HARVARD UNIVERSITY. LIBRARY OF THE MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY. 12,31% Cachomae AS Ocfte, 17, 190 - poruara 17, 1910. MÍN os AN he E A AS 16 Ñ a ON > A EN) ME E 0h; e MEMORIAS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA “ANTONIO ALZATE” MEMOIRES DE LA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE” Publiés sous la «direction de RAFAEL AGUILAR Y SANTIEEAÁN Secrétaire perpétuel. TOME 25 LSO MEXICO IMPRIMERIE DU MINISUERE DE FOMENTO, BETLEMITAS NUMERO $. LAO MEMORIAS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA SANTO NITO ALZATE" Publicadas bajo la dirección de e RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN, Secretario perpetuo, TOMO 25 TOO" MEXICO IMPRENTA Y FOTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO Callejón de Betlemitas núm. 8, 1907 vs y a La MI AN Tomo 25, : No. 1 MEMORIAS Y REVISTA DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA A Hótnio:A lzate” publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN, SECRETARIO GENERAL PERPETUO SOMMAITRE. (Mémoires, feuilles 1 a 5*; Revue, feuille 1). Biologie-—L'évolution de la matiére et la Plasmogénie (La evulucio de la ma- terio kaj la Plasmogenezo) par le Prof. G. Renaudet, p. 17-31. Géovésie. —Etude sur la compensation des directions azimutales dans une sta- tion (Studo pri la kompenso de la azimutalaj direktoj sezonon) par M. _ P: C. Sánchez, p. 5-15. . ——Etudes sur le pendule (Studoj pri la pendolo) par M. P. €. Sánchez, p. 33-43. Géologie.—Sur le climat de l Epoque Jurassique (La klimato de ''Epoko Jura- sika) par le Dr. €. Burckhardi, p. 45-49. —— Le Xe. Congrés Géologique International (Internacia Geologia Deka Con- greso), México, 1906.—Revue, p. 1-4. Géologie appliquée.—Le cobalt dans VEtat de Jalisco, par M. D. Y. Navarro, 91-57. REVUE. —Mise au concours pour la construction d'un sismomeétre. (Konkurso por la konstruado de sismometrilo), p. 4:—Bibliographie (Bibliografio): Merlot, Les machines-outils; Boletin et Parergones del Instituto Geoló- gico de México, p. 6-8. MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO. FEDERADL (82 CALLE DE REVILLAGIGEDO NÚM. 3). Julio 1907, Publicación registrada como artículo de segunda clase en 12 de Febrero de 1907 ASE z eS > E aaa: lbs An A a] No IA ID / mz EN ES ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACIÓN DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES EN UNA ESTACIÓN Por el Ing. Pedro C. Sánchez, M.$S. A. - Sea 0 una estación en la cual se ha instalado un altazimut. Supongamos que al empezar á medir los ángulos el cero del círcu- lo horizontal pase por la línea 0 0', que hace con la visual dirigida al punto (1) el ángulo 2,, y que al visar los puntos (1), (2), (8), .... (s) se lean en el círculo las lecturas (AAA iS: do 0 : Es cómodo y conveniente tomar una de las visuales por punto de partida; así es que, dejando para (1) 0*, 00”, 00”, quitaremos á las lee- turas de los demás puntos la que corresponde al punto (1), y tomare- mos por incógnitas independientes los ángulos 2”, 4”, ...... a”, que la visual dirigida al punto (1) hace con las dirigidas á los demás puntos; pero es claro que podrían también tomarse como incógnitas indepen- dientes los ángulos que hacen las visuales (1) y (2), (2) y (8) ... (s-1) y (s), obteniéndose el mismo resultado. Los ángulos se miden de la manera siguiente: Se coloca el índice en el cero del circulo horizontal, visando después con el círculo vertical 4 la izquierda (por ejemplo), los puntos (1), (2) ...... (s); se invierte el anteojo, y con el círculo vertical á la derecha se visan los puntos (s), (s-1) ...... (1), es decir, retrocediendo. Se cambia luego el círculo ho- rizontal un ángulo (4), y con el círculo vertical, de nuevo á la izquier- da, se visan todos los puntos, empezando por el (1) y terminando en el (s); se invierte el anteojo y se vuelven á visar todos los puntos re- 6 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION trocediendo, y así sucesivamente, tomando por lecturas //, 11%... el promedio de las dos posiciones del aparato. Si llamamos p/ Pipi co... los pesos, y Yi, UV”, Y oo... las correc- ciones que corresponden á cada dirección, como el circulo horizontal 360 se va cambiando cada vez el ángulo <, hasta tener 2 = (G posicio- 0 nes, tendremos las siguientes notaciones: E 3 S E 23 || Ed ls opa EA Pesos correspondientes 2 | 3 Lecturas del círculo á cada dirección Corrección de las direcciones 288 | 3 y Al E a a 1 Alp la lp pipa a |. vil 2 l | Z E lp » | Pz ¿10 | Do | 0 FU) 2 Ñ 3 Elps | ps Ps P3| Y | 03 | (3 A , 7) ” , mr | G le Pal Pel Pa Pal Vel Ve | Ve Vel 26! | Siempre se suponen los pesos iguales á uno; pero es cómodo con- servarlos, pues no siendo siempre posible visar todos los puntos, para suprimir la visual, basta hacer su peso correspondiente igual á cero, En la práctica es más conveniente reunir las observaciones en gru- pos que contengan los puntos que se han visado el mismo número de veces, pues esto simplifica las fórmulas, como veremos adelante. Según las notaciones anteriores, tendremos para una dirección cual- quiera la siguiente ecuación: es ale vu” = a AS q Ó porya = 2 + q” les y para cada posición las siguientes: Posición 1. Posición 2. Posición 3. , !, ¡ / Y U; =2—l, UV, = ls — lo Us = 2. la al =a +0 — dh 10m tad 0 =% 20 0 (1) es A 2 En q vM ESA TEN pe Zo + q UN lo m1 > + q” ¡2 Ea DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES. d su forma general, siendo V=a0'2 + 02, + ea, E a Da o deduciéndose cada una de las parciales muy fácilmente, conforme al siguiente esquema: : E E E E Número de puntos a ye ls E ee reoN nt ae isados E S l P visa 2 a >= a! bd! e! a b C NS 5 En d | , , A os = lla 7Os El ” ” Número =8...... 1 O A ad E O ME EA Pr ES Número = KR. = total de observa CIONES +... Núm. =6 | -.. Número = ú Número =8 — 1 (p) =k SPA La La suma de los cuadrados de los errores de observación, llevando en cuenta los pesos para mayor generalidad, es: pr (2, pe mo Ll pl (a a En E (a ON pa O; O E ple —lo Y E pa ler +0 — DOY

n, n, n;, / 7 ” Na n PUN EA A a A 4 a 1! _1w [o e]= AE AS o Ne TES NEO 11 ESTUDIO SOBRE LA COMPENSACION pop a A 4 0, e, E de ol (6) 15d (a 1 e pts Ida: [91] = [9117 Da e py. ML q a E pra 7 [ul= + 7 + PAT A e (1) El error medio cuadrático será igual á h lp 00] 2 7 n— (mn, +s—1) Si desde la estación se han visto todos los puntos, tendremos: A [p.] =[p.] = [ps] = $ por lo que, los símbolos tomarán los siguientes valores: [aa]=6= E; [09]= Es la = 50 el nop E, G [60] =G ==; [60] = 05 0... LS ar y las ecuaciones normales se convertirán en G A Os == | 5 | NS G 1 Sumando estas ecuaciones, tendremos: a o a di ara A OR +) pon ho... a AO DE LAS DIRECCIONES AZIMUTALES. 15 y si se quita á cada una de las anteriores, resultará: A es decir, que en este caso los valores más probables se obtienen sim- plemente tomando un promedio de todas las lecturas. El error medio cuadrático será; [1] Apnea] ele EURO LE 1 ES ] Gs—G—(5—1) (61) (6D MA Tacubaya, Mayo de 1906. 26] ¡7N $ MÉMOIRES DE LA SOCIÉTE «ALZATE.» TOME XXV. L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE ET LA PLASMOGÓNID Par M. Georges Renaudet, M.$S. A. Ce n'est pas seulement le plus grand probleme de la Biologie géné- rale, C'est aussi un haut probleme de philosophie nature!le que les étu- des modernes tendent a résoudre—celui de l'origine possible de la vie et la création de la substance dite «vivante:» une science encore toute nouvelle, la Plasmogénie, vaut done qu'on s'y arréte un instant. Quoiqu'en disent les détracteurs systématiques de toutes les nova- tions, en particulier de celles qui génent les théories ou ¡ls se complai- sent jusqu' a l'inertie, on peut affirmer cependant qu'aucune limite ne sauralt étre assignée au pouvoir créateur de l'intelligeuce humaine et -qWaucune découverte n'aurait lieu si l'on 1 essayait point, par de mé- thodiques recherclres, de secouer la poussiére du passé. Prrare huma- num est... Les «plasmogénistes» convient actuellement le monde scien- tifique á s'attarder un peu a leurs travaux et en envisager l'avenir. Le temps n'est pas loin ou l'on souriait du réve des alchimistes el de ''hypothése de la génération spontanée, l'esprit humain restant vo- lontiers, par une inexplicable paresse, figé dans la formule étroite des dogmes et des théories recues. Mais bientót, avec l'idée de ''unité de la matiére, Vancienne chimere de la transmutabilité des métaux vient se concretiser sous une forme quí n'est plus de paradoxe. «On ne peut nier, dit le Professeur M. Paterno, que les tomes puis- sent évoluer ultéricurement;» si lente que soit cette evolution de la ma- tiere primordiale, elle a été el doit se poursuivre encore el au licu de Memorias. T. XXV. 19U6-1907.—3 18 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE l'éternel cimetiére des atomes—le Nirvána final de M. Gustave Le Bon —il faut tendre plutót á voir dans l'éther le laboratoire perpétuel de la nature... L'Éther est une forme de la matiére, forme originale et finale á la fois; dans l'indéfinie circulation des mondes rien n'est en repos, rien ne nous apparalt immuable, tout se transforme, tout évolue; tout, sauf la masse qui demeure, et l'énergie qui ne s'éteint pas. (A. Lai - sant. Sur 'évolution de la matiere in L* Ens. Mathématique, 15 Jan- vier 1906, pages 30-31.) | La question qui paraít s'éclajrcir chaque jour davantage dans le do- maine chimique méritait d'étre étudiée et largement étendue dans les sciences biologiques. Pourrons-nous, en essayant de poser les lois de la Plasmogénie, la résoudre ainsi que de multiples expériences l'ont essayé dans les laboratoires? Avec les chercheurs nous répondrons en- core que rien ne saurail étre considéré comme impossible dans le temps infioi, dans ]' Univers incréé, dans l'éternelle mutabilité des choses. La transformation de la matiére brute en substance vivante n'a ja- mais été scientifiquement observée, dira-t-on. Comme nous l'avons dit ailleurs (A. L. Herrera, trad. G. Renaudet. Notions générales de Biologie et de Plasmogénie comparées, p. 58), il faut bien admettre ce- pendant la génération spontanée comme hypothése cosmogonique, pour expliquer Vorigine de la vie ála surface de la terre. Gette génération s'est-elle produite seulement ¿ EN une époque calculée et limitée? S'est- elle continuée et dure-t-elle encore? Etant donnée la continuité d'ac- tion des forces naturelles, l'esprit est porté a admettre cette dernitre hypothése. Depuis Needham jusqu” á nos jours, en passant par Haec- kel et Traube, la question, troublante en soi, conserve le méme degré d'acuité, mais elle devient particulidrement intéressantesil'on songe aux expériences d'Y ves Delage et J. Loeb sur la fécondation artificielle; aux mystérieuses propriétés du radium et enfin et surtout aux figures organoides remarquables obtenues par les plasmogénistes modernes. Suivant le savant maítre allemand, Benedikt, la contrainte á la fonc- tion dans un milieu donné, a pu étre Porigine de la vie (M. Benedikt. Sur les ¿tudes de Plasmogénie, in Biomécanisme et Néovitalisme en Mé- decine et en Biologie, trad. espaguole. Mexico, 1904, p. 78). La motr- ET LA PLASMOGÉNIE. 19 phogénése biologique ne peut donc se réclamer, du «vitalisme» class- que qui a fait commettre tant d'erreurs graves (á Pasteur lui-méme) et menace de les perpétuer a Pexclusion des données physico-chimi- ques, qui semblent en étre, au contraire, la cause logique et prévalente. La Plasmogénie a soijgneusement étudié jusqu' a ce jour les phases d'évolution des substances minérales. depuis les cristaux définis (et susceptibles d'aceroissement) et les cristaux mous, jusqu' aux colloides, auxquels se rattachent les matiéres organiques vivantes naturelles et dont il nous faut attendre lVexplication rationelle de Porigine vitale. Les vésicules écumeuses de Quincke avaient déja pu préparer lesprit scientifique á concevoir la réalisation d'une hypothese hardie en soi, mais parfaitement vraisemblable; les productions biotiques obtenues par le Prof. A. L. Herrera, de Mexico, avec les silicates colloides, con- fondent les plus incrédules et nous n'avons pas hésité á poursulvre nous-méme ces recherches d'un grand intérét. Est-il besoin déja de rappeler le róle prédominant des matiéres mi- nérales dans les phénomenes biologiques. Une trop longue bibliogra- phie et d'amples matériaux sur ce sujet sont présents a la mémoire de tous pour qu'il soit nécessaire d'y revenir en détail. (cf. A. L. Herre- ra. Le róle prépondérant des substances minérales dans les phénoménes biologiques. Mém. Soc. Alz., t. xm, pp. 338-348, 1903.—Revue Scien- tifique. Paris, 13 Juin 1903. Bull. Société Mycologique de France. xix, 3” fasc. 1903). Quand on envisage les inéluctables relations de Vétre vivant avec le milieu qui le supporte et le nourrit, on arrive a conclure que la vie est le résultat d'un échange incessant de particules minérales (eau, air, sels) sans lesquelles elle est nécessairement an- nihilée ou suspendue. - L'organisme lui-méme est une combinaison extrémement complexe de corps organiques et inorganiques, ces derniers étant dans la plus forte proportion. On oublie trop facilement que l' homme, les animaux, les végétaux, ne sont en définitive que des dissolutions de ces mémes corps dans l'eau (Quinton). Le corps d'un homme pesant 65 kilos ren- ferme environ 50 kilos d'eau, et les quinze kilos de matiéres organi- ques (albuminoides, graisses, tissu conjonctif, muscles, os, substances 20 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE nerveuses, etc.) et inorganiques, sont elles-mé mes composées d'eau tenant en dissolution les métalloides et les métaux—ce qui a fait dire au Prof. Dr. Jules Félix que rien n'est plus inorganique que les ma- tiéres organiques. (Dr. J. Félix. Les cures d'eau et d'atr et les sources artésiennes et médicinales d' Ostende, in Le Médecin, 6 Mai, 1906, nu- méro 18.) Au surplus, ne salt-on pas—force nous étant de choisir parmi tant dVarguments—que certaines substances minérales, ainsi que l'eau sont cénéralement nécessalres á la vie—le calcium, le magnésium, le sili- cium, le fer, le manganése. Aussi les retrouve-t-on dans la composi- tion du protoplasma, diversement associés au C, H, O, Az, Ph, $, Fl, Cl, Na, K, ce qui justifie le nom de «chaos vital» que Claude Bernard dounnait a la base physique de la vie. C'est enfin une notion fonda- mentale, vulgarisée par Le Dantec, que toutes les fois que la compo- sition chimique de la substance qui constitue un étre vivant varie, la forme de cet étre se modifie. (G. Bohn. Variation et évolution, in Revue des Idées, t. 1, n. 7, p. 509.) Le probleme se complique bien plus encore lorsqu'il s'agit d'analyser le mécanisme de certains phéno- ménes, tels que la fermentation, oú l'on considere alors le ferment comme une cellule vivante. Or, il paraít tres probable que cette der- niére ne peut provoquer une réaction chimique que gráce a la présen- ce de diastases ou ferments imorganiques (Dr. Aug. H. Perret. Dias- tases et ferments inorganisés, in Revue Scientifique, m. 19, t. vr, 1906), lesquelles diastases, comme dans la transformation type du sucre en alcool, provoquent le phénomene «sans l'intervention d'aucune vie,» ainsi que l'avalt laissé prévoir Búchner. Le róle primordial des éléments minéraux a été reconnu et recher- ché qualitativement dans quelques ferments. C'est pourquoi on a aus- sitót rapproché Vaction des diastases de celle des métaux a l'«état col- loidal:» le platine ainsi divisé a lextréme suivant le procédé original de Bredig agit comme une véritable oxydase, a tel point qu'il se com- porte d'une maniére analogue vis-a-vis de poisons tels que l'acide cyan- hydrique, (S,, HS. Le bichlorure de mercure lui-méme est un poison pour le platine colloidal. Les substances minérales jouent donc un róle ET LA PLASMOGÉNIE. 21 fondamental dans les substances diastasiques. Apres les recherches de Dastre, on a remarqué qu'un orgamsme vivant ne donne pas narssance directement a une diastase; un élément initial, le proferment (zymo- géne, ou pro-enzyme) devient indispensable pour l'évolution ultérieure de la diastase et on a pu ainsi prévoir l'existence de pro-présure, de proplasmase, de pro-amylase... Cesta l'action de ce pro-enzyme pré- existant (?) dans l'albumen de la graine que Diana Bruschi attribue Pauto-digestion de l'albumen des Graminées. (Diana Bruschi. Recher- ches sur la vitalité et la digestion de l'albumen des Graminées. Acad. dei Lyncei. Rome, 16 Sept. 1906.) Enfin, et pour montrer combien le róle des agents minéraux est con- sidérable, rappelons que la chaux est non seulement un agent excita- teur de la fonction zymogéne, mais qu'elle est une condition de milieu indispensable aux phénoménes diastasiques. (Perret, loc. cit.) Si nous avons tant insisté sur l'évolution de la diastase, c'est que la nature en est organique et colloidale et qu'on a voulu affirmer que ce qu'il y a de plus essentiel dans la vie se raméne en dernier ressort a une action diastasique (?). (Pierre Girard. Le mécanisme diastasique de la vie.) Nous retiendrons de ces suggestives recherches que les ac- tions chimiques, comme les actions diastasiques, sont des actions CATA- LYTIQUES. Sont-elles analogues, ainsi que l'assurent O'Sullivan et Thomp- son, difíérent-elles suivant l'opinion de Duclaux? Les physico-chimistes tels que Brown, Glendinning, Herzog, Bodenstein et pres de nous Vie- tor Henri, ont posé la question du mécanisme des diastases; on ne sau- rait dire qu'ils l'ont résolue. Quel que soit le point de vue d'ou on envisage le métabolisme vital, nous tenons des á présent a souligner ce fait, qu'il n'est qu'une des- truction et une reconstitution de la matiére vivante qui procede avant tout de la matiére inorganique, sans l'intervention de causes mystérieu- ses ou étrangéres a l'échange proprement dit des substances minérales en perpétuel mouvement. A tout bien considérer, les organismes et les organes des étres vivants ne sont que des sortes de cristallisations, au sens de Benedikt, des arrangements cellulaires dans un liquide plus ou moins aqueux, le protoplasme, milieu que nous considérons comme 22 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE une solution d'éléments minéraux dans l'eau et dans laquelle se for- men! les matiéres organiques par des actions moléculaires physico-chi- miques. Ainsi comprise, la Plasmogénie s'identifie avec la Biologie; elle est une science nouvelle, non pas parce que. les cbjets dont elle s'occupe sont nouveaux, mais parce qu'elle les considere sous un point de vue original et plus étendu. (Herrera.) A vrai dire, ce west pas d'hier qu'on a cherché á imiter les structu- . res organiques vivantes au moyen des seuls réactifs chimiques. Il faut remonter en 1824, avec Dutrochet, et ses globules d'albumine coagu- lée, qui ne sont qu'une ébauche imparfaite; les procédés plasmogéné- tiques sont mieux réalisés déja avec la technique de Traube (1862— un simple marchand de vins de Breslau—dont les cellules de tannate de gélatine et de ferrocyanure de cuivre agissent comme des appareils osmotiques. Avec Harting (1872), on assiste a de curieuses obtentions de structures concentriques et radiées (voyez la critique que nous don- nerons plus loin). Mais c'est surtout Quincke et Biitschli, avec ses vé- sicules écumeuses, Sehaumblasen, vers 1884, dont les expériences avec des réactifs divers, savons en formation, le xylol et le savon, l'eau et 'huile, la gélatine, les gelées siliciques, aboutissent á des résultats tres importants: mouvements amiboides, structures alvéolaires, courants osmotiques, vacuoles. lls sont les précurseurs de la Plasmogénese et nous devons les mentionner avant les contemporains que le probleme, toujours actuel, pouvait intéresser et séduire. Bútschli et Quincke ont étudié la structure fine des gelées siliciques et démontré leur nature alvéolaire, ce qui a un grand intérét d'actualité, pour les recherches de Herrera. En 1901 le Dr. S. Leduc inaugure des expériences a l”aide du ferro- cyanure de potassium et le sulfate de cuivre ou la gélatine; il obtient des cellules complétes, avec noyaú et nucléole, cytoplasma et membrane. Malheuresement ces figures, dues selon Herrera á des silicates acci- dentels, que nous avons sous les yeux, sont tres artificielles et obtenues avec des liquides... organiques; elles sont, pour ainsi dire, trop macros- copiques el ne peuvent rien expliquer par elles-mémes. Elles vérifient peut-étre des lois physiques, mettent en relief la loi de ET LA PLASMOGÉNIE. 23 la diffusion, a tel point que Benedikt lui substitue le nom de loi de Le- duc, gráce á la notion nouvelle introduite par cet auteur de la résistance du milieu á la diffusion, qui complete la loi de vitesse de propagation. Il faudrait citer encore Ascherson (1840), Rainey (1868), Monniez et Vogt (1882) dont la contribution a été un essai sans continuité, Dés 1889 le Prof. A. L. Herrera, de Mexico, frappé de la présence quasi universelle de P'acide silicique dans les réactifs, entreprend une vaste série de recherches avec des réactifs divers, organiques ou non.- 11 ob- tient ainsi des figures trées-originales de cellules, spermatozoides, pro- tozoaires; des centaines de formes, structures, mouvements, évolutions fort semblables á celles du protoplasma naturel (mouvements vibrati- les, cellules nuclées et filaments intérieurs, €c.). La Plasmogénie a trouvé enfin, sinon son Créateur, du moins son Maítre. Et jusqu'a nos jours, Vexpérimentation se poursuit, donnant avec les silicates colloides en particulier, des résultats merveilleux, on peut le dire. Les biologis- tes, trop imbus de métaphysique, n'ont pas ménagé, tout d'abord, leur ironie au jeune savant, dont la hardiesse n'avait d'égale que la science, et le scrupule. On reproche aux structures artificielles de ne pas mon- trer les phénoménes de division cellulaire; a-t-on oublié déja les imi- tations obtenues par Gallardo, Rhumbler, Bútschli, et plus pres de nous, par Ledue? On insinue ensuite quelques critiques auxquelles on sou- haite peut-étre ne pas voir répondre... Puis, des esprits sérieux, tels que Benedikt et Van Bemmelen s'y intéressent et trouvent dans les recherches nouvelles un appui a leurs propres théories; il y a donc ici plus qu'une hypothése. Et, de rechef, nous suivons Herrera dans la patiente et laborieuse continuité de ses travaux, entourés par une bi- “bliographie considérable, passant au crible les moindres faits a la double épreuve de la technique et des notions acquises. Il semble acquis que, dans la morphogénése biologique, l'interven- tion des colloides soit nécessaire et inéluctable. Les imitations obte- nues du protoplasma deviennent chaque jour plus semblables au mo- déle naturel, et celles que l'on prépare avec les silicates colloides sont presque égales a la matiére vivante, sous le rapport de la structure et du pouvoir d” absorption. 24 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE Ne savons-nous pas déja qu'aucun caractére spécial ne peut servir á séparer absolument les corps organisés des corps inorganiques? Et si dans des conditions analogues, ils donnent les mémes réactions (J. Ch. Boze, Ch. Bastian), il est 4 présumer que leur origine doit étre com- mune. Cesta la recherche de ce troublant probleme que se consacre la Plasmologie, science qui ne se limite guére á produire des formes artificielles des cellules, mais qui embrasse toutes les études, expérien- ces, théories relatives á lexplication physico-chimique de la vie, indé- pendamment de toute intervention extérieure á ce systéme. Depuis longtemps déja le Prof. Van Bemmelen a émis l'opinion que Pétat colloidal est intermédiaire entre l'état anorganique et l'état orga- nisé. Les plasmogénistes vont plus loin, ils inclinent á croire et cher- chent a prouver que les silicates colloides pourraient bien étre comme le protoplasma du régue minéral et peut-étre aussi la base inorganique du protoplasma vivant. (G. Renaudet. Plasmologie, état actuel, son róle en Biologie générale et son avenir, in Mém. Soc. Alzate. México, t. 21, 1904, pp. 90-96.) Les combinaisons formées par les corps colloides ne sont pas d'ordre chimique ni soumises aux lois stoechiométriques et Van Bemmelen les a nommées combinaisons d'absorption, expression adoptée récemment par des chimistes tels que Bredig, Pauli, Biltz, Zsigmondy, Zaccharias, dec., €ec. Clest ce que vérifie l'expérience. La silice préparée par le pro- cédé de Graham (lettre de Herrera, du 20 Mars 1906) possede juste- ment la faculté d'absorber et de retenir énergiquement toute espece de substances, l'aniline, vert de méthyle, rouge Congo, permanganate de potassium, vapeur d'iode, solution iodo-ioduré, sont avidement et définitivement absorbés. Les flocons ainsi obtenus, ayant la consistance de la gélatine, pren- nent ces corps, se colorent parfaltement et restent colorés dans un exces d'eau, aprés 12 heures et plus. Les réactions internes sont plus inté- ressantes encore: les flocons, macérés avec solutions de sulfate ferreux, lavés sur filtre, soijgneusement, jusqu'a non précipitation par le ferro- eyanure ou le sulfocyanure, donnent avec le ferrocyanure de potassium, une coloration de Bleu de Prusse—avec le chlorure de baryum un pré- ET LA PLASMOGÉNIE. 25 cipité de sulfate de baryum. Les flocons ayant une trace d'acide chlor- hydrique, coloriés avec le vert de méthyle (colorant du noyau cellu- laire) prennent le MnO,, qui se réduit sur les bords des flocons, le centre restant vert ou bleu. Les mémes flocons absorbent aussi KCl et aprés lavages, précipitent, se troublent profondément avec la solution de ni- trate d'argent; peut étre méme montrent-ils une espéce de croissance dans ce cas particulier. Les flocons ainsi obtenus, comme dans les expériences de plasmo- génese en général, sont encore trop consistants, ce qui indique un per- fectionnement a donner á la technique, mais n'implique en aucune facon Pimpossibilité de voir un jour évoluer les figures organoides obtenues. Il a été prouvé que le pouvoir absorbant, que rapproche d'une maniére si curieuse la matiére inorganique de la substance vivante, dépend non seulement de la nature (composition chimique) du colloide, mais aussi et davantage, de sa structure. Des milliers de structures de silicates ont été obtenus par Herrera et on ne saurait dire qu'elles soient leffet d'un pur hasard ou du chimiotactisme qu'invoqueraient bien vite les plumes agiles de la critique; de létude des formes a celle de la fone- tion, il "y a qu'un pas et—laissant plus volontiers de cóté l'aspect sé- duisant des figures plasmogénétiques obtenues—nous envisageons la fonction, en essayant de la réaliser expérimentalement. Dans notre hypothése, les sulicates colloidaux nous paraissent sus- ceptibles de former une base structurale de "apparel osmotique, qui a de grandes analogies avec un appareil protoplasmique et qua peut ima- ter les propriétés physiques et biotiques du protoplasma ( formation de noyauzx, nucléoles, dec.) «Dés que les cellules inorganiques deviennent colloidales, écrit Be- nedikt (Les origines des formes et de la vie. Revue Scientifique. 5me. sér., t. 11, n. 14) se trouvent créées toutes les conditions d'espace, d'éner- gie, de substance, pour entrer en réaction avec le milieu ambiant. Plus v'est besoin d'une mise en mouvement.» C'está ce mode d'énergie pro- pre á la cellale inorganique que nous avons consacré le nom de syn- these osmoplasmique. La «contrainte» á la fonction est le résultat immé- diat de la réalisation d'un milieu favorable et c'est lá Porigine de lavie. | Memorias. T. XX V, 1906-1907.—4 26 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE Dans un ordre de faits assez analogue, procédant de l'idée de milieu matériel (constitué par eau, divers sels et gaz, air plus ou moins pur, ou plus ou moins raréfié, en présence de vibrations, dec.) ne savons-nous pas quels résultats intéressants ont été obtenus par Quinton, Johnson et Holl, Schamkevitch, Giard et Boas, Houssay, Pictet, «e. La «physio- génese» de Le Dantec (ou moléculaire action de Cope) améne une mo- dification chimique de la masse totale de 1'étre vivant, la kinétogénése (ou molar action) agit sur une partie seulement plus ou moins locali-. sée de l'organisme. - L'étude de ces analogies ou conformités n'ést qu'á son aurore enco- re, pleine de promesses, mais des biologistes autorisés n'hésitent pas á croire á la continuité des cellules organiques et inorganiques. Nous pouvons alors définir le protoplasma comme un polygel (poly- hydrogelouw hydrosol) dá a la coagulation d'un monohydrosol inorgani- que (silicique?) s"imprégnant pas absorption de divers corps élaborés ou non. L'idée d'un polygel organique biogénétique serait incompréhen- sible. L'imprécision relative des résultats obtenus tient á la dificulté de la technique dans l'emploi des silicates colloides. Nous ne pouvons la ré- sumer ici, préférant y consacrer un nouvel article, en énumérant les nombreuses figures obtenues et dont nous avons toutes les micropho- tographies, dont le Dr. Félix vient d'extraire un album trés instructif, aprés avoir fait lui-méme une série de conférences et d'articles sur la question. C'est cette technique qui, malgré les progrés accomplis, devra étre perfectionnée encore, méritant peut-étre la création d'un Institut de Plasmogénie dont la tendance etla haute portée philosophique vaut bien d'étre prise en considération. e De récentes. critiques ont voulu dire que les plasmologistes se gri- sent, au cours de leurs travaux, de séduisantes analogies. La science nouvelle qui est la Plasmogénie nous permettrait seulement de nous rendre compte du mécanisme qui régit certaines formes, aspects ou constitutions des étres. Aimsi comprise elle ne serait “qu'une physio- logie génétique de Panatomie la plus élémentaire.”” Mais d'autre part, on nous accorde que, parma les formes obtenues, úl se peut qu'il y en ant ET LA PLASMOGÉNIE, 27 dont les facteurs soient les mémes que pour les formes vivantes analo- gues; ce timide aveu nous permet d'espérer l'élargissement de nos vues sur le sujet. On raisonne avec des faits et non avec des arguments - qu'il serait puéril de reproduire ici. En attendant la fameuse synthése des albuminoides, il ne faut pas nier les résultats positifs obtenus par Herrera et mis en relief par des esprits qui n'ont pas craint de révéler ce qu'ils croient étre aussi un acheminement a la vérité: le Dr. Dubois donne 4 Lyon et a Paris des conférences oú la Plasmogénie a sa place marquée; le Dr. Bordas, le Dr. Félix (Bruxelles) et autres professeurs estimés convient leurs élé- _ves á discuter la théorie nouvelle que nous présentons de bonne foi aux lecteurs des “Mémoires de la Société Alzate.” La biologie contemporaine ne tend—elle pas á poser le postulat que les phénoménes vitaux se ramenent, en derniére analyse, aux phéno- ménes physico-chimiques? Nos recherches n'ont pas d'autre but que d'amener á prouver qne la vie est le résultat de ces phénoménes, pre- nant pour base un appareil structural osmotique dont les silicates et la silice colloide fournissent actuellement l'idée la plus vraisemblable. Jusqu'ici on a accepté comme un dogme immuable, le róle indispen- sable attribué aux albuminoides..... qui d'ailleurs sont tres imparfaite- ment connus. Cette conception ne résiste pas al'examen, pas plus que l'hypothése des aldéhydes de Loew et Bokorny, des biogénes de Ver- worn, de la “molécule géante” de Pfliiger (¡mprudemment acceptée par Haeckel dans son ouvrage “The Wonders of Lafe””), de la molécule protoplasmique de Ecole francaise moderne—autant de théories ingé- nieuses sans doute, mais tout a fait insuffisantes a vouloir expliquer la vie d'une maniére générale, á la fois statique et surtout cinémati- que et dynamique. “De la structure des peptones, écrit Fischer, on ne peut rien dire “ actuellement avec certitude, et pratiquement rien de celle de 1l'al- - “bumine, car les plus fructueuses investigations la concernant d'aprés “des méthodes entiérement nouvelles, n'ont rien découvert. Supposez “ qu'un protéide vrai puisse étre immédiatement synthétisé, en quel- “que sorte d'une fagon simple et brutale--comme l'échauffement 28 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE “Yun amino acide en présence d'un agent deshydratant, que gagne- “* rait-on? La réponse est pratiquement rien pour la biologie et pres- ** que rien aussi pour la chimie.” (J. Bishop Tingle, Johns Hopkins University, Science. N. S. Vol. XXIIL, n. 598, p. 754. Laissant de cóté le dogme inexplicable des albuminoides dont il faudrait avant tout fixer l'origine, la Plasmogénie tend á lui substituer P'intervention des forces catalytico-osmotiques dans un milieu colloi- dal déterminé.. Les arguments suivants plaident en faveur de la cyto- génese minérale pour laquelle nous devons noter la priorité en date de Herrera et ses collaborateurs; les différents criteres donnés de l'étre vivant sont applicables aux cellules artificielles de pectoides inorga- niques. Les cellules artificielles possedent le double courant d'endosmose et d'exosmose, que l'on considere comme caractéristique du mouvement de nutrition cellulaire; ce travail est régi probablement suivant la loi l osmotique de Van't'Hoff (1885) et la loi de Leduc, ce dernier auteur faisant intervenir, d'apres les recherches de W. Pauli, la théorie de la dissociation électrolytique de S. Arrhénius; les cellules artificielles sont sensibles á toutes les actions extérieures et réagissent par un polymorphisme trés marqué; dans les tissus de cellules artificielles des- séchées, les phénoménes d'osmose, de diffusion et dissociation s'arré- tent, pour reprendre des qu'on rend á la préparation 1'humidité néces- salre; les formes plasmogénétiques sont comparables á celles des végétaux et des animaux inférieurs ou aux cellules constituant les di- vers éléments anatomiques. On y trouve tous les genres de structures vacuolaires, lamellaires, striées que l'on rencontre chez les étres vi- vants et que P'on attribue aux différents protoplasmes; les cellules ar- tificielles peuvent croítre par intussusception, bourgeonnement, dec. L'eau est Parchitecte des organismes et ceux-ci sont les formes ca- davériques des solutions (Herrera). Les tissus des étres vivants sont formés par la solidification de solutions de colloides et de cristalloi- des. “La cosmologie nous apprend que les mondes subissent une évo- '“lution progressive de l'état gazeux a l'état solide, en passant par “Vétat liquide; la diffusion et les actions moléculaires doivent done A ET LA PLASMOGÉNIE. 29 ““ jouer un róle prépondérant dans la formation et P'évolution des mon- ““ des.” (Leduc.) Entre les cristaux susceptibles de s'accroítre et produire des formes particuliéres (Benedikt, Von Schroen, Gariel, R. Dubois, Burke) et les étres vivants, la cellule artificielle “plasmogénétique,” constitue le chaínon qui rétablit l'unité harmonique de la nature. Parmi les pectoides naturels inorganiques, une étude trés suivie a été faite par Herrera des silicates, des phosphates et des carbonates. Les carbonates (corpuscules de Harting) ont présenté jusqu'ici une structure non seulement pectoide, mais aussi une structure cellulaire parfaitement nette, et 1ls donnent des figures que Henneguy, Harting, Laveran, écc., ont considérées comme presque équivalentes aux figures naturelles. Si remarquables que soient ces reproductions il est á crain- dre qu'elles procédent des réactifs employés et renfermant des traces de matiére organique, albuminoide ou grasse (A. L. Herrera. La Re- naissance du probleme de la génération spontanée. Rev. Scientifique. T. V, n.7, p. 208.) Herrera incline á croire, sans l'assurer, que ces _globoides sont dús a la coagulation de la silice colloide des graisses et albumines par le carbonate de chaux. En effet, l'huile, Vacide oléi- que—dans des recherches á peine initiées—ont produit des cendres si- liciques, par incinération ménagée dans des capsules métalliques ou dans des verres de montre. Les graisses seraient des composés silico- organiques, de méme que les albumines naturelles seraient des com- posés azotés silico-organiques (7 p. 100 de silice). * Les phosphates donnent plutót des précipités gélatineux. Par con- tre, les silicates donnent une richesse inowie de figures organoides et de précipités poreux qui luissent quelque espoir d'une évolution pos- sible. En ce qui concerne les radiobes de J. Butler Burke (1905) ils pa- raissent étre des cristaux de carbonates accidentels, de Baryum ou de Calcium, se gonflant dans les liquides et milieux organiques riches en 1 Herrera a méme proposé 1'hypothese que le carbone et le silicium-—étant donnée leur analogie chimique, comparable a celle de "hydrogéne et du chlore— peuvent se substituer dans les flocons vivants. 30 L'ÉVOLUTION DE LA MATIERE silice (R. Dubois. Cultures minérales sur bouillons gélatineux. Lyon. 1904). Peut-étre il y a aussi des cristaux radiféres. Les éobes ou spores minérales du Prof. R. Dubois, nom auquel il a substitué récemment ce- lui de “microbioides,” semblent étre aussi de matiére silico-graisseu- se; la preuve en est la croix observée avec la.lumiere polarisée, chose que Pon retrouve dans les cristaux plastiques d'oléate d'amoniaque (Vorlánder) et non dans les cellules (Herrera). Nous devons borner Já ce simple apercu de la Plasmogénie envisa- gée depuis son origine jusqu'á nos jours. 1] pourra montrer peut-étre la portée d'une science encore récente et qui ne demande qu'á progres- ser. Il vérifiera enfin cette réflexion d'un critique de la théorie de Nor- man Lockyer: “La chimie de toutes les parties de l'espace est la méme. Le mon- de matériel est constitué par la méme matiére soumise aux mémes lois. Nous avons le droit de raisonner sur l'Univers entier; nous pou- vons entrevoir que l'évolution de la vie a la surface de notre planéte n'est qu'un sorte d'appendice, de prolongement de l'évolution inorga- nique; conception grandiose dans sa multiplicité, car elle donne la vie compléte aux mondes qui brillent au-dessus de nos tétes.” Et nous ajouterons aussi avec M. G. Bohn: “Pouvons-nous étre súrs que sur la planéte Mars, par exemple, il n'y a pas de formes vivantes ressemblant aux nótres, faites de la méme facon? qu'y aurait-11 d'é- tonnant qu'avec la méme matiere cosmique et en présence des mémes facteurs chimiques et physiques 'il se soit créée en divers points de la surface de la terre et de la surface de Mars une matiére vivante iden- tique á elle-méme et capable de s'organiser de la méme facon?” (E. Bohn. Variation et Evolution. in Rev. des Idées. T. L, n. 8, p. 531). Norr.—Selon Herrera les microbioides plus petits de Dubois sont de vulgaires monadiens ou micrococcus, des bouillons gélatineux in- complétement stérilisés ou contaminés par des sels inorganiques ajou- ET LA PLASMOGÉNIE. 31 tés, la poussiére, etc. Carpenter, des 1881 (“The Microscope” p. 503) avalt signalé les travaux de Dallinger et Drysdale (1874) sur les mo- nadiens résistant a 150%C., excessivement petits, et pouvant étre con- sidérés, par une observation superficielle, comme des générations spon- tanées. Herrera a vu ces microorganismes se mouvant et poussant les corpuscules de Harting dans les bouillons anciens. y el ESA ylS) MEÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ESTUDIOS SOBRE EL PENDULO, Por el Ing. Pedro C. Sánchez, M. $S. A. Según €. S. Peirce, quien primero notó la influencia de la flexión del soporte de un péndulo sobre la duración de su oscilación, fué el Dr. Thomas Young, en un artículo sobre ““Las mareas” publicado en la Enciclopedia Británica, habiendo dado un correcto análisis mate- mático del problema. Kater se valió del péndulo de Hardy ó péndulo testigo para asegurarse de la estabilidad del soporte del péndulo re- versible. Grandes dudas habla sobre este asunto en esa época, pues el Dr. A. Hirsch se expresaba así: “Que el trípode que sirve de suspensión á un péndulo, oscile con él, me parece un hecho infundado, á menos que no sea demostrado experimentalmente.” El Dr. T. von Oppolzer par- ticipaba de la opinión del Dr. Hirsch. Nada había hecho sospechar á los experimentadores tal influencia, á pesar de haberse vulgarizado mucho los trabajos de esta clase; pues por el contrario, la vulgarización coincidió con el abandono completo de los escritos de los antiguos autores que de tal asunto se habían ocu- pado, siendo la tendencia general la de considerar a priori el soporte suficientemente estable. Por fortuna la discordancia de los trabajos hechos en Berlin por el ilustre Bessel y por el Dr. Albrecht llamaron la atención, y como era natural se procuró averiguar la causa de la discordancia, tanto más, cuanto que era de importancia. En 25 de Septiembre de 1875, Peirce, Ingeniero del Coast Survey, comunicó al Congreso Geodésico sus experiencias hechas en Génova, Memorias. T. XX V, 1906-1907,—5 31 ESTUDIOS y que ponían en evidencia que la causa de la discordancia entre los resultados de Bessel y Albrecht era la no estabilidad del soporte. En un escrito dirigido 4 Plantamour para ser presentado al Con- greso Geodésico, Peirce hace un estudio matemático del problema y relata sus experiencias, que ponen fuera de duda la cuestión. Posterior á este trabajo, Hirsch y Plantamour se ocuparon de esta cuestión en un trabajo intitulado “Estudio experimental sobre el mo- vimiento simultáneo de un péndulo y su soporte;” pero sus resultados difieren un poco de los obtenidos por Peirce. En el “Report” de 1881, publica Peirce su trabajo presentado al Congreso Geodésico, y hace la crítica del trabajo de Hirsch y Plantamour, explicando la cau- sa de su discordancia. En su notable trabajo, Peirce llega á las conclusiones siguientes: 1? La flexión del soporte de un péndulo tiene un efecto importante sobre el tiempo de oscilación, y debe ser medida. 2” Tal flexión hace girar la cuchilla de suspensión del péndulo al- rededor de un eje, que dista algunas veces hasta 0”60, siendo esta la causa de por qué la medida de la flexión es errónea si no es hecha en el medio de la cuchilla, pudiendo evidentemente ser medida en cual- quier punto, con tal que sea reducida al punto medio. | 3" En un soporte bien construído, la diferencia entre la flexión es- tática y la dinámica no debe ser sensible. La flexión dinámica es poco menor que la estática, por el tiempo que tarda en transmitirse el esfuer- zo. La verdadera corrección es intermedia entre la calculada para la flexión estática y la dinámica, pero permanece más cerca de esta última. 4” Un soporte como el trípode de Repsuld se vuelve más flexible con el tiempo, siendo probablemente la causa de esto el desgaste. 5% Cualquiera substancia, como cemento ú otra cubierta elástica puesta en los pies del soporte, aumenta fuertemente la flexión, y hace marcada la diferencia entre las dos clases de flexión. 62 Si la flexión es considerable, varía sensiblemente día á día, y aun durante el curso de la experimentación. 7% La extensión de las partes puede ó no aumentar grandemente la flexión. ARA EAN E SOBRE EL PENDULO. 2 35 8* La carga del soporte no tiene efecto sensible. - e 92 Experiencias hechas con pesos y poleas dan pata la flexión va- lores mayores que los obtenidos por la oscilación del péndulo. - De varias maneras puede medirse el efecto de la flexión del soporte sobre el período de oscilación del péndulo; pero, sin : duda, uno de los más simples es el ideado por Borrass, sugerido quizá por el uso del péndulo de Hardy ya empleado para averiguar la estabilidad del so- porte. l Ls Consiste este método en colocar dos péndulos sensiblemente igua- les en tamaño y en peso sobre el mismo soporte, de manera que al oscilar lo hagan en planos paralelos; se dejan los dos péndulos ente- ramente libres, se da un movimiento á uno de ellos, procurando que sea de grande amplitud, y se observa la desviación: ¿de ambos en el aparato de coincidencias 10 ó 15 minutos después de haber dado el im- pulso á uno de los péndulos, tiempo ya bastante para que el péndulo que se dejó inmóvil, se haya puesto en movimiento: por la acción del primero: el tiempo trascurrido y los arcos medidos son los datos sufi- cientes, como vamos á verlo, para encontrar la corrección del periodo de oscilación debido á la flexión del soporte. ; a En el trabajo analítico de Peirce, antes citado, demuestra que el efecto de la flexión equivale á aumentar virtualmente la longitud del péndulo, una cantidad dada por la expresión ; h QUE MS 7 , Se AS Hoy, yd l siendo la longitud del péndulo, M su masa, h la distancia del centro de gravedad de la masa á la cuchilla y 5 la constante del balance, ó sea la magnitud del desvío ocasionado por un esfuerzo equivalente á la unidad de peso. | ÉN - Este resultado, evidentemente muy notable, demostrado por la pri- mera vez por Peirce, y consideraciones muy sencillas. de la teoría ge- neral del péndulo, me sirvieron para investigar la fórmula de correc- ción, que en el método de Borrass, nos da la influencia de la flexión Ú' A A II a E dis 36 ESTUDIOS del soporte sobre el período de oscilación del péndulo, como paso á yg demostrarlo. O hb es un péndulo que oscila de M á M'; la fuerza motriz es la pe- santez, á cuya acción se opone la resistencia del aire. En un punto a cualquiera de su curso, la pesantez obra según a c, siendo la compo- nente a d la que produce el movimiento; por consiguiente, según un teorema de mecánica bien conocido, tenemos m de mag sen 30 pie 1 at 9 m, siendo la masa; gy, la intensidad de la pesantez; v, la velocidad, y t, el tiempo. Si l es la longitud del péndulo, Ma = s, aM=s=3¿l(a— 0), luego SOBRE EL PENDULO, 73 cn Llamando R la resistencia del aire, y atendiendo que para peque- ñas velocidades, puede ponerse 0 AL E O del tendremos d9 e 6'sea sustituyendo y reduciendo A A E mas debiendo llevar en cuenta la vibración del soporte, debemos au- mentar la longitud / á la cantidad ¡=M585, y si para comodidad del cálculo hacemos == ARQ tendremos, finalmente, de 0 d 0 9 E Sacando 0 simbólicamente, como factor común, d' d CA o! Me +20 7 +74)=0; luego la ecuación característica será que resuelta da 38 ye ESTUDIOS siendo, por consiguiente, la integral de la ecuación anterior: 00 —o«a' 14 B eos | — —«u' .t). Parat= 0, = = 4, luego B = 0,; endo y diferenciando ten- dremos: (aan aa - dt Y 2 AO NOE +e ( ¡rap NE a” .l podia! Y 2 IS o ¡a sen 0 e); pero para deL y t luego : QUEME a a a == : AUN na e Na con lo que y d JAME Ei Tn dl sena E t CNAE ado a Ne AN Cada vez que se completa una oscilación, se tendrá do UN o luego | de Po co AUR 00 ; En CAL == TONTOS si llamamos, pues, s el tiempo de una oscilación AS A un SOBRE EL PÉNDULO. 39 AA ei 2% E 53 a teniendo las ecuaciones siguientes: 6=au (2 seno + cos 7) EUA (uE) T S de e ais rt ia (145) sente c o Juabic (2) A EE as AIN as qe to? [E (1 == —) O (1+ = cos ela - Para obtener la ecuación diferencial del segundo péndulo que osci- la en un plano paralelo al primero, basta observar que el movimiento del primer péndulo pone en movimiento al segundo, y que siendo 4 el aumento virtual de su longitud, la componente de la pesantes se en- cuentra incrementada en la cantidad - de 0 Aja du por consiguiente, siendo /' la longitud de este segundo péndulo, la ecua- ción diferencial del movimiento será, llamando q su elongación al tiempo + de de 0) Era a 20d PE Pal aceptando la misma constante para la resistencia del aire, pues es cla- ro que son iguales ó muy poco as dadas las condiciones de ex- perimentación. Integrando esta ecuación como -la anterior, tendremos l A ADOS D Y PE Lo at + Osen JS a..t+D cos En a t) p=e""(Wsen yl — ?.t + B' cos Y —_4.t+ 40 ESTUDIOS Si llamamos ' su tiempo de oscilación, tendremos luego T E D cos E) 8 S pen" ES sen = + B' dos Une C sen EN Determinando las constantes como anteriormente, se tiene * [7 mo A sen —D cos E + sen 4 D cos E2).. 4 A0jes S S 8 de at 8; T Te É STE TÍ EA | (ach+D2) sen (am 05) cos — — + (ac 2%) sen 4 (—aD+ 02) cos E | 5 S S E | ese) -2D22 sen = + + -- E (5. + 207] cos =* DPI No io. O MONO A A 6 TA za TT a t + De eS sen — + ar Ma D (5=.)] Eo pcus El tiempo de oscilación del primer péndulo está dado por la ecua- ción SOBRE EL PÉNDULO. 41 Si llamamos S el tiempo de oscilación del péndulo suponiendo fijo el soporte, tendremos: luego restando alta se Ln as A A (a de | de donde haciendo ¿—S= 0, alteración del tiempo de oscilación de- bido á la flexión del soporte pero sensiblememente s= 7 y o luego == A) luego Atendiendo á la (3) tendremos , o Ss 2 NA E E Go ; 42 - ESTUDIOS luego, sustituyendo Si sustitulmos estos valores en la ecuación diferencial del segundo péndulo, obtendremos para € y D los valores as A OS 9 T 0S0s 1 += == ion 3" — 8 Ie) por consiguiente | as s —e IS at, 20sa, Ti cd e A — sen +=, y 00s 4 e SAS sg. Ss —e 8 208, la a — o zt Yoga == 12 2 a 12 2 a s*—s8 8 s8*— 8 sde ó reduciendo Losa as mit It , as Ti rt Pp==R% 2 e | —— sen +08 — — sen — — cos — si —8$. T S $ 7 8 IDAS Haciendo , as , DS T 9 y T 9 ' y atendiendo á que Y y » difieren muy poco Pe le q sen A sen (E —+arco tg ”) ; 5 y DS S T y como 6 puede ponerse 2 ¿2 ES Ti T 0 = —at - (E Z) a, e N 1+ 7 Sen a + arco tg E lo SOBRE EL PENDULO. 43 luego Tacubaya, Octubre de 1906, san PAINE A nal ÑO WE MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. SUR LE CLIMAT DE L'ÉPOQUE JURASSIQUE Par le Dr. Carlos Burckhbardt, M.S. A. Pendant la Session du Xe Congrés Géologique International, on a discuté les conditions du climat aux époques géologiques. J'ai profité de cette occasion pour exposer en quelques mots les conclusions sur le climat de l'époque jurassique, auxquelles je suis arrivé par suite de mes études sur les faunes jurassiques du Mexique et de 1'Amérique du Sud. Qu'il me soit permis de reproduire ici cette communication un peu augmentée, tout en renvoyant le lecteur au Compte—rendu de la Xe Session du Congrés Géologique International. Neumayr dans son travail célébre sur les zones de climat des temps jurassiques, ' avait cru pouvoir établir Pexistence de zones de climat pendant cette période. Il se basait, comme on sait, sur la répartition des fossiles jurassiques surtout des Ammonites; car il croyait pouvoir constater que certaines formes étaient limitées aux régions septentrio- nales, d'autres aux régions tempérées et d'autres enfin aux régions mé- ridionales. Il distinguait ainsi trois provinces marines jurassiques, qui devaient selon lui leur origine á des différences du climat: une boréa- le, dont le type était le Jura russe, une tempérée, dont le type était le Jura centraleuropéen, et qui devait se répéter sur l'hémisphére sud; enfin une équatoriale, dont le type était le Jura alpin et méditerranéen. Par suite du travail de Neumayr, on s'est accoutumé d'admettre Pexistence de zones de climat pour l'époque Jurassique, surtout pour 1 Neumayr M. Ueber klimatische Zonen wáhrend der Jura und Kreidezeit. Denkschriften der math. naturw. Classe der K. K. Akademie der Wissenschaf- ten, Wien 1883. Bd, XLVII. 46 - SUR LE CLIMAT le Jurassique supérieur, et il n'y a que peu d'auteurs (Vikitin, Ort- mann, Behrendsen, J. GH. Smith et d'autres), qui ont soulevé des doutes á propos des conclusions de ce savant. Ainsi, nous lisons encore tout récemment dans l'introduction de la “Lathaea mesozoica,” écrite par Frech, la phrase suivante: “In klimatischer Hinsicht ist gleichfórmige Wárme zur Zeit der Trias und eines lángern Abschnittes des Jura si- cher erweisbar, wáhrend die Ausbildung klimatischer “Zonen ¿n der obern Jura und der Kreide—periode gesichert erscheint.” E Des idées semblables se trouvent encore aujourd*hui dans beaucoup de Traités de Géologie. * Par Vétude der faunes jurassiques de la Cordillére sud-américaine et du Mexique, je suis arrivé a des résultats, qui sont en pleine con- tradiction avec les idées de Neumayr. Selon ce savant, le Mexique appartenait aux temps suprajurassiques á la zone équatoriale et les faunes jurassiques mexicaines doivent présenter un caractere méditer- ranéen, tandis que la région argentino-chilienne faissait partie de la zone tempérée australe et doit, selon Neumayr offrir des faunes de ca- ractére centraleuropéen. Cependant plusieurs auteurs, notamment Moóricke, Behrendsen, Steuer et l'auteur de ces lignes, ont démontré, que des formes central- européennes se trouvent dans les couches jurassiques de la Cordalle- re sud—-américaime associées a d'autres tres voisines d'especes médi- terranéennes.? J'ai eu le plaisir d'y recueillir en outre des espéces 1 Frech F. Lethaea geognostica, 2 Theil Mesozoicunm, 1, p. I, 1905, 2 Voir par exemple Credner. Ulemente d. Geologie, 9 Auf. 1902, p. 609; - Kayser. Formationskunde, 2 Aufi. 1902, p, 338, de Lapparent. Traité se dd. 1906, p. 1193-1194. Les deux premiers auteurs présentent la théorie de Néumayr sous certaines ré- serves. 3 Je me permet d'attirer de nouveau (voir Burekhardt, Beitráge 1, c. p. 120) Vat- tention sur le fait, qu'il serait faux d'admettre ayec plusieurs auteurs, que les fossiles jurassiques de la Cordillere argéntine présentent un caractére méditer- ranéen tandis que ceux du Chili se rapprochent de formes centraleuropéennes. On trouve des fossiles centraleuropéens et méditerranéens tout aussi bien au Chili qu'en Argentine mais ils y sont répartis inégalement suivant les niveaux les fossiles de caractere méditerranéen abondant surtout dans le Jurassique supé- rieur, qui est—au moins selon nos connaissances actuelles—- bien développée et fos- silifére surtout en Argentine (comp. Credner, Elemente l. e. p. 610, 618; Koken: Vor- welt und ihre Entwieklungsgeschichte 1893. p. 329, 330). DE L'EPOQUE JURASSIQUE. 47 -voisines de formes de la “zone boréale” de Neumayr, surtout des Vir- gatites et aussi quelques Hoplites. Nous observons done dans les cou- ches suprajurassiques de la Cordillére un mélange d'éléments trés différents: des représentants de toutes les zones de climat, supposées par Neumayr, y son présents. * Par l'étude de la faune suprajurassique du Mexique je suis arrivé, récemment aux mémes conclusions.?* Aux environs de Mazapil s'ob- servent des couches suprajurassiques, qui contiennent un mélange d'éléments faunistiques trés variés, car entre les fossiles s'y observent des formes méditerranéennes á cóté de formes russes et centraleuro- péennes et associées á des formes asiatiques (Spiti) et andines. Je ne citerai ici, qu'un seul exemple: le mélange d'éléments différents dans le bane calcaire peu puissant environ 1 métre á Haploceras Fialar (Kimeridgien Supérieur). A' cóté de fossiles á affinités méditerranéen- nes, comme Phylloceras aff. consanguineum Gemm. nous y constatons des formes centraleuropéenes telles que Haploceras Fialar Oppel, Oppelia aff. Strombecki Oppel et enfin le Craspedites mazapilensis, qui est trés voisin du Craspedites okensis de l'étage Volgien supérieur de la Russie. Un pareil mélange d'éléments n'est certes pas en faveur de 1'hypo- thése de Neumayr; au contraire, puisque beaucoup d'espéces jurassi- ques américaines sont trés voisines, méme quelquefois identiques avec celles de régions si éloignées et si différentes, il faut admettre que les - migrations des animaux marines suprajurassiques alent pu avcir lieu dans toutes les directions et A travers des latitudes trés distinctes. Or, pour que de pareilles migrations aient pu s'effectuer, 11 fallait bien que le climat fút á peu prés uniforme sur toute la surface du globe. On pourrait peut-étre faire P'objection que ces considérations se ba- sent en grande partie sur la répartition des Ammonites, animaux éteints, dont les conditions de vie ne nous sont pas connues. Une pa- 1 Burckhardt C. Beitráge zur Kenntniss der Jura und Kreideformation der Cor- dillere. Palaeontographica L., 1903. 2 Burckhard C. La Faune jurassique de Mazapil. Boletín del Instituto Geoló- gico de México, Núm, 23. México, 1906, (1907). 48 SUR LE CLIMAT reille objection n'a guére d'importance, car nous constatons entre les: formes jurassiques américaines des Bivalves néritiques, qui ne peuvent avoir vécu que dans des zones peu profondes de la mer et qui se trou- vent en formes trés voisines, méme souvent identiques tant en Amé-. rique qu'en Europe. Qu'il me soit permis de citer ici un exemple de la faune jurassique du Mexique. Dans le Kimeridgien supérieur de la Sierra de Mazapil je viens d'observer un banc pétri d'Aucelles,* dont une espéce est presque identique avec Aucella Pallasi Keys, surtout avec la variété tenuistriata Lah., tandis que d'autres ressemblent beau- coup á la variété plicata Lah. et á la Aucella Browni. Les Aucelles sont considérées par les auteurs* comme habitants de la zone littorale, peu profonde de la mer et leur présence dans des formes si voisines d'une part aux régions russes et boréales, d'autre part au Mexique, impli- que des migrations á travers des latitudes trés différentes. Il me pa- raít impossible que ces migrations de Bivalves néritiques auraient pu s'effectuer, si des zones de climat auraient déja été différenciées aux temps suprajurassiques. Nous arrivons donc au résultat, qu'un climat, á peu prés uniforme a dí exister pendant l'époque suprajurassique. E Au cours de la discussion au sein du Congrés, plusieurs orateurs se déclarérent d'accord avec mes conclusions. Ainsi M. Frech accepta mes résultats et désista pour le Jurassique de son opinion contraire, publiée dans la Lathaea et citée ci-dessus. M. Diener exposa, qu'il est persuadé que son ancien maítre Neumayr, s'il vivait encore, aurait lui méme cédé devant les nouveaux faits et abandonné sa théorie sur les zones de climat de l'époque jurassique. M. Rothpletz a exprimé des doutes que les animaux marins puissent nous guider dans les re- 1 C'est un véritable banc plein d' Aucelles comme en Russie, el il n'est donc pas du tout juste, quand on cite du Mexique “quelques rares Aucelles” (“vereinzelte Aucellen”), comme le font plusieurs auteurs. 2 Pompeckj. J. F. Ueber Aucellen und Aucellen-¿hnliche Formen, Neues Jabr- buch fúr Mineralogie. Beilageband XIV, p. 319, 1901, comp. 349, . DE L'EPOQUE JURASSIQUE. 49 cherches sur les anciens climats, mais M. Diener a réfuté cette objec- tion en rappelant le fait bien connu de apparition d'éléments faunis- tiques boréaux dans le Quaternaire de la Méditerranée. Je signalerai enfin une découverte récente, qui confirme mes con- clusions. A. G. Nathorst a fait parvenir au Congrés un travail du plus haut intérét, dans lequel il offre un résumé de ses études sur la flore jurassique découverte par l'expédition antarctique suédoise. * II y expose que la flore jurassigue de la baie de l'Espérance (Terre Louis Philippe) ne se distingue par aucun caractére spécial des flores juras- siques d'autres régions du globe et se rattache á la flore jurassique eu- ropéenne et á la flore du Gondwana supérieur des Indes (Jabalpur, Kach). Pour expliquer ce faitil faut bien avoir recours, il me semble, a un climat uniforme de l'époque jurassique. México, Mars 1907, 1 Ce travail sera publié dans le Compte-reudu du Xe Congrés Géologique In- ternational. Voir aussi 4. G. Vathorst: ur la flore fossile des régions antarcti- ques. Comptes-rer dus des féances de 1'Académie des Sciences de Paris, 6 Juin 1904, p. 1447-1449, z Memorias. T. XX V, 1906-1907.—5* E >, JE SE yen > EA SS SOCIÉTÉ SOIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE? FONDÉE EN OCTOBRE 1884. Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Puga, Rieardo E. Cicero eb Manuel Marroquín y Rivera. Président honoraire perpétuel. M. Ramón Manterola. Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil directif.—1907. PRESIDENT.—Dr. Antonio J. Carbajal. VicE-PRÉSIDENT.—Ing. Gabriel M. Oropesa. SECRÉTAIRE.—Prof. Enrique E. Schulz, VICE-SECRÉTAIRE.—Prof. M. Lozano y Castro. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal La Bibliothéque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4h. a 7 h. du soir. Les “Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 8? de 64 pags. tous les mois. La correspondance, mémoires et publications destinés ¡la Société, doivent étre adressés au Seerétaire général a Palma 13.—MÉXICO.— Mexique). 108 Les auteurs sont seuls responsables de leur écrits. Les membres de la Société sont désignés avec M, $. A. A AÑ no ani yO VAS Tomo 25. | No, 2 MEMORIAS Y REVISTA DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA “Antonio Alzate” publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN, SECRETARIO GENERAL PERPETUO SOMMAJRE, (Mémoires, feuilles 6 á 9) Botanique.—Les Cryptogames vasculaires du Mexique. (La angiaj Kriptogamoj de Meksikalando) par M. C. Conzatti, p. 59-106, avec figures. (A suivre). Géologie appliquée,—Lo cobalt dans VEtat de Jalisco (Xodalto ce Stato de Jalisco”) par M. D. V. Navarro, p. 51-57. MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL (32 CALLE DE REVILLAGIGEDO NÚM. 3). es Agosto 1907, Publicación registrada como artículo de segunda clase en 12 de Febrero de 1907, 50 ENE a SE y MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. EL COBALTO EN EL ESTADO DE JALISCO. Por el Ingeniero de Minas Daniel V. Navarro, M. S. A. El descubrimiento de este metal en México no es cosa nueva; hace como 25 años que algunos mineros de Pihuamo, intrigados por resul- tados negativos al pretender beneficiar por plata la esmaltita de la mi- na hoy conocida con el nombre de la Esmeralda, trajeron muestras á la Casa de Moneda de Guadalajara para su examen, habiéndose reco- nocido en ellas la existencia del cobalto; pero quien primero analizó y clasificó, por aquél tiempo, muestras de aquella procedencia, fué Don Severo Navia, de Guanajuato. No teniendo por entonces interés industrial el descubrimiento, de- bido á lo remoto del criadero y á la dificultad de comunicaciones, el hecho fué olvidado y no fué sino hasta hace pocos años, cuando el se- ñor D. Trinidad García, muerto poco há, se propuso averiguar la pro- cedencia de minerales de cobalto llegados de tiempo atrás á su poder, lo cual logró con la perseverancia y tenacidad propias de su carácter, y que la expresada mina se haya explorado, primeramente con recursos de dicho señor, y luego, por la Compañía Minera de Pihuamo, que él mismo organizó. La citada mina, cuya altitud es de 1,166 metros, está ubicada en te- rrenos de la hacienda de Belén, á 7 kilómetros al E. de Pihuamo y como á 18 de la Estación más próxima de las proyectadas en la linea del Ferrocarril Central que actualmente se construye entre Tuxpan y Colima. £l pueblo de Pibuamo (780 metros de altitud) es cabecera del Mu- nicipio situado más al S. en el noveno Cantón del Estado de Jalisco. Memorias. T. XXV, 1906-1907.—6 EL COBALTO QU (5) Como la mina está situada en la vertiente occidental de la Sierra del Alo, que es muy accidentada, el camino es malo en las inmediaciones de la Esmeralda; pero del pie de la Sierra hasta la estación del Ferro- carril Central puede hacerse carretero fácilmente. El clima, la mano de obra y, en general, las condiciones de vida son favorables á una ex- plotación económica. Siendo México un país tan ampliamente dotado de criaderos meta- liferos, la existencia de otros metales distintos de la plata y el oro, á la explotación de los cuales se dedicó casi exclusivamente por tantos años, no es cosa sorprendente, menos todavía si esos metales poseen tendencias de asociación con los minerales aquí explotados, como pasa con el cobalto, invariablemente acompañado, á la vez que el níquel, de minerales de plata ó fierro; pero la existencia de dicho metal en el país puede tener un interés puramente científico ó ser también de in- terés industrial. Para apreciar esto último, recordaré de manera su- cinta sus aplicaciones y la importancia de sus criaderos en otros países, Las principales aplicaciones del cobalto son como materia coloran- te y como aleación. La primera de dichas aplicaciones es la más im- portante y la que sostiene el alto valor del metal, pues aunque los co- lores de anilina mucho más baratos, lo mismo que otros succedáneos, han establecido una seria competencia al cobalto, la firmeza del color y su belleza lo hacen hoy por hoy insustituible, especialmente en las industrias del vidrio y de la porcelana que lo utilizan al estado de óxido, sea sólo para dar el hermoso color azul que le es peculiar, ó combinado con otros metales para producir colores verde, amarillo, etc., etc. La industria del acero empieza también á utilizar el cobalto, ha- biendo desde años atrás utilizado su compañero el níquel, más barato en la fabricación de planchas de blindaje para los buques de guerra. La aleación de acero y cobalto ó ferro-cobalto es muy tenaz, funde con dificultad, es inalterable al aire y al agua y resiste en alto grado á los 3 y EN EL ESTADO DE JALISCO. 