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ISNN 0254-6442
-Moscosoa
VOLUMEN 10 1998
Datos biográficos de Julio Cicero S.J.
1. Daisy Castillo & Sésar Rodríguez
Gaussia attenuata (O.F. Cook) Becc. y Cocco thrinax barbadensis
(Lodd. ex Mart) Becc. (Arecaceae) Dos nuevos registros para la
Isla Española.
3. Milcíades Mejía, Ricardo García & Francisco Jiménez
Flora y vegetación de Loma La Humeadora, Cordillera Central,
República Dominicana..
10. Milciades Mejía & Francisco Jiménez
The Paspalum distichum - P. vaginatum species pair in Barbados
(Poaceae).
47. Ayanda Holder & George Rogers
Regeneración natural de especies arbóreas y arbustivas en
plantaciones de cuatro especies forestales en Loma Novillero,
Villa Altagracia, República Dominicana.
57. Alberto Sánchez
Estudio etnobotánico en siete comunidades rurales del municipio
de Bayaguana, República Dominicana..
86. Dominga Polanco, Brígido Peguero 4 Francisco Jiménez
The flora of Macaya biosphere reserve: Additional taxa, taxo-
nomic and nomenclatural changes, II.
114. Walter S. Judd, James D. Skean, Jr., & Dana G. Griffin, II
Notas sobre la flora de la Isla Española VI.
121. Brígido Peguero
Diversidad de la flora endémica en Cuba Oriental: Familias con
endemismos distritales.
136. Antonio López Almirall
Tres años de observaciones fenológicas en el bosque nublado de
Casabito (Reserva científica Ebano Verde, Cordillera Central,
República Dominicana).
KDIN BOTANICO 164. Thomas May
NACIONAL |
r. Rafael Ma. Moscoso” Inventario de la vegetación y uso de la tierra en la República
santo Domingo, Dominicana.
epública Dominicana 179. Luis Tolentino & María Peña
MOSCOSOA
EDITORES
Milciades Mejía
Ricardo Garcia
COMITE EDITORIAL
Julio Cicero S.J.
Daisy Castillo
Sésar Rodriguez
Francisco Jiménez
Brigido Peguero
Corrector de estilo
Ramón Tejeda
Diagramación:
Compugraf, c. por a.
Impresión:
Amigos del Hogar
Impreso en República Dominicana
Printed in Dominican Repúblic
Santo Domingo, República Dominicana
Agradecimientos
El Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael Ma. Moscoso” agradece a la Asociación Suiza para
el Desarrollo y la Cooperación Internacional (HELVETAS), por el apoyo financiero para la
publicación de éste volumen de MOSCOSOA.
MOSCOSOA (ISSN 0254-6442) es una publicación periódica del Jardín Botánico Nacional
cuyo costo es de RD$150.00 para la República Dominicana y su equivalente US$15.00, para
el resto del mundo, incluyendo gastos de envío. Enviar cheque a nombre del Jardín Botánico
Nacional “Dr. Rafael Ma. Moscoso”. Apartado 21-9, Santo Domingo, República Dominicana.
MOSCOSOA 10 fue puesta en el correo en Febrero del 1999.
Digitized by the Internet Archive
in 2015
https://archive.org/details/moscosoacontribu1019jard
Moscosoa 10, 1998, p.p. 1-2
DATOS BIOGRAFICOS DE JULIO CICERO S. J.
Daisy Castillo & Sésar Rodríguez
Castillo, D. & S. Rodríguez (Jardín Botánico Nacional, apartado 21 — 9, Santo
Domingo, República Dominicana). Datos biográficos de Julio Cicero S. J.,
Moscosoa 10: 1-2. 1998. Datos biográficos y dedicatoria a Julio Cicero $. J.,
forjador de numerosas generaciones de profesionales de las áreas de biología,
agronomía y educación.
El presente volumen de Moscosoa esta dedicado al Padre Julio Cicero $. J.,
incansable naturalista e investigador de las ciencias Botánica y Zoológica.
El Padre Julio Cicero nace en Mérida, México el 12 de enero del año 1921. Desde
pequeño demostró gran sensibilidad hacia la naturaleza, con una fuerte inclinación
al estudio de los animales y plantas.
Realizó sus estudios primarios en su ciudad natal y a la edad de 18 años viaja a
la Habana, Cuba donde cursa sus estudios secundarios y de Humanidades Clásicas
en el Noviciado de San Etanislao.
En 1947 viaja a España donde estudia Filosofía en la Universidad Pontificia de
Comillas; más tarde se traslada a los Estados Unidos donde estudia Teología en el
Woodstock College de Maryland, y Biología en Fordhan University de New York,
luego regresa a Cuba donde imparte docencia de Biología en el Colegio de Belén en
la Habana y en el Colegio de Dolores en Santiago de Cuba.
En 1968 viaja a la República Dominicana donde imparte las Cátedras de
Zoología y Evolución en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y
clases de Biología en el Instituto Politécnico Loyola de San Cristóbal y en el Colegio
Loyola de Santo Domingo.
El Padre Cicero ha desempeñado importantes cargos como: Coordinador de la
Cátedra de Zoología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Encargado de
los Laboratorios de Biología del Instituto Politécnico Loyola de San Cristóbal y del
Departamento de Zoología del Museo Nacional de Historia Natural. Es asesor
científico del Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael Ma. Moscoso y del Museo
Nacional de Historia Natural. Miembro de las sociedades The American Plant Life
Society, American Amaryllis Society, The Cycad Society, Sociedad Dominicana de
Ornitología y de la Academia de Ciencias de la República Dominicana; forma parte
del Comité Editorial de la Revista Científica Moscosoa. Ha escrito más de cincuenta
artículos científicos y periodísticos sobre botánica y zoología, y ha disertado
innumerables charlas y conferencias en toda la geografía nacional.
El Padre Cicero cultivó una profunda amistad con el profesor Eugenio de Jesús
Moscosoa 10, 1998
El Padre Julio Cicero dicta una conferencia acerca de las Cactaceas en la República Dominicana.
Marcano y el Dr. José de Jesús Jiménez, juntos realizaron innumerables exploraciones
al campo donde compartieron sus inquietudes científicas. Ha sido forjador de varias
generaciones de profesionales de las áreas de biología, agronomía y educación. En
el campo de la Horticultura ha realizado numerosos aportes en los grupos de las
Cactaceas y las Amaryllidaceas dentro de los cuales ha creado numerosos hídridos
que cultiva exitosamente en sus jardines. En el Politécnico Loyola de la ciudad de
San Cristóbal posee unos de los arboretum más importantes y didácticos del país, con
una hermosa colección de palmas y cycadaceas.
El Padre Julio Cicero ha sido merecedor de reconocimientos y distinciones por
sus valiosos aportes a la Flora y la Fauna de la República Dominicana como el
otorgado enel II Congreso de Biodiversidad Caribeña, organizado por la Universidad
Autónoma de Santo Domingo en enero 1998; la dedicatoria de una especie nueva del
Zephyranthes (Z. ciceroana, M. Mejía & R. Garcia) Moscosoa 8, 1994, especie
endémica de República Dominicana.
Al cumplirse los 78 años de su nacimiento, Moscosoa 10 le rinde tributo a este
insigne representante de las ciencias naturales en la República Dominicana.
Moscosoa 10, 1998, p.p. 3-9
GAUSSIA ATTENUATA (0. F. COOK) BECC. Y
COCCOTHRINAX BARBADENSIS (LODD. EX MART) BECC.
(ARECACEAE) DOS NUEVOS REGISTROS
PARA LA ISLA ESPAÑOLA
Milcíades Mejía, Ricardo García & Francisco Jiménez
Mejía, Milcíades, R. García & F. Jiménez (Jardín Botánico Nacional, Apartado
21-9, Santo Domingo, República Dominicana), Gaussia attenuata (O. F. Cook)
Becc. y Coccothrinax barbadensis (Lodd. Ex Mart.) Becc. (Arecaceae) dos nuevos
registros para la Isla Española. Moscosoa 10: 3-9. 1998. Se reportan Gaussia
attenuata (O. F. Cook) Becc. y Coccothrinax barbadensis (Lodd. Ex Mart.) Becc.
para la región Este de la República Dominicana.
Palabras clave : Isla Española, Gaussia, Coccothrinax, Arecaceae y
distribución.
Gaussia attenuata (O. F. Cook) Becc. and Coccothrinax barbadensis (Lodd.
Ex Mart.) Becc. two new reports to the Hipaniola Island.
Keys words: Hispaniola Island, Gaussia, Coccothrinax, Arecaceae, and
distribution.
Las exploraciones botánicas realizadas en la Isla Española en los últimos años,
han aportados nuevos hallazgos de plantas para la República Dominicana, incluyendo
nuevas palmas (Read et al 1987, Zona, 1995; Mejía & García, 1997; García & Mejía,
1998).
Hasta 1986 en la familia Arecaceae eran conocidos sólo 15 géneros para la Isla
Española (Moscoso, 1945, Liogier, 1974); luego se descubrió Reinhardtia
paiewonskiana en la Sierra de Bahoruco (Read et al, 1987), en 1997 fue descrita
Coccothrinax boschiana, palma endémica de la Isla Española, cuya distribución está
limitada a la Sierra Martín García, Provincia Azua, República Dominicana. En este
artículo se reporta la presencia de Gaussia attenuata, con el cual aumenta a 16 los
géneros de la familia Arecaceae para la Española y también se reporta Coccothrinax
barbadensis.
Resultados y discusión
Gaussia attenuata (O. F. Cook) Becc. (Figs. 1-3) Arecaceae
Esta especie era considerada endémica de Puerto Rico (Liogier & Martorell,
1982). En 1992 fue descubierta en el Parque Nacional del Este, República
Dominicana e identificada en diciembre de 1997 (García & Mejía, 1998).
4 Moscosoa 10, 1998
Gaussia es un género caribeño, cuya distribución natural llega hasta México y
está compuesto por cinco especies: G. attenuata en la isla de Puerto Rico y ahora en
La Española, G. gómez-pompae en México; G. maya en el sur de México y Belize;
G. princeps y G. spirituana en Cuba (Queros & Read, 1986; Henderson et al. 1995).
G. attenuata es conocida en Puerto Rico como Palma de Sierra y Palma de lluvia;
puede alcanzar hasta 20m de altura, y su tronco mide de 15 a 20 cm de diámetro,
adelgazandose bastante hacia el ápice (Quero & Read, 1986). Las palmas juveniles
tienen la base del tronco engrosado y sus hojas miden de 1 a 2 m de largo.
Esta especie prospera mayormente en zonas húmedas e inicia su desarrollo en
el sotobosque; su penacho sobresale por encima de la copa de los árboles más altos
cuando es adulta. Normalmente crece sobre rocas caliza y obtiene parte de sus
nutrientes de la hojarasca y la materia orgánica descompuesta. Es común en los
mogotes húmedos de la parte norte de Puerto Rico, desde Vega Baja casi hasta San
Juan; y en el Suroeste, en los alrededores de San Germán y Lajas (Little &
Wadsworth, 1964). Con el reporte de Gaussia attenuata, la Isla Española gana un
nuevo género y una especie.
En la República Dominicana hasta ahora se conoce en los alrededores de la
Laguna “Giiele Abajo” en el sector Gran Chorra, en la región Este, en ambientes
similares alos de San Germán y Lajas, en Puerto Rico. En el lugar del descubrimiento
seencontró un ejemplar adulto de aproximadamente 17m de altura, con inflorescencias
viejas; los frutos de ese año (1997) ya habían caído. Se exploró en los alrededores y
se encontraron 60 ejemplares entre recién germinados, juveniles y de mediano porte.
Ejemplar examinado
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia La Altagracia, Parque Nacional del
Este, sector La Gran Chorra, alrededor de la Laguna “Giiele Abajo”. Bosque
Húmedo sobre roca caliza con Clusia, Sideroxylon, Amyris y Eugenia 18° 15'N, 68°
41' Oeste; elev. 20m; 30 de diciembre 1997 (infl. vieja) R. García, M. Mejia, $.
Rodríguez, A. Veloz 6834 (JBSD, MAPR).
Moscosoa 10, 1998 5
Fig. 1. Penacho de G. attenuata sobre la copa de los árboles del
bosque del Parque Nacional del Este.
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Fig. 2. Tronco de G. attenuata con sus raices Fig. 3. Juvenil de G. attenuata.
caracteristicas sobre una roca.
6 Moscosoa 10, 1998
Coccothrinax barbadensis (Lodd. ex Mart.) Becc. (Figs. 4 - 5) Arecaceae
La distribución geográfica de C. barbadensis abarca desde las Antillas Menores
hasta la Isla de Puerto Rico (Herdenson, 1995).
En la República Dominicana las poblaciones de esta especie, eran nombradas
erróneamente como C. argentea.
Los autores de este artículo habían notado que algunas características morfológicas
como: el porte y la robustez del tronco, el tamaño y forma de las hojas y las
inflorescencias eran notoriamente diferentes a las C. argentea.
Motivados por estas apreciaciones y resaltadas por Henderson et al, 1995; se
realizaron colecciones y observaciones de campo en diferentes poblaciones de esta
especie presente en la región Este de la República Dominicana, así como revisión de
literatura y de ejemplares del herbario JBSD. Además, observaciones de algunos
individuos en la Isla de Barbados, de donde proviene el ejemplar tipo (Howard,
1979). Luego de estos estudios se confirma la presencia de C. barbadensis en la parte
Este de la Isla Española.
La distribución de C. barbadensis está limitada a la región Este de la República
Dominicana desde las proximidades de Cumayasa en Provincia La Romana, hasta
San Rafael y Boca de Yuma, Nisibón, Macao, Provincia La Altagracia. Esta especie
es abundante en algunos potreros y áreas abiertas y es un componente de los bosques
altos semihúmedos sobre rocas calizas.
Ejemplares examinados
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia La Altagracia, Parque Nacional del
Este, sector Boca de Yuma, en un potrero frente a la caseta del parque, hacia el mar,
zona con Poaceae, Trichilia, Sabal y Hamelia. 18° 22°N, 68° 37 “Oeste; elev. 10m.;
29 de Diciembre 1997 (fr.) R. Garcia, M. Mejia, S. Rodriguez, A. Veloz 6832
(JBSD). Cañada Honda, carretera Otra Banda - Macao, 6 Km del cruce de la carretera
Nisibón - Macao, potrero con Sabal y Panicum, 15 noviembre, 1997 (f1.), F. Jiménez,
M. Mejía, S. Rodríguez 2550 - A (JBSD, US). Macao, Camino a Uvero Alto, 4 Km
al norte del rio Anamuya, 18° 47°N, 68° 34.5 “Oeste elev. 10 m, 18 septiembre 1997
(fr), J. Salazar, A. Veloz, M. Felix 1569 (JBSD). Aprox. 3 km al suroeste del Pueblo
de Macao próximo al Salado, en un Potrero al lado de la carretera, 18° 46"N y 68°
33 Oeste, 5 julio 1997 (fr), F. Jiménez, M. Felix 2124 (JBSD); Provincia La Romana:
Altos de Chavón, ENE of La Romana on upland of W side of rio Chavon; dry - arid
broadleaf forest and schrubland, open and cut - over 18° 25"N, 68° 54“W, alt. 30 m,
June 13, 1981 (fr), T. Zanoni, M. Mejía, C. Ramírez 14828 (JBSD); Provincia San
Pedro de Macorís: about 2 Km N of town of Boca de Cumayasa, on W side of río
Moscosoa 10, 1998
Fig. 4. Coccothrinax barbadensis en un potrero en Boca de
Yuma, Provincia La Altagracia.
Fig. 5. Frutos de Coccothrinax barbadensis.
8 Moscosoa 10, 1998
Coccothrinax barbadensis
MBs Guia attenuata
Jamaica
Distribución de Gaussia attenuata y Coccothrinax barbadensis.
Cumayasa; broadlef forest in river Valley near coast; Cattlegrazing, Cutting - over
for grazing and fire - wood 18° 25“N, 69°05°W, alt. 10 m; July 7, 1981 (fr), T. Zanoni,
M. Mejía, C. Ramírez 15231 (JBSD).
Conclusión
Luego del descubrimiento de Gaussia attenuata y Coccothrinax barbadensis, la
familia Arecaceae en la Isla Española está representada por 16 géneros y 31 especies,
asumiendo que el género Haitiella, queda incluido en Coccothrinax, el cual está
representado por nueve especies.
A pesar de los estudios realizados sobre las palmas de la Isla Española,
consideramos que todavía faltan por describir o reportar otras especies de esta
familia.
PAD, in o do RÁ e e y A
Moscosoa 10, 1998 9
Literatura Citada
García, R. & M. Mejia, 1998. Técnicos de JBN descubren Palma de Puerto Rico en
el Parque Nacional del Este. Bol. Jardín Botánico Nacional Rafael Ma. Moscoso.
7(4): 6 - 7.
Henderson, A, G. Galeano & R. Bernal. 1995. Field Guide to the Palms of the
Americas, Princeton University Press, USA. 352pp.
Howard R. A., 1979. Flora of the Lesser Antilles. Arnold Arboretum, Harvard Univ.
586pp.
Liogier, H. A. & L. F. Martorell, 1982. Flora of Puero Rico and Adjacent Islands: a
systematic synopsis ed. de la Univ. de Puerto Rico, Río Piedras. P. R. 342pp.
Mejía, M. & García, R., 1997. Una nueva especie de Coccothrinax (ARECACEAE)
para la Isla Española 1. Moscosoa, 9: 1 - 7.
- Moscoso, R. M. 1945. Palmas Dominicanas, Publicaciones de la Universidad de
Santo Domingo, vol. XXXIII. 81pp.
Quero, H. J. and Read, R. W. 1986. A Revision of the Palm Genus Gaussia.
Systematic Botany 11 (1): 145 - 154.
Read R. W., T. Zanoni M. Mejía. 1987. Reinhardtia paiewonskiana (Palmae), A
New Species for the West Indies. Brittonia 39 (1), pp.20 - 25.
Zona, S., 1995. A Revision of Calyptronoma (ARECACEAB), Principes 39 (3): 140
IS Y:
Moscosoa 10, 1998, p.p. 10-46
FLORA Y VEGETACION DE LOMA LA HUMEADORA,
CORDILLERA CENTRAL, REPUBLICA DOMINICANA.
Milciades Mejía & Francisco Jiménez
Mejía, M. & F. Jiménez, Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael Ma. Moscoso,
Apartado 21-9, Santo Domingo, República Dominicana. Flora y Vegetación de
Loma La Humeadora, Cordillera Central, República Dominicana. Moscosoa 10:
10-46. 1998. Se presenta el inventario florístico y la caracterización de la vegetación
de la loma La Humeadora, Cordillera Central, Provincia San Cristóbal, República
Dominicana.
Este estudio se realizó durante el período febrero-junio, 1994; se hicieron
transectos siguiendo el gradiente altitudinal desde los 800 m hasta alcanzar la
máxima elevación, 1315 m. Se describen cinco tipos de vegetación: bosques
nublados de Didymopanax tremulus, y de Prestoea montana; bosque húmedo de
Mora abbottii; el Helechal, compuesto por Dicranopteris pectinata y Gleichenia
bifida y Vegetación de sucesión. Además, se presenta un listado de las especies y los
ambientes donde fueron encontradas. Se identificaron 94 familias de Spermatophytas,
distribuidas en 254 géneros y 382 especies y de las Pterydophytas, 38 géneros con
71 especies, para un total de 459 plantas vasculares. De éstas, 366 nativas, 6
introducidas, 4 naturalizadas y 83 endémicas, de las cuales 6 sólo son conocidas de
esta loma y áreas adyacentes.
Palabras clave: flora, biodiversidad, unidad fitogeográfica, endemismo,
hidrología, sucesión.
An inventory of the vegetation of Loma Humeadora is presented. Five types of
vegetation are described: cloud forest of Didymopanax tremulus, cloud forest of
Prestoea montana, humid forest of Mora abbottii and the fern tangles of Dicranopteris
pectinata -Gleichenia bifida and other successional vegetation. Also is given a list
of the species collected with their environment. There were 94 families of Spermato-
phytes distributed in 254 genera with 382 species; 38 genera of Pterydophytes in 38
genera with 71 species for a total of 459 vascular plants. Among these species 366
are native, 83 endemic, six of which are found only in Loma Humeadora and adjacent
areas. Of this total 6 are introduced and 4 naturalized.
Key words: flora, biodiversity, phytogeographic units, endemism, hydrology,
successional species.
Introduccion
La Loma La Humeadora, llamada comúnmente por campesinos “La Jumiadora”,
lleva ese nombre, debido a que la cima se mantiene cubierta de nubes la mayor parte
del año, razón por la cual dicen que esa loma “humea”, es decir, echa humo. En sus
alrededores se levanta un conjunto de lomas de más bajas elevaciones entre las que
Moscosoa 10, 1998 1]
se citan El firme de Palo de Cruz, Arroyo Grande, Puerca Gorda, Los Cagiieyes,
Monte Bonito, Los Guaymates, El Grito y El Limón. El grado de inclinación de estos
lugares oscilan entre 30° y 80°, aunque existen pequeñas hondonadas y áreas con
pendientes más suaves.
La vegetación original de la Loma La Humeadora ha sido seriamente afectada
por las actividades agropecuarias, tumba y quema, extracción de imadera, leña y
carbón, quedando algunos remanentes del bosque primario debido a que está área
está muy próxima o dentro de la zona vedada que se creó para proteger los
nacimientos de los ríos Isa, Mana y Duey, que hasta los años 70 eran la principal
fuente de agua potable para la ciudad de Santo Domingo. |
A pesar de la cercanía de la Loma La Humeadora a la ciudad de Santo Domingo,
esta era un área botánicamente inexplorada, contrario a lo ocurrido en otros macizos
montañosos de la Isla Española, los cuales, aunque localizados en lugares inhóspitos,
ya habían sido estudiados en tiempos pasados.
En 1929-1931, el botánico sueco Erik L. Ekman exploró los alrededores de
Cambita Garabito, las márgenes del Río Haina y Loma Mariana Chica, en Villa
Altagracia, Provincia San Cristóbal, y no sabemos por qué no herborizó en La
Humeadora, montaña que vista a lo lejos luce indudablemente muy interesante para
los botánicos (Mejía et. al 1997). En 1985, los técnicos del Jardín Botánico Nacional
Dr. Rafael Ma. Moscoso, encabezados por Thomas Zanoni, realizaron colectas de
plantas próximo a la toma de agua del Río Isa, en la base de La Humeadora, sin llegar
a la cima.
La Humeadora, forma parte del área que fue declarada Parque Nacional
mediante el Decreto 233-96, y ratificado por el 319-97, con un área de 420 Km?.
Descripción del área estudiada
La Loma La Humeadora tiene una extensión aproximada de 84 km’; está ubicada
en la vertiente sureste de la Cordillera Central, 10 km al suroeste de Villa Altagracia,
y al noreste de la ciudad de San Cristóbal, en las coordenadas geográficas 18° 36 “y
18 41N y entre los 70° 11 “y 70° 21” Oeste, con una elevación máxima de 1315 m
(SEA-DVS, 1995). Mapa anexo. |
De acuerdo con el mapa geológico de la República Dominicana, elaborado por
la Dirección General de Minería en 1991, la parte más alta de esta loma está formada
por rocas ígneas intrusivas del tipo piroxenita, y en la parte baja del Sur y Sureste las
rocas son gabros y tonalitas. En el lado oeste existen depósitos fluviales en forma
de terrazas, del período cuaternario; en tanto que las partes norte y este están
formadas por rocas magmáticas y volcano-sedimentarias.
12 Moscosoa 10, 1998
Los suelos se han desarrollado sobre rocas ígneas y metamórficas, de estructura
arcillosa, moderadamente ácidos con poca profundidad y textura ligera.
Agronómicamente estos suelos pertenecen a la clase VII, cuyas características lo
limitan para una explotación agrícola intensiva. (SEA-DVS, 1995).
El área de estudio tiene una gran importancia hídrica, ya que allí nacen
numerosos ríos y arroyos que surten de agua al acueducto de Santo Domingo y al
de Villa Altagracia, asícomo al complejo hidroeléctrico Valdesia-Aguacate, através
del río Mahomita.
En la zona nacen alrededor de 15 arroyos importantes: Colorao, Padrón, El Toro,
Piedra, Derrumbadero, Mina, Blanco, El Anonal, El Salto, Blanquito, Belén y
Balladares, tributarios de los ríos Isa, Duey, Mana y Maiboa, todos afluentes
importantes del río Haina, y los arroyos Los Arroyitos, Arroyo Grande y Los Caños,
tributarios del río Mahomita, que vierte sus aguas en el complejo hidroeléctrico
Aguacate-Valdesia. Este complejo hídrico tiene una gran importancia ya que sus
aguas son utilizadas para riego, producción de energía eléctrica y abastece de agua
potable a numerosos acueductos de la zona de San Cristóbal, Santo Domingo, Haina
y Villa Altagracia, entre otros.
La temperatura mínima de la zona oscila entre 13° y 16°C y la máxima entre 18°
y 32” C, con una humedad relativa que varía entre 86 y 100%; (Guerrero et. al, 1997).
La precipitación promedio anual es de 2,300 mm pudiendo superar los 3000 mm.
La alta precipitación se debe en gran medida a las variaciones altitudinales y a su
ubicación geográfica que la expone directamente a los vientos alisios cargados de
humedad, los cuales chocan con la Cordillera Central y producen abundantes y
frecuentes lluvias; la temporada más lluviosa se extiende de mayo a octubre.
En la cima de loma La Humeadora existe una depresión que colecta las aguas de
lluvia, la cual en los días de fuertes precipitaciones se desborda y vierte sus aguas
hacia una cañada natural en dirección noreste que alimenta los nacimientos de los
ríos Duey y Derrumbadero; en los alrededores del charco, crece una población de
helechos que cubre el 90% del área. El suelo es mayormente orgánico de color oscuro
y con una gruesa capa de hojarasca que cubre un 60% del piso de este bosque.
Metodología
Para realizar el inventario y la descripción de la flora y la vegetación, se
realizaron cinco viajes de campo, todos en el periodo Febrero - Junio 1994: dos a las
vertientes este-noroeste, dos al sur-suroeste y uno a la zona del Río Duey, localizada
al norte de la Loma.
Para este estudio se establecieron transectos siguiendo el gradiente altitudinal
Moscosoa 10, 1998 13
desde 800 m hasta los 1,315 m; además, se hicieron recorridos transversales con la
finalidad de cubrir la mayor extensión del área.
Se recolectaron muestras de las plantas encontradas y se prepararon ejemplares
de herbario, los cuales fueron identificados mediante el método de comparación y
con el uso de claves taxonómicas de las floras del caribe. Las muestras fueron
depositadas en el Herbario Nacional (JBSD) como evidencia, bajo los números de
colección de Francisco Jiménez 1126-1287, 1296-1440, 1554-1597 y de Milcíades
Mejía 2218-2289.
Para la obtención de los datos climáticos se utilizaron distintas fuentes, debido
a que dentro de la zona estudiada no existe estación climatológica. Para el análisis
de la temperatura y la humedad relativa, se tomaron los datos reportados por
Guerrero et al (1997) para la Loma Barbacoa, en un gradiente altitudinal de 825 a
1300 m. Se consideró que por la elevación y la cercanía entre estas dos montañas, la
temperatura, la humedad relativa y los demás parámetros ambientales podrían ser
similares y comparables con los predominantes en La Humeadora. Las informaciones
de pluviometría fueron tomadas de la estación meteorológica de Villa Altagracia,
período 1961-1994.
Para la clasificación de los tipos de vegetación, se tomó en consideración la
extensión y la especie dominante; utilizamos los criterios de Holdridge (1947),
Hager & Zanoni, (1993) y García et al, (1994).
Resultados
Se identificaron 94 familias de Spermatophytas, distribuidas en 254 géneros y
382 especies; de Pterydophytas, 38 géneros con 71 especies, para un total de 459
especies vasculares; de éstas 366 nativas, 83 endémicas, de las cuales 6 sólo son
conocidas de esta loma y áreas adyacentes; además 6 introducidas y 4 naturalizadas.
Por su hábito o forma de vida, se encontraron 99 árboles, 89 arbustos, 87 epífitas, 56
lianas o trepadoras, 128 hierbas y una parásita o hemiparásita. Las familias con
mayor número de especies son: Orchidaceae, con 59; Rubiaceae, 25; Asteraceae, 19;
Melastomataceae y Piperaceae 14; Bromeliaceae 13; Euphorbiaceae y Lauraceae 12
y Fabaceae 10.
Lyonia alainii, Chaetocarpus domingensis, Cinnamomum alainii, Gonocalix
tetrapterus, especies consideradas exclusivas de las lomas La Sal y La Golondrina
en Jarabacoa, fueron halladas en la cima de esta loma (1315m). Además, el
Zephyranthes ciceroana, encontrado únicamente en la loma Mariana Chica, en Villa
Altagracia, y Solanum sp. nov. (inédito) restringido a la loma Barbacoa y la loma El
Rancho, Provincia Peravia, fueron hallados también en La Humeadora.
14 Moscosoa 10, 1998
Además, se reportan para La Humeadora varias especies endémicas de la Isla
Española cuya distribución no es muy amplia, como son: Picramnia dyctioneura,
Podocarpus hispaniolensis, Urera domingensis, Omphalea ekmanii, y Piper
luteobaccum. |
Se encontraron cinco tipos de vegetación: bosque nublado de Didymopanax
tremulus, bosque nublado de Prestoea montana y bosque himedo de Mora abbottii;
el Helechal, compuesto por Dicranopteris pectinata y Gleichenia bifida; y vegetación
de sucesión, los cuales se describen a continuación:
Bosque Nublado Didymopanax tremulus (cima de la Loma).
Esta asociación vegetal tiene poca extensión y se localiza en la cima de La
Humeadora a elevaciones que fluctúan entre los 1,100 y los 1315m. Este bosque está
caracterizado por la presencia del Palo de Viento, Didymopanax tremulus, especie
endémica que puede alcanzar más de 20 m de altura. Este árbol, con copa ancha,
redondeada, follaje brillante y lo inusual del movimiento de sus hojas, lo hacen la
especie más conspícua de este bosque en la República Dominicana. En el estrato
arbóreo se encontraron asociados al Palo de viento la Clusia clusioides, Cyrilla
racemiflora, Ocotea foeniculacea, Haenianthus salicifolius var. obovatus, Lyonia
alainit, Matayba domingensis y Prestoea montana.
El estrato arbustivo lo componen: Styrax ochraceus, Hyeronima domingensis,
Chaetocarpus domingensis, Gonocalyx tetrapterus, Macrocarpea domingensis,
Chione seminervis, Picramnia dictyoneura, Psychotria berteriana, Weinmannia
pinnata, Ditta maestrensis y Wallenia apiculata.
Los troncos y ramas gruesas de los árboles están cubiertos por musgos y una gran
diversidad de orquídeas, entre las cuales están Pleurothallis ruscifolia y P.
domingensis, Dichaea hystricina, Maxillaria adendrobium, Lepanthes spp., Dilomilis
montana, Epidendrum carpophorum y las bromelias Guzmania ekmanii, Catopsis
nitida, Vriesea didistichoides y Vriesea sintenisii y las trepadoras Smilax havanensis,
Marcgravia rubra, Hillia parasitica, Vaccinium racemosum y Senecio lucens.
Bosque Nublado de Manacla, Prestoea montana
Reciben el nombre de Manaclar los bosques constituidos principalmente por la
palma manacla, Prestoea montana. Prosperan en ambientes que estan localizados a
elevaciones que fluctúan entre 850 y 1,100 m. El relieve del terreno se caracteriza
por ser irregular y tener pendientes pronunciadas que a veces alcanzan de 45° a 60°.
Los suelos son mayormente orgánicos, con rocas sueltas y con una capa gruesa de
hojarasca en descomposición que cubre el 90% del suelo. A pesar de la pendiente,
los suelos que le dan soporte a los manaclares retienen mucha humedad, llegando con
frecuencia a saturarse en la estación lluviosa.
Moscosoa 10, 1998 15
En loma La Humeadora, los manaclares son exuberantes, tanto en hondonadas
y cañadas como en las áreas impactadas por los fuertes vientos provenientes del este-
noreste. Se encontraron manaclares en varias quebradas que conforman los
nacimientos de los ríos Maiboa, Derrumbadero, Duey y Arroyo Piedra. En la ladera
Sureste de loma La Humeadora existe un denso manaclar con una extensión
aproximada de 1.5 km? y con una cobertura boscosa estimada en un 70%. En esta
cara de la montaña, la vegetación sufre los efectos de los fuertes vientos que llegan
directamente sobre este bosque.
En el oeste y el noreste de La Humeadora, existen manaclares menos densos que
los descritos anteriormente. Aquí la palma manacla (Prestoea montana) y palma
catey (Bactris plumeriana) se encuentran asociadas con numerosas especies
latifoliadas, entre las cuales están: Matayba domingensis, Alchornea latifolia,
Cecropia peltata, Alchorneopsis portoricensis, Guarea guidonea, Ocotea leucoxylon,
- Oreopanax capitatus, Chrysophyllum argenteum, Drypetes glauca, Clusia rosea,
Moraabbottii, Sloanea berteriana, Bombacopsis emarginata, Turpinia occidentalis,
Meliosma impressa, Omphalea ekmanii, Brunellia comocladifolia, Byrsonima
spicata, Ormosia krugii y Gomedesia lindeniana, entre otras.
El estrato arbustivo está compuesto por: Cestrum coelophlebium, Solanum
rugosum, Oplonia spinosa, Lobelia rotundifolia, Cleyera sp., Piper hispidum, Piper
jacquemontianum, Psychotria berteriana, Psychotria uliginosa, Psychotria
brachyata, Columnea sanguinea, Lasianthus lanceolatus, Myrcia splendens, Myrcia
deflexa, Poitea galegoides y Guettarda valenzuelana.
Entre las trepadoras se encuentran: Senecio lucens, Schlegelia parasitica,
Lasiacis divaricata, Schradera subsessilis, Smilax domingensis, Mikania cordifolia,
Gouania lupuloides, Mimosa ceratonia, Cayaponia americana, Hyperbaena
domingensis, Cissampelos pareira, Mucuna urens, Ipomoea tiliacea, Ipomoea
furcyensis, Passiflora rubra, Passiflora sexflora, Passiflora murucuja, Scleria
secans, Rhodopis lowdenii, Marcgravia rubra, Smilax havanensis, Hillia parasitica,
Rajania ovata, Arthrostylidium sarmentosum, Rourea surinamensis y Ampelocissus
robinsonii.
El estrato herbaceo esta formado por: Pharus glaber, Ranealmia jamaicensis,
Olyra latifolia, Danaea nodosa y Elaphoglossum crinitum.
Las epifitas observadas fueron: Rhipsalis baccifera, Elaphoglossum apodum,
Guzmania lingulata, Guzmania ekmanii, Pothuya nudicaulis, Maxillaria coccinea,
Vriesea didistichoides, Psychotria guadalupensis, Isochilus linearis, Vriesea
capituligera, Vriesea ringens, entre otras.
16 Moscosoa 10, 1998
Bosque Húmedo de Mora abbottii
A elevaciones que fluctúan de 800 a 1050 m se encontró un bosque de cola (Mora
abbotti1) en las laderas noreste de loma La Humeadora. Este árbol no tiene un
predominio absoluto debido a que se ha producido corte selectivo de los individuos
más altos para el uso de su madera. En las márgenes de Arroyo Piedra se encontró
madera aserrada de esta especie; Mora abbottii crece asociada con Prestoea
montana, Ocotea leucoxylon, Podocarpus hispaniolensis, Guatteria blainii, Sloaena
berteriana, Terminalia intermedia, Alchornea latifolia y Ditta maestrensis, entre
otras.
Los arbustos observados fueron: Polygala fuertesii, Tabebuia bullata, Ilex
repanda, Ilex microwrightioides, Myrcia splendens, Myrcia deflexa, Psychotria
berteriana y Solanum crotonoides.
Las trepadoras más frecuentes son: Marcgravia rubra, Ipomoea furcyensis,
Rajania ovata, Smilax domingensis, Schradera subsessilis y Vanilla wrightit.
Las epífitas más abundantes son: Jacquiniella globosa, Jacquiniella teretifolia,
Elleanthus cephalotus, Dichaea hystricina, Vriesea ringens, Vriesea sintenisii,
Pleurothallis domingensis.
Helechal de Dicranopteris y Gleichenia
El helechal, dominado por Dicranopteris pectinata y Gleichenia bifida, llamado
en la zona de loma La Sal y La Golondrina “calimetales”, es un tipo de vegetación
que se desarrolla en lugares abiertos dentro del bosque nublado originados mayormente
por deslizamiento, en áreas con pendientes.
En la Loma La Humeadora, a elevaciones entre 1,000 - 1,100 m, sé encontraron
numerosas áreas cubiertas por calimetales, en varias de éstas crecen dispersos
algunos individuos de Prestoea montana, Didymopanax tremulus, Brunellia
comocladifolia y Haenianthus salicifolius var. obovatus, especies propias del
bosque nublado. Fig. 1.
Vegetación de sucesión y las especies dominantes
En varias áreas de la loma y sus alrededores, los suelos de las laderas, desde los
400 m hasta los 900 m de elevación, están sometidos a un proceso activo de
degradación debido a la agricultura intensiva y migratoria que se desarrolla en la
zona; este proceso es común en la República Dominicana; después de una o dos
cosechas se abandonan los predios para tumbar nuevas áreas, lo que ha originado que
Moscosoa 10, 1998 [7
los bosques primarios de Loma La Humeadora y su entorno hayan sido afectados en
más de un 70%. Como resultado de este proceso, se ha producido un fenómeno poco
común, consistente en que cada una de las áreas alteradas es colonizada por una
especie pionera y se hace un breve comentario acerca de cada una de ellas.
Cyathea arborea
Se encuentra a una elevación de 500m, se observó una densa población de
helechos arborescentes, Cyathea arborea, que colonizó un área de 1800 m?
aproximadamente. Estos terrenos con pendientes de 30° en los que los rayos solares
llegan tangencialmente; fueron quemados por los agricultores y colonizados
ró )idamente por este helecho. Esta observación se hace debido a que no es común
este comportamiento de Cyathea arborea en terrenos de laderas. Fig. 2.
Nephrolepis multiflora
Se encontró un área de 2 km’, a elevaciones que fluctúan entre 500-900m
aproximadamente, colonizada por esta especie que prospera con mucha facilidad
después del fuego. Forma densos helechales que retardan el crecimiento de las
especies pioneras leñosas del bosque sucesional.
Dentro del helechal se observaron algunos ejemplares de Piper aduncum,
Myrsine coriacea, Psidium guajava, Vernonia sprengeliana, Pterolepis glomerata,
Urena lobata y Trema micrantha que, al parecer, son parte de los componentes
leñosos de la regeneración natural del bosque en este tipo de ambiente.
Se notó que algunos potreros son invadidos por esta agresiva especie y que está
sustituyendo a la hierba de guinea (Panicum maximum), que es uno de los pastos
utilizados en la zona.
Piper aduncum
Especie pionera en la regeneración del bosque en zonas húmedas. En la loma
La Humeadora fueron encontradas diversas áreas con una densa población en la que
sólo predomina este arbusto.
Brunellia comocladifolia
Se encontró un área de 2 km* con una densa población de palo de cotorra,
(Brunellia comocladifolia). En este lugar la vegetación original fue cortada para
hacer conucos y, luego de ser abandonados fue colonizado por esta especie. El estrato
arbóreo está dominado por individuos de 8-10 m de altura, casi todos del mismo
tamaño.
En esa área el estrato arbustivo lo componen la Urena lobata, Columnea
sanguinea, Eupatorium odoratum, Solanum rugosum, Psychotria berteriana,
18 Moscosoa 10, 1998
5 gt
Fig. 1. Detalle del Helechal compuesto por Dicranopteris pectinata y Gleichenia bifida.
Fig. 2. Area colonizada por el Helecho macho Cyathea arborea, al lado de un área tumbada y
quemada para el establecimiento de un conuco.
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Moscosoa 10, 1998 19
Fig. 3. Vegetación secundaria dominada por Brunellia comocladifolia; al fondo un denso manaclar.
Guettarda valenzuelana. Además, se observaron numerosos juveniles de Cecropia
peltata, Miconia laevigata, Ocotea leucoxylon, Miconia mirabilis, Alchornea latifolia
y Mora abbottii, especies que han iniciado la colonación del área.
También se encontraron las trepadoras Mucuna urens, Passiflora sexflora,
Passiflora murucuja, Dioscorea altissima, Arthrostylidium sarmentosum,
Stigmaphyllon emarginatum, Senecio lucens, Psiguria pedata, Cissampelos pareira
y Odontadenia polyneura.
El estrato herbáceo está compuesto por: Homolepis glutinosa (abundante)
Biechnum tuerkheimii, Isachne rigidifolia.
En un tronco gigante caído fueron encontrados creciendo los helechos Oleandra
articulata, Niphidium crassifolium y Selaginella sp. Fig.3.
Miconia mirabilis
Por encima del bosque latifoliado maduro, en los 850 msnm, se encontró un
conuco abandonado hace 5 años donde el tres filos, Miconia mirabilis, forma un
bosque de tamaño uniforme con árboles de 8m de altura, mezclados con Casearia
arborea, Inga vera, Inga fagifolia, Oreopanax capitatus, Matayba domingensis,
Cleyera sp., Mora abbottii, Zanthoxylum martinicense, Turpinia occidentalis,
20 Moscosoa 10, 1998
retoños de Ocotea patens, Cecropia peltata, Myrsine coriacea, Laettia procera,
Ocotea leucoxylon, Miconia racemosa, Coccoloba sp., y algunos árboles de
Brunellia comocladifolia.
En el estrato arbustivo estén presentes: Clidemia umbellata, Urena lobata,
Eupatorium odoratum, Myrcia splendens, Piper aduncum, Neurolaena lobata,
Gonzalagunia spicata, Scolosanthus grandifolius, Vernonia buxifolia, y Miconia
laevigata, muy abundante, ademas de la Cyathea horrida.
El estrato herbáceo está compuesto por /sachne rigidifolia, Scleria secans, Musa
sapientum, Colocasia sp., Spermacoce assurgens, Sida rhombifolia, Desmodium
adscendens, Renealmia jamaicensis var. puberula, Triumfetta semitriloba,
Coccosypselum herbaceum, Stachytarpheta cayennensis, Pterolepis glomerata,
Panicum glutinosum y Elephantopus mollis.
Las lianas observadas fueron: Philodendron angustatum, Serjania diversifolia,
Cissus erosa, Odontadenia polyneura y Odontosoria aculeata.
Psychotria berteriana
En la Loma La Humeadora fue tumbado un denso manaclar a 1050m de
elevación para utilizar los terrenos para el cultivo de yautía, Colocasia esculenta y
luego de dos años de haber sido abandonado, en este predio se encuentra creciendo
profusamente el cafetán, Psychotria berteriana, que forma una densa población que
domina la vegetación pionera del lugar. El suelo es orgánico, con muchas rocas
sueltas que a veces hacen difícil caminar en el área. Todavía quedan los troncos de
las Manaclas en descomposición.
Mezclado con Psychotria berteriana y menos abundante, encontramos Solanum
rugosum y algunos arbolitos de Brunellia comocladifolia, Myrsine coriacea, Cupania
americana, Alchornea latifolia, Cecropia peltata y Sapium laurifolium, los cuales
comienzan acolonizarel área. Los componentes de la vegetación original comienzan
allegar y se observaron algunos ejemplares de Cestrum azuensis, C. coelophlebieum,
Ocotea leucoxylon, Columnea sanguinea, Picramnia dictyoneura, Lunania ekmanii,
Cissus erosa, y algunos helechos como Cyathea sp. y Saccoloma domingensis, entre
otros.
