DE EDUCACI PUBLICACIONES D TOMO VI. : NUM. 4 MONOGRAFIA ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULA ESCRITA POR BL, PPOEEÉSOR GC. CONZATTI AA ) OAXACA DE JUAREZ, OAX., MARZO DE 1921 EE TALLERES GRAFICOS DE LA NACION EDITORIAL” —MBEXICO, D. E. 1925 peo: S A Ej Tule. Oaxaca. Mex. EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE CONSIDERACIONES PRELIMINARES A. principios de febrero del año en curso recibí orden de la Di rección de Estudios Biológicos, para “emprender un estudio botánico, 1 ES Ss a estimación lo más aproximada posible, relativa a su edad y demás datos alusivos no stante r este asunto de gran importancia científica —agregaba la de la Dirección—, h: nder a su fo ié gancia, y lo O, para ilustrarlo” con todos los datos inherentes a la vida multisecular a loso. Con pena recono que estoy muy lejos de llenar tales requi- sitos, y si me atrevo a ón la a empresa, es sólo para con- formarme con el deber que me impone mi calidad de servidor de la Dirección antes mencionada. Considerando la necesidad que tenía de estudiar no sólo el Arbol “que, dicho sea en honor de ellas, me trataron con toda clase de atenciones, al saber el objeto que me llevaba. . n particular modo, el ciudadano presidente Municipal, señor don en la gira que me pS a por a manzanas que circunda an 1 al Arbol, a ee de formarme idea cabal de la Matutaleza del subsuelo que lo susten iré, de luego, que este ejemplar no es el único que se en- uentra en el pueblo; a poca distancia de él hay otros dos u corpulentos —aisladamente considerados, por más que resultan ra- i les compara co Giga la recha y en e o sunIO e la iglesia, y otro (el “nieto”) a la L es muy venerada en la antigúedad. y que E CO ¡TOMÁS Cambric 5 5) B [=] (o) a 5 [5] E + Fa B (o) IS (ep) E EN o) es [o SS D egún nuel Juárez, hubo un o n que pasó al pie del Arbol a camino carretero que va de Oaxaca a Tlacolula y que ahora atraviesa la región unos 400 SOS E al N arte. € tancias, y no E los siglos que de seguro vieron desfilar ante sí estos gigantes de la Flora racional, continúan Ea e e i y año tras a in vida fructificando abundantemente a si men síntoma de decrepitud, y an bien, como si a o ape- nas a l de Yo sabía ya que los Sábinos o Ahuehuetes, como también se den Iminan na árboles, prosperan mucho mejor que en cualquiera de parte, a lo largo de ríos y arroyos, dende adquieren a veces dimen- siones inusitadas; r Río Gra del Tule, que nace en “el - trito de Tlacolula y es afluente del Atoyac, pasa or el lado Te el pueblo, a una ancia no 54 metros del lugar donde se hallan los ejemplares a qu e refiero, a pesar de al, no es imposible que el a q los alimenta, reconozca el mismo origen, 1 s que sea poco probable. Porque es inconcuso GQ cad o de ellos, econ especialidad el principal, necesi u a ba d iafia, que forzosamente toma del subsuelo, ya que atmósfera de la comarca, bre todo e sta época de la floración, está bastante res rá pasa el RÍ rande razo o por la plaz del pueblo alguna vez? Entre otras razones, así parece desprenderse del color ceniciento que tiene el subsuelo en el centro de la población y que es el mismo que trae el agua de dicho río en las crecientes de la. a lluviosa. esto comencé por indagar de dónde se surtían de agua los a del pueblo, y entonces supe con bastante extrañeza de mi dl parte, que en el solar de cada casa hay un pozo a flor de tierra y que gua que se utiliza en el pueblo, lo mismo para la cocina ésta es el agu que para todos los demás usos domésticos. Croquis _de la porte central de Santa Maria cel Tule, com sus: pozos. Sa, 1.70 a qe ES Se 2.50 al Ss 290 2 [ a | Plaza . E Ario 2.00 ez e FE Estación o E EC. de Oakalez $ Tlacjo q E ES e > 2.70 z es 60 20 S , yo E y) e ver algunos de estos pozos, a fin de tomar nota, tanto de la aid a que se encuentra el agua de la superficie del suelo, como E su espesor, a cuyo efecto di principio por el que se halla en la misma plaza, a pocos metros del palacio municipal, y seguí luego con do once más, como puede verse en el croquis que acompaño. La operación tuvo lugar el 15 de febrero de este año. Con ligeras variantes, debidas probablemente al desnivel super- ficial, el agua en todos ellos está tre 1 metro 60 centímertos y 2 i v .desde su apertura, y estoy persuadido que si en cualquiera de ellos mucho a rios de ellos, de modo que es terreno de acarreo sobre el que asienta la a Así, pues, la Se de e en tiempos ya muy lejanos, el Río Grande haya pasado por lo que es hoy plaza del poblado, al pie de los ¡ i B.a NO;,.8e a e pueda ser éste el q surte de agua potable a e vecinos de 1 población. sa el a adjunto.) ade lo expuesto, paréceme que puede inferirse, con pro- habana dea acierto, que la capa acuífera actual del subsuelo del lla j a ic E E ci ES] = er (9) E SD dE iS] uu O a E cor NS) da (o) N 5) 2E8 5) [eN (o) o, íU É E o [o] [o (o) s (o) 5 (0) p E Sa [oY a dudario, están en contacto O y directo con el agua od Distrito del Centro cor ef Tute Y sus alrededores del lugar, que le asegura así una alimentación constante y saludable, eficazmente secundada, sin duda, por elementos nutritivos y abun dantes en un 1A s todo favorables a la vida d bol, en ella disueltos: cedidos por el terreno so e se asienta TO ctor, que de fijo no es extraño a la gigantesca corpulencia que todo mundo ra, es el ambiente benignísimo que e est: jestad del reino m e la Flora, ambiente que acaso no reconozca competi dor en neta. En otras partes, como en el Bosque de Chapultepec, esta misma pS botánica está sujeta a enfermedades parasitarias, om- 'ometen seriamente su existencia y que tal vez puedan id / 10 “a la aglomeración de los muchos ejemplares confinados que la cons- titucional de Oaxaca, encaminado a transformar Se María del en el rendez-vous del tourismo universal. 