.55 45.0 42.2 2.45 46.6 42.5 4.10 46.8 40-1 6.10 7 45.46 7 40.46 5.00 743 16 OBSERVACIONES DE INCLINACIÓN. vb) e) 1894. Ener. 1894. 1894. 1894. Mayo 1893. Dicbre. 12 44013/47/7 Se. 17.19 10.. 20.46 MS 12.06 20: 12,32 26. 17.48 Sl 1920 '44 16.14 11.. 44911/39// ra 15.44 20. 20.24 25. 12.41 31. 22.17 44 16.33 -10.. 44928177 16. 21.17 5.. 44016/29// 20... 18.56 NE 44 15.21 1%. 44909/87/7 ll nn A AAA A AA A o vI OB TR rtttererterrsr oros e] ua opyjdopw oLp9tu JO]Y A | T | | LE NIT | | [99.9 | ug “ | 7988R | “0% | | 06188 O | -PZ08. 1 | “11 0d0ug | 5 A -OBSOML= | 18: 68693 | “““oL OÁRIA | 6P0yL | 000i9z A A A 10 e E l A A Z99PZ —= do 88310 | "9 IMAVY | Z89U'I de PLA gp Al LL 4 38103 + “OL “PH | 98Hpz + “9 0 :0 sopepiun ua 40 pl ¿[9 —y]=4 0p sosor 8 9 0 sepepiun ua E ¿[17 —v1]1=d 9P solo[8 A iv V | IZITOT | 24PPO"L vPoz"L TI9PO0 8+380 gps8'0 18 60 9í OL $8 86 8p 8? 91 8v “ob “ IG8T'OL | ORL0'Z | 86874 | eL990 | 19380 | 2pegi0 | 1% 91 16 8188 | $81? 0p3p [| luqv “| PGLTOT ¡| 06114 | S993'2 069v0 78780 09880 LP vé 90 OL 97 88 Té Sp Lv 35 “qa “| POPT'OT | 2880" sp97'L 8L9v'0 | 99380 0988'0 $8 9L 97 L | 9 PE 18 39 bp ar “oJ9uH “p681 G68L 0T | P2L2L0'2 66971 91990 89380 ¡ 2v88'0 |..PL-9LoPr | ..93.01 089/9801 | ./81.9PoL | -.OL-TPol | '9IQIA “$681 | ———— | Y | Xx ye Y Xx “1YLOL | *IBopuoA *[¡1JUOXLLOH “IV LO L, “1101919 A E A Ms | "YUI A *YUIXY A 2-8 uan "[eJUSTAO UQIORUITOCT | *SUUOIA | j | TACUBAYA 20 DE ENERO DE 1894. Observaciones de desviación. —Magnetómetro unifilar de Elliott número 123, IMÁN DESVIADOR (123 B). IMÁN SUSPENDIDO (123 C). UNA DIVISIÓN DE LA ESCALA — 60//2, Principio á las 11+ 30m, Fin 125 05m. Hora media local =111 47m, O ata aa men mera A A PRaenA ES Temperat. Lectura de los nonlos. | Media de los nonios. | Medias y diferenolas. | Temperatura, Lect de los nontos. j Media de los nonlos. Tren 358%30' 40 22.9... Ade : 258234100 | Vosso34r 001 255%03/ 20") ozzoner 1011 250 01 55 AO SA 0 | 258 34 00'| 246 86 19. 08 (0 La55 03' 10 SA SAS Morera mana Sa 250 04 00 , 500 15 de so 0 | [246 42:50.| 11 5430 : 340 5 250.03.50 ROO 246 29 40 |), 50-00-00 | ESA SE p246 29 30 | : ON 1.250 0000 z 258 27.20 2 25501 20 Lor aaa 272 | 258 2d 0 a - 01-00 'Ñ 255101 10 os A a | 258 30 05 E 255 02 00 E 258.33 00 [hos : S 255 03 00 ) os, y PE E o Lss 33 10) 246 8600 | 232%... 02 40 14255 02 50 25001 55 Mes 24622 40 (Y o46 42 80 | 11:54 05 250.04 00 (1950 03.50] 5.0005 | 946 2 20 5 57 02 250 00 7% ¿ 260 OT 39 20 [4246 29 30 00 00 ¡250 00 00 258 27 00 o 255 01 20 loss aa | 87 00) y 288 20000 2 01/09 $255.01 10 Mebias.]. Ángulo de desviación, 4 = 557 08.5 23.2...... Ángulo de En, Lo = 2.30 04.5 Mo 179 . ma M9 y Le Wo E ea 26 5) sen. Uy; UE 26 po Er =P ala , Y Xx ( 1 mo ) (7, =" 30") (1, =40%-) y 3 log,". 418050 | 4 50587 1+ 2% =11 00015 14 E 1.00036 Losa lo EU sen. 4 log. . 9 01577 | 8 68987 qt =0 01574 q 1=,1.01513 ¡=== —— 2 log. - 3 14627 |.3 14524 1.01549 lo 0 0 00887 || 0 (0 ccavonocaro cecuncconiaocca 1 01589 Mr “7 log. . 3 15294 | 3 15204 : a RES A O 1-0 99825 o | 3 La IA A log. 3 15159 | 3 15128 m X log. .2 20195 | 2 20195 P= 2.8052 mé log. - 5 35254 | 5 85328 m log. .2 67677 | 2 67661 > m= 475.08 | 474.91 (Media)........ m = 474.99 Factor de reducción q/ 7 log. 1.33622 occiso. LA cooooocuncoróV 1.33622 Unidades C. Benicio. 9.52525 9.11524 9.67083 a O (ACE 0.86147 0:85146 1.00705 Unidades inglesas. | X=. 2690 Y= 7. 1083 R=10, 1637 Memorlas (1894-95,] T. VIII. pág, 394 TACUBAYA, 20 DE ENERO DE 1894. OSCILACIONES. CRONÓMETRO, T. M. N? 2. CORRECCIÓN, —4"10: 7, MARCHA DIARIA, -+- 05424. IMÁN OSCILANTE, (123 B.) EFECTO DE 90% DE TORSIÓN 0.812, DIV. — 1/503. VALOR ANGULAR DE 1 DIV. DE LA ESCALA — 1/85 = 40.0 div. = 74/0. Al panctpio: 19.37 Alá 20. 19.8 Temperatura del imán... La Semiarco de oscilación dep= 225), =40/6. o 3 ES z a OR DE a HACIA a en a DE LA A LGA LA IZQUIERDA. 1 3] a Núm. Hora del paso | Duración ll E | Hora del paso Nóm. Hora del paso Daración Núm. de | del [de oscilacio:| del | de | a = | del (de oscflacio del de oscilaciones, | 'medio de la escala. | Les. medio de la escala. LEA 100 oscilaciones. | QUE | medio de la escala. nes. medio de la escala, | 100 oscilaciones. | m , | s m a | m a m . m s 10 45 220 | 100 | 50 561 5 5341 | 10 45,386 | 105 | 511%6 | 5340 45:55.4 | 1101): 51 294 | 5340 | 46120 | 115 | 51460 | 5340 46 28.4 | 1290 | 52027 | 5339 46-45.4 | 125 | 52194 | 5340 47.022 |) 130 5236.1 | 533.9 | 47 189 | 185 | 52528 | 533.9 47 35.6 | 140 | 53095 | 53389 | 47.523 | 145 | 53264 | 5341 48-090 | 150: | 53429 | 533.9 | 48256 | 155 | 53598 | 534.2 B AS Z sE eo ELE 2 47.0 5 33.95 | | 2 47.0 5 3403 ene ps | [peña [EE Ea | pa! 50 56.0 3 3395 OE | 3 3403 | == === — ======= == =— = - 1 5E — CN e NE en EE 4 864007 16 je A a e IA AS (16 = 30%) (7, =40") 3.3395 l= 86200 = 0.99999 3.3403 aa! 7 16 =0.00002 7, =3.8309........ log. 0.52373 s a A log. 9.99999 | == | T, log. 0s2nra | E H AA | 1+ HB - 1.00027 14 75 = 1.0027 7,2 log. 1.04744 | 1.04744 X,:m,= 0.00344 uN, :m, = 0.00343 | q 1= 0.01313 — qt= 011313 MO e iaa log. 9.99588.— | 9.9958 0.0.o.ooo coccion —0.99058 T2-log. 1.04332—| 1.04333 — =21K log. 8.24527% | 3,24527 pl log. 0.68214 mA log. 2.20195 | 2.20194 “log. 0.68214 > log. 3.14627 — 2 log. 3.15159—| 3.15128 — Ya Y 18 8 X% log. 3.14524— uXY,:m, log: 7.53587 Y? log. 9.05036 | 9.0506 X,:m, log. 7.58690 X log. 9.52518 | 9.52533 X = 0:33511 | 0:83522 ¡= 442 20) 241 A A O ER EC TORSION, E day A | Y log. 9.52525 (media) Y — 0.33516 EE oa | Pnnmos a 50 = 1. ) e = 0.8125 tan. ¿log. 9.98999 = 16 aL el 7 AÚN — 1453 x 1.85 Y log. 9.51524.......... Y =0.32752 Efecto de 909 de torsión. = 1'5031 cos. ¿log. 9.85442 — KR log. 9.67083.......... R = 0.46863 Er í % AT AN RS RA d , »s has 1. y o. ANDE > 1 , hi 7 h Ñ A y : pr 2 24) y o 1 a l 1 - . , ” a " - A ; ' p y $e SN 3 HEN A, Ga 4 >. i is de hs > : pg ¿ y , hy : o bs ES p p A A a e A os DU) ne nai A IA : o eS ' ' ' A A A ARA

A. Malaspina.. Bode's Astr. Jahrb., Berlin, 1828. 16 50.5] 99 5: 1803 Marzo. E CEODay) Humboldt (?) . | Becquerel's Traité du Magnetismo, Paris, 1846. 16 50 99 55 1838 ... 03 | + 40.35 e 9.9% E. Belcher.. . | Phil. Trans. R. S., 1843 y 1875. 16 50 E 1866 Mayo 30 089] W. Harkne: Smithsonian Cont's to Knew, N? 230, Wash., 1873. 16 49.2| 99 56.3 | 1880 Noviembre 22, 23, 2 9 83 H. E. Nichols C. € G. S. Rept., 1881. App. 9. 18 08 94 26 1880 Febrero 20, 21, 23 12 | 43.02 .373 | 1011 | S. M. Ackley. . | Idem. 18 21 1839 9 52 39.73 : 9.54 E. Belcher Phil. Trans. R. S., 1843 y 1875. o a . 118 196/11 .9 | 1880 Octubre 8, 954 pg y cb H. E. Nichols €. G G. 5. Ropt., 1881. App. 9. 10 E de Términos, Camp he. - 18 38 9 1880 Marzo 2, 3, 4 28 44.46 A 10.27 | S. M. Ackley. Idem. Isla del Socorro, Baja Cal ¡ - [18 E 1839 . 987 ll 41 47 10.00 ds Belcher .. . | Phil. Trans. R. S., 1843 € 1875. 18 42. .2 | 1880 Octubre JUL, 1 00 E pi A . Nichols . | C. € G. 5. Rept., 1881. App. 9. 18 5% 97 1836 Agosto 26, 2 | 43.05 E 10.24 | A. Son and y. . | €. S. Rept., 1856, p. 214 and Smithsonian Cont's to Know, Wash., 1860, . 118 56 96 4 1856 Agosto 16, 1 43.5 > 10.24 9 Idem. Sun Andrés Chalchicomul | 18 55 e 5 1856 Septiembre 17, 43.3 E 10 22 n. Idem. Manzanillo, . | 19 02.8 .5 | 1880 Nov. 30; Dec. 43.40 y 10.05 . E. Nic . | O. € G. 8. Rept., 1881. App. 9. Tlamacas. + | 19 02 98 26 1857 Enero 25. 43.6 y 10.25 A. Sonntag and y. ) > caian Cont's to Know, Wash., 1860. Veracruz, villa La Guaca, nl Sur de idad 119/12 96 09 1856 Agosto 7, 8 10.28 Aaa o - S. Rept., 1856, p. 214. - Voracruz, bastión N.W. Castillo de San Juan de Ulua.. 19 12.2] 96 1880 Febrero 10, 11, 12 ps S. M. Ackley. : al € G. S. Ropt., 1881. App. 9. Mirador, | 19 1: 96 1856 Uctubre 10, 11. 10.39 | A. Sonntag and y. A - | O. 5. Rept., 1856, p. 214 and Smithsonian Cont's to Know, Wash., 1860. Uhalco,. 119 98 £ 1857 Enero 6. 10.31 | Idem. 6 Smithsonian Cont's to Know, Wash., 1860. Móxico . . | 19 26 99 06 1778 .. > Alzate. Encye Met., London, 1848, Art, Magnetism. Idem - | 19.26 | 99 06 | 1799 .. 2 o Humbold: . | Idem. Móxico, Convento de Í - 11926 | 9905 | 1803 Diciembre. .. | 42 ? 10.49 Idem » | Rpt. Brit. Asso., Vol. V1, 1838 and Bequerel's Traitó du Magnetisme, Pa- > vis 1846. H. and F, very uncertain; C. S, Rept., 1861, App: 22, Idem, 6 9 1857 Diciembre 10, 17... 2 576 B A Sonntag and v. . | C.S. Rept., 1856, p. 214 and Smithsonian Cont's to Know, Wash., 1860. Móxico, A 20 Central. 3 E 3.6 | 1879 Septiembre. Diciembro , 5: V. Reyes. + | Memoria sobro el Departamento Magnético, d:c., México, 1880. Idem. . 119 26 06.6 | 1884 Abril 5, 8, 9, 11,19.... | 45 enana || coros - | M. Bárcena + | Comunication of Mexican Consulat San Francisco to Assist G. Davidson. Campeche S E 3 | 1880 Marzo 8, % 10. h h h S. M. Ackle: . | C. 6 G. 5. Rept., 1881. App. 9. Progros: 2 y 8 1880 Marzo 13, 15 2.2 $ y.0% A 7 . | Idem. San Bla: 21: ' 1791 Abril 12, E co00000 || o S A. Malaspina. . | Borle's Astr. Jahrb., Berlin, 1828. Idem... 516 1887 . p o o Du Petit Thous « | Phil. Trans. R. S. 1875, Sir E. Sabine, San Blas, isla de las Palma: 3: B 1837 . 524.5 o . P - Be . | Phil. Trans. R. S., 1843 and 1875. Idem 3 5 1838 . 36 » 3 á É y . | Phil. Trans. R. S., 1875. San Bl 0 21 4 516 1839 . 2. o o . | Phil. Trans. R. S., 1843 and 1875. Idem... 21 32.2 5 18.1 | 1880 Diciembre 4, 5. 20. . E. U. € G. S. Rept., 1881. App. 9. Isln Contoy E 86 40 1838 . acaso | a A AN E Barnett . | Phil. Trans. KR. S., 1876. Ar0na8,... 91 2 1847 32 ona || o 9 | coca || econo «| Idem... . | Idem. Bubía San Lucas 2 0 5: 1839 . E 2 E 0 E. Belche . | Phil, Trans, R. S., 1843 and 1875. Onbo San Lucas, Baja Californ 5 dicto .6] 109 .71| 1881 Febrero 19, 20. p y y H. E. Nichols C. € G. 5. Rept., 1881. App: 9. Sun Josó del Cabo, Baja Californin o 03. 9 40.7 | 1873 Febrero 27, 28 E y Y .29 | W. Kimbeck and G. Davidson | 1dom. Mazatlán B 06 1837 . econo ||.a : Du Petit Thouars. Phil. Trans: R. 8S., 1875. E 1839 . B 48.38 .029 | 10. E. Belcher.. . | Phil. Trans. R. S., 1843 and 1875, 1881 Febrero 12, S - E Ni . | C. 6 G.S. Rept., 1881. App. 9. E 1881 Febrero 6, 7.. Y E 49.29 .002 74 . | Idem. Buhín Pichilingui, Buja Californi o 5 16.5/110 20.1 | 1881 Febrero 5. y 5 885 49.93 | 6.86£ .66 . | Idem. Buhín do la Magdalena, Baja Californin. coo. 24 3 112 1837 . 2 O . | Phil. Trans. R. S., 1875, Idem ; E 21 2 112 1839 . ¿ 5 E E. Belcher.. . | Phil. Trans. KR. S., 1843 and 1875. Idom por 00D 24 4 112 1866 Junio ] 48.44 | 6.95 l W. Harkne: + | Smithsonian Cont's to Know, N? 239, Wash., 1873. Idom : 00 24 38.4/112 08.9 | 1873 Marzo 6, Jl 5 926 W. Eimbeck and G. Da C. € G. $. Rept., 1881, App. 9. S . scoco || 112 08.9 | 1881 Febrero 24 y 32 H. E. Nichols.. + | Idem. SAA A 0 6, a 110 37.8 | 1881 Enero 31; E 6 5 8: 5 | 49.75 .819 .5 Idem. Idem, Loreto, Baja ( Mliforni , 26 01,1/111 2 1881 Enero 27, 28. Y 5 51.12 | 6 79 Idem. + | Idem. Bahía Chien. o 26 15.9/112 28,5 | 1881 Febrero 28 k 5 51.91 | 6.67 Idem. . | Idem. Bahía Santa Bi 5 41,5|109 88,4 | 1880 Diciembre 2 5 3 | 52.47 » .02 . | Idem. Punta Abrojos 25 47.0/113 31.2 | 1881 Marzo 2, 3 51.86 5.6. .83 . | Idem. Mulegó .... A 3 563.8/111 1881 Enero 24, 25 .5 24 5216 5. M Idem. Isln do la As 114 1881 Marzo 4, 5 51 43. 5 8: 51.79 ' .82 Idem. Santa María o. 5 p 112 1881 Enero 19 5 ] 53.02 As y o Idem. Sun Bartolomé 9.6114 18839 ... y 2 53.0 E p h . | Phil. Trans. R. S., 1843 and 1875, Guaymas .... S| 110 52, 1880 Diciembre 27, 2 2 58. 3 9 52.97 96 . E, Ni O. € G. 5. Rept., 1881. App. 9 Islan do los Cor Bija Culifornin EAS 28 038. 5 11.5 | 1873 Febtero 17 2 lo 52.95 W. Eimbeck and E Davidson Idem. Idom., a : L 5 11.3 | 1881 Marzo 7, 8 2 55.0 5 ) ne e 7 L E. Nichols . | Idem. Bahía Santa D ju Cali $ 2 51.9 | 1881 Enero 17, 18. 3 49: 5 3 |' 53:82 y E : Idem, Isla Gundalup 2 Ñ 8 15,1 | 1881 Marzo 18. 3 38. 2 53.72 | 6. y Tdem Idem. Isla Tiburón .. 29 11.5/112 27.0 | 1880-81 Dic. E 59.2 | *6 29 | 55.08 Idem. Pr rosidio dol N 29 E 1852 ... , A OO PS . H. Emory U.S. € Mex. Bound. Sur., Am. Acad. Se,, Vol. VI, 1866. Isla do San Go l 29 47.2 47.7 | 1881 Marzo 23, b4 30. 5 4 54.50 | 6.41: ' H. E. Michols O. 6 G. 5. Rept., 1881. App. 9. Sun Luis Gonz y i S q .4 | 1881 Enero 14, 1 511 25 55.19 .23 e! Idem, San Quintín .. z E ¿ 1880 000 A ie Phil. Trans. R. 8., 1843 and 1875, Isla do San Martín 30 29. .2 | 1881 Marzo 29, 30. 3 5.86 25 - E. Ni (. €£G. S. Rept., 1881. App. 9. Punta Sun Folipo 31 02. 9.8 | 1881 Enero 12, 2 2 E ; 255 E . | Idem. Punta Rocky E 21113 83,1 | 1881 Enero 4, 5 a MY 250 5 Y B 2 . | Idem, Wspía... 5 | 1855 Marzo : 242 9 p 5 "1 U.S. € Mex. Bound. Sur., Am. Acad, Se., Vol. V1, 1856. Punta Felipe o a 31 46, 3.4 | 1881 Enero 8, 9, . 184 2 53 | 6. :49 | E. E. Nichols | 0.£6G.8. Rept., 1881. App. 9. 16| Todos Santo: ; 1881 Abril 2, 3 de .6| 6.044 E 5.02 54 | Idem - | Idem. Memorlas (1891-95,] T. VIII, pág. 103 APÉNDICE. Como un criterio que permitirá juzgar de la bondad de las observaciones magnéticas practicadas en Tacubaya, pongo en seguida el resultado de una comparación entre las obtenidas por el Sr. Reyes en el Departamento magnético del Observatorio Central, durante el mes de Diciembre de 1879 y las mías de] mismo mes del año de 1893, lo que por otra parte servirá para dar idea, aunque sea aproximada, de la variación secular. Declinación E. Variación anual, Diciembre 1519.20. Poninds 80 21' 20" DA cas UN TT b2n1O Inclinación. Diciembre 1879.............-.. 440 53/ 26" 3./ 39 ea ple: 44 16 14 Fuerza horizontal.— Unidades C. G. 8. Diciembre 1519 TIENE 0,34415' 0.00067 A A 0.33474 1 Los resultados que el Sr. Reyes presentó en su Memoria del año de 1879, así como los publicados después por el Sr. D. Miguel Pérez, están ex- presados todos en unidades métricas ó de Gauss, que para ser reducidas al sistema C. G. S., basta dividirlos por 10. Fin del Tomo VUI de las Memorias. YA TV 4 O LA a A po e y ek PA j DIO AA pr . YA Ya z » y y e y AA te af d a Y wi" tio? E pe y $ i a eS ' , . ! pa TL 7 ; » den a 4 3 K d ' » A XX e PAX e ia dr ic. o Po de ig 0 da e da e epale. quitar ap O - 5 A e ' . ho . p 4 y ' JIDIGHETA ¡ A AA a ab babnod el ob 1rggui dnitimrag 91p obreti9 an 0 as 00d ero RT 015 ant lM9Hoanr ¿sour escolar mar: “OU * obrado al tt adivareginob pop pb obrifuaor [6 sb di ó ; ; obraiR mpedO tab cogio otuamatriqoU fo ra E 16b ario rl y ET8L sb ssdrasividl ob zos la odrab pr ira Buivadae odusq sado 10 soy 01 £C21 eb o0%a loba 0 . INÍMOOS adionizar al ab 5 ¿brinizorqu 592 SUPADS e Dl y : á —_ Y Fa y o o pe , 4 y 2 A g . Ú : lauba ubjaatia? - y A ondo po Í ES ; Z 000408 AS a NO A ñ Y “ge *ES e Te y as e AA 0704 sud ia SUMA: Sad PAS | NN A o ER O ek iodo B08L : abia oE- po NOR GDM aio da Ó Lab Apr Ora PARA 808L ; 10 y A E pa E E EN Ye POS Ne AS sel e e) 4 J ¿A ADD sabelo” 7 —Lotocsingils ir ea a . á RN A d » AS e P ; Y el X AA e rd ze) Wa % ' í dd p 6 A AO Ya MES Índice del tomo VII de las Memorias. Table des matiéres du tome VIII des Mémoires. Aguilar y Santillan Rafael.—Bibliografía Meteorológica Mexi- cana. Año 1893. (Bibliographie Météorologique Mexicaine)..... Aragón Agustin.—La Geometría Analítica y su diferencia con la aplicación del Algebra á la Geometría. (La Géométrie Analy- tique et sa difjérence avec 1' Application de 1*Algebre a la Géo- MET, IRE TE RS E A a NS e aa Armendaris Eduardo.— Estudio de los alcaloides vegetales. (Ltude des alcaloides vÉJÉla UL) .oooocnooncocacccaconanan tons —— Apuntes para la dosificación del tanino en los vegetales. (Dosage du tannin dans les végélauL).ooocicococcno cocoa. Alcaloides de origen animal (Alcaloides d* origine animal). .. Herrera Alfonso L.—Una oruga extraordinaria. (Lámina IV). (¡Une chenille extraordinaire). (Planche IV) .ococoncconica no. Herrera Alfonso L. y Vergara Lope Daniel.—Estudios acerca de las aplicaciones terapéuticas del aire enrrarecido. (Études sur les applications thérapeutiques de l*adr raréflé)..oooomooooo.. Mallén Rafael.—Ensayo sobre la reforma metrofónica del idioma castellano. (Essai sur la réforme métrophonique du langage es- EJ se la de LS A Mendizábal José—Evolución topográfica de la ciudad de Puebla, (Láminas V á IX). (L* Evolution topographique de la ville de 'Ruebla. Elanches VAN: Do a ads ES aa Moreno y Anda Manuel.—Las lluvias en Tacubaya. (Lámina 11). (Les pluies a Tacubaya). (Planche II )oooocoococccccnno.. Estudio sobre el Magnetismo terrestre en México. (Etude sur le Magnétisme terrestre au Mexique).coonoronanononncnnnana Páginas, 173 111 271 256 159 365 Ordóñez Ezequiel.—Notas acerca de los ventisqueros del Ixtac- cíhuatl. (Notes sur les glaciers de 1? Ixtaccíhuatl)........... a Observaciones relativas á los volcanes de México. (Observa- tons sur les volcans du, Meriguella a. e ad a a A Pérez Ezequiel.—Ensayo sobre la determinación de los errores con que se pueden obtener un lado de una triangulación topo- gráfica y la superficie abrazada por la misma. (Lámina 1). ( Essaí sur leg erreurs d'une triangulation topographique). (Planche I)... El cultivo de la matemática y la forma deductiva de la in- ferencia. (La culture des mathématiques et la forme deductive de ao MA AR E de E AE Puga Guillermo B.—Cuadro para encontrar el valor de la prece- sión en ascensión recta y declinación. (Lámina III). (Tableau pour trouver la précession en ascension droite et déclination). Plan- CEI e a do do po o cda AA Torres Torija Manuel.—La evolución de la cultura Helénica. (L” Evolution de la Culture Helenique) ..oococococncccocococono Vergara Lope.—Véase Herrera. Zedillo Jesús.—Cuál es el mejor tratamiento quirúrgico de la fi- mosis. (Quel est le meilleur traitement chirurgical du phimosis?).. Fin del Indice del tomo VITT dé las Memorias. Fin'de la Table des matieres du tome VII des Mémoires, 7 Páxinos. 179 43 203 DEYISTA CIENTÍFICA Y DIDLIOGRÁNICA. Sociedad Científica “ Antonio Alzate.” REVISTA CIENTÍFICA Y BIBLIOGRÁFICA Publicada bajo la direcoión de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN - Secretario perpetuo. MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL EN EL EX-—ARZOBISPADO (Avenida Oriente 2, núm. 726). 1894 Société Scientifique ““ Antonio Alzate.” REVUE Nelen! il ; Dilig Publióe sous la direction de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN Ss é perpétu .1894- 1895 MEXICO | IMPRIMERIE DU GHrOUVERNEMENT FÉDÉRALE. 1894 MENOS AL 90 noldogun 5l 0uye adv LIT AN ATITUAR CTA IEDOA AMARE A e 1 y 4 A ' » : y ñ ' My E ANTE, 7 | ID pa dina OR CNE E » ñ Pi re! di e p Ñ : ' ' IN, NINE AREA Juas y 7 A AENOR a re Y >eledad Cientlica Alai Allo MÉXICO. Revista Científica y Bibliográfica, —Núms. 1-4. 1894-95. SESIONES DE LA SOCIEDAD. JuLio 1” DE 1894, Presidencia del Sr. D. Isidoro Epstein, Monos TRABAJOS. — Ezequiel Pérez, Ensayo acerca de la leona ción de los errores con: que se pueden obtener un lado de una trianm- gulación topográfica y la superficie abrazada. por la misma, teniendo únicamente como datos la perfección del instrumento angular de. que se disponga y la precisión con que se haya medido la base. ( Presen- tado por el socio A. Aragón.) NOMBRAMIENTOS.— Socios correspondientes: Dres. ALEJANDRO MARTÍN DEL CAMPO y BERNARDO Rey- NA. Lagos. - AGOSTO 5 DE 1894. Presidencia el Sr. D. Isidoro Epstein, Vicepresidente. PUBLICACIONES. —El Secretario general dió cuenta con los números 11 y 12 del tomo VII de las Memorias y Revista y con Revista [1894-95] —2 6 las dos siguientes obras cuya impresión ha terminado la Socie- dad: Datos para la Historio del Colegio de Minería, por el socio honorario D. Santiago Ramírez, Ingeniero de minas, y Apuntes de Epigrafía Mexicana, por el socio de número que subscribe. TRABAJOS.—José de Mendizábal y Tamborrel, Evolución to- pográfica de la ciudad de Puebla. V. Fernández, Descripción de un aparato para medir la veloci- dad de las gotas de lluvia. I. Epstein, El análisis espectral y el planeta Marte. PosTuLACIONES.—Para socios de número: D. Ezequiel Pérez, D. Mariano Barragán y D. Pedro Sán- chez. (F. Garibay, A. Aragón y R. Aguilar. ) CAMBIO DE LOCAL.—La Sociedad en vista del considerable aumento de volúmenes que tiene la Biblioteca y de la facilidad que tendrían los socios para consultarla si se hallara en Méxi- co, acordó trasladarse á dicha ciudad en un salón que se alqui- le para el efecto, y previa la anuencia del Sr. Lic. D. Ramón Manterola, á quién se dará un voto extraordinario de gracias por todo el tiempo que-la Sociedad ha estado adjunta á la Bi- blioteca de Tacubaya y por todos los beneficios que constante- mente recibe la corporación de dicho ilustrado socio. El Secretario, J. GALINDO Y VILLA. po SEPTIEMBRE 4 DE 1894. Presidencia del Sr, Isidoro Epstein, Vicepresidente. TRABAJOS.—V. Fernández, Descripción del Diagonógrafo, apa- rato para medir la velocidad de las gotas de Uuvia. I. Epstein, Fuente de fuerza inagotable del Niágara, El Sr. A. L. Herrera propuso á nombre de la Comisión de 7 Historia Natural el siguiente tema para el concurso respectivo: “* Estudio importante acerca de algún asunto de Historia Natu- ral, exclusive de clasificación.” CONGRESO METEOROLÓGICO.—El Secretario general infor- mó que ha enviado las circulares relativas á dicha reunión y que aún no ha recibido contestación alguna. NOMBRAMIENTOS Y POSTULACIÓN.—ÑSocios de número: D. EzeEqUIEL PÉrEz, Ingeniero Geógrafo, Jefe del Depar- tamento de Pesos y Medidas del Ministerio de Fomento. D. MARIANO BARRAGÁN, Ingeniero Civil. D. MARIANO LOZANO Y CASTRO, Profesor en Farmacia, Miembro del Instituto Médico Nacional. D. PEDRO SÁNCHEZ. Para socio de igual clase fué postulado el Sr. Dr. D. Manuel Toussaint. (Herrera, Armendaris y Aguilar.) % OCTUBRE 7 DE 1894. Presidencia del Lic. D. Ramón Manterola, Vicepresidente honorario. El Sr. Presidente manifestó su profundo agradecimiento por la comunicación que la Secretaría le dirigió con motivo de la traslación de la Sociedad á México, y que hacía votos porque continuara prosperando como hasta aquá á lo cual contribuiría siempre gustoso. PUBLICACIONES.— El Secretario presentó la colección en- viada por el Director del Museo Nacional de Washington. TRABAJOS.—M. Moreno y «Anda, Las lluvias en Tacubaya. 'A. Aragón, La Geometría Analítica y su sico con la Ao cación del. Algebra á la Geometvía. Pbro. Vicente de P. Andrade, Ensayo Bibliográfico Mexicano del Siglo XVII. 8 NOMBRAMIENTO.—Ñocio de número: Dr. D. MANUEL TOUSSAINT, Miembro del Instituto Médico Nacional. SEPARACIONES.— En virtud de las fracciones 1, 11 y IT del art. 92% de los Estatutos, la Sociedad acordó la separación de los Sres. Ricardo López Guerrero y Agapito Solórzano, El Secretario, A. ARAGÓN. BIBLIOGRAFIA. L'ÉcLAIRAGE A PARIS par HENRI MARÉCHAL, Ingénieur des Ponts et Chaussées eb du Service Municipal de la Ville de Paris. 1 vol. 8* gr., 496 págs. y 211 figs. 30 fr. (tela ingle- sa).