Vegetación en areas de deslizamiento.
En los lugares con pendientes pronunciadas, localizados entre 800 - 1,100 m de
elevación, mayormente en las proximidades de los nacimientos de los arroyos se
observaron numerosos deslizamientos del terreno como resultado de fuertes
precipitaciones, estas áreas están cubiertas por Machaerina cubensis, Gleichenia
bifida, Blechnum tuerckheimii, Andropogon glomeratus, Pteridium aquilinum,
Neurolaena lobata y Phytolacca icosandra. Los juveniles de las especies leñosas
Moscosoa 10, 1998 21
Trema micrantha, Clusia rosea, Miconia laevigata, Mysine coriacea y Miconia
mirabilis han iniciado la colonización. Las trepadoras presentes son: Rajania ovata,
los helechos Odontosoria uncinella y Odontosoria aculeata.
Pastos
Las áreas dedicadas para potreros en la loma La Humeadora están localizadas
desde los 400 hasta los 900 msnm, aunque hay algunas ubicadas en elevaciones
superiores. La hierba de guinea Panicum maximun, es la especie más utilizada en los
lugares bajos, mientras que la yaraguá, Melinis minutiflora, es el pasto predominante
en las partes altas y frías, cercanas a los manaclares. Se encontró una pequeña área
plantada de yerba de elefante Pennisetum purpureum que al parecer es usada como
forraje.
Los arbustos presentes en los potreros son: Eupatorium odoratum, Hyptis
capitata, Urena lobata, Pterolepis glomerata, Hamelia patens, Solanum torvum,
Cordia polycephala, Clidemia umbellata y Bocconia frutescens.
Las herbáceas predominantes son: Conyza canadensis, Elephantopus mollis,
Stachytarpheta cayennensis, Spermacoce assurgens, Vernonia buxifolia, Desmodium
adscendens, Stylosanthes hamata, Pterolepis glomerata, y Andropogon bicornis,
entre otros.
Las orquídeas terrestres Habenaria monorrhiza, Eulophia alta, Bletia purpurea,
Spiranthes torta y Oeceoclades maculata, fueron encontradas asociadas a los
potreros. Este ambiente, al parecer, favorece el crecimiento de estas orquídeas, ya
que están ampliamente distribuidas en el área.
Efectos antrópicos
Además, de los cultivos de frutos menores (yautía, maíz, guandules y otros), la
ganadería, los potreros y la extracción de madera, otros efectos antrópicos negativos
para la vegetación primaria son los ocasionados por la siembra de café y la
elaboración de carbón vegetal.
El cultivo de café, Coffea arabica, es una de las principales actividades
económicas de la zona, y en La Humeadora está localizado desde los 500-900 m,
aunque en algunas parcelas se encontró en elevaciones mayores. Se cultivan dos
variedades: típico y caturra, ambas bajo sombra de guama, Inga vera; cabirma,
Guarea guidonia; y amapola, Erythrina poeppigiana. Asociados al cultivo de café
se encontró guineo, Musa sapientum; naranja agria, Citrus aurantium; china, C.
sinensis; yautia blanca, Colocasia esculenta; y aguacate, Persea americana.
En el periodo enero-junio de 1994, época en que se realizaron las visitas a esta
loma se encontraron varios hornos de carbon vegetal con capacidad para producir 25
sacos cada uno. Los árboles más usados para la elaboración de carbón son: Mora
22 Moscosoa 10, 1998
Fig. 4. Impacto humano cerca del nacimiento del arroyo Derrumbadero.
abbottii, Inga vera y Miconia mirabilis. Esta actividad constituye una fuerte
amenaza para la biodiversidad de loma La Humeadora. Fig. 4.
Discusión y Conclusión
El bosque nublado de la loma La Humeadora es similar al existente en Alto de
Casabito y loma La Sal, con la diferencia de que en La Humeadora no se encontró
ébano verde, Magnolia pallescens, árbol abundante en Casabito (García et al, 1994).
De numerosas especies endémicas del complejo fitogeográfico formado por las
lomas La Humeadora, Barbacoa, Los Rodríguez-Manaclar, Casabito-La Sal, Suardí-
Alto de Sonador (Mejía et al,1997) seis son comunes a ambas lomas: Cinnamomum
alainii, Gonocalyx tetrapterus, Chaetocarpus domingensis, Lyonia alainii, Pin-
guicula casabitoana y Picramnia dyctioneura. Estos hallazgos tienen mucha
importancia desde el punto de vista floristico,porque se amplía el rango de
distribución de estas especies endémicas y ayuda a una mejor comprensión del
origen y distribución de estas especies exclusivas de estas montañas. La presencia
de estas 6 especies endémicas en las cimas de estos bosques nublados coincide con
Moscosoa 10, 1998 Zo
Burger (1995) que plantea la hipótesis de que los picos de montañas, por las
condiciones ecológicas peculiares favorecen el fenómeno de especiación.
Se propone considerar a la Loma La Humeadora como parte de una unidad
fitogeográfica compuesta por la Loma Barbacoa - Los Rodríguez - Manaclar,
Casabito - La Sal y Alto de Sonador - Suardi, debido a que el ambiente físico,
biológico y el tipo de vegetación en este conjunto de montañas está regido por
patrones muy similares, razón por la cual los procesos que se producen tienen
estrecha relación.
El desarrollo de los calimetales, asociación de dos especies de helechos de los
géneros Dicranopteris y Gleichenia, (Hager & Zanoni, 1993) es típico de estas montañas,
donde cubren las áreas de los bosques nublados clareadas por cualquier fenómeno.
Durante mucho tiempo se ha considerado que los calimetales representan un tipo
de vegetación pionera en los bosques nublados (Ciferri, 1936; Mejía & Jiménez,
1995; Hager & Zanoni, 1993, García et al. 1997), por la forma y lugares de cómo
estos se establecen. Sin embargo, los reportes de Ekman del 1928 en Pick Macaya,
sobre la presencia de los calimetales y nuestras últimas observaciones, en varios
lugares de la Cordillera Central, nos llevan a sostener que los calimetales representan
una etapa madura en bosque nublado, aunque su establecimiento responda a una
alteración del bosque, pero que una vez establecidos permanecen por tiempo
indefinido sin dar paso a otra fase de la sucesión.
Los calimetales de Pick Macaya en Haití descritos por Ekman tienen unos 70
años y mantienen la misma fisionomía. No conocemos en la Isla Española, el caso
de otra herbácea en los bosques de montañas que perdure por tanto tiempo
dominando una fase de la sucesión de la vegetación, por lo que consideramos que es
una etapa madura.
Son varios los factores que contribuyen a la permanencia y estabilidad del
“calimetal”; la profusa multiplicación de sus rizomas y la densidad de su follaje, que
aveces alcanza 3.5m de espesor, representa una barrera que impide el establecimiento
y desarrollo de otras especies. (García, et al. 1997).
Otro mecanismo que podría contribuir a la estabilidad y predominio del
calimetal sobre las demás especies del bosque nublado, es la posibilidad del efecto
alelopático causado por las sustancias químicas producidas por estos helechos. Este
fenómeno es conocido del Pteridium aquilinum, especie de comportamiento similar
a Gleichenia y Dicranopteris, que exudan sustancias químicas que inhiben la
germinación y el desarrollo de las plántulas de Picea sp. y Abies balsamea (Place,
1953; Cody &Cronpton, 1975).
Se recomienda mantener a la Loma La Humeadora como área protegida por su
inestimable valor hídrico, su alto índice de biodiversidad, el endemismo de flora y
fauna y la fragilidad de su ambiente.
24 Moscosoa 10, 1998
Agradecimientos
Este trabajo fue parte del proyecto Estudio y Conservación de la Biodiversidad
en la República Dominicana llevado a cabo por el Departamento de Vida Silvestre
de la Secretaría de Agricultura con el apoyo técnico del Servicio Alemán de
Cooperación Social y Técnica (DED) y el aporte financiero de la Asociación Suiza.
para el Desarrollo y la Cooperación (Helvetas).
Los autores agradecen a la Ing. Dominga Polanco por la coordinación en el
proyecto y por suplirnos datos sobre el impacto ambiental y socioeconómico de la
zona; también a María C. Encarnación y Luciano Ramírez por la descripción física
de la loma; a los Licenciados Ricardo García y Brígido Peguero por su considerable
aporte en la corrección de este artículo y al Lic. Alberto Veloz, por su colaboración
en las exploraciones de campo y la identificación de algunas plantas. A Idelfonso
de los Angeles por la preparación del mapa.
Literatura Citada
Burger, W. C. 1995. Montane Species - Lemits in Costa Rica and Evidence for local
speciation on altitudinal gradients. Biodiversity and conservation of Neotropical
Montane Forest. Simposium pag. 127 - 133.
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aquilinum (L.) Kuhn. Cand.J.Pl Sci.55:1059-1071.
Ekman, E. L. 1928. A Botanical Excursion in La Hotte. Svensk Botanisk Tidskrift,
BD. 22 H. 1 - 2.
Garcia, R., M. Mejía & T. Zanoni, 1994. Composición Floristica y principales
asociaciones vegetales en la Reserva Cientifica Ebano Verde, Cordillera Central,
República Dominicana. Moscosoa 8: 86-130.
Guerrero, A., F. Jiménez, D. Hóner 4 T. Zanoni, 1997. La Flora y la Vegetación de
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116.
Hager, J. & T. Zanoni,1993. La Vegetación Natural de la República Dominicana.
Una nueva clasificación. Moscosoa 7: 39-81.
Holdridge, L.R. 1947. The pine forest and adjacent mountain vegetation of Haiti,
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(DVS), Santo Domingo, República Dominicana.
0, 1998
Moscosoa 1
26
‘epeIpMso vale [SP ugTORIQnN P] JOLIIANS OIPENIAI [9 UH *BUOZ P]SI US UIDRU IND soAOUe A SOL soyediouuid soy A eJopesuiny P] eWIO'T P] op PARA
Loma El Palo de Cruz
(300m
El Valle
Palo de Cruz
Arroy® Los Arroyitos
Loma de Arroyo
1286m
Mahomita Grande
S
Arroyo EA
Arroyo Colorost
Firme de la
700m
Loma Puerca Gorda
500m
Arroyo Piedr
Loma Los Guaimates
Loma La Humeadora
A 135 m
o
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Q
ES
o
pd
>
=z
9
Loma El Grito %
o
%
Guardarraya
Loma Y Carro Martin
675m
yore
or?
557 m
pt
Derrumbadero
Loma del Cacaito Serno
525m
Loma /Monte Bonito
500m
La Ciénaga
Loma La Cuchilla
500m
Los Aguacates
Rio Mana
Loma Los Majaquales
400m
Moscosoa 10, 1998 27
Lista de plantas vasculares (Trachaeophytae),
reportadas para la Loma La Humeadora
FV (forma de vida):
A, árbol o arborescente; Ar, arbusto o arbustivo, ArE; arbusto epifítico, ArP,
parásito arbustivo epifítico; H, hierba terrestre; HE, hierba epifítica; HS, hierba
saprofita; Hy, hierba epifítica y terrestre; L, liana o trepadora.
St (estatus):
E, endémica de la Isla Española; N, nativa de la Isla Española; IC, introducida y
cultivada en la Isla; X, naturalizada en la Isla Española.
Ev (evidencia):
C, Colectada; R, avistada pero no colectada.
TH (tipo de hábitat):
M, manaclar y bosque de Mora abbottii; Bn, bosque nublado; Ma, márgenes de
arroyos; Ca, en cultivos abandonados (como invasor); Br, bosque en regeneración
Especie FV St Ev TH
PTERIDOPHYTA
Psilotae
Psilotum complanatum Sw. H N R M
Lycopodiatae
Huperzia aqualupiana (Spring) Rothm. H N C M
H. linifolia(L.) Trevisan HE N € M
Lycopodiella cernua (L.) Pichi-Sermoli H N C Ma, Br,M
Selaginella sp. 1 H 7 C M,Ma
S.sp.2 H 2 € M,Ma.
S.sp.3 H 2 € M,Ma
Filicatae
Adiantum pyramidale (L.) Willd. H N E M
Anemia underwoodiana Maxon H N e Ma,Ca
28 Moscosoa 10, 1998
Especie FV St Ev TH
Antrophyum lanceolatum (L.) Kaulf. HE N C Ma
Asplenium auriculatum Lam. H N E Ma
A. jungladifolium Lam. H N E M
A. Pyramidatum (La.) Urb. H N € Ma
A. Serratum L. H N C M,Ma
Blechnum tuerckheimii Brause . jal N R Br
B. underwoodianun (Broadh.) C. Chr. HE N C Bn
Bolbitis portoricencis (Sprengel) Hennip. H N C Ma
Cnemidaria horrida (L.) K. Presl H N R M,Br
Cochlidium rostratum (Hooker) Maxon
exC: Chr H N E Bn
Cyathea abbotti (Maxon) Tryon A E C M
C. arborea (L.) J.E. Smith A N R Ma
C. brookssi Maxon A N C Ma
Danaea nododa (L.) Smith H N R M
Dennstaedtia bipinnata (Cav.)Morton H N C M
Dicranopteris pectinata (Willd.) Underw. H N R Br, M
Diplazium fuertesii Brause H N E Ma, Ca
D. hastile (Christ.) C. Chr. H N C Bn
D. pectinatum (Fée) C. Chr. H N C M
D. unilobum Por. H N C Ma
Doryopteris pedata (L.) Fé Jal N G Ca
Elaphoglossum apodum (Kaulf.) Schott ex
J. Smith H N C Ma,M
E. crinitum (L.) C. Chr. HE N E M
E. eggersii (Baker) Christ H N E M
E. glabellum J. Smith HE N e M
Enterospora trifurcata (L.) L.E.Bishosp HE N C M
Gleichenia bifida (Willd.) Spreng. H N R Br,Ca,M
Grammitis asplenifolia (L.) Protor HE N € M
G. sectifrons (Kunze ex Mett.)Seymour HE N € M
G. serrulata (Sw.) Sw. HE N C M
G. aff. taxifolia (L.) Proctor HE N C M
G. sp. HE N Cc M
Hemidityum marginatum (L.) K. Presl. H N € Ma
Hymenophyllum fucoides (Sw.) Sw. HE N C Ma
Moscosoa 10, 1998
Especie
H. cf. hirtellum Sw.
Lophosoria quadripinnata (Gmel.) C .Chr.
Nephrolepis biserrata (Sw.) Schott
N. exaltata (L.) Schort
N. multiflora (Roxb.) Jarret ex Morton
N. rivularis (Valh) Mett.
Niphidium crassifolium L.
Odontosoria aculeata (L.) J.Smtih
O. unicella (Kunze) Fée
Oleandra articulata (Sw.) K. Presl
Peltapteris peltata (Sw.) Morton
Phlebodium aureun (L.) J. Smith
Polypodium angustifolium Sw.
P. camtophyllarium Fée
P. phyllitidis L.
P. piloselloides L.
P. sororium H. & B. ex Willd.
Polystichum platyphyllum (Willd.) K. Pres]
P. polystichiforme (Fée) Maxon
Pteridium aquilinum (L.) Kuhn
Saccoloma domingense (Spreng.) C.Chr.
Thelypteris grandis var. pallescens
(C.Chr.) A.R. Smith
T. sancta (L.) Ching
T. torresiana (Gaud.) Ching
Trichomanes pyxidiferum L.
T. rigidum Sw.
T. scandens L.
Vittaria graminifolia Kaulf.
SPERMATOPHYTA
Acanthaceae
Justicia disparifolia Urb. & Ekm.
Oplonia spinosa (Jacq.) Raf.
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Especie
Alstroemeriaceae
Bomarea edulis (Tussac)Herb.
Amaranthaceae
Iresine diffusa H. & B
Amaryllidaceae
Zephyranthes ciceroanum M. Mejia
~&R. García
Anacardiaceae
Spondias mombin L.
Annonaceae
Guatteria blainii (Griseb.) Urb.
Oxandra laurifolia (Sw.)A. Rich.
Apiaceae
Hydrocotyle hirsuta Sw.
Apocynaceae
Odontadenia polyneura (Urb.) Wood.
Tabernaemontana citrifolia L.
Aquifoliaceae
Ilex microwrightioides Loes
I. repanda Griseb.
sp:
Araceae
Anthurium scandens (Aubl.) Engl.
Colocasia esculenta (L.) Schott
Philodendron angustatum Schott
Araliaceae
Dendropanax arboreus (L.) Dene.
& Planch.
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Moscosoa 10, 1998
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Moscosoa 10, 1998 3]
Especie FV St Ev TH
Didymopanax morototoni (Aubl.) Dene.
& Planch. N R M,Br
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D. tremulus Krug & Urb. Bn,M
Oreopanax capitatus (Jacq.) Decne.&
Planch. N Ma,Br,M
Arecaceae
Bactris plumeriana Mart. A E R M
Prestoea montana (Graham) Nichols. A N R Ma,M,Bn
Roystonea hispaniolona Bailey A E R Br
Asclepiadaceae
Gonolobus stephanotrichus Griseb. N Ma
Asteraceae
Baccharis myrsinites (Lam.) Pers. Ar N E Br
Conyza canadensis (L.) Cronquist H N R Ca
Elephantopus mollis Kunth H N R Ca
Erechtites valerianaefolia (Wolf.) DC. H N R Ca
Eupatorium odoratum L. Ar N R Ma,Ca
Liabum cf. Ovalifolium Urb. H E C Br
L. subacaule Rydb H N C Ca
Mikania barahonensis Urb. E E C M
M. cordifolia (L.f.) Willd. E N R Br,Ca,M
M. lepidophora Urb. L E E M
M. micrantha H.B.K. L N R Ma
M. venosa Alain L E E M
Neurolaena lobata (L.) Cass. Ar N R Ca,Ma,Br
Pluchea carolinensis (Jacq.) G. Don Ar N R Br
Senecio lucens (Poir.)Urb. L E E Br,Bn,M
Spilanthes uliginosa Sw. H N E Ca,Ma
Verbesina sp. H ? C Ma
Vernonia buxifolia (Cass.) Less. H E R Ca,M,Br
V. sericea L. C. Rich H N G Ca
V. sprengeliana Sch. Bip. Ar E C Ca,Br
32 Moscosoa 10, 1998
Especie FV St Ev TH
Begoniaceae
Begonia barahonensis (O.E. Schulz) Urb. H E E Ma
B.sp. H 2 de M
Bignoniaceae
Shlegelia parasitica (Sw.) Miers L N R M
Tabebuia bullata A. Gentry Ar E C Ma,M
T. polyantha Urb. & Ekm. A E i M
T. vinosa A. Gentry A E E Bn,M
Bombacaceae
Bombacopsis emarginata (A.Rich.)
A. Robyns A N R M
Ochroma pyramidale (Cav.) Urb. A N R Br
Boraginaceae
Cordia polycephala (Lam.) Johnston Ar N R Ca
Tournefortia bicolor Sw. E N C M
T. maculata Jacq. L N 8 M
Bromeliaceae
Catopsis nitida(Hook.) Griseb. HE N C M,Bn
Guzmania ekmanii (Harms) Harms HE E R Ma,M,Bn
G. lingulata (L.) Mez HE N R M
G. monostachya (Sw.) Rusby HE N R Ma
Pitcairnia fuertesti Mez H E Cc Ma
Pothuya nudicaulis (L.) Regel HE N R M
Tillandsia Fendleri Griseb. HE N R M
T. hotteana Urb. HE E R M
T. selleana Harms HE E R Ma
Vriesea capituligera (Griseb.) L.B.Smith
& Pitt: HE N R Ma,M
V. didistichoides (Mez) L.B. Smith HE N R Bn,M
V. ringens (Griseb.) Harms HE N R M
Vriesea sintenisti (Baker) L.B. Smith
& Pitt. HE N R M,Bn
Moscosoa 10, 1998
Especie
Brunelliaceae
Brunellia comocladifolia H. & B.
Burseraceae
Tetragastris balsamifera (Sw.) Kuntze
Cactaceae
Rhipsalis baccifera (J.S. Mill.) Stearn
Campanulaceae
_ Lobelia rotundifolia Juss.
Siphocampylus domingensis A. DC.
Caryophyllaceae
Drymaria cordata (L.) Willd.
Celastraceae
Torralbasia cuneifolia (C. Wright) Krug
& Urb.
Chrysobalanaceae
Hirtella triandra Sw.
Clusiaceae
Clusia clusioides (Griseb.) D’ Arcy
C. rosea Jacq.
Combretaceae
Terminalia intermedia (A. Richard) Urb.
Compositae (= Asteraceae)
Connaraceae
Rourea surinamensis Miq.
Convolvulaceae
Ipomoea furcyensis Urb.
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34 Moscosoa 10, 1998
Especie FV St Ev TH
I. tiliacea (Willd.) Choisy E N C Ma,M
Costaceae
Costus sp. H N R Ma
Cucurbitaceae
Cayaponia americana (Lam.) Cogn. I N R M
Fevillea cordifolia L. ES N R Ma
Psiguria pedata (L.) Howard L N € Ma,M
Sechium edule (Jacq.) Sw. E 0 R Ma
Cunoniaceae
Weinmannia pinnata L. A N E Bn
Cyperaceae
Machaerina cubensis (Ktik) Koyama H N R Br
Rhynchospora elongata Boeck H N E M
R. cf. micrantha Vahl H N € Ca
R. nervosa (Vahl) Boeck H N € Ca
R. radicans (Schl. & Cham.) Pefiff. subsp.
microcephala (Bert. & Sprengel) Thomas H N e Br
R. rugosa (Vahl) Gale H N € Ca
R. sp. H ? e Bn
Scleria secans (L.) Urb. H N R Br,M
Uncinia hamata (L.) Urb. H N E M
Cyrillaceae
Cyrilla racemiflora L. A N R Bn
Dioscoreaceae
Dioscorea altissima Lam. E IC R Br
Rajania ovata Sw. L N E M,Br
Elaeocarpaceae
Sloanea berteriana Choisy A N R M
S. ilicifolia Urb. A E 1G M,Ma
Moscosoa 10, 1998
Especie
Ericaceae
Gonocalyx tetrapterus Alain
Lyonia alainii W.S. Judd
L. buchii Urb.
Vaccinium racemosum (Vahl) Wilbur
& Luteyn
Euphorbiaceae
Alchornea latifolia Sw.
Alchorneopsis puertoricensis Urb.
_ Chaetocarpus domingensis Protor
Ditta maestrensis Borhidi
Drypetes glauca Vahl
Hieronyma domingendis Urb.
Hura crepitans L.
Omphalea ekmanii Alain
Pera bumelifolia Griseb.
Phyllanthus lindenianus Baill.
P. cf.niruri L.
Sapium laurifolium Griseb.
Flacourtiaceae
Casearia arborea (L.C.Rich.) Urb
C. sylvestris Sw.
Laetia procera (Poepp.& Endl.) Eichl.
Lunania ekmanii Urb.
Samida sp. nov.
Gentianaceae
Lisianthus domingensis Urb.
Macrocarpaea domingensis Urb. & Ekman
Voyria tenella Hook.
Gesneriaceae
Columnea sanguinea Urb.
C. tulae Urb.
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36 Moscosoa 10, 1998
Especie FV St Ev TH
Gesneria reticulata (Griseb.) Urb. Ar N C Ma
Gramineae( = Poaceae)
Guttiferae (= Clusiaceae)
Heliconiaceae
Heliconia caribaea Lam. H N E Ma
Hippocrateaceae
Hippocratea volubilis L. E N E Br
Lamiaceae (= Labiatae)
Hyptis capitata Jacq. H N R Ca
H. pectinata (L.) Poit. H N € Ca
Lauraceae
Beilschmiedia pendula (Sw.) Benth.
& Hook. A N R M
Cinnamomun alainii (C.K. Allen) Alain Ar E E Bn
C. montanum (Sw.) Bercht. & Presl A N E M
Ocotea coriacea (Sw.) Britton A N C Br
Ocotea foeniculacea Mez A N C M,Bn
O. floribunda (Sw.) Mez A N R M
O. globosa (Aubl.) Schlecht.. & Cham. A N R Ma,Br
O. leucoxylon (Sw.) Mez A N E Br,M
O. membranacea (Sw.) Howard A N E M
O. patens (Sw.) Nees A N E M
Persea oblongifolia Kopp. A N € Bn
Indet. A 2 E M
Leguminosae-Caesalpinoideae
Mora abbottii Rose & Leonard A E R Ma,M,Bn,Br
Leguminosae-Mimosoideae
Abarema oppositifolia (Urb.) Barneby &
Grimes A N E M
Moscosoa 10, 1998
Especie
Entada gigas (L.) Fawc. & Rendle
Inga fagifolia (L.) Willd.
I. vera Willd.
Mimosa ceratonia L.
Leguminoseae-Papilionoideae
Desmodium adscendens (Sw.) DC.
D. sp.
Erythrina poeppigiana (Walp.jO.F.Cook.
Lonchocarpus latifolius (Willd.) DC.
_ Mucuna urens (L.) Fawc. & Rendle
Ormosia Krugii Urb.
Poitea galegoides Vent.
Rhodopis lowdenii Judd
Stylosanthes hamata (L.) Taub.
Tephrosia sinapou (Buchoz) A. Chev.
Lentibulariaceae
Pinguicula casabitoana J. Jiménez
Malpighiaceae
Byrsonima spicata (Cav.) DC.
Stigmaphyllon angulosum (L.) A. Juss.
S. emarginatum (Cav.) A. Juss.
Malvaceae
Sida rhombifolia L.
Urena lobata L.
Marcgraviaceae
Marcgravia rubra Liogier
Melastomataceae
Clidemia fuertesii Cogn.
C. oligantha Urb.
C. umbellata (Miller) L.O. Willians
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Especie
Leandra sp.
Mecranium puberulum Cogn.
Mecranium sp.
Meriania involucrata (Desr.) Naud.
Miconia laevigata(L.) DC.
M. mirabilis (Aubl.) L.O. Williams
M. prasina (Sw.) DC.
M. racemosa (Aubl.) DC.
M. serrulata (Dc.) Naud.
Ossaea urbaniana Alain
Pterolepis glomerata (Rottb.) Miq.
Meliaceae
Guarea guidonea (L.) Sleumer
Trichilia pallida Sw.
Menispermaceae
Cissampelos pareira L.
Hyperbaena domingensis (DC.) Benth.
Moraceae
Cecropia peltata L.
Ficus aff. perforata L.
F.aff. velutina H. & B.
E. Sp.
Pseudolmedia spuria (Sw.) Griseb.
Musaceae
Musa sapientum L.
Myrsinaceae
Myrsine coriacea (Sw.) R. Br.
Wallenia apiculata Urb.
Parathesis crenulata (Vent.) Hook. f.
P. serrulata (Sw.) Mez
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Moscosoa 10, 1998
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Moscosoa 10, 1998
Especie
Myrtaceae
Calyptranthes aff. selleana Urb. & Ekm.
C. sp.
Gomidesia lindeniana O. Berg
Myrcia deflexa (Poir.) DC.
M. splendens (Sw.) DC.
Pimenta sp.
Psidium guajava L.
Psidium sp.
Oleaceae
Chionanthus domingensis Lam.
Haenianthus salicifolius var. obovatus
(Krug & Urb.) Knobl.
Orchidaceae
Anacheilium vespum (Vell.) Pabst, Mout.
& Panto
Bletia purpurea (Lam.) DC.
Bulbophyllum aristatum (Rchb.f.) Hemsl.
Campylocentrum micranthum (Lindl.)
Rolfe
Comparettia falcata Poepp. & Endl.
Cranichis muscosa Sw.
Cyrtopodiun punctatum (L.) Lindl.
Dichaea glauca (Sw.) Lindl.
D. hystricina Rchb.f. \
D. morrisii F. & R.
D. muricata (Sw.) Lindl.
D. swartzii (C. Schweinf.) Garay & Sweet
D. trichocarpa (Sw.) Lindl.
Dilomilis montana (Sw.) Summerh.
Elleanthus cephalotus Garay & Sweet
Epidendrum anceps Jacq.
E. carpophorum Barb. Rodr.
E. difforme Jacq.
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Moscosoa 10, 1998
Especie FV St Ev TH
E. miserrimun Rchb.f. HE N G Bn
E. ramosum Jacq. HE N Cc M,Br
E. repens Cogn. HE N E M
E. strobiliferum Rchb. f. HE N C M
E. wrightii Lindl. H N C Br,Ca
E. sp. HE ? a M,Bn
Eulophia alta (L.) F.& R. H N C Br,Ca
Eurystyles domingensis Dod HE E R Ma
Habenaria monorrhiza (Sw.) Rchb. f. H N C Br,Ca,M
H. cf. repens Nutt. H N E M
H. sp. H is E Br
Hapalorchis lineatus (Lindl.) Garay H N E M
Isochilus linearis (Jacq.) Schltr. HE N € Ma,M
Jacquiniella globosa (Jacq.) Schltr. HE N C M
J. teretifolia (Sw.) Britton & Wilson HE E E M
Lepanthes sp. 1 HE E C Bn,M
L.sp 2 HE E € M
L.sp.3 HE E C Bn
L. sp.4 HE E E Bn,M
Maxillaria adendrobium (Rchb.f. )Dressler HE N E Bn,M
M. coccinea (Jacq.) L. O. Williams. HE N € Bn,M
M. conferta (Schweinf.) Griseb. HE N C Bn,M
M. rufescens Lindl. HE N G M
Oeceoclades maculata (Lindl.) Lindl. H xX E M,Ca,Br
Pleurothallis aristata Hook. HE N C M,Ma
P. domingensis Cogn. HE E 6 Bn,M,Ma
P. gelida Lindl. HE N R Ma
P. oblongifolia Lindl. HE N C M,Bn
P. pendens Dod HE E C Ma
P. pruinosa Lindl. HE N € Ma
P. ruscifolia (Jacq.) R. Br. HE N C Bn,M,Ma
P. tricostata Cogn. HE N € M
Prescottia stachyoides Lindl. H N C M,Bn
Psilochilus macrophyleus (Lindl.) Ames H N € M,Bn
Spiranthes torta (Thunb.) Garay & Sweet H N € Ca,Br
Stelis repens Cogn. HE E E M
Moscosoa 10, 1998
Especie
Stenorrhynchos lanceolata (Aubl.) Griseb.
Trichopilia fragrans (Lindl.) Reichb. f.
Vanilla mexicana Mill.
V. wrigthtii Reichb. f.
Xylobium palmifolium (Sw.) Benth.
Papaveraceae
Bocconia frutescens L.
Passifloraceae
Passiflora capsularis L.
edulis Sims
ekmanii killip & Urb.
murucuja L.
rubra L.
sexflora Juss.
suberosa L.
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Phytolaccaceae
Phytolacca icosandra L.
Pinaceae
Pinus occidentalis Sw.
Piperaceae
Peperomia cf. alata Ruiz & Pavon
P. glabella (Sw.) A.Dietr.
P. hernandifolia (Vahl)A. Dietr.
P. magnolifolia (Jacq.) A. Dietr.
P. sp.1
P. sp.2
Piper aduncum L.
Piper cuspidatum Desv.
P. glabrescens (Miq.) C. DC.
P. hispidum Sw.
P. laeteviridis Ekman & Trel.
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Especie
Ranunculaceae
Clematis fuertesii Urb.
Ranunculus recurvatus Poir.
Rhamnaceae
Gouania lupuloides (L.) Urb.
Rubiaceae
Antirhea sp.
Chimarrhis cymosa Jaca.
Chione seminervis Urb. & Ekm.
Coccocypselum herbaceum Aubl.
Coffea arabica L.
Elephantopus mollis Kunth
Gonzalagunia spicata (Lam.) Gómez-Maza
Guettarda mollis DC.
G. valenzuelana A.Rich.
Hamelia patens Jacq.
Hillia parasitica Jacq.
Lasianthus lanceolatus (Griseb.)
Gómez-Maza
Manettia calycosa Griseb.
Mitracarpus cf. haitiensis var. Glabrata Urb.
Palicourea eriantha DC.
Psychotria berteriana DC.
P. brachiata Sw.
P. guadalupensis (DC.) Howard
P. uliginosa Sw.
P. Sp.
Rondeletia conferta Urb. & Ekman
R. sp.
Schradera subsessilis Steyermarck
Scolosanthus grandifolius Krug & Urb.
Spermacoce assurgens Ruiz & Pavon
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Especie
Rutaceae
Zanthoxylum bifoliatum Leonard
Z. martinicense (Lam.) DC.
Z. Sp.
Sabiaceae
Meliosma impressa Krug & Urb.
M. recurvata Urb.
Sapindaceae
Allophylus crassinervis Radlk.
A. racemosus Sw.
Cupania americana L.
Matayba domingensis (DC.) Radlk.
Serjania diversifolia (Jacq.) Radlk.
Sapotaceae
Chrysophyllum argenteum Jacq.
Pouteria domingensis subsp. Cuprea
( Urb. & Ekman ) T. Pennigton
Scrophulariaceae
Bacopa domingensis (Sprengel) Pennel
Buchnera longifolia Kunth
Simaroubaceae
Picramnia dictyoneura (Urb.) Urb. & Ekm.
Smilacaceae
Smilax domingensis Willd.
S. havanensis Jacq.
S. populnea var. horrida O.E. Schulz
Solanaceae
Cestrum azuence Urb. & Ekman
C. coelophlebium O. E. Schulz
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Moscosoa 10, 1998
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Moscosoa 10, 1998
Especie
C. sphaerocarpum O. E. Schulz
Solandra longiflora Tussac
Solanum crotonoides Lam.
S. rugosum Dunal
S. schulzianum Urb.
S. torvum Sw.
S. virgatum Lam.
S. sp. nov.
Staphyleaceae
Turpinia occidentalis (Sw.) G.Don
Styracaceae
Styrax ochraceus Urb.
Theaceae
Cleyera sp.
Tiliaceae
Triumfetta semitriloba Jacq.
Ulmaceae
Celtis trinervis Lam.
Trema lamarckiana (R. & Sch.) Blume
T. micrantha (L.) Blume
Umbelliferae (= Apiaceae)
Urticaceae
Gyrotaenia sp.
Pilea cyclopifolia Urb.
P.. Sp.
Urera baccifera Gaud.
U. domingensis Urb.
Valerianaceae
Valeriana scandens L.
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46 Moscosoa 10, 1998
Especie FV St Ev TH
Verbenaceae
Clerodendrum picardae Urb. Ar E C M,Ma
Lantana trifolia L. Ar N R Ca,Br
Starchytarpheta cayennensts
(L.C. Richard) Vahl H N R Ca
Viscaceae
Phoradendron cf. hexastichum (DC.)
Griseb. ARP N a Br
Vitaceae
Ampelocissus robinsonii Planch. L N R Br,M
Cissus erosa L.C. Richard E N E M
Zingiberaceae
Renealmia jamaicensis var. puberula
(Gagn.) Maas H N € Bn,M,Br
Moscosoa 10, 1998, p.p. 47-56
THE PASPALUM DISTICHUM - P. VAGINATUM
SPECIES PAIR IN BARBADOS (POACEAE)
Ayanda Holder & George Rogers
Holder, Ayanda & Rogers, George (University of the West Indies, Dept. of
Biological & Chemical Sciences, Cave Hill, Barbados). The Paspalum distichum
- P. vaginatum species pair in Barbados (Poaceae). Moscosoa 10: 47-56. 1998.
Paspalum vaginatum and P. distichum are a widespread and confusingly similar
species pair with a convoluted nomenclatural history. The morphological, distri-
butional, and ecological distinctness of the pair are documented for Barbados. A
nomenclatural history, descriptions, key, and habitat salinity data are supplied.
Key words: Paspalum, ecology, Barbados, taxonomy, habitat and salinity.
Paspalum distichum y P. vaginatum, hierbas ampliamente distribuidas en la
Isla de Barbados, con frecuencia tratadas como una sola especie. La morfología,
distribución y las distinciones ecológicas de este par de especie son documentadas
para Barbados. Además, se ofrece la historia nomenclatural, descripciones, claves
y datos de habitat en salinidad.
Palabras clave : Paspalum, ecología, Barbados, taxonomía, habitat y salinidad.
The cosmopolitan grass genus Paspalum L. comprises some 400 species,
primarily in warm climates. Its spikelets characteristically have the first glume
absent, a large second glume, a sterile lemma, and a leathery to indurate fertile lemma
and palea. Approximately 27 species reside in the Lesser Antilles (Gould) with
seven in Barbados. One species pair has emerged as of special interest during a study
of Barbados grasses due to their similarity, unsettled nomenclatural history, and
disagreements concerning their distinction. Paspalum distichum L. (Fig. 1) and P.
vaginatum Sw. (Fig. 2) look sufficiently similar upon herbarium or field examination
to be perceived (in our opinion incorrectly) as a single species.
Authors note almost consistently that P. vaginatum has glabrous glumes in
contrast with the pubescent glumes of P. distichum. Additional alleged differences
turn up variably, inconsistently, and contradictingly in different floristic works.
Most of these do not hold true in Barbados. Reported differences include freshwater
habitats for P. distichum (vs. saline habitats for P. vaginatum); one central nerve in
the second glume of P. distichum (vs. two nerves in P. vaginatum); pubescent sterile
lemmas in P. distichum (vs. glabrous sterile lemmas); curved spikes in P. distichum
(vs. straight spikes); hispid pubescence on the lower nodes in P. distichum (vs.
glabrous lower nodes); subopposite spikes with one sessile in P. distichum (vs. the
spikes strictly opposite and all pedunculate); flat sessile spikelets in P. distichum (vs.
48 Moscosoa 10, 1998
Fig. 1. Paspalum distichum in freshwater stream at Bathland, St. Jhon,
Barbados (Holder 97-13).
plump spikelets); and the middle nerve of the sterile lemma prominent in P.
distichum (vs. the nerve obscure).
Authors who recognize the two as distinct species include: Adams, Fournet,
Gooding et al., Gould, Hitchcock & Chase, Manidool, Pohl, Proctor, and Sauget &
Liogier. Yet salted through these and other works are remarks on the close
relationship between the two and on difficulties in distinguishing them. A conse-
quence of the latter is a lack of consensus concerning distinguishing characteristics.
Correll & Correll merged the two into synonymy and provided a short discussion
based on Bahamian specimens. They reported inconsistency in spikelet size, in
“presence or absence of midrib”, and in unspecified “other characters” that have
been used to separate the two species in the past. Their discussion implies that the
only materials examined had glabrous glumes, hinting that the failure to perceive two
distinct entities might have rested on examination of P. vaginatum alone.
Moscosoa 10, 1998 49
Fig. 1. Paspalum distichum in Christ Church, Barbados. Lefthand photo: P. vaginatum on Casuarina
Beach (Holder 97-16). Righthand photo: P. vaginatum in interior of Graeme Hall Swamp (Holder 97-
1, Holder 97-9).
We examined living and herbarium material collected in Barbados (Fig. 3) and
checked habitats, pubescence on the second glumes, sheath base pubescence, spike
shapes, numbers of veins in the second glumes, shapes of second glumes, pubes-
cence on leaf sheath margins, textures of fertile lemmas, culmcross sections, flatness
vs. plumpness of spikelets, whether or not both spikes are pedunculate, and presence
or absence of an apical tuft of hair on the fertile lemma (Table 1). The characters that
gave specific distinction without exception were freshwater habitats and pubescent
glumes for P. distichum vs. saline habitats and glabrous glumes for P. vaginatum.
Noteworthy tendencies undermined by exceptions were curved young spikes, bony
fertile lemmas at anthesis, pubescent sheath margins, glumes widest above the
middle, and one spike sessile in P. distichum as opposed to straight young spikes,
leathery fertile lemmas, glabrous sheath margins, glumes widest at or below the
middle, and all spikes pedunculate in P. vaginatum. The remaining characters from
the literature did not hold up.
50 Moscosoa 10, 1998
May472 D
H97-17 D
97-2 D
97-12 D
Bov277 V
Figure 3. Map of Barbados (N at top), showing collection localities for Paspalum distichum and P.
vaginatum. The left end of each abbreviation marks the locality. R = Rogers, H = Holder, May =
Mayers, Bov = Bovell, V= P. vaginatum, D = P. distichum.
In Barbados Paspalum distichum has been found exclusively in freshwater
streams flowing toward the sea on the East Coast, and in one inland drainage ditch.
(Manidool reported P. distichum elsewhere to tolerate salty water). Paspalum
vaginatum, by contrast, is restricted to saline habitats in Barbados, either beach sand
or standing brackish water. The latter sites are in Graeme Hall Swamp on the south
coast in the parish of Christ Church. One of these swamp sites is among white
mangroves (Laguncularia racemosa (L.) Gaertn. f.) immediately inland from the sea
51
SPA ou ou ou SoA ou ou soA ou ou ou ou yes 91-L6H
SPA ou ou ou ou ou soA ou ou ou ou ou es 1-L6H
BRA ou poxIuw SoA ou ou SoA ou ou ou ou ou ies 6-L6H
BPA ou ou ou soA ou ou ou ou ou ou ou es 8-L6H
SPA ou ou ou ou ou ou ou ou ou ou ou yes = LLZ I9A0
BRA ou ou ou ou ou ou ou ou ou ou ou ies L7-L6A
ISIP ou paxrul so sok sok SoA sok ou SoA paxtul sok ysaJ LI-L6H
ISIP ou sok sok SoA sok sok sok SoA SoA ou sok Ysolj €1-L6H
1SIP ou so ou soA SoA SoA SoA SoA sof SoA SoA ysolj 7-L6H
}SIp ou SoA ou sok sok SoA sah sak saÁ SoA SoA YySey Zp SISÁTIA
SIP ou sok sok SoA ou sok sok sok poxrwi ou sok ys31] Z1-L6H
Junio IPPIA SH
9|ISSIS ul JA0QY diy, qndg Auog qnd
11H ads QUPIA POS 1S9PIAM PUT] UIBIBAY Pumas] paa) oseg ‘and
samads 1a1oxids I T win UND MH = yeoyg = ae ayidg veus = oun 1emqeq uauiosds
Moscosoa 10, 1998
*[BLI9J8U1 SOpeqieg uo paseq 1un3pu13D4 q pue unyoysip unjodsog
10] JS9.19JUI J[UOUOXE) JO S.I9JIB.IBUYI PUL SUONIA[[O) JO UONEINAE L
T 31QB.L
*“UINJBUISBA *J = SBA “UMUDIISIP ‘gq = ISIP Yudsaqnd = -qng s.1ogoy =x “19PIOH = H
52 Moscosoa 10, 1998
and coastal road; the other standing-water site is in the interior of the swamp. We
checked salinity for the aquatic P. vaginatum sites as well all extant P. distichum sites
using an ATAGO Hand Refractometer Model S-10. One water sample was taken
from each site, and three readings were made at 20 degrees C for each sample. The
standing-water P. vaginatum sites were saline (Table 2). The water at the P.
distichum sites was fresh (Table 2).
A brief nomenclatural history (based partly on Guedes) will help with interpre-
tation of various floristic works in which P. distichum and P. vaginatum appear.
Linnaeus was apparently the first botanist to have trouble distinguishing the two.
The Linnaean type of Paspalum distichum (sheet 79/9) is a mixed collection of what
are generally now held to be P. distichum and P. vaginatum. This was noticed by C.
E. Hubbard (Adams, pers. comm.) and by Bor (1968, 1970). (See also Fosberg, who
seems to have interpreted the Linnaean type of P. distichum as P. vaginatum alone.)
Table 2
Salinity data for P. distichum and P. vaginatum in Barbados.
GHS = Graeme Hall Swamp.