93 ácidos sulfúrico y clorhídrico. Al ligarse el cobalto al acero lo mejora, no solamente por las cualidades enumeradas sino también por la ex- pulsión del aire, al cual descompone formando nitritos y dejando el oxigeno libre que vuelve á la atmósfera. Aleaciones de acero conte- niendo más de 1.8 % decobalto son muy maleables y elásticas, cuyas propiedades hacen al ferro-cobalto especialmente aplicable á la ma- nufactura de cables de acero. La producción del cobalto en el mundo es muy restringida, pues al presente no debe pasar de 500 toneladas por año. En 1890, la produe- ción fué aproximadamente de 200 toneladas y los paises productores los siguientes: Nueva Caledonia, 2,200 toneladas de menas; Sajo- nia, 651; Suecia, 266; Noruega, 5,540; Inglaterra, 85; Prusia, Hun- ería, España y Estados Unidos contribuyeron con cantidades menores. Este último país producía de 4 á 5 toneladas de cobalto por año y con- sumía como 17, de las cuales el 95 9, eran destinadas á la industria del vidrio. Hace como tres años que en Ontario, Canadá, fueron descubiertos algunos criaderos importantes de cobalto, no obstante lo cual, el pre- cio de este metal no solamente no ha bajado, sino que por efecto del consumo siempre creciente ha subido, de manera de permitir la ex- plotación de criaderos de baja ley que hace poco eran incosteables. Mientras en 1889 valía el kilogramo de cobalto, en Alemania, 5.92 marcos, hoy se cotiza á 11 marcos. Puede decirse que Alemania ejerce actualmente el monopolio de la metalurgia del cobalto, pues aun la producción de Ontario que parecía natural fuera exportada á Inglaterra ó á Estados Unidos, dada la ve- cindad de este país y la importancia del capital americano invertido en las minas de esa región, es enviada á Alemania, estando ahora en el período de experimentación el tratamiento metalúrgico de las me- nas cobaltíferas en Estados Unidos y en Canadá. La ley de las menas en los diversos países productores, es muy variable, lo que es consiguiente á los diversos costos de explotación y al valor de los acompañantes. En Nueva Caledonia, en donde se ex - plotan óxidos de cobalto en depósitos irregulares en matriz arcillosa, 54 EL COBALTO las menas ensayan de 4 4 6%, de cobalto y 8 4 12%, de niquel; en Sajonia el cobalto (1 4 2%%,) y el níquel vienen asociados á minerales de plata; en Inglaterra, Suecia y Noruega, con leyes muy bajas viene asociado dicho metal, igualmente que el níquel, á minerales de fierro ó de plata; en el Cáucaso viene asociado al manganeso, y en Canadá a minerales argentíferos de alta ley. En este país existe, en Ontario, un campo de fracturas generalmente muy estrechas (de 20 á 50 cen- tímetros) en rocas metamórficas del Huroniano, cortadas por diques de diabasa de color verde. La mena típica puede valuarse en dólares 315.36, correspondiendo 257 al cobalto solamente. Según el Profesor W. A. Parkes, de la Universidad de Toronto, como 30 minas de la región Cobalto, consideradas como productivas, fueron capitalizadas en 40 millones de dólares. Esta región produjo, aproximadamente, du- rante los nueve primeros meses del año próximo pasado, 138 tonela- das de cobalto. 2 x La mina de la Esmeralda, en Pihuamo, está labrada sobre una po- tente veta de magnetita con rumbo de 37? N.W. y echado al N.E. de 80? al bajo de la cual se ha explotado una lente de minerales ricos de cobalto; el promedio de la potencia de esta lente ha sido de 30 cen- tímetros y contuvo principalmente esmaltita en masas, algunas veces cristalizada en octaedros, en menos cantidad cobaltita y en pegaduras eritrita y arseniato de níquel; en otras partes la veta contiene asbolita y pequeñas cantidades de bismuto nativo. Las menas extraídas han ensayado de 10 á 20 9, de cobalto, 0.84 1%, de níquel, 7á 159/, de arsénico y 14 2%, de azufre, las cuales han sido remitidas 4 Alema- nia para su venta. Las matrices son: calcita, dolomita y rara vez Cuarzo. La veta de magnetita, frecuentemente impregnada de piritas, aflora en una longitud de algunos centenares de metros al igual que otras muchas de la región, y conserva cierta regularidad al rumbo, así como al echado, sobre el cual se han reconocido como 100 metros á partir del crestón. Los respaldos no son bien definidos, pues la roca se en- EN EL ESTADO DE JALISCO. 55 cuentra impregnada de óxido de fierro en el contacto, solamente al bajo suele establecer una distinción precisa entre el respaldo y la veta una cinta de calcita. Este carbonato con un sedimento arcilloso (aparte del cobalto y otras matrices ya enumeradas que vienen como excep- ción) forman el llenamiento de lo que puede estimarse como una rea- pertura de la litoclasa posterior al llenamiento ferruginoso. Justifican este modo de ver la presencia de espejos y caras estriadas y la cir- eunstancia de presentarse algunas veces la magnetita al bajo de la - cinta de calcita, aparte de ciertas consideraciones relativas á la géne- sis del depósito ferruginoso distinta del criadero cobaltífero, de las cuales me ocuparé en otro trabajo al estudiar esta misma región desde el punto de vista de sus criaderos de fierro, plomo y cobre y de sus placeres de oro. La asociación tan manifiesta del fierro y el cobalto en la mayor parte de los yacimientos de este metal, ha inducido á la Compañía propie- taria de la Esmeralda á buscarlo en las numerosas vetas de magneti- ta y siderita de la Sierra del Alo, encontrando en vez de él otros me- tales útiles como el cobre y el plamo, los cuales se propone explotar desde luego. La siderita y la magnuetita vienen en vetas orientadas en dos ó tres sistemas y la última también en inclusiones que suelen formar depó- sitos enormes de fierro explotados en pequefía escala. Ez La Serranía de que me ocupo, es un elemento importante de la Sie- rra Madre Occidental, pues ocupa una área de cosa de 3,500 kilóme- tros cuadrados; culmina á más de 2,500 metros sobre el nivel del mar en el cerro del Alo, á 20 kilómetros al Oriente de Pihuamo; descien- de con fuerte pendiente y ramificaciones accidentadas, por el N. hasta unirse con la Sierra de Mazamitla; por el S. y S.E. es limitada por el arroyo de Ahuijullo que recibe las aguas de la serranía que á poca distancia sirve de lindero con Michoacán y por el N.W. y W. baja hasta la profunda barranca del río de Tuxpan que sirve en parte de lindero De] O EL COBALTO con el Estado de Colima y recibe las aguas de Jas vertientes orienta- les de los volcanes de Colima. A esta cuenca del Tuxpan corresponde casi todo el sistema hidrográfico de la Serranía del Alo. La geología de esta región no es muy complexa: por el S., en la Sie- rra del Tigre, uno de los elementos de la Sierra de que me ocupo, se encuentran rocas graníticas representantes del terreno arcaico; por todas partes, predominando en extensión, se encuentran las rocas erup- tivas terciarias que originaron el levantamiento del país plegando y dislocando sedimentos calizos y arcillosos del cretáceo, de los cuales sólo se ven los restos aquí y allá que la erosión ha respetado, y al E., formando mesetas escalonadas, correspondiendo á dos paroxismos eruptivos del Volcán de Colima, se ven las enormes coladas de fango de más de 40 kilómetros á lo largo del río Tuxpan y cuyo grueso ex- cediendo á veces de 200 metros, se puede apreciar en el profundo tajo de Ja barranca que las corrientes del mencionado río han cavado su- cesivamente al formar su lecho. Las calizas de la región, en las cuales se encuentra, entre otras, la hermosa gruta llamada el Puente de Dios, cerca de Ahuijullo, y al Norte, cerca de la Hacienda de la Higuera, contienen mármoles sin explotar, son frecuentemente fosilíferas; pero las conchas incluídas no son discernibles para clasificarse; en cambio, en los sedimentos arci- llosos suelen encontrarse elauconias, nerineas é hippurites, fósiles ca- racterísticos del Cretáceo. Un ejemplar de la roca eruptiva predominante ha sido así descrita por el Instituto Geológico de México: Roca variolar intermediaria entre una Porfirita andesítica y una Basaltita dolerítica, compuesta de cris- tales alargados de labrador y de oligoclasa en un residuo de mater'a vítrea intersertal. EN EL ESTADO DE JALISCO. 97 ES Siendo las rocas en que arman las vetas de Pihuamo de naturaleza análoga á la de aquellos que forman nuestros principales centros me- talíferos; las fracturas numerosas y amplias; el llenamiento por lo que toca al cobalto, si bien de escasa potencia como es el caso general para criaderos similares, en cambio de una ley elevada; la explotación fá- cil por la mediana dureza de las rocas fuera y dentro del criadero y favorables las condiciones de vida con relación al clima y provisiones, son circunstancias todas que justifican una exploración empeñosa hasta alcanzar una importancia industrial. Esto es, sin duda, lo que piensa la Compañía Minera Exploradora y Explotadora de Pihuamo, que investiga actualmente los criaderos metálicos de esta importante región de Jalisco. Guadalajara, 31 de Marzo de 1907. ERA LAS CIRMPTOGAMAS VASCULARES DE MÉXICO. PARTE TOMADA DE LA OBRA INÉDITA “LOS GENEROS VEGETALES MEXICANOS.” POR C. CONZATTL, M. $. A. Director de la Escuela Normal para Profesores del Estado de Oaxaca. Memorias. T. XX V, 1906-1907.—7 MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. Oaxaca de Juárez, Noviembre de 1902, Señores Secretarios de la Sociedad Científica “Antonio Alzate.” Muy señores míos: Al tener el honor de referirme á su grata circular del 2 de Septiem- bre p. p., destinada á fijar el turno de los trabajos reglamentarios que los señores socios de la benemérita Sociedad Científica “Antonio Al- zate”” tienen el deber de presentar á la misma en la última mitad del año en curso, me es satisfactorio participarles que junto con la presente les remito en 93 fojas útiles, bajo el nombre de “Las Criprógamas Vas- CULARES DE Míxico,” el tema que he escogido para que, abusando de su reconocida benevolencia, se sirvan presentarlo á la docta delibera- ción de los señores socios que integran la benemérita Sociedad “Alza- te,” la tarde del 10 del actual, por ser el día que tengo señalado en la mencionada Circular. : Considero de mi deber manifestar á ustedes desde luego que el tra- bajo aludido constituye la parte final de mi libro inédito “Los Géneros VraeraLes MExIcANOS ” obra que ya se comenzó á publicar desde Julio del presente año en la Imprenta de la Secretaría de Fomento, debido á la notoria bondad del señor Ministro del ramo. También debo hacer observar que está muy lejos de mi ánimo la pretensión de ofrecer un trabajo original. La originalidad en trabajos de esta índole es punto menos que imposible dado el adelanto alcan- zado en la época actual, ó si ésta se presenta casualmente una que otra vez es sólo tratándose de cerebros privilegiados, y que disponen ade- más de grandes elementos de observación, de estudio y de experimen- 62 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES tación, cosas todas muy difíciles de encontrarse reunidas en un pue- blo de provincia, máxime cuando se tiene necesidad de trabajar la mayor parte del día para el sustento diario y donde se carece comple- tamente de consejo, de libros, de estímulo, de materiales y de pro- tección. Las razones expuestas justifican pues plenamente lo que manifiesto en la introducción de mi obra aludida, y cuya parte alusiva, que repro- duzco aquí por venir al caso y por ser de estricta justicia, dice asi: “Nuestro objeto al escribir “Los Géneros Vegetales Mexicanos,” ““ ha sido reunir en un solo tratado lo más importante que sobre Flora ““ Mexicana se encuentra esparcido aquí y acullá en libros, monogra- “filas y folletos, de modo que su conjunto constituye un trabajo taxi- “nómico de compilación y adaptación, con lo cual dicho está que ca- “rece en absoluto de pretensiones. “Para prepararlo, muchas han sido las obras que hemos tenido á la ““ vista, y de ellas mencionaremos el Genera Plantarum de los nota- “bles naturalistas ingleses G. Benthan y J. D. Hooker, que es la que ““ de preferencia nos ha servido de guía y norma para su formación. Así, “Ja parte fanerogámica de nuestro libro se halla substancialmente ba- ““sada en la obra aludida, al cabo que la criptogámica lo está en el cé- “lebre tratado Index Filicum, de Th. Moore, completado todo con “ datos extraídos de la monumental obra Biología Centrali-America- “na, de W. B. Hemsley. “Esto no significa, empero, que hayamos seguido servilmente la sen- ““ da trazada por los sabios autores mencionados, pues á menudo nos “hemos apartado de ella como de toda otra para seguir nuestra pro- “pia inspiración, y esto no con el fin de singularizarnos, sino de ob- “tener una obra propiamente mexicana y completa hasta donde fuera “posible. “Destinado este libro á facilitar el estudio de nuestra Flora y á ser- ““ vir, de preferencia á otra cosa, de obra de consulta, en obvio de la “brevedad, creímos oportuno suprimir en él todo género de citas, las ““ que, en el mayor número de casos, tienen escasa importancia, al ca- “bo que aumentan inconsideradamente la extensión. * A, DE MÉXICO. : 63 “De sernos posible daremos entre paréntesis la etimología de cada “* nombre genérico, lo que en muchos casos ayudará á recordarlo ó re- “tener en la memoria alguno de sus caracteres distintivos, al cabo que “ otras veces nos limitaremos á consignar su equivalencia en español. “Por lo demás, hay muchos géneros cuyo nombre nada significa, al “mismo tiempo que otros reconocen un origen demasiado incierto pa- “ra que pueda ser determinado con precisión, y entonces tendremos “necesariamente que prescindir de toda interpretación. En el supues- '“to de que un género tenga varios nombres, irán estos también entre '“ paréntesis en calidad de sinónimos, pero con diferente tipo de letra. “* En todo caso irán siempre seguidos unos y otros de los nombres ““ abreviados de sus autores.......... “Debidamente autorizados, hemos adaptado á nuestro trabajo la par- '“te botánica de la Nueva Nomenclatura para la Historia natural pro- '“ puesta no ha mucho por el distinguido naturalista mexicano, señor “Profesor D. A. L. Herrera. Al proceder así, no sólo pretendemos con- “* tribuir, dentro de nuestra limitada esfera de acción, á difundir un co- “nocimiento que con orgullo consideramos como un triunfo nacional, “sino también dar á su eminente autor, Sr. Herrera, una pública prue- '“ ba de nuestra inequívoca gratitud por el valiosísimo apoyo que nos ha “impartido cuando tratamos de publicar el resultado de nuestros pro- “* pios esfuerzos. “Una obra de Historia Natural es siempre difícil de interpretar si “no va acompañada de numerosos dibujos que ilustren las descripcio- ““ nes, y por esto, venciendo obstáculos de todo género, nos hemos esfor- “ zado para dejar satisfecha esta necesidad. Nosotros hubiéramos de- ““seado originalidad, en los que acompañan esta obra, pero nuestra '“ impotencia á este respecto ha sido mucho más grande que nuestros ““ deseos.” Las explicaciones que anteceden justifican suficientemente mi ma- nera de proceder en este caso, pues lo único que yo reclamo como mío se limita al considerable esfuerzo que me ha demandado la selección de mi obra, su disposición general, su arreglo metódico, sintético prime- 64 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES ro y analítico después, en grupos cada vez más compendiados y perfec- tamente diferenciados entre sí, la coordinación de sus diferentes partes y las múltiples observaciones, innovaciones y apreciaciones personales que campean en toda ella, y que toda persona imparcial, concienzuda y recta no podía menos que reconocer. A pesar de lo expuesto, si no fuera por la certidumbre de que me dirijo á una por mil títulos respetable Agrupación de hombres verda- deramente doctos, y como tales también verdaderamente indulgentes, confieso que me habría abstenido de todo participio en el torneo cien- tífico que está por efectuarse en el seno de esa Honorable Sociedad, pe- ro la consideración enunciada, unido al deseo de contribuir con mis escasísimas fuerzas al progreso de la Botánica en nuestra querida pa- tria, han excluido de mi mente toda vacilación á este respecto. Indulgitas sapientium propria est. Anticipando á ustedes las expresiones de mi sincero agradecimien- to por su deferencia, reitéroles las seguridades de mi profunda consi- deración y respeto. C. Conzarri, M. S. A. AS IN LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES DE MEXICO SUB-REINO SEGUNDO. SINOPSIS DE LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES. Plantas esporíferas con tallos y casi siempre con hojas y raices. Las esporas producen un protalo monoico ó dioico, aéreo ó subterráneo que lleva los anteridios y los arquegonios, de donde procederán en segui- da, previa fecundación de estos últimos, nuevos individuos. Compren- den dos Tipos basados en la naturaleza de las esporas y perfectamente diferenciados. ; TIPOS. 1V2 Heterospóreas. Esporas de dos especies. VO Isospóreas. Esporas de una sola especie. TIPO IV.—HETEROSPOREAS. Esporas de dos especies distintas, masculinas y femeninas: unas y y y otras producen protalos dioicos que quedan unidos á la espora. Com- Ñ prende dos Clases. CLASES. IV? Hidropterídeas. Plantas acuáticas ó paludosas, con esporangios radicales ó pecio- lares. 66 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES V? Selaginelas. Plantas muscoideas terrestres, con esporangios axilares en una es- piga terminal y cuadrangular. CLASE IV? —HIDROPTERÍDEAS. Plantas acuáticas ó paludosas, con esporangios radicales ó peciola- res, encerrados en una envoltura común denominada esporocarpio, y de dos formas: los femeninos ó macrosporangios, con una ó varias es- poras tetraédricas, producen un pequeño protalo inseparable, provisto de clorofila, y los masculinos ó mierosporangios, con microsporas que producen un protalo rudimentario y sin clorofila. Familias. j Esporangios multi-loculares: 164*— Marsileáceas.—Rizoma rastrero y filiforme, con frondas ra- dicales, al principio circinadas. Esporocarpios pedicelados, bi-valvares, monoicos y multi-loculares. tf Esporangios uni-loculares, los femeninos con una sola espora: 165*—Salviniáceas.—Plantas anuales, acuáticas y flotantes, con ta- llos ramosos y frondas pegadas en la prefoliación. Esporo- -carpios insertos en la base de las frondas, globulosos, uni- loculares y uni-sexuales, de placentación centro—basilar. if Esporangios uni-loculares, los femeninos con muchas esporas: 166"— [soetáceas.—Plantas acuáticas y graminiformes, de rizoma muy corto y grueso, del que parten numerosas hojas radi- cales. Las hojas externas llevan en su base interior los ma- crosporangios, cada uno de los cuales está provisto de 40 4 200 macrosporas, y las internas llevan los microsporan- gios con más de 1,000,000 de microsporas en cada uno. DE MÉXICO. 67 CLASE V*—SELAGINELAS. Plantas muscoideas terrestres, con esporangios insertos en la base de las brácteas, situadas en la extremidad de las ramas y arregladas en una espiga cuadrangular. Los macrosporangios se hallan situados en la parte inferior de la espiga, y cada uno contiene 4 macrosporas de superficie erizada; en el resto de la espiga se encuentran los microspo- rangios con numerosas esporas tetraédricas. Esta Olase comprende una sola Familia. A Familia. 167*—Selagineláceas. —Plantas terrestres de tallo herbáceo y fron- doso, á menudo trepador y dicotómicamente ramificado en el sentido lateral, de modo que todas las ramas se hallan en el mismo plano. Hojas dimorfas. Organos reproducto- res de dos especies, en espigas cuadrangulares situadas en las extremidades de las ramas. TIPO V2—ISOSPOREAS. Las esporas son todas de una misma especie y producen protalos in- dependientes, aéreos ó subterráneos, monoicos ó con menos frecuencia -dioicos. CLASES. VI?— Licopodineas. -_Ramificación dicotómica, con hojas pequeñas. Protalo subterráneo. VIL— Filicineas. Ramificación lateral, con hojas bien desenvueltas. VII"— Equasetineas. Ramificación verticilada, con hojas rudimentarias ó sin ellas. Protalo aéreo. 68 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES CLASE VI? —LICOPODÍNEAS. Tallos macizos, con pequeñas hojas uni-nervadas, no circinadas en la prefoliación. En el mayor número de casos sus ramas son dicotó- micas y siempre las raices. Los esporangios nacen tan pronto en la axila de las hojas á lo largo del tallo ó en su extremidad, como en la base de brácteas terminales, y entonces dispuestos en conos ó espi- gas. Cada esporo produce por germinación un protalo subterráneo con anteridios y arquegonios. Se diferencia de la clase anterior por su pro- talo monoico y esporas de una sola especie. Como ella, ésta también comprende una sola Familia. : Familia. 168*— Licopodiáceas.—Plantas terrestres ó epifíticas, con raíces di- cotómicas y tallos herbáceos y hojosos. Esporangios de una sola especie, esparcidos á lo largo del tallo en la base de las hojas ordinarias, ó reunidos en espigas en las extre- midades de las ramas fructiferas. CLASE VII?" —FILICÍNEAS. Plantas vivaces, de tallo rastrero y subterráneo, ó elevado y leñoso. Tienen hojas ó frondas bien desenvueltas, por regla general circinadas en la prefoliación, con esporangios uni—-loculares, dorsales ó margina- les, comúnmente reunidos en grupos llamados soros, desnudos ó indu- siados. Los esporangios, sesiles ó pedicelados, están provistos de un anillo longitudinal, oblicuo ó transversal, completo ó incompleto, rara vez nulo. Al germinar la espora se produce casi siempre aéreo y mo- noico, con anteridios y arquegonios, de cuya fecundación resultan nue- vos individuos. Familias. X Protalo subterráneo. Esporangios sin anillo. Hojas no circinadas: 169"— Ofioglosáceas.—Plantas de rizoma carnoso y corto, con fron- das fértiles y estériles. Esporangios en espigas dísticas ó DE MÉXICO. 69 en panojas compuestas de numerosas espiguillas, llenos de esporas lisas y triangulares que al terminar producen un protalo monoico y sin clorofila. XX Protalo aéreo. Esporangio sin anillo, Hojas circinadas: 170"— Maratiáceas. —Plantas de rizoma leñoso y grande, con hojas ó frondas circinadas que llevan en el envés los órganos re- productores agrupados en soros sin indusio, pero sí invo- lucrados. De la germinación de las esporas resultan prota- los aéreos y monoicos. + XXX Protalo aéreo. Esporangios con un anillo. Hojas circinadas; 171*—Polipodiáceas.—Es la familia más importante de las Criptó gamas vasculares. Se diferencia bien de todas las demás principalmente por sus esporangios provistos de un anillo. CLASE vin —EQquiseTÍNEAS Plantas vivaces, acuáticas ó terrestres, con tallos rectos, compuestos de artículos cilíndricos y estriados, terminado cada cual por una vaina foliar dentada y ocupados por cavidad central, limitada en la parte su- perior por un diafragma correspondiente á la base de la vaina. Sus ra- mas y ramitas son regularmente verticiladas. Los órganos reproductores forman conos ó espigas terminales, verticiladas alrededor de piecitos horizontales y claviformes, con esporas esféricas en su interior, provis- tas de tres membranas, de las cuales la exterior se suelda á la inter- mediaria por un solo punto. En la madurez dicha membrana externa se divide en 4 lacinias ó “eláteres,”” muy elásticos y muy higroscópi- cos, constituyendo asi uno de los agentes activos de la diseminación. Estas esporas al germinar producen un protalo lobulado y aéreo mo- noico ó dioico, que lleva los anteridios en las extremidades de los ló- bulos y los arquegonios hacia la base. Esta Olase está constituida por una sola Familia, última de%la serie. 70 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Familia. 172*— Hquisetáceas.—Tiene los caracteres de la Clase. Comprende esas curiosas plantas que el lenguaje vulgar designa con el nombre de Colas de caballo, expresión que, vertida al latín, equivale al nombre téctico Equisetum, L., único gé- nero de la familia. CRIPTOGAMAS VASCULARES. TIPO ¡W*--HETEROSPOREAS. CLASE IV?*—HIDROPTERIDEAS O RIZOCARPEAS. FAMILIA 164%-—MARCILEÁCEAS. Las plantas de esta familia son hierbas palustres y vivaces, de rizo- ma filiforme y rastrero, cuyo eje se compone de células alargadas y vasos rayados y anulares. Tienen frondas radicales, circinadas al prin- cipio y provistas de estomas, compuestas de un largo peciolo sobrepuesto de 4 hojuelas en cruz, cuneiformes y enteras ó lobuladas. Los órganos reproductores se hallan encerrados en ““esporocarpios” capsuliformes y pedicelados, solitarios ó varios reunidos, esféricos, oblongos ó reni- formes, pubescentes ó lampiños y bi-valvares, tan pronto insertos la- teralmente en los peciolos como axilarmente sobre el rizoma en la base de los mismos. Cada esporocarpio se divide en su interior en compar- timientos distintos, dispuestos en dos líneas longitudinales, provistas de un reborde ó receptáculo sobre el cual se fijan horizontalmente los ““microsporangios” ó “anteridios,” consistentes en numerosas vesículas sesiles y uni-loculares que encierran las microsporas, y .los ““macros- porangios” ú “ooforidios,” dispuestos en una serie sencilla á lo largo de los receptáculos, y los cuales consisten en vesículas ovaladas y pe- DE MEXICO. y pl diceladas, con una sola macrospora en cada cual. El esporocarpio se | abre por la sutura ventral en dos valvas, de cuya hendedura sale un estolón hialino que lleva á los lados los diversos compartimientos: al abrirse éstos quedan los esporangios en libertad. En la germinación, cada microspora se divide en dos células: una estéril, muy pequeña, ó ““pro- talo masculino,” y la otra grande que á su vez se divide en otras dos para constituir otros tantos anteridios con 16 “anterozoides” delgados, vermiformes y multi—ciliados en cada uno. En el ápice de la macros- pora hay una papila redondeada á la que se une el núcleo con el pro- toplasma, dejando el resto ocupado por almidón, aceite y cuerpos al- buminoides, partes que más tarde separará un tabique. La pequeña célula resultante es la que da lugar á la formación del protalo femeni- no en el que se forma un solo arquegonio, tras cuya fecundación el em- brión se desenvuelve del mismo modo que en los “Helechos,” á los cuales se aproxima esta familia por sus frondas circinadas, difiriendo erandemente, empero, de ellos, por sus esporas de dos especies. Los esporangios harinosos de una especie australiana han servido á veces de alimento á los naturalistas perdidos en los desiertos de Aus- tralia, por cuya razón ha recibido el nombre de Marsilea salvatrix (Figura 1). De los dos géneros -que constituyen la familia sólo uno se halla representado en nuestra Flora con 6 especies. ÚNICO GÉNERO REPRESENTADO EN MÉXICO. Marcilea, L. (Dedicado á Luis Fernando Marsigle, naturalista italia- liano).—(Lemma, Juss. Zaluzanskia. Neck.) Mars-Marsilea (C. H). Véase la descripción anterior. M. Macropoda, Engel. —Matamoros. 'M. mexicana, A. Braun.—Chapultepec, Chihuahua, etc. M. minuta, Tourn.—San Luis Potosí, Guadalajara (Figura 1). M. mollis, Rob y Fernald.—Chihuahua. M. polycarpa, Hook. y Grev. —Cercanías de la Capital. M. vestita, Hook. y Grev.—San Jorge, Baja California. » 72 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES FAMILIA 165% —sALVINIÁCEAS. Sus especies son plantas anuales, acuáticas y flotantes, de tallo ra- ¡ moso y frondas plegadas en la prefoliación, coloreadas en la cara in- ferior con nervios y estomas ó sin ellos, redondeadas ó lobuladas, se- siles Ó pecioladitas, dísticas ó alternas. Los cuerpos reproductores r están encerrados en esporocarpios ó “conceptáculos,” insertos en la Figura l. 1. Marsilea salvatrix, L. ? 8 a 2. Estolón hialino de la misma, salido del esporocarpio. 3. Marsilea minuta, Tourn. base de las frondas, distintos, globulosos y uni-loculares. Los mascu- linos contienen numerosos microsporangios, fijos sobre una columni- lla basilar, y encierran gran número de microsporas reunidas por una substancia mucilaginosa. Son indehiscentes y por tanto las microsporas que contienen germinan en su interior, emitiendo luego un tubo que per- fora la pared para salir al exterior. La extremidad de este tubo se con- DE MEXICO. 73 vierte en anteridio, formándose 2 células con 4 anterozoides en cada una, compuestos de un hilo espiralado. La parte inferior del tubo per- manece estéril y constituye el protalo masculino. Los esporocarpios fe- meninos contienen unos 10 macrosporangios, con una sola macrospora en Cada uno, y, como los anteriores, están insertos alrededor de una co- lumnilla basilar. En la germinación se rompen en el extremo las mem- branas de la macrospora, excepto la interna que queda al cubierto en aquel punto: el protoplasma se acumula allí, vaciándose el resto de la macrospora. De este modo se forma una célula anterior, separada del resto por un tabique y, por segmentaciones sucesivas, nace un tejido con clorofila que constituye el protalo femenino. En éste se distinguen luego varios arquegonios, de cuya fecundación resultan los nuevos in- dividuos. De la familia anterior distínguese ésta por sus esporocarpios monoi- cos y uni-loculares, de placentación central. No sabemos que se utilice ninguna de sus especies, y en cuanto á su extensión diremos que se compone de 2 géneros representados aquí, el primero con 1 sola especie y el segundo con 2. GÉNEROS. > Esporocarpios racimosos: 1.—Salvinia, Micheli (Dedicado al Profesor italiano Antonio Salvi- ni). Salu=salvinia (C. H.). Plantas flotantes y ramosas, con frondas celulares, enteras, sesiles é imbricadas en la parte superior. Una de estas frondas suele descomponerse en numerosos filamentos que pare- cen raices, y entre ellos, insertos sobre ramitas sin hojas en la parte más baja de los tallos, se encuentran de 4 á 8 esporocarpios globulo- sos, irregularmente dehiscentes, uni-loculares y de dos especies: unos masculinos, con microsporangios numerosos, esféricos, diminutos, pe- dicelados, fijos sobre un receptáculo central y llenos de microsporas, otros femeninos con macrosporangios cortamente pedicelados y tam- bién fijos en un receptáculo central, con una sola macrospora en cada uno (Figura II). 74 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES * S. auriculata, Aubl., de Tampico, es la única especie que se ha en- contrado en México hasta hoy. *x>Kk Esporocarpios geminados: Figura II. 1. Salvinia natans. Corte transversal de un esporocarpio para mostrar sus costillas tubulosas. 3. Corte longitudinal de dos esporocarpios, uno masculino a con sus micros- porangios, el otro femenino b con sus macrosporangios y columnilla. ES 2.—Azolla, Lám. (Nombre de origen para nosotros desconocido. También se llama Carpanthus, Rafin, y Rhizosperma, Mey.) Salv— azolla (C. H.). Son plantas flotantes y ramosas, con frondas celulares, muy pequeñas, bifidas é imbricadas. De la superficie más baja del ta- llc en la base de las frondas nacen las ramitas que llevan los esporo- carpios geminados, uni-loculares y de dos especies: uno masculino, con microsporangios ovalado—oblongos, dehiscentes en el sentido trans- versal, ocupados por varias microsporas anguloso—redondeadas, fijas so- bre una columna erguida y central; el otro femenino, irregularmente AS DE MÉXICO. 75 dehiscente, con macrosporangios esféricos y pedicelados, que encierran macrosporas globulosas y peludas. En México hay 2 especies: A. Caroliniana, Willd.—Toluca, Orizaba, México. A. Mexicana, Schl.—Sin localidad especificada. FAMILIA 166*—ISOETÁCEAS. Se compone esta familia de un solo género, £soetes, representado en México con tres especies. Son plantas graminiformes, acuático-sumer- gidas, de rizoma sumamente grueso y corto, tubuloso y suculento, de cuya parte inferior y asurcada, se desprenden gruesas raices dicotómi- cas, y de la superior, largas y numerosas hojas radicales. Son éstas li- neales ó alesnadas en la parte superior, ensanchadas por la base en una vaina semi-abrazadora, convexa al exterior y algo cóncava por dentro. Esta superficie interna está provista de una cavidad oblonga, cuyos bordes están generalmente ensanchados en una membrana que puede cubrir enteramente la cavidad, pero que con más frecuencia es rudimentaria ó incompleta. Encima de esta cavidad se encuentra una lengúeta corta y cordiforme, dirigida hacia la extremidad libre de la hoja ó fronda. En el interior de dicha cavidad se alojan los órganos reproductores, separados entre sí por delicados filamentos que van de adelante hacia atrás. Dichos órganos son uni-loculares y de dos espe- cies: macrosporangios en las hojas externas, cada uno de los cuales contiene de 40 4 200 macrosporas, divididas por una arista circular en dos hemisferios, uno regular y el otro alargado y provisto de tres cos- tillas por las cuales se efectúa la dehiscencia; microsporangios en las hojas internas, con más de 1.000,000 de microsporas en cada uno, al principio blancas y más tarde obscuras, oblongas, convexas por un la- do y surcadas por el otro. Al germinar la microspora se divide en dos células desiguales: la más pequeña, estéril, constituye el protalo mas- culino, mientras que la más grande se convierte en anteridio, en el cual se hallan los anterozoides espiralados, con un pincel de cilios en cada extremo. Como ya se dijo, la macrospora es globuloso-tetraédri- Memorias. T. XX V, 1906-1907.—8 76 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES ca; algunas semanas después de puesta en libertad, se forma en ella por germinación, un tejido que es el protalo femenino: la exospora ó mem- brana superficial se abre entonces en estrella por sus tres costillas; más tarde la endospora es reabsorbida, y el protalo sale un poco al exterior. En este punto saliente es donde se forma el primer arquegonio, proce- dente de una célula superficial, cuyo embrión, previa fecundación, se divide en 8 partes para constituir el nuevo individuo, 2 de ellas pro- ducen el pie, 2 la primera raíz, 2 el tallo y las dos restantes la primera hoja. Se diferencia esta familia de las anteriores por la naturaleza de sus órganos reproductores, y de las Selaginelas, por sus órganos vegeta- tIvos. Sus especies se hallan esparcidas por todo el mundo, pero ninguna de ellas, según parece, ha sido utilizada hasta hoy. GÉNERO ÚNICO. Isoetes, L. (Parece derivarse de isos, igual, y étos, año. Calamaria, Dill.) /s-isoetea (C. H.) Tiene los caracteres de la familia (Figura II). IT. Mexicana, Underwood.-——Sin localidad especificada. T. Montezumae, A. Eaton.—Flor de María. I. Pringler, Underwood.— Guadalajara. CLASE VI-SELAGINELAS. FAMILIA 167%—-SELAGINELÁCEAS. Son plantas muscoideas y terrestres, de tallo herbáceo y hojoso, á menudo trepador y dicotómicamente ramificado en el sentido lateral, de modo que todas las ramas se hallan en el mismo plano. Tienen raíces dicotómicas, cuyo eje se halla ocupado por algunos haces para- lelos, generalmente rodeados por una zona compuesta de lagunas lle- nas de aire, y hojas sencillas, verdes, por lo común liguladas y de dos especies, dispuestas en cuatro series: unas laterales, disticas y más gran- des; otras intermediarias que parecen aplicadas al tallo y más peque- DE MÉXICO. a a Fis ES 2 RAR Figura III. Planta entera del /soetes setacea, L. ? Base interna de una hoja del /. lacustris para ver en a el esporangio; en bla lígula; en e las cuatro lagunas del limbo, vistas en un corte trans- versal. Corte longitudinal de la figura anterior. 78 LAS CRIPTOÓGAMAS VASCULARES ñas. Dichas hojas se modifican en la extremidad de las ramificaciones fructíferas, donde forman una espiga cuadrangular, y llevan en su axi- la los órganos reproductores, que son de dos especies. En la parte in- ferior de la espiga se encuentran los macrosporangios, en el resto los microsporangios: los primeros consisten en una especie de cajas obs- curamente tetrágonas, que se abren en dos valvas tri-lobadas y contie- nen 4 macrosporas muy grandes, de superficie erizada, y los segun- dos, mucho más numerosos, ovoides ó reniformes, encierran un gran número de microsporas tetraédricas. En el interior de las microsporas, cuando germinan, se forman dos células: una estéril y pequeña, cons- tituye el rudimento del protalo masculino, y la otra, mucho más gran- de y fértil, se subdivide luego en varias células para formar el anteridio, del que salen formados, al llegar á la madurez, numerosos anterozoi- des, los que consisten en una especie de filamentos cortos, algo arquea- dos, gruesos hacia atrás, y provistos en la parte anterior de dos largos cilios vibrátiles. El protalo femenino comienza ya á formarse en el in- terior de la macrospora, cuyo protoplasma se organiza en una masa parenquimatosa que sale al exterior por la ruptura de la exospora. So- bre este protalo aparecen luego los orificios de varios arquegonios, en cada uno de los cuales penetrará en seguida un anterozoide para de- terminar la fecundación y la formación del embrión. El desenvolvi- miento de éste en tallo, hojitas, raíz y pie, lo determinan los materiales acumulados en el interior de la macrospora. Sólo comprende el género Selaginella, del cual se conocen unas 200 especies esparcidas por todo el mundo. En México hay apenas unas 25, propias en su mayor parte de los lugares húmedos y cálidos. No tienen más aplicaciones que las de embellecer los camellones de los jardines. A Esta Clase se distingue bien de la anterior por su hábito y esporan- elos en espigas terminales, mientras que de la siguiente—con la que tiene las más grandes analoglas—se diferencia principalmente por sus esporangios de dos especies. DE MÉXICO. 79 GÉNERO ÚNICO. Selaginella, Beauv. (Diminutivo latino de Selago, voz derivada á su vez del griego “selageo'” que significa “brillante.” Stachygynandrium, Diplostachyum, y Gymnogynum, Beauv.—Mirmau, Adans.—AÁcopo- dium, Neck.) Sel-selaginella (C. H.). Tiene los caracteres de la fami- lia (Figura IV). Figura IV. 1. Ramo fructífero de Selaginella denticulata, ? 2. Un Ñmacrosporangio con sus 4 macrosporas. 80 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Sus especies, que el lenguaje vulgar llama Doradillas, se reparten en 2 secciones: (a) Stachygynandrium, Beauv.—Hojas de uno sola clase dispuestas en varias series, (b) Diplostachyum, Beauv.—Hojas de dos clases, dispuestas en 4 series. TIPO V?—ISOSPOREAS. CLASE VI?2LICOPODINEAS, FAMILIA 168% —LICOPODIÁCEAS. Esta familia comprende plantas terrestres, de ordinario vivaces, con raices filiformes, sencillas al principio, pero luego dicotómicas. Tienen el tallo herbáceo, hojoso y rastrero, erguido ó recostado, sencillo ó ra- moso, y en este último caso con ramificaciones que crecen en sentido indeterminado, pero producidas por dicotomía. Su eje consta de 1,46 más haces fibro-vasculares, compuestos de vasos escalariformes y an- chos, con algunas tráqueas y vasos anulares mucho más pequeños. Se encuentran reunidos en un cilindro central, rodeado de una vaina fibrosa, recubierta al exterior de una zona cortical espesa, atravesada por los haces foliares y las raíces. En el Psilotum triquetrum el tallo encierra un solo haz fibro-vascular, provisto de una médula central. Las hojas son sencillas, sesiles y uni-nervadas, verdes ó rojizas, esca- mosas, muy pequeñas ó rudimentarias, y siempre desprovistas de bo- tones axilares. Los esporangios, siempre de una sola especie, se hallan situados tan pronto en la base de las hojas ordinarias, á lo largo de las ramificaciones, como en la base de las hojas ó brácteas terminales, dis- puestas en espigas; son sesiles y solitarios, uni-tri-loculares y bi-tri- valvares, y están llenos de pequeñas esporas homogéneas. Las esporas germinan produciendo un protalo tuberculoso, blanco-amarillento y subterráneo, que lleva al mismo tiempo anterídios y arquegonios. Los primeros están constituidos por cavidades ovoides, excavadas en el pro- DE MÉXICO | 81 e talo y recubiertas de una capa epidérmica; encierran numerosos ante - rozoides que no han sido aún examinados. Los segundos, mediante su fecundación, dan nacimiento á nuevos individuos. Esta clase difiere de la anterior, con la que tiene estrechas afinida- des, por la naturaleza monoica del protalo y por sus esporas de una sola especie. Algunas esporas son medicinales; de otras como del Lycopodium elavatum (Licopodio), se utilizan las-esporas por sus propiedades se- cantes ó inflamables. La familia se compone de 4 géneros, pero sólo dos de ellos se en- cuentran dentro de nuestros límites. E GÉNEROS REPRESENTADOS EN MÉXICO. > Esporangios uni-loculares. 1. Lycopodium, L. (Su traducción equivale á “pie de lobo.” Selago, Dill; Huperzia, Bernhardi; Didyclis, Lepidotis y Plamanthus, Beauv; Chamaeclinis, Martius.; Diphasium, Presl.) Eycolicopodia (CU. 1.). Son plantas terrestres y epifíticas, de tallos hojosos, sencillos Ó ramosos, erguidos ó colgantes, con hojas uniformes y dispuestas en varias series. Los esporangios ocupan á veces las axilas de las hojas superiores, y otros las de las brácteas terminales ó laterales, que forman espigas Có- nicas ó cilíndricas, sesiles ó pedunculadas. Esporangios bi-valvares y reniformes, sesiles y solitarios en las axilas de las brácteas ó de las ho- jas, dehiscentes por una hendedura vertical, y llenos de esporas nume- rosas y pequeñas, tetraédrico-globulosas (Figura V). En México hay 10 especies que se reparten en 2 secciones: (a.) Selago, Dill. —Esporangios esparcidos en las axilas de las hojas: L. reflevum, Lam., Huatusco, Orizaba; L. serratum, Thunb., Oaxaca; L. dichotomun, Jacq., Jalapa; L. verticillatum, L., Orizaba, Oaxaca, México; L. linifolium. L., Orizaba, Ja- lapa. (b.) Lepidotis, Beauv.—Esporangios reunidos en espigas en las axi- las de las brácteas: L. clavatum, L., Orizaba, Oaxaca, etc.; 82 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Figura V. Lycopodium serratum, L. Trozo aumentado de tallo para mostrar que las hojas son alternas y dis- puestas en espiral; 2. Corte horizontal del mismo; 3. Otro trozo sobre el cual se observa una rama rudimentaria; 4. Rudimento aislado de una rama; 5. Trozo de tallo con esporangios en las axilas de las hojas; 6. Esporas; 7. Las mismas aumentadas; 8. Esporangio y Espora de un Lycopodium. no .. => == NR a e 42 DE MÉXICO. 83 L. cernuum, L., Córdoba, Orizaba; L. complanatum, L. Chiapas, Oaxaca, Veracruz; L. inundatum, L., Clavelli- nas; ? L. taxifolium, Spring., Córdoba, Orizaba. *>k Esporangios tri-loculares. 2. Psilotum, Sw. (Parece que procede de una voz griega que signi- fica desnudo ó lampiño. Bernhardia y Hoffmannia, Willd.; Ipphia, No- ronha; Garsaultia y Bonchosia, Comm.; Tristeca, Beauv,). Lyco-psilota (C. 1.). Las plantas de este género tienen tallos comprimidos ó angu- losos, dicotómicamente bifurcados, con hojas reducidas á diminutas escamas bracteiformes y alesnadas ó sin ellas, en las axilas de las cua- les se hallan los esporangios esparcidos. Son éstos coriáceos, sesiles y tri-valvares, con esporas ovaladas, provistas de una sola estría. En México hay 2 especies: P. complanatum, Sw.—Chihuahua, Huatusco. P. triquetrum, L.— Guadalajara, Orizaba (Figura VI.) CLASE VII*—FILICINEAS, FAMILIA 169% — OFIOGLOSÁCEAS. Las plantas de esta familia tienen un rizoma carnoso y corto, del que proceden las frondas herbáceas ó subcarnosas, diferenciadas en fér- tiles y estériles, pero en ningún caso circinadas. Sus esporangios care- cen de anillo y están dispuestos tan pronto en una especie de espiga distica, como en una panoja compuesta de numerosas espiguillas. Las esporas que contienen son lisas y triangulares: al germinar producen un protalo subterráneo y sin clorofila, ovoide y pardusco, cubierto de pelos absorbentes, que lleva anteridios y arquegonios. La naturaleza del protalo acerca esta familia á las Lacopodiáceas. - mientras que la estructura del tallo, aparato radicular, etc., son carac- teres que la aproximan á otros grupos de Criptógamas Vasculares. Po- sible es que sea uno de esos grupos colectivos que parecen el punto de partida de otros varios. 84 LAS CRIPTOÓGAMAS VASCULARES Figura VI. 1. Psilotum triquetrum, L.; 2. Pedazo del tallo con una hoja rudimentaria; 3. El mismo con un esporangio tri-valvar; 4. Esporangio separado; 5. El mismo visto por debajo; 6. Corte horizontal del mismo; 7. Esporan- gio en plena dehiscencia; 8. Esporas al natural y aumentadas. Ñ DE MÉXICO. : 85 En México se halla representada con 2 géneros y 7 especies, las cua- les—que nosotros sepamos—no han tenido hasta hoy ninguna apli- cación. GÉNEROS MEXICANOS. ++ Esporangios en una panoja ramosa: 1. Botrichum, Sw. (De una voz griega que significa racimito. Os” munda, Bernh.; Botrypus, Michx.). Opñ—botrichia (CU. 1.). Sus espe- cies tienen un rizoma corto, erguido, carnoso, y frondas herbáceas ó sub—carnosas, pinadas, pinatifidas ó ternadas, con dos ramificaciones distintas, una fértil y otra estéril. La primera lleva la fructificación apa- nojada, compuesta de numerosas espiguillas que á su vez están forma- das de esporangios erguidos, sesiles, libres, bi-seriados, globulosos y co- riáceo-carnosos, dehiscentes verticalmente en dos valvas hemisféricas. La segunda tiene venas abanicado-dicotómicas ó dicotómico-bi-furca- das, procedentes de una costilla central, y venitas libres (Figura VII): En nuestra flora hay dos especies. B. ternatum, Sw.—Huatusco, Orizaba, Sierra de Ajusco. * Bb. Virginianum, Sw.--Oaxaca, Chiapas, Uuernavaca, etc. E Esporangios en una espiga dística: 2. Ophioglessum, L. (Su traducción equivale á “lengua de serpiente.” E Ophioderma, Endl.; Cheirogloss y Rhizoglossum, Presl.; Cassiopteris, Karsten). Oph-ophioglossa (C. 1.). Las especies de este género tienen e un rizoma carnoso, sub—-globuloso ó cortamente cilindrico—ovalado, y frondas sub—carnosas, á veces sencillas, con sus ramificaciones fértil y estéril, distintas y desemejantes; otras veces las frondas son bi-pluri- E ramosas, con la ramificación fértil sencilla, y la estéril dicotómicamente partida ó palmado-lobulada, provista de venas uniformemente reticu- El ladas en areolas exagonales ó redondeadas, procedentes de una costilla y de de indistinta: las últimas areolas pueden incluir venitas libres ó carecer de ellas. Las fruetificaciones forman espigas disticas, llevadas tan pron- to sobre frondas diferentes, como en la extremidad de una rama dis- tinta de la misma fronda. Se componen de esporangios horizontales, 86 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES Figura VII. A. Botriychium lunaria, Sw.; a, b, €, frondas ru ril desarrollada; e, fronda fértil; 1. Hojuel dimentarias; d, fronda esté- a estéril aislada; 2. Espigui- lla con los esporangios vistos por delante; 3. La misma vista por el dorso; 4. Esporangios aislados en el acto de la dehiscencia; 5. Es- poras. +8 : DE MÉXICO. ñ 87 elobulosos y uni-seriados á lo largo de cada margen de la fronda com- primida, con la que se sueldan; la dehiscencia de éstos se verifica por dos valvas hemisféricas é iguales. Nuestra Flora cuenta con 5 especies que pueden repartirse en dos secciones. (a.) Euophioglossum, Moore.—Espigas fértiles solitarias. (b) Chetroglossum, Moore.—Espigas fértiles procedentes de la base marginal de la fronda estéril. O. Crotalophoroides, Walt.—Nevado de Toluca. O. nudicaule, Linn. f. —Baja California, Chihuahua, México. O. palmatum, L.—La Chinantla (Figura VIII). O. reticulatum, L.—Oaxaca, Orizaba. O. vulgatum, L.—Chihuahua, Guadalajara. (Figura VII) FAMILIA 170" —-MARATIÁCEAS. Las plantas de esta familia tienen un rizoma más ó menos leñoso y grande, erguido ó recostado. De él se elevan las frondas circinadas, se- mejantes á las de los verdaderos “Helechos,” que llevan en el envés los esporangios sin anillo, agrupados en soros sin indusio, pero más ó menos involucrados. Las esporas producen por germinación un prota- lo aéreo, verde y en general cordiforme que lleva anteridios en ambas caras y arquegonios sólo en la inferior. La fecundación de estos últi- mos da lugar á la formación de nuevos individuos. Constituye la transición entre las Ofioglosáceas y las Polipodiáceas. De las primeras difiere principalmente por su protalo aéreo y frondas circinadas, y de las últimas por sus esporangios sin anillo. De esta familia figuran en la Flora mexicana 2 géneros y 4 especies que carecen de aplicaciones, á no ser que como tales se consideren las de adorno. 88 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES e GÉNEROS REPRESENTADOS EN MÉXICO. ¿ Soros oblongos y distintos, longitudinalmente bi-valvares: 1. Marattia, Smith. (Probablemente derivado del apellido “Maratt1.” Myriotheca, Comm.; Celanthera, Thouin; Discostegia, Presl.) Mar-ma- rattia (C. 1.). Plantas de rizoma grande, globuloso ó alargado, com- puesto de las bases espesas y escamiformes de las frondas. Son éstas amplias y bi-tri-pinadas, con sus venas sencillas ó bifurcadas, proce- Figura VIII. Ophioglossum vulgatum, L. Una espiga desprendida del O. palmatum, L. Porción dehiscente de la misma. Esporas muy aumentadas. Porción de espiga fructífera del O. vulgatum, UA Na DE MÉXICO. 89 dentes de una costilla central, y venitas paralelas, libres, dorsalmente soriferas en los márgenes ó cerca de ellos. Soros sesiles, involucra- dos, oblongos, duros, opacos y longitudinalmente divididos en dos valvas opuestas, constituidas por dos series opuestas de 34 11 esporan- ios soldados entre si. Dichas valvas son convexas al exterior y planas por dentro, con sus esporangios respectivos dehiscentes hacia la cara interna de las valvas por una hendedura vertical. Los receptáculos so- bre que descansan los soros están situados en medio de las venitas, y son globulosos ó lineales. Cada soro se halla sentado sobre un involu- ero escarioso, franjeado y persistente elíptico-líneal ú ovalado—orbicu- lar (Figura IX). Comprende 2 especies mexicanas: M. alata, Smith. —Chiapas, Oaxaca, La Chinantla (Figura IX). M. laxa, Kunze.—Cercanías de la capital, Córdoba, etc. 22 Soros soldados sobre toda la superficie de las frondas fértiles: 2. Danaea, Smith. (Dedicado al distinguido geólogo americano J. D. Dana. Arthrodanaea, Holodanaea y Heterodanaea, Presl.) Mar- danaea (C. 1). Plantas con rizoma leñoso, erguido ó recostado, y fron- das pinadas, en raro caso sencillas, coriáceo—carnosas, á veces con- traídas en su parte fértil y con sus pinas generalmente articuladas: tienen venas bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas paralelas, de ápices arqueadamente confluentes con el margen. Soros dorsales y lineales, situados sobre toda la longitud de las venas para- lelas, de modo que cubren casi siempre toda la superficie de las frondas fértiles. Cada soro consta de dos series lineales de esporangios carnosos, erguidos y numerosos, oblicuamente ovalados, poricidas y lateralmen- te unidos entre sí, lo mismo que por sus caras internas: están sumer- gidos en una masa confluente, carnosa, elevada y persistente, que re- presenta el invólucro, y en la madurez se abren en el ápice mediante una pequeña abertura circular. Los receptáculos sobre que descansan son delgados (Figura X). En México existen los siguientes representantes: D. alata, Sm., var. Moritziana, M.—México. ? 90 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES = A E a Na LES )) ¡ UN EN 7 Y NNSSS $ YH CN, NS | Z YA ES e ¿Vs => y Y AS 1 << LIÍÓ Figura IX. 1. Pínula de Marattia fraxinea, Sw.; 2. Porción de pínula de Marattia ala- ta, Smith.; 3. Esporangio abierto de Marattia fravinea; 1. Corte lon- gitudinal del mismo; 5. El anterior cerrado y visto de rente; 6. Espo- ras aumentadas; 7. Porción de fronda de Marattia alata, Sm.; 7 Parte superior de una fronda tierna. DE MÉXICO. 91 D. elliptica, Sm.—Estados del Sur. D. nodosa, Sm.—Sin localidad especificada. D. Stenophylla, Kunze, por otro nombre D. cuspidata, Liemb.—Re- gión Merid. Figura X. : 1, Porción de pina y raquis alado de una fronda estéril de Danaea crispa, End. y Reichb. FAMILIA 171*%-—PoLIiPoDIÁCEAS. - Las Polipodiáceas ó “Helechos verdaderos” son plantas vivaces, de tallo tan pronto rastrero y á menudo subterráneo, como erguido y le- ñoso. En las regiones tropicales este tallo puede llegar á ser arborescen- te y adquirir hasta 20 metros de elevación. A medida que se eleva, emite numerosas raíces adventicias que se entrelazan en su descenso hasta el suelo y forman alrededor del eje ó estípite un revestimiento tanto más espeso cuanto más inferior es el lugar en que se le observa. Esta dis- posición da al estípite de los “Helechos arborescentes”” un aspecto có- nico, como se ve en el tronco de las Dicotiledóneas. Sus frondas son sesiles ó pecioladas, á veces enteras, pero con más frecuencia recorta- das en segmentos de forma variable. En su primera edad se encuen- tran arrolladas en forma de cayado ó circinadas, y más tarde suelen llevar en su cara interior los esporangios reunidos en grupos, llama- dos “soros”” que pueden ser desnudos, involucrados ó recubiertos de una capa epidérmica denominada “indusio.” Los esporangios sesiles ó pedicelados, ovoides, elípticos ó globulosos, tienen una pared mem- branosa reforzada por una cinta de células espesas en forma de anillo Memorias. T. XX V, 1906-1907,—9 92 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES completo ó incompleto, longitudinal, oblicuo ó transversal. Cierta elas- ticidad en este anillo y condiciones higrométricas del aire determinan la dehiscencia del esporangio, cuyas esporas son lanzadas al exterior. Dichas esporas son ovoides, redondeadas ó poliédricas y compuestas de dos membranas: una externa ó “epispora,” espesa y resistente, lisa, estriada ó granujienta, y otra interna ó “endospora”” más delgada y ex- tensible, llena de una substancia granulosa, feculenta y oleaginosa. En el momento de la germinación la endospora se hincha, determinando así la ruptura de la epispora, y saliendo bajo la forma de un tubo más ó menos largo, que por segmentación da lugar al nacimiento de varias células yuxtapuestas. Las células más jóvenes se llenan en seguida de clorofila y luego se multiplican merced á tabiques transversales y lon- situdinales para producir de este modo una expansión foliácea, verdo- sa y en general como cordiforme, que se ha llamado “protalo,” el cual presenta en su cara inferior los “anteridios”” ú órganos masculinos, y los “arquegonios” ú órganos femeninos. Los primeros, ovoides ó re- dondos, constan de una capa de células transparentes, dispuestas en tres hileras superpuestas que rodean una cavidad central, llena de substancia granujienta, la que se organiza en células muy pequeñas, cada una de las cuales encierra luego un “anterozoide” arrollado en espiral. Al llegar á la madurez se rompe la extremidad del anteridio, y su masa granujiento-celular, es lanzada al exterior, donde se abren luego las células madres de los anterozoides á fin de que queden éstos en libertad. Los arquegonios son menos numerosos que los anteridios, y constan de una cavidad sumergida en el parenquima del protalo, pe- ro en comunicación con el exterior mediante un canal que se abre en la extremidad de un pezón prominente. Dicho canal resulta de la reab- - sorción de la hilera central del pezón, que se compone de cuatro hi- leras de cuatro células en cada una, dispuestas circularmente. La ca- vidad del arquegonio encierra una gruesa masa protoplásmica, provista de un núcleo voluminoso que sólo espera la intervención de un ante- rozoide para quedar fecundado. A partir de este momento comienza á formarse un nuevo individuo, con su raíz por un lado y un eje frondo- $ so por el opuesto. DE MÉXICO. 93 Esta es la familia más importante por su extensión de las Criptó- gamas Vasculares, pues se puede calcular en 200 .el número de géne- ros que la integran y en 3,000 el de las especies. Su distribución, co- mo la de todas las demás plantas “esporiferas,”” es generalmente más extensa que la de las plantas “seminiferas,” y de aquí sin duda que se “encuentren esparcidas por todo el mundo. Sólo en México hay 53 de los primeros y 607 de las segundas. La familia, tal como la hemos limitado en el cuadro anterior, com- prende 6 tribus bien caracterizadas cuyas distinciones esenciales con- signamos en seguida. Las aplicaciones que se hacen de los “Helechos” son bastante nu- merosas, pero en general poco importantes. En todo tiempo el vulgo asignó diferentes virtudes curativas al “He- lecho macho,” pero sólo en nuestra época lo ha preconizado la Cien- cia como un anti-helmíntico poderoso. Igualmente se emplean en medicina varios Adiantum, en tanto que se utiliza por sus cualidades alimenticias el Ceratopteris thalictroides. Por lo demás, todos los He- lechos sin distinción, pueden servir ventajosamente como plantas de adorno. | Difiere esta familia de la anterior sobre todo por el anillo de que es- tán provistos sus esporangios, y de la siguiente por la presencia de ho- jas bien desenvueltas y la carencia de “eláteres” en las esporas. TRIBUS. h Anillo rudimentario Ó incompleto, giboso ó muy A A A O I. Osmundineas. Amilo ipolar (completo mescla tineest roo canoas cba tine II. Esquiceineas. Soros extrorso-mar- Anillo ecuatorial, ol ginales.........--: TIT. Tricomanineas | [ Soros dorsales......... IV. Gleiquenineas. Esporangios sesiles ó sub- Anilllo vertical, casi com- Sesiles ib cuan didas V. Ciateimeas. - Polipodiáceas. pleto. Esporangios gibosos y pedicelados............... VI. Polipodineas. 94 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES TRIBU I1.—OSMUNDINEAS. >» Esporangios bi-valvares: 1. Osmunda, L. (Nombre botánico del “Helecho real” ó6 “Helecho florido.” —Struthiopteris, Bernh.; Aphyllocalpa, Cav.; Reidlea, Mirb.; Plenastum, Presl.; Osmundastrum, Presl.) Pol-osmunda (C. 1.) Son plantas de rizoma alargado, con frondas herbáceas ó coriáceas, pinadas ó bi-pinadas, á menudo articuladas: tienen los segmentos estériles bi- furcados, procedentes de una costilla central, de ramificaciones libres, y los fértiles contraídos, de ordinario raquiformes, sencillos ó compuestos, cuyo conjunto forma una panoja que ocupa tan pronto una fronda dis- tinta, como la parte terminal de la misma fronda. Esporangios apiña- dos en los márgenes ó sobre la superficie de los segmentos, ovalado= slobulosos, sesiles ó pedicelados, con un anillo giboso, incompleto ó rudimentario, representado por unas cuantas estrias paralelas que se en- cuentran cerca del ápice, y dehiscentes verticalmente en dos valvas he- misféricas é iguales. Las dos especies de nuestra Flora pertenecen á dos secciones dis- tintas: (a.) Enosmunda, Moore.—Pina superior transformada en una pa- noja terminal: O. regalis, L. Rio Blanco (Figura X!). (b.) Osmundastrum, Presl.—Frondas fértil y estéril distintas: O. cinnamomea, L., Huatusco. + XA Esporangios no valvados: 2. Ceratopteris, Brongn. (Literalmente traducido significa “Helecho cornudo.” Belvisia, Mirb.; ¿Chladostachys, Wall.; Cryptogenis, Rich.; Teleozoma, R. Br.; Ellobocarpus, Kaulf.; Parkeria, Hook.; Furcaria, Desv.) Pol-ceratopteria (C. 1.). Al parecer comprende una sola especie cosmopolita. Es ésta un helecho acuático, de rizoma corto, erguido, y frondas dimorfas, anuales, proliferas, herbáceo-membranáceas y bi- cuadri—pinatifidas: las estériles tienen venas uniformemente reticula- das en areolas oblongas, oblicuas y exagonales, y las fértiles tienen 4 DE MÉXICO. 95 venas poco numerosas, longitudinales y anastomosadas á distancia, con los segmentos lineales, revueltos y silicuiformes. Soros indusiados, con- tinuos sobre las velas longitudinales, formados de pocos esporangios elobulosos, provistos de un anillo incompleto muy ancho, que á veces 4 l SS TN, (IEA | A ALTA o Yo Figura XI. 1. Fronda fértil de Osmunda regalis, L. (Porción de). 2. Porción de fronda estéril. 3. Segmento con esporangios aumentados. 4. Esporangio bi-valvar aislado. 5. Esporas. sólo consiste de 3 ó 4 estrías. Indusio universal, compuesto de los márgenes membranáceos y revueltos de los segmentos angostos y. sili- cuiformes. La especie aludida, C. thalictroides; Brongn., de Tehuantepec, ha recibido numerosas denominaciones. 96 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES TRIBU 11.—ESQUICEINEAS. + Esporangios con estrías unidas en el ápice sin dejar ningún espacio vacío; plantas trepadoras: j Venas libres: 3. Lygodium, Sw. (Su traducción equivale á “bejuco,” por el hábi- to trepador de sus especies. — Gisopteris, Bernh.; Odontopteris, Bernh.; Ramondia, Mirb.; Hydroglossum, Willd., en parte; Ugena, Cav.; Ctei- sum, Rich.; Vallifiliz, Thou.; Arthrolygodes, Presl.) Pol-lygodia (C. [.). Las plantas de este hermoso género son helechos trepadores, de rizoma cespitoso ó rastrero, con sus frondas ramosas, de raquis trepa- dor: sus ramificaciones son en general conjugadas, ya pinadas, ya di- versamente palmado-—partidas ó pinatifidas, con sus pinas á veces arti- culadas y deciduas, y venas bifurcadas una ó más veces, procedentes de una costilla central: Las venitas de las espiguillas fértiles son libres y esporangiferas en el lado anterior. Las fructificaciones forman espi- guillas disticas y comprimidas, salientes sobre los dientes marginales. Esporangios inclusos en indusios bracteiformes, escariosos, persisten- tes, imbricados y ovalado-abarquillados: dichos esporangios son soli- tarios en el lado anterior de las venitas, transversalmente adheridos, ovalados y sesiles, provistos de un anillo polar multi-radiado (Figu- ra XII). En México hay dos especies: L. Mexicanum, Presl.—Colipa, Chiapas, Las Palmas. L. venustum, Sw.—Chiapas. ij Venas reticuladas: 4, Hydroglossum, Willd. (Literalmente traducido significa “lengua de agua.” — Lygodictyon, J. Sm.) Pol—hydroglossa (C. 1.). El único ca- rácter que lo distingue del género anterior consiste en su venación re- ticulada. Sus venitas, en efecto, se anastomosan para formar 2,3 6 4 series de areolas exagonales, oblicuamente alargadas y desiguales (Fi- gura XII). : EEG ZA DE MÉXICO. 97 OO EI» Figura XII. A. Ligodium circinatum, Sw., por otro nombre Hydroglossum circinatum, Willd. (% t. n.) 1. Pínula con espiguillas fructíferas; 2. Espiguilla aislada; 3. Esporangio abierto, incluso en su indusio bracteiforme; 4. Esporas. 98 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES La única especie mexicana es el H. heterodoxum, Willd., por otro nombre Lygodvum heterodoxum, Kunze, de Teapa y la Sierra de San Pedro Nolasco. HA Esporangios con estrías no unidas en el ápice, de modo que éste se halla ocupado por un espacio orbicular vacío; plantas r 1 = herbáceas y muy pequeñas: + Fructificaciones apanojadas en apéndices especiales, contraídos en forma de pinas: 5. Sehizaea, Smith. (De una voz griega que significa “hendedura.” Lophidium, Rich.; Ripidium, Bernh.; Belvista, Mirb., y Actinostachys, Wall.) Pol=schizaea (C. 1.). Este curioso género comprende helechos de rizoma rastrero y frondas tan pronto sencillas, que cuando son fér- tiles llevan una cresta en forma de peine ó digitada, con pinas ter- minales y apiñadas, como abanicadas ó dicotómicamente partidas, con las crestas fértiles en el ápice de los segmentos, tienen las venas aba- nicado-dicótomas ó reducidas á la costilla central, y las venitas pro- longadas en los dientes apicales. Sus fructificaciones son apanojadas» con los esporangios llevados en la superficie interna de las crestas ó apéndices fértiles y contraídos, que son digitado-pinados, ó pinados á la manera de un peine y más ó menos conniventes. Dichos esporangios son ovalados, sesiles y dispuestos en una ó dos series sobre cada lado de la costilla de los segmentos de los apéndices, con un anillo polar multi-radiado. La única especie mexicana, £. elegans, Sw. de Oaxaca, pertenece á la sección Lophidium y tiene los esporangios biseriados en una pano- ja pinada á la manera de un peine, sobre frondas abanicadas y más ó menos dicotómicas (Figura XII). E Fructificaciones apanojadas sobre frondas distintas ó ramificaciones laterales: x Venas libres: 6. Anemia, Sw. (De una palabra griega “aneimon,” que significa “desnudo.” Ornithopteris, Bernh.; Anemirhiza, J. Sm.; Coptophyllum, Gardn.; Spathepteris, Presl.; Aneimia, Sw., y otros). Pol-anemia (C. DE MÉXICO. 99 Figura XIII. A. Schizaea elegans, Sw. (2 del tamaño natural); 1. Pina terminal esporan- gítera; 2. Pínula aumentada de la misma, vista por delante; 3. La mis- ma vista por detrás; 4. Esporangio; 5. Esporas de tamaño natural; 6. Las mismas aumentadas. 100 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES 1.). Los helechos de este género tienen el rizoma á veces corto y ergui- do, y otras rastrero. Es característico por las ramificaciones distintas de sus frondas que respectivamente simulan el follaje y la inflorescen- cia de una planta fanerógama. Estas frondas son pinadas ó bi-tri-pi- nadas, y tan pronto de una sola forma como dimorfas, en cuyo primer caso sus ramificaciones son siempre en número de tres, dos laterales erguidas, distintas y estipitadas, y la terminal estéril, extendida, con venas abanicadamente dicótomas, procedentes de una costilla central á veces indistinta, y venitas libres. Las ramas laterales de la fronda con- traída, raquiformes y recompuestas, llevan la fructificación apanojada en sus segmentos, que son esporangiferos unilateralmente. Esporan- gios sesiles, ovalados ó sub-globulosos, bi-seriados en los últimos seg- mentos, con un anillo polar multi—radiado. A nuestra flora pertenecen 8 especies y 1 variedad: A. adrantifolia, Sw.—San Luis, Orizaba, Tabasco, Chiapas (Figu- ra XIV). A. affinis. Bac.—Región del Norte. A. breuteliana, Presl.—Orizaba. A. hirsuta, Sw.—Oaxaca, Orizaba, Guadalajara, A. Mexicana, Klotz.-—Tampico, Monterrey, San Luis Potosí. A. oblongifolia, Sw.—Oaxaca. A. phyllitidis, Sw.—Córdoba, Jalapa, Cuernavaca. A. tomentosa, Sw.—Guadalajara, var.—fulva Hook y Bak.—El For- tín, Oaxaca. wx Venas reticuladas: 7. Anemidictyon, J. Sm. (Derivado de “aneimon,” desnudo, y “dik- tyon,” red, Aneimidictiyum y Phyllitides, Presl.) Pol-anemidictya (C: [.). El único carácter que le distingue del género anterior consiste en su venación reticulada. En éste las venas son bifurcadas y paralelas, procedentes de una costilla central, y las venitas irregularmente anas- tomosadas en areolas angostas, oblicuas y alargadas. A. Phyllitides, J. Sm., es el único representante de nuestra Flora. Se le encuentra en el Cantón de Córdoba, Ver. DE MÉXICO 101 Figura XIV. A. Anemia adiantifolia, Sw. (2 del tamaño nat.). 1. Tallo subterráneo ho- rizontal; 2. Fronda estéril soldada con Otras dos fértiles laterales; 3. ; Porción de panoja aumentada; 4. Espiguilla vista de frente; 5. La mis- ma vista por detrás; 6. Esporangio desprendido 5 7. El mismo abierto; 8 y 9. Esporas en estado natural y aumentadas. 10. Anemia tomento- sa, Sw. var. fulva, H. y B. 102 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES TRIBU I1I.