—Paris. Librairie Polytechnique Baudry et Ci” 1894. Esta obra, que se ocupa de una de las cuestiones que en es- tos últimos años han adquirido un desarrollo muy considerable como es el alumbrado, es de grandísima importancia, pues no es una simple mgnografía, sino que muchos puntos están tra- tados de una manera general y el lector puede formarse cabal idea'de los mejores procedimientos é instalaciones de alumbrá- do así del eléctrico como del de gas y otros. El autor comienza con una parte histórica ocupándose prin- cipalmente de París, pero á la vez indicando la, marcha del alumbrado en Inglaterra. El alumbrado de gas está ampliamente descrito, y después el eléctrico, así como el de petróleo, esencia, éte., etc., dando para todos detalles y descripciones de muchí- sima importancia, sobro todo desde el punto de vista práctico, que seguramente en ningún otro libro'se encuentran. hd y 1 MANUEL PRATIQUE DE 1' ÉLECTRICIEN.— Guido pour le monta- ge et lentretien des installations électriques par E. CADIAT, Ingénieur des Arts et Manufactures. 2”” edition.—1 vol. 18%, 510 págs. y 229 figs., 7 fr. (tela inglesa).—Paris, Librai- rie Polytechnique Baudry et C** 1894, Lia nueva edición de este importante libro conserva: el 'mis- mo programa que el primero y contiene varias mejoras, entre otras el estudio de las corrientes alternativas cuyas aplicacio- nes se multiplican día por día y que están llamadas á prestar importantísimos servicios en el transporte de la energía. LE VIN ET LES VINS DE FRUITS.— Analyse du moút et du vin. Vinification. Suerago. Maladies du vin. Études sur les le- vures du vin cultivées. Distillation. Par PIERRE ANDRIEU, Chimiste agronome. 82,378 págs. y 78 figs. 6 £r. 50 c.—Pa- “Tis, Gauthier—Villars et Fils. 1894. El Autor expone con mucha precisión y claridad los mejores A para la vinificación, ¿insistiendo en particular sobre los métodos de adición de azúcar y la de levaduras de vino cultivadas, de tal manera que con este libro pueden com- petir los fabricantes con los principales centros de producción, pues se describen todos los e sita Copa de que ha sido objeto este ramo, 1) Ma 2no9a Una sección de la obra está bolce á lal A iicaaió de frutos que tantísimos servicios rinde, principalmente en las re- glones en que no puede cultivarse la viña. En fin, en la última parte se hallan con detalles muy prácticos, las condiciones: de la destilación del vino y de los vinos de frutas, con ao de ob- toner ie read de pa calidad. : a O QU Revista [1894-95]-—2 10 COURS DE GÉOMÉTRIE ANALYTIQUE á Pusage des Élóves de la Classe de Mathéómatiques spóciales et des Candidats aux Écoles du Gouvernement; par B. NIEWENGLOWSKI, Profes- seur de Mathématiques spéciales au Licée Louis-le-Grand, Membre du Conseil supérieur de PInstruction Publique, Tome I. Sections Coniques. 8*, 483 págs. y figs. 10 fr.— Paris, Gauthier—Villars et Fils. 1894. Este importante curso comprende todo lo que se exije á los candidatos á la Escuela Politécnica 6 á la Escuela Normal de París en materia de geometría analítica. El autor no se ha li- mitado á las teorías que figuran explícitamente en los progra- mas oficiales, sino que ha desarrollado las cuestiones relativas á las coordenadas trilineales y á las tangenciales, etc. Las seccio- nes que no figuran en los programas y las aplicaciones, se hallan impresas en caracteres pequeños. Cada capítulo está seguido de ejercicios, todos elegidos entre los que presentan inmediatas aplicaciones Ó complementos útiles. Muy pronto aparecerán los otros dos tomos de que se com- pone la obra: el 1? contendrá la construcción de las curvas pla- nas y los complementos relativos á las cónicas, y el 2% la geo- metría en el espacio, con una nota acerca de la transformación de las figuras por,E. Borel. LEcONS DE CHIMIE á Vusage des élóves de Mathématiques spé- ciales, par H. GAUTHIER et G. CHARPY, Docteurs ds Scien- ces, anciens Élóves de VÉcole Polytechnique. 2* édition' (notation atomique). 8” gr. 480 págs y 92 figs. 9 fr.—Paris, - Gauthier-Villars.et Fils, 1894. Esta 2* edición se halla al corriente de los adelantos de la ciencia y contiene notables perfeccionamientos y adiciones co- mo es, entre otras, la introducción de la notación atómica, que 11 se halla al lado de la notación de equivalentes. Encontramos también los excelentes trabajos de M. Moissan, relativos al JAuor, á la preparación del boro puro, á la reproducción artificial del diamante y el horno eléctrico. Igualmente se ven en esta nue- ya edición muchas figuras nuevas y sobre todo una nueva idea; la adición en las fórmulas de las reacciones de una letra que indica en qué estado se halla el cuerpo considerado. En fin, to- da la obra se ha revisado cuidadosamente, los números citados son los de las últimas determinaciones, y además está impresa con elegancia y esmero. - RÉCRÉATIONS MATHÉMATIQUES par M. EDOUARD Lucas.— To- me IV. 8*, 266 págs. y figs. 7 fr. 50 c.—Paris, Gauthier- Villars et Fils. 1894. 6 Este es el último tomo de la importante obra del distinguido matemático Lucas, que contiene las siguiente recreaciones: 1* El calendario perpetuo y el cálculo automático de los re- siduos.—2* La aritmética en bolas.—3* La aritmótica en da- dos.—4* El juego de ajedrez en el siglo X111,—5* Los cua- dros mágicos de Fermat.—6* La geometría de las redes y el problema de los dominós.—7* La geometría de las regiones, el problema geométrico de los cuatro colores y las redes de pun- tos triples.—8* La máquina para andar. - Contiene además las notas siguientes que son de gran ento. rés: 1* El salto del caballo en el juego de ajedrez.—2* Los cua- dros mágicos.—3* Acerca de la 3? recreación del tomo 111.— 42 Acerca de la 82 recreación del tomo I.—5* Sobre los cua- dros mágicos. 12 TRAITÉ DE CHIMIE ávec la Notation Atomique par LOUIS SE- RRES,* Ancien Éleve de 1"École Polytechnique, Professeur de Chimie A 1 École Municipale Supérieure Jean—Baptiste= Say. 1 vol. 8 de 928 págs. y 295 figs.. 10 fr.— Paris. Librai- rie Polytechnique Baudry et C*” 1894. 4 Eu este tratado se halla la teoría atómica explicada de una - manera elemental y de tal modo, que las personas que hayan estudiado la química con la notación de los equivalentes; pue-- dan familiarizarse por medio de este libro con la otra, que en la actualidad es de aplicación continua, sobre todo en la quí- mica orgánica. Está dividido en tres partes: la primera se ocu- pa de generalidades y del aire y el agua. Este último compuesto sirve en seguida de tipo para la explicación de las leyes gene- rales dela química y para la definición del peso molecular y del peso atómico, que son la base de la notación. Completa esta parte el estudio de los metaloides y sus compuestos y la defi- nición de la atomicidad ó valencia de los elementos y de los ra- dicales. La parte segunda contiene las generalidades relativas á los metales y las principales clasificaciones de los elementos, prin- cipalmente la clasificación periódica de Mendéleef; después se halla el estudio particular de los metales y sus compuestos. La última parte comprende la química orgánica en donde se encontrarán las propiedades generales de los diversos gru- pos de compuestos y el estudio particular de los principales en- tre sí. 20) 1 Resumen de las observaciones meteorológicas hechas en Oaxaca de 1883 á 1892. El laborioso y entendido director del Observatorio de Oaxa- ca Dr. D. Agustín Domínguez, acaba de publicar un interesan- 13 te opúsculo* en el cual hace una reseña de los trabajos verifi- cados en ese establecimiento durante el decenio 1883-1892, dando á conocer los métodos é instrumentos empleados, y pre- sentaudo los datos obtenidos en cuadros perfectamente arre- glados precedidos de una breve discusión relativa á la tempe- ratura, la presión atmosférica, la humedad del aire, lluvia, nu- bes y viento; en seguida se ocupa del estudio de cada estación y da la altura corregida del Observatorio que es de 1,564"25. Termina por fin el cuaderno con los cuadros en los que seha- llan los datos para cada mes y año, con todos los detalles de= seables, 508) Felicitamos sinceramente al Sr. Domínguez por.su impor- tantísimo trabajo que mucho-le honra, y nos permitimos trans- eribir ácontinuación el resumen delos principales elementos con lo cual se da una cabal.idea del elima de la ciudad de Oaxaca: “TEMPERATURA.— Máxima absoluta: á la sombra, 35940 (Mayo 5 de 1890); mínima ídem, 3200 (Enero 4 de 1892); má- xima diaria por término medio, 26095; mínima ídem, 13063. “* Temperatura media á la sombra, 200214; oscilación diur- na máxima, 24090 (Diciembre 2 de 1892); ídem ídem mínima, 1090 (Septiembre 16 de 1886); oscilación media, 13025; osci- lación absoluta en diez años, 32040, ; “* PRESIÓN BAROMÉTRICA.— Máxima 641""95 (Marzo 1? de 1887); mínima, 630""36 (Septiembre 8 de 1888); media, 636""314. “HUMEDAD DEL AIRE.— Máxima, 100; mínima, 16.7; me- dia, 74.7. TENSIÓN DEL VAPOR.— Máxima, 28”"39; mínima, 2%*75; media, 137714. ii “Nubes.—Cantidad media de nubes, 4,61; máxima de días nublados en un año, 187; mínima ídem, 140: media, 170; direc- ción dominante de las nubes en movimiento, del NE. 1 Memoria que el Dr, José Agustín Domínguez, encargado del Obser- vatorio Meteorológico del Estado de Oaxaca, presenta al Superior Gobierno del mismo, sobre las observaciones practicadas en la primera década desde Marzo del año de 1883 hasta el fin de Febrero de 1892, Oaxaca, Imprenta, del Estado, 1894. 4%, 39 págs. y 33 cuadros. ' , DES OE 0% 14 “Lruvia.— Cantidad máxima recogida en un año, 1,1651 (año de 1888); mínima ídem, 523""4 (año de 1884); media, 845"=36; máxima de días de lluvia, 136 (año de 1887 ); mínima ídem, 95 (año de 1884); media, 117. “VieENTO.— Velocidad máxima observada 8"64; ídem cal- culada aproximativamente, 2500; velocidad media, 1”31 (año de 1892); dirección dominante, del Oeste. ““OzONO.— Máxima, 6%0; mínima, 090; media, 2,10 (año de 1892). “EVAPORACIÓN Á LA SOMBRA.— Cantidad de agua evapora- da en un año (1892) 1,734”"1; máxima en 24 horas, 11""6; mí- nima ídem, 1””1; media anual, 483. “Con los anteriores datos que podrán ser ligeramente mo- dificados con el tiempo, pero en cantidad que no influirán nota- blemente en el fondo, podemos determinar las condiciones elimatéricas de Oaxaca, diciendo que: participa de una tem- peratura comprendida entre los límites de los climas templados y calientes, con variaciones moderadas que no pasan de las ad- mitidas en los climas benignos. La presión barométrica no es tan alta como al nivel de los mares, ni tan baja como en la Mese- ta Central; pero sus variaciones son tan cortas que dicha pre- sión puede considerarse constante. El aire contiene por término medio la humedad suficiente para que se efectúe la respiración con suavidad, sin que pueda decirse que el temperamento es húmedo; la cantidad de lluvia basta para las necesidades de la agricultura, y aun en los años escasos sería suficiente si se su- piera aprovechar la que cae. La situación topográfica de la ciu- dad la pone al abrigo de las fuertes corrientes del viento; está libre de inundaciones en los fuertes aguaceros y la proximidad de las montañas la libra de las descargas eléctricas. “Los fenómenos meteóricos se agrupan ordinariamente de una manera especial, imprimiendo un carácter particular á una parte del tiempo. Este carácter, constante durante períodos fi- jos del año, forma las estaciones meteorológicas por las cuales se rigen en cada localidad las operaciones de la agrienltura y 15 algunas otras. En las zonas templadas se han admitido cuatro y concuerda cada una con los fenómenos astronómicos de los pasos del sol por los equinoccios y los solsticios. Por nuestra civilización y conocimientos enteramente europeos, también nosotros usamos de esta división del año consignada en nues- tros almanaques y anuarios con los mismos nombres por más que las tales estaciones en nada correspondan con nuestros fe- nómenos locales, y que algunos europeos hayan hecho notar que en nuestra zona no se observan sino sólo dos estaciones, una de lluvia y otra seca. En efecto, por superficialmente que fijemos nuestra atención en el curso de un año regular, notaremos que hacia el 15 de Febrero se verifica un cambio notable en la at- mósfera; la temperatura se eleva rápidamente, se turba la transparencia del aire, una bruma densa impide ver las monta- ñas vecinas y á veces oculta objetos situados á dos Ó trescien- tos metros. “¿Este estado del tiempo queda definitivamente establecido desde el principio de Marzo, continuándose en Abril, Mayo y parte de Junio; se interrumpe particularmente por las tardes por aguaceros violentos acompañados de viento, granizo (á veces) y descargas eléctricas. En estos meses está seco el cam- po, falta el agua en las fuentes y ríos, y el agricultor aprovecha los terrenos bajos que pueden ser regados para hacer algunas siembras extemporáneas. A mediados de Junio y aun desde el principio del mes, se verifica otro cambio atmosférico; el aire recobra su transparencia, la temperatura se modera, los nubla dos se extienden y persisten por algunos días, las lluvias son generales y más suaves los aguaceros; se establece el verdade- ro temporal de aguas, que con las variaciones irregulares espe- ciales á cada año, dura hasta medio mes de Octubre. En esta estación todo está verde, las plantas cereales nacen, crecen y fruetifican. Como llevamos expuesto, 4 mediados de Octubre se hace el último cambio atmosférico; los vientos del Oeste y Noroeste limpian el cielo y secan el aire, la transparencia de: la atmósfera se acentúa más, los nublades son raros, las nubes 16 son altas y fraccionadas; la temperatura baja considerablemen- te y se notan algunas heladas, cuyas condiciones durarán hasta Febrero del año siguiénte. Al principio de esta estación los sembrados se secan y en Dicembre se recoge la semilla. “Hemos comparado las indicaciones de los instrumentos con este modo de variación de los fenómenos atmosféricos y nos hemos convencido de la concordancia entre los datos que he- mos recogido y la marcha de nuestro año meteorológico, admi- tiendo tres estaciones exactamente caracterizadas, conformes también con nuestras constituciones médicas estacionales. La cireunstancia de haber comerzado nuestros trabajos en el mes de Marzo no ha sido la razón única para que nuestros cuadros comiencen el año por dicho mes; más bien nuestro objeto ha sido aproximarnos al principio de las estaciones, prescindien- do de las irregularidades que todas suelen presentar en su prin- cipio, y contando éste desde el comienzo del mes en que están: definitivamente establecidas; advirtiendo que el mes de Junio las más ocasiones pertenece al período del temporal de aguas, y que contamos en el año meteorológico los meses de Enero y Febrero de un año como poetica al año anterior en fe- cha civil. - “Recorriendo la última línea de nuestro cuadro número 1, de las temperaturas medias, notamos que, desde Enero vacre- ciendo la temperatura de cada mes hasta Mayo, y desde este mes desciende continuamente hasta Enero; en el mes de Sep- tiembre se acerca mucho á la temperatura media general. En consecuencia, dividimos el año en tres estaciones térmicas: car liente la primera, templada la segunda y fría la tercera, La es- tación caliente comprende los meses de Marzo, Abril, Mayo y Junio; la templada abraza Julio, Agosto, A AMbEO y Octu- bre, y bi fría Noviembre, Diciembre, Enero y Febrero. Las al- turas barométricas presentan un movimiento í inverso al del ter- mómetro, como llevamos dicho, y como el estado de humedad del aire está ligado con las presiones y temperaturas, se ve que, los instrumentos respectivos, io dep en ci ae con aquellos.” - aus es JT O) ; ) E JIMOLT E $4 sociedad Cientilica “Antonio Alalo I¡MÉXICO. Revista Científica y Bibliográfica, Núms. 5 = 6. 1894-95. SESIONES DE. LA- SOCIEDAD. NOVIEMBRE 4 DE 1894, Presidencia del Sr. Ing. Francisco Rodríguez Rey. CORRESPONDENCIA.— Doe los Sres. Dres. Manuel Toussaint, de México, y Alejandro Martín del Campo y Bernardo Reyna, de Lagos, dando las gracias por su nombramiento. TRABAJOS.—J. Galindo y Villa, Ligeras reflexiones acerca de la importancia del estudio de la Historia del Arte. E. Ordóñez, Observaciones relativas á los volcanes de México, € FALLECIMIENTO.—El Secretario general comunicó el del Sr. D. Isidoro Epstein, socio honorario y vicepresidente de la So- ciedad, acaecido el día 28 del mes pasado. Enección.—El Sr. Ing. D. Francisco Rodríguez Rey, que- dó electo Vicepresidente provisional, en substitución del Sr. Epstein. Revista [1894-9516 DICIEMBRE 2 DE 1894, Presidencia del Sr. Ing. Francisco Rodríguez Rey, TRABAJOS.— A. L. Herrera, Una oruga extraordinaria, Jesús Zedillo, ¿Cuál es el mejor procedimiento para el trata. miento quirúrgico de la fimosis? (Presentado por el socio Ara- gón.) PostuLAcIÓN.— Para socio de número: Sr. D. Rafael Ma- Men. (E. Pérez, F. Garibay y A. Aragón. ) El Secretario, b J. GALINDO Y VILLA. NECROLOGIA. EL SR. D. ISIDORO EPSTEIN. Nuestro querido é ilustrado vicepresidente falleció en la ca- pital el 28 de Octubre del presente año. Nació en Hofgeismar (Hesse—Nasau, Prusia) el 7 de Junio de 1827 y hacía mucho tiempo se encontraba en nuestro país, al cual le consagró con gran cariño toda su inteligencia. En varias publicaciones se dió á conocer con ventaja como hombre ilustrado y entusiasta por las-ciencias; y por fin, insta- lado en la capital, desempeñó por muchos años la cátedra de Me- cánica en la Escuela Militar, para la cual escribió y publicó una obra que ha sido debidamente apreciada. 19 Desde que la Sociedad le nombró socio honorario (1888), no cesó de mostrarle su simpatía, y. tomaba parte en nuestros trabajos con mucho entusiasmo y constancia. Sirvan estas líneas como un testimonio del cariño que todos sus consocios le profesamos, y de la honda pena con que la So- ciedad le vió desaparecer de la lista de sus, miembros, EL PADRE FRANCISCO DENZA. El sabio director del Observatorio del Vaticano nació en Nápoles el 7 de Junio 1834 y falleció en Roma el 14 de Diciem- bre del corriente año. Perteneció á la orden de los Barnabitas, en cuyo colegio de Moncalieri enseñó física y matemáticas desde 1856: Alí fundó un. observatorio meteorológico que después fué el Observatorio Central de la Sociedad Meteorológica Italiana, que fundó en 1880. En las, numerosas publicaciones de: dicha Asociación: dió á conocer todo su celo por los estudios meteorológicos, los'cua- les no cesó de.impulsar hasta el último día de su vida. El Papa León XIII le nombró en 1891 Director del Observatorio del Va- ticano, en donde se. consagró AE OIT al ii Es las ciencias de observación. Recibió del Gobierno, de las Sotsilldados y CE y de cuantos tenían ocasión de apreciar sus relevantes méritos, dis- tinguidas consideraciones y honores, que en nada alteraron su humildad y sencillez. Cariñoso, de trato afabilísimo y sincero, dotado de gran ta- lento natural, y virtuoso; tal fué el hombre que se hizo amar de cuantos le trataron y que ahora lamentan su muerte. La So- ciedad “Alzate” dedica estas líneas á E memoria de uno de sus mas ilustres socios honorarios. BIBLIOGRAFIA. COURS DE GÉOMÉTRIE DESCRIPTIVE A Pusage des éléves de PEnseignement Secondaire moderne par M. Cn. BrisseE, Pro- fesseur a École Centrale et au Licée Condorcet, Répétiteur a École Polytechnique. Paris, Gauthier - Villars et Fils, 1895, 8" gr. 260 págs. y 345 figs. 7 fr. Esta importante obra contiene las materias necesarias á los alumnos de la enseñanza secundaria moderna y ha estado arre glada conforme á los programas más recientes. Véase € en segui- da un extracto del indice: Primera parte.—1I. Del punto y de la línea recta: Represen- tación del punto; Representación de la recta; Trazo de las mon- teas; Trazo de las sombras.— II. Del plano: Representación del plano; Intersección de dos planos, de un plano y de una ree- ta; Intersecciones de poliedros; sombras en los poliedros.— III. Rotaciones y abatimientos: Rotación de una figura plana al re- dedor de una recta de su plano; Rotación de una figura cual. quiera.—IV, Distancias y perpendiculares: Distancia de dos puntos; Distancia de un punto 4 una recta; Distancia de una recta á un plano; Menor distancia de dos rectas.— V. Angulos de rectas y de planos: Angulo de dos rectas; Angulo de des planos; Angulo de una recta y de un plano. Segunda parte.— VI. Del cono y del cilindro; a geométricas; Planos tangentes á los conos y á los cilindros;: Sección plana de un cono Ó de un cilindro; Intersección de co- nos y de cilindros.—VIL. Superficies de reyolución: Propie- dades geométricas; Planos tangentes á las superficies de re- volución; Sección plana de una esfera.— VIII. Proyecciones acotadas: De la recta; Del plano; Distancias y perpendicula- 21 res; Angulos de rectas y planos; Representación de las super- ficies. —Apéndice; Nociones de perspectiya. Añadiremos que esta obra constituye un Curso elemental de Geometría Descriptiva que es muy útil como consulta para to- dos los que por primera vez estudian esta interesante aplicación de la ciencia. AIDE— MÉMOIRE DE POCHE DE L”ELECTRICIEN. Guide pratique á Vusage des Ingénieurs, Monteurs, Amateurs électriciens, etc. Par PH. PICARD et A. DaAvID, Ingénieurs des Arts et manufactures. Paris, Librairie Polytechnique Baudry et C'*- 1895. 1: pequeño volumen, forma oblonga, 0125 x 008, en tela inglesa. 5 fr. Los autores de este utilísimo librito se han propuesto que todas las personas que se'ocupan de la electricidad industrial encuentren reunidos en un pequeño volumen todos los docu- mentos de que necesiten, sin estár obligados á consultar obras especiales y extensas. Puede ser de gran utilidad para los In- genieros por las fórmulas que la práctica ha enseñado y que per- miten determinar todos los elementos de los aparatos emplea- dos en la industria eléctrica; álos instaladores electricistas por el desarrollo de las consideraciones de que deben guiarse en el establecimiento de talleres eléctricos; á los aficionados por los eroquis esquemáticos indispensables para poder apreciar el va- lor real de los estudios de las instalaciones que se les propon- gan. No se hallarán en este libro párrafos inútiles, únicamente las fórmulas absolutamente indispensables sin demostración ninguna, con tablas que facilitan su empleo. AIDE-— MÉMOIRE DU MINEUR par PAUL F. CHALON, Ingénieur des Arts et Manufactures. Paris, Librairie Polytechnique Bau- dry et C' 1895, 12%, figs., tela inglesa, 6 fr. La Ayuda de Memoria del Minero es la condensación en un libro de bolsa de infinidad de indicaciones, datos, cálculos y ta- blas que interesan sobremanera al ingeniero, al minero, al ex- plorador y en general á todos los que se consagran á cuestio- nes mineras. Sólo el nombre del autor y sus trabajos anteriores que son bien conocidos, son una garantía de la importancia de su libro. Contiene descripciones detalladas de las principales mate- rias minerales; programa de una explotación minera; sondeos; perforación de pozos y galerías; ventilación; alumbrado; dese- camiento de las minas; transportes; extracción; translación de trabajadores; empleo del aire comprimido y de la electricidad ; métodos de explotación; levantamiento de planos de minas; le- gislación; conversión de medidas extranjeras y francesas; tablas diversas y vocabulario, francés—inglés —español. Y ANNUAIRE pour 1'an 1895 publié par le BUREAU DES LONGITU- DES. Avec des Notices Scientifiques. Prix: 1 fr. 50 e. Paris, Gauthier - Villars et Fils. 18% 1V -826 págs. Este tomito contiene una multitud de datos prácticos de mucho interés acerca de la mayor parte de los ramos científ- cos y además las Noticias siguientes; Las ondas atmosféricas lunares, por M. Bouquet de la Ach El Congreso Geodésico de Inspruck, por F. Tisserand. El Observatorio del Monte Blanco, por J. Janssen. La Fotometría fotográfica por J. Janssen. 