11 EL ALBUM DEL TULE n de evitar el deterioro del Arbol, por las persistentes depre- daciones e inscripciones practicadas en s Y O, ramas orteza, de cuya labo ún veremos más adelante, debe excluirse al Barón de Humboldt, tan injustamente calumniado; a otivo, el no del señor Castr rohibió esos abusos, poni il isposición de viajeros y o un Album, llevado por el Municipio, do sisharan sus 1 Ss po álbum se Eno ES con las en, imeras hojas del primero, sin embargo, desaparecieron 1 año de pronto, por ato que recibiera, y rTranca 1875, como tuve oportunidad de co a personal a generalidad de los pensamientos 'escritos en él, por los milla- res de visitantes que desde tonces acudieron, bien admirar aqu rodigio, o simplemente para satisfacer legítima curiosidad vale m oco, y sólo uno que otro, por su grave o humorismo, me- O, , POr s rece ser reproducido. Entre éstos permítome citar los siguientes: “Si queréis comprender a la grandeza, admirad de este arbusto la belleza.” _ Marzo 19 de 1880. Francisco Villanueva Francesconi. a 1 “Producto de feraz naturaleza, y Sabino colosal, árbol gigante, Ya no sigas a te lo ruego, Porque quizás la tierra no te aguante.” Noviembre 19 de 1889. Ricardo Cassani. iS qué Pompa a. la vista te presentas, e estas risueñas soledades! Si aa tu pompa las a Sollozan en tus ramas las edades Yada puedo decirte, inspiras tanto, e a mí sa aaa recoger tu nombre 5 Y darte mi n smo como canto Junto a un a así, nada es el hombre.?* Noviembre 14 de 1892. Juan de Dios Peza. “Dos gigantes ha dado el Estado Juárez y el árbol que aquí admiro.” Agosto 19 de 1877. Castillo. 'Tú, que no habías oído hasta hoy sino el gemido del viento entre mas ii e no habías o o el silbido de las balas a contiendas intestinas; a hac ificante, E más bien que de la Te regocíj el silbido de la loco- motora $ al rodaje as e Eo que traerá eS bajo tu ronda tu- ristas civilizados que te admiren y bendigan el poder de la naturaleza.” Santa María del Tule, Octubre 3 de 1905 E. Pimentel. “pú, árbol, a orgullo de esta tierra i sola darte pudo rra que estos hombres Y árbol tan eo como tú produjo!”” Agosto 31 de 1905. Joaquín D, Casasús. | j | ñ TIL x DATOS HISTORICOS Por extraño que parezca, los datos históricos sobre el Arbol del lugar le; en gran manera limita El lu or excelencia donde debería haberlos y en abundancia, tenida cuenta de la celebri uni- versal del Arbol, es, sin ero das, en 1 iblioteca pública stado, muy rica, so E pergaminos religiosos ues bien, m asé últi ente rios días enteros buscando datos alusivos en este centro cultural, a secundado por bo- rioso director actual, don Arcadio Ortega Domínguez, y con pena confieso que los esfuerzos hechos no correspondieron, ni con mucho, al éxito alcanzado. De preferencia consulté los istoraaores regionales y extran ros que escribieron acerca de Oaxaca, únicas fuentes donde E er en ambis imprecisa, exagerada O olaa ea no o hallar cosa. de provecho quí en Oaxaca, v. g., es creencia comunísima, que tanto el Conquistador Cortés, como el célebre viajero Barón de Humboldt, conocieron el Arbol del Tule,'y sin embargo, nada más problemático segundo, como que nunca tuvo lugar, a no ser en la fantasía de a escritor de buen hum Destruir errores así, divulgados en letras de molde, es en extre- mo trabajoso, a pesar de lo cual me esforzaré por intentarlo, a fin ad. e cómo s roduce a este respecto el tomo IL, pág. 723, de as e produce la “Enciclopedia Universal Europeo - Americana:” “Ahuehuete (del mexicano ahuehuetl, de atl, agua, y huehue, viejo). rma este árbo de ellos que son mayores que los baobales de más talla (1) Santa María del Tule se halla a la misma altura que Oaxaca, sobre el nivel del mar, esto es, a 1,550 metros.—Nota del autor. 13 encuentran en Africa. De Candolle les supuso una edad de 6,000 años.” n los últimos renglones del párrafo O hay varias apre- adas s que ameritan algunos comentar A“í s firma e los Tehua sin decir que haya pasado por el Tule, siendo, por tanto, Ponle que sólo se trata de una gratuita suposición de articulista. Tampoco he podido encontrar nada respecto de los 6,000 años e edad que les supuso De Candolle, ni E los 4,000 en que, según mi parte, dudo bastante que el dato sea exacto, o que yo sepa, nin- ún e a ha estado jamás en el Tule, r lo que me resisto a cre botánicos tan a On aBIGAS de la edad del a sin haberlo visto n Por lo demás, consulté E O Político sobre el Reino de la Nueva España,” tomo IL, pág. 45-47, de Humboldt, y he aquí lo que ne teca y de la Zapoteca, más que o y gn “En toda la provincia de Oajaca, la Ron es hermosa y lozana, sobre todo el comedio de la pendiente del terreno en la región mplada, en la cual son muy abundantes las lluvias desde el mes h ubre.” tal, se halla un enorme tronco de sabinó (Cupressus isa que tiene eS metros: E circunferencia. Este árbol antiguo es aún más ri (Adansonia) del Africa. Pero examinándolo de cerca, el señor Anza 14 ha observado que aquel sabino, que sorprende a los viajonos, no es un solo individuo, sino un grupo de tres troncos reunidos. intento cité íntegro el texto anterior, porque me interesaba hacer ver qu 'boldt en ninguna parte de él habla de la edad de: ar estos árboles, y que lo que la Enciclopedia “dice de ellos” parece ha- berse a do de aquí. úrome, sin embargo, a manifestar que no he tenido de a E consultar las “Descripciones de la e del m autor, no siendo imposible que allí se encuentre el dato a que me contraigo. (Véase la nota 1.