—TRICOMANINEAS. XxX Involucros tubulosos ó en forma de una urna: 8. Trichomanes, L. (Del griego “trichos'* cabellos, y “máina,” ma- nía. Sus especies son velludas. Tiene hasta 23 sinónimos: Didymoglos- sum, Desv.; Bergera, Schaff.; Lecanium, Cardiomanes, Cephaloma- nes, Ragatelus, Pachychaetum, Chilodium, Crepidium, Meringium, Hemiplebium, Microgonium, Abrodictyum, Neurophyllum, Macrogle- na, Taschnesia, Leucomanes, Pleuromanes, Pseudachomanes, Amphipte- rum, Crepidomanes, Odontomanes y Homoetes, Presl.) Pol-trichomanea (C. 1.). Este hermoso y extenso género de helechos semitransparentes tiene los rizomas á veces filiformes, rastreros ó cespitosos, y las fron- das sencillas, pinadas ó recortadas, translúcido-membranosas, con me- nos frecuencia coriáceas: tienen venas sencillas, bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central 6 abanicado-dicotómica, y venitas libres, á veces prolongadas en los dientes marginales. Soros involucra- dos, sesiles en una especie de vejigas, extrorso-marginales, sumergi- das en los márgenes de las frondas: del centro de cada una se levanta la continuación filiforme y saliente de las venas, á la manera de una columnilla libre que lleva en su base los esporangios sesiles y lenticu- lares. Involucros campanulados ó infundibuliformes, bi-Jabiados, ó truncados y enteros en el borde (Figura XV). Sus especies, de las cuales hay una docena dentro de nuestros lími- tes, se distribuyen en 2 secciones: (a) Eutrichomanes, Moore.—Involucros truncados. (b) Didymoglossum, Desv.-- Involucros bi-labiados. XX Involucros bi-valvados: 9. Hymenophyllum, Smith. (Su traducción equivale á frondas trans- lúcido-membranosas, del griego “hymen,” membrana, y “phyllon,” hoja. Tiene hasta 11 sinónimos: Ptychomanes, Hedw.; Hymenoglossum, Sm.; Leptociontum, Sphoerodium, Myrmecostylum, Oyeloglossum, Cras- pedophyllum, Ptychophyllum, Sphaerocionium, Mecodium y Dermato- phlebium, Presl.) Pol-hymenophylla (C. 1.). Comprende helechos de AA ANS a DE MÉXICO. 103 NA AS AS: A Na LIE ' PRO ES OS GAN A PASES EST NS "y SS 5 ds y PS 2, SS un 0 LE - Figura XV. Trichomanes crispum, Plum.; 1. Planta entera, tamaño reducido; 2. Pínula muy aumentada; 3. Columnilla muy aumentada; 4. Esporangio de un Trichomanes. 104 > LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES rizoma rastrero, generalmente filiforme, y frondas sencillas ó diversa- mente recortadas, con sus venitas libres y venas dicotómicamente ra- mosas, sencillas y semejantes á una costilla en los últimos segmentos, ó sencillas y paralelas, procedentes de una costilla central, en las fron- das indivisas. Soros involucrados, esto es, sentados en el interior de un E involucro bi-valvar, estrorso-marginal y oblongo ú orbicular: de su centro se levanta un receptáculo cilíndrico ó6 globuloso en el ápice, que lleva los esporangios sesiles ó subsesiles, turbinados ó lenticulares. (Figura XVI). AE A AI IZ SO AA A A Figura XVI. 1. Hymenophyllum fucoides, Sw.; 2. Hymenophyllum Tunbridgense, Sm.; 3. Un involucro del mismo. AAA RÓS DE MÉXICO. 105 Esparcidáas por diversas regiones, de este género hay en México 17 especies, TRIBU 1V.—GLEIQUENINEAS, 10. Gleichenza, Smith. (Dedicado al "botánico ¡alemán Federico Gui- - lermo Gleichen; Mertensia, Willd.; Dicranopteris, Bernh.; Calymel- la, Sticherus, Hicriopteris y Gleichenastrum, Presl.) Pol-gleichenia C. I.). Helechos de rizoma rastrero y frondas rígidas, opacas, á veces pinatífidas, pero más á menudo una ó más veces dicotómicamente di- vididas: tienen los segmentos pequeños, ovalados ú orbiculares, y en ocasiones revueltos, ó más grandes y planos, oblongos ó lineales. Po- seen venas sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres. Soros redondos y sin indusio, superficiales ó sumergi- dos, compuestos de 2 4 12 esporangios sesiles, deciduos, globuloso- piriformes, á veces escondidos bajo los márgenes revueltos. Los recep- táculos pueden hallarse al principio, á la mitad ó al fin de las venitas (Figura XVII). Las 10 especies de nuestra Flora se reparten en 2 secciones: (a.) Calimella, Presl.—Soros terminales, compuestos de 2 á 4 espo- rangios. (b.) Mertensia, Willd.—Soros al principio ó á la mitad de las ve- nitas, compuestos de 3 á 12 esporangios. TRIBU V. —CIATEINEAS. (Y) Soros desnudos ó espuriamente involucrados: 11. Alsophila, R. Br. (Traducido al español significa “amigo de las selvas.” Tiene hasta 10 sinónimos: Dicranophlebia, Mart.; Chnoopho- ra, Kaulf.; Gymnosphaera, Blume.; Haplophlebia, Mart.: Hymenoste- gía, J. Smith.; Trichostegia, J. Smith.; Trichosorus, Liebm.; Trichop- teris, Lophosoria y Dichorexia, Presl.) Pol-alsophila (C. 1). Los helechos de este género tienen un estípite erguido y espeso, á veces ramificado y 4 menudo arborescente. Sus frondas son grandes, her- 106 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES <= VW E ES Dz HE =S NES S EN E ES < e == ES EY ho => 2 VE y SS 3 2 VA ES BN es 7% SN NE TZ 2 SS A 12) NE SS SN IZIZS o. 2 A A O Figura XXX. 1. Pina de Vephrolevis sflendens, Presl.; 2 Fragmento aumentado de la misma para mostrar las venas y los soros; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Frag- mento de Nephrolepis tuberosa, Presl.; con soros arriñonados; 6. Su es- porangio; 7. Esporas de la misma, dusiados, globulosos, de ordinario sobre receptáculos situados en la medianía de las venitas. Indusio redondeado—reniforme, plano ó abo- vedado, fugaz ó persistente, fijo por su seno (Figura XXXI). Las especies que ponemos á continuación son consideradas por al- gunos como pertenecientes al género Nephrodium: L. Filiz=mas, Presl.—San Luis Potosí, Oaxaca, Puebla, Chiapas; (Figura XXXI). L. patens, Presl.—Todo México. L. Sprengeli, Presl.—Tabasco. DE MÉXICO. 125 Figura XXXI. 1. Pínulas de Lastrea Filtx-mas, Presl.; 2. Pínula aumentada para mostrar la venación bi-furcada; 3. Porción de la anterior con un soro y su indusio; 4. Esporangio; 5. Esporas; 6. Segmento de Lastrea crinita, Moore., : con venas sencillas; 7. Fragmento de L. Sieboldii, Moore, con venas pi- nadas. 126 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES SUB—TRIBU 4. ASPLENIEAS. “Y Soros situados sobre el dorso de las venitas, llevados por receptáculos oblongos y terminales: 25. Didymochlaena, Desv. (El nombre significa “doble cubierta” en atención á la forma del indusio. Tegularia y Ceramium, Reinw.; Mo- nochlaena € Hippodium, Gaud.; Hysterocarpus, Langsd.). Pol-didy- mochlaena (C. 1.) Hermosos helechos de rizoma arborescente y fron- das coriáceas, bi-pinadas, con sus pínulas casi ó del todo dimidiadas, obtusas, sin costilla y articuladas: tienen venas abanicadamente bifur- cadas, con las venitas libres y rectas, unas soriferas en su extremidad y otras estériles, algo masudas en el ápice. Soros indusiados, elíptico= oblongos, sobre receptáculos oblongos y dorsales, situados en el ápice de las venitas. Indusio de la misma forma, obtuso en ambos extremos, adherido longitudinalmente á lo largo de su parte media á una eleva- ción crestada del receptáculo, pero libre en ambas orillas. La única especie de nuestra flora, propia de Misantla, se llama D. lumulata, Desv. (Figura XXXID. Y H Soros laterales ó sub-laterales con respecto á las venas: 21 Indusios sencillos y distintos: h Soros oblicuos, oblongos ó lineales: 26. Asplenium, L. (Compuesto griego que significa “sin bazo,” pero no sabemos á qué se refiera. Tiene los siguientes sinónimos: Caenop- teris, Berg.; Daraea, Juss.; Onopteris, Neck.; Phyllitis, Moench.; Ho- maloneuron, Kl.; Tarachia, Presl.; Brachysorus, Presl.; Hypochlamys y Daraeastrum, Fee.) Pol-asplenia (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, á veces estolonifero, y frondas co- riáceas, herbáceas ó membranáceas, en raro caso raquiformes, sencl- llas, lobuladas, pinadas ó diversamente recortadas; á menudo lo mis- mo el raquis que las venas son prolíferos. Estas últimas son sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla central, ó bifurcadas desde la base de los segmentos, en cuyo caso desaparece la costilla central ó es DE MÉXICO. 127 poco aparente: sus venitas son paralelas, libres y derechas. Soros indu- siados, oblicuos y lineales, cortos ó alargados, sobre receptáculos late- rales, situados generalmente en el lado anterior de las venitas, pero Figura XXXII. 1. Pínula de Didymochlaena lunulata, Desv.; 2. Pínula aumentada de la mis- ma; 3. Fragmento de la anterior, para mostrar un soro aumentado; 4. Esporangio; 5. Esporas. también invertidos en las orejuelas basilares. Indusio lineal y mem- branáceo, plano ó abovedado. A. blepharodes, Eaton, sp. n. Baja Ca- lifornia (Figura XXXIID. Sus numerosos representantes, de los que hay unos 80 dentro de nuestros límites, se distribuyen en las siguientes secciones: A. Indusio Above: (a.). Allantodia, R. Br.—Soros cortos, oblongos y 4 menudo basi- lares; frondas bi-tri-pinadas. 128 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES / Q Figura XXXIII. 1. Asplenium Blepharodes, Eaton, sp. n.; 2. Una pínula del mismo; 3. In- dusio; 4. Esporangio; 5. Espora. DE MÉXICO. 129 B. Indusio plano: (b.). Daraea, Juss.—Soros oblongos. (c.) Acropteris, Link.—Soros lineales. hh Soros en forma de herradura ó media luna: ” nombre usado por los 27. Atyrium, Roth. (Del griego “athyrion,' antiguos para designar un helecho indeterminado, Solenopteris, Zenk.). Pol-athyria (C. 1.). Las plantas que lo integran son helechos de rizo- ma corto, erguido ó rastrero, y frondas herbáceas, bi-tri—pinadas, con venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, y venitas libres, á veces pinadas. Soros indusiados, más ó menos arqueados, á veces en forma de herradura. Indusio de la misma forma, á menudo desga- rrado. Las especies siguientes, únicas existentes en México, se consideran hoy como pertenecientes al género anterior. Á. arcuatum, Liebm.—Veracruz. A. asplenoides, Desv. var. angustum, M.—México. A. Filix-faemina, Roth. —Norogachi (Figura XXXIV). A. sphaerocarpum, Fée.—México. 29 Indusios apareados cara con cara: 28. Scolopendriúm, Smith. (Este vocablo corresponde al vulgar cas- -tellano de “ciento pies,” por tener alguna de sus especies las hojas pa- recidas al animal en cuestión Phyllitis, Newm.) Pol-scolopendria (C- I.). Son helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, y frondas her- báceas, gruesas, sencillas ó pinadas, á menudo onduladas, multífidas ó lobuladas, con venas bifurcadas desde la costilla central, y venitas derechas, libres y paralelas, terminadas en un ápice masudo. Soros in- dusiados, lineales y con frecuencia alargados, aproximados por pares paralelos y opuestos sobre receptáculos situados á derecha é izquierda de las venitas, correspondientes á fascículos adyacentes de las venas. Indusios geminados, lineales, planos, membranosos, adheridos entre sí á uno y otro margen de cada soro, dehiscentes por una hendedura común, central y longitudinal. E 130 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Figura XXXIV. 1. Pínula de Athyrium Filiz-foemina, Roth.; 2. Fragmento aumentado de la misma para mostrar los soros encorvados; 3. Esporangio; 4. Esporas. En México hay dos especies: S. nigripes, Hook.—Chiapas, Córdoba, Orizaba, San Luis Potosí. S. vulgare, J. Sm.—Chiapas (Figura XXXV). Esta última especie es una de las más prolíficas en variedades y formas monstruosas entre todos los helechos conocidos. i 2294 Indusios apareados dorso con dorso: 29. Diplazium, Sw. El nombre alude á la naturaleza “doble” de cada “indusio.” Lotzea, Klotl y Karst.) Pol—diplazia (C. 1.). Compren- de helechos de rizoma corto, erguido, rara vez sub-arborescente, y fron- das herbáceas ó coriáceas, sencillas, pinadas ó diversamente compues- tas, con venas sencillas desde la costilla central, y venitas libres y derechas. Soros indusiados, lineales, todos dobles ó sólo los más bajos, DE MÉXICO. 131 esto es, situados sobre receptáculos que ocupan ambos lados de las ve- nas. Indusio angosto, membranáceo, plano ó abovedado: en los soros “sencillos el indusio se abre del mismo modo que en el género Asple- ES ESSS5 NS Figura XXXV. 1. Scolopendrium vulgare, Sm.; 2. Fragmento de fronda del mismo; 3. Espo- rangio; 4. Esporas. núum, mientras que en los dobles se sueldan dos indusios por su dor- so á lo largo de la misma venita para abrirse á su derecha é izquierda (Figura XXXVI). Sus especies, de las que hay una docena en nuestra Flora, se distri- buyen en 2 secciones: -(a.) Eudiplazvum, Moore?—Soros lineales, indusio plano. (b.) Didymochlamys, Moore?—Soros cortos; indusio abovedado. 132 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES SUB—TRIBU D.—LINDSEAS. 30. Lindsaea, Dryander (Dedicado á “Lindsay,” botánico inglés, Isoloma, J. Smith.; Linsaynium, Fée.; Lindsaya, Kaulf.) Pol-linsaea (C. 1.)) Son helechos de rizoma trepador y frondas herbáceas ó sub= coriáceas, sencillas, pinadas ó bi-tripinadas, con sus pinas ó pinulas á veces articuladas é inequiláteras, fértiles en ambos márgenes ó sólo en Figura XXXVI. 1. Fragmento de pina de Diplazium grandifolium, Sw.; 2. Esporangio; 3. Es- poras. / el superior: tienen venas abanicadamente bifurcadas, sin costilla, ó bi- furcadas desde una costilla central, con sus venitas derechas, á veces libres y otras combinadas en las extremidades á causa de los recep- táculos. Soros indusiados, oblongos ó lineales, continuos ó interrum- pidos, en receptáculos casi marginales. Indusio membranáceo, igual ó más corto que el margen de la fronda, dehiscente por el lado exterior (Figura XXXVII). Comprende 2 secciones: (a.) LIsoloma, J. Smith.—Frondas con divisiones isómeras á ambos lados de la costilla central. DE MÉXICO, 133 (b.) Eulindsaea, Moore.—Frondas sin costilla, con sus divisiones abanicadas ó dimidiadas. A México pertenecen las 4 especies siguientes: = Figura XXXVII. 1. Porción de fronda de Lindsaea trapeziformis, Dryand; 2. Pina Lindsaea horizontatis, Hook. L. imbricata, Lieom —Región Meridional; L. Portoricensis, Desv., Oaxaca; £. stricia, Dryand., Oaxaca, Sierra San Pedro Nolasco; L. tra- peziformis, Dryand., Talea, Oaxaca (Lámina XXXVII). 134 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES SUB—TRIBU 6.— PTERIDEAS. ¿ Receptáculos invertidos, con los esporangios fijos en la superficie inferior del indusio: 31. Adiantum, L. (Su traducción corresponde á “siempre seco” á causa de sus frondas lisas y como barnizadas, que no obstante vivir de ordinario en lugares húmedos y obscuros no conservan humedad, Adiantellum, Presl.; Apotomia, Fée.; Sinechia, Fée.; Mesopleuria, Moore.). Pol-adianta (C. 1.). Es un genero perfectamente natural que comprende helechos de rizoma masudo, ó corto y rastrero, con las frondas coriáceas ó herbáceas, sencillas ó diversamente recortadas: sus | pinas son á menndo articuladas y por lo común dimidiadas y sin cos- tilla. El raquis y el peciolo son negros y lustrosos. Tienen venas aba- nicadamente bifurcadas, ó bifurcadas desde una costilla central, con sus divisiones ó venitas repetidas, paralelas, libres y continuas en las partes fértiles con el indusio, el cual es venosito, formado por un ló- bulo marginal, membranáceo é invertido y esporangífero por debajo, de modo que los receptáculos resultan invertidos. Soros marginales y transversales, oblongos, reniformes ó lineales, continuos ó interrum- pidos, en receptáculos situados en la cara inferior del indusio, proce- dentes de las extremidades de 2 6 más venitas convergentes. Las 26 especies de nuestra Flora se distribuyen en las 3 secciones siguientes (Figura XX XVIID). (a.) Mesopleuria, Moore —Costilla central presente; soros lineales, continuos y alargados. (b.) Synechia, Fée.—Costilla ausente; soros continuos y alargados. (c.) Adiantellum, Presl. Costilla ausente; soros oblongos ó redon- deados. 24 Receptáculos normales, ó sea con los esporangios adheridos á la superficie de la fronda: *x HKeceptáculos lineales y transversales: 32. Pteris, L. (De una palabra griega que significa “helecho.” Tie- ne hasta 13 sinónimos: Thelypteris, Adam.; Cincinalis, Gledilch.; DE MÉXICO. 135 Figura XXXVIII. A, Adiantum tenerum, Sw. (2 tamaño natural); 1. Pina aislada; 2. Porción de la precedente para mostrar la estructura del indusio, el cual en a se halla levantado; 3. Esporangio; 4. El mismo en el acto de la dehiscen- cia, con las esporas que salen de él. 136 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Oetosis, Neck.; Monogonia, Presl.; Eupteris, Agardh.; Ornithoopteris Agardh.; Pteridopsis, Link.; Eupteris, Newm ; Eytoneuron, Kl.; Nym, phopteris, Webb. y Berth.; Macropteris, Webb. y Berth.; Pyenodoria, Presl.; Lonchitidium, Fée.). Pol-pterida (C. 1.). Los helechos de este género tienen el rizoma rastrero, á veces muy largo, ó corto y erguido con sus frondas variables, de ordinario grandes, herbáceas ó coriáceas, provistas de venas libres ó bifurcadas desde la costilla central, y veni- tas libres. Soros indusiados, marginales y lineales, continuos ó inte- rrumpidos, en receptáculos lineales y transversales. Indusio membra- náceo y dé la misma forma (Figura XXXIX) Los 19 representantes que hay en México se distribuyen en 2 sec- ciones: j (a.) Eupteris, Agardh.—Prefoliación terminal (Figura XXXIX). (b.) Ornithopteris, Agardh.—Prefoliación lateral. Gon la P. candata, L., Maxon establece un nuevo género, Pteridium candatum, de la Isla Cozumel, y que en lengua maya se llama x-ual— kanal. *o>k Receptáculos puntiformes: XxX Rizoma rastrero y muy largo; soros en la axila de los segmentos; frondas grandes y herbácens: 33. Hipolepsis, Bernh. (Su traducción corresponde á “escama in- ferior” por alusión á la adherencia del indusio). Pol-hypolepida (C, [.). Helechos de rizoma largamente rastrero y frondas por lo común grandes, herbáceas, bi-tri-cuadri-pinadas, con sus venas sencillas ó bi- furcadas desde una costilla central, y venitas iibres. Soros transversales, marginales, distintos y sub=-orbiculares, sobre receptáculos puntiformes, situados en las extremidades de las venas, correspondientes por regla general á las axilas de los lóbulos. Indusio sub=orbicular y oblicuo- más ó menos membranáceo (Figura XL). En México hay dos especies: H. Californica, Hook.—Sonora y Baja California. H. repens, Presl.—Orizaba, Oaxaca, y Chiapas (Figura XL). A di el DE MÉXICO. 137 Figura XXXIX. A. Pteris aquilina, L. (14 del tamaño natural); 1. Rizoma rastrero; 2. Pínula vista por el lado de la fructificación; 3. Fragmento de la anterior para mostrar en a los soros y en b el indusio; 4. Esporangio; 5. El mismo abierto; 6. Esporas; 7. Trozo de tallo, en cuya sección creyó ver Linneo las armas del imperio alemán, de donde procede el nombre específico. 138 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES , Figura XXXIX. 1. Pina de Pteris longifolia, L.; 2. Fragmento aumentado de la misma; 3. Es- porangio; 4. Esporas; 5. Fragmento de Pteris aqguilina, L., con indusio abierto; 6. Sección del mismo, para mostrar la posición natural deljin- dusio; 7. Anterozoide de P. Serrulata. DE MÉXICO. 139 xo X. Rizoma, corto, soros esparcidos á lo largo de las orillas de los segmentos, frondas por lo común pequeñas y membranácers: O Indusios orbiculares y distintos: 34. Adiantopsis, Fée. (“Aspecto de Adiantum.” Actinopteris, J. Sm.; Aspidotis, Nutt.) Pol-adiantopsida (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto, masudo ó rastrero, y frondas herbáceas, pinadas ó bi= Figura XL. 1. Pínula fértil de Hypolepis hostilis, Pres].; 2. Pínula fértil de Hypolepis re- pens, Presl; 3. Su esporangio; 4. Esporas. Memorias. T. XX V, 1906-1907.—12 140 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES tri-pinadas, á veces pentagonales ó radiadas, con sus pínulas ó pinas continuas ó articuladas; el raquis, lo mismo que el peciolo, son negros y lustrosos. Venas sencillas ó bifurcadas desde una costilla central fle- xuosa y á veces indistinta ó poco aparente, y venitas libres. Soros in- dusiados, transversales, marginales y sub—orbiculares, con pocos espo- rangios situados sobre receptáculos puntiformes en las extremidades de las venas. Indusio redondeado, membranáceo y delgado. A. radiata, Fée., es la única especie existente en México. OO Indusios redondeados ó por confluencia más ó menos alargados: 35. Cheilantes, Sw. (Literalmente traducido significa “flor labia- da.” Gymnia, Hamilt.; Othonoloma, Link.; Physapteris, Presl.; Myriop- teris, Aleuritopteris, Cherloplecton y Synochlamys, Fée.) Pol-cheilan- thea (C. 1.). Este género comprende helechos de rizoma masudo 6 cortamente rastrero, raquis y peciolos por lo general negros y lustrosos, y frondas generalmente pequeñas, pinadas, pinatifidas ó bi-tri-pinadas, membranáceas ó subcoriáceas, á veces pulverulentas y otras densamen- te peludas ó escamosas en el envés: tienen venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, y venitas libres. Soros indusiados, margina- les y transversales, de ordinario llevados por un lóbulo ó diente rever- sado, en general sub—orbiculares, pequeños y distintos, pero á veces contiguos y alargados por confluencia lateral sobre receptáculos punti- formes situados en las extremidades de las venas. Indusio membraná- ceo ó formado de porciones ligeramente alteradas y revueltas del mar- gen: en todo caso tiene la misma forma que el soro al cual recubre (Figura XLD). Las 25 especies de nuestra Flora se distribuyen en dos secciones: (a.) Eucheilanthes, Moore.—Segmentos no en forma de bolsa, con indusios distintos ó á veces confluentes. (b.) Physapteris, Presl.—Segmentos pequeños, redondeados en for- ma de bolsas, con el indusio entero y comunmente cerrado por su dorso. DE MÉXICO. 141 SUB—TRIBU /.——BLECNEAS. O Receptáculos cortos, transversales y arqueados, sub—paralelos con el margen: 36. Woodwardia, Smith. (Dedicado al botánico inglés Juan Wood- ward. Doodia, R. Br.; Lorinseria y Anchistea, Presl.) Pol-woodwar- día (C. 1.). Son helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, ó ras- Figura XLI. 1. Pínula de Cheilanthes radiata, R. Br.; 2. Esporangio de la misma; 3. Sus esporas; 4. Fronda de Cheilanthes farinosa, Kaulf. Sus esporangios y esporas son muy semejantes á la especie anterior. trer> y alargado. Frondas pinatifidas, pinadas ó pinado—pinatifidas, con sus venas uniformes: de ellas, las más bajas se anastomosan arquea- damente para formar una ó más series de areolas alargadas á lo largo 142 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES de la costilla, mientras que las venitas marginales son libres. Soros indusiados, oblongo-lineales ó más cortos y casi semi-lunares por el lado de la costilla, en receptáculos sentados sobre las venas anastomo- sadas y transversales. Indusio plano y convexo (Figura XLII), Figura XLII. 1. Fragmento de Woodwardia rudicans, Sm.; 2. Fragmento de Woodwardia aspera, Fée.; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Extremidad de una fronda de Woodwardia radicans vista por el dorso; 6. Esporangio de la misma; 7. Sus esporas. Sus especies se reparten en dos secciones: (a). Euwoodwardia. —Soros sumergidos; indusios planos y casi rec- tos. A esta sección pertenece la única especie de la Flora me- xicana, W. radicans, Smith., de San Luis Potosí, Huatusco, Cerro de San Felipe, Chiapas, Popocatepetl, etc. (Figura XLID. DE MÉXICO 143 (b). Doodía, R. Br.—Soros superficiales; indusios convexos y casi semi-lunares. 00 Eeceptáculos alargados, oblongos ó lineales, aproximados á la costilla central ó sobre ella, rara vez al mismo tiempo marginales por la contracción de las frondas: + Soros marginales por la contracción de las frondas: 37. Lomaria, Willd. (De una voz griega que significa “ancho.” Tie- ne los siguientes sinónimos: Onoclea, L.; Stegania, Brown., Pasalo- maria, Fée.; Lomaridium, Poligramma y Parablechnum; Presl.) Pol— lomaria (C. L). Los helechos de este género tienen el rizoma corto, grueso, erguido ó recostado, muy rara vez rastrero ó arborescente. Frondas sencillas, pinatifidas, pinadas ó bi-pinatifidas: las fértiles se hallan contraídas, con su venación poco aparente, mientras que las es- tériles tienen venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, asi como las venitas rectas y libres. Soros indusiados, lineales, continuos, sobre un receptáculo ancho y lineal que ocupa aproximadamente toda la superficie inferior de las frondas fértiles contraídas. Indusio lineal, continuo y escarioso, adherido al margen y dehiscente á lo largo de su lado interno (Figura XLIID. Esparcidas por diversas localidades hay en México 7 especies de es- te género: L. atenuata, Willd.—Chiapas, Oaxaca. L. blechnoides, Bory. —Orizaba. LL. ensiformais, Liebm.—Oaxaca. L. Ghiesbreghtit, Bak.— Chiapas. L. onocleordes, Spreng.— Huatusco. L. procera, Spreng.— Orizaba, Oaxaca. L. semicordata, Bak.—Orizaba, Oaxaca, Chiapas. + + Soros distintamente intra-marginales: 398. Blechnum, L. (Nombre inexplicado. Tiene hasta 7 sinónimos: Orthogramma, Spicanta, Blechnopsis, Diafnia, Mesothema, Dislaxia, Parablechnum, Presl.) Pol-blechna (C. 1.) Helechos de rizoma corto 144 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES y erguido, ó provisto de largos estolones rastreros. Frondas sencillas, pinatífidas ó pinadas: las fértiles á veces más ó menos contraidas, con su venación combinada en la base con el receptáculo, mientras que las estériles tienen venas sencillas ó bifurcadas desde la costilla central, y Figura XLIII. 1. Segmento de fronda fértil de Lomaria elongata, Bl.; 2. Fragmento aumen- tado de la misma; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Esporangio de Loma- ria procera; 6. Esporas. venitas derechas, libres y algo masudas en el ápice. Soros indusiados, lineales, continuos ó con menos frecuencia interrumpidos, sobre un receptáculo transversal, aproximado á la costilla y central ó sub=mar- ginal por la contracción de las frondas. Indusio lineal, dehiscente á lo largo de su lado interior (Figura XLIV). Sus especies, de las que hay unas 10 en nuestra Flora, se distribu- yen en 2 secciones: (a). Eublechnum, Moore.—Soros dorsales ó sub—dorsales. (b). Parablechnum, Presl.—Soros sub-marginales por la contrac- ción de las frondas. A A AS e DE MÉXICO. 145 SUB—TRIBU 8.—-PLATILOMEAS. o Divisiones fértiles planas, semejantes á las estériles: 39. Platyloma, J. Smith. (Su traducción corresponde á “margen an- cho.” Pallaea, Link.; Cripteris, Nutt.) Pol—platyloma (C. 1.) Sus es- pecies son helechos de rizoma corto, recostado ó rastrero, y frondas pinadas ó bi-pinadas, coriáceas ó sub-coriáceas, á menudo azuladas» SÍ LEER 7 ZZ LL VEZ, NINOS S Y SON O 11222 To OO Figura XLIV. 1. Fronda fértil de Blechnum longifolium, H. B. K.; 2. Pina para mostrar la venación bajo los soros; 3. Porción de pina fértil del Blechnum orienta- le, L.; 4. Fragmento aumentado de la misma; 5. Esporangio; 6. Espo- ras; 7. Fragmento de fronda fértil del Blechnum spicant, Sm. 146 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES con las pinas á veces articuladas, y los peciolos con frecuencia negros y lustrosos: tienen venas sencillas ó bifurcadas desde una costilla cen- tral, y venitas paralelas y libres. Soros espuriamente indusiados, oblon- gos y marginales, sobre receptáculos oblongos y contiguos en las ex- tremidades de las venas: los esporangios confluyen lateralmente para formar una faja ancha y marginal. Indusio espurio, constituido por una porción angosta, atenuada, continua y reversada del margen (Figura EV! - Figura XLV. 1. Pina de Platyloma rotundifolium, J. Sm.; 2. Fragmento aumentado de la misma para mostrar las líneas contiguas de los esporangios; 3. Esporan- gio; 4. Esporas; 5. Tres pínulas de Pellaea [Platyloma] sagittata, Link., en una de las cuales se han removido los esporangios para mostrar el in- dusio; 6. Esporangio de la misma; 7. Sus esporas. Los nombres Platyloma y Pellaea, sinónimos respectivamente el uno del otro, han sido propuestos por sus autores, el año de 1841, siendo por tanto difícil decidir cuál de los dos merece la prioridad. Lo cierto es que los botánicos americanos prefieren el nombre Pellaea al de E ESC ASA == A DE MÉXICO. 147 Platyloma, siendo en número de 24 las especies mexicanas que le per- tenecen. o Divisiones fértiles silicuiformes: 40. Llavea, Lagasca, non Liebm. (Dedicado al canónigo Don Pablo de la Llave, botánico mexicano. Ceratodactylis, J. Smith.; Botryogram- ma, Fée.) Pol-llavea (C. 1.). Es un género monotípico mexicano, es- tablecido para un helecho de rizoma corto, con frondas fasciculadas, tri-pinadas, sub—coriáceas, azuladas, las fértiles contraídas, de pínulas revueltas y silicuiformes en la parte superior, mientras que las estéri- les son aserraditas con los ápices de las venitas salientes más allá del margen espeso: dichas venitas son libres, y las venas, sencillas ó bifur- cadas, proceden de una costilla central; en cuanto a: los peciolos son pálidos y flexuosos. Soros espuriamente indusiados, lineales, sencillos ó bifurcados, en receptáculos sub—confluentes que aproximadamente ocupan la entera longitud de las venas: los márgenes de las pínulas son revueltos y membranáceos, de modo que afectan la forma de un verdadero indusio. La especie aludida, de San Luis Potosí, Orizaba, Oaxaca, etc., se llama Ll. cordifolia (Figura XLVI). SUB—TRIBU 9.— VITARIEAS. ++ Receptáculos situados entre las venas primarias sobre las venitas transversales paralelas y enccrvadas: 41. Meniscium Schreber. (Del griego “meniskos,” convexo ó encor- vado, á causa de los soros en forma de medias lunas). Pol—meniscia (C. 1.). Helechos de rizoma rastrero y frondas herbáceas ó sub-co- riáceas, sencillas ó pinadas, con sus venas prominentes y pinadas procedentes de una costilla central, y venitas arqueadas ó angularmen- te anastomosadas entre las venas, provistas de una venita escurrente, libre y estéril, derivadas del ápice del ángulo ó arco. Soros sin indu- sio, oblongo—lineales, encorvados y á menudo confluentes. En México hay dos especies. M. reticulatum, Sw.—La Chinantla, Oaxaca (Figura XLVID. 148 Figura XLVL. 1. Fragmento de fronda estéril de Llavea cordifolia, Lag.; 2. Pínulas de una fronda fértil de la misma; 3. Porción de una pínula fértil, aumentada y abierta para mostrar la inserción de los esporangios; 4. Esporangio; 3. Esporas. M. serratum, Cav.—Sierra de San Pedro Nolasco. EE Receptáculos situados en surcos marginales: 42. Vittaria, Smith. (Del latín “vitta,”” venda ó faja, en atención á la forma de las frondas. Runeinaria, Múll.; Aristaria, Múll.; Paren- chymaria, Múll.) Pol—vittaria (C. 1.). Helechos de rizoma corto, 1as- trero ó masudo, y frondas sencillas. coriáceas, angostas, alargadas y graminiformes, con su venación poco aparente. Soros sin indusio, con- tinuos y lineales, en receptáculos situados en estrías marginales que se abren hacia afuera en el borde extremo de la fronda (Figura XLVIID). Dentro de nuestros límites hay dos especies: DE MÉXICO. 149 Figura XLVII. 1. Porción de fronda estéril de Meniscium reticulatum, Schreb; 2. Porción de . fronda fértil del mismo para mostrar los soros sobre las venitas transver- sales; 3. Esporangio; 4. Esporas. 0.9 0 3 art Fígura XLVIII. 1. Vittaria lineata, Sw.; 2. Una fronda vista por el dorso; 3. Fronda con sus dos hileras de soros continuos; 4. Fronda con sus dos surcos sin espo- rangios; 5. Esporangio; 6. Esporas. 150 - LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES V. lineata, Sw.—Mirador, Orizaba, La Chinantla, Chiapas, etc., y V. scabrida, Klotz. Región Meridional. Ht Receptáculos dorsales, formados por una porción de la costilla: 43. Monogramma, Schkuhr. (Del griego “monos,” única, y “gram- ma,” letra, debido sin duda al aspecto de la fructificación lineal. Cochli- dium, Kaulf.; Vaginularia, Fée.) Pol-monogramma (GC. 1.). Son hele- chos muy pequeños, de organización muy seneilla. Tienen el rizoma rastrero, las frondas graminiformes ó raquiformes, sencillas ó bifurca- das, con su venación reducida á una costilla única. Soros semi-sumer- gidos, sin indusio, lineales y alargados en las extremidades de las fron- das (Figura XLIX). Figura XLIX. 1. Plantita entera de Monogramma graminea, Schk.; 2. Parte superior au- mentada de una fronda; 3. Fragmento más aumentado de la misma con sus esporangios; 4. Esporangios abortados; 5. Esporas. La única especie mexicana se llama M. myrtillifolia, Hook. DE MÉXICO. 151 SUB-TRIBU 10.—GIMNOGRAMEAS. j Keceptáculos lineales ú oblongos, sencillos ó bifurcados: 44. Gymnogramma, Desv. (Del griego ““gymnos,” desnudo, y “gram- ma,” letra, en atención á los soros sin indusio. Tiene hasta 15 si- nónimos: Gymnopteris, Bernh,; Stenogramma, Kl.; Neurogramma, Cetarach y Calomelanos, Presl.; Anogramma y Ceropteris, Link.; He- cistopteris, J, Sm.; Dicranodium, Newm.; Orysodia, Argyria, Trisme- ria, Coniogramma, Pleurosorus y Eriosorus, Fée.) Pol-gymnogramma (C. L.). Los helechos de este género tienen el rizoma corto, erguido, á veces anual, y las frondas lobuladas, pinadas ó bi-pinadas, herbá- ceas Ó sub-membranáceas, á veces harinosas y otras lanudas en el en- vés, con venas sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla cen- tral que á veces es poco aparente, y venitas libres. Soros sin indusio, lineales y á veces alargados, sencillos ó bi-partidos, oblicuos y con fre- cuencia confluentes al fin, en receptáculos alargados en la parte supe- rior ó continuos en las bifurcaciones de las venas (Figura L). Sus especies, de las cuales hay en México 17 con dos variedades, se reparten en 4 secciones: A. Soros alargado—lineales: (a) Neurogramma, Presl.—Soros paralelos aproximados. Frondas lampiñas ó peludas. B. Soros cortos, menos regulares ó amontonados: (b). Pleurosorus, Fée.—Frondas lampiñas ó peludas. (c). Ceropteris, Link.—Frondas harinosas en el envés. (d). Eriosorus, Fée.—Frondas lanudas en el envés. , if Receptáculos lineales, diversamente reticulado-anastomosados: A Soros parcialmente retículados, de ordinario sumergidos: 45. Antrophium, Kaulf. (Su etimología nos es desconocida. Sole- nopteris, Wall.). Pol-antrophia (C. 1.). Son helechos de rizoma ma- sudo y erguido, con frondas sencillas, coriáceas ó membranáceas, pro- yA A 152 - LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES vistas de venas uniformemente reticuladas, procedentes de una costilla que puede faltar, y arregladas en areolas sub-exagonales y alarga- das. Soros sin indusio, generalmente sumergidos, pero á veces super- Figura L. 1. Pínula de Gymnogramma leptophylla, Desv.; 2. Otra pínula aumentada pa- ra mostrar los soros bi-partidos; 3. Fragmento de G. rufa, Desv., con los soros bi-partidos; 4. Pina de la anterior; 5. Esporangio; 6. Esporas. DE MÉXICO. 153 ficiales, lineales, situados en las venas anastomosadas que forman los lados¿de las areolas, y de ordinario unidos entre sí (Figura LI). : AÑ BAM LL LS ; z == 2d OA SD Figura Ll. 1. Fragmento de fronda de Antrophium Cayennense, Kaulf.; 2. Porcion au- mentada del mismo para mostrar los soros sumergidos; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Fronda de Antrophium ensiforme, Hook; 6. Esporangio del mismo; 7. Sus esporas; 8. Esporangios tiernos; 9. Fronda fértil dela especie anterior. De este género hay en México 4 especies: A. ensiforme, Hook. —Veracruz, Chiapas. A. Galeottt, Fée.—México. A. lanceolatum, Kaulf.—Veracruz, Orizaba, México. A. lineatum, Kaulf. —México, El Mirador, etc. MAA Soros superficiales, universalmente reticulados: :46. Hemiomitis, L. (¿Planta parecida á la lengua de ciervo?) Pol- hemiomitida (C. 1.). Comprende helechos de rizoma corto y erguido ó rastrero, y frondas proliferas, aflechadas, cordiformes, palmadas ó pi- nadas, herbáceas ó coriáceas, siendo las fértiles más altas, con venas uniformes procedentes de una costilla, donde quiera anastomosadas, y arregladas en areolas desigualmente exagonales y más ó menos alar- gadas. Soros sin indusio, superficiales, angostos ó lineales, á menudo 154 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES confluentes entre sí, y dispuestos sobre todas las venas anastomosadas, en receptáculos por esto mismo reticulados. A México pertenecen las 3 especies siguientes: H. hederaefolia, J. Sm. México. H. elegans, Davenp.—Guadalajara, Tequila. H. palmata, L.—Córdoba, Orizaba, Chiapes (Figura LID. SUB—TRIBU 11 .——POLIPODIEAS. + Venas libres: sx Soros oligocarpos, confluentes en una faja marginal: 47. Notochlaena, R. Br. (Del griego “nothos,” espuria, y “klaina,” vestidura exterior. Cincinalis, Gled., Desv.; Argyrochosma, Erochosma y Lepichosma, J. Sm.) Pol-notochlaena (C. [.). Helechos de rizoma corto, erguido ó recostado, y frondas pinadas ó bi-tri-pinadas, cuyos márgenes á veces ofrecen cierta tendencia á doblarse: tienen venas sen- cillas ó bifurcadas desde una costilla central, y venitas libres. Soros sin indusio, pequeños, redondeados, oligocarpos, contiguos y lateralmente confluentes en un ribete angosto, sobre receptáculos terminales (Figu- ra LID). En México hay 18 variedades con 5 especies, pertenecientes á estas 2 secciones: (a.) Cincinalis, Desv.—Frondas lisas ó harinosas en el envés. (b.) Alloesthes, Moore.—Frondas peludas, escamosas ó lanudas en el envés. HH Soros globulosos y distintos: 48. Polypodium, L. (Literalmente traducido significa “muchos pies,” por ser en general numerosas las frondas que proceden de un mismo rizoma. Tiene hasta 26 sinónimos: Psidopodium, Neck.; Ade- nophorus, Gaud.; Marginaria y Lastrea, Bory; Amphoradenium, Desv.; Ctenopteris y Dicranopteris, Bl.; Pegopteris y Glaphyropteris, Presl.; Lepicystis, Arthropteris, Anopodium, Catopodium, Cystidium, Dryop- SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.* MEXICO. FONDÉE EN OSTOBRE 1884, Membres fondateurs. MM, Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Puga, Ricardo E. Cicero eb Manuel Marroquín y Rivera. , Président honoraire perpétuel. M. Ramón Manterola. Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil directif.—1907. PRESIDENT.—Dr. Antonio J. Carbajal. VicE-PRÉSIDENT.—Ing. Gabriel M. Oropesa. SECRÉTAIRE, —Prof. Enrique E. Schulz, VICE-SECRÉTATIRE.—Prof. M. Lozano y Castro. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal. La Bibliotheque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4h..a 7 h. du soir. Les '“Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 64 pags. tous les mois. La correspondance, mémoires et publications destinés á la Société, doivent étre adressés au Secrétaire général a Palma 13.—MÉXICO.— Mexique). y $ Les auteurs sont seuls responsables de leur écrits. Les membres de la Société sont désignés avec M, 5. A. E 2 315 Tomo 25, ] No, 4, MEMORIAS Y REVISTA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA 66 E Antonio Alzate” publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN, SECRETARIO GENERAL PERPETUO SOMMAITRE. (Mémoires, feuilles 13 á 16). Botanique.—Les Criptogames vasculaires du Mexique. (La angiaj Kriptogamo, Mexikalando) par M. €. Conzatti. p. 155-176, avec figures (Fin). Géodésie.—Sur les recherches et élections des sommets dans les triangulations topographiques et géodésique, par M. L. Urquijo, p. 177-195, MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO PEDERAL (32 CALLE DE REVILLAGIGEDO NÚM. 3), Octubre 1907, Publicación registrada como artículo de segunda clase en 12 de Febrero de 1907, ¿ DE MÉXICO. 155 pe Figura LII. Hemionitis palmata, L. (+ tamaño natural). A. Hojas inferiores estériles; B. Hojas superiores fértiles. 1. Porción aumentada de una hoja superior pa- No ra mostrar la disposición de los esporangios; 2. Esporangio. 3. El mismo pe en estado dehiscente; 4. Pelos aumentados pluri-celulares. Pa A Memorias. T. XX V, 1906-1907, —15 156 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES teris y Desmopodium, J. Sm.; Cryptosorus, Fée.; Monachosorum y Thy- lacopteris, Kunze.; Pseudathyrium, Gymnocarpium y Ctenopteris, Newm.; Gymnodium y Coelopteris, A. Br.; Catenularia y Leptostegia, Zipp.). Pol—polypodia (€. 1.). Los helechos de este género tienen el rizoma rastrero y á veces prolongado, ó corto y erguido, ó recostado, Figura LITI. 1. Pina de VNothochlaena trichomanoides, R. Br.; 2. Segmento aumentado de la misma para mostrar los soros oligocarpos marginales; 3. Esporangio; 4. Esporas; 5. Escama estrellada de la superficie de la fronda; 6. Fron- da de N. sinuata, Kaulf. Frondas coriáceas, herbáceas ó membranáceas, sencillas, pinatífidas. pinadas ó bi-tri-pinadas, continuas ó articuladas con el raquis: sus venas son sencillas ó bifurcadas, procedentes de una costilla central, y venitas libres. Soros sin indusio, ovoides ó globulosos, superficiales. == E LA DE MÉXICO. 157 ó sumergidos, con sus receptáculos terminales ó situados en la media- nía de las venas libres (Figura LIV). Figura LIV-. 1. Planta reducida de Polipodium vulgare, L.; 2. Segmento de la misma; 3. Fragmento del anterior, aumentado, para mostrar los soros terminales de la sección Ctenopteris, Bl.; 4. Esporangio; 5. Esporas; 6. Segmen- to de P. Phegopteris, L., con los soros en la medianía de las venas: sec- 'ción Phegopteris, Presl.; 7. Fragmento de P. tenuisectum, Bl., con los soros basilares de la sección Themelium, Moore; 8. Porción aumentada del anterior; 9. Pina de P. sororium, H. B. K.; 10. Porción de fronda entre 2 venas del P. lasvigatum, Cav. Las numerosas especies de este género, de las que hay 90 dentro de nuestros límites, se reparten en las siguientes secciones: -A. Soros basilares y solitarios: (a). Themelvum, Moore?—Frondas adherentes. 158 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES B. Soros intermediarios: (b). Phegopteris, Presl.—Frondas continuas ó adherentes. C. Soros terminales, en receptáculos puntiformes: (c). Prosechium, Moore?—Frondas adherentes. D. ¡Soros terminales, en receptáculos ensanchados: (d). Adenophorus, Gaud.—Frondas adherentes ó continuas con el rizoma. | E. Soros terminales: (e). Arthropteris, J. Sm.—Frondas y pinas articuladas. (1). Ctenopteris, Blame. —Frondas articuladas con el rizoma. t Venas reticuladas, sin venitas inclusas: 49. Dietyopteris, Presl. (Libremente interpretado significa “hele- cho reticulado.” Dictymia, J. Sm.). Pol-dityopterida (C. 1.). Helechos de rizoma en general rastrero y frondas coriáceas, sencillas ó bi- pina- das, con venas uniformemente reticuladas, procedentes de una costilla central, las que forman areolas oblicuas y alargadas, sin venitas libres inclusas. Soros sin indusio, oblongos ó globulosos, á veces seriados en el margen, pero más á menudo situados en la mediania de las venas ó sobre receptáculos que se hallan en el punto de unión de varias ve- nitas (Figura LV). La única especie mexicana se llama D. irregularas, Presi. == Q » . ¿ E Venas reticuladas, con venitas libres inclusas en las areolas; 50. Goniophlebium, Blume. (Del griego “gonia,” ángulo, y “phle- bos,” vena, esto es, venas angulosas. Marginaria, Sinammia, Pleuro- gonium y Cripsinus, Pres),; Crasperadia, Link.; Mecosorus, Kl.; Lo pholepis, Lepicystis y Schellolepis, J. Sm.). Pol-goniophlebia (C. 1.) Las especies de este género son helechos de rizoma rastrero y frondas articuladas, sencillas, pinatifidas ó pinadas, coriáceas ó herbáceas, á veces escamosas, y las fértiles, 4 menudo mucho más angostas: tienen venas bifurcadas ó pinadas, procedentes de una costilla central, con las venitas anteriores más bajas generalmente libres y fértiles, mientras que DE MÉXICO. z 159 las demás se anastomosan angular ó arqueadamente en una ó varias series, de cuyos ángulos parten venitas libres y escurrentes, con fre- cuencia fértiles: las venitas marginales son libres. Soros sin indusio, Figura LV. 1. Fragmento de Dictyopteris attenuata, Presl.; 2. Esporangio; 3. Esporas. slobulosos ó más raramente oblongos, á veces escamiferos y dispues- tos en una, dos ó tres series transversales, sobre receptáculos puntifor- mes, rara vez oblongos, situados en las extremidades de las venitas anteriores más bajas, ó en las venitas libres y escurrentes de los án- gulos, inclusos individualmente en el interior de las areolas (Figura LVD. Ds Sus especies, de las cuales hay 16 dentro de nuestros límites, se re- € parten en dos secciones: 2 (a). Marginaria, Presl.—Frondas monomorfas. De - (b). Crypsimus, Presl. —Frondas dimorfas. 160 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Figura LVI. 1. Fragmento de Goniophlebium verrucosum, J. Sm., para mostrar los soros en las areolas costales; 2. Esporangio; 3. Esporas; 4. Esporangios abor- tados; 5. Fronda fértil de Goniophlebium piloselloides, J. Sm.; 6. Por- ción aumentada de la misma. DE MÉXICO. y 161 SUB—TRIBU 12.— ACROSTIQUEAS. ++ Frondas fértiles solamente en las pinas superiores: 51. Acrostichum, L. (Del griego “akros,” extremidad, y “stichos,' línea, Crysodium, Fée.) Pol-acrosticha (C. 1.). Comprende helechos de rizoma espeso, sub—globuloso y recostado. Frondas pinadas, grue- sas, coriáceas, con las pinas superiores fértiles generalmente algo más angostas: tienen venas uniformemente reticuladas en pequeñas mallas exagonales y regulares, sin venitas inclusas. Soros superficiales, sin indusio, en receptáculos que ocupan la superficie inferior de las pinas superiores (Figura LVIT). 22 2 Figura LVII. 1. Pina fértil de Acrostichum latifolium, Sw.; 2. Fragmento de fronda estéril de A. aureum; 3. Fragmento de fronda fértil del mismo; 4. Esporan- gio, acompañado de otros dos abortados; 5. Esporas; 6. Esporangio del A. latifolium; 7. Sus esporas. 2 162 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES Esparcidas por diferentes localidades hay en México 24 especies. E: Frondas totalmente fértiles: O Venas libres: 52. Elaphoglossum, Schott. (Del griego “elaphos,” ciervo, y “glo- sa,” lengua, algo así como “lengua de venado.” Acrosthichum, Fée.; Phyllitis, Neck.) Pol-elaphoglossa (C. 1.). Son helechos de rizoma largamente rastrero ó corto y recostado, en raro caso ramoso. Fron- das enteras y sencillas, las fértiles con frecuencia algo más angostas, desnudas ó escamosas, con venas sencillas ó bifurcadas y paralelas, procedentes de una costilla central; sus venitas son libres, masudas en el ápice, el cual termina precisamente en el margen. Soros superficia- les, sin indusio, en receptáculos que ocupan la superficie inferior de las frondas fértiles apenas contraídas. Comprende 44 especies mexica- nas, muchas de ellas consideradas como Acrostichum. Atendiendo á la naturaleza de sus frondas se pueden repartir en dos secciones (Fi- eura LVIID): Figura LVIIT. 1. Fragmento de fronda estéril de Elaphoglossum conforme, Schott.; 2. Frag- mento de fronda fértil del mismo, con los esporangios parcialmente re- movidos; 3. Esporangio; 4. Esporas. a DE MÉXICO. 163 (a). Oligolepidum, Moore.—Frondas desnudas ó poco escamosas. (b). Polylepidum, Moore.—Frondas muy escamosas. 00 Venas reticuladas: 53. Anapausia, Presl. (Nombre de origen para nosotros descono- cido. Gymnopteris, Fée.; Cheiropleuria y Euryostichum, Presi.) Pol- anapausia (C. 1.). Helechos de rizoma rastrero ó trepador, y frondas sencillas, lobuladas, pinatífidas ó pinadas y de dos clases: las fértiles más angostas y á veces libres, herbáceas ó coriáceas. Tienen venas prominentes, pinadas desde una costilla central, con venitas tan pron- to anastomosadas, formando areolas primarias paralelográmicas, y areo- las secundarias exagonales é irregulares, como palmado-bifurcadas, con areolas primarias en cuadros irregulares, y areolas secundarias sub-exagonales: ambas formas encierran venitas libres, sencillas, gan- chudas ó divergentes, con ápices espesos. Soros superficiales, sin in- dusio, en receptáculos que ocupan la superficie inferior de las frondas fértiles contraídas (Figura LIX). Es un género establecido á expensas de Acrostichum, y del cual en México hay una sola especie con una sola variedad: A. aliena, Presl. (Acrostichum alienum, Sw.), de Oaxaca, Chiapas y Veracruz, var. cla- dorrhizans, Moore?, sin localidad especificada. CLASE VIII? —EQUISETINEAS. FAMILIA 172% —EQuiseTÁCEAS. Esta familia, última de las Criptógamas Vasculares, sólo comprende el género Equisetum, conocido en castellano con el nombre vulgar de “Cola de Caballo,” el cual se compone de plantas vivaces, acuáti- cas ó terrestres, de rizoma rastrero y á menudo ramoso. De él se des- prenden tallos rectos, compuestos de artículos cilíndricos, estriados y huecos. Cada artículo está provisto en su extremidad superior de una vaina foliácea y dentada, con divisiones más ó menos profundas, pro- cedentes de un diafragma que limita la cavidad central, y consta de dos 1614 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES tubos ó cilindros concéntricos, uno cortical, fibroso celular, con gran- des lagunas longitudinales situadas enfrente de los surcos exterio- res, y Otro interno, compuesto de vasos anulares ó espiralados, con pequeñas lagunas alternadas con las precedentes. Las ramas y las ra- mitas, regularmente verticiladas, nacen en la base interna de las vai- nas que necesitan atravesar para salir al exterior. Su organización Figura LIX. 1. Fragmento de fronda estéril de Anapausia aliena, Presl.; 2. Pina fértil de la misma; 3. Fragmento de la anterior con los esporansios removidos; 4. Esporangio; 5. Esporas. 1 es idéntica á la del tallo, por más que las lagunas corticales y la cavidad central pueden faltar en algunas especies. Los órganos repro- ductores se hallan dispuestos en conos ó espigas que ocupan tan pron- to la extremidad del tallo como la de ramas especiales proceden - tes del rizoma. Dichas fructificaciones constan de varivs verticilos de piecitos horizontales y peltados que se llaman “Clipeolos,” los que DE MÉXICO. 165 á su vez llevan en su cara interna una serie circular de 6 á 9 espo- rocarpios ovoidales y deshiscentes por una hendedura que mira ha- cia el pie del clipeolo. Los esporocarpios contienen esporas esféricas, rodeadas de tres membranas, de las cuales la exterior, en la época de la madurez, se divide en 4 lacinas ó “eláteres” adheridos á la espora por un solo punto común, muy elásticos é higroscópicos, constituyendo asi los agentes activos de la diseminación. Al germinar asi las esporas producen un protalo irregularmente lobulado, monoico ó dioico, que lleva en sus extremidades los anteridios y hacia la base los arquego- nios. Los primeros consisten en una cavidad ovoide, rodeada de una pared compuesta de una sola capa de células, y deshiscente por su ex- tremidad en una especie de corona, por cuya abertura se escapan los anterozoides. Estos se componen de dos partes, una anterior espirala- da, con un gran número de cilios vibrátiles, y otra posterior en forma de hoz. También los arquegonios constan de dos partes principales: una inferior redondeada, sumergida en el protalo y provista de una celula central, otra superior tubulosa saliente al exterior y constituida de cuatro hileras con cuatro células en cada una. En el momento de la fecundación la célula central se transforma en una oospora por la intervención de un anterozoide que ha recorrido el canal del arque- gonio, quedando con esto asegurada la existencia de un nuevo indi- viduo, Las Hquisetáceas sólo tienen afinidades con los “Helechos” en vir- tud de su aparato reproductor y manera de germinar. Sus especies se emplean donde quiera para pulir los metales y las maderas duras, á causa de la gran cantidad de sílice que contienen las células epidérmicas. : GÉNERO ÚNICO. Equisetum, L. (“Crin,” y por extensión “Cola de caballo.” Eq-equi- seta (C. 1.). Tiene exactamente los caracteres de la familia. Es un gé- nero universal, compuesto en la actualidad de numerosas especies que en su mayor parte viven en la orilla del agua ó en lugares húmedos y sombrios (Figura LX). Figura LX. 1. Equisetum ramosissimum, Desf.; 2. Protalo masculino del E. limosum, pa- ra mostrar en a, tres anteridios cerrados; en b, un anteridio del que se escapan los anterozoides, y en ec, un anteridio vacío; 3. Trozo del tallo desarrollado y aumentado; 4. Espora madura del E. limosum, envuelto por sus 4 eláteres; 5 y 6. Anterozoides en movimiento; 7. Un cliopeolo e DE MÉXICO. 167 La Flora mexicana sólo cuenta con 5 representantes que pueden re- partirse en dos grupos naturales: (a). Colas de caballo estivales. —Fructificación en las extremidades del tallo. (b). Colas de caballo vernales. —Fructificación en las extremidades de ramas especiales, procedentes del rizoma. Hé aquí los nombres de las especies mexicanas: E. giganteum, L.—Las Canoas, Orizaba, San Luis Potosi. E. Schaffneri, Milde.—E giganteum, L. E. Mexicanum, Milde.—El Mirador, Orizaba. E. myriochaetum, Cham. y Schl.—Córdoba, Misantla. E. ramosissimum, Desf.—Jicaltepec, Orizaba, Jalapa. E. robustum, A. Brawn.—Orizaba, Valle de México. CLAVE DE LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES MEXICANAS, Esporas de dos especies ..ocooommcoo... Esporas de una sola especie......... 1 Esporangios radicales ó peciolares. f | = Esporangios en espigas terminales. [ Plantas muscoideas terrestres... ¡ Ramificación dicotómica con hojas PequeñaS coocoroerionocenanons rra Ramificación lateral con hojas bien desenvueltas Ramificación verticilada, con hojas rudimentarias ó sin ellas.......... 3 cocoorcor<» an... oconosa | | a | | l [ Esporangios multiloculares A - . Esporangios uni-loculares, los fe- meninos con una sola espora..... Esporangios uni-loculares, los fe- meninos con muchas esporas..... Esporaneios uni-loculares, los fe- meninos con 4 esporas, rara vez ¡O AA 4.) | Tipos. TGD Io coreanas E) 2 Tipo Wense. IsSOSpÓTCAS.omooooo 3 LEO Clase IV?..... Hidropterídeas 4 Clase Veaiaa: Selaginelas ........ 4 Clase VI?..... Licopodíneas...... 5 Clase VII?... Filicíneas.......oo.. 5 Clase VITI?.. Equisetineas ...... ado Familias. Familia 1642 Mar slcados a 18 Familia 1652 Salviniáceas....... LOs Familia 166% Isoeláceas......o.. 20 Famitia 167? Selagineláceas..... 21 DE MÉXICO. 169 ( Protalo subterraneo o INTOLALONASreO.. e AN Ue aaa [ Esporangios solitarios y axilares.. 6. J Esporangios agrupados en espigas l PA A cali lc l Esporangio sin anillo. ey le circi- | Data nia 7 | Esporangios con un anillo. Hojas yl CIRCIMAAS q cda oooon cal de neoo rai | Esporangio sin anillo. Hojas nulas Í NOU IMEentanias usd cocos oca [Anillo rudimentario ó incompleto, | giboso Ó muy anChO..iconcnnccnnns» 8.4 Anillo polar; completo .......om.o... Pc P ¡ Anillo ecuatorial completo........... [ Anillo vertical, casi completo....... dE Soros extrorso-marginales....... PAE SOTOS) dorsales oo dlacnicsdona ly oocayar 10. ) Esporangios sesiles ó sub-sesiles... "| Esporangios gibosos ó pedicelados. -( Receptáculos universales, ó sea es- | parcidos sobre el disco entero de y las frondas, de modo que ocupan 1 1 Venas y parenquima .. .ocommm.n.. Receptáculos locales, circunscritos, ó sea limitados á determinadas partes de las venas y definidos en l cuanto 4 SU ÍOrMA. sonoccornnrornnans. cana aro or trono tor rr rs ro... cocoa roonronrasnaronosonnsarasosa . Familia 1682 Licopodiáceas. .. Familia 169% Ofiogláceas........ Familia 170% Maratiáceas ..... Familia 111% Polipodiáceas.... Familia 1722 Esquisetáteas..... Tribus. Tribu T...... Osmundineas...... Tribu Il... Esquiceimeas ...... Laronrr aro oorosconaa corro rr ro 200000 mo rarar corr rr rr rr rs rr Tribu HIT... Tricomanineas.... Tribu IV... Gleiquenineas ..... Tribu V..... Ciateimeas ooo... Tribu VI... Polipodineas...... Sub-tribus. Sub-tribu 12... Acrostiqueas... Uers rro rra rr rs a 24 60 82 11 38 170 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Su b-tribus, [ Soros espuriamente indusiados...... Sub-tribuS...... Platilomeas.... 51 Soros involucrados ó sea con el in- 19. | dusio inferior........ O NADO Al Sub-tribul...... Dicsonieas..... 34 | Soros indusiados, esto es, con el in- USO. UP taa a a daa o DU 13 [Sorosidesmudos sind aso dana abipo donoch iia E cio 17 [Soros paralelos á las venas, oblon- 13 ' gos, lineales ó alargados............ Sub-tribu 4 ..... Asplenieas.... 41 BOLOS) puntito resta concilio tae DU NO e ON 14 ['Sorostransversalesta las venas. ao Una AO AO E) Indusio redondeado ú oblongo...... Sub-tribu 2...... Davalieas...... 36 14.2 Indusio peltado ó reniforme......... Sub-tribu B...... Aspidieas....... 37 [ Indusio dehiscente á lo largo de su | margen exterior y adherido por 15 tecla Sub-tribu D...... Lindseas....... 44 k l Indusio dehiscente á lo largo de su | margen interior y adherido por Uctel exterior econo ca nesnnccensonaconaados On OSADO caSi pe dee 16 16 Soros marginales ......... coommuoonsrorso Sub-tribu 6... Pterideas.......... 45 "| Soros intra-marginales.... -.......... Sub-tribu 7... Blecneas........... 49 [ Soros transversales á las venas...... Sub=tribu 9... Vitaritas coo... 52 17 4 Suros paralelos á las venas, oblon- E Sub-tribu 10... GFymnogrameas, 58 | Soros puntiformes.-..omcccocomenoccono: Sub-tribu 11... Polipodieas...... 573) Géneros. 18. Frondas circinadas al principi0... ...oooooooceno... eS Aa . Marsilea. 'Esporocarplos TacimosOS.ccorocececconorenecnonsonennonencinnonons Salvinia. "| Esporocarpios geminadoS...cmncocooncneneecionnncon casaron cacnos Azolla, 20. Microsporangios con más de 1.000,000 de microsporas... /soetes. 21. Organos reproductores de dos especies .commcomrenoommmentane Selaginello. y DE MÉXICO. 22 Bsporans los troloculares dottancaibo cinco o erre pens aa Esporangios en Una panoja TAMOSA ...ccoooocccnnnnn conococccos 23. E | sporanglos Uni-lOCUÍATES....ooocogccnenionosrooponnennecedocacin: - 3 Esporangios en una espiga dÍStiCA ..0comomon 2000 000. le , , K Soros ablongos y distintos, longitudinalmente bivalvares a 24. 3 Suros soldados sobre toda la superficie de las frondas fér- 25. | 3 l AS HOr noto Div alv dress cota aves (lcd doo aca c apo [ Esporangios con estrías en el ápice, sin dejar ningún E A O espacio vacío; plantas trepadoras .....oo.mmoo... ESO JU 26. Esporangios con estrías no unidas en el ápice, de modo que éste se halla ocupado por un espacio orbicular va- cío; plantas herbáceas y MUy pequeñaS.coocooncncconno.... Mena WliDTSsi os GUAL Ed Ur LORA. LS ALO Y Lor 2d [Fructificaciones apanojadas en apéndices especiales con- | traídos en forma de A ld / ¡ Fructificaciones apanojadas sobre frondas distintas ó ra- ia iiereiones laterales tooo cos do AL o IEA UU la [ Venas breed aaa once de ht leo slo Dope dos a WMenasebicnladas sesos pedia A o oo O e l ( Involucros tubulosos ó en forma de UN UTNA....oooococccoo. | 30, 1 ¡vo lucro DIE Va ares: tn A Dead O l SOLOS redondos y; SI IOQUSIO canica codanormdonacicibas 6 pago c ida Soros claramente involucrados....ccocccocccoconannconccnoornconn l Soros desnudos ó espuriamente involucrados............... Géneros. Lycopodium, Psilotum. Botrychium. Ophioglos- sum. Maraíttia. Danaea Osmunda. Ceratopteris. Lygodium, Hydroglosum Schizaea. Anemia. Anemidic- tyon. Trichoma- NES, Hymenophy- llum. Gleichenia. Alsophila. ACCHAO haba 38. Memorias. T. XXV, 1906-1907.—14 172 LAS CRIPTOGAMAS VASCULARES Géneros. 1nvolucro completo, en forma de taza entela...oomcoo.o.... Cyathea. | Involucro en forma de media taZa....occoooononccccoocicccnnns Hemitelia. [ Involucro en forma de taza marginal.......oommmoc.... labo Dennstaed- | tLa. 24 | Involucro distintamente intra-marginal, en forma de co- : ' pa franjeada y dorsal que contiene los SOrOS....o.o.ooooo.. Woodsta. Irvolucro bi-valvar y marginal, con los soros sentados A a a een 35 ( Tnvolucro con sus valvas coriáceas, la exterior más grande 35 y abovedada, la interior operculiforMe. .occooconoocooncoo.. Cibotium. o. e . . £ ¡ Involucro con su valva exterior casi herbácea, redondea- L. do-abovedada, constituída por un lóbulo foliar.......... Dicksonia. [ Indusio adherido por su base y por sus orillas, dehiscen- 36 | te por el frente ó sea exteriormente...ococoococnocncnenios: Davalia. ¡ Indusio adherido transversalmente á la vena por su ba- Wise pero Mi bre rentas ooo 00a Cystopteris. acuso OEM. Ol CO. o LsodonóJados Boconouobusd se yeco poro seneconseenovodos 38 37. : : : Indusio reniforme, fijo pOr SU SONO. .ooeomanoronocoas cas noenanecaas canoa so 39 de Frondas herbicida RS Aspidium. " | Frondas COrláceaS.....ooooocooo. A SST EUA Cyrtomium. 70 Venas anastomosadas por CONNIVENCIA...ococcconononccoranos Nephrodium, Mena resina la leelo uo de er basto ELIO A VA EA 40 Venitas interiores y más bajas, soríferas en el ápice......... Nephrolepis 40. : z oie Venitas soríferas en su mediaNÍ2...oooocooonccnoconsicnraraocnnos Lastrea. ( Soros situados sobre el dorso de las venitas, llevados por 41 | receptáculos oblongos y terminales............ C0OLbO iodoce Didymoch- SUE laena. | Soros laterales ó sub-laterales con respecto á las VENAS. ...0ooomoomonocoo. 42 [ Indusios apareados Cara CON CATA .occocnonnnnronnnccnnor rn COLO PEN 49 | drium. Ñ Indusios apareados dorso COn ÁOIBO conocio Dipla zi, indusios sencillos y Ud A TATI 48 id DE MÉXICO. 173 Géneros. 43 Soros oblicuos, oblongos ó lineares -.....o..oomo.... ARE .. Asplentum. * | Soros en forma de media luna ó herradula....oocco......o . Athyrium. A Venitas libres, excepto cuando se juntan por su ápice debido 4 los receptáculos.....ocoooomooc=oconnonoo AO LO CUELA ATA [ Receptáculos invertidos, con los esporangios fijos en la dE | superficie inferior del indusio.......oooconcrnccconnnos ocacobes Adiantum. ; | Receptáculos normales, ó sea con los esporangios adhe- L ridos á la superficie de la fronda......... co seleoa ros chaneo di as 46 46 Receptáculos transversales y lineales....ooocoocooooosonoronorocinos Pteris. iecepisculos puntiformes .odoscconsds esconden caco dad ade anonaoa cue o Et (Rizoma rastrero y muy largo; soros axilares; frondas 47 ] esrandes y herbáceas lodlccnosionodeonenadaceda oo SERRA Lea .»« Hypolepis. Pe UN do : | Rizoma corto; soros esparcidos á lo largo de las orillas de | los segmentos; frondas pequeñas y Membranáceas......... dedodouciose 48 [ Indusios orbiculares y distiMtOS....ormoomooocormommm*.*”2m»sr”*m>.. ANiantopsis. : £ > Er 48. Indusios redondeados, ó por confluencia más ó menos Í 5 L Aroa dosis osaabs de ties O El al Cheilanthes [ Receptáculos cortos, transversales y arqueados, subpa- : IMIelO sico e ae aaa date conan sesccaoacasaensal yy IQOLd Ar: día 49... a Pa : | Receptáculos alargados, oblongos ó lineales, aproxima- | dos á la costilla central ó sobre ella, rara vez al mismo L. tiempo marginales por la contracción de las frondas.............. . 50 a Í Soros marginales por la contracción de las frondas...... Lomaria, 9U, e - o [ Soros distintamente intra-marginales.....omcecorom... ¿ndostea Blechnum. Divisiones fértiles planas, semejantes á las estériles........ Platyloma. “| Divisiones fértiles silicuiformes...........0... os Dl AL LQUEd. 174 LAS CRIPTÓGAMAS VASCULARES Géneros. lReceptáculos situados sobre las venas transversales, pa- | ralelas y encorvadas, entre las venas primarias......... Meniscium. 52.4 Receptáculos situados en surcos marginales. ...coccoomm... Vittoria. | Receptáculos dorsales, formados por una porción de la Pa (O Monogram- ma. [ Receptáculos lineales ú oblongos, sencillos ó bifurcados. Gymnogram- 53. : z : z | Receptáculos lineales, diversamente reticulado-anasto- US O soc obataVo poguoo poor dod OO UETOncOnAn OU dc nanRe dado dBicarodeSI OE [ Soros parcialmente reticulados, de ordinario sumergidos Antrophium. a a Soros superficiales, universalmente reticulados............ Hemionitis. bb Venas libres alos leales dadas eto alo a AOS 56 Jl Venas rec A IS AA 57 l Soros oligocarpos, confluentes en una faja marginal..... Nothochlae- 56. 2 L Soros globulosos y kistiMtOS. .oooomorencncoonconon perronon 2000 Polypodium. 67 [_Areolas sin yenitasnclusasi. ec sconen noc ca cons sadoonoalicdas DICO PLENOS: "4 Areolas con venitas libres inclusaS.....omomrecoroooononcooo nos Goniop hle- : L bium. Sa Frondas fértiles sólo en las pinas SUPenore a Acrostichum. MErondas totalmente. fertiles a a O 59 [Venas DES e A A a dl Elaphoglos- 59.4 sum n de E | Venas reticuladaS...ccooccomeronrnencenonenonenonnnrannanenncnnnnnos: AnAPpausia. 60. Esporas con 4 elátereS...ooomeroneneneanconenonnnnncnencacncranoces Equisetum. Oaxaca de Juárez, Noviembre de 1902. C. CONZATTI. Nota.—Las expresiones entre paréntesis que figuran en el texto (C, H ) y (C. L.), significan, respectivamente, Criptógama Heterospórea y Criptógama Isospórea, como fórmulas adoptadas para la Nueva Nomenclatura del Sr. Prof. A. L, Herrera, correspondiente al sub-reino de las Criptógamas Vasculares. DE MÉXICO. 175 INDICE Págs. Págs A ONE cis to rias deals 112 NO lado arte inde a TEMO A 111 IO AAN 139 IE LNO pie Lascano damas da oe 158 A elas y 134 | Didymochlena dde ao ie 126 O O a occ tonocdaa a de AS lo carbono: 130 EME NON: mac todcccaniccnccónos 100 | ElaphoglossuM..cmccooionnoo co... 162 O ooo aan cae uicanados 105% “Equisetáceas cocorenidncccnddio nos 710 y 163 DO ACID. cave plo orion besan LO UQUISCtmeaS id. ess hebndagdas 69 y 163 US IAN ooo eneniania captores 153) quise tom e LE Ne 165 A MEN Es quicrineas ito cba cales 96 E A 118 || Filicíneas........ bea 68 y 83 IT ES A 26M Guano rameastarussctaaracado e LL tos anales dadas dema oa 126 | Gleichenia........ O 105 A elect dana ds sole neo ada 1291 Gleiquenta east aidcies 93 y 105 O A oe ada ins TA iiG ono please 158 EE EIA Sapo e aa. BA 151 A A id roo AS 153 A AN ea A SIN 108 CAE AS AN Ele terosporeas cosas coransnesnmos: 65 y 70 letales dodciiades lavado dos 140 | Hidropterídeas ......o..omooo..... 66 y 70 MECA eaaodanellcciaios 9371051 E ydrolossul cc oedonooiameccero nas 96 CANA bs AA MI Ey meno ph y lua orata catan ce 102 Clave de las Cript. Vascul...... 168 MEN pol pistas nan: ASAS AAA 136 Aa aia a ls A e e OA 20 75 A PA A OR A 10 76 (O LL. PAsOSpOreas ocios docenas cados 67 y 80 DAA UCA OST Macano aa DO A DSi ds pa e ON pad 123 IAS ed IM dS Sdas DnTa TIM MECO podide easier iaa 80 IDA cir aii SO MALICOpo din Sas. cauto. idad, 80 DA A AA LO O A As 132 Págs Págs oo loacbanadncddbauoosusToLdos 132 | Polipodieas-. e.cccorccnorerencnnnonnns 111 Entro lnteadido nene. ade 147 | PolipodineaS....oomcoccnorecennos 93 y 110 OO sosarcrta etouda do slcosdnausas 143 | Polypodium......