23 «Informe relativo 4 las proposiciones de unificación de los días as- tronómico y civil por H. Poincaré. Ville de Paris. ANNUAIRE DE L'OBSERVATOIRE MUNICIPAL DE MONTSOURIS pour 1”année 1895. ( Analyse et travaux de 1893). Météorologie.—Chimie.—Micrographie.— Application a 1'Hygiéne.— Paris, Ganthier- Villars et Fils. 18%, 440 págs. 2 fr. Contiene los trabajos efectuados en el Observatorio duran- te el año de 1893, los cuales comprenden tres secciones princi- pales: 1? la Meteorología propiamente dicha que se halla bajo la dirección de M. León Descroix, quien ha añadido el mag- netismo y la electricidad; 2* el servicio químico que dirige M, Alberto Lévy, y que comprende el estudio de las variaciones de la composición del aire y de las aguas de los diferentes cuar- teles de Paris, etc.; 3? el servicio micrográfico confiado 4 M. Miquel, ocupándose del análisis de la atmósfera de las habita- ciones y de las escuelas, y de las aguas que se cree acarrean los principios contagiosos de muchas enfermedades. DICTIONNAIRE 'D' ANALYSÉ DES SUBSTANCES ORGANIQUES in- dustrielles et commerciales par ADOLPHE RENARD, Docteur ds Sciences, Professeur de Chimie a 1”Écolo Supérieure des Sciences de Rouen. Paris, Librairie Polytechmique Baudry et Cie 1895. 8 433 págs y figs. 10 fr. Basta el título de la obra para formarse cabal idea de su uti- lidad 6 importancia, pues para el análisis de las substancias or- 24 gánicas no es fácil encontrar reunidos todos los datos exactos y todas las indicaciones necesarias, sino que las notas y memo- rias de esta especie se hallan esparcidas en muchas publicacio- nes. El autor en vista de estas dificultades ha reunido en un solo volumen todos esos documentos, describiendo los métodos aplicables al examen de los productos orgánicos empleados en las artes, la industria y la economía doméstica, de tal manera, que las personas poco acostumbradas á esta clase de análisis, los hagan rápidamente sin tener necesidad de recurrir á los tra- tados especiales Ó memorias originales. Les PomPES CENTRIFUGES ET ROTATIVES. Théorie pratique, Construction, Installation. Avec 35 figures intercalées et 10 grandes planches. Par J. BUCHETTI, Ingénieur, E. C. Paris. —A. M. Aix, Ex-constructeur, Ex-professeur 4 1”École Centrale. Paris, 1895, 8%, 104 págs., figs. y láms. 10 fr. Bau- dry et Ci* Libraires-£diteurs. Esta obra, resultado de la práctica y notable pericia del au- tor, consta de cinco capítulos. En el primero se halla la teoría de las bombas cenjrífugas; en el segundo están los cálculos y trazos prácticos, comprendiendo los rendimientos, valor prác- tico de la velocidad tangencial, gastos, velocidades y pérdidas de carga, tabla de las pérdidas de carga en los tubos, dimensio- nes de la rueda, diámetro del árbol y trazo de las paletas. El ter- cero se ocupa de la construcción é instalación de los principa- les tipos de bombas, como las de Dumont, Wauquier, Gwynne, Decaur, Farcot, Pilter, etc. El capítulo cuarto está consagrado á la construcción é instalación de grandes bombas, describién- dose las instalaciones de Dunkerque, las de la Compañía de Fives—Lille, las del Havre y las de Khatatbeh(Egipto), ter- minando con las aplicaciones de las relaciones encontradas en 25 los cálculos de las bombas descritas. El último capítulo trata de la bomba rotatoria Greindl, que es intermedia entre la bomba centrifuga y la de émbolos. La obra termina con un resumen comparativo. DECADES AMERICANA. MÉMOIRES D* ARCHÉOLOGIE ET D'*Er- NOGRAPHIE AMÉRICAINES. Par le Dr. E. T. Hamy.—Paris. Ernest Lervux, Éditeur. El sabio Doctor Hamy, miembro del Instituto, Conservador del Museo Etnográfico del Trocadero y miembro honorario de la Sociedad “ Alzate,” ha publicado con aquel título, en un vo- lumen en 8” ilustrado con 6 láminas y 80 figuras intercaladas, una serie de disertaciones cortas, acerca de diversos asuntos arqueológicos y etnográficos americanos. Uada serie de diez de estos breves estudios constituye una década, y el volumen en que nos ocupamos comprende la 1* y 2? de las que se propone publicar el Doctor Hamy, Con positiva complacencia hemos leído los estudios relativos á nuestro país, contenidos en dichas décadas, y sou los siguientes: Una insignia de los pontiífices aztecas. — El tzompantli. — El cementerio de Tenenepanco y los sacrificios á Tláloc.— Las estatuas de Tehuacán de las Eranadas.— Pinturas etnográficas de Ignacio de Castro.— La Cruz de Teotihuacán en el Museo del Trocadero.— Apropósito de un bajo—relieve azteca de la colección Uhde.— El dien- te de oro de Tepito. | Conocimiento en nuestra historia arqueológica; observación profunda de nuestros monumentos; juicios acertados: tales son las cualidades que hemos encontrado en las décadas mexicanas del Doctor Hamy, á quien felicitamos por su libro y quedamos muy agradecidos por el ejemplar con que nos obsequió. Revista [1894-9511 26 ELEMENTARY METEOROLOGY by William Morris Davis, Pro- fessor of Physical Geography in Harvard College. Boston, Ginn 6 Company, Publishers. 1894. 8% 355 págs., figuras y cartas. Esta obra está escrita con un estilo claro y conciso, puesta al corriente de los últimos adelantos de la ciencia y con un es- píritu práctico. Puede ser de grandísima utilidad en los esta- blecimientos de instrucción profesional y aun para consulta. El autor al escribir su libro ha tenido á la vista no sólo las obras especiales de este género sino también las innumerables monografías que han dado á luz los más célebres meteorologis- tas modernos en las publicaciones de los últimos años; de ma- nera que se hallan las teorías más aceptadas, los métodos y cálculos más sencillos y los instrumentos más en boga. Comprende catorce capítulos que son los que siguen: Rela- ciones generales de la atmósfera; Extensión y arreglo de la at- mósfera alrededor de la tierra; Comprobación de las tempera- turas atmosféricas por el sol; Coloraciones del cielo; Medida y distribución de las temperaturas de la atmósfera; Presión y cir- culación de la atmósfera; Clasificación general de los vientos; Humedad de la atmósfera; Rocío, nieve y nubes; Ciclones, tem- pestades y vientos; Tempestades locales; Causas y distribución de las lluvias; Tiempo; Clima. Encyclopédie Scientifique des Aid - Mémoire. Paris, Gauthier=Villars et Fils. 82, cada tomo 2 fr. 50. De la Sección de Ingeniería de esta útil colección ha recibi- do últimamente la Sociedad los siguientes tomitos: 27 SÓREL (E.), Ancion Ingénieur des manufactures de État,— LA RECTIFICATION DE L'ALCOOL. Se encuentran en este tomito las leyes generales de la rec- tificación, es decir, de la separación de varios líquidos volátiles mezclados. Tomando como ejemplo la rectificación del alcohol el autor muestra la aplicación de las fórmulas generales á esta impor- tante operación industrial y la concordancia de las deducciones teóricas con los resultados obtenidos prácticamente en aparatos bien conocidos. Muestra los progresos que hay por realizar y discute rápidamente los errores muy esparcidos y que pueden acarrear graves inconvenientes. ALHEILIG, Ingénieur de la Marine. — RÉSISTANCE ET CONS- - TRUCTION DES MACHINES A VAPEUR, En este volumen ha reunido el autor las fórmulas más pro- pias para guiar al ingeniero en los cálculos tan á menudo com- plicados de las diferentes piezas que entran en la construcción de las máquinas de vapor. El autor se ha limitado á prevenir contra la tendencia tan común que hay después de haber calculado una pieza por una fórmula, creerla exenta de toda avería. Recuerda que los es- fuerzos ejercidos sobre un órgano son muy complexos y reco- mienda en todos casos no considerarse como satisfechos sino cuando se ha comparado la pieza estudiada con otras análogas que ya hayan funcionado bien. En resumen el librito de M. Alheilig prestara importantísimos servicios. Witz (AMÉ), Docteur és Sciences, Professeur á la Faculté li- bre des Sciences de Lille. — Les MACHINES THERMIQUES. Antes de entrar en el detalle del estudio de las diversas má.- quinas, el autor establece un paralelo entre ellas, y es el objeto de la obrita. Insiste especialmente en las ventajas relativas de la máquina de vapor y del motor de gas, cuyos progresos han satisfecho las esperanzas de los que fueron sus promotores. La cuestión es de actualidad y presenta grandísimo interés. BILLY (E. DE), Ingénieur au Corps des Mines.— FABRICATION DE LA FONTE, Esta obra es una exposición de los principios teóricos y de la práctica actual de la metalurgía del fierro colado. La prime- ra parte está consagrada al estudio de la química del alto horno y á la exposición de los principios que sirven de guía en la de- terminación del perfil, ete. La segunda parte comprende la des- cripción del horno alto y de sus accesorios, las reglas relativas al manejo del aparato en marcha, y termina con ejemplos de fa- bricaciones diversas y por un estudio del precio de costo, ete. HENNEBERT, Lieutenant-colonel du Gténie, ancien Éléve de PÉcole Polytechnique.— FORTIFICATION. El autor hace una reseña histórica y expone los principios de construcción actualmente en uso en las fortificaciones, dando todos los detalles más necesarios. Es un libro utilísimo para los ingenieros militares, quienes deberán consultarlo, seguros de que encontrarán datos y explicaciones de gran interés. MINEL (P.), Ingénieur des Constructions navales. — RÉGULA- RISATION DES MOTEURS DES MACHINES ÉLECTRIQUES. El autor se ocupa en esta obrita en dar una solución prác- tica y segura que permite obtener en cada caso, por ensayes metódicos, la mayor regularidad de marcha que sea realizable prácticamente en las condiciones adoptadas para el motor. 29 CasparI (E.), Ingónieur hydrographe de la Marino. — Les CHRONOMETRES DE MARINE, Esta obrita trata del funcionamiento y del empleo de los cronómetros de precisión. La primera parte está consagrada á la descripción del cronómetro y á la teoría de su mecanismo, á las perturbaciones que alteran su marcha y á la expresión matemática de ésta. La segunda se ocupa del empleo práctico de los relojes; comprende el cálculo de la marcha, la determina- ción de las constantes, la aplicación al problema de las longitu- des y en fin los métodos para probar el valor de los instru- mentos. DWELSHAUVERS—DERY, Ingénieur, Professeur 4 Université de Liége.— ÉTUDE EXPÉRIMENTALE DYNAMIQUE DE LA MA- CHINE A VAPEUR, El objeto de esta obrita es exponer los métodos de que se dispone para determinar experimentalmente las variaciones de velocidad de una máquina de vapor. La primera parte contie- ne una solución del problema según los datos del indicador de presión. La segunda expone el método experimental directo por medio de los dos instrumentos de Duveau y Ransom, que dan diagramas automáticamente inscritos sobre las máquinas en movimiento, y cuyas coordenadas están en función de la ve- locidad de rotación que trata de determinarse. MixeL (PoL), Ingónieur des Constructions navales. — ÉLEC- TRICITÉ APPLIQUÉE A LA MARINE. En este volumen el autor estudia, desde el punto de vista de las aplicaciones de la electricidad que se han hecho á la ma- rina, el funcionamiento de las máquinas y de los motores de 30 corrientes continuas, de los acumuladores, así como del funcio- namiento del alumbrado por incandescencia y por arco. Las principales cuestiones tratadas son las siguientes: géneros de inducción, modos de excitación, curvas características de las máquinas empleadas en la marina. — Funcionamiento de los mo- tores y dinamos.— Alimentación aislada ó simultánea de pro- yectores por manantiales' eléctricos. — Proyecto de instalación de alumbrado eléctrico á bordo de un buque. HENNEBERT, Lieutenant-colonel du Génie, ancien Éléve de PÉcole Polytechnique.— TORPILLES SÉCHES. En las tres primeras partes de esta obrita el autor se ocupa de los hornos de mina, haciendo en seguida interesantes con- sideraciones históricas relativas á las operaciones de guerra sub- terránea y después inserta un cuadro completo de la situación actual del arte de esta guerra especial. La cuarta parte está consagrada al estudio de los medios de destrucción de las obras de mano de hombre y también de los obstáculos que opone la naturaleza á la ejecución de las grandes obras públicas. En la quinta parte trata de los trabajos torpédicos de campo; la sexta consiste en un estudio muy curioso de las bombas y má- quinas infernales dé que se ha hecho uso desde la antigiiedad hasta nuestros días, describiéndose los procedimientos emplea- dos por el arte militar, y también por el crimen. 31 8"TE6 GT HENÁMN YN Lv 8 L'9 0"S6 S'eT || €8'988 Si 0 Y a a SS áIAp>A>A > A ——— S0 80 MN MN £5d vG sI 6.06 L"TT vO'L "27 *91QUI9TIKT 68 OT MN N vE 66 6% 053 0'3T 992 727 9IQUIITAON 9'pT GT N IN 67P 69 S'9 0'P6 6 PI 939 pgs “e1qny9O 698 ST MN HN gl 89 gor 0"S3 021 02'G És "e1quuo dog L'68 GI MN HN Gl 99 S'0T 096 021 DA 038037 016 £'T MN HNN €) 99 86 S c6 69T ||. €6'9 a E 8-07? ST uN HN 66 66 Sor CS LG S'LT ||: ?T9 A E 16€ 9-T EN MN 8% 06 58 686 £'8T cvs: 9222 *** 0 ÁR AL s'6 Gal HN MN 06 6v Ss). 086 921 T0'9 o 0'S GT HN M 68 06 sv 96 e “gr v6'G 028 TE 00 TT HS EP o6 rd 0 0p6 9'pt TT9 e Di EE OT 8'0 UN MN 1557 66 0:p g.16 65T ||. 26688. ¿"7 COXOUH : ma mu vuUL . 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Températures de l'airiá Pabri. o Moyenne (24 observations QiUrKES).oonooncnccnccancncacrnananrn oo. 15.5 Masiraum (lo Mal) Posa ad ds Loa Pals hno nenes 28.9 Minimum (le 23 Décembre) 1.3 Oscillation diurne maximum (le 20 Mars) z 19.5 > ,, minimum (le 13 Octobre)....- A A E 5.3 5 A A O A 27.6 Moyenne diurne maximum (le 18 Avril) ..cooomccnaneonccranrenoanono- 20.5 E YE: NI ALA: SES A 8.2 E mensuelle maximum (Mai) ...cooonoooccocinooncconcanacon- 18.3 Températures de Fair a ciel ouvert. Moyenne (8 observations diurnes) -.ooconnoococciocacanccnnocosnonoo- 15.9 Maxsimuanile24 Jailetd rr e a VE Jo do a elalo paa Ele 35.5 Minima dlde:23 Dérembre)de 24 as li o dsd dae» pla —3.6 OscMlation totale lots coseno aa de aja 39.1 2 diurne maximum (le 20 Mars)/.. ceso a ala aja 29.2 =r 11. Inimimum (le 18 Octobre)»..eocmcesondes=canconioan- 9.8 Température moyenne du solá0m85.................... 15.6 Press'on atmosphérique (a 095.). todo Moyenne (24 observations diurnes)....ooooooococccrosconancccanandos 586.33 Mazxiream (le:18-Décombre) arta ceja ace da | 591.87 Minimum (1810 Décombre). eucariotas sctoa dee sa da 581.02 UscilaRon total AI IR e A ae a ae | 10,85 ze diurne maximum (le 26 Mars).. 5.40 e minimum (le 23 Juillet) 1.60 Moyenne diurne maximum (le 18 Décembre) 590.11 > ,)» Ininimum (le 10 Décembre) 582.14 b> mensuelle maximum (Novembre )jeonccoconocrcrracorrcnno.- 587.66 Vents. Diréchon donuinante casio srl odos Pda a lo sees e Vitesse moyenne, parseconde...oomooo...- 1” ,. maximum, par seconde (le 8 A0úb).cococcconmoo..- Direction du vent de vitesse maximum. a Nuages. Quantité moyenne ..omonooo.. LN NR o pas 4 ts esse VE 4.7 Direction dominante..... CA E ALETA As A NE. Pluie. Pe a. totale d'eau recueillie..ooooommmcmocooo-. a TA oa aaa 331.8 auteur maximum, 24 heures (le 26 Septembre) A E: EA 41.6 Nombre total de jours pluvieuX ......o... O od e aa 112 Humidité relative. MoNonti la ds ciao E E a ON 0 E 57.8 Évaporation. xo JE Moyenne mensuelle A abri .oceoconcccononorogonconanronoss a 2.5 Maximum diurne (le 4 Juin)............ AA E LS EE 8.0 Moyenne mensuelle d-ciel OUVEOLb.oconoococronooarnarccccrancnccanro o 7.4 Maximum diurne (le 25 Mai) ........... A A) A nd 13.8 INDICE DE LA REVISTA. 1894-1895. Table des matitres-de la Revue. Páginas, Actas de las sesiones. —Julio 1894 4 Junio 1895. ( Comptes Rendus des SÉMMCES) Lone co e rr rr 2> 5, 17,33, 41 y 57 Andrade Dr. Nemorio.- Observaciones meteorológicas Pachu- ca. (Observations météorologiques ). 1894....--.---- PA Congreso Internacional de Americanistas, XI? Sesión, (Congrés In- ternational des Américamistes, XI* Session). Programa. (Program- 1 A A 66 Dominguez Dr. J. A.—Resumen de las observaciones meteoro- lógicas hechas en Oaxaca de 1883 á 1892. (Résumé des observations météorologiques faites d Oaxaca) -coaocorororrrrrerr ron ro 12 Hernández G. y Guzmán J.— Observaciones meteorológicas. To- luca. (Observations météorologiques ). 18) oooocococooooo o -> 56 Leal Mariano.—El Observatorio Meteorológico de León. (L” 0b- servatoire Météorologique de León) --2e-ooooo=e=ooorononoo=-2- 46 Mendizábal Tamborrel J. de.—La division décimale de la cir- gonterencalet du is 71 - Moreno y Anda Manuel.— Observaciones meteorológicas. Ta- enbaya. (Observations météorologiques ). 180% .oooooomocoma ooo 99 Neerología. ( Necrologie ). TEO PA A O a Mu aa - 18 Francisco Deza io A A A A 19. Observatorio Meteorológico Central de México. —Resumen de 1894. (Résumé des observations météorologiques faites d Mexico). .... 3l y 32 Résumé de Janvier, Février, Mars, Avril, Mai et Juin 1895. 40,55y 78 BIBLIOGRAFÍA. —BIBLIOGRAPHTE. Alheilig. Résistance et construction des machines á vapeur-...-- 27 ¡Andreu lie vanieb les vins des frults 2 ela SS ja asa 9 Angot. Les Aurores Polalres -. ooo rnsrnerrnronrn=-* 45 Amnuaire de 1” Observatoire de Montsouris. 1893 .. -...----.2- AS Annuaire du Bureau des Longitudes. 18) -.ooooooooooroooo.-.-- 22 Billy. Fabrication de la: fonte... arr vez aco aaa io ko naaa eN Brisse. Cours de Géométrie DescriptiVO ..ooooooonoroooococconc.- : Brunhes. Cours élémentaire d*Electricité.....oooooooooooo-o... Buchetti. Les Pompes centrifuges eb rotatiVeS..ococooooom...- Cadiat. Manuel pratique de 1'ElectricieN...... coooooooocoorooo. Caspari. Les chronométres de MariM8 ...ooooccocaoconccconancs oo Chalon: Aide =mémolre' du minar aa e ao llei ¡Davis Blementaty Meteoro oe Demoulin. Construction des machines A Vapeul -.coooocooocoo... Dudebout et Croneau. Appareils accesoirs des chaudiéres........ Dwelshauvers-Dery. Etude expérimentale dynamique de la ma- CANA A a Eneyclopédie Scientifique des Aide-Mémoire.—Véase: Alheilig, Billy. Caspari, Dudebout, Dwelshauvers, Hatt, Hennebert, La Baume Pluvinel, Léauté, Leloutre, Minel, Sorel, Vallier y Witz. Fouqué. Feldespaths des roches volcaniques.-ooommmomcocom.--.. Gauthier et Charpy. Legons de ChimMi8.-..o.. oooooococcoooooo=.. o A HatriDes Marceau ote ¡Eennabert Dortification a a A O E Tospilles séqhes cesos aloe ojete ata lo lolo cl e Bouchera ton oo aj laliaoo els alo o Jaccard. Le Fétrole, 1 Asphalte et le BituM8e.-.coomooooooooooo.. : La Baume Pluvinel. La théorie des procedés photographiques.... Léauté et Bérard. Transmissions par cables métalliques ...-.-... - Leloutre. Le fonctionnement des machines á VapeUl..ooooooooo.. Lucas. Récréations Mathématiques, IV. ...ooocoooeccoocoooooo. Maréchal: 157 Bclajrage a Panas eo o oa Mathien: 12% AB Cuida Obaute ur ueco cavas ces be secs jo Meunier- a Géolopte Compartidos aaa alo poner! s aaa ale ad de Miuel. Régularisation des moteurs des machines électriques...... Electricité appliquée á la Marine... ..oooonooso=oo====.=.. INODOT:SterbochIIS aos fois ao asia elo o eliga o 8 de e Niewenglowski. Cours de Géométrie Analytique -... .oooooo.mo.. Picard et David. Aide -mémoire de poche de 1'Électricien ...... - Renard. Dictionnaire d' analyse des substances organiques....... Soares ilraté de Chinos io incio seajs elalejoa Dieta e SN Ae Boreal. La Teotiication de 1" RÍGOOL --veosvcdnemononon caro a al A a A O a Torres Torija. Nociones de Algebra superior y elementos de Cálculo MSrencide ADCODTAL e a oo. Nola dio Seis - Na/Bquebique extélleuTe sc acacoa cdas emo ce ella Watz ies machines thermiques.Lacacuoaonas came mlea emos aos e p dy ANA voeledad Gientílca “Antonio Álzalo” ¡IMÉXICO. Revista Científica y Bibliográfica, Núms. 7-8. 1894-95. SESIONES DE LA SOCIEDAD. ENERO 6 DE 1895. Presidencia de los Sres. Francisco Rodríguez Rey y E. Armendaris. FALLECIMIENTO.—El Secretario anunció el del Padre Fran- cisco Denza, Director del Observatorio del Vaticano, y miembro de la Sociedad, acaecido en Roma el 14 de Diciembre de 1894. ELECCIONES. —La Junta Direcctiva para el presente año quedó formada así: Presidente, Dr. Eduardo Armendaris. Vicepresidente, Ing. Ezequiel Pérez. Secretario, Gilberto Montiel y Estrada. Tesorero, Agustín Aragón. : Quedó electo por unanimidad socio de número el Sr. Ina. RAFAEL MALLÉN, Mayor del Cuerpo Especial de Estado Mayor. PosTULACIONES.— Para socios correspondientes: Dr. Rafael Dubois, Lyon. (Herrera, Aguilar y Rodríguez Rey). Carlos Janet, Beauvais. ( Herrera, Aguilar y Rodríguez Rey). Revista [1894-9515 34 TRABAJO.—M. Moreno y Anda, Resumen general de las obser- vaciones meteorológicas hechas en el Observatorio Nacional de Tacu- baya. Año 1894. La comisión de publicaciones presentó los números 3 y 4 del tomo VIII de las Memorias y Revista. FEBRERO 3 DE 1895. Presidencia del Dr. Eduardo Armendaris, Presidente. TRABAJOS.— Dr. E. Armendaris, Alcaloides de origen animal. El socio M. Moreno y Anda manifestó en nombre del socio Guillermo B. Puga que recordara la Sociedad que en los traba- jos seismológicos que había presentado en compañía del socio R. Aguilar, señalaron desde hace tiempo un foco de temblores en el Estado de Guerrero, y que en comprobación de tal aserto, parece que surgió un volcán, cerca de la costa de dicho Estado. NOMBRAMIENTO. —El socio José de Mendizábal y Tam- borrel, quedó nombrado Bibliotecario, con sueldo. ELECCIONES.—Socios correspondientes: Dr. RAFAEL DubBo1s, Profesor en la Facultad de Ciencias de Lyon. 3 CarLos Janer, Ingeniero de Artes y Manufacturas, Beau- mois (Oise, Francia). PosTULACIONES.— Para Socio de número: Dr. José Martínez Ancira. (Mallén, Pérez y Peas ). Para Socios correspondientes: A. Michel-Lévy y Paul Ferrand (Aguilar, Ordóñez y He- rrera). El Secretario, J. GALINDO Y VILLA. r. 85 BIBLIOGRAFIA. NOCIONES DE ALGEBRA SUPERIOR Y ELEMENTOS FUNDAMENTA- LES DE CÁLCULO DIFERENCIAL É INTEGRAL por MANUEL To- RRES Tor1IJA, Ingeniero arquitecto, Socio de número de la Sociedad Científica “Antonio Alzate,” Miembro residente de la “Sociedad de Ingenieros y Arquitectos.” Obra adoptada como texto en la Escuela N. de Bellas Artes y adecuada á los programas profesionales vigentes de las Escuelas de Ingenie- ros de la República.