* del fin. r otra parte a ate que si Humboldt hubiese estado en ve o ade de Naturaleza como el suyo, no hubiera podido sustraerse su e oda EL oa ar el Arbol, escripción qu te ca os hubiese dejado de él, habría resultado, sin duda, digna de ambos colesos; pues co dice Parlatore, en logi Humboldt,” pág. 1 $ ca abí do el caso, en la historia, de una expedición científica, representada por un solo hombre, acompa- ña LE /uáa solamente en la recolección y estu- el astrónomo, el físico, el geógrafo, el geólogo, el mineralogista, el j l anticuario.” botánico, .-el zoólogo, el etnógrafo, el economist: el anticu: or mi parte, estoy bien persuadi da que-de haber visto Humboldt el Arbol en 1 oca en que ES el país—11803 y principios no estaríamos en la incertidumbre e nos encontramos acerca su naturaleza íntima, tanto por la (0) ida pericia del sagaz ob- servador, com en a tonces el tronco presentaba sin da, un pecto sensiblemente distinto del que prese evidente que, por e del erecimiento, el tronco debe haber expe- rimentado profundas modificaciones en 1 13 años que han transcu- i aquel tiempo la feckra, por 1 s 1 le qu o que no mposi numerosas abras o grietas, más o menos anchas, hayan desaparecido. y se encuentren ahora reemplazadas por la madera de hoy El fidelísimo amigo de Humboldt, mencionado más a es el naturalista francés Amado Bonpland, de quien jamás se habla aquí a la ciencia, y a pesar de su característica de inseparable compañero: del docto alemán. Este da con todo y ser negativo, arguye en favor de e tesis. que sostengo, eo es, que Humboldt nunca estuvo en Oaxac mejanza de los ares que y sitaron estos dos: as- S la istoria o del de H ne con la ins- ción es crifa, sin apelación posible a erficie en diseño del mai- n. Pero se ve bien cla- en cuanto al texto, Y Inscripción 2 vel Arbol del Tie, injustamente atribuida al Barón ae hurt dl 16 hasta donde puede juzgarse de a es decididamente demasiado... poético para considerar que Humboldt pueda ser su autor. Esta E sin duda, la obra de algún id en. e que absolutamente nada tiene que ver el esclarecido hijo de Berlín uedo citar dos hechos en 0 o de esta a a rO% “El coronel Echegaray arrancó corteza y leño, hasta obtener un cua- dro de cerca de cero metros 60 espe os donde grabó, es verdad ue a en seis añ 4 a julio de » había adelantado 13 centímetros en circunferencia sobr alla des- nuda del árbol.” (Manuel Ortega R “La leza,” Sociedad Mexicana de Historia Natural. VI. 110, 1884, éX.); Dn Ei se hace su corteza, desaparecen al cabo de a i Charnay, pág , 1882, en “Las inas de y la Arquitectura.”) reza una lápida nmemorativa, incrust en la Tr: de la casa número 5 de la 1.* calle de la Libertad, inaugurada el 15 de septiembre de 1920 por el tercer Municipio Libr e la d, dedi E memoria del ilustre viajero que los albores del ria siglo E o dicha casa,” el Barón Alejandro 2 Humboldt vivió en Oaxa por los años de 1803-1804, esto es, justamente 118 años ha h > En el mismo error incurre igualmente la leyenda puesta al calce de un magnífico grabado del Arbol, perteneciente al “Méxi n el I aunqu muy acertada, y tanto po sto, como por contener a ON curiosas Dice as sivas. igant bol del agua, según su os azteca (Ahuehuete), tiene 31 metros j m 1 pudiendo apenas abrazarlo 24 personas con los brazos extendidos. AAA AÑ 1 Y et Sr. D. Ernesto Carpy, con dodo empeño busqué en el Libro de Actas del H. o nta: miento las razones que tuvo el tercer o Libre, E haber optado por la casa núm. de la 1.2 de la Libertad, mejor q por cualquiera, como resi- dencia del Barón A. de Humboldt ''en los boro de co XIX,'* y nada he podido hallar que justifique siquiera remotamente aquel proceder. 17 dl Las ramas tienen en diversas direcciones un alcance de más de 50 metros.” e súpone que este colosal ciprés es milenario. Sin duda los enviados de Cortés lo contemplaron admirados, y el mismo Conquis- tador tal vez descansó bajo su sombra, si tocó este sitio, en su larga sim sin duda, a los tiempos ino sino que os tal vez a 18 Aé a a e Mm la e n eriguar si estos aUBOlES son nada ra ás la unión os arios OS a se vió antes que la inscripción que aparece en el árbol, con prue SS ello es lo que at Sn literato don Andrés I dito Dr. D. S a sus numerosos escritos, lo mismo científicos que históricos, demos- más obras E H oldt, que este celebrado naturalista no pu ocer se lo que e a este su obra “Bi- bliot Botánica - Mexicana,” págs. -342, publicado en México el año de 1895. e marzo de 1803 desembarcaron (Humboldt y Bonpland) en Acapulco, dirigiéndose a México por el antiguo ca- mino del actual Estado de Guerrero. El mismo Humboldt nos ha. dejado trazado un mapa de su itinerario entre Acapulco y México, 4 0 18 con , notici las de las producciones naturales del camino, su