Species name Specimen No. Locality Water Salinity (parts
Collection Date NaCl/1000)
P. vaginatum H 97-8 GHS adjacent July 11, 1997 5,4, 4
to sea
P. vaginatum H 97-1, H 97-9, |GHS interior July 11, 1997 6, 6, 6
R 97-27
P. distichum Fg 7-12 Three Houses July 17, 1997 0, 0, 0
stream
P. distichum H 97-13 Bathland stream July 17, 1997 0, 0, 0
P. distichum H 97-17 Codrington July 17, 1997 0, 0, 0
College stream
Moscosoa 10, 1998 53
Bor (1970, as related in Guedes) selected a plant on the Linnaean sheet to lectotypify
the name Paspalum distichum. The plant selected had unsettling nomenclatural
consequences, since it pertains to the species traditionally known as P. vaginatum.
Hence that species had to have its name changed to the older P. distichum with P.
vaginatum listed as a (nomenclatural) synonym. The species formerly known as P.
distichum then needed a new name, the appropriate replacement being P. paspalodes
(Michx.) Scribn. Thus the Bor lectotypification created the need to call one species by
the name traditionally applied to the other and, worse, made it necessary to cite the two
names as synonyms even when the two species usually known by those names are not
regarded as conspecific. This was an incubation chamber for difficulties.
Guedes endeavored to correct this by overturning Bor’s troublesome
lectotypification and selecting a more suitable “type” —the second plant from the left
on Linnaean sheet 79/9. Contrary to Bor’s selection, the one by Guedes was an
individual of the traditional P. distichum and thus preserved conventional applica-
tion of the names P. distichum and P. vaginatum. Overturning a previous
lectotypification merely because it is nomenclaturally inconvenient is not (and was
not at the time) sanctioned by the International Code of Botanical Nomenclature (see
the present Art. 9.13 in Greuter et al.). Guedes justified this apparent violation,
asserting that Bor need not be followed because Bor was inadequately specific about
the location of the selected plant on sheet 79/9. Guedes pointed out further that ICBN
Rec. 7B (now 9A.5) advised selecting a lectotype to preserve current usage, although
Art. 9.10 specifies that a lectotype chosen from a mixed collection must be the
element that conforms most nearly with the protologue. With a few exceptions
(Adams, Fosberg), most authors have continued the traditional application of the
names, as have we. We are not in a position to examine all of the elements germane
to the matter and hence can not judge which way absolute application of the ICBN
would point. If further research shows Guedes to be in conflict with the rules, we
would suggest conservation of Paspalum distichum with the Guedes lectotypification
in order to prevent even more nomenclatural flip-flops. In the meantime, we feel
preservation of current usage to be the more productive course.
Paspalum vaginatum and P. distichum in Barbados can be differentiated as
follows:
1. Second glume pubescent; spikes often curved; fertile lemma usually bony at
anthesis; glumes usually wider above the middle; one spike sessile and one
pedunculate; occurrence in freshwater habitats—P. distichum
1. Second glume glabrous; spikes straight; fertile lemma leathery at anthesis;
glumes usually wider at or below the middle; spikes pedunculate; occurrence in
saline habitats—P. vaginatum
54 Moscosoa 10, 1998
Paspalum distichum L., Syst. Nat. ed. 10, 2: 855. 1759.
Synonym: Paspalum paspalodes (Mich.) Scribn., Mem. Torrey Bot. Club 5: 29.
1894.
Stoloniferous grass rooting at the nodes, rising to ca. 0.5 m; stems and leaves
nearly glabrous. Culm ca. | mm in diameter below the inflorescence. Leaf blades
3-9 cm long and 3-5 mm wide, sometimes with silky hairs near the blade-sheath
junction. Leaf bases flattened and 2.5-5 cm long. Inflorescence consisting of 2(3)
curved to sometimes straight spikes 2-5 cm long, bearing ca. 24-35 spikelets in 2
rows along one side of the rachis. Spikelets elliptic-lanceolate, 2-3 mm long. Second
glume membranous, pubescent, elliptic to wider above the middle, with an acute
apex. Sterile lemma resembling the second glume in shape, membranous, glabrous.
Upper floret with usually bony lemma enclosing the palea, the lemma elliptic with
an apical tuft of hair. Distributed very widely in warm (to sometimes temperate)
regions around the world. In Barbados limited to freshwater habitats, sometimes
with the stolons floating on the water surface.
Barbados. St. John. Bathland, near roadside bridge, freshwater stream flowing
toward sea, growing on stream banks and into water at stream margins, 1 Jul 1997,
Holder 97-13 (BAR); Codrington College, freshwater stream flowing through
shaded lawn, on the stream bank and in the water, 11 Jul 1997, Holder 97-17 (BAR).
St. Joseph. Andrews Plantation, roadside gutter, Jun 1936, Mayers 472 (BAR). St.
Philip. Three Houses Stream (which flows all year), near end of stream, growing in
water at stream margins with stolons extending across surface of water, 17 Jun 1997,
Holder 97-2 (BAR) ; Three Houses Stream (at the source), just opposite park,
growing on stream banks and in water at stream margins, 1 Jul 1997, Holder 97-12
(BAR).
Paspalum vaginatum Sw., Prodr. 21. 1788.
Extensively stoloniferous grass, rooting at the nodes, infrequently ascending to
ca. 0.5 m. Culms glabrous to lightly pubescent, ca. 1 mm in diameter below the
inflorescence. Leaves glabrous, leaf sheaths 4-7 cm long, imbricate, flattened and
opened (not fused) for most of their length. Leaf blades 4-12 cm long and 2-3 mm
wide. Inflorescence consisting of 2-6 spikes borne on short peduncles, the spikes
2.5-8 cm long, bearing ca. 34-50 spikelets arranged in 2 rows along either side of the
rachis. Spikelets 2-4 mm long, ovate-elliptic. Second glume glabrous, elliptic to
a little wider at or below the middle, acute at apex, membranous. Sterile lemma
resembling the second glume in shape, glabrous or with some apical hairs,
membranous. Fertile lemma elliptic, leathery, glabrous. Distributed around the
world in warm coastal regions. In Barbados limited to saline habitats, often binding
beach sand or in (with stolon floating upon) brackish water.
Moscosoa 10, 1998 55
Barbados. Christ Church. Graeme Hall Swamp, 11 May 1997, Rogers 97- 27
(BAR); Graeme Hall Swamp, interior of swamp, adjacentto red mangroves, growing
across water surface of muddy ditch, 11 Jun 1997, Holder 97-1 (BAR), 25 Jun 1997,
Holder 97-9 (BAR); Graeme Hall Swamp, to the west of the South Coast Road
entrance, adjacent to white mangroves, growing in wet substrate, Holder 97-8
(BAR); Casuarina Beach, on the sand, 11 Jul 1997, Holder 97-16 (BAR). St. Philip.
Crane Beach, 27 Sep 1901, Bovell 277 (BAR).
Acknowledgments
Dr. Angela Fields graciously offered her laboratory for the water tests and
instructed A. Holder in the technique involved. Dr. Louis Chinnery helped with
- photomicroscopy. Dr. Dennis Adams generously provided information and insights
critical to the nomenclatural history. And gratitude is due Mr. John Thompson for
access to the grounds of Codrington College
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vaginatum Sw.” But see discussion in Guedes. ]
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Books, Koenigstein, 1974.
Moscosoa 10, 1998, p.p. 57-85
REGENERACION NATURAL DE ESPECIES ARBOREAS
Y ARBUSTIVAS EN PLANTACIONES DE
CUATRO ESPECIES FORESTALES EN LOMA NOVILLERO,
VILLA ALTAGRACIA, REPUBLICA DOMINICANA
Alberto Sánchez
Sánchez, Alberto (Dirección General Forestal, Centro de los Héroes, Santo
Domingo, República Dominicana). Regeneración natural de especies arbóreas y
arbustivas en plantaciones de cuatro especies forestales en Loma Novillo, Villa
Altagracia, República Dominicana. Moscosoa 10: 57-85. 1998. Se realizó un
estudio comparativo de la composición y diversidad de especies en la regeneración
natural de árboles y arbustos presentes en plantaciones de cuatro especies forestales
establecidas en el proyecto de reforestación Loma Novillero, Villa Altagracia,
República Dominicana. Seestablecieron 20 parcelas de 100 m’cada una, distribuidas
al azar entre los tratamientos, que fueron Pinus caribaea de 12 años (4); Calophyllum
calaba de 12 años (4); Calophyllum calaba de 9 años (4); Casuarina equisetifolia
de 12 años (2); Eucalyptus camaldulensis de 12 años (2) y el testigo constituido por
una área adyacente donde se está desarrollando la sucesión secundaria (4), en los
cuales se registró la presencia y abundancia de todas las especies arbóreas y
arbustivas producto de la regeneración natural en las plantaciones.
No hubo diferencia significativa en la cantidad de especies presentes en las
plantaciones en comparación con el testigo. De 52 especies encontradas, 31,31,29,
27,21 y 18 estuvieron presentes en C. calaba de 9 años, P. caribaea, C. calaba de
12 años, el testigo, E. camaldulensis y C. equisetifolia, respectivamente. La
cantidad de individuos de regeneración natural fue estadísticamente superior en las
plantaciones; mientras que el área basal fue superior en la sucesión secundaria.
Asímismo, la frecuencia en la cantidad de individuos pertenecientes a cada especie
encontrada, mostró diferencias muy significativas dentro de cada plantación
estudiada, donde con excepción del testigo, un número reducido de especies
dominan la abundancia. Se encontró asociación entre la abundancia de algunas
especies de regeneración natural y la especie plantada.
Palabras clave: regeneración natural, biodiversidad, plantaciones, sucesión
secundaria, abundancia, República Dominicana, Pinus caribaea, Calophyllum
calaba, Eucalyptus camaldulensis, Casuarina equisetifolia.
A comparative study was made of the diversity and composition of the native
tree and shrub species, that are growing under the canopy of four forest species
established in Loma Novillero reforestation project, Villa Altagracia, Dominican
Republic, 18° 40” North Latitude, and 70° 10° West Longitude. Twenty plots were
established with 200 m*each, randomly allocated among the various plots which
were: Calophyllum calaba 9 years-old (4), Pinus caribaea 12 years-old (4),
Calophyllun calaba 12 years-old (4) Eucalyptus camaldulensis 12 years-old (2),
Casuarina equisetifolia 12 years-old (2) and atest plot of secondary succession (4),
where the presence and abundance of all trees and shrubs were registered.
58 Moscosoa 10, 1998
There was no significant difference in the amount of species present in the
plantations in comparison with the plot (secondary succession). Of 52 species
found, 31 species were present in Calophyllum calaba 9, 31 in Pinus caribaea 12,
29 in Calophyllun calaba 12, 21 in Eucalyptus camaldulensis 12, and 18 in
Casuarina equisetifolia 12, 27 in the test plot respectively. .The amount of
individual natural regeneration was superior in the plantations in comparison with
the secondary succession test plot, while the basal area of natural regeneration was
significantly higher. In the same way, the frequency found in the number of
individuals belonging to each species showed significant differences within the
plantations and the secondary succession, with the exception of secondary succes-
sion, the abundance is dominated by a small number of species. A significant
interaction was observed between the abundance of natural regeneration and the
planted species, which indicates that the presence and density of some species was
associated with the species planted or with the test plot of secondary succession.
Keywords: Natural regeneration, biodiversity, forest plantation, secondary
regeneration, abundance, Pinus caribaea, Calophyllum calaba, Eucalyptus
camaldulensis, Casuarina equisetifolia, Dominican Republic.
1. Introducción
El deterioro a que han sido sometidos los recursos forestales a través de la
historia, ha llevado a los planificadores a buscar alternativas para recuperar áreas
deforestadas que son de importancia para la protección de fuentes acuíferas o para
la producción forestal.
La rehabilitación de terrenos forestales degradados mediante programas de
reforestación, sigue tomando fuerza en el orden económico, social y ecológico, lo
cual favorece la producción de bienes y servicios, contribuyendo a disminuir la
presión sobre el bosque natural. Pese a estos beneficios, existe cierta controversia
sobre los impactos de las plantaciones forestales en cuanto a la recuperación de los
ecosistemas donde se establecen, las cuales en algunas circunstancias se les considera
como desiertos verdes, donde la coexistencia de otros organismos sería muy
limitada, especialmente cuando se trata de especies exóticas, calificándoseles como
sinónimo de daño generalizado en los procesos sucesionales del ecosistema (Lugo,
1992). Algunos estudios y debates en esa perspectiva han sido documentados por
múltiples autores (Perry y Maghembe, 1989; Lugo, 1992; Corona, 1993; Singh,
1994; Marín, 1995; Allen et al., 1995; Kruger, 1995; Spellerberg et al., 1995).
Aunque esa contradicción persiste, diferentes trabajos han mostrado que con
excepción de los bosques naturales primarios relativamente estables (Boer &
Soeyamio, 1989), si se realizan prácticas de manejo favorables, en las plantaciones
pueden convivir en igual o mayor proporción otros organismos; y que además, son
herramientas efectivas para el control de la erosión, restauran la fertilidad del suelo,
Moscosoa 10, 1998 59
a través del ciclaje de nutrimentos, regulan el ciclo hidrológico y sirven como
secuestradores de carbono (González, 1987; Chaubey et al., 1988; Readdy &
Venkataiah, 1990; Gupta & Shukla, 1991; Fassbender, 1993; Marin £ Monsalve,
1994; Yu et al., 1994; Lahiri, 1994; Marin, 1995).
En la República Dominicana se han establecido más de 25,000 hectáreas de
plantaciones forestales con diferentes especies y en diversas condiciones ecológicas,
muchas de las cuales, principalmente las establecidas por el estado tienen como
finalidad principal el restablecimiento de la cobertura arbórea en las partes media y
alta de las principales cuencas hidrográficas del país. Pinus caribaea, Calophyllum
calaba, Casuarina equisetifolia y Eucalyptus sp. son especies de importancia para
los programas de reforestación que se están ejecutando en el país.
En muchos casos el éxito o el fracaso de una plantación forestal es medido sólo
por la cantidad de biomasa que aporta la especie plantada, dejando de lado los efectos
que pueda tener sobre la diversidad de organismos que pueden coexistir en esa
plantación; tales como aves, insectos, regeneración natural de otras especies forestales,
la microflora y microfauna, que tienen funciones específicas e importantes dentro de
un ecosistema. Pese a lo significativo que ha sido la reforestación en el país, no se
han documentado experiencias para evaluar el impacto de las plantaciones en la
regeneración natural.
Esta investigación tuvo como propósito cuantificar la regeneración natural de
especies leñosas presentes en plantaciones de cuatro especies forestales, considerando
la abundancia, complejidad y algunas relaciones de importancia ecológica, para
hacer comparaciones sobre las preferencias de las especies de regeneración natural
en relación a las especies plantadas, y evaluar su potencial para la recuperación de
la cobertura forestal de forma natural.
2. Area de estudio
Este estudio se realizó en el proyecto forestal Loma Novillero, ubicado en la
sección Básima, municipio de Villa Altagracia, República Dominicana; comprendido
entre las coordenadas geográficas 18° 40' a 18° 45' Latitud Norte y 70° 10'a 70° 15°
Longitud Oeste. La elevación promedio del área media es de 200 msnm, caracterizada
por pendientes inferiores al 25%; una precipitación anual de 2258 mm, con una
estación lluviosa continua de mayo a octubre y una época seca de diciembre a marzo,
siendo abril y noviembre meses de transición. La temperatura promedio es de 25,3°C
(Sánchez, 1992). De acuerdo con el sistema de clasificación de zona de vida de
Holdridge, la zona corresponde al bosque muy húmedo subtropical (bmh-S). Los
suelos corresponden al orden Inceptisol, los cuales presentan concentraciones altas
60 Moscosoa 10, 1998
de óxido de hierro. Antes de establecer las plantaciones, estos terrenos eran
utilizados para la crianza de ganado de forma extensiva, que condujo a cierto grado
de deterioro por el sobrepastoreo (Sánchez 1995).
3. Metodología
El área fue dividida en seis tratamientos de acuerdo a la especie plantada y la
edad: Pinus caribaea de 12 años, Calophyllum calaba de 12 años, Calophyllum
calaba de 9 años, Casuarina equisetifolia de 12 años, Eucalyptus camaldulensis de
12 años, y el testigo compuesto por vegetación de sucesión secundaria en un área
adyacente que no fue plantada. Dentro de cada tratamiento, se realizó un muestreo
al azar, donde se establecieron parcelas de 100 m* (Chaubey et al., 1988a, Lugo,
1992). La distribución de las parcelas fue la siguiente: en las plantaciones de P.
caribaea, C. calaba de 9 años, C. calaba de 12 años y el Testigo, se establecieron
cuatro; mientras que para C. equisetifolia, E. camaldulensis se establecieron sólo dos
parcelas muestrales, debido a que ocupaban áreas muy pequeñas (menos de 0,2 ha),
lo cual dificultó tener una muestra igual a las anteriores.
En cada parcela, se registraron todos los brinzales y latizales pertenecientes a
especies leñosas-árboles y arbustos-, se hizo un conteo de abundancia de cada
especie, los cuales fueron agrupados en diferentes clases diamétrica. Cada ejemplar
fue identificado, ubicándolo en familia, género y cuando fue posible la especie
basado en (Holdridge, 1970; Liogier, 1974; Little, 1988; Liogier, 1982, 1983, 1985,
1986; Woodbury & Wadsworth 1988; Bisse, 1988).
Se calcularon diferentes indices ecológicos relacionados con la diversidad y
grado de asociación de especies entre muestras dentro de tratamiento: Simple
Matching Coefficent (SMC), Coeficiente de Czekanowski (CC), Coeficiente de
Asociación de Jaccard (CAJ), Coeficiente de Ruzicka (CR), Coeficiente de Dice o
Srensen (CSD), Coeficiente de Disimilitud (CD), Coeficiente de Royer & Tanimoto
(CRT), Coeficiente de Sokal & Snealth (CSS) y Coeficiente de Hamann (CH)
Matteucci & Colma, 1982; Crisci & López, 1983; Marín & Monsalve, 1994).
Los indicadores de biodiversidad calculados fueron: Indice de Shannon-Weiver
(H”), Indice de Simson (D) y el Indice de Berger-Parker (d) (Margalef, 1986;
Chaubey et al., 1988b; Marín & Monsalve, 1994; Boyle & Sayer, 1995).
Se estimó la abundancia de especies por cada tratamiento, frecuencia, consistencia,
densidad, área basal, para luego calcular el índice de importancia (IVI) de Cottan,
el cual se obtiene sumando los porcentajes de la frecuencia, densidad y área basal de
cada especie, pudiendo alcanzar un valor máximo de 300% (Matteucci & Colma,
1982; Gupta & Shukla, 1991).
Moscosoa 10, 1998 6]
Mediante análisis de variación, se evaluó si existía diferencia entre la riqueza de
especies entre los tratamientos (Cochran & Cox, 1957). Con la prueba de comparación
múltiple de Duncan se determinó cuáles especies eran más abundantes dentro de
cada tratamiento. Con la prueba de Dunnett se comparó si la diversidad de especies
presentes en las plantaciones era diferente con relación al testigo (Steel & Torrie,
1988). Para normalizar la frecuencia de las especies dentro de cada tratamiento, los
datos fueron transformados con la Raíz Cuadrada (Vx+1 ).
4. Resultados y discusión
4.1 Densidad y crecimiento de las plantaciones
La Fig. 1 muestra la densidad actual de las plantaciones estudiadas, siendo las
plantaciones de Calophyllum calaba las que presentan mayor densidad, superando
los 1,500 arb ha*; en cambio, el espaciamiento más amplio está en Eucalyptus
camaldulensis con unos 600 arb ha*.
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Especies plantadas
Fig. 1. Densidad de las plantaciones estudiadas, proyecto Novillero, Villa Altagracia, República
Dominicana.
62 Moscosoa 10, 1998
La Fig. 2 muestra el crecimiento que han alcanzado las plantaciones. A los 12
años de edad el E. camaldulensis es el de mayor diámetro con 25,31 cm(2,11cmaño
'); mientras que C. calaba es la especie con la tasa de crecimiento menor, 12,29 cm
(1,04 cm año") y 9,95 cm (1,11 cm año*) de DAP, para las plantaciones de 12 y 9
años, respectivamente. Por su parte, el área basal mayor se presenta en P. caribaea
(38,07 m? ha"), es estadísticamente superior en relación a las demás; y la más baja
fue en C. calaba de 9 años (13,35 m* ha"). Esta situación se asocia a que en la
plantación de P. caribaea hay una mayor cantidad de árboles por hectárea (Fig. 1),
lo que hace que haya una mayor área basal que compensa y supera la diferencia en
diámetro que se presenta en E. camaldulensis.
Es importante destacar, que a pesar de que las plantaciones de P. caribaea, E.
camaldulensis y C. equisetifolia acumulan mayor área basal, no es en éstas donde
la penetración de luz al sotobosque es más restringida. Esta situación ocurre en las
plantaciones de C. calaba, lo que está asociado a la morfología de la copa de cada
especie. Las copas de los árboles de C. calaba son más compactas, tienden a
expandirse (Weaver s/f), y al ser plantadas a un espaciamiento muy estrecho,
ocuparon el espacio horizontal en menor tiempo, aunque el área basal en comparación
con las demás plantaciones sea más baja, la penetración de luz directa es casi nula
especialmente en la plantación de 12 años.
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Especies plantadas
Fig. 2. Diámetro y área basal promedio en plantaciones de cuatro especies forestales de 12 y 9 años
de edad.
Moscosoa 10, 1998 63
4.2 Diversidad de especies de regeneración natural
La Fig. 3 presenta la riqueza de especies en promedio para cada tratamiento en
las parcelas. Las plantaciones no mostraron diferencias estadísticas significativas
con relación al testigo; sin embargo, se aprecia que en las plantaciones de C. calaba
los promedios son relativamente mayores en comparación al testigo constituido por
la sucesión secundaria; pero a su vez es donde se presenta mayor variación entre
muestras; lo que puede estar influenciando que no se presenten diferencias de
significancia. De todas formas, no parece existir tendencia alguna de que la riqueza
en especies leñosas de regeneración natural creciendo bajo plantaciones, sea más
pobre con relación a las áreas donde se desarrolla la sucesión secundaria.
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Tratamientos
Fig. 3. Riqueza en cantidad de especies promedio para cada tratamiento, proyecto Novillero, Villa
Altagracia, República Dominicana.
A resultados semejantes llegaron Chaubey et al. (1988), quienes al estudiar la
composición florística del sotobosque en plantaciones de Tectona grandis de edades
diferentes, no encontraron diferencias significativas entre el número de especies
presentes en las plantaciones en comparación con la sucesión natural adyacente que
utilizaron como testigo. En ese orden, Marín & Monsalve (1994), documentaron una
riqueza mayor de especies en plantaciones de Pinus oocarpa que en un área de
potrero donde se desarrollaba la sucesión natural. También Yu et al. (1994), en
plantaciones de Pinus massoniana y Eucalyptus excerta de aproximadamente 30
64 Moscosoa 10, 1998
años de edad y establecidas en suelos fuertemente erosionados, documentaron que
un bosque natural se había restablecido, caracterizado por una alta diversidad de
especies arbóreas y que a su vez produjo un aumento en la diversidad de otros
organismos, lo cual se tradujo en un incremento significativo de la biodiversidad del
ecosistema. Esto pone de manifiesto la tendencia que se presenta en este estudio,
donde a pesar de que la diferencia no fueron significativas, el número de especies de
árboles y arbustos fue relativamente mayor en la plantaciones que en el testigo.
La Fig. 4 muestra el número total de especies encontradas en cada tratamiento.
Se identificaron 52 especies correspondientes a 29 familias. La mayor riqueza de
especies se encontró en las plantaciones de C. calaba de 9 años (31), P. caribaea (31)
y C. calaba de 12 años (29); las cuales fueron superiores al testigo (27). Las
plantaciones menos diversos fueron E. camaldulensis (21) y C. equisetifolia (18); sin
embargo es pertinente hacer la acotación de que en estas plantaciones el número de
parcelas muestreadas fue menor, lo que pudo haber influenciado en la no detección
de otras especies que pudieran estar presentes (Matteucci y Colma, 1982). Estas dos
últimas plantaciones eran muy pequeñas, lo que proporcionalmente no permitía la
instalación de más parcelas. Pese a esta interrogante, la información obtenida en las
plantaciones estudiadas, aunque no es muy relevante para determinar la diversidad
total de especies que pudieran contener; tiene más importancia en lo concerniente a
la frecuencia y abundancia de las especies encontradas.
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Especies plantadas + Testigo
Fig. 4. Riqueza total de especies encontradas en cada tratamiento.
Moscosoa 10, 1998 65
4.3. Índice de diversidad de especies
En el Cuadro 1 se presentan los indicadores ecológico calculados, relacionados
con la diversidad de especies leñosas para cada plantación. Los valores más altos de
diversidad se presentan en las plantaciones de P. caribaea, C. calaba de 12 años,
C. calaba de 9 años y el testigo. Los más pobres fueron C. equisetifolia y E.
camaldulensis. Los valores bajos en estas dos planeaciones últimas pudo deberse a
que el tamaño de las muestra fue menor. De manera general, en cuanto a los
indicadores de diversidad de especies, los tratamientos se comportaron relativamente
homogéneos, tal como se presenta en la Fig. 4.
Cuadro 1
Valores de Diversidad calculados
para cada uno de los tratamientos estudiados
Indices de Diversidad
Tratamientos No. Shannon- Simson Berger-
Especie Weiner (H”) (D) Parker (d)
C. equisetifolia 18 4,12 0,30 0,80
E. camaldulensis a) 4.08 0,39 0,79
C. calaba de 12 años 27 8,17 Od 0,62
C. calaba de 9 años 31 7,80 0,82 0,84
P. caribaea Sl 8,86 0,57 0,68
Testigo 27 S22 0,61 0,61
4.4. Asociaciones de especies entre muestras
Las parcelas dentro de cada tratamiento comparten muchas especies, lo cual se
refleja en la similitud que en algunos casos supera el 70%. De acuerdo con el índice
de Jaccard, en P. caribaea es donde se presenta mayor disimilitud, lo cual pudiera
estar asociado a la diferencia en el rango de pendiente donde se establecieron las
parcelas muestrales en esta plantación. Asímismo, en los casos donde se pone más
énfasis en las diferencias (Coeficiente de Hamann), conexcepción de E. camaldulensis
y C. equisetifolia, todos los demás muestran similitud relativamente alta. Esto
indica, que la variación espacial en la composición de la vegetación leñosa que crece
dentro de las plantaciones y en la sucesión secundaria es relativamente igual, a menos
que no exista una gradiente muy marcado.
66 Moscosoa 10, 1998
Cuadro 2
Coeficiente de asociación entre las parcelas de cada tratamiento
Coeficientes
Tratamientos CC CR CJ CSD CD SMC CRT CSS CH
C. equisetifolia 0,74 0,58: :0,56.0,71 0,29:0,56.: 0:38 * OF PG?
E. camaldulensis 0,70. 0,53 --0,50:-0,67..0,33 :0:50. -10;33e006r eS
C. calaba de 9 años 0,77 0,65 0,45 0,62 0,38 0,81 0,68 0,52 0,78
C. calaba de 12 años 0,70 0,55 0,55 0,71 0,29 0,86 0,74 OSMA
P. caribaea 0,54 0,38 0,37 0,53 0,47 0,77 0,62 0,51 0,82
Testigo 0,63 0,46 0,44 0,62 0,39 0,81 0,68 0,53 0,84
Leyenda: CC: Coeficiente de Czekanowski; CR: Coeficiente de Ruzicka; CAJ: Coeficiente de
Asociación Jaccard; CSD: Coeficiente de Dice o Srensen; CD: Coeficiente de Disimilitud; SMC:
Simple Matching Coefficent, CRT: Coeficiente de Royer & Tanimoto; CSS: Coeficiente de Sokal &
Snealth, CH: Coeficiente de Hamann
4.5. Estructura horizontal
Con relación al número de individuos, hubo diferencias significativas, siendo las
plantaciones de C. calaba las de mayor densidad, compuesta en su mayoría por
brinzales y algunos latizales. El testigo de sucesión secundaria y la plantación de C.
equisetifolia presentaron la densidad más baja; pero en sentido general, laregeneración
natural en las plantaciones fue más abundante que en el testigo. Esto se asocia a que
algunos dispersores de los propágulos (murciélagos y aves), prefieren descansar
sobre las copas de los árboles al momento de comer el arilo o la cubierta externa de
las semillas -caso de C. calaba por los murciélagos-, o simplemente al defecar dejan
grandes cantidades de semillas que luego se convierten en plántulas. Parrotta y
Torquebiau (1992) encontraron mayor abundancia de individuos de especies forestales
en plantaciones que en el control; lo que está en concordancia con los resultados
obtenidos en esta investigación.
Moscosoa 10, 1998 67
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Especies plantadas + Testigo
Fig. 5. Número de individuos y área basal por hectárea de la regeneración natural que está creciendo
en las plantaciones y el testigo.
El área basal, ésta fue mayor estadísticamente en la sucesión natural que en las
plantaciones; lo que está vinculado a que la vegetación dominante en la sucesión
secundaria está constituida por heliófitas efímeras y durables de crecimiento rápido,
perteneciente a la primera y segunda fase de la sucesión secundaria (Finegan, 1993),
las cuales pueden desarrollarse en un tiempo relativamente corto, debido a que el
recurso luz en el testigo no es tan limitante si se compara con la situación reinante
en las plantaciones.
Al fusionar el área basal de regeneración natural y las plantaciones (Figs. 2 y 3),
se tiene que los tratamientos constituidos por las plantaciones muestran valores muy
altos con relación al testigo. Un comportamiento similar ha sido documentado por
Chaubey et al. (1988a). Además, el área basal correspondiente a las especies
plantadas tiene más valor comercial que las presentes en el testigo. Esto muestra que
al establecer plantaciones con especies que tengan la capacidad de colonizar
rápidamente lugares degradados, se puede obtener una producción alta de madera
con valor comercial en un período relativamente corto, haciendo así más atractiva la
inversión, y a la vez se prepara el sitio para ser ocupado por otras especies, que
pueden ser sujetas a un manejo silvicultural.
Las Figs. 6A, 6B, 6C, 6D, 6E y 6F, presentan la abundancia de individuos y el
índice de valor de importancia (IVI) para las principales especies encontradas en
68 Moscosoa 10, 1998
cada tratamiento. Aunque no hubo diferencia significativa en el número de especies
entre tratamientos (Fig. 3), la composición de especies muestra cierta diferencia. Con
excepción del testigo (Fig. 6F), en todas las plantaciones la regeneración natural está
dominada por un número limitado de especies, en las cuales en orden de mayor a
menor, el número de individuos por especie sigue una distribución exponencial
negativa, comportamiento típico del bosque natural. Sin embargo, desde el punto de
vista ecológico, el patrón de comportamiento no tiene la misma secuencia, donde a
pesar de que las especies más abundantes por lo general muestran los IVI más altos,
también hay especies con un número reducido de individuos que presentan una
consistencia significativamente superior con respecto a especies de abundancia
intermedia. Esto indica que con el IVI se puede estimar mejor la importancia
ecológica de una especie, ya que considera su distribución espacial, su frecuencia y
dominancia (Matteucci y Colma, 1982).
En la plantación de C. equisetifolia, las especies más abundantes son C. calaba
(2700 arb ha”), Cupania americana (1200 arb ha), Casearia sylvestris (750 arb ha
1), Nectandra coriacea (500 arb ha"), Guarea guidonia (450 arb/ha*) y Trichilia
pallida (440 arb/ha”). Sin embargo, en lo concerniente al IVI en orden descendiente,
las especies con los valores más altos corresponden a C. calaba, Didimopanx
morototoni, C. americana, C. sylvestris, N. coriacea, G. guidonia, T. pallida, P.
guajava, Z. martinicensis y Miconia sp1. En este análisis se destaca que a pesar de
que D. morototoni no es tan abundante, es la segunda especie en importancia; ese
mismo comportamiento lo presentan el Z. martinicensis y Miconia sp1.
La situación en la plantación de E. camaldulensis (Fig. 6B), es muy parecida a
la anterior, donde la regeneración de C. calaba es la más abundante, seguido de C.
americana, P. guajava, Z. martinicensis, G. guidonia y Cecropia peltata; mientras
que las especies más importantes en orden descendente las componen C. americana,
C. calaba, Cecropia peltata, Z. martinicensis, P. guajava, C. sylvestris y G.
guidonia. Aquí se evidencia que C. americana es la más importante a pesar de ser
menos abundante que C. calaba.
En la plantación de C. calaba de 9 años (Fig. 6C), las especies más abundantes
son C. americana, G. guidonia, C. calaba, N. coriacea, T. pallida y D. morototoni.
De manera coincidencial, estas especies son las que en orden descendentes presentan
los indices de importancia mas altos.
Para C. calaba de 12 años (Fig. 6D), las especies más abundantes son G.
guidonia, N. coriacea, C. americana, D. morototoni, Ocotea leucoxylon, Cameraria
latifolia, Licaria jamaicensis, Simarouba glauca, Trichillia pallida y Sizigium
jambos. Mientras que las especies más importantes son G. guidonia, N. coriacea, O.
leucoxylon, C. americana, D. morototoni, L. jamaicensis, Camearia latifolia y
Roystonea hispaniolana.
Moscosoa 10, 1998 69
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Especies
Fig. 6. Abundancia e índice de valor de ¡ importancia de Cottan (IVI), para las 15 especies principales
en cada tratamiento: C. equisetifolia (A), E. camaldulensis (B), C. calaba de 9 años (C), C. calaba de
12 años (D), P. caribaea (E) y el Testigo (PF).
70 Moscosoa 10, 1998
En P. caribaea, tres especies de regeneración natural presenta una densidad
superior a los 1200 arb ha’, las cuales son C. sylvestris, C. calaba y C. americana;
por encima de 400 arb ha" están D. morototoni, G. guidonia y C. aculeata. Mientras
que las especies más importantes las constituyen C. americana, C. sylvestris, C.
calaba, G. guidonia y Miconia sp1. De nuevo se pone de manifiesto en este
tratamiento que la especie más abundante no es la del IVI más alto y que una especie
poco abundante como Miconia sp1, muestra un IVI más elevado.
En relación al testigo, muchas especies presentan abundancia proporcional
considerable; destacándose C. americana, Casearia sylvestris, Psidium guajava,
Bixa orellana, Guazuma ulmifolia, Miconia sp1 y Chrysophyllum oliviforme.
Mientras que ecológicamente, se destacan en orden descendente P. guajava, B.
orellana, Miconia sp1, C. americana, Roystonea hispaniolana , G. guidonia, C.
sylvestris C. oliviformes C. peltata.
4.6. Clasificación de las especies de regeneración natural en gremios
ecológicos
Como se expresó anteriormente, la disponibilidad de luz que llega al sotobosque
en cada tratamiento en orden descendente es la siguiente: El testigo que está expuesto
a plena luz, seguido por la plantación de E. camaldulensis, C. equisetifolia, P.
caribaea, C. calaba de 9 años y por último C. calaba de 12 años donde la penetración
de la luz directa al sotobosque es casi nula. Al analizar la vegetación que crece en
cada uno de los tratamientos; se observa que algunas especies son más abundantes
que otras de acuerdo al espectro de luz directa recibida, lo cual da una pista para
ubicarlas de manera preliminar dentro de un gremio ecológico determinado.
La regeneración natural de C. calaba es muy abundante en las plantaciones de
C. equisetifolia, E. camaldulensis, P. caribaea y C. calaba de 9 años. Sin embargo,
está ausente en C. calaba de 12 años y en el testigo. Este comportamiento puede
explicarse en el sentido de que esta especie tiene un comportamiento heliófito; no
está presente en C. calaba de 12 años, debido a que la penetración de luz es casi nula
o que la competencia intraespecífica con los árboles adultos de la misma especie es
muy fuerte, lo cual provoca la desaparición de la regeneración en el estado brinzal.
La ausencia en el testigo puede estar asociada a que uno de los dispersores de las
semillas de esta especie —murciélagos— no tienen preferencia de este ambiente de
sucesión secundaria en estado de charral para ir a descortezar los frutos, donde dejan
caer las semillas. De aquí se extraen dos consideraciones de relevancia: primero, la
regeneración natural de esta especie será efectiva si existe una cobertura arbórea y
que el agente dispersor prefiera esa cobertura para depositar las semillas y segundo,
para que la regeneración natural persista es necesario evitar la competencia por luz
en especial la competencia intraespecífica.
Moscosoa 10, 1998 ft
En relación con la regeneración natural de las Lauraceae (Ocotea y Lycaria), a esta
se le encontró en mayor proporción en ambiente con disponibilidad de luz restringida
-C. calaba de 12 y 9 años-, lo cual es un fiel reflejo de que estas especies se desarrollan
mejor bajo un dosel protector, las cuales corresponden al gremio de las esiófilas. Otras
especies que tienen un comportamiento similar son 7. pallida y C. latifolia.
Al analizar la regeneración de G. guidonia, esta muestra un comportamiento
peculiar, los brinzales y latizales están presentes en todas las plantaciones y en la
sucesión secundaria; sin embargo, muestra una tendencia negativa con respecto a la
disponibilidad de luz; o sea, que la abundancia de esta especies es mayor en lugares
sombreados; la cual alcanza su máximo en C. calaba de 12 años y su mínimo en el
testigo. Con este patrón de distribución, la especie se sitúa como tolerante a la sombra
(esciófita) con la variante de que puede establecerse desde la primera fase de la
sucesión secundaria. De acuerdo con Weaver (1988), G. guidonia tiene la capacidad
- de coexistir con diferentes especies que muestran alto potencial comercial en
diferentes lugares del trópico húmedo; tales como Calophyllum brasilienesis,
Carapa guianensis, Chlorophoratintorea, Cordia alliodora, Calophylum antillanum,
Cedrela odorata, Swietenia macrophylla, entre otras. Esta característica convierte
a la especie con mucho potencial para el establecimiento de bosques diversificados
con otras especies de interés comercial.
Otras especies que merecen especial atención son las que se presentan con mayor
abundancia en los espacios con mayor disponibilidad de luz directa; estas son P.
guajava, C. sylvestris, C. peltata, Miconia spl, C. aculeata, Byrsonima sp., R.
hispanilana, Z. martinicensis, G. ulmifolia, D. morototoni, entre otras. Estas especies
corresponden al gremio de las heliófitas efímeras y durables, correspondientes a la
primera y segunda fase de la sucesión secundaria (Francis, 1991; Francis, 1992;
Finegan, 1992; Finegan, 1993). Es necesario especificar, que todas estas especies no
mostraron el mismo comportamiento en cuanto a las exigencias de luz; tal es el caso
de dos especies pioneras de crecimiento rápido (Nieves 1979 y Liegel s/f, Finegan
1993), que son: C. peltata que solo creció en lugares con claros grandes; mientras que
el D. morototoni se encontró en la plantación de C. calaba de 12 años con una
ausencia total de luz, aunque mostró su máximo desarrollo cuando estuvo a plena luz
enel testigo. Esto indica que existen muchas especies de comportamiento intermedio
entre uno gremio y otro.
En ese orden, el S. glauca que está presente en mayor proporción en C. calaba
de 12 años, lo cual pudiera dar la impresión de que es una especie esiófita; sin
embargo, debido al vigor que muestran los árboles encontrados (casi todos están
rezagados y muriendo) se le clasifica como una especie heliófita, la cual tiene la
capacidad de tolerar la sombra en la fase de establecimiento, pudiendo sobrevivir en
este ambiente por las pequeñas entradas de luz directa.
72 Moscosoa 10, 1998
La regeneración de C. americana muestra un hábito peculiar; esta especie se
encontró en todos los tratamientos, alcanzando densidades por encima de 1200 arb
ha’. Con este comportamiento, la especie se le puede incluir en el grupo de las
generalistas, capaz de colonizar diferentes ambientes sin importar las condiciones de
luz (Finegan 1993). También el S. jambos y Miconia sp2 mostraron la misma
tendencia; estando presentes en casi todos los tratamientos.
5. Conclusiones
No hubo diferencia en la riqueza de especies presentes en plantaciones, con
relación a la encontrada en la sucesión secundaria, mostrándose una tendencia de
presentar mayor diversidad en las plantaciones.
Bajo las condiciones estudiadas, las plantaciones forestales parecen tener un
efecto positivo en la conservación de la diversidad de especies debido a que pueden
crear ambiente favorable para los agentes dispersantes de semillas y para el
desarrollo de las plántulas, el cual puede ser mayor si se aplica un manejo orientado
a favorecer la regeneración natural en el momento apropiado, especialmente, para
favorecer el desarrollo de especies heliófitas durables.
La diversidad de determinadas especies leñosas dependerá en gran medida de las
especies que se establezca, las cuales tengan la capacidad de coexistir con otras y si
se aplican las prácticas de manejo necesaria, como la apertura gradual del dosel para
favorecer el desarrollo de las especies heliófitas.
La abundancia y distribución de las especies de regeneración natural es suficiente
en todas las plantaciones para la recuperación del bosque, pudiendo ser manejadas
con propósito de producción forestal y que por la diversidad de especies presentes
con comportamiento ecológico diferente, se puede disponer en el futuro de un
bosque más diverso, capaz de aprovechar más eficientemente el espacio vertical y
horizontal.
Las plantaciones forestales pueden servir de eslabón para acelerar la regeneración
natural de especies forestales características de la zona en suelos degradados, siendo
en algunos casos más abundante y con importanciaeconómica mayoren comparación
en el proceso se sucesión secundaria natural.
Mientras se recupera el bosque original de la zona, se pueden obtener beneficios
económico directo con el suelo forestal constituido por las plantaciones de rápido
crecimiento; lo que hace la actividad más rentable a corto y mediano plazo.
Es conveniente dar seguimiento a este tipo de estudio dentro de esta zona y en
otras donde se hayan establecido plantaciones, como forma de ir evaluando la
dinámica de la regeneración natural, así como para determinar las técnicas de manejo
Moscosoa 10, 1998 73
más apropiadas y profundizar en análisis económicos sobre el potencial de las
especies para la producción forestal.
6. Literatura Citada
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Zealand Forestry, 39(4):26-29.
Bisse, J. 1988. Arboles de Cuba. La Habana, Cuba, Editorial Científico Técnica.
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Boyle, T.J.B; sayer, J.A., 1995. Measuring, monitoring and conserving biodiversity
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Cochran, W. G.; Cox, G. M. Experimental designs. New York, Wiley, 2da ed. 611 p.
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Moscosoa 10, 1998
78
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Moscosoa 10, 1998
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80
Anexo 2
Moscosoa 10, 1998
Comparación Múltiple de Duncan del número de individuos promedio
por hectárea para cada especie en cada tratamiento
Tratamientos
Alchornea latifolia*
Bixa orellana
Byrsonimia sp.
Calophyllum calaba
Cameraria latifolia
Casearia aculeata
Casearia sylvestris
Cecropia peltata
Chrysophyllum oliviforme
Citharexylum fruticosum
Citrus sp.
Coccoloba pubescens
Comocladia sp.
Cupania americana
Dendropanax arboreus
Didymopanax morototoni
Eugenia sp.
Euphorbiaceae 1
Guarea guidonia
Guazuma ulmifolia
Hura crepitans
Lauraceae!
Licaria jamaicensis
Mangifera indica
Miconia spl
Miconia sp2
Miconia sp3.