---- A 154 CA acia 81 | Psilotum....... Ea ed aa 83 A E NIE oconos odo rineser Td 134 MOT tacos osos osiss a dc UNS Ptas eee fees Ae 134 IE ca scocobole soopaebos canada SS RIZOC Ape a 70 Marsilea....... een cenenonananncncnnass MARDI sos dese ccconeds oqpocoeconda gor 73 MarsileáceaS...moommonooc... LU 70 | Salviniáceas ...o.ocoooooesccoceoceroos 72 Mc ae 147 | Selaginelas...coooooococionororcoos 66 y 76 MO ee 150 | Selaginella......oocooocomcoococoooros 79 Nephrodium alo DA Sola rimelace asis ice cet 16 Nepal 123 | Schizaea...... E o IE 98 Nothochlaena ..occononnonicanocanos 154 | ScolopendriUM...ocoooonooncenornos: 129 Ofioglosáceas.....o cococoooooooo. 68: y 88 Sinopsis de las O. V2S 0omoooo coo: 65 Ophtos losa o So rca omnanes it e 102 Oimtack movrrocdeonciunpreco oigo: DA COMA in 102 (Oran ce qodaddon corea ro lelRace 94 | Vitarieas .....o..o. AED LA al, 147 Platon Ca TAS MINA e eS 148 Platyloma s.....o.. aaa 145 1 WOotsa soscnscsaneVuono: id 0 Edhpodiace asian 69 y 91 | Woodwardia....coocomcencenccinonaoo 141 0) A / MÉMOIRES DE LA SOCIETE «ALZATE.» TOME XXV. ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS Y ELECCIONES DE VERPICES EN LAS TRIANGULACIONES TOPOGRAFICAS Y GEODESIOAS, U Por el Ins. Luis Urquijo. M.S. A. I. Las triangulaciones tienen varios objetos, como son: encontrar la distancia entre dos puntos, determinar la superficie de un terreno de considerable extensión, encontrar la posición geográfica de un punto re- ferida á otro previamente fijado, etc., y en mayor escala, el levanta- miento geográfico y preciso de una nación y las medidas de grandes arcos de meridianos y de paralelos en las que la mayor parte de los pueblos cultos se ocupan ahora con el fin de precisar, lo más que sea posible, la forma y dimensiones de la Tierra. Se comprende desde lue- go la importancia de una triangulación y la necesidad de hacerla con los mejores elementos y en las mejores condiciones posibles, á fin de llenar debidamente el objeto que se persigue. Entre estas condiciones, la primera y una de las más importantes es, sin duda alguna, la nece- sidad de una previa y buena elección de vértices, á fin de que dada la naturaleza del terreno, los triángulos resulten conformados convenien- temente, evitando así figuras defectuosas, que acumulándose en núme- ro considerable producirían en el resultado final errores que alterarian su precisión. Si la superficie de la Tierra fuera sensiblemente uniforme en su con- figuración, la elección de vértices no ofrecería dificultad alguna y las figuras de una cadena ó red de triángulos resultarian formadas conve- nientemente, reuniendo todas las condiciones para producir el mayor grado de precisión en el resultado; pero la corteza de nuestro globo ha sufrido, desde su formación, grandes cambios debidos á la acción de 178 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS causas internas, las cuales han producido elevaciones en algunas par- tes y depresiones en otras, siendo además modificados estos acciden- tes por la acción de causas exteriores, tales como los agentes atmosféri-- cos y las aguas. Fácil es comprender, por lo tanto, las dificultades con que tropieza el topógrafo encargado de hacer un proyecto de triangu- lación, puesto que muchas veces, ó mejor dicho, en la mayoría de los casos, sucede que en los lugares donde sería conveniente escoger vér- tices, se encuentran depresiones en lugar de puntos elevados, ó bien se interponen serranías ó montañas que impiden la visibilidad de algunos de los vértices ya elegidos: resultando de esto que á veces sea indis- pensable elegir puntos que no satisfagan debidamente las condiciones dé una buena triangulación; pero siempre podrán encontrarse, entre es- tos puntos, aquellos que ofrezcan condiciones menos desventajosas. A este fin contribuye la experiencia del topógrafo y la observancia de cier- tos principios cuya aplicación hará que por medio de un examen ana- lítico é interpretativo, logre por decirlo así, ver de relieve las formas de los accidentes del terreno que tiene á la vista. II. Según lo expresado anteriormente, las triangulaciones pueden considerarse divididas en dos grandes grupos, que son: 12 Las trian- gulaciones en pequeña escala ó triangulaciones topográficas, y 22 Las triangulaciones en grande escala ó triangulaciones geodésicas. Esta di- visión en dos grupos no sólo tiene por base el objeto á que se destina una triangulación, sino también la longitud dada á los lados de los triángulos, la precisión de los instrumentos empleados, así como los mé- todos que se usan en las observaciones y los medios de que se vale el observador para conseguir la visibilidad de los vértices á grandes dis- tancias. En el cuadro siguiente pongo la clasificación completa de las trian- gulaciones, la cual es conveniente tenerla en cuenta al hacer un pro- yecto de esta especie, porque el método empleado en los reconocimien- tos, varía según la longitud de los lados de los triángulos y según el objeto que éstos deban llenar. De este modo, dado el objeto de una ca- dena ó red de triángulos, fácil será seguir el método de reconocimien- to que sea más adecuado al caso que se presente. Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 179- CLASIFICACION DE LAS TRIANGULACIONES. Triangulaciones to- pográficas.—(Su, objeto es la determinación de erandes distancias, el le- vantamiento de planos de terrenos de conside- rable extensión, la deter- minación de superficies, etc. El método empleado en las observaciones, es el de “repeticiones”). Triangulaciones geo- désicas.—(Su objeto es la medición de grandes ar- cos terrestres, el levan- tamiento geográfico y preciso de una nación, etc. Las observaciones se hacen generalmente por el método de “direccio- nes”). _Q_B..óó5óó _—_ e 5 5 5 Primarias.——(La longitud de los lados no excede de 15 kilómetros. En las medidas angulares se emplean teodolitos de preci- sión y para puntos de mira se usan table- ros perfectamente fijos y centrados en los vértices que se observan). Secundarias.—(La longitud de los lados no debe exceder de 5 kilómetros. En las medidas angulares es suficiente emplear teodolitos de 1” de aproximación y para puntos de mira se usan banderas bien cen- tradas y colocadas verticalmente). Terciarias.—(En las que las observacio- nes se hacen en las mismas condiciones que las secundarias pero exceptuando la medida de un ángulo. Estas triangulacio- nes, apoyándose sobre un lado de las pri- marias ó secundarias, sirven para fijar los detalles del terreno). De primer orden.—(En las que la lon- eitud de los lados excede de 30 kilóme- tros. Empléanse en las medidas angulares, aparatos de la mayor precisión y alcance visual y para la visibilidad de los vértices se emplean heliotropos). De segundo orden. — (Los lados no exceden generalmente de 30 kilómetros. Empleanse igualmente aparatos de la ma- yor precisión y para la visibilidad de los vértices es suficiente emplear tableros como puntos de mira). 180 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONÓCIMIENTOS III.—Lo primero que debe hacerse al comenzar un proyecto de trián- gulación, es buscar un terreno suficientemente extenso y sensiblemen- te plano y horizontal á fin de que ofrezca las mejores condiciones posi- bles para la medida de la base que debe servir de lado de partida para la formación de los triángulos de la cadena ó red en proyecto. La longitud de dicho lado depende de la naturaleza misma del terreno, así como de la clase de triangulación que se tenga que proyectar; pe- ro por regla general puede establecerse que la longitud de una base geodésica no debe ser menor de 8 kilómetros, porque siendo las di- mensiones de los lados de los triángulos bastante considerable, sería necesario al establecer la liga de los vértices de la triangulación, elegir mayor número de vértices intermedios, lo cual complicaria la figura y disminuiría la precisión de los resultados. Para las triangulaciones topográficas puede establecerse que la lon- gitud de la base esté comprendida entre tres y cinco kilómetros para las primarias y entre uno y tres para las secundarias. Además de las condiciones de horizontalidad y extensión, debe pro- curarse que el terreno no sea pantanoso, porque este inconveniente no sólo dificultaría la medida, sino que las estacas empleadas en esta operación no ofrecerían la fijeza y estabilidad necesarias para produ- cir el grado de precisión deseado. Debe procurarse además que no haya árboles corpulentos, ni casas en el trayecto de la línea proyectada y siempre que sea posible, debe- rá localizarse ésta á lo largo de un camino carretero ó de un ferroca- rril, lo cual evitará la pérdida de tiempo empleado en la preparación del terreno para proceder á la medida de la base. Elegido el terreno y fijados los dos extremos de la mencionada lí- nea, debe cerciorarse el observador de la visibilidad recíproca de di- chos vértices, para lo cual es enteramente indispensable verificar esta condición estacionando en ambos extremos, porque muchas veces el perfil del terreno es tal que el observador colocado en uno de los vér- tices puede observar muy bien una señal colocada en el otro, pero al trasladarse á este punto, la señal colocada en el extremo anterior, no puede verse á causa de que con frecuencia, la parte más alta del per- Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 181 fil del terreno se encuentra muy próxima á uno de los vértices y por consiguiente la visual del observador colocada en el vértice próximo á la parte más alta del perfil, viene á pasar muy por encima del ver- tice lejano, según se ve en la figura adjunta. A a ES o IA 70 SS A Es necesario además, que la inclinación del terreno en la dirección de la línea que se va á medir no exceda de unos cuatro grados y de que en ambos extremos se observe un horizonte extenso, á fin de que puedan elegirse convenientemente los puntos que deban servir para establecer la liga de la base con los vértices primordiales de la trian- gulación. Para la medición aproximada de la linea en proyecto es suficiente emplear las indicaciones de un telémetro, tomando al mismo tiempo las acotaciones del terreno, así como los detalles principales que se encuentren en él. Sucede con frecuencia que éste se encuentra obstruí. do por maleza ó por sembraduras y entonces, al hacer el proyecto, es necesario seguir un alineamiento á rumbo y distancia, que partiendo de uno de los extremos termine en el otro, lo cual es muy ventajoso porque se puede detallar muy bien el terreno por medio de secciones transversales. 1V.—En las triangulaciones topográficas, como la longitud de los lados es relativamente corta, la elección de vértices no ofrece general- mente serias dificultades y los triángulos en la mayoría de los casos resultan conformados convenientemente y satisfacen las condiciones de una buena triangulación. Estas condicionesson esencialmente dos: 12 Los triángulos deberán ser tan grandes como sea posible á fin de que su número sea el menor entre las diferentes cadenas que pudie- ran proyectarse. Para esto hay que tener en cuenta naturalmente el alcance del aparato empleado en las observaciones, así como la con- figuración misma del terreno, la cual hace que muchas veces no se 182 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS pueda disponer de lados de tamaño bastante adecuado. La segunda con- dición es, que los triángulos se acerquen tanto como sea posible á Ja forma equilátera: porque, como es bien sabido, el error que resulta en un lado de un triángulo es tanto menor, cuanto menor sea la diferen- cia entre sus tres ángulos. Esto se puede demostrar de la siguiente manera. Siendo A, B, Cy a, b, e respectivamente los ángulos y los lados de un triángulo en el que supondremos el'lado a libre de error, los lados b e se obtendrán por las fórmulas: sen B sen € == A (0107 sen A sen A Tomemos ahora la expresión X=f(x), en la que un error dx co- metido en x producirá el error de en X, y un error r cometido en zx, do r.dX 3 22 producirá en X, el error a En general, si X es una función de va- rias cantidades observadas 2, y, 2.... cuyos errores probables son r,, Tz, Pz, +... y sl las observaciones están hechas con precisión de modo que los errores probables sean muy pequeños, se tendrá: A A A Esta fórmula dará el error probable de X y si suponemos en las fórmulas primeras que cada ángulo tenga un error probable r”: con- forme á la expresión (A), los errores de b y c serán: EA CONE r,=0r3/cot* A + cot*C . Se ve claramente que si alguno de los ángulos es muy pequeño, la cotangente será muy grande; y por lo tanto los errores 7, y 7, también lo serán y el valor más pequeño de r, se obtendrá cuando A = B. Igualmente el valor más pequeño de r, se obtendrá cuando A = C, lo cual quiere decir que el caso más favorable ocurrrirá cuando A = 0 (0 En la práctica no es posible encontrar puntos formando ángulos de Y ELECCIONES DE VÉRTICES 183 60*, pero siempre que sea posible deberán evitarse los ángulos meno- res de 30". En un terreno, tal como una llanura de gran extensión, la cadena de triángulos se acercaría mucho á su forma teórica, que sería una se- rie de triángulos equiláteros y en el menor número posible, que par- tiendo de la base llegara al punto terminal. Para este caso, la longitud de dicha línea sería igual á la de los. lados; pero muchas veces no se puede encontrar un terreno de suficiente extensión para la medida de la base y entonces se escogerán los extremos, tan distantes como sea posible y se elegirán los vértices de los primeros triángulos, de modo que éstos, sin quedar muy deformados, tengan á partir de la base un incremento gradual, hasta que los lados de los siguientes triángulos lleguen á tener la longitud deseada. Este incremento, teóricamente de- be hacerse por medio de triángulos isóceles, según la fórmula: b SA / = === 16 Em renal o. 2cos A 8 ges V.—Lo dicho anteriormente se refiere al caso más sencillo de trian- gulación, pero en otros casos, como por ejemplo, cuando se trata de determinar la superficie de un terreno de extensión considerable, ó de la medición de un arco terrestre, es conveniente no formar una sim- ple cadena de triángulos, sino que deben elegirse los vértices de tal modo que en ellos concurran varios lados de la triangulación, á fin de que puedan compensarse las figuras formadas, obteniendo así mayor grado de'precisión en el resultado. Para obtener esto, hay dos proce- dimientos, el primero consiste en formar una cadena de cuadriláteros con sus dos diagonales observadas (lo cual equivale á considerar ob- servados los cuatro triángulos de cada cuadrilátero). En la evaluación de superficies, la cadena así formada deberá acercarse lo más que se pueda al perímetro del terreno y terminar en el mismo lado ó base donde comenzó la triangulación. No siempre es posible encontrar cua- driláteros con sus diagonales observables, pero se obvia esta dificultad, escogiendo para cada uno de ellos un punto desde el cual se observen los cuatro vértices. El segundo procedimiento consiste en cubrir la su- 184 ESTUDIO ACERCA DE LOs RECONOCIMIENTOS perficie del terreno con una red de triángulos unidos de cuantas ma- neras sea posible y aproximándose, tanto como se pueda, á la forma equilatera. Así cada vértice interior será el vértice común de seis trián- gulos, y quedará fijado por seis visuales; lo cual equivale á que en lu- gar de cuadriláteros como anteriormente, quedarán formados exágo- nos unidos y enlazados entre sí. V!.—Para la identificación de los vértices en una triangulación to- pográfica, no hay dificultad alguna, siendo solamente necesario emplear las indicaciones de una brújula que dé los azimutes con 1 grado ó 2 grado de aproximación. Elegida la base y fijados convenientemente sus dos extremos, se procede á la elección de vértices de la'cadena, para lo cual debe comenzarse por hacer estación en los extremos de dicha línea y se anotarán con su azimut correspondiente los puntos visados, los cuales serán aquellos que conforme al objeto de la trian- gulación y siguiendo las indicaciones anteriores, se presten mejor para vértices. Se formará un croquis gue contenga la base y á partir de ella, se irán fijando por intersecciones los puntos visados desde los extremos. En seguida se trasladará el observador á cada uno de ellos, observando primeramente, los azimutes inversos de las líneas que se observaron en dichos extremos, con el fin de rectificar la posición de los puntos ele- gidos y comprobar además la visibilidad recíproca de los vértices. Des- pués se anotarán los azimutes de los nuevos puntos que ofrezcan mejores condiciones y fijados en el croquis, se trasladará el observador á cada uno de ellos, continuando el reconocimiento según lo indicado, hasta llegar al punto terminal de la triangulación. Pongo en seguida algunos datos tomados del reconocimiento y elec- ción de vértices que practiqué para la triangulación Ve la Hacienda de la Venta (Estado de Hidalgo, Distrito de Atotonilco el Grande). Y ELECCIONES DE VÉRTICES, 185 a 1 Estación en el vértice A, Estación en el vértice B. Az. A—B=752 N.E. Az. B—A =75* S.W. Az. A—C=40* S.E, Az. BC = 25% S.W. Az. A—D= 43? S.W.*” Az. A— D'= 75% S.W. Estaclón en el vértice €, 2 Az. C—B= 21? N.E. A A SNE VA: ZO DES O SW Az. C— D'=72% N.W. Según lo expresado anteriormente, el procedimiento empleado en la. elección de vértices, fué el que sigue. Partiendo del lado AB, cuya lon- gitud es de 1,511 metros, se hizo estación en sus dos extremos sucesi- vamente. Se anotó primero el azimut del lado conocido, en seguida se anotó el del punto C, que era el que se prestaba mejor para tercer vér- tice del triángulo A BC. Como el mismo punto A debería ser vértice de otro triángulo para prolongar la cadena, anoté en seguida los azi- 1 El vértice D queda en los linderos con la Hacienda de Velasco: 2 El vértice € es el Cerro del Gallo. 186 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS mutes de D y D', cuyos puntos fueron en seguida observados también desde C. Como se ve por la figura, el triángulo B CD”, es defectuoso, mientras que el A CD queda bastante bien conformado, razón por la cual el punto D fué el elegido definitivamente. VII.—Las trisngulaciones geodésicas, á causa de la gran longitud de los lados presentan á veces serias dificultades para los reconocimien- tos y elecciones de vértices y sobre todo para la identificación de éstos: porque el empleo de heliotropos, aunque á primera vista parece tan sen- cillo, es, sin embargo, el que origina más pérdida de tiempo y el que origina más gastos, puesto que requiere un personal de empleados diestros en el manejo del heliotropo y, por otra parte, es enteramente indispensable que haga muy buen tiempo para que pueda ser visible la luz de los mencionados aparatos, lo cual origina la pérdida de mu- chos días, durante los cuales el ingeniero encargado de hacer el pro- yecto de triangulación, se ve obligado á permanecer forzosamente inac- tivo en espera de un momento favorable para distinguir las luces que deberán identificar á los vértices, y aun así sucede con frecuencia que si los heliotropistas no son muy celosos en el cumplimiento de sus deberes, llegado el momento oportuno, las luces no se distinguen por- que los encargados de enviarlas no estuvieron en sus puestos respec- tivos. Todos estos graves inconvenientes pueden evitarse, restringien- do el empleo de heliotropos y haciendo uso de otros medios que casi siempre puede tener el observador á su alcance para lograr el objeto. deseado. VIII.—En el supuesto de que se tengan ya fijados dos ó más vérti- ces desde los cuales se debe proseguir la triangulación, buscando nue- vos puntos que, ligados con aquellos, formen figuras adecuadas: es muy conveniente fijar dichos puntos en un mapa del Estado ó de la locali- dad donde se practique el reconocimiento, para lo cual es suficiente ejecutar una triangulación topográfica que ligue el vértice con la pobla- ción más inmediata que se encuentre fijada en el mapa. Así se podrán anotar aproximadamente los vértices que servirán de punto de partida para elegir los siguientes. Además, el estudio detenido y minucioso del mapa de la localidad y sobre todo en lo referente á la parte hidrográ- Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 187 fica, dará mucha luz respecto á la posición que deban tener los nuevos vértices que se buscan; por eso se ha dicho y con justicia, que el cono- cimiento hidrográfico de una comarca conduce al conocimiento oro- gráfico de la misma, puesto que no sólo se adquiere el conocimiento de la posición que tienen las partes más bajas de la comarca, sino tam- bién el de las partes más altas señaladas por la línea de separación de las aguas. En spoyo de este principio voy á citar un caso de identifica- ción de un vértice, en el que el estudio de la hidrografía de la comar- ca me sirvió mucho para lograr mi propósito. De los datos que el señor Ingeniero M. de Anda tomó en el vértice trigonométrico fijado en el cerro “Yucuyacua” (E. de Oaxaca), se deducía que en el citado cerro, entre los 19 y 48 grados S.E., existía una amplia zona de visibilidad, en la que se descubrían sierras á una distancia que no difería mucho de 100 kilómetros; por consiguiente, era indudable que dirigiéndose 4 cualquiera de los cerros más elevados comprendidos en dicha zona y siempre que en ellos se observara un extenso horizonte en la dirección aproximada del ““Yucuyacua,” éste tendría que ser forzosamente visible. Además, en los mencionados datos y en las vistas de cerros relativas, estaba anotado uno á los 48 grados S.E , de forma cónica y completa- mente aislado de los demás y al Sur del cual se notaba perfectamente la depresión del terreno producida por la cuenca del Atoyac ó Río Ver- de. Anotada en el mapa que llevaba yo la dirección observada, así co- mo la distancia aproximada (100 kilómetros), me convencí de que el vértice que buscaba debería encontrarse en las cercanías de Sola ó Ju- chatengo, y efectivamente, al llegar á la segunda de las mencionadas poblaciones, la cual se encuentra sobre la margen izquierda del citado Río, ví hacia el N.E. un cerro que, por su forma, posición y altura, era indudablemente el que buscaba. Después, al hacer estación en di- cho vértice, pude comprobar la visibilidad del “Yucuyacua,” el cual fué encontrado á los 48 grados N.W. El vértice á que me refiero es el cerro de “El Palmar,” cuya distancia al “Yueuyuaca” resultó ser de 109 ki- lómetros. IX. En cada uno de los puntos que deban servir para formar un proyecto de triangulación geodésica es necesario formar un croquis» Memorias. T. XX V, 1906-1907.—15 188 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS tau aproximado como se pueda de la serranía en que se encuentre el vértice que se piensa elegir, para lo cual es muy conveniente, hacien- do uso de un telémetro, medir una pequeña base sobre la cima mis- ma del cerro ó bien entre dos picachos que se encuentren á una dis- tancia adecuada, y desde los extremos de dicha línea se deberán situar por intersecciones todos los picachos y lomas principales, tomando al mismo tiempo sus distancias zenitales, así como las direcciones de los talwegs. Construyendo el croquis sobre el terreno mismo, se obtendrán con mucha aproximación las distancias que separan á unos cerros de otros, así como su diferencia de alturas. En caso de no poderse medir una línea sobre la cima de la serranía, debe uno conformarse con ha- cer una vuelta de horizonte, observando los azimutes y las distancias zenitales de los puntos más notables del terreno y calculando á ojo las distancias aproximadas, para lo cual es necesario ejercitarse previamen- te en esta operación, que creo de importancia capital para las eleccio- nes de vértices. Un observador práctico en esto, puede calcular distan- clas por grandes que sean, con un error que no excederá de la décima parte de la distancia verdadera: solamente hay que tener presente la necesidad indispensable de observar con muy buen tiempo, pues las brumas originan falsas apreciaciones. Guando se tenga la seguridad de que el vértice se proyecta sobre el cielo al ser observado desde deter- minado punto, es muy conveniente también hacer secciones transver- sales del cerro en donde se encuentre el vértice, siguiendo alineamien- tos que deberán ser perpendiculares á las direcciones en las que se crea conveniente elegir los nuevos vértices. Todos estos detalles son de suma importancia para la identificación de los cerros, porque de esta manera puede saberse aproximadamen- te la forma con que aparecerán al ser observados desde otros puntos: se sabrá igualmente la posición relativa del vértice respecto á los ce- rros 6 lomas que lo rodean y las diferencias de las distancias zenitales aproximadas de los cerros anotados en el croquis, darán por cálculos sencillos, las diferencias relativas de Jas alturas aparentes con que se verán los diferentes picachos de una serranía, al observarlos desde un punto lejano. Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 189 Hay otros medios de identificación que dan muy buenos resultados. Uno de ellos consiste en abrir, cuando la cima está cubierta de mon- te, amplias brechas en las direcciones en las que convenga elegir los nuevos vértices. La amplitud de éstas dependerá naturalmente de la distancia á la cual tengan que ser observadas; así, para una distancia de 80 ó 100 kilómetros, es conveniente que la amplitud de la brecha no sea menor de 15 ó6 20 metros para que pueda distinguirse fácil- mente, abarcando entonces un espacio angular de unos 30”. Si por el contrario, en la cima sólo hay algunos árboles, dehen de- rribarse éstos, dejando solamente tres de los más corpulentos y que formen un amplio triángulo cuyos lados deben medirse, así como los azimutes y ángulos correspondientes. Con estos datos y la distancia á que tenga que ser observado el vértice desde otros cerros, podrán ob- tenerse muy bien las distancias angulares con que deben ser observa- dos los árboles que forman el triángulo. A De este artificio me valí para identificar el cerro denominado “El Gavilán” (E. de Oaxaca, Distrito de Jamiltepec), desde el vértice “La- nuyú,” situado sobre la costa del Pacífico á una distancia de 56 kiló- metro del citado cerro de “El Gavilán.” Los datos del triángulo forma- do por tres árboles situados en una loma á un costado del vértice, fueron los siguientes: 190 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS Az. AB= 30% — 30' N.E. Az. BC = 72 — 00' S.E. a = 78 metros. c= 35 metros. Los tres árboles vistos desde el “Lanuyú” deberían aparecer proyec- tados sobre un plano tal como A'C”, en que las distancias aparentes B'C! y A'C! deberían estar en la relación de 7:9 próximamente. Ade- más, el espacio angular comprendido entre A y G) á la distancia de 56 kilómetros, obtenido por el cálculo, es de 6', y el de BC, resultó ser de 4430”: ambos valores resultaron perfectamente acordes con los ob- servados desde el “Lanuyú,” lo cual comprobaba enteramente la posi- ción de “El Gavilán.” Escusado es decir que es indispensable que los tres árboles se pro- yecten en el cielo y que los lados del triángulo formado tengan una lon- gitud en relación con la distancia á que tienen que ser observados y con la aproximación angular del instrumento, la cual es generalmen- te de 1' 6 3' en los teodolitos comunes que se usan en los reconoci- mientos. X. El conocido problema de los “tres vértices” suele tener en los reconocimientos, tanto topográficos como geodésicos, algunas aplica- ciones y principalmente en el caso de que el punto que se desea ligar Y ELECCIONES DE VÉRTICES 191 con los tres conocidos, no haya sido observado desde éstos, bien por omisión ó porque no se haya pensado elegirlo anteriormente: por lo tanto y por vía de ejercicio, pongo aquí otra resolución de dicho pro- blema por medio de una fórmula que me parece más sencilla que las conocidas, Sean los tres puntos A, B, C, formando un triángulo en el que se co- nocen los tres elementos B, c, a: y sea P el punto que se quiere situar y desde el cual se han observado los ángulos APB=M y BPC=N. S1 de los triángulos de la figura deducimos el valor del lado BP, igua- lando estos valores, tendremos: esenA asennG. , esenN sen C === 10) => sen M sen N asenM sen A El cuadrilátero formado, da el valor de A di C, que es el siguiente: A + (=360 —(M + N+B)=S$S. De' donde se obtiene: (=5S— A, valor que sustituído en la fórmu- la anterior, dará: esen N _ senScos A —sen A cos S asenM — sen A ES =sen S cot A—cos $ - y despejando á cot A, tendremos: cot A = cot a ello DGA asen MsenS OS (1 +csen N) asen Mcos S Introduciendo un ángulo auxiliar, tal que se tenga: cesen N asen M cos S — resultará: cot A= cot S (1 + tang? U) = cot S sec? U 192 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS El problema quedará reducido á buscar primeramente el valor de tang. U, para obtener en seguida el de cos. U, el cual sustituido en la fórmula (2), dará el valor del ángulo A, que es el tercer elemento co- nocido del triángulo A B C. Aplicando las fórmulas á uno de los ejemplos que trae la Topogra- fía del Sr. Díaz Covarrubias y cuyos datos constan al lado, tendremos: BUDA AA 0D M=143" 30 30" NUI or 0% log. a= 3.60203 log. c = 3.63546 De los datos se deduce: S=39 48 00” La fórmula (1), dará: log. c =3.63546 log. a = 3.60203 log. sen. N =9.93771 log. sen. M!= 9.77430 3.01817 log. cos. S = 9.88552 3.26185 log. tang.? U == 0.31132 log. tang. U = 0.15566 log. cos. U = 9.75799 Aplicando la fórmula (2), tendremos: A a o si 39 AS Y ELECCIONES DE VÉRTICES, 193 log. cot. S = 0,07927 log. cos.* U = 9.51598 AMO O RR SM 43) 300.30 log. cot, A =0.56329 ae. EBAN 2 12 do: B=56 44 00” Pa ed A 35% 31 47”=ang. PBC Aplicando ahora las fórmulas comunes para la resolución de los triángulos: log. c= 3.63546 log. sen. M= 9.77430 3.86116 3.86116 log. sen. A = 9.42106 9.55833 = ABP X > ds log. PB = 3.28222 3.41949 = log. AP PB =1915."2 AP = 2627.*2 log. a = 8.60203 log. sen. N = 9.93771 3.56432 log. sen. PBC, 9.76426 log. PC, 3.42858 PC = 2682.*7 - Que son, con la diferencia de 0.*1, los mismos que obtiene el señor Díaz Covarrubias. La solución gráfica puede ser, generalmente, bastante exacta para - fijar aproximadamente un vértice desde el cual se han observado los ángulos que forman entre sí tres puntos de la triangulación, y consis- 194 ESTUDIO ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS te en dividir en dos partes iguales por medio de perpendiculares, los dos lados AB y CB; construyendo en seguida los ángulos OBA =M, RBC=N y levantando perpendiculares 4 OB y RB, éstas, por su intersección con las primeras, determinarán los centros de dos cir- cunferencias de radios Br y Bo respectivamente, cuyas intersecciones fijarán los dos puntos que satisfacen el problema. XI.—Puede encontrarse en la práctica otro problema de utilidad y es el siguiente: Disponiendo solamente de un lado AB de la triangulación se quie- ren fijar dos puntos M y N desde los cuales se han observado los án- gulos a, f, y y 0. SN ML Para resolverlo hay que considerar como conocido el lado MN, asignándole una longitud cualquiera: calculando en seguida los lados MB y MA con los triángulos MBN, y MAN, se tendrán dos lados y un ángulo del triágulo AMB, el cual dará un valor de AB diferente del in- dicado; pero como la figura que resulta es semejante á la verdadera, los errores resultarán proporcionales á las longitudes de los lados y tendremos la siguiente ecuación: MN (longitud verdadera) = AB (long. obtenida por el cálculo) a a AA TE TAE Y ELECCIONES DE VÉRTICES. 195 Así se obtendrá el valor real de MN y aplicadaá cada uno de los la- dosuna corrección análoga, se obtendrán los verdaderos valores de éstos. En el caso de que sólo se disponga de dos puntos, A y B para fijar un tercero M, hay que conformarse con los azimutes de dichos dos puntos, para lo cual es suficiente construir gráficamente la figura por medio de intersecciones con los azimutes inversos, ó bien se redu- ce el problema al anterior, escogiendo un punto auxiliar N y midien- do los ánguios a, f, y y 0 de la figura. l XIl.—Para terminar este estudio me parece útil poner aqui uno de los párrafos de las instrucciones dadas por el señor Iigeniero Don An- gel Anguiano, sobre los reconocimientos para la formación de la Red Geodésica Mexicana y cuyo párrafo dice asi: “El ingeniero encargado de hacer un proyecto de triangulación, tomará no solamente los da- tos cientificos, sino á la vez todos aquellos que importe conocer, tan- to para la buena instalación de los instrumentos, bondad de las obser- vaciones, construcción de los monumentos, colocación de las miras, como lo relativo 4 comestibles y demás elementos de vida. Tomará informes sobre el costo de los materiales que deban emplearse en la construcción de las obras que deben conservar los vértices, los jorna- les de operarios, facilidades ó dificultades de transporte, distancias á que se encuentran las distintas cosas que se necesitan, etc. Se fijará en la clase de trabajos que requiere la perfecta visibilidad de las seña” les Ó miras y la instalación de los instrumentos, tomará nota de los nombres de los cerros ó lugares en que deban quedar situados los vér- tices, tomando además, los datos de referencia necesarios para identi- ficar aquellos puntos al ser observados. El estado del cielo por los ac- cidentes atmosféricos más comunes, según las estaciones del año, será también objeto de sus investigaciones en lo que se refiere á las horas y épocas más á propósito para la observación. Téngase presente que toda esta suma de datos y cuanto se juzgue útil, por insignificante que parezca, allanará la mitad del camino que tiene que seguir el geo- desta al hacer el trabajo definitivo.” Tacubaya, Julio de 1907. Memorias. T, XX V. 1906-1907.—16 ES 7] A RAS EE SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MEXICO: FONDÉE EN OCTOBRE 1884. Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Puga, Ricardo E. Cicero et Manuel Marroquín y Rivera. Président honoraire perpétuel. M. Ramón Manterola. | Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil direetif.—1908, PrisIDENT.—Ing. M. Marroquín y River. Vicr-PrésIDENT.—Ing. Alejandro Prrieto. SECRÉTAIRE.-Ing Macario Olivares. VicE-SECRÉTAIRE.—Prof. Ramón Mena. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal. La Bibliotheque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4 h. a 7 h. du soir. Les ““Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 64 pags. tous les mois. La correspondance, mémoires et publications destinés á1a Société, doivent étre adressés au Secrétaite général á Palma 13.—MÉXICO.-=(Mexique). Les auteurs sont seuls responsables de leur écrits. Les membres de la Société sont désignés avec M. $. A. a Tomo 25, Nos. 5-8, MEMORIAS Y REVISTA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA “Antonio Alzate” publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN, SECRETARIO GENERAL PERPETUO SOMMAITRE. (Mémoires, feuilles 17 a 20*). Archéologie —El Calendario Mexicano. Ensayo de síntesis y de coordinación, por M. E. de Jonghe, p. 197-231, con dos cuadros. Géoiogie appliquee.—Les gisements métalliferes de Campo Morado, Etat de Guer- rero por M. £. Híjar y Haro, p. 245-252. Parasitologie.—Une nouvelle espéce de champignon du genre Microspera par M. G. Gándara, p. 233-244, pl. 1. et Il. Topographie.—Notes sur 1 emploi du Planimétre par M. J. Méndez, p. 253-256. MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL (44 CALLE DE REVILLAGIGEDO NÚM. 47). Noviembre 1907—Octubre 1908, Publicación registrada como artículo de segunda clase en 12 de Febrero de 1907 MEMOIRES DE LA SOCIETÉ «ALZATE.» TOME XXV. EL CALENDARIO MEXICANO ENSAYO DE SINTESIS Y DE COORDINACION POR M. Edouard de Jonghe Doctor en Filosofía y Letras. —Miembro de la Sociedad de Americanistas AL SR. DUQUE DE LOUBAT Basado sobre serias observaciones astronómicas, el calendario me- xicano era estudiado principalmente por la casta de los sacerdotes que lo enseñaban en sus escuelas. Fundándose en él, se regularizaban los presagios, los actos mágicos, las fiestas rituales, lo mismo que la ma- yor parte de los actos de la vida privada y pública.* Examinaremos su- cesivamente los puntos siguientes: 1” Relaciones entre el Tonalamatl y el año solar. 2” Sucesión de las fiestas rituales. 3” Sincronología. 1 Las principales obras recientes sobre el calendario mexicano, son: D. Brin- ton, The native calendar of Central America and Mexico. Philadelfia. 1893.—Nuttall (Zelia). Vote on (he ancient Mexican Calendar-system, communicated to the Xth. Intern, Congress of Americanists, Stockolm, 1894; y “The periodical adjustments of the ancien Mexican Calendar” en la American Anthropologist, M. S., vol. Vi, núm. 4, 1904, p. p. 486-500— Seler [Ed.] Gesammelte Abhandlungen zur Amerikanis- chen Sprachfunden Alterthumskunde 1. Berlin, 1902, p. p. 173-183-417-503-507-554; 1d. ““Die Korrekturen der Jahreslange und der Venusperiode in den mexikanischen Bilderschriften” |Zeiwschrift fir Ethnologie, 1903. Heft 1-27-49]. Por último, con ei título de “Mexican and Central American antiquities, calendar-systems and his- tory,” la “Smithsonian Institution,” Washington, 1904, acaba de publicar la tra- ducción inglesa de cierto número de trabajos de M. M. Seler, Forstemann, Schel- lhas, Sapper y Dieseldorf. Memorias. T. XXV. 1906-1907,—17 198 EL CALENDARIO I El cómputo de los antiguos mexicanos descansa á la vez sobre un periodo de 260 días, que sesubdividen en 20 trecenas, y sobre un pe- ríodo de 365 días que se descompone en 18 veintenas más 5 días lla- mados nemontemi. El primer periodo se llama Tonalamatl (libro de los días); poseemos hermosos ejemplares de ellos en el Codex Borbo- micus, el Tonalamatl Aubin, el Codex Tellerrano—-Remencis, y el Va- ticanus Á por una parte y en el Codex Borgia, el Vaticanus B, y el Codice di Bologna por otra. El segundo período se llama Tonalpo- ualli* y está representado generalmente bajo la forma de una rueda. Estas representaciones como las de Valadés, de Durán, de J. de la Ser- na, etc., son de fecha más reciente. Para dar una idea más clara de estos dos períodos los expresaremos aquí, por cifras: Tonalamatl = 260 días: (13 X 20) 65(4 x 18) Tonalpoualli = 365 días (18 x 20 +5) ó (28 x 138 +1) La cuestión del origen del Tonalamatl sería de la más grande im- portancia para iluminarnos sobre las relaciones que existian entre estos dos periodos. Desgraciadamente su solución se estrella contra dificulta- des insuperables hasta el día. Los autores antiguos han pensado, en general, que el periodo de 260 días había sido inventado por las ne- cesidades de la magia. Las pictografías, que en muy pequeño número conservamos y que nos presentan el Tonalamatl ante todo como un libro de horóscopos, estaban hechas muy á propósito para mantener- los en esta idea. Sin embargo, es poco probable que el Tonalamatl hubiese tenido desde sus principios, los caracteres mágicos que le en- 1 Tonalpoualli, cuenta de los días. MEXICANO, 199 contramos en la época de la conquista. Mas bien es de creerse que en su origen haya servido para contar el tiempo de una manera aproxi- mativa. Algunos autores, como Orozco y Berra, * que siguió á León y Gama, han pensado que esta cuenta está basada sobre los movimien- tos de la luna. El número 13 habría nacido entonces de !a observa- ción de la luna en creciente (Lztocoliztli: = desvelo), y de la luna en menguante (Cochiliztli = sueño). Si rehusamos, como Brinton,*acep- tar esta explicación del número 13, en cambio estamos dispuestos á " admitir, como Mme. Zelia Nuttall,* que el período de 260 días repre- sente una manera de contar el tiempo bastante primitiva, la que se calcula sobre la duración aproximada de una gestación. En esta hi- pótesis, el número 9 habría representado cierto papel; cada una de las 9 lunaciones habría sido colocada bajo el patronato especial de una divinidad y más tarde, cuando á este cómputo primitivo se hubo sus- tituído una cuenta más exacta, basada sobre el movimiento aparente del sol, esta cuenta habría tomado del cómputo primitivo los elemen- tos 13 y 20 como también las 9 divinidades. Estas son las que cono- cemos con el nombre de “señores de la noche,” y que fueron sobre todo, para no decir exclusivamente, utilizadas para las necesidades de la magia. En cuanto al número 13, habría nacido sencillamente de la división del período en veintenas, lo que es muy natural, puesto que los pueblos de la América media poseían el sistema vigesimal desde una muy remota antigúedad. Cualesquiera que sean las hipótesis sobre el origen del Tonalamatl, hay á nuestro juicio una cosa cierta, y es que el Tonalamatl data de tiempos muy lejanos. El hecho de encon- trarla con su subdivisión en veintenas, entre todas las tribus del gru- po Nahua, como del Maya, nos permite deducir que era posesión co- mún de todos estos pobladores, antes de la época de su dispersión. 1 Historia antigua de México, 11, p, 11, A. L. Gama, Deseripción histórica y crono- lógica de las dos piedras...... México, 1792, p, 27. 2 The native calendar of Central America and Mexico. Philadelphia, 1898. p. 9. 3 No creemos, sin embargo, como Mme, Nuttall lo piensa, apoyándose en una aserción de J. de la Serna, que los mexicanos hayan perfeccionado el Tonala- matl por medio de una intercalación de 5 días. Véase la obra The periodical adjust- ments of the ancient Mexican Calenda" ...oooo.... p. 495 y 500 C, F, Brinton. The native calendar ...... p..9. 2060 EL CALENDARIO Según esto, el Tonalpoualli se presenta como un desarrollo del To- nalamatl, del cual tomó las veintenas, las trecenas y además las nove- nas. Al lado de los movimientos aparentes del sol, los antiguos mexi- canos observaban también las revoluciones sinódicas del planeta Venus, y¿en eso se encuentra precisamente que el periodo de 260 días estaba admirablemente escogido para contar al mismo tiempo el cur- so de estos dos cuerpos celestes. Esto se desprende de las igualdades enel 584 =2 (20 Xx 13) + (4 x 13) + 12 365 = (20 X 13) + (8 X 13) + 1 5 Xx 581 = 8 Xx 365 de donde 13 (5 < 584) = 13 (8 X 365) = 146 x 260 = 104 años es decir, el gran cyclo mexicano Ueuetiliztlo (la ancianidad), al cabo del cual los tres períodos vuelven á su punto de partida. El cyclo pe- _queño de 52 años (Xrppoualla, la cuenta de los años) está calculado únicamente sobre la concordancia del Tonalamatl y el Tonalpoualli (52 x 365="73 x 260). Todo esto nos enseña que el Tonalamatl del tiempo de la conquista no era un calendario para uso de los mágicos sino más bien una especie de medida del año solar y una especie de medida común para el año solar y los periodos Venusianos. Insisti- mos sobre este hecho porque aclara de una manera notoria la cues- tión de la intercalación y también la de saber por cuál día del Tonala- matl comienza el año solar. Antes de pasar al examen de esta cuestión, creo útil el presentar aquí la serie de los años que componen el Xi- ppovalli y la serie de los periodos Venusianos que componen el Ue- uetiliztls. A MEXICANO. 201 Los 52 Años DEL XIPPOUALLI 10 tlalpilli. 22 tlalpilli, 39 tlalpilli, 40 tlalpilli. 1 Acatl XITI. : Tecpatl XVIII. Cali III. Tochtli VIII. 2 Tecpatl XVIII. Calli TIT. Tochtli VIII. —Acatl XIII. 3 Calli 11T. Tochtli VIII, Acatl XITI. Tecpatl XV IIT 4 Tochtli VI1I. Acatl XITI. Tecpatl XVIII. Calli III. 5 Acatl XIII. Tecpatl XVIII. —Calli III. Tochtli VIII. 6 Tecpatl XVIIT. — Calli III. Tochtli VIII. —Acatl XIII. 7 Calli 111. Tochtli VIII. Acatl XITI. TecpatlX V LIT. 8 Fochtli VIII. Acatl XIII. Tecpatl XV111. Cali II. 9 Acatl XIII. Tecpatl XVIII. —Calli I1I. Tochtli VIII. 10 Tecpatl XVIII. — Calli I1I. Tochtll VIIT. —Acatl XITI. 11 Calli 111. Tochtli VIII. Acatl XITI. Tecpatl XV (TI. 12 Tochtli V11I. Acatl XITI. Tecpatl XViII. Calli MIT. 13 Acatl XIII. Tecpatl XVIIT. —Calli. III Tochtli VIII. Los 65 Períopos VENUSIANOS DEL UEUETILIZTLI 12 trecena. 22 trecena 32 trecena. 4% trecena. 52 trecena. 1 Cipactli 1? Acatl XIIT. —Couatl V. Olin XVIII, * Atl 1X. 13 Couatl V. — Olin XVII. - AtlIX. Cipactli I. Acatl XITI. 12 Atl IX. Cipactli 1. Acatl XIII. Couatl V. Olin XVII. 1 Los números romanos indican el lugar de los signos en la serie de 20 días. Estos signos son: . 1 Cipactli. 6 Miquiztli. 11 Ocomatli. 16 Cozcaquauhtli. 2 Eecatl. 7 Macatl. 12 Malinalli. 17 Olin. 3 Calli. 8 Tochtli. 13 Acatl. 18 Tecpatl. 4 Cuetzpalin. 9 Atl. 14 Ocelotl. 19 Quiauitl. 9 Couatl. 10 Ttzcuintli. 15 Quaubhatli, '20 Xochitl. La igualdad [18 < 20] + 5 = 365 tiene como corolario, que si el primer año co- mienza con el signo XIII, el segundo comenzará por elsigno XVIII, el tercero por el signo III, ete., y la igualdad [28 < 13] + 1 = 365, explica que, si el ii año co- mienZa por 1- XIH, el segundo comienza por 2-X VIII, etc. 2 La igualdad (29 < 20) + 4 =584 trae consigo el resultado eulente: si el pri- mer período comienza por I, el segundo comenzará por V, el tercero por IX, el cuarto por X1 II, el quinto por X V1I, etc., así también, como consecuencia de la igualdad [41 X 13] + 12 = 584, vemos que si el primer período comienza por 1-1 2. segundo comienza por 13-V, el tercero por 12-IX, etc. 3 Así en el original por error de imprenta, debe ser XVIT.—N. del T. 202 EL CALENDARIO 11 Acatl XIII, Couatl V. Olin XVII, Atl IX. Cipactli 1. 10 Olin XVII. Atl IX. Cipactli I. Acatl XI1I. Couatl V. 9 Cipactli 1, Acatl XIIT. Couatl V. — Olin XVII. AtlIX. 8 Couatl V. OlinXVII. Atl1X. Cipactli 1. Acatl XIII. 7 Atl IX. Cipactli 1. Acatl XIII. Couatl V. Olin XV11. 6 Acatl XIII. Couatl V. Olin XVil. Atl IX, Cipactli L. 5 Olin XVil. AtlIX, Cipactli 1. Acatl XIII, —Couatl Y. 4 Cipactli 1. Acatl XIII. —Couatl V. Olin XVII. Atl1X, 3 Couatl Y. —Olin XVII. AtlIX. Cipactli I. Acatl XIII. 2 Atl IX. Cipactli L. Acatl XIII. Couatl V. Olin XVII. Si el Tonalamatl es una medida del año solar, es necesario pregun- tarse cómo se aplica sobre este año. ¿El primer año del cyclo comien- za por el primer día del Tonalamatl ó comienza por el día del cual lleva el nombre? Este problema ha tenido respuestas bastante diversas. La indicación más antigua que conozco, se remonta á un autor anónimo que escribió en 1549 sobre este asunto y del que se publicó una rueda cíclica en la edición de los ““Memoriales de Motolinía,” por el Sr. L. García Pi- mentel.* La parte concerniente al calendario, que ocupa las páginas 48-53 de la citada edición pertenece, según toda verosimilitud, al mis- mo autor. Leemos entla página 50: “No solamente comienzan en las cuatro dichas figuras los años pero también sin excepción todos los meses...... ” Esta aserción se encuentra repetida en la página 52 y so- bre la misma rueda cíclica. En la misma obra encontramos un pasaje que hace la misma indicación. No parece pertenecer al mismo autor, ni á Motolinía. En la página 43 leemos: “porque el año toma nombre de su primer día....” Estudios sincronológicos muestran que Zahagún, Chimalpain, como también Ixtlilxóchitl, comienzan el año por los signos Acatl, Teepatl, Callz, Tochtli. Durán no es de la misma opinión. Expresamente dice que el primer día del mes, y por consecuencia el del año, pertenecen al Oipactli. 1 México, Paris y Manrid, 1903. MEXICANO. 203 Y para que con más claridad lo entendamos y con más facilidad, es de saber que el primer día del mes se llamaba Cipactla.” * Gemelli Carreri guiándose por la Ciclografía Indiana perdida por desgracia hasta nuestros días, escrita por Sigiienza y Góngora, y se- guida en muchos de sus puntos por Clavijero, pretende que el año I Toehtli, comienza por el día 1 Cipactl?, 1 Acatl por el día 1 Miquiszihi 1 Tecpatl, por el día 1 Ocomatli, 1 Calli por el día, 1 Cozcaquautla. * Boturini y Veytia á contiuuación suya, hacen comenzar el año por el día del cual llevan el nombre. Sobre la base de muy profundizados estudios astronómicos, León y Gama construyó un sistema de calen- dario mexicano muy ingenioso pero que no tiene siempre en cuenta los hechos. Este sistema tuvo mucho éxito. Alejandro de Humboldt, J, F. Ramírez, Aubin, Boban y muchos otros la adoptaron. Según Ga- ma, todos los años comienzan indistintamente por 1 Cipactli y acaban por 1 Couatl.* Me siento tentado á creer que Gama concibió su siste- ma para explicar la famosa fecha de la toma de México, que los autores indígenas designan unánimemente el día 1 Couatl. Como no llegaba á identificar esta fecha con el 13 de Agosto, recurrió á una interpre- tación metafórica. Si 1 Couatl es el último día de todo año, es tam- bién el último de los nemontemá y como tal es nefasto. Este carácter de último día del año y además nefasto, explica suficientemente á los ojos de Gama que los autores mexicanos hayan llamado 1 Couatl al día funesto que puso fin á la dominación de México-Tenochtitlán. Por otra parte, es más que probable que Cristóbal del Castillo, cuyos es- critos fueron la fuente principal para Gama, hiciera también comen- zar el año por Cipactls. A Orozco y Berra no le satisfizo el calendario de Gama y constru- yó otro basado sobre la identificación del signo 1 Couatl con el 12 de Agosto. Admite que los años 3 Calli comienzan por el día 2 Ogoma- tli 4 Tochtli por 3 Cozcaquauhtli.* No cayó en el grave defecto de Ga- 1 Historia de la Nueva España é islas de tierra firme, ed. J. Fern. Ramírez. México, Andrade y Escalante, 1867-1880. omo 22, pág. 265, cf. p. 256. 2 Gemelli Carreri, Giro del Mundo. Venise, 1719. Libro VI, p. 43 s. 3 Descripción histórica de las dos piedras...... México. 1792, p. 63-76. 4 Historia antigua de México. 1), pág. 75. 204 EL CALENDARIO ma, que consiste en hacer del Tonalamatl una medida no continua y por consiguiente, muy imperfecta del año solar. Por último, Mme. Zelia Nuttall creyó haber encontrado la clave del enigma, aprovechando la poca feliz distinción entre el año ritual y el civil, introducida por Boturini y adoptada por Granados y Gálvez, y por Veytia. Los años Acatl comenzarían por Cipactli, pero en este año, el día cincuenta y tres ó sea el quincuagésimo tercero marcado con el signo Acatl introduce un año ritual en el interior del año ci- vil.* De este modo se explicaría que el día Acatl dé su nombre al año aun cuando éste comience por Cipactli. Solamente que esta teoría está en contradicción con un gran número de hechos estable- cidos. El estudio de un importante documento de la colección Humboldt, suministra á M. Seler la prueba, convincente en mi opinión, de que el año comienza por el día del cual lleva el nombre. En este documento se encuentra pintada una serie de fiestas que se sucedían durante el espacio de 19 años, á razón de 4 por año. La fiesta Etzalqualiztli está indicada ahí por las fechas siguientes: 12 ,Olin, 18 Etcatl, 1 Magatl, 2 Malinalla, etc., es decir, los días que preceden inmediatamente á 13 Tecpatl, 1 Calla, 2 Tochtli, 3 Acatl. Dándose por hecho que las fies- tas se celebraban regularmente en el último día de la veintena que lleva su nombre (lo que está confirmado también por tan precioso do- cumento), estamos obligados á opinar de conformidad con M. Seler que los días iniciales de los años son: acatl, tecpatl, calli, tochtlt, y no cipactli, miquiztli, ocomatla, eozcaquauhtli, que son respectivamente los días iniciales de los cuatro cuartos del Tonalamatl. M. Seler en- cuentra confirmada esta conclusión en la comparación con otros calen- darios centro-americanos y con los estudios de sincronología, de los que hablaremos más adelante. * En las hojas 21-22 del magnífico Codex Borbonicus, publicado por iniciativa del duque de Loubat con un comentario muy sabio del Dr. 1 Note on the ancient mexican calendar system, p. 8. 2 Die. Mezikanischen Bilderhandschriften Al. von Humboldt's in der Kgl. Bi- bliothek zu Berlin» Berlin 1893, en Gesammelte Abhandlungen, Il p. 173-183. MEXICANO. 205 - E. T. Hamy * he creído encontrar á mi vez la prueba de que el año mexicano comenzaba por el día del cual lleva el nombre. Vemos allí figurada la serie de los 52 años del cyclo mexicano al rededor de dos grupos centrales formados por Oipastonal y Oxomoco (fig. 21) y Que- tzalcouatl y Tezcatlipoca danzantes (fig. 22). Cada año está ahí acompa- fiado por una de las 9 figuras que conocemos con el nombre de seño- res de la noche y de los que hemos hablado ya. En la parte alta de la hoja 21, partiendo de la derecha nos encontramos la serie de los años comenzando por 1 Acatl correspondiendo generalmente al Este. 1 Acatl (XII) tepeyolloi!.—h. 2 Tecpatl (XVII) mictlantecutlt.—e. 3 Calli (UI) piltzinmteotl. —c. 4 Tochtli (VIII) tlaloc.—1 5 Acatl (XITT) chalehiuhtlicue.—f. 6 Tecpatl (XVII) esnteotl.—d. 7 Calli (LU) muhtecuth.—a. 8 Tochtli (VII) tepeyollotl.—h. 9 Acatl (XIID) mictantecutli. —e. 10 Tecpatl (XVIID) 2t2tli.—b. 11 Calli (UI) t/aloc.—i. 12 Tochtli (VIID) chalehvruhtlicue.—f. 13 Acatl (XIID) etnteotl.—d. Continuando, en la parte baja de la hoja 22 y de derecha á izquier- da, encontramos la trecena comenzando por 1 Tecpatl correspondien- do generalmente al Norte. 1 Tecpatl (XVI) exuhtecutlo.—a. 2 Calli (M1) tlacolteotl.—+g. 3 Tochtli (VIID mictlantecuili.—t. 1 Codex Borbonicus. Manuserit mexicain de la Bibliotheque du Palais Bourbon Paris. E. Leroux 1899, ch. III, 14-15, Cf. Seler, Ges. Abh., I, 512-513 y Francisco del Pazo y Troncoso, Descripción histórica y exposición del códice pictórico de los anti- guos návús. Florencia, 1898, p. 79-97. 2 Así en el original por error de imprenta debe ser e, —N, del T. 206 EL CALENDARIO 4 Acatl (XII) ttztla.—b. 5 Tecpatl (XVITI) ¿laloc.—1. 6 Calli (ID) chaichiuhtlicue.—Í. 7 Tochtli (VII) piltzinteotl.—c. 8 Acatl (XII) xiuhtecuili.—a. 9 Tecpatl (XVIII) tlasolteoti.—g. 10 Calli (UD) mictlantecutl.—e. 11 Tochtli (VII) ¿tzcl0.—b. 12 Acatl (XII) tepeyollot!.—h. 13 Tecpatl (XVIID chalehruhtlicue-—f. Continuamos viendo en la misma página 22, arriba, á la derecha contamos la trecena que comienza por 1 Calla y que corresponde al Oeste. 1 Calli (ID) pultanteotl.—c. 2 Tochtli (VIID muhtecutlh.—a. 3 Acatl (XIII) tlacolteotl.—h. 4 Tecpatl (XVII) cinteotl.—d. 5 Galli (II) stztl4.—b. € Tochtli (VIM) tepeyollotl.—h. 7 Acatl (XIII) cholchtuhtlicue.—f. 8 Tecpatl (XVIID pultzmteotl.—ce. 9 Cali (UI) ¿laloc.—A. 10 Tochtli (VIII) tlacoltevtl.—g. 11 Acatl (XII) cinteotl.—d. 12 Tecpatl (XVII itztli.—b. 13 Calli (UD) tepeyollotl,—h. Volviendo á la hoja 21, encontramos en la parte baja de la página, alineado de izquierda á derecha el t/alpilli comenzando por 1 Tochtli correspondiendo al Sur. 1 Tochtli (VII) mictlantecuilt.—e. 2 Acatl (XII) pilzinteotl.—c. 3 Tecpatl (XVII) tlaloc.—1. A MEXICANO. 207 4 Calli (1) ¿Zacolteotl.—g. 5 Tochtli (VII) cinteotl.— d. 6 Acatl (XII) auhtecutl.—a. 7 Teepatl (XVIII) tepeyollot!.—h. 8 Calli (HI) mictlantecutli.—e. 9 Tochtli (VIII) piltzinteoil.—c. 10 Acatl (XII) tlalor.—. 11 Tecpatl (XVIID) chalchiuhtlicue.—Í. 12 Calli (11) cónteotl, —d. 13 Tochtli (XI) xiuhtecuili.—a. * El cuadro adjunto representa un Zonalamatl del estilo de Jas picto- grafías del grupo Borgia, es decir; sobre cinco hileras horizontales de 52 días, que para la facilidad del lector hemos ordenado de izquierda á derecha. Los signos diurnos están indicados por números romanos y los señores de la noche por las 9 primeras letras del alfabeto, de tal manera que Xiuhtecuili=a. lteali=b. Piltzinteotl=c. Cinteotl=d. Micilentecutli=e. Chalehiuhilicue=f. Tlacolteoti=g. Tepeyolloti=h. Tlaloc=1. Este cuadro muestra el criterio que ha guiado al pictógra- fo en la elección de combinar los señores de la noche con los años. Cada signo de año está combinado con la figura que en el Tonala- matl acompaña al día del cual lleva el nombre. Este hecho tiene su im- portancia. El indica, en efecto, que este día es el primero del año. ¿Por qué pues se combinan en la indicación del cyclo estos signos de años con las figuras de sus dias? Es que, como se puede ver en el Zonala- matl téorico, la serie de novenas, aplicada al Tonalamatl, da un resto de uno, de manera que si el primer día lleva la figura A, el último no llevará la 1, sino más bien H. Como para medir el año el Tonalamatl tiene necesidad de desarrollarse más de una vez, sucede que los días que siguen al 13 xochitl no podrán ya, á menos de romper la serie de las novenas, coincidir con las figuras que llevan en el Tonalamatl teó- rico. Así pues: el dia 1 cipactli que en la primera revolución del To- 1 Así en el original por error de imprenta debe ser VIIT.—N, del T. 208 EL CALENDARIO nalamatl está combinado con Xiuhtecutli, reaparecerá en combinación con Tlaloc * en la segunda. Además los nemontemi no están afectados por figuras determinantes, lo que los autores expresan generalmente diciendo que estos días no están contados De aquí resulta que al co- mienzo del segundo año, se habrá producido un desacuerdo de 6 días cuando menos entre los signos diurnos y las figuras que les vuelven _á corresponder según el Tonalamatl. De esta manera la manipulación del libro sería muy difícil, si el tonalpouhqui (el que cuenta los días) no remediara esta dificultad por esta ley muy sencilla: el primer día del año restablece el eguilibrio entre los signos diurnos y la serie de los “señores de la noche” en este sentido, que está eombinado eon la figu- ra que vuelve á corresponderle normalmente según el Tonalamatl. A nuestro juicio las hojas 21-22 del Codex Borbonicus, colocadas inme- diatamente á continuación del Zonalamatl, mo son otra cosa sino la expresión de esta ley; ellas enseñan cómo hay que servirse de este li- bro y prueban por consiguiente que los días que han dado su nombre á los años son en calidad de reguladores, los días iniciales de estos años: 9 Como lo hemos expresado antes por cifras, el año mexicano se re- partía en 18 veintenas, al cabo de las cuales se celebraban regular- mente fiestas litúrgicas. A estas veintenas les aplicamos, aunque im- propiamente, el término del mes. Estos meses se suceden en el orden siguiente. AÁtleaualo, fiesta de Tlaloc, Tlacawmpeualizila, fiesta de Xipe. Tocoztontli, fiesta de Cinteotl. Ueitocoztli, fiesta de Cinteotl. Toxcatl, fiesta de Tezcatlipoca. 1 La no divisibilidad de 260 por 9 permite así distinguir entre sí los días del año. que llevan el mismo nombre, Cf, Orozco y Berra, 0. c. p. 42. MEXICANO. 209 Etzalqualiztla, fiesta de Tlaloc. Tecuilhuitontls, fiesta de Uixtociuatl. Ueitecuilhuntl, fiesta de Xochipilli. Miccailhuitantli (ó Tlaxochimaco) pequeña fiesta de los muertos. Ueimiccarlhuitl (6 Xocouetzi) gran fiesta de los muertos. Ochpaniztli fiesta de Toci. : Teotleco, fiesta de Tezcatlipoca. Tepeilhustl, fiesta de Tlaloc. Quecholli, fiestarde Mixcouatl. Panquetzaliztla, fiesta de Uitzilopochtli. Atemoztli, fiesta de Tlaloc. “Tititl, fiesta de llamatecutli. Ltzcalla, fiesta de Xiuhtecutli. Si estamos bien orientados sobre la sucesión de los meses, lo esta- mos desgraciadamente de manera mucho menos perfecta, sobre el mes inicial. Los documentos más antiguos indican como mes inicial Atleawalo 6 Tlacaxipeualiztli. Entre quienes hacen comenzar el año por Atleaualo, podemos citar á Sahagún, Torquemada, el Codex Iz- tlilaochitl, los intérpretes del Zelleriano— Remensts y del Vaticanus A, el Codex 1576 d' Aubin, Durán, Martín de León, Vetancourt, Clavije- ro, Granados y Valdés, etc.; mientras que Motolinía, el Codex Maglia- becchi, Gomara, Valadés, Ixtlilxochitl, J. dela Serna y probablemente á continuación de Sigúenza y Góngora, Gemelli Carreri se pronuncian por el mes de Tlacawipeualiztlz. Mad. Zelia Nuttall adopta esta últi- ma opinión. El autor del calendario publicado á continuación de la edición de los Memoriales de Motolinía por el Sr. L. García Pimentel se distin- gue muy sensiblemente de los otros autores del siglo XVI. Aparen— temente hace comenzar el año por el mes de Thrtitl, pero se ve bien que al hacer esto, no tiene otro objeto que hacer coincidir el nuevo 1 La indicación de las fiestas está dada aquí, según los códices Vaticanus A y Teileriano—Remensis, comprobados con el Codex Magl.abecchi. C. F. Seler, Eine Liste der Mexikanischen Monatsfeste, Gesammelte Abhandungen, 1. p. 145, 151. 210 EL CALENDARIO año mexicano con el nuevo año europeo. * No es difícil que Cristó- bal del Castillo se haya inspirado en las ideas de esta escuela, En to- do caso León y Gama que nos lo presenta como su fuente principal, adopta también el mes de Tititl como el primer mes del año. En la segunda mitad del siglo XVII fueron copiados ó inventados un gran número de calendarios que hacian comenzar el año por Atemoztla y encontramos de nuevo el mismo mes inicial en la edición de las car- tas de Cortés por Lorenzana en 1770.*? Quedaba pues Jtzcalli; el que fué colocado á la cabeza de los meses por Orozco y Berra. Estas discordancias son bastante sugestivas; me hacen pensar que entre los antiguos Mexicanos, el paso del año antiguo á uno nuevo no era tan marcado como nosotros lo creemos. Eran una serie conti- nua de Tonalamatls; estas series estaban señaladas cada 365 días por un signo que daba su nombre al período siguiente. La presencia de este signo constituía propiamente el comienzo del año. A cada 52 años, la serie de 73 Tonalamatls vuelve á comenzar, lo que da lugar á la gran fiesta de la renovación del fuego. Esta fiesta constituye el princi- pio de un ciclo, y por fuerza el principio de un año. Para conocer el mes inicial de un año, necesitamos buscar á qué mes corresponde en un año 1 Acatl el día 1 acatl y en qué mes se celebra la famosa fiesta cíclica. Después de un estudio sabiamente con- ducido del cual volveremos á ocuparnos al tratar de la sincronología.* el profesor Seler muestra que en el año 3 Calla (1521) el día 3 calls debía coincidir con el primer día de Toxcail. Esta conclusión tenía algo de sorprendente á primera vista. En realidad, no es sino muy natural, puesto que el mes Toxeatl es también aquel en que se efec- tuaba la renovación del fuego. El estudio de las ceremonias que ca- racterizan esta fiesta litúrgica no deja lugar á dudas á este respecto.' El historiador Chimalpain da una indicación muy curiosa relativa á 1 Encontramos la misma preocupación en el autor anónimo contra el que Sahagún lleva la polémica de su apéndice en el Libro IV. 2 Historia de Nueva España. México. Hogal. 1770, 3 Gesammelte Abhandungen...., 1. p 173-188. 4 Ed. Seler, “* Die Achtzehn Jahresfeste de Mexikaner ” Vero/fentlichungen aus dem Kgl. Mus. 7. Volkerkunde. Berlin Vl1 Hefi 2; 4. p. 130. MEXICANO 211 la última fiesta cíclica que tuvo lugar antes de la llegada de los Espa- ñoles, el año 1507: “JT acatl xihuitl. 1507 años. Ipan in toxiuh mol- “ pul Hurxachtecatl yn iepac huetz tlecuahuitl; ye nauhtetl yn quilpi- ““ llico mexica y ye ixquichica cate Tenuchtitlan,... ypan cem ilhurtona- “Ilz nahui acatl (Año de dos cañas. 1507, ) “Entonces tuvo lugar la ““ ligadura de nuestros años sobre el Huixachtecatl en donde fué en- '* cendido el fuego; esta fué la cuarta ligadura que hacian los Mexica- “nos desde, que estaban en Tenochtitlán... en la cuenta de los días al día “* cuatro cañas.”* ) Este pasage dice claramente, según parece, que la ceremonia de la renovación del fuego tuvo lugar en 1507 el día 4 acati. Es necesario sacar en conclusión, ó bien que el año 2 Acatl comenza- ba el día 4 acaétl ó bien que la gran fiesta cíclica no se celebraba al principio del año? No lo creemos. Si ponemos á la cabeza de los me- ses, como Chimalpain lo hacía probablemente, el mes de Atlcaualo con 2 acatl como signo inicial, obtenemos precisamente el 4 acatl como primer día del mes de Toxcatl. Nosotros no pensamos que Chi- malpain haya encontrado en sus fuentes pictográficas¡la indicación del día 4 acatl. Es más verosímil que haya encuntrado ahí la indicación del mes Toxeatl y que haya querido transcribir esto, indicando el día en que tuvo lugar la fiesta. Este procedimiento no tiene nada de ex- traordinario entre los historiadores que comentan documentos picto- eráficos. Solamente que Chimalpain se ha equivocado en la identifi- cación del día, partiendo de la falsa idea de que el año comenzaba en el mes de Atlcaualo. También encontramos una alusión al mes inicial del año mexicano en el precioso documento de la colección Humboldt de la que ya habla- mos anteriormente. La serie de las cuatro fiestas anuales, que se ex- tiende sobre diez y nueve años, comienza por Etzalqualiztli; es decir, la que cae en el segundo mes, si se comienza el año en el primer Zox- catl, Si el año mexicano había comenzado por Atleaualo ó por Tlaea- mpeualiztli, no es probable que esta última fiesta hubiese figurado en 1. Rémi Siméon. Annales de Domingo Francisco de San Anton Muñoz Chimalp a- hin Quanhtlehuanitzin, 62 y 72 relatos Ó narraciones, Paris 1899, pag. 177, ZUNE EL CALENDARIO cuarto lugar; pero el historiador Sahagún nos suministra una prueba más convincente de que el año mexicano comienza más tarde de lo que se ha admitido hasta aquí. En el libro XII, cap. 3 refiere que Cortés llegó á las costas de México hacia el fin del año 183 Tochtls. Asi es, que el arribo de Gortés se coloca á mediados de Abril. Este texto no puede comprenderse, sino admitiendo que el paso de 13 Toch- tli á 1 Acatl tuvo lugar en el mes de Zoxcatl.