altura y formación geológica. Su permanencia en la Ciudád de México (don- de Óó en pl en abril) fué de to más fru sa la ciencia y p: el adelanto la juv 5 ntonces fué cuando se relacionó con los modestos cuanto profundos naturalistas Cervantes, Cal, Velázquez de León, Le a adr: ichardo, del , Alzate y otr se rió casi todo lle de México, visitando y estudiando el Desa , los N dos los lagos uebla y sus caminos fueron estudiados, lo mismo que Cholula. De México marchó a Tula, Que- rétaro Salamanca, hasta llegar Gua De aquí siguió a Morelia, pasando por e lle de Santiago, Salvatierra y Zinapécua- ro iguió de Morelia a Tantzícuaro; de Tacámbaro y Ario, hast Jorullo, cuyo volcán estudió con minuciosidad el 19 de septiembre Por el ismo camino regresó a ico PO 4 e las Cruces. de 21 mineral de Taxco, a LS na de Morán y de am. “La mayer parte del año que pasó en Nueva España permaneció México. De México se dirigieron ambos viajeros a Veracruz, ex- AN de paso Orizaba, Perote y Jalapa.” “Rectificaré- (concluye el Dr. León), ya que la oportunidad lo permite, gun noticias erróne e corren bo y escritos de er; as torizada stuvieron Humbol 7” Bonpl en Oaxa- ca, onsiguiente no conocieron el colosal sabino de Santa María del Tule; igual cosa pasó con Tantzítaro, Uruápam y Tzaráracua, en a E o lo anterior está en completo acuerdo con lo que enseña el tomo E pág. 449 del Larousse (en el artículo correspondiente), quien reg De México (Veracruz) nuestros viajeros pasaron a la Habana (esto parece que tuvo lugar en febrero de 1804) y de allí a los Esta: dos Unidos, donde visitaron Filadelfia y Washington, y ya en posesión u viden n que Humboldt no pudo haber estado en Oaxaca al sa a que a me sunto. edactado lo anterior, me disponía ya a este capítulo, cuando el caballeroso Director de la Bi Polea de e do puso en mis manos un tomo de “Antigiiedades” titulado s Ruinas de Mitla la Arquitectura,” ca arez, en el cual a MESS a ch santes y escritos por otros tantos autor Yo teni i i p nt limitaré a reseñar las ideas sobresalientes de cad de os, uno de acompañadas de los comentarios que me- parezcan OS con- seryardoles la misma numeración que presentan EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE, POR EL DR. JUAN N, BOLAÑOS Págs. 2-3, 1840, Sta Lee En este estudio, por todos CONCEBrOS recomendable, el autor, des- y ta del A y del lu en S: “En esta última aserción, comienza el a ES no me engaño, se equivocó el Barón de E el Sr. Anza.” Y para demos- que a 8 a se subió Sd árbol ie cos secundarios, en o lugar encontró un ámbito espadioso que po- ría servir en caso o de habitación. Fué aquí donde el autor adquirió la certeza de que el tronco es un solo individuo y que las divisiones que al pie del mismo se consideran 1 como troncos se s, no son sino partes de un solo tallo ma 8 rechazar por el momento este punto capital, permitirme man tar que aso de soldadura o fusi íntitua de dos tallo ramas es bastante frecuente en esta , y el mis- Tao Arbol! del Tule ofrece un ejemplo clarísimo de ello en su lado orien- tal n este lugar se ven dos gra costillas verticales, entera- mente separadas una de otra, Y o en su rte media, e se encuentra a unos 6 metros de altura sob 1 O, s no as e rte super (de 8 metros de alto en adelante) donde llegan ecuadan rio al forman, como el producto de dos partes un prin- ta.) a, entrada ya no permite hoy el paso de una gente por el o que han -experimentado sus pies derechos, en la mera entrada, Abertura meridional del Arbol, por donde es posible escalarlo hoy Otro ejemplo mucho más pa- bi ro localidad, ubicado en el solar de don Mar- cial Vázquez, d unas tres cuadras hacia el Oriente del gulo S. E e la jglesia. Aquí se trata dos ramas Co: 2 entímetros de diámetro, situadas a una altu- a de 8 ó 10 metros sobre el «suelo, muy distanciadas entre sí en la base (2 Ó6 3 metros), «COmo que pertenecen a troncos “secundarios diferentes, pero luego convergentes en su me- «dianía hasta tocarse y fusio- Darse en estrechísimo abra- ZO, para constituir en segui- da una sola y única rama sin- gular. (Véase la fotografía de la página número 28.) acceso a una rampa de 5 me- tros de largo por 50 centíme- rizontal y que a mide me- de eno as qu 90 usa, se: qu por el lado meridional. El abra que antes daba acceso al “Ambito Bolaños.” Las costillas que lo forman abiertas aún en medianía, están hoy fusionadas en la parte superior. ho e a ; A Taxodium mucionatum, Ten. Notabilísimo ejemplo de fusión en el propio Arbol del Pule, lado meridional, a 15 metros sobre el suelo, entre dos troncos unidos medijant e una rama arqueada a manera de puente. SUL EL Euuongua 25 onb << SOBEJOEJ OJL1Guity >» ML 18 10q4Y ¡9p esqy “Ez61 80 1 0Z4ELU 1418740) OBOLy LOLA qa pales] sy yQu1 ap. OS 4 4 ES 79) EA (sexoue senesboj0) sej osuro,) Ze, /2 e2npuos anb qe 20) y YO L40/9, “7E4Goy ey espeor onb 29417 EL GIGANTE DE LA FLORA MEXICANA, O SEA EL SABINO DE SANTA MARIA DEL TULE Págs. 7-13, por el Sr. Dr. Manuel Ortega Reyes, 1 c. interesantísimo trabajo corre tambi én impreso en “La Na- Este SA Sociedad. Mexicana de Historia Natural, tomo VI, pág. 110. México 1884. an Corte ¡des! del Arbol por Manuel Orteaga Reyes. Notable estudio que merece leerse íntegro. Como Bolaños, Orte- a Reyes también rechaza con energía el juicio que Humboldt atribu- Anza, acerca de la naturaleza tripersonal del Sabino; -pero n aL ce ninguna prueba en favor de su rsfutación apoyarse en lo que antes dijo sobre el nas su maestro el señor olaños. Este estudio está acompañado del corte ideal del Arbol, a la al- tura de 1 - Hnetro, mismo que reproduzco más aba ajo: E E A A A A AA e: A a A A pe 25 Las aaa del sujeto en la época cada son las siguien- tes, a as metro de altura sobre el suelo ab a del tronco, con es y ts: 51 metros 88 coptimetro . Cordel: ER en los puntos más salientes, 85 metros 25 conos Mao y 3. Diámetro mayor de P. a E. NE,, 12 metros 16 centímetros. 