Miconia sp4
Ocotea coriacea
No. Ident.1
Es
equiseti-
*Medias con la misma letra son iguales
E:
calaba
E
calaba
2701 ab
123 b
22a
712.0
0,0 b
0,0a
0,0a
0,0a
0,0 a
22a
5812 a
0,0 b
499 b
22a
100 a
4786 a
0,.0a
166 a
0,0a
66 b
40a
289 ab
83a
22a
22a
1195 b
0,0a
Moscosoa 10, 1998 8]
Cont. anexo 2
Comparación Múltiple de Duncan del número de individuos promedio
por hectárea para cada especie en cada tratamiento
No Ident.3
E E:
Tratamientos E ; calaba | calaba
equiseti- de a
folia | ñ caribaea | Testigo
No. Ident.4
Ocotea leucoxylon
Parathesis sp.
Piper aduncum
Psidium guajava
Roystonea hispaniolana
Simarouba glauca
Spathodea campanulata
Spondias mombin
Stigmaphylum periplocifolium
Syzygium jambos
Terminalia catappa
Trema micrantha
Trichilia hirta
Trichilia pallida
Thropis racemosa
Verbenaceae 1
Zanthoxylum martinicense
No. Ident.2*
*Medias con la misma letra son iguales
82
Moscosoa 10, 1998
Anexo 3
Indice de importancia (IVI) general de Cottan
Especie
Cupania americana
Guarea guidonia
Didymopanax morototoni
Casearia sylvestris
Miconia sp1
Ocotea coriacea
Calophyllum calaba
Psidium guajava
Roystonea hispaniolana
Trichilia pallida
Cameraria latifolia
Syzygium jambos
Zanthoxylum martinicense
Cecropia peltata
Casearia aculeata
Byrsonimia sp.
Miconia sp 2
Chrysophyllum oliviforme
Alchornea latifolia
Ocotea leucoxylon
Licaria jamaicensis
Bixa orellana
Guazuma ulmifolia
Stigmaphyllum periplocifolium
Simarouba glauca
Parathesis sp.
Dendropanax arboreus
Spathodea campanulata
Hura crepitans
No. Ident.4
Trema micrantha
Euphorbiaceae 1
Piper aduncum
Eugenia sp.
IVI
130,75
126,59
100,59
92,74
86,96
86,22
83,03
79,11
77,14
75,81
63,31
57,27
54,52
31,13
48,30
46,23
45,69
41,61
40,79
33717
32,54
30,25
27,69
27,40
26,46
20,54
16,53
15,80
13.71
13,71
15,44
15,38
13:22
EA
Moscosoa 10, 1998 83
Cont. anexo 3
Indice de importancia (IVI) general de Cottan
Especie IVI
Spondias mombin 13.23
Verbenaceael 10,45
Wallenia laurifolia 10,24
No. Ident.3 10,16
Mangifera indica 10,15
Miconia sp4 10,05
Trichilia hirta 7,58
Coccoloba pubescens S27
- No. Ident. 1 5,24
Citrus sp. 5,16
Terminalia catappa aid
Trophis racemosa 5,07
Annona sp. 5,06
Lauraceael 05
Citharexylum fruticosum 5305
No. Ident.2 5,05
Comocladia sp. 5,05
Miconia sp3 5,05
84 Moscosoa 10, 1998
Anexo 4
Lista de especies plantadas y de regeneración natural
Familia
Anarcadiaceae
Anarcardiaceae
Anarcardiaceae
Annonaceae
Apocynaceae
Araliaceae
Araliaceae
Arecaceae
Bignoniaceae
Casuarinaceae
Moraceae
Combretaceae
Euphorbiaceae
Euphorbiaceae
Euphorbiaceae
Flacourtiaceae
Flacourtiaceae
Guttiferae
Lauraceae
Lauraceae
Lauraceae
Laureaceae
Malpighiaceae
Malpighiaceae
Melastomataceae
Melastomataceae
Melastomataceae
Melastomataceae
Meliaceae
Meliaceae
Meliaceae
Myrsinaceae
Myrsinaceae
Especie
Comocladia sp.
Mangifera indica
Spondias mombin
Annona sp.
Cameraria latifolia
Dendropanax arboreus
Didymopanax morototoni
Roystonea hispaniolana
Spathodea campanulata
Casuarina equisetifolia
Cecropia peltata
Terminalia catappa
Euphorbiaceae 1
Alchornea latifolia
Hura crepitans
Casearia sylvestris
Casearia aculeata
Calophyllum calaba
Lauraceae |
Licaria jamaicensis
Ocotea leucoxylon
Ocotea coriacea
Byrsonima sp.
Stigmaphyllon periplocifoliun
Miconia sp. 4
Miconia sp.1
Miconia sp.2
Miconia sp.3
Guarea guidonia
Trichilia hirta
Trichilia pallida
Wallenia laurifolia
Parathesis sp.
Código de
Identificación
COMOSP
MANGIN
SPONMO
ANONSP
CAMELA
DENDAR
DIDIMO
ROYSHI
SPATCA
CASUEQ
CECRPE
TERMCA
EUPH1
ALCHLA
URACR
CASESI
CASEAC
CALOCA
LAURACEA1
LICAJA
OCOTLE
NECTCO
BYRSSP
STIGPE
MICOSP4
MICOSP1
MICOSP2
MICOSP3
GUARGU
TRICHI
TRICPA
WALLLA
PARASP
Nombre común
Guao
Mango
Jobo
Candongo
Palo de leche
Ramón de vaca
Palo de sable
Palma
Amapola
Casuarina
Y agrumo
Almendra
Plaguilla
Bija cimarrona
Javilla
Cafetán
Carambomba
Mara
Cigua perdiz
Cigua prieta
Cigua laurel
Cigua blanca
Maricaco
Bejuco cascarita
Mora
Jaujau
Jaujau colorado
Jaujau tulle
gallinas
Cabirma
Jobobán
Palo amargo
Caimoní
Jalápago
Moscosoa 10, 1998
Cont. anexo 4
85
Lista de especies plantadas y de regeneración natural
Familia
Moraceae
Myrtaceae
Myrtaceae
Myrtaceae
Myrtaceae
Pinaceae
Piperaceae
Polygonaceae
- Rutaceae
Rutaceae
Sapindaceae
Sapotaceae
Simaroubaceae
Sterculiaceae
Ulmaceae
Verbenaceae
Verbenaceae
No. Ident.1 _
No. Ident.2
No. Ident.3
No. Ident.4
Especie
Trophis rancemosa
Eucalyptus camaldulensis
Eugenia sp.
Psidium guajava
Syzygium jambos
Pinus caribaea
Piper aduncum
Coccoloba pubescens
Citrus sp.
Zanthoxylum martinicense
Cupania americana
Chrysophyllum oliviforme
Simarouba glauca
Guazuma ulmifolia
Trema micrantha
Citharexylum fruticosum
Verbenaceael
Código de Nombre común
Identificación
TROPRA Ramón de bestia
EUCACA Eucalipto
EUGESP Conocón
PSIDGU Guayaba
ZYZYJA Pomo
PINUCA Pino hondureño
PIPEAD Guayullo
COCOPU Hoja ancha
CITRSP Naranja
ZANTMA Pino de teta
CUPAAM Guárano
CHRYOL Caimito
SIMAGL Juan primero
GUAZUL Guasuma
TREMMI Memizo
CITHFR Péndula
VERCENACEAE]1
NO IDENT1
NO IDENT2
NO IDENT3
NO IDENT4
* Medias con la misma letra son iguales
Moscosoa 10, 1998, p.p. 86-113
ESTUDIO ETNOBOTANICO EN SIETE
COMUNIDADES RURALES DE BAYAGUANA,
REPUBLICA DOMINICANA
Dominga Polanco, Brígido Peguero & Franciso Jiménez
Dominga Polanco (Departamento de Vida Silvestre, Secretaría de Estado de
Agricultura, Apdo. 1472, Santo Domingo, D. N.); Brígido Peguero & Francisco
Jiménez (Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael Ma. Moscoso, Apdo. Postal 21-9,
Santo Domingo, D.N.) Moscosoa 10: 86-113. 1998. Entre 1996 y 1998 se realizó
un estudio etnobotánico en siete comunidades rurales del municipio de Bayaguana,
Provincia de Monte Plata en la región Este de la República Dominicana. Se
reportan 272 especies pertenecientes a 221 géneros y 82 familias con 20 usos
principales. De las especies estudiadas, 217 son medicinales; 52, comestibles; 41
son usadas en construcción; 40 son forrajeras; 17, mágico-religiosas; 16, para
cercas vivas; 5, para cercas muertas; 15, melíferas; 13, aperitivas; 11, para leña; 11
son afrodisíacas; 11 para fabricar utensilios domésticos; 10, comerciales; 7
ornamentales; 4, tóxicas; 4, para artesanía; 4, para ebanistería y carpintería; 2, para
soportes vivos; 1, para soportes o tutores muertos; 1, para durmientes o traviesas,
y 4 son consideradas “dañinas”.
Se presenta una lista de todas las plantas reportadas, organizada en orden
alfabético de los nombres vernáculos, forma de vida, status, uso, partes utilizadas
y lugar donde se usa la planta.
Palabras clave: Etnobotánica, comunidades rurales, Bayaguana.
Between 1996 and 1998, an ethnobotanical study was made in seven rural
communities of the Bayaguana municipality, Province of Monte Plata, in the
eastern region of the Dominican Republic. 272 species belonging to 221 genera in
82 families with 20 principal uses are reported. Of the researched species, 217 are
medicinal, 52 are edible, 41 are used in construction, 40 are forages, 17 are
magical-religious, 16 are for live fences, 5 are for dead fences, 15 are honey-
bearing, 13 are appetizing, 11 are for firewood; 11 are aphrodisiacs; 11 are used to
make domestic utensils, 10 are commercial, 7 are for ornamental use, 4 are toxic,
4 are for handcraft, 5 are for cabinet-making and carpentry, 2 are for live support,
1 for stakes, 1 is for railroad ties, and 4 are considered harmful.
A list is presented with all the reported plants, organized in alphabetic order
listing their vernacular names, life form, status, usage, parts used, and location
where plant is used.
Key words: Ethnobotany, Rural Communities, Bayaguana.
Introduccion
Desde las épocas más remotas, el ser humano ha venido utilizando miles de
especies de plantas en diferentes actividades y en múltiples formas. Peguero et al
Moscosoa 10, 1998 87
(1995) establecen que: “Sin dudas, el primer uso que el hombre hizo de las plantas
fue el comestible, y luego el medicinal. Tal vez más tarde comenzaría a usarlas para
hacer rústicos instrumentos de labranza o para protegerse (enramadas, chozas ...) y
así ha llegado a darles numerosos usos”. Cada día es mayor el interés por las plantas
útiles en todo el mundo, lo que se evidencia en el creciente número de publicaciones
especializadas y los trabajos presentados en diferentes eventos científicos que tratan
aspectos relativos al tema.
En la República Dominicana, las investigaciones etnobotánicas que se han
realizado son relativamente recientes. Se han escrito varios libros sobre medicina
herbolaria, entre ellos la Farmacopea Caribeña (Robineau et al, 1996). También se
han hecho investigaciones sobre Botánica Económica, tales como la de García &
Castillo & (1994) sobre el Cagiiey (Neoabbottia paniculata); el de Peguero (1997)
sobre los bejucos Pabellón (Trichostigma octandrum) y Jaquimey (Hippocratea
volubilis) en la Península de Samaná, y un estudio etnobotánico en la Península de
Samaná (Peguero et al, 1995). El presente estudio es el segundo que se realiza en el
país sobre etnobotánica general y trata acerca de todos los usos que las comunidades
hacen de las diversas especies de plantas que crecen en su zona.
Breve descripción geográfica y sociocultural del área de estudio
Las comunidades rurales de Santa cruz, Comatillo, Sierra de Agua, Rincón
Naranjo, Sabana del Estado, Sabana del Medio y Sabana de Los Javieles pertenecen
al municipio de Bayaguana, provincia de Monte Plata (Monseñor Meriño), localizada
en la región Este de la República Dominicana, al noreste de la ciudad de Santo
Domingo. Las cuatro primeras comunidades están ubicadas al nordeste del pueblo
de San Juan Bautista de Bayaguana, cabecera del municipio, mientras las tres
restantes se encuentran al N-NO del mismo, y forman parte de las secciones Los
Hidalgos y Antón Sánchez, área periférica al sur del Parque Nacional Los Haitises.
La zona de estudio se enmarca entre las coordenadas 18°54'-18°46' Norte y 69°41'-
69°34’ Oeste , y se encuentra a elevaciones que fluctúan entre 50 y 350 m.
De acuerdo a la clasificación de Tasaico (1967), esta área corresponde a la zona
de vida del Bosque Húmedo Sub-tropical. El rango de las precipitaciones es de 1800-
2000 mm al año y presenta una corta estación seca. La temperatura promedio anual
es de 25°-26° C.
La hidrología de la zona cuenta con numerosos ríos, arroyos y lagunas que
forman parte de una subcuenca del río Ozama, el cual desemboca en el mar Caribe,
en el puerto de la ciudad Capital. El Comate es el río principal en cuyo nacimiento
se encuentra la toma de agua que surte al acueducto del pueblo de Bayaguana y otras
88 Moscosoa 10, 1998
comunidades. Otros ríos importantes son Comatillo y Sabana, y uno de los
principales arroyos es el Camarón, afluente del río Sabana. En las proximidades de
la formación cárstica de Los Haitises, debido a la gran percolación, hay abundantes
corrientes fluviales subterráneas que dan origen a manantiales y pequeñas lagunas.
En general, los suelos de esta zona son derivados de arcilla de origen marino,
ácidos y poco profundos, sobre roca caliza. El relieve es variado, con llanuras o
sabanas y colinas o pequeñas lomas, algunas de calizas y otras con afloraciones de
serpentina que, al parecer, corresponden a la formación Duarte. La vegetación
primaria fue sustituida por la siembra de caña de azúcar, frutos menores y pastizales,
lo que ha repercutido negativamente sobre la diversidad florística de la zona. Quedan
remanentes de bosques ribereños, así como pequeños manchones de bosques
secundarios, principalmente en las colinas de serpentina donde se desarrolla una
flora típica con aspecto xeromorfo, debido a las condiciones edáficas.
Las comunidades de Santa Cruz, Comatillo, Sierra de Agua y Rincón Naranjo
se formaron alrededor de extensos latifundios ganaderos y cañeros. También hubo
allí algunos asentamientos realizados por el Instituto Agrario Dominicano, pero los
mismos han ido desapareciendo y reincorporándose los terrenos a los latifundios.
Existen algunas pequeñas labranzas de frutos menores. Los primeros habitantes de
allí provenían principalmente de comunidades cercanas de la región oriental, como
Los Llanos y Hato Mayor. Sabana del Estado, Sabana del Medio y Sabana de Los
Javieles tienen su origen en un proceso de colonización verificado durante las
décadas del "40 y del”50 para trabajar las tierras montañosas de Los Haitises, en cuya
periferia se establecieron varios caseríos. En 1979, numerosas familias que fueron
afectadas por el huracán David en otras localidades, emigraron hacia esta zona, donde
se dedicaron a la tumba y quema de árboles para usar el terreno en el cultivo de yautía.
Pese a la cercanía con la ciudad de Santo Domingo, estas comunidades adolecen
de graves problemas en servicios básicos como son los de educación, caminos
vecinales, salud y energía eléctrica. Sólo en la zona urbana de Bayaguana y en
Sabana de Los Javieles hay sendas clínicas rurales cuyo servicio es deficiente, por
lo que los enfermos tienen que trasladarse hasta la ciudad Capital. Un alto porcentaje
de la población sufre de parasitosis, diarrea y desnutrición.
Debido principalmente a los conflictos generados en torno al Parque Nacional
Los Haitises, las comunidades se han organizado en asociaciones de agricultores
federadas en el Movimiento Comunitario Campesinos Unidos (MCCU), con la
finalidad de salvar a Los Haitises sin destruir las familias. En la zona existen varias
sectas religiosas de diferentes denominaciones, pero la de mayor influencia es la
católica, que apoya trabajos comunitarios a través del Centro Zonal de la Pastoral
Social (CEZOPAS).
La economía de la zona se fundamenta en las actividades agropecuarias y el
Moscosoa 10, 1998 89
Apiario, cuyas colmenas o “cajas” son construidas con troncos de Palmareal (Roystonea hispaniolana).
Comatillo, Bayaguana.
Doña Luz Santana en su pequeña parcela agroforestal con Juan Primero ( Simarouba glauca); Mara
(Calophyllum calaba) y Caoba (Swietenia mahagoni) en Sabana del Medio, Bayaguana.
90 Moscosoa 10, 1998
A la 1zquierda el senor Juan Saturria, curandero y guía del equipo de investigación muestra algunas
plantas medicinales. Santa Cruz, Bayaguana. A la derecha, Doña Crisálida muestra los diferentes usos
dados a las plantas. Sierra de agua, Bayaguana.
pequeño comercio. Otros renglones importantes son: extracción artesanal de ámbar,
la apicultura y la pesca en aguas interiores. Hay plantaciones de caña de azúcar, pero
esa actividad va en declive. La agricultura de frutos menores se basa principalmente
en la yautía blanca y la yautía morada (Colocasia esculenta y Xanthosoma violaceum).
Hay pequeñas áreas plantadas de café y de cacao. El turismo comienza a incursionar
enel área de Santa Cruz y Comatillo, donde se han establecido algunas infraestructuras
en los alrededores de varios saltos o cascadas del río Comate.
Metodología
Los trabajos de campo se realizaron en dos períodos: el primero durante los
meses de abril y mayo de 1996. En cada una de las comunidades se hizo una reunión,
en la cual participaron de 20 a 30 personas de ambos sexos y de diferentes edades.
Con estas personas se establecieron diálogos y entrevistas para recoger las
informaciones sobre las diferentes plantas usadas, partes empleadas, formas de
aplicación, etc., así como otros datos socio-culturales y económicos.
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Moscosoa 10, 1998 9]
Se hacían listas de las plantas con sus nombres vernáculos y luego se procedía
a verificar esas especies para establecer los nombres científicos. Con la finalidad de
confirmar o precisar algunas informaciones, en el segundo período, de enero de 1997
a julio de 1998, se realizaron siete viajes de campo a las comunidades en los cuales
se recogió informaciones sobre nombres vernáculos y usos generales de las plantas
mediante entrevistas informales a informantes claves: agricultores, curanderos,
apicultores, pequeños ganaderos, amas de casas y maestros, entre otros.
Se recorrieron los lugares con guías de la localidad, quienes conocen bien el área
y las numerosas plantas que usan las comunidades. Se colectaron muestras
botánicas, las cuales fueron disecadas y depositadas en el herbario del Jardín
Botánico Nacional (JBSD), donde se hizo la identificación por comparación de
especímenes y utilizando claves taxonómicas de diferentes autores, principalmente
Liogier (1974,1982, 1985 y 1996). Todas se hallan bajo la colección de Francisco
- Jiménez.
Resultados y Discusión
Plantas usadas por las comunidades
Mediante el análisis de los cuestionarios, las entrevistas y a través de la
observación directa se encontró que estas comunidades usan 272 especies de plantas
correspondientes a 221 géneros y 82 familias. Del total de especies, 111 son árboles
o arborescentes; 51 son arbustos, mientras 82 son herbáceas; 28 lianas o trepadoras
y una parásita. Por su status, las 272 especies se distribuyen de la siguiente manera:
ocho son endémicas de La Española; nativas, 162, mientras las introducidas son 102,
de las cuales hay 42 naturalizadas y 60 que sólo se hallan bajo cultivo. Una planta
quedó indeterminada, ya que sólo se identificó a nivel de género (Tabla 1).
Las 10 familias representadas con mayor número de especies son: Poaceae que
tiene 16; Lamiaceae con 12; Asteraceae, Fabaceae, Myrtaceae, Rutaceae y
Verbenaceae con 10 cada una, y Arecaceae, Euphorbiaceae y Meliaceae con ocho
especies cada una. Las especies con mayor número de usos son: Mango (Mangifera
indica) con 6; Guayabo (Psidium guajava) y Coco (Cocos nucifera) con cinco cada
una. Con cuatro usos cada una se reportan las siguientes: Aguacate (Persea
americana), Caimito (Chrysophyllum cainito), Caoba (Swietenia mahagoni), Naranja
(Citrus aurantium) y Palma (Roystonea hispaniolana) (Tabla 1).
Las especies con mayor número de partes o derivados utilizados son los
siguientes: coco (Cocos nucifera) y Piñón de España (Jatropha curcas) con cinco
cada una, mientras que el algarrobo (Hymenaea courbaril), el capá de sabana
(Petitia domingensis), la naranja (Citrus aurantium) y la palma (Roystonea
hispaniolana) con cuatro cada una. Las partes o derivados de las plantas usados son:
92 Moscosoa 10, 1998
hoja, el cogollo, corteza o cáscara, bulbo, semillas, tubérculo, raíz, rizoma, resina,
látex o savia, flores, frutos, tallo/tronco, aceite y la planta entera.
Las especies más frecuentemente usadas en las siete comunidades son las
siguientes: anamú (Petiveria alliacea), cabrita (Bunchosia glandulosa), cajuil
(Anacardium occidentale), cundeamor (Momordica charantia), hojancho (Coccoloba
pubescens), naranja agria (Citrus aurantium), limoncillo (Cymbopogon citratus) y
rompezaragtiey (Eupatorium odoratum). Diez especies se reportan con algún uso en
seis comunidades; 16 son usadas en cinco lugares, mientras 22 plantas se reportan
sólo para cuatro de los siete lugares (Tabla 1).
Las plantas usadas provienen de bosques, potreros y patios; algunas son
cultivadas en conucos y huertos; tales son los casos del plátano (Musa paradisiaca),
la yuca (Manihot esculenta), yautía (Alocasia esculenta y Xanthosoma violaceum)
y otras; el ajo (Allium sativum), la canela (Cinnamomum verum), la malagueta
(Pimenta dioica) y la Valeriana sp., no crecen en la comunidad, sino que son
adquiridas en el comercio local o regional.
Referente a los nombres vernáculos o comunes, algunas de estas plantas reciben
varias denominaciones locales. Algunos de sus nombres son desconocidos en otras
zonas del país. Por ejemplo, en el caso de Artocarpus altilis, la variedad con semillas
recibe el nombre de Pana, mientras que en otras zonas se conoce como pan de fruta
y castaña; Rollinia mucosa, conocida en diferentes regiones como Candongo, en
estas comunidades también es llamada Mocuyo. Otros nombres comunes que
resultan raros son: jamaiquina (Argemone mexicana), martinica (Nerium oleander)
y muñagá (Hyptis americana).
Moscosoa 10, 1998 93
PARQUE NACIONAL LOS HAITISES
yA
y SABANA DE LOS JAVIELES
%a, SABANA DEL MEÑIO
QD A >
RINCON NARANJO
SIERRA DE AGUA
¿BANZ
EL MOGOTE , oma MANZ
4/0 COMATLLO
0 COMATILLO
AREA DE ESTUDIO BAYAGUANA
© Comunidades donde se realizaron los muestreos.
94 Moscosoa 10, 1998
Diversidad de usos
En estas comunidades fueron encontrados 20 usos principales de estas plantas
en diferentes formas y actividades.
Medicinales. De las 272 especies reportadas con algún uso, 217 (79.6%) tienen
aplicación medicinal. Diversas son las enfermedades tratadas con plantas, desde
gripe y diarrea hasta cáncer y sida, pasando por dolor de cabeza (cefaleas), fiebre,
asma, dolores estomacales, vómitos, artritis, úlcera, “disipela” (erisipela), dermati-
tis, problemas renales, bronquitis, tos, hepatitis, presión arterial, dolores menstruales,
venéreas (enfermedades de transmisión sexual) y parasitosis. Diversas son también
las formas de aplicación de la medicina herbolaria: té o tisana, decocción, baños,
cataplasma, maceración, “untura” o fricciones, vapores y otras. Pero las formas más
comunes son té y baños, así como unturas de resinas y aceites.
Para hacer té otisana, las principales plantas usadas son: limoncillo (Cymbopogon
citratus), altamisa (Ambrosia artemisifolia), cadillo tres pies (Pavonia spinifex),
dragón (Alpinia purpurata), muñagá (Hyptis americana), alamo (Thespesia populnea),
caimoni (Wallenia laurifolia), naranja (Citrus aurantium), orégano de comer (Lippia
micromera), orégano poleo (Plectranthus amboinicus), cizaña o chivo (Salvia
micrantha) y albahaca (Ocimum spp.).
Para decocciones se usan principalmente raíces y corteza de almácigo (Bursera
simaruba), cajuil morado (Anacardium occidentale), mango (Mangifera indica),
cedro (Cedrela odorata), almendro (Terminalia catappa), aguacate (Persea
americana), perú o martinica (Nerium oleander), tamarindo (Tamarindus indica),
capá sabana (Petitia domingensis), aguedita o palo de peje (Picramnia pentandra),
algarrobo (Hymenaea courbaril), café (Coffea arabica), córbano (Albizia berteroana)
y mamón (Annona reticulata).
Las principales plantas usadas para baños son: rompezaragúey (Eupatorium
odoratum), cundeamor (Momordica charantia), libertad (Moringa oleifera), yuca
(Manihot esculenta), cayena o sangre de Cristo (Hibiscus rosa-sinensis), guano
(Coccothrinax argentea), guayuyo (Piper aduncum), yerba Luisa (Vitex agnus-
catus), albahaca (Ocimum spp.), anisillo (Piper amalago), guanábana (Annona
muricata), bija (Bixa orellana), caoba (Swietenia mahagoni), joboban (Trichilia
hirta), palo amargo (Trichilia pallida), bayahonda (Acacia macracantha), ozua
(Pimenta racemosa var. grisea), yerba buena (Mentha spicata) y guandul (Cajanus
cajan).
En unturas o fricciones se usan principalmente resinas y látex de diferentes
plantas: amacey (Tetragastris balsamifera), piñón de España (Jatropha curcas),
algarrobo (Hymenaea courbaril), cedro (Cedrela odorata), copey (Clusia rosea),
Moscosoa 10, 1998 95
palo de cruz (Rheedia barkeriana), buen pan o pana (Artocarpus altilis), alelí
(Plumeria spp.), cabirma de guinea (Carapa guianensis), higo (Ficus spp.) y mora
(Chlorophora tinctoria).
Para combatir dolores como las cefaleas se aplican hojas mareadas directamente
de especies como ánica (Eupatorium aromatizans) y broquelejo (Potomorphe
peltata). Para las enfermedades de la piel, como las dermatomicosis (“paños”) y
otras se aplican hojas maceradas de cundeamor (Momordica charantia), morita
(Solanum americanum), jobobán (Trichilia hirta), tabaco (Nicotiana tabacum) y
bruca (Senna occidentalis). También se usa aceite de coco (Cocos nucifera),
semillas de naranja (Citrus aurantium) y de ajonjolí (Sesamum indicum).
Muchas de las plantas usadas por estas comunidades tienen principios activos
medicamentosos comprobados mediante análisis químicos. Tales son los casos de:
ajo (Allium sativum), bija (Bixa orellana), café (Coffea arabica), coco (Cocos
nucifera), bejuco caro (Cissus verticillata), limón (Citrus aurantifolia), limoncillo
(Cymbopogon citratus) y naranja (Citrus aurantium) (Robineau, 1997).
Otras son consideradas tóxicas en algunas o en todas sus partes, tales como:
cardo santo (Argemone mexicana), piñón (Jatropha curcas) y túa-túa (Jatropha
gossyplifolia) (Robineau, 1997).
Varias de estas plantas aplicadas como medicinales, más bien son tomadas como
tónicas O aromáticas, como son: yerbabuena (Mentha spicata), toronjil (Mentha
aquatica), malagueta (Pimenta dioica) y canela (Cinnamomum verum).
Comestibles. Después de las medicinales, las comestibles abarcan el mayor
número de especies, con 52. Diferentes partes de estas plantas son consumidas de
diversas formas por los humanos. Muchas de ellas son frutas, como: cajuilito
solimán (Syzygium samarangense), mango (Mangifera indica), cajuil (Anacardium
occidentale), jicaco (Chrysobalanus icaco), guanábana(Annona muricata), granadillo
(Passiflora quadrangularis), chinola (Passiflora edulis), caimito (Chrysophyllum
cainito), jagua (Genipa americana) y guayaba (Psidium guajava). Algunas más bien
son frutillas de aves de tamaño muy pequeño, pero muy apetecidas por los niños,
tales como: guázara (Eugenia domingensis), caimitillo (Chrysophyllum oliviforme)
y almendra (Terminalia catappa).
Otras de las plantas comestibles constituyen importantísimos componentes en
la dieta diaria. Son los casos de arroz (Oriza sativa), yautía blanca (Colocasia
esculenta), yautía morada (Xanthosoma violaceum), plátano (Musa paradisiaca),
guineo (Musa sapientum), auyama (Cucurbita pepo), batata (Ipomoea batatas) y
yuca (Manihot esculenta).
Construcción. De las 272 plantas reportadas con algún uso en la comunidad,
96 Moscosoa 10, 1998
41 son usadas para la construcción. Bajo este uso o valor de las especies se agrupa
a todas las que las comunidades emplean para hacer casas, ranchos o enramadas,
puertas de potreros o pequeños puentes, por ejemplo. Entre éstas se encuentran las
siguientes: algarrobo (Hymenaea courbaril), Ocotea spp., almendrillo (Manilkara
jaimiquí), amacey (Tetragastris balsamifera), amapola (Erythrina poeppigiana),
anacagúita (Sterculia apetala), mara (Calophyllum calaba), cabirma de guinea
(Carapa guianensis), capá sabana (Petitia domingensis), capá Puerto Rico (Cordia
alliodora), palma (Roystonea hispaniolana) y cana (Sabal domingensis). La palma
se usa para construir colmenas o “palo de abeja”. La acacia (Acacia mangium) es de
reciente introducción a la zona.
Forraje. Bajo esta denominación se ha colocado a todas las plantas que sirven
de alimento a animales domésticos y salvajes. Varias de estas plantas son cultivadas,
otras son recolectadas en el bosque y proporcionadas a los animales domésticos o
bajo cerca, como: gallinas (Gallus gallus), cerdos (Sus scropha), vacas (Bos taurus),
chivo (Capra hirtus), burros, mulos y caballos (Equus spp.). Muchas plantas son
usadas indirectamente, ya que sirven de alimento a animales silvestres que las
comunidades usan de alguna forma, principalmente aves.
En total son 40 plantas, entre las cuales se encuentran: bracaria (Brachiaria
cilliaris), yerba de guinea (Panicum maximum), pangola (Digitaria decumbens),
palma (Roystonea hispaniolana), caimoni (Wallenia laurifolia), cadillo (Urena
lobata), cayena (Hibiscus rosa-sinensis), cigua blanca y cigua prieta (Ocotea spp.),
escobita de puerco (Sida spp.), guama (Inga vera), jina (Inga fagifolia), guayaba
(Psidium guajava), guajavillo (Flemingia strobilifera), macao (Pseudolmedia spuria)
y maricao (Byrsonima spicata).
Mágico-religiosas. Se reportan 17 plantas usadas con fines mágico-religiosos
o rituales, de las cuales se utilizan principalmente las hojas. Se usan en baños, tes
o tisanas, unturas u otra forma de aplicación.
Los comunitarios las utilizan para la buena suerte y para alejar espíritus malos;
podemos citar, porejemplo: arraiján (Eugenia rhombea), bruca (Senna occidentalis),
escobón chiquito (Eugenia sp.), copada (Tagetes erecta), rompezaragtiey (Eupato-
rium odoratum), ruda (Ruta chalepensis), guandul (Cajanus cajan) y vini-vini O
vente conmigo (Merremia dissecta), que son las principales con el referido uso en
la zona.
Cerca viva. Para este fin son usadas 16 especies, entre las cuales sobresalen:
acacia (Acacia mangium), almácigo (Bursera simaruba), caoba (Swietenia mahagoni),
piñón cubano (Gliricidia sepium) y cayena (Hibiscus rosa-sinensis).
Moscosoa 10, 1998 97
Meliferas. No es usual que estas comunidades cultiven plantas melíferas, sólo
algunas lo hacen, con escasas especies. Sin embargo, los apicultores dicen que
observan las abejas en las flores de varias especies, tanto silvestres como cultivadas
con otros fines. Entre las principales se reportan: bejuco de indio (Gouania
lupuloides), bejuco caro (Cissus verticillata), auyama (Cucurbita pepo), campanita
(Turbina corymbosa), palma (Roystonea hispaniolana), acacia (Acacia mangium) y
penda (Cytharexylum fruticosum). Acacia mangium ha sido introducida ala República
Dominicana recientemene con fines forestales. Un apicultor de Sierra de Agua
informa que las abejas usan mucho las flores de este árbol y que producen una miel
“azulosa”. Las plantas nativas de este género y de otros cercanos naturalizados,
c- mo Prosopis, son melíferas y producen mieles de muy buena calidad.
Aperitivas. Se reportan 13 plantas que son aplicadas contra la “falta de apetito”
-oaperitivas. Principalmente se ingieren como té o tisana, y las principales son éstas:
bruca (Senna occidentalis), capá Puerto Rico (Cordia alliodora), copey (Clusia
rosea) y orégano de comer (Lippia micromera).
Leña (combustible doméstico). Se observó que en estas comunidades se usan
11 especies para leña, entre las principales se encuentran: almendrillo (Manilkara
Jaimiqui), granadillo (Miconia laevigata), guama (Inga vera), guázuma (Guazuma
ulmifolia) y guayabo (Psidium guajava).
Afrodisíaco. Como sustancias para fortalecer las glándulas sexuales, para “la
naturaleza”, se reportan 11 plantas, las cuales son ingeridas principalmente en té o
tisana, y generalmente formando parte de las más extrañas combinaciones con carnes
o sustancias de origen animal. Entre estas plantas se encuentran: aruña gato (Pisonia
aculeata), auyama (Cucurbita pepo), caña de azúcar (Saccharum officinarum),
cebolla (Allium cepa) y timacle (Chioccoca alba).
Utensilios domésticos. Se reportan 11 plantas utilizadas para hacer utensilios
de uso casero como escobas, estropajos, bateas y otros. Entre esas especies se
encuentran las siguientes: ceiba (Ceiba pentandra), escobón (Eugenia sp.), escobita
(Sida sp.), guano (Coccothrinax argentea), higo (Ficus spp.) y friega plato (Curatella
americana).
Ornamentales. En las comunidades estudiadas usan muchas plantas
ornamentales, casi todas introducidas; pero un dato curioso es que allí sólo un
bajísimo número de las mismas son conocidas con algún nombre. Se les preguntó
a muchas personas de ambos sexos y de diferentes edades cómo se llaman las plantas
98 Moscosoa 10, 1998
que tienen cultivadas en sus jardines (fueron observadas unas 50 especies), y sólo se
pudieron recoger siete nombres, algunos de ellos con ciertas dudas. Generalmente
contestan: “eso es flores”. Las seis especies reportadas son éstas: cajuilito sulimán
(Syzygium malacense), que también es cultivado como frutal; cayena o sangre de
Cristo (Hibiscus rosa-sinensis), cayena blanca (Tabernaemontana divaricata),
jamín o jazmín (Murraya paniculata), yerba azul (Verbena tenuisecta), palmita de
jardín o bastón (Cordilyne terminalis) y lechoso macho (Cnidosculus aconitifolius).
Cercas muertas. Para cerca muerta o postes de empalizadas se reportan cinco
especies, principalmente. Estas son: caimito (Chrysophyllum cainito), cigua blanca
(Ocotea coriacea), cigua prieta (Ocotea leucoxylon), joboban (Trichilia hirta) y
peralejo (Curatella americana).
Tóxicas. Se reportan cuatro plantas como tóxicas, tanto para los humanos, como
para algunos animales. Estas son: baiguá (Salmea scandens), liana utilizada para
“atontar” peces en los ríos (ictiotóxica); berenjena alzá (Solanum capsicoides),
guáyiga (Zamia pumila) y quibey (Hippobroma longiflora). Según las expresiones
de los habitantes de estos lugares, cuando hay escasez de pastos y el ganado come
las hojas de guáyiga, se “derrienga”. El quibey o guibey no es comido usualmente
por los animales, pero si llegan a ingerirlo junto a otras hierbas, podrían morir
inmediatamente. En varias zonas del país son conocidos los efectos tóxicos de estas
especies.
Artesanía. Para fines artesanales se reporta el uso de cuatro plantas: cana (Sabal
domingensis), ceiba (Ceiba pentandra), guano (Coccothrinax argentea), e higo
(Ficus sp.). Con estas especies se fabrican escobas, macutos (canastas), bateas y
otros objetos.
Ebanistería-carpintería. Para confeccionar distintos objetos como sillas,
mesas y otros se reportan principalmente cuatro especies cuya madera se usa tanto
aserrada como sin aserrar. Estas plantas son: cabirma (Guarea guidonia), pino de
teta (Zanthoxylum martinicense), mamey (Mammea americana) y juan primero
(Simarouba glauca).
Soportes vivos. Como soportes de cuerdas en cultivos de chinola (Passiflora
edulis), granadillo (Passiflora quadrangularis) y otras, se reportan dos especies:
jobo (Spondias purpurea) y piñón cubano (Gliricidia sepium).
Moscosoa 10, 1998 99
Soportes o tutores muertos y durmientes. Para estos fines usan al: hojancho
(Coccoloba pubescens), árbol caracterizado por la resistencia y la durabilidad de su
madera. Es bastante abundante en la zona, ya que los suelos de sabana y de serpentina
son apropiados para el desarrollo de esta especie.
Dañinas. Como plantas “dañinas” se reportan cuatro especies. Pero el “daño”
de las mismas reside en que tienen espinas o son urticantes o vesicantes, aunque
muchas veces son usadas como medicinales o en otras aplicaciones. Estas son: guao
(Comocladia spp.), pajón de novillo (Sporobolus indicus), pica-pica (Dalechampia
scandens) y pringamoza (Urera baccifera). Los frutos del guao son alimento de
aves; algunos lugareños tienen la creencia de que el pajón “pincha” (perfora) el
hígado al ganado si éste lo come, lo cual es una simple creencia, ya que en tal caso
perforaría los intestinos, no el hígado. La pica-pica y la pringamoza tienen uso
- medicinal.
Comerciales. Se reportan 10 plantas con valor principalmente comercial. Estas
son: cacao (Theobroma cacao), café (Coffea arabica), yautía blanca (Colocasia
esculenta), yautía morada (Xanthosoma violaceum), naranja, china y toronja (Citrus
spp.), guandul (Cajanus cajan), auyama (Cucurbita pepo) y guayaba (Psidium
guajava).
Conclusiones
Las plantas constituyen uno de los recursos más valiosos con que cuentan las
comunidades de Santa Cruz, Comatillo, Sierra de Agua, Rincón Naranjo, Sabana del
Estado, Sabana del Medio y Sabana de los Javieles. Y esa importancia no sólo se
expresa por el valor económico de muchas de éstas, sino por el poder curativo,
mágico-religioso y de fortalecer las glándulas sexuales o estimular el apetito, entre
otras propiedades ya reales, ya atribuidas por la gente.
Un alto porcentaje de las plantas que crecen en la zona son usadas en diversas
formas y actividades, destacándose la práctica de la medicina herbolaria. Ante las
deficiencias y hasta la inexistencia de los servicios médicos, los habitantes de estas
comunidades recurren a los conocimientos sobre las propiedades curativas de las
plantas que, de generación en generación, son transmitidos de manera verbal y
adquiridos y acumulados.
La fe profundamente arraigada en los poderes y la utilidad de las plantas y los
derivados de éstas, conduce muchas veces a curanderos, “entendidos” o “curiosos”
(a quienes no les gusta que les llamen “brujos”) a sustituir la medicina patentizada,
al médico, al psicólogo y al terapista sexual.
100 Moscosoa 10, 1998
Un componente de la economía local lo representan el cultivo de plantas y la
recolección de otras que crecen silvestres, lo que lleva a estas comunidades a tratar
de vivir en armonía con la naturaleza sacando de ella recursos que les permitan
satisfacer sus necesidades materiales y espirituales.
Agradecimientos
El presente estudio etnobotánico en comunidades rurales del municipio de
Bayaguana, fue iniciado gracias al Diagnóstico Rural Participativo y ainvestigaciones
botánicas realizadas en el marco de los proyectos de conservación de recursos
naturales que ejecutan el Departamento de Vida Silvestre, SURENA\SEA y el Jardín
Botánico Nacional, conel apoyo financiero de la Asociación Suiza Parala Cooperación
Internacional (HELVETAS).
Especial agradecimiento a los Licenciados Domingo Sirí Núñez y Delsi de los
Santos por apoyar nuestra iniciativa de obtener información sobre uso y percepción
de los recursos naturales en el área del estudio, para lo cual dedicaron junto a nosotros
tiempo y esfuerzos adicionales para la revisión de experiencias internacionales sobre
el tema.
También damos las gracias a los líderes comunitarios por su apoyo para la
obtención de información, así como a todas las personas de las comunidades que con
sorprendente entusiasmo nos dieron tan valiosos datos; a la Lic. Ruth Bastardo por
transcribir el presente trabajo y al técnico Idelfonso de los Angeles, ambos del Jardín
Botánico Nacional; este último preparó el mapa aquí presentado.
Literatura Citada
García, R. & D. Castillo. 1994. Ecología, status y usos de Neoabottia Paniculata
(Cactaceae) de la Isla Española. Moscosoa 8: 53-64.
Liogier, A.H. 1982 La flora de La Española. 1. Universidad Central del Este. San
Pedro de Macorís, República Dominicana. pp135-159.
____ ; 1985. La flora de La Española. III. Universidad Central del Este. San Pedro
de Macorís, República Dominicana. pp111-112, 252 y 359.
____. 1986. La flora de La Española. IV. Universidad Central del Este. San Pedro
de Macorís, República Dominicana. pp 229-230.
____. 1996. Laflora de La Española. VIII. Universidad Central del Este. San Pedro
de Macorís, República Dominicana. pp142 y 438.
Peguero, B.; R. Lockward y M. Pozo. 1995. Estudio etnobotánico en la Península
Moscosoa 10, 1998 101
de Samaná. Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná
y su Entorno, CEBSE. Santo Domingo. República Dominicana. 131 pp.
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102 Moscosoa 10, 1998
Tabla 1
Lista de plantas usadas por 7 comunidades rurales
del municipio de Bayaguana
FV = Forma de vida:
A, árbol; Ar, arbusto; L, liana o trepadora; H, hierba; P, parásita
S = Status:
E, endémica de La Española; N, nativa; Nat, naturalizada; I, introducida; C,
cultivada.
Uso:
CV, cerca viva; Con, construcción; Me, melífera; M, medicinal; C, comestible; F,
forraje; L, leña; Ma, mágico-religiosa; A, afrodisíaco; T, tóxica; Ap, aperivo; Co,
comercial; CM, cerca muerta; Ar, artesanía; E, ebanistería y carpintería; O,
ornamental; UD, utensilios domésticos; Da, dañinas; SM, soportes muertos; SV,
soportes vivos.
Parte usada:
PE, Planta entera; T, tallo-tronco; FI, flor; H, hoja; Co, corteza/cáscara; R, raíz; B,
bulbo; S, semilla; L, látex o savia; Re, resina; Fr, fruto; C, cojollito; t, tubérculo; Ri,
rizoma.
Lugar:
CO, Comatillo; SC, Santa Cruz; SA, Sierra de Agua; RN, Rincón Naranjo; SE,
Sabana del Estado; SM, Sabana del Medio; SJ, Sabana de los Javieles.
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Moscosoa 10, 1998, p.p. 114-120
THE FLORA OF MACAYA BIOSPHERE RESERVE:
ADDITIONAL TAXA, TAXONOMIC AND
NOMENCLATURAL CHANGES, II.
Walter S. Judd, James D. Skean, Jr., & Dana G. Griffin, III.