— Primera edición, 700 págs. fol., 42 Kigs., á la rústica, $6.00.— México. Oficina tip. de la Secretaría de Fomento. 1891. Obra escrita con tres objetos principales: contribuir á la for- mación de textos nacionales, hacer una síntesis de los conoci- mientos de Matemáticas Superiores que han adelantado mucho en estos últimos años y procurar abarcar todas las cuestiones substanciales bajo el regimen de un método propio para la en- señanza, sin entrar en especulaciones más bien pertenecientes sólo al terreno teórico y sin omitir á la vez un gran número de teorías que siendo de aplicación se atienden poco. La obra se divide en tres partes: la primera que podrá de- nominarse Algebra Hlemental y basa los fundamentos de la Al- gebra Superior propiamente dicha; uno de sus capítulos, el VII, está consagrado á Cálculo Diferencial é Integral é incluye ló que obligan en esta materia los programas profesionales. Los capítulos de carácter más moderno son el VIII refetente á la Teoría, Interpretación, Construcción, ete., de las Cantidades Imaginarias y que finaliza con el estudio de las Funciones Hi- perbólicas, y el IX que trata con alguna extensión de las deter- minantes, “La segunda parte comprende la Algebra Superior propia- mente dicha y desarrolla con minuciosidad la Teoría General de 36 las Ecuaciones; de las ideas preliminares se pasa á los teore- mas, métodos, etc., para la resolución numérica de las ecuacio- nes, se marca la diferencia entre esta resolución y la algebraica y, finalmente, se cita el famoso teorema de Abel, que demuestra la irresolubilidad de las ecuaciones algebraicas superiores al cuarto grado. La tercera parte comprende las Adiciones Suplementarias : el Cálculo de las Diferencias, las EHenaciones Troscondenalas las Fracciones Racionales y las Series Recurrentes. Siguen cuatro notas: la 1? referente al Teorema de D* Alem. bert, fundamental para la Teoría de las Ecuaciones; la 2*, que es una observación referente á las Raíces Iguales; la 3%, que ex- pone el Método Lalanne para resolver gráficamente las ecuacio nes numéricas; y la 4*, que es la más importante, incluye la ex- posición de los Sistemas de Cálculo de Leibnitz, Newton, La- grange, Díaz Covarrubias y Gargollo, presentando las opiniones en pro y en contra y haciendo un análisis crítico de extensión adecuado al objeto de la obra. A las notas siguen 4 Tablas nu- méricas que ahorran trabajo al resolver una ecuación numérica. El autor de esta obra, que es propiamente la primera que so- bre la materia ve la haz en México, explica en el Prólogo las ra- zones que ha tomado en consideración para adoptar el método y orden que ha elegido; además, al final de la obra agradece pú- blicamente á la Seeretaría de Fomento el cuidado con que se efectuó la impresión, que es correcta y esmerada. Se ha toma- do gran empeño en hacer clara la exposición de las teorías, en multiplar las aplicaciones y los ejemplos y en acomodar al al- cancs del alumno hasta donde es posible el lenguaje de cues- tiones que de por sí son abstractas, facilitándole el estudio. La obra va acompañada de notas intercaladas en el texto y colocadas en los márgenes inferiores, que tienen carácter de bi- bliográficas y en las que están expresados los autores de con- sulta, sus obras, las fechas de su nacimiento, muerte ó publica- ción de dichas obras; la reseña breve de la evolución de algún teorema, de alguna polémica notable ó de algún hecho culmi- nante en la Historia de las Matemáticas. 37 La Teoría CIENTÍFICA DEL ARTE Y PROYECTO DE HACIENDA AGrícoLA MoDELO.— Tesis y Memoria presentadas al Jura- do Calificador para el examen profesional de Ingeniero Ar- quitecto, por MANUEL TORRES TORIJA, Socio de número de la Sociedad Científica “Antonio Alzate.”— 201 págs., 42, 3 fi- guras intercaladas en el texto y 8 láminas fotolitográficas al fin. A la rústica, $ 1.50.— México. Imprenta de la Escuela Correccional. 1894. El postulante desarrolló el proyecto de una Hacienda Agrí- cola— Modelo propuesto por el Jurado que lo sujetó primero á una prueba repentina de conjunto, cuyo croquis formó según los reglamentos en 12 horas, acompañando al proyecto los dibu- Jos respectivos y la Memoria correspondiente. La Tesis en que toma libertad de elegir asunto, versó sobre la “Teoría ee ca del Arte.” El orden de los capítulos del libro que condensa ambos tra- bajos es el siguiente: I. Exposición de algunas de mis ideas penales sobre la, Teoría Científica del Arte. II. Caracteres de la Industria, leyes económicas que la ri- gen, importancia de la Agricultura y su condición actual en Mé- x1Co. | III. Aválisis del programa y descripción del proyecto, su carácter utilitario y su necesaria sobriedad de decoración. IV. Cálculos de los principales sistemas que entran en el proyecto, según procedimiento analítico y según la Estática gráfica, incluyendo algunas consideraciones sobre ciertos defec- tos que aún no corrige la ciencia y estableciendo un paralelo.en- tre la resolución numérica y la gráfica. V. Breves consideraciones sobre ventilación é higiene. VI. Consideraciones relativas á ciertos elementos topográ- ficos é hidráulicos que el proyectista debe conocer para la loca- lización de los puentes de entrada. 38 VII. Adiciones suplementarias relativas á los motores me- cánicos necesarios en la explotación y á las modernas bombas centrífugas de doble entrada que pueden utilizarse para los rie- gos. VIIL. Presupuesto de la obra. Las láminas son: 12 Armadura del Sistema Polonceau resuelta por la Estáti- ca Gráfica. 2: Bóvedas de las Trojes: lugar geométrico de los centros de gravedad. 3” Bóvedas de las Trojes: Procedimiento de Mr. Levy y em- puje de resbalamiento. 4* Disposición general de la fachada de la Hacienda. 5% Idem ídem de la planta baja de la ídem, 6* Planta alta del departamento de administración. 7% Ídem ídem del ídem del propietario. 8* Ídem ídem de las Escuelas. La Tesis, que es un análisis de la Teoría Científica del Ar- te cimentada por el insigne Taine, aplica á la producción artís- tica las leyes de la evolución, hace referencias á la Pintura, Escultura, Agricultura, Música y Literatura; en el lenguaje se ha procurado buscar el estilo florido propio de la materia trata- da, y en el relato se ha intentado despertar el interés por la esen- cia, bajo el ampara de la galanura en la forma. La Memoria contiene todos los elementos del Proyecto re- lativos á objeto del edificio, distribución, decoración, resisten- cia, higiene, ete. Los cálculos de resistencia se han efectuado siguiendo procedimientos analíticos y gráficos y cotejando am- bos procedimientos. La idea del postulante fué desarrollar con todos sus elementos y sin omitir ninguno indispensable, un pro- yecto realizable y relativamente de costo moderado, pues el pre- supuesto de construcción sólo es $ 604,506 22, que pudiera ser- vir como primer ensayo del tipo modelo de Haciendas Agrícolas que son de suprema importancia en México, que rigurosamente hablando son creaciones nacionales y que por esa misma razón no están estudiados en ninguna obra extranjera. 198 39 Cc "88€ N 90 MNÁN L:, MN SI N €'88 N 69, N £'78 N S8S N 666 N 6'P3 MN €'9 MS == MS deny MN ma 9JUVUILLOP OJUOTA 1030) ULAN(T CA vip 66 0'9 288 9"pI ee vaa yO AE EG GTI O AS €'€ 66 0'T 053 v'II E vp 99 6'p 978 6'El E TL €l 6'8 Sc36 |. LS E te T'9 89 T'8 636 9"GT Po TZ 89 v'6 C'G6 T'9T EE E 26 09 68 Cc'96 0"2T A 0% TG 69 023 €'LT es bp €6 v'9 097 v'9T AP LG 8D ST 8 PG E PI LAA E€%5 6P 6'I 8'ES 9"EI ER 0'p PG 00 6.16 €¿3T '9UDOILIOp *apouu BUIN | “euuIxBn "DPI ULA pupyun) DipoLL — Ar, 'SITON lar a SVADLVALINIL "9uicoE6 "»puy Ñ ouawo Jr ¡onu od $681 ?2P 040 79 UDIP vAvqnotJ, 9P [VUO0INUN ODMUQUO.SY OLIOJUALOS(() 72 U9 s0pDINIDAd, $D] 9p ¡DUI NIMASAT e £8'6 AA HAá<=<=<=<2>1|— —_ — cv'y TG vo" cv'€ 65 'p 0v'p 6b'€ 687 16 'E sr Tr" 88 689 00 Y 01J9UIQAUT PAWAIY —E9 P9h 98 y 9 YPIMUAAL AP *M “Duo —G ¿LT PG 061 "N ar "“SVOIDPDO'TOJTOHLAN SANOIOVAYHASAIO “="""ouy “"**91QUI9LI(T “=* OIQUIITAON “=== *91qnI9O “* *91quieydeg E "09803 y ONO A 41597 dl 00:40 E LOA hr a OZLB TN *====* 019.109 007 40 Observatoire Météorologique Central MEXICO. (Lat. N. 19” 26',—Long. de Paris — 101” 28' 07."6— Longitude de Greenwich — 99” 07' 53."4— Altitude 2282m5 ). RÉSUMÉ DE JANVIER ET FÉVRIER 1895. 1 Températures de Pair á Vabri. | Moyenne (24 observations QiUTDeS).oonomononcamnonamm... Maximum (le 24 Janv. etle 15 Fév.) ocoooomcoorooromm..- Minimum (le 12 Janv. etle 15 Fév.) -.ooooocococccnoo.. | Oscillation diurne maximum (le 4 Janv. et le 17 Fév.)...|| " ,, minimum (le 9 Janv. et le 28 Fév.)...| 4 totaloy. ts mado ls ll oa e de ll Moyenne diurne maximum (le 31 Janv. et le 11 Féy.)....|| a ,) minimum (le 9 Janv. etle 17 Fév.)..... | Températures de air a ciel ouvert. Moyenne (8 observations diurnes) ooooonommarmromom=.-.- | Maximum (le 22 Janv. etle 16 Fév.)....ooooooo--o=====> | Minimum (le 12 Janv. etle 17 Pév.)...oooooomommo-.--..- | Dscilatontotale.- enano noosdona ie te Elia a e a diurne maximum (le 4 Janv. et le 20 Fév.)..- > minimum (le 9 Janv. et le 28 Fév.).... Température moyenne du sol 40m85............ Pression aimosphérique (á 09.). Moyenne (24 observations diUTDes) oooooomcortonno...- Maximum (le 4 Janv. et le 20 Fév.)-.c0oooo.io..ooo.---. Minimum (le 30 Janv. et le 13 Fév.)...oooooooooooo--.--- DecillatDo tOdO. o ncana ae mo aire ios ia zo a e E - diurne maximum (le 24 Janv. et le 4 Fév.)..- > Minimum (le 18 Jany. et le 3 Fév.).... Moyenne diurne maximum (le 3 Janv. et le 20 Fév.)...../ E y, minimum (le 30 Janv. et le 13 Fév.)....| Vents. Directión dominante. Lecoperdoo coco noo rra pl | Vitesse MOyenne, pap second ooccmnonancnrr | ») Imaximum, par seconde (le 3 Jany. et le 14 Fév.). Direction du vent de vitesse maximuM-.oooommmconmoo.-- Quantitó MOJenOnDS soomcoconconanaccanencancanananonn ns Direction dominante.....ooonocosacoancoponanacconsasano Pluie. Quantité totale d'eau recueillló..0oodroookoono dono 4 Hauteur maximum, 24 heureS...ooooooomcromnm.oooom.o.. Nombre total de jours pluvieux ..... Ia Husdado | Humidité relative. MoyeMDB.ocoo... an sind entoraciadas A A A 2.23 Evaporation. ] Moyenne mensuello á Vabri......... A A EA Maximum diurne (le 30 Janv. et le 14 Fév.).....oo.o....- Moyenne mensuelle d ciel OUVObemococorcoennnnrocnron-- Maximum diurne (le 22 Janv. et le 14 Fév.)......o.o...-- Janvier. 20 SIRIO ADS QQ A 3] ul Ro NooS p ns lea Y. ADARIO o www | «Février. | | Ru Na SR SD O Do = 0 NO0wvo0= 0D HO gO y/8) as A% 15 20 97% 'o Le El 19 TOMO VI LAMA. ASCENCIONES RECTAS DECLINACIONES. 2 33 34 q 36 57-38 3 31 FICO doo < AZ = io ais Doa misas O SS E Sia | os | Q E va 2 [LE | | a == 2) O oeredad Ciontilica “Antonio Alzate” MÉXICO. Revista Científica y Bibliográfica, Núms. 9-10, 1894-95, SESIONES DE LA SOCIEDAD. MARZO 3 DE 1895. Presidencia del Sr. Dr. Eduardo Armendaris, TRABAJOS.—A. L. Herrera, Herejías taxonomicas. La Sociedad, en vista del gran interés que ofrece esta Me- moria, acordó que sea publicada en francés á fin de que sea más generalmente leída en Europa. NOMBRAMIENTO. —Socio de número, DR. JosÉ MARTÍNEZ ANCIRA, Mayor del Cuerpo Médico Militar. POSTULACIONES. —Socios correspondientes: A. Michel-Lévy (Ordóñez, Aguilar y Herrera.) Pablo Ferrand (Ordóñez, Aguilar y Herrera, ) ABRIL 7 DE 1890. Presidencia del Sr. Dr. Eduardo Armendaris, TrABAJoS.— Ezequiel Pérez, El cultivo de la Matemática y la forma deductiva de la inferencia. Revista [1894-95]-—8 42 M. Moreno y Anda, Estudio del Magnetismo terrestre en Mé- xico, J. Gasca, Consideraciones acerca del péndulo. El Sr. Dr. Martínez Ancira hizo una conferencia relativa á sus ideas acerca de la electricidad atmosférica y magnetismo - terrestre. NOMBRAMIENTOS.—Socios correspondientes: A. MicHeEL LÉvr, Ingeniero de minas, Director del Servicio de la Carta Geológica de Francia. Paris. PABLO FERRAND, Ingeniero civil y de minas, Profesor de la Escuela de Minas de Onro Preto (Brasil). El Secretario, GILBERTO MONTIEL y ESTRADA. BIBLIOGRAFIA. TRAITÉ PRATIQUE DE LA CONSTRUCTION DES MACHINES A vA- PEUR FIXES ET MARINES, par MAURICE DEMOULIN, Ingénieur des Arts et Mahufactures. Paris, Librairie Polytechnique Baudry et C'*, 1895. 8” gr. 430 págs. y 483 figs. (20 fr. tela inglesa). Este tratado está eserito conforme á un plan particular que lo hace una obra de gran utilidad práctica y de un género en- teramente nuevo. Es en resumen una ayuda de memoria deta- llada y razonada de la construcción de las máquinas de vapor. En el capítulo primero el autor ha considerado los conoci- mientos actuales acerca de la máquina de vapor y los perfec- cionamientos realizados recientemente en su construcción desde el punto de vista teórico. En el segundo están expuestos los 45 hechos principales que pueden influir en el ingeniero en la elec- ción del tipo de máquina que tiene que variar según las cireuns- tancias, El tercero está destinado á la determinación de los elementos principales de la máquina y el cálculo del volumen del cilindro. En los capítulos siguientes se hallan los modos de construcción de los principales Órganos de las máquinas de va- por, dando reglas prácticas relativas á las proporciones que conviene darles. Esta importante obra proporcionará todos los elementos para la ejecución de un proyecto; está adornada con profusión de figuras, todas reducidas conforme á planos de construcción, que aunque de pequeña escala, están conformes á la ejecución y reproducen fielmente los detalles de construcción. Encyclopédie Scientifique des Aide— Mémoire. Paris, Gauthier- Villars et Fils. 82, cada tomo 2 fr. 50. Des MARÉES par HATT, Ingénieur hydrographe de la Marine. Presenta el resumen de los estudios teóricos á los cuales han dado lugar las mareas oceánicas y da sus aplicaciones á la predicción de las cireunstancias principales del fenómeno. Está al corriente de los últimos perfeccionamientos de la ciencia, cu- yos progresos han sido muy notables, principalmente en Ingla- terra, en estos últimos años. : ; LA DISTILLATION par E. SOREL, Ancien Ingénieur des Manu- factures de VEtat, Professeur suppléant au Conservatoire des Arts et Métiers. E El autor da en esta obrita las leyes generales de la destila- ción en los diferentes casos que puedan presentarse. De la mis- 43 ma manera que en su rectificación. toma sus principales ejem- plos en la industria del alcohol y hace ver la concordancia de los resultados teóricos y de los resultados prácticos. Contiene tablas que permiten hacer los cálculos indicados en el libro. LA THÉORIE DES PROCÉDEÉS PHOTOGRAPHIQES par A. DE La BAUME PLUVINEL. El autor desarrolla en esta obra la teoría del modo de acción de la luz al obrar sobre ciertos cuerpos, y pasa sucesivamente en revista todos los procedimientos y las diversas operaciones para fijar, reforzar, ete. STÉRÉOCHIMIE. Exposé des théories de Le Bel et Van't Hoff complétées par les traveux de MM. Fischer, Beyer, Gruye et Friedel, par Edouard - Gabriel MoNoD. Avec une Préface de M. C. Friedel. Paris, Gauthier—Villars et Fils. 1895. 8*, figs. 5 fr. El interesante libro de Monod expone claramente y de una manera elemental los principios de la Estereoquímica del car- bono y recuerda lés principales hechos que han servido de pun- to de partida ó de verificación. Prestará grandes servicios á los que deseen iniciarse en este orden de consideraciones, y des- pués podrán leer las numerosas memorias en las cuales los he- chos están traducidos por fórmulas construídas en el espacio. Contiene los capítulos siguientes: El carbono asimétrico.— La unión simple del carbono.— Compuestos de cinco, seis, sie- ON , doce carbones asimétricos.— La doble unión del car- bono.—La triple unión del carbono.— Cadenas formadas por tres carbonos. — Uadenas de seis átomos de carbono.—Compues- tos cíclicos de uniones dobles.— La benzena.— Los derivados de la benzena.— Variaciones en magnitud y en signo de la in- 45 tensidad del poder rotatorio de una molécula. De la noción del producto de asimetría, Les AURORES POLAIRES par ALFRET ANGOT. Météorologiste titulaire au Bureau Central Météorologique de France. Avec gravures dans le texte. Paris, Féliz Alcan, Éditeur. 1895, 318 págs. 8% 6 fr. tela inglesa. Esta nueva obra que ha aparecido en la Bibliotheque Scienti- fique Internationale que dirige M. E. Alglave, se ocupa de uno de los asuntos más curiosos de las ciencias físicas y que el au- tor llama con mucha propiedad auroras polares, puesto que se verifican en los dos polos y aun descienden varias ocasiones á latitudes templadas. Estas maravillosas iluminaciones de las noches polares, que se presentan á menudo con las formas más fantásticas, son sin duda uno de los espectáculos más grandio- sos de la naturaleza. M. Angot las describe, enarra su historia y discute;la teoría relativa con la claridad de estilo y la elegancia de exposición que lo han colocado en un lugar eminente en la literatura cien- tífica y en la ciencia técnica. Para completar la idea que damos de este importante libro, ponemos á continuación los capítulos que comprende: IL. Historia.—II. Formas de las auroras polares.—III. Ca- racteres físicos. —IV. Extensión, posición y frecuencia.— V. Periodicidad.—VI. Relaciones con los fenómenos meteoroló- gicos.— VII. Relaciones con el magnetismo terrestre y las co- rrientes telúricas.—VIIL. Teorías.—Apéndice. Catálogo de las - auroras observadas en Europa de 1700 á 1890. La obra está ilustrada con diez y ocho grabados perfecta- mente ejecutados que representan las más notables auroras. 46 EL OBSERVATORIO METEOROLOGICO DE LEON (Estado de Guanajuato.) A fines del año de 1876 fundóse en León una sociedad cien- tífica formada de médicos y farmacéuticos, que se honró lleyan- do el nombre del ilustre químico Sr. Leopoldo Río de la Loza; en ese entonces ejercíamos la farmacia y nos contamos en el número de los socios titulares fundadores; entre los asuntos de estudio de esa sociedad se encontraba el de climatología del valle de León, y se nos encargó la comisión de Meteorología y Climatología; comprendimos toda la importancia de ese estudio y formamos un plan general gue nos propusimos desarrollar, y para el que no contábamos con elementos de ninguna clase; bien estudiado el plan, nos dedicamos á su desarrollo, y en 1” de Enero de 1877 improvisamos un Observatorio donde tomar por de pronto datos de temperatura, usando los defectuosos instrumentos que pudimos proporcionarnos en los estableci- mientos comerciales de México, reduciéndose nuestro arsenal á una parte de termómetros centígrados en que hacíamos tres observaciones diarias á las horas que parecían más oportunas y que afortunadamente poco tuvimos que cambiar después, ano- tando la media resultante de dichas tres observaciones; cami- namos así tres meses más Ó menos; á fines de Marzo de ese año de 1877 tuvimos que hacer un viaje á la capital.de la República; allí fuimos presentados á la Sociedad de Geografía y Estadís- tica; se habló de la materia con algunos de sus miembros y supimos, con satisfacción, que se trataba de crear Ó se habían creado los Observatorios que inició el ilustre General Riva Pa- lacio. 47 Así las cosas volvimos 4 nuestra residencia provistos de un juego de termómetros de máxima y mínima, Farenbeit, de la casa Elliot de Londres; pero en Julio acontecimientos ines- perados nos impidieron continuar los trabajos; por esa época re- cibimos una invitación del Sr. V. Fernández para tomar parte en el trabajo general iniciado en Marzo en México; manifesta- mos nuestra conformidad, y ya con invitación formal del Sr. M, Bárcena, entramos de lleno en el estudio, y la obra que desde Agosto de ese mismo año ha seguido sin interrupción de un sólo día aunque á costa de uno que otro sacrificio; en el curso . del año aumentamos el arsenal con un pluviómetro, un nefosco- pio, un anemoscopio, una escala ozonométrica y un hygrómetro de Regnault de nuestra propia fabricación. Recibimos las instrucciones que circuló la Secretaría de Fo- mento, regularizamos los trabajos, sujetándonos en todo á lo prescripto por dichas instrucciones y procurando uniformarnos á lo hecho en el Observatorio Central de México; aunque con- tamos con los datos recogidos sin interrupción en ese año y ya se ven allí normalizadas las labores desde Agosto, considera- mos esto sólo como un estudio preliminar para entrar en la obra general desde Enero de 1878. En Agosto de 1878 recibimos del Sr. V. Reyes un baró- metro de Troughton 4 Simms con el que después de arreglar- lo convenientemente inauguramos esa clase de observaciones, variando también el método de investigación del estado hygro- métrico, para el que usamos el psycrómetro con las tablas de tensiones de Regnault, abandonando el hygrómetro que, si da indicaciones más exactas, su uso requiere una verdadera expe- riencia para cada observación y además así nos acercamos más á la uniformidad con el centro. Durante los años de 1877 á 1881 tuvimos necesidad de cam- biar el lugar de observación, pues no contando con protección alguna y sostenidos solamente con recursos propios, ese lugar tenía que variar con nuestro domicilio, á excepción del baró- metro que permaneció en lugar fijo desde su instalación hasta 48 el mes de Febrero de 1882, como adelante veremos; sin embar- go, aunque en algo cambiaban las circunstancias del medio, no le alejaron mucho esos diversos lugares de observación, ni fue- ron frecuentes. Desde Abril de 1878 se aumentó el número de elementos registrados, usándose un evaporómetro metálico negro á la som- bra, viniendo en Abril de 1879 otro idéntico á la intemperie. En Febrero de 1880 se comenzó á registrar la temperatura del suelo con un geotermómetro cuyo bulbo alcanzaba la pro- fundidad de 085, y funcionó hasta el mes de Febrero de 1889 en que, descompuesto, hubo que suspenderse esa observación hasta el mes de Julio de 1890 en que quedó instalado otro ins- trumento venido de Europa; pero que no nos dió ya la tempe- ratura de la misma capa del suelo, porque equivocadamente se envió para que el bulbo quedase solamente 4 050 de profun- didad. En el año de 1881, por disposición del Sr. Lic. D. Manuel Muñoz Ledo, gobernador del Estado, se mandó construir en el edificio de la hoy Escuela de Instrucción Secundaria, un local que sirviera de Observatorio, y sujetándose al gasto que se au- torizó, se hizo una pieza de seis metros por lado, con unas ven- tanas orientadas convenientemente y con sus persianas á los lados N. y S.; además se construyó un anemoscopio, proveyén- dose al edificio de,un pararayos; en Febrero de 1882 se insta- laron los instrumentos en ese nuevo local, de donde no han vuel- to ya á cambiarse; desde Abril de este año se tomaron tempe- raturas á la intemperie, estrenándose en Mayo un buen molinete de