4. Dirección . Radio que desprendido del tronco hacia el O. termina hasta donde se extienden las ramas, 17 metros 83 centímetros 6. Rad au S C 8. Radio hacia al N., 15 metros 46 ros EL ARBOL DEL TULE E Por Desiré Charnay, pág. 14, 1 c. 2 de dos páginas, con la idea capital que copio textual- te: “Algunos iGióros atribuyen este fenómeno de vegetación, a la reunión 2 tres troncos diferentes. o lo he examinado con a y no he dido descubrir en €l más que un tron cuyo or le promete aún a enteros de- existencia.” (Desiré a Se : - UN ARBOL GIGANTESCO O SABINO DE MEXICO EN EL TULE . Por Leopoldo Batres, Conservador de lós Monumentos Arqueológicos Nacionales. Págs. 15-16. México, 1.c. Después de la filiación botánica del Anuchusto los conceptos ca- da de o estudio, estriban en considerar ue el follaje del árbol es de una ona frescura, lo que ES cuán ESOO es todavía su vigor, a pesar de los millares de años que han transcurrido desde su nacimiento b). Que para el señor Batres, los beni del e son OS mixtecos; ue la destilación seca de la madera del Sabino produce un o a nbrreamátismal. muy parecido al del Enebro. EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE EN OAXACA o YAA-YITZ, en zapoteco. Por el Lic, Alejandro Villaseñor, pág. a 1 c. (Escrito para “El Tiempo.”*) las curiosas a que contiene el trabajo del señor lo Po Lic. Villaseñor, es uno os más interesantes de la seri Como alguno de los autores eras critica al misterioso Anza, citado de éste 'o a n obs vaciones posteriores de D. Juan Bolaños, en 1840, y ES oy personas, han venido a demostrar la falsedad de la suposición “En cuanto a su ramaje, es muy o terso conta o espeso y abundante, con una latitud de 36 metros de O. a 35 de N. a S. Las ramas son a extensas, gruesas, encorvadas y lle- nas de n s; una situada al lado Norte, semeja muy bien la cabeza de un ciervo colosal, con aa sus detalles de ojos, nariz, hocico y ia. éa junta.) terminar la eda e ese milenario, agrega el Sr. A es cuestión más propia del naturalista que del viajero. e si qu no es contemporáneo del diluvio a (hace 4,849 O sí por: lo menos tiene más de tres mil a: REAU CAMPBELL Pág. 26.—1894, 1 e. Dos conceptos capitales campean en este escrito: uno relativo al tamaño del Arbol, y otro dizque a la plancha formada por Hum- z o) e a gnado más a a. a de que ambos no carecen de a permítome nte a n términos del país, se necesita levantar dos veces la vista para apreciar la elevación del árbol y para dar mayor idea de su >. Rama septentrional del Arbol con el aspecto de un ciervo colosal, provisto de su cornamenta 29 tamaño, diré que si 28 personas con los, brazos extendidos, tocándose los extremos de los dedos, se colocan debajo de él, apenas podrán abrazarlo.” b). Al lado de este gigante de la selva, está una plancha de ma- ri dera, con una ins ció ma por Hu t, el gran viajero aie- mán, y probablemente colocada allí por é Pp rden suya a estado allí por tanto ti , que la co a ha crecido so ella y 7 mel inscripción, que las primeras y últimas palabras nc se pueden leer.” . El autor presenta de a una buena fotografía LA EXCURSION A MITLA Por Olavarría y Ferrari, pág. 27.—1895, 1 c. en gran parte cosas conocidas y sólo difiere en un Repite e con cepto de la generalidad, cuando asienta que: “Algunos naturalistas opinaban que esa O avilla estuviese formada por dos árboles uni- a e otros Hélio le consagraron los indígenas y de las medidas que se tomaron para su conservación. > 8. ANTIGUEDADES, 1 c. Por Manuel F. Mes arquitecto e ingeniero civil, págs. de:29 a 35.21895-1898. Este es sin duda el estudio más completo de la cecdon acerca del Arbol del Tule, y de el me propongo extractar algunas de las mu- j n bu edade á varios croquis de los Ahu Huete notables de la República, de los : d mpañ Habla el Ing. Alvarez: “La sección del tronco dE árbol (a 1 me- tro de altura) la a a en un rectángulo y toman- enada e 48 metros 58 tos cuadrados, lo que nos permite juzgar de su magnitud; pues nos hace comprender aos si el árbol estuviera hueco, pudieran caber dentro de él 200 personas.” | t $ | j | 0 seguida manifiesta que tres años después (1898) midió con En nta métrica el perímetro del tronco, a cordel tirante, con un d e idi d mp: obteniendo 48 metros 50 centímetros. A viajeros —agrega—se Ahuehuetes notables de la República Mexicana Sección del Grgarte medida á 1 mí sobre el sivelo, por, Manuel Francisco Alvarez, E E Ingeriero Clutl 1895. pe 3. . ¿S2 IS mis? 48.58. 