Judd, Walter S. and Dana G. Griffin (Department of Botany, 220 Bartram
Hall, University of Florida, Gainesville, Florida, 32611, U.S.A.) & James D.
Skean, Jr. (Department of Biology, Albion College, Albion, Michigan, 49224,
U.S.A.). The Flora of Macaya Biosphere Reserve: additional taxa, taxonomic and
nomenclatural changes, II. Moscosoa:114-120. 1998. Twenty-nine taxa new to the
flora of the Macaya Biosphere Reserve (including Parc National Pic Macaya) are
reported, along with several nomenclatural or taxonomic changes.
Se adicionan veintinueve especies a la flora de la Reserva dé Biósfera, Pic
Macaya, Haití y se hacen varios cambios taxonómicos.
Palabras clave: Pic Macaya, Haití, Flora, Musgos, Líquenes, Cambios,
Taxonomía.
Since the publication of the checklist of the flora of Parc National Pic Macaya
(Judd, 1987; Judd et al., 1990), sixteen additional vascular plants, ten additional
mosses and liverworts, and three additional macrolichens have been discovered in
the region, based mainly upon recent field work by the authors during August of
1989 and June of 1993. Also noted are a few taxonomic or nomenclatural changes
affecting the published list of park plants (Judd, 1987; Judd et al., 1990).
Key words: Pic. Macaya, Haití, Flora, Mosses, Liverworts, Taxonomy,
Change.
The Macaya National Park, in the Massif de la Hotte near Ville Formon
(sometimes spelled Formond), ca. 36 km northwest of Les Cayes, Haiti, was
established in June, 1983, and encompasses ca. 2000 hectares (Judd, 1987; Woods
et al., 1992). The flora, vegetation, land-use patterns, and history of biological
exploration of the region are outlined in Judd (1987), Judd et al. (1990), Woods &
Ottenwalter (1992), Woods et al. (1992), and Sergile et al. (1992). The park
incorporates much of Haiti’s remaining undegraded forest, provides refuge for
numerous endemic species, and is the source of the water utilized for irrigation in the
agricultural region of the Plain of Les Cayes (Woods et al., 1992). In 1987 the
government of Haiti and the University of Florida began the development of a
biosphere reserve that included the national park and its buffer zone, totaling ca.
16,000 hectares (Sergile et al., 1992). Thus, it is hoped that the beautiful and
biologically diverse forests of the high elevations of the Morne Formon—Pic
Macaya region will be preserved.
Moscosoa 10, 1998 115
The following new species have been documented as occurring in the Parc
National Pic Macaya. The taxa are listed in alphabetical order by family. Each entry
follows a standardized format (as in Judd et al., 1990). The first set of voucher
specimens is deposited at the herbarium of the University of Florida, Gainesville
(FLAS); a second set of vascular plant specimens will be sent to Haiti; a few
additional duplicates have been distributed. Taxa endemic to Hispaniola or the
Massif de la Hotte are indicated. All vascular plant species were identified by W.S.J.
and/or J.D.S. unless otherwise indicated; all mosses and liverworts were identified
by D.G.G. Richard Harris, of the New York Botanical Garden, kindly identified the
macrolichens.
Liverworts
Frullaniaceae
Frullania atrata (Sw.) Nees; cloud forest/moist pine forest; 1850-2150 m;
southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 6977.
Ptilidiaceae
Trichocolea elliottii Steph.; cloud forest/moist pine forest; 1850-2150 m;
southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 698 1a.
Mosses
Bryaceae
Brachymenium speciosum (Hook.f. & Wils.) Steere; cloud forest/moist pine
forest; 1850-2150 m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 6994.
Dicranaceae
Leucobryum polakowskyi (C.M.) Card.; disturbed rak bwa; 1150-1190 m; Bwa
Duran [Bois Durand], NW of Ville Formon. Judd 6915.
Pilopogon guadalupensis (Brid.) Frahm; cloud forest/ moist pine forest; 1850-
2150 m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 6985.
Hookeriaceae
Hookeriopsis falcata (Hook.) Jaeg.; cloud forest/moist pine forest; 1850-2150
m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 698 1b.
116 Moscosoa 10, 1998
Meteoriaceae
Papillaria deppei (Hornsch.) Jaeg.; cloud forest/moist pine forest; 1850-2150
m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 6880.
Pilotrichella cuspidans Ren. & Card.; cloud forest/ moist pine forest; 1850-2150
m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 6987a.
Sematophyllaceae
Aptychella proligera (Broth.) Herz.; cloud forest/ moist pine forest; 1850-2150
m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 7000.
Sematophyllum swartzii (Schwaegr.) Welch & Crum; cloud forest/ moist pine
forest; 1850-2150 m; southern slope and ridge of Morne Formon. Judd 7003,
7010.
Vascular Plants
Apocynaceae
Urechites lutea (L.) Britt.; liana; rak bwa (occasional), 1100-1200 m; ridge
directly N of (above) Ville Formon. Skean & McMullen 2514, 2547.
Aquifoliaceae
Ilex cf. fuertesiana (Loes.) Loes.; small tree; rak bwa (uncommon), 1130-1150
m; Bwa Formon—Bwa Duran, karstic hills S of Morne Formon. Judd 6932.
Arecaceae
Bactris plumeriana Mart.; moderate-sized, clump-forming palm (rare); dis-
turbed karstic hills, 2-3 km SW of Ville Formon. Judd & Skean 7009. Det. V.
Salzman (see also Salzman & Judd, 1995). Endemic to Hispaniola.
Calyptronoma plumeriana (Mart.) Lourteig; small palm; rak bwa (rare), ca.
1100 m; Bwa Duran, karstic hills S of Morne Formon. Photo [taken near
“Experiment Station House”]; also collected nearby, Judd & Skean 6869, but
outside park. Det. Scott Zona (see Zona, 1995).
Asteraceae
Leontodon taraxacoides ( Vill.) Merat; herb; moist pine forest/moist cloud forest
(locally common along trails), 2100-2170 m; Pic Le Ciel, Morne Formon. Skean
& McMullen 2568.
Moscosoa 10, 1998 FI7
Campanulaceae
Lobelia cliffortiana L.; herb; disturbed open area (rare), 1300-1400 m; S slope
of Morne Formon. Judd 6950.
Melastomataceae
Mecranium sp. nov.; shrub; transitional vegetation between rak bwa and moist
cloud forest/moist pine forest (uncommon), 1450-1700 m; N slope of Morne
Formon, along trail from ridge down into Ravine du Sud. Judd 6962. Species
listed as Miconia sp. nov. in Judd (1987) on the basis of a single sterile specimen,
1.e., Skean 1347. Endemic to Massif de la Hotte.
Miconia pyramidalis (Desr.) DC.; shrub; rak bwa (occasional), ca. 1100 m, near
Nan Selle at edge of Ravine Casco. Skean & McMullen 2561.
Menispermaceae
Hyperbaena laurifolia (Poir.) Urb.; shrub; rak bwa (occasional), 950-1200 m;
Bwa Formon, directly N of (above) Ville Formon. Judd 3465b; Skean &
McMullen 2549.
Piperaceae
Piper sp.; shrub; rak bwa (occasional), ca. 1100 m, near Nan Selle at edge of
Ravine Casco. Skean & McMullen 2558.
Rhamnaceae
Colubrina verrucosa (Urb.) M.C. Johnst.; scandent shrub; rak bwa (occasional),
950-1040 m; Bwa Formon, karstic hills to the S of Morne Formon. Judd 3515.
Rubiaceae
Chiococcaalba (L.) Hitch.; liana; rak bwa (occasional), ca. 1000 m; Bwa Formon—
Bwa Duran, karstic hills S of Morne Formon. Skean & McMullen 2474.
Psychotria cf. coelocalyx Urb.; shrub; rak bwa (uncommon), 1100-1150 m;
Bwa Formon—Bwa Duran, karstic hills to the S of Morne Formon. Judd 6922;
Skean & McMullen 2473.
Sapindaceae
Allophylus haitiensis Radlk. & Ekman; shrub; rak bwa (common), 1130-1150
m; Bwa Formon—Bwa Duran, karstic hills to the S of Morne Formon. Judd
6928. Endemic to Massif de la Hotte and Massif de la Selle.
118 Moscosoa 10, 1998
Simaroubaceae
Picramnia dictyoneura (Urb.) Urb. & Ekman; shrub to small tree; rak bwa
(uncommon), 1130-1150 m; Bwa Formon—Bwa Duran, karstic hills to the S of
Morne Formon. Judd 6920. Endemic to Hispaniola.
Solanaceae
Solanum virgatum Lam.; shrub; rak bwa (occasional), ca. 1000 m; Bwa Formon.
Skean & McMullen 2480.
In addition, specimens were prepared of the following weedy taxa that were
listed but not vouchered in Judd (1987): Centella asiatica (L.) Urb. (Judd 6925a,
6952), Plantago major L. (Judd 6949).
Other vascular plant species of the Macaya Biosphere reserve listed
by Judd (1987) or Judd et al. (1990) and requiring taxonomic or
nomenclatural comment are presented below.
Allophylus erassinervis Radlk.; this species was listed as A. rigidus Sw. in Judd
(1987); species limits in this group are quite problematic and the two are
probably conspecific.
Calycogonium hispidum Cogn.; species mistakenly listed as C. cf. calycopteris
(L. C. Rich.) Urb. in Judd (1987).
Haenianthus salicifolius Griseb. var. obovatus (Krug & Urb.) Knobl.; this
species was listed as H. oblongatus Urb. in Judd (1987), a species which was
considered to be synonymous with A. salicifolius var. obovatus by Zona (1991).
Ocotea foeniculacea Mez; populations of this species at low elevations near
Ville Formon, i.e., 900-1200 m in the karstic hills S of Morne Formon are
distinctive in that their leaves lack (or have only a few slightly) impressed
secondary veins (see Judd 6900; Skean & McMullen 2528, whereas individuals
collected at 1800-2100 m along the ridge of Morne Formon have conspicuously
impressed secondary veins, as is characteristic of this species (see Judd 3891,
3896). These plants were initially considered to be a possibly undescribed taxon,
and were listed as Ocotea sp. 2 in Judd et al. (1990); we now consider these lower
elevation populations within the circumscription of O. foeniculacea.
Peperomia reflexa (L.f.) A. Dietr.; species listed as P. tetraphylla (S. Forst.)
Hooker & Arnott. in Judd (1987).
Moscosoa 10, 1998 119
Salvia paryskii Skean & Judd; see Skean & Judd (1988); this species was listed
as Salvia sp. nov. and Salvia sp. 2, aff. S. tuerckheimii Urb. in Judd (1987). This
species is quite variable, with corollas ranging from reddish-orange to yellow,
and occurs from ca. 1000-1900 m in the Morne Formon region; see discussion
in Skean & Judd (1988, 1993).
Sideroxylon cubense (Griseb.) Pennington; species listed as Dipholis cubensis
(Griseb.) Pierre in Judd (1987), but as outlined by Pennington (1991) the
traditional distinctions between Sideroxylon, Dipholis, and Bumelia are incon-
sistent when the variation pattern is considered on a world-wide basis.
Tetrapterys haitiensis Urb. & Ndz.; species listed as T. citrifolia (Sw.) Pers. in
Judd (1987); the species is now known from both flowering and fruiting
specimens (Skean 1555, Skean & McMullen 2530) and is endemic to the Massif
de la Hotte.
Macrolichens [Additions to list given in appendix of Judd, 1987.]
Cladonia subradiata (Vainio) Sandst.; Judd 6936.
Everniastrum vexans (Zahlbr.) Sipman; Judd 6976.
Parmotrema mellissii (Dodge) Hale; Judd 6933.
The species reported herein raise the total of vascular plants reported in the Parc
National Pic Macaya and closely adjacent portions of the Macaya Biosphere Reserve
(see figure 1, Judd, 1987) to 678 and the bryophyte total to 173, and strengthen the
conclusion (Judd, 1987; Juddetal., 1990; Woodsetal., 1992; Woods & Ottenwalder,
1992) that Parc National Pic Macaya supports an extremely diverse and highly
endemic flora.
Acknowledgements
We thank Florence E. Sergile for her invaluable assistance to the authors during
their field work in the Formon region, especially in making available the “Experi-
ment Station House” at Parc National Pic Macaya. We also thank Scott Zona and
Virginia Salzman for their identifications of certain taxa (see above).
Finally, Conley K. McMullen contributed greatly to the field work in 1989.
120 Moscosoa 10, 1998
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y oo”
Moscosoa 10, 1998, p.p. 121-135
NOTAS SOBRE LA FLORA DE LA ISLA ESPANOLA VI
Brigido Peguero
Peguero, Brigido (Jardin Botanico Nacional, apartado 21 -9, Santo Domingo,
República Dominicana). Notas sobre la Flora de la Isla Española VI, Moscosoa 10:
121-133. 1998. En estas notas se presentan 13 plantas redescubiertas en la
Peninsula de Samaná: Annona haitiensis subsp. appendiculata (Annonaceae),
Rajania marginata (Dioscoreaceae), Phyllanthus berteroanus (Euphorbiaceae),
Cubanthus umbelliformis (Euphorbiaceae), Enicostema verticillatum
(Gentianaceae), Eugenia samanensis (Myrtaceae), Schoepfia schreberi (Olacaceae),
Coccoloba samanensis (Polygonaceae), Stevensia samanensis (Rubiaceae), Pilo-
carpus racemosus (Rutaceae), Solanum dendroicum (Solanaceae), Pilea samanensis
(Urticaceae) y Cassipourea obtusa (Rhizophoraceae); también se dan a conocer 7
nuevos reportes para esta peninsula: Forchhammeria brevipes (Capparaceae),
Casearia decandra (Flacourtiaceae), Xilosma coriaceum (Flacourtiaceae),
Pristimera caribaea (Hippocrateaceae), Byrsonima yaroana var. yaroana
(Malpighiaceae), Byrsonima yaroana var. acutibracteata (Malpighiaceae) y
Colubrina verrucosa (Rhamnaceae). Se hace una breve descripción de la Península
de Samaná y se mencionan los principales botánicos que han herborizado en ella.
Palabras clave: Nuevos hallazgos, flora, Península de Samaná.
Information is given of the rediscovery of 13 plant species not collected since
them first publication in the Península of Samaná. Also 7 new species are reported
for the area. In addition, a short description of the Península of Samaná and a list
of the principal plant collectors that have visited Samaná is presented.
Key words: New reports, flora, Península de Samaná.
La Península de Samaná es la más grande e importante de la República
Dominicana, con una extensión de 768 km? y 64 km de longitud (Este-Oeste) y un
ancho que varía de 8-18 km (Peguero & Salazar, 1995); está ubicada en el extremo
Noreste del país. Todavía a principios del presente siglo conservaba gran parte de su
vegetación original, y botanicamente era casi inexplorada. En 1861, Golfi (citado
por Rodríguez, 1973) dice que allí existían las mejores caobas de la Isla de Santo
Domingo y una gran variedad de maderas preciosas de las mejores de América, y
añade que los norteamericanos acudían allí y se llevaban grandes cantidades de esa
madera.
Numerosos botánicos han herborizado en esta península. El Dr. José de Js.
Jiménez (citado por Salazar & Peguero, 1994) dice que probablemente el italiano
Carlos Bertero penetrara a esta zona entre los años 1819 y 1820. El estadounidense
Norman Taylor exploró algunos lugares en 1909; el también estadounidense
William L. Abbott herborizó en toda la península, de 1916 a 1923; en la década de
122 Moscosoa 10, 1998
1920 a 1930 el naturalista sueco Erik Leonard Ekman realizó grandes exploraciones
botánicas en toda la zona. Abbott y Ekman descubrieron numerosas plantas nuevas
para la ciencia, muchas de las cuales son exclusivas de la región de Samaná.
No se conoce de exploraciones botánicas realizadas en esta península de 1930
a 1970 (Salazar & Peguero, 1994). En 1971 el estadounidense Frank Victor Votaba
colectó en la zona; en 1977 el dominicano Erick Salvador Ortega colectó plantas del
género Eleocharis en la península; en 1980 el estadounidense Gary Smith realizó
colectas botánicas en la zona. De 1981-1991 los botánicos T. Zanoni, M. Mejía, J.
Pimentel y R. García colectaron en la península en varias ocasiones; también el
cubano A. Areces colectó cactáceas en Cabo Samaná; de 1985-1986, Zanoni, Mejía,
Pimentel & García realizaron exploraciones botánicas en Los Haitises, al Sur de la
Bahía de Samaná; de 1993 a 1994 J. Salazar, B. Peguero & A. Veloz realizaron un
estudio de Flora y Vegetación en la península; B. Peguero A. Veloz herborizaron
en diferentes lugares de la zona, en 1996; en 1997 B. Peguero realizó un estudio de
Flora y Vegetación en tres cayitos de la Bahía de Samaná; en ese mismo año B.
Peguero & J. Salazar estudiaron la Flora y la Vegetación de los cayos Farola y
Levantado, en la misma Bahía de Samaná; en 1998 R. García, A. Veloz, J. Salazar
y B. Peguero colectaron en la península.
Esta península ha sido considerada por T. Zanoni (1989) como uno de los tres
ecosistemas más amenazados del país por su fragilidad, su conformación geológica
y su condición de otrora isla. Estos factores han determinado que su flora sea muy
particular.
El corte de madera y la deforestación para actividades, como la agricultura y la
ganadería, desarrolladas en la península desde tiempos pasados, así como el
incremento de la minería y el turismo en los últimos años, han reducido la vegetación
natural de la península en más de un 90 por ciento. Este proceso ha alterado el
ambiente de numerosas plantas endémicas de la isla, muchas de las cuales son
exclusivas de Samaná, colocándolas bajo algún grado de amenaza (Peguero &
Veloz, 1997).
Los trabajos de Flora y Vegetación realizados porel Centro para la Conservación
y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE) y el Jardín Botánico
Nacional Dr. Rafael Ma. Moscoso durante 1993-1994, así como posteriores
investigaciones sobre Etnobotánica y Botánica económica realizados por el CEBSE
(1995-1996) han permitido redescubrir plantas que habían sido reportadas en
décadas pasadas y que en los últimos 70 años no se habían vuelto a colectar. También
se han hecho nuevos reportes para la península y se ha determinado el estado de
conservación de muchas de ellas.
Moscosoa 10, 1998 123
AARLUN BOTANTCO NACIONAL
3 ¡de
JARGO BOTANICO NACIONAL “UR, RAFAEL M, NOSCOSO”
AT DOC. AI PACA
¿ne
557
- Annona haitiensis.
Annona haitiensis subsp. appendiculata R. E. Fries. Annonaceae
Arbusto de 1.5-2 m de alto, fue descrito en 1931. Ekman (15260, tipo) descubrió
esta planta el 9 de junio de 1930, en La Laguna, Peninsula de Samana. De A.
haitiensis se ha descrito, además, A. haitiensis subsp. haitiensis. Esta última fue
colectada por Ekman (5064, 5510 y 5580) sólo en Haiti, de 1925-1926. Los
ejemplares originales de A. haitiensis subsp. appendiculata se encuentran en el
Museo Sueco, de Estocolmo. Enel Herbario del Jardin Botanico Nacional Dr. Rafael
Ma. Moscoso (JBSD) no habia ejemplares de esta planta; sdlo se tenian fotos de los
tipos. Según las revisiones hechas, esta planta no se había vuelto a colectar desde
aquella época; ahora se reporta nuevamente para la península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Las Galeras,
La Herradura, Punta Tibisí, elevación rocosa; bosques con remanentes primarios;
sustrato arcilloso rojizo. 19° 21.7 N”, 69° 14.7” Oeste, elev. aprox. 30-45 m; 19 de
julio de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 563 (JBSD). 19 de julio de 1996
(frutos). B. Peguero & A. Veloz 567 (JBSD).
124 Moscosoa 10, 1998
Rajania marginata R. Kunth Dioscoreaceae
Trepadora fina; descrita en 1935. Ekman (15251, tipo) la descubrió en la
península en 1930. Los ejemplares originales se encuentran en el Museo Sueco, de
Estocolmo. En el Herbario JBSD hay una foto del tipo. Esta planta fue encontrada
en Los Haitises, en la costa Sur de la Bahía de Samaná (Zanoni & Pimentel 21116,
JBSD) en 1982, y ahora fue redescubierta en la Península de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Las Galeras,
La Herradura, Puerto Bull o La Playita; aprox. 1 Km al NE de Puerto Escondido,
playa pequeña de arena gruesa y muchas piedras; arrecifes con grandes peñascos y
suelo arcilloso al S y al SE. 19° 20' N, 69 * 16,2’ Oeste; elev. 0-5 m; 2 de junio de
1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 424 (JBSD).
Phyllanthus berteroanus O. Ktze. Euphorbiaceae
Herbácea de tronco leñoso que puede alcanzar hasta 80 cm; fue descrita en 1863.
Según Liogier (1986), esta planta es endémica de los bosques calcáreos húmedos, en
la vertiente Norte de la Isla Española, de Monción a Samaná en la República
Dominicana, y enel N y NO de Haití. El Herbario JBSD no tenía ejemplares. Ahora
se redescubre en la península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, El Limón,
Agua Sabrosa, Punta de Berto; elevación rocosa al Este de la desembocadura del Río
Cantón (Las Canas). 19° 18.2' N, 69° 23.1” Oeste; elev. aprox. 20-30 m: 1 de abril
de 1996 (botones florales). B. Peguero & A. Veloz 161 (JBSD); Las Galeras, La
Herradura, Punta Cabrón; vegetación secundaria, sustrato arcilloso, cerca de los
arrecifes; 19° 21.6’ N, 69° 13.7' Oeste; elev. aprox. 85-90 m. 19 de julio de 1996
(estéril). B. Peguero & A. Veloz 596 (JBSD).
Cubanthus umbelliformis Urb. & Ekm Euphorbiaceae
Arbusto o arbolito que puede alcanzar hasta 5 m de alto. Fue descrito en 1926.
León & Alain (1974) establecen que esta planta crece en el Oriente de Cuba y en La
Española; pero Liogier (1986) establece que es endémica de La Española. Ekman
(4089, tipo) lo descubrió en la Isla Tortuga de Haiti en 1926. En 1930 fue colectado
por el mismo botánico en La Laguna, Samaná (Ekman 14976). Es una planta muy
rara; en el Herbario JBSD no había ejemplares ni de esta especie ni de ninguna del
género. Ahora se reporta nuevamente para la península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Las Galeras,
Paraje La Herradura, Loma Cantón, en la división de Loma Atravesada y La
Herradura, en el camino de Caño Frío hacia un caserío, entrando a la izquierda al
llegar a la primera casa; elevación de rocas calizas con grandes peñascos sueltos;
vegetación con aspecto xerofítico, debido a la influencia de los vientos marinos y la
Moscosoa 10, 1998 125
-Cubanthus unbelliformis.
alta escorrentía. 19° 19.5' N, 69° 15' Oeste; elev. 300-340 m; 23 de junio de 1996
(estéril). B. Peguero & A. Veloz 480 (JBSD).
Otro ejemplar:
Las Galeras, La Herradura, Punta Tibisí, elevación rocosa; bosque conremanente
primario, sustrato arcilloso rojizo; 19% 21' N, 69° 14.7' Oeste elev. aprox. 30-45 m;
19 de julio de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 557 (JBSD).
Enicostema verticillatum (L.) Engl. & Gilg. Gentianaceae
Herbácea ramosa de hasta 1 m de alto; fue descrita en 1895. Liogier (1989) dice
que es rara en bosques húmedos a baja elevación, y apunta que en la República
Dominicana fue colectada por Hamilton (sin número y sin fecha) y por Descourtilz
en Haití. En el Herbario JBSD no había ejemplares de La Española, aunque sí hay
de San Vicente (Morton 4693) y de Dominica (Whitefoord 3727). Ahora se reporta
nuevamente en un cayito próximo a la costa de la Península de Samaná.
126 Moscosoa 10, 1998
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Bahía de
Samaná, frente al pueblo de Santa Bárbara; bosquecito alterado por corte y por
construcción de áreas de recreación; suelo arcilloso. 19° 11.5‘ N, 69° 8’ Oeste; elev.
aprox. 20 m; 23 de junio de 1996 (flores). B. Peguero & A. Veloz 512 (JBSD).
Eugenia samanensis Alain Myrtaceae
Arbol pequeño, de 8-9 m; esta especie fue descrita en 1986. Se conoce con los
nombres locales de “Canelilla” y “Canelilla del Cabo”. Ekman (15178, tipo)
descubrió esta planta en las laderas de la loma Pan (Pilón) de Azúcar y La Laguna,
Samaná. Los ejemplares tenían frutos jóvenes y no fue publicada como especie
nueva para la ciencia. La descripción que hizo Alain se basó en los ejemplares
colectados por Ekman, depositados en los herbarios del Smithsonian Institution (US)
y el Swedish Museum of Natural History (S). La descripción de los frutos fue hecha
por Mejía, García & Jiménez (1997).
Esta planta no se había vuelto a colectar desde su descubrimiento. Se ha buscado
en toda la zona. donde según Ekman fue colectada por primera vez; se ha indagado
con personas de avanzada edad, incluidos dos señores que conocieron a Ekman; pero
no conocen esta planta, y por el nombre vernáculo de “Canelilla” sólo conocen otras
especies de Myrtaceas. Este lugar está bastante alejado de Cabo Samaná, donde se
han encontrado las únicas poblaciones de esta especie. Probablemente se trata de un
error en la etiqueta de Ekman, sobre todo si se toma en cuenta que, según Liogier
(1989), Ekman tiene dos números 15178, y precisamente la otra colecta que lleva ese
número corresponde también a una Myrtacea que fue descrita como Mozartia
abbottiana Urban (Myrcia abbottiana Alain). Ahora se presenta su redescubrimiento.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia de Samaná, El Frontón; elev. 30 m;
26 de mayo de 1993 (fruto). J. Salazar, B. Peguero & A. Veloz 409 (JBSD). Aquí
se encontró un individuo adulto, aislado sobre un gran bloque desprendido de un
farallón.
Cabo Samaná, El Faro; elev. 80 m; 21 de julio de 1993 (frutos). J. Salazar, B.
Peguero & A. Veloz 566 (JBSD). Según el libro de herbario de J. Salazar, estos
ejemplares tenían frutos, pero parece que se dañaron o se perdieron, ya que no están
en los especímenes.
Cabo Samaná, al N del faro, en El Hoyo de María; 19° 18' N, 69° 9.5' Oeste; elev.
90 m; 27 de febrero de 1996 (frutos). B. Peguero & A. Veloz 63 (JBSD). De estos
ejemplares se hizo la descripción de los frutos. Las Galeras, Punta Madama; franja
costera de roca caliza y arrecifes casi desnudos. 19° 18' N, 69° 10' Oeste; elev. 5-25
m; 22 de julio de 1996 (frutos), B. Peguero & A. Veloz 603 (JBSD).
Cabo Samaná, El Faro; sustrato de roca caliza y marmórea. 19 ° 18' N, 69° 10'
Oeste; elev. 90 m; 22 de julio de 1996 (frutos). B. Peguero & A. Veloz 605 (JBSD).
Moscosoa 10, 1998 127
Schoepfia schreberi Gmel. Olacaceae
Arbusto o arbolito de hasta 8 m de alto. Esta especie fue descrita en 1791.
Además de La Española, crece de México a Venezuela y en las Antillas Menores
(Liogier, 1986). Es poco común en bosques costeros del Este y de Samaná. Ekman
(12252) la colectó en Higiiey y en la Península de Samaná (14940), en 1930. M.
Mejía & T. Zanoni 6282, (JBSD) la colectaron en El Macao, Higiiey, en 1980; J.
Salazar, B. Peguero & R. García 281, (JBSD) la colectaron en el Parque Nacional
del Este, en el procurrente de Higiey, en 1986. Ahora se da a conocer su
redescubrimiento en la Península de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Cayo Linares,
frente a la ciudad de Santa Bárbara; bosquecito alterado por corte y construcción de
áreas de recreación; suelo arcilloso; elev. aprox. 20 m; 23 de julio de 1997 (frutos).
B. Peguero 611 (JBSD).
Coccoloba samanensis Schmidt Polygonaceae
Arbol mediano, endémico de la Península de Samaná y Los Haitises. Fue
descrito en 1933. Ekman (15095) lo descubrió en Pilón de Azúcar, Samaná, en 1930;
en ese año lo colectó en varios lugares; en la misma zona lo colectó estéril
nuevamente (15125); el 31 de mayo lo colectó fértil (15175) en Los Bañaderos
Prietos; el 23 de julio colectó ejemplares en Boca del Infierno, Los Haitises (15392).
En el Herbario JBSD no habían ejemplares de la península. Hay dos ejemplares de
Los Haitises (Zanoni, Mejía & Pimentel 36226 y Zanoni et al. 40725). Ahora ha sido
redescubierta en varias localidades de la península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Loma
Atravesada; hondonada entre elevaciones, suelo arcilloso, aprox. 2 Km al S de
Puerto Escondido; lugar denominado “Loma de Pablo Arias”. 19° 15.5' N, 69° 16.5'
Oeste; elev. 225-275 m; 2 de junio de 1996 (estéril). B. Peguero A. Veloz 439
(JBSD). La Herradura, Cabo Cabrón, Las Pozas; bosque costero sobre roca caliza;
19° 21.5' N, 69° 13.7' Oeste; elev. aprox. 0-5m; 29 de abril de 1996 (estéril). B.
Peguero & A. Veloz 252 (JBSD). Pilón de Azúcar; 19° 15' N, 69° 17.7' Oeste; elev.
aprox. 425-454 m; 18 de junio de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 451 (JBSD).
Municipio de Sánchez, en la carretera que conduce a Batey Hormigas; bosque
secundario, suelo arcilloso; 19° 18' N, 69° 18' Oeste; elev. prox.330-365 m; 18 de
julio de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 540 (JBSD).
Stevensia samanensis Urb. Rubiaceae
Arbusto endémico de la región de Samaná. Esta especie fue descrita en 1924;
los ejemplares originales se hallan depositados en el United States National Museum
(US); una foto del isotipo se encuentra en el Herbario JBSD, donde sólo habían dos
128 Moscosoa 10, 1998
ejemplares procedentes de Los Haitises (Mejía & Pimentel 23953 y Zanoni, Mejía
& Pimentel 35958). Ahora se da a conocer nuevamente para la península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Loma
Atravesada, camino a Puerto Malo por La Cañada del Torito; potreros y matorrales
con algunos manchones de vegetación original. 19° 18.5' N, 69° 17.5' Oeste; elev.
225-300 m; 22 de junio de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 471 (JBSD).
Pilocarpus racemosus Vahl Rutaceae
Arbusto o arbolito que no sobrepasa 5m de alto. Esta especie fue descrita en
1976. Liogier (1985) dice que es rara en la República Dominicana (Cabo Cabrón) y
algo frecuente en Haití; también se encuentra en Puerto Rico, Cuba y las Antillas
Menores. Ekman (15062) lo colectó en Cabo Cabrón, Samaná, en 1930. En el
herbario JBSD sólo había ejemplares que proceden de Puerto Rico (R. García 2953
y 3528; R. García & G. Caminero 3223) y de Cuba (J. A. Shafer 8336; Acuña 3434).
Ahora se reporta nuevamente para Cabo Cabrón, Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, La Herradura,
Punta Tibisí; área compuesta por un vallecito de suelo arcilloso, elevaciones rocosas
y arrecifes; 19° 21.8' N, 69° 14.5' Oeste; elev. 20-30 m; 28 de abril de 1996 (botones
florales). B. Peguero & A. Veloz 245 (JBSD).
Otros ejemplares:
Cabo Cabrón, Punta Tibisí; Vallecito de suelo arcilloso, elevaciones rocosas;
19° 21.8' N, 69° 14.5' Oeste; elev. 20-30 m; 28 de abril de 1996 (flores). B. Peguero
& A. Veloz 247 (JBSD).
Cabo Cabrón, Puerto Escondido; 19° 20' N, 69° 16.3' Oeste; elev. 80 m; 2 de
julio de 1996 (frutos). B. Peguero & A. Veloz 571 (JBSD).
Cabo Cabrón, Punta Tibisí; 19° 21.7' N, 69° 14.7' Oeste; elev. 30.45 m; 19 de
julio de 1996 (botones florales). B. Peguero & A. Veloz 576 (JBSD).
Solanum dendroicum O: E: Schulz & Ekman Solanaceae
Arbusto o arbolito endémico de la Península de Samaná. Esta especie fue
descrita y publicada en 1933, los ejemplares tipo fueron depositados fuera de la
República Dominicana; en el herbario JBSD hay fotos de los mismos. Esta planta
fue descubierta por Abbott (1922) en el año 1923; inicialmente fue confundido con
Croton discolor Willd y con Solanum crotonoides Lam. Ekman (14847) lo colectó
estéril en Pan (Pilón) de Azúcar y luego en La Laguna (15102, tipo) y en Cabo Cabrón
(15402), en 1930. Ahora se reporta nuevamente para varios lugares de la península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia de Samaná, Cabo Cabrón, Las Pozas;
formación de rocas coralinas; elev. 3-5 m; 13 de noviembre de 1993. J. Salazar, B.
Peguero & A. Veloz 1280 (JBSD).
— we Se.
Moscosoa 10, 1998 129
Otros ejemplares
La Laguna, El Victorino; bosque secundario; alt. 800 pies; 9 de octubre de 1993
(flores). J. Salazar, B. Peguero & A. Veloz 1433 (JBSD); La Laguna, Bañadero
Prieto: 19° 16'N, 69° 18' Oeste, elev. 280-310 m; 30 de mayo de 1996 (estéril). B.
Peguero & A. Veloz 311 (JBSD).
Las Galeras, Loma Atravesada; 19° 18' N, 69° 17.7' Oeste; elev. aprox.290-330
m; 18 de julio de 1996 (fruto). B. Peguero & A. Veloz 549 (JBSD); Las Galeras, en
los alrededores del caserio; 19° 17.5' N, 69° 17.5' Oeste; elev. aprox. 290-305 m;
30 de mayo de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz 354 (JBSD). Loma El Espejo;
bosque original alterado por corte, suelo arcilloso con mucha materia orgánica; 19°
18’ N, 69° 17.5' Oeste; elev. aprox. 595 m; 31 de mayo de 1995 (estéril). B. Peguero
& A. Veloz 394 (JBSD). Loma Eloisa; matorrales, sustrato arcilloso; 19° 19.3'N, 69°
16.5' Oeste, elev. aprox .422-454 m; 2 de junio de 1996 (flores). B. Peguero & A.
- Veloz 343 (JBSD).
JAREN BOTANICO NACIONAL “OR. RAFAEL MONCOSOS
ARS A EA O RRR,
Pilea samanensis.
130 Moscosoa 10, 1998
Pilea samanensis Urban Urticaceae
Herbácea endémica de la Península de Samaná.; fue descrita y publicada en
1928. Abbott (2338, tipo) la descubrió en Pilón de Azúcar, La Laguna, Samaná;
Ekman (14999) la colectó en Boca de (Río) San Juan. Jiménez (5084) la colectó
nuevamente en Pilón de Azúcar. En el Herbario JBSD no había ejemplares; sólo una
foto del tipo. Ahora se redescubre.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Las Galeras,
Rincón, Laguna Salada; sustrato arcilloso sobre roca caliza. 19 15' N, 69( 14.9'
Oeste; elev. 30-45 m; 27 de abril de 1996 (flores). B. Peguero & A. Veloz 224
(JBSD).
Cassipourea obtusa Urb. Rhizophoraceae
Arbol de bajo porte, a veces arbusto. Fue descrita en 1912. Es endémica y poco
frecuente en la isla Española. El Padre Fuertes (839, tipo) la descubrió en Barahona,
en el SO de la República Dominicana; un ejemplar del isotipo (839) se halla en el
herbario USD de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ekman (14482) lo
colectó en Sosúa, Puerto Plata, en cabo Samaná (14897) y en varios lugares de Haití.
En el Herbario JBSD sólo había un ejemplar de la Sierra de Baoruco, Barahona
(R. García, F. Jiménez y G. Caminero 4907), del 9 de junio de 1993. Ahora se da a
conocer nuevamente su hallazgo en la Península de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Los Cacaos,
Valle Lágrimas; en el firme de una loma que divide este paraje con el de Manuel
Chiquito, Rincón; sustrato arcilloso sobre roca caliza; matorrales. 19° 13’N, 69° 14”
Oeste; elev. aprox. 120m; 2 de mayo de 1996 (flores). B. Peguero & A. Veloz 316
(JBSD).
Forchhammeria brevipes Urb. Capparaceae
Arbusto nativo de la Española y Puerto Rico. Esta especie fue descrita y
publicada en 1912. Liogier (1983) trata tres especies de este género, dos de las cuáles
son endémicas de Haití. En el Herbario JBSD no había ejemplares de ninguna de las
especies de este género. Se reporta por primera vez para la Península de Samaná,
donde apareció un solo individuo.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Loma
Atravesada, alrededor del caserío; colinas y pequeñas mesetas; sustrato arcilloso;
19° 17.5' N, 69° 17.5' Oeste; elev. aprox. 290-310m; 30 de mayo de 1996 (frutos). B.
Peguero & A. Veloz 343 (JBSD).
Moscosoa 10, 1998 13]
JARDIN BOTANICO NACIONAL
2
JARDIN BOTANICO MACIONAL “DR. RAFAEL M.MOSCOSO”
IATA OWLS NEIRA LIED ID,
Capperaceae
Forckhaameria beevipex Urb,
SEXUs. | S, DOJAR Dpuestas & LES
verticiladas, elíticas, sovadas en ;
wo soliteriss tensinales, globo-
inmaduro.
See, verte & ~ as ore oh
oo cuando peduro; creciendo en! ra t E
secundario con remanentes de vegeter “origi+ :
nal eat Stel oaerio. opina 3 “oss Pics"; :
Forchhammeria brevipes.
Casearia decandra Jacq. Flacourtiaceae
Arbusto o arbolito descrito en 1760. Es poco frecuente en la isla Española, y
además crece en Puerto Rico, Antillas Menores y Norte de Sur-América. El Dr.
Jiménez (3933) lo colectó en Guazumal, Santiago, el 12 de Abril de 1959. En el
Herbario JBSD hay varios ejemplares de Puerto Rico (R. García 3447; R. García &
G. Caminero 3009, y F. Axelrod & M. Luckaw 3926). Se reporta por primera vez para
la Península de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, La Laguna,
zona alterada con áreas pantanosas, arcillosas y farallones; 26 de octubre de 1993
(estéril) J. Salazar, B. Peguero & A. Veloz 1171 (JBSD). Cabo Cabrón, Punta Tibisí;
elevación rocosa; bosque con remanente primario; sustrato arcilloso; 19°21.7’N, 69°
14.7” Oeste; elev. aprox. 30-45m; 19 de julio de 1996 (estéril). B. Peguero & A.
Veloz (JBSD). En este lugar se observaron de 15-20 individuos.
|
132 Moscosoa 10, 1998
Xilosma coriaceum (Poit) Eichl. Flacourtiaceae
Arbolito que alcanza de 6-7 m de alto, con fascículos de espinas en el tronco y
en el tallo, algo característico de este género. Esta especie es endémica de la
Española, y fue descrita en 1871. Según Liogier (1982), se halla en Puerto Plata y en
Samaná en la República Dominicana, y Port de Paix y La Tortuga, Haití. En el
Herbario JBSD sólo existía un ejemplar procedente de Puerto Plata (Liogier 18691),
colectado el 18 de julio de 1972. Ahora se reporta por primera vez para la Península
de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Loma
Atravesada, vegetación secundaria con predominio de Zamia; zona afectada por un
fuego en 1975; suelo de roca caliza con arcilla rojiza; elevación 100m; 12 de
noviembre de 1993 (estéril) J. Salazar, B. Peguero & A. Veloz 1210 (JBSD).
Otros Ejemplares:
Puerto Escondido, al SO del pueblo de Santa Bárbara, cerca del Hotel Cayacoa;
19° 12' N, 69° 20.1' Oeste; elev. 30-70m; 29 de enero de 1996 (flores). B. Peguero
& A. Veloz 01 (JBSD). Area verde del Hotel Cayacoa, costa rocosa; 19° 12' N, 69°
20.1” Oeste; elev. de. 20-30m; 27 de febrero de 1996 (flores). B. Peguero & A. Veloz
02 (JBSD).
Pristimera caribaea (Urban) A.C.Sm. Hippocrateaceae
Planta trepadora leñosa; descrita en 1940. Es rara en la Isla La Española, en
bosques semisecos a poca elevación; también crece en Puerto Rico, Antigua,
Guadalupe y Guayana Inglesa (Liogier, 1982). Comúnmente se le confunde con
Hippocratea volubilis. B. Augusto (1613) la colectó en Guayacanes, el 4 de julio de
1964; Liogier (12278) la colectó en Boca del Yuma, el 22 de agosto de 1968; el Dr.
Jiménez (25433) colectó ejemplares en Bayahibe, en octubre de 1976; T. Zanoni, M.
Mejía y J. Pimentel (24077) la colectaron en Haití, el 13 de noviembre de 1981. Se
reporta por primera vez para la Península de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samanea, El Limón,
paraje El Morón; elevación rocosa, grandes peñascos, aprox. a S00m del mar, en la
propiedad del Sr. R. Vila Piola, lugar denominado “Reserva Ecológica” 19° 16.5 N,
69° 25' Oeste; elev. 85-90m, 31 de marzo de 1996 (estéril). B. Peguero & A. Veloz
150 (JBSD).
Otro ejemplar
Rincón, Laguna Salada; área de potreros, sustrato arcilloso; 19°15' N, 69°
14.9 Oeste; elev. 30-35m; 27 de abril de 1996 (frutos). B. Peguero & A. Veloz 225
(JBSD).
Moscosoa 10, 1998 [33
Byrsonima yaroana var. yaroana Alain Malpighiaceae
Especie endémica de La Española descrita y publicada en 1971; fue descubierta
por Liogier (12837, tipo) en Sierra de Yaroa, Puerto Plata; el holotipo fue depositado
en el New York Botanical Garden y los isotipos en herbarios de otros países. En el
Herbario JBSD sólo había un ejemplar (Jiménez, García y Veloz 1607) colectado en
Maimón, el 26 de julio de 1994. Ahora se presenta un nuevo reporte para la Península
de Samaná.
REPUBLICA DOMINICANA: Península de Samaná, Las Galeras, Loma
Atravesada, El Hoyón, al SE de Laguna Salada del Valle; ladera S de una elevación
en la propiedad de Félix Prats; pequeño manchón de bosque original; 19°18.5' N, 69°
18’Oeste; elev. aprox. 300-365m; 18 de julio de 1996 (frutos). B. Peguero & A.
Veloz 544 (JBSD).
- Byrsonima yaroana var. acutibracteata Alain Malpighiaceae
Arbusto o arbolito endémico de La española, fue descrito en 1971. A. Lavastre
(1436, tipo) descubrió esta planta en Sierra Prieta, Villa Mella, Distrito Nacional; en
el Herbario JBSD había un ejemplar de R. García & C. Cabral (3047-a) colectado en
Río Piedras, Gaspar Hernández, el 14 de julio de 1990. Se presentan nuevos reportes
para la Península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Península de Samaná, Loma
Atravesada, La Meseta; potreros y conucos, sustrato de arcilla rojiza; elevación
325m; 15 de noviembre de 1993 (estéril). J. Salazar, B. Peguero & A. Veloz 1422
(JBSD).
Otro ejemplar
Loma Atravesada, Loma El Espejo; área de cultivos, sustrato arcilloso; 19°
17.5" N, 69° 17.5” Oeste; elev. 240-300 m; 31 de mayo de 1996 (botones florales). B.
Peguero & A. Veloz 372 (JBSD).