Robinsón; en Septiembre de 1883 se aumentan nuestros re- gistros con las temperaturas del agua al abrigo y á la intempe- rie, pudiendo considerarse ya bien cimentado el Observatorio que trabajaba con orden fijo y bien arreglado, contando entre sus observaciones con la internacional simultánea con Wash- ington. : La elevación del Sr. General D, Manuel González al Gobier- no del Estado, abrió más amplios horizontes al Observatorio y 49 poco á poco, durante su administración, se fué aumentando el arsenal del Establecimiento que, por la lista que adelante da- mos, puede juzgarse como uno de los más bien surtidos y com- pletos. En 1888, siendo ya insuficiente el antiguo local del Obser- vatorio para contener su material de trabajo, se reformó en No- viembre de ese año, convirtiéndose en un salón de doce metros de largo, por seis de ancho, instalándose todo el material de una manera más adecuada. Tratando siempre de uniformar los trabajos y habiendo re- cibido del Observatorio Central unas tablas psyerométricas, en 1891 se abandonaron las tablas de tensiones de Regnanlt, adop- tándose las de August, produciéndose una variación en los ele- mentos correspondientes, que es digna de tomarse en cuenta al hacerse el análisis general de nuestros trabajos. La falta de elementos suficientes ha hecho que sólo se de á luz el resumen general de los trabajos del año; pero no ha es- caseado la publicación de documentos que han merecido el ca- lificativo de importantes, entre otros, los cuadros estacionales que en la última exposición francesa nos valieron una honrosa distinción que creemos estar muy lejos de merecer y que sólo tomamos como un estímulo para no abandonar los trabajos em- prendidos; ocho años hace damos en Enero de cada año el pro- nóstico del año, y el año anterior en el periódico órgano de la Escuela, estuvimos dando los pronósticos mensuales, publican- do después los resultados comparados con las indicaciones re- gistradas; finalmente, por evitar ser más difusos, no damos la lista de los trabajos publicados, que pueden consultarse entre nuestras relaciones científicas y en los archivos de esta oficina. * Diariamente se toman seis observaciones directas de todos los elementos, y cuando se prevee alguna perturbación, se to- man más frecuentemente los datos, registrándose varias ve- ces la velocidad del viento para poder alcanzar la máxima que 1 Véanse las Memorias y Revista de la Sociedad Científica ** Antonio Alzate” y el Boletín mensual del Observatorio Meteorológico Central de México, Revista [1894-95]—7 50 tuviere lugar á otra de las horas de observación. Una vez por mes se usa el hygrómetro de Alluard para verificar la constan - te de la fórmula psycrométrica; otra vez también al mes se de- termina el tiempo con el cronómetro de Flechet; una, dos ó tres veces al año se determina la temperatura de ebullición del agua, usando el hypsómetro de Regnault, y anualmente se ve- rifican los ceros de los termómetros. Cada diez días se remite con toda exactitud un resumen de década al Gobierno del Estado, y cada mes al Observatorio Cen- tral de México, registros diarios nacionales, internacionales, así eomo resúmenes de mes, y diariamente un telegrama con los principales datos de la víspera; anualmente enviamos á todos los Observatorios de que tenemos conocimiento, nuestro resu- men anual; siendo favorecidos con un canje que podemos lla- mar abundante, vista nuestra insignificancia. : En gran estimación tenemos nuestras relaciones con los Ob- servatorios Central de México, Astronómico Nacional de Tacu- baya y toda la red del país, así como de los extranjeres que, co- mo ya dijimos, nos honran con sus producciones que tanto nos sirven. Los libros principales que lleva este Observatorio, son: el Diario, donde diariamente y tan luego como se hace se anota la observación; el de cálculos, donde se anotan todas las lecturas brutas, se hacen los cálenlos necesarios y de allí pasan los re- sultados al anterior; el de correspondencia; uno de inventarios; otro de resúmenes; el de curvas construídas con las indicacio- nes medias del día; el de historias, donde se anota la del día, y un album donde conservamos con veneración las impresiones de sabios y personas cultas que nos honran con sus visitas; ade- más, anualmente se forman cuadernos con los registros origi- nales, telegramas del Observatorio Central y ordenados por ciu- dades y países, los registros, noticias y documentos que nos llegan y los que al formar un volumen regular se empastan y forman preciosos documentos que se encuentran en la Biblio- teca particular de la oficina. 51 Los diagramas de los registradores se coleccionan cuidado- samente por meses y por años, después de haber servido gran- demente para la formación y estudio de los resúmenes mensua- les y anuales. No creemos necesario entrar en la descripción detallada de los aparatos que empleamos, por ser todos bien conocidos; sin embargo, tenemos que hacer mención especial del Statoscopio de Richard, que tantos servicios nos ha prestado para el estu- dio de las tempestades. Hasta terminar el año de 1881 todo el trabajo de la oficina fué ejecutado por el suscripto; pero desde 1882 nos encontra- mos auxiliados por un joven ayudante, alumno de la Escuela y que varía cada dos Ó tres años; pues al término de los estudios preparatorios tiene que cambiar de escuela para seguir los pro- fesionales; en nuestros trabajos tenemos como ayudantes tam- bién á jóvenes aspirantes que practican, estudian y se alistan para obtener el empleo del ayudante saliente, proveyéndose : siempre dicho empleo en el que manifieste mayores aptitudes, más reposo y mayores conocimientos. Las coordenadas geográficas del Observatorio, que se en- cuentra en el número 36 de la calle del Progreso, poniente, de- terminadas por el Sr. Ingeniero D. Angel Anguiano en el año de 1880 y verificadas por el mismo, cuando con motivo de la observación del eclipse anular de sol de 1886, tuvimos la satis- facción de tener entre nosotros una numerosa comisión de sa- bios mexicanos, son: Lat. N. 219 07/23" 80. Long. W de Tacubaya 0” 9"56*2 que corresponde á 61 46= 42*6 W de Greenwich, con una altitud de 17986, deducida de tres años de observaciones simultáneas con el Observatorio Cen- tral de México. 52 Nota de los aparatos que forman el arsenal del Observatorio Meteorológico de León, Estado de Guanajuato, 1 Barómetro patrón de Fortín. Negretti y Zambra, uúna. 1,443 (propiedad del subscripto). | 1 Barómetro de Fortín. Ducretet, núm. 193. 1 Idem de ídem. Trougthon € Simms, sin número. 1 Idem registrador. Richard Fréres, 4,119. 1 Idem aneroide. Secretan, sin número, 1 Statoscopio. Richard Fréres, núm. 8,792. 1 Termómetro de máxima, centígrado. Negretti € Zambra, núm. 60,321. : 1 Termómetro de máxima, centígrado. Green, núm. 6,379. 1 Idem de ídem, ídem. Secretan, sin número. 1 Idem de ídem. Sin marca ni número. 3 Idem de ídem. Sistema Negretti, centígrado. Ducretet, núms. 1,509, 1,510 y 1,512. 1 Termómetro de mínima. N. € Z.,:centígrado, núm, 49,062 (propio de Leal). 3 Termómetros de mínima. Rutherford-Ducretet, números 1,513, 1,515 y 1,516. 1 Termómetro de mínima. Rutherford, sin nombre ni nú- mero. 1 Idem de ídem Rutherford. Secretan, sin número. 1 Idem máxima y mínima. Rutherford, sin nombre ni nú- mero. 1 Termómetro de patrón, centígrado, en quintos de —129á + 1030. Dueretet, núm. 1,524, 1 Termómetro patrón centígrado, en quintos de —149 á + 1040, Ducretet, núm. 1,523. 1 Termómetro centígrado, en medios. Negretti $ Zambra, núm. 53,926. 53 1 Termómetro centígrado en medios. Negretti € Zambra, núm. 53,983. 1 Termómetro centígrado en quintos. Secretan, núm. 1,223. 1 Idem ídem. C. € R. sin nombre ni número. 8 Termómetros centígrados en grados. Ducretet, números 1,157, 1,158, 1,359, 1,361, 1,518, 1,519, 1,521 y 1,522. 1 Termómetro registrador. Richard Fréres, núm. 4,188. 2 Geotermómetros centígrados en 7. Ducretet, números 1,525 y 1,543, 2 Termómetros blancos en el vacío, centígrados, en 4. Du- eretet, núm. 1,507 y 1,878. 2 Termómetros negros en el vacío, centígrados, en 3. Du- cretet núm. 1,506 y 1,508. 1 Pluviómetro registrador. Richard Fréres, núm. 5,362. 1 Idem modelo de Montsouris. Ducretet, sin número. 1 Idem ídem del Observatorio Central de México: 1 Idem sin nombre ni número. : 1 Higrómetro de cabello, sin nombre ni número. 1 Idem de Alluard. Ducretet, núm. 234. 1 Idem registrador. Richard Fréres, núm. 5,227. 2 Evaporómetros metálicos negros, sin nombre ni número. 2 Idem de Piche. Ducretet, sin número. 1 Anemometrógrafo. Richard Fréres, 5,428=16 rumbos. 1 Anemómetro. Richard Fréres, directo, núm. 15. 1 Molinete de Robinson. Monterde, sin número. 1 Anemoscopio, sin número. . 1 Aparato Fernández, dirección media de los vientos. 1 Nefoscopio, sin número. 1 Escala ozonométrica, 10 grados Collazo. 1 Hipsómetro. Negretti € Zambra, sin número. Termómetros en 3; y con refacción. 1 Heliógrafo de Campbell. Ducretet, sin número. 1 Seismógrafo de resorte. 1 Cronómetro solar de Flechet. Ducretet, sin número. Pararrayos. 54 La Biblioteca, compuesta de los canjes que se reciben, or- denan y empastan convenientemente, se conserva en el mayor orden posible. Hemos terminado: mucho nos falta para colocarnos á la al- tura que ambicionamos; nada tenemos de magnetismo y elec- tricidad cuya importancia hoy nadie pone en duda; pero no nos desalentamos y esperamos que con constancia é inquebrantable fuerza de voluntad para continuar la labor que aprovechará á nuestros pósteros, algún otro llegará al fin propuesto, quedán- donos la satisfacción de haber ayudado á sentar las bases de una cieneia cuyas leyes son tan útiles y necesarias á toda so- ciedad bien organizada que estimándose se eleva. León, 30 de Mayo de 1895. El director, MARIANO LEAL, Miembro honorario de la Sociedad “Alzate. ” 55 Observatoire Météorologique Central MEXICO. (Lat. N. 19” 26',—Long. de Paris — 101” 28' 07."6— Longitude de Greenwich — 99 07' 53."4— Altitude 2282m5 ). RÉSUMÉ DE MARS ET AVRIL 1895. Mars. Avril. Températures de l'air á Pabri. as Moyenne (24 observatións Aiurnes).ocooooocococarono..- 15.8 18,3 Maximum (le 15 Mars etle 30 Avril) ...oooooooomoro..--- 28.0 28.8 Minimum (3 et 9 Mars et le 1 et3 Avril)...-....0...--. 4.5 9.5 Oscillation diurne maximum (le 9 Mars et le 30 Avril. ).. 18.3 16.6 E 3») Dinimum (le 26 Mars et le 19 Ayvri) -.- 6.0 10.0 ES tal A es e lala DU cla 23.5 19.3 Moyenne diurne maximum (le 15 Mars et le 28 Ayril).-.. 19.9 21.5 ES » Ininimum (le 27, Mars et le 21 Avril).. 10.9 16.1 Températures de l'air á ciel ouvert. Moyenne (8 observations diurnes) +ccoooococococcono.o- 16.1 18.5 Maximum (le 15 et 17 Mars et le 29 Avril. ).....-..-.---- 34.2 34.8 Minimum (le 3 Mars etle 1 Avril. )ooccoooconnanooo-o.--- 10) 5.5 Oscillationitotale 300. teo a mrn->- 35.2 29.3 0 diurne maximum (le 3 Mars et le 2 Avril). --. 29.8 97.6 5% » Iminimum (le 26 Mars et le 19 Avril.).. 13.5 18.8 Température moyenne du sol 40m85............ 13.9 15.0 Pression atmosphérique (á 0%C.). a R mmm. mm Moyenne (24 observations diurnes ) 585.73 585.66 Maximum (le 25 Mars et le 12 Avri) 588.64. 589.17 Minimum (le 1 Mars et le 2 Ayril)....ooooooooooooooooo--- 581.44 581.50 MWscilatiom totales. - 2 cios lia boa slerale aga) EN 7.20 7.67 pa diurne maximum (le 1 Mars etle 6 Avril).--- 4.10 3.93 y, minimum (le 29 Mars et le 21 Avril).../! 1.84 1.76 Moyenne diurne maximum (le 26 Mars et le 21 Avril).-. 587.65 587.66 % y Iinimum (le 1 Mars et le 2 Avril)..---- 583.05 583.59 Vents. ¡Direction domninamto ato caco e eat le UNS $S. 6 NE. Vitesse moyenne, par Seconde-.oooooomoocorccoccconoooo- 1.0 0.9 » , maximum, par seconde (le 20 Mars et le 22 Avril). 10.2 10.6 Direction du vent de vitesse MaxiMuM.cccocooocarceo..- Na S Nuages. Quantité moyenne a 3.0 15459 Direction dominante SW. |INW.$SW Pluie. + mm. mm. uantité totale ee: 20 da ULAE Melocos aso 63.4. 13.1 auteur maximum, (le 26 Mars et 24 le Avril).-......--+- 32.0 5.0 Nombre total de jours pluvieuX ...oooommoccrenanocnn.... 10 13 Humidité relative. A A AA Sesa EA de dol 5. 51 49 Evaporation. a od Moyenne mensuelle A Vabli..oocooroocooococconcccanoooo 2.6 2.6 Maximum diurne (le 16 Mars et le 16 Avril.) .......-.... 4.0 4.0 Moyenne mensuelle A ciel OUVeTb-ocoocoocoooocoacooroo.. 7.4 A Maximum diurne (le 16 Mars et le 5 et 16 Ayril.)........ 11.0 8.0 dea] . — 0 +o rr Maa ra AH 10 O) O) O LANDO AA to O ca E ES 5 [ *[UJOJULANT || Ñ AJUVULWOP OJUILA "u:C393 BANJOSQY PIDILY —p ,, LP, GE 0 0 O9XIML PP “AA “BUOT—$ 00€ ¿LT o61 'N YeT *9J UB UILOp UYNIDIAME 0 9 AR RAI $ 0130 + IMA Y Y mao *erpou pepryuno "SITON *vIpauz puUpano . 5 al I A RR] ROO HH DADOS o QUUIUA 06 *QUIXYA "VHHWOS VI Y sS3r 9v"906 | 36 062 26 0372 Tal 86'S GPL 00'9 (RN 18'9 0"pr 0€'2 PST vI9 2'SI 19'S vil €5'9 ¿"TI 0v'9 8 "01 0b'9 96 PG 966 o UL "vB 00 Y 01391918 "AUTO TIA SVAALVATANAL "UDUNLE Pp Ñ 29PpUPULIH *L) tod POST ?2P 04D 72 2JUDAMP VINO L IP OLIVA SJET 0307 1]SUY 72 uo sOpvoqaod SD] 9p ¡0.L9UIL NIMASTA e ty e— 7 3 "“SVOLDDOTOJHOXALALN SANOTOVAHASAIO “==="="ouy “== *91QUIALILT qn 9.IQUISTAON "==" *94qny0p *--91quie y dog *=="-"2 08808 y a Oe 223" OA ON A E AE *==-="-*OZIB *====*0191Q94 *===“*-*019UN Seredad Cientílica “Amtomo Alzate” MÉXICO. PILLILLILIIDIDIIIILILILIIIIIII Revista Científica y Bibliográfica. SESTONES DE LA SOCIEDAD: Mayo 12 DE 1895. Presidencia del Sr. Ing. Gilberto Montiel. TRABAJOS. —A. E. Herrera, Herejías taxonomicas, suple- mento. El Sr. Dr. Martínez Ancira continuó exponiendo sus ideas acerca de la electricidad atmosférica. NOMBRAMIENTOS. —Socios honorarios: SRA. LAUREANA WRIGHT DE KLEINHAUS. (Martínez Anci- ra, A. L. Herrera y Mallén ). SrA EmILIa PARDO BAZÁN. (Por aclamación ). JUNIO 2 DE 1895. Presidencia del Sr. Dr. Eduardo Armendaris; DiscusióN.— A moción del Sr. Armendaris se discutieron algunos puntos relativos á la influencia de los bosques sobre la Revista [1894-95] —8 58 salubridad y las lluvias, tomando la palabra los Sres. Armenda- ris, Aragón, Martínez Ancira, Aguilar y Vergara Lope. PosTULACIONES.—BSocios correspondientes : Ingenieros Antonio Moreno, Luciano Blanco y José Schia- fino. ( Garibay, Aragón y Aguilar ). DONACIONES.— El socio Joaquín de Mendizábal obsequió á la Sociedad el arco y flechas que usan los caribes que habitan entre Chiapas y Guatemala, y una colección de 30 muestras de maderas finas del Estado de Tabasco. . El Secretario, RAFAEL AGUILAR. BIBLIOGRAFIA. CONTRIBUTION A L'ÉTUDE DES FELDSPATHS DES ROCHES VOL- CANIQUES par F. FouquÉ. Paris, Imprimerie Chaix. 1894, 8?, 336 págs. Esta importante obra que salió en el Boletín de la Sociedad Mineralógica de Francia, comprende cuatro capítulos: El primero contiene la exposición de los métodos empleados para los estudios químicos y para el examen óptico; en este úl. timo el autor 8e ocupa especialmente de la observación con luz convergente de las secciones delgadas perpendiculares á las dos bisectrices, método que en todo el libro se halla muy frecuen- temente. El segundo capítulo lo forman la exposición de las propie- dades ópticas de los principales tipos de los feldespatos natura- les, de los cuales la mayor parte estén tallados en láminas del- gadas perpendiculares á las bisectrices. 59 - En el capítulo tercero se hallan numerosos ejemplos de la aplicación de los resultados consignados en el capítulo anterior, añadiéndose análisis químicos y densidades al estudio óptico de los feldespatos de varias rocas volcánicas, y particularmente de rocas de la Alta Auvernia. El último capítulo contiene las conclusiones generales y la discusión de algunas cuestiones teóricas que se relacionan con el asunto tratado. Los feldespatos y rocas que se estudian en la obra son los siguientes: Anortitas, Labradores—bytownitas, Labradores, Andesinas, Oligoclases —andesinas, Oligoclases, Oligoclases—al- bitas, Albitas, Anortosas, Microlinas—anortosas, Basaltos dole- ríticos normales, Labradoritas, Andesitas, Fonolitas, Diabasa andesítica, Rocas de la Isla de Milo (Grecia ), Rocas volcánicas del Peloponeso, Rocas volcánicas de la Isla de Metelín y Rocas volcánicas de Santorín. Lx PÉTROLE, L” ASPHALTE ET LE BITUME au point de vue géo- logique par A. JACCARD, Professeur de Géologie á 1* Acadé- mie de Neuchátel. Paris ( Bibliotheque Scientifique Internatio- nale Félix Alcan, Éditeur), 1895. 8*,'292 págs., 30 figs. 6 fr. (tela inglesa). El petróleo desempeña un papel de grande importancia en la vida moderna, y aún su origen y su modo de formación son objeto de discusiones. El eminente profesor de geología de la Academia de Neuchátel, Augusto Jaccard (1833-1895), con- sagró la mayor parte de su vida al estudio de esta cuestión tan importante, científica é industrialmente. El presente libro es la exposición del resultado de sus largos trabajos; comprende diez capítulos que son: Introducción, historia, — Origen y formación de los terrenos y de las rocas.— Las hipótesis y las teorías.— Examen crítico de las hipótesis y de las teorías. — Estudio de los 60 yacimientos; yacimientos asfálticos y bituminosos, esquistos bi- tuminosos, Boghead, Cannel-—coal, yacimientos petrolíferos y bituminosos, los gases naturales combustibles.—Causas de la formación de las substancias bituminosas.— Estado y manera de ser en la naturaleza de las substancias bituminosas.— His- toria geológica del asfalto, del betún y del petroleo en el Jura.— La recolección y el porvenir del petroleo. Estos capítulos están precedidos de una noticia relativa á la vida y trabajos del sabio geólogo suizo, autor de la obra. La GÉOLOGIE COMPARÉE par Stanislas MEUNIER, Professeur de Géologie au Muséum d'*Histoire Naturelle. Paris, Féliz Alcan, Éditeur. 1895. (Bibliotheque Scientifique Internationa le). 8%, 296 págs., 35 figs. (6 fr. tela inglesa). Hace mucho tiempo que el ilustre autor de esta obra se ocu- pa de la geología de los planetas comparada con la:de la Tierra, y en este libro reasume, por decirlo así, sus nnmerosos traba- jos acerca de la cuestión. Las materias que contiene, después de un Prefacio y una Introducción, las indicamos en seguida: La unidad de movimiento de los miembros del sistema solar. —La unidad de composición química.—Los cambios mutuos de radiaciones.— La recepción, por diversos astros, de una contri- bución material común que les proporcionan los espacios. Es tos son los cuatro puntos que constituyen el faudamento de la obra, entrando en seguida en el estudio detallado de tan impor- tante materia. 1* parte. Comparación morfológica de los miembros del sistema solar.—La forma exterior de los cuerpos celestes. La posesión - de satélites. La posesión de atmósferas. La posesión de man- chas fijas, marinas ó continentales. 2? parte. Comparación geológica de los miembros del sistema so- lar. — Fenómenos de circulación en las atmósferas y en los océa- 61 nos. Fenómenos eruptivos en los diferentes miembros del sis- tema solar. Las montañas y los fenómenos conexos. 3% parte. La evolución sidérea.— La unidad de origen del sis- tema solar. Edad relativa de los miembros del sistema solar. ¿* parte. La paleontología sidérea.— Las relaciones estrati- gráficas de los meteoritos. La ruptura espontánea de los astros Aplicación de los datos anteriores á la historia de la Tierra.— Conelusión. COURS ÉLÉMENTAIRE D'ÉLECTRICITÉ.— Lois expérimentales et principes généraux. Introduction a l'Électrotechnique. Le- cons professées 3 1” Institut Industriel du Nord de la O par M. Bernard BRUNHES, Maítre de Conferences á la Fa- culté des Sciences de Lille. Paris, Gauthier— Villars et Fils, 1835. 8% 265 págs., 137 figs. 5 fr. El objeto que se propuso el autor al escribir este excelente libro, fué introducir de una manera rigurosamente científica, pero también lo más elemental posible, todas las nociones in- dispensables para el estudio de la Electrotécnica. Esta preocu- pación de dar una base científica sólida á los conocimientos de los estudiantes de electricidad, distingue este libro de los cur- sos y de las obras destinadas á un público al cual no se le pue- de hacer recordar su primera educación, y por eso el autor se abstiene de toda comparación hidrodinámica Este curso será de mucha utilidad á los alumnos de ense- ñanza secundaria y también á los de las escuelas industriales, pues contiene en general pocas fórmulas matemáticas. Los que deseen avanzar sabrán desarrollar los principios que han visto en el libro, y se hallarán aptos pera comenzar después estudios serios de Electrotécnica. Véase en seguida una idea de las materias que contiene: 1. La corriente. Leyes de Faraday. Definición y medida de la co- 62 rriente por el voltámetro. Ley de Joule. Resistencia. Relación entre la resistencia y la corriente. Ley de Ohm para un circuito cerrado. Definición y medida de la fuerza electromotriz por el electrómetro. Electrómetro absoluto. Ley de Ohm para una porción cualquiera de circuito. Leyes de Kirchhoff. Asociación de los elementos de pila. Potencia disponible entre dos puntos de un circuito. Energía de las pilas. Polarización. Acumuladores. Pilas termoeléctricas. —II. Magnetismo. Campo magnético. El campo terrestre. Propiedades generales de las fuerzas newto- nianas. Imantación.—I5Ól. Electromagnetismo. Ley de Laplace. Experiencia de Biot y Savart. Trabajo de las fuerzas electro magnéticas. Electro-imanes. Inducción magnética, Permea- bilidad. El circuito magnético. Electro—-dinámica.—IV. Medi. das eléctricas. —V. Inducción.— VI, Unidades eléctricas.— VII. Principios de Electrotécnica. La conservación de la energía. Di- namos. Producción del campo en los dinamos. Rendimiento de un dinamo. Motores de corrientes continuas. Transporte de la potencia motriz. Alternadores y transformadores. Motores de corrientes alternativas. Alumbrado eléctrico.—Apéndice. El se- gundo principio de la Termodinámica y la pila. 7 L'A. B. C. DU CHAUFFEUR par HeENRI MATHIEU, Contróleur des mines, Officier de 1*Instruction Publique. Avec une In- troduction par C. Walckenaer, Ingénieur des mines. Paris, Librairio Polytechnique Baudry et C*- 1895, 1 tomito 0"15x 0”10, 267 págs. y 66 figs. 3 fr. Encontrará el lector en este tomito, con un estilo claro y conciso, todas las nociones indispensables que la práctica puede dar, pero que solo se retiene con vaguedad en la memoria cuan» do resultan de la práctica únicamente, en tanto que toman una precisión y por consiguiente una utilidad especiales, cuando se 63 les encuentra formuladas en un libro en términos claros y exac” tos como en el presente. Todos los maquinistas y todos los propietarios de aparatos de vapor comprenderán que está en su interés tener siempre á la mano esta obrita que contiene las reglas de las cuales depen- de su seguridad y la de los demás, reglas que tendrán que aplicar ó que hacer aplicar diariamente. Añadamos para recomendar este e a ay la comodidad de su forma y su módico precio. Eneyclopédie Scientifique des Aide-Mémoire. Paris, Gauthier—Villars et Fils. 82, cada tomo 2 fr. 50. DUDEBOUT et CRONEAU, Ingénieurs de la Marine.