777 ds cordel tirante ó Perimmefro del. contorno 48.50 AE vel órbo!, 21 mAs. Temperatura del lugar 26" C. Wow. 10 oe 1895 MEF. Alvarez, refieren en sus escritos a una o que alguno atribuye a Fum- boldt y otro al Coronel Echagaray n poco más lejos (pág. da observa que estos árboles son difí- ciles de reproducirse, puesto que apenas ha podido lograrse la re producción por semillas de ocho de ellos en un siglo. Los datos q C e á también son dig- e a (0) ciprés, situado en el cementerio de Santa María de Tesla (1), en México, los botánicos le atribuyen 4,000 años de existencia.” ' (1) Seguramente por un error tipográfico no dice Tule. 31 - n viajero citado por el autor—Mr. A. F. Bandelier, 1881—emite un metro del suelo y encontré que tiene 40 metros 2 centímetros. Pero por una atenta observación se nota que este a vegetal no es un solo árbol, sino Crogurs oe/ Hijo un grupo o por lo , menos de tres muy jun- é 1 1m?. de altura sobre el suelo e ciprés e pant: us Compo- . nentes simpl reci Marnuel F ÁNarez. a cerca ero de , E : a E agua fres que todavía Arquitectos Ingeriero civ1/(1895-1898) aparentemente o: ( orazón al árbol.” El ve (2) álude el Sr. Bandelier, UDErÍIcI1e MESE /ASS Perímetro é cordel Hrante, MS. 16.40 Gr erqperatara 26" C. Nor ECAEGISM FANArez. una hendedura rtical de uno o dos centímetros de ancho, no ex- guran ue hasta hace poco, bastaba meter la mano por lena. hende- E : E dura para tocar el agua ie cierto, podría acaso atribuirse el hecho a un simple fenómeno de capilaridad, pu n el agua poca profundidad de la superf exterior, como lo tengo demostrado má riba, no es na j obable que por el desarrollo de alguna raíz, se haya formado en ese lugar una grieta natural en el o quedando el resto a cargo de la capilaridad. Enteramente opues al juicio expuesto por el señor Bandelier, es el consignado por E naturalista mexicano, Dr. José Ramírez, en da 32 o una carta que éste dirigió e autor del o que comento y que SOLO ada gurarle una existencia inmortal. su masa un ser, es un colonia, una familia, una muchedumbre, que, hque silenciosa, im- re is Médico Nacional. El resultado e este On es la ldentidad de to- especie en todo el país, la mue da “Respecto a la aserción el señor Aosa (así, como está escrito), (0) el A -d do no excluye la posibilidad que varios individuos n germinado junto. de un principio, y que por efec 1 crecimiento se hayan oldado más tarde en olo, com odría hacerlo creer el esquema adjunto, en el cual cada individuo conserva la forma irregular que le es propia en tod perímetro; p o el de llo de su grosor es periférico, claro está qu ila d cia que separa a uno de otro no es ande, algún día llegarán a tocarse los tres en el centro común, desde este instante la presión mutua hará que la soldadura pueda tener a in más inconvenientes y vista es ta s verosímil, cua que, segú verifiquen soldaduras espontáneas, provocadas únicamente contacto de dos partes adyacentes. bsérvese, además, que cada porción del Arbol así considerado, a ser sensiblemente igual en superficie a sus pretendidos des- a E e Esto, por ocioso que parezca, no lo es en realidad, porque si por algún medio se llegara a comprobar la Pd de semejante consideración, / $ A O EPS E EE AE mental, expresada en formas diversas: “¿Qué edad tendrá? 0 puede ser su edad? ¿Qué edad puede tener? Iv CONSIDERACIONES BOTANICAS La Edad del Coloso. Con motivo de esta mal geñada monografía, en numerosas ocasiones he tenido e rtaidan o examinar minuciosamente el Ar- ol del Tule, Ea aspectos muy diversos, y. aunque no fuera más que por esta circunstancia, con toda atención permítome solicitar permiso para consignar mis a ne nte a lo que ha 2 hasta hoy, en mi sentir, la edad del Titán no va más E de dos mil años; en otros términos, pertenece a nuestra era y puede considerársele, cuando mucho, como ús. azones de índole disímbola, pero ante todo botánicas, apoyan esta manera de a LE cuestión : Es así como s de una ocasión he hecho ver en las páginas de investigar O ía edad aproximada de estos a e su grosor con las as concéntricas de su m m E elia me traje a la casa un tronco, junto con otros varios más delgados. Practicadas en tres trozos distintos las secciones de rigor, obtuve el siguiente resultado Para el primero un diámetro de 67 milímetros y 12 años de ed d. a 1 Para el segundo un diámetro de 94 milímetros y 17 años de ds Para el tercero un diámetro, de 20 centímetros y 40 años de Sded Como se recordará, el Ing. M. F, Alvarez calculó la superficie de la sección del Arbol del Tule, a un metro del suelo, en 48 metros cua- A Sección de una rama de sabino (2 del tamaño natural). , xodium mucronatum, Ten, 37 drados; de entonces a la fecha han dle Oe años, lo que no considero exagerado calcular ho por oy esa mism perficie en 50 5 metros cuadrados, a la cual le corresponde un ida tro la 8 metros en números redondos. (Véase la nota 3.* Con est del fin. datos, ya es posible establecer las siguientes propor- ciones. Diáms. Años Diáms. Años * Promedi oa a a ES Y Mbs: OL06'7. 3:19 Mts. 0.094 : 17 Mts. 0. 