* Vista la importancia de este texto, deseo transcribirlo en nahuatl. M. Seler lo ha copiado ha- ce algunos años, del manuscrito de Madrid; lo ha citado en uno de sus cursos sobre la historia de la conquista, y ha tenido la amable defe- rencia de poner su copia á mi disposición: “ Auh niman ie mocuepa in xihuitl ie ¿monamicioe in matlactla omer Tochtli: auh ie tlanizne- quí te ¿onquizian in xvuitl omer Tochtli in quicaco in tenoceppa itto- que. (“ y sobre esto vuelve ya el año, en la época donde se encuen- ““tra ya el 13 Conejo: y está ya á punto de terminarse, es ya el mo- ““ mento en que fenece el año 13 Conejo, entonces llegan, entonces “son vistos de nuevo.”) Hay una cuestión conexa con la sucesión de los meses, y es la de la colocación de los £ nemontemi que no pertenecen á ningún mes. En esto, los mexicanistas están de acuerdo en colocar estos días in- mediatamente antes del principio del nuevo año: pero este acuerdo no es sino aparente, puesto que estos días se colocan, unas veces antes de Atleaualo, otras antes de Tlacaxiveualiztli, según el mes que se con- sidera como inicial. Hemos establecido de acuerdo con M. Seler que el primer mes del año mexicano es Toxcatl. ¿Será pues necesario dar por conclusión terminante que los nemontemi precedían inmediata= mente al primer día de este mes? No es nesesario. Si los nemontemi hubiesen ocupado este lugar, es evidente que habrían contribuido á 1 En su traducción del texto de Sahagún, p. 799, Rémi Siméon dice en una no- ta que este texto es confuso. Sería exacto para la llegada de Grijalva, pero no podría comprenderse para la llegada de Cortés que se efectuó en 1519. Por el con- trario, se ve que este texto es muy exacto y preciso. Prueba sencillamente que el año 1 Acatl no coincide enteramente con el año 1519, pero que comienza en Mayo de 1519 para terminar en Mayo de 1520. Este pasaje, como otros muchos, muestra que la publicación crítica del texto Nahuatl de Sahagún, respondería á una vetr- dadera necesidad sobre los estudios mexicanos. MEXICANO. 2 poner en relieve el primer dia del año, y en estas condiciones no se comprendería que ningún autor antiguo hablara de Toxcatl como el mes inicial del año, ni de los Nemontemi como precediéndolo inme- diatamente. Me parece más verosimil el admitir que el lugar de los nemontema estaba determinado por el Tonalamatl, más bien que por las fiestas litúrgicas del año. Me he dedicado á hacer algunas experiencias sobre este punto, y el esquema del año mexicano que más me gusta, es el que coloca los ne- montemi, inmediatamente antes del día 1 cipactli, en los años 1 Acatl; inmediatamente antes del día 2 miquizxtli, en los años 2 Tecpatl: an- tes del día 2 ocomatli, en los años 3 Callz; antes del día 4 cozcaquauh- tli, en los años 4 Tochtli, etc. De esta manera los nemontemi, caerian regularmente Jos días 204, 205, 206, 207 y 208 del año, inmediata- mente después del 3” día del Panquetzaliztli. A título de curiosidad, presento en la página adjunta un esquema. Mi construcción tendría la ventaja de explicar la incertidumbre que reinaba con respecto al comienzo del año. El primer día del afío no es- tá fijado, porque ciertos meses del año 1 Acatl comienzan por acatl y otros por tecpatl; ciertos meses de 2 tecpatl comienzan por tecpatl y otros por calls. Además explicaria cómo han podido considerar ciertos autores los días cipactli, miquiztli, ocomatli y cozcaquauhtli respectivamente, co- mo días iniciales de los años Acatl, Tecpatl, Calli y Tochtli. Pero, voluntariamente lo confieso, no he encontrado hasta aquí ningún he- cho positivo que me permita imponer mi esquema con alguna probabi- lidad de éxito. Hago, pues, constar que sobre este punto nuestra ¡gno- rancia es completa. Bajo el punto de vista sincronológico, eso no nos molesta mucho, pero para el desciframiento de las pictografías, impor- taría mucho que pudiéramos con alguna seguridad, combinar los sig- nos diurnos de un año cualquiera y el señor de la noche, con el cual los sacerdotes y los adivinos los ponian en relación. Con esta condición, tal vez nos sería posible penetrar algunas ocasiones el profundo miste- rio que envuelven las fechas combinadas de años y de días que encon- tramos en el Codex Vindobonensts, en el Codex Nuttall, en el Code Bodleianus, ke. Memorias. T. XXV. 1906-1907.—)8 L CALENDARIO ¡ E Y] 214 XlIL... AN A acuosa AA la XVII... XVIII. VILL. e XIII... A a OVA XVII... A e ¡ Toxcat'. Etzalqualizili. O 00 e -— —= (OS 0 IDO 0 IN Cc N 10 Tecuiibuitontli 20 00 -1 O) OH» CON) 10 Teitecuilhuitl. TVeimiccailhuitl. Ochpaniztli. Teotleco. Tepeilhuitl. Quecholli. Panquetzaliztli,. Atemoztli. Tlacaxipeualizuli, Togoztontli. Toxcatl | Micc ilhuitzintli. Tititl. ' Teitogoztli. | i Izcalli. i Fticaualo, o .s — . 220 00 1D OA C0N-owN a 00 ADOa ON pd A O 01D Nc NN O 00 10) OH 0 Du — ESA O) O A NH+40O000-10D0m0mN-= S0 IDO 0mN po] hera o : ma md 0000-30 04 0mN - 9 — 020-1004 0bND 2 0N — — pos MEXICANO. 215 TI Antes de abordar la cuestión más importante bajo el punto de vis- ta histórico, como lo es la de la concordancia del calendario mexica- no con el europeo, conviene examinar las relaciones del año mexicano con el año solar real. Compuesto de 365 días, era algunas horas más corto que el año solar, y no dudamos que los antiguos mexicanos, como buenos astrónomos y buenos matemáticos que eran, no se hayan apercibido del desacuerdo resultante de este hecho entre su año y el año solar. Pero sobre todo, es muy importante saber si hicieron algo para reparar este desacuerdo. A esta cuestión varios autores han con- testado de diferente manera. Motolinía dice expresamente que los antiguos mexicanos no cono- cian la intercalación, y que se produce un deslizamiento lento pero continuo de su año sobre el año solar.* Torquemada, lo mismo que : el autor de la Crónica de la 8. Provincia del Santísimo nombre de Jesús de Guatemala (del año de 1683), es de la misma opinión.? Za- hagún, á quien debemos nuestras más preciosas informaciones sobre las antiguas civilizaciones de México, dice que los mexicanos interca- laban un día cada cuatro años. Mr. Seler piensa que esa es una hipó- tesis personal del autor.* Mme. Zelia Nuttall, apoyándose en el apén- dice del libro cuarto, contesta á la interpretación de M. Seler.* Este apéndice constituye una polémica contra un autor anónimo que había escrito sobre el calendario. El autor anónimo había pretendido que el año bisiesto escapaba al conocimiento de los mexicanos, y Zaha- gún dice que es falso, “porque lo que entre ellos se llamaba el verda- dero calendario, contaba trescientos sesenta y cinco días y trescientos 1 L. García Pimentel, Memoriales de Fray Toribio de Motolinia, México, 1903, pá- -ginas6. 2 Ed, Seler, “Vie Korreckturen der Jahreslánge”...... Zeiischrift fúr Ethnologie,” 1903, 1, p. 28. 3 Ed. Seler, !bid, pág, 27. 4 Zelia Nuttall. “The periodical adjustments of the ancient Mexican Calendar” en American Anthropologist. Vol, Vl1, núm. 4, 1904, pág. 487, 216 EL CALENDARIO sesenta y seis cada cuatro años, sirviendo el día adicional para la Ce- lebración de una fiesta periódica? Hago notar que todo este apéndice descansa menos sobre informaciones tomadas con los indios, que so- bre las opiniones personales de Zahagún; esta es una de las partes más débiles de la importante obra enciclopédica del P. Zahagún; vie- ne á revelarnos que, á pesar de sus metódicas pesquisas, el buen mi- sionero no se había formado una idea exacta de las relaciones que existen entre el Tonalamatl y el calendario solar; los considera como dos cosas enteramente diferentes; condena al primero como una in- vención diabólica y parece no haberse apercibido de que, en realidad, el Xippoualli no se ha contado nunca sino con la ayuda del Tonala- matl. En pocas palabras diremos, que persistimos en creer que las obras de Zahagún no permiten sacar en conclusión, que los antiguos mexicanos hayan corregido su año de 365 dias por cualesquiera in- tercalaciones periódicas. En el siglo XVI existían, pues, dos teorías sobre la cuestión de la intercalación: la primera la negaba categóricamente; la segunda la afir- maba. Los primeros tenían razón al decir que los antiguos mexi- canos, antes de su contacto con los europeos, no habían sentido la ne- cesidad de poner por la intercalación de un día cada cuatro años, el acuerdo de su año con el año Juliano; los segundos no se equivoca- ban al afirmar que desde cierta época la intercalación bisiesta se prac- ticaba. En efecto, inmediatamente después de la conquista cierto número de misioneros han pensado que era preciso conservar á los indigenas su cómputo nacional, y que para hacer esto era necesario in- tercalar un día cada cuatro años y practicar esta ¡intercalación el mes de Febrero, en los años Zecpatl, es decir, en los años en que se hace la intercalación en el calendario Juliano. Este hecho está probado por el texto siguiente: “De manera que “sobre esta figura se harán dos días con el número que le cupiere, ““ como se hacen dos días la segunda. Haciéndose así nunca más ten- 1 Histoire générale des choses de la Nouvelle Espagne, trad. Jourdanet. París, Masson, 1880, pág. 287. MEXICANO. 217 ** drá confusión como hasta aquí han tenido por la falta del bisexto.” ' En la primera mitad del siglo XVI un gran número de calendarios ha sido compuesto con el objeto evidente de poner el año mexicano de acuerdo con el año Juliano. Mendieta ? habla de uno de estos ca- lendarios redactado bajo la forma de una rueda: “' Este calendario “sacó cierto religioso en rueda con mucha curiosidad y subtileza, “* conformándolo con la cuenta de nuestro calendario, y era cosa bien “* de ver: yo lo ví y tuve en mi poder en una tabla más há de cuaren- '* ta años en el convento de Tlaxcala. Mas porque era cosa peligrosa '“ que anduviera entre los indios, trayéndoles á la memoria las cosas “* de su infidelidad y idolatria antigua (porque en cada día tenían su “fiesta y idolo á quien la hacían con sus ritos y ceremonias) por tan- ““ to, con mucha razón fué mandado que el tal calendario se extirpase ** del todo, y no pareciese como el día de hoy no parece, ni hay me- “* moria de él. Aunque es verdad que algunos indios viejos y otros “* curiosos tienen aún al presente en la memoria los dichos meses y “* sus nombres, y los han pintado en algunas partes, y en particular ““ en la portería del convento de Coatlinchán.” Este pasaje de Men- dieta hace alusión á un calendario concebido bajo la forma de una rueda, análoga á la que se encuentra publicada en los Memoriales de Motolinía y al publicado por Valadéz en su Rhetorica. Estos dos ca- lendarios pueden remontarse como lo demostraremos más adelante, el primero á los años 1523-1532 y el segundo á los años 1531-1536. Por esta época, podemos colocar múltiples tentativas sincronológi- cas y la introducción de una intercalación hecha cada cuatro años. La intercalación no fué aceptada sino por indios españolizados, mientras que los otros siguieron contando según sus usos antiguos; además, los mismos indios españolizados, no han podido siempre ponerse de acuer- do con el método de la intercalación y de este conjunto de hechos ha 1 Este texto está publicado en los Memoriales de Motolinía, en la página 53. Proviene, según toda verosimilitud, del mismo autor que la rueda figurada en este importante documento. 2 Historia Eclesiástica Indiana, ed. J. García l1cazbalceta. México, 1870, Libro II, ch. 15, pág. 98- 218 EL CALENDARIO nacido la extremada dificultad que experimentamos, cuando queremos estudiar el calendario mexicano con ayuda de los documentos del si- glo XVI. El XVI engendró nuevas teorías. J. de la Serna* no creyó en la intercalación que se hacía cada cuatro años, é imaginó que los anti- guos mexicanos esperaban el fin de su cyclo de 52 años para restable- cer el equilibrio entre su año y el año solar real. Tgual es la teoría de Sigúenza y Góngora cuyas obras por desgracia no poseemos ya, Co- mo las de Clavijero y las de un gran número de otros mexicanistas. La intercalación de 18 días cada 52 años, da el mismo resultado que la de un día cada 4, es decir, que al cabo de 1,040 años, se ha interca- lado en demasía, un cierto número de días. El célebre León y Gama para llegar á una exactitud mayor, quería que la intercalación hubiera sido de 13 días al cabo de un eyelo ordi- nario y de 12 días al fin de un cyclo grande. De esta manera se ha- brian intercalado 250 días en el espacio de 1,040 años. Esto tampoco representa la más grande exactitud. También Fábrega y Humboldt, apoyándose equivocadamente en un pasage del Codex Borgia, admi- ten la intercalación de 13 dias cada 52 años, con la condición de su- primir 7 días al cabo de un periodo de 1,040 años. En vez de 7 días el Sr. Orozco y Berra propone suprimir 8. Mme. Zelia Nuttall adopta también el sistema de la intercalación de 18 días cada 52 años, y de- muestra muy ingeniosamente cómo los antiguos mexicanos hubieran podido desarrollar su admirable cómputo y crearse una era verdade- ra. Pero el gran defecto de todos estos sistemas es el de dar libre cur- so á la imaginación y de no atenerse á los hechos: se preocupan más de lo que los mexicanos hubieran podido hacer que de lo que han he- cho en realidad. Hasta aquí ningún dato positivo viene á atestiguar que los antiguos mexicanos hayan distinguido entre ellos sus diferentes cyclos y se ha- yan creado una era. Tanto los documentos pictográficos como el co- nocimiento que tenemos de ellos nos permiten afirmarlo; no conservan 1 “Manual de los Ministros de Indias.” Anales del Museo Nacional de Méxi- co, t, VI. 1900, pág. 328. MEXICANO. 219 huella alguna de una intercalación de 13 días que hubiera precedido á la ceremonia de la renovación del fuego. En su estudio sobre los documentos de la colección de Humboldt en Berlin, * Mr. Seler da por conclusión que los antiguos mexicanos no habían conocido la interca- lación. En efecto, la fecha que la conferencia de los indios convoca- dos por Zahagún designó como día inicial del año, cae 10 días más temprano que en la época de la conquista. Es precisamente el núme- ro de días intercalados en el intervalo por el año Juliano. Sin em- bargo, más tarde Mr. Seler emite también una hipótesis de intercala- ción;? según él la intercalación sería de 10 días después de un período de 42 años. Esta hipótesis se apoya en el estudio comparativo y en la interpretación de ciertos documentos pictográficos; pero desgraciada- mente no resiste á una crítica rigurosa. En las hojas 26-29 del Codex Fejérvary-Mayer, Seler creyó encontrar la indicación de un período de 59 días: estos 59 días multiplicados por 260 días producen 42 años más 10 días. Las hojas 26-29 del Codex Fejérvary parecen indicar un período de tiempo de 42 años al cabo del cual los antiguos mexi- canos practicaban una intercalación de 10 días. Esta intercalación es- taría indicada igualmente en algunos pasajes paralelos del mismo Codex Fejérvary-Mayer, del Codice di Bologna y en las hojas 49-52 del Codex Borgia. En el Codex Nuttall, sería preciso leer una correc- ción del año solar al cabo de un período de 82 años y otra corrección de los períodos venusianos al cabo de un período de 88 años. Abrigamos la creencia de que las hojas 26-29 del Codex Fejérva- ry-Mayer que forman la base de la argumentación de Mr. Seler permi- ten dar una interpretación diferente á la del sabio profesor de mexica- nismo. Para obtener el período de 59 días, se ve obligado á combinar sucesivamente con los signos cipactli, acatl, couatl, olin, atl, los discos en colores que se encuentran en la parte inferior de las hojas citadas, 1 “Die Mexikanischen Bilderhandschriften Alexander Von Humboldtsin¡der Kgl. Bibl. zu Berlin” Berlin, 1893. Ver también, Gesammelte Abhandlungen, 1, p. 181, s 2 Ed.Seler. “Die Korrekturen der Jahreslánge und der Lánge der Venuspe- riode in den mexicanishen Bilderschriften” Zcitsehrit fúr Ethnologie. 1903. Heft 1, págs. 27-49. 220 EL CALENDARIO teniendo cuidado de insertar en cada hoja un signo que no se encuen- tra indicado en ninguna parte. En realidad, los discos son 51; para obtener el 59 es pues necesario añadir uno de los 5 signos arriba cita- dos, y además otros 7. Las 5 series que se forman así, y que están dominadas por los signos de la h. 26, tienen el inconveniente de no encadenarse entre sí. La serie que comienza con cipactla no concuer- da con la que comienza con acatl, como tampoco esta última con la que principia por couatl. Preferimos ver en las representaciones de las hojas arriba indicadas, no una serie de 59 días, sino un Tonalamatl abreviado, dividido en 5 series de 52 días. Los signos crpactla, acatl, couatl, olin, atl, son respectivamente los signos iniciales de estas se- ries. Si se combina el signo espactli con el número 1 y que se cuente un signo sobre cada uno de los discos en colores, volveremos al cabo de 52 días al signo acatl combinado con el número 1, etc. Así se ob- tiene el siguiente esquema. 1 8 13 6 2 10 7 Cipactli. Tochtli. Acatl. Quiavitl. Tochtli. Coscaquaub- Miquiztli. tli. Acatl. Xochitl. Couatl. Ocomatli. Xochitl. Tochíli. Tecpatl. Couatl. Malinalli. Olin. Valli. Malinalli. Xochitl. Itzcuintli. Olin. Cuctzpalin. Atl. Quauhtli. Cuctzpalin. Malinali. Eeécatl. Atl. Cozcaquauh- Cipactli. Macatl. Cozcaquauh- Cuetzpalin. Ocelotl. tli. tli. No es este aún el momento de extendernos sobre el simbolismo de las figuras que acompañan las divisiones de este Tonalamatl y que son hasta aquí muy enigmáticas; pero creemos poder decir con certeza, que estas hojas son una representación abreviada ó simplificada, si se quiere, del Tonalamatl. Quiero hacer notar también que el período de 82 años que Mr. Se- ler creyó reconocer en las primeras hojas del Codex Nuttall, no co» rresponde de ninguna manera al período de 42 años, pero permitiría suponer más bien un periodo de 41. Además, las figuras representa- das en el Codex Nuttall, están aún envueltas en el misterio. Voy pues á permitirme hacer algunas observaciones con respecto á la interpre- tación de las hojas 1-3 intentada por Mr. Seler. La repetición en la a .% MEXICANO 221 primera hoja de los signos 1 acatl, 1 cipactli y 7 Tecpactl—1 Olin no está á mi juicio suficientemente motivada: en todo este periodo de 82 años, 4 años solamente están indicados 1 Acatl, 7 Tecpatl, 3 Acatl, 5 Calli. Para obtener una serie continua, se ve uno obligado á admi- tir que los dos últimos años pertenecen á un segundo cyclo, es pues necesario agregarles 52 años. Esta adición de 52 años nos dejaría con menos dudas si la serie fuera más numerosa. Como no hay ahi sino dos años pertenecientes al segundo cyclo, puede ser muy bien que sea por una simple casualidad que formen una serie continua por medio de la inserción de un cyclo de 52 años. Por otra parte estos dos años 3 Acatl y 5 Calli vuelven combinados con diferentes días. Eso no permite suponer que el pintor ha querido expresar otra cosa que un período de 82 años.' ? En cuanto á la corrección del periodo venusia- no, está indicado, cosa bastante curiosa, como debiendo efectuarse des- pués de S8 años + 361 días, y para obtener este período es necesario leer la hoja 4 en otra dirección que las hojas 1-8. Persistimos en creer que hasta aquí, ningún informe positivo prue- ba que los antiguos Mexicanos hayan corregido la duración de su año. Como contaban simultáneamente el curso del sol y el del planeta Ve- nus, toda corrección que se hubiera hecho no habría dado otro resul- tado, que complicar sobre toda ponderación su sistema cronológico. En efecto, si intercalaban, no contaban los días intercalarios; pues si los hubieran contado, su año no habría podido conservar el mismo día inicial, y este hecho sería de una muy grande trascendencia para que no encontráramos huellas de ellas, en los manuscritos pictográfi- cos. Si ellos intercalaban los días sin contarlos, se establecía un cóm- puto solar diferente del cómputo venusiano. Supongamos que el últi- mo signo diurno del último año del syclo (1 Tochtlt, 1 malinalli) se apli- que á cada uno de los 18 días intercalarios que le siguen, el primer día del año ome Acatl debería llamarse ome miquiztli en el cómputo venu- siano. A partir de este momento, cada día tendrá un nombre diferente en el calendario solar y en el del planeta Venus, y en el momento que 1 La fecha 5 calli 7 couatl, puede significar tanto el 2632 día como el 3? de este año ES EL CALENDARIO sea necesario corregir este último, la armonía se encontrará mucho más quebrada aún. Nada atestigua que los antiguos Mexicanos hayan complicado de esta manera su calendario y es mucho más razonable admitir, que se han contentado con fijar en sus pictografias las rela- ciones reales existentes en un momento determinado, entre el curso de los cuerpos celestes. Nos hemos detenido más extensamente en la cuestión de la inter- calación, por ser de gran importancia no sólo para la sincronología, sino también para la interpretación de las ceremonias que se efectua- ban en las diferentes fiestas que celebraban. Si es cierto que los Me- xicanos no ponian en práctica la intercalación, sus fiestas cambiaban de lugar continuamente con relación al curso aparente del sol. Por: ejemplo: la fiesta que en el tiempo de la conquista se celebraba en el equinoccio de primavera se hubiera celebrado hacia el solsticio de es- tío, cuatro siglos más temprano, á menos que el calendario no haya sido removido en este intervalo. Eu estas condiciones, no es posible buscar evidentemente en el carácter de la estación en que ellas se ce- lebran, la explicación de todas las ceremonias que acompañan á las. fiestas. Llegamos ya á la sincronologia. La concordancia de Jos años mexi- canos con los años europeos no nos ocupará mucho tiempo. Existen sin embargo á su respecto, algunas divergencias entre los autores an- tiguos. Los intérpretes del Codex Mendoza se han equivocado sobre: la identificación de la fecha 2 Calli indicada en este códice como el año de la fundación de México-Tenochtitlán: Sigúenza y Góngora * identifican el año 1520 con 1 Acatl cuando en realidad 1 Acatl se ex- tiende de Mayo de 1519, al mismo mes de 1520. Según el calenda- rio tolteca de Boturini” el año 1520 correspondería al año 12 Acatl del calendario indio. Pero esta cuestión parece estar ya definitivamen- te resuelta. Actualmente se está de acuerdo para identificar el año 1519 con el año indio ce Acatl. 1 Véase Vetancourt Teatro Mexicano; 2? parte, Tomo IJ, cap, 7, p. 66-68. 2 Bustamante. Historia de las conguistas de Hernando Cortés escrita por Goma- ra y traducida al mexicano por Chimalpain. I, pág. 193-211. a — MEXICANO. 223 La identificación de los días del calendario mexicano con los de nuestro calendario da lugar á muy serias dificultades. Estas resultan en gran parte de la incertidumbre que ha reinado sobre el día y mes inicial del año, lo mismo que respecto á la intercalación. No hablo de a las diferencias locales que puedan haber existido. La corrección Gre- ' goriana que restableció el equilibrio entre el año europeo y el año s0- lar real, no contribuye á simplificar la concordancia del calendario mexicano con el nuestro. Las más grandes divergencias han nacido tal vez del hecho que la mayor parte de los historiadores han inter- pretado á su manera las fechas que encontraban indicadas en las obras que tomaban como fuentes de sus estudios. La fecha que presenta más garantías para los estudios sineronoló- gicos, es la de la toma de México. Los autores españoles son en esto de una gran precisión, y colocan este acontecimiento memorable el 13 de Agosto de 1521, mientras que los autores indígenas Je asignan el día 1 couatl del año 3 Calli. León y Gama parece haber soñado con tomar esta fecha para base de sus estudios; pero no pudiendo llegar á explicarla le ha buscado un sentido metafórico. Según él, el día 1 couatl designa simplemente como un día nefasto. En efecto, en el sistema de calendario del cual es el autor, 1 couatl, día 105 del Tona- A RS a A co lamatl, es siempre el último de los 5 nemontemi y por consiguiente fu- nesto. Cita á este propósito el pasage que sigue, de Cristóbal del Cas- tillo:* “Ca iniquac tzonquiz in necaliliztli in moman in chimalli; izceuh in teoati tlachinolli, inic poliuhque in Tenuchea Tlatilolca. Ahu ca huel iquac in oncalac tonatiuh yehuatl izcemilhui tonalpohualli ca yehuatl iz ce cohuatl iniquechol atl, oncan tlatoa in Huei Tlalloc mon- cahuia yaomalinal tezahuitl aub inipan initlaposuallo in xiabtlapohualli ca yei calli in xikuitl.” (“Cuando terminó la batalla entonces se des- cansó el escudo, la guerra se enfiió; sobre esto fueron vencidos los Mexicanos, los Tlatelolcanos. Y esto pasaba exactamente cuando el sol descendía al Occidente, en su cuenta de los días lo marca una ser- 1 Gama “Descripción histórica y cronológica de las dos piedras.” México, 1792, p. 82-84, nota V. 224 EL CALENDARIO piente de la cual quechollr, es decir, el señor de la noche,” es Chalchiuh- tlicue; entonces habló el gran sacerdote de Tlaloc: se detiene el mal presagio de la guerra. Y en su cuenta de los años, este era el año tres Oasa.” ) : Este pasage indica que el día ce couatl tenía como señor de la no- che á Chalchiuhtlicue que se llama también, simplemente atl. Gama se encontró por lo pronto muy embarazado, porque sabía que los ne- montema estaban desprovistos de toda figura augural: pero encontró todavía para este hecho una explicación metafórica y vió en ella una simple alusión á la lluvia que cayó ese día. Estas interpretaciones nos parecen inadmisibles. El gran historiador Orozco y Berra, para ex- plicar la fecha 1 couatl, imagina un año 3 Call comenzando el mes de Jtzcalli por el día 2 ocomotli. Para que el día 1 couatl sea determi- nado por Chalchiuhtlicue, combina el día inicial de su año con la figu- ra XMiuhtecutli, Eso nos parece puramente arbitrario; pues en el To- nalamatl teórico, este día está acompañado de Tlaloc. Orozco y Berra pretende además, contrariamente á nuestra interpretación de las hojas 21-22 del Codex Borbonicus, que la combinación de los señores de la noche con los signos diurnos, es la misma para todos lo años indistin- tamente. Mme. Zelia Nuttall identifica el 18 de Agosto de 1521 con el día 1 couatl, décimoquinto del mes de Tlaxochimaco de un año 3 Callz cuyo día inicial, sería 3 ogomotli.= 1* de Tlacaxmipeualiztli, 11 de Mar- zo del calendario Juliano. Esta sincronología tiene la ventaja de estar acorde con el historiador Chimalpain * quien coloca la toma de México en el mes de Tlazochimaco (miccarlhuitaimtli); pero tiene el inconve- niente de no tomar en cuenta la indicación de Cristóbal del Castillo que quiere que 1 couatl sea determinado por Chalchiuhtlicue, y el in- conveniente más grave, según nosotros, de considerar los años Acatl 1 León y Gama. (Descripción Histórica y Cronológica... p. 31) que dice: Hacían los indios tanto aprecio de los nueve acompañados, que les daban por antono- masia el título de quecholli, nombre de un pájaro de rica y hermosa pluma. 2 KR. Simeón, Annales de D. F. de S. Antón Muñon Chimalpain.—Bib. Lingúís- tica Americana. X LI. Paris. Maisonneuye, 1889, pág, 194. (52) a] MEXICANO, Dad 2 como comenzando por cipactli y como encerrando del 53* día hasta el 313”, un año litúrgico que comenzaría por acatl. El sistema sincronológico de M. Seler descansa sobre un estudio sistemático de la historia de Zahagún, confrontada según las reglas de una buena crítica con los datos de otros historiadores. * En este siste- ma, el 13 de Agosto de 1521 corresponde al dia 1 couatl, 3” del mes de Xocouetzi ( Uei miccarlhuitl) y el año 3 Calla, cuyo día inicial lle- va el mismo signo, comienza en el 1” Toxcatl que-equivale al 3 de Mayo. Podría objetarse á esta sincronología de no tener en cuenta la indicación de Chimalpain que coloca la fecha de la toma de México un mes antes, en el mes de Tlaxochimaco. Pero es muy probable que Chimalpain no haya tomado esta indicación de las fuentes de sus es- tudios. Ha de haber más bien calculado él mismo, el mes en que este acontecimiento debe haber tenido lugar. En este cálculo ha de ha- ber partido de un sistema de calendario análogo al del Codex Maglia- becchi, al del Codex Vaticanus A el de Ixtlilxochitl, etc. De este modo ha sentado en principio que el primer día de Tlacaxipecualiztli de- be colocarse hacia el 20 de Marzo, y que el 13 de Agosto no puede caer sino en el mes de Tlaxochimaco. La indicación del mes comple- tando la del signo diurno 1 couatl, no es superflua en manera alguna; pues este signo aparece dos veces en un año 3 Call. Cristóbal del Cas- tillo ha sentido también la necesidad de distinguir el día 1 couatl de su omónimo y lo hace indicando el señor de la noche que lo deter- mina. Esta indicación: 1 couatl, cuya figura determinante es chalehiuh- tlicue nos parece importante. Prueba en efecto que el año comenzaba en el día 3 calli (es decir en el 1% día de Toxcatl) y no antes. En efecto, si lo hacemos remontar á 3 días antes, llegaríamos al día ini- cial del Tonalamatl, 1 cipactli. Además, este día, como ya hemos te- nido ocasión de mostrarlo, arrastra fatalmente á un desacuerdo entre la serie de las trecenas y de las novenas. Así pues, si 1 couatl está combinado con Chalchiuhtlicue la figura que le vuelve á corresponder, según el Tonalamatl teórico, es que el día inicial (3 call) del año 1 Seler. Gesammelte Abhandlungen. 1, p. 177-183, 226 EL CALENDARIO y 3 Calla, ha restablecido el equilibrio entre las trecenas y las novenas, de conformidad á las indicaciones de las h. 21-22 del Codex Borbo- NACUS. Fáltame decir una palabra de la sincronología de los antiguos his- toriadores de México. Para simplificar este relato, voy á procurar co- locarlos en grupos y reanudar sus sistemas, en cuanto me sea posible, á los años para los cuales son exactos, suponiendo que las diferencias provengan de la ausencia de intercalación.? La lista puesta á conti- nuación indica la concordancia del 1” día de Toxcatl con el año eu- ropeo, en el período de tiempo que sigue á la conquista: ? 1520-1524—3 Mayo. 1524-1528—2 Mayo. a) 1528-1532—1* Mayo. e b) 1532-1536—30 Abril. 1536-1540—29 Abril. 1540-1544—98 Abril. 1544-1548—27 Abril. e) 1548-1552—26 Abril. 1552-1556—25 Abril. 1556-1560—24 Abril. d) 1560-1564—23 Abril. 1564-1568—22 Abril. e) 1568-1572—21 Abril. El calendario publicado después de los Memoriales de Motolinía, publicados por el Sr. L. García Pimentel y del que ya hemos hablado antes, se verifica por los años 1528-1532. Tiene sin embargo la fecha de 1549, pero el autor tiene cuidado de indicar que la intercalación se hacía en cada año Tecpatl, en el mes de Febrero. Entre los años de 1 Este agrupamiento de sistemas cronológicos no tiene sino un carácter pro- visional. Muchas otras causas han podido producirla diferencia que en élenson- tramos. Por ejemplo, es probable que algunos de estos sistemas hayan nacido de las desgraciadas tentativas de concordancia entre ciertas fechas, % MEXICANO. PARA 1528 y 1532 ha de haber sido introducido este método de intercala- ción, para mantener el calendario de esta época en equilibrio con el año europeo. La identificación de este calendario con el de los años 1528-1532 hace suponer que el mes inicial de este año sea Tititl. El motivo de esta elección es muy claro: en estos años, se encontraba pre- cisamente que el primer día del mes de Tititl coincidía con el nuevo “año europeo, y ya no se necesitaba más para dar por adelantado que el año indiano comenzaba por este mes. Si se coloca Títitl como mes inicial, Toxcatl viene en séptimo lugar y comienza el 1” de Mayo. En este grupo que hemos designado con la letra a ligamos el calen- dario de Durán, el del Codex Ivtlilewochitl, el Codex Magliabeccha, y el del Codex 1576 de Aubin, que expresamente dicen que la fiesta de Tla- caxipeualizili se celebraba el 21 de Marzo; de esta manera Toxcatl cae el 20 de Mayo. Pero las fiestas se celebraban al fin del periodo de 20 días, - de manera que en realidad, según la indicación de estos códices, el mes Toxcatlicomienza el 1? de Mayo. Se concibe muy bien que algunos his- toriadores hayan confundido el día inicial del mes con el día de la fies- ta propiamente dicha, y que hayan constituido un calendario en el que los meses caen diez y nueve días más tarde que en la realidad. El Codex 1576 de Aubin ofrece muy pocos elementos de que pu- diéramos servirnos para nuestros estudios sincronológicos. Tomando en apoyo la fecha que asigna á la primera entrada de los Españoles á México, podemos agregar su cronología al sistema de los calenda- rios que hemos agrupado bajo la rúbrica a. En efecto, alli está dicho: “In ipan acico castillan tlaca ye cempoualli omacuilli de Noviembre ypan Quecholli, oquiuh matlaquilhuitl tacizque in Quecholli.” (Cuan- do llegaron los Españoles era el 25 de Noviembre, en el mes de Que- cholli y diez días más estaremos todavía en las fiestas de Quecholli*) La mayor parte delos historiadores están de acuerdo para colocar este acon- tecimiento hacia el 10 del mes de Quecholli y Bernal Díaz nos dice que tuvo lugar el 8 de Noviembre. ¿Cómo el autor del Codex Aubin ha : 1J. M. A, Aubin. Histoire de la nation mexicaine depuis le départ d'Aztlán jusqu'a Varrivée des conquérants espagnols [el au dela 1607] Paris Leroux, 1893 p. 82. sE 228 EL CALENDARIO llegado á colocar este hecho el 25 de Noviembre? Aun suponiendo que haya tenido en cuenta la rectificación del año Gregoriano, no lle- ga uno á explicárselo. Creemos pues que es más sencilla la verdad. 2l autor tenía un calendario indicando que el primer día de Atlcaua- lo* coincidía con el 1” de Marzo (sistema erróneo de sincronología nacido probablemente de la confusión del día de la fiesta propia mente dicho ecn el día inicial del mes). Encontrando en los documentos ¡n- digenas que la entrada de los Españoles á México tuvo lugar el 10 Quecholli; ha buscado el equivalente de este día en su calendario y encuentra el 25 de Noviembre. Es el mismo procedimiento que he- mos concedido antes á Chimalpain, para explicar cómo ha podido co- locar la toma de México en el mes de Tlaxochimaco. En su Rhetorica christiana” Valadés publica sin comentario nn cea- lendario que está exacto, para los'años de 1532-1536. El comienzo del año está colocado en el primer día de Tlacaxipeualiztli que eoin- cide con el 1% de Marzo. De esta manera el mes de Toxcatl comienza el 30 de Abril. Es muy probable que el original de este calendario se remonte á los primeros tiempos de la conquista; corresponde muy bien con el calendario de que habla Mendieta. Está concebido bajo Ja for- ma de una rueda, ó más bien de una rueda doble; constituye una ten- tativa de sincronología y está ejecutado con mucho cuidado, además, los símbolos paganos de Jos meses, están reemplazados por simples cabezas humanas, lo que permite suponer que es obra de un monge, que trató de cristianizar el calendario de ¡os antiguos Mexicanos. Un tercer grupo de calendarios que hemos designado con la letra c, corresponde á los años 1548-1552. Comprende á los intérpretes de los códices Vaticanus A y Tellerrano-Remensis. Atlcaualo figura ahi encabezando la lista de los meses con la fecha del 24 de Febrero. Tox- o 1 Suponemos que el primer mes del año sea aquí Atleaualo; sin embargo la in- dicación de la pág. 87 “que Quaubtemoc llegó á reinar en los nemontemi de Qua- vitleua” explicaría también como en la hipótesis de los nemontemi siguiendo á Quavitleua, como en la de los nemuntemi, precediendo este mes. En el primer caso tendríamos como mes inicial Atlcabualo y en el segundo, Tlacaxipehua- liztli. 2 México, 1579, p. 100. AL AÑO. NOMBRE sU DAN DIAS QUIE IND EATOS LA Nocurk E y (ES DI a EXÑO! ) CON INDICACION DE LOS “8 y 7) TONALAMATL DE LA FORMA 5 (1x1 13 xl Y y e Avi e e, vin ñ rs EN h E b vi ñ MIN Y ñ e A ATT | l 8 1 hb VI ¿ Xx 7 | | | | AVI AN DL Le) A la 5 Ml II 2 1 e xn e v AVIL h 1 xx d 1 b | | Cc A a VIA MIX 12 dl 1 0 xv1I i po NeT y fig vi e | Mi xvu a ¡(de as h 25. Soc. Alzate, t. Mem. | : EA ARA o rue = 1 peoxoL al | E | | | [A | ¡ €oLiar21+ = MILHIOL INVN JANNV e s|3a 20 |20)- oJuc]o a|== ojos 2 fis Jar Su = 2 ol2< == lar jos pPUAB £L = [ 11yz0d07 »n SIB y7 = | 1UOJzO0d0 y, CEN A E A E E A AS CA RS PS A PS AS a SS I S4BUI y = 1 IZ BNAdIxBo0]L, ale al==<|8-|2 SS an |» oJosjo jua Ja - an [20 |2 o [20/20 /-=|a s E OLA] Gl = | OJeneany e» o] +=|o ajo<=|e =/2 sos 2o|z» 22 o ala SS MENA 288 [ 353 sora rs = 1 909 22 loo 333 0]se|e e|-< alo s]o alo o |oa|e olosjo sj2=|= Jae jaalo e P Ñ M7 E ] LA AMAURÍ € = 1 NMIL == a e |9:2|= son lo o|==[> ES o=|2-|x s[aa|2 ol-= prquiad3p +1 = 4 nzowayy y e oo la-|30]30]3 o|23|= ala => ao lo =|u aloolo o Jos So lzuje alo= A o [o=|2 0/3 E la |- Ja [ae |u= lo ojos [eo jer]o a 202 aJ8:2|2:|- = Ja ]o e «alo» aa A0U6L= 1 unziezjanbutg 2UGOJO 0€ = 1 HIOYDIND 9 Sole n]o o Juejo o|a< [== |» aloo[ool==]a ojala Jae Jo SOS | - qoj90 01 = 1 ninyrada, E =loo|a oleu|z oJa=]2 Jus |a-- la - I=a]o u|o|- aloja s|==]=: Micllantecuth. Chalchiuhticue. Daquiardos 07 = [ 0021709 2% |..- la a|ma Io 9]. | o Jue a|]a< ES lz> Jaa E e junla » la =|- se < lo - SIGNIFICATION DES CARACTERES ITALIQUES 1009 18 = 1 iztuedyoo ¿ae aje 1008 1L= 1 nyrresom 191) as] ee ajos [==]a ejes je oJesfo +25] ajes|a=|-.Jes]os Ele DOTaf zz = pun preoo 1 alo oJen]o oJac|zo]3<]2=/2 0]-0]e o ]o3|> o Jorje aje<|e=Ja =]25 [30 ol += + mamon sa jesse ee sele le jsalaojese jeje sle=lo-E> 33 UmEzL= 1 Muonayno y - oje<|o-|= aJesfo o]3=|z +]2l S|-<]a-]o s fo lo <|>7]e e Jo —]s 9/2< 3 E 3 ets aojeeolae]o [e ejes) ojes]e o ]ecjeoje e SE BES HRS) = VIVO 19A HINNV [At £L = 1 1120507 19/) as|[em]3 olaeje e]==/0- [9 +) e2 |. 003 [e e]==]= a|2= |==/8 023 ]=0Ja= SBUL $3 = Y IUOjzOS0 a ajoa|> elos |1o o [ojo ojo=|2-|2 2 [8:2]2 0-22 2/9] > ojo=|e=|r = es fran =1 PETEEREZ, SE e|za|2 oax E aJaoje o A Je Sl [== | oJow|2 o|z Jo 20 2]= oo lo »|20]= oj2= [2 > |- o 2]0 0]>=|o >|9= es £ Inte cies Alle jale siesle jejej j do Aras MEL SS OS ea Jo sJas|a o J=3|2 0 |2 oer lo a Je e sja<=|2- =+]ao]2 o |-alo o]ocle olos E 240190 08 = 1 HIOYIIND) A A ES o aforo Jo o [=aJe ojos - a | , E 249390 01 = 1 NMyriodo L ooleale o Ja|2 aj==]2--|2 a ]=a]e o ES A 5 os a = 1 non Sello reel ele lee slesl Ejes z - 2 1908 T£ = 1 mzuedyoo slo Je» [ola elga(= o]aelz |< O SI EES =- = 1008 1L= 0 pnureoo oo + ala oj2=]-- Jas 02]> o ono oJeo|esja=|2=|3 + [292 0]-3]0 0 Jo). e E pninlaa =0 aran qpreoo 0 lo oJo=]e aje=]a=|2 0 Jz2/2 0/2]= 0 la=je sj. =|0=]0 = IES E E hola z =1 mm 199 Ss |= olas le > ]- e ajos e-Jo + [ese ojos la «]zclz jas ale afeaja > a me inf ¿1 = 1 Huoynypinoa], a o nJes je sea je olac|e9]3<]2-/2 9-88 e]ov|> oax] aesfAfe- BE 5 100 27 = 1 2 enbezg oal2< [2-9 ]23|- 0 ]es]o e]onjo alos [e- esfos[2cJ3e/2 »|: e 1 16 E =1 PoxoL A EEES alo a josjos ssl - VESI-0G8)+ = "ILVdDAL AMO JINNV É Aja E 1 111z0507-19 sola 2/3 |2 s|2:0/- > [en l> »[=]> s|e=[=-- aslos|3 o |=3|8 e [2] - e El E i E SIBU 17 = 1 11uozz00 y, oa la o leo|- ao s/o-]e =|.= ales |z+]eeja ajos la=Je =J>2 o o je=je a 5 E E 1 SALI y = Y m2 enodixvow calor Jas]2 o J=>/2 9]3=|==]e alos |>¿Jon]o o lorle sja=]2--|2 =]2=]e 5 Il E ADA?) EL = 1 oJeneoy 2o|= 2 Jasa + Jec]o sj==[2=|2 > i 7 JOJAuDl $3 = 1 1119921] eajosjesl>= 23 loe lanj2 o ]ooJa ajos] > -]0 =[0<]> 0]oe]a +J2<]z ela 1 JOtauel y = 1 MIL EIA DIQUISIPP SL = 1 00 y 2u|2o/- aja < e= o afoa|e o j=a|x sJoe]3 oj== a 2 0]-.a aves e alo OS o al2=|=-= La 2aloo enla a [>= => GS no ES So lzw AO | 1 ; a es frales ja la = la la ¡ala o Jos] oo <|-]n «Ja as[Sajz oleaje o/-< alo a=|2|- :Joo|o oJorjo »[e=]e > ez a-|2 alza 20/23]. o ale SS IIS | | 211% *A04 03 = 1 uiziezonburg a 4 b 94GO090 1€ = 1 HLOYI9IN) 91q0J90 11 = 1 pninyrioda y, xvi ale ale . -a|o oJa—|2 o|==|2-- E e] aJa > pa|- » baquiaydos 1= 1 zmuedyoo lo o|o» le alte aja |o- ES |- olan]o o ]u—lo s|o< [=== aloa Su 1000 31 =1inquesmaro Pa. | ESE son le aos] > SS «lo |o s[23|3 o lacla a]== alos Ppnfez= tuyo yl Jm |o- lo E La |» s+|==]2 A == s|2= [ES lo s | 16 e lo=|> oJr= so a|o< Fuite nocturne des Espagnols : Veille de la féte TecnilAuitontli = 8 cozcaquauhtli Massacre commandé par Alvarado : veille de la féte Totcatl Prise de Mexico : 3* de Uei miccailhuitl (Xocoultzú) Entrée de Cortés 4 Mexico : 10* jour de Quecholli 9pnf £ =1 pinyynoana] au [2 EAS a a |. a «alo e Jonje |» 2 ]o iS s|ua]a o]gu - SS o nf er =1 muorunqunsaL Ja o Joa] e [ocjo aje=|>=]o <[23|=+]8]2 A 3 1ew 13 = 1 zneobjezg £ =|aa|2 0]=8 Le Ze aja a rr foslo sea Je sjae|3 aj==|2-]2 =|-= RUI E = | [199XOL == la 5 ana no sale ale—|o aj2<|= [25 [22]. lara] aro >= IS Alzate, t. 25. Mem, Soc. MEXICANO: 229 catl caería así el 15 de Mayo. Creemos de nuestro deber admitir que los intérpretes han confundido el día inicial del mes, con el de la fies- ta propiamente dicha. En esta hipótesis el mes de Toxcatl comenza- ría el 26 de Abril, lo que es exacto para los años 1548-1552. El cuarto grupo d tiene como representante principal á Zahagún. La conferencia de los Indios reunidos por él para discutir la cuestión sincronológica, declara que, el primer día de Atlcaualo caía el 2 de Febrero. La discusión tuvo lugar probablemente entre los Indios gue habían adoptado el calendario modificado bajo la influencia europea, y entre los Indios que habían conservado el cómputo antiguo, sin in- tercalación. Fueron estos últimos los que llevaron la superioridad. Para ellos, el mes de At/caualo comenzaba, en el momento en que se efectuaba la conferencia, el 2 de Febrero, y el mes de Toxcatl, el 23 de Abril. Esto nos permite afirmar que dicha conferencia tuvo lugar entre Jos años de 1560-1564. A este grupo pertenecen también los ca- lendarios de Torquemada, de Fr, Martin de León, de Vetancourt, de Veytia, etc. El calendario de León y Gama, se remonta al menos en sus gran- des lineas, á Cristóbal del Castillo, que murió á una edad muy avanzada, en los primeros años del siglo XVII. Su año comienza por 1 Cipactli, coincidiendo con el 9 de Enero. Esta coincidencia parece indicar los años 11 Tepactl-12 Calla. El año presentado como típico é invariable por Gama, se coloca en 1568-1569. Si se admite que los nemontemt caigan en el mes de Panquetzaliztla, el dia 1 cipactli llegará hacia el fin del mes de Tititl. ¿No explica esto suficientemente por qué el pri- mer mes del año de Gama, se llama en lugar de Trtitl solamente, T+- titl-itecalli? La cronología de Itztlilxochitl merecería un estudio especial. Nos conformaremos con dar aquí algunas indicaciones sobre ella. Su ca- lendario está considerado generalmente como representando una par- ticularidad tezcocana.* Eso no parece ser imposible a priori; pero cuando se le mira de cerca, se tiene más bien la impresión de encon- 1 Orozco y Berra. Historia antigua de México, t. tl, pág. 135-136, Memorias, T. XX V, 1906-1907.—19 230 EL CALENDARIO trarse ante un sistema particular creado por el autor. Su año comien- za invariablemente en el mes de Tlacaxipeualiztli y en 20 de Marzo. El 20 de Marzo lleva la señal diurna del año que comienza. Según este método uniforme Ixtlilxochitl calcula todas las fechas que encuen- tra mencionadas en las fuentes de sus estudios y comete á veces pe- queños errores de negligencia.? León y Gama ha hecho notar ya, que toma en cuenta la rectificación Gregoriana. Estando admitido este he- cho, el calendario de Ixtlilxochitl corresponde enteramente ai del anó- nimo citado porJ. dela Serna.? Este coloca el comienzo del año el día 10 de Marzo. El 10 de Marzo sería el primer día del mes de Tlacaxt- peualiztli y habría llevado en el año 1519 el signo 1 acatl. Es ade- más, según un documento citado por Grama, la fecha del arribo de Cortés á Veracruz. Este último acontecimiento constituye por el amó- nimo de Serna el principio de una era nueva y se encuentra en la ba- se de su cronología. Ixtlilxochitl se ha conformado con poner esta cronología, de acuerdo con el año Gregoriano identificando 1 Acatl— 1 acatl con el 20 de Marzo, en vez del 10 de Marzo de 1519. Además, el documento citado por Grama en el que está colocada la llegada de Cortés á Veracruz el día 1 acatl ha sido compuesto verosímilmente á lo que parece, por un habitante de Tezcuco. ¿Es pues necesario ver allí la prueba que la cronología tezcocana hacía comenzar el año en el mes de Tlacaxipeualiztli, en el 10 de Marzo en el año Juliano y en el 20 de Marzo del año Gregoriano? No lo creemos así. Sabemos en efecto que los Mexicanos consideraron la llegada de Cortés como la vuelta de Quetzalcoua!l; este había desaparecido el día 1 acatl con 1 En horribles crueldades.... [edición C. Bustamante, México, Valdez, 1829, p.23] dice que los Españoles después de una residencia de cinco meses abandonaron Tezcuco para emprender las expediciones preparatorias al sitio de México; “al onceno día de su tercer mes llamado huey tezoztli, que quiere decir vigilia ma- yor y al deceno |léase doceno] de su semana llamado¿matlactliomome calli [casa núm. 12] que ajustado con nuestro calendario cae comunmente á 10 de Mayo.....”” Este acontecimiento se coloca el año 1521. Además los cálculos están hechos co- mo si se estuviera todavía en 1 4Acatl=1519. Según estos cálculos el día inicial del año 3 Calli estaría afectado por el signo 1 acat!=21 de Marzo de 1521. 2 “Manual de los ministros de Indias.” [Anales del Museo Nacional de Méxi- co),'VI. 1900, p. 323, 328 y 344]. MEXICANO. ed la formal promesa de volver. Nos encontraríamos pues muy dispues- tos en admitir que el autor del documento en cuestión, ha querido ex- presar, menos el día exacto de la llegada de los Españoles á las pla- yas mexicanas, que hacer una alusión á las creencias mitológicas que representaron tan gran papel en la conquista del país. [Traducido del Journal de la Société des Americanistes de Paris, t. III, n. 2 [1906] por F, Fernández del Castillo]. AA AS: MÉMOIRES DE LA SOCIETE «ALZATE.» TOME XXV. NUEVA ESPECIE DE UN HONGO DEL GENERO MICROSPHAERA Por el Prof. Guillermo Gándara, M. S.A. LÁMINAS 1 Y 11 En las hojas de un arbolillo de sombra, de la familia de las Legu- minosas, del género Sophora, cuya especie no he podido determinar por no estar la planta en floración, y que crece en el jardin de la Es- cuela N. de Agricultura, San Jacinto, D. F., encontré un hongo pará- sito del orden de los Pirenomicetos, según el sistema italiano de cla- sificación, * de la familia de las Erisifeas y del género Microsphaera de Léveillé. Como Pirenomiceto de tal familia, está comprendido en el número de hongos vulgarmente conocidos con el nombre de “blancos,” por- que las hojas atacadas por ellos, aparecen como si se les hubiese espol- voreado ceniza, no siendo ese polvillo blanco, más que el conjunto de micelios que, forman una red en la superficie de aquellas y donde pri- mero aparecen los conidióforos con sus respectivas conidias y des- pués unos puntitos negros, que son las peritecas. Estas son indehis- centes y en los hongos del género de que trato, tienen de 2 á 16 ascas y Cada asca, de 248 esporas y además, deben estar provistas de apen- dículos ó fuleras, terminados por tufas ramificadas dicotómicamente. Los caracteres específicos de los hongos de tal género, deben bus- carse: S 1% En la disposición de los apendículos. 22 En el color y longitud de éstos, 1 Según el sistema francés de clasificación, figuraría en el grupo de las Peris- poriáceas, : 234 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO 32 En el detalle de las tufas¿divididas dicotómicamente y en el nú- mero y desarrollo de éstas. 4% Enel diámetro de la periteca y en el número y forma de sus as- Cas, esporas y esporidias. Los caracteres específicos del nuevo hongo, son los siguientes: Peritecas. —Estas son esféricas, reticuladas, amarillas cuando están tiernas, negras cuando están maduras y de 100 á 1830 n de diámetro. Contienen de 2 á 6 ascas. Ascas.—Estas son ovoides, de color gris amarillento, pediciladas, contienen de 3á 5 esporas y son de 50 á 60 u de longitud por 30 ó 39 de latitud. Esporas.—Estas son elípticas, de color gris amarillento, granulosas, de 15 á 25 y de longitud por 14 y de latitud. Esporidias.—Estas son casi hialinas, nucleadas, en número indefi- nido, elipsoidales y de 2 por 13 de longitud y ancho respectivamente. Apendículos.—Estos son rectos, horizontales, delgados, hialinos, de- siguales en longitud, en número de 9 á 15 y de 14 á 2 veces la longi- tud del diámetro de la periteca. j Tufas.—Véase el dibujo correspondiente.—Están dicotómicamente divididas de 3 4 6 veces, siendo muy precisas las divisiones 3? y 4” y vagas la 5” y 6”; ésta aparece raras veces. Las extremidades son turgentes y están como si se les hubiese cortado con tijeras. Además es de notarse un punto en el vértice del ángulo agudo formado por las dos ramas de las últimas extremidades, cuando éstas comienzan á se- pararse en la 5* y 6” división. RESUMEN DE LA DESCRIPCIÓN Mygcelio, epiphyllo, arachnoideo, effuso, persistente. Peritheciis, nigris, globulosis, superficialibus, sparsis, reticulatis, 100-130 » diam. : Ascis, 3-6 ovoideis, pedicillatis, 50-60 y, 3-5 sporis. Sporis, ellipticis, gradulosis, 15-20 X 8-14 p. Sporidis, fere hyalinis, nucleatis, ellipsoideis, 2 X 12 2, numerosis. DEL GENERO MICROSPHAERA. 235 Appendiculis, 9-15, hyalinis, horizontalis, incequalis, perithecio fere duplo longioribus, 3-6 vicibus dichotome ramosis, ramulis ultimis turgidis, divaricatis apice acuminatis. Hab. in foliis vivis Sophorae. E Muestro en seguida los caracteres de todas las especies de hongos del género Microsphaera que hasta hoy se conocen y cuyos datos he tenido que entresacar de diversas obras de autores americanos, ingle- ses, franceses, italianos y alemanes, á fin de que comparando la espe- cie del hongo de que me ocupo, pueda demostrarse que ésta es real- mente nueva y para la cual propongo se la denomine AMicrosphaera sophorae. 1.—M. alni ó penicillata: Ascas, de 2 á 5. Esporas, de 4á 8. Apendículos 6 y de la longitud del diámetro de la pe- riteca. (Véase el dibujo). Ataca: Almus glutinosa.—(Especie de Olmo). betula albae.—(Especie de Abedul). Rhamnus catharticus.—(Especie de Capulincillo). - Viburnum opulus.—(Especie de Viburno). Corylus rostrata. — (Especie de Avellano). Quercus nigra.—(Especie de Encino). Lonicera sempervirens.—(Madreselva). 2.—M. astragali ú holosericea: Ascas, no se han determinado. Esporas, no se han determinado. Apendículos, de 10 á 16, partiendo del ecuador de la periteca y de color amarillo obscuro pálido. Ataca: Astragalus.—(Género de Garbancillos). 236 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO 3.—M, abbreviata : Ascas, de 3 a 4. Esporas, de 3 á 5. Esporidias elipsoidales y de 25 á 32. Apendículos, de 6 á 15, hialinos, desiguales, muy divi- didos dicotómicamante y con las extremidades en- corvadas. En el detalle de las tufas, puede confundirse con la M. Hedwigú. La diferencia consiste en que las de la M. abbreviata, son más cortas y escabrosas. Ataca: Quercus bicoloris.—( Especie de Encino). 4.—M. Berberidis: Ascas, de 6 á 10. Esporas, de 6 á $. Apendículos, cortos, de 54 10, divididos 4 6 5 veces, con ramas prolongadas y las últimas abiertas en án- gulo obtuso. Ataca: Berberis vulgaris.—(Agracejo). 5.—M. betae : Anunciada desde 1903 por Vañha, en Alemania. No se conoce su descripción. Ataca: Beta vulgaris. —(Remolacha). 6.—M. Bresadolae: Ascas, muchas y subglobulosas. Esporas, 8. Esporidias, de 15 á 20, ovaladas y de color gris. Peritecas, muy pequeñas, rojizas y ampliamente reticu- ladas. 7 Apendículos, de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca, dicotómicamente divididos y con extremida- des túrgidas. DRL GENERO MICROSPHAERA. 237 Ñ Arrhenma auriscalpr,— (Arrhenatherum? Graminea?). 1,—M. densissima ó calocladophora : Ascas, de 4 á 8. Esporas, de 6 á 8. Esporidias, de 21 á 25, ovaladas, granulosas y nuclea- das. Peritecas, deprimidas. Apendículos, de 6 á 10, subhialinos, 2 veces dividido dicotómicamente y con extremidades encorvadas, Ataca: Quercus larrifolia.—( Especie de Encino). 8.—M. diffusa: Generalmente epifila. Ascas, de 4 á 6 ovoides. Esporas, de 4 á 6. Apendículos, de 18 á 25, de 2 veces el diámetro de la periteca, hialinos, vagamente divididos y con extre- midades nodulosas. Ataca: Desmodvwm canadense.—(Desmodio: Leguminosa). 9,.—M. divaricata : Hipofila. -Ascas, 4 ovoideo — rostradas. Esporas, 4. sn Apendículos, enormes, 5 veces más largos que el diá- metro de la periteca y en número de 9 á 16. Se parece á la M. Guarinona. Aparece en Verano y en Otoño. Ataca: Rhamnus franguli.—(Frángulo). 10.—M. Ehrenbergit: Epifila. Ascas, 4 ovoideo= rostradas. 238 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO Esporas, 8. Apendiículos como 20, delgados, casi de la longitud del diámetro de la periteca y divididos 2ó 3 veces con ra- mas uncinadas. Ataca: Lonicera tartarica.—( Especie de Madreselva). 11.—M. elevata 6 addita: Epifila. Ascas, 4 ovoideo—rostradas claramente. Esporas, de 6 á 8. Peritecas, de 1%” de diámetro. Apendicuios, 12, teñidos en su base y divididos inme- diatamente después en 2 6 4 veces, dicotómicamente con ramas muy largas. Ataca: Catalpa.—(Catalpa, árbol de sombra y de ornato). 12.—M. Erineophila: Ascas, de 34 5. Esporas, $. Esporidias con 1 6 2 núcleos y de 20 á 30, Apendículos, de 6 á 12, casi de la longitud del diáme- tro de la periteca, teñidos y con 2 divisiones 3 veces divididas dicotómicamente. Extremidades, pálidas. Peritecas, de 75 á 100 y de diámetro y en forma de copa. Ataca: Erinus invasis.—( Especie de Erina, Rhinantácea). 13.—M. Euphorbiae : Ascas, 4 ovobadas. Esporidias, hialinas y en número variable. Apendículos, larguisimos, 2 veces divididos y con extre- midades irregularmente nodulosas. Ataca: Euphorbiae.—(Euforbiáceas). DEL GENERO MICROSPHAERA. 239 14.—M. evonyms ó comata: Ascas, S ovoideo—rostradas. Esporas, 4. Apendículos, enormes, de 6 á 12 veces la longitud del diámetro de la periteca. Se parece á la M. Guarinonis. Ataca: Evonymus europeus.— (Bonetero). (Ludwig dice de esta especie: ““Ascas, de 4 á 8. Esporas, de 446”). 15.—M. extensa: Epifila. Ascas, 4, subglobulosas. Esporas, de 4 á 6. Apendiculos, de 8 á 12, hialinos y de 34 4 veces la longitud del diámetro de la periteca. Ataca: Quercus rubrae. (Especie de Encino). Se parece á la M. Vaccinaz, de la cual difiere en la for- ma de las ascas. 16.—M. Priest: Ascas, 4 óvalo—rostradas. Esporas, 6. Apendiculos, de 8 á 10, casi de la longitud del diáme- tro de la periteca. Ataca: Betula albae.— (Especie de Abedul). Betula verrucoza.— (Especie de Abedul). Ramnus cathartica.— (Especie de Capulincillo). 17.—M. Fulvofulera: Ascas, no se han descrito. Apendiculos, de 8 á 12, hialinos en las extremidades y obscuros en la base, 2 6 3 veces divididos dicotómi- 240 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO camente y de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca. Ataca: Sptraea.— (Género de Rosa). 18.—M. grossulariae: Ascas, de 4 á 8 ovoides, brevemente pediciladas. Esporas, de 445. - Apendículos, de 10 á 15, de la longitud del diámetro de la periteca, con extremidades vagamente dicotómicas y terminando en dos salientes casi paralelas. (Véase el dibujo correspondiente). Ataca: Ribes grossulariae.— (Grosellero). 19.—M. Guarinonit: Ascas, de 8 a 10. Esporas, 68. Apendículos, 10 larguísimos y aéreos. (Véase el dibujo correspondiente). Afine á la M. divaricata y á la M. evonyms, de las cua- les se diferencia en el número de esporas que con- tiene cada asca. Ataca: Cytisus laburmum.— (Falso ébano). 20.—M. Hedwigi: Hipofila. Ascas, 4. Esporas, 4. Apendículos, escasos y casi de la longitud del diámetro de la periteca. Ataca: Viburnum lantana.— (Especie de Viburno). Viburnum lentaginum.— (Especie de Viburno). A DEL GENERO MICROSPHAERA. 241 21.—M. lomicerae ó Dubyi: Ascas, 4 óvalo-subrostradas. Esporas, 4. Apendículos, de 7 á 10 y como de la longitud de 12 diámetro de la periteca. Extremidades, bicornes. (Véase el dibujo correspondiente). Ataca: Lonicera caprifolia.— (Especie de Madreselva). Lonicera parviflora.— (Especie de Madreselva). 22,—M. Lycú 6 Mougeotúi: * Ascas, de 12 á 16. Esporas, 2. Apendículos, de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca, copiosos, hialinos y divididos 4 veces (raras ve- ges 3). Extremidades, obtusas. Peritecas, pequeñas, globulosas y deprimidas. Ataca: (Lycium: género de plantas del Asia Lyevum ruthenicum. Y Menor). Lycium barbarum. Lycium europeum. p 23,—M, menisperma: Ascas, de dá 6. Esporidias, de 3 á 6. Peritecas, pequeñas y globulosas. Apendiculos, de 10 á 20, casi de la longitud del diáme- de la periteca. Ataca: Menispermis canadensis.— (Menispermo). 24,—M. nemopanthas: Ascas, 4. Esporas, de 6 á 8. Apendículos, de 5 á 12, de la longitud del diámetro de la periteca, divididos 4 6 5 veces dicotómicamente, 242 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO teñidos, con las últimas ramas encorvadas y dividi- dos en la base. Se parece á la M. Berberidis, de la cual difiere en el número de ascas y en el color de los apendiculos. Ataca: Nemopanthes canadensis.— (llicinea). 25.—M. platans: Ascas, de 4 a 5. Esporidias, de 4 á 5. Peritecas, pequeñas y globulosas. Apendículos, de 10 á 18, de la longitud del diámetro de la periteca y con extremidades completamente encor- vadas. Ataca: Platanus.—(Género de plátano: árbol de sombra y de or- nato, distinto del plátano que produce el fruto de ese mismo nombre y que pertenece al género Musa). 26.—M. pulchra: é Ascas, de 4 4.5, globulosas y de 40 4.50 Y de diámetro. » Esporidias, de 4 á 20. Apendiículos, de 8 á 10, hialinos, casi de la longitud del diámetro de la periteca, con extremidades muy divi- didas dicotómicamente y terminadas por dos salien- tes obtusas. Ataca: Cornus altermfolia.—(Cornácea). 27.—M. Raveneli: Ascas, de 4 á 5. Esporidias, generalmente de 8 á 10. Apendíeulos, numerosos, irregularmente divididos y de la longitud de 6 diámetros de la periteca. Ataca: Gleditschie.—(Leguminosa). DEL GENERO MICROSPHAERA. 243 28.—M., Russellit: Ascas, de 4á 8 y de 46 á 48 y de diámetro. Esporidias elipsoidales y de 4 á 20, Apendiculos, de 8 á 18, larguísimos, de la longitud de 6 diámetros de la periteca, flexuosos, teñidos y clara- mente divididos en 2 ó 3 veces. Extremidades rectas. Ataca: Oxalis stricta.—(Geraniácea). 29.—M. semitonsa: * Esporidias, 4. Apendículos, de la longitud de 2 diámetros de la peri- teca, dirigidos hacia abajo, obscuros y trifurcados en sus extremidades. Ataca: Cephalanthus.—(Género de Bejuquillo). 30.—M. symphoricarpt: Ascas, de 4 á 6. Esporidias, de 3 á 5. Apendículos, de 8 á 16, de la longitud de 2 4 4 diáme- tros de la periteca, de 3 á 5 veces divididos dicotómi- camente, con ramas abiertas y á veces truncadas. Ataca: Symphoricarpus racemose.—(Caprifoliácea). 31.—M. Umbilici: Ataca: : Umbilicus.—(Ombligo de Venus). (Crasulácea). Parece que no está aún descrita. 32.—M, Vaccinti: Ascas, de 6 4 8, ovoiles, Esporas, de 6 á 8. Esporidias, de 14 á 50. 1 Ludwig puso semitosta (4). 244 NUEVA ESPECIE DE UN HONGO Apendiculos, de 10 á 20, hialinos y de la longitud de un poco más de 2 diámetros de la periteca. Farlow in- dica que los apendículos son de la longitud de 5 ve- ces el diámetro de la periteca. Peritecas, pequeñas y globulosas. Parece no estar bien estudiada. Ataca: Vaceiínium vacillans.—-(Vacciniácea). 39.—M. Van Bruntiana: Ascas, no se han determinado. Esporas, de 4 á 8. Apendiculos de 12 á 15, casi de la longitud del diáme-- tro de la periteca, generalmente divididos y con extre- midades obtusas. - Ataca: ¡Sambucus canadense.—( Especie de Sauco). 34.—M. Viburni ó sparsa: Ascas, de 6 á 10. Esporidias, más de 6. Apendiículos, menos de 20, de la longitud del diámetro- de la periteca, dicotómicamente divididos y con ex- tremidades ligeramente encorvadas. Ataca: Viburnum lentaginis.—( Especie de Viburno, Caprifoliá- cea). México, Agosto 5 de 1908. Mem. Soc. Alzate. MS Mena. TE Fig. 1.—Microsphaera sophorae (nuev. esp.) 1, Periteca en general.—2, Asca.—3, Espora.—4, Apendículo con su tufa Mem. Soc. Alzate. T. 25, lám IL a, b,c, 1*, 27 y 3? fase del desarrollo de una tufa de la Microsphaera sopho- rae (nuev. esp.). (Muy aumentadas y tomadas con cámara clara).— 1, Apendículo de la M. Guarinonii.—2, Id. de la M. almi ó penicillata. —3, Id. de la M. lonicerae.—4, 1d. de la M. grossulariae. MÉMOIRES DE LA SOCIETÉ «ALZATE.» TOME XXV. ; APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES DE CAMPO MORADO EN EL DISTRITO DE ALDAMA, ESTADO DE GUERRERO Por el Ingeniero de Minas Luis Híjar y Haro, M. S. A. De vez en cuando, la tradicional riqueza minera del Estado de Gue- rrero, se ve justificada por sus rendimientos extraordinarios. Solamente que hasta ahora son muy contados los ejemplos que puedan compro- bar esa tradicional riqueza, velada por las mil dificultades ocasionadas por las condiciones naturales, de falta de población, y muy principal- mente por lo rudimentario de las vías de comunicación. No siendo por el valor intrínseco de los minerales, sino por la abundancia de ellos, la causa del desarrollo de los centros mineros del país, el Estado de Guerrero se encuentra imposibilitado — según lo que llevamos dicho— para poder explorarse, á igualdad de capital, con la facilidad relativa que ofrecen los otros Estados mineros que cuentan con mejores ele- mentos naturales de población y mejores comunicaciones. Después de más de un siglo transcurrido desde las notables explotaciones de Tax- co y Tehuilotepec, tal vez no se registra en la historia minera del Es- tado, una explotación tan interesante por su génesis mineralógica cuan- to por sus rendimientos, como la que se lleva actualmente en la región de Campo Morado. Por tratarse de una región relativamente nueva, tan poco conocida y tan interesante, he formado los apuntes siguien- tes que podrán servir más tarde como ayuda para un estudio más pro- fundo y menos general de la región. En la serrania de Campo Morado, se hallan las minas de la “Re- forma Mining % Milling Co.” y las de la “Compañia Exploradora.” Memorias. T. XX V, 1906-1907.--20 246 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES Los llenamientos minerales que en toda ella se exploran y explotan, son muy semejantes entre sí, siendo sólo en la actualidad los de la mi- na “La Reforma” los que han adquirido el mayor desarrollo, razón por la que nos ocuparemos preferentemente de ella. La “Reforma Mining 4 Milling Co.” está situada á unos 60 kilóme- tros al S.W. de Teloloapan, Cabecera del Distrito de Aldama, y al S.E. de Arcelia, Cabecera de la Municipalidad del mismo nombre, en el Es- tado de Guerrero. Esta región está comprendida en las últimas estri- baciones del Sur de la Sierra Nevada, que por el Norte limita hacia la línea de las nieves eternas, á la inmensa cuenca del Balsas. La “Re- forma M. € M. Co.” tiene una posición geográfica aproximada de 10920" latitud Norte, y 1215' longitud Oeste del Meridiano de Méxi- co. Las vias de comunicación son de esta ciudad á Balsas por El Ferrocarril Cuernavaca y Pacífico. 12 horas......... 293 km. Balsas á Pesoapa, por el río Balsas.. 9 5), .....:... MES Pesoapa á Reforma M. € M. Co..... LOA VA EAN Maa 0 as Sea un total denia 25 horas y.... 400 km. En derrotero anterior puede estimarse como inmejorable, teniendo presentes las condiciones de situación de las minas en región tan mon- tañiosa; pues, como se ve, solamente son 4 horas de cabalgadura en todo el recorrido, pudiéndose aún reducir en la época que no sea de lluvias á 1% horas de mal camino, y el resto de carretera bastante bue- na, hasta la planta eléctrica. Esa carretera es solamente practicable, como llevo dicho, en la época de secas; pues se tiene la necesidad de vadear el río de Zayulapa más de 80 ocasiones. La travesía por el río Balsas á Pesoapa no ofrece grandes peligros, aun cuando se tienen que vencer más de 50 rápidas; pues estos son de pequefios desniveles y son dominadas perfectamente por la habilidad de los barqueros, que tien- den á evitar el choque del barco entre los peñascos de las rápidas. Es- tos riesgos son aún menores en el periodo de lluvias por el aumento de volumen del río, que permite mayor calado y mejor velocidad de la corriente; así es que en vez de las 9 horas indispensables pueden ha- rerse solamente 6. DE CAMPO MORADO. 247 Por desgracia, el regreso no puede hacerse con igual comodidad; pues la remontada por el Río resulta de 4 días, dado lo rudimentario del remolque, que es por medio de cuerdas que tiran los barqueros desde las riberas del río. En la época de lluvias, —tal vez—resultaría ventajoso el empleo de un remolcador de vapor si éste pudiera avenir- se á un calado medio de un metro. El estudio completo del Río en la parte á que vengo refiriéndome en este itinerario, arroja un costo de dos millones de pesos para la formación de exclusas que vinieran á fa- cilitar el tráfico. La ruta de regreso, como llevo dicho, tiene que ser por tierra á tra- vés de las cuencas del Zayulapa, Apastla, Chilapilla, Cocula, etc., sea, ascendiendo y descendiendo á través de las sierra sin poder forzar el paso de la cabalgadura, resultando, en consecuencia, una marcha len- ta y un recorrido pequeño después de muchas horas de trabajo. Este itinerario lo formé en una de mis excursiones, así: Reforma (Casa habitación).......... % a.m. Altura absoluta... 1,480 m. Pinsan (Arroyo de Zayulapa), 5km.... 10% .,, ,, A SOS CU ME ALS LON ye E AE 200 Arroyo de Coacoyula........0...0.... dle ANA de pS 000) delas Juntas 10 ka Ll 5 E OS Camino sobre arroyoS................ LAS 3) a 060), Cuesta del Cuahuilote....... ...... .... 12% p. ra. BR pas ira, 00) Cumbredel Cuahuilote......../....... UN de LA ISO (Para comer 12 á 2). Ocotal de la Cruz Grande............. NN de o SO) Pueblo de Tlanipatlán, 22 km......... ed 30) da Y 3 a IIOS0L, Gumbre del Encinal.... o... ooma- de a E A UDS Caserto del Encinal. o. iaa. dales hs» pe cs LESS UNOS Arroyo (Valle de Ostotitlán)........- A di E a IO O ES Pueblo de Apastla, 34 km... .......... CATS pe a qa Os O sea de Reforma á Apastla: 34 km. y 82 horas, más 2 para comer: 9 horas. j 248 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES Al siguiente día: Apastla aa a aao e e 5 a.m. Ranchería de Tlasala 10 km.......... Táa.m. Altura absoluta... 