Colubrina verrucosa (Urban) M.C. Johnst Rhamnaceae
Arbusto ramoso con muchas espinas alcanza hasta 5 m de alto. Fue descrita en
1963; Liogier (1982) dice que es rara, en bosques sobre roca calcárea. Para la
República Dominicana sólo aparece citada para la Bahía de San Lorenzo, Los
Haitises; pero al parecer ningún botánico moderno la ha colectado allí; además, crece
en Puerto Rico, de donde proceden los únicos ejemplares que tenía el Herbario JBSD
(R. García 2892; R. García & G. Caminero 3284 y 3292). Se presenta ahora como
nuevo reporte para la Península.
REPUBLICA DOMINICANA: Provincia y Municipio de Samaná, Las Galeras,
La Herradura, Punta Tibisí; vallecito de suelo arcilloso y elevaciones rocosas; 19°
134 Moscosoa 10, 1998
21.8' N, 69° 14.5' Oeste; elev. 20-30m; 28 de abril de 1996 (estéril). B. Peguero &
A. Veloz 244 (JBSD).
Otros ejemplares:
Punta Tibisí; elevación rocosa; vegetación con remanente primario, sustrato
arcilloso rojizo; 19° 21.7" N, 69° 14.7' Oeste; elev. 30-45m; 19 de julio de 1996
(estéril). B. Peguero & A. Veloz 564 (JBSD). Cabo Cabrón; promontorio de roca
caliza y marmórea, al borde de un acantilado, grutas y hondonadas con peñascos; 19
21.6' N, 69° 13.7' Oeste; elev. 85-90m; 21 de julio de 1996 (frutos). B. Peguero & A.
Veloz 581 (JBSD). Aquí se observaron varios individuos.
Agradecimientos
A los licenciados Alberto Veloz y Milcíades Mejía, ambos del Jardín Botánico
Nacional; al primero por su participación en la colecta de los ejemplares, y al segundo
por sus sugerencias en la revisión del manuscrito.
Literatura Citada
León Hermano & Hermano Alain. 1974. Flora de Cuba. Vol. 2 (partes 3-4). Otto
Koeltz Publishers. Koenigstein. p128.
Liogier, A.H. 1982. La Flora de La Española I. Universidad Central del Este. San
Pedro de Macorís. República Dominicana. pp 54, 63, 232 y 246.
____ .1983, La Flora de La Española. II. Universidad Central del Este. San Pedro de
Macorís. República Dominicana. p133.
____ .1985. La Flora de La Española. III. Universidad Central del Este. San Pedro de
Macorís. República Dominicana. p 347.
____ .1986. La Flora de La Española. IV. Universidad Central del Este. San Pedro
de Macorís. República Dominicana. pp134 y 194.
___.1989. La Flora de La Española. V. Universidad Central del Este. San Pedro de
Macorís. República Dominicana. pp 68, 76, 117 y 312.
Mejía, M; R. García & F. Jiménez. 1997. Notas sobre la Flora de la Isla Española V.
Moscosoa 9. p 70.
Museo del Hombre Dominicano y Academia de Ciencias de la República Dominicana.
1978. Catálogo de plantas colectadas por el Padre Fuertes. Santo Domingo.
República Dominicana. pp 53, 62 y 69.
Peguero, B. y J. Salazar. 1994. Características naturales de la Península de Samaná.
Moscosoa 10, 1998 135
Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su
Entorno, CEBSE. Santo Domingo. República Dominicana. p 8.
Peguero, B. & A. Veloz. 1997. Algunas plantas amenazadas en la Península de
Samaná. ler. Simposio Internacional sobre Extinción. Santo Domingo. República
Dominicana. p 1.
Rodríguez D, E. 1973. Samaná, pasado y porvenir. 2da. Edición. Editora del Caribe,
C. por A. Santo Domingo. República Dominicana. pp 175-182.
Salazar, J. & B. Peguero. 1994. Estudio de Vegetación y Flora en la Peninsula de
Samaná. Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y
su Entorno, CEBSE. Santo Domingo. República Dominicana. p 76.
Zanoni, T. A. 1989. Hispaniola. In Floristic Inventory of Tropical Countries: The
status of plant, systematics, collections and vegetation, plus recomendation for
the future. The New Botanical Garden. pp 337-340.
Zanoni, T.; M. Mejía, J. Pimentel & R. García. 1990. Flora y Vegetación de Los
Haitises. Moscosoa 6, pp 46-98.
Moscosoa 10, 1998, p.p. 136-163
DIVERSIDAD DE LA FLORA ENDEMICA EN CUBA ORIENTAL:
FAMILIAS CON ENDEMISMOS DISTRITALES
Antonio López Almirall
Lopéz, Amirall Antonio, (Instituto de Ecología y Sistemática A.C.C. km 3.5,
Carretera de Varona, Cap. De Villa, Boyeros. Ap. Postal 8029, C.P. 10800, Cd.
Habana 8, Cuba). Diversidad de la flora endémica en Cuba Oriental: Familias con
endemismos distritales. Moscosoa 10: 136-163. 1998. La flora cubana se caracteriza
por su alto endemismo; el sector Cuba Oriental es el principal centro de acumulación
de tales plantas. En un análisis de la diversidad alfa, para la que se usan las familias
como unidades taxonómicas de trabajo, se encontró una estrecha relación entre la
diversidad de los Moa-Toa-Baracoa con los demás distritos, por lo que este último
parece un centro de radicación adaptativa. También encontramos que los distritos
pueden separarse en dos grandes grupos: aquellos donde predominan los bosques
pluviales, y donde lo hacen los matorrales xeromorfos. Otro rasgo del sector es que
se le puede caracterizar con solo 20 familias (23%), que contienen más del 70% de
los taxones. En las familias presentes se pueden distinguir tres líneas evolutivas
que se manifiestan en las nueve más “abundantes”: 1) familias que han especiado
bien tanto en los distritos donde predominan los bosques siempreverdes como
donde lo hacen los matorrales (Rubiaceae, Asteraceae, Euphorbiaceae), 2) otro
que lo ha hecho mayormente donde predominan los matorrales (Myrtaceae,
Fabaceae, Bignoniaceae, Arecaceae), y 3) el tercero con mayor acumulación de
taxones está en regiones con predominancia de bosques siempreverdes (Orchidaceae
y Melastomataceae). A partir de los resultados obtenidos se definen las prioridades
de conservación en el sector, de las familias que deben ser estudiadas en el oriente
de Cuba.
The Cuban flora is characterized by a high degree of endemism. The
phytogeographic sector, Cuba Oriental (eastern), is a center of many endemic
plants. In the analysis of alfa diversity, using family as working a taxonomic unit,
it was found that Moa-Baracoa was related to all of the other districts. For this
reason, Moa-Baracoa could be considered as an adaptative radiaton center. In an
another analysis, it was found that the districts can be separated into two groups:
1) Those with a predominance of moist or wet forest, and 2) with a predominance
of shrublands or semideciduous forest. Another feature of Cuba Oriental is that it
may be studied using 20 families (23%), containing more than 70%. of infrageneric
taxa. In families found in the sector it is possible to see three evolutives lines,
evident in the nine most abundant ones: 1) families which evolved both in moist
or wet forest, and in shrublands and semideciduous forest: Rubiaceae, Asteraceae,
Euphorbiaceae; 2) families which evolved mainly in shrublands and semideciduous
forest: Myrtaceae, Fabaceae, Bignoniaceae, Arecaceae, and 3) families which
evolved mainly in moist or wet forest: Orchidaceae and Melastomataceae. From
the findings of this study recommendations are made as to the families which
should be studied for the conservation in Cuba Oriental.
Moscosoa 10, 1998 IST
Antecedentes
Los estudiosos de la flora cubana concuerdan que esta es muy ricaen endemismo,
especialmente en el oriente (Marie Victorin y León, 1942; Samek, 1973; López,
1989); y consideran este su rasgo más destacado (Borhidi, 1991). En la caracterización
fitogeográfica de Cuba, por el contrario, no hay coincidencia entre los especialistas
(Samek, 1973; Good, 1974; Borhidi y Muñiz, 1986; Borhidi, 1991); sin embargo,
hay criterios coincidentes entre autores, como es la unidad fitogeográfica del distrito
Moa-Toa-Baracoa y la segregación independiente del distrito Sierra de Imías
(Samek, 1973 y Bisse, 1979, 1980).
Puesto que Samek (1973) aborda el tema desde una perspectiva que abarca todo
el Archipiélago, se decidió usar su división fitogeográfica, con modificaciones (Fig.
1, Tabla 1), propuesta en López et al. (1993) basadas en la caracterización
geomorfológica de Acevedo (1989), para ajustarla a un patrón de geografía física.
Samek (1973) divide a Cuba en tres sectores: Cuba Occidental, Cuba Central y
Cuba Oriental, subdivididos en 39 distritos, 14 de los cuales (26-39) están en el
último sector (Fig. 1, Tabla 1). En ellos la distribución de los endemismos es
irregular, con patrones específicos, esto ha motivado análisis y especulaciones por
más de un autor.
Carabia (1945) afirma que esos taxones se acumulan fundamentalmente en las
montañas; López etal. (1994b) resaltan el papel de la complejidad del relieve, ya que
las montañas pudieron servir de refugio durante eventos que provocaron extinciones
masivas como las transgresiones marinas del Terciario y los cambios climáticos que
se prolongaron hasta el Cuaternario (Ortega y Arcia, 1982; Oro, 1989). Esto se debe
a que durante los primeros eventos muchas montañas permanecieron emergidas
(Oro, 1989), y en los segundos, la diversidad climática de esas formaciones
geomorfológicas, pudo facilitar el desplazamiento a lugares con condiciones más
ventajosas, como explica Major (1994).
En Cuba la diversidad climática de las montañas provoca variaciones en el suelo
(Davitaya y Trusov, 1965; Lapinel y Echevarría, 1987; Izquierdo, 1989; Lechea,
1989; Gagua et al., 1989 Instituto de Suelos, 1973) que se refleja en la distribución
de la flora (León, 1946) e influyen en la especiación.
Samek (1973) y Borhidi (1991) enfatizan la influencia de las rocas metamórficas
ultrabásicas y otros substratos, pero reconocen la acción del relieve. Estos autores
citan el clima, pero no lo sitúan en primer plano. Por la estrecha relación que se
atribuye a la geología, geomorfología y formaciones vegetales predominantes
(Samek, 1973; Borhidi, 1991). Hemos creído conveniente dividir los distritos
orientales en cinco tipos (Tabla 1), basados en los criterios de Formell (1989), Magaz
(1989) y Capote, et al. (1989). Cracraft (1985), Morrone y Crisi (1995), reconocen
138 Moscosoa 10, 1998
relación directa entre áreas de endemismo y diversidad, mientras Rzedowski (1992)
a partir de sus experiencias en México, no comparte esa opinión.
Las floras de las Antillas Mayores parecen cumplir la relación mencionada por
Cracraft (1984) como se infiere de la proporción de endemismos, con relación al total
de especies vegetales en esas islas (Howard, 1973; Samek, 1973). Por esto, aunque
la proporción no ha sido estudiada, es posible asumir que en Cuba las regiones con
más endemismos tienen más taxones.
Podemos considerar los endemismos como distritales, si viven en un solo
distrito, y multidistritales, sí en más de uno (López et al, 1994b). Los primeros
tipifican valores absolutos de diversidad y diversificación en esas unidades
fitogeográficas, por lo que son útiles en la elaboración de modelos que expliquen la
influencia de las condiciones ambientales sobre estos dos parámetros.
La distribución de endemismos distritales permiten definir prioridades en la
conservación in situ de especies, a partir del número de especies potencialmente
amenazadas. Para esto último, se parte del supuesto que, como regla estos taxones
se originaran en algún lugar de su área actual, y por tanto tienen un alto grado de
adaptación al ambiente, lo cual los hace vulnerables a cambios globales y locales. Esa
vulnerabilidad, en los endemismos cubanos, fue enunciada por Borhidi (1991).
En este trabajo proponemos un análisis de la diversidad vegetal alfa en Cuba
Oriental, a partir de los endemismos distritales en el sector. Con ese fin, a escala de
distritos fitogeográficos, se usan las familias con taxones infragenéricos distritales
en el sector. Como criterio de diversidad se sigue el aplicado por Niklas (1988), que
consiste en la caracterización sintética de riqueza y equitatividad.
Para usar las familias, se parte del principio establecido de definir la vegetación
en grandes superficies con ayuda de categorías supraespecíficas.
Raven et al. (1992) caracteriza la taiga como bosques dominados por coníferas.
Howard (1973) y Borhidi (1991) se valen de géneros endémicos para comparar las
floras antillanas y Gentry (1986 y 1988) se apoya en las familias más comunes para
caracterizar y comparar la diversidad en los bosques siempreverdes del mundo.
Gentry (1988) afirma que en los bosques tropicales las familias y el número de
especies que estas podrían tener es en gran medida predecible a partir de las
condiciones ambientales, mientras las especies y la forma en que se reúnen en las
diferentes comunidades podría ser al azar.
Materiales y Métodos
Para realizar este trabajo se revisó la base de datos de endemismos vegetales del
Instituto de Ecología y Sistemática del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio
Moscosoa 10, 1998 139
Ambiente 6412 registros de todos los taxones depositados en el Herbario de la
Academia de Ciencias de Cuba (HAC), que de acuerdo con León (1946) León y
Alain (1951, 1953, 1957), Alain (1964), y Liogier (1974) solo viven en un distrito
de Cuba Oriental. La información fue actualizada y completada con publicaciones
posteriores donde se describen nuevos taxones o:se modifica el estado de otros
(López et al, 1993, 1994a, 1994b).
Para aplicar los métodos usuales en estudios de índicesecológicos en comunidades
vegetales, fue necesario ampliar el significado de términos como, riqueza (S) y
abundancias (n y N),
S.-Riqueza, número de familias por distrito.
n.-Abundancia de las familias. Cantidad de taxones infragenéricos por familia.
N.-Abundancia distrital. Cantidad de taxones infragenéricos por distrito.
Los distritos que se usaron como unidades territoriales no tienen la misma
superficie, pero en cada uno de ellos viven todos los taxones correspondientes a las
condiciones ambientales que les son propias.
Esta información permitió confeccionar una matriz con columnas encabezadas
por los distritos, y filas por las familias. Los elementos son los valores de “n” para
cada familia por distrito. De esta forma se pudieron hallar los índices de diversidad
Shannon (H”) para cada distrito y compararlos con la dócima de “t” (Magurran,
1989). Para la equitatividad se determinaron los índices de Pielou (J) por distrito.
Se calcularon las correlaciones de “S” con “H””, “N” y los promedios distritales
de “n”; así como de “H”” con “J”. Esto permitió, en primer lugar, definir las
relaciones cuantitativas entre taxones infragenéricos y familias que los contienen, y
en segundo lugar conocer la influencia de “S” y “J” sobre “H””. Se calculó la
regresión sólo cuando la correlación fue significativa.
Se hizo un análisis de componentes principales (ACP) de familias, con los
distritos como variables, en el que además se determinó la correlación entre las
variables y los dos primeros vectores (V1 y V2), únicos tomados en cuenta. Para
estos cálculos se usó el paquete STATITCE, versión 4 de 1988.
Como complemento se determinaron las correlaciones entre los valores de los
distritos en V1 con “S”, “N” y de las familias en el mismo vector con “n”. Se hicieron,
el gráfico acumulativo de taxones por familia y los circulares de “n” por distrito de
las nueve familias más “abundantes”. Esto último, de acuerdo con la sugerencia de
Major (1994), relacionada con el grado de acumulación de la diversidad de los
endemismos en las diez mayores familias de un área dada, en los gráficos circulares
no se tuvieron en cuenta los distritos 27, 29, 30, 34, 35, 37 y 38, por los bajos valores
de “N”. Tampoco el distrito 33, porque allí se acumula la máxima abundancia
oriental de casi todas las familias involucradas, y su presencia enmascararía los
resultados, como se discutirá.
140 Moscosoa 10, 1998
Resultados
En Cuba Oriental fueron censados 916 taxones infragenéricos exclusivos de un
distrito, incluidos en 361 géneros y 86 familias (Tabla 2). Las diferencias de “H””
entre los distritos son altas (Tabla 3) y casi siempre significativas para una
probabilidad 0,05 en casi todos los casos; también son grandes las diferencias entre
los valores de “S” y “N” (Tabla 3).
Las variaciones de “S” y “N” no son independientes, están significativa y
positivamente correlacionadas de forma tal que los distritos con más familias (S)
tienen como regla más taxones infragenéricos (N) (Fig. 2a) y, como promedio, más
taxones por familia (“n”) (Fig. 2b). En el gráfico de regresión entre “S” y “N” se
identifican varios grupos que, de forma empírica, se pueden reunir en tres:
1. Moa-Baracoa, con 352 taxones en 58 familias (Figs. 1 y 2a, Anexo 1 y Tabla 3).
2. Cabo Cruz-Baconao, Cordillera del Turquino, Sierra de Nipe, Sierra de
Cristal, Maisí-Guantánamo, y Santa Catalina que tienen entre 53 y 140 taxones, y
entre 25 y 47 familias cada uno (Figs. 1 y 2a, Anexo 1 y Tabla 3).
3. Promontorios de Sierra Maestra, Gran Piedra, Valle Central, Bahía de Nipe,
Baracoa, Sierra de Imías y Colinas de Oriente, que juntos acumulan 25 taxones en
15 familias (Fig. 1 y 2a, Anexo 1 y Tabla 3).
En los grupos dos y tres aparecen mezclados distritos de los diferentes tipos
señalados en la Tabla 1, como la Cordillera del Turquino (tipo 5) y Maisí-
Guantánamo (tipo 4) reunidas en el segundo grupo o Gran Piedra (+ 1 500 ms.n.m.),
y la Bahía de Nipe (Figs. 1 y 2a, (Anexo 1 y 2a, Tablas 1 y 3) en el tercer grupo
también pertenecientes a los tipos 5 y 4 respectivamente.
La correlación de “S” y “H”” es altamente significativa y los distritos en la curva
de regresión se disponen en forma similar a la de “S” con “N” (Figs. 2a y c). La
correlación entre la equitatividad (J) y la diversidad (H”) no es significativa, por tal
razón no se hizo la curva de regresión.
En él la correlación de los distritos con V1 y V2 (Fig. 3) del ACP se distingue
una serie de características que pasamos a enumerar:
1. La ganancia de la varianza en el primer vector (V1) es superior a 90% (Fig.
3), por lo que podemos considerar confiables los resultados.
2. El distrito 33 tiene correlación cercana a la unidad con V1 y casi cero con V2,
por lo que aparece en el extremo derecho del gráfico de correlación, muy cerca del
eje horizontal (Figs. 1, 3 y Anexo 1).
3. En ese mismo gráfico, todos los distritos se ubican en el primero (26, 27, 30,
31,34 y 36) y cuarto (28, 32, 35 y 39) cuadrantes (Figs. 1, 3 y Anexo 1).Los distritos
29,37 y 38, todos con menos de diez endemismos, están muy cerca del eje horizontal
(Figs. 1, 3 y Anexo 1).
Moscosoa 10, 1998 14]
4. Laubicación de izquierda a derecha de los distritos en la figura 3 depende
de “S” y, en menor escala, de “N” (Figs. 4a y b).
5. Maisí-Guantánamo tiene la mayor correlación en valor absoluto y signo
positivo con V2 (Fig. 3). Le siguen en valores absolutos, pero con signo negativo,
los distritos 28 y 39 (Fig. 3).
La posición de las familias con relación a V1, de izquierda a derecha en el gráfico
de ACP (Fig. 5), es función del número de taxones que tengan (n) (Fig. 6a); esto significa
que, como regla, los valores sobre V1 aumentan proporcionalmente con los de *n”.
Hay 20 familias en el primero y cuarto cuadrante del gráfico con V1 y V2 del
ACP, los mismos que ocupan los distritos en el gráfico de correlaciones (Figs. 3, 5
y Tabla 2), estas familias acumulan 72% de los taxones, por lo que las llamamos
“abundantes”. A las 66 restantes, ubicadas en los cuadrantes 2 y 3 las llamamos raras
(Fig. 5 y Tabla 2).
Las 12 familias más “abundantes”, con más del 60% de los taxones infragenéricos,
ocupan la parte de mayor pendiente en la curva acumulativa (Fig. 6b y Tabla 2), hasta
la inflexión: Rubiaceae, Myrtaceae, Euphorbiaceae, Melastomataceae, Asteraceae,
Fabaceae, Orchidaceae, Bignoniaceae, Arecaceae, Buxaceae, Verbenaceae y
Gesneriaceae.
De esas doce, las nueve más “abundantes”, con 58% de los taxones, pueden ser
divididas en tres grupos, de acuerdo con su posición relativa a V1 y V2:
1. Rubiaceae, Asteraceae, Myrtaceae y Euphorbiaceae, con los valores más
altos, en V1 y ángulos pequeños respecto a ese vector (Fig. 5). Valores positivos en
V2. Las primeras dos son norandinas, la última amazónica, y Myrtaceae surandina
(Gentry, 1982).
2. Fabaceae, Bignoniaceae y Arecaceae, tienen en V1 valores más bajos que el
grupo anterior y ángulos más grandes (Fig. 5). Valores positivos en V2. Estas
familias son amazónicas.
3. Orchidaceae y Melastomataceae, norandinas, con valores altos en V1, y
ángulos grandes (Fig. 5). Valores negativos en V2.
De estas familias, sólo Arecaceae y Orchidaceae tienen menos del 30% de sus
taxones en el distrito 33. La primera con su mayor centro oriental de diversificación
en el distrito 36 y la segunda en el 28 (Fig. 1, Anexo 1).
Las familias mencionadas siguen tres patrones de distribución:
a) Rubiaceae, Asteraceae y Euphorbiaceae, bien representados en los distritos
28, 31 y 36, 39 (Figs. 1, 5, 7a-c; Anexo 1).
b) Myrtaceae, Arecaceae, Fabaceae y Bignoniaceae sobresalen en los distritos
26, 31, 36 y 39 (Figs. 1, 5, 7d-f; Anexo 1).
c) Melastomataceae y Orchidaceae se destacan en los distritos 28, 32 y 39 (Figs.
1, S, 7g-1; Anexo 1).
142 Moscosoa 10, 1998
Con excepción de Myrtaceae, que está en el primer grupo y sigue el patrón (b),
grupos y patrones se corresponden (Figs. 5 y 7).
Discusión
En Cuba Oriental no se puede relacionar la riqueza de endemismos distritales y
la complejidad del relieve, como señalan López et al. (1994a) para el Archipiélago
Cubano en su conjunto. Esto no significa que el relieve no influya sobre la
especiación, sino que su efecto podría estar enmascarado por otros factores.
Como “S” está significativamente correlacionada “N” y “H’” (Figs. 2a y c), y la
correlación entre “H”” “J” no es significativa, se puede afirmar que: 1) en Cuba
Oriental, el número de familias es un indicador aceptable de la riqueza ya que las
diferencias de “H”” en cuyos cálculos se usó son significativas (Tabla 4 y 2) “H””
depende fundamentalmente de “S” como demuestra la correlación tan alta (Fig. 2c),
que no hay entre “H”” y “J”, por tanto la riqueza sirve en este trabajo como índice
de diversidad.
Como el V1 acumula más de 90% de la varianza total en el ACP (Fig. 3),
podemos asumir que los resultados son confiables.
El rasgo que caracteriza el ACP es la correlación cercana a la unidad con V1 y
casi cero con V2 que tiene el distrito Moa-Baracoa (33) (Fig. 3), el más abundante
del sector, y de toda Cuba, en endemismos distritales (Tabla 3) (López et al, 1994a;
Samek, 1973; Bisse et al., 1981; Borhidi, 1985).
Moa-Baracoa constituye el tipo 3 de distritos orientales (Tabla 1, Fig. 1, Anexo
1) y parece que emergió definitivamente en el Eoceno (Iturralde Vinent, 1981; Oro,
1989). Allí hay varios tipos de bioclima (Vilamajó, 1989), con variaciones sensibles
de precipitaciones y evaporación (Gaguaetal., 1989; Crespo, 1989), por lo complejo
del relieve (Magaz, 1989), a las cuales casi siempre se asocian diferencias en la
vegetación (Panfet et al., 1986).
La velocidad y dirección de los vientos predominantes, y la disposición de las
montañas en Moa-Baracoa, determinan que en esta región estén muchas de las
localidades más lluviosas del país, con más de 2000 mm anuales (Núñez Jiménez,
1972; Rego, 1989a y b; Gagua et al., 1989).
El clima del distrito no parece haber sufrido las variaciones cuaternarias que
afectaron a los neotrópicos a consecuencia de las glaciaciones e interglaciares
(Haffer, 1987; Ortega y Arcia, 1982), al extremo de que López (1985) considera la
región, como refugio de Calophyllum en los períodos secos característicos de las
glaciaciones. Por tanto el distrito 33 no parece muy afectado por los procesos que
provocaron extinciones masivas, y pudo ser centro de especiación, y refugio durante
las transgresiones marinas y cambios climáticos.
Moscosoa 10, 1998 143
La gran correlación del distrito 33 con V1 y la varianza tan alta que acumula ese
vector (Fig. 3), permiten asumir que las correlaciones de los otros distritos con V1
y por tanto la posición que ocupan en el gráfico, se asocian con la relación que tienen
con Moa-Baracoa. Como las correlaciones con V1 son positivas, las relaciones con
Moa-Baracoa también lo serán (Fig. 3).
La posición de los distritos respecto a V1 es función, de “S” y “N” (Figs. 4a y
b), por eso su relación con el 33 probablemente lo sea. Como los endemismos
distritales, al menos teóricamente, se originaron en el distrito que viven, los valores
de “N” indican los taxones originados en cada distrito, y por ello Moa-Baracoa
podría ser un centro de radiación adaptativa.
Este proceso es común en las islas oceánicas (Cronk y Fuller, 1995), y fue
demostrada por Robichaux et al. (1990) para los representantes de la subtribu
Madiinae, Asteraceae, en Hawai (Raven et al., 1992). En nuestro caso, para
evidenciar la radiación adaptativa, hay que valorar también el comportamiento de los
endemismos multidistritales, y determinar sus patrones de distribución.
Como la correlación entre “S” y “N” es significativa, y también la de estos
parámetros con la posición de los distritos en V1 también (Figs. 2a, 4a y b), y como
“S” es el índice de diversidad asumido los tres grupos que de forma empírica
señalamos en la correlación entre “S” y “N” (Fig. 2a) definen un criterio útil para
establecer las prioridades en la conservación regional:
1. Moa-Baracoa (Fig. 1) donde peligran 352 especies (Fig. 1, Anexo 1, Tabla
3) y se afectarían las relaciones biológicas en el sector, ya que el componente
principal en V1 es este distrito (Fig. 3).
2. Distritos 26, 28, 31, 32, 36 y 39; con 502 taxones en conjunto, pero donde
las modificaciones en cada uno no afectaría tanto las relaciones del conjunto (Fig.
1, Anexo 1, Tabla 3).
3. Distritos 27, 29, 30, 34, 35, 37 y 38, con 62 endemismos (Fig. 1, Anexo 1,
Tabla 3) por lo que no se producirían grandes pérdidas de germoplasma con los
cambios ambientales. El efecto de estas pérdidas sobre la diversidad en los demás
distritos sería mínimo.
La diversidad vegetal tan baja que hay en estos últimos distritos no excluye la
necesidad de preservar otros valores, incluso taxones individuales de gran interés,
pero esto debe valorarse en cada caso.
Aunque V2 tiene menor participación en la varianza y por tanto, menos
influencia en la distribución de taxones (Fig. 3) es interesante la posición de los
distritos con relación a ese vector.
El mayor valor modular en V2, con signo positivo, lo tiene el distrito 36 (Figs.
1, 3; Anexo 1). Esta región, incluida en el tipo 4 (Tabla 1) es la más árida de Cuba,
con menos de 1000 mm de precipitaciones medias anuales y dos períodos secos
144 Moscosoa 10, 1998
(Vilamajó, 1989). López et al. (1993) consideran el distrito, refugio de una flora muy
extendida durante las glaciaciones cuaternarias (Prance, 1982; Ortega y Arcia, 1982;
López, 1985; Haffer, 1987).
Los vectores que en valores modulares siguen al 36, tienen signos negativos y
son Cordillera del Turquino (28) y Santa Catalina (39), ambos del tipo 5 (Figs. 1 y
3; Anexo 1 y Tabla 1). Allí abundan los bosques siempreverdes, pluviales (López et
al, 1994b; Capote et al., 1989; Risco, 1989) y lo que parece ser su forma extrema el
“elfin forest” o bosque de duendes (Howard, 1968).
La Cordillera del Turquino es la cadena montañosa más alta del país, con cota
máxima cercana a 2 000 m s.n.m. (Magaz, 1989). Las precipitaciones superan los 2
000 mm en algunos lugares (Gagua et al., 1989). Los endemismos de este distrito se
acumulan en la porción denominada fangales o bosques nublados (León, 1946;
Smith, 1954; Borhidi, 1987, López et al., 1994a).
Santa Catalina (Fig. 1, Anexo 1), también es una región montañosa de clima
similar a la anterior (Vilamajó, 1989), pero menos alta (Magaz, 1989) y con
vegetación menos variada (Capote et al., 1989).
En lo visto se advierte que los valores de los distritos en V2 (Fig. 3) se relacionan
con la composición florística de las formaciones predominantes; con signo positivo
las regiones de los tipos 1 y 2 (Tabla 1) caracterizadas por matorrales xeromorfos y
bosques semideciduos y con negativo los de tipo 2 y 4, donde dominan los bosques
siempreverdes y pluviales (Tabla 1).
Gran Piedra (29) (Fig. 1 Anexo 1) es del tipo 4. Con altitud máxima superior a
1500 m, tiene clima, suelos y vegetación similares al Turquino (Instituto de suelos,
1973; Marrero, 1989; Magaz, 1989; Vilamajó, 1989; Gagua et al; 1989; Capote et
al., 1989; Risco, 1989), distrito con el que comparte muchos endemismos
multidistritales (Albert y López, 1986; López Rodríguez y Cárdenas, 1994a), pero
contrariamente al distrito 28 tiene valor positivo en V2 (Fig. 3).
En Gran Piedra hay sólo cinco endemismos distritales, y valor cercano a cero en
V2, por lo que es de suponer poca influencia de los factores que actúan sobre este
vector. Explicación similar se puede usar en los distritos 37 y 38 (Figs. 1 y 3, Anexo
1, Tabla 3).
El distrito 33 también está casi sobre V2 (Fig. 5), pero es el más rico y abundante
del sector. En ese distrito son comunes, entre otras formaciones: los matorrales
xeromorfos, los bosques siempreverdes y los pluviales (Tabla 1); las cuales como
hemos visto, sirven de referencia a la posición de los distritos respecto a V2. Portanto
la ubicación del distrito, parece una situación de equilibrio.
En Cuba Oriental hay también pinares, más numerosos en los distritos 31 y 33,
y raros en los distritos 28, 29, 32 y 39 (Fig. 1, Anexo 1), cuya presencia no se
evidencia en los cálculos, probablemente por su distribución limitada.
Moscosoa 10, 1998 145
Muy interesante es la forma en que se reparten los distritos en el primero y cuarto
cuadrante del gráfico de correlaciones, las familias en el gráfico de ACP, y la
correlación significativa entre “N” y V1 (Tablas 2 y 3, Figs. 3, 5 y 6a), pues las
familias “abundantes” están en los mismos cuadrantes que los distritos. Esto
significa que tales familias están relacionadas con los distritos y los caracterizan.
Sólo 20 de las 86 familias aparecen en esta situación, el resto son “raras”, y como la
diversidad en este trabajo depende de “S” (Fig. 2c). Se puede afirmar que en este
caso, la mayor diversidad de familias está constituida por las “raras”.
El agrupamiento de los endemismos en pocas familias fue establecido como
regla por Major (1994). En Cuba Oriental “N” aumenta proporcionalmente con “S”
y “n” (Figs. 2a y b), o sea que diversidad del endemismo entre distritos dependen
de la cantidad de familias que especian, y del grado de especiación en cada una.
Para que el aumento “S” haya sido proporcional con *n” fue necesario que el
aumento distrital de taxones en las familias “abundantes” superara las “raras”. Esto
hace pensar en la especiación como mecanismo de adaptación para ocupar nuevos
ecótopos. Raven y Axelrod (1974) explican de forma parecida las causas que han
determinado la rápida expansión de Asteraceae.
Para explicar esto, es preciso tener en cuenta que desde antes del Eoceno, cuando se
formaron los primeros biotopos cubanos que han llegado hasta nuestros días, Cuba no
ha estado unida a continente alguno (Iturralde-Vinent, 1981, 1982; Donnelly, 1989).
Pero la biota cubana ha sufrido catástrofes sucesivas capaces de producir
extinciones masivas como, transgresiones marinas (Iturralde-Vinent, 1981; Oro,
1989), que pudieron extenderse hasta el Terciario, si recordamos, Jamaica emergió
definitivamente en esa época (Raven y Axelrod, 1974).
Hubo cambios climáticos comenzados desde el Mioceno con glaciaciones en el
hemisferio Sur (Raven et al., 1992), cuyas consecuencias han sido señaladas en
Africa (Raven, 1983). También en el Cuaternario ocurrieron cambios climáticos que
afectaron los neotrópicos, incluida Cuba (Prance, 1973; Toledo, 1981; Ortega y
Arcia, 1982; Haffer, 1987).
Las extinciones suscitadas por estos cataclismos no tuvieron reemplazo externo
del germoplasma perdido, y la ocupación de los territorios, después de cada
catástrofe, debió ocurrir por radiación adaptativa, a partir de refugios de flora, lo cual
facilitó la formación de nuevas especies. Esto explicaría la especiación como medio
de adaptación a desastres sucesivos, en condiciones de aislamiento. Como vimos, el
distrito 33 pudo tener condiciones ideales para el refugio de las especies.
Tolmachov (1974) fue el primero en usar las familias más “abundantes” para
caracterizar una flora. También Gentry (1986 y 1988) las usa para definir diferentes
bosques pluviales tropicales. Los estudios de Goodland y Ferri (1979) en “cerrados”
brasileños muestran que 7% de las familias tiene 25% de los taxones.
146 Moscosoa 10, 1998
Afirma Halffter (1992), que la diversidad se acumula en los taxones “raros”, que
en este caso son las familias ubicadas en el segundo y tercer cuadrante (Fig. 5). El
72% de los taxones infragenéricos están en las familias “abundantes”. Por tanto la
mayor parte de la riqueza de endemismos se acumula en las 20 familias “abundantes”
(Tabla 2), cuyo estudio sistemático, debe priorizarse para conocer y poder manejar
la diversidad vegetal en Cuba.
Retomando los métodos de Tolmachov (1974) sugeridos por Major (1994),
localizamos las diez familias más “abundantes”, y encontramos que el último lugar
es ocupado por Buxaceae, Verbenaceae y Gesneriaceae con 18 taxones cada una
(Tabla 2). Por tanto, identificamos en Cuba Oriental doce familias más “abundantes”,
con 60% de los endemismo (Tala 2). Estas familias se ubican en la porción con mayor
pendiente del gráfico acumulativo, aproximadamente hasta el punto de inflexión
(Fig. 6b).
La forma en que se disponen las familias en el gráfico (Fig. 6b), justifica su uso
para definir los patrones que califican los distritos orientales por esto analizaremos
las nueve mayores, que tienen 58% de los taxones.
En los gráficos circulares de esas familias se distinguen tres patrones de
distribución (Fig. 7):
1. Rubiaceae, Asteraceae y Euphorbiaceae, las dos primeras del centro evolutivo
norandino, y la última del amazónico (Gentry, 1982), caracterizan el sector, por estar
bien representadas en la mayoría de los distritos considerados, independiente de la
vegetación predominante en ellos (26, 28, 31, 32, 36 y 39) (Tabla 1, Anexo 1, Figs.
1, 7a-c).
2. Fabaceae, Bignoniaceae Arecaceae y Myrtaceae tipifican los distritos 26, 31
y 36, donde prevalecen matorrales xeromorfos o bosques semideciduos (Tabla 1,
Anexo 1, Figs. 1, 7d-f). Las tres primeras familias son amazónicas y la última
surandina.
3. Orchidaceae y Melastomataceae, ambas norandinas, tipifican regiones con
abundancia de bosques siempreverdes y pluviales (distritos 28, 32 y 39) (Tabla 1,
Anexo 1, Figs. 1, 7g-1).
Estos criterios son cuantitativos, y de acuerdo con Wittaker, (1973) las
comunidades vegetales no aparecen independientes, sino que varían en función de
gradientes ambientales que determinan la distribución de las especies componentes.
Por tanto, nuestras valoraciones sobre la proporción de especies por familia son
criterios generales que apoyarían las decisiones sobre la denominación bajo la cual
puede ser ubicada una formación vegetal dada.
Una inferencia de lo visto es la correspondencia entre las formaciones vegetales
predominantes en los distritos y las familias que mejor han evolucionado en cada uno
de ellos; de acuerdo con esto podemos hablar de tres vertientes evolutivas asociadas
Moscosoa 10, 1998 147
con esas formaciones, que se pueden ejemplificar con las nueve familias más
“abundantes”, y que probablemente se extiende a otras muchas:
Familias que han especiado bastante en casi todos los distritos, y muestran
adaptación a las condiciones ambientales del sector, 2) las que han evolucionado en
lugares secos con abundancia de matorrales, y 3) las que han especiado más en
lugares húmedos con bosques siempreverdes o pluvisilvas.
Conclusiones
e Paratrabajos de diversidad vegetal en regiones extensas de nuestro Archipiélago
se puede usar la cantidad de familias como criterio de riqueza, y el número de
especies como abundancia.
e La diversidad (H”) de los endemismos vegetales distritales de Cuba Oriental,
analizada a través de las familias, es función de la riqueza (S), mientras la equidad
(J), parece jugar papel secundario.
e Salvo excepciones, “H”” es significativa entre los distritos fitogeográficos
orientales.
* La magnitud de la diversidad en Moa-Baracoa, y la forma en que se relaciona
con el resto del sector hacen suponer que este distrito es un centro de radiación
adaptativa, cuyo papel en la diversidad de regiones circundantes es necesario
estudiar.
¢ De las 86 familias con taxones distritales hay 20 con más del 70% de la riqueza
infraespecífica y, portanto caracterizan el endemismo, poresto su estudio taxonómico
debe priorizarse.
¢ El conjunto de familias “raras” constituyen la diversidad aese nivel taxonómico
y las “abundantes” acumulan la diversidad de los niveles taxonómicos inferiores.
¢ Por la distribución de la diversidad en Cuba Oriental, en las flórulas distritales
se distinguen tres grupos de familias que permiten identificar los siguientes tipos
básicos de vegetación, en los cuales han ocurrido procesos evolutivos independientes:
1) matorrales xeromorfos y bosques semideciduos sobre diferentes tipos de substratos,
con predominancia de Myrtaceae, Arecaceae, Bignoniaceae y Fabaceae.; 2) Bosques
siempreverdes hasta pluviales donde sobresalen Orchidaceae y Melastomataceae.
Hay un tercer grupo de familias que caracterizan las condiciones predominantes en
el sector independiente de las formaciones vegetales: Rubiaceae, Asteraceae y
Euphorbiaceae.
¢ En Cuba Oriental se distinguen tres niveles en los distritos, sobre cuya base es
posible jerarquizar la intensidad de los esfuerzos en la conservación:
1. La región de Moa-Baracoa (33).
148 Moscosoa 10, 1998
2. La Cordillera del Turquino (28), Sierra de Nipe (31), Sierra Cristal (32),
Santa Catalina (39), la costa entre Maisí y Guantánamo (36) y la costa entre
Guantánamo y Cabo Cruz (26).
3. Los promontorios que rodean la Sierra Maestra (27), la Cordillera de Gran
Piedra (29), Valles Centrales(30), promontorios que rodean los Valles Centrales (38)
y la Sierra de Imías (37).
Agradecimientos
Al Dr. Peter Raven, Director del Missouri Botanical Garden por la ayuda en
medios para la computación y literatura; al Dr. M. Fariñas, de la Universidad de los
Andes, por su apoyo en los cálculos, y a mi colega M. Hermen Ferrás la
digitalización del mapa. También queremos agradecer a la Dra. Nancy Ricardo al
Lic. Carlos Zavaroy a la Lic. María E. Dominicis y a María León por sus oportunas
sugerencias.
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153
Moscosoa 10, 1998
(£661) Ie 19 z3d97] 10d Opeo1y1poul (£L61) ASUS op seoyyssoadojLy souoisay -"[ “B14
154 Moscosoa 10, 1998
y=35,7+4.64x
yi= 0,55.+,0,07=
r = 0,90***
ll
OrPNWEUAN
Y=1,32+0,05X
r=0,82***
Fig. 2.- Correlación de a) la riqueza distrital en familias (S) con la abundancia en taxones (NB) “SS”
con la diversidad (H”) y c) “S” con la abundancia promedio en cada distrito (n).
195
0, 1998
Moscosoa l
‘ZA A LA S9JOI99A SO] A SOJLIFSIP SO] 91JUY SIUOLDP[ILIOS) :soyediouud SIJUIUOUILOI DP SISIPUY -'¢ 31]
a CA
%E“06 TA
BZURUBA B] B UQIONQEJUO)
156
Moscosoa 10, 1998
Fig. 4.- Correlación entre V1 y A) “S” y B) “N”.
Moscosoa 10, 1998 157
r = 0,984
y = 5,48+0,52x
E
E
E
g
3
3
3
5
fae}
37 43 49 55
40 46 52
número de familias
Fig. 5.- Disposición de las familias con relación a V1 y V2.
158 Moscosoa 10, 1998
r=0, 93:00
y= 0,14+0,02
1=0,76*
y=0,333+0,003x
Fig. 6.- a)Correlación entre V1 y “n”. b)Curva acumulativa de taxones infragenéricos por familia.
Moscosoa 10, 1998 159
Fig. 7.- Acumulación distrital de taxones en: A) Rubiaceae, B) Asteraceae, C) Euphorbiaceae, D)
Myrtaceae, E) Fabaceae, F) Bignoniaceae, G) Arecaceae, H) Orchidaceae y I) Melastomataceae.
160 Moscosoa 10, 1998
Tabla 1
Regiones fitogeográficas de Cuba según Samek (1973)
modificado por López et al. (1993)
CUBA OCCIDENTAL
. Guanahacabibes
Guane
. Pinar del Rio
Pizarras
. Mogotes
. Sierra del Rosario
. Cajálbana
. Bahia Honda Cabanas
. Anafe
. Sur Pinos
. Los Indios-Siguanea
. Centro de Pinos
CUBA CENTRAL
13:
14.
IS.
16.
17:
18.
19.
20.
Zt.
2d
oo:
24.
25.
Habana- Matanzas
Habana-Limonar
Planicie Centro-Occidental
Motembo
Zapata
Cayeria Meridional
Guamuhaya
Cienfuegos-Trinidad
Santa Clara
Camagúey
Holguín
Planicie Centro-Oriental
Costa Centro-Oriental
CUBA ORIENTAL
26.
Es
. Cordillera del Turquino
. Gran Piedra
. Valle Central
. Sierra de Nipe
. Sierra Cristal
. Moa-Baracoa
. Bahia de Nipe
. Baracoa
. Maisi Guantánamo
. Sierra de Imias
. Colinas de Oriente
. Santa Catalina
Cabo Cruz-Baconao
Promontorios de Sierra Maestra
Moscosoa 10, 1998 16]
Tabla 1
Caracteristicas de los distritos de acuerdo con la geologia,
geomorfología y la vegetación.