20 : 40 de las tres edades: 1493 1 y esto en el supuesto de un tronco único, : 1433 E Porque si se E atara de un agreg : 1447 | rios, o cifra tendría que ser 1600 ) te men neces Jariamen- mismas condiciones, considerando que el diámetro del tro del suelo, es aproximadament me tros, la edad de cualquiera de ellos no pasaría de u milenio. ¡XCuso decir q estoy muy lejos de ds sacar conclusio- nes definitivas de los resultados anteriores, que únicamente presento a simple indicación. lguna nclusión satis- o O ecesario a en ramas, sino en troncos de 1 mi , lo más gruesos posible, y aun así habría de ser bas- tante ble ner io: aceptables. » Como caso curioso—y sólo , o curioso lo cito—nótese, además, está en un todo conforme con la tradición, la cual enseña que ha e taco por la mano del profeta ha en el de nuestra era. ás convincente es la consideración de que si el Arbol del Tule hubiese si época de la e: el coloso e algunos pre- enden, los conquistadores Bernal Díaz del Castillo en su Historia, el mismo Cortés en sus Cartas al R e importancia y esta omisión me induce a pensar que en aquel tiempo t: ez pasaría de tener el gro ue hoy ofrece el' Sabino del Marquesado, y por mismo pasó inadvertido La omisión del Arbol del Tule, los Códices locales—que yo sepa, no hay ninguno que lo señalé—debe atribuirse a la mis ón. De las tablas de Cotta, destinadas a proporcionar una idea del crecimiento medio i progresivo de algunos árboles, comparado con su edad, reproduzco o datos correspondientes al Pino doméstico por ser el más afine del Sabin Allí se ve que:cuando el Pino doméstico tiene: 50 centímetros de diámetro, su edad es de 120 años. 60 » » 2 150 :, 70 :ó ÍS 4 00 80 - A > » 250, Pero yo no creo equivocarme asegurando que el Pino doméstico crece con mucha más lentitud, en un tiem dado, el Ahuehuete, el cual, según vimos, es imi e capas leñosas son comparativamente más anchas que en a 38 En las tablas de Cotta que menciono, hay e ejemplos que se refieren al crecimiento medio progresivo de algunos árboles, compa- rado con su edad, y de ellos permítome citar los Eos a otras dos Coníferas, para que puedan equipararse con el Pino domés- tico y cuyo crecimiento a su vez parece más lento que el de éste. Diámetro del tronco expresado en centímetros Nombres de los árboles 0.50 0.60 -0.70 0.80 ¡Pinos doméstico, amOS oe 120 150 200 250 Pino marítimo, años.. 80 100 125 160 Abeto común, años 85 110 14 180 Tomando. por base el único dato exacto que poseo acerca de. la edad del Arbol! del Tule, a sab que un diámetro de centímetros da para él 40 años de edad, da entrar en el cuadro e or con las siguientes cifras: 'Arbolídel Tule anos lee in ts 100 120 140 160 términos generales, e o o la naturaleza ha fija- E do límites extremos de crecimiento mín: máximo, a todos los séres del mun A Lo austio ar gue animalos. Fuera de S . fenómeno que observamos. ste es el caso para los árboles enanos y para los árboles gigantes. El a e es casi siempre pro- vocado por una poda sistemática de Y s y raíces, y una falta con- tinua de alimentación, en tanto que el tad se debe de preferencia co bles de ambiente y suelo, muy difíciles de determinar; pero no por mm nt S turalíimas que se consideren y el único consuelo que nos queda, es señalar EL VOLUMEN DEL GIGANTE S leu na vez se a tratado de obtener el crecimiento medio progresivo anual del Taxodium mucronatum, cuyos representantes ge- nuinos son los ae o Sabinos, entre los cuales cuella el Arbol del Tule, acaso se te ía hoy la clave para averiguar la edad E Este O a no creo que se haya hecho nunca, y caso de j ado. as porque a últimas fechas se me ocurrió cubicar | | El Arbol y la Iglesia 2 e e E 41 modo grosso—el Arbol, por la simple curiosidad de investigar el prome edio de la ca o: on adera diaria que se ha formado desde u ia hasta el momento actual, en los 2,000 años de exis- tencia a yo supongo Exc e que la o de este Arbustito no es cosa tan sencilla, e otras razones, por su pronunciada irregularidad, y más que ea o no se presta para ser medido más allá de dos me- tros de El as o más serio de error, sin embargo, es el relativo a sus raíces, que por ocultarse a nuestra vista, sólo cabe suponerlas en una cantidad a la masa E De lo a se despren e que los números que esto oy (o) y od asistido en esto por. mi buen hijo, ugo. cálculo al que aludo, es el siguiente: Metros cúbicos. 1.—Un tronco o o de 50 metros cuadra- dos de base y 7 a a 350 2.—Un tronco central, des a 7 za MO a O NEO Nro OIE Sol. 90 imaria, en el lado Norte 50 ira en el lado a ES 40 Ea primaria, en el lado Poniente.... E 30 Pal Ao dae Tea a 50 7 Brutos. A sdosos producidos en 2,000 años... 95 O O ETS oo UE O col 390 SUMA DOTA a 1,095 o sean 1.095,000 decímetros cúbicos Ahora bien, distri o O cantidad de decímetros cúbicos o 130,000 días que tie ,000 años, se obtiene un cociente de 1,500 centímetros a como promedio del crecimiento diario en el Arbol del Tule Acepta: o el cálculo anterior y considerando que un decímetro n (E os imado de 549,000 kilogramos, o a 549 toneladas mé- LA EXPLOTACION DEL SABINO Se me asegura que en el vecino Distrito de Zimatlán, a lo largo del Atoyac, hay una considerable cantidad de Sabinos, cuyo dueño pensó alguna vez en explotar para convertir su madera en tablazón. 