1,270m. Para buscar comida: 71% á8 a.m. 'Arroyo de Chilapilla as OA ha SUN Cumbre de Chilapilla............... ADA EA AS A SD Divisadero para Balsas............... AS de 0055 Caserío de Limontitlán........... ALL Ei me a US ONES Balsas. Estación del Ferrocarril, 20km. 1 p.m. da ROO 0 O sea de Apastla á Balsas........ 7 hs. más 1 h. para comer........ 30 km. Que sumados con Reforma-Apas- A e A a DS Hacen en junto unas 17 horas para sólo un recorrido de.............. 64 km. A lo lento del camino hay que agregar una temperatura media de 302 c. para poder estimar lo molesto del camino. El costo de ferrocarril que ligara á Balsas con Pesoapa siguiendo las márgenes del río, no sería menor de tres millones de pesos; y en cuanto al camino por la sierra, sólo se podría mejorar arriesgando el fuerte costo de la construcción de un cable de unos 45 kilómetros pa- ra violentar los fletes, aunque no se disminuyera su costo actual por las atenciones necesarias á una instalación tan dispendiosa. Me he detenido un poco en lo relativo 4 comunicaciones, porque como hemos dicho antes, son éstas uno de los más serios obstáculos para el desarrollo de las minas en escalas mayores. E Lol SS La parte de serranía que he anotado en la reseñía anterior, está cons- tituída por las rocas sedimentarias del Arqueano, ó tal vez del Paleo- zoico, y por las rocas del Cretáceo. Las capas que las forman están orientadas más ó menos de Norte á Sur con un fuerte echado al Po- niente. La serie estratificada de estos esquistos varía de colores y tex- turas: unos son negros, carbonosos, con venillas de cuarzo y calcita, de laminación fina y poco coherente: otros de colores pardo, verdoso ó gris ceniciento, cerisíticas, esquistosas, resistentes é imitando una tex- tura porfiroide. Además, se notan en las crestas de la sierra algunos DE CAMPO MORADO. 249 diques de origen eruptivo que deben estar en relación con las partes mineralizadas de la región. El yacimiento de Reforma está alojado cerca de una de las eminen- cias más altas de la sierra y en relación con el dique diorítico que for- ma su cresta. Este yacimiento está constituído por un enorme prisma de piritas alojado entre las pizarras y un conglomerado diorítico. Cerca del pris- ma, los estratos de la pizarra les son concordantes y forman el bajo del llenamiento, pero ya á cierta distancia, se nota la tendencia de es- tos estratos á volver ásu posición primitiva. El conglomerado, que forma el alto, parece ser diorítico y lleva intercaladas en su masa al- gunas aristas de la pizarra negra. Tal vez fuera de la zona de profun- da alteración de estas brechas del alto, se encuentren las dioritas an- desíticas sanas, cuyas particularidades no son aún bien definidas por la falta de exploración, Hasta ahora no se puede precisar si se trata de un yacimiento lenticular aislado, ó si deba estimarse como una gran fractura de profundidad indefinida entre dos rocas distintas. El llenamiento es tal vez posterior al conglomerado y podría verse como de concentración secundaria. La lente tiene un rumbo medio de N.W.-65-S.E. y un echado de 45" al W. Las exploraciones llegan á más de 250 metros de profundidad des- de el vértice del prisma, y esto ha sido bien definido con las explora- ciones en seis cafiones labrados en el anticlinal del Este y de cinco labrados en el anticlinal del Oeste de la montaña. La posición del prisma, con relación á las barrancas de Zayulapa y del Naranjo, ha facilitado las exploraciones y explotaciones por me- dio de cañones ó túneles en las faldas del cerro. Estas obras princi- pian con el número 1 sobre el vértice del prisma, labrado en la zona de gran oxidación y entre los escombros de la cresta primitiva, caída posteriormente sobre el lugar ocupado por los esquistos destruidos á su vez por erosión. Desde el túnel número 2, se define bien el cuerpo - piritoso, pudiéndose ahora asegurar su continuación á la profundidad hasta unos 200 metros, interin se continúan las exploraciones entre 250 . APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES los niveles 6 y 7, éste á unos 840 metros abajo del número 2, y sin que haya alcanzado al prisma en el lugar de su traza teórica á tal ni- vel. Los cañones intermedios han registrado el cuerpo piritoso á la dis- tancia y en su anchura con varios cruceros. No ha sido el principal objeto el de preparar la explotación del prisma ó de la gran lente, por medio de macizos regulares, y solamente se siguen los labrados sobre la pirita con el fin de investigar y explotar la zona de minerales oxi- dados plomo—auro—argentiferos que revisten á la lente y solamente en el sentido de su eje mayor, semejante á una llanta. ¿Por qué las caras longitudinales del prisma ó lente no se hallan revestidas por estos mi- nerales ricos oxidados plomo-auro-—argentiferos? No atino con una solución satisfactoria para explicar este hecho y solamente podría in- vocarse como argumento la resistencia primitiva de la caja al paso lateral de los agentes de oxidación, que sólo operaron en el sentido lon- gitudinal, y hasta cierta profundidad, y sobre la potencia del yacimien- to, únicamente. El túnel número 2 ha perforado la montaña y ha cortado al prisma transversalmente á sus planos mayores. Hacia este nivel tiende á reu- nirse con la lente de Reforma una más chica sin zona oxidada, que se llama “El Mamey,” que ha sido poco explorada. En la envolvente oxidada, no son las leyes uniformes en todo el lle- namiento. Este afecta la apariencia de cierta estratificación concor- dante á las pizarras del bajo, siendo hacia este lugar en donde se han alcanzado los estratos con las mejores leyes en cintas ricas. La com- posición media de la faja ó zona oxidada es como sigue: e A 30 Y% (Fe»03) Silizas Hla. 100 Vedia ao boca UI EOL 32m Plomo A ds 20410 .,, (PbCOs3) y (PbS0:) A ae O Za Barita? USA 18 REN A 2 Y en cuanto á plata y oro, se admite en general, un valor igual en plata para ambos metales, ó un poco superior al valor del segundo. La zona oxidada debe haber representado un volumen de unos 30,000 metros cúbicos aproximadamente. DE CAMPO MORADO. El croquis núm. 1 adjunto, corresponde á la proyección normal al eje mayor del prisma piritoso en cuya cara se adapta la zona oxidada. y el núm. 2 da la proyección longitudinal del repetido prisma (N. W.; 45% S. E), notándose la zona de oxidados que se le adapta como la llanta á que nos hemos referido, y dejando en contacto directo al pris- ma con las paredes de la caja en su mayor longitud. Las dimensio- nes del prisma pueden estimarse por los croquis adjuntos. Eszg" DA E Y Y, As L a O TG 14, y PAE RAR 1970 E SEIS A SAI DARIA ASS RO ; AÑO ST LLALIASO 4 SEPARA ELE pagos x 252 APUNTES SOBRE LOS YACIMIENTOS MINERALES Es muy importante lu solución del problema en un futuro inme- diato, de la explotación industrial del cuerpo piritoso tan enorme; así como la del “Mamey,” que como se ha dicho, también es importante por su volumen. La composición media probable del prisma podrá ser: oe O do O a ad 38 % AU O 155, SUIZA a A 3 DA ES do A E UANL ET, 2 CO A EA 2 PA A IIA 0.250 % Dro e ec AO O 0.005 ,, En grandes tramos de la expleración, las leyes medias del cobre po- drán ser aún mejores que el promedio anotado. El problema de la fundición económica de las piritas compactas que forman el prisma, tiene que resolverse únicamente en hornos de gran capacidad y aprovechando, como en Tasmania y en algunos pun- tos de Estados Unidos, el calor desarrollado por la combustión del fie- rro y del azufre, que ahorran el gasto, casi en absoluto, de otros com- bustibles; condición económica indispensable para el caso de un yacimiento como el que nos ocupa, relativamente pobre, y en condi- ciones difíciles de explotación. Los llenamientos de “Reforma Mining € Milling Co.” en la serra- nía de Campo Morado, tiene grandes puntos de semejanza con los de Mont Lyell, en Tasmania; con los de Río Tinto en Huelva, y con los de Iron Mountain de California. México, Septiembre 7 de 1908. NOTAS ACERCA DEL EMPLEO DEL PLANIMETRO, POR EL Ingeniero Jorge Méndez, M. S. A. Sucede á menudo que las necesidades de la práctica obligan á cons- truir los perfiles de nivelación exagerando la escala vertical para acu- sar mejor el relieve del suelo, y en otros casos á dibujar diagramas en los que son desiguales las escalas de reducción para las abscisas y las ordenadas. Si en casos tales, fuere necesario determinar el área natural de di- chos perfiles ó diagramas, sirviéndose del planímetro, las siguientes consideraciones serán de utilidad. Sean: A = área natural comprendida dentro de un perímetro dado. X, Y = las coordenadas naturales correspondientes, relativas 4 un sistema de ejes rectangulares. , x, y = las coordenadas gráficas del diagrama correspondiente. a l área gráfica representativa de A. £ 0 Y o V =AÁá la relación constante — ó denominador de la escala de or- denadas. _H =Aá la relación constante — ó denominador de la escala de abscisas. Se tiene: Memorias. T, XX V, 1996-1907.—20* 294 NOTAS ACERCA Y sustituyendo por Y su valor V y y por X su valor H x, se obtendrá: A=/HV yde =H.V. fy de; fyd=a, pero luego: Esto es; que se obtendrá el área natural, midiendo la gráfica, y mul- tiplicando ésta por el producto de los denominadores de las escalas de construcción. Tómese, por ejemplo, la ecuación del círculo referida á un sistema de ejes rectangulares y á su centro como origen, Si en esta ecuación (3) sustituimos por X, Hz, y por Y, Vy; se transformará en: ta Y aos UU NEO (4 , e e 18 : que es la ecuación de una elipse cuyos semiejes son: y y x7- Esta elip- se sería el diagrama correspondiente al círculo (3) construido á la es- cala de ña para las abscisas y de para las ordenadas, y el área de (4) es: O 2 a PL O (5) Pero como la del circulo (3) es A (6) se tiene de donde DEL EMPLEO DEL PLANIMETRO 255 T Como es sabido, las áreas obtenidas por medio del planímetro son dadas en función del número de divisiones de la roleta contadora y de la longitud del brazo graduado. Las divisiones de la roleta son constantes; pero la longitud del bra- zo graduado puede variar según la escala de reducción del diagrama. Esta variación introduce cambios en la equivalencia superficial natu- ral correspondiente á una división de la roleta, de acuerdo con los re- sultados tabulados que acompañan á los planímetros, ó que van gra- bados en ellos por el constructor. Pero á veces es cómodo no variar la longitud del brazo graduado según las indicaciones de la tabla anexa al instrumento, ó, dicho de otro modo, convendrá en algunos casos emplear la graduación del bra- zo correspondiente á una escala distinta de la escala en que está dibu- jado el diagrama. Atendiendo á esta última circunstancia y á las consideraciones de la primera nota expuestas, puede establecerse la fórmula general que se va á desarrollar en seguida. Sean los siguientes datos tabulados en el planímetro de que se hace uso, y para una longitud determinada del brazo graduado: P = denominador de la escala para la que M = número de metros cuadrados correspondientes á una divi- sión de la roleta. y sea N = número de divisiones recorridas por la roleta al engendrar la punta trazante el contorno cerrado que se trata de cuadrar y a =el área natural que se obtendría con estos datos, esto es: correspondiendo á la superficie gráfica a. 256 NOTAS ACERCA Se puede escribir: UI e 8 == (8) Y como también (2) di e EV. se tendrá: O AN End (9) Fórmula general que permitirá determinar con facilidad el área na- tural correspondiente á un diagrama dibujado con dos escalas distin- tas para las abscisas y las ordenadas, y aceptando para graduar el bra- zo del planímetro la escala y equivalencia que convenga entre los que figuran tabulados en el planímetro. En el caso particular de tener H = V, la fórmula (9) se transfor- maría en .- HM AN RNE dd (10) A= =p que es aplicable á los dibujos de una sola escala. Boriúltimo si "El Mentontes: AMAN ión (dul) México, Octubre de 1908. 1 ERE RI SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE? MEXICO. FONDÉE-EN OCTOBRE 1884. Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Puga, Ricardo E. Cicero et Manuel Marroquín y Rivera. Président honoraire perpétuel. M. Ramón Manterola. Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil directif.—1908, PRÉSIDENT.—Ing. M. Marroquín y Rivera. VicE-PRESIDENT.—Ing. Alejandro Prrieto. SECRÉTAIRE.—Ing. Macario Olivares. VICE-SECRÉTAIRE.—Prof. Ramón Mena. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal. La Bibliothéque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4 h. a 7 h. du soir. : Les “Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 64 pags. tous les mois. La correspondance, mémoires et publications destinés á la Société, doivent étre adressés au Secrétaire général a Palma 13.—MÉXICO.—(Mexique). Les auteurs sont seuls responsables de leur écrits. Les membres de la Société sont désignés avec M. $. A. 2 fono 95. eN Nos. 9412, o : : $ (Fin del tomo) | MEMORIAS Y REVISTA DE LA | SOCIEDAD CIENTIEICA “Antonio Alzate” publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN, SECRETARIO GENKHRAL PERPETUO SOMMAITRE. (Mémoires, feuilles 21 a 50; Revue, feuilles 2 a 5). A de la Cométe Morehouse, par M. J. M. Chacón, p. 289- Géologie pratique.- Prospection pour cuivre dans le Sud de VEtat de Michoa- : cán, par M. R. Bigot, Revue, p, 9-40, fig. et 1 pl. Histoire. —Lies noms des rois mexicains. Etude étymologique, par M. €. 4. Ro- belo, p. 337-370, 11 fig, Metéorologie.—Etude du régime des vents á Leon, Guanajuato, par M. M, Leal, p. 257-287, pl. TI et IV. : Parasitologie.—Notes sur les maladies cryptogamiques du maguey, par M. €. Gándara, p. 193-305, 8 fig. 1 pl. Phototopographie.Notes sur la Phototopographie et sur les applications du pho- tothéodolite a Mexico, par M. G. Durán, p. 319-345, 7 fig. Travaux publics.—Le Chemin de fer National de Tehuantepec et les ports de Coatzacoalcos et Salina Cruz, par M. G. M. Oropesa, p. 307-318, pl. > VIL-XI ¿Table des matitres du tome 25, MEXICO TIMPRENTA-DEL GOBIERNO FEDERAL (42 CALLE DE REVILLAGIGEDO NÚM. 47). Noviembre de 1908 á Febrero de 1909, Publicación registrada como artículo de segunda clase en 12 de Febrero de 1907 Y AIN TS A Pei AN MIA MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS EN LEON, GTO. Por el Profesor Mariano Leal, M.S. A. (Cuadros 1 á XXVI). La importancia, que en todas circunstancias, tiene la determinación del viento reinante no sólo en el estudio de los fenómenos atmosféri- cos sino para las determinaciones higiénicas, me han hecho empren- der el estudio que hoy, en cumplimiento de un deber reglamentario, traigo á la consideración de mis ilustrados consocios: faltan algunos puntos que considerar para que las conclusiones sean completas; pero lo laborioso y largo de la compilación de los datos, y el poco tiempo de que relativamente he podido disponer para ello, por querer referir- me á datos de toda confianza tomados por mí mismo y que sean re- cientes, comprendiendo doce meses, hacen que no estén completos los datos y no se encuentren los resultados estacionales de un mismo año meteorológico y por lo mismo quedo deudor de ese resultado para Di- ciembre ó Febrero próximo en que se cumpla ese año; por hoy todo es referente á los doce meses comprendidos de Agosto de 1907 á Julio de 1908. La reunión y estudio de estos datos nos da mucha luz sobre va- rios puntos que estaban obscuros, enseñándonos también el verdade- ro valor de algunos elementos que habíamos dado y que hoy resulta no ser lo que se había dicho, puntos que en su oportunidad iremos marcando, no siendo solamente nosotros sino la mayor parte ó la ge- Memorias. T. XX V. 1906-1907, —21 258 ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO neralidad de los observatorios nacionales y muchos extranjeros los que hemos dado esos errores. Para nuestro intento nos han servido nuestro anemoscopio registra- dor, descrito en otra vez y el anemómetro de presión de Dines, tam- bién registrador: de sus diagramas bemos tomado las direcciones y ve- locidades, de cuarto en cuarto de hora, y con estos elementos hemos calculado las velocidades medias, obteniendo directamente las máxi- mas; después, mensualmente hemos hecho nuestros resúmenes y, con sus datos, construído sus rosas, reuniendo todos los elementos de los doce meses, que acompañamos, se formaron los cuadros, rosas y Cur- vas finales. Del análisis de todos ellos resulta muy bien comprobado experimen- talmente que la rotación en nuestras latitudes es la inversa y que es muy sensible la influencia del calor solar en la velocidad, cosa muy natural. Resulta dominante el viento del S. y siempre, aquí, hablamos re- putado como tal al N.N.W., debido á que se tomaba como dominante al resultante del que soplaba en las tres horas reglamentarias de ob- servación, las 7 a.m. y las 2 y 9 p.m.; y, como se ve en el cuadro que va en seguida, en esas horas es más frecuente ese viento pero no lo es en todo el día: ese viento S. resulta dominante contando el núme- ro total de horas que sopla, y si contamos el número de días que reina nos resulta el S.S.W.; pero esto, como se ve, no presenta utilidad apreciable para los usos á que se destina su determinación. VIENTO QUE MAS Y MENOS VECES SOPLÓ EN CADA HORA DEL DIA Horas Menos Más O e A N.E. N.N.W. E E a W.S.W. N.N.W. S S AE S. AA A N.N.E. S. pe AUS And N.N.E. y N.N.W. S.E S DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. . 259 Horas Menos Más Po elo ole Lo OO EN AI A N.N.E, S.W, o e E ON . N.N.E. S.S.W E DO N.N.E. S.W se A O A N.N.E S.W DS NA N.N.E W a OO ETA AA N.N,E W A N.N.E E LOS O do Oo N.N.W S.E eL A N.N.E S.E o ES URANS OMAR IES Mo AA N.N.E. S.S.W LN 0 OIL A N.E. y E.N.E S.y N.N.W ate ua code Apo AULA N.E. N.N.W a SA E.N.E. N.N.W O A E.N.E. N.N.W A lan USA por o N.N.E. y N.E N.N.W. Do RS e SER N.E. N.N.W El cuadro número Í nos enseña que el S. domina de Agosto á Ma- yo, alternando su inclinación ya al E. ya al W.; y de Junio á Julio do- mina el oriental: así que, según las curvas (Lámina III), la frecuen- cia, en horas, partiendo del N., disminuye en el N.N.E. y de allí va aumentando hasta el S., de donde vuelve á descender hasta el W.N.W.,; y la velocidad máxima viene disminuyendo hasta el E.N.E., desde donde vuelve á levantarse hasta el W., para caer rápida á su mínima que tiene lugar en el W.N.W.: si ahora estudiamos la curva de velo- cidades medias, nos encontramos con que aumenta del N. al E.N.E. para caer hasta el S., pie de las dos ondas que se notan; de allí se le- vanta, aunque á menos altura que en el E.N.E,, en el W. y W.N.W., descendiendo franca y rápida hasta el N.N.W. Los cuadros números II á XIII nos dan todos los elementos del viento para cada mes, quedando ilustrados con las rosas que también se acompañan. (Figuras 1 á 11.) ; Los cuadros números XIV á XXVI nos dan la frecuencia horaria de cada rumbo y de las calmas, ofreciendo datos preciosos respecto de la influencia calorífica del sol sobre el elemento: allí vemos que las cal- mas tienen su mínimo á las 2 p. m. y va creciendo su número, sin in- terrupción, hasta las 7 p. m. de donde vuelve la diminución progresiva. 260 ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO En cuanto á vientos, tenemos: El N. empieza á la 1 p. m. y con ligeras variantes crece su número hasta las 11, desde donde declina con menos rapidez que las calmas, hasta su punto de partida. El N.N.E. se adelanta más y se empieza á registrar á las 7 a. m. de- clinando desde las 10. El N.E. no llega á dominar de 6 á 7 y comienza como el N. á la 1, decreciendo á 8 p. m. El E.N.E. da principio á las 6 a. m. y decrece desde las 5 p. m. El E. crece y decrece de 6 a. m. á 6 p. m. El E.S.E. comienza á las 7 a. m., culmina á 1, disminuye hasta las 6, aumenta hasta las 9 p. m. para volver el descenso. El S.E, crece hasta las 11, baja hasta las 7, y así continúa hasta su principio. El S.S.E. empieza á las 5 a. m., toca su máximo al medio día, de- crece hasta las 7, aumenta hasta las 10 para volver á descender. El S. va en aumento de las 2 á las 10 a. m. y decrece hasta las 9 p. m. para aumentar en seguida. El S.S.W. aumenta de 4 a. m. á medio día. El S.W. desde las 6 a. m. con máximo á 5 p. m. El W.S.W. de las 8 a. m. con máximo á las 3 p. m. El W. de 6 a. m.á 7 p.m. El W.N.W. de 7 a. m. álas 3 p. m. El N.W. de 9 a. m. 410 p.m. El N.N.W. corre de la 1 p. m. hasta las 6 a. m. con inclinaciones de máxima y minima á las 6 y 7 p. m. Resumiendo, podremos decir, que de media noche á 8 a. m. sopla sin excepción, el N.N.W.; hasta la 1 p. m. del S.; hasta las 8 p. m. del W. y del E. hasta media noche, siendo demasiado frecuentes las calmas en las horas del principio y fin del día. Todo esto se marca con igual claridad en los cuadros mensuales para las diversas estaciones. No queremos ser más difusos y terminaremos diciendo que los vien- tos dominantes en cada mes, así como sus velocidades lo mismo que DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. 261 para el año, se encuentran en la última rosa construída para tener en conjunto el resultado final. Bien comprendemos que el período estudiado es demasiado «corto para poder sacar conclusiones definitivas y sólo sentamos las bases pa- ra hacer, con el tiempo, algo que dé reglas fijas sobre la materia. Que nuestra benemérita Sociedad acoja este ensayo con su benevo- lencia de costumbre, alentándonos así á proseguir con más y más empeño. León, Septiembre de 1908. ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 262 :0U8 Á sou 10d sBIOy ep OL9uINU [9 SBUI[HO SE| UN 'QUITIOP AND SBIP SP OXSUINU [9 UBP SRJLO SB[ “SOQUUNA SO[ UH—'"SVLON 'ENN N ....o- e... 25 "SBuIns O OA E 9p ot[n con ornsnn.os AQORSOAOASOROnC(a pe ep o1un f eones IS COOOUSOO IESOROGoA sy op OÁB IA O Op 111q y me ooosos O Al 9P OZIB NA AO AE op 01919 NGN op OJO0UH SOLOS SAO DOCO a op 91Q ULT A AE op 91QUIS[AO NT doren oosoosos. POT op 91q039() an... al op 91querndog POSO OOOO SODA OTAN op 03803 y SASHAWN e 9683 | 98 | 3119 | 08 | pt | pe | sp |r9 | 03 [98 [or [ze 13119 Pa e e, A e e A A TS A ES vie e Se Jo. 9 ol A E e E A A A A 0 A e iO AM A O O O Ea A e 961 | 7 A e O e a e o a 1 O A eS e a O es A O AS A A O e De 2 e E A O SS E A A O a O o se EU ee o o O ES O a o a — —= A A — — — SITO ACNL ACA A PA AS ASS] CS ESSE [Ll NIN —___—____—— *SOJUO9IA SOSI9AIP SO] 9p [YNUE Á [ENSUQUI YI9UONIIA Y *] OJ9UINAN DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. 8061 op 03503 y 'ugorT '091S9]010999]f O110JWAJ95q O) U09 SOUILOHP € SBIOU EZZ BuIEO | 0'08T p 981 0"pLI Gr sz [SI 0'ET 0% S'621 IT 0'901 sI lado 08 0'68S "MISS | 1SPPTO'01S Z Pé 081 ¡06% TES (6 6'21T (823 PI va Y (e) S'2681 sl 093 Pp 538 9 “US 0'669 A SH 2"S0pI¡9"SZ61 61 8 0:98 0.63 Uz [v6 3'6p (8 26 ¡€ % I a E rara ES os o “HN "EEN UN 0'P33 9% "0" "SOPTIIOD9I SOAJ9VIQIIA 9P 1890], Irror nono ramr oros ronosacon soso conrionacene rara TT -JIXBUr 8] 185] 0ANnY o9nb us Bus, OS dS enseres "GUUITXBUI PEPIOOTO A SOI19Uu -911 U9 BI1OU JOA BIP9UI PEPIDOJDA O odos anb se1oy ep O01SUuInN ACTAS QUIWIOpP SND SB¡Pp 9P OLSTUNN SOIN AY [1 O19WNN "¿061 9P 09505 y op Som O ÁAAKKOOA> AMIDIIIIIIIIEIL[SO€€<>+>4%»04%4141416 1 ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 264 "8061 9P 09503 y 'uQor] '00130]0109I9]A OLIOJBAJOSO a 0:00F (0'8TF [9'98T ¡S'9SP lO'TTE [2289 [S"ZTZ [0'EFOTO'LSP ¡9326 |9"EF6 [S"S86T/0'029 [0'943 |0'Z3FS [0"S92 | “****""SOPTITODSA SOIJIMIOTIAT 9P 18I0L y a a al a als Aa tl A $ -<[XBU1 8] 1e3Nn[ OAN7 Nh US BUDIA Un E 082% (03€ |0'0L ¡0'91 [0'8T (OST [0'8T [0'8T [S'%3L (003 [0'8T ¡0'€3 [0'Z3 [03 [008% [0TE | “UcocuUcutto “"BUIXBUI PeproorsA o 6% le le 0s lr» es lo es se lre o lezr lez lor e lap | eee e A va E ] -Q]1x[ U9 BIOY 10d 8IP9U1 PBPIDOIOA: (o) 2 bie luce ler lose l 61 crep lgée [202 (8'6% |8'2p [3:93 [P"29 (933 [91 [83T ¡4pr pocucs: odos anbselouy ap OIGUINN | rá 0 I i tó 3 9 G P 0 S T I T T cusss*QUIWOP AND SEJP IP OLSUINN $€EEI-————— —_———— MESS A Ak | | dl 3 za Y > E Z A a a E SOLWNY 2061 9p 9.1QuIASS 9P SON "III 0J9UINN (_KÁÉAáAá< í(_Á KAI A A E a) 7 I a => E z E 1 z pa '8061 9P 01503 y 'UQAT '0D1ÍQ[O109I9]A O110J8ALOSQ O) E 5 y a => === = E A O A === E A a ps > 5 a e a nd ÍA pe O'ZOT |[S"2PF [10"8€8 ¡0"S69 (0"1031/S"6821/0"838 e C'8EC1 0'E87 19778 |6'LET S0LS |“ ""SOPTITODIAL SOXJIMOTIN SP TEJOL || E - r, l SO a 8 | E 7 ez 9 PILI 67 lo BT e 61£g e 8 8 FIAG 8 02 o O SO A VES EAS ES “BUI E E -IXBUuIL 8] 1e3n[ 0An7 «nb ua 6uaH E le ÍS a 08 [081 (0'S1 (001 [861 (003 ¡021 [96% [0'€T [01% 018% [001% ¡0.53 |00%8 ¡0% [0103 ¿E UUcucucccto te" gurx yu pepridora A a E 1 > z S ler lez er es lr les les lp e 60 de e 6er rs er pro] even SO1J9UL E > ÉS -Q]1 U9 BI1O0U 10d EIp9V1 PBPIDOI9A ! z S E Lor lees loo low6% le:6r lbrip go l.96 lgeog leo | cz ¡leg 8'p3 loor loz. eg | 0" cordos enb se.0g ap OJSuNN | SS _ 0 lá 0 lá 0 T GQ 6 Zz G T GQ p 0 0 [ “=.="":"QUTUIOP IND SBIP SP OJQUNN a A o o E A me cs E a z, 3 4 a w Le e w Ea z 2 S a : E z . z 10) E E TO Lo E ta El z : z k : A E | Eee SE a SOLWAY E A, RE === Sa SS == = == ía a 2061 9p 910 Pp SOM ' “AT OJ9UINN ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 66 “8061 ep 03803 y 'ugaT '09139[010919 1 OL1OJBA195q () “SOULTOPP y SBLOU ¿6% 'GuIe,) | C'6F3 10836 [€ 685 FG 038 $9 = >] [ici nc *A OJSUIDN 0189 13 0'6T L:9 NT 0 3 aa | Eon SA p16! ¡0073 J018 rs j6Z 68 /0'09 6 Ss al Ala to 2 3 | a 0'TOOTIO'9€€ 0'91< [Se8€ |2*T9P |S 103 [0'S01 [9'08T IZ £03/3 0% l9% 93 [83 19 67 Or6T Jo“sT lo'zr '0'S1 |0P3 [081 (0'91 |0'SF Le lus [7 |F9 98 (SL Es [82 e89 leer l338 (091 |pel ¡99 ¡08 SF | 9 0 8 I [ 0 0 0 Y |] 5) ZA - e 2 o Os a A Z "903 9 ps ***SOPTIIOD91 SOIJIWIQTIN SP [EJO.L A -=""gu -[XBU1 8] 1e3n[ 0Any enb us 8qoay AS eu" BUIX YUI PBPIooToA OSCOLGOoDDN ra eg LO Y IO SO:J9UIQ[[A U9 B[PYVI PEPIDOTIA mess ==" O TOS OND SBIOU IP OIQUUNN OOOO *gUTUIOP e2nb SIP 9p OISVUIUN SOIH (Y 267 DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. SOUIID9P £ SEJOU 16% - "8061 Sp 09503 y 'ugar] 00139010919] OLIOJRAIOSQ() C"019 '2PEG (0'199 ¡2'9621|9'0€8 (0'829 (0805 (0'za8 JovIep [s"168 [Sor (0'0ZP 0'18s [o'ze [S'zOr [0'668 | **""""""SOPTI1O99L SOAJAUIQIEH SP 1810], 61 el 61 71 GI 31 "rl GT CT GT 08 02 08 grL el 08 61 rr rrnrrrorrrrroprr rro rocosa sr rr rro rs *"BUL -[XPur 8] 183n] 0An7 enb ue 8uo9y 0'ST So LT (0039 10006 1087 10'SI [0"IT (0'6T [091 (028 !8'S3 |[S-p3 /0'p 10'8T |0"9I 0% (97 [8 [LPI (98 (48 83 (8% [PE [68 [69 JUL [981 [81 [009 [568 cSÓ0 A o brrnnnenn ro srnanana antes rnos asesore as=9999* O 190 UU -9/D] Us B1OY 10d B1p9ur peproo[a A Cup | eii *og ¡dos 9nb se10U. 9p O1SMIN SL (4er (98% [806 (Gt [80% [846 |PPL [a"Is [083 [0'91 [8'FT [04 [39 6 0 T tá 0 0 ó 9 [3 r [ 16 18 ess QUTUOP AND SEIP IP OLISUIUN e 4 a o A SOI NA 2061 9P 9IQUILIEL 9P SOM TA OJOWINN ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 268 8061 9P 03803 y 'UYa] '90130]0109J9 JH OLIOYBAJOSQ() SOUILIHP Y SUJOU EEG culto 0'688 (0'€15 [S'016 O E Ogg /0'8r (0'Z1 we Aia LTL '8e (018 ME 2 3 a 4 "ILA OJ9UINN G'ZCFI.S'808 |S 98F Ss 08 (08 0'gz (0098 0.61 90 (38 (Pe 0'8P +3 Pez P 1 E EE 4 3|m|í 3 3 CG I3s S9'c90 08 ¡66 OT ¡OPT S3 18% 287 1619 T 6 pl Ya [7 3 p 0'8TS sI ¡8 91 0"8l 0P ¡TP 01899 (0'623 % C'pI8 ¡5'933 [0'6LT A YA 08% [0023 6 Cr 09 0'0L o Es] ; E 2 z 5 lol 093 “NON G'6201| 7" "SOPIIIOD9A SOIJ9VIQOIEA SP [BIOL A A sa ÓN -IXgU1 8] 1e3n( oAn7 enb us Byos. 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SOIW (14 *X OJ9UINN *'8061 9p 03803 y 'ugarÍ :'09130[010993]1 O110I8A193 () BrulEO "MONON "MN LOAMNM "MA "MSM "MS “M'S'S S "HU S'S A "UU S*H Y A NAH "HN N N ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 272 '8061 9P 03503 y 'u9ar] '09139|0.0999 | O5103$4193Q () ¡009 (0'68S [0 681 [8 2823 9'P8C8/8"E60E/0'Z3ST¡O'3621 0"F98 [0*8G01/S"098 (0:98? o 28% [S'bTZ (SLOT [SEL | "07" SOPIIIO99.I SO.IJ9UIOTIA IP T4IOL lor] 9 la PI ez e 8 Z 27 07 Or ZZ b% 8 ST 397 0€ e ES CAOS A E 0 ss -¡Xgur 8] 1eSn] OAny anb ue 20994 3 2 09 (098 [003 (03P l0'0p (018 [093 [088 023 ¡0'0P E A A A ET AU guI[xgul Peprdor9A > = y a seo es lus loo a o leo ys 00 ba e al D - -O1(1 US BILOUY LOA BIP9UI PEPIVO[SA E $88 169% J0'08 [498 (0099 [3'€L (6SF [1'98 09 qn 065 1041 (558 06 ¡86 e ES gordos anb se1oy ap OJ9unN? [0 E z ) 0 6 ( $ y 9 ó 9 $ e p T (0 0 0 3 ceo"9nTuIop enb SBIp 9P OJAWUN: o ES pa ; a E z a Sa a o O o a O e A SOLMWAY S06T 9p OLtvL op Saw , “IX OJ9UINN 273 DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. "8061 9P 01803 y 'UYO"T *09130[0.10939 A OL1OJBAI9 O "IIX 09 N S06T 9p Orunf op. SOM [8998 [0'06 |0'62p ¡S'Z18 [8"028 oie 0039 oía 0'96330'9689/9"8T2 [S'OZT (0'309 | ***"*"SOPTIIODIA SOIJ9DIOTIA 9P 1890L, El Y (038 L TZ ZZ 13 £01/TZ e qa e EL ez cz PI GT ZL TI o a o -IXBUL B| 183] OAN7 enb us eq in O'SI [0'8T (0'81 [0'8T [861 lo'ez lo'og 103 l0'0% 08% (0103 0168 (008? [80% (0001 10'Pg leete CNN BUIIX GU PepridoroA grua a pon no e ps po por pr rn o E *83 |P0T [103 |9'91 |9'03 0'0S [987 [83 [032 [8'ZG 99 [888 lala 98 (693 | """""""""ordos enb se10y ep O19WIUN SS 0 0 0 0 F p tá [3 lá 9 G 'ñ 0 0 tess**"*"QUIVIOP SN SBIP SP VISION . : : - 5 - 3 . » ó s o s - E : SOIWNY : S a Memorias. T. XX V. 1906-1907.—23 “SOULLO9P Á SULOY US BPBLIO) $IS9 UQIDBINP BT — VLON , '206] 9D 038083 y 'UD9[ *0D130[0.10999 [A] 0110984195 O) U'ZZP [9193 [8T83 [0288 [SZOP [S"GL6 |P*CS8. 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A O EA A accio slo la! e “RUMBOS 6-7|7-8|8-9| 9-10 | 10-11 /11-12 NAO Sa ¡0! a e Ed E 3-t|4-515-6 A A Mo oirlo Aa OS A o E A SS a E León, Septiembre de 1908. o on o o 7-8.|8-9| 9-10 | 10-11 | 11-12 $ ON To o RUMBOS =7 6 Aloha ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 276 Número XV. Frecuencia horaria de los vientos en el mes de Septiembre de 1907 M. M. pan o ul o poco Elia! ) o] ¿ANA AN ANN ANS LE CA OA SU ¿OA A A ON SN 00 ON A ¿AO AO NN A A el o lit lr lp) 9 ¡ANNAN NO e 0020 o E 1-2/|2-3|8-4|4-5|5-6 a mia: a e! A o o o a LS o o] ¿Ora ¿000 ¿0d AS o o] SI o A A MA e E A CS SS SS AAA SS SS AS AS A E AS Mi Ho] : 7-8 |8-9| 9-10 1021 02 12-1 l 2-3/3-4 45 5-6 RUMBOS E En | a aa ES ES E El | EEN a en o SI 10 A O [ad No o cia E O A . DO 0:00 . . E] MS DS E IG.) AS a o DIO OA O A RUMBOS 6-7 |7-8|8-9 | 9-10 [10-11 | 11-12] 12-1 o A A e A to TS o) a PERE O a O ls aa e ea o E SUR ¡a o a A a e a CS e a E E OO O ORO OR OA O dd OS o RO DD O AS O OEA .. . . . León, Septiembre de 1908. 2171 DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. Número XVI. Frecuencia horaria de los vientos en el mes M. de Octubre de 1907 M. RUMBOS E AS O E ES A > A 5-6 2 AS A LO: Ss 1 Me al co : : ai ES . 2 . Lua] SS Si a o e o 5 o rs e] ln] A SS o A . . . . a) Ú : 6-7|7-8|8-9| 9-10 | 10-11 | 11-12 : 3|. 2 5 6) 13 il 1 1 _AAAMAMAMA=>=-2 A AAA AAA AAA AAA _— -- =z A === AR AA M. M. Ko) 2 la ft QA rn — lan) 1 O PROS UBSO 1 de e) [/9) — Mos IA E OS | ' 5 ; % | E Sul USAS SOL A ' [3] da Ce : 6 [o] E ar) SS > o o on E 1 rn . . . . , . . a a] Es] CI o AS E a Kc! 1 AS 3 y 3 a] E! A A a AS o de: O U a) . . . . 3 y , a nia ; O y En E A El NAS IS E Ln] = CNE] : B — TAS : : 3 E E z ZA = A A o o | E A EE 4 E = e TS A A E 1 : ; : . S D an H00 ¡00 ¡MA o; SES! 1 3 z » 00 [o/o] A o e o Lon Eo a] 1 : y , , R E AS A o Cos ' , , : a a co León, Septiembre de 1908. León, Septiembre de 1908. ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO * 278 : ¿ E SSI IS SSI || so a Er Ni mo ; O : ol CS | 10 : AAA : [Yo] a dl 10 La ARA ANDAS O y Ha : pio || E A A e de mo y = AER 8 8 S a O o A E RE E z das a $ S : 50) : Sa [5e) . 3 =d) Sa SS O o El e) MH O OO 000 id] E iS 4 5 | S] ES A a A A O A ] O AA A AO y > : SS , DES HA Sá > AI : 3 E : gs += 1 O aa E = 3 , A E a a | En O SO NOU E MAN mio . ES] SNA Doo o E E ESO) =) BES É ARTE A ES ES E o A ANAIS ISO AS E pida : 3 po : E = H o do o SS es! 4 =| > Ei = A : ESE E BOE =i NU XA Hi - 1 E 2 2. -= S E a - “E ES [N] Y AA ¡AN o Z.o | > 99 2 la == DIAN : SM ¿AN ¿QU NM o ñ ; í q q E e a] - 3% Ea Es A => y] Sa a! e] > rÁ So A e A A o o o e os 8] : : | 1 Ps = 20 ¡A e =., % IS iS ¡000 [2 PS ES io] = LEO YO o 0 O RE peas 2 AO AS: iS : a LE ER SI CA O o la => S > ! _ o DA y E Ca A ON O A O OY Ro) Q o 2 E PA A O O O OB IN E e e a Ra ES =s cidad ia ie ie Ss ' 8 O o A cf AS 6 A > 3 44 daa id ¡AA p ps SARA AA AAA ANA DNA a 279 - DBL REGIMEN DE LOS VIENTOS. Número XVIIL. Frecuencia horaria de los vientos en el mes i de Diciembre de 1907 . Í A A SA E a o E o a En! A O o A A o 2-3/3-4|4-5|5-6 A. Mi: dl Pp, M,. 7-8|8-9.9-10 6-7. OS ¡GA 9 ] En des AS a A e di A a A AO A CTO EN O OO 2-3 134 |4-5|5-6 00 S O a. [; | os ¡ 97) APO : (D) A e : UN z e A AS o o | to AN A e a O] E EOS . . . . Us a A A Li Lo a PS e ; Ss lS] A RS E a se a SS) e 2 e pecar) - A O NN . a LS a O - li o e E CO iS =u : iaa AO | : AN ARDER e - = TER CO z Al de EE) = [Ye] AN DIO im SC o a LO Sa o : 5 = O : A a a to ETS RUMBOS 6-7 |17-8 | 8-9 [9-10] 10-11 11-12 DAA A AAA 100 o E e oo == E Ñ Gon E LS A A A A o rd A o ds a e ARO Ñ RUMBOS Por ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO Númeéro XIX. Frecuencia horaria de los vientos en el mes de Enero de 1908 P, M, M. RUMBOS a ORGA O O AO AO O A Ia o Gte ES pop Ba E A is e) 10 AS E AS ro ar! =) AUS ' A e E , LO No] 10 A SS A co e A 10 ÁS Ú : A ln . 7 E + g «— Ln) NS E Eo A — O 1 : : , : A 1 (10) : = a) : e) (00) XANMHAHR ¡ONNPRA : d (no) Sola! QQ NA HO 1 : . ! (] ls) : SN a] IS 3] LON A a IS A ac) , : : : 1 , a] a : (e) o A SS SS | E SSA A SK e] lo) Ú . . . . . . . . . . Q ¿ SB BE 3 AP al e a AAA A AAA AAA -—2 2 AA SS] AS A a ls LS A . En IS A CE A AS! 5 A o A 3 Lo) 0-3 OO Lo: == IRE SS a : = 4 8-88 3 as : a g 258 = la] A Er] o A Sd S BR : — — . . 5 DON SS A Ka] = MAH A A 0100 cN pd IS = 1 AE . ' a A ES 5 En o NI A ROO (0 o DIO 1110; Si) A, SN ' iS : (o) A SO AO a 00 A A A A A o CA O e Si o) SNE a CI a cta) ' ES .s A 40 DO ' Ss : : FE R 0-3 ISS AnS R 3 => OS E Bo DER Slam) NR == SII A MASIA , ES Et Td e NE 1 >) e E » co AB O BE o a | | | | E az dan EA ¡AZ A NS OO A E po E RO azar eE EZ RUMBOS León, Septiembre de 1908. 281 Número XX. DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. Frecuencia horaria de los vientos en el mes de Febrero de 1908 o o A A A «o Dejo pa = , a . 3 ES a ES 1 tds 10 AR [Yaj 2 ¿4 10d ¡MOXCID ¿5 Ta) A] A mo y PES ea CR ' E O TO 0 —. : > 5] PRE Y P=) L—= : E < el A SS o o OCA —N. pal 1 TS Nr pudo | , : E : : A , : o . = ze = 57 E L=] 5 % AS o blo! 4 em 0 ANUS ¿10 2 ps ca O SN nc A O E 2 a E sos 2 , A O pS ES SN SE S UA is g S (5) pt ao o ii JN IE SOS RAS _ e ' Ni SEA : ' A Ls ina = AN o p = ¡q A NA Á (09) e a A CIA MESS o RS - » O z Ír=) DO AS S a 5] ES e E : NS A AAA AA A O OA Do E = o DH A OA ¡MAA O a E El = ÓN : : [2] = = .. .. : o Sl == UNA > E ca] IS > ISS] = DA CINTO S E NS S ROO OO S La] O O ES e Lo E II A SA a cola A , a Lal e cn o . A S , ae . A A E sla < (er) oa A ac) Ly al [a (a) NS A a o o 1 DE ' RSE : (o) EPR E 23 52) 00 p , ES = ES R pl U o (/)) o [o)) 2 O S = EE JU 5 O AE as S A 0224258 R0vv vv ESSZZ pa ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 282 Número XXI. horaria de los vientos en el mes encia Frecu de Marzo de 1908 A a AS IS A e Bao o A OS RSS o A A ASAS A or A NS o SS IS 12| 12] |1-2/2-8|3-4|4-5|5-6 o AO O NIAHIOMO 1 1 A Sn a A E A 211 ¡ATADOS ¡NN < M 6-7 | 7-8| 8-9 | 9-10 | 10-11 | 11- RUMBOS | II o o e A A is O O Ny AR B RES UA SA A 0 MA ORO PERO IOSO Ap O a ES) A... OO AO O a e SO OS REO : IA O RO pasa pp pa do pane SO ORO =N O a a e a a : S s A O O O USO Pr . III 1 A A 5-6 1-2|/2-3/3-4/|4-5 12-1 10-11 | 11-12 2 INAENONO AA SM A SS ES ES 9-10 NUMBOS 6-7|7-8|8-9 León, Septiembre de 1908. 283 DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. Número XXII. tos en el mes s vien Frecuencia horaria de lo de Abril de 1908 RUMBOS E] E SS e 0 ... A 10 [Yo] ASUNTO E S z E di + + ES a SS ' y PE . en or) AS A SS re 1 Y E : (S] (5) A IS E o E 1 REO AA E = — A SA ls] EA ; rr ES A E Sl an RS o | E A Le AS A A SS GS A pl 2 . : y — [=] A E E ARO == AO dal OSOS ia g as O A SN 0 — 1 NI 00 E 0 O doc $ ' A PRE Te A A > O 1 O CASA “o a AS peta gui p od pega HERO =B99=H A Eee cy RN = iZ ida ap ¿AZ =) Ú e) Mr) ' + MSI O O O a IS PE) 1 mA Az pd : a) AR AA lr) CO A a o Lo) p a] 3 : (7 Q ES A A ¡AH ¿NASA ' : : Cn] ml SS o o o o A! ST] a] : o. Um! IN] SS o Ma o E o OS a a AENA ; | al En (TS A o o ro! a A Ap [=) =] SS o 3 : [ar] CA AS o o A O o 1 q 2 3 : 00 00 A e a e a Mes o A 1 oe ; l- = U C=) RUMBOS León, Septiembre de 1908. ALGUNOS DATOS PARA EL ESTUDIO 231 Número XXIII. Frecuencia horaria de los vientos en el mes de Mayo de 1908 o SS O o 1 REE A o Ye) .- i AAA AA A 1 A A o ocio Ú A E 0] . E) DOHA AO ' =l BORRAS SAR 153 DS 3 Ni a] Lo A E E e] , ss : C-) RUMBOS AS ESA IA a cn! o a O o A o A o a oc SIS) IS AS O oc! 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Frecuencia horaria de los vientos en el mes de Julio de 1908 = = == = = H—— == E] SA A O e a AOS! so 2 HS SI o E a A | ' o , ; $ : s Ln : Yo) : 1 ES MS O E o: E 10 Es) SS | S ' : : h : 1 : 00 «$ — : SS; D- Q SS Mo ET + A a a ES . , ER : ; qu . 1 NS: z o = lr) >=] Er) ro Z ; ES z le) O OOO A A A 00 NO A A Sar izan y eeielet a ae a O E < 1 IS : os : rQ la] SS] a D SS] | a at Sy] | do] a 1 Ds y 1 : as A al Z | E SS cl | IS a a RS | < 2 E 3 AS o a! 3) <-ú__—_— _————-- e | S] IS E E E SS SI A Il 2 e 8 E 9b a o = e Son a = 3 =l GS O oO = SS A SS o IS A E] y o z ed y e g TA E O A O S E S 5d SIS a ON HANNA AA am ¡MN z 1 dodo d 10 : 1 : = [SERA qe NS NA E Ss O « o SS RIC IA A o o e a e ¿QQ ' O 3 a : ' 8 5,0) 00 : [o,0) O + NAAA WA ¡] 00 CO : 1 sl 1 : 1 R ER sa SS Sr o A E! E a REA) O Ma) ' : ano AS 1 pias q : o Ko) [6)) Y OA o! E S DUES =A ga : . l ES] : A! o : o... : = E | a EJE 2: ca ia is: 1: E O IO E > : E iz EZ p ¡Za idea ie : ee ES [sl ¡arranca | ps daran DEL REGIMEN DE LOS VIENTOS. 287 Número XXVI. Sumas de frecuencia horaria en los 13 meses de Agosto de 1907 á Julio de 1908 11-12/12-1 hr HR 19 DA 0 O 00 CO MN 00 Ha UU pl 10 pla pd pl O CO a Y A O A A — pa bo E P. M. A. M. HORAS 8-9 |9-10|10-11/11-12/12-1/1-2|2-3|3-4|4-5|5-6 64 72 63 | 103 | 110| 1383| 156 | 177 | 204| 203 | 217 30 32 33 33 31 19 7 14 12 19 18 | 1 ¡ Calma....... IA CHECO . SA A A O A ful Y fa (Yu) hu co Eh a) (9) [uba [59] (59) 1 pa hn Ropa MESA ocn O Y) 0 NN — Oi pa AY CT a pol Y Jl O) YI a MD SA (Ye) SS [No] [e/2) pue ee Ko pa Jud. (H] 00 ER a pun 00 Ro 0mno ro 9 N_ [Y] On = 31 27 3 22 24 28 29 36 41 44 a (=> Lao] E E a : ES a > > 7 5 a E eps | E | E (í Ñ Tomo 25 E SEDE - o e e 3 so 2 Agosto 1907. Septiembre 1907, Ñ Octubre 1907. “w » . h 30 d " Velooldad máxima l 10 . y ; Frecuenola;, === <=2202== ===, AA, 0 E E | , Velociand media. A AE 10 Vercoldad media... to A E E IA JN ; == Z — Noviembre 1907. Diciembre 1907 Enero 1908. Febrero 1908, Régimen de los vientos en León. E der SAO e , a e DN ii SA LA A Tomo 25 ú $ E = =l 3 pa do ' Visato écminanto cada meo y en el alo 90 velocidades Mayo 1908. Abril 1908. Marzo 1908. Lou súmeros ouralvos dan la máxima [O -1PE 9 oy Húmoros rootos dan velooldad media Agosto 1907 á Julio 1908. Julio 1908, Junio 1908, E e) Do paa] >] D un o -= [=] q > “wm o — EY) y=] ll o E a] -D [9 MÉMOIRES DE LA SOCIÉTE «ALZATE.» TOME XXV. ELEMENTOS DEL COMETA MOREHOUSE, Por José M. Chacón El que subscribe tiene el honor de dedicar el presente trabajo;al señor Ingeniero D. Felipe Valle, Director del Observatorio Astro- nómico Nacional de Tacubaya. Logré observar el mencionado cometa los días 23, 25 y 26 de Sep- tiembre, y 19, 2, 3, 6 y 10 de Octubre del presente año, en su paso por el meridiano del Observatorio de Tacubaya. La descripción del círculo meridiano de que me serví para mis ob- servaciones, se encuentra en el tomo l del Boletín del Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya, página 13 y siguientes, la que fué hecha por el Sr. Ingeniero D. Guillermo B. y Puga, siendo, entonces, Director del Observatorio el señor Ingeniero D. Angel Anguiano. Por lo que sólo diré que el citado instrumento consta esencialmente de un anteojo de dos metros cincuenta centímetros de distancia focal, con un objetivo de ocho pulgadas inglesas de diámetro libre y con dos círculos de tres pies ingleses de diámetro, graduados de cinco en cin- co minutos. Sin embargo, hago notar que las chumaceras en que gi- ra el anteojo, se modificaron últimamente, según conferencias que sobre el particular tuvo el Sr. Valle con los señores Director y Subdirector del Observatorio de Greenwich, Director del Observatorio de Oxford y Troughton, constructor que fué del instrumento, procurando al mismo tiempo que en la modificación se tuviera la mayor economía posible. La modificación consistió en dar á las chumaceras superficies esfé- ricas en la parte que reciben á los muñones del anteojo, en vez de las superficies cilíndricas que antes tenían y que presentaban gran super- ficie de contacto á los muñones, en tanto que ahora sólo son, teórica- Memorias, T. XX V. 1906-1907,—-25 290 ELEMENTOS mente, dos puntos de cada mufión los que descansan en cada chuma- cera. Además, se cambió el sistema que sopesaba al anteojo á fin de disminuir su peso sobre las chumaceras, por dos pequeños dinamó- metros, colocados uno en cada extremo del eje del anteojo. De las coordenadas ecuatoriales del cometa Morehouse, obtenidas con mis citadas observaciones, tomé las correspondientes á los días 25 de Septiembre, 2 y 10 de Octubre, pues son tres las posiciones de un cometa, observadas desde la tierra, las que se necesitan para deter- minar la órbita de dicho astro según el método de Olbers, que es del que me serví en el presente caso. Las ascensiones rectas aparentes fueron calculadas por el señor In- geniero D. Luis B. Ulloa, Astrónomo del Observatorio, que es la per- sona á quien el señor Director tiene encargado el cálculo de las as- censiones rectas de las estrellas de las zonas de Argelander que estamos observando, para que sirvan de estrellas de referencia para la reduc- ción de las placas que se toman en el mismo Observatorio, para la formación del Catálogo Astro-fotográfico. Asícomo yo tengo á mi car- go el cálculo de las declinaciones de las referidas estrellas de zona. Las posiciones aparentes del cometa, correspondientes á los mo- mentos de observación, las referí al equinoccio medio de 1908, 0 y, por determinación de distancias del cometa á la Tierra, en dichos mo- mentos, corregí sus declinaciones por paralaje, obteniendo de esta manera los resultados siguientes: EQUINOCCIO MEDIO DE 1908. 0 Tíempo medio de Tacubaya Posiciones referidas al centro de la Tierra _—AA>--> -——_—_ —————— A Septiembre. 25,4407709 a=22'53”8.16 0=75%55'21".85 Octubre..... 2,/9399413 11.020 00 1411800011298 dls 10, 2716135 «a"=19 48 0 72 0"=58 2956 .29 Luego transformé estas coordenadas ecuatoriales en sus correspon- dientes eclípticas, con las que apliqué el método de Olbers. | En la determinación de órbitas, pueden considerarse dos partes: la primera consiste en hallar las distancias acortadas del cometa á la Tie- rra, pertenecientes á la primera y tercera observaciones, y la segunda DEL COMETA MOREHOUSE. . 291 parte tiene por objeto construir la parábola, porque en el método de Olbers se suponen, por aproximación, parabólicas las órbitas de los cometas. : Determinadas las distancias acortadas referidas, se hallan por su medio los radios vectores ó distancias del cometa al Sol, correspon- dientes á las citadas primera y tercera observaciones, así como la cuerda que une los extremos de dichos radios vectores. Llamando p, p” las distancias acortadas del cometa á la Tierra, r, r” los radios vectores y k la cuerda referida, encontré para los valo- res de estas cantidades: Log p =9.6891298 01 9.4239244: O 024 9992 02003740) . A 1» hk == 9.4449790 Todos estos valores dependen del que se atribuya á p; pero para y comprobar la bondad de éste, se tiene la ecuación : Al En la que 7 es el intervalo de tiempo comprendido entre la prime- ra y tercera observación, y (es una ae cuyo e es 1. 4378116. E Aplicando los nes numéricos de r,7” y ká la ecuación ado se tiene para su segundo miem= O a IO arenosas 14,8308421 Y siendo el intervalo de tiempo entre la 1* y 3” ob- servación ....... nd Sea ya ssmsss 14,8308426 ES tiene la pequeña io dolia Se 0.0000005, | lo que. aa que el valor que'se puso para p es el que debe de ser. ud del valor de p, del: ae como digo, dependen los 0 p” , A y 1”, calculé los 292 ELEMENTOS DEL COMETA MOREHOUSE Elementos del Cometa Morehouse 2 = 1089 1' 46.35 w =171 23 17 .40 1¿=140 10 2.9 q = 0.9469924 T = Diciembre 25 á 12*36"44* de Tacubaya, ó Dbre. 25.80105 de Greenwich. Expresiones en que se representa por 2 la longitud del nodo as- cendente, por w el argumento del perihelio, por ¿ la inclinación de la órbita del cometa respecto á la eclíptica, por q la distancia perihelia y por T, el tiempo del paso del cometa por su perihelio, ó sea el mo- mento, de su mayor aproximación al Sol. Además calculé las Constantes para el Ecuador 1908. 0 2 =r (9.8928309) sen (154287" 0.51 + 0) y =r (9.9537256) sen (267 3126 .26 + v) ¿ =1(9.8822273)-sen (201 57 8.48 + 0) Los números estelares independientes, así como las longitudes del Sol y los radios vectores de la Tierra, de que hice uso en los lugares que el cálculo lo exige, los tomé de “The American Ephemeris an Nautical Almanac for 1908.” Tacubaya, Octubre 28 de 1908. A MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. Nota. acerca de las enfermedades fungosas del maguey Por el Profesor Guillermo Gándara, M.S. A, Los hongos bien conocidos que atacan al maguey (Agave america- na), son los siguientes: Colletotrichum agaves Cav. Comiothyrium concentricum Sac. Plowrightia agaves Maub. Colletotrichum agaves CAv. Este hongo, del orden de los Pirenomicetos, suborden de los Me- lanconidios, del grupo de las Esferiáceas y de la familia de las Jalos- póreas, fué estudiado por Cavara, quien lo encontró atacando al ma- guey (Agave americana). Más tarde, en 1904, Mr. George Grant Hedecock, del Jardín Botánico de Missouri, E. U. A., lo encontró en el Agave Utahensis, causando mucho perjuicio á los individuos jóvenes de esta planta. (Sixteenth Report, p. 153.) El hongo en mención ataca también al Agave atrovirens, A. horri- da, A. marmorata, A. potatorum y yo lo he encontrado en el 4. ame- ricana del Valle de México, y en el A. rigida var. Sisalana ó henequén de Yucatán, causando muy serios perjuicios en este último. Grant Hedecock, cree que los ejemplares de pencas de maguey co- lectados en 1901 por el Dr. Trelease en la Barca, Jal., y conservados en el Jardín Botánico mencionado, no se hallan plagados por el hongo Gloeosportum macropus de Saccardo, sino probablemente por el Colle” totrichum agaves. 294 NOTA ACERCA Caracteres exteriores de la enfermedad.— Primero aparece en la su- perficie de la penca una manchita circular simulando el comienzo de una gangrenosis. La mancha crece y toma la figura de un circulo más Fig. 1,-—Acérvulo del Colletotrichum agaves ó menos regular, de color gris, llega á tener hasta un decímetro de diámetro, y se nota como deprimida en la parte turgente de la hoja. Aparecen después en el área de la mancha unos puntos negros bien visibles, formando circulos concéntricos, y que no son sino los acérvu- los del hongo. Cuando la mancha ha invadido gran parte de la penca, ésta se seca dejando á aquélla como realzada. : Descripción del hongo.— Acérvulos esféricos ú oblongos que al ma- durar rompen la cutícula y sus conidias aparecen en gran número fórmando una masa de color rosado y constituyendo así verdaderas pústulas. Conidióforos erguidos, hialinos, de 6-7 y de diámetro y muy variables de longitud en los diferentes acérvulos en que se desarrollan. Conidias oblongocilíndricas, hialinas, con uno ó dos núcleos y de 16-31 p x 5-6 p. 295 296 NOTA ACERCA Comiothyrium concentricum sac. Este hongo se parece en sus caracteres exteriores al anteriormente descrito, pues también produce manchas grises, aunque menos regu- lares, más reducidas, con puntos negros más pequeños y no dispues- tos en circulos concéntricos, sino esparcidos irregularmente en el área de la mancha. Estos puntos negros no son sino los conceptászulos del hongo, encerrando una gran cantidad de esporas. La mancha apare- ce generalmente en las orillas de la penca y va extendiéndose más ó menos del mucrón á la base de ésta, hasta secarla completamente. Esta enfermedad se halla más extendida en nuestras magueyeras de pulque que la producida por el Colletotrichum agaves. El Contothyrium concentricum ha sido encontrado por los Señores Briosi y Cavara, del Laboratorio Criptogámico de la Universidad de Pavía, Italia, en la Yuca (Yucca gloriosa), y en donde sí se disponen los conceptáculos formando lineas concéntricas. Según dichos señores, el hongo ataca también á la Yucca filamentosa, á la Y. aloifolia y á la Furcroya gigantea (Amarilídea). Yo lo he encontrado en la Fueca filamentosa del jardín de la Escuela Nacional de Agricultura, D. F., y en el Agave americana del Valle de México. Descripción. — Peritecas ovoides, completamente encajadas en el pa- renquima de la hoja, y casi siempre colocadas debajo de un estoma en contacto con el ostiolo de aquéllas, que difícilmente se ve. Esporas de un color gris obscuro, globulosas ó poliédricas, de membrana lisa y de contenido homogéneo; tienen 3X 5 y. Observación. — Ultimamente he visto en las manchas de pencas de maguey producidas por el Contothyrium concentricum y entre los con- ceptáculos de este hongo, unos puntos más desarrollados, y que exa- minados microscópicamente en, cortes microtómicos transversales y longitudinales, se ve que se hallan llenos de ascas (?) elípticas muy alar- gadas, en gran número y divididas transversalmente por 3-5 tabiques. Cada segmento contiene una masa protoplásmica, granulosa y gris, y las ascas son de 40-50Xx 8-10 y. DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 297 No he podido comprobar hasta ahora, si se trata de la forma ascó- fora del Contothyrium concentricum, ó si es otro hongo distinto de és- te. Los estudios que acerca de esta cuestión nuevamente he empren- dido, aclararán este punto; pero de todas maneras estoy en la mejor disposición de obsequiar ejemplares de este hongo á los maestros de Micología del mundo, á fin de oir su autorizada opinión acerca de es- te caso. > l fi 00 PUN Mi es ñ j | Fig. 4—a, fragmento de hoja de yuca atacada por el Coniothyrium coneentricum. b, corte transversal de la hoja, mostrando un conceptáculo y micelios del hongo. Cc, esporas del (. c. Ascas aisladas del €. c. Las dimensiones, disposición y color de las células del conceptácu- lo peridional, son muy parecidas, si no iguales á las del bien conoci- do Coniothyrium, y aun he llegado á ver esporas de éste en los con- ceptáculos ascóforos referidos; por esto más bien, por ahora, creo que 298 NOTA ACERCA: se trata de una simple forma del hongo mencionado. Quizá con estos detalles pueda haber suficientes razones para hacer del Contothyrium del maguey una especie distinta de la Concentricum, aun cuando ya Cavara y Briosi han hecho de ésta una variedad llamada Agaves. Plowrightia agaves MAUB. Este hongo fué estudiado en América, en 1906, por el infatigable y malogrado micologista W. A. Kellerman, sabio Profesor de Botánica de la Universidad de Ohio, en Columbus, E. U. A., habiendo tomado los ejemplares del hongo de unas hojas de maguey colectadas por él en Guatemala en 1905... $ A A YA as “Fig. 5.— Corte vertical de un estroma de Plowrightia agavis con las peritecas Kellerman clasificó el parásito como del género Plowrightia y de la especie Williamsontana, que consideró como nueva, según el “Jour- nal of Mycology”” de Septiembre de 1906. (Vol. 12. Núm. 85, p. 185.) Pero en el presente año apareció una nota en el ““ Botanisches Central- blatt'” (Núm. 19. Enero de 1908. p. 490), indicando que Maublac, distinguido colaborador y compañero de los sabios micologistas Pril- lieux y el nunca bien sentido Delacroix, hace constar en un artículo que se publicó en la página 141 del Boletín de la Sociedad Micológica de Francia (XX11-1907), denominado “Sur quelques champignons in- ferieurs nouveaux ou peu connus,”? que el hongo de referencia ya lo había clasificado como Hypocrea agaves, adaptando, sin embargo, pa- U > DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY, 299 Ya el parásito, el género Plowrightia indicado por Kellerman, y deján- - dole la especie Agaves por derecho de prioridad. O) 3% Á > se OH e , ¡0074.9D" p02 030 d AO Y Fig. 6,--Peritecas en el estroma, muy aumentadas. [Corte vertical] Caracteres exteriores del hongo.—El hongo se manifiesta por el haz y envés de las pencas, por Medio de una variolosis, elegantemente dis- | puesta en circulos concéntricos de uno á cinco centímetros de diá- metro. 000 a 300 NOTA ACERCA Las viruelas son de color leonado, están constituidas por una masa de estroma, de un milímetro de diámetro aproximadamente y donde se forman 30-40-50 peritecas. Fig. 8. -Esporas del hongo. P. a. Descripción. —Las peritecas son de 110-125x 90-120 y. Ascas numerosas, oblongas ó subóvalo—oblongas, más angostas de su base que en su extremidad y de 60-90x 12-20 y. Contienen 8 esporas. Estas son óvalo-oblongas, hialinas, á veces de contenido gra- nuloso, de 20-25x5-7 y y divididas hacia la mitad por un tabique transversal. ( ; Este hongo lo encontré con todos sus detalles en un ejemplar de penca de maguey (Agave americana) que colectó en Tecamachalco, Estado de Puebla, un Agente de la Excomisión de Parasitología AgrÍ- cola. Homostegia Parryi Farlow En la página 37 del folleto “Mexican Fungi” por Holway, se señala el hongo Homostegia Parryi como parásito del maguey de Guadala- jara (probablemente del de Tequila) sin indicar su descripción. Este hongo debe parecerse más ó menos, tanto en sus caracteres ex- teriores como en sus botánicos, al hongo Plowrightra agaves ya men- cionado, por ser ambos de la familia de las Dothideáceas. DE LAS ENFERMEDADES"FUNGOSAS DEL MAGUEY. 301 . NUEVOS HONGOS PARASITOS DEL MAGUEY Los hongos del maguey (Agave) no conocidos hasta ahora, son los siguientes: “El negro” 6 “Fumagina.” “El Algodoncillo.” “El Clavillo.” “La oblea rosada.” Un Basidiomiceto Agaricáceo. “EL NEGRO” Ó “FUMAGINA” Este hongo se manifiesta como sigue: Aparecen sobre el haz y más especialmente sobre el envés de las pencas, unas manchas muy negras, más ó menos circulares, de con- torno desvanecido, de uno ó dos centímetros de diámetro y como si estuvieran hechas con tizne. El polvillo negro de que parecen estar for- madas, puede quitarse con el filo de una navaja, dejando aparentemen- te limpia la cutícula y sin que aparezca lesión alguna interna, cuando la mancha tiene poco tiempo de haberse formado; en el caso contrario se nota en la cutícula una manchita interna amarillenta. Las manchas crecen y á veces se unen ennegreciendo casi por completo á toda la penca. Entonces comienza ésta á marchitarse á medida que va ponién- dose amarilla; á arrugarse también y por fin llega á un estado de ne- crosis tal, que las pencas así enfermas parece que han sido achicha- rradas. Es, pues, un hongo parásito que se ha extendido mucho en casi toda la zona magueyera de la República, sobre todo en el Valle de Méxi- co, causando muy serios perjuicios á los hacendados que cultivan el maguey. Caracteres microscópicos del hongo.—Puesto en el microscopio el polvillo negro, se ve que está formado de cuerpecillos esféricos más ó menos, con pediculos aracnoides delgados, amarillo-obscuros, frágiles 302 NOTA ACERCA y tabicados. Dichos cuerpecillos, que son verdaderas peritecas sin os- tiolo, están formados por células globulosas que comprimiéndose na- turalmente, hacen al conjunto de consistencia terrosa, muy negra y na- da transparente. Las peritecas tienen 100 ó más y de diámetro, y si se comprimen sobre el cubre—objeto, se desgarran y arrojan de 346 tecas ovoídeo- rostradas ó en forma de acocote, de doble pared, sentadas por la parte más ensanchada y conteniendo 8 esporas. | Las esporas son casi cilíndricas y con una esferita en uno de sus ex- tremos; de 12-15x 3-53 y y de contenido granuloso gris. Después se les forma uno ó varios núcleos, la masa protoplásmica se concreta á dar resistencia á la pared celular que se vuelve doble, consistente y de color amarillo gris, y creciendo un poco más, se funde la esferita en el cuerpo cilíndrico de la espora, tomando ésta la forma de clavo cu- neiforme. No las he visto germinar, ni'he notado en el hongo conidió- foros de endoconidias. 3 Clasificación. —Por los datos hasta ahora observados, parece que se trata de un hongo del orden de los Ascomicetos, de la familia de las Carpoáceas, del grupo de las Perisporieas, muy cercano al género Thielavia de Zopf. y probablemente de una especie nueva. Esto ya lo consulté con los Sres. Briosi y Cavara, del Laboratorio Criptogámico de la Universidad de Pavía, y en cuanto emitan su opinión acerca del caso, me será grato comunicarla. “EL ALGODONCILLO.” Trichothecium roseum Hoff. Los magueyeros del Estado de Hidalgo llaman “Algodoncillo” del maguey á una enfermedad de esta planta que se manifiesta de la ma- nera siguiente: : Primero se nota en cualquier parte de la penca una manchita obs- cura, circular y gangrenosa, que poco á poco crece irregularmente. Más tarde, sobre la mancha comienzan á verse filamentos blancos, que no son sino las hifas de un hongo, y que formando un tejido espeso, | bien se justifica el nombre de “Algodoncillo” con que se le ha desig- Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25. O $ Fig. 9,—Conidias del Trichothecium roseum del maguey. [500 diam.] A O DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 303 nado. Después, dicho algodoncillo se vuelve de un color rosado y precisamente esto sucede cuando el hongo comienza á producir sus conidias. Los micelios no sólo los he encontrado en la zona de la man- cha, sino también muy adentro de los tejidos aparentemente sanos y más ó menos alejados de la parte enferma. Dichos micelios, general- mente gruesos, hialinos y tabicados, rastrean entre célula y célula, y es probable que introduzcan en éstas chupadores. Estudiado el parásito, resultó ser el hongo Trichothecium roseum de Hoffman, el mismo que en Silao, Estado de Guanajuato, ha causado y está aún causando grandes pérdidas en el nardo, que en grande es- cala se cultiva alli. Dadas las condiciones biológicas del hongo en mención, no parece ser un parásito obligado del maguey, porque la delicadez de sus micelios no es compatible con la resistencia natural de la cutícula de esta plan- ta. Más bien creo que dichos micelios ó conidias aprovechan las le- siones de los insectos para introducirse en las pencas y desarrollarse como parásitos que producen la gangrenosis, dejando á éstas como si fuesen bolsas llenas de un líquido amarillento y tejidos enteramente descompuestos donde pululan miriadas de diversos microbios, entre los cuales se notan abundantemente los de una fermentación. Hay duda acerca de que el Trichothecium roseum de Hoff. sea el Cephalothecium roseum de Corda (?), cuyas diferencias se han creido indicadas tan sólo por la disposición de las conidias en los conidiófo- ros; pero según Constantin (Les Mucedinées simples. 1888.—p. 94), pa- rece que el primero de los hongos mencionados se ha confundido con el segundo. En cuanto á mis observaciones manifestaré, que efectivamente, no he encontrado diferencias esenciales en los hongos referidos y que los que he visto como Trichothecium roseum, me parece que no son sino una simple fase del desarrollo de los que he conocido como Cephalo- thecium roseum. Descripción. — Mucedínea de filamentos estériles, tabicados y rami-- ficados y de filamentos fértiles, erguidos, simples, tabicados, incoloros y terminados por una, tres ó varias esporas bastante grandes, pirifor- 304 NOTA ACERCA mes, insertadas por la parte aguda, casi siempre incoloras y con un ta- bigue transversal. “Ex cLAviLLO.”— Phytophthora agaves Una enfermedad semejante á la anterior ha sido observada en las Haciendas de Ometusco y San Javier del Estado de Hidalgo, primero por el Sr. Dr. D. Manuel M. Villada, y después por el Sr. Prof. D. Al- fonso L. Herrera. Ambos señores encontraron como causa del mal, á un hongo del género Phytophthora, que fué especificado por el señor Villada, como Agaves. Los remitentes de los magueyes así atacados, aseguraron ser “El Clavillo” el nombre de la enfermedad. “LA OBLEA ROSADA” En el maguey de Tequila (Agave sp.) que se cultiva en la Hda. de “¿La Plaza,” Distrito de Zamora, Mich., he encontrado últimamente un hongo parásito, Basidiomiceto de la familia de las Teleforáceas (?), causando graves perjuicios, pues aparece en la base de las pencas co- mo si fuese una oblea de color de rosa que va extendiéndose á lo lar- go de éstas, originando primero una gomosis y después la muerte de la planta por resequedad de sus tejidos. Una persona de esta Ciudad, me ha informado que ha visto perder- se completamente una magueyera de dos mil plantas á causa de este parásito. Ya mando ejemplares de dicho hongo al reputado micólogo euro- peo, Sr. Ch. Bambeke, especialista en hongos superiores, para su exac- ta clasificación. “BANUS SP.” Este hongo superior, de la familia de las Agaricáceas, lo he encon- trado creciendo en la base de las pencas del maguey (Agave america- na) penetrando sus micelios en el mezontete de la planta, en Puebla, Estado de Puebla y en Tacuba, D.F. DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS DEL MAGUEY. 305 El hongo es de consistencia coriácea, se extiende en forma de aba- nico, su peridio es de un color blanco amarillento, rebordeado hacia abajo en sus orillas y el himenio es amarillo leonado, con laminillas convergentes al estipe, el cual, confundido en estroma, penetra al cuer- po de la planta como queda indicado. Los ejemplares miden 15 cen- tímetros de longitud más ó menos y fueron clasificados por el referido Sr. Bambeke, en 1907. Raras veces se ha encontrado este hongo, por lo cual no parece cons- tituir, hasta ahora, una plaga de importancia. : Remedios.—Para combatir la plaga de estos hongos debe practicar- se principalmente lo siguiente: 192 El aseo de los magueyes, limpiándolos de las pencas secas que casi siempre mantienen en su base. 2” La poda de las pencas más atacadas, destruyéndolas inmediata- mente con fuego. 37 La extirpación de las manchas gangrenosas de las pencas cuan- do se inicien, por medio de la cuchilla, ó bien la raspadura de las par- tes atacadas, si éstas aparecen en el mezontete. 49 La pulverización de caldo bordelés, dos ó tres veces en el invier- no, con el intervalo de 20 á 30 días y hecho á la dosis siguiente: SU O A OR AO 2 kilogramos, Melaza ó miel de ratas 4 ” CM A AYRES PR AN PORTS 2 eE) LEEN LO CEA SY E PARO 500 litros. Ya se sabe que para hacer esta preparación, primero se disuelve el sulfato en el agua, después se agrega la miel y en seguida la cal en le- -chada, previamente compuesta con agua limpia tomada de los 300 li- tros mencionados. La preparación debe hacerse en un gran tinaco de madera. Zamora, Enero 6 de 1909. Memorias. T. XX V, 1906-1907.