Tipo Geomorfología Características Vegetación Distritos
Geológicas
l. Montañas bajas rocas metamórficas Matorrales 31
ultrabásicas y pinares
2. Montañas bajas Rocas metamórficas Bosques siempre- 32
ultrabásicas verdes y pluviales
3. Montañas bajas ¡Rocas metamórficas Bosques siempre- 33
ultrabásicas verdes y pluviales
matorrales y pinares
4. Costas abrasivas Rocas carbonatadas y Matorrales xero- 20,27,
y valles de los complejos vulca- morfosy bosques 30,34,
nógenos, sedimentarios semideciduos 36 y 38
y metamórficos de
diferentes orígenes.
5. Costas abrasivas complejos vulcanogeno- Bosques siempre- 28, 29,
y alturas de rocas sedimentarios, ígneos verdes y pluviales 35,37,
carbonatadas, así y metamórficos y 39
como montañas
bajas y medias.
162
Tabla 2
Moscosoa 10, 1998
Distribución de taxones infragenéricos por familia y distrito
No.
oo 2 On LE OW N=
NO NO NN NN KN KK RP 2 RP PE mn
Familias Taxa
*Acanthaceae 16
Agavaceae 1
Amaranthaceae 1
Annonaceae 7
Apocynaceae 3
*Aquifoliaceae 12
Araceae 1
** Arecaceae 19
Asclepiadaceae 6
** Asteraceae 64
Begoniaceae 10
**Bignoniaceae 20
*Boraginaceae 15
Bromeliaceae 1
Burseraceae 3
**Buxaceae 18
Cactaceae 3
Campanulaceae 4
Capparaceae De
Caryophyllaceae 1
*Celastraceae 11
Chloranthaceae 1
*Clusiaceae
Cneoraceae
Combretaceae
Convolvulaceae
Cupressaceae
Cyperaceae
DO 0 — Y N eK 00
*Cyrillaceae
No. Familias
Dioscoreaceae
Ericaceae
Eriocaulaceae
Erythroxylaceae
**Euphorbiaceae
Flacourtiaceae
Gentianaceae
**Gesneriaceae
Hernandiaceae
Hippocrateaceae
Hypericaceae
Lamiaceae
Lauraceae
**Leguminosceae
Lentibulariaceae
Linaceae
Loranthaceae
Lythraceae
Magnoliaceae
Malpighiaceae
**Melastomataceae
Menispermaceae
Moraceae
Myricaceae
Myrsinaceae
**Myrtaceae
Nyctaginaceae
Olacaceae
Oleaceae
*Familias situadas en los cuadrantes uno y cuatro.
**Familias más abundantes.
Táxa
No. Familias
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
fi
72,
ES
74
ES
76
17
78
79
80
81
82
83
84
85
86
Táxa
**Orchidaceae 26
Passifloraceae 2
Piperaceae 11
Poaceae 7
Polygalaceae 1
*Polygonaceae 9
Rhamnaceae 8
Rosaceae 1
**Rubiaceae 121
*Rutaceae 16
Sabiaceae
Sapindaceae
Sapotaceae
Scrophulariaceae
Solanaceae
1
6
5
Zz
4
Sterculiaceae 2
Symplocaceae 2
Theaceae 7
Theophrastaceae 9
Thymeleaceae 3
Tiliaceae 3
Umbelliferaceae 1
Urticaceae 18
**Verbenaceae 18
Violaceae 1
Viscaceae 11
Vitaceae 1
Zamiaceae 1
Moscosoa 10, 1998 163
Tabla 3
Valores de riqueza, abundancia,
diversidad y equitatividad por distrito
Distritos S N H’ J
26 25 33 3.03 0.94
27 13 15 2032 0.98
28 47 140 3.34 0.87
29 5 6 1.56 0.97
30 10 10 2.30 1.00
31 40 102 323 0.88
32 29 64 2.92 0.87
33 58 352 3.19 0.79
34 3 3 1.10 1.00
35 IS 24 2.56 0.94
36 29 90 3.01 0.89
37 3 3 1.10 1.00
38 1 1 0.00 0.00
39 2 59 2.99 0.91
Tabla 3
_ Significación entre los coeficientes de diversidad
37 | 38
ok
ok
* *
Moscosoa 10, 1998, p.p. 164-178
TRES AÑOS DE OBSERVACIONES FENOLOGICAS
EN EL BOSQUE NUBLADO DE CASABITO
(RESERVA CIENTIFICA EBANO VERDE,
CORDILLERA CENTRAL, REPUBLICA DOMINICANA)
Thomas May
May, Thomas (Fundación PROGRESSIO Ave. Máximo Gómez esq. San
Martín, Edif. Metropolitano, 3era. planta, Santo Domingo, República Dominicana).
Tres años de observaciones fenológicas en el bosque nublado de Casabito (Reserva
Científica Ebano Verde), Cordillera Central, República Dominicana. Moscosoa
10: 164-178. 1998. Durante tres años desde julio 1993 hasta junio 1996, fueron
realizadas observaciones de la fenología floral en 29 especies de una zona de
bosque nublado en Casabito, Reserva Científica Ebano Verde, en la Cordillera
Central de la República Dominicana. La mayoría de las especies observadas
exhiben una clara ritmicidad anual de floración. El máximo de floración ocurrió en
agosto, y el mínimo en febrero. No se observaron diferencias significativas de un
año a otro, y hubo evidencias de que la floración se retrasa en altitudes mayores,
en la misma especie.
Palabras clave : fenología floral, bosque nublado, ritmicidad anual, República
Dominicana.
During three years, from July 1993 to June 1996, observations of the
flowering phenology of 29 species have been made in a cloud forest of the
Cordillera Central, Dominican Republic, Casabito, Reserva Científica Ebano
Verde. Most of the species showed a clear annual rythm of flowering. Maximum
flowering occurred in August, and minimum in February. Nosignificantinterannual
differences were observed. There was evidence of retarded flowering of the same
species at higher altitudes.
Key words: flowering phenology, cloud forest, annual rhythm, Dominican
Republic.
1. Introducción
La fenología estudia los ritmos de procesos biológicos que se repiten en períodos
de varios meses a varios años. En el reino vegetal, se trata de procesos como
floración, fructificación, maduración de las semillas, relacionados con lareproducción;
pero también de procesos vegetativos como desarrollo de brotes nuevos, desarrollo
y caída de las hojas y crecimiento longitudinal y lateral.
Mientras que en las zonas templadas y frías de la tierra, situadas en latitudes
mayores, todas las actividades vitales tienen que adaptarse al fuerte contraste entre
la estación caliente del verano y la estación fría del invierno, por lo que “toda la
Moscosoa 10, 1998 165
naturaleza de la zona templada está impregnada de una fuerte ritmicidad” (Margalef,
1992), en los trópicos estos contrastes térmicos estacionales son mucho menos
pronunciados y a veces prácticamente inexistentes. Si hay ritmicidad estacional, en
muchos casos es menos clara, y es menos fácil relacionarla con factores ambientales.
Seguramente ésta es una de las razones por las cuales los aspectos fenológicos en la
zona tropical, hasta ahora, se han estudiado mucho menos que en los ambientes
templados. Sin embargo, como señalan Newstrom et al. (1994), el conocimiento de
los procesos fenológicos en ecosistemas tropicales es de gran importancia para
entender el comportamiento ecológico y la evolución de las especies, tanto de plantas
como de animales.
La gran mayoría de los estudios de fenología vegetal realizados en la región
neotropical se refieren a las zonas bajas, tanto las de clima siempre húmedo (Frankie
et al., 1974; Opler et al., 1980) como la de clima con una marcada estación seca
(Croat, 1969; Ortíz, 1990; Guevara et al., 1992) o también a un ambiente fuertemente
influido por el ritmo anual de la humedad y salinidad del suelo, como es el de un
manglar en área de bosque seco (Jiménez, 1988). Sonescasos los estudios fenológicos
en bosques tropicales de montaña. Ricart & Vélez (1987) estudiaron laestacionalidad
de la floración y fructificación en un bosque muy húmedo montano bajo, pero a
nuestro conocer, no existen estudios fenológicos en bosques nublados, por lo menos
en lo que se refiere a las Antillas Mayores.
Tres años de observaciones fenológicas en el bosque nublado de Casabito, de
julio de 1993 hasta junio de 1996, arrojaron un récord de datos de fenología floral,
que se presentan aquí. Debido a dificultades de observación en algunas especies, los
datos de fructificación son menos completos, y se será necesario realizar más
observaciones para complementar estos resultados. Lo mismo sucede con algunos
datos fenológicos de procesos vegetativos.
2. Area de estudio
La Estación Experimental de Casabito está situada a una elevación de 1430 m,
aproximadamente, en la parte nororiental de la Cordillera Central, y forma parte de
la Reserva Científica Ebano Verde. Estas lomas están expuestas al este y noreste, y
representan el primer gran obstáculo para los vientos alisios, por lo que la zona cuenta
con abundantes precipitaciones orográficas, húmedad del aire generalmente alta,
alta nubosidad y brisas que soplan constantemente. Se trata de un clima siempre
húmedo, sin época seca, aunque en las estaciones climatológicas próximas, de
Bonao, Constanza y Jarabacoa se observa que hay épocas con precipitaciones
relativamente bajas, que son los meses de febrero a abril y de junio a agosto (Lora
166 Moscosoa 10, 1998
Salcedo et al, 1983). Los promedios anuales de precipitaciones son de más de 2000
mm en Bonao, cerca de 1500 mm en Jarabacoa y menos de 1000 mm en Constanza,
lo que indica que existe un fuerte gradiente este-oeste. Para Casabito se estima que
el promedio de las precipitaciones anuales está cerca de 3000 mm.
Las observaciones fenológicas, se realizaron a lo largo de la carretera que
conduce desde el portón de entrada a la Reserva Científica Ebano Verde, aunos 1300
m de altitud aproximadamente, hasta las antenas de radiocomunicación en la cumbre
de Casabito, a 1440 m, y en el sendero “Baño de nubes” que conduce de estas antenas
hasta la Estación Experimental Casabito.
3. Materiales y métodos
Para las observaciones de fenología floral se tomaron en cuenta 29 especies de
árboles, arbustos, herbáceas, lianas y epífitas, todas con flores claramente visibles,
presentes en los alrededores inmediatos de la ruta descrita (tabla 1). 22 de las 29
especies pertenecen a la vegetación de bosque nublado, y 7 a la vegetación
secundaria (matorrales y bosques pioneros). Del total de especies, 16 son árboles del
estrato alto e inferior, 5 son lianas y epífitas, 8 son arbustos y herbáceas. Aunque el
número de especies es muy pequeño para representar el total de la flora local de
Casabito, se ha considerado la gran mayoría de las especies que son de cierta
frecuencia en la zona. Hay que señalar que el criterio “con flores claramente visibles”
excluye algunas especies importantes como los helechos Dicranopteris pectinata y
Gleichenia bifida, y los helechos arborescentes.
Las observaciones se realizaron por lo menos dos veces al mes, de manera que
se dispone de datos para la primera y para la segunda mitad de cada mes. Por razones
de organización, no se pudieron realizar observaciones en la segunda mitad de
septiembre de 1994, en la segunda mitad de junio y en la primera mitad de julio de
1995:
La intensidad de la floración fue registrada para cada especie de la siguiente
manera:
- Algunas flores esporádicas en toda la zona de observación, o floración regular
en muy pocos individuos.
- Floración regular, en un gran número o en la totalidad de los individuos.
- Floración intensa, en un gran número o en la totalidad de los individuos.
Moscosoa 10, 1998
Tabla 1:
Especies estudiadas
est.: estatus
(n, especie nativa; e - especie endémica)
B: presente en bosques nublados maduros
S: presente en la vegetación secundaria
Nombre ; . ;
Familia est B
Arboles:
Alchornea latifolia SW. Euphorbiaceae n
Brunellia comocladifolia H.& B. Brunelliaceae n
Byrsonima lucida (Mill.) L. C. Rich. Malpighiaceae n
Clidemia umbellata (Miller)
L. O. Willm. Melastomataceae n
Clusia clusioides Jacq. Clusiaceae n x
Cyrilla racemiflora L. Cyrillaceae n X
Didymopanax tremulus Krug &Urb. Araliaceae E X
Haenianthus salicifolius Oleaceae n X
var. obovatus (Krug & Urb.) Knobloch
Hieronyma montana A. Liogier Euphorbiaceae Ee
Magnolia pallescens Urb. & Ekm. Magnoliaceae E X
Miconia dodecandra (Desr.) Cogn. Melastomataceae n
Miconia laevigata (L.) DC Melastomataceae n X
Myrsine coriacea (Sw.) R. Br. Myrsinaceae n
Ocotea leucoxylon (Sw.) Mez Lauraceae n x
Persea oblongifolia Kopp. Lauraceae n xX
Rondeletia conferta Urb. &Ekm. Rubiaceae e xX
Styrax ochraceus Urb. Styracaceae e X
Tabaebuia vinosa A. Gentry Bignoniaceae e X
Arbustos y herbaceas:
Baccharis myrsinites (Lam) Pers. Asteraceae n
Lobelia rotundifolia Juss. Campanulaceae e X
Palicourea eriantha DC Rubiaceae n x
Polygala fuertesii (Urb.) Blake Polygalaceae = X
167
168 Moscosoa 10, 1998
Nombre Familia est. B.S.
Psychotria berteriana DC Rubiaceae n x Xx
Psychotria plumierii Urb. Rubiaceae e X
Renealmia jamaicensis Zingiberaceae n X
var. puberula (Gagn.) Maas
Epifitas y lianas:
Dilomilys montana (Sw.) Summerh. Orquideaceae n X
Gonocalyx tetrapterus A. Liogier Ericaceae e x
Marcgravia rubra A. Liogier Marcgraviaceae e X
Schradera subsessilis Steyermark Rubiaceae n X
4. Resultados
4. 1. Fenologia floral de las distintas especies. (Fig. 1)
En 25 de las 29 especies (86%) se detectó una clara periodicidad anual de la
floración. Su duración, de todas formas, varía mucho de una especie a otra. En
algunos casos, la época de la floración es de un mes o poco más (Miconia laevigata,
Persea oblongifolia, Psychotria plumierii, y Rondeletia conferta), mientras que en
otras especies aparecen flores durante más de la mitad del año (Haenianthus
salicifolius var. obovatus, Styrax ochraceus). Hay especies en que ocurren flores
esporádicas fuera de la época de floración principal (Byrsonima lucida, Magnolia
pallescens, Psychotria berteriana, Renealmia jamaicensis). Solamente en Miconia
dodecandra se ha observado una floración contínua durante todo el año. Aún en este
caso se puede distinguir una época con mayor floración (septiembre - enero). En las
especies Clusia clusioides, Ocotea leucoxylon y Tabebuia vinosa no se pudo
detectar un patrón claro de floración: En Clusia clusioides, se observaron dos
floraciones, en septiembre (1993 y 1995), de corta duración, pero no hubo floración
en 1994. La mayoría de las observaciones de flores de Ocotea leucoxylon se
realizaron entre octubre y enero, pero las fechas no coinciden entre ellas. La
floración de Tabebuia vinosa, aunque siempre era esporádica, parece concentrarse
entre marzo y junio. En total, aunque en estas especies el patrón rítmico de la
floración no está bien claro, se nota también en ellas cierta tendencia a un ritmo
anual.
Moscosoa 10, 1998 169
Alchornea latifolia
Fig. 1: Ritmo anual de la floración de las distintas especies
Linea entera, arriba: total de las especies estudiadas. Linea interrumpida, abajo: especies de bosques
nublados maduros
170 Moscosoa 10, 1998
Clusia clusioides
ETE
1993 LID E
1995 [L_
19968 aay A ie
Cont. fig. 1: Ritmo anual de la floración de las distintas especies
Línea entera, arriba: total de las especies estudiadas. Línea interrumpida, abajo: especies de bosques
nublados maduros
Moscosoa 10, 1998 TT]
Haenianthus salicifolius
A a A
1993
Cont. fig. 1: Ritmo anual de la floración de las distintas especies
Línea entera, arriba: total de las especies estudiadas. Línea interrumpida, abajo: especies de bosques
nublados maduros
172 Moscosoa 10, 1998
Miconia dodecandra
Cont. fig. 1: Ritmo anual de la floración de las distintas especies
Línea entera, arriba: total de las especies estudiadas. Línea interrumpida, abajo: especies de bosques
nublados maduros
Moscosoa 10, 1998 173
Persea oblongifolia
Cont. fig. 1: Ritmo anual de la floración de las distintas especies
Línea entera, arriba: total de las especies estudiadas. Línea interrumpida, abajo: especies de bosques
nublados maduros
174 Moscosoa 10, 1998
Cont. fig. 1: Ritmo anual de la floración de las distintas especies
Línea entera, arriba: total de las especies estudiadas. Línea interrumpida, abajo: especies de bosques
nublados maduros
Moscosoa 10, 1998 175
4. 2. Fenología floral del bosque en su conjunto
El comportamiento anual del número total de especies que florecen al mismo
tiempo está representado en la fig. 2. No hay época del año sin especies que florecen,
pero se observan marcadas diferencias en el transcurso del año. El mínimo de
floración se encuentró en febrero, y es en la primera mitad de agosto cuando florece
el mayor número de especies. En mayo y en octubre se observan pequeños máximos
secundarios y en junio un pequeño mínimo secundario. Este patrón cambia sólo de
manera insignificante si se consideran exclusivamente las especies que están
presentes en bosques nublados bien conservados, excluyendo las especies de sitios
alterados y bosques pioneros. El máximo en la primera mitad de agosto y el pequeño
máximo secundario en mayo se mantienen, mientras que el máximo secundario en
octubre desaparece, y el mínimo se encuentra en diciembre en vez de en febrero.
especies en flor
UN
A iMod: de Avo SAD N.D
10
Fig. 2: Evolución anual de la floración.
4. 3. Diferencias interanuales
Las diferencias interanuales de la época de floración son pequeñas, en casi todas
las especies, y no hay relaciones claras entre estas diferencias y años más lluviosos/
más secos o años más fríos/más calientes. Ni el verano de 1994, que según nuestras
observaciones fue relativamente seco en Casabito como en toda la parte norte de
República Dominicana, tuvo efectos claramente visibles sobre el inicio y la duración
de la floración y sobre su intensidad. En Styrax ochraceus hubo flores esporádicas de
176 Moscosoa 10, 1998
marzo a mayo de 1995, lo que no sucedió en los demás años. Es posible, de todos modos,
que se trató de un efecto de la poca lluvia y la alta insolación del verano anterior.
4. 4. Diferencias geográficas
La comparación de las observaciones de la floración de las especies Clidemia
umbellata, Cyrilla racemiflora y Lobelia rotundifolia en Casabito con algunas
observaciones que se realizaron en los alrededores de Loma de la Sal, en la parte
nororiental de la Reserva a 1000 - 1100 m sobre el nivel del mar, indican que existen
diferencias altitudinales en la fecha de la floración. En este sitio, la floración de las
especies mencionadas se inició 1 - 2 meses antes que en Casabito. En Clidemia y
Lobelia, la floración también terminó aproximadamente un mes más temprano, en
Loma de la Sal, mientras que en Cyrilla racemiflora, no se observó una diferencia
clara en cuanto al final de la floración.
Psychotria plumierii fue observada en plena floración a principios de julio de
1994 en la Loma El Bombillo, al noroeste de Loma de la Sal, a una altitud de 1400
m aproximadamente, dos o tres semanas antes de que inició su floración. en Casabito.
Apenas hay diferencia altitudinal entre los dos sitios. Cabe relacionar la diferencia
en la época de floración de Psychotria en Casabito y en la Loma El Bombillo con el
gradiente este-oeste de las precipitaciones y de la nubosidad.
5. Interpretación, discusión y perspectivas
A diferencia de lo que se reporta de otros sitios en los trópicos húmedos, donde
una parte importante de las especies florecen y fructífican de manera continua, o bien
muestran ciclos fenológicos no anuales (Medway, 1972; Villamajo & Menéndez,
1988; Newstrom et al., 1994), en la inmensa mayoría de las especies observadas por
nosotros se pudo detectar una clara periodicidad anual. Los trabajos citados se
refieren a zonas bajas, calientes, o a montañas de altitudes menores. La pronunciada
ritmicidad anual que se observa en nuestro caso podría ser un efecto de la altitud, que
tiene como consecuencia que las diferencias estacionales de las temperaturas sea
más sensibles que en zonas bajas.
Es interesante, en este contexto, el ejemplo de Cyrilla racemiflora. Mientras que
según Little et al. (1977) esta especie en Puerto Rico florece durante todo el año de
forma contínua, Ricart & Vélez (1987) reportan que, también en Puerto Rico, en un
bosque muy húmedo montano bajo, Cyrilla racemiflora florece de abril a octubre,
durante 6 - 7 meses. En Casabito, a mayor altitud, el período de floración de esta
especie se reduce a 3 - 4 meses de finales de julio a octubre, según nuestras
observaciones, sería interesante realizar estudios sistemáticos de la época de
Moscosoa 10, 1998 177
floración de una sola especie en altitudes diferentes, para conocer mejor estos
aspectos.
Con relación a los estudios fenológicos realizados en Costa Rica (Newstrom et
al., 1994), Malasia (Medway, 1972), Panamá (Croat, 1969) y Venezuela (Ortíz,
1990; Guevara et al., 1992), hay que tener en cuenta que nuestra área de estudio en
República Dominicana se encuentra en una latitud mayor (19 grados norte,
aproximadamente) que aquellos países, lo que significa que aquí las diferencias
estacionales del fotoperiodo son más pronunciadas; esto puede incidir en la ritmicidad
de la floración.
Como en Casabito se trata de un clima siempre húmedo, no es posible relacionar
le ¿poca con mayor número de especies en flor con una estación seca como en los
estudios de Croat (1969), Ortiz (1990) y Guevaraetal. (1994), cuando aparentemente
la actividad de los polinizadores es mayor. Sin embargo, es interesante que en
Casabito la época de mayor floración (julio - agosto) coincide con la época cuando
las temperaturas son mayores, la insolación probablemente es relativamente alta, y
las precipitaciones son menos abundantes que en los meses anteriores y posteriores,
como lo sugieren los datos de las estaciones climatológicas de Jarabacoa y Bonao.
Aunque no se ha realizado un monitoreo sistemático de insectos, aves y
murciélagos que visitan las flores y que pueden actuar como polinizadores, es
interesante referir algunos datos al respecto. En las flores de Lobelia rotundifolia y
de Styrax ochraceus se han observado con cierta frecuencia visitas de zumbadores.
Las épocas de floración de ambas especies son complementarias. Cuando en
Casabito no hay flores de Lobelia y hay pocas flores de Styrax, de enero hasta
principios de marzo, Lobelia ya comienza su floración en zonas situadas a altitudes
menos elevadas, a pocos kilómetros de distancia. Durante casi todo el año, los
zumbadores encuentran por lo menos una de las dos especies en flor, en Casabito y
en sus alrededores.
Sería importante realizar observaciones sistemáticas de visitas de flores por
aves, insectos y murciélagos, y relacionar los resultados con el comportamiento
fenológico de especies de plantas. También sería interesante aclarar de manera
sistemática las diferencias en las épocas de floración a lo largo de gradientes
altitudinales y horizontales (húmedo - seco). Como se trata de una zona con fuertes
desniveles topográficos a poca distancia, que además cuenta con un gradiente este-
oeste de las precipitaciones y de la nubosidad, una misma especie podría estar en flor
durante una época prolongada, en las diferentes partes de la zona, lo que puede ser
importante para polinizadores especializados. Estudios de este tipo no solamente son
de interés científico, sino también pueden proporcionar informaciones importantes
para fines de conservación.
178 Moscosoa 10, 1998
Literatura Citada
Croat, T. B. 1969. Seasonal flowering behaviour en Central Panama. Ann. Miss.Bot.
Gard. 56: 295 - 307.
Frankie, G. W., H. G. Baker & P. A. Opler. 1974. Comparative phenological studies
of trees in tropical wet and dry forests in the lowlands of Costa Rica. Journal of
Ecology 64: 1049 - 1057.
Guevara, M., Y. Bergeron, R. McNeill & A. Leduc. 1992. Seasonal flowering and
fruiting patterns in tropical semiarid vegetation of Northeastern Venezuela.
Biotropica 24: 64 - 76.
Jiménez, J. A. 1988. Floral and fruiting phenology of trees in a mangrove forest on
the dry pacific coast of Costa Rica. Brenesia 29: 33 - 50.
Little, E. L., F. H. Wadsworth & J. Marrero. 1977. Arboles comunes de Puerto Rico
y las Islas Virgenes, Edificios Universitarios, San Juan, Puerto Rico. 731 pp.
Lora Salcedo, R., J. Czerwenka & E. Bolay. 1983. Diagramas climáticas de
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Margalef, R. 1992. Ecología. Edición revisada, edificio Barcelona, España.
192pp:
Medway, L. 1972. Phenoloy of a tropical rain forest in Malaya. Biol. J. Linn. Soc.
4: 114 - 146.
Newstrom, L. E., G. W. Frankie & H. G. Baker.1994. A new classification for plant
phenology based on flowering patterns in lowland tropical rain forest trees of La
Selva, Costa Rica. Biotropica 26: 141 - 156
Opler, P. A., G. W. Frankie & H. G. Baker .1980. Comparative phenological studies
in tropical wet and dry forests in the lowlands of Costa Rica. Journal of Ecology
68: 167 - 188
Ortíz, R. 1990. Fenología de árboles de un bosque semidecíduo seco tropical del
Estado de Cojedes. Acta Botánica Venezuelica 16: 93 - 116
Ricart, J.L. & R. P. Vélez.1987. Estacionalidad de la floración en un bosque muy
húmedo montano bajo de Puerto Rico. Bol. Científico del Sur 14: 5 - 12
Villamajó, D. & L. Menéndez.1988. Fenología de algunas especies importantes en
la Sierra del Rosario. In: Ecología de los bosques siempreverdes de la Sierra del
Rosario, Cuba. Proyecto MAB 1, 1977 - 1987, Montevideo Uruguay: 243 - 260.
Moscosoa 10, 1998, p.p. 179-203
INVENTARIO DE LA VEGETACION Y USO DE LA TIERRA
EN LA REPUBLICA DOMINICANA'
Luis Tolentino & María Peña
Tolentino, Luis & Peña, María (Departamento de Inventario de Recursos
Naturales, Subsecretaría de Recursos Naturales, Secretaría de Estado de Agricultura,
Apartado Postal 709-2, Santo Domingo, República Dominicana). Inventario de la
Vegetación y Uso de la Tierra en la República Dominicana. Moscosoa 10: 179-
203. 1998. Se presentan las informaciones de vegetación natural usando las
imágenes de sensores remotos y sistemas de información geográficos. Se separaron
y caracterizaron las clases de Bosques, coníferas, latifoliados nublados, húmedos,
semihúmedos, secos y de los humedales; las clases de matorral, sabanas, vegetación
de agua dulce y las áreas de escasas vegetación o erosionadas. Su distribución
espacial se presenta en un mapa a escala 1:500,000 de la República Dominicana.
Palabras clave: Inventario, vegetación, sensores remotos, uso de la tierra,
sistemas de información geográficos, imágenes de satélites.
Vegetation and Land Use Inventory of the Dominican Republic: Trough
remote sensing. Information about natural vegetation/forest is described using
remote sensing images and geographic information system. Forest covers were
described and classified in: pine forest, broadleaf cloudy forest, broadleaf humid
forest, broadleaf semihumid forest, dry forest, mangrove, wetland woods, scrub,
savanna and barelands or non cover areas were separated. These kinds of vegeta-
tion are presented on a 1;500,000 map.
Key words: Inventory, vegetation, remote sensing, land use, geographic,
information system, satellites images.
I. Introducción
La degradación acelerada de los recursos naturales en la República Dominicana
se ha intensificado en los últimos 50 años. En la actualidad, la deforestación y la
erosión son considerados problemas críticos para el país. De acuerdo con los
principales estudios, inventarios y evaluaciones de los recursos naturales realizados,
como OEA (1967), FAO (1973), CRIES (1980) , se estima que de la cobertura
1 Este artículo es un extracto tomado del informe técnico elaborado dentro del proyecto Inventario y
Evaluación de los Recursos Naturales en la República Dominicana (no publicado), donde participaron por
el DED: Hannelore y Helmut Bendsen; por el DIRENA: además de los editores, Tomas Montilla y Juan
Arthur, en las áreas de interpretación y de campo, Santiago Hernández, Rafael Chestaro, Eusebio Castillo,
Fidelina Fernández y Bienvenido Ramírez, en las Areas de Sistemas de Información y Cartografia; porel Jardín
Botánico Nacional: Milciades Mejía y Ricardo García y por DVS: Geraldino Caminero y Dieter Honer.
180 Moscosoa 10, 1998
forestal, a partir de la década de los 60s, el 80% de la vegetación original ha sido
seriamente afectada. Los bosques húmedos (coníferas y latifoliados), para 1984,
quedaban aproximadamente un 12% de la superficie total del país. (DIRENA,1984).
La AID ( 1981), resalta que los niveles de erosión en las principales cuencas
hidrográficas de la República Dominicana promediaba las 244 ton\ha\afio, con una
mínima de 95 ton/ha/año y una máxima de 305 ton/ha/año.
Después de la segunda mitad de la década de los 80s, han ocurrido cambios
notables en la cobertura boscosa y el uso de la tierra que no han sido cuantificado,
debido a la falta de información. Los impactos se reflejan en la pérdida de la
biodiversidad, desaparición de importantes poblaciones de especies de flora y fauna;
alteración de los ciclos hidrológicos, aumento de plagas y enfermedades, déficit en
algunos renglones de la producción agropecuaria, etc.
Partiendo de esta realidad, el Departamento de Inventario de los Recursos
Naturales (DIRENA) de la Subsecretaría de Estado de Recursos Naturales de la
Secretaría de Estado de Agricultura inició, en Enero del 1993, el proyecto Inventario
y Evaluación de los Recursos Naturales en la República Dominicana. La finalidad
del mismo fue la actualización de las informaciones de vegetación, mediante el uso
de técnicas de teledetección (imagenes de satélites y fotografías áreas), así como la
creación de una base de datos georeferenciada que sirva de herramienta para la
formulación de planes de manejo y protección de los recursos naturales renovables
de la República Dominicana.
Este estudio se enmarcó dentro del Programa de Conservación Ambiental
financiado por la Asociación Suiza para la Cooperación Internacional (HELVETAS)
y con la asesoría Técnica del Servicio Alemán de Cooperación Social y Técnica
(DED), del cual ofrecemos un extracto de los resultados obtenidos en el área de la
vegetación natural.
Los primeros intentos de descripción de la vegetación natural de la República
Dominicana ocurrieron a partir de este siglo con los trabajos realizados por
Woodward (1909) citado en Martínez, E (1990), Durland (1922), Cifern (1936), y
Chardón (1939) de gran esfuerzo y valor considerando las grandes limitaciones de
transporte e infraestructura viales, asícomo de la poca disponibilidad de información
en esa primera mitad del siglo XX.
A partir de la década de los 50s empezaron los levantamientos de la vegetación
con técnica más avanzadas (fotografías aéreas, imágenes de satélites, sistemas
computacionales). La OEA (1967) fue el precursor en este período con un
reconocimiento y evaluación de los recursos naturales de la República Dominicana,
usando fotografías aéreas pancromáticas a escala 1:60,000 tomadas en 1958-59;
igualmente establecieron las zonas de vida como áreas potenciales de los tipos de
vegetación, basados en la metodología de Holdridge (1947).
Moscosoa 10, 1998 181
En los años 1966-1968, la OEA sobrevoló el territorio nacional y tomaron
fotografías pancromáticas a escala 1:20,000. Posteriormente, con estas fotos se
delinearon e inventariaron los tipos de vegetación, localizados principalmente en los
macizos montañosos (FAO,1973).
En el período 1975 y 1979, CRIES (1980) realizó un levantamiento del uso de
la tierra, mediante la interpretación digital de imágenes del satélite Landsat MSS,
usadas por primera vez en la República Dominicana. También se adoptó el uso de
computadoras y el primer Sistema de Información Geográfica (CRIES versión 6.1
y 6.2) para la resolución, almacenamiento y evaluación de las informaciones sobre
los recursos naturales.
DIRENA (1984) preparó un mapa del uso de la tierra basado en la interpretación
de fotografías aéreas pancromáticas a escala 1:40,000 y posteriormente esta
información fue almacenada en un banco de datos computarizados con el apoyo de
los sistemas de información geográfica, así como otra serie de informaciones
temáticas del país, que son ofrecidas a diferentes usuarios hasta la fecha.
El alto costo para la adquisición de imágenes de satélite o toma de fotografías
aéreas, han impedido realizar otros estudios de uso de la tierra y tipos de vegetación
en el ámbito nacional, mediante el empleo de estas técnicas. Algunas instituciones
dominicanas han realizado proyectos regionales o locales con financiamiento de
agencias internacionales, como por ejemplo en el Parque Nacional de Los Haitises
(DNP/AECI, 1988); el inventario de los Bosques de la región Suroeste del país
(INDESUR/GTZ,1992). Asímismo para 1992, el Plan Sierra tomó fotografías aéreas
a escala 1:20,000 del área de San José de las Matas, en la cordillera Central, como
base en el inventario forestal de la región.
En 1994, se realizó en el Parque Nacional del Este una evaluación ecológica
rápida (EER) donde se emplearon imágenes de satélite Landsat TM de 1988 aescalas
1:24,000 y 1:50,000, así como fotografías aéreas infrarrojas a colores, escala
1:24,000. (TNC,1997). Otros estudios realizados fueron los de las Sierras de
Bahoruco y Neiba por el Departamento de Vida Silvestre SEA/DVS (1994 y 1995)
donde se emplearon imágenes de satélites para la identificación y descripción de los
tipos de vegetación existentes en estas regiones.
Aunque en este segundo período sólo se enfocó los estudios que usaron la técnica
de sensores remotos como base para definición de los tipos de vegetación, plataforma
esencial de nuestra metodología, se han realizado otros intentos de descripción de la
misma mediante investigaciones y observaciones de la flora nativa, la gran mayoría
en áreas relativamente pequeñas. De estos, destacamos el realizado por SEA/DVS
(1990) y Hager y Zanoni (1993), por su amplitud a nivel nacional, quienes
elaboraron una nueva clasificación de la vegetación, en las cuales toman
principalmente en cuenta su estructura y composición.
182 Moscosoa 10, 1998
II. Descripción general del área
La República Dominicana se encuentra localizada en la región del Caribe del
Continente Americano; ocupa el segundo lugar en extensión de las Antillas, sólo
superada por Cuba. Tiene como límite al Norte el Océano Atlántico; al Este el Canal
de la Mona, que la separa de Puerto Rico; al Sur el Mar Caribe y al Oeste la hermana
República de Haití, con quien comparte la isla. (De la Fuente, 1976).
El territorio nacional ocupa un área de 48,224.91 Km.?, comprendida entre las
coordenadas 173000” - 20%00'00” Latitud Norte y 680000” - 72°00’00”
Longitud Oeste. Esta compuesto por 29 Provincias y un Distrito Nacional, donde está
ubicada la ciudad de Santo Domingo, Capital de la República. Presenta una gran
variabilidad fisiográfica compuesta por una serie de cadenas de montañas, siendo la
principal la cordillera Central, donde se ubica el punto más alto de la región del
Caribe, el Pico Duarte, con altura de 3,087 msnm.; además de extensas áreas de
relieve plano, intercaladas entre los sistemas montañosos, así como varias llanuras
tanto al Norte, Sur y Este del país.
La gran variabilidad orográfica y climática origina una gran diversidad de
ecosistemas, la mayoría representados en el sistema nacional de áreas protegidas,
principalmente en los Parques Nacionales Los Haitises, del Este, Jaragua, Sierra de
Baoruco, Hoya Enriquillo, Montecristi, Armando Bermúdez, José del Carmen
Ramírez y Valle Nuevo; además de las reservas científicas Ebano Verde, Villa Elisa,
Isabel de Torres, Isabela, Diego de Ocampo, Quita Espuela y Lagunas Redonda y
Limón.
III. Materiales y métodos
Materiales
Imágenes impresas Landsat TM a escala 1:100,000 y 1:250,000 del año 1989,
con composición a color de las bandas espectrales 4-5-3, correspondientes a los
colores rojo, verde y azul (R-G-B).
- 4 imágenes Landsat TM en formato digital de los años 1988, 1992 y 1996.
- Fotografías aéreas en blanco y negro, escala 1:40,000 de 1983-84 de todo el
país.
- Hojas topográficas (124) a escala 1:50,000 que cubren todo el país, de los años
1966-67 y algunas hojas actualizadas de las ediciones recientes del Instituto
Cartográfico Militar (ICM), 1988-1996.
- Sistema de Información Geográfico ARC/INFO versión 3.42 y 3.5.
- Software para el procesamiento digital de imágenes Erdas Imagine 8.2.
- Geoposicionador satelitário (GPS) Magellan 5000 y un altímetro.
Moscosoa 10, 1998 183
- Computadora Pentium 90 Mhz / 56 MB RAM / 9 Gigabytes.
- Computadora 486 a 60 MB.
- Mesa digitalizadora CalComp.
Plotter Hewlett Packard Design Jet 650C.
Metodología
Las diferentes zonas de vegetación a nivel nacional fueron identificadas a
grandes rasgos, mediante la interpretación digital de las imágenes de satélite Landsat
TM de los años 1988, regiones Este, Nordeste y Central, y 1992-1996, regiones
Suroeste y Noroeste. Estas imágenes fueron rectificadas mediante el establecimiento
de puntos de control, empleando la función cuadrática y el método del vecino más
cercano. Para la interpretación se usó la combinación de las bandas espectrales 4
(infrarrojo cercano), 5 (infrarrojo mediano), y 3 (espectro visible), lo que permite una
mejor discriminación de la cobertura boscosa. Todas estas aplicaciones fueron
realizadas con el software Erdas Imagine 8.2. (ERDAS, 1995)
La interpretación visual/manual se hizo con el objetivo de complementar las
informaciones obtenidas mediante la clasificación digital. Las fotografías aéreas
blanco y negro del proyecto Manejo de los Recursos Naturales (MARENA), aescala
1:40,000 de los años 1983-84, aunque no son recientes sirvieron de apoyo para
discriminar algunos tipos de cobertura y para identificar las vías de acceso a los
puntos de muestreo.
Los tipos de vegetación se delimitaron conforme a su estructura o fisionomía,
identificables en las imágenes y fotografías aéreas en base a color, tono, textura, y
valores espectrales o grados de reflexión en imágenes digitales. Para esto se
revisaron algunos autores tales como Kuchler & Zonneveld (1988), UNESCO
(1973), Fosberg (1961), estos dos últimos citados en CEOTMA (1991), que tratan
sobre la clasificación de la vegetación haciendo énfasis en la estructuración y en los
aspectos fisionómicos de la vegetación. Posteriormente, la descripción fue
complementada con aspectos florísticos, ambientales u otro elemento fisionómico
en la realización de los muestreos de campo.
Todas las áreas muestreadas, alrededor de 250 puntos, fueron localizadas en el
terreno utilizando un geo-posicionador(GPS), que proporcionala posición geográfica
en coordenadas UTM (Unidad Transversa de Mercator). Los registros del GPS
fueron procesados en la oficina y sirvieron de base para el análisis de la información
levantada enel campo y la interpretación digital. Para complementar esta información
se incluyeron los valores de altura sobre el nivel medio del mar en cada punto,
medidos con un Altímetro.
184 Moscosoa 10, 1998
En estos viajes de campo, que contaron con la participación de técnicos del
Departamento de Vida Silvestre y el Jardín Botánico Nacional, realizaron
levantamientos de cada unidad de vegetación. Se tomó en cuenta su cobertura,
composición florística, estratos, altura, densidad por estrato, abundancia y distribución
relativa de cada especie vegetal encontrada en una superficie de forma circular con
300 m de diámetro. Para cada parcela de muestreo se tomaron otros parámetros que
influencian los niveles de reflexión de cada unidad en la imagen de satélite, como las
características físicas del suelo y del substrato, la inclinación y orientación de la
pendiente, drenaje, los niveles de erosión y evidencias de actividades humanas.
Dichas informaciones fueron registradas en un formulario previamente diseñado,
que contiene además de los datos de ubicación geográfica, altura sobre el nivel del
mar, hoja topográfica, imagen, foto aérea, coordenadas e investigadores, entre otras.
Todas estas informaciones están almacenadas en una base de datos (Dbase IV),
disponibles en el DIRENA para consulta.
Finalmente se procedió a la clasificación digital supervisada de las unidades de
vegetación identificadas en base a los criterios definidos anteriormente. El área
mínima de muestreo fue de 25m x 25m (tamaño de pixel).
Conjuntamente con las tareas de interpretación de las imágenes se digitalizaron
los mapas, que sirvieron de base para la interpretación visual y la presentación del
mapa final, tomados de las hojas topográficas aescala 1:50,000, anivel nacional. Las
variables cartografiadas incluyen: Líneas de comunicación (carreteras y caminos),
drenaje superficial (ríos, arroyos y cañadas), construcciones, zonas pobladas y
urbanizadas, referencias de valores altitudinales, límites fronterizos y provinciales;
además de las curvas de nivel índice (de base 100) en áreas montañosas y cada 20
metros en relieve plano.
Esas informaciones se relacionaron con las unidades de vegetación identificadas,
para producir un mapa de uso y cobertura de la tierra a nivel nacional, referenciado
con características físicas de fácil ubicación y que se presenta a escala 1:500,000.
(Mapa anexo).
IV. Resultados
La vegetación natural, que incluye bosques, matorrales, sabanas, vegetación de
agua dulce y áreas con escasa vegetación, ocupa aproximadamente el 44.75% del
área total de la República Dominicana; mientras que el restante 55.25% lo ocupan
las áreas agropecuarias y otros tipos de coberturas, tal como se observa en el cuadro
1 sobre la distribución de las unidades de vegetación y otras coberturas.
Moscosoa 10, 1998
Cuadro 1
185
Distribución de las Unidades de Vegetación y su extensión
Categorías
Area
(km?)
%
%
Total
Categoría
Bosque Conífera
Bosque Conífera Denso
Bosque Conífera Abierto
Bosque Latifoliado
Bosque Latifoliado Nublado
Bosque Latifoliado Húmedo
Bosque Latifoliado Semihúmedo
Bosque Seco
Bosque de Humedales
Bosque Humedales Salobres
Temporalmente Inundados
Bosque Humedales Salobres
Permanentemente Inundados
Bosque Humedales de Agua Dulce
3,025.45
1,946.35
1,079.10
6,306.27
1,104.87
3,151.88
2,049.52
3,677.39
256.95
19.60
192.33
44.80
13,266.68
22.80
14.67
8.13
47.54
8.33
23.76
15.45
27.72
1.94
0.15
1.45
0.34
100.00
6.27
4.04
2.24
13.08
2.29
6.54
4.25
7.63
0.53
0.04
0.40
0.09
27.52
Subtotal de Bosques
Matorrales
Matorral Latifoliado
Matorral Seco
Matorral de Humedales Salobres
Subtotal de Matorrales
3,033.28
ATL
53.10
44.54
54.68
0.78
100.00
6.29
Taz
0.11
14.12
6,810.17
Sabana
Sabana de Humedales Salobres
Sabana de Humedales de Agua Dulce
Sabana de Pajón
Subtotal de Sabanas
93.28
19:79
69.61
182.68
51.06
10.83
38.10
100.00
0.19
0.04
0.14
0.38
186 Moscosoa 10, 1998
Categorías Area % %
(km?) Categoría Total
Vegetación de Agua Dulce (Eneal) 17.47 0.04
Escasa Vegetación y/o Areas
Erosionadas 1,306.40 2.71
Areas Agropecuarias y otros tipos
de cobertura 26,642.09 55.25
TOTAL 48,224.91 100.00
Bosques
Tal como se puede observar en el cuadro anterior, las comunidades naturales
definidas como bosques, que incluyen las coníferas densas y abiertas, los manglares,
los bosques nublados, húmedos, semihúmedos y secos, ocupan la mayor superficie
con 13,266.68 km”, lo que representa el 27.52% del área total del país (Fig. 1).