— APPAREILS ACCESSOIRES DES CHAUDIERES A VAPEUR. En esta pequeña obrita los autores hacen una reseña en con- junto de los órganos necesarios actualmente para asegurar la economía, el buen funcionamiento y la seguridad, para precisar el papel y las condiciones de establecimiento de cada género de aparato y permitir á los interesados hacer una elección juiciosa entre las múltiples disposiciones que concurren á un mismo E jeto. Los autores han clasificado ta mtetta estos accesorios en tres categorías, que son el objeto de un capítulo distinto. En el primero examinan los aparatos: necesarios para la economía y - buen funcionamiento del generador; el segundo está destinado á los órganos que indican las condiciones normales de la mar- cha; el tercero se ovupa de los aparatos de seguridad en caso de un funcionamiento anormal y de los aparatos de velocidad, y se 64 / da una fórmula racional para determinar el diámetro mínimum de las válvulas de seguridad. BALISTIQUE DES NOUVELLES POUDRES par VALLIER, Chef d'es - cadron d* Artillerie, Correspondent de 1 Institut. Los grandes progresos hechos últimamente por la ciencia de las pólvoras y de los explosivos, no han penetrado todavía al mundo industrial, lo que se debe principalmente á que no se han ocupado de ellos ninguna publicación especial, con aplicación al trazo de los obuses. Estas omisiones son las que el autor tra- ta con una competencia indiscutible; después de reasumir los principios de la ciencia de los explosivos, estudia el funciona- miento de las nuevas pólvoras en los obuses, la fórmula de las velocidades iniciales y sobre todo, el trazo de la curva de los es- fuerzos soportados por el cañón, que es de grandísima importan- cia para el constructor. TRANSMISSIONS PAR CABLES MÉTALLIQUES, par H, LÉAUTÉ, Membre de 1” Institut, et A. BÉRARD, Ingénieur en chef des - Poudres et Salpétres. Los aplicaciones de las transmisiones por cables metálicos que tanto se han desarrollado para la transmisión de la fuerza á distancia, tienden á adquirir una nueva extensión por efecto de la facilidad que dan para repartir la fuerza de un centro mo tor entre varios centros de distribución. El estudio de estas ins- talaciones ha permanecido como cuestión delicada á causa de los numerosos elementos que hay que tener en cuenta, é importa tener reglas precisas para evitar fracasos en la práctica. Los autores dan estas reglas indispensables, con un nuevo método basado sobre los trabajos anteriores de M. Léauté. 65 LE FONCTIONEMENT DES MACHINES A VAPEUR par Georges Lk- LOUTRE, Ingénieur civil. Este pequeño volumen presenta con orden metódico el con- junto de los fenómenos que se suceden en una máquina de va- por, desde la caldera hasta el condensador. El autor estudia con muchos detalles prácticos, la cuestión del agua llamada arras- trada, el trabajo indicado por los diagramas Ó los ensayes con el freno; termina con un análisis completo de un ensaye de má- quina de vapor recalentado. El autor indica numerosas compro- baciones é insiste en la verdadera razón de la superioridad de los motores de vapor recalentado. VALLIER, Chef d' Escadron d'Artillerie, Correspondant de 1”Ins- titut.— LA BALISTIQUE EXTÉRIEURE. Uno de los asuntos que hace de gran interés el presente li- bro, es la exposición de las leyes de la resistencia del aire de- ducidas de la experiencia hasta 1200” de velocidad y la elección metódica de los parámetros necesarios para la integración de las ecuaciones del movimiento. Además, el método del estableci- miento de la característica del proyectil, la de una mesa de tiro, las tablas de funciones balísticas nuevas, las de logaritmos y las de líneas trigonométricas que terminan la obra, hacen de ella una verdadera Ayuda-— memoria que no necesita ni mesa ni obra auxiliar. : HENNEBERT, Lieutenant-Colonel du Génie, ancien Professeur a l'École militaire de Saint-Cyre, aux Ecoles des Mines et des Ponts et Chaussées et á 1”École supérieure de Guerre.— BOUCHES A FEU, | Bien sabida es la importancia que actualmente tiene la Ar- tillería en las operaciones de guerra. El autor de esta interesan- Revista [1894-95] -—9 66 te obrita hace primero algunas consideraciones históricas y ex- pone en seguida con todos sus detalles la construcción de las piezas de acero, y después sucesivamente los materiales de cam. po, de montaña, de sitio y plaza, de costas; á continuación las ametralladoras, los cañones—revólvers y los cañones de tiro rá- pido. Además de ocuparse de las piezas reglamentarias en Fran- cia, describe igualmente los tipos de la industria privada. No dudamos que el uso de este libro prestará grandísimos servicios á todos los oficiales del ejército que lo consulten. OLLLLLLLILLI LAIA AIAIIL Congreso Internacional de Americanistas. — * XI sesión en México, DEL 15 AL 20 DE OCTUBRE DE 1895. PROGRAMA. I El 10% Congreso de Americanistas reunido en Stockho]mo en Agosto de 1894, contando con la aprobación y apoyo del Go; bierno mexicano, acordó celebrar un período de sesiones ex- traordinarias en la Ciudad de México, el cual tendrá lugar del 15 al 20 inclusive del próximo mes de Octubre. II El Congreso Internacional de Americanistas tiene por ob- jeto coadyuvar al progreso de los estudios etnográficos, lingúís- 87 ticos é históricos referentes á ambas Américas, especialmente en la época precolombina, y poner en mutua relación á las per- sonas que se dedican á tales trabajos. TI Formarán parte del Congreso, con derecho á todas sus pu- blicaciones, las personas que hayan solicitado billete de socio, bien por medio del Tesorero ó del Secretario general, bien por conducto de cualquiera de los Delegados, y satisfecho el impor- te de la cuota marcada, que es de cinco pesos plata mexicana (12 francos 50 céntimos oro). Se suplica á los que quieran pertenecer al Congreso, que se sirvan indicar con exactitud sus nombres, apellidos y títulos, así como las señas de su domicilio. Los socios mexicanos remitirán el importe de sus cuotas por expreso ó correo, y los extranjeros lo entregarán á los cónsules de México en los países respectivos. IV Se dejarán sobre la mesa las Memorias cuya lectura exija más de veinte minutos, y se dará á conocer al Congreso el asun- to de que traten, sus puntos más importantes y sus conelusio- nes, en un resumen oral ó por escrito. De acuerdo con esta disposición, los autores que remitan Memorias al Congreso, deberán acompañarlas con los resú- menes citados. Los autores que no puedan asistir al Congreso, enviarán sus trabajos al Secretario general antes del 1* de Octubre de 1895. Se recomienda especialmente á los que asistan á las sesio- nes, sustituyan, con un resumen oral la lectura que llevaren dis- puesta. e : 68 Y Los libros, manuscritos ú otros objetos que se ofrezcan al Congreso, se destinarán á la Biblioteca que el Gobierno designe. vI Conforme á Jo dispuesto en el artículo 19 de los Estatutos, se ponen á la orden del día del Congreso que ha de tener lugar en la Ciudad de México, los temas siguientes : Historia y Geografía. 1. Cálculo cronológico y geográfico de los períodos de la histo- ria de América. bo Relaciones que existían entre los diferentes pueblos ame- ricanos antes del descubrimiento. 3. Organización militar de las naciones americanas antes del siglo XVI. 4. Cartas marinas del Atlántico y del Pacífico en el siglo XVI. *5, Chicomoztoc, su ubicación, tribus que salieron de esa re- gión, extensión geográfica que ocuparon, civilización y lengua. *6. División geográfica del antiguo territorio mexicano en tiem- po de Ahuitzotl. *7, Historia natural médica de los antiguos mexicanos. *8, Sociología y especialmente el derecho público de los mismos. *9, Comercio, moneda y medios de cambio entre los antiguos pueblos de México. *10. Sitio de México por Cortés; arte militar de las fuerzas con- tendientes. *11. La instrucción pública en México en los tiempos antiguos y después de la conquista hasta mediados del siglo XVI. *T2 13: 14, 15 16. 18. 19. *20 225. 69 . Minería y metalurgia antes de la conquista de México. Inmigraciones á la América en general y cuáles hayan lle- gado al actual territorio mexicano. Interpretación de las danzas simbólicas de los aztecas. Antropología y Etnografía, Origen y progresos de la raza caribe en América. Carac- teres de esta raza. Diferentes formas de flechas y su uso entre los indígenas de la América Central. . ¿Qué se sabe de la significación del arte ornamental de los indios de la América del Sur? Ultimas investigaciones concernientes á la época de la pri- mera aparición del hombre en América y de sus resul- tados. Relaciones entre los Esquimales y las otras razas indí- genas de la América del Norte. El hombre prehistórico en México. Arqueología. . Estudio sobre las esculturas en piedra en la América Central. . Objetos en barro (poteries) de Nicaragua y Costa Rica. . ¿Puede hacerse una clasificación cronológica de los mo- numentos arquitectónicos de México y de la América Central? ¿Las habitaciones en las grutas Ó cavernas y las practica- das en roca indican en el desarrollo de los indios agricul- tores una fase anterior á las grandes construcciones en piedra? | Habitaciones de las distintas razas que ocuparon el terri- torio actual de México; estudio comparativo de su arqui- tectura. 70 Lingúistica y Paleografía, 26. Cuadros de los jeroglíficos indios. 27. Nuevas investigaciones acerca de las lenguas indígenas de los pueblos de la América Central y su afinidad con las de México y la América del Sur. Su distribución geo- gráfica. 28. Nombres de animales en las lenguas indígenas de la Amé- rica Central. 29. Idiomas de los indios de Costa Rica y Nicaragua. *30. Descifración y comparación de jeroglíficos de las antiguas razas de México. Su importancia. *31. División y clasificación de las lenguas y dialectos que usa- ron los antiguos habitantes del actual territorio mexica- no. Su estado presente. *32, Empleo de la escritura jeroglífica después de la conquista ; importancia de su estudio y del de las lenguas mexicana y maya. : NoTA.—Los temas notados con asterisco son los agregados por la Junta Organizadora al programa que fijó el Congreso de Stockholmo. Y 71 LA DIVISION DÉCIMALE DE LA CIRCONFÉRENCE ET:DU: TENEPDS! Notre savant collégue M. J. de Mendizábal Tamborrel a pro- posé á la Société Mexicaine de Géographie, comme l'avait fait depuis 1887* ¿la notre, de faire un appel a la prochaine réunion du 6”* Congrés de Géographie de Londres. M. J. de Rey-Pailhade, Président de la Société de Géogra- phie de Toulouse a adressé des invitations á toutes les Sociétés du Monde lesquelles ont été recus avec empressement, mais nous devons rappeller que M. de Mendizábal Tamborrel s*occu- pe de cette importante reforme depuis longtemps et qu*en 1891 a publié ses excellents Tables? calculées dans la division décima- le de la circonférence. “Respect des angles, dit M. de Mendizábal dans la note qu'il a adressé au Congrés de Londres, qui est la reforme plus dificile il n'y a peut-étre pas un million et demie d*hommes qui fas- sent un usage habituel des angles. Parmi eux les savants se plieront rapidement á des fractions si simples, quoique elles semblent nouvelles, car ils affrontent tous les jours des calenls et des reductions bien autrement ardus. “(est dans la France et dans 1Italie qu'on a fait, et moi méme, ces expériences qui prouvent combien est grand 1*éco- 1 Voir Memorias de la Sociedad Científica “Antonio Alzate.” Tomo I, pág. 223. 2 Tables des Logarithmes á huit décimales des nombres de 1.4 125 000 et des fonctions goniométriques sinus, ete. de microgone en microgone, etc, Paris, 1891, A. Hermann. 72 nomie (4) de temps et de peines quand on substitue, soit dans lobservation, soit dans le calcul, la mesure décimale des angles Aa la methode si compliquée des divisions sexagésimales. On a souvent allegué, en faveur de la division sexagésimale, qu'elle permet de diviser sans reste par 3 et par les multiples de 3. Mais cet avantage théorique il devient illusoire dans la prati- que, l'observateur s'approche plus ou moins de la vérité, sans ótre súr d'atteindre la derniére limite d*exactitude. D'ailleurs les fonetions trigonométriques son represéntées par des déci- males. “T'adoption du jour et de l*angle mesuré par la circonfé rence comme unité est la plus logique et en méme temps la plus avantageuse; dans le cercle et le jour, nous possedons des uni- tés donnés par la nature. Voici les raisons qu'en donné le savant astronome frangais Ivon Villarceau: “12 Si on prend le jour pour unité de temps on passe aux ““ ascensions droites, auxquelles le temps sert de mesure, sans “autre changement que celui du nom, lorsque la circonférenee “est prise pour unité; tandis que dans le systéme dit centési- “mal, il faut multiplier par 4 le temps observé; 2” Lorsqu*on “veut se servir des tables trigonométriques, et que 1"on a affai- “re á un angle embrassant plusieurs circonférences, comme cela “se présente dans les applications astronomiques, il faut préa- “lablement retrancher tous les multiples de 3609 ou 4000, tan- “ dis qu'en adoptant la circonférence pour unité angulaire, il “suffirait de considérer la partie décimale de 1”angle proposé.” “J'ai proposé depuis 1887 á la Société Scientifique “ Anto- nio Alzate” de México, d'appeler par le mot gone, du grec yov:a, a l'angle unité, mesuré par la circonférence et de le représen- ter par la letre y, et décigone, centigone, et microgone les an- gles 25, 14, 86 ruobowo de 1 angle pris par unité; ainsi ce mi- errogone est egal a 1296. “Comme la Terre fait un tour sur son axe dans un temps egal, par définition, au jour sidéral cette est 1'unité naturel du 73 temps; j'ai proposé de donner le nom de trope, du grec rpory, l1"unité de temps et de la représenter par la letre 7, ses sousmul- tiples seront designés par les noms de décitrope, centitrope, et microtrope; ainsi ce mierotrope est egal á 00864. “A la méme époque j'ai proposé á la ditte Société de s'a- dresser aux Sociétés du monde entier de se métre d'accord sur ce suget. ““ En général le public n"aura pas besoin de faire des redue- tions des heures, minutes, etc., aux décitropes, etc., puisque practiquement dans peu de temps, on verra á quelle heure, on s'eleve, on se couche, etc., eb quant aux intervales de temps écoulés s'est tres simple savoir que le centitrope est presque egal a 15” (c”est á dire un quart d*heure). Done on voit qu'i] n?y a pas de dificulté pour s*habituer 4 compter le temps dans le systéme décimale.” Les Tables ci-jointes donnent la conversion des degrés, mi.- nutes et secondes d'arc en décigones, etc., et des heures, minu- tes et secondes en décitropes, etc., et viceversa. México, 1895. Revista [1894-95]-=10 A A ———— A — A qq _——_— A dba o! y £ ó I 0 608 2£0000'(2£0 1£0000" [€939£0000* e 16 £€0 000" 6LTE£0 000" |[10P7£0 000 [989 150.000 [1980680000 “60020000 (13£ 630000" [6FE 870 000'[822 230 000*[900230 000€ 920.000 "[£99<60 000" 169420000 [036 €30000"|8P1 €F0000 11230 000*[€09 130000 [££8 030000390030 000 (067 610 000"[61£ STO 000" 141210000 "[€26910 000 [F0G9TO000 (GEPEIO 060 9910000 "(688 €10000 [211 £ 10000 "[9FE 3 10000 [PLE 1TO 000 (208010000 "| 150010000" [6£3 600000 [887 800000"[912 200000" FF6 900.000 "[£LT 900 000" [TOP E0O 004 [UEDFOO000 [SES E0O 000 "(980 £00 000 [S1EGOV 000 £P2100000"|322000000"(000 000000" e ISPTELZOO" [CST ESIZOO [688 SLYZOO [ESE ZELZOO (967 YPEZOO [000 0NEZOO [P0LECTGOO[L0PLOFG00"|1TET9EGOO[STSFIEG00 616893300 (233 657690" 1956 €21 600 0£9 671 300" (£££ £80 Z00"|1£0 L£0G00" (142066 100" (PHP PEG 100 "[SPT 868 100 [648 1E3 100 9EC COS 100 16€ 6€L 100 "[£96312 100"|199999100 [04€ 039 100" [PZO+F2L€ 100 821164100 [18b 18? 100'|€81 CEP 100 "(688 88€ 100 E6EGPE 100"966 966 100" 0000€G 100" FOL£0Z 100 |20P ET 100" |TILTITTOO [S18F9O TOO ¡GTESTO 100 [363 326000 "(95636000 10£9 618000" |£E£ ££8000'14€0 28! 000'|1420P2000"[FHPF69 000" |SPISFIOOO [3C8 TO9O00"9ESECE ODO" 683 60€ 000 [£96 697000 99919 000 (0/£04£ 000 [PL0FG£ 000821 213000'[18P1€3000 [€81 £81 000" [688 8€1 000 [869360 000 963990 000"(000000000 Dm SO «NO eze 20000 [ESLPFOOOO [IRGEFO 000 [OTGEFO 000" SEPEFO 000" 09 140000 [£680F0000 [EG 1 0F0000'[3CE 6£0 000" El 74 AS o) =- ELE ZER LPa'|PPPPPP IPPO (199 999 TFT [688 8888EG'[LITIILOER [EEFEEEEEG [PESCECOEG [82 1111133000000 €66 (664666 666" HHPFPP 617 [199999 917 (688888 €£13- [TL ILL TIG [EEE EEE 80G [9 A (82222268 (000000003 (266 663 161 |HEPHPPPPEOL 199999161" [688888881 '[[TI TIT 98T [££€EC£ESIOSSELCOST TS 822211 211"100000082T [366667 621 (PPP FP 6911199995991 688888291 [TIT ITL LOT [E€€ EEE SST [9SG ECCCCI 841211661" 000 000021" a 267 Lol [FPPPPP PT 99999 171 ¡688888 8€1" UL TUTOE TELL LLE EET [OECCCCOLL 8LL LLL 431 (000000 €3 (GB GREG thbytv61 11199999911" (688888611 ARGaO ELL LEE SOL 9CEECCCOT [8LLLLLGOL [000 000001 [667 660 160” EPPPE 60 [199949 160" 688888880" |111 TT 980 (SER EEE ERO 98 ECC 080842122 220"/000 000620" (606 666 6L0 PHP PvP 6901199999990 [588888 £90" 111 111 T90'[E6E66€ 80 (YES 993440 822 LLL 320 1000000 0C0 (263338 LFO (bhbPFPPFO 199999 170 [688888 8€0" [11 1 111 9€0 [ESE SEE ESO" SEG ESG OE0 841211260 A a o a 6 8 A 9 e + € 6 1 0 ES AS 'SHNODIOHA NE SHADHCO SHA NOISAHANOD TIA “91e¿P SSP uosas -214e¿p sojuu ABI pR "DAL Pp s> 028389 000"(963 129 000'[332629000'[8PT SP9 000" (HS 9£9000"(000 239000" [93P£T9000"|[3E8 109 000"[8/3 062000 "(POL 84000 | 9 El 29900099 S9£2 000 [186 EPSOOO [OP GES 000 [£E8 03€ 000693608000" 989 267000" [1TT98P000 [48 PLP000"£96 694000] Y 68€ 189 000"[SI868P000"|1P38GP000"1299 917 000"[860c0P000 [6TSE6E000 [PF6 TSE000 [028 028000"(9628£8000'[338 4780001 $ br) 879 288000 [P20P38 0001006518000 "1956008 000"[3S€ 683000"[844226000"[P03993000"1089723000-/9C0.€P3000"[18PTEG OOO 3 106613000"(£8£803000 1564961 000"[681 €8L 000 [119821000 "(280391000 "(89?08T 000 [688881 000 "(SIS 231 000"[TF4 SIT OOO p E L9T POL 000 [£65360000 [610 [80000'[PPP690 000"[028 460000 "(966970 000'[362P:0.000 [8PT E50000PLGTTO 0000000000000 Sa lr e) 15 668 GL60P0 (82, 213.070" [££€ £8€ 6£0"[688 888 880" PPPF6T 8E0'[00000S LE0'|[9ES COS 9E0"|ITTITE9EO [199 9TP LEO [333 33LPRO TS 822160 P80 "(888 €£€ SEN [688889580 "| PYPPP6 180"[0000€3 180 [YES EEG OEO"|1TTT9I8 6701199991 660 [636 31P830"822 2212130 v $66 680260 [688 886 950 "[P+PF69E60"[000000 30" (96€ 608 760"| LIT TID EGO 199916660" 366 6566 660"[841 1369 160 "[£8€£€8 0650] 8 688881 030 (PPP PPP 610 [0000SL810"[9CE ECO STO" TTTTOE ZTO [299 999910" [663326910 "1844226 STO ¡EEE ESSPIO [688 SES ETO PG PPPF6T ELO [000 00S GTO 9EGCOS TLC IITLILT TIO "(499 9TP010"[666 662 600"[822 230600"[8£€ 888 800-/6888€9200"|PbbPP6 900" L U000€6 9001968 E€ESE00 ¡TT 198100499991 400'[366 647 €00"[8422214600"[888880500"[68888€ 100 1P?PP69000"(000000000 (0 SO —Q 6 ] $66 6566896 [299999916 [000000 G28' e£€ $88 588 [6 T ¡299999162 [000000 082 "(88€ ££8802"[199999999"(000000939'[8£€ 888 £8S'|199999 1PS"[(00000000€ [€££ ESE 8EP"19999991P | E 0 1000000 £28 (868 €£8 €8€"[199999 163 (000000085 [888 €E€ 803"|299 999991 "¡000000 SaT [££8 888 €£80 [299999 170 [0000000000 5) E 2 Pa OS E E ss Sn á% “SOIPuodos "SIJOUTIJA “sano 20 |*-*odo1jo1o1u 29 [odoa11 113099 2p |edoayuio9p 21 1077 edoagr¡ rua 20 |: odo1yyueo | 21 |: edoly1o9p a iS Ae pos! Zu y" "*euo3oJotu lo ['90031]10119U90 Apo * 9uOS [[IUILDOP 4 | osuo3t ru Zo |” *euosijues lq |: suo31o9p Gan uo 0 Hr 0 10 +0 OO l- "NN +IOMOS a] ESoooo00o0 rn v98'0 10000" vo 600198 6 5 800" [3T €6 T 200" [8+ 0b 900" [Pé 9% 00" [00 Gr 00" [98 46 £00" [GT €b 00" |8p 86 100" [bgG PI s ul mm mia EN OH 0 O a mm — SS ASAS SNS EE NS Ro) LO 000 mn rm YN 2H 9€ 16 Gr 6L 8? 91 al 00 Gt 06 GrLz SP? voG so MN p99"TT | 600000" cb S> O)? 00 00 00 t- EL (O [e] - rr NN SHO al NS: 200 +OCca QUA 0 — Hi OmO0D o ar Me) ra 00 HO “SO OS mn rn 000 HDD + = z = = PE PTE |600"| PG Gs 8? 38 5 ¡800"| SP 83 GT 183 |200"| Gl S3 986 31|900"| 986 Io 00 8? 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(Lat. N. 19” 26',—Long. de Paris — 101” 23' 07."6— Longitude de Greenwich — 99% 07' 53."4— Altitude 2282m5 ), RÉSUMÉ DE MAI ET JUIN 1895. | . Mai. | Juin. Tempéra!ures de air á Pabri. | o E E Moyenne (24 observations diurnes) 18.4 17.8 Maximum (le 5 Mai et le 18 Juin)......------ 29.4 28.0 Minimum (13 Mai etle 5 Juin).-..ooooomrrrrrrrroo.o---- 8.5 11.0 Oscillation diurne maximum (le 5 Mai et le 18 Juin.)...- 15.9 14.4 En +, Iminimum (le 12 Mai et le 9 Juin)-...-. 9.5 7.0 =h A A RS LO 20.9 17.0 Moyenne diurne maximum (le 5 Mai et le 18 Juin)..-..-- 21.0 19.7 7 Minimum (le 12 Mai etle 5 8% 6 Juin)..-.- 15.0 16.0 Températures de l'air á ciel ouvert. Moyenne (8 observations diurnes) .o.ooooronrrrrmm.-.--- 18.5 | 18.0 Maximum (le 6 Mai et le 15. 16 6% 17 Juin).-------==------ 37.0 34.8 Minimum (le 13 Mai etle 26 Juin) -..ooooooommoo.oo..-.-- 4.2 8.0 Oscillation totale -. 0 2n.noccnccascconc orante 32.8 26.8 a diurne maximum (le 5 Mai et le 17 Juin).--.--- 27.8 24.8 57 minimum (le 24 Mai et le 6 Juin.)...-- 19,4 17.5 Température moyenne du sol 40m85 ............ 16.0 16.4 Pression atmosphérique (á 095.). AE == o yenne (24 observations diurnes) -.oooooommmmoooooo.-- 585.66 586.44 Maximum (le 12 Mai etle 5 Juid)..ooooomoommmmmmP....-- 589.41 589.31 Minimum (le 22 Mai et le 3 Juin)....-.ooooooomooo=-==.-- 582.65 | 583.31 Oscillation totale.-c ooo ciceoioccmonernocerrocnomoo- 6.76 | 6.00 5 diurne maximum (le 6 Mai et le 4 Juin)...... 5.32 3.89 a ,, minimum (le 28 Mai et le 28 Juin)....- | 1.54 1.55 Moyenne diurne maximum (le 12 Mai et le 5 Juin).-...- 588.21 588.14 9 » Mminimum (le 5 Mai etle 3 Juin)......-- 584.52 584.77 Vents. ¡Direction dominante Rodas accesos da papis cerezas N. N. Vitesse MmOyenne, par Seconde-.oooomocoronaronnrnrnon- 1.2 1.2 ,” Iaximum, par+seconde (le 6 Mai et le 18 Juin).... 14.5 11.0 Direction du vent de vitesse MaxiMmuM.ooooconmommono.-o NE. NE. Nuages. Cuanto mnoyenno rs ao esas ales e 5.6 O Diréction dominantes c2o does decae aloe aa ai NW. NE. Pluie. sd ES Quantité totale d'eau recueilliO...ooomoomomcenn.oooom.o.. 39.3 119.4 Hauteur maximum, (le 26 Maietle 2 Juin)....ooooo...... 10.8 22.5 Nombre total de jours pluvieuxX -2ooooooomncmrrmmnno.o--- 16 24 Humidité relative. A A 52 65 Evaporation. Aia ESA ¿¡Moyenne mensuelle dá Vabri....oooococcoosscocooconoococo. 2.6 2.2 Maximum diurne (le 5 Mai et le 17 Juin/)...---....... 3.7 3.5 Moyenne mensuelle á ciel Ouverb...oooomococncooon-...-. 6.6 5.6 Maximum diurne (le 8 et 20 Mai etle 4 Juin.).........-- 9.0 8.3 ENSAYO Bibliográfico Mexicano SIGLO XVII ENSAYO BIBLIOGRÁFICO MEXICANO DEL SIGLO XVII VICENTE DH P. ANDRADE Canónigo de la Colegiata Guadalupana. PILDLLDILIDDIL LDL LLILLILLDSLL LL LIL LLL LIL OL AAA DIAN Elición de la Sociedad Cientifica “ Alzate.'” sI SSI LI LIL DLL LLL LLL LLL IAN MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL EN EL EX — ARZOBISPADO (Avenida Oriente 2, núm. 726). 