—26 MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. ==> EL FERROCARRIL NACIONAL DE TEHUANTEPEC Y LOS PUERTOS DE COATZACOALCOS Y SALINA CRUZ Por el Ingeniero Civil Gabriel M. Oropesa, M.S. A. Bondadosamente invitado por nuestro muy digno Secretario perpe- tuo para hacer una breve descripción de las obras del Ferrocarril Na- cional de Tehuantepec y de los puertos de Coatzacoalcos y de Salina Cruz que acabo de visitar; no he podido rehusar esa invitación porque procede de un buen amigo, de un estimado consocio, que con un ejem- plo de laboriosidad y de constancia que ciertamente no tienen prece- dente alguno en los anales de ninguna Sociedad Científica del país, nos pone de relieve constantemente todo lo que podemos hacer en bien del progreso y buen nombre de nuestra simpática Sociedad, todos vos- otros con las luces de vuestro talento, yo, el único indigno de vuestros consocios, con mi gran deseo de estudiar y tratando de suplir con buena voluntad y empeño todo lo deficiente de mis aptitudes. Acepto, pues, la invitación del Sr. Aguilar; pero antes de entrar en materia os pido vuestra indulgencia. La excursión á través del Istmo ha sido muy rápida, he recorrido el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec sólo una vez en viaje redondo, pasando algún tramo durante la noche, per- maneciendo en cada uno de los puertos sólo unas cuantas horas; esto sería motivo para que un hombre de talento no pudiese formarse jui- cio completo de esas grandiosas obras; con menos razón yo que carez- co de las dotes necesarias; mas por fortuna iba yo en compañía de más de 70 miembros de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos y la conversación de algunos de ellos que ya conocían esas obras, me sirvió de mucho para darme cuenta de lo que son en sí y de las ven- «we 308 EL FERROCARRIL NACIONAL tajas inmensas que prestan como vía internacional de comunica- ción. El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec desarrolla su trazo á través del Istmo en una extensión de 304 kilómetros, con dirección general de Norte á Sur. Comienza en el puerto de Coatzacoalcos, atraviesa los terrenos bajos y pantanosos de la margen izquierda del río del mismo nombre; en estos terrenos bajos la consolidación de la vía ha sido muy difícil, lográndose sólo á fuerza de grava que hundiéndose en el fondo de los pantanos muy lentamente, ha llegado por fin á dar un asiento permanente para la vía. El tramo comprendido hasta el kiló- metro 127 es la región pantanosa, pero todavía se ven terrenos inun- dables hasta el kilómetro 147; la vía corre unas veces á través de los pantanos y otras sobre las lomas' cubiertas de una rica vegetación, cruza casi todos los afluentes de la margen izquierda del río de CGoat- zacoalcos, entre los cuales se cuentan como más importantes los de Jaltepec, Jumuapa, Sarabia y Malatengo; en todo este largo trayecto la vía va ascendiendo muy lentamente aunque por la configuración es- pecial de las lomas que separan los diversos ríos, tiene contrapen- dientes completamente inevitables. La vía entra al cañón de Malatengo y aprovechando el ascenso de este río salva las vertientes del Atlán- tico para llegar á las llanuras de Xochiapa. En este trayecto se encuen- tra la más importante de las estaciones intermedias de la via, Eincón Antonio, residencia de todos los principales empleados de la casa Pearson, en donde se han establecido magníficos talleres dotados de maquinaria moderna para toda clase de reparaciones. Para dar una idea de la importancia de esta estación, citaré sola- mente los edificios que han sido ya construídos: Casa de fuerza mo- triz, Casa de calderas, Taller de reparación de locomotoras, Taller de reparación de coches, Taller de herrería, Taller de carpintería, Fun- dición, Almacenes, Casa redonda para locomotoras, Estación y Oficina general del Ferrocarril, Casa para el Gerente General, Casa para ins- pectores del Gobierno, Casa para conductores y maquinistas, más de 4() casas para empleados, más de 60 casas para mecánicos, más de 50 casas para peones y Cuartel para la escolta. ae: 1 VIVO A —— SOIITVOIVZ.LVOI) HA OLYVINA ON V “Id “JLA “BL “97 OVIOL *9Y8Z[Y PEpor908 B] SP SPLIOUSA DE TEHUANTEPEC: 309 La vía sigue su derrotero hacia el Sur por las planicies interme- dias entre Rincón Antonio y la Sierra de Chivela, teniendo su punto más elevado en el kilómetro 214, en el lugar llamado Niza Conejo, á 261 metros sobre el nivel del mar. A partir de Chivela desciende por la vertiente del Pacífico hasta San Jerónimo; al pasar por el kilóme- metro 242 fué preciso hacer un pequeño túnel de 70 metros de largo, que tiene su bóveda revestida con mampostería de ladrillo. En la Sierra de Chivela es muy notable el contraste que se nota en la vegetación de las dos vertientes; la del Norte hacia el Atlántico, de un hermoso verde esmeralda, vegetación llena de vigor porque está bañada por los vientos del Norte cargados de humedad; hacia el Sur la vertiente del Pacífico, sólo en el fondo de las cañadas se ve una vegetación verde olivo, los cerros se encuentran desprovistos de vege- tación por la resequedad constante del aire; es muy notable este con- traste, porque desde el mismo Ferrocarril se ven las cumbres de Chi- vela en las que se marca la diferencia de ambas vegetaciones, como si con un cuchillo enorme se hubiera cortado de un solo golpe toda la vegetación de la vertiente del Pacífico. Desde San Jerónimo hasta Salina Cruz el Ferrocarril recorre los últimos kilómetros con largas tangentes ó alineamientos rectos; pa- sando por la plaza misma de la ciudad de Tehuantepec y casi inme- diatamente por el magnífico puente sobre el río del mismo nombre en el kilómetro 291; este es el puente más importante de la vía y como está entre las dos poblaciones de Tehuantepec y de Santa Marla, que puede decirse es un barrio de la primera, tiene el puente un pasillo para peatones que presta muy buenos servicios á los habitantes de di- chas poblaciones. En todo su trayecto el Ferrocarril usa solamente durmientes de madera. El balastre es de grava en un 79 por ciento de la longitud total de la vía, en el resto se ha usado piedra y sólo en un 3 por ciento arena. En el cañón del río Malatengo se encontró una grava cuarzosa que se usó para terraplenar el patio de vías de la estación terminal de Coat- 310 EL FERROCARRIL NACIONAL zacoalcos; esta grava ha sido también usada como balastre pero en vir- tud de que el cuarzo viene mezclado con diversas cantidades de arci- lla y arena, cuando esta arcilla pasa de cierto límite es deslavada por las lluvias y resulta que la grava de cuarzo no puede usarse como buen balastre permanente; hay la tendencia á sustituirla con piedra que- brada, para lo cual se han instalado quebradoras en las canteras de Medias Aguas y Paso de Buques. Hay otras dos canteras de buen ba- lastre en Niza Conejo y en Santa Marla cerca de Tehuantepec. Los rieles de acero son de peso de 39,685 gramos por metro en toda la parte norte y central de la via, en una extensión de 241 kilóme- tros; el resto tiene rieles de 29,764 gramos por metro en la parte de la vía que tiene largos alineamientos rectos. Las planchuelas de unión son de ángulo y llevan seis pernos. El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec conecta con los siguientes ferrocarriles: En la Estación del Carmen, con el Ferrocarril de Mina- titlán, construído por los Sres. Pearson para el servicio de la Refine- ría de Petróleo que tienen establecida en ese lugar. En la Estación de Juil con el Ferrocarril 4 San Juan Evangelista. En la Estación de San- ta Lucrecia con el Ferrocarril de Veracruz al Pacifico, que viene hasta Córdoba y Veracruz. En la Estación de San Jerónimo con el Ferro- carril Pan-Americano que siguiendo una línea casi paralela á la cos- ta del Pacífico, se dirige hacia Guatemala. Los puentes más notables de la vía son los de: Chacalapa, en el ki- lómetro 14, con trabes de alma llena, de sección de doble T, soporta- das por pares de cilindros metálicos rellenos de concreto. El puente de Santa Lucrecia sobre el río Jaltepec, en el kilómetro 126; el puen- te sobre el río Jumuapa, en el kilómetro 158; el puente sobre el río Tolosa, en el kilómetro 159; el puente sobre el rio Sarabia, en el ki- lómetro 176; el puente sobre el río Malatengo, en el kilómetro 190 y el más importante de todos, el del río de Tehuantepce, en el kilómetro 291, son todos metálicos, del sistema Prat. El puente de San Jeró- nimo, en el kilómetro 256, es de trabes de alma llena. Existen otros puentes de menor importancia, siendo el resumen general de estas obras de arte como sigue: Alcantarillas con claro menor de Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25, lám. VIII. Río de Tehuantepec. DE TEHUANTEPEC. 311 5 metros-754. Puentes con claro mayor de 5 metros y menor de 30-76. Puentes mayores de 30¿metros—16. El material rodante está en muy buen estado. Las locomotoras, en número de más de 40, son de diversos tipos, de dos, tres y cuatro ejes motores, con pesos desde 18 hasta 61 toneladas. Las locomotoras del tipo «Consolidation» son en mayor número, tienen cuatro ejes con diá- metro de ruedas de 1726 y 1"41. El combustible que principalmente se emplea es el petróleo crudo que ha resultado ser el más barato; con este motivo ha sido preciso proveer á varias estaciones de grandes tinacos para petróleo, así como en casi todas ellas hay tinacos para agua. y El patio de vías de la estación de Coatzacoalcos es una amplia cuchi- lla de terreno artificial, pues antes constituía un pantano que se relle- nó con arena, protegida contra la erosión de la superficie por medio de: una capa de 15 centímetros de espesor, formada con grava de cuarzo traida por el ferrocarril. Como este patio ha sido construido artificial- mente, se arregló su pendiente de manera que la formación de los tre- nes se pueda hacer por gravedad, para lo cual se han construído las vías en forma de cuatro rombos ó “peines,” en el centro de los cuales está la báscula. El patio de vías en la estación de Salina Cruz está al Norte y al Este del puerto; tanto este patio como el de Coatzacoalcos tienen amplitud muy suficiente para un gran movimiento de trenes. En general, tanto el ferrocarril como los puertos, están establecidos para servir á un gran tráfico que apenas empieza á iniciarse; la principal carga que transita por el ferrocarril es azúcar, que procedente de las Antillas va para San Francisco y para la India. En el extremo Norte de la vía interoceánica era indispensable bus- car un lugar que prestase abrigo á las embarcaciones, para facilitarles la carga y descarga, es decir, era necesario construir un buen puerto; para esto nada más á propósito se encontró que aprovechar la desem- bocadura del río de Coatzacoalcos que tiene una prefundidad máxima de 12 metros y una anchura que varía desde 800 metros contados frente á la casa de las oficinas, hasta 300 metros que se miden en- 312 EL FERROCARRIL NACIONAL tre el muelle N2 4 y la punta de Picho en la pequeña peninsula de Cocal. La desembocadura del río está dirigida casi hacia el Norte, que es el rumbo del cual soplan los vientos más peligrosos en esta parte del Golfo de México. Los aluviones acarreados por el río formaban una barra que impe- día el fácil acceso de las embarcaciones y que fué necesario tratar de destruir, para lo cual se pensó que bastaría dragar un canal en direc- ción del eje del río, canal que debería tener 200 metros de ancho por 10 de profundidad; se comenzó este trabajo de canalización, llegándo- se á alcanzar una profundidad de 8.”50; pero durante los meses de Agosto á Diciembre de 1898 el río trajo tal cantidad de azolves, que la profundidad se redujo en Enero de 1899, á sólo 4.”90, á pesar de que el trabajo de dragado se proseguía con actividad, usándose en la ope- ración tres poderosas dragas. Esto hizo creer que nunca sería posible por este sistema obtener una profundidad permanente de 10 metros, indispensable para el paso de los buques mercantes. El autor del pro- yecto objetó que la obra no estando aún terminada, no podía juzgarse de sus buenos resultados; que era indispensable llegar á la profundi- dad de diez metros y arreglar los taludes convenientemente, y que en esas condiciones se aprovecharía la velocidad misma del río y la de las aguas del mar en su movimiento de flujo y reflujo, para impedir los azolves y conservar, en consecuencia, la profundidad requerida. Otros ingenieros fueron de opinión que para mejorar las condicio- nes de la desembocadura del río, debían construirse dos escolleras adelantando en el mar hasta más de un kilómetro de la costa, acer- cándose cada vez más la una á la otra, á fin de angostar el cauce del río, y, por consecuencia, darle mayor velocidad; aceptada esta idea, pro- cedióse á formar las escolleras con enrocamientos de piedra natural traída por el Ferrocarril del Istmo desde una distancia de 166 kiló- metros; las piedras arrojadas con este fin tienen pesos variables, des- de 25 hasta 5,000 kilogramos; se protegieron los taludes de las esco- lleras con bloques de cemento de 20,000 kilogramos de peso. Las es- colleras, como he dicho, son convergentes; pero en su extremo Norte, Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25, lám. 1X, ve O e ES ERIEDA Puente sobre el río de Tehuantepec . DE TEHUANTEPEC. 313 cuando ya distan una de otra sólo 200 metros, se convierten en para- lelas para facilitar más la desembocadura del río de Coatzacoalcos, así como también para facilitar la entrada de los buques. La forma con- vergente de las escolleras ofrece, además, la ventaja de que las gran- des olas del mar que entren al puerto irán encontrando cada vez más amplio el cauce del río, y, por consecuencia, irán perdiendo fuerza y altura, de manera que al llegar al puerto no serán en manera alguna peligrosas para las maniobras. Dentro del puerto las obras consisten en nueve muelles y otras tan- tas bodegas; los muelles están construídos sobre pilotes de acero ma- cizo de 15 centímetros de diámetro, con excepción del muelle núme- ro 1 que está sobre pilotes de madera; los otros ocho muelles están trazados sobre el mismo alineamiento en la margen izquierda del río; sobre los muelles, que tienen piso de madera, hay una vía férrea, por la cual se pueden transportar las grúas y hay, además, otras vías para movimiento de trenes. Hay una bodega para el servicio de cada mue- lle, cada bodega tiene una superficie de cuatro mil metros cuadrados, cubiertos con una doble crujía, con techo de dos aguas; las bodegas son enteramente metálicas, con excepción de los pisos que son de ma- dera. Las grúas para la carga y descarga de las embarcaciones, están movidas por electricidad que se produce en un edificio especial, cons- truído cerca de la bodega número 3. Las máquinas para producir es- ta electricidad, son de la conocida casa Westinghouse y tienen un to- tal de cerca de dos mil caballos de fuerza. Están construídos en la actualidad seis muelles y seis bodegas; pero deberán ser nueve muelles con otras tantas bodegas, lo que ocupará una longitud total de poco más de dos mil metros, de los cuales algo más de mil serán para el atraque directo de las embarcaciones. El alumbrado del puerto está constituído por un faro de recalada y otro de luz blanca, colocados sobre la loma de la margen izquierda del río, y de manera que al verse desde alta mar sobrepuestos el uno al otro, marcan la entrada del puerto; derrotero que deberán seguir las embarcaciones hasta quedar al centro de los dos extremos de ambas escolleras, en los que más tarde se pondrán luces de situación; desde 314 EL FERROCARRIL NACIONAL este lugar se distinguirán claramente dos faros de luz roja colocados en la margen derecha del río, frente á la bodega y muelle fiscales, los que marcarán la dirección del canal de entrada en el eje del río. El litoral del Pacífico, en las inmediaciones de la región ístmica de Tehuantepec, no ofrece lugar alguno que pudiera servir de refugio á las embarcaciones; está formado por una serie de bahías muy abier- tas, totalmente desabrigadas contra los vientos del Sur que son los más temibles; por esto fué preciso dotar artificialmente á Salina Cruz de un buen puerto; éste se formó por medio de dos grandes depósi- tos, el antepuerto y la dársena. El antepuerto afecta la forma que se asemeja á la de un triángulo equilátero con lados de un kilómetro aproximadamente. El lado oriental de este triángulo es el rompeolas ó dique del Este, se construyó cón enrocamientos de piedra natural y bloques de concreto, no tiene muelles al interior, sino que los enro- camientos forman un talud de 1.25 por 1, tanto al interior del ante- puerto como para afuera al Océano Pacífico. Las piedras para estos enrocamientos fueron traídas por el ferrocarril y arrojadas al mar por medio de una poderosa grúa que todavía puede verse en el extremo del dique. El peso de las piedras fué variable; pude ver una de gran- des dimensiones que tiene anotado su peso, sesenta y siete mil ocho- cientos kilogramos, acaso ésta fué la mayor de todas las piedras usadas y por eso se tuvo la curiosidad de anotarle su peso; los enrocamientos se subieron hasta una altura de tres cincuenta sobre la marea baja y so- bre ellos se construyó con bloques de concreto una plataforma de diez metros de anchura por dos de altura; esta plataforma sirve de asiento al parapeto del rompeolas que tiene seis metros de corona por dos de altura y que se construyó de concreto La construcción del rompeolas del Oeste es enteramente semejante, y los extremos de ambos diques, provistos ya de luces de situación, dejan un canal de cerca de doscientos metros de anchura con profun- didades variables, pero todas superiores á diez metros; esta bocana constituye la entrada del puerto. El fondo ó lado Norte del antepuerto es una magna obra de inge- niería, sin duda la más importante que se ha construído en los puertos Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 25, lám. X. SSA Salina Cruz.— Malecón, bodegas y puente levadizo ANA o el y DE TEHUANTEPEC. 315 de la República; por lo que me decido á abusar de vuestra bondad de- teniéndome un poco á reseñar su construcción. La obra á que me re- fiero es un malecón de un kilómetro de longitud por setenta metros de anchura, cortado en su centro por el canal de entrada al puerto, ca- nal que tiene treinta metros de anchura; tanto los costados de este canal como el frente Norte del malecón, tienen sus paramentos com- pletamente verticales, supuesto que el malecón deberá servir para el atraque directo de las embarcaciones; el frente Sur del malecón da ha- cia el antepuerto y no debe utilizarse como muelle, los enrocamientos que protegen todo el costado Sur del malecón tienen taludes de 2 por 1 y tres metros cincuenta arriba de la marea baja, tienen una corona _de cinco metros de anchura. El malecón propiamente dicho se cons- truyó por el sistema llamado de Pozos Indios, esto es, disponiéndose un gran block de concreto sobre el terreno natural de la playa y hun- diéndose en seguida progresivamente, valiéndose del propio peso del block y por la socavación del terreno por debajo de él, para lo cual el block de 13 metros de longitud por 6 de anchura, tenía tres perfo- raciones casi cuadradas de 2.50 por 2.75 á través de las cuales se ex- traía la arena del fondo y por las cuales también se sacaba el agua por medio de bombas; á medida que el block se iba hundiendo, se le cons- truía de concreto otro tramo en la parte superior hasta llegar á alcan- zar una altura total del block de 15 metros, ó sean 13 metros abajo de la más baja marea y 2 de coronamiento en la parte superior; una vez llegado cada block á su posición definitiva, se llenaban sus huecos cen- trales por medio de una capa de concreto en la base, arena en el inter- medio y otra capa de concreto para cerrar la parte superior y enrasarla con la corona del malecón. La separación de dos bloques consecutivos era de 1.12 y este espacio se rellenó de concreto, poniendo previamen- te en seco el lugar per medio de ataguías metálicas apoyadas en los paramentos de los grandes bloques y expulsando el agua con ayuda de poderosas bombas. Para proteger el paramento del muro, en una al- tura de 2 metros, que es mayor que la oscilación de la marea (1.62), se revistió el malecón por medio de mampostería de piedra labrada; sobre este muro se construyó todavía otro de 2 metros de altura con 316 EL FERROCARRIL NACIONAL paramentos de piedra labrada, siendo la última tapa de grandes trozos de granito de Noruega excesivamente duro. El espacio comprendido entre este malecón ó muro de paramentos verticales y el enrocamien- to del lado del antepuerto, se rellenó con arena para constituir una plataforma de 70 metros de anchura, sobre la cual se han levantado grandes bodegas para almacenar las mercancías; bodegas en un todo semejantes á las del puerto de Coatzacoalcos, con la sola diferencia de que el techo no es metálico, sino de tejas de barro de Marsella, con tragaluces hechos con tejas de cristal de la misma forma y tamaño que las de barro para no alterar la superficie de escurrimiento del agua de lluvia. A los lados de las bodegas están las vías férreas para facilitar la car- ga y descarga de los trenes, y precisamente encima del malecón hay una ancha vía por donde pueden desalojarse las grúas eléctricas de que se dispone para el movimiento del puerto. Como el malecón está cortado en su centro por el canal de entrada. fué preciso construir, para salvar éste, dos puentes levadizos por los que deberán pasar las vías de comunicación á ambos lados de los al- macenes; estos puentes fueron proyectados y construídos por una casa de Chicago; calculados para el paso de las locomotoras del tipo “Con- solidation” y con claro de 30 metros, que es el ancho de la entrada del puerto. Estos puentes se mueven por medio de la electricidad. Uno de ellos ya está enteramente concluido y el otro está en vías de cons- trucción. Toda la parte de playa que existía al Norte del malecón se dragó á una profundidad de 10 metros para constituir la dársena ó puerto pro- piamente dicho; haciéndose aquí lo contrario que en Veracruz; en es- te último se construyó el malecón y el espacio comprendido entre éste y la playa se rellenó con arena para ampliar la ciudad á costa de la bahía; en Salina Gruz el mar avanzó sobre la playa para dejar el ma- lecón en el centro y el puerto artificial al interior, completamente al abrigo de los fuertes vientos. La dársena no está todavía concluída,“falta profundizar y regularizar los fondos de las partes Norte y Oeste. El malecón tampoco está con- T]-[Cangang|" = ULEA A [ca EA O Vavd 8vevo 4 MET IE LA ua AT paa 4 e) 100000) = ) um a. ón A A PLAN yo A o Y ad pa] E) VLON OLYANA TIA SVUAO ZNAD VNITIVS "IX 'ULB] “cz OO, "97 82[Y PPpor90S e] ep SErIOUI9JA a Bd. á DE TEHUANTEPEC. 317 cluído, tiene una brecha abierta en la parte que deberá corresponder á los almacenes núms. 4 y 5. «Las obras de este puerto se completan con un dique seco para Ca- renar las embarcaciones, que está ya terminado; se eligió para este di- que un sitio rodeado de cerros y por consecuencia al abrigo de los vientos, en la parte Noroeste de la dársena; tiene este dique una lon- gitud de cerca de 200 metros y una anchura de 30; sus paredes son de concreto escalonadas hasta el fondo para conseguir la estabilidad; la parte superior está cubierta con granito de Noruega, del mismo que hay en el malecón. La entrada del dique puede cerrarse por medio de una compuerta de cajones de acero, lastrada en su base para que con- serve su posición vertical y provista de bombas para introducir ó ex- pulsar el agua y por consiguiente para mover la compuerta á fin de que cierre ó abra la entrada del dique aplicando sus bordes provistos | de madera dura sobre las paredes del dique. Sobre la cubierta de esta compuerta hay una vía férrea, así es que la compuerta es al mismo tiempo un puente levadizo para permitir el paso de los trenes de uno á otro lado del dique seco. Cerca de este diqne está la casa de fuerza; las máquinas son en un todo semejantes á las del puerto de Coatzacoalcos, teniendo también cerca de 2000 caballos de fuerza efectiva. El alumbrado del puerto es muy sencillo, un faro de recalada sobre uno de los cerros que rodean á la población y luces de posición que sirven para indicar la entrada del puerto. La vieja población de Salina Cruz, formada de casitas humildes con - techo de zacate casi todas ellas, está en las faldas de los montes del Norte del puerto, y la ciudad nueva, con calles amplias, provistas de atarjeas, de entubaciones de agua potable y de alumbrado eléctrico, está situada en la parte oriental; existen ya muchas casas de agradable aspecto, casi todas rodeadas de jardines particulares; pero aún queda mucho por bacer, sobre todo en pavimentación, para comodidad y bienestar de los habitantes de aquella ciudad. Tales son, descritas á grandes rasgos, las importantes obras lleva- das á cabo en el Istmo de Tehuantepec; obras que honran á nuestro 318 EL FERROCARRIL DE TEHUANTEPEC. país, que le ponen en posición de una ruta internacional de comercio, única que nuestro Gobierno podrá dirigir; y que constituye una fuente de riqueza, porque la vía de Tehuantepec, siendo el camino más di- recto para ligar el comercio de ambos océanos, tendrá que ser la vía preferida y por consecuencia dará fuertes entradas al Gobierno de Mé- xico, único dueño de esa importante vía de comunicación. México, Diciembre de 1908. MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA Y APLICACIONES DEL FOTO TEODOLITO Por el Ing. Gustavo Durán, M. S. A. Las artes y las ciencias alcanzan actualmente un sensible y rápido desarrollo. Entre las artes que más han progresado, merece especial mención la fotografía, por los innumerables beneficios que ha traído desde su descubrimiento, y más aún, desde que se ha logrado obtener de ella ventajosas aplicaciones en favor de la ciencias. En las condiciones actuales de progreso en que nos encontramos, no se puede negar á la fotografía su gran importancia, la trascendencia que su descubrimiento ha tenido, lo que significa para todas las cien- cias, los servicios que "presta á la instrucción, á las profesiones y en general á todos, puesto que vemos diariamente su aplicación inmedia- ta y útil, desde el asunto más trivial y sencillo hasta en el científico más complicado. El tiempo y con él el progreso, han hecho que la fotografía haya llegado á un grado tal de adelanto, que las operaciones para su ejecu- ción, primero penosas y dilatadas, hoy sean sumamente sencillas y rá- pidas. Importantes estudios llevados á cabo con el fin de alcanzar la repre- sentación fotográfica de los objetos con su colorido natural, ha permi- do, recientemente, obtener positivas sobre cristal que presentan las imágenes con sus colores naturales perfectamente claros y precisos, no estando lejana la fecha en que sepamos se ha logrado el perfeccio- 320 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA namiento en el arte fotográfico, al grado de obtener esa ventaja en las impresiones sobre el papel. El desarrollo de ese arte es, pues, notable y alcanza un perfecciona- miento superior, puesto que tiende á la representación fiel y exacta de los objetos, con la cualidad insuperable del colorido. La metrofotografía que entraña un adelanto más, hace ventajosa- mente útil ese arte, ligándolo directamente á las ciencias y permitien- do relaciones de índole geométrica que la colocan en situación de pres- tar beneficiosos servicios. De las ciencias, la del Ingeniero es de aquellas que evolucionan con- tinuamente siguiendo el impulso natural del progreso. A ella le está reservada la solución de muchos y muy delicados pro- blemas, y entre éstos, los que afectan de una manera directa la vida, desarrollo y verdadero progreso de los pueblos. La Ingeniería abarca muchas ramas y todos ellas juegan un papel muy importante en lo que llamamos “el adelanto de una nación ” y justo es decirlo, que de ella tiene mucho y debe de esperarse, tanto más, cuanto que le está reservada la solución de grandes cuestiones que tienen que producir una verdadera revolución en el mundo cien- tífico y social. En México tenemos ejemplos muy patentes del papel importante que juega la Ingeniería y de lo mucho que á ella se tiene encomendado en provecho del mejoramiento material del país, siendo inútil y fuera del objeto de este trabajo entrar en detalles respecto de este punto. La Topografía, rama importante de la Ingeniería, no podía, quedar- se atrás en el movimiento progresista de las ciencias en que se funda, y deallí que haya tendido á alcanzar el nivel científico de estos últimos siglos de grandes aplicaciones y descubrimientos. Me voy á ocupar de lo más reciente que se ha hecho en favor de la Topografía, que es la aplicación á ella de la fotografía. Estimo de importancia y de gran utilidad para la Ingeniería y en especialidad para la rama de ella que acabo de mencionar, la aplica- ción de la fotografía, porque en este caso especial y como se verá más adelante, se obtienen buenos resultados, con las ventajas de alcanzar *"81J8130d030I04 'UBINT *H € eInStA Z tInStA *G7 OULOL, '9J8Z]Y PBpor908 *] 9P SBLIOULATA, pida A Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 321 economías en el trabajo y en el tiempo, y con éstas, en los gastos que demandan esa clase de operaciones. Como acabo de indicar, la ventaja mayor en la aplicación de la fo- tografía á la Topografía, se impone ante la idea de la notable reducción del “factor tiempo,” que en todos los actos de nuestra vida es el que más nos preocupa y para el que siempre procuramos obtener el menor valor posible. Si con el empleo de la fotografía, se ha llegado á comprobar el aho- rro de ese factor en la serie de operaciones que es preciso efectuar, y en especialidad en las de campo, es indiscutible que el método foto- topográfico se impone, y que, si á la brevedad se une la precisión, tan luego como el ingeniero se haya familiarizado, habrá muchos casos en los que tiene que preferirlo á cualquiera otro. La labor del topógrafo, en el campo es penosa puesto que un sin nú- mero de elementos influyen de una manera directa para ponerlo en condiciones que hacen su misión difícil, cansada y ardua. Si por medio. de la fotografía se ha logrado la reducción de las operaciones de cam- po, á que éstas sean la mitad, la tercera y en muchos casos la quinta y décima parte de las empleadas en los procedimientos comunes, no de- bemos de vacilar en asegurar el predominio del método, ni negar la importancia que tiene el procurar su familiarización. Poca ó ninguna importancia se ha dado hasta ahora en nuestro pals al estudio de la aplicación de la fotografía á la Ingeniería y en especia- lidad á la Topografía, y eso no es de extrañar, desde el momento en que de una manera práctica no se conocen los procedimientos, quizá por ser éstos relativamente nuevos. De ahi que personas de alguna ilustración, aun entre los mismos ingenieros, duden de la importan- cia del método fototopográfico; de las ventajas que acarrea, de la pre- cisión de sus resultados y de la utilidad que pueden traer su estudio y aplicaciones. En muchos casos, la mala ó inoportuna aplicación de un método trae consigo el que éste no sea considerado como bueno. El criterio del individuo, su ilustración y el estudio previo del asunto, son facto- res que de una manera muy directa influyen para poder resolver so- Memorias. T. XX V, 1906-1907.—27 a LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA bre la bondad de un procedimiento. Si éste es aplicado en condiciones opuestas con el resultado que se busca, con la precisión que se desea, y con las condiciones especiales del medio, es seguro que se llegará á la conclusión de que el método es de escasa ó ninguna bondad. En la Topografía como en todas las ramas de la Ingeniería, se ne- cesita de un sano criterio para llegar á hacer una aplicación adecua- da de los métodos. Es preciso posesionarse de lo que se pretende y desea alcanzar para que en vista de las condiciones naturales del lu- gar y de los resultados que se persiguen, se llegue á la determinación del método que debe emplearse. El fototeodolito no debe ni conviene emplearse en todos los casos. Podemos decir que las ventajas materiales y económicas del método fo- totopográfico, están en razón inversa de la escala y en razón directa de lo escabroso é inclinado del terreno, es decir, que en los casos en que se trabaje á escalas pequeñas, 1:25000; 1:50000 6 1:60000, por ejem- plo, ó en los que la región por levantar es muy montafiosa ó con cambios marcados de nivel, debe de preferencia á cualquiera otro pro- cedimiento, emplearse la fototopografía, con la seguridad de que los re- sultados serán muy superiores desde los dos puntos de vista anun- ciados. ¡ El geólogo, el militar y el explorador, son los que pueden sacar más partido de la nueva aplicación de la fotografía á que vengo refi- riéndome. El geólogo ha necesitado de la fotografía para ilustrar sus estudios y como un medio práctico para mostrar muchos de los elementos cons- titutivos de la región que ha explorado. Ya desde 1858, Civiale en sus importantes y útiles trabajos, enca- minados, por una parte, á obtener la naturaleza geológica de las rocas y por la otra la orientación y situación precisa, sobre el plano, de las vistas panorámicas por él tomadas, nos da una muestra de la tendencia muy marcada á sacar de la fotografía un partido superior al que se le señalaba como de simple auxiliar. En todas las exploraciones hechas, en esa época, ya aplicaba la fotografía en el estudio de la constitución física y geológica de las montañas, tomando un buen número de da- Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MÉXICO. 323 tos, tales como posición y orientación del eje óptico del aparato, el án- gulo dentro del cual se comprendía el panorama y los ángulos vertica- les de los diferentes puntos de estación, auxiliándose de un goniómetro y un barómetro. Ahora que ya puede utilizarse la fotografía como elemento para la formación de planos, es decir, ahora que de las fotografias pueden sa- carse planos, la importancia que para el geólogo tiene el descubrimien- to de la maravillosa combinación de la cámara y el teodolito, es tan grande y está tan clara, que por sí sola se recomienda. A la vez que se obtienen los datos suficientes para la formación de un informe ó estudio, se tienen los elementos para la construcción de los planos de la región explorada! En lo que al militar se refiere, tiene tan poderosa influencia la foto- grafía como elemento primordial en el arte moderno de la guerra y en Otros diferentes casos que se le presentan, que por lo poco que he ex- puesto, puede ya creerse en su especial importancia en la aplicación de que me ocupo. Qué cosa más factible que el lograr reconocimientos secretos con el simple auxilio de una brújula y una pequeña cámara fotográfica! Si ésta es manejada por un hombre entendido, de un mediano eri- terio y que posea los conocimientos elementales en su aplicación á la Topografía, puede garantizarse la formación de un croquis del que fácilmente puede deducirse un itinerario tan bien definido, que supe- raría al obtenido por los otros métodos comunmente conocidos para los reconocimientos militares, con la ventaja sobre éstos de que á gran precisión se une mayor rapidez y poco aparato en las operaciones de campo. Para este caso especial que menciono, sería poco lo que pudiera de- cir en abono de la importancia que para el militar científico tiene el conocimiento de la aplicación directa de la fotografía, en la inteligen- cia de que con los resultados que obtenga puede asegurar el éxito, y para mayor abundamiento aprovecharse, como el geólogo, de un buen número de datos, que sin necesitarlos para el caso material de sacar el croquis, ó más aún, el plano de la zona recorrida, le sirvan para ilus- 324 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA trar su informe y le permitan darse cuenta completa de un buen nú- mero de detalles que son de gran utilidad para él. Los Gobiernos europeos en su afán de mejorar el servicio militar y alcanzar el perfeccionamiento de sus métodos, se han preocupado mu- cho por la enseñanza entre sus oficiales, de la especial aplicación del fototeodolito en los reconocimientos y levantamientos topográficos mi- litares, de preferencia á la Topografía general. Es así como el Capitán Javary ha hecho experimentos encaminados á obtener datos para conocer las circunstancias en las cuales convie- ne operar empleando la fotografía, llegando á conclusiones muy im portantes que dejaré consignadas en otra ocasión. ¿Qué más podría agregar para recomendar el empleo combinado de la cámara y el teodolito? Para el explorador que debe ir formando croquis precisos á paso y medida que toma los datos, ejemplares y demás elementos para llenar su misión; para el topógrafo que está íntimamente ligado con el geó- logo, al grado de que podemos considerar á la Geología y á la Topo- grafía como inseparables; para el Ingeniero Civil en sus reconocimien- tos, trazos de camino, ferrocarriles, etc., etc., y para algunos otros más, tiene tal valor el conocer tan señalada como útil aplicación, que sería largo entrar en consideraciones, con el fin de abonar las ventajas del empleo de la metrofotografía. El deseo que tengo de formar una familiarización del método fototo- pográfico, en los levantamientos de planos, me ha decidido á tratar este punto, aunque sea superficialmente, tanto más, cuanto que contamos ya con aplicaciones en forma, hechas en México, que pueden servirnos de ejemplo y guía para formar criterio. Mi mira es, pues, la de llamar la atención de aquellos para quienes el uso del fototeodolito está indicado, á fin de que haciendo á un la- do ciertas preocupaciones, se lancen á la prueba, seguros de que una vez vistos los resultados y las ventajas que se obtienen, pondrán todos los medios para penetrarse bien del problema, en sí tan sencillo, y lo- grar su aplicación en los muchos casos que se presentan y en que es- tá indicado su empleo. Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 325 La Geometría descriptiva que, como se sabe ya, llena entre otros fines, el de dar los elementos ó medios necesarios para la representa- ción en el papel, que sólo tiene dos dimensiones, de todos los cuerpos y superficies geométricas, ocupa el primer lugar en el método del le- vantamiento fototopográfico, puesto que en ella se funda para su eje- cución. Para alcanzar el objeto de la descriptiva, se hace necesario buscar el medio de obtener la representación en el dibujo, de la posición de un punto del espacio, é inversamente conocida la posición de éste en el dibujo, obtener la que le corresponde en el espacio. Para lograrlo, nos servimos de las proyecciones. Sabemos también que éstas son de diferentes especies, siendo necesa- rio para nuestro caso especial, el recordar la proyección central ó po- lar, por comprenderse en ella la perspectiva, verdadera base del le- vantamiento fototopográfico. En el sistema de proyección central, las proyectantes pasan por un mismo punto fijo, llamado centro de proyección ó polo. Las diversas proyectantes pueden considerarse como las generatri- ces de una superficie cónica que tiene por centro el de proyección. Supuesto el ojo del observador, en el centro de proyección, las ge- neratrices serán los diferentes rayos visuales dirigidos á los puntos del espacio, designándose entonces la proyección con el nombre de pers- pecliva. Ahora supongamos transparente la fotografía ó la vista obtenida de un lugar ó paisaje cualquiera é interpuesta á una distancia convenien- te, entre el ojo del observador y el paisaje mismo. Todos los rayos luminosos que parten de los diferentes puntos del paisaje y que vienen á terminarse en el ojo del observador, irán coin- cidiendo con los correspondientes de la vista que hemos supuesto transparente. Conservemos la vista ó fotografía, así como el ojo, en la misma po- 326 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA sición relativa que le hemos supuesto, y sólo cambiemos de lugar para no ver más aquel de donde se obtuvo la vista. El observador seguirá entonces con la imaginación la trayectoria de los rayos luminosos y reconstruirá el paisaje ó lugar mismo. Cambiemos de punto de vista al observador y considerémoslo trans- portado á otro, del que conoceremos, con relación al primero, su dis- tancia y su diferencia de nivel. Si desde cada uno de los puntos de mira ó más propiamente, desde cada una de las estaciones, suponemos que el ojo del observador sigue un accidente topográfico notable cualquiera, un camino, por ejemplo, la línea del accidente podrá ser considerada como la intersección de dos superficies cónicas, que tienen sus vértices en los dos puntos de vis- ta, siendo sus generatrices los rayos visuales indefinidamente prolon- gados. Proyectemos estas superficies sobre un plano horizontal. Las intersecciones dos á dos, de las proyecciones de los rayos vi- suales que se terminan en los mismos puntos del terreno, serán las proyecciones de estos puntos, que unidos convenientemente nos da- rán la proyección horizontal, es decir, el plano del accidente su- puesto. Si de todos los puntos notables de la perspectiva de esta estación, se bajan perpendiculares sobre la línea de horizonte y se unen los pies de estas perpendiculares con el punto de vista, tendremos las proyeccio- nes de los rayos visuales de cada estación. Transportemos estas operaciones á un plano conservando únicamen- te las relaciones de posición de los dos puntos de vista y de un tercer punto del terreno, cosa fácil de lograr con sólo las indicaciones angu- lares que suministran los mismos aparatos, refiriendo así la dirección de la base á uno de los rayos visuales de la perspectiva. No queda ya por hacer, sino buscar las intersecciones de la proyección de los rayos visuales que se terminan en los mismos puntos. Si generalizamos más y suponemos, no dos, sino tres ó más puntos de estación, convenientemente escogidos, y procedemos en la forma que acabo de indicar, se llegará á abarcar una gran extensión de te- Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 327 rreno, presentándose á menudo el caso de que un mismo punto quede identificado en más de dos fotografías, lo que dará una comprohación y seguridad más en la identificación y determinación de los puntos so- bre el plano. Con una buena elección para los puntos de estación, se llega á al- canzar, con el menor número posible de pruebas fotográficas, la mayor extensión de terreno y la mayor suma de detalle. Ya hecha la construcción del plano como he indicado, fácilmente pueden obtenerse las cotas de nivel correspondientes á los puntos di- bujados, bastando para ello, resolver el cuarto término de una sencilla Figura 1 proporción, en la que nos son conocidos (fig. 1): D distancia medida sobre el plano del punto A, de estación, al C, fijado por las intersec- ciones A €, y BC, de las proyecciones de los rayos visuales que se ter- 328 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA minan en el mismo punto C del terreno (ver vista tomada desde A, fig. 1); d, distancia medida (sobre el plano), desde el mismo punto A de estación, á la proyección Cy de la perspectiva del mismo punto C del terreno, sobre la línea de horizonte, y por último, la altura aparen- te h, positiva ó negativa, es decir, arriba ó abajo de ia línea de hori- zonte, medida sobre la prueba fotográfica. Algebraicamente podemos representar esta relación con el objeto de obtener, con una simple sustitución, las diferentes cotas para cada uno de los puntos identificados, quedando en esta forma: X=00ta="J A A o (1) La simple inspeccion del croquis contenido en la lámina I, da idea de cómo, con la sola comparación de dos triángulos semejantes, se Jle- ga á la relación (1). Gon la exposición rápida que acabo de hacer del problema de la trans- formación de las perspectivas en planos, se está ya en posibilidad de formarse una idea clara de la teoría general del método empleado pa- ra lograr de una vista fotográfica, los elementos necesarios para la re- presentación en el dibujo, de los detalles y diversos accidentes que en ella figuran. No tengo noticia de que se haya hecho en nuestro país estudio al- guno, ni aplicación en forma, del método fototopográfico, fuera del em- prendido por una de las oficinas técnicas más importantes de la Repú- blica: la de la Dirección General del Catastro. En esta Oficina se ha hecho bajo la hábil dirección de su ilustrado Subdirector, el señor Ingeniero D. Francisco Garibay, con todo em- peño y con la atención que el caso lo requiere, un estudio concienzu- do de la aplicación del Fototeodolito, en los trabajos de configuración llevados á cabo en la parte de la Sierra de Guadalupe, que por el Nor- te limita nuestro extenso y hermoso Valle. El estudio hecho no se limitó á la aplicación exclusiva del método, sino que empleando otro procedimiento, el de Secciones transversales, se hizo la configuración de la misma región, con el objeto de tener los Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 329 elementos necesarios para emprender un estudio comparativo, y así, de una manera segura, darse cuenta de la precisión obtenida y de las ventajas que podían sacarse. El Catastro, para sus operaciones, cuenta con una red poligonomé- trica apoyada en una triangulación sometida á estrictas instrucciones. Para la triangulación del Distrito Federal, perfectamente estudiada, se ha hecho la medida de cuatro bases convenientemente distribuidas. Para los levantamientos, se han trazado polígonos y alineamientos clasificados según la categoría de sus puntos inicial y final. Siendo en sí delicados los trabajos catastrales, pues como se sabe tienden á obtener las superficies de todos y cada uno de los predios ubicados en el Distrito, para llegar á su clasificación y avalúo, se com- prenderá que las tolerancias para los trazos, medidas, cálculos y cons- trucciones, tanto de las líneas generales de la red, como de los detalles de cada predio, están muy restringidas, y por lo mismo se obtiene un levantamiento de los más precisos y completos que pueden haberse eje- cutado en México. Contando, pues, con puntos suficientemente seguros y bien defini- dos, de una red poligonométrica completa, fácil ha sido la aplicación del Fototeodolito en aquellas operaciones en que su empieo es venta- joso y conveniente. Para las operaciones catastrales en sí, no es de recomendarse la Fo- totopografía, pues á la vez que se requiere extrema precisión y acopio de detalles, dada la índole misma de las operaciones, se hace preciso trabajar 4 eseslas grandes: 1:500, 1: 1000; así es que su empleo se reduce á aquellos casos como el que he citado ya, de obtener las cur- vas de nivel de la región montañosa del Valle, en los que práctica y económicamente hablando, es ventajosa y conveniente su aplicación. Por vía de estudio de aplicación, se hizo la configuración del peque- ño cerro del Pefión, y voy á indicar paso á paso la serie de operacio- nes ejecutadas, con el fin de que, con un ejemplo, se palpe lo práctico y fácil del procedimiento, anotando á la vez, y á medida que sea opor- tuno, algunas reflexiones y observaciones hechas. El Catastro cuenta con un Fototeodolito Ney, construido por Unger 330 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA € Hoffman, de Dresden y Berlin; de anteojo sustituible, es decir, en que montado primero como teodolito común (fig. 2) se sustituye después por la cámara fotográfica, el anteojo y accesorios directamente ligados áel (fig. 3). El círculo horizontal da una aproximación de medio minuto, y el vertical de un minuto. Por la inspección del dibujo de la fig. 2, se ve que se trata de un teodolito común, no deteniéndome, por lo tanto, en su descripción, ni en las rectificaciones que antes de operar con él se hace preciso eje- cutar, como con todo aparato de esa indole. Sólo diré que conviene convencerse de la verticalidad del eje de rotación del aparato; rectifi- car el eje óptico del anteojo y hacer que éste sea horizontal; determi- nar el error de colimación, y en general, estas rectificaciones y otras más muy conocidas que deben de satisfacer estos aparatos desde que salen de manos del constructor. Sí conviene me detenga un poco, al considerar el aparato montado como cámara fotográfica, por requerir la demarcación de las líneas' principal y de horizonte, que son tan indispensables, y que están indi- cadas por las agujas cuyas imágenes aparecen en las fotografías obte- nidas con el Fototeodolito. Se hace preciso sea exactamente fijada la posición de las cuatro agu- jas que señalan las dos líneas principal y de horizonte, que sirven de referencia, estando entargado de esa operación el constructor mismo, valiéndose de que, correcto el aparato, si se le hace girar alrededor de su eje vertical, el plano descrito por el eje óptico del anteojo, es preci- samente el plano del horizonte. El señor Ingeniero Pedro C. Sánchez llegó á la determinación, por medio de consideraciones analíticas de las líneas de horizonte y prin- cipal (fig. 4). Sean A. B. €. tres puntos del terreno que se encuentran dibujados en los puntos a, b y e del cuadro M. N. de la placa fotográfica. Vamos á ver que para poder trazar con toda precisión las líneas o—o' y (—! son suficientes: El azimut de la línea S. A., por la medida de los ángulos que for- Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 331 man las tres visuales de S. á cada uno de los puntos A. B, y C.; y los ángulos verticales de estas mismas visuales. En efecto, designemos: por p, Pp, pz respectivamente, el azimut de SA, SB, y SC; por a, el ángulo a'SP; a, el ángulo PSD' y %, PSC; por %,, %, y 23, respectivamente, las distancias contadas sobre o— o”, línea de horizonte, de P 4 cada uno de los puntos a, b', e”, por Y, Ya é Ys, las distancias de cada uno de los puntos a, b y cá la línea de ho- rizonte o—o', paralelas á la línea principal ¿—1'; por H, la altura de la estación S, con relación al nivel del suelo y por H,, H, y Hs la al- tura de cada punto A, B y U con relación al mismo plano de compa- ración al que se refiere la estación S, y por último, designemos por f la distancia focal S P. Tendremos, para x,, 2, y xs los valores siguien- tes en función de las tangentes, sacados de cada uno de los triángulos que se ven claramente formados en la figura 4. (Dennc.. =f. tang. a, 2, =f. tang. a, y 23=/. tahg. ds 2 LAN 7 EN iS NEGO la b 1 y __.—____—_—————— -- A E — amoo ------k” S Ss T Figura 4 A LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA de donde obtenemos: sen (a, — a) (tios 2, — a =f (tang. a, — lang. 1) =f os Eo (8).....- a — e. =f (lang. dz — tang. 0) pp En COS 0, COS 0 Dividiendo estas dos últimas ecuaciones resulta: (4) Lo — 2] sen (a, — 01) COS % nc ..0.oo..0....0... Vo ERAS Lo sen (as 0) Cos YA en esta ecuación tenemos por incógnita solamente la relación: COS O d cos a, ? puesto que 1, — 1, y %, — %, se pueden medir sobre la placa fotográfi - ca, bastando conocer la dirección de la vertical, lo que se logra fácil- mente colocando una plomada en lugar conveniente para que ésta apa- rezca en la fotografía. Conocido su valor, pongamos: COS Uy 1 +tang. y e os iy C9mo E =tang. (45% + y), tendremos la pos% COS 4, + Cos au tang. (45 a 1) A qe COS A — cos pa (408) a To COS 4; = cot. + (a, + az) cot. 4 E — 04) de donde, tang. 3 (a, + as) =cot. (45% + y) cot. + (a, —07).....oooo(4) Busquemos el valor que corresponde á a, — dy. Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 333 Es claro que A a a Ci Li PS luego Ca PA ES ES y como o AR = €,, [deducido de (4) ] $ a =+(0 +8) y de las ecuaciones en e, y €, A, = E + M1 = 4 — €y De las ecuaciones (2) y (3), se deduce pu (1, — 11) cos a, Cos 4, (tj — Tz) COS A COS Ay 10 sen €; CANA sen €, Las ecuaciones (1) nos dan los valores correspondientes para 2,, %, y %3, y por lo mismo el punto P, fijada la posición de la línea o —o”. Como se han medido los ángulos verticales ASA'= f,; BS B=8, y USC! = f;, tendremos: y, E 5 dí, lane: 8 coa X tang. 6, Í CANES Ea X tang. fr de, EA o NE coi X tang. $3 Conocida, pues, la dirección de la vertical, basta llevar paralelamen- te á ella, y á partir de los puntos a, b y e, los valores y,, Y, € Ys, tales puntos, que deben estar en línea recta, dan la línea o — o”, que además debe de ser normal á la dirección de la vertical. Midiendo sobre esta línea los valores correspondientes á %,, %, y Y ¿ partir de a”, d' y c', se tendrá con entera precisión el punto principal P, 334 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA y levantando por él una perpendicular á o —o', se tendrá la línea prin- cipal 7—/1. Siguiendo este método se hizo en el Catastro la demarcación de las líneas o—o' y 1—1', obteniéndose éstas con toda perfección. «Ex El constructor ha hecho ya que las correderas colocadas atrás de la cámara fotográfica, estén de tal manera, que el plano de la prueba que- de vertical, y por lo tanto perpendicular al eje óptico. Si suponemos colocado el vidrio despulido en las correderas de la cámara, las imágenes que aparecen dibujadas en él vienen á represen- tar perspectivas geométricas del terreno, siendo propiamente perspec- tivas cónicas sobre cuadros verticales. El vértice del cono de estas perspectivas queda sobre el eje óptico del objetivo y corresponde á su centro óptico. La distancia á que está el cuadro sobre el que aparecen las imáge- nes, con relación al centro del objetivo, que es el punto de vista de la perspectiva, podemos considerarla constante, suposición que está den- tro de lo justo, puesto que operando sobre paisajes compuestos de ob- jetos muy lejanos, sus imágenes vienen á formarse en un mismo pla- no ó plano focal principal. De aquí, que la determinación de la distancia del punto de vista del objetivo al cuadro, se designe muy á menudo con el nombre de “de- terminación de la constante del aparato,” siendo la operación de de- terminarla, de las primeras en ejecutarse antes de emplear el fototeo- dolito. La constante del aparato arregla la longitud de las líneas de vista y con ellas Ja de las líneas de construcción, siendo, por lo tanto, muy im- portante el obtener su valor. En la vista 1 de la lámina V, se ven las tres plomadas A, B y C,sus- pendidas de la balaustrada de uno de Jos corredores del edificio de la Escuela N. de Ingenieros. El fototeodo!ito fué colocado á una distancia que llamaremos D, de la “e1J8.130d0J0309 'UBINA y) “0 "SIH *GZ OULOJ, "9I8Z]yY PEporooS *] Sp SPLIOVLOJA AATTTTRNKÁ LAA REPTaT PA Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 339 + plomada colocada al centro. Se midieron también las distancias A B y BC de plomada á plomada, y se hizo la exposición para obtener la vista fotográfica correspondiente. Se comprende con facilidad, que conocidas las distancias D (figu- ra 5) y las d de plomada á plomada, y medidas estas últimas también sobre la prueba fotográfica d/, la comparación de los triángulos seme- jantes que se forman, dan el valor para x, constante del aparato, ó sea distancia del centro de vista de la perspectiva al cuadro. Figura 5 Ya correcto el aparato y determinada su constante, viene la aplica- ción inmediata del método para el levantamiento del plano, ó en nues- tro caso, para la determinación de las curvas de nivel del pequeño ce- rro del Peñón, para lograr su configuración. Hemos visto, que en tesis general el método fotográfico se reduce á la aplicación del método de intersecciones. Supongamos MN y M'N' (figura 6) las dos pruebas fotográficas obtenidas desde los puntos S y S' para fijar, entre otros, el punto A, que se ha identificado en a y en a, en cada una de las pruebas fotográ- ficas. De la simple medida sobre las placas fotográficas, hecha con rela- 336 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA ción á las líneas de horizonte y principal, podemos deducir los ele- mentos necesarios para la situación, en el plano de proyección, de los puntos del terreno que se han identificado como comunes en las pla- cas M N y MN”. ñ En A Al hacer las observaciones angulares que he indicado ya para el tra- zo de las líneas principal y de horizonte, es fácil visar respectivamente deS y S' para S' y S, puntos de estación que suponemos fijos, para ob- tener así los ángulos PS s' y P' S' s para lo que será suficiente cono- cer los ángulos A A E Sobre la prueba fotográfica pueden medirse: Pa! = z, ada = Ys Pas = yy 0 a = y Designando por f = SP = $ P' la distancia focal, tendremos: tang. y = F AAA (1); tang. y = L ..... (2) Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 337 Por otra parte, para los ángulos de elevación a S a y a, S' ay que designaremos respectivamente por f y f”, tendremos: > ? tane. 6 = = s tang. f' = Sr sustituyendo en estas dos últimas ecuaciones los valores corres- pondientes á S a y S' ay, sacados con relación á la hipotenusa y ca- teto de los triángulos a' S P y ay S' P”, quedará: , = Le o CA PLD t == pe Ea a o Al tang. B VA ME E (3) ang B Va qa ( ) ecuaciones que nos dan los valores para f y ”, ángulos de elevación, con relación á la distancia focal conocida en todos los casos, y á x é y, referidas á los ejes horizontal y principal y que se miden sobre la prueba fotográfica ó placa. Conocida, como nos es, la distancia S, Sy, puesto que nos lo es la de estación á estación, el triángulo S, Ay Sy, nos da los medios para conocer So Ao. Llamando B la base S, Sy, tendremos, en efecto: o B sen S/ AE 0.2% sen [180—-(S, + Sy) ] — sen (S, + Sy) Sas B sen So. B sen $, sen [180—(S, + S')] — sen (S. + Sy) Si designamos por H, y H, las diferencias de nivel entre A y cada uno de los puntos S y S', llegaremos á las ecuaciones siguientes que dan los valores para el punto considerado y de la misma manera para cualquiera otro : H, = Sy, Aj tang. £ H, == 5 UN tang. p' Por todo lo expuesto, se ve, pues, que para poder representar en el plano un punto del terreno, se hace indispensable que aparezca, cuan- do menos, en dos vistas y ser identificado en ellas. Memorias. T. XX V, 1906-1907 —28 338 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA La identificación, sobre las placas ó pruebas fotográficas de los pun- tos del terreno, es una de las operaciones que hacen sea menos rápido el método fototopográfico, pues se requiere un buen ojoltopográfico y una gran práctica para lograr una rápida identificación de puntos. Con el empleo de los estereolevantadores se ha logrado obviar ese inconveniente, siendo lo relativo á tan útiles é ingeniosos aparatos, la última palabra pronunciada en lo que se refiere al adelanto en la apli- cación de la fotografía á los levantamientos de planos. La aplicación combinada del teodolito con el estereoscopio, que per- mite ver en relievelos detalles y accidentes topográficos del terreno, ha llegado á perfeccionarse al grado de que se logra, no solamente la fa- cilidad y rapidez en la identificación de los puntos, sino que con el es- tereolevantador se alcanza aún más todavía: obtener mecánicamente la identificación de los puntos además de las indicaciones correspon- dientes á distancia y cota, por medio de unas reglas graduadas que forman parte integrante del aparato. Los oculares de los anteojos del estereoscopio, están provistos de unos pequeños Índices cónicos, que mecánicamente se ponen en coin- cidencia con el punto por identificar, viéndose el indice en relieve, cuando se ha logrado la coincidencia de los mismos puntos de las dos vistas colocadas en el aparato y entre las cuales se pretende la identi- ficación. En el Catastro, para facilitar la identificacion de puntos, el señor Ingeniero D. Vicente Ortega y Espinosa ideó una ingeniosa combina- ción que, en teoría, corresponde á la que ha servido para los estereo- levantadores. Considero meritoria la labor del Sr. Ortega, porque en la fecha en que imaginó su aparato, no conocíamos en México lo último realiza- do en favor de la fototopografía ó sea en lo referente á estereofoto- grafía. Ya tendré oportunidad de ocuparme detenidamente del aparato ideado por el Sr. Ortega, en ocasión propicia, al tratar sobre estereo- fotografía, cosa que lograré al presentar á esta Sociedad algunos apun- tes sobre este punto. Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 339 Sólo indicaré aquí que en tesis general el principio del método es- tereoscópico consiste en tomar, en el mismo plano vertical, fotografías por pares y á una distancia que se mide viendo estas fotografías ó me- jor aún, las positivas transparentes de estas fotografias, en un este- reoscopio de forma especial. - Las vistas estereoscópicas comunes se toman con una cámara en la que los lentes tienen entre sí una separación equivalente á la distan- cia interpupilar normal, y, por lo tanto, los objetos situados á algunos cientos de metros ya no se ven en relieve. En el levantamiento fotográfico, en que se hace preciso situar pun- tos á muchos metros, se necesita para ellos mayor efecto de relieve, lo que se obtiene tomando dos vistas desde puntos separados; por ejemplo, á 100 metros, lo que haría el efecto de una persona que tu- viera separados los ojos 100 metros. A la distancia entre los dos pun- tos se le designa con el nombre de bose estereoscópica. xx En la lámina VII se ve el esquema que indica los vértices de los poligonales de la red del Catastro que fueron utilizados como puntos de estación, para obtener la configuración del Peñón. Estos puntos fueron escogidos de manera de poder abarcar desde - ellos la mayor suma de detalles, á la vez que éste se presentase en las mejores condiciones posibles para lograr una mayor sencillez en la identificación de los puntos sobre las pruebas fotográficas. De la buena elección de los puntos de estación, depende en mucho, tanto el éxito de los resultados, como el ahorro de placas fotográficas y por lo mismo del costo de las operaciones. Como se ve, del esquema de la lámina VII, ya citada, sólo fueron necesarias seis pruebas fotográficas, tomadas desde otros tantos puntos de la red poligonométrica. ; Al hacer estación, con el aparato montado como teodolito, en el punto que designo A, se visó hacia el vértice denominado Peñón y ha- cia el punto B, vértice de una poligonal de primer orden. En registros 340 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA especiales se hicieron las anotaciones correspondientes á las lecturas hechas en los círculos horizontal y vertical del aparato, para lograr la dirección angular, con relación 4 A—B, base conocida, de A—Pefión, según la cual se hizo la exposición para sacar la vista de esa daa: porción del cerro. Al hacer la estación en A, se visó también hacia dos balizas colo- cadas á distancias conocidas entre sí y al punto de estación, para ob- tener, por el procedimiento que ya he indicado, la rectificación de la constante del aparato. Terminada esta operación, se hizo la sustitución por la cámara, del anteojo y accesorios netos á él directamente, haciendo la exposición A-—Peñón. Transportado el aparato al punto B, se procedió de la misma ma- nera queen A, visando en este caso á A, á Peñón y á C, haciendo las anotaciones correspondientes á las lecturas en los círculos horizontal y vertical; y en seguida la sustitución del anteojo por la cámara para tener, según B-Peñón, la prueba fotográfica que da otra porción del Cerro y una fracción de la parte tomada de A, con puntos comunes. En cada uno de los puntos de estación C, D, E y F se procedió en la misma forma que para A y B, visando, para obtener la orientación de las vistas con relación á cada una de las bases formadas, hacia atrás y hacia adelante, así como para el vértice Peñón, que para este caso especial era fácilmente visible desde cada punto de estación. Suponiendo unos veinte minutos por estación, se ve que las opera- ciones de campo se redujeron á 3 horas de tiempo, más unos 30 mi- nutos para la determinación de la constante, resulta un total de 3 h. 30 minutos. Terminadas las operaciones de campo, se procedió á la identifica- ción de puntos en las positivas sacadas de las pruebas obtenidas en cada estación. Como ya he indicado, esta operación « es la más penosa, sobre todo, para aquellos que carecen de la práctica necesaria, pero una vez ad- quirida ésta se facilita y hace rápidamente la operación. Cada punto identificado fué señalado con el mismo número de or- AT II O A lo Memorias de la Sociedad Alzate. : Tomo 25, A í(A A. A _> A _ Á____ > AT e ñ | 3 Levantamiento Fototopografico ' 1 de / EN l PEÑON E, Durán, Fototopografía.—Figura 7, Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 341 den, en cada prueba fotográfica en que aparecía, como se notará con sólo la inspección de las vistas contenidas en la lámina VII. Señaladas las líneas de horizonte y principal en cada vista, según las cuatro imágenes de las agujas que contiene la cámara fotográfica para definirlas, se trazaron materialmente dichas líneas en cada foto- - grafía y se bajaron perpendiculares á la línea O de horizonte, desde cada punto identificado ó numerado ya en la prueba fotográfica. A partir del punto P, principal ó de intersección de las líneas de horizonte y principal, se tomaron las distancias, á cada pie de perpen- dicular con el auxilio de una tira de papel, en la que se fueron tra- zando cada punto, con su anotación del número de orden, que en la identificación le correspondió. (Ver figura a.) Fig. a, En la hoja de papel en que debe dibujarse el plano, se pusieron pre- viamente cada uno de los puntos de estación marcados con las letras A, B, €, D, E y F, cuyas coordenadas son conocidas por corresponder á vértices de poligonales de la red del Catastro, así como el monumento de primer orden denominado Peñón. Desde cada punto de estación y según las direcciones angulares da- das por el aparato, se trazaron las líneas que señalan la dirección á Peñón, que fué en la que se obtuvo la prueba fotográfica. - A partir del punto de estación y sobre cada una de las líneas que acabo de citar, se tomó la magnitud equivalente á la constante, y en el punto que resultó se trazó una perpendicular P—H, la que prolonga- da á uno y otro lado, nos da la línea H—H, que viene á representar la traza de la línea de horizonte, que tomada por charnela, se hace, según ella, el abatimiento de la vista respectiva. Llevando, pues, sobre esta línea la tira de papel que he representa- do en la fig. a y sobre la cual se han marcado, tomando de la vista fo- | tográfica, las proyecciones sobre la línea de horizonte, de cada punto 342 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA identificado, y señalando sobre esa línea los puntos, con su numera- ción respectiva, tendremos ya sobre el plano, y según su posición re- lativa sobre la línea proyección de la de horizonte, todos los puntos del terreno que se han identificado. Hecha esta operación, para cada punto de estación, lograremos los elementos necesarios para tener representado en el papel, cada punto del terreno. En efecto: suponiendo los puntos marcados 54, por ejemplo, en las líneas H—H de las estaciones hechas en B y C, que corresponden á los identificados y marcados con ese mismo número, en las vistas ob- tenidas en B y C, bastará, con el auxilio de dos hilos fijados por me- dio de una aguja en cada punto de estación, hacer pasar una línea, que en nuestro caso queda definida por el hilo, por el punto 54 seña- lado sobre la línea H—H de la estación B, hasta encontrar el otro hilo que se ha hecho pasar por el punto marcado con el mismo número 54 de la línea H—H de la estación €. Marcado sobre el plano el punto de encuentro ó intersección de los dos hilos, se tendrá fijado en el plano el punto 54 del terreno, y que con ese número quedó identificado en las vistas tomadas desde B y desde C. De esta misma manera se procedió para cada uno de los diferentes puntos que figuran en las vistas, siendo preciso para llegar á las cur- vas de nivel que deben de representarnos el Cerro del Pefión, deter- minar las cotas de cada punto, para así unir todos aquellos que tienen una misma. Haciendo uso de la relación que he dejado consignada antes y que representé por la ecuación UD e se obtuvieron con toda facilidad las cotas todas de los diferentes pun- tos. Al dorso de cada vista se arregló un rayado en la forma que señalo en la figura b, que por sí solo va indicando la manera de llegar á la Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 343 cota del punto, referida al plano general de comparación, teniendo la ventaja con esa anotación de tener en cada prueba fotográfica todos los elementos y datos para la formación del plano. Uniendo por medio de curvas de nivel todos aquellos puntos que tienen una misma cota, se logró la configuración del Peñón, tal y co- mo queda indicada en la lámina adjunta. Algunas de las construcciones situadas á la falda del cerro y que fue- ron identificadas en dos vistas ó más, quedan construidas en el plano, resultando de la comparación hecha con los mismos detalles conteni- dos en los planos formados con los levantamientos comunes, que el método fototopográfico da una precisión completamente aceptable, puesto que los detalles coincidieron en uno y otro levantamiento. En la parte de la Sierra de Guadalupe Hidalgo, se hizo la configu- ración con el auxilio de fototeodolito, siguiendo poco más ó menos la misma secuela que acabo de indicar para el Peñón, siendo, como se comprenderá, en mayor escala y de mucha más importancia las ope- raciones, puesto que se trataba de una verdadera región montañosa y accidentada, en la que sí es muy ventajoso el empleo de la fototopo- grafía. l Al hacer estos trabajos se experimentó, al principio de las operacio-' nes, el poner señales numeradas en el terreno para facilitar la identi- ficación de los puntos en las vistas, abandonándose más tarde, á causa de que esa operación demanda algún tiempo en lo relativo á los traba- jos de campo, no compensando ese tiempo empleado con la economía que resultaba en lo referente á identificación en las fotografías, que en vista de la práctica adquirida, se podía hacer más violentamente, sin necesidad de las señales en el terreno. Para un principiante en el empleo de la fototopografía, sí creo ven- tajosamente útil la señalada, cuando menos de algunos puntos en el terreno, para que se facilite la identificación sobre las fotografías, que como he indicado, es dilatada y penosa, para los que carecen de práctica. 