En esta categoría predominan especies de árboles con alturas mayores de 5
metros y densidad del dosel superior variable de denso (60 - 100%) a abierto (40 -
60%), y se distribuye en 4 clases de bosques:
1. Bosque de conífera, que se distribuye en conífera denso y conífera abierto.
2. Bosque latifoliado, que se subdivide en latifoliado nublado, latifoliado
húmedo y latifoliado semihúmedo.
3. Bosque seco.
4. Bosque de humedales, éstos incluyen bosque de humedales salobres o
manglares temporalmente inundados y permanentemente inundados, y bosque de
humedales de agua dulce (Dragales).
Las descripciones de las especies de esta unidad, así como del resto de las
comunidades naturales provienen del banco de datos de muestreos, la cual fue
comparada con la lista de especie descrita por Liogier (1974) y posteriormente
revisadas y actualizadas por técnicos del Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael Ma.
Moscoso Puello”.
Bosques de Conífera Denso y Abierto
En el Bosque de Conífera se agrupan las áreas con dominancia de pino, en forma
pura o mezclada con especies de hojas anchas (Bosque Mixto). De acuerdo a su
densidad y estructura se clasifican en: Bosque conífera denso, cuando su densidad
es mayor de 60% y Bosque de conífera ralo o abierto cuando la densidad del dosel
Moscosoa 10, 1998 187
superior es de 40 a 60%. El bosque de pino cubre una superficie de 3,025.45 km?
(6.27% del país y 22.80% del área boscosa), que se distribuyen en 1,946.35 km?
(4.04% del territorio) para el bosque conífero denso y 1,079.10 km? (2.24% del pais)
para el bosque de conífera abierto.
Los bosques de pino se encuentran a elevaciones entre los 800 y 3085 metros,
con pluviometría superior a los 1000 mm anuales y temperatura variable de 0 a27*C.
La composición de los estratos arbustivos y herbáceos varían dependiendo del
sustrato; la humedad del lugar y su localización.
Las principales poblaciones de pinos, como se puede observar en el mapa anexo,
se localizan en la Cordillera Central, la Sierra de Bahoruco y la vertiente norte de la
Sierra de Neiba. La porción mas extensa del bosque de pino denso se encuentra en
la Cordillera Central, en alturas por encima de los 2,000 msnm, en las zonas de Valle
Nuevo, en los alrededores de Constanza y el Pico Duarte. La densidad de los pinares
va disminuyendo a medida que se desciende hacia la parte media de la Cordillera
Central, principalmente en las vertientes Sur y Suroeste, y en las proximidades a la
frontera con Haití, donde cada vez son más abiertos. En la región Suroeste, la
distribución de pino denso se enmarca en la parte alta de la Sierra de Bahoruco,
limitando con las unidades de bosques latifoliados nublado, húmedo y semihúmedo;
y en algunos lugares, hacia el norte y el este, con el bosque seco y matorral seco
respectivamente.
También se encuentran poblaciones de pino abierto a lo largo de la Sierra de
Neiba, en Las Lagunas, entre Hondo Valle y Elías Piña, próximo a la frontera con
Haití y en la Loma Calimete en las cercanías de Polo, Barahona, extremo oriental de
la Sierra de Bahoruco.
Tanto en el bosque de conífera denso como abierto, el Pinus occidentalis o pino
criollo, es la especie que domina el estrato arbóreo; en los estratos arbustivos 1 y
2 se encuentran otras especies como: Garrya fadyenii, Rubus sp., Eupatorium
illitium., Ilex tuerckheimii, Fuchsia sp., Ambrosia sp., y Senecio picardae, y en el
estrato herbáceo Pilea sp., Verbascum thapsus, Ranunculus sp., Agave brevispina,
Andropogon sp. y Danthonia domingensis. En algunas áreas de esta unidad, con
frecuencia escasa, se encuentran en el estrato arbóreo Brunelia comocladifolia,
Didymopanax tremulus y Ocotea sp. Un caso excepcional se da en la caseta 1 de la
Dirección Nacional de Parques, en la sierra de Bahoruco, donde algunas especies
comunes propios del bosque seco se pueden encontrar limitando con las coníferas.
También se incluyen en esta unidad, porciones de pinos en forma de manchas
densas, en zonas de elevaciones moderadas a bajas (200 - 700 msnm), como son la
vertiente Norte de la Cordillera Central, en las proximidades de las lomas Ortega y
Guaigui; al Sur y Sureste de la ciudad de La Vega, en la loma La Peguera; al nordeste
de la ciudad de Bonao y en las lomas Los Pinos y Caribe, al Noroeste de Bonao y en
188 Moscosoa 10, 1998
las inmediaciones de la Cumbre y al Norte de Villa Altagracia, en la loma Novillero.
La mayor parte de estas zonas corresponden a plantaciones y/o zonas reforestadas,
donde predomina el Pinus caribaea y también se pueden encontrar numerosas
especies de hojas anchas, fruto de la regeneración natural de las especies existentes
antes de los procesos de deforestación para explotación maderera.
Bosque Latifoliado
La categoría de bosque latifoliado comprende las comunidades vegetales donde
predomina la mezcla de especies de hojas anchas, desde semihúmedos (en transición)
hasta nublados. Se presentan en zonas con precipitaciones anuales promedio de 900
a 2000 mm, pudiendo alcanzar los 4000 mm por año. El bosque latifoliado se
clasifica en tres tipos:
a) Bosque Latifoliado Nublado
El bosque latifoliado nublado es un bosque de montañas, en zonas de 600 a 2300
msnm, con pluviometría de 1,700 a 4,000 mm. y temperatura de 20 a 25°C. Su
nombre se debe a su posición en áreas de exposición a los vientos, donde ocurre un
proceso de condensación del vapor de agua y formación de nubes gran parte del año.
Se localiza en las cordilleras Central y Septentrional y en las Sierras de Bahoruco y
Neiba, ocupando una superficie de 1,104.87 Km”; representan el 8.33% de los
bosques y el 2.29% del territorio nacional.
En la Cordillera Central el bosque nublado forma un gran arco, que parte de las
vertientes orientales de Valle Nuevo, loma La Chorreosa, Monte Frío, El Pichón,
Monteada Nueva y algunos reductos en Loma Prieta, donde las vertientes norte
drenan hacia el río Tireo o Blanco. A ambas márgenes del río Tireo las actividades
agrícolas de subsistencia interrumpen la continuidad de los bosques nublado y
latifoliado húmedo. La mejor muestra del bosque nublado se presenta en las lomas
La Calentura y Masipedrito. En la loma Jimita se encuentran pequeñas áreas de
bosque nublado, que limitan con las actividades, cada vez más intensas, de agricultura
de subsistencia y el cultivo de café Caturra (sin sombra), en zonas de pendientes
superiores al 40%. En la vertiente noroeste de la Cordillera Central, esta unidad se
presenta en el sistema Casabito-Loma Golondrina, Sierra Atravesada, loma Los
Bañaderos y el pico El Gallo, finalizando en la loma Nalga de Maco. Una muestra
especial se encuentra en la loma Valvacoa (vertiente sur de la Cordillera Central) al
norte de la ciudad de Baní, bordeada por actividades agropecuarias de subsistencia.
En la Cordillera Septentrional el bosque nublado se localiza en la cima de la Loma
Quita Espuela, limitando con el bosque húmedo y agricultura de subsistencia y pastos.
En la Sierra de Neiba se presenta el área más extensa y de mayor altitud del
bosque nublado en las Antillas, a 2,000 msnm. En la sierra de Bahoruco se presenta
Moscosoa 10, 1998 189
en los flancos norte y sur, limitando con los bosques de pino denso. En algunos casos
estas unidades se confunden o parecen estar asociadas; ya que se desarrollan en
condiciones ecológicas similares.
El estrato arbóreo tiene una densidad mayor de 80% y las especies dominantes
varían según el lugar en que aparecen, encontrándose principalmente Didymopanax
tremulus, Brunellia comocladifolia, Garrya fadyenii, Oreopanax capitatus,
Podocarpus aristulatus, Cocothrinax spp, Magnolia pallescens, Magnolia hamori,
Clusia clusioides, Prestoea montana, Haenianthus salicifolius, Cecropia peltata,
Cyrila racemiflora, Trema micrantha, Tabebuia berterii y Ocotea sp. Numerosas
especies epifitas/lianas aparecen asociadas a este estrato.
El estrato arbustivo, generalmente, esta compuesto por Weinmannia pinnata,
Garrya fadyenii, Guettarda ocoana y Ditta maestrensis, entre otras. Escasamente
aparecen Pimenta hispaniolensis y Tabebuia berterii.
En el estrato herbáceo son abundantes Gesneria cuneifolia, Blechum sp., Pilea sp.,
Uncinia hamata y Prescotia stachyoides. Presentes: Prestoea montana, Lasianthus
lanceolatus. Escasas en este estrato son: Phytolacca rivinoides, Peperomia sp. y otras.
b) Bosque Latifoliado Húmedo
El bosque latifoliado húmedo se presenta en todos los sistemas montañosos del
país, en algunos lugares con características especiales como en Los Haitises. Es un
bosque generalmente perennifolio o siempre verde, se encuentra en elevaciones
entre 500 y 1,500 msnm y en algunas ocasiones hasta los 1,800 metros, con un rango
pluviométrico de 1,500 a 2,000 mm y su temperatura varía entre 20 a 25°C. Esta
unidad ocupa un área de 3,151.88 km? (23.76% de los bosques), equivalentes al 6.54
% del territorio nacional. Su distribución es influenciada por el relieve, la exposición
y las condiciones edáficas. Se le encuentra en áreas circundantes de los bosques
nublados de Casabito, las lomas La Sal y El Col, dentro de la Reserva Científica
Ebano Verde. No muy extensas, pero numerosas áreas se presentan a lo largo de la
vertiente norte de la Cordillera Central, desde Loma de Cabrera hasta Río Limpio y
en la parte baja de la Loma Nalga de Maco, extendiéndose hasta las cuencas altas y
medias de los ríos Guayubín, Mao, Amina, Inoa, Bao, Guanajuma y alto Yaque del
Norte, en forma discontinua y en ocasiones mezclados con pinares y cafetales.
Otras áreas de bosque latifoliado húmedo se encuentran en la loma La Humeadora,
extendiéndose hacia el oeste próximo a la Cumbre de Bonao, donde nacen los ríos
Mahomita y Haina. En el Este de la vertiente Sur de la Cordillera Central, aparecen
pequeñas áreas, que van desde el Sur del embalse de Valdesia hasta San José de Ocoa
y Padre Las Casas. En la Cordillera Septentrional, su mayor expresión se presenta
en las lomas Quita Espuela y Guaconejo, una de las zonas con menor impacto tanto
humano como natural; en las lomas Diego de Ocampo, la Lomota, Isabel de Torres
190 Moscosoa 10, 1998
y el Chorro; y en superficies menores al Norte de las ciudades de Moca y Salcedo,
zona kársticas, donde nacen los principales afluentes de los ríos Boba, Veragua y
Jamao. Pequeños reductos de esta unidad se encuentra en la vertiente Sur y la parte
oriental de la sierra de Neiba. Igualmente en la Cordillera Oriental, así como en las
estribaciones de las Sierras de Bahoruco y Martín García.
El estrato arbóreo tiene densidad mayor de 60% y las especies dominantes son:
Ocotea sp., Clusia rosea, Prunus myrtifolia, Oxandra laurifolia, Oreopanax capitatus,
Sloanea berteriana, Tabebuia berterii, Cyrilla racemiflora, Calyptromona plumeria,
Cyathea arborea, Exothea paniculata, Miconia dodecandra, Ottoschulzia
domingensis y Mora abbottii. El estrato arbustivo incluye: Cyathea arborea y Mora
abbottii; y en el estrato herbáceo Adiantum tenerum, Pharus parvifolius, Pharus
latifolius, Gesneria sp., Adiantum pyramidale y Psychotria uliginosa.
El Bosque Pluvial fue inicialmente incluido en la leyenda como uno de los tipos
de bosque latifoliado, pero debido a las condiciones tan particulares de altitud,
pendiente, exposición a los vientos, pluviometría, etc., donde se desarrolla, su
cobertura en superficie suele ser pequeña, por lo que no fue posible su delimitación
a la escala de este estudio y se incluye dentro del bosque latifoliado húmedo. Las
principales especies encontradas en esta unidad de bosque son: Cyrilla racemiflora,
Moraabbottii, Sloanea berteriana, Ormosia krugii, Calyptromona dulcis, Buchenavia
capitata, Cyathea arborea, Palicourea sp., Prestoea montana, Lasianthus lanceolatus,
Scleria metaleuca, Elaphoglosum crinitum y Vriesea sp.
c) Bosque Latifoliado Semihúmedo
Los bosques latifoliados semihúmedos están ubicados en las faldas de las
cordilleras o en áreas costeras, delimitando en ocasiones con el bosque seco en su
límite inferior y con el bosque húmedo en la parte superior. Se desarrollan sobre
rocas calcáreas o pequeñas colinas de las llanuras Sur y Este del país, con altitudes
de 0 a900 msnm, pluviometría entre 1,000 y 1,800 mm y temperatura entre 21 a26*C.
Estos bosques ocupan un área de 2,049.52 km?, lo que representa el 15.45% de la
cobertura de bosques y el 4.25% del territorio nacional; básicamente esta unidad se
ubica en tres zonas importantes del país:
En la región Este, cubre prácticamente el Parque Nacional del Este, casi en su
totalidad la parte occidental de la Isla Saona y el Noreste de San Rafael del Yuma,
en las inmediaciones de Bávaro. Otras áreas se encuentran en Loma Vieja y loma Los
Copeyes al Noroeste de la ciudad de Higuey.
En la región Suroeste, en el procurrente de Barahona, próximo a la ciudad del
mismo nombre, incluyendo parte de la costa, hasta la Sierra de Bahoruco, próximo
a la comunidad de Polo, en los alrededores de Enriquillo, al sur de la ciudad de
Oviedo y el Parque Nacional Jaragua, bordeado por el bosque seco. En la vertiente
Moscosoa 10, 1998 19]
sur de la Sierra de Bahoruco teniendo como límite superior los bosques latifoliado
húmedo y pinares abiertos y, en su límite inferior, los bosques seco y latifoliado
húmedo. En la loma Yaya, entre la ciudad de San Juan de la Maguana y Vallejuelo
y en el Cercado también se encuentra un área de esta unidad boscosa. En la sierra de
Neiba, en las inmediaciones del Pino del Edén, también se observan manchas de este
tipo de vegetación.
En la Cordillera Septentrional, el bosque latifoliado semihúmedo aparece
mezclado con áreas de cultivo de café y cacao y agricultura de subsistencia.
Las condiciones físicas y ambientales, donde se desarrolla el bosque latifoliado
semihúmedo le permiten tener una composición florística rica y variada, que incluye
especies de los bosques latifoliado húmedo y seco, que comúnmente lo delimitan. La
densidad arbórea del bosque latifoliado semihúmedo es mayor de 60%. Entre sus
especies dominantes se pueden citar: Coccoloba diversifolia, Bursera simaruba,
Clusia rosea, Guaiacum sanctum, Metopium brownei, Ottoschulzia rhodoxylon,
Krugiodendron ferreum, Bucida buseras, Chrysophyllum oliviforme, Swietenia
mahagoni, Senna atomaria y Syderoxylon foetidissimum. En el estrato arbustivo,
Eugenia axilaris, Eugenia foetida, Eugenia confusa, Amyris elemifera, Erythroxylon
brevipes, Krugiodendron ferreum, Psychotria nervosa y Antirhea lucida. En el
estrato herbáceo aparecen: Zamia debilis, Wallenia lauricifolia, Commelina sp.,
Pilea sp., Bromelia plumieri y Peperomia glabella.
Bosque Seco
Los bosques secos, mayormente secundarios en proceso de regeneración, han
sido sometidos durante décadas al impacto humano. Compuesto por especies de
árboles semideciduos, que crecen en zonas de menos de 500 msnm, con temperatura
promedio de 26 a 28°C y precipitaciones promedios de 500 a 800 mm por año. La
evapotranspiración potencial en el bosque seco excede los niveles de precipitación
durante 8 - 10 meses cada año.
La cobertura del bosque seco se localiza en las regiones Sur-suroeste (entre Baní
y Barahona, en la región de Oviedo y Pedernales, en el valle comprendido entre las
Sierras de Bahoruco y Neiba, incluyendo la Hoya del lago Enriquillo y en el valle de
San Juan de la Maguana); y en la región Noroeste entre Santiago y Montecristi. Esta
unidad presenta una densidad arbórea mayor de 60%, con especies que pueden
alcanzar entre 5 y 12 metros de altura.
El bosque seco es el de mayor cobertura dentro de la categoría de bosques,
ocupando el 27.72% del área boscosa, con 3,677.39 km”, que representan el 7.63%
del área total estudiada. Esta unidad se encuentra al pie de las cordilleras teniendo
varias coberturas como límites: agricultura intensiva, sabana de humedales salobres,
áreas de escasa vegetación, matorrales secos o latifoliados y agricultura de subsistencia.
192 Moscosoa 10, 1998
Las especies dominantes en el estrato arbóreo de esta unidad de vegetación son:
Bursera simaruba (Almácigo), Acacia sckeroxyla, Phyllostilon brasiliensis, Guai-
acum sanctum, Guaiacum officinale, Acacia macracantha, Krugiodendron ferreum,
Prosopis juliflora, Senna atomaria y Metopium sp. Aparece también como especie
presente en esta unidad, Leucaena leucocephala. En el estrato arbustivo encontramos:
Eugenia rhombea, Eugenia axillares, Eugenia foetida, Calliandra haematomma,
Savia sessiliflora, Turnera diffusa, Croton azuensis, Amyris elemifera, Exostema
caribaeum, Croton sp., Colubrina elliptica, Capparis flexuosa, Capparis ferruginea,
Comocladia dodonea, Senna atomaria, Buxus glomerata, Maytenus buxifolia,
Adelia ricinella y Gyminda latifolia. En el estrato herbáceo aparecen dos especies:
Commelina sp y Agave antillarum.
Bosques de Humedales
Los bosques de humedales se distribuyen en humedales salobres o manglares
(temporalmente inundados y permanentemente inundados) y bosque de humedales
de agua dulce.
Bosques de Humedales Salobres Temporalmente Inundados
(Manglares de Tierra Firme)
Los humedales salobres se encuentran a orillas de lagos y lagunas con presencia
de sales disueltas (Laguna Limón y Lago Enriquillo), teniendo agua solamente
durante las épocas lluviosas y se desarrollan en zonas con pluviometría promedio
entre 600 a 2,000 mm. anuales, por debajo de los 20 msnm y temperatura promedio
de 2 326:
Esta unidad cubre un área de 19.60 km’, o sea el 0.15% de la unidad bosques y
0.04% del territorio nacional. En la región sur se encuentra al norte de la laguna
Limón (al sur de la carretera Duvergé-Jimaní), hacia la parte oriental del lago
Enriquillo, un área pequeña próximo a la bahía de Neiba, en los alrededores de la
laguna de Nisibón y en punta Ratón en la costa noroeste.
Estos bosques se caracterizan por tener una altura entre 5 y 20 metros y una
densidad entre 70 y 85 % de cobertura. En los estratos arbóreo y arbustivo solamente
abunda la especie Conocarpus erectus, pudiendo aparecer la especie Avicennia
germinans. Casi no hay herbáceas pero puede aparecer Batis marítima y Phyla
nodiflora.
Bosque de Humedales Salobres Permanentemente Inundados
(Manglares de Costas)
Los bosques de humedales salobres permanentemente inundados se desarrollan
alo largo de las zonas costeras y áreas aledañas a las desembocaduras de ríos y orillas
Moscosoa 10, 1998 193
de lagos y lagunas costeras con intrusión salina, sobre suelos poco consolidados
debido a la humedad, en altitudes entre O a 20 msnm, con pluviometría promedio de
600 a 2000 mm, temperatura media anual de 26 a 32°C y están compuestos por
plantas adaptadas a ambientes inundados.
Este tipo de bosque ocupa un área de 192.55 km” para un 1.45% dentro de la
categoría bosques y 0.40% del área total del país. Las áreas más representativas de
este tipo de bosque se localizan en puntos específicos de las áreas costeras: Las
bahías de Samaná, San Lorenzo y Manzanillo y una franja que cubre desde la
carretera que conduce al Morro hasta el caño Gran Dosieer, en el Noreste de la ciudad
de Montecristi y el litoral occidental de Montecristi a Manzanillo.
En la costa Norte, los manglares se presentan en la desembocadura del río
Bajabonico, el Este de la bahía de Luperón, Bergantín, Sabaneta de Yásica, río San
Juan, el tramo que cubre las desembocaduras de los ríos Bacuí y Boba y el Caño Gran
Estero al Sureste de Nagua. También aparecen pequeñas franjas alo largo de la costa
norte de la región Este, desde la desembocadura del río Maguá hasta el este de Punta
Ratón y en la laguna Redonda.
Otras áreas de manglares se encuentran en el Suroeste: en Cabo Rojo, en la costa
Suroeste del Parque Nacional Jaragua, al Noreste de la Laguna de Oviedo y pequeñas
áreas alrededor de la Bahía de Neiba.
En toda la zona costera de las regiones Sur y Sureste del país también
encontramos esta unidad de vegetación: En Puerto Viejo de Azua, en la desembocadura
de los ríos Higuamo y Soco en la Provincia de San Pedro de Macorís y en la costa
Sur del Parque Nacional del Este, incluyendo la isla Saona.
La densidad arbórea de los bosques de mangle es mayor de 80%, e incluye especies
vegetales propias de esos ambientes especiales. Las especies dominantes en el estrato
arbóreo son: Rhizophora mangle, Laguncularia racemosa y Avicennia germinans.
Bosque de Humedales de Agua Dulce (Dragales)
En estudios anteriores, estos bosques eran considerados como parte de los
manglares, a excepción de Hager y Zanoni (1993) que hacen una descripción de los
mismos. Como resultado de la combinación de las bandas de imágenes usadas (4,5,3)
se pudo separar y delimitar cartográficamente esta unidad, principalmente el área
que se encuentra en la zona del bajo Yuna, limitando con los bosques de mangles
permanentemente inundados, sobre suelos orgánicos del orden de los Histosoles
(con abundante materia orgánica poco descompuesta debido a la humedad); en
altitudes menores de 20 m, con pluviometría promedio de 1700 mm, temperatura
media anual de 27°C. Este bosque cubre una superficie de 44.80 km? (0.34% de los
bosques y 0.09% del país), compuesto básicamente por Pterocarpus officinalis.
En estas áreas, tanto en la interpretación de las imágenes como en el trabajo de
194 Moscosoa 10, 1998
campo se evidencia un fuerte impacto de las actividades humanas, principalmente
dirigidas a los cultivos de yautía (Colocasia esculenta) y arroz (Oryza sativa), y a la
industria turística.
Matorrales
Esta denominación agrupa las comunidades vegetales compuestas por especies
arbustivas y especies arbóreas, que crecen en áreas en proceso de regeneración
natural resultante del talado de los bosques, o cuando las condiciones ambientales y/
o del sustrato geológico limitan su desarrollo. Alcanzan una altura máxima de 5
metros y se pueden encontrar en diversos ambientes (secos, húmedos, o de áreas
especiales como son los manglares), ocupando un área de 6,810.17 km? lo que
representa el 14.12% del área total.
Matorral Latifoliado
El Matorral Latifoliado abarca el 6.29% del territorio nacional (3,033.28 km?)
y se encuentra básicamente en la región Este del país, en la línea de costa entre Santo
Domingo y La Romana, extendiéndose hasta el Este de la provincia La Altagracia,
donde se mezcla con el bosque latifoliado semihúmedo y la agricultura de subsistencia.
Se presenta también en la cordillera Oriental, al Norte y Este de la ciudad de El Serbo, y desde
Hato Mayor hacia el Oeste pasando al Norte de Bayaguana y Monte Plata, cubriendo áreas
pertenecientes a la región de Los Haitises y algunas áreas de Sánchez y Samaná.
Dentro de esta unidad, regularmente se encuentran las especies comunes de las
áreas boscosas con las mismas condiciones climatológicas.
Matorral Seco
El Matorral Seco se localiza en las regiones Sur-suroeste y Noroeste del país,
abarcando una superficie de 3,723.79 km”, para el 7.72% del país. Se localiza en la
Hoya del Lago Enriquillo, extendiéndose hasta la base de las sierras de Neiba y
Bahoruco, y desde la frontera con Haití hasta la Bahía de Neiba y el valle de Azua;
desde la Bahía de Ocoa hasta la ciudad de Baní y prácticamente toda la margen
occidental del río Ocoa hasta la base de la Cordillera Central. También se presenta
al Sur y Oeste del embalse de la presa de Sabana Yegua, bordeando el pie de la
vertiente norte de la sierra de Neiba, y más extensamente desde Elías Piña hasta
Bánica, limitando con áreas de agricultura de subsistencia y de escasa vegetación;
a veces puede encontrarse asociado al bosque seco.
En la región Norte el matorral seco se encuentra en las partes bajas de las
Cordilleras Central y Septentrional, limitando con el bosque seco, agricultura de
subsistencia, escasa vegetación; y en el bajo Yaque del Norte, limita con cultivos
intensivos.
Moscosoa 10, 1998 195
En esta unidad se pueden encontrar las siguientes especies: Bursera simaruba,
Tabebuia berterii, Sweitenia mahagoni, Ternsntroenia peduncularis, Sideroxylon
cubensis, Guaiacum officinale, Acacia macracantha, Brya buxifolia, Citarexylum
fruticosum, Exostema elegans, Thouinia trifoliata, Acacia sckeroxyla, Erythroxylon
areolatum, Randia aculeata, Waltheria indica, Eugenia maleolens, Haematoxylon
campechianum, Cordia globosa, Agave antillarum, Mimosa pudica, Forsteronia
corymbosa, Chiococca alba, Smilax havanensis Tillandsia flexuosa, Tillandsia
fasciculata, Tillandsia recurvata, Oncidium guianensis y Psychilis bifida.
En el matorral seco espinoso encontramos tres especies en el estrato arbóreo,
Jacquinia berterii, con frecuencia presente, y con frecuencia escasa Capparis
ferruginea y Guapira brevipetiolata. En el estrato arbustivo Turnera diffusa,
Mimosa azuensis, Piscidia ekmanii, Rochefortia acanthophora, Crossopetalum
rhacoma, Maytenus buxofolia y Citharexylum microphylum.
Matorral de Humedales Salobres
El matorral de humedales salobres cubre una superficie de 53.10 Kn, igual al
0.11% del país. Se encuentra en la bahía de Manzanillo, al Noreste de la Laguna de
Oviedo, en el tramo costero Cabo Rojo - Pedernales, en los extremos Este y Oeste
del lago Enriquillo y pequeñas áreas dispersas en el Valle de Neiba. También aparece
enla provincia La Altagracia: Alrededor de la laguna Juan Féliz y próximo a la Bahía
Las Calderas dentro del Parque Nacional del Este, limitando con el bosque de
humedales salobres permanentemente inundados y con la sabana de humedales
salobres.
Esta unidad se presenta en suelos rojizos, pobremente drenados y de baja altitud.
Abundan las especies de mangle prieto (Conocarpus erectus) y mangle amarillo
(Laguncularia racemosa).con una altura máxima de 2 metros y una densidad total
de cobertura de 80%. Presente se encuentran el mangle rojo (Rizophora mangle), y
en el estrato herbáceo Batis marítima.
Sabanas
Las Sabanas se caracterizan por presentar una cobertura vegetal compuesta por
gramíneas, frecuentemente en forma de pajones, con ausencia de árboles o matorrales.
En zonas bajas pueden estar asociadas a lagunas costeras donde predominan especies
halofíticas. Se presentan en humedales salobres, humedales de agua dulce y en forma
de pajón; ocupa 182.68 km, lo que representa el 0.38% del área total bajo estudio.
(En algunos puntos de muestreos de zona altas se encontró de manera muy escasa
Pinus occidentalis, Garrya fadyenii, Lyonia heptamera, Rubus sp., Buddleia
domingensis y Danthonia domingensis.
196 Moscosoa 10, 1998
Sabana de Humedales Salobres
La sabana de humedales salobres se encuentran en la parte Este de la Hoya del
Lago Enriquillo, próximo a la bahía de Neiba y en la costa Sur del Parque Nacional
del Este, frente a la Isla Saona, limitando con los matorrales de humedales salobres
y el bosque latifoliado semihúmedo.
Sabana de Humedales de Agua Dulce
La sabana de humedales de agua dulce ocupa pequeñas áreas, localizadas
principalmente en el bajo Yuna, limitando con el bosque de humedales de agua dulce,
cultivo de arroz, agricultura de subsistencia y pastos.
Sabana de Pajón
Se distribuye en superficies pequeñas, principalmente en las provincias de Azua,
Peravia, Independencia, La Vega y San Juan de la Maguana.
Eneal o vegetación de agua dulce
La Enea o Typha domingensis es una especie herbácea, que crece en suelos
pantanosos y puede alcanzar hasta 3 metros de altura. Esta unidad ocupa 17.47 km’,
representando el 0.04% del país, localizadas principalmente en la región Este del
país, al Oeste de la Laguna Redonda, al Este de la laguna Limón y en las
inmediaciones de las lagunas de Nisibón y Bávaro, además de la laguna Mallen en
San Pedro de Macorís; y en el Sureste de la laguna Rincón, en Cabral.
Areas de Escasa Vegetación o Erosionadas
Esta categoría se compone de áreas con evidente degradación o deterioro, donde
la vegetación y/o la superficie del suelo han sido removidas por efecto de las
precipitaciones, la escorrentía superficial del agua, el viento o por la acción del
hombre. Incluye zonas de explotación minera a cielo abierto, terrenos baldíos,
vegetación escasa sobre rocas calcáreas o arenas (dunas y playas), y zonas con
problemas de erosión; comprende una superficie de 1,306.44 Km’ para el 2.71% del
país.
Las áreas más representativas de esta unidad se localizan en la región Suroeste
en las inmediaciones del lago Enriquillo, incluyendo la isla Cabritos y extendiéndose
al Este y entremezclándose con las áreas de cultivos intensivos hasta el pie de las
sierras de Bahoruco y Neiba. Igualmente en el valle de San Juan, haciéndose más
extensas hacia Las Matas de Farfán, Elías Piña y Bánica. También la encontramos
en Cabo Rojo, frente a la isla Beata, en la parte noroeste de la sierra Martín García,
en punta Salinas y Fundación de Baní.
En la región Noroeste esta unidad se localiza próximo a Montecristi y Pepillo
Moscosoa 10, 1998 197
Salcedo, así como en Santiago Rodríguez y al norte de Dajabón. En la mayor parte
de las áreas mencionadas esta unidad esta asociada a climas con bajas precipitaciones;
aunque se presenta también en áreas con pluviometria por encima de 1500 mm como
eselcasode Bonao y Sánchez Ramírez, en las explotaciones mineras de Falconbridge
y Rosario Dominicana, y al Oeste y Suroeste del municipio de Constanza.
Hallazgos Importantes
En las exploraciones botánicas llevadas a cabo en diferentes regiones de la
República Dominicana como parte de los trabajos de Inventario de la Vegetación y
Uso de la tierra, se hicieron importantes descubrimientos y hallazgos.
En Monte Palma, Sierra de Bahoruco, se descubrieron los arbustos Psidium
bahorucanum y Phialanthus hispaniolae como especies nuevas para la ciencia;
descritas y publicadas en Moscosoa 8, Revista Científica del Jardín Botánico
Nacional.
En el Hoyo de Pelempito se encontró Chloroleucon guantanamense un árbol
muy raro en Cuba y ahora presente en la República Dominicana; además, se
encontraron Acacia sp., Pereskia sp, y Sophora sp., especies aún no descritas. La
Acacia cocuyo antiguamente conocida para la Sierra Martín García también fue
encontrada en la Sierra de Bahoruco.
En la cima de la Sierra de Neiba, todavía se encuentra un bosque rublado con
numerosas especies de plantas endémicas de la Isla Española, muchas de ellas
amenazadas de extinción. Sin embargo durante los trabajos de inventario, se
encontró en Los Bolos una especie de Cucurbita (auyama cimarrona) que está en
proceso de identificación y el árbol Cojoba zanonii, que se creía exclusiva del
Bahoruco.
En Loma Guaconejo, Nagua, Cordillera Septentrional se encontró la población
más extensa de Manacla colorada, Calyptronoma plumeriana, mezclada con el
roblillo, Tabebuia ricardii, Plumeria magna y otros árboles que se consideraban
exclusivos de la Loma Quita Espuela y los Haitises, respectivamente; además, se
encontró Hirtella rugosa, un arbolito que se creía endémico de Puerto Rico.
En loma La Humeadora fueron encontradas las especies Lyonia alainii,
Chaetocarpus domingensis, Cinnamomun alainii y Gonocalyx tetrapterus. Se
pensaba que estas especies eran exclusivas de la Lomas La Sal y La Golondrina en
el municipio de Jarabacoa, provincia La Vega, dentro de la Reserva Científica Ebano
Verde, lugares de donde provenían todos los especímenes conocidos.
El hallazgo del arbusto Picramnia dictyoneura, fue otro de los descubrimientos
interesantes para la Loma La Humeadora, originalmente fue descrita del Firme
Noche Buena, provincia Barahona, luego en exploraciones sucesivas se encontró en
las Lomas El Rancho, Barbacoa, Provincia Peravia y Casabito en La Vega. Esta
198 Moscosoa 10, 1998
especie es un componente arbustivo del Bosque Nublado y especialmente de los
Manaclares.
El Duende de la Altagracia, Zephyranthes ciceroana, habia sido colectado
únicamente en Loma Mariana Chica en Villa Altagracia y se encontró una segunda
localidad en Loma La Humeadora.
Solanum valvacoanum, esta especie fue encontrada en las Lomas Barbacoa y El
Rancho en la Provincia Peravia y ahora ha sido reportada para la Loma La
Humeadora.
Especies endémicas con escasa distribución
Considerando los muestreos realizados de nuestra base de datos, se encontraron
seis (6) especies endémicas con un solo registro, aunque esto no necesariamente
implique que no haya sido reportada con otra categoría en estudios anteriores. Estas
son las siguientes:
Isidorea veris: Esta especie sólo fue localizada en el área del Parque Nacional
Los Haitises, de donde es endémica, específicamente en la Loma del Diablo, en
la unidad del bosque latifoliado húmedo. Esta especie aparece en el estrato
arbustivo 2 (de 1 a 3 metros de altura).
Malaxis unifolia: Fue localizada en el estrato herbáceo (< de 1 metro de altura)
del bosque latifoliado nublado, en las laderas de la Sierra de Neiba en los
poblados Sabana Real y los Botados, sobre los 1500 msnm.
Mimosa azuensis: Se encuentra en el estrato arbustivo 1 (de 3 a 5 metros de
altura) del matorral seco abierto, localizado en la Laguna en Medio en las
proximidades del Lago Enriquillo, a unos 20 msnm y con frecuencia presente.
Trichilia aquifolia (Chicharrón de tres espinas). El único lugar donde se
registró esta especie fue en la vertiente suroeste de la Sierra Martín García,
próximo a la Bahía de Neiba en las inmediaciones del arroyo Busu. Se encuentra
con frecuencia presente, en el estrato arbustivo 1 dentro de la unidad de bosque
seco denso, a 65 msnm.
Haitiella ekmanii (Guanito): De todas la especies reportadas con un solo
registro, el guanito es la única que se encuentra en abundancia dentro del Parque
Nacional Jaragua, en la unidad de matorral seco abierto, a 180 msnm. El
muestreo se realizó en el extremo noroccidental del parque entre la loma Las
Cabras y la carretera Oviedo- Pedernales.
Moscosoa 10, 1998 199
Otras especies importantes
Al sur del Lago Enriquillo, a unos 24 km al oeste de Duvergé y próximo a la
antigua laguna en Medio, en dos de tres muestreos se localizaron dos especies
endémicas una de las cuales, la Neoabbottia paniculata (Cactus) no fue registrada
en ningún otro muestreo en la región. La segunda especie es Harrisia nashii
(Chandelier) se localizó en dos lugares: en el antiguo fondo de la laguna en Medio
y en la costa oriental de la bahía de Neiba próximo a la localidad de Boca de La
Vereda, que coincide con las vertientes occidentales de la sierra Martín García.
El guayacán (Guaiacum officinale) y el guayacancillo (Guaiacum sanctum),
especies nativas, tienen una presencia limitada tanto en el estrato arbóreo como
arbustivo en toda la zona fronteriza con excepción de las áreas protegidas en los
parques nacionales Sierra de Neiba, Sierra de Bahoruco y Jaragua. La Loma de
Bartolo, localizada entre las comunidades de El Limón y Jimaní, dentro del bosque
latifoliado semihúmedo, es el único lugar donde se encuentran estos árboles
abundantes, distribuidos fuera de áreas protegidas.
En el Cerro San Francisco (300 metros de la frontera con Haití), próximo a los
poblados de Bánica y Pedro Santana, se conserva en buen estado la cobertura
boscosa, donde aparecen dos especies importantes: Guaiacum officinale y Pereskia
marcanoi, esta última reportada en el año 1992 por el profesor Eugenio Marcano,
y de la que sólo se conoce la existencia de 17 ejemplares en esa área, por lo que se
considera endémica del lugar.
Otra especie con muy escasa presencia y endémica es Psychilis bifida, epífita del
bosque seco, solo se encuentra en dos lugares y con escasa frecuencia. La primera
zona es la Loma de Los Frailes, justo al lado del embalse de la Presa de Sabana Yegua,
y en la Loma El Anón o Cerro Las Dos Bocas a unos 15 km del cruce de Matayaya
en dirección a Bánica, dentro de la unidad de matorral seco, zona que se encuentra
en proceso de regeneración.
V. Conclusiones
Las comunidades vegetales definidas como bosques, que incluyen desde las
coníferas, bosques nublados, húmedos, semihúmedos y secos, hasta los manglares,
ocupan el segundo lugar en superficie con 13,266.68 km?, representando el 27.52%
del área total del país. Los bosques secos cubren el 27.72% de las áreas boscosas,
equivalentes al 7.62% del territorio nacional, siendo la unidad de mayor cobertura
dentro de los bosques. Los bosques latifoliados nublado (2.29%), húmedo (6.54%)
y semihúmedo (4.25%) ocupan el 13.08% del país; mientras que las coníferas se
distribuyen en el 6.28% del territorio nacional. La menor cobertura dentro de las
áreas boscosas es ocupada por los bosques de humedales (salobres o mangles y de
agua dulce) con el 0.53%.
200 Moscosoa 10, 1998
Los matorrales se presentan en diversos ambientes (secos, húmedos, o de áreas
especiales como son los manglares) y ocupan un área de 6,810.17 km?, lo que
representa el 14.12% del área total, siendo los secos los que mayor extensión ocupan
con un 54.68% dentro de este tipo de vegetación. Las unidades identificadas como
sabanas y eneales cubren 200.15 km” para el 0.41% del territorio; mientras que las
áreas restantes están ocupadas por lagos, lagunas y áreas pobladas con 888.70 Km?
representando el 1.85% del territorio nacional.
El mantenimiento de la cobertura boscosa, principalmente los bosques latifoliados
húmedos y nublados en las partes altas de las cordilleras se ve afectado sensiblemente
por el crecimiento de la agricultura de subsistencia y los pastos extensivos. Las áreas
de escasa vegetación o erosionadas se localizan, principalmente, en zonas de fuertes
pendientes en las principales cordilleras del país, cubriendo 1,306.44 km? para el
2.71% del país.
Aunque los muestreos realizados no necesariamente reflejan el status real de las
áreas que representan, en cuanto a la presencia y variedad de especies, es importante
destacar que la mayor concentración de observaciones donde especies nativas/
endémicas aparecen como escasas, o con muy poca frecuencia, coincide con la
región fronteriza, región donde tradicionalmente se manifiesta el mayor impacto de
la agricultura extensiva y cultivos en laderas. Esto se presenta, específicamente en
las zonas de Bánica y Las Matas de Farfán, en el suroeste de la Cordillera Central,
y Duvergé, Pedernales y Cabo Rojo, al sur y suroeste de la sierra de Bahoruco.
Los bosques de humedales, ecosistemas muy particulares y que cubren 253.95
km? (0.53% del territorio), también se ven seriamente amenazados por la expansión
del cultivo del arroz y las infraestructuras turísticas de las zonas costeras.
En las exploraciones botánicas realizadas dentro de este estudio se hicieron
importantes hallazgos y descubrimientos, encontrándose especies nuevas para la
ciencia como son los arbustos Psidium bahorucanum y Phialanthus hispaniolae.
Además de nuevos reportes para la isla y ampliación de las áreas de distribución
geográficas de otras.
La terminología utilizadas para la designación de las unidades de vegetación no
es homogénea en el país, lo que todavía provoca conflicto entre los investigadores
dependiendo de las diferentes escuelas del saber científico. Como la utilización de
sensores remotos (imágenes y fotografías) y el uso de los sistemas de información
geográfica proporcionan un medio adecuado de cuantificación y delimitación
geográfica de las diferentes tipos de vegetación natural que existen en la República
Dominicana, entendemos que este trabajo facilitará la unificación de los conceptos
y el fortalecimiento de una clasificación jerárquica que pueda ser entendida por los
diversos usuarios.
Moscosoa 10, 1998 201
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- García, R., M. Mejía, F. Jiménez. 1997. Importancia de las Plantas Nativas y Endémicas en
la Reforestación, Jardín Botánico Nacional, Sto. Dgo. República Dominicana, 86pp.
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Inventario y Evaluación de los Recursos Naturales
en la República Dominicana
Programa de Conservación Ambiental
Departamento de Inventario de Recursos Naturales de la
Subsecretaría de Recursos Naturales de la
Secretaría de Estado de Agricultura (DIRENA/SURENA/SEA)
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OCEANO
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HB Bosque Conifera Denso
MM Bosque Conifera Abierto
HB Bosque Latifoliado Nublado 55
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MM Bosque Latifoliado Semi-Húmedo eS
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Bosque Humedales Salobres
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Leyenda
Bosque Humedales Salobres
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Bosque Humedales de Agua Dulce
Matorral Latifoliado
Matorral Seco
Matorral de Humedales Salobres
Sabana Humedales Salobres
Sabana Humedales de Agua Dulce
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Kilómetros
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VEGETACION Y USO DE LA TIERRA
EN LA REPUBLICA DOMINICANA
Sabana de Pajón
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DIAGRAMA DE LAS IMAGENES
LANDSAT TM USADAS EN LA
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Imagenes de Satélite LANDSAT TM 1988, 1992 y 1996
Fotografias Aéreas 1984
Hojas Topográficas, Edición 2, 1969, 1:50,000
Trabajos de Campo 1993-1997
Fuente Principal:
Fuentes Adicionales:
Sistemas de ERDAS Imagine 8.2
Geoinformación: ARC/INFO PC 3.42b
Proyección: Transversa de Mercator (UTM Zona 19)
Elipsoide: — * Clarke 1866
Fecha: Febrero 1998, Edición 1
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— 19°30'0"N
— 19°0'0"N
— 18°30'0"N
— 18°0'0"N
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