1894 et PA d » 1 ANAL OR ENSAYO BIBLIOGRÁFICO MEXICANO DEL SUERO" ADE POR VICENTE DE P. ANDRADE Canónigo de la Colegiata Guadalupana. ENÉVOLO LECTOR: no vayas á pensar que si he determi- 9 nado dar al público este trabajo abrigue la creencia de juzgarlo perfecto. Lejos de mí tan ridícula pretensión. Entonces, con sobrada justicia me interrogarás ¿por qué no lo dejo encerrado, como hasta aquí, en mi escritorio? Voy á satisfacerte. No quiero se pierdan al fin de mis días (que como puede es- tar muy próximo, podrá no serlo; debo presumir lo primero) los datos bibliográficos del siglo XVII que he acopiado hace algunos años, en cuya tarea tuvo parte impulsiva mi finado y buen amigo el Sr. Cura de San Antonio de las Huertas en San Cosme D. Agustín Fischer,* que había proyectado seguir las 1 Nacido en Ludwigsburs (Alemania) el 14 de Junio de 1825, ordena- do sacerdote en Durango el 11 de Abril de 1852 y muerto el 18 de Diciembre de 1887. 0] luminosas huellas trazadas en lainmortal “Bibliografía Mexica- na del siglo XVII,” por el laboriosísimo como tan erudito Sr. D. Joaquín García Icazbalceta, haciendo lo posible con el si- guiente siglo. Al efecto recogió muchas noticias, y cuando se lo acercaba la muerte, me suplicó acometiera su empresa. Ácep- té, y manifestó que había recibido tal contento, que por ese lado moriría tranquilo. Dispuso me fuese entregado el material que tenía cuando falleció. Desgraciadamente sucedió; y también desgraciadamente no se cumplió su disposición .-.. Sin embar- go, traté de poner manos á la obra aunque sin poseer el copioso contingente del sabio y excelente sacerdote, el enal hasta hoy 38 me ha negado, pues á pesar de esto me creí obligado 4 cumplir mi oferta. Me determiné á aumentar lo que lentamente había recopilado: acudí á las bibliotecas particulares de mis amigos cuando en la mía, que debo á la generosidad de mi tío y segundo padre el Sr. D. José María Andrade (q. e. g. e. ), ya no hallé ma- terial, así como á las públicas tanto de ésta capital como de Pue- bla y de Querétaro, en busca de más noticias sobre las impresio- nes ejecutadas en México desde 1601 á 1700, y por último, á la “Biblioteca Hispano Americana Septentrional,” debida al in- cansable Sr. Dr. D. José Mariano Beristain que ocupa tan-hon- roso lugar en la bibliografía. Débese tener presente que la pri- macía pertenece al Sr. Dr. D. Juan José de Eguiara; mas porque terminó su carrera,mortal no le fué dado llevar á cima su Bi- bliotheca Mexicana, México 1755, la cual escribió en latín' y la ordenó en orden alfabético de los autores, según sus nombres bautismales. Beristain aprovechó estos trabajos, como lo confiesa, y para suplir la omisión, pues sólo publicó los contenidos en las tres primeras letras del alfabeto y dejó ms. ó en borradores, así ci- 1 En nuestros días ciertos pseudo latinistas se atrevieron á censurar 'ó intentaron corregir á este sabio, de quien dice Beristain: “Su literatura fué vastísima : teólogo completo y consumado, canonista y letrado sólido y pia- doso, filósofo cristiano é ilustrado, matemático sobrio y exacto, histórico é historiador sensato y crítico modesto y acérrimo. 7 tados por el Dr. D. Mariano, hasta la letra J.? los vertió al cas- tellano, usó también el orden alfabético de los autores; pero por apellidos: así fue como pudo completar su Biblioteca enrique- cida con la noticia de lo publicado desde 1763, que fue cuando murió Eguiara, hasta 1816 año en que se aprobó y comenzó á' dar al público la suya. Es de indisputable mérito y consultado constantemente por los bibliófilos; comprende, como es bien sabido, la noticia de obras impresas é inéditas durante tres centurias, de autores -no sólo americanos sino extranjeros, que se ocuparón de nos- otros y de nuestras cosas. La magnitud de la empresa para un sólo hombre, excusa los defectos. Una parte de los cuales que- dan corregidos por la citada Bibliografía que el Sr. García leaz- balceta publicó en 1886, relativa á lo que se imprimió en México durante el siglo XVI ó sea la primera parte. Digno será de la- mentar que no continúe con la segunda que debe abarcar lo que en ese período se dió á la imprenta allende los mares. Ojalá y algún día se realice tan interesante trabajo. Sobre el siglo XVII me he ocupado únicamente acerca de lo editado en México; también me he valido del orden eronoló- gico establecido por el Sr. García Icazbalceta, para que se pa- tentice más y más lo mucho que falta á mi tarea. En efecto, sl la metrópoli de la Nueva España poseía dos Ó más tipografías, no es creíble que el movimiento literario se coneretara á dar á luz tan pocos opúsculos en un año, y á veces ninguno, como en 1608, Así se vendrá en conocimiento desde luego, ó que se han es- capado otros á mis pesquisas, ó que por ajeno descuido se han pérdido. Esto puede observarse con especialidad en la primera mitad del siglo. Como escribo más bien por vía de Ensayo, para comunicar mis datos al verdadero bibliógrafo del siglo XVII, omito mu- chas noticias biográficas de los autores, que por de pronto pue- 2 En poder del Sr. Ágreda. 8 den encontrarse, con la debida cautela, en Beristain ó en otros lagares que cito. Si mi vida se prolongase y pudiese publicar otra edición, llenaría este vacío que hoy me limito á indicar, y si fuese además favorecido con que se me indiquen las omisio- nes incurridas y demás faltas que el generoso lector note en este opúsculo. Ojalá sirva para honra de nuestra patria, que en el período virreinal vió florecer á mexicanos tan ilustres y de im- perecedera memoria por sus virtudes y por su sabiduría, como entre otros, en el siglo de que trato, los Bohorques, Sariñana, del Puerto, Cuevas, Montaño, Grijalva, Leon, Medina Mijan- gos, Castillo, Coronel, Nájera, Merlo, Malpartida, Alba, Sigiien- za, Grarcés- Portillo, Arias Maldonado, Bremon Ibarra, Sor Jua- na Inés de la Cruz y María de Estrada Medinilla. 1601 1.—Relacion de las grandozas del Piru, Mexico y Puebla de los Angeles, por Bernardo de la Vega. En verso. Impresa por Melchor Ocharte. En 8? Así lo refiere Nicolás Antonio y Pinelo, pág. 695, título XV : no la conozco. ; 2,— Pláticas morales de los indios para doctrina de sus hi- jos, en mexicano, por el P. Fr. Juan Baptista, pas Hue- A En 8* ru halicio de esta cie la tengo por la “* Bibliothéque Amé- ricaine,” de H. Ternaux.— Paris, 1837, pág. 51, núm. 258; Pi- neo pás. 724, título XVIII, y Beristáin. 3.—Historia de los tres niños Tlaxcaltecos, Cristobal, Anto- nio y Juan, que murieron por la confesion de la Fe Catolica. En el imperial colegio de Tlatilulco. - Un ejemplar de esta edición existía en el Museo Nacional, de donde se perdió hace algunos años. Enel tomo primero de “Doeumentos para la Historia de México.” Tercera serie. México, 1856, Imp. de Vicente García Bibliografía Siglo XVII. 2 10 Torres, en fol. menor, se reimprimió y se halla en 27 págs. des- pués del Teatro de virtudes políticas. Allí consta que la escri- bió el P. Motolinía y la tradujo el P. Bautista. 1602 4.—Vida | Y Milagros | Del Sancto Confessor | de Christo, F. Sebastian de Aparicio fray | le lego de la Orden del Seraphi- co P. $. Francis | co, de la Prouincia del sancto Euangelio. Re- copilada por el P. F. Juan de Bor»l:quemada Predicador, Guar- dian | del Conueto de Tullatzinco. Dirigida al Ilvstris | simo o de Monterrey Maó E ta Nueva | España ú. En Mexico, Con Privilegio | En'éel Collegio Real de Santc- tiago 'Tlati- | luleo: En la Empreta de Diego Lopez Danalos. «Por €. Adriano Cesar | Año, 1602. En 8* Las 21 ffs. preliminares contienen: en la'1* la licencia del virrey 4 12 de Marzo de 1602; en la 2* licencia y. aproba- ción del obispo de Tlaxcala. “En los Angeles y de Hebrero 12 de 1602. años.” A la vuelta la del Gobernador del Arzobispado de México D. Juau-de Cervantes á 29 de Marzo: en la 3* la li- cencia del Provincial Fr. Buenaventura de Paredes, dada en el “Conuento de: Quauhnahuac, á quinze de Mayo de mil y seys- cietos y vn años” termina en la 4* y sigue la aprobación del P. Fr. Cristoval de Ortega, domínico y prior del convento á 3 de Mayo de 1603, y acaba á la vuelta con la del P. Pr. Juan Bau- Dos Sonetos, una canción del Lic. Bernardo de Sande, la Dedicatoria ocupa dos fs. y esta firmada el 19 de Octubre de 1600. Dos prólogos. Tabla de los capítulos. Comienza el texto por la: foja 1 y solo en la 166 á: ld dhel- ta “Emiendas para algunos cuerpos.” 11 Acabose es | «ta presente obra, en el | Collegio Real de Sanc- ta Cruz de | Sanctiago Tlatiluleo. :4 15:de Julio. | Año. 1602. Impressa en la Emprenta | de Diego Lopes Daualos. Por C. Adriano Cesar. (Existe en la biblioteca del Sr. Ágreda). 5.—“Indulgentie ac peccatorum rimissiones a Summis Pon- tificibus concesse Regularibus, ac ¡is, qui eorum gaudent pri- vilegiis. Edit. Tlatelulei per Didacum bd Dávalos. 8%” —(Beristain.) 6.Dvdas a | cerca. de las | ceremonias | sanctas de: la | Missa | Resueltas por los | clerigos de la Congre | gacion: de nuestra Señora, fundada | con authoridad Apostolica en | el Collegio de la Compa- | ñia de JESUS de | Mexico | Cor licen- cia y priuilegio por diez años | En Mexico por Henrico Marti- nez. | año de 1602. En 8 A la vuelta. Suma de las licecias. Las dos hojas si- guientes contienen la dedicatoria al Doctor Don Toan de Cer- vantes, Arcediano de la Santa Iglesia de México $ firmada el 28 de Julio de 1602 años por El racionero Juan Hernandez Aragon, Prefecto, el Br. Lúcas Nieto de Villena, primer asistente. — Por mandado de la Congregación, el Br. Rodrigo de Villegas, Se- cretario. En la 4* hoja sigue la contestación del Dr. Cervántes á los clérigos de dicha Congregación. Las 3 siguientes otra nue- va dedicatoria al clero de la Arquidiócesi de México, y la 8? una oda latina á la Santísima Virgen. .. Comienzan 12 dudas hasta la pág. 48; otras 31 hasta la 102, otras 9 á la 125, otras 10 á la 152, otras 7 á la 164 más 17 á la 204. Sigue el Sumáriode Indulgencias 4 la Congregación de la Anunciación hasta la pág. 208, en la misma siguen las Reglas y acaban en la 221; á la vuelta tiene las “Erratas” y finalmente en una hoja en blanco está un grabado de un ganso teniendo 12 una pata apoyada en una calavera y con la otra y su piéo tiene úna faja en que sé leen estas vocés: Et al.—igu. 1603 7.—Oratio fvnel|bris habita a Magistro Dal|miano Goncalez de Cveto, eorvm||qui ad Philosophis láuream áscendunt exa-|| minatore, et in Apollinse scientia denuo li-||centiando, in¿éxe- quiis Religiosissimil|Patris Antonii Arias e Socielltate IESUI| Sacres theologis interpre-||tis, et Congregationis Annuntiate primarii, ac vigilantissimi Du-||cis, quas eadem cobgregatio cohonestauit, in Collegio Mexi-|Jleano eiusdem Societatis, de- eimo kalendas Iulii]| Anni 1603. El escudo representa un esqueleto humano. ] Mexici; Svperiorvm permissv,||Apud Henricum Martinez. En 8*, nueve fojas. —Dedicado al Sr. Arcediano Dr. D. Juan de Cervantes.—Una décima latina al P. Arias.—Texto seis foj. y la novena tiene otra poesía latina en veinte versos, al calce igual grabado de la garza que describí en el núm. 6. 8.— “Tablas dereducciones de monedas y del valor de todo género de plata y oro, para el trato y contrato de los reynos de Indias,” por D. Felipe Echegoyen, en 8 —( Beristáin. ), 1604 . 9.— Grandeza | Mexicana | del Bachiller Ber | nardo:de Pri | Dirigida al Ilvs | trissimo y Reyerendissimo Don : Er, 1 Garcia de Mendoza y Zuñiga | do de Mexico. Del | cosejo desu Magestad. 15 Con privilegio | En Mexico Por Melchior Ocharte | Año Dé 1604. 10 e ERC En 8" Las 7 fs. po eliminares pe en la 1* Dedicatoria. 9 f, “Al Lector.” A la vuelta de la 3* “Syma de,la licencia” dada el 10 de Julio de 1603 por el Virey Conde de Monterey y la del Arzobispo el 14 de Setiembre.de 1603. En la 4% un soneto de.Don Antonio de Saavedra y Guzmán, á la vuelta otro de D. Lorenzo Ugarte de los Ríos, Alguacil mayor de la Inquisición. En la 5* otro del Lic. Miguel de Zaldierna de Mayarea, á la vuelta otro del “Doctor Don Antonio de Áuila de la Cadena Arcediano de la Nueua Galicia.” En la 6* otro del Lic. Sebas- tián Gutiérrez Rangel, á la vuelta-otro de Francisco de Balbue- na Estrada, hermano del autor. Sigue un grabado que dice ser retrato del autor en un óyalo, arriba un ángel con sus alas abiertas, en una mano tiene trom- peta y la izquierda extendida: detrás se ve un letrero que dice: Svmma Labo | Ris Habet: al pie del retrato un escudo de armas y fuera del cuadrado estas palabras: “Nobilitas sola est atq, vnica virtus.” En la foja 9 Al Doctor | Don Antonio de Auila y Cadena Arcediano de la Nueua Galicia | El Bachiller Bernar | do de Balbuena. En la 61 Carta | Del Bachiller | Bernardo de Bal: buena, ála | Señora Doña Isabel de "Tó | bar y Guzman, deseri- uiendo | la famosa ciudad ES pa l y sus ad: 3h: En 9 dapitios en verso. Bn la 120 “Compendio | apologe- tico en | alabanca De la Poesia” y acaba á la vuelta de la pág. 140. 2ia ia (Biblioteca del Pi roncóso, sy 10. —F. rca iváanas] pos Ordinis Mcdnito Ro: gularis | Observantisa: Prouincis Apostolorum. Petri, «et Pauli Michucacanensis. | Liber | Y ln qvo qvatvor Passiones Christi 14 Domini | continentur (integre littera et Cantus iuxta Sancte Ro- mans Ecclesiz) | Octo Lamentationes: Oratioq; Hieremise Pro- phete. Nune primúm | magno studio, et ingenti labore in lucem editus. | Ad Reverendvm Admodvm Patrem nos- | trum, Fra- tre Petrum a Cruce: Prouincia sancti Euangelii Prouincialem dignissimu. | - (Un grabado en madera, Cristo en la Cruz con la $. Virgen y S. Juan á los lados; fuera del cuadrilátero estas inscripciones : arriba: “Christo igitvr;” á la derecha: “Passo in carne: et” aba- jo: “Vos-eadem cogita=”á la izquierda: “tione armamini. 1. Pet. 4.”) Mexici | Apud Didacum Lopez Daualos. Anno, 1604. En folio. A la vuelta de la portada un escudo con el 1H $, y un Epigrama latino dedicado al autor por el Br. Gabriel de Irolo, Calar. Siguen tres hojas: en la 1* Licencias, del Virey Conde de Monte Rey Diciembre 13 de 1601, del Ordinario Dr. Cervantes, en latín, Diciembre 4 de 1601. A la vuelta: Suma de la licencia del Comisario general de la Cruzada, la de Fr. Diego Muñoz Provincial de Michoacán y Comisario de Cuautitlán, Noviembre 15 de 1601. En la 2* las aprobaciones de Fr. Francisco Corna- go O. F., Fr. Pedro de Carranza O. D. y Fr. Francisco de Vi- llegas O. A.; á la vuelta otra de Fr. Lucas Perez O. F.: sigue la dedicatoria en latín, acaba en la 3* y sigue el Prólogo. Comienza el texto en el fol. 1, á la vuelta del 27 acaba la Pa- sión con notas, según S. Mateo: en el 28 al 50 (vuelta) según $. Marcos: sigue la de S. Lucas y acaba en el 72 (vuelta): conti- núa la de S. Juan y acaba en la 89. Las lamentaciones comien- zan en el 90 y terminan en el 103: á la vuelta sigue la oración del mismo Jeremías que termina en el 105, á la vuelta dice: “Liber quatuor Passionum el Lamentationu | iuxta Sane- te Romanas Ecclesig normam felici | ter explicit: concinatos» 15 etin meliorem concentum redactus 4 | Patre Fratre IDANNE NAVARRO Minorita | Prouinciss Apostolorum Petri et Pauli Mechuaca | nensis alumno, 23. Die Mensis Junii: Anno | veró Natiuitate CHRISTI | Redemptoris nostri. 1604. | Mexici | Y Apud Didacvm Lopez Davalos | Dos grabados en madera, uno de S. Pedro y el otro de $. Pablo. En diversa hoja el de S, Juan Bautista que dice arriba “Ecce ego mitto” | al lado derecho: '“Angelum meum” abajo “qui preparabit viam” y al izquierdo “ante faciem meam” Abajo de dicho grabado en un circulito, las armas de la or- den franciscana. (Biblioteca Ágreda). 11.—Vida y martirio de Cristoval, Indio niño, hijo del ca- cique Acxotecatl en Tlaxcala. (B. Ternaux n. 271) 12.—Libro de la Miseria | y breuedad de la vida del hom- bre: y | de sus cuatro postrimerias, en len- | gua Mexicana. | Compuesto por el Padre Fray Joa Baptista de | la orden del Seraphico Padre S. Francisco, | Lector de Theologia, y Difh- nidor de la | Prouincia del Sancto Euangelio. | Dedicado al Doctor Sanctiago del Riego, del con- | sejo del Rey N. $. y su Oydor en esta Real | Audiencia de Mexico. | (Escudo de la orden Franciscana). En Mexico. | En la emprenta de Diego Lopez Daualos, y 4 su costa. Año de 1604. : En 8? A la vuelta de la portada, un grabado de la muerte; arriba de él dice: “In omnibus operibus tuis memorare nouissi,” y abajo “ma tua, eb in eternum non peccabis. Hiceli. 7.” Siguen 7 foj. preliminares. En la 1* Licencia del virrey Ve- lasco, ála vuelta “Y con licencia del ordinario,” sigue la del Co- 16 misario, Fr. Pedro de Pila en Huejotla, Julio 24 de 1597 y acaba en la 22, 41a vuelta la: aprobación del Dr. Ortiz de Hinojosa, Ca- nónigo, Febrero 15 de 1593. En la 3* la del P. Mendieta en Hue- jotla, Junio 28 de 1597, á la vuelta un escudo: en la 4* Prólogo dedicatorio, acaba en la 7* á la vuélta “Nican motenehua | cen- mantli amuxtli in macuilcan | xeliuhtica | Bl texto désde el fol. 1 al 146, 4 1a vuelta “Tabla de los Tra- tados” hasta el 148, á la vuelta “Tabla de autoridades” 3 hojas (numeradas hasta el 152 y en blanco 4), á la vuelta “Summario de las materias” de este libro en 18 hojas. (Biblioteca del Sr. García Icazbalceta ). 13.—Tratado de Medicina por Fr. Agustín de Farfán, 3* edi- ción, pues la 1* la describe el Sr. García Icazbalceta en su Bi- bliografía del siglo XVI, pág. 230, y la 2* en la 336. “14.—“ Discurso sobre la magna Conjuncion de los Planetas Jupiter y Saturno acaecida en 24 de Diciembre de 1603 en el 9 gr. de Sagitario” por Enrico Martinez, —(Beristáin,) 15:—Tustrivm | avtorvm | collectanea ad vsvm | stvdioses ivventvtis | facta | Per Congregatio | nem beate Marie Vir- ginis Annun- | tiate, Autoritate Apostolica institutam [in La- tinitatas, Rhetoriceq, Gym | nisiis Collegii Mexicani Societatis lesu | Cym licentia per Sex en | nium soli Congregationi con- cessa | (Hlefonsvs Diaz de la | Barrera, Maximus in noua Hispa- nia Ma- | iestatis Regie Cursor Tabellarius |-sumptus fecit. Mexici. | Apud Henricum Martinez. Anno, 1604. 5 - En 8?, las 7 hojas preliminares contienen: la 1* dedicatoria al Virrey D. Juan de Mendoza y Ltma, firmada por el Prefecto de la Congregación Francisco de la Estela Escalante, acaba en la 2*, 4 la vuelta, advertencia; en la3* Indice, á la vuelta, la apro- bación de Fr. Pedro Ramírez O. A. En la 4*.y 5* la licencia del 17 virrey Enero 21 de 1604; en la 6* la aprobación del P. Martín Fernández $. J., Rector del Colegio Máximo; á la vuelta la del P. Cristóbal Bravo $. J.; en la 7* la del P. Agustín Cano; á la vuelta una poesía á la S. Virgen, todo en latín, menos la licencia del virrey. Comienza el texto por la Construcción del latín desde las páginas del 1 á 39; sigue del modo de escribir cartas página 40 á 86; sigue en la 87 Indice de las Cartas de Cicerón que se ci- tan; en la 91 íd. de las del P. Manuncio; en la 95 sigue “Pro- gymnasmata” de la retórica de Pedro Juan Núñez; en la 168 el Compendio de Retórica del P. Cipriano Suárez $. J.; acaba en la 206 y en la 207 del mejor modo del poema por el P. Barto- lomé Bravo $. J., y acaba en la 248. Al fin “Lavs Deo, Virgi- nique | Deipare Marie.” | (Biblioteca Agreda.) 1605 16.—La vida || Y milagros del glorio ||so $. Nicolas de Tolen- tino, de la Orden ||de Sanet Angustin Doctor de la Iglesia || Tra- duzida en lengua Mexicana, por el padre fray Fran || eiseo de Medina, de la Orden del Seraphico || Padre Sanet Francisco. Predicador, || Guardian del Couento de Tepepulco. || Dirigida Al Doctor Don Pedro de la Vega, || y Sarmiento, Maestrescuela de ia Cathedral de Tlaxcallan||(Escudo, un corazon atravesado con tres dardos Ó sea el de los agustinos). En Mexico. Con Licencia. ||] En casa de Diego Lopez Da- ualos, y á su costa. || Año de 1605. | Alla vuelta: “Fve sacada esta Historia de las Informaciones q se hizieron para la Cano||nizacion deste sancto, y escripta por fray||Ambrosio de Sena, y en Latin por el Doe-||tor Scipion Iar- dinio, y dedicada por el ál|Nuestro Sanctissimo Padre Clemente octalluo Pontifice Maximo. Y agora traduzida/len lengua Mexi. Bibliografía Siglo XVII. 3 18 cana por vn Religioso dellla Orden de Sanct Francisco, muy deuoto||deste Sancto. En 8? 4 ff. preliminares: aprobación de Fr. Francisco Feria O. D. Prior de Coyoacán Febrero 2 de 1604, la del Fr. Juan Bautista, Sgo. Tlalteloleo Julio 16 de 1602. Sigue un grabado de “ Sanct Nicolas,” como dice arriba, “De Tolentino” abajo; á la vuelta el escudo de los agustinos y á su rededor “ Sagitaveras-tu Domine— Cor mevm- Charitate iva.” Si- gue el texto del fol. 1 al 81, tabla 4 hojas trunco, al fin otro gra- bado, una ancla. 17.—Poeticarvm | Institvtionvm liber, | variis ethnicorvm, Chri | stianorvmque exemplis illv | stratus, ad vsum studiose Iuuentutis. Per Congregationem B. | M. V. Annuntiatoe, in So- cietatis lesu Collegii Mexicani | Gymnasijs Auctoritate Apos- tolica, institutam. Collectore, eiusdem Societatis Sacerdote, qui | eide Presidet Cogregationi | Antonio Rvbio Praefecto. (Un grabado que representa la Anunciación; á la derecha se lee Ave Gratia Plena; á la izquierda Dominus tecum Luc. 1.), Méxici | Apud Henricum Martinez. Anno 1605. . En 8? A yuelta de la portada está un escudo; parece ser el del Obispo de la Puebla Romano; en la parte superior se lee: Stemmata clara alios alienis laudibus ornant; en la inferior: Lau- dibus ipse ornas Stemmala clara, tuis. | Las 8 fojas siguientes contienen: la 1* la dedicatoria al Sr. Romano, Obispo de Puebla, ocupan dos fojas y media; á la vuel- ta de la 3* la licencia del virrey Mendoza y Luna, 4 21 de Enero de 1604, en castellano; acaba á la vuelta de la 4* y sigue la del Ordinario, también en castellano, á 23 de Febrero de 1605, “Y 19 Después la aprobación en latín del P. Martín Fernández, $. J, En,la 5* igual de los P, P. Agustín Cano y Diego de Santies- teban; siguen unos Epigramas del Dr. Agustín Osorio de Sala- zar, del Dr. Juan Cano, del P. Diego Díaz de Pangua, $. J., del P.Juan de Ledesma, del P. Luis de Molina, del P. Pedro Flo- res y la de Gaspar Bravo. Después sigue “ad lectorem.” Comienza el texto por páginas de la 1á la 510. El “Index Rervm” está en las 511 y 512. Concluye: “Lavs deo, virginiqve | Deiparee,” El autor es el P. Bernardino Sollanos, $. J., según Beristáin en el artículo “Flores-P. Pedro” Is si non Nardus, certé nardinus et. 1pge Ver, et nos inter la, Solve tenet.” (Biblioteca Agreda). 18.— Primera Parte, de | La Politica | de eseriptvras de Ni- colas | de Irolo Calar, natural de Cadiz | al Excelentissimo Sr. Don | Juan de Mendoca, y Luna, Marques de Montesclaros, | Virrey de la Nueva España.