7 344 LIGEROS APUNTES SOBRE FOTOTOPOGRAFIA ES le > Entrar en más detalles acerca de la teoría, aplicaciones y resultados obtenidos en lo que se refiere á la fototopografía y en general á la me- trofotografía, sería, además de alargar demasiado estos ligeros apuntes, asunto propio únicamente de un tratado completo, que ni es adecuado ni pertinente presentar aquí y que estoy muy lejos de poder abordar, pues sólo la simpatía que me inspira el método y el convencimiento que he llegado á alcanzar, de su bondad y ventajas, junto con el deseo vehemente que tengo para que sea estudiado, discutido y aplicado en México, es, como ya he indicado antes, lo que ha hecho me atreva á tratar esta cuestión, procurando dar una idea general del método, con su fundamento y algo de sus aplicaciones en nuestro país. | En todas las naciones del mundo que la civilización ha llegado á co- locar entre las que siempre están al tanto de los últimos descubrimien- tos, para ponerse al nivel científico de toda nación culta, se ha dado la importancia que merece á los estudios emprendidos con relación á la combinación de la cámara fotográfica y el teodolito. Aun cuando desde mediados del siglo pasado se tenían ideas enca- minadas á obtener, muy al principio, de los dibujos ó perspectivas á mano libre, otras aplicaciones distintas de las que se le señalaban co- mo de simples auxiliares, y más tarde con el descubrimiento de Da- guerre, á sacar de la fotografía un gran partido, ha sido, según parece, 4 Beautemps-Beaupré, á quien se debe las primeras aplicaciones de la fotografía á la construcción de planos, no obstante que algunos his- toriadores de la fotogrametría en Alemania é Italia, han tratado de descubrir en autores antiguos, ideas que pongan de relieve la restitu- ción de las vistas en los planos. Sí debo hacer notar que la idea de la transformación de la perspec- tiva panorámica en una superficie horizontal, data de 1827, época en que Puissant ideó, para realizarla, un aparato especial. El Coronel A. Laussedat, uno de los miembros honorarios más dis- tinguidos de esta Sociedad, y que falleció recientemente, ha sido el que Y APLICACIONES DEL FOTOTEODOLITO EN MEXICO. 345 de una manera profunda, emprendió un estudio altamente merito- rio, de una cuestión que ha prestado y está llamada á prestar todavía, grandes beneficios á la Topografía. Las experiencias primero y más tarde las aplicaciones en forma, he- chas por Laussedat, han venido á presentar al método fototopográfico como un adelanto ventajosamente útil en las operaciones de Topogra- fía, y muy especialmente en lo relativo á reconocimientos y levanta- mientos militares. En su interesante obra intitulada «Instruments, Méthodes et Dessins Topographiques» da á conocer los procedimientos, que según la larga y fructífera práctica por él adquirida, son los más adecuados para la aplicación del método, haciendo de su trahajo una obra eminentemen- te útil é importante. Uno de los colaboradores más eficaces y entendidos del Coronel Laus- sedat, ha sido el Capitán Javary, quien de una manera preferente y de- bido á comisión especial conferida por su gobierno, ha hecho estudios con el fin de llegar á los casos en que es más conveniente y ventajoso el empleo del fototeodolito en los usos militares. En general. los trabajos experimentales y aun muchos de los deci- sivos, han sido hechos preferentemente en las aplicaciones militares, llegando á resultados notablemente precisos, teniendo la ventaja, sobre los métodos comunes, de que á la precisión unen la mayor rapidez en las operaciones. Es seguro que nuestro ejército, en donde se ha iniciado una era de verdadero desarrollo y progreso científico, pronto dará la importancia que merece al estudio y aplicaciones del fototeodolito, dando así un paso más en el camino que se ha trazado, para colocarse al nivel de los ejércitos más ilustrados y que están más al tanto de los progresos de la ciencia. México, Octubre de 1908. A ÉL da DE ile e ] ñ e y EA INE : y Ue UA ai Dto) MÉMOIRES DE LA SOCIÉTÉ «ALZATE.» TOME XXV. NOMBRES DE LOS REYES DE MEXICO (ESTUDIO ETIMOLOGICO) Por el Lic. Cecilio A. Robelo, M. S. A. «OBSERVACIONES SOBRE LA HISTORIA ANTIGUA DE MÉxIcCO;» tal es el tí- tulo de un libro, asaz raro, que escribió el ilustrado pedagogo D. Cle- mente A. Neve. De este libro arrancó algunas páginas que publicó en varios periódicos de la ciudad de México. Forma el asunto de esas pá- ginas la etimología ó verdadera significación de los nombres de los re- yes de Anáhuac. Si grande fué la ansiedad con que dimos principio á la lectura de! estudio etimológico, mayor fué el desencanto que expe- rimentamos al recorrer sus líneas, pues sólo pudimos descubrir seu- dologías en cada uno de los nombres de los diversos reyes del Aná- huac. Juzgamos de tan alta estima todo lo concerniente á nuestra historia antigua, y particularmente lo que, atañe á la filología nahoa, por ser muy trascendental para la crítica de esa historia, que nos hemos im- puesto la obligación de señalar á la juventud estudiosa todos los sen- deros extraviados, por más que el viajero que los persiga vaya guiado por la Fama, con tal de que podamos señalar el conocido atajo, aun- que no la amplia y segura senda que sólo puede marcar la sabiduría. Obedeciendo á ese propósito y persiguiendo las huellas de ilustres mexicanistas, vamos á hacer un estudio etimológico que no compren- derá los nombres de todos los reyes del Anáhuac, sino solamente los de los once tecutli ó emperadores de México. 348 NOMBRES DE LOS REYES 1. AcamaricriI.—El jeroglífico de este nombre consiste en una ma- no en acción de agarrar ó asir fuertemente un haz de juncos ó cañas. En la escritura fonética, este símbolo da las palabras acatl (caña ó ca- rrizo), y mapictli (puñado de alguna cosa). Herrera y Clavijero inter- pretan este nombre por cañas en el puño; pero su significación recta es la de puñado de cañas Ó carrizos. : «El nombre de Acamapichtli significa puñado de cañas, y en efecto, su jeroglífico representa una mano empuñándolas.» (Alf. Chav.) Son variantes de Acamapictli, Acamapichtli y Acamapitztli, y pier- den la sílaba tí para tomar el sufijo reverencial tz4n, formando Aca- mapitzin, etc. El empírico Sr. Neve dice que Acamaptietli significa niño de la boca del río. Aun cuando no indica los elementos constitutivos de la pala- bra de donde saca tan extravagante significación, nosotros, que ya va- mos adivinando sus métodos de interpretación, nos figuramos la estruc- tura que le da al vocablo. El nombre del rey, según el Sr. Neve, ha de ser Acamapilli, compuesto de atl, agua, camatl, boca, pilli, niño: «niño de la boca del agua,» pero como el agua no tiene boca sino en los ríos, le pareció más propio decir boca del río, y hé aquí que del primer rey Tenochca nos hizo el Sr. Neve una especie de Moisés en las bocas del Nilo. DE MEXICO. 319 2. HurrzinimurtL.—El jeroglífico de este nombre consiste en la cabe- za de un chupa=mirto ó colibrí con un penacho de plumas. En la es- critura fonética da las palabras, Huitzilin (colibrí), é ¿thurtl (pluma). Por esto dice el Sr. Chavero: «Hurtzilihuitl significa pluma de colibrt.» - Herrera, que lo llama Vaitzilocutli, dice que significa pluma rica. Sigúenza y Góngora lo traduce: Pájaro de riquísima y estimable plu- mería. y Veytia entiende la versión de Sigúenza como metafórica, y significa, según él, Joven de alto talento. Tomando el nombre el sufijo reverencial tzin, se convierte en Hui- tzilihurizin. | Huitzilihuitl, según el Sr. Neve, significa «pajarito de la yerba ó año nuevo.» Aquí sí ni vislumbramos siquiera la interpretación del ilustre pedagogo; porque pajarito de la yerba se dice en mexicano: xiuhtoto- tontli 6 xivuhtototepito, y año nuevo se dice: yancutc aihuitl 6 xtuhyan- cuic; y no encontramos la menor semejanza entre estas palabras y el nombre del yerno del señor de Cuauhnahuac. 350 NOMBRES DE LOS REYES 3. CHimaLPoPOCA.—Un escudo ó rodela (chimalli), acompañado del simbolo del humo, que fonéticamente corresponde al verbo popoca (echar humo), forman el jeroglífico del nombre de este rey. Por esto, el intérprete del Códice Telleriano le da la significación de Rodela hu- MOSO. 4. IrzcomuarL ó IrzcoArL.—El jeroglífico de este rey se compone de una culebra (cohuatl ó coatl), y de unos harpones de que está circuí- da, que representan los dardos de obsidiana (ltztli) 6 pedernal con DE MEXICO. ' 351 que los mexicanos armaban sus flechas. De estos dos símbolos se for- ma la palabra compuesta ltz-cohuatl ó Itzcoatl, que Clavijero traduce: Serpiente de ¡tztli, ó armada con lancetas ó navajas de la piedra itztli, En uno de los Códices que pertenecieron á Boturini, aparece escrito el nombre de ftzcoatl con el siguiente jeroglífico: una olla con agua y debajo una flecha de obsidiana. Esto, en concepto del Sr. A. Chavero, no es una escritura figurativa ni ideográfica, sino más bien un REBUS fonético de los que comenzaron á emplear los tenochca al progresar en su escritura, según iban progresando en civilización. Dice á este propósito el Sr. Chavero: ale fueron (los tenochca) alejándose más y más de los símbo- los figurativos y aun de los ideográficos, para preferir, siempre que era posible, los fonéticos: primeramente siguieron la misma combinación gramatical de las palabras compuestas, y tomaban el sonido completo de los objetos representados, únicamente con la supresión de las desi- nencias y el aumento de las preposiciones que la gramática establecía para el lenguaje hablado: ya esto les dió dos vocales y muchas sílabas simples; pero más adelante, y acercándose ya al abecedario, comenza- ban á tomar el sonido que daba cada figura tan sólo la primera sílaba, y así llegaron á tener en su escritura las cinco vocales é innumerables silabas simples.» : De esto infiere el Sr. Chavero, siguiendo la opinión del Sr. Orozco y Berra, que así como no puede traducirse lízcoatl «flecha de la olla de agua,» sería también impropio interpretarlo por «culebra de obsi- diana.» La consecuencia que deducen los dos ilustrados historiadores no nos parece exacta; porque podría aplicarseá una multitud de nombres que tienen dos ó más jeroglíficos, y en último análisis, se ignoraría el sig- nificado de muchos vocablos. Nosotros creemos que de dos ó más jeroglíficos de un objeto ó de una persona, el más antiguo es el figura- tivo, simbólico ó ideológico, y los últimos son los fonéticos. La escri- tura y la prolación de muchos nombres geográficos ofrecen ejemplos de nuestra aseveración. El Sr. Neve, sin hacer caso del jeroglífico de la CULEBRA rodeada de 3592 NOMBRES DE LOS REYES dardos, ni del de la olla de agua con una flecha debajo, dice que debe escribirse Lxcohuatl y no Ttzcohuatl, y que el vocablo significa: cara de culebra. Ningún jeroglífico, ni figurativo ni fonético, autoriza la inter- pretación del Sr. Neve. Tampoco tiene fundamento en la gramática, porque en el idioma nahuatl, las palabras compuestas de nombre y nombre siempre tienen al fin el nombre que rige, sin excepción. Se- gún esta regla, siendo el cohuatl la palabra que rige, por ser la última, é ixtli la regida, debería traducirse culebra de cara. Cara de culebra seídice en nahuatl Coatlizxtli. Con el reverencial tzin el nombre se convierte en ftzcoatzin ó ltz= cohuatzin. 5. Morecumzoma ÍLHuicamiNa.—Como hubo dos emperadores del mismo nombre, al primero lo distinguieron los mexicanos con el so- bre-nombre de ILmuicamina, y también con el calificativo ha:ehue, vie- jo, que equivale al latino sentor. El jeroglífico de este emperador se refiere á su sobre-nombre, de suerte que ha faltado á los intérpretes el auxilio del símbolo ó de las figuras para determinar la verdadera significación del nombre Mote- cuhzoma. Agréguese á esto, que como los tenochca no pudieron en- contrar combinaciones jeroglíficas para escribir el nombre fonética- DE MEXICO. 353 mente, no se pudo conservar en toda su pureza, y lo pronunciaron de diferentes maneras. La llegada de los españoles cuando reinaba un emperador del nombre de Motecuhzoma vino á aumentar la confusión, pues ya se sabe que de todas las palabras que pasaban por sus labios, hacian los conquistadores un barbarismo. Ha sido, pues, necesario examinar escrupulosamente las diversas opiniones sobre la escritura de la palabra, para adoptar la mejor. Clavijero, interpretando el nombre de Motecuhzoma, refiriéndose al último de este nombre dice: «quiere decir señor indignado; mas no entierido la figura.» ] El sabio D. Fernando Ramírez empezó á escribir un artículo etimo- lográfico de Motecuhzoma IL, pero no llegó á publicarse. Los Sres. Orozco y Chavero han adoptado la escritura Motecuhzo- ma, como la más propia y la que más se acomoda á su jeroglífico figu- rativo ó ideográfico, y dicen que se compone la palabra de mo, vues- tro, de tecuhtli, señor, y 2omale, sañudo, lleno de coraje: Motecuh— 2oma, el Señor ó vuestro Señor sañudo ó lleno de coraje. También es admisible la escritura Moteuiczoma, porque 'es muy frecuente la metátesis en el idioma nahuatl; así se dice necutli ó neuc- tl1, tecuhtla ó teuctli. Es poco usado este nombre con el reverencial tem, pero cuando sele une como sufijo, toma la forma Motecuhzoma- tan. ILkuicamiNa signifiea El que tira flechas hacia el cielo. (Torquem. Clav.) Se compone la palabra de ¿huicatl, cielo, firmamento, y de mina, verbo que significa flechar, asaetar. El jeroglífico de este rey se compone de un cuadrilongo, dentro de cuya área se ven figuradas simbólicamente las estrellas, el curso del sol y el sol mismo, cuyo conjunto da la ¿dea de firmamento (lHlhuicatl); y de una espada ó flecha (Mitl), que está en la parte inferior del cua- - drilongo, que representa la acción de flechear ó asaetar. El Sr. Neve, sin discutir siquiera lo que enseñan los mexicanistas que hemos citado, asienta que el sobrenombre llhuicamina es una adulteración, que debe escribirse Ilhuimitl, é interpretando simultá- neamente el agnomen y el cognomen, dice con suficiencia olímpica que Memorias. T. XX V, 1906-1907, —29 394 NOMBRES DE LOS REYES Motecuhzoma llhuimitl significa: «Tu señor, flechea seriamente en la caza ó en la fiesta.» Yo creo que quien flechea seriamente los jerogli- ficos y la gramática es el Sr. Neve. En el vocablo ¿¿huimitl no hay ningún elemento verbal que pudiera significar flechar ó flechear, como dice el Sr. Neve. l/huimitl, día de fiesta, un día de la semana, y de mitl, flecha; de suerte que significaría «flecha del día de fiesta, ó de un día de la semana.» ¿Tiene esto algún sentido preferible al del cogno- men llhuicamina? 6. AxayacaTL.—El jeroglífico de este nombre consiste en el símbo- lo del agua, corriendo á lo largo de un rostro humano, como si se hu- biera vertido en la parte superior de la frente. D. Fernando Ramírez, interpretando este jeroglífico, dice que la reunión de los dos símbolos dan el fonético axayacatl, ó sea, atl, agua, xayacatl, cara, rostro, cará- tula ó máscara. No dice más el sabio intérprete; ni se atreve siquiera á formar un nombre castellano con los dos elementos que dan fonéti- camente los símbolos del jeroglífico. El erudito Clavijero dice que axayacatl es el nombre de una mosca del lago, y que significa rostro de agua; por lo cual el jeroglífico repre- senta un rostro humano, sobre el cual se ve el dibujo ó símbolo del agua. No obstante esta explícita interpretación del jesuíta veracruzano, el Sr. Ramírez, como lo hemos hecho observar, se abstiene de formar DE MEXICO. 305 el nombre castellano del rey; y esta circunstancia nos acabó de deci- dir á exponer una nueva opinión sobre la etimología del nombre del tecutli mexicano. Nuestro gran historiador Orozco y Berra reproduce lo expuesto por Clavijero y Ramírez, y agrega, que como los nahoas ponían á los niños el nombre del primer objeto que á la vista se pre- sentaba, acaso el nombre del rey se derive de axaxayacatl ó axayacatl, «cierta sabandija de agua como mosca,» ó sea «la mosca propia de los lagos mexicanos,» esto es, el mosco que produce el ahuauhtls. Nosotros creemos que axayacatl significa, no cara de agua, sino ca- ra del agua. En el primer caso agua es un ablativo de materia, y en el segundo es genitivo. El mosco que produce el ahuauhtli se posa en la superficie de los .lagos, en espacios de grande extensión, y por eso los mexicanos llamaban á esos moscos cara del agua, como en gene- ral llamamos cara de alguna cosa lo que forma su superficie ó está in- mediatamente sobre ella. Confirma esta opinión la reduplicación de la sílaba xa en Xaxayacatl, pues en el idioma nahuatl se emplea la re- petición de la silaba inicial de una palabra para significar la plurali- dad. En el caso de los moscos de los lagos, bien puede expresar la palabra «axaxayacatl,» ó la gran cantidad de moscos que cubre el agua, ó las muchas partes del lago que están cubiertas con los mos- cos ó sus huevecillos que forman el ahuauhtls. Fundados en esta exposición, nos aventuramos á afirmar que el je- roglífico no es privativo del rey mexicano, sino que se refiere á los moscos del lago que forman la cara del agua; y al niño Axayacatl, se le dió este nombre como se daban otros más extravagantes á los per- sonajes más encumbrados, siguiendo la costumbre que menciona el Sr, Orozco y Berra, de dar á los infantes el nombre del objeto prime- ro que se les presentaba á la vista. El Sr. Neve, sin fundamento ninguno, rechaza la ortografía del nom- bre del rey y expone un neologismo tan arbitrario como estólido. Di- ce que el nombre del sexto rey tenochca fué Axalacatl, y que significa: «Carrizal en arena con agua» ó «Carrizal en agua junto al arenal.» No comprendemos cómo pueda cohonestar el Sr. Neve esta significación con los signos del jeroglífico. Además, la gramática repugna la signi- 356 NOMBRES DE LOS REYES ficación del vocablo inventado por el mexicanista Neve. Si admitiéra- mos su existencia, tendría que traducirse «Carrizo de arena de agua.» ¿[issum tentatis, amiei? Para concluir diremos, que el sufijo reverencial tzin le da al voca blo la forma Axayacatzim. 7. Tizoc.—Este nombre ha dado lugar á muchas interpretaciones. El jeroglífico representa una pierna sembrada de puntos negros. A veces esta pierna tiene junto á sí ó hincada en ella una espina ó pun- zón que representa el instrumento con que se hicieron los agujeros ó puntos de que aparece sembrada. Otras veces el jeroglífico consiste en un cuerpo humano pintado todo con puntos negros. Unos autores, entre ellos CGlavijero, considerando esos puntos negros como agujeros, aseguran que Tizoc significa agujereado. Otros, como D. Fernando Ramírez, fijindose nada más en el aspecto negruzco de la pierna ó del cuerpo, por los puntos negros de que están cubiertos, dicen que el simbolo equivale á la palabra tiznado. Ninguna de estas dos interpretaciones nos parece acomodada á la escritura fonética de la palabra. Si, como dice el jesuíta veracruzano, significara el vocablo agujereado, se hubieran empleado las voces co- DE MEXICO. / 307 yonalli 6 xapotlalli, derivados de coyonía, xapotla, agujerear. La acción de tiznar se expresa con el verbo contlilhuía, y la cosa tiznada con el participio tla—contlilhuilli derivado de contlilla, compuesto de comitl, olla, y de t/illi, negro, negrura; «lo negro de la olla,» esto es, el tizne ú hollín. Se ve, por lo expuesto, que entre el nombre Tizoc y los vo- cablos mexicanos que expresan la idea ó la acción de agujerear y de tiznar, no hay ninguna relación. El Sr. Neve, seducido por la homofonía de la palabra nahoa tiz0c y la castellana tizón, y apoyado acaso en la interpretación del Sr. Ramí- rez, afirma que Tizoc significa tizón. Esto nos recuerda la etimología que dió un médico, de uretrostenia,' «tenía (solitaria) en la uretra.» El Sr. Orozco y Berra, observando que en uno de los jeroglíficos se pinta una espina picando la pierna, interpreta que el signo husttztli, éspina, pasa de nombre á verbo y suena 20, sangrar, y 2020, ensartar, con las ideas análogas de picar, punzar, atravesar; y conjeturando que la pierna del jeroglífico se toma en el sentido de persona, infiere que Tr- z0c significa el sangrado, aludiendo á la práctica religiosa de los.mahoas de sacarse sangre con una espina de alguna parte del cuerpo. En los Códices Telleriano Remense y Vaticano hay otro jeroglífico de Tizoc, que consiste en una piedra (tetl) traspasada por una espina (huitetli). El mismo historiador Orozco y Berra, interpretando esta variante, dice que tetl en la escritura jeroglífica toma el significado de persona, porque la radical te es un pronombre personal, y que la pin- tura de los Códices arroja silábicamente Te-z0c, persona sangrada ó sacrificada. Agrega el ilustre sabio que como Tezoc 6 Tezoní significa sangrador, el compuesto quedaría anfibológico porque la idea que se pretende expresar es la pasiva, y que para evitar la anfibología, se sus- tituye el pronombre te por el de igual clase ti, y se obtiene la forma genuina Tizoc, el sangrado, el sacrificado. Grande admiración le causa al Sr. Orozco la estructura de esta pa- labra, y, arrebatado por su entusiasmo, cree hallar en ella una página de la historia de la escritura jeroglífica de los mexicanos. Protestando 1 Estrechez en la uretra. 358 NOMBRES DE LOS REYES nuestros respetos á la memoria del sabio mexicanista, nos tomamos la libertad de diferir de sus opiniones, y para no merecer por este de- sacato los golpes de la censura, dilucidaremos la etimología hasta don- de lo permitan la obscuridad de la materia y la deficiencia de nuestras fuerzas. En el vocablo Tizoc, por más que haya denotado la persona de un rey, no vemos nosotros el camino que seguían los signos jeroglíficos desde el simbolismo y la ideografía hasta el fonetismo. Todos los je- roglíficos de Tizoc son, en nuestro concepto, puramente ideográficos ó simbólicos, y no les atribuimos ningún carácter fonético. Según el Sr. Orozco y Berra, el fonetismo llegó entre los mexicanos hasta po- der escribir un jeroglífico como los escolares escriben ¡á la bandera, soldados! pintando un ala, una bañdera, un sol y dos dados. No, los nahoas no llegaron al rebus. Su fonetismo se redujo á tomar las ini- elales, silabas ó letras, de las palabras, como un medio mnemónico, y sólo empleaban toda la palabra cuando era monosilábica. Así vemos en el jeroglífico fonético de ltzcoatl que, para significar coatl, pintan una olla, comitl y el signo simbólico del agua, atl. Del comitl sólo to- man la sílaba co que unido á atl, forma la palabra coatl, culebra. Esto equivale á que nosotros representáramos la palabra culebra, pintando una cuna, un lebrillo y un brazo, para tomar después, cu le bra. Se ve, pues, que el fonetismo de los mexicanos en su escritura jeroglífica era muy imperfecto y que estaba muy lejos del rebus moderno. Si los te- nochca hubieran empleado dos objetos, cuyos nombres empezaran, el primero con la sílaba ti y el segundo con la sílaba 20 ó z0c; podrían haber pintado una bola de pintura blanca tizatl y una codorniz, 20lín. Ni la pierna, ni los puntos negros de que está sembrada, ni la piedra, ni la espina, ninguno de estos objetos que están en los jeroglíficos nos dan fonéticamente tizoc. El Sr. Orozco extrae la sílaba ti de te, inicial de tetl, piedra, y dice que te y ti son pronombres equivalentes y que denotan personalidad. El primero sí la significa, y por eso se incor- pora con los verbos transitivos cuya acción recae en una persona, a diferencia de ¿la que se une á los verbos cuya acción recae sobre cosas ú objetos inanimados; así se dice tla-cuana, el que come (alguna co- DE MEXICO. 359 sa), te-cuan:, el que se come (á otro, á una persona), esto es, la fiera, el animal carnicero. La fuerza de esta observación hace confesar al Sr. Orozco que Te zoc sería anfibológico, porque significa el sangrador, y sustituye el pronombre te con ti que, según él, expresa la idea pasi- va, esto es, el sangrado. Esto último no es exacto. Ti es pronombre personal de la segunda persona del singular y de la primera de plural de los verbos; verbigracia, tú nemi, tú vives ó nosotros vivimos. Te es un pronombre personal relativo é indefinido, que equivale á «cualquie- ra,» «alguno,» «otro;» por ejemplo, ni—te-tlazotla, yo amo á alguno; ti- te-ilazotla, tú amas á otro. Decir, pues, que te y ti en el nahuatl son equivalentes y que uno expresa la idea activa y el otro la pasiva, es lo mismo que hacer en castellano idénticas afirmaciones de los pronom- bres tú y cualquiera, otro, alguno. Si pues, ti difiere tanto de te, no puede sustituirlo convirtiendo tezoc en tizoc, como pretende el Sr. Oroz- co y Berra, y en consecuencia, falta la base del edificio que se quería construir. Examinemos el segundo elemento fonético formado por el Sr. Oroz- co. Dice que zo, sangrar, sacrificarse picándose una parte del cuerpo, procede de hurtztli, espina, cuya radical hurtz se convierte en el verbo 20, y se torna de ideológico en fonético. Confesamos que no compren- demos el procedimiento de nuestro sabio historiador al convertir el sustantivo huitztli (espina) en el verbo 20 (sangrar). Empero, como es una ley filológica universal, que las transformaciones de las palabras se hagan conservando siempre las letras radicales, y en la transforma- ción de que se trata se ha infringido esta ley, podemos asegurar que, cualquiera que sea el método empleado por el Sr. Orozco y Berra, es arbitrario, y que sólo obedece al deseo de convertir los signos ideográ- ficos y simbólicos en meramente fonéticos. Si, porque la cadena es símbolo de esclavitud, deriváramos el verbo esclavizar del sustantivo cadena ¿podiamos decir que cadena era un signo fonético de esclavi- tud? La espina ó púa de maguey era entre los nahoas un símbolo del sacrificio por la sangría, pero ese símbolo nunca pasó á ser fonético. Los jeroglíficos de Ttzoc son todos, en nuestro humilde concepto ideológicos ó simbólicos, y significan el sangrado, pero sin ningún ele- 360 NOMBRES DE LOS REYES mento fonético. La palabra está compuesta de zoc, sangrado, participio de 20, sangrarse, y del prefijo ti que hace las funciones de partícula expletiva yuxtaponiéndose á los nombres, á los adjetivos y á los par- ticipios que hacen las veces de los segundos. Tizoc en la forma reverencia] se dice Tizocizin y Tizocatein. 8. AnurrzorL.—El jeroglífico representa un cuadrúpedo rodeado del simbolo del agua. Este símbolo da fonéticamente el vocablo atl, que incorporado en la palabra da el prefijo a y significa agua. El nombre del animal es huitzotl, que no sabemos lo que significa, ni mucho me- Mos SU etimología, porque en ningún autor, desde Torquemada hasta Hernández, se encuentra el nombre en su estructura de simple, ni se conoce en la fauna mexicana algún animal que se llame huztzotl. Si pues el jeroglífico no da el nombre de hurtzotl, es evidente que los es- pañoles lo oyeron de viva voz de los indios, y sólofasi pudieron saber lo que significaba el primer elemento del jeroglífico. y Así como los indios decían Amiztli (atl-miztli), león del agua, axo- lotl (atl-xolotl), muñeco del agua, para distinguir á estos acuáticos de otros animales que sólo eran terrestres; de 'la misma manera, para distinguir al huttzotl terrestre (animal que no conocemos) del anfibio, designaron á este último con el nombre de ahuitzotl. DE MEXICO. 361 - Pero si no conocemos al hurtzot!, en cambio el ahuitzotl nos es muy conocido. Molina dice que es «cierto animalejo de agua como perrillo.» Sigúenza lo compara con la nutria y dice que es animal palustre. Cla- vijero lo describe diciendo, que es un cuadrúpedo anfibio, que vive por lo mismo en los ríos de los países calientes, que mide un pie de lar- go, tiene el hocico largo y agudo, la cola grande y la piel manchada de negro y pardo. En algunos ríos del Estado de Morelos hay unos cuadrúpedos anfi- bios que los moradores de las riberas llaman perros de agua. En las rápidas del rio Verde, en Tlaltizapán, después de su confluencia con el río de Yautepec suelen verse estos animales. A juzgar por las descrip- ciones de los autores citados, el perro de agua que tiene su morada en nuestros ríos es el ahuttzotl. 7 Aunque entre los indios contemporáneos el perro de agua está re- putado como un animal feroz y extravagante, pues es fama entre ellos que sólo salen á la superficie del agua cuando el sol pasa por el meri- diano y se adelanta furioso hasta la margen de río para acometer al que desgraciadamente tropieza con sus miradas, sin embargo, nada es tan aterrador ni tan fantástico como lo que dice el P. Sahagún sobre el ahuttaotl. «Hay un animal en esta tierra—dice el franciscano historiador— «que vive en el agua, y nunca se ha oído, el cual se llama Avitzotl, es «de tamafío como un perrillo; tiene el pelo muy lezne y pequeño; tie- «ne las orejitas pequeñas y puntiagudas, así como el cuerpo negro muy «lizo, la cola larga, y al cabo de ella una como mano de persona; tie- «ne pies y manos, y son como de mona: habita este animal en los pro- «fundos manantiales de las aguas, y si alguna persona llega á la orilla «de donde él habita, luego la arrebata con la mano de la cola, y le me- «te debajo del agua y le lleva al profundo, luego turba á ésta y la ha- «ce vertir y levantar olas, parece que es tempestad de agua, y las olas «quiebran en las orillas, y hacen espuma; y luego salen muchos peces «y ranas de lo profundo, andan sobre la haz de la agua, y hacen gran- «de alboroto en ella, y el que fué metido debajo, allí muere, y de allí «á pocos días, el agua arroja fuera de su seno el cuerpo del que fué 362 NOMBRES DE LOS REYES ' «ahogado, y sale sin ojos, sin dientes y sin uñas, que todo se lo quitó el Avitzotl: el cuerpo ninguna llaga trae, sino todo lleno de cardena- «les.» El Sr. Orozco y Berra, de quien tomamos en parte la cita que he- mos hecho de Sahagún, dice á propósito de ella: «Cuadró tan bien su nombre al mexicano rey, mostróse tan dañino y calamitoso para pro- pios y extraños, que su apellido se hizo sinónimo de vejación y de mo- lestia. Hoy todavía, como herencia de los tiempos antiguos, cuando una persona nos molesta atosigándonos de una manera insoportable, acostumbramos decir, fulano es mi ahuizote.» Uno de los periódicos de oposición más vehemente á la administra- ción de D. Sebastián Lerdo de Tejada, sintetizó todas sus iras y sus aceradas burlas, tomando el nombre de El Ahuizote. El Sr. Neve, que camina unas veces por la amplia vía de las gene- ralidades, y otras, por la estrecha senda de lo concreto, afirma que ahuntzotl significa «cocodrilo» ó «animal de agua.» Ambas aseveraciones del agua es atlan nemíni. Convendrá con nos- otros el estudioso pedagogo en que los elementos del jeroglífico serian muy diversos para dar fonéticamente ya sea el nombre concreto de «co- codrilo,» ya el genérico de «animal del agua.» El nombre propio Ahusrtzotl, como el de todos los reyes, toma el su- fijo reverencial tzin, y entonces ofrece la forma de Ahuitzotzin. DE MEXICO. 363 9. Mocrezuma.—Después de muchas investigaciones etimográficas han convenido los mexicanistas en que el nombre de este rey es Mo- tecuzoma, y por metátesis Moteuczoma. Al estudiar la etimología del nombre del 5* rey, que también se lla- mó Motecuzoma, hicimos la exposición de las opiniones de Clavijero, y de los Sres. Orozco y Cihavero, y nos abstuvimos de discutirlas, con la reserva de que esa discusión nos diera materia para este artículo. Además, como el jeroglífico del 5” rey se refiere al cognomen Jlhuica- mina, y no al agnomen Motecuzoma, crelmos que sería más oportuno hacer la disquisición de la etimología cuando se tuviera á la vista el jeroglífico correspondiente. Este consiste en un copilli 6 sea la especie de mitra con que se co- ronaba 4 los reyes mexicanos. En algunas pinturas (como la que te- nemos al frente de este artículo), hay además del copilli una figurilla cuya significación se ha escapado á la perspicacia de los intérpretes. El Sr. D. Fernando Ramírez, al escribir su erudito artículo sobre Moc- tecuzoma lhuicamina, publicado en el Diccionario Universal de His- toria y de Geografía, ofreció escribir otro sobre el segundo Motecuzo- ma; pero los editores de la obra citada hicieron saber por medio de una 364 NOMBRES DE LOS REYES nota, que la salida repentina de la ciudad de México le había impedi- do al Sr. Ramírez concluir el artículo, que ya tenía muy adelantado; y aunque ofrecieron publicarlo en el suplemento de la obra, no se en- cuentra en ella. Sin el auxilio de ese faro y sin más guía qne nuestro propio estrecho criterio, procuraremos dilucidar tan dudosa etimo- logía. El ilustre jesuíta Clavijero dijo que Motecuzoma «quería decir señor indignado, pero que no entendía la figura,» esto es, el jeroglífico del copalli. Los Sres. Orozco y Berra y Chavero adoptan esa significación, y, ex- plicándola, agregan que la palabra se compone de mo, vuestro, de te- cutli, señor, y de zomale, sañudo, lleno de coraje. El primer elemento componente del nombre es el vocablo mo, que gramaticalmente tiene los caracteres de adjetivo posesivo, de pronom- bre reflexivo ó de adverbio. Como adverbio sólo se usa en sentido in- terrogativo, significando «¿no es verdad? ¿no es asi? ¿mo tiguitaz? ¿no es que lo has de ver? Como pronombre reflexivo se antepone al verbo yuxtaponiéndose en la tercera persona del singular y del plural, y sig- nifica «el se ó ellos se,» momahuszpoloa, él ó ellos se deshonran. Ade- más, cuando el complemento del verbo no está expresado, precede 4 los pronombres indefinidos te, alguno, tla, algo, v. g.: motecuitlahura, él cuida á alguno, motlacuitlahuia, El cuida algo, alguna cosa. Como adjetivo posesivo significa, «tu, tus,»"se une á los sustantivos y á las posposiciones, yuxtaponiéndose, v. g.: moptl, tu hijo, motlahuan, tus tíos, motloc, contigo. El segundo elemento de la palabra es tecutli, que, por estar en com- posición, pierde la sílaba final, y se convierte en tecu ó teue, por la me- tátesis. Tecutli significa «noble, gentilhombre, señor, personaje eleva- do, primer magistrado.» El tercer elemento del nombre es ¿uma ó zoma, verbo que significa «enojarse, indignarse, fruncir el ceño.» : Hecho el análisis de la palabra, pasemos á sintetizarla. No podemos tomar el elemento mo con el carácter de adverbio, por- que sólo se usa en sentido interrogativo, como hemos visto ya, y ade- DE MEXICO. 365 más, no entra en composición sino en la forma ¿monel? y con la sig- nificación que queda señalada. Excluída esta forma del primer elemento, examinaremos las otras dos. Como adjetivo, en composición con el sustantivo tecutlz, forma la palabra motecu, tu señor, y no «vuestro señor» como traducen los seño- res Orozco y Chavero, pues «vuestro» se dice en mexicano amo. Uni- da la palabra compuesta al tercer elemento zoma, que se halla en ter- cera persona del singular del presente de indicativo, se completa la significación diciendo: tu señor se enoja ó tu señor frunce el ceño. Co- mo esta locución ó frase aparece impropia para formar un nombre propio de persona, le han dado otra forma los intérpretes que cuadre más con la ideología, y han dicho: tu señor enojado, ó simplificando más: señor sañudo. Pero si tal fuera la verdadera significación del nom- bre, el vocablo mexicano sería Motecuzomale, ó simplemente Tecuzo- male, porque «sañudo, enojado» no es 20ma sino zomale. Hemos dicho que como pronombre reflexivo la palabra mo se ante- pone al verbo yuxtaponiéndose en la tercera persona del singular y del plural, y que equivale á la partícula castellana se, motlahuelpoloa, se desespera, motzoncus, se venga. De tal manera se liga la partícula mo con los verbos, que permanece unida con ellos en sus derivados, ya sean éstos participios de presente ó ya adjetivos sustantivados; así de los dos verbos que hemos puesto como ejemplo, se forman motlahuel- poloani, que se desespera, desesperado; motzoncuinz, vengativo, que se venga. No siendo verbo sino sustantivo tecutlz, el segundo elemento de la palabra que se discute, es claro, que el elemento mo no puede tener la significación del pronombre reflexivo se. Sería necesario que tecutli fuera derivado de un verbo y que éste admitiera la forma de re- flexivo para que pudiéramos suponer que los dos elementos eran un derivado que conservara la misma forma. Pero no es así; tecutla no se deriva de un verbo reflexivo sino de un transitivo te-cus, cuidar á al- guno, y para que no revistiera la forma de reflexivo habría que supri- mir el pronombre personal te, «otro,» «alguno,» pues las dos formas de reflexivo y de transitivo se excluyen una á la otra. Sube de punto la 366 NOMBRES DE LOS REYES dificultad cuando se advierte que tecutli está yuxtapuesto á zoma, ver- bo, ó á zomale, adjetivo. Habría que formar un verbo reflexivo de los dos elementos ó un derivado de dicho verbo, para que unido á la par- tícula mo formara un sustantivo ó participio activo; pero tal cual se ha convenido en escribir la palabra Mo-te-cu—z0ma, no hay en el idioma nahuatl un verbo de donde se derivara tecuzoma. Es verdad que mo se une también á los verbos sin que tenga la significación de se, sino simplemente como signo de tercera persona, y entonces no repugna yuxtaponerse á los pronombres tla y te de los verbos transitivos; y si suponemos que tecutli está derivado de te-cus, cuidar á alguno, podre- mos decir motecuz, cuida á alguno; pero esta hipótesis de nada nos aprovecha en la discusión, porque adulteraríamos la significación de la palabra tecutli, señor, cambiándola en cuidador, guardador, y no estariamos de acuerdo con el jeroglífico, donde el copilli es signo re- presentativo de señiorlo, majestad, dominio, y no de cuidado ó vigilan- cia. Sería necesario abrir nuevas sendas á la disquisición para inqui- rir si es exacta la escritura de la palabra Motecuzoma, ó lo que es lo mismo, discutir de nuevo la etimografía, ó como dicen algunos filólo- gos, la etimolografía. Empero, ese estudio, lo confesamos, es superior á nuestras endebles fuerzas. , El jeroglífico que trae el P. Clavijero tiene en la frente del rey un animalejo como insecto, y á esta figurilla se refiere cuando dice que no la entiende. Nosotros después de muchas meditaciones, creemos que hemos lle- gado á alcanzar la significación de la figurilla. Esta, como hemos di- cho, representa un insecto. Cuando sentimos que se nos posa ó anda en la frente algún animalillo, arrugamos ó fruncimos instintivamente el ceño; y como esto mismo hacemos cuando experimentamos enojo, coraje ó displicencia, los tracuilos ó pintores mexicanos adoptaron en su jeroglífico la representación del insecto posado en la frente para sig- nificar la connotación del verbo mo-¿uma, «se enoja,» «tiene ceño,» etc., etc. Aceptada esta interpretación se puede asegurar que los dos ele- mentos del jeroglífico son ideográficos. La palabra Motecuhzoma ó Moteuczuma ofrece la particularidad de DE MEXICO, 367 que el sustantivo tecutli se encuentra entre la partícula reflexiva «Mo» y el verbo ¿oma ó zuma; pero esto es muy común en el idioma na- huatl, como se observa en la palabra mo—cihua-200. La mujer se san- gra ó sangrada, «mo-z=tuh-cahua, el año se pasa ó se deja.» Hemos dicho que para distinguir al rey Moteuczuma primero del segundo le dieron á éste el nombre de xocoyoutl ó reverencialmente Xocoyotzin. Esta palabra, de la que se ha formado en el idioma cas- tellano el aztequismo Socoyote, significa «el hijo menor.» Para expli- car el origen y la etimología de la palabra mexicana hemos escrito en el Diccionario de Aztequismos lo siguiente: XocoyorL. El último, el más joven de los hijos. Sirve también para designar un personaje que es el último del nombre, como Moteuczu- ma Xocoyotl, ó reverencialmente, Xocoyotzin, Moteuczuma el joven, el último, ó Moctezuma II. A este propósito dice Clavijero: «Los Mexica- «nos llamaron al primer Moteuczuma Huehue (Viejo), y al segundo « Xocoyotzin; nombres equivalentes al senior y jumior de los latinos.» Xocoyotl se compone de xocotl, fruto ácido, agrio, y de yotl, desinencia con que se forman nombres abstractos que significan el sér de la co- sa ó lo que pertenece ó es anexo á ella; así de teotl, dios; de la misma manera, de xocotl, se forma xocoyotl, fructificación. De un matrimonio que ha tenido prole, se dice en mexicano que es xocoyo, esto es, que ha sido fructuoso, y el último de los hijos es el complemento de la frue- tuación, y de aquí vienen las ideas de último hijo, el más joven. 368 NOMBRES DE LOS REYES 10. CuirLanva.— Clavijero no trae la significación del nombre de es- te rey ni describe su jeroglífico. El Sr. Orozco y Berra, fundándose en una lámina del Códice de Mendoza, participa de la opinión de los que aseguran que este rey to- mó su nombre del pueblo de Cuitlahuac, situado entre los lagos de Chalco y de Xochimilco, llamado hoy Tlahuac. Si porque fué dueño ó mandarín de ese lago, ó porque nació. en él, tomó el desventurado príncipe, víctima de las viruelas, el nombre geo- eráfico como nombre patronímico, entonces, la cuestión queda redu- cida á fijar una etimología geográfica. Pero el Sr. Orozco y Berra, al dar la etimología, se refiere al nombre de la persona y no al del lu- gar. Así, vemos que dice: «La etimología arrojada por los signos grá- ficos, viene de cuitlahuac, excremento; la sección del canal en que el signo está contenido, suena apan y huac, de donde el compuesto cus- tla huae. Hua es partícula que indica posesión, de manera que se podría interpretar, poseedores de excremento, tomado en el sentido de que disponían (¿quiénes?) del producto del lago llamado tecuitlatl. El Sr. Orozco y Berra cree más segura la etimología de cuttlatl— huacqui, excremento seco ó enjuto. Como la figurita del jeroglífico es, en efecto, un mojoncillo de ex- cremento, es probable que tal sea la significación. Pero la estructura de la palabra no está adecuada á la indole del idioma nahuatl; porque DE MEXICO. 369 z cuando la palabra se compone de sustantivo y adjetivo, éste va común- mente antepuesto, así es que se dice, 2ztacihuatl, mujer blanca, huey- mapil, dedo grande (el pulgar). Si admitiéramos como exacta, en to- da su generalidad, la regla que asienta el malogrado filólogo Macario Torres, cuando dice que el adjetivo va siempre antepuesto al sustanti- vo en los vocablos compuestos, tendríamos fundamento para desechar la última etimología, porque, ajustándose á esa regla, la palabra debe- ría presentar esta forma huaccuitla, para significar, «caca seca;» pero esa regla no es general; hay muchos vocablos compuestos en que el adjetivo va pospuesto, tales son entre otros muchos, atliztac, aguas blan- cas, tepechichaleo, cerro colorado. El Sr. Neve ha venido á poner término á las dudas que existieran sobre el significado de la palabra, pero desgraciadamenle no ha hecho lo mismo respecto de la etimología. Con la misma serenidad que las pitonisas abrían los labios para pro- ferir los oráculos ante el mundo pagano, el Sr. Neve Je ha dicho al mundo de los sabios: Cuitlahua 6 Cuitlacuatzin significa tigrecillo del monte. Con esta aseveración ha hecho otro descubrimiento el Sr. Ne- ve, nos ha dado á conocer que en la escritura jeroglífica azteca, el ex- cremento es simbolo ó signo representativo de los tigres del monte. El Sr. Neve se ha dejado seducir, tal vez, por la final tzón, y ha creí- do que el elemento capital del vocablo era tlacuatzin (tlacuachi) y con- virtió á este humilde marsupial en tigrecillo del monte. Pero el error salta á los ojos, la final tzín no es más que la partícula reverencial que sirve de sufijo á los nombres de todos los reyes, significando grandeza ó majestad. Memorias. T. XX V, 1906-1907.—30 370 NOMBRES DE LOS REYES DE MEXICO 11. Cuaumremoc.—Todos los historiadores, desde el P. Durán basta el Sr. A. Chavero, y todos los amantes de la filología nahuat!, desde Boturini hasta Neve, están de acuerdo en que el nombre de este rey ó tlacatecutli azteca significa águila que cayó. Esta significación se ha tomado del jeroglífico, cuyos elementos pictográficos son, ó un águila con la cabeza hacia abajo en señal de descender, ó sólo la cabeza (co- mo el dibujo de este artículo) acompañada de la huella del pie huma- no, con la marca de los dedos hacia la parte inferior. Estos elementos reducidos al lenguaje fonético han dado las palabras cuauhtli, águila, y temoc bajó. El verbo temo, bajar, está indicado en el jeroglífico con la actitud del águila que se abate, ó con la planta del pie que, cuando se pinta con los dedos hacia abajo, expresa el verbo ni-temo, yo bajo, á diferencia del caso en que los dedos se pintan ha- cia arriba, que se traduce niteco, yo subo. El nombre de este rey fué verdaderamente profético, y por esto ha- ce observar el Sr. Chavero la rara coincidencia de que el valeroso mo- narca que debía caer y perderse en su pueblo, se llamase El águila que cayó. Cueruavaca, Febrero 1909. INDICE DEL TOMO XXV DE MEMORIAS TABLE DES MATIERES DU TOME XXV DES MÉMOIRES BURCKHARDT (C.)—Sur le climat de l"Époque Jurassique............. CHAcóN (J. M.)—Elementos del Cometa Morehouse........oo.o....... CONZATTI (C.)—Las Criptógamas vasculares de México. (Les Cryp- togames vasculaires du Mexique.)..oooooccoocooccccnnr re DURAN (G.) Ligeros apuntes sobre Fototopografía y aplicaciones del ¡ Fototeodolito en México. (Notes sur la Phototopographie et application du photothéodolite au Mexique.) .......ooo...... (G£NDARA (G.)—Nueva especie de un hongo del género Microsphaera. Lams. 1 y 11. (Une nouvelle espece de champignon du genre IE CROSPRACTA NE oleo a dea — Nota acerca de las enfermedades fungosas del maguey......... HíJAR Y HARO (L.) —Apuntes sobre los yacimientos minerales de Cam- po Morado, Estado de Guerrero. (Les gisements métallife- RES: CANT? OM OT EOS A A O ER TO JONGHE (E. DE )—El Calendario Mexicano. Ensayo de síntesis y de CONTA ACI NS oa Olot LEAL (M.)—Algunos datos para el estudio del régimen de los vientos coneón Mamas UI dla ld ela a e MENDEZ (J.)—Notas acerca del empleo del planímetro. (Notes sur Remplonduplanimeliren a la AU Ds NAVARRO (D. V.)—El cobalto en el Estado de J ALSO: (Le cobalt dans EEE RC TOSCO SS e METERS A NS O SO OROPESA (G. M.) —El Ferrocarril cional de Tehuantepec y los puer- tos de Coatzacoalcos y Salina Cruz.. (Láms. VIIIL-XTD)........ RENAUDET (G.) —L'évolution de la matiére et la Plasmogénie........ RoBELO (C. A.) —Nombres de los reyes de México. Estudio etimológi- co. (Noms des rois du Mexique.)............. O O A SANCHEZ (P. C.) —Estudio sobre la compensación de las direcciones azimutales en una estación. (A£tude sur la compensation des directions azimutales dans une stati0N.).........o.oooooooo.... Páginas 45- 49 289-292 59-176 319-345 233-244 293-305 245-252 197-231 251-287 253-256 51- 57 307-318 11- 31 347-370 5- 15 372 INDICE. Páginas SANCHEZ (P. C.) —Estudios sobre el péndulo. (Etudes sur la pendule.) 33- 43 UrquiJo (L.) —Estudio acerca de los reconocimientos y elecciones de los vértices en las triangulaciones topográficas y geodésicas. (Sur les reconnaissances et élections dessommets dans les triangulations topographiques et géodésiques.)............. 177-195 FIN DEL TOMO XXV DE MEMORIAS, SOCIÉTE SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE” MEXICO. FONDÉE EN OCTOBRE 1884. Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo Beltrán y Puga, Ricardo E. Cicero et Manuel Marroquín y Rivera. Président honoraire perpétuel. M:. Ramón Manterola. Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil directif.—1909. PRÉSIDENT.—Dr. D. Eduardo Licéaga. VICE-PRESIDENTS.—Ing. Gabriel M. Oropesa et Dr. Daniel Vergara Lope. SECRÉTAIRE.—Prof. Manuel Moreno y Anda. VICE-SECRÉTAIRE.—Ing. Jorge Méndez. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal La Bibliotheque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4 h. a 7 h. du soir. Les “Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 64 pags. tous les mois. La correspondance, mémoires et publications destinés a la Société, doivent étre adressés au Secrétaire général d Palma 13. —MEXICO.—(Mexique). Les auteurs sont seuls responsables de leur écrits. Les membres de la Société sont désignés avec M, $. A. Suciedad Cientifica “Antonio Alzate.” MÉXICO. Revista Científica y Bibliográfica. Núm. 1. y Tomo 25. 1907. EL X? CONGRESO GEOLÓGICO INTERNACIONAL. MBXICO.-1906. Durante los días 6 á 14 de Septiembre de 1906, tuvo lugar la reu- nión del X? Congreso Geológico Internacional, inaugurándose solem- nemente bajo la presidencia del señor Presidente de la República, Pro- tector del Congreso, el primero de los días indicados, en el Salón de Actos de la Escuela Nacional de Ingenieros. Se celebraron cinco sesiones del Consejo y ocho sesiones generales en el edificio del Instituto Geológico Nacional, clausurándose el 14 de Septiembre, bajo la presidencia del señor Ingeniero D. José G. Aguile- ra, Presidente del Congreso y Director del Instituto Geológico. Fueron presentadas en las sesiones las memorias científicas siguien- tes, de las cuales van marcadas con * las que se distribuyeron impre- sas: The concurrence and interrelation of voleanie and seismic phenome- na. By Prof. Angelo Heilprin. Ueber das aeltere Mesozoicum Griechenland. Von Dr. Phil. Carl Renz. * Carte géologique de l' Amérique du Nord. Compilée par M. Bai- ley Willis. * Apercu sur la géologie du Mexique, par J. G. Aguilera. * Notes on the Drift Period in Galway. By Richard John Anderson. The printed catalogue of the Heber R. Bishop collection of Jade. By George Frederick Kunz. . 5) el Glaciation in lower cambrian, possibly in pre-cambriam time. By Dr. J. W. Edgeworth David. F. KR. S. Australasie. Les conditions du climat aux époques géologiques, par M. le Professeur J. W. Edgeworth David, F. KR. $. | Ueber die Klimanderungen der geologische Vergangenheit, von Prof. Dr. F. Frech. ** Ueber Aviculiden von palaeozoischem Habitus aus der Trias von Zacatecas, von Prof. Dr. Fritz Frech. * Le climat de l' Afrique du Nord pendant le Pliocene supérieur et le Pleistocene, par M. le Général de Lamothe. * Climats des temps géologiques, leur developpement el leur EEES: par M. Marsden Manson. *= Climatic variations, their extent and causes. By J. W. Gregory, EMEIS! : Quelques mots sur le Dinotherium gigantissimum. Gr. Stefanescu. The causes of the glacial epoch. By E. W. Hilgard. Conditions of Climate at different geological Epochs, with special re- ference to Glacial Epochs. By J. W. Edgeworth David F. R. $. Some relations of Paleography to ore deposition in the Mississtipt Valley. By H. Foster Bain. De la relation entre U'état propylitique des roches andésitiques et leurs filons minéraux, par Béla de Inkey. Ore deposita, at the contacts of intrusive rocks and limestones; and, their significance as regards the general formations of veins, par J. Y. Kemp. Sur le remplissage de quelques ion métalliferes, par Juan D. Villarello. * J. La métallogénie de l' Italie et des régions avoisinantes. LI. No- tes.sur la Toscane mimiere et l' Ile d' Elbe, par L. de Launay. The relation of ore deposition to depth. By Waldemar Lindgren. On the principal geological results of the Swedish Antarctie Expedr- tion. By J. Gunnar Anderson. Recent volcanie ld in the West Indiwes. By Dr. Tempest An- derson. Deber das a von Etla, Oaxaca, von Dr. K. Keilhack. / 3 *. Efemérides del volcán de Colima, por S. Díaz. * Principien und. Vorschlaege zur einer Klassifickation der kris- tallinen Sehiefer, von U. Grubenmann. : * La basi des vulcani Vulture ed Etna. Di Giuseppe de Lorenzo. Ueber Spalten und Vulcane. Von Prof. Dr. W. Branca. Gems and precious stones of Mexico. By G. F. Kunz. Résumé d'une théorie du phénomene volcanique, par St. Meunier. La dernitre eruption du Vesuve. Venturino Sabatini. Ueber die Beeinflussung der geothermischen Tiefenstufe durch Ber- ge, Seen, vulkamische Erscheinungen, chemische Processe und Wir- meleitfahigkeit der Gesteíne, von Joh. Koenigsberger. * Les volcans du Mexique dans leur relations avec le relief et la tectonique générale du pays, par J. G. Aguilera. * The granite development in Galway. By Rich J. Anderson. Some notes of the metamorphac rocks of Galway with a note on the extension of the heat from benheath the earth. By R. J. Anderson. * Ueber Krystallisatiosschieferung und Pie—zokrystallisation, von F. Becke. * Sobre los fenómenos de las pegas, por Salvador Calderón. Ocurrence of diamonds ¿n matrix at Pike de O' Donnell's Claim, Oakey Creek, near Inverell, New South Wales. By Prof. T. W. Edge- worth David, F. R. S. * Structure et classification des gres et quartzites, par L. Ciayeux. * Les eufs d'insectes des lacs de Chalco et Texcoco, des environs de Mexico et la formation des oolithes, par L. Cayeux. The eruption of Vesuvius. By Dr. Tempest Anderson. * Interglacial Periods in Canada. By A. P. Coleman. Meteor Crater (Coon Butte) Arizona. By H. L. Fairchild. * La Sierra Madre occidentale 'Etat. de Chihuahua, par Ed- mund Otis Hovey. On the upper jurassic flora of Hope Bay, Graham Land. By A. C. Nathorst. On the geotectonic of the Japanse Islands. By Takudzi Ogawa. Tuvieron lugar interesantes excursiones antes y después del Con- greso, de la manera siguiente: 4 Tehuacán, Zapotitlán, San Juan Raya, Oaxaca, Ruinas de Mitla; del 20 al 29 de Agosto. Nevado de Toluca, Morelia, Pátzcuaro, Volcán de Jorullo; del 20 de Agosto al 1% de Septiembre. Tajimaroa, Agua Fria, San Andrés, Volcán de Colima; del 21 de Agosto al 1% de Septiembre. Jalapa, Santa María Tatetla; del 2 al 4 de Septiembre. Excursión general del Norte (Cráteres del Valle de Santiago, Minas de Guanajuato, Zacatecas y Mapimi, Cerro de Muleros, Parral, Chi- huahua, Parras, Saltillo, Mazapil, Concepción del Oro, Las Esperanzas, Monterrey, Tampico, San Luis Potosi, etc.); del 15 de Mscoda al 4 de Octubre. Excursión á Tehuantepec, ofrecida por Sir Weetman D. Pearson; del 6 al 13 de Octubre. En los días de las sesiones, tuvieron también lugar las recepciones y excursiones siguientes: Septiembre 6, recepción en el Instituto Geológico. Septiembre 7, banquete en el Palacio Municipal, ofrecido por el Consejo de Gobierno y el Ayuntamiento. Septiembre 8, recepción en el Casino de Santa María. Septiembre 9, excursión á Cuernavaca ofrecida por la Sociedad Geológica y banquete por el Ayuntamiento de dicha ciudad. Septiembre 10, recepción en el Ministerio de Fomento, por el se- ñor Ingeniero D. Andrés Aldasoro, Subsecretario de Fomento, Presi- dente honorario del Congreso. Septiembre 11, excursión á las Pirámides de San Juan Teotihuacan, y banquete por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Septiembre 12, recepción en el Palacio de Chapultepec por el se- ñor Presidente de la República. Septiembre 13, excursión á las minas de Pachuca, y banquete ofre- cido por el señor Gobernador del Estado de Hidalgo. Quedó aprobado que la XI” reunión se celebrará en Estocolmo, Suecia, en 1909 ó 1910. | MISE AU CONCOURS POUR LA CONSTRUCTION PUN SISMOMETRE La Commission permanente de l'Association internationale de sis- mologie a Chargé le Bureau central de l'Association (Strasbourg, Al- sace) de faire mettre au concours la construction d'un sismométre pour tremblement de terre rapproché. L'appareil doit remplir les conditions suivantes: Il doit pouvoir enregistrer les mouvements horizontaux ou les mou- vements verticaux des tremblements de terre rapprochés. ll devra étre aussi simple que possible. L'agrandissement du mou- vement du sol qu'il peut atteindre doit étre au minimum de 404 50 fois. Le prix de vente de lPappareil (y compris lPappareil enregistreur) doit étre aussi peu éleve que possible, c-á-d, d'environ 300 M. Les prix offerts seront de 1,000 M., 700 M., 500 M., 300 M. Les appareils devront étre envoyés aux frais des concurrents et á leurs risques et périls avant le ler. Septembre 1907 au viceprésidente, M. le Directeur, Dr. J. P. van der Stok, á De Bilt, Pays-Bas, pour étre exposés lors de la session de l'Assemblée générale á La Haye a la mi-Septembre, 1907. Le Bureau central de Strasbourg est chargé de juger l'appareil se- lon la valeur de son fonctionnement. Le jugement sera prononcé par un jury, nommé par la Commission Permanente, et se composant de 5 sismologues. Il sera publié a Pá- ques de Pannée 1908. S'adresser au Bureau central pour plus de renseignements. Le Directeur du Bureau central. GERLAND. HO A A AA 2 BIBLIOGRAFIA. Principes de la construction des machines-outils par JuLes MerLor, Ingénieur-mécanicien, Répétiteur du cours de construction des machines, et Chef des travaux d'atelier á la faculté technique de PUniversité de Liége. —Paris et Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger, 1907. 1 vol. gr. in 8, 646 pages, 987 figs. 40 fr. broché. El autor en este libro se ocupa de las máquinas más útiles, describiendo los tipos bien elegidos de cada clase, y dando á conocer sus usos. Describe las dia- posiciones especiales adoptadas en su construcción, según el uso á que pueden destinarse, é indica las condiciones que deben buscarse en las máquinas según los casos. En muchos puntos hace notar los defectos de ciertas herramientas y máquinas, á fin de que se procure corregirlos en la construcción. Por la rápida enumeración que presentamos en seguida de las principales materias que contiene la obra, se apreciará su importancia y utilidad. Organos de uso general: pernos tuercas, tornillos, soportes de árboles, guías, etc—Organos de transformación del movimiento: tornillos y tuercas, palan- cas, ruedas de fricción, engranes, correas, poleas, cadenas, cables.—Mecanis- mos empleados para el cambio, durante el movimiento, de las correas ó ban- das en las poleas-—Mecanismos de variación de velocidades. —Escoplos.— Generalidades acerca de la construcción de las máquinas. —Clasificación de las máquinas de trabajo continuo.—Tornos propiamente dichos.—Tornos diver- sos. —Tornos especiales. — Máquinas para taladrar —Hscariadores. —Máquinas para cepillar.—Máquinas para fresar. —Sierras.—Máquinas para afilar, Boletín del Instituto Geológico de México. Imp. de la Secre- taría de Fomento. 40, láminas. N? 1.—Fauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A. del Castillo y J. G. Aguilera.—1895.—56 pp., 21 lám. N2 2,—Las Rocas Eruptivas del S.O. de la Guenca de México, por E. Ordóñez.—1895.—46 pp., 1 lám. Ñi N2 3.—La Geografía física y la Geología de la Península de Yuca- tán, par €. Sapper.—1896.—58 pp., 6 lám. N**- 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México. por J. G. Alle y E. Ordóñez.—1897.—272 pp., 5 lám. N* 7, 8 y 9.—El Mineral dePachuca. —1897.—184 pp., 14 láminas. N* 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexica- na, por R. Aguilar y Santillán.—1898.—158 pp. N2 11.—Catálogo sistemático y geográfico de las especies minera- lógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera.—1898.—158 páginas. N% 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899. 108 pp., 26 lám. N9 13.—Geología de los alrededores de Orizaba, con un perfil de la vertiente oriental de la Mesa Central de México, por Emilio Bó- se.—1899.—54 pp., 3 lám. N% 14.—Las Rhyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez. 1900.—78 pp., 6 lám. N9 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordó- ñez.—1901.-—78 pp., 6 lám. N9 16.-—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Duran- go, por M. Rangel, y dela Hacienda de Vaquerias, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902.--144 pp., 5 lám. N9 17.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexica- na, por R. Aguilar y Santillán.—1907. (En prensa.) N9% 20.—Reseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco, por E. Bóse.—1905.—116 pp., 9 lám. N2 21.—La faune marine du trias supérieur de Zacatecas, par le Dr. Carlos Burckhardt en collaboration avec le Dr. Salvador Scalia.— 1905.—41 pp., 8 pl. N92 22.—Sobre algunas faunas terciarias de México, por Emilio Bó- se, Dr. Phil—.1906.—96 pp., 12 lám N2 23.—La faune jurassique de Mazapil, Zac., par le Dr. Carlos Burckhardt.—1906.—96 pp., 45 pl. -N2 24.—La fauna de moluscos del Senoniano de Cárdenas, S. L: P., por el Dr. E. Bóse.—1906.-—95 pp.. 18 láms. 8 Parergones del Instituto Geológico de México, 8%, láminas. Tomo I. N9 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Bóse.—1903.—25 pp., 4 lá- minas. | N9 2.—Fisiografia, Geología é Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja California, por E. Angermann.—El área cubierta por la ce- niza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.— 1904.—26 pp., 3 lám. NC 3. El Mineral de Angangueo, Michoacán, por E. Ordóñez.—Aná- lisis de una muestra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.—Apuntes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. An- germann.—1904.—34 pp., 2 lám. N2 4.—Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para explicar la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por J. D. Villarello.—El fierro meteórico de Bacubirito, Sina- loa, por E. Angermann.—Las aguas subterráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordóñez. —1904.-—24 pp., 1 lám. N2 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el - Estado de Guerrero, por los Dres. E. Bóse y E. Angermann. --Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del rancho del Aguacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Inge- niero J. D. Villarello. —1904.—26 pp. N” 6.—Estudio de la hidrología subterránea de la región de Cade- reyta Méndez, E. de Querétaro, por el Ingeniero J. D. Villarello. — 1904. 58 pp., 2 lám. N* 7.—Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oaxaca, por el Ingeniero J. D. Villarello.—Análisis de las cenizas del volcán de San- ta María, Guatemala, por el Ingeniero E. Ordóñez.—1904.—22 pp. N?2 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ingeniero J. D. Villarello.--1905.-—51 pp., 3 lám. N2 9.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ingeniero E. Ordóñez.-—1*” parte.-—-1905.-—-54 pp., 5 lám. N2 10.--Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ingeniero E. Ordóñez.-—2” parte.—1906.—45 pp., 3 planos y 8 láminas. Sociedad Cientifica Antonio Alzate,” MÉXICO. Revista Científica y Bibliográfica, Núm. 2-12. Tomo 25. 1908 PROSPECTION POUR CUIVRE AU SUD DE LÉTAT DE MICHOACAN (MEXIQUE) PAR M. Raoul Bigot (Extrait des Mém. de la Soc. des Ing. Civils de France, Mai 1908) 1.— Le cuiyre. L'utilité du cuivre dans l'industrie moderne est trop incontestable- ment connue de tous pour qu'une énumération des divers emplois de ce métal et des raisons expliquant l'augmentation croissante de sa consommation soit justifiée comme préambule á ce compte rendu d'un voyage fait dans le but de se documenter sur l'avenir cuprifére d'une petite partie de notre planéte. Les statistiques enseignent que la production du cuivre est pasée de: 265 400 t en 1889 a 732500 t en 1906. 11.— Le euivre au Mexique. Des chiffres cités, la part provenant du Mexique est de: 4 300 t en 1889, soit 1,62% et de 50 500 t en 1906, soit 6,89% Rev. 80c. Alzate.—2 10 Ces chiffres sont évidemment bien modestes á cóté de la production des Etats-Unis, qui atteint 58,62% de la production mondiale, mais le Mexique n'en occupe pas moins le second rang comme pays pro- ducteur de ce métal depuis 1905. Le cuivre n'étant pas manufacturé au Mexique, on peut admettre que la production du pays est représentée par l'exportation de ce métal et de ses minerais, c'est-4-dire par le graphique de la figure 1. Fig. 1. — EXPORTATIONS DU MEXIQUE es anemn a -- Hna COCINA anna OCRE Aaa EEN IRAN a aa ATL AAA AA HA A dl a MA AAA Tonnez 110. a 100. A 90.006 80.000 20.009 80.000 Cuivee Oo Nn $ »N) o mM O > o 5 Qu Annses fiscales ' 2 3 E DB. 33 35 SSI A DS E ES 58585835833 223833 UNE abi O 1001.04 o. 0.03xccsoo