42 4 z Aparte de que el tronco de esta esencia forestal en avanzada edad está expuesto a ahuecars o e o sado, Ahuehuete ol, de a a esta venido mirando que a medida que pierde algo de humedad natural, la madera se agrieta con la mayor facilidad, en ambas dire ad a gitudinal y transversalmente. sta crernstancia, caso ns- tante, haría la is del Sabino impropia pa ser eo la en tablazón; así, según entiendo, para ser aa como esencia, primero, ña la destilación, y como combustible despu LA GERMINACION DE -LOS AHUEHUETES Sinceramente lamento que no me sea posible decir nada sobre la germinación en los ooo USiES como era mi deseo; pues habiendo 8 eb po existentes en el pueblo reconozcan este or LA FILIACION BOTANICA DEL ARBOL DEL TULE grupo de las Coníferas a que renieness esta especie, llamada (0) los lo) tal, má y Cicadáceas, al a formar la interesante clase de las Gimnos- difere Ó S nu o a más sou hoy día, para la especie que cupa, e Taxodium muc natum, .aplicado EL Tenore; pero ha sido o sucesivamente a distichum por Humboldt y Bonpland; Taxodium Montezumee, por Dec caisne; A mexica- | | | «| | | | | 45 num, por Carriére; eE que deben considerarse ahora como sim- ples o os del pri S nfusión resultante de aplicar tantos nombres científicos a le =] So es cs S sa 171 cn o ESA Ss 3 en D E] ES a Ñ SN Qu [o] ES) YN ¡e Lo) o = lao) (e) 5 D eS ¡Q 0 o (q) mejante a la especie mexicana, parece ser específicamente oO e ella. Es el ciprés de los pantanos, llamado también Cyprés chauve Dos j a uanto y ¡Según lo h o el naturalista mexicano, Dr. José Ramí- | la puntita muy aguda en que terminan sus hojas; pero, ade parece que nel otra especie en Asia y una cuarta en la América del carácter distintivo de todas ellas, es el de ofrecer una corpu- lencia gigantesca, ocupando a este respecto el número uno el ejem- plar mexicano, que se encuentra en el Tule y cuya descripción in- tentaré en las líneas siguientes. DESCRIPCION BOTANICA DEL ARBOL DEL TULE xodium mucronatum. Ten. Osserv. su di una paria Conif. del odium distichum, H. B. K.,, non Rich. Nov. Gent. et Sp. IL. 4; ai Montezumee, Dcne in Bull. Soc. Bot. de France. 71. Taxedium mexicanum, Carr. Conif. 147. Es Arbol excelso, probablemente el ejemplar actual más corpu- lento del reino vegetal, de 43 metros de alto y e perímetro a un tro del suelo, de tronco áspero, agrietado en su corteza parduzca, e mi 1 i pe ES) E 2) 2 a o (7 o 3 EU ES] 5 o du) ES 2 9 tE [o) ko) (o) 3 Y al h (o) E ES) o le) nos extendidas: de sus extremidades cuelgan las ramas y ramitas 46 s tiernas, cupiertas estas últimas de Lo poco persistentes, semi- lineales, verdes, re o ligeramente encorvaditas, terminadas una cortísima puntita aguda, recorridas por un solo nervio central y como de 10 milímetros de larg or o de ane un cho. El Arbol florece a fines de febrero, para madurar sus frutos seis meses después. Tiene flores monoicas, o sea de sexos separados, aun- que en la misma planta; las masculinas, A son espigado- e por u camita nte p brácteas aguditas, peltadas, a y espir e alre- e n eje a ria Ss ren por a dinal, E de gránulos nico sencillos, pequeñísimos, globulosos rillos. ias flores femeninas son mucho más escasas que las masculinas, y se en On debajo de éstas, esparcidas en pan más grue ient 1 añ i n a n recto el centro » abundante clbumen oa ordenadas e dedor de un eje O > form 1 fruto es un son acrecido, globuloso y endurecido, que alcanza 2% centímetros de largo por 2 ó algo menos cu OS. urez abren las escamas para permitir el paso, de las semillas, pudiendo eS por algún tiempo o al estípite que les sirye de sostén o bien desprenderse junto con Es especie que se encuentra en OS odalidados del país sido colectada por numerosos naturalistas, en San Luis P Í € Palmer); Sierra Madre (Seemann); Coahuila y Nuevo León (Ber- nal 5 jebmann a de San Pedro (Jurgensen); Tehuantepec (Scherz o o as (Linden); Santa ría del Tule (muestras auténticas a Gigante). (Conzatti, in meo . 23 47 . 694, enero 1. de 1892; número 4,039, agosto 22 es es núm. o a 15 de 1921; núm. 4,103, marzo 1. de 192 * -S *k El Taxodium mucronatum a que corresponde el Ahuéhuete me- xicano, se distingue del Taxodium distichum de Richard (non H. B K.) o Ciprés de los pantanos, de la Florida y Luisiana, por varios Ca- racteres entre los cuales apuntaré los a entes Nuestr i j huehuete tiene hojas ás ies más verdes, más larga (5 nervio central menos promin el envés; aumentos masculinos mucho más grandes, de anteras con m Ú- e m a a mero de cavidades; estróbilos femeninos con más escamas y raíces 44 publicado publicada 18 6 León Gama León, Gama lo 43 interesantes interesante 20 44 2 21 mucionatum mucronatum 23 penúltima Hogo Hugo 32 10 génreo género 2 14 Aosa usa 42 41 el el de 46 10 aumento amento 46 del subsésil subsesil 46 23 éstas, sésiles éstas sesiles 46 26 encorvado encorvado, 46 última - in meo n mi 47 9 aumentos amentos INDICE Págs. El Arbol de Santa Maria del Tule ....... 3 I. —Consideraciones preliminares--.... A 5 11.—El Album del Tule...... A a 10 o —Datos históricos....:=.. +. 12 - El Arbol de Santa María del Tule 19 ds 1 Gigante de la Flora Mexicana —.omorrocrnonnnenconenecanes 24 3.—El Arbol del a aa O OO AS OOO 29 4.-—Un Arbol gigantesco ...emerrccorenano oo renronarnormenn ero armes 95 5.—-El Arbol de o Ea del Túle > to ono 26 6. —Reau Campbell...oooo cooonorenenoo aecrnrnnnnecinnnrnno rreer 26 T. La excursión a Mitla codi o 929 8.—Antigúedades 29 IV.—Consideraciones botánicas ¿oooomoemernoanes eerreneo E 34. Earecdad del Coloso e a E 34. El volumen del Gigante .-....- ; 5. 38 La explotación del Sabino. A A cad dat lolo 41 La germinación de los Ahuehuetes...ooommooo sonsoreneenero persones 42 La filiación botánica del Arbol del Tule..>.... omoono oo eros 42 Descripción botánica del Arbol del Tule ..oooemionnoono ornorrrenes 45 Nota PTÍMEOTa > .cmooiocenmaso cormnnnon contennes pen danen dia dnnando Deseztós 51 Notas segunda y rca a 52 , Nota cuarta y Correcciones ........ o SÓN OS 53 iS