-Gwc. | (Un escudo; á la izquierda, Ave María; á la o una media luna). Van por estilo nueuo, y pueden ser de prouecho | á todo es- tado de gentes | En la Emprenta de Diego Lopez Daualos, | Año, 1605. En folio. Las 8 primeras fojas contienen: la 1*, la portada, la 2% la aprobacion del virrey Mendoca; á la vuelta la licencia del arzobispo Grarcía de Mendoza y la aprobacion del P. Pedro de Hortigosa, 8. J.; la 32 dos sonetos al autor, uno del Dr. D. Bal. thasar Velterino de Villalobos y el otro del licenciado Bernardo de Balbuena; á la vuelta otro soneto de Grabriel de Irolo Calar, hijo del autor, al virrey; la 4* la dedicatoria al virrey; á la vuelta el Prohemio. En las cinco restantes está la tabla. y á la vuel: ta de la 8? otro soneto del licenciado Franciseo García al autor. Luego sigue la foliabura desde el número 1 al 27. La materia 20 ocupa el centro y á ambos lados tiene sus notas. Al fin termina así: Von licencia, y Priuilegio. | En México, En la Emprenta de Diego Lopez Daualos. | Año, 1605. 19.— Vida | Y milagros del bien- | auenturado Sanct. Anto- nio de | Padua: primer Predicador general de la | Orden del Seraphico P. S. Fracisco: á | quien el Papa Grego. 9. por la alte | za de su sabiduria, y excelente | Doctrina, llamó Archa Testa— | menti. | Compuesta en lengua Mexicana por el Pa- | dre Fray Toan Baptista Lector en Theo | logia, y Guardian de Tlacupan. | Dirigida 4 Aluaro Rodriguez de Aze | uedo, Sindico de la orden de $. Fracisco. (Escudo con las 5 llagas ). En México Con licencia, en casa de Diego Lopez Daualos. Año de 1605. A la vuelta: Sacose | esta vida del Biena | uenturado Sanet Antonio de Padua, | de la que escriuio el Reuerendissi- | mo Fray Marcos de Lisboa, Obispo | de Oportu de la misma Orden, y de otros memoriales, y Chronicas | de la Orden. (Otro escudo dividido en tres figuras; á la derecha los bra- zos de J. C. y S. Francisco, eruzados; á la izquierda las cinco llagas, y en la parte inferior 3 clavos). Sigue una lámina de S. Antonio de Padva, como se lee en la parte superior y en la inferior: “La historia desta | figura se refiere, fol. 15, pág. 2; 4la vuelta la licencia del Virrey Marqués de Montesclaros dada en 12 de Mayo de 1604, acaba en la si- guiente, es decir, en la 3* de las 11 preliminares; á la vuelta:la del Arzobispo García de Mendoza á 2 de Septiembre de 1603. En la 4* la de Fr. Diego Muñoz Comisario, dada en el Conven- to Colegial de Sta. María la Redonda á 23 Agosto 1602; á la vuelta la aprobación del P. Fray Diego de Contreras, agustino, á último de Febrero de 1604. En la 5* la del P. Hieyonimo de Mendieta en Xochimilco 4 24 Agosto 1602 “y 4 los 77 de mi edad;” á la vuelta un escudo. En la 6* la dedicatoria. En la 7* 21 un prólogo en mexicano. En la 8* un escudo de la orden fran- ciscana. En la 9* la conclusión de otra dedicatoria, pues pa- rece le falta algo; 4 la vuelta un escudo y al calce “Al muy magnifico Se | ñor Martin dircio, el Maestro Ceruantes de sa | lazar, Lector de decretos y de Rhetorica, en la vniversidad de Mexico.” En la 10* una lámina, al calco “Frater Michfl (sic) | á carate, Pauper;” á la vuelta otra lámina de S. Francisco. Si- gue el texto en mexicano en fojas de la 1 á la 95; á la vuelta comienza la tabla; sigue en toda la siguiente el último cap. cem- pohvallon caxtollonume. Sigue otra tabla alfabética (trunca) en 4 fs. finales y la 5* “Enmiendas para algu | nos libros.” Al fin de la página “Aca- bose este libro en la | muy noble, y muy leal Ciudad de Mexico | Tenochtitlan, Vispera de la Inuencion | dela Cruz. Año de 1605 | En casa de Diego Lopez Daualos.” A la vuelta un gra- bado que parece ser de San Nicolás Tolentino. Está intercalado este libro del P. Jerónimo Taix Ó Tax. Era catalán, domínico, prior de Valencia en 1538; escribió en Bar- celona en 1602 dicha obra. La 2? impresiónignoro si fué hecha en México por ser diversa de la de 1570 que describe el Dr. D. Nicolás León, que dice: “Libro de la Institvcion, | Modo de rezar, mylagros, e indul- gencias del Ros | sario de la virgen Maria nuestra señora, re- copila | do, de los mas autenticos seriptores, que del escriuie | ron. Por el Reuerendo Padre Fray Hyerony | mo Taix, doctor en sacra Theologia, de la | orden de los Frayles Predicadores. (Escudo con la S. Virgen). Al calce. Agura nvevamente | en medado y corregido por el mismo autor | y añadiendo en el la segunda parte de | los mylagros que no esta | uan en la prime- ra impresion. A la vuelta otra lámina de la S. Virgen. En la 11* otra de S. Antonio; así se lee en la parte superior y en la in- foerior: “la historia deste milagro, está en el Ca | pibulo 15, fol. 34.” A la vuelta en blanco. (Biblioteca Agreda). 22 20.— Rosario || 6 || Psalterio de ]| nuestra Señora || Teocui- tlaxochicoz:- |] catl inic tlahpalolo in cemibhcac || tlahtocaich- puchtli Sancta || Maria tocihnapillah- || tocatzin || Inoquimotla- tili P, F. Alonso || de Molina Sanet Francisco || teuptxqui, in cenca huel || temachtiani. || Con licencia, en Mexico. || En la Em- prenta de Diego Lopez Daualos. Año 1605. Il En 16? 8 hojas, al fin dice en Mezicano “aquí acaba el su- mario, la flor plateada arriba, que se escribió aquí en la ciudad de Mexico, con permiso del Ilmo. S. D. Alonso de Montufar Ar- cobispo de Mexico, la vió para el permiso nuestro muy reveren- do Padre Fr. Bartholomé de Ledesma Maestro en santa teolo- gia y despues Obispo alla en Hvaxac. 1606 21.—Reportorio | de los tiem- | pos, y Historia natvral | desta nveva España. Compuesto por Henrrico Martinez Cosmographo de su Ma | gestad é Interprete del Sancto Officio deste Reyno. Dirigido al Excellentissimo | Señor Don Tuan de Mendoga y Luna Marques de Montesclaros, Virrey, Grouernador, Presi- dente y Cappi- | tan General por el Rey nuestro Señor en esta Nueua España 4. (El mismo escado de la Política de Escrituras). Con licencia y privilegio. | En México | En la Emprenta del mesmo autor año de 1606. En 4* En las 11 primeras hojas está la Aprobación de Pr. Hernando Bacan M. (O. $. D.), la licencia del virrey, obra apro- 23 bación del Dr. Hernando Franco Risueño, la licencia del Arzo- bispo CGrarcía Mendoza. Una hoja ocupa la dedicatoria, dos el prólogo, 11 páginas la tabla y á la vuelta está un grabado con una esfera. El tratado primero está desde la página 1 4la 94. Entre las páginas 36 y 37 un grabado con tres círenlos, girando el 2? con el 32 El tratado segundo ocupa las páginas 95 á la 156, el tercero la 157 á 177, el cuarto la 178 á 200, el quinto la 201 á 224. Sigue: Breve relación del tiempo en que an sveedido algu- nas cosas notables é dignas de memoria en esta Nueua España desde 1520 á 1590, que termina en la pág. 276; en la siguiente contiene una especie de prospecto para un 2* tomo, y á la vuel- ta tiene la figura del ganzo (descrito en el núm. 6). 22.— A lesu Christo S. N. || ofrece este ll Sermonario en len [| gua Mexicana || su indigno sieruo Fr. loan Baptista de la Orden || del Seraphico Padre sanet Francisco, de la Prouincia || del Sancto Euangelio. || Primera Parte Il Un grabado con el busto del Salvador, y al rededor esta le- yenda: Ego sum veritas Dico ego opera mea Regi. Psalm. 44. En Mexico, con licencia. | En casa de Diego Lopez Daualos: y a su costa. || Año 1606. Vendese en la tienda de Pedro Arias Li- brero, en frente de la || puerta del Perdon de la Iglesia Mayor de Mexico. En 4% 26 fojas preliminares, Licencias, Aprobaciones, De- dicatorias, Prólogo, obras del autor y sumario de los sermones, págs. 14 710; en ésta un grabado de San Antonio y al pie se lee: “Acabose de imprimir esta || Primera Parte, en la muy in- signe y muy leal Ciudad de Mexi || eo Tenochtitlan, á treze dias del mes de Iunio, deste año, dia || del bienauenturado, y glorio- so Sanct Antonio de Padua, || de la Orden del Seraphico Padre Sanet || Francisco. | En casa de Diego Lopez Daualos, á su cos- ta— 11 1606.” 00 ) > . ú 24 Concluye con 24 fojas, de dos tablas sin foliar, las 13 pri- meras son de las cosas que se tratam, por Fr. Rodrigo García, discípulo del autor; y las 11 restantes con los textos de la 5. Es- critura. Al fin dice: “ Acabaronse de imprimir estas tres Tablas, a nueue dias del mes de Febrero, de 1607.” Sólo se publicó la Primera Parte de este Sermonario. En el prólogo se encuentran noticias muy ¿uriosas, principalmente acerca de los primeros escritores en lengua mexicana. En la pág. 356 de la Bibliografía del Sr. García Icazbalce- ta se hallan más noticias biográficas del P. Bautista. 23.—“ Ordenanzas para el mejor beneficio de Minas de la N. España.” En folio, por el marqués de Montesclaros.—Beris- táin. 24.— “Arte Ó gramatica de la lengua Mame. Imp. en Méxi- co por Fr. Gerónimo Laríos, de cuya profesión dudan D. Nico- lás Antonio y los dominicanos bibliotecarios Quetif y Echard; pero ciertamente fué religioso de la Orden de Nuestra Señora de la Merced y ministro de los indios mames de Guatemala, por encargo de los PP. domínicos. Remesal en su Historia le llama Fr. Gerónimo Larios de la Cruz, y Gil González Dávila le da el título de Venerable, iñadiendo que fué el primero que predicó en su lengua á los indios mames.”— Beristáin. El P. Garí, en su “ Biblioteca mercedaria,” Barcelona, 1875, pág. 149, núm. 3830, dice que nació en España el P. Larios, que fué enviado á Guatemala y se encargó de la parroquia de Us- tuncalco en la Sierra; que compuso también un catecismo. “Lle- no de méritos y virtudes murió, después de haber sido maestro de novicios, en el convento de Guatemala.” El Sr. Agreda me suministró Ja siguiente noticia, tomada de Eguiara Ms.: “Pr. Hieronymus de Larios, Mexicanus ne cuna, bulis fuerit, an Europous, definire non possymus; Ordinem au, tem, quem professus est, et de quo dubii heserunt Nicolaus 25 Antonius, et PP. Quetif et Echard ad Americanos nostros amit tentes enodationem, monumentis aliquot evblutis, tandem ex- ploratum habuimus ex Remesalio in Historiá Provincis Chia- pensis Goatemalisque S. Vincentil Dominicanorum lib. 3 cap. 19n.7 pag. 150. Fr. Hieronymus Larios á Cruce inter Religiosos Mercedenses, in quos Dominicani curam aliquarum Eecclesia- rum transmiserant, recensens, subjugensque primum illum fuis- se, quí linguam oppido barbaram in Goatemalensi dictione Mame dictam ad conciones adhibuit egregiá Dei gloriá et indorum sa- jutis emolumento, imitandis Larium sociis, ac discípulis ejusdem professoribus Instituti, queis illam tradidit. Remesalio congruit Mgidius Gonzalez-Davila, quamvis non adeo exploraté ac pers- picué. Ut vero noster costeris quoque prodesset, typis commisit: “ Artem seu grammaticam lingue Mame. Mexici, anno 1607, quam adhuc videre non contigit nobis, subindeque typographiam non indicamus, cujus immemores sunt et Remesalius, et Nico- ¡aus Antonius pag. 445, et quí adornant seriptores ordinis Pras- dic. Tomo II pag. 339: itemque Agidius Gonzalez Davila in- Theat. Ecclesiz Goatemalensis pag. 116, et Pinelus col. 729.” Eguiara duda si fué mexicano Ó europeo; confiesa que no llegó á ver el Arte ó Gramática Mame, y hasta el día nadie tam- poco lo ha logrado. 1607 25,.—Discvrsos | de la antigvedad de | la lengva cantabra | Bascongada. Copuestos por Balthasar de Echaue, natural de la Villa de Cuma- | ya en la Prouincia de Guipuzcoa, | y vezino de Mexico. || Introducese la misma le- | gua, en forma de una Matrona venerable y | anciana, que se quexa, de que siendo | ella la primera q se habló en España, y general en toda ella la ayan olui | dado sus naturales, y admiti- | do Otras Estrangeras. || Habla con las Prouincias de Guipuzcua y Vizcaya, que le han Bibliografía Siglo XVIT, 4 26 sido fieles, y algunas vezes | con la misma España. || Con licen- cia y Privilegio. $] En Mexico, en la Emprenta de Henrrico Mar- | tinez. Año de 1607. En 4? Las 11 hojas preliminares contienen: en la 1? escudo grabado, en la 2* la dedicatoria, en la 3* un grabado con un re- trato, en la 4* y 5* Prólogo, á la vuelta al lector y acaba en la 6*, en la 7* alabanza de la obra de Fr. Hernando de Ojeá 0. D, Oc- tubre 12 de 1606; en la 8* ídem en verso al Lic. Arias de Villa- lobos; en la 9* licencia del Virrey de Montesclaros, Agosto 30 de 1606; á la vuelta la del Ordinario, Dr. Francisco de Loya, Abril 20 de 1606; en la 102 la Tabla, en dos hojas. Texto del fol. 1 al 84. : Esta obra fué reimpresa idénticamente en París, de la que tomé la descripción anterior. ( Biblioteca del Sr. García Icazbalceta ). 26.— “Arte de la Gramática de la Lengua Zapoteca, con- forme á la que de la Gramática latina eseribió Antonio de Ne- brija. En 8%, por Fr. Pedro Cueva, oaxaqueño, domínico y pro- vincial.”— (Beristáin ), 27.— Espeio divi | no en lengva Mexicana, | en qve pue: den verse los Pa- | dres, y tomar documento para acertar a doc- trinar bien a sus hijos, y aficionallos a las virtudes. || [ Compuesto por el Padre loan | de Mijangos, Religioso in- digno, y humilde de la Orden del glorioso Padre Augustino, Doctor de la | Iglesia, y Obispo de Yponia. $ || In nomine Sancte; ebindinidue Trmitatis, Patris et Filij, | Spiritus sancti, Amen, Da Domine lesu virtutem manibus | meis, et illumina qui illaminasti, per multos cecos cecum in- | tellectum meum semper Virgine intercedente || “(Grabado del escudo de la orden agustiniana). 27 ( En Mexico, Con licencia. || En la Emprenta de Diego Lo- pez Daualos. 1607. En 4% Las 7 fojas preliminares tienen en la 1*, licencia del Virrey Marqués de Montesclaros, Mayo 27 de 1606; á la vuel- ta, la del Arzobispo García Guerra, Marzo 9; en la 2*, la del Provincial Fr. Cristóbal de la Cruz, Enero 15; ála vuelta, apro- bación del P. Baptista O. F., Tacuba, 18 de Febrero; en la 8”, las de Fr. Baltasar Castañons y Fr. Bartolomé de Nava, agustinos; á la vuelta un grabado de San Agustín, arriba dice: Sancte Av- gustine, y abajo: Ora pro nobis; en la 4*, la dedicatoria al Pro- vincial y definidores de la orden; en la 5*, otro grabado de San Nicolás Tolentino, á su rededor dice: Dilectus Deo et hominibus cuius—me | moria in benedictione est similem ¡llum fecit in glo | ria sanctorum et magnificavit in | timore inimicorum Ecles. cap. 45: Abajo Escelum Nicolae stella sunt sidera X pum, quo pos- | ses ocu- lis pluribus adspicere. | A la vuelta el Prólogo y acaba á la vuel- ta de la 6*; en la 7%, soneto á la obra por el Lic. Diego Alonso de Chavelas; á la vuelta un regular grabado en madera, de la Purísima. Comienza el texto en la pág. 12, á la vuelta otro grabado con el escudo de armas de la orden, más grande que el de la porta- da, y á su rededor dice: Sagitaveras tu Domine, cor meum chari- te tua, acaba en la 552. Tres hojás finales, en la primera se lee: “Fue corrector de la lengua | Agustin de la Fuente, nabural de Sanctiago Tlatilul- co | muy entendido (que en esta obra, y en todas las demas que el | Padre Fray loan Baptista, de la Orden del Seraphico | Pa- dre Sanct Francisco hizo a ayudado mucho, y | seruido a Nues- tro Señor) el se lo pague, y | le guarde muchos años | Fray loan de Mijangos. | “ Acabóse de imprimir esta | presente obra en la muy noble, y leal Ciudad de | Mexico, a veynte y quatro de lIulio; Vispe- ra | del Glorioso Apostol Sanetiago | Patron | de España. Año 28 de 1607 $] En la emprenta de Diego Lopez Daualos; á la vuelta otro grabado que dice: Sancta Monica. Ora pro nobis. La tabla ocupa las dos hojas últimas. Según Beristáin, se relimprimió en 1626; no conozco esa edi- ción. ( Biblioteca del Sr. García Icazbalceta). 28.—“ Verdadera Medicina, Cirugía y Astronomía. Imp. en Mégico por el Dr. Barrios. ”— ( Beristáin ). 1608 No tengo noticia de ninguna impresión. 1609 - 29.—Kalendarivm || Ofcij divini qvoti- || die recitandi, ab anno 1610, vsque ad || annum 1618 inclusiue, pro facilio- || ri vsu copiosus accomodatum, || in quo multa ad cultum, eccles || sias- ticum 4 celebrationem Il Missee, concernentia || denotantur. ll do Ivxta ritym Sancte Romano || Ecclesiso, ac decretum Cle- mentis VIII. Pontificis Ma- |] ximi. Ad vsum Fratrum Mino- rum pro omnibus || prouincijs huius Nous Hispaniz. ll os ] Ordinatvm et disposibvm per || fratrem Hierohymum Des- cacena ejusdem instituti, || ac Prouincis sancti Euangelij Me- xicane Preedicato || rem, ex Suorum Preelatorum comissione, 4% El a 29 cum || excellentissimi Proregis, atq; illustrissimi | Archiepisco pi Mexicani, Comissarijq; sancteo Cruciate licentia $ || ++placi- to MEXICI || Ex Oficina Hieronymi Balli. || Apud Cornelium Adrianum Cesarem || Anno 1609. En 4? Letra romana, 4 la vuelta “Advertencia notable.” Tra- ta de la gracia que Paulo V concedió á la orden franciscana en 20 de Enero de 1609, para que pudiera rezar los sábados de la Inmaculada Concepción, siempre que no ocurra fiesta de nue- ve lecciones. En la hoja siguiente dice: “Notanda specialia || Ad maiorem dvbio || rum declarationem quee in hoc Ka- [| lendariorum Opus- culo offerri pos || sunt, tum circa Officij Dinini reci- || tatione, tum etiam iuxta Missarum || celebrationem Rubrice € Anno- || tationes magis necessariss, ex nouo || ordinario 6 reformatione N. $. Il Pap. Clem. 8. collectee ponuntur.” || Comienza en latín, media página y toda la siguiente y luego sigue en castellano hasta la foja 11; al acabar ésta las dos últi- mas advertencias vuelven á estar en latín, así como otras siete en el fol. 8. Por dichas advertencias se viene en conocimiento que había habido en los años anteriores calendarios, los que aún no he llegado á ver. A la vuelta del fol. 11 está la “Tabvla prima;” en ella se contiene las fiestas movibles, en el 12 comienza el calendario en latín y sigue hasta la vuelta del 20, al fin dice: “Anni 1610 finis.” Al principio de cada mes tiene un grabado hecho en Francia, pues en él se expresa el nombre del mes en fran- cés. Al margen superior de cada página se lee, en la izquier- da “Tabvla prima,” y en la do la derecha “Anno Domini, 1610.” Así está en todo el libro, cambiando los números. En el fol. 30 comienza la “Tabvla secvnda” del año de 1611 y termina en el 49; á la vuelta comienza la tercera para 1612, 30 a termina á la vuelta del 69; en el 70 la cuarta para 1613 hasta la vuelta del 90; en el 91 la quinta para 1614 hasta el 110; 4 la vuelta la sexta para 1615 hasta el 132; á la vuelta la séptima para 1616 hasta el 153; á la vuelta la octava para 1617, que ter- mina á la vuelta del 174; en el 175 empieza la nona tabla para 1618 hasta la vuelta del 195, en el día 25 de Diciembre acaba. Probablemente en otra hoja terminará el calendario y libro; pero falta ésta en el ejemplar que tengo á la vista pertenecien- te á la Biblioteca Nacional. No se indica el color del ornamento en ningún día; la mayor parte del año se rezaba de feria, excepto los jueves y sábados, cuando no ocurría algún santo, que era del Cuerpo de N. $. y de la Santísima Virgen. La fiesta del angel custodio se celebra- ba en principio de Marzo, por disposición del Capítulo celebrado en México en Enero de 1608, como se lee en el fol. 11. 30.— Svcesos de las | islas Filipinas. | Dirigido. | A Don Cristoval Gomez de | Sandoual y Rojas, Duque de Cea. | Por el Doctor Antonio de Morga, | Alcalde del Crimen, de la real Audiencia de la Nueua Es | paña, Consultor del Santo Oficio de la Inquisición. (Un grabado escudo de armas, cinco estrellas á la izquierda y 4 la derecha una línea oblicua). En Mexico. | En casa de Geronymo Balli. Año 1609. | Por Cornelio Adriano Cesar. En 4% Las cinco fs. preliminares contienen: la 1*, Aproba- ción del P. Juan Sánchez, 8. J., 41? de Abril de 1609; á la vuel- ta la Licencia del Virrey Velasco, á 7 del mismo mes y año. En la 22, la del Arzobispo García Guerra, igual fecha; á la vuelta Dedicatoria, termina en la 31; ála vuelta “Al Lector,” ocupa la 4* y la 5*%; á la vuelta una advertencia. Comienza el texto desde la foja 1 4 la 172 y en 8 capítulos. - (Biblioteca del Sr. Agreda). 81 31.— Ortografía | Castellana | a Don Ivan de Billela | del Consejo del rei nuestro señor, presi | dente de la real audiencia de Gua | dalajara, visitador jeneral de la | Nueva España. Por Mateo Aleman | criado de su majestad. (En el centro escudo, una cruz, dentro de ella se ven en las partes: superior, centro, inferior y extremos, cinco animales, parecen perros; por fuera de la cruz las llaves cruzadas en los cuatro extremos ). Con previlegio por diez años. | En Mexico. | En la Empren- ta de leronimo Balli. Año 1609. | Por Cornelio Adriano Cesar, En 4* Las 6 fojas preliminares contienen: la 1, Aprobación dada por Fr. Diego de Contreras, agustino, á último de Marzo de 1609; 4 la vuelta “Erratas;” la 2%, Dedicatoria; á la vuelta se lee “M. A. á Mejico D. S.” (Mateo Alemán 4 México desea salud); la 3*%, “Letor,” ocupa tres fojas y media, á la vuelta en blanco. Comienza el texto desde la foja 14 la 83. La particularidad de esta obra es, que usa de la letra r, de un modo cuando se pro- nuncia suave, y de otro cuando fuerte, sin duplicarla. (Biblioteca del Sr. Agreda). 32. —Relectio || Theologica positiva || svper loeym D. Pavli ad || Hebreos quinto. Apellatus á || Deo Potifex iuxta ordinem Il Melchisedec. óc. || Habita in alma Regali Aca || demia Mexi- cana die 23 mensis lunii feria 3. in- ]| £ra octauas Corporis Chris- ti. anno 1609 || Per A. R.P. FE. Lydovievm || Vallejo sacree Theo- logiv Magistrum, Qua- || lificatorem officii sanctee Inquisitionis, ll et Priorem Prouincialem Prouincie || sancti lacobi Noue His- panize || ordinis Prosdicatorum. || Ad Ilustrissimum, et Reve ll rendissimum Dominum D. F. Garsiam Guerra || Archiépisco- pum Mexicanum ex eodem || sacro Preedicatorum ordine feeli- [| citer assumptum. || Cum privilegio. || : : 7%. 32 Ex Officina Hieronymi Balli. Anno M.D.C,IX || Apud Cor- nelium Adrianum Cesarem. A la vuelta un escudo, coronado con el sombrero arquiepis- copal, y rodeado con estas palabras: In campo—auri pleno pug- navi cum ageereno et hoee spolia ab eo accepi a. m. g.—en el centro un castillo con tres torres, la del medio tiene en su su- perficie el mango de una espada, rodeado de llamas; en la parte inferior el escudo dominicano, abajo el perro con la tea, á los lados un mundo y cinco flores de liz. Sigue la Dedicatoria, á la vuelta comienza la Disertación que continúa en cuatro ho- jas, y la que describo, de mi propiedad, está trunca, formando un total de 6 fojas. 1610 33.— Cologvios | espiritvales y sacramentales | y Canciones Diuinas, compuestas por el Di | uino poeta Fernan Gongalez de Esla | ua Clerigo Presbitero. Recopiladas por el R. P. Fr. Fernando Vello de | Bustaman- te; de la Orden de $. Austin (sic). Dirigido al muy Reuerendo padre Maestro | Fr. luan de Guzman, Prouincial dignissimo | de la Prouincia del Santissi- mo nombre | de lesus de la Orden de San | Agustin. (Un grabado con un cáliz y encima una hostia y dentro de ella se ve un crucifijo y á sus costados dos figurillas, por ed del dicho grabado se lee: Año de | 1610.) En Mexico | En la Emprenta de Diego Lopez Daualos y á su costa. - Las 4 fojas preliminares contienen: la 1* la dedicatoria por el P. Vello de Bustamante, á la vuelta “ Prologo al Letor,” ocu- RN A ' IN 4 1% Y RPRSOI ARAS AE y | FEOS a OS SS: Ñ ” p ad e JU As, EZ 7 TE NI eS DG FO " AS ATA